Artículos de José Ignacio Corcuera

Testigos de un gran fracaso (españoles en el fútbol de EEUU)

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Destripado el primer intento serio de inocular el fútbol en la vida de los Estados Unidos, mediados los años 70 del siglo XX, un nuevo puñado de empresarios volvió a la carga. Parecía imposible que un deporte tan universal, dueño y señor de Europa, África, Centro y Sudamérica, y con creciente expansión por el Golfo

El Ramón de Carranza: un clásico veraniego

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Con alguna frecuencia, tanto en Europa como en América, el fútbol de 1ª División suele pasar de largo ante ciertas ciudades. Es como si no estuvieran hechas para el deporte rey, como si el gozo y las miserias del cuero no pudiesen enraizar en sus prados. Casi siempre, esa realidad suele acabar plasmándose en terca

Intermediarios: un negocio viejo

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Raro es el campeonato futbolístico en que los intermediarios no adquieran su buena cuota de protagonismo. Tras los fichajes más mediáticos o los traspasos más rocambolescos es fácil adivinar su mano en la sombra, cuando no sus hilos de telaraña dirigiendo al pupilo como una marioneta. Para no pocos presidentes de clubes, suya es la

Pioneros españoles en el fútbol USA

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Sabido es que los Estados Unidos nunca han destacado como país de fútbol, pese a la reiteración con que el empresariado local y la FIFA trataron de implantarlo. Los primeros esfuerzos se concentraron en el ámbito universitario, constriñéndolo a la esfera amateur. Luego se pasó a la importación de equipos completos, europeos y sudamericanos, para

La S.D. Indauchu: un trampolín hacia primera

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El tiempo desdibuja perfiles, ensombrece rasgos y difumina no pocos logros. Grandes gestas de antaño ceden espacio a efímeras manifestaciones del presente, sin otro reclamo que el de un titular. Ley de vida, obviamente. A veces injusta ley para entidades que, como la bilbaína Sociedad Deportiva Indauchu, constituyeron un hito. Hoy, con el equipo sumergido

Florencio Amarilla, un extremo de película

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Internacional paraguayo en 31 ocasiones, mundialista en 1958, formando parte de una delantera que recaló completa en nuestro fútbol, Florencio Amarilla (Bogado 30-I-1935), podría ser definido como personaje de cuerpo entero, irrepetible y sin aristas. Llegó al Oviedo junto a su compatriota Jorge Lino Romero en el verano de 1958. Por esa época el armenio

El futbolista que iluminó Nueva York

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La vida de Pedro Patricio Escobal (24-VIII-1903), durísimo defensa del Real Madrid en los años heroicos, daría de sobra para una gran producción de Hollywood. Logroñés de nacimiento, cuando sus estudios universitarios en la capital de España se lo permitían, reforzaba la defensa del Club Deportivo Logroño (antecedente del ya extinto Club Deportivo Logroñés), alineándose

El canario que aguó la presentación de Di Stéfano

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Aunque fueron numerosos los futbolistas canarios que desde los años 20 engrosaron clubes peninsulares, no es menos cierto que el deporte isleño vivía una especie de independencia con relación al resto del país. La lejanía geográfica, los paupérrimos medios de transporte y el elevado coste económico que representaban los traslados entre la metrópoli y Las

Compraventa de partidos: nada nuevo bajo el sol

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De vez en cuando, el terremoto de la sospecha parece sacudir los cimientos de nuestro fútbol. A veces basta una conversación de café, una suma de conjeturas o el rumor malintencionado, para disparar presunciones. Otros supuestos se escudan en llamadas telefónicas y contactos personales. Basta que al menos uno de los clubes contendientes se juegue

Las tres vidas de Félix Martialay

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Hace tiempo escuché que en la vida raramente somos cuanto deseamos ser, sino lo que buenamente nos dejan. Tan pesimista sentencia puede sintetizar el retrato de no pocos congéneres, pero ni remotamente definiría a Félix, puesto que al menos vivió tres vidas. O si se prefiere, construyó tres carreras por demás sólidas, cada una de

Cocineros antes que frailes

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De un tiempo a esta parte resulta habitual escuchar durante las retransmisiones futbolísticas comentarios muy duros dirigidos al árbitro de turno. Del «No sabe, no tiene ni idea», se llega incluso al: «Eso sólo puede pitarlo quien no ha jugado nunca al fútbol», o: «Si es que no entienden de qué va esto». Sirvan las