Gran teatro de chocolates E. Juncosa: una colección única
De Francisco García CuberoEn los tiempos que corren un poco de sal y pimienta se agradece. Un espectáculo bien desarrollado, planificado y disfrutado en buenas condiciones, es todo un lujo. Todos albergamos pequeños sueños, irrealizables la mayoría, que en determinados casos se hacen factibles y se suman a nuestra experiencia vital. Ver un partido de fútbol en tu localidad del campo de tu equipo favorito, y que ese partido se gane es uno de los sueños que domingo a domingo (ahora ya casi en cualquier día de la semana) atraviesan la fina y misteriosa capa del sueño para aparecer mágicamente en nuestra realidad. Y el lugar donde eso ocurre ha sido llamado, con un acierto que salta a la vista, el teatro de los sueños. Es posible que Old Trafford, el campo del Manchester United, sea de todos los que existen el más reconocible y el que, tal vez, haya ostentado tal apelativo desde más tiempo, pero es innegable que todos los campos se convierten en teatros de los sueños una vez empieza a rodar el balón. En ese teatro de escenario verde y patio de butacas circular aparecen los actores que deben llevar a cabo la hazaña, nada despreciable, de la transmigración del sueño a la vida real. Cierto es que algunos de los actores o bien no hacen correctamente su trabajo, o sobreactúan; otros se toman demasiado literalmente lo de aparecer en el teatro de los sueños y, directamente, mudan de naturaleza, cambiando la de futbolista por vulgar cómico teatrero. Una especie esta última que empieza a extenderse de forma algo alarmante por nuestra vapuleada Liga BBVA. Y llegados a este punto, el lector deberá preguntarse, ¿de qué va este artículo?
Como esas películas que solo se han visto una vez y cuyo recuerdo nos persigue toda la vida, regalándonos y hurtándonos al mismo tiempo imágenes evocadoras indispensables para comprendernos a nosotros mismos; como una cara fascinante vista fugazmente en una gran aglomeración, huidiza, que nos deja impactados durante un par de días, así deberíamos calificar a esta sorprendente colección, de la cual tan solo conozco un ejemplar (quizá este artículo haga que aflore algún otro). La colección de Chocolates Evaristo Juncosa conocida como Gran Teatro es una rara avis, uno de esos hallazgos que hacen del coleccionismo una afición apasionante.
Chocolates E. Juncosa comercializó en los años 20 una onza de chocolate para la elaboración de chocolate a la taza, con agua o leche, bajo el nombre de «Desayuno». La onza de chocolate venía en el interior de una cajita, que simulaba en su parte superior el escenario de un teatro con un telón a medio abrir. Enganchado a la cajita mediante un remache, un disco de papel contenía la imagen de cuatro jugadores que podían visualizarse haciendo girar el disco en el sentido contrario a las agujas del reloj. Una flecha señalando al jugador indicaba el nombre del mismo. Las dimensiones de la cajita son 4’5 cms. x 6’4 cms. x 1’1cms. El disco mide 4’7 cms. de diámetro, y las fotos de los jugadores miden 1’1 cms. x 1’6 cms. Dado el carácter coleccionable del envase del chocolate, es de suponer que debían existir diferentes discos con diferentes jugadores, siendo siempre idénticos los de cada grupo de cuatro.
A día de hoy tan solo ha aflorado una de estas cajitas en un estado bastante bueno, donde aparecen los siguientes jugadores:
Disco A (en sentido contrario a las agujas del reloj)
Alcántara (F. C. Barcelona)
Sagi-Barba (F. C. Barcelona)
Walter (F. C. Barcelona)
Alcázar (C. D. Europa)
En el disco conocido salta a la vista la preponderancia del F. C. Barcelona sobre uno de sus rivales más aguerridos de entonces, el C. D. Europa. En cualquier caso, las fotografías, que encajan en el marco troquelado de la cajita, nos muestran a esos actores, ya míticos, que hicieron realidad tantos sueños, grandes y pequeños en este gran teatro de la vida.