Aportaciones a la historia del baloncesto español. San Feliu de Guíxols y Madrid.

San Feliu de Guíxols, 1920.

Con motivo de una de las múltiples colectas denominadas como “Aguinaldo del soldado”, cantidades de dinero y mercancías que iban dirigidas a las tropas estacionadas en el norte de Marruecos, en el diario barcelonés La Vanguardia del 15 de diciembre de 1920, aparece publicada una nota en la que da cuenta de las donaciones realizadas por diversas personas y entidades, encontrándose entre ellas un envío de 5 paquetes, conteniendo cada uno de ellos, una bufanda, dos pares de calcetines, una pastilla de jabón, un peine, un espejo, cuatro paquetes de cigarrillos y uno de turrones cuyo remite pertenece a las señoritas que conforman el Basket Ball Club de San Feliu de Guíxols (Gerona).

Es de conocimiento general que el primer club español fue el Laietà Basket Club de Barcelona, fundado en 1922, pero como se puede observar, las cuentas no salen.

Hasta la aparición de la nota que cita al Basket Ball Club de San Feliu, teníamos conocimiento de la práctica en un par de colegios de Cataluña, pero no conocemos la existencia de ningún club, hasta la aparición del guixolense.

Suponemos que es un club femenino, tras resaltar la nota a las señoritas donantes, por tanto diremos que el Basket Ball Club de San Feliu es el primer club español de la historia del baloncesto, a la vez que es el primero femenino. Podría ser también que además de una sección femenina, tuviese una masculina, con lo cual podría ser el primer club español, sin más, pero al no disponer de documentación que así lo confirme, diremos que el Laietà es el primer club español masculino de la historia, siempre con los datos que conocemos en la actualidad.

La Vanguardia, 15 de diciembre de 1920, pág. 7.

Madrid, 1921.

Siempre se ha dicho que el primer partido de baloncesto jugado en España se disputó el 8 de diciembre de 1922 en Barcelona, entre el CE Europa y el Laietà Basket Club, en el campo de fútbol del primero, logrando vencer por 8 a 2 los europeístas.

Pero hete aquí que la historia está para investigarla y, si es necesario, “tirar la pared”.

Tras leer algunas publicaciones, en papel o internet, nos adentramos en el trabajo publicado por Fernando Arrechea en estas mismas páginas en 2011, concretamente en el número 24.

https://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2011/09/otros-deportes-cien-anos-de-baloncesto-en-espana-1911-2011/

En un trabajo exhaustivo ordena y aporta nuevos datos, a los conocidos en ese momento, aumentando el conocimiento sobre la historia del deporte de la canasta en España. Pero ha pasado casi una década, tiempo suficiente para que se hayan ampliado las posibilidades de investigar en la red, añadido al propio trabajo que otros investigadores también hayan realizado en otras hemerotecas y archivos para aportar nuevos datos.

Nuestra aportación se encuentra entre lo ocurrido en 1913 en el Colegio Vallparadís de Tarrasa, y el regreso de Cuba en 1921 del padre Eusebio Millán, implantando el baloncesto en el Colegio de San Antón de Barcelona.

En su afán de innovar, proteger y estar al cabo de todos los avances y el conocimiento de todos los nuevos deportes, ya fuese en modalidad masculina como femenina, la Real Sociedad Gimnástica Española gestionó con la revista “Fomento de Turismo y Deportes”, a la sazón órgano oficial en España de la Federación de Sociedades Deportivas Femeninas de Francia, formada por 150 asociaciones, la presencia en Madrid de dos notables equipos femeninos de la canasta venidos desde más allá de los Pirineos para la disputa de un par de partidos de exhibición, así como la actuación de una veintena de jóvenes deportistas francesas que disputaron varias pruebas atléticas y gimnásticas, completando un festival deportivo dividido en dos jornadas dominicales.

Heraldo de Madrid, 8 de septiembre de 1921, pág. 3.

El programa de partidos consta de dos exhibiciones, los días 18 y 25 de septiembre de 1921, en el Campo de Sport de la Gimnástica, situado en la calle de la Princesa, entre dos equipos franceses como son la Association Sportive y el Fémina Sport, ambos de París, clasificados respectivamente en su campeonato local como campeón y subcampeón.

Alrededor del día 15, a lo sumo, llegaron a Madrid ambos equipos. Mientras tanto, en el campo de la Princesa, como en el antiguo Gimnasio de la Real, sede gimnástica de la calle Marqués de Leganés, se venden las localidades y programas para el festival deportivo femenino. (1)

Heraldo de Madrid, 19 de septiembre de 1921, pág. 3.

En la primera jornada, celebrada el día 18 a las 15’30 horas, no acudió mucho público debido a la lluvia, aunque salió satisfecho de lo presenciado.

Comenzó el festival con una serie de pruebas de atletismo; 80 y 200 metros, relevos, vallas, salto de altura con impulso y otras pruebas.

El partido de baloncesto enfrentó al equipo de las blancas, que no fueron capaces de anotar ningún punto, y el de las rojas, que consiguieron tres. (2)

Madrid-Sport, 22 de septiembre de 1921, págs. 1 y 8.

La segunda jornada se celebró el domingo siguiente, 25, a las 16 horas, en la misma instalación deportiva, con mejor tiempo y mayor asistencia de público, con mucha presencia femenina, disputándose un partido de baloncesto, al margen de una serie de pruebas atléticas y gimnasia rítmica. Las pruebas atléticas consistieron en pruebas de 80, 100 y 200 metros, lanzamientos de jabalina y una prueba de salto de altura en la que se consiguió una marca de 1’45 metros, con impulso y sin trampolín. Tras el atletismo, el público disfrutó de una exhibición de gimnasia rítmica, ejecutada por ocho señoritas, y que fueron muy del agrado del público femenino. Como colofón de la fiesta, se disputó un partido de baloncesto, venciendo un equipo vestido de rojo a otro de negro por 5 puntos a 1. Durante todo el festival, el público aplaudió con insistencia las diferentes actuaciones que presenció.

Durante uno de los descansos, Eusebio Sánchez realizó una serie de acrobacias con su motocicleta, siendo también ovacionado. (3)

Tras la disputa de este partido, las integrantes de ambos conjuntos posaron para la posteridad, en la que puede ser la primera foto de la historia de un partido de baloncesto disputado en España. (4)

Fuentes:

  • Heraldo de Madrid, 8 de septiembre de 1921, pág. 3; El Liberal, 10 de septiembre de 1921, pág. 4; La Voz, 10 de septiembre de 1921, pág. 2; La Voz, 12 de septiembre de 1921, pág. 7; La Correspondencia de España, 12 de septiembre de 1921, pág. 6; El Liberal, 15 de septiembre de 1921, pág. 4; Madrid-Sport, 15 de septiembre de 1921, pág. 14; Madrid-Sport, 15 de septiembre de 1921, pág. 16; La Acción, 16 de septiembre de 1921, pág. 2; La Época, 16 de septiembre de 1921, pág. 3; El Liberal, 17 de septiembre de 1921, pág. 2; La Voz, 17 de septiembre de 1921, pág. 2; La Voz, 17 de septiembre de 1921, pág. 4; La Correspondencia de España, 17 de septiembre de 1921, pág. 5; El Liberal, 18 de septiembre de 1921, pág. 4.
  • Madrid-Sport, 21 de septiembre de 1921, págs. 1 y 8.
  • La Libertad, 25 de septiembre de 1921, pág. 6; La Libertad, 27 de septiembre de 1921, pág. 6; La Libertad, 27 de septiembre de 1921, pág. 6; El Imparcial, 27 de septiembre de 1921, pág. 8; La Vanguardia, 27 de septiembre de 1921, pág. 17.

La Semana Gráfica, 22 de septiembre de 1921, pág. 18.




El origen del balonmano en España.

1.       Los inicios.

El balonmano, conocido entonces como handball, hand-ball o balón a mano, comenzó a practicarse en España básicamente, al amparo de estudiantes, alemanes y militares.

A finales del XIX y principios del XX la prensa española utilizaba la palabra handball o hand-ball para referirse a otros deportes. Así, en 1894 aparecen un par de noticias sobre el Brooklyn Handball Club, de Nueva York (Estados Unidos), que era un club de pelota o pelota vasca. (1)

Ya en 1923, aparece otra cita al hand-ball, como un nuevo deporte. En realidad, se refería al lacrosse. (2)

Balonmano01También el rugby nos lleva a confusión. En 1924, el barcelonés Mundo Deportivo cita: “… la Unión Esportiva Samboiana pretende practicar, como hasta la fecha, el juego a la mano (hand-ball), que tan hermoso resultó el pasado domingo, practicado por los ingleses”, refiriéndose al juego realizado durante la disputa de un encuentro de rugby. (3)

Según Xavier Torrebadella-Flix en un trabajo para la Revista de Ciencias del Deporte publicado en 2013 y titulado “Anotaciones al balonmano en el contexto histórico del deporte en España (1900-1939)”, la Escuela Central de Gimnasia, radicada en Toledo, comenzó a practicar en 1927 el balonmano, llegando a publicar en 1929 un reglamento. También cita la actuación de los boy scouts en favor de la propagación del balonmano y el partido del Colegio Maravillas, de Madrid.

También se ha revisado el trabajo de Juan de Dios Román, “Evolución del deporte de balonmano”, aunque en este caso no encontramos mayor aportación por este documento.

No hemos tenido ocasión de poder leer el libro de “Origen del hand-ball español” de Ignacio Sendín, pero en un vídeo promocional, opina que el origen está en la Escuela Central de Gimnasia y en los alemanes residentes en Madrid. En el siguiente enlace podemos escuchar a Sendín su opinión sobre el origen del balonmano español, centrándolo en Toledo y Madrid.

https://www.facebook.com/AEBM1996/videos/500203430689052/

Al margen de escribir una breve historia de lo que ha sido el origen del balonmano español, con aquel material que hemos podido encontrar por las hemerotecas, hemos tenido la fortuna de poder ampliar geográficamente, con un par de lugares bien distantes, la realidad de los inicios de este deporte, algo que hasta la fecha no ha quedado escrito en ninguno de los trabajos que nos anteceden.

Para nosotros, este es el origen del balonmano español.

La Sección de Melilla de los Exploradores (boy-scouts) de España celebró el 28 de abril de 1929, en ocasión de la festividad de San Jorge, su patrón, un festival deportivo en el campamento de Alfonso XIII, en el que entre otras actividades, deportivas o de otro tipo, se celebró un partido de balonmano, entre niños de 11 a 12 años. (4) (5)

Balonmano02Balonmano03Para el siguiente año, se repitieron los actos, volviendo a tener un hueco en ellos el balonmano. Los equipos en liza fueron los de 2ª (11-12 años) y 3ª categorías (13-14 años). (6)

Balonmano04Para el equipo vencedor, el Alto Patronato melillense donó la Copa de oro. (7)

Balonmano05Teniendo conocimiento de que en Toledo ya se jugaba años antes (13)(15), este de 1929 es el primer partido del que tenemos constancia escrita, hasta el momento, en la historia del balonmano español.

En el solar que actualmente ocupa el Mercado de Maravillas, en la calle Bravo Murillo de Madrid, se encontraba el antiguo Colegio de Nuestra Señora de las Maravillas, donde el 1 de junio de 1930, ante la atenta mirada del General Millán Astray, que presidió el acto, se celebró un gran festival de educación física, que fue amenizado en el descanso por la banda del regimiento de Covadonga. En el festival hubo ejercicios de gimnasia rítmica, instrucción militar sin armas, gimnasia sueca, varios ejercicios atléticos y un partido de “football” y otro de “handball”. (8)

Balonmano06Nuestra aportación a la historia del origen del balonmano español se centra en estos dos hallazgos que citamos a continuación.

Tan solo ocho días después, a las 4 de la tarde del 9 de junio, y a 600 kms. de distancia, una escuadrilla de torpederos alemanes, fondeada en Marín (Pontevedra), fue invitada a un duelo de atletismo por la Sociedad Gimnástica pontevedresa en el Campo de Pasarón, con un final en el que dos equipos alemanes se enfrentaron en un partido de balonmano. (9)

Balonmano07Según palabras de Leonardo Enrique Rozas, presidente fundador de la Sociedad Gimnástica, de Pontevedra, en el momento de enfrentarse a la escuadra alemana, la Gimnástica se encontraba descalificada, pese a lo cual organizó dos festivales atléticos, el de los alemanes y otro contra el Oporto. (10)

Veinte días después del partido de Pontevedra, en la costa mediterránea, la Asociación de antiguos asilados de la Casa de Beneficencia de Valencia organiza unos festejos en los que participaron miembros de la misma. El domingo 29, se celebraron pruebas de esgrima, gimnasia y un partido de balonmano, todo a las órdenes de Ramón Villanueva, primer teniente del Regimiento de Infantería de Guadalajara, y antiguo asilado de la casa. (11)

Balonmano08Hasta casi seis meses después, no volvemos a tener noticias de balonmano, hasta que a las 15’30 horas del 8 de diciembre de 1930, en el desaparecido Campo de la Guindalera, el V.F.B.  y la sociedad gimnástica Deutscher Turverein, ambos formados por miembros de la colonia alemana en Madrid, disputaron un partido. (12)

Balonmano09José Hermosa Gutiérrez, estandarte de la Escuela Central de Gimnasia en el deporte balonmanístico, aprovecha la ocasión que le da la revista Gran Sport para poner los puntos sobre las íes en cuanto a los orígenes del balonmano en España, tras el partido jugado en La Guindalera por los alemanes.

Rechaza de plano el carácter de deporte novedoso que la prensa otorgó a este partido e incluso acusa al presidente del V.F.B. de promocionarlo en algún artículo. Según sus palabras, el balonmano es conocido en España desde finales de 1927. Al regreso de los Juegos Olímpicos de 1928, la Escuela Central de Gimnasia lo incluyó en la preparación de sus alumnos, con gran éxito, tanto que se confeccionó en castellano el reglamento con fecha de junio de 1929. A partir de septiembre de 1929, se ha venido enseñando la práctica del balonmano a los cuatro cursos de oficiales y sargentos que han cursado sus estudios en la Escuela.

Comenta que Vigo y Barcelona son las ciudades que, tras Toledo, vieron partidos de este deporte ya por esos años, pero con anterioridad, en alrededor de una quincena de poblaciones españoles ya se habían jugado partidos, pero que estos no habían llegado a conocimiento público por haberse disputado en cuarteles o por diversión. (13) El balonmano masculino fue, con la Escuela Central de Gimnasia, con sede en Toledo, quien más se prodigó en su práctica a nivel masculino, siendo la F.U.E. (Federación Universitaria Escolar) la que dedicó sus energías al desarrollo y práctica del femenino.

Balonmano10El balonmano masculino fue, con la Escuela Central de Gimnasia, con sede en Toledo, quien más se prodigó en su práctica a nivel masculino, siendo la F.U.E. (Federación Universitaria Escolar) la que dedicó sus energías al desarrollo y práctica del femenino.

Dice Esperanza Fernández, jugadora: “Los primeros lo han jugado con poca intensidad, pero nosotras hemos sido las que lo hemos llevado de una manera oficial al público, incluyéndolo entre los deportes universitarios y jugando el primer campeonato de Castilla”.

Continúa Esperanza: “El campeonato se inició el año pasado (1935*) con siete equipos, resultando campeón el Instituto Escuela, seguido en la clasificación por el Instituto Velázquez. El Campeonato de Castilla, jugado a continuación, dio su primer título al equipo del CD Nacional, siendo finalista el Madrid FC”. (14)

Balonmano11Desde la revista madrileña Crónica, A. Cruz y Martín nos da su versión de la historia: “… los alumnos de la Escuela Central de Gimnasia, copiando el patrón que les llegó de Alemania, fueron los primeros -acaso hace 8 años – (1927*)”.

Tras el partido jugado por los alemanes, A. Cruz y Martín opina como Esperanza: “En los últimos años, el hand-ball se estuvo practicando reducidamente, sin salir de una órbita casi íntima, circunscrita a unos pocos muchachos, sin el respaldo de una entidad que uniera los esfuerzos , aunara las iniciativas, incrementara la organización y fortaleciera la difusión, que al fin y a la postre es la misión específica de cualquier órgano federativo que crea como expansión y regulación el deporte más modesto”. (15)

Balonmano12En 1935, para el redactor deportivo del diario madrileño El Siglo Futuro, “…En España se cultiva el hand-ball en el Ejército y la Marina, y ya se jugó un torneo en Toledo, en el que intervinieron las academias militares. Hoy día existe verdadera afición en la Escuela Naval de San Fernando”. (16)

Balonmano13La antigua jugadora Ana María Quesada de Pastor, nos cuenta tras la guerra: “Empecé a jugar el año 1934 y participé en los dos Campeonatos de Castilla celebrados en el Campo de El Parral, donde se empezó a formar la afición en Madrid a este deporte”. (17)

Balonmano14Fuentes:

(1)    La Justicia, 14 de marzo de 1894, pág. 1. “Ecos. El campeón de pelotaris de los Estados Unidos ha publicado lo siguiente:…”; La Correspondencia de España, 16 de marzo de 1894, pág. 3. “Edición de la mañana. El campeón de los pelotaris de Estados Unidos, Philip Cassy…”.

(2)    Elegancias, junio de 1923, página 29.

(3)    Mundo Deportivo, 13 de febrero de 1924, pág. 2. “Unión Esportiva Santboiana, campeón de España, contra selección escuadra inglesa”.

(4)    El Telegrama del Rif, 27 de abril de 1929, pág. 1. “La fiesta de mañana de los exploradores”.

(5)    El Telegrama del Rif, 23 de abril de 1930, pág. 1. “El festival de los Exploradores”.

(6)    El Telegrama del Rif, 30 de abril de 1929, pág. 1. “Los Exploradores solemnizan la Fiesta de su Patrón”.

(7)    La Vanguardia, 2 de mayo de 1930, pág. 3. “Otras notas gráficas de actualidad”. Foto de Zarco y López.

(8)    El Siglo Futuro, 3 de junio de 1930. “Festival en el Colegio de Maravillas”.

(9)    El Pueblo Gallego (Vigo, Pontevedra), 13 de junio de 1930, pág. 3. “Atletismo. Comentarios a un encuentro”.

(10) Vida atlética de Galicia. “La Gimnástica, en el alma de Pontevedra”, de Emilio Navaza. http://vidaatleticadegalicia.org/la-gimnastica-en-el-alma-de-pontevedra/

(11) El Pueblo (Valencia), 27 de junio de 1930, pág. 2. “Los asilados de la Beneficencia”.

(12) La Voz, 5 de diciembre de 1930, pág. 7. “Divulgación”; La Libertad, 7 de diciembre de 1930, pág. 7.

(13) Gran Sport, 20 de diciembre de 1930, pág. 2. “Balón a mano. Hand-ball”.

(14) Aviación y deportes, febrero de 1936, pág. 28. “Algo sobre hand-ball”.

(15) Crónica, 19 de mayo de 1935, pág. 12: “El Campeonato Universitario femenino de hand-ball”.

(16) El Siglo Futuro, 28 de diciembre de 1935, pág. 19. “El hand-ball (balón a mano). Su aceptación oficial internacional.

(17) Gol, 8 de noviembre de 1941, pág. 1.

* Notas de los autores.




El automovilismo y el ju-jutsu visto desde el diario La Rioja (1900-1910)

1.    El automovilismo y La Rioja 

Durante las primeras décadas del siglo XX, España asistió a un proceso de expansión urbana y de cambios socio-económicos derivados tanto de la revolución industrial como de la eclosión de la sociedad de masas. Se produjo así un proceso de crecimiento demográfico, de mutación económica, de ensanchamiento de mercados de trabajo, de estilos de vida, de actitudes sociales, políticas y culturales, marcadas por la metamorfosis de lo urbano y con ciudades como Barcelona, Madrid y Bilbao como motores del cambio. La modernidad vino aparejada de una reubicación socio-política y cultural motivada por la emergencia de nuevos actores socio-políticos, que trajeron consigo nuevos usos y costumbres: la electricidad, el automóvil, el deporte, la moda o la publicidad fueron algunos de los elementos más característicos de esta nueva época que evidenció un potente cambio social centrado en la urbe (Otero Carvajal, 2016, pp. 255-283).

Una de las novedades más llamativas de esta fue el deporte automovilístico: una modalidad que intrínsecamente aglutinaba modernidad y vanguardia en una misma disciplina. Aparte de los consecuentes peligros que entrañaba para los peatones, así como del importante desembolso al que iba aparejada su práctica –síntoma de que se trataba de un deporte al alcance de pocos y, por tanto, propio de las clases sociales más altas–, en 1902, el automovilismo fue visto por los ciudadanos logroñeses como un sport cuya extensión «parecía improbable por no abundar los capitales fuertes para hacer frente a un medio de locomoción que supera con mucho al gasto de un buen tronco de caballos» (La Rioja, 6/IV/1902, p. 2). Sin embargo, la afición al mismo de personalidades de la zona como Jesús Duro, Luis Tamayo o Pablo Sengáriz, o que ciudadanos como Serafín Pérez se propusieran convertirse en hábiles «chauffeurs» fue suficiente para La Rioja como para que en una de sus editoriales señalara que había un inusitado interés por su práctica.

Un año después, la sección de Nájera de La Rioja recogía la alta expectación que había en todo el Norte de España por la carrera de automóviles París-Madrid, solo comparable con «la que despierta entre nosotros el ver volar por estas carreteras un nuevo ómnibus» construido por el maestro carpintero Pistís, «campeón del deport-club najerino». La espera, se insistía en La Rioja, se haría esperar: había muchas ganas de un estreno solemne «y ruidoso a latigazo limpio» por los arrabales de la Estrella y San Fernando (La Rioja, 9/V/1903, p. 2). Pero tanto este deporte como la citada carrera propició la crítica del periodista Fray Cirilo, que consideraba que esta práctica había provocado que las céntricas calles de Logroño, como la del Mercado, hubieran quedado desiertas para que pudieran «transitar las caballerías y carruajes» (La Rioja, 24/V/1903, p. 2). Era muy crítico con la carrera París-Madrid, mostrándose visiblemente afectado porque no entendía cómo podía tenerse en tan alta estima un tipo de práctica y carrera en la que muchas personas podían verse heridas, cuando este deporte habría sido tildado de barbaridad si se hubiera realizado en otras latitudes alejadas de Europa. De este modo, Fray Cirilo apuntó directamente con su pluma hacia los practicantes de este deporte insinuando que de ellos rezumaba cierta cobardía, porque si bien estaban dispuestos a jugarse la vida con un automóvil a alta velocidad, «sería curioso saber cuántos de estos carreristas se prestarían a sufrir un sorteo del uno por millar nada más, para tomar una trinchera o realizar un hecho patriótico» (La Rioja, 24/V/1903, p. 2).

Carrera París-Madrid, 1903. Fuente: Grand Prix History, recuperado de http://www.grandprixhistory.org/paris1903.htm

Carrera París-Madrid, 1903. Fuente: Grand Prix History, recuperado de http://www.grandprixhistory.org/paris1903.htm

De nuevo, retroalimentando en parte aquella leyenda negra que dibujaba a los españoles como una nación débil, una raza enteca, incapaz de superar momentos de crisis como la precaria situación económica, que se había acrecentado tras el desastre colonial de 1898, y que incidía en la falta de vigorosidad para volver a situarse a la altura de una ya muy difuminada España imperial, apuntaba: «se comprende que los ingleses, para quienes el tiempo es oro, quisieran ganar velocidad montando esa máquina destructora; pero en España, donde ni calderilla valen las horas, resulta incomprensible» (La Rioja, 24/V/1903, p. 2). Le resultaba, pues, esquizoide que mientras se tildaba de barbarie a las corridas de toros y se ensañaban con un lidiador que luchaba «por el garbanzo y la defensa que le da su arte», no se criticara en igual medida que a los hijos de los automovilistas no les faltaría «pan […] porque todos tendrán posición holgada para dejar asegurado el porvenir de sus descendientes» (La Rioja, 24/V/1903, p. 2). Se había quedado completamente asombrado por el hecho de que los logroñeses hubieran solicitado la habilitación de un tren especial «a las tres de la madrugada» para ir a ver el desfile automovilístico a Miranda de Ebro y Vitoria, porque no sólo resultaba incomprensible, sino que «así y todo, perderán el paso de los primeros automóviles» (La Rioja, 24/V/1903, p. 2). La única ventaja que Fray Cirilo veía en este tipo de eventos era que las carreteras quedarían arregladas «divinamente», viniéndole muy bien al Ministerio de Agricultura «ahora que tan escasos andábamos de consignación para reparaciones» (La Rioja, 24/V/1903, p. 2).

Carrera París-Madrid, 1903. Fuente: Grand Prix History, recuperado de http://www.grandprixhistory.org/paris1903.htm

Carrera París-Madrid, 1903. Fuente: Grand Prix History, recuperado de http://www.grandprixhistory.org/paris1903.htm

Ahora bien, no fueron todo críticas hacia el automovilismo. En mayo de 1903, un artículo recogía las diferentes impresiones que había suscitado esta disciplina en otros periódicos españoles. Entre los extractos obtenidos había uno en el que se realizaba una defensa de esta disciplina, como si implícitamente se estuviera respondiendo a Fray Cirilo. En este texto se señalaba:

sería injusto no ver en el automovilismo más que un peligroso y frívolo recreo de ricos ociosos que saborean con deleite la emoción del peligro y al cabo se dejan los sesos en cualquier camino. El automovilismo no se reduce a las carreras de automóviles. Y si las locas velocidades de éstas tienen forzosamente que dar ocupación a médicos, enterradores y Tribunales, tras ese automóvil convertido en máquina de destrucción se adivina un instrumento futuro de progreso (La Rioja, 27/V/1903, p. 2).

Finalmente, vecinos de Haro y Logroño se desplazaron hasta Miranda de Ebro donde pudieron ver el paso de la carrera París-Madrid por las calles de la localidad burgalesa: un convoy compuesto tan sólo por 41 de los 61 coches que había salido de la capital francesa, reducido a 39 a su llegada a Burgos (La Rioja, 26/V/1903, p. 2). Fue un evento que recibió «una fría expectación» porque los conductores no demostraron si eran «buenos o malos aurigas [de lo] mecánico», pero si se quejaron de los precios y calidad de las raciones de comida, ya que para su «apetito Smart» el precio de 3,50 pesetas por ración les había parecido exorbitado (La Rioja, 26/V/1903, p. 2).

Carrera París-Madrid, 1903. Fuente: Grand Prix History, recuperado de http://www.grandprixhistory.org/paris1903.htm

Carrera París-Madrid, 1903. Fuente: Grand Prix History, recuperado de http://www.grandprixhistory.org/paris1903.htm

El convoy automovilístico llegó al cuartel de artillería Conde Fernán González de Burgos, donde quedaron aparcados los vehículos, tras realizar una excursión por la Cartuja, Huelgas, el Hospital del Rey, la Catedral y el Museo de Bellas Artes. Fue, sin ningún género de duda, un día grande para la capital burgalesa, que se engalanó por todo lo alto para recibir a los conductores y sus coches que «representaban una millonada de francos» (La Rioja, 26/V/1903, p. 2). Se celebraron un lunch, bailes, conciertos de la banda militar y del orfeón que hicieron que el evento se convirtiera en «una velada que formará época en los anales burgaleses» (La Rioja, 26/V/1903, p. 2).

Carrera París-Madrid, 1903. Fuente: Grand Prix History, recuperado de http://www.grandprixhistory.org/paris1903.htm

Carrera París-Madrid, 1903. Fuente: Grand Prix History, recuperado de http://www.grandprixhistory.org/paris1903.htm

Hubo más carreras, de menor incidencia e impacto que la Madrid-París, pero demostrativas del interés por este deporte, como la celebrada en Bilbao: «una carrera de un kilómetro (carrera corta, pero honrada)» (La Rioja, 29/IV/1905, p. 1); la caravana automovilística Barcelona-Madrid, convocada para asistir a la boda del rey Alfonso XIII de mayo de 1906 (La Rioja, 1/V/1906, p. 3); o las carreras internacionales de Berlín y París de 1907 (La Rioja, 15/IV/1907, p. 3; La Rioja, 26/XI/1907, p. 3).

En los años posteriores, la mayor parte de las referencias que se recogieron sobre el automovilismo estuvieron destinadas a destacar los pros y los contras de esta disciplina, como quedó evidenciado en la sección «automovilismo» del periódico riojano; informar sobre los diferentes avances y certámenes, como la exposición internacional de Madrid de 1907 (25/IV/1907, p. 2); anunciar establecimientos relacionados con esta disciplina como el «Garage del Real Automóvil Club» de la calle Vara de Rey 21 (La Rioja, 15/XI/1912, p. 3); destacar las curiosidades en torno a las carreras de coches a nivel internacional, como la celebrada en pista en Nueva York de junio de 1913 (La Rioja, 4/VI/1913, p. 2); hacerse eco de las obras sobre «los secretos del automovilismo» (La Rioja, 3/III/1914, p. 2); el impacto de esta actividad sobre los conflictos bélicos, como la Gran Guerra (La Rioja, 6/X/1915, p. 2); o informar sobre la creación de sociedades sportivas, como Logroño Recreation Club, que entre sus secciones tuvo una dedicada al automovilismo, dirigida por Pedro Arza, que se propuso la organización de «carreras de obstáculos» (La Rioja, 29/VI/1912, p. 2).

Carrera París-Madrid, 1903. Fuente: Grand Prix History, recuperado de http://www.grandprixhistory.org/paris1903.htm

Carrera París-Madrid, 1903. Fuente: Grand Prix History, recuperado de http://www.grandprixhistory.org/paris1903.htm

Sin embargo, el gran interés demostrado en los primeros años del siglo XX contrasta con la progresiva ausencia de noticias relativas al automovilismo deportivo y excursionista de las décadas siguientes. No hay constancia de que la citada sección del Logroño Recreation Club celebrara concursos de manera relativamente asidua, salvo menciones muy puntuales, ligadas al cicloturismo. Por tanto, debido a su escasa aparición en La Rioja, se podría señalar que el automovilismo no tuvo en Logroño el mismo impacto que en otras ciudades españolas más cosmopolitas como Barcelona, Madrid o Bilbao, donde hubo también clubes motociclistas (Vallejo y Vilar, 2018).

2.    El ju-jutsu en Logroño

El caso del ju-jutsu fue también similar. La atención prestada a este arte marcial, centrado en utilizar la fuerza del adversario para obtener la victoria, fue efímera, de apenas unos pocos meses que se repartieron a lo largo del otoño de 1908. Quienes defendieron su práctica, fueron lo suficientemente vehementes como para que se realizaran extensos artículos en La Rioja sobre los beneficios que el mismo aportaba. El interés por este deporte vino de la mano de Celso Negueruela Montes, el periodista riojano afincado en Bilbao que más adelante sería jefe de Estadística en el ayuntamiento de esta localidad y profesor de la Escuela de Artes y Oficios (Navajas, 2000, p. 276). Su fijación por los beneficios que aportaba este deporte se produjo como consecuencia de su asistencia a una exhibición del maestro japonés Sada Kazu Uyenishi Rakú en el Circo del Ensanche de Bilbao de agosto de 1908 (Estornés, 2010). Desde que se trasladara de su Japón natal a Europa, Rakú se había dedicado tanto a enseñar artes marciales a la policía londinense como a realizar exhibiciones de ju-jutsu, dedicadas a demostraciones de destreza en pista en las que invitaba a cualquiera a contender contra él.

Rakú en el Circo del Ensanche. Rakú en el medio y sentado su ayudante, Deko. Fuente: Museo Vasco de Bilbao. Recuperado de https://memoriasclubdeportivodebilbao.blogspot.com/2010/08/rakuen-bilbao-y-el-jiu-jitsu.html

Rakú en el Circo del Ensanche.
Rakú en el medio y sentado su ayudante, Deko.
Fuente: Museo Vasco de Bilbao.
Recuperado de https://memoriasclubdeportivodebilbao.blogspot.com/2010/08/rakuen-bilbao-y-el-jiu-jitsu.html

En un largo suelto titulado “Desde Bilbao. El arte de luchar”, Negueruela insistió en que muchos eran los eventos que se habían dado cita en el circo de la capital vizcaína y que otros tantos habían sido de gran calidad, pero ninguno había estado a la altura de lo que presenció en aquella velada del verano de 1908: “un caso insólito de atrevimiento […] una temeridad. […] un hombre de pequeña estatura, cuerpo membreño, piel amarilla, bigote ralo, ojos oblicuos y cansados, venido allá de las lejanías orientales, ha osado colocar un cartel de desafío” (La Rioja, 3/IX/1908, p. 1). En efecto, Rakú había ofrecido 500 pesetas a cualquier europeo que fuera capaz de vencerle en menos de 15 minutos: un reto que estimuló el interés de los ciudadanos de Barcelona, Madrid, Santander y Bilbao. Este tipo de actuaciones ya habían tenido hondas repercusiones en Francia, Alemania, Inglaterra y Rusia, lugares todos ellos en los que el japonés había vencido claramente porque a éstos: “ni les ha valido el boxeo, ni la lucha greco-romana, ni sus hercúleas fieras. Ante aquel hombre diminuto, de músculos acerados y agilidad felina […], todos se han retirado confusos y avergonzados” (La Rioja, 3/IX/1908, p. 1).

Su imposición sobre el resto de contrincantes se debía, aseguraba Negueruela, a su conocimiento de la técnica del ju-jutsu, a su juicio, un estudio anatómico del dolor cuyo principal objetivo era infligir la mayor intensidad del mismo: “donde él pone sus nerviosos dedos, donde él aplica el golpe siempre certero, el nervio vibra, el músculo se estremece y el cerebro recibe una sensación de dolor, a veces tan intensa que paraliza nuestro raciocinio y nos somete por completo a su albedrío” (La Rioja, 3/IX/1908, p. 1). Una técnica que se complementaba con su habilidad para exponerse lo mínimo posible ante su adversario: “propinadle cuantos golpes queráis, volteadlo, lanzadlo si queréis a distancia y sobre las espaldas y aún la cabeza: instantáneamente le veréis erguirse sonriente y rápido como una exhalación, ponerse otra vez en acecho en felina actitud” (La Rioja, 3/IX/1908, p. 1). Según relataba el periodista riojano, ante Rakú no había rival.

Rakú compitiendo. Fuente: https://memoriasclubdeportivodebilbao.blogspot.com/2010/08/rakuen-bilbao-y-el-jiu-jitsu.html

Rakú compitiendo. Fuente: https://memoriasclubdeportivodebilbao.blogspot.com/2010/08/rakuen-bilbao-y-el-jiu-jitsu.html

Con un método de lucha muy depurado, elegante, limpio y prudente, el japonés se enfrentó a todo aquel que se animó a luchar, siempre que se sometiera a normas tan básicas como no morder, arañar o dar golpes en los genitales. En este extenso suelto, Negueruela subrayó la tremenda sensación de desencanto que inicialmente se sintió en el público bilbaíno cuando, presentado Rakú, vieron aparecer a un gentleman fino y elegante de apenas 1 metro 32 centímetros de estatura vestido irreprochablemente con sombrero de copa alta:

Todos nos habíamos imaginado un fortísimo atleta que saliese resoplando como un jabalí. Encontramos en cambio un joven delgado, pequeño, con un tipo asiático marcadísimo y una complexión bien poco formidable. Pero ahí está el mérito, que en Rakú hay dos hombres: el caballero elegante y luchador de raza (La Rioja, 3/IX/1908, p. 1).

Según el escritor riojano ahí estaba el valor de este arte, porque quedaba demostrado que podía ser realizado por cualquiera que se lo propusiera, habilitándole para defenderse “de agresiones rápidas e inesperadas” (La Rioja, 3/IX/1908, p. 1). Con esta demostración, sumada a la exhibición de llaves y realización de katas, Rakú convenció al público de las ventajas y fortalezas que tenía la práctica de esta disciplina deportiva. Así lo aseguraba Negueruela:

He observado con detenimiento este juego en cuatro noches seguidas y soy ahora su más decidido partidario. Porque en todo juego gimnástico entiendo que debe exigirse desarrolle bien todos nuestros músculos y nos sirva al mismo tiempo de utilidad en la vida práctica; y este realiza cumplidamente ambos fines (La Rioja, 3/IX/1908, p. 1).

La exhibición celebrada en el Circo del Ensanche de Bilbao convirtió a Rakú en el principal tema de conversación de la sociedad bilbaína del momento. Su demostrada invencibilidad, relataba Negueruela, había supuesto que “muchos buenos vascongados, fieros y orgullosos” demostraran su antipatía hacia el pequeño japonés, porque se le podía haber “visto varias veces casi agarrotado entre los brazos formidables de hércules contrincante; […] casi aplastado por una masa voluminosa de carne, dura como un cañón; […oírse] al público rugir de satisfacción creyendo ya segura su derrota”, pero siempre terminaba alzándose  “rápido como una exhalación, con la sempiterna sonrisa en sus labios, amarrando al contrario en un segundo con sus llaves formidables” (La Rioja, 5/IX/1908, p. 1).

Asimismo, recordando lo que hubieran disfrutado sus compatriotas riojanos con esta lucha, señalaba que se trataba de un deporte apto para todo tipo de públicos, en el que no había “golpes brutales y groseros que amoraten, ensangrienten y desfiguren el rostro de vuestro contrario, como ocurre con el feroz boxeo de esos pueblos de allende el Pirineo, que se horripilan ante nuestras corridas de toros” (La Rioja, 5/IX/1908, p. 1). Fueron muchas las personas que aceptaron medir sus fuerzas ante Rakú, más cuando había de por medio la suculenta recompensa de 500 pesetas. Sin embargo, muy pocos hicieron que el japonés tuviera que emplearse a fondo, pues la mayoría eran “gabarreros, cargadores, carreteros y campesinos” que, si bien estaban avezados en los golpes y ejercicios violentos, eran lentos, torpes y carentes de cualquier conocimiento técnico en lucha. Tampoco los sportmans entrenados en gimnasios pudieron hacer frente al ingenio marcial del diminuto japonés. El extracto que se recoge a continuación describe una de las pocas veces en que Rakú estuvo en una situación de aprieto durante su exhibición-reto en el circo bilbaíno:

Rakú. Fuente: todocolección. Recuperado de https://www.todocoleccion.net/coleccionismo-deportivo-cromos/cromo-n-1-jiu-jitsu-raku-dragon-japones-evaristo-juncosa-foto-adicional~x36353845

Rakú. Fuente: todocolección. Recuperado de https://www.todocoleccion.net/coleccionismo-deportivo-cromos/cromo-n-1-jiu-jitsu-raku-dragon-japones-evaristo-juncosa-foto-adicional~x36353845

Una lucha épica: a competir con Rakú se presentó un hombre hercúleo, un verdadero coloso. Era un gabarrón, apellidado Pacheco, de cuello de toro, de brazo de titán, de torso formidable y de fuerzas espantosas. Aleccionado por la experiencia de luchas anteriores que había presenciado rehuía un cuerpo a cuerpo con Rakú, comprendiendo que éste, dejándose caer, le arrastraría en su caída inevitablemente, y sabiendo que, si para Rakú las caídas y batacazos no suponían nada, en cambio para un hombre de su peso eran terribles y le congestionarían pronto. Así, pues, evitaba a manotazo limpio el que se le acercase Rakú; pero de bien poco le sirvió su maña: una zancadilla del otro, echado, lo arrojó por tierra. Se recobró en seguida y con sus titánicas fuerzas impidió infinidad de veces que Rakú le hiciera presa. Otras varias lograron desasirse de ellas y el público enloquecido de entusiasmo y con las miradas vibrantes de aliento, le tributó ovaciones estupendas. Duró este torneo tremendo entre la fuerza y la astucia casi nueve minutos (los anteriores sólo llegaron a cuatro), en cuyo momento el astuto japonés logró cubrir a Pacheco la cara con su misma camisa, y mientras el otro, ciego, asestaba golpes sin ton ni son, él le apretó la llave de brazo, obligándole a rendirse (La Rioja, 5/IX/1908, p. 1).

Esta acción le valió a Rakú el abucheo violento de un público bilbaíno que le amenazaba y le injuriaba. De poco sirvió, el japonés se encaró al público, de pie, sólo en la palestra, y retó a todo aquel que así lo deseara a bajar al escenario y medir sus fuerzas contra él. Por otro lado, el público animó fervorosamente a Pacheco, lesionado por una distensión de ligamentos. Según Negueruela, en esta actitud del público quedó constatada una suerte de lucha de razas y odio visceral hacia el asiático:

En aquella solemnidad unánime del público para con su héroe, se entrevé toda una lucha de razas, todo el orgullo, amasado por miles de entusiastas, de la raza blanca, que no puede ni casi concebir superioridad en ningún orden de la amarilla, negra o cobriza. Y desde esa noche se exteriorizó en varios desequilibrados el odio tremendo a Rakú, que ya venían alimentando antes (La Rioja, 5/IX/1908, p. 1).

El japonés recibió insultos de todo tipo, escuchándose entre el público gritos como “¡asesinadle, ahogadle!” o “mátale” cuando alguno de sus adversarios lo tuvo debajo: una muestra, señalaba irónicamente Negueruela, de “la hidalguía y caballerosidad” de la sociedad bilbaína (La Rioja, 5/IX/1908, p. 1). No obstante, no fue la tónica habitual, ya que en sus otras exhibiciones salió vitoreado del circo bilbaíno.

Las demostraciones del maestro japonés también llegaron a otras localidades como Logroño y Zaragoza, en las que obtuvo un éxito rotundo. Sin embargo, su aparente invencibilidad supuso que ciertos sectores sociales y de la intelectualidad consideraran sus demostraciones una suerte de compadrazgo con los elementos del público que se animaban a batirse en duelo. Hubo quienes afirmaron que llevaba un cinturón eléctrico que le permitía ayudar a voltear a los contrarios. Incluso quien le acusó de que tomaba Bioforina: una sustancia que le había convertido en un prodigio de fuerza y agilidad. Sin embargo, se trató de simple propaganda para desacreditar al japonés. De hecho, el periodista Cárcamo tuvo que salir en defensa de Rakú, señalando que estas acusaciones eran un tremendo disparate fruto de “la ignorancia o la malicia” (La Rioja, 11/IX/1908, p. 2).

El japonés, en cambio, no sintió menosprecio alguno ante sus exhibiciones, pues pensaba abandonar sus actividades en Londres, en las que tenía contratos firmados de enseñanza con oficiales del ejército y de la policía, aparte de muchas amistades, para intentar afincarse en Madrid. Asimismo, en una entrevista concedida al citado Cárcamo mostró su actitud humilde: consideraba que había muchos luchadores mejores que él, sobre todo, en Japón, pero también afirmaba que las técnicas de boxeo y otras disciplinas europeas de nada servían contra el ju-jutsu (Planells, 2009, p. 64). El periodista logroñés expresó del siguiente modo su opinión sobre Rakú:

Esto lo dijo allí, entre sus entusiastas en medio de aquel ambiente de idolatría, cuando la ocasión de mentir se presentaba más propicia. Y es que no le deslumbran los oropeles, no goza embriagándose en espirales de incienso ilegítimo. El no tiene interés en aparecer como el primero, únicamente trata de trasplantar a este país una cosa útil, que no conocíamos. Ahí tenéis a Raku posponiendo su amor propio, su vanidad profesional al imperativo de una conciencia rectilínea ¡Y todavía hay quien duda de su nobleza! (La Rioja, 11/XI/1908, p. 2).

Las críticas volvieron a surgir tras la actuación de Rakú en Zaragoza. Al parecer, según había relatado Gorrochategui, periodista afincado en San Sebastián y corresponsal de La Rioja, Rakú no sólo había sido derrotado por un profesor de la capital aragonesa apellidado Abadía, sino que había descubierto a un luchador mucho más hábil y completo, el también japonés Ito. Lo cierto es que detrás de esta comparación había una suerte de estafa. A juicio de Cárcamo, Ito era un vulgar imitador que intentaba aprovecharse de las circunstancias del momento para obtener réditos económicos: “parece como si Ito hubiera visto luchar una vez, una sola, a Raku, y procurara imitarle. La copia (caso de serlo) no puede ser más burda, menos artística” (La Rioja, 29/XI/1908, p. 2). Según este último, detrás de las palabras de Gorrochategui había mucha inquina hacia Rakú al que estaría utilizando para desacreditar la práctica del ju-jutsu. Por eso, Cárcamo se dedicó a definir en varias cuartillas, tituladas “Juegos higiénicos”, los beneficios de la práctica de este deporte desde el punto de vista de la defensa personal como deportivo, subrayando y/o haciendo alusiones a la publicación de tratados de este deporte como el de Sada Kazu.

3.    La importancia de asentar el deporte en La Rioja

Manual Ju-Jutsu de Raku. Fuente: iberlibro, recuperado de https://www.iberlibro.com/servlet/BookDetailsPL?bi=30185154297&searchurl=an%3DUyenishi%252C%2BS.K.%26sortby%3D20&cm_sp=snippet-_-srp1-_-image16

Manual Ju-Jutsu de Raku. Fuente: iberlibro, recuperado de https://www.iberlibro.com/servlet/BookDetailsPL?bi=30185154297&searchurl=an%3DUyenishi%252C%2BS.K.%26sortby%3D20&cm_sp=snippet-_-srp1-_-image16

Para Cárcamo era evidente:

Que la gimnasia es saludable; que el hombre al mismo tiempo que alma tiene cuerpo, y a la vez que no debe abandonar el desenvolvimiento del espíritu, así tampoco debe dejar que se oxide el sistema muscular integrante de la mayor parte del individuo; que para ser del todo útil a sí mismo y a la sociedad, necesita estar equilibrado y no cabe equilibrio allí donde la hipertrofria del intelecto ha de conseguirse a expensas de la atrofia del ente fisiológico; que es un error crasísimo y una contradicción a las leyes naturales el dejar absorber todas nuestras energías por la naturaleza moral, robando su parte a la naturaleza física, y por de contado es muy patente que apenas debiera recibir el nombre de persona el que desentendiéndose de ambas, descuidando a la vez el perfeccionamiento del alma y del cuerpo, coloca su condición al mismo nivel de otros animales inferiores en la escala zoológica; que para conservar y perfeccionar reunida en una esa doble personalidad espiritual y corporal, debemos ejercitar con moderamiento todo, absolutamente todo aquello de que nos dotó natura; que los ejercicios complejos y no exagerados contrapesan la fatiga mental descansando el cerebro y fortalecen este órgano por consecuencia de ese mismo descanso reparador, y de la saludable irrigación de sangre oxigenada y limpia que todo lo tonifica; que sometiendo inversamente el cerebro a un trabajo desproporcionado y sin contrapeso, se puede llegar en ese forzamiento de los límites naturales al desquiciamiento, a la ruina del mismo, que vemos traducirse en esos estados morbosos de astenia de los nervios y aún de locura; que la gimnástica modifica en gran parte hasta los mismos temperamentos, templa los caracteres, reduce a sus debidos límites las pasiones y afirma y consolida las voluntades, son cosas que de puro palpables no necesitan demostrarse, y sobre las que, por lo tanto, no he de insistir (La Rioja, 17/XII/1908, p. 2).

A lo largo de este artículo, Cárcamo profundizó en los beneficios positivos de esta práctica para la salud, la inteligencia y la fuerza física. Se debía aprender este deporte porque permitía el desarrollo de todos los músculos y era una forma de ocio y placer. Además, consideraba que podría ser muy bien recibida entre los inquietos riojanos porque su simpatía hacia el progreso y la modernidad era “una singular ventaja” (La Rioja, 17/XII/1908, p. 2). No obstante, era consciente de que el interés no era un elemento suficiente como para que la mayoría de sus paisanos cambiaran prácticas como la pereza y la desgana. Se trataba de realizar un esfuerzo, si bien sustancialmente progresivo, que permitiera ejercitar con moderación “todo aquello de que nos dotó natura […] la gimnástica modifica en gran parte hasta los mismos temperamentos […] reduce […] las pasiones y afirma y consolida las voluntades” (La Rioja, 17/XII/1908, p. 2). Tal fue su empeño por la práctica del ju-jutsu en Logroño que estableció una serie de pasos a seguir para que se generara el caldo de cultivo necesario para su realización: crear un espacio de deportes o una sociedad (La Rioja, 17/XII/1908, p. 2).

Yo recabaría, y no creo me fuera difícil conseguirlo, la construcción de un campo de juegos en el polígono de tiro, donde pudiéramos adiestrarnos en el ju-jutsu […] ¿Y por qué no constituir una sociedad sportiva muy sencilla, de muy poco articulado, en donde la carencia de una profusión de artículos y trabas que no suelen cumplirse, sería suplida y superada por la buena voluntad de todos, no por una voluntad dirigida a practicar un juego que viste y hace distinguido y Smart al matriculado, sino por el sano y viril convencimiento de que se trabaja en bien del individuo y de la raza? ¿Por qué no fundar una sociedad de esencia democrática y asequible para el proletariado que siempre debe ser objetivo de nuestras atenciones, y más todavía cuando usando de una saludable altitud de miras reconozcamos que va en ello nuestro propio interés, pues que va en ello el beneficio de la patria? ¿Texto? Se han hecho ya muchos en distintos idiomas, pero si queréis el auténtico de Raku […]. Yo podría traducir los ejercicios diarios. Reglamento de foot-ball también debo tener alguno […]. Pero si he de seros francos, maldita la falta que nos hace el foot-ball. […]  Después del ju-jutsu ese [la pelota a mano] es el más completo y bonito de todos los ejercicios […] Nada debe imitarse sistemáticamente. Lo procedente es cultivar lo bueno que tenemos y aprovechar de los extraños aquello que siéndolo así mismo pueda encuadrarse en nuestra idiosincrasia y en nuestras costumbres. […] ¿Qué el ju-jutsu encaja perfectamente en nuestra manera de ser y puede rendirnos apreciables beneficios? Pues bienvenido sea el ju-jutsu, cualquiera que sea su procedencia. ¿Hi hablan bien? Pues vosotros, es decir, la afición tiene la palabra (La Rioja, 17/XII/1908, p. 2).

Con este texto, Cárcamo no sólo trató de asentar las bases para el progreso del deporte en Logroño, favoreciendo la creación de un espacio para su práctica, sino que también aspiró a consolidarlo creando sociedades deportivas que tuvieran en cuenta esta y otras disciplinas que fueran asumibles por la sociedad logroñesa. Porque el fortalecimiento de la sociedad, es decir, “la salud de la patria”, comenzaba por vigorizar a sus ciudadanos, ya que en ellos comenzaba la regeneración de la misma (La Rioja, 17/XII/1908, p. 2). Pero, si Cárcamo ponía en valor que la sociedad riojana debía elegir aquellos deportes que estuvieran en consonancia con su idiosincrasia e intereses era porque en aquellos momentos los límites entre el juego popular/tradicional, la práctica de artes marciales y el deporte moderno estaban aún muy difuminados, siendo habitual la crítica hacia lo foráneo, hacia un deporte extranjero al que aparentemente le rodeaba mucha artificiosidad y clasismo, amenazando a la supervivencia de los deportes tradicionales (Corriente y Montero, 2011, p. 15).

Con todo, lo cierto es que Cárcamo no consiguió que el ju-jutsu se afincara en la localidad riojana. Las pesquisas realizadas en los principales periódicos y revistas especializadas del momento permiten constatar que el ju-jutsu no fue una práctica común, sino que apenas tuvo repercusión en Logroño, en beneficio de otras “artes” como la esgrima, el boxeo, el ciclismo, el fútbol, la pelota o el deporte gimnástico.

4.    Referencias

Corriente, F. y Montero, J. (2011): Citius, altius, fortius. El libro negro del deporte, Logroño: Pepitas de Calabaza

Estornés, C. “Raku, en Bilbao y el jiu-jitsu”, Blog de Cesar Estornes de Historia y Deportes, 5/VIII/2010, recuperado de https://memoriasclubdeportivodebilbao.blogspot.com/2010/08/rakuen-bilbao-y-el-jiu-jitsu.html

Navajas, C. (2000). “El problema regional durante la II República: el «caso riojano»”, Berceo, 138, p. 276.

Otero Carvajal, L. E. (2016): «La sociedad urbana y la irrupción de la modernidad en España, 1900-1936», Cuadernos de Historia Contemporánea, 38, pp. 255-283.

Planells i Garcés, Encarna (2009): Fuentes documentales y testimoniales para el estudio de las Artes Marciales en España: Ju-Jutsu, Judo y Aikido, Barcelona: Universitat de Barcelona.

Vallejo, R. y Vilar, M. (2018): La industria del automóvil de España e Italia en perspectiva histórica. Alicante: Publicaciones de la Universidad de Alicante




Una historia inexplorada del ciclismo riojano: Cesáreo Ruíz, Javier Adarraga y José Ruiz fanfa en la década de 1920

Una historia inexplorada del ciclismo riojano: Cesáreo Ruíz, Javier Adarraga y José Ruiz fanfa en la década de 1920[1]

1.  Cesáreo Ruíz: figura clave

El ciclista riojano Cesáreo Ruíz fue una de las principales figuras del deporte de las dos ruedas durante la década de 1920. Participó en representación de las entidades más señeras del ciclismo riojano (Deportiva Logroño, Agrupación Deportiva Gran Casino, Logroño Recreation Club, Club Ciclista Logroñés) en las principales competiciones de la época: Volta a Catalunya y diferentes carreras del campeonato de España de ciclismo en ruta. Su tenacidad favoreció que el ciclismo logroñés y riojano eclosionara de manera determinante, tras décadas de titubeos ante un sport “algo abandonado hasta ahora”[2]. En la competición catalana de 1913 logró hacerse con la victoria de la segunda etapa en Lleida, que le permitió concluir esta prueba en la sexta posición de la clasificación general[3]. Y en las competiciones riojanas, donde fue el principal exponente durante varios años, obtuvo el triunfo en el campeonato provincial de bicicleta en carretera que organizó la Agrupación Deportiva del Gran Casino en 1911[4]. De hecho, su aplastante victoria en este campeonato le convirtió, a la postre, en una de las estrellas del ciclismo riojano, no sólo por los homenajes recibidos de su club, sino por la utilización de los premios obtenidos en metálico para continuar compitiendo en otras carreras[5].

Esta circunstancia no fue el único motivo por el que la figura de Cesáreo Ruíz fue clave para el ciclismo riojano: sus victorias y participación en otros campeonatos interesaron a la sociedad riojana por este deporte y coadyuvó la creación de sociedades (Club Ciclista Riojano y Club Ciclista Logroñés) y secciones especializadas de otros clubs (Logroño Recreation Club) en esta disciplina. De hecho, su participación en “la vuelta a las provincias vascongadas” y el campeonato de fondo de España, trajeron consigo el afianzamiento de la bicicleta en la sociedad logroñesa no sólo como instrumento para la práctica velocipédica sino también como vehículo[6]. Si bien, en lo que se refiere al apartado deportivo, también permitió a los logroñeses ganar puntos ante la organización de la Vuelta a Álava de 1915 a la hora de solicitar que esta concluyera una de sus etapas en la capital riojana. De hecho, aunque Ruíz tuvo que retirarse de esta carrera por problemas físicos, lo cierto es que había animado a participar a otros ciclistas logroñeses como Helí Sáenz Torre y Santos Mateo y ello redundó en que el ciclismo continuara ganando adeptos entre los riojanos.

Asimismo, la Vuelta a Álava fue una de las primeras carreras en las que la marca de las bicicletas utilizadas por los corredores tuvo repercusión en la prensa riojana, sobresaliendo las Automoto, Peugeot, Alcyón y Rudge. Automoto fue la utilizada por Santos Mateo y Cesáreo Ruíz, siendo precisamente este último el principal distribuidor de estas bicicletas en Logroño[7]. Durante estos años, el mundo de la bicicleta logroñés comenzó a girar en torno al negocio de Cesáreo Ruíz y del Logroño Recreation Club, del que, además, el citado ciclista y comerciante era socio. Por ejemplo, hay constancia de que desde 1917, las inscripciones a las carreras ciclistas se realizaron desde su garaje de la calle Bretón de los Herreros de Logroño, ya fuera para carreras menores como la Vuelta a Entrena y la de Murillo o para campeonatos importantes como el regional[8]. Como la tesitura acompañó, Ruíz aprovechó las circunstancias para lanzar su propia marca de bicicletas, Victoria, situando delegaciones comerciales en los principales municipios riojanos y colindantes (Calahorra, Nájera y Tafalla). Así anunció la bicicleta Victoria en los medios de comunicación de la ciudad:

Quién no compra bicicletas de la célebre marca Victoria con todas las facilidades que el público desee, desde 200 ptas., en adelante construidas en los grandes talleres de don Cesáreo Ruiz. Todas van montadas con rodamientos ingleses. Grandes talleres de Niquelado y Pulimentado. Se niquela toda clase de metales, a precios muy ventajosos[9].

2.  El Ciclismo riojano: relación de ida y vuelta

Pero al margen del progresivo éxito que adquirió la marca Victoria, lo cierto es que a partir de 1918-1919 el ciclismo quedó relegado a un plano muy secundario en beneficio del fútbol, sin apenas noticias reseñables hasta la década de 1920. El cronista deportivo Nogara lo recordaba en Cantabria en febrero de 1921 cuando señalaba que había habido un buen número de aficionados que se disponían a formalizar “una pequeña prueba en carretera”, que finalmente no llevaron a cabo porque la ausencia de financiación “retrajo bastante algunos monarcas del piñón, amén de otras muchas dificultades y hubieron de desistir del acuerdo sin que hasta la fecha sepamos de él una palabra”[10]. Un mes después, de nuevo, Nogara volvió a la carga: se debían tender puentes para unir a los elementos aficionados al ciclismo que se encontraban aislados y con nula capacidad de acción para generar interés por este deporte. Nogara se propuso así fomentar esta unidad y abogar por la agrupación sportiva:

guiados tan sólo por el deseo de agruparse y formalizarnos debidamente, tendremos hechos los primeros pasos de organización, cual es el siguiente: para conocer el número total, o aproximado de los que deseen formar un grupo ciclista, deberán enviar a la redacción de Cantabria su nombre y dirección, haciendo constar en el sobre la indicación (para ciclismo) y cuya lista de inscriptos cerramos el quince del próximo mes[11].

No sirvió de mucho. Pese a que no se sabe si al final se creó algún club ciclista logroñés en la primavera de 1921, el rastro documental tampoco es muy revelador, pues no permite indicar si Nogara logró que sus lectores crearan una sociedad deportiva ciclista. Sin embargo, siguiendo lo señalado por el cronista deportivo Gol en la revista Arte y Sport, es muy posible que la sociedad no viera la luz debido a la falta de disciplina. Según Gol, a finales de 1921, la situación deportiva logroñesa estaba muy deteriorada a causa del abandono y desinterés de los deportistas locales[12]. Por eso dedicó a estos jóvenes un artículo titulado “Sin disciplina” con el que pretendía darles un toque de atención para que recondujeran su situación. Se proponía a éstos que para ver recompensados sus esfuerzos se abstuvieran “de fumar, beber y trasnochar”, realizando un “metódico y constante entrenamiento” para así tener el cuerpo en buenas condiciones[13]. Este tipo de hábitos no eran propicios para que se afianzara la actividad deportiva. Era momento de cambio, porque ya se habían “despreciado solemnes ocasiones de conquistar lugares más altos”, habiendo relegado con ello a la ciudad a un plano deportivo muy secundario[14].

Por esas mismas fechas, la sección ciclista de Logroño Recreation Club, por cuya dirección habían pasado Manuel Loma o Julio Redón, impulsó una carrera que fue todo un éxito por el número de corredores inscritos, entre ellos Sáenz Torre, y por la importante presencia de aficionados que acudieron a la misma pese a “la crudeza del tiempo”[15].  El itinerario trazado fue simple, desde Logroño hasta el kilómetro 20 de la carretera de Soria, y los premios ofrecidos fueron acordes a la actividad deportiva en la que se competía: “artículos propios para bicicletas […] donados por las casas constructoras de Angulo, C [esáreo] Ruiz y Calgo”[16]. Aunque finalmente sólo participaron seis de los siete corredores inscritos, la carrera “despertó bastante curiosidad”, sobre todo, al proclamarse campeón Cesáreo Ortega, seguido de Máximo Ortíz, Pedro Ubis, Eladio San Pedro y José Ramírez. Delfín Montoya, por su parte, tuvo que abandonar debido a las constantes averías sufridas en la bicicleta. Se trató de una carrera que no sólo inauguró una nueva etapa de la actividad ciclista en Logroño en un contexto de eclosión del deporte de masas, sino que fue la puesta de largo para futuros ídolos del pedal como Ortega, Ortíz y San Pedro. En la prensa especializada se señaló que éstos eran corredores “en admirable forma y muy entrenados […] cuya primera actuación no ha podido ser más brillante”, pero también lamentaron la ausencia de Sáenz Torre, con cuya concurrencia la competitividad hubiera sido más alta[17]. En cualquier caso, como quedó reflejado en las páginas de La Rioja, la carrera “despertó tal interés […] que, más que nada, probaban que hay ambiente ciclista y que, bien organizadas, pueden celebrarse con éxito pruebas de mucha más importancia”[18].

Hubo, no obstante, alguna que otra crítica y elogio. Mientras señalaba que la organización no había estado “a la altura que era de esperar, pues se notaron algunas faltas fáciles de subsanar en carreras sucesivas”, se indicaban las maravillas de la bicicleta Victoria de Cesáreo Ruíz, máquina que había usado el ganador de la carrera y que a la postre se convertiría en la predilecta de los ciclistas riojanos[19]. En efecto, aproximadamente un año después de que se celebrara esta carrera, el ya convertido en industrial Cesáreo Ruíz organizó a través de la Casa de bicicletas Victoria una carrera de 30 kilómetros, en la que, de nuevo Cesáreo Ortega se proclamó campeón montando una bicicleta de esta marca, seguido de Eladio San Pedro, miembro de la sociedad España F.C.[20].

Esta última entidad trató de sustituir sin mucho éxito a Logroño Recreation Club, que desapareció entre 1922 y 1923, en la organización de eventos ciclistas en la capital riojana. En noviembre de 1922 convocó una prueba ciclista con trayecto de Logroño a Recajo en la que tomaron parte los asociados a este club con el objeto de constituir el “equipo ciclista que ha de representar a la citada Sociedad en las pruebas de esta naturaleza”[21]. El rastro documental que ha dejado esta iniciativa es exiguo y los indicios señalan que no cuajó: el 18 de marzo de 1923, varios aficionados al ciclismo se reunieron en el Café Suizo con “el propósito de formar una sociedad ciclista”[22]. Nació así el Club Ciclista Logroñés, formado por la siguiente junta directiva provisional: Vicente Palacios (presidente), Máximo Ortíz (secretario), Eladio San Pedro (tesorero-contador), Javier Adarraga y Pedro Ubis (vocales). Un nutrido grupo de sportmans, entre los que sobresalían los aficionados a la bicicleta, pero también a otros deportes como la pelota, que se estuvieron reuniendo a lo largo de 1923, hasta que, finalmente, el 12 de septiembre de ese año inscribieron a esta sociedad en el registro de asociaciones del Gobierno Civil bajo la presidencia de Fermín Gómez y con la denominación citada[23]. La prensa, en cambio, ofreció una composición diferente aprovechando las carreras organizadas por esta sociedad en el Espolón con motivo de las festividades de San Mateo: Javier Adarraga (presidente), Máximo Ortíz (secretario), Miguel Marín (tesorero-contador) y Luis Villasana y Julio Pancorbo (vocales)[24]. La lista de socios inscritos fue notable, evidenciándose que existía afición por el ciclismo y que la sociedad logroñesa reclamaba la creación de un club de estas características.

Fuente: Vida Riojana (1), octubre de 1923, s.p.

Fuente: Vida Riojana (1), octubre de 1923, s.p.

Una de las primeras actividades de este nuevo club fue la organización de las citadas carreras en las festividades patronales y la excursión a Torrecilla de Cameros en octubre. Pronto, resultó evidente que se había dado un salto organizativo de especial significado cuando en la carrera del Espolón[25] se acordonó el improvisado velódromo “para impedir que el público invada la pista”, se instalaron sillas en el paseo y se cobró entrada “a beneficio de la organización”[26].

Si el deporte de las dos ruedas quería seguir funcionando en Logroño, este se veía abocado a la mercantilización y a programar eventos de manera asidua. Así, proyectaron la celebración de dos carreras en carretera en los circuitos de Entrena y Alberite para enero de 1924, y se entrevistaron con las autoridades locales de diferentes municipios para obtener donativos e interesaron a marcas como Alcyon, Toman, Diaman, Victoria y Toruiste para que exhibieran sus vehículos en estos eventos[27]. De este modo, obtuvieron, por ejemplo, un notorio éxito en la excursión a Torrecilla de Cameros, que contó con numeroso público gracias a la inclusión de actividades complementarias en las que participaron los miembros del club, como el partido de pelota de Adarraga y Ochoa contra dos personas de la localidad[28].

Pocos días después de esta excursión, el Club Ciclista Logroñés organizó otra a Nájera (trayecto Logroño-Tricio-Anguiano) instando, por un lado, a la participación de todo tipo de público, pues podría llevarse a cabo “por los ciclistas poco avezados a estas caminatas e igualmente por los más jóvenes”; y, por otro, a la convocatoria de una carrera de 20 kilómetros que fuera más competitiva para animar a los ciclistas semi-profesionales[29]. Pese a que no acompañó la meteorología, participó cerca de una veintena de ciclistas, que en su mayor parte se registró en la carrera semi-profesional, donde se impuso Cesáreo Ortega, seguido de Fermín Gómez, Aureo Cenzano, Ricardo Peciña, Miguel Marín, Andrés Vasquez y Antonio del Rey[30]. Hubo más excursiones en las que combinaron estas modalidades de carrera y paseo ciclista, como fue la de Murillo de Río Leza, o la más profesionalizada de la Vuelta de Entrena[31]. Para esta última, muestra del grado de profesionalización que había alcanzado el Club Ciclista Logroñés en la organización de estos eventos, se solicitó permiso al Gobierno Civil y al Ayuntamiento, y se abrió la inscripción a ciclistas de todas las comarcas cercanas, fundamentalmente de Miranda de Ebro, Calahorra y Haro. Entre los inscritos se encontraron: Ángel Mateo, Cesáreo Ruiz, Alfredo Olivas, Fermín Gómez, Cesáreo Bóveda, Casimiro Fernández, Tomás Grijalba, Pedro Casis, Ricardo Peciña, Francisco Martínez, P. Iturain, Julián Rodríguez, Benito Illan, Esteban Merced, Paulino Sánchez, Mario Rezola, F.G., Feliciano Díez y Aureo Cenzano[32]. Se trató de una carrera muy importante para el naciente club ciclista, como se recogió en la prensa:

El Club Ciclista Logroñés celebra hoy su primera carrera, organizada en forma que asegura el éxito más completo. Puede considerarse esta prueba como la más importante que, desde mucho tiempo a la fecha, se ha celebrado, y marca además una nueva orientación de entusiasmo entre los aficionados al pedal, anunciadora de otras manifestaciones deportivas de más categoría e importancia. Es, por tanto, un motivo de elogio que agregar a los conseguidos en su corta vida por el Club Ciclista, cuyas pasadas excursiones, plenas de atractivos, despertaron la dormida afición ciclista en tal forma que ha permitido organizar la prueba de hoy[33].

La prueba fue todo un éxito, constatándose que había muchos aficionados al ciclismo en la capital riojana. 14 ciclistas midieron sus fuerzas durante los poco menos de 40 kilómetros de trayecto, imponiéndose finalmente Fermín Gómez, seguido de Ángel Mateo y Marcos Rezola. Fue una carrera con un único accidente, gracias a que, en esta ocasión, la Guardia Civil prestó servicio de vigilancia: síntoma de que la carrera gozaba de la solemnidad adecuada para este tipo de eventos. Una prueba que se completaría el domingo 13 de enero, con un circuito de 5 vueltas por Alberite y Villamediana, en la que muchos de estos ciclistas tuvieron que competir contra el fuerte viento[34]. Ángel Mateo se proclamó campeón de ambas carreras, al superar en su cómputo de tiempo a Julián Rodríguez y Fermín Gómez. Según quedó reflejado en La Rioja, en la carrera quedó demostrado “claramente que nuestros ciclistas tienen facultades para llegar a ser grandes corredores”, pero también evidenció que corredores como Cenzano e Illán debían trabajar “un poco de técnica”, ya que olvidaron los alimentos necesarios para reponer fuerzas durante la carrera[35].

Pero, pronto se olvidaron estas cuestiones menores, cuando los ciclistas Ángel Mateo y Fermín Gómez disputaron el campeonato de San Sebastián en representación del Club Ciclista Logroñés[36]: “primera vez [que] el Club Ciclista Logroñés daba señales de su actividad en tierras vascongadas y que por cierto causó con ello la natural expectación”[37]. Aunque la actuación de Gómez fue muy interesante, éste tuvo que retirarse a 13 kilómetros de la meta debido a «un fuerte dolor de costado». Mateo, por su parte, se quedó rezagado muy pronto y perdió mucho terreno, quedando en la posición vigesimonovena. Pese a esta mala clasificación, ambos ciclistas se sintieron recompensados al demostrarse que podían «codearse con los campeones norteños»[38]. El Club Ciclista Logroñés apuntaba maneras.

3.  Hacia el afianzamiento del ciclismo logroñés

Aprovechando esta notoriedad, esta sociedad deportiva continuó promoviendo carreras ciclistas con el objetivo de seguir interesando a aquellos «que, por temor a luchar con corredores de valía reconocida, han dejado de tomar parte». El principal objetivo era estimular y crear afición al deporte ciclista. Por ello, el club planificó una carrera de neófitos de 30 kilómetros (Logroño-Recajo-Murillo-Villamediana-Logroño) para el día 23 de marzo, que requirió del pago de una cuota de inscripción de una peseta (reembolsable a la entrega del dorsal) y la obligatoriedad de que los corredores se presentaran debidamente equipados con pantalón corto y zapatillas[39]. Pese a que la carrera se proyectó para que se sumaran aquellos aficionados que no terminaban de dar el paso hacia la competición y las excursiones, cabe subrayar que entre los inscritos se encontraron viejos conocidos del ciclismo logroñés como Eladio San Pedro o Alfredo Olivas[40]. La carrera obtuvo una gran notoriedad, con aficionados que «son legión en nuestra capital», y con la constatación de que se podían organizar «empresas de mayor categoría» en el ámbito ciclista[41].

En el ínterin de esta carrera, se renovó la Junta Directiva del club: Javier Adarraga (presidente), Fermín Gómez (secretario), Miguel Marín (tesorero), Julio Pancorbo, Pio Amelivia y Jaime Masip (vocales); se decidió cambiar el trayecto y horario de la carrera por coincidir con la jura de bandera del servicio militar; y se estudió la posibilidad de realizar una excursión a la Venta de Piqueras para que se pagara a suscripción pública un camino hasta allí[42].

Las pruebas ciclistas continuaron: el día 18 de mayo el Club Ciclista Logroñés impulsó la vuelta de Laguardia[43]; el 24 se sumó a la fiesta del pedal de Éibar: una gran manifestación ciclista de aficionados de los tres territorios vascos cuyo objetivo era impulsar una entidad que representara al ciclismo de la región, adhiriéndose esta institución a la Unión Velocipédica Española[44]; socios del club, como Benito Illán, participaron en la carrera San Felices-Tricio-Miranda de Ebro-Haro celebrada en junio; y se realizó por vez primera la carrera Logroño-Torrecilla-Logroño[45]. En esta última participaron las principales figuras del ciclismo riojano, entre ellos, Francisco González y Fermín Gómez, que ocuparon el primer y segundo puesto respectivamente[46].

Sin embargo, uno de los factores que causó mayor interés por el deporte entre los riojanos fue la actuación de Javier Adarraga en los Juegos Olímpicos de París de 1924, donde obtuvo la medalla de oro en pelota vasca dentro de la modalidad de pala corta. Este meritorio triunfo movilizó al Club Ciclista Logroñés, que presidía el citado Adarraga, publicando la siguiente petición en La Rioja:

A los ciclistas y deportistas: LA RIOJA nos ha detallado el gran triunfo obtenido por nuestro común amigo Adarraga en los Juegos Olímpicos de París, y siendo el alma y vida del deporte logroñés, me permito proponer a todos los deportistas de la capital y especialmente a la Sociedad de Ciclistas (de la que es presidente y fundador), que, sin perjuicio de otro homenaje más expresivo, le hagamos un recibimiento cariñoso, que bien pudiera consistir en salir hasta el límite de la provincia por la parte de Navarra, todos los ciclistas y deportistas que simpatice con la idea, con la enseña y distintivo que la Sociedad acordase, y entrar en la capital con auto en que seguramente llegará el campeón hasta su domicilio[47].

Pero, al margen de este recibimiento, cabe destacar que el prestigio de Adarraga fue, a la postre, fundamental para que el ciclismo contara con mayores apoyos institucionales. Así, en septiembre de 1924, contando con la subvención del ayuntamiento de Logroño, el Club Ciclista Logroñés preparó una carrera con el siguiente trazado de 72 kilómetros: Logroño, Navarrete, Nájera, Hormilleja, San Asensio, Cenicero, Fuenmayor, Logroño[48]. Fue una nueva victoria para Fermín Gómez, siendo una de las carreras que «más entusiasmo» causó en el público, «que en gran número presenció la salida y llegada de los corredores»[49].

Durante los años siguientes, el ciclismo continuó teniendo presencia en la prensa, pero, con una intensidad menor, debido a que el fútbol y la pelota acapararon casi toda la atención. No obstante, sí que hubo momentos puntuales durante el año que fueron dedicados con exclusividad al ciclismo, como ocurrió con una de las principales carreras que impulsó el Club Deportivo Logroño, que absorbió durante estos años al Club Ciclista Logroñés[50]. Al margen de las ya citadas, durante los años finales de la década de 1920, sobresalió la Vuelta a Piqueras de 1924, una carrera que se adentraba en el parque natural de Sierra de Cebollera para llegar hasta la linde con la provincia de Soria y que comenzó como jira campestre y excursión para conseguir adscripciones de socios y otras personas ajenas al Club Ciclista Logroñés y así subvencionar un camino/carretera para lograr el acceso a la Venta de Piqueras. Sin embargo, no fue hasta 1927, cuando el club ciclista recibió un nuevo impulso al formar parte del Club Deportivo Logroño, promoviendo el recorrido de lo que a todas luces se podría considerar la primera carrera clásica del ciclismo riojano. Con un trayecto de entre 116 y 120 kilómetros (las fuentes varían en esta cuestión) la carrera, que gozó del beneplácito de la Unión Velocipédica Española y que se rigió por su normativa, comenzaba en Logroño para posteriormente adentrarse por el valle del río Iregua, atravesando la región camerana, y regresar de nuevo a la capital a través de Villamediana.

Esta carrera se celebró durante cinco años consecutivos coincidiendo con las festividades de San Mateo y, por consiguiente, el patrocinio del Ayuntamiento de Logroño[51]. En la prensa se señaló que los premios eran de gran valía y que ello invitaría a que a la prueba concurrieran «los mejores corredores de Logroño, Burgos, Guipúzcoa, Vizcaya y […] Álava», sobresaliendo de esta última provincia corredores como Urbina, Ochoa y García, que ya habían participado en otros eventos organizados en la comarca[52]. Lo cierto es que los premios de esta primera edición no eran para menos: 400 pesetas y una bicicleta Victoria para el ganador y dinero en metálico para los siete siguientes clasificados (si bien las cantidades fluctuaron a lo largo de la década, disminuyendo en buena medida)[53]. El campeón de esta I Vuelta a Piqueras fue el abulense domiciliado en Ordizia Ricardo Montero, seguido en segunda posición por el guipuzcoano Enrique Aguirre y el vizcaíno Francisco Cepeda: todos ellos ciclistas profesionales que solían ser elegidos por el Comité Vasco de ciclismo para este tipo de competiciones[54]. De hecho, Ricardo Montero y su hermano Luciano (miembros del equipo ciclista Real Unión Club de Irún y campeones de España en ruta) fueron los líderes de la competición riojana hasta 1930, en la que se impuso el bilbaíno Federico Ezquerra. Durante la IV Vuelta a Piqueras, Ezquerra corrió en solitario desde su paso por Castañares de las Cuevas y consiguió sacar al segundo clasificado, el riojano José García Fanfa (corredor del Club Deportivo Logroño), casi 7 minutos de diferencia[55]. Fue durante esta vuelta cuando eclosionó la figura del ciclista logroñés. La obtención de esta segunda posición fue el preludio de un progreso fulgurante constatado en la edición de 1931, donde se impuso a los mejores corredores de la Sociedad Ciclista Bilbaína y se convirtió en uno de los corredores riojanos más prometedores y exitosos, confirmándose así que su buena actuación en la VII Vuelta al País Vasco de 1930 no había sido producto de la casualidad. Sin embargo, su meteórica carrera se frustró en agosto de 1932, cuando en el campeonato vasco-navarro de ciclismo, que había organizado la Sociedad Deportiva Lagun-Onak de Azpetia, sufrió un accidente mortal en las inmediaciones de Zarautz[56].

Pese a su fallecimiento, con la eclosión de García como ciclista profesional, se cerró una etapa en el deporte riojano que dejó en un segundo plano los años marcados por un ciclismo de aficionados y semi-profesionales. Porque junto a Fanfa hubo otros corredores como Dionisio Aldana que decidieron dar el salto a la profesionalidad. Así quedó constatado en la carrera de la Sociedad Umore Ona donde éste participó junto a Fanfa consiguiendo el séptimo lugar[57]. A este progresivo afianzamiento del ciclismo profesional contribuyó también la programación regular de carreras como la Vuelta a Piqueras, que concitó el interés de los principales corredores del momento, sin olvidar el papel decisivo de Javier Adarraga como impulsor de este y otros deportes. Con este terreno abonado, el ciclismo riojano explotó de manera determinante durante la II República, coincidiendo con el afianzamiento, la mercantilización y la profesionalización de lo que ya podía denominarse sin ningún género de duda deporte de masas.


[1] Este artículo forma parte de una investigación financiada por el Instituto de Estudios Riojanos (Res. Nº 17/2019, de 5 de agosto) mediante la convocatoria de ayudas para estudios científicos de temática riojana del año 2019-2020, que lleva por título: «El deporte en La Rioja en tiempos modernos: un estudio de caso en perspectiva comparada de las localidades de Logroño y Haro (1874-1931)». Asimismo, se ha realizado dentro del Grupo de Investigación GIR03. Humanidades y Ciencias sociales en la Era digital y Tecnológica de la Universidad Isabel I, en el marco de la línea de investigación «L.06. Política, Economía, Sociedad y Memoria: El Estado en los siglos XIX a XXI» de la que soy investigador responsable. Y en el marco del proyecto PGC2018-094133-B-100 (MCIU/AEI/FEDER, UE)

[2] La Rioja, 1/XI/1910: 2.

[3] La Rioja, 13/I/1911:1.

[4] La Rioja, 4/VI/1911: 3.

[5] La Rioja, 24/VI/1911: 2.

[6] El Heraldo Alavés, 1/7/1912: 1. La Rioja, 28/VII/1913: 2. La Rioja, 26/VI/1914: 1.

[7] La Rioja, 6/IX/1917, p. 2.

[8] La Rioja, 23/X/1919, p. 2.

[9] La Rioja, 4/IV/1919, p. 3.

[10] Cantabria (2), febrero de 1921, s.p.

[11] Cantabria (3), 6/III/1921, s.p.

[12] Arte y Sport (1), 9/XI/1921, s.p.

[13] Arte y Sport (1), 9/XI/1921, s.p.

[14] Arte y Sport (1), 9/XI/1921, s.p.

[15] La Rioja, 15/XI/1921, p. 2. La Rioja, 13/XI/1921, p. 3. Arte y Sport (4), 13/XI/1921, s.p.

[16] Arte y Sport (4), 13/XI/1921, s.p.

[17] Arte y Sport (5), 17/XI/1921, s.p.

[18] La Rioja, 15/XI/1921, p. 5.

[19] Arte y Sport (5), 17/XI/1921, s.p.

[20] La Rioja, 15/X/1922, p. 6. La Rioja, 17/X/1922, pp. 3-4.

[21] La Rioja, 5/11/1922, p. 7.

[22] La Rioja, 15/3/1923, p. 3.

[23] Archivo Histórico Provincial de La Rioja (AHPLR), Sig. GC-L/35/39, ff- 47v.-48r.

[24] La Rioja, 18/9/1923, p. 3.

[25] Paseo de Príncipe de Vergara o Paseo del Espolón, zona de esparcimiento de la ciudad de Logroño, situada en las inmediaciones de su casco antiguo.

[26] La Rioja, 3/IX/1923, p. 3.

[27] La Rioja, 30/IX/1923, p. 2. La Rioja, 1/X/1923, p. 3. La Rioja, 9/X/1923, p. 3.

[28] La Rioja, 9/X/1923, p. 4.

[29] La Rioja, 12/X/1923, p. 2. La Rioja, 13/X/1923, p. 6.

[30] La Rioja, 17/X/1923, p. 2

[31] La Rioja, 21/X/1923, p. 2. La Rioja, 19/XII/1923, p. 2.

[32] La Rioja, 29/XII/1923, p. 2. La Rioja, 30/XII/1923, p. 4.

[33] La Rioja, 30/XII/1923, p. 4.

[34] La Rioja, 1/I/1924, p. 5. La Rioja, 13/I/1924, p. 2.

[35] La Rioja, 15/I/1924, p. 2.

[36] La Rioja, 17/I/1924, p. 2.

[37] La Rioja, 22/I/1924, p. 4.

[38] La Rioja, 22/I/1924, p. 4.

[39] La Rioja, 9/III/1924, p. 4.

[40] La Rioja, 23/III/1924, p. 2.

[41] La Rioja, 25/III/1924, p. 4.

[42] La Rioja, 19/III/1924, p. 2.

[43] La Rioja, 9/V/1924, p. 2.

[44] La Rioja, 24/V/1924, p. 2.

[45] La Rioja, 14/VI/1924, p. 4.

[46] La Rioja, 17/VI/1924, p. 5.

[47] La Rioja, 26/VII/1924, p. 2.

[48] La Rioja, 25/IX/1924, p. 2.

[49] La Rioja, 30/IX/1924, p. 2.

[50] Logroño Deportivo (1), 5/XI/1927, s.p.

[51] El Heraldo Alavés, 20/IX/1927, p. 1.

[52] El Heraldo Alavés, 15/IX/1927, p. 5.

[53] El Heraldo Alavés, 15/IX/1927, p. 5.

[54] El Heraldo Alavés, 20/IX/1927, p. 1.

[55] El Heraldo Alavés, 17/IX/1930, p. 3.

[56] Recuperado de http://www.bermemar.com/cepashis/deporsi/fanfa.htm

[57] Logroño Deportivo (12), 21/1/1928, s.p.




Los diferentes códigos del fútbol (I). Fútbol australiano.

Prólogo.

La palabra football es mucho más amplia de lo que en cada lugar del mundo queremos expresar con ella. El football no es un solo juego, es un pulpo con múltiples tentáculos o un árbol con muchas ramas. Con el paso de los siglos estos tentáculos o ramas se han ido perdiendo,  otros están a punto de perderse o se conservan como objeto de museo, y otros están en pleno vigor. En la actualidad hay cinco de estos códigos extendidos por los cinco continentes; el fútbol australiano, codificado hacia 1858, es el más antiguo de los códigos modernos. Tiene su mayor radio de acción en Oceanía. El código del que nos ocuparemos en segundo lugar será del football, conocido fuera de Norteamérica como fútbol americano. Se considera 1869 como el inicio de este deporte. Es el tercero de los códigos modernos ocupando el segundo lugar el fútbol asociación, pero de este no hablaremos pues ya lo hacemos cada mes. El tercero en ser publicado será el fútbol rugby, codificado en 1871 y, por último, hablaremos del fútbol gaélico, que es el más moderno de los códigos, concretamente de 1887 y originario de Irlanda, de donde no ha comenzado a extenderse hasta hace una quincena de años.

Estas fechas corresponden a cuando se regularon de forma definitiva cada uno de los juegos. No quiere decir que anteriormente no se jugase a ellos, aunque todos con la misma problemática; cada colegio o condado lo hacían a su manera, por ello todos siguieron el camino de la unificación de las Reglas de Juego.

Índice.

–          El fútbol australiano. Su historia.

–          Reglas de Juego (simplificadas).

–          El footy en la actualidad.

–          El footy en España.

–          Madrid Bears, un equipo con historia.

–          Las selecciones. España y Cataluña.

El fútbol australiano. Su historia.

El fútbol australiano, también llamado aussie rules o footy, es una mezcla de rugby y fútbol gaélico. Los británicos que emigraron o prestaron servicios a su país en el continente australiano llevaron consigo códigos de fútbol vigentes en aquel momento, como el fútbol rugby y el fútbol gaélico, fusionándolos y creando un nuevo deporte, el conocido entre nosotros como fútbol australiano.  Inicialmente recibió el nombre de Victorian Football, y por ello en 1896 se creó la Victorian Football League, que en 1996 cambió su nombre por el de Australian Football League.

Codigos01En aquella época el deporte más implantado entre la población australiana era el criquet, deporte jugado en verano. Para ocupar el tiempo invernal, jugadores de criquet como Tom Wills, entre otros, fueron creando un nuevo fútbol a partir de estas otras modalidades. Así, el 10 de julio de 1858, el propio Wills, su primo Henry Colden Antill Harrison, y sus amigos William Josiah Sumner Hammersley y James Bogne Thompson crearon un código de Reglas de Juego y el 7 de agosto de 1858 fundaron el Melbourne Football Club. Una particularidad del fútbol australiano es la forma geométrica del terreno de juego, adoptada del criquet. Ese mismo año de 1858 se jugó el primer partido de este nuevo código futbolístico entre Scotch College y Melbourne Grammar.

El 18 de julio de 1859 se formó el Geelong Football Club, entidad que en 1866 actualizó las primigénias reglas creadas casi una década anterior.

La Victorian Football League se fundó en 1896 y al año siguiente comenzaron a jugarse los primeros partidos de la Liga con los clubes que la fundaron –Carlton FC , Collingwood FC, Essendon FC, Fitzroy FC, Geelong FC, Melbourne FC, Saint Kilda FC y South Melbourne FC-. En 1908 Richmond y University se unieron a la competición, aunque en 1914 University la abandonó. En 1925, Footscray (ahora Western Bulldogs), Hawthorn y North Melbourne se unieron a la VFL.

Listado histórico de campeones en Australia.

Carlton

16

1906

1907

1908

1914

1915

1938

1945

1947

1968

1970

1972

1979

1981

1982

1987

1995

Essendon

16

1897

1901

1911

1912

1923

1924

1942

1946

1949

1950

1962

1965

1984

1985

1993

2000

Collingwood

15

1902

1903

1910

1917

1919

1927

1928

1929

1930

1935

1936

1953

1958

1990

2010

Melbourne

12

1900

1926

1939

1940

1941

1948

1955

1956

1957

1959

1960

1964

Hawthorn

12

1961

1971

1976

1978

1983

1986

1988

1989

1991

2008

2013

2014

Richmond

10

1920

1921

1932

1934

1943

1967

1969

1973

1974

1980

Geelong

9

1925

1931

1937

1951

1952

1963

2007

2009

2011

Fitzroy

8

1898

1899

1904

1905

1913

1916

1922

1944

North Melbourne

4

1975

1977

1996

1999

South Melbourne

3

1909

1918

1933

Brisbane

3

2001

2002

2003

West Coast

3

1992

1994

2006

Adelaide

2

1997

1998

Footscray

1

1954

St Kilda

1

1966

Port Adelaide

1

2004

Sydney

1

2005

Sydney Swans

1

2012

100 años de fútbol australiano (1996)

[youtube]4bykWXizC1w[/youtube]

Reglas de juego (simplificadas).

El objetivo del juego es, como en la mayoría de los deportes, anotar más puntos que el equipo rival.

El balón con el que se juega tiene forma ovalada, parecido al balón de rugby.

El campo de juego también es ovalado, midiendo entre 135 y 185 metros de largo y entre 110 y 155 metros de ancho. En Europa, al no disponer de campos tan grandes, se juega en campos de fútbol o de rugby.

Cada equipo está formado por 18 jugadores (9 en la versión europea).

La zona de anotación la componen 4 palos separados 6,4 metros entre sí. Los dos palos centrales son más altos. Existen dos anotaciones: el ‘goal’, que vale 6 puntos, y el ‘behind’, que vale 1 punto. Un ‘goal’ se consigue chutando la pelota y que esta pase entre los palos centrales, sin que ningún rival la toque. Si el balón toca alguno de los palos, pasa entre un palo central y uno lateral o pasa entre los palos centrales, pero no tocado en última estancia por el pie de un atacante, se conseguiría un ‘behind’.

Codigos02Los jugadores pueden pasarse la pelota con el pie o con la mano, sosteniéndola en una mano y golpeándola con el otro puño, pero está prohibido arrojarla o lanzarla. Un jugador puede correr con la pelota en la mano siempre que la bote o la deposite en el suelo por lo menos una vez cada 15 metros. Un jugador también puede ser placado y si no suelta la pelota el equipo contrario recupera la posesión.

Sin duda alguna la jugada estrella del fútbol australiano es la marca. Después de que un jugador chute la pelota, si ésta es recogida al vuelo por otro jugador que esté alejado al menos 15 metros del pasador, se produce una marca. De esta manera, el jugador que ha conseguido dicha marca tiene la posibilidad de realizar un tiro a palos o un pase con el pie sin oposición ni riesgo de ser placado.

El tiempo de juego se divide en 4 cuartos de 20 minutos de duración con pequeñas interrupciones de descanso entre las mismas, excepto entre el segundo y tercer cuarto que se disfruta de un tiempo de descanso mayor. Después de cada descanso se cambia de campo y se saca con bote neutral en el centro del campo. Esta última acción de saque neutral se reproduce siempre después de un ‘goal’ (no de un behind).

Tanto desde el punto de vista del jugador como del espectador, estamos hablando de uno de los deportes más espectaculares que existen por su exigencia física, vistosidad, rapidez de juego y variación continua del marcador. En cuanto a los códigos de fútbol,  junto al gaélico, es el más exigente sin duda. Poseen la velocidad y movilidad del asociación y la contundencia y cuerpo a cuerpo del rugby o americano.

The Rules of Australian Rules Football

[youtube]n0rd9KbL1Bs[/youtube]

El footy en la actualidad.

Codigos03En Australia, existe una Liga Nacional formada por 16 equipos de todo el país (Australian Football League). La temporada comienza en marzo y termina a finales de septiembre.

La puntuación es de 4 puntos cada victoria y 2 cada empate.

Los 8 mejor clasificados disputan en el período de un mes la “Toyota AFL Finals Series”.

No existen los ascensos y descensos aunque la Liga puede admitir nuevos equipos si así lo considera.

El club vencedor de la temporada regular recibe el “Trofeo McClelland”, aunque el verdadero campeón de la Premiership es quién gana la Gran Final de septiembre.

Durante los últimos 10 años, se han formado ligas en muchos países (USA, Irlanda, Dinamarca, Inglaterra, Alemania, Canadá, Japón, Samoa, Nueva Zelanda…)

Campo europeo

Campo europeo

La próxima edición de la Liga de Campeones 2015 que se disputará en Amsterdam tiene a ambos clubes españoles clasificados para disputarla.

El footy en España.

Codigos05En estos momentos existen en España dos clubes que se dedican a la práctica del fútbol australiano. Ellos son Madrid Bears AFC (Madrid) y Els Llops del Plá de Santa María (Tarragona).

Codigos06Con anterioridad existieron estos otros:

Belfry Valls se fundó en 2002. Es considerado como el club referente de este deporte en Cataluña. Llegó a formar en 2008 una sección de fútbol gaélico.

RC Cornellà Bocs es el nombre actual de Barcelona Stars FC. Barcelona Stars fue fundado en 2005 por Pere Casan Bonet con la franquicia del desaparecido Wendells Salou, equipo fundado en 2004 por Denis Pereira.

Gabas Tarragona fue fundado en 2004 por Gabaldo dos Santos. Se fusionó con los restos de Wendells Salou.

Coyotes Alt Camp fueron fundados en 2004 por Leandro Recendes. Posteriormente pasaron a la disciplina de los Belfry Valls. La franquicia pasó a Lérida tomando el nombre de Lleida Coiots en 2005, fundado por Ricardo Muñiz.

Valls Fire, Alt Camp, Picamoixons Birds, Kossetans Valls o Móstoles Kangaroos son otros equipos ya desaparecidos.

En su momento se disputó una Liga catalana que fue conquistada por Belfry Valls en cuatro ediciones (2005, 2006, 2007 y 2009) y Cornellà Bocs en 2008. Se denominó Lliga de Futbol Australiá de Catalunya.

Según el censo 2004 de World Footy News, en España existían 5 clubes, 1 en Madrid (Madrid Bears) y 4 en Cataluña (Belfrys, Coyotes, Wendells y Gabas), con 58 jugadores, todos senior. A día de hoy la situación ha ido a peor, con un equipo en cada una de estas comunidades autónomas y sin haberse extendido por el resto de España. Sin ayudas de las autoridades deportivas y patrocinadores es difícil dar el paso.

Madrid Bears, un equipo con historia.

Formado en 2002 por el australiano Jeffrey Callow (24-1-1958), comentarista televisivo de fútbol australiano en Sportmania por aquel entonces.

Codigos07

Abril 2003 Se juega el primer partido contra la selección catalana. Madrid Bears 96 – 16 Cataluña.

Mayo 2003. Se juega en Madrid el primer partido entre clubes en España. Madrid Bears – Belfry Valls.

Marzo 2005 Partido entre los Madrid Bears y el equipo inglés de North London Lions.

Noviembre 2010 Tercera posición de los Madrid Bears en el torneo del Mediterráneo celebrado en Toulouse (Francia).

Codigos08

Octubre 2012. Pablo Mas, elegido para participar en el equipo continental en el All-Star Curtain Raiser Match.

27 Octubre 2012. Madrid Bears 39 – 96 South Cardiff Panthers.

25 febrero 2014 Partido en El Plà de Santa María (Tarragona). Els Llops 46 – 146 Madrid Bears

8 Marzo 2014 Partido en Madrid frente a West London Wildcats

29 Marzo 2014 Partido en Madrid frente a North London Lions

18 octubre 2014 Partido internacional Madrid Bears 19 – 114 Manchester Mosquitoes

La International Cup.

Codigos09El Campeonato del Mundo de fútbol australiano (International Cup) es la competición amateur más importante a nivel internacional. La primera edición se celebró en 2002 y desde entonces se ha celebrado cada 3 años (2005, 2008 y 2011), aumentando la popularidad y el número de equipos participantes en cada edición.

En el año 2005 España participó por primera vez, y su presencia no pasó inadvertida ni para el público ni para la prensa local, tal y como recoge aún a día de hoy la web oficial de la AFL.

Plantilla que presentó España:

ESPAÑA  – THE BULLS

Colores: Azul con rayas rojas y amarillas
Entrenador: Jeff Callow
Secretario Técnico: Andrew Nielsen

Nombre Club
1 Ricardo CARRO Serer Madrid Bears
2 Alejandro NUEZ Madrid Bears
3 Andrés FERNÁNDEZ Madrid Bears
4 Juan Jose Martin DE CABO (c) Madrid Bears
5 Manuel HERNANGOMEZ Madrid Bears
6 Ricardo LLENARES Madrid Bears
7 Pedro CRISTOBAL Madrid Bears
8 Santiago LLENARES Madrid Bears
9 Vidal FERNANDEZ Madrid Bears
10 José Francisco LORENTE Madrid Bears
11 Victor de Ia Cruz RIVERA Madrid Bears
12 Andrés ANTEQUERA Madrid Bears
13 Pablo MAS (v/c) Madrid Bears
14 Antonio AVILA Madrid Bears
15 Jesus Garcia LLAMAS Madrid Bears
16 Javier MEDINA Madrid Bears
17 Francisco HUESO Madrid Bears
18 Jose Carlos SANCHEZ Madrid Bears
19 Pascual FERNÁNDEZ Madrid Bears
20 Oscar SUAREZ Madrid Bears
21 Juan Antonio LLENARES Madrid Bears
22 ALVARO Dublin Demons
23 Antonio MIER Madrid Bears
24 Antonio ENCINAR Madrid Bears
25 Francisco MONTES-JOVELLAR Madrid Bears
26 Joe MORALES Madrid Bears
27 Jose Luis Carro SERER Madrid Bears

La edición de 2008 contó con la participación de 16 equipos y más de 700 jugadores. La final enfrentó a Nueva Zelanda y a Papúa Nueva Guinea en el espectacular MCG, el mayor estadio de Australia con capacidad para más de 100.000 personas.

Codigos10La edición de 2011 se disputó en las ciudades australianas de Melbourne y Sidney entre el 12 y el 27 de agosto de 2011.

Las selecciones. España y Cataluña.

Formación de la selección española

Formación de la selección española

La selección española no ha recibido ningún apoyo del Consejo Superior de Deportes, el cual en contestación a una carta de Callow en 2005, negaba su apoyo por considerar que el fútbol australiano es un deporte minoritario. Este año se ha repetido la situación. Siendo designada España para organizar el próximo Europeo, ha habido que renunciar por falta de apoyo.

Por el contrario, la situación de la LFAC es totalmente diferente ya que cuenta para participar en este campeonato con el respaldo de la Generalitat y de la Plataforma Pro-selecciones deportivas catalanas. Con ese apoyo pueden participar en las competiciones internacionales.

La selección española está representada únicamente por jugadores del equipo madrileño Madrid Bears. La simbiosis entre Madrid Bears y selección española es total. Suele disputar sus partidos en la Ciudad Universitaria.

No existe ninguna federación a nivel nacional, tan solo la Lliga de Futbol Australià de Catalunya que compite a nivel internacional con todos los derechos. Fundada en 2003, en 2004 entra a formar parte del entramado internacional de la AFL. Es miembro fundador de AFL Europe.

Codigos12Palmarés de la selección española (Bulls):

La más importante de las competiciones disputadas es la AFL International Cup de 2005 en Melbourne, en la que quedó en 10º lugar.

Mayo 2003 Se celebra el campeonato de Europa Central de fútbol australiano en Madrid. Participan Alemania, Inglaterra y España. España consigue ganar el campeonato.

11 Octubre 2003 España 37 (5-7) – 169 (26-13) Australian Convicts

Julio 2004 Subcampeones de Europa Central en el campeonato celebrado en Düsseldorf (Alemania). Participaron las selecciones de Francia, Alemania, Bélgica, Austria y España.

Agosto 2005 Participación en el Campeonato del Mundo de Futbol Australiano (International Cup) celebrado en Melbourne (Australia).

  3-8-2005. España 17 (2-5) – 88 (13-10) Japón

  5-8-2005. Nueva Zelanda 105 (15-15) – 3 (0-3) España

  7-8-2005. España 12 (2-0) – 41(5-11) Estados Unidos

  9-8-2005. Sudáfrica 84 (12-12) – 13 (2-1) España

13-8-2005. Japón 73 (11-7) – 13 (2-1) España

Octubre 2009 Cuarta posición en el campeonato Europeo (EUCUP) celebrado en Zagreb (Croacia).

Octubre 2010 Quinta posición en el campeonato Europeo (EUCUP) celebrado en Milán (Italia).

Grandes figuras de la selección española:

Gonzalo Mas (27-12-1989) – Máximo goleador de la Mediterranean Cup

Pablo Mas (29-1-1979) – Convocado con el Continental Team, premio honorifico de London Dragon en amistoso con presencia de Brett Kirk

Mario Vázquez (18-8-1986) – MVP Europe 2010, Bronze Foot 2011, Bronze Foot 2013

José Francisco Lorente – Jugador de los Madrid Bears, de 1’78 metros de altura y 80 kilos de peso. Estudiante de derecho. Elegido mejor jugador español en la International Cup de 2005.

Seleccionados en el Team Europe (equipo ideal de la EU CUP):

Mario Vázquez, cuatro veces; Pablo Mas, tres veces; Dani Ribas (15-11-1982), dos veces; Baggio y José Manuel Fernández (2-6-1976), una vez.

Formación de la selección catalana

Formación de la selección catalana

Codigos14Palmarés de la selección catalana:

Ha participado en las Copas europeas de 2005, 2007, 2008, 2010, 2011, 2013 y 2014.

Varios de sus componentes también han recibido menciones de carácter internacional.

Los diferentes seleccionadores han sido Pere Moliner (2005), Douglas Pate (2007-2008), Darren McGrath (2010).

Un ejemplo práctico de lo que es este deporte podemos observarlo en los dos siguientes vídeos; el primero es un corto promocional realiado por la AFL y el segundo es la última final vivida del campeonato australiano. Pura agitación. A disfrutarlos.

This is Australian Rules Football.

[youtube]zxhqXzVBen4[/youtube]

Gran final de la AFL de 27 de septiembre de 2014 (emitido por Eurosport y Sportmania en nuestro país).

[youtube]j73gUX7N_IQ[/youtube]

Quiero agradecer a los Madrid Bears la ayuda que me han prestado, especialmente a Mario Vázquez y Dani Ribas.

¡¡¡Salud y football!!!

Fuentes:

Madrid Bears

Aussie Rules para todos      http://pruebadeblog-mario.blogspot.com.es/

AFL, AFL Europe, AFL España

http://www.thefootyrecord.net/

World footy news

Wikipedia