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RESUMEN:

Introducción Aunque el modelo de Estado-nación fue exportado a nivel mundial, este no fue calcado fielmente. En Guatemala el Estado, lejos de desempeñar un papel de preventor a nivel de control sanitario, más bien se encargó de hacer todo lo contrario. Por ejemplo, según Mc Creery, la prostitución legal, controlada por el Estado, jugó un

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Inicios del fútbol en Guatemala (1902-1919)

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Introducción

Aunque el modelo de Estado-nación fue exportado a nivel mundial, este no fue calcado fielmente. En Guatemala el Estado, lejos de desempeñar un papel de preventor a nivel de control sanitario, más bien se encargó de hacer todo lo contrario. Por ejemplo, según Mc Creery, la prostitución legal, controlada por el Estado, jugó un papel de importancia, al proteger y hacer valer las tradiciones culturales de la élite de los ladinos. Es destacable el papel tan activo del Estado en introducir a mujeres -que no pertenecían a la élite capitalina o que se les incriminaba- en los lupanares. Es decir, que el Estado no les dejó ni siquiera ejercer en forma voluntaria la prostitución como la forma más viable de sobrevivir.1

El deporte no fue, durante los años estudiados un asunto prioritario para el Estado guatemalteco. Esto se refuerza con lo señalado para el caso de la salubridad pública, donde pese a los estrechos vínculos entre Estrada Cabrera y el gobierno estadounidense, la misión contra la anquilostomiasis de la Fundación Rockefeller de principios del siglo XX no tuvo la acogida necesaria por el dictador y la comunidad médica local. Así, el proyecto guatemalteco fue el más ineptamente llevado a cabo por esta fundación en Centroamérica. Sin asistencia prácticamente del gobierno y con un liderazgo poco ambicioso, el trabajo contra la anquilostomiasis se concentró fuertemente las fincas agroexportadoras del sur y de las planicies costeras, donde radicaban las principales plantaciones de café del país.2

En 1871 ascendió al poder en Guatemala un grupo de gobernantes de filiación liberal, que buscó crear el Estado-nación. Este proyecto político no tuvo una dimensión integradora, pues terminó por ser selectivo. Esta selección se hizo ladino e indígena por la lógica estatal de promover una «ciudadanización diferenciada» entre la población.3 Es palpable el interés estatal en transformar a los trabajadores urbanos y sus redes de poder ladina e indígena rurales en sustento de apoyo a su ideario.

Aunque teóricamente la principal herramienta de construcción de la hegemonía ha sido la política de educación pública,4 la cual durante los años analizados no tuvo como objetivo trastocar las costumbres de los sectores subalternos. Debido a que el régimen de trabajo forzado imposibilitó a los sectores indígenas el acceso a la educación y, cuando la tenían, era en escuelas para indígenas, especializándose en una educación campesina. Por el contrario, el trabajo sí desempeñó un claro rol como medio de coacción y control social y, por lo tanto, de constructor y reproductor de visiones y realidades hegemónicas.

La poca expansión del deporte radicó en el agravamiento del legado estamental colonial por parte de los liberales con la implantación de la bipolaridad indio-ladino. Al mismo tiempo que los liberales adaptaban la estructura estatal a sus intereses políticos y económicos, se dedicaron a expropiar al campesinado de sus tierras comunales y a institucionalizar el trabajo forzado en las plantaciones cafetaleras. Es así como en la sociedad guatemalteca se asentó la gran contradicción de la economía del café, que por una parte, enriquecía a los comerciantes, empresarios agrarios, banqueros extranjeros, políticos corruptos y grandes finqueros; y, por la otra, empobrecía a la masa de trabajadores ladinos e indígenas.

Esta situación hizo que el Estado guatemalteco fuera muy frágil a nivel económico, por lo que su proyecto de creación de un sentimiento de identidad nacional a través del deporte se concentró en el ámbito urbano. En este punto, tanto Guatemala como Costa Rica compartieron a nivel general la misma debilidad económica, por lo que no pudieron superar la pobreza económica de la hacienda pública y las crisis económicas, factores que incidieron en la escasez de instalaciones deportivas adecuadas y el sufi- ciente número de maestros de educación física.5

Además, deben tomarse en cuenta los accidentes geográficos, las problemáticas relativas a los límites políticos-culturales arbitrarios de los pueblos indígenas, y el hermetismo cultural de las comunidades indígenas, las que tenían como su institución comunal representativa y de resistencia cultural a la cofradía.6 Por su parte, la iglesia católica no pudo jugar un papel de mediador entre las poblaciones indígenas y el Estado, debido al programa modernizador de Justo Rufino Barrios, que a partir de 1873, tuvo como uno de sus objetivos centrales la secularización del Estado. En ese mismo año, se trasladó el control de los bienes eclesiásticos al Estado, con lo que posteriormente fueron distribuidos o vendidos. El Estado por su parte tampoco desempeñó este papel.

Con respecto al origen del deporte moderno en Guatemala se tiene que el primer club hípico nacional, el Jockey Club de Guatemala, se fundó en la capital a principios de mayo de 1881. Las disciplinas que surgieron en el país entre 1881 a 1901 fueron las carreras de caballos, el tiro al blanco, la gimnasia, esgrima, polo, tenis, rugby, ciclismo, boxeo y atletismo. Según se nota, todas fueron de ejecución individual, con excepción del polo y el rugby que se practican en forma colectiva. En sus inicios el deporte moderno en Guatemala fue de acceso exclusivo de la élite de la capital -ubicada en la región central del país- y de Quetzaltenango, la principal urbe del occidente cafetalero, espacios donde se resumía en torno a sí la identidad nacional ladina. Estos grupos dominantes también practicaron las diferentes disciplinas deportivas que surgieron en el país junto a algunos integrantes de las principales colonias foráneas, tales como la francesa, la alemana, la belga, la estadounidense, la italiana y la inglesa. Es de destacar que en esta primera etapa dominaron los deportes individuales, hecho que hizo que los sectores que comenzaron a ejercitarse en ellos, consideraran su práctica como un acto social, por lo que la adecuada preparación y entrenamiento estuvieron en una gran medida ausentes. La dominación de la zona cafetalera en el deporte se explica porque en esta área estaban el capital, las mejores vías de comunicación y cierta infraestructura que posibilitó la ejecución de esta actividad.7

Sustentado en el contexto anterior es que el presente artículo pretende estudiar los orígenes del fútbol en Guatemala durante el período 1902-1919, su utilización política y su función en la canalización del conflicto regional entre las ciudades de Guatemala y Quetzaltenango.

Orígenes del fútbol en Guatemala (1902-1908)

Según las fuentes periodísticas se sabe que el primer club balompédico de Guatemala fue el Guatemala Foot-Ball Club fundado en la ciudad de Guatemala en 1902.8 Empero, la primera referencia a la práctica del fútbol data de un partido que se efectuó en la tarde del domingo 18 de octubre de 1903, en los llanos frente a Villa Linda.9 Esta asociación decana del fútbol nacional estaba compuesta por: Jorge Aguirre Matheu, Gordon Smith, Ricardo Moreira, Arsenio Conde, Jorge Romaña, Carlos Tinoco Sinibaldi, Francisco Sánchez Latour, Luis P. Aguirre, Carlos Purdy, Rodolfo Matheu y Delfino Sánchez Latour.10 Posteriormente, para el domingo 15 de noviembre del año antes citado, una numerosa concurrencia asistió al encuentro que se realizó en este lugar, donde sobresalieron los jugadores de este centro deportivo que llevaban los distintivos blanco y azul semejantes a los de la bandera guatemalteca, de lo que se puede derivar una primera vinculación entre fútbol y nación, al menos para los sectores ladinos y extranjeros que los utilizaron.11

El Guatemala Foot-Ball Club, fundado en septiembre de 1902. De pie y de izquierda a derecha: Jorge Aguirre, Gordon Smith, Ricardo Moreira, Arsenio Conde y Jorge Romaña. Sentados, en el mismo orden: Carlos Tinoco, Francisco Sánchez, Luis Pedro Aguirre, Carlos Aguirre y Carlos Purdy. Adelante, Rodolfo Matheu y Delfi no Sánchez Latour.

El Guatemala Foot-Ball Club, fundado en septiembre de 1902. De pie y de izquierda a derecha: Jorge Aguirre, Gordon Smith, Ricardo Moreira, Arsenio Conde y Jorge Romaña. Sentados, en el mismo orden: Carlos Tinoco, Francisco Sánchez, Luis Pedro Aguirre, Carlos Aguirre y Carlos Purdy. Adelante, Rodolfo Matheu y Delfi no Sánchez Latour.

Después de Guatemala la siguiente ciudad a la que llegó el fútbol fue Quetzaltenango. A mediados de mayo de 1906 se estableció en esa localidad el Quetzaltenango Foot-Ball Club, que hizo su primer ensayo en los llanos de la Nueva Quetzaltenango, por lo que se esperaba que para el domingo 27 de mayo del mes antes citado realizara su primer partido.12 Sin embargo, fue hasta finales de junio de 1907 que se tiene noticia de la verificación del primer encuentro de este centro deportivo.13

La vinculación entre fútbol y nacionalismo también se dio en Quetzaltenango con la noticia de que la municipalidad de esa población en 1906 mandó a elaborar varias medallas, las que fueron otorgadas como premios de los partidos de fútbol que se hicieron para la celebración del 15 de septiembre, el día de la independencia.14 Un partido destacado de principios del siglo XX, lo constituyó el programado para el domingo 18 de noviembre de 1906 entre guatemaltecos y extranjeros. Éste se efectuó de cuatro a seis de la tarde, en el campo de Villa Linda, y fue el primer partido de fútbol de la temporada, siendo ganado por los nacionales.15

Fútbol, identidades regionales y política 1909-1921

En 1909 se estableció la primera unión entre fútbol y política, aspecto que influyó en su propagación por todo el país. Durante las Fiestas de Minerva, y más específi- camente en los días 29 y 30 de octubre, el fútbol fue sancionado como «deporte nacional». A las nueve de la mañana de la primera fecha en el Campo de Minerva, se jugó el partido entre los equipos del club de fútbol de la Escuela Práctica de Varones, imponiéndose el cuadro deportivo del equipo Sidney al del Virginia. Al día siguiente se efectuó el encuentro entre los clubes Gay y Olympic, partido del cual saldría el primer campeón de Guatemala, el Club Gay. Las esposas de los embajadores de Brasil y El Salvador, por encargo del presidente Estrada Cabrera, entregaron las copas de plata que el mandatario obsequió a los centros deportivos en el orden antes mencionado.16 La intención del mandatario con este acto era la de obtener buena imagen, debido al fraude electoral que marcó su segunda reelección y la represión a toda oposición política que caracterizó sus 22 años en el poder. Este gobernante inauguró un nuevo estilo de gobierno basado en el quiebre de la hegemonía altense ocurrida con el triunfo revolucionario liberal de 1871.17

Lic. Manuel Estrada Cabrera. Presidente de Guatemala (1898-1920).

Lic. Manuel Estrada Cabrera. Presidente de Guatemala (1898-1920).

Del evento festivo antes descrito resaltan varios elementos que permiten entender el auge del fútbol en Guatemala. La inclusión del fútbol dentro del programa de las principales festividades del país, como lo eran las fiestas de Minerva de la capital, hizo que la gente que provenía de todas partes del país a estas celebraciones lo llevaran a su retorno a sus respectivas comunidades, aunque para los indígenas estaba aún vedado por la lógica laboral de la plantación cafetalera. La práctica entre los niños hizo que este deporte colectivo marcara una ruptura en la historia del deporte nacional, al permitírsele a ellos su acceso al mismo, cosa que antes había sido coto absoluto de adultos. Sin embargo, hasta este momento el fútbol fue un pasatiempo que no salió del ámbito del sector dominante, por lo que su expansión por la sociedad nacional fue limitada.

Las Fiestas de Minerva de 1909 frente a la Catedral de Guatemala.

Las Fiestas de Minerva de 1909 frente a la Catedral de Guatemala.

Un dato más sobre el fortalecimiento de las identidades regionales entre Guatemala y Quetzaltenango, y la rivalidad que de este hecho se desprende, es el referente a los actos de celebración de la independencia nacional en 1919, en esta última ciudad se realizaron los partidos relativos al campeonato del occidente del país. La copa del título la obsequió el Diario de los Altos, en tanto que el ayuntamiento quetzalteco regaló varios listones. Los resultados del evento fueron los siguientes: el club Virginia ganó tres partidos, dos contra el club Xelajú y uno contra el Concordia, por lo que se hizo acreedor al título en mención.18 Debe aclararse que el campeonato de fútbol del occidente nació por iniciativa de la municipalidad quetzalteca, hecho que originó que los clubes Nacional, Hércules, ABC y Allies fundaran el campeonato capitalino entre sus terceras.19

Posteriormente, para el 26 de octubre de 1919 la Liga de Fútbol de Guatemala, representada por el club Hércules, se enfrentó en la capital a la Liga Quetzalteca. La hegemonía deportiva capitalina se impuso, pues el resultado del encuentro favoreció al Hércules por 1 a 0, obteniendo el título de campeón nacional, la copa Quetzalteca y las coronas con que fueron premiados sus integrantes. Al respecto existe la siguiente crónica: «Al terminar el match se hizo a los vencedores una delirante ovación. Estos reuniéndose en el centro, ante el silencio que se hizo súbitamente, lanzaron al espacio los tres hurras de rigor por Quetzaltenango, respondiendo a ellos la multitud.»20 En torno a lo anterior, es posible que los jugadores capitalinos hicieran este saludo en honor al presidente Estrada Cabrera, oriundo de Quetzaltenango.

Equipo de fútbol del Club Hércules que ganó el campeonato nacional el 26 de octubre de 1919 en Quetzaltenango. Primera fila, de izquierda a derecha: Carlos Aguirre, Arturo Aguirre, capitán, y Percy Zadik. Segunda fila: Manuel Ramírez, Luis Asturias, Wenceslao Aldaz y Rafael Villacorta. Tercera fila: Eduardo Vivas, José Luis Villacorta, Ricardo Lehnhoff, Salvador Maza y Ramiro Gálvez. De este cuadro no jugó Vivas y Gálvez se desempeñó como portero de la Liga Quetzalteca. En la foto faltó Delfino Sánchez Latour.

Equipo de fútbol del Club Hércules que ganó el campeonato nacional el 26 de octubre de 1919 en Quetzaltenango. Primera fila, de izquierda a derecha: Carlos Aguirre, Arturo Aguirre, capitán, y Percy Zadik. Segunda fila: Manuel Ramírez, Luis Asturias, Wenceslao Aldaz y Rafael Villacorta. Tercera fila: Eduardo Vivas, José Luis Villacorta, Ricardo Lehnhoff, Salvador Maza y Ramiro Gálvez. De este cuadro no jugó Vivas y Gálvez se desempeñó como portero de la Liga Quetzalteca. En la foto faltó Delfino Sánchez Latour.

Para el viernes 26 de diciembre, se llevó a cabo en el Campo de Marte de Guatemala el partido por el campeonato nacional, entre las Ligas Quetzalteca y Capitalina, cuyo marcador resultó empatado a cero goles, por lo que el Hércules mantuvo el título nacional de ese año. Miles de personas vieron el partido, lo que le comenzó a imprimir al fútbol el carácter de evento masivo. A las tres y treinta y cinco minutos de la tarde dio incio y concluyó a las seis de la tarde. Se jugaron dos tiempos de cuarenta y cinco minutos cada uno, y veinte minutos más de reposición. La oncena quetzalteca vistió en esta ocasión el uniforme que usaría en todas las contiendas por el campeonato nacional, él cual estaba compuesto por un pantalón corto blanco y una camisa negra, ostentando en el pecho la cabeza de un chivo. Por su parte, el equipo guatemalteco usó un uniforme de color blanco.21 Sobre el emblema relativo a la cabeza del chivo que vestían los quetzaltecos, este se refiere a la oveja que ornaba el campo inferior del escudo de los Altos entre 1836 y 1840. Sin embargo, aunque en 1848, se dio la desaparición en el escudo altense de la oveja, el léxico «chivos» continúa designando a los quetzaltecos en Guatemala.22

La poca promoción estatal en ese momento no permitió la invisibilización de la pugna político-identitaria entre la ciudad de Guatemala y Quetzaltenango, en el que esta última recurría a la reivindicación de una herencia quiché, dentro de un discurso de dimensión centroamericana opuesto al proyecto centralizador capitalino.23 El mercado deportivo -y en general, el cultural- de Guatemala se dividió entre las ciudades de Guatemala y Quetzaltenango, los principales centros políticos regionales del país, por lo que sus competencias deportivas incluyeron también el elemento de rivalidad política. Al respecto, comparto la aseveración de Jeremy Mac Clancy sobre que «el deporte no es un «reflejo» de alguna esencia postulada de la sociedad, sino una parte integral de la misma, más aún, una parte que puede ser usada como un medio para reflexionar sobre la sociedad».24

Conclusión

El fútbol durante los años analizados comenzó a establecer su unión con la política. Su

inclusión dentro del programa de las fiestas de Minerva de 1909 de la ciudad de Guatemala, posibilitó que la gente que provenía de todas partes del país a estas celebraciones lo llevara a su retorno a sus respectivas comunidades, aunque para los indígenas estaba aún vedado por el trabajo forzado a que estaban sometidos. Poco a poco, la práctica del fútbol entre los niños hizo posible el acceso al deporte en los sectores populares. Debido a lo débil del movimiento trabajador organizado, el fútbol no se expandió del grupo dominante hacia el resto de la sociedad nacional. Además, la no inserción del fútbol en la sociabilidad comunal negó su apropiación a nivel local. De todo esto se desprende que la ejecución del deporte siguiera siendo coto absoluto del grupo dominante criollo, ladino y extranjero, lo que impidió su desarrollo y apropiación a nivel nacional. Debido al exiguo apoyo y control estatal no fue posible invisibilizar la pugna político-identitaria entre Guatemala y Quetzaltenango.


1 Mc Creery, David. «Una vida de miseria y vergüenza: prostitución femenina en la ciudad de Guatemala, 1880-1920». En: Mesoamérica. Año 7., Cuaderno 11. Junio de 1986. Antigua Guatemala: CIRMA. pp. 57-58.

2 Palmer, Steven. «Salud imperial y educación popular. La Fundación Rockefeller en Costa Rica desde una perspectiva centroamericana (1914-1921)». En: Molina, Iván, Palmer, Steven. Educando a Costa Rica. Alfabetización popular, formación docente y género (1880-1950). San José: Editorial Porvenir, 2000. pp. 152-153.

3 En este sentido es necesario la consulta a: Taracena Arriola. Arturo, et.al. Etnicidad, Estado y nación en Guatemala 1808-1944. Guatemala: Nawal Wuj, 2002. Asimismo véase: Piel, Jean. «¿Fuera el Estado del Estado? ¿Afuera la nación? El Quiché oriental frente al Estado-nación guatemalteco de 1821 a 1970. En: Taracena A., Arturo y Piel, Jean. Identidades nacionales y Estado moderno en Centroamérica. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica, 1995. p. 188. En la misma línea Little-Siebold apunta que, el Estado guatemalteco por su fragilidad económica no pudo tener un fuerte control social de la población. Little-Siebold, Todd, «Guatemala en el período liberal: patria chica, patria grande. Reflexiones sobre el Estado y la comunidad en transición». En: Ibid. pp. 223-236. También: Taracena Arriola, Arturo. Invención criolla, sueño ladino, pesadilla indígena. Los altos de Guatemala: de región a Estado, 1740-1871. Antigua Guatemala: Editorial Porvenir S.A.-CIRMA, 1997, y Little-Siebold, Todd, «La centrifugación del Estado: sueños centralistas, realidades locales. Formación, deformación y reformación del Estado guatemalteco, 1871-1945». En: Piel, Jean y Little-Siebold, Todd, Entre comunidad y nación. La historia de Guatemala revisitada desde lo local y lo regional. Antigua Guatemala: CIRMA, 1999. pp. 143-165.

4 González Orellana, Carlos. Historia de la educación en Guatemala. Guatemala: Editorial Universitaria, 1987.

5 Urbina Gaitán, Chester, «Orígenes de la política deportiva en Costa Rica (1887-1942)». En:

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital. Buenos Aires. Año 7. No. 34. Abril de 2001.

6 Wilson, Richard. «Comunidades ancladas. Identidad e historia del pueblo maya-q’eqchi'». En: Textos

Ak’ kután. No. 4. Cobán: Centro Bartolomé de las Casas, 1994. p. 23.

7 Para más información véase: Urbina Gaitán, Chester Rodolfo. Deporte y nación (1881-1950). El caso del fútbol en Guatemala. Guatemala: FLACSO, 2007.

8 Diario de Centroamérica. Lunes 29 de diciembre de 1919. Año XL. No. 11.048. p. 1.

9 Ibid. Lunes 19 de octubre de 1903. Vol.CLXXI. No. 6.458. p. 4

10 La Gaceta. Órgano de Publicidad de la Policía Nacional de Guatemala. 20 de enero de 1929. Año IX.

Tomo VII. No. 3. p. 116.

11 Diario de Centroamérica. Lunes 16 de noviembre de 1903. Vol. CLXXI. No. 6.480. p. 4.

12 Ibid. Sábado 19 de mayo de 1906. Vol. CLXXVI. No. 7.189. p. 1.

13 Ibid. Sábado 27 de julio de 1907. Año XXVII. No. 7.529. p. 2.

14 Ibid. Lunes 24 de septiembre de 1906. Vol. CLXXVI. No. 7.195. p. 4.

15 Ibid. Martes 20 de noviembre de 1906. Vol. CLXXVII. No. 7.333. p. 4.

16 Ibid. Jueves 4 de noviembre de 1909. Año XXX. No. 8.169, p. 8.

17 Taracena Arriola, Arturo, «Liberalismo y poder político en Centroamérica (1870-1929)». En: Acuña Ortega, Víctor Hugo, editor. Historia General de Centroamérica. Tomo IV. Las repúblicas agroexportadoras (1870-1945). San José: FLACSO, 1994. p. 213.

18 Diario de Centroamérica. Miércoles 24 de septiembre de 1919. Año XL. No. 10.969, p. 1.

19 El campeón en esta categoría fue el Club Allies. En: Ibid. Viernes 28 de noviembre de 1919. Año XL. No. 11.024, p. 1.

20 Ibid. Miércoles 29 de octubre de 1919. Año XL. No. 10.999. pp.1-2.

21 Ibid. Sábado 27 de diciembre de 1919. Año XL. No. 11.047. p. 1.

22 Taracena Arriola, Arturo. op.cit. 1997. p. 337.

23 Para más información, véase: Taracena Arriola, Arturo. «El regionalismo altense y la élite ladina de Quetzaltenango (1880-1920)». En: Trace. No. 37. Jun 2000. México D.F.: Centre Français d´ Etudes Mexicianes et Centraméricaines. pp. 41-54.

24 Mac Clancy, Jerome, editor. «Sport, identity and etnicithy». En: Oxford: Berg, 1996. p. 4. Tomado de: Alabarces, Pablo. «Los estudios sobre deporte y sociedad: objetos, miradas, agendas». Alabarces, Pablo, (compilador). Peligro de gol. Estudios sobre deporte y sociedad en América Latina. Buenos Aires: CLACSO, 2000. p. 11.

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