Introducción: todos los caminos llevan a Masferrer

Muchas de las personas que en los últimos años se han dedicado a estudiar la historia del deporte y de la educación física en España han constatado el mismo fenómeno: entre los nombres de los pioneros, hay uno que aparece continuamente, casi obsesivamente, desde finales del siglo XIX hasta 1940. Ese nombre, ese hombre, es Narciso Masferrer Sala (Madrid, 1867-Barcelona, 1941).

Masferrer es una referencia obligatoria, central, en cualquier intento de reconstruir y comprender la historia del ciclismo, del fútbol, de la gimnástica, del motociclismo, del automovilismo, de la natación, del olimpismo, del atletismo, etcétera, etcétera, en España. La cronología de su vida y obra incluida en este número monográfico puede dar una idea de la ubicuidad, la hiperactividad, la longevidad y la persistencia de su tarea de apostolado deportivo. Esta se inicia en 1886, cuando con apenas 19 años se estrena como periodista deportivo en una publicación madrileña de la época, y tan solo se cierra con su enfermedad y su fallecimiento en abril de 1941, poco antes de cumplir los 74 años.

Hemos utilizado la palabra “apostolado” con toda la intención. No se trata de una metáfora gratuita, ni de una hipérbole hija de la admiración. Sus contemporáneos ya lo consideraron de forma unánime como el apóstol del deporte español, y lo hicieron con pleno conocimiento de causa y de forma totalmente justificada. Se puede decir sin exagerar que Masferrer dedicó su vida (al menos en su faceta pública) a implantar y a difundir la práctica deportiva en España. No por capricho o por afición; ni siquiera por simple interés, dada su condición de editor y periodista deportivo, sino por algo mucho más grave y trascendental: para regenerar a España. Tal y como suena.

Nuestro hombre, como cualquier persona culta, inteligente y sensible de su época, vivió en permanente zozobra por el destino incierto de su país, a la vista de las inmensas carencias, desequilibrios y tensiones que atravesaban la sociedad española de finales del XIX y primeras décadas del XX. Una preocupación más que justificada, a la vista de cómo acabaron en 1939 aquellos lustros de desastres coloniales, inmoralidad y corrupción política, guerras africanas, alzamientos militares, tentaciones dictatoriales, violencia social y tensiones territoriales.

En 1898, cuando se consuma la catástrofe final del imperio español de ultramar, Masferrer tiene 32 años. Él, como muchísimos otros, ve venir la deriva del régimen de la Restauración; intuye el desmoronamiento de la precaria paz social; presencia en primera línea el surgimiento del catalanismo político; resiente profundamente las carencias de una sociedad y de un estado miserables, arcaicos, semianalfabetos, atrabiliarios, dislocados y exhaustos. Los intelectuales de la época: Generación del 98, regeneracionistas, anarquistas, socialistas, etc., predicarán múltiples soluciones para todos estos males. En contraste con las diversas utopías políticas que proclaman ideólogos de uno y otro signo, la propuesta regeneradora de nuestro hombre es simple, diáfana, práctica y relativamente barata: hay que deportizar España. Tal y como lo ven él y un puñado de compañeros suyos de cruzada (la gran mayoría catalanes), la implantación masiva de las prácticas deportivas proporcionará la base para la regeneración física de una sociedad castigada por todo tipo de enfermedades y por una altísima mortalidad, y la cura para los malestares psicológicos que afligen a gentes de todas las clases sociales. “Mens sana in corpore sano”, predica Masferrer a machamartillo. La redención de los ciudadanos, palabra que aparece continuamente en sus escritos, pasa necesariamente por que estos abracen el deporte en cualquiera de sus modalidades, preferiblemente al aire libre.

En realidad se trata de una propuesta en plena sintonía con las proclamas de los grandes impulsores del deporte en la Europa finisecular, a la que Masferrer –sin duda– quiere acercarse. Como Coubertin en las décadas de 1880 y 1890, por citar un ejemplo, Masferrer cree sinceramente en la cultura deportiva como bálsamo sanador de una sociedad que estima a la deriva. Se trata, sin duda, de una visión ingenua desde una perspectiva social y política amplias, complejas, pero en realidad parcialmente efectiva. No debe confundirse la propuesta sociodeportiva de Masferrer con una utopía redentista. En realidad nuestro hombre no era ni utópico ni redentista, sino un incansable trabajador que aspiraba a construir una sociedad más justa y sana, más parecida a la europea occidental del cambio de siglo. En este sentido, se puede considerar que la victoria de Masferrer, aunque póstuma, ha sido completa. Nuestro hombre soñó toda su vida con una España deportiva de arriba abajo, es decir, desde la monarquía hasta el más humilde de los obreros, cuyo síntoma principal sería la presencia internacional del deporte de élite español en pie de igualdad con el del resto de naciones civilizadas. Misión cumplida, don Narciso: España es desde hace años potencia deportiva global, y hoy en día en el país no hay pueblo mediano que no tenga polideportivo con piscina, instalaciones en las que se ejercitan diariamente millones de personas de ambos sexos y de todas las edades. Por no hablar de los cientos de miles de actividades al aire libre, organizadas o no, colectivas o individuales, que tienen lugar cada día por las calles, carreteras, caminos y montes del país.

Si aceptamos de una vez por todas que el proceso de deportización ha constituido un fenómeno material y espiritual extraordinariamente importante para el país, y si constatamos la centralidad de Narciso Masferrer en este proceso, llama la atención el semianonimato en que se ha mantenido su memoria hasta hace bien poco[1]. De hecho, este monográfico es el primer intento de aproximarse a su vida y a su obra de una manera más o menos sistemática. Se podrían señalar varias razones para este olvido, empezando por la relativa juventud y falta de pedigrí académico de la historiografía social del deporte en España, al menos en comparación con el mundo anglosajón; pero también la propia trayectoria de Masferrer y su significación (o falta de significación) política.

Tal y como apunta Xavier Torrebadella en su artículo recogido en este monográfico, Masferrer fue “el amigo de todos”, en el sentido de que, fueran cuales fuesen sus convicciones personales, siempre procuró mantenerse formalmente alejado de cualquier forma de lucha política, ya que siempre creyó firmemente que el deportivismo tenía que ser un movimiento interclasista y no partidista. O sea que, aparte de manifestarse sin estridencias como hombre de orden, enemigo de toda fórmula rupturista, y de alguna corta veleidad de activismo (concretamente en la facción democrática del Partido Liberal liderada por José Canalejas), Masferrer se mantuvo al margen de las luchas de partido de cualquier signo e intentó mantener buenas relaciones con cualquier fuerza o proyecto que pudiera contribuir a su ideal deportizador. Esta actitud no beligerante en materia política, hasta cierto punto oportunista, seguramente le salvó la vida al inicio de la Guerra Civil, cuando por su condición de hombre de orden se convirtió en blanco objetivo de la violencia revolucionaria (véase el artículo de este monográfico sobre su actividad en el ámbito del ciclismo). Y como hombre de orden que era, durante el conflicto se decantó irremediablemente hacia el bando franquista, el cual lo rescató en 1939 para liderar la reconstrucción del ciclismo en España, papel que solo pudo desempeñar hasta diciembre de 1940, cuando la enfermedad determinó su retirada definitiva.

Una consecuencia de todo esto es que Masferrer haya tenido la desgracia de que ninguna corriente política o ideológica lo haya reivindicado: su vinculación con el franquismo (y anteriormente, su condición de monárquico y sus buenas relaciones con la dictadura de Primo de Rivera) lo han hecho aborrecible y digno de olvido a ojos de las diversas izquierdas españolas y catalanas; y por otra parte, su condición de catalán no catalanista, aunque al mismo tiempo de madrileño de nacimiento pero de sensibilidad cien por cien catalana, lo han invisibilizado a ojos de ambos nacionalismos en competencia en Cataluña: el catalán y el español.

Conscientes de la enorme injusticia de este olvido, pero también de la grave laguna que suponía para la historiografía del deporte en España, un grupo de estudiosos e historiadores del deporte decidimos aprovechar la fecha del 26 de abril de 2017, coincidiendo con el 150 aniversario de su nacimiento, para organizar un seminario académico dedicado a su memoria. La idea partió de uno de los más acérrimos masferrerianos, Fernando Arrechea, y la iniciativa estuvo a cargo de quienes esto firman. Fue así como el día indicado pudimos celebrar el seminario en el Museu Melcior Colet de la Secretaria General de l’Esport de la Generalitat. Inauguraron el acto Oriol Marcè, vicepresidente del Consell Català de l’Esport, y Alberto Aragón, coordinador del Centre d’Estudis Olímpics i de l’Esport Joan Antoni Samaranch de Barcelona. Presentaron comunicaciones en torno a la figura de Masferrer los historiadores Xavier Pujadas, y Xavier Arranz, de la Universitat Ramon Llull; Xavier Torrebadella, de la Universitat Autònoma de Barcelona; Fernando Arrechea, doctor por la Universidad Católica de Murcia, y Bernat López, de la Universitat Rovira i Virgili. El acto contó con el apoyo de la Càtedra URV-Repsol d’Excel·lència en Comunicació. El presente monográfico recoge la mayoría de estas aportaciones, con el deseo y la esperanza de que sirvan para colocar a la figura de Masferrer en la agenda académica, pero también (y aunque sabemos que esto es mucho pretender) en la agenda político-ciudadana.

 

Bernat López*

Universitat Rovira i Virgili

 Xavier Pujadas*

Universitat Ramon Llull

*Editores del número monográfico sobre Narciso Masferrer

 


[1] Seguramente la primera obra académica en que se reivindicó la figura de Masferrer es el libro pionero de Xavier Pujadas y Carles Santacana L’esport és notícia (Diputació de Barcelona-Col·legi de Periodistes de Catalunya, 1997).




Narciso Masferrer y el deporte en la encrucijada del regeneracionismo, el nacionalismo y el problema social en la España de principios del siglo XX (1897-1920).

Introducción

La conjunción del deporte contemporáneo con la política propiamente dicha, es decir, cuando el deporte entra en las fauces de los intereses del Estado, tiene su especial configuración en el contexto de la Primera Guerra Mundial. En el caso de España, aunque el país permaneció ajeno a los sucesos beligerantes, también puede decirse que el deporte tomó carta de naturaleza a partir de la coyuntura internacional de entreguerras. Sin embargo, en Cataluña el deporte adquirió unos matices nacionalizadores en los que ya se entreveía el alcance social e ideológico del catalanismo político. Sin duda alguna, es en la prensa de la época donde podremos localizar los rasgos que proyectaron que el deporte entrara cada vez más en las redes políticas, una trayectoria que tuvo su punto álgido en el periodo de la II República.

Sin embargo, el deporte pretendidamente apolítico tenía sus apóstoles, que, sin tomar partido por opciones políticas determinadas, se invistieron de un discurso regeneracionista, modernizador y democrático, que trataba de esquivar las confrontaciones ideológicas. Entre estos apóstoles del deporte quizás deberíamos, ya de una vez por todas, reconocer a la figura omnipresente de Narciso Masferrer y Sala, sin duda alguna la persona que más protagonismo encarnó en los albores del deporte moderno en España, por lo que debería ser recordado en todo el país como la figura más importante y trascendente de la historia del deporte.

De aquí que el objetivo de este trabajo sea el insistir más en la impronta y trascendencia de Narciso Masferrer, aportando una inédita interpretación y valoración de su decisiva influencia en el deporte español de finales del siglo XIX y principios del siglo XX (1897-1920). Por lo tanto, vamos a relacionar las iniciativas de Narciso Masferrer con los momentos históricos, en especial con los sucesos políticos, los cuales siempre marcaron el devenir de los acontecimientos deportivos, y que a la sazón, Narciso Masferrer siempre supo moldear en provecho de la causa de la regeneración y modernización de la sociedad española. Nos detenemos en 1920, año de especial significación que da lugar a la primera participación olímpica del deporte español, que al mismo tiempo coincide con la retirada de Masferrer de la dirección de El Mundo Deportivo, para concentrarse y encargarse de la dirección de la sección deportiva de La Vanguardia y de la revista Stadium, entre 1920 y 1929, última etapa de su labor como periodista deportivo.

Metodológicamente el trabajo se sustenta en el análisis histórico de raíz constructivista, principalmente elaborado a partir de las redacciones deportivas dirigidas por Narciso Masferrer (Los Deportes, El Mundo Deportivo, Stadium y La Vanguardia) y la localización de artículos de opinión, en los que Masferrer expresa rasgos de su pensamiento ideológico o político. De igual modo, hemos utilizado otros estudios que sirven para contextualizar y reforzar el momento en cuestión.

Narcís Masferrer i Sala. Fuente: Arxiu Nacional de Catalunya. Fons Anc1-585 / Josep Maria Sagarra i Plana. Código de referencia ANC1-585-N-14259

Narcís Masferrer i Sala. Fuente: Arxiu Nacional de Catalunya. Fons Anc1-585 / Josep Maria Sagarra i Plana. Código de referencia ANC1-585-N-14259

Narcís Masferrer y la forja del deporte en España

Masferrer nació en Madrid en 1867, el mismo año en el que moría el Conde de Villalobos (Francisco Aguilera y Becerril), reconocido como el primer apóstol de la gimnástica en España (Torrebadella, 2017). Así que las casualidades del destino hicieron que Masferrer remplazara a este reconocido gimnasiarca, pero en este caso, como el más importante apóstol que ha tenido España en el deporte.

La llegada de Masferrer a Barcelona a principios de 1895 marcó una inflexión en el desarrollo del deporte español. Coincide con los episodios de las crisis colonial y finisecular. Barcelona es una ciudad poderosamente rica, ostentosa, ociosa y clasista, cuya vida rutinaria se enzarza con las miserias sociales y la lucha obrera. La debacle política y financiera de 1898, metafóricamente hablando, hace de Barcelona una ciudad rabiosamente descontenta consigo misma y con la política española. La coyuntura social y política es compleja, y principalmente en la juventud, la desazón y las frustraciones son contingentes con la vida de la misma ciudad. Este es el caldo de cultivo del que Narciso Masferrer aprende, pero también, en esta coyuntura encontró las principales dificultades para sus ambicionados e idealistas proyectos.

En primer lugar hemos de destacar la promoción de Masferrer en la creación –el 3 de abril de 1897– de la Asociación Catalana de Gimnástica (1897), que puso los cimientos de una obra de edificación regeneracionista, y que, junto al órgano portavoz de Los Deportes (1897-1910), el cual también lo fue, oficiosamente, de la Unión Velocipédica Española (UVE), de la Federación Gimnástica Española (FGE, 1898-1909) y de otras entidades, inició desde Barcelona la más brillante trayectoria personal en el deporte español.

En la sesión inaugural de la Asociación Catalana de Gimnástica (en los salones del Fomento del Trabajo Nacional), la palabra de Narciso Masferrer es la que puso en acción la causa de los intereses nacionales de la educación física, ante el abandono que el gobierno mostraba (Trapecio, 1897):

Pondero la importancia y trascendencia de la educación física; censuro la supresión de la Escuela Central de Profesores de Gimnástica; abogo por su reapertura y por la realización de los propósitos del legislador organizando la enseñanza y ordenando los ejercicios en todos los establecimientos del Estado, y manifiesto la opinión de que el abandono de los gobiernos de España de la educación física de la juventud da lugar a que su ejército, arrojado como el primero, sienta diezmarse por las influencias de climas insalubres, cuales los de nuestras colonias, privándose de combatir con el denuedo que le inspira el patriotismo y la índole de la raza. Invito a todas las clases sociales a que presten su apoyo a las asociaciones gimnásticas para la regeneración del pueblo, y termino saludando a nuestros hermanos de allende los mares (La Asociación Catalana de Gimnástica, 1897, p. 11).

Como veremos, Masferrer se ganó la confianza y el respeto de influyentes personas, no siempre afines políticamente. Uno de los primeros fue la amistad que mantuvo con Josep Llunas i Pujals (1852-1905), que fue el promotor de la revista Barcelona Sport y luego se unió a Los Deportes, fundada y dirigida por Masferrer. Llunas fue un destacado libertario de signo catalanista que participó activamente en las primeras organizaciones del anarquismo catalán (Vicente, 1999)[1]. Aun y las diferencias de criterio que mantenían, creemos que las ideas de Llunas en torno a la cuestión social influenciaron a Masferrer. Años atrás, Llunas se había destacado por su activismo anarquista, fue muy querido y apoyó todas las causas de las luchas obreras cuyo signo fuese contrario a toda violencia. Pero además fue un regeneracionista íntegro cuyo desvelo por la educación física no tuvo límites y colaboró animosamente con la FGE.

Estas primeras instituciones construidas en la coyuntura del destaraste finisecular y la pérdida del orgullo nacional encumbraron a Los Deportes y a Masferrer a promover, en la encrucijada de los discursos del regeneracionismo, a una generación propia de prohombres (Torrebadella, 2014) que luchaban para que “la regeneración física” llegase a todas las regiones de España (Masferrer, 1897). Masferrer dirigió Los Deportes hasta finales de 1902, cuando pasó a ocupar la presidencia de la UVE (Masferrer, 1903).

Pensamos que la FGE fue un proyecto de Masferrer, un proyecto que tuvo el apoyo de amigos-políticos de destacado renombre; entre éstos cabe citar al manifiesto José Canalejas Méndez (1854-1912) y a Rafael Rodríguez Méndez (1845-1919), político del Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux (Masferrer, 1919). Aunque políticamente enfrentados, Canalejas y Rodríguez Méndez eran liberales y republicanos. No obstante, muy pronto surgieron las desavenencias en el seno de la entidad. Primeramente, no se podía dirigir desde Madrid un movimiento deportivo que tenía a Barcelona (y Cataluña) como principal baza en la promoción y desarrollo de todo cuanto acontecía. De aquí que la FGE fuese después de su constitución dirigida desde Barcelona. En segundo lugar, se encontraba el estímulo asociacionista del fútbol, puesto que muchos de los clubes no deseaban pertenecer a la FGE, que, como acertadamente menciona Artells (1972), no era bien recibida entre los sectores simpatizantes con el emergente catalanismo político.

No obstante, otra faceta directiva de Masferrer estaba en el ciclismo (López, 2010), del que puede decirse que fue el primer deporte organizado en España. El entusiasmo por este deporte le llevó a ostentar cargos (vocal, secretario general, vicepresidente) en la junta directiva y también a presidir en varias ocasiones la entidad (1902-1904/1911-1913/1939-1940). El desarrollo del ciclismo como deporte y como industria desembocó en la primera práctica física de masas que socialmente cambió los estándares de la movilidad urbana, sobre todo en Barcelona (Pernau, 2003). Después de la dirección de Los Deportes y de varios ensayos periodísticos de corta duración (Vida Deportiva, El Cardo, Arte y Sport) Masferrer encontró lo que andaba buscando, un periódico sencillo y popular que diera noticia de todo cuanto se relacionaba con la educación física y deportiva del país. Masferrer iniciaba, puede decirse que desde ese momento, una cruzada personal por la conquista deportiva de todo el país (López, 2016).

El Mundo Deportivo se creó después del fracaso de dos iniciativas deportivas de altos vuelos. La primera de ellas fue la citada FGE, y la segunda, la sociedad barcelonesa de Sportsmen’s Club (1903-1905). Así, la idea del nuevo proyecto tenía una única misión: llevar la propaganda deportiva más allá de Barcelona. Con lo cual surgió una agrupación de voluntades convocadas por Masferrer que buscaban este propósito. Cabe destacar entre estos a José de Togores, Joaquín Cebeira, Jaime Grau, Federico Casanovas, Antonio Viada, Miguel Arteman, Manuel F. Creus, Alfonso Almasqué, Puig, Armadá, Font Valencia, Udo Steinberg, José J. Martí (Un Suplente), Adolfo Revuelta, Cano y Garrido. Esto llevó a la fundación el 1 de febrero de 1906 de El Mundo Deportivo, que seguía como modelo el periódico deportivo L’Auto-Vélo de París (Pujadas y Santacana, 1997; Sainz de Baranda, 2013).

El Mundo Deportivo nace por voluntad y decisión de unos cuantos entusiastas resueltos y decididos por el sport, que estudiando bien el asunto, tras largas deliberaciones han entendido que en materia del sport procede, antes de aventurarse en temerarias empresas —muchas de las cuales fracasaron tras titánicos esfuerzos—, realizar una activa propaganda emprendiendo una campaña seguida, continuada, tenaz, sin desmayos ni interrupción alguna, alentando a todos, excitando a todos, amparando toda idea, todo propósito, que tienda a difundir y enaltecer las aficiones a los ejercicios físicos de que tan necesitada está la juventud española, salvo una mínima excepción tan insignificante! que casi puede considerarse poco menos que nula.

Por la cultura física, por la soñada y tan cacareada regeneración física, luchamos sin cesar; este es nuestro fin primordial, como también contribuiremos por otra parte con todos nuestros alientos a propagar la excelencia de los ejercicios físicos, la práctica de todos los deportes, de toda clase de juegos (Nuestros propósitos, 1906).

El Mundo Deportivo se funda en 1906, momento en el que Solidaritat Catalana (1906-1909) se presentaba como la alternativa catalanista unitaria en contra del gobierno centralista de Madrid. La política en Cataluña quedaba fragmentada en dos grandes bloques ideológicos, nacionalistas catalanes y nacionalistas españoles. Es en este momento cuando Masferrer inicia una vuelta por España y establece vínculos con lo que cree que debería ser la unidad de todo el deporte español (Torrebadella, 2015). Las tensiones entre los políticos del nacionalismo catalán y el gobierno de Madrid iban en aumento, a raíz de la polémica Ley de Jurisdicciones. En este conflicto El Mundo Deportivo se manifestaba satisfecho de la presencia de “nuestros ciclistas” en la multitudinaria manifestación promovida por Solidaritat Catalana del 22 de mayo de 1906 en el Passeig de Sant Joan contra la ley de Jurisdicciones[2], los cuales lucían camisas con las barras catalanas y la típica barretina (Arteman, 1906; Serra, 1906). No obstante, esta manifestación, que no era más que un grito unánime a favor de la democracia y de la libertad de expresión, también proclamaba la solidaridad entre las regiones de España, algo que desde El Mundo Deportivo se intentaba lograr a través del impulso regeneracionista que cohabitaba con un modelo deportivo moderno y europeizante. La dirección de Masferrer en El Mundo Deportivo entre 1906 y 1920 fue un período significantemente productivo para incardinar socialmente una cultura física, base tangible sobre la que se fraguó el boom del asociacionismo deportivo de los años veinte.

El Mundo Deportivo trató siempre de desvincularse de los debates políticos, y también de las cruentas luchas sociales que azotaban especialmente a Barcelona, una situación que no siempre fue fácil y comprendida (La Redacción, 1920a). A ello también se han referido Pujadas y Santacana (1997), al situar a El Mundo Deportivo como la primera plataforma del deporte dirigida a construir una acción pública de utilidad social y económica, afirmación que podía visibilizarse en la movilización de la Gran Semana Deportiva de 1907 (Torrebadella, 2015) y en las campañas pro olimpismo promovidas entre 1913 y 1924 (Finestres y Llauradó, 2002; Pujadas, 2006; Torrebadella y Arrechea, 2016, 2017).

Días después de la amplia movilización ciudadana, entre el 25 y el 28 de mayo de 1906, se emprendía la caravana automovilística Barcelona-Madrid, en ocasión de la boda real de Alfonso XIII (Marial, 1906), que trasciende en Barcelona a raíz del atentado frustrado que planeó el culto industrial sabadellense Mateo Morral (Masjuan, 2009). Al cabo de un año, como ya hemos adelantado, la organización la Gran Semana Deportiva de Barcelona ponía las bases del turismo deportivo:

Estamos interesados en ello todos los amantes del sport; si triunfamos, si conseguimos nuestro objeto, esto es, atraer a miles los turistas tanto del extranjero como de España, que no por ser españoles dejan de ser turistas, habremos conseguido tres cosas a cual más importantes: que se implanten con carácter periódico las fiestas deportivas en Barcelona; que acudan nacionales y extranjeros a visitar nuestra bella capital sin prejuicios ni prevenciones ridículas que no deben existir y a que por el natural y lógico espíritu de imitación, en las demás ciudades de España se siga nuestro ejemplo y sean por fin las fiestas de sport las que aparezcan en primer término y las que alcancen más grande éxito y revistan mayor importancia. Entonces podrá felicitarse España de ser una nación que se preocupa de los grandes problemas que afectan a la cultura física, hasta el presente poco menos que desconocidos y abandonados (Masferrer, 1907, p. 2).

Mientras Barcelona padecía la Semana Trágica en el verano de 1909, en El Mundo Deportivo se presentaba la iniciativa de crear una Federación Española de Clubs de Foot-ball, la cual venía auspiciada también por Narciso Masferrer, junto a sus amigos Hans Gamper, presidente del Futbol Club Barcelona, y Emilio Coll, presidente de la Sociedad Gimnástica Española de Madrid (Gamper, Coll y Masferrer, 1909). Del impulso de esta Federación no se descartaba que en un futuro surgiese la idea para constituir una “Federación Atlética Española”:

Así, pues, la Federación Española de Clubs de Foot-ball, una vez que tuviera jurisdicción sobre todas las sociedades que practican el foot-ball, podría excitarlas a practicar las carreras a pie, los cross-country, la natación, etc., etc., y desarrollados estos deportes en la medida que se juzgara oportuna, llamar entonces a concurso a todas las entidades dedicadas en España a la práctica de ejercicios atléticos y constituir fuerte y vigorosa la Federación Atlética Española (Masferrer, Gamper, Coll y Muga, 1909, p. 1).

Con el estímulo de haber impulsado la creación de la Federación Española de Clubs de Foot-ball, Masferrer tuvo que comprometerse con el nuevo ambiente de entusiasmo generado (Masferrer, 1909; Mensa, 1909). En 1909 la inclinación del FCB hacia la Lliga Regionalista (Artells, 1972; García-Castell, 1968) sitúa también a Masferrer en la cuerda de un proyecto común, en el que participó como vicepresidente durante el corto mandato de Otto Gmelin –del 14 octubre de 1909 al 17 de noviembre de 1910–, al substituir a la primera presidencia de Gamper.

Esta vinculación con el FCB dejó olvidado para siempre un proyecto tan querido por Masferrer como fue la FGE. En este momento álgido del lerrouxismo perdía una institución que había intervenido, según Artells (1972, p. 33), “en el primer intento deliberado de control, unificación y vigilancia del deporte catalán”.

Al llegar a 1911, Masferrer propone la idea de unir a los elementos periodísticos de Barcelona (Pujadas y Santacana, 1997). En este mismo año se había iniciado otro importante rotativo, la revista Stadium (1911-1930), dirigida por Ricardo Cabot[3]. La iniciativa cuenta con el apoyo de Masferrer, que días más tarde desde la paginas de El Mundo Deportivo invita a crear el Sindicato de Periodistas Deportivos (SPD), del cual Masferrer es elegido presidente (Masferrer, 1911; Navarro, 1917). Entre sus objetivos se encontraban la difusión popular del deporte y la participación futura en los Juegos Olímpicos (Finestres y Llauradó, 2002). Ese mismo año también se creaba la Federación de Sociedades Deportivas (FSD), en cuyos estatutos se mencionaba como objeto “procurar la buena armonía y unión entre todas las sociedades deportivas, la organización de fiestas y concursos anuales y arbitrar recursos para su realización” (Citado en Pujadas y Santacana, 1995)[4]. Para Narciso Masferrer, la entidad tenía dos objetivos más: la reivindicación de un estadio olímpico y la preparación de los Juegos de 1916 (Federación de Sociedades Deportivas de Barcelona, 1916). De aquí que Masferrer propusiera la creación de un Comité Olímpico Catalán, que asumiese las competencias del inexistente COE (Finestres y Llauradó, 2002; Pujadas y Santacana, 1990; Torrebadella y Arrechea, 2016).

Puede decirse que desde entonces el vínculo profesional y emocional entre Josep Elias Juncosa (1880-1944) y Narciso Masferrer es del todo crucial para liderar las políticas reivindicativas del movimiento olímpico catalán: “Elias es un perfecto regionalista de toda su vida, que cree firmemente en el resurgir de nuestra región y en la hegemonía sobre las demás españolas, y es un perfecto colaborador de la misma obra cultural que aquí es la mayor fuerza” (Masferrer, 1912, p. 1). De la unión de la Federación de Sociedades Deportivas (FSD) y del Consejo de las Olimpiadas Catalanas nació en Barcelona el 21 de enero de 1922 la Confederación Deportiva de Cataluña (CDC) (Corbinos, 1921).

Entre todos estos personajes fue Josep Elias, persuadido por Narciso Masferrer, el que tomó la responsabilidad e iniciativa de conseguir tales objetivos. Su compromiso propagandista le llevó de inmediato a publicar varios artículos en los que reclamaba y animaba a una participación española a los Juegos de Estocolmo de 1912:

És una llàstima que comptant amb elements valuosíssims, la nostra manca d’organització no ens permeti concórrer a la gran festa atlètica mundial, donant fe de vida entre les demés nacions que, d’Europa i de totes les parts del món, aniran a defensar la supremacia esportiva. Hora fora que acabéssim les rivalitats dels clubs i regionals, i que els homes de bona voluntat treballessim per la unió de tots els atletes del nostre país, primer cap a la possibilitat d’una Unió Nacional que triés l’equip que representés el nostre país a la V Olimpiada. Així sia (Corredisses, 1912, p. 1).

Masferrer fue amigo de José Canalejas y Méndez, político regeneracionista y fundador del partido Liberal-Demócrata en 1902, cuya ideología se ubicaba en la izquierda democrática y que propugnaba la separación de la Iglesia y el Estado. No obstante, el asesinato de este último, el 12 de noviembre de 1912, siendo presidente del Consejo de Ministros, dejó una profunda huella en Masferrer. Canalejas fue recordado en la fiesta de homenaje a Masferrer realizada en el Frontón Condal el 1 de diciembre de 1912. Masferrer decía de él que era el único político que estaba verdaderamente encariñado con “cuanto afecta y se relaciona con la cultura física” (El homenaje a Masferrer, 1912, p. 2).

En este homenaje, que reconocía a “la figura bienhechora de Masferrer como precursor, iniciador, organizador y director del movimiento deportivo español; de esta acción regeneradora que conduce a España a una época de grandeza y esplendor” (Navarro, 1917: 235-237), recibió el apoyo unánime del deporte español, que aclamó con entusiasmo los tres “hip, hip, hip, ¡Hurra!” que Gamper lanzó en honor de Masferrer (El homenaje a Masferrer, 1912).

Así se recordaba la figura de Canalejas en El Mundo Deportivo:

Canalejas fue siempre un decidido partidario de la educación física. Colaboró con sus grandes talentos e iniciativas a favor de la creación de la Escuela Central de Gimnástica.

Cuando se fundó la Federación Gimnástica Española, Canalejas y Méndez fue su primer presidente, quien se encariñó de tal manera con los fines que la entidad nacional perseguía que concurrió a todas las Juntas, celebrándolas en el despacho de su suntuoso palacio de la calle de las Huertas (Canalejas, 1912, p. 1).

Canalejas murió meses antes de que Cataluña pudiera ver aprobada en las Cortes la Mancomunidad, que había prometido el político español a Prat de la Riba. En esta época Masferrer otorgó todo su apoyo a las reivindicaciones del deporte catalán que emanaban de la Lliga Regionalista y, especialmente, de su amigo Josep Elias Juncosa. En aquella época, la visión “imperialista” de Prat de la Riba también tenía repercusión en Masferrer, que sabía que en la apuesta regeneracionista de la educación física, Cataluña había de tener un liderazgo fundamental (Torrebadella y Arrechea, 2016).

Un año más tarde, desde las páginas de El Mundo Deportivo, Masferrer activó los intereses deportivos y nacionalistas del movimiento olímpico catalán (Pujadas y Santacana, 1990; Finestres y Llauradó, 2002; Torrebadella y Arrechea, 2016, 2017).

Una inédita y utópica iniciativa política del deporte

En 1914 la crisis surgida a raíz de la Primera Guerra Mundial (PGM) condujo a una unificación de la prensa deportiva; es decir, las dos grandes revistas del momento, Stadium y El Mundo Deportivo, se hermanan en la Editorial Deportiva S. A. (1914-1920) y ambas se reestructuran, se modernizan y se convierten en semanarios (Pujadas y Santacana, 1997, 2012)[5].

Mientras se desarrolla la PGM y en España se problematizan las desigualdades sociales, se organiza el sindicalismo obrero de signo revolucionario, se enquista la guerra del norte de África, se proclaman las primeras huelgas generales y el caciquismo político y las oligarquías urden sus complicidades con la Monarquía, el deporte sigue una evolución ascendente, puede decirse que al margen del conflicto armado que destruye Europa. El deporte español también se manifiesta ideológicamente neutral, aunque a nivel periodístico es difícil mantenerse al margen de participar en opciones aliadófilas o germanófilas. El principal posicionamiento viene del mismo Alfonso XIII (González-Aja, 2011) y de importantes sectores del ejército, que se declaran germanófilos. En Barcelona, El Mundo Deportivo no se escondía de declarar su apoyo incondicional al bando aliado (Masferrer, 1917a). Aun así, El Mundo Deportivo trató siempre de evitar posiciones partidistas.

En Cataluña se vive un crecimiento del nacionalismo político que lideran los círculos económicos, culturales y deportivos, simpatizantes de la Lliga Regionalista. El discurso del catalanismo político inunda los quehaceres de la sociedad catalana y, lógicamente, también del deporte, el cual adquiere matices claramente ideológicos. Así sucede por ejemplo con asociaciones tan emblemáticas como el CADCI o la misma Joventut Republicana de Lleida.

Como ya se ha estudiado, el deporte español también fue estimulado a raíz de los sucesos de PGM (Simón, 2014; Torrebadella, 2017). Tanto es así que quienes en España prestaban atención al deporte sabían perfectamente cuál sería el desarrollo que tendría al finalizar contienda. Un aspecto clave de la normalización pasaba por la reanudación de los Juegos Olímpicos, eso sí, no en Berlín, tal y como estaban programados para 1916.

El Álbum histórico de las sociedades deportivas de Barcelona (Navarro, 1917) es una muestra del reconocimiento alcanzado por Masferrer, el cual es invitado a escribir el prólogo de la obra que recoge la historia de las entidades que han protagonizado el avance del deporte moderno. Cabe destacar sobre todo al Sindicato de Periodistas Deportivos y a una exultante Federación de Sociedades Deportivas de Barcelona (1916), que incluso llegó a publicar el Calendario deportivo para 1917, un completo programa en el que se presentaban todas las (150) competiciones deportivas previstas en Barcelona, desde enero hasta diciembre.

De todos modos, las preocupaciones sociales latían también en el mundo del deporte, que no podía permanecer al margen de una realidad que afectaba al desarrollo productivo de toda una ciudad. La crisis de 1917, generada por el desgobierno de la Restauración, las discordias ante las Juntas de Defensa, el auge del nacionalismo catalanista, la huelga general revolucionaria de agosto y la ambigüedad ante la PGM, marcó muy significativamente la visión del Masferrer. Es a partir de esta crisis que El Mundo Deportivo inició una ficticia campaña política pro regeneración.

En una sociedad excesivamente fragmentada, la lucha de clases no actuó sobre las bases burguesas e ideológicas del deporte hasta el período de la II República. Antes de esta época, las masas proletarias no vieron en el deporte ningún atractivo; sencillamente, un balón de fútbol era un lujo inalcanzable para un joven asalariado. Aun así, Masferrer deseaba llevar la cultura física y el deporte a todas las clases subalternas (Torrebadella, 2015), gentes que estaban rabiosamente enfrentadas con la cultura dominante y también con el deporte, que era percibido una de las tantas excentricidades de moda.

Tras esta crisis, la nueva iniciativa regeneracionista que promueve Masferrer es la que desea también confraternizar al mito de las dos Españas (la liberal y la conservadora) enfrentadas (Juliá, 2004), y que en Cataluña tenía una especial significación ante las aspiraciones de autogobierno (De Riquer, 2013). Por un lado, había que oponerse a las disputas internas entre los conservadores de Maura (germanófilos) y las manifestaciones de la izquierda obrera, que amenazan constantemente con la huelga general. La crisis política es insostenible, y todos tratan de sacar beneficios de la bélica coyuntura internacional.

El 1 de enero de 1918 El Mundo Deportivo sorprendió con la noticia de liderar una opción política, tratando de encaminar una candidatura deportiva de Barcelona para las elecciones generales de diputados a las Cortes. Así aparecía un llamamiento dirigido al mundo del deporte que alentaba a unirse en un mismo ideal de regeneracionismo, liderando un “Partido Regenerador”. Se trataba, pues, de una nueva opción que hiciera frente a la inepta politiquería con la que venía gobernándose España. Por el singular interés del texto de este llamamiento, lo reproducimos íntegramente y no vamos añadir más comentarios, puesto que el texto es sumamente explícito:

En pleno periodo de renovación. Nuestros candidatos a diputados a Cortes. El Mundo Deportivo invita a todos nuestros lectores, por medio de un plebiscito, a designar a cinco deportistas a quien poder proclamar nuestros candidatos a diputados a Cortes por la circunscripción de Barcelona en las próximas elecciones generales.

Un plebiscito. ¿Por qué no? Por dos veces consecutivas la Federación de Sociedades Deportivas ha designados aquellos candidatos que le han parecido afines a sus ideas, para que fueran favorecidos con el voto de los deportistas residentes en nuestra ciudad. Últimamente los deportistas de Bilbao, que juntamente con los de Madrid y con los nuestros marchan al frente del movimiento que a favor del sport se opera en España, han redactado un manifiesto electoral recomendando a sus candidatos.

En Madrid un amigo nuestro se presentó como candidato a concejal sin más programa político que su brillante historia deportiva y su amor y aficiones por el sport.

Desde hace mucho tiempo, desde aquellos días en que colaborábamos en Los Deportes y en la obra santa que santamente persiguiera la Federación Gimnástica Española, la entidad nacional que ha hecho más política en pro del fomento de la cultura y de la educación física, se ha venido abogando en la prensa profesional singularmente por la creación —ilusoria ayer, factible, tal vez, hoy— de crear [sic] el partido regenerador, constituido por los deportistas españoles, enamorados, verdaderamente enamorados del próspero porvenir de la Patria.

¿Por qué no? ¿Acaso no se constituyen a la hora presente juntas de defensa de los sacratísimos ideales que sustentan infinidad de españoles?

¿Por qué no reunir a todos los deportistas españoles bajo los pliegues de una misma bandera, bajo el régimen perfectamente organizado de un partido —reñido absolutamente con la política actual— pero encariñado absolutamente con una verdadera política de renovación que nosotros hemos denominado siempre con el nombre de regeneración? Es preciso, se hace eminentemente preciso y necesario que, ya que nadie nos defiende, que nos defendamos nosotros mismos. Los gobiernos que se vienen sucediendo en la manipulación del Estado español no se han preocupado jamás de lo que afecta a nuestros ideales. En pleno siglo XX está por promulgar la ley que haga obligatoria la gimnástica desde las escuelas de párvulos a las facultades superiores y desde los seminarios a los cuarteles. Sin una educación física perfecta, en la que estén comprendidas todas las ramas del deporte, es imposible pedirle a nuestro pueblo que derroche energías que no logró atesorar en períodos de paz, cuando más en períodos de guerra tan cruentos como los que se registran en estos días, que transcurren tan aciagos.

Hemos de imponer nuestra voluntad, poniéndola al servicio de una causa generosa y altruista. Tenemos hombres que sabrían sacrificarse por rendir servicio a esa noble causa.

Nuestra juventud, la que se ha educado en nuestros gimnasios y en nuestros campos de juego, hállase en gran parte inscripta en las listas electorales. En Barcelona, donde han brotado siempre los primeros chispazos, las más atrevidas iniciativas, pudiéramos hacer un tanteo de nuestras fuerzas.

El Mundo Deportivo, próxima ya la fecha en que se ha de acordar la elección de diputados a Cortes, invita a todos sus lectores e invita asimismo a nuestros colegas diarios y profesionales de Barcelona a que, siguiendo nuestro ejemplo, inviten a los suyos para entre todos, designar a cinco de los deportistas de Barcelona a quienes pudiéramos proclamar nuestros candidatos a diputados a Cortes.

No tenemos por qué citar nombres, porque todos los que se designen nos parecerán buenos, siendo deportistas de buena cepa y porque todos están en la mente de nuestros amigos que no olvidan las meritorias acciones de los que ponen todos sus entusiasmos al servicio de nuestra causa; pero acaso ¿no serían dignos, entre otros mil, de representarnos en la Cámara popular, elevando sus voces en defensa de nuestros grandes ideales, hombres de la talla de los marqueses de Alella y de Alfarrás, el doctor Fábregas, los señores Marsans Peix (don Luis), Bertrand (don Eusebio), doctor Farnés, Foronda (don Mariano), Conde de Churruca, López Díaz de Quijano (don Eusebio), Morató Senesteve, Conde de Fígols, Marqués de Villanueva y Geltrú, Bastos, Garriga Nogués, Rialp (don Claudio), Barón de Güell, Sagnier, Tallada, Boet (don Andrés), Torres Ullastres, Puig y Sais, Coma y Mas, Sedó (don Arturo), Vidal y Riba, Cabot (don Ricardo), Rosés (don Gaspar), La Llave (don Diego), Ferrer (don Enrique), Macaya (don Alfonso), Elías y Juncosa, Riba (don Victoriano), Camps (don Juan), Ballvé de Gallart, Miró (don Juan), Ramos (don Ricardo), Moxó de Sentmanat (don Francisco), Urrutia (don Manuel), Llorens (don Pablo), Llopart (don Adolfo y don Rafael), AlmiraIl, Mateu (don Damián), Ráfols (don Enrique), Bosch Labrús (don Pedro), Satrústegui, García Alsina y otros cien que recordamos, más por sus hechos y por su obras que por lo ilustre de sus apellidos?

Pues ¡manos a la obra! A partir de este número, en todos los demás que se publiquen hasta el día de las elecciones de diputados a Cortes publicaremos un boletín en el que cada uno de nuestros lectores podrá anotar (por una sola vez) los nombres de aquellos candidatos a quienes de entre los hombres dedicados a la propaganda del deporte votaría para que representasen a la masa deportiva, en el seno de la Representación Nacional, a aquellos a quienes desearía ver revestidos de la investidura parlamentaria, a aquellos, en fin, en quienes confiaría que hiciesen resonar su voz en el Congreso, abogando por el fomento y difusión de todos los deportes. Claro está que nuestros candidatos no llegarán —por nuestros votos, al menos— a las Cortes, pero sabremos, al menos, quiénes serían los verdaderos candidatos a directores del movimiento, quienes en horas de renovación laborarían de nuevo en pro del Partido Regenerador, y puesto que nadie se preocupa de lo más esencial, que es atesorar fuerzas para soportar los embates de la vida, que seamos nosotros, los deportistas españoles, los que hagamos sentir nuestras quejas fundadas, para que lo que hasta hoy ha sido holganza sea, a partir de mañana, fuente de actividades, energías y… de verdaderas renovaciones prácticas y saludables (Masferrer, 1918a, p. 1).

La iniciativa fue recogida en la prensa deportiva del momento (Madrid-Sport, España Sportiva y Stadium). Desde Madrid, el periodista Cruz y Martín (1918) hablaba de las incompatibilidades de la política con el deporte, admitiendo que por ahora eran inconciliables. Por otro lado, Francisco de A. Canto (1918) aplaudía sin reparos en Stadium la iniciativa de Masferrer.

Así, finalmente, los candidatos de El Mundo Deportivo elegidos a Cortes fueron: Mariano de Foronda, presidente del Real Aero Club de Cataluña; Eusebio Bertrand Serra (1877-1945), presidente de la Cámara Sindical del Automóvil; Luis Marsans Peix, presidente del Real Polo Jockey Club; Damián Mateu Bisa, presidente del consejo de administración de La Hispano-Suiza; y Francisco de A. Ribas y Serra, vocal asesor del Real Automóvil Club de Cataluña. Sin embargo, hay que saber que nunca estos personajes representaron a El Mundo Deportivo ni al deporte, sino a sus aspiraciones políticas personales, en el jugoso juego de las disputas del poder.

Formato de la papeleta para el voto en el plebiscito de El Mundo Deportivo, impresa en El Mundo Deportivo, 1 de enero de 1918.

Formato de la papeleta para el voto en el plebiscito de El Mundo Deportivo, impresa en El Mundo Deportivo, 1 de enero de 1918.

Mariano de Foronda (1873-1961), teniente coronel, marqués de Foronda, fue el director de la Exposición Internacional de 1929. Eusebio Bertrand Serra (1877-1945), diputado a Cortes (1907 a 1923), el mayor empresario textil de Catalunya, fue miembro fundador de la Lliga Regionalista, junto a Prat de la Riba y Francesc Cambó. Luis Marsans Peix, diputado en el Congreso (1919-1923), fue empresario y político vinculado al partido Liberal Conservador, de adscripción monárquica. Damián Mateu Bisa (1863-1935), empresario y político, fue fundador en 1918 de la Federación Monárquica Autonomista, que finalmente se vinculó a la Lliga Regionalista. Francisco de A. Ribas y Serra (1872-1929) fue un destacado empresario y filántropo.

Así, con estas iniciativas, desde un periódico humilde y popular, un hombre de la credibilidad de Masferrer sabía reunir para el deporte un ejército de potentados ciudadanos (el establishment del deporte catalán) que siempre estaban dispuestos a colaborar con todo tipo de iniciativas. La más prometedora de ellas, sin duda alguna, fue la apuesta de Barcelona para albergar los Juegos Olímpicos de 1924, candidatura que recibió el apoyo de todos estos y otros prohombres. Ya conocemos que finalmente los Juegos fueron otorgados a París. La delegación española volvía a participar en unos JJOO, pero esta vez, bajo el régimen de una Dictadura (la del general Miguel Primo de Rivera), que puso evidentes limitaciones al desarrollo de signo catalanista. Masferrer y sus amigos, en este sentido, quedaban anulados ante las disposiciones que nombraban en 1925 una comisión interministerial para la educación física premilitar, en donde se anula la presencia del deporte catalán. Este organismo estaba encargado de “orientar, unificar, reglamentar y organizar todo lo relativo a la educación física de la infancia, la juventud y la instrucción premilitar”[6].

Masferrer, junto a Josep Elias, fue a los Juegos Olímpicos de París como corresponsal deportivo. Allí, ante el doble fracaso de la participación española, también surgió la idea de persistir en el futuro en la presentación de la candidatura de Barcelona a albergar unos JJOO (Pujadas, 2006).

Pero volvamos al año 1918, cuando Masferrer (1918b) criticó al Ayuntamiento en las celebraciones de la Fiesta de la Raza, la fiesta nacional del 12 de octubre (luego fiesta de la hispanidad), una celebración dispuesta por la ley de 15 de junio de 1918 (Marcilhacy, 2013) que se efectuaba en discordancia con los tiempos modernos; una escena de “ridículo ante el mundo entero”. Masferrer pedía más protagonismo del deporte y de la educación física, y no tanto la presencia alegórica del rancio españolismo. Masferrer conocía perfectamente que la conciencia nacional española debería venir del poder del deporte y de su libre asociación, y no de actos impuestos. Por eso insistía, como en anteriores ocasiones, en la necesidad de más campos deportivos para así impulsar el nuevo avance deportivo que se pondría en marcha una vez finalizada la PGM (Masferrer, 1918c y 1918d).

En 1919 el empuje autonomista de la Mancomunidad excitó todo un amplio movimiento catalanista que condujo a las primeras manifestaciones hacia el independentismo (Balcells, 1992). En esta situación, el deporte también actuaba de elemento instigador del catalanismo. Así, por ejemplo, desde las páginas deportivas, cabe destacar a Lluís Aymamí (1919, p. 2) y a otros que proclamaban discursos nacionalistas, al poner como modelo de victorias nacionales a las victorias de las sociedades deportivas catalanas en las luchas del deporte ibérico, luchas que rememoraban la premisa: “Per Catalunya i per a Catalunya”.

Las afirmaciones de identidad nacional y cultural tomaban impulso con la adhesión de plataformas reivindicativas promovidas por las bases políticas. Una de estas fue dirigida hacia el manifiesto catalanista de las entidades, cuyo rasgo debía expresarse en el uso oficial del catalán. Entidades como el Sindicat de Periodistes Esportius, el Futbol Club Barcelona, el Centre Excursionista de Catalunya o la Federació Catalana de Foot-ball no tuvieron dudas en posicionarse en pro del catalanismo (Artells, 1972; Torrebadella y Planas, 2011). En este contexto, la Mancomunitat (1914-1924), presidida por Josep Puig i Cadafalch (1867-1956), venía impulsando desde 1918 el primer proyecto en favor de un Estatuto de Autonomía. En este asunto, El Mundo Deportivo, a raíz de un manifiesto de los socios del Real Club Deportiu Espanyol (Tallada, Bernades y Rodríguez, 1919), emitió una posición claramente favorable a las aspiraciones de autogobierno:

Aunque tanto nosotros como las sociedades deportivas de Cataluña tenemos fines completamente ajenos a la política, no podemos menos de ver con simpatía que el sentimiento patriótico que une hoy todo el pueblo catalán en la aspiración común de regir sus peculiares destinos por sí mismo, haya tenido una repercusión muy acentuada en el seno de muchas de nuestras sociedades deportivas, porque entendemos nosotros que un problema como el de la autonomía de Cataluña, aun siendo en el fondo un problema de orden político, está en realidad por encima de todas las diferencias, de todas las luchas y de todas las tendencias políticas, pues es el problema universal de la libertad de los pueblos que tienen indiscutible derecho a gobernarse por sí mismos, sin perjuicio de mantener y respetar los lazos y las prerrogativas inherentes a la soberanía de las agrupaciones históricas y jurídicas que tienen personalidad reconocida en el mundo internacional.

Y aunque nosotros, como órgano de relación y de comunicación entre todos los deportistas españoles, hemos de seguir teniendo como un honor ser el portavoz en español de todos los deportistas españoles, en todos momentos hemos defendido dentro de las organizaciones deportivas nacionales las soluciones autonomistas por ser ellas las que garantizan una mayor intensidad y una mayor prosperidad de la vida deportiva en general, con la mutua y noble emulación entre las distintas regiones españolas y por ser también la autonomía el sabio espíritu que preside la reglamentación de los organismos internacionales, los cuales dan de arriba abajo amplia libertad de régimen, sin que en ningún caso esta libertad haya sido causa de indisciplinas y conflictos” (El Mundo Deportivo, en Tallada, Bernades y Rodríguez, 1919, p. 1).

No obstante, Masferrer, dejando paso en el camino a otros, dirigió sus quehaceres hacia la emergente industria del automóvil. En noviembre de 1916 fue nombrado secretario general de la recién constituida Cámara Sindical del Automóvil, que presidía el potentado Eusebio Bertrand Serra (Nueva entidad, 1916). En septiembre de 1918 fue elegido secretario del comité ejecutivo para la organización en el Salón del Automóvil de Barcelona. Puede decirse que a partir de entonces Masferrer intensificó una productiva etapa hacia otros proyectos personales vinculados al automovilismo, al turismo y a pedir las inmediatas mejoras que se necesitaban en las carreteras para el progreso económico y cultural del país (Masferrer, 1922).

Narciso Masferrer en la Asamblea de la Cámara Sindical del Automóvil de Barcelona. Fuente: El Heraldo Deportivo, 25 de mayo de 1919.

Narciso Masferrer en la Asamblea de la Cámara Sindical del Automóvil de Barcelona. Fuente: El Heraldo Deportivo, 25 de mayo de 1919.

1919 fue un año de conflictos políticos, sociales y también para el deporte. Si por un lado continuaron las reivindicaciones autonomistas del catalanismo político, que aspiraban a un reconocimiento internacional como nación, por el otro, el problema social emergió con especial preocupación con los sucesos revolucionarios de la Huelga General (Huelga de la Canadiense). La huelga, liderada por la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), paralizó prácticamente toda la industria del país (duró del 5 de febrero hasta el 19 marzo). La agitación social del momento hizo retrasar varias veces el Salón del Automóvil de Barcelona, que finalmente se realizó de los días 3 al 12 de mayo en el Palacio de Bellas Artes. Este Salón exhibía internacionalmente la expansión de una ciudad industrial que también deseaba formar parte del progreso y de los avances modernos. Al mismo tiempo se pedía que el Estado y los gobiernos de España se percatasen, como sucedía en otros países, de la importancia industrial automovilística y de la necesidad de dotar al país de buenas carreteras, cuyo interés estaba ligado a la defensa y la riqueza nacional[7]. El éxito rotundo de este salón y de las conclusiones allí presentadas en la Asamblea del Automóvil[8], cuya organización corrió a cargo de las cámaras del automóvil de Barcelona, Madrid y Valencia (secretario general, Narciso Masferrer), fueron trasladadas por una comisión que visitó en persona al gobierno de Madrid y a S. M. Alfonso XIII (La Exposición de Automóviles, 1919)[9].

En estos días, el asociacionismo del deporte catalán y sus dirigentes emprendían un pulso para provocar una respuesta firme de la opinión pública y de las instituciones públicas. El 17 de octubre el mitin de afirmación deportiva del Stadium Club de Barcelona, como indicó Francisco Cantó (1920), marcó, con la intervención directa del Sindicato de Periodistas Deportivos, un momento determinante para el impulso del deporte y en pro del olimpismo. Es decir, había que ir a los JJOO de Amberes: sí o sí (Torrebadella y Arrechea, 2016).

La paz social digamos que también se encontraba entre los objetivos de los regeneracionistas del deporte. El mismo Masferrer exponía el valor del desarrollo de las “ideas” del deporte, del cual ya vivían muchas familias (Masferrer, 1920a). La huelga general proporcionó al movimiento obrero nuevas expectativas de vida (jornada de 8 horas, ayudas sociales y mejoras salariales) que hicieron posible el camino hacia la participación obrera en el deporte. Puede decirse que en Barcelona, los inicios del deporte popular comenzaron con este gran y trágico éxito de la lucha obrera. Aun así los sectores obreros, es decir, “la clase trabajadora militante y predominantemente anarquista, tanto la catalana como la formada por inmigrantes”, que cita Hobsbawn, (2013, p. 149), no entró de lleno en la esfera catalanista del deporte, ya que veía en ella un cierto clasismo. Esto también confluía con la llamada “democratización” del fútbol y la entrada del deporte en el servicio militar (Torrebadella-Flix y Olivera-Betrán, 2016). Por otro lado, el deporte de signo burgués (vela, polo, golf, tenis…) se materializaba con la emergencia de los nuevos deportes de motor, el motociclismo, el automovilismo y, también, los deportes aéreos.

No obstante, Masferrer no se desligó de la faceta periodística y continuó como redactor de deportes en La Vanguardia y, tras la retirada de Ricardo Cabot, se ocupó de la dirección de la revista Stadium, entre 1920 y 1929. Además, continuó colaborando con otros emblemáticos proyectos de envergadura. Entre estos proyectos se encontraba la participación de España en los Juegos Olímpicos de Amberes (La Redacción, 1920a) y, sin duda, el más importante: la candidatura de Barcelona a la organización de unos Juegos Olímpicos (La Redacción, 1920b; Masferrer, 1920bc; Vida deportiva. Las Olimpiadas, 1921; C., 1920):

La idea de celebrar en Barcelona los Juegos Olímpicos de 1924 pudiera servir de punto da partida para la regeneración de nuestra raza. Pongamos en ello voluntad, mágico resorte productor de las más inesperadas sorpresas, teniendo presente que un espacio de tiempo de cuatro años deja margen para cuanto en serio quiera intentarse (Vida Deportiva. Olimpiada, 1920, p. 7).

En junio de 1930 el Sindicato de Periodistas Deportivos organizó otro emotivo reconocimiento a Masferrer. Se le concedió el título de Presidente Honorífico y, además, recibió la medalla de Caballero de la Orden de Alfonso XII por su constante y meritísima labor en pro del deporte. Masferrer mencionó que su máxima satisfacción había sido la de contribuir a la edificación del Estadio de Montjuïc (Ayer en el Automóvil, 1930), sin la cual obstinación, como bien cuenta Sabater Rosich (1955), no se hubieran construido nunca este maravilloso estadio olímpico.

Conclusión

El desarrollo del deporte en España tuvo en Cataluña el principal modelo a seguir. Esto sucedía en una coyuntura política de importantes tensiones ideológicas y sociales. La emergencia del deporte catalán, de un deporte de signo burgués, pero cuya raíz era la de buscar una base popular entre la participación de las clases medias, muchos de cuyos miembros estaban ligados a los emergentes proyectos del catalanismo político, supuso el sello característico de los promotores del deporte, que desde una ciudad (Barcelona), modelaron las aspiraciones populares de una sociedad que deseaba abrirse a Europa. Entre los principales promotores de este desarrollo, sin duda alguna destacando entre todos, el principal artífice fue Narciso Masferrer. Esta tarea no fue nada fácil.

Sostener las presiones de un movimiento obrero cuyas bases ideológicas se estaban organizando hacia movimientos revolucionarios peligrosos, en unos ambientes en que ciertas ideas podían representar de facto la muerte, el no enemistarse con nadie, ni con el radicalismo intransigente de los círculos anarquistas, ni tampoco con el integrismo católico y, sobre todo, complacer reservadamente las demandas del nacionalismo catalán, fueron las claves que hicieron de Masferrer el amigo de todos. Masferrer, a nuestro juicio, puso el grado de moderación que el deporte necesitaba para no verse envuelto en la encrucijada de la lucha política y social del momento.

Masferrer supo modelar las difíciles vicisitudes de los sucesos. La habilidad de dialogar y de pactar le hizo meritorio de numerosos cargos directivos. Digamos que todos deseaban tener a Masferrer en sus equipos, porque sencillamente fue un hombre de equipo, al que no le importó ocupar cargos menores o de segunda fila. Fue un hombre universal y que entendía muy bien aquellas palabras que el marqués de Santa Susana (1896) pronunció desde la Crónica del Sport, sobre la falta de inclinación asociativa de los españoles. En este sentido buscó siempre la colaboración y la unión entre todos, para consolidar un proyecto único y común, el de regenerar el país a través de la educación física y el deporte. Esto evidentemente solamente se podía conseguir y negociar si se disponía del apoyo de todo el asociacionismo deportivo, el catalán y el del resto de España, por eso Masferrer deseaba ser el amigo de todos. Conocer estos rasgos hace posible comprender por qué la presencia de Masferrer se hizo prácticamente inevitable en la mayoría de las iniciativas y proyectos deportivos más importantes y trascendentes en los primeros pasos del deporte en España.

El deporte solamente podía emerger si se mantenía al margen de las disputas políticas. Eso es lo que hizo de Masferrer el amigo de todos, de lerrouxistas, regionalistas, autonomistas, republicanos, católicos, anarquistas, etc.

Masferrer tuvo importantes contactos con el poder de la cultura dominante, esa burguesía barcelonesa (y española) que pugnaba en las conquistas económicas del mundo, y que supo ver que en la educación física y el deporte había las esperanzas de horizontes de progreso y bienestar (que no tanto de regeneracionismo). Masferrer fue querido y respetado por sus compañeros de profesión y su honradez por las causas nobles y justas le revistió de una credibilidad indiscutiblemente contrastada.

¿Tanto cuesta hoy reconocer a Masferrer como el hombre que puso los cimientos del deporte España y principal arquitecto de su institucionalización? En el pasado todos, sin excepción alguna, reconocieron la contribución de Masferrer a la causa de la educación física y el deporte….

“Mañana… cuando todas esas voluntades unidas, las que forman en nuestras sociedades, hayan cumplido la misión, y su ejemplo sea imitado por las generaciones que nos sucedan, las prácticas pregonadas hoy con grandes entusiasmos se habrán convertido en síntomas de salud para una raza que bendecirá siempre con honda alegría la obra de cuantos constituyen esas asociaciones por más siempre admiradas y entrañablemente queridas (Masferrer, 1917).

 

Xavier Torrebadella Flix

Universitat Autònoma de Barcelona

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[1] Llunas creó La Tramontana (1881-1896), que fue el primer periódico en catalán de signo obrero.

[2] Esta Ley, impulsada por Segismundo Moret, presidente del Consejo de Ministros, y el conde de Romanones, ministro de Gobernación, fue aprobada el 20 de marzo de 1906. Surgió a raíz de los sucesos del Cu-Cut! y La Veu de Catalunya, del 25 de noviembre de 1905, y permitía la intervención y juicio militar ante cualquier suceso que fuese considerado de ultraje a la nación española y a sus símbolos, es decir, que amenazase a la unidad del Estado o al mismo ejército. La Ley perduró hasta el 31 de abril de 1931, en que fue derogada por el Gobierno de la II República.

[3] En esta misma época en Barcelona existen Eco de Sport (1909) y El Sport (1910).

[4] Las asociaciones fundadoras fueron: Real Automóvil Club, Real Polo Club, Sociedad Hípica de Barcelona, Real Asociación de Cazadores de Barcelona, Sección de Deportes de Montaña del Centro Excursionista de Cataluña, Real Club Náutico, Asociación de Lawn Tennis, Federación Catalana de Clubs de Foot-ball, Tiro Nacional, Club Natación Barcelona, Unión Velocipédica española, Real Sociedad de Colombofilia de Cataluña, Fomento de la Esgrima y Sport Vasco.

[5] Stadium baja el precio de 30 a 20 céntimos.

[6] R. D. de 08 de mayo de 1925 (BOMIP, núm. 43, p. 622-623)

[7] Los números 298 y 299 de la revista Stadium, de 3 y 24 de mayo de 1919, fueron dedicados al Salón del Automóvil de Barcelona.

[8] Las ponencias y conclusiones de la Asamblea Automovilista fueron expuestas en El Mundo Deportivo los días 3, 17, 24 de julio, y 7 y 14 de agosto de 1919, p. 1.

[9] El 23 de mayo se inauguró en Madrid un reducido Salón del Automóvil, organizado por la recién creada Cámara Sindical Española de Automovilismo (Automovilismo, 1919).




El gimnasio Solé. Más que un gimnasio.

Sole01El Gimnasio Solé de Barcelona fue mucho más que un gimnasio, fue el lugar donde nacieron los más destacados clubs y entidades polideportivas, así como medios de comunicación y multitud de iniciativas en el ámbito del regeneracionismo en (o desde) la educación física, el deporte y el higienismo.

En 1878[1] Francisco Solé Font ya era el propietario del gimnasio de la calle Montjuich del Carmen nº 3, que más tarde amplió con un local más en la calle Fortuny nº 19, pero también era el director del gimnasio de la Plaza Cataluña, propiedad por aquel entonces de José Florencio Quadras. El Gimnasio Solé se anunciaba como «Gran Gimnasio Higiénico y Recreativo» y contaba con una excelente sala de armas dirigida por el profesor José Bea Arnal –también profesor del Casino Militar y de varios colegios privados– y otra sala independiente para señoras, que estaba dirigida por la señora Elisenda Ros, esposa de Francisco Solé. Dicha sala se dedicaba, en horarios laborables, «a robustecer la debilidad del sexo femenino de las clases no populares, cuyas ocupaciones eran muy sedentarias[2]«. Se decía que «las reformas introducidas en el local permiten puedan darse a las mismas horas las clases de señoras y caballeros en locales completamente separados e independientes»[3].

Francisco Solé Font.

Francisco Solé Font.

El Gimnasio Solé a lo largo de su existencia realizó varias reformas y ampliaciones del local y constantemente mejoraba los aparatos gimnásticos. En 1885 llevó a cabo una notable reforma con la intención de mejorar los servicios a las señoras.

Dicha reforma consistía en la instalación de algunos aparatos curativos, entre los que figuraba el novedoso aparato Sayre. Este aparato era útil para corregir las desviaciones de la columna vertebral. La aplicación técnica y médica del aparato corrector, estaba bajo la responsabilidad del doctor Enrique Robledo[4].

Sole03El nuevo Gimnasio Higiénico y Terapéutico de Francisco Solé fue inaugurado en 1894, en la calle Montjuïc del Carmen nº 5. Inicialmente constaba de una planta de 13 x 14 m. y 5 m. de altura, con una capacidad para 76 personas[5]. El gimnasio también dispuso de una reformada Sala de Armas dirigida por el maestro napolitano José G. Geraci.

Sole04Geraci fue también un divulgador del deporte y la educación física que en 1895 lideró una campaña para que España creara una Escuela Central de Esgrima y Gimnasia[6], además el maestro Geraci tampoco rehusó la peligrosa práctica de los «duelos por honor». En el más famoso que protagonizó (en noviembre de 1895, frente al también profesor italiano Sebastián Pardini, teniendo como padrinos a Francisco Solé y al doctor Planas) recibió el duro calificativo de «cobarde» por salir de los límites marcados en dos ocasiones, siendo declarado «nulo» el duelo[7].

Las clases de esgrima de florete, sable, espada o palo de la Sala de Armas del Gimnasio Solé fueron, pese a esta deshonra del maestro Geraci, un éxito. En la sala se organizaron muchísimos enfrentamientos deportivos entre los mejores tiradores que se acercaban a Barcelona. Además el gimnasio incorporaba servicios de hidroterapia y masaje muy avanzados. En esta época el médico Gonzalo Planas Vives ejercía como director facultativo. El profesor auxiliar era Juan Muro y Elisenda Ros aún se encargaba de ofrecer las clases a las mujeres[8].

El gimnasio de Francisco Solé fue motor de numerosos estímulos deportivos y en él surgieron iniciativas como la fundación, administración y redacción de la revista Los Deportes (1897), la Asociación Catalana de Gimnástica (1897), la Federación Gimnástica Española (1898), el Fútbol Club Barcelona (1899) o la Sociedad «Los Deportes», siempre bajo la influencia y dirección del periodista y divulgador deportivo Narciso Masferrer Sala, auténtico «cerebro» de todo el movimiento regeneracionista deportivo barcelonés.

Entrado el siglo XX la actividad deportiva del Gimnasio Solé continuó generando protagonismo y nuevas iniciativas como la fundación del Club Natación Barcelona (1907) o la creación del Solé Pedestre Club (1909). En enero de 1910 se hizo cargo de la propiedad y dirección del Gimnasio el conocido sportsman Manuel Grau Solé (sobrino de Francisco Solé Font).

Sole05Manuel Grau Solé (en muchas ocasiones aparece en prensa como Manuel G. Solé, Manuel Solé o Manolo Solé) fue jugador y directivo del FC Barcelona, además de destacado gimnasta, tirador de esgrima y practicante y divulgador de muchos deportes[9]. Había nacido en Benissanet (Ribera d´Ebre, Tarragona) el 26 de diciembre de 1872[10] y se había trasladado a Barcelona bajo la protección de su tío Francisco Solé en 1885[11].

Sole06Como jugador del Barça debutó el 23 de septiembre de 1900 en el amistoso FCB-Català (3-1) disputado en el Velódromo de la Bonanova actuando de defensa y tenemos la certeza que formaba parte del primer equipo como mínimo en ese otoño de 1900[12], también sospechamos que pudo actuar esporádicamente en más partidos hasta 1907 pero algunas informaciones periodísticas aludirían posiblemente a él como «Manuel Soler».

La existencia de otra familia vinculada a los primeros años del FC Barcelona apellidada Soler (a la que pertenecía Francisco Soler, propietario de los restaurantes Gran Continental y Tibidabo) puede haber contribuido a ciertas confusiones entre los «Solé» y los «Soler». La entrega de la II Copa Macaya al FC Barcelona tuvo lugar en el restaurant Gran Continental[13]. En una entrevista desde Filipinas en 1946 el ex jugador Manuel Amechazurra recordaba a un jugador de 1903-1904 llamado Soler «del hotel del Tibidabo»[14]. El polifacético deportista y autor de libros de caza Joan Soler Lluch (del que sospechamos podría ser el «misterioso» presidente del FC Barcelona en 1905-1906), también fue propietario del restaurant del Tibidabo años más tarde[15].

Como directivo Manuel Grau Solé formó parte de la directiva presidida por Walter Wild a partir del 17 de octubre de 1900 con el cargo de vicesecretario[16]. El 30 de diciembre de 1900 la Junta General de socios otorgó el título de «Socios de Honor» a varios socios, entre ellos Hans Gamper y Francisco Solé Font. En la misma Junta se anuncia la substitución en la directiva de Manuel Grau Solé por Fernando Blanco[17].

En la directiva presidida por el alemán Otto Gmelin (1909-1910) Manuel Grau Solé regresaría a los cargos directivos siendo nombrado vocal primero[18]. Se trataba de una Junta muy respetuosa con los orígenes del club, ya que Narciso Masferrer era el vicepresidente y Hans Gamper el tesorero.

En 1924 Manolo Solé fue uno de los invitados de honor al banquete en el que se conmemoraron las Bodas de Plata del FC Barcelona[19].

Además de ser uno de los primeros socios, jugador y directivo del FC Barcelona, Manolo Grau Solé también fue cofundador y vicepresidente del Club Natación Barcelona en 1907; fundador y presidente del Solé Pedestre Club (1909) y fundador y director del Centro de Cultura Física (1914). Además de propietario del Gimnasio Solé desde 1910.

Su hermano Juan Bautista Grau Solé (Benissanet, 3 de marzo de 1876[20]) fue profesor de esgrima en el Gimnasio Solé y uno de los más destacados tiradores de esgrima españoles de principios del siglo XX[21]. Otro hermano Grau Solé llamado José fue un destacado médico en Barcelona.

Sole07Manuel Grau Solé falleció en Barcelona en mayo de 1934[22].

Fragmento del poema al Gimnasio Solé, autor: Ramón Caralt.

Fragmento del poema al Gimnasio Solé, autor: Ramón Caralt.

Creemos necesario remarcar varios puntos aclarados en este artículo:

– Al contrario de lo muchas veces publicado y repetido, el propietario del Gimnasio Solé cuando se funda el FC Barcelona en 1899 (en puridad cuando se fundan el segundo y el tercer FC Barcelona)[23] era Francisco Solé Font, no su sobrino Manuel Grau Solé (propietario desde 1910). Francisco Solé fue nombrado socio de honor del FC Barcelona el 30 de diciembre de 1900 por su decisiva contribución al nacimiento del club.

– El Gimnasio Solé fue el espacio de reunión y difusión de ideas regeneracionistas en el ámbito de la educación física por antonomasia en Barcelona. Narciso Masferrer (que residía en la Calle del Carmen, a pocos metros) tenía en el gimnasio su despacho y desde allí dirigía asociaciones y federaciones, publicaciones e iniciativas diversas. Una de las cuales fue el FC Barcelona. Narciso Masferrer Sala, Francisco Solé Font y Manuel Grau Solé deberían ser considerados cofundadores del FC Barcelona junto a Hans Gamper y Walter Wild.

– Manuel Grau Solé fue el primer jugador de las «Terres de l´Ebre» (comarcas del sur de Tarragona) en el FC Barcelona y el primer directivo tarraconense del club.

Agradecimientos: Josep Pablo, José Alberto Salas, Dr. Xavier Torrebadella Flix, Zenaida Castellnou Solé (Registro Civil de Benissanet, Tarragona).

 


[1] «Gran Gimnasio Higiénico Recreativo», La Imprenta, 21 de septiembre de 1878, p. 6420.

[2] Vid. García del Real, Luciano: «Notas d’Industria de gimnasia y higiene», La Ilustració Catalana, 15

de març de 1886, nº 136, p. 174.

[3] Anuncio: La Vanguardia, Barcelona, 1881. Vid. Torrebadella, Xavier; Arrechea, Fernando: Los Orígenes de una Ciudad Olimpica, 2015, CIHEFE, p. 89.

[4] Vid. La Vanguardia, Barcelona, 6 de marzo de 1885. Vid. Torrebadella, Xavier, Arrechea, Fernando: op. cit.

[5] Cfr. La Dinastía, Barcelona, 30 de septiembre de 1894.

[6] Vid. El Correo Militar, 22 de marzo de 1895, p. 2.

[7] Vid. Cabriñana, marqués de:  Lances entre caballeros, Ribadeneyra, Madrid, 1900, p.254-256.

[8] Vid. Torrebadella, Xavier, Arrechea, Fernando: op. cit.

[9] Vid. Iris, 27 de febrero de 1904 («D. Manuel Solé es un entusiasta sportman así en esgrima y gimnasia como en foot-ball»).

[10] Certificado de nacimiento de Manuel Grau Solé, Registro Civil de Benissanet (Tarragona).

[11] Vid. El Mundo Deportivo, 20 de enero de 1910.

[12] Cfr. La Dinastía, 1 de diciembre de 1900; La Vanguardia, 1 y 2 de diciembre de 1900; Los Deportes, 2 de diciembre de 1900.

[13] Vid. La Vanguardia, 3 de junio de 1902, p. 2; Los Deportes, 8 de junio de 1902, p. 647.

[14] Vid. El Mundo Deportivo, 5 de junio de 1946, p. 2.

[15] Vid. Arrechea, Fernando: «J. Soler. El presidente sin rostro», Cuadernos de Fútbol, nº 31, 1 de abril de 2012, CIHEFE.

[16] Vid. Los Deportes, 21 de octubre de 1900, p. 664.

[17] Vid. Los Deportes, 30 de diciembre de 1900, p. 830.

[18] Vid. El Mundo Deportivo, 21 de octubre de 1909.

[19] Vid. La Vanguardia, 10 de diciembre de 1924.

[20] Certificado de nacimiento de Juan Bautista Grau Solé, Registro Civil de Benissanet (Tarragona).

[21]  Vid. Iris, 27 de febrero de 1904.

[22] Vid. La Vanguardia, 8 de mayo de 1934.

[23] Vid. Arrechea, Fernando: «Orígenes, nacimiento y consolidación del FC Barcelona (1875-1903)», Cuadernos de Fútbol, nº70, 1 de noviembre de 2015, CIHEFE.




Orígenes, nacimiento y consolidación del FC Barcelona (1875-1903)

 

Foto inédita de los inicios del FC Barcelona. Jugador no identificado con un cap de campeón y un balón. Fecha desconocida. Procedencia: Archivo Familiar de Francisco Sanz de Gabilondo (jugador y directivo del FC Barcelona, fotógrafo de Los Deportes), gentileza de Pedro José Sanz Roselló.

Foto inédita de los inicios del FC Barcelona. Jugador no identificado con un cap de campeón y un balón. Fecha desconocida. Procedencia: Archivo Familiar de Francisco Sanz de Gabilondo (jugador y directivo del FC Barcelona, fotógrafo de Los Deportes), gentileza de Pedro José Sanz Roselló.

1. Introducción

1.1 Objetivos

El principal objetivo de este trabajo es el estudio y análisis del proceso fundacional del FC Barcelona tratando de explicarlo desde una perspectiva histórica y social como fruto de una época muy concreta en la Ciudad de Barcelona, en la que determinados sectores minoritarios y elitistas estaban descubriendo los sports modernos ingleses y redescubriendo los deportes tradicionales y la educación física a través del regeneracionismo y la influencia de las nuevas colonias extranjeras instaladas en la ciudad. Sería mi deseo dar una visión objetiva y basada en fuentes de la época de dicho proceso fundacional, pues considero (e intentaré probar) que la descripción de aquel acontecimiento (el nacimiento del FC Barcelona) que ha llegado hasta nosotros se basa en una repetición de la versión presentada en 1924 por dos autores (Daniel Carbó y Narciso Masferrer) que estaban condicionados por diversos motivos y no fueron objetivos. Desde entonces la historiografía sobre el tema ha sido, esencialmente, una reiteración de su versión.

Considero así mismo que la influencia del movimiento regeneracionista a través de la Federación Gimnástica Española y de su vehículo de expresión (Los Deportes) en el nacimiento del fútbol en Barcelona no ha sido suficientemente explicada, siendo habitual presentar no sólo el nacimiento del FC Barcelona sino el de todo el fútbol barcelonés como una iniciativa individual de Hans Gamper, lo que parece cuanto menos exagerado. Creo que la llegada del fútbol a Barcelona ha sido explicada siempre de forma simplificada con aluvión de tópicos y repetición de argumentos repetidos desde hace 90 años al no acudir a las fuentes originales. Errores similares se han dado al estudiar los inicios del deporte en otros lugares o el nacimiento de clubs, federaciones u organismos polideportivos[1].

La Historia del deporte merece rigor científico y respeto por las fuentes. Este trabajo se ha elaborado según estos criterios.

1.2 Metodología

La búsqueda, selección y revisión de textos periodísticos se centra fundamentalmente en el periodo comprendido entre 1875 (fecha más lejana en la que he encontrado referencias al fútbol en la prensa barcelonesa) y 1903 (año en el que el FC Barcelona queda definitivamente constituido y oficializado). Los principales fondos documentales provienen de las bases digitalizadas de la Biblioteca Nacional de España y del Arxiu de Revistes Catalanes Antigues (ARCA). Aunque también se han consultado otras hemerotecas como la de La Vanguardia, la Hemeroteca Municipal de Madrid o The British Newpaper Archive. Principalmente se han considerado las revistas de la prensa deportiva y, de forma prioritaria, Los Deportes.

Así mismo se ha intentado consultar toda la bibliografía existente sobre la temática: libros sobre la Barcelona del siglo XIX, los libros de historia general del FC Barcelona o de historia del fútbol catalán y español, las biografías de Joan Gamper, las obras temáticas sobre masonería o extranjeros en Barcelona y, especialmente, las referentes a los orígenes y la fundación del FC Barcelona. Los artículos más recientes sobre la cuestión como los de Xavier Torrebadella Flix (2012a, 2012b, 2012c, 2013, 2014c) y Javier Arranz Albó (2014), también se han considerado.

Entre los archivos consultados cabe destacar el Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Barcelona (antiguo Gobierno Civil, donde se conservan los documentos de inscripción de la sociedad en el Registro de Asociaciones), así como varios archivos civiles británicos y suizos para investigación genealógica de los protagonistas y archivos privados como el de la familia Sanz de Gabilondo.

1.3 Estado de la cuestión

La historia del nacimiento del FC Barcelona considerada oficial y, comúnmente aceptada, nace en 1924 con ocasión de las «Bodas de Plata» de la entidad. Ese año Narciso Masferrer publica un artículo en La Vanguardia[2] con sus recuerdos de la fundación del FCB, y el periodista Daniel Carbó (1924) edita su obra Historial del FC Barcelona, 1899-1924 (la primera historia del Barça) en la que enfatiza la cuestión del «Decanato» (de hecho el libro empieza con una pormenorizada presentación de esta polémica entre el FCB y el Català) y presenta una versión simplificada de la cuestión que, en las obras posteriores de historia del Barça, serán repetidas. Así Albert Maluquer (1949) basándose en Carbó presenta a Gamper como «introductor del fútbol en Barcelona» y difunde la versión de la inscripción temprana del FCB en el Registro de Asociaciones avanzándose al Català, además afirma (siguiendo a Masferrer) que en la primera directiva del 29 de noviembre de 1899 ya figuraba William Parsons, lo que corresponde a la nueva directiva surgida tras la fusión con el «Equipo Inglés» del 13 de diciembre del mismo año. La famosa lista de 12 socios fundadores del club también procede del artículo de Masferrer de 1924 y no tiene base en la prensa de 1899.

En años posteriores Joan Garcia Castell (1968) o Jaume Ramón (1971) repiten lo expuesto por Carbó, Masferrer y Maluquer cayendo en ocasiones en errores de bulto producto de tomar datos de dos fuentes muy posteriores a los hechos sin aplicar criterio propio ni acudir a fuentes de la época. Así, Ramón (1971:22-23), afirma que entre los fundadores del 29 de noviembre se hallaban «Juan y Guillermo Parsons» y posteriormente afirma que W. Parsons ingresó el 5 de diciembre. Obviamente Guillermo y W. (William) Parsons eran la misma persona.

Prácticamente todos estos tópicos y esta visión simple del proceso fundacional del FCB creados en 1924 se han repetido ad nauseam hasta fechas recientes.

Otros errores graves se han repetido hasta hace pocos años (por ejemplo atribuir nacionalidad británica al suizo Walter Wild, error nacido en 1949 cuando el primer presidente regresó a Barcelona desde Inglaterra, donde a la sazón residía). En los últimos años la digitalización de las hemerotecas y el renacido interés de historiadores, periodistas e investigadores diversos en estas cuestiones han permitido clarificar muchos asuntos y dar una visión más exacta de la llegada del sport a Barcelona y del complejo proceso fundacional del FC Barcelona.

Se han producido aproximaciones a la cuestión que han priorizado determinados enfoques [así Agustí Rodes (2000, 2001) ha incidido en la cuestión religiosa o Xavier Casinos (2009) en la masonería]. También artículos científicos [Torrebadella (2011), Arranz (2014)] que han clarificado muchas cuestiones y han aportado una visión académica y rigurosa.

Desde una perspectiva más divulgativa los Cuadernos de Fútbol del Centro de Investigación de Historia y Estadística del Fútbol Española (CIHEFE) han aportado algunas novedades interesantes con varios artículos sobre la fundación del FCB (Belmonte, Bravo, 2010; Arrechea, 2012).

2. Siglo XIX: Regeneracionismo, cultura física y deporte en Barcelona.

Durante el Trienio Liberal (1820-1823) surgieron en Barcelona voces reclamando el regreso a la educación física e incluso ¡reclamando el restablecimiento de los Juegos Olímpicos! Bonaventura Carles Aribau es el mejor ejemplo (Torrebadella, 2012b):

 “Y ¡cuánto más provechoso sería que en los institutos de educación o fuera de ellos se les enseñara por reglas del mecanismo militar, y se les preparara a grandes acciones por vía de la diversión ¡Entonces las corridas de caballos, el ejercicio de las armas blancas y de fuego, la competencia de tirar al blanco, los combates de asalto fingidos, encenderían en un pueblo el amor a la gloria, y renovarían los juegos olímpicos mejorados con cuantos adelantos han hecho los modernos en el arte del ataque y de la defensa. El padre guardaría como un tesoro las coronas ganadas en estos certámenes y una sucesión interminable de hombres fuertes añadiría en cada generación nuevos trofeos a las antigüedades de su casa.”[3]

En esos mismos años del Trienio Liberal Miguel Roth crea el Instituto Gimnástico-Militar imitando el modelo francés de Francisco Amorós y en julio de 1821 el Ayuntamiento de Barcelona organiza unos «Juegos Marítimos» con motivo del aniversario del juramento constitucional de Fernando VII que fueron comparados con los Juegos Olímpicos de la Antigüedad (Torrebadella, 2012b).

Hacia 1850 se iniciaba la transformación urbanística y económica de Barcelona y la nueva burguesía deseaba imitar las modas extranjeras. También los nuevos sports y la educación física, que se incorporaban a los colegios más elitistas y a instituciones culturales de la alta sociedad cómo el Liceo Filarmónico (1840), el Casino Militar (1850) o la nueva Sociedad Gimnástica-Tauromáquica (1852). Un gran número de gimnasios se abrieron en la ciudad, tanto privados como integrados en asociaciones elitistas (Círculo Ecuestre) o de clase (Ateneo Catalán de la Clase Obrera).

En 1857 el Ayuntamiento de Barcelona prohíbe en una Ordenanza Municipal “en las plazas, pórticos y demás parajes públicos de tránsito, juegos de bolos, pelota, ni otros cualesquiera” desbordados por las quejas de transeúntes que protestaban por los «alborotos» de los juegos de pelota en plazas y calles. El 25 de septiembre de 1871 se inauguró el Hipódromo del Campo de Marte con unas carreras de caballos. En estas Fiestas de La Merced de 1871 el deporte estuvo muy presente (carreras de burros en Hostafrancs, carreras de velocípedos, concursos de regatas –lanchas, barcas, botes, lanchas y patines–, concursos de natación, ejercicios ecuestres, acrobáticos, corridas de toros, sortijas de caballos, exhibiciones de torres de los “Xiquets de Valls”, juegos de cucañas o carreras de sacos) (Torrebadella, 2012b). Un programa deportivo muy completo para la época.

Identificar exclusivamente el desarrollo deportivo en Barcelona entre 1870-1900 con las colonias extranjeras no parece suficiente (Torrebadella, 2012b). La gimnasia, el baile, la caza o la esgrima ya eran ejercicios físicos practicados por las élites de la ciudad desde antes del «boom» de la Fiebre del Oro y de la Exposición de 1888. Entre las clases populares los juegos de pelota también eran conocidos y practicados con frenesí hasta el punto de requerir ordenanzas municipales para reprimirlos.

Sin duda la llegada de estas colonias extranjeras sí fue fundamental para la divulgación de los nuevos sports ingleses (lawn tennis[4], croquet, cricket, skating, golf, ciclismo, hockey, rugby, fútbol, etc.) lo que coincidió con un resurgir de los juegos y deportes tradicionales (esgrima, carreras, luchas, natación, baile, equitación, bolos, etc.) e incluso de los históricos juegos de pelota ahora redescubiertos por el público barcelonés como «pelota vasca» (Pujadas; Santacana, 2003).

El deporte de finales del siglo XIX en Barcelona fue fruto de un mestizaje entre el deporte autóctono y los nuevos deportes ingleses modernos, con el regeneracionismo y el modernismo en el trasfondo.

2.1 Extranjeros en la Barcelona de finales del siglo XIX. Cuestión religiosa.

Según el Censo de 1877 (Rodes, 2000:13-20) en la Ciudad de Barcelona vivían 1.200 protestantes (1.529 sumando las villas circundantes absorbidas en 1897) y 10 judíos. En el conjunto de la provincia de Barcelona los «cristianos no católicos» eran 1.951, los racionalistas (ateos, agnósticos) 7.009 y 19 los mahometanos. Por nacionalidades se contabilizaban 4.902 franceses, 1.107 italianos, 370 británicos, 229 alemanes, 108 estadounidenses y 106 suizos.

En 1900 el número de británicos había subido a 600, el de alemanes a 576 y el de suizos a 246.

Colonias pequeñas pero de enorme influencia económica y social que desarrollaban una vida paralela (y en muchas ocasiones aislada) a la vida común de las ciudades en las que residían gozando de los privilegios que les otorgaba su condición de extranjeros y la protección consular (el libre ejercicio de sus religiones, por ejemplo, libertad vetada a los españoles). La práctica del sport en sus propios clubs también formaba parte de su vida en Barcelona, tal y como veremos.

Algunos de los clubs fundados por extranjeros en la Ciudad de Barcelona en este periodo impusieron en sus estatutos restricciones a la entrada de ciudadanos españoles, por ejemplo el Lawn Tennis Club o «Club de los Ingleses» (fundado en abril de 1899 por muchos de los jugadores del primer Foot-ball Club Barcelona como los Witty o Parsons), que en un artículo de sus Estatutos limitaba la entrada de «extranjeros» (es decir, de cualquiera que no fuera británico) a un 10% del total de socios o el Sportverein fundado en 1901 por alemanes y suizo-alemanes de la ciudad bajo la presidencia del polideportista vinculado al FCB Udo Steinberg, que sólo admitía a germanoparlantes.

A pesar de sus vínculos con el Lawn Tennis Club o el Sportverein el FC Barcelona, a diferencia de ellos, nunca tuvo restricciones por nacionalidad, como veremos la influencia en su nacimiento de la Federación Gimnástica Española puede explicarlo.

3. La llegada del fútbol a la Ciudad de Barcelona, los primeros equipos. El primer FC Barcelona (1894)

3.1 La llegada del fútbol a la Ciudad de Barcelona.

Como en muchos otros lugares de España, el foot-ball llegó a Barcelona a través de la colonia inglesa y en poco tiempo lo dieron a conocer entre la población más próxima. La primera noticia que menciona la práctica de fútbol en nuestro territorio (sin citarlo por su nombre) apareció en La Linterna de Gracia. Periódico de intereses morales y materiales en 1875. Decía así:

«Desde hace algunos días han escogido unos ingleses para lugar de diversión un campo de la calle Aribau, frente al Hospital de S. Juan de Dios, donde con unas más que regulares pelotas juegan la mayor parte de las tardes. Hasta aquí nada hay de particular ni se acordaría seguramente nadie de ellos, si no atropellasen a los transeúntes que van tranquilamente a sus ocupaciones; pues hace poco dieron con la pelota en la cabeza de una criatura que iba con su madre, a quien dejaron casi sin sentido; y el martes próximo pasado uno de los jugadores insultó, llegando a las manos, a un joven que presenciaba sus juegos, solo por estar cerca del montón de ropa que se habían quitado de encima, pues que juegan en calzoncillos y mangas de camisa. Llamamos sobre el particular la atención de quien corresponda[5]   

La primera alusión al foot-ball describiendo el deporte y sus reglas básicas en prensa española se había producido en la revista valenciana Panorama el 30 de abril de 1868 (Martínez Patón, 2010).

«El foot-ball (pelota a pie) en Inglaterra. Este juego es uno de los más populares en Inglaterra y en él forman parte gente de todas clases y de todas las edades, en la estación de invierno, que es la propia para este ejercicio…«

Cinco años antes de la noticia de La Linterna de Gracia, el 2 de noviembre de 1870, había aparecido una noticia en El Progreso de Jerez de la Frontera en la que se hablaba de foot-ball «a porrazos» en la localidad gaditana (Alba, 2010).

«Sabemos que hoy se jugará una partida de Cricket, en el sitio inmediato al hipódromo, cuyo espectáculo empezará a las doce en punto de la mañana.

Por la tarde gozarán los aficionados a porrazos de un rato de foot-ball

De la expresión «a porrazos» se deduce que se referían a foot-ball rugby y la noticia de La Linterna de Gracia sería la primera de España que habla de práctica del fútbol asociación en España, aunque algunos investigadores jerezanos defienden que en la noticia de 1870 se habla de fútbol asociación. Sin ser objeto de este trabajo entrar en polémicas hay que reseñar que para algunos sectores parece muy importante poder jactarse de tener la primera noticia en prensa de fútbol en España (por no hablar de los «decanatos») y con ese afán se han llegado a realizar rocambolescas maniobras[6].

Sólo 12 años después (1875) del nacimiento del Foot-ball Association en 1863 en Inglaterra con sus primeras reglamentaciones y organizaciones, ya se jugaba a fútbol en Barcelona con el consiguiente escándalo de las «personas de orden», aunque sin continuidad en prensa hasta 1892. Existen informaciones confusas y contradictorias, aportadas por algunos protagonistas o testigos (como Elias Juncosa o Joaquín Escardó) años más tarde sobre un equipo informal de ingleses que ya organizaba partidos y entrenamientos hacia 1890. Existe incluso una fotografía de dicho equipo con todos sus componentes identificados, Agustí Rodes lo identifica como el equipo de la Iglesia Metodista de Barcelona y data la fotografía en 1892 (Rodes, 2001:259). En la misma aparecen Samuel Morris y sus hijos y otros personajes clave en el nacimiento del fútbol barcelonés como Albert Serra. Personajes sobre los que volveremos.

Foto del primer equipo organizado de fútbol de Barcelona (1890 ó 1892). Procedencia: Escardó, Joaquín (1906, 6 de enero): "Los primeros partidos de football en esta capital". Los Deportes, Barcelona, p. 868-869.

Foto del primer equipo organizado de fútbol de Barcelona (1890 ó 1892). Procedencia: Escardó, Joaquín (1906, 6 de enero): «Los primeros partidos de football en esta capital». Los Deportes, Barcelona, p. 868-869.

La siguiente noticia en prensa barcelonesa de fútbol aparece en 1892[7] anunciando que los Socios del Club de Regatas van a disputar un match el siguiente domingo (27) a las ocho de la mañana.

«Los socios del Real Club de Regatas han organizado una partida de «Foot-ball», que jugarán a las ocho de la mañana del domingo«

Josep Elias i Juncosa[8] recordaba haber sido testigo de partidos en el Hipódromo de Can Tunis entre ingleses y los socios del Club de Regatas:

todo un equipo del Club de Regatas –entonces la más importante sociedad atlética entre nosotros– llegaba por mar, en una canoa, para atender con los ingleses, con lo que jugó durante tres meses”.

Albert Serra era recordado por Elias como uno de los primeros futbolistas catalanes. El 2 de febrero de 1893 en la sección de “Sport Internacional” de La Dinastía se añadía:

 Las aficiones a los ejercicios corporales van arraigando entre el elemento joven de nuestra sociedad, y de algún tiempo a esta parte viene notándose una favorable reacción en las aficiones juveniles. Esta tarde, a las tres, se jugará una partida del juego inglés “Foot-ball”, entre varios socios del Club de Regatas y algunos aficionados, en unos terrenos próximos al Hipódromo. Los socios del Club se distinguirán con los colores azules, y sus contrarios con los colores encarnados. Entre los de uno y otro lado reina mucho entusiasmo, y si esta partida da buen resultado, probablemente se repetirá a menudo.”[9]

Tras el último partido de la temporada (el fútbol era un deporte de otoño-invierno) que se jugó el 9 de marzo de 1893, se anunció la creación de un club de foot-ball para el siguiente otoño. E. Font Valencia y La Dinastía se ofrecieron para colaborar en la creación del nuevo club:

 “Sabido es que los ingleses son idólatras por sus juegos nacionales, y que allí a donde un hijo de Albión o una colonia inglesa se implanta contribuyen, aunque para ello hagan esfuerzos a fomentar el sport en todas sus varias manifestaciones. Ya hace algún tiempo en Barcelona, unos cuantos entusiastas jóvenes ingleses, organizaron todos los días de fiesta partidas del clásico y dificilísimo foot-ball en el hipódromo de esta ciudad, contando con la valiosa colaboración de otros sportsmen españoles, en su mayoría socios de los reales clubs de regatas de la localidad. Afortunadamente la animación a este juego va en auge, y sería muy sensible que por apatía o falta de voluntad –defectos de que por desgracia adolecemos mal todos los españoles–, no se continuará dando impulso vigoroso a dicho juego, que tan beneficiosos resultados produce en el sistema muscular y en la agilidad de nuestro cuerpo, a poco que practique uno sus múltiples detalles, de ritual imprescindible en el foot-ball inglés. El elemento femenino ha dado realce a estos partidos, acudiendo a presenciar e interesándose en las muchas peripecias que por lo común en aquellas se desarrollan. ¿No sería conveniente, por ende, que se organizase con toda clase de formalidades una sociedad para propagar la trascendentalísima importancia de estos saludables juegos y estimular a la juventud, a fin de que compare su desarrollo tanto en la capital del principado como en otras poblaciones catalanas? La Dinastía, dentro de su moderna esfera, se ofrece desinteresada y animosamente a aportar su grano de arena para que tan higiénico proyecto se lleve a vías de realización.”[10]

El eco del fútbol en Barcelona llegó hasta la prensa inglesa, el 20 de marzo de 1893 The Yorshire Evening Post [11] publicaba esta noticia:

«The Barcelona foot-ball season was closed yesterday (Sunday) by a match between two chosen teams, Reds and Blues. The increasing popularity of the games was shown by the far larger number of people who went to witness it. The newspapers are also speaking in its praise, and call on the energetic English to infuse their energy into young Spaniards. It has been decided to formally start a foot-ball club in Barcelona next autumn.«

3.2 El primer Foot-ball Club Barcelona (1894-1896).

En 1894 se jugaban los primeros partidos de foot-ball entre un equipo de Barcelona y los de localidades vecinas:

Hoy, á las tres y media de la tarde, habrá en un terreno cercano al hipódromo, una partida del juego de pelota inglés, football, entre los jugadores de Barcelona y los de San Martín[12]

 El club de Sant Martí de Provençals (municipio independiente hasta 1897) estaba formado por empleados de la Johnston Shields Co. Ltd., una empresa textil escocesa.

El foot-ball era el deporte de moda en Barcelona hacia 1894. El 26 de octubre de 1.894 La Vanguardia anuncia que los ingleses de la ciudad «van a dar comienzo al juego de pelota “foot-ball”, juego que ya se venían practicando en años anteriores[13]

Y el 1 de febrero de 1895 La Vanguardia:

    » El sábado a las 3 y 1/2 tendrá lugar el segundo partido foot-ball en el Velódromo, entre los socios que forman la nueva Sociedad de foot-ball de Barcelona. No puede verificarse como se esperaba el partido de desafío con la Asociación de Torelló por inconvenientes sobrevenidos a última hora, sin embargo es posible que el domingo se traslade un «equipo» de esta Sociedad a dicho pueblo para verificar un match contra aquellos«[14]   

La alineación de la “Sociedad de foot-ball de Barcelona” (traducción al castellano de Foot-ball Club Barcelona de la misma forma que, como veremos, Torelló Foot-ball Association era traducido erróneamente como «Asociación de Foot-ball de Torelló») fue la siguiente: J. Parsons, W. Parsons, Pownal, Soñé, Codina, Barrie, Brown, Dagniere, Phillips, Hicks y Richardson. Vemos que varios catalanes jugaban en esta sociedad, volveremos sobre estos personajes más adelante.

En la prensa se decía que este era el primer matchque se celebra en España entre dos asociaciones de distinta localidad ”, lo cual era incorrecto. Se habían jugado partidos entre tripulaciones de barcos ingleses desde 1889 como mínimo y entre los clubs ingleses de Andalucía desde 1890, el primero documentado entre tripulaciones es del 29 de junio de 1889 en Bilbao (Arrechea, 2013a) y el primero entre clubs ingleses en España el Sevilla Foot-ball Club-Huelva Recreation Club del 8 de marzo de 1890.

También se anunciaba que el Cónsul Inglés de la Capital, Mr. William Wyndham, aceptaba la presidencia de la Sociedad de foot-ball de Barcelona. Un detalle que se repetirá en otros clubs fundados por británicos en ciudades españolas en la misma época (por ejemplo el Sevilla Foot-ball Club creado en 1890 y cuyo presidente era el vicecónsul británico en la capital andaluza, Mr. Johnson).

La Vanguardia el 25 de enero de 1895 explicaba el fútbol a sus lectores:

 “El juego consiste sencillamente en pasar la pelota que es de gran tamaño por las puertas colocadas detrás de los jugadores de cada bando, formadas por tres palos.  El bando contrario como es natural es el que procurara introducir la pelota las más veces posible, pues cada una de ellas equivale a un goal (partida). Los once jugadores que forman uno de los bandos y que en conjunto forman ambos 22 de que debe componerse el juego, se hallan dispuestos de la manera siguiente: cinco de lateros destinados a correr la pelota y aproximarla a la puerta contraria, dos medios destinados a pasar a los delanteros, tres intermedios que procuran que con sus certeros golpes alejar siempre alejar la pelota siempre de la puerta de su partido, frente a la cual se colocan y finalmente un zaguero colocado en la misma puerta y destinado a impedir a todo trance la entrada de la pelota, por lo que se le permite hacer uso de las manos, prerrogativa que está vedada a los demás jugadores. Por tanto al colocarse los dos bandos para empezar el partido forman un rectángulo. Empezando el juego, la habilidad consiste en saber descomponer el partido al contrario a fin de poder entrar aprovechando aquella descomposición, a cuyo fin se nombra un capitán por cada bando que dirige el partido respectivo.”[15]

La actividad del primer Foot-ball Club Barcelona continuaba con intensidad en 1895, La Vanguardia informaba de entrenamientos para preparar los futuros partidos contra el Torelló Foot-ball Association. El partido se juega el día 24 y la prensa informa exhaustivamente el 27. El Barcelona vence 8-3 y los jugadores más destacados son Reeves, J. Parsons, Barrie, Fallon, H. Morris, Pownal y W. Parsons.

El 13 de abril en el diario La Vanguardia[15] se anuncia que Torelló devolvía la invitación al Barcelona para diputar otro partido en su localidad. El partido se realizó en un terreno inclinado y encharcado con victoria para los locales por 5-3. El Torelló FA era un club de Sant Vicenç de Torelló (Osona) surgido en la Colonia Borgonyà de la empresa escocesa de hilaturas J&P Coats Ltd. para entretenimiento de sus trabajadores (Arranz, 2014).

El Fomento del Sport Velocipédico, empresa que gestionaba la instalación del velódromo de la Bonanova, decidió incentivar y continuar con las competiciones de foot-ball.  En 1906 Joaquín Escardó recordaba en Los Deportes estos partidos de fútbol disputados en Barcelona hacia 1890-1895:

 “Dado el interés que siempre despierta el recuerdo de lo pasado, hemos creído de importancia para esta sección la publicación de estos dos teams que formaban allá por los años de 1892 á 1895 los dos bandos del «Barcelona Football Club» entonces existente. El campo de juego en donde se efectuaban importantes partidos de Association los días festivos, con asistencia de algunas autoridades y de la colonia inglesa en general, se hallaba sito en las inmediaciones del Hipódromo. El individuo de la colonia inglesa Reewes fue el alma de aquel Club y logró imprimir á algunos de sus paisanos su espíritu emprendedor de tal modo que en poco tiempo logró un número de socios respetable y hasta jugar, más adelante, interesantes match en el Velódromo de la Bonanova, entonces en auge, inter socios primero y con un Club de Torelló más tarde, del cual match se ocupó por vez primera toda la prensa diaria local…Salta á la vista que de los teams en cuestión, sólo formaban parte tres jóvenes barceloneses, que bien podemos afirmar que son los primeros que se sintieron inspirados por la bondad Higiénico-atlética de dicho juego, que tanto arraigo ha adquirido luego, aquí en particular y en España en general.”[17]

En la primavera de 1895 el fútbol en Barcelona ya era jugado por varios equipos de juniors y seniors, y se premiaba a los equipos ganadores con medallas. En estos equipos ya hay muchos catalanes: Busquets, Serra, Puiggener, Arcola, Tordo, Suñé, Batlle, Soler, Farré, Montañés, Ramírez, Molera, Cerdá, Codina o Arancitia. Pero a pesar de esta pujanza los muchos problemas del club con los propietarios del velódromo complicaron la existencia de la sociedad que tuvo que buscar otro campo.

Algunos aficionados de la sociedad de foot-ball, unidos a otros tantos del Real Club de Regatas de ésta, han decidió, en vista a las dificultades con que tropieza la concesión del local (pelouse) del Velódromo de la Bonanova, verificar sus partidas propias de la actual estación, en un campo de las cercanías de Casa Antúnez. A este fin el pasado domingo tuvo efecto el primero a las 10 de la mañana, quedando los dos bandos cuatro contra cuatro puntos. A partir de éste, todos los domingos tendrá lugar a la misma hora y sitio.”[18]

Este primer FC Barcelona parece desaparecer mientras otros equipos como el del Real Club de Regatas o el de la Facultad de Ciencias multiplican sus encuentros:

Mientras algunos de los socios del mencionado club se entregan a las delicias de la navegación, según indicaba anteriormente, otra buena parte de los mismos se encamina hacia los terrenos de Casa Antúnez, en busca de un campo a propósito sonde realizar el “macht” que tenían pendiente con algunos alumnos de la Facultad de Ciencias, aficionados al juego de pelota titulado “foot-ball”. Y una vez hallado éste y puestos en línea ambos bandos, empezó el juego que resultó ser uno de los más interesantes y disputados de la temporada. Allí era de ver como se hacían esfuerzos por una y otra parte para pasar el “ballón” por la puerta contraria, luchaban los del club con alguna ventaja por la mayor costumbre que tenían a la fatiga, pero no se encontraban con un contrincante ligero y que combinaba bastante bien los ataques. Se distinguieron por ambas partes los capitanes respectivos, logrando el bando del Real Club de Regatas, cinco partidas y cuatro los de la Facultad de Ciencias. El Domingo próximo, a las cuatro, dará comienzo la revancha entre ambos bandos, que promete ser muy disputada e interesante.”[19]

El equipo de la Facultad de Ciencias estaba compuesto por los jóvenes C. Torella, G. Rodríguez, Urcola, Brugués, Gallifa, Moles, S. Inglés, Vilardebó, M. González, Roca y Montañés; y por Club de Regatas se alineaban Artús, G. Busquets, Castellví, Serra, Parsons, Pascual, Busquets, Germá, Solé, Suñé y Perdigó. Todos catalanes excepto uno de los hermanos Parsons (ingleses aunque nacidos en Barcelona, como veremos), algunos de ellos «veteranos» del primer FC Barcelona.

Pese a esta efervescencia de equipos y partidos el fútbol entra en cierta crisis en Barcelona a partir de 1896 y prácticamente desaparece de la prensa hasta 1899, año en el que vive un nuevo resurgir. Sólo la Facultad de Ciencias y los aficionados al ciclismo del Club Velocipédico parecen seguir jugando partidos organizados de forma esporádica. Los ingleses de la ciudad siguieron reuniéndose los domingos en el velódromo o sus alrededores para practicar sus sports, pero ya no serán conocidos como Foot-ball Club Barcelona sino como «Club Inglés» o «Club de la Colonia Inglesa».

Entre los componentes de este primer FC Barcelona (1894-1896) encontramos a los siguientes personajes:

Presidente: William Wyndham, cónsul de Gran Bretaña en Barcelona.

Jugadores:

John Parsons Alexander, nacido en Barcelona de padres ingleses. Nacido el 14 de abril de 1875, fallecido en 1960. Fundó la empresa Hijo de Juan Parsons y Cia., empresa que se dedicaba a las tintorerías. Será jugador y directivo del FCB de 1899.

William Parsons Alexander, nacido en Barcelona de padres ingleses, hermano del anterior. Bautizado el 19 de enero de 1877. Será directivo del FCB de 1899.

Isidre Artús Ferrer (Barcelona, 1865). Socio del Club de Regatas, será uno de los fundadores y primeros jugadores del Català.

Henry Brown, británico. Jugará en el equipo de la «Colonia Inglesa» hasta 1899 y en el FCB.

Guillermo Busquets Vautravers (Barcelona, 1877-1955). Socio del Club de Regatas, será fundador, sub-capitán y jugador del Català. Arquitecto y diseñador, junto a Puig i Cadafalch, de la Exposición Universal de 1929.

José Antonio Busquets Vautravers (Barcelona, 1875-1945), hermano del anterior. Asimismo socio del Club de Regatas y jugador del Català. Arquitecto y Jefe Superior de Hacienda.

Samuel Morris de Olea (Manila, Filipinas, 1870-Barcelona, 1935), hijo del empresario inglés Samuel Morris (Director de la “Compañía de Tranvías de Barcelona, Ensanche y Gracia”), fue portero del Hispania y del FCB y árbitro.

Enrique «Henry» Morris de Olea (Manila, Filipinas, 1874), hijo del empresario inglés Samuel Morris (Director de la “Compañía de Tranvías de Barcelona, Ensanche y Gracia”), hermano del anterior. Jugará en el Hispania y en el FCB. Aviador británico en la Primera Guerra Mundial.

Pownall, británico.

J. Suñé, catalán. Socio del Club de Regatas, jugará amistosos con el FCB.

Codina, catalán.

Barrie, francés.

Georges Dagnière, francés.

Phillips, británico.

Hicks, británico.

Richardson, británico.

Reeves, británico. («Capitán y alma mater del equipo»).

Tordo, catalán. Socio del Club de Regatas.

Albert Serra Guixà (?-Santa Coloma de Farners, 1912), socio del Club de Regatas. Primer gran periodista deportivo de Barcelona (Los Deportes, La Vanguardia), algunas de las primeras crónicas del fútbol catalán tienen su firma. Árbitro, divulgador deportivo, Presidente de la Federació Catalana (1909).

Fallon, británico.

Shaw, británico.

Longbottom, británico.

Heather, británico.

Heucke, británico.

Foggon, británico.

Wilson, irlandés («jugador internacional»).

Quiney, británico.

Sloon, británico.

Hallam, británico.

Bruger, británico.

En total 21 británicos (incluyendo a los hermanos Parsons, nacidos en Barcelona, y a los hermanos Morris, nacidos en Filipinas, así como al internacional irlandés Wilson), 2 franceses y 7 catalanes. Se dispone de una foto de este FC Barcelona.

Arriba, de izquierda a derecha: Alberto Serra, Brown, Pownall, Morris (Enrique), Wilson, Morris (Samuel) y Hallam. Sentados: Parsons (John), Parsons (William), Sloon, Reeves y Bruger. Foto del primer Foot-ball Club Barcelona (1894/1895 en el velódromo de la Bonanova). Procedencia: Maluquer, Alberto (1949): Cincuenta años del F. C. Barcelona. M. Arimany, Barcelona, p. 32.

Arriba, de izquierda a derecha: Alberto Serra, Brown, Pownall, Morris (Enrique), Wilson, Morris (Samuel) y Hallam. Sentados: Parsons (John), Parsons (William), Sloon, Reeves y Bruger.
Foto del primer Foot-ball Club Barcelona (1894/1895 en el velódromo de la Bonanova). Procedencia: Maluquer, Alberto (1949): Cincuenta años del F. C. Barcelona. M. Arimany, Barcelona, p. 32.

La cifra de autóctonos es elevada en comparación con los otros clubs ingleses fundados en la misma época en España (Vigo, Río Tinto, Huelva, Sevilla, Málaga, Bilbao, Las Palmas, etc. ) y en Cataluña (Torelló, Sant Martí, Sant Andreu, etc.) formados casi exclusivamente por súbditos británicos.

4. El segundo FC Barcelona (29 de noviembre de 1899)

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Tres fotos inéditas correspondientes a las primeras competiciones de fútbol en Barcelona. Se identifica en dos de ellas a Francisco Sanz de Gabilondo con una x. Procedencia: Archivo Familiar de Francisco Sanz de Gabilondo (jugador y directivo del FC Barcelona, fotógrafo de Los Deportes), gentileza de Pedro José Sanz Roselló.

Tres fotos inéditas correspondientes a las primeras competiciones de fútbol en Barcelona. Se identifica en dos de ellas a Francisco Sanz de Gabilondo con una x. Procedencia: Archivo Familiar de Francisco Sanz de Gabilondo (jugador y directivo del FC Barcelona, fotógrafo de Los Deportes), gentileza de Pedro José Sanz Roselló.

La versión oficial explica que fue el suizo Hans Max Gamper Haessig quien fundó el Fútbol Club Barcelona. Gamper llega a Barcelona en octubre de 1898 (según parece para aprender castellano en casa de sus parientes los Gaissert[20] y como una primera escala hacia Fernando Poo) y se instala en la ciudad para siempre (Gamper Soriano, 2008). Tenía 21 años y una larga y brillante carrera a sus espaldas como futbolista (Basilea, Excelsior, Zúrich, Lyon) y deportista en general (atletismo, ciclismo, rugby). Pronto encuentra a otros futbolistas extranjeros afincados en la Ciudad Condal y entabla amistad con ellos, deseoso de formar un equipo serio como los que había conocido (o incluso fundado) en Suiza y Francia se pone en contacto con Jaime Vila del Gimnasio Tolosa con la intención de unirse a ellos y formar una sociedad, pero Vila le rechaza rotundamente. La explicación tradicional a este rechazo fue por la condición de extranjero de Gamper, lo que parece contradictorio con la presencia de varios escoceses (católicos) en las filas del equipo fundado por Vila (el Català FC). La hipótesis de Agustí Rodes (2000, 2001) es que el rechazo de Vila a Gamper y sus compañeros fue por su condición de protestantes, no por extranjeros. Es probable que este rechazo por motivos religiosos y esta cuestión personal estén detrás de la agria polémica sobre el Decanato del fútbol barcelonés que librarán el FC Barcelona de Gamper y el Català de Jaime Vila en los años siguientes. Seguramente ofendido y dolido por este rechazo Gamper tarda pocos días en acudir a otro gimnasio barcelonés donde es bien recibido (Gimnasio Solé, sede social de Los Deportes) y en retomar su proyecto de fundar una sociedad futbolística bajo la protección de Narciso Masferrer Sala (periodista, gran promotor del deporte español, que vivía en la Calle del Carmen nº23, casi en el Gimnasio Solé). De hecho en torno a Los Deportes ya se había creado una sociedad que disputó entrenamientos y partidos de fútbol, desconocemos el motivo por el que Gamper y su grupo no se unieron a esa sociedad y decidieron crear una nueva desde el mismo local social. El 22 de octubre de 1899 Gamper publica su célebre anuncio en Los Deportes convocando a todos los aficionados al «foot-vall» [sic].

«Nuestro amigo y compañero Mr. Kans Kamper [sic], de la Sección de Foot-vall [sic] de la «Sociedad Los Deportes» y antiguo campeón suizo, deseoso de organizar algunos partidos en Barcelona, ruega a cuantos sientan aficiones por el referido deporte se sirvan ponerse en relación con el, dignándose al efecto pasar por esta redacción los martes y viernes por la noche de 9 á 11.»[21] 

En esas mismas fechas los gimnastas del Tolosa y del profesor Vila habían empezado los entrenamientos como Català, asimismo los discípulos del Gimnasio Santanach habían creado otro equipo. “numerosos jóvenes de esta capital, animados por el cariño que desde hace tiempo vienen demostrando por la educación física, han determinado formar en los principales gimnasios de esta ciudad sendas agrupaciones, para dedicarse a los ejercicios atléticos en plein air, con preferencia al foot-ball association”. Se hablaba de la constitución de la Sociedad Deportiva Santanach y de la Sociedad del Gimnasio Tolosa, de mutuo acuerdo ambas solicitaron el antiguo velódromo de la Bonanova “para campo de maniobras o palenque de este deporte[22]

El 19 de noviembre se anuncia que Gamper y su amigo y compatriota Walter Wild siguen trabajando en la creación de una nueva sociedad. “Nuestros amigos Wild y Gamper, llevan muy adelantados sus trabajos de organización de una sociedad de foot-ball. Esta tarde los teams formados efectuaran un partido en el Hipódromo. Los señores que quieran pertenecer a esta nueva Sociedad se les ruega pasen por esta redacción los martes y viernes de 9 a 11 de la noche para que puedan enterarse de los nobles propósitos de sus organizadores.”[23]

El 29 de noviembre se constituye (por segunda vez) un «Foot-ball Club Barcelona» en la célebre reunión del Gimnasio Solé (Calle Montjuïc del Carme nº5). La Vanguardia del 2 de diciembre citaba que se había “constituido definitivamente en esta capital la sociedad Foot-ball Club Barcelona”, con una primera Junta directiva formada por Gualterio Wild, Hans Gamper, Luis de Ossó y Bartolomé Terradas.[24] Asimismo se anunciaba en Los Deportes del 3 de diciembre:

   “El miércoles de esta semana quedó constituida en esta ciudad una agrupación deportiva que llevará el título que encabeza esta líneas, a merced de los trabajos que en este sentido han venido practicando nuestros amigos los conocidos entusiastas G. Wild y Hans Gamper. La Junta Directiva la forma el Sr. Wild, presidente, D. Luis Oso y Serra, secretario; Sr. Hans Gamper, capitán, y tesorero, D. Bartolomé Terrades y Brutau.

En la tarde de hoy celebraran los socios de este distinguido club su primer match en el Velódromo de la Bonanova. Deseamos mucha prosperidades a la naciente sociedad deportiva, que según noticias, se propone realizar frecuentes fiestas.”[25]

El primer presidente del FC Barcelona fue el suizo Walter (Gualterio para la prensa de la época) Wild. Amigo de Gamper, monitor de gimnasia en la Sociedad Suiza, socio de la Federación Gimnástica Española y de la Unión Velocipédica Española (motores del regeneracionismo deportivo español) y miembro de la Iglesia Evangélica. Debemos reiterar su nacionalidad suiza porque es un error muy extendido (y creemos que grave, al tratarse del primer presidente del Barça) atribuirle nacionalidad británica. Uno de los motivos por los que Gamper no podía ser el primer presidente del club era su edad (cumplió 22 años el día 22 de noviembre de 1899, la mayoría de edad legal según el Real Decreto del 24 de julio de 1899 estaba en los 23).

Este segundo FCB (o FC Barcelona de Wild y Gamper) sólo disputó un encuentro (ante la «Colonia Inglesa», con los que se fusionarían días más tarde), estos fueron los 10 jugadores que pudieron reunir para ese encuentro del 8 de diciembre de 1899:

 Juan de Urruela y Morales (Guatemala, 1881-Barcelona, 1947), aristócrata español (marqués de San Román de Ayala desde 1916). Sportsman (polo, tenis, esgrima, automovilismo), presidente del RLT Club del Turó.

Walter Gustav Wild (Zúrich, Suiza, 1872-Inglaterra, 1953), comerciante suizo. Primer Presidente del FCB en 1899, su casa en la calle de la Princesa fue la sede social del club. Monitor de gimnasia de la Sociedad Suiza de Barcelona, miembro de la Federación Gimnástica Española y de la Unión Velocipédica Española, miembro de la Iglesia Evangélica, gran amigo de Gamper y su principal colaborador en la fundación del FC Barcelona. Conocido como Gualterio Wild en la prensa de la época. Regresó a Barcelona en 1949 para los actos del 50 Aniversario, entonces vivía en Londres (tras pasar muchos años en Sudamérica) lo que dio origen al extendido error de atribuirle nacionalidad británica.

José Ramón Lomba de la Pedraja (Santander, 1868-1951), estudiante universitario, su hermano Fermín jugaba en el Català. Será catedrático de Lengua y Literatura de las Universidades de Murcia y Oviedo.

Lluís de Ossó Serra (Barcelona, 1877-1931), secretario del club, periodista deportivo, trabajador en Artes Gráficas. Uno de los primeros mecenas del club, mantuvo graves divergencias con Gamper a quien intentaría apartar del club junto a todos los extranjeros (¿o a los protestantes?). Perteneciente a una familia integrista católica, sobrino de San Enrique de Ossó.

Josep Llobet, catalán.

Adolfo López, catalán.

Hans Max Gamper (Winterthur, Suiza, 1877-Barcelona, 1930), empleado de comercio suizo, residía con sus parientes los Gaissert (Émile Gaissert residía en Sant Gervasi de Cassoles desde 1880 y era delegado de la Compañía Zúrich, importante miembro de la Logia Masónica «Verdad» y de la Sociedad de Beneficencia Suiza). Sería presidente en cinco periodos entre 1908 y 1923, trabajaría en Crédit Lyonnais, en la Compañía de Tranvías de Sarrià y como periodista deportivo.

Bartolomé Terradas Brutau (Barcelona, 1874-1948), miembro de una acaudalada familia barcelonesa, estudió en Suiza donde descubrió el fútbol. Primer tesorero, mecenas y presidente del club. Cuñado de Joan Soler Julià, presidente de la Comisión Gestora del Club tras la Guerra Civil

Otto Antoine Künzli (Suiza, 1878), comerciante suizo que juega únicamente este primer partido y del que no tenemos más referencias deportivas, lo que probaría las dificultades de Gamper y Wild para formar un equipo.

Eduardo Schilling (Waldshut, Alemania, 1852-Barcelona, 1925), empresario armero alemán (célebre por las escopetas «Jabalí») de una familia de origen judío convertida al catolicismo. Se anunciaba en Los Deportes y pertenecía al reducido mundo del Gimnasio Solé. Su avanzada edad (47 años) y el hecho de que fuera su único partido son buena prueba de las enormes dificultades ya expuestas para reunir un equipo por parte de este efímero FCB que existió del 29 de noviembre al 13 de diciembre de 1899.

Los directivos de este FCB de 16 días fueron: Wild (presidente), Gamper (capitán), Ossó (secretario) y Terradas (tesorero). La lista de 12 socios fundadores de la entidad ese 29 de noviembre (Wild, Gamper, Ossó, Terradas, Otto Künzli, Otto Maier, Enric Ducal, Pere Cabot, Carles Pujol, Josep Llobet, John Parsons y William Parsons) difundida por Masferrer en 1924[26] no aparece en la prensa de 1899 y plantea dudas por diversos motivos, especialmente por la presencia de los hermanos Parsons, que se unirían al club el 13 de diciembre tras la fusión con el «Equipo Inglés». Considero probable que Masferrer mezclara en sus recuerdos las reuniones del 29 de noviembre y del 13 de diciembre.

Aceptando a los 10 jugadores del único partido jugado por este segundo FCB como a sus probables socios fundadores, destacaríamos que la mayoría (6) eran españoles y sólo 4 (3 suizos y 1 alemán) extranjeros, uno de los cuales (Schilling) era católico, lo que pondría en cuestión la tesis ampliamente aceptada en los últimos años y presentada por Agustí Rodes (2000, 2001) del FC Barcelona como una iniciativa protestante.

También es palpable la dificultad de este grupo para formar un equipo de once jugadores, para su único partido sólo reunieron diez y dos de ellos no eran deportistas (Schilling y Künzli). Ello explicaría la urgencia por fundar sólo 16 días más tarde un tercer FC Barcelona fusionándose con los ingleses. Con los herederos (en algún caso supervivientes) del primer FC Barcelona de 1894.

5. El tercer y definitivo FC Barcelona (13 de diciembre de 1899). Etapa no oficial.

Foto inédita de los primeros años del FC Barcelona. Probablemente de un segundo o tercer equipo del club, se identifica a Francisco Sanz de Gabilondo (marcado con una x) y al directivo Francesc Sanz (vestido con traje). Procedencia: Archivo Familiar de Francisco Sanz de Gabilondo (jugador y directivo del FC Barcelona, fotógrafo de Los Deportes), gentileza de Pedro José Sanz Roselló.

Foto inédita de los primeros años del FC Barcelona. Probablemente de un segundo o tercer equipo del club, se identifica a Francisco Sanz de Gabilondo (marcado con una x) y al directivo Francesc Sanz (vestido con traje). Procedencia: Archivo Familiar de Francisco Sanz de Gabilondo (jugador y directivo del FC Barcelona, fotógrafo de Los Deportes), gentileza de Pedro José Sanz Roselló.

A raíz de estos partidos y movimientos del otoño de 1899 la prensa mencionaba que el deporte del fútbol progresaba rápidamente en la capital. Una reunión se convocaba el 13 de diciembre en el Gimnasio Solé – Montjuïc del Carmen, núm. 5–“para tratar de la fusión entre el Foot-ball Club Barcelona con el team inglés”, y proceder a la elección de los nuevos miembros de la Junta.

A raíz de esta reunión, en la revista Los Deportes se mencionaba nuevamente la constitución del Foot-ball Club Barcelona (en puridad se trató de la fusión de los dos FCB, el «inglés» de 1894 y el de Gamper y Wild de reciente creación), con fecha de 13 de diciembre de 1899. La presidencia continuó a cargo de Walter Wild y la dirección técnica del equipo a cargo del primer capitán, Hans Gamper; mientras que el vice-presidente fue John Parsons y el vice-capitán William Parsons, que provenían del team inglés. De Ossó y Terradas siguieron como secretario y tesorero y Adolfo López se incorporó como vocal. Se acordó que los colores que usaría la nueva sociedad serían “el azul oscuro y encarnado a rayas perpendiculares y en el pecho el escudo de Barcelona” (aunque en La Vanguardia, suponemos que por error, se dijo «negro y encarnado«). El origen de estos colores ha sido debatido y circulan las más variopintas versiones, Narciso Masferrer dejó escrito que eran los colores del Basilea, club del que Gamper había sido capitán[27]. Debemos destacar que el lino tintado de esos colores (azul y encarnado) era mucho más caro que el blanco, por lo que en la elección de los mismos podría esconderse también una voluntad de ostentación económica y social, un signo de elitismo. El RC de Polo escogería los mismos colores.

Con esta nueva fusión (de hecho había nacido un nuevo club) y potenciación deportiva, el Foot-ball Club Barcelona se propuso invitar al Català para realizar un partido. Unos días más tarde, Los Deportes daba cuenta que en “el pasado domingo” se había creado la junta del Català FC con la presidencia de Jaime Vila Capdevila (profesor en el Gimnasio Médico de Eduardo Tolosa, en la calle Duque de la Victoria, números 3 y 5). También se añadía el acuerdo de aceptar un encuentro propuesto por el FC Barcelona, en el Velódromo de la Bonanova, para la tarde del 24 de diciembre. La llamada de Gamper tuvo efecto, ya que al cabo de poco tiempo eran varios los equipos que se podían constituir. Así se mencionaba que el Club “que se propone celebrar frecuentes partidos en el que alternen los diferentes teams, para que todos sus socios, cada día más numerosos, puedan tomar parte activa en los fines que la misma persigue[28]

A lo expuesto parece ser que oficialmente el primer club de fútbol constituido en la ciudad (aunque como veremos no registrado en el Gobierno Civil hasta el 5 de enero de 1903) fue el FC Barcelona, antes que el Català FC (que nunca se registró). (Arrechea, 2012).

“Es tanto el cariño que se ha despertado entre la juventud de Barcelona aficionada a la educación física en “plein air”, como dicen los franceses por el “foot-ball”, que las listas de las sociedades atléticas recientemente constituidas en ésta para propagar la afición al mismo tituladas FC Catalá una, y FC Barcelona, la otra, se llenan diariamente de nombres de jóvenes “sportmen” conocidos en los círculos similares de esta capital, sin duda ansiosos de fomentar un deporte tan sano y lleno de vida.

Según nuestros informes, no se reduce a esta capital la naciente afición, sino que se propaga por el resto de Cataluña y España. Manresa y Torelló son prueba de ello, por lo que respecta a nuestra región, y no sería que muy pronto pudiéramos presenciar un “macht” entre el Club Torelló y un equipe formado por los tres clubs de Barcelona.”[29]

Alberto Serra Guixà, redactor deportivo de La Vanguardia, también se ocupaba de presentar las crónicas deportivas del fútbol en Los Deportes. Él fue el autor de las primeras crónicas del FC Barcelona. A propósito de este y otros partidos anteriormente jugados, se decía que el fútbol había adquirido “carta de naturaleza”.

“Foot-ball. Es el sport del día que ha tomado plena carta de naturaleza en esta capital. El deporte que cautiva la atención de todos los aficionados y que practican las tardes de los días festivos en el ex Velódromo de la Bonanova los distinguidos socios del Foot-ball Club Barcelona, el Foot-ball Club Catalán y los del Team inglés.”

“Match entre los teams del Foot-ball Club Barcelona y Foot-ball Club Catalán. El domingo pasado, a las tres, dio comienzo el partido, colocándose en rigurosa línea de partida los dos teams, el del Foot-ball Club Catalán al NO y el del Foot-ball Club Barcelona al SE, ambos compuestos por jóvenes de esta capital y el primero por españoles exclusivamente.

La tarde resultó, deportivamente hablando, interesantísima para los que asistieron al match en cuestión, que por cierto fueron en número crecido y muy inteligentes a juzgar por las muestras de aprobación con que acogían las buenas jugadas de uno y otro bando.

Si el Foot-ball Club Barcelona, con el inteligente campeón suizo Sr. Hans Gamper a la cabeza realizó filigranas de combinaciones y conducción, el Foot-bal Club Català, representado no por once jugadores, sino por once héroes, se multiplicó para contrarrestar el acertado juego de sus contrarios. Era objeto de entusiasmo y de admiración el ver la decisión y seguridad con que estos principiantes se tiraban a la pelota, que hábilmente conducida era rápidamente pasada de una parte del campo a la otra, unas veces; otras, repetida con certeros golpes al punto de partida, y de vuelta nuevamente para volver a las combinaciones que tanto aliciente y entusiasmo proporcionan.

Los cuatro growis o partidas que hicieron no hay que repetir fueron disputadísimas, teniendo en cuenta lo indicado anteriormente.

Barcelona FC jugo generalmente dentro del campo contrario, pues se notaba mayor cohesión en los corredores, lo cual proporcionó repetidas veces ocasión a los del FC Catalán repelerla con breo y verificar una entrada en el campo enemigo. Por tres veces lograron los del Barcelona FC partida, si bien una de ellas fue protestada por el juez límite Sr. Lomba, fundándose en que había sido tocada con las manos.

El FC Catalán logró una partida muy limpia durante el primer espacio de tiempo del match. Resultó sumamente grato ver, al terminar el match, las pruebas de aprecio y diferencia que se cambiaron entre ambos bandos, dándose uno a otro ¡vivas¡ y ¡hurras¡ que fueron unánimemente contestados.”[30]

Antes de finalizar el siglo, Barcelona disponía de varias entidades que habían practicado el fútbol. Entre estas podemos citar la primitiva Sociedad Foot-ball Club Barcelona, el Real Club de Regatas, la Sociedad de Velocipedistas, los socios del hipódromo, la Facultad de Ciencias, los socios de los gimnasios Tolosa, Solé y Santanach, el Escocés FC, el team Inglés (heredero de la primera Sociedad), además de los recién constituidos FC Barcelona y Català. Fuera de Barcelona también se conocían noticias de la práctica del fútbol en otras poblaciones catalanas como Torelló, Palamós, Manresa o Reus.

El Català, que inicialmente sólo admitía en su equipo jugadores españoles (aunque pronto sumaría a varios escoceses católicos), tras la realización de un partido contra el Escocés FC de Sant Andreu de Palomar, lanzó un reto futbolístico para jugar un partido contra otro equipo formado también únicamente por jugadores españoles. En estos momentos, se decía que era de notar “el creciente interés que, entre la mayoría del público frío e indiferente para los deportes, va despertando éste y se da el caso de que muchos particulares así como familias enteras acuden a los matchs animando con su presencia el cuadro deportivo. Por cuyo motivo se ve el paseo del exvelódromo de la Bonanova sumamente concurrido[31]

El equipo del Català que se enfrentó con el Escocés FC de Sant Andreu estaba compuesto por los socios Julián García, Lomba, Sanmartín, Busquets (J. M.), Garcés, Valls, Artús, Vila, Valls y Soley. Varios supervivientes del primer FC Barcelona se encontraban entre ellos. El eco mediático de estos primeros partidos quedó reflejado en interesantes crónicas y reportajes fotográficos (con la primera foto del Barça[32]) como el que ofreció Eduardo Calatrava en Iris –revista semanal ilustrada–.

“A los sports que pueden considerarse como ya arraigados en Barcelona hay que añadir los partidos de pelota foot-ball, habiendo sido muy interesante los que jugaron el domingo 18 en el Velódromo de la Bonanova, ante una numerosa concurrencia.

En dichos partidos tomaron parte separadamente los socios de los clubs Catalá y Barcelona, demostrando gran destreza sus equipos. El sport en sí es algo violento, a no dudar, pero es preciso reconocer que constituye un ejercicio que ha de influir grandemente en la formación o inclinación del carácter, siendo en pequeña escala un trasunto de la lucha por la vida, representada por la pelota, de manera que la cosa tiene filosofía.

Bienvenidos sean, pues, el foot-ball y todo cuanto tienda al desenvolvimiento de las aptitudes físicas y al robustecimiento del cuerpo. Los ingleses, que saben siempre lo que mejor les conviene, conceden mayor importancia al atletismo, y se da el caso de atribuirse muchísima mayor importancia al scholar vencedor en unas regatas que no al que mejor sabe comentar un texto griego o latino. Podrá parecer absurda la preferencia, y, sin embargo, quién sabe si no tiene un gran fondo de buen sentido, como homenaje al viejo adagio: Mens sana in corpore sano. (…) Ya que el gobierno desatiende la educación física para atender tan solo a las disciplinas escolásticas y a la enseñanza libresca, bueno es que la iniciativa particular subsane tales deficiencias, y por lo mismo sólo elogios merecen esos clubs que se constituyen en Barcelona y en otras capitales para el cultivo y desarrollo de la fuerza individual, base de la salud de los pueblos, como acreditan actualmente ingleses y boers.”[33]

A la izquierda jugadores del FC Barcelona y el Català FC posando juntos, a la derecha jugadores del Català FC y del Escocés de Sant Andreu (18 de febrero de 1900, velódromo de la Bonanova). Primera foto del actual FC Barcelona. Procedencia: Calatrava, Eduardo (1900, 3 de marzo): “Foot-ball”, Iris, nº43, Barcelona, p. 14-15.

A la izquierda jugadores del FC Barcelona y el Català FC posando juntos, a la derecha jugadores del Català FC y del Escocés de Sant Andreu (18 de febrero de 1900, velódromo de la Bonanova). Primera foto del actual FC Barcelona. Procedencia: Calatrava, Eduardo (1900, 3 de marzo): “Foot-ball”, Iris, nº43, Barcelona, p. 14-15.

A finales de 1900 en la ciudad ya se contaban unos ocho equipos de fútbol. En este sentido se vaticinaba que el fútbol sería en 1901 uno de los sports de moda.

En octubre de 1901 Los Deportes redactó un artículo con objeto de aclarar las discusiones que en la Ciudad Condal enfrentaban a los socios del FCB y Català, sobre cuál era la sociedad más antigua de ambas. La revista apoyándose en artículos propios, como en otros publicados en otras revistas y periódicos nacionales, anotó que el primer team de foot-ball fue el FC Barcelona fundado el 29 de noviembre de 1899, mientras que el Català lo era del 17 de diciembre de ese mismo año[34]. Dejando de lado las oficialidades administrativas y jurídicas que legalizaban las asociaciones el fútbol en Barcelona llevaba tiempo practicándose, al menos siete años antes de constituirse el FC Barcelona de Gamper, de forma regular. Durante este período existieron varias asociaciones que lo practicaron, siendo un reclamo más en la práctica de los sports. Tal y como hemos visto una de estas entidades ya fue conocida en 1894 como la Asociación de Foot-ball de Barcelona, traducción sui generis al castellano de Foot-ball Club Barcelona.

6. El tercer y definitivo FC Barcelona (29 de diciembre de 1902). Etapa oficial.

Como hemos visto, entre el 21 de octubre de 1901 y el 28 de septiembre de 1903 la agria polémica sobre el decanato del fútbol barcelonés entre el FC Barcelona y el Català llenó las páginas de Los Deportes de réplicas y contrarréplicas de dirigentes de ambos clubs aportando datos sobre cuál de los dos se constituyó antes, jugó el primer partido o tuvo antes directiva.  El propio Gamper tomó parte en la discusión el 16 de agosto de 1903 con un extenso alegato con referencias biográficas en el que recordaba que fue rechazado por aquellos deportistas del Gimnasio Tolosa que poco después fundarían el Català porque “me dejaron entrever que no admitirían extranjeros”.[35] En el trasfondo de la polémica del decanato había viejas cuestiones personales.

Más desapercibida ha pasado para los historiadores que han estudiado este tema la réplica aportada por Pere Cabot i Roldós (uno de los primeros socios del club, jugador y secretario en la junta de Paul Haas desde el 5 de septiembre de 1902) el 28 de junio de 1903 en la que invitaba al Català a que “manifieste el día de la constitución y adopción de tal nombre[36], además de ofrecer la posibilidad de que la Asociación de Clubs de Foot-ball (fundada el 12 de noviembre de 1902) diera un dictamen sobre la cuestión tras estudiar la documentación que se pudiera aportar al respecto. La respuesta de Joaquín Escardó el 5 de julio fue algo dubitativa “no puedo precisarle de momento la época de su fundación[37] y la polémica empezó a apagarse con la sensación casi generalizada de victoria moral barcelonista (aunque varios autores han intentado reavivar la cuestión incluso en tiempos recientes).

Pere Cabot tenía poderosas razones para pedir al Català pruebas documentales de su constitución y para buscar un dictamen oficial sobre el tema: básicamente porque él en persona fue el encargado de registrar el FC Barcelona en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil de Barcelona aportando unos estatutos y una Acta de Constitución, presentándose como el “organizador de la sociedad Foot-ball Club Barcelona”[38].

Instancia de Pedro Cabot Roldós al Gobierno Civil de Barcelona (18 de noviembre de 1902). Procedencia: Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. Caja 181, Número de Asociación 3.709 “Fútbol Club Barcelona”.

Instancia de Pedro Cabot Roldós al Gobierno Civil de Barcelona (18 de noviembre de 1902). Procedencia: Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. Caja 181, Número de Asociación 3.709 “Fútbol Club Barcelona”.

En efecto, el 18 de noviembre de 1902 Pere Cabot presenta en el Gobierno Civil una instancia junto a los estatutos del Foot-ball Club Barcelona (“como organizador” de dicha sociedad, además su domicilio en la Calle Aribau nº 5 bajos de Gracia era la sede social del club) para que el Gobernador los apruebe y se pueda inscribir el club “según está prevenido en la vigente ley de asociaciones”.

Tras obtener el visto bueno del gobernador y en cumplimiento exacto del punto 4º de la Ley de Asociaciones de 1887 un Foot-ball Club Barcelona se constituye (por cuarta vez) el 29 de diciembre de 1902 a las 21:30 horas en el Café Alhambra (gran cafetería, cervecería y restaurante que existió entre 1891-1906 entre la Plaza Cataluña, la Rambla de Cataluña y el Paseo de Gracia, a pocos minutos del domicilio de Cabot/sede social del FC Barcelona).

Paul Haas presenta el 3 de enero de 1903 en el Gobierno Civil una copia certificada del Acta de Constitución de la Sociedad firmada por él mismo y Pere Cabot. El Acta tiene el sello del club con un visible y paradójico «1899».

Paul Haas acompaña el documento con una breve nota al gobernador “tiene el honor de pasar a manos de V.E. copia certificada del acta de constitución y de nombramiento de cargos de dicha asociación. Dios guarde a V.E. muchos años. Barcelona 3 de Enero de 1903. Paul Haas”.

La directiva escogida ese 29 de diciembre de 1902 es la siguiente: Paul Haas (presidente), Hans Gamper (vicepresidente), Josep Llobet (tesorero), Pere Cabot (secretario), José Marín (vicesecretario), José Vidal (vocal 1º) y Lluís de Ossó (vocal 2º).

La prensa había informado de la formación de la junta presidida por Haas el 5 de septiembre con algunas diferencias. A destacar que esta reunión del café Alhambra del 29 de diciembre (constitutiva de la sociedad, nada más y nada menos) no apareció en la prensa de la época, como tampoco las gestiones efectuadas ante el Gobierno Civil ni la inscripción final en el Registro que se produce el 5 de enero de 1903.

Finalmente, el 5 de enero de 1903, más de tres años después de fundarse (29 de noviembre de 1899) y de «refundarse» (en puridad, se fundó otra sociedad con el mismo nombre) tras fusionarse con el primer FC Barcelona de los ingleses (13 de diciembre de 1899) el Fútbol Club Barcelona fue inscrito (con el número 3.709) en el Registro de Asociaciones en cumplimiento estricto de la Ley de Asociaciones vigente.

Hoja izquierda.

Hoja izquierda.

Hoja derecha. Obsérvese un error: anotan como presidente el 12/12/1912 a Francisco Trias, presidente del FC España de Barcelona. Inscripción del Foot-ball Club Barcelona en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil de Barcelona (5 de enero de 1903). Procedencia: Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. Libro Registro de Asociaciones. Tomo II.

Hoja derecha. Obsérvese un error: anotan como presidente el 12/12/1912 a Francisco Trias, presidente del FC España de Barcelona.
Inscripción del Foot-ball Club Barcelona en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil de Barcelona (5 de enero de 1903). Procedencia: Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. Libro Registro de Asociaciones. Tomo II.

Repito que la prensa de la época (incluso el siempre bien informado y predispuesto a informar de cuantas reuniones y eventos diversos celebraran las sociedades barcelonesas rotativo Los Deportes) guardó absoluto silencio sobre estos acontecimientos importantes del FC Barcelona ocurridos entre noviembre de 1902 y enero de 1903. Ello ha favorecido la imagen transmitida por la práctica totalidad de los historiadores sobre el mandato del presidente Haas como “un periodo de transición” sin grandes acontecimientos, aunque fue un periodo vital para el club en el que se aprueban unos estatutos y se constituye formalmente para poder inscribirse en el Registro de Asociaciones.

Todo ello a pesar de que algunas referencias indirectas a esa fundación del club en 1902 podían ser encontradas, por ejemplo, en los estatutos de 1911.

Estatutos del FC Barcelona de 1911. Procedencia: Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. Caja 181, Número de Asociación 3.709 “Fútbol Club Barcelona”.

Estatutos del FC Barcelona de 1911. Procedencia: Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. Caja 181, Número de Asociación 3.709 “Fútbol Club Barcelona”.

Los presidentes de este periodo fundacional que culmina con la plena constitución legal (primeros estatutos, inscripción en el Registro según la Ley de Asociaciones) fueron Walter Wild (suizo), Bartolomé Terradas (catalán educado en Suiza) y Paul Haas (suizo).

La mayoría de jugadores siempre fueron españoles (incluidos nacidos en Centroamérica como Urruela o Soley), seguidos por los británicos (incluidos nacidos en Barcelona como los Parsons, Witty o Noble, o en Filipinas como los Morris). También se incluyen los jugadores del Català que se unieron al FCB para partidos puntuales. Los suizos fueron muy pocos aunque no fue óbice para que tuvieran el control de la presidencia, de la capitanía y de la comisión deportiva del club, lo que provocó conflictos en los años sucesivos. En 1903 el grupo controlado por D´Ossó logró que Gamper abandonara el club en su campaña por «librar» al club de extranjeros (¿o de protestantes?).

En la primera temporada (1899-1900) jugaron 16 españoles, 9 británicos, 3 suizos y 2 alemanes.

En la segunda (1900-1901) 25 españoles, 10 británicos, 2 suizos y 1 alemán.

En la tercera (1901-1902) 27 españoles, 13 británicos, 3 suizos y 2 alemanes.

En la cuarta (1902-1903) 26 españoles, 10 británicos, 5 suizos, 1 alemán y 1 francés.

7. Conclusiones

Hemos visto como se fundaban en la ciudad de Barcelona tres clubs de fútbol llamados Foot-ball Club Barcelona:

– El Foot-ball Club Barcelona fundado por la comunidad inglesa en 1894, presidido por el cónsul británico Wyndham. Sociedad que en 1896 deja de ser conocida así (o con la errónea traducción Sociedad de Foot-ball de Barcelona) en la prensa y que hasta 1899 será conocida como «Equipo Inglés», «Equipo de la Colonia Inglesa» o «Team Inglés».

– El Foot-ball Club Barcelona fundado por Hans Gamper y Walter Wild bajo la protección de Narciso Masferrer, de la Federación Gimnástica Española, de Los Deportes y del Gimnasio Solé el 29 de noviembre de 1899.

– El Foot-ball Club Barcelona fundado el 13 de diciembre de 1899 por fusión del FCB de Gamper/Wild y el «Equipo Inglés» (es decir, el FCB de 1894) también en el Gimnasio Solé, fundado nuevamente (como artificio necesario para cumplir con la legalidad) en el Café Alhambra el 29 de diciembre de 1902 por Paul Haas y Pere Cabot para poder ser inscrito en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil el 5 de enero de 1903.

¿Son la misma sociedad?, ¿es el FCB actual un club fundado en 1894, el 29 de noviembre de 1899, el 13 de diciembre de 1899, el 29 de diciembre de 1902 o el 5 de enero de 1903? ¿Debemos descartar al primer FCB por falta de continuidad y concluir entonces que el FC Barcelona se funda el 29 de noviembre de 1899 dado que se trató de un acto público del que informó la prensa y sabemos que efectivamente ese día se constituye su junta directiva y el equipo empieza a jugar partidos y competiciones o por el contrario tenemos que afirmar que el Barça no se funda hasta el 5 de enero de 1903 ya que esa es su fecha de inscripción en el Registro de Asociaciones y la Ley de Asociaciones vigente en la época requería de la inscripción de las sociedades en el Gobierno Civil?

Pues depende. Si lo analizamos desde la amplia perspectiva histórica que nos ofrece nuestra atalaya del año 2015 y desde un punto de vista retrospectivo podemos afirmar (como de hecho se suele hacer) que la inscripción en el Registro de la Ley de Asociaciones de 1887 tenía un valor declarativo pero no constitutivo.

Pero este es un análisis basado fundamentalmente en una jerarquía normativa retrospectiva, lo que casi supone una reconstrucción histórica. El contenido de la Ley de Asociaciones de 1887 en los años de que se trata (1899-1903) era indiscutible: la constitución de una sociedad requería de la presentación al gobernador civil de los estatutos “ocho días por lo menos antes de constituirla” y sólo tras su aprobación se constituía la sociedad y se inscribía en el Registro. Exactamente el proceso que llevan a cabo Pere Cabot y Paul Haas entre noviembre de 1902 y enero de 1903. Sin inscripción habría un grupo de gente con un fin común, pero no una sociedad en el sentido estricto.

Es un tema complejo sobre el que CIHEFE efectuó en febrero de 2011 un documento de trabajo (Martínez Patón, 2011).

– El hecho de aportar una Acta Constitutiva con fecha de 29 de diciembre de 1902 puede interpretarse como un formalismo para cumplir escrupulosamente con la Ley de Asociaciones, el hecho de que dicha reunión no aparezca reflejada en la prensa hace dudar sobre si llegó a realizarse realmente. No tengo explicación al secretismo con el que todo el proceso de inscripción en el Registro se lleva a cabo ni al silencio de la prensa barcelonesa de la época (especialmente Los Deportes). Respecto a la ausencia de este proceso de legalización del FC Barcelona en 1902-1903 en los libros de historia del club publicados creo que la explicación está en el libro Historial del F.C. Barcelona 1899-1924 publicado con motivo de las bodas de plata del equipo azulgrana. Este libro (obra del periodista Daniel Carbó i Santaolaria “Correcuita”) ofrece una crónica de la fundación del club muy favorable (casi hagiográfica) a Gamper (presidente del club en 1924 y amigo del autor) y omite cualquier dato sobre la inscripción en el Registro de Asociaciones. La práctica totalidad de publicaciones posteriores lo han utilizado como fuente principal para explicar los primeros años del FC Barcelona.

– Pere Cabot pudo decidir acudir al Gobierno Civil en noviembre de 1902 por la polémica del Decanato con el Català que ya hemos comentado. También pudo tener influencia la aparición de torneos como el Campeonato de España de 1903 cuyas bases decían “podrán tomar parte en el concurso todas las sociedades de Foot-ball Asociación de España legalmente constituidas”. El Madrid Foot-ball Club también fue inscrito en el Registro de Asociaciones el 18 de abril de 1902 por Juan Padrós aunque hay referencias a que existía desde octubre de 1901. Dos disposiciones del Gobierno Español también forzaron a la inscripción de las sociedades en el Registro de Asociaciones: el Real Decreto para Asociaciones del 19 de septiembre de 1901 y la Real Orden Circular para Asociaciones del 9 de abril de 1902[39]. La laxitud de la Ley de Asociaciones de 1887 quedaba acotada y las asociaciones se veían obligadas a registrarse en el Gobierno Civil.

En resumen, existen varias respuestas posibles a la pregunta «¿cuándo se fundó el FC Barcelona?» según lo que prioricemos y no voy a realizar ninguna afirmación rotunda al respecto, creo sin embargo importante destacar que la visión transmitida durante decenios del proceso fundacional del club es una simplificación de un proceso complejo y se basa en los testimonios parciales y subjetivos de Narciso Masferrer y Daniel Carbó en 1924 cuyo objetivo parecía ser ensalzar la figura de Gamper en un momento en el que este era el Presidente de la entidad. Celebrar el XXV Aniversario con libros o artículos que le presentaran no únicamente como el Fundador del Club, sino incluso como el «introductor del fútbol en Barcelona«, parecía más oportuno que rescatar del olvido al primer FC Barcelona «inglés» o explicar con rigor que Gamper (y el ninguneado Wild) nunca acudieron al Registro de Asociaciones y esa gestión necesaria para oficializar el club la hicieron Haas y Cabot tres años más tarde.

La versión oficial presentada en 1924 de un Gamper que introduce el fútbol en Barcelona, funda el FC Barcelona prácticamente en solitario y lo oficializa antes que el Català obteniendo el «Decanato barcelonés» ha sido repetida hasta fechas recientes en las que nuevas investigaciones nos ha permitido adquirir una visión más amplia del proceso fundacional del Barça. Un proceso gradual, plural y complejo en el que participaron numerosos deportistas de varias nacionalidades durante casi diez años (1894-1903) y que estuvo enmarcado en los cambios culturales y sociales experimentados por la sociedad barcelonesa a finales del siglo XIX con el modernismo, el regeneracionismo y las influencias y modas extranjeras como motores.

También hemos podido relativizar la participación extranjera en la fundación del FC Barcelona del 29 de noviembre de 1899 y descartar que se tratara de una iniciativa protestante en la que la religión jugara un papel decisivo, queda descartada asimismo por falsa la afirmación divulgada por medios de extrema derecha según la cual «el Barça no admitía españoles al igual que el Español no admitía extranjeros«[40]. Hemos visto como siempre fueron mayoría los catalanes (e incluso como había apellidos catalanes entre los componentes del primer FC Barcelona de 1894, algo inusual en otros English Clubs españoles).

Otro mantra repetido en los últimos años (la influencia masónica en la fundación del FCB) también debe ser relativizado: eran masones Émile Gaissert (pariente de Gamper, posible mecenas del club), Samuel Morris (padre de Samuel, Enrique y Junior Morris, pioneros del fútbol barcelonés) y George Sainte Noble (padre de los futbolistas George y Royston St. Noble, emparentado con los Maragall por el matrimonio de Clara Noble con Joan Maragall), pero no está probado que lo fueran Gamper o Wild ni ningún directivo o jugador destacado hasta Sagi Barba (años 20). Tampoco el supuesto origen masónico de los colores azulgrana[41] ha sido probado, siendo más probable que Gamper los tomara del Basilea, club que también había fundado y que compartía iniciales con el recién fundado FCB, sin descartar la voluntad de marcar elitismo al escoger los colores más caros que existían para lucir en una camisa de lino.

– Gamper (y Wild) son rechazados en el Gimnasio Tolosa (por ser extranjeros o protestantes) pero son inmediatamente bien recibidos en el Gimnasio Solé por sus propietarios (y por Narciso Masferrer, quien tiene la redacción de Los Deportes y la sede social de la Asociación Catalana de Gimnasia en su mismo local y pertenece a la Federación Gimnástica Española y a la Unión Velocipédica Española como Wild). Allí se incorporan a la Sociedad Los Deportes, pero en lugar de potenciar su recién nacido equipo de fútbol deciden crear uno de nueva planta tomando el nombre de la ciudad y repitiendo (es posible que lo desconocieran) un nombre que ya había existido: Foot-ball Club Barcelona. No hay motivaciones políticas, ni religiosas, ni ocultistas, ni nacionalistas en este paso. Lo que es evidente es la influencia regeneracionista y de la Federación Gimnástica Española a través de Narciso Masferrer y del mismo Walter Wild.

De hecho en abril de 1899 una comitiva de representantes de la Asociación Catalana de Gimnasia, la Federación Gimnástica Española y de la Revista Los Deportes (es decir, por 3 entidades lideradas por Masferrer y con la misma sede social), encabezada por el Dr. Rodríguez Méndez (padre del futuro fundador de la Sociedad Española de Foot-ball, Ángel Rodríguez Ruiz) visitó al señor Alcalde, Dr. Bertomeu Robert. Estos le entregaron un documento de ocho puntos solicitando atendiese a trámite “los asuntos de capital importancia y verdadero interés relacionados con las prácticas gimnásticas”. Entre estas peticiones figuraban la obligación de crear y asistir a las clases de gimnástica en las escuelas, la organización de campos y plazas de juego, la organización de concursos gimnásticos, el establecimiento de paseos y colonias escolares veraniegas, el fomento de instituciones post-escolares –o actividades extraescolares–, etc.[42]

Demandaban menos gimnasia clásica amorosiana y más sport inglés al aire libre. Demandaban (demandaba Masferrer) fútbol; la creación del FC Barcelona es fruto de ello. Narciso Masferrer tuvo un papel destacado en la fundación del FC Barcelona aunque por modestia, o por motivos que desconocemos, prefirió no darse protagonismo cuando relató en 1924 sus recuerdos de aquel acontecimiento y se presentó como un mero testigo. Falleció en 1941 sin llegar a ver a su nieto Narcís Masferrer Andreu jugar en el FC Barcelona amateur e incluso un amistoso con el primer equipo en 1957.

Las corrientes regeneracionistas pedagógicas y deportivas (Institución Libre de Enseñanza, Federación Gimnástica Española) eran defensoras del deporte inglés, al aire libre. De juegos y deportes como el foot-ball. Esta corriente pedagógica estaba consolidada en los gimnasios de Barcelona, en sus ambientes gimnasiarcas e higienistas, por ello el fútbol en Barcelona nace en los gimnasios. Una característica casi única en Europa, en otros lugares del norte y centro de Europa (especialmente en Alemania) en los gimnasios se despreciaban los juegos ingleses al aire libre y se reivindicaba la gimnasia clásica en sus modalidades amorosiana o sueca. Narciso Masferrer, Eduardo Tolosa, Jaime Vila, Francisco Solé o Ángel Rodríguez eran regeneracionistas y simpatizaban con el modelo inglés, entre otros motivos porque consideraban los deportes al aire libre como más adecuados a nuestro clima y peculiaridades nacionales. Por eso crearon clubs de fútbol como el FC Barcelona, el Català FC o la Sociedad Española de Foot-ball.  El fútbol barcelonés nace en los gimnasios.

El papel de Los Deportes en el proceso es fundamental, aunque la historiografía tradicional lo ha reducido a la mera anécdota del anuncio-convocatoria de Gamper en la revista (muchas veces llamada «gacetilla»). La revista quincenal ilustrada Los Deportes (1897-1910) dirigida por Masferrer era el órgano oficial de la Federación Gimnástica Española y de la Asociación Catalana de Gimnástica.

Los Deportes debe ser considerada como la primera revista deportiva española ambiciosa y de nivel europeo y durante su existencia fue la revista de su género más importante. Informaba sobre todas las prácticas deportivas de la época: gimnasia, ciclismo, patinaje, remo, vela, esgrima, caza, pelota vasca, excursionismo, tiro, polo colombófila, lawn-tennis, automovilismo o foot-ball.

En 1899 Los Deportes dejó de ser quincenal y pasó a semanal con muchos cambios de portada y presentación. En el número 10 de ese mismo año aparecieron unas breves secciones sobre espectáculos y tauromaquia, así como cuentos literarios. En el número 5 de 1899 Los Deportes se fusionaba con Barcelona Sport. En este mismo y decisivo año se presentaba como portavoz de la Federación Gimnástica Española y de la Unión Velocipédica Española. Dos entidades impulsadas por Masferrer, instrumentos en su ambiciosa campaña regeneracionista, de las que era socio también Walter Wild.  Los Deportes desaparecería en 1910, para entonces este movimiento regeneracionista pedagógico y deportivo ya había entrado en crisis por la ausencia de resultados (la Federación Gimnástica Española fue oficialmente disuelta en 1906 tras permanecer prácticamente inactiva desde 1902). Masferrer prosiguió su labor divulgativa y asociacionista fundando El Mundo Deportivo en 1906, impulsando clubs y federaciones y ejerciendo en varias etapas como «puente» entre los círculos polideportivos de Barcelona y Madrid, pero el ambicioso proyecto liderado por la FGE y Los Deportes había sido abandonado. Uno de sus muchos frutos que aún perdura es el FC Barcelona.

Retomando la evolución de este FCB de Gamper y Wild (y de Masferrer realmente) del 29 de diciembre de 1899 debemos afirmar que fracasó, ya que sólo lograron reunir 10 jugadores para su único partido y dos de ellos eran amigos suyos o habituales del ambiente del Gimnasio Solé que, al parecer, no eran deportistas. Uno de ellos tenía 47 años. Este fracaso llevará en pocos días a buscar la fusión con el «Equipo Inglés». Con el FC Barcelona de 1894. La tradición británica del deporte en Barcelona se fusionaba con los regeneracionistas autóctonos y con germanoparlantes recién llegados. Compartían valores y proyectos. Y sobre todo compartían gimnasio.

El 13 de diciembre de 1899 nace el FC Barcelona que ha llegado a nuestros días, aunque el 29 de diciembre de 1902 deba constituirse formalmente para poder inscribirse en el Registro de Asociaciones cumpliendo con las nuevas disposiciones gubernativas (Real Decreto de 1901 y Real Orden Circular de 1902). Interpretando con muchas reservas (existe debate histórico y jurídico al respecto) que la Ley de Asociaciones de 1887 era declarativa y no constitutiva podemos concluir que el FC Barcelona actual nace de facto el 13 de diciembre de 1899 en el acto público del Gimnasio Solé y de iure el 5 de enero de 1903 con la inscripción en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil de Barcelona.

– El Foot-ball Club Barcelona del 29 de noviembre de 1899 es un antecedente directo del FC Barcelona actual, como también lo es el Foot-ball Club Barcelona de 1894.

– La enorme importancia social y política que ha alcanzado el FC Barcelona no debe llevarnos a una interpretación de la historia de tipo reconstructiva. El FCB nace fruto de una época y de unas circunstancias (especialmente del regeneracionismo) y es producto de la colaboración entre varios grupos de aficionados al deporte de diversa nacionalidad que coincidieron en la ciudad. También del azar. No es creado por un sólo hombre ni en una fecha exacta. Tampoco nace con objetivos políticos, nacionalistas, religiosos u ocultistas. Nace para jugar al foot-ball porque Masferrer y los demás ideólogos del regeneracionismo barcelonés lo consideran el sport más adecuado a sus planes de implementar el modelo inglés de deportes tras probar otros deportes que les convencen menos (el riscat o el gouret). Ni más ni menos. Y si sobrevivió a los años más difíciles del fútbol barcelonés que se llevaron por delante a casi todos los equipos de la ciudad (Català, Hispania, Sociedad Española de Foot-ball, Internacional, Sociedad Franco-Española, Salud, Juventud, Ibèria, X, Catalonia, etc.) fue por el sacrificio y el tesón de un reducido grupo de irreductibles y amateurs amantes del club entre los que, esta vez sí, jugó un destacadísimo papel Joan Gamper, quien regresó y asumió la Presidencia cuando el club estaba al borde de la desaparición (1908).

Lo ocurrido en años sucesivos y la transcendencia que ha alcanzado el fútbol en general (y el Barça en Catalunya en particular), ha sido causado por otras circunstancias y por otros hombres. Es otra historia.

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–  Torrebadella Flix, Xavier (2012c): “Orígenes del fútbol en Barcelona (1892-1903)”. En: RICYDE. Revista Internacional de Ciencias del Deporte, nº27, p. 80-102.

–  Torrebadella Flix, Xavier (2009): Contribución a la historia de la educación física en España. Estudio bio-bibliográfico en torno a la educación física y el deporte (1800-1939). Departament d’Història de l’Art i Història Social, Universitat de Lleida, Lleida [Tesis Doctoral no publicada].

–  Torrebadella Flix, Xavier (2013c): Gimnástica y educación física en la sociedad española de la primera mitad del siglo XIX. Universitat de Lleida, Lleida.

–  Torrebadella Flix, Xavier (2014c): «Regeneracionismo e impacto de la crisis de 1898 en la educación física y el deporte español». En: Arbor, vol. 190, nº769.

–  Torrebadella Flix, Xavier (2011b): Repertorio bibliográfico inédito de la educación física y el deporte en España (1800-1939). Fundación Universitaria Española, Madrid.

–  Torrebadella-Flix, Xavier; Olivera-Betrán, Javier (2013): “The Birth of the Sports Press in Spain within the Regenerationist Context of the Late Nineteenth Century”. En: The International Journal of the History of Sport, vol. 30, nº18, p. 2.164-2.196.

–  Turuzeta, Josu (2012): El Athletic Club. Origen de una leyenda o cuando el león era aún cachorro. Txertoa, San Sebastián.

–  Vallesca, Antonio (1946): Ephemerides barcelonesas del siglo XIX. Memorándum de acontecimientos históricos, políticos, artísticos, literarios, científicos, musicales y teatrales, festejos públicos, progresos urbanos, sucesos luctuosos, etc… Ediciones Librería Millà, Barcelona.

–  Valserra, Fabricio (1944): Historia del deporte. Ed. Plus Ultra, Madrid.

–   Viada, Antonio (1903): Manual del sport. Adrian Romo, Madrid.

–  VV. AA (1954): Enciclopedia general de los deportes. s.e., Madrid.

–  X. (1897, 7 de junio): “El juego del foot-ball”. La Ilustración Artística, nº806, p. 382.

Artículos sin mención de autoridad

–  “David Ferrer y Mitayna (biografía)» (1901, 19 de mayo). Los Deportes, Barcelona, p. 316-318.

–  «Crónica de Sport» (1895, 25 de enero). La Vanguardia, Barcelona, p. 1.

–  «Crónica de Sport» (1895, 1 de febrero): La Vanguardia, Barcelona, p. 1.

–   «Crónica de Sport» (1895, 13 de abril). La Vanguardia, Barcelona, p. 5

–   «Crónica General» (1875, 14 de marzo). La Linterna de Gracia. Periódico de intereses morales y materiales, Gràcia, p. 2.

–   «Crónica Local» (1892, 24 de diciembre). La Dinastía,  Barcelona, p. 2.

–   «Crónica Local» (1894, 11 de marzo). La Dinastía, Barcelona, p. 2-3.

–  “Ejemplos que imitar” (1899, 29 de octubre). Los Deportes, Barcelona, p. 975-976.

–   “El sport según la ciencia” (1894, 27 de septiembre). La Vanguardia, Barcelona, p. 5.

–  “El Sportsmen’s club de Barcelona” (1901, 9 de mayo). La Ilustración Artística, Barcelona, p. 326-327.

–  “En busca de la nueva savia I” (1901, 24 de marzo). Los Deportes, Barcelona, p. 179-180.

–  “En busca de la nueva savia II” (1901, 31 de marzo). Los Deportes, Barcelona, p. 195-196.

–  “Epílogo del año” (1900, 30 de diciembre). Los Deportes, Barcelona, p. 819.

–  “Federación Gimnástica Española” (1900, 22 de septiembre). La Vanguardia, Barcelona, p. 3.

–  “Fiestas de la Federación Gimnástica Española” (1900, 26 de septiembre). La Vanguardia, Barcelona, p. 3.

–  “Fiestas de la Federación Gimnástica Española” (1900, 28 de septiembre). La Vanguardia, Barcelona, p. 6.

–  “Foot-ball” (1901, 27 de octubre). Los Deportes, Barcelona, p. 681-682.

–  “Foot-ball Club Barcelona” (1899, 3 de diciembre). Los Deportes, Barcelona, p. 1056-1057.

–  «Foot-ball» (1899, 24 de diciembre). Los Deportes, Barcelona, p. 1108.

–  “Historia de la semana. Barcelona” (1885, 22 de marzo). La Ilustración, Barcelona, p. 192.

–   “La Asociación Catalana de Gimnástica” (1897, 15 de marzo). La Regeneración Física, nº 5, p. 11.

–  “Las plazas y los campos de juego” (1899, 3 de septiembre). Los Deportes, Barcelona, p. 839-840.

–  “Las reformas de Los Deportes” (1899, 7 de mayo): Los Deportes, Barcelona, p. 162.

–  “Los campos y plazas de juego de Barcelona” (1899, 13 de agosto). Los Deportes, Barcelona, p. 796-797.

–  «Miscelánea» (1899, 22 de octubre), Los Deportes, Barcelona, p. 968.

–  «Miscelánea» (1899, 19 de noviembre).  Los Deportes, Barcelona, p. 1031.

–  “Notas de sport” (1899, 18 de octubre). La Vanguardia, Barcelona, p. 6.

–  «Notas locales» (1899, 2 de diciembre). La Vanguardia, Barcelona, p. 2.

–  “Petición razonada” (1899, 1 de mayo). Los Deportes, Barcelona, p. 145-146.

–   “Polo-Club” (1899, 13 de mayo). La Vanguardia, Barcelona, p. 13.

–  “Recreos Campestres: el nuevo juego del Lawn tennis” (1880, 30 de julio). La Ilustración Española y Americana, p. 51-52.

–   “Sport Internacional” (1893, 2 de febrero). La Dinastía, p. 4.

–   «Sporting Notes» (1893, 20 de marzo). The Yorshire Evening Post, p. 3.

Agradecimientos: Don Pedro José Sanz Roselló (por las fotografías del archivo familiar Sanz de Gabilondo), Dr. Carles Santacana Torres (Director del que fuera mi Trabajo de Fin de Máster de Historia Contemporánea y Mundo Actual de la Universidad de Barcelona en el que se basa este artículo), Dr. Xavier Torrebadella Flix, José Alberto Salas, Josep Pablo, Eugen Scheinherr.


[1] El nacimiento de la RFEF o del COE también ha dado lugar a polémicas historiográficas por la falta de rigor con la que estas entidades han presentado su historia y han conmemorado sus centenarios en fechas escogidas por motivos no científicos. La RFEF, fundada en 1913 y oficializada en 1921, celebró su centenario en 2009. El COE, fundado en Madrid en 1905 y oficializado en Barcelona en 1926, lo celebró en 2012.

[2] Vid. Masferrer, Narciso (1924, 29 de noviembre): «Fútbol. Constitución de una nueva sociedad», La Vanguardia, Barcelona, p. 19.

[3] Vid. Aribau, Bonaventura Carles (1820, 25 de julio): «Concluyen las reflexiones de ayer sobre la gimnástica». Diario Constitucional, político y mercantil de Barcelona, 135, p. 1-3.

[4] Sobre uno de estos nuevos sports ingleses (el tenis o lawn tennis) apuntar como curiosidad que uno de sus inventores (Juan Bautista Luis Augurio Perera) tenía vínculos con Cataluña. Su padre era un veterano de la Guerra de Independencia llamado Augurio Perera Plá (natural de Manresa) y su madre una dama de la alta sociedad de Menorca (Francisca Orfila Fábregues). Augurio Perera (padre) era un comerciante de vinos y se afincó en Inglaterra, de Augurio Perera (hijo) sabemos que había nacido en España (lugar concreto desconocido, hacia 1822) y que se nacionalizó británico en 1856. Creó el tenis junto a su amigo Henry Gem en Edgbaston hacia 1859-1865 (Arrechea, 2011; Hooper, 2013).

[5] Vid. «Crónica General» (1875, 14 de marzo). La Linterna de Gracia. Periódico de intereses morales y materiales, Gràcia, p. 2.

[6] El 13 de noviembre de 2001 una nota de la agencia EFE anunciaba que las autoridades del municipio gallego de Villagarcía de Arosa «han acordado promover una campaña para reivindicar que este municipio sea reconocido como el primer de España en el que se jugó al fútbol«.

Todo se basaba en una noticia localizada por un coleccionista local llamado Francisco Fernández “Farruco” del que se afirmaba: «posee un ejemplar de la revista Eco Republicano de Compostela, fechado el 16 de Junio de 1873, donde se recoge que los marineros del buque inglés “Go-Go”, atracado en el puerto de Vilagarcía, “disputan una bola que llaman balón y que dirigen con los pies. Es un deporte recientemente nacido en Inglaterra, que según ellos denominan football, y que comienza a causar furor en Europa”

Posteriormente se demostró que nunca había existido una publicación en Santiago de Compostela llamada Eco Republicano (Moreno Bolaños, 2007).

[7] Vid. «Crónica Local» (1892, 24 de diciembre). La Dinastía,  Barcelona, p. 2.

[8] Vid. Elias i Juncosa, Josep (1901, 16 de febrero): «Sport. Lo foot-ball a Barcelona. Etapa passat y present». La Ilustració Llevantina, Barcelona, núm. 8, p. 1. Elias i Juncosa, Josep (1910, 15 de marzo): «El foot-ball en Barcelona». Los Deportes, Barcelona, p. 69-74.

[9] Vid. “Sport Internacional” (1893, 2 de febrero). La Dinastía, Barcelona, p. 4.

[10] Vid. Font Valencia, E. (1893, 9 de marzo): “Sport Internacional”, La Dinastía, Barcelona, p. 2.

[11] Vid. «Sporting Notes» (1893, 20 de marzo). The Yorshire Evening Post, p. 3.

[12] Vid. «Crónica Local» (1894, 11 de marzo). La Dinastía, Barcelona, p. 2-3.

[13] Vid. Franc. (1894, 26 de marzo): «Crónica del Sport». La Vanguardia, Barcelona, p. 2.

[14] Vid. «Crónica del Sport» (1895, 1 de febrero). La Vanguardia, Barcelona, p. 1.

[15] Vid. «Crónica de Sport» (1895, 25 de enero). La Vanguardia, Barcelona, p. 1.

[16] Vid. «Crónica de Sport» (1895, 13 de abril). La Vanguardia, Barcelona, p. 5

[17] Vid. Escardó, Joaquín (1906, 6 de enero): «Los primeros partidos de football en esta capital». Los Deportes, Barcelona, p. 868-869.

[18] Vid. Franco (1895, 3 de diciembre): «Crónica de Sport». La Vanguardia, Barcelona, p. 3.

[19] Vid. Franco (1896, 4 de febrero): “Crónica de Sport”. La Vanguardia, Barcelona, p. 1.

[20] La esposa de Émile Gaissert (Bertha Bühler-Gaissert) era cuñada de una hermana de Hans Gamper (Emma). El joven Hans consideraba a los Gaissert sus tíos.

[21] Vid. «Miscelánea» (1899, 22 de octubre). Los Deportes, Barcelona, p. 968.

[22] Vid. “Notas de sport” (1899, 18 de octubre). La Vanguardia, Barcelona, p. 6.

[23] Vid. «Miscelánea» (1899, 19 de noviembre).  Los Deportes, Barcelona, p. 1031.

[24] Vid. «Notas locales» (1899, 2 de diciembre). La Vanguardia, Barcelona, p. 2.

[25] Vid. “Foot-ball Club Barcelona” (1899, 3 de diciembre). Los Deportes, Barcelona, p. 1056-1057.

[26] Vid. Masferrer, Narciso (1924, 29 de noviembre): «Fútbol. Constitución de una nueva sociedad». La Vanguardia, Barcelona, p. 19.

[27] Vid. Masferrer, Narciso (1924, 29 de noviembre): «Fútbol. Constitución de una nueva sociedad», La Vanguardia, Barcelona, p. 19.

[28] Vid. «Foot-ball» (1899, 24 de diciembre). Los Deportes, Barcelona, p. 1108.

[29] Vid. Serra, Alberto (1899, 29 de diciembre): “Notas de sport”. La Vanguardia, Barcelona, p. 3.

[30] Vid. Serra, Alberto (1899, 31 de diciembre): “Foot-ball”. Los Deportes, Barcelona, p. 1119-1120.

[31] Vid. Serra, Alberto (1900, 2 de abril): “Macht a foot-ball”. La Vanguardia, Barcelona, p. 4.

[32] Vid. Bobé, Josep (2014, 20 de marzo): «La Primera foto del Barça». Perarnau Magazine. Consultado el 15 de abril de 2015.

[33] Vid. Calatrava, Eduardo (1900, 3 de marzo): “Foot-ball”. Iris, Barcelona, núm. 43, p. 14-15.

[34] Vid. «Foot-ball” (1901, 27 de octubre). Los Deportes, Barcelona, p. 681-682.

[35] Vid. Gamper, Juan (1903, 16 de agosto): «Sobre el Decanato», Los Deportes, Barcelona, p. 518.

[36] Vid. Cabot, Pedro (1903, 28 de junio): Los Deportes, Barcelona, p. 408-409.

[37] Vid. Escardó, Joaquín (1903, 5 de julio): Los Deportes, Barcelona, p. 423.

[38] Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. Caja 181, Número de Asociación 3.709 “Fútbol Club Barcelona”.

[39] Vid. Fernández Paradas, Antonio Rafael; Fernández Paradas, Mercedes (2011): «El registro de entidades religiosas de 1887 y sus aplicaciones prácticas. La Hermandad de Nuestra Señora del Consuelo de Antequera y la búsqueda de su personalidad jurídica». Baetica. Estudios de Arte, Geografía e Historia, 33, 413-425. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Málaga.

[40] Vid. Díaz Villanueva, Fernando (2012, 11 de diciembre): «Cuando el Barça no admitía catalanes». Alerta Digital. Consulta: 1 de abril de 2015.

[41] Vid. Arroyo, Francesc (2009, 11 de mayo): «Los colores del Barça son masónicos». El País, Barcelona. Consulta: 1 de abril de 2015.

[42] Vid. “Petición razonada” (1899, 1 de mayo). Los Deportes, Barcelona, p. 145-146. “Los campos y plazas de juego de Barcelona” (1899, 13 de agosto). Los Deportes, Barcelona, p. 796-797. “Las plazas y los campos de juego” (1899, 3 de septiembre). Los Deportes, Barcelona, p. 839-840.




El “Spanish girl’s club“ de Barcelona. Las pioneras del fútbol femenino español.

Femenino01El 9 de junio de 1914 se jugó el primer partido de fútbol femenino en España entre dos combinados de un club llamado Spanish Girl´s Club, formado en Barcelona y organizado por Paco Brú Sanz (jugador del Barça y empleado del ayuntamiento de Barcelona, futuro seleccionador nacional en Amberes 1920). El presente artículo pretende recuperar la memoria de aquellas pioneras y rendirles un modesto homenaje ahora que se aproxima el debut de la selección española femenina en un Mundial.

Palabras clave: fútbol femenino, Barcelona, historia del fútbol, Paco Brú, Narciso Masferrer, regeneracionismo, feminismo, machismo.

La Unión Ilustrada. 21 de junio de 1914

La Unión Ilustrada. 21 de junio de 1914

Meses antes de que Paco Brú formara este equipo femenino existió otro club en Barcelona cuya directiva estaba formada exclusivamente por mujeres[1], aunque sus jugadores eran varones. Esta experiencia liderada por Brú[2] fue la primera en la que las mujeres tomaban protagonismo en el terreno de juego, se trató además de un club perfectamente organizado que disponía incluso de local en la sociedad «L´Amistat» de la calle Consell de Cent.

Como cabría esperar en la España de 1914 este club de fútbol femenino resultó sorprendente y polémico, y las reacciones en la prensa oscilaron entre el estupor y la simpatía, con algunos comentarios no exentos de machismo y misoginia.

Tras 45 días de entrenamiento y algunos problemas con los padres de las jugadoras por el uniforme y por la exigencia de Brú de que todas se ducharan tras los entrenamientos y los partidos, el entrenador las consideró listas para presentarse en público y el 9 de junio de 1914, a las cinco y cuarto de la tarde, se efectuó el primer partido en el campo del RCD Español. Las jugadoras del Spanish Girl´s Club se dividieron en dos equipos (Montserrat y Giralda) y, con el propio Brú como árbitro, disputaron un encuentro que levantó expectación. Se trató de un partido benéfico a favor de la Federación Femenina contra la Tuberculosis presidido por el Capitán General de la Región general César Víctor Augusto del Villar y Villate, acompañado de su hija.

El Giralda se impuso por 2-1. Ésta fue la crónica de El Poble Català (la más neutra y correcta, con comentarios favorables) el día siguiente, con las alineaciones completas:

Femenino03

Brangulí (autor), (9 de junio de 1914): "Primer partit de futbol femení". Arxiu Nacional de Catalunya. Fons ANC1-42/Brangulí (fotògrafs). Signatura: 026242. Reproducida con autorización.

Brangulí (autor), (9 de junio de 1914): «Primer partit de futbol femení». Arxiu Nacional de Catalunya. Fons ANC1-42/Brangulí (fotògrafs). Signatura: 026242. Reproducida con autorización.

El mismo día 10 El Diluvio publicó esta otra crónica, en la que aparecían comentarios menos afortunados sobre los peinados y sobre el supuesto miedo de las jugadoras cuando el balón les iba al pecho. Se anunciaban partidos en varias localidades catalanas, además de una gira que incluía Palma de Mallorca, Valencia y «Pamplona durante las fiestas de San Fermín»:

Femenino05El 11 de junio aparecía otra crónica en el Mundo Deportivo, ésta aún menos afortunada que las anteriores y repleta de comentarios machistas:

Femenino06Los dos equipos del club (Montserrat y Giralda) prosiguieron con sus partidos amistosos durante la primavera y el verano de 1914. Tenemos crónicas diversas de nuevos encuentros, como el del 11 de junio (empate a uno), por ejemplo esta de El Diluvio el 12 de junio:

Femenino07El 14 de junio en Sabadell (campo del Atlètic): Montserrat 4 – Giralda 1. Con homenaje y ovaciones en la ciudad vallesana incluídos. Crónica de El Diluvio el 17 de junio de 1914:

Femenino08El 21 de junio viajaron a Mataró (campo del Tiro Nacional). El Diluvio informó el 26 de junio de 1914 sin dar el resultado:

Femenino09El 29 de junio disputaron un nuevo encuentro en Barcelona (campo del España) con victoria del Montserrat 2-1.  Informó brevemente El Poble Català el día 30:

Femenino10El 6 de julio de 1914 se disputaría el primer partido de fútbol femenino fuera de la provincia de Barcelona. En Reus (Tarragona) «ante numerosa y distinguida concurrencia»: Giralda 2 – Montserrat 0. Informó La Vanguardia el 7 de julio de 1914.

Femenino11No tenemos más noticias del Spanish Girl´s Club. Parece que se negoció la posibilidad ya apuntada de que jugaran en Pamplona un partido que serviría para inaugurar el nuevo campo del Punching Club, pero no se concretó[3]. Según Garcia Castell en agosto de 1914 debían iniciar una gira por el sur de Francia que se abortó por el estallido de la Primera Guerra Mundial, llega a afirmar Garcia Castell que «Después de Bélgica, fueron las primeras victimas de la guerra»[4]. Fue el triste final de este primer club de fútbol femenino en España.

En 1923 el fútbol femenino regresó a Barcelona con la disputa de dos partidos internacionales amistosos Francia-Inglaterra organizados por el Sindicato de Periodistas en beneficio de las «Casas baratas para periodistas». El saque de honor en uno de ellos fue realizado por el siempre omnipresente en eventos y avances deportivos Narciso Masferrer Sala (periodista, dirigente y fundador de clubs y federaciones, divulgador deportivo y olímpico, etc.) Un referente en el regeneracionismo, un auténtico apostol del deporte y la educación física en nuestro país que también apostaba por el deporte femenino. Pese a la presencia de Masferrer (director de Stadium) en los encuentros, la crónica publicada por el periodista Enrique Guardiola en dicha revista el 15 de septiembre de 1923 (Girls contra Mademoiselles. Fiesta deportiva en favor de los periodistas) fue soez, machista y ridícula (incluso para la época) con comentarios de este nivel: «…hemos de confesar que el fútbol no se ha hecho para la mujer y que la mujer no se ha hecho para el fútbol…» , «Nosotros le tenemos horror al marimacho. Y es indudable que el fútbol femenino tiende a la formación del más completo, perfecto, acabado y espeluznante tipo de marimacho…», «(el fútbol) es un deporte al que sin exagerar podríamos calificar de esencialmente antifemenino»…

Ramon Claret y Joan Bert (autores), (1914-1920 ): "kickoff de Narcís Masferrer a un partit de futbol femení".  Arxiu Nacional de Catalunya. Fons ANC1-64/Bert i Claret (fotoperiodistes). Código de Referencia: ANC1-64-N-1712 Reproducida con autorización

Ramon Claret y Joan Bert (autores), (1914-1920 ): «kickoff de Narcís Masferrer a un partit de futbol femení». Arxiu Nacional de Catalunya. Fons ANC1-64/Bert i Claret (fotoperiodistes). Código de Referencia: ANC1-64-N-1712 Reproducida con autorización

Terminaba de esta forma tan penosa una aventura futbolística femenina avanzada a su tiempo en decenios que no debe ser olvidada. Hasta noviembre de 1980 la RFEF no reconocería al fútbol femenino y aún queda un largo recorrido por hacer en matería de igualdad. Pero todo largo camino se inicia con un tímido paso como el que dieron Paco Brú y las chicas del Spanish Girl´s Club de Barcelona en aquella primavera-verano de 1914. Un camino que de momento ha llevado a las futbolistas españolas hasta el Mundial de Canadá.

Caras y caretas. 11 de julio de 1914

Caras y caretas. 11 de julio de 1914

El Mundo Deportivo. 9 de junio de 2014.

El Mundo Deportivo. 9 de junio de 2014.

Agradecimientos: Arxiu Nacional de Catalunya

Fuentes consultadas: Miserachs, Jaume (2014, 9 de junio): 100 años del primer partido de fútbol femenino. El Mundo Deportivo.

 


[1] Arrechea, Fernando: El Helénico FC de Barcelona. Un equipo dirigido por mujeres en 1913. http://www.cihefe.es/el-helenico-fc-de-barcelona-un-equipo-dirigido-por-mujeres-en-1913/ CIHEFE. Consultado el 25 de mayo de 2015.

[2] Varios artículos posteriores dan protagonismo en esta aventura al jugador-entrenador inglés del FC Barcelona Jack Greenwell, pero no hemos podido confirmarlo. Vid. Garcia Castell, Joan (1968):  Història del futbol català. Aymà S.A. Editora, Barcelona. p.129.

[3] Caspistegui Gorasurreta, Francisco Javier: Entre belleza y salud: los límites del deporte femenino, 1900-1950. http://www.euskonews.com/0283zbk/gaia28302es.html Euskonews&Media . Consultado el 25 de mayo de 2015.

[4] Garcia Castell, Joan (1968): op. cit. p.129.