Una final europea disputada en la temporada siguiente
De Eduardo Muñoz ValdésCon la Copa de Europa ya asentada, los intentos por organizar otras competiciones de ámbito europeo se manifestaron con la titubeante creación a finales de la década de los años cincuenta del pasado siglo de la Copa de Ciudades en Feria y, poco después, con la aparición de la Copa de Europa de Campeones de Copa, popularmente conocida como Recopa de Europa.
Bajo un cierto control de la UEFA se organizó un primer campeonato a modo de prueba en la campaña 1960/61, con sólo diez equipos participantes, representativos de otros tantos países, entre los que no se encontraba España. Resultó vencedor en una final disputada a doble partido la Fiorentina italiana, que se impuso en ambos encuentros al representante escocés, el Glasgow Rangers.
Para la temporada 1961/62, ya con pleno carácter de torneo oficial, la Recopa comenzó a andar, esta vez con una mayor participación (22 equipos de otros tantos países) y con presencia española a través del Atlético de Madrid, campeón de la entonces denominada Copa del Generalísimo en el ejercicio anterior.
Con el paso de los años incluso se sumarían al torneo naciones que tuvieron que organizar un campeonato copero, inexistente hasta entonces.
La trayectoria de los colchoneros fue inmaculada, sin conocer la derrota, presentándose en la final a disputar el 10 de mayo de 1962 en Glasgow ante la Fiorentina.
El empate a un gol con el que concluyó el partido no se vio alterado tras la disputa de la correspondiente prórroga de 30 minutos con lo que, no aplicándose entonces el sistema de la tanda de penaltis para dilucidar las igualadas, la adjudicación del trofeo quedaba pendiente de la disputa de un encuentro de desempate.
Pese a que era una época muy distinta a la actual, sin la saturación existente hoy en día en unos calendarios que casi no ofrecen huecos libres, como a las pocas fechas estaba previsto el inicio del Campeonato del Mundo en Chile, la opción habitual de jugar un segundo partido con cierta inmediatez se descartó ya a las pocas horas de finalizar el partido y ambos equipos acordaron desempatar nada más y nada menos que cuatro meses más tarde, en septiembre, fijando incluso fecha y lugar (el 5 de septiembre en Francfort), algo que quedaba pendiente de la certificación oficial por parte de la UEFA, lo que se produciría sin mayores problemas, si bien el escenario definitivo sería Stuttgart.
Existiendo entonces muchas menos variaciones en las plantillas de los equipos, la alineación de los colchoneros en ambos encuentros sería casi la misma, con un único cambio: Chuzo dejó su puesto a Griffa para el desempate. El resto repitieron: Medinabeytia, Rivilla, Calleja, Ramiro, Glaría, Jones, Adelardo, Mendoça, Peiró y Collar. Y es que en la plantilla de la que era otra campaña distinta, las alteraciones habían sido mínimas (Pazos y Domínguez habían causado baja y se habían incorporado Martínez Jayo, Montejano, De la Hermosa y Calle).
Por el contrario en los italianos hubo más cambios, pues sólo repitieron siete: Orzan, Castelleti, Ferretti, Hamrim, Milani, dell’Angelo y Petris. Mientras en el primer partido jugaron Sarti, Gonfiantini, Rimbaldo y Bartu, en el desempate ocuparon sus puestos Albertosi, Robotti, Malatrasi y Marchesi. Y Bartu, alineado en el primer encuentro, ya no estaba en la plantilla de los fiorentinos.
En consecuencia, el desempate de la final de la Recopa de la campaña 1961/62 se disputó con dicha temporada vencida, al inicio de la siguiente, la 1962/63, pocos días antes del inicio del Campeonato Nacional de Liga. En esta ocasión, casi cuatro meses más tarde, los colchoneros vencieron por un cómodo 3-0 que les permitió llevarse al trofeo a sus vitrinas.