La Copa Hidráulica de 1939. Primer trofeo valencianista de la posguerra.

La guerra civil española hacía escasos meses que había finalizado. Sin embargo, durante la contienda, la actividad futbolística no se había detenido durante aquellos tres años por todos los puntos de nuestra geografía.

Antes de que la temporada de 1939-1940 diera comienzo continuaron celebrándose partidos amistosos de preparación así como torneos organizados por diversos estamentos regionales.

Uno de ellos fue el que traemos este mes a Cuadernos de Futbol. Se trata de la Copa Hidráulica, torneo que fue organizado por la Federación Valenciana de Fútbol, denominado así por aquellas cosas del comercio y la industria en tierras valencianas, y cuyo trofeo fue donado por el aficionado D. Ramón Ferragut.

Este torneo, aunque alcanzó la categoría de Campeonato Regional, pasó prácticamente inadvertido para la prensa del momento, y en él compitieron los equipos de la capital del Turia, Valencia F.C. y Levante F.C., así como el Hércules F.C., como representante de Alicante. Aquellos encuentros sirvieron para preparar la temporada que habría de comenzar en poco tiempo así como para tener a prueba a jóvenes jugadores con el fin de que, si demostraban condiciones, fueran incluidos en sus plantillas.

El torneo triangular fue celebrado en su totalidad en Valencia, disputándose los encuentros en el campo de Mestalla.

Los partidos fueron los siguientes:

16 de julio de 1939. Valencia F.C., 3 – Hércules F.C., 2.

Arbitró el Sr. Sanchís Orduña.

VALENCIA: Carmona; Melenchón, Juan Ramón; Salvador Blasco, Iturraspe, Prats; Domenech, Amadeo, Martínez Catalá, Gaspar Rubio y José Richart.

HÉRCULES: Pérez; Del Pino, Maciá (Múgica); Salvador, Paquillo, Salas; Adrover, Tatono, Perdomo, Tormo y Aparicio.

Goles: 1-0 Amadeo, 24’; 2-0 Martínez Catalá, 41’; 2-1 Aparicio 48’; 2-2 Perdomo 65’; 3-2 José Richart 76’.

Juan Ramón, jugador del Valencia (fuente: Ciberche)

Juan Ramón, jugador del Valencia (fuente: Ciberche)

17 de julio de 1939. Levante F.C., 6 – Hércules F.C., 0.

 Arbitró el Sr. Monterde.

LEVANTE: Valero; Calpe, Alepuz; Paredes, Llácer, J. Rubio; Ruano, Puig II, Martín, Pizá y Botella.

HÉRCULES: Marín; Del Pino, Múgica; Salvador, Medina, Salas; Adrover, Perdomo, Betancourt, Cervera y Aparicio.

Los goles fueron marcados por Martí –cuatro-, Ruano y Puig II.

19 de julio de 1939. Valencia F.C., 1 – Levante F.C., 1.

Arbitró el Sr. Donat.

VALENCIA: Carmona (Calleja); Melenchón, Juan Ramón; Bertolí, Iturraspe, Prats; Domenech, Amadeo, Martínez Catalá, Gaspar Rubio y José Richart.

LEVANTE: Valero; Calpe, Alepuz; Paredes, Llácer, Rubio; Ruano, Puig II, Balaguer, Pizá y Botella.

Goles: 1-0 Iturraspe, de penalti, 40’ (alguna fuente da como goleador a Amadeo). 1-1 Ruano.

Después de estos tres encuentros, la clasificación del torneo quedó así:

EQUIPO

PJ

G

E

P

GF

GC

PUNTOS

LEVANTE

2

1

1

0

7

1

3

VALENCIA

2

1

1

0

4

3

3

HÉRCULES

2

0

0

2

2

9

0

Según expresa la clasificación, el campeón debía ser el Levante por tener mejor “goal average” pero el Valencia reclamó dicha circunstancia. Entendía que, al no constar en el reglamento del torneo que el campeón lo sería por este motivo, al estar empatados a puntos, debería jugarse un partido de desempate. Al final, pese a las protestas del equipo levantino, el Valencia logró de la Federación el encuentro adicional, que se jugó el 23 de julio de 1939.

El resultado fue de Valencia F.C., 6 – Levante F.C., 0.

Arbitró el Sr. Tamarit.

VALENCIA: Garcerán; Melenchón, Juan Ramón; Bertolí (Blasco), Iturraspe, Prats; Felipe Ferrer, Cuenca, Martínez Catalá, Gaspar Rubio y Domenech.

LEVANTE: Valero; Calpe (Balaguer), Alepuz; Paredes, Llácer, J. Rubio; Ruano, Puig II, Martín, Pizá y Botella.

Goles: 1-0 Cuenca, 7’; 2-0 Domenech, 9’; 3-0 Cuenca, 39’; 4-0 Martínez Catalá, 44’; 5-0 Rubio, 63’; 6-0 Iturraspe, 87’. En alguna que otra fuente la información varía en algunos nombres de los goleadores así como en los minutos de consecución.

Al finalizar el encuentro, entregó la Copa el hijo del General del Ejército Antonio Aranda, acompañado por el Presidente de la Federación Valenciana de Fútbol, D. Antonio Cotanda. Este trofeo significó para el club blanco de Valencia  su primer trofeo de la posguerra.

Pese a las buenas expectativas que se tenían para la temporada 1939-40, el Valencia quedó clasificado en octavo lugar de la Liga de Primera División (compuesta por 12 equipos) siendo superado por el Hércules que obtuvo la sexta plaza. Por su parte, el Levante, en el grupo 3º de la Segunda División, quedó campeón de liga, disputando la fase final de ascenso junto con los otros campeones de grupo, no logrando ascender.




El Torneo más largo de la historia del fútbol español. La Copa del presidente de la RFEF (1941-47)

PRIMERO SE LLAMÓ “TORNEO DE LOS CUATRO”

LUEGO, “TORNEO DE CLASIFICACIÓN”

Y, FINALMENTE, “COPA DEL PRESIDENTE DE LA R.F.E.F.”

SE  ORGANIZÓ EN 1941 PARA SUSTITUIR A LA ABORTADA “COPA IBÉRICA”

En la temporada 1940-41 las Federaciones de España y Portugal se pusieron de acuerdo para jugar anualmente un torneo internacional de ocho equipos, cuatro de España y cuatro de Portugal, que llevaría por nombre “Torneo Ibérico”. Los participantes, los cuatro primeros clasificados de los respectivos campeonatos de Liga. Las fechas quedaron establecidas al término de las respectivas Ligas y, al menos en España, antes de que comenzara el Campeonato de España, en aquellos momentos Copa del Generalísimo. Para ello, al planificar el calendario, se dejó el hueco correspondiente para ese nuevo torneo internacional entre los equipos más granados del fútbol de la Península Ibérica.

La ocasión del partido internacional Portugal – España, celebrado en Lisboa el 12 de enero de 1941, sirvió para ir puntualizando las condiciones y los pormenores de tal competición. La primera noticia oficial la dio el secretario general de la Federación Española, D. Juan Antonio Sánchez Ocaña, a través de una entrevista en el diario madrileño “Gol”. En principio quedaba acordado que fuera jugado por el sistema de eliminatorias tipo Copa. Se haría la formación de grupos de tal suerte que el primero de un país se enfrentara con el cuarto del otro; el segundo con el tercero, etc.

Dos días más tarde, el propio presidente federativo, señor Saura, declaraba al mismo diario que el deseo de España era que fuera a doble vuelta, es decir en dos partidos por eliminatoria. Aun cuando los portugueses no habían contestado a tal propuesta, sí se había determinado, por sorteo, el país que iba a iniciar la sede de la final: Lisboa.

Nuevas informaciones, también en “Gol” (5, marzo, 1941), en las que se afirmaba que la Federación Española desechaba completamente el que fuera a eliminatoria única, ya que ello no conllevaba correspondencia económica y habría que sumergirse en los difíciles problemas de compensaciones económicas en cuanto al taquillaje y a los viajes… En fin, un lío en el que no se quería meter el señor Saura. Y que se esquivaba totalmente haciéndolo a doble partido. Que cada cual se quedara con sus taquillas y pagara sus viajes. Que era lo más lógico, claro.

Se supo que los equipos portugueses, a la vista de cómo iba su Liga, serían: Benfica de Lisboa, Sporting de Portugal, también de Lisboa, Oporto y Os Belenenses así mismo lisboeta. No estaba tan claro cuales serían los equipos españoles, porque la Liga estaba muy competida; en aquellos momentos muy bien podían serlo: Atlético-Aviación, Atlético de Bilbao, Madrid y Valencia. De aquí que en la prensa de Barcelona no se hubiera hecho hasta ese momento ni una alusión a tal “Torneo Ibérico”. Claro, el Español ocupaba la séptima posición y el Barcelona, la octava… Pero cuando el Barcelona empezó su remontada en el último tramo de la Liga, cambió la cosa; y cuando venció al Madrid en Chamartín por 2-1 y le desbancó del cuarto puesto, que ya daba entrada a tal torneo peninsular, empezaron a hablar del mismo en “El Mundo Deportivo” y hay que suponer que con evidente asombro de sus lectores ante cuyos ojos surgía un fantasmal torneo internacional del que no había tenido ni la menor noticia hasta ese instante.

Y fue el propio “El Mundo Deportivo” el que anticipó la nueva de que ya

estaba diseñada la primera jornada y sólo faltaba desarrollar el resto del calendario. Esa jornada inaugural se haría  así:

Atlético-Aviación  – Os Belenenses, en Vallecas.

Atlético de Bilbao – Oporto, en San Mamés.

 Sporting de Lisboa – Valencia, en Lumiar

Benfica – Barcelona, en Estadio Benfica

A la vista de ello huelga decir que los cuatro equipos españoles iban a ser definitivamente: Atlético-Aviación de Madrid (campeón de Liga, 33 puntos), Atlético de Bilbao (32 puntos), Valencia y Barcelona (27 puntos).

En tal situación llegó el partido internacional de vuelta, entre España y Portugal, a celebrar en Bilbao, el 16 de marzo de ese año 1941. Allí se reunían los federativos de las dos naciones para ultimar los pormenores del “Torneo Ibérico”.

Y silencio.

Lo cual quería decir que todo se había ido al traste. ¿Fue debido al severísimo correctivo del 5-1 que España había propinado a los lusitanos y que les hizo temer una mala imagen en dicho torneo? ¿Acaso se debió todo a encastillamiento de los portugueses en esa eliminatoria única con las consiguientes complicaciones económicas ya citadas? Lo cierto es que, sin explicaciones, no se volvió a mencionar tal torneo internacional.

Tal situación ponía en dificultades a los equipos españoles que se iban a encontrar con un vacío letal hasta que esos conjuntos entraran en las eliminatorias coperas.

Fueron los clubs quienes se movieron aceleradamente para proponer otro torneo, solamente español, que cubriera las fechas previstas. Pero tampoco había acuerdo entre los nacionales. Era el Atlético de Bilbao quien planteaba las dificultades. Quería disfrutar, en ese torneo también, de los beneficios de “las compensaciones” de las que gozaba en la Liga. Y eso suponía nada menos que el 25 % de  las taquillas de los campos que visitara. ¿Era por causa del poco aforo de San Mamés, que ya había motivado protestas de los aficionados que no habían podido presenciar el partido internacional con Portugal? ¿Era porque el Atlético bilbaíno era muy taquillero fuera del Bocho y poco dentro del mismo? Naturalmente fueron los otros equipos quienes se negaron a tal “impuesto”; querían que cada cual asumiera sus gastos y sus ingresos, sin ninguna otra obligación.

A todo ello, la Federación Española se mantenía al margen. Y cuando hubo otra propuesta en el sentido que fuera un torneo de cuatro selecciones regionales, en lugar de cuatro clubs, el acuerdo se abrió paso entre los equipos como por ensalmo. Ahí es nada quedarse inactivos y además tener que prestar los mejores jugadores a la Federación Regional respectiva…

Y una vez de acuerdo, vino el bautizo de la competición. En ello fueron generosos: de momento cada cual le dio su nombre. En Madrid se le llamó, decididamente, al menos por los periódicos madrileños, “Torneo de los Cuatro”.  En Barcelona: “Copa Clasificación”. Los equipos pagarían el trofeo a disputar, aportando cada uno la cantidad de mil pesetas para pagar las cuatro mil que costaba una copa acorde con la entidad de tal competición.

Se hizo el calendario. La víspera de que arrancara el torneo entró en él la Federación. ¿No se habían decidido a pagar el trofeo y tuvo que ser la Federación la que lo subvencionara? Pues, posiblemente. La Federación dio el nombre oficial –“Copa del presidente de la Federación”–, pagó el trofeo e impuso la legalidad de un torneo oficial; es decir con las mismas reglas que las de la Liga y con intervención del Comité de Competición.

Los portugueses acabaron la Liga cuando iba a empezar esta “Copa Presidente”. También les quedaron unas fechas vacías por lo que no tuvieron más remedio que organizar un torneo entre los citados equipos y con el título de ”Copa de Pascua”.

El día previsto arrancó el torneo.

1ª Jornada

Atlético de Bilbao – Barcelona  = 5-3  (2-1)

6 – 4 –1941. Bilbao: San Mamés.

Árbitro: Jáuregui.

ATLÉTICO: Echevarría; Mieza, Oceja; Ortúzar, Viar, Bertol; Iriondo, Panizo, Unamuno, Gárate, Elices.

BARCELONA: Miró; Anguera, Benito; Raich, Rosalén, Calvet; Valle, Gracia, Martín, Escolá, Bravo.

Goles: 1-0: Unamuno (10’); 2-0: Elices (26’); 2-1: Martín (32’); 3-1: Panizo (60’); 3-2: Martín (63’); 4-2: Elices (68’); 5-2: Elices (78’); 5-3: Valle (79’).

Atlético-Aviación – Valencia    Aplazado

¿Qué pasaba que ya en la primera jornada se producía un aplazamiento? El Madrid tenía la culpa. Ocurrió que mientras las directivas discutían “si eran galgos o podencos”, el Madrid y el Valencia llegaron a un acuerdo para celebrar dos partidos amistosos. Uno en cada ciudad. El Madrid fue a Valencia el domingo anterior en donde ganó por 2-1 y el partido de vuelta correspondía jugarse el día 6 de marzo. Naturalmente los madridistas exigieron el cumplimiento del acuerdo. Intentó arreglarlo el Valencia, pero el precio exigido era muy alto. El Madrid ya había lanzado, desde varios días antes, toda la publicidad y el billetaje; era más económico celebrar el encuentro que pagar todos esos gastos hechos por el Madrid y pagarle la compensación económica justa. Y el Valencia vino a Madrid, aplazando su participación en la “Copa Presidente”, que en Madrid se seguía llamando “Torneo de los Cuatro”. El Valencia volvió a perder, esta vez por 3-2, y quedó libre para integrarse en el torneo. El Atlético-Aviación intentó cubrir la fecha con un viaje para competir  contra el Sevilla, pero no lo logró…

2ª Jornada

Atlético-Aviación –  Barcelona  = 6-0  (2-0)

13 – 4 – 1941. Madrid: Vallecas.

Árbitro: Mazagatos.

ATLÉTICO: Tabales; Mesa, Aparicio; Escudero, Germán, Machín; Manín, Arencibia, Pruden, Campos, Vázquez.

BARCELONA: Miró; Anguera, Benito; Raich, Rosalén, Franco; Sospedra, Gracia, Martín, Escolá, Bravo.

Goles: 1-0: Arencibia (38’); 2-0: Arencibia (43’); 3-0: Pruden (pen.; 51’?); 4-0: Campos (75’); 5-0: Pruden (82’).

Atlético de Bilbao – Valencia  = 3-0  (1-0)

13 – 4 – 1941. Bilbao: San Mamés

Árbitro: Corpas.

ATLÉTICO: Echevarría; Mieza, Oceja; Ortúzar, Viar, Bertol; Iriondo, Panizo, Unamuno, Gárate, Elices.

VALENCIA: Pío; Álvaro, Juan Ramón; Bertolí, Iturraspe, Lelé; Domenech, Amadeo, Mundo, Asensi, Gorostiza.

Goles: 1-0: Unamuno (16’); 2-0: Unamuno (58’); 3-0: Unamuno (85’).

Pío detuvo un penalty lanzado por Panizo (37’).

3ª Jornada

Atlético-Aviación – Atlético de Bilbao = 2-1  (0-1)

20 – 4 – 1941. Madrid: Vallecas.

Árbitro: Ferragut.

Atlético A.: Tabales; Mesa, Aparicio; Gabilondo, Germán, Machín; Manín, Arencibia, Pruden, Campos, Vázquez.

Atlético B.: Echevarría; Mieza, Oceja; Ortúzar, Viar, Bertol; Iriondo, Panizo, Unamuno, Gárate, Elices.

Goles: 0-1: Elices (23’);  1-1: Pruden (58’); 2-1: Germán (63’).

Barcelona – Valencia  = 1-1  (1-1)

20 – 4 – 1941. Barcelona: Las Corts.

Árbitro: Munguía.

BARCELONA: Nogués; Anguera, Benito; Raich, Rosalén, Franco; Sospedra, Gonzalvo III, Martín, Escolá, Valle.

VALENCIA: Pío; Álvaro, Juan Ramón; Bertolí, Iturraspe, Lelé; Domenech, Amadeo, Mundo, Asensi, Poli.

Goles: 0-1: Poli (6’); 1-1: Valle (30’).

Partido muy violento. Expulsados, por agresión mutua en el primer tiempo, Iturraspe y Sospedra. Y Mundo en el segundo tiempo, por intento de agresión a Anguera. Hubo un momento en que en el campo los equipos estaban con ocho jugadores por el trasiego de lesionados. Dos de ellos, Valle y Poli, no volvieron a salir; los demás, Martín, Asensi y Lelé  pasaron varios minutos en la banda restañando las heridas, curiosamente, todos en la cabeza. Naturalmente el Comité de Competición tomó cartas en el asunto y sancionó económicamente a los clubs, a los entrenadores y al árbitro –al que suspendió por un mes–; repartiendo sanciones a Benito (suspensión indefinida hasta saber el alcance de la lesión de Poli), a Sospedra (dos partidos de suspensión y multa de 250 pesetas) y a Iturraspe (tres partidos y multa de 250 pesetas).

4ª Jornada

Valencia – Barcelona  = 4-0  (1-0)

27 – 4 – 1941. Valencia: Mestalla.

Árbitro: Escartín.

VALENCIA: Pío: Álvaro, Juan Ramón; Bertolí, Sierra, Blasco; Domenech, Amadeo, Asensi, Botana, Gorostiza.

BARCELONA: Nogués; Ceballos, Colomer; León, Rosalén, Franco; Calvet, Raich, Vergara, Escolá, Pedrol.

Goles: 1-0: Domenech (32’); 2-0: Domenech (50’); 3-0: Asensi (68’); 4-0: Botana (71’).

El partido, pese al flojo arbitraje de Escartín, fue una balsa de aceite; acaso, de ser un combate de boxeo, el juez les hubiera retenido la bolsa a los contendientes por falta de agresividad.

Atlético de Bilbao – Atlético-Aviación  = 6-2  (3-2)

27 – 4 – 1941. Bilbao: San Mamés.

Árbitro: Tamarit.

ATLÉTICO B.: Echevarría; Mieza, Oceja; Ortúzar, Ortiz, Viar; Iriondo, Panizo, Unamuno, Gárate, Elices.

ATLÉTICO A.: Tabales; Mesa, Aparicio; Blanco, Machín, Gabilondo; Manín, Arencibia, Pruden, Cárdenas, Vázquez.

Goles: 0-1: Arencibia (7’); 1-1: Elices (11’); 2-1: Gárate (21’); 2-2: Pruden (24’); 3-2: Elices (42’); 4-2: Elices (55’); 5-2: Iriondo (65’); 6-2: Unamuno (66’).

5ª Jornada

Barcelona –  Atlético-Aviación  = 1-2  (0-2)

2 – 5 – 1941. Barcelona: Las Corts.

Árbitro: Sanchis Orduña.

BARCELONA: Miró; Ceballos, González; León, Rosalén, Franco; Bravo, Vergara, Martín, Escolá, Quique.

ATLETICO: Tabales; Mesa, Aparicio; Gabilondo, Germán, Urquiri; Manín, Arencibia, Pruden, Campos, Vázquez.

Goles: 0-1: Pruden (9’); 0-2: Manín (16’); 1-2: Bravo (65’).

Valencia – Atlético de Bilbao  = 3-0  (2-0)

2 – 5 – 1941. Valencia: Mestalla.

Árbitro: Vilalta.

VALENCIA: Pío; Álvaro, Juan Ramón; Bertolí, Sierra, Blasco; Domenech, Amadeo, Mundo, Asensi, Gorostiza.

ATLÉTICO: Echevarría; Mieza, Oceja; Ortúzar, Ortiz, Viar; Iriondo Panizo, Unamuno, Gárate, Elices.

Goles: 1-0: Gorostiza (40’); 2-0: Gorostiza (70’); 3-0: Mundo (87’).

6ª Jornada

Valencia – Atlético-Aviación  = 2-0  (2-0)

4 – mayo – 1941. Valencia: Mestalla

Árbitro: Arribas.

VALENCIA: González; Álvaro, Juan Ramón; Bertolí, Sierra, Blasco; Domenech, Amadeo, Mundo, Asensi, Gorostiza.

ATLÉTICO: Tabales; Mesa, Aparicio; Blanco, Colón, Urquiri; Manín, Germán, Pruden, Cárdenas, Vázquez.

Goles: 1-0: Mundo (14’); 2-0: Domenech (15’).

Barcelona – Atlético de Bilbao  = 3-0  (2-0).

4 – mayo – 1941. Barcelona: Las Corts.

Árbitro: Álvarez Corriols.

BARCELONA: Nogués: Ceballos, González; Calvet, Rosalén, Llácer; Sospedra, Vergara, Martín, Gonzalvo III, Bravo.

ATLÉTICO: Echevarría; Mieza, Oceja; Ortúzar, Ortiz, Viar; Iriondo, Panizo, Unamuno, Valle, Elices.

Goles: 1-0: Llácer (30’); 2-0: Martín (40’); 3-0: Vergara (49’).

Se había llegado al final de las jornadas programadas sin que hubiera habido ocasión para resolver ese encuentro que había quedado suspendido desde la primera jornada. Cumplidas las fechas, se entró en el Campeonato de España. Así pues, tal partido entre Atlético-Aviación y Valencia, quedaba pendiente o bien para después de la Copa o para cumplir en los primeros compases de la temporada siguiente. Para colmo de males, o al menos de “suspense”, tal encuentro era decisivo; es decir que no era un trámite de cumplimiento de un calendario comprometido sino que de su resultado dependía el título de campeón. Con ligera ventaja para el Valencia, al que bastaba el empate para alzarse con el título, pero con la desventaja de tener que ir a campo ajeno.

Cuando se terminó el ciclo cronológico diseñado, la clasificación era la siguiente:

  J   G   E   P    F    C  Puntos
Valencia   5   3   1   1   10    4     7
A. Aviación   5   3   0   2   12   10     6
A. Bilbao   6   3   0   3   15   13     6
Barcelona   6   1   1   4     8   18     3

Como se ve a simple vista, el encuentro pendiente era el decisivo. El que ganara, se llevaría el título. Y, de momento, nadie acertaba a decir cuándo se iba a resolver.

Quedaba todo en suspenso.

Suspenso largo, largo, largo. Nada menos que ¡seis años! Por fas o por nefas no encontraban un hueco para dar el golletazo a ese Torneo de los Cuatro o de los Clasificados o del presidente de la Federación. Que ya nadie recordaba cómo se llamaba…

Debió ser el presidente de la Federación, a la sazón D. Armando Muñoz Calero, quien urgió para que terminara aquello de una vez. Ya nadie le podía quitar el récord de dilatación en su finalización, pero era ya hora de terminarlo. Olvidado estaba ya.

Los periódicos tuvieron que hacer memoria y dar a sus lectores la pista de dicho torneo, sus resultados y la importancia que tenía ese partido que había quedado tan desgajado de sus orígenes.

Realmente era una final a cara de perro, aunque por ser partido inaugural de la temporada, ninguno de los contendientes parecía estar en buenas condiciones como para morder.

Como curiosidad hay que consignar que casi todo era nuevo. Nueva Federación, ya que la había empezado el señor Saura del Pan y la terminaba D. Armando Muñoz Calero, dejando entre medias nada menos que a dos presidentes, los señores Barroso y Rivero. Uno de los equipos había iniciado el torneo con el nombre de Atlético-Aviación y lo terminaba llamándose Atlético de Madrid. Y los protagonistas sólo tenían cinco “supervivientes”: Aparicio, por los madrileños, y Juan Ramón, Asensi, Amadeo y Mundo por los valencianos. Los entrenadores iniciales fueron Zamora y Encinas; ahora conducían a los contendientes: Vidal y Pasarín.

Atlético de Madrid – Valencia  = 4-0  (2-0).

14 – 9 – 1947. Madrid: Metropolitano.

Árbitro: Iturralde.

ATLÉTICO: Pérez; Riera, Aparicio; Mencía, Arnau, Cuenca; Juncosa, Vidal, Silva, José Luis, Basabe.

VALENCIA: Candi; Sáenz, Juan Ramón; Santacatalina, Monzó, Asensi; Gago, Amadeo, Mundo, Morera, Giraldós.

Goles: 1-0: Basabe (4’); 2-0: Basabe (43’); 3-0: Silva (51’); 4-0: Silva (53’).

Partido de principio de temporada. Todos los jugadores estaban con quilos de más y forma de menos. En el Valencia agudizados estos defectos por el cansancio de un viaje por Marruecos del que acababa de llegar.

Partido aburrido, lento, fuera de tiempo. Ambos equipos aprovecharon la ocasión para probar a algunos recién adquiridos o por fichar definitivamente. Así, el Valencia probó al portero Candi, que luego fue famoso por su trayectoria en el Granada, tanto como guardameta como presidente, y al defensa Sáenz; el Atlético, a  José Luis Prado y a Basabe.

Fue mejor el Atlético porque tuvo interés en ganar la copa; el Valencia parecía haberse olvidado de tal torneo y tampoco estaba en condiciones físicas de armar ese interés.

Gago y Amadeo fueron los mejores del equipo mediterráneo; floja su línea media y nula la parte defensiva; mal Candi, por lo que el Valencia no tendría más remedio que negociar con Ignacio Eizaguirre, que se había negado a renovar, pese a que le habían ofrecido nada menos que medio millón. En el Atlético, insegura la defensa; muy bien la línea media; Silva, perfecto; José Luis, de la cantera, muy bien, lo mismo que Basabe que se mostró rápido y goleador.

Aquí acabó ese torneo que habían olvidados hasta sus propios protagonistas. El más largo del mundo, pero también el más olvidado. Quizá haya sido oportuno sacarlo del mausoleo para exhibirlo ante los aficionados amantes de conocer algo de lo que está guardado en los armarios futbolísticos del olvido histórico.




Torneo de los «históricos» (1948)

A este torneo se le llamó de “los históricos” porque tomaban parte en él Atlético de Bilbao, Barcelona y Madrid, los clubs a los que se les aplicaba tal apelativo por haber estado en Primera División desde la fundación del torneo de la Liga. Aparte, claro de que fueran de los más antiguos de España. Por ello, por su edad, se les podía llamar, asimismo, históricos, pero ya de una forma no tan excluyente como la que se ha hecho moneda corriente al citar a estos tres.

Se puso en marcha con ocasión de las Bodas de Oro del Athletic de Bilbao, que, falsamente se celebró en 1948. Claro que como las bodas de Plata se habían conmemorado en 1923… no les quedaba más camino que el “mantenella”, porque lo que no querían era “enmendalla”. Ya en 1923 recibió una reprobación escrita del señor Gamper, fundador del Barcelona, quien, tras adherirse a los actos que se celebraban en Bilbao, les recordó que la sociedades no tienen vida hasta que no se oficializan, esto es hasta que no son inscritas en el Registro correspondiente a las Sociedades. Y el Athletic tiene “partida de nacimiento” con fecha de 1901.

Pero tras esa celebración se escondía otra causa: los tres “grandes” habían quedado eliminados del largo y prolijo Campeonato de España de ese 1948. La fechas libres eran excesivas para unos clubs cargados de gastos y de una nómina de jugadores ciertamente abultada. Para llenar ese vacío se pusieron de acuerdo los tres clubs para celebrar un torneo triangular que les llenara ese vacío. Y como el Athletic celebraba su cincuentenario… aprovecharon la ocasión.  De aquí que en Bilbao se le conociera como Torneo de las Bodas de Oro. Y tal apelativo se transmitió a la prensa, que no tenía muy claro eso de “los históricos”…- que sí lo eran – para meterse en el berenjenal del Cincuentenario,,, que no lo era.

Las fechas de celebración se corresponderían con las de los cuartos de final del propio Campeonato de España. Esto es, desde el 16 de mayo hasta el 20 de junio. Se acortaba un domingo porque se metía uno de los partidos el día 27 de mayo, festivo por ser el día del Corpus, que en aquellos años eran fiesta mayor en toda España. Ya decía el refranero: Hay tres jueves en España que lucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Asunción.

El trofeo puesto en disputa era una enorme copa financiada por los Ayuntamientos de Barcelona, Bilbao y Madrid. El desarrollo del torneo sería a doble vuelta y por el sistema de Liga. Los partidos se desarrollaron así:

Atlético de Bilbao – Madrid  = 2-5  (2-3)

16-5-1948. Bilbao: San Mamés

Árbitro: Aurré.

ATLÉTICO: Molinuevo; Gainza I, Arambarri; Mugarra, José Luis, Nando; Bilbao, Arrieta, Zarra, Aldecoa, Gainza (Aldonza, 46’).

MADRID: Bañón; Azcárate, Clemente; Pachicho, Navarro, Ortiz; Macala, Olmedo, Barinaga, Montalvo, Vidal.

Goles: 1-0 Nando (10’); 1-1 Vidal (20’), 1-2 Macala (40’); 1-3 Macala (43’), 2-3 Arrieta (45’); 2-4 Montalvo (pen, 50’); 2-5 Vidal (83’).

El Madrid acudió a San Mamés con una especie de equipo experimental. Ya intentaba preparar la temporada siguiente, pese a que sus más sonadas adquisiciones – Pahiño, Muñoz, Narro y Marcet – no se incorporarían hasta primeros de julio. La línea defensiva era de ensayo, con mimbres de la casa; en la línea media olvidaba en esta ocasión a la más habitual de Moleiro, Pont e Ipiña, para dar otra oportunidad al argentino Navarro, al veterano Ortiz y la inserción de Pachicho en su puesto habitual en el Plus Ultra. En la delantera, se quedaban en Madrid Pruden y Molowny, dando paso al recién fichado Olmedo.

Partido mediocre. El Atlético dominó más en el centro del campo, pero el Madrid estaba en racha goleadora y cada arrancada suponía un peligro para la puerta de Molinuevo. Cayeron cinco goles en las redes bilbaínas, pero pudieron ser más.

Barcelona – Madrid  =1-0  (1-0)

23-5-1948. Barcelona: Las Corts.

Árbitro: Barderi.

BARCELONA: Velasco; Elías, Curta; Gonzalvo III, Calvet (Sans, 52’), Gonzalvo II; Canal, Amorós, Da Silva, Sagrera (Badenes, 46’), Nogueras.

MADRID: Bañón; Clemente, Azcárate; Ortiz, Navarro, Ipiña; Macala, Olmedo, Pachicho, Montalvo, Vidal.

Goles: 1-0 Amorós (37’).

Incidencias: Bañón paró un penalti lanzado por Sans (89’).

El problema del Barcelona era su delantera. Tenía lesionados nada menos que a Basora, Escolá, César y Seguer, por lo que tuvo que improvisar una ataque de circunstancias con reservas y jugadores inactivos de su plantilla poco menos que hasta ese día.

El Madrid desplazó a los mismos que habían jugado en Bilbao salvo la incorporación de su capitán, Ipiña, para apuntalar la línea medular. Y con la duda de Barinaga. Mister Keeping sólo había llevado a un suplente: Ortiz

Pese a que se temía un vacío en Las Corts, las gradas estaban casi completas. El partido empezó con unos fulgurantes ataques azulgranas y con su improvisada delantera en plan filigranero y veloz. Poco a poco se fue apagando esa alegría y el encuentro entró en una fase soporífera. Las palmas de tango sonaron en más de una ocasión. Tras el gol, de cabeza, de Amorós el público dejó a abuchear a propios y extraños. Pero en el segundo tiempo las cosas siguieron por los cauces  del sopor. Nuevos abucheos y alguna que otra deserción de las gradas. Para colmo de desaciertos, Sans tiró un penalti, producto de una mano de Clemente, muy fuerte pero centrado. Lo cazó cómodamente Bañón.

Madrid – Barcelona  = 0-1 (0-0)

30-5-1948. Madrid: Chamartín.

Árbitro: Álvarez Santullano.

MADRID: Cosme; Azcárate, Corona (Gallardo, 46’); Ernesto, Navarro, Soto; Macala, Olmedo, Pachicho, Barinaga, Arsuaga.

BARCELONA. Velasco; Isal, Elías; Navarro, Sans, Sagrera; Basora, Seguer, Badenes (Canal, 46’), Amorós, Nogueras.

Goles: 0-1 Amorós (48’).

Daba la impresión de que ambos contendientes habían tomado interés por ganar este torneo. El Barcelona tenía dispuestos a todos sus titulares, pero el seleccionador nacional, para el partido contra la República de Irlanda, le había arrebatado a los Gonzalvo y César, que no podía utilizar el uruguayo Fernández, entrenador del conjunto barcelonista.

El Madrid sólo tenía la baja de Bañón, pero ensayaba  al ex herculano Ernesto, en su puesto, y al gaditano Soto, a quien sólo había utilizado una vez a lo largo de la temporada, y volvía a colocar de ariete a Pachicho.

El dominio durante el primer tiempo correspondió al Madrid, pero era mucho más peligroso el Barcelona en sus contragolpes. Buena prueba de ello es que Cosme tuvo que demostrar que era un digno suplente de Bañón en más de una ocasión. Acabó el primer tiempo sin que se moviera el marcador.

En la segunda parte, el Madrid retiró a Corona y el Barcelona a Badenes. Tuvo más acierto Fernández que Keeping. La delantera barcelonista tuvo mucha más entidad y rapidez. El gol, en los primeros compases de esta parte fue una jugada individual de Amorós, quien disparó desde fuera del área; su tiro, potentísimo, se coló raspando el poste izquierdo de Cosme.

El Madrid intentó nivelar la contienda, pero tropezó no sólo con la línea media azulgrana sino con un inspirado Velasco que detuvo todo lo que le tiraron los delanteros blancos, principalmente Macala y Olmedo.

Pero el juego no tuvo brillantez. Y salvo los jugadores que se jugaban algo en el empeño no parecieron demostrar mucho interés por el encuentro.

El Madrid perdía toda la ventaja adquirida en Bilbao…

Barcelona – Atlético de Bilbao  = 2-0  (0-0)

5-6-1948. Barcelona: Las Corts.

Árbitro: Azón.

BARCELONA: Velasco: Isal, Elías; Navarro, Sans, Sagrera; Canal, Seguer, Colino, Amorós, Nogueras.

ATLÉTICO: Molinuevo; Arambarri, Oceja; Celaya, Barrenechea, Mugarrra; Iriondo, Aníbal, Zarra, Arrieta, Bilbao.

Goles: 1-0: Colino (56’); 2-0 Canal (74’).

Otro partido mediocre y una muy buena entrada en Las Corts. Demasiado calor que aplastó a los jugadores. El primer tiempo fue lamentable, pese a las buenas jugadas aisladas de la delantera bilbaína. Irondo y Bilbao, junto con Zarra fueron los que arrancaron algunos aplausos de la aburrida parroquia. El cero a cero en el marcador parecía un bostezo más de Las Corts.

Velasco fue la gran figura de esta segunda parte. El Barcelona jugó al contraataque y le salió bien la apuesta. Las dos oportunidades que tuvo, las aprovechó.

Y el club azulgrana se perfilaba como vencedor del torneo. Bien que el nivel de juego del mismo había sido, hasta ese momento bajísimo.

Atlético de Bilbao – Barcelona  = 5-0  (3-0)

13-6-1948. Bilbao: San Mamés.

Árbitro: Uncera.

ATLÉTICO: Molinuevo; Gainza I, Arambarri; Bertol (Celaya, 46’), Barrenechea, Mugarra; Iriondo, Aníbal, Zarra, Arrieta, Aldecoa (Baniandrés, 46’).

BARCELONA: Velasco (Ramallets, 46’); Isal, Elías; Calvet (Navarro, 46’), Sans, Sagrera; Valle, Seguer, Martín (Canal, 46’), Amorós, Nogueras.

Goles: 1-0 Arrieta (14’); 2-0 Zarra (22’); 3-0 Zarra (33’); 4-0 Zarra (62’); 5-0 Iriondo (73’).

Aun cuando el torneo todavía no había acabado – quedaba por dilucidar el encuentro entre el Madrid y el Atlético de Bilbao – todo estaba resuelto. La clasificación estaba así en ese momento:

J G E P F C PUNTOS
Barcelona

3

3

0

0

4

0

6

Madrid

3

1

0

2

5

4

2

A.Bilbao

3

1

0

2

7

7

2

Por ello, el partido que faltaba no iba a alterar el liderato del Barcelona. El equipo azulgrana era campeón ocurriera lo que ocurriera después. Así lo entendieron los patrocinadores, quienes pusieron su trofeo en manos de los organizadores.

Dada la importancia del Cincuentenario de los bilbaínos, fue el propio Delegado Nacional de Deportes, general Moscardó, a la sazón Capitán General de Cataluña, quien, en el descanso de este partido bajó al césped para entregar la copa al Barcelona. Junto al general Moscardó estaba el jefe nacional de Federaciones, señor Hildebrand, el presidente de la RFEF, señor Muñoz Calero y diversos federativos, entre los que descollaba el secretario general de la Real Federación, Ricardo  Cabot, quien muchos años atrás había sido uno de los fundadores del Barcelona y presidente de la Federación Catalana de Fútbol.

San Mamés había sido engalanado para tan solemne acto con banderas y colgaduras. Los clubs participantes también obsequiaron a los bilbaínos. El Barcelona hizo entrega de una imagen de la Virgen de Montserrat y el Madrid de una escultura en bronce de un tigre.

Quizá porque era la fecha clave del Cincuentenario, el caso es que el Atlético hizo un partido redondo. Iriondo fue la gran figura del partido. En el segundo gol, hizo una jugada prodigiosa; una escapada de veinte metros, que coronó con un amago de disparo que descolocó a Velasco, para después ceder en bandeja a Zarra. Luego se adornó con el quinto gol rojiblanco.

Debido a que el trofeo ya había sido adjudicado, el partido final se pospuso dos semanas, hasta fin de mes. Hay que repetir que la contienda entre bilbaínos y madridistas ya no afectaba en ningún aspecto. El Madrid tenía en esa semana siguiente el encuentro contra el Valencia para dilucidar la Copa Eva Duarte de Perón. Y la ganó.

Madrid – Atlético de Bilbao  = 4-2 ( 0-1)

29-6-1948. Madrid: Chamartín.

Árbitro: Álvarez Corriols

MADRID: García Martín; Nino, Azcárate; Barra (Ipiña, 46’), Navarro, Huete; Macala, Alonso, Cheme, Soto, Arsuaga.

ATLÉTICO: Molinuevo; Gaínza I, Arambarri; Mugarra, Bertol, Nando (Celaya, 46’); Iriondo, Aníbal (Aldecoa, 46’), Zarra, Arrieta, Gaínza.

Goles: 0-1 Arrieta ; 0-2 Gaínza, 1-2 Cheme; 2-2 Cheme; 3-2: Cheme; 4-2 Cheme.

Incidencias: el Madrid siguió probando jóvenes de la cantera. El cuarto gol blanco fue logrado en fuera de juego lo que provocó una protesta colectiva de los atléticos, a quienes su capitán, Bertol incitó a que se retiran del campo. Afortunadamente no llegaron a hacerlo. En los instantes finales fue expulsado Gaínza I por juego violento. Muy mala actitud la de los jugadores bilbaínos y más en esa ocasión en la que se estaba celebrando un torneo en honor a su Cincuentenario. Su actitud casaba muy poco con su trayectoria en esos cincuenta años de historia.

La clasificación final, para redondear las estadísticas, quedó establecida así:

J G E P F C Puntos
Barcelona

4

3

0

1

4

5

6

Madrid

4

2

0

2

9

6

4

A. Bilbao

4

1

0

3

9

11

2

Ahí terminó ese torneo un tanto traído por los pelos y que no dio ningún lustre al club que se quería homenajear.