RESUMEN:

A comienzos de la segunda década del siglo XX la única competición oficial de ámbito nacional que se organizaba en nuestro país era el Campeonato de España, cuyas altas exigencias económicas y deportivas quedaban fuera del alcance del, por entonces, primer equipo de la capital del vino, el Jerez Foot-ball Club. Esta modestísima sociedad amateur

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Los primeros torneos de foot-ball en Jerez

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A comienzos de la segunda década del siglo XX la única competición oficial de ámbito nacional que se organizaba en nuestro país era el Campeonato de España, cuyas altas exigencias económicas y deportivas quedaban fuera del alcance del, por entonces, primer equipo de la capital del vino, el Jerez Foot-ball Club. Esta modestísima sociedad amateur había nacido durante el mes de marzo de 1911, impulsada por el gibraltareño Thomas Spencer, verdadero animador y promotor del balompié jerezano desde su desembarco cuatro años antes, y sufragaba sus gastos exclusivamente mediante las pequeñas cuotas que aportaban sus socios-jugadores, quienes pagaban de este modo por jugar y a los que les movía solo el placer de practicar su deporte favorito.

Es por ello que la afición a fútbol se sostenía por estos lares a través de partidos y torneos oficiosos contra equipos de las localidades cercanas, cargados estos casi siempre de una enorme rivalidad y donde, además del trofeo físico, se dirimía también el prestigio de los clubes e incluso el honor de sus respectivas ciudades, por lo que se vivían como auténticos acontecimientos.

La Copa Gómez Spencer

Pues fue en este contexto donde tuvo lugar el estreno deportivo del Jerez F.C., dentro del campeonato de fútbol más antiguo celebrado en la zona, la Copa Gómez Spencer. Para dicho torneo, enmarcado en los actos de celebración de la Feria de primavera de 1911, se pondría en disputa una hermosa copa de plata donada por su organizador, el renombrado jinete y capitán del Regimiento de Caballería de Alfonso XII, Gustavo Gómez Spencer.

Gustavo Gómez Spencer

Los encuentros se disputaron en la famosa Pista de San Benito, que era un centro de entrenamiento para caballos de carreras construido sobre una finca propiedad del empresario bodeguero José Garvey, y en cuyo interior se habilitó un campo de fútbol de medidas reglamentarias.

La convocatoria quedaría abierta a todos los equipos de la región y algunos días antes la prensa comunicaba la posible participación de varios clubes de Huelva y Sevilla, aunque ninguna llegaría a confirmarse, al menos en apariencia. Y es que la falta de experiencia previa ocasionó bastantes deficiencias en la organización del torneo, que se tradujeron en malentendidos y controversias aún hoy no bien aclarados. Finalmente, fueron dos equipos gaditanos más el Jerez F.C., como anfitrión, los clubes inscritos para disputarse la Copa Gómez Spencer, en cuyo calendario se preveían en primera instancia dos fechas.

El día 2 de mayo de 1911 los aficionados asistieron al primer partido formal disputado en la ciudad andaluza, en el que el Jerez Foot-ball Club superó claramente al Cádiz Foot-ball Club por dos goles a cero, ambos tantos conseguidos antes del descanso. Desde las cinco de la tarde y ante una gran concurrencia de público, los blanquiazules se hacían así con una histórica victoria. La alineación jerecista fue la formada por Luis Agar, Mr. Mach, Spencer, José Benítez, Guillermo Ruiz, Joaquín Bernal, Antonio Hexamen, Luis Ramos, José Noriega -quien ejercía de capitán-, José Lacombe y José Antonio Gabilán; como suplentes fueron convocados Pedro Melero, Manuel Izquierdo y Alfonso F. Pacheco, mientras que como árbitro actuó Guillermo Fergusson.

Al día siguiente, el Jerez Foot-ball Club, que reeditaba el equipo titular del encuentro anterior, se enfrentó a un Español F.C., de Cádiz, que venció a su vez por cero goles a uno y se hacía con la copa después de la correspondiente ceremonia. No obstante, las escasas crónicas son imprecisas e incluso contradictorias pues en diferentes ediciones de un mismo periódico el resultado que aparece es 0 a 2.

Pero cuando el torneo parece concluido, todo se complicará el día 7 al presentarse en la estación de ferrocarril los jugadores del Sevilla Balompié -antecesor del Real Betis Balompié- con la intención de competir por la copa frente al Español F.C. Pero el conjunto gaditano “no concurrió, por cuya causa no se verificó la lucha” (El Guadalete, 08/05/1911) pese a que anteriormente se había informado que “la copa ha quedado en suspenso en poder de la sociedad de Cádiz, hasta el próximo domingo en que se disputará en Jerez la dicha copa esta sociedad con la del Balompié de Sevilla” (Diario Sevilla, 06/05/1911).

La escasez de los datos existentes al respecto hace que solo podamos aventurarnos a suponer lo sucedido aquel día aunque, basándonos en algunos antecedentes y en las peculiaridades del fútbol de entonces, pensamos que todo pudo deberse a una confusión o un error en la comunicación de las fechas. Al ser un torneo eliminatorio, como era costumbre en esta época, el vencedor en el último partido era quien se adjudicaba la copa.

Es así probable que los sevillanos solicitaran permutar su orden de participación con la idea de intervenir directamente en la final y tener con ello que desplazarse una sola vez a Jerez. En este sentido, Manuel Granado Palma (pág. 57) comentaba que el primer encuentro iba a medir al Cádiz F.C. con el Sevilla Balompié, aunque debió haber un cambio de planes y su lugar lo ocuparon los jerecistas. Por contra, si los hispalenses hubiesen debutado en el enfrentamiento inaugural de la serie, habrían tenido que hacer noche en la ciudad varios días para defender la posesión del trofeo. Y es que en estos años, los enormes gastos que supondría una expedición similar (viaje, hospedaje, comidas…) eran inasumibles por la mayoría de los clubes, con pocos recursos y formados por jugadores amateurs.

Dicha petición de aplazamiento por parte de los sevillanos pudo no ser comunicada con la suficiente antelación al Español F.C. como para poder acudir a la cita de aquel 7 de mayo o, sencillamente, esta modificación sobre la marcha que no estaría prevista en la planificación del torneo sería rechazada por los gaditanos, quienes considerándose ya los vencedores oficiales decidieron no comparecer y quedarse en posesión de la copa.

El Español F.C. posando con la que parece ser la Copa Gómez Spencer

Pero aunque parezca imposible, los equívocos con esta copa no acabaron aquí. El 19 de abril de 1914 los jerecistas se enfrentaron nuevamente en la Pista de San Benito al Español F.C. de Cádiz, en un partido cuyos beneficios fueron destinados a la Asociación de la Caridad y donde se puso en disputa una copa de plata donada por el presidente de la entidad jerecista, el ya citado Thomas Spencer. No obstante, en el libro Cien años de historia del Cádiz C.F. 1910-2010. Vol. I, 1910-1935 (pág. 92) se sostiene erróneamente que la copa en litigio constituía una segunda edición de la Copa Gómez Spencer de 1911 y que el trofeo habría quedado en propiedad del Español F.C. de Cádiz, tras conquistarlo en dos ocasiones consecutivas. Esta confusión estuvo probablemente motivada por la curiosa coincidencia en el apellido de dos de las figuras más relevantes del balompié jerezano en sus primeros años, Gustavo Gómez Spencer, por un lado, y Thomas Spencer, por otro, no existiendo ninguna conexión entre ambos torneos ni, una vez repasados sus respectivos árboles genealógicos, tampoco una relación de parentesco entre estos dos personajes.

Lo único que nos resta para finalizar es abordar el paradero de la Copa Gómez Spencer porque, como habrán comprobado, no hemos podido ilustrar este artículo con una imagen actual de la misma. Pues bien, tras la desaparición del Español F.C., sus trofeos fueron donados durante la Guerra Civil a la Iglesia a propuesta de la Junta de Damas Gaditanas. Todos excepto uno, exacto, la Copa Gómez Spencer, que fue entregada a la familia de Miguel Aramburu, antiguo presidente de la entidad españolista, en reconocimiento a su destacada labor en apoyo del fútbol local. Así las cosas, me puse en contacto con los miembros actuales de dicha familia quienes me confirmaron, tras las oportunas averiguaciones entre el vasto patrimonio que poseen, que no tenían conocimiento de la existencia del trofeo -lo que no es de extrañar pues han pasado casi 90 años y varias generaciones de descendientes desde entonces-, que ignoran dónde se encuentra y que no creen que ya forme parte de sus posesiones, por lo que probablemente se haya perdido de forma irremediable.

La Copa de Jerez

Siguiendo la costumbre de la época y a tenor del interés creciente que iba despertando el foot-ball, encuadrada en el programa de actos de la Feria de primavera de Jerez del año 1912 se disputó otro torneo amistoso de fútbol que fue conocido como la Copa de Jerez. Para este fin se puso en juego un valioso trofeo de plata, que había sido cedido por el presidente de la Comisión de Fiestas en nombre del Ayuntamiento de la ciudad, y que durante los días previos permaneció expuesto en el concurrido establecimiento de modas y refino de Manuel Chiva, situado en la esquina de las céntricas calles Larga y Algarve.

En esta ocasión participaron el Español F.C. de Cádiz -club que acudía en representación de la ciudad gaditana tras deshacerse del Cádiz F.C. por dos tantos a cero en un partido clasificatorio, celebrado el día 14 de abril en el Campo de las Balas-, una selección de Sevilla -integrada por los mejores elementos de las sus principales sociedades, es decir, el Sevilla Balompié y el Sevilla F.C.- y el Jerez F.C., mientras que el escenario de los encuentros sería un campo habilitado a tal efecto en el parque González Hontoria.

Este era el recinto, dentro del propio casco urbano, que acogía la Feria de primavera y la idea de disputar el torneo en dicho emplazamiento respondía a la pretensión de acercar el pujante nuevo deporte al público en general y convertirlo en un espectáculo de masas.

El sorteo fue celebrado el día 27 de abril acudiendo como representantes el Marqués de Miguelturra por el Español F.C., Eladio García de la Borbolla por los sevillanos y Thomas Spencer por el Jerez F.C. El calendario deparó que el 1 de mayo se midieran en el primer encuentro el Español F.C. y el Jerez F.C., pero los gaditanos tampoco se presentaron, resultando ganadores los jerecistas por incomparecencia de sus rivales con arreglo a la octava de las bases del torneo y de esta forma clasificados directamente para enfrentarse al combinado hispalense.

Este duelo había vivido un primer asalto veinte días porque la Sociedad Sevilla Balompié había elegido al Jerez F.C. para competir por un precioso trofeo de plata donado por el consistorio sevillano para su disputa igualmente dentro de los festejos de la Feria de abril y que recibió el nombre de Copa Ayuntamiento de Sevilla. Dicho encuentro despertaría en las jornadas previas un “gran interés entre los aficionados a este sport, por ser la primera vez que se viene a ésta el team jerezano, que, según noticias, se señala como fuerte y entrenado” y para la ocasión al Sevilla Balompié, pese a ser por estos años el club con un mayor vigor de la ciudad, se unieron algunos futbolistas de su eterno rival -el Sevilla F.C., conformando como habíamos visto un imponente equipo “escogido entre las sociedades sevillanas” (El Liberal,13/04/1912).

El partido se celebró en el Prado de San Sebastián, desde la una de la tarde del día 14 de abril, y finalizó con victoria de los hispalenses por dos goles a cero, tantos materializados en la segunda parte por Samuel Greensmith y Pedro Lissen. La imagen siguiente corresponde a la edición del 4 de mayo de 1912 de la revista sevillana La Exposición, en la que podemos apreciar dos lances del encuentro. Ambas instantáneas poseen gran valor histórico pues constituyen el documento gráfico más antiguo que se conserva sobre un partido de fútbol jugado por algún equipo jerezano.

Retomando ahora en este punto el discurrir de la Copa de Jerez, en el segundo partido programado, celebrado el día 5 de mayo a las tres de la tarde, la selección de Sevilla cayó ampliamente superada por 6 goles a 0 ante el Jerez Foot-ball Club, quien desplegaría un bonito juego a base de combinaciones presenciado por un destacado número de espectadores. Noriega fue el autor de tres goles, Benyunes hizo dos y Tate el otro. Arbitró el encuentro Juan Nacimiento, secretario del Britannia F.C., club campeón de Gibraltar esta temporada. La alineación de los jerecistas estuvo compuesta por Juanito Luqué, Spencer, Bernal, A. Fernández, José Lacombe, Izquierdo, Noriega, J. Fernández, Carlos Massino, Abraham Benyunes y Andrés Tate; estos tres últimos eran seguramente viejos conocidos de Thomas Spencer puesto que procedían de la colonia gibraltareña.

Pero el 7 de mayo en El Liberal se justificó de forma algo peregrina esta abultada e inesperada derrota basándose en que la mayoría de los futbolistas sevillanos eran estudiantes y estaban de exámenes, en las pequeñas dimensiones del terreno de juego -“el de menor perímetro de España”, según su criterio- y en que el Jerez F.C. se presentó al torneo tras reforzar sus elementos “con una mayoría de jugadores ingleses” profesionales venidos desde Gibraltar y La Línea -hemos visto que únicamente fueron tres-, causa esta que en su opinión habría motivado la retirada del conjunto gaditano. Sin embargo, esas rebuscadas explicaciones parecen excusas sin fundamento debido a que los hispalenses pusieron en liza aquel día un conjunto “formado por los mejores equipiers de las sociedades Sevilla Balompié y Sevilla F.B.C.” (Deportes: Revista quincenal, 15/05/1912), por lo que su potencial resultaba innegable y, más si cabe, a la luz del histórico once plagado de grandes figuras con el que el combinado sevillano saltaba al campo: Fernández Zúñiga; Carretero y Navarro; García Martínez, Hermosa y Toribio; Añino, Salgueiro, Leconte, Perea y Lissen.

De esta manera, el Jerez Foot-ball Club se adjudicaba el tan preciado trofeo de plata en disputa, que se entregaría a su capitán regado con champán por el alcalde de la ciudad, Julio González Hontoria. Los campeones fueron agasajados seguidamente con un lunch en la caseta del Casino Jerezano, en el recinto ferial, donde se brindó por la prosperidad del club.

Thomas Spencer posa con la Copa de Jerez

La Copa de Jerez, primer torneo ganado por la entidad decana del balompié jerezano, fue donada en la década de los años 80 del pasado siglo por la familia Spencer al Xerez C.D., pasando desde entonces a formar parte de su sala de trofeos. Los estragos del tiempo y las diferentes vicisitudes que ha vivido el club xerecista en los años posteriores tuvieron su impacto en el estado de conservación de la copa, ya que podemos constatar que fue perdiendo su reluciente brillo plateado y que la peana de madera con la inscripción “Jerez 1912” no había sobrevivido hasta nuestros días. Como resultado de ello, la Copa de Jerez mostraba en la actualidad una imagen ajada y descuidada impropia de esta auténtica joya del patrimonio histórico y deportivo de la ciudad.

La Copa de Jerez tras ser localizada cuando parecía perdida

En las numerosas ocasiones en las que como socio del club xerecista me acercaba hasta su sede para renovar mi abono, solía dedicar el tiempo de espera en contemplar todos los trofeos y copas expuestos, lamentando siempre que la Copa de Jerez no ocupase el lugar preminente que le correspondía sino que se encontraba colocada como un galardón más, sin catalogar y mezclado con otros trofeos menores, porque probablemente los sucesivos mandatarios y rectores de la sociedad desconocían incluso su naturaleza como uno de los premios más importantes que atesoraba el club. Es más, constantemente me rondaba en la cabeza el pensamiento -y el temor- de que, en cualquiera de los diferentes traslados y mudanzas por cambios en la ubicación de la sede, este trofeo acabaría extraviándose o directamente tirado a la basura pues su aspecto invitaba a pensar que se trataba de una copa sin valor alguno.

Así las cosas, durante el verano de 2022 el Xerez C.D. comenzó a organizar los actos con los que iba a conmemorar el 75 aniversario de la fundación de la entidad, consistentes en la publicación de un libro sobre la historia del equipo azulino, un ciclo de conferencias, la edición de una camiseta conmemorativa y una exposición sobre la historia del club desde su fundación en 1947. Y fue en este momento cuando vino nuevamente a mi pensamiento la anómala situación de la Copa de Jerez, por lo que procedí esta vez a comunicarme con la Comisión Organizadora para sugerirles que sería interesante que dicho trofeo formase parte de la exposición. Sin embargo, todos mis temores parecieron hacerse realidad pues de entrada me informaron que desconocían la existencia de esta copa y que a primera vista no se encontraba en la sede club, aunque se comprometían a realizar una búsqueda más exhaustiva y a mantenerme al tanto de sus averiguaciones.

Pasaron unos días de verdadera incertidumbre y desasosiego por la posibilidad de que también se hubiese extraviado para siempre un icono tan valioso, pero afortunadamente un mensaje en mi teléfono móvil mostraba al fin que la Copa de Jerez había aparecido mezclada con otros trofeos. Una muy grata sensación de alivio recorrió mi cuerpo y me llevó inmediatamente a exponer la importancia y la relevancia de un trofeo que cuenta con 110 años de vida. Las personas que gestionan actualmente el Xerez C.D., en un ejercicio de responsabilidad y buen criterio, decidieron acometer la restauración de la copa y tras un excelente trabajo luce hoy magnífica, habiendo recuperado su esplendor original.

La Copa de Jerez recibió el merecido tratamiento durante la exposición del 75 aniversario del Xerez C.D.

Antes de concluir, queremos hacer notar un dato curioso relativo a la tipología de la copa en cuestión, que debía constituir un modelo clásico de procedencia inglesa y quien sabe si adquirida por el propio Thomas Spencer en uno de sus habituales viajes a su país. Y es que medio siglo después todavía seguía utilizándose dicho diseño pues, durante el sorteo de la Copa del Mundo de Inglaterra 1966, los recipientes donde se mezclaron los nombres de los equipos fueron copas exactamente iguales a la Copa de Jerez de 1912.

El sorteo se celebró el 6 de enero de 1966 en el Royal Garden Hotel de Kensington (Londres)

Bibliografía y prensa consultadas

Bermejo Chamizo, Javier y Barbado Lima, José Carlos (2009): El balón blanquiverde: 135 años de fútbol en Andalucía. Ed. Junta de Andalucía. Consejería de Turismo, Comercio y Deporte. Sevilla.

Castro Prieto, Juan (2004): Primeros pasos del fútbol sevillano. Ed. Punto Rojo Libros. Sevilla.

Granado Palma, Manuel: Cien años de historia del Cádiz C.F. 1910-2010. Vol. I, 1910-1935. 2010. Quorum Editores. Cádiz.

Prensa

Deportes: Revista quincenal (1911, 1912). Cádiz. Hemeroteca digital del Ministerio de Cultura.

Diario Sevilla (1911). Sevilla. Hemeroteca Municipal de Sevilla

Exposición, La (1912). Sevilla. Hemeroteca digital del Ayuntamiento de Sevilla.

Guadalete, El (1911, 1912). Jerez. Hemeroteca Municipal de Jerez.

Liberal, El (1912). Sevilla. Hemeroteca Municipal de Sevilla.

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