La celebración del primer centenario de Félix Martialay
De Víctor Martínez PatónEl día 6 de octubre de 2025 se celebró en el Centro Riojano de Madrid el acto en conmemoración del primer centenario de Félix Martialay, fundador entre otros de la revista Cuadernos de Fútbol.
Las organizaciones convocantes del acto fueron la Academia del Fútbol Español y el Instituto de Estudios Históricos Bances y Valdés, y contó con la intervención de Eduardo Torres-Dulce, Manuel Ruiz de Bucesta, José Ignacio Corcuera y José del Olmo. La presentación del evento corrió a cargo de quien suscribe.

El acto tuvo como hilo conductor una idea plasmada por el propio José Ignacio Corcuera en el momento del fallecimiento de Martialay en el año 2009: las tres vidas de don Félix, en referencia a vida militar, a la cinematográfica y a la relacionada con el fútbol.

Para hablar de la vida militar de don Félix contamos con la presencia de Manuel Ruiz de Bucesta, presidente del Instituto de Estudios Históricos Bances y Valdés, que habló en su calidad de guardia civil. Recordó Bucesta en primer lugar cómo para Martialay había una continuidad perfecta entre la vida militar y la vida periodística, pues eran dos formas de servicio a España y de defensa de la patria.
Explicó cómo llegó al grado de teniente-coronel y cómo progresivamente su actuación periodística en El Alcázar fue creciendo en responsabilidad y cargo, hasta ser designado director del periódico. Tras su cierre, fundó La Nación, publicado ininterrumpidamente desde 1991 y en el que Martialay pudo continuar plasmando sus principios de defensa de España y del catolicismo: “Dios y España, el resto es añadidura”.
Por último, Bucesta recordó el episodio del encarcelamiento de Martialay en el castillo de Monjuich en agosto de 1959 por lo que hoy llamaríamos un delito de opinión. Presidio que aprovechó para escribir una aproximación al cine a la que tituló Gramática de un lenguaje.
Eduardo Torres-Dulce no compareció en el acto en su calidad de jurista y exfiscal General del Estado, sino como uno de los más importantes críticos de cine de los últimos decenios. Explicó la trayectoria e importancia de Félix Martialay para la crítica de cine en España, fundamentalmente a través de la revista Film Ideal, que fundó en 1956 y de la que fue director hasta su cierre en 1970.

Equivalente de la revista francesa Cahiers du cinéma, Film Ideal fue considerada en toda Europa como una de las mejores revistas de cine. No en vano, en ella hicieron sus primeros pinitos algunos excelentes literatos como Pere Gimferrer o Terenci Moix, a los que Martialay les dio la primera oportunidad literaria. Junto con ello, Torres-Dulce explicó cómo la revista era de culto ya en el momento de su edición, y que la corta tirada provocaba que los interesados tuvieran que ir de quiosco en quiosco por Madrid buscando un ejemplar. ¡Y qué alegría cuando lo encontraban, y cuánto envidia generaba en el resto! Por lo demás, Torres-Dulce reconoció la importancia fundamental para su trayectoria intelectual de la revista fundada por Martialay.
Por último, y al alimón, tomaron la palabra José Ignacio Corcuera y José del Olmo, académicos numerarios de la Academia del Fútbol, para hablar sobre la importancia de la obra histórica de Martialay en la historia del deporte en general y del fútbol en particular.
José del Olmo recordó la labor fundamental y generosa de don Félix en el desarrollo del Centro de Investigaciones de Historia y Estadística del Fútbol Español (CIHEFE), ahora renombrado como Academia del Fútbol Español. “¿Se trabaja mucho y no se cobra? Me interesa”. Esas fueron las palabras con las que Martialay inició su trabajo en CIHEFE, grupo en torno al cual desarrolló una gran parte de sus investigaciones. Pero siempre como maestro, rodeado de un grupo de discípulos que adoraban su rigor, su capacidad de trabajo y su personalidad desbordante de optimismo y buen humor.

Al margen de textos de tinte periodístico, aunque con contenido retrospectivo, la primera obra propiamente de historia del fútbol fue Implantación del profesionalismo y nacimiento de la liga, de 1996. En esta obra, la narración histórica deja su espacio al estudio documental, al contraste de fuentes primarias y secundarias, a la reproducción literal de los elementos de juicio, y al relato comprensivo de todo ello.
Y esta obra fue fundamental para afrontar el que sería su último reto, escribir la historia del fútbol en la guerra. Una guerra manipulada, una guerra tergiversada, cuando no directamente una guerra inventada. Nos hallábamos en años en los que el sintagma “memoria histórica” comenzó a ser relevante y en los que Martialay se dio cuenta de que el servicio que podía hacerle a España era luchar contra la mentira, contra la propaganda y contra la chapuza.
Y para ello convirtió lo que empezó siendo un libro de historia del fútbol en una colección de nueve tomos de historia de España explicada a través del fútbol. Y eso es precisamente su obra El fútbol en la guerra, un texto histórico combativo contra la mentira permanentemente desperdigada por políticos e historiadores ideologizados. La obra estaba concebida en catorce tomos, pero solo pudo terminar nueve.
Junto con estos recuerdos sobre la importancia de la obra de Martialay relacionada con el fútbol, José Ignacio Corcuera y José del Olmo también hablaron de su faceta más humana, aquella que conocieron directamente a través de muchos años de amistad compartida. Recordaron su generosidad, pero sobre todo su particular forma de ejercer el magisterio. Era amigo y se comportaba como amigo, pero quizá sin siquiera darse cuenta, su amistad era la que brindaba el maestro al discípulo. Esa amistad en la que hay uno que habla y otro que escucha atento, uno que enseña y otro que aprende permanentemente.
Al terminar aquellos, yo mismo tomé la palabra para recordar la majestuosidad de la obra de Martialay, sin duda uno de los autores españoles más prolijos del siglo XX. De su obra póstuma, hemos publicado 33 tomos de historia de la selección española, 9 tomos de la historia del fútbol en la guerra, 5 tomos de artículos periodísticos sobre fútbol y un volumen que resume el fútbol en el franquismo. A estas monografías se suman 18 volúmenes con textos literarios, cuatro monografías sobre cine y cuatro más de guiones radiofónicos. Y esto es solo una parte, porque la crítica cinematográfica está pendiente de recopilación, lo que en el futuro probablemente supongan otros veinte volúmenes.

Y por último, fue invitado a la mesa Ignacio Martialay, hijo de don Félix. Pronunció unas palabras emotivas en recuerdo de su padre, improvisando de forma muy elocuente algunos recuerdos de distintos momentos de su vida. En particular, recordó las tres palabras que guiaron toda la trayectoria de su padre: honradez, integridad y lealtad. Sus palabras fueron muy aplaudidas y con ellas se cerró el acto, dando paso a un vino español en el que los ponentes tuvieron la oportunidad de departir con el numeroso público que concurrió al acto.








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