Roque Olsen: Disciplina, mucha disciplina (1965-1967). Segunda parte.

Nunca en lo que iba de década se había vivido en Can Barça un clima tan optimista como en los prolegómenos de la campaña 66-67. Y la euforia no podía achacarse precisamente a los nuevos fichajes, aunque uno de ellos en concreto vaya a traer mucha cola, pero de eso ya hablaremos más tarde…Por lo pronto, hay que destacar dos hechos que iban a tener una gran importancia de cara al futuro barcelonista: la creación del Trofeo “Joan Gamper”, y el traslado de la sede social y las oficinas del club a una vieja masía de principios del siglo XVIII, reconstruida al efecto. Cuenta la leyenda que al presidente Enric Llaudet se le ocurrió la idea del “Gamper” jugando al billar. Sea o no cierta la anécdota, la verdad es que el proyecto va a constituir un rotundo acierto. Se trataba de un nuevo torneo de verano, a imagen y semejanza de los ya clásicos “Carranza” y “Teresa Herrera”, un cuadrangular que serviría tanto de presentación del equipo y sus novedades de cada temporada ante una afición ávida de fútbol tras el paréntesis estival, como de fuente de ingresos suplementarios para las arcas del club, que aunque contaban ya con la perspectiva de una gran inyección económica debido a la venta de «Les Corts», siempre andaban necesitadas de dinero. Y, por supuesto, el “Gamper” cumpliría también la misión de honrar la memoria del fundador del Club, una personalidad  muy poco apreciada por el régimen franquista. Así lo probaba el hecho de la desaparición de su nombre de la calle que se le dedicó antes de la Guerra Civil, y tampoco había podido prosperar la propuesta para que se bautizase como “Estadio Gamper” al «Camp Nou» (que tras consulta a los socios, la temporada anterior, había recibido la aséptica denominación oficial de “Estadio del Club de Fútbol Barcelona”), después de que  fracasasen, por diferentes motivos, los intentos de darle el nombre de Miró-Sans o Kubala, este último bastante poco oportuno después de la sonada marcha de Laszi al Español.

El Barça recupera un edificio histórico llamado a hacer historia.

El Barça recupera un edificio histórico llamado a hacer historia.

En cuanto a “La Masía”, una  vieja muestra de la arquitectura tradicional  catalana, levantada en 1702 en el lugar denominado Can Plans, esta había servido como almacén de maquetas y planos durante la construcción del «Camp Nou», y ahora va a sustituir al coqueto chalet modernista del Pasaje Méndez Vigo como sede de las oficinas del club, albergando también la sala de trofeos y la planta noble. Al acto de su inauguración, el 26 de Septiembre de 1966, se le dará un gran realce social. Pero estaba escrito que no iba a terminar ahí la historia del más que centenario edificio…

Pasando al obligado capítulo de altas y bajas, y empezando por los que se marchaban, a las ya conocidas retiradas de Rodri, Gracia, Kocsis y Gensana (quien, sin embargo, aún seguiría jugando algunos partidos con el Condal, por pura afición), va a unírseles, sorprendentemente, la de un Martí Vergés aún relativamente joven –32 años– y en plenitud de facultades físicas, tal como lo atestiguaban los 31 partidos, casi todos ellos oficiales, que el gerundense había disputado en la temporada anterior. También abandonaba el Barça el navarro Serafín, rumbo al Real Murcia. Había gozado de escasas oportunidades, ciertamente, pero en ellas tampoco demostró grandes cosas. Más importante –aunque dejaba el puesto bien cubierto– era el retorno de Pesudo a su club de origen, el Valencia. Por el contrario, un solo fichaje de cierto relieve, a falta de otra operación aún por resolver, y pendiente de cuestiones federativas de altura. Se trataba del centrocampista uruguayo Eduardo Endériz, que militaba en las filas del Real Zaragoza. Va a venir, no obstante, convaleciente aún de una seria lesión. También se incorporan a la primera plantilla seis jóvenes futbolistas procedentes del filial CD Condal: Rexach, Pujol –ambos ya habían debutado oficialmente hacía más de un año–, el guardameta Rodés, el defensa Borrás, el centrocampista Mas, y el espigado delantero Narcís Martí Filosía. El Barça, de este modo, parecía realizar una fuerte apuesta a favor de la cantera. Por consiguiente, la plantilla del CF Barcelona para la temporada 66-67 va a quedar configurada de la siguiente manera: Sadurní, Reina, Rodés, Benítez, Gallego, Eladio, Foncho, Olivella, Borrás, Muller, Torres, Montesinos, Endériz, Rifé, Pereda, Zaldúa, Fusté, Zaballa, Mas, Vidal, Marti Filosía, Rexach, Seminario y Pujol. En total, 24 jugadores, catorce de ellos catalanes.

El capitán Zaldúa recibe el Primer Trofeo Joan Gamper de manos del hijo del homenajeado, ante la mirada del presidente Llaudet y el gobernador civil de Barcelona y futuro ministro de la Gobernación, Tomás Garicano Goñi.

El capitán Zaldúa recibe el Primer Trofeo Joan Gamper de manos del hijo del homenajeado, ante la mirada del presidente Llaudet y el gobernador civil de Barcelona y futuro ministro de la Gobernación, Tomás Garicano Goñi.

Tras varios encuentros amistosos a lo largo de la región –Réus, Lérida, Granollers–, el Barça va a presentarse ante su público con motivo de la primera edición del torneo “Joan Gamper”. Van a completar el póker de participantes el Anderlecht belga, el Nantes francés y el Colonia alemán. Los azulgranas romperán el fuego el día 30 de Agosto de 1966, enfrentándose a los de Bruselas con la siguiente e histórica alineación: Reina; Benítez, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Rifé, Muller, Zaldúa, Fusté y Zaballa. Van a vencer por 2 goles a 1, siendo sus autores Fusté y Zaldúa. En la gran final del 1 de Septiembre se enfrentan al Colonia, que había superado en el primer partido al Nantes por 3 a 2 (en la consolación, los belgas apabullarían a los bretones por 7 a 0). Olsen repitió equipo, y en un partido discreto y bronco el Barça se impuso por 3 a 1 a los renanos, conquistando así su primer “Gamper”. Fusté, Rifé y Vidal obtuvieron los goles azulgranas, pero Quimet y el guardameta Reina van a resultar lesionados de consideración.

El sábado 10 de Septiembre, en partido adelantado a la jornada, el «Camp Nou» levantó el telón de la Liga 66-67. El anfitrión recibe al Córdoba, que pese a adelantarse en el marcador y plantear un partido netamente defensivo, acabará sucumbiendo por un claro 4 a 1. Fusté, Montesinos, Vidal y Zaballa hicieron los goles de un Barcelona que formó con: Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Zaballa, Muller, Zaldúa, Fusté y Vidal. Un buen aperitivo para el encuentro de ida de la finalísima de la Copa de Ferias del siguiente miércoles ante el Real Zaragoza. La ilusión por conquistar un título que se le resistía al Barça desde 1960 –fecha del último triunfo– era enorme, pero también lo será la decepción, pues tras los primeros 90 minutos el marcador va a señalar un 0 a 1 favorable a los maños. El tanto de Canario ponía las cosas muy difíciles para la vuelta. Jugaron los mismos once que lo hicieron en el estreno liguero contra el Córdoba.

Pero el milagro va a producirse siete días más tarde en «La Romareda». Olsen introduce cambios en la formación –Foncho por Benítez, el debutante Mas por Muller– , e incorpora también al joven Lluís Pujol (19 años) en lugar de Seminario, inicialmente designado y repentinamente enfermo. Este fue el once que saltó al terreno aragonés para disputar el segundo acto de la final ferial: Sadurní; Foncho, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Zaballa, Mas, Zaldúa, Fusté y Pujol. Los locales, por su parte, pusieron en liza a los mismos jugadores que habían vencido en el «Camp Nou», es decir: Yarza; Irusquieta, Santamaría, Reija; Páis, Violeta; Canario, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra. El partido va a resultar muy emocionante, con constantes alternativas, y Torres y Canario resultarán expulsados. Esta fue la marcha del tanteador:

3´     0-1      Pujol

24´   1-1      Marcelino

86´   1-2      Pujol

87´    2-2     Marcelino

89´    2-3     Zaballa

112´  2-4     Pujol

La plantilla azulgrana posa con el trofeo conquistado en Zaragoza

La plantilla azulgrana posa con el trofeo conquistado en Zaragoza

Con el 2 a 3 (cabe recordar, una vez más, que entonces los goles conseguidos en campo contrario todavía no tenían valor doble en caso de empate), se llegó a la prórroga, y en ella Pujol, culminando un letal contraataque, marcará el tanto decisivo, a pocos instantes del final. El noi de Castellbell i el Vilar va a entrar así en la historia barcelonista con letras de oro, y el club se apunta su mayor éxito deportivo en lo que iba de década. ¿Habría cambiado con este resultado su ya tradicional dinámica perdedora? Pronto saldríamos de dudas…

Por lo pronto, el partido del día 25 de Septiembre contra el CD Sabadell va a ser una fiesta: desfile de las distintas secciones del club, actos folklóricos, y el capitán Zaldúa mostrando la tercera Copa de Ferias a la fiel y sufrida hinchada culé desde el centro del terreno de juego. El encuentro, sin embargo, no pasaría de discreto, y el Barça se va a anotar la victoria por 2 a 0, con tantos de Vidal y Zaballa, que acabaron doblegando la cerrada defensa arlequinada. Esta fue la alineación: Sadurní; Foncho, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Zaballa, Endériz –que debutaba y resultó lesionado–, Zaldúa, Fusté y Vidal. Llamaba poderosamente la atención la ausencia en el equipo titular de Pujol, el héroe de «La Romareda». A efectos clasificatorios, esta no era para el Barça la tercera jornada, sino en realidad la segunda, puesto que aquella había sido aplazada hasta noviembre a causa de las obras de construcción del nuevo campo del Atlético de Madrid en la ribera del Manzanares, aun no concluidas.

Todavía bajo los efectos de la euforia, el Barça viaja a Elche para medirse al equipo local. El resultado va a ser sin duda alguna el más llamativo de la jornada. A la media hora de juego vencían los azulgranas por 1 a 3, pero el cuadro franjiverde reaccionó brillantemente y acabó llevándose el partido. Zaldúa y Pujol (en dos ocasiones) marcaron los goles de un sorprendente –y sorprendido– Barça, que formó con: Sadurní; Foncho, Gallego; Eladio; Montesinos, Torres; Zaballa, Muller, Zaldúa, Mas y Pujol. El ex condalista Molina, ahora en las filas ilicitanas, marcó dos goles. Y con todo y ser anormal el resultado de «Altabix», aún lo va a ser más el registrado la siguiente jornada en el «Camp Nou», uno de esos que destroza cualquier quiniela. El Pontevedra, vicecolista, dio la gran sorpresa al llevarse los dos puntos del feudo azulgrana merced a un estupendo trabajo defensivo y al acierto en un contragolpe del único internacional granate, Neme. El Barça, por supuesto, estuvo rematadamente mal en ataque. Jugaron, y perdieron contra todo pronóstico: Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Zaballa, Zaldúa, Vidal, Fusté y Pujol. La clasificación estaba comandada por el Valencia, con 9 puntos, seguido por el Real Madrid con 8 y el Español con 7. El Barça era undécimo, con sólo cuatro puntos aunque con un partido menos.

Aprovechando la festividad del 12 de octubre, la Virgen del Pilar, el Barcelona va a rendir un cálido, emotivo y muy merecido homenaje a los recientemente retirados Sigfrid Gracia y Martí Vergés. El contrincante elegido para tan señalada ocasión  será nada más y nada menos que el Benfica lisboeta, de infausto recuerdo para todos los culés, con su gran estrella al frente, el mozambiqueño Eusebio, máximo artillero del Mundial de Inglaterra celebrado sólo unos meses antes. El partido resultó muy entretenido, y finalizó en tablas –Zaballa y el propio Eusebio fueron los goleadores–, y quedan para la historia ambas formaciones: por el Barça, Sadurní; Benítez, Gallego, Gracia (Eladio); Vergés (Montesinos), Torres; Pereda, Muller, Zaldúa, Martí Filosía y Zaballa, y por los portugueses, Costa Pereira; Cavem, Humberto, Jacinto; Cruz, Santana; Coluna, Nelson, Torres, Eusebio y Yuca.

No era muy habitual que el Barça perdiese tres encuentros seguidos de Liga, pero tal hecho va a producirse en este mes de Octubre de 1966. El rival es ahora el Español, que estaba mostrándose como la auténtica revelación del campeonato, con una delantera goleadora formada por Amas, Rodilla, Re, Marcial y José María, cuyo brillante juego les mereció el calificativo de “Los Cinco Delfines”. El encuentro de «Sarriá» va a levantar una gran expectación, pero los periquitos serán netamente superiores, fraguando su victoria en el primer tiempo, para luego pasar a defenderla. Rodilla y Re marcaron los dos goles blanquiazules, y en el Barça –que jugó francamente mal– hizo su debut oficial el espigado delantero ampurdanés Narcís Martí Filosía. Este fue el equipo presentado por Roque Olsen: Sadurní; Foncho, Olivella, Eladio; Gallego, Torres; Zaballa, Muller, Zaldúa, Martí Filosía y Pujol. El Barça, con este resultado, caía a zona de promoción, a seis puntos ya del líder, el Valencia.

La Liga se detiene para que la Selección Española se enfrente a  la de la República de Irlanda en Dublín, en encuentro valedero para la Eurocopa, y el Barça le devuelve al Benfica la visita que el cuadro lisboeta le hizo días antes, con motivo del homenaje a Gracia y Vergés. Van a imponerse los lusos por un gol a cero. La derrota no acrecienta el prestigio internacional del Barça, pero no tiene mayor trascendencia. Sí la tiene, en cambio –y mucha– la que va a sufrir el Barça en el propio «Camp Nou» a pies de un modesto conjunto escocés, el Dundee United, en la primera eliminatoria de Copa de Ferias que disputaba después de haberse coronado campeón frente al Zaragoza (1-2). Pésimo partido azulgrana, que formó con Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Fusté, Torres; Pereda, Muller, Zaldúa, Martí Filosía y Rifé, que de este modo hacía su reaparición después de la lesión sufrida ante el duro Colonia. Fusté va a marcar el único gol barcelonista. El enfado de la afición es patente, pero el capitán de la nave –que incluso se encontraba fuera de Barcelona la noche en que se despidió a Gracia y a Vergés– parecía no inmutarse. De hecho, Llaudet se guardaba un as en la bocamanga. Y nunca mejor dicho…

Mientras, el Barça continúa su gris periplo liguero. Derrota sin demasiados problemas al Granada por 3 a 0, en un partido cuya única historia fueron los dos goles conseguidos por el defensa Eladio (el otro lo hizo Vidal). Estos fueron los vencedores de los granadinos: Sadurní; Foncho, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Rifé, Muller, Vidal, Fusté y Zaballa. Y el 1 de Noviembre, aprovechando la festividad de Todos los Santos, el Barça disputa por fin su partido aplazado en el nuevo feudo del Atlético de Madrid. Esta vez sí, esta vez el equipo cuaja un buen partido, y con un gol de Zaballa se lleva los dos puntos. Jugaron por primera vez en el flamante estadio a la vera del Manzanares: Sadurní; Benítez, Gallego, Foncho; Montesinos, Torres; Rifé, Muller, Vidal, Fusté y Zaballa.

La mayor goleada de la temporada la consiguieron estos once: Sadurní; Benítez, Gallego, Foncho; Montesinos, Torres; Rifé, Muller, Vidal, Fusté y Zaballa

La mayor goleada de la temporada la consiguieron estos once: Sadurní; Benítez, Gallego, Foncho; Montesinos, Torres; Rifé, Muller, Vidal, Fusté y Zaballa

El Barça es quinto en la general, con 8 puntos, a cuatro del líder, el Valencia. Y será cuarto al final de la siguiente jornada, la octava, ya que consigue otro excelente resultado a domicilio en Zaragoza. Dominaron más los locales, pero un error defensivo blanquillo propició que Zaballa, nuevamente, marcase el único gol del partido. Jugaron los mismos once que acababan de derrotar a domicilio a los colchoneros. Y en la novena jornada va a confirmarse la recuperación barcelonista con un inapelable 5 a 0 al Sevilla en el «Camp Nou». Se alineó la misma formación triunfante en Madrid y Zaragoza, y los goles fueron obra de Costa (en propia meta), Rifé, Fusté y Vidal en dos ocasiones. El Sevilla causó una paupérrima impresión, y se situaba como penúltimo de la tabla, con sólo 6 puntos y cuatro negativos. El Barça, por su parte, ya era tercero –empatado con el Español–, a solamente dos puntos de los líderes Valencia y Real Madrid.

A la jornada siguiente visitaría el «Bernabéu», y el resultado podría ser esclarecedor para su futuro en el campeonato, pues sacar algo positivo del feudo merengue le daría alas. Pero antes había que jugar la vuelta de la Copa de Ferias contra el Dundee United en tierras escocesas. Los azulgranas traían un marcador  desfavorable del encuentro de  ida, pero  eran perfectamente capaces de invertir la situación. Torres más altas ya habían caído, y tan sólo era preciso recordar la reciente final contra el Zaragoza, pero en esta ocasión no se va a repetir el milagro. En un terreno difícilmente practicable, el Barça se hundió de nuevo y encajó un claro 2 a 0 que le dejó fuera de su Copa de Ferias a las primeras de cambio. Estos fueron los  protagonistas del nuevo fiasco continental: Sadurní; Benítez, Gallego, Foncho; Montesinos, Torres; Rifé, Muller, Vidal, Fusté y Zaballa.

Con este panorama, los mismos once futbolistas  saltarán al césped del Estadio «Santiago Bernabéu» –en mucho mejor estado– para intentar reeditar el éxito de la temporada anterior. Sin embargo tal cosa  no va a ser posible, en un encuentro marcado por una extraña decisión arbitral. El empate a cero se mantendrá durante todo el tiempo reglamentario, y en ello va a tener bastante que ver el acierto de Sadurní, deteniendo varios balones con marchamo de gol, pero cuando ya pasaban tres minutos de la hora  –el árbitro, el vizcaíno Ortiz de Mendíbil, alegaría después que se le había parado el reloj– el madridista Veloso conseguiría batir por fin la meta barcelonista, anotando el gol del triunfo para sus colores, aunque el partido se iba a prolongar todavía hasta un teórico minuto 98 (otras fuentes hablan incluso del 102). Sea como fuere, el barcelonismo en pleno se mostraría indignado por el incidente, que vendría así a privarle de un magnífico resultado. Ahora, por el contrario, la brecha entre ambos equipos se ampliaba a 4 puntos de diferencia.

Siete días más tarde el Barça recibe al Hércules de Alicante en el «Camp Nou», con los cambios de Olivella por Gallego –sancionado a causa de sus discrepancias verbales con el árbitro del «Bernabéu»– y Zaldúa por Vidal en el eje del ataque. Un gol del reaparecido ariete navarro, otro de Fusté y dos de Rifé son suficientes para lograr un claro 4 a 1 en un partido sin historia. El Barça seguía a cuatro puntos de la cabeza. Que aumentarían a cinco a la semana siguiente, aunque un empate sin goles en el siempre difícil «San Mamés» no dejaba de ser un buen resultado. Seminario suplió al lesionado Zaballa en la punta izquierda del ataque, y Sadurní cuajó otra espléndida actuación bajo los palos. Y se van a pasar apuros para superar a  la Unión Deportiva Las Palmas en la decimotercera jornada (2 a 1). En una tarde de mal juego, el Barça consiguió darle la vuelta al marcador con goles de Rifé y el amarillo José Luís en propia puerta. Antes había anotado Gilberto para los canarios. Zaldúa, siempre valiente e impetuoso, sufrió una espectacular brecha en la cabeza. Actuaron los mismos once que lo habían hecho en Bilbao.

Todos los futbolistas –y máxime los delanteros– sueñan con una actuación como la que cuajó Peru Zaballa la noche del 18 de Diciembre de 1966, en un partido contra el Deportivo de La Coruña televisado en directo para toda España. Reaparecía el buen exterior cántabro, y al anunciarse su alineación por los altavoces parte del público la recibió con silbidos, silbidos que se trocarían en aplausos después de ver cómo el de Castro Urdiales conseguía cuatro goles –dos de ellos de bellísima factura–, en el que sin duda fue su encuentro más completo  vestido de azulgrana (el otro tanto lo obtuvo Rifé, y sirvió para abrir el marcador en la primera parte). Y eso que los gallegos no lo hicieron mal del todo, no obstante. Jugaron en la inolvidable noche del montañés: Sadurní; Benítez, Gallego –que volvía también al equipo, una vez cumplida su sanción–, Foncho; Muller, Torres; Rifé, Pereda, Vidal, Fusté y Zaballa. Y con un amistoso en el «Camp Nou» frente al F.A.R. marroquí, en el tradicional partido navideño, el Barça va a cerrar un agridulce año 1966. El resultado fue de 4 a 0 (Zaldúa 2, Fusté y Vidal), y el choque sirvió para ver en acción a hombres poco habituales, tales como Reina –que reaparecía igualmente después de su intervención quirúrgica–, Borrás, Rexach o Pujol.

Es el momento ahora de referirnos a un curioso caso que va a producirse durante esta temporada, protagonizado por un fenomenal futbolista brasileño, el delantero del Flamengo de Río de Janeiro Walter Machado Da Silva, Silva, para abreviar. Se trataba de un excelente jugador de color –como se decía entonces–, que se caracterizaba por una técnica exquisita y un gran poderío rematador, una auténtica perla negra, vamos… Incluso con anterioridad a su actuación con la Canarinha en el Mundial de Inglaterra ya había llamado la atención de Enric Llaudet, que se reservó una opción de compra. El gran problema, sin embargo, era que las fronteras españolas continuaban cerradas a cal y canto en lo relativo a la contratación de futbolistas extranjeros –una situación que duraba desde 1962–, aunque al parecer al dinámico presidente barcelonista le constaba (¿tal vez algún soplo procedente de las Altas Esferas?) que su reapertura era inminente, y con mayor motivo después del poco lucido papel de nuestra Selección Nacional en Inglaterra, lo que parecía aconsejar  el aporte de savia nueva a nuestro anquilosado campeonato doméstico… El caso es que el bueno de Llaudet, sin pensárselo dos veces, va a decidir fichar al as carioca a cambio de una cantidad de dinero que rondaba los 10 millones de pesetas, la más elevada que había pagado nunca el Barça por un solo futbolista. Llaudet –audaz hombre de empresa, al fin y al cabo– estaba convencido de que había realizado una jugada maestra, adelantándose al resto de los clubes españoles. Pero seguía siendo una jugada muy arriesgada…

Porque la normativa que prohibía la importación de futbolistas extranjeros no acababa de ser derogada, ni siquiera con la llegada a la poltrona del nuevo Delegado Nacional de Educación Física y Deportes, el catalán Juán Antonio Samaranch, sustituto del falangista Elola Olaso. Pero ello no era óbice para que Llaudet siguiese adelante con sus planes. En el mes de febrero de 1967 Silva va a volar a Barcelona, será presentado oficialmente como nuevo jugador del club, y de inmediato se incorporará a la expedición azulgrana que partía rumbo a Caracas para disputar un Triangular, junto con Botafogo y Peñarol. En la capital venezolana sólo jugará el segundo partido, ante sus compatriotas, marcando un gol. Pero volvamos unas semanas atrás, y retomemos el hilo de nuestra historia, a la espera de que llegue el tan ansiado nihil obstat de las autoridades deportivas españolas, y Silva pueda debutar oficialmente y convertirse en el gran crack que el Barcelona necesitaba desde hacía años.

La primera vuelta de la Liga 66-67 va a terminar muy negativamente para el Barça, el mismo día que se inicia el año 1967. Los de Olsen, que eran segundos, a cinco puntos del Real Madrid, visitan «Mestalla», y aunque el Valencia ya no era el de las primeras jornadas –algo, por otra parte, ya tradicional en los levantinos–, los chés le regalarán a su afición un gran partido, desarbolando por completo a los azulgranas en la segunda parte, con tantos de Poli, Ansola y el brasileño Waldo, quien tras varios años en España se alzará por fin esta temporada con el preciado trofeo al Máximo Goleador. Jugaron, y fueron abultadamente derrotados: Sadurní; Benítez, Gallego, Foncho; Montesinos, Torres; Rifé, Muller, Zaldúa, Fusté y Zaballa.

UNA SEGUNDA VUELTA INSUFICIENTE

Termina, pues, la primera vuelta, con un Barça muy alejado de la cabeza. Es líder destacado e invicto el Real Madrid, con 25 puntos y 11 positivos, y le siguen el Español –auténtica revelación del torneo– a cuatro puntos, el Valencia a cinco, y el Barça a seis. El balance de los blaugranas no es del todo malo (19 puntos, con nueve partidos ganados, un empate y cinco perdidos, y 30 goles a favor por 14 en contra), pero su retraso ya es preocupante. La esperanza es que se produzca una remontada semejante a la de la temporada anterior, y que el Madrid –que aún tiene que visitar el «Camp Nou» en la jornada 25– coja un bache y pueda ser alcanzado. Pero el Barça no depende en absoluto de sí mismo, y eso es siempre muy impredecible y peligroso. Sobre todo cuando se pierden partidos que a priori parecen asequibles, como el de «El Arcángel», uno de esos campos donde se debe puntuar siempre si se aspira a algo. Pero va a ser que no… El Barça se adelantó en el marcador con un gol de Vidal, pero a base de coraje los verdiblancos cordobeses remontaron hasta vencer por 2 a 1. El equipo ya estaba a siete puntos de la cabeza, y la cosa empezaba a pintar muy mal. Jugaron en la Ciudad de los Califas: Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Montesinos, Borrás –que hacía su debut oficial con el Barça–; Rifé, Muller, Vidal, Pujol y Zaballa.

Una semana más tarde llega al «Camp Nou» el Atlético de Madrid, vigente campeón de Liga y victorioso en sus dos visitas anteriores. Pero en esta ocasión se va a imponer el Barça, aunque los madrileños se hicieron tal vez acreedores a un mejor resultado. El colchonero Urtiaga inauguró el marcador a favor de los locales, al introducir el balón en su propia meta cuando mayor era el dominio de los atléticos, y Fusté y Benítez consiguieron los otros dos goles catalanes, mientras que Luis –de penalty– y Mendonça marcaban para los rojiblancos, en cuyas filas hacía entonces sus primeras armas un prometedor y joven delantero de origen vasco y nacido en Argentina, José Eulogio Gárate, que puso en no pocas dificultades a todo un internacional como Gallego. Jugaron por el Barça: Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Borrás, Torres; Zaballa, Pereda, Zaldúa, Fusté y Pujol.

Y en la decimoctava jornada el Barça va a decir ya prácticamente adiós a sus remotísimas posibilidades de obtener el título al caer derrotado en «La Creu Alta» por el Sabadell (2 a 0). Los arlequinados se encontraban en un buen momento de juego, y a la media hora ya campeaba en el marcador de su vetusto campo el resultado definitivo. Los ex azulgranas Camps y Marañón marcaron los goles vallesanos. El Barça quedaba cuarto, ya a 9 puntos del Real Madrid, todavía invicto, superado también por Valencia y Español. Olsen alineó en terreno lanero al mismo once que había derrotado por la mínima al Atlético de Madrid.

La Liga sufre un nuevo parón, que el Barça va a aprovechar para desplazarse a Caracas, para disputar el triangular citado más arriba, junto con el Peñarol uruguayo y el Botafogo brasileño. Silva, que acababa de llegar a Barcelona y había comenzado ya a entrenarse con el primer equipo, se une a la expedición, a la espera de que las autoridades deportivas españolas le brinden el tan esperado placet. Ya en la capital venezolana, el Barça logrará un excelente triunfo sobre el Peñarol, a la sazón campeón de la Copa Intercontinental, al que derrota merced a un tanto  del postergado Seminario, y pierde por 2 a 3 frente al Botafogo, en un encuentro que supuso el debut de Silva, que marcaría un gol (el otro sería obra también de Seminario). De regreso a España, la competición se reanuda el día 5 de febrero de 1967 con un Barça-Elche. Los ilicitanos acostumbraban a ser unos visitantes muy incómodos en el «Camp Nou», pero en esta oportunidad no van a ser unos rivales de consideración. El partido reflejó una amplia superioridad azulgrana, y terminó con un holgado 3 a 0 (Rifé 2, y Pereda). Pazos, el veterano meta franjiverde, le detuvo un penalty al especialista Julio César Benítez. Jugaron: Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Muller, Borrás; Rifé, Pereda, Zaldúa, Fusté y Zaballa.Lo más destacable de la vigésima jornada no va a ser la victoria del Barça en el complicado «Pasarón» por 0 a 1 –con lo cual les devolvía a los pontevedreses el sorprendente resultado de la primera vuelta–, sino la pérdida de la imbatibilidad del Real Madrid en «La Romareda» (2-1), en un partido en el que los madridistas se presentaron con una alineación plagada de suplentes, para reservar a la mayoría de los titulares con vistas a un crucial compromiso europeo frente al temible Inter de Milán de Suárez y HH. Volviendo al choque del Barça en las Rías Bajas, Rifé sería el autor del solitario gol que campeó en el marcador, con este equipo: Sadurní; Benítez, Olivella, Eladio; Muller, Torres; Rifé, Pereda, Zaldúa, Fusté y Zaballa.

Aún con su primera derrota a cuestas, el Madrid parecía prácticamente inalcanzable. Pero si bien el título era ya una quimera, no así el subcampeonato, pues el Valencia y el Español perdían gas paulatinamente. Y era precisamente el Español el próximo visitante del «Camp Nou», en un encuentro donde se pondrían en juego dos puntos muy importantes, y en el que el Barça trataría de superar el desfavorable score endosado por sus eternos rivales en el terreno de la carretera de Sarriá. El 19 de febrero de 1967 se celebró este insólito derbi casi en la cumbre, con las siguientes alineaciones: por parte del Barça, Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Muller, Torres; Rifé, Pereda, Zaldúa, Fusté y Zaballa, y por el Español, Carmelo; Osorio, Ramoní, Riera; Juan Manuel, Miralles; Amas, Marcial, Re, Rodilla y José María. Los blanquiazules sacaban un equipo teóricamente muy ofensivo, con seis Delfines en liza. Los pericos, no obstante, van a tratar de mantener el empate inicial, pero su propósito no se verá coronado por el éxito. Zaballa, Eladio y Fusté marcan por el Barça, mientras que Re hará el solitario tanto españolista. Con este resultado los azulgranas se colocaban en segunda posición, a siete puntos del Real Madrid, aventajando en uno al Español. El goal average particular entre ambos conjuntos quedaba igualado, pero el general era muy favorable a los barcelonistas.La buena racha continúa en el siguiente partido, tras el cual el Barça regresa con dos nuevos positivos de Granada, en un choque que de entrada se le puso difícil con el gol de Almagro para los andaluces, pero que consiguió remontar merced a un penalty absurdo que transformó Benítez, y a un inapelable tanto de Zaballa en el último minuto. Jugaron en «Los Cármenes»: Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Muller, Torres; Rifé, Pereda, Vidal, Endériz –que reaparecía después de varias lesiones– y Zaballa. Y el martes 28 de Febrero, el Barça va a disputar en el «Camp Nou» el que sería el primero de una serie de  encuentros amistosos organizados para intentar amortizar el elevado coste del fichaje del “deseado” Silva. El rival es el Feyenoord de Rotterdam, que cae derrotado por 2 goles a 1. El astro brasileño no marcará –los tantos serán obra de Fusté y Pereda– pero les va a poner los dientes largos a los aficionados culés con algunas espectaculares acciones.

Olsen esboza una sonrisa. No debía ir mal el partido...

Olsen esboza una sonrisa. No debía ir mal
el partido…

Marzo se iniciará con otro buen resultado. El Barça vence por 2 a 1 al Real Zaragoza, con goles de Fusté y Pereda. Los maños distaban ya  de ser los de anteriores temporadas, y en el «Camp Nou» se presentaron con un nuevo y joven delantero centro procedente de la cantera aragonesa y llamado Miguel Ángel Bustillo, cuyos destinos volverían a cruzarse no tardando mucho con los del Barça. Vencieron a unos Magníficos ya en horas bajas: Sadurní; Benítez, Olivella, Eladio; Muller, Gallego; Rifé, Pereda, Vidal, Fusté y Zaballa. Y la  racha barcelonista prosigue en Sevilla, donde un claro 0 a 2 va a dejar a los hispalenses en desairada situación. Zaldúa y Fusté marcaron los goles de un Barça que formó con: Sadurní; Benítez, Olivella, Eladio; Muller, Gallego; Rifé, Pereda, Zaldúa, Fusté y Zaballa. Tras este partido restan ya tan solo seis jornadas para que concluya el campeonato. El Real Madrid es líder con 39 puntos, y el Barça segundo con 33. En la siguiente jornada ambos equipos se van a enfrentar en el «Camp Nou», y en caso de victoria madridista esto supondría prácticamente asegurar el título para los blancos. Pero no será así y la Liga va a cobrar de nuevo cierto interés, dado que el Barça les  inflige a los del «Bernabéu» su segunda derrota en el torneo. Un fallo de Gallego va a dar oportunidad a Amancio para inaugurar el marcador, pero los merengues  no serán capaces de aprovechar el ligero desconcierto de sus rivales. En una buena segunda mitad azulgrana Fusté consigue el empate, y el mismo jugador logrará el tanto de la victoria en el último minuto. El colegiado balear señor Rigo –otro nombre a retener para el futuro– expulsó al defensa madridista Miera. El Barça formó con el mismo once que había vencido en el «Sánchez Pizjuán» sevillano.

Pero los esperanzadores cuatro puntos de distancia entre ambos candidatos al título, van a convertirse ya en cinco a la siguiente jornada, pues si bien el Madrid cumple con lo previsto al derrotar al Deportivo de La Coruña en el «Bernabéu», los de Olsen no pasarán del empate en «La Viña» –1-1–, frente a un Hércules que fue superior pese a debatirse en los últimos lugares. Rifé hizo el tanto de un Barça que volvió a repetir equipo por tercera jornada consecutiva. Unos días más tarde se celebra un nuevo amistoso en el Estadio, para lucimiento de Silva y consuelo del tesorero. Se va a saldar con una contundente victoria ante el Cagliari italiano por 4 goles a 1, con tantos de Seminario, Muller, Fusté y el propio as brasileño. La afición se pregunta cuándo podrá disfrutar por fin de la gran clase del carioca en un partido oficial, pero la autorización federativa sigue sin llegar…Jornada vigesimoséptima: el Madrid empata en «Mestalla» (0-0), y el Barça derrota al Athletic de Bilbao en el «Camp Nou» por 3 a 1. Los blancos están cuatro puntos arriban, pero tan sólo restan ya tres jornadas para finalizar el campeonato, y el milagro parece imposible, porque en ellas el equipo de Miguel Muñoz no tendrá que salir siquiera de la capital: dos compromisos en el propio «Bernabéu», y su primera visita al flamante estadio de la ribera del Manzanares. Ante los vascos el Barça jugó mal, pero la renuncia al ataque del rival propició el triunfo azulgrana, que se materializó con goles de Benítez –de penalty–, Zaldúa y Pereda, y estos once hombres sobre el campo: Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Muller, Torres; Rifé, Pereda, Zaldúa, Fusté y Seminario. Y el 9 de Abril los resultados de la jornada número 28 dan ya matemáticamente el título al Real Madrid, a falta de dos encuentros para la conclusión del torneo. El Córdoba no fue un obstáculo para los blancos –3 a 0–, mientras que el Barça perdía inesperadamente por 2 a 0 en el «Estadio Insular», en un partido en el que los amarillos se jugaban mucho y cuajaron una excelente actuación, con goles de Guedes y León. Los blaugranas presentaron en Canarias a: Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Muller, Torres; Rifé, Endériz, Zaldúa, Fusté y Seminario.Con el subcampeonato ya asegurado, al Barça le restaban únicamente dos intrascendentes compromisos por afrontar. En «Riazor», con los coruñeses ya descendidos a Segunda División, rotunda victoria barcelonista en otro partido sin historia ni gran esfuerzo (0 a 3), con goles de Fusté, Endériz y Zaldúa y esta alineación: Reina –en su primer encuentro liguero con el Barça–; Borrás, Olivella, Eladio; Endériz, Gallego; Rifé, Pereda, Zaldúa, Fusté y Zaballa. Y al martes siguiente, otro amistoso más para sufragar la “Operación Silva”. Esta vez el rival es el Standard de Lieja. Empate a uno, pero la gran noticia no va a ser la ya habitual presencia del brasileiro, sino el nuevo fichaje barcelonista, el delantero angoleño Jorge Alberto Mendonça, procedente del Atlético de Madrid, club donde había militado las nueve últimas temporadas.Y es que Llaudet, ante el creciente malestar de la afición a causa de la deriva deportiva y el ya más que presumible fiasco del “Caso Silva”, considera que debe retomar la iniciativa, y regalarle un caramelo a los sufridos y abnegados socios culés. Mendonça, en efecto, era un gran jugador, un delantero de enorme clase y talento, aunque no muy goleador y en cierto modo bastante frío sobre el campo. Se trataba de un futbolista inteligente, capaz de ofrecer grandes tardes, pero también de pasar casi desapercibido. Y aunque sólo contaba con 28 años, y sin estar lo que vulgarmente se dice “acabado”, de algún modo parecía ya de vuelta de bastantes cosas… Además, no va a ser un fichaje en absoluto barato, ya que el Barça tendrá que desembolsar una cantidad cercana a los 12 millones de pesetas para hacerse con sus servicios, y para más inri Llaudet pagaría otros dos millones más al Atlético para que el angoleño pudiera alinearse ya con su nuevo equipo en el inminente torneo de Copa. Una apuesta muy fuerte del visceral mandatario azulgrana, quizás demasiado fuerte…

La Liga 66-67 concluye el 23 de Abril, festividad de la Virgen de Montserrat, con un intrascendente Barça-Valencia. Triunfo azulgrana por 2 a 1, marcando los goles sendos defensas, Benítez y Gallego. Este fue el once que cerró el campeonato: Reina; Benítez, Olivella, Eladio; Endériz, Gallego; Rifé, Pereda, Zaldúa, Fusté y Zaballa. El balance final del Torneo de la Regularidad va a ser como sigue: el Barça se proclamará subcampeón  (algo que no ocurría desde la temporada 63-64) con 42 puntos –un registro nada desdeñable–, a cinco del Real Madrid. Marcó 58 goles, los mismos que el campeón, pero encajó 29, siete más que éste. Teniendo en cuenta que los blancos habían perdido únicamente dos partidos, era evidente que el Barça había fallado en encuentros teóricamente asequibles, como el del «Camp Nou» ante el Pontevedra (aquel 0 a 1 que tantas quinielas rompió), la sorprendente derrota en Elche tras ir ganando 1 a 3, las dos derrotas consecutivas en campo contrario  ante Córdoba y Sabadell, y la reciente de Las Palmas. Con sólo haber ganado cuatro de esos puntos, y contando con que el Madrid-Barça hubiese terminado a su hora (con empate a cero), las cosas habrían sido muy distintas: Barcelona, 47 puntos; Real Madrid, 46. Pero, en fin, eso no eran más que meras especulaciones a toro pasado…

UNA COPA CORTA Y DESASTROSA

Último partido oficial de la temporada 66-67: Olsen abandona definitivamente el banquillo barcelonista. Tras él, el guardameta Reina

Último partido oficial de la temporada 66-67: Olsen abandona definitivamente el banquillo barcelonista. Tras él, el guardameta Reina

La Copa, como de costumbre, constituía la última tabla de salvación para dar sentido a una temporada mediocre. Arranca en el «Camp Nou», ante el recién ascendido Málaga, con un escuálido 1 a 0 para el Barça gracias a un gol de Rifé, y un nivel de juego que no invitaba precisamente al optimismo. Intervinieron: Reina; Benítez, Olivella, Eladio; Endériz, Gallego; Rifé, Pereda, Zaldúa, Mendonça y Zaballa. El nuevo fichaje Jorge Mendonça, pasó sin pena ni gloria en este su debut oficial, contagiado del espeso tono general. Pero, con todo, la eliminatoria se va a salvar sin excesivas complicaciones, ya que el Barça se apuntará un nuevo triunfo en «La Rosaleda» por 1 a 2, con goles de Vidal y Mendonça (su primer tanto en partido serio como barcelonista). Esta fue la alineación que presentó Olsen en la capital de la Costa del Sol: Reina; Benítez, Olivella, Eladio; Montesinos, Gallego; Pereda, Mendonça, Vidal, Fusté y Rifé. El sorteo quiso que se enfrentasen en octavos de final Barça y Atlético de Madrid. Los colchoneros habían despachado una Liga irregular, pero van a ser muy superiores a los azulgranas en el cómputo global de los dos partidos. En su nuevo campo se imponen por 2 a 0 a estos once barcelonistas: Reina; Foncho, Olivella, Eladio; Montesinos, Gallego; Pereda, Mendonça, Vidal, Fusté y Rifé. En el encuentro de vuelta se repite el resultado, y la parroquia culé va a hacer ostensible su enfado. Llaudet deberá abandonar el palco precipitadamente, entre generales muestras de desaprobación, con abundante música de viento y flamear de pañuelos. Estos fueron los once hombres que el día 21 de Mayo de 1967 despidieron otra temporada en blanco: Reina; Benítez, Olivella, Eladio; Montesinos, Gallego; Rifé, Mendonça, Vidal, Fusté y Zaballa.

El cierre definitivo del curso 66-67 va a tener lugar en Badajoz, donde el Barcelona tomará parte en el “Trofeo Ibérico”, empatando a un tanto con el Sporting de Lisboa y perdiendo ante los brasileños del Flamengo por 1 a 0, en un partido en el que se registraron algunas tanganas típicamente sudamericanas. Antes, el Barça había continuado su serie de amistosos  para amortizar el fichaje de Silva recibiendo en el «Camp Nou» a Standard de Lieja (1 -1), Nottingham Forest (1-2) y Peñarol (0 a 2), desplazándose también a París (empate a 2 frente al Nantes) y a la Ciudad Eterna, donde cayó ante el Roma por 2 a 0. Al concluir la temporada, la situación de Llaudet había dado un giro de 180 grados con respecto al final de la campaña anterior. Las cañas se habían trocado en lanzas, y de nada valía su buena gestión económica ante los continuos fracasos deportivos, aderezados con el “Caso Silva”, donde la DND se va a mostrar inflexible, no dando su brazo a torcer y manteniendo las fronteras de nuestro fútbol cerradas a cal y canto para los jugadores extranjeros. De este modo, Silva sólo va a poder disputar un total de 14 partidos amistosos con el Barça, y Llaudet se verá obligado a buscar desesperadamente dónde acomodarlo, decidiéndose por cederlo al Santos, el equipo de O Rei Pelé, para traspasarlo posteriormente al Flamengo, su club de origen. El mandatario  barcelonista tratará de ironizar sobre un tema que maldita la gracia que tenía, y ante la pregunta de un periodista acerca de qué iba a hacer  con Silva, respondió con una frase muy ocurrente, pero ya entonces –y mucho antes de que se inventara la expresión– muy poco políticamente correcta: “Siempre me había hecho ilusión tener un chófer negro”. El corolario de todo este desafortunado asunto será que la prohibición de importar futbolistas extranjeros va a permanecer en vigor aun durante seis largos años, hasta la primavera de 1973, cuando –y en buena medida gracias a las presiones del propio Barça, que destapó la fraudulenta maniobra de los falsos oriundos– se acabe por permitir el fichaje de dos jugadores por club.Pero de alguna manera el presidente Llaudet va a intentar capear el fuerte temporal de críticas, tomando de nuevo la iniciativa. Para ello, decide democratizar las estructuras del club, y crear un «Consejo Consultivo” formado por prohombres del barcelonismo,  que le pueda servir a modo de coartada y pararrayos. De esta especie de senado  formarán parte diversas personalidades de reconocida raigambre blaugrana, como por ejemplo el joven y dinámico financiero Pere Baret, y el fundador de “Peña Solera”, el fabricante Nicoláu Casaus. Dicho organismo va a aprobar el fichaje de un nuevo entrenador, ya que Roque Olsen –muy censurado por la prensa– había perdido incluso el respaldo de Llaudet. El elegido –la prensa barajaría varias opciones, como Fernando Riera, Aymoré Moreira, Otto Bumbel o Roque Gastón Máspoli, todos ellos sudamericanos –va a ser Salvador Artigas, un técnico barcelonés de 53 años de edad (aunque sus plateadas sienes le hacían parecer mayor). Artigas había sido en su juventud jugador del Barça durante un breve período, sirviendo en la Guerra Civil como piloto de caza en el bando republicano. Exiliado de España tras el final de la contienda, jugó varias temporadas en Francia, para regresar más tarde a nuestro país y enrolarse en la Real Sociedad de Benito Díaz, el legendario Tío Benito. Una vez retirado de la práctica activa del fútbol, había dirigido al cuadro donostiarra, así como al Girondins de Burdeos, a este último durante un largo período. Pasaba por ser un excelente preparador físico, partidario de métodos de entrenamiento por entonces novedosos, como el footing campo a través, y era un hombre extremadamente educado y afable, en las antípodas del ex –madridista y huraño Olsen

Otro fichaje, sin embargo, va a provocar  una seria crisis en el seno de este Consejo Consultivo,  y por extensión en  todo el barcelonismo. Llaudet, por su cuenta y riesgo, contratará también al argentino Casildo Osés como secretario técnico. Se alzan numerosas voces contrarias, y el citado Casáus, personaje de gran influencia en el entorno azulgrana, dimite de su puesto. Entonces el sudamericano, viendo que no gozaba de muchas simpatías en Can Barça, va a descolgarse con unas declaraciones explosivas: “Mi gran pecado –afirma– es no ser catalán. Tanto, que casi pienso que antes de ir a Cataluña tendré que pasar a ver al Papa para que me excomulgue por no ser catalán. Parece que allí hay discriminaciones. De la misma manera que hay negros y blancos, locos y cuerdos, hay catalanes y no catalanes”. Las palabras de Osés van a provocar un fulminante rechazo por parte de amplios sectores de la afición blaugrana, dado lo muy sensibilizado que ya estaba entonces el ambiente respecto a estos temas, y en vista de ello la directiva barcelonista se apresurará a revocar su nombramiento, pero con esta nueva metedura de pata en su haber puede decirse que Llaudet ya tenía los días contados como presidente del Barça.

Volviendo a Olsen, su paso por el Barça –el más prolongado desde los ya lejanos tiempos de Daucik, al conseguir completar dos temporadas enteras, cumpliendo íntegramente su contrato– puede sustanciarse en los siguientes números: dirigió un total de 88 partidos oficiales, con un balance de 51 triunfos, 11 empates y 26 derrotas, marcando sus pupilos 158 goles y encajando 83, con un porcentaje de victorias del 57,95 por ciento. Al Campeonato del Mundo de 1966, celebrado en Inglaterra, habían acudido seis futbolistas a sus órdenes: Reina, Gallego, Olivella, Eladio y Fusté por España (tras ser descartados en el stage de Compostela Rifé y Zaldúa), y Muller por Francia. No confió en Rexach, y utilizó con cuentagotas a un Pujol que le había dado la Copa de Ferias. Prescindió de todo un Pichichi como Re, y marginó al peruano Seminario, un jugador que había llegado al Barça con la vitola de crack.

UN CUARTO DE SIGLO RODANDO POR ESPAÑA

Cuando Roque Olsen abandona el Barça aún no ha cumplido los 42 años, de modo que se le presenta por delante una larga etapa en la que se ganará la vida con la compleja y casi siempre ingrata profesión de los banquillos futbolísticos. Y en su larga trayectoria post blaugrana, especialmente vinculada a tres ciudades, Elche, Sevilla y Las Palmas, la primera estación va a ser una vieja conocida, Zaragoza. El club blanquillo, tras una temporada gris con Daucik como técnico (en la que se clasificó en quinto lugar, muy alejado de la cabeza, e incluso protagonizo una humillante eliminación copera en dieciseisavos de final ante el histórico aunque humilde Europa graciense, un club que se mantenía apuradamente en Segunda División), va a confiar de nuevo en el entrenador argentino, con la esperanza de volver a reverdecer laureles. Pero los Magníficos están ya en franco declive (y Lapetra, por ejemplo, apenas si podrá jugar un par de partidos por culpa de las lesiones), de modo que los maños vuelven a ser quintos, sin ningún brillo, fracasando también nuevamente en la Copa. No obstante, Olsen sigue al frente del equipo para la temporada 68-69, aunque no tardará en saltar de su puesto, pues va a ser cesado al finalizar la novena jornada, con el equipo situado como penúltimo clasificado, con tan sólo 5 puntos y 5 negativos. Le sustituirá César, que consigue salvar al cuadro de «La Romareda» en el último partido y por los pelos, con solo un punto más que el descendido Málaga. Únicamente figura en su haber el hecho de haber confiado –esta vez sí– en el joven ariete aragonés Miguel Ángel Bustillo, que va a debutar con la Selección Absoluta y fichará por el Barca, al que se incorporaría en el torneo copero de 1969.

Tras algunos meses en paro, Olsen vuelve a conseguir trabajo de cara a la campaña 69-70, para dirigir a un Celta de Vigo que había regresado a la élite tras toda una década de ausencia. En la plantilla celeste figuraban jugadores como Hernández, Herminio, Manolo, Costas, Lezcano, Jiménez, Almagro, Juan, Jaime Cano, Abel, Pocholo o Rivera, un buen plantel, en suma. Tras una discreta primera vuelta con el conjunto de «Balaídos», finalizada en novena posición, con 14 puntos y 2 negativos, al concluir la jornada número 23, con el equipo olívico clasificado en décimo lugar, lejos de la zona de descenso, va a ser no obstante relevado del cargo. No se moverá sin embargo de Galicia, pues le contrata el Deportivo de la Coruña, que había descendido precisamente al final de esa temporada 69-70. Y tampoco en «Riazor» conseguirá acabar la campaña, pues tras la jornada decimoséptima es reemplazado por Arsenio Iglesias, quien a la postre conseguirá el ascenso para el cuadro deportivista

Viene luego en su currículo una larga etapa ilicitana, pues de largo en términos futbolísticos se puede definir el trienio que pasa en Elche. El primer año, 71-72, no consigue por muy poco el objetivo del cuadro franjiverde, que no es otro que el retorno a la División de Honor, pero sí lo va a lograr en el curso siguiente, el 72-73, con una plantilla en la que, junto a los relativamente veteranos Canós, González, Llompart, Romea, Jaime Cano o Almagro, figuran jóvenes valores como el guardameta Mora (cedido por el Barça), el paraguayo Montero, Melenchón, Sitjá, Chiva o Alvarito. Consigue mantener a los de «Altabix» el siguiente año en Primera (reforzados por otro préstamo azulgrana, el Milonguita Heredia, y un ex como Alfonseda), y abandona la ciudad de las palmeras para afrontar otro nuevo reto en Sevilla, donde el cuadro del «Sánchez Pizjuán» pena sus pecados en Segunda.

Olsen en su etapa como técnico sevillista

Olsen en su etapa como técnico sevillista

Logra ascender a los de Nervión al finalizar la 74-75, como terceros aunque aventajando al cuarto en cinco puntos. A sus órdenes aparecen nombres como Súper Paco, Martínez Jayo, Pablo Blanco, Sanjosé, Jaén, Víctor Espárrago, Julián Rubio, Acosta, Plaza, el mítico gambiano Biri Biri o los antiguos internacionales Hita y Lora. Cumple allí dos temporadas, dejando al equipo clasificado en la 75-76 como undécimo, en la zona media de Primera.

Su siguiente escala va a ser Las Palmas, donde logra que el equipo amarillo vuelva a cuajar una excelente campaña, pues al final son cuartos, lo que les permite a los del «Insular» jugar competición europea (Copa de la UEFA) en el curso siguiente. En Gran Canaria, Olsen va a tener a sus órdenes nada menos que a seis compatriotas suyos (Carnevalli, Wolff, Brindisi, Fernández, Morete y Verde), junto a algunos ilustres veteranos –Martín Marrero, Hernández, Castellano y Germán–, y jóvenes como Gerardo, Félix o Juani.

Sin embargo no seguirá en la Unión Deportiva en la temporada 77-78 (en la que el conjunto canario, dirigido por Miguel Muñoz, llegaría a la final de la Copa del Rey, cayendo derrotado ante el Barça), sino que regresará a un Elche en apuros –Esteban, Gilberto Yearwood, Félix Palomares, Montero, Trobbiani, Gómez Voglino, Finarolli o Cristo son algunos de sus pupilos– , al cual no consigue enderezar, siendo cesado tras la jornada 26. A continuación dirigirá en Segunda División durante dos campañas al Cádiz, al que logra ascender de nuevo a Primera al finalizar la temporada 79-80, con una plantilla donde figuran Sandokan Juan José, Linares, Pepe Mejías, Mané, Baena, Ramón, Luque o Ibáñez, y luego se trasladará a Huelva, para conducir a un Recreativo donde ensaya sus últimos remates Aitor Aguirre, aunque es relevado tras la jornada 29.

Se toma después un par de años sabáticos, y vuelve al tajo en la segunda vuelta de la temporada 83-84, retornando de nuevo a Elche, cogiendo al cuadro alicantino en la jornada 21, relevando a Cayetano Re, y consiguiendo con un equipo donde militan jugadores como Miguel, Pérez García, Belanche, Anquela o Boria, el padre del colchonero Saúl Ñíguez, otro ascenso más a la máxima categoría. Pero tampoco se queda allí para paladearlo… Regresa a Las Palmas, en la 84-85, y obtiene su séptimo y último ascenso, de la mano de futbolistas como Pérez, Felipe, Farías, Félix, Contreras o Saavedra. Y una vez más se marcha con la misión cumplida para establecerse por cuarta vez –sí, lo han adivinado–: ¡en Elche! Es la campaña 85-86, y los locales porfían en Segunda, aunque en esta ocasión Olsen no consigue su objetivo a pesar de contar con gente de la talla del hondureño Gilberto, el goleador Paco y un joven Claudio Barragán, y es reemplazado tras 28 jornadas sentándose en el banquillo de los del «Martínez Valero» )

Otro año sabático, y vuelta a empezar con la temporada 87-88. Tras regresar brevemente a sus orígenes y dirigir al Córdoba durante 17 jornadas, en Segunda B –una categoría indigna de su prosapia– , acude a otra plaza conocida para él, Las Palmas, donde completa la campaña desde la decimoséptima a la última jornada, pero no logra tampoco evitar el descenso del conjunto amarillo. En la 88-89 le encontramos de nuevo en el «Sánchez Pizjuán», en las trece últimas jornadas de competición. Es el tercer técnico sevillista en una temporada difícil para los andaluces, a pesar de contar con una excelente plantilla donde se dan cita los Dassaev, Diego, Mino, Nando, Martagón, Salguero, Rafa Paz, Francisco, Zúñiga, Ramón o Toni Polster. Va a descansar en la siguiente, para volver una vez más a Las Palmas en la segunda vuelta de la 90-91, con el propósito de ayudar a un equipo que no consigue salir de la categoría de plata, con los charrúas Belza y Vidal, y Alexis Trujillo.

Sú última etapa como entrenador la cubrió en el Estadio Insular

Sú última etapa como entrenador la cubrió en el Estadio Insular

En la campaña siguiente, la 91-92, será el tercero de los cinco técnicos que conocerán los grancanarios, a los que dirige entre las jornadas 13 y 23, ya con la salud muy quebrantada. El 9 de febrero de 1992 se sienta por última vez en el banquillo de «La Condomina», donde el Real Murcia derrota a los suyos por 2 a 1.

Atrás quedará una brillante trayectoria como técnico que se prolonga durante más de tres décadas, con la friolera de 792 partidos dirigidos entre Primera y Segunda División. Su palmarés como entrenador  puede resumirse en 7 ascensos (en los que participa parcial o totalmente), 3 descensos, y un único título, la Copa de Ferias de la temporada 65-66 con el Barcelona, aunque la mayor parte de su carrera va a transcurrir ligada a entidades medianas o modestas. Hombre serio, severo, áspero al decir de algunos, al que alguien definió un día en un blog como un «hierático, gélido entrenador argentino con pinta de espía ruso», apostó siempre por un concepto del fútbol más combativo que vistoso –no en balde se le había apodado el Tanque en su época de jugador–, supervisado por su irreprochable honestidad profesional. Va a fallecer en Sevilla el 15 de junio de 1992, a los 66 años de edad.




Roque Olsen: disciplina, mucha disciplina (1965-1967). Primera parte.

Después de una serie de entrenadores con mayor o menor pasado azulgrana en el terreno de juego (Miró, Kubala, Gonzalvo II, César y Sasot), el sexto hombre contratado como técnico para dirigir a la plantilla del Barça por Llaudet en sus primeros cuatro años de mandato -recién refrendado por el minúsculo colegio de socios compromisarios- va a ser, paradójicamente, un personaje con pedigree madridista, el argentino Roque Olsen, que había vestido de blanco durante buena parte de la década de los años 50, antes de iniciar una todavía breve pero exitosa carrera en los banquillos, que con sólo 40 años de edad le había convertido ya en uno de los preparadores más cotizados del momento. Y rizando aún más el rizo, va a ser precisamente Olsen el único técnico barcelonista desde Daucik (1950-1954) que completará dos temporadas enteras al frente del equipo, ocupando uno de los puestos más complicados del Viejo Continente futbolístico, superando a auténticas leyendas que habían dado muchos días de gloria al club enfundados en la camiseta blaugrana.

La cosa no dejaba de tener su mérito, sobre todo habida cuenta de que Olsen no era precisamente un hombre que fuese haciendo amigos allá dónde iba, pues –a despecho de su innegable valía profesional– estaba en posesión de un carácter que no le granjeaba demasiadas simpatías, ni en el vestuario ni con la prensa, siempre más proclive a técnicos de sonrisa fácil. Claro que es muy posible que el propio Llaudet, al encomendarle la responsabilidad de gobernar un plantel de gran calidad pero difícil manejo, estuviera buscando precisamente eso: un entrenador que pusiera el énfasis en la disciplina y el trabajo duro, que no se casase con nadie, que fuera capaz de meter en cintura a un colectivo brillante pero en exceso acomodado, un sargento de hierro, en una palabra…

Roque Germán Olsen Fontana había nacido en la localidad argentina de Viale, en la provincia norteña de Entre Ríos, el 9 de septiembre de 1925. Por su apellido y el tono rubio de su cabello, no es difícil sospechar un más o menos cercano origen danés o nórdico. Se va a criar no muy lejos de allí, en una población llamada Sauce de Luna, perteneciente a la misma provincia. De fornida constitución física, dará sus primeras patadas a un balón en conjuntos locales, comenzando en el Club Social Sauce de Luna, siguiendo por el Peñarol, y llegando al Club Atlético Patronato de la Juventud Católica de Paraná. Pasará al Club Atlético Tigre (en Primera División) en 1949, y al año siguiente fichará por el Racing de Avellaneda, un club que entonces ostentaba la hegemonía en el fútbol argentino. Es un delantero que se mueve por las posiciones centrales del ataque, duro, combativo y no excesivamente técnico, pero con olfato de gol.

Formando junto a Di Stefano en la delantera blanca

Formando junto a Di Stefano en la delantera blanca

En la temporada 1950-51 el Real Madrid va a fichar a dos jugadores argentinos, el puntero derecho Antonio Mario Imbelloni, procedente de Almirante Brown, y a Roque Olsen, al que utilizará preferentemente como interior diestro, con el número 8 a la espalda. Llega ya con la campaña muy avanzada, y en ese curso sólo va a actuar en 5 partidos de Liga, aunque firmando 4 goles, pues en su debut, efectuado el 25 de marzo de 1951, en el nuevo «Chamartín» (que aun tardaría algunos años en terminarse del todo y ser bautizado como «Santiago Bernabéu») consigue nada menos que un hat-trick ante el Murcia (6 a 0), pero en el siguiente, 51-52, es ya un fijo en las alineaciones, interviniendo en todos los encuentros ligueros (30) y marcando la nada desdeñable cifra de 17 tantos. Seguirá en esa línea en las dos temporadas posteriores, aunque a partir de la 54-55 la llegada del colchonero Pérez Payá y la de su compatriota Héctor Rial, así como la aparición de los jóvenes Marsal y Mateos, irá restándole protagonismo paulatinamente, hasta abandonar el club blanco al finalizar la campaña 56-57. En total participó en 110 partidos de Liga con el Real Madrid, convirtiendo 60 goles.

Siendo ya un veterano de 32 años va a pasar a un Segunda División, el Córdoba (1957-1960). En sus dos primeras temporadas como verdiblanco jugará como titular, con buenos registros anotadores, mientras que en la última su aportación es ya testimonial. Claro que no se limita a ser únicamente jugador del club de la ciudad de los califas, sino que ya desempeña el puesto de entrenador, que ya había simultaneado brevemente con su actuación sobre el césped al poco de avecindarse a la vera del Guadalquivir. Desde 1959 es el máximo responsable técnico del cuadro cordobés, y allí será donde consiga su primer gran éxito en los banquillos, logrando el ascenso a Primera División al finalizar la temporada 1961-62 como campeón del Grupo Sur de la categoría de plata.

En la campaña del debut en División de Honor, la 62-63, logra la permanencia del conjunto andaluz sin demasiados apuros -nunca ocupó puestos de descenso-, con una plantilla en la que destacan jugadores como Benegas, Simonet, el internacional Mingorance, Navarro, Ricardo Costa, Ramón Marañón, Egea, Juanito Vázquez, el marroquí Riahi, Juanín o Miralles. Pero no va a seguir junto a la Mezquita, sino que cruzará toda España para hacerse cargo del Deportivo de La Coruña, que acababa de descender a Segunda, y al que va a devolver a la máxima categoría –sería ya su segundo ascenso– tras realizar una estupenda temporada 63-64, en la que los gallegos se proclaman campeones del Grupo Norte con suficiencia. Pampols, Aurre, Domínguez, Escolá, Loureda, el peruano Montalvo, Jaime Blanco, Lamelo o el internacional Veloso son algunos de sus pupilos.

Sus éxitos no van a pasar desapercibidos, y con vistas a la campaña 1964-65 Olsen recibe la llamada de todo un grande, el Real Zaragoza que se acaba de proclamar campeón de la Copa del Generalísimo y de la Copa de Ferias con su extraordinaria delantera de Los Magníficos (Canario, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra), acompañados de jugadores de tanta valía como el cancerbero Yarza, los defensas Cortizo, Santamaría y Reija, los centrocampistas Isasi y Violeta, o unos suplentes de lujo llamados Duca y Sigi. En «La Romareda» no va a conseguir ningún título, pero su tarjeta de visita no puede calificarse en absoluto como un fracaso, pues conduce al equipo maño hasta su tercera final copera consecutiva (donde van a ser netamente superiores, aunque son vencidos a la postre por el Atlético de Madrid merced a un solitario gol del hondureño Cardona), llegando hasta las semifinales de la Recopa y clasificándose en tercera posición en el Campeonato Nacional de Liga, tras Real Madrid y Atlético, y aventajando a escuadras tan potentes como Barcelona y Valencia.

Vicente Sasot no va a seguir en el Barça. Su interinidad se había prolongado durante lo mucho que restaba del curso 64-65, pero la mediocridad del juego desplegado y el pobre papel realizado en todas las competiciones aconsejan un cambio drástico en el banquillo. Llaudet, refrendado en su cargo para otros cuatro años, va a sondear a Helenio Herrera, que estaba triunfando apoteósicamente en Milán al frente del Inter (campeón de la Copa de Europa de 1964 y 1965), pero la opción del Mago no prosperará, y empiezan a sonar los nombres del francés Marcel Domingo, antiguo portero del Atlético de Madrid y el RCD Español y que a la sazón dirigía al modesto Pontevedra, al que acababa de ascender de nuevo a Primera División, y el de Roque Olsen. Incluso llegó a hablarse también de la posibilidad de que Daucik, que tampoco continuaría en el Sevilla, volviese al Barça, más de una década después de su marcha.

Es la candidatura de Olsen la que va a ir ganando enteros, y parece confirmarse que el argentino será el inquilino del banquillo barcelonista para la próxima temporada 65-66, hasta el punto que  el diario «El Mundo Deportivo» llega a anunciar en su edición del 29 de mayo de 1965 que el técnico ya había firmado por el Barça en la oficina madrileña del conocido intermediario Luis Guijarro. Pero hay un pequeño problema, y es que Olsen tiene aún contrato en vigor con el Real Zaragoza hasta el 30 de junio –entonces la fecha clásica de finalización de los compromisos futbolísticos–. Y además, para darle un plus de morbo al asunto, el caprichoso bombo dictamina que Zaragoza y Barcelona se enfrenten entre sí en los cuartos de final de la Copa de Su Excelencia el Generalísimo. La situación recuerda a la vivida dos años atrás, cuando aragoneses y catalanes disputaron la final copera en el «Camp Nou», y el entrenador zaragocista, César, ya estaba apalabrado con el Barça…

A causa de ello se alzarán algunas voces airadas en la ciudad del Ebro, pidiendo que Olsen no se siente en el banquillo maño frente sus futuros pupilos, pero el entrenador va a pasar de ese ambiente enrarecido, dirige a los suyos en una espectacular victoria por 6 a 4 en «La Romareda», y declara que su mayor deseo sería alcanzar con el Zaragoza el título de Copa. Del cual va a estar más cerca tras derrotar a los azulgranas a domicilio en el encuentro de vuelta (0 a 1). Aun así, no suelta prenda respecto a su futuro, y se limita a declarar que todavía  continúa con contrato en vigor, aunque en Barcelona se bromea con la posibilidad de que Olsen se hubiese comprado ya una gramática catalana. Pero mientras, todo el mundo es consciente de que la noticia está al caer, e incluso se publican en «El Mundo Deportivo» líneas como las que siguen, definiéndolo con un estilo que recurre en demasía a cierto adverbio de tiempo:

«Es, sobre todo, una persona que reúne magníficas condiciones humanas, de discreción, corrección y bondad. Acoge siempre con simpatía a los informadores y siempre su charla es amable y entretenida. Lo que no es siempre, desde el punto de vista de los periodistas, tan substanciosa como se querría, porque Roque Olsen piensa mucho antes de contestar, y alude (sic) con elegancia y con suave ironía aquellos temas que pueden juzgarse inoportunos o indiscretos. Para estas ocasiones tiene siempre una sonrisa y un «slogan» que siempre hizo gracia escuchar; «esas son cosas mías…«

Son palabras que meses después alguna influyente publicación deportiva barcelonesa –y estoy pensando en concreto en el semanario «Revista Barcelonista» («RB»)– no va a compartir en absoluto… A nivel anecdótico, reseñemos que Roque Olsen estaba casado con la actriz y cantante española Ana María Parra, la intérprete de la canción que daba título a la popular película «Las chicas de la cruz Roja» ( Rafael J. Salvia, 1958 ), en la que también intervenía el futbolista Ricardo Zamora Jr., hijo del legendario guardameta de antes de nuestra guerra, y que asimismo actuaba defendiendo los tres palos.

Por fin, en la edición de «El Mundo Deportivo» del 2 de julio, el presidente Llaudet anuncia oficialmente el fichaje de Olsen, tras llegar con él a un acuerdo. De modo que su llegada a Barcelona era ya  inminente, y allí se reuniría también con Vicente Sasot y José María Gibernau, vicepresidente del Barça y responsable de la Comisión Deportiva del club, a fin de estructurar las plantillas del Barcelona y el Condal para la próxima temporada 65-66. El técnico argentino va a ser  presentado a la prensa a las 8 y media de la tarde del miércoles 7 de julio de 1965, festividad de San Fermín, por el citado señor Gibernau. Ante los informadores, Olsen manifiesta «estar muy feliz y deseoso de trabajar, y por supuesto de triunfar». Aun no se atreve a juzgar a su nuevo equipo con total objetividad, al desconocer sus problemas pero expresa su deseo de verle entre los clubes punteros del fútbol español. Considera que la base de los éxitos está en la disciplina. Firma por un año, pero dice que le gustaría quedarse en el Barça el resto de su vida deportiva, pues se trata de la gran oportunidad de su carrera, y promete no escatimar esfuerzos para corresponderle. Añade que tendrá a sus órdenes una buena plantilla, que espera no obstante refuerzos, y que en los recientes fichajes de Muller y Gallego fue consultado por parte de la directiva azulgrana.

Pocos días más tarde, en el número 506 de la revista «Barça», correspondiente al 29 de julio, ya muy cerca de la fecha de reanudación de los entrenamientos, abriendo así la temporada 65-66, Olsen se definía claramente como entrenador: «soy trabajador y tengo por norma que en la plantilla de jugadores haya una total disciplina y no tolero el menor desvío o problema». Añadiendo que atajaría la menor veleidad de vedettismo: «para mí todos (los jugadores) son iguales. Creo que el fútbol es un deporte de conjunto». Al banquillo del «Camp Nou» llegaba, por lo tanto, un técnico de armas tomar…

PRETEMPORADA

La primera temporada del segundo mandato de Llaudet se inicia, pues,  con el tradicional movimiento de altas y bajas en la plantilla. Abandonan el Club Goywaerts, cuyo contrato finaliza y que sorprendentemente firma por el Real Madrid, y Jesús Garay, quien a pesar de haber realizado una buena campaña el curso anterior se marchará a un Málaga recién ascendido. También pasará al Condal en calidad de cedido Enric Gensana, en la esperanza de que pueda recuperar el nivel anterior a la grave lesión de rodilla sufrida en Grecia, lo cual, por desgracia, ya no va a ser posible. Montesinos y Zaldúa –que junto al citado Gensana habían estado cedidos a Osasuna– se reincorporarán a la primera plantilla. Por el contrario, Torrent será prestado nuevamente, en esta ocasión al Sabadell, que retorna a la Primera División del fútbol español tras muchos años de ausencia. Por su parte Rexach y Pujol, a pesar del buen sabor de boca que había dejado su participación en la Copa, van a continuar fogueándose en las filas del Condal (de nuevo en Segunda), mientras que el canario Vicente hará el viaje a la inversa después de su buen rendimiento con el filial, y Camps tomará también el camino de Sabadell, muy lejos ya de ser aquel fulgurante jugador que cruzase la Diagonal en 1962.

Cuatro son los refuerzos para esta temporada 65-66. Lucien Muller, un excelente medio alsaciano del Real Madrid, internacional francés, no llega a un acuerdo para renovar con los blancos debido a sus elevadas pretensiones económicas, y acepta la oferta del Barcelona. Tiene ya 31 años, pero se confía en que prestará aun buenos servicios, aportando su amplia experiencia. Tampoco es ningún jovencito el navarro Serafín (29 primaveras), mas su extraordinario partido ante el Barça la aciaga tarde del 5 a 1 en «Vallejo» le proporciona el pasaporte para el «Camp Nou», donde dispondrá de la gran oportunidad de su carrera. El fichaje estelar, no obstante, es el del joven Francisco Fernández Rodríguez, conocido futbolísticamente como Gallego, el rubio y bravo defensa central del Sevilla. El precio es elevado –8 millones–, pero a sus 21 años ya es toda una espléndida realidad, y el Barça se lo arrebata al mismísimo Real Madrid, también muy interesado en sus servicios para reemplazar al veterano Santamaría. Gallego es uno de los jugadores españoles con mayor proyección –internacional con la Selección “B” y Campeón del Mundo de Selecciones Militares–, y se espera que forme con el experto Muller una fortísima línea medular, ya que el central titular, Ferrán Olivella, se encuentra aún en magnífica forma. Mucho más modesta, finalmente,  es la incorporación de otro futbolista de corte defensivo, el leridano de Balaguer Antoni Torres, quien, surgido de las categorías inferiores del Club, ha permanecido por espacio de dos temporadas en calidad de cedido en el Hércules de Alicante, y regresa ya como un cuajado zaguero.

La plantilla barcelonista para la temporada 65-66, por lo tanto, va a quedar compuesta por los siguientes efectivos: Sadurní, Pesudo, Benítez, Olivella, Eladio, Foncho, Gallego, Rodri, Gracia, Vergés, Torres, Montesinos, Rifé, Muller, Zaldúa, Fusté, Zaballa, Pereda, Vidal, Re, Seminario, Kocsis, Pujol –muy pronto en el primer equipo, tras un breve paso por el Condal–, Vicente y Serafín. En total, 25 jugadores, un elenco que parece suficiente para poder aspirar a todo, haciendo posibles los sempiternamente optimistas comentarios del aficionado culé al comienzo de cada campaña: ¡Ja tenim equip! y ¡Aquest any, sí!

Olsen habla para la prensa el día de la presentación del equipo

Olsen habla para la prensa el día de la presentación del equipo

Para dirigir a estos 25 hombres, Llaudet apuesta por un entrenador que, a diferencia de todos sus técnicos hasta ese momento –de Miró a Sasot, pasando por Kubala, Gonzalvo y César– no tuviese nada que ver en absoluto con la entidad. Olsen procedía del banquillo de «La Romareda» al igual que César, pero su carácter estaba en las antípodas de la afable personalidad del leonés, pues era bastante más seco y adusto, y en el trato con los jugadores, como ya hemos dicho, hacía siempre mucho hincapié en la disciplina. De él se escribió que era discreto en el aspecto técnico, y que flojeaba en el terreno psicológico (aunque en etapas posteriores de su carrera se afirmó también lo contrario) , pero lo cierto es que no va a gozar de una relación fluida ni con sus futbolistas ni tampoco con los medios de comunicación, pese a lo cual, y sorprendentemente, conseguirá mantenerse en su puesto durante dos temporadas completas, algo que, repetimos,  nadie había logrado desde los ya lejanos tiempos de Daucik, ni tan siquiera Mingu Balmanya o Helenio Herrera, dos técnicos más expertos y reputados que Olsen, sobre todo el segundo.

Estas eran las principales novedades en lo concerniente al capítulo deportivo, pero en cuanto a los asuntos económicos, y justo antes de que echase a rodar el balón, va a producirse una noticia muy favorable para la entidad barcelonista. El 13 de agosto de 1965 el Consejo de Ministros reunido en La Coruña, habitual residencia veraniega del Jefe del Estado,  Generalísimo Franco, aprobará definitivamente el expediente de recalificación de los terrenos de «Les Corts», lo cual significaba que oficialmente se habían superado ya todos los obstáculos, y el Barça podía disponer a su antojo de tan extraordinaria fuente de ingresos.

Se ponía de este modo punto final a un auténtico Via Crucis burocrático iniciado en diciembre de 1961, con la primera petición de Llaudet al Consistorio barcelonés, bien acogida por el Alcalde Porcioles. En junio de 1962 el Pleno del Ayuntamiento había aprobado una nueva ordenación de la zona, autorizando la edificación en una cuarta parte de su superficie, y en mayo de 1963 la Asamblea Extraordinaria de Compromisarios le otorgaba carta blanca al presidente azulgrana para realizar todas las gestiones que considerase oportunas, hasta que por fin el 25 de febrero de 1965 la Dirección General de Urbanismo da validez al cambio de calificación de los terrenos, y el asunto entra ya en su recta final.

A partir de ese momento Llaudet va a poner manos a la obra, buscando el mejor postor. Pocos días después de producirse el trascendental acuerdo del Consejo de Ministros, se hace pública la presentación de una oferta de 205 millones de pesetas por la parcela, efectuada por el abogado barcelonés Sabata Anfruns en representación de “un potente grupo inmobiliario” que deseaba construir en el solar del antiguo recinto barcelonista. El día 15 de septiembre de 1965 la Asamblea Extraordinaria del club va a aprobar la venta de «Les Corts» por dicha cantidad. Seguidamente el citado Sabata depositará la suma de 5 millones de pesetas en concepto de “paga y señal”. Todo parece indicar que el Barça está a punto de entrar en una nueva etapa de su historia, en la que la consolidación económica traerá aparejado el esperado retorno a los laureles deportivos…

Y hablando de lo deportivo…El Barça abre el nuevo curso con un amistoso en Lérida, donde vence fácilmente al equipo local por 3 a 1 (con goles de Vicente, Re y Kocsis). Pero el verdadero plato fuerte de la pretemporada lo constituye la presentación ante de su público, el 25 de agosto, frente a todo un Inter de Milán, vigente Campeón de la Copa de Europa y de la Copa Intercontinental, lo que equivalía decir que se trataba, oficialmente, del mejor equipo del mundo en aquel preciso momento. Además, la presencia en sus filas de Luis Suárez –acompañado por el también español Joaquín Peiró– y en el banquillo la del inefable Helenio Herrera, a quien Llaudet había “sondeado” antes de decidirse por Olsen– presagiaban un espectáculo de lo más atractivo, que supondría asimismo la alternativa para los nuevos fichajes, Gallego, Muller y Serafín.

A las órdenes del árbitro del colegio catalán señor Pintado, los dos equipos van a presentar las siguientes alineaciones: por el Barça, Sadurní; Benítez, Olivella, Eladio; Gallego, Muller; Serafín (Rifé), Pereda, Re, Seminario y Vicente, y por los negriazules, Sarti; Burgnich, Guarneri, Facchetti; Picchi, Bedin; Jair, Mazzola, Peiró, Suárez y Corso. Es decir, el once de gala. El Inter, según las crónicas de la época, no se va a emplear muy a fondo, y no tardará en llegar el primer tanto local, obra de Chus Pereda. El público, molesto por el pobre espectáculo que estaban ofreciendo los milaneses, comenzó a silbarles, y especialmente a Luis Suárez, quien tras un remate a las nubes provoca la general protesta de los espectadores del Gol Norte, a lo que el gran jugador gallego, visiblemente enfadado, responde con un corte de mangas –conocido popularmente en Cataluña como butifarra–. Helenio Herrera, con buen criterio y en evitación de males mayores, optará por sustituirle, retirándose el futbolista del terreno de juego en medio de una bronca monumental. El partido terminó con un claro 4 a 1 a favor de los locales, con nuevo gol de Pereda y dos tantos más de Re y Seminario, conquistando el Barcelona un artístico trofeo donado especialmente para la ocasión por la casa “Danone”. Se trataba sólo de un encuentro amistoso, y jugado al amparo de su público, pero el abultado resultado va a disparar –quizás prematuramente– el optimismo del Soci y del aficionado culé en general.

UNA PRIMERA VUELTA DECEPCIONANTE

La Liga 1965-66 arranca el 5 de septiembre de 1965 en el «Camp Nou», con la visita de un recién ascendido, el Mallorca. El Barça, en un partido mediocre, tendrá que aguardar hasta la segunda mitad para decantar el marcador a su favor frente a un irrelevante conjunto balear. El encuentro tuvo que ser dirigido por un juez de línea, el señor Valdecabras, debido a la indisposición del árbitro designado, el colegiado valenciano Lloris. Marcaron los tantos barcelonistas Pereda (2) y Seminario, y esta fue la primera alineación oficial que presentó Roque Olsen: Sadurní; Benítez, Olivella, Eladio; Muller, Gallego; Rifé, Pereda, Re, Seminario y Vicente. Al domingo siguiente, y 17 años después de su última visita, el Barça acude de nuevo el vetusto feudo arlequinado de «La Creu Alta» para enfrentarse al Centro de Deportes Sabadell, en un partido que había despertado una enorme expectación en la ciudad vallesana, y en el cual la mayor experiencia barcelonista va a imponerse al entusiasmo de los locales. Vall marcó por el cuadro lanero, mientras que Pereda, Rifé y Re lo hacían por parte de los azulgranas, que gracias a este triunfo se convertían en líderes por mejor coeficiente de goles con respecto al Real Madrid. Olsen repitió el mismo equipo que ya había triunfado en la primera jornada.Arranca también una nueva edición de la Copa de Ferias con el desplazamiento barcelonista a la localidad holandesa de Utrecht, para enfrentarse con el modestísimo conjunto del DOS. En la ciudad donde tuvo lugar la firma del histórico tratado que puso fin a la Guerra de Sucesión española, a principios del siglo XVIII, el resultado fue un triste empate sin goles. Olsen, por tercer partido consecutivo, siguió confiando en los mismos hombres. Y con el único cambio del navarro Serafín en lugar del canario Vicente, el Barça va a dar buena cuenta del Betis (4 a 1) en la tercera jornada de  Liga. Tres tantos de Cayetano Re y uno de Pereda encajó el cuadro verdiblanco, que se presentó en el «Camp Nou» con excesivas precauciones defensivas y acabó siendo goleado. El delantero paraguayo del Barça volvía a encabezar la tabla de realizadores con cuatro tantos –empatado con su compañero Pereda y con el ilicitano Vavá–, y el Barça se mantenía en todo lo alto, codo con codo junto al Real Madrid, que le aventajaba tan sólo merced a su mejor coeficiente.

Pero la triunfal trayectoria azulgrana se iba a ver truncada al domingo siguiente en «Pasarón», ante un sorprendente Pontevedra encaramado a los primeros puestos. Los gallegos, haciendo gala de una gran seguridad defensiva, doblegaron a base de veloces contraataques la mejor técnica barcelonista, y se llevaron los dos puntos con goles de Ceresuela y Neme. El Barça alineó a: Sadurní; Foncho, Olivella, Eladio; Vergés, Gallego; Rifé, Pereda, Re, Seminario y Serafín. Y la quinta jornada se salda también con un resultado francamente desfavorable, ya que el Valencia –que llevaba catorce años sin ganar en terreno catalán– va a volverse para «Mestalla» con los dos puntos en sus alforjas, merced a un gol conseguido a diez minutos del final. Mayor dominio local, pero su delantera tuvo la pólvora mojada a excepción de Re, autor del único tanto de los de Olsen, mientras que Roberto y Muñoz lo hacían por los chés. Jugaron: Sadurní; Foncho, Olivella, Eladio; Gallego, Fusté; Rifé, Pereda, Re, Seminario y Vicente.

Al miércoles siguiente victoria balsámica ante los inocentes neerlandeses del DOS (7 a 1). Reaparecía en el equipo titular el navarro Zaldúa, una vez concluida su cesión a Osasuna, y lo va a hacer a lo grande, pues conseguiría nada menos que cinco goles, completando el varapalo Vergés y Benítez. Estos fueron los once azulgranas que aplastaron al endeble cuadro de Utrecht: Sadurní; Benítez, Olivella, Eladio; Vergés, Gallego; Serafín, Pereda, Zaldúa, Seminario y Vicente. El siguiente desplazamiento a Córdoba va a reportar tan sólo un punto, pero menos da una piedra… 0 a 0 en «El Arcángel», con este equipo: Sadurní; Benítez, Olivella, Eladio; Vergés, Gallego; Pereda, Montesinos, Zaldúa, Fusté y Seminario. Como se ve, una delantera muy atípica  –en la que faltaban, por una u otra causa, Rifé, Re, Vicente y Serafín–, y que no fue capaz siquiera de estrenarse. A destacar la presencia en la portería local de un espectacular cancerbero de tan sólo 19 años de edad, Miguel Reina, al que ya hemos mencionado en alguna ocasión, y del que se rumoreaba insistentemente que estaba en el punto de mira de los técnicos del Barcelona.

Debacle en el «Camp Nou» en la séptima jornada (17 de octubre), con motivo de la visita del Atlético de Madrid. Gran partido de los colchoneros, que vencieron nada menos que por 1 a 4, con contraataques irresistibles para la defensa azulgrana, que además cometió abundantes errores. Gallego fue el autor del solitario tanto local, mientras que Ufarte, Adelardo, Luis –de penalty– y Mendonça marcaron por los madrileños, que compartían liderato con el Valencia mientras que el Barça se quedaba ya a cuatro puntos de la cabeza. Sadurní; Benítez, Olivella, Eladio; Muller, Gallego; Rife, Pereda, Re, Montesinos y Seminario fueron los once involuntarios protagonistas de esta verdadera hecatombe. Y al domingo siguiente se enfrentaban en «Sarriá» los dos eternos rivales barceloneses, y el juego –como acostumbra a suceder en estos casos– va a dejar bastante que desear. Bergara marcó por el Español, y Rifé lo hizo por un Barça que puso en liza a: Pesudo –que reaparecía tras casi dos años de ausencia–; Foncho, Olivella, Eladio; Muller, Gallego; Rifé, Pereda, Zaldúa, Fusté y Re.

Y desde Can Perico la expedición  barcelonista viajaría hasta Amberes, para disputar el partido de ida correspondiente a los dieciseisavos de final de la Copa de Ferias contra el Royal Antwerp. Victoria mínima de los belgas por 2 a 1, lo cual, vistas las circunstancias por las que atravesaba el equipo, no venía a ser un mal resultado… Actuaron en tierras flamencas: Pesudo; Benítez, Olivella, Eladio; Vergés, Torres –que hacía así su debut en partido oficial con el Barça–; Rifé, Montesinos, Zaldúa, Pereda y Serafín. El tanto azulgrana lo consiguió Quimet Rifé.

Habría que remontarse a muchos años atrás para recordar tres derrotas consecutivas del Barça en su campo. El culpable de la tercera va a ser el Real Zaragoza, que no había tenido un comienzo de Liga demasiado feliz y que va a salir del «Camp Nou» con los dos positivos, gracias a un gol del brasileño Canario. Otro mal partido de los azulgranas, que no estaban dando una a derechas en estos inicios del campeonato y ya se encontraban situados en octava posición, a 7 puntos del líder, el Atlético de Madrid, con lo que –siendo realistas– ya podía casi darse por perdida la Liga un año más. Sin embargo, y en contra de su costumbre, Enric Llaudet no parecía muy dispuesto a cargarse de nuevo al entrenador… Jugaron –bastante mal, por cierto– contra los maños: Sadurní; Foncho, Olivella, Eladio; Muller, Gallego; Rifé, Pereda, Re, Fusté y Vicente. Por estos días también circuló entre los mentideros futbolísticos el rumor de que el Barça estaba interesado en contratar los servicios del delantero español del Inter de Milán Joaquín Peiró. Pero tanto la edad del jugador –muy próximo a cumplir 30 años– como las elevadas condiciones económicas de su traspaso, hicieron inviable el fichaje del antiguo interior izquierdo del Atlético de Madrid.

El 21 de noviembre, e inmerso en una situación muy delicada, el Barça rinde visita al campo de «Altabix». No se desplaza con la expedición azulgrana su entrenador, Roque Olsen, que se hallaba en su Argentina natal por asuntos particulares. Dirige pues al equipo su segundo, Sasot. La alineación barcelonista fue la siguiente: Pesudo; Benítez, Olivella, Eladio; Vergés, Torres; Rifé, Muller, Zaldúa, Re y Vicente. El Elche va a imponerse por la mínima, con un solitario gol de Vavá. El Barça cae de este modo al undécimo lugar de la clasificación general, con 8 puntos y 2 negativos, nada menos que a nueve puntos del líder, el Atlético de Madrid, y a su regreso Olsen va a tomar medidas drásticas. Oído el informe de Sasot, decide separar del equipo, y con carácter indefinido, a Re y a Vicente, alegando bajo rendimiento. Y también va a marginar de ahí en adelante a Seminario, aunque el delantero peruano no había jugado en «Altabix». El paraguayo y el canario ya no volverán a vestir más la camiseta blaugrana, e incluso se les prohibirá expresamente ejercitarse en las instalaciones del club, hecho hasta entonces insólito. Unos meses más tarde, el goleador guaraní cruzará la Diagonal, comprando su baja por mediación del hombre de negocios futbolísticos catalán Juan Obiol y fichando por el Español, equipo con el que va a poder disputar tanto la Copa de Ferias como la del Generalísimo. En cuanto a Vicente, se irá al Peñarol uruguayo, para poco después volver a España, recalando en las filas del Granada.

Cumplido ya un tercio del campeonato, la situación del Barça se antoja pésima. Tras sus tres triunfos iniciales ante adversarios débiles, no había vuelto a ganar un solo partido, consiguiendo únicamente 2 puntos de 14 posibles. Por ello ante el Sevilla –el siguiente visitante del generoso «Camp Nou»– Olsen va a introducir varias novedades en el equipo, y alineará ante los hispalenses a: Pesudo; Benítez, Olivella, Eladio; Vergés, Torres; Rifé, Muller, Zaldúa, Pujol y Zaballa. Las principales variaciones afectan al ala izquierda del ataque, con la incorporación del jovencísimo Lluís Pujol –que venía jugando muy satisfactoriamente en el filial Condal, en Segunda División– y la reaparición del extremo cántabro Pedro Zaballa, aunque en esta ocasión ocupando la banda opuesta a aquella en la que había sido habitualmente alineado. Y parece que los cambios le sentaron bien al Barça, pues va a imponerse con relativa facilidad a los hispalenses por 3 a 0, con goles de Zaldúa, Zaballa y Vergés. También pintarán mejor las cosas en la Copa de Ferias, ya que el equipo solventa su difícil compromiso ante los belgas del Amberes, que se presentaban con un gol de ventaja. 2 a 0 para el Barça, con tantos de Rifé y Zaballa, y este equipo: Pesudo; Benítez, Olivella, Eladio; Vergés, Torres; Rifé, Pereda, Zaldúa, Pujol y Zaballa. La nota negativa del partido la constituye la grave lesión de Chus Pereda, que se fracturó los ligamentos de la clavícula en una mala caída, y tendría que pasar por el quirófano.

El desplazamiento a Málaga parecía en principio propicio para iniciar la escalada consiguiendo algo positivo, vista la relativa mejoría que experimentaba el equipo, pero este no va a rayar a un buen nivel en «La Rosaleda», y se irá de vacío, derrotado por 1 a 0. Esta fue la formación barcelonista: Pesudo; Benítez, Olivella, Eladio; Vergés, Torres; Rifé, Muller, Zaldúa, Fusté y Zaballa. El siguiente visitante del «Camp Nou» sería el Athletic de Bilbao, y eso producía recelos en la parroquia culé ante la patente irregularidad azulgrana, pero sin embargo en esta ocasión los puntos volverán a quedarse en casa, gracias a un solitario gol de Zaldúa. Estos fueron los vencedores de los leones, ahora más bien cachorros: Pesudo; Benítez, Olivella, Eladio; Vergés, Torres; Rifé, Muller, Zaldúa, Seminario y Zaballa.

LA GRAN REMONTADA

Los protagonistas de la gesta: Pesudo; Benítez, Olivella, Eladio; Vergés, Torres; Rifé, Muller, Zaldúa, Fusté y Zaballa, junto al incombustible Ángel Mur Sr.

Los protagonistas de la gesta: Pesudo; Benítez, Olivella, Eladio; Vergés, Torres; Rifé, Muller, Zaldúa, Fusté y Zaballa, junto al incombustible Ángel Mur Sr.

Un magnífico regalo de Navidad para toda la sufrida afición blaugrana. El domingo 19 de diciembre de 1965 se produce una brillante e inesperada victoria en el «Santiago Bernabéu» frente al mismísimo Real Madrid. El Barça no ganaba un partido liguero en el feudo blanco desde la temporada 48-49, hacía ya la friolera de 17 años (en la Copa lo había hecho en 1959 y 1962), pero esta vez los de Olsen van a cuajar un encuentro memorable, triunfando sin paliativos. El resultado, vista la dispar trayectoria de ambos conjuntos en lo que iba de campeonato, bien podía considerarse como una auténtica sorpresa. El Barça saldrá al campo sin precauciones defensivas, dominando por completo el partido y obteniendo un marcador que casi podía calificarse como histórico, y corto a tenor de sus merecimientos. A los 8 minutos de juego ya había marcado sus dos primeros goles por mediación de Fusté –quien, ya concluido su preceptivo período de instrucción en el Servicio Militar, regresaba al equipo titular como una pieza básica e inamovible–. Félix Ruiz redujo distancias, pero Zaldúa logró el tanto definitivo, todo ello antes de que finalizase la primera mitad. Estos fueron los once héroes de aquella fría tarde invernal en el «Bernabéu»: Pesudo; Benítez, Olivella, Eladio; Vergés, Torres; Rifé, Muller, Zaldúa, Fusté y Zaballa.

El Barça va a cerrar la primera ronda del torneo recibiendo en la Ciudad Condal en partido matinal a la UD. Las Palmas, que venderá cara su piel, cayendo derrotada por un apretado 3 a 2, con tantos de Muller, Benítez y Eladio. La alineación fue la misma que había triunfado tan brillantemente la semana anterior en Madrid, un equipo que devendría en clásico, manteniéndose inalterado durante diez partidos consecutivos de Liga, todo un record. El balance de la primera vuelta, no obstante, va a ser muy discreto. El Barça es sexto con 16 puntos, a 7 del líder, Atlético de Madrid. Ha marcado 23 goles –una cifra muy baja– y encajado 18.

El primer compromiso del nuevo año 1966 arrojará un resultado muy positivo para los intereses barcelonistas, pues concluye con una victoria por 2 a 1 en el «Luis Sitjar» ante el Mallorca, con goles de Rifé y Zaballa, los dos extremos que con sus constantes permutas traerán por la calle de la amargura a las defensas contrarias. La formación fue la misma que ya se estaba convirtiendo en habitual mientras las lesiones y las sanciones la respetasen, y el Barça acortaba distancias con respecto a la cabeza, aprovechando la derrota de los colchoneros en el «Metropolitano» ante el Zaragoza. Y la desventaja se reduciría a sólo cuatro puntos una semana más tarde, pues mientras los atléticos empataban a cero en Elche, los barcelonistas goleaban sin piedad al Sabadell  en el «Camp Nou» –5 a 0–, en un duelo regional que tan sólo tuvo color azulgrana, con tantos de Fusté (2), Zaldúa (2) y Benítez. La Liga parecía este año más igualada que nunca, con tres equipos en liza, aspirando a todo.

A la jornada siguiente el Barça demostró que continuaba en alza, arañando otro positivo en el campo del Betis, aunque este fuera producto de la buena defensa azulgrana y del escaso acierto rematador de los verdiblancos. ¿La alineación?: la de siempre. La misma que jugaría siete días más tarde en el «Camp Nou» ante un Pontevedra que ya no era el cuadro revelación de los primeros compases, y que caería derrotado bajo la lluvia por un contundente 3 a 0, obra de Rifé, en dos ocasiones, y de Eladio. Con este resultado el Barça ya era tercero, empatado con el Athletic de Bilbao, a cuatro puntos de los dos equipos madrileños, que comandaban la tabla. Distancia que se mantendría intacta tras la siguiente jornada, pues si bien el Atlético derrotaba a sus homónimos bilbaínos en el «Metropolitano», y el Madrid vencía a domicilio en Córdoba, los azulgranas no les iban a la zaga y salían airosos de «Mestalla», donde un Valencia sumido en una profunda crisis no fue nunca enemigo (0 a 2). El Barça se mostraría muy firme defensivamente, y letal en las contras, dominando el partido –sobre todo en el segundo tiempo–, y decantándolo a su favor con goles de Fusté y Zaballa. Jugó el equipo habitual, y con esta ya iban ocho jornadas consecutivas sin conocer la derrota.

Que se ampliarían a nueve contando la siguiente, en la cual los barcelonistas se deshacen de un difícil Córdoba en el «Camp Nou». Sus dos principales rivales jugaban entre sí en el «Bernabéu», y el triunfo cayó del lado madridista por 3 a 1. El Barça, pues, ya estaba a tan sólo 2 puntos de los colchoneros, ahora segundos de la general. Los cordobeses se adelantaron en el marcador con un gol de Cabrera, pero Fusté, en dos ocasiones, y Zaldúa le dieron la vuelta al marcador. En el marco del equipo andaluz debutó el guardameta García, ya que su arquero titular, Miguel Reina, acababa de ser traspasado precisamente al Barça, a cambio de la cuantiosa suma de 8 millones de pesetas –cantidad jamás pagada hasta entonces por un portero–, un fichaje en cierto modo discutido, pues el Barça contaba ya en su plantilla con dos cancerberos de calidad contrastada (y uno de ellos, Salvador Sadurní, todavía muy joven), y tenía en la recámara a una gran promesa, Pere Valentí Mora, formándose aún en las categorías inferiores.

Y hablando de dinero… El 14 de Enero el abogado Sabata Anfruns, el mismo que había firmado meses atrás una opción de compra por los terrenos de «Les Corts», enviará una carta al presidente Llaudet, informándole que no podía llevar a cabo dicha operación, ya que sus socios norteamericanos se había retirado del proyecto, dejándole literalmente en la estacada. Por consiguiente, va a perder los cinco millones de pesetas depositados en concepto de “paga y señal”, y la Junta Directiva del Barça, reunida con carácter de urgencia, decidirá abrir un nuevo plazo de presentación de ofertas. Además, se va a establecer un precio mínimo de venta de 210 millones de pesetas con el pago al contado, y un depósito previo del 10 por ciento. Asimismo, se resolverá la inmediata demolición del antiguo recinto, para lo cual ya se contaba con el oportuno permiso municipal. De este modo, el día 2 de Febrero de 1966, en el transcurso de un acto hondamente emotivo, que congregó en el viejo «Les Corts» a millares de barcelonistas de todas las edades y condiciones para darle su último adiós al estadio donde tantas tardes de gloria se habían vivido, el propio Llaudet, con lágrimas en los ojos, va a proceder a iniciar simbólicamente el derribo de las gradas a golpe de piqueta.

El mismo día en que se producía tan histórico y entrañable acontecimiento, el Barça retornaba a la Copa de Ferias en la República Federal Alemana ante el Hannover 96, que va a derrotarle por un estrecho 2 a 1 en tierras sajonas. El conjunto azulgrana varió un poco su formación–tipo, presentando a: Pesudo; Benítez, Olivella, Eladio; Gallego, Torres; Rifé, Vergés, Zaldúa, Fusté y Zaballa. José Antonio Zaldúa fue el goleador barcelonista. Y a renglón seguido se juega un partido muy importante en el «Metropolitano», de gran trascendencia para la clasificación final, y que supone un brusco parón para las aspiraciones colchoneras. Un Barça en magnífico momento superó claramente a un Atleti que acusaba un ligero descenso de forma y que perdía así, en dos jornadas consecutivas, frente a sus más directos rivales. Muller fue el autor del único gol del encuentro, y los catalanes actuaron con su once habitual, es decir: Pesudo; Benítez, Olivella, Eladio; Vergés, Torres; Rifé, Muller, Zaldúa, Fusté y Zaballa. El Real Madrid, que no pudo pasar del empate en «Sarriá» frente al Español, lideraba ahora la tabla con 32 puntos, y le seguían rojiblancos y blaugranas, ambos con 29.

El Barça va a saltar a la segunda posición a la semana siguiente, aprovechándose  del tropiezo de un Atlético que tampoco podrá pasar de la igualada frente al Mallorca en el «Luis Sitjar». Los barcelonistas, por su parte, derrotaron al Español por 4 a 2 en un derbi trepidante. En el «Camp Nou» se adelantaron los azulgranas con dos goles muy tempraneros, pero en sólo dos minutos Rodilla y Di Stefano nivelaron la contienda, aunque más tarde dos nuevos tantos culés situarían  el marcador definitivo. Zaballa –en dos ocasiones–, Fusté y Rifé fueron los goleadores, y la alineación, la misma de siempre. La vuelta ante los germanos del Hannover 96 deparará otro emocionante espectáculo, y el 1-0 final dejará las espadas en todo lo alto, a expensas de un partido de desempate que la veleidosa fortuna decidió que se celebrase en terreno alemán. Fusté fue el autor del solitario gol de un Barça que formó con los once habituales.

El técnico argentino imparte instrucciones a varios de sus pupilos: Vicente, Gracia, Seminario, Benítez y Pereda

El técnico argentino imparte instrucciones a varios de sus pupilos: Vicente, Gracia, Seminario, Benítez y Pereda

Mucho era lo que se jugaba el Barcelona en «La Romareda» en la vigesimocuarta jornada, pero a pesar de que no pasó del empate –siempre un buen resultado en un campo tan difícil–, la derrota del Real Madrid en Elche le va a situar a tan sólo dos puntos del liderato, empatado con los colchoneros. El encuentro se jugó de poder a poder, y el Barça actuó con más aplomo, mientras los locales se atropellaban en su intento de marcar a trompicones. Gallego sustituyó a Olivella en el centro de la defensa. La vigesimoquinta jornada, sin embargo, va a significar una decepción para todos los socios y aficionados culés, puesto que el Barça será incapaz de derrotar al Elche en su propio estadio, poniendo así fin a una larga racha de resultados positivos. El 0 a 0 tras los 90 minutos reglamentarios suponía un duro revés para sus aspiraciones al título. El ataque azulgrana no supo ni pudo franquear la cerrada defensa ilicitana, y pecó de imprecisión y falta de serenidad. Jugaron: Pesudo; Benítez, Olivella, Gracia; Vergés, Torres; Rifé, Muller, Zaldúa, Fusté y Zaballa. En la clasificación, el Barça quedaba ahora en tercera posición, a un punto del Atlético y a tres del Real Madrid, ambos triunfadores en sus respectivos compromisos.

Entre medias, el Barça disputa su partido de desempate frente al Hannover 96 en terreno germano, el Niedersachsen Stadion. El encuentro fue muy reñido y acabó en tablas (1-1), de modo que la moneda va a volver a decidir qué equipo pasa a la siguiente ronda, pero en esta oportunidad favorecerá al Barça. Pujol marcó el gol del conjunto barcelonista, que formó con Reina –que hacía así su debut–; Benítez, Olivella, Foncho; Montesinos, Torres; Rifé, Pereda (reaparecido tras una larga inactividad), Pujol, Muller y Zaballa. Y la vigesimosexta jornada de Liga va a dejar las cosas prácticamente como estaban, pues el Barça seguirá a 3 puntos del líder Real Madrid, mientras que el segundo, el Atlético, se le escapará un punto más hacia arriba, al golear a un Pontevedra ya deshinchado, mientras que los merengues no pasaban del empate en Málaga. El Barça igualó también en el «Sánchez Pizjuán», en el curso de un encuentro bronco donde se adelantó en el marcador por mediación de Fusté, aunque luego empataría Diéguez para el Sevilla, siendo ya inútil el postrer dominio barcelonista. Resultó lesionado Zaldúa. Este fue el equipo de Olsen: Pesudo; Benítez, Olivella, Eladio; Montesinos, Torres; Rifé, Muller, Zaldúa, Fusté y Zaballa.

Al domingo siguiente las cosas continuaron igual, pues vencieron los tres primeros de la clasificación, a falta ya de tan sólo tres partidos. El Real Madrid se impuso al Athletic de Bilbao en el «Bernabéu» (2 a 0), el Atlético cosechó una valiosísima victoria en «Mestalla» (1 a 2), mientras que el Barça vencía sin grandes problemas por 4 a 0 a un flojo Málaga que dio demasiadas facilidades, sobre todo en defensa. Pesudo detuvo un penalty lanzado por el ex azulgrana Jesús Garay, y Rifé, Pujol (2) y Zaballa hicieron los goles de un Barcelona que presentó a: Pesudo; Benítez, Olivella, Eladio; Vergés, Torres; Rifé, Pereda, Pujol, Muller y Zaballa.

El caprichoso sorteo de la Copa de Ferias quiso que en los cuartos de final se enfrentasen los dos eternos rivales barceloneses, Español y Barça. Va a ser el primer Euroderbi de la historia –y hasta el momento el único–, y el partido de ida corresponde disputarlo en el «Camp Nou». Los blanquiazules habían eliminado con anterioridad al Sporting de Lisboa –tras un épico encuentro– y al Bandera Roja búlgaro. El 16 de marzo de 1966 el feudo blaugrana se llenará hasta los topes para presenciar tan señalado enfrentamiento, pero los casi cien mil asistentes no van a salir muy satisfechos con el espectáculo futbolístico que ofrecerán ambos equipos. El Barça, lógicamente, buscará con mayor ahínco la portería rival, defendida por el veterano Carmelo Cedrún, pero únicamente acertará a batirle en una ocasión, estando los de «Sarriá» a punto de lograr el objetivo que perseguía su conservadora táctica. Benítez será el autor de este solitario tanto, que lo dejaba todo por decidir de cara al emocionante choque de la vuelta. Los dos conjuntos de la Ciudad Condal presentaron las siguientes alineaciones: por el Barcelona, Reina –que debutaba oficialmente ante su público–; Benítez, Gallego, Eladio; Vergés, Torres; Rifé, Muller, Pujol, Fusté y Zaballa, y por el RCD. Español, Carmelo; Juan Manuel, Mingorance, Granero; Álvarez, Sabaté; Rodri, Riera, Re, Ramírez y José María. A destacar la ultradefensiva formación de los de Sarriá, con Riera y Ramírez incrustados en la teórica delantera, y la alineación de Cayetano Re ante su antigua parroquia.

La vuelta se celebrará siete días más tarde, pero antes el Barça va a viajar hasta «San Mamés», a jugarse su ser o no ser en la Liga, una Liga que se había puesto ya muy cuesta arriba a falta solamente de tres jornadas para su conclusión. Y la nota más destacada de esta jornada número 28 va a ser el tropiezo azulgrana ante los leones, que le dejará ya matemáticamente fuera de la lucha por el título, pues tanto el Atlético como el Real Madrid sacaron adelante sus respectivos compromisos, y eran ya virtualmente inalcanzables. Pese a las circunstancias que acompañaban al choque, los bilbaínos pusieron más empeño en la pelea que los catalanes, aun con el handicap de contar con dos lesionados, los zagueros Orúe y Echeberría. Arieta II va a ser el autor del único gol del encuentro, abortando ya toda opción barcelonista. Olsen presentó el siguiente equipo: Pesudo; Benítez, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Rifé, Pereda, Seminario –que reaparecía tras largo tiempo marginado de la formación titular–, Muller y Zaballa.

Tras este decepcionante resultado, el Euroderbi de «Sarriá» cobraba mayor interés aún si cabe. Lógicamente, también el feudo españolista presenta un gran lleno. Las tornas cambiarán, porque aquí va a ser el Barça el conjunto que salga a la defensiva para conservar su exigua ventaja, aunque sin renunciar al contraataque. Y esta táctica va a darle fruto, porque no sólo no encajaría ningún gol, sino que incrementará su ventaja merced a un nuevo y bonito tanto marcado por el reaparecido Vidal. Estos serán los protagonistas de ambos equipos: Carmelo; Juan Manuel, Mingorance, Granero; Sabaté, Ramírez; Idígoras, Re, Di Stefano, Rodilla y José María por los blanquiazules, y Reina; Benítez, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Rifé, Muller, Vidal, Seminario y Zaballa por el Barça. Los azulgranas estaban ya en semifinales de la Copa de Ferias.

En la Liga tan sólo les restaba ejercer el papel de jueces de la competición, pues debían recibir en la penúltima jornada al Real Madrid, y no es necesario indicar cuál de los dos equipos madrileños era el preferido en Can Barça para obtener el título… Los merengues aventajaban a los colchoneros en un punto, y además tenían el goal average entre ambos a su favor, pero también eran muy conscientes de que el Barça no iba a regalarles nada. Como efectivamente sucedió, ya que la jornada número 29 iba a saldarse con un espectacular cambio de líder, puesto que el Atlético derrotó fácilmente a la UD. Las Palmas en el «Metropolitano», mientras que los blancos fueron incapaces de sacar algo positivo del «Camp Nou». Los azulgranas les combatieron con sus mismas armas, es decir, entrega y codicia, y terminaron haciéndose con el partido. Marcó primero Paco Gento para los de Muñoz, al aprovechar un error de Julio César Benítez, pero Quimet Rifé y  Peru Zaballa le dieron la vuelta al marcador. Estos fueron los 22 contendientes: por el Barça, Pesudo; Benítez, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Rifé, Muller, Vidal, Fusté y Zaballa, y por el Real Madrid, Betancort; Calpe, De Felipe, Sanchís; Pirri, Zoco; Veloso, Amancio, Grosso, Velázquez y Gento.

El Barça ya había cumplido con su obligación –y de mil amores…– y el desenlace de la Liga 65-66 dependía ya enteramente de lo que hiciesen ambos conjuntos capitalinos, que iban a vencer en sus compromisos respectivos, convirtiendo en definitiva e inamovible la mínima ventaja rojiblanca de un punto. El Real Madrid se deshizo sin contemplaciones del Mallorca, al cual empujaba a Segunda División goleándole por 5 a 1, mientras que el Atlético derrotaba al Español en «Sarriá» por 0 a 2, estando a punto de hacerle promocionar –los periquitos se salvaron in extremis merced a su mejor balance particular con el Málaga. ¿Y el Barça? El Barça bien, gracias, de vacaciones en Canarias, donde perdió frente a los amarillos por 2 goles a 1, en un partido del todo intrascendente. Jugaron en el «Insular»: Pesudo; Foncho, Olivella, Eladio; Gallego, Vergés; Rifé, Montesinos, Vidal, Fusté y Serafín. Gallego salvó el honor barcelonista.

Terminaba así uno de los torneos más igualados de los últimos años, con un Atlético de Madrid que, en su despedida del viejo «Metropolitano», ponía fin al incontestable dominio de sus eternos rivales –cinco campeonatos consecutivos–, conquistando un título que se les venía resistiendo desde la temporada 50-51, cuando lo habían obtenido por última vez a las órdenes de Helenio Herrera. En lo tocante al Barça, éste iba a clasificarse en un honroso tercer lugar, con 38 puntos y 8 positivos, a seis del campeón, con 51 goles a favor y 27 en contra. Una clasificación muy decorosa, habida cuenta de su desastroso primer tercio liguero. Una espectacular remontada –que le llevó a permanecer imbatido desde la decimotercera hasta la vigesimoctava jornada– no había sido suficiente para lograr el título, pero le añadió un plus de emoción al desenlace del campeonato. En otro orden de cosas, el guardameta azulgrana Pesudo se hacía con el Trofeo “Ricardo Zamora” al cancerbero menos goleado, al recibir únicamente 15 tantos en los 22 encuentros que había jugado.

SEMIFINALISTA DE COPA Y FINALISTA DE FERIAS

Y ahora quedaban todavía por delante la Copa del Generalísimo y la de Ferias… El Torneo del KO –al igual que la temporada anterior– va a comenzar para el Barça en los viejos “Campos de Sport de El Sardinero”, ante el equipo representativo de la capital montañesa. Y de nuevo  se resolverá con victoria barcelonista, en esta ocasión por 2 goles a 0, con tantos de Quimet Rifé y el cántabro y ex racinguista Peru Zaballa. Jugaron: Reina; Foncho, Olivella, Eladio; Montesinos, Torres; Rifé, Pereda, Zaldúa, Rexach –que retornaba así al equipo titular en el mismo escenario de su debut, justamente un año antes– y Zaballa. La vuelta va a deparar una goleada barcelonista de escándalo, 8 a 0, con tantos de Zaballa (2), Zaldúa (2), Pereda, Rexach, Torres y Montesinos, y la siguiente alineación: Reina; Benítez, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Rexach, Pereda, Zaldúa, Fusté y Zaballa. El siguiente rival es el recién descendido Mallorca, con el primer envite en terreno balear. En el «Luis Sitjar» los azulgranas despacharán un pésimo partido, viendo como los bermellones les superaban por un claro y sorprendente 2 a 0, que ponía las cosas difíciles de cara al encuentro de vuelta. Jugaron en la “Isla de la Calma”: Reina; Benítez, Olivella, Eladio; Montesinos, Torres; Rifé, Pereda, Rexach, Fusté y Zaballa.

Mientras, en la Copa de Ferias se va a producir un extraño incidente con el rival que había caído en suerte para las semifinales, el Chelsea inglés. El primer partido correspondía disputarlo en el terreno londinense de «Stanford Bridge», pero –y ya con el Barça presente en la capital británica– el Chelsea va a negarse a jugar, pretextando un supuesto mal estado del césped. La verdad era que los Blues tenían a varios de sus futbolistas lesionados, y no deseaban afrontar la eliminatoria en dichas circunstancias. De modo que se alteró el orden de los encuentros, y se jugó primero en Barcelona. Allí, en un buen partido, los azulgranas obtienen una renta de dos goles (2 a 0), que bien podía ser suficiente. Marcaron Fusté y Zaldúa, y estos fueron los once triunfadores del «Camp Nou»: Reina; Benítez, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Rifé, Muller, Zaldúa, Fusté y Zaballa. A reseñar que en el cuadro de las Islas actuaban dos jóvenes llamados Terry Venables y Alan Harris, que un par de décadas más tarde serían entrenador y segundo del Barça, respectivamente.

A Olsen todavía no se le había helado la sonrisa en Can Barça

A Olsen todavía no se le había helado la sonrisa en Can Barça

El buen momento blaugrana va a confirmarse al domingo siguiente, con la eliminación del Mallorca de la Copa. De nada les sirvieron a los isleños sus dos goles de ventaja, puesto que Montesinos (en dos ocasiones), Rifé, Pereda y Zaldúa pusieron en el marcador un claro 5 a 1. Estos fueron los once triunfadores: Reina; Benítez, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Rifé, Pereda, Zaldúa, Fusté y Zaballa. El francés Lucien Muller, debido a su condición de extranjero, no podía alinearse en este torneo. Ya en cuartos de final, el Elche no parecía un rival demasiado temible, aunque en la Liga los enfrentamientos entre ambos conjuntos se habían saldado globalmente a favor de los alicantinos. En el «Camp Nou» –donde actuaron los mismos hombres que habían dejado en la cuneta a los mallorquines– el cuadro ilicitano montó un fuerte dispositivo defensivo, y no salió demasiado malparado, ya que únicamente Zaballa acertó a batir al veterano Pazos, en un gran remate de cabeza en plancha. Con este raquítico 1 a 0 era previsible que el Barça sufriera de lo lindo en «Altabix».

Como de hecho sufrió, y mucho, en su devolución de visita a «Stanford Bridge», donde el Chelsea igualó la eliminatoria en una noche no muy inspirada de la retaguardia barcelonista. Jugaron, ya con el terreno en buen estado (es decir, con el once inglés al completo): Reina; Benítez, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Rifé, Muller, Zaldúa, Fusté y Zaballa. No obstante, el panorama no pintaba mal del todo, pues el partido de desempate se celebraría en el propio «Camp Nou», y el factor cancha podía ayudar a decantar la eliminatoria hacia el lado catalán. Y hablando de eliminatorias, los cuartos de final de la Copa también se resolverían de forma positiva para los intereses azulgranas. El Elche, obligado a abrir sus líneas si quería marcar, fue menos enemigo en «Altabix» de lo que lo había sido en la Ciudad Condal, y va a caer derrotado por un inapelable 0 a 2 (obra de Zaldúa y Zaballa). El Barça presentó la siguiente alineación: Reina; Foncho, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Rifé, Vergés, Zaldúa, Fusté y Zaballa.

Y, tres meses después de la histórica y emotiva demolición de «Les Corts», va a producirse una auténtica bomba informativa: una nota oficial del club comunica que existe un acuerdo para vender los terrenos del antiguo campo. Este fue su histórico texto:

Hoy, a las 7 de la tarde, se procederá a la venta del antiguo campo de «Les Corts». Actuará en nombre del Club Enric Llaudet Ponsá; el comprador es el grupo inmobiliario “Habitat”, representado por el abogado José María Figueras Bassols. El precio de venta es de 226 millones de pesetas. La superficie es de 26.900 metros cuadrados, de los cuales se destinarán a zona deportiva y jardines públicos una superficie de 15.3000 metros cuadrados, o sea, más del sesenta por ciento. En la zona deportiva se instalará una cancha de Baloncesto, una piscina olímpica, una pista de Hockey, etc. El resto del solar, aparte de la zona del jardín público y los viales, se destinará a centro comercial y apartamentos. Los socios del Club de Fútbol Barcelona sic tendrán prioridad en la adjudicación de los apartamentos. El plazo de realización de este proyecto se calcula en tres o cuatro años. Ya se ha comenzado el estudio definitivo del proyecto arquitectónico para conseguir que el conjunto urbanístico que se edifique tenga la máxima calidad y representatividad en la ciudad, en congruencia con el emplazamiento y con la situación deportiva del Club

Huelga decir que este acuerdo va a suponer la definitiva solución de los graves  problemas económicos que aquejaba al club azulgrana en la última década, desde los ya lejanos tiempos de la construcción del «Camp Nou». El grupo comprador era de reconocida solvencia, y no se esperaban mayores problemas para cobrar. Aun así, y a pesar de lo que se había aprobado expresamente en la Asamblea –abono al contado–, la Junta Directiva aceptará que el pago se lleve a cabo en cuatro plazos, a razón de 60 millones de pesetas anuales, aunque después ni siquiera esos plazos se cumplirían debido a dificultades del grupo financiero. Sea como fuere, el Activo del Barça va a pasar a ser de 231 millones (los 226, más los 5 de la «paga y señal» ya reembolsada), superando al Pasivo, que era de 220 millones. Por lo tanto, puede decirse que Llaudet se había anotado un éxito por todo lo alto con esta operación. En consecuencia, la popularidad del presidente barcelonista se hallaba en su cénit, y una ola de optimismo invade la entidad. Además, se esperaba que los triunfos deportivos sonrieran de nuevo al Barça tras esta importantísima inyección económica.

En tan favorable contexto se va a afrontar la recta final de la temporada: una nueva semifinal de Copa ante el Real Zaragoza, el verdugo de las dos ediciones anteriores, y el desempate europeo frente al Chelsea. El primer compromiso no pintará bien, porque en la ida los maños arrancarán un buen resultado en el «Camp Nou» (2 a 2). Polémico arbitraje del señor Gómez Platas, que anuló un gol a Zaldúa, a todas luces legal ya que su acoso reglamentario provocó que el guardameta Yarza perdiese el esférico y el navarro terminase por alojarlo dentro de las mallas. Fusté y Rifé marcaron los goles de un Barcelona que formó con: Reina; Benítez, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Rifé, Pereda, Zaldúa, Fusté y Zaballa. En el partido de vuelta Sadurní, Foncho y Vergés sustituyeron a Reina, Benítez y Pereda respectivamente, pero no pudieron evitar, pese a la gran actuación del cancerbero de L´Arboç, que los zaragocistas consiguieran por cuarto año consecutivo el pase a la final –que ganarían al Athletic bilbaíno–, merced a un solitario gol de Carlos Lapetra. Ya sólo quedaba la Copa de Ferias… Pero el 25 de Mayo de 1966 el «Camp Nou» va a ser escenario de una de esas noches mágicas que entonces el Barça les regalaba muy de tarde en tarde a su inmensa legión de incondicionales. En el transcurso de un partido memorable, los azulgranas van a borrar literalmente del campo al Chelsea, derrotándole por 5 goles a 0 (Rifé 2, Fusté 2, y Zaballa). Estos fueron los once brillantísimos triunfadores; Sadurní; Foncho, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Rifé, Muller, Zaldúa, Fusté y Zaballa.

Con este broche de oro va a ponerse punto final a la temporada 65-66, puesto que a causa de la inminente disputa del Campeonato del Mundo de Fútbol en Inglaterra, Barcelona y Zaragoza –que también se había clasificado para la final de la Copa de Ferias– convendrán de común acuerdo en posponer los dos partidos decisivos hasta principios de la próxima temporada. El Barça aporta a la Selección Nacional varios jugadores (Reina, Gallego, Eladio, Olivella y Fusté), así como Muller, que formará parte del combinado francés. Rifé y Zaldúa, que también habían estado concentrados en Santiago de Compostela con el resto del equipo, serán descartados a última hora por el seleccionador Pepe Villalonga.

Pero hasta que se eche el cierre definitivo, aun se disputarán tres partidos amistosos, dos de ellos en el «Camp Nou» y el otro en «San Mamés». En Bilbao se empata a uno frente al Athletic, y en los dos celebrados en la Ciudad Condal van a producirse resultados no demasiado felices. Frente al Vasco da Gama brasileño, y como homenaje al antiguo jugador de los años 20 Josep Planas, se cosechará un empate a uno, con los béticos Antón y Rogelio y los ilicitanos Lico y Vavá reforzando al Barça, y a continuación  la Selección de Uruguay –que ultimaba su puesta a punto de cara al Mundial británico– va a derrotar por 0 a 1 a los azulgranas, que presentaron el siguiente equipo: Sadurní; Benítez, Torres, Gracia; Vergés, Borrás; Zaballa, Rexach, Vidal, Seminario y Serafín. Este encuentro, disputado el 28 de junio de 1966, coincidiendo con la tradicional Verbena de San Pedro, lo aprovechará Llaudet para rendir también un pequeño homenaje, con la entrega de sendas placas conmemorativas de la ocasión, a cuatro veteranos futbolistas que dejaban el club: Rodri, Kocsis, Gracia y Gensana. Sigfrid Gracia había sido relegado al banquillo hacía varias temporadas por la juventud y la potencia de Eladio. Rodri y Kocsis únicamente aparecían ya en contados amistosos, y en cuanto a Enric Gensana, intentaba recuperar su antiguo nivel alineándose con el Condal, en Segunda División, pero sus esfuerzos no se habían visto coronados por el éxito, en vista de lo cual había decidido desvincularse de la entidad a los 10 años justos de su ingreso en ella. Otro jugador, aunque este sí muy utilizado por Olsen durante toda la temporada, se les unirá pronto en su marcha: Martí Vergés. Desaparecen así –a falta del capitán Ferrán Olivella– los últimos vestigios del triunfal Barça de Helenio Herrera.