RESUMEN:

El pasado día 17 de julio fallecía en la localidad italiana de Vicenza Ramiro Rodríguez Valente, un futbolista brasileño atípico, como unos pocos años más tarde lo sería José Armando Ufarte, aunque este incluso había nacido en España, concretamente en Pontevedra.

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Ramiro: Un brasileño con raíces orensanas

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Ramiro tenía también origen español – gallego igualmente, para más señas, pues sus padres procedían de la provincia de Orense – , pero había nacido ya en Brasil, y allí en su primer apellido cambiaron la “z” final por una “ese” . Era un medio volante de ataque, como se decía entonces, alto, bien plantado y con una clase exquisita. Tanta, que va a jugar nada más ni nada menos que al lado del mismísimo Pelé, en las filas del Santos. El Atlético de Madrid, que ya tenía en sus filas otro brasileiro, el goleador campeón del Mundo Edvaldo Yzidio Neto, Vavá, y de propina a un angoleño, Jorge Mendonça, le fichará, junto a su hermano y coequipier Álvaro, que ocupaba una posición más adelantada en el campo, y ya había sido varias veces internacional con la Canarinha. Curiosamente, Ramiro no fue el que más llamó la atención de los técnicos colchoneros, sino Álvaro, aunque la estancia de este en el Metropolitano, sería muy breve, y al año siguiente volvería a cruzar el Charco al no haberse consolidado en el equipo titular.
Cuentan los que tuvieron la suerte de verle jugar, que Ramiro ha sido uno de los mejores centrocampistas que se hayan enfundado la camisola rojiblanca del Atleti. Tranquilo, pausado -algunos le achacaban cierta lentitud- , con una gran visión de juego y una técnica sobresaliente, sabía leer perfectamente los partidos, y al margen de su labor en la medular, lo mismo podía incorporarse al ataque con mucho peligro (en la Liga 60-61 fue el segundo máximo realizador del equipo, tan solo por detrás de Joaquín Peiró), que incrustarse en la zona central de su defensa, aprovechándose de su elevada estatura -1,81-, echando una mano, y lo que fuese menester, a Griffa y a Glaría, la “Doble G”, menudo par de angelitos. Un futbolista completísimo, en resumidas cuentas.

 

COMPAÑERO DE PELÉ

Ramiro vino al mundo en Sao Paulo, el 11 de febrero de 1933, dos años después que Álvaro. Ambos van a empezar a jugar en un equipo de la colonia española de Baixada Santista, ya que sus padres eran emigrantes de procedencia galaica, pero mientras que Álvaro se irá al Santos, Ramiro se enrolará en las categorías inferiores de Fluminense, en Rio, hasta que sea contratado también por el club de Vila Belmiro, a comienzos de 1955, reuniéndose de esa manera con su hermano, con el que guardaba un notable parecido físico, y se irá acoplando a la posición de medio derecho, aunque a menudo jugará como lateral, o incluso en bastantes ocasiones lo hará como central. Muy pronto se revela como un futbolista polivalente, buen marcador y eficaz en el contraataque. Será tricampeón estadual con Santos, y ganador del prestigioso “Teresa Herrera” y la Taça Río-Sao Paulo. En total va a disputar 248 partidos con los blanquinegros (106 como lateral derecho, 102 de volante, y 40 en el centro de la defensa), anotando únicamente dos goles. Y entre 1955 y 1956 contará hasta 11 apariciones en la Selección Brasileña.

 

VISITA A ESPAÑA, Y FICHAJE POR EL ATLETI

En 1959, y con un mes de diferencia, tras una gira europea con el Santos -en el curso de la cual jugarán un amistoso en el “Santiago Bernabéu”-, los dos hermanos Rodríguez Valente ficharán por el Atlético de Madrid, pues no ocupaban plaza de extranjeros al ser sus padres oriundos de la provincia de Orense. La estancia de Ramiro será larga, pues va a prolongarse hasta 1965, ya con 32 años cumplidos, mientras que Álvaro, que se desempeñaba como atacante de banda derecha, tan sólo permanecerá una temporada en el cuadro colchonero (fallecerá joven, en 1991, por complicaciones de la diabetes que sufría), a pesar de que comenzó muy fuerte, marcando un par de goles el día de su debut en el Metropolitano, aunque luego iría apagándose. Sin embargo Ramiro, que se estrena en un Atleti-Barça (0 a 1), no tardará en lograr la titularidad, formando una estupenda medular con el joven Chuzo.

 

TRIUNFO EN EL METROPOLITANO

En esa campaña 59-60 juega ya 16 partidos de Liga, y otros 9 en la “Copa del Generalísimo”, proclamándose el Atlético campeón del Torneo del KO por primera vez en su historia, al batir en la final a su eterno rival blanco por 3 a 1. La siguiente temporada ya es la de su consagración definitiva, con 24 presencias ligueras (y nada menos que 11 goles), y un nuevo titulo de Copa, batiendo otra vez al Real Madrid y en el mismo escenario del año anterior, esta vez por 3 a 2, lo cual les da derecho a los rojiblancos para tomar parte en una competición continental de nuevo cuño, la Copa de Europa de Campeones de Copa, conocida coloquialmente y para abreviar como “Recopa”. Y ese Atleti que se manejaba tan bien en los torneos por eliminatorias se va a coronar campeón europeo al vencer a la potente Fiorentina italiana, y con Ramiro en el centro del campo, por supuesto.
En 1962-63 ya es otro talentoso joven, Jesús Glaría, su socio en la línea media. Subcampeones de Liga tras un Real Madrid intratable, llegarán nuevamente a la final de la “Recopa”, pero ahí ya se encuentran con un hueso imposible de roer, el Tottenham londinense, que les golea en el encuentro definitivo (5 a 1). Y a pesar de que el curso siguiente es muy flojo en lo concerniente al Torneo de Regularidad, alcanzan otra final por quinto año consecutivo, la de Copa, aunque son superados por un gran Zaragoza. Y siempre con Ramiro en el equipo. En la temporada 64-65 acarician incluso el título de Liga, que finalmente se va para el “Bernabéu”, ya con algunos Ye-yés vestidos de blanco. Y como no hay cinco sin seis, en la final copera del 65 se cuelan otra vez los colchoneros, para tomarse la revancha de su derrota del año anterior ante los maños, venciendo por 1 a 0, con gol del hondureño Cardona. Pero ya Ramiro no va a ser de la partida (su lugar lo ocupa el sevillano Ruiz Sosa)

 

ENTRENADOR EN BRASIL Y VECINO DEL VÉNETO

Ramiro ya tiene 32 años, y tras seis magníficas temporadas abandona el club colchonero al finalizar el curso 64-65, de modo que no vivirá in situ el gran triunfo en la Liga 65-66, después de quince años sin catarla, y como maravillosa despedida a un entrañable Metropolitano”, sustituido unos meses más tarde por un flamante estadio levantado en las orillas del Manzanares, el Aprendiz de río. Regresará a Brasil, y bastantes años después, en 1991, aceptará la propuesta del Santos para dirigir a su antiguo club, que atravesaba entonces por horas bajas. Pero esa sería una ocupación muy puntual, en su biografía, pues durante mucho tiempo ha residido en Río, dedicado a la construcción inmobiliaria, y realizando también funciones de representante oficial del club santista en el Estado de Río de Janeiro. Más adelante, y por motivos de salud, se va a trasladar a la región del Véneto, en Italia, residiendo en la localidad de Vicenza con parte de su familia. Convertido en uno de los decanos de Santos, O Glorioso Albinegro Praiano, acaba de dejarnos a los 92 años de edad, con el recuerdo de su fina estampa y su juego elegante en la retina de quienes tuvieron la suerte de verlo en acción vestido de rojiblanco.

Publicado en: Jugadores