Vic Buckingham: flema británica para el banquillo del Barça. 1970-71. Segunda parte

El Barça inicia los entrenamientos de cara a la nueva temporada. Son 24 los jugadores que componen la plantilla, a saber: Sadurní, Reina, Mora, Rifé, Gallego, Eladio, Franch, Ramoní, Romero, Torres, Zabalza, Juan Carlos, Fusté, Rexach, Alfonseda, Marcial, Zaldúa, García Castany, Bustillo, Dueñas, Martí Filosía, Asensi, Castro y Pujol. Doce catalanes y el resto foráneos, fifty-fifty. También arranca sus actividades el nuevo filial azulgrana, procedente de la fusión entre el Condal y el Atlético de Cataluña. Su nombre: Barcelona Atlético. Y así se expresaba su nuevo presidente, el señor Viladomiu: “El nombre de Barcelona Atlético lo tenía aprobado el Barcelona. Las decisiones fundamentales las toma el Barcelona. En la parte técnica, el club es una continuación de los sistemas de Buckingham”. Sus últimas palabras suponían una interesante declaración de principios, pero durante muchos años la promoción de futbolistas para el primer equipo va a ser escasa, y su engarce en éste muy problemático, y habrá que esperar hasta la llegada de Johan Cruyff al banquillo barcelonista, en 1988, para encontrar por fin una auténtica política de cantera, cuyos frutos serán a la larga esplendorosos.

La  plantilla barcelonista se traslada a la localidad pirenaica de La Molina dentro de la primera fase de su preparación, para pasar unos días en plena naturaleza, oxigenándose con el aire puro de la montaña. Ni que decir tiene que el gran objetivo para la inminente campaña 70-71 es la conquista del título de Liga, diez años después de la obtención del último entorchado (1959-60). Sorprendentemente Asensi –que cumplía el servicio militar– va a presentarse lesionado. Y tras una serie de amistosos intrascendentes, útiles tan solo para mejorar la puesta a punto, el Barça debuta ante su afición en la V edición del Trofeo “Joan Gamper”. El rival es el Dynamo de Moscú, un buen equipo ruso aunque no demasiado conocido en Occidente, y cuyo mayor atractivo de cara al aficionado lo constituía la presencia en la portería del mítico guardameta soviético Lev Yashin, a la sazón ya a punto de retirarse, y hasta la fecha de hoy el único cancerbero que ha conseguido ganar el prestigioso “Balón de Oro”

Pero el compromiso va a saldarse con una estrepitosa derrota azulgrana por 0 a 5. Haciendo gala de una excelente preparación física y de un fútbol ágil y moderno, los moscovitas destrozarán  literalmente al Barcelona, poniendo al desnudo todas sus carencias, tanto ofensivas como defensivas. Reseñemos para la historia la alineación que sufrió tan doloroso varapalo: Reina; Rifé, Gallego, Romero; Torres, Zabalza; Alfonseda (Fusté), Dueñas, Bustillo, Castro (García Castany) y Rexach. En el partido para el tercer y cuarto puesto los locales vencerán al Schalke 04 alemán por 1 a 0 (con gol de Fusté), pero no conseguirán disipar la pésima impresión dejada la noche anterior en el ánimo de sus incondicionales. El trofeo lo conquistará finalmente el Ujpest Dosza húngaro, que vence a los rusos por 3 a 1 en una brillante exhibición. Era la primera vez que el Barça no se alzaba con el Gamper.

Un grupo de socios barcelonistas pide que el “Camp Nou” lleve el nombre del presidente que promovió su construcción, Francesc Miró-Sans. Su petición será estudiada en la Asamblea Ordinaria. La duración de ésta va a ser únicamente de 53 minutos, ya que no se producirá discusión alguna en ninguno de los puntos del orden del día, y al final tampoco se presentará la solicitud de cambio de denominación para el Estadio, puesto que el propio ex mandatario renunció expresamente a ello por carta, al comprobar que la idea no había tenido una favorable acogida. De modo que el recinto en el que el Barça disputaba sus partidos va a seguir siendo conocido oficialmente como “Estadio del Club de Fútbol Barcelona”, aunque popularmente todo el mundo continuaría refiriéndose a él como “el Camp Nou”, o a veces “el Nou Camp”

PRIMERA VUELTA DE UN CAMPEONATO DE LIGA IGUALADÍSIMO

En los siguientes amistosos, tras la debacle sufrida ante los rusos del Dynamo, el Barça no acaba de convencer, y en ese clima dubitativo con respecto a las auténticas posibilidades del equipo  va a producirse el debut liguero, rindiendo visita al siempre difícil “San Mamés”. En la Catedral, sin embargo, los azulgranas no harán en absoluto un mal partido y conseguirán arrancar un valioso positivo (1 a 1). Se adelantó en el marcador Pujol, pero terminó empatando Uriarte. Esta fue la alineación barcelonista: Sadurní; Rifé, Gallego, Romero –que sustituía al sancionado Eladio–; Torres, Zabalza; Rexach, Juan Carlos, Martí Filosía, Marcial (Fusté) y Pujol. Estas buenas sensaciones se confirmarían a la semana siguiente, con una rotunda victoria sobre el Real Zaragoza en el “Camp Nou”, por 5 goles a 2. El equipo fue el mismo que se trajo un punto de Bilbao, y los cinco goles fueron obra de Rexach (2), Juan Carlos (2) y Zabalza.

Pero este repentino optimismo, se va a ver algo mermado con un par de desagradables sorpresas. Tanto Dueñas como Asensi, los dos fichajes-estrella de la temporada, tendrán que ser intervenidos quirúrgicamente a causa de sendas lesiones de origen no muy claro. Y en el caso del alicantino, este se verá obligado a pasar de nuevo por la mesa de operaciones algunas semanas más tarde. Decididamente, en el Barcelona siempre ocurrían cosas de lo más inesperado… Aunque al menos en cuanto a resultados no había demasiada queja. En la tercera jornada se pudo ganar en Vigo, pero el empate –1 a 1– tampoco era una mala noticia. Gol de Martí Filosía en “Balaídos”, y la siguiente formación: Sadurní; Rifé, Gallego (Romero), Eladio; Torres, Zabalza; Rexach, Juan Carlos, Martí Filosía, Fusté y Pujol.

Primera eliminatoria de la Copa de Ferias frente a un adversario poco temible, el Katowice polaco, un modesto equipo procedente de la región minera de Silesia. Triunfo a domicilio con gol de Rexach, y este equipo: Sadurní; Rifé, Gallego Eladio; Torres, Zabalza; Rexach, Juan Carlos, Martí Filosía, Fusté y Pujol. El pase a la siguiente ronda parecía asegurado, aunque en el “Camp Nou” los polacos  a punto están de dar la gran sorpresa, pues se adelantan con un peligrosísimo 0 a 2, que dejaría al Barça fuera del torneo. Pero los azulgranas reaccionan en la segunda mitad, y terminan imponiéndose por 3 a 2, con tantos de Pujol, Martí Filosía y Rexach. Jugaron los mismos once que en Katowice, con Marcial reemplazando a Fusté en el segundo tiempo. Durante el partido tuvo lugar un lamentable incidente entre Gallego y parte del público. Y es que el central gaditano andaba de los nervios estos días, porque también se las vio tiesas con el fotógrafo de la revista RB Horacio Seguí, un gran profesional de acrisolado barcelonismo. El club le impuso una sanción al futbolista por estos hechos.

Que Carles Rexach atravesaba por un extraordinario momento de forma, va a volver a ponerse de manifiesto en la cuarta jornada, con motivo de la visita del Sabadell al “Camp Nou”. Se adelantaron los laneros por obra del prematuramente desaparecido Rafael De Diego, pero Marcial, Torres y Rexach –con dos extraordinarios tantos– le dieron la vuelta al marcador, hasta situar en él un claro 4-1. Con razón la mencionada RB bautizó aquella semana al de Pedralbes como “el Niño de Oro del fútbol español”, en el curso de un impactante reportaje gráfico realizado en la cámara acorazada de una entidad bancaria barcelonesa. Estos fueron los hombres que derrotaron a los vallesanos entrenados por Pasieguito: Sadurní: Rifé, Romero, Eladio; Torres, Zabalza; Rexach, Juan Carlos, Martí Filosía, Marcial y Pujol. Reina y Fusté reemplazaron a Sadurní y a Marcial, ambos lesionados.

La sonrisa del técnico inglés delata que las cosas marchaban bien...

La sonrisa del técnico inglés delata que las cosas marchaban bien…

El excelente momento del Barça quedó confirmado al domingo siguiente, en su visita a Elche. Tarde de mucha lluvia y campo impracticable, pero aun así los azulgranas se alzan con la victoria por 0 a 1 (gol de Pujol), un resultado que pudo ser aún mayor si Martí Filosía no llega a desperdiciar un máximo castigo. Esta fue la alineación: Sadurní; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Zabalza; Rexach, Juan Carlos (Romero), Martí Filosía, Marcial y Pujol. Y en partido nocturno adelantado al sábado, los blaugrana van a dar buena cuenta del Español en un derbi que tan sólo tuvo color local, con goles de Martí Filosia (2) y Marcial. El equipo fue el mismo que había triunfado en “Altabix”, con el único cambio de Romero por Eladio, lesionado.

Debido al nombramiento de Joan Gich como nuevo Delegado Nacional de Educación Física y Deportes, quedaba vacante el puesto de gerente en el organigrama barcelonista, y Montal lo va a cubrir con un hombre joven (39 años), el economista Armand Carabén. Carabén, un excelente profesional que se movía en círculos próximos a la oposición socialista catalana, aunque totalmente ajeno al fútbol hasta aquel momento, va a ser pieza clave en futuras y trascendentales operaciones, algo a lo que tampoco será ajena la nacionalidad de su esposa, Marjoleen De Meer, procedente de los Países Bajos. Y en este clima de euforia por la buena marcha del equipo, el Barça va a visitar el siempre complicadísimo “Santiago Bernabéu”. El Real Madrid no atravesaba entonces por su mejor momento, aunque dichos partidos en la cumbre eran siempre impredecibles. Pero en esta ocasión nada raro va a suceder, y los azulgranas regresarán de la capital con dos valiosísimos puntos en la buchaca, algo que tan solo había ocurrido en una oportunidad en las dos últimas décadas, concretamente en la temporada 65-66. Zabalza será el autor del único gol del partido, marcado en la primera parte de fuerte disparo, y ello va a permitir al Barcelona mantenerse imbatido tras siete semanas de competición, compartiendo la cabeza de la tabla con el Atlético de Madrid. Estos fueron los héroes del “Bernabéu”, recibidos triunfalmente a su llegada al Aeropuerto del Prat, horas después: Sadurní; Rifé, Gallego, Romero; Torres, Zabalza; Rexach, Juan Carlos, Martí Filosía, Marcial y Pujol. Una alineación que, con el único cambio de Eladio en el lateral izquierdo, estaba ya convirtiéndose en clásica. Y es que las cosas, cuando funcionan, es mejor no tocarlas.

Martí Filosía, la gran apuesta personal de Buckingham.

Martí Filosía, la gran apuesta personal de Buckingham.

Pero, no obstante, había un amplio sector de la afición barcelonista que le negaba  sistemáticamente el pan y la sal a uno de sus jugadores: Martí Filosía. El espigado delantero de Palafrugell nunca había gozado de muchas simpatías en la grada, pese a su origen catalán y ampurdanés. Se le consideraba demasiado frío y lento, y con escaso espíritu combativo, reproches similares a los que poco antes había recibido otra perla de la cantera, su gran amigo Carles Rexach. Sisu interpretaba el fútbol de manera muy distinta a Zaldúa, por poner un ejemplo de jugador con limitados recursos técnicos, pero que suplía esa carencia a base de una constante entrega, de un continuo batallar durante los noventa minutos, por lo cual gozaba del favor general del público culé. Filosía, por el contrario, era un futbolista de notable clase, dotado de un buen disparo con ambas piernas y un excelente remate de cabeza, con una visión de la jugada que le permitía desplazar el esférico al primer toque y jugar incluso sin balón, pero declinaba la persecución de pelotas imposibles de alcanzar, negándose a realizar baldíos esfuerzos pulmonares, y ese concepto del fútbol tan moderno, tan adelantado a su tiempo, no sintonizaba con el gusto de un aficionado rutinario y conservador, que creía únicamente en las virtudes de “sudar la camiseta”, haciendo de él un elemento tan polémico como incomprendido.

La derrota ante la Juventus de Turín  -1 a 2- en la siguiente eliminatoria de la Copa de Ferias, va a suponer un relativo jarro de agua fría. El equipo italiano no fue mejor, pero sí más resolutivo, destacando sus grandes estrellas Anastasi y Haller, así como  los jóvenes Causio y Bettega. Marcial hizo el gol de un Barcelona que formó así: Sadurní; Rifé, Gallego, Romero; Torres, Zabalza; Rexach, Juan Carlos, Martí Filosía, Marcial y Pujol. Y otra desagradable sorpresa la  constituirá el nuevo patinazo en el “Camp Nou” ante un Valencia muy serio, que aquella temporada contaba con Alfredo Di Stéfano en el banquillo. Con el marcador 0 a 1, Martí Filosía malogró un penalty, incidencia que en absoluto ayudaba a mejorar sus profundas diferencias con buena parte del público. La alineación azulgrana fue la misma que unos días antes había caído también ante la Juve.

Y en medio de estas contrariedades, al menos un par de buenas noticias: la recuperación de Dueñas y Asensi marchaba viento en popa, y ambos jugadores  podrían reforzar en breve a una delantera cuya producción goleadora comenzaba a descender de nuevo en los últimos partidos, aunque la causa de ello radicase en el superior nivel de los equipos a los que se enfrentaba el Barça, bastante más sólidos que los Zaragoza, Sabadell o Español. Sólido era también el Sevilla preparado por el austríaco Max Merkel, pero en el “Sánchez Pizjuán” los azulgranas van a recuperar los dos positivos que les había birlado el Valencia (0 a 1). Nuevo gol de Rexach, que fue suficiente para doblegar a los hispalenses y situar al Barcelona como líder, con la siguiente alineación: Reina; Rifé (García Castany), Gallego, Romero; Torres, Zabalza; Rexach, Juan Carlos, Martí Filosía, Marcial  (Alfonseda) y Pujol. A reseñar el hecho de la presencia de Miguel Reina en la portería, decisión con la que Buckingham  inauguraría una etapa en la que el cordobés actuaría en terreno contrario, mientras que Sadurní lo haría en el “Camp Nou”, donde recibía más apoyo que el guardameta andaluz. Al regreso del equipo, nuevo recibimiento jubiloso en El Prat. Parecía que volvían las buenas costumbres…

Y hablando de volver…El que también retornaba a la selección española era Quimet Rifé, que ya había sido internacional absoluto en 1967-68, en la época de Balmanya. Entonces lucía el número 7 a la espalda, pero ahora lo hará como lateral derecho, demarcación en la que estaba desempeñándose con notable solvencia. Junto con sus compañeros de equipo Gallego y Rexach, va a formar parte del combinado nacional que batirá por 3 a 0 a Irlanda del Norte en el “Sánchez Pizjuán” sevillano, encuentro en el que Charly inauguraría el marcador con un terrorífico disparo de los suyos, desde una buena distancia. Con los del Ulster jugó el gran George Best, pero el nivel de sus compañeros dejaba mucho que desear, y el melenudo astro del Manchester United no podía hacerlo todo él sólo…

Tocaba ahora desplazarse a Turín, a intentar remontar el adverso marcador del encuentro de ida. Era una misión muy difícil, y no se va a culminar con éxito. Los piamonteses volvieron a triunfar por 2 a 1, y pusieron punto final a la andadura del Barça por una Copa de Ferias que iba a desaparecer en esta misma temporada, sustituida por un torneo de hechuras similares, pero organizado directamente por el máximo ente futbolístico continental, la Copa de la UEFA. Esta fue la alineación que resultó derrotada en el “Estadio Communale”: Sadurní; Rifé, Gallego, Romero; Torres, Zabalza; Rexach, Juan Carlos (García Castany), Alfonseda, Marcial (Martí Filosía) y Pujol. Y mientras esto ocurría, el Real Zaragoza –que deambulaba por los puestos de cola de la clasificación– va a dirigirse al Barça en busca de refuerzos, concretamente pretendiendo el fichaje de Zaldúa, que en esta temporada no estaba contando para nada en los esquemas de Mr. Buckingham. Y cuando todo hacía indicar que ya existía acuerdo por parte del jugador y de la Directiva, el traspaso va a quedar en agua de borrajas. Montal se compromete con el bravo delantero a organizarle un partido de homenaje en una fecha aún por designar. El navarro cumplía ya su décima temporada en el club, y era aun relativamente joven –29 años–, pero sus días como azulgrana parecían estar ya contados…

En un encuentro marcado por el signo de las reapariciones –Eladio y Bustillo–, el Granada le puso las cosas bastante difíciles en el “Camp Nou” al Barça, que solamente pudo ganar por un apretado 2 a 1, con goles de Alfonseda y Rexach. Éste fue el equipo: Sadurní; Romero, Gallego, Eladio; Torres, Zabalza; Rexach, Juan Carlos, Bustillo, Alfonseda y Pujol. Ni el lateral izquierdo ni el ariete cuajaron una buena actuación, y el futuro barcelonista de ambos se antojaba incierto. En el caso de Eladio, a causa de su relativa veteranía –30 años–, y en el del delantero aragonés, porque se temía que ya no volvería a recuperar el nivel anterior a su gravísima lesión en el “Bernabéu”. El  Barça continuaba, una semana más, al frente de la clasificación general.

En “Atocha”, sin embargo, los pupilos de Buckingham van a salir derrotados por primera vez en campo contrario en partido de Liga. No se les daba nada bien el terreno de la Real Sociedad a los azulgranas, que encajaron el solitario gol de Arzac en el minuto 79, cuando acariciaban ya un valioso positivo, y formaron así: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Zabalza; Rexach, Juan Carlos, Martí Filosa, Marcial y Pujol. Y una semana más tarde un buen Sporting de Gijón, retornado este año a la máxima categoría y con jugadores tan estupendos  en sus filas como los internacionales Quini y Churruca, sucumbe por 2 a 0 en el “Camp Nou”, siendo los autores de los goles barcelonistas Alfonseda y Martí Filosía, y esta la alineación del líder: Sadurní; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Juan Carlos; Rexach, Martí Filosía, Alfonseda, Marcial y Pujol (ocho catalanes, ojo al dato). Y aprovechando la festividad del 8 de diciembre, el Estadio va a vestirse de gala para recibir al vigente campeón de la Copa de Europa y de la Copa Intercontinental, el Feyenoord de Roterdamm, en un entretenido partido amistoso que finalizó con victoria azulgrana por 3 tantos a 2 (Rexach, en dos ocasiones, y Martí Filosía fueron sus autores). Otro de los grandes atractivos de este choque internacional lo constituyó el debut de Asensi como jugador barcelonista, casi medio año después de su fichaje. El alicantino mostró buenos detalles, pero acusó, lógicamente, su prolongada inactividad. El público culé, por su parte, no acudió al “Camp Nou” en el número que cabía esperar tratándose de un rival tan cualificado.

Tras su visita a “La Rosaleda” malacitana, el Barça va a seguir al frente de la Liga merced a una nueva victoria –0 a 1– conseguida por medio de otro afortunado gol de Charly Rexach. En el Aeropuerto del Prat, una vez más, se producirá un cariñoso recibimiento a altas horas de la noche. Y es que la sufrida hinchada blaugrana se sentía legítimamente feliz de ver cómo el equipo de sus amores volvía a ocupar una posición acorde con su historial. Estos fueron los jugadores que derrotaron al Málaga: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Juan Carlos; Rexach, Martí Filosía, Alfonseda, Marcial y Fusté (García Castany). Como es lógico, los triunfos tenían una clara repercusión sobre la economía del club, y así lo confirmaba el propio Montal: “En lo que llevamos de Liga se ha recaudado un cincuenta por ciento más que en la anterior”. Y añadía: “Hasta ahora Buckingham ha sabido coordinar a los jugadores. Rexach no tiene precio”

La derrota en Las Palmas, sobre todo por la forma en que esta se produjo –en dos de los goles canarios tuvo una desafortunada intervención Eladio– no va a contribuir sin embargo a ensombrecer un panorama por lo demás bastante despejado, sino que será interpretada como un mero accidente. Tanto “Atocha” –escenario de la anterior– como el “Insular”, parecían campos gafes para un Barça capaz de imponerse en el “Bernabéu”, el “Manzanares” o “Mestalla”, pero al que se le atragantaba puntuar en los  feudos de dos clubes mucho más modestos, aunque sus características no les iban en absoluto a los azulgranas, bien sea por el empleo pertinaz y contumaz de la manguera en el caso de los norteños, o por lo muy pesado y largo del viaje a las Islas Afortunadas. Esta fue la alineación barcelonista ante los amarillos: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Juan Carlos; Rexach, Martí Filosía, Alfonseda, Marcial y Pujol (sustituido por Asensi, que hacía de este modo su debut en partido oficial). Rexach y Marcial hicieron los dos tantos catalanes, que no sirvieron para sacar nada positivo.

Mr. Buckingham en el banquillo del "Camp Nou", junto a su ayudante Rodri, y acompañado de Ángel Mur Sr., el utillero Claudio Pellejero, y los suplentes de aquella tarde: Reina, Romero y García Castany.

Mr. Buckingham en el banquillo del «Camp Nou», junto a su ayudante Rodri, y acompañado de Ángel Mur Sr., el utillero Claudio Pellejero, y los suplentes de aquella tarde: Reina, Romero y García Castany.

El año 1970 va a terminar con un gran choque por todo lo alto en el “Camp Nou”, pues se enfrentaban dos de los máximos aspirantes al título, Barça y Atlético de Madrid, vigente campeón de Liga. El partido será televisado en directo a toda España, y ese detalle, unido a lo desapacible de una noche metida en frío y lluvia, hizo que los graderíos no presentasen el buen aspecto que cabía esperar, registrándose poco más de media entrada. Sin embargo el equipo no se dejó llevar por el ambiente invernal, y sentenció el encuentro en una excelente primera mitad (2 a 0), con tantos de Marcial y Rexach. Presionaron más los colchoneros en la reanudación, pero no consiguieron batir a Sadurní, de manera que el Barça iba a proclamarse campeón de invierno, coincidiendo con el final de la primera vuelta. Los azulgranas contaban con 22 puntos, por 21 el Valencia y el Atlético de Madrid, con el Real Madrid más distanciado, aunque a sólo tres de la cabeza. Habían ganado 10 partidos, empatado 2 y perdido 3, con 26 goles a favor y 12 en contra. Esta fue la alineación que recuperó el liderato para los de Mr. Buckingham: Sadurní; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Juan Carlos; Rexach, Marcial, Martí Filosía, Asensi y Pujol.

Carles Rexach, de quien su madre confiesa que “de pequeño dormía con un balón en la cama”, marcha al frente de la tabla de goleadores, aunque no le va muy a la zaga el rojiblanco José Eulogio Gárate, uno de los mejores realizadores de la época, por más que se tratase de un período muy parco en tantos, donde los sistemas defensivos casi siempre les podían a los atacantes, con la subsiguiente merma de espectacularidad en el juego. Y ya que hablamos de goles, es de reseñar que en el tradicional partido que el club regalaba a sus socios la mañana de Navidad, un equipo barcelonista formado por los suplentes habituales –y con el tercer guardameta de la plantilla, Mora, bajo los palos– va a ser ampliamente derrotado por el potente conjunto búlgaro del Bandera Roja de Sofía, que vencerá por 1 a 4, poniendo cierta nota de incertidumbre entre la afición, con respecto al hipotético rendimiento de dichos jugadores si tenían que integrarse en el once titular.

UNA SEGUNDA VUELTA DE INFARTO

El equipo azulgrana inaugura 1971 con un resultado adverso. En el arranque de la segunda vuelta, jornada 16, se enfrenta al Athletic de Bilbao en el “Camp Nou”, y pierde por un sorprendente 0 a 1. El único gol bilbaíno lo marcó Zubiaga a cinco minutos del final, y el guardameta vasco Iribar cuajó una actuación portentosa. En la clasificación general, el Barça cae a la tercera posición con 22 puntos, a uno de los líderes, Valencia y Atlético de Madrid. Pero a Mister Buckingham no parece preocuparle demasiado la derrota ante los Leones: “ Se ha jugado para ganar y eso es lo que cuenta de cara al futuro”. Estos fueron los once barcelonistas que patinaron en el primer encuentro del año: Sadurní; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Juan Carlos; Rexach, Marcial, Martí Filosía, Asensi y Pujol. En la segunda parte Alfonseda sustituyó a Pujol.

En la decimoséptima jornada el Barça va a recuperar los dos puntos que cedió ante el Athletic, derrotando al Real Zaragoza a domicilio por 1 a 2 en un partido en el que no pudo alinearse el máximo goleador del equipo, Carles Rexach, debido a unas ligeras molestias en el muslo derecho. El gol que abrió el marcador lo consiguió el zaragocista Martín, pero Marcial –que jugó un encuentro sensacional– y Pujol van a remontar para los de Buckingham, que presentó en “La Romareda” el siguiente once: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Juan Carlos; Alfonseda, Marcial, Martí Filosía, Asensi (Zabalza) y Pujol. A la jornada siguiente  visita el “Camp Nou” el Celta, en partido que también va a ser televisado en directo. El juego dejará bastante que desear, y tal vez el detalle más curioso es que los tres goles del encuentro (2 a 1 a favor del Barça) serán obra de jugadores celestes. Los azulgranas fueron anotados involuntariamente por los celtistas Manolo y Costas al desviar un par de balones comprometidos, mientras que el único que subiría al casillero de los de “Balaídos” lo hizo el delantero Doblas. Jugaron por los locales: Sadurní; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Zabalza; Rexach, Juan Carlos, Marti Filosía (Asensi), Marcial y Pujol. La visita de la expedición viguesa sirvió también  para que ambas directivas rubricasen el pase del medio internacional Enrique Costas al Barça, fichaje que se haría público pocos días más tarde. Su precio: diez millones de pesetas y el traspaso del centrocampista gallego Santiago Castro al Celta. Por cierto: los azulgranas eran líderes de nuevo con 26 puntos, uno más que el Atlético de Madrid.

El siguiente desplazamiento era de los más cortitos, sólo hasta la “Nova Creu Alta”. Y al igual que en la temporada anterior, salta nuevamente la sorpresa y el Sabadell se impone por un ajustado 2 a 1. Garzón abrió el marcador, empató Rexach, y otra vez Garzón hizo el tanto definitivo. Con este resultado, el Barça cedía la primera plaza al Valencia, que ahora le aventajaba en un punto. Pero tal vez la nota más negativa del partido fue la pérdida del eficaz centrocampista cántabro Juan Carlos, que resultó lesionado de gravedad en un tobillo a consecuencia de un choque con un paisano suyo, el ex barcelonista Marañón, el mismo jugador que también había estado involucrado en la gravísima lesión sufrida la temporada anterior por el bilbaíno Javier Clemente. Estos fueron los  hombres que cayeron una vez más ante los correosos arlequinados: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Asensi; Rexach, Juan Carlos (Zabalza), Martí Filosía, Marcial y Pujol (Alfonseda)

Se inicia febrero con otro inesperado tropiezo en el “Camp Nou”, al empatar a cero con el colista Elche en un partido sencillamente lamentable. Esta fue la alineación azulgrana: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, García Castany; Rexach, Marcial, Alfonseda (Martí Filosía), Asensi y Pujol. Juan Carlos pasa por el quirófano para ser intervenido de una rotura de los ligamentos tibio-peróneos. El plazo de recuperación marcado es de dos meses y medio, con lo que se pierde ya lo que resta de Liga. Y en la jornada 21, nada menos que un derbi: Español-Barcelona en “Sarriá”. Pero en esta ocasión la bolita va a caer del lado de los azulgranas, que en un partido tenso y de escaso juego –el derbi arquetípico, vamos…– se imponen por 0 a 1, con un gol marcado por el discutidísimo Marti Filosía en el minuto 42 del primer tiempo. La alineación barcelonista fue la siguiente: Reina; Rifé, Gallego, Paredes – que hacía así su debut oficial–; Torres, Zabalza (Asensi); Rexach, Romero, Marti Filosía, Marcial y Pujol. En la clasificación general, el Barça es tercero, a un punto del líder, el Valencia.

No deja de ser curioso que un Barça-Real Madrid se celebre el “Día de los Enamorados”, pero el calendario había fijado la fecha del 14 de febrero, y ambos equipos van a saltar al bien cuidado césped del “Camp Nou” para cumplir con su obligación lo mejor posible. También llamaba la atención que el encuentro no fuese televisado en directo, con lo que se preveía una suculenta taquilla para las arcas barcelonistas. Y si bien entró dinero en cantidad, en cambio los dos puntos  saldrían rumbo hacia la capital, ante la desilusión del numerosísimo público que se congregó en el feudo culé. Grande hizo el gol madridista, y el Barça formó con: Reina; Rifé, Gallego, Paredes; Torres, Romero; Rexach, Marcial, Martí Filosía, Asensi y Pujol (Alfonseda).

La lucha por el título se había complicado bastante para el Barça, después de los negativos resultados ante Athletic, Elche y Real Madrid, dejando escapar cinco puntos valiosísimos, y el siguiente desplazamiento era nada menos que a “Mestalla”, donde aguardaba el Valencia de Di Stéfano, que esta temporada estaba rindiendo a un magnífico nivel, con un sistema defensivo muy difícil de batir. En la alineación barcelonista van a producirse dos importantes novedades: la reaparición de Fusté, el hombre sobre el que había pivotado el juego azulgrana durante casi una década, y el debut en partido oficial de Teófilo Dueñas en el centro del ataque. Con ellos en el equipo, el Barça cuajará una magnífica actuación, y tan sólo la mala suerte le va a privar de llevarse los dos puntos en litigio, teniendo que conformarse con un muy meritorio empate a uno, que sin embargo no le servía para neutralizar el goal average particular favorable a los chés. Al inicial tanto de Rexach, respondieron los levantinos con una jugada muy afortunada que les dio el empate, ya que un fuerte disparo de Paquito, rechazado por  la madera, rebotó en Reina y se introdujo en la portería catalana. Muchos aficionados culés en las gradas, y numerosas oportunidades para los pupilos de Mister Buckingham, que formaron de la siguiente manera: Reina; Rifé, Gallego, Paredes; Torres, Fusté; Rexach, Marcial (Zabalza), Dueñas, Martí Filosía y Pujol.

La nota emotiva del choque de “Mestalla” había girado en torno al debutante Dueñas, cuyo padre falleció la noche anterior, aunque al hijo no se le comunicó la noticia hasta la terminación del partido. Y tal vez como homenaje póstumo hacia su progenitor, el futbolista manchego va a tener ante su nuevo público la presentación que sueñan todos los futbolistas: tres goles y una soberbia actuación. La víctima será el Sevilla, que cayó derrotado por 5 a 2. Pujol y Marcial hicieron los otros dos goles de un Barça que formó así: Reina; Rifé, Gallego, Paredes (Eladio); Torres, Asensi; Rexach, Marcial, Dueñas, Marti Filosía y Pujol. La facilidad rematadora de Dueñas mereció amplios comentarios, e incluso hubo  quienes le compararon con el mítico César Rodríguez. ¿Había encontrado por fin el Barça ese ariete goleador que parecía negársele una y otra vez? En la clasificación, los azulgranas eran ahora cuartos, pero a un solo punto del equipo que la encabezaba, el Valencia. No se recordaba una pugna tan reñida por el título desde hacía muchísimo tiempo, ya que hasta cuatro equipos (Valencia, Barça, Atlético de Madrid y Real Madrid) mantenían una cerrada pugna. Y las aspiraciones barcelonistas van a recibir un fuerte espaldarazo a la semana siguiente, tras su brillante triunfo por 0 a 2 en “Los Cármenes”, el siempre espinoso feudo del Granada. Goles de Rexach, que continuaba pisando fuerte de cara al “Pichichi”, y esta alineación: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Asensi; Rexach, Fusté, Dueñas, Martí Filosía y Pujol.

La siguiente víctima del excelente estado de forma culé es la Real Sociedad, que sale goleada del “Camp Nou” por 4 a 0, con tantos de Fusté, Asensi y dos de Rexach, uno de ellos de penalty. Jugaron: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Asensi; Rexach, Fusté, Dueñas, Martí Filosía y Marcial. Y nueva confirmación de este momento tan dulce, y de las muy fundadas aspiraciones al título, con otro valiosísimo triunfo a domicilio en Gijón, aunque los goles –marcados por Asensi y Rexach– no llegaron hasta los últimos diez minutos. Se alinearon en “El Molinón” los mismos once que habían goleado a la Real una semana antes. Parecidas dificultades tuvo el Barça para derrotar al Málaga en la jornada 28. Solamente un gol de Fusté a los 32 minutos de la segunda parte pudo doblegar a la buena defensa malacitana. La alineación triunfadora fue la siguiente: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Asensi (Zabalza); Rexach, Fusté, Dueñas (Alfonseda), Martí Filosía y Marcial. Y a la jornada siguiente se despide la Liga del “Camp Nou” con otro ajustado triunfo ante la UD. Las Palmas –2 a 0–, con goles de Martí Filosía Y Rexach. Los azulgranas formaron con el mismo equipo que había superado al Málaga, con los recambios de Zabalza y Alfonseda. Ya tan sólo restaba un encuentro para finalizar tan disputada Liga, y nada estaba aún decidido…

Una fotografía polémica. Haciendo alarde de un sentido del humor no muy bien aceptado por los "culés", Buckingham le suplica a Daucik, entrenador del Español, para que sus pupilos derroten al Valencia.

Una fotografía polémica. Haciendo alarde de un sentido del humor no muy bien aceptado por los «culés», Buckingham le suplica a Daucik, entrenador del Español, para que sus pupilos derroten al Valencia.

De los cuatro aspirantes al título, el único ya descolgado era el Real Madrid, pero tanto Valencia –que acababa de solventar in extremis sus dos últimos partidos– como Atlético de Madrid podían arrebatarle el campeonato al Barça. Encabezaba la tabla el conjunto ché con 43 puntos, seguido del cuadro catalán con 42 y el Atlético de Madrid con 41. Los levantinos visitarían en la última jornada a un Español que no se jugaba nada en “Sarriá”, mientras que colchoneros y culés se verían las caras en la ribera del Manzanares. En todo caso, al Barça no le convenía un empate final a puntos con los de “Mestalla”, ya que estos tenían a su favor el goal average particular. Lo más seguro era ir a ganar a Madrid –con lo que seguirían superando en la clasificación a los rojiblancos–, y esperar que el Valencia perdiese en terreno blanquiazul. No lo tenían nada fácil los de Buckingham, que no dependían de sí mismos, pero todo estaba aún por dilucidarse.

Y lamentablemente, las cosas no salieron bien en esta última jornada de infarto y transistores, y el Barça no pudo cantar el tan ansiado alirón, que ya venía resistiéndose desde hacía once años. El Valencia no consiguió puntuar en “Sarriá”, de donde salió derrotado por un gol del españolista Lamata, pero Atlético y Barcelona hicieron tablas –1 a 1–, que era precisamente el peor resultado para ambos, pues una victoria de cualquiera de los dos le hubiese dado el título al vencedor. El Barça abrió el marcador  en el minuto 14 del segundo tiempo por mediación de Martí Filosía, cuando ya había marcado también el Español, y durante unos instantes fue virtual campeón, pero la alegría duraría  solamente cuatro minutos, pues el colchonero Luís no tardó en igualar la contienda, sin que ya el resultado volviera a alterarse. Jugaron de azul y grana: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Marcial; Rexach, Fusté, Dueñas, Martí Filosía y Pujol. A las 18 minutos del segundo tiempo Asensi sustituyó a Dueñas, y a los 31 Zabalza reemplazó a Fusté. Según parece en los vestuarios, una vez acabado el partido, Agustí Montal no pudo reprimir las lágrimas. Y es que se había estado muy cerca en esta ocasión, rozando la gloria con la punta de los dedos…

El equipo que estuvo a punto de coronarse Campeón de Liga en el Estadio del Manzanares: Reina, Rifé, Eladio, Torres, Gallego, Marcial, Rexach, Fusté, Dueñas, Martí Filosía y Pujol.

El equipo que estuvo a punto de coronarse Campeón de Liga en el Estadio del Manzanares: Reina, Rifé, Eladio, Torres, Gallego, Marcial, Rexach, Fusté, Dueñas, Martí Filosía y Pujol.

El Barça había obtenido idéntica puntuación que el nuevo campeón –43– y nada menos que 20 positivos de treinta posibles, pero algunos tropiezos en su campo habían resultado mortales de necesidad, sobre todo la inesperada derrota por 0 a 2 ante el propio Valencia en la primera vuelta. Los levantinos no ganaban el Torneo de la Regularidad desde la temporada 46-47, y en su triunfo había sido clave la fortaleza defensiva. Alfredo Di Stéfano, que tantos y tantos partidos le había amargado al Barça en su época de jugador madridista, parecía abonado a repetir la jugada, ahora desde el banquillo. Pero la campaña azulgrana no era para echarla en saco roto, pues había sido capaz de mantener el pulso hasta el mismo final, y ello hacía augurar que el tan ansiado triunfo liguero podía no estar ya muy lejano… Además, el desenlace de este reñidísimo campeonato confirmaba que el Real Madrid había perdido la supremacía del fútbol español (dos temporadas consecutivas sin ganar la Liga), y eso representaba siempre una buena noticia en Can Barça. Y por añadidura no todo era decepción, puesto que Carles Rexach había conquistado el Trofeo “Pichichi” al máximo goleador, con 17 tantos, los mismos que el atlético José Eulogio Gárate, que compartió con el de Pedralbes el codiciado galardón. Desde que Cayetano Re lo obtuviese en la temporada 64-65, ningún otro jugador azulgrana había vuelto a inscribir su nombre en él.

REVANCHA EN LA COPA

Por lo tanto, con el buen sabor de boca que el equipo había dejado en la afición, se esperaba mucho de la Copa. Y el primer adversario no era precisamente de los más temibles: el modesto equipo castellonense del Villarreal, ascendido a Segunda División la temporada anterior. Pero en el partido de ida disputado en “El Madrigal” (el actual “Estadio de la Cerámica”) va a producirse una desagradable sorpresa, pues los locales, contra todo pronóstico, se impondrán al Barça por 1 a 0, en un encuentro en el que el reciente fichaje Enrique Costas –que acababa de firmar por tres temporadas– debutó oficialmente con los azulgranas, que formaron así: Reina; Rifé, Paredes, Eladio; Torres, Costas; Rexach, Fusté, Dueñas, Marcial y Alfonseda. Como puede verse, casi el equipo de gala, con las únicas ausencias de Gallego, Asensi y Martí Filosía.

En un flojo partido de vuelta, el Barça conseguirá pasar la eliminatoria, aunque no sin apuros. Discreto triunfo por 2 a 0, con goles de Martí Filosía y Dueñas y la siguiente alineación: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Costas; Rexach, Martí Filosía, Dueñas, Marcial y Asensi. A destacar que por estas mismas fechas el entrenador barcelonista, Mister Buckingham, se encontraba aquejado de serias molestias en la espalda, que le impidieron viajar  a Villarreal –donde dirigió al equipo su segundo, Rodri– e incluso sentarse en el banquillo en el “Camp Nou”, teniendo que presenciar el encuentro desde el túnel que daba acceso a los vestuarios. Estos problemas de salud ponían en grave riesgo su continuidad al frente del Barça.

Los octavos de final de la Copa van a deparar un nuevo enfrentamiento entre los dos clubes con mejor historial hasta entonces –y también hasta la fecha– en el Torneo del KO: Barça y Athletic de Bilbao. El encuentro de ida se juega en la Catedral, y el equipo azulgrana regresa con una derrota por la mínima –1 a 0–, que confiere al partido de ida un gran interés, porque la remontada era perfectamente posible. Actuaron en “San Mamés”: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Costas; Rexach, Martí Filosia (Dueñas), Asensi, Marcial (Zabalza) y Pujol. En el minuto 20 de la primera parte resultó lesionado Martí Filosía, y ahí va a terminar la temporada para el polémico delantero de Palafrugell. Será intervenido quirúrgicamente de una “ruptura de la vaina de los peróneos del tobillo izquierdo”, lo cual le va a suponer unos dos meses de inactividad.

En un estupendo partido, televisado en directo a toda España –al igual que lo había sido el choque de ida– el Barça va a imponerse al Athletic por un claro 3 a 0. Abrió el marcador Rojo II, al introducir el balón dentro de su propia meta, y luego Dueñas y Rexach (este último al transformar un penalty) redondearon el resultado. Era un triunfo de los que daban prestigio, ya que marcarle tres goles al fenomenal guardameta José Ángel Iribar no estaba al alcance de todos los equipos. Esta fue la alineación barcelonista: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Costas (Dueñas); Rexach, Marcial, Asensi, Zabalza y Pujol.

En otro orden de cosas, el defensa barcelonista Franch va a aceptar la oferta del Sabadell, y se enrolará en el conjunto arlequinado. Se despide declarando: “Si no he podido triunfar en el Barcelona no ha sido por culpa mía”. Pero mucho más dulce será la despedida de José Antonio Zaldúa, el bravo jugador navarro que había capitaneado al Barça en las últimas temporadas –desde que la llegada de Gallego desplazara a Olivella del equipo titular–, teniendo el honor de levantar el primer “Gamper”, la Copa de Ferias del 66, y sobre todo la épica Copa del 68, la de la Final de las botellas. En su última temporada como azulgrana, Mister Buckingham no había contado en absoluto con él en partido oficial, e incluso se había especulado con su posible traspaso al Zaragoza, pero sin embargo, y siguiendo el camino de tantos antiguos compañeros suyos, su destino va a ser la “Nova Creu Alta”. Aunque antes de engrosar las filas del Sabadell, el Barcelona le va a rendir el merecido homenaje a su incansable entrega y honradez profesional, con un partido ante el Standard de Lieja, en el que los blaugranas se impondrán por 2 a 1.

Los cuartos de final no van a constituir tampoco ningún problema para el Barça, debido a la escasa entidad del rival, el Deportivo de La Coruña. Goleada en el “Camp Nou” –4 a 0–, con tantos de Dueñas, Rexach (2, uno de penalty) y Marcial. En la segunda parte va a reaparecer durante unos minutos el cántabro Juan Carlos, ya repuesto de la grave lesión sufrida en terreno vallesano. Esta fue la formación barcelonista que dejó prácticamente sentenciada la eliminatoria: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Zabalza; Alfonseda, Marcial, Dueñas, Asensi y Rexach. En “Riazor” el conjunto azulgrana se tomará las cosas con calma, y el resultado final será un anodino empate a cero, con este once: Reina; Rifé, Gallego, Paredes; Torres, Zabalza; Alfonseda, Costas, Dueñas, Marcial y Rexach.

Pero en las semifinales aguarda un auténtico coco, el Atlético de Madrid. Y eso ya son palabras mayores, aunque el primer partido, disputado a la vera del Manzanares, arroja un estupendo resultado, que coloca a los barcelonistas con muchas posibilidades para alcanzar la gran final. 0 a 1, con gol de Marcial, y el siguiente equipo, que hizo un fútbol muy serio: Reina; Rife, Gallego, Eladio; Torres, Costas; Rexach, Marcial, Dueñas, Zabalza y Pujol (Alfonseda). Por estos mismos días también se produce un simpático acontecimiento, y es el homenaje que se celebra en la localidad costera de Calella en beneficio de Eulogio Martínez, el mítico delantero barcelonista de los años 50 y primeros 60, inolvidable autor, entre otros muchos goles, del primer tanto que subió al marcador del “Camp Nou”, la tarde de su inauguración ante la Selección de Varsovia. El Abrelatas atravesaba por una delicada situación económica, y un grupo de amigos se conjuró para echarle una mano y ayudarle a salir del  trance. El acto resultó un éxito económico y de público, y en él pudo verse en acción a los Veteranos del Barça, demostrando aquello de  que “Quien tuvo, retuvo…” El entrañable Eulogio –al que sus eternos problemas con el peso y una terrible desgracia familiar habían amargado los últimos tramos de su carrera deportiva– se ganaría el sustento de ahí en adelante regentando un bar, hasta que años después, mediada la década de los años 80, un lamentable accidente de tráfico segó su vida cuando aún no había cumplido los cincuenta.

Los problemas de salud de mister Buckingham no terminaban de remitir, y ante esa tesitura la directiva barcelonista va a plantearse el relevo en el banquillo. Su sucesor será un técnico de primerísimo nivel, el holandés Rinus Michels, que acababa de llevar al Ajax de Ámsterdam a la conquista de su primera Copa de Europa. En el entorno culé se piensa que la elección de Michels constituye la prueba fehaciente de que aún se mantenía muy vivo el interés por fichar, tan pronto como la normativa lo permitiera, a Johan Cruyff, que ya era aclamado sin ningún género de dudas como el mejor jugador de Europa, por no decir del mundo.

En ese clima de moderado optimismo de cara al futuro, va a producirse la clasificación del Barça para una nueva final de Copa. No sin apuros, ciertamente, porque el Atlético de Madrid empatará en el “Camp Nou”, fallando alguna que otra ocasión cantada, pero el 1 a 1 pasaporta a los azulgranas hasta el partido definitivo, que se jugaría en el Estadio “Santiago Bernabéu”, entonces escenario habitual de este tipo de eventos, y con el campeón de Liga, el Valencia, como adversario. Abrió el marcador Teófilo Dueñas, y Gárate logró la igualada. Esta fue la alineación barcelonista: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Costas; Rexach, Marcial (Asensi), Dueñas, Zabalza y Pujol. El próximo entrenador, Rinus Michels, asistió al encuentro, y tomó buena nota de las evoluciones de los que muy pronto iban a ser sus pupilos.

El  domingo 4 de julio de 1971 era la fecha señalada para la disputa de esta nueva final de Copa mediterránea entre valencianos y catalanes –la tercera ya, tras las dos casi consecutivas de los años 1952 y 1954–. En una noche muy calurosa, y a las órdenes del colegiado guipuzcoano señor Sainz Elizondo, ambos equipos presentaron las siguientes alineaciones: por el Valencia, Abelardo; Sol, Barrachina, Vidagany; Jesús Martínez, Claramunt I; Sergio (Claramunt II), Poli, Ansola (Forment), Paquito y Valdez, y por el Barça: Reina, Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Costas; Rexach, Marcial, Dueñas, Zabalza y Asensi. El partido –y no es ningún tópico– va a resultar no apto para cardíacos. Se adelantaron los levantinos mediada la primera parte merced a un discutido penalty que transformó Pepe Claramunt. Poco después –a los 32 minutos–, Marcial, lesionado,  hubo de ser sustituido por el veterano Fusté, cuyo concurso iba a ser decisivo en el encuentro. Recién comenzada la segunda mitad los chés incrementaron su ventaja, al marcar Paquito en acrobática postura y desde muy cerca, tras un fallo defensivo azulgrana. La cosa pintaba muy mal para el Barça, pero entonces apareció Fusté, que aprovecharía un golpe franco para batir a Abelardo, acortando distancias. Y una nueva sustitución se iba a producir en el bando barcelonista, en el minuto 17 de este segundo período, cuando abandona el terreno de juego Dueñas para ser relevado por Alfonseda. Zabalza va a lograr la igualada con un tiro lejano, que cogerá a Abelardo a contrapié, y con ese resultado se llegará a la prórroga, tras ser expulsado Sol, y con Gallego lesionado cuando ya estaban agotados los dos cambios reglamentarios, quedando el gaditano como una mera figura decorativa. En una jugada confusa, en la que los valencianistas reclamaron falta a su portero, Zabalza va a adelantar al Barça, pero Valdez, al cepillar un balón a la salida de un córner, establecerá un nuevo empate casi inmediatamente. Se juegan ya los últimos minutos del choque, y cualquiera de los dos equipos puede decantar la balanza a su favor, pero Fusté se sacará de su chistera un gran pase en profundidad a Alfonseda, y el delantero catalán va a conseguir el gol de la victoria, que coronará al Barcelona como nuevo campeón de Copa, trofeo que el general Franco entregaría instantes después a un exultante Quimet Rifé.

La expedición azulgrana regresó de Madrid el lunes día 5, por la tarde. En el Aeropuerto del Prat se habían congregado miles de barcelonistas para recibirla, muchos de los cuales escoltaron a los triunfadores durante todo el trayecto hasta la Plaça Sant Jaume, donde el trofeo sería ofrecido a la ciudad, una ciudad que volvía a vibrar de nuevo con la victoria de su club más representativo, en una final que ha pasado a la historia por los muchos goles marcados y por toda la emoción acumulada hasta el postrer pitido del juez de la contienda. Algunos días más tarde, Vic Buckingham se despedía de todos los barcelonistas por medio de una carta abierta, en la cual expresaba su tristeza por tener que dejar la dirección técnica del equipo, y hacía una valoración de las cualidades de cada miembro de la plantilla. Va a dejar tras de sí una estela de caballerosidad y simpatía, y los culés le valorarán como a un auténtico gentleman.

    Rinus Michels ya ejerce de entrenador en "Can Barça". Y con él, Martí Filosía regresa al banquillo de los suplentes.

Rinus Michels ya ejerce de entrenador en «Can Barça». Y con él, Martí Filosía regresa al banquillo de los suplentes.

Uno que se va, y otro que viene…Rinus Michels suscribe contrato como nuevo entrenador del Barcelona el martes 13 de Julio (supersticiosos abstenerse). De sus primeras declaraciones como tal –y en castellano– entresacamos algunos párrafos: “no puedo olvidarme de Buckingham y lamento mucho que una inoportuna lesión le haya obligado a dejar el puesto. Me gustaría llevar al Barcelona al primer plano del fútbol nacional, convertido en el mejor equipo de España. También deseo hacer un brillante papel en la Recopa, para que el club pueda recuperar su prestigio internacional, un tanto maltrecho en los últimos años. No puedo hablar a fondo de la plantilla, pero tengo la impresión que con unos pequeños retoques se puede lograr un gran equipo”.

En Madrid se celebra el pleno anual de la Federación Española de Fútbol. Se aprueba el calendario para la Liga 71-72, correspondiéndole al Barça jugar su primer partido en el “Camp Nou”, frente a la Real Sociedad, y a la semana siguiente desplazarse hasta “Sarriá” para contender con el Español. También resultó aprobada la propuesta del Barcelona para que los árbitros fueran designados por sorteo, y no por libre designación del Comité Nacional para cada jornada. A todo esto, la plantilla barcelonista se encontraba ya disfrutando de sus vacaciones. Haciendo un somero balance de la temporada concluida, Rexach se alzaba como el máximo goleador en partidos oficiales, consiguiendo 20 tantos, mientras que Torres no había faltado a ninguna cita, todo lo contrario que Zaldúa, Ramoní, Mora y Franch, que quedaron inéditos, salvo en amistosos. Los cuatro abandonarían en breve la disciplina blaugrana, aunque el prometedor Mora lo hará en calidad de cedido. Su destino va a ser el Elche, donde se reencontraría con sus antiguos compañeros Sanjuán y Romea, y también con los canteranos Chiva y Sitjá, que ni siquiera llegaron a debutar con el primer equipo. Y, por último, el Barça conoce también por esas fechas al que iba a ser su primer rival en la Recopa. Se trataba del modesto Destillery, de Belfast, y la perspectiva del desplazamiento al Ulster ponía los pelos de punta a los responsables del club, dada la situación de abierta violencia por la que atravesaba en aquellos momentos Irlanda del Norte.

Recapitulando, Vic Buckingham había dirigido al Barça en 66 partidos oficiales, con las siguientes estadísticas: 36 victorias (el 54,55 % de los encuentros disputados), 14 empates y 16 derrotas. Con él en el banquillo, el equipo azulgrana había conseguido 104 goles, encajando a su vez  56 tantos. Un subcampeonato de Liga (empatado a puntos con el campeón) y un título de Copa eran sus poderes en temporada y media de trabajo, siendo tal vez su mayor lunar un par de rápidas eliminaciones europeas, a pies de sendos conjuntos italianos.

MR. VIC DESPUÉS DEL BARÇA

Pocos meses más tarde, sin embargo, Mr. Buckingham va a sorprender al mundillo futbolístico español haciéndose cargo de un Sevilla en horas bajas, cuando se rumoreaba que todavía cobraba del Barcelona. El equipo hispalense había arrancado bien la Liga 71-72, reforzado con jugadores de calidad y contrastado experiencia (Garzón, De Diego, Juan Antonio –estos tres debutando ya en el torneo de Copa de 1971–, Manolín Bueno, el eterno suplente de Gento, o el ex-españolista y ex-barcelonista Ramoní ), y a la altura de la jornada número 15, casi en el ecuador del campeonato, ocupaba la cuarta posición en la tabla, pero una serie de malos resultados le llevaron a las puertas del descenso, al puesto 14 (perdían la categoría los tres últimos equipos de la clasificación, de entre 18 conjuntos), y en la jornada vigésimo tercera va a cesar el técnico griego Yiannis Dan Georgiadis (Itaca, 1922-Atenas, 1998), un auténtico trotamundos, que hablaba seis idiomas y había dirigido nada menos que en una decena de países, siendo sustituido interinamente durante una semana por un hombre de la casa, Fernando Guillamón, y en la 25 por el propio Buckingham, que no obstante será incapaz de evitar la catástrofe. Va a debutar en el “Pizjuán” ante un siempre difícil Atlético de Madrid, en un choque saldado con  tablas (3 a 3), y este fue el primer equipo presentado por el técnico británico: Rodri; San José (Manolín Bueno), Costas, Hita; Pazos, Toni,; Juan Antonio, Lora, De Diego, Eloy y Berruezo. Su balance al frente de los de “Nervión” ofrece los siguientes números: 2 partidos ganados, 3 empatados y 5 perdidos, con 11 goles a favor y 16 en contra. También dirigiría a los andaluces en una eliminatoria copera, en la que resultaron superados por el Español (3 a 1 en “Sarria” y empate a 3 en el “Sanchez Pizjuán”). Tras un largo paréntesis de tres años, en la temporada 75-76 reaparece en el fútbol heleno, dirigiendo durante esa campaña a Olympiacos. Y tres años más tarde hace lo propio con el Rodos F.C, retirándose al finalizar el curso 79-80, a punto de cumplir los 65 años. Este pionero de tantas cosas en lo futbolístico va a fallecer en Chichester, Inglaterra, el 26 de enero de 1995, a la edad de 79 años, dejando tras de sí el imborrable recuerdo de su caballerosidad y buen hacer profesional.

Y con este artículo damos fin a la larga serie dedicada a los entrenadores del Fútbol Club Barcelona entre los años 1944 y 1971. La arrancamos allá por febrero de 2015 con la figura de Pep Samitier, el legendario Home Llagosta, el técnico con el que entran los modernos métodos de preparación en el banquillo azulgrana, y la finalizamos con la llegada de Rinus Michels, un auténtico Número 1 europeo y mundial, el entrenador top de 1971, el hombre que acababa de hacer campeón de Europa por primera vez al Ajax de Ámsterdam, abanderando una determinada y novedosa idea del Deporte-Rey, un concepto llamado a hacer fortuna, el Futbol Total. Con Michels al frente, la Junta Directiva que presidía Agustí Montal confiaba en que el Barça diera por fin un salto cualitativo, el Gran Salto Adelante –por emplear la terminología maoísta, tan de moda entonces en el mundo de la política–, recuperando la hegemonía del fútbol español y superando a un Real Madrid que, tras más de tres lustros de insultante dominio, comenzaba a mostrar signos de flaqueza. Lo acaecido a partir de este momento, ya forma parte de otra historia…




Vic Buckingham: flema británica para el banquillo del Barça. 1970-1971. Primera parte

Hay entrenadores que dejan tras su paso –breve o dilatado– un buen sabor de boca, y también hay técnicos que hacen aumentar el consumo de vino espumoso cuando hacen mutis por el foro, para que los que se quedan celebren su marcha. El inglés Vic Buckingham pertenecía con todos los honores al primer grupo. El Barça recuperó con él la antañona y entrañable institución del Mister, aquella denominación de origen anglosajona que había acuñado un término precioso para referirse al responsable de dirigir un equipo de fútbol desde el siempre inestable banquillo, y que en el club blaugrana no se aplicaba a un británico desde hacía casi tres décadas (el último había sido el irlandés Patrick O´Connell en 1940).

Mr. Buckingham contaba con dos nada banales argumentos a su favor. Por una parte, el prestigio del que entonces gozaba el fútbol inglés –y el británico en general– entre nosotros. Inglaterra era la vigente campeona del Mundo, tras derrotar en Wembley en el verano de 1966 a la selección de la RFA (República Federal de Alemania), y el Celtic escocés y el Manchester United habían sido los ganadores de la Copa de Europa en 1967 y 1968 respectivamente. No era extraño, por consiguiente, que los técnicos procedentes del Reino Unido gozaran de una alta estima, como sin ir más lejos había ocurrido el verano anterior, cuando el inglés Ronnie Allen fue contratado para dirigir al Athletic de Bilbao. Y por otra parte, Buckingham pasaba por ser nada menos que el descubrir del jugador de moda en el fútbol europeo, el holandés Johan Cruyff, al que había hecho debutar con sólo 17 años en el Ajax de Amsterdam, y que se había convertido en objeto de deseo para el propio Barça…, siempre y cuando se abrieran las fronteras españolas –cerradas desde 1962–, permitiendo el fichaje de futbolistas extranjeros.

Victor Frederick Buckingham –sin nada que ver con el palacio de cabecera de los monarcas del Reino Unido– había nacido en Greenwich, Inglaterra, el distrito del este de Londres por donde pasa el famoso Meridiano, el 23 de octubre de 1915. Como futbolista hizo sus primeras armas en el Northfleet United, en la temporada 34-35, pasando a continuación al Tottenham Hotspur FC, y permaneciendo en el conjunto londinense hasta la fecha de su retirada, en 1949. Pertenecía a una generación de futbolistas británicos que había visto abruptamente interrumpida su carrera deportiva por el estallido de la Segunda Guerra Mundial, aunque tan accidentado paréntesis no rezaría para su estricto coetáneo, Sir Stanley Matthews, cuyas mejores temporadas llegaron precisamente tras la finalización del conflicto, con 30 años cumplidos, batiendo todos los récords de longevidad y retirándose… ¡en 1965!, cuando ya los Beatles triunfaban en medio mundo. Centrocampista defensivo, Buckingham disputó con los Spurs 230 partidos. Debutó como entrenador, tras hacer sus pinitos en Noruega, dirigiendo a conjuntos amateurs (Oxford University, Pegasus AFC, Bradford Park Avenue AFC), entre 1950 y 1953, y a partir de esta fecha se hizo cargo del West Bromwich Albion, con el que casi consigue un doblete, pues le hizo campeón de la FA Cup en 1954, y subcampeón de Liga en esa misma campaña 53-54. Allí va a tener a sus órdenes a un delantero centro de gran olfato goleador llamado Ronnie Allen, con quien coincidirá años más tarde en España.

En 1959 dejó Inglaterra para ponerse al frente del Ajax de Amsterdam, donde consiguió el campeonato de la Eredivisie en 1959-60.

Una imagen de su primera estancia en Holanda (1960)

Una imagen de su primera estancia en Holanda (1960)

En 1961 regresó a su país, como técnico del Sheffield Wednesday, con el cual se enfrentó al Barcelona en cuartos de final de la Copa de Ferias de la edición de 1961-62, venciendo por 3 a 2 sobre un terreno cubierto de nieve en el estadio de Hillsborough –el mismo que sería escenario de una gran tragedia el 15 de abril de 1989, cuando 96 personas resultaron muertas a causa de una avalancha durante una semifinal de la FA Cup entre el Liverpool y el Nottingham Forest–, pero cayendo eliminado en el “Camp Nou” al sucumbir por 2 a 0, con goles de Evaristo y Kocsis. Su reputación, no obstante, va a verse de algún modo empañada cuando en 1964 se le relacionó con un escándalo referente a las apuestas, en el cual se vieron involucrados tres futbolistas de su equipo. Aunque nunca pudo probarse su intervención en el caso, tres jugadores del SW fueron declarados culpables de aceptar sobornos para amañar un partido en diciembre de 1962, y sentenciados a diversas penas de cárcel e inhabilitados de por vida para la práctica del fútbol profesional.

En 1964 regresa al fútbol holandés, y nuevamente al Ajax, donde el 15 de noviembre de 1964 va a hacer debutar frente al GVAV Groningen a un flaco muchachito de tan sólo 17 años y de nombre Johan Cruyff. No consigue el título liguero (que fue para las vitrinas del Feyenoord), y retorna a su país para dirigir al Fulham durante tres temporadas, hasta que en 1968 viaja hasta Grecia, donde se hará cargo del modesto Ethkikos de Pireo. Al comenzar el invierno 1969-70, y tras unos meses de descanso, le encontramos ya dispuesto para iniciar una nueva aventura, para conocer otro país y otro fútbol, de la mano de la nueva Junta Directiva capitaneada por Agustín Montal, con toda su larga experiencia a cuestas, y la innegable elegancia de todo un gentleman británico, sombrero incluido. En un principio, su contrato es únicamente hasta el final de la temporada 69-70.

SU CREDO FUTBOLÍSTICO

Convendría hablar un poco de la filosofía de Vic Buckingham como técnico, antes de pasar al relato de sus avatares durante el año y medio en el que ocupó el complicadísimo banquillo del Barça. Este londinense alto e inteligente (había estudiado incluso Economía), le hablaba así acerca de su trabajo al periodista Santiago Codina, en una interviú publicada en las páginas de La Actualidad Española:

”Para ser un buen entrenador no resulta indispensable haber sido antes un buen jugador, pero si considero preciso haber sido futbolista profesional, sin necesidad de haber llegado a ser un superclase. Con haber conocido el fútbol por dentro es suficiente. Ahora bien, no cabe duda que el hecho de haber sido un gran jugador, un renombrado internacional, ayuda mucho. Pero no basta. Prueba de ello es que muchos futbolistas que habían triunfado clamorosamente en los campos de juego quisieron luego ser entrenadores y fracasaron en esta actividad. La razón está en que esa capacidad que habían tenido para jugar al fútbol no la han tenido para transmitir sus conocimientos. Los conocimientos son necesarios, pero las facultades para saber transmitirlos también. Los jugadores deben ver en el entrenador a uno de ellos. Uno que sabe lo suficiente para enseñarles algo que ellos todavía desconocen. Y que sabe, además, el modo de enseñárselo. Entonces los jugadores te respetan. Y entonces eres un buen entrenador”.

Y prosigue: “El balón es la herramienta de trabajo para el jugador. Por tanto, este debe dominarlo a la perfección. Pero debe también conseguir el máximo provecho de tal dominio. Durante el partido, no todo depende de lo que uno hace, sino también de lo que haga el contrario. Nunca hay que olvidar esta verdad. Y como nunca se sabe lo que el contrario va a hacer, instintivamente hay que acertar con la reacción adecuada. Tengo mis técnicas previendo esto. Trátase de ejercicios colectivos con el balón, donde lo inesperado se produce, donde los reflejos mentales son tan importantes como la destreza en el manejo de la pelota”.

Acerca de la preparación física decía lo siguiente:

“Indudablemente la preparación física es esencial. Si las fuerzas no responden, poco sirve la clase de un jugador. Ahora bien, al enfocar los ejercicios tendentes a mejorar la forma física de los jugadores, no hay que olvidar que aquella va a ser empleada cara al balón. Y aplicada al juego del fútbol. En consecuencia, a través de esos ejercicios, ha de estimularse la rapidez de reflejos, unir el esfuerzo a la mente, someter aquel al buen resultado de la acción. Por otra parte, y puesto que esa clase de ejercicios acostumbran a ser los más tediosos en el entrenamiento, hay que romper la rutina, de modo que los jugadores no sólo se limiten a imitar, sino también que el desarrollo de tales ejercicios les obligue a pensar, a tener la mente atenta y en plena tensión”.

Y añadía, hablando de los ejercicios de contacto personal:

En una curiosa pose, recién llegado

En una curiosa pose, recién llegado

“Por regla general, el contacto físico entre los jugadores de uno y otro bando queda reglamentariamente excluido del fútbol, pese a lo cual inevitablemente se producen cargas, encontronazos, trabazones…Pues bien, de cada una de esas situaciones imprevistas el jugador debe saber zafarse con ventaja. De ahí la importancia que yo doy a estos ejercicios, máxime cuanto que los mismos ayudan a vencer la timidez, a no temerle al choque ni a la corpulencia del adversario. Y contribuyen, por tanto, a que los jugadores ganen seguridad y confianza en sí mismos”.

Tenía las cosas muy claras, y no se andaba por las ramas:

“Sin buenos jugadores ningún entrenador puede triunfar. Cuando un profesional del fútbol ficha por un club como el Barcelona, en cuanto a técnica y dominio del balón poco o nada le queda por saber, y por consiguiente su preparación debe centrarse en mejorar su condición física –porque saber sin poder de nada sirve– y conseguir el acoplamiento de su juego al de los demás”.

Confesaba su admiración hacia Matt Busby, manager del Manchester United, quien a mediados de los años 50 dio la alternativa a una brillante y joven generación, y tras la tragedia de Múnich no se desalentó y supo hacer otro nuevo equipo, que finalmente ganaría la Copa de Europa. Consideraba también al fútbol inglés como el mejor del mundo en aquel momento, tanto en juego como en organización, y por lo tanto comprendía que fuese el modelo para muchos clubes de otros países. No obstante opinaba que eso no se conseguiría a corto plazo, y que era un error pensar lo contrario, pues las mentalidades de los jugadores eran distintas, y también las costumbres de los clubes, y por lo tanto la transformación sólo podía llegar de manera gradual:

“Así, en el Barcelona, ello lo han de conseguir los jugadores y el club por sí mismos y no porque yo esté aquí. Yo lo único que puedo hacer es tratar de inculcar lo mejor del fútbol inglés al servicio de un club español”.

Decía esto con respecto a su forma de  trabajar:

“Tengo mi propio sistema de entrenar. Pero mentiría si dijera que es totalmente original. Los viajes, la experiencia y los conocimientos adquiridos han contribuido a establecer mis particulares sistemas. Yo, como entrenador, me creo inteligente, pero no creo saber más que nadie. Eso sí, soy muy buen observador. Y como que he visto a muchos y excelentes preparadores en pleno trabajo, consciente o inconscientemente, he adoptado algunos de sus métodos, de sus ideas. De igual forma que muy posiblemente ellos hayan adoptado alguno mío Por otra parte, nunca se sabe bastante. Siempre se puede aprender más. Y yo creo tener una mente receptiva, siempre dispuesta a captar ideas ajenas que combinar con las propias”

Definía de la siguiente forma al entrenador ideal:

“Ante todo, debe tener consideración y respeto hacia los jugadores, pero exigirles a ellos que también le respeten. El trato reciproco debe ser un trato entre caballeros. Debe de hacer gala de tacto y psicología, pues no todos los jugadores son iguales”.

Para él los grandes jugadores eran de algún modo equiparables a los artistas:

“Y los artistas a veces tienen sus rarezas, y hay que saber comprenderlos, siempre y cuando no peligre la disciplina”

No veía muchas diferencias sociales y temperamentales entre los futbolistas británicos y los españoles, porque, por regla general, tanto en las islas como en España los futbolistas procedían de la clase obrera, y merced al deporte se habían convertido en personajes populares y habían mejorado socialmente. Ello entrañaba ciertas reacciones temperamentales que había que saber comprender. Consideraba también, cuando se le preguntaba acerca del porcentaje de responsabilidad que le correspondía al entrenador en los éxitos y los fracasos del equipo, que este era alto en los fracasos y bajo en los éxitos. Que los campeonatos los ganaban los jugadores, y los perdía el entrenador. Y proseguía, desgranando  los requisitos necesarios para ejercer positivamente su difícil profesión:

“El entrenador debe tener la edad suficiente para, sin ser viejo, ser ya veterano y muy experimentado en el oficio. Debe ser algo filósofo para saber reflexionar y analizar, también algo psicólogo para comprender las mentalidades ajenas. Debe ser laborioso, sincero y honesto, y no debe jamás considerarse más importante él que el equipo o el club dónde trabaja. Debe saber la forma de conseguir el máximo rendimiento físico de los jugadores a sus órdenes, debe lograr que la destreza propia de los mismos pueda manifestarse plenamente durante los noventa minutos que dura un partido, debe saber estimular la capacidad mental y los reflejos psíquicos de estos jugadores, y debe también saber acrecentar al máximo su capacidad de combate, su espíritu luchador aplicado al fútbol”.

 Como ayudante suyo, Buckingham va a contar con los servicios de Ted Drake, toda una leyenda en el fútbol inglés de antes de la Segunda Guerra Mundial. Edward Joseph Drake (Southampton, 1912-Londres, 1995), jugaba como delantero centro (amén de practicar también a un gran nivel el criquet), y tras iniciarse en el club de su ciudad natal, The Saints, pasó a unirse en 1934 al gran Arsenal creado por el entonces recientemente fallecido Herbert Chapman, equipo que dominó las competiciones inglesas durante la década de los 30. Ariete fuerte, poderoso y pleno de bravura, fue cinco veces internacional con los Pross (marcando 6 goles), pero su brillante trayectoria también resultó bruscamente cercenada por la guerra, durante la cual combatiría enrolado en la RAF como piloto, no sin antes dejar un excelente registro personal de 238 partidos disputados entre Primera y Segunda División, con un balance de 171 goles en su haber. Retirado a los 33 años a causa de una lesión, se convirtió en entrenador, dirigiendo al Chelsea londinense durante 9 temporadas –de 1952 a 1961–, en las que conseguiría el campeonato de Liga de la campaña 54-55. Fue el segundo de Buckingham durante tan sólo 6 meses, pero aun así tuvo tiempo de sembrar en el “Camp Nou” valiosas enseñanzas.

Buckingham y Drake firman el contrato que les une al Barça hasta el 30 de junio de 1970

Buckingham y Drake firman el contrato que les une al Barça hasta el 30 de junio de 1970

HISTORIA DE MEDIA LIGA

En la decimoséptima jornada del Campeonato Nacional de Liga, al Barcelona le correspondía visitar el Estadio de “Riazor”, para enfrentarse a un Deportivo de La Coruña en apuros. En el terreno gallego se sentará por primera vez en el banquillo azulgrana Mister Buckingham. El técnico inglés aun no dominaba, lógicamente, el castellano (ni por supuesto el catalán), por lo que el club va a poner a su disposición durante varios meses a un intérprete, un norteamericano apellidado Getman. El partido  se saldará con un triste empate a cero, pero, bueno, al fin y al cabo “punto es punto…”. Esta fue la primera alineación presentada por el entrenador británico: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Juan Carlos; Rexach, Marcial, Zaldúa, Castro y Pujol. Como puede verse, un equipo muy similar a los que venía alineando Seguer.

A la jornada siguiente visita el “Camp Nou” el Pontevedra, otrora equipo correoso donde los hubiera, pero en aquellos momentos hundido en la cola de la clasificación y prácticamente con un pie ya en Segunda, a pesar de que aún restaba casi media Liga por disputarse. Discreta victoria azulgrana por 2 a 0 con un juego que no acababa de convencer a nadie. Los dos goles barcelonistas fueron marcados por Martí Filosía (que sería expulsado en el minuto 34 de la primera parte, por propinarle una patada a un contrario, algo que no se compadecía mucho con su supuesta frialdad) y Gallego, que estaba convirtiéndose en uno de los principales argumentos ofensivos del Barça, sino el que más. Buckingham alineó a los siguientes hombres para su presentación en el Estadio: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Juan Carlos; Rexach, Marcial (Romea), Martí Filosía, Fusté (García Castany) y Castro. Al finalizar el encuentro, llamó poderosamente la atención una frase del técnico debutante, reproducida en la primera página de la influyente Revista Barcelonista (RB): “Voy a formar mi equipo para 1974”. Palabras que indicaban un profundo desconocimiento acerca de la peculiar idiosincrasia del fútbol español, tan diferente en tantas cosas del británico, y que se caracterizaba, sin ir más lejos, por la absoluta falta de respeto hacia el trabajo de los entrenadores, a los que no solía otorgárseles confianza y continuidad en cuanto los resultados se torcían un poco.

Muy pronto le va a llegar al manager inglés su primer compromiso serio, pues el bombo quiso que en la Copa de Ferias se enfrentaran dos históricos venidos a menos, Barcelona e Inter de Milán. El primer partido se va a jugar en el “Camp Nou”, con el aliciente añadido de ver de nuevo en acción a un Luís Suárez ya muy veterano, aunque ahora sin Helenio Herrera dirigiéndole desde la banda, pues al Mago le había sustituido un técnico casi homónimo, el hispanoparaguayo Heriberto Herrera, HH II. Boninsegna adelantará en el marcador a los lombardos, empatará Fusté –que resultó lesionado en el momento de conseguir el gol–, y deshará la igualada el italiano Bertini. Esta fue la alineación barcelonista: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Juan Carlos; Rexach, Castro, Martí Filosía, Fusté (García Castany y luego Romea) y Pujol.

2 de enero de 1970: la primera sesión preparatoria de Mr. Vic en Can Barça

2 de enero de 1970: la primera sesión preparatoria de Mr. Vic en Can Barça

El Barça arrancará un muy meritorio empate al domingo siguiente, en la cancha de uno de los dos grandes favoritos al título, el Athletic de Bilbao (el otro era el Atlético de Madrid). El partido tenía también el interés de enfrentar a dos técnicos británicos, pues el banquillo de “San Mamés” estaba ocupado por el inglés Ronnie Allen, viejo conocido de Buckingham. La expedición azulgrana aprovechó el desplazamiento para depositar una corona de flores sobre la tumba del que fuera gran árbitro internacional español, el vizcaíno Juan Gardeazábal, recientemente fallecido. Y ya sobre el terreno de juego, Buckingham estuvo muy cerca de ganarle la partida a su compatriota Allen, y si no lo logró fue a causa de un penalty por manos involuntarias de Gallego, que les sirvió a los Leones para conseguir el definitivo empate a uno. Uriarte convirtió en gol la pena máxima, mientras que Pujol hacía el tanto de un Barça que formó con: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Zabalza; Rexach, Juan Carlos, Alfonseda, Castro y Pujol.

Antes del encuentro el técnico británico concedió una entrevista a La Actualidad Española, en la que declaró lo siguiente: “Me interesaba el Barcelona. Es un equipo grande e histórico, por eso no lo dudé cuando me llegó la proposición. Ahora bien, en el Barcelona actual hay cosas que no andan derechas. Si en seis meses no consigo ponerlas como una vela, me voy” (¿ya no veía tan fácil llegar a 1974?). Al haberse incorporado tarde al Barça, consideraba que ya no podía optar al tíitulo liguero, y todas sus aspiraciones se reducían a alcanzar una buena clasificación, que cifraba en un cuarto o quinto puesto, pero con vistas a la Copa mantenía las máximas ilusiones.

Y a la semana siguiente, en partido televisado en directo, aguardaba el otro conjunto vasco de Primera División, la Real Sociedad de San Sebastián. Marcó muy pronto Juan Carlos, pero empataría Silvestre y los donostiarras se cerrarían muy bien atrás, fieles a su fama y a su estilo, hasta que Rexach deshizo la igualada en los últimos compases del encuentro, al transformar un máximo castigo. Esta fue la alineación azulgrana: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Zabalza; Rexach, Juan Carlos, Alfonseda, Castro y Pujol. En la clasificación general el Barça figuraba con 22 puntos, en la séptima plaza, a seis del líder, el Athletic de Bilbao.

Comienza el mes de febrero con el desplazamiento a Milán para disputar el partido de vuelta de la eliminatoria de Copa de Ferias. Y la niebla va a ser la gran protagonista del encuentro, puesto que a los 33 minutos de juego de la primera parte el árbitro se verá obligado a suspender el partido, cuando ganaban los milaneses por 1 a 0. En un principio se esperó durante un buen rato, por ver si remitía la espesa bruma que impedía casi por completo la visión, pero ello no ocurrió, y el juez de la contienda no tuvo más remedio que suspender definitivamente el choque, que se jugaría de nuevo desde el minuto 1, con el marcador a cero, a la semana siguiente. Así formó el equipo barcelonista en este encuentro fantasma: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Zabalza; Rexach, Juan Carlos, Alfonseda, Castro y Pujol.

Entre medias, los azulgranas acudirán a la “Nova Creu Alta” para medirse con el Sabadell. En un partido loco los vallesanos van a remontar un 0 a 2 adverso, y acabarán imponiéndose por 3 a 2, con un par de tantos del ex barcelonista Marañón, que estaba atravesando por su mejor momento futbolístico con más de 30 años de edad. Rexach y Alfonseda hicieron los goles de un Barça que acabó defraudando a los muchos seguidores que le habían acompañado hasta el feudo arlequinado, donde formó de la siguiente manera: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Zabalza (Romea); Rexach, Juan Carlos, Alfonseda, Castro (Sanjuán) y Pujol. A continuación, el equipo tomó de nuevo el avión para desplazarse hasta Milán. En esta oportunidad la niebla no va a ser ya un obstáculo –el partido se jugó a mediodía– pero el marcador final, 1 a 1, supondrá el definitivo adiós del Barça a la competición. El tanto blaugrana lo marcó Rexach, y se malograron ocasiones para superar o igualar al menos la eliminatoria. Este fue el equipo que puso en liza Mr. Buckingham en su segunda visita a “San Siro” en una semana: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Fusté; Rexach, Juan Carlos, Alfonseda, Martí Filosía y Pujol (Castro).

El siguiente compromiso liguero llevaría al Sevilla hasta el “Camp Nou”, con muchas ganas de revancha para los catalanes a causa del 3 a 0 de la primera vuelta. También le añadía atractivo al choque la presencia de Max Merkel en el banquillo hispalense, puesto que  el austríaco era el técnico elegido por Baret para entrenar al equipo azulgrana en caso de haber ganado las elecciones. Sin embargo, el encuentro no respondió en absoluto a la expectación despertada. Ganó el Barça merced a un solitario gol de Juan Carlos, conseguido a cinco minutos del final, y  formó con: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Marcial; Rexach, Fusté, Alfonseda, Juan Carlos y Castro. Tras este partido los de Buckingham ocupaban la octava plaza de la clasificación general.

Se inicia marzo con la visita al terreno  del otro  máximo aspirante al título, el Atlético de Madrid. El juego del Barça deja bastante que desear, pero se cosecha un resultado muy positivo, empate a uno. El equipo barcelonista consiguió igualar gracias a un sorprendente disparo de Rexach desde casi el centro del campo, que pilló en la inopia al cancerbero local Rodri. A los 36 minutos de la primera parte resultó expulsado Quimet Rifé. Esta fue la alineación azulgrana en el “Vicente Calderón”: Reina; Rifé, Ramoní, Eladio; Torres, Juan Carlos; Rexach, Marcial, Martí Filosía, Fusté y Romea (Alfonseda).

El Barça va a imponerse por la mínima –1 a 0– en el siguiente partido disputado en el “Camp Nou” ante el Valencia. La gran noticia de la tarde la constituyó el hecho de que el solitario gol que valió los dos puntos fue logrado por Marcial, que hasta la fecha había sido incapaz de perforar las redes contrarias, extremo que tenía bastante preocupados tanto a los técnicos como a los seguidores barcelonistas, que se hacían cruces acerca de la sequía goleadora de un jugador de tanta  clase. Este fue el equipo que derrotó a los Chés: Reina; Rifé, Ramoní, Eladio; Torres, Fusté; Rexach, Marcial, Zaldúa, Martí Filosía y Alfonseda. Después del partido, Mr. Buckingham pronunció otra frase que no tenía desperdicio: “No cambié a ningún jugador al no permitir el reglamento todas las sustituciones que hubiera deseado hacer”. Y si Marcial acababa de estrenarse como goleador, al domingo siguiente iba a ser el propio Barça quien iba a estrenarse como vencedor en campo contrario, ya que hasta entonces únicamente había sido capaz de arrancar empates en sus desplazamientos. La víctima será el Celta de Vigo en “Balaídos”, en partido también televisado en directo a toda España. Los azulgranas triunfaron por 1 a 2, con tantos de Zaldúa y Martí Filosía y esta alineación: Reina; Rifé, Gallego, Zabalza; Torres, Fusté; Rexach, Zaldúa, Martí Filosía, Marcial y Alfonseda. Después de esta jornada, la tabla de realizadores barcelonista continuaba encabezada por Gallego y Rexach, con seis goles cada uno.

Por estos mismos días, las máximas instancias rectoras del deporte español van a desestimar de nuevo la posibilidad de abrir la puerta a la contratación de jugadores extranjeros. Por lo visto en el Barça se habían hecho ciertas ilusiones de que la prohibición, existente desde 1962, podía ser derogada –con lo cual quedaría expedito el camino para el fichaje de Cruyff–, pero al parecer varios clubes que de forma oficiosa se habían mostrado favorables a la apertura de nuestras fronteras futbolísticas, se volvieron misteriosamente atrás en el último momento, ignorándose las razones. Por otra parte, comienza a rumorearse el interés del  Barça  por el interior izquierdo ilicitano Asensi, uno de los pocos valores jóvenes de nuestro fútbol con auténtica proyección.

Estos once consiguieron la mayor goleada de la temporada: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Fusté; Rexach,Zaldúa, Martí Filosía, Marcial y Alfonseda

Estos once consiguieron la mayor goleada de la temporada: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Fusté; Rexach,Zaldúa, Martí Filosía, Marcial y Alfonseda

Los últimos resultados positivos habían catapultado al Barça hasta el tercer lugar de la tabla con 31 puntos, aunque todavía se hallaba a 6 del líder, el Athletic de Bilbao, y por lo tanto prácticamente descartado para la lucha por el título. Dicha trayectoria triunfal la va a corroborar el duro correctivo que se le  infligirá al Mallorca, que va a caer por 5 a 1 en el “Camp Nou”, en un buen partido de la delantera azulgrana, alcanzando por primera vez en la temporada dicho guarismo en el marcador. Martí Filosía –en dos ocasiones–, Fusté, Zaldúa y Alfonseda fueron los goleadores de un Barça que formó con: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Fusté; Rexach (Pujol), Zaldúa, Martí Filosía, Marcial y Alfonseda.

El día 19 de marzo, festividad de San José, el Barça va a desplazarse hasta la barriada barcelonesa de Sant Andreu –cuyo equipo representativo militaba entonces en la categoría de plata del fútbol español– para enfrentarse a los locales en el encuentro de inauguración de su nuevo terreno de juego. Los azulgranas se anotaron el triunfo merced a un gol de Fusté. Y en la jornada 27 de Liga, un nuevo positivo, esta vez cosechado en “Los Cármenes”, frente al Granada (0 a 0), y con la siguiente formación: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Fusté; Rexach, Zaldúa (Zabalza), Martí Filosía, Marcial y Alfonseda. Se daba la curiosa circunstancia de que Mr. Buckingham aún no había visto perder al Barça en el Torneo de la Regularidad, puesto que en su única derrota de la segunda vuelta –en Sabadell– el técnico inglés no se encontraba presente, sino de viaje en Holanda.

Y parecía también que al fin el “Camp Nou” se había abonado a los goles, porque en el siguiente encuentro en el feudo barcelonista estos van a conseguirse con profusión: Barça 4 Real Zaragoza 2. Rexach y Alfonseda pusieron un claro 2 a 0 en el marcador, pero los zaragocistas Quirós y Villa obtuvieron la igualada, para ser de nuevo Alfonseda y por último Eladio quienes lograsen el resultado definitivo. Esta fue la alineación azulgrana en un entretenido partido ya casi primaveral: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Fusté; Rexach, Zaldúa (Zabalza), Martí Filosía, Marcial y Alfonseda (García Castany). Pero la tendencia se quiebra en el último compromiso liguero celebrado en el Estadio, en la jornada 29: Barça 0 UD. Las Palmas 0. Vuelta a las andadas, decepción…y pañuelos en las gradas. Estos fueron los protagonistas de un anodino choque: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Zabalza; Rexach, Fusté, Martí Filosía, Marcial y Alfonseda. Y otra comentada frase de Mr. Buckingham: “Les aseguro que yo también sentí deseos de sacar el pañuelo”.

La Liga 69-70 toca a su fin en Elche, y el Barça no va a poder conseguir su objetivo de terminar el campeonato en tercer lugar. Los locales se juegan la permanencia, y  triunfarán por 1 a 0, con gol de Asensi, precisamente el jugador que pretendía el Barça. Este fue el equipo que perdió en “Altabix”: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Zabalza; Rexach (García Castany), Fusté, Martí Filosía, Marcial y Alfonseda. El Atlético de Madrid se  proclamaría campeón del torneo por delante del Athletic de Bilbao, tras un emocionante mano a mano entre ambos conjuntos rojiblancos. Descendieron a Segunda Pontevedra, Mallorca y Deportivo de La Coruña. El Barça se clasificó en cuarto lugar, con 35 puntos y un balance de trece victorias, nueve empates y ocho derrotas. Había marcado 40 goles y encajado 31. Su eficacia rematadora, como se ve, seguía bajo mínimos, con una misérrima media de poco más de un gol por partido.

EL GURUCETAZO

Esta temporada el Español militaba en Segunda División (al final ascendería, junto con Sporting de Gijón y Málaga), pero no por ello los aficionados van a verse privados de vivir la especial emoción de un derbi. El sorteo quiso que culés y periquitos se enfrentasen en la primera ronda de la Copa del Generalísimo, y el partido de ida corresponde disputarlo en “Sarriá”. Allí salta la sorpresa, pues los blanquiazules –con los que debutó un muchachito de 18 años llamado Daniel Solsona– van a  imponerse por 2 goles a 1. Marcó primero Amas, empató Alfonseda, y obtuvo el gol de la victoria blanquiazul un jugador con pasado barcelonista, Giralt. Este fue el equipo presentado por Buckingham: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Juan Carlos (Zabalza); Alfonseda, García Castany, Marti Filosía, Marcial (Rexach) y Pujol.

Y en un partido amistoso jugado en la localidad costera de Calella va a reaparecer, antes de lo esperado, Miguel Ángel Bustillo, ausente del equipo desde su desgraciada lesión en el primer partido de Liga. Y mientras unos reaparecen, llenos de ilusión por hacerse con un puesto en el once titular, otros van preparando las maletas. El próximo 30 de junio terminaban contrato cuatro jugadores de la plantilla barcelonista: Pellicer, Martí Filosía, Zabalza y el guardameta Valiente, incorporado al equipo esta temporada. Martí Filosía y Zabalza eran relativamente optimistas de cara a la renovación, todo lo contrario que Pellicer. Lo curioso del caso es que también Valiente –al fin y al cabo, el cuarto portero– confiaba en renovar…

La vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa deparará un partido flojísimo en el “Camp Nou”, aunque el Barça no va a encontrar grandes dificultades para superar al Español. 3 a 1 en el marcador, con tantos de Gallego, Martí Filosía y Pujol por los azulgranas, y Mingorance para los blanquiazules, y la siguiente alineación: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Fusté (Juan Carlos); Rexach, Marcial, Alfonseda, Martí Filosía y Pujol. Ante un panorama tan triste en lo deportivo, una de las pocas cosas capaces de ilusionar a la afición eran los fichajes, y uno de muchas campanillas va a hacerse por fin realidad. Tal cómo se rumoreaba insistentemente en las últimas semanas, el centrocampista internacional del Elche Juan Manuel Asensi suscribe contrato con el Barcelona. Las cifras de la operación son exorbitantes, y la revista RB calcula que el traspaso le costará al Barcelona un total de 21 millones de pesetas, pues la marcha de los defensas Sanjuán y Romea al club franjiverde  forma parte de los flecos.

El flamante  mister del Barça observa flemáticamente las evoluciones de sus nuevos pupilos junto a su intérprete

El flamante mister del Barça observa flemáticamente las evoluciones de sus nuevos pupilos junto a su intérprete

El próximo adversario en la Copa es el Celta, otro equipo asequible sobre el papel, aunque en la ciudad viguesa el rendimiento barcelonista continúa siendo muy pobre, y el equipo regresa para Barcelona con un 1 a 0 en contra, que sin embargo no parece constituir un obstáculo insalvable. Estos fueron los que jugaron en “Balaídos”: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Juan Carlos; Rexach, Martí Filosía, Zaldúa (Castro), Marcial y Pujol. En la vuelta, tal como se preveía, el Barça tampoco va a pasar excesivos apuros para eliminar a los celestes, aunque todos los goles llegaron en la segunda parte, tras una primera mitad muy floja. Reapareció en partido oficial Bustillo, y lo celebró marcando en un remate de cabeza desde cerca y sin mucha dificultad. Los otros dos tantos los hicieron Torres y Marcial. Esta fue la alineación barcelonista: Reina; Rifé, Gallego Eladio; Torres, Juan Carlos (Castro); Rexach, Martí Filosía, Bustillo, Marcial y Pujol.

Pero muy pronto se van a acabar las peritas en dulce, porque el siguiente adversario es nada más ni nada menos que el Real Madrid. El partido de ida se disputa en el “Santiago Bernabéu”, un campo que a Bustillo le traía recuerdos agridulces, recuerdos de dos goles marcados en cinco minutos fulgurantes de juego barcelonista, y también de una gravísima lesión que le había mantenido en dique seco durante todo el campeonato. Y en un alarde de absoluta carencia de deportividad, el jugador va a ser recibido con insultos por parte de algunos aficionados cuando salte –todavía en ropa de calle– junto a sus compañeros para inspeccionar el estado del césped antes del partido. Partido que, por cierto, no va a pintar nada bien para los intereses azulgranas, aunque a tenor del juego desplegado por ambos equipos la victoria madridista por 2 a 0 pueda antojársenos corta. Fue muy protestado uno de los goles merengues, al considerar los jugadores barcelonistas que Amancio arrancaba en posición de fuera de juego. Actuaron los mismos once futbolistas que habían eliminado al Celta, con la única salvedad de la sustitución de Pujol por Alfonseda en el segundo tiempo.

Con el 2 a 0 adverso, sin embargo, aún no estaba todo perdido. Era una misión muy complicada empatar la eliminatoria, y ya no digamos superarla, pero teniendo en cuenta que el Barça jugaría una hipotética prórroga al calor de su afición –a la que nada le motivaba tanto como los duelos contra los blancos–, todavía existían fundadas esperanzas  de poder dar la campanada. El partido iba a jugarse un sábado por la noche, concretamente el día 6 de Junio de 1970. Por primera vez en bastantes años no estaba presente la televisión, y como juez de la contienda había sido designado un joven árbitro guipuzcoano nuevo en la categoría y en la plaza: José Emilio Guruceta Muro. Los barcelonistas se aprestaban a vivir una noche que deseaban fuese mágica y también histórica. Y de hecho lo va a ser, pero por razones muy distintas de las que ellos y ellas esperaban…

Casi al final del primer tiempo, Rexach lanzó uno de aquellos durísimos disparos suyos, marca de la casa, y el balón, después de tocar en ambos postes, se introdujo en la meta blanca. La remontada parecía posible, y el segundo tiempo se anunciaba épico, con un Barça poniendo cerco continuo al marco madridista. Pero, antes de que llegase el anhelado segundo gol azulgrana, hacia el minuto 14 de la reanudación, se va a producir uno de esos hechos destinados a pasar a los anales de nuestro fútbol. Velázquez, protagonizando una contra en solitario y a punto ya de entrar en el área, es derribado por Quimet Rifé con una entrada por detrás. Hoy en día algo así hubiese supuesto la expulsión del defensor, pero en 1970 se castigaba únicamente pitando la falta, que era lo que el numeroso público congregado en el “Camp Nou” esperaba. Mas cual no sería su sorpresa, cuando vieron que el señor Guruceta –que se encontraba siguiendo la rápida jugada desde el centro del campo, bastante alejado del lugar de autos– iniciaba un vertiginoso sprint para señalar inapelablemente el punto de penalty.

Tan  clamoroso error arbitral, dadas las especiales circunstancias que acompañaban al choque, iba a producir un verdadero conflicto de orden público. Las protestas arreciaron en las gradas, el césped se llenó de almohadillas, y los jugadores del Barça se comieron literalmente a Guruceta, tratando de que se volviese atrás en su decisión, pero todos sus esfuerzos fueron en vano. El máximo castigo fue transformado finalmente por Amancio estableciendo el empate, pero el partido ya estaba sentenciado. El capitán barcelonista Eladio fue expulsado por mofarse del colegiado (según el acta, “por aplaudirle con ambas manos”), y el juego prosiguió a duras penas –incluso hubo un conato de abandono por parte de los azulgranas–, entre un continuo griterío y un masivo lanzamiento de almohadillas, hasta que en un momento dado el público decidió invadir el césped, cosa que hicieron por millares, sin que las fuerzas de seguridad presentes en el Estadio fueran capaces de impedírselo. Ante tan graves hechos, Guruceta dio por terminado el encuentro unos cinco minutos antes de su reglamentaria finalización. La Policía Armada acabó por cargar contra los espectadores rebeldes para disolver aquella espontánea manifestación, produciendo numerosos contusionados, y luego los incidentes prosiguieron en el exterior, desplazándose centenares de aficionados hasta la fuente de Canaletas y la zona superior de las Ramblas, donde continuaron hasta avanzada hora de la madrugada dando rienda suelta a su herido sentimiento culé. Esta fue la alineación barcelonista que vivió en primera persona uno de los acontecimientos más memorables de toda la historia del club: Reina; Rifé, Gallego, Eladio; Torres, Zabalza; Rexach, Juan Carlos, Alfonseda, Marcial y Pujol. Por supuesto, y con dicho resultado, el Barça quedaba eliminado de la Copa.

Durante días, la España futbolística no habló de otra cosa. El club azulgrana cursó inmediatamente dos enérgicos telegramas de protesta, uno dirigido a la Delegación Nacional de Deportes, y el otro a la Federación Española de Fútbol. Y al fin y al cabo puede decirse que va a salir bastante bien librado de todo el asunto, pues el “Camp Nou” no sería clausurado a causa de los gravísimos incidentes acaecidos –solamente se le apercibió al Barça que si volvían a repetirse unos hechos similares, se le cerraría el recinto–, y la entidad recibirá una sanción económica (90.000 pesetas) que hoy se nos antoja discreta, siendo suspendido Eladio durante dos partidos oficiales. Guruceta, en cambio, va a ser tratado con mucha mayor severidad, puesto que  será inhabilitado por espacio de seis meses, lo cual motivó la dimisión del presidente del Colegio Nacional de Árbitros, señor Plaza, dimisión que por cierto retiraría pocos días después.

Tal vez no tenga nada que ver con todo esto –o tal vez sí–, pero semanas más tarde se va a producir un relevo en la cumbre del deporte español, donde José Antonio Samaranch, el hombre bajo cuyo mandato se acuñó el popular slogan “Contamos contigo”, será sustituido por otra personalidad catalana, y precisamente procedente del propio Barça, Joan Gich Bech de Careda, a la sazón su gerente. En breve sería también aprobada una generosa subvención oficial a fondo perdido – 50 millones de pesetas–, que a la entidad barcelonista le va a venir de perlas para acometer las obras de  construcción de un pabellón polideportivo acorde con su categoría  (el futuro Palau Blaugrana), y también las de la Pista de Hielo, algo que sin duda iba a redundar en breve plazo, y de manera muy positiva, en el rendimiento de algunas  secciones cuasi profesionales del club, como eran las de Baloncesto, Balonmano o Hockey sobre Patines.

No podemos dejar pasar la ocasión sin tomar prestado un significativo artículo publicado por Manuel Vázquez Montalbán en las páginas de la revista Triunfo, el órgano de referencia de la izquierda española, al igual que el ya reseñado del otoño anterior ( “Barça, Barça, Barça: más allá del fútbol”). Se titulaba “Noche de amor y guerra en el Nou Camp” (sic), y esta era la particular versión de los hechos por parte de tan destacado intelectual y escritor:

“Veinte, treinta mil almohadillas llenan la noche de extrañas coloraciones, y detrás de las almohadillas surgen los primeros espectadores. No saltan para agredir al árbitro. Saltan para decir a los jugadores que se vayan. Se mezclan algunos seguidores del Real Madrid con sus gorras blancas, dispuestos a conseguir las elásticas de sus jugadores. Pero la oleada de gente va en aumento. El señor Guruceta empieza a inquietarse. Nadie le tocó ni un pelo en toda la noche, pese a que estuvo rodeado por cinco mil personas; pero alguien le aconseja el pies para qué os quiero y el hombre, con sus liniers, inicia la lucha contra el cronómetro y corre como John Carlos en sus mejores tiempos y, puesto a correr, igual le da el terreno llano que los escalones que le abren la puerta del vestuario. El campo ya es del pueblo; cinco, seis, diez mil personas pasean banderas del Barça, gritan el nombre del club, avanzan hacia el palco presidencial. El espectáculo supera al mejor partido que ustedes hayan visto en su vida. Los colores del verano y el entusiasmo de los cuerpos, el césped verde, las amapolas-almohadillas, la noche de azul oscuro, cohetes, banderas azulgranas y una íntima, total satisfacción de las gentes más ecuánimes, incluso los burgueses con puro de tribuno gritan por fin… ¿Por fin, qué? La respuesta está en un pozo oscuro, profundo, que tal vez algún día pueda clarificarse. La fiesta, en el césped, la protagonizan los espectadores de las localidades más económicas, que han saltado todas las barreras habidas y por haber y han llegado al ágora verde e iluminada (…) Hoy es fiesta. Se respira libertad y la noche tiene los colores más propicios. El público grita, aplaude, jalea el “¡Barça, Barça, Barça!” por encima de la derrota que ya asumen, pero paladeando la victoria estética y moral de una noche en la que el público cree hacer justicia, cree vencer por encima del Comité de Competición, de la Real Federación Española y de unos cuantos etcéteras”.

En otro orden de cosas, la Junta Directiva del Barça, aparte de seguir protestando por el Caso Guruceta, va a tomar varios acuerdos. Concede la baja a Pellicer y a Valiente, renueva a Zabalza y a Martí Filosía, y también al entrenador, Mister Buckingham, a este por el plazo de un año. Aparte de estas decisiones, se procede a la contratación de otros dos futbolistas de cara al próximo curso 1970-71. Uno es un fichaje de los que calificaríamos como modestos  debido a su no excesiva cuantía económica, el del jugador del CD. Sabadell José Luís Romero, pero por el otro –a pesar de no tratarse de un jugador de Primera División– se va a pagar una elevada suma de dinero, hasta 9 millones de pesetas, acompañados de varias cesiones a su equipo de origen, el Rayo Vallecano. Se trata del delantero centro del conjunto representativo de la populosa barriada madrileña, el manchego Teófilo Dueñas, que había venido destacando por sus dotes como realizador, justo lo que entonces el Barça buscaba con mayor ahínco. Para el cuadro rayista se irán, a guisa de contraprestación, los delanteros Roselló y Nieto y el centrocampista Puig, hijo de Curta, el gran defensa de los años 40. El Barça continuaba desprendiéndose a precio de saldo de sus canteranos, para adquirir jugadores foráneos a golpe de talonario, una política que no estaba rindiendo precisamente muchos frutos…

Por estos mismos días la Revista Barcelonista se va a apuntar un gran tanto propagandístico con la publicación en sus páginas de un  reportaje sensacional, ya que su editor, Carles Barnils i Vila, invita al matrimonio Cruyff, que se encontraba pasando unos días de vacaciones en Palma de Mallorca, a visitar Barcelona. En la Ciudad Condal, aparte de enseñarles las numerosas bellezas de la capital catalana, los rectores de RB consiguen que Johan Cruyff y su joven y bella esposa Danny acudan al “Camp Nou”, donde la gran estrella holandesa accede incluso a vestirse con el uniforme azulgrana y a realizar algunas evoluciones con balón sobre el césped. En el reportaje en cuestión se va a recordar que fue precisamente Mr. Buckingham, el entrenador azulgrana, quien descubrió e hizo debutar a Johan en el Ajax con tan sólo 17 años, a la par que el futbolista asegura que su antiguo mentor deportivo triunfará en el Barcelona.

A pesar de los gravísimos incidentes acaecidos en el reciente choque entre el Barça y el Real Madrid  (o tal vez a causa de ello), el “Camp Nou” va a ser designado como sede de la final de la Copa del Generalísimo, a la que –tal cómo entonces era preceptivo– acudiría el mismísimo Franco para entregar el trofeo que llevaba su nombre al capitán del equipo vencedor. En esta ocasión van a clasificarse para el encuentro decisivo Real Madrid y  Valencia, aunque en las gradas únicamente se darán cita los seguidores de ambos conjuntos, ya que el público habitual del coliseo azulgrana se retraerá, pensando que no se le había perdido nada en dicho evento. En un gran partido, los blancos van a triunfar por 3 goles a 1, y Paco Gento recibirá la Copa de manos de su tocayo, el Caudillo, en la que será la última visita de ambos al “Camp Nou”, puesto que el veloz extremo cántabro se va a retirar al concluir la siguiente temporada (pero ya no será alineado en el Barça–Madrid de la Liga 70-71), y en cuanto a Franco –al que aún le quedaban cinco años y pico de vida–, el Dictador  no volverá a pisar el recinto barcelonista.

Interesantes declaraciones de Vic Buckingham a la revista RB: “Creo, sinceramente, que el Barcelona me ha renovado contrato por lo que pueda hacer y no por lo que he hecho. El equipo no ha mejorado bajo mis órdenes, pero ahora conozco a fondo a los jugadores de la plantilla. Lo fácil es fichar a diez jugadores cada temporada, pero yo quiero hacer triunfar a los jóvenes de la cantera, como en otros tiempos. Martí Filosía posee cualidades mentales, físicas, técnicas y de habilidad para triunfar en el Barcelona”. El bienintencionado técnico inglés seguía pensando que el impaciente e improvisador Barça de 1970 era equiparable al Arsenal, el Liverpool o el Manchester United…

Surge por estas fechas, sin demasiado fundamento, el rumor de que el Inter de Milán pretendía el fichaje de Marcial Pina, que no había brillado demasiado en su primera temporada como blaugrana. Montal se apresurará a responder: “No queremos que ocurra con Marcial lo que pasó con Suárez, cuyo traspaso hemos llorado todos los barcelonistas”. Y de hecho no llegará a ocurrir tal cosa, por más que algunos años más tarde el nombre del rubio jugador volvería a estar en cuestión, asociado al de clubes de muchísima menos enjundia que los negriazules milaneses, al fin y al cabo uno de los grandes del Calcio y dos veces campeón de la Copa de Europa y la Intercontinental.

La temporada 69-70 da ya sus últimos coletazos. Algunos jugadores, como Zabalza y Pujol, aprovechan sus vacaciones para contraer matrimonio, y el fútbol español celebrará su pleno anual (en el cual se va a aprobar la ampliación de la Primera División a 18 clubes para la campaña 71-72, a instancias del CD. Sabadell y su dinámico presidente, Don Ricardo Rossón). En el calendario del curso inminente, al Barça le corresponde abrir el fuego ante el Athletic de Bilbao en “San Mamés”, auténtico plato fuerte de la primera jornada de la Liga 70-71. Mientras, Montal hace balance: “Como presidente hago examen de conciencia cada día. Después de conocer las virtudes y defectos del señor Buckingham, creímos conveniente renovarle contrato. Sería un error reducirle la sanción a Guruceta”. Y contesta a la Federación: “No temo a la advertencia de futuros castigos, si son por defender a mi club y a la afición barcelonista y barcelonesa”