El Pontevedra del “Hai que roelo” (1963-70): Tercera parte

TEMPORADA 66-67: UNA CAMPAÑA GRÍS

De cara a la temporada 1966-67 se va a producir un relevo en la dirección técnica del Pontevedra. Juan Ochoa abandonará el club granate con destino a la Unión Deportiva Las Palmas, dejando su puesto a otro entrenador de origen vasco, José Luís Molinuevo (Deusto, Vizcaya, 1917-Gijón, Asturias, 2002), que venía de una larga estancia de cuatro años en el banquillo del Sporting de Gijón (entonces denominado oficialmente «Real Gijón»). Molinuevo va a ponerse al frente de una plantilla en la que habían causado baja el guardameta Martín, Quiroga e Iglesias, y en la que eran novedad los porteros Lucho y Carmelo, el defensa orensano  Delfín Álvarez, un centrocampista nacido en la vecina Marín, Antonio, y el exterior cántabro Nando Yosu, procedente del Athletic de Bilbao. Por lo tanto, el cuadro de «Pasarón» va a afrontar el nuevo curso con los siguientes efectivos: Celdrán, Cobo, Lucho, Carmelo; Irulegui, Batalla, Cholo, Azcueta, Álvarez; Roldán I, Calleja, Antonio, Norat; Fuertes, Martín Esperanza, José Jorge, Neme, Odriozola, Yosu, Roldán II, Ceresuela, Vallejo y Plaza.

Fuertes

Fuertes

El torneo da comienzo el 11 de septiembre de 1966, y con signo positivo para el Pontevedra, ya que consigue arrancar un punto en el «Sanchez Pizjuán» sevillano ( 0 a 0). Esta fue la alineación que presentó Molinuevo en el debut liguero: Cobo; Álvarez, Batalla, Cholo; Calleja, Antonio; Fuertes, Martín Esperanza, Ceresuela, Neme y Odriozola. Pero el equipo se mete ya en negativos a la semana siguiente, al ser derrotado en «Pasarón» por el Real Madrid, merced a un gol de Amancio a diez minutos del final, en un encuentro en el que los gallegos adolecieron de falta de remate. Vuelven a caer derrotados siete días más tarde, en Alicante y frente al Hércules (1 a 0). La situación, si no grave dado lo temprano del momento, comienza ya a ser preocupante: penúltimos con un punto, y todavía sin marcar un solo gol.

Algo -lo de marcar -que se remedia en la cuarta jornada, aunque el tanteador no acaba de ser favorable, pues el Athletic de Bilbao se lleva un nuevo positivo del feudo pontevedrés ( empate a uno ). Neme hizo el gol local nada más comenzar el encuentro. El Pontevedra sigue penúltimo, y con la perspectiva de visitar al domingo siguiente un campo muy difícil, el «Camp Nou» barcelonés. Pero, como decía el desaparecido Vujadin Boskov, «fútbol es fútbol»… Se disputa  la quinta jornada del campeonato, es el 9 de octubre de 1966, y va a saltar la gran sorpresa en el coliseo catalán, pues aunque el Barcelona  dominará el juego durante la mayor parte del encuentro, el Pontevedra   capea el temporal muy bien, y -como ocurre bastantes veces -va a aprovechar un contragolpe para marcar por medio de uno de sus mejores hombres, el salmantino Neme, en el minuto 26 de la primera parte, y luego su defensa numantina hará el resto, en una tarde muy negativa para la delantera azulgrana. A las órdenes del colegiado madrileño Martínez Banegas, estas fueron las alineaciones que presentaron ambos conjuntos: por el Barcelona, Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Zaballa, Zaldúa, Vidal, Fusté y Pujol, y por el Pontevedra, Cobo; Irulegui, Batalla, Cholo; Calleja, Roldán I; Norat, Neme, José Jorge, Antonio y Yosu.

Batalla

Batalla

Con este resultado los gallegos salen momentáneamente de la zona de peligro, y una nueva victoria siete días más tarde, en derbi regional frente al Deportivo de La Coruña ( 1 a 0, marcado por José Jorge en la primera parte ) les coloca en la zona media, donde van a mantenerse a trancas y barrancas hasta el final de la primera vuelta, que concluyen en décima posición, con 13 puntos y 3 negativos. Pero la derrota en «Pasarón» ante el Barça, en la jornada número 20 ( 0 a 1, con gol de Rifé), les vuelve a colocar al borde de los puestos de promoción, y va a suponer el cese de Molinuevo, que es sustituido por el antiguo jugador del Real Madrid Héctor Rial.

Y tal como reza otro de los tópicos del fútbol, el cambio de técnico va a materializarse en victoria, y de nuevo en el partido de rivalidad regional contra el conjunto coruñés, al que el Pontevedra derrota en «Riazor» por 2 goles a 1 ( marcados por Martín Esperanza y Odriozola ), colocando a los deportistas en una situación muy comprometida. Y hablando de compromisos….Los pupilos de Rial no podrán respirar tranquilos del todo hasta la penúltima jornada, cuando al derrotar en «Pasarón» al Granada, merced a un solitario gol de Fuertes, consiguen ahuyentar del todo cualquier peligro. Al domingo siguiente, 23 de abril de 1967, ponen punto y final al Campeonato Nacional de Liga 66-67 en «La Romareda», donde caen derrotados ante el Real Zaragoza por 1 a 0, con este once: Cobo; Irulegui, Batalla, Álvarez; Antonio, Vallejo; Neme, Martín Esperanza, Ceresuela, Norat y Odriozola.

Cobo

Cobo

El balance final, aunque se logra salvar la categoría sin demasiados apuros, no es tan positivo como en el curso anterior. Los granates se clasifican en décima posición, con 27 puntos y 3 negativos. Han ganado 9 partidos, hecho tablas en otras tantas ocasiones, y salido derrotados 12 veces, con tan sólo 28 goles a favor, pero encajando únicamente 32 tantos, siendo la cuarta mejor defensa del campeonato. El delantero asturiano José Jorge fue su mejor artillero, con 9 dianas, seguido por Neme, con 5, y Ceresuela, que anotó cuatro tantos. En la Copa eliminan a dos conjuntos levantinos, Castellón y Hércules, pero son eliminados ya en cuartos de final por el Córdoba, que les vence en un partido de desempate celebrado en Madrid por 1 a 0

TEMPORADA 67-68:  TRANQUILIDAD ABSOLUTA

Con vistas a la campaña 67-68 prevalece la continuidad en el Pontevedra. Continuidad en la presidencia del club, que sigue ostentando, un año más, Miguel Otero Rodríguez, y también en el banquillo, donde se le concede un voto de confianza al argentino Héctor Rial. También  habrá pocas novedades en la plantilla granate, donde causan baja Lucho  – que pasa nada menos que al Barcelona – y Roldán I y José Jorge ( ambos con destino al Racing de Santander ), y llegan el joven  cantearon Fernández y el ex de la Real Sociedad Cacho. Estos son los hombres con los que va a contar Rial para afrontar la cuarta temporada del Pontevedra entre los grandes: Cobo, Celdrán, Carmelo; Irulegui, Batalla, Cholo, Azcueta, Álvarez; Calleja, Antonio, Norat; Fuertes, Martín Esperanza, Roldán II, Neme, Odriozola, Yosu, Vallejo, Ceresuela, Plaza, Fernández y Cacho.

Odriozola

Odriozola

El debut liguero se produce en el campo donostiarra de Atocha, donde la Real Sociedad retorna a la Primera División tras cinco temporadas en Segunda. Vencen los locales  gracias a un solitario gol marcado por Arregui en el minuto 15, y estas fueron las formaciones que presentaron ambos conjuntos: por los blanquiazules, Zubiarrain; Gorriti, Martínez, Ormaechea; Lema, Sagasta; Urreisti, Arzac, Arregui, Mendiluce y Boronat, y por los granates, Cobo; Irulegui, Batalla, Cholo; Calleja, Vallejo; Fuertes, Martín Esperanza, Neme, Antonio y Yosu.

Tras unos comienzos titubeantes, que le llevan al finalizar la quinta jornada en zona de promoción, el Pontevedra  comenzará a afianzarse en su propio feudo, haciendo de «Pasarón» un auténtico fortín. Algo que se va a poner de manifiesto en la decimosegunda jornada, cuando los pupilos de Rial apabullan al equipo revelación del campeonato, la Unión Deportiva Las Palmas, con un concluyente 3 a 0, con goles de Roldán II, Neme y Odriozola, este último de penalti. Y lo confirman allí mismo siete días más tarde con una nueva goleada, ahora nada menos que frente al mismísimo Real Madrid, el vigente campeón, al que derrotan también por otro 3 a 0, marcando en esta ocasión Roldán II, Antonio y Odriozola. A las órdenes del colegiado balear Rigo Sureda -que en esa temporada iba a situarse en el centro de la polémica arbitral -, los dos equipos formaron de la siguiente manera: por el Pontevedra, Cobo; Irulegui, Batalla, Cholo; Calleja, Antonio; Fuertes, Martín Esperanza, Roldán II, Neme y Odriozola ( es decir, el once de gala ), y por el Real Madrid, Junquera; Calpe, Zunzunegui, Sanchís; Pirri, Zoco; Serena, Amancio, Grosso, Velázquez y Gento, o sea, casi el conjunto titular de ese año, con las únicas ausencias de Betancort y De Felipe, y si se quiere, de Miguel Pérez.

Al finalizar la primera vuelta, el 7 de enero de 1968, el Pontevedra ocupa la octava posición, con 16 puntos y sin positivos ni negativos.

Antonio

Antonio

Ha aumentado ligeramente sus registros goleadores ( contabiliza 18 tantos a su favor ), pero también ha empeorado en defensa, encajando 20 dianas. La segunda parte del campeonato presentará a un Pontevedra navegando siempre por las aguas tranquilas de la mitad de la tabla, y consiguiendo otro hito memorable: derrotar al Barcelona en la jornada número 26, frenando en seco sus aspiraciones al título. Esa tarde del 24 de marzo de 1968, con el balear Rigo de nuevo como juez de la contienda, un gol de Roldán II en el minuto 70 va a dejar a los azulgranas con escasas posibilidades para optar al triunfo liguero. Así formaron granates y blaugranas -que en esa ocasión vistieron camiseta blanca -: Cobo; Irulegui, Batalla, Cholo; Calleja, Antonio; Odriozola, Martín Esperanza, Roldán II, Neme y Yosu por los locales, y Sadurní; Benítez, Torrent, Eladio; Torres, Gallego; Zaldúa, Zabalza, Mendonça, Fusté y Rifé por los visitantes, que presentaron una alineación muy defensiva, en el que supuso el último partido del gran futbolista uruguayo  Julio César Benítez, que fallecería súbita e inesperadamente días más tarde en la Ciudad Condal, el 6 de abril, en vísperas de un trascendental Barça-Real Madrid.

La Liga 67-68 toca a su fin el 28 de abril de 1968. En esa jornada, la  número 30 y última, un Sevilla ya descendido a Segunda División por vez primera en su historia y el Pontevedra van a hacer tablas en el «Sánchez Pizjuán» ( 2 a 2 ), marcando los goles gallegos Roldán II y Neme. Este fue el once que presentó Rial en terreno hispalense: Cobo; Irulegui, Batalla, Cholo; Norat, Calleja; Fuertes, Martín Esperanza, Roldán II, Neme y Odriozola.

El Pontevedra va a terminar el campeonato en octava posición, con 31 puntos y un positivo, los mismos que en la excelente campaña 65-66. Venció en 12 ocasiones, empató en 7, y fue derrotado en once partidos, con un total de 36 goles a favor y 41 en contra. En su feudo de «Pasarón» tan sólo dejo escapar cuatro puntos, en otros tantos empates, sin llegar a conocer la derrota. El máximo anotador del equipo fue Roldán II, con 13 dianas, seguido de Odriozola ( 8 ), Neme ( 7 ) y Martín Esperanza ( 3 ). En la Copa, elimina con apuros a un segunda, el Recreativo de Huelva, el decano del fútbol español, para caer en octavos ante su gran rival, el Celta, que empata a 0 en «Pasarón» y vence en «Balaídos» por 2 a 1 (los celestes llegarían en aquella ocasión a las puertas de la final, cayendo derrotados en semifinales por el Real Madrid)

TEMPORADA 68-69: VUELVEN LOS APUROS

Con Rial nuevamente en el banquillo de «Pasarón», el Pontevedra encara el curso 68-69 con bastantes novedades en sus filas. Se marchan Carmelo, Azcueta, Álvarez, Cacho -que había pasado completamente desapercibido – y todo un histórico ( siete temporadas en el equipo ), el leonés Vallejo, que pasa al gran rival provincial, el Celta de Vigo, y para sustituirles vienen nada menos que ocho futbolistas: el guardameta Solana, De la Fuente ( cedido por el Real Madrid ), Cárdenas, los canteranos Suso, Nito y Barros,  Nico y el paraguayo Riveros. De modo que la plantilla granate queda configurada de la siguiente manera: Cobo, Celdrán, Solana; Irulegui, Batalla, Cholo, De la Fuente, Cárdenas; Calleja, Antonio, Norat, Suso, Nico, Nito; Fuertes, Martín Esperanza, Roldán II, Neme, Odriozola, Yosu, Ceresuela, Barros, Fernández, Plaza  y Riveros ( este se incorpora ya mediada la temporada ).

El campeonato se inicia con un excelente resultado en «Pasarón», donde el Valencia va a caer derrotado por 2 goles a 0 ( Roldán II y Neme ). Estos fueron los equipos aquel 15 de septiembre de 1968: por el Pontevedra, Cobo; De la Fuente, Batalla, Cholo; Norat, Calleja; Fuertes, Martín Esperanza, Roldán II, Neme y Yosu, y por el Valencia, Pesudo; Sol, Aníbal Pérez, Tatono; Jesús Martínez, Panchulo; Machicha, Waldo, Ansola, Paquito y Blayet. Durante las primeras jornadas el equipo va  a moverse cerca de los puestos de cabeza, con resultados tan positivos como el 3 a 0 que le endosa a la Unión Deportiva Las Palmas en la quinta fecha del campeonato en «Pasarón», conseguidos por Fuertes, Roldán II y Neme, y en la séptima jornada, tras empatar a dos tantos en «La Romareda», el cuadro granate es cuarto, pero a partir de dicho momento  bajará ostensiblemente sus prestaciones, finalizando la primera vuelta en el puesto décimo, con 14 puntos y 2 negativos, al borde de la zona peligrosa.

Seguirá rondando por ahí durante el resto del campeonato, con unos registros goleadores paupérrimos, aunque también recibiendo muy pocos tantos para ser un equipo que se debate en los últimos lugares de la tabla. La victoria ante el Málaga en la jornada 24, gracias a un gol del malacitano Montero en propia puerta, le va a proporcionar algo de oxígeno en un año donde descienden automáticamente los tres últimos, y al domingo siguiente consigue el resultado más llamativo de toda la temporada, al empatar a dos tantos con el Real Madrid en el mismísimo estadio «Santiago Bernabeu», en un entretenido partido televisado en directo a toda España. Fue la gran sorpresa de la jornada, uno de esos marcadores que rompen millones de quinielas. Gento y Amancio marcaron para los merengues, mientras que Fuertes y el joven canterano Barros lo hacían para el conjunto granate. Por cierto, que pocas semanas antes el propio Fuertes había formado parte de la  lista de convocados para la Selección Española, aunque finalmente no llegó a jugar.

La victoria contra el Español, otro de los equipos que se debatían por la cola, en la vigesimosexta jornada y conseguida merced a un gol del guaraní Riveros, hace respirar un poco al cuadro gallego, que luego no conseguirá pasar del empate con el ya descendido Córdoba, pero lo compensa acto seguido arrancando un meritorio 2-2 en «San Mamés» frente al Athletic, con goles de Fuertes y Odriozola ( de penalti). Se llega así a la última jornada con tres puntos de ventaja sobre el Málaga y dos sobre el Español. Las posibilidades de descender eran remotas, pues debería perder en «Pasarón» ante el Sabadell y al mismo tiempo ganar Zaragoza y Español a Córdoba y Málaga respectivamente.

Y afortunadamente para el cuadro pontevedrés no se dio semejante combinación de resultados, porque para empezar los gallegos consiguieron empatar a cero con los arlequinados, ante el delirio de su afición, El Zaragoza no pasó del empate ante los de la ciudad de los califas, y el Español salió fuertemente goleado de «La Rosaleda» por 4 a 0, aunque ese resultado tampoco le bastó al Málaga, que finalmente acompañaría a cordobeses y españolitas a Segunda. Al final el Pontevedra se mantuvo un año más en Primera, aunque en esta oportunidad con bastantes apuros. Ocupó la duodécima posición, con 27 puntos y tres negativos (7 victorias, 13 empates y 10 derrotas), y llamaba mucho la atención el hecho de que era el equipo menos goleador de toda la categoría, con tan sólo 20 tantos, pero únicamente había recibido 23, lo que le situaba como la tercera  defensa menos batida del campeonato, empatada con la del Elche, y únicamente  por detrás de las de Barcelona y Real Madrid, lo cual hablaba muy bien del sólido y excelentemente compenetrado bloque formado por Cobo, Irulegui, Batalla, Cholo y Calleja, jugadores que llevaban ya varias temporadas actuando juntos y rayando a un excelente nivel.

Irulegui

Irulegui

Restaba tan sólo la disputa de la Copa del Generalísimo, que aquel año se reservó en exclusiva para los equipos de la División de Honor, y en la que el Pontevedra resultó eliminado a las primeras de cambio, octavos de final, por un  gran Elche integrado  por los Araquistáin, Ballester, Iborra, Canós, Llompart, Lezcano, Vavá o Asensi, un magnífico equipo dirigido por el técnico uruguayo Máspoli, que llegaría hasta la mismísima final del torneo del KO, para caer únicamente frente al Athletic de Bilbao, que muchos años después de su último triunfo volvía a coronarse de nuevo como «rey de copas» merced a un solitario gol de Arieta II en las postrimerías del partido

TEMPORADA 69-70: EL FINAL DE UN SUEÑO

Luís Belló Martínez (Cieza, Murcia, 1929), antiguo jugador del Real Zaragoza y el Hércules de Alicante, y que había dirigido a los «Magníficos» cuando estos conquistaron la Copa del Generalísimo y la Copa de Ferias de 1964, y ascendido al final de la temporada 65-66 al Hércules a Primera División, es el nuevo técnico granate, en sustitución de Héctor Rial, que se marcha precisamente al Zaragoza. Y la principal novedad antes de iniciarse la sexta temporada del Pontevedra Club de Fútbol en Primera División es el traspaso del extremo derecho asturiano Fuertes,  que recala en el Valencia. Para intentar reemplazarle  viene un jugador que acostumbra a moverse por su misma demarcación, Huerta, que ya había debutado el curso anterior con los de «Mestalla». También causan baja De la Fuente, Yosu y Ceresuela, otro histórico de la época del primer ascenso, mientras que en el capítulo de altas – aparte del ya mencionado – se van a incorporar, algunos de ellos a lo largo de la temporada, los siguientes jugadores: Luisín, Amavisca, García Sáiz, Ardao, Polo, Albino, Néstor García, José y Hachero. Así que  Belló contará con los siguientes efectivos a sus órdenes: Cobo, Celdrán, Solana, Ardao; Irulegui, Cárdenas, Batalla, Suso, Luisín, Cholo, Amavisca; Calleja, Norat, Antonio; Huerta, Martín Esperanza, García Sáiz, Roldán II, Barros, Nico, Fernández, Plaza, Neme, Riveros, Odriozola, Polo, Albino, Néstor García, José y Hachero.

La Liga 69-70 arranca el domingo 14 de septiembre de 1969, y el Pontevedra  tropezará ya en el primer partido, y en su propio terreno. El Granada, por mediación de Miralles al aprovechar una acción de contragolpe, va a llevarse los dos primeros puntos de «Pasarón», en un partido que no merecieron perder los gallegos. Belló presentó la siguiente alineación en este adverso debut liguero: Cobo; Irulegui, Batalla, Cholo; Calleja, Antonio; Huerta, Martín Esperanza, Roldán II, Neme y Odriozola ( Riveros. Primer jugador de campo granate que sustituye a un compañero en partido de Liga )  ). Como se ve, un equipo absolutamente continuista, con la única salvedad del recién llegado Huerta.

Una serie de malos resultados (derrotas en Zaragoza y Elche, y un empate en «Pasarón» ante el Barça ) van a llevar a los pontevedreses en la jornada número 4 al último lugar de la clasificación, una posición que prácticamente ya no abandonarán en todo el torneo. En la quinta fecha una nueva derrota en casa ( 1 a 3 a pies del Real Madrid ) corrobora su crisis, y va a suponer la destitución de Belló al frente del equipo. Será sustituido interinamente por Campos ( jornadas sexta a octava ) y Carolo, que se sentará en el banquillo en la novena, para cederle ya el sitio definitivamente al técnico francés Louis Hon, antiguo jugador del Real Madrid, pero los resultados  no van a mejorar en absoluto, sino que ahondarán todavía más el espantoso bache por el que atraviesa el club granate, que poco a poco va descolgándose como «farolillo rojo»

Levanta un poco cabeza -pero sólo un poco -, en la décima jornada, en la que se impone en «Pasarón» al Sabadell por 2 a 1, con goles de los veteranos Neme y Martín Esperanza. En la tabla  ( que cierra el Mallorca con tan sólo 2 puntos ) ocupa el penúltimo lugar, con 4 puntos y seis negativos. Pero en la siguiente fecha cae de nuevo a la última plaza, de donde ya no se moverá hasta el final del Campeonato.  No vuelve a puntuar hasta la decimonovena jornada( empate a uno ante el Elche en «Pasarón» ), de modo que va a encajar nada menos que ocho derrotas consecutivas. Ya es únicamente cuestión de tiempo que se consume el descenso, cosa que se producirá de forma matemática al finalizar  la jornada número 27.

La Liga termina para los granates igual que empezó, siete meses atrás, con una nueva derrota en «Pasarón» ( 0 a 2 ) ante el Mallorca, otro de los equipos que  acompañarían al Pontevedra a Segunda. Este fue el once que puso en liza Louis Hon en el que iba a ser – hasta la fecha – el último partido de los de las Rías Bajas como equipo de Primera Division: Celdrán; Irulegui, Luisín, Amavisca; Hachero, Calleja; Huerta, García Sáiz, Roldán II, Plaza y Polo. Como puede observarse, una alineación muy diferente a la que inició el campeonato.

Calleja

Calleja

Los números finales eran escalofriantes: dieciseisavo y último de la clasificación general, con sólo 13 puntos ( y nada menos que 17 negativos ). 4 partidos ganados, 5 empatados y la friolera de 21 encuentros perdidos, con 20 goles a favor y 46 en contra. Roldán II fue el máximo anotador, con 9 dianas, seguido a gran distancia por Neme ( 4 ) y García Sáiz ( 3 ).Curiosamente, y cuando ya estaba todo perdido, el Pontevedra consiguió tres victorias consecutivas, en las jornadas 24, 25 y 26, absolutamente inútiles, pero que le supusieron casi la mitad de su puntuación final.Y como triste colofón a una campaña desastrosa, los granates – que habían eliminado al Onteniente en dieciseisavos de final – van a ser apeados de la Copa de forma estrepitosa por el Real Zaragoza, que se impuso en «Pasarón» por 2 a 1 y remató la jugada aplastando a los galaicos en «La Romareda» con un abrumador 8 a 0

EPÍLOGO: LAS RAZONES DE UN DECLIVE

¿ Porqué descendió el Pontevedra, y porqué lo hizo de una manera tan estrepitosa ?  En el fútbol, y en sus resultados, inciden muchos factores, pero parece evidente – a la luz de los datos que aportaremos a continuación – que la plantilla del Pontevedra había ido envejeciendo paulatinamente, con lo que eso significa para el rendimiento físico de un equipo, habida cuenta de que las principales señas de identidad del cuadro granate eran el esfuerzo, la entrega y el sacrificio, con lo que paliaban sus limitaciones técnicas. No obstante los jugadores clave iban cumpliendo años, sin que llegara a producirse el natural relevo en esos puestos. Muchos futbolistas del equipo titular ya rebasaban la treintena al comenzar la última temporada en la élite, la 69-70: Cobo ( 32 ), Irulegui ( 32 ), Batalla ( 34 ), Cholo ( 36 ), Calleja ( 32 ), Martín Esperanza ( 33 ) o Neme ( 30 ), es decir, todo el sistema defensivo y la columna vertebral del conjunto. Y la marcha de uno de los puntales de la delantera, el exterior Fuertes, también contribuyó a empeorar un poco más las cosas, restándole competitividad  a los pontevedreses.

También se trataba de una plantilla corta, en el sentido de que los teóricos suplentes entraban poco en el equipo, a no ser por causas de fuerza mayor como lesiones, enfermedades o sanciones ( faltaba aun mucho para que los técnicos comenzasen a manejar el concepto de las  «rotaciones» ). Ese desfase entre titulares y reservas hacía que, al producirse bajas, los reemplazantes no pudieran sustituir con plenas garantías a los ausentes. Y es evidente que la modestia económica del club, también impedía reforzarse convenientemente,  acudiendo a un mercado de fichajes que estaba por las nubes, a causa de normas tan restrictivas como el derecho de retención y la prohibición de importar jugadores extranjeros, a no ser que estos fueran hijos de padres españoles y no hubiesen actuado en su correspondiente combinado nacional ( los famosos «oriundos», muchos de ellos de muy dudosos orígenes…). Además, el factor campo, que había sido decisivo para la permanencia, puesto que «Pasarón», con sus reducidas dimensiones y su terreno a menudo impracticable, resultaba muy incómodo para el visitante, se va a mostrar muy asequible para los forasteros en esta funesta campaña, y el Pontevedra nunca se había distinguido precisamente por su gran rendimiento a domicilio, ya que el 77,3 % de sus puntos totales en la categoría los había logrado con el respaldo de su afición. El balance final del paso por Primera División de los granates se sustancia, pues,  en 180 partidos disputados a lo largo de 6 temporadas, con 53 victorias, 44 empates y 83 derrotas ( 150 puntos en total ), habiendo marcado 165 goles y encajado 221.

La temporada 69-70 va a ser  sencillamente catastrófica, con unos guarismos de récord en lo negativo. Y aunque el descenso matemático no se produjo hasta el final de la vigesimoséptima jornada, ya a mitad del campeonato el Pontevedra parecía irremisiblemente condenado, porque muy pocas veces un equipo ha presentado unos números tan pobres en el ecuador de la competición. Y si el fútbol, como tantas veces se ha dicho, es un estado de ánimo, un cúmulo de sensaciones, las que emitía el simpático club de «Pasarón» no podían ser peores…

Pontevedra08

En 1970, por consiguiente, va a iniciarse una larguísima travesía del desierto que llega hasta ahora mismo. Los granates se mantendrán en Segunda durante varias temporadas, descendiendo a Tercera al concluir el curso 72-73. Desde entonces su hábitat natural han sido la Segunda «B» y la Tercera División, categoría donde milita en la actualidad, con las excepciones de las campañas 76-77 y 2004-05, cuando actuaron en la División de Plata. Pero a sus aficionados más veteranos nadie podrá arrebatarles el recuerdo de que una vez, en un tiempo ya muy lejano, vieron morder el polvo en «Pasarón» a todos los grandes del fútbol español. Porque a aquel Pontevedra legendario, realmente, «había que roelo»

FUENTES CONSULTADAS

HISTORIA DEL CAMPEONATO NACIONAL DE  LIGA. TOMO II. Enrique y Nicolás Fuentes. Ibérico Europea de Ediciones SA. 1970

HISTORIA DE LA COPA. Nicolás y Enrique Fuentes. Ibérico Europea de Ediciones SA. 1970-71

PONTEVEDRA CLUB DE FÚTBOL. Cincuenta años de historia. Miguel Domínguez Vaz. Diputación de Pontevedra. 1995

REVISTA BARÇA : 1963-1970

REVISTA BARCELONISTA ( RB): 1965-1970

WEB BD FUTBOL ( Base de datos )

WEB OFICIAL PONTEVEDRA CF




El Pontevedra del “Hai que roelo” (1963-70). Segunda parte

Tras su gran temporada en Segunda, el curso 64-65, el Pontevedra regresa a la máxima categoría del fútbol español con la pretensión de que su nuevo paso por ella no sea tan breve como en la experiencia anterior. Para lograr dicho propósito, el club granate refuerza su plantilla en determinadas posiciones. Para empezar, se marchan Recalde (al Badalona),  y Pose (al Algeciras), y los tres porteros -el cedido Rodri regresa al Atlético de Madrid, Mújica pasa al Burgos y también se va Fermín – y llegan otros tantos nuevos guardametas: el catalán Celdrán, procedente del Elche, y los vascos Cobo  ( Sporting de Gijón ) y Martín ( Indauchu ). En la defensa es novedad el experimentado lateral derecho de la Real Sociedad Irulegui, en la zona ancha el centrocampista del Orense Quiroga, y en la delantera el extremo derecho asturiano Fuertes, del Real Valladolid, así como el soriano Plaza.

También hay novedades en el banquillo, donde un técnico veterano, Juan Ochoa (Juan Otxoantezana Milikua, Plencia, Vizcaya, 1912. Fallecido en 1998), va a sustituir al joven Marcel Domingo. Ochoa tendrá a sus órdenes a la siguiente plantilla: Celdrán, Cobo, Martín, Azcueta, Batalla, Cholo, Irulegui, Calleja, Vallejo, Norat, Roldán I, Fuertes, Martín Esperanza, Ceresuela, Neme, Odriozola, José Jorge, Quiroga, Roldán II, Plaza e Iglesias. Miguel Otero Rodríguez continúa como presidente de la entidad.

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1965-66: PRIMERA VUELTA

La Liga 1965-66 va a dar comienzo el 4 de septiembre de 1965 en «La Rosaleda», frente a un conjunto también recién retornado a Primera, el C.D.Málaga. Empate a cero, y esta alineación por parte de los gallegos: Celdrán; Azcueta, Batalla, Cholo; Calleja, Roldán I;  Neme, Martín Esperanza, Ceresuela, Vallejo y Odriozola. Para comenzar no estaba mal un positivo, pero va a estar mucho mejor el resultado de la segunda jornada, donde el primer visitante de «Pasarón», el Athletic de Bilbao, sucumbe por un claro 3 a 0. Un resultado tan abultado sorprenderá a todo el mundo, máxime teniendo en cuenta que en el partido inaugural  los «Leones» se habían merendado al Betis por un aplastante 6 a 1. Pero los pontevedreses van a realizar un sobresaliente encuentro, tanto en defensa como en ataque. Neme abrió el marcador en el primer minuto, y él mismo se encargó de hacer el 2-0 en el 27, cerrando la cuenta Vallejo en el 80, cuando ya el choque enfilaba hacia su recta final. Resultó lesionado el bilbaíno Etura, y el cuadro gallego se colocaba en el tercer lugar de la clasificación general.

En la tercera jornada los granates no van a poder sacar nada positivo, pero es que el desplazamiento se las traía: nada menos que al feudo del vigente campeón liguero, todo un Real Madrid. Aun así, los de Ochoa plantaron cara muy dignamente, causando una grata impresión, y sólo doblaron la rodilla mediante un solitario gol del veteranísimo Puskas conseguido ya en el minuto 73 de juego. Pero al domingo siguiente, 26 de septiembre, iban a conseguir una de esas resonantes victorias que dan prestigio a un equipo. Visitaba «Pasarón» el Barça, que a la sazón encabezaba la tabla en compañía del Atlético de Madrid. Los locales mostraron una gran seguridad defensiva ante la delantera catalana, la más realizadora de la categoría hasta el momento, y sus veloces contragolpes doblegaron la mejor técnica azulgrana. Ceresuela marcó en el minuto 12, y Neme remachó la victoria en el 50. Estas fueron las alineaciones, a las órdenes del buen colegiado vizcaíno señor Gardeazábal: por el Pontevedra, Celdrán; Azcueta, Batalla, Cholo; Calleja, Roldán I; Neme, Martín Esperanza, Ceresuela, Vallejo y Odriozola, y por parte del Barcelona, Sadurní; Foncho, Olivella, Eladio; Vergés, Gallego; Rifé, Pereda, Re, Seminario y Serafín. Los gallegos eran cuartos por la cabeza.

Y saltarían a la tercera posición a la semana siguiente, al derrotar a domicilio al Mallorca en un magnífico encuentro por un concluyente 0 a 3, obra de Neme, en dos ocasiones, y Odriozola, marcando dos tantos más que no subieron al marcador. Y siete días más tarde, el 10 de octubre de 1965, se va a producir un hecho histórico, pues merced a su victoria en «Pasarón» sobre el Sabadell (2 a 1), el Pontevedra va a alcanzar por primera vez en su historia el liderazgo de la División de Honor, aunque empatado a 9 puntos con Valencia, Atlético de Madrid y Real Madrid. Martín Esperanza abrió el marcador para los gallegos en el minuto 5, empató Morollón para los arlequinados en el 65, y deshizo finalmente la igualada Neme en el 81. Un Neme que, con 6 tantos en su haber, pasaba a encabezar también la tabla de goleadores.

Sin embargo la séptima fecha del campeonato  arrojó un jarro de agua fría sobre los animosos jugadores y seguidores pontevedreses. El colista Betis, con un Mateos en magnífica forma,  venció rotundamente al flamante líder  en el «Benito Villamarín», por 3 a 0, con tantos de Girón ( 2 ) y Ansola, descendiendo los gallegos a la cuarta posición. Pero van a rehacerse rápidamente con un nuevo triunfo lejos de sus lares, en esta ocasión en el «Estadio Insular» y frente a la Unión Deportiva Las Palmas, donde el publico canario acabó rendido ante la espléndida labor de conjunto del cuadro granate, que se llevó justamente la victoria con un solitario tanto del cántabro Odriozola, conseguido en el minuto 28 de la primera parte. El Pontevedra seguía cuarto en la general y ya se perfilaba como el auténtico equipo-revelación del campeonato

Ascendería una posición en la novena jornada, refrendando su gran momento de forma, al derrotar con claridad en «Pasarón» a un Valencia que estaba despachando un gran inicio de campeonato. Ceresuela en el minuto 45, y Neme en el 51 pusieron el 2 a 0 en el marcador. Y completarían la tercera parte de la Liga con otro resonante triunfo como visitantes, batiendo en «El Arcángel» a un siempre difícil Córdoba por 0 a 2, , en sendos fallos defensivos de los verdiblancos muy bien aprovechados por Ceresuela y Odriozola. Ya eran segundos, con 15 puntos y 7 positivos, a dos del líder, el Atlético de Madrid, y por delante de conjuntos  del calibre de Real Madrid, Athletic de Bilbao, Zaragoza  y Barcelona.

La undécima jornada va a ser otra de esas fechas históricas que se graban con letras de oro en la historia de un club. Es el 28 de noviembre de 1965, y se van a enfrentar en «Pasarón» el líder y el segundo clasificado. El choque  despierta una expectación sin precedentes, y va a ser incluso retransmitido por radio a muchos países latinoamericanos, donde residía una amplia colonia gallega, que sufragará el elevado coste que conlleva tal cobertura. Con arbitraje del catalán Pintado Viu, estas fueron las formaciones que presentaron ambos conjuntos: por el Pontevedra, Celdrán; Azcueta, Batalla, Cholo; Calleja, Vallejo; Fuertes, Martín Esperanza, Ceresuela, Neme y Odriozola, y por el Atlético de Madrid, Madinabeytia; Rivilla, Griffa, Colo; Ruíz Sosa, Glaría; Ufarte ( pontevedrés de nacimiento, aunque formado futbolísticamente en Brasil), Luís, Mendonça, Adelardo y Collar, un auténtico equipazo. Un tiempo para cada cuadro,  mejores los locales en la primera parte, pero superados por los colchoneros en la segunda mitad, en la que solamente la gran actuación del guardameta Celdrán impidió el triunfo  madrileño. Pero fue Odriozola  quien conseguiría el único gol del encuentro, en el minuto 46, un tanto que situaba de nuevo al Pontevedra al frente de la clasificación, con 17 puntos y 17 positivos, empatado con Atlético de Madrid y Valencia, pero aventajándoles gracias a su mejor «goal average» particular con ambos.

La gesta del club granate, representativo de una pequeña capital de provincia que apenas pasaba de 50.000 habitantes,  no va a pasar desapercibida, ni dentro, ni tampoco fuera de nuestras fronteras. Es por estos mismos días cuando un grupo de aficionados  comienza a exhibir una pancarta en la que aparece  un hueso, y la leyenda «Hai que roelo», así, escrita en gallego («Hay que roerlo», en castellano»), frase que se populariza con rapidez, y cuyo recuerdo llegará  hasta nuestros días. También la prensa se hace eco de una curiosísima anécdota. En un fútbol ya tan profesionalizado  como el español, en el que sus estrellas cobran elevadas fichas y sabrosas primas, el capitán del modesto equipo que provisionalmente lidera el campeonato, Eduardo Dapena Lis, «Cholo», se gana la vida conduciendo a diario un trolebús de la línea Pontevedra-Marín. La noticia, al parecer, salió incluso en el mismísimo diario moscovita «Pravda», órgano oficial del Partido Comunista de la Unión Soviética, aunque la edición -por razones obvias -no llegó nunca a España.

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Pero la suerte de la siguiente jornada, la número 12, va a ser esquiva. En su visita a «Sarriá», el Pontevedra  saldrá derrotado ante el Español por un claro 2 a 0, ambos conseguidos en la segunda parte por Miralles, en un partido en  donde únicamente destacó la actuación del guardameta Celdrán, catalán de origen. Los granates descienden a la tercera posición, tras su efímero liderato, y en la fecha que hace el número 13, tampoco les acompañará la fortuna, pues el Zaragoza se lleva un punto de «Pasarón», en un buen encuentro donde Neme se adelantó en el marcador, pero el uruguayo Endériz igualaría finalmente para los maños. Los gallegos siguen en el tercer puesto.

El miércoles 8 de diciembre de 1965, festividad de la Inmaculada Concepción, se va a celebrar el el estadio «Santiago Bernabéu» de Madrid un partido internacional con carácter amistoso entre las selecciones de España e Inglaterra. La gran novedad es la presencia del delantero del Pontevedra Neme entre los convocados por el seleccionador nacional José Villalonga. Su gran temporada no ha pasado desapercibida, y va a ser premiado de ese modo. Neme, es decir, Nemesio Martín Montejo, nacido el 31 de diciembre de 1939 en Sanchón de la Sagrada, provincia de Salamanca, es el primer jugador charro en llegar a la Selección Absoluta ( tras él lo harían Luciano Sánchez «Vavá», Vicente Del Bosque, Luís García, Patxi Ferreira y Álvaro Arbeloa ), y  saltará al campo en el minuto 35 de partido, sustituyendo a Carlos Lapetra. Tan sólo llegaría a jugar en esta ocasión con «la Roja», aunque con anterioridad estuvo convocado para el encuentro de desempate que disputó España contra la República de Irlanda en el Parque de los Príncipes de París el 10 de noviembre de 1965, y que le brindó al combinado nacional el pasaporte para el Mundial de Inglaterra gracias a un solitario gol de Ufarte. Estas fueron las formaciones que españoles y británicos presentaron la noche del debut de Neme como internacional: por España, Iribar; Sanchís, Olivella, Reija; Glaría, Zoco; Ufarte, Adelardo, Marcelino, Ansola y Lapetra ( Neme ), y por inglaterra, Banks; Cohen, Jackie Charlton, Wilson; Moore, Stiles; Ball, Hunt, Bobby Charlton, Baker ( Hunter ) y Eastham. Marcaron Baker y Hunt, y el arbitraje corrió a cargo del trencilla italiano «Signore» Concetto Lo Bello.

La jornada 14 tampoco resultó fructífera para un Pontevedra que parecía estar perdiendo algo de gas. El Elche, con un equipo en el que destacaban jóvenes como Canós, Lico, Marcial o Vavá ( autor de los dos goles ) realizó un gran partido y se deshizo de los gallegos por 2 a 0. Los de Ochoa seguían en la tercera plaza. Pero van a alcanzar la segunda, el honorífico «Subcampeonato de invierno», en la última fecha de la primera vuelta, al imponerse en «Pasarón» al Sevilla por la mínima -2 a 1 – con goles de Vallejo y Neme, y Cardo para los andaluces. Completaban así, a pesar de los últimos tropiezos, un excelente primer tramo de  competición, muy por encima de cualquier expectativa. 20 puntos y 6 positivos, que se desglosaban en 9 triunfos, 2 empates y tan sólo 4 derrotas, con 19 goles a favor y nada más que 11 encajados. El líder, el Atlético de Madrid, les aventajaba en tres puntos, y el Valencia y el Real Madrid tenían la misma puntuación que los gallegos. De «Pasarón», convertido en un auténtico fortín, únicamente había volado un punto.

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1965-66: SEGUNDA VUELTA

La segunda ronda la inicia el Pontevedra en casa, el 2 de enero de 1966, superando ampliamente al Málaga por 3 a 0, en un encuentro jugado sobre un auténtico barrizal. Neme en dos ocasiones, ambas en la primera mitad, y Fuertes en la segunda, fueron los autores de los goles. El jugador salmantino encabezaba en aquel momento la tabla de realizadores, empatado a 11 tantos con el colchonero Luís Aragonés. Los granates van a perder, no obstante, la segunda plaza, tras su visita al siempre complicado campo de «San Mamés». En «la Catedral» el Athletic se impondrá por 2 a 0 sin jugar un buen partido, pero el Pontevedra se presentó con demasiadas bajas en sus filas. El joven Ormaza y Argoitia fueron los autores de los goles rojiblancos, ambos en la primera parte, y el cuadro gallego sufrió la expulsión de Calleja mediada la segunda mitad.

El encuentro más interesante de la decimoctava jornada se juega en el terreno de «Pasarón», donde se enfrentan el tercero – Pontevedra – y el segundo, Real Madrid, separados únicamente por un punto. Sin embargo el cuadro local no saldrá airoso del trance, y verá como se distancia un poco más de la cabeza. Los blancos despacharon un partido muy completo, de lucha constante, y se adelantaron con un inapelable 0 a 3, obra de Amancio, en dos ocasiones, y Pirri. Neme hizo el gol del honor para los locales.

La puntilla a las ya remotas aspiraciones pontevedresas, se la dio el Barça en el «Camp Nou», al endosarle un inapelable 3 a 0. Sobre un campo bastante embarrado, los gallegos resistieron con su portería a cero durante toda la primera parte, pero después vieron como Eladio, y ya en las postrimerías del encuentro Rifé por partida doble, conseguían un claro resultado que aun pudo ser mayor, con arreglo a los merecimientos de ambos conjuntos. El Pontevedra ya era quinto, y estaba ofreciendo en los últimos partidos un rendimiento muy inferior al de la primera vuelta. Aunque afortunadamente para ellos, en la jornada número 20 fueron capaces de derrotar por la mínima a un Mallorca muy necesitado de puntos. Neme, el hombre-gol de los granates, abrió el marcador, empató acto seguido el bermellón José Luís, y ya en la segunda parte Iglesias hizo el 2-1 definitivo. El Pontevedra era cuarto,  justo cuando se cumplían las dos terceras partes del campeonato.

Pero retrocederá un par de posiciones a la siguiente jornada, la número 21, tras perder en Sabadell por un gol a cero, marcado por el lanero Vidal, en un partido crucial para los de la «Creu Alta», sumidos en plena zona de descenso. Y también se aliviará un poco el colista Betis siete días más tarde en «Pasarón», al arrancar un meritorio empate sin goles. Resultado sorprendente, pero que reflejaba a las claras cómo los gallegos iban deshinchándose paulatinamente. Van a salir mejor librados, no obstante, en la jornada 23, también en su feudo, tras derrotar por 1 a 0 a otro equipo que se debatía en terreno  peligroso, la Unión Deportiva Las Palmas, gracias a un gol de Vallejo, conseguido a pocos minutos de comenzado el encuentro. El cuadro gallego se mantenía cómodamente en sexta posición, con el Valencia, séptimo, a cinco puntos de distancia.

Precisamente era el campo del Valencia el que los pontevedreses visitaban en la siguiente jornada, la que hacía el número 24. Y van a salir fuertemente goleados de «Mestalla». 4 a 0 para los «ches», con tantos de Palau, Paquito, Guillot y Totó. Y continuaron los malos resultados siete días más tarde, cuando el Córdoba visitó Pontevedra y cosechó un valioso empate a uno . Neme, una vez más,  adelantó a los locales en el marcador al filo del descanso, pero Juanín igualó en la reanudación para los de la Ciudad de los Califas. El declive granate era ya muy evidente, y aun se puso más de manifiesto en la siguiente jornada, cuando le tocó visitar el domicilio de uno de los más firmes candidatos al título, el Atlético de Madrid, que le batió ampliamente por 4 a 0, conseguidos por Luís, Cardona, Adelardo y Collar, a pesar de que los gallegos opusieron bastante resistencia en la primera parte, para bajar los brazos a continuación.

Respiraron algo en la jornada 27, donde un  Español muy necesitado de puntos rindió visita  «Pasarón». Ceresuela, en dos ocasiones, y Fuertes pusieron el 3 a 0 en el marcador. Tras este partido el Pontevedra ascendía provisionalmente a la quinta plaza. Pero de ahí le descabalgaría una nueva derrota, esta vez en «La Romareda», ante el Real Zaragoza, que en un encuentro de mero trámite se impuso sin grandes dificultades en la segunda mitad, con dos tantos marcados por Gozalo, un suplente habitual, y el «magnífico» Santos. Peligraba incluso la sexta plaza.

Y seguía peligrando al término de la penúltima jornada, pues el Elche se llevaba otro positivo de «Pasarón», en un partido que no tenía más trascendencia que ver si el ilicitano Vavá, una de las grandes revelaciones del campeonato, era capaz de alzarse con el «Trofeo Pichichi» al máximo goleador. Por lo pronto, no va a conseguir marcar, aunque el que si lo hizo fue su compañero Lezcano, que casi al final del tiempo reglamentario logró la igualada, neutralizando el gol anotado por Fuertes mediada la primera parte.. Precisamente esos dos mismos equipos, Pontevedra y Elche, se disputarían la sexta plaza en la trigésima y última jornada del torneo.

Y al final, quien se va a llevar el gato al agua  será el conjunto franjiverde, que derrotará en «Altabix» a su gran rival regional, el Valencia, por 2 a 1 ( con un tanto de Vavá, que finalmente se alzará con el «Pichichi», desbancando al colchonero Luís Aragonés), mientras que los granates caían en el «Sánchez Pizjuán», derrotados por el Sevilla merced a un solitario gol de Lizarralde. Terminaba así, con la victoria del Atlético de Madrid, uno de los campeonatos más abiertos y disputados de los últimos años, donde los dos equipos madrileños y el Barcelona habían rivalizado por el título, y el Pontevedra se convirtió en el gran animador durante casi las dos terceras partes del torneo.

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BALANCE FINAL

A la conclusión de la Liga 65-66, el Pontevedra era séptimo, con 31 puntos y un positivo. Había conseguido la victoria en 13 partidos, hecho tablas en 5 ocasiones, y salido derrotado en 12 encuentros, con  31 goles a favor y 34 en contra. Su primera vuelta había sido excelente, muy por encima de lo esperado, pero en la segunda sus números ya habían dejado bastante que desear. De ello habla a las claras el hecho de que su puntuación en la primera ronda del campeonato casi dobla a la cosechada en la segunda, y en cuanto a su balance de goles, mientras que en el tramo inicial marcó 19 y sólo encajó 11, en el segundo las tornas se invertirían, obteniendo únicamente 12 tantos, mientras que su meta era perforada en 23 ocasiones. Si su primera vuelta, en lugar de ser excepcional, hubiera concluido con similares guarismos, el cuadro pontevedrés habría descendido a Segunda sin remisión.

En «Pasarón» los granates habían obtenido 24 de esos 31 puntos, con un saldo de 10 victorias, 4 empates y una sola derrota ( ante el Real Madrid ), marcando 25 goles y encajando únicamente 9, mientras que como visitantes consiguieron  7 puntos, gracias a 3 victorias y un empate,  regresando derrotados en 11 ocasiones, anotando solamente 6 dianas y recibiendo 25. Queda meridianamente claro, pues, que el Pontevedra basó su buena temporada en la fortaleza que exhibió como local en su terreno de juego, donde únicamente va a ceder seis puntos, mientras que en los desplazamientos se mantuvo en un excelente tono durante la primera vuelta, pero en la segunda fue incapaz de traerse un solo positivo para sus lares.

Restaba todavía por jugarse la Copa, aunque en el «Torneo del KO» la trayectoria pontevedresa iba a ser breve. Emparejado con otro equipo gallego, el Deportivo de La Coruña, que acababa de ascender a Primera División como campeón del Grupo Norte, el primer partido de la eliminatoria de dieciseisavos de final se disputa el 10 de abril, y los herculinos obtienen una clara victoria en «Pasarón» por 0 a 2. En la vuelta, los granates logran imponerse por 2-1, pero su victoria va a ser insuficiente para seguir adelante.

Finalizaba así una temporada histórica, en la que el cuadro de «Pasarón» se había impuesto a casi todos los grandes del fútbol español, dejando un gratísimo sabor de boca a sus aficionados y haciéndoles vibrar como nunca. La gran incógnita estribaba ahora en saber si el Pontevedra sería capaz de reeditar en la siguiente campaña un rendimiento tan brillante ( a despecho del «pinchazo» final ), o, por el contrario, su magnífico desempeño iba a ser flor de un día. La solución, en el próximo y último capítulo de esta serie.