RESUMEN:

1.Introducción Este artículo se propone el estudio de la posición que ostentaba la mujer dentro de la prensa dedicada al espectáculo deportivo a principios del siglo XX, en concreto, entre 1916 y 1919. En estos momentos, el papel de la mujer dentro de los medios de comunicación quedaba relegado a un plano doméstico y trivial

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Mujer y espectáculos deportivos: una dialéctica de género entre “belleza y vigor” en España (1916-1919)

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1.Introducción

Este artículo se propone el estudio de la posición que ostentaba la mujer dentro de la prensa dedicada al espectáculo deportivo a principios del siglo XX, en concreto, entre 1916 y 1919. En estos momentos, el papel de la mujer dentro de los medios de comunicación quedaba relegado a un plano doméstico y trivial (belleza, cocina…) ensalzando su rol como ángel del hogar. Por tanto, la información que vinculaba a lo femenino con el deporte era secundaria, demostrando de este modo la visión androcéntrica de la época, ya que, tanto los redactores de las noticias, como el público diana, eran hombres.

Aunque la fragmentación de este marco tradicional ligado a la moral y la tradición fue costosa, empezó a mostrar sus síntomas a partir de las primeras décadas del s. XX, insertando novedades en el paradigma femenino deportivo. La aparición de clubes deportivos en las grandes ciudades de España propició la difusión de prácticas del deporte entre las mujeres pertenecientes a la burguesía, que poco a poco conquistaron otros roles además del de acompañantes o practicantes esporádicas, y alcanzaron a todos los estratos sociales, todo ello sustentado bajo el marco de las demandas del movimiento feminista europeo. Fruto de ello será el salto a escena de renombradas deportistas como Irene González o Ana Carmona Ruiz. No obstante, el espacio comunicativo del deporte continuará constituyendo un medio masculinizado. Por ello, el objetivo que nos marcamos es el de analizar el reflejo periodístico de esta situación a través de la prensa deportiva.

1.1. Metodología

La prensa, desde sus orígenes, ha constituido una crónica de las transformaciones y cambios sociales. En este caso, se ha partido de la revisión del periódico Madrid Sport (1916-1924), semanario dedicado enteramente a la publicación de noticias deportivas, así como el Heraldo Deportivo (1915-1935), de características similares. El empleo de estas fuentes primarias ha sido acompañado de bibliografía especializada en torno al ámbito de la mujer y lo deportivo en los años a tratar. La importancia del vaciado de estos periódicos radica en el análisis de cómo el deporte en aquel momento institucionalizado, contaba ya con la obligación de informar sobre competiciones y normas a sus practicantes, con el fin de establecer un vínculo con sus asociados y organizar las dinámicas internas de sus clubes. Por este motivo, se hizo imperativa la publicación continua de revistas y boletines informativos específicos, derivándose asimismo que la prensa general también se hiciera eco de estas noticias dedicándoles secciones concretas. En estas líneas también se comentaban noticias relacionadas con los miembros y grupos sociales que formaban parte del mundo del deporte, construyendo la narrativa de un deporte eminentemente masculinizado.

1.2. Estado de la cuestión

En cuanto a la bibliografía de la que se ha servido este trabajo, cabe mencionar que no abundan las investigaciones en cuanto a la imagen que transmitía la prensa española sobre la mujer en el ámbito deportivo en los albores del siglo XX, aunque sí existen algunas publicaciones sobre la inclusión de la esfera femenina en el deporte y la actividad física. En referencia a la bibliografía propiamente específica, cabe mencionar el artículo de Víctor Lorenzo Alonso Delgado, Xavier Pujadas Martí y Pablo Ariel Scharagrodsky, Introducción: mujeres, deportes y medios de comunicación en el siglo XX. Asimismo, también debe destacarse la publicación de Francisco Javier Caspistegui Gorasurreta, De la marginación a la práctica: mujer y deporte en la primera mitad del siglo XX, o la tesis doctoral de Itziar de Ozámiz Lestón, Representación de las mujeres deportistas en la prensa deportiva española (1893-1923). Por último, cabe destacar la obra de Milagros García Bonafé, que ha trabajado por extenso la historia de la mujer en el deporte, y la de Xavier Torrebadella-Flix, dedicado a la investigación de la educación física en España.

2.La mujer como caso de estudio de la moral y la biología: alabada, encasillada y sexualizada

A lo largo de gran parte de las publicaciones del semanario Madrid Sport, aparece reiteradamente un anuncio que muestra un anuncio de raquetas y pelotas de tenis, donde la imagen que se muestra de la mujer es de una figura a la misma altura que la del hombre, y que, además, viste con las modas del momento y luce un corte de cabello puntero. En este sentido, no se muestra una perspectiva jerárquica de género. ¿Vendría esta publicidad a señalar algún tipo de deriva feminizada en el deporte?

Madrid Sport (Madrid): 5-10-1916

Desde finales del s. XIX, las élites españolas castrenses, burguesas y aristócratas, siguiendo principalmente la estela británica (debido, en parte, a la presencia de poblaciones británicas a lo largo del panorama peninsular), comenzaron a interesarse por el mundo de los deportes. El peso que fue cobrando el deporte en vías de institucionalizarse se constata en hechos como la introducción de las actividades físicas en la educación a manos de la Institución Libre de Enseñanza, muy estrechamente ligado con el regeneracionismo, vinculándolo a la naturaleza así como a las tendencias higienistas del momento. Incluso, para el caso femenino, se empezaron a instalar gimnasios obligatorios en las Escuelas Normales Femeninas a partir de 1882. Por otro lado, las maestras que surgieron de las Escuelas Normales de Maestras favorecieron iniciativas relacionadas con la educación física, incluyendo juegos y danzas en sus programaciones educativas. Sin embargo, los medios de comunicación mostraban un interés nulo por la educación física femenina. Con la consolidación de los gimnasios en las grandes ciudades, las mujeres empezaron a acudir como espectadoras de eventos deportivos, o bien para practicar gimnasia rítmica, lo que en ocasiones se ha relacionado como una suerte de primer feminismo deportivo (Torrebadella-Flix, 2016), prácticamente ignorado tanto por los medios de comunicación como por el grueso de la sociedad.

En paralelo, el deporte, de manera generalizada, se fue convirtiendo en un espectáculo que atraía a las masas. Los titulares periodísticos se hacían eco del cada vez mayor protagonismo del fútbol. Empezaron asimismo a formarse profesionales de la comunicación deportiva, que acudían a los clubs y competiciones, reflexionando y siendo críticos con los deportistas y los eventos.

Por otra parte, los eventos deportivos, como se ha dicho, se relacionaban con las clases acomodadas, puesto que en estos momentos, se trataba de una práctica solo al alcance económico de ciertos bolsillos y que contaran con tiempo libre. Estas élites sociales se preocuparon desde un primer momento por forjar y adaptar la imagen del deportista modélico que mejor se acomodara a sus ideales. En este sentido, el deporte sirvió para tejer una serie de narrativas nacionalizadoras vinculadas al auge de las naciones a lo largo del s. XX, basándose en el fortalecimiento de equipos de fútbol principalmente, que lograran reflejar el carácter de cada nación y cada localidad. Siguiendo este planteamiento, y sin desobodecer a la tradición y la moral, las jerarquías de sexo debían mantenerse; los deportes (en especial el fútbol) constituían un elemento que favorecía la identidad viril, forjada en torno a los valores de la disciplina y la obediencia. Numerosos son los ejemplos en la prensa crítica deportiva en los que se hace referencia a la feminidad como un rasgo humillante en los deportistas:

Madrid Sport: 26-6-1919

Heraldo Deportivo (Madrid): 15-10-1916

Por tanto, cabe la posibilidad de plantearse cómo afectó esta masculinidad hegemónica a las mujeres de esta época, afianzándose de esta manera unos roles de género férreos y exaltados por los medios de comunicación. En palabras de Ángel Bahamonde según Pere Fullana, la cuestión del asunto residiría en que “hasta qué punto la extensión del deporte  alteraría la doble fundamentación con la que  el hombre de la época define la identidad femenina: la ornamental y la maternal, llegando incluso a sostenerse discutidos  argumentos médicos. En todo caso, el asunto  del deporte y la mujer atrajo la atención de la  prensa de la época” (Fullana Puigserver, 2020). El argumento estrella para apoyar esta narrativa era la biología y fisiología, exportándose este discurso desde los círculos intelectuales, contando entre sus filas con nombres como Gregorio Marañón. Los principales argumentos descansaban sobre las consecuencias para con el cuerpo femenino de la práctica de la mayoría de actividades deportivas, y cómo estas se interponían entre la función principal de la mujer: la reproducción y el consiguiente cuidado de la familia. A este sentido contribuyó la prensa, que se encargó de conceptualizar la diferencia sexual, haciendo ver como producto de la naturaleza la división de tareas sexuada.

Heraldo Deportivo: 15-1-1917

Por ello, los deportes que pudiera practicar la mujer no debían interceder entre la belleza, inferioridad y sutileza femenina. Asimismo, la menstruación y el embarazo se presentaban como problemáticos a la hora de practicar actividades físicas, achacando a la anatomía la menor capacidad física y corporal de la mujer. De esta manera, la mujer dentro del deporte, empezó a ser valorada en tanto en cuanto esto no desestabilizara el binarismo sexual, a saber, que no impidiera la realización de sus imposiciones “naturales” y que, además, favoreciera a los músculos que participan del parto y embarazo, lo que sí que se consideraba como algo verdaderamente útil. Así, la prensa otorgó protagonismo a ciertas regiones corporales de la mujer por encima de otras (pechos, glúteos, pelvis, abdomen…), algunas capacidades físicas (flexibilidad, ritmo, coordinación…), ciertos atributos morales (elegancia, suavidad…) y, sobre todo, su belleza. “Dentro un campo muy bien arreglado, la concurrencia numerosa y correcta, el sexo femenino representado por una colección de muchachas que muy difícil me sería decir cuál era la más bonita! Comprendo que haya afición, pues por agrupar y jugar delante de una asistencia como esta todos los sacrificios y entretenimientos son pocos” (Madrid Sport, 12-10-1916).

Madrid Sport: 28-12-1916

Madrid Sport: 9-5-1918

Madrid Sport: 8-5-1919

Consecuentemente, toda mujer que se saliera de las guías establecidas era considerada como “marimacho”, “lesbiana” y “hombruna”, y, por tanto, no debía traicionar a la naturaleza mediante la creación de mujeres corpulentas y fortalecidas. Los deportes que respondían a estas demandas eran, principalmente, la gimnasia estética, la natación, el tenis o el patinaje, de carácter individual, que sí se consideraban beneficiosos para la salud de la mujer, aspecto relacionado con los ideales higienistas y estéticos. Cuando no se trataban de deportes individuales, iba acompañada del hombre: esquí, tiro a pichón o excursionismo. El fútbol, el boxeo o el rugby quedaban casi descartados al considerarse como una amenaza para el natural desarrollo biológico de las mujeres y un potencial riesgo a la hora de preservar la raza española (no fue así en países como Francia, que se consideraban como naciones más débiles por esta causa).  En este caso, destaca la opinión de Josep Elías i Juncosa, deportista que aborrecía de la participación de la mujer en un deporte tan viril como el fútbol, el cual había surgido en Inglaterra inspirado en los valores caballerescos y victorianos sexistas.

Heraldo Deportivo: 25-2-1917

Heraldo Deportivo: 5-2-1917

3.El salto a la acción de manera pasiva. La mujer como espectadora deportiva

 Por todos estos motivos, la mayor parte de las noticias examinadas para la redacción de este trabajo muestran una imagen de la mujer pasiva, como mera espectadora, de la cual, su principal rasgo a destacar era su belleza. No obstante, esta abundancia de noticias empiezan a mostrar cómo la mujer (siempre de clase pudiente) peleaba por hacerse un hueco en este mundo, acudiendo con frecuencia tanto a los eventos deportivos como organizando y siendo partícipe de las actividades culturales que emanaban de los clubes.

Heraldo Deportivo: 25-10-1916

Heraldo Deportivo: 5-10-1916

Madrid Sport: 31-1-1918

Madrid Sport: 24-4-1919

Como queda probado con estas noticias, mientras que en París nacía el club femenino de Femina Sport en 1911 bajo las comandas de Alice Milliat, en España, la imagen que se plasmaba de la mujer era la de espectadora y acompañante. Incluso en los años veinte, esta situación seguía siendo crítica, ya que según el periodista Pelayo Martorell (1923), en el trabajo de Xavier Torrebadella-Flix, “Es verdaderamente el fútbol, el deporte hoy tan en boga, el menos femenino de  todos los deportes. […] dejen a los hombres el fútbol, pues jamás será bello ver  como caen las gráciles damitas a los embates brutales de la lucha, como sufren,  sobre las armónicas turgencias de los senos, los golpes rudos del balón y cómo sus  pies, cuya belleza es enemiga del tamaño, calzan los gruesos zapatos del  futbolista […] que cultiven deportes apropiados, deportes en los que puedan ser siempre bellas sportswoman y que en el campo de fútbol se contenten con el papel de entusiastas espectadoras”.

Madrid Sport: 17-4-1919

Madrid Sport: 13-3-1919

Sin embargo, existieron excepciones, como fue el caso de Barcelona, donde, según Torrebadella, en 1919 no se rechazaba por completo que las mujeres empezaran a practicar el fútbol, si bien esta posibilidad se consideraba remota por aquel entonces.

Tímidamente, el interés de la prensa por el deporte femenino se fue abriendo paso, a la par que se fundaron las primeras secciones de mujeres en los clubes deportivos masculinos, así como clubes creados expresamente por mujeres, donde estas empezaban a participar en competiciones deportivas. Esto llevaba aparejado la publicación de columnas críticas acerca de la reflexión sobre la conveniencia u osadía de la inclusión de la mujer en el deporte reservado a la esfera masculina. De esta manera, el periódico Madrid Sport reflexionaba en las primeras páginas de su primer número en el 5 de octubre de 1916 sobre el espacio que debían ocupar las mujeres en este ámbito.

Como se puede apreciar en estas líneas, Ricardo R. Rocamora, el redactor de esta noticia, afirma que el público femenino había llegado a los espectáculos deportivos para quedarse. Este hecho preocupaba a ciertos hombres, o bien por pensar que las mujeres optaban por preferir amar a los hombres que se alejaran de la varonil imagen que proporcionaban los futbolistas, o bien por perder la sensibilidad  y delicadeza “innatas” que a la población femenina le corresponde, tras la contemplación de deportes tan “violentos”. Rocamora afirma que ambos enunciados son falsos, haciendo hincapié concretamente en el segundo de ellos. En su opinión, la mujer nunca pierde su rol de madre caritativa de toda la ciudadanía, poniendo en relevancia su papel como sustituta del hombre en el trabajo durante la guerra y enfermera de los heridos en la misma. Asimismo, pone de manifiesto la importancia de la “naturaleza”, confiando en que resultaría imposible que la mujer desarrollara características distintas a aquellas que se le han asignado desde su nacimiento. Resulta contradictorio que la mujer sea denostada debido a su inferioridad “natural”, destacando su faceta sentimental y su fragilidad, a la vez que se constata que el papel de la mujer durante las guerras es indispensable para la reconstrucción de las naciones.

Por otra parte, el periodista se cuestiona por qué las mujeres empiezan a abundar en los eventos deportivos, volviendo a hacer hincapié en la naturaleza fisionómica, haciendo referencia a que la mujer era un reclamo muy atractivo para el deporte y sus deportistas, quienes se “estimulan” con la presencia de las féminas. Por ello, Rocamora se preocupa de que las mujeres deben tener su hueco asegurado en estos espectáculos, y que nadie debe privarlas de ello.

Por otro lado, en el Madrid Sport del 3 de enero de 1918, se vuelve a dedicar otra columna a las mujeres y el deporte, en este caso concreto, al fútbol, pero de nuevo, sin ser partícipe activa del deporte.

En esta ocasión, la imagen que se muestra de la mujer protagonista del diálogo es de entusiasta del fútbol, quien llega a tal nivel de afición que, anecdóticamente, decide destrozar la foto del jugador por el que ella debía apostar en su grupo de amigas, al no haber cumplido con sus expectativas en el juego. Por un lado, resulta importante destacar lo extendido que se encontraba en estos momentos el deporte (en este caso concreto, el fútbol) entre las mujeres, levantado pasiones y cosechando enfados y rifas entre ellas mismas por apostar por los jugadores, esbozándose de esta manera un retrato real de cómo esta realidad no le era ajena ni indiferente al público femenino. Por otra parte, el tono del hombre que dialoga con ella es el de intentar desviar la conversación a un tono sexual, a lo que la mujer alude en dos ocasiones que la tome en serio y que su pasión por el fútbol era hacia el deporte y no hacia los jugadores.

4.Conclusiones

En la primera década de vida del s. XX, la inclusión de la mujer dentro de la esfera deportiva era un hecho incómodo, silenciado y humillante. En los años tratados al hablar de deporte y mujer, hacemos referencia principalmente a la mujer aristócrata o burguesa. La limitación de deportes con que contaban a ojos de los poderes motivaron un retraso notorio en comparación con Inglaterra o Francia en cuanto al desarrollo de modalidades como el fútbol femenino, el deporte de moda en aquellos momentos. Excepciones como la creación en 1914 del equipo de fútbol femenino del Spanish Girl’s Club o la presencia de algunas mujeres en la Olimpiada de Berlín de 1916 no definen en estos momentos la situación hegemónica. Por su parte, la prensa deportiva se había consolidado como el medio por excelencia para informar sobre eventos y normativas, pero también como una gran aliada exportadora de ideologías y discursos construidos en torno a la hegemonía masculina y la consecuente feminidad acompañante y relegada a un segundo plano en la esfera pública, como se puede analizar en los dos últimos extractos citados del Madrid Sport.  Los discursos de la prensa configuraron y legitimaron sistemáticamente esta construcción social de las sexualidades, dotándola de significados e ideales a conciencia según la voluntad de sus agentes productores, que, como se ha comentado anteriormente, eran hombres. De esta forma, se excluían otras formas de interpretar y experimentar la feminidad, e incluso la masculinidad.

Tomando de ejemplo el fútbol, deporte de moda en aquella época, el único papel del que la mujer podía considerarse poseedora era el de adorno, reclamo atractivo y espectadora. No será hasta los años veinte en que el público femenino empiece a contar con mayor visibilidad y presencia en los deportes que en un principio estaban reservados a la esfera masculina. En cualquier caso, en estos años germinales que se han tratado en el artículo, no había apenas cabida para la mujer deportista dentro de la prensa deportiva especializada, si no que aparecía principalmente en la crónica social, de manera contradictoria al gran interés que deportes como el fútbol suscitaban entre las mujeres. Por todos estos motivos, se puede reivindicar la presencia de estudios de género en temáticas como la tratada en este artículo, ya que las ausencias y los silencios de los medios de comunicación (en este caso, la prensa) permiten conocer el trasfondo de las ideologías hegemónicas de la sociedad en cada momento, así como rastrear cómo se han ido desarrollando las identidades femenina y masculina hasta nuestros días.

5.Referencias

Alonso Delgado, V. L., Pujadas Martí, X. y Ariel Scharagrodsky P. (2022). Introducción: Mujeres, deportes y medios de comunicación en el siglo XX. Revista Internacional de Historia de la Comunicación, nº19, pp. 8-14. https://dx.doi.org/10.12795/RIHC.2022.i19.01

Camino Rodríguez, A. y Mendoza Martí, I. (2019). Jugando contra la “furia española” (1910-1936), Studia historica. Historia contemporánea, nº37, pp. 119-137.

Fullana Puigserver, P. (2020). El feminismo oculto entre el músculo y la vida social: los inicios del deporte femenino en España (1911-1915). Journal of Sport and Health Research, 12 (2), pp. 145-158.

García Bonafé, M. (2001). El siglo XX. La revolución deportiva de las mujeres. Apunts: Educación física y deportes, nº64, pp. 63-68.

  • García Bonafé, M. (2012). Reflexiones sobre la situación de la mujer en el ámbito deportivo [conferencia] I Ciclo de Conferencias Xénero, Actividade Física e Deporte, 2009-2010. Oleiros, España.

Ozámiz Lestón, I. (2017)  Representación de las mujeres deportistas en la prensa deportiva española (1893-1923) [Tesis doctoral por la Universidade da Coruña]. https://ruc.udc.es/dspace/handle/2183/19491 [10/07/2023]

Torrebadella-Flix, X. (2016). Fútbol en femenino. Notas para la construcción de una historia social del deporte femenino en España, 1900-1936. Investigaciones Feministas, nº7, pp. 308-329. DOI: http://dx.doi.org/10.5209/rev_INFE.2016.v7.n1.52710

Fuentes primarias:

Los volúmenes consultados de los periódicos Madrid Sport y Heraldo Deportivo proceden de la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España. Fueron consultados entre el 15/06/2023 y 11/07/2023.

Madrid Sport: https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/results?parent=13f3c791-76d4-4caa-940e-4d6475612e29&t=alt-asc

  • 5/10/1916
  • 12/10/1916
  • 28/12/1916
  • 3/1/1918
  • 31/1/1918
  • 9/5/1918
  • 13/3/1919
  • 17/4/1919
  • 24/4/1919
  • 8/5/1919
  • 26/6/1919

Heraldo Deportivo: https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/results?parent=88cd4220-f623-4804-be85-2c7283fb41eb&t=alt-asc

  • 5/10/1916
  • 15/10/1916
  • 25/10/1916
  • 15/1/1917
  • 5/2/1917
  • 25/2/1917
Publicado en: active