Recordando a Argoitia, comodín de la delantera del Athletic de los años 60
El pasado 24 de octubre nos dejaba Argoitia, una leyenda del Athletic de Bilbao de los años 1960, década en la que brilló como titular en la delantera de los Leones, siendo responsable de buena cantidad de goles para el conjunto de San Mamés, en cuya plantilla figuró durante 12 temporadas, llegando a disputar tres finales de Copa -1966, 1967 y 1969-, marcando en una de ellas la del 67, y dando la asistencia que propició el triunfo en la disputada dos años mas tarde, frente al Elche. Fue subcampeón de Liga en la campaña 69-70, y el único lunar de su magnífica carrera sería no haber conseguido la internacionalidad en la Selección Absoluta, premio que si lograrían sus tres compañeros de tantas tardes, Antón Arieta, Fidel Uriarte y Chechu Rojo.
Aunque lo era de pura cepa, José María Argoitia Acha (Galdácano, Vizcaya, 18 de enero de 1940) no era sólo el clásico jugador norteño, esforzado y tesonero, impetuoso y acometedor, habituado a fajarse en auténticos lodazales y a adoptar la lluvia y el barro como si fueran una segunda piel. Rubio y apuesto, y de robusto físico (1,77 de altura y 75 kilos de peso ), dominaba una jugada personalísima, el “diábolo”, que décadas más tarde atribuiríamos erróneamente al variado repertorio estilístico de algunos ases brasileños de importación, cuando un chavalete como él ya la practicaba con éxito treinta años antes. Durante casi una década no hubo vanguardia del Athletic que no contase con los valiosos servicios del de Galdácano, y aunque nunca fue un gran goleador, su presencia siempre infundía respeto en los contrarios, alcanzando unas estadísticas realizadoras muy dignas para aquellos durísimos años 60 donde el gol parecía casi cosa de magia, y sus 67 dianas en 305 partidos oficiales no son precisamente moco de pavo…
El cachorro se convierte en león
Vizcaíno de la cosecha del 40, como tantos otros chavales de su entorno José Mari Argoitia creció soñando con jugar algún día en el Athletic, mientras admiraba primero a Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza, y más tarde a Arteche, Marcaida, Arieta o Uribe, con los que acabaría compartiendo entrenamientos, vestuario y alineación al clarear los FelicesSesenta. Se va a iniciar en el aurinegro Basconia de Basauri, en la temporada 57-58, militando en el grupo Norte de la Segunda División. Al año siguiente ya juega la mitad de los partidos, y anota algunos goles, y en la campaña 59-60 es indiscutible con los de Basoselay, de manera que el Athletic le echa el lazo.
Se estrena con los Leones el 2 de octubre de 1960, con derrota por 3 a 1 en el “Sánchez Pizjuán” ante el Sevilla de los Ruiz Sosa, Achucarro, Agüero, Diéguez, Rivera, Antoniet, Pereda y Szalay, un equipazo, aunque tampoco estaban mal sus diez compañeros de aquella tarde (Carmelo, Rentería, Etura, Canito, Mauri, Iturriaga, Aguirre II, Uribe, Areta III y Koldo Aguirre). Pero en ese curso tan sólo volverá a saltar al campo en dos ocasiones, y se pasa la temporada siguiente, 61-62, absolutamente en blanco por culpa de la Mili, un obligado paréntesis que -al igual que ocurría entonces con millones de españolitos- también cortaba en seco la progresión de muchos prometedores futbolistas. De modo que, para salir de dudas acerca de su valía, una vez licenciado el Athletic va a cederlo a otro club bilbaíno, el Indauchu, a la sazón en Segunda División, limadas ya ciertas asperezas surgidas entre ambas sociedades en los últimos años 50. Pero únicamente permanecerá en “Garellano” tres meses (9 partidos y 3 goles), pues un Athletic sumido en los últimos lugares de la tabla, con 4 negativos, lo reclama urgentemente. Vuelve al equipo para un encuentro ante el recién ascendido Córdoba, en “El Arcángel”, y resulta talismán, pues los rojiblancos triunfan por 1 a 2, e inician su escalada hacia posiciones más acordes con su glorioso historial, aunque finalizarían ese campeonato décimos y con 2 negativos, una clasificación poco decorosa, en una flojísima temporada en la que van debutar también otros jugadores legendarios: Iribar, Chuchi Arangúren y Fidel Uriarte.
Titularísimo con los de San Mamés
Pero, a despecho de la irregularidad del Athletic de esos años, Argoitia va a ser desde ese momento, y durante muchas temporadas -prácticamente una década entera- referencia insoslayable en el ataque, alineándose en los cinco puestos de la delantera, aunque con preferencia en banda derecha, con los números “7” y “8” a la espalda, porque el resto de dorsales van a ser monopolizados por el pequeño de los hermanos Arieta (Antón), Uriarte, y el mayor de los Rojo, Chechu. 24 partidos y 9 goles ese curso 62-63, siendo prácticamente un debutante, 23 presencias (y 8 tantos) en el siguiente, 28 en el 64-65, con tan sólo 3 dianas (una de sus campañas más flojas), para mejorar ligeramente en la temporada 65-66 (29 choques, 4 goles ). En ella el Athletic, tras 8 años de ausencia, vuelve a acceder a un final de Copa, su torneo fetiche, aunque con bajas muy importantes en defensa y un once jovencísimo, pero no tendrá ninguna opción ante un Zaragoza donde los Magníficos se encuentran todavía en plena forma, y tan sólo la portentosa actuación de Iribar les libra de una goleada de escándalo. Para Argoitia constituye la primera de las tres finales que va a disputar a lo largo de su carrera.
Cumplirá su mejor temporada en la 1966-67, con 32 partidos y 16 goles, uno de ellos, aunque inútil, en una nueva final copera frente al Valencia (1 a 2), para lograr su récord de partidos jugados, aunque no de tantos, en la siguiente -42 encuentros y 5 dianas-, y por fin a la tercera irá la vencida, pues el Athletic vuelve a coronarse campeón del Torneo del KO en 1969, con el simpático y excelente Elche de los Araquistáin, Ballester, Iborra, Llompart, Lezcano, Vavá y Asensi como adversario, gracias a un solitario gol de Antón Arieta cuando ya el partido daba sus últimas boqueadas y se encaminaba hacia la prórroga. Estos fueron los once leones que reverdecieron viejos laureles: Iribar; Sáez, Echeberría, Arangúren; Igartua, Larrauri; Argoitia, Uriarte, Arieta, Clemente y Rojo. 40 partidos y 9 goles fueron el registro personal del delantero de Galdácano.
Casi campeón de Liga con Ronnie Allen
Tampoco resultó mala la siguiente campaña, 69-70, pues en ella el Athletic -dirigido como en los tiempos heroicos previos a la Guerra Civil por un mister inglés, en este caso Ronnie Allen- estuvo a punto de conquistar el Campeonato Nacional de Liga, que no entraba en sus vitrinas desde la ya lejana temporada 55-56 (ese año hizo doblete, a las órdenes de Daucik), manteniendo hasta el pitido final una reñida pugna con el Atlético de Madrid, que fue quien finalmente se llevaría el gato al agua. Y también se quedó con la miel en los labios en la Copa, a las puertas mismas de la final, al ser derrotado en LaCatedral por el Real Madrid con un 0-2 que superaba la renta que se traía del Bernabéu, donde había vencido por 0 a 1. Un buen año, pues, en el que Argoitia disputó 35 partidos entre todas las competiciones, anotando 9 goles.
ATLÉTICO DE BILBAO – Bilbao, España – Temporada 1969-70 – Iribar, Zugazaga, Echeberría, Aranguren, Igartua, Larrauri; Estéfano, Argoitia, Arieta II, Clemente y Rojo I – C. F. BARCELONA 3 (Pujol, Zaldua, Reach) ATLÉTICO DE BILBAO 2 (Eladio p.p., Ortuondo) – 05/10/1969 – Liga de 1ª División, jornada 4 – Barcelona, Nou Camp – Con el inglés Ronnie Allen de entrenador, el Athletic fue Subcampeón de la Liga.
Seguiría en esa misma línea en la temporada 70-71 (34 alineaciones, aunque sólo 4 goles), pero iba a ser protagonista de una acción que daría la vuelta a España, influyendo decisivamente en una matización efectuada por el máximo organismo reglamentario, la International Board, a la Regla XI, la del fuera de juego. El 17 de enero de 1971 jugaban en San Mamés el Athletic de Bilbao y la Unión Deportiva Las Palmas. Corría el minuto 46, sin inaugurarse todavía el marcador, cuando se produjo una jugada para la historia. La realizó Argoitia, cedió el balón a un compañero, y salió del terreno de juego para no quedar en off-side, regresando a él unos instantes más tarde sin recibir permiso explícito del colegiado, interceptando el balón,y enviándolo al fondo de las mallas canarias por toda la escuadra. Fue lo que dio en llamarse después el “telegol”, una acción tan polémica, que fue muy protestada por los amarillos, aunque el árbitro, el señor Camacho, concedió finalmente validez al tanto.
Sestao, Santander y mutis
La temporada 71-72, empero, va a significar su canto del cisne. Ya cumplidos con creces los treinta, su participación desciende muchos enteros (disputo sólo 15 encuentros, la mayor parte saliendo desde e banquillo, sin llegar a ver portería), y al finalizar el curso pondrá punto y final a una estancia de doce temporadas en el Athletic, firmando por el Sestao, de Tercera División. Es premiado como mejor jugador del cuadro verdinegro, pero no terminará en Las Llanas la campaña 72-73, pues una condición de su contrato con la entidad sestaoarra le daba la posibilidad de quedar en libertad para fichar por otro club si la oferta era ventajosa, y a falta de diez partidos para concluir la competición va a contestar positivamente a la llamada del Racing de Santander, el equipo de los Bigotes, que volvería a Primera tras once años alejado de la élite, y cuyo entrenador era su antiguo compañero Maguregui.
Pero con los montañeses tan sólo podrá jugar 5 partidos, a causa de una lesión producida frente al Nástic de Tarragona en los viejos Campos de Sport de El Sardinero, y entonces decidirá despedirse definitivamente del fútbol a la aun temprana edad de 33 años. Se le recordará por su magnífico rendimiento, y también por esa dichosa jugada, luego bautizada como “lambretta”, y que les hemos visto hacer más una vez a malabaristas como Djalminha y Neymar, consistente en levantar el balón desde detrás, y pasarlo sobre uno mismo y el contrario, es decir, haciendo un doble sombrero, una pirueta más bien circense que suele dejar ojipláticos a los espectadores cuando sale bien.
Argoitia va a trabajar con posterioridad en las categorías inferiores del Athletic, en Lezama, y realizará labores de ayudante de José Luís Mendilibar en 2005, para convertirse más tarde en representante institucional de un club cuyos colores defendió siempre bravamente nada menos que en 305 ocasiones, anotando 67 goles, una buena marca para aquel aguerrido tiempo de patatales, cerrojos e impunidad defensiva.
País Vasco. Cuna de futbolistas
Si comprobamos los datos de la superficie y el número de habitantes de las Comunidades y Ciudades Autónomas de España, observamos que la Comunidad del País Vasco solo dispone de una extensión que comprende el 1’43 % de todo el territorio español y además cuenta con 2’244 millones de personas que significan el 4’553 % del número de habitantes que viven en España, según el censo del año 2025. Si logramos extendemos con estos parámetros al ámbito del número de jugadores de fútbol en las competiciones de Liga de 1ª y 2ª Divisiones de las distintas Comunidades y Ciudades Autónomas; se comprueba que los jugadores nacidos en la Comunidad del País Vasco, en cambio, tras analizar el cómputo de número de jugadores, alcanzan los porcentajes más superiores de todos los lugares de nacimiento correspondiente a los jugadores de 1ª División y el 2º lugar de nacimiento, tras Andalucía en los jugadores que han disputado la 2ª División. Los jugadores que han disputado ambas categorías de 1ª y 2ª Divisiones, la Comunidad del País Vasco aglutina a 919 jugadores, la mayor cantidad de todos los lugares de nacimiento. Con estos datos se deduce, la relevante importancia que dispone la Comunidad del País Vasco por los numerosos y valiosos jugadores que ha aportado a la Competición de Liga y que quedan reflejados en los índices numéricos que se acompañan.
Los datos que se reflejan corresponden a los jugadores de 1ª y 2ª División desde la temporada 1928/29 hasta la temporada 2025/26 jornada 12 en 1ª División y jornada 13 en 2ª División inclusive.
Datos numéricos de superficie y habitantes de las Comunidades y Ciudades Autónomas y su incidencia en los jugadores nacidos en las mismas.
Comunidad
Sup.
%Sup
Hab.
%Hab
1ªD.
%1ªD.
2ªD
%2ªD
1ª y 2ª
%1ªy2ª
Andalucía
87,599
17.312
8,696
17.643
1,045
14.074
2,211
14.277
884
14.556
Aragón
47,720
9.431
1,369
2.778
185
2.491
329
2.124
146
2.404
Asturias
10,604
2.095
1,017
2.063
375
5.050
734
4.740
306
5.039
Baleares
4,992
0.986
1,251
2.538
143
1.926
313
2.021
125
2.058
Canarias
7,447
1.472
2,262
4.589
388
5.225
718
4.636
328
5.401
Cantabria
5,321
1.052
593
1.203
243
3.273
363
2.344
176
2.898
Cas/Manch
79,461
15.704
2,120
4.301
167
2.249
368
2.376
143
2.355
Cast/León
94,224
18.622
2,397
4.863
326
4.391
659
4.255
274
4.512
Cataluña
32,113
6.347
8,162
16.559
941
12.673
1,656
10.693
754
12.416
Ceuta
20
0.004
84
0.171
17
0.229
49
0.316
17
0.28
Extremadura
41,634
8.228
1,053
2.136
103
1.387
232
1.498
88
1.449
Galicia
29,575
5.845
2,720
5.518
495
6.667
1,021
6.593
429
7.064
La Rioja
5,045
0.997
328
0.665
61
0.822
116
0.749
49
0.807
Madrid
8,028
1.587
7,161
14.528
621
8.364
1,200
7.749
519
8.546
Melilla
12
0.002
87
0.177
19
0.256
47
0.303
17
0.28
Murcia
11,314
2.236
1,593
3.232
159
2.141
389
2.512
136
2.239
Navarra
10,391
2.054
686
1.392
245
3.300
383
2.473
193
3.178
País Vasco
7,234
1.430
2,244
4.553
1,203
16.202
1,974
12.746
919
15.133
Valencia
23,255
4.596
5,467
11.091
664
8.943
1,392
8.988
565
9.303
S/D
25
0.337
1,333
8.607
5
0.082
TOTALES
505,989
49,290
100
7,425
100.000
15,487
100.000
6.073
100
Relación de jugadores que han intervenido en la competición de Liga en 1ª y 2ª Divisiones.
Adjunto se detalla el cuadrante de los jugadores que han intervenido en la competición de Liga de 1ª y 2ª Divisiones con expresión numérica, que corresponde a los jugadores españoles y extranjeros. Analizado, se comprueba el predominio de jugadores españoles en ambas categorías con un ligero incremento de los jugadores extranjeros, incorporados en esta temporada 2025/26 en la competición de 1ª División. Los jugadores que han disputado ambas categorías representan ¼ del total de jugadores. Los jugadores que han intervenido en la 1ª División alcanzan algo más de 1/3 del total de jugadores.
Jugadores
Jug.Nuev.
Tot.Juga.
%
España 1ª D.
7,374
50
7,424
69.96
Extranjeros 1ª D.
3,128
59
3,187
30.04
TOTAL 1ª D.
10,502
109
10,611
36.41
España 2ª D.
15.381
105
15,486
83.57
Extranjeros 2ª D
2,980
65
3,045
16.43
TOTAL 2ª D.
18,361
170
18,531
63.59
Total 1ª y 2ª
28,863
279
29.142
España 1ª y 2ª
6,009
64
6,073
83.29
Extranjeros 1ª y 2ª
1.197
21
1.218
16.71
TOTAL 1ª Y 2ª
7,206
85
7,291
25.02
TOTAL JUGAD.
21,657
194
21,851
Relación de jugadores por lugares de nacimiento.-
Se detalla la relación numérica de jugadores por lugares de nacimiento de Comunidades, Ciudades Autónomas y Continentes. Se comprueba la supremacía de los jugadores nacidos en Andalucía, Sudamérica y País Vasco con índices superiores al 10%.
Lug.Naci.
Jugd
%
Lug.Naci.
Jugd
%
Andalucía
2,371
10.851
Navarra
435
1.991
Sudamérica
2,266
10.370
Cantabria
430
1.968
País Vasco
2,258
10.334
Murcia
412
1.886
Europa
1,990
9.107
Cast/Manc.
392
1.794
Cataluña
1,843
8.434
Aragón
368
1.684
Valencia
1,490
6.819
Baleares
331
1.515
S/D.
1,353
6.192
Extremadura
247
1.130
Madrid
1,302
5.959
América NyC
153
0.7
Galicia
1,087
4.975
La Rioja
128
0.586
Asturias
803
3.675
Asia
61
0.279
Canarias
778
3.560
Ceuta
49
0.224
Cast/León
711
3.254
Melilla
49
0.224
África
538
2.462
Oceanía
6
0.027
TO T A L
21,851
Relación de jugadores del País Vasco.-
Se detalla en esta relación los jugadores que han intervenido en la Comunidad del País Vasco en 1ª y 2ª Divisiones. Es algo superior el número de jugadores que han intervenido en la competición de 1ª División que el resto de lugares de nacimiento.
Jg.P.Vasco
J.NuevosP.V.
Total J.P.V.
%
1ª Div.
1,195
8
1,203
37.87
2ª Div.
1,953
21
1,974
62.13
Total
3,148
29
3,177
1º y 2ª Div.
910
9
919
28.93
Total Jug.
2,238
20
2,258
Relación de jugadores titulares en 1ª y 2ª Divisiones.-
En la relación numérica que se expresa, se detallan los jugadores titulares de 1ª y 2ª Divisiones, corresponden a los jugadores que han disputado más minutos en las distintas alineaciones de los equipos, los 11 jugadores con la inclusión de los porteros, que han constituido la alineación titular de cada temporada. Se comprueba la hegemonía de los jugadores nacidos en la Comunidad del País Vasco con índices muy superiores al resto de Comunidades y Ciudades Autónomas en ambas categorías.
Estos datos no incluyen la temporada 2025/26 en juego.
Titulares
1ª Div.
%1ª
2ª Div.
%2ªD
España
13,858
77.601
21,221
90.980
Extranjeros
4,000
22.399
2,104
9.020
Pais Vasco
2,750
15.399
3,277
14.049
Andalucía
1,677
9.391
3,128
13.411
Cataluña
1,653
9.256
2,521
10.808
Valencia
1,260
7.055
2,024
8.678
Madrid
1,225
6.860
1,914
8.206
Galicia
882
4.939
1,519
6.512
Asturias
743
4.160
1,069
4.583
Canarias
696
3.897
927
3.974
Navarra
591
3.309
568
2.435
Cast/León
583
3.265
925
3.966
Cantabria
423
2.369
547
2.345
Cast/Manc.
281
1.574
500
2.144
Aragón
254
1.422
450
1.929
Extremadura
228
1.277
292
1.252
Baleares
194
1.086
444
1.904
Murcia
193
1.081
421
1.805
La Rioja
111
0.622
160
0.686
Ceuta
78
0.437
73
0.313
Melilla
36
0.202
71
0.304
S/D
391
1.676
TOTAL
17,858
23,325
Relación de jugadores con mayor número de puntos en coeficientes de baremación.-
Si consideramos a los jugadores de 1ª y 2ª Divisiones, los 300 que mejor baremación disponen, según los coeficientes de baremación otorgados y que se detallan en el artículo nº 80 de esta Revista digital:” La baremación de jugadores. La valoración de los futbolistas “. Se comprueba que los jugadores nacidos en la Comunidad del País Vasco superan ampliamente a todos los jugadores nacidos en otros lugares de nacimiento con un porcentaje próximo a la ¼ parte del total de futbolistas. Se expresan a los 72 futbolistas nacidos en la Comunidad del País Vasco en los que se referencian el número que ostentan en la clasificación general (Nº), el nombre deportivo, las temporadas inicial y final de los mismos, la provincia de nacimiento, las veces que han sido titulares en 1ª División (1ªT), los goles marcados (G), los goles de penaltis convertidos (P), las expulsiones (E), los puntos obtenidos, los equipos en los que han militado (Eq) y los partidos disputados como titulares (Pd). Los jugadores de la Comunidad del País Vasco, han nacido en las provincias: 36 Vizcaya, 32 Guipúzcoa, 4 Álava.
Lug.nacim.
Jug.
%
Lug.nacimi.
Jug.
País Vasco
72
24.00
Europa
9
Cataluña
28
9.33
Extremadura
6
Valencia
26
8.67
Cantabria
6
Andalucía
26
8.67
Ceuta
3
Madrid
22
7.33
Aragón
3
Asturias
19
6.33
África
2
Canarias
16
5.34
Cast/Manch
2
Navarra
16
5.33
Baleares
2
Sudamérica
15
5.00
América CN
1
Galicia
14
4.67
Melilla
1
Cast/León
10
3.33
Murcia
1
T O T A L
300
Nº
Jugadores
TPDI
TPF
Prv.
1ªT
G
P
E
Pt.
Eq
Pd
4
Zarra
1939/40
1956/57
vizcaya
11
251
9
1
531.677
4
329
11
Gorostiza G.
1929/30
1946/47
vizcaya
13
177
12
1
473.531
3
275
16
Gaínza A.
1940/41
1958/59
vizcaya
16
119
5
1
445.874
1
380
17
Epi F.
1935/36
1954/55
guipúzcoa
15
124
6
443.340
2
354
19
Panizo J.L.
1939/40
1955/56
vizcaya
14
132
13
429.776
2
337
24
Mundo S.
1939/40
1950/51
vizcaya
9
199
2
413.881
2
229
28
Igoa S.
1941/42
1956/57
guipúzcoa
10
143
4
400.867
3
306
32
Zubizarreta A. (p)
1981/82
1997/98
álava
17
2
392.285
3
622
39
Esnaola J.R. (p)
1965/66
1984/85
guipúzcoa
15
1
375.631
2
557
40
Ansola F.
1959/60
1974/75
guipúzcoa
11
130
374.279
4
317
44
Aduriz
2002/03
2019/20
guipúzcoa
11
158
24
12
371.518
4
374
46
Julio Salinas
1982/83
1999/00
vizcaya
8
152
3
365.847
7
335
54
Iribar (p)
1961/62
1979/80
guipúzcoa
16
356.477
2
489
60
Dani R.
1972/73
1985/86
vizcaya
8
147
34
4
352.803
2
336
62
Zamora J.Mª.
1974/75
1988/89
guipúzcoa
13
63
4
1
350.425
1
442
66
Iriondo R.
1940/41
1955/56
vizcaya
13
88
2
344.014
4
289
72
Eizaguirre I.(p)
1939/40
1959/60
guipúzcoa
13
337.683
3
392
77
Churruca
1967/68
1981/82
guipúzcoa
10
73
1
2
333.467
3
400
78
Artetxe J.L.
1950/51
1963/64
vizcaya
11
116
8
1
332.082
1
276
80
Ontoria
1939/40
1956/57
guipúzcoa
7
37
13
1
331.596
4
363
83
Carmelo C.(p)
1950/51
1966/67
vizcaya
15
330.551
2
415
84
Uriarte F.
1962/63
1976/77
vizcaya
12
93
15
1
329.511
2
334
86
Marín L.
1928/29
1945/46
guipúzcoa
7
67
2
2
328.732
3
248
88
Rojo I
1965/66
1981/82
vizcaya
14
47
1
6
326.901
1
402
89
Lecue S.
1930/31
1945/46
vizcaya
13
56
1
326.668
4
248
90
Orúe J.Mª.
1950/51
1967/68
vizcaya
15
1
325.800
2
421
94
Arieta I
1951/52
1965/66
vizcaya
9
127
2
318.729
1
244
100
Etxeberria J.
1994/95
2009/10
guipúzcoa
11
89
1
1
313.842
2
371
104
Canito S.
1947/48
1963/64
vizcaya
13
4
1
310.452
3
380
106
Uralde
1979/80
1991/92
álava
8
112
4
308.523
4
287
108
Pérez M.
1941/42
1955/56
álava
8
40
1
306.759
3
335
111
Bata A.
1929/30
1943/44
vizcaya
6
109
2
305.790
2
173
112
Begiristain
1982/83
1996/97
guipúzcoa
8
90
1
305.390
3
346
115
Ipiña J.A.
1933/34
1948/49
vizcaya
12
16
304.523
3
290
116
Górriz
1978/79
1992/93
guipúzcoa
12
14
1
303.618
1
440
120
Irureta J.
1967/68
1979/80
guipúzcoa
11
71
4
300.699
2
325
124
Busto J.Mª.(p)
1941/42
1957/58
vizcaya
13
299.511
2
350
136
Barinaga
1939/40
1954/55
vizcaya
9
90
1
2
296.211
4
239
141
Garay J.
1949/50
1965/66
vizcaya
13
9
294.250
4
371
143
Larrañaga G.
1980/81
1993/94
guipúzcoa
12
15
1
293.371
1
427
154
Arieta II
1964/65
1975/76
vizcaya
11
69
1
289.322
2
295
155
Guerrero J.
1991/92
2005/06
vizcaya
9
101
1
1
288.913
2
312
161
Lángara
1930/31
1947/48
guipúzcoa
4
105
5
285.878
1
144
172
Arconada (p)
1975/76
1988/89
guipúzcoa
12
280.338
1
414
178
Sarabia M.
1976/77
1990/91
vizcaya
6
101
5
3
277.801
3
252
179
Xabi Prieto
2003/04
2017/18
guipúzcoa
10
52
21
2
277.742
1
403
184
Williams
2014/15
2025/26
vizcaya
10
82
4
1
275.589
1
322
189
Alconero
1939/40
1951/52
vizcaya
11
6
3
274.591
2
308
196
Unamuno V.
1928/29
1941/42
guipúzcoa
7
105
1
272.273
2
141
204
Luis Regueiro
1928/29
1935/36
guipúzcoa
8
89
6
269.752
2
145
210
Mauri U.
1953/54
1965/66
vizcaya
9
63
268.200
3
258
211
Sabino A.
1952/53
1965/66
guipúzcoa
5
66
267.400
3
270
212
Pasieguito
1942/43
1959/60
guipúzcoa
9
67
19
267.324
2
260
221
Iraola A.
2003/04
2014/15
guipúzcoa
10
33
9
1
263.296
1
376
225
Íñigo Martínez
2011/12
2024/25
vizcaya
11
23
6
261.256
3
397
231
Alexanko
1976/77
1992/93
vizcaya
8
34
1
4
259.346
3
335
232
Venancio P.
1944/45
1955/56
vizcaya
5
72
5
1
259.304
2
222
237
Sol J.
1965/66
1980/81
guipúzcoa
12
14
3
257.738
2
341
239
Urreisti
1961/62
1975/76
guipúzcoa
8
23
1
3
257.285
2
361
241
Iraragorri J.
1929/30
1948/49
vizcaya
8
89
2
256.955
1
141
247
Alsúa I
1939/40
1952/53
guipúzcoa
7
50
3
4
256.259
5
253
251
Larrazábal A.
1989/90
2003/04
vizcaya
10
39
29
5
255.728
2
399
261
Lasa J.Mª.
1968/69
1979/80
guipúzcoa
9
39
1
5
254.291
4
326
265
Paz Á.
1950/51
1962/63
guipúzcoa
8
55
2
253.712
2
275
267
Andrinua
1983/84
1996/97
vizcaya
9
18
253.561
3
395
268
Vázquez S.
1944/45
1958/59
guipúzcoa
7
44
3
253.403
6
279
284
Argote
1977/78
1989/90
guipúzcoa
8
63
5
1
250.344
1
283
285
Garitano U.
1985/86
2001/02
vizcaya
10
50
31
5
250.231
3
376
288
Juan Ramón S.
1930/31
1951/52
vizcaya
12
1
2
250.021
3
284
289
De Marcos
2008/09
2024/25
álava
9
25
3
249.756
2
365
295
Argoitia J.Mª.
1957/58
1972/73
vizcaya
9
50
1
248.242
4
271
297
Kortabarria
1971/72
1984/85
guipúzcoa
11
16
12
3
247.923
1
349
Los porteros.-
Se acompaña relación numérica de los guardametas que han actuado en la competición de Liga en las categoría de 1ª Y 2ª Divisiones hasta las jornadas de la temporada 2025/26 en juego. Se aprecia la hegemonía de los porteros nacidos en la Comunidad del País Vasco con cifras muy superiores al resto de lugares de nacimiento.
L.Nacimiento
Porteros
%
L.Nacimiento
Porteros
%
País Vasco
259
13.282
Baleares
46
2.359
Andalucía
201
10.307
Aragón
42
2.154
Valencia
171
8.769
Navarra
42
2.154
Cataluña
169
8.667
Cast/Manc.
41
2.103
Europa
140
7.18
Murcia
33
1.692
S/D
129
6.615
Extremadura
22
1.128
Galicia
127
6.513
Asia
18
0.923
Sudamérica
115
5.897
La Rioja
16
0.821
Madrid
111
5.692
América N y C.
11
0.564
Asturias
77
3.949
Asia
3
0.154
Cast/León
61
3.128
Ceuta
3
0.154
Canarias
59
3.026
Melilla
2
0.103
Cantabria
51
2.615
Oceanía
1
0.051
TOTAL
1,950
Los jugadores internacionales.-
Se acompaña relación numérica de los jugadores que han sido internacionales con la Selección de España Absoluta en la que se especifican también el número de partidos disputados. En la misma se observa la preponderancia de los jugadores internacionales nacidos en la Comunidad del País Vasco con cifras superiores al resto de lugares de nacimiento.
En este registro figuran los datos correspondientes hasta el partido disputado el 14.10.25 contra Bulgaria inclusive.
Comun/País
J.I.
Ptd
Comun/País
J.I.
Ptd
África
6
46
Cataluña
114
1,736
Cuba
2
4
Ceuta
5
77
Europa
13
181
Extremadura
16
200
Filipinas
2
6
Galicia
42
350
Sudamérica
23
247
Is.Baleares
4
117
Andalucía
87
1,034
La Rioja
7
42
Aragón
14
139
Madrid
86
1,540
Asturias
40
569
Melilla
2
5
Canarias
35
448
Murcia
9
119
Cantabria
23
268
Navarra
33
401
Cast/León
30
299
País Vaco
189
1,937
Cast/Manch
11
202
Valencia
69
838
T O T A L
862
10.805
Relación numérica de jugadores goleadores en 1ª División.
En la relación numérica que se inserta a continuación se expresan los jugadores que han anotado algún gol en 1ª División, han sido 77.364 goles anotados desde la temporada 1928/29 hasta la 2024/25 inclusive, de los que 1.536 han sido anotados en propia puerta y 3 en alineaciones indebidas. 5.796 han sido los jugadores que han anotado algún gol. Los jugadores nacidos en Sudamérica han sido los más anotadores, seguidos por los jugadores nacidos en el País Vasco que a su vez tras los jugadores nacidos en Navarra (19’41), cuentan una cantidad de goles por jugador superior (15’8) al resto de lugares de nacimiento.
Goles 1ª División
L.Nacimiento
Jugad.
%Jug.
Goles
%Goles
GJ
L.Nacimiento
Jugad.
%Jug.
Goles
%Goles
Sudamérica
923
15.925
12,851
16.611
13.92
Cantabria
104
1.794
1,266
1.636
Europa
767
13.233
8,892
11.494
11.59
América C.N.
68
1.173
996
1.287
País Vasco
651
11.231
10,287
13.297
15.80
Aragón
90
1.553
920
1.189
Andalucía
543
9.369
6,381
8.248
11.75
Extremadura
55
0.949
875
1.131
Cataluña
502
8.661
5,593
7.23
11.14
Cast/Manc
83
1.432
732
0.946
Madrid
349
6.021
4,983
6.441
14.28
Is.Baleares
65
1.121
675
0.872
Valencia
334
5.763
4,381
5.663
13.12
Murcia
73
1.260
507
0.655
Galicia
243
4.193
3,181
4.112
13.09
La Rioja
30
0.518
367
0.474
Canarias
212
3.658
2,934
3.793
13.84
Ceuta
12
0.207
253
0.327
Asturias
201
3.468
3,033
3.92
15.09
Melilla
13
0.224
187
0.242
África
166
2.864
1,637
2.116
9.86
Asia
19
0.329
125
0.162
Cast/León
161
2.778
2,241
2.897
13.92
Oceanía
2
0.034
40
0.052
Navarra
128
2.208
2,485
3.212
19.41
S/D.
2
0.034
3
0.004
Propy Alin.I.
1,539
1.989
T O T A L
5,796
77,364
Goles de penaltis en 1ª División.-
Se adjunta relación numérica de los goles anotados de penalti y jugadores que han marcado goles en la categoría de 1ª División. La Comunidad del País Vasco es tras Sudamérica y Europa el lugar de nacimiento con mayores anotadores y goles transformados.
Lug. Nacim.
Jug.
Pen
%
Lug. Nacim.
Jug.
Pen
%
Sudamérica
262
1.141
4.35
América NC
20
136
6.8
Europa
199
975
4.9
Cantabria
19
75
3.95
País Vasco
136
585
4.3
Cast/Manc.
17
35
2.06
Andalucía
117
442
3.78
Murcia
12
18
1.5
Cataluña
88
273
3.1
Extremadura
11
61
5.55
Madrid
85
440
5.18
Aragón
9
35
3.89
Valencia
80
334
4.175
La Rioja
8
43
5.375
Canarias
51
237
4.65
Baleares
8
11
1.375
Asturias
50
254
5.08
Melilla
3
5
1.667
Galicia
43
205
4.77
Ceuta
1
23
23
Navarra
36
175
4.86
Asia
1
10
10
Cast/León
30
109
3.63
Oceanía
1
6
6
África
24
103
4.29
T O T A L
1.311
5.731
4.37
Relación numérica de jugadores goleadores de 2ª División.-
En la relación numérica que se adjunta se expresa los goles y jugadores que han anotado goles en la categoría de 2ª División desde las temporadas 1928/29 a 2024/25 inclusive. Superan la cantidad de 1.000 jugadores y 10.000 goles, la Comunidad de Andalucía que se erige en el lugar de nacimiento con mayor número de goleadores y de goles anotados en esta categoría apareciendo a continuación los jugadores nacidos en la Comunidad del País Vasco. 10.067 han sido los jugadores que han anotado algún gol.
Goles 2ª División
Jugad
L.nac.
Goles
GxJ
Jugad
L.nac.
Goles
GxJ
1,255
Andalucía
13,078
10.42
P/P y Otros
1,945
1,151
País Vasco
11,259
9.78
183
Aragón
1,788
9.77
949
Cataluña
9,474
9.98
162
Baleares
1,701
10.5
752
Valencia
7,830
10.41
191
Cantabria
1,661
8.7
726
Madrid
7,626
10.50
199
África
1,543
7.75
898
Sudamérica
7,095
7.90
123
Extremadura
1,076
8.75
539
Galicia
5,567
10.33
366
S/D
1,069
2.92
410
Canarias
4,423
10.79
71
La Rioja
533
7.51
581
Europa
4,083
7.03
52
América NyC
407
7.83
410
Asturias
3,979
9.70
26
Melilla
269
10.35
360
Cast/León
3,462
9.62
27
Ceuta
244
9.04
222
Navarra
2,424
10.92
23
Asia
125
5.43
197
Murcia
1,975
10.03
2
Oceanía
7
3.5
192
Cast/Manc
1,946
10.14
10.067
T O T A L
96,589
9.40
Relación de equipos en los que han militado los jugadores nacidos en el País Vasco.-
En la relación numérica que se expresa se detallan a los jugadores que han nacido en la Comunidad del País Vasco con la inclusión de los equipos en los equipos que han militado, se comprueba que los que han pertenecido a 1 solo equipo son inmensa mayoría con un porcentaje del 42’161%. El jugador César Caneda ha figurado en 9 equipos. Los jugadores Juan María Emery, Galarreta, José Luis González y Urko Vera han figurado en 8 equipos.
%
Jugad.
V.EQ.
Equipos
0.044
1
9
9
0.222
5
8
40
1.019
23
7
161
2.215
50
6
300
4.652
105
5
525
9.703
219
4
876
15.552
351
3
1,053
24.457
552
2
1,104
42.136
952
1
952
T O T A L
2,258
5,020
Relación de equipos con jugadores nacidos en el País Vasco.-
En la relación numérica que se acompaña se detallan los equipos en los que han militado jugadores nacidos en la Comunidad del País Vasco con más de 20 jugadores. En letra negrita se expresan los equipos que figuran en la competición de Liga de 1ª División y 2ª División en la temporada 2025/26. Destacan los equipos de la Comunidad del País Vasco: Athletic Club, Real Sociedad, Éibar y Alavés. Los equipos foráneos de la Comunidad del País Vasco con mayor número de jugadores vascos son: Osasuna, Racing de Santander y Valladolid.
Equipos
Jugad.
Equipos
Jugad.
Equipos
Jugad.
Athletic
386
Levante
57
Amorebieta
32
Real Sociedad
377
Real Madrid
57
Recreativo
32
Éibar
283
Salamanca
56
Sabadell
32
Alavés
281
Betis
52
Córdoba
30
Baracaldo
256
Hércules
52
Erandio
29
Athletic B
162
Atlético Madrid
49
Lleida
29
Sestao
162
Numancia
48
Castellón
28
Indauchu
124
Deportivo
46
Sevilla
28
Arenas
122
Mirandés
46
Gimnàstic
27
Osasuna
121
Ferrol
43
Barcelona
26
Real Unión
114
Valencia
42
Leganés
26
Racing
102
Celta
40
Xerez C.D.
25
Valladolid
85
Espanyol
40
Calvo Sotelo
24
Logroñés CD
76
Sporting
40
Ourense
24
Murcia
68
Elche
39
Tenerife
24
Burgos
66
Málaga C.D.
39
Jaén
23
Zaragoza
64
Granada
37
Langreo
22
Basconia
61
Mallorca
35
CulturalLeo.
21
Oviedo
61
Rayo Vallecano
35
Las Palmas
20
R. SociedadB
60
Cádiz
33
Otros equipos
601
T O T A L
5,020
Jugadores expulsados.-
Se expresa relación numérica de los jugadores expulsados por lugares de nacimiento en las categorías de 1ª y 2ª Divisiones. Comprende los jugadores expulsados desde la temporada 1928/29 hasta la temporada 2024/25 inclusive. Aparecen el número de jugadores que han dispuesto los distintos lugares de nacimiento (Jug.). El porcentaje que corresponde (%J). Los jugadores expulsados por lugar de nacimiento (J.E). Las expulsiones (Ex.) y el porcentaje de expulsiones (%). En este epígrafe hay que considerar que si la cifra es inferior al epígrafe de %J, los jugadores han sido menos proclives a ser sancionados con expulsión. Son los jugadores nacidos en el País Vasco (+0’662), Galicia (+0’848) y Murcia (+0’632). En cambio los jugadores que disponen de cifras superiores al epígrafe %J, han sido los jugadores más sancionados. Andalucía (-2.508), Madrid (-2.154), Sudamérica (-1.664) y Cataluña (-1.147)
Lug.Naci.
Jug.
%J.
J.E
Ex.
%
Lug.Naci.
Jug.
%J.
J.E
Ex.
%
Andalucía
2,360
10.897
832
2,047
13.405
Navarra
430
1.985
141
356
2.331
Sudamérica
2,242
10.352
832
1,835
12.016
Cantabria
426
1.968
108
306
2.004
País Vasco
2,238
10.334
670
1,477
9.672
Murcia
409
1.889
107
192
1.257
Europa
1,929
8.907
677
1,385
9.07
Cast/Manc.
391
1.805
119
294
1.925
Cataluña
1,832
8.459
605
1,467
9.606
Aragón
364
1.681
99
260
1.703
Valencia
1,485
6.857
435
1,046
6.850
Baleares
330
1.524
95
211
1.382
S/D.
1,353
6.247
48
49
0.321
Extremadura
247
1.141
87
225
1.473
Madrid
1,295
5.979
497
1,242
8.133
América NyC
152
0.702
40
75
0.491
Galicia
1,077
4.973
307
630
4.125
La Rioja
128
0.591
43
104
0.681
Asturias
801
3.698
226
569
3.726
Asia
59
0.272
14
27
0.177
Canarias
774
3.574
242
566
3.706
Ceuta
48
0.222
14
35
0.229
Cast/León
709
3.274
199
469
3.071
Melilla
49
0.226
14
22
0.144
África
523
2.415
183
380
2.489
Oceanía
6
0.028
2
2
0.013
TOTAL
21,657
6,636
15,271
Relación numérica de jugadores 1ª y 2 ª Divisiones.-
Se acompaña relación numérica de los equipos que han disputado la competición de Liga en 1ª y 2ª Divisiones con expresión de los jugadores que han militado en los distintos equipos, así como los jugadores que han debutado en 1ª y 2ª Divisiones. Es significativo que los menores índices de jugadores se establecen en los equipos vascos que han competido en la 1ª División: Athletic Club (38), Real Sociedad de Fútbol (32) y S.D. Éibar (34), tan solo el C.D. Alavés (17) ocupa posiciones privilegiadas.
Se incluyen los jugadores hasta las jornadas 12 en 1ª División y 13 en 2ª División de la temporada 2025/26.
Equipos
Jug.
J1ªD
J2ªD
J1ª/2ªD
Equipos
Jug.
J1ªD
J2ªD
J1ª/2ªD
Valladolid
916
545
566
195
Baracaldo
345
345
Levante
885
264
726
105
Cartagena F.C.
306
306
Zaragoza
856
514
506
164
Badajoz
288
288
Murcia
855
336
723
204
Jaén
287
57
258
28
Espanyol
852
830
140
118
Cultural Leonesa
261
26
256
21
Elche
850
328
660
138
Huesca S.D.
259
52
237
30
Racing
846
484
529
167
Mestalla
258
258
Deportivo
840
463
544
167
Mirandés
250
250
Mallorca
837
428
571
162
Burgos
240
78
210
48
Betis
803
614
410
221
Alcorcón
230
230
Sporting
798
392
579
173
Terrassa
224
224
Sevilla
786
702
184
100
Badalona
216
216
Hércules
770
288
641
159
Sestao
215
215
Celta
762
552
410
200
Algeciras
206
206
Osasuna
755
433
488
166
Ourense
203
203
Atlético Madrid
754
714
89
49
Lugo
198
198
Alavés
747
291
563
107
Atlético Madrid B
191
191
Oviedo
742
360
524
142
Ponferradina
191
191
Rayo Vallecano
733
339
551
157
Extremadura CF
189
42
174
27
Granada
731
392
495
156
Alcoyano
186
58
169
41
Sabadell
720
163
634
77
Athletic B
182
182
Cádiz
709
221
618
130
Langreo
181
181
Tenerife
705
162
624
81
Real Unión
179
37
159
17
Barcelona
701
701
Ceuta A.D.F.C.
171
18
169
16
Valencia
687
672
53
38
Avilés R.
168
168
Castellón
672
151
605
84
Arenas
165
78
102
15
Las Palmas
657
338
490
171
San Andrés
165
165
Real Madrid
639
639
Indauchu
152
152
Recreativo
614
101
565
52
Pontevedra
150
52
133
35
Córdoba C.F.
613
117
554
58
Constancia
149
149
Albacete
611
124
546
59
Calvo Sotelo
146
146
Real Sociedad
603
527
192
116
Mérida
137
42
121
26
Salamanca
580
144
507
71
Europa
133
33
104
4
Éibar
531
95
459
23
Melilla
132
132
Barcelona B
496
21
487
12
San Fernando
123
123
R. Madrid Castilla
487
487
Eldense
122
122
Ferrol
468
468
Ejido
121
121
Athletic
463
463
Alicante
120
120
Gimnàstic
444
61
418
35
Gimnástica
120
120
Villarreal
437
295
194
52
Sevilla Atlético
120
120
Málaga C.D.
424
221
370
167
Villarreal B
120
120
Xerez C.D.
412
24
405
17
Compostela
117
53
101
37
Getafe C.F.
400
271
161
32
Toledo
113
113
Girona
396
89
336
29
Córdoba D.
107
107
Lleida
391
47
372
28
Granada 74
106
106
Almería U.D.
387
130
329
72
Burgos SAD
104
104
Málaga C.F.
375
218
214
57
Caudal
102
102
Logroñés C.D.
367
124
282
39
Cartagena C.F.
101
101
Numancia
360
87
327
54
Otros Equipos
5,171
74
3,140
43
Leganés
351
100
296
45
T O T A L
45,538
16,275
32,300
5,037
Relación de lugares de nacimiento con puntos de baremación.-
Se adjunta cuadrante de los lugares de nacimiento de Comunidades y Ciudades Autónomas, así como Continentes en donde se incluyen los puntos de baremación que han sumado los jugadores de cada zona.
Se reflejan el total de jugadores que han dispuesto desde el inicio de la competición liguera en la temporada 1928/29 hasta la conclusión de la temporada 2024/25. Aparecen los puntos que se les han otorgado según baremación detallada en la Revista Digital de Cuadernos de Fútbol nº 80 “Baremación de jugadores. La valoración de los futbolistas”. Y se detallan los puntos que corresponderían a cada jugador por lugares de nacimiento, consiste en la operación matemática de dividir el total de puntos de cada lugar de nacimiento entre los jugadores que han disputado el Campeonato Nacional de Liga.
La Comunidad del País Vasco ofrece una media de 55’895 puntos por jugador superior al resto de lugares de nacimiento, a excepción de la Comunidad Foral de Navarra y la Ciudad Autonómica de Ceuta que disponen de unas cantidades menores de jugadores. Es significativo el escaso promedio que alcanzan los jugadores nacidos en el extranjero procedentes de Sudamérica, Europa, África, América del Norte y Central, Asia y Oceanía, que quedan relegados a las últimas posiciones junto a los jugadores de Murcia.
Comu/Cont.
Total
PTOS.
PTXJG.
Comu/Cont.
Total
PTOS.
PTXJG.
Andalucía
2,360
97,206.786
41.189
Cantabria
426
19,836.028
46.563
Sudamérica
2,242
80,235.882
35.788
Murcia
409
12,958.599
31.683
País Vasco
2,238
125,093.869
55.895
Cast/Manch.
391
15,570.117
39.821
Europa
1,929
55,320.473
28.678
Aragón
364
14,607.633
40.131
Cataluña
1,832
83,850.070
45.77
Islas Baleares
330
12,659.194
38.361
Valencia
1,485
65,338.990
43.999
Extremadura
247
11,275.535
45.65
S/D
1,353
6,665.061
4.926
América N/C.
152
5,279.026
34.73
Madrid
1,295
63,842.005
49.299
La Rioja
128
5,442.937
42.523
Galicia
1,077
47,871.304
44.449
Asia
59
1,166.263
19.767
Asturias
801
38,029.247
47.477
Melilla
49
2,115.478
43.173
Canarias
774
34,543.647
44.63
Ceuta
48
3,012.117
62.752
Cast/León
709
30,938.911
43.637
Oceanía
6
150.454
25.076
África
523
13,431.518
25.682
Expulsados
2,120.689
Navarra
430
25,477.277
59.249
T O T A L
21,657
874.039.110
40.358
Relación de temporadas por decenios de los jugadores nacidos en el País Vasco.-
En la relación numérica que se expresa a continuación, se detallan los jugadores que han intervenido en la competición de Liga en 1ªy 2ª Divisiones nacidos en la Comunidad del País Vasco por decenios, salvo los de la temporadas 1928/39 que aparecen en una sola casilla. Son importantes los decenios de los años 1950 y 1960, así como los de las temporadas 1928/39 que superan ampliamente al resto de decenios, se observa así mismo, un retroceso en el incremento de jugadores desde el decenio de los años 1980 hasta los años 2010, pues en este decenio de 2020, aún solo se han disputado 5 temporadas y 1 temporada 2025/26 que está inconclusa.
Tpdas.
Jugado
%
1928-39
433
19.18
1940-49
206
9.12
1950-59
355
15.72
1960-69
288
12.75
1970-79
169
7.49
1980-89
230
10.19
1990-99
201
8.90
2000-09
156
6.91
2010-19
118
5.23
2020-26
102
4.51
T O T A L
2,258
100
La edad de los jugadores nacidos en el País Vasco.-
Se detalla a continuación relación numérica de jugadores nacidos en la Comunidad del País Vasco en donde se reflejan el número de jugadores nacidos en los diversos decenios. Del análisis de la tabla se desprende que son mayoría los jugadores nacidos entre los años 1.930 a 1.950 con cifras superiores a la ¼ del total de jugadores.
Décadas
Jugad.
%
Décadas
Jugad.
%
1889-1900
10
0.44
1960-1970
233
10.32
1900-1910
152
6.73
1970-1980
215
9.52
1910-1920
235
10.41
1980-1990
140
6.20
1920-1930
223
9.87
1990-2000
127
5.63
1930-1940
304
13.46
2000-2007
66
2.92
1940-1950
305
13.51
S/D
103
4.56
1950-1960
145
6.43
T O T A L
2,258
Alineaciones de Jugadores País Vasco en 1ª División.-
Entre los equipos foráneos a la Comunidad del País Vasco destacan el Valencia C.F. que en la temporada 1944-45 alineó a 8 jugadores Vascos, esta fue la alineación titular del equipo, en negrita aparecen los jugadores vascos, los otros 3 eran de la provincia de Valencia.; Eizaguirre; Pechuán, Juan Ramón; Asensi, Iturraspe, Lecue; Epi, Amadeo, Mundo, Igoa, Gorostiza.
También el Racing de Santander en la temporada 1932-33 dispuso de 7 jugadores vascos: Jáuregui; Ceballos, Hernández, Ibarra, Óscar, Larrinoa, Santi, Loredo, Telete, Larrinaga, Cisco.
El Real Madrid C.F. en la temporada 1932-33 dispuso en su alineación titular con otros 7 jugadores vascos: Zamora; Ciriaco, Quincoces; PedroRegueiro, Valle, Gurruchaga; Eugenio, Luis Regueiro, Olivares, Hilario, LuisOlaso.
El Athletic Club de Bilbao ha dispuesto de 29 alineaciones titulares de jugadores vascos completas, a destacar las temporadas inclusive desde la 1961/62 hasta la temporada 1971/72 (11). La Real Sociedad también ha dispuesto de 7 alineaciones completas en 1ª División de jugadores vascos, 3 seguidas desde la temporada 1931/32 hasta la temporada 1933/34.
Formación del Valencia C.F. Final Copa 24.06.1945 contra el Athletic Club. Arriba: Iturraspe, Asensi, Mundo, Juan Ramón, Amadeo, Álvaro, Eizaguirre. Abajo: Bertolí, Lecue, Igoa, Gorostiza. En letra negrita los jugadores nacidos en el País Vasco.
Lugares de nacimiento de los jugadores del País Vasco.-
En el cuadrante que se detalla se expresan las localidades de nacimiento de los jugadores de la Comunidad del País Vasco de 1ª y 2ª Divisiones. Aparecen los municipios que superan los 10 jugadores. Los municipios de Bilbao (14’84%), Donostia (10’58%), Barakaldo (6’11%) y Vitoria (4’69%), acaparan las primeras posiciones destacadas.
Poblac.
Jug.
Poblac.
Jug.
Poblac.
Jug.
Bilbao
335
Ondárroa
28
Ordizia
19
Donostia
239
Pasaia
28
Beasaín
18
Barakaldo
138
Las Arenas-Getxo
27
Hondarribia
17
Vitoria
106
Errenteria
26
Mutriku
17
Irún
75
Gernica-Lumo
26
Hernani
16
S/D.
64
Portugalete
25
Andoain
14
Sestao
59
Galdakao
24
Bergara
14
Éibar
56
Azpeitia
23
Arrigorriaga
13
Erandio
52
Zarautz
23
Deba
13
Basauri
46
Santurtzi
21
Lasarte-Oria
13
Tolosa
42
Deusto-Bilbao
20
Mungia
12
Getxo
39
Leioa
20
Elorrio
11
Durango
36
Amorebieta-Etxano
19
Abadiño
10
Arrasate
31
Azkoitia
19
Balmaseda
10
Elgóibar
29
Bermeo
19
Otros
366
T O T A L
2.258
Josechu Araquistáin, el penúltimo de La Sexta
Con el fallecimiento del ex guardameta Josechu Araquistáin, el pasado día 28 de septiembre, en la localidad guipuzcoana de Elgoibar, ya tan sólo resiste Pirri -y espero que por muchos años todavía- de los once españolitos que conquistaron para el Real Madrid una inesperada Copa de Europa, La Sexta, el 11 de mayo de 1966, en el luego tristemente célebre Estadio Heysel de Bruselas y ante el Partizan de Belgrado, entonces vigente campeón liguero de la extinta Yugoslavia.
Titular en la Real Sociedad e internacional
José Araquistáin Arrieta había nacido en la cercana Azkoitia, el 4 de marzo de 1937, en plena Guerra Civil. Su para la época muy aventajada complexión física -180 centímetros de altura y 75 kilos de peso- parecían ideales para ocupar el puesto de guardameta, aunque, como muchos otros futuros cancerberos, empezó jugando en otro lugar, pero un día tuvo que ponerse a atajar balones y ya no se movería de allí. Tras pasar por los equipos del Colegio del Pilar y el Elgoibar, la Real Sociedad le va a enrolar en su conjunto juvenil, pero entrenando durante la semana con la primera plantilla, cediéndole luego al Eibar, que militaba en la Segunda División. En la temporada 56-57 se asoma tímidamente al once titular txuriurdin, disputando un partido de Liga, concretamente en Balaídos, en la jornada número 13, el 2 de diciembre de 1956, con victoria realista por 2 a 3, y este equipo: Araquistáin; Irulegui, Ansola, Elizondo; Echarri, Peporro; Querejeta (de nombre Elías, y posteriormente famoso productor de cine), Larrabeiti, Laguardia, Sarasqueta y Paz. Pero en la campaña siguiente ya puede considerársele como el dueño del marco donostiarra, con 21 presencias ligueras, registros que superaría ampliamente en los cursos posteriores, y que le llevarían a la Selección Española, primero en los llamados equipos “B” y “Promesas”, y finalmente con la Absoluta.
España, 1959.
Debutaría en ella el 17 de julio de 1960, en Santiago de Chile, en un amistoso frente al combinado del país andino y con ocasión de una gira de la que entonces nadie conocía aun como LaRoja, que era precisamente el apelativo de sus rivales chilenos. Ese día Araquistáin saltó al campo ya iniciado el encuentro, y en sustitución nada menos que del mítico Antoni Ramallets. Venció España por 1 a 4, con goles de Di Stefano (2), Pereda y Peiró, y estos fueron sus otros diez compañeros: Rivilla, Garay (Santamaría), Pachín; Segarra (Vidal), Vergés; Pereda, Luís Suárez (Eulogio Martínez), Di Stefano, Peiró y Collar.
Fichaje por el Real Madrid, trofeo “Zamora”, y mundialista
Como guardameta destacaba por su valentía, agilidad y colocación, virtudes que no estaban en absoluto reñidas con la espectacularidad, pues muy pronto se hicieron célebres sus contundentes despejes de puños, que a decir de los que tuvieron la suerte de verle en acción desplazaban la pelota hasta el mismísimo centro del campo. No era extraño, por lo tanto, que los principales clubes españoles se interesasen por él. En 1960 el Real Madrid -donde ya declinaba la estrella de otro paisano suyo, Juanito Alonso, natural de Fuenterrabía- había fichado al portero del RCD. Español José Vicente Traín, que despacharía una estupenda temporada 60-61, llegando también a debutar con la Selección Absoluta. Pero el arquero catalán se va a lesionar en un dedo, teniendo que ser intervenido quirúrgicamente en su mano, y entonces es cuando los blancos miran hacia el Norte, y a cambio de 6 millones de pesetas y las cesiones de cuatro jugadores (el sueco Simonsson, el futuro magnífico Villa, Raba y Eguskiza) se hacen con los valiosos servicios de Araquistáin, en un traspaso económicamente muy relevante para la época, y cobrando Josechu de ficha medio millón (el doble que en la Real).
Araquistaín de puños.
Araquistaín llegó a la capital en tren, y el Madrid tendrá el detallazo de regalarle un “600”, cuando aun no tenía el carné de conducir. En el Santiago Bernabéu va a caer de pie. Titular indiscutible en la meta, ganará el Trofeo “Zamora” (encajando tan sólo 19 goles en 25 partidos), y va a proclamarse campeón de Liga y también de Copa, en cuya final una parada suya, deteniendo el penalti lanzado por el sevillista y ex merengue Enrique Mateos, resulta decisiva, aunque no logrará el triplete al ser derrotado el Real Madrid en la final de la Copa de Europa disputada en Amsterdam frente al Benfica, 5 a 3 a favor de un conjunto lisboeta donde ya hacia estragos el gran Eusebio.
Culminará esa gran temporada 61-62 siendo convocado para la Selección Española que iba a tomar parte en el Campeonato del Mundo que se celebraría en Chile, tan sólo dos años después del terrible terremoto que devastó la zona central del país en el que precisamente había debutado Araquistáin como internacional con el equipo “A”. España es eliminada en la fase de grupos, y el guipuzcoano va a jugar solamente el último partido, sustituyendo a otro legendario guardameta vasco, Carmelo Cedrún. El adversario en Viña del Mar fue nada menos que Brasil, vigente campeón mundial y que revalidaría su título días después. Los nuestros jugaron ese día su mejor partido en tierras chilenas y se adelantaron con un gol del colchonero Adelardo, pero dos tantos de Amarildo, relevo de un lesionado Pelé, nos apearon de la competición. Esta fue la alineación en su despedida del combinado nacional, tras seis presencias: Araquistáin; Rodri, Echeberría, Gracia; Vergés, Pachín; Collar, Adelardo, Puskas, Peiro y Gento.
Temporadas de suplencia
Pero a partir de ese cenital 1962 las cosas comenzaron a torcerse para Araquistáin. Pese al gran rendimiento del guipuzcoano, Vicente regresaría a la titularidad después de su grave lesión, y prácticamente va a monopolizar la portería en el curso 62-63. En la campaña siguiente el entrenador Miguel Muñoz hará rotaciones en el marco, y el de Azkoitia jugará más, aunque fue el barcelonés quien se puso bajo los tres palos en una nueva final de la Copa de Europa, la disputada en el Prater vienés con el Inter de Helenio Herrera y Luis Suárez como contrincante, que acabaría también con derrota madridista.
En ese verano del 64 Vicente va a abandonar el Real Madrid, y parece que el sol puede volver a salir para Araquistáin, pese a la irrupción de otro serio rival para la meta, el canario Antonio Betancort. De hecho, comienza la temporada 64-65 jugando, pero una inoportuna lesión -todas lo son- producida en la séptima jornada, en el Bernabéu y ante el Real Zaragoza, le va a apartar de nuevo del equipo, y por mucho tiempo, pues Betancort rendirá a plena satisfacción, llegando incluso a estrenarse con la Absoluta, y eso que por ahí andaba un tal Iribar…
Araquistáin lesionado.
Campeón de Europa con los ye–yés en el 66
Sin embargo Josechu llevará siempre su suplencia con disciplina y profesionalidad, manteniéndose preparado y a punto para cuando sus servicios sean reclamados. Y su oportunidad va a llegar en la primavera de 1966, y supondrá el que seguramente haya sido su mayor momento de gloria, una nueva final de la Copa de Europa, la competición-fetiche del Real Madrid, aunque esta vez saldada con triunfo. Betancort seguía intratable en la meta blanca, pero en la ida de las semifinales, en la Villa y Corte y ante el Inter, su verdugo de dos años antes, el meta canario va a sufrir un tirón muscular recién iniciada la segunda mitad. La reglamentación del torneo no permitía entonces ni siquiera cambiar al portero en caso de lesión, de modo que el bueno de Antonio no tendrá más remedio que resistir más de media hora infiltrado, con un vendaje improvisado y arrastrando la pierna, aunque por fortuna el planteamiento defensivo de HH, el famoso Catenaccio, impedirá que los negriazules le pongan en serios apuros.
Real Madrid 1965-1966.
Para la vuelta, y de cara a conservar el 1 a 0 favorable del primer partido, Muñoz echa mano de Araquistáin, y el Madrid se clasifica para el encuentro decisivo al empatar 1-1 en San Siro. El 11 de mayo de 1966 el estadio bruselés de Heysel, dos décadas más tarde escenario de muy luctuosos acontecimientos, albergará la gran final entre el Real Madrid y el Partizan de Belgrado, representante entonces de la extinta Yugoslavia. Los blancos presentan un once formado íntegramente por futbolistas nacidos en España: Araquistáin; Pachín, De Felipe, Sanchis; Pirri, Zoco; Serena, Amancio, Grosso, Velázquez y Gento. Tras una primera parte más bien anodina, los balcánicos se adelantan al poco de iniciada la reanudación, a la salida de un córner, lo cual espolea a los blancos, que mediado el periodo, y en tan sólo cinco minutos, van a remontar el marcador adverso con goles de Amancio, en una gran jugada personal del delantero gallego, y Fernando Serena, de una colosal volea desde fuera del área. Es LaSexta, un triunfo inesperado para un equipo donde ya no estaban los grandes ases de antaño como Di Stefano, Puskas o Santamaría, con Gento como único vestigio del glorioso conjunto pentacampeón.
Real Madrid, 1966. Heysel.
Resurrección levantina
Pero en la temporada siguiente, una vez restablecido Betancort, el arquero grancanario va a recuperar su lugar bajo palos, y ya Araquistáin jugará muy poco. Y para mayor inri al Bernabéu arriba un nuevo competidor, el gigantesco guardameta asturiano Junquera (1,92), que le arrebatará incluso la titularidad al insular. Josechu tiene ya 31 años, y aunque no sea una edad demasiado avanzada para su puesto, y quedándole todavía un par de años de contrato, no se resigna a figurar como tercer portero, y acepta la oferta del Elche, cuyo marco defendía entonces un jugador bastante más veterano todavía, Pazos.
En Altabix permanecerá por espacio de tres temporadas, actuando bastante en las dos primeras y ya menos en la última, tras sufrir una lesión en el cuádriceps y coincidiendo con el primer descenso del cuadro franjiverde, después de 12 maravillosas temporadas en la élite, llegando incluso a disputar la final de Copa de 1969 frente al Athletic de Bilbao, por entonces el Rey del Torneo del KO, y que vencería a los de la Ciudad de las Palmeras por 1 a 0, gol marcado por Antón Arieta en los últimos compases del choque. Aquella histórica noche del 15 de junio de 1969 Araquistáin defendió el marco ilicitano, y fueron sus compañeros Ballester, Iborra, González; Lezcano, Llompart; Serena, Curro, Vavá, Asensi y Casco.
Ya repuesto de sus problemas físicos, va a ser un antiguo compañero en las filas del Real Madrid, el francés Lucien Muller, quien le lleve al C.D. Castellón, en cuyo banquillo se sentaba el técnico alsaciano de cara a la campaña 71-72. Después de todo un cuarto de siglo lejos de la Primera División, el club albinegro lograría por fin el ansiado ascenso esa temporada y Araquistáin va a ser un fijo en la portería hasta que una nueva lesión le impida disputar las seis últimas jornadas, siendo sustituido por Mendieta, el padre de Gaizka. Y una vez en la máxima categoría ambos guardametas vascos se alternarán en el marco, hasta que en el campo burgalés de El Plantío, y encontrándose Araquistáin en el banquillo junto al también ex-madridista Ortuño, ambos son expulsados por el colegiado aragonés señor Bueno, al parecer por dirigirse a él de manera insultante. El Comité de Competición le impondrá 3 partidos de suspensión, y entonces el club de Castalia le solicitará al Real Madrid -con el que el presidente Emilio Fabregat mantenía excelentes relaciones- la cesión del meta cántabro Corral, inédito con los blancos, pero que en La Plana va a convertirse en indiscutible. A partir de ese momento Josechu y Mendieta padre seguirán alternándose, pero ahora en la suplencia, y Araquistáin ya únicamente disputaría un partido, y precisamente contra el Real Madrid, a causa de lo que ahora llamaríamos ”Cláusula del Miedo”, que impedía la alineación del cedido Corral. De modo que en esa temporada tan brillante para el conjunto castellonense -que se clasificaría en quinta posición, llegando hasta la final de Copa contra el Athletic y cayendo por 2 a 0- no podrá repetir en el partido decisivo, y ya con 36 años rechazará una ventajosa oferta del Sabadell, colgando los guantes para dedicarse a los negocios (una fábrica de pinturas junto a un cuñado suyo), y practicar otra de sus pasiones, la caza de jabalíes.
C.D. Castellón.
Su palmarés madridista es impresionante, pues en siete temporadas de estancia en la entidad blanca consiguió seis campeonatos de Liga (61-62, 62-63, 63-64, 64-65, 66-67 y 67-68), una Copa del Generalísimo (1962), y la Joya de la Corona, la Copa de Europa de la edición de 1965-66. Lamentaría, no obstante, no haber jugado más con el Real Madrid, donde se alineó solamente en 97 partidos oficiales sumando todas las competiciones. Nunca se consideró inferior a otros arqueros con los que coincidió, aunque si reconocería que su carácter pudo significar cierto obstáculo en su carrera. En cierta ocasión, durante el descanso de un encuentro amistoso, camino del vestuario, incluso llegó a las manos con el mismísimo Alfredo Di Stefano, que le culpó de un gol, aunque aquel gran directivo y magnífico diplomático que fue Raimundo Saporta selló para siempre la paz entre ambos temperamentales jugadores. Una vez retirado, y durante toda una década, Araquistáin va a ser ojeador del Real Madrid, club al que, en la ultima entrevista que concedió antes de su fallecimiento- consideraba como “su padre” (la “madre” era la Real Sociedad, naturalmente)
Las mejores alineaciones de 2ª División
La competición de Liga en la 2ª División, la categoría de plata del fútbol en España, ha cumplido 94 temporadas desde la temporada 1928/29 hasta la concluida 2024/25. Una Liga casi centenaria que ha dispuesto a 2.118 equipos en todas las temporadas, siendo preciso, por tanto destacar a las 100 mejores alineaciones titulares y que han sido más decisivas por los partidos que se han disputado haciendo acopio de triunfos y por ende de goles conseguidos.
165 equipos son los que han disputado el Campeonato Nacional de Liga en 2ª División en las 94 temporadas que se han jugado, desde la temporada 1.928/29 hasta la temporada 2.024/25 inclusive.
En los puntos homologados, se trata de aplicar el cómputo de puntos que se confiere a los equipos de las temporadas anteriores a la 1.994/95 hasta la actual, 3 puntos por partido ganado y 1 punto por partido empatado, también se consideran los partidos que se han disputado en la temporada teniendo como referencia los 38 que se juegan en las temporadas desde 1.997/98 en adelante, calculando por la proporción matemática de la regla de tres.
Las alineaciones se relacionan los 11 jugadores incluidos los porteros que más minutos han jugado durante la temporada, que corresponde con la alineación titular de equipo. Se detallan también los goleadores con más de 7 goles.
Puede ocurrir que el equipo en alguna temporada haya obtenido mejor clasificación que la que se detalla, pero lo que se pretende es contabilizar los puntos conseguidos con la homologación y diferencia de goles que se expresa para otorgar la posición del equipo entre los 1.602 equipos clasificados.
Desglose de los equipos que han formado la 2ª División hasta la Tpda. 2024/25.-
Temporadas
Equipos
Nº Temporadas
Total equipos
1928 a 33
10
6
60
1934 a 35
24
2
48
1939
40
1
40
1940 a 42
24
3
72
1943 a 48
14
6
84
1949 a 55
32
7
224
1956
40
1
40
1957
36
1
36
1958 a 67
32
10
320
1968 a 96
20
28
560
1986
18
1
18
1997 a 24
22
28
616
Total 2ª
94
2,118
La clasificación de los 165 equipos atendiendo a los puntos conseguidos en las 94 temporadas disputadas queda establecida como se expresa en la relación que se acompaña. Se detallan las epígrafes que corresponden. TP=Temporadas. G=Goles. P=Penaltis. Pp=Goles en propia puerta. P.Al=Puntos Alineaciones. P.G=Puntos Goles.P.E=Puntos Expulsiones. Ptos=Total de Puntos acumulados.
Entre los equipos destacan en las primeras posiciones el Real Murcia, Real Sporting de Gijón y la Unión Deportiva Tenerife, que son también los equipos con más temporadas disputadas en el Campeonato de Liga de 2ª División.
Desde que existe el puesto de defensa central, el Barça siempre ha tenido a alguno de los mejores futbolistas españoles del momento cubriendo esa demarcación. De Biosca a Cubarsí, nos encontramos con Garay, Olivella, Gallego, Migueli, Alexanko, Nadal, Abelardo. Puyol o Piqué, y aun nos dejamos algún nombre ilustre en el tintero. Y, desde luego, sería imperdonable olvidarnos de Gensana, que llegó muy pronto a ser uno de los más destacados centrales en los últimos años 50 y primeros 60 del siglo pasado, aunque una desgraciada lesión y sus secuelas, nunca superadas del todo, le obligaron a retirarse cuando todavía le quedaba mucho fútbol en sus botas.
Central, por supuesto
Hoy en día no habría dudas para ubicar a Enric Gensana i Merola (Lleida, 3 de junio de 1936-Barcelona, 28 de septiembre de 2005) en una determinada posición. Sería, si o sí, uno de los dos centrales. Su exuberante físico y su insultante dominio del juego aéreo así lo prescribirían, y aunque durante su forzosamente breve pero intensa carrera se movió por esa zona, ocupándose de las tareas propias del lugar, raramente lució a la espalda el dorsal número “5”, con el que por aquel entonces se distinguía a quien era el eje de la zaga, porque en el equipo de su vida, el Barça, esa teórica demarcación la cubrían futbolistas como Biosca, Brugué, Rodri, Garay y Olivella, y a Gensana le tocó actuar en la mayoría de las ocasiones como medio defensivo o de cierre, formando pareja ora con Vergés, ora con Segarra.
Gensana al ataque.
Un triunfador precoz
Fue un talento precoz. Y es que todo en su vida se desarrolló con rapidez. A los 18 años debutaba ya con el Lérida -entonces se llamaba así- en Segunda División. Recién cumplidos los 20 llegaba al Barça, y un año más tarde (aun no tenía 21) ya era internacional con la Selección Absoluta. Pero inauguraría los 26 con una grave lesión que ya iba a hipotecar el resto de su carrera, para retirarse prematuramente a los 30, e irse al otrobarrio a los 69, él, que parecía un castillo inexpugnable para los delanteros contrarios, aunque para los imprevisibles avatares de la existencia humana no lo fuera tanto… Con un físico realmente privilegiado para la época -medía 1,86-, casi les sacaba la cabeza a la mayoría de sus compañeros de equipo.
Barça en el Bernabéu.
20 partidos con el conjunto de la TerraFerma fueron suficientes para que el Barça le echara el lazo. Corría la temporada 56-57, y el entrenador Domingo Balmanya, el entrañable Mingu, daba la alternativa a varios jóvenes pero suficientemente preparados futbolistas: Olivella, Vergés, Coll, Gensana….No jugará demasiado -12 partidos de Liga y 5 de Copa-, aunque bastan para llevarle a la Selección y convertirle en campeón de Copa. Con el combinado nacional “B” debuta el 8 de diciembre de 1956, cuando solamente lleva disputados siete encuentros en Primera División. El choque se celebra en Cagliari, la capital de la isla de Cerdeña, y se salda con triunfo mínimo español por 0 a 1, marcado por su compañero de equipo Justo Tejada, y la siguiente alineación: Carmelo; Olivella, Campanal, Valero; Vergés, Gensana; Tejada, Pepillo, Peiró, Del Sol y Collar.
Algunos meses más tarde -el 26 de mayo de 1957 en Madrid, Estadio “Bernabéu”- es ya integrante de la Selección “A”, en partido de clasificación para el Mundial de Suecia de 1958, pese a que España ya no tenía posibilidades de acudir a dicha cita, eliminada en la fase previa por segunda vez consecutiva (en 1954 lo había sido por la mano inocente de un muchacho italiano, que sacó la papeleta de Turquía en lugar de la nuestra, tras un desempate en Roma que no decidió nada). Jugaron esa tarde: Ramallets, J.C. Quincoces, Garay, Segarra; Verges, Gensana; Basora, Kubala, Di Stefano, Mateos y Gento, y España se impuso a Escocia por 4 a 1, con goles de Mateos, Kubala y Basora (2). Y culminará esa gran temporada como rookie con la conquista de la Copa del Generalísimo de 1957, en la famosa -y única hasta ahora- final barcelonesa, disputada en un ya decrépito Estadio de Montjuic frente al RCD. Español.
España 57 Escocia
Baluarte de la zaga azulgrana
Al año siguiente ya se consolida del todo en el once titular azulgrana (30 partidos entre todas las competiciones), y obtiene su segundo título, la primera edición de la Copa de Ciudades en Feria (1955-1958). Pero antes había sido premiado como mejor jugador en un prestigioso torneo celebrado en Caracas y denominado “Pequeña Copa del Mundo”, en el que el Barça salió también triunfador. Gensana es ya una espléndida realidad: un defensor noble, limpio y de gran calidad, que se impone por sus condiciones físicas excepcionales, nunca por su dureza. Y precisamente las lesiones van a ser su cruz, cortando en seco una carrera fulgurante. Pero no adelantemos acontecimientos…Señalemos que además de magnífico jugador de contención, se incorpora con mucho peligro al ataque -algo entonces nada habitual- , y su aventajada estatura le permite conseguir no pocos goles en inapelables remates de cabeza (un par de docenas con el Barcelona, a lo largo de su no muy dilatada trayectoria, y dos con la Selección).
Condal 65-66.
Campeón de Liga y Copa en la campaña 58-59, a las órdenes de Helenio Herrera, y nuevamente vencedor en el Torneo de la Regularidad en la temporada siguiente, en la que el Barça vuelve a ganar la Copa de Ferias en su segunda edición (1958-1960). Gensana ya es reconocido entre los mejores centrales del Continente, y ahora con el estupendo escaparate que supone el tomar parte en la Copa de Europa, aunque a los blaugrana se les escape la final del 61 frente al Benfica lisboeta, por culpa de unos condenados postes cuadrados empeñados en rechazar hasta cuatro balones. Con 25 años, el ilerdense se encuentra en la cima de su carrera, y tiene ante sí la perspectiva de consagrarse definitivamente en el Mundial de 1962 -al que por fin va a acudir España-, a celebrar en un Chile que aun se encuentra cicatrizando las heridas del terrible Terremoto de Valdivia de 1960. Pero…
Una retirada prematura
Una inoportuna lesión -siempre lo son-, sufrida en Grecia en el transcurso de una gira, le impide acudir al país andino, y ahí van a comenzar sus problemas. Aunque juega con cierta frecuencia en la temporada 62-63 (y un gol suyo es crucial para que el Barça llegue a la final de Copa, que conquistará en el propio “Camp Nou” frente a un todavía bisoño Real Zaragoza), ya no es el de antes. Y al año siguiente su participación será ya testimonial -Olivella cubre el eje de la defensa a plena satisfacción, tanto en el Barça como en la Selección Española-, reduciéndose a únicamente 4 partidos de Liga, en alguno de los cuales saltará al campo con un notable sobrepeso. Está a punto de cumplir los 28, pero puede decirse que como futbolista de élite ya está acabado. De hecho, no volverá a enfundarse la casaca azulgrana, y en la temporada 64-65 va a ser cedido a Osasuna junto con Montesinos y Zaldúa, para reforzar a los navarros, que atravesaban por una delicada situación en Segunda División. Los más optimistas esperan que pueda recuperar el nivel anterior, o al menos acercarse a él, pero sus expectativas se verán defraudadas.
Juega una docena de partidos con los rojillos, que al final consiguen la permanencia, y vuelve a reintegrarse a la disciplina barcelonista, junto a los otros dos futbolistas que estaban a préstamo, pero ahora, en lugar del primer equipo va a unirse al filial Condal, recién ascendido a la Categoría de Plata. En aquel equipo, donde despuntaban jóvenes como Rodés, Borrás, Rexach, Más, Pujol, Martí Filosía o Felíu, Gensana va a aportar su experiencia en las temporadas 65-66 y 66-67, actuando en una treintena de encuentros, hasta que -coincidiendo con el descenso condalista a Tercera- abandone definitivamente la práctica del fútbol. Deja atrás un palmarés envidiable, que pudo haber sido aun mejor de no mediar tantos quebrantos físicos: 2 Ligas, 3 Copas del Generalísimo y 2 Copas de Ferias, con más de 250 partidos disputados y 23 goles, habiendo sido 10 veces internacional “A” y 4 “B”. Con posterioridad va a dedicarse a sus negocios particulares, y a cultivar otra de sus grandes pasiones, la caza, falleciendo en Barcelona, también a edad muy temprana -69 años- el 28 de septiembre de 2005.
La irrupción de extranjeros en nuestro fútbol está unida a su arraigo más remoto, durante los estertores del siglo XIX. Fueron amateurs foráneos, ingenieros de minas, marineros, empleados burócratas en compañías anglosajonas o suizas, quienes provistos de un balón escandalizasen a esa sociedad pacata, “luchando entre sí, impúdicamente ataviados con ropa interior”. Algunos resultarían decisivos en la organización o sustento económico de no pocos clubes. De hecho, aquel nuevo “sport” enraizaría por puro contagio, cuando jovencitos de clase alta enviados a Inglaterra para completar estudios, ya de vuelta comenzaron a medirse a los “chiguiris” en denodados “matchs”. Luego el afán de algunos clubes por mejorar su palmarés en el Campeonato de España, recurriendo a la importación, daría pie a formidables trifulcas, resueltas con severas medidas coercitivas. Corrían, aún, tiempos de amateurismo puro, o de aspirantes a una soñada profesionalización sin más dividendos que algún duro bajo mano. Incluso cuando en 1927 nuestro “foot-ball” se declarase estatutariamente profesional, la prohibición de importar extranjeros siguió vigente, por más que sorteando la normativa se hubiera incurrido en algunas trampas. Sólo dos años antes del estallido bélico civil se abrirían fronteras, autorizando la contratación de hasta dos jugadores no españoles por club. Y entonces se quiso ver como estrellas incluso a quienes menos rendimiento lograron proporcionar. Ese papanatismo tan hispano, plasmado en la búsqueda exterior de cuanto abunda en casa, infectaba ya a la pelota y su mundillo.
El marasmo guerra civilista y sus consecuencias, iban a trazar un obligado paréntesis, salpicado por puntuales y poco satisfactorias excepciones, como la del mexicano Borbolla, sin sitio en el Real Madrid ante su carencia de empuje físico. Ya en 1949, como consecuencia del convenio establecido entre Argentina y España, la F.E.F. otorgó a los futbolistas de ese país el derecho a intervenir en nuestras competiciones, por un periodo de tres años y con el límite de 2 en cada club. Transcurridos aquellos tres años, los extranjeros se habían multiplicado sin apenas control. A tal punto llegó el desafuero, que desde la Federación se decidió limitarlos a 1ª División, hasta completar el número de 4, aunque sólo dos pudieran alinearse en cada partido de Liga. La competición copera, en todo caso, quedaba libre de su concurso. En 1953, la Delegación Nacional de Deportes prohibía la llegada de nuevos extranjeros, consintiendo, eso sí, continuasen jugando quienes tuvieran contrato en vigor. Las quejas arreciaron. Tan apretado llegaría a ser el asedio de los clubes al órgano federativo, que en 1956 se pasó del digo al Diego. Ya se podía incorporar 2 foráneos por club, siempre y cuando uno fuese sudamericano. Pero por no variar, dicha reforma pronto se vio quedaba en simple humo. Junto a extranjeros auténticos desembarcaban muchos hijos de españoles, con papeles mayoritariamente veraces. Descendientes de la secular emigración a América, formados como deportistas en Uruguay, Paraguay, Argentina, Chile, Brasil o Venezuela, a la búsqueda de un nuevo Eldorado, puesto que en Europa se pagaba bastante más que al otro lado del Atlántico. El fútbol patrio seguía convirtiendo 3.500 kilómetros de mar en un pasillo muy, pero que muy transitado.
Los falsos oriundos, extendiéndose por nuestro fútbol como una plaga, devinieron en serio problema con implicaciones en la órbita de la F.I.F.A. Así ilustró Mingote aquella desmesura desde las páginas de “ABC”.
El fracaso de la selección nacional en el Mundial de Chile (1962), se quiso ver como nefasta consecuencia de tanta importación mediocre. Si los venidos de fuera no elevaban suficientemente nuestro nivel competitivo, salvo escasas excepciones, y además cerraban el paso a las jóvenes esperanzas, el panorama pintaba mal. En España se pagaba a los futbolistas más que en Francia, Bélgica, Holanda, Alemania, Suiza o Austria, países, todos ellos, con mayor poder adquisitivo que el nuestro. Y cada nueva importación, por ende, representaba una sangría en divisas, siendo entonces tan necesarias para otros menesteres económicamente más provechosos. La prensa, muy maleable, concluyó por hacer suyo el discurso de los tecnócratas gubernamentales y, al cabo, hasta los aficionados al deporte rey acogieron con júbilo el nuevo cerrojazo. A partir del ejercicio 1964-65, ningún nuevo futbolista con pasaporte extranjero dispondría de ficha. Y además, desde el 30 de junio de 1965 los contratos vencidos perdían toda posibilidad de renovación.
Sobrevino a partir de ahí un paréntesis mafioso, turbio y nauseabundo. Temerosos ante el riesgo inflacionista, fruto del estrechamiento mercantil, clubes e intermediarios sin grandes escrúpulos continuaron picoteando por Sudamérica. La búsqueda y captura del oriundo, transformada en safari sin licencia ni reglas, propició el salto del “qué lástima, con lo que apunta este chico y resulta que no tiene abuelos españoles”, al “esto se lo arreglo yo por menos de lo que imaginan”. En cuestión de semanas, muchachos con padres paraguayos, argentinos o uruguayos, cuyos ancestros procedían de Italia, Alemania, Rusia o Francia, encontraban un señor o señora Martínez genuinamente español, colocaban aquel apellido por delante de los demás, y con una célula policial falsificada, copias registrales harto creativas e ingente cara dura, demandaban al consulado español un carnet de identidad y pasaporte. Ya maquillados como españoles, podían aterrizar en Barajas, mostrarse agradecidos ante micrófonos y cámaras por la oportunidad de retorno a la madre patria, y firmar con la directiva de turno. Como mínimo, 35 accedieron ilegalmente a nuestra competición de este modo, hasta 1974, cuando primero el Barcelona, y a continuación, con más denuedo Athletic Club y Real Sociedad, airearon judicialmente tanta putrefacción.
En cierto modo para cauterizar aquella herida ya gangrenosa, Delegación Nacional de Deportes y F.E.F. volverían a abrirse al mercado internacional, tanto en 1ª como en 2ª División, a partir de la campaña 1973-74. Y por no variar, mediante nacionalizaciones exprés, matrimonios concertados con españolas o piruetas circenses, en apenas 4 años algunas entidades pasaron de los 2 extranjeros tipificados, a contar en sus plantillas con seis o siete naturales de Sudamérica. Todo esto ocurría cuando la Asociación de Futbolistas acababa de legalizarse, y entre tanta urgencia parte de los jugadores afiliados vieron en las incorporaciones transatlánticas un problema no menor: además de constituir una dura competencia, con harta frecuencia vulneraban la ley. Lógicamente, aquel empeño sindical tuvo muy en cuenta tantísimo desafuero, y contratacó situando a los foráneos en su punto de mira.
Aunque el número de futbolistas adheridos a su órgano de representación superase pronto los cálculos más optimistas, en setiembre de 1978 seguían existiendo no pocos refractarios. Concretamente hasta entonces, sólo en 1ª División había 101 versos sueltos. Ciento un escépticos, incrédulos o indecisos. Un rebaño de 101 ovejas, mansas a la voz del pastor que cada domingo, puro en ristre, presenciaba partidos desde el palco. Quede, como curiosidad, el siguiente desglose de no sindicados:
Athletic Club de Bilbao .- Rojo I.
C. Barcelona .- Heredia, Mir, Bío, Esteban, Krankl.
Burgos .- Rubiñán, Carreño, Toca, Faubel , López.
C. Celta de Vigo .- Alemany, Jorge, Gelo, Ademir, Carlos, Toledo, Nani, Paco II, García Senra.
C. D. Español, de Barcelona .- Ángel, Orejuela, Abad, Ayfuch, Pavón, Marín, Cayuela.
Hércules, de Alicante .- Deusto, Sala, José Antonio, Albino, Rivera, Ernesto, Carcelén, Aracil, Lalo, Cobos, Saccardi, Lattuada, Kustudic, Verde, Juan, Aguilar.
Recvo. de Huelva .- Villazán, Machete, Ramírez, Zambrano I, Zambrano II.
D. Las Palmas .- Carnevali, Estévez, Noly, Noda, Jorge, Juani, Maciel, Felo, Antonio Jorge.
Real Madrid .- Benito, Sitielike, Jensen. Guerini.
Racing de Santander .- Damas, Monchi, Paco, Rojo II, Mantilla, Barrero, Stefan, Jiménez, Marcos, Piru.
Real Sociedad .- Ochotorena, Gajate, Celayeta, Gaztelu, Murillo II.
D. Salamanca .- Piño, Félix, Chaparro.
Sevilla C. F. .- Joaquín, Scotta, Bertoni.
Sporting de Gijón .- Gonzalo, Uría, Abel, Quini, Ferrero.
Valencia C. F. .- Sempere, Timor, Lleida, Bonhof, Kempes, Vilarrodona, Garrido, Recatalá.
Real Zaragoza .- Antich, Mendieta.
En el At. Madrid todos los componentes de su primera plantilla estaban asociados.
Llama la atención el elevado número de extranjeros para quienes el naciente sindicato representaba bien poco. Desde la óptica de muchos futbolistas foráneos, el conocido axioma de “donde fueres haz cuanto vieres”, parecía no contar. Y eso que la AFE distaba mucho de ser organización clandestina. Disponía de enlaces o delegados por todo el territorio nacional, y los capitanes de cada equipo daban cuenta en sus respectivos vestuarios sobre la marcha de proyectos, avances o retrocesos negociadores, y cierres en banda de la patronal. Resultaba imposible permanecer ajeno al bullir asociativo, a menos que no se supiera una palabra del castellano. Y gran parte de los foráneos no asociados lo hablaban perfectamente, aun con acento porteño, santafefino, guaraní o lunfardo.
Por simplificar, repasemos el elenco de extranjeros despegados. Dos en el Celta, R.C.D. Español, U.D. Las Palmas, Racing de Santander, Sevilla y Real Zaragoza. Cuatro en el Hércules. Tres en el Real Madrid, Valencia y Barcelona. Uno en el Burgos, Rayo Vallecano, Salamanca y Sporting. Los dos clubes vascos no miraban ni de soslayo al exterior, y consecuentemente carecían de fichajes foráneos. Estos datos, sin duda, explican la andanada que desde AFE se enviara al colectivo de emigrantes, máxime cuando tantos jugadores españoles ponían enormes reparos a la imparable invasión. “El fútbol debería ser para los de aquí, para nosotros -sentenció un conocido futbolista de nuestra máxima categoría-. Los extranjeros vienen, se llevan la pasta y nos dejan sus malos modos. ¿Por qué siempre nos toca hacer el primo?”. Corrían, por qué no decirlo, vientos xenófobos.
En agosto, tras varios incumplimientos de la patronal futbolística y múltiples desconsideraciones de Pablo Porta, presidente federativo, la AFE había anunciado un proyecto de huelga para la primera jornada del ejercicio 1978-79. Nadie los tomó en serio, y el diario deportivo “Marca” incluso llevaría a su primera página, en caracteres de gran cuerpo, una declaración del presidente herculino: “Sería la primera huelga de millonarios”.
Los medios de difusión nacionales, acostumbrados a ensordecer conflictos laborales durante el largo paréntesis dictatorial, recibieron las reivindicaciones futboleras con no poca hostilidad. Curiosamente el periódico deportivo de mayor tirada, surgido en San Sebastián durante la Guerra Civil, estrechamente conectado a Falange, no estuvo entre los más severos.
Ante tanto ataque, los futbolistas se apiñaron en falange romana, junto a su sindicato, sin desaprovechar cuantas oportunidades les ofrecieran distintos medios de difusión: “¿Huelga de millonarios?. ¡Qué tontería!”, enmendó a “Marca” Vicente del Bosque, interior del Real Madrid. Leal, un modesto del Torrejón, entonces en 2ª División “B”, tampoco quiso permanecer mudo: “Es la única manera para que se nos haga caso”. Y Mendoza, del Almería acaudillado por Maguregui, enfatizó sin aspavientos: “Las reivindicaciones son justas y claras. No veo a qué viene tanta extrañeza. Ni ésta pudiera ser la primera huelga en España, ni mucho menos la última”. Fernando Vizcaíno Casas, escritor, abogado, asesor jurídico de la F.E.F. y hombre claramente alineado a la derecha, así como experto en asuntos laborales del espectáculo y lo artístico, puso mucho de su parte por mostrarse contundente: “Si hay huelga, será ilegal. Los clubes tendrán derecho a despedir a los huelguistas. Y no entiendo las prisas por llevar a cabo una reunión entre Federación Española de Fútbol y A.F.E.”. Desde el otro lado de la trinchera, el reputado laboralista José Cabrera Bazán, fundamental durante los primeros pasos asociativos del deporte, y andado el tiempo senador por el partido Socialista de Felipe González y Alfonso Guerra, le llevó la contraria sin ambages: “La legislación en materia de conflictos colectivos contempla la posibilidad de huelga. En consecuencia, se iría a ella por causas legales y los clubes no podrían sancionar a sus futbolistas. Además es indignante que Pablo Porta desatienda una resolución del Ministerio de Trabajo”. Otros jugadores, por ende, harían suyos distintos mensajes emanados desde su sindicato: “No creo que haya huelga, porque no nos conviene a nadie”. “Se desconvocará, estoy convencido”. O: “Supongo que la sangre no llegará al río. En el peor de los casos, tendrá que ser la Administración quien desatasque el carro”.
El nacimiento de la A.F.E. fue recogido entre muestras de extrañeza e hilaridad. ¿Podían tener motivos de queja, aquellos privilegiados?. ¿Desde cuándo los ricos necesitaban para su defensa un sindicato?. La visión del humorista Jotauve sería una de las más ingeniosas.
Con huelga o sin ella, la AFE había cometido el error de enredarse en demasiados frentes a la vez. Y el olvido de ese primer mandamiento en cualquier manual de estrategia, acabó llevándose por delante a su cabeza visible, el andaluz Joaquín Sierra, “Quino”.
Tras el gallinero de opiniones acerca de aquella convocatoria huelguista, a partir de octubre los directivos de AFE centrarían esfuerzos en otra lucha difícil, como era la de cerrar el portillo a jugadores extranjeros. Y de entrada mostraron toda su artillería, al expedir un escrito con tres destinatarios: Presidente del Gobierno, ministro de Cultura, y presidente del Consejo Superior de Deportes. Los dos periódicos deportivos madrileños, “As” y “Marca”, muy acertadamente llegaron más lejos, ofreciéndolo a la opinión pública: “El tema es interesante, y hemos pensado que pudiera haber un cuarto destinatario: el aficionado”. Gracias a su filtración, aquel texto no duerme hoy un sueño eterno:
“La Asociación de Futbolistas Españoles quiere hacerle llegar, y poner en su conocimiento, como máximo representante de la Administración española, la postura firme y decidida de los futbolistas españoles que esta organización representa, en el sentido de lograr una solución a la desmedida entrada de profesionales del fútbol extranjeros en nuestro país, y solicitar respetuosamente se busquen las medidas necesarias para evitarlo, respetando los derechos adquiridos a cuantos se encuentren ya enrolados en nuestros clubes”.
Formulada la declaración de intenciones, aquella carta no hurtaba juicios sobre la presumible razón del desorden. A saber, una política federativa abrazada a los clubes más potentes y contraria al interés general, cuyo resultado se traducía en la presencia de más de 300 profesionales no nacidos en nuestro suelo. De esa cifra, 80 competían en 1ª División, siendo titulares indiscutibles unos 50, sobre un total de 198 alineados de inicio cada jornada. Y puesto que nuestra selección nacional se nutría de los equipos encuadrados en Primera, el daño a la misma resultaba evidente. Esos clubes, por otra parte, se veían obligados a ceder la titularidad a sus extranjeros, al constituir inversión preciadísima, rindiesen o no en consonancia. De ese modo se creaba un tapón para que españoles no menos capacitados acreditasen méritos, resultando virtualmente imposible rejuvenecer el equipo nacional. Nada se lograba, por tanto, limitando la edad para competir en 3ª División, cuando los clubes, ante la sobreabundancia de extranjeros, no iban a apostar por valores emergentes, ni aun por los forjados en sus propias canteras. Cerrar puertas a la importación solventaría tamaño sinsentido. Los futbolistas extranjeros, además, desnudaban el andamiaje jurídico vigente, hasta hacerlo insostenible. ¿Sobre qué fundamento se asentaba el derecho de retención, mediante el que los jugadores españoles podían permanecer anclados de por vida a un club, cuando los extranjeros quedaban libres al finalizar su contrato, y nada les impedía ofrecerse al mejor postor?.
Miguel Ángel Adorno, “oriundo” con papeles falsos, fue de los que puso mucho de su parte por integrarse. Como otros muchos compañeros del vestuario “ché” se asoció a la AFE.
Por otro lado, el descorazonador momento económico de los clubes más poderosos -proseguía aquel largo texto-, con pasivos escalofriantes, era consecuencia de desembolsos exagerados en la contratación de foráneos. Paralelamente, los altísimos devengos pactados con los no españoles, enlodaban la imagen del futbolista nacional, dando por supuesto que todos ellos liquidarían cantidades similares. “Y se puede afirmar que excepto una élite en clubes poderosos -aclaraba el escrito-, los demás profesionales obtienen unos ingresos normales, comparables a los de cualquier profesión media con exigencia de cualificación concreta para realizarla”.
Se incidía también, al desarrollar su punto 9, en el hecho irrefutable de que el fútbol español era muy capaz de dar la cara, “tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, con la utilización de su cantera, como lo hacen Athletic de Bilbao y Real Sociedad de San Sebastián, que en toda su historia no han contado con futbolistas no nacidos en su región”. Además, si con la apertura exterior se buscaba una mejora en la calidad balompédica nacional, después de tantos años incorporando estrellas de indudable nivel, España debería haberse convertido en fortaleza imbatible, circunstancia que estaba lejos de darse.
El punto undécimo buscaba una comparativa externa. En países no exportadores de futbolistas, como Inglaterra o Italia, ya se había procedido a prohibir, casi del todo, contrataciones foráneas. En Italia el cerrojazo era absoluto, y puramente testimonial en la Gran Bretaña. Con respecto a países exportadores, -Holanda, Alemania o Suecia- la adopción de medidas tendentes a impermeabilizar sus fronteras constituiría un contrasentido, pero aun con ello eran pocos los fichajes procedentes del exterior. España ofrecía la otra cara de la moneda: mucha importación y ausencia de exportaciones, lo que a la postre se traducía en fracaso. Bastaba ver el rendimiento de Inglaterra, Italia o Alemania en el fútbol de selecciones, y compararlo con el de “la roja”, para advertir dónde estaban haciéndose bien las cosas y dónde no. Cara al próximo Mundial, a celebrar en nuestro suelo el año 1982 -proponía el punto 12º-, “parece aconsejable, a todos los efectos, buscar el mayor éxito; una actitud rígida y definida frente a este problema, puede ser decisiva”.
Así plasmó el humorista Sir Cámara uno de los fiascos tan habituales en nuestra selección durante los años 70, sistemáticamente achacados a la sobreabundancia de importaciones extranjeras.
La más dura andanada contra la F.E.F. se concentraba en el punto 13º, al argüir que la limitación de entrada a futbolistas extranjeros debía fundamentarse en “la normativa laboral, que en cualquier caso ha de primar sobre normas de ínfimo rango, como son las emanadas desde la Federación Española de Fútbol”. Conviene recordar que entonces ninguna empresa española podía contratar súbditos extranjeros, sin acreditar la inexistencia de personal autóctono suficientemente preparado para el puesto a cubrir.
En su último apartado, la A.F.E. apelaba al poderoso caballero que siempre fue Don Dinero, y más, si cabe, en aquel momento, con una balbuciente democracia pugnando por arraigar, incertidumbre con respecto al futuro, traducida en ingentes salidas monetarias hacia Andorra, Suiza, Luxemburgo y Liechtenstein, inflación galopante, desplome bursátil y serios problemas de endeudamiento a un costo poco menos que inasumible. Apelar a la pérdida de divisas, en semejante contexto, venía a ser como llevarse a la boca las trompetas de Jericó: “Esta situación está produciendo una salida de divisas que, aun cuando en el contexto de la economía española no sea fundamental, dentro del balance sectorial presenta una balanza desequilibrada, aparentemente poco recomendable en la situación económica actual”.
Aquellas cartas concluían con un mensaje relativamente conciliador, dirigido a cuantos foráneos poblaban nuestra Liga: “No obstante lo manifestado, la Asociación de Futbolistas Españoles solicita sean respetados todos los derechos adquiridos de nuestros compañeros extranjeros”.
La publicación del documento completo coincidió, además, con una rueda de prensa en la sede del sindicato futbolístico. Y durante la misma su asesor legal, José Luis Carceller, dio la impresión de quedarse a gusto: “Porta está destrozando el fútbol español -dijo, entre otras lindezas-. Es el «amateur» más incompetente que he conocido”. Salía al paso, así, de las desafortunadas declaraciones que el presidente federativo acababa de realizar en Gijón, durante una visita a las instalaciones deportivas de Mareo. Y por si su intención no hubiese quedado clara, añadiría aún: “Porta es un dictador nato, sin idea sobre colegiaciones ni regímenes jurídicos. Debo recalcarle que, como profesional que soy, recibo mis honorarios de la AFE, aunque nunca en la cifra de cinco millones insinuada. Que el señor Porta se deje de insultos personales”.
Siendo tan considerable el porcentaje de extranjeros, oriundos y nacionalizados en las dos categorías más profesionales, se antojaba poco inteligente propiciar luchas intestinas.
No todo cuanto recogían las cartas de AFE era cierto. Los clubes bilbaíno y donostiarra sí tuvieron futbolistas nacidos lejos de su región, en época de profesionalismo. Bastantes, además, por cuanto respectaba a la Real Sociedad, y algunos relativamente próximos. Cuando a principios de los 60 el portero Araquistain fue traspasado al Real Madrid, llegaron cedidos hasta el viejo Atocha Chus Herrera, infortunado y muy prometedor asturiano, el interior andaluz Villa, luego componente en la Romareda de “Los Cinco Magníficos”, y el internacional sueco Simonsson. Antes, por ejemplo, habían vestido de blanquiazul algún portugués, franceses, o entre los nacionales no vascos, José Luis Pérez-Payá, natural de Alcoy (Alicante), futuro presidente de la F.E.F. Y cuando los donostiarras reconquistaron la máxima categoría, mediados los años 60, el catalán Silvestre aportó no pocos goles a los blanquiazules desde su puesto de ariete, las tardes que no se alineaba el “tanque” Arregui. Lo de medir con un “casi” la escasez de fichajes extranjeros en Inglaterra, tampoco parecía moneda de buen cuño. Y esos puntos flacos fueron puestos en tela de juicio desde un editorial de “Marca”, firmado por su subdirector, Carlos Méndez, habitualmente oculto bajo el seudónimo de “Cronos”.
Ben-Barek, marroquí que incorporase el At. Madrid desde el fútbol galo, en tiempos de necesidad, apagones eléctricos, pertinaz sequía y estrictos controles al pago en divisas. No todos los extranjeros de los 50 llegaron de América, como acredita la circunstancia de que el club “colchonero” contase también con Marcel Domingo (francés), o el menudo Simonsson (sueco).
“Todo lo que cuenta AFE está dicho hasta el hartazgo, aunque sin ningún éxito”, arrancaba. E incidía, a renglón seguido, en el error de considerar al mexicano Borbolla, “primero en no enseñar nada”, como el extranjero que inaugurase la invasión a nuestro deporte rey. Más acertado estaba al poner en solfa “el dineral que cuestan, el trato de excepción que reciben desde un orden jurídico”, los llegados de fuera. Y daba la razón al sindicato en lo relativo a la selección nacional, por esos días fuente de incontables decepciones: “Con extranjeros tuvimos dos selecciones. A una la dejó Suiza en la cuneta -estaban Kubala y Di Stefano entre ellos- y la otra fue apeada en Chile por Checoslovaquia, con hombres como Santamaría, Eulogio Martínez, Puskas… No sirvieron, pues, ni para dar un título vergonzante a España, pero tampoco dejaron escuela. A ver, ¿quién se parece a Di Stefano o Puskas, o a Ben-Barek, por citar algunos de los que dieron espectáculo, dinero y triunfos a sus clubes?”.
Desde la presidencia de gobierno parece que el escrito de la AFE fue reexpedido hacia el Ministerio de Cultura, que también englobaba Deportes, con copia a la D.N.D. El Delegado Nacional de Deportes, sin lavarse las manos del todo, desvió cualquier interlocución hacia su segundo. Y la F.E.F. presidida por Pablo Porta, una vez más podía darse el lujo de permanecer al margen, en su papel de Don Tancredo, felizmente pertrechada tras un muro de inanidad.
Blandir el hacha, como acababa de hacer el sindicato futbolístico ante la bien nutrida masa de extranjeros, oriundos y nacionalizados, comportaba riesgos no pequeños. Frente a sus miembros se alineaba una patronal unida, una Federación tan todopoderosa como silente, y unos poderes públicos atenazados por asuntos muchísimo más serios. El número de sometidos a un futuro incierto si se llevara a cabo el cerrojazo importador, distaba mucho de ser baladí, como justifica el cuadro anexo. Únicamente faltaba que el colectivo de futbolistas se viera sacudido por una erupción de disensos. Y eso fue cuanto a punto estuvo de ocurrir.
FUTBOLISTAS NO NACIDOS EN ESPAÑA, LA TEMPORADA 1978-79
El 1 de noviembre trascendió que dos futbolistas del Real Madrid, los argentinos Enrique Wolff y Roberto Martínez, acababan de darse de baja en la A.F.E. Roberto Martínez, con mucho que callar, prefirió hacerse el mudo. Wolff, en cambio, daría la cara ante los medios: “Todo parte de una declaración oficial, efectuada por la Asociación -dijo-. Como no estaba de acuerdo con lo expresado, escribí a su presidente, quien me ha dado la callada por respuesta. Coincidió también con mi opinión Roberto Martínez, como lo demuestra el hecho de haberse dado de baja igualmente. Que nadie piense estoy en contra de los futbolistas españoles, aunque discrepe con quienes dirigen la Asociación. Supongo que mi baja no me perjudicará para seguir jugando aquí. En definitiva, considero que la Asociación ha dejado de resolver una serie de problemas, como el límite de edad, el derecho de retención para los españoles, y ni siquiera ha tacado algo tan importante como la creación de instalaciones donde los niños puedan jugar al fútbol”.
Con menos palabras: ambos se habían visto señalados, y no estaban dispuestos a sufragar una causa que pudiera abocarlos a tomar un avión rumbo a Buenos Aires. Aunque de cualquier modo, lo de Roberto Martínez era para pincharse y no sangrar.
Roberto Martínez, falso oriundo que incluso representó a España internacionalmente. Ramón Melcón destapó su fraudulenta entrada, adjudicándose un padre postizo. Tenía tanto que callar como motivos de agradecimiento a sus compañeros de profesión, por no echar leña al fuego. Y sin embargo se las dio de digno cuando desde la AFE trataron de impulsar medidas tendentes a controlar el flujo importador.
Había llegado a España contratado por el barcelonés R.C.D. Español, como oriundo de pacotilla, con papeles falsificados y mentiras insostenibles, cuando por fin pudieron desenmascararlo. Como español de pega fue cinco veces internacional, y aunque siguiera negando lo evidente, tuvo que ser la Federación Española quien bajo mano pactase con UEFA y FIFA un perdón encubierto, tanto para él como para el extremo valencianista Rubén Valdez. Aquel compromiso negro, arrancado en evitación de un escándalo mayúsculo, comprometía a la F.E.F. a no alinear nunca más con “la roja” a esa parejita. Roberto sería traspasado al Real Madrid por 15 millones de ptas., cantidad nada desdeñable para la época, y lo más abracadabrante, en su caso, es que falsificó papeles sin ninguna necesidad, pues sus progenitores procedían de la población leonesa de Villaguilambre. Nadie le impidió seguir compitiendo en nuestros torneos, cuando debió pechar con una condena por falsificación documental y, cumplida la misma, ser conducido hasta el aeropuerto más próximo. Después de 6 campañas como “merengue” retornaría al R. C. D. Español durante el verano de 1980, para desarrollar dos nuevos ejercicios. En total 11 temporadas degustando el fútbol ibérico sin merecerlo, y se permitía el lujo de ver en la AFE una amenaza personal.
Esas dos desvinculaciones, unidas a cuanto Enrique Wolff transmitiese a la prensa, hicieron ver en el sindicato la necesidad de cauterizar heridas, en evitación de una mayor hemorragia. La AFE vivía prácticamente descabezada, desde que “Quino” anunciara su propósito de dimitir. Y en tanto tomaba las riendas asociativas Juan Manuel Asensi, fue el asesor jurídico del sindicato, José Luis Carceller, quien actuara como portavoz:
“No entraremos en polémica con ellos -aseguró-. Aunque creo enfocaban erróneamente nuestras peticiones, puesto que vamos a defender a estos jugadores si el año próximo sólo pudieran competir dos extranjeros. Vamos a luchar contra la posibilidad de que muchos clubes opten por despedir a parte de sus futbolistas. Lo único que solicitábamos es que se imposibilite la entrada masiva de futbolistas procedentes del exterior, que en muchos casos no pasan de medianías”.
Paralelamente, el abogado Cabrera Bazán redactó una carta dirigida a los dos madridistas, donde junto a todo tipo de explicaciones les aseguraba tendrían siempre abiertas las puertas de la Asociación, para cuanto pudiesen necesitar.
Rubén Valdez, muy buen extremo que nunca debería haber ingresado como “oriundo” en nuestro fútbol, y menos aún formar en la selección española, a tenor de la normativa vigente. Se integró en la AFE y jamás tuvo problemas con sus compañeros de profesión.
Al menos en lo económico marchaban las cosas viento en popa para los futbolistas agremiados. El 23 de noviembre de 1978 se cerraba un primer año espléndido con superávit próximo a los 10 millones de ptas. Había casi 1.700 jugadores asociados y la práctica totalidad, además, acababa de ceder al sindicato sus derechos de imagen para cualquier explotación comercial. Sólo 11 meses los separaban del 24 de enero, cuando ante 500 futbolistas, la 1ª Asamblea del organismo aprobase por aclamación un presupuesto de 21 millones raspaditos. En el área reivindicativa, por el contrario, pintaban bastos, pese a la complicidad que algunas de sus demandas hallaran en el C.S.D., entre ellas la relativa a limitar el número de extranjeros.
Las reuniones del Consejero con presidentes de clubes y Pablo Porta, acabaron bastante mal. Aquellos presidentes podían ser simples nobles ante su “monarca”, pero tal como hicieran ocho siglos antes otros nobles castellanos ante su rey, se atrevieron a plantar cara. Nadie dijo aquello de “tú más que yo, mi rey; aunque todos nosotros juntos, mucho más que tú”. No hizo falta, porque el Consejero Superior de Deportes era hombre listo y supo entenderlo, por más que tampoco hubiese gran unanimidad entre los presidentes. Vicente Calderón, por ejemplo, buen conocedor de los balances “colchoneros”, careció de pelos en la lengua al afirmar, rotundamente: “Hay que cerrar la importación”. Su colega del Hércules alicantino, por el contrario, con 7 nacidos fuera de España en su plantilla, adujo que gracias a la importación aquellas diferencias siderales entre clubes grandes y pequeños, tan propias del pasado, llevaban camino de convertirse en historia. “Mataremos el fútbol como no se ponga freno a este disparate”, terció el presidente de la Real Sociedad, más temeroso, quizás, ante el posible derribo del derecho de retención, que por la sobreabundancia de extranjeros. Y es que sólo aquella vieja norma esclavista mantenía en San Sebastián a jugadores con tantas “novias” como Arconada, Zamora, López Ufarte o Satrústegui.
LAS 34 INCORPORACIONES EXTRANJERAS DE 1975-76 Y SU COSTO POR TRASPASO
Finalmente el 15 de febrero de 1979, durante un almuerzo de trabajo en la sede del I.N.E.F., cobrarían cuerpo los nuevos postulados con respecto a jugadores extranjeros, a partir del primero de junio, sintetizados en el cuadro anexo. Una derrota parcial para la A.F.E., victoria pírrica para clubes con el punto de mira apuntando a Paraguay, Argentina, Chile o Montevideo, y amargura para Benito Castejón, voz del Consejo Superior de Deportes, quien se disculpó con humildad ante los periodistas: “No estoy de acuerdo, pero…”
Normativa teóricamente aplicable a partir de junio de 1979, en materia de futbolistas extranjeros. Sirvió sobre todo para acelerar nacionalizaciones, e incluía un indulto encubierto, tanto para quienes hubieren lucido la camiseta internacional española sin ser realmente españoles, como para la propia F.E.F.
Pablo Porta, en su particular y lejana galaxia, volvió a mostrarse complacido: “Aquí no ha ganado nadie”, dijo, cuando probablemente pensara algo así como: “Por lo menos yo no he perdido”. Más atento a la tajada que al plato, aprovechó la ocasión para lanzar un aviso al ente RTVE, entonces dueño exclusivo de las imágenes que todo español podía ver en los televisores: “Si la tele no paga, no habrá partidos televisados de la selección”. Como si el dueño de la selección nacional fuese la Federación que presidía. Alguien tal vez debiera haberle explicado que el equipo nacional sólo representaba a su federación en las distintas competiciones, que era patrimonio español, no en vano aquella Federación se sufragaba con grandes cantidades de dinero público.
Los clubes -todos, excepto Real Sociedad y Athletic- continuaron haciendo trampas, forzando voluntades en una guerrilla de desgaste, hasta dejar en agua de borrajas los acuerdos adoptados. ¿Se podía, acaso, limitar derechos a cualquier español, aunque hubiese nacido al otro lado del océano?. Porque eran españoles los oriundos, o quienes como tales fuesen aceptados por la Federación. Y lo mismo cuantos se hubieran nacionalizado por la vía rápida, casándose con una española o aprovechando el carril más lento, transcurridos un par de años desde su llegada. Disponían de pasaporte y carnet de identidad, votaban cuando se llamaba a las urnas, contribuían al erario público con sus impuestos. De poco servían reflexiones tan acertadas como la de Antonio Manuel Zambrano, neófito en 1ª División con un Recreativo de Huelva donde ejercía su estrellato el ya veterano mundialista uruguayo Espárrago. “¡No saben el daño que a nosotros nos hacen los extranjeros!.Lo único que han logrado es elevar los sueldos”.
Bueno, pudiera pensar alguien; al fin y al cabo, menos daba una piedra.
Si Pablo Porta y sus presidentes de clubes creyeron haber acallado para siempre a los futbolistas, se equivocaban. Con la elección de Asensi como sustituto de “Quino”, el asunto de los extranjeros fue quedando en segundo plano. Antes, se quiso fijar tres metas: 1ª.- Alcanzar un convenio colectivo con la patronal, rango que en opinión de los futbolistas venía a representar la F.E.F. 2ª.- Ver derogada la limitación de edad para competir en 3ª División, entonces categoría semiprofesional, puesto que de sólo 4 grupos acababa de pasar a 6. Ello implicaba enterrar el proyecto personal de Porta donde se establecían 300.000 ptas. anuales como límite salarial para el amateur compensado. Y 3ª.- Establecimiento de una ordenanza laboral, sobre la que el ministerio de Trabajo parecía ser único competente. Hartos de dilaciones y pasecitos en corto, la cúpula de la A.F.E. optó por un golpe de mano. Y por fin el 27 de febrero, con 65 votos a favor, uno en contra y otro en blanco, los delegados de la Asociación acordaban su segunda convocatoria de huelga. Probablemente actuaran como desencadenante unas inoportunas palabras de Pablo Porta, pronunciadas el día 8, que a los jugadores se les antojó puro paternalismo, desconsideración y ninguneo: “Los de la AFE son buenos chicos. Ya verán como no hay ni huelga ni nada”.
La incapacidad de Pablo Porta para negociar cualquier cuestión, quedó muy de manifiesto en seguida. Así lo caricaturizó Trallero, en “Nuevo Diario”, ante un Consejero Nacional de Deportes con muchísima más cintura. Porta se resistía a entender que ya no imperaba el ordeno y mando.
Aquel 27 de febrero de 1979, portavoces de la Asociación concretaron que sólo desconvocarían su huelga si se publicaba su ordenanza laboral, quedaba en nada lo del amateurismo compensado, y de inmediato se iniciaban las negociaciones con los clubes. Juan Manuel Asensi, interpelado por los periodistas, respondió: “Espero y confío que no haya huelga. No sería buena para nadie”. Un presidente de club, tomando el rábano por las hojas, emponzoñó más la cuestión haciendo el coro a Pablo Porta: “Ya están arrepintiéndose. Empiezan a darse cuenta del lío en que se han metido”. Quizás porque otros mandatarios no confiaran mucho en Pablo Porta, acordaron almorzar con Benito Castejón (C.S.D.) el miércoles, a cuatro días de que el balón se paralizase. Porta, enredado en sus ensoñaciones, después de recibir a Pacheco y Robi, miembros de la directiva sindical, comía con Vicente Calderón, presidente de ambos jugadores, y cenaba con Luis de Carlos, a la sazón cabeza del club “merengue”, todavía en rodaje. Confiaba ciegamente en el poder de los grandes capitalinos para destripar la convocatoria huelguista. Monumental error estratégico, que abría de ponerlo en la picota.
No, la segunda convocatoria del huelga acordada por los delegados de A.F.F. nada tuvo de broma.
Basta repasar las múltiples opiniones vertidas durante aquellos días por presidentes, gestores de clubes y directivos, para entender hasta qué punto se hacía inevitable el choque de trenes:
“Un tremendo error por parte de sus promotores” (Vega Arango, Sporting gijonés).
“Es una huelga inoportuna. Me parece que a los clubes nos toca hablar ya bien clarito” (Luis De Carlos, Real Madrid).
“Medida improcedente y precipitada. Los jugadores me han sorprendido, porque sus argumentos no están en la realidad” (Vicente Calderón, At. Madrid).
“Los jugadores han arruinado el fútbol, no sólo en 1ª División, sino en todas las categorías. La generosidad de los clubes ha ido más allá de sus posibilidades económicas. El hecho de que los extranjeros queden libres al concluir sus contratos constituye una incomprensible concesión, y de ahí vienen estos lodos. Ya ven, después de haberles dado 10 ó 12 millones de ptas. por año, estos señores se declaran en huelga. Magnífico” (José Luis Núñez, Barcelona).
“No, no me parece procedente” (Francisco Encinas, Rayo Vallecano).
“Esta huelga, si se produjera, sería ilegal. Y los clubes estarían en su derecho de rescindir contratos” (Manuel Meler, R.C.D. Español).
“Se han equivocado. Los futbolistas se llevan todo el dinero de este deporte, razón sobrada para obrar en consecuencia” (José Luis Orbegozo, Real Sociedad).
“Para mí, los futbolistas deberían ser considerados trabajadores, y como tales con derecho a declararse en huelga. Lo que no entiendo es que los modestos, los que pudieran tener más razones, no estén significándose. Confío que el parón no se lleve a cabo” (Antonio Muñoz Lozano, Recreativo de Huelva).
“Se arreglará. Pero si no fuere así, y se sometiera a votación comparecer con jugadores aficionados en 1ª y 2ª División, nosotros estaríamos en contra. Constituiría una burla a ojos del aficionado” (Manuel Bernal, Granada).
“El fútbol será el más perjudicado” (Martínez Valero, Elche).
“No hay que asustarse demasiado, pues lo que verdaderamente tendrá valor será la decisión conjunta de los clubes” (Salvador Gomá, gerente del Valencia).
“Un golpe mortal para el fútbol. En el peor momento y cuando más nefastas pueden ser las consecuencias” (Federico Brinkmann, C. D. Málaga).
“No estoy de acuerdo. Máxime, cuando nos visitará el Oviedo, el día que podríamos hacer una gran taquilla” (Fernández Lobato, Cultural Leonesa).
“Una decisión precipitada, que pudiera acarrear drásticas consecuencias en el futuro” (José Mª Zárraga, gerente del Deportivo Alavés).
“Que yo sepa, el fútbol todavía es un deporte. Y sus reglas no son las del Ministerio de Trabajo, sino de la Federación” (García Pena, C. D. Lugo).
“Ir contra los clubes constituye una equivocación de imprevisibles consecuencias, sobre todo para los jugadores. El fútbol resulta carao. ¿De dónde esperan sacar más dinero?. Porque el aficionado ya no da más de sí” (Aguayo Lorente, Palencia).
Algunos extranjeros, hasta hacía bien poco en el centro de una diana, también quisieron manifestarse:
“Aunque a mí, como extranjero, el problema no me afecte mucho, apoyaré a mis compañeros. Esto no lo había conocido en la Bundesliga, y me gustaría que las cosas se arreglasen” (Stielike, R. Madrid).
“Creo que no ha quedado más remedio. Desde el verano lo hemos puesto todo de nuestra parte por conseguir acuerdos. Y esa buena disposición nunca se vio correspondida” (Kempes, Valencia).
El argentino González (Rayo Vallecano y At. Madrid), español “por ovarios” según caricatura de Cronos en 1979.
“Me identifico con la postura. Aunque la decisión esté tomada, pienso que al final habrá acuerdo y no se perjudique al espectador. Porque el que paga tiene derecho a exigir” (Luiz Pereira, At. Madrid).
“Espero que mañana se alcance un acuerdo, porque lo que se busca es defender intereses de los más débiles. La culpa hay que achacársela a la Federación, por no abrirse al diálogo. No nos han tomado nunca en serio y su actitud ha sido provocadora”. (Jorge D´Alessandro, U.D. Salamanca).
Donde más drásticas parecían las posturas era escalones abajo, en 2ª División “B”, con tantos modestos soñadores de gloria, aferrados a una paupérrima realidad e inmersos en problemas de cobro:
“Nos estaban tomando el pelo. Será difícil acordar algo antes del domingo, aunque tampoco imposible” (José Miguel, futbolista del Zamora). “La huelga debería ser indefinida, ya que no se puede consentir tanta tomadura de pelo. Hemos buscado el diálogo, sólo para que el Sr. Porta nos considere «unos buenos chicos». Ya era hora de que los futbolistas nos uniésemos, y de una vez pidamos, de forma clara y rotunda, nuestros derechos. Estoy a favor de la huelga, sin ningún género de duda” (Munguía, jugador del Torrejón).
La suerte estaba echada. Aunque desde las poltronas de 1ª División y muchas de 2ª se diera por descontada una pérdida de fuelle en el seno de sus plantillas, el Patronato de Apuestas Mutuas, es decir el organismo regulador de las quinielas, otro posible gran perjudicado, tomó medidas para que, puestos en lo peor, la sangría no resultara excesiva. Lo que había empezado como defensa del producto futbolístico nacional, derivaba hacia un conflicto de proporciones insospechadas. Y si Pablo Porta saldría de él muy tocado, los clubes, no sintiéndose representados, comenzaron a segar el césped a ras de aquella Federación, constituyendo un ente asociativo propio, capaz de medirse con sus futbolistas. Parte del antiguo poder emanado de la calle Alberto Bosch, se diluía.
Los futbolistas, por una vez, estaban dispuestos a salirse con la suya.
Aquella incipiente y todavía temblorosa democracia, comenzaba a morder los dobladillos del fútbol, una actividad que, como el ejército, la banca y determinados jerarcas del ámbito empresarial, aparentaba seguir instalada en un pretérito con aroma a alcanfor. Por de pronto, el balón y sus más directos protagonistas acababan de lanzar su órdago, con muy buenas cartas.
Francisco Eguía. El desconocido internacional de Tercera
Francisco Eguía Iturrateabásolo es, sorprendentemente, un absoluto desconocido. Incluso para el club al que dedicó tantos años de carreras por la banda izquierda de Lasesarre. Tan desconocido que en las diferentes biografías que pueda haber del longevo extremo, se le confunde muy a menudo con otro Eguía. En este caso, con Alfredo “Pochito” Eguía con quien coincidió en época, y con el que se cruzó en algún que otro encuentro pero que no tuvo, ni de lejos, la larga carrera de su coetáneo.
Alfredo Eguía Zubarán (o Zobarán), conocido como “Pochito” nació en Bilbao, el 26 de febrero de 1906, y tras un par de temporadas en las que se prodigó como delantero centro en el equipo de reservas del Athletic Club, pudo debutar con los mayores en el Campeonato Regional de Vizcaya el 11 de octubre de 1925 ante el Sestao Sport anotando el primer gol del partido en el minuto 17. Eso sí, ocupando el puesto de interior derecha que para eso tenía por delante a Suárez. La recuperación de Laca y los 18 goles de Suárez en el torneo llevaron a Pochito a acabar la temporada en el equipo suplente, situación que se repetiría en la temporada siguiente. Así pues Alfredo Eguía terminaría su etapa en el Athletic al acabar esta campaña habiendo jugado 13 partidos oficiales (9 partidos de Campeonato Regional y 4 partidos de Campeonato de España) y habiendo anotado 7 goles (6 en Campeonato Regional y 1 gol en Campeonato de España)
En abril de 1927 se inscribe en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Santiago de Compostela y el Celta no pierde la oportunidad de llevarlo a sus filas en octubre de ese mismo año, donde al igual que en el Athletic no goza de una titularidad absoluta pero, vuelve a dar muestra de facilidad goleadora: 14 goles en Campeonato Regional en 14 partidos, 4 goles en Campeonato de España en 4 partidos, 3 partidos en Segunda División y 2 goles en 2 partidos de Promoción a lo largo de dos temporadas con los celestes; en total: 20 goles en 23 partidos oficiales.
Su trayectoria siguió en el vecino gallego, el Deportivo de la Coruña, donde la experiencia no fue mucho mejor ya que apenas jugó 12 partidos oficiales (5 en Campeonato Regional, 6 en Segunda y 1 partido de Campeonato de España) con 5 goles anotados (3 en Campeonato Regional y 2 en Segunda División). Aun así, el Real Madrid se fija en él y le ofrece un contrato profesional (el primero de su carrera) de 500 pesetas mensuales.
Eso sí, no es que tenga ocasión de demostrar su valía tampoco en la capital, ya que solo juega dos partidos de Primera en los que se muestra muy desacertado y, al final de la temporada 1930-31 deja de pertenecer al club madrileño.
Finalizada la temporada citada, Alfredo Eguía vuelve al Athletic de sus inicios donde nos consta su presencia en partidos del equipo suplente pero perdemos su pista hasta averiguar que fallece en Argentina, en agosto de 1982.
Francisco Eguía Iturrateabásolo, natural de Sestao, era hijo de Antonio y Ana, y el hermano pequeño de Rosalía nacido el 2 de abril de 1907, debutó, de manera oficial, con el Baracaldo, en San Mamés, el 28 de octubre de 1923 en partido de Campeonato Regional.
Suya hizo la banda izquierda del ataque gualdinegro durante diecisiete años, sobre todo con participaciones en el Campeonato Regional de Vizcaya en el que el Baracaldo encontraba duros oponentes de cara a clasificarse para el Campeonato de España, a pesar de contar con jugadores importantes en el panorama futbolístico como Travieso y Prats, por poner un ejemplo.
Fue asentándose como titular y, en su tercera temporada, tuvo ocasión de encontrarse con el otro Eguía de nuestra narración, Alfredo, el 22 de noviembre de 1925 en partido jugado en Lasesarre entre Baracaldo y Athletic Club, partido que acabó con victoria bilbaína y gol de Alfredo a los 8 minutos.
Francisco Eguía en 1924. Revista “As”, 28 de noviembre de 1932.
Tendrían opción de enfrentarse una vez más, el 20 de febrero de 1927, en el mismo escenario, con nueva victoria visitante y otro gol de Alfredo, que volvió a estrenar el marcador. Era época en que visitar Lasesarre era muy complicado para cualquier visitante, sin duda alguna, el Baracaldo ejercía de juez de la competición.
A punto estuvieron de proclamarse subcampeones regionales en la campaña 27-28, pero sucumbieron en partido de desempate ante el Alavés, y a partir de ahí, el equipo pasa a una fase de intrascendencia. Durante tres temporadas, el Baracaldo pelea por no descender de categoría en el torneo regional, por lo que su presencia en el Campeonato de España aún tendrá que esperar.
Por su parte, Eguía se va convirtiendo en institución pese a su juventud. Al acabar el torneo regional vizcaíno lleva a sus espaldas: 80 partidos de competición regional (añadiendo las promociones) y 18 goles con la camiseta del Baracaldo. Acaba de cumplir los 24 años y ya ha cumplido una temporada en Segunda División (grupo B) y dos temporadas en Tercera (con un total de 46 partidos jugados y 11 goles anotados) en las que se ha quedado a un paso de ascender a la categoría de plata del futbol nacional en ambas campañas, concretamente el 9 de abril de 1931, el Baracaldo ha quedado apeado de la final de ascenso a Segunda tras caer en el partido de desempate ante el Celta por 3-2.
La Convocatoria Internacional.
El 24 de agosto de 1930, “El Telegrama del Rif”, diario melillense, se hacía eco de la intención de que la selección española de futbol jugara un partido en el mes de abril de 1931 ante la selección italiana, ya concretaba que el campo elegido iba a ser San Mamés. Dos días después, “La Libertad” de Madrid no era tan categórica con respecto a la población en que se celebraría el partido.
Mes y medio después, concretamente el 19 de octubre, “El Telegrama del Rif” volvía a dar noticias del partido ante Italia, asegurando que se jugaría el día 12 de abril, bien en Madrid, bien en Bilbao. Lo mismo aseguraba el tinerfeño “El Progreso” afirmando que los italianos se enfrentarían a Portugal el domingo 19. Incluso “El Cantábrico”, el día 1 de noviembre, saca una lista de partidos internacionales con las fechas en el que se puede leer: “12 de abril, en Bilbao. España – Italia”.
Pero, el 1 de marzo, a tan solo 6 semanas de disputarse el encuentro, “La Libertad” se hace eco de la petición de la Federación española de cambiar las fechas de los encuentros entre portugueses e italianos y de estos ante los propios españoles, debido a las elecciones municipales del 12 de abril y que cambiarían radicalmente la historia de la sociedad española.
Así pues, con la nueva fecha confirmada (19 de abril de 1931), los preparativos para el partido comienzan tras la finalización del torneo liguero el 5 de abril, aunque José María Mateos, seleccionado nacional ya había dado el equipo inicial el día 3: Zamora, Ciriaco, Quincoces, Martí, Marculeta, Roberto, Lafuente, Luis Regueiro, Bata, Chirri, Gorostiza. Un jugador del Madrid, dos del Alavés, uno del Real Unión de Irún, uno del Barcelona, uno de la Real Sociedad y cinco del Athletic Club. Se jugaba en el norte de la península y el futbol vasco avasallaba en el once inicial.
Estos jugadores se reunieron en Bilbao, el día 8, con tal de entrenar y conjuntarse de cara al encuentro frente a los italianos, apuntando “La Libertad” que el seleccionador español “no ha designado todavía los reservas del equipo nacional”. Hasta que este mismo periódico el mismo día 19 refleja la lista de suplentes de la siguiente manera: “Para las substituciones, y como suplentes, España tiene los jugadores Blasco, portero; Castellanos, defensa; Muguerza y Zubiaurre (en realidad, era Cilaurren), medios y Agaragorri (quieren decir Iraragorri) y Eguía, este último del Baracaldo”.
Así pues en la convocatoria entraba por primera vez, un jugador de la tercera categoría del futbol nacional: lo que en aquella época era la Tercera División, la que entre 1977 y 2021 fue la Segunda División B y lo que hoy en día es nombrado Primera División RFEF. Y el honor correspondió a Francisco Eguía.
Detalle de “La Libertad” de Madrid, 19 de abril de 1931.
Como era normal, en aquellos tiempos, no hubo mucha opción de que Eguía entrara en el terreno de juego, aunque hubo un cambio por parte española al tener que salir Luis Regueiro del terreno de juego y entrar Iraragorri en su lugar en el minuto 17.
Francisco Eguía continuó su carrera en el Baracaldo hasta 1940, en que debutó en Segunda División, jugando dos partidos, cuando estaba a punto de cumplir 34 años después de haber logrado debutar en el Campeonato de España en la temporada 1932/33 y llegar a semifinales en el Torneo Nacional de 1939, después tan discretamente como había transcurrido su carrera dejamos de saber de él y dejó la práctica del futbol tras 209 partidos oficiales y 48 goles con la camiseta del Baracaldo…..y una suplencia en el banquillo de la selección española.
FUENTES:
Prensa:
“La Libertad” (Madrid)
“El Telegrama del Rif” (Melilla)
“As” (Madrid)
“La Gaceta del Norte” (Bilbao)
“Gran Sport” (Madrid)
Bibliografía:
Bravo Mayor, Luis Javier y Olmos Micó, José Vicente: Campeonatos Regionales Vascos (1913-1940)
Como en todo lo que se publica bajo mi firma, mi más profundo agradecimiento por su colaboración y estímulo a Luis Javier Bravo Mayor.
Descubriendo a todos los jugadores internacionales españoles
Cuando Félix Martialay terminó de escribir en 1968 la primera edición de su magna obra Una historia de la selección española de fútbol, ya dejó escrito que los jugadores internacionales en categorías diferentes a la absoluta merecían no quedar en el olvido, pues “al fin y al cabo defendieron los colores españoles con el mismo entusiasmo y responsabilidad que los profesionales de la máxima categoría” (p. 11).
Posteriormente, en el prólogo de su Todo sobre todas las selecciones (2007), explicó con detalle cómo llegó al convencimiento de que era necesario atribuir la misma importancia a todos los jugadores, desde el campeón del mundo hasta el que jugó una sola vez con la selección sub-15, pues todos estaban igualados por su categoría: todos son internacionales con España. Decía así don Félix: “había muchos españoles que de adolescentes o de jóvenes habían sido internacionales con la misma emoción, entusiasmo y ardor que los super conocidos profesionales, que habían escuchado el himno español con un temor inefable y que habían defendido los colores de su patria con enorme fe” (p. 10).
Dos años antes (2006) Martialay había dado otra lección: no nos olvidemos de aquellos jugadores que fueron convocados con España pero que nunca llegaron a jugar, porque ellos también tuvieron el honor de ser llamados por su país, viajaron con el equipo, se entrenaron, hicieron piña y estuvieron al servicio del seleccionador por si eran necesarios. Ellos también, aunque no llegaran a ser internacionales, merecen estar en los libros de historia de la selección nacional. Y por ello, en su libro Todo sobre la selección española aparecieron por primera vez todos los jugadores convocados en cada uno de los partidos de la selección absoluta. Lo mismo hizo con las selecciones inferiores en su libro Todo sobre todas las selecciones (2008).
En aquellas fechas hicimos un trabajo que recuerdo con mucho cariño para intentar identificar a todos los jugadores que habían sido convocados, apuntando el nombre y los dos apellidos, así como sus datos de nacimiento. Dado el enorme volumen de información, optamos por no publicar todos estos datos en los libros, pero los datos quedaron almacenados para siempre. Volcamos no solo el archivo personal de Martialay, sino que lo completamos con el del coronel Juan Garrido del Río y le añadimos no pocos detalles gracias a José Ignacio Corcuera. Además de las miles y miles de horas de don Félix, echamos juntos decenas de mañanas a completar todo aquello.
Fueron pasando los años y los datos allí quedaron fijos, y sin que don Félix pudiera actualizarlos como había hecho semana a semana durante cincuenta años. Hasta que un día del año 2017 mi querido amigo José López Carreño me dijo que esto no podía seguir así, y que había que recuperar la tarea de don Félix. Así que se puso a recuperar los diez años que nadie había estudiado entre 2007 y 2017. Sin apenas información disponible de la RFEF, López Carreño se puso a bucear entre las más diversas fuentes de información, a hablar con protagonistas y a completar uno a uno todos los partidos que había jugado España en esos diez años. Hasta tuvo que aprender unas cuantas palabras húngaras para poder encontrar algunos datos. Pero los encontró, y desde ese momento siguió actualizando todo hasta la fecha.
En enero de 2021 llegó el momento de juntar el viejo trabajo de don Félix con el de López Carreño, y a esa tarea nos pusimos gracias fundamentalmente a un magnífico equipo de periodistas formado por Lucía Alcaraz, Lucía Carrasco, Enaitz Gárate, Jon Urko García Rodríguez, Eneko Isasi, Jesús López Sánchez, Irene Ruiz Padillo y María Puras. Al terminar el mes de junio de 2021 teníamos por fin una base de datos única y totalmente actualizada con todos los partidos de todas las selecciones españolas y con todos los jugadores. Nadie, ni siquiera la Real Federación Española de Fútbol, tiene nada igual.
Y he aquí que llegó el momento de echar una vista atrás. José López Carreño había conseguido identificar al 100% de los jugadores desde 2007, pero en el trabajo anterior había unos doscientos de los que no teníamos los datos completos. De algunos nos faltaba el lugar de nacimiento, de otros la fecha, y junto a ellos había un pequeñísimo grupo de los que tan solo conocíamos el nombre deportivo y el equipo de procedencia. Era el momento de reanudar la investigación de 2007 y 2008 e intentar encontrar a esos doscientos jugadores y, sobre todo, sacar del anonimato a los que no teníamos identificados.
Fundamentalmente han sido José Vicente Olmos Mico, Fernando Arrechea, Alfonso del Castillo y Lartaun de Azumendi quienes se pusieron manos a la obra y han conseguido completar los datos de más del 60% de los que faltaban, incluyendo el desvelar a todos aquellos de los que solo sabíamos el nombre deportivo. Absolutamente todos. Una vez más, y perdón por la insistencia, un trabajo que nadie había emprendido hasta la fecha.
Pero claro, antes de tener a todos los jugadores nos faltó uno, que resultaba ser un auténtico callejón sin salida. Murillo, del Atlético de Madrid, jugador convocado en dos ocasiones con la selección sub-18 en la temporada 1963. ¿Quién era Murillo? Hicimos todas las búsquedas posibles en todos los medios al alcance, las mismas que habían dado excelentes resultados con el resto de jugadores. Pero Murillo se resistía, ninguna pista era buena y ni siquiera conseguíamos saber su nombre de pila. Así que a la desesperada se nos ocurrió utilizar el Twitter, explicar el trabajo que estábamos haciendo y pedir ayuda por si alguien podía conocer a Murillo o aportar algo sobre él. Era nuestra última esperanza, recurrir a lo que los policías llaman colaboración ciudadana.
Y hubo una primera respuesta. En el blog de Alfonso del Castillo se había publicado en diciembre de 2020 una foto magnífica de la selección en los entrenamientos, y ahí aparecía agachado nuestro Murillo. ¡¡Hay foto de Murillo!! Pero pronto habría más: la peña atlética Bendita Locura envía otra foto (Marca, 10-3-1963) y añaden el nombre de pila, Enrique. Domingo López, socio de CIHEFE, no tarda en encontrar otro recorte de prensa donde aparece la confirmación del nombre.
Ya teníamos el nombre y la foto, y con la ayuda de Hispaligas y de Bendita Locura completamos su trayectoria deportiva: jugó hasta 1965 en el Atlético de Madrid, la temporada 1965-66 la hizo en la Cultural Leonesa y la 1966-67 en el Talavera. José Ignacio Corcuera apostilla: en la Cultural jugó 21 partidos y anotó 2 goles.
La historia de nuestra búsqueda llamó la atención del periodista Manuel Yaben, que publica un reportaje en el diario digital El Independiente explicando el origen y el objeto de la investigación. ¡Hay que dar con Murillo! Casi de inmediato, Xesc Ramis nos da una nueva pista por Twitter: ha localizado a un jugador de bolos que se llama Enrique Murillo. ¿Será el que nosotros buscamos? Imposible de saber, el nombre no es muy frecuente, pero sin confirmación tajante no podemos arriesgarnos. Hemos avanzado mucho, pero nuevamente estamos en un punto muerto. ¿Cómo avanzamos?
En estas Lartaun de Azumendi consigue ponerse en contacto con Manuel Delgado Meco, famoso preparador físico del Athletic Club y de la Selección nacional, que compartió selección castellana con Murillo. Sí, recuerda bien a Murillo, pero no sabe darnos datos ni decirnos qué fue de él. Han pasado casi sesenta años… Eso sí, hay un pequeño detalle que no ha podido olvidar de: en las concentraciones Murillo solo hablaba de bolos, le encantaban los bolos. ¡¡Eureka, apareció, ya lo tenemos!!
La inmensa alegría ha sido que no solo hemos podido identificar a Murillo, sino que hemos podido hablar con él por teléfono y próximamente publicaremos una entrevista completa con él, el último jugador fantasma de los que han sido convocados con la selección española de fútbol.
Los que nos dedicamos a la investigación sabemos que pocas veces el éxito es tan rotundo, y que el camino está más lleno de sinsabores de que alegrías como esta. Son muchísimas veces las que hemos buscado jugadores con el mismo empeño y la búsqueda ha resultado infructuosa, el tiempo dedicado ha sido el mismo pero solo queda el mal sabor de boca de no haber podido hallar lo que buscabas. Afortunadamente no ha sido el caso, y por ello podemos decir que hemos conseguido identificar al 100% de los jugadores que han sido convocados con la selección española de fútbol, hayan o no debutado.
Hemos culminado así un trabajo único que empezó Félix Martialay en 1968 y que sin José López Carreño seguiría estancado en 2007. En otros países, menos laureados y con menos cultura futbolística que España, puede consultarse fácilmente por internet todos los partidos de sus selecciones, con identificación de todos los jugadores. Hasta el momento en nuestro país no ha sido posible, pero nosotros en CIHEFE haremos todo lo posible para ponerlo a disposición de todos los aficionados.
Si no hubiera sido por el trabajo de Martialay y López Carreño muchos de los datos que hemos podido recopilar se habrían perdido y sería imposible reconstruirlos, pues nadie se ha ocupado con el mismo esfuerzo y denuedo de la historia de nuestra selección nacional. Afortunadamente todos los aficionados al fútbol hemos contado con su esfuerzo y dedicación, y gracias a ellos se ha podido reconstruir toda la historia de nuestra selección nacional, lo que es un gran orgullo para CIHEFE y para todo el fútbol español.
Los otros extranjeros
Aunque los futbolistas extranjeros resultaran pieza esencial para el arraigo de este deporte en nuestro suelo, las cortapisas que poco a poco irían poniéndoles desde la Federación Española más heroica, e incluso desde las Territoriales, nada tuvieron de baladíes. Era lógico, hasta cierto punto. Aquellos oficinistas de compañías mineras, navieras y exportadoras, o los ingenieros siderúrgicos llegados desde Inglaterra, sin ser a menudo demasiado jóvenes, estaban más duchos en la práctica del “football” que los voluntariosos “sportmen” nacionales. Naturalmente, no era lo mismo regresar de los “colleges” británicos con alguna noción balompédica, después de un par de años cursando estudios por los alrededores de Londres, que competir desde los 10 ó 12 por campas y solares, pulirse junto a entrenadores teóricamente capacitados en los recintos universitarios, y doctorarse viendo evolucionar a los “pross” domingo tras domingo. A menudo, contar con ingleses en los equipos era jugar con ventaja. No sólo por lo que hacían sobre el césped o la tierra endurecida, sino por cuanto lograban transmitir a sus compañeros. Así que velando por una mayor igualdad de oportunidades, acabaría imponiéndose la tesis de establecer límites.
El detonante definitivo tuvo lugar en 1911, durante la disputa del Campeonato de España (la Copa, para entendernos), único torneo nacional en vigor, donde a falta de una Liga se coronaba al mejor equipo español. Los donostiarras de la Real Sociedad habían fichado a un par de jugadores madrileños como refuerzo cara a la fase final, y sus vecinos de Bilbao, no queriendo quedarse cortos, contrarrestaron aquella iniciativa incorporando a tres elementos ingleses. Las protestas de todos los contendientes surgieron de inmediato, dando pie al arbitraje federativo. En adelante sólo podrían participar en torneos oficiales los extranjeros que como mínimo llevaran inscritos por sus clubes desde hacía 6 meses. Esta norma, además, iba a servir de inspiración a distintas Territoriales, cuando de ellas dependían los Campeonatos Regionales, clasificatorios para la fase final copera.
Pero tampoco parece que las cosas cambiasen mucho. Promulgada la ley surgían las trampas, tanto antaño como hoy día, en un país acostumbrado a ejercicios de birlibirloque. Y transcurridos cuatro años desde el escándalo de los ingleses, en Barcelona volvía a vivirse otro no menor por culpa de un futbolista corriente, que andado el tiempo acabó cuajando como actor hollywoodiense de segundo rango. Se llamaba Juan Garchitorena, había nacido en Filipinas cuando allí aún ondeaba la bandera española, pero poseía pasaporte estadounidense, y no argentino como se ha escrito tantas veces hasta que Fernando Arrechea documentase convincentemente su auténtica naturaleza. Garchitorena había ingresado en el F. C. Barcelona la temporada 1915-16, y fue inscrito como español sin que ocurriese nada en los dos partidos que disputara aquella campaña. A lo largo de la siguiente, en cambio, fue denunciado por el Club Deportivo Español. El Campeonato de Cataluña estaba vetado a los extranjeros y Garchitorena acababa de intervenir en varios choques. Los federativos, tirando de norma, obligaron a repetir esos encuentros, circunstancia a la que se negaron categóricamente los “culés”. El muchacho, al fin, no pudo disputar ningún partido más hasta transcurrido alrededor de un año, cuando la Federación Española, ya en primavera de 1918, le autorizase a participar en su Campeonato de España. El ejercicio correspondiente a 1918-19 se saldaría para él, de todos modos, con 3 únicas intervenciones.
¿Voluntad de quebrantar el reglamento, o pura desidia barcelonista? Más lo segundo que de lo primero, sin duda, pues el futuro Juan Torena de las pantallas cinematográficas distaba mucho de parecerse a un jugador de campanillas. Nadie, en el Barça, debió reparar en su pasaporte, quién sabe si porque trapisondas de esta índole estuvieran por esa época a la orden del día. Desde luego, regularizar su situación tampoco se antoja muy complicado. Nadie iba a impedir recuperar la nacionalidad a quien forzosamente debió ser inscrito como súbdito español, al otro lado del globo terráqueo. Este incidente, muy sonoro en Cataluña, ilustra, no obstante, las dificultades que extranjeros residentes en nuestro suelo encontraban para incorporarse a un fútbol todavía amateur.
En 1926, ya reglamentado el profesionalismo futbolístico, los extranjeros con menos de dos años de residencia en España seguían teniendo prohibida su participación en choques oficiales. Y como para ese instante también hubiese aparecido alguna irregularidad más o menos consentida, la nueva norma salvaguardaba con respeto los supuestos derechos adquiridos. Siete años después, en 1933, la Asamblea General de la F.E.F. acordaba autorizar, a partir de la campaña 1934-35, la contratación de dos jugadores extranjeros por club.
Reboredo siempre fue argentino, aunque durante toda su carrera de futbolista compitiera como español.
Ese debería haber sido el momento idóneo para que nuestra Federación abriese un registro o padrón de futbolistas extranjeros, aunque todo induce a considerar que nadie reparó en su enorme utilidad. Comenzaron a llegar foráneos, sumándose a aquellos que con anterioridad vieran rechazadas sus solicitudes de ficha por no acogerse a la legalidad (casos de Dos Santos, por ejemplo -Fusto en Brasil, su país de procedencia-, o Jaguaré -Vasconcelhos bajo a las palmeras y el tibio sol carioca-, los dos a las órdenes del F. C. Barcelona). Y sin registro específico de incorporaciones foráneas, el descontrol acabó dando pie a ciertas triquiñuelas pintorescas, como las de Francisco Reboredo Mosquera o Ramón Zabalo Zubiaurre.
Reboredo había nacido en Buenos Aires (3-IX-1914), antes de que sus padres, emigrantes gallegos a la búsqueda de un porvenir más halagüeño, emprendieran el retorno. Había sido registrado como súbdito argentino y nadie, ni él mismo, se preocupó de modificar su situación a medida que fuera creciendo en Galicia. Tras forjarse en el Hércules de la capital coruñesa, antes de que echase a rodar la pelota el ejercicio 1933-34 se incorporó al Deportivo de La Coruña, como medio y supuestamente español. En 1936, luego de tres campañas con la camiseta deportivista y comprendiendo que la Guerra Civil llevaba visos de prolongarse, cruzó la frontera de Tuy mostrando su pasaporte argentino, rumbo a Oporto, para reforzar al club portugués. Allí sería alineado de ariete, sacando provecho a su poderoso remate aéreo, sin que le pusieran el más mínimo impedimento ni a la ida ni en el retorno, tras leerse el último parte bélico. Como ciudadano argentino tampoco hubo de rendir cuentas ni someterse a depuración, por haber tomado las de Villadiego mientras los frentes y algunas retaguardias se inundaban de sangre. Y consecuentemente, pudo desarrollar las temporadas comprendidas entre 1939 y 1947 en su Deportivo, sin sobresaltos y como auténtico comodín entre la zona ancha del campo y los puestos de ataque. Si tanto antes como después de la guerra pasase por futbolista español, durante la misma sería visto como extranjero, aun sin convertirse en pupilo de los eufemísticamente denominados “campos de clasificación”. El paréntesis con que a efectos futbolísticos se zanjó aquella barbaridad está claro que habría obrado en su beneficio. Pertenecía a la disciplina deportivista en 1936, y por ello sus dos años largos con el Oporto no contaban a este lado del Miño. No se le exigió ningún transfer internacional, y así pudo seguir siendo argentino encubierto. Su hermano Manuel, por cierto, coruñés desde la cuna, llegó a alinearse con el Celta de Vigo a lo largo del campeonato 1942-43. Aquel pasaporte argentino, documento valiosísimo hace ya tantos años, al que siguió sacando lustre, constituyó para él un lujo.
Y es que una vez desligado del club coruñés, mientras a España llegaban desde Argentina los buques de Perón cargados con grano, carne o patatas, y pensando, quizás, que al otro lado del charco ataban a los perros con longaniza, tomó un buque en Vigo, rumbo a Buenos Aires, para luego ejercer como entrenador entre Venezuela y Portugal.
Las federaciones españolas pre y posbélicas parecieron no enterarse nunca de sus idas y venidas. De las suyas y de las de Zabalo, aunque éstas dejasen bastante más huella.
Ramón Zabalo (South Shields, Inglaterra, verano de 1910), era hijo del cónsul español en dicha localidad, desde la que sería trasladado poco después a Newcastle, antes de retornar a España. El joven Zabalo arraigó en Forte Pío (Barcelona), y desde el Fortpiense fue captado por el club azulgrana. A sus 18 años era inglés, menor de edad, y como para integrarse en el F. C. Barcelona necesitaba adoptar la nacionalidad española, su padre y él mismo pusieron precio a dichas diligencias. El club de la ciudad condal correría con los gastos inherentes a convertirlo en soldado de cuota cuando fuese llamado a filas. Es decir, pagaría para librarlo del servicio militar obligatorio, así como el uniforme que otro individuo con menos posibles iba a vestir en su lugar(1). A partir de 1930 el ya español de Forte Pío se afianzó como excelente defensa, pero en 1932 las tuvo tiesas con los directivos “culés”. Sólo habían cumplido parcialmente con el abono de la cuota militar, y lo de cobrar como el que más en la plantilla quedó en agua de borrajas cuando, aun con retraso, se hicieron perceptibles en España las consecuencias del crac bursátil estadounidense de 1929. Después de las rebajas salariales decretadas por la directiva azulgrana, ganaba 600 ptas. mensuales y los brasileños Jaguaré y Dos Santos, que únicamente podrían intervenir en partidos amistosos, 1.000. O sea que, si el club no cumplía, él tampoco tenía por qué hacerlo, pareció considerar.
Su plante o declaración en rebeldía duró cinco meses, desde agosto de 1932 hasta el 25 de enero del 33. Según la normativa, para desligarse del Barcelona y quedar en completa libertad, aún debía permanecer inactivo siete meses más. Demasiado tiempo ocioso, siendo deportista de gran nivel. Claro que también disponía de otra bala en la recámara. Estaba a tiempo de reconvertirse en inglés, puesto que la decisión de hacerse español había sido tomada por otros en su nombre, al ser menor de edad. Ya había cumplido los 21 y nada le impedía actuar por sí mismo. Una vez ciudadano británico, tanto podría poner cara de despistado entre los culés, como buscar acomodo al otro lado de los Pirineos.
Hoy sigue sin estar claro cuándo se convirtió en súbdito británico. Lo relevante es que era inglés tras participar en la gira azulgrana por México, y al hacer escala en París con el propósito de ingresar en el Racing parisino. Para entonces era uno de los cuatro defensas más destacados de Europa, y como tal sería seleccionado con vistas el partido FIFA a disputar en Londres entre la selección nacional inglesa y otra continental. A él, puesto que competía en Francia, lo consideraron “continental” hasta que desde el otro lado del canal de La Mancha se levantaran voces de protesta: Zabalo era británico. ¿Cómo uno de ellos podía enfrentarse a su propia selección? Lógicamente, lo retiraron de la lista.
F. C. Barcelona de 1935. Zabalo aparece señalado con el número 2.
Mientras las cosas no se complicaron mucho en Francia, Ramón Zabalo continuó en París. Luego no figuró entre los represaliados ni se le recetaron meses o años de suspensión, como a varios compañeros suyos del F. C. Barcelona, cuando se decidió a cruzar la frontera en 1943 para alinearse con el Melilla. Más aún, inscrito como natural de Forte Pío, volvió a vestirse de azulgrana durante el campeonato 1944-45, aunque poquísimo, puesto que la edad no perdona. En pocas palabras, esquivó nuestra brutalidad civil y tampoco intervino en la Guerra Mundial, donde tantas decenas de miles de ingleses perdieron la vida combatiendo al nazismo hitleriano y el prepotente imperialismo fascista de Mussolini. Ni en la Federación Española, ni en el seno del comité depurador, ni en el Ministerio del Interior y su departamento de extranjería, parecieron darse por enterados de sus maniobras. Ni siquiera tuvo problemas durante los días en que ser británico por nuestros pagos, entre tanto germanófilo, podía causar múltiples disgustos. Más adelante estuvo regentando una fábrica de lejía y productos químicos, como español. Y hasta cabría pensar que acabó olvidando el periodo en que, por razones de conveniencia, eligiera ser súbdito de su graciosa majestad británica.
A la F.E.F. franquista tampoco se le ocurrió abrir un registro de extranjeros cuando el húngaro Alberty, que ya había jugado la temporada 1935-36 y estaba casado con una madrileña, siguiera compitiendo en nuestra Liga desde 1939. Otros foráneos hubieran podido seguir sus pasos en cualquier momento, porque pese a la catastrófica situación económica española seguía rigiendo la normativa de 1933, en materia de importaciones futbolísticas. De hecho, Santiago Bernabéu supo obtener réditos publicitarios con la incorporación del mexicano José Luis Borbolla durante el mes de julio de 1944, en pleno imperio del estraperlo y las cartillas de racionamiento, los cortes de luz, el frío helador, los rostros famélicos y la búsqueda desesperada de divisas. Borbolla constituyó un fracaso. Manejaba muy bien la pelota, pero era lento y la vivacidad, por no decir extrema dureza de nuestro fútbol, se le atragantaron por completo. Pese a ello, otros muchos le siguieron desde Argentina, México, Venezuela, Uruguay, Portugal, Francia, Italia…
En 1949, a raíz del convenio de colaboración firmado entre Argentina y España, los futbolistas de ese país inscritos en nuestra Federación serían favorecidos con el derecho a competir también en la Copa. E igualmente se facultó a nuestros clubes, durante un periodo de tres años, a incorporar 2 jugadores argentinos sin que ocupasen plaza de extranjeros. Para entonces, previendo el posible aluvión, la F.E.F. abrió finalmente un registro de futbolistas no españoles, consignando su nombre y dos apellidos, naturaleza, nacionalidad, Federación de procedencia, fecha del transfer, club que lo inscribía y un apartado de observaciones, destinado básicamente a reflejar fecha y destino de hipotéticos transferes de salida. La primera anotación, fechada el 19 de octubre de 1948, se dedicó al argentino Mateo Nicolau Garí, procedente de la federación mexicana con rumbo al Barcelona. Otros deportistas llegados con anterioridad y no inscritos al carecer de libro a ese efecto, como Antonio Navarro Cánovas (R. Madrid), o Arquímedes Herrero Errobidart (Valencia) serían reseñados en casillas que cronológicamente no les correspondían (11 y 15 respectivamente).
Por fin se disponía de un registro. Ya sólo faltaba cumplimentarlo adecuadamente, y por desgracia no se hizo.
Luego de varias temporadas, los errores, incongruencias e irregularidades comenzaron a florecer como en una selva amazónica. Bailes de nacionalidades, españoles reflejados como extranjeros, foráneos inscritos como oriundos y por lo tanto españoles de derecho… Formidable galimatías que al final sería causa de no pocos sustos, corruptelas generalizadas en el caso de oriundos de pega y movimientos de montaña rusa, ora displicencia máxima, ora mano dura en extremo. Joaquín Valle Benítez, por ejemplo, canario de retorno desde Francia, sería reflejado en el libro de extranjeros (casilla 19), al igual que el también español Olegario García Carril, incorporado por el C. D. Logroñés desde suelo galo (casilla 20). O el gallego José María Martín Rodríguez, emigrado a Argentina tras el asesinato de su padre durante la Guerra Civil y repatriado también desde Francia por el Deportivo de la Coruña (casilla 21). ¿Pensaría alguien, quizás, que allí debían aparecer todos los transferidos desde otras Federaciones, cualquiera que fuese su naturaleza? En ese caso habrían sido numerosos los casos de españoles procedentes del fútbol luso reducidos al limbo, porque nadie los incluyó en el libro. Además, muchos españoles por ser hijos de padre y madre española, al retornar de Hispanoamérica fueron tratados federativamente como argentinos, mexicanos, venezolanos o paraguayos. Basten a manera de muestra José Ramón Algarra Gabari (Erri-Berri de Olite, casilla 369), o José Ignacio Ajuria Astoreca (Arratia vizcaíno, casilla 446.).
Eulogio Martínez en remate acrobático ante el madridista Marquitos. Por esa época lo apodaron “abrelatas”, ante la facilidad con que sirviéndose de su mucha calidad técnica doblegaba cualquier cerrojo.
Puesto que, si se juega al despiste, lo natural es acabar despistado, esos apuntes federativos explican algunos desatinos como el concerniente al paraguayo Eulogio Martínez, cuyo caso fue ampliamente abordado por Antonio Arias desde su blog “Saltataulells”. El doble internacional, por Paraguay y España, chocó con la autoridad consular cuando quiso colar como hijo de españoles. Una vez descubierta la falsedad documental, su representante-intermediario comenzó a hablar de dinero por hacer la vista gorda. Desde el consulado en Paraguay se alertó al Ministerio español, en tanto el F. C. Barcelona trataba de mover hilos que le permitieran salirse con la suya. Eulogio Martínez no habría obtenido el visado consular, pero la Federación Española acabó inscribiéndolo como español en la casilla 106 de su libro e intervino como oriundo en nuestro Campeonato Nacional de Liga. El máximo órgano futbolístico, increíblemente, ponía alfombra roja al tocomocho.
Casi paralelamente, mientras desde la Federación se consideraba extranjeros a numerosos españoles, algunos competían como españoles con todos los parabienes, sin serlo, y sólo puntualmente, por casualidad, quedaban al descubierto. Le ocurrió, cuando creía alcanzar la gloria, al delantero José Antonio Noya Bou (San Pablo de Ordal, Barcelona, 23-VII-1939), hijo de argentino, y argentino a su vez por conveniencia personal. Los hechos acaecieron de este modo.
Tras competir con el Villafranca en 3ª División y categoría Regional durante las campañas comprendidas entre 1956-57 y 59-60, con el Badalona la temporada 60-61 en 3ª, y el Reus Deportivo en 1961-62, siempre cedido por el R. C. D. Español, titular de sus derechos, pasaría al Tarrasa en 1962-63 y Sabadell, cara al campeonato 63-64. Los vallesanos purgaban en 3ª División, pero sus goles (29 en 36 partidos) situaron rápidamente a los arlequinados en la categoría de plata, y aún en 1ª, encadenando dos ascensos consecutivos. Ya entre los grandes, otros 9 goles en 21 partidos (campaña 1965-66), y 6 en 27 choques correspondientes al ejercicio 66-67, unidos a un notable trabajo de desgaste, llamaron la atención del Atlético Madrid. Sólo una vez rubricado el traspaso, los “colchoneros” se dieron de bruces con una realidad inimaginable. Acababan de fichar a un jugador argentino.
Noya, en efecto, con 18 años decidió optar por la nacionalidad paterna, a fin de evitar el cumplimiento del servicio militar obligatorio. Una decisión utilitarista que de repente habría de causarle serios problemas, pues la Federación Española, la misma que hubiera diligenciado sus fichas cada temporada sin la más mínima objeción, alertada ante los reiterados y flagrantes manejos ilegales en la inscripción de falsos oriundos, decidió que el muchacho era extranjero a todos los efectos. De nada sirvieron las quejas rojiblancas, pretextando que ese mismo órgano llevaba 10 años extendiéndole ficha de jugador nacional. “Menos -se respondió desde el ente-. Cuando jugaba en 3ª y Regional era la Federación Catalana quien se las diligenciaba”. A lo que el At. Madrid replicó, aun siendo consciente de que probablemente no iba a obtener nada: “En todo caso desde que llegó a 2ª ya le han extendido tres. ¿Acaso empieza a ser extranjero cuando somos nosotros quienes lo inscriben?”.
José Antonio Noya, en un cromo de sus tiempos con el Granada C. F. Español de nacimiento, más adelante argentino de conveniencia, y nuevamente español para que su ficha fuese expedida por la F.E.F.
En 1967 los responsables de la calle Alberto Bosch se mantuvieron inflexibles, y mientras por sus despachos se rizaba el rizo, dirimiendo una respuesta a tan espinosa cuestión, Noya se vio obligado a pasar unos meses en blanco. Su legalización, obviamente, se hizo efectiva tras adquirir la nacionalidad española por vía urgente, ante lo especial del caso: nacimiento y radicación en España, cualificación laboral como futbolista de elite, abrazo de la ciudadanía argentina siendo menor de edad… Pero eso sí, tenía que cumplir la mili de inmediato. Y mientras lo hacía, “enchufado” y con 28 años, le fue recetada una cesión al Calvo Sotelo de Puertollano para ir poniéndose en forma, donde habría de rubricar 7 goles en los 20 partidos de 2ª División que disputara.
Ya no luciría de rojiblanco en el campo del Manzanares. El Granada presidido por Cándido Gómez, el gallego “Candi” que guarneciese el marco granadino durante tantos años y luego emparentase con una familia de abolengo local, iba a ser su destino durante las siguientes tres campañas en 1ª, mediante el abono de un millón de ptas. en concepto de traspaso.
Tras colgar las botas en 3ª División, jugando muy poco con el Real Jaén, excéntrico y parlanchín, amigo de casi todos gracias a su buen trato personal y sucumbiendo a los encantos del Albaicín y Generalife, habría de afincarse en la capital coronada por el macizo de Sierra Nevada.
Reboredo, Noya o Zabalo, sólo fueron la punta de un iceberg federativo, entre otros extranjeros nunca consignados como tales en las historias del fútbol. Y junto a ellos una pléyade de jugadores más modestos, extranjeros reales en ciertos casos, pero absolutamente desconocidos para el aficionado más voraz, e imaginarios otros muchos, de los que a buen seguro apenas alguien habrá oído hablar de pasada. Vaya como homenaje a todos, al tiempo que, a manera de ilustración sobre el antiguo quehacer federativo, un listado de aquellos que entre las temporada 1960-61 y 1972-73, fueran considerados jugadores foráneos por el máximo rector de nuestro fútbol y, careciendo de un currículo que los capacitase para disponer de fichas profesionales, únicamente se les consintiera competir como amateurs.
FUTBOLISTA
NATURALEZA
NACIONALIDAD
FE. TRANSFER
CLUB INSCRIPCIÓN
Clodoveo Guerrero Guerrero
Peruana
Peruana
24-XI-1960
C. D. Salmantino
Serafín Celma Dally
Venezolana
Venezolana
14-XI-1960
G. Tarragona
Jose Luis Flavia Pons
Española
Argentina
19-IX-1961
U. D. Mataronesa
Leoncio Rodríguez Rodríguez
Puertorriqueña
Puertorriqueña
19-IX-1961
A. D. Piloñesa
Kyrill Parlowsky Glahn
Española
Alemana
19-IX-1961
Tradecol C. F.
Máximo Schreiben Christ
Española
Alemana
9-I-1962
J. D. Flix
René Nielsen Frimand
Danesa
Danesa
23-II-1962
C. D. San Felipe
Jorge Arriola Muller
Alemana
Peruana
1-IX-1962
Cult. Guarnizo
Luis Carlos Albini Morales
Argentina
Argentina
18-IX-1961
A. D. Plus Ultra
Carlos Martínez Moya
Costarriqueña
Costarriqueña
11-VIII-1962
Burjasot C. F.
Mario Colombo Soler
Española
Italiana
11-VIII-1962
C. D. Jávea
Rafael Ignacio Naranjo Silva
Venezolana
Venezolana
5-XII-1962
Rvo. Europa Delicias
José Joaquín Amieva Gutiérrez
Mexicana
Mexicana
5-XII-1962
C. Inmaculada (Gijón)
Sebastián Company Murgas
Panameña
Panameña
5-XII-1962
S. D. San Felipe
Juan Manuel Del Río Gómez
Mexicana
Mexicana
5-XII-1962
Cult. Guarnizo
Carlos Gabriel Granda Cabrera
Guatemalteca
Guatemalteca
5-XII-1962
Pumarín C. F.
Alfredo Juan Cabrero Aguinaco
Peruana
Peruana
27-XI-1962
C. D. Ballesteros
Juan José Calle Domínguez
Chilena
Chilena
4-I-1963
C. D. Loyola
Carmelo Roda García
Marroquí
Española
17-XII-1962
Xixona C. F.
Pablo Riera Juliá
Argentina
Argentina
28-XI-1962
C. D. Universitario
Bernhard Trost
Alemana
Alemana
2-X-1962
Carl Martín Outzen
Danesa
Danesa
14-II-1963
Ramón Gutiérrez Barquín
Mexicana
Mexicana
26-II-1963
Rayo Cantabria
José Migdonio Canseco Tavara
Peruana
Peruana
1-II-1963
Inter C. F.
Mario Trueba Rico
Cubana
Cubana
13-III-1963
Estrella Tetuán
Félix Cué Fernández
Cubana
Cubana
4-IV-1963
Toluca
Ángel Villanueva Gutiérrez
Mexicana
Mexicana
6-VI-1963
C. D. Pamplona
José Luis Caso Peláez
Mexicana
Mexicana
16-X-1963
C. Inmaculada (Gijón)
Antonio Ribeiro Alías
Española
Portuguesa
año 1963
C. D. Hermosilla
Juan Parra Boronat
Francesa
Francesa
año 1963
C. D. Alter
Eliezer Ferdinand Kosters
Alemana
Alemana
28-II-1964
A. Dpva. AEG
Omar Raúl Rodríguez Derozzi
Argentina
Española
26-XII-1963
Rvo. Europa Delicias
Jorge Manuel Pérez Yannelli
Cubana
Cubana
26-XII-1963
Fco. Misael Suárez Herrera
Chilena
Chilena
Juan Carlos Luengo Gilli
Argentina
Argentina
1-XII-1964
C. D. Pegaso
Eliseu Manuel Mendonça Paulino
Portuguesa
Portuguesa
11-II-1965
At Madrid
Noel Lwrycke Paquet
Congo Belga
Belga
4-III-1965
Luis Gómez López
Francesa
Española
17-IV-1965
C. D. Hesperia
Ricardo Piñol Campobarde
Francesa
Francesa
15-XII-1964
C. D. Sabadell
Jorge Fernando Payés Margarit
Argentina
Argentina
17-IV-1965
C. Tenis Buzino
Ricardo Pérez Carbonell
Venezolana
Venezolana
11-VI-1965
C. F. Barcelona
Jorge G. Honnorat Almira
Francesa
Francesa
4-II-1965
F. C. Andorra
Pedro Fco. Fornero Vallés
Española
Italiana
4-II-1965
C. F. Barcelona
Pedro Füllermann Lohse
Española
Alemana
4-II-1965
Carlos Füllermann Lohse
Española
Alemana
4-II-1965
Klaus Dieter Andreas Seemann
Alemana
Alemana
10-II-1965
U. D. Orotava
Jorge Alberto Castro Thiem
Argentina
Argentina
10-II-1965
Juan Miguel Madariaga Aguirre
Mexicana
Mexicana
10-II-1965
S. D. Begoña
Luis Fernando García Couto
Portuguesa
Portuguesa
10-II-1965
Willy Stähli
Suiza
Suiza
27-IX-1966
Jean Michel Blampain
Belga
Belga
17-XI-1966
C. D. Español (Balear.)
Juan Carlos Olcese Segarra
Marroquí
Italiana
19-I-1967
A. D. Ferroviaria
Pedro Manuel Miera Gutiérrez
Francesa
Francesa
19-I-1967
Rayo Cantabria
Oscar Raúl Jiménez Fernández
Argentina
Argentina
21-II-1967
José Ramón Algara Gabari
Argentina
Argentina
21-II-1967
Erri-Berri Olite
Pierre Edgar Blampain
Belga
Belga
21-II-1967
Real Mallorca
Emeric Blampain
Belga
Belga
21-II-1967
Real Mallorca
Juan Antonio Gamboa Aróstegui
Filipina
Filipina
4-III-1967
C. D. La Salle
Gilbert Oum Oum
Camerunesa
Camerunesa
4-IV-1967
Plá Panadés
Carlos Arturo Acevedo López
Colombiana
Colombiana
10-IV-1967
U.D. Ateneo Montserrat
Eduardo Pérez Terreres
Venezolana
Venezolana
18-IV-1967
Julio César Retis Vázquez
Peruana
Peruana
11-IX-1967
S. D. Negreira
Silverio Nasser Cardona
Israelí
Israelí
10-X-1967
Juv. San José
Jean Louis Marcel Sin Lloveras
Francesa
Francesa
9-XI-1967
Peña Solera
Alfonso Oortúzar Berrojálbiz
Cubana
Cubana
9-XI-1967
Jan Sttafan Jammesson
Sueca
Sueca
20-XII-1967
Asís Machado Da Silva
Portuguesa
Portuguesa
5-III-1968
Porriño Industrial
Carlos Miguel Ruiz Sampedro
Mexicana
Mexicana
6-II-1968
C. D. Gaus
Ginés Augusto Costa Mendonça
Marroquí
Marroquí
5-III-1968
U. D. Aspense
Jesús Mª Ruete Moreno
Argentina
Argentina
2-IX-1968
Juv. San Antonio
Ricardo Ernesto Martínez Fernández
Peruana
Peruana
23-IX-1968
Alfredo Luis Urrutia Pintado
Cubana
Cubana
23-IX-1968
Inter C. F. (Astur.)
Plácido Manuel Pertegaz Casas
Venezolana
Venezolana
23-IX-1968
Antonio Martínez Estarellas
Argentina
Argentina
23-IX-1968
Juventud Buñola
Fco. González Muachao
Portuguesa
Portuguesa
23-IX-1968
Kjeld Cba Rohde
Danesa
Danesa
8-XI-1968
C. D. San Remo
Jorge Ardila Jiménez
Colombiana
Colombiana
8-XI-1968
Don Bosco (Granad.)
Fco. Ignacio Pellisa Suriol
Francesa
Francesa
8-XI-1968
C. F. Vilafranca
Carmelo Asu Mbuar Asangono
Guineana
Guineana
8-XI-1968
A. D. La Paternal
Luis Alberto Luque Lezcano
Argentina
Argentina
8-XI-1968
S.D.C. Mundaiz
Teodoro Andresa Castellón
Guineana
Guineana
8-XI-1968
Indro Ricardo Dos Santos Rodrigues
Portuguesa
Portuguesa
8-XI-1968
Guy Yameogo Guire
Alto Volta
Alto Volta
21-III-1969
At Madrid
Vicente Raúl Jara Marecos
Panameña
Española
6-IX-1969
C. D. Sabadell
José Ignacio Ajuria Astoreca
Argentina
Argentina
12-II-1970
C. D. Arratia
Max Erwin Brodesser
Alemana
Alemana
20-XI-1969
C. D. Murense
Guillermo Ortega Arcauz
Chilena
Chilena
25-II-1970
Rui Manuel Gracia das Neves
Portuguesa
Portuguesa
25-II-1970
Giuseppe Giovanni Paloschi
Italiana
Italiana
25-II-1970
Antonio Esono Nguema Adugu
Guineana
Guineana
25-II-1970
Miguel Ángel García Fuentes
Venezolana
Venezolana
25-II-1970
Santiago Asumu Ocomo
Guineana
Guineana
13-X-1970
José Manuel Gomes Pinto
Portuguesa
Portuguesa
13-X-1970
Constantino Marino Prendes Camacho
Uruguaya
Española
13-X-1970
Sigfrido Herrero Fuster
Venezolana
Española
3-XI-1970
U. D. Benigánim
Juan Carlos Artieda Pellejero
Argentina
Argentina
3-XI-1970
Adriano N´Guessan Kouame Affoue
Guineana
Guineana
3-XI-1970
Caravaca C. F.
Mathias Tanoh N´Gadi
Guineana
Guineana
3-XI-1970
Fernando Nicolás Barriuso Antón
Chilena
Chilena
6-IV-1971
C. D. Lermeño
Rosendo Otogo Ngui
Guineana
Guineana
5-X-1971
U. D. Aspense
Antonio Fernando Nve Obiang
Guineana
Guineana
5-X-1971
Cobarro Horticela
Juan José Costa Picañol
Cubana
Cubana
5-X-1971
Ricardo Nelson Pons Carranza
Brasileña
Brasileña
5-X-1971
C.I.D.E.
Alfredo Van-Grieken Palacio
Colombiana
Colombiana
5-X-1971
Gran Vía C. F.
Hernando Londoño Guarín
Colombiana
Colombiana
5-X-1971
Villarreal C. F.
José Eneme Obiang Maye
Guineana
Guineana
5-X-1971
C. D. Cuarte
Jorge Mba Efumbe
Guineana
Guineana
5-X-1971
U. Carmen
Saturnino Epitie Dyome Remi
Guineana
Guineana
5-X-1971
C. D. El Águila
Fabio Máximo Unzain Tarantino
Italiana
Paraguaya
4-XI-1971
Herminio del Valle García
Chilena
Chilena
27-XI-1971
Yusuf Mahamud Ynsuf Yebrin
Jordana
Jordana
28-II-1972
Luis Ernesto Monúa Torrens
Uruguaya
Uruguaya
28-II-1972
Nicolás Orosz
Húngara
Húngara
28-II-1972
Jesús Rodríguez Soria
Española
Cubana
28-II-1972
Orlando Arenas Narváez
Colombiana
Colombiana
28-II-1972
Daniel Zamora Salas
Guineana
Guineana
28-II-1972
Luis Oswaldo Sibille Martina
Peruana
Peruana
28-II-1972
Pedro Javier Vázquez-Caidedo Céceres
Peruana
Peruana
28-II-1972
Jorge Miguel Fenoll Brunet
Venezolana
Venezolana
28-II-1972
Salvador Celis Guedes Salen
Venezolana
Venezolana
28-II-1972
Emmanuel Eugene Oboe Ashrifie
Ghanesa
Ghanesa
28-II-1972
Miguel Ángel Olcese Segarra
Española
Italiana
28-II-1972
José Manuel Ruiz Fernández
Mexicana
Mexicana
23-III-1972
Horst Mahz
Alemana
Alemana
19-IV-1972
S. Ignacio de Loyola
José Augusto da Silva Jordán
Portuguesa
Portuguesa
6-XII-1971
C. D. Morell
José Álvarez Gutiérrez
Cubana
Cubana
18-IV-1972
Cult. Leonesa
Emilio Álvarez Gutiérrez
Cubana
Cubana
18-IV-1972
Cult. Leonesa
José Manuel Fernández Camba
Venezolana
Venezolana
18-IV-1972
José Miguel Martínez Ogando
Danesa
Danesa
18-IV-1972
Miguel Antonio Moreno Gómez
Mexicana
Mexicana
18-IV-1972
Acacio Ayong Ndongo Nseng
Guineana
Guineana
18-IV-1972
Romualdo Locuna Bioco
Guineana
Guineana
18-IV-1972
Joseph Gourie Chaabo
Siria
Siria
26-IX-1972
Jon Iñaki Astiz Medrano
Venezolana
Venezolana
26-IX-1972
Anai Mikel Astiz Medrano
Venezolana
Venezolana
26-IX-1972
Armando de Jesús Martins
Portuguesa
Portuguesa
17-X-1972
Manuel López Feijoo
Venezolana
Venezolana
17-X-1972
Carlos Gujo Arenas
Uruguaya
Uruguaya
17-X-1972
Plácido Bebea Motombu
Guineana
Guineana
17-X-1972
Ángel Sebastián Fernández Laorden
Argentina
Argentina
17-X-1972
Manuel Fernández González
Cubana
Cubana
17-X-1972
Fco. J. García-Salmones Velasco
Mexicana
Mexicana
17-X-1972
José Ignacio Artamendi Benito
Mexicana
Mexicana
17-X-1972
José Pedreira Penedo
Mexicana
Mexicana
17-X-1972
José Alcaraz Rivas
Argelina
Argelina
16-XI-1972
C. D. Cartagena
Fernando González Pérez
Venezolana
Venezolana
16-XI-1972
José Sáez Rodríguez
Francesa
Francesa
16-XI-1972
Simón Mansogo Nfe
Guineana
Guineana
16-XI-1972
Benjamín Núñez Seisdedos
Venezolana
Venezolana
16-XI-1972
Juan Manuel Inunciaga Aguirre
Filipina
Filipina
16-XI-1972
José Luis Anasagasti Olabeaga
Venezolana
Venezolana
16-XI-1972
Luis Chongo Bitorosa
Guineana
Guineana
16-XI-1972
C. D. Albatera
Antonio José Morales Docasal
Chilena
Chilena
24-XI-1972
Juan Manuel Brisset Martín
Cubana
Cubana
20-I-1973
José Antonio Medina Fernández
Soviética
¿?
6-II-1973
Miguel Fco. Herrero Chico
Argelina
Argelina
6-II-1973
Carlos Mª Tchoungung
Camerunesa
Camerunesa
6-II-1973
José Mª Rivera Arbeloa
Argentina
Argentina
6-II-1973
Luis Bujón Escoriaza
Venezolana
Venezolana
6-II-1973
Gustavo Miranda Del Castillo
Argentina
Argentina
6-II-1973
Rómulo Cortés González
Boliviana
Boliviana
30-III-1973
Adamo Coulibaly
Maliense
Maliense
30-III-1973
Vicente Pérez Pérez
Argentina
Argentina
4-VII-1973
No se entiende la consideración de extranjeros para los naturales de Guinea Ecuatorial. Todos los guineanos en disposición de jugar al fútbol la temporada 1972-73, última consignada, habían nacido en tiempos de colonización española, cuando los naturales de Fernando Poo, Anobón, Corisco, Elobey Grande y Elobey Chico, eran súbditos españoles al tener aquellos territorios consideración de provincia española ultramarina. Dicho de otro modo, fueron inscritos como españoles y hasta los más talluditos habrían poseído un carnet de identidad español. Ni siquiera la actitud del dictador Macías tras la descolonización, ferozmente antiespañola, podía privar a sus súbditos de los derechos adquiridos una vez éstos pisaban la península o cualquiera de nuestros archipiélagos. Otro tanto cabría decir, por no extendernos, acerca de los “venezolanos”, en buena medida hijos de padres canarios, y de prácticamente todos los argentinos o mexicanos, con raíces inequívocamente peninsulares.
Consta, también, que algunos verían modificada su catalogación federativa corrido el tiempo, tras nacionalizarse españoles. Y esta circunstancia equivalía a hallarse en disposición de aceptar ofertas procedentes de clubes en categoría nacional, profesionalizándose, de paso, en mayor o menor medida. Porque el amateurismo forzoso recetado desde la F.E.F. lo que pretendía era anclarlos al fútbol Regional “senior”.
Las peripecias de muchos de ellos fueron variadas. El danés René Nilsen no permaneció mucho tiempo en España, ya que partió hacia su país el 17 de octubre de 1963. El germano Bernhard Trost apenas si tuvo ocasión de lucir por nuestros pagos, puesto que retornaría a Alemania con fecha 25 de enero de 1963. Pedro Francisco Fornero Vallés, español, aunque llegado desde Italia, ya había sido inscrito federativamente como juvenil para la temporada 1959-60, contradiciendo al propio Registro General de Extranjeros. El portugués Asís Machado da Silva obtuvo la nacionalidad española a partir del día 11 de noviembre de 1974 y, ya español de pleno derecho, quedaba sin efecto su limitación a competir perpetuamente como aficionado. Exactamente igual que el ecuatoguineano Rosendo Otogo Ngui, quien tras resolver distintos trámites administrativos sería reconocido como español el mismo día y mes, pero del año anterior. Los cubanos José y Emilio Álvarez Gutiérrez, o los también hermanos venezolanos Jon Iñaki y Anai Mikel Astiz Medrano tenía sólo de caribeños y sudamericanos el lugar de nacimiento. El boliviano Rómulo Cortés González, a despecho de lo apuntado en el registro de la Federación, no llegó a España desde su país natal, sino procedente de los Estados Unidos de Norteamérica. Constantino Marino Prendes Camacho, llegado desde Uruguay, habría sido víctima de un completo desafuero al expedírsele con carácter perpetuo una ficha de aficionado. Era español de nacionalidad, y aunque en octubre de 1970, fecha del trámite federativo no aspirase a la profesionalización, tampoco podían cortársele las alas de cara al futuro. Su situación era “no exclusiva”, idéntica a la de cualquier natural de Torrelodones, Lerma, Verín, Calatayud, Sigüenza, Catarroja, Guadix o Melgar de Fernamental, en el instante de ser fichado por el club de su pueblo. Finalmente, José Antonio Medina Fernández, soviético desde un punto de vista legal, era hijo de niños de la guerra en su día enviados a un forzoso exilio en la URSS desde el área republicana. Una víctima más de la sinrazón. O si se prefiere, otro “hijo del olvido”.
Si el registro de extranjeros ayudó mucho, como resulta obvio, tampoco fue suficiente para evitar agravios en la F.E.F., desterrar errores y garantizar limpieza en nuestros torneos balompédicos. Lo peor, de cualquier modo, aún estaba por venir.
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.- La “cuota militar” era completamente legal durante los años 20 y primeros 30 del siglo XX, en nuestro país. Bastaba con abonar una cantidad nada desdeñable, para quedar exento de todo servicio. Una fórmula que proletarizó el ejército, contribuyendo a crear, de paso, grupos virtualmente profesionales con escasos medios en el nicho más bajo del estamento militar.
El homenaje nacional a Zarra
Corría el mes de noviembre de 1953, cuando en el seno de la Delegación Nacional de Deportes alguien tuvo la idea de dedicar un homenaje a Telmo Zarraonaindía Montoya, el “Zarra” de las alineaciones y la mitomanía deportiva, ariete por antonomasia, autor del gol ante “la pérfida Albión” en el Mundial de Brasil (1950), según palabras del presidente federativo que habrían de costarle el puesto, ejemplo de coraje y pundonor, de raza, según tantos comentaristas plasmaran de viva voz o sobre papel prensa, jugueteando con la alteración silábica de su alias. A los 32 años, Zarra permanecía activo, y ese reconocimiento evidencia hasta qué punto era figura venerada, máxime en un país donde los homenajes suelen llegar post mortem. Pero irremisiblemente se acercaba al final de su andadura sobre el césped. Una dura lesión padecida durante la temporada 1951-52, lo había mantenido en paro gran parte de ese ejercicio. Y aunque cual ave fénix renaciera en el torneo correspondiente a 1952-53, rubricando 26 goles en 29 partidos, tanto en los despachos rojiblancos como en San Mamés comenzaron a buscarle sustituto. Su ciclo de rematador osado, sin arrugarse nunca, encaraba la recta final. Bien mirado, podía no ser un mal momento para agradecerle los servicios prestados, máxime cuando además de cantar goles había ejemplificado lo que ha de entenderse como deportividad(1), elegancia en la derrota y, sobre todo, compromiso con unos colores.
Cartel del gran homenaje dedicado a Telmo Zarraonaindía.
Vaya por delante que era aquel un fútbol más sano, infinitamente peor remunerado que el actual, y sin duda por ello mucho menos soberbio y egoísta. Los jugadores, incluso los más destacados, tenían asumido que, si las cosas les rodaban bien, el balón habría de proporcionarles dinero para adquirir un piso y emprender algún negocio con el que abrirse camino tras colgar las botas. Nada de vivir de rentas a perpetuidad o legar fortunas a los vástagos. Y menos, obviamente, de sacar jugo al pretérito mediante patrocinios, “spots” publicitarios, carguitos dictados a dedo, concejalías, o sueldos de asesor sin que ello implicase asesorar a nadie. Ciertamente existía el esclavista derecho de retención, que atara a tantos jugadores vitaliciamente a su club. Pero aun con todo, tampoco faltaron quienes, entre plantes, salidas de tono y declaraciones en rebeldía, forzaran traspasos para multiplicar sus ganancias anuales. Zarra no fue de esos. Ni él ni sus cuatro compañeros de línea atacante en San Mamés; los Iriondo, Venancio, Panizo y Gainza, recitados de memoria por una generación de aficionados posbélicos. Porque, aunque Telmo Zarra e Iriondo luciesen otros colores al margen del rojiblanco, ocurrió cuando la entidad bilbaína dejara de contar con sus servicios. Entre los futbolistas de renombre merecedores de un homenaje nacional, sin duda Zarra ocupaba un lugar preeminente.
Nadie opuso la menor objeción al proyecto de la D.N.D. durante la Asamblea en que la F.E.F. se hiciera eco de tal proyecto. Y por ello, el 1 de diciembre el secretario federativo respondía al “Ecmo. Sr. Delegado Nacional de Deportes de F.E.T. y de las J.O.N.S”:
“Pondremos todo nuestro empeño en la organización de este homenaje, cuya fecha más adecuada estimamos en la primavera próxima, y en momento oportuno tendremos el honor de elevar a V.E. el programa de lo que entendemos deba ser este acto.
Por Dios, España y su Revolución Nacional-Sindicalista”.
Escrito dirigido a Zarra desde la F.E.F., tan pronto su Comité Directivo se sumara a la “sugerencia” de la D.N.D. consistente en dedicarle un homenaje nacional.
Desde la Federación se planteó como posible idea enfrentar a una potente selección de futbolistas militantes en nuestra Liga, con algún club de la 1ª División inglesa. Pero esta opción fue mal vista en la D.N.D., según notificasen al ente federativo el 22 de febrero de 1954: “Nuestro servicio exterior no considera pertinente la celebración de un encuentro, ni realizar gestiones encaminadas a la celebración del mismo, con un club de 1ª División inglés”. Así las cosas, dos días después la propia D.N.D. volvía a contactar epistolarmente con la Federación, proponiendo “un matiz nacional, a base de dos potentes selecciones, debiendo procurar que el encuentro revista el máximo interés posible, a fin de que se cumplan los deseos de esta Delegación Nacional de Deportes, de que el homenaje al mencionado jugador internacional de fútbol logre la brillantez que le corresponde”. Dos potentes selecciones compuestas entre jugadores de nuestra Liga, aclarémoslo, porque aquella España no estaba para dilapidar divisas.
Si pérdida de tiempo, tan pronto se tuvieron noticias sobre el proyecto de enfrentar a una selección de Vizcaya-Centro con otra de Cataluña-Levante, en el seno del Atlético Bilbao -denominación del Athletic Club a partir de 1940- se puso manos a la obra. Así lo evidencia el escrito remitido a la Española por el presidente rojiblanco Enrique Guzmán con fecha del día 25: “Si las selecciones son bien escogidas y todos los elementos cooperan al fin propuesto, sin incomparecencias que desdigan la seriedad deseada, el partido será un verdadero éxito. Además, evitando la subvención al equipo contrario, caso de haber traído uno extranjero, el resultado económico será muy superior”. El presidente bilbaíno estaba por demás implicado en la iniciativa, añadiendo que su entidad atendería todos los gastos de los futbolistas integrados en la selección, para mayor beneficio del homenajeado. Y añadía, beatíficamente: “Quizá esta misma idea fuese correspondida por todos los demás”. Un buen deseo que iba a despertar relativo eco, conforme más adelante observaremos.
El 2 de abril, la Federación dirigía un escrito a Telmo Zarra, invitándole a designar los jugadores que mejor considerase para su partido homenaje, pudiendo añadir, además, cuantos elementos considerase de otras regiones. Aún no existía fecha para el choque, y con intención de zanjar cuanto antes un aspecto tan fundamental, el presidente federativo volvía a ponerse en contacto con la D.N.D. mediante escrito fechado el 9 de abril, confiando se le orientara al respecto. Tres días después, el máximo órgano deportivo nacional se decantaba por el 29 del mismo mes. Y sin pérdida de tiempo, la Federación comenzaba a convocar futbolistas para el choque a disputar en el estadio de Chamartín, a las cinco y cuarto de la tarde.
Ambas selecciones iban a estar conformadas de este modo:
Equipo Azul (Cataluña-Valencia).- Marcel Domingo; Argilés, Biosca, Segarra; Pasieguito, Puchades; Basora, Wilkes, Kubala, Marcet y Manchón. Suplentes, Campanal y Bosch.
Equipo Blanco (Castilla-Norte).- Carmelo Cedrún; Martín, Lesmes I, Lesmes II; Miguel Muñoz, Garay; Miguel, Silva, Zarra, Di Stéfano y Gainza. Suplentes, Eizaguirre, Iriondo, Venancio y Panizo, puesto que se pretendía alinear en la vanguardia durante la segunda parte al histórico quinteto rojiblanco.
Pronto, sin embargo, se produjo una deserción. El secretario del Sevilla C. F. envolvió razonada y decorosamente la incomparecencia de su formidable defensa central Campanal: “Ni que decir tiene que este Club se complace en reconocer y proclamar como los demás, las altas virtudes deportivas que corresponden al jugador a quien como símbolo de los buenos futbolistas españoles de todos los tiempos, se va a rendir homenaje, y que con el mayor entusiasmo y buen deseo de colaboración nos unimos al mismo. Mas, como saben, Campanal viene jugando desde casi el principio de la Liga con una vieja lesión a la que con su proverbial buena voluntad y amor propio ha podido sobreponerse incluso en los últimos partidos internacionales, pero durante el encuentro jugado en Las Corts contra el C. F. Barcelona el pasado día 11, recibió un nuevo golpe en la rodilla que viene preocupando seriamente a nuestro médico,(…) En vista de lo cual se decidió no alinearlo el próximo domingo en San Sebastián. En tales condiciones no le será posible alinearse tampoco el día 29 en el partido homenaje a Zarra, y crea que lo sentimos de todo corazón”.
En idéntica línea de caballerosidad, el último párrafo de aquella misiva concluía con el lógico ofrecimiento: “Tenemos la esperanza, sin embargo, de que a Zarra pueda interesarle la colaboración de cualquier otro de nuestros jugadores, y a tal efecto le hemos ofrecido, como reiteramos a Vds., poner a su disposición todos los demás de este equipo”.
Escrito del Valencia C. F. rubricado por su secretario general, Luis Colina, sumándose al partido de homenaje.
Puesto que también entonces se hablaba de apreturas en el calendario, varios clubes -At Bilbao, Español, Valencia o Barcelona- contactaron con la Federación Española para cursar instrucciones a los futbolistas “prestados”, sobre el modo y manera en que deberían desplazarse desde Madrid hasta el punto donde mediante sorteo les correspondiera disputar la siguiente eliminatoria de Copa. A partir de ahí, la interlocución entre la F.E.F. y Telmo Zarra tuvo en el presidente atlético un continuo mediador, como acredita el escrito remitido desde Madrid a la sede rojiblanca, con rúbrica de Andrés Ramírez. Tras algún párrafo de especulación coloquial, como: “¿Cree usted que Bilbao responderá, y que vendrá mucha gente? Es sólo un día el que perderán, pues pueden viajar de noche el miércoles y jueves”, se pasaba a lo importante: “Los precios son relativamente asequibles y espero que pese a no ser día festivo haya una gran entrada, pues los equipos son francamente buenos y no espero deserción alguna. Yo calculo en un millón largo la entrada bruta y luego los gastos del partido con entre un 40 y un 46 ó 47 % (de detracción); esto normalmente, pues espero hacer rebajas en todo y engañar a quien haga falta para que el resultado líquido sea lo más sabroso posible (…). Zarra nos habló de unos regalos que piensa hacer a sus compañeros y le indicamos que consultara con ustedes, pues podrían orientarle mejor, sin perjuicio de que si así lo desearan nos encarguemos desde aquí. De los dos equipos se ocuparán Benito Díaz (catalanes y valencianos), y Barrios (los otros). Es lo que parece más conveniente”.
La misiva finalizaba con algo semejante a una promesa: “Dígale a Enrique y a Pedrés que echaré la carne en el asador, pues aparte de que Telmo se lo merece todo, no me olvido tampoco de Bilbao y que estoy obligado a mantener mi “cartel” ahí”.
Aunque lo de “hacer rebajas en todo y engañar a quien haga falta” sonase un tanto fuerte, Andrés Ramírez se refería a economizar en los distintos impuestos que entonces gravaban cada espectáculo. Prueba de ello es la misiva que Juan Touzón dirigiese al Conde de Mayalde, alcalde de Madrid, pidiendo por boca de fraile: “Con esta fecha se entrega oficialmente al Excmo. Ayuntamiento de Madrid un escrito formulado por la R.F.E.F. que me honro en presidir, solicitando que el Ayuntamiento renuncie a la percepción que por menores e impuesto de lujo puedan corresponderle, en el partido de homenaje a Zarra, a disputar el próximo jueves día 29. No sé si esto que solicitamos es excesivo, pero me mueve a escribirle esta carta rogándole interponga su valiosa y decisiva influencia en los organismos competentes para que esto se consiga, o al menos se fijen cantidades muy reducidas, y hacer más lucido el resultado económico del encuentro. Como usted sabe, el partido tiene el alto patrocinio de la Delegación Nacional de Deportes y se trata de exaltar la figura de un hombre que, pese a su profesionalismo, siempre se ha olvidado de él y lo ha dado todo en defensa de los colores nacionales. Además ha mostrado un decidido empeño en que el encuentro se celebre en Madrid, rindiendo así culto de admiración a nuestra capital”.
Conforme a lo prometido, este fue el anuncio publicado en “La Gaceta del Norte” el mismo día del encuentro, acerca de su retransmisión por Radio Bilbao.
Paralelamente, Eduardo Ruiz de Velasco, director de Radio Bilbao, dirigía un escrito al presidente federativo solicitando permiso para retransmitir el choque en directo. Algunos de sus párrafos rezaban así: “Espero que por parte de esa Federación nacional no exista inconveniente alguno, toda vez que cuento con la aprobación del propio homenajeado, de la Federación Vizcaína de Fútbol y de D. Fernando Gómez Rubiera, miembro de esa Federación Vizcaína. Por su poca potencia esta emisora no es posible captarla en Madrid, y por lo tanto no puede pensarse en un perjuicio para la taquilla, haciéndole resaltar, además, que el anuncio público sobre la retransmisión no se haría hasta el mismo jueves, día 29, en la prensa de la mañana. De esta forma, quienes tuvieran pensado asistir al homenaje ya estarán para esa horas en la Puerta del Sol. La retransmisión la efectuaría el abajo firmante, por considerar que nuestra emisora no podía estar ausente en tan merecido homenaje”.
Eduardo Ruiz de Velasco, aclarémoslo, fue un gran director de la emisora bilbaína, pero las retransmisiones deportivas distaban mucho de constituir su fuerte. En nada se parecía a Matías Prats, Juan Martín Navas o Pepe Bermejo, por ejemplo.
El encuentro constituyó un gran éxito, pese a disputarse entre semana y bajo un intenso aguacero, si bien acabara sobrando papel en las taquillas. Campanal, defensa central asturiano del Sevilla C. F., fue sustituido por el “merengue” Oliva. Aunque en este tipo de encuentros el resultado es lo de menos, la selección Centro-Vasca salió triunfante con un apretado 4-3. Los tantos fueron marcados en el siguiente orden: 0-1 Estanislao Basora antes de cumplirse el minuto 3. Empató Gainza minuto y medio después. Basora volvió a adelantar a los catalano-levantinos, para que Di Stéfano forzase una nueva igualada en el minuto 35. Poco después de sacarse de centro Atienza establecía el 3-2. En la segunda parte el holandés Wilkes instalaba en el marcador un 3-3. Y el gol definitivo, como respondiendo al mejor guion, sería anotado por el propio Zarra 27 minutos antes de que el madrileño Asensi diera por concluida la fiesta. Un potente disparo del homenajeado se estrellaba en el larguero, recogía el rechace y lo enviaba a las redes. Ovación atronadora y nuevos gritos de ¡Zarra, Zarra, Zarra!, entremezclados con los que preferían aclamarlo vociferando “¡Raza, Raza, Raza!”.
Portada del semanario “Marca” publicada tras el partido de homenaje, calificando al vizcaíno como “gloria auténtica del fútbol español” y ejemplo de “la furia que debe definir en todo momento el deporte nacional”. Expresiones retóricas muy de aquellos años.
El fútbol era entonces, junto al cine y en muchísima menor medida el boxeo, gran espectáculo nacional. Y Zarra un mito equiparable a los actuales Leonel Messi, Sergio Ramos o Joaquín Sánchez Rodríguez. Distintas anécdotas podrían justificar la inexistencia de exageración comparativa en tal aserto. Recién casado con Carmen Beldarrain, en 1956, cuando ya había concluido su etapa en el Athletic, la pareja se desplazó a Málaga en su viaje de novios y cierta tarde decidieron ver una película. Para no llamar la atención, penetraron en la sala cuando las luces se apagaban. En el No-Do aparecía un reportaje sobre su boda y alguien acabó reconociendo al de la pantalla en su vecino de butaca. Se armó la marimorena. “¡Zarra, Zarra! ¡Pero si está Zarra aquí!”. Hasta se encendieron las luces, interrumpiéndose momentáneamente la proyección. Luego, tras el “The End”, un nutrido grupo de espectadores los siguió hasta el hotel.
Volviendo al homenaje, en los prolegómenos del partido y durante el descanso, un himno compuesto especialmente para la ocasión atronó por los altavoces del estadio. Muchos espectadores rogaban a los acomodadores no dañasen su boleto en demasía, porque pretendían conservarlo como recuerdo. Los programas volaban de mano en mano… Según la primera liquidación presentada por el Real Madrid ante la Federación, de las 54.253 localidades puestas a la venta se había hecho uso de 36.262. O sea, un sobrante de 17.991. El proyecto de ingresos elaborado por la F.E.F. había pecado de optimista, puesto que sobre un aforo de 78.669 almas y precios que iban desde las 75 a las 8 pesetas, calcularon 1.912.275 de recaudación. Luego debieron surgir ventas de “Fila 0”, ingresos en metálico de la F.E.F. o colaboraciones de otra índole, puesto que la cifra final en el Debe llegó hasta las 982.472 ptas. Tampoco es que conforme esperaba el secretario federativo, las distintas Administraciones hiciesen gala de gran filantropía, a tenor del siguiente cuadro de impuestos y gastos:
CONTRIBUCIÓN INDUSTRIAL
45.788,18
PROTECCIÓN DE MENORES
41.136,26
CONSUMOS DE LUJO
500
CUPÓN DEPORTIVO
15.458,10
UTILIZACIÓN DE CAMPO
38.645,25
PERSONAL DE CAMPO Y TAQUILLAS
24.833,95
PROGRAMAS (incluido dibujo y fotos)
8.186
PUBLICIDAD
7.365,55
AUTOCAR Y TAXIS
560
CARTELES
325
ALOJAMIENTO HOTEL NACIONAL
533,75
BEBIDAS EN VESTUARIOS
271
LAVANDERA Y REPASO ROPA
423,75
SERVICIOS DIV. (Cruz Roja, altavoces, propinas)
200
BENEFICIO LÍQUIDO
184.226,79
Y aún se habrían de añadir las siguientes partidas complementarias:
VIAJES DEL JUGADOR ZARRA
1.624,20
ENTREGADO EN EFECTIVO
2.000
ENTREADO LOCALIDADES A ZARRA
4.402
SALDO A FAVOR EN FED. VIZCAINA por loc. entregadas
12.465
TOTAL A DESCONTAR
20.491,20
Cuentas del jefe de taquillas “merengue” sobre la recaudación total en el partido. Con posterioridad la cifra de ingresos se incrementaría algo.
Eso sí, parte de los clubes renunciaron a facturar los viajes de sus futbolistas, aunque el At. Madrid anotase una partida de 1.537 ptas. por dicho concepto, que no ha sido posible verificar si finalmente habría presentado al cobro. El Real Madrid sí facturó lo pactado en concepto de utilización del campo: 38.645,25 ptas., en torno al 5 % sobre el monto de la recaudación.
Si bien se realizaron distintos asientos provisionales hasta la elaboración del definitivo, parece el que el beneficio neto en favor del delantero centro de Munguía habría arrojado un saldo de 777.754,01 ptas. cifra importantísima para la época, cuando el salario anual de un maestro con plaza en propiedad, sin contar puntos y quinquenios no sobrepasaba las 14.000 ptas. Los trabajadores de banca con puesto en ventanilla venían a salir por unas 1.000 mensuales, excepto los de las Cajas de Ahorro, mejor remunerados. Las primas por victoria en la Copa que devengaba el At. Bilbao se mantuvieron durante años en 1.000 ptas., aunque a partir de los 50 ya se doblaran. Los jugadores extranjeros que empezaban a recalar en nuestro fútbol se beneficiaban de fichas próximas a las 200.000 ptas. si el club era de los pudientes, o 250.000 si el recién venido lucía galas de fenómeno y aterrizaba en entidades de campanillas. Por 300.000 ptas. podían comprarse pisos céntricos, bien iluminados y con más de 120 metros cuadrados, en cualquier capital de provincia importante. Las quinielas no habían repartido ningún premio millonario hasta el 9 de marzo de 1952, y aquel millón ciento cuarenta y tres mil cuatrocientas noventa y tres pesetas con 70 céntimos que alborozase al carnicero de Santander Saturnino García Pereda, se antojaron purísima locura. A Zarra, obviamente, le había tocado “el gordo”.
Aunque la prensa recogiera un inexistente llenazo total en Chamartín, la disputa del choque en día no festivo y una tarde por demás lluviosa, aguaron un tanto, y nunca mejor dicho, las previsiones federativas.
Telmo aún siguió en “su” Athletic la temporada 1954-55, cediéndole el relevo al durangués Eneko Arieta, otro nueve a la vieja usanza, acometedor, aguerrido y con un punto espartano, a quien la afición de San Mamés en seguida apodó “Torito”. Luego, con aquella terquedad que le llevaba a buscar remates imposibles y sintiendo todavía la necesidad de seguir oliendo a césped y linimento, habría de enrolarse en la Sociedad Deportiva Indauchu (campaña 1955-56), y Baracaldo C. F. (56-57), cantando goles, ciertamente, pero sobre todo haciendo felices a los tesoreros cuyos campos de 2ª División visitaba, puesto que solían registrar llenazos memorables. Finalmente, en junio de 1957 dijo basta. Se concedió algún tiempo para meditar sobre su futuro y acabaría inaugurando un establecimiento de deportes, primero en sociedad con su gran amigo y compañero de línea atacante Rafael Iriondo, y luego regentándolo en solitario hasta su jubilación. El fútbol quedó para algunos partidillos de veteranos, siempre con fines benéficos, o para complacerse en el recuerdo de un tiempo que se le había ido como agua entre los dedos.
Dejaba tras sí un legado difícil de igualar. Máximo anotador de la Liga en sus ediciones de 1944-45, 45-46, 46-47, 49-50 y 50-51, ostentando el récord de 38 goles en la edición 50-51, disputándose sólo 30 partidos. Sus registros totales en la historia de ese campeonato siguen apabullando: 251 goles en 277 partidos, proclamándose campeón solo una vez, la temporada 1942-43. El torneo de Copa, en cambio, le resultó más productivo, puesto que habría de celebrar títulos en 1943, 44, 45 y 1950. Internacional en 20 ocasiones, con 20 goles marcados entre 1945 y 1951, su debut con “la roja” se produjo el 11 de marzo de 1945 frente a Portugal, anotando los 2 tantos españoles, y su despedida el 17 de junio de 1951, ante Suecia, saldado con empate a cero. Precisamente ante esa misma selección había sido capitán de España el 16 de julio del año anterior.
De izda. a dcha., Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Cainza, un quinteto atacante de recuerdo imperecedero. Alguna molestia física impidió a Iriondo saltar al campo tras el descanso, como estaba previsto, en el que hubiera sido uno de los últimos choques con los cinco leones juntos.
En 1978 el banco Industrial de Cataluña utilizó su imagen para promocionar una emisión de bonos al 12,5 % de interés anual. Incluso tuvo que desplazarse a Barcelona para rodar un “spot” publicitario emitido por televisión, la misma pequeña pantalla que no pudo hacerse eco de sus gestas, al llegar demasiado tarde a los hogares de un país empeñado en salir del subdesarrollo. Cobró entonces un millón de ptas. “El mejor fichaje de mi vida”, dijo, alborozado. “En mis tiempos se pagaba poco por jugar al fútbol, y hoy en cambio hay quien ingresa barbaridades. Nací demasiado pronto, sin duda, pero no me arrepiento de nada”.
Carecía de motivos para sentir arrepentimiento. Hombre leal, digno exponente de lo que aquel Athletic se proponía ser, comedido ante el triunfo y caballeroso en la derrota, de los que cualquiera podía ver por la calle sin embozarse tras unas gafas de sol o estirando el cuello cual jirafa(2), dejó huérfana a la afición rojiblanca en Bilbao, el 23 de febrero de 2006, tras sufrir un infarto en su domicilio, treinta y un días después de haber cumplido los 85 años.
Autógrafo de Telmo Zarraonaindía Montoya, a quien el fútbol convirtiera en “Zarra” mucho más que de por vida.
Pero que conste, aquel millón de ptas. del Banco Industrial de Cataluña, ese teórico mejor fichaje de su vida, representó bastante menos en términos reales que lo reportado por el homenaje que 24 años antes todo el fútbol nacional, puesto en pie, le dedicara.
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(1) .- Su concepción del deporte y el honor le llevó a lanzar el balón fuera con el portero malacitano Arnau batido, al entender poco honorable golearle después de que hubiese sufrido un violento choque. O cuando por no lesionar al guardameta colchonero Montes, él mismo saliera malparado, destrozándose los ligamentos de una rodilla. Una tarde fue expulsado del campo, a causa de un lamentable malentendido. Álvaro, el duro defensa del Valencia, le había entrado de manera poco ortodoxa y ambos rodaron por el suelo. Zarra se levantó primero, a tiempo de oír el grito de Gainza: “¡A ese písale la cabeza!”. Por seguir la broma, le colocó la bota unos centímetros sobre la oreja, como si posara para el fotógrafo en la sabana africana después de haber tumbado a un rinoceronte. El árbitro tomó las cosas a la tremenda y no quiso escuchar explicaciones, cuando por esa época, al no existir las tarjetas, cualquier desconsideración a un adversario solía resolverse con simple amonestación verbal. Fue su único lunar en una carrera modélica, aunque el trencilla fuese contundentemente censurado por la prensa. “Una injusticia, y además una gran estupidez”. “Ay que empeñarse en ver lo que no era, para entender lo que sólo el colegiado entendió”. O como asegurase José Mª Unibaso Landa, para el periodismo “Joma”, “Es lo que cabía esperar de un mal juez, con mala vista y peor juego de cabeza”.
(2) .- Los bilbaínos podían cruzárselo por la calle o charlar con él durante cualquier trayecto en tranvía o trolebús. En su época de futbolista activo, los días de partido en San Mamés tomaba el tren de Munguía, donde continuaba residiendo, concluía su viaje en la estación de las calzadas de Mallona y atravesando la Plaza Nueva o siguiendo el curso de la calle Ascao desembocaba en el Arenal, para abordar el tranvía. Como los campos no disponían de iluminación eléctrica, durante el periodo invernal aquellos partidos empezaban a las 15,30 y los espectadores llegaban al estadio literalmente con el almuerzo en la garganta. A veces ese tren se retrasaba y los forofos que hacían cola ante el tranvía lo izaban hasta él en volandas: “Hoy vas tarde, Telmo -le decían-. Tú sube el primero, que te va a caer una bronca gorda”. Y aunque el tranvía estuviese atestado, como por otra parte solía ocurrir muy a menudo, Zarra viajaba hasta la Plaza del Sagrado Corazón, a pocos metros del estadio, sin grandes apreturas.
Futbolistas singulares
Son muchas las clasificaciones otorgadas al admirado gremio de futbolistas. Los hay creadores y destructivos, artistas y galeotes, disciplinados e irreductibles, líderes y gregarios, triunfadores o caídos, divos y sencillos, traseros de mal asiento y hombres de equipo, cerebrales, volcánicos, ahorradores, manirrotos, con gran aplicación táctica o egoístas en extremo. Podríamos añadir, aún, los “leñeros”, por suerte en vías de extinción, e incluso sin remontarnos mucho en el tiempo aquellos que operaban sin anestesia al desdichado que se cruzara en su camino. Y la variopinta subespecie de insultones, protestones sistemáticos, propensos al desmayo dentro del área, amedrentadores, o maestros en sacar de quicio hasta al más bragado equipo arbitral. También, cómo no, a los caballeros del balón, esos que solemos echar en falta, tan sólo, cuando dejan para siempre los estadios. Pero por encima de tanta diversidad, no deberíamos perder de vista a los singulares. Aquellos que mientras vistieron de corto, al retirarse, o durante toda su existencia, demostraron ser especiales. Sólo entre cuantos trotaron por nuestros campos, hubo y hay cientos, por más que el foco mediático rara vez se ocupara de ellos. Quizás vaya siendo hora de dedicarles un recuerdo.
Se hallaba en activo el extremo ovetense Benjamín Álvarez Alonso cuando, al inicio de la campaña 1958-59, se erigió en hombre ejemplar. El cumplimiento del servicio militar obligatorio le había llevado hasta Astorga, circunstancia que aprovechó el club local para incorporarlo a sus filas. Corría el ejercicio 1955-56 y a su conclusión, el Club Deportivo Astorga se encaramaba a categoría nacional. Luego una cosa condujo a otra. Ya licenciado, obtuvo un buen trabajo en tierra maragata, volvió a firmar con los astorganos y debutaba en el grupo XIV de 3ª División el 9 de setiembre de 1956, ante el zamorano C. D. Juvenil (empate a uno), para festejar la primera victoria una semana después, ante el Béjar Industrial (3-0). Inauguraba así el ya extinto club una gloriosa etapa de 10 cursos, midiéndose a entidades con mayor predicamento, como Cultural Leonesa, S. D. Ponferradina, Burgos C. F., U. D. Salamanca, Plasencia, Cacereño…
Durante el verano de 1958 se dio de bruces con la carta recogida en “Pueblo”, luego de que un joven de Fuentes de Nava (Palencia), la hubiese remitido desde la Institución Virgen de la Palma, a través de la Organización Sindical(1), donde entre apreturas trataba de enhebrar su porvenir. Ese muchacho solicitaba de puño y letra ayuda económica para su sustento, mientras aprendía un oficio en Madrid. Pasaron los días y ante la evidencia de que el joven seguía sin resolver su situación, dio un paso al frente. No iba a ser mucho cuanto pudiera aportar, pero menos era nada. Así que contactó con la redacción periodística, comprometiéndose a girar mensualmente el importe íntegro de cuanto le reportase el fútbol. Toda una noticia servida en bandeja al medio capitalino, que pronto se haría extensiva a otras cabeceras de mínima tirada, como “Proa” o “El Pensamiento Astorgano”. “No, a mí no me sobra el dinero -confesó el futbolista-. Más bien todo lo contrario, pues envió parte de mi salario a casa de mi madre, viuda en Asturias, e intento ahorrar con idea de traerla a vivir conmigo. Pero si yo pude aprender un oficio fue por la aportación de otros, y creo que ahora me toca corresponder. Como ese hay infinidad de casos. Sé lo difícil que resulta situarse en la vida y no me gustaría que ese chico tenga problemas”. Aseguró también no conocer de nada al demandante de ayuda, no haber cruzado palabra con él, siquiera. Es más, ni existió intercambio de correspondencia. “¿Cómo? ¿Qué no te ha escrito una nota de agradecimiento?”, se asombraba el reportero leonés Joaquín Nieves, al entrevistarle. Y Benjamín, quitando hierro al asunto, argüía: “Espero que lo haga. Es más, estoy convencido de que lo hará”.
Formación del Club Deportivo Astorga, en el inicio de los años 60. Benjamín es el primero por la derecha, en la fila de abajo.
En noviembre, cuando el C.D. Astorga visitó la capital palentina para dirimir su choque ante el Atlético de Palencia, los anfitriones le obsequiaron con un banderín de la entidad, dedicado ex profeso: “El Atlético de Palencia a Benjamín Álvarez, deportista y caballero”. Asombrado, agradeció aquel gesto y la ovación del público, antes de recorrer su banda en pos una victoria que resultó aplastante. Luego, recién duchado, atendió a la prensa local, camino del autobús: “No estoy haciendo nada extraordinario. Ya he contado que también yo me especialicé en la Escuela Profesional de Málaga, con ayuda exterior. Si a mí no me hubiese ayudado nadie, estaría como él”.
Los cronistas coincidieron al juzgar ese partido como “soso, aburrido y sin apenas jugadas destacables”. Tras el pitido final, en el tanteador campaba un claro 0-3. Aunque eso fue lo de menos. Aquella tarde desfiló por la vieja Balastera un futbolista comprometido, dadivoso, tan especial como ejemplar.
No iba a quedar atrás en su desprendimiento el portero Martín Mora. Vástago de familia acomodada y con distintos negocios en Mallorca, desde que comenzó a cobrar por lo que siempre considerase afición, y no medio de vida, donó a organizaciones caritativas hasta el último céntimo que el fútbol le reportase. Incluso cuando al despuntar los años 60 del pasado siglo alcanzó nuestra 1ª División con el R. C. D. Mallorca. Podría decirse, además, que obtuvo premio a tan benemérita iniciativa. Sus negocios de construcción y hosteleros marchaban viento en popa, y en lo concerniente a su vida privada hasta fijaría fecha de boda con una “Miss Europa”.
Otro jugador de futbol también ennovió con una “miss”, transcurridos 10 años. Jugaba de centrocampista en el Tarrasa, cuando sin proponérselo lo trasplantaron del césped a la prensa de cotilleo. Era muy joven aún, y estaba lejos de vivir opíparamente con los réditos de la pelota. Pero Durán, además de ser hombre envidiado, empezó a ser conocido como “el novio de la guapa”, luego de que a Rocío Martín Madrigal le entregasen corona y cetro en Benidorm, durante el certamen de Miss España, allá por noviembre de 1972. “Todos hemos visto su fotografía en los periódicos y nos han dado ganas de enviar telegramas de felicitación al Jurado -se escribió en un medio-. Rocío es una chica guapa de verdad, con estilo, moderna, sencilla en sus declaraciones”.
Martín Mora, en el viejo Luis Sitjar. El fútbol no nubló su bien amueblada cabeza, ni hizo de él un hombre engreído.
Aquella España, todavía casposa y con cierto complejo de inferioridad, solía agarrarse a cualquier cosita para sacudir su particular somnolencia. Sobre todo si a la sombra de una naciente idolatría tintineaba el monedero. Así las cosas, no sólo Durán hubo de posar para más fotógrafos que nunca, sino que la directiva egarense quiso regalarse un baño de gloria haciendo que la sevillana efectuara el saque de honor, en los prolegómenos del partido Tarrasa – Atlético Baleares. Cierto periodista de amenidades, después de estrujarse las meninges, llegó a entregar a la linotipia su desmañado piropo: “Esta vez, si todo terminase cero a cero, estará justificado. ¡Por la impresión!”.
Contemporáneo de Martín Mora, e igualmente futbolista balear, Antonio Juan Gayá distaba mucho de ser un tipo corriente. Mientras jugaba en el Soledad, Constancia de Inca y Sóller, es decir en 3ª División, practicaba el billar, y nada mal, por cierto. Hasta el punto de erigirse en campeón de España “al cuadro 47/2”. Durante los primeros días de enero, en 1960, aseguró haberse familiarizado con las bolas de marfil viendo a Nadal, campeonísimo y maestro mallorquín. Contra pronóstico, acababa de derrotar en Barcelona al valenciano Palomares, en la modalidad de “libre”. Luego Tortosa habría de erigirse con el título absoluto, sin que de la boca de Gayá escapase un solo pero: “Me ganó con merecimiento indiscutible. Es mucho mejor que yo”.
El billar, para él, representaba un descanso entre entrenamientos y partidos. “Los medios volantes corremos mucho”. Y además existía el riesgo de lesionarse, algo anómalo sobre el tapete de terciopelo. “Menos mal que sólo he tenido hasta ahora una rotura de ligamentos, ya superada”. A sus 26 años, con siete trotando por campos de categoría senior, dedicaba más entusiasmo al balón y sus exigencias que al billar. “El fútbol es mi profesión, y el taco un pasatiempo. Aunque también tengo puestas mis expectativas en las bolas. Desde luego, si me esforzara tanto ante la mesa como hago con el fútbol, ya habría alcanzado mi meta. Pero el balón exige mucho y para escalar de categoría hay que contar con la suerte”.
No siempre es fácil decantarse por una actividad, máxime cuando se está facultado para destacar en varias. Sobre todo si como Luis Fernández, portero titular del asturiano Pelayo de Grove, en 3ª División, toca elegir entre cinco especialidades.
En febrero de 1960, además de guarnecer el marco del Pelayo cada domingo, era campeón de Asturias en lucha libre y grecorromana, competía con muy buenos resultados en pesca submarina, y formaba parte del equipo de hombres-rana dirigido por Peltop. Poseía, además, tres identidades: Luis en la vida civil y arpón en ristre, “Pancho” al situarse bajo el marco, y “Chasson” cuando se subía al cuadrilátero. Con 28 años y una imponente planta atlética, aseguraba ser un enamorado del fútbol. “¿Quién no ha soñado de chico con ser figura un día? -bromeaba, buceando en sus recuerdos-. Jugar con el Sporting contra los grandes equipos nacionales, todo un estadio puesto en pie, ovacionándote…”
Empezó en el Pumarín, vivero de tantos jugadores, alineándose como delantero centro, para pasar luego al Níquel Plata, que entrenaba Peltop. Un día ese hombre le sugirió situarse bajo los palos, adivinándole condiciones de cancerbero. Como la prueba resultase satisfactoria, ya no se movería del área chica durante su militancia en el Deportivo Gijonés, Natahoyo, Juventud Círculo católico de Burgos mientras cumplía el servicio militar obligatorio, Turón y Pelayo. Unas desavenencias surgidas con los mandatarios del Turón, le llevaron a perder de vista el césped durante un tiempo. Por entretenerse, acompañó al gimnasio a Peltop, ya amigo desde que lo tuviese como “míster”. Y animado por los habituales, comenzó a practicar lucha. Aunque empezase con la especialidad de grecorromana, pronto se dejaría atrapar por el hechizo del “catch; la lucha libre, vamos. “Saqué licencia de profesional, me gustó lo de “Chasson” para los carteles, puesto que Fernández no hubiese dicho nada entre “El Indio Negro”, “Kai-Chan”, “Santo”, “Maciste” o “Hércules García”, y desde entonces llevo más de 50 combates. Al título de campeón asturiano en grecorromana, añadí en 1957 el de lucha libre en peso medio, también circunscrito a Asturias. Me las arreglo para compaginar entrenamientos bajo el marco y en el cuadrilátero, y en cuanto llega el verano, aparcada la pelota, a combatir”.
Como si no tuviera bastante con fútbol y “catch”, la casualidad hizo que descubriese también los deportes acuáticos. Hallándose en Vigo, donde fuera contratado para unos combates, entre actuación y actuación se desplazó hasta Villagarcía de Arosa con Peltop. Éste, que llevaba su equipo de pesca submarina a todas partes, le invitó a sumergirse. “Empezó como una broma, pero en seguida me sentí atrapado por el mar. Aquello era arriesgado, bonito… Vamos, un mundo distinto. En 1959 ya empecé a utilizar escafandra autónoma, y no se me dio mal. Saqué licencia profesional y lo compagino con el fútbol y las veladas”.
No eran muchos los hombres-rana en esa época, y solían ser demandados para trabajos industriales. Peltop, de hecho, dirigía un grupo para faenas en el puerto de El Musel. A la postre, como no hubiera podido ser de otro modo, acabaría integrándolo también. “Siempre que el fútbol me lo permite, alterno el descenso a las profundidades con trabajos en buques y diques -narraba, ufano, ante un atónito Enrique Prendes-. Ahora estamos metidos en una contrata submarina sin apenas precedentes. Pero nada de olvidar la pesca submarina, ¿eh? No hace mucho, nuestro grupo estableció el récord asturiano y de España, al capturar durante una sola mañana más de 160 pulpos”. La pregunta del redactor se antojaba obvia: “Con tanto ajetreo, habrás hecho un buen dinero, ¿verdad?”. Y Luis, embutido en esta única identidad, lanzaba balones fuera: “No creas. Sobre todo en la lucha libre, más golpes que dinero. El fútbol para ir viviendo. La mar, comparada con el cuadrilátero, resulta mucho más pacífica. Aunque se pase bastante más frío”.
Su respuesta correcta, de haber aglutinado las nóminas de Luis Fernández, “Chasson” y “Pancho”, sin duda debería ser otra.
Este asturiano polifacético hubiese solventado por la vía rápida problemas de orden público, tan habituales en campos modestos. Bastaba con que “Pancho” transmutase en “Chasson”. Y no fue el único con medios y conocimientos para imponer orden. Quince años atrás, Ramón Martínez también podría bastarse él solito.
Revuelta, durante su etapa en el Real Valladolid. Sus marcadores sucumbían sistemáticamente en el uno contra uno, a menos que recurriesen a la violencia.
Como defensa izquierdo del donostiarra Lagun Artea, disputó 24 partidos correspondientes al ejercicio 1945-46. Antes había cultivado el atletismo con éxito, en pruebas de fondo, obteniendo 2 Copas de San Sebastián y plantándose la “txapela” de campeón en diversas pruebas guipuzcoanas. Junto a sus compañeros del Lagun Artea festejaría también un ansiado ascenso a 3ª División. Pero qué cosas, aquel éxito, traducido en una subsiguiente disputa sobre si tan modesta entidad iba o no a dar la cara más arriba, desaguó inesperadamente, con una traumática disolución. Entonces, casi por casualidad y mediando una apuesta, comenzó a practicar el boxeo. Su primer combate, celebrado en la capital guipuzcoana el 23 de noviembre de 1946, lo resolvió por la vía rápida. Todo un acicate para continuar perseverando. De las 63 peleas que disputara como amateur, 33 las ganó por KO y tan sólo saldría derrotado 3 veces, dos de ellas a los puntos. El 29 de julio de 1950 debutaba como profesional, venciendo también por KO. Excelente despegue para una carrera rápida y brillante, puesto que hasta el verano de 1951 llevaba 9 combates profesionales, con 3 adversarios KO, otros tres perdedores por puntuación, y 2 derrotas. Para entonces ya era campeón de España.
Si como defensa era duro, entre las doce cuerdas se transformaba en ciclón irreductible.
No fue combatiente, sino magnífico corredor de velocidad, Apolinar Revuelta. Y destacó antes en las pistas de ceniza que sobre el césped.
Cántabro de Laredo (23-XII-1923), se inició en el equipo de su pueblo, antes de fichar por el Real Unión irunés, donde estuvo año y medio. Luego, desde el histórico Stadium Gal a un Real Valladolid que a punto estuvo de acariciar su doble sueño, dirigido por Helenio Herrera. Fueron dos campañas extraordinarias, culminadas con la disputa de una final copera y cerrar la primera vuelta en el torneo de Liga liderando la clasificación. Los blanquivioletas, inesperadamente, se convirtieron en sensación del campeonato, y hasta buena parte de la prensa deportiva apostó por ellos como posibles campeones. Por fin, durante el verano de 1950, desde la ciudad universitaria regresaría a Cantabria, para correr la banda en el viejo Campo de Sport de El Sardinero. Un paso atrás en lo deportivo, probablemente, aunque como racinguista -entonces no solía escribirse así, puesto que los Racing pasaron a ser “Reales” a partir de 1940- disfrutase mucho más. Así lo afirmó, al menos, cada vez que los periodistas lo entrevistaban. “Esta es mi tierra, estoy en casa, y eso vale mucho”. El Santander acababa de desprenderse de Alsúa y Joseíto, dos pérdidas muy sensibles, por más que Magritas, Macala, León y Jaro, se esforzasen por cubrir esos huecos. Y además, pensando en el futuro, había montado en Laredo un comercio de comestibles. Entonces el fútbol, salvo excepciones como Kubala o Di Stefano, ni de lejos convertía a nadie en auténtico millonario. Ni el fútbol, ni muchísimo menos el atletismo. Porque Revuelta, antes de destacar con el balón en los pies, lo hizo en las pistas de ceniza.
“Dos veces campeón de España en velocidad, por fuerza debían convertirme en extremo muy rápido -se sinceró una vez, ante José Carrasco-. No soy de los que hacen genialidades, ni me tengo por un fenómeno. Simplemente me considero uno más. Pero cuando los contrarios marcan al hombre, no me preocupan los defensas”. Siempre confesó que el fútbol le resultaba más fácil que competir en pruebas de velocidad pura. Y por supuesto, multiplicaba réditos: “Un buen atleta debe hacerlo todo por sí mismo. No puede camuflarse entre el equipo, como ocurre en las cosas del balón”.
El “Circo Price”, con el “Americano” y el “Atlas” de los hermanos Tonetti, llenaron toda una época entre finales de los 50 y la primera mitad de los 70. Luego el empuje de la televisión acabaría desangrándolos.
Revuelta se mantuvo activo hasta 1954, con 31 años. No resultaba raro, entonces, colgar las botas profesionalmente a esa edad. Ni la alimentación de los deportistas, ni la Medicina o los preparadores físicos, tenían nada que ver con cuanto hoy constituye moneda corriente. Y además imperaba la tiranía de unos defensas terribles, leñadores capaces de tumbar secuoyas con dos hachazos. A él lo cazaron, pese a su endiablada velocidad. Hasta el punto de que durante sus dos últimas campañas como santanderino tan sólo habría de disputar 10 partidos. Al menos le quedaría el consuelo de ser hormiga, y no cigarra, cimentando para sí mismo y los suyos un porvenir.
La aventura del sevillano Francisco Blas fue muchísimo más pintoresca. A sus 19 años jugaba en el Club Natación, de categoría Regional, como extremo, pero ante la dificultad de compaginar trabajo y entrenamientos tuvo que arrinconar la práctica deportiva. Su especialidad, sin embargo, no eran las galopadas poderosas, sino el toque de cabeza. Podía estar tres horas jugando el balón con la frente, sin que se le cayera al suelo ni emplear pies o manos. Cuando el diario “Sevilla” se hizo eco de tan pasmosa habilidad, pasaría de artista en su barrio a gran atracción. Aquel reportaje, además, iba a abrirle puertas insospechadas.
“Los señores Feijoo y Castilla, responsables del Circo Price, se enteraron de mi facilidad por la prensa. Y como buscaban números nuevos para presentar en Madrid, pues ya ve, no pude negarme a su oferta”, narró en vísperas del 5 de marzo de 1964, fecha señalada para debutar. Su marca personal estaba en 17.000 golpes ininterrumpidos. Empleando los pies, otros le aventajaban. “Tan sólo he llegado a los 200 toques -sonreía, humilde-. Está claro que debo mejorar”. Un reportero, cuando ya se anunciaba en la cartelería circense como “Cisco Blas”, quiso saber si nadie había contactado con él para anunciar aspirinas, “Porque con tanto toquecito de cabeza…”. Lo cierto es que pasó inadvertido para los publicistas de Bayer o Calmante Vitaminado, y además aseguraba no recordar una jaqueca. Dolores de cuello sí, después de dos horas ejercitándose.
“Cisco Blas” estuvo algún tiempo efectuando diabluras entre número y número, recibiendo balones del público, algunos con muy mala intención, o como protagonista exclusivo desde el centro de la pista, retando, en cada doble sesión diaria, a cuantos profesionales del fútbol quisieran prestarse. Luego se evaporó de la cartelera, probablemente porque ninguno de nuestros astros aceptó el reto.
Juan Manuel Basurco, ya sin voto de castidad ni sometido a la disciplina eclesiástica, cuarenta años después de convertirse en historia viva del balompié ecuatoriano.
Si el más difícil todavía viene siendo lema del circo desde hace un siglo, también podríamos aplicarlo a la singularidad de algunos futbolistas. Porque sin espigar mucho, entre ellos cabría encontrar un buen puñado de curas, con el mutrikutarra padre Basurco a la cabeza.
Después de destacar durante varias temporadas en 3ª División con el Motrico, partió hacia Guayaquil, como tantos jóvenes curas vascos de la época, destinado a la misión de Los Ríos. Allí volvería a calzarse las botas, llamando la atención de un club integrado en 1ª División. Y después de unos meses marcando goles, fue nada menos que el campeón ecuatoriano, Barcelona de Guayaquil, quien se empeñara en ficharlo ante su intervención en la Copa Libertadores, equivalente a la europea Champions League. Ecuador contaba poco en lo futbolístico allá por los años 60 y 70 del pasado siglo. Pero aun con todo en contra, Basurco y sus compañeros se deshicieron de la Unión Española de Chile, correspondiéndoles en el siguiente cruce un potente Estudiantes de la Plata. Argentina era toda una autoridad balompédica, no sólo en América, sino para todos los países del orbe. Ningún club ecuatoriano había logrado imponerse nunca en competición oficial a otro argentino, hasta que Juan Manuel Basurco, con su gol ante los bonaerenses, reventase la estadística. Su apellido, por tanto, pasaba en moldes de oro a la historia del fútbol ecuatoriano.
Pero Basurco era cura, antes que muy buen ariete Y entendiendo que si había cruzado el Atlántico no era para convertirse en ídolo de los estadios, desechó seguir en la plantilla de los campeones. Mientras pudo, eso sí, continuó compitiendo, entre misas, prédicas, bautizos, clases de Matemáticas y el desempeño en obras sociales, con el más notable club de la región. Su amigo Urreisti, extremo derecho en aquella Real Sociedad de los Gorriti, Martínez, Hormaechea, Arzac, Lema, Arregui, Mendiluce o Boronat, siempre sostuvo que muy bien hubiese podido jugar con ellos, o en cualquier equipo de la parte baja en 1ª, si no entre los cabeceros de nuestra 2ª División. A su regreso, desde la diócesis guipuzcoana habrían de tenderle varias zancadillas, en el sentido más metafórico. El fútbol, le dijeron, con sus palabrotas y enconos exacerbados, no era sitio adecuado para hombres de fe. Curiosamente, quien se plegara a las jerarquías en aras de su fe, iría encontrando fisuras. Colgó el alzacuello, se casó, tuvo hijos y estuvo ganándose la vida como profesor de Filosofía en un colegio de San Sebastián.
Comadrán, abajo, el primero por la derecha, formando con el Vilafranca.
Cura fue, igualmente, el escolapio vallesano José Mª Comadrán (11-II-1948). Habilidoso extremo por ambas bandas, si no llegó a jugar con la extinta Unión Deportiva Salamanca fue tan sólo por el que dirán, otrora tan temido. Y puesto que los directivos del Béjar Industrial no pusieran impedimentos, pronto habría de convertirse en su atacante más destacado. Durante su segunda campaña con los serranos, fue seguido por técnicos el At. Madrid, y Héctor Rial, antigua estrella “merengue”, entonces en labores federativas, lo convocaba para la selección nacional universitaria. Trasladado a Cataluña, luego compaginó su actividad docente con la militancia en el Vilanova, Sitges, Vilafranca, Balaguer, Atlétic Castellserá y Juventut Bisbalenca, durante 13 años y siempre en siempre categoría Regional, no porque le faltasen condiciones, puesto que el Lérida, hallándose en 2ª “B”, quiso ficharlo.
Por no variar, esta vez zancadillas y argumentos similares a los esgrimidos con respecto a Basurco, llegaron desde el rectorado de las Escuelas Pías. Corría la temporada 1977-78, y a parte de la feligresía se le atragantaban los eclesiásticos sin sotana, demasiado “modernos”, igual que aquellos “curas comunistas” del decenio precedente, cuando vientos de involución envolvían al Vaticano, como queriendo borrar a Juan XXIII y su Concilio Ecuménico. Por terquedad, quizás, Comadrán continuó jugando en España hasta 1985. Y todavía dos años más en el campeonato amateur galo, mientras obtenía en Francia el título de docente en francés.
Más lejos llegó deportivamente, pese a competir durante menos tiempo, el padre Rafael Núñez Pastor, con el también extinto Palencia, cuando los castellanos, antes de crearse la 2ª División “B”, competían en una durísima 3ª de sólo cuatro grupos. Lo hizo mientras concluía estudios sacerdotales en el Seminario Diocesano, y tras celebrar su primera misa. Actuaba como centrocampista y rara era la crónica donde no lo destacasen. Una vez más, sus obligaciones de apostolado y las malas caras del palacio episcopal, se tradujeron en retirada, después de año y medio matando el gusanillo con el C. D. Venta de Baños. “Me quedé a una temporada de jugar en 2ª División -rememoraba tiempo después, sin asomo de arrepentimiento-. A lo peor conmigo no hubiera podido ascender el Palencia, quién sabe”.
Y hubo más.
Manuel Yuste, capuchino y notable extremo en el Hellín, alboreando los años 70.
El capuchino Manuel Yuste, destinado al convento de la orden en Hellín (Albacete), se convirtió en jugador del club manchego tan pronto lo viesen disputar un partidillo. La misma tarde de su debut, ante el Orihuela -choque resuelto a favor de los albacetenses por 3-1, parece dejó impronta de amplia clase: “Extremo rápido, con visión de la jugada, que corre la banda con estilo”, se escribió entonces. No exigió ningún dinero al rubricar su ficha y la suerte quiso que poco después, el 17 de febrero de 1972, formase ante el Elche C. F., entonces en 1ª, para inaugurar la iluminación artificial en “Santa Ana”. Todo un hito, puesto que aquellas modestas instalaciones se convertían en las primeras de toda la provincia capaces de albergar partidos nocturnos. De nuevo el anterior cronista, más próximo a la pincelada social que deportiva, quiso dejarnos su testimonio sociológico: “El saque de honor en tan memorable fecha fue efectuado por la gentil rejoneadora Lolita Muñoz, en tanto correspondía amenizar los prolegómenos a la Banda Municipal de Tobarra y a la de tambores y cornetas de Hellín, ambas muy aplaudidas durante su desfile”. Aquel encuentro concluyó con empate a uno, y el tanto local fue obra del Padre Yuste, de quien se aseguraba, erróneamente, constituía “caso insólito, al ser el primer religioso futbolista que se conoce en la historia de este deporte”. Según nuestras cuentas, otros cuatro, como mínimo, le habían precedido. Y uno de ellos, el navarro Javier Azagra, incluso llegó a obispo.
Hasta que los seminarios fueron quedándose vacíos, demostraron ser fértil cantera de futbolistas. Si entre quienes los abandonaran sin tonsura, al no encontrar algo parecido a una vocación, hubo excelentes jugadores -el “pichichi” rojiblanco Carlos Ruiz o el discutido ovetense Javier, por ejemplo-, en un nivel deportivo más modesto, otros ordenados siguieron empeñándose en compatibilizar el balón con su tarea apostólica. El 30 de marzo de 1973, cuando uno de los últimos diáconos futbolistas se convirtiera en presbítero, anunció su firme propósito de no entregarse sólo al incienso y la fe. Se llamaba Daniel Varela, actuaba como portero en el onubense Atlético Cortegana, y se manifestó de este modo ante la prensa provincial: “A mi juicio, deporte y ministerio sacerdotal son totalmente compatibles. Hoy se dice que el sacerdote no es un hombre segregado, sino encarnado en el pueblo. Y creo en el fútbol como medio de encarnación y servicio en el ámbito deportivo de los pueblos”.
El obispo de la diócesis, monseñor Rafael González Moralejo, desplazado a Cortegana desde la capital para ordenar al misacantano, también dio pie en su metafórica homilía, a pensar que lo divino y lo prosaico podían cohabitar en perfecta simbiosis: “La Lucha contra el pecado es un deporte sublimado para hallar el mejor camino hacia la salvación. Lucha en la que intervienen los músculos de la virtud, tan preciosos para vivir mirando a la salvación. Tanto el portero de un equipo de fútbol, como el ministro de Cristo, aunque parezcan no intervenir en las jugadas, están siempre pendientes para actuar en el momento que haga falta”. Pero cualesquiera que fuesen las razones, al Varela guardameta no se le vio atajar disparos transcurrido algún tiempo.
Al menos Daniel Varela conservaría siempre un bello recuerdo de sus días entre aroma a linimento y sudor. Porque la directiva del equipo, su entrenador y compañeros, tuvieron el gesto de obsequiarle el cáliz y la patena con que consagró por primera vez.
A manera de colofón, y por no pecar de injustos, también merecen nuestro recuerdo aquellos futbolistas capaces de reinventarse tras colgar las botas. Los que habrían de convertirse en singulares desde el retiro. A la cabeza de todos, quizás, el universal Chillida, portero de la Real Sociedad mucho antes de verse forjando moles ciclópeas de hierro. Hubiera podido ser realmente bueno bajo el marco. Pero quiso la fatalidad, o la suerte, que se lesionara durante un partido amistoso disputado en Madrid. Aquello le hizo emprender la senda que habría de situarlo en las enciclopedias. “¿Tristeza al haber dejado el fútbol de aquella manera?” -solía decir, cada vez que le sacaban el tema-. “Pues no. Gracias a eso me ahorré ser ahora entrenador del Elche o el Recreativo de Huelva”.
Elías Querejeta también defendió el escudo de la Real Sociedad durante 4 años, y en 1ª División. Durante algún tiempo estuvo dudando entre continuar como profesional en un fútbol que pagaba poco, o dar el salto al cine, donde lo natural era morirse de hambre. Alguna vez coincidía con Eduardo Chillida en los tranvías de San Sebastián, y hablaban poco, lo justo para pasar por educados. Chillida acabó animándole a dar el salto, a jugársela fuera del viejo Atocha. Y andado el tiempo, convertido en celebrado productor cinematografíco, tampoco tuvo razones para arrepentirse. Con todo, solía afirmar que nada había sido tan importante en su vida como el hecho de marcarle un gol al Real Madrid.
La vena artística se le destapó al navarro Carlos González Purroy (Pamplona, 10-IV-1957) apenas se despidiera de la pelota, en 1990, con 33 años. Había sido defensa zurdo con potente disparo y discreta calidad en el Bilbao Athletic, Cultural Leonesa, Athletic Club, Osasuna, C. D. Logroñés y Sant Andreu de Barcelona, manteniéndose 8 campañas en la máxima categoría. Por esa época le gustaba el dibujo, acudir a exposiciones pictóricas, y en general cuanto se relacionara con las artes plásticas. Algunos compañeros lo recuerdan tomando apuntes o bocetando “monigotes” durante las tediosas concentraciones. Otros, los menos, sabían que mientras estuvo en Bilbao compaginó la disciplina física con estudios de Arte. El caso es que ya retirado comenzó a sonar como escultor de genio y muralista figurativo, con la madera y el hierro como materia prima fundamental, hasta hacerse un nombre entre galeristas, marchantes, la crítica especializada y el reducido círculo de coleccionistas particulares. Una de sus obras, gigantesca y con cierto regusto a Oteiza y Chillida, luce en la Ciudad Deportiva de la RFEF. ¿Pudo pensarse, acaso, en un sitio mejor para instalarla?
También encontró su porvenir en las artes plásticas el valenciano Francisco Mir. Defensa polivalente a finales de los 50 y en el arranque de los 60, con paso por el Olímpico de Játiva, Portuarios de Sagunto, Gimnástico de Tarragona, Eldense, Burjasot y Crevillente, se convirtió en acreditado pintor realista. Allá por donde exponía no sólo cosechaba críticas favorables, sino que acostumbraba a colgar el cartelito de “vendido” bajo casi todos los marcos.
El vizcaíno Manuel Larrabeiti (Munguía, S. D. Indauchu, Guecho, Izarra de Estella, La Felguera, Real Sociedad y Granada), tuvo en la música su gran pasión. Mientras jugaba en el Indauchu, a comienzos de los 50, ejercía de saxofonista en la banda municipal de Munguía, su localidad natal. Y más adelante, después de intervenir 7 campañas en 1ª División, acabó sacando partido a su excelente voz de tenor sobre los escenarios donde representaran zarzuela.
El canto fue la afición, obsesión, incluso, de Eduardo Ordóñez (At. Madrid y Real Madrid), por más que obtuviese la licenciatura en Derecho. Durante varias temporadas triunfó como tenor, llegando a cantar en el Metropolitan neoyorquino. La muerte le sobrevino el 14 de marzo de 1969, en San Juan de Puerto Rico, donde ejercía su magisterio como catedrático.
Danny Daniel durante sus años de superventas. El éxito lo llevó hasta Miami, donde residiría varios años, hasta retornar a España, ya con el pelo blanco.
Otro cantante, aunque ligero y durante un quinquenio gran superventas, fue el asturiano Daniel Candón de la Campa (Gijón, 30-VI-1942), alineado como Daniel en el Llaranes, Turón y Avilés, mediados los años 60. Su carácter fuerte, arisco, difícil para con los compañeros, unido a sucesivos brotes de indisciplina, le segaron la hierba bajo los pies, allá por donde anduvo. Luego una lesión de ligamentos en su rodilla derecha hizo de él un exfutbolista con 26 años. Al decir de técnicos y directivos, bien pudiera haber llegado más lejos, pues lucía cierto olfato goleador. Su apuesta por el mundillo musical difícilmente pudo haberle salido mejor, pues le aguardaban triunfos discográficos sonados bajo el alias de Danny Daniel. Y eso que hasta ver un duro pasó por Suecia, donde trabajó en lo que pudo, Hamburgo, ya arañando algún dinero con su guitarra, y Mallorca, amenizando veladas turísticas como cantante de hotel. El balear Bonet de San Pedro, mito de otra época, le recomendó entonces instalarse en Madrid, sede de promotores artísticos, representantes y estudios de grabación. Allí empezaría a componer, y sus melodías pegadizas -“Vals de las mariposas”, “Por el amor de una mujer”, “Niña, no te pintes tanto”, “Mañana”, o “De ti, mujer”-, se apoderaron en un santiamén del mercado español e hispanoamericano. Además de cantar en solitario, formó durante algún tiempo pareja artística y sentimental con la cantante norteamericana de jazz Dona Hightower, para cimentar sus ventas discográficas. Correcaminos consumado, estuvo residiendo en Miami largo tiempo. Y ya setentón, con barba y cabellera bien cubiertas de nieve, volvería a dejarse caer por la villa y corte empeñado en promocionar un trabajo recopilatorio, forzosamente nostálgico.
Manuel Loureda en un cromo la bilbaína editorial “Fher”, fundada por los hermanos Hernández. Además de muy eficaz interior y hombre de negocios, adornó su retirada de los campos de fútbol con una nada desdeñable actividad musical.
También tuvo relación con la música, siquiera más tangencialmente, el buen interior coruñés Manuel Loureda Calvete (La Coruña 11-XI-1941). Formado en la cantera deportivista, luego de una temporada cedido en el Órdenes y otra en el filial de los titulares de Riazor (el Fabril), desarrolló las campañas comprendidas entre 1962-63 y 1973-74 en el primer equipo blanquiazul, siete de ellas en 1ª División y cinco en 2ª, antes de colgar las botas, dejando estela de jugador corajudo, con gran despliegue físico y muy aceptable marca anotadora (51 goles a lo largo de su carrera, sólo en el torneo de Liga). Hombre de genio vivo a quien costaba aceptar cualquier injusticia, fue muy cacareada su sanción de 14 partidos la campaña 64-65, por propinar una patada al linier en el campo gallego de Riazor. Durante esos años no le faltaron propuestas para cambiar de equipo. Algunas rumbo a entidades de nivel muy superior, para las que siempre hizo oídos sordos, asegurando sentirse muy cómodo en “la Ciudad de Cristal” y el club donde se formara. Además existía otra razón, no muy oculta precisamente, para disuadirle: volar le inspiraba verdadero pánico. Y puesto que se sentía incapaz de despegar los pies del suelo, hubo de darse auténticas pechadas al volante de un coche, o viendo desfilar paisajes por la ventanilla del tren.
Solía salir de víspera y cuando sus compañeros llegaban a la ciudad donde tocaba rendir visita, casi siempre los estaba aguardando. “Con todo, habré acumulado unas 600 horas de vuelo -recordó muchas veces, frunciendo el ceño-. No está mal para alguien a quien se le llenaban las tripas de mariposas sólo pensando que debía subir a un aeroplano”. Y es que ni carreteras ni vías férreas podían conducirlo hasta Palma de Mallorca, Las Palmas de Gran Canaria o Santa Cruz de Tenerife. Y raro era el campeonato que no se resolvía con un par de saltos a nuestros archipiélagos. Su miedo a volar, por cierto, también le privó de ingresar en uno de nuestros clubes más grandes:
“¿Pero qué dicen? No podemos fichar a un chico que se pone enfermo viendo en la pista un avión parado -aseguran pronunció cierto presidente poderoso-. Aspiramos a jugar competiciones europeas. ¿Qué hacemos con él, si nos toca viajar a Glasgow, Varsovia, Milán, Praga, Munich, Ámsterdam o Belgrado? ¿Lo facturamos por tierra, como mercancía?”.
Cuando colgó las botas, con 32 años, sería conocido como “El Peluquero”, ante el número de establecimientos de dicha especialidad que logró regentar. Y en paralelo, al margen de pedidos de laca y loción, de visitas a ferias sectoriales y repaso a libros mayores y balances, destacaría en ambientes musicales como componente del grupo “Barrabás”. Gracias a ello mantuvo una estrecha amistad con distintos personajes del espectáculo, como Lina Morgan, Juanito Navarro, Rocío Dúrcal o el componente de “Los Brincos” y más adelante celebrado productor musical, Fernando Arbex.
Este polifacético futbolista falleció a los 75 años, el 2 de julio de 2017, derrotado por el cáncer contra el que llevaba tiempo luchando.
A Chano, otro jugador avilesino entre 1949 y 1951, le dio por la literatura. Como Luciano Castañón, su auténtica identidad, sería ampliamente conocido por crítica y público lector, gracias a una obra prolífica que abarcó la novela (“El viento dobló la esquina”, “Los días como pájaros” o “Vivimos de noche”), el teatro (“El detenido”), la poseía (“De la mina a lo minero”, “Barrio de Cimadevilla” o “Refranero asturiano”) y la biografía, especializándose en pintores asturianos. Todo ello sin olvidar los cuentos, las narraciones costumbristas y trabajos eruditos. Quizás lo más llamativo de tan fecundo y ya difunto personaje fuera su tarjeta de presentación, poco acorde con la seriedad generalmente asociada a los literatos.
El tolosano Pedro María Arsuaga, en fin, derivó hacia la singularidad por vías muy alejadas de la fe trascendente, la literatura o el artisteo. Con 17 años justitos competía ya en la Tolosana, segundo equipo de su pueblo, antes de debutar en 3ª División la temporada 1944-45. Avanzada la campaña 46-47, Jacinto Quincoces, entonces secretario técnico del Real Madrid se anticipó al Barcelona con un golpe de efecto, cuando los “culés” pretendían contratarlo. Por uno de esos enrevesados guiños del destino, más adelante iba a marcarle en el mismo partido dos goles a Ramallets, quien pudo haber sido compañero de vestuario; uno de ellos en lanzamiento directo de córner. Rápido, con desparpajo por la banda izquierda, era un extremo de los que suelen encontrar paso por donde no hay huecos. Y como tal, durante 7 campañas incompletas estuvo compaginando fútbol y estudios, antes de que la entidad de Santiago Bernabéu se convirtiese en la apisonadora que con Alfredo Di Stefano iba a pasearse por Europa. Pudo celebrar durante ese periodo los títulos de Copa correspondientes a 1946 y 47, pero desde segunda fila, porque no llegaron a alinearlo en esas dos finales. Y este hecho siempre le hizo sentirse un poco menos campeón. Tras pasar al Granada C.F. en condición de cedido, y luego de cuatro campañas compitiendo en el Real Santander, sólo la primera entre los grandes se despediría del césped en 1958.
Pedro Mª Arsuaga en el Real Madrid, durante cuya militancia obtuvo la licenciatura en Ciencias Económicas. Nunca, ni al jubilarse, perdió su amor por el estudio.
Como tantas veces ocurre, no fue extremo de nacimiento. Solían emplearlo como medio centro, hasta que Sebastián Silveti, su entrenador en el Tolosa, lo alinease ante el C. D. Logroñés pegado a la banda, para que físicamente se castigase menos. Aquella tarde marcó un gol, volvió locos a los defensas y en adelante ya nadie vería en él a un zaguero central adelantado. De su época más defensiva conservaba, quizás, cierto gusto por no rehuir el choque. Y una tarde, defendiendo la camiseta blanca, rodó por el suelo en San Mamés con el defensa bilbaíno Miguel Gainza, hermano del gran “Piru”. Desde la grada un espectador le gritó, con malos modos: “¡Madrileño tenías que ser!”. Y él, sin pensárselo, contestó en su lengua vernácula: “¿Eta zu nongoa zara?” (¿Y tú de dónde eres?). El espectador enmudeció, sin entender su respuesta en euskera. “Y resulta que yo era el madrileño”, solía reír con ganas, rememorando la incidencia.
Licenciado en Ciencias Económicas mientras competía en la capital de España, muchos años después aquel espíritu inquieto, tan suyo, le llevó a estudiar Filología Semítica, sección árabe, por aprovechar la jubilación. Y no contento, defendió entre felicitaciones su tesis doctoral. Tomás, uno de sus hermanos, también fue futbolista. Juan Luis, uno de sus 3 hijos varones, figuraba en el equipo de paleontólogos galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, por sus hallazgos en el yacimiento burgalés de Atapuerca.
Algunos apegos se heredan, por más que no dejen huella en la carga genética. Y Arsuaga logró impregnarlos a su descendencia. Si todo ello no basta para convertir al ya desaparecido extremo en futbolista singular, pocos merecerían tal adjetivo.
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(1).- De la Organización Sindical dependían las Universidades Laborales y Escuelas Profesionales, centros de enseñanza -bachillerato y aprendizaje de oficios- para hijos de obreros, donde muchos españoles nacidos entre 1944 y el declinar de los años 60 pudieron formarse, cimentando un futuro y muy digno porvenir.
“Si hubiera nacido feo no habríais oído hablar de Pelé”
En 2021 se cumplen 75 años del nacimiento de George Best, un genio del balón con una carrera plagada de vicios
“¿Cuántas personas formaban los Beatles?” Una pregunta sencilla sobre uno de los grupos más importantes de la historia de la música. Cualquiera piensa en John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr. La respuesta es inmediata: “Cuatro”. Sí, cuatro, pero unos pocos dicen cinco. “¡Cinco!” gritan. Y también tienen razón. La prensa portuguesa le apodó como ‘El Quinto Beatle’, y su melena no es historia de Anfield, sino de Old Trafford: George Best y su filosofía de All you need is love.
Nacido en Belfast (Irlanda del Norte) el 22 de mayo de 1946, Best fue un futbolista tan bueno en el terreno de juego como poco profesional fuera de él. Con una técnica y un cambio de ritmo imparables, el extremo fue uno de los grandes del fútbol, ganador del Balón de Oro en 1968 e incluido en 2020 en el tercer equipo del Dream Team elaborado por ‘France Football’. Pero la leyenda del Manchester United tenía dos vicios que compaginaba con su carrera: las mujeres y el alcohol. Solo los dejó una vez, y, según mencionó, “fueron los peores 20 minutos de mi vida”.
“Nunca vi el mar”
No es exagerado calificarle como el padre de los Gascoigne o Maradona en cuanto al jugador que trasciende por su vida más allá del campo, un genio al que sus admiradores peregrinaban no solo para celebrar sus acciones en las gradas, sino también en los asientos de los pubs de toda Inglaterra. Una de sus frases más celebres, de las muchas que dejó, cuenta que “cada vez que entro en un bar hay 70 personas que quieren invitarme a beber, y yo no sé decir que no”. Existe el debate sobre si Best se trata del mejor futbolista que ha vestido la camiseta de los Red Devils, donde también han jugado, entre otros, sir Bobby Charlton, Eric Cantona o Cristiano Ronaldo. El tema está ahí, pero con este primero y Denis Law formó la conocida como Holy Trinity, llevando al Manchester United a convertirse en el primer equipo inglés en alcanzar la Copa de Europa en el año 68 ante el Benfica.
Alguien de su categoría podía permitirse adquirir una casa en primera línea de playa para aprovechar la brisa que trae el mar y darse relajantes baños. Quien sabe si esa era su intención, pero había un problema: “Para llegar a la playa había que pasar por un bar. Nunca vi el mar”. El alcohol, como ya se ha dicho, fue su gran hándicap, igual que su pasión por las mujeres.
“Afortunadamente he podido hacer ambas”
Es una de las mayores celebridades que ha habido en Irlanda del Norte, hasta el punto de que el aeropuerto de Belfast lleva su nombre. Sin embargo, y debido al pobre nivel de su selección, nunca pudo disputar el Mundial o la Eurocopa. Podría haber llegado a la copa del mundo de España 82, pero en ese entonces su estado físico dejaba ya mucho que desear.
A lo largo de su vida se casó varias veces, y se caracterizó por, como con el alcohol, no decir nunca que no. Best no podía escoger entre el fútbol y las chicas, dejando para la historia la siguiente reflexión: “Hace unos años si me dan a elegir entre marcarle un golazo al Liverpool o acostarme con una Miss Mundo habría tenido una difícil elección”. Pero era muy bueno, así que “afortunadamente he podido hacer ambas”.
“No mueras como yo”
En 2005, y con apenas 59 años, George Best falleció debido a una sobredosis de los fármacos que tomaba por el trasplante de hígado al que había sido sometido. Su frase “no mueras como yo” fue la última y cruda reflexión de un genio del balón al que el alcohol se llevó antes del verdadero final de su partido.
Reportaje realizado para la materia de “Historia del Periodismo Deportivo” que imparte Xavier G. Luque en el Máster de Periodismo Deportivo de la UPF.
Un fulgor fugaz
George Best, que el próximo mes de mayo habría cumplido 75 años, murió en 2005 a causa de una sobredosis de fármacos inmunosupresores tras su trasplante de hígado, según el doctor forense y especialista en medicina legal, Jason Payne-James.
Su futbol era pura electricidad. Era como si un chispazo sacudiera su cuerpo cada vez que entraba en contacto con el balón. Se refugiaba en la banda, allá donde esos rara avis, los encaradores, los más talentosos futbolistas, habitan. Junto al balón se fundía en un único ser incombustible, inopinado. Su conducción del balón era grácil y sus cambios de ritmo, vertiginosos, siempre acompasados por una cierta anarquía. Cuando parecían tenerlo acorralado, su virtuosismo y velocidad con el esférico en los pies los desarmaba y desdibujaba por completo la concepción que tenían los rivales sobre cómo defender. Si al compositor Giuseppe Tartitni se le presentó el diablo y le deleitó con “El Trino del Diablo”, a George Best se le apareció para obsequiarle con un fulgor futbolístico impropio de la época.
En 1961 el ojeador del Manchester United, Bob Bishop, envió un escueto telegrama – “creo que te he encontrado genio”-, al entrenador del equipo, Sir Matt Busby, sobre un joven de 15 años nacido en Cregagh que se había curtido futbolísticamente en los barrizales de este vecindario de Belfast.
Best era un chicho retraído, taciturno, frágil según su madre, Anne Withers. Con una sensibilidad abrumadora. Cuando fue llamado por el Manchester United para realizar unas pruebas con el club en 1961, decidió volver a su Belfast natal tan solo dos días después. El niño que exudaba fútbol por cada poro de su piel sufrió un tremendo ataque de añoranza. Cómo no sentirse desguarnecido, temeroso y padecer una irrefrenable necesidad de volver al seno familiar tras pisar el césped del imponente Old Trafford.
Sin embargo, su padre llamó de vuelta a Busby para que éste le diera una nueva oportunidad. Y así fue. Se incorporó a las categorías inferiores del club con 15 años. Entrenaba por las mañanas y por la tarde limpiaba las botas de sus héroes. Siendo apenas un juvenil, ya dejaba su impronta sobre el césped. Tanto es así que Paddy Crerand, compañero suyo durante gran parte de la década de los sesenta, le comentó a Jack Crompton, el preparador físico del primer equipo, que guardaran en secreto el exuberante talento de Best hasta su debut con el equipo sénior, según unas declaraciones realizadas para el documental George Best: All By Himself de la ESPN.
Debutó en 1963, consagrándose en 1966 en los cuartos de final de la Champions League ante el Benfica, anotando dos de los cinco goles que el United le endosó al equipo lisboeta en Da Luz. Su fulgor resplandecía ya por toda Europa.
Sin embargo, su cénit futbolístico no llegaría hasta 1968 con la consecución del título continental, otra vez, ante el Benfica. Tras el empate a uno al final de los 90 minutos, dio inicio la prórroga. Un balón largo del portero y la prolongación de cabeza de un compañero dejaron al siete solo ante el guardameta rival que sucumbió, como hacían todos, ante ese recorte que realizaba con insultante facilidad cada domingo sin importar la enjundia del rival.
Con una Champions en una mano y el Balón de Oro en la otra, su agente por aquel entonces, Bill McMurdo, en unas declaraciones para el mismo documental de la ESPN, argumentó que quizá Best pensara que después de llegar tan alto, nada volvería a ser igual y que no podría volver a vivir algo tan siquiera parecido a la noche en la que puso Europa a sus pies.
El retiro de Matt Busby y sus excesos con el alcohol fueron menguando el resplandor de Best, que descendió a la Second Division en 1974 con el United y deambuló, posteriormente, hasta en 12 equipos distintos, antes de su retiro en 1985. Pese a ello es, según la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol, el 16º mejor jugador de todo el siglo XX. Su compañero durante tres temporadas, Harry Gregg, en una entrevista para un medio británico comentó que su juego era: “algo hermoso, y no lo vimos todo. Él tampoco pudo demostrarlo”. Ese fulgor con el que fue obsequiado, también le fue arrebatado por el mismo diablo.
Reportaje realizado para la materia de “Historia del Periodismo Deportivo” que imparte Xavier G. Luque en el Máster de Periodismo Deportivo de la UPF.
La última subasta de “esclavos” en suelo español
Durante los primeros meses de 1978, varios futbolistas adscritos en su día a la disciplina del Real Club Deportivo Mallorca fueron subastados no una, sino hasta tres veces, como utensilios, maquinaria industrial, obras de arte, aperos de labranza o reses. España se hallaba inmersa en plena vorágine política, con su brújula apuntando hacia Europa Occidental, pero azotada aún por temporales diversos. Adolfo Suárez, tildado de “traidor” al régimen franquista desde un flanco, puesto que otrora jurase defender sus Principios Fundamentales(1), era para otros esperanza democrática y soplo de aire fresco cuando tantas ventanas seguían permaneciendo cerradas. Transcurría el tiempo que si la Historia iba a etiquetar como Transición, visto a pie de obra se antojaba más una suerte de funambulismo sin red ni arneses. Semanas atrás, los españoles habían acudido a las urnas, no para conceder bula a un caudillo, sino dispuestos a elegir gobierno democráticamente, entre dos formaciones comunistas, tres de socialistas confesos, otras tres falangistas, un exponente de la Democracia Cristiana, varios partidos nacionalistas con vocación territorial, la UCD acaudillada por Suárez, una Alianza Popular de Manuel Fraga Iribarne infestada de aromas a concentración en la Plaza de Oriente o paseos bajo palio, distintas agrupaciones independientes, otras plataformas de corte republicano, numerosos grupúsculos surgidos de la nada, temerarios unos y tan efímeros otros como gloria del maletilla lanzado al ruedo en plena lidia de Miuras… Y hasta un partido de irreductibles nostálgicos que por estar a tono con los nuevos tiempos decidieron denominarse Fuerza Nueva. Las calles del país se poblaban de estandartes, eslóganes y banderas. Y emboscado entre tanto sueño de libertad, con pleno amparo de aquella Justicia ciega, sorda, muda y en Babia, tuvo lugar una subasta de seres humanos. La última, en nuestro suelo, de quienes en puridad parecían ser esclavos dieciochescos.
Un país ya democrático, con partidos de derecha extrema e izquierda radical en las mesas electorales, consintió lo que parecía impensable: que un grupo humano fuese objeto de subasta.
El origen de tan bochornoso esperpento había que buscarlo más atrás. Retrocedamos, pues, para vislumbrar la razón de tamaño sinsentido.
Cara a la temporada futbolística 1969-70, técnicos y directiva del club mallorquín, entonces en 1ª División, creyeron equivocadamente que Jorge Alberto de Mendonça Paulino, ariete portugués nacido en Luanda, Angola (19-IX-1938), y para entonces nacionalizado español, podía constituir un gran refuerzo. Mendonça, en efecto, había sido un atacante magnífico, aunque a punto de cumplir 31 años era preciso conjugar su rendimiento en pasado. Brilló, y mucho, en los 5 partidos que disputase con el Deportivo de la Coruña (ejercicio 1957-58), a donde llegara procedente del Sporting de Braga. A tal punto que el At. Madrid se apresuró a concederle su camiseta número 9. Casi lo tenía todo: técnica, remate, frialdad en el área, visión para arrastrar a sus marcadores y dejar así un pasillo expedito a los interiores… Incluso cierta indolencia; ese despego de superioridad con que a veces miran hacia el graderío los grandes maestros. Como ellos, alternaba tardes espléndidas con sonoros abucheos. Después de un partido de Copa, el público saltó al campo y lo paseó a hombros, como premio a su memorable exhibición. Inteligente y además listo, durante 9 temporadas supo administrar paletadas de cal y arena, constituyendo todo un freno para otros atacantes admirables, como el bilbaíno de Fernando Poo Miguel Jones, el hondureño Cardona, Olalde, Yanko Daucik, el peruano Enrique Mario Vega, o “Polo”. Incluso con el campeón mundial brasileño “Vavá” en el equipo, se vistió de gala 14 jornadas ligueras la campaña 60-61, sobre un total de 30 posibles. Tres títulos de Copa, uno de la Recopa Europea y el torneo de Liga correspondiente a 1965-66, iluminaron su aureola cuando, concluida la temporada 66-67, quiso probar aires nuevos en el Camp Nou barcelonés, y de paso engrosar su cuenta corriente. Vicente Calderón, máximo mandatario rojiblanco, tenía ya en la recámara un sustituto de garantía apellidado Gárate, natural de Sarandí, Argentina, pero hecho entre las campas eibarresas y el ya desaparecido terreno militar de Garellano, donde la bilbaína Sociedad Deportiva Indauchu habría de cimentar su época más gloriosa.
El gran Mendonça, empero, se había empequeñecido mucho ante aquellos defensas de rompe y rasga, futbolistas ramplones pero con machete de carnicero en cada bota. Una primera campaña aceptable como “culé”, saldada con nuevo título de Copa, constituyó preámbulo a otra de salida, seriamente castigado por las lesiones. Los 12 millones de ptas. satisfechas por los “culés” al Atlético hubieron de contabilizarse en el asiento de despilfarros, cuando el Mallorca quiso creer en milagros haciendo hueco a un marinero harto de tormentas, en su última singladura. Cinco únicas tardes luciendo de corto y un gol, refrendarían lo que todos, incluido él mismo, asumieron como tremendo fiasco. El club cayó a 2ª División, hubo que hacer caja traspasando a elementos que como Pedro Gost prometían mucho, y puesto que siempre resulta incómodo dejar deudas a quienes continúan en la entidad, Mendonça volvería a Madrid con 550.000 ptas. pendientes de pago. Y claro, no era cuestión de dar por perdida semejante cantidad. Aunque no lo necesitase perentoriamente, puesto que en la capital poseía dos bares, uno de ellos decorado a la africana, y la familia de su esposa regentara en Portugal una fábrica de refrigerantes, ese medio millón largo representaba cuatro años de trabajo para cualquier empleado urbanita. Sólo un loco hubiese hecho borrón y cuenta nueva. O sea que nunca dejó de reclamarlo.
Mendonça y Vavá, dos estrellas del At. Madrid caricaturizadas por Cronos.
Durante los siguientes cinco ejercicios, a la entidad mallorquina le tocó penar en 2ª División. Al principio empeñada en el ascenso, aunque ello implicase riesgos como poner al equipo en manos de algún entrenador caro y conflictivo, como Otto Bumbel, nutrirse de ilustres veteranos, -Chus Pereda-, deshojar la margarita con argentinos desconocidos, -Jorge Doval o Juan Carlos Errandonea-, y mirar hacia la cantera sólo cuando la caja criaba telarañas. En junio de 1975, luego de que pasasen por su banquillo cuatro entrenadores distintos, la entidad se precipitaba a 3ª División. Pozo negro y profundo donde los intereses sobre antiguas deudas engordaban al 18 y 20 % anual, mientras la venta de entradas caía por encima del 50 %. El acre hedor de una quiebra ineludible planeaba sobre los bermellones, mientras sus directivos huían, uno tras otro, por si al último le tocara pagar de su bolsillo facturas contraídas a saber por quién.
Ante tan fúnebre panorama, Jorge Mendonça distó mucho de permanecer impasible. Harto de promesas sistemáticamente incumplidas, de pagarés sin fondos y tomaduras de pelo, mientras se licenciaba en Medicina y viendo que la Federación prefería allanarse, encauzó el viejo débito hacia la jurisdicción ordinaria. Y ésta, con pasitos de tortuga reumática, iría avanzando sin pausa. Tenía dos hermanos futbolistas, Juan y Fernando Manuel, y a través de ellos era consciente de cuán difícil resulta enhebrar otra vida después del balón. Fernando, además, ya había encarado situaciones complicadas durante sus días de militancia en el Deportivo de La Coruña, Elche y varios clubes portugueses. Por ello, sin duda, próximo a cumplir 36 años tuvo que enrolarse en el Cleveland (1968), cuando el primer intento serio de trasplantar a los Estados Unidos el fútbol europeo concluyese en gran fiasco. Buena lección para escarmentar en cabeza ajena, que Jorge supo captar al vuelo. Años después, él mismo ilustró como pocos, con una frase lapidaria, el panorama de tantos jugadores retirados: “Hasta que no dejé el fútbol no supe lo que cuesta ganar mil duros”.
Así las cosas, el 18 de febrero de 1978, mientras el Real Club Deportivo se desleía como un azucarillo en agua, los redactores del “Diario de Mallorca” entregaban a su rotativa un notición que iba a dar vueltas por toda la isla: “Los 11 titulares del Mallorca, a subasta: Precio tipo, 50.000 ptas. por jugador”.
Esa información recogía un cúmulo de datos, tan apabullantes como asombrosos. La puja estaba prevista para el inmediato 5 de marzo, luego de que el club, condenado a satisfacer su deuda con Mendonça mediante sentencia de la Magistratura de Palma, corroborada por el Tribunal Supremo a raíz del correspondiente alzado, nada hubiese hecho por cumplirla. Estaba previsto que el martes 22 se diera cuenta del acto en el “Boletín Oficial de la Provincia”, a propuesta del abogado de Mendonça, Javier Ajuria. Dicho letrado habría recurrido a tal extremo ante la evidencia de que el ente deportivo carecía de propiedades susceptibles de enajenación, que el valor material de sus trofeos resultaba irrisorio, y que las cuentas societarias arrastraban saldo negativo.
Avespa, corresponsal del deportivo “Marca” desde el archipiélago, lograba cobertura nacional para este hecho, a través de su crónica fechada al día siguiente: “Hemos intentado esta tarde conocer la reacción del presidente del Mallorca, Guillermo Guinard, pero según se nos informó en su domicilio ha salido para Ibiza, donde el equipo actúa mañana. Existe, naturalmente, viva curiosidad por ver cómo se desarrolla, y sobre todo cómo acaba el asunto”. Desde la redacción de “Marca”, además, apostillaban aquella nota: “Hay algo que no está claro en esta información. ¿Quién ha decretado la subasta de jugadores?. No podemos creer que esto parta de ninguna vía jurídica. No se puede subastar, en el sentido de esta palabra, a ningún hombre. ¿Y el Mallorca ni siquiera tiene crédito, sobre sus importantes bienes, por medio millón?. ¡Qué cosas dicen en Mallorca!”.
Pues no, el club mallorquín carecía de bienes embargables, su crédito se traducía en cero absoluto, y ningún informador insular había fumado o bebido cosas raras. La subasta iba en serio. No de los hombres, propiamente dichos, sino de sus derechos federativos, que por cuanto respectaba a lo estrictamente futbolístico venía a ser lo mismo. El representante legal de Jorge Alberto Mendonça supo transmitir a los jueces, hábilmente, que si los clubes comerciaban con sus jugadores, obteniendo sustanciosas cantidades al traspasarlos, eso mismo podía llevar a cabo cualquier acreedor si el demandado careciese de otros bienes. Subastar a la plantilla mallorquinista hasta completar las 550.000 ptas. adeudadas podía constituir intolerable práctica esclavista, pero, ¿es que acaso no venían incurriendo en idéntico contrasentido todos los clubes de fútbol, a lo largo y ancho del planeta?.
Una lluvia de noticias, reacciones y aspavientos, hizo que el lector de prensa necesitase paraguas durante las siguientes jornadas. “Broma de mal gusto”, opinaron los futbolistas bermellones. Mariano Martín, uno de sus portavoces, ampliaría el sentir del elenco: “Los jugadores somos personas, y corriendo el siglo XX no se puede admitir que en el trabajo, o como tales personas, nos subasten públicamente”. “La Federación trata de evitar la subasta de jugadores”, enfatizó la agencia “Alfil”, ampliando, en su nota, que los servicios jurídicos federativos habían iniciado ya el estudio del asunto, y que sus conclusiones serían llevadas a la Junta del viernes, donde se confiaba hallar una solución para que Mendonça cobrase sus 550.000 ptas. sin proceder a ninguna subasta humana. Curioso. Muy curioso que la F.E.F. pusiera manos a la obra después de una sentencia, el aval del Supremo, y la finalización de plazos para acatar lo sentenciado. ¿Por qué no actuó antes, tal y como era su deber?.
El día 22, Sebastián Alzamora, secretario general de la Federación Balear lucubraba: “Es un asunto extradeportivo. No sé hasta qué punto un señor, al que en virtud de ser declarado jugador de fútbol y se le dictó una sentencia en favor de sus intereses económicos, puede ahora solicitar los derechos de traspaso de unos compañeros, como si fuesen mercancía. Ya veremos cómo acaba la cosa. En mi opinión se intentará la subasta de unas cesiones que no existen. Por lo demás, son innumerables las preguntas a formular. ¿Quién ha tasado a esos jugadores?. ¿En virtud de qué, y con qué conocimientos?. ¿Qué autoridad posee?”. Esa misma tarde, el diario “Última Hora” recogía una entrevista con el magistrado responsable del edicto: “Soy el primer sorprendido. No podía negarme a efectuar el embargo. Hay bienes que sí son absolutamente inembargables, y a los que no podemos tocar, pero de entre las muchas cosas susceptibles, la demanda ha solicitado ésta”.
Durante la mañana del día siguiente, Avespa informaba desde “Marca” que la tasación corrió a cargo de un procurador de los tribunales, como constituía práctica ordinaria, llamado Fernando Morant y, además, antiguo jugador de fútbol. Entre tanto, el máximo mandatario bermellón seguía lanzando balones fuera desde su discutible papel de convidado de piedra: “Hablaré en el momento oportuno”.
Pablo Porta, presidente federativo en la Española cuando nuestro fútbol viviera una de sus situaciones más esperpénticas.
A partir de ahí, habida cuenta que los asesores jurídicos de la F.E.F. siguieran sin asideros legales en su intento de paralizar el trámite, desde el órgano deportivo se quiso abrir una brecha negociadora. Mendonça, mientras tanto, trataba de mantenerse al margen, celoso de su intimidad. Algunos medios, no obstante, quisieron recuperar su pasado, rastrear su vida, no siempre con la mejor intención. Hubo quienes resaltaron su relativa indolencia sobre el césped, su escaso apego al trabajo físico, y el hecho de haber cerrado su carrera con el balón a raíz de integrarse en los Testigos de Jehová, justo cuando dicha confesión era vista como “secta peligrosa” desde ámbitos ultra católicos, o “superchería” en ambientes de izquierda beligerante, por lo general en exceso doctrinarios. Para que nada faltase, ciertas voces del Derecho Mercantil fundamentaban la completa legalidad de subastar pertenecías societarias. En Derecho Naval, por ejemplo, cabía proceder al embargo de cualquier buque en cuanto tocase puerto, si sobre él pesaba una denuncia deudora. Daba igual se tratase de barcos mercantes, cruceros con 1.000 turistas a bordo, o motonaves de recreo. El fundamento de esos embargos buscaba tan sólo la rápida compensación al demandante.
Transcurrieron meses. La teórica mediación federativa quedó en agua de borrajas. En la entidad mallorquina siguió invocándose el cuento de la lechera, entre excusas de mal pagador. Si se lograra ascender a la recién creada categoría de 2ª División “B”, todo iba a ser distinto. Más recaudación entre abonados y paso por taquillas, casi los mismos gastos que en 3ª, renegociación de créditos, esperanza, tanto en la ayuda institucional como en el rebrote de un mallorquinismo famélico luego de tantísima hibernación. En resumen, fantasías, puesto que una vez en la ansiada 2ª “B”, el club mallorquín, regido por una junta gestora, iba a continuar engrosando deudas y deslizando nuevas disculpas, mientras la amenaza del retorno a 3ª División lo perseguía, semana tras semana. Así se llegó a febrero de 1978, para que el día 3 volviera a iniciarse la cuenta atrás de una subasta hasta entonces congelada.
“El 17 del corriente es fecha fijada para la subasta de 11 jugadores del Mallorca, a celebrar en la Magistratura de Trabajo de Palma”, avanzó el mismo “Diario de Mallorca”. “Aunque el presidente de la junta gestora encargada de gobernar el club trata de reunir las 550.000 ptas., es rumor generalizado que hasta la fecha no va consiguiendo nada”. Uno de los jugadores a subastar, cuyo nombre quiso mantener en reserva, se limitaba a verbalizar: “Veremos qué pasa. De todas maneras, suceda lo que sucediere, peor de lo que estamos ahora no podremos estar”. En paralelo, el Comité de Jurisdicción de la Federación Balear de Fútbol acababa de reunirse, para dictaminar sobre reclamaciones crematísticas presentadas por Bartolí y José Mª Bonet, jugadores del R.C.D. Mallorca, y Borja Delgado y Francisco, del Atlético Baleares, contra sus respectivos clubes. Con respecto a los primeros no hubo caso, puesto que el presidente de la gestora bermellona les hizo entrega de las 280.000 ptas. reclamadas. Los del Atlético Baleares, en cambio, serían declarados en libertad por el Comité, ante la insolvencia de su entidad.
Este hecho, que hubiese dinero para que Bonet y Bartolí continuasen jugando, en detrimento de una deuda antiquísima, levantó su lógica polvareda. “Los gestores del Mallorca están convencidos de que no habrá subasta”, se dijo a través de las ondas en Palma. “Quieren forzar la máquina hasta el límite, para que o bien Mendonça retire su demanda, o intervengan instancias gubernamentales ante el clamor de la opinión pública. A ver si ya en democracia se va a volver al esclavismo antillano”.
Lucubraciones aparte, el Boletín Oficial de la Provincia constituía un hecho incontrovertible sobre el que muchos medios prefirieron pasar de puntillas. ¿Qué decía exactamente?. ¿Quiénes eran los hombres objeto de subasta?. Su texto era por demás explícito:
“Don Miguel Sau Rosselló, magistrado de Trabajo Nº 1 de Baleares, hago saber que en los autos números 938-71 seguidos en esta Magistratura de Trabajo a instancia de Juan García Ontoria, en representación de Jorge Alberto Mendoza, contra el Real Club Deportivo Mallorca en reclamación sobre salarios, hoy día en trámite de ejecución, se ha acordado sacar a la venta en pública subasta, por término de ocho días, los bienes embargados como de propiedad de la parte demandada, cuya relación y tasación es la siguiente:
Los derechos que ostenta el club sobre cesión, transferencia o traspaso de los jugadores que a continuación se relacionan: señores Gallardo, Sauquillo, Chiva, Macario, Mariano, Nebot, Bonet, Bartolí, Rodríguez, Jaume y Manolito, justipreciando en 50.000 ptas. para cada jugador, haciendo un total global de 550.000 pesetas. Dicha subasta tendrá lugar en la sala de audiencias de esta Magistratura de Trabajo, sita en la calle Olmos 18, en primera subasta el día 17 de febrero; en segunda subasta, en su caso, el día 24 de febrero, y en tercera subasta, también en su caso, el día 3 de marzo, señalándose como hora para todas ellas la de las once treinta de la mañana”.
El edicto también fijaba las condiciones en que tendrían lugar esos actos: Depósitos previos, tipos de tasación, etc. Y de todo ello se derivaba algo Kafkiano. Cinco de esos futbolistas -Gallardo, Manolito, Chiva, Macario y Mariano-, ya no pertenecían al Mallorca. Tan lentos eran los pasos de la Justicia, como para posibilitar al quinteto un cambio de aires terminado el precedente ejercicio. Gallardo y Manolito competían en el C. D. Málaga, otra entidad amenazada de rodar sin puntilla, carcomida de deudas. Chiva en un club levantino de 3ª División. Mariano en la modestísima categoría Regional madrileña. Y Macario llevaba unos meses calzando zapatillas de gamuza en casa, tras colgar las botas. ¿Podían, acaso, subastarse unos derechos ajenos al sujeto jurídico objeto de enajenación?. ¿No hubiera sido más lógico establecer algún tipo de cautela, tendente a evitar lo que en pura praxis constituía flagrante alzamiento de bienes, en terminología de Derecho Mercantil?.
Pepe Bonet, muy buen centrocampista surgido del La Salle, entidad formativa que tantos mimbres aportara al Real Club Deportivo Mallorca. Fue subastado cuando ni siquiera pertenecía al club bermellón, luego de que el Calvo Sotelo garantizase el dinero con que compró su libertad.
A 5 días de la primera subasta, distintos movimientos telúricos tuvieron lugar en el seno bermellón. Un grupo de salvación aseguraba estar listo para tomar las riendas en cuanto diera su aquiescencia la Federación Balear. Lo encabezaban Miguel Cardell, Pedro Alcalá y Jaime Massot. El primero de ellos, por cierto, entrenador titulado. “Sabemos que el estado del club es de quiebra -confesaron ante la prensa-. Por eso, ante todo necesitamos conocer el balance”. Al mismo tiempo, José Mª Bonet, uno de los jugadores más relevantes del equipo y encartado para la subasta, causaba baja. Para obtener su libertad hubo de renunciar por escrito a cuanto se le adeudaba, y además “compensar” al club con una cifra que todos ocultaron como pecado abyecto. Bonet, recordémoslo, acababa de solventar su deuda, al menos en teoría, tras denuncia ante la territorial Balear. ¿O es que la mediación federativa se resolvió como de costumbre entonces, con un trágala para los de siempre y paripé cara a la opinión pública?. De nuevo, al menos, la Justicia pasaba por alto otro manifiesto acto ilegal, en detrimento del demandante.
El día 14, por la mañana, Juan García Ontoria, procurador de la demanda, aseguraba ante los medios: “Me cuesta creer que a Bonet le hayan concedido la libertad”. Avespa, reportero puntilloso, insistió, incisivo: “¿Y si fuera cierto?”. El procurador, entonces, no tuvo más remedio que avanzar una estrategia: “Se presentarían los recursos pertinentes. El embargo fue anunciado a los organismos competentes. No cabe ocultación, venta o disimulo sobre ellos”. Por la tarde del mismo día, el grupo de salvación se convertía en nueva comisión gestora, tras anunciar su cese la presidida por Guillermo Guinard.
El viernes 17, la primera subasta celebrada en medio de enorme expectación, se resolvía en un santiamén, al presentarse un único pujante, llamado Antonio Vicens. A la misma puerta del salón fue literalmente asediado por periodistas, cámaras y fotógrafos, sin que de su boca salieran otra cosa que vaguedades. La Asociación de Futbolistas Españoles, germen del futuro sindicato AFE que acababa de elegir a su primera junta directiva, lógicamente no iba a permanecer ajena al contencioso. Fue Joaquín Sierra, el “Quino” bético, valencianista y a la sazón jugador del Cádiz C. F., su presidente, quien dio lectura al comunicado: “La AFE quiere hacer pública denuncia, no obstante haberla hecho ya anteriormente ante el Ministro de Cultura, Pío Cabanillas, y en tanto no contrate abogados laboralistas que defiendan a sus afiliados ante los Tribunales, de la jugada que afecta a los jugadores del Mallorca como claro exponente de la situación de los profesionales del fútbol, que, paradójicamente, siguen siendo considerados por muchos como profesión de privilegio”.
La segunda subasta, celebrada el 24 de febrero, según lo previsto, ya no contó ni con la puja de Antonio Vicens. La total ausencia de postores hizo que algunas cabeceras lucubrasen sobre la posibilidad de que el propio demandante, es decir Mendonça, acabase ofertando sobre los futbolistas, o para hacerlo más enrevesado, compañeros de su antigua profesión. “Puestos a rizar el rizo -se escribió-, estaría poniendo en solfa todo el disparate que envuelve al fútbol”. Otros comentaristas parece prefirieron tomárselo casi a broma, aderezada con no poca causticidad: “Después de todo, si a la tercera concurriese él solito, hasta podría hacer un buen negocio. El kilo de futbolista sale caro, cuando es bueno. Y esas 550.000 ptas. de hoy tampoco son las de hace unos años”. Aparentemente, el hipotético interés de Mendonça por intervenir en la última puja, obedecía a la más bien libre, y hasta creativa interpretación, de lo manifestado por el procurador Juan Carlos García Ontoria. Menos objeto de especulación, en cambio, era cuanto estaba llevando a cabo la novísima junta gestora del Mallorca, puesto que acababa de ofrecer, “gratis ed amore”, en expresión literal de los informadores, la baja al terceto más cotizado de la entidad: Bartolí, Sauquillo, y el portero Sánchez. Sobre el último se daba por cierto que de inmediato partiría hacia Puertollano, para firmar contrato con el Calvo Sotelo. Bonet, baja desde la semana anterior, también constituía objetivo de los manchegos, según noticias procedentes de Ciudad Real. Sustanciadas las nuevas bajas, cabía afirmar que los bermellones de Palma ya no tenían nada cotizable en sus filas. Y que el juzgado de lo social palmesano era pasto de una desidia sin límites, al consentir el descarado vaciamiento de “bienes” destinados a una subasta legítima, según su propia declaración, que estaba obligado a preservar.
Antes de que concluyese febrero, Pablo Porta, presidente de la F.E.F., mudo respecto a cuanto acontecía en torno al Mallorca, hizo unas declaraciones acerca de la violencia en graderíos y céspedes, tema candente por su gravedad, desde hacía bastantes meses. Durante las mismas, como no podía ser de otro modo, introdujo con calzador, y porque a la fuerza ahorcaban, alguna frase sobre las subastas: “La Federación no puede permitir que se subasten unos jugadores. Más que nada por el aspecto humano. Esta tarde he recibido comunicación de que el magistrado de Mallorca no va a proceder al embargo, a la subasta. La Federación vigila este tema y no va a permitirlo”.
¿Podía la F.E.F. poner palos en las ruedas, o enmendar la plana a la Justicia?. ¿Por quién se tenía su máximo responsable?. ¿Insinuaba, acaso, que el juez mallorquín se proponía prevaricar?. ¿Tan omnipotente se le antojaba su deporte, cuando a lo largo de esas mismas declaraciones enfatizó sin sonrojos justo lo contrario?. “Hay que desdramatizar el fútbol. Es sólo un juego, nada más que eso. Muchas veces se olvida, y no puede ser”. Si por la boca muere el pez, Pablo Porta debió tragar un anzuelo enorme mientras volvía a taparse en su manta, como acostumbraba ante asuntos peliagudos.
Don Pablo, “Pablo, Pablito, Pablete”, según saludo de José Mª García desde las ondas radiofónicas tras cada resbalón presidencial -¡y vaya si los hubo!-, quedó una vez más muy en entredicho. Porque el 3 de marzo, conforme a lo previsto, tuvo lugar la tercera y definitiva subasta de jugadores.
Antonio Vicens March, quien ya se presentara al segundo e inútil acto, fue uno de los licitantes. El otro, Juan García Onieva, procurador del demandante, Jorge Mendonça, con el decidido propósito de hacer subir la puja. Puesto que ya no existía precio de partida, Vicens March la abrió con 5.000 ptas. García Onieva, entonces, ofreció 50.000, respondiendo Antonio Vicens con una peseta más. Como el procurador García Onieva no volviese a intervenir, el acto quedó sustanciado en 50.001 ptas. Por si alguien lo hubiere olvidado, Mendonça reclamaba, y confiaba obtener por tan novedoso medio, el resarcimiento de una deuda reconocida según sentencia en 550.000. Si en el transcurso de 9 días el Real Club Deportivo Mallorca, como parte demandaba, no presentaba un mejor postor, Antonio Vicens March se convertiría en propietario de 11 futbolistas, muchos de ellos no pertenecientes al club insular. Formidable lodazal, en el que nadie se atrevía a chapotear.
Formación del R.C.D. Mallorca, la campaña 1977-78, Sánchez, Bartolí, Sauquillo, Alba, Rodríguez, Ortega. Abajo Pou, Meñico, Nebot, Bonet, Aparicio. Varios de los retratados figuraban en el listado judicial de futbolistas a subastar.
¿Qué ocurriría, por ejemplo, si Vicens March tomaba la determinación de traspasar al portero setaoarra José Luis Sánchez, o el muy prometedor José Mª Bonet Moll, ambos recién adquiridos por el Calvo Sotelo de Puertollano, y no “gratis ed amore”, precisamente, como los medios de difusión cacarearon?. Uno y otro, para poner rumbo al equipo azulino tuvieron que renunciar a lo adeudado en el Mallorca, que prácticamente correspondía a toda la campaña. Esa renuncia, en realidad, tampoco lo era del todo, puesto que los manchegos, en la cola de 2ª División, habían arañado su caja fuerte como fórmula para minimizar las pérdidas de sus nuevas adquisiciones. Vamos, que parte de aquello a lo que ambos jugadores renunciaron al salir de Mallorca, se había contabilizado como traspaso en los libros de Puertollano. ¿Realmente Vicens March era dueño de algo por lo que otro ente pagó y asentó en su libro mayor, con anterioridad?. ¿Cómo podían subastarse “bienes”, cuya titularidad ya no ostentaba el demandado?. Y las mismas lucubraciones cabían para los casos de Chiva, jugador activo en 3ª División, Manolito y Gallardo, contratados por el C. D. Málaga, o Mariano, empeñado en seguir trotando por campos terrizos de categoría Regional.
Problema digno de tesina fin de carrera en Derecho, si no objeto de tesis doctoral o discurso de ingreso en cualquier Academia. Lo más probable era que el adquiriente en subasta llegase a un acuerdo económico con los clubes malacitanos, manchego y hasta el mallorquín, para no enredarse en nuevas trifulcas judiciales. A poco que cada uno aflojase, fácilmente multiplicaría por 3 ó 4 su inversión de 50.001 ptas.
“¿Y ahora qué?”, inquirieron los periodistas insulares, apenas el procurador del demandante saliera de la Audiencia. García Onieva respondió a todos, satisfecho en apariencia: “El Mallorca sigue teniendo una deuda de 499.000 ptas. con Mendonça. Podemos proceder a una ampliación del embargo cuando lo creamos oportuno”. Tampoco el triunfador en la subasta hizo nada por escurrir el bulto: “No comprendo que habiendo una directiva en el Mallorca -dijo-, y siendo mallorquinistas sus componentes, no se hayan interesado por lo que iba a ocurrir. No hay derecho a que Mallorca se quede sin fútbol por su culpa”. Tan enternecedor discurso ocultaba otras razones. Al preguntarle si intervino en nombre y representación de terceros, se limitó a musitar un enfático “es posible”.
La situación del club mallorquín era bastante más que desesperada. Desde hacía seis o siete años, podían contarse con los dedos de una mano los futbolistas que por allí pasaron sin pechar con impagos y quitas. Como corolario a la cacofonía jurídica, algunos quisieron denunciar a la opinión pública su caso. Al bético Manuel Campos Espinosa, por ejemplo, con paso por la isla desde 1973 hasta junio del 75, se le adeudaba medio millón, que cuando fichara por el Real Valladolid y otra vez por su Betis, dijo dar por perdido. Almagro, Platas, Genaro, Martín, el hondureño Matamoros, o el veterano y buen medio canario Niz, compañeros de vestuario, también tuvieron una salida amarga. El 23 de marzo, luego de que días antes desde la nueva gestora se asegurase el compromiso de acabar la temporada, “aunque ello implique alinear a nuestro equipo juvenil”, la prensa mallorquina titulaba: “No hay dinero para el viaje a Algeciras”. Y la propia gestora, a través de un anuncio, pedía donaciones: “Ante la imposibilidad de hacer frente a los gastos de desplazamiento del equipo a Algeciras, hemos puestos nuestros cargos a disposición de la Federación Balear. Esta es la oportunidad para que cualquier persona o entidad que tenga cariño y sienta los colores del Real Mallorca pueda demostrarlo, ya que si alguien no abona el importe del mismo antes de las 11 horas del próximo sábado día 25, en Viajes Euroclub, Avenida de Jaime III Nº 3, el Real Mallorca no podrá cumplir su compromiso”.
La Federación Balear, por supuesto, no quiso aceptar esas dimisiones. Cuando el balón llega manchado de barro, las jerarquías suelen optar por apartarse. Pero no fueron los únicos culpables. “Según nuestras noticias, la Federación Española estaba ya dispuesta a conceder el acortamiento de plazos legales para que la Junta General del Mallorca se celebrase el 15 de abril -comunicó el secretario de la balear, Sebastián Alzamora-. Así se lo comunicamos a la comisión gestora, desde donde nos hicieron saber que estudiarían su postura. Anteayer, martes, su presidente nos manifestó que disponían de 3 millones de ptas. para hacer frente a los pagos más inmediatos, y otros 300 destinados a la construcción de un Polideportivo, aunque el grupo financiero que representaban sólo procedería a invertirlos bajo condición de que la comisión gestora fuese elevada, de inmediato, a Junta Directiva. Luego llegó la dimisión de todos sus miembros, no aceptada”.
En menos palabras, oportunistas del ladrillo empeñados en hacer negocio a expensas del club mallorquín. Si no se les garantizaba un desembarco fácil, para luego maniobrar a su antojo, la entidad bermellona podía desangrarse en cuestión de días. El propio secretario de la Balear concluía: “Esta mañana he dirigido un telegrama a la Nacional, anticipando la posibilidad de que el Mallorca no se desplace a Algeciras. Nuestra impresión, sin embargo, hoy, Jueves Santo, es que el equipo, a pesar de todo y por encima de todo, acudirá el domingo a su cita algecireña”.
El señor Alzamora no sólo sabía un rato largo sobre los entresijos del fútbol, sino también acerca de la condición humana. Porque enfrentados a la penosa situación de enterrar una entidad nacida en tiempos de Alfonso XIII, sobreviviente a vientos republicanos, a la conflagración civil y una dramática posguerra, aquellos presuntos inversores dieron un paso atrás. El día 25, víspera de medirse a los algecireños, Miguel Cardell Gelabert, presidente de la Comisión Gestora, se desdecía en letra impresa: “Confiábamos en el mallorquinismo para solventar esta situación penosa, pero no ha habido nadie levantando la voz, aportando unas pesetas, cualquier gestión o un gesto de ánimo. Ahora bien, considerando que estos son días de vacación mayoritaria, no hemos querido cargar con la responsabilidad de dejar a este equipo al pairo, nuevamente. Realizando un esfuerzo supremo, se ha logrado sufragar el viaje, y superado este escollo el Real Mallorca cumplirá su compromiso. La venidera semana hablaremos de lo que haya que hablar, y se decidirá el inmediato porvenir”.
El Real Mallorca del ejercicio 1987-88. El balear Pepe Bonet (abajo, en el centro) había regresado como hijo pródigo, luego del bochorno que supusiera, tanto para el fútbol como para la Justicia, aquella histórica subasta.
Mendonça y su abogado siguieron batallando para cobrar, aun en especie, aquel remanente de deuda. Durante el verano de 1978, y amparándose en distintas sentencias donde se condenaba al moroso a satisfacer intereses, no sólo reclamaron éstos, sino un par de conceptos entonces novedosos, emanados de la jurisprudencia anglosajona: la invalidez parcial sobrevenida durante el desempeño profesional, susceptible de ser considerada accidente en servicio, y los daños morales. El monto total reclamado ascendía así hasta 3.019.166 pesetas. Tres milloncitos por redondear.
El 11 de agosto de 1978 se conocía la sentencia del magistrado de lo Laboral en Baleares, absolviendo al club, tras desestimar íntegramente la demanda. Y en un párrafo digno del mejor humorista, el juez otorgaba al ya ex futbolista “capacidad y derecho de obtener la libertad, desligándose del demandado para fichar por otros clubes”.
Fantástico. Aquel magistrado debía ser único habitante del país sin estar enterado de que Mendonça llevaba ocho años, nada menos, alejado de la pelota. Si no se le fue la mano salpimentado de burla su escrito, como mínimo lo parecía.
Jorge Mendonça en un cromo de la temporada 1962-63, cuando ni en el peor de sus sueños hubiera imaginado la pesadilla judicial que el futuro iba a depararle.
El R.C.D. Mallorca descendió automáticamente a 3ª División, junto con el Atlético Baleares y Eldense, como últimos clasificados del Grupo II en 2ª “B”. José Luis Sánchez y José Mª Bonet también lo hicieron, de la categoría de plata a 2ª “B”, con el Calvo Sotelo de Puertollano. Luego el primero siguió guarneciendo la meta manchega hasta el ejercicio 1981-82, ya cumplidos 33 años. Bonet, tras pasar por el C. D. Castellón y Poblense, habría de reintegrarse al Real Mallorca, orgánicamente la misma entidad que abandonara en vísperas de ser subastado, si bien mucho más fiable, gracias, en parte, a dar por periclitada su deuda con quienes un día lucieran aquellos colores. Como bermellón de segunda época iba a dejar bien sentado durante dos campañas en nuestra máxima categoría, que su sitio debería haber sido siempre ese, la 1ª División. El catalán Pedro López Sauquillo, de quien se dijo lo tenía hecho con el Hércules alicantino, conoció Cartagena, Sa Pobla, Almería e Inca, antes de colgar el pantalón corto.
La AFE, asociación aún, y no sindicato, pese a deambular como grupito balbuciente se conjuró para que esa subasta de “esclavos” fuese primera y última de nuestro fútbol. Y como el movimiento se demuestra andando, sus dirigentes y afiliados avanzaron rápido, derribando obstáculos. En años sucesivos acabarían con esa suerte mafiosa consistente en hacer que quienes no cobraban, pagasen de su propio bolsillo cantidades no pequeñas por quedar libres. Exigieron garantías de cobro, un fondo del que servirse, cada mes de junio, ante situaciones de insolvencia en cualquier club. El muro de oprobio que representaba el denominado derecho de retención, tampoco se les resistió. Y por fin, un día, luego de varias huelgas y algún que otro estoconazo, se hizo realidad el tan ansiado convenio colectivo.
La AFE, en el fondo, pareció ser único órgano donde saltaron sarpullidos durante los días nefandos en que 8 profesionales del fútbol, un amateur marrón, otro aficionado al 90 % de pureza y un ilustre retirado, fueron objeto de subasta, no a la sombra de palmeras o bajo ese sol ardiente y húmero del Caribe, sino ante el rostro hierático de una Justicia que quiso ser, durante meses, cualquier cosa menos racionalmente justa.
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(1) .- Decenas de miles de españoles tuvieron que jurar los Principios del Régimen al recibir algunos títulos universitarios. El de Derecho era uno de ellos, aparte de los dependientes no del Ministerio de Educación, sino del de Información y Turismo, como Técnico de Empresas y Actividades Turísticas, o Periodismo. Adolfo Suárez, además de al licenciarse en Derecho, tuvo que jurar los Principios Fundamentales cada vez que accedió a los distintos cargos conferidos en vida del dictador. Suficiente para que los seguidores de Blas Piñar considerasen perjuro al primer presidente democrático de la Transición. ¿Quién dijo que aquella aventura hacia la democracia constituyó un paseo entre ovaciones? Si acaso sería senda invadida de espinos, zigzagueante cuesta arriba, entre sombras, pisadas de lobo y nidos de víbora.
Patente de corso
Las patentes de corso eran documentos o bulas emitidos por la realeza, las repúblicas, o gobernantes de ciudades, otorgando derechos de ataque, saqueo, incendio y destrucción, dirigidos a buques, puertos y ciudades del enemigo. El tenedor de aquellas patentes, por lo general propietario de un barco, quedaba obligado a socorrer a su emisor en casos de confrontación bélica, ataque externo o procedente del interior, y a devengar una parte de los botines, como si de cualquier impuesto o reparto societario se tratase. Aquellos gobiernos y ciudades embrionarios, surgidos del medievo, se granjeaban de ese modo y sin coste un ejército y armada sumamente útil. Eso sí, a cambio de vulnerar derechos de propiedad y todo principio jurídico moderno, puesto que las patentes consagraban el filibusterismo.
El vocablo “filibustero” define a quienes hacen botín libremente, como los del Caribe y las Antillas durante los siglos XVI y XVII, por ejemplo, sin otro pabellón que el negro y más filosofía vital que el despojo, aunque eso sí, sometidos a normas y códigos que hicieron de ellos pioneros cooperativistas. A grandes rasgos, sus códigos venían a reglamentar toda una azarosa existencia. Desde castigos ante faltas de distinta índole, a la dosis diaria de ron, el horario de luces a bordo, la prohibición de embarcar a niños o mujeres, los porcentajes de reparto en función de rangos, el deber de conservar limpios y listos para abordajes pistola y sable, pasando por indemnizaciones ante la pérdida de algún miembro u ojo, así como dotes por retiro, tendentes a garantizar una decorosa vejez si la suerte no se mostrara esquiva. Corsarios fueron algunos grandes hombres de mar, firmes baluartes de sus reyes, cuyos golpes de mano contribuyeron a cimentar o engrandecer imperios. Gente tratada por la Historia de su país como almirantes gloriosos, y como piratas, saqueadores o desalmados, en los manuales de aquellos lugares contra los que antaño combatieran. Quien hoy parece dirigir el tráfico desde una columna londinense y en el lejano pretérito se enfrentara a España, no pasa de pirata en cualquier texto neerlandés, de nuestro país, o galo. La Historia y sus versiones poliédricas…
Teóricamente, las patentes de corso rodaron sin puntilla con el Tratado de París (1856), primer intento serio de salvaguardar cierto orden internacional, a partir del derecho de los pueblos a dilucidar su futuro. Y como suele ocurrir casi siempre, tan brillante noticia fue consecuencia de otro gran baño en sangre: el de la Guerra de Crimea. Aquella contienda dejó en papel mojado las viejas bulas. Casi todas las bulas, mejor. Porque transcurrido algo más de siglo y medio, las patentes de corso siguen existiendo en algo tan cotidiano y universal como el fútbol.
Patente de corso se antoja empíricamente, que las Federaciones Nacionales continúen reservándose un derecho medieval sobre todos los futbolistas de cada país, a despecho de ordenanzas y estatutos laborales. Cada ventana FIFA o UEFA, los clubes más poderosos del orbe, aquellos que pagaron suculentos traspasos por hacerse con grandes estrellas, los que abonan fichas astronómicas a mitos del momento, han de entregar gratis “ed amore” a sus mejores piezas, en beneficio de quienes nunca contribuyeron a convertirlos en estrellas, no dedicaron técnicos, psicólogos, médicos o nutricionistas a orientarlos, jamás sufragaron un centésimo de sus nóminas, pero eso sí, hincharon el pecho mientras los veían hacerse algo más que promesas, o celebraban títulos como si cada triunfo en verdad fuere sólo cosa suya, no de los deportistas. Todo por mor de unas selecciones nacionales que desde hace tiempo constituyen casi único arbotante en Federaciones cada día más inanes.
“Cuadernos de Fútbol”, obviamente, es foro histórico y no de opinión. Corresponde a su espacio, por tanto, algo más que un texto con aroma a editorial. Así que convendrá repasar cómo y por qué se sigue dando la actual situación, para escarnio y quebranto de unas Sociedades Anónimas, numerosas masas sociales, y varias Ligas de Fútbol Profesionales, de momento mudas, quién sabe si víctimas de algo semejante al síndrome de Estocolmo. Echemos, pues, la vista atrás.
Desfile español en Amberes, primera presencia “olímpica” de nuestro fútbol y debut de la selección española en términos absolutos.
El futbol de selecciones nació en plena época amateur. Los Juegos Olímpicos impulsados por el tesonero Pierre de Coubertin crecían, se desarrollaban a despecho de voces agoreras, captaban la atención universal y distintas naciones fueron mostrando interés por albergarlos. Un deporte cada vez más en boga, como el fútbol, difícilmente podía mantenerse al margen de la mayor manifestación atlética del planeta y, tras una primera toma de contacto a manera de exhibición, se tuvo claro que convenía ir componiendo selecciones nacionales con vistas a tan magno acontecimiento. España intervino por primera vez en los Juegos de 1920, todavía con futbolistas estatutariamente amateurs y cuando en la Gran Bretaña se hablaba sin ambages de “pross”. Los ingleses, además, formaron su primera selección en 1872, mucho antes que Suiza, Hungría, Suecia o Italia. Por esa época, sin dinero de por medio, ser internacional constituía sólo un gran honor, amén de recuerdo imperecedero y aventura formidable. Luego nuestro fútbol apostó por la profesionalización (1926), con “pross” de bronce y amateurs compensados, justo es decirlo, pues cuando en 1929 rodaba el primer balón de nuestro Campeonato Nacional de Liga, sólo el 32 % de quienes intervinieron podían considerarse legítimamente trabajadores de la pelota. El 68 % restante no hubieran podido comer ni vestir con cuanto el balón redondo les proporcionaba.
Los clubes, naturalmente, no ponían objeciones al préstamo forzoso. El calendario era corto -18 jornadas de Liga y unas pocas de Copa-; sobraban fechas para dos o tres choques internacionales por temporada. Además los clubes relativamente modestos hacían sus propias cuentas de la lechera. Si alguno de sus jugadores fuere seleccionado, su cotización se dispararía. Seguro que entonces uno de los dos o tres grandes ponía sus buenos duros sobre la mesa para ficharlo. Y qué falta hacían, ¡Dios mío!, esos 4 ó 5.000 duros para equilibrar el balance. ¡Qué bendición si llegaran! Los partidos de selecciones tenían mucho de escaparate, de mercadillo, porque para los propios futbolistas estar entre los seleccionados solía traducirse en alguna mejora contractual. Todos ganaban y ni el fútbol ni sus seguidores más fervientes perdían nada.
Así continuaron las cosas mientras se iba abriendo las fronteras a jugadores del exterior. Mussolini, fiel al ideario imperial, abrió las de Italia a sus oriundos, soñando con verlos lucir un día la “azzurra”. ¿Cómo no se iba a dejar ver en el balcón del fútbol un populista tan soberbio? España también había abierto el portillo fronterizo a las gentes del balón, aunque hasta 1936, cuando estallase nuestra fatídica Guerra Civil, los foráneos apenas si tuvieron algo de auténticos refuerzos. Luego los nueve años de dolor, luto y llanto -tres a este lado de los Pirineos y otros seis enseñoreándose del continente y archipiélagos- constituyeron no ya un paréntesis, sino freno y mordaza a veleidades de cualquier índole. Y tras la ardua labor de reconstrucción, con interludios de apertura y cierres a la importación balompédica, durante los años 50 formar parte de una selección requería, de facto, amén de destacar domingo tras domingo, competir en el país cuyo escudo se aspiraba a llevar sobre el pecho. Porque no sin lógica, se antojaba que mal podía exigirse a clubes extranjeros la entrega coyuntural de futbolistas, muchas veces mediando trayectos transoceánicos de ida y vuelta, máxime cuando esos jugadores competían ya con ficha de otra Federación. Habrá quienes piensen que más primaría en dicha omisión el alto costo de los vuelos transoceánicos, y cometerán un error. Sin ventanas FIFA en los calendarios de cada país, el simple hecho de amagar con requisitorias de futbolistas, dejando inermes a algunos clubes en sus propias competiciones, hubiera incendiado el panorama balompédico. Allá donde deslicemos nuestra mirada encontraremos abundancia de ejemplos.
Luis Suárez Miramontes, único Balón de Oro español hasta la fecha, luce su trofeo. Un fuera de serie con quien la Federación Española pudo contar poco. De él dijeron en Italia: “Tiene un juego que encanta, porque reduce las cosas a la mayor simplicidad. Decididamente un superclase” (Firmani). “Con este hombre detrás, ¿quién hubiera parado a Altafini y Greaves? (Viani, secretario técnico del Milán, que acababa de fichar al británico). “Suárez en el centro del campo es el hombre que me hubiera gustado ver con la camiseta del Milán” (Rocco, también milanista. “¿Ha notado cómo corre? Su cambio de velocidad en plena marcha es de naturaleza sorprendente” (Guarneri). “Suárez ha encantado” (titular del diario turinés Tuttosport, tras el debut).
Cuando mediados los años 50 del pasado siglo comenzaron a llegar extranjeros en catarata, prácticamente todos eran conscientes de haber dicho adiós a su selección nacional. Toda la delantera paraguaya mundialista acabaría recalando en nuestra Liga, fundamentalmente impulsados por el intermediario armenio Arturo Bogossian. Desde su extremo derecho Agüero al izquierdo, Florencio Amarilla, pasando por su ariete, Cayetano Ré, y ambos interiores. Pues bien, Paraguay hubo de hacerse con otro quinteto de vanguardia. Alboreando los 60, al fichar por el Inter milanés nuestro Luis Suárez Miramontes, único Balón de Oro español hasta la fecha, la F.E.F. tuvo que realizar gestiones con la transalpina para seguir contando con su concurso en choques decisivos. “Luisito Suárez seguirá jugando con la selección nacional” -airearon los medios informativos-. “Así lo aseguró una fuente de la FEF, tras mantener arduas conversaciones con directivos de Italia”. El coruñés Luis Suárez no sólo acababa de convertirse en el futbolista mejor pagado de Europa -3 millones de ptas. como ficha anual, medio millón garantizado en primas y sueldos mensuales de 30.000, cuando un obrero español rondaba las 4.000 mensuales-, sino que los 25 millones abonados por el Inter al Barcelona en concepto de traspaso constituían récord universal. “Para tener el mejor equipo del mundo hay que contar con el mejor organizador, y ese es Suárez que está en el Barcelona” -enfatizó Helenio Herrera una vez en el vestuario “nero-azzurro”. España, aquella España autárquica, no podía perder para su selección al jugador más celebrado del mundo en su puesto, al más caro del planeta, sin ver mellado el orgullo nacional. Se hizo del asunto cuestión de honor, y a la postre tampoco es que nuestros federativos arrancasen un compromiso absoluto, sino tan sólo uno de mínimos, válido para las grandes citas.
Suárez no fue convocado para los partidos eliminatorios ante Rumanía, con vistas a la II Eurocopa. Ni cara a los amistosos ante Bélgica y Francia, como preparación para la siguiente ronda de clasificación. Ni tampoco en San Mamés ante Irlanda del Norte, choque de ida, resuelto con igualada a un gol. El miedo a una eliminación en Belfast llevó a nuestros jerarcas a dar el do de pecho ante la directiva interista, y si bien tampoco podría contarse con el magnífico interior izquierdo en un partido preparatorio ante Escocia, estuvo presente, por fin, en la ajustada victoria ante los irlandeses con gol de Paco Gento. España y Luis Suárez pasaban a la siguiente ronda, a dirimir contra la Irlanda meridional. De nuevo sin su concurso en otro amistoso ante Bélgica, ni él ni Luis Del Sol, otro emigrante en el “Calcio”, serían considerados imprescindibles para la contundente victoria ante los otros irlandeses (5-1) en magnífica tarde de Amancio Amaro y Marcelino. Una vez más sin Suárez, “la roja” caía humillada en Dublín por 2-0. Todo un fiasco, que sin embargo permitía alcanzar la fase final a dirimir en Madrid, nuevamente con Suárez llevando el 10 a la espalda. Aquellos partidos ante Hungría y la URSS representaron el primer título internacional para España, y si se pudo contar con la magia del galleguito fue, sobre todo, porque los choques tuvieron lugar los días 17 y 21 de junio, con los torneos de Liga ya concluidos.
“Didí”, caricaturizado por Cronos en 1959. Un campeón del mundo que durante su época “merengue” sólo lució la “canarinha” en vacaciones.
Un par de brasileños, ambos campeones del Mundo, como Vavá y Didí, también jugaron con su selección mientras pertenecían a los dos equipos de nuestra capital. O lo hicieron relativamente. No de forma regular, sino tan sólo en otra fase final mundialista, es decir durante sus vacaciones. En el caso de Didí, además cuando virtualmente estaba fuera de la entidad “merengue”, tras su fracaso en Chamartín, al decir de algunas lenguas boicoteado por Alfredo Di Stefano. El sevillista Achúcarro, en cambio, aunque visto su gran rendimiento mereciese sobremanera detentar un nada desdeñable registro de internacionalidades, quedó como cuando vino a lucir el blanco hispalense. El hondureño Cardona, primero en el Elche y luego en el At. Madrid, tampoco sumó muchos guarismos. Tan sólo en la recta final de su carrera, ya para escasos trotes, mereció la atención de sus federativos ultramarinos, sin que en la casa rojiblanca pusieran la menor pega. Al fin y al cabo, ya apenas contaba para el primer equipo.
No, lo habitual no era requerir la comparecencia de migrantes del balón, a menos que se tratara de fases finales de algún mundial o torneos continentales.
España volvió a Jugar en Dublín ante Irlanda su partido de ida clasificatorio para el Mundial de Inglaterra (1966). Y puesto que sin Luis Suárez se perdió 1-0, para el de vuelta en el Sánchez Pizjuán sevillano se contó con él (4-1 a favor). Como en dicha competición no se tenía en cuenta el golaveraje, volvió a solicitarse su concurso cara al partido decisivo en el Parque de los Príncipes parisino, salvado merced a un gol de Armando Ufarte. “La roja” repetía entre los 16 de otra fase final mundialista, y para la efeméride se quiso contar con el terceto “italiano”, toda vez que en julio volvían a estar de vacaciones. Pero ni Joquín Peiró ni los dos luises, Del Sol y Suárez, evitaron la catástrofe.
Ya en los 70, el dinero comenzó a mandar de verdad. Varios campeonatos habían vuelto a abrirse para futbolistas extranjeros. Inglaterra, Francia, Bélgica, Portugal, Suiza… La gran Holanda de Cruyff, aunque importase, era eminentemente exportadora, e Inglaterra, pese a todo, seguía confiando más en el producto autóctono que en el exterior. Italia, cuyo fútbol más y mejor pagaba, tenía sus aduanas completamente enladrilladas. Y por nuestros pagos, luego de que ni con falsos oriundos mejorasen las cosas, se abrazó una vez más el aperturismo, siquiera fuese en lo puramente deportivo. ¡Sería por dinero!
Pero los 70, sobre todo, fueron años convulsos para el deporte rey. La Federación neerlandesa firmó un acuerdo publicitario con cierta marca de ropa deportiva, y su gran estrella, don Johan, levantó la voz: “Las camisetas no se venden solas. Son las caras que van sobre ellas lo que induce a comprarlas. Así que los futbolistas debemos cobrar por lucirlas”. Los federativos se negaron a enhebrar ninguna conversación y el gran Cruyff se fue con cajas destempladas. Aquella marca, además, era competidora directa con la que él mismo patrocinaba, y si ya de ordinario no solía dar el brazo a torcer, menos iba a hacerlo sintiéndose ninguneado. Disputó el Mundial, pero sin lucir el anagrama ni los símbolos del patrocinador. “Si alguien quiere hacer negocio a mi costa, ya sabe dónde encontrarme -justificó ante los periodistas- Ésta es una de las pocas cosas buenas que tiene ser famoso; los famosos ayudan a vender más y lógicamente cobran para contribuir a que otros se hagan ricos”. Paralelamente, en varios países se adoptaban fórmulas destinadas a edulcorar el derecho de retención. Afloraba la sindicación futbolera. Los jugadores exigían una mayor representación en el seno federativo. La Copa de Europa y hasta la de la Ferias, transmutada pronto en Copa de la UEFA, constituían un éxito. Y desde el máximo órgano europeo, envalentonados, se aspiraba a ganar más dinero en divisas fuertes, tal como aseguraba iba a hacer el brasileño Joao Havelange, volviendo del revés el organigrama de la FIFA.
“El derecho de retención es la razón misma del fútbol profesional -se aseguró entonces-. Si desapareciese, mataríamos el invento”. Por nuestros pagos, Pablo Porta, presidente federativo, aseguró que la sindicación de futbolistas ahogaría a los clubes. “El fútbol se rige por si mismo”, clamaron en la Federación Italiana, cuando desde la Comunidad Económica Europa se les amonestase por impedir en su suelo el libre ejercicio profesional de futbolistas comunitarios. “Si un arquitecto, físico, investigador o ingeniero súbdito de la C.E.E. puede trabajar en cualquier país de esa órbita, ¿por qué los futbolistas han de encontrar impedimentos?”, se reiteró desde Estrasburgo. “El fútbol come en rancho aparte”, habría de enfatizar un portavoz de la UEFA. Poco después, en Bruselas se oyeron voces poniendo en entredicho los traspasos futbolísticos. “Pueden atentar contra el derecho de los trabajadores. No parece lógico exigir millonadas cuando los contratos van a expirar en cuestión de meses”. Italia, al fin, tuvo que abrir sus puertas, con parecidas limitaciones a las que España impusiera. Los sindicatos fueron cobrando forma, sin que ningún club pereciese estrangulado. Y lo de comer en rancho aparte comenzó a verse amenazado. Havelange, en todo caso, atornilló más el corsé de los clubes, por cuanto respecta a la cesión obligatoria y gratuita de futbolistas a sus Federaciones de origen. La patente de corso se tornaba mucho más escandalosa, a mayor gloria no del fútbol, sino de los torneos organizados tanto por la FIFA como emanados desde las distintas confederaciones.
Johan Cruyff. Rebelde y reivindicativo, las tuvo tiesas con la Federación de su país. Primero empeñado en salir rumbo a Barcelona, llevando la cuestión hasta el mismísimo parlamento neerlandés. Más adelante negándose a lucir el anagrama y distintivos de la marca que vestía al equipo nacional, luego de que los futbolistas quedasen fuera del reparto económico por lucirla. Le asistía toda la razón y su gesto constituyó magnífico precedente.
Un día, ya en los años 80, ese reducto esclavista que constituía el derecho de retención voló por los aires, dinamitado en distintas sentencias judiciales. Y un jugador belga de segundo rango a quien arruinaron la vida desde FIFA y UEFA lograba lo aparentemente imposible: el triunfo en sentencia firme anta las todopoderosas jerarquías futboleras. Quienes dispusieran de un pasaporte comunitario, o de países convenidos en materia laboral, podrían moverse a discreción y sin ningún límite ni cortapisa por una Europa hermanada, mucho más densa que ese antiguo y selecto club compuesto por Gran Bretaña, Francia, Italia, Alemania y el Benelux. Pero esa especie de peaje chantajista en favor de las Federaciones nacionales y en detrimento de los clubes, defendida a ultranza desde todos los foros supranacionales, seguía enturbiando el buen orden en materias tan variopintas como lo estrictamente laboral y el código mercantil. Regularmente, varias veces por año, los mejores futbolistas del mundo partían y parten de sus clubes para representar a su Federación de origen, a costo cero para quienes mediante esos partidos se llenaban los bolsillos.
Cualquiera, hasta el más torpe estudiante de Primaria, sabe que no es posible vivir en la Edad del Bronce después de haberse inventado la pólvora, superado el maquinismo y cohabitar con la robótica. No se puede lancear a caballo cuando sobrevuelan misiles, ni emplear argumentos decimonónicos en una atmósfera de rapidísima evolución. Eso, anclarse al pasado entre ensoñaciones de un mundo ya periclitado, es justo cuanto viene haciendo el planeta futbolístico, para asombro de propios y extraños. Los clubes de antaño, sin ánimo de lucro, son hoy, salvo raras excepciones, Sociedades Anónimas, Compañías Mercantiles en muchos casos cotizantes en Bolsa, presididas por Consejos de Administración, sometidas a controles estrictos de Hacienda y las Ligas de Fútbol Profesionales, obligadas a rendir cuentas no a sus socios, sino a los accionistas. ¿Podríamos imaginar al director financiero de una multinacional, diseñando la política económica de un estado mientras cobra de la compañía cuyo trabajo, obviamente, no puede desarrollar? ¿Al responsable de recursos humanos en National Nederlanden, por ejemplo, estableciendo normas destinadas a optimar el rendimiento funcionarial de la CEE? No, ¿verdad? ¿O a los miembros de un bufete de abogados con fama internacional, abandonando literalmente sus despachos para retocar la política internacional de tal o cual estado europeo, asiático, americano u oceánico? Pues eso ocurre varias veces cada año, desde hace muchos lustros, cuando los futbolistas toman un vuelo desde Europa, respondiendo a la llamada de sus selecciones nacionales, se someten a un devastador “jet lag”, desayunan tres veces en un día y otro cenan por partida doble, disputan 180 minutos ocasionalmente a 3.000 metros de altura, reciben patadas, se arriesgan a sufrir lesiones musculares, regresan deshechos doce días después, con ganas de dormir 20 horas seguidas, y a veces lo hacen cojeando, tumefactos o lesionados para todo un trimestre. Mientras sus clubes siguen corriendo con la amortización del fichaje y la suculenta mensualidad, sin obtener de ellos el más mínimo rendimiento, esos futbolistas pueden haber rodado un par de spots publicitarios, a mayor gloria de la Federación de turno. Derechos publicitarios, por cierto, que el jugador vendió en su día al club o la Sociedad Anónima encargada de sufragar sus virtudes balompédicas, y que por lo tanto las Federaciones nacionales no deberían aprovechar en beneficio propio. ¿Cabe mayor insensatez, por cuanto comporta de burla al Derecho?
Recientemente dos sucesos de índole bien distinta han vuelto a colocar el foco mediático sobre este tipo de patentes corsarias. El primero la sanción a un entrenador de nuestra máxima categoría por manifestarse públicamente, sin ofensas personales ni tono desabrido, acerca de lo que todo el país vio como tremenda injusticia, y ni sobre el césped ni en la sala de visionado televisivo se sancionara. Una vez más, el ejercicio constitucional de la libre expresión sometido al capricho de tiranuelos fuera de época. La sanción al damnificado, por el simple hecho de airearla, mientras nadie reconocía culpas ni, obviamente, purgaba por ellas. Un principio consagrado en la Ley de Leyes, que los mandamases del balón conculcan alegremente desde su cómoda torre de marfil. Hace poco, también, los tribunales consideraron libertad de expresión ciertos comentarios vertidos por un profesional de la provocación, injuriosos para practicantes de cierto credo religioso. Absolución del provocador gratuito, y condena no jurídica, sino profesional, a quien sin enarbolar insultos manifestó libremente su juicio. ¿A qué espera el Consejo Superior de Deportes? ¿Por qué no interviene de oficio, instando a modificar una normativa con claros visos preconstitucionales? El otro suceso entronca directamente con la parte mollar de estos párrafos: el retorno de varios futbolistas infectados por la “covid-19” mientras competían con sus respectivas selecciones. Algo que no parece responder, del todo, al puro accidente.
Para los órganos supranacionales del fútbol, los jugadores son únicamente máquinas con las que hacer dinero. Ellos sustentan el andamiaje de los Campeonatos del Mundo, Eurocopas, bolos varios y esa nueva seudoliga europea de selecciones con la que tanta caja vienen realizando. En la imagen una de las mascotas descartadas del Mundial de España en 1982, el de “Naranjito”.
Se sobreentiende que todo préstamo comporta obligación de un cabal tutelaje y cuidados, para devolver lo prestado en perfectas condiciones. De ello se infiere que las Federaciones encartadas deberían haber dispuesto, como mínimo, idénticos medios de vigilancia, control, cuidados y asepsia, a los establecidos en cada club de origen. Algo que las imágenes vertidas desmientes por sí mismas. En el caso de Uruguay, un jugador infectado procedente de Brasil -con hasta 17 positivos en su vestuario- parece habría sido el transmisor. Cabe preguntarse cómo pudo ocurrir, a qué tipo de control fue sometido, o qué se hizo rematadamente mal. Ya es bastante el sometimiento a una especie de derecho medieval, equiparable hasta cierto punto al de “primae noctis”, mal traducido en España como “de pernada”, para que además “la doncella” se devuelva contagiada. El Sevilla C. F. también recibió enfermo a su guardameta, convocado por Marruecos. Y se habla de varios clubes americanos y europeos afectados del mismo modo. Bastante es que el “virus FIFA” adultere las competiciones -obsérvese la cantidad de puntos perdidos por clubes grandes tras cada paréntesis de selecciones- como para que deba aceptarse como daño colateral el resultado de una suma de disparates.
Sorprende, por qué no decirlo, el silencio de los sindicatos de futbolistas, se diría que desaparecidos ante la descarada dictadura de unos órganos supranacionales voraces hasta la exageración. ¿Dónde queda lo de velar por la salud y dignidad de sus representados? ¿Oyeron hablar de conceptos como seguridad e higiene en el trabajo? Hoy, luego de mucha dejación desde las Federaciones Nacionales, son las Ligas de Fútbol Profesionales quienes controlan al 99 % el fútbol de élite europeo. Y se están cansando. Una de esas Ligas, sustentada por la mayoría de clubes integrantes, ya ha pespunteado la intención de no prestar futbolistas de su órbita a nadie, en tanto se resuelva esta pandemia. Cabría preguntarse por qué sólo en tiempos de pandemia, por qué no extender su negativa hasta el infinito. Ningún tribunal ordinario sería capaz de sustentar la entrega obligatoria y gratuita desde una Sociedad Anónima a otro ente, a sus mejores trabajadores, los mejor remunerados y envidia de la competencia. Bien al contrario, cualquiera de esas Sociedades pudiera verse en aprietos tan pronto uno sólo de sus accionistas demandase a sus rectores por administración desleal. Porque según el código, dedicar una parte o todo el patrimonio societario a fines u objetivos ajenos a la actividad, implica como mínimo deslealtad dolosa en términos de gestión mercantil. En el seno de FIFA y UEFA conocen sobradamente lo mal que les ha ido ante los tribunales ordinarios. No se antoja arriesgado aventurar que también por cuanto respecta a las selecciones nacionales pudieran recibir un último y definitivo revolcón.
Las patentes de corso aferradas a la pelota serán historia también, un día no lejano. Y es muy probable que salten en pedazos sacudidas por cualquier fenómeno ajeno a lo puramente futbolístico. El corso fue condenado en París, cuando la Guerra de Crimea no tuvo su origen cierto ni un posterior desarrollo amparado en tan abominable práctica. Tal vez el fútbol se desprenda de sus más oscuras prácticas por cualquier cuestión tangencial. Bien mirado, los tiempos convulsos suelen llevarse por delante prácticas y métodos inútiles o en desuso.
San Mamés, 22 de diciembre de 1946. El partido fantasma a beneficio de los exjugadores rojiblancos José María Echevarría Ayestarán (‘Echeva’ o ‘Pellejoduro’) y Francisco Gárate Bergareche (‘Patxi’).
No obstante, nuevamente me centraré principalmente en la figura de ‘Echeva’ y, en concreto, en su alejamiento de los campos de fútbol.
2.- Abandono de la vida deportiva
San Mamés, 17 de noviembre de 1940. Athletic Club, 6 – Murcia, 1. El Murcia fue recibido con gran simpatía, aumentada al depositar Solé, su capitán e internacional de antaño, un ramo de flores ante el busto de Rafael Moreno Aranzadi, ‘Pichichi’, rito obligado en cuantos equipos se presentan por primera vez en la ‘Catedral’. Le acompaña Victorio Unamuno con brazalete de luto por el fallecimiento del padre de Echevarría el día anterior. (Archivo Athletic Club. Autor: Elorza)
El sino trágico no le abandonó nunca, tanto a nivel humano –la Guerra Civil, la muerte premature (a consecuencia de la Gripe Española) de su hermana mayor con tan solo 4 años y a quién nunca conoció, así como el fallecimiento de su padre Hilario contando Echevarría con 20 años de edad como deportivo –la gravísima lesión sufrida en Oviedo en un choque brutal con el delantero Chas Veira en el terreno de Buenavista y, finalmente, la tuberculosis contra la que luchó como un titán, enfermedad que, al fin y a la postre, le obligó irremediablemente a abandonar su prometedora carrera deportiva. Todos estos hechos fueron un cruel mazazo del destino a los que Echevarría, hombre de fuerte personalidad, supo hacer frente no dejando nunca sumir su vida en el pozo negro de la desesperación. Muy al contrario, fue un hombre que retó valientemente al sino con el que la vida le había marcado y al que, con su fuerza interior, esa misma que acumulaba en sus manos que eran verdaderas tenazas, derrotó hasta que en plena flor de la vida (46 años) se le acercó sigilosamente la ‘Dama del Alba’ quién, sin darle tiempo a reaccionar, se lo llevó de la mano para siempre.
2.1.-Estancia en el sanatorio de Tablada (Sierra de Guadarrama)
Todo comenzó al finalizar un entrenamiento entre el 25 de octubre de 1942, fecha de su último partido, y el 1 de noviembre, día en el que cayó desmayado en el terreno, siendo sustituido por Lezama. A partir de entonces se puso en manos del doctor Juan de Arróspide y Basabe[1] quién recomendó su ingreso en el sanatorio de Tablada, dirigido por el doctor José Zapatero y sito en el municipio madrileño de Guadarrama.
Instantánea que recoge una de las visitas que el presidente del club rojiblanco, Luis Casajuana Curiel, efectuó a Echevarría durante su estancia en el sanatorio de Tablada. (Cortesía de la familia Etxebarria Bitorika).
Es precisamente en este sanatorio donde inició su peregrinar incesante de un lado a otro sin que los médicos, a pesar de los esfuerzos realizados, lograran atajar la enfermedad que le iba minando poco a poco su moral, las posibilidades de reintegrarse al equipo rojiblanco y, lo que era más grave, su vida.
El 5 de enero de 1943 –ya habían transcurrido dos largos meses desde su ingreso en el sanatorio de Tablada– El Correo Español-El Pueblo Vasco publicó en su sección deportiva y con grandes titulares la siguiente noticia:
ECHEVARRÍA, EL PORTERO ATLÉTICO, VOLVERÁ A JUGAR:
Su estado actual puede calificarse de magnífico.
La noticia en cuestión decía lo siguiente:
“Estos últimos días se ha publicado por algunos periódicos una noticia relacionada con el guardameta del Atlético, Echevarría, que se halla restableciendo en un clima de altura…. Según esa noticia, el portero bilbaíno curará pronto y por completo, pudiendo hacer su vida ordinaria con toda normalidad, mas sin por ello poderse dedicar de nuevo a sus aficiones futbolísticas.
Pues bien; según el corresponsal de una agencia deportiva que ha convivido con Echevarría en el sanatorio durante estos dos últimos meses, puede asegurar de una manera formal que ni el doctor don Juan Arróspide[1], de Bilbao, (que recomendó el ingreso) ni los doctores don José Zapatero y don Isidoro Barzosa, bajo cuya vigilancia se halla actualmente en la Sierra del Guadarrama han manifestado en ningún momento la imposibilidad de que el citado jugador bilbaíno vuelva a alinearse con el Atlético.
La dolencia que aqueja a Echevarría añade, es de carácter tan benigno, que solamente un exceso de precaución le ha conducido a una cura climática de altura; no ha guardado cama ni un solo día, ni ha tenido una décima de fiebre, ni se le ha conocido un solo síntoma que pueda calificarse de alarmante.
En cambio, su fuerte constitución física está determinando por horas una reacción vigorosa y su estado clínico y somático pueden, por ahora, calificarse de magníficos.”
Termina diciendo que “(…).en un caso normal Echevarría pudo haber perdido contacto con la vida habitual. En su caso de atleta profesional y de ejercicios violentos, su rehabilitación se presenta como un problema no difícil de resolver. (…)”.
Lo cierto es que el tiempo seguía transcurriendo y Echevarría, aunque aparentemente gozaba de excelente salud, continuaba ingresado. Esta afirmación la ratifica su desplazamiento a Madrid para unirse a sus compañeros, donde se hospedó en el mismo hotel que ellos, y verlos jugar en el partido que se celebró el día 14 de marzo de 1943 contra el equipo de la capital. Prueba de ello es la entrevista que el cronista deportivo de Marca Fernando Reyes le realizó el día anterior con motivo de ese enfrentamiento, entrevista encabezada con el título A los diecinueve años fue internacional sólo ochenta y cinco minutos.[2]
Echevarría, aprovechando la cercanía de Tablada a la capital y encontrándose bien de salud, se trasladó a Madrid para visitar a sus compañeros de equipo junto a ellos en un hotel de la ciudad. La fotografía corresponde al día anterior al partido Real Madrid vs. Atlético de Bilbao (14-03-1943) ante la puerta del hotel donde se hospedó la expedición rojiblanca (Cortesía familia Arqueta. Fuente: Marca de 16 de marzo de 1943).
La sagacidad del reportero gráfico logró realizar esta fotografía de un grupo de jugadores del Atlético de Bilbao en el interior del hotel donde se hospedaban. Echevarría es el tercero por la derecha de la fila superior. (Cortesía familia Arqueta. Fuente: Marca de 16 de marzo de 1943).
De la entrevista podemos entresacar lo siguiente:
“A los diecinueve años[2] vestía la zamarra de internacional este mozarrón que tenemos a nuestra vista. Se llama José María Echevarría y es el portero titular del Atlético vasco. Le encontramos en la mañana de ayer entre sus compañeros de equipo, que le han acogido con la alegría que es de suponer. ‘Echeva’, (…), no ha querido, naturalmente, perder esta magnífica oportunidad que se le ofrece para ser espectador de un partido de su equipo.
Aprovechamos la ocasión para interrogarle sobre su historial, corto pero brillantísimo y sobre el porvenir de su vida deportiva. Echevarría, amable en demasía, sonriente siempre, cuando dejan los chavales de solicitar su autógrafo, al lado de la foto correspondiente, se pone a nuestra disposición. (…).” ‘(…) ingresé en el Atlético, cuya puerta no he dejado de defender mas que por dos motivos[3]: por la lesión de fractura de costilla, a principios de la temporada presente, y por una enfermedad en estos momentos, enfermedad que no me impedirá, afortunadamente, volver a mi sitio muy en breve. (…). He hecho una vida tranquila y me encuentro admirablemente. Yo confío en que para la Copa podré volver a jugar[4]. Y puedo decir que ardo en deseos de encontrarme bajo el larguero’”.
A la pregunta que el cronista le realiza acerca de su eventual sustituto, Raimundo Pérez Lezama, contesta:
‘No lo he visto jugar, naturalmente, en estos partidos. Me han dicho, sin embargo, que está muy bien’. Con relación al Atlético de Bilbao comenta: ‘Es un gran conjunto, que juega admirablemente por ese motivo y que será campeón de la Liga[5]’. “(…). Y José Echevarría, el meta que en un par de meses volverá a deleitar a la afición española desde su puesto del Atlético bilbaíno, parece rememorar en su imaginación uno de esos escalofriantes ‘plongeons’ o un despeje inigualable, a puño, que le valieron, a los diecinueve años de edad[2], ser internacional por España, el país de los grandes guardametas (…).
Cabe destacar aquí las declaraciones que Echevarría realiza puesto que son dignas de compararlas con las efectuadas el año anterior por Urquizu, su entrenador, con relación a su forma de juego[6].
‘Para mí el puesto de portero es el único. De una enorme responsabilidad, encierra, sin embargo, quizá por eso mismo, una emoción extraordinaria. Yo estoy muy contento de haber elegido este puesto. (…) Mi jugada favorita es el despeje a puño en la jugada peligrosa, motivada por un centro de cualquiera de los extremos contrarios. Cuando el trío interior se lanza al remate, el portero, en salida arriesgada, alarga el puño y despeja el esférico. O también el lanzarse a los pies del atacante enemigo, que avanza hacia tu portería y se dispone a lanzar el tiro. Evitar esto en una estirada es magnífico’.
Echevarría visto por el caricaturista Orbegozo, dibujo a plumilla que ilustra la entrevista de Fernando Reyes (Cortesía familia Arqueta. Fuente: Marca de 16 de marzo de 1943)
En abril del mismo año y estando ingresado en Tablada, el Atlético de Bilbao se proclama campeón de Liga de la temporada 1942-43. Echevarría acudió a la capital nuevamente para presenciar la final de Copa que ganó el Atlético de Bilbao al vencer al Real Madrid en el partido disputado el día 20 de junio en el Estadio Metropolitano.
Echevarría se desplazó nuevamente a Madrid para presenciar la final de la Copa del Generalísimo del año 1943 (20 de junio de 1943) que enfrentó al Real Madrid y al Atlético de Bilbao. Este partido se disputó en el Metropolitano, nuevo campo del Atlético de Aviación inaugurado en el 21 de febrero del mismo año. En la fotografía pueden verse a Juanito Urquizu, en el centro de la imagen, entrenador de Atlético de Bilbao, siguiendo con nervios las incidencias del partido, y a Echevarría, a su lado, a la derecha de la imagen. El partido, tras finalizar el tiempo reglamentario con empate a 0 goles, acabó con la victoria del Atlético de Bilbao en la prórroga gracias a un gol de Zarra. (Ambas fotos cortesía de la familia Arqueta. Fuente: Marca de 22 de marzo de 1943).
Oceja, capitán del Atlético de Bilbao con la copa entregada por Franco. (Marca, 22 de junio de 1943. Obtenida de: https://www.google.es/search?source=univ&tbm=isch&q=Final+de+copa+del+a%C3%B1o+1943&sa=X&ved=2ahUKEwi0tf7hwoPqAhUryoUKHbpDBdUQsAR6BAgHEAE&biw=1173&bih=834)
2.2.- Ingreso en el Sanatorio Nuestra Señora de Begoña, antiguo balneario de Fuentecaliente (Miranda de Ebro)
Entre los dos artículos periodísticos citados anteriormente tan sólo hay una diferencia de casi dos meses y medio y los mismos, rebosan de optimismo con relación a la evolución de su estado de salud y su porvenir deportivo.
No obstante, tal optimismo no era más que pura ficción, ya que su estado de salud no fue calificado de positivo por el equipo médico y, por prescripción de éste, fue trasladado a comienzos del mes de julio al Sanatorio Nuestra Señora de Begoña, en Miranda de Ebro (Burgos), establecimiento al frente del cual se encontraba el doctor don Juan Arróspide y Basabe.Tal decisión fue adoptada por el equipo médico con la convicción de que el tratamiento y los medios con que este establecimiento contaba podían ser determinantes en la curación de su enfermedad.
Si damos por válidas las declaraciones de Pachi Gárate, su compañero de equipo [7 y 8] que se casó en agosto del 43 (“Todo iba muy bien, pero un día salimos de caza, nos pilló una tormenta y nos empapamos. Yo tuve poco después un vómito de sangre. También Bertol y Echevarría, nuevamente, cayeron enfermos. […]”.), debemos dar por hecho que de la misma forma que fue dado de alta al de muy poco tiempo de ser ingresado fue nuevamente internado en el sanatorio y en peor estado de salud. Por testimonios gráficos y por comparación de fechas creo que puede afirmarse que abandonó el sanatorio en este su primer periodo de estancia a finales de junio o principios de julio de 1944.
En este primer periodo de estancia en este sanatorio no todo fueron sufrimientos. En efecto, una de las mayores emociones que pudo sentir Echevarría en su vida deportiva se la proporcionó su propio equipo cuando se proclamó campeón de Copa del año 1944 en la final jugada contra el Valencia en el estadio municipal de Montjuich, donde el Atlético de Bilbao venció por dos a cero, con goles marcados por Zarra y Escudero. Era el domingo 25 de junio de 1944.
Después del partido y tras un vino de honor en el estadio, el equipo se recluyó en un hotel, donde se celebró una fiesta íntima. El equipo, tras el descanso de esa noche, partió para Bilbao al día siguiente en el rápido de las 08:20 para llegar al día siguiente, martes, a Haro, donde se le tributó un homenaje que culminó con el banquete con que fue obsequiado por las Bodegas Bilbaínas.
Una vez concluido el banquete, se puso en marcha la comitiva con dirección a Bilbao, haciendo el viaje el equipo en un autocar, seguido de coches particulares con directivos y aficionados, que venían desde Barcelona o se sumaron en Haro. El paso por todos los pueblos del recorrido registró la misma nota de entusiasmo y bienvenida. La única parada fue en el Sanatorio Nuestra Señora de Begoña donde se encontraba convaleciente Echevarría. Se le hizo entrega de la Copa. El encuentro fue entrañable, cordial y efusivo y muy agradecido por Echevarría. ¡Todo un gesto de caballerosidad tanto de la Junta Directiva, como del equipo técnico y de sus jugadores! La imagen quedó grabada para el recuerdo.
Miranda de Ebro. 27 de junio de 1944. Echevarría, en el centro de la imagen, sosteniendo la Copa ganada por sus compañeros, posa junto con la familia rojiblanca en la entrada del sanatorio Nuestra Señora de Begoña. (Cortesía de la familia Etxebarria Bitorika)
2.2.1.- Posible reaparición de Echevarría en los terrenos de juego
Portada del artículo dedicado a Echevarría y a Gárate por El Correo Español-El Pueblo Vasco el 18 de setiembre de 1944.
En setiembre del año 1944, la crónica editada por el diario bilbaíno El Correo Español-El Pueblo Vasco el 18 del mismo mes apostilló lo siguiente en un artículo titulado SE DICE QUE ECHEVARRÍA Y GÁRATE VUELVEN A LA VIDA ACTIVA DEL FÚTBOL: Retirados hace unas temporadas por enfermedad, ahora se anuncia el reintegro a sus puestos en el Club de San Mamés.
De dicho artículo merece entresacar lo siguiente: “(…). Al inicio de la primera temporada de la postguerra, Echevarría actuó de suplente del primer equipo (…).Al finalizar la competición liguera correspondiente a este año de 1940, ya ocupaba el puesto de guardameta con carácter titular, puesto que no perderá hasta que en Buenavista (septiembre de 1942) sufrió tan duro golpe en un encontronazo que se resintió de las costillas, teniendo que dejar de jugar. (…). Un año después, en Chamartín, el Atlético (había dejado ya la ‘h’ el Club de San Mamés por disposición superior[9])venció al Madrid y en buena parte de esta victoria había influido la gran defensa que de su marco hizo el gran portero bilbaíno, bien ayudado –todo hay que decirlo– por la pareja internacional de zagueros Mieza y Oceja. Cinco veces seleccionado por la Federación Vizcaína para figurar en su equipo representativo, ha lucido los entorchados de internacional una vez en el partido jugado por España frente a Portugal terminando con empate a dos. Otras cinco veces[10] ha sido designado suplente, no ocupando el lugar de titular seleccionado por la gran forma que en aquella época observaba el españolista Martorell. Echevarría es un gran aficionado al deporte. (…). Al volver a la vida activa del balompié el Atlético bilbaíno contará con dos guardametas igualmente excelentes: ‘Lezama’ y Echevarría. Ya no pesará sobre el histórico Club vizcaíno el mal que le aquejó la pasada temporada cuando lesionado aquél en el primer partido de Liga marchó durante mucho tiempo sin portero digno de la formación de San Mamés…”.
Tristemente, ¡qué equivocado estaba el cronista!
Por un lado, Pachi Gárate comenzó a entrenar nuevamente en la temporada 44-45 pero tuvo que abandonar al finalizar la 45-46 y, por otro, en noviembre de 1944, el estado físico de Echevarría sufrió un severo agravamiento siendo nuevamente ingresado en enero de 1945 en el Sanatorio Nuestra Señora de Begoña y prolongando su estancia hasta el año 1946. Es precisamente en este último periodo cuando su amigo y admirador L. de Basterrechea le realiza y dedica esta caricatura.
Caricatura de Echevarría realizada por L. Basterrechea. (Cortesía de la familia Etxebarria Bitorika).
Al contrario que en Tablada, su estancia en Miranda de Ebro fue realmente larga. Siendo un hombre optimista por naturaleza, muy extrovertido y tan guasón como dicharachero, en el buen sentido de la palabra, y con cierta predilección por los niños/as que compartían estancia con él, no es de extrañar que, al igual que en Tablada, su paso por este balneario-clínica de Miranda de Ebro dejara huella y buenos recuerdos entre los que con él convivieron y compartieron alegrías y sufrimientos. Sus compañeros de equipo, amigos y conocidos de su pueblo natal no desaprovechaban la mínima oportunidad para ir a visitarle e inyectarle altas dosis de alegría, optimismo y amor a la vida.
2.3.-Traslado al Sanatorio de Santa Marina [11]
Su salud no mejora y en el año 1946, en julio concretamente, es ingresado en el Sanatorio de Santa Marina donde se le somete a una operación muy delicada y de alto riesgo (cirugía torácica resectiva pulmonar) con el fin de mejorar ostensiblemente su nivel de vida. Dicha operación fue realizada por el doctor Izquierdo en dos partes: la primera, el día 3 de julio y, la segunda, el 20 del mismo mes, siendo dado de alta el 25 de octubre de 1946.
A partir de esta operación y hasta su fallecimiento se somete a una serie de reconocimientos periódicos médicos a fin de conocer y evaluar su estado de salud, así como se convierten en habituales sus estancias en la Sierra de Urbasa en compañía de otros conocidos y amigos de su pueblo natal. En este lugar solía permanecer por término medio una semana o diez días, aprovechando su idóneo clima de altura para oxigenarse y para volver con fuerzas renovadas a la rutina diaria del trabajo.
Echevarría acompañado de varios de sus amigos de su pueblo natal en la Sierra de Urbasa. Echevarría es el que está arrodillado a la derecha de la imagen. (Cortesía de la familia Etxebarria Bitorika)
2.4.- Periodo que transcurre desde la lesión en Buenavista hasta su alta en el Sanatorio de Santa Marina[12]
Hasta aquí todos los datos son reales y contrastables. Ahora bien, transcurridos ya casi ochenta años desde estos tristes sucesos determinantes tanto en la vida deportiva como en la personal, permítame el lector que me sumerja en el mundo de la ficción para, así, intentar escudriñar el interior de Echevarría y lo que éste pudo pensar y sentir durante ese largo periodo de cuatro años, período que transcurre desde la lesión en Buenavista hasta su alta en el Sanatorio de Santa Marina.
Cuando Echevarría tuvo la grave lesión en Oviedo, debió de sentirlo tanto por él como por esa voz interior, su alter ego, su director espiritual deportivo y voz de su conciencia que tanto le había ayudado en los buenos y en los malos momentos y que siempre había sido su amigo más fiel. Además de su carrera futbolística, se truncaban con la enfermedad y con las posteriores secuelas de la misma muchos de los proyectos que su alter ego había hecho para el futuro.
Su alter ego había tirado de él en los momentos de desánimo, no sólo en los tiempos que siguieron al contagio de la enfermedad maldita y a la convalecencia en diferentes sanatorios, balnearios y clínicas, sino desde siempre. Después de las derrotas o partidos desafortunados, habían analizado juntos los errores, aunque sabiendo siempre su alter ego evitar la amargura con alguna frase de aliento y, sobre todo, con una franqueza inquebrantable en las facultades de Echevarría. “Sea lo que sea, tú has jugado en Primera y has llegado a ser internacional”, le decía cuando le notaba abatido, por si las cosas no se arreglaban. Y probablemente no lo decía por consolarlo, él mismo hubiera pagado encantado el precio, se hubiera puesto en su lugar, porque, como dice Miguel González San Martín en su libro Tres entradas para Wembley, siempre le pareció que las lesiones, las enfermedades y el sufrimiento interno de los jugadores les conferían grandeza, eran al fin y al cabo señales de lo que fueron.
2.5.- Partido (¿fantasma?) a beneficio de Echevarría y Pachi Gárate [13]
Apagada la estrella fugaz, muere también su relación con el club al que tanto había querido y por el que tanto había dado[14], y éste, en un gesto de caballerosidad digno de elogio, a través de la Junta Directiva en sesión celebrada a primeros de diciembre de 1946, bajo la presidencia de don José María de Larrea, acordó la celebración el día 22 de diciembre en San Mamés de un partido en beneficio de los exjugadores rojiblancos J. M. Echevarría y F. Gárate, cediendo al equipo bilbaíno para que se enfrentara a un combinado que seleccionarían e invitarían los jugadores mencionados.
Tal decisión fue inmediatamente aplaudida y muy bien acogida por la prensa deportiva que se deshizo en elogios hacia ambos jugadores e invitaba a la participación activa en el homenaje.
He aquí varios ejemplos extraídos de la prensa de la época:
“El fútbol tiene también sus momentos tristes. Fue en una tarde del mes de enero del año 1941 cuando José María Echevarría, portero a la sazón del Atlético de Bilbao, ocupaba en Lisboa el puesto de guardameta como seleccionado internacional. Se había lesionado Pérez, y Echevarría pasaba a ocupar su puesto. Por entonces todo eran alegrías y satisfacciones para el buen jugador vizcaíno y excelente muchacho. De pronto, una honda tristeza llenaba de pena y dolor a los aficionados bilbaínos. El ídolo de aquellos días del campeonato de la Liga y de la Copa, el gran Echevarría, estaba enfermo. Horas de reposo y tranquilidad en diversos sanatorios, con la ayuda siempre constante del Atlético, cuyos altos sentimientos de humanitaria generosidad debemos resaltar merecidamente, lograron, al fin, que el deportista de noble corazón lograra salvar su vida después de una dolorosa intervención quirúrgica. Pero el que todo lo fue en el campo deportivo no puede volver a sus ilusiones soñadoras de la juventud. En ayuda de él y de su compañero Pachi Gárate, gran jugador y admirable en su trato modesto y cordial, se ha organizado ese partido del 22 de diciembre, en San Mamés, que tiene para nosotros el recuerdo de una triste ilusión. Hagamos todo lo posible por resaltar con nuestra presencia el homenaje y beneficio de esos muchachos, que pusieron siempre afanes de entusiasmo por llevar en triunfo el nombre del Atlético de Bilbao por todas las regiones españolas. La reunión de la tarde de ayer en el histórico ‘cuartillo’ del Atlético fue grata y amena en todo momento. Su presidente, don José María de Larrea, expuso el objeto del cambio de impresiones, que ‘Hierro’ adelantó en su edición de anoche. La idea del homenaje a los jugadores Echevarría y Gárate tuvo el apoyo incondicional de todos los reunidos. La próxima semana se desea conocer los nombres de los jugadores que participarán en el partido del domingo día 22. Para contribuir a su mayor ayuda económica se podrán adquirir fotografías dedicadas de los jugadores como recuerdo de esa fecha inolvidable. (…).” (Hierro, 13 de diciembre de 1946, dentro de la columna deportiva ‘FUTBOLERÍAS’ y firmado por ‘Amboto’).
Imagen tomada de uno de los álbunes fotográficos del Athletic Club, en la que figuran las fotografías dedicadas por los dos jugadores, acompañadas ambas de un breve resumen de su vida deportiva y figurando en la misma, en el ángulo superior izquierdo, la fecha en la que debía celebrarse el encuentro. Esta fotografía no demuestra en modo alguno que el partido llegara a celebrarse puesto que a continuación no figura foto alguna del partido, cosa habitual en el caso de la celebración de partidos similares.
b) “(…). El domingo, en San Mamés, homenaje a Echevarría y Gárate. Porque usted tiene un buen corazón, sé que no faltará al partido. Va a jugar el Atlético. Y lo harán esas maravillas que usted espera: los ‘cinco’ de artillería. Un buen partido en perspectiva. Y en el campo, agradecidos, dos jugadores. Uno que jugó mucho (Gárate). Otro que vio cortada una carrera brillantísima cuando apenas había aparecido en el mundillo futbolístico (Echevarría). Esos si son homenajes a los que hay que prestar nuestro concurso.” (Hierro, 17 de diciembre de 1946, dentro de la columna deportiva ‘BALONAZOS’ y firmado por ‘Añala’).
c) “Pues si… Los aficionados bilbaínos que revivan en la memoria las tardes de gratísimos recuerdos que les dieron en San Mamés Echevarría y Gárate se aprestan a acudir como un solo hombre al partido de homenaje y beneficio que tendrá lugar el próximo domingo y que será arbitrado por el internacional Iturralde. Yo, para dar ejemplo a los demás, y de manera especial a los ‘amargados’ y a los que ponen, pero a cuanto significa colaboración humanitaria, he encargado mi correspondiente localidad. Y asistiré con muchísimo gusto a presenciar el encuentro del domingo, juegue quien juegue y se alinee quien se alinee… Para eso soy bilbaíno y tengo mis simpatías por esos dos muchachos que fueron excelentes jugadores del Atlético de Bilbao. (…).” (Hierro, 18 de diciembre de 1946, dentro de la columna deportiva ‘ALTAVOZ’ escrita por Luis Urruñuela, ‘Monjardín’).
d) “En San Mamés… Todo está dispuesto para el partido del próximo domingo en San Mamés, a beneficio y homenaje de los que fueran notables jugadores del Atlético de Bilbao José Echevarría y Pachi Gárate que no pueden continuar en la vida activa del deporte. Como recuerdo de ese partido se han confeccionado unas postales que están siendo muy solicitadas por los socios del Club. Muy bien. (…).” (Hierro, 19 de diciembre de 1946, dentro de la columna deportiva ‘ALTAVOZ’ escrita por Luis Urruñuela, ‘Monjardín’).
No obstante, llegado el día 22, ¡el partido no se celebró! ¿Por qué? Sinceramente, aunque lo he intentado por todas las vías posibles a mi alcance, no he podido descubrir el motivo.
Lo que sí puedo es realizar las siguientes aseveraciones:
1.- El día 22 de diciembre de 1946, domingo, el Atlético de Bilbao no jugó ningún partido. Así queda reflejado en el libro oficial de partidos del club bilbaíno.
2.- No hay ninguna noticia relacionada con el mismo en la prensa bilbaína de la época (El Correo Español-El Pueblo Vasco, La Gaceta del Norte, La Hoja del Lunes y Hierro) ni tampoco en el diario deportivo nacional más importante de aquel momento: Marca.
3.- Sus compañeros de equipo supervivientes a finales de la década de los 90, así como recuerdan el partido de homenaje a Gárate celebrado en el campo de San Fausto de Durango, su población natal, el día 22 de junio de 1947, ‘creen’ recordar que el partido que nos ocupa no se celebró.
4.- Como ya he escrito en el pie de la foto anterior, en el álbun de fotos del club bilbaíno correspondiente a la fecha de celebración (¿?) del partido existe una hoja dedicada a Echevarría y Gárate pero, a diferencia de lo que ocurre con el resto de partidos de homenaje o a beneficio a otros jugadores celebrados en la misma época, no existe ninguna foto que acredite que tal partido se celebró.
5.- En todos los libros consultados sobre la historia del Athletic Club tan sólo se hace mención al partido de homenaje a beneficio de Gárate celebrado en Durango.
A pesar de todo, existen dos opiniones contrapuestas provenientes de otras tantas personas relacionadas de una u otra forma con el club:
– Según palabras del ya mencionado Manolo Morán, hombre que entró siendo un niño en el club y que durante tanto tiempo ostentó el cargo de Secretario General del Club, “(…). aunque no exista ni testimonio escrito ni gráfico, el partido a beneficio de Echevarría y Gárate se jugó y, si mal no recuerdo, con las reservas del tiempo transcurrido, yo mismo lo presencié. Y, además, si no fue así, ¿por qué figura en el libro de fotos del club la hoja conmemorativa de tal evento?” (Extracto-resumen de una conversación personal que mantuve con el Sr. Morán a finales del año 2000 en el Palacio de Ibaigane, sede oficial del Athletic Club).
Y yo afirmo que la existencia de la hoja conmemorativa en uno de los álbunes de fotos del Athletic, no es prueba de que el partido se llegara a celebrar
– Tales afirmaciones las desmiente rotundamente Ignacio Gárate, hermano del fallecido Pachi, su ídolo deportivo, y quien tiempo más tarde llegaría a ser también jugador del Athletic Club. Su sobrina, Miren Gárate, tras haber hablado con él me transmitió sus palabras: “No me preguntéis por qué no se celebró. Yo no lo recuerdo puesto que era muy niño. Lo que sí tengo grabado en la memoria es el partido de San Fausto. ¡Incluso me dejaron participar en el mismo puesto que se trataba de homenajear a mi hermano! (…). Y con relación al partido de ‘marras’, creo recordar que, si bien no se celebró, el Club no dio por zanjado el tema y, aprovechando un partido de Liga, no sé cuál, jugado con posterioridad en San Mamés, la Directiva del Club acordó subir el precio de la entrada. El ingreso extraordinario obtenido de esa manera fue posteriormente repartido a partes iguales entre mi hermano y Echevarría. Esto es todo lo que sé.”
2.6.- Epílogo
2.6.1.- Declaración de intenciones
Para finalizar este pequeño artículo quiero manifestar lo siguiente: No es mi intención entablar una polémica con relación a este partido, pero si he querido dejar reflejadas las diferentes opiniones y versiones sobre el mismo. La verdad de lo que ocurrió tal vez se encuentre tras unas letras escritas a mano en alguno de los libros de actas de la Junta Directiva del Club. Así mismo, pido a las personas que lean este artículo que si tienen alguna información en pro o en contra de lo que afirmo lo pongan, por favor, en mi conocimiento. La VERDAD será la victoriosa del encuentro y si tengo que rectificar lo haré de manera pública en honor a aquélla.
2.6.2.- Homenaje y revulsivo
Aprovechando la cercana fecha al centenario de su nacimiento (30-10-1920), sirva también este trabajo como homenaje a este gran deportista, excelente persona y padrazo, desprendido, entregado a los desfavorecidos y necesitados así como amigo de sus amigos y que vio truncada su carrera futbolístisca por el rebrote durante la postguerra de la enfermedad social causada por el bacilo de Koch, una enfermedad endémica que había experimentado un progresivo descenso desde comienzos del siglo XX y, por otro lado, sirva de revulsivo a las conciencias de las personas que componen la junta directiva del diario deportivo Marca, publicación que, entre otros, otorga desde el año 1959 el Trofeo Zamora al portero de fútbol menos goleado de la Primera División Española y, con posterioridad, tambiénde de la Segunda División. Con el paso del tiempo, la concesión se retrotajo a los porteros menos goleados en el periodo comprendido temporada 1928-29, temporada en la que dio comienzo el Campeonato de liga de 1ª divisón, y la 1958-59. A Echevarría le fue concedido a posteriori el trofeo correspondiente a la temporada 1940-41, con 18 partidos jugados, 21 goles encajados y un coeficiente de 1,16 goles por partido. Pero, he aquí que no se le concedió el trofeo como tal ni tan siquiera un diploma o similar. Desde aquí, ruego a los responsables actuales del diario que, antes de que se sea demasisado tarde, tengan un detalle de acercamiento a su familia y, en especial, a su viuda que ya ha cumplido 94 años. Sería todo un detalle para ella y para el fallecido José, como ella siempre se dirigió a él. Gracias de antemano.
[1]: Juan Arróspide Basabe, nació en Múgica (Vizcaya) el 7 de noviembre de 1900. Realizó los estudios de bachillerato en un centro religioso de Guernica. Cursó estudios de medicina en la Universidad de San Carlos (Madrid) obteniendo a la finalización de los mismos el Premio Aguilar, premio consistente en la consecución de una beca para la continuidad de los estudios en los Estados Unidos. Renunció a ella y se trasladó a Berlín donde realizó estudios de especialización en pulmón y corazón. De allí se trasladó a un sanatorio en Suiza con el fin de realizar las prácticas necesarias para poder ejercer su profesión. Durante su estancia en Suiza conoció al Dr. Egaña quien le propuso que trabajara junto a él en el sanatorio de La Fuenfría (Madrid), sanatorio de prestigio de España en aquella época. Aceptó la proposición y trabajó en el mencionado sanatorio durante un periodo de tres o cuatro años. Mientras tanto preparó las oposiciones para ingresar en el Santo Hospital Civil de Basurto (Bilbao) y obtuvo plaza en el mismo. Tras la entrada de las ‘tropas nacionales’ en Bilbao, fue hecho prisionero, juzgado y condenado a tres años de prisión en la cárcel del Carmelo, en Bilbao. Estando preso fue designado Jefe Médico de la Zona Norte y, escoltado siempre por la Guardia Civil, realizaba visitas periódicas a la población penitenciaria de la mencionada zona. Fundador y director del sanatorio de Nuestra Señora de Begoña (Miranda de Ebro), antiguo balneario de Fuentecaliente. Médico de la plantilla del Athletic Club de Bilbao y socio de honor del mismo. Autor de numerosas comunicaciones y ponencias como consecuencia de su participación en congresos internacionales sobre corazón y pulmón (Estados Unidos, Alemania, Dinamarca, México, etc.). Durante su estancia en el congreso de México, los americanos le impusieron la Medalla de Honor de la American Chest, convirtiéndose en miembro de la misma. Fue, así mismo, colaborador de innumerables revistas médicas, entre ellas, la prestigiosa publicación científica Gaceta Médica del Norte. Falleció en Bilbao el 8 de marzo de 1964. El Ayuntamiento de Bilbao le dedicó una calle. (Fuente: Extracto de la conversación mantenida con su hija Arantxa en julio de 1999).
Fue también poeta y orador euskérico además de autor de la comedia Meza osteko jaia (Fiesta tras la misa). En 1925 ganó la makilla (bastón) de honor ofrecida por Mayi Elissalde en el certamen de Sara (Lapurdi) en honor de Axular (escritor vasco) con su poesía Axular Eguna. (Fuente:http://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/eu/arrospide-basabe-juan/ar-5403/)
[2]: Echevarría fue internacional con veinte años y no con diecinueve, debutando con la selección española, por lesión del portero titular Pérez García, en el partido jugado contra Portugal en el estadio Las Salesas de Lisboa el día 12 de enero de 1941. Por otro lado, la sustitución se realizó faltando poco tiempo para finalizar la primera parte del encuentromotivo éste por el que no es posible que jugara 85 minutos.
[3]: Con relación a las declaraciones de Echevarría hay que comentar que, bien por olvido de éste o por omisión del cronista, no son fiel reflejo de la realidad. En efecto, también estuvo ausente de la portería durante cuatro partidos en la temporada 1940-41, como consecuencia de la lesión sufrida en el partido jugado contra el Español.
[4]: Faltaba escasamente mes y medio para que el Atlético de Bilbao comenzara a disputar la competición de Copa. Exactamente la inició el 25 de abril jugando contra el Baracaldo-Altos Hornos en el campo de este último.
[5]: Tan sólo faltaban tres jornadas más para la finalización de la Liga y, efectivamente, acertó.
[6]: La revista Más en su edición de 10 de marzo de 1942, en la que el cronista, ‘Ars’, con ocasión del partido Sevilla C.F.-Atlético de Bilbao (Sevilla, 8 de marzo de 1942), escribe un artículo encabezado así:
EL A. DE BILBAO TIENE TRES DEFENSAS INTERNACIONALES
La alineación de Arqueta-Oceja contra Francia parece segura
CUATRO BAJAS EN EL EQUIPO BILBAÍNO
Inicia el mismo halagando la deportividad y el juego del Atlético de Bilbao para continuar diciendo: “Trae en esta ocasión el Atlético bilbaíno, además la novedad de su trío defensivo flamante –Echevarría, Arqueta y Oceja–, elevado a la categoría de internacional por reciente selección de Teus. Es probable que sea Echevarría, el que juegue el 15 de marzo defendiendo la meta española en concepto de titular, pero si es casi seguro la alineación de Arqueta y Oceja que formarán la línea zaguera española”.
Continúa el artículo con una entrevista a Urquizu, entrenador del Atlético de Bilbao, quien comenta: “Sí, estamos contentos de su designación, como ellos lo están. Se da el caso curioso de que el Atlético de Bilbao cuenta con tres zagueros internacionales, es decir, que tiene un jugador suplente que es internacional. Ya lo eran Oceja y Mieza, y ahora, lo será Arqueta, nuestro antiguo reserva en la zaga hoy en forma magnífica. Echevarría es muy joven. Tiene 20 años. Es un poco distraído, pero muy seguro. (…). A pesar de todo, después de Martorell, que sin duda ninguna es el mejor guardameta que tenemos hoy, él –Echevarría– es el que se encuentra más en forma. Aun así, no creemos que llegue a jugar contra Francia a menos que Martorell se lesione mañana. (…).”
[7]: Declaraciones de Pachi Gárate realizadas con motivo de la realización del libro siguiente: MÚGICA, J. M.; CRESPO, Paco; BAÑOS, Juanjo: Athletic Club [Fascículos]. Bilbao, International Book Creation, 1984-1985.
[8]: Digo dar por válidas las declaraciones de Pachi Gárate puesto que, desgraciadamente, tantos los archivos del sanatorio de Tablada como el de Miranda de Ebro han desaparecido y no hay forma de saber a ciencia cierta cuales fueron sus periodos de estancia en los mismos. De la gente de su quinta tampoco se ha podido obtener información alguna puesto que todos ellos se encontraban, en la época que nos interesa, realizando el servicio militar y desconocen lo ocurrido en aquella época.
[9]: Esta doble afirmación que realiza el cronista deportivo es errónea. Por un lado, el partido al que se refiere el periodista no se jugó un año después, sino el 24 de noviembre 1940 y por otro, el Athletic Club pasó a denominarse Atlético de Bilbao el 1 de febrero de 1941.
[10]: Durante la época en la que Eduardo Teus fue seleccionador nacional, Echevarría tan sólo fue convocado en cinco de las seis ocasiones en la que jugó la selección nacional. En la sexta –partido jugado contra Suiza en Mestalla el día 28 de diciembre de 1941– fueron convocados los guardametas Martorell (R. C. D. Español), titular, y Acuña (R. C. D. Coruña), suplente.
[12]: Con relación a la actitud adoptada por el entonces Atlético de Bilbao para con Echevarría durante su larga convalecencia y al hilo de lo escrito por ‘Amboto’ dentro de la columna deportiva ‘FUTBOLERÍAS’ correspondiente a la edición del vespertino Hierro de 13 de diciembre de 1946 (véanse las páginas 115-116) volvemos a encontrarnos, nuevamente, con dos opiniones contrapuestas: la de club rojiblanco y la de la familia.
Según palabras de Manolo Morán(*) (ya fallecido), Secretario General del Club, “Dos fueron, que yo recuerde, las líneas de actuación del club para con Echevarría: en primer lugar, el club le asignó un sueldo mensual –sueldo, a decir verdad, inferior a la de cualquier jugador en activo– y, en segundo lugar, quizás lo más importante bajo el punto de vista económico, todos los gastos de estancia, tratamientos, traslados, etc. fueron asumidos en su totalidad por el club, recibiendo éste, quizás, no lo sé con seguridad, un trato preferente durante la estancia en Miranda de Ebro, porque el director del sanatorio en aquella época era Jon Arróspide, a la sazón médico del Atlético de Bilbao para las enfermedades relacionadas con el tórax. Pienso que el club supo estar al nivel que las circunstancias requerían.”
No obstante, la familia, desmiente, en parte, ese trato exquisito y desinteresado. Garbiñe, su viuda y mi suegra, comenta lo siguiente: “Parece ser que el trato que recibió José por parte del club rojiblanco fue el que describe Morán, pero solamente durante un tiempo. Tanto es así que, después de casarme con él, escuché en más de una ocasión de boca de sus hermanas Mari y Juani que la madre, Eugenia, tuvo que ponerse a trabajar para poder hacer frente a los gastos derivados de la convalecencia de José. Personalmente, no sé quién tiene la razón puesto que cuando sucedieron todos estos hechos yo no conocía a José y a él no le gustaba hablar del tema.”
Como podrá apreciar el lector, vuelve a ocurrir algo similar a lo del partido a beneficio de Echevarría y Gárate. La verdad, nuevamente vuelvo a recalcarlo, debe estar escondida en algunas hojas amarillentas de las actas de las Juntas Directivas que rigieron los destinos del club entre setiembre de 1942 y comienzos de 1947.
[13]: Gárate fue también homenajeado individualmente en su pueblo natal (Durango) el día 22 de junio de 1947 en un partido jugado en el campo de San Fausto, partido que enfrentó al Atlético de Bilbao y a una buena selección integrada por jugadores vascos de varios clubes. El Atlético de Bilbao perdió por cuatro a dos.
[14]: Si bien es cierto que, según sus allegados y amigos y conocidos, Echevarría a partir de este momento rompe toda la relación con el Club, también lo es el hecho de que sigue en contacto con sus antiguos compañeros y continúa siendo fiel a los colores que defendió. Esta ruptura, desde mi punto de vista, se debe más a razones de orden sentimental y sicológicas que a razones de índole deportiva. Creo que para él San Mamés y el equipo, en vivo y en directo, se convirtieron en una obsesión fatalista que le recordaban continuamente lo que pudo haber sido y nunca llegó a ser: un excelente portero que hubiera pasado, casi con toda probabilidad, a engrosar la lista de porteros míticos del Athletic e incluso, quizás también, de la selección española. Es por esta razón por la que buscó refugio en el Guecho, el equipo de fútbol de su localidad natal, al que se dedicó en cuerpo y alma.
Paco Bru, el hombre que lo fue todo en el fútbol español.
Francisco “Paco” Bru. (archivo Santos Yubero)
Para muchos llegaba tarde aquel homenaje a Paco Bru. Al menos lo obtenía en vida y no una vez fallecido cuando las culpas corroen a los dirigentes e intentan arreglar aquello que no quisieron hacer antes. Lo que no cambió es que el acto se llevó a cabo por la insistencia de un periodista, pese a que la idea había estado rondando durante mucho tiempo por las instituciones. Fue Ramón Melcón quien desde las páginas del periódico El Alcázar volvió a insistir en la idea. Esta vez la Federación no miró hacia otro lado y aceptó el envite. Se programó para febrero de 1960 un partido homenaje en el Santiago Bernabéu, en el cual el homenajeado participó seleccionando a los jugadores. Estos fueron agrupados en dos combinados, Norte vs. Resto de España, compuesto de jugadores retirados durante la última década. El 11 de febrero, y con una mala climatología que dejó la asistencia en media entrada, saltaron al césped los dos equipos. Por la selección Norte jugaron Lezama, Gabriel Alonso, Jugo, Mencia (Lesmes I), Ontoria, Nando, Iriondo, Panizo, Zarra, Venancio y Gainza. Mientras que por el resto de España lo hicieron Trias, Seguer (Clemente), Lozano, Navarro, Muñoz, Gonzalvo III (Huete), Basora, Hernández, Cesar, Molowny (Montalvo) y Escudero. En la previa Paco Bru recibió multitud de regalos y agasajos, ademas de saltar al césped, antes de sentarte a ver el encuentro. Este, pese a mal tiempo y el estado del terreno de juego, fue vistoso. Aquellos veteranos no dieron esa noche clases de velocidad y rapidez, pero si de calidad y brillantez emulando los buenos tiempos pasados. En cuanto a los goles estos aparecieron, y si siempre se colocaba por delante los norteños (Venancio, Zarra y Ontoria), la igualada siempre llegaba por el resto de España (Molowny, Escudero y Seguer). Con el empate final a tres goles se cerraba una agradable jornada de reconocimiento público a la figura de Paco Bru.
En el centro Paco Bru recibe regalos durante su homenaje, arriba la selección resto de España y abajo la selección norte. (Boletín Oficial del Real Madrid)
Por aquel entonces el homenajeado vivía y trabajaba en Madrid. Pese a sus 74 años seguía al pie del cañón como secretario técnico del madrileño Plus Ultra. Toda su vida había girado en torno al fútbol y así seguiría casi hasta el final de sus días. El cáncer hizo su aparición y en marzo de 1962 cambió Madrid por Málaga para estar más cerca de su hija. El advenimiento llegaría en abril de manera inesperada. Con su muerte se marchaba una de las figuras más importantes del fútbol nacional. Una persona que en las seis primeras décadas del siglo había sido jugador, entrenador, directivo, federativo, arbitro, secretario técnico y sobre todo el primer seleccionador-entrenador del combinado nacional. La noticia de su muerte puede que no generara las líneas que hubiera merecido. Es posible que fuera debido a su pertenencia al Plus Ultra, entre segunda y tercera división en aquellos años, en la década anterior a su fallecimiento. El diario MARCA le dedicó su página final de manera completa, mientras que por ejemplo en ABC y Mundo Deportivo aparecieron pequeñas notas de prensa firmadas por las agencias Mencheta y Cifra, o en la Hoja del Lunes, donde Manuel Rosón, otro gran conocedor de los comienzos del fútbol en la capital, le dedicó una pequeña columna.
Sin embargo, la historia futbolística de Francisco “Paco” Bru Sanz (Madrid 1885) fue muy extensa y con un punto central que a la postre le ha convertido en un pionero y por lo que es más recordado: su participación en la selección española que acudió a los Juego Olímpicos de Amberes en 1920. Antes de llegar a ese cargo había sido de todo en el fútbol durante las dos primeras décadas del siglo XX. Pese a nacer en Madrid, emigro con su familia a Filipinas con apenas seis años, hasta que la perdida de la colonia española obligó a su familia a retornar a España. Se establecieron en Barcelona y allí comenzó su actividad deportiva. Fundó, jugó y presidió el Internacional de Barcelona; posteriormente jugó en el FC Barcelona y en el RCD Español, además de ser directivo de ambos clubes; fue secretario, en varias etapas, de la Federación Catalana de fútbol; fue periodista y acabo siendo arbitro, fundando el colegio de árbitros catalán, llegando incluso a dirigir la finales de Copa de España de 1916 y 1917. Entre medias le dio tiempo a organizar el primer partido femenino de fútbol celebrado en España, sobre el cual contaron su historia Fernando Arrechea y Eugen Scheinherr en las páginas de Los Cuadernos de fútbol en Cihefe (https://www.cihefe.es/cuadernosdefútbol/2015/06/el-spanish-girls-club-de-barcelona-las-pioneras-del-fútbol-femenino-espanol/). De su etapa arbitral se guardan dos anécdotas suyas, una de las cuales ha transcendido con el tiempo. La primera fue en la famosa semifinal que jugaron Real Madrid y Barcelona en el torneo copero de 1916. Bru estaba retirado como jugador, pero viajó a Madrid a cubrir el partido para El Mundo Deportivo. Parte de los jugadores azulgranas no llegaron a tiempo a la capital debido a un problema ferroviario y para completar el once culé tiraron de Bru. Este ya era arbitro, pero además seguía siendo socio azulgrana y eso le daba derecho a poder jugar con el once catalán. Hay que recordar que por aquel entonces eso era algo legal. En cuanto a la segunda anécdota siempre hubo mucha diversidad a la hora de narrarla, por lo que la mejor manera de contarla es tirar de las fuentes originales y recordar cómo se lo contó el mismo Paco Bru a Ramón Melcón para la serie de memorias que publico este sobre el madrileño. “Comencé vistiendo con los jugadores y lo primero que hice fue sacar un pistolón que llevaba en el bolsillo y dejarlo sobre el banco de la caseta. Me vestí, cogí la pistola y el pito y salí al campo. Al minuto todo el mundo sabía lo que yo llevaba en el bolsillo de la chaquetilla. Apenas comenzó a formarse el primer conato de bronca, pare el juego, me dirigí al grupo que llevaba la voz cantante y dije muy serio: “Ya estoy cansado de oírlos. O se callan o salen por lo alto de la tapia” […] El gesto dio resultado, pues desde entonces todo marcho sobre ruedas. […] no llegue a enterarme de si funcionaba el arma. A partir de aquel día no deje de llevarla en todos los partidos que arbitraba”. La situación tuvo lugar en un Universitary – Atlético de Sabadell que se planteaba conflictivo y nadie quería arbitrarlo. Seria Bru quien se ofreció voluntario para la que sería su primera experiencia como colegiado de manera oficial
Bru junto a Hans Gamper en su etapa de jugador azulgrana.
Pese a todos los cambios que vivió tras dos décadas vinculado al fútbol, Paco Bru seguía siendo amateur cuando le llegó el gran cometido. Durante 1919 ya andaba circulando en diversos ambientes y estamentos deportivos la idea de llevar una selección española a los Juegos Olímpicos de Amberes, pero no terminaba de estar claro ni cómo financiar la expedición, ni de qué forma elegir a los integrantes, ni quienes podrían ser. Ya entrado en el año 1920 se empezaron a solventar algunos de esos inconvenientes y se aclaró que los deportistas tenían que ser amateurs y no profesionales, algo que ejercían bajo cuerda algunos clubes y jugadores. En la asamblea federativa del primero de junio de 1920 se acordó, tras diversas propuestas para elegir al combinado y mucho debate, designar una lista de 25 jugadores. Sin embargo, no se tenía a quien preparar y dirigir a estos jugadores, ni tampoco se les había hecho jugar juntos en ningún momento. Para más inri los campos en España eran diversos depende de la geografía y el tipo de juego que se practicaba. Por el norte era campos blandos de césped mientras que el sur eran duros y secos sobre tierra, por lo cual tampoco estaba claro como amoldar al combinado elegido. Dado que los campos belgas donde se iba a disputar la competición eran muy similares a los del norte de España, se optó por jugar una serie de encuentros de probatura en los campos de esta zona de la península ibérica. Como punto final se decidió, semanas después, la designación de un triunvirato para elegir los jugadores. El trio estaría formado por Julián Ruete (hasta hacia poco presidente del Athletic de Madrid y en esos momentos directivo de la Federación), Jose Angel Berraondo (exjugador del Real Madrid y Real Sociedad y con cargo en la federación) y Luis Astorquía (uno de los fundadores del Athletic Club y presidente de la Federación Norte). Este último rechazó el cargo y entre Ruete y Berraondo tampoco había mucho interés en viajar por España y ser realmente los preparadores. Finalmente se opta por contratar a Paco Bru para que sea realmente quien los entrene y los vea jugar.
A diferencia de hoy en día, y dado que por aquel entonces la gran mayoría de jugadores eran amateurs, la preparación resulta un caos. Inicialmente se prepararon ocho partidos amistosos entre mediados de julio y comienzos de agosto en Vigo, Oviedo, Gijón, Bilbao y San Sebastián. En ellos se iban a enfrentar dos equipos: uno denominado “Posibles” y otro llamado “Probables”, siendo el primero el que se considera el titular. Los dos primeros encuentros jugados en el vigués campo de Coya resultan ser un enfrentamiento de los Posibles ante una selección de jugadores regionales con aspiraciones a entrar en el equipo. La mayoría de los teóricamente seleccionados no pueden ausentarte tantos días ni estar viajando por España sin tener problemas en sus empresas. También de fondo había discrepancias con las diversas federaciones y algunas presionaron no enviando inicialmente a sus jugadores, caso de las vascas. Debido a estos inconvenientes se suprimen los partidos en Asturias y se pasa a Bilbao donde los jugadores vascos si están presentes. En San Mames pese a varias ausencias Bru puede ir mejorando el equipo dando entrada a más jugadores de los teóricos titulares y empieza a hacerse una idea del once final. Las ultimas probaturas son en el campo irundarra de Amute donde Bru recibe la “ayuda” de Ruete y Berraondo que hacen de linieres en el primero de los encuentros. Después se jugará otro encuentro más en el mismo campo para que finalmente Ruete, Berraondo y Bru decidan los titulares y los suplentes. El gran problema de fondo son las presiones de cada federación y la prensa local de cada región indicando cuales son los mejores hombres. Esto unido al tema de los campos donde jugar, y la decisión del comité tras los partidos, hace que finalmente la selección sea un compendio de jugadores catalanes, gallegos y vascos. Ya metidos en agosto saldrían en tren desde Irún hacia Amberes la siguiente selección:
Porteros: Zamora (FC Barcelona) y Eizaguirre (Real Sociedad)
Defensas: Arrate y Carrasco (Real Sociedad), Otero (Real Vigo Sporting) y Vallana (Arenas Club).
Centrocampistas: Samitier y Sancho (FC Barcelona), Belauste y Sabino (Athletic Club), Eguiazábal (Real Unión) y Artola (Real Sociedad).
Delanteros: Pagaza (Arenas Club), Vázquez (Racing Ferrol), Moncho y Ramón (Real Vigo Sporting), Sesúmaga (FC Barcelona), Patricio (Real Unión), Pichichi y Acedo (Athletic Club) y Silverio (Real Sociedad)
El desfile de la delegación española en Amberes. En segundo plano Bru y el equipo de fútbol.
A la ciudad belga no fueron Ruete y Berraondo por lo cual Bru asumió el mando de la selección. Junto a él viajó Isidro, el encargado del material y Manuel Lemmel, exjugador del Barcelona y el Español, que haría de masajista y también de árbitro, dado que tanto el cómo Bru estaban inscritos como colegiados para la misma competición. Desde la federación tan solo viajo Luis Argüello, días después que la expedición, para ser el máximo representante del grupo. Precisamente con este, y con parte de los jugadores, tuvo Bru algunas discrepancias antes del debut. Con Argüello motivado por quien era el responsable de la expedición, algo de lo que Bru nunca quiso adueñarse de los galones más allá de la parte deportiva. Mientras que con los jugadores el problema vino porque varios querían imponer parte del once al seleccionador. Bru, que ya tenía tablas, consiguió solventar los problemas con los jugadores de cara al estreno de la selección, mientras que, con Argüello, pese a que le reconocieron lo que el quería, siguieron las tiranteces. El estreno llegaría el 28 de agosto en Bruselas ante Dinamarca, una selección que llevaba disputando partidos más de una década, y que era una de las favoritas del torneo. Debutarían aquel histórico día Zamora, Otero, Arrate, Samitier, Belauste, Eguiazábal, Pagaza, Sesúmaga, Patricio, Pichichi y Acedo. Contra todo pronóstico dan la sorpresa ante Dinamarca venciendo 1-0 con gol de Patricio al poco del inicio de la segunda parte. Como curiosidad del encuentro hay que reseñar que Bru ejerció aquel día de linier durante el mismo, algo que hoy puede parecer extraño, pero era habitual en aquellos años el usar linieres del país de uno de los contendientes. Al día siguiente esperan, esta vez ya en Amberes, los anfitriones en la eliminatoria de cuartos de final. Estos resultan demasiado equipo para el combinado español y la selección cae derrotada por 3-1, marcando Arrate el gol hispano de penalti. Aquello que podía haber sido ser el final de la aventura olímpica fue un punto y aparte dada el extraño sistema de competición. Los cuatro vencedores de las eliminatorias de cuartos lucharían por un lado por la medalla de Oro en unas semifinales, mientras que los cuatro derrotados lucharían en un torneo de consolación por las medallas de Plata y Bronce, junto a alguno de los derrotados en la lucha por el Oro. Con este exótico planteamiento España se enfrentó a Suecia el 1 de septiembre. Aquel fue un partido bastante violento y que España remontó tras el inicial gol sueco, para finalizar venciendo por 2-1. Para la historia quedará el gol del empate español que a día de hoy sigue siendo recordado por una frase de Belauste previa a recibir el balón, y que será durante muchas décadas el gran exponente de la posteriormente llamada furia española. “Sabino, a mí el pelotón que los arrollo”, fue la legendaria frase que gritó Belauste para que su compañero sacara la falta hacia él y este se llevara balón y todos los suecos que se pusieron por delante hacia la red. En los minutos finales Acedo marcaría el gol de victoria española, mientras que los suecos fallarían un penalti. Tras los escandinavos tocaba Italia al día siguiente. Este sería otro partido marcado por la épica y es que se lesiona Pagaza durante la primera parte del encuentro, teniendo que jugar el resto del partido España con diez hombres. Pese a todo Sesúmaga marcará dos tantos, uno en cada parte, claro ejemplo de la superioridad técnica de lo españoles. A falta de diez minutos Zamora es expulsado tras golpear a un contrario cansado de sus reiteradas faltas, por lo que Silveiro se pone de portero. España tiene que aguantar el asedio final italiano con nueve hombres. Pese a todo no se mueve el marcador y con el 2-0 España sigue adelante.
España – Bélgica (Amberes) De pie: Belauste, Acedo, Zamora, Artola, Patricio, Pichichi, Arrate, Eguiazábal, Vázquez, Sancho y Paco Bru. Agachados: Lemmel, Vallana y Pagaza.
Pese a que Bélgica había ganado ya la medalla de Oro, tras retirarse Checoslovaquia durante la final, a España aún le quedaba por jugar un partido y ese se convirtió en una final por el segundo puesto debida la descalificación de los checos. Ante los Países Bajos el combinado español se jugaba la medalla de Plata y quizás fue de los partidos más fáciles. España venció 3-1, dos goles de Sesúmaga y otro de Pichichi, para obtener la medalla de Plata de aquellos Juegos Olímpicos. Ademas de ese galardón, del que que nadie en nuestro país podía haber siquiera soñado, también se trajo Ricardo Zamora el reconocimiento al mejor portero del torneo, al haber sido designado dentro del once inicial, algo que también logró Sesúmaga. España volvió a España vía Irún, para recibir en San Sebastian un homenaje con partido incluido en Atocha al cual asistió la familia Real española. Bru por su parte sufrió el olvido de la federación a la vuelta de Amberes. Esta acordó dar la Medalla de Oro de la entidad al comité técnico, pero entendiendo que solo formaban parte de él Ruete y Berraondo. No sería hasta que la asamblea federativa de junio de 1921 cuando se enmendó el error y se le otorgo también a Bru la misma condecoración. Justo, aunque tardío, reconocimiento al primer seleccionador, que, si bien participó junto a sus compañeros en la elección, tuvo que lidiar en solitario en el país belga.
Tras la experiencia olímpica Bru retornó a su trabajo remunerado, realizaba labores administrativas en el ayuntamiento de Barcelona, para al poco tiempo volver al fútbol. Entre 1923 y 1926 sería el auténtico hombre para todo en el RCD Español. Seria contratado como secretario técnico, pero acabaría dirigiendo al equipo (supliendo al inglés Edward Garry), organizando partidos por España y Europa e incluso viviendo en el chalet que por aquel entonces existía en el campo de la carretera de Sarria. Si en noviembre de 1925 se llevó al equipo a Praga y París, o una gira por las Islas Canarias, en el verano de 1926 participó en la exitosa gira, tanto deportiva como económica, del club perico por América. Fue larga, y eso le costó perder el campeonato regional de Cataluña, pero tras cuatros meses fuera de España el Español había jugado en Argentina, Uruguay, Chile, Perú y Cuba. Entre medias de su estancia en el Español, también le dio tiempo a volver a dirigir a la selección española en una etapa más desconocida. En diciembre de 1924, tras el fracaso de los Juegos Olímpicos de París, se concierta un amistoso ante Austria en Les Corts. Se designan un trío de seleccionadores para estrictamente elegir un grupo de jugadores. Se piensa nuevamente en Paco Bru para que los entrene y los dirija en aquel partido. España juega un mal partido, pero vence 2-1 a los austriacos con goles de Juantegui y Samitier. No sera hasta mayo y junio de 1925 cuando España haga una doble visita a Lisboa (0-2 a Portugal) y Berna (0-3 a Suiza) a los cuales no viaja Bru como entrenador por cuanto el Español no se lo permite. Si volverá a ser el entrenador en Valencia, cuando a mediados de junio Italia visite a España en Mestalla. Tras la victoria por 1-0, gol de Errazquin, volverían separarse los caminos de Bru y la selección.
El viaje por el nuevo continente con el Español trajo con el tiempo cambios en la vida de Bru. En Cuba le propusieron ser entrenador de un conjunto local y Bru aceptó. Pasaría dos años en la isla entrenando al Juventud Asturiana y a la selección Cubana hasta que retornaría a nuestro país en 1928. Esta vino en parte impuesta por el diario cubano “El País” y es que Bru ejerció como corresponsal en España para asuntos deportivos del citado diario. El “vicio” del banquillo volvió a tirarle y durante la temporada 28-29 comenzó su aventura en el Racing de Madrid. En el estaría hasta 1932 finalizando con una famosa gira del equipo madrileño por América, llena de peripecias y que tan bien plasmó Jose Ignacio Corcuera en un reportaje publicado hace años en Cihefe (https://www.cihefe.es/cuadernosdefútbol/2016/03/una-gira-hacia-el-desastre/ ) Entre medias a Bru le dio tiempo a ser seleccionador de Perú y con ese cargo fue el primer seleccionador del país sudamericano en el Mundial de Uruguay en 1930. La experiencia fue gratificante desde el punto de vista personal, pero no así en el plano deportivo puesto que los dos partidos de la fase de grupos se saldaron con sendas derrotas ante Rumanía y Uruguay.
Paco Bru y Pablo Hernández Coronado durante su etapa en el Real Madrid. (MARCA Grafico)
Tras la experiencia de la excursión con el Racing, Bru acabó desencantado con el fútbol y opto por pasar a un segundo plano. Finalizó la excedencia, una de tantas que había pedido, y retorno al Ayuntamiento barcelonés. Allí seguía el fútbol como un simple aficionado hasta que una visita le hizo cambiar de idea. Tras un Barça-Madrid en Les Corts, con victoria blanca, recibió en su casa a Pablo Hernández Coronado, el hombre fuerte de la directiva madridista. Este le propuso volver a la actividad entrenando al conjunto madridista. Bru no se lo pensó mucho y aceptó la oferta para acabar sustituyendo en el banquillo a Robert Edwin Firth en el invierno de 1933. Desde ese momento hasta el comienzo de la guerra civil estaría unido al club blanco, donde lograría dos Campeonatos de España, y donde volvería a salir de gira en este caso por Alemania, Austria y Suecia. Tras el intervalo del trineo fratricida, Bru continuo en el Real Madrid hasta el final de la temporada 40-41, pero con un intervalo. Durante esta temporada llegaría su tercera etapa en la selección española. En enero de 1941 el combinado nacional volvía a la escena europea con un amistoso ante Portugal en Lisboa. Eduardo Teus, el antiguo jugador madridista y periodista, había sido elegido como seleccionador y pensó en Bru para que este entrenara al equipo que iba a elegir. Así lo hará el madrileño en aquel partido que se saldó con empate a dos.
Bru, a la derecha, en el estadio de Salésias antes de comenzar el Portugal-España en 1941. (MARCA Grafico)
Pasarían los años, pero Bru seguiría incansable pasando por los banquillos de Granada y Málaga, donde también haría de secretario técnico en ambos equipos. En 1946 volvería al Español, solo en labores de despacho. A comienzos de los años 50 se iría al Real Zaragoza para compaginar la secretaria técnica y el banquillo, sitio este ultimo de donde se retiraría en 1951. Después un paso por los despachos en el Córdoba volvería a Madrid. A partir de 1953 se establecería en su ciudad de origen con un tranquilo cometido en la secretaria del Plus Ultra. De allí nunca se jubilaría y seria con la insistencia de Ramón Melcón cuando el fútbol español le intentara resarcir y homenajear a un hombre que tanto había sido en el fútbol patrio. Salvo balón, Francisco “Paco” Bru lo fue todo.
Bibliografía:
MARCA.
ABC.
El Mundo Deportivo.
Boletín Oficial del Real Madrid.
Amberes, allí nació la furia española (Félix Martialay).
Los 60 partidos de la selección española de fútbol (Fielpeña).
Enciclopedia del fútbol (Ramón Melcón y Miguel Vidal).
Gento en el Real Santander. Partidos de Liga y Copa.
Paco Gento. Don Francisco Gento López. Un nombre y dos apellidos que están para siempre en la leyenda del fútbol mundial. Como carta de presentación, se puede afirmar que ha sido el mejor extremo izquierdo del mundo desde que Inglaterra puso en marcha la historia allá por 1863. Jugador legendario del deporte rey, conocido también por “la galerna del Cantábrico“.
El firmante de este artículo tiene la mala costumbre de leer y, en muchísimas ocasiones, de repasar lo leído. Leer, leer y volver a leer; esta expresión de Luis Aragonés que me acabo de inventar, me hace dudar de la veracidad de no pocas aseveraciones publicadas en los medios diariamente. “Creo que eso no es así…” me oigo susurrar ante dichos comentarios y, una vez más, mi curiosidad por descubrir los acontecimientos reales me llevan al motivo de este artículo: los partidos de Gento en el Real Santander.
De vez en cuando y ya desde hace tiempo, salen a la luz noticias de que Gento fue transferido directamente desde el Rayo Cantabria al Real Madrid, es decir, no jugó ningún encuentro con el Santander. En ocasiones, se puede leer que jugó “casi” 7 partidos, curioso lo del casi; otras, que jugó poco más de una decena de encuentros en el equipo de la capital santanderina. Amparándome en mi manía por ceñirme a los datos y para conocer fehacientemente su trayectoria, no pude quedarme más tiempo con la duda. Me ajusté mis gafas de buscador de papeles, esos que guardo en archivadores, carpetas o legajos atados con un cordel, y me puse a la tarea de conocer los encuentros en los que Gento había jugado con la camiseta del equipo cántabro.
Antes de continuar, y como concesión al recuerdo, el de Guarnizo se incorporó al Rayo Cantabria en 1951 debutando en un Arenas de Guecho – Rayo el 23 de septiembre de aquel año. El equipo rayista jugó con Zamoruca, Cuartango, Marquitos, Pila, Villa, Santín, Mora, Llata, Gutiérrez, Orizaola y Gento. Allí jugó hasta enero de 1953 cuando firmó por el Santander.
Después de comprobar datos, queda constatado que Gento disputó 10 partidos de Liga y 4 de Copa, marcando 3 goles. Por supuesto, aunque con esa corta trayectoria, pero con una velocidad asombrosa, no exenta de técnica y una pierna izquierda maravillosa, no pasó desapercibido para los ojeadores del Real Madrid que lo incorporaron a su filas en agosto de ese mismo año, por la cantidad –según se dijo-, de un millón cuatrocientas cincuenta mil pesetas más el traspaso del jugador Espina y la cesión de Urcelay.
En aquella temporada, el Santander, hasta la jornada 20, figuraba clasificado en el puesto decimo primero con 19 puntos y 1 positivo, 31 goles a favor y 38 en contra. En casa había ganado 5 encuentros, empatado 1, y perdido 3. A domicilio había triunfado en 4, no había empatado ninguno y encajado 7 derrotas.
El resto del Campeonato, con Gento en sus alineaciones, se desarrolló de esta manera:
La gran novedad del encuentro fue el debut de Gento con el equipo cántabro. Se le presentaba en la prensa como “… un joven extremo izquierda que hasta hace un par de jornadas jugaba en este puesto en el Rayo Cantabria, de Tercera División…”.
1 de Marzo de 1953.
Jornada 22.
Real Santander, 0 – Real Gijòn, 1.
Árbitro Sr. Azón.
Alineaciones:
Real Santander: Ortega, Gallo, Barrenechea, Ruiz, Villita, Nando, Felipe, Macala, León, Alsúa y Gento.
Real Gijón: Sión, Tamayo, Altisent, Germán, Cabal, Irureta, Grau, Aretio, Ortiz, Robledo y Sánchez.
Goles: 0-1 Grau (4’).
A los 18 minutos fueron expulsados León y Altisent por mutua agresión.
8 de Marzo de 1953.
Jornada 23.
Real Zaragoza, 4 – Real Santander, 0.
Árbitro Sr. Fombona.
Alineaciones:
Real Santander: Ortega, Marquitos, Barrenechea, Ruiz, Villita, Farias, Macala, Martínez, Mahjoub, Alsúa y Gento.
Real Zaragoza: Pita, Jugo, Cantero, Gonzalvo, Belló, Samu, Pitarch, Atienza, Chaves, Unanue y Noguera.
Real Santander: Ortega, Marquitos, Barrenechea, Ruiz, Villita, Nando, Macala, Magritas, Calviño, Alsúa y Gento.
Real Sociedad: Eizaguirre, Bernal, Suárez, Aldonza, Elizondo, Ontoria, Pérez, Galardi, Paz, Igoa y Echeveste.
Goles: 0-1 Igoa (57’). 1-1 Gento (59’).
Según dicen los papeles, el gol de Gento se materializó así: “… Alsúa cedió un balón adelantado a Gento, se internó éste, que aprovechó la salida de Eizaguirre para clavarle el balón por bajo” o …”Gento tira muy cerrado, el balón pega en un palo y llega al fondo de las mallas…”.
22 de Marzo de 1953.
Jornada 25.
Real Club Celta, 1 – Real Santander, 1.
Árbitro Sr. Pérez Rodríguez.
Alineaciones:
Real Santander: Juanito, Marquitos, Barrenechea, Ruiz, Felipe, Nando, Magritas, Calviño, León, Martínez y Gento.
R.C. Celta: Pazos, Vilariño, Sansón, Juan Francisco, Eliseo, Villar, Atienza, Hermida, Amoedo, Mecarle y Pineda.
Goles: 0-1 Martínez (35’). 1-1 Hermida (44’).
5 de abril de 1953.
Jornada 26.
Real Santander, 4 – Sevilla C.F., 1.
Árbitro Sr. Asensi.
Alineaciones:
Real Santander: Ortega, Marquitos, Barrenechea, Ruiz, Felipe, Nando, Magritas, Martínez, León, Alsúa y Gento.
Sevilla C.F.: Busto, Guillamón, Campanal II, Navarro, Ramoní, Riquelme, Liz, Arza, Loren, Domenech y Enrique.
El gol de Gento resultó de la combinación de Magritas y León sobre la portería de Busto que acabó en un despeje a la desesperada de Campanal II que rebotó en Gento transformándose en el cuarto gol de los cántabros.
12 de abril de 1953.
Jornada 27.
Real Madrid C.F., 2 – Real Santander, 1.
Árbitro Sr. Tamarit.
Alineaciones:
Real Santander: Ortega, Marquitos, Barrenechea, Ruiz, Felipe, Nando, Magritas, Martínez, León, Alsúa y Gento.
Real Madrid: Alonso, Navarro, Hon, Lesmes II, Muñoz, Zárraga, Espina, Olsen, Pahiño, Molowny y Arsuaga.
De Gento se comentó que se trataba de un “chico rápido y valiente, que contribuyó al malhumor y al despiste de Navarro, a quien le van mejor los ases que estos chavales que empiezan y no respetan a nadie…”.
19 de abril de 1953.
Jornada 28.
Real Santander, 2. – R.C.D. Español, 1.
Árbitro Sr. Fombona.
Alineaciones:
Real Santander: Ortega, Marquitos, Barrenechea, Ruiz, Felipe, Nando, Magritas, Martínez, León, Alsúa y Gento.
Finalizado el Campeonato, el Real Santander quedó clasificado en el puesto decimo primero, con 11 victorias, 5 empates y 14 derrotas; 46 goles a favor y 61 en contra, sumando un total de 27 puntos y tres negativos.
La Liga la ganó el Barcelona con 42 puntos, seguido del Valencia con 40.
A la vez que se desarrollaba el torneo liguero, la Copa del Generalísimo también avanzaba en sus correspondientes eliminatorias. Gento disputó cuatro encuentros, que fueron los siguientes:
17 de mayo de 1953.
Octavos de final, ida.
Granada C.F., 1 – Real Santander, 1.
Árbitro Sr. Marrón.
Alineaciones:
Real Santander: Ortega, Marquitos, Barrenechea, Olarieta, Felipe, Villita, Revuelta, Alsúa, León, Martínez y Gento.
Granada C.F.: Candi, Vicente, Mompeán, González, Sueza, Padilla, Guerrita, Rueda, Rafa, Cea y Pintos.
Goles:
Cea (10’). 1-1 Mompeán (en propia puerta) (50’).
24 de Mayo de 1953.
Octavos de final, vuelta.
Real Santander, 6 – Granada C.F., 1.
Árbitro Sr. Díaz Argote.
Alineaciones:
Real Santander: Ortega (Zamoruca), Marquitos, Barrenechea, Ruiz, Villita, Nando, Revuelta, Alsúa, León, Martínez y Gento.
Gento se hizo con el balón, dribló a dos contrarios, se internó hacia la portería de Ramallets y cuando estaba a punto de chutar, Seguer evitó el peligro zancadilleando al extremo, penalti que decretó el colegiado y Ruiz transformó en gol.
Se comentó sobre Gento ”… joven y rapidísimo, ganándole siempre por juego y velocidad al internacional Seguer, que no pudo con él…”.
4 de junio de 1953.
Cuartos de final, vuelta.
C.F. Barcelona, 3 – Real Santander, 0.
Árbitro: Sr. González Echevarría.
Alineaciones:
Real Santander: Ortega, Marquitos, Barrenechea, Ruiz, Felipe, Nando, Macala, Alsúa, Magritas, Martínez y Gento.
Con este resultado, el Barcelona se clasificó para semifinales y hasta aquí llegó la participación en partidos de campeonato (Liga y Copa) de Francisco Gento con el Real Santander.
También disputó algún que otro amistoso antes de fichar por el Real Madrid, si bien, no es objeto de este artículo.
Entre ellos, el 26 de agosto de 1953, en la presentación para la temporada de 1953-1954, en Santander se recibió la visita del Real Madrid. Victoria local por cuatro goles a 1. Arbitró el Sr. Isasi. Para el recuerdo, por parte cántabra jugaron Ortega, Bermúdez, Barrenechea, Nando, Villita, Santín, Revuelta, Martínez, León, Alsúa y Gento (a los 35 minutos sufrió un encontronazo con Lesmes, retirándose con una fuerte contusión, siendo sustituido por Magritas). El Real Madrid formó con J. Alonso, Navarro, Lesmes, G. Alonso (Carrillo), Goñi (Serrano), Becerril, Britos, Rodríguez, Olsen (Wilson), Molowny y Cabrera. Los goles fueron conseguidos por Martínez (tres) y Revuelta, marcando por los madridistas Molowny.
El 5 de septiembre Gento jugó su último partido con el Real Santander contra el Club Atlético Osasuna, con victoria montañesa por uno a cero, gol de Alsúa, de penalti, a los 35 minutos. De carácter amistoso, el juego resultó aburrido, pues ninguno de los dos conjuntos puso gran empeño en la liza.
Pocos días después, Gento fue traspasado al Real Madrid, donde permaneció hasta 1971.
Dedicado a don Adolfo de los Ríos Muñoz. Noventa y cinco años lo contemplan – en este mes de Julio cumplirá los noventa y seis -. Nuestra conversación y su ánimo se iluminan cuando, con su acento cordobés, recita de memoria los jugadores más conocidos del Real Madrid de los años 30, que ya es tener memoria. Así, le fluyen como quien no quiere la cosa los nombres de Zamora, Ciriaco, Quincoces, Luis Regueiro, León, Lazcano, Emilín… Él se queda tan tranquilo y yo me quedo perplejo. Él se sabrá más (que creo que sí) y yo alguno (que creo que no). Deseo que pronto nos podamos volver a tomar a media tarde su habitual zumo, y cafés para su hija Pilar y para mí.
Los equipos de la Liga. Unión Deportiva Almería.
Unión Deportiva Almería (Clasificación-50)
Se adjuntan los datos numéricos de la Unión Deportiva Almería en las temporadas que ha militado en 1ª División y 2ª División del Campeonato Nacional de Liga, hasta la temporada 2018/19 inclusive. Aparecen en el primer cuadrante los jugadores, partidos disputados por todos los jugadores siendo titulares, goles anotados, penaltis transformados, goles encajados en propia puerta, tarjetas rojas o expulsiones con las que han sido sancionados. A continuación en el siguiente cuadrante, los puntos obtenidos: por temporadas, goles, tarjetas y puntos totales que ha conseguido el equipo, según los coeficientes de puntuación otorgados en “Baremación dejugadores. La valoración de los futbolistas”, que se ha detallado en el artículo nº 80 de esta revista digital.
Jugd.
Ptd.1ª
Ptd.2ª
Gol 1ª
Pen.1ª
P/P 1ª
Gol.2ª
Pen.2ª
P/P 2ª
TR1ª
TR2ª
307
2.508
5.907
244
24
7
656
55
21
47
126
Pt.Tpda.1ª
Pt.G.1ª
Pt.Exp.1ª
Pt.Tpda.2ª
Pt.G.2ª
Pt.Exp.2ª
Ptos
1.574’590
226’6
-70’5
2.275’579
397’00
-126’0
4.277’269
Desglose de Temporadas de la Unión Deportiva Almería.-
Denominación
Temporadas
Almería Club de Fútbol
1989-2001
Unión Deportiva Almería
2001 en adelante
Categorías
Nº
%
1ª División
6
19’36
2ª División
14
45’16
2ªB División
6
19’35
3ª División
2
6’45
Regional
3
9’68
T O T A L
31
100
Composición de los jugadores de la Unión Deportiva Almería.-
Jugadores 307 de los que 19 han sido porteros.
División
Titulares
Goleadores
Otr.Jugd.
Suplentes
T.19/20
Total
1ª
49
16
15
4
84
2ª
106
52
67
14
21
260
1ª y 2ª
30
5
2
37
Total
125
63
80
18
21
307
Titulares: Son los jugadores que han sido los titulares de cada equipo, por haber disputado entre los 11 jugadores que componen el equipo incluido el portero más minutos en las jornadas de cada temporada que el resto de los jugadores del equipo.
Goleadores: Aparecen los jugadores que han anotado goles y no han sido titulares de los equipos en la temporada.
Otros Jugadores: Son los jugadores que no han sido titulares de los equipos en las temporadas y tampoco han anotado algún gol, pero si han actuado de titulares en alguna o varias jornadas de alguna temporada.
Suplentes: Son los jugadores que han intervenido sustituyendo a algún compañero de equipo no siendo titulares en ninguna jornada y que tampoco han anotado algún gol.
Lugar de nacimiento de los jugadores de la Unión Deportiva Almería.-
210 (68’40%) jugadores nacidos en España. 97 (31’60%) jugadores nacidos en países del extranjero. Los jugadores nacidos en Andalucía son 76 que representan (24’76%). Los jugadores nacidos en Sudamérica son 47 (15’31%)
País/Provincia
Jugadores
%
País/Provincia
Jugadores
Almería
26
8’47
Granada
7
Madrid
21
6’84
Murcia
7
Argentina
20
6’51
Toledo
6
Barcelona
20
6’51
Alicante
6
Sevilla
15
4’89
Uruguay
5
Brasil
12
3’91
Guipúzcoa
5
Vizcaya
11
Islas Baleares
5
Málaga
11
Las Palmas
5
Valencia
10
Otras
95
Francia
10
Cádiz
10
T O T A L
307
Jugadores más destacados de la Unión Deportiva Almería.-
Se relacionan en el cuadrante que se acompaña a los 30 jugadores de la Unión Deportiva Almería que han obtenido mayor número de puntos. Se reflejan las temporadas que han pertenecido al equipo, las temporadas que han sido titulares, los goles anotados en sus diversas facetas, las tarjetas rojas o expulsiones con las que han sido sancionados, los puntos que han obtenido según baremación, los partidos disputados como titulares en el equipo y el número de la clasificación que tienen entre los 19.816 jugadores evaluados. Hay que destacar a Fernando Soriano, por su regularidad en los partidos disputados y por los goles anotados en el equipo. También merecen distinguir a Corona, Crusat y Kalu Uche que superan la centena de puntos y que participaron juntos en varias temporadas.
Soriano
Jugador fiable que sabía leer el partido, ocupando los espacios por instinto por lo que abarca mucho campo de juego, además era un buen llegador, marcando goles.
Corona
Se desenvolvía en el centro del campo, era un excelente recuperador de balones y magnífico pasador.
Crusat
Jugador pequeño de estatura, de mucha garra y carácter que prodigaba sus internadas con una endiablada velocidad
Kalu Uche
Jugador de clase y polivalencia, era referente en ataque, media punta e interior o incluso de centrocampista, sus remates imposibles de cabeza tras aguantar el vuelo más que ningún defensa.
Acasiete
Jugador de entrega y lucha que conseguía compromoter a sus compañeros
Carlos García
Defensa con compromiso, disciplina y calidad.
Verza
Centrocampista que podía jugar de doble pivote o en posiciones más adelantadas, actuando con sobriedad y veteranía.
Juanma Ortiz
Jugador polivalente capaz de jugar en cualquier posición en el centro del campo y en los laterales, su posición natural era interior derecho. Destacaba por su potencia física, su visión de gol y su capacidad defensiva.
Diego Alves
Guardameta brasileño, especialista en detener penaltis Ágil de mente y de reflejos. En la temporada 2007/08 llegó a estar 677 minutos sin encajar algún gol.
Ortiz
Jugador revulsivo, el “gran capitán”, capaz de organizar a sus compañeros por su entrega y furia, muy apreciado por la afición.
Nº
Jugadores
TDI.
TPF.
Prov/País
Tit.
1G
1P
1pp
2G
2P
2Pp
Tj.
Puntos
Ptd
Clasif.
1
Soriano F.
2005/06
2015/16
zaragoza
7
17
25
1
3
148,116
245
515
2
Corona M.Á.
2006/07
2016/17
toledo
4
6
1
14
1
117,052
207
1.338
3
Crusat
2005/06
2010/11
barcelona
6
14
19
6
112,538
180
1.761
4
Kalu Uche
2005/06
2016/17
.nigeria
3
27
1
17
2
101,447
120
1.798
5
Acasiete
2004/05
2011/12
. Perú
4
3
1
10
1
6
92,860
189
2.817
6
Carlos García B
2005/06
2011/12
barcelona
5
1
1
2
92,704
193
2.047
7
Verza J.A.
2011/12
2017/18
alicante
4
12
10
5
1
1
1
83,365
154
1.237
8
Juanma Ortiz
2007/08
2011/12
alicante
4
9
4
2
77,381
124
1.804
9
Diego Alves
2007/08
2010/11
. brasil
4
1
1
75,412
122
1.030
10
Ortiz Jo.
2002/03
2011/12
almería
2
1
30
4
72,683
118
3.720
11
Trujillo Á.
2011/12
2018/19
madrid
4
1
1
1
70,286
137
3.594
12
Piatti
2008/09
2010/11
. argentina
3
20
1
68,353
81
956
13
Negredo
2007/08
2008/09
madrid
2
32
7
2
66,046
68
216
14
Esteban A.
2008/09
2013/14
asturias
3
64,400
135
299
15
Francisco R.
2002/03
2006/07
almería
3
40
9
64,372
109
2.873
16
Míchel Macedo
2008/09
2015/16
. brasil
3
3
2
62,292
120
2.908
17
Aleix Vidal
2011/12
2013/14
tarragona
3
6
1
9
59,159
107
2.737
18
Mané J.
2006/07
2014/15
cádiz
3
3
5
59,158
112
1.540
19
Ulloa
2010/11
2012/13
. argentina
2
7
32
5
3
52,409
64
2.698
20
Bruno Sa.
2006/07
2008/09
barcelona
3
1
3
50,784
103
2.247
21
Bernardello
2009/10
2011/12
. argentina
3
1
1
2
50,685
94
4.834
22
Quique G.
2014/15
2016/17
valladolid
2
31
3
1
46,814
75
2.797
23
Pellerano
2008/09
2013/14
. argentina
2
1
1
1
4
46,564
91
5.476
24
Luna F.J.
1995/96
2005/06
cádiz
1
24
2
44,181
73
2.335
25
Dubarbier
2013/14
2016/17
. argentina
3
1
1
4
42,141
90
4.310
26
Ximo N.
2014/15
2016/17
granada
3
3
2
41,237
88
2.421
27
Galca
2003/04
2005/06
,rumanía
3
4
3
35,947
97
1.005
28
Valerio J.
2003/04
2006/07
barcelona
2
1
35,529
96
2.184
29
Rafita R.
2011/12
2013/14
i. baleares
3
1
1
35,289
80
3.095
30
M’Bami
2009/10
2010/11
.camerún
2
1
35,211
56
6.537
Goleadores de la Unión Deportiva Almería.-
Se detalla en la relación que se adjunta a los jugadores de la Unión Deportiva Almería hasta la temporada 2018/19 inclusive que más goles han anotado en el Campeonato Nacional de Liga, aparecen todos los goleadores que han marcado más de 10 goles en 1ª División y 2ª División, figuran también los goles anotados en lanzamientos de penalti. Álvaro Negredo ha sido el máximo anotador de 1ª División con 32 goles, en la temporada 2008/09 anotó 19 goles, el mayor número de goles por temporada. En 2ª División ha sido Francisco Javier Rodríguez con 40 goles. En 2ª División hay tres jugadores que han obtenido el trofeo de máximo anotador de la competición “pichichi”: En la temporada 2011-12 Leonardo Ulloa anotó 28 goles y en la temporada 2012-13 Charles Dias anotó 27 goles. En la temporada 2018-19 Álvaro Giménez con 20 goles.
Negredo
Ulloa
Charles
Jugadores
1G
1P
2G
2P
Jugadores
1G
1P
2G
2P
Negredo
32
7
Quique G.
31
3
Kalu Uche
27
1
17
Charles D.
27
5
Piatti
20
Álvaro Gi.
20
5
Soriano F.
17
25
1
Luna F.J.
24
Crusat
14
19
Míchel C.
17
9
Verza J.A.
12
10
Paniagua J.C.
16
4
Ulloa
7
32
5
Fidel Ch.
12
1
Ortiz Jo.
1
30
Juan Carlos Re.
10
1
Corona M.Á.
6
1
14
Milinkovic N.
10
2
Acasiete
3
10
Otros
105
5
302
10
Francisco R.
40
9
T O T A L
244
24
656
55
Mejores Alineaciones de la Unión Deportiva Almería.-
La Unión Deportiva Almería ha participado en la competición de Liga en 1ª División 6 temporadas, 4 temporadas consecutivas desde la temporada 2007-08, siendo esta temporada en la que el equipo ha obtenido la mejor posición en el Campeonato Nacional de Liga, quedando en 8ª posición. Los jugadores Diego Alves, Crusat y Juanma Ortiz fueron titulares en las 4 temporadas desde la 2007-08 en 1ª División. Las fotografías de las formaciones han sido extraídas de la publicación PACO de Juan Algar.
2007-08 (1ª-8) : Diego Alves; Bruno, Carlos García, Pulido, Mané; Soriano, Felipe Melo, Juanito, Crusat; Juanma Ortiz, Negredo.
Formación 2007-08: Arriba: Cobeño, Negredo, Juanito, Carlos García, Soriano, Bruno, Acasiete, Felipe Melo. Agachados: Mané, Crusat, Juanma Ortiz.
2008-09 (1ª-11): Diego Alves; Bruno, Pellerano, Mané; Kalu Uche, Piatti, Juanito, Crusat; Juanma Ortiz, Negredo, Julio Álvarez.
Formación 2014-15: Arriba: Julián, Thomas, Thievy, Dos Santos, Trujillo, Verza. Agachados: Michel Macedo, Hemed, Dubarbier, Corona, Wellington.
2010-11 (1ª-20): Diego Alves; Míchel Macedo, Carlos García, Marcelo Silva, Juanma Ortiz, M’Bami, Bernardello, Kalu Uche; Ulloa, Piatti, Crusat.
Formación 2010-11: Arriba: Bernardello, Juanma Ortiz, M’Bami, Ulloa, Carlos García, Esteban. Agachados: Kalu Uche, Michel Macedo, Corona, Marcelo Silva, Piatti.
Clasificación y puntos de la Unión Deportiva Almería.-
Se relacionan las temporadas que la Unión Deportiva Almería ha participado en la competición de Liga en 1ª y 2ª Divisiones, en letra negrita se indican las temporadas que estuvo en la 1ª División. Hay que significar que el equipo estuvo durante 4 temporadas consecutivas en 1ª División, quedando clasificado en la temporada 2007-08 en 8ª posición.
Tpdas
Ptos.
Clas.
Tpdas
Ptos.
Clas.
1995-96
44
16
2010-11
30
20
1996-97
41
17
2011-12
70
7
2002-03
50
18
2012-13
74
3
2003-04
50
13
2013-14
40
17
2004-05
51
14
2014-15
29
19
2005-06
67
6
2015-16
48
18
2006-07
80
2
2016-17
51
15
2007-08
52
8
2017-18
48
18
2008-09
46
11
2018-19
60
10
2009-10
42
13
Jugadores más expulsados de la Unión Deportiva Almería.-
Se relacionan los jugadores de la Unión Deportiva Almería en la competición de 1ª y 2ª Divisiones. Hay que destacar como los jugadores más sancionados a Crusat y Acasiete que fueron expulsados en 6 ocasiones en las 4 primeras temporadas que participaron con el equipo.
Crusat
Acasiete
Jugadores
TDI.
TPF.
1T
2T
Tot.
Crusat
2005/06
2010/11
3
3
6
Acasiete
2004/05
2011/12
1
5
6
Mané J.
2006/07
2014/15
1
4
5
Ortiz Jo.
2002/03
2011/12
1
3
4
Pellerano
2008/09
2013/14
2
2
4
Dubarbier
2013/14
2016/17
3
1
4
Otros
36
108
144
T O T A L
47
126
173
Goleadores en propia puerta de la Unión Deportiva Almería.-
Jugadores
TDI.
TPF.
1pp
2pp
Acasiete
2004/05
2011/12
1
1
Pellerano
2008/09
2013/14
1
Dubarbier
2013/14
2016/17
1
Chico F.
2008/09
2009/10
1
Dos Santos M.
2014/15
2014/15
1
Casado J.M.
2014/15
2014/15
1
Diego Alves
2007/08
2010/11
1
Morcillo
2015/16
2017/18
2
Ximo N.
2014/15
2016/17
2
Joaquín F.
2015/16
2018/19
2
René R.
2017/18
2019/20
2
Otros
12
T O T A L
7
21
Jugadores del Campeonato del Mundo y Europa de la Unión Deportiva Almería.-
Se acompaña relación de jugadores que figurando en la Unión Deportiva Almería han disputado las fases finales de los Campeonatos del Mundo y Campeonatos de Europa. Los nigerianos Azzez y Kalu Uche participaron en Campeonatos del Mundo figurando en plantilla en el equipo. Aparece el país, el Campeonato del Mundo (M) y el Campeonato de Europa (E) que figuró, las temporadas que se alinearon en el equipo, así como la clasificación que ostentan entre los 19.816 jugadores evaluados por el sistema de baremación que se ha detallado.
Selección de extranjeros.-
Azeez
Kalu Uche
Jugadores
TDI.
TPF.
País
Nombre y Apellidos
E/M
Clasif.
Azeez
2012/13
2016/17
.nigeria
Ramón Olamilekan Azeez
M14
5.325
Benítez M.Á.
2003/04
2003/04
. paraguay
Miguel Ángel Benítez Pavón
M98
2.519
Feghouli
2010/11
2010/11
argelia
Sofiane Feghouli
M14
3.009
Felipe Melo
2007/08
2007/08
. brasil
Felipe Melo de Carvalho
M10
4.898
Galca
2003/04
2005/06
,rumanía
Constantin Galca
M94/98E96/00
1.005
Kalu Uche
2005/06
2016/17
.nigeria
Kalu Tongololiki Mawakavamba Uche
M10
1.798
Petrovic R.
2019/20
2019/20
,serbia
Radosav Petrovic
M10
Westerveld
2006/07
2006/07
,países bajos
Sander Westerveld
E00
4.225
Selección de España.-
Negredo
2007/08
2008/09
madrid
Álvaro Negredo Sánchez
E12
216
Jugadores Internacionales de la Unión Deportiva Almería.-
Selección de extranjeros.-
Jugadores
TDI.
TPF.
País
Nombre y Apellidos
Clasif.
Acasiete
2004/05
2011/12
. Perú
Wilmer Santiago Acasiete Ariadela
2.817
Balliu
2019/20
2019/20
Albania
Iván Balliu Campeny
8.932
Barbaric
1995/96
1995/96
yugoslavia
Ivica Barbaric
3.850
Bilic
2002/03
2002/03
,croacia
Mate Bilic
1.208
Coric
2019/20
2019/20
,croacia
Ante Coric
Diamanka
2016/17
2016/17
.senegal
Pape Maly Diamanka
5.394
Diego Alves
2007/08
2010/11
. brasil
Diego Alves Carreira
1.030
Fabián Vargas
2009/10
2010/11
. colombia
Fabián Andrés Vargas Rivera
10.638
Goitom
2009/10
2011/12
eritrea
Henok Goitom
2.433
Hans Martínez
2013/14
2013/14
. chile
Hans Alexis Martínez Cabrera
17.942
Hemed
2014/15
2014/15
,israel
Tomer Hemed
3.664
Horvath
2003/04
2003/04
,hungría
Ferenc Horvath
17.925
Jamelli
2004/05
2004/05
. brasil
Paulo Roberto Jamelli Júnior
3.634
Julio Álvarez
2008/09
2008/09
. venezuela
Julio Álvarez Mosquera
489
Lass B.
2017/18
2017/18
.guinea conakry
Alhassane Bangoura
4.433
Lolo Reyes
2015/16
2015/16
. chile
Lorenzo Enrique Reyes Vicencio
6.786
Maras
2019/20
2019/20
,serbia
Nikola Maras
M’Bami
2009/10
2010/11
.camerún
Modeste M’Bami
6.537
Motta M.
2016/17
2017/18
,italia
Marco Motta
9.365
Paunovic
2007/08
2007/08
,serbia
Veljko Paunovic
1.235
Piatti
2008/09
2010/11
. argentina
Pablo Daniel Piatti
956
Rebosio
2004/05
2004/05
. perú
César Miguel Rebosio Compans
5.116
Saveljich
2015/16
2018/19
montenegro
Esteban Ariel Saveljich
7.135
Sereno
2016/17
2016/17
,portugal
Henrique Sereno Fonseca
9.076
Sulayman
2017/18
2017/18
.gambia
Sulayman Marreh
14.259
Thomas
2014/15
2014/15
.ghana
Thomas Teye Partey
3.319
Tino Costa
2017/18
2017/18
. argentina
Alberto Facundo Costa
5.143
Zongo
2011/12
2016/17
.burkina faso
Jonathan Sundy Zongo
6.762
Selección de España.-
Jugadores
TDI.
TPF.
Prov.
Nombre y Apellidos
Clasif.
Aleix Vidal
2011/12
2013/14
tarragona
Aleix Vidal Parreu
2.737
López Rekarte A
2007/08
2007/08
guipúzcoa
Aitor López Rekarte
746
Suso F.
2013/14
2013/14
cádiz
Jesús Joaquín Fernández Saénz de la Torre
9.205
Relaciones familiares de la Unión Deportiva Almería.-
Destacar entre las relaciones familiares de padre e hijo de la Unión Deportiva Almería al guardameta José Antonio Martínez Baena “Barbero” y su hijo enrolado al equipo esta temporada 2019/20 Iván “Barbero” que juega en la demarcación de delantero centro. Aparecen las temporadas que han figurado en el equipo así como la clasificación que ostentan entre los 19.816 jugadores evaluados.
Jugadores
TDI.
TPF.
Fam.
Nombre y Apellidos
Clasif.
Barbero I.
2019/20
2019/20
721HI
Iván Martínez González
—
Barbero M.
2002/03
2002/03
721P
José Antonio Martínez Baena
10.949
Jugadores con más partidos de titulares en la Unión Deportiva Almería.-
Se detallan en esta relación a los jugadores de la Unión Deportiva Almería que han disputado más de 103 partidos como titulares en el equipo en las competiciones de Liga en 1ª y 2ª Divisiones con las temporadas que han pertenecido al equipo. Destaca Fernando Soriano que supera ampliamente a todos sus compañeros, quedando en 2ª posición Miguel Ángel Corona, los únicos jugadores que han sobrepasado los 200 partidos de titulares.
Soriano y Corona
Nº
Jugadores
TDI.
TPF.
Ptd.
Nº
Jugadores
TDI.
TPF.
Ptd.
1
Soriano F.
2005/06
2015/16
245
10
Diego Alves
2007/08
2010/11
122
2
Corona M.Á.
2006/07
2016/17
207
11
Kalu Uche
2005/06
2016/17
120
3
Carlos García
2005/06
2011/12
193
Míchel Macedo
2008/09
2015/16
120
4
Acasiete
2004/05
2011/12
189
13
Ortiz Jo.
2002/03
2011/12
118
5
Crusat
2005/06
2010/11
180
14
Mané J.
2006/07
2014/15
112
6
Verza J.A.
2011/12
2017/18
154
15
Francisco R.
2002/03
2006/07
109
7
Trujillo Á.
2011/12
2018/19
137
16
Aleix Vidal
2011/12
2013/14
107
8
Esteban A.
2008/09
2013/14
135
17
Bruno Sa.
2006/07
2008/09
103
9
Juanma Ortiz
2007/08
2011/12
124
Jugadores nacidos en Andalucía predominan en alineaciones titulares.-
En las alineaciones titulares de la Unión Deportiva Almería predominan los jugadores nacidos en la comunidad de Andalucía en un porcentaje del 24’01%. Destacan las temporadas 2002-03 y 2016-17 con 6 jugadores andaluces. Son los señalados en letra negrita.
Formación 2016-17: Arriba: Fran Vélez, Nano, Morcillo, Trujillo, Joaquín, Casto, Iago Díaz. Agachados: Quique, Ximo, Fidel, Puertas.
Jugadores extranjeros en la Unión Deportiva Almería.-
La Unión Deportiva Almería ha dispuesto de 96 jugadores nacidos en países del extranjero que representan un porcentaje próximo a 1/3 del total de jugadores. Destacan los jugadores incorporados en las temporadas 2009-10 y 2010-11 en la competición de 1ª División con cantidades superiores a la mitad de los jugadores de la plantilla. Se señalan en letra negrita a los jugadores extranjeros de las alineaciones titulares. 8 en la temporada 2010-11 y 6 en la temporada 2009-10.
2010-11 (1ª-20): Diego Alves; Míchel Macedo, Carlos García, Marcelo Silva, Juanma Ortiz, M’Bami, Bernardello, Kalu Uche; Ulloa, Piatti, Crusat.
2010-11: 15 (57’69%) jugadores de 26 jugadores en plantilla.