Dos goles olímpicos, ¿dos?, de Roig en Chamartín. (Hace 75 años)
De Luis Javier Bravo MayorEl pasado 4 de febrero, en encuentro de la Liga italiana entre Bolonia y Fiorentina (1-2), los visitantes vencieron como consecuencia de anotar dos goles olímpicos. Ese mismo hecho se dio hace 75 años en la Liga española. ¿O no?
Aclaremos que gol olímpico es aquel gol que es conseguido de lanzamiento de un córner, sin que ningún otro jugador más que el lanzador del saque de esquina toque el balón antes de traspasar la línea de meta entre los tres palos.
14 de febrero de 1943. Hace 75 años. Campo de Deportes del Real Madrid, más conocido como Campo de Chamartín. Juegan el local, Real Madrid, y el visitante, Real Club Celta. A los 4’ el Celta se adelanta con gol de Del Pino. 5’ después el Real Madrid empata con gol de Jesús Alonso. Antes de llegar al descanso, 42’, Alday adelanta a los locales. A los 6’ del segundo tiempo, Clemente introduce en su propia meta un balón que intentó despejar, resultando ser el segundo empate del partido. 10’ después, Roig lanza un córner y el balón acaba dentro de la portería madridista. Y 11’ después, Roig repite anotación y manera.
Vamos a repasar en las jugadas donde se consiguen los dos últimos tantos utilizando prensa de la época.
Según Marca, diario deportivo madrileño, en la columna titulada “Reloj”, lugar donde cita en que minuto se produce algo interesante durante el desarrollo del partido, dice que a las 5’33 de la tarde se produce el tercer gol del Celta (Roig, de córner) y a las 5’44 el Celta consigue el cuarto gol (Roig, de córner). En la misma página 1 dice: “Pues un equipo que cuenta en su haber con goleadas rotundas, sobre adversarios de muy distinta clase, resulta que se nos mostró en absoluto carente de peligro ante la puerta, y la propia historia de los cuatro goles lo demuestra: dos, de córner directo, uno, impelido por la defensa enemiga…”
Dice la Real Academia Española que impeler es, en la primera acepción, “dar empuje para producir movimiento”.
Es decir, según Marca, uno de los dos goles de córner necesitó de la ayuda de alguien para ser introducido.
En la página 2, Marca hace una leve referencia a dos de los goles célticos: “Fueron Esquiva y Clemente los verdaderos autores materiales de ella, ya que dos de los tantos gallegos fueron fácilmente parables por el guardameta madrileño, aunque en uno de ellos le engañó el fallo de Clemente, y otro fue conseguido por este mismo defensa, en una desgraciada intervención con ocasión de un magnífico tiro de Venancio.”.
Conclusión; según Marca, el tercer tanto del Celta, primero de los supuestamente conseguidos de córner, no parece ser que haya sido “olímpico”.
Pero tan sólo acabamos de empezar.
Dice Eduardo Teus en Ya, diario de información general madrileño: “…Dos balones, los goles tercero y cuarto, que decidieron el partido, entraron directos, como si a una distancia de 30 metros, sin ráfagas de aire ni delanteros que balancearan al portero, fuese admisible y natural que éste ni siquiera los tocase con el puño para desviarlos, aunque se quiera culpar de todo al sol. En uno, Esquiva, azarado, lo ayudo a entrar, desconcertado por un fallo más de Clemente. En el otro, perdida ya por completo la serenidad, es difícil decir lo que hizo. Mejor dicho, lo que no hizo.
Para Ya parece que tampoco el tercer tanto fue “olímpico” cuando reconoce que “lo ayudó (Esquiva) a entrar”.
El diario madrileño de información general “Pueblo”, en voz de su enviado José María Úbeda, opina de manera distinta a los anteriores. Dice así en la crónica de José María Úbeda: “…Los dos siguientes en sendos córners de Roig, en los que, francamente, no pudimos descubrir la intencionada picardía que algunos vieron en ellos, Corto el primero, a media altura; idéntico, pero una chispita más largo y a medio metro del plano del gol, el segundo; ambos, por tanto, con todas las taras que pueden darse en un saque de esquina y con las mayores ventajas para el portero. Los dos llegaron directos inexplicablemente a la red”.
La opinión de Gilera, seudónimo utilizado por Enrique Gil de la Vega, en El Alcázar: “… Después la hecatombe: a los veinte y a los treinta y un minutos, dos córners de Roig que entran sin que nadie toque la pelota”. Meridiana opinión.
Mientras, Flecha Dorada decía en Arriba: “… y Esquiva se dejó meter por Roig dos saques de esquina, que entraron por el ángulo solitos” y nos comenta la técnica de Roig para el lanzamiento de esos saques de esquina “…necesitaríamos de todos los eufemismos para suavizar el que hubiera hecho a Esquiva en los goles tercero y cuarto, marcados en córner, directos, sin más intervención que la habilísima de su lanzador, Roig, quien desde la izquierda los bota con la derecha, y así llevan de efecto”.
Siguiendo con la opinión de la prensa madrileña, vemos que dijo ABC., en la pluma de Juan Deportista, seudónimo de Alberto Martín Fernández.
“… y luego, en dos “córners”, mediado el tiempo, Roig precisa el envío y, directamente, llega la pelota a la red.”
Así de escueta, a la vez que clara, es la opinión de ABC. Ambos son goles olímpicos.
Y por último, la opinión del otro diario deportivo madrileño, Gol, a través de su corresponsal M. Quizá es quien explica mejor lo que percibió en el campo.
Sobre el tercer gol vigués. “A los veinte minutos marcaba el Celta por tercera vez. Un saque de esquina de Roig, Clemente que se tira al suelo al llegar la pelota rasa, que la deja pasar. Esquiva que también hace que se lanza a tierra al mismo tiempo, y el balón que entra en la puerta madrileña bien tranquilo”.
Y sobre el cuarto, “Otro saque de esquina de Roig, pocos minutos más tarde, y nuevo gol gallego. El balón no encontró en su trayectoria quien lo rechazara o cambiara de dirección cuando se encaminaba hacia el interior de la red local por el efecto dado al ser lanzado con el pie derecho por el extremo izquierdo vigués.”
Para finalizar, un último detalle de M. “Dos saques de esquina de Alsúa en el primer tiempo por cuatro del Celta. En el segundo, solo el Celta sacó cuatro, tres de ellos sacados por Roig, de los que dos fueron otros tantos goles directos”. Queda dicho.
Para la prensa visitante, representada por Faro de Vigo y El Pueblo Gallego, sorprendentemente no hay duda. Faro de Vigo relata así el cuarto gol: ”A los 30 minutos de juego, el mismo Roig marca el cuarto tanto al forzar un córner que Esquiva deja pasar molestado por el sol”; mientras que El Pueblo Gallego dice: “Van veinte minutos de juego de esta segunda parte cuando el Celta logra un cuarto tanto, obra, como el anterior de Roig y en jugada exactamente igual. Un saque de esquina que, por esta vez, entra sin la colaboración de nadie en la meta de Esquiva, cruzando la pelota en forma inverosímil por entre la muralla de jugadores que se aprestaban a la defensa o al remate”.
Ahora le toca el turno al tercer gol, al de la discordia, el que nos ha traído a escribir este mes. Y nos sorprenderá la prensa viguesa.
Así relata Faro de Vigo: “13 minutos más tarde se producen dos córners contra el Madrid, que saca Roig, uno de ellos muy cerrado, y Esquiva, inexplicablemente introduce el balón en su meta, consiguiendo el Celta el tercer tanto”. Para El Pueblo Gallego: “A los dieciséis minutos, un córner sacado por Roig entra directamente en la puerta, ante la estupefacción de Esquiva, que hace un último esfuerzo para evitar el tanto, sin lograr más que empujar la pelota hasta el fondo de la red”.
Parece que para la prensa viguesa no hubo tercer gol olímpico.
Como guinda, la opinión de El Mundo Deportivo, de Barcelona, en nota facilitada por la agencia Alfil. “En cambio, los célticos son más afortunados. Un córner por el mismo lado (Roig) se tira a los 16 minutos. La pelota cae entre el palo y el guardameta y éste en vez de despejar acaba por introducir el balón en su red. Por tratarse de una jugada inofensiva, cabe pensar que el sol haya molestado al jugador…
Y más córners, el cuarto, a los 27 minutos. El saque cruza casi la meta y no intervienen los defensas y el portero vuelve a desconcertarse constituyendo el cuarto tanto.”
Este es el resumen de lo que la prensa más destacada del día opinó sobre ambas jugadas. Ahora es el momento para que el lector y, particularmente, el investigador tomen su propia decisión sobre la autoría de los tantos y si fueron o no olímpicos.
Y una moraleja. Para este u otro tipo de datos, los investigadores se encuentran, en muchas ocasiones, con muchas dificultades para discernir si es “perro o es gato”. Para un solo gol como este hay que hacer repetidas visitas a una hemeroteca, peticiones diversas para poder revisar la prensa del día. Una investigación no consiste en abrir un periódico y copiar lo que pone. Hay que contrastar opiniones, ni mucho menos coincidentes. De ahí el valor, no ya de un trabajo de 4 páginas con foto como este, sino el de la confección de una base de datos o la publicación de un libro, obras inmensamente más complicadas que esta por la repetición de situaciones similares a la aquí mostrada hoy. No hace falta estar presente en el lugar para investigar, precisamente a eso nos dedicamos, aunque por razones de edad sea imposible que hayamos podido observarlo. No hace falta tampoco que un investigador no se halle en un lugar concreto para poder investigar una noticia o poder escribir un libro sobre lo que desee. Para eso están las hemerotecas y los archivos. Y no nos dejemos llevar por esa falacia que es lo “oficial”. Ya han caído varias “muros” sobre noticias o datos considerados “oficiales” y, por tanto, hechos por la mano divina. Para eso estamos todos, ustedes y nosotros, para decir amén donde estén las cosas bien hechas y decir aquí estoy yo cuando tengamos noticias en contrario o que aporten algo nuevo. Tan solo inteligencias frágiles o de poco calado pueden opinar de aquella manera inmovilista. Como decía Félix Martialay, “no me importa tanto en qué minuto se marcó un gol como saber que ese partido se jugó. Aunque no sepa nada más de él.” Animo a todas aquellas personas con miras amplias y que deseen insuflar aire nuevo a la investigación, no solo futbolística, también del deporte en general, a unirse a esta causa y dejar sus prejuicios atrás. Disfruten, que la vida es corta. Un saludo a todos y hasta la próxima.