RESUMEN:

El 11 de septiembre de 2001 el mundo se paralizó a causa de los ataques terroristas contra Estados Unidos. Esta circunstancia no fue suficiente para la UEFA; y apenas 5 horas más tarde se jugaron los 8 partidos de Liga de Campeones programados para aquel martes. Al día siguiente, la UEFA decidió suspender el resto de partidos, así como la jornada de Copa de la UEFA. La decisión tardía del máximo organismo del fútbol europeo cosechó numerosas críticas tanto de la mayoría de clubes como de jugadores.

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ABSTRACT:

Keywords: Attacks, 11 S, UEFA Champions League, UEFA Cup

The September 11, 2001 the world is paralyzed because of the terrorist attacks against the United States. This circumstance was not enough for the UEFA; and only 5 hours later, the 8 Champions League matches played on that Tuesday scheduled. The next day, the UEFA decided to suspend the remaining games as well as the day of the UEFA Cup. This late decision by European football's governing body garnered much criticism both clubs as players.

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11-S. La jornada de Champions que nunca debió disputarse

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Siguiendo la terminología del historiador Pierre Nola en el estudio de la historia del presente, los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra el WTC de Nueva York y el Pentágono constituyeron un autentico acontecimiento monstruo, el cual, no sólo cambió el orden hegemónico mundial, sino que también marcaron a toda una generación. Sin embargo, estos hechos, retransmitidos minuto a minuto por televisión, radio e internet, y que tanta consternación causaron a nivel mundial no bastaron para detener la máxima competición del fútbol europeo.

Aquel martes 11 de septiembre debía jugarse la primera jornada de la primera fase de grupos de la Champions League 2001/2002 –aquel año se disputaron dos fases de grupos–  concretamente los partidos correspondientes a los grupos que iban del A al D.  Por parte española, el Real Madrid de Vicente del Bosque, encuadrado en el grupo A debía enfrentarse a la Roma de Fabio Capello; mientras en el grupo C, el RCD Mallorca entrenado por el alemán Bernd Krauss, había de debutar en tan ingente competición frente al Arsenal de Arsène Wenger. El resto de partidos que se disputaron aquella tarde fueron: Lokomotiv Moskva – Anderlecht (grupo A), Dínamo de Kiev – Borussia de Dormunt, Liverpool – Boavista (grupo B); Schalke – Panathinaikos (grupo C);  Galatasaray – Lazio y Nantes – PSV (grupo D) [1].

Lo que había de ser una fiesta del fútbol tornó en incertidumbre, cuando a las 15:00h –hora española– un avión de la compañía American Airlines, impacto contra la torre sur del WTC de Nueva York, 15 minutos después de que otro avión de la misma compañía lo hiciese contra la torre norte. En ese momento todos fuimos conscientes de que estábamos ante el atentado terrorista más salvaje de la historia de Occidente. Aquella tarde el mundo se detuvo. Posteriormente fuimos testigos en directo del ataque contra el Pentágono y de la caída del vuelo 93 de United Airlines, el único avión que no llegó a su objetivo, el Capitolio.  Lo lógico hubiera sido suspender la jornada de Champions League, pero la incerteza se apodero de todos los aficionados al fútbol ante el silencio de la UEFA. Finalmente, contra todo pronóstico y ante la sorpresa de toda Europa, aquel martes negro rodó el balón a las 20.45h.

El gesto de la UEFA ante los atentados se limitó a guardar un sentido minuto de silencio en los 8 encuentros programados –con la excepción del Galatasaray-Lazio donde se escucharon pitos durante el minuto de silencio–  y a los habituales crespones negros en las mangas de los futbolistas. La tarde no estaba para ningún tipo de celebración y mucho menos para fútbol. El ambiente en los estadios era cuanto menos extraño. Pese al público, en las gradas reinaba la conmoción, la confusión y el miedo. Incluso en la cara de los jugadores se advertía un marcado gesto de desasosiego.

La actuación española se saldo con la victoria del Real Madrid por 1-2 en el Estadio Olímpico de Roma con goles del portugués Luis Figo de falta directa en el minuto 50 y de Guti de cabeza en el minuto 63 después de un extraordinario centro del crack luso; el gol romano lo marcó Totti al transformar un penalti de Karanka sobre Zebina en el minuto 73. Aquel partido vino marcado por la ausencia de Zidane, quien arrastraba de la temporada anterior 4 partidos de sanción en competición europea [2].

Por su parte, el RCD Mallorca se estrenó en Champions con una victoria por la mínima ante el Arsenal, gracias a un gol de penalti cometido sobre Luque y que transformó Vicente Engonga con un sutil tiro al centro de la portería defendida por Seaman [3]. La obstinación de la UEFA hizo que un día grande en la historia del Mallorca sea para siempre recordado con un amargo sabor de boca, incluso el jefe de prensa del Mallorca de por entonces, Joan Frontera, declaró que tenían la cabeza en otro sitio y que el club se puso en contacto con la UEFA aquella misma tarde por sí podían preparar algún acto de solidaridad con las víctimas [4].

Jugadores del Mallorca y Arsenal junto al árbitro durante el minuto de silencio por los atentados del 11-S Fuente: Diario de Mallorca.

Jugadores del Mallorca y Arsenal junto al árbitro durante el minuto de silencio por los atentados del 11-S
Fuente: Diario de Mallorca.

A causa de las críticas de las principales ligas europeas por la no suspensión de los partidos de Champions tras los ataques a Estados Unidos, la UEFA decidió a primera hora de la mañana del día 12 aplazar el resto de la jornada, así como la primera ronda de la Copa de la UEFA. Esta decisión cogió por sorpresa a los equipos españoles desplazados. El Deportivo de la Coruña se encontraba en Lille para disputar su partido de Champions League, mientras que el Valencia aguardaba en Novorossisk (Rusia), para hacer lo propio en su duelo de la UEFA con el Chernomorets. Igualmente, Barça, Celta de Vigo y Zaragoza que actuaban como locales, acogieron con agrado la decisión de la UEFA que se comprometió a correr con todos los gastos de los equipos visitantes [5].

Xavier Pérez Farguell, director general del Barcelona calificó de “coherente y correcta” la posición de la UEFA. Javier Chaver, consejero del Deportivo de la Coruña manifestó que la decisión de la UEFA era comprensible y que la acataban sin problemas. En la misma línea se expresaron tanto el entrenador del Depor, Javier Irureta, como el capitán Mauro Silva. Dijo el primero: “La verdad es que estábamos más pendientes de las noticias que del partido” y Mauro Silva, apostilló: “Muchos hemos dormido muy poco porque nos pasamos casi toda la noche frente al televisor” [6].

Sobre los motivos de la no suspensión de los partidos se especuló sobremanera. El director ejecutivo de la UEFA, Gerd Aigner declaró lo siguiente al diario El Mundo Deportivo: “Era muy complicado suspender los partidos. Los campos estaban llenos y evacuarlos podía conllevar problemas de orden público, como en Estambul, donde tuvo lugar el Galatasaray-Lazio. Además, el Lokomotiv-Anderlecht ya se había celebrado”.  Asimismo, Aigner reconoció que tal vez actuaron con lentitud: “El martes por la noche ya teníamos en la cabeza suspender la jornada del miércoles. Lo ideal hubiera sido aplazar también la del martes, pero no llegamos a tiempo” [7].

Las críticas  al máximo organismo del fútbol europeo fueron feroces. El Vaticano a través del rotativo L’Osservatore Romano manifestó: “La decisión llega con notable y culpable retraso. Ayer mientras el mundo entero estaba expuesto a la amenaza del terrorismo y el pueblo estadounidense se vestía de luto, se decidió de manera poco oportuna que se disputasen los partido”. De igual maneara, Fabio Capello y Francesco Totti cuestionaron la decisión de la UEFA tras perder ante el Real Madrid, dijo el capitán romano: “Durante el día pensé que no jugaríamos. Era lo que deberíamos haber hecho”. La Juventus, en boca de su administrador Antonio Giraudo expresó que la jornada del martes tampoco debió celebrarse por respeto a las víctimas. Desde Alemania las críticas fueron también contundentes. El Dormund jugó con el Kiev bajo protesta. El presidente del equipo alemán Niebaum manifestó: “Era una asunto de ética; el fútbol pasa a ser secundario” y el delantero Bobic habló de “perversidad” de la UEFA. El Schalke, por su parte, llamó al Gobierno para no jugar pero no obtuvo permiso. En cambio, el entrenador del Leeds, David O’Leary se mostró molesto por la suspensión del partido que el equipo inglés había de disputar ante el Marítimo: “No sé qué se soluciona con esto, ¿para qué sirve aplazar partidos?” [8]. Incluso el PSV, que perdió ante el Nantes por 4-1 llegó a solicitar formalmente a la UEFA la repetición de los partidos jugados el día de los atentados alegando que jugaron descentrados por el ataque contra Estados Unidos [9].

Finalmente, los partidos aplazados se disputaron el 20 de septiembre los correspondientes a la Copa de la UEFA, mientras que el día 10 de octubre lo hicieron los de Champions League. La mima fecha en la que estaba prevista la celebración de los treintaidosavos de final  de la  Copa del Rey, lo que alteró el calendario copero de Barcelona y Deportivo de la Coruña [10].

En definitiva, el 11 de septiembre de 2001 fuimos testigos del ataque terrorista más aterrador de nuestra historia reciente, pero también de la insensibilidad de la UEFA con las víctimas y con el dolor de todo un país; circunstancia que volvió a repetirse el 11 de marzo de 2004, cuando tras los atentados en Madrid, la UEFA decidió no suspender los partidos de ida de los octavos de final de la Copa de la UEFA donde participaban Barcelona, Villareal, Valencia y Mallorca.

 

Fuentes:

[1] La Vanguardia, 12 septiembre 2001.
[2] MIGUÉLEZ, J., «El Madrid gana sin Zidane»,  El País, 12 septiembre 2001.
[3] ROS, C., «El Mallorca se estrena con aplomo»,  El País, 12 septiembre 2001.
[4] ROS, C., «Con la cabeza en otro sitio»  El País, 12 septiembre 2001.
[5] SÁMARO, J. y HERMIDA, X., «La UEFA suspende un día después de la tragedia sus competiciones» El País, 13 septiembre 2001.
[6] Idem.
[7] AGUILAR, F. y DOMÈNECH, O.,«La UEFA para la Champions»,  El Mundo Deportivo, 13 septiembre 2001.
[8] LICAR F. y KAIB R., «Duras críticas a la UEFA» El Mundo Deportivo, 13 septiembre 2001.
[9] VILLALBA, J., «La Champions se jugará el 10 de octubre y la UEFA, el jueves que viene»  El País, 14 septiembre 2001.
[10] ÁVILA, J., «El aplazamiento europeo causa un caos de fechas que pagará la Selección» ABC, 13 septiembre 2001.
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