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RESUMEN:

Tras el final del partido ante el Hibernian en Edimburgo y con el sensacionalismo de la prensa británica en el ambiente del fútbol internacional se intuía la expulsión del Barcelona de la Copa de Ferias. Stanley Rous, quien meses después sería presidente de la FIFA, debió de sentirse presionado por esa corriente alarmista. Así se

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Cuando el Barcelona estuvo a punto de ser expulsado de la Copa de Ferias (II parte)

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Tras el final del partido ante el Hibernian en Edimburgo y con el sensacionalismo de la prensa británica en el ambiente del fútbol internacional se intuía la expulsión del Barcelona de la Copa de Ferias. Stanley Rous, quien meses después sería presidente de la FIFA, debió de sentirse presionado por esa corriente alarmista. Así se lo haría entender a Francisco Román, el representante español en el Comité Ejecutivo de la competición, hombre vinculado al fútbol catalán dada su condición de presidente de la Federación Catalana de Fútbol y expresidente del RCD Español de Barcelona. En esos momentos no solo estaba en juego el honor del CF Barcelona, sino también de todo el fútbol español.

LA EXPULSIÓN DEL BARCELONA DE LA COPA DE FERIAS PLANEÓ DESDE EL PRIMER MOMENTO

Nadie pone en duda que el comportamiento de los jugadores del Barcelona en Edimburgo fue censurable y que con los criterios propios de la UEFA automáticamente hubiesen sido sancionados con la expulsión del club de las competiciones europeas por lo menos un par de temporadas. El tremendismo con que la prensa británica expuso los sucesos seguramente presionó a Stanley Rous, máximo responsable del Comité de la Copa de Ferias, para que tomase medidas.

De la gravedad de los hechos dejaba constancia el propio delegado del club en Edimburgo Francisco Román que sabía que la continuidad del equipo en esa competición dependía de la decisión de su Comité Ejecutivo, del cual formaba parte y cuya actuación en las semanas siguientes iba a ser decisiva.

La directiva del CF Barcelona se reunió el mismo jueves 23 de febrero, entre otros puntos, para valorar los incidentes e iniciar cualquier gestión que protegiese al club de posibles sanciones. Sin embargo, el episodio de Edimburgo era uno más dentro de la crisis general que atravesaba la entidad y así el mismo 28 de ese mes por la noche Francisco Miró-Sans dimitía y dejaba la presidencia con carácter accidental en manos de Antonio Juliá de Campmany, cuya presencia en el fútbol internacional no era nada despreciable: presidente del Comité de Prensa y delegado municipal en el Comité Organizador de la Copa de Ferias.

La goleada en el partido de ida de Copa de Europa ante el campeón checoslovaco pudo ser un alivio deportivo para el CF Barcelona, pero insuficiente ante la decisión que tomó el Comité de la Copa de Ciudades en Feria que en su reunión del 11 de marzo, bajo la presidencia de Stanley Rous, dio a conocer los siguientes acuerdos sobre el partido Hibernian FC-CF Barcelona disputado en Edimburgo:

1.- El Comité ha sido informado de que la FIFA solicitó del árbitro un informe completo sobre los incidentes acaecidos en el partido.

2.- El Comité ha decidido pedir a la Real Federación Española tome medidas disciplinarias inmediatas respecto al CF Barcelona y contra los jugadores que sean considerados culpables de conducta incorrecta hacia el árbitro y los jueces de línea.

3.- Los miembros del Comité desean que el club y los jugadores sean advertidos de que una conducta incorrecta como la que fue relatada redunda en una mala reputación para el fútbol, su país y su club. Caso de que no se tomen medidas disciplinarias el interés de la competición no podrá ser mantenido en el futuro.

4.- Se ha decidió también informar a la Real Federación Española y al CF Barcelona que la conducta incorrecta que se cita podría eventualmente perjudicar a la participación futura de aquel club en el Torneo de la Copa de Ciudades en Feria.

5.- El Comité fue informado que el presidente actual, señor Juliá de Campmany, se ha dirigido por carta al Hibernian FC, expresando su pesar por los embarazosos inconvenientes causados por los incidentes del partido Hibernian-Barcelona ofreciendo realizar un desplazamiento a Edimburgo para jugar un partido amistoso con el Hibernian en fecha a señalar. La taquilla de este encuentro se destinaría íntegramente a los centros de beneficencia que el Hibernian FC juzgue convenientes.

Hay que resaltar el buen trabajo de Francisco Román, miembro del Comité junto al inglés Stanley Rous y al italiano Ottorino Barassi. Por un lado consiguió desviar la responsabilidad y ejecución del castigo hacia la Federación Española y por otro aplazar cualquier decisión de expulsión del club de la competición hasta la última reunión que se tenía que celebrar en julio.

Eso respecto al tema del partido en Escocia y la sanción al Barcelona. Porque Francisco Román llegó a Basilea con una maleta llena de propuestas muy bien estudiadas. Sabía que la Copa de Ferias había perdido la batalla contra la UEFA y que la expectación era muy poca. De hecho el Barcelona había aportado más de la mitad de los espectadores que había tenido la competición en estas tres ediciones. Por lo tanto había que abrir las puertas a nuevas fórmulas y a más equipos que tuviesen atractivo. Por eso mismo el señor Román proponía que el total de federaciones participantes para la próxima edición fuese de 16, y que los equipos que entrasen surgiesen de una competición previa en cada país. Incluso se habló de proponer al mejor equipo clasificado en la liga local, sin contar con los dos campeones, de liga y copa, pues ya disputarían los correspondientes torneos organizados por la UEFA. El sentimiento catalán de Francisco Román se hizo notar cuando él mismo reconoció como precipitada esta última opción ya que supondría un premio inesperado para el subcampeón de Liga, puesto al que otros equipos habían renunciado a pelear por no tener ningún aliciente cuando se disputaba la competición, que era el caso del CF Barcelona, que iba tres puntos por debajo del Atlético de Madrid, o del RCD Español, que también pretendía jugar la Copa de Ferias pese a que ocupaba el puesto duodécimo. Igualmente presentó la candidatura del Valencia CF, en el caso de que se produjese alguna vacante, junto a la ya mencionada del RCD Español de Barcelona, con la intención de mantener un representante de la Ciudad Condal en el caso de que el CF Barcelona acabase siendo excluido.

El 20 de marzo se reunió la gestora de la Federación Española de Fútbol presidida por Benito Pico quien a la salida de la misma manifestó que en Madrid no se había recibido comunicación alguna por parte del Comité de Ciudades en Feria en tal sentido de petición de sanciones. Tan solo habían dialogado con Francisco Román quien detalladamente les había informado de lo hablado en dicho comité, que el Hibernian no había presentado reclamación alguna y que en cambio el Barcelona se había apresurado a darle toda clase de explicaciones e incluso ofrecerle la organización de un nuevo partido que iría a jugar el equipo azulgrana a sus expensas y con una finalidad benéfica, simplemente para dar la mejor impresión de su sentimiento por lo sucedido, ofreciendo así de un modo práctico todas las excusas imaginables y deportivas. El caso fue que la Federación Española no tomó cartas en el asunto y los jugadores del Barcelona siguieron siendo alineados sin problema alguno.

Y pasaban los días hasta que llegó la semifinal de Copa de Europa contra el Hamburgo alemán. Ante la propuesta alemana de jugar los días 12 y 26 de abril, el Barcelona prefería jugar la ida el 26 y la vuelta dejaba abierto el día para el 3, 10 o 17 de mayo. A falta de acuerdo y dado que la UEFA se reunía los días 6 y 7 de abril en Lisboa, el administrador general del club azulgrana, el señor Gich, se trasladó a la capital portuguesa. Finalmente la UEFA confirmó las fechas que convenían al Hamburgo sintiéndose el Barcelona muy perjudicado, tanto que se dejó entrever una especie de represalia encubierta por lo de Edimburgo. La postura de la UEFA era tajante: o se jugaba el 12 o el Barcelona quedaba descalificado. Según Benito Pico, el presidente de la Federación Española, estaban molestando demasiado los éxitos del fútbol español en Europa de ahí que estuviesen tomando decisiones que perjudicasen a sus dos equipos más representativos. El problema radicaba en que la Selección española debía jugar contra la de Gales el 19 de abril en eliminatoria del Mundial de Chile lo que suponía recargar el calendario para los jugadores internacionales del club azulgrana. Con todo, Agustín Pujol, el español miembro del Comité Ejecutivo de la UEFA, puntualizó que no se pudo encontrar otra solución ya que las fechas propuestas por el Barcelona coincidían con el Alemania Occidental-Irlanda del Norte también válido para la Copa del Mundo.

Y seguidamente se publicó en Escocia la siguiente nota en The Glasgow Herald del 8 de abril de 1961: Finaliza la investigación del Barcelona.- La Federación Española de Fútbol paraliza la investigación sobre la participación de los jugadores del Barcelona en los incidentes en Easter Road del 22 de febrero en el partido de Copa de Ferias entre el Hibernian y el Barcelona.

Un portavoz de la Federación Española dijo que la investigación había sido detenida a solicitud del Comité de Copa de Ciudades en Feria, quien había pedido que se llevara a cabo.

¿Pero realmente se había abierto alguna investigación? En sentido estricto, era difícil abrir una investigación sin un requerimiento explícito que, según la Federación Española, no llegó ni del Comité Ejecutivo de la Copa de Ferias, al que no debía subordinación, ni de la FIFA. Además para ello sería fundamental el supuesto informe que Johannes Malka dirigió a la FIFA. Y es que sin acusados no puede haber culpables. Y si en efecto se hubiese abierto la supuesta investigación, según la nota, quedaba cerrada o detenida a petición del Comité de la Copa de Ferias ¿porque ya se había resuelto el caso o porque no había ningún interés en que prosiguiera? Y para los más suspicaces, el hecho de que al final la UEFA aceptase las fechas propuestas por el Hamburgo en vez de las del Barcelona podía considerarse como suficiente castigo. Otra hipótesis podría señalar al propio Stanley Rous, quien si en un principio respondió con la apertura del expediente al Barcelona a raíz del alboroto de la prensa británica, una vez calmadas las aguas, no tuvo problemas en darle carpetazo allanando cualquier diferencia con la Federación Española de cara a las más o menos próximas elecciones a la presidencia de la FIFA ocupada interinamente por el suizo Ernst Thommen tras el fallecimiento en marzo de 1961 del también inglés Arthur Drewry.

Lo que no paraba era el calendario. La recta final de temporada fue muy intensa para el CF Barcelona:

03/05/1961    Semifinal Copa de Europa / Desempate: Barcelona, 1; Hamburgo 0.

07/05/1961    16avos ida Copa de España: Barcelona, 7; Real Gijón, 1.

11/05/1961    16avos vuelta Copa de España: Real Gijón, 2; Barcelona, 4.

21/05/1961    8avos ida Copa de España: Barcelona, 2; Español, 3.

26/05/1961    Se firma el traspaso de Luis Suárez al Inter de Milán.

27/05/1961    8avos vuelta Copa de España: Español, 2; Barcelona, 1.

31/05/1961    Final Copa de Europa: Benfica, 3; Barcelona, 2.

El traspaso de Luis Suárez se empezó a fraguar en Hamburgo, en el partido de vuelta de semifinales de la Copa de Europa y se confirmó en las vísperas de dos partidos decisivos. Y aunque el balón de oro no se alineó contra el Español sí lo hizo en Berna por acuerdo entre las directivas del Barcelona y el Inter.

Con estos resultados el Barcelona cerraba una campaña en blanco y fuera de las competiciones organizadas por la UEFA.

SOLO QUEDABA LA COPA DE FERIAS

Las elecciones por la dirección del CF Barcelona se decidieron a primeros de junio a favor de Enrique Llaudet quien asumió la responsabilidad de unificar el barcelonismo para devolver al club su legendario prestigio.

El nuevo presidente barcelonista anunció que el equipo sería reforzado en todas sus líneas hasta reunir un plantel suficiente para formar un equipo A y otro B y para mantener a todos los jugadores en activo y sustituir las jornadas europeas –sin Copa de Europa y la posible expulsión de la Copa de Ferias- se cubriría un calendario con partidos amistosos que incrementasen los ingresos para completar el presupuesto económico. Eso era una idea y otra la realidad dado que los partidos amistosos, por muy atractivos que fuesen los rivales, nunca podrían levantar el interés de una competición internacional, máxime cuando en estas se alcanzan las eliminatorias finales. Y así lo reconocía Enrique Llaudet al cumplirse un mes en el cargo, señalando que dado que jugar la Copa de Ferias, junto a la licitación del campo de Las Corts, condicionaba totalmente la situación económica que se debía presentar a la asamblea general de socios esta se retrasaba hasta septiembre en espera de que se confirmase la participación en el torneo europeo.

TAMBIÉN ESTABAN LOS POSIBLES SUSTITUTOS DEL BARCELONA

Y desde Nueva York, donde el Español estaba disputando un largo torneo internacional durante el mes julio, saltó su presidente, el señor Oliveras de la Riva, para calentar la próxima reunión del Comité de la Copa de Ciudades en Feria. Esto es lo que declaró a El Mundo Deportivo del 20 de julio: En primer lugar quiero una vez más recordar que como su nombre indica la Copa de Ciudades en Ferias se instituyó para auténticas selecciones de las capitales europeas donde anualmente vienen celebrándose dichos certámenes internacionales. Fue la circunstancia de que el Español se viese obligado a disputar los partidos de la liguilla de Promoción a Primera División lo que motivó que en la primera edición de dicho torneo nuestra ciudad estuviese representada íntegramente por el equipo del Barcelona, en cuanto a jugadores se refiere, pero ostentando el nombre de Barcelona y vistiendo la zamarreta blanca de la Federación Catalana de Fútbol en lugar de sus habituales colores azulgrana, como todos recordarán. Más tarde, sin causa que lo justificase plenamente, respaldado únicamente por el hecho de haber ganado la primera Copa de Ferias y más tarde la segunda edición el Barcelona continuó participando en dicha competición ya no como representación de la ciudad sino simplemente como equipo de club, lo cual, ni mucho menos, significaba que el Español renunciase a unos derechos que, indiscutiblemente, le asisten como equipo que radica en la ciudad de Barcelona. […] [El Español alegó] Siempre, al menos desde que tomé posesión no solo de la Junta Directiva que la actualidad honro en presidir, sino también en la anterior presidida por mi buen amigo, el señor Marimón, esos derechos que hicimos saber a través del presidente de la Federación Catalana, don Francisco Román, a su vez miembro del Comité Organizador antes citado y que no nos fueron reconocidos alegando que España ya tenía su representación en el Barcelona, sin tener en cuenta que Italia tenía dos equipos en la misma –el inter y Roma- y otro tanto los equipos británicos, con el Birmingham y el Hibernian. […] El Español no pretende, ni mucho menos, dejar de reconocer los derechos del Valencia ni de cualquier otro club, pero mantiene en alto los suyos y se resiste a aceptar el que sea por designación más o menos caprichosa el que sea un club u otro el que participe en la Copa de Ferias representando al fútbol español. No hay que olvidar que a la Copa de Europa se participa tras haber ganado la Liga y a la Copa de Europa de Campeones tras haber conquistado la Copa de SE el Generalísimo, ¿por qué motivo pues no debe ser el terreno de juego el que designe  quién o quiénes deben ostentar la representación española en la Copa de Ferias? Repito que no pretendemos anteponer nuestros derechos a los que otros clubs puedan alegar, pero en modo alguno renunciamos a hacer valer los nuestros […] Antes de nuestra salida hacia Nueva York quedó encargado nuestro directivo señor Porta de hacer llegar a don Benito Pico, presidente de la Gestora de la Federación Española, nuestro deseo de que sea el vencedor de un torneo previo el que en definitiva participe en la Copa de Ferias jugando a doble partido si fueran dos los clubs aspirantes o bien una liguilla, también a doble vuelta, si fuesen más los equipos con derecho, por residir en ciudades con Ferias Internacionales de Muestras […] Quiero hacer constar que en los últimos años nuestro club se ha desenvuelto en una atmósfera económicamente asfixiante por la serie de partidos internacionales, copas de Europa y Ferias que incesantemente jugaba el Barcelona y que como es lógico acaparaban la atención del aficionado barcelonés. La eliminación del club azulgrana de la Copa de Ferias que tan brillantemente conquistó en dos ediciones creo que lo sitúa en el mismo terreno que nosotros y ahora debe ser el campo de juego el que diga la última palabra. Otra cosa no sería justa ni menos aún deportiva. Así deben reconocerlo todos incluidos los propios directivos del Barcelona.

Un día más tarde, aprovechando el pleno de la Federación Catalana, Ramón N Salanova en El Mundo Deportivo preguntó a Francisco Román por la representación del fútbol español en la Copa de Ferias. Así se dejó entender el directivo miembro del Comité Organizador de la competición: Tengo el encargo de la Gestora de la RFEF de defender por igual la candidatura de los tres equipos españoles que aspiran a participar en la Copa Ciudades en Feria, lo cual haré con gran satisfacción en cumplimiento de lo que es mi deber. Ahora bien, salvo que no pudieran participar los tres equipos –y al respecto no conviene olvidar que los participantes lo son por invitación de la Comisión Organizadora y que yo dispongo únicamente un solo voto entre los dieciséis que deben producirse- mantengo mi criterio de que si son menos de tres la suerte se decida en el terreno de juego en un torneo eliminatorio o clasificatorio, con lo cual habilitaríamos una solución justa y deportiva, al margen de los derechos que puedan creer que tiene cada cual por su cuenta. Y repito, en el seno de la Asamblea defenderé los intereses de los tres equipos españoles por igual, sin ningún partidismo, pudiendo referir para general conocimiento que, los presidentes de los tres clubs conocen la correspondencia que he sostenido con el presidente de la Comisión Organizadora, Mr. Stanley Rous. Su supuesta neutralidad ya había quedado un tanto difuminada cuando rechazó que el mejor clasificado de la Liga representase a España –que en este caso hubiese sido el Real Zaragoza-. Hay que resaltar que Francisco Román había sido presidente del RCD Español entre 1942 y 1947 y en esos momentos presidía la Federación Catalana de Fútbol, por lo que los intereses de los dos equipos de la ciudad de Barcelona estaban bien defendidos.

El Valencia CF también había movido sus fichas. El club había elegido un nuevo presidente, Julio de Miguel, cuyo objetivo era proyectar internacionalmente el equipo. Dado que en esos momentos solo se podía entrar en Europa ganando la Liga, el nuevo mandatario no lo pensó dos veces y consiguió entrevistarse con Stanley Rous en Londres. El Valencia CF, al igual que el RCD Español, dispuso de un calendario de verano con numerosos partidos por Europa y entrando en la recta final de julio anunció la contratación de Waldo, un brasileño procedente del Fluminense donde había destacado como gran goleador.

LA ASAMBLEA DE LA COPA DE FERIAS

Y así se llegó al 28 de julio, fecha en que empezó la Asamblea del Comité Organizador de la Copa de Ferias en Basilea. La reunión que tenía una duración prevista de dos días iba a tratar especialmente el futuro de la competición. En las vísperas de tan decisiva cita la participación o exclusión de CF Barcelona volvió a ser tema de controversia.

Desde la delegación barcelonista, compuesta tanto por directivos como la propia prensa local, se allanó todo el camino para que la supuesta expulsión del club no tuviese argumentos. Así se dejaba entender tras la lectura del artículo 11 del Reglamento de la Copa de Ferias establecía:

Todo club representando a una ciudad que haya participado en la competición anterior tiene derecho de prioridad para participar en la competición siguiente.

Este era el caso del CF Barcelona a lo que se añadía el hecho de ser miembro fundador, con voz y voto en la asamblea de Ferias, y vencedor de las dos primeras ediciones. Así pues, reglamentariamente el equipo español no podía ser excluido de la cuarta edición. Era un anticipo muy favorable al CF Barcelona con una interpretación de los hechos también bajo la óptica azulgrana, ya que si atendemos a la del Español y a la del primer reglamento de la Copa de Ferias, en la primera edición compitió y ganó la selección de la Ciudad de Barcelona y en ningún momento un club.

También se podía objetar cualquier otro artículo del reglamento que hiciera mención a la disciplina de los equipos y a los jugadores en particular. No obstante, contestaba a esto otro importante comentario publicado por A Mercé Varela en El Mundo Deportivo donde señalaba: Se mencionó en alguna ocasión que los incidentes a que la desastrosa actuación del árbitro en la eliminatoria Hibernian-Barcelona disputada en Edimburgo dio lugar podía acarrear la sustitución del Barcelona en la próxima edición de la Copa de Ferias. He tenido ocasión de ver, en la tarde de hoy, el “dosier” de aquel encuentro y puedo afirmar que aquel es un asunto completamente liquidado. Solo la FIFA solicitó hace ya algunos meses un informe del árbitro de aquel encuentro y nada puede valer ya contra el Barcelona.

Seguramente este dosier incluiría la supuesta investigación que la RFEF había hecho y interrumpida a solicitud del Comité de la Copa de Ferias, junto al informe que envió el árbitro, Johannes Malka, a la FIFA. Es más, por la manera en que el periodista presenta los incidentes, el único sancionable era el árbitro por su desastrosa actuación.

Por falta de pruebas no se puede afirmar que este dosier llegase al señor Mercé Varela a través de la delegación que había enviado el Barcelona a Basilea. Si repasamos los nombres y cargos de quienes se desplazaron hasta Suiza entenderemos lo serio que se lo habían tomado. La lista empezaba por el propio Francisco Román, presidente de la Federación Catalana de Fútbol, como miembro del Comité Ejecutivo, junto al señor Juliá de Campmany como presidente del Comité de Prensa y delegado municipal (y presidente en funciones días después del infame partido Hibernian-Barcelona), el flamante nuevo presidente del club, Enrique Llaudet, y el administrador del CF Barcelona, Juan Gich.

Para ser objetivos, sobre la mesa del Comité Ejecutivo de la Copa de Ferias, el tema del Barcelona se había convertido en algo secundario. El primer día se revisó la composición de dicho comité, ahí donde la representación española tenía un gran peso, que aumentaba porque la figura de Stanley Rous se iba difuminando por dos motivos muy interrelacionados. Era un tema de FIFA y UEFA a la vez.

La presidencia de la FIFA estaba siendo ocupada de manera eventual desde marzo de 1961 por el suizo Ernst Thommen, quien además era presidente de honor del Comité Ejecutivo de la Copa de Ferias. A finales de septiembre de ese año estaba prevista la elección de un nuevo presidente de la FIFA y Stanley Rous aspiraba a ese puesto. Por eso no se puede desligar el hecho de que el propio Stanley Rous estuviese detrás de la creación de la Copa de Europa de Campeones de Copa, la Recopa, en el seno de la UEFA. Rous, para sus aspiraciones FIFA necesitaba el apoyo de los miembros de la UEFA. Lógicamente, potenciar esa nueva competición era manifestar su implicación en el futuro de la asociación. Y como ya se ha subrayado en varias ocasiones en el presente artículo, la aparición de la Recopa, que había sido acogida muy positivamente en muchas federaciones, suponía un fuerte contratiempo para la Copa de Ferias.

Así pues, en la asamblea de Basilea lo que realmente se trabajó fue la supervivencia de la competición cuyas deficiencias de organización se manifestaban en la falta de campeón de la temporada 1960/61 ya concluida puesto que la final entre Birmingham FC y AS Roma todavía no se había disputado. Ingleses e italianos disputarían esos partidos entre septiembre y octubre de 1961. El primer día se afianzó el compromiso con la competición de los clubs y federaciones participantes en la tercera edición. De los dieciséis, catorce habían confirmado su presencia para la temporada 1961/62 quedando dos plazas disponibles que el Comité Ejecutivo completaría entre los equipos aspirantes a participar, entre los que figuraban el Español y el Valencia.

Para la cuarta edición el Partizan de Belgrado (Copa de Europa) y Vasas (Copa de Europa) y Ujpesti (Recopa) ambos de Budapest no participarían con sus respectivas selecciones locales, dando paso al Estrella Roja de Belgrado y al MTK de Budapest su representación. Esto era la consecuencia del aumento de participantes en las dos copas organizadas por la UEFA, que no solo ganaban el apoyo de las federaciones sino que se hacían atractivas para los clubs participantes y para el público en general. En la Copa de Europa se inscribieron 28 campeones nacionales más el Benfica que ponía en juego el título. Solo tres federaciones se quedaban fuera: Albania, Islandia y la Unión Soviética. Y en la segunda edición de la Recopa ya entraron 21 equipos.

En cambio, en la Copa de Ferias aseguraban su participación 12 países diferentes, dado que Alemania, Italia, Suiza y Yugoslavia lo hacían con dos representantes. Y lo que más preocupaba era el potencial de los equipos. De todos, solo el Estrella Roja de Belgrado era subcampeón de Yugoslavia y el Inter de Milán el tercer clasificado de Italia. Eso hacía que la presencia del Barcelona como subcampeón continental se hiciese imprescindible para darle cierto empaque al atorneo, pues el resto de equipos eran muy flojos.

Finalmente, el Comité Ejecutivo manifestó que su deseo era que la Copa de Ferias fuese disputada por un representante de cada una de las 31 federaciones que componían la UEFA en esos momentos. Pero dadas las circunstancias no se iban a oponer que algunos países y/o ciudades pudiesen tener dos o tres equipos por lo que se aceptó la candidatura de todos los equipos que lo habían solicitado. Esto daba paso a que RCD Español y Valencia CF entrasen en juego ya en la próxima edición sin perjuicio del CF Barcelona.

No se mejoraba la calidad de los equipos. Por ejemplo, el Racing de Estrasburgo francés acaba de ascender a la Primera División tras haberse clasificado en cuarta posición de Segunda esa temporada, o que el Belenenses portugués había sido quinto, al igual que el Vojvodina de Novi Sad en Yugoslavia. A estos se añadía que los ya participantes de la edición anterior tampoco eran equipos punteros en sus países, como el Hibernian escocés que había sido octavo o el Olympique de Lyon francés decimoquinto. La excepción quedaba en los dos subcampeones nacionales que debutaban en la Copa de Ferias: el Sheffield Wednesday y el Milan. Fue una apuesta de cantidad por calidad que en realidad no alcanzaba el nivel deseado para la competición aunque en España, Italia y Yugoslavia principalmente sí se le dio un trato especial.

En la sesión del día siguiente se sorteó la primera eliminatoria y se eligió el nuevo Comité Ejecutivo en el que salieron reelegidos los dos cargos, Francisco Román y Antonio Juliá de Campmany que ya tenía el CF Barcelona como representante español. A eso se añadió la jugada diplomática de Enrique Llaudet al proponer al presidente del Hibernian FC, mister Swan, como nuevo miembro de dicho comité.

Quedaba así zanjada por enterrada la posible expulsión del CF Barcelona de la Copa de Ferias. Un cúmulo de actuaciones (las llevadas por Francisco Román) y circunstancias (el futuro de la competición y la candidatura de Stanley Rous a la presidencia de la FIFA) salvaron al club azulgrana de ese vergonzoso trance que en febrero se daba por hecho y que en julio se vendió como un éxito diplomático del Barcelona y del fútbol español.

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