Margarita Miranda, una mujer pionera del deporte balear

Nuestro más sincero agradecimiento a Carmina Lladó Fuster, familiar de la protagonista, así como a toda su familia, sin cuya colaboración este artículo no hubiese sido posible o hubiera quedado manifiestamente incompleto.

Introducción

Durante los años 70 el fútbol profesional en Baleares era un deporte marcadamente masculino en todas sus líneas, al igual que en el resto de deportes y siempre con excepciones aisladas aunque, como bien es sabido, una golondrina no hace verano. Todo el universo deportivo era privilegio del sexo masculino y la presencia de la mujer se reducía a un rol de mera acompañante y, a lo sumo, como socia (y siempre que un hombre la acompañase en la membresía).

Poco a poco, la mujer lograba acceder a la práctica deportiva como actividad de mantenimiento físico, pero llevarlo a cabo como actividad competitiva era impensable. Y si difícil era asomar la cabeza como deportista, lo era más aún como cargo ejecutivo. Las responsabilidades de gestión, administración y dirección de cualquier entidad seguían siendo patrimonio del hombre y no digamos en el caso de clubes deportivos, cuya actividad a la sazón era completamente masculina.

Sin embargo, a principios de los años 70 apareció una mujer que rompió con todos los esquemas imperantes hasta entonces. No lo hizo en Barcelona o Madrid, grandes ciudades teóricamente más proclives a recibir y acoger ideas más aperturistas, sino en lo que llamóse antaño “una ciudad de provincias”: Palma (Mallorca). Su nombre era Margarita Miranda Bordoy (Barcelona, 1919 – Palma, 1979).

Miranda nació en Barcelona, pero siendo muy joven la familia se trasladó a la capital balear, Palma. Fuentes familiares relatan que desde el principio fue una mujer de carácter, carismática, de iniciativa y con mentalidad abierta, nada proclive a limitarse al rol de sumisa y amantísima esposa habitual en su tiempo. Además fue practicante de varios deportes desde su juventud, algo que le venía de familia: un primo hermano suyo fue Joan Bordoy Cañellas (1898-1972), portero del CE Europa de Barcelona entre 1911 y 1927 y finalista de la Copa del Rey en 1923.

Retrato de Margarita Miranda Bordoy (Diario de Mallorca, 5 de mayo de 1978)

Proyección social

Su proyección social tuvo lugar sobre todo a través del fútbol. Especialmente ligada al Club Deportivo Atlético Baleares, entidad fundada en 1920 como Baleares Foot-Ball Club y que tradicionalmente ha sido el segundo equipo de la capital palmesana por historia, masa social y palmarés, acérrimamente opuesto al primero: el RCD Mallorca, fundado cuatro años antes, en 1916, en lo que se refiere a orígenes sociales, ideario y valores. Sin embargo, Miranda trascendió dicha rivalidad y, como se verá, tuvo un papel transversal que dejó a las claras su apuesta por una rivalidad deportiva sana, constructiva y cordial, generando unanimidades allá por donde pasaba.

Parte de su proyección social inicial se explica a través de la actividad de su esposo, el médico cirujano Vicente García Peñaranda (1893-1967). Vicente y su hermano Virgilio (1897-1971) eran naturales de Molina del Segura (Murcia) y se desempeñaron como médicos militares, destacando sus servicios durante la Guerra de Marruecos. Ya establecidos definitivamente en Mallorca, a mediados de los años 20 fundaron la Clínica Hermanos Peñaranda, centro sanitario especializado en cirugía. La clínica, situada en la antigua Carretera de Sóller de Palma (hoy calle Alfons el Magnànim), se mantuvo en activo hasta los años 70, después de que ambos hermanos falleciesen, y fue demolida a mediados de los años 80. Desde el principio el centro se caracterizó por su vocación social y de atención a los más desfavorecidos.[1]

Los hermanos Peñaranda destacaron como activistas culturales, lo cual incrementó y enriqueció su proyección social, yendo más allá de la estima que se les tenía como cirujanos. En su domicilio, sito en la misma clínica, fueron muy populares las tertulias, a las que acudían todo tipo de personalidades destacadas del momento. También se significaron políticamente como de izquierdas y liberales, aunque su actividad siempre se limitó a la actividad sanitaria. Así y todo, su compromiso ideológico les pasó factura durante la Guerra Civil (en Mallorca triunfó el golpe de estado desde el principio de la contienda) y estuvieron cerca de ser ajusticiados; pero gracias a amigos y contactos, que dieron testimonio favorable a su causa, lograron salvar la vida.

Después de la guerra los hermanos Peñaranda continuaron su actividad profesional en la clínica homónima, manteniendo su filosofía social y sumándole ahora su condición de “desafectos al régimen”, que en cierta manera los señalaba, pero que también debió granjearle numerosas simpatías por parte de muchos otros derrotados, empobrecidos o señalados por la dictadura franquista. Como reconocimiento a su labor de su labor, el ayuntamiento dedicó a ambos una vía en Palma (la calle Germans García Peñaranda), muy cerca de donde se ubicó su centro sanitario

En este ambiente vivió Margarita Miranda. Inicialmente en un segundo plano como esposa de Vicente García Peñaranda, pero en contacto permanente con ese entorno de compromiso social y de ayuda a los más desfavorecidos a través de la medicina. Más adelante, estos ideales la llevarían a dirigir sus inquietudes desde su prisma personal a través del deporte.

Recorrido vital

Primeros pasos

El 19 de noviembre de 1967 fallecía Vicente García Peñaranda. Dada la diferencia de edad entre ambos (24 años), Margarita Miranda enviudó a una edad relativamente temprana: solo tenía 48 años. Se encontró viuda, pero con muchos años por vivir (aunque finalmente no fueron tantos, como veremos) y energía suficiente para continuar sola, económicamente independiente, y gozando de una posición social firme a partir del legado de su marido y cuñado. Desde entonces empezó a volar por sí sola y su protagonismo empezó a crecer, desempeñándose en primera línea y no como consorte o acompañante.

Inicialmente el protagonismo de Miranda se centró en honrar el legado de su marido. Así, en 1969 impulsó la Beca Vicente García Peñaranda, para estudiantes de medicina y cirugía en sus dos últimos años de carrera con dificultades económicas, por un valor de 50.000 pesetas. Dicha beca se concedió anualmente y se mantuvo vigente hasta el fallecimiento de Miranda.

En 1970 falleció su cuñado Virgilio y, entonces sí, su figura empezó a definir perfil propio, más allá de la herencia de su marido. Y se proyectó a través de una de sus más apasionadas aficiones: el deporte. En concreto, a través de su condición de aficionada del Atlético Baleares. Dada su edad (recién llegada a la cincuentena) le era del todo imposible practicarlo y carecía de formación como técnico. Así que focalizó su actividad desde un papel activo, más allá de la grada y de asistir al partido de los domingos como una aficionada más. Desde entonces su figura se multiplicó en varios frentes.

Discretamente y entre bastidores, Miranda iba labrándose un prestigio y un lugar entre los aficionados balearicos que explotaría poco después con su salto al primer plano. Una de sus primeras apariciones públicas fue en la entrega de trofeos del Trofeo Xim, torneo de categoría juvenil celebrado por el Atlético Baleares entre 1970 y 1982 durante los veranos. Ella adquirió uno de los trofeos que se concedían (solían ser costeados por directivos o personalidades destacadas del club de su bolsillo, pero nunca una mujer) y además protagonizó su entrega al equipo ganador durante varias ediciones. Era algo puntual, pero fue una declaración de intenciones de lo que se avecinaba.

Margarita Miranda entregando un trofeo (Mallorca Deportiva, 27 de diciembre de 1971)

Elección como presidenta de la Procampo

La eclosión de Margarita Miranda como personaje público fue tan repentina como brillante a mediados de 1970. La asamblea ordinaria anual del CD Atlético Baleares, celebrada el 26 de junio de 1970, fue especialmente convulsa por los problemas de toda índole que arrastraba el club blanquiazul. La prensa destacó que Miranda tomó la palabra y su intervención destacó por su moderación y sensatez; algo nada baladí, primero por tratarse de una mujer en un universo de hombres, y porque contrastaba con el tono del resto de intervenciones. Esto fue tan solo un anticipo de lo que vendría después.

Un mes más tarde, el 3 de julio, se celebró en la sede social de la Asistencia Palmesana la asamblea de accionistas de la Procampo, comunidad de pequeños propietarios dueña de los terrenos donde fue construido el coliseo del club blanquiazul: el Estadi Balear, inaugurado en 1960. Durante su celebración la junta directiva en pleno presentó la dimisión, así como su presidente, el Sr. Piña, que ejercía el cargo desde 1964. Los accionistas allí reunidos eligieron a Margarita Miranda como presidenta con 169 votos por los 50 de Piña, presidente saliente. Un tercer candidato, Cruellas, obtuvo un apoyo testimonial.[2]

Sin embargo, no era un nombramiento definitivo. El 23 de julio de 1970 volvió a reunirse la asamblea para ratificar formalmente el nombramiento más la junta directiva que la acompañaría, siempre que ella aceptase y la junta propuesta fuera del agrado de los accionistas. No hubo problemas y, por unanimidad, una mujer fue elegida por primera vez como presidenta de la comunidad de propietarios de la Procampo, entidad dueña del Estadi Balear. La junta entrante fue la siguiente:

Presidenta, Margarita Miranda

Secretario: Gregorio Garí

Tesorero: Lorenzo Julià

Vocales: Antonio Sard, Miguel Bujosa, Guillermo Pascual y Amador Sitges

Cabe reseñar que el resto de la asamblea fue acalorada en el resto de cuestiones, lo cual confirmaba que el mal ambiente reinante previamente seguía sin resolverse. Miranda, por el contrario, era el único factor que generaba unanimidad entre la afición.[3]

Actividad como directiva

A partir de entonces la presencia pública de Margarita Miranda se amplificó. La presidencia de la Procampo había sido, desde su creación en 1959, un contrapeso a la presidencia del club pero hasta entonces escasamente visible. Pero desde que Margarita Miranda llegó a la presidencia adquirió un perfil más marcado y relevante en la vida social del Atlético Baleares. Durante esos años la colaboración y vinculación entre el club y la Procampo se intensificó, marcando ésta última perfil propio y un mayor protagonismo, sin ser por ello una alternativa a la presidencia ni un poder en la sombra.

Uno de los principales objetivos de Miranda fue motivar a los accionistas de la Procampo a hacer donativos para ayudar económicamente al club, entonces en una situación económica crecientemente preocupante. Esto se producía en un momento en que la economía del club dependía cada vez más de las aportaciones personales de sus directivos y menos de las taquillas, cada vez más exiguas, lo cual mantenía la entidad en un estado de inestabilidad permanente.

El 20 de agosto de 1970 se presentó la temporada 1970-71 del Atlético Baleares en el Estadio Balear. El entonces presidente blanquiazul, Gabriel Genovart, apareció junto a Margarita Miranda. No era casual: según la prensa, Miranda había contribuido económicamente al fichaje de tres o cuatro jugadores. Su influencia crecía.

Entrevista a Margarita Miranda (Diario de Mallorca, 4 de agosto de 1971)

Entrevista

A principios de agosto de 1971, recién reelegida presidenta de la Procampo, Miranda concedió una de sus primeras entrevistas como dirigente deportivo.[4] Desgranaba los principales males del club: que la afición iba cada vez menos al Estadi Balear y faltaban medios económicos para equipararse al RCD Mallorca (entonces en Segunda División, pero que venía de jugar varias temporadas en Primera). Además, revelaba que había donado hasta el momento medio millón de pesetas (hablamos de 1971) a la entidad blanquiazul, una cantidad muy superior a cualquier otra realizada hasta el momento, y que tenía previsto hacer otra donación semejante o mayor.

Por otro lado, Miranda hacía gala del talante moderado y conciliador que tantos apoyos le había proporcionado. Así, manifestaba que iba a ver regularmente partidos del equipo mallorquinista con frecuencia y que incluso le ayudaría económicamente si hiciese falta, tal como directivos mallorquinistas habían hecho anteriormente. En suma: su filosofía era procurar dar lo mejor al aficionado, por encima de colores, filias/fobias y rivalidades.

Desde la Procampo el protagonismo de Miranda adquirió notable relevancia. En agosto de 1971 anunció que esperaba reunir una cantidad económica importante entre los accionistas para ayudar al club económicamente. Un año después, el 28 de agosto de 1972 y quince días después de revalidar nuevamente la presidencia, hizo público en prensa el “Manifiesto Balearico” en el cual hacía público un superávit de 75.000 pesetas y pedía a los accionistas que hiciera donativos de 500 o 1000 pesetas para el club a cambio de un pase de temporada.[5] Desconocemos todavía el alcance real de sus llamamientos, pero la proyección obtenida es indiscutible.

Paralelamente, Miranda participaba con un papel relevante en otros actos sociales del club, como el homenaje al expresidente del Atlético Baleares, Antonio Álvarez, en febrero de 1973.

Incorporación a la junta directiva

Eran malos años para el club blanquiazul. Después de descender de Segunda División en 1963, el club balearico había mantenido un potencial fuerte en Tercera y aspiraciones al ascenso hasta que a finales de los 60 empezó el declive a todos los niveles, pasando a transitar por posiciones de media tabla y luego a coquetear con el descenso a divisiones regionales. Falta de ingresos, poco público, resultados mediocres, malos o peores, conflictos internos, expectativas desmesuradas y deudas permanentes: una espiral perversa de la que era muy difícil salir y que año tras año empeoraba la situación.

En 1973 se produjo el desastre y el equipo descendió a categoría regional, colofón de la deriva producida en los últimos años. Esta circunstancia, mal que bien, dio la oportunidad a Margarita Miranda de subir otro escalón dentro de la vida social del club.

Margarita Miranda en la redacción del rotativo Diario de Mallorca, haciendo entrega de un banderín del club (Diario de Mallorca, 16 de febrero de 1973)

Durante la temporada 1973-74, ya en categoría regional, las cosas no mejoraban a nivel deportivo y menos a nivel institucional. El 23 de febrero de 1974 el club celebró una asamblea extraordinaria que nombró una comisión gestora para relevar al presidente dimisionario, Antoni Mestres. Dentro de la comisión se encontraba Margarita Miranda como encargada de relaciones públicas y comunicación.

Unos meses más tarde, el 28 de junio, la asamblea general ordinaria consiguió elegir una junta directiva encabezada por Jeroni Petro. En ésta permaneció Margarita Miranda, que mantuvo sus funciones como relaciones públicas, ahora sí, como directivo de pleno derecho y pagando 50.000 pesetas como el resto de directivos (una cantidad testimonial, teniendo en cuenta lo que había desembolsado a fondo perdido hasta entonces). Dos meses después hizo un amago de dimisión, esgrimiendo motivos familiares; pero fue solventado, pues en la asamblea del 13 de junio de 1975 seguía figurando como miembro de la directiva.

Durante estos años Miranda mantuvo sus responsabilidades al frente de la Procampo y sus ruegos a los accionistas para que aportasen dinero para ayudar a las raquíticas arcas del club.

En 1975 el club logra retornar a Tercera División. Casualmente ese mismo año el RCD Mallorca desciende de Segunda a la misma categoría, con lo que ambos clubes volvían a encontrarse al mismo nivel deportivo, algo que no sucedía desde 1959. A priori la presencia de los dos grandes clubes de Palma en la misma categoría abría una etapa esperanzadora y emocionante; pero la realidad era que ambos pasaban por situaciones muy delicadas a nivel social y deportivo que podría acabar hasta con su desaparición.

Dimisión

En una nueva entrevista concedida en mayo de 1976,[6] Margarita Miranda desgranaba sus sensaciones. Mantenía sus funciones como relaciones públicas del club y seguía aportando cantidades económicas importantes; pero dejaba entrever que no le compensaba en la mayoría de ocasiones. A pesar de su ayuda la economía del club seguía siendo maltrecha y deficitaria: el fútbol español debía reestructurarse, especialmente la Tercera División, al ser inviable económicamente (la creación de la Segunda División B estaba al caer). Pero el problema económico no era únicamente externo, y eso se reveló poco después.

En asamblea general del club, celebrada el 13 de julio de 1976, Margarita Miranda presentó su dimisión irrevocable como directiva del Atlético Baleares. El club necesitaba dos millones de pesetas para pagos inmediatos y un millón más para fichajes, un dinero que casi siempre acababan por aportar los directivos, entre ellos Miranda, que llevaba varias temporadas aportando ingentes cantidades a las arcas del club. A pesar de ello, fue el único miembro de la directiva que presentó la dimisión.[7]

Esto no significó su desvinculación de la vida social del club blanquiazul, todo lo contrario. Unos días antes, el 9 de julio, la asamblea de accionistas de la Procampo declaraba un ingreso de 1,4 millones de pesetas procedentes de la expropiación de los terrenos del Estadi Balear. La junta directiva, presidida por Miranda, aprobó donar la cantidad al club para levantar su maltrecha economía. Una concesión más, sin rencores ni demandas.

Homenajes

Su retirada como directiva dejó un buen sabor de boca entre aficionados, simpatizantes y el mundo del fútbol en general. Así, el 17 de octubre de 1976 se le rindió un homenaje en el Estadi Balear antes de la disputa del derbi en liga entre el Atlético Baleares y el RCD Mallorca. En el acto se le entregó la insignia de oro del club e hizo el saque de honor previo al partido.[8] Además, el 25 del mismo mes la Federación Balear de Fútbol le hizo entrega de una placa conmemorativa por los méritos contraídos hasta la fecha.[9]

Margarita Miranda haciendo el saque de honor antes del partido At. Baleares-RCD Mallorca (Diario de Mallorca, 19 de octubre de 1976)

De todas maneras, durante el curso de la temporada Miranda volvió a la directiva. Duró poco tiempo, como veremos después.

Candidata a la presidencia

En 1977 se creó la Segunda División B, categoría a la que había conseguido ascender al Atlético Baleares. Entonces Miranda, ya como directivo, propuso algo inaudito en una breve entrevista en prensa: que el club renunciase y permaneciera en Tercera División para enjugar el creciente déficit y no incrementar la deuda irresponsablemente. Argumentaba la falta de apoyo que la directiva recibía, la frialdad y falta de compromiso de los socios (primordialmente en el plano económico) para afrontar un presupuesto adecuado en Segunda División B, que para ser fiable debería ascender a veinte millones de pesetas.[10] Finalmente la renuncia, harto impopular a primera vista para cualquier aficionado, no se llevó a cabo.

Ahora se sumaba un factor más a la ecuación. Desde mediados de año su nombre sonaba en los mentideros como algo más que directivo del club o dirigente de la Procampo: nada menos que como candidata a la presidencia del club. El 17 de agosto de 1977 se presentaba oficialmente el equipo y Miranda seguía como directivo;[11] aunque dimitiría a principios de temporada.

Margarita Miranda y Jeroni Petro, presidente del At. Baleares entre 1974 y 1980 (Diario de Mallorca, 4 de noviembre de 1977)

Su nombre empezó a sonar cada vez con más fuerza y en octubre la prensa anunciaba abiertamente su nombre como posible candidata a presidir el Atlético Baleares, aunque solo como una posibilidad en proyecto.[12] El club seguía con los mismos problemas endémicos, los ingresos en taquilla eran claramente insuficientes y el presidente desde 1974, Jeroni Petro, no estaba dispuesto a poner más dinero de su bolsillo y hasta podría marcharse. Miranda se muestra favorable si hubiera una adecuada reestructuración de la deuda y tuvieran lugar cambios a fondo.

Dos días después, en una entrevista Margarita Miranda descubrió sus cartas.[13] Declaró que realmente no buscaba optar a la presidencia y que se presentaba para corresponder al ofrecimiento de un grupo de seguidores que le brindaban su apoyo. Por un lado Miranda plantea cambiar la política de presupuestos altos llevada a cabo hasta entonces por otra, menos ambiciosa pero más sostenible, esperando además que alguien cubra las deudas generadas hasta el momento. Además, el presidente Jeroni Petro manifestaba que se iría sin presentar oposición y sin reclamar el dinero invertido. La situación económica del club en ese momento era crítica: se adeudaban hasta seis millones de pesetas.

En noviembre, un mes después, la prensa describe un compás de espera para el relevo. El grupo que presta su apoyo a Miranda estaría trabajando al respecto y el presidente Petro continuaba dispuesto a ceder el puesto.

Entrevista a Margarita Miranda (Diario de Mallorca, 29 de octubre de 1977)

Fusión Mallorca-Baleares

En diciembre de 1977 se abre un nuevo frente: surge la posibilidad de una fusión entre los dos clubes de Palma, RCD Mallorca y Atlético Baleares, dada la preocupante situación deportiva y social de ambas entidades. A partir de entonces empiezan los contactos de las instituciones con ambos clubes para estudiar la situación, en este caso encabezada por el entonces alcalde de Palma, Paulino Buchens. Inicialmente Miranda se manifestó en contra de la fusión porque argumentaba que la deuda blanquiazul era mucho menor que la bermellona, que sin precisarse debía ser mucho mayor.[14]

Aunque su opinión era en teoría secundaria, pues entonces ni siquiera era directiva del club, seguía siendo una voz autorizada y su protagonismo posterior en este proceso sería muy destacable. Posteriormente, Miranda vio con mejores ojos la posibilidad de fusión e incluso tuvo un papel destacado.

El 31 de marzo de 1978 se reunió una comisión de diez personas vinculadas a sendos clubes para hablar de la posible fusión. Eran nueve hombres y una sola mujer: Margarita Miranda.[15] Entre ellos, una figura clave en el futuro mallorquinista: Miquel Contestí, futuro presidente de la entidad meses después.

Reunión de la comisión fusión Baleares-Mallorca (Diario de Mallorca, 1 de abril de 1978)

Para nuestra protagonista, el principal problema para abordar la fusión era la astronómica deuda del Mallorca y la falta de proyección social del At. Baleares. No se avanzó en el proceso, primero por la inminencia de las elecciones en el RCD Mallorca (10 abril) y la necesidad de conocer a ciencia cierta la deuda del club bermellón.

Mientras tanto, el debut del Atlético Baleares en Segunda División B iba cada vez peor. El club ni siquiera disponía de recursos para costear los desplazamientos a la península para poder jugar sus partidos. La intervención de Miranda sirvió para salvar en un primer momento la situación, abonando 100.000 pesetas más de su bolsillo. Tal como estaban las cosas, jugar en dicha categoría era inviable y que el RCD Mallorca pasase por un via crucis similar en la misma categoría no servía, en absoluto, de consuelo.

Candidatura oficial

El 5 de mayo de 1978 la prensa daba por hecha la candidatura de Margarita Miranda a la presidencia del Atlético Baleares.[16] Tenía el apoyo de varios miembros de la junta directiva vigente y de la Peña Dinámica, entonces una de las más activas del club. Ella pensaba aceptar, pero faltaba por confirmar la plena colaboración de quienes le habían dado su apoyo, especialmente en lo económico. El 23 de dicho mes tenía que celebrarse la asamblea de socios del club blanquiazul; allí sería presentada la candidatura, así que era necesario no demorar más los pasos a dar.

Noticia de la candidatura de Margarita Miranda a la presidencia del At. Baleares (Diario de Mallorca, 5 de mayo de 1978)

Sus líneas básicas de acción pasaban por reestructurar el club, establecer presupuestos realistas y formar un equipo amateur, no profesional: es decir, planteaba expectativas más humildes en lo económico pero acordes con la capacidad real de la entidad, que en lo deportivo podría reportar resultados similares o, quién sabe, alguna grata sorpresa. En cualquier caso, Miranda se mostraba firme en dejar de hacer aportaciones personales que pusieran en peligro su patrimonio, como había hecho hasta entonces.

Gradualmente, las posibilidades de la candidatura fueron menguando. No se producía la presentación oficial, todo iba demasiado lento y el apoyo económico no era el esperado.[17] El 15 de mayo se produce una última reunión y la realidad se impone: había poco interés y compromiso, y la candidatura naufraga por falta de apoyo. El presupuesto del club, de nueve millones de pesetas, era inasumible por el equipo de Margarita Miranda. El 23 de mayo de 1978 tuvo lugar la asamblea de socios, en la cual ante la falta de una alternativa Jeroni Petro siguió como presidente de la entidad, ejerciendo hasta 1980.

Últimos homenajes

Su retirada definitiva de la carrera presidencial le acarró nuevos reconocimientos. El 26 noviembre de 1978, dos años después del primer acto celebrado en el Estadi Balear, Margarita Miranda fue homenajeada.[18] Como en aquella ocasión tuvo lugar antes del derbi Atlético Baleares-RCD Mallorca, de Tercera División, pero en esta ocasión el homenaje fue triple: del At. Baleares, del RCD Mallorca —Miranda seguía siendo asidua de la tribuna del Lluís Sitjar— y de la Federación Balear de Fútbol. Jeroni Petro, presidente del At. Baleares, le hizo entrega de una placa, y Miquel Contestí, presidente del RCD Mallorca desde agosto de ese año, le entregó un diploma. Todo ello ante Joan Seguí, presidente del ente federativo balear. Como sucedió dos años atrás, Miranda hizo el saque de honor previo al encuentro.

Margarita Miranda, recibiendo placa y pergamino conmemorativos antes del partido At. Baleares-RCD Mallorca (Diario de Mallorca, 28 de noviembre de 1978)

A finales de año proseguían las reuniones de la comisión que estudiaban la posible fusión Baleares-Mallorca. El 23 de diciembre de 1978 se reunieron en el Consell Interinsular (ente precedente del actual gobierno autonómico balear) para hablar sobre el tema y, además, la probable construcción de un campo comunal para el club resultante. Pero seguía sin llegarse a nada concreto.[19] Acudieron representantes de las instituciones, así como de los clubes: en nombre del RCD Mallorca acudió el presidente, Miquel Contestí, y en nombre del Atlético Baleares, Margarita Miranda, que pese a encontrarse fuera del equipo directivo blanquiazul seguía ostentando una autoridad indiscutible en el club balearico.

Fallecimiento

Las reuniones para debatir la fusión Mallorca-Baleares fueron uno de sus últimos actos públicos. En poco tiempo la enfermedad se adueñó de ella y su salud declinó rápidamente. El 8 de julio de 1979, con apenas 60 años de edad, Margarita Miranda dejaba de existir. Al día siguiente tuvieron lugar las exequias fúnebres en la parroquia de Sant Francesc de Paula de Palma.

Tal fue la repercusión de su óbito que la presentación oficial del equipo blanquiazul para la temporada 1979-80, prevista el 20 de julio, fue suspendida y aplazada al día 26.[20] Dicho día se ofició una misa en su memoria a la que asistieron los dirigentes y equipos del club balearico, en señal de duelo, previamente a la presentación del equipo.

Conclusiones

Pocas personas como Margarita Miranda han logrado en el ámbito futbolístico una estima tan unánime por encima de edades, creencias, ideas e ideologías. Elocuente, carismática y ponderada, fue querida por los balearicos, respetada por los mallorquinistas y escuchada como voz autorizada del fútbol balear. Aunque apenas tocase un balón de fútbol —si exceptuamos los dos saques de honor que hizo en sendos homenajes—, dentro de sus posibilidades demostró que la mujer podía asumir responsabilidades, organizar, convencer, disuadir y persuadir como el que más. Una figura pionera del deporte femenino en un ámbito totalmente masculino.

No tuvo un papel activo a pie de campo como jugadora. Tampoco sabemos (de momento) si de alguna manera contribuyó a los primeros pasos del fútbol femenino balear, que a principios de los años 70 vivió un efímero surgimiento que culminó en la celebración del primer campeonato femenino oficial (Cuadernos de Fútbol, 132). Es, en cualquier caso, una figura por reivindicar.

Miranda ha sido uno de los pocos referentes femeninos del Atlético Baleares en sus cien años de historia. En el club blanquiazul tenemos el caso de Lita Soler Arimón (1918-1975), Miss Baleares 1935 y presidenta de honor del club blanquiazul entre 1935 y 1936, ostentando un cargo más honorífico que ejecutivo, además de breve, pero muy visible y surgido en un momento de total invisibilidad de la mujer en el plano deportivo. También es remarcable el efímero equipo femenino de la temporada 1984-85 y, más recientemente, el surgido a partir de 2018; pero aquí es difícil personalizar en casos concretos. Esto puede convertir a Miranda, desde el punto de vista de los actuales postulados feministas, en un referente destacado y a tener muy en cuenta.

Lita Soler Arimon, presidenta de honor del Baleares FC entre 1935 y 1936 (Mundo Gráfico, 1 de mayo de 1935)

En resumen, Margarita Miranda fue un referente deportivo en un ámbito paralelo al de la práctica puramente deportiva, como dirigente y gestora en un marco histórico especialmente difícil: por un lado, lidiando una situación crítica a todos los niveles del club de sus amores; por otro lado, nadando a contracorriente en un mundo monopolizado por los hombres, todo ello poniendo en juego su propio patrimonio.

Después de enviudar, en lugar de optar por llevar una vida discreta, en un segundo plano, gris y apocada, como era bien visto en una mujer de su condición, hizo lo contrario. Llevó la iniciativa, jugó sus cartas, dio la cara sin intermediarios, apostó y peleó por hacerse un lugar en el mundo deportivo que le tocó vivir, sin apenas resquicios para el protagonismo femenino. Y lo consiguió.

De no ser por la enfermedad que interrumpió su vida, podemos dar por seguro que su trayectoria hubiera continuado por derroteros similares a pesar de su frustrado asalto a la presidencia del Atlético Baleares. Posiblemente hubiera planeado un nuevo asalto a la presidencia del club balearico y, tal vez, ahora estaríamos hablando de una de las primeras mujeres que llegó a presidir un club de fútbol en España, si no la primera. Esta hubiese sido otra historia, una prometedora continuación, pero que nunca podremos contar.

Bibliografía

Prensa diaria y semanarios

  • Baleares
  • Diario de Mallorca
  • Hoja del Lunes
  • Mallorca Deportiva
  • Mundo Deportivo
  • Mundo Gráfico (Madrid)
  • Última Hora

Archivos

Fondo familia Margarita Miranda Bordoy

[1] «Virgilio García Peñaranda.» Gran Enciclopèdia de Mallorca, vol. VI, pág. 169

[2] «Dimitió la Junta Pro-Campo del Estadio Balear, siendo elegida presidenta doña Margarita Miranda.» Baleares, 4 de julio de 1970

[3] «Se celebró la asamblea más acalorada que jamás ha celebrado la junta pro campo del Estadio Balear.» Diario de Mallorca, 24 de julio de 1970

[4] «Dª Margarita Miranda y su entusiasmo por el fútbol». D. de M., 4 de agosto de 1971

[5] «Manifiesto balearico.» D. de M., 28 de julio de 1972

[6] «Temo por el futuro del equipo. Margarita Miranda, “public relations” del At. Baleares». D. de M, 20 de mayo de 1976

[7] «La próxima temporada, con la misma directiva.» D. de M., 14 de julio de 1976

[8] Diario de Mallorca, 19 de octubre de 1976

[9] «Margarita Miranda, placa de la Federación Balear de Fútbol.» D. de M., 23 de octubre de 1976

[10] Diario de Mallorca, 21 de junio de 1977

[11] «El At. Baleares se presentó oficialmente». D. de M., 17 de agosto de 1977

[12] «Margarita Miranda, a la presidencia del At. Baleares». D. de M., 27 de octubre de 1977

[13] «Hay que cambiar la imagen del Atlético Baleares. Margarita Miranda, una mujer de empresa para la presidencia de un club de fútbol.» D. de M., 29 de octubre de 1977

[14] «No a la fusión.» D. de M., 2 de diciembre de 1977

[15] «Nueve hombres y una mujer, hacia la fusión del Mallorca y Atlético Baleares.» D. de M., 1 de abril de 1978

[16] «Margarita Miranda, candidata a la presidencia del At. Baleares.» D. de M., 5 de mayo de 1978

[17] «Compás de espera en el At. Baleares.» D. de M., 11 de mayo de 1978

[18] «At. Baleares – Mallorca, con el homenaje a Margarita Miranda.» D. de M., 26 de noviembre de 1978

[19] «La fusión del At. Baleares y Mallorca, compás de espera.» D. de M., 23 de diciembre de 1978

[20] «El Atlético Baleares celebró su primera sesión de entrenamiento.» D. de M., 21 de julio de 1979




Notas para una historia del fútbol femenino balear. El campeonato de 1971

Introducción

Este trabajo se plantea como un complemento a los artículos publicados en dos números de esta revista, los cuales recogían los principales avatares del fútbol femenino balear desde sus inicios hasta la actualidad. Como quedó plasmado en dichos artículos, el fútbol femenino en Baleares ha tenido dos principales etapas de actividad: una en los años 80 (núm. 101) y otra desde 1996 hasta nuestros días (art. 103). Antes de 1980 se dieron intentos de carácter aislado, que no llegaron a prosperar ni dar paso a movimientos de gran calado.

Sin embargo, quedaba pendiente de análisis una etapa que, a pesar de su brevedad aparente, fue más allá de algún partido aislado y que pudo sentar las bases de una competición que, finalmente, no prosperó. Se trata del proceso vivido a principios de los años 70, coincidente en el tiempo con el movimiento vivido en el resto del país y con evidentes similitudes en su origen, desarrollo y desaparición. En Baleares dicho movimiento se manifestó principalmente en Mallorca y, en menor grado, Ibiza. En cuanto a Menorca y Formentera no consta, hasta el momento, que hubiese movimiento alguno.

Por tanto, el artículo no es continuación de los dos anteriormente publicados, sino que completa la panorámica trabajando un episodio puntual pendiente de investigación y que por su peso específico merecía una revisión en detalle, crucial por lo que logró y cuya importancia se había olvidado por el paso del tiempo. Ahora, cuando se cumplen cincuenta años de aquellos hechos, cabe hacer una reivindicación de aquellas futbolistas pioneras a pesar de que sus esfuerzos no consiguieron levantar una competición en firme, tal como la que hoy conocemos.

Primeros pasos. Virgen de Lluc y la Soledad

Imagen 1. Escudos del CF Virgen de Lluc y del CD Soledad

A finales de 1970 encontramos en Baleares los primeros movimientos encaminados a la gestación de una competición futbolística femenina. Estos se dan en la capital y llegan a partir de una modesta barriada de la capital, Palma: Virgen de Lluc, humilde barrio residencial construido a mediados de los años 50 del siglo XX como viviendas de protección oficial y poblado por residentes de raíz obrera e inmigrante. Allí, como una de sus principales manifestaciones de organización social, nació en los años 60 el Club de Fútbol Virgen de Lluc, presidido por José Sempere Alfonsea (quien luego daría nombre al campo de fútbol del barrio).

El primer equipo masculino del CF Virgen de Lluc empezó a competir en 1969 y paralelamente la entidad desarrolló un dinámico fútbol base. Por ejemplo, en agosto de 1970 el club organizó un torneo juvenil en el que participaron primeros espadas del fútbol nacional como FC Barcelona y Atlético de Madrid, además de los locales SD la Salle y el mismo Virgen de Lluc.

Pero es que, además, pese a su entonces breve historia y merced a su empuje, el CF Virgen de Lluc mostró una visión moderna y transgresora del balompié de la que hasta entonces el resto de clubes baleares carecían. Así, en diciembre de 1970 formó su equipo femenino, siendo receptivo a los vientos de modernidad que recorrían el país. Una iniciativa que nadie más en el archipiélago balear había llevado a cabo, convirtiéndose así en club pionero del fútbol femenino insular y depositario de una fiebre que en el resto del país no dejaba de crecer.

En el mismo mes de diciembre surgió otro equipo femenino. Fue también en Palma y en un barrio obrero, la Soledad, formando parte del principal club de la barriada: el Club Deportivo Soledad, fundado en 1930 y hoy desaparecido. El grupo ya estaba formado, se trataba de una plantilla de trece jóvenes de entre 14 y 18 años que esperaba empezar a entrenar.[1] Una de sus jugadoras más destacadas era Catalina Calvo, hija del entonces entrenador del CD Soledad masculino, José Calvo. Por tanto, los vínculos familiares fueron clave para el impulso y formación del equipo soledista.

El naciente conjunto se autosignificó desde su nacimiento como rival del CF Virgen de Lluc, de lo que se deduce que a finales de 1970 las de Virgen de Lluc ya eran el equipo de referencia y que de momento eran las únicas formaciones existentes.

Primeros partidos

Primer amistoso de impacto

Según la prensa local, a principios de 1971 ya se habían jugado algunos partidos. Todos ellos de carácter amistoso, pues seguía sin haber competición oficial alguna.[2] Pero habían pasado prácticamente desapercibidos y poco más que como meros entrenos y probaturas de un fenómeno balbuceante, visto como exótico y hasta pintoresco. Faltaba organizar un partido de impacto, con suficiente apoyo mediático y público asistente, para darle suficiente entidad como fenómeno deportivo.

Era inevitable que tarde o temprano se concertara algún partido de relumbrón para medir fuerzas. Y así fue. A finales de diciembre ya se planificaba que CF Virgen de Lluc y CD Soledad se enfrentasen en un partido benéfico, pero no en un lugar cualquiera, sino en el campo del RCD Mallorca: el Estadio Lluís Sitjar.[3] En esta iniciativa tuvo un papel de peso el Diario de Mallorca, medio escrito que destacó por cubrir las evoluciones del fútbol femenino y el debate entorno a dicho fenómeno, significándose por encima del resto de medios, que poco o nada noticiaron acerca de las mujeres del balompié.

Este partido gozó con antelación de una cobertura suficiente gracias a los medios de comunicación mencionados, iba a tener carácter benéfico y se celebraría en un lugar de privilegio, el Lluís Sitjar. Se fijó para el 6 de enero, aunque fue aplazado para que el conjunto mallorquinista jugara un partido de Copa del Generalísimo aplazado contra el Real Murcia. El entonces presidente del RCD Mallorca, Guillem Ginard, ponía todas las facilidades para que el partido femenino se pudiera disputar.[4]

Imagen 2. Prolegómenos del CF Virgen de Lluc-CD Soledad, 20 de enero de 1971 (Bernat Comas, Historia del deporte en la barriada de la Soledad)

El 20 de enero de 1971, festividad local de San Sebastián, se jugó en el Lluís Sitjar de Palma el partido CF Virgen de Lluc-CD Soledad. El saque de honor lo hizo la Miss España y Miss Europa 1962, Maruja García Nicolau, y para evitar que el cansancio les pasase excesiva factura se jugaron dos partes de 30 minutos en lugar de los 45 habituales. El partido acabó en empate (1–1), con goles de Maria Campos (Virgen de Lluc) y autora desconocida, de penalti (Soledad). Hubo tanda de penaltis de desempate, en la que se impuso el CF Virgen de Lluc (3–0). Hubo trofeos para ambos conjuntos, patrocinados por varios comercios y el Diario de Mallorca, patrocinador principal. Se recaudaron 76.000 pesetas en taquilla, que fueron destinados al Asilo-Centro de Recuperación San Juan de Dios, por lo que podemos decir que fue un éxito de público.

En la misma noticia se informó que, a raíz del éxito obtenido, se preveía organizar una liga femenina en la que, además de CD Soledad y CF Virgen de Lluc, participarían otros equipos ya existentes en la Colonia de Sant Jordi (Ses Salines), Sant Joan y Capdepera.[5] Aunque nada de esto se confirmó a corto plazo, sí se daba a entender que había nuevos equipos en formación y que la idea de una liga femenina no quedaba tan lejos. Simplemente, era demasiado pronto.

Después del partido el devenir de los equipos protagonistas fue dispar. Mientras el CF Virgen de Lluc se confirmó como el equipo de referencia del fútbol femenino balear, el CD Soledad apenas duró unas pocas semanas hasta desaparecer.

Segundo amistoso de impacto

A raíz de un fenómeno que llamaba la atención de propios y extraños en toda España, tres semanas después se organizó otro partido a lo grande. Esta vez en el otro gran campo de la ciudad: el Estadi Balear, propiedad del CD Atlético Baleares. Se fijó para el 7 febrero y volvía a repetir el CF Virgen de Lluc, ya confirmado como adalid del fútbol femenino territorial.

Pero el rival fue un equipo peninsular: el Racing de Valencia, conjunto que no era un cualquiera. Fundado a finales de 1970, acababa de participar en la Copa Fuengirola Costa del Sol con el Peña Femenina Barcelonista (vinculada al FC Barcelona), Sizam Paloma (Madrid) y Polideportivo Fuengirola. Este torneo fue considerado como el primer campeonato oficioso disputado en España y por tanto era un rival de peso. En su plantilla jugaba, entre otras, Carmen Arce, Kubalita, quien llegaría a hacer carrera en el extranjero como portera.

Imagen 3. CF Virgen de Lluc (Hoja del Lunes, 8 de febrero de 1971)

Como en el primer partido, el partido gozó de una cobertura mediática envidiable. El saque de honor lo hicieron figuras de relumbrón: los componentes del grupo musical Fórmula V. Y para sorpresa de propios y extraños, las mallorquinas mostraron un nivel de juego suficientemente maduro como para imponerse al Racing (2–1), remontando un 0–1 adverso y con goles de Monserrat a pase de Campos (ambas jugadoras habían destacado desde el inicio como las mejores de su equipo). Sin duda el CF Virgen de Lluc continuaba progresando; además preveía jugar más partidos en los pueblos de Mallorca, en donde las solicitaban para jugar con nacientes conjuntos locales.[6]

Extensión del movimiento. Nuevos equipos

Hasta ese momento el fenómeno había sido sobre todo urbano y protagonizado por dos equipos, uno de los cuales además desapareció al poco tiempo. Pero durante los primeros meses de 1971 el movimiento se extendió más allá de Palma y se generalizó en los pueblos de Mallorca, de donde pronto surgirían noticias de bisoños conjuntos de jugadoras que soñaban con a entrenar y jugar partidos, emulando la consolidada competición masculina.

En unos casos las iniciativas darían lugar a equipos con aspiraciones competitivas; en otros quedaría en un simple intento que no iría más allá de varios entrenos y algún partido informal, sin llegar a más. Todo ello sería el germen de una competición oficial más adelante, organizada a mediados de año por la Federación Balear de Fútbol; pero no adelantemos acontecimientos.

Casos frustrados

Aparte de los movimientos iniciales reseñados en enero en la Colonia de Sant Jordi (Ses Salines), Sant Joan y Capdepera, posteriormente fueron apareciendo señales de otras iniciativas locales que evolucionarían con desigual suerte. Veamos algunos intentos que no fueron más allá.

En Andratx, desde febrero había un grupo de chicas entrenando.[7] La maduración del grupo fue lenta y hasta mayo no disputó, por fin, varios encuentros. A finales de dicho mes jugó dos partidos contra el CD Tagomago (Palma), ganándolos ambos (3–1 y 2–0),[8] [9] aunque no hay señales de más partidos desde entonces.

En Manacor, durante marzo se enfrentaron en el campo municipal los cursos de cuarto y quinto de bachillerato del Colegio la Pureza,[10] y simultáneamente empezó a entrenar el equipo del Perlas Manacor (factoría de perlas local), con veinte jugadoras.[11] Pero en ninguno de los dos casos se derivó en la creación formal de un equipo.

En Son Ferriol, barrio de Palma, durante marzo hubo entrenamientos de un grupo de chicas,[12] pero no llegó a más. Y en Artà, el 2 de mayo hubo un partido entre dos equipos locales, infantiles y juveniles,[13] [14] que tampoco tuvo continuidad.

Imagen 4. CD Tagomago (Diario de Mallorca, 16 de abril de 1971)

Finalmente, entre abril y mayo tenemos noticias de la actividad del CD Tagomago (Palma). En la imagen que acompaña estas líneas vemos, a diferencia del resto de conjuntos, que estaba formado por mujeres de cierta edad. Su nombre, evocador de una importante sala de fiestas palmesana en aquellos años, parece indicar una vinculación con dicho local y que su propósito era más lúdico y festivo que otra cosa. Tal vez por ello no llegó a participar en la competición oficial, a diferencia del resto.

Casos que prosperaron

Por otro lado, tenemos iniciativas que tuvieron un recorrido mucho más reseñable.

A finales de febrero surgió el AF Coll. Su primer partido fue en Marratxí, el 28 de febrero, contra el CF Virgen de Lluc, y según la prensa el novel conjunto fue literalmente arrollado. Apenas hay noticias, pero consiguió mantenerse hasta participar en el campeonato oficial de la Federación. Posteriormente trocó su nombre por el de Atlético Coll y podría proceder del barrio palmesano del Coll d’en Rebassa.

Otro lugar en el que también se consolidó un buen equipo fue el pueblo de Mancor de la Vall. El 11 de abril se jugó el partido de presentación del equipo local, integrado dentro de la infraestructura deportiva del CD Montaura local.

Imagen 5. CD Montaura (Diario de Mallorca, 16 de abril de 1971)

El encuentro enfrentó a las locales y al CD Tagomago (Palma), con victoria para las anfitrionas (1–0), adjudicándose el trofeo en litigio. Se preveía jugar el partido de vuelta el primero de mayo en el campo del CF Palma,[15] [16] de cuyo resultado carecemos. El CD Montaura cuajó de tal manera que llegó a participar en el campeonato oficial de la Federación Balear.

Finalmente, reseñar el caso de la UD Colonia. Este conjunto debía ser el conjunto ya mencionado en enero, después del amistoso CF Virgen de Lluc-CD Soledad, formado en la Colònia de Sant Jordi (Campos). Todavía tenemos muy pocas noticias de su evolución, y a pesar de caer rotundamente contra el CD S’Horta en marzo (0–4) persistió hasta formar parte del campeonato oficial de la Federación Balear.

Casos reseñables

Hay tres equipos que, por su significado, merecen ser destacados.

Hacia febrero, en S’Horta (Felanitx) surgió un conjunto femenino vinculado al club local, el CD S’Horta.[17] [18] Sus primeros encuentros fueron contra el equipo de referencia del fútbol insular, es decir, el CF Virgen de Lluc. Como era habitual en este tipo de amistosos, se concertó a doble partido en los campos respectivos.

Imagen 6. Cartel partido CD S’Horta-CF Virgen de Lluc (Dies i Coses, mayo-junio 2021)

El primer encuentro se jugó el 23 de febrero en el Estadi Balear de Palma y el resultado fue rotundo a favor de las palmesanas (3–0); algo normal, pues eran el equipo más potente y rodado. La vuelta se jugó en Sa Pobla el 21 de marzo, y hubo sorpresa: el partido acabó en empate (1–1) y en los penaltis se impuso el CD S’Horta. Este fue un hecho muy comentado, pues el CF Virgen de Lluc se había mantenido hasta entonces imbatido.

Hacía falta un tercer partido para deshacer el desempate, que se jugó el 28 de marzo en el campo parroquial de S’Horta. Cuando el partido iba 0–1 para las visitantes se armó una tangana entre jugadoras y en el público que obligó a parar el partido. Ya no se reanudó y a raíz de estos hechos el CD S’Horta no volvió a jugar. Aún tenían pendiente jugar el partido de vuelta con otro equipo en ciernes: la UD Colonia, y también como locales (en la ida habían ganado ampliamente por 0–4), pero también se canceló y el equipo desapareció.

El CD S’Horta fue un equipo tan potente como fugaz (dos meses de vida) y ha pasado a la historia como el primero que logró batir la hegemonía del primer dominador del fútbol insular, el CF Virgen de Lluc. De no haber desaparecido tan pronto seguramente hubiera participado en el campeonato oficial de la Federación Balear, con un papel más que destacable.

Imagen 7. CD S’Horta, febrero-marzo de 1971 (Dies i Coses, mayo-junio 2021)

En segundo lugar tenemos a los protagonistas de un partido amistoso disputado el 2 de mayo en el Estadi Balear. Así, entre abril y mayo se celebraron diversos actos polideportivos conmemorativos del Primero de Mayo organizados por Educación y Descanso, la rama deportiva de la Obra Sindical del régimen franquista. Contra lo que pueda pensarse, ésta no permaneció ajena a este movimiento

En dicho partido se enfrentaron, por un lado el CD Chile, equipo femenino formado e integrado dentro de la estructura de Educación y Descanso. Y por otro lado el CD Constancia, nuevo equipo y sección del histórico club de la ciudad de Inca, fundado en 1922. Se impuso el CD Chile (1–0) y ambos equipos recibieron trofeos de la Obra Sindical Balear.[19]

Ambos equipos tienen un componente histórico importante. Es significativo que dentro de la ya anquilosada estructura sindical del régimen surgiera un equipo femenino, cuando la Obra Sindical había limitado la participación deportiva de la mujer a deportes considerados “aptos” y “acordes con la feminidad de la mujer”, y el fútbol nunca se encontró entre ellos. Esto da la medida de la transversalidad que estaba logrando este fenómeno deportivo, el cual alcanzaba a todo tipo de sectores y sensibilidades.

El caso del CD Constancia también era crucial. Suponía que un club histórico de la isla (el de mejor palmarés, después de los dos equipos de la capital, RCD Mallorca y CD Atlético Baleares) acogía una sección femenina que, además, logró alcanzar como equipo un buen nivel deportivo y plantar cara a las capitalinas del CF Virgen de Lluc. De este modo ambos equipos representarían la rivalidad Palma-pueblos, tan habitual en la sociología mallorquina en muchos otros campos, y se sentaban las bases para generar una competición basada en rivalidades ya consolidadas y fácilmente asumibles por el aficionado de a pie.

Imagen 8. Escudo del CD Constancia (Inca)

Tercer amistoso de empaque

Tras los partidos disputados en los dos grandes campos de Palma (Lluís Sitjar y Estadi Balear), el 25 de abril se jugó un tercer amistoso de importancia. El protagonista fue el CF Virgen de Lluc, indiscutible dominador del fútbol femenino de la isla, y su rival otro equipo valenciano: el Valencia CF (nada que ver con el club homónimo masculino, pese a la similitud). Se jugaría nuevamente en el Lluís Sitjar.

En este caso el envite no era benéfico, sino telonero del partido masculino de Primera División RCD Mallorca-Valencia CF, con lo que se garantizaba una asistencia de público mayor y se intentaba abandonar el planteamiento del fútbol femenino solo como una exhibición excepcional o para fines caritativos. Se impusieron las valencianas (1–2) en lo que fue la primera derrota del CF Virgen de Lluc, que hasta entonces sólo había perdido contra el CD S’Horta en los penaltis.[20] [21]

Excursión a la península

A principios de mayo el CF Virgen de Lluc dio un salto cualitativo. En lugar de traer un equipo foráneo se trasladó a la península para participar en el torneo de Catarroja (Valencia). Esta fue su primera excursión fuera del archipiélago y mostraba que el equipo palmesano ya disfrutaba de cierta reputación como equipo de nivel más allá de las Baleares.

Así, participó en el triangular jugado entre el equipo local, el Sporting de Catarroja, además del Valencia CF y el mismo CF Virgen de Lluc. En el primer partido el Virgen de Lluc se impuso al Sporting de Catarroja (3–2) y el Valencia CF no se presentó a jugar sus partidos, lo cual dio el triunfo a las palmesanas. Se preveía desde allí realizar una excursión a Santa Pola (Alicante), para jugar otro torneo, pero no hay noticias de tal extremo.[22]

Movimientos en Ibiza

Los movimientos no fueron exclusivos de Mallorca. En Ibiza también se registran movimientos desde febrero de 1971. Así fue organizado el I Trofeo Insular Femenino, jugado durante las fiestas patronales de Santa Eulària des Riu entre la Peña Deportiva local y la SD Portmany (12 de febrero); el Trofeo Linares, en Sant Antoni de Portmany, entre los mismos equipos; o un amistoso (7 de marzo) en la capital ibicenca entre el CF Hospitalet y el SD Portmany. En todos los casos hay un equipo que siempre repite: la SD Portmany, que sería el más activo y regular durante este tiempo en la pitiusa mayor.

Llama la atención que en Ibiza los principales clubes de la isla, punteros deportivamente, acogieron a los nuevos equipos femeninos: SD Portmany (Sant Antoni), Peña Deportiva (Santa Eulària) y CF Hospitalet (Eivissa), además de estar repartidos por toda la geografía insular. Únicamente la SD Ibiza, entonces el club más representativo de la isla, se mantuvo al margen del fenómeno.

Imagen 9. SD Portmany (Mallorca Deportiva, 19 de abril de 1971)

Primer torneo interinsular

A causa de la actividad surgida tanto en Mallorca como en Ibiza y después de la disputa del primer partido contra un equipo peninsular en febrero (Racing de Valencia), era inevitable que surgiera alguna iniciativa para medir fuerzas entre islas. Así surgió la iniciativa del trofeo patrocinado por el semanario deportivo Mallorca Deportiva, que jugaron CF Virgen de Lluc y SD Portmany, entonces los equipos abanderados y más representativos de sendas islas.

En la ida, jugada el 18 de abril, las mallorquinas se impusieron en Sant Antoni de Portmany (1–4)[23] y del segundo no tenemos datos, aunque dado el resultado de la ida es más que probable que las mallorquinas se adjudicasen el torneo.[24]

Posible Liga española

Durante mayo se hablaba de una posible liga de fútbol femenino a España. Una propuesta que el Valencia CF llevaría a la próxima asamblea nacional de clubes de la RFEF y que podía acabar con la formación de una Primera División y, según la demanda existente, de una Segunda y Tercera. Sería el primer campeonato de liga nacional disputado en suelo patrio.[25] Pero no hubo más movimientos y la competición nacional no se organizó.

Primer campeonato oficial balear

En mayo el buen momento del fútbol femenino local era patente. Y como comentábamos antes, atendiendo a la cantidad de equipos existentes y los amistosos o pequeños torneos a doble (o triple) partido que entonces se disputaban, la Federación Balear de Fútbol decidió organizar un campeonato oficial.

El 7 de mayo la FBF publicó una nota en medios escritos para que las entidades interesadas en el tema se personaran en los locales federativos.[26] El llamamiento surtió efecto, pues a los pocos días el ente federativo pudo presentar públicamente el primer campeonato oficial de fútbol femenino. Se apuntaron seis equipos y el calendario fue publicado en prensa una semana después, el 15 de mayo.[27]

La competición distribuyó la competición en dos grupos con criterios geográficos. En el Grupo A, equipos de Palma: CF Virgen de Lluc, CD Chile y Atlético Coll; en el Grupo B, equipos de los pueblos: UD Colonia (Ses Salines), CD Constancia (Inca) y CD Montaura (Mancor).

La primera vuelta se concertó del 16 al 30 de mayo y la segunda para los días 6, 13 y 20 de junio, aunque esta última no se jugó al final. La fase final enfrentaría a los campeones de ambos grupos.

Grupo A

(16 mayo) V. Lluc – At. Coll (3–0)

(23 mayo) V. Lluc – Chile (6–0)

(30 mayo) Chile – At. Coll

Grupo B

(16 mayo) Constancia – Montaura (empate)

(23 mayo) Colonia – Constancia

(30 mayo) Montaura – Colonia

Final

(27 junio, Lluís Sitjar) V. Lluc – Constancia (3–2)

Imagen 10. Calendario del campeonato femenino (Diario de Mallorca, 15 de mayo de 1971)

Salvo los guarismos del CF Virgen de Lluc, que demostraban una superioridad incontestable sobre el resto (salvo en la final) carecemos del resto de resultados, dada la escasa o nula cobertura ofrecida por los medios.

Los equipos de los pueblos (UD Colonia, CD Constancia y CD Montaura) eran secciones de clubes masculinos ya existentes en la Colònia de Sant Jordi, Inca y Mancor de la Vall, respectivamente, y jugaban en sus mismos terrenos de juego.

En cuanto a los conjuntos palmesanos, había de todo. El CF Virgen de Lluc había nacido al amparo del club masculino, como es sabido; el CD Chile era un equipo de Educación y Descanso y no sabemos más de sus orígenes; en cuanto al Atlético Coll (antes AF Coll) parece clara su procedencia del barrio del Coll d’en Rebassa. En lo que respecta a los terrenos de juego, el partido CF Virgen de Lluc-CD Chile se jugó en el Estadio Balear y no sabemos los otros dos.

El campeonato agrupó a casi todos los equipos femeninos entonces en activo y mínimamente organizados. Se quedaron fuera, al menos, el CD Tagomago (Palma) y el Andratx. El CD S’Horta, como comentábamos, había desaparecido.

Final del campeonato. CF Virgen de Lluc, campeón

Antes de la final del campeonato, el 6 de junio se celebró en el Lluís Sitjar el I Maratón Futbolístico Internacional con la disputa durante catorce horas consecutivas de varios partidos consecutivos de carácter benéfico. Jugaron veteranos, juveniles, regional, fútbol de empresas y otras combinaciones (incluido un estrafalario partido entre finolis y folklóricas, cuya capitana era nada menos que Lola Flores), para acabar con un RCD Mallorca-Standard de Lieja.

Entre ellos se jugó un partido entre las finalistas del campeonato de liga femenino, CF Virgen de Lluc y CD Constancia, que acabo con victoria de las primeras (2–1)[28] y que fue preparatorio de la final disputada poco después.

Al fin, el 27 de junio de 1971 se jugó la final del campeonato femenino de Mallorca, también en el Lluís Sitjar. Tuvo lugar después del tradicional partido entre periodistas de prensa y de radio, disputado anualmente. Se impuso el CF Virgen de Lluc al CD Constancia (3–2), y pese a ser favoritas las palmesanas se impusieron remontando un 0–2 adverso, proclamándose así campeonas de la primera liga oficial de fútbol femenino.[29] Por desgracia no habría una segunda hasta años después.

Como anécdota, disponemos de las alineaciones de ambos equipos en la final. Por el CF Virgen de Lluc (Palma): Marilyn, Sara, Jiménez, Sánchez, Ramírez, Valades, Monserrat, Alemany, Campos, Oliva y Font. Por el CD Constancia (Inca): Amengual II, Ramis, Aloy, Cerdà, Rosselló, Fuster, Mita, Merino, Morro, Amengual y Coll.

Entrevista a la Zarra femenina

Fruto de la euforia del momento, el 28 de mayo el Diario de Mallorca publicaba una entrevista a la jugadora más destacada del momento: Maria Campos, del CF Virgen de Lluc, bautizada por el rotativo como “la Zarra femenina” por sus espectaculares números como goleadora: 26 goles en 13 partidos, es decir, una media de dos goles por encuentro.

Imagen 11. Entrevista a Maria Campos, jugadora del CF Virgen de Lluc (Diario de Mallorca, 28 de mayo de 1971)

El medio apuntaba, además, que el CF Virgen de Lluc solía jugar sus partidos como local en el Estadio Balear. En aquel momento (28 de mayo) llevaba un total de 14 encuentros jugados.[30]

Otros amistosos

Paralelamente a la disputa del campeonato oficial de la Federación Balear se siguieron jugando otros partidos, indicativos de la buena salud del fútbol femenino en ese momento. Reseñamos algunos que recibieron una cobertura informativa reseñable.

En mayo, en el Estadio Balear, se jugó un partido entre el CD Chile, también de Educación y Descanso, y el CD Tagomago (1–0). Se disputó previamente al amistoso entre los equipos masculinos Juventus Barbarela, equipo de Educación y Descanso (campeón de Baleares de 1971), y el alemán BSG Kofus.[31] Su disputa en el Estadio Balear indica que el fútbol femenino mantenía su lugar en escenarios de primera línea, incluso en partidos que no formaban parte del campeonato oficial recientemente celebrado.

El 20 de junio, en Pollença se jugó un partido entre el CD Montaura y el Atlético Coll (Palma) (3–1).[32] Eran equipos del campeonato oficial recientemente finalizado y, por tanto, de un nivel que iba más allá de una pachanga de solteras contra casadas.

Partidos estivales de fiestas

Durante el periodo estival cesó la competición oficial y llegaron las fiestas a los diferentes pueblos de la geografía mallorquina. Como no, entre los actos deportivos habituales se coló la novedad del momento y se programaron varios partidos de fútbol femenino. Destacamos aquellos en los que participaron los principales equipos del momento, descartando las formaciones improvisadas tan habituales en este tipo de festividades.

El 11 de julio, en Bunyola, se programó la presentación del equipo femenino de la localidad con un partido previo a la final del I Trofeo Quintos Bunyola de fútbol masculino. Iban a enfrentarse las locales (sin nombre definido) contra el CD Constancia, finalista del campeonato oficial.[33]

El 18 de julio, durante las fiestas de Santa Maria del Camí, se programó un partido entre el CD Chile y el CD Montaura. Un detalle importante a señalar: la prensa indicó que el CD Chile era entonces un equipo filial del CD Atlético Baleares,[34] detalle del que no hemos encontrado más datos y, en caso de no ser una errata, la supuesta vinculación no fue a más.

El 24 de agosto, durante las fiestas de Capdepera, se programó un partido entre el CF Virgen de Lluc y el CD Constancia. Se impusieron las de Palma (1–0).[35]

Finalmente el 5 de septiembre, durante las fiestas de Lloseta, se preveía un partido entre el CD Constancia y el CD Montaura.[36]

Crisis del movimiento

En otoño de 1971, reanudada la competición y pasadas las fiestas estivales, el impulso del fútbol femenino empezó a mostrar síntomas de flaqueza. Después de la celebración del campeonato oficial a mediados de año no se organizó otro similar y la actividad seguía circunscrita a pequeños torneos organizados por los mismos equipos, de manera informal y sin regularidad.

A finales de noviembre la Federación Balear de Fútbol convocó en nota oficial publicada en prensa a los presidentes de clubes femeninos a una reunión, el 2 de diciembre, para planificar la temporada.[37] Parecía que, tal como sucedió unos meses antes, de ahí podía salir una nueva competición que diese continuidad al fútbol femenino. Pero la ausencia posterior de noticias nos hace pensar que no hubo acuerdo, o peor todavía, que las propias protagonistas habían desertado. En cualquier caso, no habría liga femenina.

A principios de 1972 la actividad se reducía casi totalmente al CF Virgen de Lluc. El resto de conjuntos, si no habían desaparecido del todo, mantenían una actividad testimonial e irregular, condicionados por la falta de público, de organización y de medios, o por deserción de sus propias componentes. En la prensa surgía esporádicamente el rumor de formación de algún equipo; pero no cuajaba ninguna opción, como sí había sucedido unos meses antes.

Partidos internacionales

Fuera por necesidad o por la voluntad de dar un salto cualitativo, el CF Virgen de Lluc entró en una nueva etapa: la disputa de partidos contra conjuntos extranjeros. La carencia de equipos en Mallorca y de una competición local también era un condicionante importante.

Dichos equipos eran conjuntos que hacían un stage preparatorio en Mallorca o venían de vacaciones. El CF Virgen de Lluc aprovechaba su presencia para concertar un amistoso, puesto que su economía de club de barrio modesto no daba para costear viaje y alojamiento de equipos venidos exprofeso para jugar. Además, dichos conjuntos provenían de países donde el fútbol femenino era una realidad más consolidada, lo que les confería un nivel futbolístico más atractivo que el entonces existente en España.

El CF Virgen de Lluc todavía aspiraba a convertir el fútbol femenino en algo serio, más allá de ser objeto de exhibición o para fines caritativos, y para ello necesitaba rivales de nivel. Cada vez se hacía más evidente que jugar partidos (cada vez menos) contra rivales improvisados, faltos de preparación y manifiestamente inferiores técnicamente dejaría al fútbol femenino en un estado embrionario permanente, sin futuro ni posibilidades serias de crecimiento.

El 3 de enero de 1972 llegaban a Palma dos equipos ingleses: el Queens Park Rangers Ladies FC (Londres) y el Watford Ladies FC, de vacaciones pero también dispuestos a disputar partidos de entrenamiento. El CF Virgen de Lluc acordó la disputa de un triangular. Se gestionó el Lluís Sitjar, pero no pudo ser.[38] Finalmente se concertó el 6 de enero, en el campo del CF Virgen de Lluc.[39] No sabemos si finalmente se disputó.

El 18 de julio se jugó en Capdepera un partido entre el CF Virgen de Lluc y el inglés Oxford Athletic, de carácter benéfico. El equipo inglés era un potente conjunto: llevaba unos 220 partidos (184 victorias, 22 empates y 14 derrotas) y 914 goles, además de contar con siete internacionales en sus filas.[40] El partido se jugó, pero carecemos del resultado.

El 6 de agosto se preveía otro partido del CF Virgen de Lluc contra un equipo alemán: el SC 07 Bad Neuenahr (Renania-Palatinado), equipo alojado en un hotel de l’Arenal.[41] Se jugó en el Miquel Nadal de Palma, campo de la Federación Balear, y desconocemos el resultado final.

Para entonces (julio de 1972) el CF Virgen de Lluc atesoraba unos números impresionantes. Llevaba 48 partidos jugados con 45 victorias, dos empates y una sola derrota, y 110 goles en su haber.[42] Pero su futuro seguía siendo más sombrío que luminoso por la falta de rivales locales de entidad.

El RCD Mallorca femenino

Un hecho pudo revertir las circunstancias del fútbol femenino, entonces en pleno declive, cuando a finales de 1972 tres aficionadas del RCD Mallorca (Carmen Clarés, Carol Short y Pilar Sola) propusieron a la gerencia del club la idea de formar el equipo femenino. Fue informado el entonces presidente Juan de Vidal, quien habría dado su aprobación a la iniciativa.[43] Pero nada más se supo de un proyecto que tal vez hubiese llegado a tiempo de remontar una situación que se veía irrecuperable.[44] No sería hasta 2008 que la entidad mallorquinista fundaría su equipo femenino.

Últimos partidos

Después de estos partidos internacionales la actividad prácticamente desaparece. Sigue sin aflorar una competición local y no aparecía nadie capaz de rivalizar con el CF Virgen de Lluc. Durante 1972 la actividad se había reducido a periodos vacacionales (vacaciones navideñas y estivales), dependiendo de quien pasara por las islas para poder concertar algún partido. Todo esto fue espaciando la actividad del CF Virgen de Lluc.

Durante 1973 nada cambió. El fútbol femenino territorial se reducía al CF Virgen de Lluc, cuyo equipo estaba al borde del abandono por falta de competición, rivales, y, sobre todo, afición. Se registra algún amistoso contra el CD Constancia, y poco más.

A mediados de año, y después de meses de actividad, se anunció que un equipo finés llegaría a Mallorca para enfrentarse al CF Virgen de Lluc.[45] No se confirmó, pero se logró organizar un triangular con un equipo danés: el Gymnastik og Idraetsforeningen (literalmente, Gimnasia y Asociación Deportiva) y un equipo de enfermeras de la Seguridad Social de Barcelona. Los partidos se jugarían del 1 al 4 de julio en un campo por determinar.[46]

Imagen 12. Equipo del Gymnastik og Idraetsforeningen (Dinamarca) (Diario de Mallorca, 24 de junio de 1973)

El 1 de julio, en el Estadio Balear, se jugó el partido entre el CF Virgen de Lluc y las enfermeras, algunas de las cuales ya habían jugado en el RCD Espanyol y el FC Barcelona. Para días después se preveía el partido contra las danesas,[47] que no sabemos si llegó a jugarse

Pero jugar contra un equipo de enfermeras daba a entender que no había progresos reales y que no había nada mejor para mantener viva la competición, que seguía siendo algo anecdótico, irregular y con tintes hasta folclóricos. Este fue el último partido registrado del CF Virgen de Lluc, cuyo equipo debió desaparecer poco después. Así el fútbol femenino balear cerraba una primera etapa histórica con más sombras que luces.

Desaparición

Después del partido contra las enfermeras desaparecen completamente las noticias sobre fútbol femenino. Durante el resto de la década solo se notician algunos partidos de solteras contra casadas o pantomimas varias en el marco de festividades varias, sin valor deportivo alguno. Como ejemplo, el único partido femenino jugado en 1974 formaba parte de los actos del Sindicato Provincial del Espectáculo: un partido de bailarinas flamencas contra bailarinas pop en el Lluís Sitjar.[48] Una charlotada como muchas otras en las antípodas del deporte como práctica deportiva seria, organizada y rigurosa.

Habría que esperar hasta 1980 para que se organizase, al fin, una competición seria. Pero esa es otra historia, ya contada en los números 101 y 103 de Cuadernos de Fútbol.

Conclusiones

La eclosión en las Islas Baleares del fútbol femenino fue un fenómeno surgido en paralelo al resto del país entre 1970 y 1973 aproximadamente, aunque su punto álgido aconteció en 1971. Como es lógico, sigue unas pautas comunes al resto y a la vez tiene características muy particulares.

En Mallorca fue un fenómeno inicialmente urbano, extendiéndose después al resto de la isla. Luego se percibe un equilibrio bastante patente, coexistiendo tantos equipos en Palma como en el resto de la isla y bastante repartidos geográficamente, sin que pueda categorizarse según criterios geográficos o demográficos. Así, surgen en localidades de envergadura como Inca o Manacor y también en pueblos diminutos, como Mancor de la Vall o la Colònia de Sant Jordi.

En cuanto al resto de islas, en Ibiza hay un fenómeno paralelo pero con menos clubes y partidos. En el único enfrentamiento interinsular registrado quedó claro que el fútbol mallorquín llevaba clara ventaja. Menorca y Formentera permanecieron al margen.

Desde el principio queda muy clara la jerarquía de dicho deporte: el CF Virgen de Lluc (Palma) fue el primer conjunto en nacer y el último en desaparecer. Desde el principio y hasta su desaparición fue el equipo más potente y dinámico del archipiélago balear, sobre el que pivotó toda la actividad del periodo y que con justicia se adjudicó el campeonato de liga celebrado en 1971.

Entre finales de 1970 y mediados de 1971 el proceso se muestra ascendente y culmina en la celebración de la primera liga entre mayo y junio, en la que participan casi todos los equipos existentes y donde quedó clara la jerarquía de dos equipos por encima del resto: el CF Virgen de Lluc, en representación de Palma, y el CD Constancia, por parte de los pueblos.

Durante el verano se concertaron partidos en las diferentes fiestas estivales, algo que contribuiría a normalizar su existencia junto con los partidos masculinos habituales. El proceso, hasta ahora, parecía claro y en clara expansión.

Sin embargo, desde el otoño de 1971 el proceso pierde fuelle rápidamente y el fútbol femenino queda reducido a su principal exponente, el CF Virgen de Lluc. Esto ocurre en paralelo al declive del proceso en el resto del país.

A pesar del todo, dicho equipo consigue resistir en solitario dos años más de manera heroica, hasta mediados de 1973, recurriendo a la disputa de partidos contra equipos extranjeros. Las posibilidades de Mallorca como destino vacacional de conjuntos extranjeros facilitó este recurso sin hacer un gasto suplementario que los clubes españoles no podían asumir. Esto convirtió el CF Virgen de Lluc en uno de los clubes más duraderos en España y en una referencia obligada de la historia del fútbol femenino español, resistiendo cuando muchos otros ya habían arrojado la toalla y muerto por inanición.

A pesar de la disputa del campeonato oficial por la Federación Balear de Fútbol, no hay ni rastro en los boletines anuales publicados por la RFEF. No hay ningún apartado dedicado a equipos femeninos, organigrama federativo, competiciones o participantes, ni siquiera ganadores. Es decir: si recurrimos exclusivamente a los anuarios de esa época da la sensación de que el fútbol femenino nunca había existido en las Islas Baleares.

En suma, el fútbol femenino balear vivió un primer episodio en 1971, en paralelo al resto del país, y que tuvo sus propias protagonistas, que vale la pena destacar y reivindicar ahora que se cumple justo medio siglo de los hechos.

Principales equipos

Nombre

Isla

Población

Duración

CF Virgen de Lluc

Mallorca

Palma

1970–1973

CD Soledad

Mallorca

Palma

1970–1971

CD Chile

Mallorca

Palma

1971

CD Tagomago

Mallorca

Palma

1971

Atlético Coll / AF Coll

Mallorca

Coll d’en Rebassa (Palma)

1971

CD S’Horta

Mallorca

S’Horta (Felanitx)

1971

CD Constancia

Mallorca

Inca

1971/1973

CD Montaura

Mallorca

Mancor de la Vall

1971

UD Colonia

Mallorca

Colònia de Sant Jordi (Ses Salines)

1971

Andratx

Mallorca

Andratx

1971

SD Portmany

Ibiza

Sant Antoni de Portmany

1971–1972

SCR Peña Deportiva

Ibiza

Santa Eulària des Riu

1971

CF Hospitalet

Ibiza

Ibiza

1971

Bibliografía

Prensa diaria y semanarios

  • Baleares
  • Diario de Mallorca
  • Diario de Ibiza
  • Hoja del Lunes
  • Mallorca Deportiva

Publicaciones locales

  • Bellpuig (Artà)
  • Dies i Coses (Calonge, Santanyí)
  • Montaura (Mancor de la Vall)
  • París-Baleares (Andratx)
  • Perlas y Cuevas (Manacor)
  • Anuarios de la Real Federación Balear de Fútbol.
  • Comas, Bernat (Beco): El deporte en la barriada de la soledad. Palma, 1987.

Ramis, Xesc: Historia de 100 años (100): el Mallorca y las mujeres (futboldesdemallorca.com).

[1] Diario de Mallorca, 11 de diciembre de 1970

[2] Diario de Mallorca, 8 de enero de 1971

[3] Diario de Mallorca, 25 de diciembre de 1970

[4] Diario de Mallorca, 2 de enero de 1971

[5] Diario de Mallorca, 21 de enero de 1971

[6] Hoja del Lunes, 8 de febrero de 1971

[7] Diario de Mallorca, 3 de marzo de 1971

[8] Diario de Mallorca, 27 de mayo de 1971

[9] París-Baleares nº 191, junio de 1971

[10] Perlas y Cuevas nº 249, 3 de abril de 1971

[11] Diario de Mallorca, 22 de marzo de 1971

[12] Diario de Mallorca, 2 de abril de 1971

[13] Diario de Mallorca, 2 de mayo de 1971

[14] Bellpuig nº 27, junio de 1971

[15] Diario de Mallorca, 16 de abril de 1971

[16] Montaura nº 15, junio de 1991

[17] París-Baleares nº 188, marzo de 1971

[18] Dies i Coses nº 202, mayo-junio 2021

[19] Diario de Mallorca, 5 de mayo de 1971

[20] Mallorca Deportiva, 26 de abril de 1971

[21] Diario de Mallorca, 27 de abril de 1971

[22] Diario de Mallorca, 5 de mayo de 1971

[23] Mallorca Deportiva, 19 de abril de 1971

[24] Mallorca Deportiva, 24 de mayo de 1971

[25] Diario de Mallorca, 7 de mayo de 1971

[26] Diario de Mallorca, 7 de mayo de 1971

[27] Diario de Mallorca, 15 de mayo de 1971

[28] Mallorca Deportiva, 7 de junio de 1971

[29] Mallorca Deportiva, 28 de junio de 1971

[30] Diario de Mallorca, 28 de mayo de 1971

[31] Diario de Mallorca, 22 de mayo de 1971

[32] Diario de Mallorca, 22 de junio de 1971

[33] Diario de Mallorca, 6 de julio de 1971

[34] Diario de Mallorca, 17 de julio de 1971

[35] Diario de Mallorca, 25 de agosto de 1971

[36] Diario de Mallorca, 2 de septiembre de 1971

[37] Diario de Mallorca, 2 de diciembre de 1971

[38] Diario de Mallorca, 5 de enero de 1972

[39] Diario de Mallorca, 6 de enero de 1972

[40] Diario de Mallorca, 18 de julio de 1972

[41] Diario de Mallorca, 4 de agosto de 1972

[42] Diario de Mallorca, 23 de julio de 1972

[43] Baleares, 21 de diciembre de 1972

[44] Ramis, Xesc: Historia de 100 años (100): el Mallorca y las mujeres (futboldesdemallorca.com)

[45] Diario de Mallorca, 13 de junio de 1973

[46] Diario de Mallorca, 24 de junio de 1973

[47] Diario de Mallorca, 1 de julio de 1973

[48] Diario de Mallorca, 31 de enero de 1974




En los cien años del primer derbi Baleares-Mallorca

El próximo 13 de marzo se cumplen cien años de la celebración del primer derbi disputado entre las dos principales sociedades futbolísticas de Palma: el Real Club Deportivo Mallorca (1916) y el Club Deportivo Atlético Baleares (1920), el más longevo y apasionante derbi disputado en el archipiélago balear. Este primer enfrentamiento entre bermellones y blanquiazules se disputó con las antiguas denominaciones de sendos clubes —Real Sociedad Alfonso XIII Football Club y Baleares Football Club, respectivamente— y fue el primero de una larga serie de enfrentamientos en multitud de competiciones.

En las últimas décadas sus enfrentamientos se han espaciado sobremanera, dada la diferencia de categoría existente entre ellos —tan solo dos veces en competición oficial, en Copa del Rey (temporada 1986-87) y Liga (2017-18)— pero la rivalidad sigue viva a pie de calle entre las respectivas aficiones. Como sucede en otros derbis, sendos clubes representan maneras diferentes de entender el fútbol, el deporte y la vida que ha trascendido el terreno de juego: posiciones tan diferentes como irreconciliables. Así ha perdurado una rivalidad acérrima, que ahora cumple cien años desde su primer episodio.

Imagen 1. Escudos del Alfonso XIII FC y Baleares FC (Llibre d’or del futbol català)

Marco histórico

A principios de la década de los años 20 la práctica futbolística en el archipiélago balear seguía presidida por la irregularidad. A diferencia de lo que sucedía en gran parte del estado español, en las Islas Baleares aún no existía ningún estamento federativo que regulase la competición; de hecho, ésta no tomaría forma hasta 1923 cuando se organizó el Comité Provincial Balear, ente vinculado y dependiente de la Federación Catalana de Fútbol. Además, los escasos torneos organizados desde que el fútbol llegó a Mallorca en 1903 pecaban de irregularidad y los organizaban los propios clubes por cuenta propia.

Entonces el principal club de Mallorca con diferencia era precisamente uno de nuestros protagonistas: la Real Sociedad Alfonso XIII Football Club (desde ahora Alfonso XIII FC), fundado en 1916 y que desde su creación había potenciado decisivamente el crecimiento y desarrollo de la práctica balompédica en la ciudad. Su principal problema fue la falta de rivales locales de entidad con los que competir y que obligaba a la entidad bermellona a llevar a cabo giras en la península o traer rivales de ésta con quienes jugar. Por eso, a pesar de haber sido fundado por elementos económica y socialmente pudientes de la sociedad mallorquina y de que los resultados a nivel deportivo eran más que aceptables, el club se encontraba en franca crisis en 1920 por la falta de una competición doméstica rentable y regular que diese sentido a su existencia. Esto ponía en peligro su supervivencia y puso de manifiesto la necesidad de una estructura competitiva local que abaratara costes y potenciase la afición local, que a fin de cuentas es el objetivo principal de todo club de fútbol.

Entre tanto, en 1920 nacía el Baleares Football Club (desde ahora Baleares FC). Entonces fue la rara avis del momento, pues a diferencia de los equipos surgidos hasta entonces sus componentes provenían de los estamentos más humildes de la sociedad, una característica que le permitió aglutinar rápidamente a una afición trabajadora, cuantitativamente amplia y hasta entonces falta de referentes futbolísticos, convirtiendo la humildad de sus orígenes en sus señas de identidad en abierta contraposición al origen socialmente privilegiado de los alfonsinos (García Gargallo, 76, 121, 126). Dados sus orígenes y escasez de recursos, durante sus primeros meses de vida pocos podían adivinar que el club balearico iba a convertirse en la potencia deportiva que luego fue; pero durante 1921 su crecimiento e ímpetu apuntaba maneras significativas, como veremos.

Imagen 2. Alfonso XIII FC, campeón en la Copa Ayuntamiento-primeros equipos (Baleares, 30 de abril de 1921)

La Copa Ayuntamiento

A mediados de 1920 desde el Ayuntamiento de Palma surgió la iniciativa de crear una competición de carácter anual para dar estabilidad a una práctica deportiva hasta entonces presidida por constantes altibajos. El impulsor fue el regidor Gabriel Font Martorell,[1] que a su vez era miembro de la junta directiva del Alfonso XIII FC. La propuesta bien recibida y aprobada por unanimidad por el consistorio municipal el 29 de julio de 1920.

Para la nueva competición el Ayuntamiento contó con la colaboración del club alfonsino. No fue difícil, gracias a la mediación de Font Martorell, pero su participación era imprescindible para el éxito del nuevo torneo. Entonces los alfonsinos disponían del principal terreno de juego —de hecho, el más importante de toda Mallorca— y habían organizado los principales torneos locales, entre ellos dos campeonatos oficiosos de Baleares (1917 y 1919). Además se garantizó la participación de su primer equipo, que hasta entonces era más proclive a enfrentarse a equipos foráneos —y con razón, pues los rivales locales eran de un nivel muy endeble. El nombre oficial del torneo fue Copa Ayuntamiento.

Imagen 3. Baleares FC, subcampeón en la Copa Ayuntamiento-primeros equipos. 17 de julio de 1921 (archivo Antoni Lliteras Carbonell)

Organización del torneo

La Copa Ayuntamiento se disputó del 13 de febrero al 31 de julio de 1921 con un total de nueve clubes participantes, todos ellos de Palma. Además de Alfonso XIII FC y Baleares FC participaron Asistencia Palmesana, Centro Republicano, Cruz Roja, Español, La Protectora, Unión Protectora Mercantil y Veloz Sport Balear. Todos eran los equipos más representativos del momento pero estructuralmente muy débiles, incapaces de plantar cara en el campo a los alfonsinos; si exceptuamos el Veloz, principal equipo de Mallorca hasta el surgimiento del Alfonso XIII FC y entonces en franco declive, aunque todavía fuerte (García Gargallo, 83).

La copa se estructuró en dos competiciones: una para primeros equipos y otra para filiales o reservas, en formato de liga a vuelta única y todos contra todos. El calendario se sorteaba cada semana, así que el orden de competición fue totalmente aleatorio. Cada domingo se jugaba un partido de cada torneo, uno por la mañana y otro por la tarde, aunque desde abril se jugaron dos de cada para acortar su excesiva duración y ante la llegada del caluroso verano mallorquín.

Tradicionalmente la Copa Ayuntamiento ha sido recordada como el primer torneo en el que se vieron las caras Alfonso XIII FC y Baleares FC (actuales RCD Mallorca y CD Atlético Baleares). Pero aunque el primer enfrentamiento tuvo lugar durante su disputa realmente no formó parte del calendario de competición, sino que fue un partido improvisado y sobrevenido en circunstancias inesperadas que vamos a analizar a continuación.

El asesinato de Eduardo Dato

El domingo 13 de marzo se preveía la disputa de la quinta jornada de la Copa Ayuntamiento. Se habían jugado cuatro partidos de primeros equipos y cuatro de reservas, cada domingo. Pero el 8 de marzo se produjo un trágico suceso: el asesinato del primer ministro español, Eduardo Dato e Iradier (1856-1921), a manos de tres pistoleros anarquistas en Madrid. La conmoción a raíz del magnicidio fue generalizada en todo el país y se decretaron tres días de luto oficial.

Llegado el domingo habían pasado cinco días desde el magnicidio y el luto oficial había concluido, pero la disputa de la quinta jornada de la Copa Ayuntamiento seguía en vilo. Tampoco conocemos los emparejamientos previstos; aunque el sorteo se llevaba a cabo durante la reunión entresemana del comité organizador esta vez no fue publicado en prensa, seguramente por las excepcionales circunstancias que se vivían.

Imagen 4. Alfonso XIII FC, campeón de la Copa Ayuntamiento-equipos reservas (Gabriel Font Martorell, El Club Deportivo Mallorca: historia de la institución decana del fútbol mallorquín)

El porqué accidentado del primer derbi

Finalmente, la quinta jornada no se disputo el 13 de marzo. El interrogante que nos asalta entonces es: si el torneo se suspendió a raíz del asesinato del primer ministro español ¿por qué en su lugar se jugó un partido amistoso, en lugar de cesar totalmente la actividad? Tal vez la decisión final no se tomó hasta el último momento, o fue decisión unilateral de algunos de los contendientes previstos, o simplemente las entradas ya estaban vendidas y era necesario satisfacer del algún modo al público presente. No todos debían conocer la decisión de suspensión del torneo, ni todos estarían de acuerdo.

La explicación más probable es que la decisión de jugar o no se aplazó hasta el mismo domingo y que, llegado el momento, sólo dos de los cuatro equipos en liza estuvieron dispuestos a jugar. Estos serían el primer equipo del Baleares FC y el segundo equipo del Alfonso XIII FC, que debían disputar la quinta jornada de sus torneos respectivos y sus rivales, cuya identidad desconocemos, se negaron o no se presentaron a jugar. De ahí que, para satisfacer al respetable, se improvisase un amistoso entre ellos.

Desconocemos los emparejamientos previstos del torneo, pero de las cuatro jornadas jugadas hasta entonces podemos extraer algunas pautas. El torneo de primeros equipos lo disputaban nueve conjuntos y todos los contendientes habían jugado un partido, menos uno: el Baleares FC. Por tanto, por fuerza uno de los contendientes tenía que ser el conjunto blanquiazul. En cambio el torneo de equipos reservas lo disputaban ocho equipos y, en cuatro jornadas, todos llevaban un encuentro jugado. Así que concluir que uno de los contendientes era el reserva alfonsino en este caso es mera especulación, aunque parece lo más probable.

A priori parece abusivo emparejar un equipo titular contra un segundo equipo. Pero entonces esta práctica era habitual, sobre todo si el nivel de ambos resultaba ser parejo. En aquellos tiempos el nivel de los alfonsinos era brumadoramente superior al resto, desde el primer equipo a todo su fútbol base.

Cabe reseñar que al finalizar la Copa Ayuntamiento sendos equipos alfonsinos se alzaron con la victoria y de manera arrolladora: pleno de victorias, 93 goles a favor y uno en contra (48-1 y 45-0, respectivamente) y a gran distancia del segundo clasificado en ambos casos. Por tanto, el enfrentamiento entre el reserva alfonsino y el primer equipo balearico no hacía sino equilibrar las tornas, e incluso aumentar la expectación.

Imagen 5. Baleares FC, cuarto clasificado en la Copa Ayuntamiento-equipos reservas (Boletín informativo. Campo CD At. Baleares, marzo de 1960)

La disputa

De los diferentes diarios de la época tan solo uno, La Almudaina, se hizo eco del partido.[2] La crónica es más bien breve, pero muy elocuente de lo que allí se vivió:

“El domingo último se suspendieron los partidos del concurso Copa Ayuntamiento, con motivo del vil atentado contra el señor Dato. Pero así mismo en el campo de la Real Sociedad verificaron un partido amistoso el segundo equipo del Alfonso con el Baleares. Y la cosa terminó… así como termina frecuentemente el foot-ball en España: cachetes, mamporros, bofetadas y demás.

Hasta hubo de intervenir la Guardia Civil. Por algo se cuenta con la buena circunstancia de que el Cuartel de dicho cuerpo esté vecino al campo del Alfonso. ¡Es grande la cosa y no le vemos remedio por ahora! Cada jugador, cada espectador se convierte cualquier día en un temible Carpentier.[3] Y téngase en cuenta que a estos partidos se les denomina con el acariciador nombre de amistosos. ¡Pues ahí es nada si se hiciera un partido un poco bélico! ¡Ni el Marne![4]

No se menciona el resultado final del encuentro y es muy posible que ni tan siquiera acabara; ni tan siquiera sabemos cuántos minutos se jugaron, aunque algunas fuentes posteriores hablan de 2-1 a favor del reserva alfonsino.

A primera vista puede parecer que los sucesos vividos no distan en exceso de los acaecidos normalmente durante los partidos en aquel entonces; ciertamente, durante la disputa de los partidos de la Copa Ayuntamiento no fueron pocos los incidentes que se vivieron. Sin embargo, es muy probable que la tensión de este encuentro viniera precedida por un mar de fondo que convertía el encuentro en algo más que un partido de fútbol.

Hasta entonces la mayoría de rivales del Alfonso XIII FC habían sido secciones de fútbol de entidades de lo más variopinto: sociedades de socorro (La Protectora, Asistencia Palmesana y Unión Protectora Mercantil), de un club ciclista (Veloz Sport Balear) y otras finalidades (Español, Club Republicano y Cruz Roja), una fórmula que condicionaba su progreso como equipos de fútbol, siempre supeditado a la entidad principal y que ya se mostraba como anticuado y poco práctico.

Aparte del mismo Alfonso XIII FC, entre los participantes del torneo no había sociedades constituidas como clubes de fútbol genuinos… salvo una: el Baleares FC, cuyos progresos entonces ya eran evidentes. Los blanquiazules crecían rápidamente, solo unos meses después de su nacimiento en noviembre de 1920, y se mostraban como una entidad de potencial prometedor: la primera alternativa real y duradera a los alfonsinos. El paso del tiempo y la desaparición del resto de rivales les dieron la razón.

El siguiente enfrentamiento entre ambos clubes se dio, esta vez sí, durante la disputa de la Copa Ayuntamiento. En estos primeros partidos quedó claro que el nivel deportivo de los alfonsinos era avasallador y a años luz del resto: el 24 de abril se enfrentaron los reservas, con apabullante victoria de los bermellones (13-0); el 17 de julio fue el turno de los primeros equipos y terminó también con victoria alfonsina, aunque sin llegar a ser de escándalo (4-0).

Imagen 6. Veloz Sport Balear, tercer clasificado en la Copa Ayuntamiento-primeros equipos (Baleares, 15 de julio de 1920)

Conclusiones

A pesar de que fue concebida como una competición de carácter anual, la Copa Ayuntamiento no volvió a celebrarse. Aunque fue el principal torneo librado ese año en Mallorca y en cierto modo fue clave para impulsar la competición federada, que logró cuajar dos años después (1923).

Una vez finalizado el torneo quedó clara que la hegemonía deportiva del Alfonso XIII FC se mantenía incontestable. El club alfonsino logró pleno de victorias en ambos torneos; nada sorprendente, por otro lado. Nada había cambiado… o casi: el segundo puesto del torneo de primeros equipos se lo adjudicó el equipo outsider, el recién llegado: el Baleares FC. En apenas medio año de existencia el resultado logrado había sorprendido a propios y extraños. El tiempo confirmaría que no era algo casual ni circunstancial.[5] Incluso quedaron por encima del antaño todopoderoso Veloz Sport Balear, tercer clasificado, hito más simbólico que real pues para los velocistas este torneo fue su canto del cisne.

Después de la Copa Ayuntamiento todos los equipos participantes irían desapareciendo. En 1924 quedaba claro que Alfonso XIII FC y Baleares FC eran las principales referencias del fútbol local; el Veloz ya era residual y una sombra de lo que fue hasta desaparecer en 1926, el resto eran historia. La selección natural había hecho su cometido y permanecían los más fuertes. Los dos grandes.

Desde entonces bermellones y blanquiazules coparon la cumbre del fútbol palmesano como dominadores incontestables y protagonistas de una rivalidad que desde entonces no ha conocido pausa ni fin. Una jerarquía que no ha cambiado durante cien años y cuya primera muestra fue aquel partido improvisado un 13 de marzo, organizado de manera más o menos apresurada por el magnicidio del primer ministro Eduardo Dato. Fue la primera piedra de toque de una rivalidad que, poco a poco, fraguaba entre los aficionados y hoy que todavía se mantiene, más allá del terreno de juego y la clasificación deportiva.

Imagen 7. Trofeo de subcampeón de la Copa Ayuntamiento-primeros equipos (archivo personal)

Referencias

Bibliografía

Libros

AA.VV.: Llibre d’or del futbol català. Barcelona: Monjoia, 1928.

Font Martorell, Gabriel: El Club Deportivo Mallorca: historia de la institución decana del fútbol mallorquín. Palma: Cosmos, 1944.

García Gargallo, Manuel: Campeonatos regionales de Baleares. Orígenes y desarrollo 1900-1940. Madrid: CIHEFE, 2018.

García Gargallo, Manuel: L’Atlètic Balears (1920-1942): els primers anys d’una entitat centenària. Palma: Documenta Balear, 2020.

Pasamontes, Juan Carlos: R.S. Alfonso XIII. La cara oculta del Real CD Mallorca. 1916-1931. Palma: Edicions Cort, 2005.

Vidal Perelló, Miquel; Vidal Reynés, Jordi: Un siglo con el RCD Mallorca. 1916-2016. Palma: Comisión Centenario del Real Mallorca, 2016.

Prensa

La Almudaina (Palma, 1887-1953).

El Correo de Mallorca (Palma, 1910-1953).

El Día (Palma, 1921-1939).

La Última Hora (Palma, 1893).

Boletín

Domènech, Joaquim Maria: “La historia blanquiazul.” Boletín informativo. Campo CD At. Baleares. Palma: Bibiloni, 1959-1960 (3 números).

[1] Gabriel Font Martorell (1897-1965) fue miembro de la junta directiva de la RS Alfonso XIII FC y autor del primer libro de historia de la entidad mallorquinista: El Club Deportivo Mallorca: historia de la institución decana del fútbol mallorquín (1944), obra indispensable para conocer la historia de los primeros años del club.

[2] La Almudaina, 16 de marzo de 1921

[3] Georges Carpentier (1894-1975), boxeador francés. Campeón de Europa del peso medio (1912), semipesado y pesado (1913). Entre 1920 y 1922 fue campeón mundial del peso medio.

[4] El río Marne fue escenario de dos batallas cruciales al principio y al final de la Primera Guerra Mundial. La primera duró una semana (1914) y la segunda casi tres (1918), siendo de las más cruentas en cuanto al número de bajas en combate con 500.000 y 250.000 muertos (aprox.), respectivamente.

[5] El 4 de enero de 1925 el Baleares FC se impuso al Alfonso XIII FC en el campeonato regional de Mallorca de la temporada 1924-25. Fue la primera derrota del conjunto alfonsino ante un equipo de las Baleares y fue celebrado por los balearicos como una proeza y un banquete de celebración.




Fundición Carbonell y Mecánico: los orígenes del fútbol modesto en Mallorca

En Palma (Mallorca), ahora hace cien años, se celebró un partido nada convencional y que marcaría un hito en el panorama deportivo local. Fue un domingo 25 de abril de 1920 y se jugó en uno de los pocos espacios entonces hábiles para el juego, a pesar de carecer de medidas reglamentarias: el espacio central del Velódromo de Tirador de la capital balear.

Entonces en Mallorca el principal deporte de masas era el ciclismo. El fútbol, aún en pañales y falto de competición oficial —el ente federativo no llegaría hasta 1923, dependiente de la Federación Catalana de Fútbol— seguía siendo patrimonio de una minoría social privilegiada. Hacía cuatro años que se había fundado el primer club de fútbol estructurado como tal, la Real Sociedad Alfonso XIII Football Club (actual RCD Mallorca) en 1916, pero su actividad se reducía a celebrar amistosos con clubes de la península, organizar torneos para los equipos que surgían en la isla (todos efímeros y deportivamente débiles), así como torneos internos entre sus equipos de base. El panorama local no daba para más.

Por eso aquel partido, por su naturaleza, fue diferente a todos los demás celebrados hasta entonces. Se enfrentaban dos pequeños equipos. De un lado el Mecánico, formado por trabajadores de la compañía naviera Isleña Marítima, cuya sede se ubicaba en el puerto de la ciudad. Por otro lado, el equipo homónimo de la Fundición Carbonell, pequeña empresa siderúrgica ubicada en la zona llamada Hort d’en Moranta de la ciudad (actualmente avenida de Jaume III) y popularmente conocida como Can Salí.

[Imagen 1] Crónica del partido entre Mecánico y Fundición Carbonell (La Almudaina, 27 de abril de 1920)

[Imagen 1] Crónica del partido entre Mecánico y Fundición Carbonell (La Almudaina, 27 de abril de 1920)

La crónica del partido es muy breve y apenas expone nada más, aparte del resultado —ganaron los de Can Salí a los de la Isleña Marítima (2–1)— y que “jugaron duro” (sic), abundando en el tópico fácil al tratarse de jugadores de clase trabajadora, seguramente toscos pero más robustos, toda una novedad para quienes estaban acostumbrados hasta entonces a otro tipo de protagonistas en el terreno de juego.

La primera noticia de sendos equipos, Mecánico y Fundición Carbonell, se remonta a tres semanas antes (Última Hora, 3 de abril de 1920) y hablaba de su gestación, entre otros equipos de nuevo cuño, sin que el redactor de la noticia les diera relevancia añadida. Pero la tenían: a diferencia del resto eran equipos de carácter obrero y los primeros surgidos en la isla. Hasta entonces cualquiera de los deportes practicados con cierta regularidad en Mallorca eran patrimonio de las clases acomodadas, quienes disponían de los medios materiales y económicos, así como del tiempo necesario para practicarlos. Así que no cabe lugar a dudas de que el partido mencionado, a pesar de la escasa atención que entonces suscitó, marcó un hito en el fútbol local.

[Imagen 2] (Última Hora, 3 de abril de 1920)

[Imagen 2] (Última Hora, 3 de abril de 1920)

Así pues, el encuentro fue el primero que disputaron equipos de origen humilde. Ambos equipos, a diferencia del resto, apenas tenían medios. Carecían de material ni vestuario. Tampoco se registraron como club, pues ello requería un desembolso. Ni tenían directiva ni estatutos formales, no iban más allá de una organización mínima. Obviamente, el presupuesto debía ser mínimo. Todo indicaba que serían flor de un día, una probatura sin más consecuencias en un mundo ajeno a sus posibilidades; pero a largo plazo no fue un hecho aislado.

Unos meses después, la Real Sociedad Alfonso XIII FC organizó el llamado Concurso de verano, uno de los múltiples torneos que la entidad alfonsina organizaba desde su fundación para fomentar el fútbol local y de base (la RS Alfonso XIII FC no participó, ni siquiera con su filial, pues su nivel era muy superior al del resto de equipos). Se disputó entre agosto y noviembre de 1920 y se apuntaron siete equipos. Dos de ellos eran los pequeños conjuntos obreros: el Mecánico y el Mallorca (antes Fundición Carbonell, que cambió su nombre para dar cabida a jugadores externos a la factoría). Sendos conjuntos eran, sin duda alguna, los outsiders de la competición.

El Mallorca disputó un total de cinco encuentros con un bagaje de una victoria, un empate y tres derrotas, acabando vicecolista. Mientras tanto el Mecánico empató uno, perdió dos y fue excluido de la competición al abandonar el terreno de juego en el tercer partido por disconformidad con una decisión arbitral; ni siquiera pudo ser farolillo rojo. En suma, deportivamente el papel de ambos fue muy discreto; pero era la primera vez que competían en un torneo, en igualdad de condiciones y contra equipos con más medios y tiempo de entreno. El resultado era lo de menos.

Hay que recordar que el 1 de octubre de 1919 había entrado el vigor el llamado Decreto de la jornada de ocho horas, un avance considerable en materia de derechos sociales y laborales, lo cual permitió desde entonces a la clase trabajadora disponer de un tiempo libre hasta entonces impensable con jornadas de diez, once o más horas. De ahí surgió, entre otras opciones, la aspiración a la práctica deportiva como distracción, además de los beneficios físicos que la práctica de éste conllevaba. Además de un objetivo de mayor calado: la oportunidad de competir todos contra todos en igualdad de condiciones, sin distinción de clase ni privilegios. Es decir: el deporte como camino para derribar barreras sociales y de democratización del tiempo de ocio.

Por tanto, el partido jugado el 25 de abril de 1920 en el Velódromo de Tirador fue vehículo y síntoma de una revolución trascendental en Mallorca a nivel deportivo. No solo por la voluntad de los más humildes de incorporarse al fútbol como protagonistas activos, un medio hasta entonces vedado y solo accesible como espectadores (o ni siquiera eso): ahora también como protagonistas activos y, a largo plazo, como alternativa real.

El 14 (o 20, según las fuentes) de noviembre de dicho año ambos equipos dieron un paso definitivo para consolidar el nuevo estatus emergente. En una asamblea conjunta acordaron fusionarse y formar un nuevo club: el Baleares Football Club. Éste disputó su primer partido, también en el Velódromo de Tirador, el 21 de noviembre, ganando (5–0) al Veloz Sport Balear, un equipo antaño potente pero entonces todavía fuerte. El fenómeno se consolidaba y empezaba fuerte su andadura.

[Imagen 3] Primer partido del Baleares Football Club (La Almudaina, 23 de noviembre de 1920)

[Imagen 3] Primer partido del Baleares Football Club (La Almudaina, 23 de noviembre de 1920)

El nuevo club fructificó y creció de manera imparable. Llegó a convertirse en poco tiempo en una entidad social y deportivamente poderosa y la principal alternativa a la RS Alfonso XIII FC, cuya rivalidad fue legendaria… y lo sigue siendo, porque dicho club aún existe cien años después con el nombre de Club Deportivo Atlético Baleares y después de sobrevivir a múltiples vicisitudes. Curiosamente el Velódromo de Tirador, espacio que presenció el debut tanto de los dos pequeños equipos obreros como del nuevo club, también sobrevive y en proceso de rehabilitación como zona verde municipal.

Desde entonces son muchos los protagonistas que han desfilado por el club balearico. Pero su origen y precedente más remoto fue aquel partido jugado en el Velódromo de Tirador por los robustos trabajadores de Can Salí y los maquinistas de la Isleña Marítima, quienes no debían imaginar las consecuencias que aquel encuentro tendría para la evolución y desarrollo del fútbol local y que sigue vigente. Su atrevimiento, en un mundo deportivo fuertemente selecto y clasista, acabó dando frutos y mantiene su significado deportivo y social cien años después.




Los 50 años de la SCD Independiente Camp Redó (Palma). Un modesto tercero en discordia.

Presentación

Escudo actual de la SCD Independiente

Escudo actual de la SCD Independiente

La Sociedad Cultural y Deportiva Independiente (en catalán, Societat Cultural i Esportiva Independent) del barrio de Camp Redó (Palma, Mallorca), popularmente conocida como el Inde, es uno de los clubes más veteranos de la capital balear, solo por detrás de los dos grandes colosos de la ciudad: el RCD Mallorca (1916) y el Atlètic Balears (1920), situados a otro nivel social, deportivo e histórico. Después de la desaparición del tercer histórico en disputa, el CD Soledad (1930-2010), la brecha entre los grandes clubes y el resto se ha agrandado más si cabe, hasta el punto que no es hasta los años 60 que encontramos a otros clubes consolidados en la ciudad, aunque fundados a nivel de barrio y de pretensiones más modestas, pero que han ayudado a configurar el panorama futbolístico de la ciudad a pie de calle, más allá de la casi centenaria rivalidad entre Balearicos y Mallorquinistas. El Inde es uno de ellos, y sin duda uno de los más importantes.

Primer equipo de la SCD Independiente, 1967 (fuente: Fiesta Deportiva)

Primer equipo de la SCD Independiente, 1967 (fuente: Fiesta Deportiva)

Como queda dicho, la SCD Independiente ostenta el privilegio de ser uno de los clubes más veteranos de la ciudad, juntamente con el CF Patronat (1962), el Atlético Rafal (1965) y la UD Collerense (1967), por mencionar tan solo aquellos anteriores o contemporáneos del Inde. Y aún así, con matices: el CF Patronat no es propiamente un club deportivo, sino una sección de la popular entidad benéfica Patronat Obrer de Sant Josep; el Atlético Rafal cesó su actividad durante algunas temporadas en los años 70, y la UD Collerense se refundó en 1983 después de que el equipo original fuera absorbido por el RCD Mallorca en calidad de filial. En cambio, la SCD Independiente ha desempeñado su actividad durante medio siglo sin interrupción, sin vinculación con entidad alguna, y por supuesto sin desaparecer.

Fundación

Titular en prensa anunciando la creación de la SCD Independiente, 1967 (fuente: Fiesta Deportiva)

Titular en prensa anunciando la creación de la SCD Independiente, 1967 (fuente: Fiesta Deportiva)

El origen del club se remonta, realmente, a 1965. Ese año, en el barrio de Camp Redó se fundó el Club Deportivo Nidda, con sede social en el bar homónimo (hoy desaparecido) el cual respondía a la necesidad de contar con un club de barrio hasta entonces inexistente para una barriada en pleno crecimiento. El CD Nidda funcionó durante un par de años y, por causas que desconocemos, se refundó con el nombre actual durante el verano de 1967. Testimonio de ello se publicó en la revista Fiesta Deportiva (26 de agosto de 1967), en la que se publicaba un extenso reportaje acerca de la reciente creación de la Sociedad Cultural y Deportiva Independiente en el barrio de Camp Redó y aledaños.

Nota de prensa con la primera junta directiva del club, 1967 (fuente: Fiesta Deportiva)

Nota de prensa con la primera junta directiva del club, 1967 (fuente: Fiesta Deportiva)

Los primeros años. Entre Segunda y Primera Regional

Inicialmente la SCD Independiente compitió en el escalón más bajo del fútbol regional de Mallorca: la Segunda Regional (1967-68). Ese mismo año logró ascender a Primera y se mantuvo con apuros cinco años (1968-73) hasta descender. Nuevamente en Segunda disputó cinco temporadas más (1973-78).

Durante su nuevo periplo en Primera (1978-85) el equipo mejoró progresivamente su nivel y desde principios de los 80 dejó de competir para mantenerse. En la temporada 1984-85 obtuvo un resultado deportivo excepcional que le sirvió para ascender una categoría más, a Regional Preferente.

Años de madurez. Entre Primera y Regional Preferente

En la temporada 1985-86 compitió fugazmente en Preferente. Aunque tan solo fue una temporada, el club había dejado de jugar en Primera para evitar el descenso y ahora se mantenía sin problemas, esperando una nueva oportunidad para ascender a Preferente. Pasaron varios años más, pero la oportunidad llegó y se ascendió en la temporada 1993-94.

A partir de 1994 y hasta 2008 la SCD Independiente se convirtió en un equipo ascensor, jugando alternativamente entre Primera y Preferente. Apenas conseguía enlazar más de dos temporadas en la misma categoría sin que mediara un ascenso o un descenso de por medio.

Punto álgido. El ascenso a Tercera División

La temporada 2008-09 supuso un nuevo salto cualitativo del club. Situado entonces en Regional Preferente, el club tuvo un papel sorprendente: dejó de competir para mantener la categoría y se clasificó en cuarta posición, lo cual le dio derecho a disputar las eliminatorias de ascenso a categoría nacional: la Tercera División. Y lo logró.

Equipo de la SCD Independiente en Tercera División, 2009 (fuente: futbolbalear.es)

Equipo de la SCD Independiente en Tercera División, 2009 (fuente: futbolbalear.es)

La temporada 2009-10 vio a la SCD Independiente en la Tercera División, por primera y única vez, hasta el momento. Aunque siempre estuvo en los últimos puestos de la clasificación, hasta la última jornada tuvo opciones de salvar la categoría.

Vuelta a Preferente y crisis de resultados

A partir de entonces el equipo continuó jugando en Preferente, todavía fuerte deportivamente, pero sin suerte en las eliminatorias de ascenso a Tercera División que disputó de nuevo en las temporadas 2012-13 y 2013-14.

A partir de entonces sobrevino una crisis de resultados, agudizada por la progresiva degradación del campo que impedía un desarrollo normal del juego y un evidente agravio comparativo con el resto de clubes de la ciudad (véase más adelante). Todo ello provocó el descenso del equipo a Primera regional en la temporada 2014-15, y aunque se recuperó la Preferente en la 2015-16, conservar la categoría fue un auténtico suplicio durante la última temporada, la 2016-17. Incluso los equipos de la entidad se vieron obligados a competir de prestado en otros campos a causa de la imparable degradación del terreno de juego; pero en líneas generales, se consiguió salvar la temporada.

Para la temporada 2017-18 el equipo estrenará campo jugando en Regional Preferente, quinta categoría absoluta del fútbol español, al igual que el equipo femenino y todo el fútbol base.

Fútbol femenino

La SCD Independiente es uno de los equipos pioneros de la liga de fútbol femenino regional, creada en la temporada 1996-97. La sección nació en 1999 y se ha mantenido activa sin interrupción alguna. Su trayectoria solo es comparable a la del CE Algaida (1997), único superviviente de la liga fundacional; y a la UD Collerense (1999), aunque este último ha tenido una trayectoria deportiva mucho más relevante.

Las féminas han competido en la Liga Regional y posteriormente en la Liga Autonómica, tercer escalón del fútbol femenino nacional. De momento nunca han tenido posibilidades reales de ascender a la Segunda División e intentar el salto cualitativo que ya dieron otros equipos mallorquines en categoría nacional, con mejor o peor fortuna. Y sobra decir que las precarias condiciones del terreno de juego han sido un obstáculo crucial para ello.

El terreno de juego: la Antoniana

Noticia de la inauguración de La Antoniana, 2 de enero de 1935 (fuente: Correo de Mallorca)

Noticia de la inauguración de La Antoniana, 2 de enero de 1935 (fuente: Correo de Mallorca)

El terreno de juego de la SCD Independiente tiene una historia mucho más densa que la del club, ya que se remonta mucho antes de su fundación. A día de hoy La Antoniana (así se llama el campo, aunque hace años que dejó de pertenecer a quienes le dieron nombre) es el terreno de juego más antiguo de Palma con gran diferencia (1935), aunque esto no le ha servido para gozar de un trato preferente, como veremos más adelante.

El terreno de juego fue construido por la sociedad católica Juventud Antoniana, fundada en 1913 y con sección de fútbol desde 1917. En los años 30 mantuvo una cantera bastante potente y para su desarrollo construyó un campo adecuado a sus necesidades, que fue inaugurado el 1 de enero de 1935 con un partido entre los antonianos y el Athletic FC (actual CD Atlètic Balears), envite que fue ganado por los locales (4-2). Durante décadas sirvió a los antonianos, hasta que cambió de propietario (actualmente pertenece a la Universitat de les Illes Balears) y también fue sede de otros efímeros equipos de la barriada, entre ellos el primitivo CD Nidda y desde su creación la SCD Independiente (1967).

Precisamente al no tratarse de un campo de titularidad municipal estuvo excluido de la progresiva implantación de césped artificial en los terrenos de juego de la ciudad (casi todos municipales) desde finales de los años 90. Desde hace una década La Antoniana se convirtió en el único terreno de juego de la ciudad que seguía siendo de tierra. El agravio comparativo era evidente y de ello se resintió el club; no solo el primer equipo (muchos jugadores preferían jugar sobre hierba, como es lógico) y a nivel de resultados, sino todo el fútbol base y el funcionamiento de la entidad en cuanto a potencial deportivo, masa social y aficionados. Las protestas vecinales fueron constantes durante años, lo cual demostraba que el problema transcendía el ámbito competitivo: la función social del club en la barriada estaba en entredicho y la progresiva degradación del campo amenazaban con liquidar la entidad por dejadez e inanición.

Al fin, después de múltiples protestas y retrasos, el Ayuntamiento acometió la reforma del campo para la instalación de césped artificial durante el mes de mayo de 2017. Así pues, la SCD Independiente podrá celebrar su medio siglo de vida de la mejor manera: estrenando superficie de juego.

Conclusión

La Sociedad Cultural y Deportiva Independiente Camp Redó es, sin que el propio club tenga conciencia de ello, uno de los clubes de referencia de Palma y de mayor renombre (salvando a los colosos Real Mallorca y Atlètic Balears) a nivel de fútbol modesto y formativo. Nunca ha tenido un papel de primer nivel (salvo la temporada en Tercera División antes mencionada) en el fútbol masculino ni femenino; pero es asombrosa su regularidad: desde su fundación no ha faltado ni una sola vez a la cita en 50 temporadas de competición masculina ni en 20 de la femenina, así como su capacidad de supervivencia en una de las barriadas tradicionalmente más deprimidas y desatendidas de la ciudad. Su papel de punto de encuentro barrial va más allá de la mera práctica del deporte de la pelota y lo han convertido en una referencia deportiva y social. De ahí su solidez, a pesar de obstáculos y carencias, acostumbrado a sobrevivir al límite. Y de ahí las movilizaciones para conseguir que su terreno de juego sea, a día de hoy, uno de los más modernos de Palma.

Finalmente, conseguido el césped artificial y con medio siglo de vida a sus espaldas, el futuro del Inde se presenta esperanzador a todos los niveles: masculino y femenino, fútbol base y formativo, y como punto de referencia de un barrio que prácticamente ha nacido y crecido a su alrededor.

Clasificación histórica (equipo masculino)

Temporada

Categoría

Clasificación

1967-68

2ª Regional, Gr. C

5º (asc.)

1968-69

1ª Regional

14º

1969-70

1ª Regional

1970-71

1ª Regional

10º

1971-72

1ª Regional, Gr. B

14º

1972-73

1ª Regional

16º (desc.)

1973-74

2ª Regional

13º

1974-75

2ª Regional

1975-76

2ª Regional

14º

1976-77

2ª Regional

1977-78

2ª Regional

3º (asc.)

1978-79

1ª Regional

12º

1979-80

1ª Regional

12º

1980-81

1ª Regional

14º

1981-82

1ª Regional

14º

1982-83

1ª Regional

1983-84

1ª Regional

1984-85

1ª Regional

3º (asc.)

1985-86

Reg. Preferente

18º (desc.)

1986-87

1ª Regional

14º

1987-88

1ª Regional

11º

1988-89

1ª Regional

1989-90

1ª Regional

11º

1990-91

1ª Regional

1991-92

1ª Regional

1992-93

1ª Regional

1993-94

1ª Regional

3º (asc.)

1994-95

Reg. Preferente

16º

1995-96

Reg. Preferente

20º (desc.)

1996-97

1ª Regional

11º

1997-98

1ª Regional

2º (asc.)

1998-99

Reg. Preferente

17º

1999-00

Reg. Preferente

19º (desc.)

2000-01

1ª Regional

11º

2001-02

1ª Regional

2º (asc.)

2002-03

Reg. Preferente

14º

2003-04

Reg. Preferente

16º

2004-05

Reg. Preferente

20º (desc.)

2005-06

1ª Regional

13º

2006-07

1ª Regional

1º (asc.)

2007-08

Reg. Preferente

11º

2008-09

Reg. Preferente

4º (asc.)

2009-10

3ª División

18º (desc.)

2010-11

Reg. Preferente

2011-12

Reg. Preferente

12º

2012-13

Reg. Preferente

2013-14

Reg. Preferente

2014-15

Reg. Preferente

19º (desc.)

2015-16

1ª Regional

1º (asc.)

2016-17

Reg. Preferente

18º

2017-18

Reg. Preferente

Clasificación histórica (equipo femenino)

Temporada

Categoría

Clasificación

1999-00

Regional

2000-01

Regional

2001-02

Regional

2002-03

Regional

2003-04

Regional

2004-05

Regional

2005-06

Regional

2006-07

Regional

2007-08

Regional, Gr. A

2008-09

Regional, Gr. A

5º (asc.)

2009-10

Autonómica

2010-11

Autonómica

11º

2011-12

Autonómica

11º

2012-13

Autonómica

2013-14

Autonómica

2014-15

Autonómica

2015-16

Autonómica

2016-17

Autonómica

2017-18

Autonómica

(asc.) = ascenso

(desc.) = descenso

Para saber más:

– Entrada en la Wikipedia, https://es.wikipedia.org/wiki/Sociedad_Cultural_y_Deportiva_Independiente_(Camp_Redó)

– Perfil en Facebook, https://www.facebook.com/scdindependiente.campredo

– Perfil en Twitter, https://twitter.com/ScdInde

Fuentes:

– Fiesta Deportiva, 26 de agosto de 1967.

– García Gargallo, Manuel: El camp de l’Antoniana. 80 anys d’història ciutadana. Última Hora, 20 de octubre de 2015 (catalán).

– Fútbol Balear, www.futbolbalear.es

– Mallorca regional, http://mallorcaregional.blogspot.com.es/




El Veloz Sport Balear, decano del fútbol balear

Antecedentes ¿qué era el Veloz Sport Balear?

El 1 de septiembre de 1896 se fundó en Palma (Mallorca) la sociedad Veloz Sport Balear, entidad trascendental en el desarrollo de la práctica deportiva en las Islas Baleares. Fue creada como una entidad dedicada al fomento del ciclismo, deporte que en aquellos años se había convertido en la más importante manifestación deportiva de Mallorca. Y así fue, salvo en las últimas décadas (hoy sobrevive aún, como un humilde club social); y también en sus primeros años, como veremos a continuación.

Escudo del Veloz Sport Balear (1915)

Escudo del Veloz Sport Balear (1915)

A finales del siglo XIX el deporte en las Islas Baleares era un exótico privilegio para clases acomodadas y se reducía a una práctica minoritaria, ociosa (poco o nada competitiva) y falto de un calendario de competición estable. Sin duda el deporte rey era el ciclismo (y lo siguió siendo durante varias décadas más); pero adolecía de unos altibajos en su práctica que desandaban los progresos logrados anteriormente. Las irregulares apetencias de sus practicantes, que se organizaban por moda o placer, eran el principal obstáculo para la implantación de una práctica deportiva regular. Si acaso la principal emoción estribaba en la rivalidad con el otro club velocipédico de la capital palmesana: el Círculo Ciclista, sociedad fundada unos meses después, en 1897. Los derbis entre los miembros de ambas entidades eran la principal emoción de una práctica deportiva incipiente basada en el ocio y la recreación.

Esta tónica era intrínseca de los socios del Veloz Sport Balear (a partir de ahora VSB); aunque practicaban habitualmente el ciclismo, con frecuencia hacían incursiones en otros deportes según sus apetencias. Así fueron haciendo incursiones en otras manifestaciones deportivas y recreativas a medida que éstas llegaban a las islas, lo cual también contribuía a tapar el vacío que dejaba el ciclismo cuando abandonaban su práctica. Esta tónica también fue propia de su principal rival: el Círculo Ciclista, sociedad fundada meses después, en 1897.

Este estado de cosas en el VSB se oficializó en 1903 cuando los estatutos modificaron la finalidad de la sociedad al sustituir el fomento del ciclismo por el deporte en todas sus formas. No hablamos de una modificación casual y tampoco es una fecha casual: pocos meses antes el fútbol había llegado a Mallorca y su práctica empezaba a hacer furor entre los deportistas de la isla; entre ellos los socios del VSB), que pronto se organizarían como equipo de fútbol. Podemos decir que fue el balompié quien dio el empuje definitivo a la regularización de un estado de cosas ya cotidiano.

El Velódromo del Tirador

Poco después de su fundación en 1896 la sociedad velocista adquirió unos terrenos para la construcción de un velódromo a las afueras de la ciudad (todavía circundada por las murallas medievales) en una zona de denominada El Tirador. Las obras empezaron a finales de 1898 y, después de sufrir varias interrupciones, el flamante Velódromo del Tirador (tomó el nombre de paraje, sin más) se inauguró solemnemente el 10 de agosto de 1903. Rápidamente adquirió el rango de principal pista ciclista de España por sus excelentes condiciones para su práctica y hasta su clausura (en 1973) albergó más de 80 campeonatos de España en pista en todas sus modalidades.

Vista del Velódromo del Tirador (Palma) en 1913

Vista del Velódromo del Tirador (Palma) en 1913

Pero además Tirador se convirtió en el centro neurálgico de la práctica deportiva en la ciudad, pues el espacio central rodeado por la pista (técnicamente denominado pelouse) y las gradas que la circundaban lo hacían ideal para cualquier deporte, tanto como protagonista como de espectador. En cuanto entró en funcionamiento Tirador disparó la actividad polideportiva del VSB y en poco tiempo se construyeron en terrenos anejos al velódromo una pista de patinaje, otra de tenis (ambas en 1904) y un campo de tiro (1905). Aparte del ciclismo en años sucesivos allí se desarrollaron competiciones de motociclismo, atletismo, patinaje, baloncesto, tiro al pichón, boxeo o colombofilia. Incluso elevaciones de globo aerostático, actuaciones musicales y actos festivos de cualquier signo. En definitiva, Tirador fue el principal espacio al aire libre durante décadas para actos deportivos y eventos sociales de Palma. Entre ellos el fútbol, a pesar de que la superficie de la entrepista no era suficientemente amplia para acoger un campo de medidas reglamentarias y fue un lastre importante (si no el que más) para el desarrollo óptimo del juego durante estos años.

Llegada del fútbol a Mallorca

En los primeros días de 1903 llegó el fútbol a Palma con la visita de un grupo de estudiantes universitarios barceloneses que, circunstancialmente y para la ocasión, se denominaron Club Barcelonés y jugaron tres partidos contra otro combinado mallorquín formado por socios del Círculo Ciclista. Para ello se fundó el primer equipo de la historia de Baleares: el Club España, sección de fútbol del Círculo Ciclista, que como hemos dicho era la entidad rival del VSB. Hasta la inauguración del Velódromo del Tirador los partidos de fútbol se jugaron en la entrepista del Velódromo de Son Espanyolet, pista de dimensiones y estructura más modesta que el futuro Tirador y que utilizaba el Círculo Ciclista en régimen de alquiler para sus socios.

La rivalidad Círculo Ciclista-VSB hacía inevitable que ambas entidades acabasen midiendo sus fuerzas también en el plano futbolístico; pero los velocistas no pudieron organizarse hasta agosto de 1903, cuando la inauguración de Tirador fue un hecho consumado. Por fin, en septiembre del mismo año la sección de fútbol del VSB daba sus primeros pasos. Gradualmente el conjunto velocista fue recortando la ventaja que tenía el Club España en calidad de equipo decano y más rodado; a su lado otros equipos de la época, faltos de medios y sin organización, apenas podían rivalizar con ellos y desaparecían tras breve vida.

El primer campeonato de Mallorca (1903-04)

Fruto de la creciente afición, el Club España decidió organizar el primer campeonato de Mallorca del que tenemos noticia; pero no fue disputado en su campo (Son Espanyolet) sino en el de su rival (Tirador), señal de que la pista recién inaugurada reunía unas condiciones mucho más favorables para el juego. El torneo fue disputado entre cuatro equipos de Palma y se impuso el VSB, culminando así el sorpasso deportivo a su rival. Dada la bisoñez de todos los protagonistas, la competición no estuvo exenta de polémicas: el Club España se retiró a medio torneo por una cuestión de polémica arbitral, dejando en bandeja el campeonato al VSB. De fondo subyacía la rivalidad entre ambas sociedades y, cómo no, la supremacía en el nuevo deporte de moda. En cualquier caso, los velocistas tomaban la delantera y ya no soltarían el testigo.

En octubre del mismo año se disputó en el Velódromo del Tirador el primer partido en Mallorca contra un equipo de la escuadra militar inglesa, el HMS Isis. Este tipo de partidos eran muy habituales en los diferentes puertos españoles dado el alto nivel conseguido por algunas tripulaciones británicas, por aquél entonces todavía superiores al primitivo nivel técnico del incipiente fútbol español. El VSB encajó una derrota (1-4) que ponía en evidencia el todavía discreto nivel del naciente fútbol insular. Y lo que es peor: en lugar de animar a sus practicantes a mejorar su juego los desanimaba hasta el abandono fácil, una actitud que se repetiría año tras año.

Fruto de esta desazón el Club España desapareció a finales de 1904, lo cual dejó al VSB como único referente futbolístico de la isla y de mucho el más potente enfrente de humildes conjuntos que aparecían y desaparecían sin ofrecer resistencia. Esto y la falta de alicientes hicieron que la afición decayese y el propio VSB muriera de éxito, cesando también su actividad hacia febrero de 1905 y con ello del incipiente fútbol insular.

Interín (1905-08)

Equipo del Veloz Sport Balear, campeón de Mallorca y subcampeón de Baleares (1909)

Equipo del Veloz Sport Balear, campeón de Mallorca y subcampeón de Baleares (1909)

Durante los cuatro años siguientes la actividad futbolística en Mallorca fue prácticamente nula. Solo hubo dos asomos de reactivación sin continuidad: en mayo de 1907, con un partido de homenaje al recién nacido heredero de la Corona entre dos combinados del VSB; y en febrero de 1908, con un partido del VSB contra un equipo de torpederos ingleses, saliendo ampliamente derrotados los locales (4-7).

Segunda etapa (1908-09)

A mediados de 1908 el presidente y fundador del VSB, Miquel Mestre Font, dejaba el cargo. Ello coincidió con un verano en el que la afición al fútbol renació espontáneamente, fruto de los habituales vaivenes en las preferencias de los deportistas en función de modas o apetencias. Fuera por esto o por el cambio de presidente, la sección de fútbol del VSB se reactivó de nuevo colocándose nuevamente a la vanguardia del movimiento futbolístico (tampoco había con quien rivalizar, todo sea dicho). En octubre volvían los entrenamientos al Velódromo del Tirador y al mes siguiente la sociedad anunciaba la organización de un nuevo campeonato que se disputó entre diciembre de 1908 y enero de 1909 con el concurso de cinco equipos: cuatro de Palma y uno de Mahón, lo cual convierte a esta competición en la primera de ámbito balear. El VSB se proclamó campeón de Mallorca por segunda vez, pero perdió la final de Baleares a doble partido contra el Club Mahonés jugada en el Velódromo del Tirador el 31 de enero y el 2 de febrero de 1909 (1-0 y 2-1). La competición fue un éxito de público; pero volvió a reinar la indolencia, la falta de previsión y en poco tiempo la actividad futbolística quedó de nuevo reducida a partidos puntuales y sin continuidad.

Interín (1909-13)

Durante estos años el fútbol en las islas se redujo a algunos partidos aislados con un denominador común: el actor principal era siempre el VSB, que no tenía rival a nivel local ante numerosos conjuntos efímeros y escaso potencial, pero que ante rivales exteriores era vapuleado sin contemplaciones. Estas fueron sus actuaciones más destacadas:

Partidos benéficos

– Pro damnificados de los terremotos de Messina y Reggio (Italia) que había arrasado sendas ciudades el 28 de diciembre de 1908. Se jugó en enero de 1909 entre dos combinados del VSB.

– Pro soldados mallorquines destinados en la guerra de Marruecos dentro de un festival deportivo celebrado en febrero de 1912. Se organizaron carreras pedestres, ciclistas y un partido de fútbol entre el VSB y el España (un equipo pergeñado para la ocasión que nada tenía que ver con el anterior Club España).

Semana Deportiva (1909-11)

El VSB como una de las sociedades más destacadas en su época participó activamente en las tres ediciones de la denominada Semana Deportiva, evento de carácter ferial, lúdico y deportivo celebrado por Fomento del Turismo en Palma entre 1909 y 1911. Los velocistas, aparte de las indispensables carreras ciclistas también organizaron un partido de fútbol en cada una de las tres ediciones. En las dos primeras ediciones se jugó en el Velódromo del Tirador sendos partidos entre dos combinados del VSB. En la edición de 1911 hubo cambio de escenario y de protagonistas: el VSB jugó en el la explanada del muelle contra el FC Palma, otro de tantos efímeros rivales que se enfrentaron a los velocistas. En esta ocasión se jugó en un espacio de medidas reglamentarias, pero fue algo puntual y no supuso ningún precedente de cara a conseguir un campo de juego más adecuado.

Torneo del Centro Instructivo (Inca) (1910)

A principios de 1910 el fútbol enraizó temporalmente en la vecina ciudad de Inca a través de la sociedad Centro Instructivo. Ello les empujó a organizar un torneo que se disputó en el Velódromo del Tirador, posiblemente para facilitar la participación de equipos palmesanos. Jugado entre mayo y junio de 1910 con cinco equipos, fue tácitamente uno más de los campeonatos oficiosos disputados estos años a pesar de no llamarse como tal. Se interrumpió cuando estaba a punto de finalizar por motivos desconocidos cuando el VSB era virtualmente campeón y demostraba (una vez más) su superioridad.

Fiestas Constantinianas (1913)

El Velódromo del Tirador fue escenario de los actos deportivos de las Fiestas Constantinianas, celebradas por el Obispado de Mallorca en conmemoración del Edicto de tolerancia religiosa promulgado por el emperador Constantino el Grande en el año 313 DC. Disputóse un torneo de fútbol entre marzo y abril de ese año con equipos escolares (en el ámbito escolar el fútbol ya había cuajado) y concluyó con un partido entre dos combinados del VSB.

Partidos contra escuadras navales extranjeras (1910-13)

Equipo del Veloz Sport Balear durante las Fiestas Constantinianas (1913)

Equipo del Veloz Sport Balear durante las Fiestas Constantinianas (1913)

La piedra de toque que calibraba el nivel real del fútbol insular eran los partidos contra los equipos de escuadras navales extranjeras. En ellos el VSB, año tras año, salia escaldado sin remisión:

– Contra el británico HMS Cumberland (0-4) en octubre de 1910.

– Contra el británico HMS Essex (0-5) en abril de 1911.

– Contra el alemán SMS Hansa (0-5) en septiembre de 1913.

Estas derrotas venían seguidas de largos periodos de inactividad y de desánimo, lo cual mostraba que el estamento futbolístico isleño adolecía de un estado tan frágil como intermitente y de una nula visión organizativa para el desarrollo de la práctica futbolística.

Tercera etapa (1913)

Entre 1913 y 1917 fue presidente del VSB Ignasi Seguí Solivelles (1869-1943), quien dio una pujanza a la sociedad hasta entonces inaudita. Durante su mandato el VSB adoptó un carácter polifacético al incorporar actividades de carácter artístico (en 1915 absorbió el Círculo de Bellas Artes) y el velódromo acogió cada año los campeonatos de España y Baleares de ciclismo en pista sin apenas interrupción. Esto convirtió al Tirador en el baluarte del ciclismo español y, de facto, al VSB en la sociedad ciclista más poderosa del Estado.

Seguí, en su afán por convertir al VSB en una entidad puntera en todos los ámbitos, también se preocupó por el fútbol. Así, a finales de 1913 el VSB organizó un nuevo Campeonato de Baleares. Un tanto descafeinado, porque se inscribieron nueve equipos; pero únicamente de Palma. Fue interrumpido cuando el VSB iba líder para que los velocistas disputaran dos partidos contra el Athletic Foot-Ball Club de Sabadell. Se trataba del primer club peninsular que jugaba en el archipiélago y la expectación era enorme. Los resultados obtenidos (2-4 y 1-5) desalentaron a los jugadores y, una vez más, el desánimo cundió. Tanto fue así que el Campeonato de Baleares no se reanudó y el VSB finiquitó esta etapa después de apenas unos meses. Nuevamente cundía la apatía y las fuerzas vivas se desperdigaban ante el mínimo obstáculo.

Interín (1913-15)

Durante casi dos años la afición estuvo nuevamente inactiva y no aparecía nadie más, aparte del VSB, que agarrara el testigo. Para reanimar la situación en abril de 1915 el VSB trajo a otro equipo peninsular: el Regional Foot-Ball Club de Valencia, que disputó dos partidos en el velódromo: uno contra el VSB y otro contra el Palmesano FC (otro conjunto que fue flor de un día). Ambos equipos fueron vapuleados (1-7 y 1-6) y como era de esperar el desánimo persistió.

Cuarta etapa (1915-17)

Equipos del Veloz Sport Balear (camisetas lisas) y del CS Manresa (camisetas a rayas) durante un partido en el velódromo del Tirador (1916)

Equipos del Veloz Sport Balear (camisetas lisas) y del CS Manresa (camisetas a rayas) durante un partido en el velódromo del Tirador (1916)

A finales de 1915 hubo un nuevo repunte de la práctica futbolística en Palma (tan aleatorio e inconstante como los anteriores) y el VSB aprovechó para organizar un nuevo Campeonato de Baleares que se celebró entre diciembre de 1915 y mayo de 1916 con participación de ocho equipos (siete de Palma y el campeón de Menorca, el Mahón FC). El VSB participó con dos equipos, el Veloz (primer equipo) y el X (segundo o reserva). Ambos equipos velocistas se impusieron claramente en la fase de Mallorca: el primer equipo campeonó y el X quedó segundo. Posteriormente, en la final del Campeonato de Baleares el VSB se proclamó campeón por renuncia del campeón de Menorca, el Mahón FC. Nuevamente hubo polémica, ya que los mahoneses acusaron a los velocistas de reforzarse con jugadores peninsulares poco antes de la final. Una vez más, la falta de una norma federativa, la improvisación y la arbitrariedad impidieron celebrar una competición en condiciones.

A rebufo del éxito de público, durante el campeonato el VSB concertó dos partidos interregionales contra el Centro de Sports Manresa, el primero en Palma (marzo) y dos más en Manresa (abril): sin saberlo, esta sería la primera y última incursión del VSB fuera de la isla.

El principio del fin: nacimiento de la RS Alfonso XIII FC (1916)

Mientras se jugaba el Campeonato de Baleares aconteció un hecho clave: en febrero de 1916 se fundó en Palma un nuevo club, la Real Sociedad Alfonso XIII Foot-Ball Club (actual RCD Mallorca), hecho que supuso el principio del fin del VSB como dominador del fútbol en Mallorca. El club alfonsino nació con una planificación que el VSB, hasta entonces, no había sido capaz de implementar para desarrollar efectivamente el fútbol como deporte moderno: lograr un terreno de juego de medidas reglamentarias, organización de preparación física y táctica específica para el deporte de la pelota y establecer un calendario regular de partidos. Ni más ni menos; pero funcionó.

Pronto surgió la rivalidad entre ambas sociedades por ostentar el dominio futbolístico en Mallorca: la RS Alfonso XIII estrenó su campo de Buenos Aires con un partido contra el reserva del FC Barcelona (0-5) y le llegaban efectivos humanos de toda la ciudad… incluidos jugadores del VSB. La fricción entre ambas sociedades estaba servida.

Paralelamente al Campeonato de Baleares y aprovechando el renacimiento de la afición futbolística, el VSB organizó otro torneo llamado Copa Darder Hermanos entre marzo y junio de 1916 para segundos equipos, es decir, filiales o de base. Se inscribieron nueve equipos, entre ellos uno vinculado al VSB (teóricamente, el favorito) y cuatro de la RS Alfonso XIII FC. Tanto el campeón como el subcampeón fueron equipos vinculados a los alfonsinos, mientras el equipo velocista se conformaba con la tercera plaza. Estaba claro que la recién fundada RS Alfonso XIII FC progresaba a pasos agigantados y acechaba el dominio de los velocistas. El choque de trenes era inevitable.

Y las hostilidades estallaron en el primer partido entre sus equipos titulares, un 28 de mayo de 1916, en el campo de Buenos Aires propiedad de la RS Alfonso XIII FC, que acabó abruptamente antes del descanso (1-0 para los alfonsinos) con una monumental batalla campal entre los jugadores de ambos equipos y el público por medio. Ante estos hechos el VSB, ante los crecientes problemas que la sección le estaba dando, decidió cortar por lo sano y disolvió la sección de fútbol poco después. Parte de sus jugadores fueron a parar al mismo club alfonsino y el resto se reorganizaron al calor de otra sociedad palmesana de carácter recreativo: La Veda. Aún así, el fútbol no desapareció del todo del seno del VSB: se mantuvieron un par de equipos de base, pero fuera de la primera fila competitiva. Ambos desaparecieron definitivamente hacia abril de 1917.

La Veda (1916-17)

Como hemos comentado, cuando la sociedad VSB decidió cerrar la sección de fútbol parte de los jugadores se decantaron por emigrar al equipo alfonsino; sin embargo, otros, prefirieron seguir haciéndoles frente cobijados bajo otra entidad: La Veda, sociedad recreativa fundada en 1900 dedicada a la caza y el tiro (avatares de la vida: en 1976 La Veda y el VSB se unieron en una sola sociedad para sobrevivir, y así hasta hoy).

Pronto quedó claro que La Veda apostaba fuerte por la sección. En agosto de 1916 ya se habían organizado dos equipos; en noviembre la sociedad ya disponía de un terreno de juego de medidas reglamentarias, que fue estrenado un mes después contra un viejo conocido: el CS Manresa (que se impuso en ambos encuentros) al que los vedistas le devolvieron la visita en enero de 1917. Desde marzo del mismo año la sociedad incorporó un tercer equipo, posiblemente con los restos del fútbol base del VSB que dejó de competir justo en esas fechas. Los ex-velocistas, ahora vedistas, enfilaban un futuro prometedor y todo indicaba que serían una firme alternativa a la emergente RS Alfonso XIII FC.

Campeonato de Mallorca (1917)

Pero cuando mejor pintaban las cosas, la inconstancia y la debilidad ante las dificultades hicieron nuevamente mella cuando la RS Alfonso XIII organizó el Campeonato de Mallorca entre abril y mayo de 1917. Solo se apuntaron cuatro equipos: dos de la RS Alfonso XIII y dos de La Veda (titular y reserva respectivamente). Sería un duelo en la cumbre entre ambos; pero el campeonato no acabó porque los equipos de La Veda se retiraron antes de finalizar cuando perdieron toda opción de ganar el torneo. Y no solo eso: a los pocos días, la sección de fútbol de La Veda dejaba de existir.

Interín (1917-1920)

Equipo del Veloz Sport Balear (1920)

Equipo del Veloz Sport Balear (1920)

Volviendo al VSB, entre 1917 y 1921 fue presidente Joaquim Pascual Pujol (+1922) quien intentó continuar la gestión de su predecesor caracterizada por el fomento de actividades artísticas y culturales, así como la organización de los campeonatos de España y Baleares de ciclismo con una periodicidad casi anual. Pero a diferencia de aquél no mostró interés por mantener otras secciones deportivas aparte del ciclismo hasta bien avanzado su mandato (a mediados de 1920) y el fútbol en la sociedad velocista quedó aparcado durante tres años. Periodo que sirvió a la RS Alfonso XIII FC para consolidarse sin oposición y marcar distancias, pues no surgió alternativa alguna que les hiciese sombra.

Quinta etapa (1920-22)

A principios de 1920 el fútbol resurgía con fuerza en Mallorca. Una vez más, pues todavía sin organización federativa y sujeto a constantes vaivenes, en las islas tan pronto se vivían momentos de euforia como de total apatía. Fruto de este momento de auge, en abril de 1920 el VSB decide recuperar la sección y poco después el equipo ya jugaba a razón de un partido semanal: un nivel de actividad acorde con la febril actividad futbolística del momento, pero mucho más intenso que en etapas anteriores de la sección. Tal es la actividad que el VSB forma dos conjuntos: el primer equipo (Veloz), el filial o reserva (Sport) y pretende formar un tercero (que, evidentemente, se hubiese llamado Balear) que no llega a formarse.

El VSB se inscribió en la Copa Ayuntamiento, competición disputada entre febrero y julio de 1921 que fue el torneo más importante de aquellos años pre-federativos con el concurso de nueve equipos de la capital. Fue organizada por la RS Alfonso XIII y se jugó en su campo de Buenos Aires, demostrando los alfonsinos una superioridad aplastante sobre el resto de rivales. A pesar de eso, el VSB hizo un buen papel: el primer equipo quedó tercero (perdió el segundo puesto en la última jornada en favor del Baleares FC) y el filial fue subcampeón en el torneo de equipos reservas. Pero de nuevo la sección pecó de irregularidad y dejó de funcionar al poco de finalizar la competición.

Interín (1921-24)

En esta ocasión la desaparición de la sección de fútbol tuvo su razón de ser: la crisis institucional que padeció el VSB a causa de la descalificación del Velódromo del Tirador por la UVE (Unión Velocipédica Española) entre octubre del 1921 y marzo del 1925 (las razones son complejas y exceden los objetivos del presente artículo) que privaron a la entidad de seguir organizando pruebas ciclistas oficiales y de primer nivel. Es muy posible que la entidad en bloque se viese afectada por una sentencia que cercenaba de raíz su principal actividad y, de rebote, el resto de secciones dejasen de funcionar con normalidad, presa del desánimo y del desconcierto.

Lo peor de todo fue que este golpe coincidió con el despegue definitivo de la actividad futbolística de Mallorca. Entre 1921 y 1923 afloran en Mallorca las primeras sociedades exclusivamente futbolísticas, debidamente organizadas y disciplinadas, así como los primeros campos con medidas reglamentarias. El VSB, sumido en el desánimo y el desconcierto, permaneció al margen de este proceso y quedó irremisiblemente descolgado en un momento clave.

Sexta y última etapa (1924-26)

A principios de 1924 el equipo de fútbol del VSB vuelve a existir. La sanción de la UVE seguía vigente y le impedía celebrar cualquier tipo de prueba ciclista, así como sancionar a aquellos que tomasen parte en ellas. De resultas de ello el VSB vuelve a adoptar una táctica de diversificación para reactivar la actividad deportiva del Velódromo del Tirador, que había permanecido prácticamente desierto desde entonces.

Pero los tiempos ya eran muy diferentes: en 1923 se había organizado el denominado Comité Provincial Balear, organismo federativo vinculado a la Federación Catalana de Fútbol, que organizaba los campeonatos insulares de Mallorca y Menorca (en Ibiza y Formentera apenas hubo organización federativa hasta mucho después). Detrás de él ya existía una jerarquía de clubes consolidada en Mallorca, encabezada en Palma por el RS Alfonso XIII (actual RCD Mallorca) y el Baleares FC (actual CD Atlètic Balears) con medios y afición crecientes, además de otros pequeños clubes como el Regional FC, el Athletic FC o el Mediterráneo FC entre otros muchos. Abrirse paso para volver a un primer plano deportivo se había convertido en una tarea casi imposible para el VSB nada iba a ser como antes.

En esta etapa el VSB solo alcanza a jugar partidos amistosos contra equipos pequeños. Nunca llega a federarse (por tanto, jamás ha disputado un partido de liga) y en todo momento estuvo lejos del nivel de los grandes equipos, con quienes no disputa ningún enfrentamiento directo. El equipo fue espaciando gradualmente sus intervenciones durante 1925 y, aunque llegó a disputar un último partido contra un equipo de la escuadra inglesa (2-4), nunca se mostró fuerte.

Equipo del Veloz Sport Balear (1925)

Equipo del Veloz Sport Balear (1925)

A principios de 1926 llegó su última oportunidad: la sociedad velocista barajó adquirir un terreno de juego reglamentario cercano al velódromo; pero la sanción que pesaba sobre el VSB ya había sido levantada y el ciclismo volvía a ser pujante: las prioridades estaban claras. La compra no se materializó y esto fue la puntilla para una sección que agonizaba. Sus últimos partidos datan de febrero y poco después desapareció definitivamente. A partir de entonces el VSB se convirtió, ahora sí, en una sociedad eminentemente ciclista. Objetivo para el cual nació y en el que mantuvo un papel de liderazgo hasta los años 60.

Epílogo

A principios de 1942 el VSB dio un giro a su política interna y decidió reimpulsar la creación de secciones deportivas para compensar una crisis temporal que sufría la organización de pruebas ciclistas en el velódromo. Fueron creadas las secciones de baloncesto, hockey sobre patines y volvieron a celebrarse espectáculos artísticos en la pista (entre otros actuó Pepe Marchena); pero el fútbol ya no apareció. El vigor que tenía la competición futbolística y la pujanza de los clubes de fútbol de la ciudad hacían imposible el retorno del VSB a un primer nivel competitivo: no había espacio que ocupar, ni siquiera en un segundo plano. Al poco tiempo el ciclismo volvió por sus fueros y recuperó la exclusividad (tan solo resistió el baloncesto, hasta desaparecer en 1946). No fue hasta los años 90 que el VSB tuvo sendos equipos de voleibol masculino y femenino; pero los tiempos ya eran muy distintos. En cualquier caso, el fútbol no volvió nunca más al seno del VSB.

Conclusiones

El VSB fue el conjunto de fútbol más poderoso de Mallorca durante más de una década, de 1903 a 1916 (Menorca fue otra historia y en las Pitiusas no hubo actividad hasta unos años después). Durante esa época la entrepista del Velódromo del Tirador se mantuvo como único terreno de juego apto para la práctica futbolística que existió en Palma y que usaba tanto el VSB como cualquier otro conjunto mallorquín.

Los velocistas se mantuvieron en esta privilegiada posición más por ausencia de alternativas que por méritos propios, a pesar de su endémica irregularidad y que su práctica estaba siempre supeditada al calendario de competiciones ciclistas celebradas en el Tirador. Esta situación se mantuvo a pesar de su irregularidad endémica, de carecer de preparación específica, de la falta de un calendario de competición, de un estamento federativo y de que tampoco gestionó la adquisición de un terreno de juego reglamentario. Todo esto mantuvo al VSB en un nivel de juego permanentemente embrionario, estancado y muy primitivo. La ausencia de alternativas sólidas colaboró a mantener esta situación de acomodo sin solución de continuidad.

Los partidos del VSB contra combinados de la escuadra inglesa o alemana y contra clubes de la península no hacían más que constatar, año tras año, esta cruda realidad sin que el VSB diese el salto cualitativo necesario para ponerle remedio. Solo el surgimiento una alternativa firme (la RS Alfonso XIII FC, en 1916) rompió este círculo vicioso para dar un verdadero salto cualitativo que culminaría años después con la implantación de la competición federada en las Islas Baleares a partir de 1923. El VSB fue futbolísticamente un líder deportivo tan indiscutible como endeble, un ídolo con pies de barro que cayó cuando alguien puso unas mínimas bases para que el fútbol pudiera desarrollarse adecuadamente en Baleares.

Principales efemérides futbolísticas del Veloz Sport Balear

Si no se indica lo contrario, los equipos y terrenos de juego eran de Palma.

a) En los Campeonatos de Baleares

Año

Organizador

Campo

Campeón

Subcampeón

1908-09

VSB

Tirador

Club Mahonés

VSB

1915-16

VSB

Tirador

VSB

Mahón FC

1919*

RS Alfonso XIII FC

Buenos Aires

RS Alfonso XIII FC

Mahón FC

* En 1919 el VSB no participó.

b) En los Campeonatos de Mallorca (o fase de Mallorca del Campeonato de Baleares) 

Año

Organizador

Campo

Campeón

Subcampeón

1904

Club España

Tirador

VSB

FC Balear

1908-09

VSB

Tirador

VSB

CF Unión

1910 (no acabó)

Centro Instructivo (Inca)

Tirador

VSB

FC Inca

1913 (no acabó)

VSB

Tirador

VSB

Cristina

1915-16

VSB

Tirador

VSB

X (VSB B)

1917*

RS Alfonso XIII FC

Buenos Aires

RS Alfonso XIII FC

RS Alfonso XIII FC B

1919*

RS Alfonso XIII FC

Buenos Aires

RS Alfonso XIII FC

RS Alfonso XIII FC B

* En 1917 y 1919 el VSB no participó.

c) Copa Ayuntamiento de Palma (1921)

Categoría

Organizador

Campo

Campeón

Subcampeón

Tercero

Primeros equipos

RS Alfonso XIII FC

Buenos Aires

RS Alfonso XIII FC

Baleares FC

VSB

Equipos reservas

RS Alfonso XIII FC

Buenos Aires

RS Alfonso XIII FC

Sport (VSB B)

UPM

d) Partidos contra equipos de escuadras extranjeras

Fecha

Campo

Escuadra naval

Equipos

19/10/04

Tirador

Inglesa

VSB 0 – 1 HMS Isis

20/10/04

Tirador

Inglesa

VSB 2 – 4 HMS Isis

22/10/04

Tirador

Inglesa

VSB 1 – 4 HMS Isis

22/02/08

Tirador

Inglesa

VSB 4 – 7 selección de torpederos

08/10/10

Tirador

Inglesa

VSB 0 – 4 HMS Cumberland

01/04/11

Tirador

Inglesa

VSB 0 – 5 HMS Essex

14/09/13

Tirador

Alemana

VSB 0 – 5 SMS Hansa

01/03/25

Campo de los Cruzados

Inglesa

VSB 2 – 4 HMS Hood

e) Partidos interislas

 

Fecha

Campo

Equipos

30/03/16

Tirador

VSB 0 – 7 Mahón FC

26/11/20

Tirador

VSB 3 – 4 Dos de Mayo (Mahón)

28/11/20

Tirador

VSB 3 – 1 Dos de Mayo (Mahón)

f) Partidos contra equipos peninsulares (como Veloz Sport Balear) 

Fecha

Campo

Equipos

07/12/13

Tirador

VSB 2 – 4 Athletic FC (Sabadell)

08/12/13

Tirador

VSB 1 – 5 Athletic FC (Sabadell)

04/04/15

Tirador

VSB 1 – 7 Regional FC (Valencia)

26/03/16

Tirador

VSB 5 – 6 CS Manresa

19/04/16

Tirador

VSB 8 – 1 estudiantes Universidad de Barcelona

23/04/16

Manresa

CS Manresa 6 – 3 VSB

24/04/16

Manresa

CS Manresa 7 – 2 VSB

g) Partidos contra equipos peninsulares (como La Veda)

Fecha

Campo

Equipos

08/12/16

Campo de La Veda

La Veda 0 – 2 CS Manresa

10/12/16

Campo de La Veda

La Veda 1 – 3 CS Manresa

06/01/17

Manresa

CS Manresa 6 – 1 La Veda

07/01/17

Manresa

CS Manresa 4 – 1 La Veda

h) Otros partidos destacados

  • Partido de homenaje al heredero de la Corona (1907).
  • Participación en los actos de la Semana Deportiva (1909, 1910 y 1911).
  • Partidos benéficos por los terremotos de Messina-Reggio (1909) y Guerra de Marruecos (1912).
  • Participación en los actos de las Fiestas Constantinianas (1913).

Bibliografía

a) Libros

  • AA.VV. Gran Enciclopèdia de Mallorca. 19 Vol. Palma: Promomallorca edicions, 1988-91 (en catalán).
  • AA.VV: L’esport a les Illes Balears. Miscel·lània. Revista Estudis Baleàrics. Institut d’Estudis Baleàrics. Palma, 2008 (1981-). Núm. 92-93 (en catalán).
  • Canals i Morro, Pere: Ciclisme, ciclistes i bicicletes a s’Arenal. Llucmajor: Ajuntament de Llucmajor, 2012 (en catalán).
  • Fábregas y Cuxart, Luis: Ca Nostra. 50 años de vida palmesana. Palma: Ediciones Cort, 2007 (1a ed. 1965).
  • Font Martorell, Gabriel: El Club Deportivo Mallorca: historia de la institución decana del fútbol mallorquín. 1916-1944. Palma: Impr. Muntaner. Ed. Cosmos, 1944.
  • García Gargallo, Manuel: Els origens de l’Atlètic Balears (1920-1942). Dels inicis a la fusió. Lulú, 2013 (en catalán).
  • García Marín, Jesús; Pampín Rodríguez, Gonzalo: Historia del ciclismo en Mallorca. Palma: Miramar, 1991.
  • Inauguración del Velódromo de Tirador: Programa de las carreras y festejos que tendrán lugar el día 10 de agosto. Palma: Amengual y Muntaner, 1903.
  • Mercadal Bagur, Deseado: El juego del fútbol en Menorca. Maó: Ed. Menorca, 1985.
  • Pasamontes, Juan Carlos: RS Alfonso XIII. La cara oculta del Real CD Mallorca. 1916-1931. Palma: Ediciones Cort, 2005.
  • Trilobites: Año y medio de vida sportiva. Palma: Imprenta J. Tous, 1917.
  • Vidal Perelló, Miquel: Ciclistas de Mallorca.
  • Vidal Perelló, Miquel: Miquel Nadal Comas, Minaco. Palma: Documenta Balear, 2005.

b) Prensa

  • ABC (Madrid, 1905-).
  • La Almudaina (Palma, 1887-1953).
  • Baleares (Palma, 1939-).
  • El Bien Público (Maó, 1873-1939).
  • El Correo de Mallorca (Palma, 1910-53).
  • El Día (Palma, 1921-1939).
  • Diario de Ibiza (Vila d’Eivissa, 1893-).
  • El Iris (Ciutadella, 1913-37; 1943-).
  • El Mundo Deportivo (Barcelona, 1906-).
  • La Última Hora (Palma, 1893-).
  • La Vanguardia (Barcelona, 1881-).
  • La Voz de Ibiza (Vila d’Eivissa, 1922-1936).
  • La Voz de Menorca (Maó, 1906-1939)

c) Revistas

  • Baleares. Revista quincenal ilustrada (Palma, 1917-25).
  • Baleares Deportiva. Revista semanal ilustrada (Palma, 1923).
  • Los Deportes (Barcelona, 1896-1910).
  • Foch y Fum (Palma, 1917-36).
  • Majorica (Palma, 1924-25).
  • Palma Ciclista (Palma, 1898-1902).
  • El Regional. Semanario deportivo (Palma, 1924-25).
  • Sport Balear. Revista quincenal ilustrada (Palma, 1924-26)
  • Stadium (Barcelona, 1911-30).
  • Vida Isleña (Palma, 1912-13).



El Atlético Baleares, patrimonio del fútbol balear (y mallorquín)

Contexto histórico y antecedentes

Desde la llegada del fútbol a Mallorca a finales de 1902 su práctica había estado presidida por la irregularidad y la improvisación. Durante años dependió de la apetencia de las clases acomodadas de la sociedad mallorquina ya que ellos, y no otros, eran quienes disponían de tiempo y medios para practicarlo. Además, la ausencia de organización federativa alguna y de una competición regular adecuadamente reglada mantuvo su práctica en una situación permanentemente embrionaria. Entre 1903 y 1916 el principal equipo de Palma fue la sección de fútbol del Veloz Sport Balear, sociedad ciclista propietario del velódromo del Tirador, en cuya entrepista se jugaron partidos durante estos primeros años.

La fundación del RCD Mallorca (entonces Real Sociedad Alfonso XIII Foot-Ball Club) en 1916 resolvió la situación en parte: fue el primer club de fútbol organizado como tal y construyó el primer terreno de juego reglamentario. Pero durante sus primeros años el nuevo club ejerció un monopolio sobre el fútbol isleño que ahogó el surgimiento de alternativas rivales y, con ello, de una competición organizada y en firme.

El nacimiento de los primeros antecedentes del Baleares

La situación antedicha se prolongó hasta 1920. Fue entonces, durante uno de los cíclicos repuntes de la práctica futbolística, que apareció en el diario palmesano “La Última Hora” del 3 de abril de 1920 un artículo sobre la actualidad futbolística del momento y el surgimiento (hasta entonces, circunstancial y con altibajos) de nuevos equipos en la capital. Dentro del mismo había un fragmento que añadía un elemento novedoso a la situación:

“En los talleres de la Isleña tengo noticias que se hacen preparativos para formar un team. En la Fundición de los señores Carbonell se organiza otro once, que promete ser un terrible rival por la corpulencia de la gente obrera que se alista.”

Primera mención de los equipos Mecánico y Fundición Carbonell, origen del Baleares FC (Última Hora, 3 de abril de 1920)

Primera mención de los equipos Mecánico y Fundición Carbonell, origen del Baleares FC (Última Hora, 3 de abril de 1920)

Este pasaje documentaba un hecho insólito hasta entonces: el nacimiento de dos conjuntos de extracción social humilde. Ambos, al cabo de unos meses, convergerían en un solo equipo como veremos más adelante.

El Mecánico, trabajadores de la Isleña Marítima

El primer once del que habla la noticia eran trabajadores de la Isleña Marítima, compañía naviera que controlaba los desplazamientos marítimos entre las Baleares y la península. Éstos adoptaron el nombre de Mecánico, de acuerdo con su profesión. El equipo adoptó una camiseta con tres franjas azules sobre fondo blanco. Estos eran los mismos colores identificativos de la compañía, cuyo principal emblema identificativo era sus iniciales I-M pintadas en blanco sobre azul en las chimeneas de sus vapores. Los pantalones eran azules y, según las crónicas, provenían de los uniformes de trabajo recortándoles las perneras.

El Mecánico no tenía campo: jugaba en una explanada del antiguo muelle de Palma, cerca de las antiguas dependencias de la Isleña. Su promotor (y de facto, presidente) fue Gabriel Cifré Borràs (1894-1993), operario en los talleres de la Isleña.

El Mallorca, obreros de fundición

El segundo conjunto era de trabajadores de una pequeña empresa metalúrgica palmesana llamada Fundición Carbonell, vulgarmente conocida como Can Salí. El equipo adoptó inicialmente el mismo nombre de la empresa pero al poco tiempo lo trocó por uno más genérico a medida que fueron engrosando el equipo elementos de otras industrias. Así adoptó el nombre de Mallorca, siendo el primer equipo de importancia que adoptó el nombre de la isla (antes hubo algunos otros, pero de muy corta duración). Recordemos que entonces ya existía el actual RCD Mallorca, pero con el nombre de Real Sociedad Alfonso XIII, el cual mantuvo hasta 1931.

Su indumentaria era totalmente blanca y jugaba en un solar denominado sa Síquia Reial, situado en las afueras de la ciudad. Su primera cabeza visible fue Bartomeu Llabrés Albertí (1886-1951), obrero de la Fundición Pedro J. Tous y que debió llegar al equipo cuando éste incorporaba jugadores externos a la empresa original.

La fusión Mallorca-Mecánico. Nacimiento del Baleares FC (1920)

De ambos equipos no se conserva documentación oficial alguna. No hubo acta de constitución, estatutos ni órganos rectores. Además, la inexistencia de competición federada alguna hacía superfluo cursar cualquier trámite. Lo importante era organizarse como buenamente pudieron y jugar. Tan solo sabemos de su existencia a través de las noticias deportivas en la prensa del momento. Sabemos que ambos equipos jugaron entre ellos un 25 de abril de 1920, tres semanas después del artículo de prensa que anunciaba su gestación (posiblemente fuera el primer partido para ambos) y posteriormente en un torneo (Concurso de Verano) disputado entre agosto y noviembre de ese año con otros equipos de la ciudad. Fue su bautizo en la competición, aunque discreto: el Mecánico acabó descalificado por retirarse de un partido antes de finalizar y el Mallorca acabó en los últimos puestos.

Anuncio del Concurso de Verano y equipos participantes, entre ellos el Mecánico y el Mallorca (La Almudaina, 7 de agosto de 1920)

Anuncio del Concurso de Verano y equipos participantes, entre ellos el Mecánico y el Mallorca (La Almudaina, 7 de agosto de 1920)

A finales de 1920 ambos conjuntos coincidieron en un mismo local social, el café de Can Rasca. Pronto surgió la afinidad entre ellos y decidieron unirse para formar un bloque más potente. En una asamblea conjunta celebrada el 14 de noviembre ambos conjuntos se fusionaron adoptando el nombre de Baleares Foot-Ball Club. Para el uniforme se adoptó una decisión salomónica: la camiseta blanquiazul del Mecánico y los pantalones blancos del Mallorca. El primer presidente fue Bartomeu Llabrés Albertí (1886-1951), cabeza visible del Mallorca.

Los primeros años del club (1920-23)

El Baleares FC disputó su primer partido el 21 de noviembre de 1920 ganando al Veloz Sport Balear (0-5) en su propio campo del velódromo del Tirador cuando aquél aún mantenía parte del potencial que le llevó a ser el equipo más potente de las islas entre 1903 y 1916. Desde entonces el Baleares FC fue asiduo participante en las competiciones organizadas oficiosamente entre los clubes entonces existentes.

Al igual que sus predecesores, el Baleares FC no se registró oficialmente y sus primeras evoluciones nos han llegado a través de la prensa. No fue hasta diciembre de 1922 que el club se inscribió en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil, empujado por su voluntad de inscribirse en la Federación Catalana de Fútbol. Desconocemos si llegó a hacerlo finalmente, pero ello sirvió para regularizar su situación.

Crónica del primer partido del Baleares FC (La Almudaina, 23 de noviembre de 1920)

Crónica del primer partido del Baleares FC (La Almudaina, 23 de noviembre de 1920)

En poco tiempo el club vivió un crecimiento fulgurante. Aglutinó a una extensa masa social de clase social media-baja, de acuerdo con los orígenes obreros de sus primeros practicantes, y forjó un potencial deportivo considerable que le llevó a convertirse en principal alternativa al otro gran club palmesano, la RS Alfonso XIII. De hecho, a mediados de 1921 los enfrentamientos entre ambos equipos ya despertaban gran expectación entre los aficionados, además de altercados y encendidas disputas tanto verbales como físicas que trascendían el ámbito estrictamente deportivo. Fruto de este crecimiento el club construyó un nuevo campo en la barriada palmesana de Son Canals gracias a las aportaciones de sus socios. Fue inaugurado el 24 de julio de 1924, aunque ya estaba en uso desde principios de 1923.

Fotografía del equipo más antiguo del Baleares FC que se conoce, 17 de junio de 1921 (archivo Antoni Lliteras Carbonell)

Fotografía del equipo más antiguo del Baleares FC que se conoce, 17 de junio de 1921 (archivo Antoni Lliteras Carbonell)

Primeros años de competición federada (desde 1923)

En 1923 se organizó la competición federada en las islas con la disputa de los campeonatos de Mallorca y Menorca organizados por el Comité Regional Balear, ente dependiente de la Federación Catalana de Fútbol (la federación balear no se constituyó de manera independiente hasta 1926). El Baleares FC participó en su primera categoría desde la primera edición y de manera ininterrumpida hasta 1940, cuando el campeonato se convirtió en división regional de la Liga española con idéntico funcionamiento.

Durante estos años el club siempre estuvo en primera línea de la competición regional. Fue subcampeón hasta en 9 ocasiones, siendo solamente superado por la RS Alfonso XIII FC (después CD Mallorca) o por el Constancia FC (Inca). Tan solo consiguió vencer en la temporada 1927-28, aprovechando una escisión de la competición y la ausencia del equipo alfonsino. No consiguió proclamarse campeón de Baleares, ya que precisamente en esa temporada se impuso el equipo menorquín (la Unión Sportiva, de Maó).

En otras competiciones destaca su triunfo absoluto en la Copa Presidente de la República, torneo disputado por los equipos de primera categoría del campeonato mallorquín durante las temporadas 1933-34, 1934-35 y 1935-36 disputándose una copa concedida por el entonces presidente Niceto Alcalá Zamora. El Baleares FC se adjudicó las segunda y tercera ediciones y, por consiguiente, la copa en disputa.

Como hecho anecdótico cabe reseñar que el club creó la presidencia de honor para una mujer: Angelita Soler Arimón, Miss Baleares 1935 y ferviente seguidora del club.

Durante la Guerra Civil la competición futbolística se mantuvo, aunque fuese en una situación creciente de precariedad. A diferencia de otros clubes como el CD Mallorca, el Baleares FC consiguió mantenerse activo durante todo el periodo bélico. En agosto de 1940 el Baleares Foot-Ball Club trocó su nombre por el de Club de Fútbol Baleares, aprovechando la reforma estatutaria a que estaban obligadas todas las sociedades deportivas para adaptarse a la nueva legalidad vigente. Poco después la castellanización fue obligatoria para todos los clubes, así que el Baleares se adelantó al resto por algunos meses.

La absorción del Athletic FC y cambio de denominación (1942)

En 1942 el CF Baleares convergió con otro club de Palma, el Athletic FC. A lo largo de su historia el club balearico, en calidad de principal alternativa al CD Mallorca, había absorbido a otros pequeños clubes como el Mediterráneo FC, club que llegó a competir en la primera categoría del campeonato mallorquín y se disolvió antes de integrarse en la entidad balearica en 1940. En cambio, en este caso el proceso fue diferente.

El Athletic Foot-Ball Club había nacido un 13 de septiembre de 1922 (desde 1941 adoptó el nombre de Club Deportivo Atlético) como escisión de otro club, el Balear Foot-Ball Club, existente entre 1922 y 1925. Su campo era Sa Punta, inaugurado en 1929 (antes no tuvo campo propio). Vestía camiseta con franjas anchas rojiverdes y pantalones negros hasta 1933, cuando por similitud de nombres adoptó la equipación rojiblanca del Athletic Club de Bilbao. Su fundador y luego presidente honorífico fue Antoni Forteza Piña (1901-1969), panadero y dirigente deportivo de primer orden en diferentes deportes (especialmente fútbol y baloncesto, donde llegó a ser presidente de sendas federaciones). Desde 1929 jugó en la primera categoría del campeonato regional y vivió su momento de gloria en la temporada 1939-40 al proclamarse campeón de Mallorca y Baleares. A diferencia de los balearicos, el club atlético mantuvo una relación cordial con el CD Mallorca desde su nacimiento dada la desigualdad de fuerzas existentes entre ambos.

Formación del Athletic FC, temporada 1939-40 (Baleares, 21 de noviembre de 1939)

Formación del Athletic FC, temporada 1939-40 (Baleares, 21 de noviembre de 1939)

En 1942, fruto de la expansión urbanística de la ciudad, el CD Atlético se vio obligado a abandonar su campo. La precariedad de la posguerra hizo imposible encontrar uno nuevo y el club estaba abocado a la desaparición. Sus rectores sondearon primero la fusión con el CD Mallorca, pero la operación se frustró porque los mallorquinistas no querían hacer cambio alguno en sus distintivos aprovechándose de la situación de inferioridad en que se encontraba la entidad atlética. La siguiente opción fue el CF Baleares, el cual mantuvo una posición mucho más flexible que permitió salvar algunos rasgos identificativos del pequeño club. La operación culminó el 27 de mayo de 1942 con el nacimiento del Club Deportivo Atlético Baleares.

El acuerdo se firmó como un contrato de fusión entre ambas partes en plano de igualdad, aunque de facto el proceso fue una fusión por absorción porque los rasgos identificativos del pequeño club atlético desaparecieron casi completamente. El uniforme del CF Baleares se mantuvo sin variación, mientras los colores rojiblancos y negros del CD Atlético desaparecieron del todo. Como local social se mantuvo el de los balearicos y las dependencias atléticas se convirtieron en una peña de aficionados más. Lo mismo sucedió con el terreno de juego (aunque en este caso no había opción) e incluso la rivalidad con el CD Mallorca se mantuvo vía herencia del CF Baleares. La masa social y la infraestructura de sendos clubes, muy desiguales en tamaño, tampoco dejaban lugar a dudas. El pequeño club atlético tan solo sobrevivió simbólicamente en el nombre; incluso los dirigentes balearicos aceptaron anteponerlo al suyo (Atlético-Baleares en lugar de Baleares-Atlético). Seguramente el prestigio de Antoni Forteza Piña, presidente de honor del CD Atlético, expresidente de la Federación Balear de Fútbol y entonces presidente de la de baloncesto, tuvo mucho que ver.

Primeros años en Tercera División. Crecimiento y consolidación (años 40)

La primera temporada del Club Deportivo Atlético Baleares como tal fue la 1942-43, disputando un año más el campeonato de Primera Regional. El equipo quedó subcampeón, detrás del CD Mallorca, consiguiendo además un premio adicional: el ascenso a la reconstituida Tercera división para la temporada 1943-44. Por primera vez el club abandonaba la competición local para adentrarse en la competición nacional contra equipos principalmente catalanes o valencianos (o ambos a la vez) con los subsiguientes problemas logísticos y económicos, pero con mayores alicientes deportivos.

Durante los años 40 los resultados en Tercera División fueron medianos, limitándose a conservar la categoría sin demasiados apuros. Tan solo en las temporadas 1945-46 y 1946-47 logró un meritorio tercer lugar.

Escudo del CD Atlético Baleares, año 1945

Escudo del CD Atlético Baleares, año 1945

Primer ascenso a Segunda División (1951)

A principios de los años 50 el equipo dio un salto cualitativo. Se proclamó campeón de grupo de Tercera división y se clasificó para jugar la liguilla de ascenso con cinco equipos más: Real Betis Balompié, Recreativo de Huelva, Club Polideportivo Cacereño, CD Guadalajara y Alicante Club de Fútbol. El equipo fue campeón y, por primera vez en su historia, jugaría en Segunda División.

Allí jugó durante dos temporadas (1951-52 y 1952-53) hasta descender a Tercera División. Desde mediados de los años 50 el equipo recuperó el pulso a la competición y transitaba por los lugares altos de la clasificación cada temporada. Fue campeón de su grupo de Tercera División en la temporada 1955-56 y quedó entre los tres primeros hasta la temporada 1959-60, pero no lograba salir victorioso en las posteriores fases de ascenso.

El Estadio Balear (1960) y nuevo ascenso a Segunda División (1961)

A pesar de no lograrse el ascenso el club seguía creciendo y el viejo campo de Son Canals, inaugurado en 1923, se había quedado pequeño. Así que se impulsó la construcción de un nuevo campo: el Estadio Balear, impulsado por una cooperativa de pequeños propietarios (Procampo) la cual fue titular de los nuevos terrenos. El nuevo campo fue inaugurado el 8 de mayo de 1960 con un partido contra un potente rival: el Birmingham City FC, subcampeón de la antigua Copa de Ferias en 1960 y 1961. El conjunto balearico ganó por 2-0.

Formación del CD Atlético Baleares (Fiesta Deportiva, 17 de junio de 1961)

Formación del CD Atlético Baleares (Fiesta Deportiva, 17 de junio de 1961)

Con estadio nuevo el equipo campeonó nuevamente la temporada 1960-61 y jugó dos eliminatorias de ascenso contra el Olímpic de Xàtiva y la UD Amistad de Zaragoza. En esta ocasión el equipo no falló y logró nuevamente ascender a Segunda División, manteniéndose durante dos temporadas (1961-62 y 1962-1963). De estos años es el único partido jugado en el Santiago Bernabeu contra el Real Madrid, el 24 de enero de 1962, en un partido amistoso en el que los blancos se impusieron claramente (8-1).

Nuevamente en Tercera mantuvo un potencial fuerte, quedando entre los primeros clasificados y campeón en las temporadas 1964-65 y 1967-68. Pero en las fases de ascenso volvía a quedarse por el camino.

Crónica del Real Madrid – Atlético Baleares (8-1) jugado el 24 de enero de 1962 (ABC, 25 de enero de 1962)

Crónica del Real Madrid – Atlético Baleares (8-1) jugado el 24 de enero de 1962 (ABC, 25 de enero de 1962)

Crisis deportiva e institucional (años 70)

Desde finales de los años 60 el club entró en una dinámica de permanentes convulsiones internas. La situación económica e institucional no mejoraba y esto irremisiblemente acabó afectando al rendimiento del primer equipo. Gradualmente los resultados empeoraron, hasta que en la temporada 1972-73 se consumó el descenso a categorías regionales. El equipo logró regresar a Tercera división dos años más tarde, pero los resultados siguieron siendo mediocres.

Con la creación de la Segunda División B para la temporada 1977-78 y la consiguiente reestructuración de los grupos de Tercera División, el club ascendió a la misma; pero perdió la categoría ese mismo año al quedar colista. La dinámica no cambió y el club continuaba continuaba con resultados desilusionantes en Tercera División, con el agravante de que ésta se correspondía ahora a un cuarto nivel de competición, es decir, una categoría más abajo.

Al final de la temporada 1980-81 se consumó un nuevo descenso a categorías regionales, lo cual suponía situarse a un quinto nivel de competición: el escalón más bajo de su historia. La paz social e institucional no se conseguía y, como sucedió unos años antes, el equipo tardó dos temporadas en recuperar la Tercera división.

Años de recuperación. La experiencia en Segunda B (años 80)

Después del regreso a Tercera División en la temporada 1983-84 la institución recuperó cierta estabilidad, lo cual se tradujo en resultados deportivos más esperanzadores. En la temporada 1985-86 disputó las eliminatorias de ascenso a Segunda División B, y aunque no ascendió la tendencia siguió siendo positiva. Entonces la fortuna volvió a sonreír al equipo: la ampliación de la Segunda División B de dos a cuatro grupos para la temporada 1987-88 favoreció al club, que logró ascender sin mediar fase de ascenso. En este caso el ascenso fue tan deportivo como administrativo, ya que el equipo había quedado subcampeón de su grupo y tan solo ascendieron los tres primeros clasificados.

El equipo se mantuvo en Segunda División B durante tres temporadas (1987-88, 1988-89 y 1989-90). Las dos primeras temporadas fueron tranquilas e incluso durante la temporada 1988-89 el equipo avistó el liderato que entonces proporcionaba el ascenso directo a Segunda División. Pero la tercera temporada fue un fracaso sin paliativos, quedando colista y recalando nuevamente en la Tercera División.

A pesar de que el balance deportivo de los años 80 había sido positivo en el club continuaban persistiendo varios problemas de fondo. Las recaudaciones eran pobres (ni siquiera durante la temporada 1988-89, con opciones de ascenso, la asistencia de público fue la esperada). Los problemas institucionales no cesaban a la que la situación deportiva se torcía mínimamente. Y además el Estadio Balear, antaño flamante y orgullo del club, se encontraba envejecido y en mal estado por escaso mantenimiento tan solo tres décadas después de su construcción.

Etapa agridulce (años 90)

Después del descenso a Tercera división el club entró en una etapa de fuertes contrastes deportivos durante más de una década. Por un lado el rendimiento deportivo del equipo era óptimo, obteniendo resultados más que positivos cada curso: entre las temporadas 1990-91 y 2002-02 (doce temporadas) el equipo jugó ni más ni menos que ¡once! fases de ascenso a Segunda División B. Excepto en la temporada 1992-93, el club siempre se clasificó entre los cuatro primeros y campeonó en cuatro ocasiones (1998, 2000, 2001 y 2002). Además, llegó a las semifinales de la Copa RFEF en la temporada 2001-02.

A nivel de fútbol base también hubo hechos positivos: el equipo juvenil logró el ascender a División de Honor la temporada 2001-02, la máxima categoría posible, por primera vez en su historia. Aunque al año siguiente perdió la categoría fue un síntoma de buen trabajo a nivel de base. Deportivamente el club parecía funcionar.

Pero todo cambiaba cuando el primer equipo afrontaba la fase de ascenso. Su papel era decepcionante un año tras otro y pronto se quedaba sin opciones. Hacer un buen campeonato, incluso campeonar, no era garantía de nada y lentamente hizo mella en la afición. Tampoco era algo aislado porque todos los equipos baleares acumularon repetidos fracasos en las fases de ascenso de manera generalizada y denotaba un nivel ostensiblemente menor al de otros grupos de Tercera división. El aficionado quería algo más y después de una década de repetidos fracasos la desmoralización en el club y la afición pasó factura.

En 1993 se conmemoraron los 50 años de la “fundación” del club actual, un año más tarde de lo que tocaba, pues los hechos acontecieron en 1942. Los principales rotativos de las islas publicaron suplementos alusivos al mismo y en uno de ellos, sin argumento alguno, se apuntaba que el Mecánico (uno de sus más remotos antecedentes) se fundó en 1904.[1] Tal era la desinformación sobre la historia del club y sus orígenes que la errata caló durante años entre muchos aficionados hasta fechas recientes.

Etapa de profunda crisis (2002-05)

Después de doce años disputando fases de ascenso y otros tantos fracasos (1990-2002) el club cayó en picado en todos los sentidos. A la inestabilidad social e institucional (que nunca había cesado totalmente) se sumaron las malas relaciones entre el club y la comunidad de propietarios del Estadio Balear (Procampo): incluso se perdieron los ingresos en concepto de publicidad estática. El campo se encontraba en un estado de degradación alarmante y no hubo acuerdo con el Ayuntamiento de Palma para poner remedio a la situación.

Todos estos problemas, siempre latentes y nunca resueltos en su totalidad, acabaron por afectar el rendimiento deportivo. Después de dos temporadas mediocres (2002-03 y 2003-04) la temporada 2004-05 fue funesta en todos los aspectos. Los directivos iban y venían, desapareció el fútbol base, los jugadores del primer equipo no cobraban, la Procampo prohibió el acceso al Estadio Balear del equipo y se tuvo que recurrir a un un polideportivo municipal cercano (Germans Escales) para poder competir. El caos general no auguraba nada bueno y el equipo acabó penúltimo, descendiendo a categoría regional. En suma: el club se sumió en una profunda crisis y estuvo a punto de desaparecer.

El renacimiento (2005-10)

El club tocó fondo en el verano de 2005. Ya sea porque los nuevos rectores impusieron un mayor sentido común o por el susto de ver tan cercana la desaparición, a partir de entonces se impuso una dinámica mucho más estable que dio frutos positivos en pocos años y desde entonces la reconstrucción social, deportiva e institucional del club fue patente.

En el plano económico el club recibió el apoyo económico primero del empresario inmobiliario alemán Matthias Kühn y después del empresario local Bartomeu Cursach, dueño de numerosas empresas de ocio en Mallorca y de una empresa de representación de jugadores, Inverfútbol. El apoyo se notó pronto, ya que en la temporada 2005-06 el equipo campeonó y regresó a la Tercera división. Esta vez, y a diferencia de las dos ocasiones anteriores, su periplo en regional duró tan solo un año.

En septiembre de 2007 se constituyó la Fundación, entidad sin afán de lucro dedicada a objetivos de carácter cultural, social y de promoción del club. Su alcance ha sido, hasta el momento, limitado y con altibajos en su actividad por falta de recursos.

Después de una temporada de transición y consolidación, la temporada 2007-08 fue concebida para asaltar el ascenso a Segunda División B. Logró el campeonato de Tercera División y disputó las eliminatorias de ascenso contra el AD Universidad de Oviedo (1-1 y 2-1) y la SD Gernika (0-0 y 2-0): después de 18 años el equipo lograba volver a Segunda División B. La siguiente temporada fue deportivamente mala y se descendió a Tercera; pero a diferencia de temporadas anteriores, en lugar de volver a caer en guerras intestinas el proyecto deportivo siguió adelante.

La temporada 2009-10 se concibió con las mismas aspiraciones de dos años antes y fue calcada: se campeonó y se ascendió después de superar al CD Tudelano (victoria 1-0 y derrota por 2-1) gracias al valor de los goles en campo contrario. El club volvía a Segunda División B solo un año después de abandonarla.

Retorno a Segunda División B. Conversión en SAD, etapa Crespí-Cursach y crisis (2010-14)

La temporada 2010-11 en Segunda División B sirvió para enmendar los errores cometidos dos temporadas atrás y mantener la categoría sin apuros, quedando el equipo clasificado en media tabla.

Tuvieron mayor trascendencia los acontecimientos a nivel institucional con la celebración de una asamblea extraordinaria de socios del 5 de mayo de 2011 en la que se aprobó por amplia mayoría la conversión del club en Sociedad Anónima Deportiva. Los principales rectores del club, Fernando Crespí (entonces presidente) y Bartomeu Cursach (principal inversor) anunciaron la compra de terrenos para la construcción de una ciudad deportiva y la voluntad de seguir invirtiendo para lograr el ascenso a Segunda División. Gran parte del paquete accionarial fue comprado por ellos mismos después de un proceso de emisión de acciones que duró aproximadamente un año.

La temporada 2011-12 fue planificada para lograr el ascenso y fue deportivamente brillante: se logró el campeonato de Segunda División B después de un campeonato impecable. En cambio la suerte fue adversa en la fase de ascenso, primero con el CD Mirandés (1-0 y 1-2) y después con el CD Lugo (3-1 y 0-0). Todo salió bien, menos en la recta final. A nivel institucional, el 26 de septiembre de 2012 los principales inversores (Crespí y Cursach) hicieron oficial la compra de los terrenos para la futura ciudad deportiva. Al día siguiente culminó el proceso de conversión en SAD con la celebración de la primera junta general de accionistas y la elección del primer consejo de administración.

La temporada 2012-13 fue planificada con el mismo objetivo, pero el equipo transitó por posiciones de media tabla en todo momento. La alegría vino desde el fútbol base, que desde su recuperación llevaba varias temporadas de crecimiento y logró que el equipo juvenil ascendiera a División de Honor.

A finales de temporada el club recibió dos mazazos inesperados. Primero, el Estadio Balear fue clausurado por amenaza de derrumbe y obligó a jugar de prestado en otros campos: primero en Magaluf (2013-14) y Son Malferit (desde 2014 hasta hoy). Y a nivel institucional los principales inversores del club y responsables de la conversión del club en SAD, Fernando Crespí y Bartomeu Cursach, anunciaron la retirada de su apoyo económico.

La temporada 2013-14 fue planificada bajo el signo de la austeridad económica y la incertidumbre con el objetivo de mantener la categoría, pero desde el principio el equipo transitó por los primeros lugares (incluso fue líder) y tan solo al final cedió hasta ocupar la quinta plaza. Mientras tanto, institucionalmente los problemas crecían: en abril de 2014 el club entró en concurso de acreedores con Demetrio Madrid Alonso como administrador concursal. Un mes después, el 5 de mayo la junta general de accionistas designó un consejo de administración de emergencia formado por socios de base que se hicieron cargo del club a modo de gestora. De no haber sido por ellos el club hubiese sido liquidado por la administración concursal. La situación era desesperada.

La SAD. Etapa Volckmann (desde 2014)

El 2 de junio de 2014 el empresario alemán afincado en Mallorca Ingo Volckmann adquirió el 51% del paquete accionarial, lo cual le daba el control absoluto del club a cambio de garantizar la supervivencia de la entidad, la inversión económica y la estabilidad institucional. En octubre del mismo año el club salía del concurso de acreedores y el horizonte quedaba despejado. Más adelante, el 20 de marzo de 2015 la junta general de accionistas aprobó una ampliación del capital social en tres millones de euros (4,4 millones en total) que reforzó el paquete accionarial de Volckmann y dejaba clara su apuesta de seguir en el club.

Para la temporada 2014-15 se esperaba repetir el buen papel de la temporada pasada y optar al ascenso, máxime después de recuperar la estabilidad institucional con el nuevo inversor. Pero el equipo quedó en media tabla y no consiguió la permanencia hasta el tramo final de liga.

En la temporada 2015-16 (aún por terminar) el balance es desigual. Por un lado el proyecto deportivo pasaba por optar al ascenso a Segunda División A y por segundo año consecutivo las expectativas no han sido las esperadas porque el equipo quedará, una vez más, en media tabla. Por otro lado, el éxito conseguido con la consecución de la Copa RFEF ha dado al club la oportunidad de ganar un título nacional absoluto por primera vez en su historia y una relevancia a nivel nacional no lograda hace años.

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Dos fotografías separadas por 95 años: el primer trofeo ganado por el club, circa 1921 (archivo Hilari Llabrés) y la Copa RFEF, ultimo trofeo ganado por el club  el 13 de abril de 2016 (web oficial del club)

Dos fotografías separadas por 95 años: el primer trofeo ganado por el club, circa 1921 (archivo Hilari Llabrés) y la Copa RFEF, ultimo trofeo ganado por el club el 13 de abril de 2016 (web oficial del club)

Conclusiones

– Actualmente el club balearico está institucionalmente fuera de peligro. Saneado económicamente, al dia con las nuevas tecnologías, posee un fútbol base en constante expansión y está presente en la vida social de las islas con una afición rejuvenecida, lejos del derrotismo y las luchas intestinas que hace una década estuvieron apunto de acabar con él. No puede decirse lo mismo del Estadio Balear, que no depende del club pero está indisociablemente unido a éste; a día de hoy su envejecido recinto es casi irrecuperable y la necesidad de un estadio nuevo es una incógnita aún por resolver. La ciudad deportiva anunciada en 2011 está aún pendiente de aprobación por parte de las instituciones públicas a día de hoy (abril de 2016) y que autoricen el proyecto aún no es seguro. En lo que respecta a la Fundación, la trascendencia de su papel social y cultural para el cual fue creada es aún muy reducido.

– El club siempre ha vivido a la sombra del principal equipo de las islas, el RCD Mallorca, que siempre ha tenido mejor conexión con los principales agentes sociales y económicos de la isla. El club balearico ha tenido un apoyo similar (y a veces mayor) en cuanto a masa social pero en términos económicos y financieros menos poderoso, lo cual ha impedido que diese el salto cualitativo necesario para despuntar a un primer nivel competitivo.

– La comparativa entre sendos clubes en términos de palmarés es claramente desigual, pero a nivel de calle la rivalidad sigue viva y se ha mantenido incluso cuando la distancia entre ambos ha sido enorme. A diferencia de otros casos, en que el enfrentamiento a un mismo nivel deportivo condiciona sobremanera la rivalidad local (Barcelona, Madrid, Sevilla o Valencia y antaño en Bilbao o Murcia) aquí nos encontramos con una rivalidad que trasciende la faceta estrictamente deportiva y “resultadista” y que se ha transmitido en la sociedad palmesana a través de varias generaciones desde los primeros enfrentamientos entre ambos clubes, allá por 1921.

– Tampoco es nada desdeñable la supervivencia de un club con unos orígenes tan enraizados en la clase obrera y unos apoyos posteriores básicamente de clase humilde escasamente transversales (si exceptuamos fechas recientes y su conversión en SAD). En la mayoría de casos la falta de grandes inversores (o su presencia, pero en beneficio del equipo rival) hubiese supuesto su desaparición (o absorción por parte del equipo más poderoso) o entrar en un bucle de quiebra / desaparición / refundación / endeudamiento / quiebra tan habitual en otras latitudes del país.

– Históricamente la afición del club balearico ha sido sumamente apasionada para juzgar los aconteceres de su club, sin que ello suponga el abandono total de su apoyo al mismo. Un fenómeno más presente (y preocupante) en su rival ciudadano, que ha vivido años de esplendor y últimamente le cuesta movilizar a una afición que ha vivido épocas (mucho) mejores. El club balearico, tan parco históricamente en éxitos y victorias, se ha acostumbrado a navegar al borde del naufragio, afrontar una desigual rivalidad local desde la desventaja -nunca desde la derrota- y a gestionar la supervivencia temprada tras temporada como un triunfo y su mejor trofeo.

Hasta la llegada de la Copa RFEF, su primer gran título nacional después de 96 años de existencia.

Para saber más

– Wikipedia, https://es.wikipedia.org/wiki/Club_Deportivo_Atlético_Baleares

– Web oficial, http://www.cdatb.com

– Twitter, https://twitter.com/atleticbalears

– Facebook, https://www.facebook.com/cdatleticbalears

Bibliografía

García Gargallo, M. (2013): Els origens de l’Atlètic Balears (1920-1942). Dels inicis a la fusió. Barcelona: Lulú. (catalán)

Salas Fuster, A. (2009): L’Atlètic Baleares. Una història de supervivència. Palma: Ingrama SA. (catalán)

Salas Fuster, A. (2011): L’Atlètic Baleares. La història en imatges. Palma: Ed. Ramon Llull. (catalán)

 


[1] El Día de Baleares, 29 de marzo de 1993




Luces y sombras en el Badía de 2B (2ª Parte).

Tras una primera y durísima temporada en la Segunda B, el Badía se encontraba –a pesar de todo- exultante de alegría por haber conseguido la permanencia. Ahora bien, la felicidad tenía los días contados, la temporada 1988/89 iba a verse ensombrecida por unos acontecimientos que hicieron tambalear los cimientos de la entidad hasta tal punto que se temió por su desaparición. Únicamente el esfuerzo y la entrega de todo el equipo deportivo proporcionaron algo de luz a un año lleno de sombras.

Con la clausura de la temporada 1987/88 la directiva continuó con el señor Miguel Meca en la presidencia y el señor Miguel Fuster como vicepresidente. Una de las primeras gestiones que se llevaron a cabo fue el cambio de nombre del club, que pasaría a denominarse Club Deportivo Cala Millor. Dicho cambio de nomenclatura, sin embargo, no sería efectivo hasta la siguiente temporada por motivos federativos.

Respecto a la situación económica, esta empezaba a ser convulsa. La temporada se había cerrado con un déficit de 6 millones de pesetas y la plantilla aún no había cobrado las últimas cuotas de sus contratos. Aún así la directiva aprobó para la presente temporada un presupuesto de 40 millones, el cual empezó a gastar temerariamente en nuevos fichajes que superaban la economía real del club, así como en la presentación de estos nuevos jugadores en la capital insular y no en el municipio de Son Servera, como siempre se había hecho. Todo ello fue recogido y duramente cuestionado por la prensa comarcal, muy sensible a los gastos innecesarios.

Al margen de las cuestiones financieras, también se anunció el fichaje de Santiago Araujo como técnico deportivo en substitución de Pedro González, lo que  conmocionó a toda la afición serverense. En cuanto a la plantilla, se produjeron las bajas de Mut, Badía, Company, Jaime, Parera y Carrió. Mientras, se fichaba a Onofre –procedente del Manacor-, Frau –del Poblense-, Ortega –del Motril-, Salom –del Cide-, Prol –del Lugo- y Arteaga –del Compostela-. Así, la plantilla para el curso 1988-89 estaba integrada por Arteaga y Julio I en la portería, acompañados de Salom, Pastor, Mesquida, Sebastián, García y Julio II en la defensa; en el mediocampo se situaban Obrador, Salvuri, Sansó, Prol, Julián, Barceló, Nadal y Nebot;  y en la delantera Onofre, Femenías, Fuster y Ortega.

CD Badía Cala Millor de Son Servera. Temporada 1988/89. Segunda División B.

CD Badía Cala Millor de Son Servera. Temporada 1988/89. Segunda División B.

El inicio de la nueva temporada fue inmejorable, permaneciendo el equipo imbatido en las cuatro primeras jornadas de liga. Sin embargo, a estas le siguió la primera derrota en el feudo del Andorra, donde el equipo balear dejó claro que fallaba tanto en el ataque como en la defensa. Eso provocó que el malestar -iniciado por una gestión cuestionable – fuera en aumento, lo que acarreó que tanto la afición como la prensa comarcal proyectaran su enfado sobre la figura de Santiago Araujo, acusándolo de utilizar un sistema de juego anticuado y de no saber aprovechar el potencial de sus jugadores.

A los malos resultados deportivos se unió el descubrimiento de la crisis económica que vivía el club desde el inicio del curso, provocada por la nefasta gestión del señor Miguel Meca, quien dimitió en noviembre. Inmediatamente, el hasta el momento vicepresidente, Miguel Fuster, se hizo cargo de la directiva cesando a Santiago Araujo y colocando al segundo entrenador, Bernardo Gelabert, al frente del equipo. Esto supuso un aumento del déficit a causa de las sucesivas multas que la RFEF imponía al club por no disponer de un entrenador con el Título Nacional –las tres semanas que Gelabert permaneció como entrenador se debieron pagar tres multas de 7.900, 15.800 y 31.600 pesetas-. A causa de esto, se iniciaron los contactos con Pedro González y el Constancia para que el ex entrenador regresase a su antiguo club. La prensa y la afición no entendieron estas gestiones porque suponían un nuevo desembolso en concepto de fichaje y de indemnización al club inquero por la cesión. Además, a todos estos gastos se le sumó el pago de la indemnización a Santiago Araujo por incumplimiento de contrato.

Manacor Comarcal, núm. 416, 19 noviembre 1988, pág. 58.

Manacor Comarcal, núm. 416, 19 noviembre 1988, pág. 58.

Con Gelabert al frente del equipo, el Badía mejoró claramente su juego. Bajo sus órdenes, el conjunto consiguió en siete partidos 3 victorias, 2 empates y 2 derrotas. Dos de los triunfos fueron de los más destacados de la temporada, uno por 3 a 0 contra el San Sebastián y otro por 5 a 0 contra el Arnedo. Para este último encuentro, el once presentado por Gelabert fue Julio, Sebastián (Servera II), García, Salas, Mesquida, Salvuri, Onofre, Nadal, Femenías (Pastor), Obrador y Julián. El Badía superó con creces al Arnedo y así lo reflejó la prensa “El dominio ha sido apabullante del cuadro de Cala Millor sobre el Arnedo que, prácticamente, no ha inquietado ni en una sola ocasión al guardameta Julio, que ha sido espectador del encuentro. Se marcaron cinco goles y pudieron ser bastantes más…”

Con el inicio de la segunda vuelta llegó, para hacerse cargo del equipo, Pedro González. El Asturiano, como se le apodaba en la isla, se encontró con una plantilla en un estado de ánimo crítico debido a que los jugadores llevaban meses de impagos, lo que les afectaba tanto personal como profesionalmente. Aún así, en todo momento demostraron una inmensa lealtad al club y a la afición, así como una gran profesionalidad luchando al máximo en cada partido e incluso renunciando a parte de sus contratos. En contraste, hay que añadir que, si bien los jugadores mostraron una dignidad y un pundonor loables, la decepcionada afición, se alejó de aquel equipo que tantas satisfacciones le había regalado.

El Mundo Deportivo, 5 enero 1989, pág. 25.

El Mundo Deportivo, 5 enero 1989, pág. 25.

7Setmanari de Llevant, núm. 111, 6 enero 1989, pág. 38.

7Setmanari de Llevant, núm. 111, 6 enero 1989, pág. 38.

Con la llegada de González se notó cierta mejoría en el juego, pero aún así, el Badía no conseguía sumar los puntos necesarios, provocando la entrada intermitentemente en la zona de descenso. De los partidos llevados a cabo bajo las órdenes del nuevo técnico hubo tanto buenos como malos resultados. Por un lado, las grandes goleadas por 4-1 al Barcelona Aficionados o -en la última jornada- al Binéfar por 3-0 y por otro, las tajantes derrotas por 4-1 contra el Tarrasa o por 5-0 contra el San Sebastián. De hecho, el partido del Badía contra el Barcelona Aficionados fue calificado por la prensa como “El mejor partido del Cala Millor en su campo, con clara y merecida victoria”  y que fue “jugado con fuerza y profesionalidad”. Aún así, el equipo tuvo que luchar hasta el último minuto de liga para conseguir la ansiada permanencia.

El Mundo Deportivo, 12 junio 1989, pág. 32 y 8 mayo 1989, pág. 29.

El Mundo Deportivo, 12 junio 1989, pág. 32 y 8 mayo 1989, pág. 29.

7Setmanari de Llevant, núm. 136, 30 junio 1989, pág. 52.

7Setmanari de Llevant, núm. 136, 30 junio 1989, pág. 52.

Los últimos meses de liga fueron agónicos para la entidad. El déficit, que había aumentado a 20 millones de pesetas, dificultaba el seguir disputando la liga. Solamente la inyección de efectivo, por parte de la Asociación Hotelera y de las ayudas de los vecinos del municipio, permitió al equipo terminar la temporada como decimoquinto clasificado con 33 puntos. Ahora bien, los héroes reales fueron: los jugadores, que a pesar de las dificultades, siguieron entregados a los colores y, por encima de todos, el técnico Pedro González, que siempre demostró entrega y fidelidad al club.

Así, el paso por la Segunda B había generado un déficit de aproximadamente 11.000.000 de pesetas, una cantidad más que considerable para un equipo de la modesta talla del Badía. Ese déficit y la imposibilidad de hacerse cargo una temporada más de los gastos que acarreaba la Segunda B -costes de transporte, arbitrajes, fichas…-, provocó que la Junta Directiva decidiera, el 10 de julio de 1989,  renunciar a la categoría.

El Mundo Deportivo, 12 julio de 1989, pág. 36 y 16 mayo 1989, pág. 26.

El Mundo Deportivo, 12 julio de 1989, pág. 36 y 16 mayo 1989, pág. 26.

El regreso a la Tercera balear fue durísimo, las limitaciones económicas y la decepción de la afición, marcarían al Badía largo tiempo. Los años venideros supusieron: la aprobación de presupuestos muy limitados, el impago a los jugadores –quienes finalmente renunciarían en algunos momentos a los atrasos-, la pérdida y la reducción de subvenciones, la falta de patrocinadores… y lo que resultó más dramático, perder la confianza de su afición.

A pesar de todas estas dificultades, el club siguió en pie gracias a una directiva que, ahora presidida por Juan Brunet, luchó estoicamente para sanear las cuentas y también gracias a una platilla que defendió los colores ante cualquier adversidad. De este modo, el club consiguió mantenerse en Tercera siete temporadas más hasta que en el curso 1995/96, terminando la liga como colista, descendió a Preferente balear. En esta, permaneció hasta la temporada 2006/07 cuando regresó por un curso a Tercera, momento en el cual también recuperó su nombre originario, CD Serverense.

La historia del Badía en Segunda B no dista mucho de la de otros clubs en los que el paso por la categoría de bronce y la mala gestión llevan al endeudamiento de la entidad, lo que en muchos momentos supone la renuncia a la categoría o, en ocasiones, la disolución. Solo por citar algunos ejemplos recientes, lo mismo le sucedió al Sporting Mahonés o el Sporting Villanueva, lo que en ambos casos se abandonó la categoría a mitad de temporada por falta de liquidez. Lo cierto es que para algunos clubs el ascenso a la 2B es lo máximo a lo que pueden aspirar, de ahí la euforia que provoca. Sin embargo, este sentimiento tiene un precio, el exceso y el abuso de las posibilidades reales de la entidad.

Aquí termina, por el momento, la historia de un pequeño club que fue herido por la implacable Segunda B, pero que aún así logró con entrega y perseverancia reponerse para, de este modo, seguir luchando por un sueño que empezó en 1945 con un partido entre amigos.




Luces y sombras en el Badía de 2B (1ª parte).

A finales de la década de los 70 del siglo pasado, el Club Deportivo Serverense se encontraba inmerso en una profunda crisis económica que a punto estuvo de provocar la desaparición del fútbol en el municipio de Son Servera (Mallorca). Afortunadamente, el recién fundado CF Atlético Badía Levante lo adquirió y fusionó con su primer equipo, naciendo así el CD Badía Cala Millor de Son Servera. Después de 36 años de historia, el Club Deportivo Serverense continuaba en la categoría de la Preferente balear, aunque ahora bajo un nuevo nombre y otra dirección. En cuanto a esta última, fueron algunos de los grandes empresarios turísticos de Cala Millor quienes posibilitaron el hacer realidad el sueño de la Segunda División B.

La temporada 1981/82 fue la primera para el renovado equipo. El Badía finalizó la liga como líder de la Preferente balear con 22 victorias, 7 empates y 5 derrotas, consiguiendo 55 goles a favor, 20 en contra –siendo el equipo menos goleado del grupo- y 51 puntos. Algunos de los partidos más destacados fueron aquellos donde el Badía ganó por goleada, como el 5 a 0 contra La Victoria y La Real o por 4 a 0 contra el Alaró. Siendo campeón del grupo disputó el play-off de ascenso ganando cinco de los seis partidos, con lo que ascendió por primera vez en su historia a la Tercera División balear.

El CD Badía Cala Millor de Son Servera. Temporada 1981/82. Año del ascenso a Tercera División. De pie: Víctor, Paquito, Duró, Pascual y Chema. Agachados: Cánovas, Pedro González, Cebrián, Badía, Toni Llull y Mira.

El CD Badía Cala Millor de Son Servera. Temporada 1981/82. Año del ascenso a Tercera División. De pie: Víctor, Paquito, Duró, Pascual y Chema. Agachados: Cánovas, Pedro González, Cebrián, Badía, Toni Llull y Mira.

Durante las cinco temporadas siguientes el equipo obtuvo unos estupendos resultados, finalizándolas entre los cinco primeros clasificados. En la quinta temporada, 1986/87, el Badía consiguió concluir la liga ocupando la tercera plaza, a un punto del segundo, el Atlético Baleares, y a diez del campeón, el Sporting Mahonés. El conjunto, que tuvo que luchar hasta el último minuto de liga, consiguió acabar entre los tres primeros en la última jornada, cuando se enfrentó al Escolar de Capdepera a quien venció por la mínima. Con el ascenso automático de los dos primeros clasificados, el Badía se preparaba para disputar el play-off, pero la ampliación de la 2B le brindó el ascenso directo. Fue el premio para una gran, y el que es más importante, regular temporada.

Titular de la portada de Esportiu Comarcal, núm. 330, 25 mayo 1987.

Titular de la portada de Esportiu Comarcal, núm. 330, 25 mayo 1987.

El Mundo Deportivo, 4 septiembre 1987, pág. 23.

El Mundo Deportivo, 4 septiembre 1987, pág. 23.

Las vacaciones de 1987 fueron cortas a la vez que intensas, había una enorme ilusión por competir en la nueva y tan deseada categoría. Después de cuarenta y dos años de fútbol oficial en la zona se producía el primer y hasta el momento único ascenso a la Segunda B. El objetivo principal en este curso era disfrutar de la categoría de bronce del fútbol español aunque también se aspiraba a la permanencia.

Para ello se llevó a cabo la elección del nuevo presidente que, tras la dimisión de Romeo Sala, pasó a ser el señor Miguel Meca. La nueva directiva, con un presupuesto de 28 millones de pesetas y sin deudas, apostó por renovar al técnico Pedro González, que llevaba ya dos cursos a cargo del equipo y que había sido jugador del mismo en las cuatro temporadas anteriores. En cuanto a la plantilla, después de algunas bajas importantes como la del delantero Artabe y la retirada de Martín Munar, se fichó a Salas, Pastor, Salvuri, Obrador y Femenías –procedentes del Mallorca Atlético-, Toni Mesquida y G. Riera -del Manacor-, Badía –del Isleño- y Julián Murillo -del Trajana-. También se reforzó el equipo con algunos juveniles de la cantera como Juan García, Fuster, Nebot y Ordinas. Así la plantilla del Badía para el curso 1987/88 se formó con Julio y Parera en la portería, acompañados de Jaime, Sebastián, Pastor, Salas y Mesquida en la defensa. En el mediocampo estaban Toni Llull, Carrió, Nadal, M. A. Llull, Riera y Salvuri, y los hombres ofensivos eran Mut, Sansó, Company, Obrador, Femenías y Badía.

El CD Badía Cala Millor de Son Servera. Temporada 1987/88. De pie: Femenías, Salas, Pastor, Salvuri y Parera. Agachados: Jaime, Obrador, Toni Llull, Mut, Mesquida y Nadal.

El CD Badía Cala Millor de Son Servera. Temporada 1987/88. De pie: Femenías, Salas, Pastor, Salvuri y Parera. Agachados: Jaime, Obrador, Toni Llull, Mut, Mesquida y Nadal.

La primera liga en Segunda B fue durísima para el Badía. Aunque parecía que los primeros partidos iban a ser los peores, por la falta de recorrido en la categoría, lo cierto es que fueron los que le permitieron situarse en la zona media de la clasificación. El partido en mayúscula de la primera vuelta, y de toda la liga, se dio en la jornada número 14 de liga en el campo del Mollerussa, líder de la clasificación, invicto en su feudo y máximo goleador del grupo. La tarde se presentaba victoriosa para los locales ya que el rival, un modesto Badía no excesivamente bien clasificado, se perfilaba como un contrincante asequible para el líder. Pero el Badía sorprendió y llegó al descanso con el 1-2 definitivo demostrando que no existe enemigo pequeño. El once visitante fue Julio, Sebastián, Mesquida, Pastor, Salas, Nadal, Salvuri, Riera (Llull), Femenías, Obrador (Sansó) y Jaime. El Mollerussa, que dominó en la mayor parte del encuentro, creó pocas ocasiones de gol, mientras el Badía, con una excelente defensa y una gran actuación de su portero, supo aprovechar los errores del contrario. Los goles del Badía fueron obra de Salas y Obrador. En cuanto a la defensa de los de Pedro González, el técnico del Mollerussa en sus declaraciones realizadas al final del partido se quejó de “la muralla que hemos tenido siempre delante. El Badía ha dispuesto dos líneas de cinco hombres que nos han impedido jugar como es habitual en nosotros”. En cuanto a la prensa, esta recogió en sus titulares la excepcionalidad del duelo: “BOMBAZO” EN MOLLERUSSA. Un superdefensivo, pero ordenado, Badía Cala Millor sorprendió a un líder que se las prometía felices, En el Municipal de Mollerussa, Mollerussa 1-Badía Cala Millor 2 ¡¡¡Chapeau!!! Para el Badía y El Badía dio ayer la campanada al vencer en el feudo del líder.

Esportiu Comarcal, núm. 347, 31 noviembre 1987, pág. 3.

Esportiu Comarcal, núm. 347, 31 noviembre 1987, pág. 3.

Titular de la portada de Esportiu Comarcal, núm. 347, 31 noviembre 1987.

Titular de la portada de Esportiu Comarcal, núm. 347, 31 noviembre 1987.

El Mundo Deportivo, 1 diciembre 1987, pág. 22.

El Mundo Deportivo, 1 diciembre 1987, pág. 22.

Así pues, con 7 partidos vencidos, 5 empatados y 7 perdidos, puede afirmarse que la primera vuelta había sido bastante aceptable dada las numerosas dificultades de la categoría. Pero pese al buen resultado general, esta primera parte de liga evidenció que el equipo estaba descompensado, tenía una magnífica defensa pero fallaba en el ataque. Con todo esto, la segunda vuelta se presentaba esperanzadora de cara a mantener la categoría. Pero a los dos últimos partidos de la primera vuelta, en que se perdió, se sumaron once derrotas consecutivas más, con lo que el equipo empezó a ocupar la zona de descenso, incluso llegando en algún momento a ser el equipo más goleado del grupo.

Afortunadamente la mala racha empezó a cambiar con la victoria por la mínima contra el Fraga en la jornada número 31. A la que siguió el empate en el feudo del Sporting Mahonés, una victoria contra el líder Mollerussa y dos empates más contra el Endesa y el Poblense. Nuevamente el Badía volvía a soñar con la permanencia, la cual estuvo en el aire hasta la última jornada.

En esta, el Badía debía enfrentarse a otro insular, el Constancia de Inca. Los dos equipos se jugaban la permanencia, mientras el Badía estaba dieciseisavo en la clasificación con 32 puntos y 6 negativos, el Constancia se encontraba en una posición por debajo con un punto menos. La final levantó una enorme expectación entre ambas aficiones, pues el perdedor del encuentro regresaría a la Tercera balear. En el enfrentamiento como visitante el once presentado por el Badía fue Julio, Jaime, Mesquida, Sebastián, Salas, Pastor, Obrador, Nadal, Salvuri, Llull (Valderrama) y Sansó. Por su parte, el Constancia alineó a Martínez, Doro, Pons, Ballester, Nuviala, Viedma (Mas), Mota, R. Díaz, Cantallops y Vaquer. Fue un partido de alta tensión, anunciándose así en la previa de la prensa, como finalmente fue, los dos equipos lucharon por hacerse con la victoria, pero finalmente el partido acabó en tablas (1-1). Los dos goles de la jornada fueron de Femenías, de los visitantes, y de Roberto, de los locales. Los de González se jugaban la permanencia y al final consiguieron su objetivo. Pero no todo fue alegría, el encuentro acabó en una verdadera batalla campal entre jugadores y aficionados, con algunos jugadores del Badía heridos, el más grave fue Sebastián Nebot. Titulares como La batalla de las Islas, 1-1: el Constancia-Badía acabó en batalla campal, Batalla campal en el “Camp Nou” de Inca deslucieron la felicidad de los de Pedro González. La prensa durante los siete días posteriores al partido siguió hablando de los desagradables incidentes hasta que el Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol multó al club local y clausuró el campo durante seis meses.

El Mundo Deportivo, 22 mayo 1988, pág. 38.

El Mundo Deportivo, 22 mayo 1988, pág. 38.

El Mundo Deportivo, 23 mayo 1988, pág. 46.

El Mundo Deportivo, 23 mayo 1988, pág. 46.

Así finalizaba esta primera temporada en la división de bronce. Había sido una temporada muy complicada y así se reflejó en los resultados finales, el Badía acabó dieciseisavo en la clasificación, la última plaza de la salvación, con 33 puntos, 10 victorias, 13 empates, 15 derrotas, 35 goles a favor y 54 en contra. Aunque no todo fue negativo, el equipo consiguió mantener la categoría siendo el único equipo que consiguió doblegar al líder y campeón, el Mollerussa, en los dos encuentros disputados.