Fútbol y Guerra Civil en Cartagena (II)

Empezando por la familia Sanz Cabo, diremos que, el patriarca, Mariano Sanz Zabala, moriría en 1914. Su mujer, Cándida Cabo, fallecería en plena guerra civil, en mayo de 1938, habiendo visto morir a cuatro de sus hijos; Dolores, que nacería muerta, Emilio, de un infarto fulminante, Mariano, de tuberculosis, y Nicolás, también de una afección cardíaca. De ninguno de ellos tuvo su muerte relación con la guerra, ya que morirían en la década de los años 20 del siglo pasado. Además, también fallecería Amalia Sanz Zabala, hermana de Mariano, en 1926.

 

La familia posee, actualmente, y entonces, un panteón familiar en el cementerio de Nuestra Señora de los Remedios. Allí, en los bombardeos de 1938, de los cuales varios afectaron a parte importante del barrio de Santa Lucia y alrededores, incluido el camposanto mencionado, destruyeron totalmente el enclave de descanso eterno de la familia Sanz Cabo.

Familia Sanz Cabo al completo. Mariano Sanz Zabala y Cándida Cabo, acompañados de sus hijos Miguel, Pablo, Nicolás, Librada, Mariano y Emilio. Colección Pablo Sanz Martínez

 

Colección Pablo Sanz Martínez

Además, acabada la guerra, o al menos posterior al citado bombardeo, fallecerían las hermanas del patriarca, Mariano Sanz Zabala, Providencia, y Paca, (en la foto superior, con sus sobrinos nietos, Pablo Sanz Guitián y María Luisa Sanz Guitián, hijos de Pablo Sanz Cabo), no habiendo podido establecer donde se le dio sepultura la quinta hermana, María del Amor Sanz Zabala, madre de Mariano Anselmo Castillo Sanz. Este nombre, que a priori no despierta inquietud en el lector, debería. El citado Mariano Castillo es padre de José Carlos Castillo García Tudela, primer cartagenero en ser internacional con la selección absoluta de España, además de jugador del FC Barcelona en la consecución del primera liga (1928/29).

La plantilla del FC Barcelona 1928/29, campeón de la primera liga, con Castillo. Lo situamos en la fila media, en el centro

También vestiría las elásticas de Atlético de Madrid, CE Sabadell y Girona. Enrolado en el Red Star francés, dejó el fútbol en activo para volver a España por un asunto familiar grave, que no hemos podido precisar. Una vez en España, fue condenado a seis años de cárcel, de los que finalmente cumpliría un semestre. Para los años 40 del pasado siglo, José Carlos establecería su residencia definitiva en Colombia, donde participaría en las negociaciones del “no” fichaje de Alfredo Di Stefano por el FC Barcelona. En el país cafetero fallecería en 1981.

Posteriores al bombardeo, cuando ya la sinrazón de la guerra había acabado, una década después, serían enterrados, en 1949, Pablo Sanz Cabo, tras su fallecimiento por complicaciones cardíacas, y lo mismo pasaría con Miguel, en 1951, a causa de la diabetes que padecía. Del linaje de Pablo Sanz Cabo, se encuentran también enterrados en el panteón familiar, su mujer, María Luisa Guitián Carlos- Roca, y su hijo, Pablo Sanz Guitián. Los Carlos-Roca tendrán protagonismo en otra parte de la historia que también desarrollaremos.

Enterramientos de Pablo y Miguel Sanz Cabo, en 1949 y 1951 respectivamente. Archivo Municipal de Cartagena.

La última en fallecer, ya en la España democrática, fue Librada Sanz Cabo, la única fémina de la familia. Casada en 1906 con el librepensador e ingeniero de minas, Pepe Tapia Martínez, tuvieron tres hijos; Pepe, Caridad y Anita. De Anita, su marido, Manuel Fernández Truchaud, casados en 1934, es quien descubre el macabro y espeluznante estado del panteón tras los bombardeos a finales de 1938. Sabemos, por testimonios familiares, que la destrucción del enclave familiar llegó a tal magnitud, que Manuel recogería los huesos de los ya enterrados hasta entonces (Emilio Sanz, Mariano Sanz- hijo y padre-, Amalia, Nicolás, etc.) y el cuerpo de Cándida, al que se le había dado sepultura el 10 de mayo de 1938. Él mismo, se encargaría de reconstruirlo. Todo hace intuir, por las medidas del panteón, que nada tiene que ver el estado actual, con el anterior a 1938.

Enterramiento de Cándida Cabo Lagorio. Archivo Municipal de Cartagena.

 

Pepe Tapia, su esposa, Librada Sanz, y sus tres hijos. Colección Pablo Sanz Martínez.

 

Boda de su hija, Caridad, con Pedro Martínez. Archivo Municipal de Cartagena.

 

Estado actual del panteón familiar. Fondo José Mª García.

 

Respecto a Pablo Sanz Cabo, se le imputaría, por ambos bandos, la pena capital, aunque por suerte nunca sería ejecutada. Miguel Sanz Cabo y Pablo Sanz Cabo, cuando la guerra está en sus primeros albores, marchan a Francia, advertidos y buscado por ambos bandos. A Pablo, una falsa acusación de los directivos de una inmobiliaria cartagenera, CISA, le pudo costar caro, además de la búsqueda y posterior captura que los anarquistas querían realizar con la persona de Pablo, tras “salvar de la quema” a varios militares en los juicios sumarísimos, rompiendo la inhumana regla que decía, que de cada 10 represaliados, uno debía morir.  El revanchismo, en este caso, venía dado, también, por la defensa de Pablo, como abogado, de los adquirientes de las Casas Baratas que, proyectando en primer término, 1500 viviendas, construirían únicamente 49, en esta fase. Pablo Sanz defendería a los acreedores, es decir a los propietarios de las casas que nunca se construirían. Unos, por defender a trabajadores o gente humilde, y otros, por ser de la alta alcurnia cartagenera, pusieron en el punto de mira a integrantes de la familia Sanz Cabo.

La saca de los 49 es uno de los mayores fusilamientos que se llevaron a cabo en Cartagena durante la guerra civil. Éste, se hizo buscando justificación en el bombardeo sobre Cartagena de la madrugada del 18 de octubre de 1936, en donde, fallecería, entre otros, Juan Madrid Méndez, el jugador de fútbol cartagenero que era la promesa de entonces del fútbol local y que ya lo analizamos en el primer capítulo. Recordamos que, Cartagena, como base naval de la República, recibiría entre 80 y 117 bombardeos durante la contienda civil.

Uno de los fusilados en la saca de los 49, José Barreda Terry, y la placa que recuerda el infame suceso en el Cementerio de los Remedios.

 

Uno de los fusilados será el infante José Barreda Terry, en la saca de la muerte, que es defendido por Pablo Sanz Cabo. A estas casi 50 víctimas, no se les daría sepultura hasta octubre de 1939. Otro protagonista, sin quererlo, de esta relación, será Eduardo Pérez Trillo, al que dedicamos también unas líneas en este trabajo, ya que sería tesorero del Cartagena FC.

Pablo también sería conocido en la ciudad por ganar el pleito que, en 1932, anuló los despidos a los trabajadores de la Maestranza del Arsenal. Éstos, tras su defensa, pasarían a ser indefinidos, es decir, plantilla del astillero. Tanta fue la repercusión del hecho, que el mismo Ayuntamiento de Cartagena organizó un acto en reconocimiento del abogado cartagenero.

Cartagena, a través de su alcalde, agradece a Pablo Sanz su intercesión para con los trabajadores del Arsenal, en 1932. Colección Pablo Sanz Martínez.

 

Meses antes de la guerra, en mayo de 1936, unos republicanos asaltarían el domicilio del comandante Armando Sánchez Fuensanta. Pablo defendería los intereses del militar, querellándose contra los responsables.

Este totum revolutum en cuanto a la defensa de los intereses judiciales de personas tan variopintas, le hacía no posicionarse de un lado concreto, por lo que él, y su hermano Miguel, fueron objeto de persecución.

De la familia Sanz Cabo, jugarían al fútbol Emilio, Pablo y Miguel Sanz Cabo, además de ser directivos estos dos últimos. Además, también disputaría algún partido, el padre de José Carlos Castillo García Tudela, que como hemos dicho es Mariano Anselmo Castillo Sanz.

 

 

Los hermanos Pablo, Miguel y Emilio, jugaron al fútbol, al igual que su primo, Mariano Castillo. Archivo Municipal de Cartagena.

 

Pablo, una vez en Francia, y enterado del fusilamiento de Barreda Terry, donde se había encontrado con su hermano Miguel, decide volver a España, y se instala en Burgos. Dentro de la dudosa legalidad de los encarcelamientos, el que se pretendía con Pablo era ilegal. Se le quería aplicar la ley de fugas, por lo que hubo que demostrar que no había sido así. Depuesto de su cátedra de francés, que la ostentaba desde 1928, le sería devuelta. A su vuelta a España, es detenido y encarcelado en Burgos, donde permanece casi dos meses. Lo librará del fusilamiento una maniobra familiar. Su tío Joaquín, coronel de infantería en excedencia, se presentó en el penal, cargado de condecoraciones y cuadraturas castrenses, a interesarse por el reo Pablo Sanz.

El desistimiento definitivo por Pablo Sanz, vendría al recibir la orden directa en Burgos, del general responsable de la 6º región militar, cartagenero de nacimiento, José López Pinto Berizo, al que había recurrido en ayuda su suegra María desde Sevilla, alegando que Pablo Sanz Cabo, su yerno, era el único sustento de toda esa extensa familia, quince mujeres más el pequeño Pablo, esgrimiendo que sus dos únicos hijos (de María) varones habían fallecido como mártires nacionales de la causa en los primeros días de la contienda, abocándola, por tanto, con su exigua pensión, a ser la única mantenedora de la familia. Los fallecidos serían Ramón Carlos-Roca y Carlos-Roca, y su hermano Francisco Javier, hijos de Ramón y la citada María. Ambos, el primero comandante de ingenieros de la Armada, y el segundo, alférez de navío, serían fusilados a bordo del crucero España número 3, el 15 de agosto de 1936, junto a Carlos de Miguel Roncero, el que fuera presidente del Cartagena FC, del que ya nos ocupamos en el primer capítulo. Junto con ellos, también caería Rafael Guitián Carlos-Roca, que es hermano de la mujer de Pablo Sanz Cabo. Rafael Carlos-Roca del Villar, alumno de la escuela de ingenieros de montes, también sería fusilado al comienzo de la guerra civil, junto a Alfonso Torres, su primo José Luis Terry, y el arcipreste Pedro Gambín, entre otros, en el Puerto de la Cadena.

No sería la única vez que el citado general mediara en favor de Pablo. Lo haría de nuevo, cuando éste, en 1938, fue trasladado a Salamanca, zona menos controlada, con viles intenciones. Meses antes, él mismo se había autodenunciado para que se abriera una causa contra él, para demostrar que nada tenía que esconder. En la sentencia absolutoria aparecen muchísimos nombres que, digamos, dan la cara por el Sr. Sanz Cabo, entre ellos, el de José García Vaso Linares, el abogado y político cartagenero, que se encontraba, en la época, en las antípodas políticas de los Sanz Cabo.12 páginas, escritas a mano, que no tuvieron más remedio que dar por cerrada la auto denuncia de Pablo.

Sentencia, con el fallo de absolución de Pablo Sanz Cabo. Colección Pablo Sanz Martínez.

 

Respecto a Miguel Sanz Cabo, sobre los años 20 del siglo pasado se enamora locamente de Salud Cano, conocida cupletista española, aunque modificando su apellido por Ruiz. Tendrán dos hijos, Fe y Luis. Viven juntos, en concubinato concupiscente, es decir, sin contraer matrimonio. Hasta el estallido de la guerra civil, y su huida a Francia, así serán las cosas. Tras el comienzo del conflicto bélico, como hemos visto, Pablo volverá a España, pero Miguel se quedará algún tiempo más en el país galo.

Estancia de Miguel Sanz Cabo en Perpiñán. Colección Marifé Higueras.

 

Una vez ya terminado el conflicto, su deseo es volver a España, auspiciado también por las necesidades por las que estaba pasando su familia y casi obligado por las continuas reprimendas de su hermano Pablo, ya en España, que era quien mantenía económicamente a la familia. Sigue un sabio consejo, y decide casarse, ya que facilitaría las cosas a su regreso a la España franquista. Organizan una boda por poderes, es decir, que uno de los contrayentes no está físicamente en la ceremonia, si no que ha concedido a un apoderado, su papel de novio. En este caso, lo haría un sobrino de Miguel, José, hijo de Librada y Pepe Tapia. Como padrino de este enlace actuaría el hermano del novio real, Pablo Sanz. La boda sería una autentica tragicomedia, ya que los gritos de “Que se besen” harían la risa para el público. Recordamos que la novia “se casaba” con su sobrino político. Por tanto, hubo que recurrir por parte de Pablo Sanz Cabo, al soborno de los asistentes para que guardaran silencio, con el lógico cabreo del párroco.

Salud Ruiz con sus hijos, Luis y Fe. Colección Pablo Sanz Martínez.

 

Ya en España, Miguel sería exonerado de cualquier responsabilidad tras acabar la guerra. En su vuelta a España, sería investigando y absuelto, tal y como demuestra su sentencia absolutoria

Sentencia de absolución de Miguel Sanz Cabo. Colección Marifé Higueras.

 

Una vez hecho el análisis de la familia Sanz Cabo, que debemos agradecer inmensamente a Pablo Sanz Martínez, nieto de Pablo Sanz Cabo, su predisposición para con este autor, con el fin de enriquecer este estudio, con casi un sinfín de fotografías y documentos familiares, nos ocuparemos de otros protagonistas. Por las investigaciones de José Ignacio Corcuera, al que este autor agradece su implicación en este artículo, hoy sabemos que la FEF, una vez acabada la Guerra Civil, dirigió circulares a todas las territoriales, con el fin de que éstas le comunicaran al superior organismo, los clubes que habían “sobrevivido a la guerra”, invitándolas a informarle de jugadores y directivos muertos o asesinados, lógicamente pertenecientes al bando sublevado. El objetivo era hacer un homenaje colectivo, que nunca se llevaría a cabo, y publicar una memoria con todos los nombres, que tampoco.

Nuestra siguiente figura relacionada con el balompié cartagenero y con la guerra civil, es Eduardo Pérez Trillo. Natural de Manila (Filipinas), vendría a Cartagena, junto a su familia, en las oleadas de emigrantes procedentes del país asiático, tras el Desastre del 98, cuando España perdió sus posesiones en ultramar, como Cuba o la propia Filipinas. A bordo del vapor León XIII, llegaría a Cartagena por las gestiones de su cuñado, Guillermo Lacave Díez, casado con la hermana de Eduardo, Pilar.

Eduardo Pérez Trillo. Colección Eduardo Pérez Trillo Blanco.

 

Guillermo Lacave Díez. Colección Eduardo Pérez Trillo Blanco.

Mercedes Sánchez Fuster. Colección Eduardo Pérez Trillo Blanco.

 

Eduardo Pérez Trillo, es hijo del médico D. Juan Pérez Andrés, español, natural de San Lorenzo del Escorial, y de Ana María del Pilar Calixta Trillo Figueroa y López Gadea, de origen pinoy. Guillermo, siendo alférez de navío, sería condecorado en el mentado conflicto por la toma de Maragondón, un municipio de la provincia de Cavite, con la cruz roja del mérito militar. Tras el enfrentamiento de 1898, sería destinado a Fernando Poo, en Guinea Ecuatorial. El propio Guillermo, se encargaría de la educación de Eduardo, una vez establecida la familia en Cartagena. Años después, fijarían su residencia en la calle Andino, y del matrimonio con Mercedes Sánchez Fuster nacerían seis hijos.

Los seis hijos del matrimonio Pérez-Trillo Sánchez; Juan, María Dolores, Pilar, Eduardo, Ana y Mercedes. Colección Eduardo Pérez Trillo Blanco.

 

Eduardo Pérez Trillo, sería tesorero en la Junta Directiva del Cartagena FC que presidiría Luis Vial y Diestro, el mismo que sería alcalde de Cartagena tras la Guerra Civil y se encargaría, como máxima autoridad municipal, de las depuraciones en la ciudad departamental. Eduardo, guardaba en sacas de lona las recaudaciones de los partidos para, cuando tocaba, pagar a los jugadores su asignación correspondiente. Cuando contaba con 50 años de edad, y siendo empleada de la Sociedad Española de Construcciones Navales, la Navantia de hoy, estando afiliado a Renovación Española, fue detenido a los pocos días de la sublevación y, conducido a la cárcel de San Antón. Sería condenado a 6 años y un día de prisión, pero, en represalia por el primer bombardeo que sufrirá la ciudad el 18 de octubre de 1936, serían fusilados en la tapia del cementerio Ntra. Señora de los Remedios, él y 48 caballeros más.

Eduardo Pérez Trillo, en el centro, afiliado a Renovación Española, en la parte izquierda, y en la derecha, siendo tesorero del Cartagena FC. Archivo Municipal de Cartagena y Colección Eduardo Pérez Trillo Blanco.

 

La extensa biografía, y la fotografía de Eduardo Pérez Trillo han sido rescatadas del libro que escribiría su hijo Eduardo, “Un trompeta para la República”. La otra pasión de Eduardo era el ajedrez y, junto con un grupo de amigos, fundaría el Círculo de Ajedrez “Capablanca”, del que también era miembro José María Arnao Alix, director de la cárcel de San Antón. Según relata en la obra, sabiendo que, a algunos compañeros de partido los habían detenido, él seguía haciendo su vida normal. La policía secreta, iría buscar a Eduardo a su domicilio. Avispado su hijo, se fue de casa por la puerta de atrás con la intención de avisar a su padre de que la policía lo esperaba. Como no tenía nada que esconder, Eduardo se personaría en su domicilio, y acompañaría a los agentes a someterse a las preguntas del señor comisario, bajo la promesa de que sería un rato. De hecho, hasta le indicaron que no cogiera mudas de ropa. La realidad, es que nunca volvería a su hogar.

Condena de Eduardo Pérez Trillo, de 6 años y un día de prisión mayor. Archivo Municipal de Cartagena.

 

Pieza de la condena a Eduardo Pérez Trillo. AGRM.

 

Angelillo.

 

En el mentado libro, ¡Lo que son las cosas!, Eduardo hijo desvela la causa real de la muerte de un jugador cartagenero que destacó en su época, Angelillo, del que la prensa siempre habló de grave enfermedad del extremo zurdo. Tras su periplo por el Efesé, marcharía a Castellón, donde también maravillaría con sus jugadas para, al cabo del tiempo, volver a Cartagena, donde se enrolaría de nuevo en el Cartagena FC. De repente, desapareció de las alineaciones y, el 21 de junio de 1942, se le hizo un homenaje en un partido recaudación para su enfermedad, ya retirado del fútbol. El origen de la muerte de Ángel Pérez Jiménez estuvo en el Molinete, centro de la vida alegre de la Cartagena del siglo pasado. No pudo superar una fuerte enfermedad venérea y, sin penicilina ni antibióticos, sin cobrar, porque “si no juegas, no cobras”, y sin seguro médico, fallecería escasos dos meses después.

Extracto del expediente de Eduardo Pérez Trillo, integrante de la saca de los 49. Archivo Municipal de Cartagena.

 

Agradecer a Eduardo Pérez Trillo Blanco, su predisposición a aportar, para este estudio, datos y documentos gráficos para la parte correspondiente a su abuelo Eduardo.

Quien sería vocal de la directiva cartagenera, elegidos el 28/1/1926, junto con, entre ellos Eduardo Pérez Trillo, sería Antonio Egea Larrosa, vocal del Cartagena FC. Nos centraremos en él, en las siguientes letras.

Elección de nueva directiva, con Antonio Egea Larrosa. Archivo Municipal de Cartagena.

 

En el documento de la territorial de la Región de Murcia, rescatado por Corcuera, aparecen ocho nombres, a saber: Alfonso Torres López y José Mediavilla Sánchez, presidentes de honor del Cartagena FC, y Carlos de Miguel Roncero, presidente del Efesé en la temporada 1934/35. De los tres, ya nos ocupamos de sus biografías en la primera parte de Fútbol y Guerra Civil en Cartagena. Además, están anotados los nombres del ya mencionado Eduardo Pérez Trillo, Antonio Egea Larrosa, Ramón de Navía Osorio Castropol, Gustavo Martínez Schmidt y Mariano Ibáñez Iglesias.

 

Archivo Municipal de Cartagena.

 

El abogado Antonio Egea Larrosa, lorquino de nacimiento, vendría al mundo el 13 de abril de 1888. Su madre, sería Teresa Larrosa, y su padre, Alfonso Egea. Tendría tres hijos, con Dolores Pérez; Alfonso, Teresa, y Emma, la prolífera poetisa cartagenera. Nacida Emma en 1932, se casaría con el escritor y abogado, Eugenio Martínez Pastor.

Emma Egea Pérez.

 

Seis años después, Emma empieza a sufrir los síntomas de una enfermedad rara, llamada síndrome de Kükelberg-Weander, una patología neurológica que, a la postre, la dejará fatídicamente paralizada. Es durante el proceso de la enfermedad cuando recurrirá a la poesía. Emma, morirá sin descendencia.

Respecto a su padre, fue socio de número del Cartagena FC, es decir, con un sillón numerado en la grada del Almarjal, cuyo valor era de 250 pesetas. Afiliado a Unión Patriótica y, además, contador de fragata, sería asesinado en el paraje de Hoya de los Gatos, en Baños y Mendigo, en el Puerto de la Cadena, entre las Ventas de La Paloma y La Virgen, junto con Alfonso Torres López y José Maestre Zapata, a los que ya desentrañamos en el primer capítulo de Futbol y Guerra Civil en Cartagena.

Mitin de Unión Patriótica, en 1928, celebrado en el Teatro Circo.

 

A ellos, se les sumaría el arcipreste cartagenero Pedro Gambín. De Egea Larrosa, junto con Alfonso Torres, y del presidente del sindicato agrícola del Campo de Cartagena, Luis Malo de Molina, serían las gestiones para que el agua del Taibilla llegara a Cartagena, entre otras localidades de la Región de Murcia.

Relación de caballeros fusilados en el Puerto de la Cadena.

 

Lápida instalada en el lugar del fusilamiento de los ocho caballeros.

 

Recorte de prensa de la comunión de Caridad, hija de Alfonso Torres, oficiada por el arcipreste Pedro Gambín. Los caballeros serían fusilados juntos.

 

Personalidades locales y provinciales de Unión Patriótica. Fondo Diego Victoria Moreno.

 

No hemos podido identificar, en las diferentes fotografías disponibles, es decir, tanto la foto superior, como una anterior de un mitin de Unión Patriótica, a Antonio Egea Larrosa. Se ha buceado en la hemeroteca, consultando casi la totalidad de la obra de Emma, por si en alguna obra hubiera una fotografía de su padre, ya que, su fusilamiento en 1936, cuando ella tenía 4 años, fue un golpe duro para la familia. Descartado esto, y como decía, sabiendo que murió sin descendencia, se indagó en su familia política. Su marido, Eugenio Martínez Pastor, es hermano de Manuel Martínez Pastor, un prestigioso abogado cartagenero que falleció hace algo más de dos años. Su hijo, del mismo nombre, dirige ahora el despacho, al quien también se ha dirigido el autor de este artículo, sin éxito. Por tanto, cerramos este capítulo intuyendo que Antonio Egea Larrosa está en la foto superior, como lo están Eduardo Pérez Trillo, Alfonso Torres y José Mediavilla.

En 1925, contemporáneo en el tiempo a la construcción del Estadio de El Almarjal, se aprobaría por parte de la directiva del Cartagena FC, la modificación del artículo referente a los socios, ampliándolo, para que, en lo sucesivo, existirían socios honorarios, protectores de número y propietarios de primera y segunda categoría.

Los socios propietarios, tendrían una tribuna, por valor de 500 pesetas de entonces. Entre los que adquirieron estas ubicaciones privilegiadas en el campo de fútbol, se encontrarán Alfonso Torres, Carlos Ávalos, Luis Vial, Antonio Sintas, o el propio Antonio Egea Larrosa, que sería fusilado el 15 de agosto de 1936 en el puerto de la Cadena.

Ramón de Navia-Osorio Castropol y su esposa, Amparo Aguirre Girón. Fondo familia Navía Osorio.

 

Otro socio propietario (con tribuna asignada) del Cartagena FC, sería Ramón de Navía Osorio y Castropol. Nacido el 9 de febrero de 1877, en Priorio (Oviedo), se casaría con Amparo Aguirre Girón, matrimonio del cual nacerían 5 hijos: José María, Mª Concepción, Eduardo, Mª Paz y Mª Luisa. De tradición derechista y católica, ingresaría en la Armada Española muy joven. Su padre, José María de Navía Osorio y Campomanes, sería el X marqués de Santa Cruz de Marcenado. Su madre, sería María Josefa Castropol Trelles.

Ramón de Navia-Osorio Castropol. Fondo familia Navía Osorio.

 

Siendo guardiamarina, sobrevivió a la batalla naval de Santiago de Cuba, a bordo del crucero Almirante Oquendo, llegando a La Coruña, a bordo del vapor Alicante, en la primera expedición de supervivientes tras el conflicto de 1898.

Repatriación de Ramón Navía Osorio Castropol. BNE.

 

La curiosidad, casualidad o destino, marcó a esta familia desde tiempo antes. En la placa de caídos que se muestra a continuación, aparecen los nombres de Lazaga y Rodríguez Bárcena; dos familias de marinos se unían después por una cuestión nupcial. La abuela materna, Dª Margarita Lazaga de Baralt, se casaría con Manuel Rodríguez Bárcena. Dos linajes “condenados” a encontrarse. Además, Ramón Navía Osorio Castropol, nuestro protagonista, conoció y estuvo con el padre de la abuela Margarita, en la guerra mencionada, en el crucero acorazado Oquendo

Esquela de caídos en la Guerra de Santiago y Cuba, en el monumento de Héroes de Cavite, que existe en el Puerto de Cartagena. Fondo familia Navía Osorio.

 

Manuel Rodríguez Bárcena, y sus tres hijos. Fondo familia Navía Osorio.

 

Para julio del año 1900, sería promovido a alférez de Fragata, prestando parte de su servicio en el crucero Nueva España. En 1902, se encuentra destinado en el buque Lepanto, como alumno de la escuela de Torpedos. En 1916, sería nombrado auxiliar del estado mayor del apostadero de Cartagena. En septiembre de este mismo año, sería condecorado, por parte del gobierno francés, con la medalla de plata, de Salvamento, siendo ya teniente de navío, y estando embarcado en el cañonero Temerario, por las labores de socorro al crucero auxiliar Eros. En 1921, sería nombrado segundo jefe interino del Estado Mayor del Departamento de Cartagena. Ya en 1924, ostentaría el cargo de jefe de la estación torpedista de Cartagena.

Invitación oficial de Filipinas a Ramón Navía Osorio, a una cena el 14 de octubre de, en el Palacio de Malacañang, residencia del presidente del gobierno filipino. Fondo familia Navía Osorio.

 

Sus relaciones con otros países, como la de Japón o Filipinas, lo llevaron a que el gobierno español lo autorizara a llevar la cruz de cuarta clase del Sol Naciente de Japón. En el rotativo ABC, del 3 de mayo de 1927, se observa una fotografía de la dotación del Blas de Lezo, donde se identifica a Ramón, tras terminar el banquete con el que los agasajó la colonia española en China

Ramón Navía Osorio, entre otros oficiales españoles, rodeados de sus homólogos japoneses. Fondo familia Navía Osorio.

 

Ramón Navía Osorio, entre ciudadanos españoles, en Japón. ABC.

 

Ramón Navía Osorio, con la dotación del crucero Blas de Lezo, en Manila. Fondo familia Navía Osorio.

 

Ya en época republicana, a comienzos de 1933, sería nombrado comandante del crucero “Méndez Núñez”. A mediados de 1933, sería destinado como mando de la flotilla de Destructores de Cartagena, alcanzando el grado de contraalmirante el 27 de diciembre de 1934. Para 1935, que era segundo jefe de estado mayor, se decretó que fuera él, de forma interina, quien despachara los asuntos de esta jefatura.

En los primeros albores de la sublevación del 18 de julio de 1936, se sumaría a ella, actuando intensamente en la preparación del golpe de estado, siendo jefe del Estado Mayor de la Marina. En primer término, ésta fracasaría en Cartagena, siendo arrestado, no sin antes haber intentado que toda la flota a su mando zarpara del puerto. Se puso en contacto con los cónsules de Alemania e Inglaterra, pero no pudo abandonar Cartagena. Aun habiendo sido absuelto por el delito de sedición, fue fusilado en una saca de presos el 20 de octubre de 1936, en el campo de deportes del Arsenal Militar.

Relación de Caídos por Dios y por España, perteneciente al Archivo Municipal de Cartagena.

 

Amparo Aguirre Girón, de luto riguroso, tras la muerte de Ramón Navía Osorio. Fondo familia Navía Osorio.

 

Desde estas líneas, dejar constancia de las aportaciones, y agradecimiento por ello, de la familia Navia- Osorio Rodríguez de Aballe, concretamente por parte de Alfonso, José Ramón, Luis, Álvaro, María del Socorro y Margarita, tanto gráficas como documentales.

Gustavo Martínez Schmidt nacía en Cartagena el 24 de diciembre de 1888. Hijo de Pascual Martínez y Clara Schmidt, familia dedicada al vidrio, elegiría la profesión de su padre, la de maestro. Vecino del castizo barrio de Santa Lucía, de la calle Molina, se casaría con Salvadora Gómez Ugartamendía, y tuvieron cuatro hijos; Carlos, José, Carmen y Gustavo, siendo este último, a la postre, el conocido dibujante Martz Schmidt. Su hijo Gustavo, profesional del humor gráfico, trabajaría en la editorial Bruguera durante buena parte de su vida laboral. Colaboró, en obras que hoy los españoles recuerdan; Don Danubio, El Doctor Cataplasma, o el profesor Tragacanto y sus clases que es de espanto. “Heredaría” el dibujar a Doña Urraca, tras la muerte de su creador, Miguel Bernet.

Detención de Gustavo Martínez Schmidt. Archivo Municipal de Cartagena.

 

Gustavo Martínez. Archivo Municipal de Cartagena.

 

Cada año, desde la proclamación de la Segunda República en 1931, fue creciendo la tensión, encontrando su punto álgido durante la Cuaresma, entre católicos, y a su vez procesionistas, y lo republicanos, lo que hizo que la animadversión entre ellos también aumentara. En 1932, por ejemplo, se produce un incendio en la toalla de la cruz que porta en su trono la Stma. Virgen de la Piedad. En 1933, por citar algún incidente, durante la procesión del Viernes Santo, se arroja un gato al paso del tercio de la Agonía. Llegamos a 1936, y se produce “La Llamada”, que no es más que un Cabildo donde se decide si sacar o no, las procesiones a la calle. Con el acuerdo afirmativo, la tradición cartagenera dice que hay que marchar al Ayuntamiento en busca del cheque municipal. Al paso de este cortejo, habría una manifestación de corte izquierdista. Produciéndose una gran tumulto de gente, e incluso algún forcejeo, solo resulta roto, que sepamos, el clarinete, de uno de los músicos que acompañaba a la comitiva camino del consistorio municipal. El 30 de marzo de 1936, se decide, con las cofradía presentes, en una reunión, no sacar las procesiones a la calle para 1936. El Jueves Santo, 9 de abril, había sido convocada una manifestación de izquierdas, precisamente en uno de los días más importantes para los cristianos y procesionistas. Esto fue entendido por los segundos como una ofensa, que se encontraron con los izquierdistas en plena calle Mayor de Cartagena, donde habría una refriega, con centenares de personas, lanzamientos de botellas y sillas incluido. Por este altercado, serían detenidos, entre otros, José Mediavilla Sánchez, desarrollado en el primer capítulo, y Gustavo Martínez Schmidt.

Gustavo Martínez Schmidt. Colección familia Martínez Schmidt.

 

Como curiosidad, diremos que Nicomedes Gómez Carrión, es suegro de Gustavo Martínez Schmidt. El mentado Gustavo, se casaría con una de las hijas de Nicomedes, Salvadora. Gómez Carrión será, a la postre, padre de Nicomedes Gómez Sánchez, fundador de la imprenta del mismo nombre, sita en el callejón de Zorrilla, donde nacería el insigne marino cartagenero Isaac Peral y Caballero.

Registro con la fecha de fusilamiento de Gustavo. Archivo Municipal de Cartagena.

 

Gustavo sería fusilado la madrugada del 13 de octubre de 1936. Fue sacado de su casa, con la excusa de “dar un paseo”. Su familia se refugiaría en casa de la abuela María, en El Albujón, hasta el final de la contienda.

Donativo de Gustavo Martínez al Cartagena FC. Archivo Municipal de Cartagena.

 

Como socio de número del Cartagena FC, lo que en la práctica era asegurarse un sillón numerado en la grada del Estadio Cartagenero los días de partido, con valor de 250 pesetas, contribuiría, con sus donativos, a la adquisición de jugadores para el primer equipo del Efesé.

En esta parte, hemos contado con la contribución de Gustavo Martínez Schmidt Salamanca, nieto de nuestro protagonista. Agradecerle, desde aquí, sus aportaciones para este estudio

Casimiro Bonmatí Azorín. Fondo familia Bonmatí Carrión.

 

Para terminar este capítulo, nos detendremos en la figura de Casimiro Bonmatí Azorín, que nacería en una familia de tradición republicana, en Cartagena, el 22 de septiembre de 1901, y fallecería en la misma ciudad el primero de mayo de 1966. Sus padres, serían Severino Bonmatí, natural de Hondón de las Nieves (Alicante), y Carmen Azorín, nacida en Novelda, de la misma provincia.

Se licenció en Medicina en 1925, en la Universidad de Barcelona, para después especializarse en dermatología, y fundar el Patronato Antituberculoso de Cartagena. Ingresará, con el número uno, en el Cuerpo de Inspectores Municipales de Sanidad del Distrito de Murcia y, en 1934, en el de Médicos Dermatólogos del Estado. Fue director del Dispensario Antivenéreo, presidente de la Cruz Roja y de la Asociación Española contra el Cáncer de Cartagena. Perteneció, a la Academia Española de Dermatología y Sifilografía, y a la Real Academia de Medicina y Cirugía de Murcia, siendo el primer médico perteneciente a este organismo que ejercía fuera del municipio de Murcia, habiendo nacido o no en la capital del Segura.

Casimiro Bonmatí, médico en 1925, en el último año de carrera, en Barcelona. Fondo familia Bonmatí Carrión.

 

Anuncio de la consulta médica de Casimiro Bonmatí, para 1929. Archivo Municipal de Cartagena.

 

Casado con Adelina Limorte Mira, nacida en Hondón de las Nieves (provincia de Alicante), tendrían cuatro hijos, siendo Enrique el mayor, que fallecería a los seis años. Al pequeño, nacido años después de la muerte del primogénito, también se le pondría como nombre Enrique, por el enorme parecido entre ambos. Cuando el pequeño Enrique vino al mundo, Casimiro tendría 12 años y Carmen, 10. La foto inferior, fechada en los inicios de los años 50 del siglo pasado, fue realizada en Hondón de las Nieves, pueblo natal de Adelina y de Severino, esposa y padre de Casimiro Bonmatí, respectivamente.

Casimiro y Adelina rodeados por sus hijos. A la izquierda; Casimiro, a la derecha, Mª Carmen, y delante, Enrique. Fondo familia Bonmatí Limorte.

 

Casimiro fue un fantástico divulgador científico; impartiría conferencias, realizaría charlas de divulgación, y publicaría ensayos, artículos periodísticos, etc. En total, más de doscientos trabajos sobre medicina, arte, sociología y educación.

Fue autor de libros como “Higiene pública de Roma”, “Un trabajo de retaguardia”, y “Arte, ciencia y felicidad”. El último ejemplar mentado, contó con prólogo del doctor Gregorio Marañón. Casimiro Bonmatí, tiempo atrás a su publicación, ofreció una conferencia en el casino cultural de Elche. Marañón le enviaría una carta, expresándole que, un paciente, le había comunicado la excelsa ponencia de Bonmatí. Tras leer el contenido de ésta, Casimiro seguiría el consejo Marañón, tras leerla éste, y la publicaría, con su prólogo. Conseguiría entrar en el círculo médico y político del doctor Marañón, además de trabajar codo con codo con el cardiólogo, también cartagenero, Luis Calandre.

Adelina y Casimiro, en su casa de Cartagena, a principio de los años 60 del pasado siglo. Fondo familia Bonmatí Limorte.

 

Por si fuera poco, todo lo anteriormente expuesto, Casimiro Bonmatí también sería un prolífero político. En la década de los años 20 del siglo pasado, una vez instalado en Cartagena, fundará el primer Comité Revolucionario Republicano. Tras el frustrado levantamiento de Jaca, de diciembre de 1930, en favor de la República, con la intención de derrocar a Alfonso XIII, se convierte en uno de sus grandes líderes locales. Se convertirá en concejal en las elecciones municipales de 1931, por el partido Republicano Radical Socialista, aunque más tarde militaría en el partido Acción Republicana, de Manuel Azaña. Su afán docente, le lleva a liderar las Misiones Pedagógicas, que promulgaban la idea de la cultura; entre otras cosas, llevar la lectura y la escritura a todos los rincones de España, ya que, se afirmaba en prensa, cosas tan duras como reales; “Nuestros campesinos tienen el cerebro seco como la tierra que cultivan”.  Aun siendo de ideas republicanas, Casimiro Bonmatí asistió a la salida de Alfonso XIII, hasta 1931 rey de España, por el puerto de Cartagena, hacia el exilio, una vez proclamada la II República Española. Con la muchedumbre exaltada, el jefe del dispositivo policial le preguntó a Casimiro Bonmatí qué cuál tenía que ser la actuación correcta. Casimiro le diría qué la obligación de la policía era que el rey machara intacto, qué no le pasara nada. Durante la guerra civil, fue militarizado y ocuparía el cargo de capitán médico de la marina.

Estaría cuatro veces preso, una comprendida, entre el 6 de mayo de 1939 hasta el 11 de agosto del mismo año, para volver a ingresar en la prisión el 19 de agosto, y volver a salir en libertad el 8 de octubre.

Escrito de libertad para Casimiro Bonmatí, en 1939. AGRM.

 

En 1940, volverá a entrar como reo, otros dos meses, desde el 25 de mayo al 23 de julio, en la prisión habilitada “Las Agustinas”. El nombre, lo había heredado del convento de la orden mentada, Primero, sería usado como almacén durante la guerra, y posteriormente, como cárcel.  Años después, en 1945, volvería al presidio, aunque solo serán 48 horas.

Cartilla con el ingreso en prisión, en 1940, de Casimiro Bonmatí. AGRM.

 

Según su hijo Enrique, que oyó contar un testimonio familiar, acabada la contienda civil, fue detenido, acusado, entre otras cosas, al parecer, de «excesivo celo atendiendo a heridos y enfermos republicanos». Adelina, esposa de Casimiro, empezó a inquietarse, ya no solo por su destino tras un posible juicio, sino por temor a una ejecución sin juicio previo. Esa preocupación le llevó a contactar con un primo suyo, Enrique Alcaraz, por ser sobrino del Obispo de Badajoz (José María Alcaraz Alenda). Fue él quien, tras confirmar que el Dr. Casimiro Bonmatí era «una persona de orden, además de republicano», finalmente intercedió para que fuera excarcelado a la mayor brevedad.

José María Alenda, obispo de Badajoz.

 

Esto, forjaría una amistad entre el obispo Alcaraz y Casimiro Bonmatí, tanto que cada mes de agosto, la familia Bonmatí Limorte iba a visitarlo a su casa de verano en Aspe. Enrique, comprendería el porqué de la amistad del clérigo y su padre tras preguntar a su tía María. La familia Bonmatí Limorte era agasajada, en la residencia de D. José María, con una excelsa merienda, ya que el reverendo contaba con servicio doméstico.

Casimiro era un convencido republicano, heredado de su padre, Severino Bonmatí, que contrajo matrimonio con Carmen Azorín. A Severino Bonmatí Vicedo, le tocó en suerte realizar el servicio militar en Cartagena, en la Marina. De carácter inquieto, buscaría “algo que hacer”, y se pondría a trabajar en la contabilidad de la Confitería Cañizares, que se encontraba en la esquina de la Calle Duque con Montanaro. Casimiro Cañizares Poveda, dueño de la confitería, se casaría, tras quedar viudo de María Girao, con Concepción Vicedo Cañizares, tía carnal de Severino, ya que ella, y la madre de Severino, Remedios, eran hermanas. Al morir Concepción Vicedo en 1910, deja en herencia la confitería a Severino.

Perito mercantil de profesión, marchaba a Novelda asiduamente, a una academia, para conseguir el título de dicha profesión.

Severino Bonmatí, padre de Casimiro.

 

Publicidad de Confitería Cañizares.

 

En la vertiente futbolística de Casimiro, encontramos la fundación del CD Los Tigres, a principios de 1932, de la mano de personalidades como José Carreño o Juan Buendía, y bajo la presidencia, tiempo después de Casimiro Bonmatí. El mencionado Juan Buendía sería quien, 8 años después, fusionaría al equipo felino con el Plus Ultra Lisvert, para formar la Unión Deportiva Cartagenera, actual Cartagena FC. Curiosamente, contra el equipo del Lisvert, sería el primer partido de la vida futbolística del equipo blanquiazul, en 1932. Quinquillas y Bafalliú eran los buques insignia de los albiazules. Sin campo de fútbol propio, sus primeros encuentros los jugaría en el Stadium Cartagenero.

El equipo del CD Los Tigres, con autoridades y la madrina de los Cruzados Rojos. Fondo familia Bonmatí Carrión.

 

El escudo del CD Los Tigres.

 

Realizando un plano detalle del banderín mostrado en la foto, podemos ver la inscripción “Los CR – CD Los Tigres”. Los CR son, sin género de duda, los Cruzados Rojos. La fecha del partido será el 26 de marzo de 1933, y el banderín, será un obsequio que Los Cruzados le harán a los felinos. Ramo de flores en mano, se encuentra la señorita Carmen Carrión Medina, elegida por entonces madrina de los Cruzados Rojos, junto a Casimiro Bonmatí, presidente del equipo. Dicho obsequio, estuvo expuesto, los días de antes del partido, en la Camisería Romero, en la Calle Mayor de Cartagena. El encuentro sería arbitrado por el ex jugador del Cartagena FC, Lucio Jauregui.

 

 

Fachada de la Camisería Romero.

 

No tardaría el ayuntamiento cartagenero en cederle un espacio a este conjunto. Se le prestaría lo que debió ser, y nunca fue, el Parque de Recreos, la actual Casa de la Juventud, esquina de Juan de la Cosa, con Paseo Alfonso XIII, entonces Paseo de la Libertad. Quedando impracticable durante la Guerra Civil, el terreno sería usado por el Ejército de Tierra, por la Sociedad de Cazadores de Cartagena, y también por el Frente de Juventudes de la Falange. El CD Los Tigres sería considerado el equipo de la República.

Rondalla en el Campo de Los Tigres. Fondo José Ibarra Bastida.

 

Por último, hacer extensible el agradecimiento sincero a Enrique Bonmatí Limorte, hijo de Casimiro, y a la nieta de éste, Mª Ángeles Bonmatí Carrión, por haber surtido al autor de este estudio de documentos gráficos y testimonios familiares que, sin duda, han engrandecido este documento.




Fútbol y Guerra Civil en Cartagena (I)

Cartagena es, para 1936, como muchas veces en la historia de España, base naval de la República. Decide mantenerse fiel al gobierno, no sin antes vivir varios conatos de alzamientos, uno en el Arsenal, y otro relativamente cerca, en la Base de la Aeronáutica Naval, en la cercana localidad de Santiago de la Ribera.

Hay que tener en cuenta que cuando los militares dan el golpe de estado, los distintos centros de trabajo de la Sociedad Española de Construcciones Navales, participada con accionariado español y extranjero, pasarían todos, más temprano que tarde a manos franquistas. En primera instancia, Ferrol y Cádiz, y poco después Reynosa, Sestao y Bilbao. El único que permaneció fiel a la República fue Cartagena, por lo que la ciudad, se pondría en el punto de mira de la aviación franquista. Esto, va a hacer que la sinrazón se apodere de la ciudad. Personas relacionadas con el fútbol cartagenero serían fusiladas, encarceladas, morirían fruto de un bombardeo o, por el contrario, serían nombrados altos cargos.

Como decimos, en el Arsenal se adhirieron al golpe de estado casi todos los directivos del consejo de administración, lo que lleva al gobierno a disolver éste, y nacionalizar el astillero. Antonio Ruiz, en la foto inferior con traje de militar, es designado jefe de la base naval de Cartagena, tras los altercados del Arsenal, por gestiones de Alejandro del Castillo y Roda, concejal del ayuntamiento cartagenero, en la foto con traje y corbata. Alejandro del Castillo y Roda, será años antes, concretamente en 1922, designado capitán del Club Deportivo Cartagenero, primer club relacionado con el astillero cartagenero que se conoce.

De hecho, una vez acabada la contienda, sería nombrado director del astillero, bajo una empresa nacional, el “Consejo”, o Consejo Ordenador de las Construcciones Navales Militares, Luis Vial y Diestro, quien ya había sido gerente del mismo, además de presidente del Cartagena FC, y alcalde de la ciudad.

Carlos de Miguel, presidente del Cartagena FC en la temporada 1934/35, sería uno de los detenidos en los buques prisión “Río Sil” y “España nº3”. A bordo del segundo, el que era Capitán de Infantería de Marina, sería fusilado el día 15 de agosto de 1936, a unas 5 millas al sur de Cartagena, en alta mar.

Alfonso Torres López, sería alcalde de Cartagena durante 7 años, todos ellos bajo la Dictadura de Primo de Rivera. Ferviente defensor de la restitución de la provincia de Cartagena, pertenecería a Unión Patriótica y a Falange. Su obra por Cartagena fue mucha y buena. Apostó por el pavimentado de la ciudad e inauguró fuentes públicas. De su época, serán las benéficas instalaciones de la Casa de la Misericordia y la Casa del Niño. Además, proyectó las casas baratas, hoy Ciudad Jardín, para los más necesitados, y promovió el crecimiento de la ciudad a través de su ensanche. Suyas fueron las gestiones para que, a Cartagena, Murcia, y a otros municipios de la Región, y a la propia base naval, llegara el agua del Taibilla. Sería nombrado presidente honorífico del Cartagena FC.

La mañana del 15 de agosto de 1936, sería sacado de la Cárcel de San Antón y, conducido hacia el Puerto de la Cadena, barrera natural entre Murcia y Cartagena, sería fusilado.

José Maestre Zapata es, además de empresario y abogado, hijo de José Maestre Pérez, quien llegaría a ser gobernador del banco de España, y Ministro de Abastecimientos, además de Fomento (en dos épocas distintas). Durante siete años, obtuvo escaño en el Congreso de los Diputados. Maestre Pérez estaba considerado uno de los grandes terratenientes de la época, tanto en la ciudad como en la provincia de Murcia. Su hijo, Maestre Zapata, es dueño de los terrenos donde el Sporting Club Cartago primero, y después el Cartagena FC, jugarían sus partidos. Por esta labor, sería nombrado por parte del Sporting, presidente de honor y, tiempo después, presidente efectivo. Para 1925, el propietario del terreno de juego, conocido como Plaza de España, decide no arrendarle el campo de fútbol al Cartagena FC, lo que desembocaría en la construcción del Almarjal.

Cuando estalla la Guerra Civil, Maestre Zapata es dirigente de la CEDA. La ayuda económica que éste prestó para la compra de armamento en favor del bando sublevado le costaría demasiado caro.

José Maestre Zapata, junto a Alfonso Torres, y seis caballeros más; Pedro Gambín, arcipreste; Juan de la Rocha, trabajador del Arsenal, Rafael Carlos Roca, de ocupación estudiante, el abogado Antonio Egea de la Rosa, el farmacéutico Juan Mustieles, y el perito mercantil José Luis Terry, serían fusilados en el Puerto de la Cadena a mediados de agosto de 1936

Días después, correría la misma suerte, José Mediavilla, el 24 de septiembre, en el pueblo de la Torre de Nicolás Pérez, perteneciente a la diputación de Perín. Mediavilla, que había sido alcalde de Cartagena, era delegado jefe de la sección de minas de la Fábrica de Productos Químicos, además de Cónsul de Bélgica en Cartagena. Como Alfonso Torres, también perteneció a Unión Patriótica. Sería nombrado presidente honorífico del Cartagena FC. A pesar del telegrama recibido desde Madrid en Cartagena, en el que se especificaba que su vida había de respetarse por su carácter consular, éste sería fusilado en el citado paraje.

Cartagena sufrirá entre 80 y 117 bombardeos, según números de Miguel Puchol o Pedro María Egea Bruno. En el primero de todos, en la madrugada del 18 de octubre de 1936, resultaría muerto, mientras dormía, Juan Madrid Méndez “Madriles”, jugador promesa del fútbol cartagenero. Tras jugar en los Diablos Rojos, Gimnástica Abad, Isaac Peral, Molinos Marfagones, y Naval, entre otros, en donde coincidiría con el abuelo de la saga de los Cordero Sánchez, José Llamas, el Cartagena FC se fijaría en él. Tan solo disputaría con el primer equipo de la ciudad 3 partidos, hasta que una bomba sesgó su vida.

Eugenio Acha Arana, nació el 12 de febrero de 1902 en Sopuerta (Vizcaya). De profesión armero, jugaría varias temporadas en el Lagún Artea, en el Racing Reinosa, y en el Baleares, entre otros, antes de recalar en el Cartagena para la temporada 1926/27. Jugaría dos temporadas en el Efesé, y lo disputaría prácticamente todo. Participaría en 44 partidos con la elástica albinegra. Como curiosidad, el día de su debut en Cartagena, sería la despedida de Dioni Conesa, una de las primeras leyendas del futbol cartagenero. Una vez acabado su periplo por Cartagena, volvería a su tierra. En 1934, estaría preso 16 meses en la cárcel de Pamplona, tras los sucesos de 1934 en Éibar. Por esta implicación, se pedía para él y otros encausados, la pena de muerte. Sería liberado el 23 de enero de 1936. Voluntario de guerra, fue apresado por las tropas franquistas y enviado a prisión el 29 de agosto de 1937. Trasladado en el buque Almirante Cervera a Santander, sería ajusticiado casi 7 meses después, el 26 de marzo de 1938. Sus restos descansan en el cementerio de Ciriego, Santander, junto a los de otros fusilados. La inmensa mayoría de los datos aportados en este párrafo, se deben agradecer a Estibalitz González Solozábal, sobrina nieta de Eugenio Acha Arana.

No hace mucho, en la ciudad de Cartagena, se ha afirmado, sin ningún rubor, que la Guerra Civil paró el fútbol. Esto es fácilmente desmontable, ya que, la ciudad de Cartagena convocó múltiples partidos en favor de las milicias, de las mujeres antifascistas o del taller de confección de ropa, entre otros.

De hecho, cuando la contienda civil acababa de empezar, los equipos del Cartagena FC, y el Real Murcia, concertaron dos partidos, a favor de las milicias. El primero, se disputaría en Cartagena el 23 de agosto de 1936

El 20/9/1936, se celebra otro envite entre Radio comunista y Juventud Socialista Unificada

El 4/10/1936 se enfrentarán el Danubio FC y Barrio de la Concepción

El 11/10/1936, el Cartagena viajará a Alicante para disputar un partido del Campeonato Super regional, frente al Hércules. Días después, el 1/11/1936, el Efesé viajará a Valencia, por el mismo motivo

El 8/11/1936, Cartagena ya ha recibido los primeros bombardeos. Se invertirá el orden de los partidos Murcia – Cartagena, debiéndose disputar primero en Cartagena y haciéndose en Murcia, por encontrarse el Stadium Cartagenero impracticable. El 4 de Abril de 1937 se repetirán contendientes, cambiando el escenario.

Cuando la contienda lleva prácticamente un año, se siguen disputando encuentros:

13/6/1937, el Cartagena FC jugará frente a una selección de Marina

Solo una semana después, la Selección Montañesa Asturiana jugará frente a la Selección Vasca, en el Almarjal.

Para octubre de 1937, también habrá partidos. Concretamente el día 24, se jugará el Radio Oeste – Flota Republicana

El 7 de noviembre de 1937, se jugará un partido en los Molinos Marfagones entre los Once Rojos y el equipo de Infantería de Marina

El 28/11/1937 se enfrentarán los equipos Selección Levantina – Selección Norte. Dos semanas después, harán los propio, el equipo de las JSU y el Destacamento de Artillería de las Cenizas

Ya para 1938, concretamente el 24 de junio, jugarán un partido amistoso las JSU de Cartagena y Murcia, pro ayuda al frente de Valencia

Tanto es así, que el fútbol seguía en Cartagena, que el 29/9/1938, pro campaña de invierno, para el frente republicano, se organiza un campeonato entre algunos equipos.




¿Se jugó en Cartagena, en 1909, el primer partido intercontinental en España?

El primer partido de fútbol de carácter intercontinental, en lo que a España se refiere, bien pudo haberse jugado en Cartagena. Un equipo argelino visitaría Cartagena para finales de octubre de 1909 y este es, mientras no sea demostrado lo contrario, el primer partido que un equipo no europeo juega en España. Antes, se jugó el primer partido intercontinental de la historia del fútbol, en 1873 y, 15 años después, un equipo canadiense, jugaría en Irlanda, lo que es considerado el primer envite de un equipo de otro continente en Europa.

El primer partido intercontinental de la historia del balompié lo jugarían dos equipos de estudiantes, en New Haven, Connecticut. En la Universidad de Yale, los norteamericanos vencieron al Eton College, conjunto londinense, por 2-1, el 6 de diciembre de 1873.

Programa del primer partido intercontinental de la historia del fútbol

Seguidamente, la primera visita de un equipo del continente americano a Europa, se produciría durante el otoño de 1888. Esta sería la gira de un equipo canadiense. Un combinado de jugadores de la Western Football Association of Ontario, germen de la actual Asociación Canadiense de Fútbol, visitó Reino Unido, en un periplo que se llevaría a cabo durante los meses de septiembre y octubre del citado año. Durante esta experiencia, los americanos jugarían contra equipos de Irlanda, Escocia e Inglaterra. El que es considerado el primer partido de un equipo americano en territorio europeo es el que, los canadienses jugarían contra el conjunto del Condado de Antrim, en Belfast (Irlanda), el primero de septiembre de 1888, donde los visitantes ganarían 2-6.

Ya en clave patria, diremos que el FC Barcelona no sería visitado por un equipo de otro continente hasta 1925, cuando fuera el Nacional de Uruguay quien jugara en Les Corts un amistoso, el día 12 de abril del mentado año. Tres años después, el club culé cruzaría el charco para jugar el 4 de junio de 1928, un amistoso frente a la Selección Argentina, en Buenos Aires.

Extracto de prensa de la gira del FC Barcelona por Argentina

Respecto al Real Madrid CF, el primer partido intercontinental jugado por el club blanco fue el 22 de marzo de 1925, en Chamartín, ante el Boca Juniors argentino, que vencería 0-1. Algo más de dos años después, jugaría en ultramar, en julio de 1927, en Buenos Aires, frente a un combinado argentino.

El CA Boca Juniors, en Madrid, en 1925

Otro ejemplo será el RC Celta de Vigo que, el 10 de abril de 1924 se enfrentaba a la selección de Uruguay, en tierras gallegas. La selección charrúa iba de camino a las Olimpiadas de París

Por último, citaremos el caso del RCD Español que, según contaba Paco Bru, su entrenador, atravesaron la cordillera continental más larga de la Tierra, Los Andes, en burro. El 27 de junio, jugarían un amistoso en Argentina, contra un combinado de jugadores, llamado “Zona Norte”

Centrándonos en el caso cartagenero, no es fruto de la casualidad, que un conjunto argelino desembarque en Cartagena para jugar dos partidos en el segundo semestre de 1909. Según datos censales de lo que los historiadores llaman el oranesado, casi el 10% de la población de Orán, eran extranjeros para 1906. Eminentemente, a la colonia de cartageneros, se le sumarían almerienses, alicantinos y ciudadanos de otros municipios de la Región de Murcia, en primer término. La comunicación entre dos ciudades relativamente cercanas, sumado al “deseo” de los jugadores del Orán de volver a España (Europa), aunque fuera por un rato, y teniendo en cuenta que bastantes de los jugadores del conjunto argelino son españoles, era el caldo de cultivo perfecto para el partido. Tanto es así, que la mayoría de apellidos del club argelino que disputaron los encuentros son de origen español. Argelia, y por tanto Orán, eran por entonces una provincia francesa, geográficamente ubicada en África. Las colonias de españoles habían emigrado a la ciudad argelina, en busca de un futuro mejor, dedicados de forma mayoritaria a la agricultura.

Dentro del programa de festejos de la Feria de Cartagena de 1909, encontramos la disputa de un match en el campo del Sport Club Cartagena, entre este equipo y el Football Club Oranais, según publica el Eco de Cartagena el 22 de julio. El partido se presentaba de la siguiente forma:

“Sport Club Cartagena – Foot-ball Club Oranais”

El match se celebrará el día 27 del corriente a las 5 ½de la tarde en el campo de juego del “Sport Club” en los terrenos del Ensanche. El despacho para la venta de sillas y tribunas estará en el kiosco de la plaza de Prefumo y el día del match desde las3¼ de la tarde en el mismo campo.

El equipo del Sport Club es el siguiente: Luis Soler, Francisco Wandosell, Rolando Browne, Miguel Sanz, Rogelio Abad, Walter Brown, Bartolomé Soler, Adolfo Wandosell, José Soler, Juan Spottorno, Pedro Conesa. Juez de Campo Magnus Harrison

El equipo de football Club Oranais es el siguiente: Francisco Fajardo, Antonio Montesinos, Antonio López, Emilio Pelletier, Rafael George, Emilio Detamenti, Emilio Thomen, Alberto Allard, Joaquín Montesinos, José Guillen, Gastón Allard

Panorámica de Cartagena a principios del siglo XX, donde se muestran los cuatro primeros campos de football

El terreno de juego del que habla la nota de prensa, donde se anuncia el encuentro entre el equipo oranés y el cartagenero, no es otro que el campo de Cuatro Caminos, llamado ocasionalmente “Del Ensanche”, o del “Sport Club”, ya que allí disputaba sus partidos el Sport Club Cartagena. Llamado Cuatro Caminos, simple y llanamente, por la confluencia de ejes de caminos o carreteras que, saliendo de Cartagena, llegaban a los barrios de San Antón y Peral. Uno de los caminos era el que partiendo de las Puertas de San José bajaba por la actual calle Capitanes Ripoll y atravesando oblicuamente el Ensanche acababa en el barrio de San Antón por la actual calle Santa Lucia. El otro camino era el recién inaugurado trazado del tranvía eléctrico Cartagena-Barrio Peral: Plaza de España – Alameda a la altura de la actual avenida Reina Victoria y de allí por las actuales calles Juan Fernández y Submarino hasta llegar al Barrio Peral. El cruce de estos ejes viarios dio nombre al campo de fútbol y se producía aproximadamente en la actual calle Alfonso X el Sabio en la zona de separación de las actuales Casas de Peralta y Ciudad Jardín.

Campo de Cuatro Caminos

El encuentro, en primera instancia, fue suspendido: “El primer número del programa de festejos señalado para esta tarde, el partido de foot-ball […], ha sido suspendido por enfermedad y ausencia imprevista de algunos de los individuos que habían de tomar parte en él.”

El mapa inferior ilustra con claridad, la cercanía, por mar, de los enclaves citados. En realidad, son dos continentes, separados por 211 km, o lo que es lo mismo 114 millas náuticas. Como dato curioso, diremos que, para principios del siglo XX, una diligencia de Cartagena a Murcia, tardaba casi lo mismo que cualquier vapor que hiciera el trayecto Cartagena – Orán.

Una de las numerosas compañías que cubrían el trayecto mentado, entre otros puertos

Como muestra la imagen superior, el comercio entre los puertos de Orán y Cartagena era una constante, tanto que menciona el transporte de frutas, legumbres y pimentón. De hecho, como pueden ver, ya hay un horario establecido semanalmente entre ambos puertos, cuyo responsable era el agente de la compañía, José María Pelegrín.

Las idas y venidas de pasajeros y “carga general” eran una constante

¡Ahora sí! El primer partido intercontinental.

El 30 de octubre, se publica en El Eco de Cartagena el anuncio del partido que se iba a celebrar al día siguiente en el campo de Sport Club contra el Club Oranais:

“Match de Foot-ball”

Mañana a las 3½ de la tarde se verificará en los terrenos del ensanche el anunciado match de football entre los primeros equipos Club Oranais y del Sport Club.

El partido ha de resultar reñidísimo dada la mucha práctica que en este juego  tienen los equipìers de Orán.

La lista de los jugadores del Club Oranais es la siguiente:

Arriere: Allard; Trois quarts: A. Montesinos, Navarro; Demis: Detamenti, Casanova y Pelletier; Avants: López, Martelet, Guillén, Montesinos y Thomen

Como Juez de campo actuará Mr. M. Harrison

Los jugadores del team del Sport Club son los siguientes: Portero: Mervin Naftel; Zagueros: Macla Arlan, Rolando Browne; Medios: Miguel Sanz, Walter Brown, Rogelio Abad; Delanteros: D.Sánchez, Graham, Benson Lindsay, A. Wandosell.

Café España, lo que sería años antes la “Cervecería Inglesa”, en plena calle Mayor de Cartagena

La taquilla para la venta de localidades estará situada hasta mañana a las dos en la cervecería inglesa desde esta hora en el mismo campo.”

Hay presencia de jugadores locales, de algunos, que únicamente juegan este partido con un equipo de Cartagena, apareciendo en otros equipos, como Mervin Naftel, que es hijo del vicecónsul de Inglaterra en Águilas. Es, también, de los primeros partidos, donde la presencia inglesa empieza a notarse en las alineaciones. No es casual, ya que la Sociedad Española de Construcciones Navales, con accionariado inglés, se hará cargo del astillero, el 25 de agosto de 1909. Tres empresas inglesas serán, a la postre, las que controlen el astillero (Vickers, Armstrong y John Brown & Co.), ya que el 60% del capital era español, pero se encontraba muy repartido en pequeños accionistas (de hecho, ninguno de estos contaba con más del 2% de participación) El capital inglés, era el 40% restante, pero a fin de cuentas son los que contarían con capacidad de decisión.

Si próximas búsquedas, no encuentran un partido anterior al 31 de octubre de 1909 en España, siempre y cuando uno de los contendientes, provenga de suelo distinto al europeo, la disputa de este partido puede ser considerada como el primer partido intercontinental jugado en España.

En principio, y como decimos, mientras nadie demuestre lo contrario, esta efeméride no se produjo en una ciudad como Madrid, ni tampoco en ciudades con alta industria y excelso comercio, como Bilbao o Barcelona. Éstas últimas, además, contando con frontera con Francia, por lo que pudo ocurrir allí también, y por tanto con Europa.

El Eco de Cartagena del día 2 de noviembre informa de los encuentros con el Oranais lo siguiente:

“Sport Club de Cartagena–Oranais

El domingo en la tarde se celebró en el campo del Almarjal el anunciado match en el que tomaron parte los equipos de Orán y el de esta ciudad. Los  jugadores de ambos partidos hicieron buenas  jugadas obteniendo el triunfo los de Orán. Para ayer tarde estaba anunciado el segundo match y al indicado sitio, a pesarse lo desapacible de la tarde acudió gran número de curiosos deseando ver por quién quedaba la victoria, pero los deseos de todos se vieron defraudados pues a los pocos momentos de comenzar la partida, por ciertas cuestiones surgidas en el juego, se retiraron los franceses quedando suspendido el match.”

Reseñas de El Eco de Cartagena y el Liberal de Murcia de los partidos contra el equipo argelino

Aunque la nota de prensa no menciona por cuantos tantos, sí dice que el triunfo se decantó por el Oranais. En cambio, El Liberal de Murcia, aporta el resultado de 4 goles a favor de los de Orán.

Agradecimientos:

Luis Javier Bravo Mayor

Carles Lozano




El (posible) origen de la camiseta blanquinegra del Efesé (I)

Evolución del escudo del primer equipo de la ciudad desde 1919

Tres son, las teorías reinantes sobre el origen de los colores de la camiseta (y el escudo) del “Cartagena”, con sus diferentes denominaciones. Que, como preámbulo, apuntaremos que solo han sido tres los equipos principales en la ciudad departamental; aunque, a priori, parezcan más, desde 1919 hasta nuestros días. A saber; Cartagena Football Club (1919-1952), UD Cartagenera (1940 – actualidad), siendo éste equipo el actual Cartagena FC tras, cambiar en 1960 su denominación a CD Cartagena y en 1974 a la que ha sobrevivido hasta hoy. Y, por último, el Cartagonova FC, fundado en 1995, y que es el actual FC Cartagena SAD, que milita en la Segunda División.

Contenido:

La hipótesis sobre el porqué, el máximo representante de la ciudad en cuanto a balompié se refiere, que más se ha investigado, de momento, es la que se va a desarrollar en las siguientes líneas. Todo apunta a que la Stma. Virgen de la Caridad, oficiosa patrona de Cartagena, es la bendita culpable.

El 17 de abril de 1723, la «Virgen de los Dolores» desembarcaba en el puerto de Cartagena, tras diez días de cuarentena. En el Despalmador, en la nao Nuestra Señora de África y Pequeño Fénix. Algunas fechas antes, esto comienza a fraguarse. A yunque y martillo.

“Fruto” de una epidemia de paludismo, y a la intercesión de la Virgen de la Caridad, en 1761, se le nombrará, a la Magna Caritas, Patrona de Cartagena, sin haber ningún documento oficial que avale ese reconocimiento, que destronaría a la Stma. Virgen del Rosell.

Grabado del desembarco de la Virgen de la Caridad, el 17 de abril de 1723

Varias enfermedades asolan Cartagena. Por ello, no es casualidad que existan numerosos centros sanitarios; Hospital Militar de Antiguones, Real y Santo Hospital de la Caridad, Hospital de Señora Santa Ana y del Lazareto de San Julián, así como con la Real Academia Médico Práctica y el Real Jardín de Botánica. Cartagena, entre las entradas y salidas de su puerto, y el Almarjal, una laguna de aguas estancas, sufre endémicamente el paludismo. Habrá hambruna y plagas de langosta.

Hospital Militar de Antiguones

Por ello, lucha sin descanso por la salud de sus convecinos, estableciendo cordones sanitarios, aislando los focos de infección, creando hospitalillos, limpiando las aguas pestilentes, impidiendo el desembarco de tripulaciones y pasajes sin patentes de sanidad limpias, etc.

Sin olvidar, claro está, la existencia de lavaderos situados en la Serreta, y en la puerta de San José, que contribuían también a las epidemias, pues en ellos se lavan las ropas más sucias de hospitales, tropa y gentes pobres de la ciudad, siendo sus aguas posteriormente drenadas al Almarjal, donde se acumulan. También atribuye la persistencia de las tercianas a la suciedad de calles y plazas, donde se hacinan animales muertos, muladares, y otros efectos corruptibles.

A las calles se arrojan las aguas sucias procedentes de las bodegas, tabernas, barberías, y de casas particulares, resultando un olor a cieno que cree aumentado por las «miasmas» procedentes de los camposantos de Santa María de Gracia y del Hospital de Caridad.

Varios factores son los que desembocan en la fundación del hospital de Caridad, pero sobre todo destaca uno. Las epidemias de peste bubónica que sufre Cartagena en 1677 y 1678. Entre las víctimas mortales y huidas de vecinos, la población de la trimilenaria se ve muy mermada, tanto que son escasos 800 vecinos los que pueblan la localidad. Treinta años antes, Cartagena habría sufrido otro golpe con la epidemia de peste de 1648. Las últimas décadas del siglo XVII son para Cartagena, muy amargas; sin agricultura, sin industria, sin minería y un casi inexistente comercio. A los impuestos que sobre ella pesan, debido a la política de Felipe IV, junto con los donativos que la ciudad hace a la corona, se sumaba que las tropas que pasaban por la ciudad llegaron a coger fama de realizar toda clase de fechorías, por lo que la población abandona la ciudad.

García Roldán, en un grabado

La idea ronda la cabeza de un soldado de la Real Escuadra de Galeras, que prestaba sus servicios en la Galera San Miguel, Francisco García Roldán. Su labor, precaria, empieza dando sepultura a los pobres que mueren, y a los forzados de las galeras, condenados por algún delito a remar las galeras reales, que son arrojados, tras su muerte, en las proximidades de la ermita de La Guía. Roldán, por trabajo, se ausenta de Cartagena. Alonso Cervera y Francisco Martínez, empiezan a ejecutar las obras.

En 1697, la casa de Roldán acoge a los primeros enfermos. Este lugar sería el primero utilizado para actos piadosos. Los pocos medios hospitalarios, sumado al aumento de población, hacen que las camas sean insuficientes. Por tanto, la Cartagena de los últimos años del siglo XVII, es una ciudad con pobres abandonados por la calle. Solo la innegable abnegación de unos pocos revertería esta situación. El crecimiento del hospital da con su traslado al barrio de La Serreta, más amplio y mejor situado.

Otro personaje importante sería Antonio Rosique (por ausencia de Roldán, que había partido al Auxilio de Tortosa en 1707), que recauda fondos para la construcción del hospital. La obra que él empieza no la verá terminada, puesto que fallecía en 1718. Rosique era inválido de guerra. En plena Guerra de Sucesión se le confisca la casa al auditor de Galeras, D. Alfonso de Alcorcón. Belluga, el obispo, había ordenado que fuera allí donde se establezca el hospital para 1706.Es un país en guerra, entre los partidarios de Felipe V, los borbones, que entraban, con el mentado obispo Luis Belluga, ante el clamor popular, en Elche, Orihuela y Cartagena, y la casa Austria, con el archiduque Carlos a la cabeza.

Mapa de Castejón Porcel, que muestra la virulencia del paludismo en Cartagena en los siglos XVIII y XIX

El tratado de Utrecht de 1713 trae el auge económico a la ciudad. Maestros alfareros, yeseros, cordeleros y, otros oficios, como los dedicados a los telares, jabonerías, cuya materia prima se extraería del Almarjal, y por supuesto la pesca. La llegada de los borbones a España, de la mano de Felipe V,y los aires nuevos del pensamiento ilustrado, calan en la ciudad y son claves para este desarrollo local. De esta década o posteriores, son edificios tan emblemáticos para Cartagena como el Arsenal Militar, Capitanía General, o baterías de costa, como Galeras o La Atalaya.

Pintura de la Virgen de la Caridad, de Wsell de Guimbarda

Los primeros estatutos de la congregación son para 1719. “Caridad y protección de María Santísima de los Dolores” Así que, tras esta introducción sobre el contexto en el que nos vamos a sumergir, pongamos que esta historia comienza a mediados de 1722.

En su taller de Nápoles, Giacomo Colombo se encuentra realizando una Virgen de los Dolores. La gubia del maestro napolitano está inmersa en «quitar lo que sobra» que diría su paisano Miguel Ángel, del tronco que ha destinado a la talla de la Madre de Dios.Afirmamos que fue el napolitano Giacomo Colombo el autor de la escultura, tal y como demostraron, principalmente, dos estudios que a continuación citamos. Voces más que autorizadas. El primero, titulado “La Virgen de la Caridad de Cartagena”,cuyas autoras son Pilar Bernal de la Cuesta y María del Carmen Sánchez Rojas Fenoll, y el segundo, el artículo publicado por el académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, José Crisanto LOPEZ Jiménez, en el diario El Noticiero, el 1 de 1966.La idea la tiene concebida. Una imagen parecida, en esencia, a la Piedad del eterno citado escultor. No es menos cierto que la Piedad miguelangelesca tiene cara de niña, incluso se antoja más joven que su propio hijo, y la de Colombo, va a ser más realista en cuanto a la edad de María. Además, la primera era en mármol y ésta va a ser en madera policromada.Dos personas influyen decisivamente en la llegada de la Magna Caritas.

Rosique decide poner el hospital bajo el amparo y protección mariana de la Virgen de los Dolores. El otro personaje importante es Francisco Irsino, hermano de la congregación del Santo y Real Hospital de Caridad, y artillero cartagenero, quien es mandado a Nápoles por la Junta.La imagen arribará, donada por el artillero Irsino, al puerto de Cartagena el 17 de Abril de 1723 en la nao Nuestra Señora de África y el Pequeño Fénix en El Despalmador, tras cumplir 10 días de cuarentena. Al mando del capitán Francisco León, se desembarca la napolitana imagen.

Los estibadores del muelle improvisarán, con remos y maderas, un pequeño trono, en el que será conducida. Esa misma mañana es depositada en la sala del capellán y quedará instalada hasta 1729 en el oratorio de la sala de enfermos. La devoción que suscita la imagen obliga a construir una estancia más grande. El Hospital acepta cualquier donación; dádivas, telas, muebles, comestibles, etc. Aunque no fue concebida como tal, la imagen de la Virgen de la Caridad pasará a ser patrona de la ciudad con el tiempo, sin haber decreto alguno que avale su patronazgo, solo el fervor popular y debido también a los constantes favores de su intercesión ante epidemias y sequias.

En muchos escritos, se ha dejado constancia del cegado de la laguna del Almarjal, lo que ocurriría en el siglo XVIII. Lo cierto es que, tras la construcción del Arsenal, que se prolongará más de 50 años, empezando en febrero de 1731, se desvía, artificialmente, la salida del Almarjal (en la entonces parte norte de Cartagena, hoy sector Ensanche-Almarjal) hacia la Rambla de Benipila, y de ésta a la Algameca Chica, cuando su desagüe natural era el Mar de Mandarache, donde a partir de ahora se ubicará el Arsenal, y más concretamente la base de submarinos. Dicha derivación no natural, ocasionaba, a veces, que la Rambla de Benipila vertiera aguas al Almarjal, en vez de al contrario, lo que provocaba su estancamiento e imposibilitaba su total desagüe. Esto, sumado a la no entrada de agua salina, del mar, es lo que provocaba las epidemias.

A la izquierda, situación antes del desvío hacia la Rambla de Benipila. A la derecha, después del desvío. Planos de Fernández Villamarzo

Nombres como Benito Sáez e Isidoro González, Pedro de Mula, Salvador Lorente y José Bo; Martín Rodón y Bell han dejado constancia a través del tiempo de la necesidad imperiosa de desecar la laguna, señalando a ésta como foco de infección. Una cita de éste último ilustra a la perfección del problema insalubre de la ciudad: “Vivo convencido de que la causa productora de las epidemias que ha padecido, y últimamente ha afligido este Pueblo es la viciosa crasitud de la atmósfera, dimanada de la vecindad a el sitio del Almarjal, donde se mantienen las aguas detenidas, hasta los términos de su corrupción…”

Otra persona ilustre que tendría algún encontronazo con la administración, sería Mateo Vodopich, ya que éste entendía la imperiosa necesidad de eliminar la insalubridad que provocaba la albufera. Antonio Valdés, en 1785, no dejaba pasar la oportunidad e informaría que: “el origen de tan maligna epidemia dependía de los vapores que en el verano han exhalado los pantanos del Armajal y que hasta que este sitio quede con el declive necesario, para que las aguas no se detengan estará siempre el pueblo expuesto a semejantes contagios, queriendo el rey redimirlo de tan funestos estragos como los que ha padecido”

No era un proyecto fácil, ya que había que secar la laguna, es cierto, pero también había que conseguir que no entraran aguas en ella. Había que desviar todas las corrientes de aporte a otro lugar, para conseguir la total desecación. Subir esa cota de rasante (no más baja que la Rambla de Benipila) fue muy útil para la ciudad, ya que, años después, fue una tierra fértil, pudiendo destinarla al cultivo, lo que fue una de las claves del desarrollo de la ciudad. No se llevó a cabo el proyecto todo lo rápido que a la ciudadanía local le hubiera gustado, debido, entre otras cosas, al terremoto de Orán en 1790, que llevó a militares al auxilio de la población argelina, y la propia construcción de la citada muralla (hoy) de Carlos III. A la corona, por entonces, le parecía un gasto superfluo el citado empedrado más la desecación de la laguna en un único enclave. Hasta casi al final del primer tercio del siglo XX no se desecaría totalmente la albufera.

Equipos del CD Santa Lucia y del AC Victoria

Llegamos a 1917. El Football en la ciudad departamental, organizativamente, no estaba definido. Sí que tenía un equipo que sobresalía, el Sporting Club Carthago, que competía en campeonatos locales, junto con el CD Victoria, Santa Bárbara, FC Santa Lucía, etc. El primero de los citados sería, años después, el germen del Cartagena FC. Pero en la capital de España, el Racing de Madrid y el Madrid CF van a disputar, seguramente sin saberlo, un partido que tendrá importancia en el sureste español. El Racing de Madrid disputa este partido de BLANCO Y NEGRO, como se puede ver en las imágenes.

Copa Maura, entre el Racing de Murcia y el Madrid CF

Se impone al Madrid CF, en la Copa Maura, que adoptó el apellido de Gabriel Maura, hijo del afamado político Antonio Maura. Los racinguistas ganan al equipo blanco.

  1. Paco Bru

    Se funda el Cartagena Football Club, de la mano de José García Vaso, quien, hasta hace unos meses, había sido presidente del Sporting Club Carthago, club que ya por entonces, daba sus últimos coletazos. No tenemos ninguna constancia, a día de hoy, para demostrar que este recién nacido conjunto, define su escudo en el año de su fundación, y no será así hasta 1923.

  2. Llega, para España la olimpiada de Amberes. El seleccionador Paco Bru, y su segundo, Manuel Lemmel, tienen el honor de ser el primer cuadro técnico en una cita internacional de este calibre para el combinado patrio. La anterior, la de 1916 en Berlín, no se disputaría por el conflicto bélico de la I Guerra Mundial. A las anteriores (1896-1912), España ni había ido. Por tanto, el debut estaba servido. Bru y Lemmel, ex jugadores, se embarcan en esta aventura. Y el resultado fue una nada desdeñable plata.

Lemmel, primero por la izquierda en la fila inferior

Múltiples son las pruebas, como veremos a continuación, referentes a que el Cartagena FC no tenía escudo definido hasta 1923, al menos que sepamos, y siempre vistió de blanco. Una muestra más de lo que decimos, se puede observar durante la feria de Julio de 1922 de la Ciudad de Cartagena. Además de partidos de fútbol, habrá corridas de toros, conciertos, regatas, concurso de escaparates y balcones, etc. Concretamente, los partidos serían tres. Todos ellos, tendrían los mismos protagonistas: Cartagena FC y Real Betis Balompié. Los tres partidos, los ganaría el equipo local. Pero aquí, lo importante, va a ser la camiseta que vista el conjunto cartagenero. Es completamente negra, con pantalón blanco. El escudo en las camisetas, para julio de 1922, es el anagrama municipal de la ciudad de Cartagena (el actual data de 1929, obra de Federico Casal) y no hay, como se ve, ni rastro del escudo del club. La ocasión parece perfecta. No hay, que sepamos, escudo definido, y son las fiestas de Julio de la ciudad. La oportunidad parece idónea para portar el emblema del municipio.

Detalle de las camisetas usadas durante los partidos de la Feria de Cartagena de 1922.

Llega 1923 y, por tanto, se cumple el bicentenario de la llegada de la Virgen de la Caridad a Cartagena. Para tan magnifica efeméride, se solicitará su coronación canónica. Es aprobada por el papa Pio XI. Entonces, a un gran acto como este, hay que darle el empaque que merece la madre de los cartageneros. Será coronada, Consolatrix Aflectorum, el 17 de Abril de 1923. Se encargaría de hacer los honores el obispo de la Diócesis de Cartagena, Rvdo. D. Vicente Alonso Salgado.E n representación de SM el Rey Alfonso XIII, el capitán general del Departamento Marítimo, D. Juan de Carranza, y en representación del Vaticano, el nuncio apostólico, D. Francesco Ragonesi.

Escudo municipal presente en las zamarras departamentales.

En los días anteriores, el 15 y 16, el Cartagena FC va a invitar al Racing de Madrid, aquel equipo que en 1917 había jugado de blanco y negro la Copa Maura. El Efesé alineaba casi el mismo once en los dos partidos, solo Ausejo no jugaría el segundo, en fortuna de Calatayud. En el primero, los todavía blancos se imponen 3-1. En el segundo, los rojinegros de Chamberí se llevarían la contienda, 2-0.

Momento de la coronación canónica

La alineación del Cartagena F.C: Pepe Vaso; Grau, Peralba; C. Latorre, Dioni, Duran; Llorente, Sanchis, Ausejo, Ramón, Bayo.Ambos envites serían arbitrados por el segundo hijo del matrimonio de José García Vaso Navarro y Pilar, Luis García Vaso, que daba sus últimos coletazos como jugador del Efesé.

Cartel anunciador del partido. Fondo Juan Ignacio Ferrández

Hemos afirmado líneas atrás, que, hasta los mentados partidos, el Cartagena FC (ni su antecesor, el Sporting Club Carthago) no había vestido nunca de blanquinegro. Por el contrario, en las siguientes instantáneasa abril de 1923, el equipo ya aparece con las rayas verticales.

Sporting Club Carthago, en 1919, y Cartagena FC en 1920 y 1922

Hemos asumido, como hemos dicho en renglones anteriores, que el Cartagena Football Club se funda con el escudo a rayas verticales ya instauras en 1919, pero no tenemos documento que así lo acredite.Lo que sí sabemos es que el escudo empieza a aparecer desde abril de 1923 en adelante.

Reproducciones del escudo,
posteriores a 1923

Rayas verticales en la camiseta del Cartagena FC, en un partido para Enero de 1924

Escudo del Cartagena FC en algunas de las camisetas de los jugadores, para 1924

De hecho, los escudos de ambos conjuntos comparten colores. Rojo, negro, dorado y blanco. Sí que es verdad que el Racing de Madrid todavía no había adoptado este escudo, lo que haría años después, pero quizás lo tuvieran en la cabeza. De hecho, los colores rojinegros ya eran utilizados por los madrileños desde hacía tiempo. También podemos hilar la casuística que el eterno rival, el equipo de Murcia, con el que ya había habido alguna trifulca que otra en épocas pasadas, en esta ocasión, el Real Murcia, ya vestía de rojo y posiblemente no se quiso “murcianizar” la camiseta cartagenera. Nos cuadra esta historia, ya que lo que derivó en la salida de García Vaso del Sporting, en enero de 1919, fue la carta que un directivo del club, Juan Teruel, dirigió a Murcia, con el objetivo de reanudar relaciones entre los dos conjuntos, y las dos ciudades, rotas casi dos años antes, tras los incidentes de abril de 1917. Esto, haría a Vaso apartarse del fútbol durante unos meses, hasta fundar el Cartagena FC en el verano de 1919.

Escudos de uno y otro equipo

Justo Conesa Navarro, un exportador de pimentón de Espinardo, directivo murcianista, fue el instigador de tal color para la camiseta murciana, a finales de 1920.El Racing siempre fue un equipo puntero de la época. De hecho, para la temporada 1927-28, la temporada previa a la “construcción” de la liga nacional tal y como la conocemos, el Cartagena contrataría al olímpico Manuel Lemmel, de Amberes 1920.Los equipos empezaban ya a profesionalizarse y hacía temporadas que ya estaban inmersos en la contratación de jugadores “no amateurs”, además de nutrirse de la cantera local y alrededores. Lemmel solo está una temporada en el Efesé. Para la temporada siguiente, es Paco Bru, el seleccionador de Amberes, quien se hace cargo del Racing de Madrid para el debut en Liga.

Lo que si podemos afirmar es que para septiembre de 1923, el Cartagena ya tenía escudo definido, puesto que así lo demuestra la primera referencia en cromo del Efesé, de Chocolates Eduardo Pi, con una reproducción que no deja lugar a dudas

Lámina de Eduardo Pí, donde se aprecia el escudo del Cartagena FC

Volviendo a 1928, si entendemos que las relaciones entre el Racing de Madrid y el Cartagena FC se alargaron en el tiempo, como parece, y fueron tan fructíferas como para acabar cambiando la equipación, para siempre, del Efesé, podemos empezar a investigar por qué Lemmel es entrenador del Cartagena FC en la temporada 1927/28 y por qué Paco Bru, lo es del Racing de Madrid una temporada después.

 




100 años de Efesé

  • 01Introducción al seseo cartagenero

Alfonso Grandal investigó muy mucho sobre el seseo cartagenero, casi siempre vinculado a orígenes andaluces, por la cercanía para con nuestra actual Región de Murcia. Las migraciones de mineros y pescadores desde la tierra de Blas Infante, a la de Isaac Peral, podrían justificar, en primer término, esta habla particular. Destaca Grandal en su trabajo, la extrema dificultad de los escribanos de la ciudad del siglo XVI, de diferenciar las letras s, ss, z, ç. En censos municipales, como el de 1505, encontraremos apellidos como Albarrasín, Ferrándes, o Méndes. También se encontrarán correctamente escritos López, Mínguez o Rodríguez.

Más adentrado el siglo XVI, vamos a encontrar, según Grandal, en los libros de actas del Ayuntamiento, múltiples pruebas del fruto del seseo cartagenero. Palabras como surujano (cirujano), o calsada. En otros documentos, como las cartas reales, aparecerán frases como ésta: “para haser ciertas sanjas y creser el agua”.

Centrándonos en la procedencia de los llegados a la actual Región de Murcia, Grandal destierra, a todas luces, que el seseo cartagenero lleve consigo la presencia andaluza en el sureste español. De hecho, nos sacará de dudas cuando cita el trabajo de R. Torres Sánchez, “Ciudad y población: el desarrollo demográfico de Cartagena durante la Edad Moderna, Cartagena”, donde se clarifica la procedencia: “El 20% aproximadamente, procedía de la propia Región de Murcia y sobre un 40% del resto de España. Este 40% agrupaba, entre otros, entre un 15% y un 20% de castellanos de las dos Castillas (con amplio predominio manchego), un 10%, como máximo, de valencianos, mallorquines y catalanes, y menos de un 8% de andaluces”.

Las conclusiones de Grandal son variopintas, pero la siguiente explica la procedencia del seseo: “También es plausible la idea de que la neutralización de la distinción de s y c, fuera debida a la presión ejercida por el aluvión de inmigrantes de distintas procedencias que sufrió la ciudad durante los años críticos de la primera mitad del siglo XVI. Y, desde luego, cabe considerar como muy probable una combinación de estas dos explicaciones: el incipiente seseo de la población cartagenera originaria pudo ser reforzado y, quizá, modificado por una mayoría de forasteros que compartían la misma tendencia al seseo, aunque con otros matices”

No es menos cierto que, recientes y no tan recientes investigaciones, han clarificado que en Cartagena y en su comarca, como parte del Reino de Murcia, se hablaba catalán, ya a mediados del siglo XIII, como repuesta al repoblamiento de estas tierras tras la Reconquista. Palabras como boria (niebla), pésoles (guisantes), bajocas (judías), tápenas (alcaparras), cabernera (jilguero), leja (estante), bufeta (ampolla) o fango (barro), son parte actual del habla cartagenera. Enclaves actuales como Serreta, Parajola, Cala Reona, Molinete, Calnegre o Isla Grosa han permanecido con su denominación inalterables hasta nuestros días.

  • Primer partido de fútbol entre Cartagena y Murcia. Los ingleses. Conexión Argelia – Cartagena

Respecto al balompié, el primer partido, conocido, entre un equipo de Cartagena y otro de Murcia, data de 1911. No fueron, si quiera, los primeros “teams” de cada ciudad los contendientes, si no que el match lo disputarían el Sport Club Carthago y el Sporting Club de Murcia, siendo, por entonces el Sport Club Cartagena, en la ciudad departamental, y el Murcia FC en la capital del Segura los mandamases en esto de la pelota.

Crónica del primer derbi conocido, en 1911

Este encuentro dejaría otro dato para la historia. Los goles del partido, que acabaría con victoria local (el partido se disputó en Cartagena, en El Almarjal [no confundir con El Almarjal inaugurado en 1925)], fueron marcados por futbolistas ingleses.

“Chantecler” especulaba con el cierre del Arsenal, si los trabajadores insistían en ir a la huelga. La explotación laboral era otro tema que trataban en sus publicaciones

Extracto del periódico satírico “Chantecler”, que denunciaba la presencia inglesa en el Arsenal

En el diario “El Tiempo”, de Murcia, se da incluso más información que en la propia ciudad cartagenera (pasará muchas veces más a lo largo de la historia). No es que el partido no fuera reseñado en la prensa de Cartagena, sino que, entre ambas notas, por ejemplo, podemos establecer la primera alineación del “Cartagena” en un derbi, ya que, a saber, a Sánchez lo nombra la prensa murciana y no la cartagenera.

Beltrí y Ausejo, dos futbolistas por parte cartagenera, en el primer derbi conocido

Por tanto, la alineación, sin ordenar, cartagenera sería: Beltrí, Calandre, Ausejo, Roberto, Rodríguez, Ángel, Sáez, Luque, Sánchez, y los dos ingleses, a los que la prensa llama “Jarnison y Tinde”, a los que, como hemos dicho, los cita como autores de los goles del conjunto del Carthago. Estos dos apellidos son, casi con total seguridad, Magno Harrison, que aparece como jugador del Sport Club Cartagena en la Guía Oficial de Cartagena, de 1909, y C. Tendall.

Recorte de la guía oficial de Cartagena, de 1909

Si en 1909 estaban en Cartagena, no parece descabellado que lo estuviera en 1911, ya que los ingleses pertenecían a la “Casa Vickers”, multinacional de armamento y maquinaria, que se estableció en Cartagena, junto con las también inglesas, Armstrong y Brown. Hay que tener en cuenta que, en 1909, la Sociedad Española de Construcciones Navales se hace cargo del astillero, al ganar su concurso de explotación. Hacía solo una década que España había perdido la guerra en Cuba, Puerto Rico y Filipinas, y en el astillero empezarán los despidos, debido a las mermadas arcas nacionales. El astillero de Cartagena será llevado al ostracismo, ya que éste quedó, por parte de Marina, para reparaciones y no para nuevas construcciones. En 1906, 249 obreros de la Maestranza habían sido despedidos, por lo que éstos se unirán en la Junta Permanente de Defensa de los intereses del Arsenal. Al hacerse la SECN con el astillero, esta empresa cuenta con capital nacional y sobre todo inglés. Así se explica la presencia inglesa en Cartagena.

Sociedad Española de Construcciones Navales

Al calor de la ley de Maura y Ferrándiz de 1908, se constituyó, como decimos la Sociedad Española de Construcciones Navales. Se privatizarían con dicha ley, los astilleros de Ferrol y Cartagena. A su adjudicación, no podía haber más de un 40% de accionariado extranjero, inglés en este caso. Se formaría un consorcio entre las tres mentadas empresas inglesas, y el otro 60% quedaría en manos españolas, pero muy atomizado, en muchos inversores, que no representaban, individualmente, mucho accionariado. Ningún inversor patrio se quedó más del 2%. De esta casuística surge que, realmente, quien controla el astillero, son las tres casas extranjeras, más concretamente la casa Vickers, que será la más importante de las tres, y que, a la postre, acabará comprando las otras dos mercantiles inglesas. Esto, supone traer a Cartagenamano especializada inglesa, que serán 32 maestros, en primera instancia. En el nuevo organigrama, a cada taller le correspondería un maestro inglés (de tubos, de maquinaria, de herreros, de forja, de carpintería, de botes, de delineación, etc.), que sería el número 1 en el escalafón, correspondiendo el segundo a un obrero español. Vendrá una segunda oleada, en 1917, para la construcción de submarinos, que permanecerán en Cartagena hasta bien entrados los años 20.

El tal Harrison aparece también, como árbitro, en el que describiremos, en futuros artículos, mientras nadie demuestre lo contrario, como el primer partido intercontinental de la historia en España. Éste, se disputó en territorio cartagenero entre el conjunto local y el Oranais argelino. También aparecerá como jugador en diferentes partidos y/o juez de campo en los años 1907, 1908 y 1909. Se deja ver la presencia inglesa muchos años atrás, en negocios como la minería, el propio arsenal, o diferentes compañías de abastecimiento de aguas, como Santa Bárbara, Aguas del Sureste, o The Carthagena Waters Work. Respecto a “Tinde”, bien puede ser C. Tendall, que aparece, como poco, en los dos partidos que el Sport Club Cartagena juega con el mentado equipo argelino. Hay otros nombres que nos llama poderosamente la atención, que es el de Walter Graham que, también aparece en los partidos contra Orán. Otro apellido que demuestra la presencia inglesa en Cartagena es Brown, que se ve representado en los hermanos Rolando y Walter. Ellos también disputan el primer partido intercontinental.

Para principios del siglo XX y finales del XIX, España es un país emigrante. Nos encontramos con un país agrario y desindustrializado en su mayoría. Contaba con dos excepciones, cuya burguesía empezaba a ser emergente, que eran Cataluña y el País Vasco. Sí que existe la minería, sobre todo, en Andalucía, y algunos lugares localizados de la Región de Murcia. Pero industria, con fábricas y procesos como tal las conocemos hoy, únicamente existían en los dos lugares mencionados. Esto no es casual. Estas dos regiones tienen frontera con Francia, por lo tanto, frontera con Europa, además de puerto marítimo. Esta era la manera más fácil y económica de importar y exportar productos para los procesos industriales. Eran y son dos lugares estratégicos, geográficamente hablando, para con el continente europeo. Llegar, por ejemplo, a Sevilla, desde Francia, era mucho más costoso (en tiempo y dinero), que hacerlo a Cataluña o al País Vasco. Esto explica, en cierta manera, el nacimiento y expansión del movimiento modernista catalán. Todos los palacios y edificios modernistas aparecen porque hay una burguesía industrial muy potente, que es la que construye estos edificios. Obras de Gaudí, por ejemplo, el Parque Güell, La Sagrada Familia o la Casa Vicens, primera obra maestra del arquitecto, o el Palau de la Música, son edificaciones de esta época.

Las regiones del este y sur de España se plantean emigrar a Cataluña y, la zona centro del país y de Castilla, se decantaron más por el País Vasco. De nuestra región, y más concretamente de Cartagena, además de provincias limítrofes, como Alicante, emigraron también al continente africano, más concretamente a ciudades como Orán (Argelia), ya que este país era por entonces una provincia francesa.

  • Cartagena y Murcia, dos ciudades condenadas a entenderse

La historia de Cartagena y Murcia está plagada de encontronazos, entre una y otra ciudad. A lo largo de los siglos, Cartagena ha sido la perjudicada y por ello, esto es una rivalidad que trasciende lo deportivo y que, hoy en día, es palpable en la sociedad, a un lado y otro del Puerto de la Cadena, barrera natural entre las dos ciudades.

         3.1 Cartagena, ciudad alfonsina

Para entender esta historia, nos tenemos que remontar al siglo XIII. Cartagena, la ciudad trimilenaria, se convierte en castellana en 1246 y Murcia sigue siendo árabe. En este tiempo, Alfonso X restablece la Diócesis de Cartagena, previa aprobación del Papa Inocencio IV, cuyo obispo diocesano residía en la sede de la diócesis, como parecía lógico. El monarca mentado, le concedió a Cartagena un extenso término concejil, que abarcaba los actuales términos municipales de Cartagena y La Unión, más parte de los de Mazarrón, Fuente Álamo y LosAlcázares,másde700Km2. Por su parte, la ciudad del Segura, se encuentra bajo dominio mudéjar. Murcia pasará a ser ciudad castellana, definitivamente, 20 años después que Cartagena. Entonces, con las dos ciudades bajo dominio de Castilla, las afrentas por territorio serán muy comunes a lo largo de la historia.

Diócesis de Cartagena

        3.2- Con la iglesia hemos topao

La tradición cristiana en Cartagena está muy arraigada. Tanto, que la leyenda cuenta que fue el mismo Apóstol Santiago el que evangelizó España desde Cartagena. Por ello, la Carthaginense lo tendrá como primer obispo. De aquí que su Santa Iglesia sea Madre y Primada de España, hasta que fue trasladada a Toledo, auspiciada, curiosamente, por dos cartageneros, San Leandro y San Fulgencio. Su escudo así reza: “Sancta Marter Eclessia Carthaginensis in Hispania”.Tras la reconquista, se restaura la Diócesis Carthaginense por el Papa Inocencio IV, y mediante Bula de 31 de julio de 1250, se consagrará como obispo a Fray Pedro Gallego, confesor del rey Alfonso X el Sabio. En la catedral se entronizará, la imagen sedente bizantina del Santa María de Cartagena, actualmente llamada Santa María del Rosell, presente en las cantigas de Alfonso X.

En 1291, el obispo de turno de la diócesis de Cartagena, Diego Martínez Magaz, decide trasladar, sin autorización papal, mientras nadie demuestre lo contrario, del sumo pontífice, Nicolás IV, la silla episcopal a Murcia. Desde este momento, y permaneciendo inalterable hasta nuestros días, el obispado, tendrá sede en Murcia y la Diócesis llevará el nombre de Cartagena. No consta, en ningún lugar, la autorización de dicho traslado en los registros del papa Nicolás IV. Como es de imaginar, no se encuentra tampoco que con posterioridad a 1291, la Santa Sede sancionase la hégira de la Carhaginense.

Sobre las causas que provocaron la salida de Cartagena, se ha escrito mucho. Aludían los motivos a los ataques de piratería que sufría la ciudad en el siglo XIII, por ejemplo. Otras investigaciones, lo achacan al afán del obispo Martínez Magaz de residir en la capital del reino. Con esto, se benefició claramente a Murcia, en detrimento de Cartagena, ya que, en la primera, residiría el poder administrativo, y ahora el religioso. Las rentas del obispado, a partir de ahora, irían a parar a Murcia.

Esto provocará la desatención en la Catedral de Cartagena, construida en un lugar elevado, al amparo del Teatro Romano de la ciudad. De hecho, mientras había una Catedral en proceso de abandono, en Murcia, en buena parte del siglo XIV, no existía Catedral que consagrar como tempo principal de la Carthaginense.

Esto, llevaría al consistorio de Cartagena a pedir, oficialmente, la vuelta de la silla episcopal a Cartagena, el 4 de junio de 1555, cosa que no sucedería. Ya en el siglo XVI, se reconstruirá parcialmente la catedral y a finales del mentado siglo, el concejo de Cartagena volverá a pedir la vuelta de Obispo a su legítima sede. En 1601, lo pedirá por tercera vez. El estado de abandono de la iglesia cartagenera era más que evidente.

Capilla construida a expensas del Duque de Veragua, en la Catedral de Cartagena, destruida en 1936. La preside el Cristo Moreno

Tendrían que pasar 90 años para que, el Duque de Veragua, asumiera la construcción de una capilla en honor del Cristo Moreno de Cartagena. D. Pedro Manuel Colón de Portugal de la Cueva y Enriquez, el duque, decidirá llevar a cabo la obra por la curación milagrosa del hijo menor al paso de la imagen del Cristo Moreno. También fundará una Cofradía para el culto de la milagrosa imagen. La cofradía del Stmo. Y Real Cristo del Socorro saca a la calle, cada madrugada del viernes de Dolores, la primera procesión de España, dentro de la Semana Santa.

Aspecto exterior de la Catedral de Cartagena, antes de 1936

Ya en el siglo XVIII, se “trasladaría” la Catedral, a la por entonces nueva iglesia de Santa María de Gracia, en la calle del Aire, llevándose sus más preciados enseres.

Habrá una cuarta intentona para pedir la vuelta del Obispado a su sede. El Capitán General del Departamento Marítimo de Cartagena, Francisco de Borja y Poyo, Marqués de Camachos, junto con el Ayuntamiento, lo solicitarán, pero sería denegado. De hecho, esa vez, estuvieron cerca de conseguir que la silla episcopal volviera a su origen. Los reyes de España, Carlos IV y su esposa, María Luisa, además del futuro rey Fernando VIII, pasarían las Navidades de 1807 en Cartagena. El marqués de Camachos, amigo de Godoy, que también vendrían en la comitiva real, fue el encargado de recabar las pruebas necesarias para que los reyes apoyaran firmemente el retorno de la silla episcopal. Habrá constancia escrita de varios encuentros, por parte del concejo cartagenero, presididas por los reyes. Logó traer las bulas papales, que, traducidas por Miguel Blesa, dejarían constancia de la ilegalidad del traslado. Otro documento expuesto sería el certificado de la Santa Sede, afirmando que no existía decreto de traslación. Curiosamente, el Marqués de Camachos, fiel al rey, sería acusado de afrancesado y sería ajusticiado en las calles de Cartagena en 1808.

Francisco de Borja, Marqués de Camachos

En este siglo, en 1819, durante unas obras, se descubrirían tres de las doce Cruces de Consagración que prescribe el Ritual para la Consagración. Esto alejaba todas las dudas sobre la Única Catedral del Obispado de Cartagena. Desde entonces, algunos estudiosos consignarán a la Catedral de Murcia como Concatedral de Cartagena en Murcia.

La Catedral de Cartagena, sin techumbre

A principios del siglo XX, Víctor Beltrí, el insigne arquitecto de edificios como la Casa Cervantes, el Palacio de Aguirre, la Casa Zapata, el Gran Hotel o la Casa Llagostera, restauraría, por iniciativa del Ayuntamiento, casi la totalidad de la Catedral de Cartagena. Algo más de treinta años le dudaría la alegría a la Catedral de Cartagena. En los bombardeos durante la Guerra Civil, la Legión Cóndor alemana, destruiría varios enclaves de la ciudad, entre ellos el edificio mentado. El catedrático de Historia Contemporánea, Pedro María Egea Bruno, cuantifica en 117 los bombardeos que sufriría Cartagena. Desde entonces hasta nuestros días, y después de 36 años de dictadura nacional católica, la Catedral se encuentra sin techo, expuesta a las inclemencias del tiempo. Nadie, ningún estamento, ni siquiera el clero, se han preocupado por restaurarla.

Noviembre de 1936 fue caótico para Cartagena. 58 bombardeos se contabilizaron

3.3 – Pleito por Campo Nubla (1499 – 1532)

Empecemos por situar Campo Nubla. Es una diputación, entonces dehesa, que limita al oeste con Fuente Álamo, que era la frontera entre los tres concejos; Murcia, Cartagena y Lorca. Éste, pertenecía a Cartagena y en él, pastaba el ganado de los cartageneros, y a veces servía de residencia de invierno a los ganaderos, que traían su ganado, desde la parte central de España. Y, como hoy, se criaban jabalíes y zorros, entre otros animales cinegéticos, para su caza. Los ciudadanos, de otros concejos ajenos a Cartagena, también ocupaban estas tierras para dichos menesteres.

El concejo de Murcia solicita la devolución de unos enseres de caza para uno de sus vecinos, olvidados durante una jornada de caza en Cartagena

Carta real de los Reyes Católicos a Cristóbal Morquecho, escribano de la Real Audiencia de Granada, en el pleito sobre Campo Nubla

Carlos I solicita al corregidor de Murcia, justicia al concejo de Cartagena. Los vecinos de Murcia “prendieron” (agredieron), a labradores y pastores

En 1499, el concejo de Murcia solicita que, sus rebaños, puedan pastar en Campo Nubla. No podemos olvidar que, los agricultores cartageneros, también desarrollaban su trabajo en Campo Nubla. Murcia, por su parte, tenía una extensa huerta para este menester. En 1532, concretamente el 4 de junio, la Real Chancillería de Granada, órgano de justicia, resolvería este conflicto a favor de Cartagena. Este pleito casi se eternizaría en el tiempo, ya que, más de dos siglos después, no estaban puestos los mojones, es decir, las señales para delimitar las lindes de las fronteras.

Sentencia del pleito de Campo Nubla. En él se observa el primer escudo conocido de la ciudad de Cartagena, con una leyenda oval que dice: «De Cartagena este es el Castillo»

  3.4 – Pleito por el Mar Menor (1485 – 1523)

El ego expansionista murciano no protagonizaría esa única disputa con Cartagena. En 1485, el Concejo de Murcia solicitaría que sus ciudadanos pudieran pescar en la albufera del Mar Menor, una laguna de agua salada, a 50 km de la actual ciudad de Murcia. Debemos tener en cuenta que localidades como las hoyTorrePacheco, San Javier y San Pedro del Pinatar, estas dos últimas con acceso a la albufera, eran parte del concejo de Murcia.

Carta de los Reyes Católicos, revocando la sentencia de mosén Juan Cabrero, corregidor de Murcia, sobre uno de los pleitos del Mar Menor

El motor económico de Cartagena, amén de la ganadería y la agricultura, localizada, ya mentados, era la pesca en su mar. En 1523, la reina Juana decidiría el reparto de la laguna. La mitad sur sería para Cartagena, hasta la rambla del Albujón (limite también del concejo de Cartagena con Murcia), y la parte central y norte sería para Murcia. Actualmente, más o menos, el reparto de lo que hoy se conoce como La Manga del Mar Menor, sigue igual.

Mapa de la albufera, dividida por la Rambla del Albujón.

Hasta aproximadamente el kilómetro 3,5 pertenece al Ayuntamiento de Cartagena. El resto, unos 17 km, pertenecen al consistorio de San Javier. La laguna no tendrá, actualmente, salida terrestre por su parte norte por lo que, curiosamente, si veraneas en el kilómetro 15 de La Manga del Mar Menor, tendrás, para volver a casa, que atravesar 15 kilómetros en dirección contraria, hacia la parte sur, de Cartagena, con salida terrestre, pasando literalmente por otro municipio. Hay constancia escrita de afrentas entre pescadores cartageneros y murcianos, tanto que algunos perderían la vida intentando ganarse el pan, por diferentes trifulcas. Algunos pescadores cartageneros, que entendían que los foráneos estaban quitándole su modo de vida, preferían vender el pescado fuera del Reino de Murcia.

Actual salida a la laguna desde la Rambla del Albujón, que hoy no separa Concejos. Localidades como Islas Menores, Los Nietos o Los Urrutias, pertenecen a Cartagena

          3.5 – La división provincial de 1833

En 1833, Javier de Burgos, realiza una división provincial. Excluirá a Cartagena, manteniendo a Murcia. Cartagena, Alicante, Oviedo, Santander, Cádiz y Málaga habían sido nombradas, hacia escasos 30 años, provincias marítimas, y solo la ciudad de Cartagena quedaría fuera, de todas ellas, de la división territorial. No reconocer la identidad histórica de Cartagena, no hizo otra cosa que menoscabar más, si es que era posible, el crecimiento de la ciudad, ya de por sí complicado. Cartagena jugaba en clara desventaja en esta división de provincias marítimas, ya que, por ejemplo, Cádiz y Málaga se encontraban más cerca de América, por ejemplo, y además no poseía un empleo fuerte, amén del Arsenal. Una ciudad, que había sido, en tiempos, la única salida de Castilla al mar.

            3.6 – El estatuto de autonomía de 1982

La carta magna de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia sería aprobada en 1982, permitiendo que Albacete, hasta entonces parte de la actual Región de Murcia, pasase a dominio castellano manchego. Entonces, se concibió la actual región como uniprovincial. Se le denominó tal como se conoce hoy, de Murcia, y la capital, Murcia, sin posibilidad de crear nuevas provincias, cosa que, sin género de dudas hubiera (y seguiría) beneficiado a todo el conjunto de la Región de Murcia. En los preliminares del texto, sí que el Partido Cantonal, de Cartagena, consiguió que se estableciera el nombre alternativo de Región Murciano-Cartaginense, pero en las altas instancias nacionales, este apéndice fue desechado. De hecho, en la Constitución Española, en su artículo 147.2, en el apartado, cita literalmente, que “Los Estatutos de autonomía deberán contener la denominación de la Comunidad que mejor corresponda a su identidad histórica”. Esto claramente, no se cumple, dado que Cartagena es trimilenaria (como poco), y Murcia ahora va a celebrar sus 1200 años.

            3.7- Una ocasión perfecta para estar a la altura

En 1992, mientras España era, o eso se exportaba, un país moderno y europeo, con su clímax en la Expo de Sevilla o los JJOO de Barcelona, en Cartagena se sufrían las consecuencias de una reconversión industrial, que azotaría la ciudad, consiguiendo cerrar fábricas, más tarde o más temprano, como La Española del Zinc, Peñarroya y Fertilizantes Españoles, y además pretenderlo con el astillero cartagenero, propiedad de Bazán. En el caso de la Española del Zinc, por ejemplo, la cartagenera cerró con los años, y Asturiana del Zinc, dedicada al mismo metal, sigue abierta en 2024. Unos políticos que supieron que se jugaba su pueblo, y unos mineros comprometidos con su empleo, que lucharon por conservarlo, fueron clave. La empresa de fertilizantes también cerraría en Cartagena sus tres factorías, y, sin embargo, Fertiberia, en Puertollano, sigue sin cesar su actividad. José Bono,en estos hechos, presidente autonómico de Castilla La Mancha, y del mismo signo político que el gobierno de la nación española, evitaría el cierre de esta industria que, junto con la Refinería de Repsol, es el gran tejido empresarial de la ciudad manchega.

La coyuntura exigía que la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia estuviera a la altura. Aquí no dejaría mucho que desear la ciudad de Murcia, si no la Comunidad Autónoma, el gobierno regional que, no contento con no reconocer la provincia de Cartagena 10 años atrás, condenaba al oscurantismo industrial a la ciudad, simple y llanamente por su inacción para con sus trabajadores, que reclamaban

Carlos Collado al frente del gobierno de la Región, y sus consejeros, no fueron capaces de defender los intereses de Cartagena, frente a otras comunidades que sí lo hicieron. El astillero de Bazán de Ferrol tendría como máximo defensor, al archiconocido Manuel Fraga, y el de San Fernando, en Andalucía, Carmen Romero, la esposa de Felipe González, que era diputada por Cádiz en el Congreso de los Diputados. Estos enclaves industriales estaban sufriendo lo mismo que Cartagena, pero estas sí que encontraron a alguien que defendiera sus intereses en Madrid. En este tablero, Cartagena partía con clara desventaja. Tanto, que se presentó un ERE, únicamente en la factoría de Cartagena. Tanta era la tensión laboral, que sería convocada una huelga general en Cartagena y Comarca, para el 17 de diciembre de 1991. Antes se habían realizado, los días 3 y 12 del mismo mes, dos manifestaciones, a las puertas del Ayuntamiento y de la Asamblea Regional, con sede en Cartagena, respectivamente. La huelga general del día 17, sería un éxito en número de adeptos. Incluso, el equipo de fútbol por entonces más representativo en la ciudad, el Cartagena FC, secundó la huelga no entrenando ese día. El presidente del club, José Luis Belda, apoyaba la huelga (además de presidente, era empresario), y se vería en la manifestación a Paco Sánchez y Pedro Cordero, capitanes del equipo, y además cartageneros. Unos políticos sin soluciones a nivel regional, como hemos visto, y a nivel local, con José Antonio Alonso a la cabeza, vieron como los trabajadores se impacientaban cada día más. De hecho, el comité de empresa de Bazán, única factoría dañada de las tres antes mencionadas, quedaría, en ocasiones, encerrado, por su propia voluntad. Y entonces llegaría el 3 de febrero de 1992, que sería el día que todo se desbordó. Con una manifestación, empezaba la jornada, ya a sabiendas de la aprobación del ERE para la factoría de Cartagena. Los manifestantes contaban con el conocimiento que, Carlos Collado, iba a comparecer esa mañana en la Asamblea Regional, en pleno paseo Alfonso XIII. A escasos metros del edificio mentado, se situarían los primeros manifestantes que, tras romper el cordón policial, fueron cargados por los antidisturbios. Más policías ocultos llegaron desde atrás y envolvieron a los manifestantes. La policía pediría refuerzos, y los trabajadores que se encontraban en la factoría, no regulados, fueron unidos a unirse. La batalla campal estaba servida. Las pelotas de goma, cartuchos de sal, y los botes de humo eran lo que inundaba la calle y los ojos de quien veía esta escena, digna de una guerra. Los trabajadores no se amedrentarían, y se defenderían con piedras, hierros, tornillos, tuercas, etc. La refriega duraría varías horas. Los manifestantes romperían varias veces el cerco policial, hasta llegar a la puerta de la Asamblea Regional, y aunque es cierto que la lucha se extendió a las calles colindantes. Por la tarde, se podían ver unos cuantos manifestantes, y a los antidisturbios exhaustos, tras varias horas de lucha. De hecho, siempre se ha dicho, que, dada la dureza de las cargas policiales, fue el mismo ayuntamiento el que solicitó la retirada de las fuerzas del orden, a lo que la delegada del Gobierno, Concepción Sáez, accedió. Y entonces, sucedió algo que ha pasado a la historia. Delincuentes comunes, según la policía, lanzaron varios cócteles molotov contra la fachada de la Asamblea Regional, dos de los cuales impactaron contras las ventanas exteriores del primer piso. Uno de ellos logró entrar y prendió el interior de la sala de conferencias.

La Asamblea Regional, durante el incendio de la sala de conferencias

El PEC, el plan especial de desarrollo de Cartagena, del gobierno de Felipe González, corregirá un poco, tarde, las factorías en Cartagena. Enagás se implantaría en la ciudad, y para Bazán se aprobaría la construcción de cazaminas. En Escombreras, la dársena experimentaría un crecimiento, con la construcción de un nuevo dique, y el Puerto de Cartagena sería trasladado y ampliado.

  • Los altercados en el fútbol, también presentes entre las dos ciudades

En lo que al deporte rey se refiere, la rivalidad entre las aficiones de los equipos de uno y otro lado del Puerto de la Cadena nace, como tarde, en abril de 1917. Los equipos del Sporting Club Carthago, y del Athletic Club de Murcia, conciertan, para el 13 de abril, fiestas de primavera en la ciudad del rio Segura, un partido entre los mentados equipos. En el campo murciano, el Sporting cartagenero vencería 1-2. El gol del Murcia lo haría Calvo y los del Sporting serían obra de Casanova, en propia puerta, y de Monche, con pasado en el equipo murciano. Las alineaciones fueron las siguientes: SCC: (J) Blázquez, Ausejo, Antón, Sáez, Ester, Franco, Pérez, Para, Beltrí, Dioni, Monche

Antón, Para y Dioni

ACM: Vivancos, Casanova, García, Molins, Guillamón, Saura, C.Cuartero, Sánchez Hez., Plaza, Eloy Pérez, Calvo, D.Cuartero

El terreno de juego, objeto de críticas por la prensa de la época, teníaunasdimensionesde40x60 y se encontraba en Espinardo. Los mismos jugadores murcianos, según citan los rotativos, estaban luchando para mejorar esta instalación. Quizás el mal estado del campo de juego fue propicio para que, según parece, Monche fuera alcanzado por algunas piedras en la consecución de su gol para el Sporting.

El 15 de abril, La Tierra publica un artículo extenso acerca del partido delSporting en Murcia.

Cuando llego a la estación me encuentro a nuestros bravos equipiers, loscuales van animadísimos y con grandes ganas de luchar por dejar bien alto el tantasvecesglorioso pabellón deCartagena…. El tren se pone en marcha y entre el grupo dedeportistas surge un joveninquietoylocuazqueenvozaltadice:Señores¿vamosalucharporlavictoria?Ytodosa una prorrumpenen un sírotundo: SÍ

Después de una charla continua sobre foot-ball, hemos llegado a Murcia y nuestros jugadores me dicen su extrañeza de que ningún elemento del Athletic salga a esperarles”

“Llegamos al campo y nuestra desilusión es enorme. El terreno de juego es de lo más malo que puede haber para estos menesteres. De dimensiones irrisorias y de un piso verdaderamente infernal. Por un lado, una carretera, llena de surcos y por otro una pendiente pronunciadísima; de esas de las de peligro de muerte, interrogo a los cartageneros y todos, desde luego, lamentan que el campo sea tan pésimo, pero por eso no se arredran”

“En un córner que lanza Beltrí admirablemente, va el balón a Monche que remata de cabeza muy bien, consiguiendo el segundo goal para el Sporting. En el campo caen algunas piedras, una de las cuales da a Monche en e el cuello. Estas valentías son coreadas por el público, viéndose que nuestros jugadores están cohibidos”

Amplia crónica del partido del 13/4/1917

La devolución de la visita por parte del equipo murciano se produciría el 29 de abril de 1917. Lo que en principio iba a ser todo un acontecimiento, se vio empapado por la climatología adversa. Una lluvia torrencial durante la mañana del partido obligó a trasladar éste al Campo de Los Mayores, junto a la Fábrica de la Luz, hoy anexa al Corte Inglés, cuando en primera instancia se iba a celebrar en el campo del Paseo Alfonso XIII, hoy el Colegio Adoratrices. De hecho, días antes del partido, la prensa cartagenera negaba cualquier atisbo de venganza por las piedras que caerían al campo el día 13 de abril, en Murcia, sino todo lo contrario. Invitaba a los jugadores murcianos, recelosos ellos según la prensa, a comprobar su “hidalguía y hospitalidad”. El partido transcurrió con total normalidad, dando como resultado una apabullante victoria del Sporting por 6-0.

El partido no hubiera pasado a la historia sino hubiera sido por lo que ocurrió tras el “match”. Según la prensa cartagenera, El Eco, se relataba:

“El 29 de abril, en el campo del Carthago conocido como el de Los Mayores. Sporting Club Carthago 6 Dioni (2), Para (2), Botella, Beltrí A.C. Murcia 0

SCC: Blázquez, Ausejo, Antón, Navarro, Ester, D. Sánchez, Valderas, Para, Beltrí, Dioni, Botella.

ACM: Vivancos Casanova, D. Cuartero, Sánchez Hez., Calvo, Guillamón, Rosique, Plaza, Eloy Pérez, Martínez, C. Cuartero

El Sporting con distintivo blanco el A.C. Murcia distintivo negro, rojo y blanco.  Árbitro Sr. R. Abad”

Por el agua caída aquella mañana el campo quedó impracticable. Se intentó por todos los medios arreglarlo, incluso una brigada del Ayuntamiento colaboró en las tareas. Como se vio que era imposible, se decidió jugar el partido en el campo del Carthago conocido popularmente como “El de Los Mayores”, antiguo campo del Athletic, en las inmediaciones de San Antón.

Fábrica de la luz, en plena Alameda San Antón. Anexo estaba el campo de “Los Mayores”, donde se disputó el partido contra el Murcia del día 29 de abril de 1917

Asistiría numeroso gentío y personalidades; Gobernador de la plaza, el Diputado a Cortes, D. José García Vaso y familia, el alcalde accidental don Casto Fernández, así como los exploradores de Cartagena y personal de la benéfica institución de la Cruz Roja.

Junta directiva y personalidades de la Cruz Roja de Cartagena. Miguel Sanz, fundador y presidente del Sport Club Cartagena, en la fotografía como jefe Militar de la ambulancia de la caritativa organización

El Eco de Cartagena, lejos de ocultar los hechos, los relata con minuciosidad:

“La Cartagena sensata y culta, estuvo ayer cortés y respetuosa con los forasteros; se aplaudieron calurosamente cuantas jugadas notables hacían estos, y al abandonar el campo fueron despedidos con una cariñosa ovación. Sin embargo, no pudo evitarse que ya alejados algo del campo, la chiquillería los insultara groseramente, por lo que hago constar mi protesta, pues tales actos, ni aún como represalias tienen justificación.”

El 2 de mayo, se publica la crónica del partido en el diario La Tierra, en el que entre otras cosas se dice lo siguiente:

“…El aspecto que ofrecía el campo era verdaderamente grandioso. Una muchedumbre que no bajaría de las cuatro mil personas, se agolpaban en localidades, entrada de paseo y en las proximidades, viéndose infinidad de caras bonitas con su belleza realzaba más el conjunto. Y es que Cartagena se va haciendo ya a este noble deporte del foot-ball, lo que hace presumir que aquí se podrá levantar un verdadero Club Deportivo, siendo esta la base que nuestro pueblo se ponga en este aspecto a la altura de ciudades importantes…”

La información anteriormente descrita de la agresión a la expedición murciana, se publica este día en el periódico El Tiempo de Murcia, en el que se expone que “el coche donde viajaban los jugadores murcianos hacia la fonda, fue rodeado por un grupo de mozalbetes de 18 a 25 años que en número de varios cientos apedrearon el coche, dando lugar con esto a que ocho números de policía con un cabo tuviera que ir escoltando el coche, la manifestación de la barbarie no se contentó con ir hasta la  entrada de Cartagena, sino que continuó hasta la fonda”

Fonda francesa u Hotel París, en plena esquina de la calle Cañón con Plaza del Ayuntamiento, lugar hasta el que llegaron los jugadores del Murcia tras ser increpados por la chiquillería

Una distancia de algo más de dos kilómetros, recorrerían los perseguidores cartageneros, detrás de los perseguidos murcianos, que es lo que separa, hoy día, la actual Fábrica de la Luz de la Calle Cañón. Podemos entrar a valorar, o no, los hechos, más de cien años después. La realidad es, que ambos equipos romperían relaciones durante algo menos de dos años, hasta que, desde Cartagena, se enviara una carta, dirigida al Athletic de Murcia, “heredero” del Murcia FC, ya por entonces club desaparecido, con la intención de retomar relaciones entre los equipos más representativos de ambas ciudades. En concreto sería Juan Teruel, directivo cartagenerista, quien redactara esa carta y se la enviara, parece que, de forma personal y privada, a la directiva murcianista. La misiva trascendería a la prensa, y se desataría el primer gran cisma del fútbol cartagenero. Amén de la ruptura de relaciones, próxima a finalizar, José García Vaso, por entonces presidente del Sporting Club Carthago, presentaría su dimisión irrevocable para enero de 1919. Meses después, alentado casi por la totalidad de los directivos del Sporting, incluido por el propio Teruel, fundaría el Cartagena FC, lo que significaría mandar al ostracismo al Sporting, que terminaría desapareciendo.

        4.1 – La epidemia de gripe no “paró” el fútbol

Se ha llegado a publicar, en un ejercicio de vanidad, que el Sporting y el Murcia FC no juegan partidos durante esta etapa (1917-1919), a consecuencia de la gripe española de 1918. Aunque el sureste español fue azotado, en gran parte, por dicha enfermedad, no es menos cierto que se siguió jugando al fútbol. Si esto fuera así, habría que buscarles una explicación paranormal a los partidos, entre otros, Deportivo Aguileño – Sporting Club Carthago, dos equipos de la misma región, Sporting – Sagunto, de Valencia, que demuestra que la población se podía desplazar sin problema, y Sporting – Tripulación Inglesa, lo que deja ver que también desembarcaban dotaciones militares en nuestro puerto. Pero se podría pensar, para sostener esta tesis, que es el equipo murciano el que no disputa partidos. Entonces, tendríamos que esclarecer porqué el Murcia FC juega con La Unión, localidad vecina a Cartagena, e incluso con equipos departamentales, como son Arsenal, San Fulgencio, Regimiento de Artillería, o Victoria.

  • Mapa de calor de la etapa más virulenta para la Región de Murcia. Chowell, 2014

    Efesé en la prensa y sobre su propiedad

La primera vez, que aparece la palabra Efesé (efe-se) en la prensa, y a la que, gracias a su publicación, nos encontramos en fechas de celebrar el centenario del vocablo, aparece el 18 de septiembre de 1924, en la Revista Murcia Deportiva. La cita fue rescatada por el compañero y amigo, de CIHEFE, Juan Antonio Garre. Aprovechando la victoria del CN de Alicante sobre el Cartagena FC, y a las pullas lanzadas, constantemente, hacia un lado y otro del puerto de la cadena, se plasmó en la citada publicación el ya archiconocido Efesé. Tiene esto, una clara explicación, a todas luces. La constitución de la Federación Murciana de Fútbol iba a hacer desaparecer, en primer término, los partidos entre equipos de la Región de Murcia, contra los de provincias como Alicante y Valencia, como antaño, cuando los conjuntos de Murcia y Cartagena, entre otros, competían en la Federación Levantina. Tal escisión, entendió que ahora los máximos rivales entre sí eran Cartagena-Murcia, respectivamente. Aun así, en el citado rotativo murciano, podremos ver como al Valencia CF se le llama “Cacahuet”, o al C. Natación de Alicante, “Nadadores”. Cuando se saben rivales directos, la prensa murciana y la cartagenera, no cesarán, durante años, de lanzarse improperios, velada o directamente.

Cartagena Ilustrada, 15/01/1926

Cartagena Ilustrada, 31/01/1926, donde se recurre incluso al insulto personal

La primera vez que, en la prensa cartagenera, se ilustrará Efesé o Efecé, será en diciembre de 1926, más de dos años después, tras la victoria del equipo cartagenero en la ciudad del Segura, frente al Real Murcia, el 19 de diciembre del mentado año.

El vocablo se seguiría usando a lo largo del tiempo, tal y como demuestra el recorte inferior, extraído del Diario La Verdad, del 3/7/1942

Mucho se ha escrito sobre la “propiedad” del vocablo, palabra, grito de guerra Efesé, que fue adoptado por la afición cartagenera y ha sido objeto de cántico a lo largo de la historia. Lo que empezó como una burla desde Murcia, al imitar el seseo cartagenero al decir “FC”, el cartagenero, lo ha hecho propio desde antaño. No es menos cierto, que es, hoy día, objeto de discordia entre los propios cartageneros. Y se explica. El “Efesé”, como algo tangible, diremos que es el Cartagena FC, fundado en 1919. Este equipo, como ya fue demostrado en este artículo para CIHEFE, https://www.cuadernosdefutbol.com/2023/09/el-erroneo-centenario-del-cartagena-fc/, desaparecerá, con una deuda de 100.000 pesetas, en el verano de 1952. El testigo en la ciudad lo cogería la UD Cartagenera, fundada en 1940, que es el actual Cartagena FC, nombre que adoptó del primigenio FC de 1919, pero que nada tienen que ver. Entonces claro, si te crees heredero directo del Cartagena FC y, es más, asumes que el Cartagena FC actual es de 1919 (cuando no es así), puedes reclamar el derecho de ser “el auténtico Efesé”. Pero esto no es así. Este equipo, tiene la vitola de ser el conjunto más antiguo de la ciudad cartagenera, con 84 años de vida, pero no 105.

Por otra parte, nos encontramos al actual FC Cartagena SAD, que milita en Segunda División A, que fue fundado en 1995, como Cartagonova “FC”. Por tanto, este equipo, también adoptó, con el tiempo, y no desde el principio, lo del grito de animación “Efesé”, aunque su rugido primordial, como parece lógico, era “Cartago”. El club, que en 2003 cambiará su denominación a “FC” Cartagena, adoptó definitivamente, como suyo el particular “Efesé”, después que algunos valientes lo gritaran en la grada. Tras unos años de inactividad, el Cartagena FC, que había conservado sus bases hasta el momento, no desapareciendo, un año antes, inscribiría un equipo en Primera Territorial para la temporada 2002/03, lo que no tardó en levantar recelo, en ambos equipos, por llevarse consigo la hegemonía del término.

Mi agradecimiento a los historiadores José Ibarra Bastida, Sergio Martínez Soto, al arqueólogo y cronista oficial de Cartagena, Luis Miguel Pérez Adán, y a Rafael Belda, jefe de Archivo y Publicaciones del Archivo Municipal de Cartagena, por haber colaborado activamente en la realización de este artículo.




Del polémico primer Campeonato Regional Levantino, Sector-Sur Temporada 1919-20

Introducción

Escudo fundacional del Cartagena FC

El Cartagena Fútbol Club seria fundado en el segundo semestre de 1919, por el abogado y político José García-Vaso Linares. Este había sido, en épocas pasadas, más concretamente hasta enero de 1919, presidente del Sporting Club Carthago. La carta con intención de desagravio que mandaría Juan Teruel, vicesecretario del Sporting Club Carthago, dirigida al Murcia FC, provocaría la dimisión de García Vaso de la presidencia del Sporting.

Según las crónicas, el Athletic Club de Murcia jugaría en la ciudad departamental un partido frente al Sporting cartagenero, el 29 de abril de 1917, del que saldrían victoriosos los locales por 6-0. Este partido se jugaba como devolución a la visita que el cuadro cartagenero había hecho a la ciudad del Segura, fechas atrás. En el primer partido, en tierras murcianas, Monche, jugador que anteriormente había militado en las filas de la ciudad del Segura, recibiría una pedrada en el cuello durante la celebración del segundo gol cartagenero.

La explanada junto a la Fábrica de la Luz, donde se jugaría el “match” en Cartagena

El partido jugado en el cartagenero Campo de Los Mayores, hoy la explanada anexa al Corte Inglés, junto a la insigne Fábrica de la Luz, en la trimilenaria ciudad de Cartagena, no hubiera pasado a la historia, si no es porque una vez acabado el partido, unos mozalbetes, “despidieron” a pedradas al equipo murciano. Este fue perseguido «hasta la fonda», y todo parece que al establecimiento que se refiere el autor de la crónica es lo que años después sería el Hotel París o Fonda Francesa, en plena calle Cañón de Cartagena, frente al Palacio Consistorial. Aunque rápidamente se pudieron subir a algún vehículo que otro, los mozalbetes cartageneros, perseguirían a los jugadores del Athletic hasta donde estaban hospedados. Hay una distancia considerable, casi 2 kilómetros, entre el lugar del partido y la citada fonda.

Publicidad del Hotel París o Fonda Francesa

Esto provocó un paréntesis en las relaciones entre uno y otro equipo, de uno y otro lado del puerto de la cadena. Juan Teruel, con su misiva, quería nada más y nada menos que la reanudación de las relaciones entre los dos equipos. Curiosamente para entonces el Athletic murciano ya había desaparecido, y esa carta que le remite a Alfonso Guillamón, es recibida por el Murcia FC.

Esto no habría pasado a mayores si no es por la filtración de aquella carta a la prensa, lo que provocó el primer gran cisma del fútbol cartagenero y desembocaría en la dimisión de su presidente, José García Vaso Linares y, a posteriori, la fundación del Cartagena Fútbol Club. Como club, el Cartagena FC participaría en el I Campeonato Regional Levantino, Sector-Sur (1919-20) y aquí, tras este preámbulo, es donde comienza esta historia

La Federación Levantina de Fútbol se constituyó el 18 de agosto de 1919 y el 24 de diciembre se formalizó definitivamente en dos Sectores, Norte y Sur. Las provincias de Murcia, Alicante y Albacete fueron incluidas en el Sector Sur y las de Valencia, Castellón y Teruel, en el Sector Norte.

A la reunión, celebrada en Alicante en calle Calatrava 7, 2º, asistieron 24 clubs; cuatro de Castellón, cinco de Valencia, nueve de Alicante, dos de Elche y tres de la Región de Murcia (Aguileño, Cartagena F C y Levante FC).

Actuaría de presidente D. José Agulló y de secretario D. Enrique Pico. En dicho encuentro, se acordaron los siguientes puntos:

1.-Formación del Reglamento.

2- Clasificación de los Clubs, en primera y segunda categoría.

3- Designación del Calendario para la temporada 1919-20.

4- Creación de la Selección Regional.

5- Constitución del Colegio Regional de Árbitros.

6- Ante el Comité de la Federación Nacional representará a ésta, el Sector Sur de la Federación Levantina de Fútbol, los años pares.

Enrique Picó

En posterior reunión celebrada en Alicante el 11 de enero de 1920, se constituyó el Comité de la Federación en los siguientes cargos:

Presidente. Demetrio Poveda (Alicante)

Vicepresidentes. Perreau (Águilas) y José García-Vaso (Cartagena)

Secretario. Enrique Picó (Alicante)

Vicesecretario. Fernando Servet (Murcia)

El calendario para este primer Campeonato Regional Levantino, Sector-Sur tuvo las siguientes fechas:

25 enero 1920 Deportivo Aguileño-Cartagena Fútbol Club

 

Levante Fútbol Club-Natación de Alicante

 

1 febrero 1920 Cartagena Fútbol Club-Deportivo Aguileño

 

Natación de Alicante-Levante Fútbol Club

 

7 y 8 febrero 1920 Vencedores de los partidos para jugar la final en Alicante

 

Los desempates se jugarán al día siguiente y donde se jugó el segundo partido.

 

El Cartagena Fútbol Club fue representado en esta reunión por el directivo Tomás Agüera Gómez (Teagé para los amigos y las crónicas futbolísticas).

En diciembre de 1919, desaparecido el Murcia FC, se fundó el Levante FC, nuevo club que representaba al fútbol murciano. En plena formación y constitución, pudo inscribirse en la nueva Federación Levantina para el Campeonato 1919-20, aunque su denominación era incompatible con el Levante FC de Valencia, por lo que nos encontramos ante la primera vez que, el que años después sería Real Murcia CF, se inscribiría a dicho campeonato de 1920 como “Real Sociedad Levante FC”. Al quedar emparejado con el Natación de Alicante, perdió dicha eliminatoria por incomparecencia.

Dioni Conesa, gran valor del Cartagena FC en este campeonato

Por su parte, el Cartagena Fútbol Club jugó en el Rubial el 25 de enero de 1920 el primer partido oficial de su historia, contra el Deportivo Aguileño, venciendo estos por 5 – 1, con la siguiente alineación:

José Vaso; Luís Vaso, Valls; Valero, Tárraga, Ausejo; Botella, Salvador, Dioni, Rodríguez y Segado.

Es de reseñar que los jugadores hicieron el viaje en carruaje. Éste volcaría entre Lorca y Águilas, y continuaron a pie hasta que se hizo de día, donde se cogió otro carruaje, llegando a Águilas a las 9 de la mañana, sin descanso. La expedición departamental pasearía un poco por Águilas, harían una parada para comer y se dirigieron a El Rubial a disputar el encuentro.

Javier Bayo, promesa del fútbol local que debutó oficialmente en este campeonato

El 1 de febrero se jugó el partido de vuelta en el Campo Alfonso XIII, con el resultado de 2 – 1 favorable al Cartagena, con dos cambios en la alineación, Delmás ocupó la portería en lugar de J. Vaso, que pasaría a la delantera en lugar de Rodríguez. Antón, por su parte, entraría en la medular, en detrimento de Valero.

Al contar solo victorias para pasar la eliminatoria, se jugó al día siguiente 2 de febrero, el partido de desempate en el mismo Campo Alfonso XIII, repitiéndose el mismo resultado de 2 -1 y la misma alineación del partido anterior. Al anular el árbitro Sr. Agulló un gol al Aguileño, sus jugadores se retiraron del campo. El árbitro lo reflejaría en el acta diciendo: «considero legalmente ganado este partido por el Cartagena Fútbol Club”. Sorpresivamente el Deportivo Aguileño, gran favorito para ganar este Campeonato, había sido eliminado.

Los días 8 y 9 de febrero se jugaron en Alicante los partidos contra el Natación en el Campo del Portazgo, años después Campo de La Viña, nombre que le viene dado de la familia La Viña. Venció el Cartagena el primer partido 2 – 0, perdiendo el siguiente 2 – 1. El definitivo partido de desempate se jugó el día 10 de febrero en el mismo Campo, venciendo el Cartagena por 2-1. Los tres partidos fueron arbitrados por el valenciano Sr. Milego. El Cartagena Fútbol Club se proclamaba campeón de la Federación Levantina Sector-Sur, con una alineación que pasaría a la historia por dos motivos. Uno, por la consecución del primer título oficial para el Cartagena FC en el estreno del campeonato regional, y dos, que, sin saberlo, el fotógrafo M.Cantos nos dejaría una instantánea para la historia, ya que es la primera fotografía que se conserva, mientras nadie demuestre lo contrario, de un equipo de Cartagena. Ésta se rescató, gracias a Ginés Lario, del rotativo “Heraldo Deportivo”, publicación madrileña de diversos temas deportivos. Se nos muestra el 25 de febrero de 1920 una foto del Cartagena FC, firmada por el mentado fotógrafo alicantino, con el pie de foto siguiente:

    Equipo del “Cartagena F. C.” vencedor del Campeonato de Levante de fútbol.

Alineación por doble motivo para la historia del Cartagena FC
Arriba: Delmas, Antón, Botella, Luis vaso, Salvador, Segado, Dioni, Ausejo
Abajo: José Vaso, Tárraga, Valls

El acta arbitral rectificada y el nuevo campeonato

El árbitro, Sr. Milego

Una mala redacción del acta arbitral del partido de desempate en Alicante con el Natación, consistente en unas rectificaciones de dicha acta original firmada por el árbitro Milego y los capitanes de ambos equipos, Antón por parte del Cartagena, y La Viña por el Natación, fueron tergiversadas y malinterpretadas intencionadamente por los siguientes protagonistas: el alicantino Poveda (presidente de la Federación Levantina-Sur), La Viña (capitán del Natación de Alicante), el valenciano Octavio Milego (árbitro del partido) y Perreau (presidente del Deportivo Aguileño) que se unió a la protesta para poder sacar provecho para su equipo.

Se decidió la anulación de dicho tercer partido (10 de febrero 1920) por parte de la Federación Levantina-Sur y también los jugados por el Cartagena Fútbol Club los días 8 y 9 del mismo mes.

Se proyectó otro Campeonato en Alicante entre el Natación y el Deportivo Aguileño, ya que el Cartagena se negó a jugarlo por considerarse ya ganador de dicho Campeonato.

Lo ganó el Deportivo Aguileño en partidos jugados los días 8 de marzo (Aguileño 4 – Natación 1) y 10 de marzo (Aguileño 1 – Natación 1). Proclamado nuevo finalista Levantino – Sur, el Aguileño se enfrentó al campeón Levantino – Norte, el Gimnástico de Valencia, también en el Campo del Portazgo un mes más tarde.

Venció el Deportivo Aguileño en los dos partidos al Gimnástico valenciano, por 5-1 el día 12 y 3 – 0 el día 14. Es proclamado Campeón de Levante y consigue clasificarse para enfrentarse al Sevilla en la capital andaluza.

Recurso de protesta y alegación del presidente, José García Vaso

Como vicepresidente de la Región Levantina – Sur, Presidente del Cartagena Fútbol Club y que no se olvide, diputado en Madrid, el abogado José García Vaso mandó un recurso a la Federación Nacional de Fútbol en los siguientes términos que el diario local La Tierra publica el 22 de febrero de 1920, en el siguiente artículo:

García Vaso, recién licenciado en Derecho, en 1896

Dice el acta: “Después de leer la comunicación del Cartagena F.C. como contra protesta a la presentada por el Club de Natación de Alicante se lee un telefonema del mismo Cartagena F.C. protestando de lo mismo en forma irrespetuosa y diciendo que acuden a la Federación Nacional en queja por el mal trato recibido de esta Federación Regional”

Hay cosas que se necesita verlas para creerlas. Hace dos semanas se reúne la Federación y acuerda que Cartagena en los partidos celebrados había vencido legalmente al Deportivo Aguileño. Y hoy para desahogarse, no sabemos de qué, los mismos señores acuerdan que no están ganados.! ¡Estos señores son los que se molestan porque se les llama informales!

Más adelante en el acta, dice que se acordó protestar con energía del lenguaje empleado por el Cartagena F.C. en su carta y telefonema.

Para que se vea que no solo que no eran incorrectas nuestra carta y telefonema, sino que nos asistía la razón, los publicamos para que los conozcan todo el mundo.

El telefonema decía: “Presidente Federación Levantina – Alicante – Imposible tratar sobre protesta alguna motivada partido, porque no ratificada la nuestra, conforme artículo 31 Reglamento Campeonatos Nacional, ni hecha constar acta partido ninguna otra por parte Alicante, será arbitrariedad intolerable resolver protesta alguna”

Recorte de la prensa alicantina

“Hacemos constar absoluta falta seriedad procedimientos empleados y acudimos Federación Española en queja del mal trato recibido. Por Cartagena F.C. – Vaso”.

La carta es la siguiente: “Señor Presidente de la Federación Levantina -Alicante-. Grandemente sorprendidos hemos leído sus telegramas en los que dice se ha de reunir la Federación para tratar de una protesta hecha por el Capitán del Club Natación de Alicante, pidiendo la anulación del último partido jugado entre aquel Club y el Cartagena F.C.”

“Y nos ha sorprendido no que haya hecho el Capitán alicantino dicha protesta, sino que se la haya admitido la Federación”.

 “En el acta del partido que cuando firmó el Sr. Antón, Capitán del Cartagena ya iba firmada por el referee, no constaba protesta alguna del Capitán del Club del Natación, y caso de que la hubiera hecho después no es válida, aunque vaya en el acta dicha, porque irá fuera de esta y por detrás de las firmas delos Sres. Milego y Antón”.

“La única protesta que hubo fue nuestra por jugar en dicho partido el Sr. Agulló que había arbitrado partidos en este Campeonato y es además miembro de la Federación. Pero como nosotros no la hemos ratificado según previene el Reglamento de la Nacional, no puede surtir efecto. Tampoco pues, se puede apoyar el Capitán Alicantino en nuestra protesta”.

“Y para demostrarlo plenamente copiamos el artículo 31 del Reglamento de Campeonatos y Concursos de la Real Federación Española de Fútbol”.

“Artículo 31. Toda protesta que origine un partido deberá ser presentada en forma para que surja efecto”.

“Para que las protestas se consideren pre-sentadas en forma, será necesario que se hagan constar sucintamente en el acta del partido y que sean ratificadas dentro de los dos días siguientes en la Secretaría de la Federación correspondiente, depositando la cantidad de cinco, tres o dos pesetas, según el equipo reclamante sea de primera, segunda o tercera categoría. Estas cantidades serán devueltas si el fallo ha sido de conformidad”.

“En el acto de ratificar la protesta, el Club reclamante podrá ampliarla en la forma que crea conveniente debiéndose indicar siempre los preceptos legales en que se funda la reclamación. Sin estos requisitos no se dará curso por la Secretaría a protesta alguna y transcurrido el término fijado se considerará como no consignada en el acta, toda protesta que no sea ratificada en forma”

“Con todo lo expuesto, creemos quedarán Vds. completamente convencidos de la sin-razón que asiste a quien intente hacer protestas sobre estos partidos”.

“Parece que hay un marcado interés en Federación y con el deporte de esta Región, nosotros rogamos un poco de mesura y más cuidado para hacer las cosas, sobre todo las que puedan acarrear per-juicios”.

“Solo esperamos que resuelvan en justicia desechando la protesta, puesto que no hay lugar a ella y nos manden a decir inmediata-mente sus acuerdos, para no interrumpir la buena marcha de esta Sociedad – Queda a su disposición – Por el Cartagena F.C. – El Presidente, J. García Vaso.” Teagé es quien escribe esta noticia y, como hemos visto, es un seudónimo que pertenece a Tomás Agüera.

El Cartagena FC, campeón regional

La fecha de la publicación indica que se trata de los partidos jugados en Alicante con el Natación, los días 8, 9 y 10 de febrero y la lectura del pie de foto confirma la legalidad del Campeonato. En fechas posteriores se harán las reclamaciones y descalificaciones entre los equipos participantes, las Federaciones Levantina y Nacional, con las consecuencias y decisiones citadas a continuación.

El diario murciano El Tiempo, publica el 12 de marzo un artículo sobre el actual Campeonato Regional, que se está celebrando en Alicante, en sustitución del anterior en el que proclamado Campeón el Cartagena FC, fue invalidado por una denuncia del Natación y admitida por la Federación Levantina, mandó repetir dicho Campeonato. Añade que la Federación Nacional debería castigar al Comité Alicantino por contradecir a esta Federación en sus acuerdos, trasladando la Federación Levantina a Murcia o Valencia.

Los diarios murcianos El Liberal y El Tiempo, reseñan los partidos jugados en Alicante entre el Aguileño y Gimnástico de Valencia que disputaron la final los días 12 y 14 de marzo de 1920, ganada por el Aguileño, por lo que se proclamaría Campeón Levantino. El diario cartagenero El Eco de Cartagena, publica el día 15 el fallo dela Federación Nacional, declarando Campeón al Cartagena FC.

Aún con la Nacional en contra, la Federación Levantina seguía en sus trece de proclamar campeón al Aguileño.  El Diario de Alicante publica el 31 de marzo que la Federación Nacional anula los partidos entre Aguileño y Natación jugados el 8 y 10 de marzo, así como la final entre Aguileño y Gimnástico de Valencia delos días 12 y 14 del mismo mes.

La Federación Levantina muestra su disconformidad con esta resolución y entra en conflicto con la Nacional ratificando dichos partidos y a su campeón Deportivo Aguileño, en reunión celebrada el sábado 3 de abril.

Julián Ruete

Este mismo diario notifica el 15 de abril, que la Nacional descalifica al Aguileño para jugar la semifinal de Sevilla, ante la insistencia de la Federación Levantina de mantenerlo como Campeón.

El 21 de abril en el diario La Tierra, el Sr. Vaso comenta la reunión que tuvo en Madrid con el Secretario de la Federación, Sr. Ruete. Se mostraron los documentos que ratificaban al Cartagena como Campeón Regional. Acuerdos que fueron comunicados a la Federación Levantina, que nunca los haría llegar al Cartagena. Mandada la protesta a Madrid, la vuelve a enviar a la Levantina que no contesta ni acepta tal resolución.

Se decide pues el castigo a la Federación Levantina, consistente en no tomar parte en el Campeonato de España de este año. Así, con esta resolución y de una manera indirecta el Cartagena FC es también castigado, por pertenecer a dicha Federación Levantina, ya que se castigaba a ésta en su totalidad.




El erróneo centenario del Cartagena FC

En 2019, se celebró en la ciudad departamental, el centenario del Cartagena FC. Se ha de decir que este es equivocado, ya que el actual Cartagena FC, que disputa sus partidos como local en la Ciudad Deportiva Gómez Meseguer, no es una entidad con 100 años de historia. Esta afirmación la avala la multitud de documentos oficiales y la prensa de la época.

Cuando se investigó si el Cartagena FC era un club centenario, nos dimos de bruces con la realidad. Contábamos, con que la información que íbamos a tratar era muy escasa, ya que, documentos oficiales por parte del club, no había prácticamente ninguno. En la ciudad portuaria, se sabe la existencia de multitud de equipos, incluso como vestían (algunos de ellos) y en los campos donde practicaban el “football”, deporte que llegó a Cartagena de la mano de estudiantes cartageneros, que, durante sus vacaciones estivales, jugaban partidos en su localidad natal. Muchos de ellos, estudiaban en el Liceo de Foix (Francia). Tenemos algún vestigio referente a que el noble deporte del balompié llegó a Cartagena años antes, pero de momento, y para no faltar a la verdad, nos vamos a quedar con los “franceses”.

En lo que no hay ningún género de dudas, por las innumerables pruebas, es la existencia del Cartagena Football Club, fundado en 1919 por el diputado a Cortes, en varias etapas, fundador de dicho equipo, alcalde de Cartagena y abogado, José García-Vaso Linares. Y afirmamos 1919, aunque no fue inscrito en el Registro de Asociaciones hasta el siguiente año.

A nadie, en su sano juicio, se le ocurriría negar la existencia y fundación de dicho equipo en 1919 AUNQUE NO EXISTA ACTA DE FUNDACIÓN.

La nota, aparecida en el diario “La Tierra” el 16/9/1919 es una de las múltiples pruebas. Lo que sí ocurre en la ciudad, y más concretamente desde 2019, fecha del ficticio centenario, es afirmar con rotundidad que el Cartagena FC actual, es CENTENARIO y, por lo tanto, el mismo club que el fundado en 1919. Esto, se hace, no asumiendo que la entidad desapareció en 1952. Después de una ardua investigación, el resultado nos llevó a poder afirmar que el Cartagena FC actual no es centenario, ya que sus razonamientos están basados y apoyados en dos argumentos banales, carentes de sostén.

Los documentos oficiales son los que siembran las dudas y es desde donde ha germinado la teoría del centenario. Dichos documentos así lo dicen. “La sociedad Cartagena FC está inscrita en el Registro de Asociaciones desde enero de 1920, y nunca se dio de baja”.

He aquí el primer argumento, pero de ninguna forma tiene absolutamente nada que ver el Cartagena Foot Ball de 1919 con el actual Cartagena FC. Esta es la primera premisa, falsa a todas luces, sobre la que se sostiene el centenario.

Pero ¿Qué sería más lógico pensar, que el Cartagena nunca desapareció o que las bajas de las asociaciones no se dejaron reflejadas, una vez acabada la contienda civil, puesto que los libros físicos se mantuvieron en un cajón en la diputación provincial hasta mediados los años 80?

Recordamos que no es que no esté la baja del Cartagena FC, que no está, es que no hay ni una sola baja apuntada de entre todas las sociedades que se crearon entre finales del siglo XIX y principio del siglo XX.

De hecho, antes de esa fecha tampoco era costumbre que los clubs que desaparecían se dieran de baja en el registro. Basta con echar un vistazo para comprobar que no aparecen referencias a la disolución de numerosos equipos de fútbol cartageneros que no existen desde hace décadas.

Utilizando el mismo criterio, se podría fundar una sociedad con el nombre de Stadium Peral (de Cartagena) y decir que tiene 95 años ya que, el registro no recoge la baja del club fundado en 1924. ¿Sería lógico celebrar su centenario dentro de unos meses?

No solo no aparece la baja del Stadium Peral, tampoco aparecen (entre otras) las bajas del CD Comercial, y del CD Centella, ambos fundados en 1925. Es decir, intentar justificar el centenario porque no figure la baja en el registro su disolución es absolutamente absurdo.

El otro razonamiento sobre la que emerge toda esta historia es el siguiente: “El Cartagena FC tiene el centenario legitimado porque se inscribió en la Federación Murciana de Fútbol con el número 2 (en la actualidad 1002) en el año 1924, tras la escisión de la Federación Murciana de la Levantina, organismo al cual pertenecían las entidades de la Región de Murcia”. Esta lógica también es engañosa, debido a que los números federativos no se otorgaron en 1924 sino en 1984 y hay numerosas pruebas de ello.

Si vamos al libro original de la Federación Murciana de fútbol en 1924 los clubs inscritos no tenían ningún número federativo asignado, como se ve en la foto. Cuando decimos “numerosas pruebas”, es que así es. El libro original de la temporada 66/67, tampoco asigna número federativo. Presente está el CD Cartagena (que había cambiado de nombre cinco años antes y abandonado su fundacional, el de Unión Deportiva Cartagenera). Hemos de tener en cuenta que estos libros constituían entonces la única documentación oficial de la Federación murciana

Para demostrar que la numeración no guarda vinculación alguna con la fecha de fundación, hay cuantiosos ejemplos. Empezando por que los números federativos se concedieron por temas de influencia (El Real Murcia obtendría el 1 y el Cartagena FC el 2), podemos poner un ejemplo cercano, de la tierra. La Deportiva Minera, fundada muchísimos años antes que el CD La Manga, obtiene el número federativo 1034, y el conjunto de La Manga del Mar Menor obtiene el 1016. El conjunto minero se funda cuando La Manga no existía ni como población y, sin embargo, los de El Llano del Beal tienen mayor número federativo que el CD La Manga.

Otro ejemplo regional. El conjunto de Torres de Cotillas, que se fundó en 1950 tiene asignado como número federativo el 1008, y el Imperial, que se fundó en 1924, tiene el 1014.

Todo ello nos lleva a la conclusión de que en 1984 no se tuvo en cuenta la fecha de fundación de los clubs para otorgar números federativos. Como decía, tenemos asumido que el Cartagena FC es fundado en 1919 porque tenemos pruebas de ellos, pero recordamos que no tenemos acta de fundación.

En el verano de 1952 todo se trunca para este equipo. Así que haremos un repaso a la historia. Tras el descenso a Tercera División y la situación crítica del Cartagena FC, en asamblea del 23 de Julio de 1952, la directiva dimite en bloque, con su presidente Francisco Muñoz Delgado a la cabeza.

Para intentar salvar al Efesé, se nombra una comisión gestora para llevar a cabo las negociaciones pertinentes con la Federación Española de Fútbol, encabezada por Juan Cadenas, Antonio Cárdenas, Carmelo Raja, Leopoldo Rodríguez y Juan Buendía. Este último tendrá su importancia.

La gestora no tiene tiempo que perder e inicia las gestiones en Madrid. Armando Muñoz Calero, aguileño de nacimiento, llevó las negociaciones personalmente en la capital de España. Fue él y no otra persona, ya que, hasta hacía escasos dos años, había sido presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Hubo cartas del alcalde de Cartagena, Miguel Hernández, del Jefe Local del Movimiento, del Delegado Comarcal del Sindicato, súplicas de la Cámara de Comercio departamental, pero la Nacional denegó la moratoria al Cartagena.

El mismo Muñoz Calero dirige un telegrama a la gestora, indicándole la negativa.

Aunque la directiva no cesa en su empeño, se ve obligada a convocar una asamblea para dar cuenta de los últimos acontecimientos. En la nota para “El Noticiero”, Juan Jorquera del Valle, que es quien firma y, además, será otro personaje a tener en cuenta, no deja lugar a dudas.

En esa asamblea, el 5 de agosto de 1952, el Cartagena FC comunica su DISOLUCIÓN como entidad a la Federación Española de Fútbol

A partir de este momento, el Cartagena FC ya no existe como club. Igual que no dudamos la existencia del Cartagena FC, sí que se niega la desaparición del Efesé, aunque haya un telegrama de disolución.

Aun así, la gestora ve la luz en un señor, cartagenero, que había sido directivo en etapas anteriores e incluso estuvo postulado para presidente a principio de los años 70. Isidro Solano Madrid, comerciante y cabo de aviación. Persona influyente en la ciudad, tanto que Antonio Arévalo Pelluz, director de Bazán, fue testigo de bodas de la segunda hija de Isidro, Dolores. La oferta, el ofrecimiento, llámenlo como quieran, era el siguiente: Este caballero se ofrecía a adelantar las 100.000 pesetas que se debían a la Federación siempre y cuando le fueran devueltas en forma de donativos por la sociedad cartagenera. El plazo acababa el 11 de agosto. En los dos primeros días se recaudaron 20.000 pesetas. La cifra va en aumento. La Gestora se mueve, vuelve a hablar con el alcalde, viaje a Los Alcázares, a Cabo de Palos en busca de apoyo. Alguien parece que pone 50.000 pesetas. E incluso el CD Naval pone 10.000 pesetas

Llega el día de marras. El 11 de agosto. El dinero no ha llegado. La Gestora lanza un comunicado agradeciendo el esfuerzo y comunicando que no ha sido posible reunir el dinero. Por lo tanto, vuelven a poner en liza los acuerdos del día 5. ¿Cuáles son? El telegrama de disolución.  Aun así, con el club disuelto, la gestora sigue trabajando en pro del fútbol de Cartagena, para buscar una solución, para no dejar sin fútbol El Almarjal.

Por ello, el Cartagena FC convoca a todos sus socios y aficionados en general a una asamblea en el Teatro Circo, que se celebró el día 18 de agosto de 1952. En ella, se iba a dilucidar qué hacer con el futuro del fútbol departamental.

Se celebra esa asamblea. Y es ahí, donde por primera vez, se oye el nombre de un club fundado en 1940, la UD Cartagenera. Siempre había competido en categorías regionales y, su presidente, Juan Buendía, con muy buen criterio, hace saber a los allí presentes que su equipo tiene los derechos federativos abonados, por lo que podría competir sin problema alguno. Tras aceptarse de buen grado esta alternativa, el “traspaso de poderes” es una realidad

Se conforma Junta Directiva nueva y se empieza a trabajar.
Se crean comisiones de trabajo, se establecen normas de admisión, se empiezan a recibir donativos y empiezan a llegar los primeros fichajes, algunos del Cartagena CF, que es con el nombre que desaparece tras la ley de 1941 que prohibía los anglicismos, promovida por un cartagenero, Serrano Suñer.

Por si había algún género de dudas, son varias las veces que se publica la siguiente reseña “EL CARTAGENA HA DESAPARECIDO”

La actividad en la UD no para. Se hace con un nuevo local en la Calle Mayor, número 35, donde se ubicaba anteriormente Sederías Senet. La captura de la publicidad de la Sedería está extraída del libro de Juan Ignacio Ferrándiz “Comercios Antiguos de Cartagena y su publicidad”. Aunque no había vinculación entre el Cartagena y la UD Cartagenera, la directiva del segundo, lanza un comunicado para desligarse de los acuerdos que el extinto Cartagena hubiera podido contraer con entidades, jugadores, etc.

Lo de que no existía vinculación alguna no lo dice quien escribe, sino Juan Jorquera del Valle, insigne cartagenero, en una carta que más abajo se reseña.

Eso sí. Como “heredero” de esa masa social, quería enganchar a los máximos aficionados posibles, por lo que la UD pretendía conservar los asientos a los abonados que fueron del Cartagena.

Estas son las pruebas y la documentación existente. Creemos haber expuesto fervientemente la realidad sobre el centenario del Cartaqena Football Club de 1919. Pero para convencer a los todavía escépticos, incluimos más abajo tres pinceladas que no hacen más que corroborar lo que aquí se ha expuesto.

Una, la carta de la que se hablaba de Juan Jorquera del Valle, donde explica al dedillo lo que pasó aquel verano de 1952.

Dos, la captura de año de fundación y desaparición según CIHEFE (Centro de Investigaciones de Historia y Estadística del Fútbol Español). Para este organismo, el Cartagena CF también desaparece en 1952

Y la última, con la que se cierra este estudio. El Anuario de la Temporada 1951-52 de la Federación Murciana de Fútbol. También se ha argumentado por ahí que la UD Cartagenera era “filial” del Cartagena FC, y por ello se intentó también justificar el centenario, ya que sería el equipo filial el que siguió compitiendo, hasta que se le pudo cambiar el nombre. Solo hay que leer. Pone CD Naval.




Los primeros partidos de fútbol jugados en Cartagena durante el Cantón, en noviembre de 1873

Durante el asedio y sitio de Cartagena por parte de las tropas centralistas, en el transcurso del Cantón cartagenero, se disputaron “animados” partidos de fútbol. En el presente trabajo, se clarifica cómo, dónde y porqué tienen lugar estos encuentros en la ciudad trimilenaria

<<Nunca en España se había visto un trozo de historia tan condensada como esta sublevación cantonal de Cartagena>>, Benito Pérez Galdós

Introducción

La reina de los tristes destinos, María Isabel Luisa de Borbón, Isabel II para los amigos, reinó en España durante 35 años, aunque, de facto, gobernaría alguno menos, ya que accedió al trono cuando era prácticamente una niña. Tras estos siete lustros, se produciría en España una renovación de linaje real, ya que llegaría, por primera y única vez hasta la fecha, un integrante de la Casa Saboya, que gobernaría con el nombre de Amadeo I. El cambio en la corona no fue casualidad, ya que Fernando VII, antes de morir, aboliría la Ley Sálica, que impedía a las féminas acceder al reinado de España. Tras el largo reinado de Isabel, llegaría la revolución de 1868, que llevaría consigo (de momento) la “destitución” de la Casa Borbón del trono de España. Amadeo I pertenecía a la Casa Saboya, pero fue casi el único que aceptó el cargo de rey; ¡Qué cosas! Desde un primer momento contaría con el rechazo frontal de carlistas, republicanos y las familias acaudaladas pro borbónicas; además de no saber hablar el idioma español. Cosas del destino, el primer suelo ibérico que pisa Amadeo sin todavía ser rey es Cartagena, proveniente de Italia, para marchar dos días después a Madrid.

Tras dormir en el buque “Numancia”, fondeado en Cartagena, iluminado para la ocasión, partiría hacia Madrid a la mañana siguiente, escoltado hasta los dientes, para evitar atentados contra la figura de su majestad. El gobierno, amén del rey, sabía que no era del todo bien recibido, tanto que, en Cartagena, se dictaría un bando municipal para prohibir engalanar de negro, en modo de luto jocoso, los balcones de las calles por donde D. Amadeo pasara.

El rey eclecto, sería testigo de la inestabilidad política, en un país que ni siquiera era el suyo, y con un idioma que no dominaba. En su bienio de reinado, fueron hasta 6 los gobiernos que tendría el país. Entre liberales, radicales y constitucionalistas, se le hizo un trago amargo su estancia en España. Tan amargo que incluso, la noche del 18 de julio de 1872, sería objeto de un atentado, cuando paseaba junto con su esposa. Tras este, del que salieron ilesos, pronunciaría su célebre frase: «Ah, per Bacco, io non capisco niente. Siamo una gabbia di pazzi — “No entiendo nada, esto es una jaula de locos”. A todos estos desmanes, hemos de sumarle que España se encontraba inmersa en la tercera guerra carlista, además de tener en liza la Guerra de Cuba, en el que sería el primer intento de los nativos cubanos de independizarse de España.

Todo esto llevó a Amadeo de Saboya a abdicar como rey de España el 11 de febrero de 1873. En su carta de renuncia, acusaba a los españoles de “perturbados”, además de dejar frases que no están tan pasados de moda hoy día: “Dos largos años ha que ciño la Corona de España, y la España vive en constante lucha, viendo cada día más lejana la era de paz y de ventura que tan ardientemente anhelo. Si fueran extranjeros los enemigos de su dicha, entonces, al frente de estos soldados, tan valientes como sufridos, sería el primero en combatirlos; pero todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra agravan y perpetúan los males de la Nación son españoles, todos invocan el dulce nombre de la Patria, todos pelean y se agitan por su bien; y entre el fragor del combate, entre el confuso, atronador y contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tan opuestas manifestaciones de la opinión pública, es imposible atinar cuál es la verdadera, y más imposible todavía hallar el remedio para tamaños males. Lo he buscado ávidamente dentro de la ley y no lo he hallado”.

Tras su abdicación, sería proclamada en España la I República, convulsa como poco, ya que en el año y diez meses que existió, tuvo cuatro presidentes del gobierno; Estanislao Figueras, Francisco Pí y Margall, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar. Sin duda, a todos los problemas descritos anteriormente (guerra carlista, situación de Cuba), hemos de sumarle las trifulcas de los propios republicanos, entre los que había quienes apostaban por una república federal, y los que, por el contrario, eran partidarios de una república unitaria. En mayo de 1873 se celebrarían elecciones y, tras éstas, en la primera reunión de las Cortes, se proclamaría la República Federal, siendo elegido presidente Pí y Margall.

Dentro de los federales, vamos a encontrar a un grupo de “intransigentes”, liderados por Roque Barcia y el general Juan Contreras, de los que saldría la idea de constituir un Comité de Salud Pública en Madrid, con el objetivo claro de sacar adelante, cuanto antes, la Constitución Federal. Tras el retraso en las formas y en el tiempo del gobierno, los intransigentes desarrollan el propósito de una serie de insurrecciones federales, en varias ciudades del territorio español. Para la Región de Murcia, el encargado será Antonio Gálvez Arce, “Antonete Gálvez”, labrador y político español. Los levantamientos se llevarán a cabo en el verano de 1873.En algunas ciudades, esta insurrección fue rápidamente sofocada, pero en Cartagena, triunfaría desde su proclamación. No había tiempo que perder, y en la ciudad departamental, lideran el levantamiento Pedro Gutiérrez de la Puente y Manuel Cárceles.

Desde el Castillo de Galeras, se dispararía un cañonazo casi al alba del 12 de julio de 1873. Desde este momento, queda proclamado “El Cantón de Cartagena”. Horas más tarde, llegaría a la ciudad Antonete Gálvez, quien pone al mando de la plaza al general Juan Contreras. Roque Barcia tardará unos días en aparecer por la muy noble, muy leal y siempre heroica, trimilenaria ciudad de Cartagena.

Los hechos de Cartagena llevan, casi de la mano, la caída del gobierno de Pí y Margall, en beneficio de Salmerón. En los días posteriores, se producirán levantamientos en otras ciudades, pero la totalidad de ellos, excepto el de Cartagena, caerían a los pocos días después.

Durante el asedio centralista, los cantonales cartageneros intentarían expansionar el territorio insurrecto en localidades cercanas como Lorca, Orihuela, Águilas, etc. Como medida de propaganda, se editaría un periódico llamado “El Cantón Murciano”, e incluso, se llegaría a acuñar moneda propia, de cinco pesetas y diez reales, que serían conocidas como duros y medios duros cantonales. Por si esto fuera poco, durante el cantón de Cartagena se aprobó el divorcio, cosa que se aceptaría en España durante la II República, casi 60 años después. La primera suspensión de la convivencia entre un hombre y una mujer sería dictada en la ciudad departamental en septiembre de 1873, entre el escribiente de la fragata “Numancia” y su ya ex esposa, cuya sentencia de divorcio fue publicada en el diario cantonalista y se adjunta a este trabajo. El hecho más trágico, además del sitio y asedio de Cartagena, fueron los bombardeos que sufriría la ciudad durante mes y medio. El más conocido, por ser una de las mayores fatalidades de esta guerra, es la voladura del Parque de Artillería. Otro episodio de peso, fueron los combates navales, cruentos sobre todo para la escuadra cantonal.

El 11 de enero de 1874, la plaza de Cartagena se rendiría a las tropas gubernamentales y acabaría con el sueño cantonal. Los líderes de esta utopía huirían a Orán, por entonces colonia francesa, en el buque Numancia, perteneciente a la flota cantonal. En 1909 se disputarán en Cartagena dos partidos entre el Sport Club Cartagena y el Oranais, en el que es considerado, hasta la fecha, el primer partido intercontinental jugado en suelo europeo. La colonia de cartageneros y alicantinos residentes en Orán, propiciaron estos encuentros. ¿Quién sabe si los cantonales que huían en 1874, serían ancestros de estos que vendrían a jugar a Cartagena, 35 años después?

Los partidos de Escombreras durante el sitio centralista

Los primeros vestigios de football en la ciudad de Cartagena los encontramos para la navidad de 1902. Suponemos que empezaron algún año antes con aquel deporte viril e inglés, pero no tenemos constancia de ello, al menos hasta la fecha. La primera noticia aparece en el diario “El Porvenir”, el 29 de diciembre de 1902. No es casualidad que sea durante las vacaciones de Pascua, ya que quienes empezaron a jugar al fútbol en la ciudad, que sepamos, son hijos de familias de la burguesía cartagenera, que cursaban estudios en Liceos y Universidades del extranjero. Algún año después, centramos la búsqueda en figuras como Miguel Sanz, estudiante en el Liceo de Foix (Francia), e hijo del comerciante, alcalde de Cartagena y profesor de francés, Mariano Sanz Zabala. Su pasión por las letras galas llevaría a sus hijos al extranjero, donde aprenderían, entre otras materias, economía y matemáticas, lo que desembocaría en que, Miguel Sanz Cabo, con 16 años, fuera el primer presidente del Sport Club Cartagena. Por ello, podemos afirmar que su padre, Mariano, fue el primer mecenas del fútbol local conocido.

Antes de esta sociedad, existió otra, el Cartagena Football, que será la primera conocida en la ciudad. Poco sabemos de este equipo, amén de algunos jugadores y el nombre del tesorero, en cuyo negocio se apuntarían los que querían practicar el noble deporte del balompié.

Recientemente, ha salido a la luz, gracias al blog “Protofútbol”, la reseña de unos partidos (los primeros conocidos hasta la fecha) en el término municipal de Cartagena. Son los “matchs” jugados entre las dotaciones de varios barcos ingleses, fondeados en Escombreras. Las razones no son otras que las que nos relata el historiador Sergio Martínez, quien apunta que, en la ciudad departamental, había flota extanjera; alemana, francesa e inglesa, más concretamente. Cuando los sublevados cantonales, insurgentes para España, se alzan contra la República, la flota fondeada en Cartagena, propiedad del gobierno español, pasar a formar parte de la escuadra cantonal. Buques como Numancia, Vitoria, Zaragoza, Arapiles, Sagunto, Tetuán y Méndez Núñez caerían en manos insurrectas. Años después, a esta última, “La antequerana” cantaora malacitana, escribiría una taranta referente a la última fragata mentada. Decía así: “Muchachas del Molinete, preparad bien los moñeros, que viene la Méndez Núñez, con doscientos marineros”. El Molinete fue un enclave singular durante algunas décadas, donde paraban a “descansar” propios y foráneos, con alguna bella dama en edad de merecer.

Ante el apresamiento insurrecto de los navíos, el estado español declara a los barcos cantonales como piratas, con lo cual, las flotas extranjeras, se ven con el derecho de atacar a estas naves. Se declaran, por tanto, aguas neutrales las de Cartagena, ya que, el estado español no está en guerra con Gran Bretaña, Alemania o Francia, por ejemplo. Las navieras extranjeras, como hemos dicho, tenían amparo de los códigos marítimos intenacionales, ya que, los piratas, son considerados delincuentes que pueden ser atacados en cualquier tipo de agua. La presencia extranjera en aguas cartageneras se explica por los intereses geopolíticos franceses, ingleses y alemanes, que tenían colonias en África. Además, los británicos ya tenían en su poder Gibraltar y, por si esto fuera poco, la apertura del Canal de Suez en 1869, dotó a este enclave de una importancia estratégica.

El párrafo anterior explica, a grandes rasgos, el motivo por el cual se encontraban en aguas de Cartagena, las dotaciones del HMS Spiteful, Research, Invincible, Swiftsure y Lord Warden, todos ingleses, que fueron los que tomaron parte en los partidos del 6 y 7 de noviembre de 1873. Fueron los británicos, entre otros, testigos de excepción de la batalla en las aguas de Escombreras-Portmán, entre los intransigentes cantonales y los gubernamentales españoles.

Sabemos que se jugaron estos dos partidos porque éstos fueron reseñados en el periódico “Hampshire Telegraph”, rotativo de temática naval. Los “matchs” se llevaron a cabo los días 6 y 7 de noviembre de 1873 y la nota fue publicada el 29 de noviembre de 1873. La presencia inglesa en la ciudad ya era notable, e igualmente en la ciudad vecina de La Unión, donde se explotaban minas. Por tanto, no es descartable la participación de la colonia inglesa de la comarca en los partidos mentados, como, por ejemplo, los trabajadores de la fundición San Jorge, la cual no se podía llamar de otra manera, ya que es el patrón de Inglaterra, al igual que Santiago lo es de España.

Basicamente, la nota viene a decir que la contienda civil entre los gubernamentales y los cantonales, que estaban sitiados en Cartagena, era cada vez más feroz. Chicarro, al mando de la flota española, había marchado a Alicante a por provisiones y a repostar carbón. Cita también que la flota gubernamental se paseaba por el puerto de Cartagena a diario, como parte del asedio a Cartagena por mar, para impedir la entrada de provisiones para los cantonales. Mientras, éstos, se dedicaban a pegar tiros, pero sin llegar a alcanzar ningún objetivo. Literalmente, relata que el objetivo de Chicarro es matar de hambre a los intransigentes, y con ello, al pueblo de Cartagena. Confiaba el escritor, que Cartagena estuviera al borde de una crisis y esperaba que se rindiera en breve.

Respecto a los partidos, lo reproducimos literalmente: “Los días 6 y 7 se permitió a los oficiales de la escuadra desembarcar en Escombreras, en las inmediaciones de sus barcos, donde jugaron unos muy animados partidos de fútbol, ​​pero debido al desnivel del terreno, y al largo confinamiento a bordo del barco al que han sido sometidos, los que tomaron parte en ellos sufrieron mucho por el inusual esfuerzo”.

No hay constancia que la colonia inglesa siguiera jugando al fútbol en Cartagena, pero esto no quiere decir que no se hiciera. Ni tampoco tenemos probada la participación de ningún cartagenero en dichos partidos, pero no lo descartaremos. De momento no hemos encontrado referencias ni ningún hilo conductor para establecer una línea temporal entre estos partidos de 1873 y la siguiente noticia referente al Football en Cartagena. Además, todas estas noticias referentes a lo que ha llegado a nuestros días como balompié, hay que tratarlas con cierta cautela, ya que no sabemos a ciencia cierta si se trata de lo que hoy conocemos como fútbol o de rugby.