Racing Valencia: Los inicios del fútbol femenino valenciano

Repasamos los primeros pasos de este deporte en nuestro país, concretamente en Valencia, de la mano de Carmen Arce ‘Kubalita’, una de las estrellas del primer club de fútbol femenino de la capital del Turia

Valencia respira fútbol. No es de extrañar que hayan alcanzado la máxima categoría del fútbol femenino dos clubes de la ciudad. El recién llegado Valencia CF y el potente Levante UD que, con seis copas de la Reina, conseguidas desde la temporada 99/00 hasta la 06/07; cuatro Ligas y dos Supercopas de España, es uno de los más laureados del campeonato nacional. Además de haber sido el primer club español que disputa un partido de competición europea.

Todos estos éxitos no son una casualidad. Y es que la capital del Turia fue uno de los sitios más destacados en la década de los 70. Momento en el que, podríamos decir, renace el fútbol femenino en España después de algunos brotes surgidos en la II República.

Todo comienza a finales de 1970, cuando en los periódicos de gran tirada de Valencia resaltaba una nota de prensa por encima del resto de publicaciones para niñas y mujeres:

Inicios del Racing Valencia: Proceso de selección

El anuncio en los diarios no pasó desapercibido para nuestra protagonista, Carmen Arce, más conocida como ‘Kubalita’. El ambiente de fútbol que vivía en su casa era total. Con un padre que fue abonado al Valencia CF desde los inicios y un hermano que jugaba federado, Carmen sabía que quería apuntarse y disfrutar también del fútbol desde el campo.

“Por sorpresa, cuando yo leía el anuncio y dije que me quería presentar, en mi casa no hubo ningún tipo de oposición”, nos cuenta ‘Kubalita’

La primera fase para inscribirse al Racing de Valencia pasaba por acudir a unas oficinas del centro de la ciudad el 23 de noviembre de 1970. Durante aquella tarde, justo en la calle Conde Montornés, llegaba la futura guardameta del primer equipo de fútbol femenino de la capital del Turia.

“Cuando fuimos había bastantes chicas, unas 40 o 50, y nos estaban entrevistando”

Tras esta primera toma de contacto, continuó el proceso ya en un campo de fútbol. Se citó a las participantes días después para que acudieran al Parque Sindical, ubicado en el barrio de Nazaret, donde demostrarían su valía con el balón.

“Ahí empezamos a tocar la pelota, empezamos a probar, y de ahí fueron cayendo muchas personas y otras sí que nos quedamos”

Ese preciso momento, fue uno de los más felices en cuanto a la vida deportiva de estas chicas que oscilaban entre los 12 y 22 años. Ese deporte que tanto amaban (y aman), del que tan pasionales eran (y son), por fin les abría un hueco para formar también parte de él: en campos de césped, perteneciendo a un equipo, entrenando con sus compañeras y, en definitiva, probando los sabores que te deja el fútbol antes y después de jugar un partido. Se acababa el hecho de jugar únicamente de manera eventual. Aunque la idea de competir federadas aún quedaba lejos.

“En los institutos solía haber un campo de balonmano, porque el balonmano sí que estaba más extendido, y permitido (para las mujeres), con federación en aquellos tiempos, y lo que sí que hacíamos las personas que nos gustaba el fútbol era, en las horas de patio, usar el campo para jugar al fútbol y luego en la calle o en las familias o con los amigos. Te acoplabas a lo casual de la calle”.

En diciembre de 1970 se acabaría el fútbol ‘casual’ para muchas chicas con la fundación del Racing de Valencia. Entre ellas estaban: Carmen Arce ‘Kubalita’, Amada, Sandy, Amparo Herrera, Virginia Cuñat, Ana Seijó, Mari Carmen García, Paquita Cruz, Muriel, Martí, Valle, Navarro II, Torres, Jijo, Del Olmo, Mundo, Castro, Crespo, Añón, Calvo, Castillo y Montes.

La elección de un entrenador para el Racing

El artífice y organizador de todo este ambicioso proyecto fue Javier Jiménez, un hombre de negocios, que veía en el fútbol femenino un potencial capaz de llenar estadios ya en la década de los 70.

Para dirigir al equipo, el entrenador pensado inicialmente fue Edmundo Suárez de Trabanco, más conocido como ‘Mundo’. El exitoso exjugador del Valencia CF, ya había conquistado una copa del generalísimo en 1967 como entrenador y Jiménez pensó tanto en el aspecto deportivo como en el impacto mediático inmediato que podría darle ‘Mundo’ al Racing Valencia. No obstante, su paso por el club femenino fue efímero, de tan solo un par de partidos, y en su lugar llegó Piqueras del que Carmen nos habla maravillas.

“Nos trataba como se trataba a los hombres entrenando”

Entrenamientos profesionales

No había ningún motivo por el cual Piqueras tuviera que hacer diferentes los entrenamientos del Racing Valencia a como los había hecho con los equipos masculinos a los que había entrenado. Y de esta manera lo entendió todo el grupo.

“Teníamos una preparación física brutal. Nos llevaba a la playa de El Saler para que trabajásemos en las dunas, con arena, con arena mojada y con matorrales. No teníamos aparatos para entrenar como ahora sí que hay”

No solo se hizo hincapié en trabajar el aspecto físico del juego, sino que Piqueras también tenía pensado cómo iba a jugar el equipo y así lo enseñó a sus jugadoras, incluso organizando partidos contra otros equipos masculinos.

“Nos hacía jugar contra juveniles y a nivel táctico, cuando teníamos la pelota, cada jugadora sabía dónde se tenía que colocar y de qué manera teníamos que jugar”

Además, el entrenador del Racing Valencia tenía pensados ejercicios concretos para ‘Kubalita’ una vez terminado el entrenamiento.

“Se quedaba conmigo y con las dos delanteras más potentes media hora o tres cuartos de hora entrenando en portería. Para que yo no me dejara caer y me tirara a por los balones, empezó a ponerme obstáculos entre el poste y yo. Al principio era un balón, luego era una bolsa con un balón encima, luego era una silla plegable y me tiraba la pelota por el otro lado”

Copa Fuengirola Costa del Sol y la gran expectación que conllevó

Un mes después de constituirse el Racing Valencia, se organizó un torneo con el nombre de Copa Fuengirola Costa del Sol. Cuatro eran los equipos participantes: Racing de Valencia, Sizam de Madrid, Peña Femenina Barcelona y Fuengirola de Málaga.

La competición comenzó el 24 de enero de 1971 y se alargó hasta principios de marzo de ese mismo año. Consistía en enfrentarse todos contra todos a ida y vuelta, que dio como vencedor al Fuengirola. Fue el torneo más importante y con más afluencia de público de entre los que jugaron estos equipos. Era tal la expectación que había levantado este cuadrangular que La Rosaleda se llenó para ver el partido que enfrentó al Fuengirola contra el Racing, que ganaron las andaluzas.

“Fue, en aquella época, el único equipo que realmente nos plantó cara. El Sizam al principio nos ganó porque llevaban más tiempo entrenando y jugando, pero luego no nos pudieron ganar”.

No solo fue cosa de este partido concreto ni de La Rosaleda. En el estadio Antonio Román, actual Ciutat de València, hubo hasta diez mil espectadores.

“Fue un bombazo porque se llenaron los estadios en todos los sitios donde se jugó (el cuadrangular)”

En 1972 se apagó el Racing de Valencia para dar paso al Marcol, con el que continuarían los éxitos.

Amargo final para ‘Kubalita’

Carmen Arce fue una de las grandes figuras de aquel Racing Valencia y de la siguiente etapa como Marcol. Acaparaba portadas de periódicos y titulares de prensa. Los medios querían entrevistarla. Sus duros entrenamientos, bien le habían valido para convertirse en una de las referentes del fútbol femenino de su ciudad y en la primera portera que defendió los palos de la selección española de fútbol.

No obstante, pudo no haber sido así. En un principio no pensaron en ‘Kubalita’ como guardameta, sino que la situaron en la posición de extremo. Si a esto le sumamos su parecido con Ladislao Kubala, rubios ambos con ojos azules, surgió el apodo que conserva hasta hoy.

“Al segundo o tercer día en el Parque Sindical, cuando ya acabamos de hacer el entrenamiento estándar, yo me quedé a que me chutaran las compañeras, pero como hobby. Entonces me vio el entrenador, me seguí llamando ‘Kubalita’, pero ya me colocaron en la portería”

Después de cinco intensos años defendiendo la portería, Carmen Arce tuvo que someterse a una operación en las rodillas. El motivo fueron unas luxaciones que no tenían nada que ver con la práctica del fútbol. Con tan solo una edad de 20, se vio obligada a alejarse de los terrenos de juego muy a su pesar.

“Lo que sentía realmente, y era una cosa personal, fue tanto dolor por el duelo de no poder estar, que digamos que mandé toda esa parte del fútbol al disco duro. Era tan doloroso para mí, que cuando iba a Mestalla a ver al Valencia, cuando estaban calentando los porteros, no entraba al campo hasta que empezaba el partido”

Hasta hace muy poco tiempo que Carmen no recupera un intenso ánimo por el fútbol. De gran ayuda le fue su participación en el documental Algo más que una pasión, dirigido por Carlos Troncoso, pues le permitió “poner el recuerdo en su sitio” y disfrutar como lo hacía antaño del fútbol femenino.

Antes, en 2012, pudo volver a vivir un torneo de manera intensa. Los Juegos Olímpicos de Londres le sirvieron como chispa para recuperar la llama por una pasión que nunca se apaga del todo. Siete años más tarde, en el mundial de Francia 2019, las integrantes de la primera selección española de fútbol femenino experimentaron los sentimientos que les arrebataron en 1971.

“Cuando sonó el himno en el mundial de Francia de 2019, lo he hablado con varias compañeras de la selección y nos pasó lo mismo. Nos levantamos en el himno, porque ese himno fue por ellas y por nosotras. Porque a nosotras no nos dejaron himno ni nos dejaron llevar el escudo”

Fútbol, con la máxima naturalidad

Lejos de pensar en todo lo que podrían estar construyendo para futuras generaciones, lo de ‘Kubalita’ y sus compañeras fue auténtica pasión por el fútbol. No trataban de abrir camino. Ni siquiera eran conscientes, por aquel entonces, de lo que podría suponer que una mujer estuviera jugando a ojos del régimen. No tenían ni idea del gran favor que estaban aportando a la sociedad gracias a su empeño por practicar lo que a ellas más les gustaba.

“No teníamos la sensación, ni vivíamos el fútbol como una transgresión al régimen o que éramos mujeres que estábamos siendo pioneras. Nosotras lo vivíamos con mucha más naturalidad. Lo que ha transcendido de lo que nosotras hicimos, desde el punto de vista social y deportivo, lo hemos vivido a posteriori”.

El gran esfuerzo que les podría suponer ir a entrenar no les importaba en absoluto. Algunas de ellas trabajaban, otras estudiaban y las conexiones u horarios del transporte público no les permitía desplazarse hasta el barrio de Nazaret con facilidad.

“Para poder ir al Parque Sindical, otra compañera y yo, nos levantábamos a las 6 de la mañana e íbamos dos horas andando, todavía de noche, para poder entrenar”.

Simplemente eran jóvenes que hacían lo que más les apasionaba hacer en la vida.

“Las chicas que jugábamos al fútbol, teníamos pasión por el fútbol, amábamos el fútbol y estábamos comprometidas con el equipo como si fuésemos unas profesionales de ahora”.

Fotos cedidas por Carmen Arce “Kubalita”.




Las colegiadas piden paso en el futbol masculino

El fenómeno del fútbol femenino ya no es una cuestión de modas, ni de responsabilidad social; tras largos años de pelea es una realidad. Está claro que el camino aún no ha hecho más que comenzar, pero tal y como decía José Antonio Madrigal: “Esfuércese un poquito solo en los pequeños y primeros pasos, y los demás vendrán solos”.

En estos tiempos tan cambiantes, es evidente que el fútbol está avanzando a pasos agigantados. Ya no se trata únicamente de quién es el mejor equipo, de que la SuperLiga es o no beneficiosa para este deporte, si no las propias reglas del juego se están adaptando al fútbol moderno.

Nunca dejaré de pensar en lo sencillo que parece y lo difícil que resulta aplicar correctamente esas reglas. Sin duda, la labor de los árbitros es esencial para que este deporte siga adelante, en el que muchas veces son el foco de todas las críticas mientras se dedican a lo que mejor saben hacer, que es hacer su trabajo.

Al igual que ha ocurrido en el fútbol femenino, el auge de las árbitras en esta última década en la categoría masculina va en aumento, figuras que muchas veces ven ensombrecida su labor sin un reconocimiento por todo su trabajo realizado a lo largo de los años.

Como en todas las historias, siempre hay una pionera que contra todo pronóstico rompió las reglas de una sociedad nada acostumbrada a ver figuras femeninas ligadas al mundo del fútbol. “La chica árbitro” para los periódicos de aquella época; para nosotros, Raquel Hernández de Mendiguren. Al igual que el país, que veía la luz con los últimos años del franquismo, apareció esta joven alavesa de tan solo 22 años, dispuesta a cumplir su sueño de ser árbitra profesional. Corría el año 1969, cuando Raquel dirigió su primer amistoso oficial. Fue en Mendizorroza, organizado por la agrupación de Radio y Televisión de Vitoria. Como ella, existen muchísimas mujeres que fueron y son capaces hoy en día de hacer frente a todos los prejuicios de la sociedad y seguir trabajando para que sean otras las que sigan ese legado.

Primer partido arbitrado por una mujer en territorio nacional, Raquel Hernández de Mendiguren hace historia. Fuente: El Correo

 

Marisa Luis Villa. Fuente: Twitter

Otra de las figuras más reconocidas en la historia del arbitraje femenino del territorio español es Marisa Luis Villa. En su espalda, más de 400 partidos, incluyendo torneos internaciones como JJOO (Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012), dos mundiales femeninos (China 2007, Alemania 2011), dos mundiales femeninos sub-20´ (Rusia 2006, Alemania 2010) y dos Eurocopas femeninas (Finlandia 2009, Suecia 2013). En sus 17 temporadas en la élite del fútbol femenino, también estuvo presente como delegada de colegiados de Primera División, marcando un precedente nunca vivido en nuestro país. Sin hacerlo de forma directa, se convirtió en la primera mujer ligada al arbitraje que trabajaba activamente en la máxima categoría. Sus años de trabajo vieron sus frutos incluso tras su retirada en 2013, ya que siguió trabajando para la RFEF, consiguiendo que la Liga Iberdrola sea arbitrada por mujeres convirtiéndose en una figura referente en la integración de la mujer en el fútbol.

Si hablamos del ámbito internacional, una de esas mujeres que ha sido capaz de romper todas las barreras ha sido la alemana Bibiana Steinhaus. En 2007 dio un gran paso histórico al ser la primera juez central en dirigir un partido masculino de la Bundesliga 2. Su ascenso no resultó nada sencillo, ya que no sería hasta 10 años más tarde cuando por fin le dieron la oportunidad de dirigir un encuentro en la máxima categoría alemana, en el partido que enfrento al Hertha de Berlin frente al Wender Bremen de la temporada 2017/2018 de la Bundesliga. Más allá de que se la conociera como “la mujer que paró a Guardiola” cuando ejercía de cuarto árbitro, es una de las referentes a nivel mundial. Sin embargo, como siempre, hay una parte de la historia que no aparece en todas las portadas. Al igual que muchas otras, Bibiana tenía el sueño de ser futbolista, pero sin el talento necesario, decidió seguir los pasos de su padre para comenzar su formación con tan solo 15 años. Desde que debutó con la pronta edad de 16, ha podido compaginar el digno arte del arbitraje con la de ser policía, aunque eso signifique que tenga que estar en comisaría los días festivos para poder acudir a arbitrar los fines de semana. Actualmente con sus 41 años, está en la tercera posición del ránking mundial de la IFFHS.

Qué duda cabe la importancia que tiene el país de procedencia de estas colegiadas, siendo Alemania y Francia los líderes en la apuesta del fútbol y arbitraje femenino. Reflejo de ello, otra de las grandes árbitras en el fútbol masculino es la francesa Stéphanie Frappart. Gracias a su trabajo y dedicación, no sólo pasará a la historia por ser la primera mujer en arbitrar un partido de League 1, sino que también lo hará por dirigir uno de Europa League y Champions League. Su caso es ligeramente distinto al de Bibiana, ya que desde muy pequeña jugó en las categorías inferiores del AS Herbay. Aunque talento no le faltaba, ya desde los 13 años tenía claro que su sueño era el arbitraje, por lo que comenzó a acudir a clases para aprenderse perfectamente el reglamento del futbol. Lamentablemente, no toda la sociedad está aún preparada para ver cómo tanto hombres y mujeres tienen cabida en el fútbol, sea la modalidad que sea. En 2015, el entrenador David Le Frapper, que por aquel entonces dirigía el Valenciennes FC, realizó unas polémicas declaraciones alegando que “es complicado para una mujer arbitrar en un deporte de hombres”. Lo que engrandece la figura de Stéphanie es que ni siquiera se molestó en contestar a tal absurdez; siguió centrada en su trabajo y es por lo que, hoy en día, se le considera toda una institución en el arbitraje francés.  Como colofón a su carrera, Frappart también dirigió la Supercopa de Europa entre el Liverpol y el Chelsea en el Wanda Metropolitano, lo que sentó un gran precedente por parte de UEFA y FIFA. Sin duda, una mujer que no entiende de barreras.

Stpehanie Frappart y Bibiana Steinhaus arbitrando sendos partidos. Fuente: Marca

Tras el precedente marcado por la ya mencionada Marisa, en España también podemos sacar pecho con Guadalupe Porras Ayuso, única y primera juez de línea en la historia del fútbol masculino español en la máxima categoría. La pacense nunca ha tenido pelos en la lengua, dejando claro en sus apariciones públicas que “arbitrar es gestionar emociones, si no gestionas las tuyas, ¿cómo vas a gestionar las de los jugadores, técnicos, etc.?”. Gracias a su carácter, curtido en 9 años en el ejército y la igualdad como bandera, defiende que los menosprecios son los mismos en cantidad a la de sus compañeros de profesión, aunque las suyas son dirigidas a su sexo. Al igual que otras mujeres que decidieron dedicarse al arbitraje, tuvo que dejar atrás su vocación de estudiante de primaria para seguir su sueño. Su camino no fue nada fácil; tras su debut con 16 años en la Tercera División Española y su rápido ascenso a Segunda B el próximo año, tuvo que esperar ocho más para ascender al ámbito profesional. Como ya adelantaba al inicio del relato, la temporada 2019/2020 ascendió a la máxima categoría masculina donde se grabará en el recuerdo de todos aquel enfrentamiento en Son Moix entre el R.C.D. Mallorca y la S.D. Eibar. Ella ha sido capaz de marcar la diferencia de tal manera que este año fue una de las jueces de línea en la final en La Cartuja de la Copa del Rey 2021. Un ascenso fulgurante que augura un futuro formidable dejando claro que, si se quiere, se puede.

Debut de Guadalupe Porras Ayuso en la máxima categoría en Son Moix. Fuente: Mundo Deportivo

Para terminar, me gustaría terminar con una mención especial para la turca Drahsan Arda. Probablemente, a la mayoría no le suene de nada su nombre, pero hace apenas dos años la FIFA la reconoció como la primera mujer árbitro en la historia del fútbol, siendo su primer partido el 26 de junio de 1968. Nacida en Edirne, se formó como árbitro en su país natal en 1967, para un año después arbitrar su primer partido semiprofesional en el estadio Mithatpasa de Estambul. Tras mudarse a Alemania, donde además de ser maestra ejerció de árbitro durante 30 años, recibiendo una insignia de oro y una placa de la Asociación Bávara de Fútbol (BFV). Tras recibir el reconocimiento de la FIFA en 2018, la mujer de 73 años declaró que: “Es un honor ser la primera en la historia. Estaba entusiasmada con mi primer partido hace exactamente 50 años. Con la carta que me envió la FIFA, volví a vivir esa emoción”.

Fuente: Daily News

Lo idílico de todas estas historias es que cada una de ellas tiene un trasfondo tan profundo que inspirará a las jóvenes generaciones a perseguir sus sueños. Por mucho que la sociedad les ponga barreras, estas luchadoras estarán en el recuerdo de todos cada vez que una mujer consiga avanzar en el mundo del fútbol que históricamente, tan mal las ha tratado.