El nacimiento de la AFE

El 26 de febrero de 1976 fue día clave en la lucha de los futbolistas por conformar su sindicato, aunque en el seno de la propia AFE parezcan haberlo olvidado. Después de muchas idas y venidas, reuniones de vestuario, debates en el seno de las distintas plantillas aprovechando desplazamientos -por esa época todavía en autobús o tren Talgo-, los profesionales del cuero pudieron reunirse en el Palacio de Exposiciones y Congresos madrileño, con la decidida intención de dar un paso de gigante.

Franco había fallecido el 20 de noviembre del año anterior, y aunque la gobernanza nacional continuaba en manos del Régimen, éste seguía sin reponerse del durísimo golpe que representara el asesinato de Luis Carrero Blanco (20-XII-1973), presidente del gobierno y futurible “heredero” del poder, siquiera en la sombra. Por las costuras gubernamentales escapaban hombres con pedigrí político, convencidos de que el porvenir exigía apertura al exterior, un nuevo orden de puertas adentro, y democracia real, no ese sucedáneo insípido al que otrora, sólo por despistar, colgasen el apellido de “orgánica”. Otros cantaban el Cara al Sol, recuperando del pasado remoto saludos brazo en alto, se conjuraban como guardia pretoriana de Cristo Rey, o hacían de la intransigencia moral, canónica e ideológica, su nuevo santo y seña. Una mayoría silenciosa, aún dubitativa, parecía evaluar la conveniencia del borrón y cuenta nueva. Eran, en parte, hijos de franquistas más o menos devotos, a los que el desarrollismo sesentero convirtió en contestatarios, tanto en talleres y fábricas, donde a intervalos podían oírse mensajes “revolucionarios”, como en la Universidad, por cuyos campus y claustro circulaban libros “malditos”, tipo “El Capital”, poemarios de Neruda o novelas con grandes dosis de vitriolo, firmadas por Dashiell Hammett (“Cosecha Roja”), Raymond Chandler (“El largo adiós” o “El sueño eterno”), Pul Cain (“El bribón”), Horace McCoy (“¿Acaso no matan a los caballos?” o “Los sudarios no tienen bolsillos”) y Jhon Steinbeck (“Las uvas de la ira”). Para cosechar frutos había que agitar el árbol. Y muchos futbolistas lo hicieron.

Johan Cruyff ya había dado cumplidas muestras de su carácter reivindicativo en Holanda, y aquí tampoco se inhibió cuando sus compañeros de profesión decidieron constituir un sindicato. Tanto él, como otras prestigiosas estrellas, eran conscientes de que cualquier posible logro probablemente no les alcanzaría. Y aun así pusieron su imagen y representatividad al servicio de los menos favorecidos.

Los clubes de categoría nacional (118) habían recibido la pertinente invitación a enviar un delegado, elegido democráticamente, a ser posible, entre cuantos conformaban cada plantilla. No todos se desplazaron. El miedo a hipotéticas represalias, la incertidumbre, y el engorro del desplazamiento, redujo la concurrencia a 61: poco más del 50 %. Pero aun con todo, la reunión prevista para las 4 de la tarde daría inicio con 17 minutos de retraso. En la presidencia, Amancio Amaro (Real Madrid), y José Ángel Iribar (At. Bilbao), representantes de los jugadores en la Federación. Entre ambos, el abogado y antiguo futbolista José Cabrera Bazán, defensor de varios hombres con camiseta y pantalón corto en litigios profesionales, adalid de la causa, reconocido catedrático de Derecho Laboral, y más adelante político sin pelos en la lengua, amén de incómodo “Pepito Grillo” para Felipe González, líder del PSOE. Por no hacer interminable el listado, había allí muchos rostros reconocibles: Cruyff y Rifé (Barcelona), De Felipe (Español), Salcedo (At Madrid), Enrique Lora (Sevilla), Barrachina (Valencia), Martínez (Real Sociedad), Irazusta (Zaragoza), Alfonseda (Elche), Villar (At Bilbao), Sabaté (Betis), Miguel Ángel (Real Madrid), Baena (Hércules), César (Oviedo), Huerta (Salamanca), Macías y Martínez (C. D. Málaga), Aramayo y Artero (Rayo Vallecano), Serena (San Andrés), Lizarralde (Valladolid), Rodilla (Celta), Mariano (Mallorca), o Bordons (Moscardó). Algunos, capitanes indiscutidos en su vestuario. Otros, como Ángel María Villar, futuro presidente de las federaciones Vizcaína y Española, virtualmente licenciado en Derecho.

Poco llegó a saberse acerca de lo tratado, porque el cónclave tuvo lugar a puerta cerrada. Algo que a los medios informativos sentó muy mal. “Recurrieron a la tan democrática y aperturista (?) política -se escribió en “Marca”-, haciendo que los informadores se armaran de paciencia y sentido de la profesionalidad, aguardando durante tres horas su término”. Precaución más que necesaria, en todo caso, por mucho que a la prensa le costase entenderlo. Sólo faltaba que cada club supiese cómo se expresaron los suyos, el tipo de “trapos sucios” aireado, o la estrategia a seguir contra unas entidades empeñadas en preservar su cacicazgo. Finalizada la reunión, Cabrera Bazán ejerció de portavoz ante los muchos reporteros congregados.

“Se ha acordado acudir al Ministerio de Trabajo para plantear la adscripción a la Seguridad Social, si bien en régimen especial y con reglamentación adecuada a la actividad -dijo-. Y también al Ministerio de Relaciones Sindicales, a fin de gestionar la sindicación. Todo esto se llevará a cabo de inmediato. Yo ahora regreso a Sevilla, dispuesto a trabajar ininterrumpidamente. He apreciado en los asistentes gran solidaridad. Incluso se ha pensado que estas peticiones incluyan a los jugadores amateurs”.

Algún informador apuntó la posibilidad de que se hubiera planteado mirar hacia el exterior. Johan Cruyff, capitán del Barcelona, disponía de datos relativos a Holanda. Y además venía hablándose de que Amancio e Iribar pensaban trasladarse a Portugal, con idea de estudiar sobre el terreno la situación lusitana. “En efecto -reconoció el jurista-. Tenemos intención de contactar con otros ordenamientos del exterior. Y en tal sentido, por su componente socioeconómico es Italia quien más puede asemejarse a nosotros”.

Al ser inquirido sobre si se abordó la eventualidad de impedir la llegada de jugadores extranjeros, el otrora futbolista manifestó que no era cuestión de correr tanto. La consideración del jugador de fútbol como trabajador constituía meta primordial. Pudiera ser diferente cuando, logrado el sindicato, se negociaran convenios colectivos. Ese, quizás, fuera punto a incluir en ellos. Sus palabras, claro, desataron algún revuelo. Desde que en 1974 se abriese el portillo importador, con el límite de dos foráneos por club, se venían produciendo abusos. Bastaban dos años para que cualquier sudamericano accediera a la nacionalidad española. Eso si no se casaba con una súbdita de nuestro país, en cuyo caso obtenía la españolidad “por ovarios”. Junto a quienes llegaran como extranjeros había que añadir los abundantes “oriundos”, parte de ellos con documentación que en breve iba a demostrarse falsificada. Cabrera Bazán, consciente de haber sembrado la primera brisa de una futura tormenta al referirse al convenio colectivo, quiso mostrarse conciliador:

“No existe animosidad por nuestra parte, ni contra los clubes, el órgano federativo, o la Delegación Nacional de Deportes, aunque puedan darse roces. Lo que procuramos es dar la debida seriedad a unos ordenamientos jurídicos trasnochados, con validez si acaso hace cincuenta años, pero no en la actualidad”.

El régimen especial de Seguridad Social también suscitó dudas. Existía ya uno para los toreros, otros para trabajadores del mar, del campo… El de los futbolistas debía semejarse al de los hombres de luces. Además, una vez con cartilla sanitaria todas las gentes del balón, el futuro de la Mutualidad se antojaba más que en entredicho. A ese respecto, el compareciente tampoco quiso hablar de disolverlo: “Se transformará, probablemente; pudiera ejercer una labor complementaria”.

Pero el punto estrella para los futbolistas desde hacía un quinquenio, emparejado a la sindicación, tenía que ver con el derecho de retención. Preguntado sobre el particular, Cabrera no anduvo con rodeos: “Desde luego ha de conseguirse una mayor igualdad entre clubes y futbolistas. Los contratos no pueden tener de facto una validez de por vida. Eso resulta absurdo”.

Asamblea de la AFE. José Manuel, Villar, Quino y Asensi, futbolistas reconocibles en la mesa presidencial. Un viejo proyecto cobraba tintes de realidad.

Las líneas maestras estaban trazadas. Y dado el punto de partida, lastrado por el inmovilismo de unos y el espíritu de lucha de otros, todo parecía indicar se avecinaba una notable conflictividad. De aquella reunión se salió con un inicial nombramiento de cargos, punto, por cierto, al que la prensa concedería escaso interés. Fueron éstos, al margen de la asesoría jurídica en manos del andaluz Cabrera Bazán: Iribar y Amancio, portavoces. Joaquín Rifé secretario general. Isacio Calleja, ya licenciado en Derecho, procurador. Y como responsables de comisiones con distribución territorial, Ángel Mª Villar (Athletic), Vales (Coruña) y Arturo (Ferrol), en la zona Norte; Artero (Rayo Vallecano), Huerta (Salamanca), González (Carabanchel) y alguien de Las Palmas pendiente de determinar, ante la inasistencia de canarios, en el área Centro; Chirri (Granada), el burgalés Martínez (C. D. Málaga) y Ravelo (Xerez), en Andalucía; De Felipe (Español), Hachero (Tarrasa), Ruiz Abellán (Murcia) y Abete (Manresa), en la región catalano-levantina.

Quedaba por ver cómo se tomaban los clubes una situación tan novedosa, y por fin trazada con la imprescindible seriedad. Previendo, tal vez, la belicosidad de los futbolistas que ya llevaban largo tiempo revueltos, las entidades habían creado su propia Agrupación Sindical, presidida desde diciembre por Arturo Manrique. Un organismo que ni siquiera había comunicado sus líneas maestras de actuación. Cogido con el pie cambiado, su máximo responsable, dos días después de la reunión de jugadores, anunció trasladar en breve el programa de dicho órgano. Pero antes tuvo que dar algunas respuestas: “Si bien comenzamos la andadura en diciembre, aún no hemos tenido ningún tipo de actividad. Llegaron las Navidades, los Reyes, y no ha habido tiempo de llevar nada a la práctica. Ahora nos empujan desde abajo”.

A Manrique lo había presentado el At Madrid. Aunque la vicepresidencia recayó en el Real Madrid, los “merengues” renunciaron, desviándose entonces ese cargo a manos de Fernando Alonso, máximo mandatario del Real Valladolid. La constitución de junta se hizo esperar hasta mediados de enero. Dicha agrupación, integrada en la Unión de Empresarios de Espectáculos (sindicato vertical), daba por sentado que los futbolistas, afianzada su propia agrupación, habrían de figurar en la Unión de Trabajadores (mismo órgano vertical). Claro que a ese respecto se equivocaban. Cabrera Bazán, convencido de que en España iban a cambiar muchas cosas, apostaba por una apertura democrática con libertades y pluralidad sindical. Soñaba con un sindicato propio, o en su defecto asociado a cualquiera de los que pudiesen emerger. En algo, empero, coincidían tanto los futbolistas como la Agrupación de Clubes: en el establecimiento de unos contratos de trabajo tipo, en debatir lo relativo a Seguridad Social, y sobre la necesidad de sindicación. “Algo que no ha de proponerse, sino llevarla a cabo”, en palabras del mismísimo Arturo Manrique. “Ahora bien -matizaba-, esto tendrá mucho de aventura, porque el fútbol es distinto a todo. Las consecuencias que pudieran derivarse tal vez resulten imprevisibles. Dentro de poco va a ser difícil mantener las actuales estructuras futbolísticas, porque todo cambia. El Tribunal Supremo se ha pronunciado varias veces sobre cuestiones de clubes y jugadores, a los que considera empleados por cuenta ajena. El entronque no es fácil; exigirá un detenido estudio y la colaboración de todos los clubes españoles”.

“La sindicación de jugadores, una aventura”, sintetizó “Marca” en titulares. Y el mismo medio, en su número del 28 de febrero, dedicaría a tan candente tema un editorial. Su firmante, Carmelo Martínez, partía de la carta abierta que Juan José Rosón emitiera el no tan lejano 2 de julio de 1973, calificándola de profética. En ella, efectivamente, se señalaba la adscripción a la Seguridad Social como primer objetivo del gremio balompédico. Y a su vera el abrigo sindical, imprescindible si se aspiraba a negociar convenios colectivos. Por desgracia, los clubes se habían enrocado en su negativa a correr con los gastos del Instituto Nacional de Previsión, y desde la superioridad nadie les obligó a hacerlo. Dos años y medio después, los futbolistas se mostraban más rabiosos y a los clubes podía no valerles su eterno discurso. “Ignoro qué saldrá ahora, después de esa asamblea de futbolistas donde el tema se ha planteado -lucubraba el editorialista, como cierre-. Conseguir una reglamentación laboral adecuada y un régimen especial de Seguridad Social, lo creo no sólo posible, sino inmediato. Respecto a la sindicación, que es el punto principal, ya no puedo ser tan optimista. Quisiera equivocarme, pero mucho me temo que los mismos que no decían que no, pero se constituían en lastre, van a seguir intentando que la solución se aplace los más posible”.

Carmelo Martínez hubiera podido ganarse la vida como advino. Santiago Bernabéu, peso pesado de nuestro deporte rey, cuya opinión superaba entonces en tonelaje a lo emanado desde el sillón presidencial federativo, hizo unas declaraciones a la revista gala “France Football” (marzo 1976), harto concluyentes. A su ya antiguo “Si los jugadores se sindican, yo me voy”, acompañaba una pintoresca justificación: “Soy presidente del Real Madrid desde hace 33 años. He construido el estadio gracias a un préstamo, y la sociedad es ahora próspera. Pero si los jugadores españoles forman un sindicato, yo dimitiré. He sido siempre para los hombres de mi club un “jugador veterano”. No puedo permitirme que ellos, en adelante, me consideren un patrón. Si fuera así, me iría, ya que nunca he sabido dirigir empleados”.

Pirri, caricaturizado por García Lorente algunos años después. Tampoco el laureado internacional se libró de críticas por sus “veleidades sindicalistas”.

Max Urbini, autor de la entrevista, se refería a don Santiago como “presidente fuera de serie, en un club único en el mundo”. Y añadía que la posición resonante que acababa de adoptar ante la próxima creación de un sindicato de jugadores en España, revestía importancia capital. A manera de reflexión concluía: “Estas palabras provocaron efervescencia en todos los medios interesados. Tanto más cuanto que Pirri y Amancio, dos pilares del Real, están entre los futuros sindicalistas más cualificados. Incluso con mensualidades de superstar”.

O el periodista conjugó mal esta última oración, queriendo decir que uno y otro componían el grupo de profesionales mejor pagados por la entidad merengue, o disparaba con plena consciencia un dardo envenenado hacia las ya veteranas estrellas. Porque aquel embrión sindical partía de la nada, sin apenas fondos, con aportaciones de los propios futbolistas y completo altruismo. En marzo de 1976, ninguno de los citados veía un céntimo de la todavía Asociación.

 “France Football” no fue el único medio empeñado en airear porquería. Los ataques contra parte de esos pioneros, larvados o a cara descubierta, surgieron desde muy variadas instancias sin hacerse esperar. Hubo intoxicaciones, bulos y realidades retorcidas, que en algún caso emanaban el acre aroma del ajuste de cuentas. Finalizaba octubre del mismo año cuando Paul Breitner, jugador germano del Real Madrid, tuvo que salir al paso de una afirmación recogida por informativos teutones, según la cual había entregado medio millón de ptas. para una huelga. Empleando como púlpito el diario sensacionalista “Bild”, aseguró en su réplica: “Es una estupidez afirmar que he caído en desgracia con la directiva del Real Madrid por haber colaborado con medio millón de pesetas en una huelga laboral. Todo el equipo del Real Madrid entregó a tal fin, en febrero pasado, una cantidad comprendida entre 70 y 100.000 ptas., y yo colaboré en esta acción conjunta, sin que la Directiva hubiera puesto ninguna objeción”. Puesto que los medios alemanes venían especulando sobre la posibilidad de que abandonase pronto la entidad española, para regresar a la Bundesliga, tampoco faltó quien diese por hecho un despido con cajas destempladas. A ese respecto, el jugador de cabellera ensortijada aseguró sentirse contento en Madrid, y sin el menor contacto con ninguno de los tres clubes interesados en su incorporación, a tenor de distintas informaciones: Herta berlinés, Bayern de Múnich y Hamburgo.

Fuentes del Real Madrid corroboraron el desmentido de su futbolista: “Hace algún tiempo, nuestro jugadores entregaron pequeñas cantidades para sufragar las perentorias necesidades de ciertas familias, personadas con esa solicitud. Y como cada cual es dueño de su dinero, no se les puso ningún reparo. No creemos que Paul Breitner haya entregado ese medio millón de pesetas”. Un acto caritativo acababa retorciéndose hasta convertirlo en apoyo a una huelga de futbolistas inexistente. Fábula que por otra parte podía encajar muy bien con el personaje, considerado “revolucionario” en su país, a tenor de una teórica ideología maoísta, desmentida, en todo caso, por gustos tan burgueses como los coches de lujo y cierta excentricidad. Llegó a poseer un caballo trotón, por ejemplo, con el que solía vérsele tirar de riendas por el hipódromo.

Había temor, en muchas instancias, a que el virus sindicalista se expandiese por el planeta futbolístico. Y ciertos hechos contribuyeron a alimentar miedos.

El 4 de setiembre del mismo año, desde Brasil llegaban noticias sobre el reconocimiento de la profesión de jugador, con encaje jurídico. El Ministerio de Trabajo, con sede en Brasilia, accedía así a las propuestas cursadas en tal sentido por futbolistas de distintos estados, estableciendo que los futuros contratos debían contemplar un máximo de 48 horas laborales por semana, y vacaciones anuales de 30 días. En adelante los clubes no podrían sancionar a ningún miembro de sus plantillas con porcentajes superiores al 40 % de su salario mensual, cuando hasta entonces lo común era penalizar con el 60 % cualquier acto de indisciplina. Los clubes profesionales iban a tener vetada la contratación de futbolistas con menos de 21 años, y ante cualquier traspaso, además de exigirse la aquiescencia explícita del traspasable, el 15 % de su monto absoluto quedaba reservado al profesional.

Eso era muchísimo más de lo que nuestros jugadores tenían, aunque menos de cuanto Cabrera Bazán confiaba conseguir. Y aquella sana ambición de mejora habría de traducirse en catarata de ataques desde casi todos los medios informativos, a menudo sin gran sustento y dando por hechas determinadas demandas nunca verbalizadas desde el todavía proyecto sindical.

El 10 de diciembre de 1977, el diario deportivo “Marca”, desde su sección “Hora Cero”, que venía a ejercer como editorial, contribuyó no poco a esparcir la confusión. Arrancaba con un augurio de pesimista patológico: “No tengo nada contra la Asociación de Futbolistas Profesionales, ya en marcha; pero me temo que si sólo va a mirar por el hueco grande del embudo, termine estrechándose el otro ojo, con grave peligro de que se atore. Y entonces, ¡adiós fútbol!, porque, que uno sepa, cada club -con escasas excepciones- las está pasando canutas para trampear con el dinero que cuesta mantener una plantilla”. Ya formulada la declaración de principios, su autor parecía fajarse a gusto en medio del zafarrancho: “Dice Quino que los futbolistas profesionales quieren ser considerados trabajadores por cuenta ajena, y los clubes como una empresa. Pues bien, ¿ha pensado Quino que en esa categoría donde quiere integrar al fútbol profesional no hay primas que valgan y que sólo, en casos excepcionales y después de mirar el balance anual, cuando éste lo permite se conceden algunas en razón del rendimiento dado a la empresa? En una empresa, por otra parte, no hay gratificación que valga, o prima, por ganar en casa, frase que en uso vulgar supone “por trabajar lo que se debe trabajar, según contrato previo”. En una empresa no se paga cantidad extra por contratar a un muchacho que aún debe probar su calidad, cosa que se hace en el fútbol. En una empresa, cuando el muchacho sale listo puede ascender más o menos rápidamente, e incluso tal vez llegue a puestos de relieve; pero necesita tiempo para situarse. Por eso, en una empresa puede irse el empleado, si recibe una oferta mejor. Porque a la sociedad industrial o de cualquier otro ramo, aquel empleado no le ha costado más que lo satisfecho mensualmente. Porque no lo compró -y perdóneseme la palabreja- para hacer de él una figura, como ocurre con los clubes”.

El humorista “Jotauve” fue uno de los muchos que vieron a los futbolistas como niñatos caprichosos o extorsionistas privilegiados, envalentonados en su constante exigencia de enormidades inasumibles.

Reprochaba a los futbolistas, además, su pretensión de hincar el diente a los derechos de televisión, publicidad, etc., mermando así la economía de unos clubes en déficit perpetuo, dando por hecho que el aficionado seguiría siendo pagano sin voz ni voto en una fiesta de ricachones. Indirectamente vestía a Quino con galas de demagogo, a partir de unas declaraciones suyas donde aseguraba condolerse ante los futbolistas que ganaban poco. “Esto sucede en todas las profesiones -enhebraba el redactor-. ¿Es que en la construcción, por ejemplo, se lleva el mismo dinero un arquitecto, el ingeniero o el aparejador, que el peón que arrastra la carretilla con cemento? Y aun dentro de la primera categoría, ¿es que acaso todos los arquitectos ganan lo mismo? Si el fútbol tiene pocas coincidencias con otras profesiones, en esto, en la diferencia por calidad, inteligencia o rendimiento, coincide con cualquier otra. Hay médicos que sólo ganan para vivir, y muchas veces regularmente, y los hay que por cada gol -cada consulta- se llevan el oro y el moro. Y quien dice médico, dice abogado o ingeniero. Y hasta banquero, que también en la Banca hay categorías”.

Tras admitir que si la vida profesional del futbolista era corta, como la de los boxeadores o toreros, y que a muchos les aguardaban serios reveses económicos una vez retirados, ponía énfasis en el hecho de que si bien la actividad de otros profesionales ajenos al deporte se dilataba más, temporalmente, tampoco para ellos pintaban oros. “No se eche en saco roto que cuando un trabajador deja el tajo, se encuentra con una jubilación que apenas sirve para atender sus más perentorias necesidades”. A modo de remate, sugería que la Asociación, si aspiraba a resolver parte de sus problemas, debía abordar determinadas cesiones de privilegiados en favor de compañeros más débiles, mediante este lapidario argumento: “Siendo imposible que todos seamos millonarios, resultaría más fácil igualar hacia abajo. Y poner cada uno de su parte”.

La falta de solidaridad había sido uno de los puntos más reprochados a las estrellas del balón, durante los días de proyecto asociativo. Tanto la patronal, como desde el seno federativo, trataron de dividir a “ricos” y “pobres” poco menos que a golpes de tomahawk. Y si durante algún tiempo el método pareció proporcionar algún fruto, a la postre el paso al frente de las “vacas sagradas”, con “merengues”, “culés”, “periquitos”, “chés”, “colchoneros” y “palanganas” mirando hacia la realidad de los demás, abortaría muchas maniobras.

Avanzado el mismo mes de diciembre, los futbolistas nacionales acordaron abrir el proyecto a sus cada vez más abundantes compañeros venidos del extranjero. Bartolomé Rial, con la ayuda del letrado José Luis Carceller, presidía una comisión formada por los jugadores De Felipe, Valdés, Sánchez Barrios, Martínez, Herreros, Pacheco, Michelena, Zabaleta, Molinos, Abete y Marco, encargada de alumbrar un proyecto estatutario. Se barajaba una cuota de 800 ptas. mensuales para mantener la Asociación, y el propio Rial desmentía la tantas veces cacareada exigencia de privilegios fiscales, hipotéticamente planteada por los astros y abrazada desde los medios de difusión como artículo de fe: “De una vez por todas quisiera aclarar que no vamos contra nadie, como tampoco pretendemos la bancarrota de los clubes. No vamos a establecer la derogación del derecho de retención, ni pretendemos conseguir ese 1 % de las quinielas”.

Acerca de su renuncia a derogar el derecho de retención le faltó añadir “de momento”, para ser sincero. Porque dinamitar aquel resto de feudalismo sí figuraba en la agenda de los agremiados, con letras mayúsculas.       

La Asociación de Futbolistas Españoles no pudo constituirse hasta el 23 de febrero de 1978, luego de ser aprobada, en asamblea, el 25 de enero. La cuota acabó redondeándose en 10.000 ptas. anuales (2.500 por trimestre), y casi 500 futbolistas activos participaron en el acto. De las siete zonas geográficas previstas en los estatutos como distribución representativa, se pasó a las 11, luego de largo debate y discusiones. Queden, como curiosidad, los delegados electos en la misma Asamblea: Molinos, para las 4 provincias catalanas y el coprincipado de Andorra; Sabaté (Andalucía, Ceuta y Melilla); el portero Rey Tapias (Galicia); Díez Gilabert, guardameta también, para Murcia y las tres provincias del antiguo reino valenciano; Uranga, más adelante abogado muy próximo a movimientos de la órbita independentista vasca radical, para Navarra y País Vasco; en Castilla la Vieja el salmantino Enrique; Gerardo González Movilla (Canarias); Pacheco (Castilla la Nueva, es decir las provincias de Madrid, Toledo, Ciudad Real, Cuenca y Guadalajara); Irazusta (las tres provincias aragonesas); Herrero (Asturias y Cantabria), y el valenciano Nebot (Baleares). En la designación de junta directiva salieron elegidos Quino, presidente (196 votos); Rial, vicepresidente 1º (83 votos); Ángel Mª Villar, vicepresidente 2º (73 votos), y como secretario Alfonso Abete Otazu. El primer presupuesto para 1978 quedó fijado en 21.185.000 ptas., si bien dicha cifra, al ser amortizable en dos años, iba a quedar reducida a 19.665.000. Diecinueve millones procederían de cuotas, y la obtención de recursos atípicos se estimaba en otros dos millones. Por comentarios aireados en el mismo acto, parece que el número de afiliados rondaba en ese instante los 1.900.   

Juan Luis Irazusta Adarraga, sobrino de Pasieguito y miembro de una familia deportista multidisciplinar, tenía motivos para conocer cuán frágil podía ser su profesión, en teoría envidiable, pero pródiga en claroscuros. Inquieto, comprometido y universitario, sus compañeros habrían de elegirlo delegado en Aragón, no en vano guarnecía cada domingo el marco de La Romareda.

En los veinticuatro meses transcurridos desde la anterior y desleída intentona, nuestro país había experimentado una absoluta transformación. Del ordeno y mando se pasó a un periodo constituyente. De una representación ciudadana fantasma, como era la del tercio familiar, al electorado universal para mayores de 21 años. Del partido único a la partidocracia y sobre todo a la legalización del comunismo, tan denostado a partir del 18 de julio de 1936. Del contubernio judeo-masónico a la libertad ideológica y de expresión; de las procesiones solemnes entre cánticos religiosos, a manifestaciones de huelguistas coreando eslóganes hirientes; del sindicato vertical a la posibilidad de elegir entre varias siglas de preguerra o dos docenes de agrupaciones blancas, rojas, azules o amarillas… Y de Arias Navarro, con su pesada mochila durante la represión bélica en Málaga, a un Adolfo Suárez todavía mirado con escepticismo, al forjarse como animal político al amparo del Movimiento.

Aquella primera junta directiva presidida por quien tras declararse en rebeldía con el Real Betis, luego de que su presidente se negara a traspasarlo sin respetar lo apalabrado, y aún diera un paso más colgando las botas durante casi un año a modo de protesta, ya era un hecho. La AFE necesitaba un líder, y Joaquín Sierra “Quino” lo era para muchos compañeros de profesión. Desde ese día, “Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis”, como llegó a ser tildada con muy aviesa intención la junta electa, asumieron un reto enorme, puesto que muchas, demasiadas cañas, se tornaron de inmediato en lanzas. Cabrera Bazán continuó administrando su buen hacer, entusiasmo y entrega, desde un plano más secundario, no por ello menos vital. A la reflexión en voz alta formulada en aquella cita del Palacio de Exposiciones y Congresos, dos años antes – “¡Ojalá fuésemos abogados, aparte de futbolistas!”-, se anteponía el realismo de tres letrados en la cúpula asociativa, como eran Rial, Villar y Abete, que además calzaban cada domingo botas de tacos. Lamentablemente, el primero hubo de salir casi por la ventana tras verse implicado en un intento, o algo más, de amaño deportivo.

Quino se mantuvo en el cargo hasta 1982, bien es cierto que con una breve ausencia, a modo de paréntesis. Tras fracasar rotundamente uno de sus proyectos huelguísticos, cedería espacio a Juan José Iriarte Salón. Pero entre tanto se vivió una vorágine de acontecimientos, cuyo epicentro tuvo lugar el cálido junio de 1978, mes durante el que iba a sustanciarse la primera demanda de conflicto colectivo. Mil y una razones amparaban a los futbolistas, vistos con perspectiva algunos hechos. Como el que tres meses antes afectase al elenco del Atlético Marbella.

Hartos de ser tratados como niños por su directiva, de promesas de pago incumplidas, dilaciones y desplantes, aquellos modestos reaccionaron declarándose en huelga, sin obtener otra cosa que amenazas rotundas. Como la situación personal de algunos frisase la indigencia tras correr con los gastos de alquiler, luz, agua y alimentación, en marzo se cuadraron: O cobraban algo, o no subían al autobús para rendir visita al Extremadura de Almendralejo. Finalmente viajaron en su lugar los juveniles, y ya durante el regreso de la Tierra de Barros, aquella directiva enhebró las represalias. Multa a todos los convocados para ese partido, hasta el límite máximo establecido por la legislación federativa, y apertura de expediente a Peláez, Quique, Velasco y Julio, teóricos cabecillas del plante.

Era el mundo al revés. Quienes no cobraban, seguían forzosamente atados al club moroso, o insolvente, sin posibilidad de hacerse con la carta de libertad. Y aparte de no cobrar, desde la Federación se daban por buenas las sanciones económicas impuestas. Si cualquier trabajador convencional pechara con una situación similar, o bien daba el portazo, o sólo tenía que acudir ante Magistratura para quedar desligado del contratante, y ver condenado a éste como si de un despido improcedente se tratase. Para los jornaleros balompédicos, en cambio, regía otro código. La presentación de conflicto colectivo desde la AFE se antojaba reacción harto lógica.

Decir que la Federación Española no se lo esperaba, como entonces llegó a escribirse, constituye fantasía con hadas, elfos y habitantes de Narnia. Estaban más que avisados, luego de haberse limitado a escuchar a los jugadores sin el más mínimo aporte, pretextando que aquellas reivindicaciones superaban el marco de su estructura específicamente deportiva. Desde el ente federativo, sin embargo, se medía escrupulosamente cada paso. Subyacía tras tanto desinterés, el decidido propósito de no reconocer ninguna personalidad jurídica a la Asociación. Los futbolistas, entonces, denunciaron a la F.E.F., fijándose para el martes 13 de junio -ya era casualidad, un martes y trece- el acto de conciliación en la Dirección General de Trabajo, requisito previo a cualquier demanda definitiva.

La ironía de “Vica”, en “Jaén”. Los sindicalistas del balón convirtiendo sus obligaciones en derecho propio, y por ende en obligación ajena.

La Federación obtuvo un primer triunfo testimonial, consistente en aplazar el acto hasta el día 28, cuando su presidente, Pablo Porta, hubiese regresado de Argentina, donde “la roja” disputaba el Campeonato del Mundo. Victoria pírrica, puesto que la AFE, con clara intención de ganar tiempo, extendió su denuncia a los 198 clubes de categoría profesional. Entonces, aunque el Comité Ejecutivo del órgano rector balompédico hubiese acordado elevar un escrito reconociéndose “carente de legitimidad pasiva sobre el tema”, es decir sin personalidad suficiente para ser objeto de demanda, y en consecuencia personarse a través de un procurador, tuvo que cambiar de estrategia, presentando en el acto a su asesor jurídico, Fernando Vara del Rey.

“¡Millonarios en lucha!”, tituló un medio nostálgico de otro tiempo, con calculada socarronería. “Tendría gracia que los niños mimados se declarasen en huelga”, lucubró desde su columna cierto comentarista. “Al menos éstos no tendrán problemas para engordar la caja de resistencia”, ironizó otro, tomándole el testigo. Tampoco faltaron intoxicaciones gratuitas, pintando a los futbolistas como gente sin cerebro: “¿Quién dice que los jugadores vayan a movilizarse? Ahora mismo están más ocupados con sus vacaciones, renovar contrato y buscar equipo para la temporada venidera, que en la lectura del mamotreto reivindicativo”. En general, el hecho de que nuestros ases amagasen con un posible plante no fue entendido ni en las redacciones ni en la calle. La conflictividad laboral se antojaba cosa de obreros o empleados con 23.000 ptas. de sueldo mensual. Era en ese ámbito donde unos sindicatos todavía en rodaje probaban su dentadura, no sabiendo si aún eran pececillos o tiburones jovencitos. ¿Pero en el fútbol? ¿Acaso iban a dejar al país sin ocio dominical, estando las cosas de la pelota, precisamente, entre las contadas que parecían funcionar relativamente bien?

La normativa vigente exigía que no habiendo acuerdo en el acto de conciliación, correspondía a la Dirección General de Trabajo dictar el correspondiente laudo. Y si éste no fuese aceptado por alguna de las partes, competía a la Magistratura de Trabajo un pronunciamiento con carácter de sentencia. La huelga, de momento, no estaba tan cerca como algunos la pintaban. Existía amplio margen de maniobra. Máxime, cuando los jugadores tampoco pedían la Luna. Entre sus 13 solicitudes, encabezadas con un “Se avenga la Federación a…”, se contemplaba cuanto sigue:

Derecho a la actividad sindical recogida en la legislación vigente.

A la representación en el seno federativo.

A la celebración de reuniones en locales e instalaciones deportivas donde prestaran servicios, con fines relacionados al ejercicio de su profesión, sin coacción de ninguna clase.

A la manifestación libre de su pensamiento sobre cualquier materia, y en especial sobre temas relacionados con su actividad profesional.

Derecho a contratar sus servicios, en cualquiera que fuese la categoría, sin límite alguno de edad o condicionamiento por religión, raza o nacionalidad, sin otro límite que el señalado por la legislación laboral en vigor.

Retribución pactada en cualquier forma y sin límite cuantitativo, pero consignado en cada contrato las cantidades correspondientes a prima anual de fichaje, sueldo mensual, primas por partidos oficiales o amistosos ganados o empatados, de clasificación para torneos nacionales o internacionales, así como especificación de plazos y días en que debían ser satisfechas.

Derecho a una jornada de descanso semanal, como mínimo, quedando ésta a conveniencia y necesidad del club. En el supuesto de que el día señalado no pudiera disfrutarse, debía ser sustituido por otro.

Vacaciones retribuidas de 30 días continuados al año, así como permiso a disfrutar en Nochebuena, Navidad, jueves y viernes santo.

Contratos de un año como mínimo, que expirarían al término de los mismos, si bien pudieran ser prorrogados de una temporada para otra facultativamente por los clubes, y obligatoriamente para los futbolistas, con ciertos límites.

Percepción, en casos de cesión temporal, de un 25 % sobre el importe que los clubes hubieran ingresado por ella. Además, claro está, de las cifras estipuladas en contrato.

Ante cualquier transferencia, los jugadores percibirían un 20 % sobre el total abonado desde la entidad compradora. Y si como contrapartida al traspaso figurase la cesión de algún o algunos futbolistas, se llevaría a cabo una evaluación global para estimar el monto absoluto.

Los futbolistas serían dueños de su propia imagen, tanto televisiva como gráfica o de cualquier otro tipo, sin que de ella pudieran hacer uso los clubes, a menos de existir acuerdo contractual.

Sobre la Seguridad Social, por cierto, ni una palabra. Era obvio que en el seno de la Asociación de Futbolistas se consideraba derecho conquistado, ineludible para los clubes, al minuto siguiente de ser reconocidos sus pupilos como trabajadores.

Necesitados de ingresos para el sostenimiento de su sindicato, los futbolistas recurrieron al marketing con su mascota, “Andrés el Ciempiés”. Sus creadores fueron Albert Rue (dibujante) y Albert Casullas. En la imagen, “catetos” editados por Heraclio Fournier.

Algún punto resultaba por demás sangrante. El relativo a la edad límite de contratación, por ejemplo, cuando la F.E.F. cifraba en dos el máximo de futbolistas mayores de 28 años para todos los clubes de 3ª División. De hecho, Pablo Porta había intentado imponer los 24 años como edad máxima en nuestra categoría de bronce. Proyecto que finalmente pudieron arrinconar no los deportistas, pese a su rotunda negativa, sino los propios clubes, al considerar mermadísimo su potencial competitivo. De facto, aquello hubiese equivalido a conformar una 1ª y 2ª División blindada, con acceso imposible para los de 3ª, puesto que si ascendieran un peldaño iban a hallarse en manifiesta inferioridad, como no tirasen la casa por la ventana en una completa reconfiguración de sus plantillas.

También tenía su aquel aparcar multas ante declaraciones discordantes, deslices verbales o críticas ponderadas y no ofensivas. El Atlético Marbella no era la única entidad dispuesta a reducir déficits con multas, cuando las cuentas no cuadraban. Pero sobre todo para la patronal futbolística constituía una afrenta la primera carga de dinamita contra el derecho de retención. Por el momento se mantenía, aunque con grandes limitaciones. Pero bastaba sumar dos y dos, concluyendo que si se aceptaba ese punto nadie sería capaz de apuntalar en lo sucesivo tan preciado derecho leonino. Las limitaciones solicitadas para su aplicación se resumían de este modo, en la demanda:

1.- Posibilidad de retener al futbolista durante un máximo de 4 temporadas, si el jugador contaba un máximo de 21 años durante la temporada de expiración contractual.

2.- Tres temporadas de prolongación, para futbolistas de 22 años.

3.- Dos campañas, si tuvieren 23.

4.- Y una, solamente, si hubieran alcanzado los 24 años.

Cumplidos los 25, el jugador podría quedar libre de compromiso si esa fuere su voluntad. Cuando el club deseara seguir contando con su concurso, debería comunicarlo fehacientemente, tanto al profesional como a la asociación sindical donde se encontrase encuadrado, con un adelanto de 15 días hábiles a la expiración del contrato. Por otra parte, en el supuesto de cualquier retención tendría lugar un incremento económico del 50 % sobre la ficha precedente, en la primera temporada; del 40 % en la segunda; del 30 % en la tercera y del 20 % en la cuarta y última. Todos los jugadores, en cualquier caso, conservarían el derecho a oponerse a las prórrogas, mediante demanda de conflicto colectivo, alegando la posibilidad de contratarse en mejores condiciones con otro club. En ese supuesto, el club donde hubiere prestado servicios dispondría de 10 días para ejercer su derecho de propiedad, igualando la oferta. Ante cualquier allanamiento del antiguo propietario, la entidad oferente dispondría a su vez de 5 días para depositar en el órgano correspondiente un contrato formalizado, con las condiciones de su oferta. Si se produjera la transferencia, el comprador tendría obligación de abonar al club de procedencia una indemnización equivalente al quíntuplo de la remuneración global percibida por el jugador durante su último año. Se procuraba evitar, de ese modo, que futbolistas cotizados permaneciesen anclados a cualquier entidad menor, aunque ello representara una renuncia a multiplicar por 4 o hasta por 5 sus ingresos.

Pablo Porta. Lejos de colaborar como “bombero” desde la poltrona federativa, ejerció de pirómano en torno a la cuestión sindical.

Los porcentajes de incremento, que desde una mirada actual pudieran antojarse abusivos, tenían toda su razón de ser. Finalizando el decenio de los 70 y hasta bien entradito el de los 80, España atravesó una crisis económica sin precedentes próximos, traducida en varias devaluaciones monetarias y galopante inflación. Aunque los datos de carestía en el costo la vida arrojasen porcentajes del 12, 14, ó 15 %, todos los economistas de la época eran conscientes de que el I.P.C. anual frisaba el 20%. Los créditos hipotecarios raramente se otorgaban sin añadir un par de puntos a esa cifra. Y cuando las arcas estatales criaron telarañas, el ministerio de Hacienda se vio impelido a subastar letras y pagarés anuales, devengando entre el 15 y el 19 % de interés neto, puesto que sus tenedores, al tratarse de un producto opaco fiscalmente, no solían incluirlo en su declaración de renta. Un 50, 40 ó 30 % de mejora económica anual tampoco era tanto entonces, habida cuenta que los jugadores con 21 años partían de contratos bajísimos, al constituir incorporaciones de la cantera o equipos amateurs.

Pero todo ello dio igual. Los futbolistas no tuvieron otro remedio que presentar demanda de conflicto colectivo. Muchos la daban por descontada, conscientes de que sus entidades no iban a desprenderse, sin más ni más, de un poder omnímodo. Iba a tocarles luchar, armándose de paciencia. Vencer en pequeñas batallas, antes que plantearse una victoria rápida y rotunda. Buena parte de los afiliados con que entonces contaba la AFE, habían colgado camiseta y botas para cuando otros pudieron deshacerse de ataduras. A fin de cuentas, estrellas y jornaleros del balón tampoco eran tan distintos a cualquier otro compatriota. Dentro y fuera del fútbol, muchas mordazas cayeron, junto a grandes dosis de incertidumbre inicial, trocadas en sonriente ilusión. Para desembarazarse de bozales y temor al palo, hubo que recurrir al griterío, a plantes y huelgas, alguna, como aquella fatídica de Vitoria, tristemente ensangrentada luego de a que un político gallego, otrora ministro con Francisco Franco, le atribuyesen este despótico aserto, más propio de Luis XIV: “¡La calle es mía!”.

Luego se fue advirtiendo que esa ilusión tampoco daba para transformar el cieno en oro. Y menos aún para vivir de ella eternamente.




De Padrón a Valerón

Los viejos cronistas de fútbol – y hablo de allá por principios de los años 20- encontraron muy apropiado el calificativo que se les daba a las islas Canarias de “Islas Afortunadas” … porque lo eran también para el “foot-ball”.  

Negociantes, navegantes o simples turistas que, a su vez, eran aficionados al fútbol llevaron su vicio hasta los campos canarios y se quedaron un tanto sorprendidos de la calidad de aquellos muchachos que pateaban el balón con una destreza igual o mejor que la de los mejores y más empenachados ases de los clubes más en candelero de la época. Hablaban del Club Victoria… del Marino… del Gran Canaria… del Athletic de Las Palmas…  Todo un mundo nuevo para los peninsulares acostumbrados a pensar que el fútbol se acababa en Miranda de Ebro, porque de ahí para abajo era reino de la tauromaquia.

Era como un cuento de hadas que necesitaba comprobación. Y allá fue, en junio de 1924, el Natación de Alicante convenientemente reforzado con jugadores de la talla de Zamora, Samitier, Pasarín, Félix Pérez, etc. A ver si era verdad esa magia canaria o simples espejismos de marineros llenos de ron.

Los canarios vapulearon a las estrellas.

Al margen de que luego el Victoria fue invitado a jugar en Sevilla, Barcelona, Valencia, Madrid… los avispados “patrones de pesca” de los clubes, con talonarios bien respaldados, se aventuraron a lanzar sus redes en lo que parecía un óptimo caladero. Desde entonces la cantera canaria ha demostrado ser de las más ubérrimas de España. Aun cuando hubo una época –entre los años 30 y 50- en que los equipos punteros acumulaban “joyas” canarias de una forma que, por lo reducido de nuestro fútbol, parecían ser los dominadores del fútbol español. Acaso actualmente haya más canarios repartidos por clubes del resto de España que hubo entonces, pero la dilatación de los mercados y de las competiciones los difumina casi totalmente. Aun se les nota, por supuesto.

Los internacionales absolutos grancanarios, que es lo que me ocupa ahora, han sido quince. Gracias a Dios, salvo a Padrón, he visto jugar a todos. Haría falta posiblemente un folleto para esbozar lo que el recuerdo me ha dejado de cada uno de ellos. Y para no hacer clasificación subjetiva, voy a esbozar esos recuerdos por orden alfabético. 

Betancort – Antonio Betancort Barrera, Las Palmas 13.3.1937- era un portero alto y macizo. Hasta poco tiempo antes y pese al antecedente de Zamora, los aficionados españoles preferían los porteros de mediana estatura y de agilidad contrastada. Pensaban quizá que les era más fácil llegar al suelo que a los gigantones, porque los goles, como afirmaba Hernández Coronado se lograban tirando fuerte, raso y colocado… Acaso también jugara el subconsciente del españolito más bien retaquete que se identificaba con los de su medida. Fue un portero sólido, seguro y que sabía salir. Ser portero del Real Madrid nunca ha sido fácil y él lo fue de forma brillante. Fue internacional en dos ocasiones, pero estuvo de suplente en otros once partidos, lo que indica su permanencia en el carné del seleccionador.

Campos – Francisco Campos Salamanca, Las Palmas 8.3.1916- fue la gran estrella de la posguerra. Posiblemente el responsable de que aquel Athletic-Aviación ganara las dos primeras Ligas de la reiniciación del fútbol español. Parecía bailar cuando llevaba el balón, iba como cayéndose en sus zancadas amplias, pero llevaba la cabeza alta para dibujar el pase letal o para soltar su pierna izquierda de forma inapelable. En mi recuerdo hay un especial cariño para su figura larguirucha y desgalichada. Fue internacional seis veces. Quizá mereció serlo más.

Castellano – Francisco Castellano Rodríguez, Arucas, 17.11.1944- era un defensa contundente en su fondo pero de los elegantes en su forma. De tipo Santamaría; defensor que salía jugando frente a lo habitual entonces del patadón hacia fuera. Imprimía su personalidad en el área sin que se le notara, que es lo más personal en un defensa de clase. Él lo fue. Dos veces internacional y otras tres seleccionado.

Germán – Germán Dévora Cevallos, Las Palmas 26.11.1943- fue un centrocampista que desmentía la fama de intermitentes y desmadejados que solían tener los jugadores isleños. Era un todo terreno peleón y corajudo. Y con clase. Sabía llegar a la portería y golpear con fuerza. Sin ser un estilista, sabía jugar bien el balón y distribuirlo con criterio. Fue cinco veces internacional y otros dos estuvo en el banquillo de los seleccionados. 

Guedes – Juan Guedes Rodríguez. Las Palmas 2.10.1942- era el capitán del equipo cuando un cáncer intestinal segó su vida a los 33 años. Era el típico jugador canario, estilo Campos, longuilíneo, elegante en su juego, arquitecto para armar el equipo y darle personalidad. Desde juvenil se había hecho notar en el fútbol español y fue dejando su rastro de clase en las distintas selecciones “menores”. Fue internacional absoluto en dos ocasiones y otras dos estuvo seleccionado.

Hilario –que no se llamaba Hilario, sino Juan Marrero Pérez, Las Palmas, 8.12.1905- fue un jugador digno de esta época por su carácter de estrella mediática. Rechoncho, macizo, recio. Lo pescó el Deportivo de La Coruña en 1928 y cuenta la leyenda que cuando lo fichó el Madrid tuvo que salir de Galicia vestido de mujer para que sus fanáticos partidarios no le impidieran la marcha. Era un jugador de clase y chutador, pero peleón y marrullero como pocos. Su talón de Aquiles era la intermitencia. Parecía jugar con desgana, como a disgusto, ajeno al juego. De él dijo el presidente del Madrid, Sánchez Guerra, que “si pusiera tanto entusiasmo en el fútbol como jugando al dominó hubiera acabado con el cuadro”. Hilario, cuando le apetecía, acababa con el cuadro. Fue dos veces internacional y en otra ocasión estuvo entre los seleccionados.

Juanito –Juan Francisco Rodríguez Herrera, Arucas 10. 5. 1965-, defensa central que se mantuvo en el candelero de la Primera División lo que su contundencia y colocación merecían. Defensa expeditivo y seguro. Iba muy bien de cabeza y constituía un candado de garantía. Fue cinco veces internacional.

Machín – Francisco Machín Domínguez, Las Palmas 9. 2.1917- fue otro de los famosos campeones del Athletic-Aviación del arranque de los años 40. Con Gabilondo y Germán formó la gran línea media de la posguerra. De su reciedumbre baste decir que en el Aviación Nacional, equipo de guerra, sus compañeros le trocaron el apellido en Machorro. Lo dicho, el holandés Davis hubiera resultado un perrito de aguas a su lado. Si había muescas en el poste es que él lo había mordido.  Fue una vez internacional.

Manuel Pablo – Manuel Pablo García Díaz, Bañaderos 25.1.1976- de los jugadores que están en activo no es menester explicar mucho a los aficionados. Defensa corpulento, contundente, pero con una velocidad pasmosa que le hace ser lo que los cronistas al uso llaman “carrilero”, por su capacidad para internarse rápidamente hasta la puerta contraria. Trece partidos internacionales.

Paco –Francisco Jémez Martín, Las Palmas 18. 4.1970- alarde unas portentosas facultades que le hicieron uno de los defensas más competentes de su reciente época de estrella. Lo fue. Veintiún entorchados internacionales y siete suplencias dan fe de ello.

Padrón – José Padrón Martín, Las Palmas 5.5.1906- fue el primer internacional grancanario de la historia de la Selección española. El invento del seleccionador José María Mateos de llevar bloques en vez de individualidades le abrió un portillo que aprovechó en cinco ocasiones. Jugador de enorme clase y conflictivo por su carácter peleón y díscolo.

Silva –Alfonso Silva Placeres -Las Palmas, 19.3.1926- fue otro de los canarios de tanta clase como intermitencia, de polivalencia total. Cuando Silva jugaba, sólo jugaba él en el partido; los demás, miraban. En la famosa “delantera de seda” del Atlético de Madrid, la seda la ponía él. Cinco veces internacional y siete más seleccionado.

Tonono –Antonio Alfonso Moreno, Arucas, 25.8.1943- de él no sólo hay que recordar su muerte, casi en horas, por una afección hepática que, al parecer, le invadió por una rozadura en un entrenamiento. Era un jugador recio, de clase, que sabía cómo y dónde colocarse para armar el equipo desde atrás. Fue fiel a su club, pese a las ofertas infinitas que le llegaron de los llamados “grandes”. Y fue el segundo grancanario en internacionalidades; nada menos que veintidós y seis presencias en el banquillo.

Valerón – Juan Carlos Valerón Santana, Arguineguín, 17.6.1975- gracias a Dios para recreo de quienes gustamos del fútbol de alta escuela. Cuarenta y seis veces internacional.

Valle –Luis Valle Benítez, Las Palmas, 18.6.1907- fue medio centro, de clase, de escuadra y cartabón, pero en el Madrid de la preguerra no cuajó posiblemente porque aquel era un equipo en el que construía magistralmente era Luis Regueiro y el resto era un equipo de rompe y rasga, de velocidad y rabia. Mal asiento para un científico al que le llegó la oportunidad para un sitio inadecuado y a una edad tardía.

Y esta es la historia[i] de unos hombres que sobresalieron por encima de un nutrido grupo de jugadores grancanarios que fueron excelentes jugadores de club, aunque el dedo del seleccionador de turno no les ungiera para la gloria internacional.

[i] Artículo de Félix Martialay Martín-Sánchez (1925-2009), escrito en 2002.




De la Agrupación al Sindicato de Futbolistas

El sueño de un Sindicato para profesionales del balón, degollado por la realidad sociopolítica sesentera en el pasado siglo, no quedó aparcado durante mucho tiempo. Había tanto que enmendar, tantas sugerencias a debatir, y tantas reivindicaciones nunca atendidas desde ámbitos deportivos, laborales y jurídicos, que una vez iniciado el proceso resultaría inútil todo intento por sofocarlo.

Finalizaba febrero de 1971 cuando el periódico “Solidaridad Nacional” publicó una encuesta sobre este asunto, donde se hacía evidente una rara anuencia: los futbolistas tenían todo el derecho a sindicarse. Nadie podía negárselo desde el vigente marco jurídico. Curioso, considerando que sólo podían dar tal paso los trabajadores, “productores”, según la jerga política oficial, para erradicar del lenguaje toda evocación a la lucha de clases. Y que a tenor de diversas sentencias, a los jugadores de fútbol seguía negándoseles tal condición, por más que las mismas reconociesen el obvio vínculo que los uniera a sus clubes. Lo recogido en aquellas páginas constituye un excelente preámbulo.

Agustín Montal junior optó por quedarse a verlas venir con respecto al proyecto asociativo de los futbolistas. Lo cierto es que entonces la relevancia del Barcelona era muy relativa, tanto en el ámbito federativo como en el concierto internacional. Unos años después, José Luis Núñez optó por erigirse en azote de la ya conformada Asociación, aunque ello se tradujera en un enrarecimiento de relaciones con su propia plantilla.

Agustín Montal junior, presidente “culé”, consideraba el proyecto muy inmaduro. “Si pensamos en la eventualidad de su retiro, parece difícil que en una profesión que sólo dura 10 años puedan reunirse los fondos imprescindibles para garantizar un futuro. Tal vez debiera pensarse en buscar puestos de trabajo a los jugadores”. Poniendo énfasis en su postura “no contraria a ninguna asociación”, lanzaba balones fuera, para que ese fermento asociativo y sindical salpicase en la poltrona azulgrana a cualquier otro, y no a él: “Opino que debe llevarse a cabo un estudio a fondo, con una base muy amplia. En España, por ejemplo, los clubes no son Sociedades Anónimas, sino recreativas y sin fines lucrativos. Hay que armonizar intereses y dar satisfacción a los jugadores”. En suma, estúdiese en distintas comisiones y cenáculos, sin prisa, dando tiempo a que los cabecillas se hubieran retirado.

José de la Fuente, secretario del R.C.D. Español, cubriendo la ausencia de su presidente, el Sr. Meler, también era partidario de dilatar respuestas: “De momento es necesario estudiar el problema, pues, que yo sepa, las economías de gran parte de los clubes arrojan déficits, y éstos sólo se sostienen mediante generosas ayudas”. Por lo demás, España, a su entender, también era distinta a otros países en lo relativo al balón: “Los jugadores tienen un nuevo representante en el seno de la F.E.F.: Francisco Javier Marcet. Y como se da el caso de que el presidente federativo, José Luis Pérez-Payá, fue con anterioridad representante de los futbolistas, considero que son las personas más idóneas para canalizar cualquier aspiración a sindicarse, si es que en verdad existen. En Inglaterra e Italia los jugadores están sindicados. Pero allí los clubes son Sociedades Anónimas. Las relaciones contractuales y las obligaciones de los jugadores, así como sus deberes por cuanto respecta a sueldos, pago de impuestos, etc., exigirían un estudio muy profundo”.

A Ricardo Rosón, presidente del Sabadell (entonces en 1ª), el puro pragmatismo le llevaba a mostrarse incrédulo: “El fútbol español, desgraciadamente, marcha a caballo de la voluntad y el apoyo económico de unos directivos a unos colores, una Sociedad o una ciudad, como es nuestro caso. Pensemos que la inmensa mayoría de los clubes son deficitarios. Hay que ver las cosas con realismo, pues problemas laborales ya tengo bastantes en mi industria. Pero en el Sabadell, para mantenernos competitivos es necesario que muchos vallesanos apoyen generosa y desinteresadamente cada año. No conozco el fútbol de otros países, aunque sí el nuestro. Un tema tan delicado no puede abordarse alegremente, pensando que el fútbol es una auténtica profesión. Es más bien una vocación que ocasionalmente y durante unos años, en los que hacen falta suerte y salud, se pueden ganar unas pesetas. Pero, ¿y los directivos? Su vocación es amateur y encima les cuesta dinero”.

Raimundo Saporta, vicepresidente y cerebro organizativo del Real Madrid, ni quitaba ni ponía rey; simplemente se encomendaba a su señor: “Desconozco la opinión del Madrid, pero la mía es que cuando el Poder juzgue oportuno el momento de sindicar futbolistas, por parte del club no habrá ningún inconveniente. Todo lo que sea bueno para los jugadores nos parecerá bien”.

Ferdinand Daucik, entrenador duro, exigente, de quien los futbolistas a su cargo solían cansarse tras un par de temporadas, era partidario de la sindicación, para que los profesionales pudieran concentrarse tan sólo en el deporte competitivo, sabiéndose a resguardo ante cualquier contingencia.

Ferdinand Daucik, entrenador “periquito”, se mostraba favorable a la sindicación: “Así los jugadores pensarían mejor en los entrenamientos. Hay personas en nuestro deporte que podrían recoger esta interesante idea. Sindicar a los jugadores es muy necesario, y en el futbol moderno imprescindible”.

Rodri, segundo entrenador del Barça, ofrecía un sí rotundo: “Hasta la fecha, quienes pertenecemos al mundillo futbolístico hemos sido olvidados. De pertenecer a un Sindicato, contaríamos con un medio para defender nuestros intereses, incluso pensando en después de colgar las botas. Confío que nuestros organismos se den cuenta de la falta que hace”.

Los futbolistas en activo oscilaban entre el entusiasmo, la convicción razonada, y algún amago de nadar con la ropa muy bien guardada. El azulgrana Rexach, por ejemplo, era de éstos: “Nos puede beneficiar mucho. Ahora bien, como no conozco su base ni si llegará a implantarse, me parece prematuro hablar sobre ello”. Otros dejaban de lado cualquier ambigüedad: “Hasta ahora no hemos tenido nada de nada. Poseemos un carnet de artista que no representa lo más mínimo, y pagamos algo. Sería hora de que pensaran un poco en nosotros” (Lico, centrocampista del Español). “Deberíamos reunirnos a discutir nuestras cosas. Tienen que escucharnos, pues el problema es palpable” (De Diego, atacante del Sabadell). “Sería muy interesante, porque hasta ahora nadie nos ha defendido. Espero que se convierta en realidad, porque hace mucha falta” (Dueñas, delantero centro del Barcelona). “Nadie nos ha dicho nada. Naturalmente, sería muy interesante para nosotros” (Carbonell, interior y extremo españolista). “Hace años creo se habló de crear un Sindicato. Ahora he vuelto a leer sobre la posibilidad de que se convierta en un hecho. Espero que se confirme, puesto que estamos completamente solos” (Martí – Filosía, del Barcelona). “Somos profesionales, sin nada seguro. En caso de desgracia quedamos desamparados. Es necesario el apoyo, dentro de una Ley y una Seguridad Social. Hoy sólo dependemos de nuestra buena suerte y es hora de que no sólo sea de ella” (Garzón, interior del Sabadell).

Quien supo expresarse más gráficamente fue el sevillano Isidro Sánchez, lateral arlequinado y esposo de Carmen Flores, hermana de Lola, la “Faraona”: “Pago tres clases de impuestos, entre ellas el de artista, y sin embargo no pertenezco a ningún Sindicato. La gente piensa que vivimos muy bien, y yo lo explicaría de otra forma. Somos o estamos como en la Luna. Nos ven la cara externa (viajes, sueldos), sin reparar en la otra, la oculta, o sea el desamparo en que nos encontramos ante un infortunio. Es justo que nos equiparen a los demás trabajadores por cuanto respecta a la Seguridad Social”.

Carlos Rexach, aquí caricaturizado por “Cronos”, no era hombre que pisase charcos alegremente. Y sobre un asunto tan espinoso como el de la sindicación, fiel a sus principios, prefirió ponerse de perfil.

Tiempo después, Isidro tuvo la desgracia de encarar su propio infortunio. A resultas de algún choque o cabezazo, sufrió una grave lesión oftálmica. Intervenido quirúrgicamente, primero se le dio por ciego, luego por grave deficiente visual, y al cabo la ciencia trataría de abrir un resquicio de esperanza, empeñada en salvarle un ojo. Tenía edad para dar por cumplido su ciclo deportivo, aunque no así para despedirse de una futura existencia en plenitud. El fútbol pretendía arrebatársela de pronto, y al margen del raquítico monto devengado por la Mutualidad, sólo pudo contar con lo recaudado en el choque amistoso que sus compañeros le dedicaran, a manera de homenaje. Del rostro pálido de la Luna pasó en un santiamén, por seguir su símil, a la negrura extrema.

Tampoco carecían de interés las frases del interior izquierdo Rodilla, otrora blanquivioleta y en ese momento españolista, que unía a su condición de buen jugador una licenciatura en Derecho: “Formamos parte de una actividad nacional en la que sólo se nos reservan obligaciones. Contamos con un contrato y se nos expone a todo. Ahora, cuando se habla de la Ley Sindical, creo ha llegado el momento para entrar en un Sindicato, bien general o particular”. Aseguraba expresarse tan sólo como futbolista, e inquirido a hacerlo en su condición de letrado añadió que si se lo solicitara algún jugador, lo defendería sin pensárselo dos veces: “Porque los futbolistas sólo estamos para acatar órdenes, y eso resulta injusto”.

Juan José Rosón, presidente del Sindicato Nacional del Espectáculo, al que contribuían con su canon muchos futbolistas profesionales aun no recibiendo nada, sorprendía en su alegato. Pudiera parecer el discurso de cualquier sindicalista de clase, no el de un alto cargo en el Régimen. Seguro que en ambientes más “pretorianos” lo atemperaría mucho, pues sólo así se explica continuase en el cargo:

“El contrato que liga a un jugador con un club es una relación de tipo laboral. No sólo en el viejo sindicalismo, sino en la nueva Ley Sindical, se produce un curioso contrasentido al comprobarse que los clubes están sindicados, que todo su personal está sindicado y que, en cambio, se excluye únicamente a los jugadores. Esto es paradójico, y para hacer más claro el ejemplo, diré que el presidente de la Sección Económica del Sindicato del Espectáculo, en Madrid, es el representante del Real Madrid. Actualmente no se hace sino vulnerar los derechos más sagrados de la persona humana. Se impide a los jugadores ir en defensa de sus problemas, privándolos de los cauces ordinarios de Justicia. El sindicalismo español es precisamente una compenetración armónica entre patronos y asalariados. Nuestro deseo es que los jugadores puedan sindicarse y de tal modo puedan resolverse todos sus problemas, justamente. A la vista de la nueva Ley Sindical, sería anticonstitucional negar a los jugadores su sindicación. No olvidemos, repito, que los clubes ya están sindicados. Se ha creado algo parecido a un fantasma para dejar de un modo inconcreto las relaciones entre clubes y jugadores profesionales. Y creo que cuanto digo sobre los futbolistas debería aplicarse a todos los deportistas profesionales”.

Vamos, que a tenor de sus palabras, ante los hombres de camiseta y pantalón corto se abría un futuro esperanzador.

Marcet, retratado en 1949. Era representante en la F.E.F. de los futbolistas activos, cuando un nuevo clamor de los profesionales en pro de la sindicación volviera a patentizarse. Por más que su cargo no le garantizase ningún margen de maniobra, se implicó cuanto pudo en pro de una Asociación.

No tuvieron que pasar muchos días para convertir tanta frase bonita en facilote brindis al sol. Su objetivo se reducía a captar cotizantes entre el gremio de la pelota, como evidenciara el antiguo internacional Francisco Javier Marcet Mundo, vocal de la F.E.F. representando a los futbolistas, durante una conferencia impartida el 19 de julio en el salón de actos de la Caja Rural villarrealense. “Por el momento no es posible una sindicación de jugadores de fútbol -aseguró-. Y sí, en cambio, una asociación, aunque ello llevaría consigo una profunda reestructuración federativa”. Manifestó también la necesidad de que el deporte en su conjunto, pero en especial el fútbol, dejara de recibir intromisiones políticas. Un ruego audaz para la época, cuando en teoría todo estaba atado y bien atado. Prosiguiendo en su papel contestatario, hasta se permitió discrepar con respecto a las nuevas normas aplicables en la elección de presidentes Territoriales. Y como colofón, ya lanzado, advirtió sobre la necesidad de crear una auténtica escuela de entrenadores, “donde se exija un mínimo nivel intelectual, porque muchos matriculados en los actuales cursillos aprueban tan sólo por el mero hecho de haber sido futbolistas profesionales”.

Casi un año después -finalizaba mayo de 1972-, se aprobó en un pleno federativo la Agrupación de Futbolistas. En realidad sólo eso, pues José Luis Pérez-Payá, máximo responsable del fútbol nacional, recibió un buen estoconazo al no tratarse, siquiera, el pretendido anteproyecto para Reglamento de Partidos y Competiciones, eje central de la cita. Un toque a rebato contra la Federación y su presidente, ya que era dicho órgano quien convocaba. La disidencia acaudillada por el Valencia, Real Madrid, Barcelona, Granada, Deportivo de La Coruña, Córdoba y Federación Regional Valenciana, a la que irían uniéndose distintos clubes y Territoriales, obtuvo sólo un eco relativo en los medios. Y eso que ni siquiera el endurecimiento de voz en Pérez-Payá y la tensión que nublaba su rostro, sirvieron para encarrilar una cita resuelta en apenas 90 minutos, cuando se preveían como mínimo 10 horas de discusión. En apariencia, los clubes sólo estaban interesados en que saliese adelante la Agrupación de jugadores. Mejor eso que un sindicato, como muchos preferían en el seno de sus propias plantillas. Tal vez aquel espíritu reivindicativo decayera, si les daban a roer una Agrupación dotada de exiguo margen de maniobra.

Durante la Asamblea, Gil de la Serna pidió la palabra para advertir que el palentino Isacio Calleja, lateral izquierdo del At Madrid, no podría presidir la naciente Agrupación, “puesto que abandona la práctica activa este año y quien acceda al cargo necesita cuatro de inactividad deportiva, a partir del 30 de junio”. Calleja, en efecto, abogado, además de internacional y campeón de la Eurocopa en 1964, era el nombre más invocado entre los futbolistas como primer presidente. Luego se levantó Félix Oraá (presidente del At. Bilbao), para aclarar que no iba a poner reparos a la Agrupación, “por más que los jugadores no sean esclavos, sino todo lo contrario. No creo puedan tener motivos de queja”.

Isidro Sánchez García, con su última camiseta, la del Sabadell. Fue víctima del infortunio, y cuando sus graves problemas de visión le condujesen al retiro, sólo sus antiguos compañeros de profesión estuvieron al quite, proporcionándole un partido homenaje con carácter recaudatorio. Meses antes había puesto énfasis en el desamparo de los jugadores ante cualquier desgracia severa.

“A las seis y media, aquí paz y después escocés y otros refrigerios”, escribió Helio Bernárdez en su crónica. Los futbolistas acababan de arañar algo que tampoco les satisfacía mucho. Prueba de ello es que el 10 de junio, último día para la inscripción de candidatos a las presidencias regionales de la constituyente Agrupación, nadie se había ofrecido a dirigir la Castellana. A Gil de la Serna, máximo responsable de dicha Territorial, le interpelaron sobre si no creía que Isacio Calleja hubiera sido aparte de nombre consensuado, posiblemente quien mejor pudiera lucir en el cargo, y él sonrió, displicente: “Quizás. Pero la Federación Española resultó tajante: no pueden presentarse jugadores en activo. Es una pena perder a quien pudiera ser el candidato ideal”.

Todo olía a treta. Se establecía una normativa incapacitante para la persona más aclamada, como primer palo en la rueda de un ente que iba a encontrar muchos más. Inquirido el propio Gil de la Serna por Julián Ruiz, reportero de «Marca», sobre qué ocurriría si nadie optase al cargo, siguió haciendo gala de displicencia: “No creo que eso ocurra. Verá cómo antes de las 10 se presentará alguien. Otra cosa es lo que pueda ocurrir después, cuando haya que elegir al presidente nacional. Tienen que hacerlo antes del 10 de julio, que es cuando se celebrará el pleno federativo. El problema, entonces, (si los futbolistas no tuvieran presidente), se agudizará más”.

Miguel Malbo y Julio Carrascosa venían estudiando la posibilidad de postularse, pero no acababan de verlo claro. Con muchísima razón, habiéndose desplegado tantos intereses por abortar el proyecto.         

“Si los futbolistas montan un Sindicato, yo me voy”, advirtió Santiago Bernabéu, faro y guía no sólo para los socios del Real Madrid, sino para tantos profesionales del balón. “¿Pero qué quieren? -planteó un directivo andaluz-. Son millonarios, mientras los clubes nadan en la ruina”. “Todo el fútbol está sobredimensionado -advirtieron otras voces-. Fichas, primas, atención mediática… Como un día decidan los directivos cerrar sus carteras, el fútbol español se va a pique. Todo el fútbol, ¿eh?. Sin excepciones”

Un año después, la Agrupación desencallaba, dubitativa, para felicidad de los clubes y enojo de muchos jugadores, en medio de la abulia federativa y el desinterés de todas las aficiones. Tan atascada parecía que con fecha 2 de julio de 1973, el mandamás del Sindicato Nacional del Espectáculo, Juan José Rosón, quiso remover conciencias mediante un escrito remitido a la prensa. Su repercusión fue enorme. Y ello pese a que si bien ponía el dedo sobre ciertas llagas supurantes, procuraba, como antaño, llevar las aguas hacia su molino.

Isacio Calleja y José Luis Pérez-Payá, futbolistas y abogados. Aunque en esta imagen ambos sonrían, su sintonía fue escasa respecto al derecho asociativo en el deporte. Pérez-Payá respiró aliviado al observar que, por pura normativa, el defensa “colchonero” no podría presidir la deseada Agrupación.

Tras reconocer, de inicio, “que con los jugadores de fútbol se cometió en su momento una gran injusticia, privándolos de unos derechos generales que son, ni más ni menos, la base del Estado Social surgido del 18 de julio”, justificaba aquella anomalía en el ensueño posbélico de que el deporte debía ser practicado por afición, y no profesionalmente. La terca realidad, empero, traducida en máxima exigencia competitiva y por ende en dedicación exclusiva, daría al traste con el empeño. Fruto de esa evolución, las relaciones entre futbolistas y clubes había cambiado radicalmente, “mientras que por desgracia no se tradujo el mismo progreso en la estructuración orgánica del deporte”. Honestamente, quien allá por los albores de la balbuciente transición se convirtiera en destacado político demócrata, reconocía el esfuerzo de Alonso Olea, Fernández de Lucas, De Blas, Suárez, y sobre todo Cabrera Bazán, todos ellos especialistas en Derecho Laboral, poniendo en solfa el limbo jurídico que atenazaba al mundillo de la pelta. Pero en su opinión, sólo el sindicato vertical del Espectáculo podía rescatar a dicha actividad del marasmo que la ahogaba: “Desde la Organización Sindical, en su breve pero brillante etapa como presidente del Sindicato Nacional del Espectáculo, Jorge Jordana aunó esfuerzos y propugnó soluciones que contribuyeron a mentalizar a la opinión pública sobre este grave anacronismo”. Y confesaba: “En tres años que llevo hablando con centenares de personas sobre este tema, ni una sola vez me encontré con alguien que dijera “no”. Pero también, debo confesarlo, salvo los jugadores con que hablé y algún club que me contestó: “lo que sea bueno para los jugadores será bueno para el club”, la mayoría de mis interlocutores han jugado a ese difícil pero efectivo arte de “la solución mañana”. Creo que se equivocaron. Porque la vida es inexorable y los acontecimientos imputables. La batalla individual de determinados jugadores, la asistencia moral -y a veces práctica- que nosotros hemos prestado a otros, y el interés de la opinión pública, ha cristalizado en un cambio sustancial”.

Una mínima aclaración, el club que consideraba bueno para la institución lo que más favoreciese a sus futbolistas, era el Real Madrid.

El cambio invocado por Juan José Rosón se sustentaba, obviamente, en la nueva Ley Sindical, “con su recién estrenado decreto sobre sindicación y las sucesivas sentencias, modelo de objetividad y realismo en la aplicación de la Justicia”. Según su personal visión, esos pasos habrían resuelto múltiples cuestiones. Y como obras son amores, cursó instrucciones para que los Sindicatos Provinciales procedieran a normalizar el encuadre sindical de los futbolistas, “iniciando el proceso que habrá de culminar en las elecciones correspondientes a todos los niveles”. O sea, jugadores afiliados masivamente al Sindicato Nacional del Espectáculo, el mismo que desoyera una súplica elevada a coro desde el gremio del balón, como era su acogimiento al régimen general de la Seguridad Social, igual que albañiles, panaderos, ferroviarios, enterradores, dependientes de comercio, mancebos de botica o los mismos empleados de oficina en sus propios clubes.

Hábil y sutilmente, el máximo mandatario del Sindicato vertical trataba también de contentar a las distintas capas de un colectivo complejo: “El panorama es distinto, según pensemos en las figuras más destacadas o centremos nuestra atención en profesionales más modestos. Para los “ases”, las cuestiones básicas pueden estar en cómo se ejerce el derecho de retención, su participación en los beneficios de los traspasos, su derecho a unas condiciones laborales legalmente marcadas, o en cuestiones de orden fiscal, como puede ser, igual que les ocurría a los toreros, la consideración por el Fisco de su corta vida en activo. La protección a los jugadores modestos tiene que ser más amplia, pero a la vez distinta. Veo, además, la necesidad de procurar a muchos de ellos un encaje social digno que impida tantos casos desgraciados (como ocurren entre quienes) por su completa dedicación al fútbol, se frustran humanamente cuando no alcanzan el éxito. Y como ésta, son innumerables las iniciativas que deberemos acometer”.

Su extenso escrito lo remataba con la certeza de que aunando esfuerzos “unas cuantas personas -no muchas- del deporte y el sindicalismo”, lograrían ganar el partido.

Tal vez. Porque en esta ocasión, aunque a vuelapluma, mostraba también el caramelo de la posible adscripción a un régimen especial de Seguridad Social “garantía suya y de sus familias, salvaguardia de los clubes cuando ocurran accidentes como todos los que en nuestra memoria tenemos”.

Clubes y futbolistas reaccionaron de inmediato, con la previsible disparidad de criterio entre ambos colectivos. Tamaña división pudiera simplificarse así: “Muy beneficioso para nosotros” (los jugadores), o “Ese no es problema nuestro” (los directivos). A modo de mosaico vayan las opiniones vertidas por nuestros medios, 24 horas después, desde ambos segmentos:

Muñoz Lusarreta, vicepresidente madridista, lanzaba balones fuera: “Yo no entiendo de política. Eso es cuestión de los altos organismos, y nosotros permanecemos al margen de todas las decisiones”. El extremo izquierdo zarauztarra Ignacio Churruca era más claro: “Trabajamos igual que el resto de los humanos, así que deberíamos tener los mismos derechos. El problema debería haberse abordado hace tiempo”. Víctor Martínez, delegado del At Madrid, despejaba fuera del campo: “No tengo ni idea sobre el problema. No obstante, soy de los que creen que el futbolista es ante todo un deportista. Es decir que lo primero en él debe ser el deporte, y lo segundo el trabajo. En lo personal, de todas maneras, acataré la decisión que se tome”. José Luis Peinado, defensa lateral “merengue”, lo tenía clarísimo: “Antes o después debía culminar el proyecto. Aunque lamento tanta espera, estoy seguro de que las cosas van a resolverse en nuestro favor”. Antonio Calderón, gerente del mismo club, se tapaba en burladeros: “No tenemos siquiera elementos de juicio. Todo está en manos de las autoridades. Así que éste no es problema nuestro”. García Remón, tan ágil bajo los palos, parecía indeciso entre el entusiasmo y la duda: “Si se produjera, porque todavía no está ni medio claro, sería muy bueno, valdría para remediar futuros problemas. Pero hace falta que todos nos pongamos de acuerdo, una labor harto problemática”. Mariano Gutiérrez, directivo del Sporting gijonés, también oscilaba en precario equilibrio sobre el mismo alambre: “Tema complicado, por la diversidad de intereses, aunque finalmente me parece que se hará. En el fondo, quizás sea partidario del sí, puesto que los futbolistas son unos trabajadores más”. El presidente de la Federación Valenciana, Manuel Monleón, era de los que preferían rancho aparte: “El fútbol es grande porque tiene su propia normativa, al margen de reglamentaciones que nada tienen que ver con sus peculiaridades. Entiendo que el jugador tiene derecho a defenderse, pero será muy complejo establecer normas para ellos, equiparables al reglamento laboral que rige en las demás profesiones”. Juan Cruz Sol, defensa “ché”, entendía que la sindicación no iba a favorecer en nada a los clubes, aunque era lógico que los jugadores gozasen de protección. “Y eso -enfatizaba-, que actualmente existen muy pocas quejas y reclamaciones”. Invitado a simplificar su postura, el entonces capital del Valencia desecharía ambigüedades en el aeropuerto de Manises: “El sindicato favorecerá a los jugadores y no tiene que perjudicar a los clubes, del mismo modo que las empresas mercantiles no resultan dañadas por la sindicación de sus operarios”. Se refería a la sindicación de los “productores” en el órgano vertical del Régimen, no lo olvidemos. Salvador Monzó, antiguo futbolista en Mestalla y entonces presidente de la Asociación de Jugadores Profesionales, por fin constituida, se alegraba de acercarse a un primer objetivo: “Ésta es una profesión como cualquier otra. Carecía de sentido que los futbolistas no pudieran sindicarse”. Pero respondía con carcajadas ante cualquier pregunta sobre si debían considerarle primer presidente de la Sección Sindical Balompédica. Manuel García Torralba, presidente de la Unión Deportiva Levante, recién ascendida a 2ª División, argüía que todo cuanto implicara coordinar la opinión de los jugadores, sin duda iba a facilitar el común entendimiento.

Uno de los pocos directivos partidarios de la sindicación, quizás el único a día 3 de julio, el ya lejano 1973, lucía el cargo de vicepresidente esportinguista. “Muy interesante lo del sindicato, aunque habrá que estudiar en profundidad distintos matices. Sí, pudiera resultar de gran interés”.

Churruca y Pascual, dos vascos en un excelente Sporting. El extremo internacional (a la izda.) nunca tuvo pelos en la lengua para defender un derecho asociativo que entrevió como martillo contra el derecho de retención.

No fue fácil, pero a despecho de lo que distintas voces recelaran, Juan José Rosón se movió con soltura por los difíciles vericuetos de la burocracia franquista, logrando no ya la posibilidad de acogimiento a la Seguridad Social para los profesionales del fútbol, sino su obligatoriedad, con multas para incumplidores a fin de otorgar a la norma un carácter imperativo. En cuestión de meses, cada jugador de fútbol, entrenador, asistente o técnico a tiempo completo, debería haber tenido la ansiada tarjeta de afiliado. Y los clubes la obligación de presentar ante el Sindicato del Espectáculo los modelos “C-1” y “C-2” de cotización, en el mes de enero de 1974. Pero por no variar, casi todas las entidades de 1ª ó 2ª División, y mejor pasar de largo sobre las de 3ª -aún estaba por crearse la 2ª “B”-, se llamaron a andanas.

Sin duda seguían pensando que el fútbol podría regirse al margen de la legislación ordinaria, y la realidad los aplastó como insectos sobre el parabrisas de cualquier vehículo en marcha. Fue en Vigo, a la pálida luz primaveral de su Ría industriosa, donde por primera vez se tocó a rebato, anonadando a la afición celtiña.

“Siete jugadores celestes han denunciado al club por no afiliarles a la Seguridad Social”, esparcieron los micrófonos de Radio Popular de Vigo por toda el área urbana, la playa de Samil, Cangas, Moaña, el entramado de bateas y las Islas Cíes. Esa misma mañana, otros medios locales se hicieron eco de una filtración en idéntico sentido, proveniente del Real Club Celta. Puesto que nadie citaba nombres, fue cuestión de minutos la proliferación de quinielas sobre la identidad de esos “revolucionarios”. “Los foráneos, claro, que no sienten los colores y sólo buscan engrosar su cuenta corriente”, postulaban unos. “Sé de muy buena fuente que entre los canteranos hay un chico medio comunista. A saber si el enemigo no está en casa”, lucubraban otros. Corría marzo de 1974, y luego de tratar la cuestión en el vestuario, los jugadores del Celta desmintieron rotundamente el cúmulo de aseveraciones, desde la misma emisora. Los medios de difusión gallegos, entonces, hicieron el trabajo omitido con anterioridad.

El antiguo futbolista José Luis Pérez-Payá, presidiendo una reunión federativa en 1971. Pablo Porta (segundo por la derecha), habría de sucederle y a ambos les tocó vivir la explosión del movimiento asociativo. Fiel a su estilo, Pérez-Payá ni siquiera quiso darse por enterado, como tampoco supo nada del tocomocho futbolístico que durante sus cinco años de mandato organizaron clubes e intermediarios, con una nube de falsos oriundos. Pablo Porta minaría a conciencia cada propósito de la asociación de jugadores, e hizo de Don Tancredo respecto al escándalo de las falsificaciones documentales.

Ningún jugador había denunciado al club. Simplemente, según narrase el secretario del Sindicato del Espectáculo, Sr. Cerdeira Señoráns, una vez comprobado que desde el R. C. Celta no se les había hecho llegar los modelos C-1 y C2, emitieron una nota recordatoria, fechada el 11 de marzo, estableciendo el día 16 como límite para presentar la documentación requerida. Al no obtener respuesta, el 20, también por escrito, contactó el Sindicato con la Inspección de Trabajo, denunciando la irregularidad. No parecía descabellado intuir que ese mismo día algún miembro del club pudo haber abroncado a la plantilla en los vestuarios, puesto que de inmediato (21 de marzo), 7 futbolistas se presentaron en la sede sindical, solicitando que, si tenían derecho a la Seguridad Social, era su voluntad acogerse a ella. No había existido, por lo tanto, ninguna denuncia del elenco. Esos mismos jugadores, a raíz de verse señalados informativamente, volvieron al Sindicato rogando aclarase dicho ente tan enojosa situación. Horas después saltaban a la palestra su presidente y secretario.

El Sr. Cerdeira Señoráns (secretario), hizo despliegue de virtudes docentes ante una situación tan novedosa: “Cuando estos trabajadores vinieron a consultarnos, ya la Organización Sindical había efectuado sus gestiones. Todo se basa en el texto de ley de Seguridad Social, artículo séptimo, capítulo 1º, donde se dice: estarán comprendidos en el sistema de Seguridad Social todos los españoles, cualquiera que sea su sexo, estado civil y profesión, que residan y ejerzan su actividad en territorio nacional y estén incluidos en alguno de los apartados siguientes: A), trabajadores por cuenta ajena, incluidos los que sean a domicilio o asimilados a las distintas ramas de la actividad económica, mayores de 14 años, eventuales, de temporada o fijos, incluso de trabajo doméstico, sea cual fuere su categoría profesional y la forma o cuantía de la remuneración que perciban. Pues bien, como la Organización Sindical entiende que los futbolistas son trabajadores por cuenta ajena, que reciben sus salarios de una empresa y, en consecuencia, entran dentro del ámbito de la Seguridad Social, se implica al cuerpo de inspectores en el necesario cumplimiento”.

El presidente del Sindicato del Espectáculo en el área galaica, Ramón Feijoo Rodríguez, aseguró que ya había clubes afiliando a sus plantillas. “El Real Oviedo, por ejemplo. Y creo que también el Sporting de Gijón”. E inquirido sobre si se le habían dictado sugerencias en materia futbolística, aseguró cumplir órdenes emanadas del Sindicato Nacional. El propio Sr. Feijoo Rodríguez cifraba en unas 80.000 ptas. anuales el costo para el Celta de afiliar a toda su plantilla profesional.

Los medios de difusión se tomaron el proyecto sindical de los futbolistas, mitad con asombro, mitad entre bromas. En la España de 1971, donde el paternalismo caracterizaba las relaciones laborales, que un puñado de astros del balón se sintieran discriminados, resultaba inconcebible.

Ochenta mil pesetas. Por más que las entidades balompédicas tuviesen sus libros mayores tintados en rojo, esa cantidad apenas representaba una propinilla entre presupuestos millonarios. Y pese a ello, la mayoría de nuestras entidades deportivas siguieron resistiéndose a la afiliación de sus plantillas, amparadas, a veces, en la inoperancia de inspectores laborales o las distintas varas de medir aplicadas al asunto por cada delegación provincial. Voluntad de aquel sindicato tan justamente denostado en la resolución del problema, sí. Interés en llevarlo a cabo desde las distintas poltronas presidenciales, poquísimo. Los jugadores de fútbol, más que artistas, conforme pretendía considerarlos Juan José Rosón, eran contemplados desde sus propios clubes como gladiadores de la antigua Roma: populares, aplaudidos desde la grada, deseados por jóvenes patricias y matronas eufóricas, aunque en buena medida esclavos. 

Para el gremio del fútbol aún quedaban numerosos bastiones que asaltar. El más peliagudo -abolir el derecho de retención-, nunca sería abordado por el Sindicato vertical. Aquella era una reivindicación particular, específica y de clase, en la que ningún órgano nacido para el pastoreo laboral iba a plantearse intervenir. Todos los profesionales del esférico ejercientes en 1974 sabían que solo un sindicato propio, regido por ellos mismos y aun a costa de utilizar como rehenes a socios, aficionados y apostadores quinielísticos, podría encarar, llegado el momento, lo que a todas luces constituía suprema injusticia y burla a un Derecho Laboral donde se consagraba el Contrato de Trabajo.

Franco, en plena senectud, y su Régimen, infinitamente más permeable que en el pasado, no daban muestras de preparar a conciencia el porvenir. Desde sus propias filas venían surgiendo controversias y aparentes deserciones. El turismo, ya una marea creciente, venía envuelto en aromas de modernidad. Tal vez algún día la sindicación libre resultara posible. Y entonces, quizás…




Un sueño y dos intentos de sindicación futbolística

Cuando en 1927 nuestro fútbol abrazó estatutariamente el profesionalismo, a semejanza de lo ocurrido en Inglaterra cuatro lustros antes, y siguiendo hasta cierto punto los pasos de Hungría, Austria, Italia, o cuantos países disputaran un campeonato Nacional de Liga, ni uno sólo de quienes hasta entonces actuasen como “amateurs marrones” se preocupó de ver recogido legalmente su nuevo estatus. Mal podrían haberlo hecho, considerando que nuestros clubes se reservaban la parte del león, tal y como tuvo lugar al otro lado del Canal de La Mancha. En 1929, meses antes de que los ingleses abandonaran la UEFA sintiéndose agraviados -temerosos, en realidad, de que el órgano europeo “recomendase” recortes al abuso de poder federativo inherente al profesionalismo-, iniciaba su andadura nuestro primer torneo de Liga. Para entonces el draconiano derecho de retención, biga maestra durante los primeros tres cuartos de siglo en el fútbol profesional, se había enseñoreado de la pelota y su mundillo, a despecho de toda legislación societaria, laboral, e incluso canónica.

Pronto, los nuevos y todavía precarios profesionales de nuestro fútbol comenzaron a sentirse esclavizados. Podían ser populares, vivir dedicados al deporte, despertar envidias y entusiasmo allí por donde pasasen, y sentirse, en realidad, siervos de la gleba. Si como resultado de sus actuaciones sobre el césped recibieran ofertas jugosas por cambiar de camiseta, el club podía negarles la salida, aun cuando el contrato que los vinculara hubiese expirado. Más adelante, nada impedía a las entidades desentenderse de sus otrora piezas codiciadas, denegándoles la renovación tan pronto enfilasen la natural curva descendente. Para mayor escarnio, si las cuentas no cuadraban, parte de esas mismas directivas refractarias al traspaso dejaban cantidades a deber, conscientes de que a los jugadores damnificados tan sólo les asistía el derecho al pataleo. Los futbolistas podían ser profesiones a efectos federativos, pero no así para la legislación laboral. Más aún, al no estar su actividad tipificada como trabajo, ni merecían siquiera trato de empleados por cuenta ajena.

Cuando hicieron mella los impagos, fruto en parte de malas administraciones, aunque también del marasmo económico subsiguiente al crac bursátil de 1929, los futbolistas afectados, y aquellos que viesen pelar las barbas del vecino, quisieron organizarse. Hubo alguna reclamación fuera del ámbito federativo, saldada con allanamiento judicial, y hasta tanteos, más que gestiones propiamente dichas, en la órbita de la F.E.F. Un esfuerzo vano, puesto que los detentores de todos los derechos no estaban por la idea de ceder lo más mínimo. Reinaba, todavía, Alfonso XIII. Un Alfonso XIII debilitado en su autoridad y carisma, tras abrazar a Primo de Rivera y aquella “dictablanda” dirigida contra los más débiles. Bullían discursos republicanos. La C.N.T., aglutinante del ideario anarquista, esparcía su simiente por barriadas obreras y latifundios. El imposible axioma de “Ni Dios, ni gobierno, ni amo”, unido a aquel otro surgido de la lucha sindical y el pistolerismo de los años 10 – “¡Hasta que sean fuego las estrellas!”– prendió también entre algunos futbolistas. El “merengue” Félix Pérez parece que nunca estuvo adscrito a la C.N.T., y muchísimo menos “El Divino” Ricardo Zamora Martínez. Pero ambos, sobre todo el primero, soñaron con crear un Sindicato específico, como medio para embridar a los patrones del cuero. Zamora, hombre muy de derechas, habría de limitarse a nadar y guardar la ropa. Si amagaba con el Sindicato en discursos y entrevistas, luego, consciente de su valor simbólico, prefería abordar la senda más práctica. ¿Que le llegaban ofertas para disputar algún amistoso, como refuerzo de tronío en cualquier choque festivo? Pues se enrolaba con el beneplácito de su club, algo que a ninguno de los “pross” británicos, por ejemplo, se le hubiera consentido. ¿Que subía el coste de la vida? Pues a pedir aumentos, luego de susurrar ante cualquier gacetillero las ventajas de un sindicato de clase. Y así, entre “bolos” muy bien pagados por la región levantina, Cataluña, Gibraltar o Melilla, y subiditas de sueldo, sus patrones creían alejarlo de un proyecto sindical que probablemente nunca figuró entre sus prioridades.

Otros, por el contrario, se le tomatón muchísimo más en serio.

El 31 de agosto de 1929 llegaban noticias sobre una “Asociación Nacional de Trabajadores del Fútbol” desde donde se anunciaba el empeño de establecer contacto con la R.F.E.F. y las distintas Territoriales. Su propósito era acordar un entendimiento, e incluso su inserción en estos organismos, así como dilucidar el marco reservado a su pretendido Comité Paritario de Trabajadores del Fútbol, en su interlocución con la Federación. Toda una ofensa para el ente federativo, tenedor de todos los derechos, como aglutinante de los clubes. Y un “paso hacia el abismo”, en expresión literal de distintos portavoces, que ni por asomo estaban dispuestos a concesiones. Así, sólo cuatro días después (4-IX-1929) la Federación Española anuncia su propósito de implicar al Gobierno en lo que calificaban como “intromisión intolerable de la Asociación Nacional de Trabajadores”. Y reforzando tal postura, el Sr. Cabot, una de las cabezas más claras entre cuantos dirigían aquel fútbol, se pronunciaba con respecto a la Unión de Trabajadores (6 de setiembre). Una semana mal contada fue suficiente para poner en pie de guerra a la patronal del esférico:

“La sindicación de los jugadores, si pretendieran convertir su organización en una fórmula de resistencia, tendrá mal futuro. En cambio si promoviesen la creación de un montepío como fórmula de apoyo y protección gremial, les resultará más fácil llevarlo a efecto. El propósito de equiparar al futbolista con un trabajador, y plantear comités paritarios, me parece absurdo, ya que si los Comités buscan intervenir en modificaciones futbolísticas legales, sería una calamidad difícil de imaginar. Lo de un montepío para jugadores ya se viene estudiando, y hasta se habló al respecto en la última Asamblea. 

Sobre la retención del jugador profesional, ahora es mucho más lógico su reglamento que el vigente hasta hace poco para el futbolista amateur, puesto que algunos jugadores se veían obligados a competir en un club determinado si éste no quería cederlo. Hay, en cambio, jugadores que llegan a la inmoralidad y hasta el abuso, exigiendo primas y condiciones exageradas para renovar por su club. Es una mala costumbre, que las grandes entidades deberían cortar de raíz. El mismo F. C. Barcelona, uno de los que abogaron más por la implantación del profesionalismo en nuestro país, no ha sabido luego aplicar el reglamento profesional, encontrándose con casos de resistencia entre su plantilla. Casos que podrían haberse atajado con una firme disciplina. Parece, de cualquier modo, que ahora se han decidido a cortar situaciones intolerables. No, en la generalidad de los clubs no se ha entendido aún qué representa el profesionalismo. En fin, si los jugadores desean una protección o un Montepío, no habrá estridencias, porque el caso está previsto y se viene estudiando desde hace tiempo. Cualquier otra cosa desembocará irremediablemente en una confrontación”.

Por su parte el señor Echaniz, antiguo secretario del Madrid y a la sazón desempeñando idéntico cargo en el Unión Sporting de Madrid, afirmaba entre otras cosas lo siguiente:

“Es prematura la Asociación de Trabajadores del Fútbol, dadas las circunstancias por las que atraviesa este deporte. Me parece muy loable la idea de crear un Montepío profesional, pues proporcionará a los jugadores un medio de vida más allá de su carrera deportiva. Pero los jugadores no tienen derecho a enfrentarse a unos clubes que tan magníficamente les han tratado, salvo raras excepciones. Los directivos nos hemos desvivido por atender a los futbolistas, haciendo que no les faltase nada con respecto a lo estipulado en el contrato. Créanme, sería muy doloroso si ahora los viéramos poniéndose frente a nosotros”.

Tanto toque a rebato entre la patronal deportiva por fuerza debía mostrar su efecto. Bastaron unas pocas jornadas para que los primeros síntomas de debilidad asomaran entre el colectivo de jugadores en lucha. Así, el 13 de setiembre de 1929 se daban de baja en la Asociación, Quesada, Santos, Flores y Ordóñez, todos ellos del Unión Sporting madrileño. Otros muchos, paulatinamente, secundaron su paso atrás, haciendo que el globo se desinflara. El primer anhelo sindical pespunteado desde Madrid se convirtió rápidamente en historia, para alborozo de federativos y prohombres del balón.

Félix Pérez (Nº 8), en el Madrid de 1928. A la izquierda Méndez y a la derecha, del 9 al 11, Gual, Uribe y Del Campo. La de Félix Pérez fue una de las primeras voces en abogar por un sindicato futbolero.

Cabría pensar si los futbolistas no desaprovecharon una oportunidad de oro con la proclamación republicana. Bien mirado, se antoja difícil concluir que ninguno de los ya constituidos Sindicatos los acogiese con alborozo. “Hasta las estrellas de fútbol se sindican” -hubiera sido un formidable axioma-. “¿Acaso tú no tienes derechos que defender?”. Pero eran tiempos revueltos. Se hablaba de expropiaciones, de una reforma agraria con ribetes de requisa pura y dura, de redistribuir riquezas. Y aunque entonces las estrellas del esférico ni mucho menos fuesen ricas, quintuplicaban largamente los devengos de muchos jornaleros sin camiseta o pantalón corto. ¿Podía descartarse, acaso, que en medio de tanta confusión ese sindicato se volviera en contra de los más favorecidos? O mejor aún: ¿Podía prosperar el sueño reivindicativo sin el concurso de las figuras más reconocibles? Puesto que la caridad bien entendida empieza por uno mismo, ni a uno sólo de nuestros ilustres se le ocurrió dar algún paso al frente. Como mucho, ciertos amagos no poco espaciados.

Félix Pérez, uno de quienes más abogase por la sindicación desde el vestuario del Real Madrid, allá en los últimos años 20, estaba poco menos que retirado cuando en 1936, durante un banquete para celebrar la consecución del título copero, Ricardo Zamora y Jacinto Quincoces solicitaron la palabra, poniendo sobre el tapete los derechos del futbolista. Su herida sangraba, puesto que ese mismo año un tribunal ordinario había dictado sentencia favorable a Eduardo Ordóñez, medio del At. Madrid y antiguo jugador “merengue”, por impago de haberes. El buen futbolista, que habría de abandonar el deporte para convertirse en figura lírica, saltando como barítono al cartel de varias zarzuelas, trazó sin proponérselo el futuro embrión sindicalista.

Ordóñez, involuntario germen de la sindicación deportiva, entrevistado por Fuentes Peralba. Detrás los hermanos Mazarrasa, uno de ellos jugador “colchonero” asesinado en Paracuellos del Jarama. Fuentes Peralba fue pionero por nuestros pagos de las retransmisiones futbolísticas en directo.

Aquellas voces pudieron ser acalladas, entre el jolgorio de un banquete ya con coñac y puros de por medio. Rafael Sánchez Guerra, todavía presidente madridista y político a quien la inminente Guerra Civil llevó primero al exilio mexicano tras unos meses de cautiverio, y luego a vestir hábito de lego dominico en Villava, no era precisamente hombre falto de buenas palabras. Pero el gesto de Quincoces y Zamora anticipaba lo que iba a ocurrir en breve, tras el alzamiento militar, la arriesgadísima maniobra republicana de armar a los obreros como desesperado intento por mantenerse en el poder, y la nauseabunda sangría que habría de asolar durante treinta y tres meses a todo el país. Porque en Cataluña, varios jugadores de segundo rango creyeron ver el instante del ahora o nunca.

Se daba por descontado que la sublevación militar caería por sí sola, que la guerra, en todo caso, iba a ser cuestión de semanas. Y que cuanto se levantara en medio de tanta incertidumbre, entre consignas y voces incendiarias, muy bien pudiera quedar para los restos. Así, mientras los medios se hacían eco de la detención de “aristócratas” por suelo catalán -parte de ellos contabilizados más adelante como víctimas mortales de tanta sinrazón-, se fue pergeñando el primer sindicato abierto a todos los profesionales del fútbol, no sólo jugadores, sino también técnicos, masajistas y empleados de oficina, adscrito a la UGT. Aquella primera directiva presidida por Esteban Pedrol, correoso jugador “culé”, todo pundonor, aunque con técnica muy rupestre, la completaban José Cristiá (vicepresidente), Alberto Sánchez (secretario), Domingo Vilaseca (vicesecretario), Fernando Díez (tesorero), José Luis Zabala, vocal primero y contador, y el internacional españolista Pedro Solé, como vocal simple. Ese “Sindicat de Profesionals del Fútbol”, constituido de forma oficial el 2 de setiembre de 1936, fijó su sede en el local que antes ocupase el “Casal de la Bella Parla”, pudiendo observarse en su balcón, la hoz y el martillo, el emblema de la UGT, y la tipografía del recién nacido ente. Según asegurasen sus directivos, bastaron siete días para contar con casi 200 asociados. Entre ellos, según recogiera la prensa, debían figurar Teruel, Rafael González, Claudio, el portero Iborra, Loyola, Vantolrá o Domingo Carulla, reconvertido ya en entrenador, puesto que al parecer frecuentaban asiduamente esa oficina. Y no parece descabellado suponer que mientras el Sindicat engrasaba su maquinaria, los bulos, o quién sabe si maledicencias acerca de a lo que aspiraban, pudo hacerle daño, puesto que sólo desde tal perspectiva cabe explicarse esta misiva remitida a “El Mundo deportivo”, para su pase a la rotativa:

“Camarada director de El Mundo Deportivo:

Le agradeceremos la publicación de la siguiente nota.

El Comité Ejecutivo del Sindicat de Profesionals del Fútbol hace constar que no ha autorizado a ningún compañero para que haga manifestaciones de ninguna clase, referente a acuerdos tomados o a soluciones para el futuro. Asimismo, que son infundadas las manifestaciones aparecidas en el diario de su digna dirección, referente a que hemos tomado el acuerdo de declararnos libres, sin compromiso alguno con nuestros clubes respectivos. Otra cosa es que hayamos abolido por completo el derecho de retención.

El Sindicat de Profesionals del Fútbol, cuyo local social ha quedado instalado en Claris, 38, principal, ruega a todos los compañeros profesionales del fútbol, entrenadores, jugadores, masajistas, que pasen por el local social para recibir nota de los acuerdos adoptados”.

Firmaban Pedrol y Sánchez, como presidente el primero y secretario el segundo.

En efecto, la primera medida sindical consistió en dar por abolido el derecho de retención, advirtiendo tanto a los clubes como a la Federación Catalana que no se iniciaría ninguna Liga o torneo, sin que todos asumiesen el órdago. Igualmente se comprometían a respetar la vigencia de cuantos contratos se hubieren firmado ya, pero eso sí, previa revisión de sus cláusulas. Trataban de evitar subterfugios muy comunes y claramente lesivos para los futbolistas ante cualquier litigio, como era apalabrar cantidades económicas mensuales o anualidades muy superiores a lo reflejado contractualmente. Ninguno de los documentos ya firmados o por rubricar sería validado sin el correspondiente visto bueno sindical. Por otra parte, los clubes que mantuvieran alguna deuda con sus jugadores, técnicos o masajistas, no podrían inscribirse en ninguna competición. Aunque en claro gesto de buena voluntad y ante las dificultades del momento, se daba por válido un reconocimiento de deuda y el compromiso de liquidarla en plazo breve.

Todo eran ventajas para los profesionales, y un trágala para clubes y Federación. Más que un sindicato reivindicativo parecía echarse al camino una apisonadora de amplio tonelaje. Sin duda consciente de ello, Esteban Pedrol anunció no tener intención de perjudicar a ningún club, ni pretender dirigirlos por el expeditivo método de recurrir a incautaciones. Un punto sobre el que si bien se ha escrito, dándolas por realizadas, hasta hoy no ha podido mostrarse ningún pliego u orden confirmando tal supuesto. Resulta innegable que varios afiliados al sindicato participaron en alguna incautación, incluidas las del Español y Barcelona, donde el propio Pedrol acabaría gozando de un cargo directivo. Todo induce a suponer, pues, que las actuaciones de ese puñado de futbolistas respondieron no a directrices sindicales, sino al libre albedrío personal.

Más problemas surgieron con la nueva Federación Catalana, a la que en cierta medida también se pretendía fiscalizar. El 12 de setiembre de 1936, se reunieron con los sindicalistas Pedrol y Alberto Sánchez, los federativos Peiró, Pi, Eroles y Guardia, acordando que el órgano representativo de los profesionales contara con un miembro en el Comité Ejecutivo de la Federación, otro en el Comité de Competición, y que el Consejo Regional de Apelación quedara distribuido a partes iguales entre federativos y sindicados, a razón de cuatro voces y votos cada uno. Para evitar suspicacias, su presidente no podría detentar cargos en ningún club y su papeleta tendría carácter decisorio ante los presumibles casos de empate. El capítulo económico parece tuvo mucho que ver en la composición del Campeonato Catalán, compuesto por dos grupos: Primera “A” (6 equipos), y Primera “B” (con 8). Se adujo que ampliar el número de contrincantes resultaría económicamente muy lesivo, si no del todo insostenible.  

Pronto surgieron cuestiones especiales, implicando a jugadores residentes en Cataluña que durante el ejercicio anterior hubiesen competido en otras regiones, o viceversa. Los catalanes Miró, Oró y Ribas, que acababan de competir con el Murcia, anunciaron públicamente su decisión de considerarse libres. Y otro tanto el gallego Chas, que jugaba en el Club Deportivo Español. ¿Qué podía entenderse como jugador catalán? ¿El que compitiera en clubes de la Territorial catalana, o únicamente los catalanes de nacimiento o naturaleza, cualquiera que fuese el lugar donde desarrollaran su actividad? Finalmente por salir del charco, la Federación Catalana declaraba en libertad a todos los futbolistas que no hubiesen renovado contrato con su anterior en fecha anterior al 23 de setiembre de 1936, anticipándose en un día al escrito remitido desde la Española, según el cual todo futbolista perteneciente a entidades de la zona rebelde quedaba autorizado a fichar por cualquier otro, si éste se hallase en áreas republicanas.

No debe sorprender tamaña capitulación de la “patronal” futbolística, impensable hoy día, pero harto justificada durante el verano de 1936, cuando distintas organizaciones ácratas o de izquierda radical incautaban comercios de toda índole, vehículos, industrias, viviendas, palacetes, hoteles y, naturalmente, clubes de fútbol. Máxime, mientras milicianos de esas mismas organizaciones exhibían su fuerza por las calles, armados con fusiles procedentes de arsenales militares(1). Tanto la Federación Catalana como sus más señeros clubes operaban ya bajo control y vigilancia de los incautadores, las mismas siglas, en suma, que ahora avalaban el balbuciente sindicato. Denominar negociación a las conversaciones mantenidas entre representantes de ese embrión sindical y el órgano federativo, constituye puro eufemismo.

Collage del Barcelona en 1935. Pedrol, futuro presidente del sindicato de futbolistas organizado en Cataluña, es el señalado con una “X”. Varios logros indiscutibles, bien es cierto que arañados en tiempos muy convulsos, quedaron en nada a partir de 1939.

El primer gran pleito resuelto favorablemente al sindicato, gracias a la equiparación de fuerzas en el Consejo Regional de Apelación, tuvo por protagonista a su secretario, Alberto Sánchez, muy modesto futbolista que compitiera con el equipo “B” del F. C. Barcelona a lo largo del ejercicio 1935-36, hasta lesionarse en una rodilla.

Como tantos otros jóvenes con el servicio militar pendiente, su contrato recogía que el importe de la “cuota”(2) corría a cargo de la entidad. La directiva “culé”, en efecto, había satisfecho el primer plazo, pero se negaba a aflojar las 750 ptas. correspondientes al segundo y último, argumentando que carecía de todo sentido hacerlo, cuando su jugador fue excedente de cupo. Es decir, que se había librado de ir a la mili. Para Sánchez, aquel contrato iba a misa. Daba igual si no debía entregar esas 750 ptas. a un tercero, ocupante de su plaza en el ejército. Aquella cantidad equivalía a una ficha y lo natural era respetarla. Además, el club le dio de baja el 30 de junio, hallándose lesionado, sin seguir una costumbre generalizada consistente en prolongarle el vínculo, al menos hasta que estuviese en condiciones de seguir compitiendo. Pues bien, el Consejo de Apelación sentenció contra el Barça. Y no sólo obligándole a abonar las ya citadas 750 ptas., sino otras 610, importe del sastre militar por un uniforme que ya nadie usaría, si no era en Carnaval, más tres mensualidades íntegras, tiempo previsto de tratamiento en la Mutual, y el 50 % de tres más, eventualmente necesarias para una completa recuperación.

A los clubes, conforme resultaba obvio, les tocaba jugar sistemáticamente en campo ajeno y ante árbitros poco imparciales. El viejo anhelo de un sindicato de futbolistas nacía viciado y con pocas posibilidades de arraigo.

Bien pronto la terca realidad bélica, traducida en llamadas a filas, cierre de competiciones y sustitución de las mismas por esporádicos partidos sin otro afán que el recaudatorio con fines políticos, añadida a una gira del F. C. Barcelona trufada de deserciones tanto en México como en Francia, iba a encargarse de aguar el proyecto sindical. Iborra o el extremo internacional Martín Vantolrá, así como otros muchos entre las dos centenas de afiliados, ya ni siquiera estaban en España. Aquella flor de un día, marchita y sin perfume, apenas si fue un recuerdo vago tras el triunfo de los militares alzados. Luego la ilegalización de UGT o cualquier otro sindicato, a mayor gloria del vertical falangista, los ajustes de cuentas y una reanudación de actividad balompédica con saludos brazo en alto y vítores a Francisco Franco, sirvió de ataúd al reciente pasado. La segunda intentona sindical, reducida al ámbito catalán, acababa de rodar sin puntilla.

Tras la caída de Barcelona, desde las linotipias sometidas al bando “nacional” hubo abundancia de venablos dirigidos no ya contra los sindicalistas, por sus recientes veleidades, sino a todo el colectivo de jugadores en el extranjero: “Llegará la hora de ajustar cuentas con esos malos españoles, cuando vuelvan a matar su hambre en la saciedad española”. “Marca”, portavoz deportivo de los triunfadores, repasaba algunos de aquellos nombres, para que el aficionado no pudiera olvidarlos fácilmente: “En Francia se hallan jugando los barcelonistas Balmanya, Raich y Zabalo, y en México casi la totalidad del equipo: Iborra, Rafá, García, Vantolrá, Urquiaga y Gual”. Otros medios se hacían lenguas sobre los restos en Argentina y México del naufragado Euzkadi; los Blasco, Pablito, Cilaurren, Zubieta, Iraragorri, ambos Regueiro, Lángara, Emilín… Tenía no poca gracia hablar de saciedad en una España famélica, cuando el año 1940 registró el mayor número de defunciones en todo el siglo XX. En Argentina se pasaba tanta hambre, que seis años y medio después su presidente Juan Domingo Perón resolvería no pocos dramas domésticos haciendo llegar a nuestros puertos buques cargados de trigo, patatas, carne y demás alimentos no perecederos.

“¿Son rojos o son nacionales? -se preguntaba “Marca”, acerca de los “culés” emigrados-. Hay diversidad de opiniones, si bien la mayoría llegan acordes a la misma conclusión: que son unos frescos, jugando a dos cartas en espera de decidirse con toda clase de seguridades por una de ellas; la que gane”. El mismo medio criticaba al fútbol catalán, “mediatizado por unos arribistas”, si bien su argumentación valía para tantas otras regiones del bando triunfador y no pocos futbolistas más: “Cataluña ha visto casi todos sus deportes desaparecidos por completo. El fútbol fue el único que pudo sostenerse a base de equipos llamados militares, ya que quienes los integraban quedaban exentos del servicio en las trincheras, y de los peligros que atizaba el tristemente célebre Negrín”. Del Sindicat de Profesionals del Fútbol ni una palabra. Como si nunca hubiera existido, y sus efímeros logros constituyesen una ensoñación. Al fin y al cabo nunca ejerció como sindicato de clase, y nadie pudo mostrar pruebas sobre su hipotética vinculación en las incautaciones deportivas. De haber surgido alguna, la suerte de Pedrol, por ejemplo, hubiera sido otra. Desde luego sufrió represalias. Las reservadas a cuantos como él optaron por contemplar desde Francia el desarrollo bélico, tras la gira azulgrana por México. Un año en blanco, sin paso por la cárcel como otros muchos sindicalistas, especialmente del agro, la industria, el funcionariado o la enseñanza. Sus días de presidencia en el Sindicat no comportaron penalidades suplementarias.            

Ya en la campaña 1940-41, con 31 años y casi cuatro de paro deportivo, volvió a descolgar las botas con muy escaso provecho. Algún choque amistoso y un solo partido de Liga le sirvieron de despedida. Como suele ocurrir a todos los jugadores enérgicos, de mucho físico y pobre técnica, su merma de facultades acentuó hasta lo indecible anteriores carencias. Una vez retirado se dedicó al ajedrez, con más que notables resultados, sin desoír esporádicas llamadas de su club azulgrana para ejercer funciones técnicas.  

Transcurridos 20 años, el panorama balompédico apenas había cambiado para los profesionales del fútbol, no sólo en nuestro país, sino en prácticamente todo el orbe. La catastrófica II Guerra Mundial, el enorme esfuerzo de reconstrucción europeo y una suma de economías debilitadas pugnando por el apuntalamiento a costa de múltiples sacrificios, convirtieron la pura supervivencia en objetivo esencial, si no único. Mediados los años 50, aún podían verse ruinas en grandes urbes del viejo continente. Italia fichaba extranjeros, ciertamente, pero el fútbol alemán, semiprofesional tan sólo, ni siquiera estaba en condiciones de disputar un torneo al uso, que abarcase todo su territorio. América, que apenas si fue azotada por ese inmenso descalabro y parecía atar a los perros con longanizas, tampoco es que tratase bien a sus artistas del cuero. En Argentina, un día, las grandes estrellas decidieron plantar cara a clubes y Federación, entendiendo pisoteados todos sus derechos individuales y colectivos. A la declaración de huelga se respondió con el ascenso de jóvenes canteranos. “¿Lo veis? -retaron dirigentes de Boca, River, San Lorenzo, Newell´s, Rosario, Estudiantes o Independiente-. No sois imprescindibles. El público sigue acudiendo a los estadios. Os moriréis de hambre mientras nosotros reducimos deudas, porque vuestros sustitutos nos salen más baratos”. Y aquellos jugadores argentinos optaron por enrolarse en clubes de México, Chile, Perú, o sobre todo Colombia, desvelando el sueño de muchos jerarcas en la F.I.F.A., ante el efecto que pudiera tener su rebelión en otros rincones del planeta. Distintas voces ponían en solfa el derecho de retención, argumentando que los jugadores no dejaban de ser sino esclavos muy bien remunerados. Como contrapeso, desde casi todas las Federaciones se maniobraba contra cualquier conato de activismo sindical.

Avanzados los años 50 del pasado siglo, cuando el Real Madrid comenzó a importar grandes astros extranjeros, uno de ellos, francés, pero descendiente de mineros polacos, hizo saber que en su país tampoco se respetaban los derechos del futbolista. Donde otrora tuvo lugar la revolución que cambiase el mundo, seguía pendiente una nueva y deportiva toma de la Bastilla. “No somos objetos, aunque se nos trate de ese modo. Hay jugadores que ni siquiera pueden opinar sobre el club al que deciden traspasarlos. Te vas a Le Havre, les dicen. O a Montpellier, Estrasburgo, Burdeos o Metz. Es mejor para ti, porque aquí ya no tienes sitio. Si eso se lo hiciesen a un obrero, podría desvincularse de la empresa y pedir trabajo en otra. A los futbolistas no se nos consiente. Negarnos a colaborar con ese mercado de carne humana implica la descalificación. Se nos receta el desamparo, la nada. A ningún ingeniero, contable, abogado, mecánico, chófer o carpintero, se le impide seguir desarrollando su profesión. ¿Por qué se nos puede hacer a nosotros? ¿Por qué las autoridades lo consienten? ¿Acaso el Derecho no rige para los profesionales del fútbol?”.

Raymond Kopa tenía fama de díscolo, al otro lado de los Pirineos, de hombre problemático y agitador. Él mismo reconoció esto último más de una vez, y expuso razonamientos en una biografía que ni siquiera causó gran impacto. Quien más y quien menos consideraba que a los hombres del balón les sobraban quejas y lágrimas. Si tanta envidia les inspiraba el resto de los mortales, podían empezar reduciendo sus saldos bancarios, llegó a escribirse.

Raymond Kopa, estrella de la selección francesa que pocas veces pudo ver en su auténtico puesto la hinchada del Real Madrid, nunca dejó de señalar la indefensión de los futbolistas ante el abuso de muchos clubes. La representación sindical constituyó para él una meta inalcanzable.

Pero en el universo futbolístico no faltaban argumentos para tocar a rebato. Aparte de las estrellas, había toda una galaxia de jornaleros mucho peor pagados y tan sometidos como los grandes ídolos a la tiranía de ese trato esclavista. Gente que si sufriera una lesión incapacitante debía apañárselas a la buena de Dios o, en el mejor de los casos, cumplidas las 30 ó 32 primaveras verse impelidos a improvisar otra existencia, sin grandes conocimientos ni habilidades. ¿Tan reprochable era su deseo de obtener réditos ante eventuales alzas en su cotización? ¿Por qué cuanto estaba bien visto entre honorables padres de familia, se antojaba despropósito para gentes de camiseta y pantalón corto?

Ya en 1967 continuaban sin reconocerse los sindicatos de futbolistas en Francia, Italia, Portugal, Holanda, Alemania, Grecia, Austria, Suiza, y por supuesto España. Bélgica había creado uno, todavía precario. En los países escandinavos, la Unión Soviética y sus satélites, los futbolistas seguían siendo teóricamente amateurs; más próximos a la realidad, por cierto, los daneses, suecos, noruegos y finlandeses, que los de Moscú, Leningrado, Sofía, Belgrado, Budapest, Odessa, Kiev o Minsk. Europa daba muestras de envidiable recuperación, y hasta Alemania Occidental gozaba de una Bundesliga de grupo único. Parecía buen momento para que los anhelos de sindicación merodeasen nuevamente en derredor de la pelota, aunque los grandes clubes del continente, sin excepciones, se debatieran entre una catarata de números rojos y amenazas de quiebra. Al menos es lo que pensaron desde la Federación Internacional de Sindicatos.

“El deporte en general, y el fútbol en particular, es actualmente una profesión que, además de juego, representa un espectáculo”, aseguró el 5 de junio su presidente, el belga M. Roger Blanpain, durante una conferencia en Milán. “Profesionalismo significa que quienes poseyendo cualidades para jugar al fútbol puedan dedicarse a su preparación, sabiendo garantizado su pan de cada día. El deporte, especialmente el fútbol, se ha convertido en un bien público, no sólo por cuanto representa para el prestigio nacional, sino como fundamento de una política saludable”.

Blanpain añadió igualmente: “En numerosos países, los futbolistas profesionales se baten por una organización sindical garante de sus derechos laborales y salarios decentes. Luchan, sobre todo, para convertirse en hombres libres mientras desarrollan una profesión libre. En la mayoría de los países ni siquiera se respetan los derechos de defensa que a todo el mundo civilizado asisten”. Y como colofón esbozaría los tres puntos que a su entender merecían convertirse en andamiaje de cualquier programa sindical deportivo: “Libertad de trabajo, seguridad del porvenir, y el derecho a controlar tanto las asociaciones como las mismísimas Ligas nacionales”.

Algunos medios españoles recogieron su alocución en las páginas deportivas. Otro, al menos, en las de Economía. Aunque lo cierto es que mayoritariamente mereció escasa cobertura en letra impresa. Y por una vez nada tuvo que ver en ello la censura gubernamental, infinitamente más suave desde que Fraga Iribarne se aviniese a retocarla. Esa sordina respondía sólo al puro desinterés, cuando tan arraigado estaba por nuestros pagos un comodín igualmente válido para rotos y descosidos: “¡Estas cosas aquí no pasan!”.

“España es diferente”, rezaba un slogan turístico que hizo furor. Y aunque la frase, todo un hallazgo para atraer divisas fuera sustituida por otra más tentadora –“España, un lujo a su alcance”-, buena parte de aquellos españoles concluyeron convencidos de que, en efecto, nada era igual a partir de la vertiente pirenaica Sur. Franco, arrinconada buena parte del viejo aparato falangista, gobernaba sin sobresaltos. De hecho en 1964, tres años antes de que el sindicalista belga hubiese agitado las aguas deportivas, celebró sus bodas de plata en el poder, maquillando la efeméride, eso sí, como “Conmemoración de 25 años de paz”. Cada primero de Mayo, asistía a la demostración sindical en el Estadio Santiago Bernabéu, donde “productores” de distintas provincias desarrollaban tablas gimnásticas corales, desfilaban como en una pequeña Olimpiada y los coros y danzas de la Sección Femenina anteponían sus jotas, sevillanas, muñeiras o sardanas, durante dos o tres interminables horas televisadas en blanco y negro, al ritmo de “Los Sirex”, “Los Cinco Latinos”, Bruno Lomas o “Los Relámpagos”, el acento meridional de Manolo Escobar, aún sin perder el carro, los tangos de Carlos Acuña, la trompeta de Rudy Ventura y las baladas del “Dúo Dinámico”, José Guardiola, Luis Gardey, Raphael o Michel, solista valenciano aclamado en Moscú, como tenían perfectamente aprendido cuantos presentadores asomaban por la pequeña pantalla. El belga Blanpain podía decir cuánto le pluguiese, que aquí imperaba un sindicalismo vertical bien empesebrado. Nuestros futbolistas, además, tenían poco de revolucionarios. Nadie perturbaba la paz española.

O eso se creía, hasta que mediado enero de 1968 el internacional Chus Pereda (Jesús Mª Pereda Ruiz de Temiño, Medina de Pomar, Burgos, 15-VI-1938), hablase medio al desgaire sobre la conveniencia de crear un sindicato futbolero.

El eco de sus palabras tuvo mucho de aldabonazo. “¿Es posible un sindicato para jugadores de fútbol?”, se preguntó desde un recuadro editorial el diario deportivo “Marca”. “¿Un sindicato de millonarios?”, tituló otra cabecera. “Lo lamento, pero yo no puedo sentir compasión hacia ellos”, enfatizó, a manera de cierre para su columnita, uno de los comentaristas más celebrados. Volvía a cernirse sobre los jugadores la imagen de jóvenes y aclamados héroes, mozalbetes caprichosos, distantes de la realidad nacional, en razón de su éxito social y económico prematuro, cuando en verdad les sobraban motivos de reivindicación. Para empezar, no cotizaban siquiera a la Seguridad Social. Sus clubes tenían suscritas con determinadas clínicas distintas pólizas asistenciales, la Mutualidad de Futbolistas se ocupaba de intervenciones recurrentes y cuantías indemnizatorias no ante casos de incapacidad, sino de mutilación grave o deceso. Y todo ello se traducía en claras diferencias de diagnóstico, tratamiento y pronóstico para el colectivo, a tenor de la capacidad económica de aquellas entidades. Numerosos elementos de 1ª y 2ª División tuvieron que correr durante el reciente pasado con el costo de intervenciones quirúrgicas privadas. Un solemne disparate, tratándose, como se afirmaba tan a menudo, de privilegiados.

Tampoco faltaron oportunistas con buen olfato, encabezados, como no podía ser de otro modo, por responsables del Sindicato Nacional del Espectáculo, rama, no lo olvidemos, de la única y vertical organización consentida desde el Movimiento. Así, a partir del 17 de enero de 1968, los futbolistas de 1ª comenzaron a recibir un escrito en los siguientes términos:

“El Sindicato Nacional del Espectáculo, y especialmente su sección de Deportes, viene observando con atención y sumo interés, desde hace ya mucho tiempo, las justas aspiraciones y propósitos que se han venido exteriorizando en diferentes ocasiones por algunos futbolistas muy destacados, que propugnan la fundación y establecimiento de una agrupación o asociación de carácter profesional, que venga a encauzar y resolver una serie de importantes problemas planteados en el seno de esta extendida rama del deporte. La previsión y seguridad asistencial, así como la defensa y apoyo en el ejercicio de los derechos profesionales, son materia de especial preocupación que recientemente ha vuelto a ponerse de actualidad con las declaraciones formuladas por un popular y aplaudido jugador azulgrana; declaraciones que se han difundido por los órganos de la Prensa especializada, con amplia repercusión en los demás medios informativos.

Por ello, estimando justa y muy razonable la aspiración, consideramos que ha llegado el momento de ponernos a disposición de los futbolistas españoles, ofreciéndoles nuestra colaboración y experiencia, tal y como ha venido haciendo el Sindicato con otros artistas profesionales, que hoy ya disponen de sus correspondientes y respectivas Agrupaciones y Organizaciones. Los matadores de toros, los artistas de cine, los directores-realizadores de películas, los apoderados taurinos, por no citar otros muchísimos, mantienen en fecundo y ventajoso funcionamiento sus propias asociaciones profesionales, que ellos mismos gobiernan y dirigen a través de toda nuestra geografía nacional, utilizada la extensa red montada en nuestros Sindicatos provinciales, comarcales y locales; servicios y Organización que también ustedes, los futbolistas españoles podrán utilizar, tan pronto como consideren y estimen oportuno.

A tales fines, en nombre de nuestro presidente nacional, don Jorge Jordana de Pozas -cuya juventud y estrecha vinculación al deporte constituyen suficiente garantía-, le ofrezco a usted y a todos los profesionales del fútbol-espectáculo, nuestra entusiasta colaboración para poner en marcha la Asociación Profesional de Futbolistas, en cuya fundación y establecimiento son muchos ya los que se manifiestan interesados.

En cualquier caso nos gustaría mucho recibir sus noticias y sugerencias”.

Jesús Mª Pereda, caricaturizado por “Cronos”. Su intento de agitar conciencias declarándose favorable a la sindicación, fue rápidamente aprovechado por responsables del Sindicato vertical para tratar de incluirlos en su segmento de Espectáculos. Aunque pueda sorprender, el régimen surgido de la Guerra Civil había obviado a los futbolistas.

Resumiendo: Asociación sí, pero nada de Sindicato específico. Aun con particularidades, debían compartir mantel con toreros, artistas de cine y teatro, tonadilleras, músicos, chicas de varieté, funambulistas, domadores de circo, payasos y bailarines.

Un día después, todos los kioscos vomitaban comentarios y opiniones. Básicamente, cada cual defendía lo suyo: “Crear una Asociación me parece bastante absurdo, en un caso tan particular como el de los jugadores -sintetizó el Sr. López Ruiz, director de la Mutualidad de Futbolistas-. Hablar de jubilación, por ejemplo, cuando se retiran a edad tan temprana, resulta ingenuo. Nuestra Mutualidad tiene un Consejo y una Comisión rectora, así como 18 delegaciones provinciales encargadas de tramitar asuntos. Al 31 de diciembre la cifra de afiliados alcanzaba los 122.110, incluyendo preparadores, árbitros, masajistas, etc. Atendemos la pérdida de salarios a causa de lesiones y no existe diferencia de trato entre profesionales, aficionados o juveniles, por más que, lógicamente, sean los profesionales quienes paguen cuotas superiores”.

El presidente de Barcelona, Narciso de Carreras, era abiertamente refractario: “No quiero opinar hasta que se pronuncien el Delegado Nacional de Educación Física y Deportes y el presidente de la F.E.F. Pese a todo no me lo tomo en serio. ¿Realmente cabe alguna relación entre un sindicato y los futbolistas?”. Sancho Dávila, expresidente federativo y en ese momento vicepresidente del Sevilla C. F., puso el dedo en la llaga: “Habrá que ver cómo se promulga la nueva Ley Sindical y entonces, sin distinción de categorías, podrán llevarse a cabo cuantas gestiones sean precisas, a través de la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes y los clubes. Me extraña, no obstante, que parezca pretenda darse cobertura tan sólo a los de 1ª División, cuando son los menos necesitados de asistencia”. Desde el sindicato vertical se saldría al paso, entonces, puntualizando que estaban preparando otro escrito dirigido a los demás jugadores profesionales. Pereda, campeón de Europa en 1964, se mantenía en sus postulados: “Sigo en mi idea de agruparnos los profesionales del fútbol en un organismo nuevo. Lo que pueda ser finalmente, no seré yo sólo quien lo decida; tendrá que hacerse entre todos”.

Una realidad, empero, se imponía a cualquier opinión: los futbolistas deseaban algo más que una asociación. Y por supuesto ni se planteaban quedar encerrados en un cajón de sastre, junto a toreros, cupletistas, tragasables o conjuntos de la entonces denominada música “ye-yé”. ¿Razones? Cierta noticia del mismo día 18 puede proporcionarnos la clave:

“El presidente del Sindicato Nacional del Espectáculo, don Jorge Jordana de Pozas, ha hecho entrega ayer al gobernador civil y jefe provincial del Movimiento de Madrid, don José Manuel Pardo de Santayana, de un cheque por valor de 120.000 ptas., cantidad a que asciende la recaudación del partido de fútbol jugado el día de Navidad del pasado año entre toreros y artistas.

El encuentro fue organizado por el citado Sindicato, donde se encuentran encuadradas ambas actividades, para incrementar las cantidades asignadas a la Campaña de Navidad patrocinada por el Gobierno Civil de Madrid. Estuvieron presentes el actor Ángel de Andrés, el presidente del Rayo Vallecano, don Pedro Roiz, que cedió el campo, y el administrador del Sindicato, don Rafael Roja”.

¿Podían sentarse los futbolistas, codo a codo, con quienes tomaban el balón a modo de charlotada? Uno ya veterano, de los que desde hacía dos años venía anunciando su posible retiro, expuso en palabras lo que muchos compañeros pensaban: “Conmigo que no cuenten para lidiar becerros o subirme al cuello de algún elefante. O el Sindicato es otra cosa, o no será nada para mí”.

Ficha deportiva de “Chus” Pereda. Fue él quien agitó por primera vez las mansas guas del fútbol sesentero, con su idea de un sindicato profesional, ajeno a la verticalidad incuestionable del momento.

Transcurridas 24 horas desde la polvareda que levantase aquella interesada invitación del Sindicato franquista, Alfredo Rueda conseguía entrevistar a “Chus” Pereda. Y la voz que agitase unas aguas hasta entonces tranquilas, lejos de abordar caminos mil veces trillados, hizo gala de tanta ponderación como espíritu didáctico.

De entrada, aseguró no ver en el Sindicato -el vertical, se entiende-, a una hipotética Agrupación de Jugadores Profesionales, puesto que ni siquiera había imaginado un enrolamiento en el Sindicato del Espectáculo. “Creo que donde sí debíamos estar como Agrupación -dijo-, es bajo la tutela de nuestra Federación y la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes. El deporte profesional posee un marco específico dentro del propio deporte”. Con respecto a su idea acerca de la Agrupación, expuso: “Representa una llamada para todos los futbolistas profesionales de Primera, Segunda y Tercera División. Es un hecho que atraídos por el espejismo del fútbol, muchos jóvenes abandonan estudios o su futura capacitación profesional. Y son incontables los que no tienen suerte. Además, quienes como consecuencia de una lesión o enfermedad se ven fuera del deporte que para ellos lo ha sido todo, acaban a menudo en tierra de nadie. Deberíamos crear un seguro que les garantizase la continuidad de estudios pagados, así como una suma razonable, o incluso capacitarse en un oficio si tienen habilidad manual. Yo sólo he recogido un sentimiento que anima a los jugadores. Alguien debe lanzar la idea y estoy dispuesto a aportar mi experiencia de futbolista. Lo que no puedo hacer, lógicamente, es indicar qué estructura legal resultaría más conveniente, o extenderme sobre la línea económica de nuestra agrupación. En tal sentido será preciso el consejo de personas capacitadas, conocedoras de la materia”.

Con deficiencias respecto a la futura planificación del empeño, o sin ellas, el para entonces muy cuajado interior, puesto que próximo a la treintena cubría su penúltima temporada en el Barça, ya había echado cuentas: “Algo, sin embargo, tengo muy claro. Si somos 4.000 jugadores de fútbol profesionales, pagando 1.000 ptas. cada uno tendríamos un fondo inicial de 4 millones. Esa cantidad y sucesivas aportaciones, daría para que nosotros mismos remediásemos nuestros problemas asistenciales, sin duda el punto más importante. Luego la Agrupación también contempla otros horizontes que no juzgo oportuno comentar. Pero es obvia la necesidad de defensa de los futbolistas. Actualmente, por ejemplo, son muy bajos los devengos por fallecimiento e inutilidad”. Y con el claro propósito de no levantar suspicacias, remataba: “No se trata de crear una fuerza de presión sobre los clubes ni sobre nadie. Y muchísimo menos apartarnos del deporte”.

Abreviándolo un poco, muy conscientes del marco en que se movían, los jugadores trataban de apostar por un órgano asistencial auto gestionado, antes que por el combativo sindicalismo de clase. Tal vez entre los proyectos de futuro no desvelados estuviese su integración en la Seguridad Social. O establecer límites sobre el derecho de retención, herramienta que todos, sin la más mínima excepción, consideraban inicua. Pero no hubo modo de saberlo, porque la idea iba a encontrar múltiples obstáculos.

Tras rubricar 5 goles en los 21 partidos de Liga que Perada disputase como azulgrana durante el ejercicio 1968-69, fichó por el Sabadell para el de 1969-70. Pudo vérsele tan poco luciendo el blanco y azul arelequinado, que algunos medios aventuraron su retirada. No queriendo darles la razón, aún se mantuvo en la brecha dos temporadas más con el R.C.D. Mallorca, ya en 2ª División. 53 partidos de Liga y 7 goles sirvieron de broche a una formidable carrera de 18 campañas, con 8 camisetas distintas, además de las rojas y azules de nuestra selección nacional. Continuaba activo, por lo tanto, cuando despuntando el verano de 1972 la Agrupación de Futbolistas estuvo más cerca que nunca de hacerse realidad. Luego viviría una larga etapa como seleccionador nacional de juveniles y Sub-21.

Para cuando Javier Clemente, recién designado seleccionador nacional absoluto lo puso en la calle con malos modos (1994), llegando a manifestar “cobra demasiado para lo poco que hace”, ya había visto nacer no una Agrupación, sino el Sindicato que tanto añoraba.

Otra historia merecedora de una atención que los comentaristas de nuestro deporte rey prefirieron abordar desde la inmediatez, y raramente a posteriori, con la muy necesaria perspectiva. 

_________________________________

(1) .- El anecdotario de aquellos infaustos días resulta interminable. Vivir o morir respondía, a veces, a la pura casualidad, el capricho, o los reflejos fruto del más primario instinto de supervivencia. Con el destino de vidas y haciendas en manos revanchistas, a menudo carentes de toda preparación y conscientes de hallarse por encima del bien y el mal, cualquier conato de enfrentamiento resultaba temerario. A ese respecto puede servir como botón de muestra el mal trago de cierto cura, profesor de Religión en Madrid, que según narrase Mercedes Maraver, una de sus alumnas, salió bien librado gracias a la incultura de quienes nada bueno le reservaran:

Un día fueron los republicanos a su casa. Les habían dado un chivatazo e iban dispuestos a llevárselo. Le dijeron: “Nos han contado que usted es cura”. Él contestó: “Yo soy presbítero”. Ellos, entonces, se dijeron entre sí: “¿Ves? Si ya te había dicho yo que éste no tenía cara de cura”. El sacerdote volvió a asegurar que era presbítero y se salvó de esa manera”.

(2) .- La cuota era una cantidad económica predeterminada que cualquier soldado con posibles podía entregar al Estado (1.500 ptas.), para que otro ocupara su puesto. Además de desvirtuar el concepto de servicio militar obligatorio, semejante triquiñuela consentida profesionalizó, de facto, un ejército compuesto mayoritariamente por campesinos sin tierra, desarraigados carentes de oficio y gente con mal porvenir, en tanto rentistas, buena parte de la burguesía, e incluso menestrales acomodados, libraban a sus vástagos de una suerte arriesgada estando tan fresco el recuerdo de la sublevación rifeña, las correrías de Abd El-Krim, el desastre de Anual, los bombardeos sobre Melilla y la batalla de Uarga. Los futbolistas, por su parte, descubrieron junto a la pelota una curiosa vida simbiótica. Ellos se libraban de año y medio azaroso, al tiempo que los clubes podían seguir contando con su concurso.




Extranjeros que nunca lo fueron

En 1973, después de once años de prohibición importadora en lo tocante a futbolistas, Juan Gich, Delegado Nacional de Educación Física y Deportes, autorizó finalmente la llegada de dos jugadores foráneos por club de 1ª y 2ª División, a partir del campeonato 1973-74. Si bien inicialmente sólo podrían alinearse en el torneo de Liga, desde 1977 también tuvieron expedita la competición de Copa. Se pretendía, indudablemente, dar cerrojazo al formidable escándalo de los falsos oriundos, charca inmunda de corruptelas, sobornos y falsificaciones documentales, donde nuestro fútbol chapoteó a gusto a lo largo de los 16 años precedentes, y que acababa de estallarle en la cara al presidente federativo y antiguo jugador José Luis Pérez-Payá. La guerra abiertamente declarada por el Athletic Club bilbaíno y la Real Sociedad de San Sebastián contra aquella mala praxis generalizada, no sólo se cobró varias víctimas, sino que iba a abrir una brecha muchísimo mayor, inundando nuestros equipos de profesionales, y hasta teóricos amateurs, con la suavidad guaraní o los acentos porteño, carioca, lunfardo y del altiplano. Un plan estratégicamente diseñado para tapar la mugre con gruesas alfombras, y que a la postre tan sólo añadiría más suciedad sobre los caros tapices. Era tanta la voracidad de nuestros clubes se vivía tan intensamente el cuento de la lechera, que dos extranjeros supieron en seguida a poco. Y puesto que los convenios de doble nacionalidad suscritos con 11 países de la América Latina dejaban abierto un portillo anchísimo, en seguida aquellas 2 “figuras” extranjeras se convirtieron en 4, 6, 8 y hasta 10, no tan figuras, en realidad, usurpando un espacio que debería corresponder a futbolistas nacionales.

Pablo Porta caricaturizado en 1974, año de reapertura fronteriza a jugadores extranjeros en vano intento de acallar el escándalo de las falsificaciones documentales.

Veamos, en primer lugar, por qué era posible la multiplicación bíblica de panes y peces en tantos clubes de nuestras categorías 1ª y 2ª.

Los convenios de doble nacionalidad para súbditos de España y varias naciones transoceánicas, comenzaron a firmarse el 24 de mayo de 1958 en Santiago de Chile, siendo ministro de Exteriores el bilbaíno Fernando Mª Castiella. Rápidamente irían sumándose más países, en el siguiente orden: Perú, acuerdo rubricado en Madrid el 16-V-1959. Paraguay, también fechado en Madrid, el 6 de junio del mismo año. Nicaragua, en Managua, el 25-VII-1961. Guatemala 3 días después en la capital guatemalteca. Bolivia, en La Paz el 12 de octubre de 1961. Ecuador, en Quito el 4 de marzo de 1964. Costa Rica en Madrid, el 8 de junio de 1964. Honduras, en Tegucigalpa el 15 de junio de 1966. República Dominicana en Santo Domingo, el 15 de marzo de 1968. Y finalmente Argentina, compromiso suscrito en nuestra capital, el 14 de abril de 1969. Aunque para ser más precisos, convenios de doble nacionalidad eran únicamente los 10 primeros, puesto que el argentino tan sólo quedó tipificado como “acuerdo de nacionalidad”, lo que en la práctica implicaba para cualquier súbdito de aquella República al adquirir la nacionalidad española, una temporal renuncia a su naturaleza argentina, sin perjuicio para recuperarla de nuevo tan pronto regresara a su país natal. Más aún, la ley establecida en aquellos convenios no facultaba a sus tenedores la posesión de dos pasaportes a la vez -costarricense y español, por ejemplo, o de España y Paraguay-, ni ser español a unos efectos y argentino a otros. Algo que obviamente se conculcó con absoluta impunidad, puesto que todos los beneficiados por la norma gozaron de doble pasaporte, y los mejor cualificados no ocupaban plaza de extranjero en sus clubes mientras seguían representando a países de la otra orilla oceánica con sus respectivas selecciones.

Baste repasar el Código Civil entonces vigente, para comprobar hasta qué punto las dobles nacionalidades revolucionaban el panorama futbolístico. Con carácter general se exigían 10 años de permanencia en nuestro país, antes de adquirir su nacionalidad. Ahora bien, podían darse salvedades, con una reducción a 5 años si el solicitante se hallara incurso en cualquiera de estos apartados: “A.- Haber introducido en territorio español una industria o invento de importancia. B.- Ser dueño o director de alguna explotación agrícola, industrial o mercantil, igualmente importante. C.- Haber prestado señalados servicios al arte, la cultura o la economía nacional, o haber favorecido de modo notable los intereses españoles.” Y aún se recortaba ese plazo a sólo dos años “para los nacionales de origen de países iberoamericanos o de Filipinas”, que eran, sustancialmente, los que podían dar paso a la doble nacionalidad. Según el citado código en su artículo 19, convertirse en español bajo tal supuesto quedaba a expensas de: “1º.- Renuncia previa a la nacionalidad anterior. 2º.- Prestar juramento de fidelidad al Jefe del Estado y de obediencia a las Leyes. 3º.- Inscribirse como español en el Registro del Estado Civil”. El coladero llevaba largo tiempo servido en bandeja cuando todos los clubes de nuestras dos primeras divisiones profesionales, excepto Athletic y Real Sociedad, completaron su cupo de extranjeros.

No hacía falta ser profeta para anticipar el nuevo caos naciente. Cualquiera que hubiese leído la entrevista de Belarmo al inefable intermediario armenio Arturo Bogossian publicada en “Marca”, el 3 de mayo de 1973, no podía llamarse a engaño:

“El promotor soltó por su boca y con acentos franceses todo lo que va a traer, según ha dicho, y casi casi con juramento de formalidad. Vean:

He contratado al delantero centro de más porvenir que ha nacido en las Américas. Se trata de Mario Kempes, 19 años, un metro ochenta de estatura. Vino a Cannes con la selección argentina y ya es senior. Su padre fue también famoso futbolista. En España dará que hablar. Deposité por él 10.000 dólares”. Al preguntarle Belarmo para quién lo compró, respondía impertérrito: “Para el que mejor lo pague. Me adelanté a varios equipos franceses que lucharon lo indecible para llevarlo a sus nóminas. El Reims entre otros. Pertenecía -Bogossian habla en pasado, dando la transferencia como muy hecha- al Instituto de Córdoba. ¿Sabe lo que dicen en Argentina? Que desde hace cuarenta años no ha nacido ningún futbolista parecido. Algo verdaderamente fenomenal”. Sin necesidad de tirarle de la lengua, el intermediario proseguía: “Tengo a Oscar Mas. Seguro que se lo lleva el Español de Barcelona. El trato se hizo bajo palabra de honor y a mí no me falta, creo. Es mío. Igualmente, Joaquín Martínez, puntero derecho del River Plate. Y Landucci. ¿A que no sabe usted a quién ha contratado el Atlético? No diga que se lo he dicho. Bueno, lo puede decir. O mejor póngalo en boca de otro cualquiera. A Rúa. ¡Qué gran fichaje! Ese paraguayo del Cerro Porteño que actúa en el centro del ataque, aunque suele llevar el 10 a la espalda. El otro día, en la final contra el Sporting Cristal, marcó 4 goles de los 5 que obtuvo su equipo. ¡Señor, una auténtica maravilla!”.

Agustín Montal (hijo), presidente del F. C. Barcelona. El jabón de Arturo Bogossian ocultaba un obvio resquemor, ante la evidencia de que la entidad azulgrana le hubiese puesto en una lista negra.

Como los buhoneros del “far-west” pregonando remedios contra picaduras de serpiente, problemas de preñez, heridas de bala, resacas, torceduras y el lumbago propio de mineros o peones del ferrocarril -soluciones instantáneas con un solo bebedizo mágico-, Arturo Bogossian seguía desplegando su muestrario en un rinconcito de la terminal de Barajas, después de recorrer Argentina, Uruguay, Paraguay… “Marche hace 15 días. En silencio, sin que nadie se enterase. Y cuando ya estaba en Sudamérica me comunicaron la noticia (refiriéndose a la inminente apertura fronteriza del fútbol). Conste que la vengo esperando desde hace tiempo. Para Murcia traigo también algo valioso. No puedo, no debo citar nombres”.

Pero los citaba, naturalmente, como una ametralladora: “Joaquín Martínez, puntero derecho. Landucci, del Rosario Central, centrocampista ofensivo. Y de ese mismo club logré la opción de Poy, un mediocampista maravilloso. Le estoy relacionando internacionales”. Al ser inquirido sobre la identidad del que pudiera contratar el Real Madrid, rizaba evasivas: “Al Real, Al Atlético, al Barcelona… Al que me haga en efectivo las cantidades más importantes. Este es mi negocio. Llegarán poco a poco, y después de que las negociaciones se vayan cerrando como es debido”. Lúcido, no en vano era quien más sudamericanos venía colocando en Europa durante casi cuatro lustros, leía admirablemente el porvenir, anticipando una diáspora sin parangón: “Los clubes saben cuánto van a perder con la emigración. Pero como no tienen un duro se ven obligados a este tipo de negocios. Y las Federaciones de habla castellana se encuentran ante un dilema. Me refiero a las que aún conservan posibilidades de venir al Mundial de Alemania. No van a permitir que los fenómenos emigren hasta que se decida su participación en la fase final. Es el caso de Paraguay, sobre todo”. Pero como experto charlatán de feria, se interesaba también por las novedades, preguntando a su entrevistador acerca de Agustín Montal, presidente del Barça: “¿Se va o continúa? Mire usted, desde que yo les vendí a Eulogio Martínez y Evaristo, no quiso el Barcelona más operaciones(1). ¿Y qué pasó? Que el equipo “kaput”. Este señor presidente es una buenísima persona, pero no entiende de fútbol, o no conoce sus verdaderas interioridades. ¡Y mire que tienen dinero los azulgranas! Son los que pagan mejor”.

Como colofón reservaba un recadito, emboscado en preguntas aparentemente inocuas: “¿Y qué pasa con Cruyff? ¿Viene al Madrid como me han dicho en América? Me parece que se va a equivocar más de un equipo español, porque se dirigieron al mercado europeo, donde todo cuesta un ojo de la cara. Yo le aseguro que en las naciones de las que procedo hay material cualificado y con garantías suficientes a precios más asequibles”.                 

Que ese gran trilero futbolístico mostraba al entrevistador cartas marcadas, resulta por demás obvio. Había sido capaz de engañar al interior zurdo Ángel Romero para sacarlo del Peñarol, garantizándole su ingreso en el Real Madrid, o a Lezcano, hablándole del Valencia, cuando el destino de ambos era un Elche C. F. sin meritocracia en 1ª División. ¿Cómo no iba a torear a un reportero, mientras publicitaba sus productos? El rosarino Ángel Antonio Landucci acabaría en el Sporting de Gijón. Oscar “Pinino” Mas en el Real Madrid. Kempes concluyó luciendo el escudo del Valencia. Nadie picó el azuelo cebado con Poy, pese a sus cuatro goles ante los peruanos. Joaquín Pedro Martínez, extremo derecho del River y más adelante amigo personal del presidente argentino Carlos Menem, recaló en el Racing santanderino, antes de poner rumbo hacia el fútbol galo, donde iba a ser compañero de Michel Platini… Pero eso sí, acertó de lleno respecto a la diáspora que se avecinaba, mientras aprovechaba para amasar una fortunita con el asunto de las dobles nacionalidades. Porque tan pronto dejaban de ser extranjeros los llegados para el ejercicio 73-74, durante el verano del 75 sus equipos incorporaban un par de sudamericanos más, otra pareja en el 77 y, si a mano venía, otro dúo en el 79. Todo ello sin perder de vista a los oriundos, reales o imaginarios, cada uno con vitola consular y bien ensayada la procedencia de sus abuelos, para no decir aquello tantas veces escrito y que en realidad nadie tuvo el cuajo de soltar: “Mi padre era de Celta de Vigo y mi madre de Hércules de Alicante”. Pura ocurrencia puesta en boca de Adorno, un falsario contratado por el Valencia C. F., a quien apodaban “El Ruso” en Argentina por su estampa rubia y magnífica planta.

Con la masiva llegada de extranjeros, las dificultades federativas para discernir entre autenticidad y amaño se incrementaron exponencialmente. Como dijese un día desde las ondas radiofónicas José Mª García, “basta mirar el rostro de algunos supuestos oriundos para colegir que en España no pudo haber tantos golfos, capaces de engendrar tantísimos mestizos”. Y puesto que venía lloviendo sobre mojado, Pablo Porta, sustituto de Pérez-Payá al frente de la Española, quiso curarse en salud poniendo candado a su Registro de Extranjeros. Dicho de otro modo, diligenció fichas amateur a troche y moche, incluso a quienes nada tenían de venezolanos, uruguayos, argentinos, franceses o belgas. Los problemas, al fin y al cabo, nunca venían porque Fulanito o Menganito jugasen con el Parla, el Acero de Sagunto, el Navarro asturiano, el Mondoñedo, o la Cultural de Durango. Se suscitaban, por ejemplo, cuando Sebastián Fleitas pasaba del C. D. Málaga al Real Madrid con papeles falsos, y goleaba al Barcelona. O cuando a los “culés” se les impedía fichar a Irala, por haber sido no menos internacional con Paraguay que una veintena de compañeros perfectamente instalados. De 3ª hacia abajo nadie iba a causar problemas, máxime si se les extendía ficha de aficionado con carácter perpetuo. Sólo para gozar de una visión más panorámica, se acompaña la nómina de futbolistas provenientes del exterior con ficha para nuestras dos categorías abiertamente profesionales la temporada 1977-78, no seleccionables, tanto por su condición de extranjeros como por tratarse de oriundos con entorchados internacionales en sus países de origen.

 

1ª División

JUGADOR Y CLUB

NATURAL DE

CONDICIÓN

Benegas (At. Madrid)

Paraguay

Oriundo

“Ratón” Ayala (At. Madrid)

Argentina

Nacionalizado

Leivinha (At. Madrid)

Brasil

Extranjero

Luiz Pereira (At. Madrid)

Brasil

Extranjero

Amarillo (Barcelona)

Uruguay

Nacionalizado

Cruyff (Barcelona)

Holanda

Extranjero

Neeskens (Barcelona)

Holanda

Extranjero

Subiría (Barcelona)

Argentina

Nacionalizado

Anzarda (Betis)

Argentina

Nacionalizado

Ladinsky (Betis)

Hungría

Extranjero

Mühren (Betis)

Holanda

Extranjero

Cos (Burgos)

Argentina

Extranjero

Kresic (Burgos)

Yugoslavia

Extranjero

Carballo (Cádiz)

Chile

Extranjero

Finarolli (Elche)

Argentina

Nacionalizado

Montero (Elche)

Uruguay

Nacionalizado

Trobbianni (Elche)

Argentina

Extranjero

Gilberto (Elche)

Honduras

Extranjero

Caszely (Español)

Chile

Nacionalizado

“Gato” Fernández (Español)

Paraguay

Extranjero

Jeremías (Español)

Brasil

Extranjero

Ortiz Aquino (Español)

Paraguay

Nacionalizado

Osorio (Español)

Paraguay

Oriundo

Ferrero I (Gijón)

Argentina

Extranjero

Killer (Gijón)

Argentina

Extranjero

Castronovo (Hércules)

Argentina

Nacionalizado

Comisso (Hércules)

Argentina

Nacionalizado

Lattuada (Hércules)

Uruguay

Extranjero

Saccardi (Hércules)

Argentina

Extranjero

Brindisi (Las Palmas)

Argentina

Extranjero

Carnevalli (Las Palmas)

Argentina

Extranjero

Maciel (Las Palmas)

Paraguay

Nacionalizado

Morete (Las Palmas)

Argentina

Nacionalizado

González (R Vallecano)

Argentina

Extranjero

Guerini (R Madrid)

Argentina

Nacionalizado

Jensen (R Madrid)

Dinamarca

Extranjero

Stielike (R Madrid)

Alemania Occident.

Extranjero

Wolf (R Madrid)

Argentina

Nacionalizado

D´Alessandro (Salamanca)

Argentina

Nacionalizado

Báez (Salamanca)

Paraguay

Extranjero

Cino (Salamanca)

Paraguay

Nacionalizado

Alves (Salamanca)

Portugal

Extranjero

Rezza (Salamanca)

Argentina

Nacionalizado

Damas (Santander)

Portugal

Extranjero

Quinito (Santander)

Portugal

Extranjero

Biri-Biri (Sevilla)

Gambia

Extranjero

Scotta (Sevilla)

Argentina

Extranjero

Brizzola (Sevilla)

Argentina

Nacionalizado

Módigo (Sevilla)

Argentina

Nacionalizado

Adorno (Valencia)

Argentina

Oriundo

Diarte (Valencia)

Paraguay

Nacionalizado

Felman (Valencia)

Argentina

Extranjero

Kempes (Valencia)

Argentina

Extranjero

 

2ª División

JUGADOR Y CLUB

NATURAL DE

CONDICIÓN

Pavón (Alavés)

Argentina

Extranjero

Urquía (Alavés)

Honduras

Nacionalizado

Valdano (Alavés)

Argentina

Extranjero

Claudio (Calvo Sotelo)

Brasil

Extranjero

Odair (Calvo Sotelo)

Brasil

Extranjero

Racic (Castellón)

Yugoslavia

Extranjero

Galleguillos (Castellón)

Chile

Extranjero

Fenoy (Celta)

Argentina

Extranjero

Nanni (Celta)

Argentina

Extranjero

Krauss (Córdoba)

Uruguay

Nacionalizado

Muñoz (Coruña)

Chile

Nacionalizado

Piris (Coruña)

Argentina

Extranjero

Fernández (Granada)

Paraguay

Oriundo

Milar (Granada)

Uruguay

Extranjero

William (Granada)

Brasil

Extranjero

Espárrago (R. Huelva)

Uruguay

Nacionalizado

Gerolami (R. Huelva)

Uruguay

Nacionalizado

Expósito (Jaén)

Argentina

Extranjero

Quevedo (Málaga)

Argentina

Extranjero

Voltaire García (Málaga)

Uruguay

Nacionalizado

Rolón (Murcia)

Paraguay

Extranjero

Pazos (Murcia)

Argentina

Oriundo

Milton (Murcia)

Uruguay

Extranjero

Bartolotta (Oviedo)

Uruguay

Extranjero

Bío (Tarrasa)

Brasil

Nacionalizado

Stanma (Tarrasa)

Argentina

Extranjero

Aparicio (Tenerife)

Uruguay

Nacionalizado

Bertinat (Tenerife)

Uruguay

Extranjero

Hugo Fernández (Tenerife)

Uruguay

Extranjero

Palacios (Valladolid)

Argentina

Extranjero

Vicente (Valladolid)

Brasil

Extranjero

Arrúa (Zaragoza)

Paraguay

Nacionalizado

Bastos (Zaragoza)

Portugal

Extranjero

Blanco ( Zaragoza)

Uruguay

Nacionalizado

Insfran (Zaragoza)

Paraguay

Nacionalizado

Mendieta (Zaragoza)

Paraguay

Nacionalizado

Oviedo (Zaragoza)

Argentina

Extranjero

Nota: En el apartado Natural de: se consigna la nacionalidad considerada válida al iniciarse la temporada 1977-78, pese a que pudiera comprobarse después la falsedad de dicho dato. Igualmente se cataloga como oriundo a cuantos, aún con muy serias sospechas de falsificación documental, gozaban todavía de semejante estatus.

Pero es que éstos no eran todos los extranjeros de esa campaña. Sólo en 1ª división era preciso añadir 21 oriundos más y 13 nacionalizados sin aparentes defensas internacionales en sus países de origen. Luego habría de comprobarse que incluso este dato no respondía siempre a la realidad. Repasemos su nómina y estatus.

 

JUGADOR Y CLUB

NATURAL DE

CONDICIÓN

Rubén Cano (At Madrid)

Argentina

Nacionalizado

Heredia (Barcelona)

Argentina

Nacionalizado

Hugo Cabezas (Betis)

Uruguay

Oriundo

Benítez (Burgos)

Paraguay

Oriundo

Ortigosa (Cádiz)

Paraguay

Nacionalizado

Blanco (Cádiz)

Argentina

Oriundo

Cuiñas (Cádiz)

Paraguay

Oriundo

Gómez Voglino (Elche)

Argentina

Nacionalizado

Benítez (Elche)

Paraguay

Oriundo

Cortés (Elche)

Argentina

Oriundo

Insaurralde (Elche)

Argentina

Oriundo

Lorant (Elche)

Uruguay

Oriundo

Orellana (Elche)

Argentina

Oriundo

Longhi (Español)

Argentina

Nacionalizado

Doria (Gijón)

Argentina

Nacionalizado

Lasanta (Hércules)

Uruguay

Oriundo

Charles (Hércules)

Argentina

Nacionalizado

Giuliano (Hércules)

Argentina

Nacionalizado

Humberto (Hércules)

Paraguay

Nacionalizado

Fernández (Las Palmas)

Argentina

Oriundo

Astegiano (R Vallecano)

Argentina

Nacionalizado

Roberto Martínez (R Madrid)

Argentina

Nacionalizado

Ameijenda (Salamanca)

Galicia *

Oriundo

Bustillo (Salamanca)

Galicia *

Oriundo

Joaquín (Salamanca)

Paraguay

Oriundo

Pereira (Salamanca)

Uruguay

Oriundo

Cabrera (Santander)

Paraguay

Oriundo

Jiménez (Santander)

Paraguay

Oriundo

Gustavo Fernández (Sevilla)

Uruguay

Nacionalizado

Alonso (Sevilla)

Uruguay

Oriundo

Cabral (Valencia)

Paraguay

Oriundo

Valdez (Valencia)

Argentina

Nacionalizado

Jesús Martínez (Valencia)

Galicia *

Oriundo

Nota: * Ameijenda, Bustillo y Jesús Martínez emigraron a Sudamérica en su infancia, formándose como futbolistas y hombres en el exterior.

Al margen de los reflejados, otros muchos extranjeros y españolizados pululaban por nuestras categorías modestas, algunos desde que en setiembre de 1974 echase a rodar la pelota correspondiente a la campaña de reanudación importadora. Ese fue el caso, entre otros muchos, de Joseph Chaabo, José Mª Escono y Nemesio Nkili, los tres foráneos fichados por el Aluche, para competir en la Regional madrileña.   

En 1977 sólo habían transcurrido 4 años desde la reapertura fronteriza y algunos vestuarios comenzaban a parecerse al vestíbulo de la ONU. Hecho que, si no justifica la actitud de Pablo Porta, por lo menos la explica. Aunque aun así continuaron surgiendo desatinos de calibre, y uno de ellos tuvo por triste protagonista al uruguayo Adán Machado, en setiembre de 1978.

Defensa lateral del Nacional montevideano embarcado en una gira europea, acogió con júbilo la propuesta formulada por cierto intermediario sin grandes escrúpulos, consistente en incorporarlo al Real Zaragoza. Una vez en la capital maña resultó que todo no era de color rosa. “Me obligaban a casarme con una española, a la que ni siquiera conocía. De ese modo pretendían ahorrarse una plaza de su cupo de extranjeros, para fichar a otro más. El pase no se hizo claro, porque además tampoco había dinero en efectivo y aunque me hablaron de mucha plata no llegué a ver ni una moneda. En esas condiciones no quise firmar”, explicaría a la prensa uruguaya cinco días después de su viaja a Zaragoza.

El acuerdo entre las directivas maña y del Nacional constituía un hecho, cifrado en 60.000 dólares estadounidenses, y además el intermediario había establecido una cláusula según la cual, si el muchacho no gustaba a los técnicos de La Romareda, pasaba a su propiedad por unos 5 millones de ptas., pudiendo colocarlo a partir de ese momento donde mejor le pareciese. Cuando Adán Machado conoció este último punto, ya no quiso saber más del asunto: “Yo deseaba cosas claras y sin nadie de por medio. Estoy muy cómodo en el Nacional, como para jugármela con este tipo de aventuras”.

Chiste de Fandiño, poniendo en solfa los turbios manejos del fútbol “setentero”.

Lo que le ofrecieron junto al Ebro y La Pilarica no era sino una trapisonda bastante extendida, bautizada como “hacerse español por ovarios”. O sea, una boda-farsa, de conveniencia, para acceder rápidamente a la nacionalidad española. Los clubes adelantaban el dinero a la mujer consentidora, y luego se lo descontaban a sus futbolistas en los correspondientes plazos de la primera ficha. El testimonio de otro joven uruguayo corrobora tamaña turbiedad:

 “Había jugado en Montevideo con Bartolotta, que para entonces triunfaba en el Real Oviedo, y yo tenía que salir de allá. En las dos márgenes de La Plata vivíamos en dictadura, con desapariciones, torturados, milicos jodiéndola. Tampoco iba bien la economía y si vos querías un futuro sabías que no ibas a encontrarlo en tu tierra. Me vine y pedí a mi antiguo compañero no exactamente ayuda, sino más bien consejo. Él me dijo: tenés que buscar representante, yo puedo sugerirte alguno, porque si no contás con apoyo profesional nadie te va a hacer caso. Acordé con uno y me fue ofreciendo por varios sitios. Junto al Mediterráneo, sobre todo, porque según decía el clima era bueno y se pagaba más. Pero en todas partes tropezaba con la misma joda: Te casas con una española, te hacés español y entonces juegas. Pero si ni siquiera tengo novia, contestaba yo. Y ellos que a ver si me quería hacer el loco, que podía elegir entre las mujeres que me presentasen y tampoco iba a tener que vivir con ella, porque se trataba sólo de que yo pudiese jugar. Uno llegó a decirme que, si me acobardaba lo de después, los abogados podían arreglar las capitulaciones y así me libraba de chingadas al tirar cada cual por su camino. No quise prestarme a ello, porque tampoco había dejado atrás mi país para envilecerme, aunque tuviera que ganarme el pan de otra manera. Volví a Asturias, le conté todo a Bartolotta y se quedó perplejo. Luego me dieron ficha amateur en Ribadeo, jugué con el equipo ya sin ensoñaciones de triunfo deportivo, conocí a una chica y me casé no porque nadie me lo exigiera, sino porque nos queríamos. Ahora estoy contento acá”.

Ese acá era un restaurante con vistas a Castropol y la ría del Eo, muy frecuentado cada estío por excursionistas, veraneantes y peregrinos en busca del jubileo, donde trabajaba como camarero. Otros, como Roberto Betancourth, uruguayo igualmente, se lo tomaron peor.

A sus 23 años y después de haber jugado un par de partidos con la selección charrúa ante Brasil, llegó a Pontevedra en febrero de 1977 dispuesto a rubricar un contrato de 30.000 dólares (en torno a 2 millones de ptas. de la época), para jugar con los de El Pasarón. Pero una vez en la ciudad gallega le comentaron que carecían de plazas de extranjero y, sin posibilidad de pasar por oriundo, ya no les interesaba. Casado y con cuatro hijos, recurrió entonces a familiares de su esposa, instalados en Bilbao, porque acababa de comprender que nada bueno podía esperar de su intermediario. Buscó un trabajo de pura supervivencia y mientras acariciaba la esperanza de encontrar otro equipo narraba a quienes quisieran oírle: “Yo he jugado en el Huracán Buceo, de 1ª División, cuando tenía 16 años. Después fui al Recife, de Brasil, al Peñarol y al Fénix, de Uruguay. Debido a unos problemas con esa gerencia, y a que me aseguraron podía ganar mucha plata en España, acepté una oferta para venir. Pero las cosas se me han torcido hasta el punto de encontrarme sin equipo por primera vez en la vida”.

Mala, malísima suerte para quien durante algunas convocatorias del cuadro charrúa fuese suplente de Morena, todo un goleador de tronío. Pero es que los uruguayos, especialmente, pese a ser buenos futbolistas, aguerridos como pocos, cancheros y hábiles, tenían un problema: con Uruguay no había convenio de doble nacionalidad, lo que eternizaba cualquier posibilidad de convertirlos en españoles, si no era “por ovarios” o falsificando documentos que los hicieran colar como oriundos. Y ello los convertía en presas fáciles ante cualquier desaprensivo.

Chiste de Tete en el diario “Ya”, aparecido durante el mes de diciembre de 1976, época de avalancha foránea en nuestros clubes de fútbol.

Lejos de nuestras fronteras tampoco es que las cosas pintasen mejor. En junio de 1977, un futbolista brasileño fue detenido en Bolivia por hacer uso de doble identidad. Tras fichar por el club Litoral, de Cochabamba, bajo el nombre José Carlos Leivinha, se dio a la fuga para reaparecer al cabo en La Paz, con papeles a nombre de Carlos Alejandro Fayffer. Bajo esta última personalidad intentó enrolarse en varios equipos mientras, advertidos los directivos de Litoral sobre cuanto acontecía, interpusieron la correspondiente denuncia. El 14 de junio, funcionarios de Interpol lograron detenerlo. Y durante el primer interrogatorio aseguró ser víctima, ¡faltaría más!, del “negociante” que estaba representándole desde hacía varios meses.

Por no apartarnos mucho de Uruguay, todavía en febrero de 1979 otro montevideano acababa de vivir una situación dantesca en Venezuela, pasando, incluso, por la cárcel. Su nombre, Horacio Italiano, y así se despachó ante los periodistas de su país tan pronto pudo hallarse en Uruguay: “Los presos de Venezuela me trataron mejor que los compañeros y dirigentes de La Portuguesa”.

Los medios de difusión uruguayos airearon profusamente la kafkiana experiencia de Italiano, resumida así. Luego de haberse comprometido con la Portuguesa y representar a dicho conjunto dignamente, quiso disolver su vínculo, tropezando con una negativa a ultranza. De la discusión se habría pasado a las amenazas, y desde éstas a los hechos consumados. Tras pechar con una denuncia por situación ilegal en el país, entendiendo los mandatarios de la Portuguesa que roto el contrato transgredía la legislación vigente, fue recluido en una penitenciaría. Transcurridas varias jornadas, las aguas tornaron a su antiguo cauce, aunque en Uruguay aquel asunto sería tomado poco menos que como afrenta nacional.

“Esos presos, para algunos quizás irrecuperables, me trataron mejor que en mi equipo. Es triste decirlo, pero reconforta que personas sin esperanza me lo ofrecieran todo, como a un amigo”, amplió Italiano, mientras anunciaba su intención de fichar por algún equipo uruguayo de 1ª División. “Tenía contrato y salí de la cárcel bajo fianza. Para regresar a Uruguay tuque que callarme, trabajar, cumplir con mi obligación y luego refugiarme en mi esposa e hijita, venezolana, además, puesto que hasta eso les di. Al término del contrato, dialogando cortésmente, me permitieron comprar mi libertad y aquí estoy, a mis 25 años. Después de lo que pasé me parecía mentira poder abordar un avión, sabiendo que iba a descender en Montevideo”.

Horacio Italiano se arrepentía amargamente de haber abandonado la disciplina del Fénix de Montevideo, donde se consagró como goleador, para fichar por el club venezolano. “Porque allí me tocó vivir una situación tan irreal como injusta. Claro que hallándome encarcelado aquilaté que el ser humano es la creación más maravillosa de Dios”.

Las precauciones de Pablo Porta, tan extemporáneas como arbitrarias, tendentes a evitar nuevos bochornos de falsificación documental, cuando el portillo de admisiones lucía por lo demás una enorme gatera, arrojaron un amplio saldo de tratamientos injustos, conforme acredita el siguiente listado de “condenados” a no salir nunca del fútbol amateur, poseyeran o no recursos técnicos merecedores de más altos logros. Entre ellos, por cierto, muchos españoles, hijos de padre y madre española, emigrantes económicos o exiliados tras la Guerra Civil, tomados por súbditos extranjeros. Dicho listado, fruto de purgar ampliamente el viejo Registro de Futbolistas Extranjeros abierto por la F.E.F. en 1948, constituye prueba indubitable. Vayamos con él, reservando a manera de epílogo distintas observaciones. Tan sólo se reflejan apuntes del periodo 1973-74 / 1980-81, cuando la erupción del tocomocho oriundo sacudió todo el fútbol nacional y sus consecuencias a punto estuvieron de arrumbar el andamiaje federativo. A todos estos varones, incluso a aquellos a quienes se les reconocía nacionalidad española -y excusen tanta insistencia-, sólo se les suministraron licencias de aficionado.

FUTBOLISTA

NATURALEZA

NACIONALIDAD

F. TRANSFER

Aquiles Machado Aguirre

Venezolana

Venezolana

10-X-1973

Víctor Mariano Iriso Rodríguez

Argentina

Argentina

10-X-1973

Ildefonso Martín Raso Makuere

Guineana

Guineana

10-X-1973

Jorge Félix García García

El Salvador

Salvadoreña

10-X-1973

Miguel Antonio Fuentes Cacheiro

Venezolana

Venezolana

10-X-1973

Roberto Méndez Moreira

Uruguaya

Uruguaya

10-X-1973

Mauricio Orlando Díaz Luco

Chilena

Chilena

10-X-1973

José Alfredo Oria Ruiz

Mexicana

Mexicana

10-X-1973

Juan Enrique Sánchez Simón

Venezolana

Venezolana

10-X-1973

Julio Manuel Rojas Emery

Paraguaya

Española

17-IX-1973

Arturo Javier Salas Orzáez

Venezolana

Venezolana

10-X-1973

Fernando Alen Loureda

Venezolana

Venezolana

10-X-1973

José Antonio Llaguno Fernández

Venezolana

Venezolana

10-X-1973

Gonzalo Vázquez Ferrer

Uruguaya

Uruguaya

17-X-1973

Miguel Ángel Álvarez Antolín

Venezolana

Venezolana

17-X-1973

Antonio Olalla Fernández

Brasileña

Brasileña

17-X-1973

Pedro José González Irago

Venezolana

Venezolana

27-X-1973

Carlos Manuel González Irago

Venezolana

Venezolana

27-X-1973

Ramiro García García

Cubana

Cubana

27-X-1973

Manuel Villarón Noriega

Mexicana

Mexicana

27-X-1973

Rubén Armando Cuesta Domínguez

Argentina

Argentina

27-X-1973

José Fco. Aguilar Rodríguez

Argentina

Argentina

27-X-1973

Víctor Manuel Mendoça Paulino

Portuguesa

Portuguesa

27-X-1973

Fernando Carlos Soler Magadán

Argentina

Española

24-VIII-1973

José Esteban Ovalle Gómez

Española

Española

5-XII-1973

José F. Sánchez-Arcilla Bernal

Cubana

Cubana

5-XII-1973

Marc Eyekmans

Belga

Belga

5-XII-1973

José Antonio Frassinelli Fernández

Argentina

Argentina

9-XI-1973

Rubén Olivera Fidalgo

Uruguaya

Uruguaya

7-XI-1973

Nelson Olivera Fidalgo

Uruguaya

Uruguaya

14-XII-1973

Peter Richard Eames

Inglesa

Inglesa

3-XII-1973

Vítor Raúl Sotil Yeren

Peruana

Peruana

año 1973

Vicente Llorca González

Francesa

Francesa

año 1973

Miguel Ángel Velasco Fernández

Venezolana

Venezolana

2-I-1974

José Robles Espinosa

Brasileña

Brasileña

2-I-1974

Bernabé Silva Llanes

Colombiana

Colombiana

2-I-1974

Juan Tolomeo Borico López

Guineana

Guineana

2-I-1974

Carlos Nuevo Gil

Venezolana

Venezolana

2-I-1974

Zósimo Vargas Claros

Boliviana

Boliviana

2-I-1974

Joao Xavier Rezende Neto

Brasileña

Brasileña

5-XII-1973

Uruguay Artigas Gutiérrez Martín

Uruguaya

Uruguaya

30-XI-1973

Roberto Cechini Ingarao

Italiana

Italiana

30-XI-1973

José Luis Pereiro Freije

Argentina

Argentina

año 1973

Steen Zorner

Danesa

Danesa

año 1973

Bernardo González Valle

Argentina

Argentina

año 1973

Edgardo Ciriaco Calvo Marini

Argentina

Argentina

20-II-1974

José Espíldora González

Venezolana

Venezolana

20-II-1974

Simón Abaga Nso

Guineana

Guineana

20-II-1974

Omar Hernández Bazo

Cubana

Cubana

20-II-1974

Manuel Cavanna Medrano

Venezolana

Venezolana

20-II-1974

José Fco. Granell González

Venezolana

Venezolana

año 1974

Antonio Pons Gimeno

Uruguaya

Española

10-XII-1973

Pedro José Preñé Nchuchuama

Guineana

Guineana

14-V-1974

Braulio Francisco Galán Del Razo

Mexicana

Mexicana

16-V-1974

Antonio Míguez Álvarez

Francesa

Francesa

20-V-1974

Antonio Marín Ferrer

Venezolana

Venezolana

20-V-1974

Andrés del Castillo Martínez

Brasileña

Brasileña

20-V-1974

Luis Eduardo Fernández Puyol

Cubana

Cubana

20-V-1974

Andrés González Rodríguez

Venezolana

Venezolana

20-V-1974

Aram Latapia Gaeño

Venezolana

Venezolana

20-V-1974

Héctor Rubén Busi Manzano

Argentina

Argentina

28-V-1974

Juan E. Perdomo Fleitas

Uruguaya

Uruguaya

11-V-1974

Carlos Armando Negri Sica

Argentina

Argentina

15-VII-1974

Luis José Lozano Artabe

Argentina

Argentina

19-VIII-1974

Felipe Caparrós Lamelo Pessoa

Brasileña

Brasileña

9-IX-1974

José Alberto Lombardo Vicos

Argentina

Argentina

9-IX-1974

Roberto Rey Oubiña

Argentina

Argentina

9-IX-1974

Jesús Domingo Ponce Bustes

Peruana

Peruana

9-IX-1974

Juan Manuel García Rodríguez

Venezolana

Venezolana

19-IX-1974

Roberto Octavio Celi Balcázar

Peruana

Peruana

19-IX-1974

Benjamín Crespo Maceiras

Venezolana

Venezolana

19-IX-1974

Luis Enrique Veiga Veiga

Venezolana

Venezolana

19-IX-1974

Luis Antonio Vázquez Rodríguez

Argentina

Argentina

26-IX-1974

Alejandro Alberto Oscar Mariani

Argentina

Argentina

1-X-1974

Ángel Osvaldo Félix Ibáñez

Argentina

Argentina

1-X-1974

Ignacio Olascoaga Peciña

Uruguaya

Uruguaya

1-X-1974

José Manuel Rabuñal Vigo

Uruguaya

Uruguaya

1-X-1974

Cristian Oroz Rodrelles

Argentina

Argentina

1-X-1974

Miguel Ángel Rodríguez Carballo

Argentina

Argentina

1-X-1974

Antonio Castell Esbarrancg

Canadiense

Canadiense

1-X-1974

Carlos Rey Fernández

Venezolana

Venezolana

8-X-1974

Víctor José Prego Silvosa

Venezolana

Venezolana

8-X-1974

Jorge Alberto García Argibay

Uruguaya

Uruguaya

8-X-1974

Rosendo Tojaka López

Guineana

Guineana

6-X-1974

Augusto Correa Pinto

Santa Isabel

Portuguesa

12-X-1974

Ismail Brihi

Argelina

Argelina

1-X-1974

Plácido Casas Baqué

Venezolana

Venezolana

1-X-1974

Eduardo Lacampre Bonilla

Argentina

Argentina

4-XI-1974

Sibari Hassan Ahmed

Marroquí

Marroquí

año 1975

Antonio Ignacio Zabala Ormazábal

Argentina

Argentina

año 1975

Horacio Dos Reis Viegas

Portuguesa

Portuguesa

4-II-1975

Rafael Enebel Ugo

Nigeriana

Nigeriana

año 1975

Sambou Abou

Senegalesa

Senegalesa

año 1975

Iker Ayerdi Barandiarán

Venezolana

Venezolana

año 1975

Enrique Isaac Briones Barra

Chilena

Chilena

1-II-1975

Magno Marino Muñoz Quiroz

Colombiana

Colombiana

27-II-1975

José Remigio Otaiza Rivas

Chilena

Chilena

14-II-1975

Gordon Alexander Leslie

Escocesa

Escocesa

4-IV-1975

Bernardo García Fernández

Argentina

Argentina

9-IV-1975

Benigno Lago Rodríguez

Peruana

Peruana

1-IV-1975

Valentín Arregui Sarasa

Argentina

Argentina

23-IV-1975

Ernesto Alberto Pérez Figliamonte

Uruguaya

Uruguaya

20-II-1975

William Enrique Naranjo Trujillo

Colombiana

Colombiana

23-IV-1975

Mariano Fernando Dea Calleja

Brasileña

Brasileña

23-IV-1975

Rodrigo López Noriega

Venezolana

Venezolana

23-IV-1975

Oscar Sambruno Fuente

Argentina

Argentina

23-IV-1975

Jorge Manuel Fontecha Tomé

Cubana

Cubana

23-IV-1975

Héctor Pablo Suárez Gómez

Argentina

Argentina

23-IV-1975

Evaristo Antonio Cardell Martín

Brasileña

Brasileña

23-IV-1975

Johan Michael  Karner

Austriaca

Austriaca

26-III-1975

Ricardo Félix Nattero Varela

Argentina

Argentina

18-II-1975

Felipe Ibáñez Cruz

Argentina

Argentina

año 1975

Ismael Moirés García Cosío

Mexicana

Mexicana

año 1975

Moisés García Cosío

Mexicana

Mexicana

año 1975

Oscar Alberto Barros Guerra

Colombiana

Colombiana

año 1975

Manuel Luis Chinea González

Venezolana

Venezolana

año 1975

Juan Antonio Matas Crespí

Uruguaya

Uruguaya

año 1975

Manuel Salvador Miravall Farías

Venezolana

Venezolana

año 1975

José Luis Moralín Noriega

Cubana

Cubana

año 1975

Julio Enrique Rodríguez González

Venezolana

Venezolana

año 1975

José Gregorio Rodríguez Rivero

Venezolana

Venezolana

año 1975

Miguel Ángel Varela García

Argentina

Argentina

año 1975

Alfredo Oscar Vives Torrents

Cubana

Cubana

año 1975

Enrique Bernard Blanc Belleville

Francesa

Francesa

año 1975

Juan Carlos Cuesta Carús

Chilena

Chilena

9-IX-1975

Julio Alberto Suárez Cobos

Argentina

Argentina

15-IX-1975

Roberto Héctor Iglesias Diéguez

Argentina

Argentina

17-IX-1975

Roberto Lázaro Zapata

Francesa

Francesa

17-IX-1975

Ramón Antonio Socías Puig

Venezolana

Venezolana

17-IX-1975

Sayon M. Davies

Liberiana

Liberiana

28-VIII-1975

Aloysius W. N´Menc

Liberiana

Liberiana

22-VIII-1975

Fco. Martínez Carro

Venezolana

Venezolana

año 1975

José Miguel Sixto Vázquez

Venezolana

Venezolana

año 1975

Mario César Rodeiro Montenegro

Brasileña

Brasileña

año 1975

Ramón Mosquera Pau

Venezolana

Venezolana

año 1975

José Antonio Salazar Guzmán

Venezolana

Venezolana

año 1975

Ángel Luis Fuentes García

Colombiana

Colombiana

año 1975

Benito Ciro de Ana Fernández

Venezolana

Venezolana

21-X-1975

José Antonio Taibo Carro

Venezolana

Venezolana

21-X-1975

Fermín Álvarez Astengo

Uruguaya

Uruguaya

21-X-1975

Luis Fernando Sala Bonet

Brasileña

Brasileña

21-X-1975

Luis Alfonso Rosero Batalla

Colombiana

Colombiana

21-X-1975

Miguel Hernández Díaz

Venezolana

Venezolana

6-XI-1975

Jorge Armando Enríquez Moreno

Argentina

Argentina

5-XI-1975

Manuel Antonio Salamanca Sotomayor

Chilena

Chilena

31-X-1975

Manuel Pedro Miguel Nazábal Pérez

Cubana

Cubana

5-XI-1975

Gilberto Eduardo Rodríguez Franco

Argentina

Argentina

5-XI-1975

Humberto Cerdas Brenes

Costarricense

Costarricense

18-VII-1975

Mario Villanueva Rodríguez

Venezolana

Venezolana

28-I-1976

Bruno Dureux Parice

Francesa

Francesa

año 1976

José Nicolás Llarena Díaz

Venezolana

Venezolana

año 1976

Félix Fernando Liedo Felipe

Venezolana

Venezolana

año 1976

Javier Ángel Cabanillas Pérez

Argentina

Argentina

año 1976

José Roberto Borges Armengol

Brasileña

Brasileña

año 1976

Ignatius Eke Nwoegbo

Nigeriana

Nigeriana

año 1976

Joseba Andoni Aguirre Arechavala

Mexicana

Mexicana

año 1976

Joseba Aranguren Onaindía

Venezolana

Venezolana

año 1976

Washington Gustavo Grelli Cassina

Uruguaya

Uruguaya

21-I-1976

Tadeu Rosa do Nascimento

Brasileña

Brasileña

5-II-1976

Stefan Silva Bielecke

Colombiana

Colombiana

5-II-1976

Lester William Tasterssall

Inglesa

Inglesa

5-II-1976

Miguel Ángel Ruso Amen

Argentina

Argentina

30-I-1976

Jorge Alberto González Fernández

Venezolana

Venezolana

1-III-1976

Álvaro Enrique Martínez Thielmann

Chilena

Chilena

1-III-1976

Luis Clemison Pique

Inglesa

Inglesa

1-III-1976

Serafín Novas Castro

Venezolana

Venezolana

4-III-1976

Pablo Blanco Simón

Francesa

Francesa

3-XI-1975

Luis Miguel Martínez Cano

Argentina

Argentina

3-XI-1975

Virgilio de Lemos Álvarez

Venezolana

Venezolana

2-III-1976

Faustino Lorenzo Martín

Venezolana

Venezolana

2-III-1976

José Fco. Martín Suárez

Venezolana

Venezolana

2-III-1976

Víctor Antonio Zabaleta Larburu

Venezolana

Venezolana

2-III-1976

Emilio Manuel Guntiñas López

Venezolana

Venezolana

2-III-1976

Jesús Ángel Muniesa Casas

Colombiana

Colombiana

26-XII-1975

Pedro Ignacio Arín Ancízar

Chilena

Chilena

26-XII-1975

Javier Guillermo Múgica Aguirre

Argentina

Argentina

26-XII-1975

Vicente Albert Adenna

Nigeriana

Nigeriana

26-XII-1975

Colin Evans

Galesa

Galesa

año 1976

Fco. Javier Elola Lecuona

Mexicana

Mexicana

año 1976

Jean Claude Basterra de Galarreta

Francesa

Francesa

año 1976

Jorge Vicente Vargas Cuevas

Chilena

Chilena

año 1976

Miguel Ángel Díaz Ossandon

Chilena

Chilena

año 1976

Carlos Florencio Enrique Vence Lago

Venezolana

Venezolana

año 1976

Joaquín Nkene Ewono

Guineana

Guineana

año 1976

Javier Mezquita Zurutuza

Venezolana

Venezolana

año 1976

Jones Effan Wordie

Ghanesa

Ghanesa

año 1976

Eduardo Guillermo Prat Peña

Argentina

Argentina

7-IV-1976

Juan Agustín Rivero Ramírez

Venezolana

Venezolana

año 1976

Daniel Alfredo Leoz Mansilla

Argentina

Argentina

5-V-1976

Juan C. Aguiar Mena

Venezolana

Venezolana

27-VII-1976

Henry Antonio García Troya

Venezolana

Venezolana

27-VII-1976

Alberto Ricardo Bernardo Murcia

Belga

Belga

año 1976

Juan Carlos Alba Sánchez

Francesa

Francesa

año 1976

José Antonio Pérez González

Argentina

Argentina

31-V-1976

Walter Austin Ernest Edler

Inglesa

Inglesa

12-V-1976

Juan Carlos Mariño Rodríguez

Argentina

Argentina

15-IX-1976

Antonio Blanco Mosquera

Venezolana

Venezolana

15-IX-1976

Rodolfo Rubén Tarragona Martínez

Argentina

Argentina

26-VIII-1976

José Ramiro Collantes Verástegui

Peruana

Peruana

30-VII-1976

Ramón Taboada Bernárdez

Venezolana

Venezolana

15-IX-1976

Roland Graham Heath

Inglesa

Inglesa

15-IX-1976

Felipe Boquetale Napa

Guineana

Apátrida

año 1976

Enrique Gascó De la Fuente

Brasileña

Brasileña

año 1976

Juan Mª Garín Cortajarena

Venezolana

Venezolana

año 1976

Jon Koldobika Bilbao Iturbe

Uruguaya

Uruguaya

año 1976

Fco. Miguel Stama Meretu

Argentina

Argentina

año 1976

Luis Alberto Nievas Jofre

Argentina

Argentina

31-V-1976

Juan José Guirín Errico

Argentina

Argentina

7-X-1976

Enrique Suárez Caridad

Argentina

Argentina

7-X-1976

Juan Carlos Fontán Fontán

Argentina

Argentina

año 1976

Pedro Jesús Fernando Díaz Ramos

Venezolana

Venezolana

año 1976

Carlos Latapia Taeño

Venezolana

Venezolana

año 1976

Manuel Antonio Ferreira Varela

Venezolana

Venezolana

año 1976

Alfonso Sanz Palomero

Suiza

Suiza

13-I-1976

José Corro Díaz

Francesa

Francesa

año 1976

Fernando Fidalgo Cavaleiro

Peruana

Peruana

año 1976

Jaime Barreiro Montoya

Mexicana

Mexicana

año 1976

Javier Michelis Causín

Uruguaya

Uruguaya

7-I-1980

Martín Gual Casellas

Dominicana

Dominicana

año 1976

Flavio Gonçalves da Rocha Castro

Brasileña

Brasileña

año 1976

José Walter Gonçalves da Rocha Castro

Brasileña

Brasileña

año 1976

Manuel Mougán Domínguez

Española

Española

13-IX-1976

Raúl Alberto Frías Amadori

Chilena

Chilena

31-V-1976

Juan Bautista Escrihuela Dauder

Argentina

Argentina

16-XI-1976

Manuel Ramón Alvarado Soto

¿?

Española

17-XI-1976

John William Comisnkey

India

Estados Unidos

3-I-1977

Luciano Jesús Espiga Pérez

Venezolana

Venezolana

año 1977

Ricardo Manuel Cornes Vázquez

Argentina

Argentina

año 1977

Restituto García Ortiz

Argentina

Argentina

año 1977

José Fernández Beato

Francesa

Francesa

año 1977

Miguel Ángel Arzuaga Esquino

Mexicana

Mexicana

año 1977

George Kwakye Yankah

Ghanesa

Ghanesa

año 1977

Guillermo R. González Cajas

Peruana

Peruana

año 1977

Fco. Gómez Illa

Cubana

Cubana

año 1977

Jean Ruiz Gómez

Francesa

Francesa

año 1977

Nicolás Nadalini Plasencia

Venezolana

Venezolana

año 1977

Aurelio González Álvarez

Venezolana

Venezolana

año 1977

José Ramón Senlle López

Cubana

Cubana

año 1977

Sergio Fernando Cabrera García

Venezolana

Venezolana

año 1977

Juan Jesús Suárez González

Venezolana

Venezolana

año 1977

Germán Modesto Bolaños Villalba

Venezolana

Venezolana

31-III-1977

Horacio Garuzzo Louzau

Argentina

Argentina

5-X-1976

José Antonio Jerónimo Manzano

Venezolana

Venezolana

1-IV-1977

Gerardo Meguizo Gotera

Venezolana

Venezolana

1-IV-1977

Carlos Enrique Morales Acosta

Venezolana

Venezolana

1-IV-1977

Juan Felipe González González

Venezolana

Venezolana

1-IV-1977

José Luis Aboki Cillins

Guineana

Guineana

1-IV-1977

Pedro Otto Rabasso Kronert

Guineana

Guineana

1-IV-1977

René Christ

Alemana

Alemana

año 1977

Lars Uppel Herson

Danesa

Danesa

año 1977

Carlos Manuel Piñeros González

Argentina

Argentina

9-XII-1977

José Luis Marrero Roca

Argentina

Argentina

26-IV-1977

Fco. Fernandes Martins

Portuguesa

Portuguesa

27-IV-1977

Hugo Sergio Kempes Chiodi

Argentina

Argentina

28-IV-1977

Eric Camilo Van Steen

Belga

Belga

10-V-1977

Jorge Adolfo Anamaría Huamantumba

Peruana

Peruana

año 1977

José López Freire

Brasileña

Brasileña

año 1977

Carlos Rubén Mayero Ravina

Uruguaya

Uruguaya

22-IV-1977

Luis Meda Gomes

Portuguesa

Portuguesa

año 1977

Alberto R. Fernández Novelle

Argentina

Argentina

año 1977

Néstor Raúl Cobo Iglesias

Argentina

Argentina

año 1977

Gabriel Adrián March Homar

Argentina

Argentina

año 1977

Antonio Rodríguez Pájaro

Venezolana

Venezolana

año 1977

Adriano López Díaz

Venezolana

Venezolana

año 1977

Jorge Villalta Dublé

Venezolana

Venezolana

año 1977

Miguel Ángel Costa Alonso

Venezolana

Venezolana

año 1977

Juan Miguel González Morales

Venezolana

Venezolana

año 1977

Ángel Fco. Romero Centurión

Uruguaya

Uruguaya

6-V-1977

Honorio Torres Bonilla

Venezolana

Venezolana

año 1977

José Gregorio Bernales Sastre

Venezolana

Venezolana

año 1977

Wilhelm Fugel

Alemana

Alemana

26-VII-1977

Michael Sarysz

Alemana

Alemana

26-VII-1977

Fernando Cameselle Lois

Uruguaya

Uruguaya

26-VII-1977

Jaime Cortizo Herrera

Mexicana

Mexicana

26-VII-1977

Miguel Martínez Ocera

Argentina

Argentina

26-VII-1977

Armando González García

Cubana

Cubana

26-VII-1977

Antonio Gómez da Rocha

Portuguesa

Portuguesa

26-VII-1977

Juan Antonio Espina Pérez

Francesa

Francesa

27-VII-1977

Juan Luis Maurice Durand

Francesa

Francesa

28-VII-1977

Fco. Crespo Sánchez

Venezolana

Venezolana

29-VII-1977

Agustín Segura Vives

Venezolana

Venezolana

29-VII-1977

Antonio Quintana Sobrino

Francesa

Francesa

29-VII-1977

Juan Cordero Ripoll

Francesa

Francesa

29-VII-1977

Agustín Santana Hernández

Argentina

Argentina

29-VII-1977

Gerardo González Sánchez

Mexicana

Mexicana

19-VIII-1977

Sergio Losco González

Italiana

Italiana

19-VIII-1977

Juan Sánchez Fernández

Francesa

Francesa

19-VIII-1977

André Gaspard Bernabéu Ruiz

Francesa

Francesa

19-VIII-1977

Carlos Armando Peña Díaz

Argentina

Argentina

19-VIII-1977

Ernesto Leonardo Gil Canónica

Argentina

Argentina

19-VIII-1977

José Damián Gómez Alayón

Venezolana

Venezolana

19-VIII-1977

José Luis Batista Locas

Venezolana

Venezolana

19-VIII-1977

Eloy Agustín Rivero Hernández

Venezolana

Española

19-VIII-1977

José Luis García Ormaechea

Venezolana

Venezolana

19-VIII-1977

Daniel Magdaleno Montesinos

Venezolana

Venezolana

19-VIII-1977

Melquíades González Domínguez

Venezolana

Venezolana

19-VIII-1977

José Luis Barreiro Fandiño

Venezolana

Venezolana

19-VIII-1977

José Roberto Pérez Pérez

Venezolana

Venezolana

19-VIII-1977

Juan Santiago González Padilla

Venezolana

Venezolana

19-VIII-1977

Saturnino Rodríguez Guillermo

Venezolana

Venezolana

19-VIII-1977

Carl Crespí Bottrell

Inglesa

Inglesa

19-VIII-1977

Germán Martí Pont

Colombiana

Colombiana

9-IX-1977

Carlos Dorta Arbelo

Venezolana

Venezolana

9-IX-1977

José Manuel Expósito Luis

Venezolana

Venezolana

9-IX-1977

Ángel Escribano Lacarra

Brasileña

Brasileña

9-IX-1977

Antonio Lax Mestre

Brasileña

Brasileña

9-IX-1977

Antonio López Cabello

Alemana

Alemana

9-IX-1977

Carlos Julio Ferreira González

Uruguaya

Uruguaya

9-IX-1977

Pedro Nguema Bakale Oyang

Guineana

Guineana

9-IX-1977

David Mateo Molinos Bisquerra

Argelina

Argelina

9-IX-1977

Luis Ibáñez Bundo

Andorrana

Andorrana

9-IX-1977

Fco. Bartolomé Blanco Román

Francesa

Francesa

9-IX-1977

Antonio Carlos Coll Juliá

Brasileña

Brasileña

9-IX-1977

Luis Bartolomé Agüero Medina

Argentina

Argentina

9-IX-1977

Oliver Daniel Montell Haggman

Suiza

Suiza

9-IX-1977

Manuel De la Rosa Díaz

Francesa

Francesa

9-IX-1977

Hildegard Johannes Schaffner

Alemana

Alemana

9-IX-1977

Manuel Maqueda Barceló

Venezolana

Venezolana

9-IX-1977

Jaime Hernando Silva Orjuela

Colombiana

Colombiana

9-IX-1977

Mateo Bordoy Alarcón

Chilena

Chilena

14-IX-1977

José Laraudogoitia Rojas

Chilena

Chilena

14-IX-1977

Youssef Mestassi Mohamed

Marroquí

Marroquí

14-IX-1977

Raúl Pellicero Carbalho

Brasileña

Brasileña

14-IX-1977

Jesús Gerardo Gapapey Arto

Argentina

Argentina

14-IX-1977

Fco. Manuel Sierra Martos

Venezolana

Venezolana

14-IX-1977

Abfel-Lah Loukili

Marroquí

Marroquí

14-IX-1977

Carlos Benito Arenas Rodríguez

Venezolana

Venezolana

14-IX-1977

Marcelino Fco. Menéndez Ablanedo

Mexicana

Mexicana

14-IX-1977

Juan José Novoa Gómez

Mexicana

Mexicana

22-IX-1977

Cristóbal Daniel Marqués Llorens

Argentina

Argentina

24-IX-1977

Andrés Pericás Alba

Venezolana

Venezolana

24-IX-1977

Basilio Coco-Bassey Eyanga

Guineana

Guineana

30-IX-1977

Eduardo San Juan San Antonio

Venezolana

Venezolana

30-IX-1977

Manuel Gomes Costa

Portuguesa

Portuguesa

30-IX-1977

Salvador Cruz Quintana Alvarado

Venezolana

Venezolana

30-IX-1977

José Domingo Vázquez Vázquez

Venezolana

Venezolana

30-IX-1977

José Augusto Carvallo Pascual

Portuguesa

Portuguesa

30-IX-1977

Rafael Van Grieken Salvador

Venezolana

Venezolana

30-IX-1977

Juan Carlos Vera Rivera

Chilena

Chilena

30-IX-1977

Jaime Gerardo Pons Díaz de León

Mexicana

Mexicana

30-IX-1977

Carlos Tur Zornoza

Francesa

Francesa

30-IX-1977

Manuel Izaguirre Sánchez

Francesa

Francesa

30-IX-1977

Miguel Rubén Migliánico López

Uruguaya

Uruguaya

30-IX-1977

Julio César Cardozo Casavieja

Uruguaya

Uruguaya

15-IX-1977

Jorge Trianón Aguirre

Uruguaya

Uruguaya

15-IX-1977

Oribe Arispe Recalde

Uruguaya

Uruguaya

13-IX-1977

Juan Manuel Aristondo Unzueta

Mexicana

Mexicana

13-IX-1977

Vladimir Hernán García Guachalla

Boliviana

Boliviana

13-IX-1977

Freddy García Guachalla

Boliviana

Boliviana

13-IX-1977

Mohamed Nageeb Abdelrahman

Sudanesa

Sudanesa

18-IX-1977

Juan Manuel González Alonso

Mexicana

Mexicana

24-IX-1977

Roberto Ganet Senoko

Guineana

Guineana

8-XI-1977

Joaquín Herminio Díaz Díaz

Argentina

Argentina

8-IX-1977

Héctor Raúl Delon Pizzela

Argentina

Argentina

8-IX-1977

Roberto Araujo Soto

Argentina

Argentina

8-IX-1977

Antonio Fernández Macho

Francesa

Francesa

8-IX-1977

Juan Cortés Montero

Francesa

Francesa

8-IX-1977

Paul S. Bertholle Casanovas

Francesa

Francesa

8-IX-1977

Carlos Lorente Azpilicueta

Brasileña

Brasileña

8-IX-1977

Luiz Carlos Torres Coelho

Brasileña

Brasileña

8-IX-1977

José Antonio Bacardí Comenge

Brasileña

Brasileña

8-IX-1977

Roberto Betancourt Rama

Uruguaya

Uruguaya

8-IX-1977

Manuel A. Amaral Sainz

Uruguaya

Uruguaya

27-X-1977

Enrique Montenegro Portugal

Uruguaya

Uruguaya

27-X-1977

Julio César Castro Trabazo

Uruguaya

Uruguaya

27-X-1977

Fernando Terrasa Messuti

Uruguaya

Uruguaya

27-X-1977

Francesco Ruggeri Dulcet

Española

Italiana

27-X-1977

Alessandro Seminario Reaño

Italiana

Italiana

27-X-1977

Bartolomé Ferrer Juan

Argelina

Argelina

27-X-1977

Anthony John Murphy de Birmingham

Inglesa

Inglesa

27-X-1977

Alfonso Ahedo Fernández

Mexicana

Mexicana

27-X-1977

José Ahedo Fernández

Mexicana

Mexicana

27-X-1977

Osvaldo Amaro Luis

Venezolana

Venezolana

27-X-1977

Javier Pérez Gaubeca

Venezolana

Venezolana

27-X-1977

Julián Nicolás Navarro Manduca

Venezolana

Venezolana

27-X-1977

Fernando Sálamo Hernández

Venezolana

Venezolana

27-X-1977

Jesús Díaz García

Venezolana

Venezolana

27-X-1977

Federico Delgado Brito

Venezolana

Venezolana

27-X-1977

Ricardo Giráldez Groba

Venezolana

Venezolana

27-X-1977

Fco. Manuel Barbosa Vieira

Portuguesa

Portuguesa

27-X-1977

Óscar Vázquez Monguilod

Francesa

Francesa

14-XI-1977

Juan Roca Herrero

Brasileña

Brasileña

17-XI-1977

Jorge Miguel Fenoll Brunet

Venezolana

Venezolana

21-XI-1977

Abel Biyiha

Camerunesa

Camerunesa

21-XI-1977

Juan José B. Raschke Albrufeu

Argentina

Argentina

21-XI-1977

Christian Thibaudeau Marcel

Francesa

Francesa

22-XI-1977

Manuel Rubén Fernández Arce

Argentina

Argentina

22-XI-1977

Antonio Pérez Pérez

Venezolana

Venezolana

28-XI-1977

Juan Fco. Arencibia González

Venezolana

Venezolana

28-XI-1977

Alí Fernando Rodríguez Galván

Venezolana

Venezolana

28-XI-1977

Victoriano García Melo

Venezolana

Venezolana

28-XI-1977

Asier Zamacona Ereño

Venezolana

Venezolana

28-XI-1977

Javier Galdós Aller

Venezolana

Venezolana

28-XI-1977

Enrique Pascal Simón Gil

Francesa

Francesa

28-XI-1977

Joaquín Carlos Oroz Alquezar

Brasileña

Brasileña

28-XI-1977

Guillermo Ganet Snoko

Guineana

Guineana

año 1977

Héctor Daniel Maril Benavidez

Argentina

Argentina

año 1977

Juan Antonio Antón Torres

Francesa

Francesa

año 1977

José Claudino Sixal Romeira

Portuguesa

Portuguesa

24-XI-1977

Manuel Rodríguez de Castro

Portuguesa

Española

año 1977

Jorge Roberto Invernón

Argentina

Argentina

año 1977

Vicente Gay Pellicer

Inglesa

Inglesa

año 1977

Rubén Héctor Larzábal Ymaray

Argentina

Argentina

año 1977

Ramón Ismael Galloso Vázquez

Uruguaya

Uruguaya

15-XII-1977

Ernesto Javier Carrasco Gómez

Argentina

Argentina

19-XI-1977

Raymond George Ter Horst

Holandesa

Holandesa

19-XI-1977

Carlos Felipe Medina Sendra

Venezolana

Venezolana

19-XI-1977

Luis Jesús Muñiz González

Cubana

Cubana

19-XI-1977

Arsenio Pancho Solé

Guineana

Guineana

26-XII-1977

Arnulfo González Guerra Amezaga

Mexicana

Mexicana

26-XII-1977

Leonard Nykoyock

Camerunesa

Camerunesa

26-XII-1977

Eduardo Izidio Neto Mahizia

Brasileña

Brasileña

26-XII-1977

José Miguel Rodríguez Domínguez

Francesa

Francesa

26-XII-1977

Manuel Soares Duarte

Portuguesa

Portuguesa

26-XII-1977

Dale Antony Ursell

Inglesa

Inglesa

26-XII-1977

Luis Armando Asensio Tena

Argentina

Argentina

16-XII-1977

Juan José Ferruz Martínez

Venezolana

Venezolana

20-I-1978

José Eduardo Carrillo Silva

Peruana

Peruana

20-I-1978

José Luis Figueroa Calvo

Venezolana

Venezolana

20-I-1978

Manuel García Méndez

Venezolana

Venezolana

20-I-1978

José Gregorio Hernández González

Venezolana

Venezolana

20-I-1978

Juan C. García Domínguez

Argentina

Argentina

23-I-1978

Mohamed Alí Benama

Marroquí

Marroquí

23-I-1978

Manuel da Cruz Pires de Santo

Portuguesa

Portuguesa

año 1978

Eric Van des Passche

Belga

Belga

año 1978

Patrick Van der Passche

Belga

Belga

año 1978

Marc David Roberts

Inglesa

Inglesa

año 1978

José Juan Parera Ferrer

Mexicana

Mexicana

año 1978

José Fco. González Gayete

Venezolana

Venezolana

año 1978

Eduardo E. Nascimento Rodríguez

Venezolana

Venezolana

año 1978

Fco. R. Arteaga Herrera

Venezolana

Venezolana

año 1978

José Ignacio Artamendi Benito

Mexicana

Mexicana

año 1978

Roberto Bernad Juliá

Francesa

Francesa

año 1978

Octavio Ricardo Diloy Penín

Alemana

Alemana

año 1978

Juan José Guerrero Campos

Alemana

Alemana

año 1978

Armando Vázquez Monguilod

Francesa

Francesa

año 1978

Jaime Akkir Var

Marroquí

Marroquí

año 1978

Charles Hilner Gutiérrez

Inglesa

Inglesa

año 1978

José Ángel Domínguez Acosta

Venezolana

Venezolana

año 1978

Adelaido López Serrano

Francesa

Francesa

año 1978

Juan Andrés Madariaga Aguirregorría

Cubana

Cubana

año 1978

Federico Huber López-Seto

Argentina

Argentina

año 1978

Miguel Ángel Mora Lorenzo

Venezolana

Venezolana

año 1978

Mario Sánchez Olivera

Uruguaya

Uruguaya

año 1978

Jorge Fernández González

Mexicana

Mexicana

año 1978

Manuel Jiménez Suárez

Guineana

Guineana

año 1978

Julián Bolopo Lele

Guineana

Guineana

28-II-1978

Carlos Tirado Reina

Guineana

Guineana

28-II-1978

Juan José González Alcaraz

Guineana

Guineana

28-II-1978

Isidro Acosta Jiménez

Paraguaya

Paraguaya

28-II-1978

Jorge Manuel Gardner Gómez

Mexicana

Mexicana

20-III-1978

Miguel Ndongo Nchama

Guineana

Guineana

27-III-1978

Gerardo Gayoso Somoza

Venezolana

Venezolana

27-III-1978

Antonio Ribeiro de Almeida

Portuguesa

Portuguesa

27-III-1978

Pablo Tugas Torres

Estadounidense

Estadounidense

27-III-1978

Juan Carlos Urruticoechea Domínguez

Chilena

Chilena

año 1978

Gonzalo Echeverría Brescia

Uruguaya

Uruguaya

año 1978

Aitor Eizaguirre Gainzarain

Francesa

Francesa

año 1978

Manuel Ángel García Trueba

Francesa

Francesa

año 1978

Alberto Lemos Godoy

Española

Española

19-XII-1977

Manuel Ángel Correa Vera

Venezolana

Venezolana

año 1978

Kevin Hernández Díaz

Venezolana

Venezolana

año 1978

José Castro Lorenzo

Venezolana

Venezolana

año 1978

Miguel Martín Hernández

Venezolana

Venezolana

año 1978

José Antonio Plasencia Álvarez

Venezolana

Venezolana

año 1978

Horacio Antonio Ramajo Ábalos

Argentina

Argentina

año 1978

Arturo Díaz González

Venezolana

Venezolana

año 1978

Luis Ángel González Alonso

Francesa

Francesa

año 1978

Fernando Gándara Tellechea

Francesa

Francesa

año 1978

Miguel Ángel Lauro Folch

Argentina

Argentina

19-IV-1978

Jerónimo Llorens Marsal

Francesa

Francesa

19-IV-1978

Walter Koll

Alemana

Alemana

19-IV-1978

Johannes Stefanski Siebertz

Alemana

Alemana

19-IV-1978

Marcus Igor Soto Cea

Chilena

Chilena

9-V-1978

Salah Terra

Argelina

Argelina

24-V-1978

Fco. Lawson Balboa

Apátrida

Guineana

24-V-1978

José Esono Mika Mañana

Guineana

Guineana

24-V-1978

Jean Marc Alcoser Villette

Francesa

Francesa

26-V-1978

Jean Pierre Alcoser Villette

Francesa

Francesa

26-V-1978

Reinaldo Javier Rodríguez Vega

Chilena

Chilena

26-V-1978

Hugo Leonor Meza Benítez

Paraguaya

Paraguaya

26-V-1978

Felipe José Corcobado Oñate

Venezolana

Venezolana

año 1978

Bernardino Etopa Bitata

Guineana

Guineana

año 1978

Florencio Rodríguez Martín

Venezolana

Venezolana

año 1978

Alejandro Vallejo Martínez

Brasileña

Brasileña

año 1978

Syimon Sreven Ward

Inglesa

Inglesa

año 1978

Manuel López Nieto

Mexicana

Mexicana

año 1978

Juan Luis Moulongui Pijuán

Francesa

Francesa

año 1978

José Luis Borge Grande

Venezolana

Venezolana

28-IX-1978

Darren Andrew Ronson

Inglesa

Inglesa

6-VII-1978

José Carlos Montesinos Águila

Suiza

Suiza

año 1978

Juan Manuel Luis Zamora

Venezolana

Venezolana

año 1978

Domingo González Bencomo

Venezolana

Venezolana

año 1978

Jean Paul Cillero Odriozola

Francesa

Francesa

año 1978

Alberto Ben Modo

Guineana

Española

año 1978

Juan Pablo Martínez Mata

Francesa

Francesa

año 1978

Oswaldo Cardona Vicens

Brasileña

Brasileña

año 1978

Eddy Woiski Bonet

Española

Estadounidense

año 1978

Joaquín Fernández Moreno

Francesa

Francesa

año 1978

Adolfo Fernández Carmona

Inglesa

Inglesa

año 1978

Michael Konrad Müller

Alemana

Alemana

año 1978

Antonio Carlos da Costa Graça

Portuguesa

Portuguesa

año 1978

Luis Armando Romo Váscones

Ecuatoriana

Ecuatoriana

año 1978

Horacio Guaraní Rodríguez Vázquez

Argentina

Argentina

año 1978

José Luis Mba Ondo

Guineana

Guineana

año 1978

Sven Boden Peter

Alemana

Alemana

año 1978

Luis Felipe Hernández Suárez

Venezolana

Venezolana

5-IX-1978

Mariano Polo Ruiz

Inglesa

Inglesa

5-IX-1978

Antonio Sánchez Quetglás

Francesa

Francesa

5-IX-1978

Enrique Díaz Díaz

Mexicana

Mexicana

5-IX-1978

Joao Manuel Fraga Gratulimi

Brasileña

Brasileña

5-IX-1978

Miguel Antonio Pérez Vázquez

Francesa

Francesa

5-IX-1978

Román Sánchez López

Venezolana

Venezolana

5-IX-1978

Juan Carlos Acosta del Priore

Uruguaya

Uruguaya

5-IX-1978

Jorge Bera Antúnez

Uruguaya

Portuguesa

18-VII-1978

Walter Mario Trueba González

Uruguaya

Uruguaya

10-VIII-1978

Raúl Álvaro Vasconcellos Ledesma

Uruguaya

Uruguaya

año 1978

Mousa Sarr

Senegalesa

Senegalesa

30-XII-1977

Juan Hernández Orosa

Venezolana

Venezolana

año 1978

Ángel Sergio de Bustos Ruy-Díaz

Mexicana

Mexicana

año 1978

Joaquín Repáraz Ebusa

Guineana

Guineana

año 1978

Agustín Eñeso Kola

Guineana

Guineana

año 1978

Ángel Daniel Amaro López

Uruguaya

Uruguaya

año 1978

Daniel Martini Escanellas

Argentina

Argentina

año 1978

José Nuño Borges

Portuguesa

Portuguesa

año 1978

Alcides Antonio Pueyo Rebolledo

Colombiana

Colombiana

año 1978

Gustavo Antonio Ferrín Rodríguez

Uruguaya

Uruguaya

año 1978

Pedro Rosa Orellana

Uruguaya

Portuguesa

año 1978

Oscar Mauricio Portillo Arana

Nicaragüense

Nicaragüense

año 1978

Alfredo Carlos Arias Sánchez

Uruguaya

Española

7-XI-1978

Ramón Porfirio Salcedo

Dominicana

Dominicana

19-IV-1978

Ahmad Kinani Moose

Israelí

Israelí

año 1978

Rubén Romero García

Venezolana

Venezolana

año 1978

Jonás Lazcano Garate

Alemana

Alemana

año 1978

Antonio Manuel Morales Cubas

Venezolana

Venezolana

año 1978

Manuel José Casal Costa

Cubana

Cubana

año 1978

Alejandro Ahedo Fernández

Mexicana

Mexicana

27-X-1978

Fermín Joaquín González Blas

Venezolana

Venezolana

27-X-1978

Juan Aguiló Odicio

Peruana

Peruana

27-X-1978

Teodorico Cuartero Capdevila

Francesa

Francesa

27-X-1978

Juan Carlos Cubas Rodríguez

Venezolana

Venezolana

27-X-1978

José Tomás Rosado Darías

Venezolana

Venezolana

27-X-1978

Antonio Gomila Roselló

Argelina

Argelina

27-X-1978

Oscar Guillermo Bordoy Alarcón

Chilena

Chilena

27-X-1978

Alberto Ángel Vicente Peñarroya

Venezolana

Venezolana

27-X-1978

Alfonso González Mora

Argentina

Argentina

27-X-1978

Abdel-lah Abdellah Loukili

Marroquí

Marroquí

27-X-1978

Frank Ignacio Marabal Pérez

Cubana

Cubana

27-X-1978

Rubén Alberto Santillana Gallo

Argentina

Argentina

27-X-1978

Alberto Jeirfimczuk Hernández

Argentina

Argentina

27-X-1978

Guillermo Saldaña Carro

Australiana

Australiana

27-X-1978

Juan Manuel da Silva Martins

Portuguesa

Portuguesa

27-X-1978

Dalmiro Antonio Gómez Colmenárez

Venezolana

Venezolana

27-X-1978

Antonio salvador Feliciano Pachón

Venezolana

Venezolana

27-X-1978

Diego Marín Falcó

Alemana

Alemana

27-X-1978

René Depoix Lamadrid

Francesa

Francesa

27-X-1978

Fouad Tannous Artigas

Libanesa

Libanesa

27-X-1978

Marcelo Dáez Buch

Argentina

Argentina

27-X-1978

Daniel Dáez Buch

Argentina

Argentina

27-X-1978

Marcos Suka Umu

Camerunesa

Camerunesa

27-X-1978

Ramón Eloy Rodríguez Frieira

Venezolana

Venezolana

27-X-1978

José Luis Mouriño Caridad

Uruguaya

Uruguaya

27-X-1978

Carlos Manuel Millán Vaquero

Venezolana

Venezolana

27-X-1978

Santos Claudio González García

Hondureña

Hondureña

16-XI-1978

Wilholmus Mª. Van Leemren

Holandesa

Holandesa

año 1978

Leonardus Mª. Van Leemren

Holandesa

Holandesa

año 1978

Ricardo Pérez Sebbe

Guineana

Guineana

año 1978

Manuel Tato Gulias

Brasileña

Brasileña

año 1978

Luis Miguel Rodríguez Carvajal

Francesa

Francesa

27-XI-1978

Miguel Luis San Emeterio Pérez

Francesa

Francesa

27-XI-1978

Dean Lawrence Pauky

Estadounidense

Estadounidense

27-XI-1978

Joseph Michael Sirrianni

Estadounidense

Estadounidense

27-XI-1978

Fco. Luis Dall´Ara Percira

Colombiana

Colombiana

27-XI-1978

Elvio López de la Torre

Cubana

Cubana

27-XI-1978

Jorge Spolsky Nalda

Estadounidense

Estadounidense

27-XI-1978

Randydans Baver Fajardo

Estadounidense

Estadounidense

27-XI-1978

Manuel de la Cruz Juan Fernández

Portuguesa

Portuguesa

27-XI-1978

Javier Pierre Zahn García

Suiza

Suiza

27-XI-1978

Fco. José Bornas Ferreras

Suiza

Suiza

27-XI-1978

Alberto González Ravelo

Venezolana

Venezolana

27-XI-1978

Marco Antonio Quilez Lorena

Uruguaya

Uruguaya

27-XI-1978

Arturo Fco. Marín Robles

Chilena

Chilena

27-XI-1978

Andrew Milner Gallety Gutiérrez

Inglesa

Inglesa

27-XI-1978

Arturo Pérez Moreno

Brasileña

Brasileña

27-XI-1978

Fco. Manuel Vaz Vassalo

Portuguesa

Portuguesa

27-XI-1978

Andrés Martínez Lobo

Mexicana

Mexicana

27-XI-1978

Jorge Luis Armenteros Espinosa

Cubana

Cubana

27-XI-1978

Armando Carlos Sánchez Riera

Argelina

Argelina

27-XI-1978

Juan Pedro Munar Arrom

Francesa

Francesa

27-XI-1978

Madal Gaspar Forteza Muñoz

Chilena

Chilena

27-XI-1978

Roberto Blanco Tembleque

Francesa

Francesa

27-XI-1978

Carlos Páramo del Valle

Venezolana

Venezolana

27-XI-1978

Jorge Alejandro Orsi Cao

Argentina

Argentina

27-XI-1978

Carlos José Fernández Martínez

Venezolana

Venezolana

28-XI-1978

Celestino José Fernández López

Venezolana

Venezolana

28-XI-1978

Álvaro Servando Aguilera García

Uruguaya

Uruguaya

28-XI-1978

José Ramón de Manuel Iglesias

Cubana

Cubana

28-XI-1978

Jesús Manuel Rial Sastre

Argentina

Argentina

28-XI-1978

Andrés Urdanoz Jimeno

Venezolana

Venezolana

28-XI-1978

José Miguel Hernández Mustafá

Venezolana

Venezolana

28-XI-1978

Ricardo Isaac Sañudo Fernández

Alemana

Alemana

28-XI-1978

Claudio Bombieri

Italiana

Italiana

año 1978

José Luis Miranda Prada

Argentina

Española

7-XII-1978

Juan Manuel Arzuaga Esquino

Mexicana

Mexicana

5-XI-1979

José Antonio Manuel González Neira

Mexicana

Mexicana

año 1978

Ángel Fernández Alonso

Francesa

Francesa

año 1978

Jean Claude Navarro Zorrila

Francesa

Francesa

año 1978

Miguel Ángel Vara Santos

Francesa

Francesa

año 1978

Rubén Darío Gallego Casal

Venezolana

Venezolana

año 1978

Orlando Américo Herrera Flor

Venezolana

Venezolana

año 1978

Pedro Damián Massie Mebuy

Guineana

Guineana

año 1978

Fco. Ismael Ponce Cotter-Isaac

Panameña

Panameña

1-X-1978

José Antonio Jimeno Plaza

Alemana

Alemana

año 1978

Máximo Augusto Alves Morais

Portuguesa

Portuguesa

año 1978

Luis Manuel Teixeira

Portuguesa

Portuguesa

año 1978

Emilio Jesús Gil Gómez

Brasileña

Brasileña

año 1978

Erik Van Hooftloma Juncosa

Holandesa

Holandesa

año 1978

Jorge Rubens Vázquez di Biase

Uruguaya

Uruguaya

7-XI-1978

Héctor Rubio Piñeros

Colombiana

Colombiana

año 1978

Mark Verderi Potocnik

Argentina

Argentina

año 1978

Isaac Alejandro Katz

Argentina

Argentina

año 1978

Leonard Van Bruggen

Holandesa

Holandesa

año 1978

Mario Nelson Vallejo Rodríguez

Uruguaya

Uruguaya

5-I-1979

Sahbi Abdellah

Marroquí

Marroquí

año 1979

Miguel Ángel Martínez Sanz

Alemana

Alemana

año 1979

Fritz-Martin Handtke

Portuguesa

Portuguesa

año 1979

Sebastián Kapongo Palencia

Belga

Belga

año 1979

José Manuel Alba Carmelo

Brasileña

Brasileña

año 1979

Enrique Gallego García

Brasileña

Brasileña

año 1979

Juan Luis Ruiz Llantada

Venezolana

Venezolana

año 1979

Oliver Darley

Alemana

Alemana

año 1979

Eduardo Pena Sanjurjo

Uruguaya

Uruguaya

20-II-1979

Michael Cassidi Román

Inglesa

Inglesa

20-II-1979

Manuel Rodríguez González

Venezolana

Venezolana

20-II-1979

Horacio Antonio Fernández Ríos

Argentina

Argentina

20-II-1979

Raúl Alfredo Díaz Rovila

Argentina

Argentina

año 1979

Rodolfo Fernández Fernández

Argentina

Argentina

año 1979

Iker Serna Arregui

Venezolana

Venezolana

año 1979

Luis Feijoo Izquierdo

Francesa

Francesa

año 1979

Alexis Mariano Rodríguez San Ginés

Venezolana

Venezolana

año 1979

Víctor Monte González

Mexicana

Mexicana

año 1979

Roberto Javier Allue Campo

Francesa

Francesa

27-III-1979

Jorge Javier Astorgano Martínez

Venezolana

Venezolana

año 1979

Alejandro Callonas Landaluce

Estadounidense

Estadounidense

año 1979

Pedro Ignacio Cano Álvarez

Australiana

Australiana

año 1979

Eduardo Duque Marí

Inglesa

Inglesa

año 1979

Manuel Mª. Fleitas Bogarín

Paraguaya

Paraguaya

año 1979

Hassam Gaffar

Sudanesa

Sudanesa

año 1979

Ángel Latorre Ciudad

Francesa

Francesa

año 1979

Apolinar Micha Ayingono

Guineana

Guineana

año 1979

Rolando Natural Pajares

Venezolana

Venezolana

año 1979

Demetrio Noriega Barreiro

Brasileña

Brasileña

año 1979

José Ramón Ogando Salgueiro

Venezolana

Venezolana

año 1979

Antonio Pascual Licerán

Uruguaya

Uruguaya

año 1979

Juan Ángel Pascual Mateo

Francesa

Francesa

año 1979

Avelino Manuel Salgueiro Varela

Venezolana

Venezolana

año 1979

José Miguel Tarela Aragunde

Francesa

Francesa

año 1979

Jesús Albajara Pinto

Alemana

Alemana

año 1979

Raúl Bernal Atrance

Venezolana

Venezolana

año 1979

Manuel González Nguyen

Vietnamita

Vietnamita

año 1979

Ricardo Motilva Carrasco

Francesa

Francesa

año 1979

Manuel Tabares López

Inglesa

Inglesa

año 1979

José Luis Bello Rebollo

Argentina

Argentina

año 1979

Julio Sopelana Arcocha

Francesa

Francesa

año 1979

Orlando Augusto Martins

Portuguesa

Portuguesa

año 1979

Valeriano Cameselle Camín

Marroquí

Marroquí

año 1979

Guillermo E. Milotich Goberna

Argentina

Argentina

año 1979

Víctor José Miranda Limonta

Cubana

Cubana

año 1979

Johan Cornelis Mulder

Holandesa

Holandesa

año 1979

Miguel Ángel Pérez del Valle Carvajal

Venezolana

Venezolana

año 1979

Raúl Porto Sobral

Brasileña

Brasileña

año 1979

José Manuel Río Oyarbide

Chilena

Chilena

año 1979

Antonio José Alonso Invernón

Brasileña

Brasileña

año 1979

Siasia Bumba

Zaireña

Zaireña

10-IX-1979

Manuel Ángel Chaparro Pato

Uruguaya

Uruguaya

10-IX-1979

Perfecto Dávila González

Venezolana

Venezolana

10-IX-1979

Miguel Ángel García Salmones Velasco

Mexicana

Mexicana

10-IX-1979

Alberto González Iglesias

Francesa

Francesa

10-IX-1979

Jorge Rafael Infante Sureda

Argentina

Argentina

10-IX-1979

Antonio Lafuente Anguita

Francesa

Francesa

10-IX-1979

Arturo Rey Shau

Venezolana

Venezolana

10-IX-1979

César Sanz Mateo

Alemana

Alemana

10-IX-1979

José Luis Trigas Domínguez

Venezolana

Venezolana

10-IX-1979

Fidel Vieira Fernández

Francesa

Francesa

10-IX-1979

Humba Wa Mbuya Videyo

Zaireña

Zaireña

10-IX-1979

Guillermo Álvarez Domínguez

Venezolana

Venezolana

18-X-1979

Armando Antonio Barros Rodiño

Portuguesa

Portuguesa

18-X-1979

Juan José Burón García

Cubana

Cubana

18-X-1979

Arturo Carreras Aja

Mexicana

Mexicana

18-X-1979

Fco. Javier Aja Francisco

Mexicana

Mexicana

18-X-1979

Fernando Augusto Cobián Macedo Da Silva

Portuguesa

Portuguesa

18-X-1979

Joao Carlos Cobián Macedo Da Silva

Portuguesa

Portuguesa

18-X-1979

Manuel Freigenedo Fernández

Venezolana

Venezolana

18-X-1979

Ahmed Hadri Abdesalam

Marroquí

Marroquí

18-X-1979

Juan Pedro Harocarene Camio

Francesa

Francesa

18-X-1979

Julio César Klein López

Brasileña

Brasileña

18-X-1979

Antonio Lorenzo Estévez

Venezolana

Venezolana

18-X-1979

José Luis Mariño Romaní

Uruguaya

Uruguaya

18-X-1979

José Luis Miranda Limonta

Cubana

Cubana

18-X-1979

Juan David Miranda Limonta

Cubana

Cubana

18-X-1979

José Paulino Pereira Dos Santos

Portuguesa

Portuguesa

18-X-1979

Raúl Fco. Reyes Pellón

Chilena

Chilena

18-X-1979

Daniel Rivadulla Oreo

Argentina

Argentina

18-X-1979

José Antonio Romero Álvarez

Argentina

Argentina

18-X-1979

Julio César Seara Varela

Uruguaya

Uruguaya

18-X-1979

Fernando Luis Soto Lesta

Argentina

Argentina

18-X-1979

Diego Tamborra Céspedes

Italiana

Italiana

18-X-1979

Segundo Manuel Viana Terradas

Cubana

Cubana

18-X-1979

César Armas Cabrera

Venezolana

Venezolana

19-X-1979

Miguel Mª. Azcue Sagardia

Francesa

Francesa

19-X-1979

Hugh Johnston CcDowall

Inglesa

Inglesa

5-IX-1979

Aurelio Andrés Orán Guanche

Venezolana

Venezolana

19-X-1979

Frederik Samuel Simpler Garín

Española

Sueca

19-X-1979

José Gregorio Tomé González

Venezolana

Venezolana

19-X-1979

José Javier Del Valle Trujillo

Venezolana

Venezolana

19-X-1979

José Luis Del Valle Trujillo

Venezolana

Venezolana

19-X-1979

Fco. Javier Navarro Plasencia

Venezolana

Venezolana

14-XI-1979

Luis Jesús Aguirre Tejedor

Alemana

Alemana

15-XI-1979

Raúl Gregorio Beunza Peña

Cubana

Cubana

15-XI-1979

Fernando Caballero Visser

Alemana

Alemana

15-XI-1979

Hernán José Coello León

Venezolana

Venezolana

15-XI-1979

José Crespí Fernández

Francesa

Francesa

15-XI-1979

José Della Pieta

Francesa

Francesa

15-XI-1979

José Víctor Javier Espino Flores

Mexicana

Mexicana

15-XI-1979

Benjamín Evala Bote

Guineana

Guineana

15-XI-1979

Héctor Luciano Ferreyra Pegoraro

Uruguaya

Uruguaya

15-XI-1979

Damian Anthony Hey

Inglesa

Inglesa

15-XI-1979

Alejandro Benjamín Jesse Henares

Española

Holandesa

15-XI-1979

Johann E. Koszt Santoyo

Alemana

Alemana

15-XI-1979

Manuel Lago Pérez

Venezolana

Venezolana

15-XI-1979

Mohamed Marina Jeloul

Marroquí

Marroquí

15-XI-1979

José Martínez Ferrer

Alemana

Alemana

15-XI-1979

Antonio Martorell Borrás

Alemana

Alemana

15-XI-1979

Darío Mateo Jaurena

Uruguaya

Uruguaya

15-XI-1979

Agustín Mba Ondo

Guineana

Guineana

15-XI-1979

Peter Ake Melin Adolphien

Española

Sueca

15-XI-1979

Juan Lorenzo Muñoz Martorell

Suiza

Suiza

15-XI-1979

Joaquín do Amadeu Nascimento De Ceu

Portuguesa

Portuguesa

15-XI-1979

Javier Baltasar Nicolau Pastrie

Francesa

Francesa

15-XI-1979

Luis Antonio Pérez Rodríguez

Española

Estadounidense

15-XI-1979

Jairo José Pulido Parra

Colombiana

Colombiana

15-XI-1979

Eduardo Rebollada Casado

Venezolana

Venezolana

15-XI-1979

Jorge Carlos Rodríguez Carpintero

Argentina

Argentina

15-XI-1979

José Miguel Rodríguez Carpintero

Argentina

Argentina

15-XI-1979

Antonio José Rodríguez Montero

Venezolana

Venezolana

15-XI-1979

Christopher Michael Romero López

Marroquí

Marroquí

15-XI-1979

Paul Emanuel Romero López

Marroquí

Marroquí

15-XI-1979

Ivan Taltavull Lystager

Danesa

Danesa

15-XI-1979

Jorge Miguel Warren Cano

Mexicana

Inglesa

15-XI-1979

Mauricio Jaume Baltra Payés

Chilena

Chilena

16-XI-1979

Pier Carlos Luis Berglund Viladevall

Española

Sueca

16-XI-1979

Gaspar Augusto Da Costa Martins

Portuguesa

Portuguesa

16-XI-1979

El Ayachi Chelhamislan

Marroquí

Marroquí

16-XI-1979

Luis Horacio González Paloma

Argentina

Argentina

16-XI-1979

Alain Arthur Jacobs Comamala

Alemana

Alemana

16-XI-1979

Agustín Laucirica Jaca

Española

Australiana

16-XI-1979

Fabrice Loparec Jiménez

Francesa

Francesa

16-XI-1979

Adán José Martín Quintero

Venezolana

Venezolana

16-XI-1979

Rafael Medina Castilla

Francesa

Francesa

16-XI-1979

Alejandro Míguez Amil

Brasileña

Brasileña

16-XI-1979

Sergio Navarro Zorrilla

Francesa

Francesa

16-XI-1979

Andrés Novakosky Davidov

Argentina

Argentina

16-XI-1979

Paulo Alexandre Oliveira da Silva

Portuguesa

Portuguesa

16-XI-1979

Agustín Pérez Lorenzo

Venezolana

Venezolana

16-XI-1979

Philippe Henri Plagnes Torres

Francesa

Francesa

16-XI-1979

Basilio David Reyes Socorro

Venezolana

Venezolana

16-XI-1979

Jesús Enrique Villar Núñez

Venezolana

Venezolana

16-XI-1979

José Ramón Vilar Núñez

Venezolana

Venezolana

16-XI-1979

William Paul Wilkinson Morera de la Vall

Española

Inglesa

16-XI-1979

Elías Yanes Hernández

Venezolana

Venezolana

16-XI-1979

Gonzalo Imeldo Yanes Hernández

Venezolana

Venezolana

20-XI-1979

Víctor Manuel Quintana Bello

Venezolana

Venezolana

20-XI-1979

Néstor Alfonso Rojas Barboza

Colombiana

Colombiana

21-XI-1979

Jesús Ramón Almuzara Nau

Venezolana

Venezolana

19-XII-1979

Carlos Luis Almuzara Pérez

Venezolana

Venezolana

19-XII-1979

José Benaissa Isoba

Belga

Belga

19-XII-1979

José Manuel Cebrián Martín

Suiza

Suiza

19-XII-1979

Felipe Yves Michel Costa Aoust

Francesa

Francesa

19-XII-1979

Nadal Fernando Fiol Picornell

Uruguaya

Uruguaya

19-XII-1979

Juan Carlos Gómez Planchuelo

Argentina

Argentina

12-XII-1979

Miguel Ángel Hernández Navarro

Alemana

Alemana

12-XII-1979

Jaime de Juan Pérez

Alemana

Española

12-XII-1979

Robert Amoel Kowalczyk García-Monteavaro

Francesa

Francesa

12-XII-1979

David John Oldman

Inglesa

Inglesa

12-XII-1979

Rubén Richard Techera Jiménez

Uruguaya

Uruguaya

12-XII-1979

Antonio Manuel Alonso Mielgo

Suiza

Suiza

12-XII-1979

Félix Arsenio Carrasco

Portuguesa

Portuguesa

12-XII-1979

José Antonio Arzuaga Esquino

Mexicana

Mexicana

12-XII-1979

Juan Manuel Bernárdez Arar

Argentina

Argentina

12-XII-1979

Eduardo Jesús Borges Hernández

Venezolana

Venezolana

12-XII-1979

Justo Cajoto Álvarez

Venezolana

Venezolana

12-XII-1979

Mario Caneda Montiel

Belga

Belga

12-XII-1979

Fco. José Carrera Méndez

Francesa

Francesa

12-XII-1979

Jesús Castelao López

Cubana

Cubana

12-XII-1979

Manuel Cendón Domínguez

Mexicana

Mexicana

12-XII-1979

Fernando Ciriza Buch

Argentina

Argentina

12-XII-1979

José Mª Cordido Paoli

Argentina

Argentina

12-XII-1979

Guillermo Chinea González

Venezolana

Venezolana

12-XII-1979

José Mª. Ferreras Sánchez

Francesa

Francesa

20-XII-1979

Juan Carlos Formigo Álvarez

Venezolana

Venezolana

20-XII-1979

José Manuel Fraguas Iglesias

Brasileña

Brasileña

20-XII-1979

Andrés Franco Carreira

Francesa

Francesa

20-XII-1979

Thomas Fricker

Suiza

Suiza

20-XII-1979

Alberto Elías Gamboa Campillo

Colombiana

Colombiana

30-X-1979

Felipe García Buxo

Mexicana

Mexicana

20-XII-1979

Pablo García Castro

Venezolana

Venezolana

20-XII-1979

Pedro Enrique García García

Mexicana

Mexicana

20-XII-1979

Héctor Juan Gargano Grauert

Uruguaya

Uruguaya

20-XII-1979

Javier Arturo Insúa Piñeiro

Argentina

Argentina

20-XII-1979

Richard Anthony Kirby

Inglesa

Inglesa

20-XII-1979

Fco. Javier Lodeiro Gómez

Venezolana

Venezolana

20-XII-1979

Jorge Fco. López Benavidez

Alemana

Alemana

20-XII-1979

José López Pérez

Venezolana

Venezolana

20-XII-1979

Jacques Llacuna Barberá

Española

Francesa

20-XII-1979

José Luis Marcos Fernández

Venezolana

Venezolana

20-XII-1979

Fco. Marín Falcó

Alemana

Alemana

20-XII-1979

Ernesto Martínez Guerra

Venezolana

Venezolana

20-XII-1979

Antonio Andrés Mas Fiol

Francesa

Francesa

20-XII-1979

José Antonio Mesa Cagua

Venezolana

Venezolana

20-XII-1979

Fernando Minguillón Vargas

Dominicana

Dominicana

20-XII-1979

Juan Antonio Muiños García

Venezolana

Venezolana

20-XII-1979

Mateo Munar García

Suiza

Suiza

20-XII-1979

José Manuel Muradas Lamas

Mexicana

Mexicana

20-XII-1979

Daniel Muradas Vázquez

Mexicana

Mexicana

20-XII-1979

José Manuel Niego González

Venezolana

Venezolana

20-XII-1979

Juan Manuel Parra Gómez

Marroquí

Marroquí

20-XII-1979

Bienvenido Rabadán Delgado

Francesa

Francesa

20-XII-1979

Manuel Fernando Ramos Chávez

Chilena

Chilena

20-XII-1979

Santiago Rodríguez Andrés

Cubana

Cubana

20-XII-1979

Hgerhard Soetekou

Holandesa

Holandesa

20-XII-1979

Antonio Leopoldo Solazzi Sanagerico

Sudafricana

Sudafricana

20-XII-1979

Tomás Solivellas Hecker

Alemana

Alemana

20-XII-1979

Juan Carlos Suárez Trinidad

Española

Portuguesa

20-XII-1979

Antonio Pons Famada

Cubana

Española

29-X-1980

Manuel Dopazo Iglesias

Venezolana

Española

20-X-1980

Fco. Suñer Marí

Brasileña

Brasileña

20-XII-1979

John Tellechea Mayo

Estadounidense

Estadounidense

20-XII-1979

Carsten Tews

Alemana

Alemana

20-XII-1979

Jonathan Tugores Kirtley

Inglesa

Inglesa

20-XII-1979

Jean Marc Vives

Francesa

Francesa

20-XII-1979

Jorge Daniel Coitinho Cáceres

Uruguaya

Uruguaya

2-X-1980

Xavier Pedro López Villar

Francesa

Francesa

14-I-1980

José Ángel Abarca Solán

Francesa

Francesa

15-I-1980

Rui Miguel Assis Alleyne

Portuguesa

Portuguesa

15-I-1980

Fernando Capó Perero

Uruguaya

Uruguaya

15-I-1980

Enrique Pierre Flourens laga

Francesa

Francesa

15-I-1980

Ricardo Franci Cortés

Española

Italiana

15-I-1980

Miguel Ángel Garcés Hernández

Venezolana

Venezolana

15-I-1980

Domingo Antonio Hernández Alfonso

Venezolana

Venezolana

15-I-1980

Fernando Serafín Hernández Hernández

Venezolana

Venezolana

15-I-1980

Miguel Hernández Ponce de León

Peruana

Peruana

15-I-1980

Oscar Lacambra Ayllón

Venezolana

Venezolana

15-I-1980

Argires Mouzo Ramos

Venezolana

Venezolana

15-I-1980

Jaime Munar Arrom

Francesa

Francesa

15-I-1980

José Antonio Padilla Acuña

Venezolana

Venezolana

15-I-1980

Leonardo Ricardo Rivero Suárez

Venezolana

Venezolana

15-I-1980

José Antonio Rodríguez González

Venezolana

Venezolana

15-I-1980

Jorge Serra García

Venezolana

Venezolana

15-I-1980

Gustavo Alberto Simó Dos Santos

Portuguesa

Portuguesa

15-I-1980

Juan Tella Carbó

Inglesa

Inglesa

15-I-1980

Manuel Tella Carbó

Inglesa

Inglesa

15-I-1980

Pedro Tella Carbó

Inglesa

Inglesa

15-I-1980

Alex Diego Fco. Verdaguer García

Francesa

Francesa

15-I-1980

Ian Anthony Cunningham

Inglesa

Inglesa

15-I-1980

Ángel Núñez Martínez

Colombiana

Colombiana

29-I-1980

Fernando Mauricio Camus Vásquez

Chilena

Chilena

1-II-1980

Luis Cuenca Iniesta

Inglesa

Inglesa

1-II-1980

Antonio Alcides Gomes Pinto

Portuguesa

Portuguesa

1-II-1980

Juan Jorge Méndez Toro

Francesa

Francesa

1-II-1980

Bernardo Ripoll Mairata

Brasileña

Brasileña

1-II-1980

Jaime José Rossi Herrero

Canadiense

Canadiense

1-II-1980

Joaquín Ruiz Fernández

Francesa

Francesa

1-II-1980

Samuel Juan Zighelboim Guerrero

Venezolana

Venezolana

15-II-1980

José Manuel Asorey Requeijo

Venezolana

Venezolana

27-II-1980

Jaime Luis Fernández Manero

Francesa

Francesa

15-II-1980

José Fernández Tuduri

Alemana

Alemana

15-II-1980

Daniel Pedro García Medina

Argentina

Argentina

15-II-1980

Carlos José González Alonso

Venezolana

Venezolana

15-II-1980

Luis Alberto González Gómez

Colombiana

Colombiana

8-II-1980

Carlos Humberto Jaramillo Acevedo

Colombiana

Colombiana

8-II-1980

Jesús Manuel de Luis Pérez

Venezolana

Venezolana

8-II-1980

Aldo Germán Mateo Ipurena

Uruguaya

Uruguaya

8-II-1980

Miguel Ángel Molina Carro

Argentina

Argentina

8-II-1980

Ángel Muñoz Uriarte

Venezolana

Venezolana

8-II-1980

Isidoro Murillo Daza

Suiza

Suiza

8-II-1980

Alfredo Otero Iglesias

Mexicana

Mexicana

8-II-1980

Freddy Padrón Barrera

Venezolana

Venezolana

8-II-1980

Jorge Pérez Gutiérrez

Marroquí

Marroquí

 

Mateo Puigros Baldowsk

Alemana

Alemana

8-II-1980

José Luis Ripoll Bañón

Francesa

Francesa

8-II-1980

Víctor Manuel Rodríguez González

Guatemalteca

Guatemalteca

8-II-1980

Gabino Rodríguez Hernández

Venezolana

Venezolana

8-II-1980

Héctor Manuel Ruiz Guzmán

Venezolana

Venezolana

8-II-1980

Jesús Humberto Socas Guzmán

Venezolana

Venezolana

8-II-1980

Juan Vieyra Bosch

Estadounidense

Estadounidense

27-II-1980

Jorge Luis Yáñez Fernández

Cubana

Cubana

27-II-1980

Michel Jiménez Lázaro

Francesa

Francesa

4-III-1980

Javier Aurelio Alzamora Miranda

Peruana

Peruana

13-III-1980

Antonio Asensio Campoy

Francesa

Francesa

13-III-1980

Emmanuel Giastsidis

Grecia

Grecia

13-III-1980

Fructuoso Jesús Rodríguez Valle

Argentina

Argentina

13-III-1980

Enrique de Sa Mucha

Portuguesa

Portuguesa

13-III-1980

Ginés Baños Aliaga

Suiza

Suiza

14-III-1980

José Antonio Bravo González

Francesa

Francesa

14-III-1980

Alejandro Teodoro Brito Ángeles

Peruana

Peruana

14-III-1980

Pablo Javier Castro Criado

Argentina

Argentina

14-III-1980

Carlos González González

Venezolana

Venezolana

14-III-1980

Gustavo Lorenzo Justo

Mexicana

Mexicana

14-III-1980

José Manuel Luaces González

Venezolana

Venezolana

14-III-1980

Marcelo Andrés Palmero Araya

Chilena

Chilena

14-III-1980

Fernando Pérez Milán

Brasileña

Brasileña

14-III-1980

Antonio Soto Videla

Uruguaya

Uruguaya

14-III-1980

Marcelo Fco. Loys

Argentina

Argentina

1-IV-1980

Froilán Dante Ameijide Osores

Argentina

Argentina

2-IV-1980

Joseph Marie Marc Antoine Archer St.-Cyr

Haitiana

Haitiana

7-IV-1980

Michel Ariel Baltra Palles

Chilena

Chilena

7-IV-1980

Eduardo José Casquero Muñiz

Argentina

Argentina

7-IV-1980

Luis Ángel Díaz Ordóñez

Cubana

Cubana

7-IV-1980

César Fernández Rodríguez

Venezolana

Venezolana

7-IV-1980

Orlando González Vázques

Cubana

Cubana

7-IV-1980

Eduardo López Figueiras

Argentina

Argentina

7-IV-1980

Charles Martha Braet

Belga

Española

11-I-1982

Pablo Mata Risco

Venezolana

Venezolana

7-IV-1980

Diego Fernando Mejía Montes

Colombiana

Colombiana

7-IV-1980

Pedro José Morales Pettermann

Portuguesa

Portuguesa

7-IV-1980

José Luis Simón Gil

Francesa

Francesa

7-IV-1980

Aldo Raúl Vázquez Córdova

Chilena

Chilena

7-V-1980

Roberto Manuel Vázquez Prieto

Argentina

Argentina

7-V-1980

José Roberto Hernández Valdés

Chilena

Chilena

16-V-1980

Ricardo Héctor Troisi Couto

Argentina

Argentina

26-V-1980

José Manuel Barros Lorenzo

Mexicana

Mexicana

30-V-1980

Fco. Javier Cabalar Moreira

Mexicana

Mexicana

30-V-1980

Emilio Crespo Carreiro

Panameña

Panameña

30-V-1980

Fernando Ejaka Evita

Guineana

Guineana

30-V-1980

Matías Santos Engura Ndojil

Guineana

Guineana

30-V-1980

Marcello Fadda Pin

Alemana

Alemana

30-V-1980

Manuel Gavilanes Lorenzo

Suiza

Suiza

30-V-1980

Antonio Wilson Mera Molina

Uruguaya

Uruguaya

30-V-1980

Alain José Luis Ordóñez Tello

Francesa

Francesa

30-V-1980

Juan Ori Asemota Romero

Inglesa

Inglesa

30-V-1980

Miguel Ángel Paradella Torices

Mexicana

Mexicana

30-V-1980

Gustavo Manuel Quindimil Gómez

Venezolana

Venezolana

30-V-1980

Claudio Gabriel Rojas González

Chilena

Chilena

30-V-1980

Abel Senobúa Oofi

Guineana

Apátrida

30-V-1980

Marco Antonio Rojas González

Chilena

Chilena

30-V-1980

Luis Fernando Suárez Pardo

Uruguaya

Uruguaya

30-V-1980

Luis Miguel Zarco Ambrosio

Argentina

Argentina

30-V-1980

Luis Rubén Zelaya Andrade

Salvadoreña

Salvadoreña

30-V-1980

Javier Méndez Seijo

Venezolana

Venezolana

28-V-1980

Guillermo Alfredo Vargas Vega

Chilena

Chilena

27-VI-1980

Eduardo Fernández Suárez

Inglesa

Inglesa

27-VI-1980

José Luis García Asensio

Francesa

Francesa

27-VI-1980

Roberto Tomás Gómez Guillén

Francesa

Francesa

27-VI-1980

Alejandro Imbergamo Martínez

Española

Italiana

27-VI-1980

Faustino Alberto Peláez Machango

Argentina

Argentina

27-VI-1980

Carlos Manuel Ramírez Andrews

Inglesa

Inglesa

27-VI-1980

Cándido Urigüen Lapuente

Australiana

Australiana

27-VI-1980

Fernando Echecopar Flórez

Peruana

Peruana

6-IX-1980

Jaime Echecopar Flórez

Peruana

Peruana

6-IX-1980

José Luis Alfonso Martín

Venezolana

Venezolana

8-IX-1980

José Roberto Alves da Cruz

Española

Portuguesa

8-IX-1980

Mamoun Awad Ibrahim

Sudanesa

Sudanesa

8-IX-1980

José Juan Bello Dos Santos Ferreira

Española

Portuguesa

8-IX-1980

Manuel Cid Seijas

Brasileña

Brasileña

8-IX-1980

Juan Carlos da Cruz Vela

Española

Portuguesa

8-IX-1980

José Luis Docasar Fernández

Francesa

Francesa

8-IX-1980

Federico Graziano García

Marroquí

Italiana

8-IX-1980

Lorenzo Raymond Graziano García

Marroquí

Italiana

8-IX-1980

Raimundo André Graziano García

Marroquí

Italiana

8-IX-1980

Luis Felipe Izaguirre Oller

Cubana

Cubana

8-IX-1980

Malu Muzteya Zephisren

Zaireña

Zaireña

8-IX-1980

Jorge Federico Quintero Perelló

Puertorriqueña

Puertorriqueña

8-IX-1980

Rafael Humberto Ríos Cortés

Colombiana

Colombiana

8-IX-1980

Octaviano Sánchez Cordero

Venezolana

Venezolana

8-IX-1980

José Luis Taboada Martínez

Venezolana

Venezolana

17-IX-1980

Vincenzo Impastato Planelles

Española

Italiana

17-IX-1980

Víctor Manuel García De Oliveira

Portuguesa

Portuguesa

17-IX-1980

José Luis López Cabello

Alemana

Alemana

17-IX-1980

Armanso Riera Martínez

Alemana

Alemana

17-IX-1980

Juan Carlos De la Rosa Anca

Argentina

Argentina

17-IX-1980

Manuel Inocencio Sanromán Martínez

Mexicana

Mexicana

17-IX-1980

Juan Carlos Aguiar Pernas

Suiza

Suiza

17-IX-1980

José Luis Bargiela Troncoso

Argentina

Argentina

17-IX-1980

Anthony Christodoulou Jordan

Inglesa

Inglesa

17-IX-1980

José Mª. Esono Andeme

Guineana

Guineana

17-IX-1980

Manuel Garrido Pérez

Cubana

Cubana

17-IX-1980

Emilio López Ortiz

Cubana

Cubana

17-IX-1980

Mario Esteban Rodríguez Zabala

Chilena

Chilena

17-IX-1980

Luis Manuel Dos Santos Días

Portuguesa

Portuguesa

10-X-1980

Brian Jensen Kjaesgaard

Danesa

Danesa

13-XI-1980

Antonio Manuel Méndez Guerriña

Portuguesa

Portuguesa

13-XI-1980

Juan José Miguel Miguel

Mexicana

Mexicana

13-XI-1980

Melhem Mohamed Awada

Libanesa

Libanesa

13-XI-1980

Francisco Pérez Gutiérrez

Marroquí

Marroquí

13-XI-1980

Víctor Manuel Zeixedo Botelho

Portuguesa

Portuguesa

13-XI-1980

José Luis Alonso Alonso

Argentina

Argentina

17-XI-1980

Luis Miguel Alonso Cabrera

Venezolana

Venezolana

17-XI-1980

Daniel Azcona Youdelman

Estadounidense

Estadounidense

17-XI-1980

José Antonio Barbuzano Díaz

Venezolana

Venezolana

17-XI-1980

Theodore Biboum

Camerunesa

Camerunesa

17-XI-1980

Juan Carlos Campos Cajian

Venezolana

Venezolana

17-XI-1980

Fco. José Capelo Martínez

Alemana

Alemana

17-XI-1980

Gilberto Javier Carballo Padrón

Venezolana

Venezolana

17-XI-1980

Belarmino Alberto Cardoso Dinis

Portuguesa

Portuguesa

17-XI-1980

Walquelis Antonio Oirco Toledo

Venezolana

Venezolana

17-XI-1980

Arcilio Aurelio Correira Barbosa

Portuguesa

Portuguesa

17-XI-1980

Santiago Coso Suárez

Mexicana

Mexicana

17-XI-1980

Jesús Fernando Domínguez Mesa

Venezolana

Venezolana

17-XI-1980

David Fariña Hernández

Venezolana

Venezolana

17-XI-1980

Miguel Cecilio Febles Quintero

Venezolana

Venezolana

17-XI-1980

Amadeo Gonçalves Da Silva

Portuguesa

Portuguesa

17-XI-1980

Azouzi Hassan Ahmed

Marroquí

Marroquí

17-XI-1980

José Gregorio Hernández Ramos

Venezolana

Venezolana

17-XI-1980

Henry Huertas Bolívar

Colombiana

Colombiana

17-XI-1980

Kepa Latierro Insausti

Venezolana

Venezolana

17-XI-1980

Juan Antonio López Pérez

Española

Francesa

17-XI-1980

Patrick Joel Lossignol Oclette

Francesa

Francesa

17-XI-1980

Víctor José Martins Nogueira

Portuguesa

Portuguesa

17-XI-1980

Expedito Rafael Matala Mayer

Guineana

Guineana

17-XI-1980

Antonio Medero García

Inglesa

Inglesa

17-XI-1980

Carlos Armando Morales Vera

Ecuatoriana

Ecuatoriana

17-XI-1980

Pedro Luis Ortega Petite

Venezolana

Venezolana

17-XI-1980

José Gregorio Osorio Méndez

Venezolana

Venezolana

17-XI-1980

Alfonso Manuel Pérez Pérez

Venezolana

Venezolana

17-XI-1980

Carlos Enrique Pineda Armas

Venezolana

Venezolana

17-XI-1980

Mario José De Pinho Branco

Portuguesa

Portuguesa

17-XI-1980

Aitor Quintana Zorrozúa

Australiana

Australiana

17-XI-1980

Edgar Marcelino Rissi Lasúen

Española

Suiza

17-XI-1980

Kurt Maximilian Rissi Lasúen

Española

Suiza

17-XI-1980

Jesús Orlando Rodríguez Hernández

Venezolana

Venezolana

17-XI-1980

Domingo Enrique Torres Pino

Venezolana

Venezolana

17-XI-1980

Ronnie Woiski Bonet

Estadounidense

Estadounidense

17-XI-1980

Juan Antonio Yélamos Zamorano

Venezolana

Venezolana

17-XI-1980

Alejandro Fabián Arruñedo González

Argentina

Argentina

18-XI-1980

Juan Beltrán Coll

Francesa

Francesa

18-XI-1980

Luciano Constantino Bernabéu Ruiz

Marroquí

Marroquí

18-XI-1980

Joseph Keith Buck

Inglesa

Inglesa

18-XI-1980

Guillermo Ángel Castro Sosa

Argentina

Argentina

18-XI-1980

Roberto Ferguson Grande

Inglesa

Inglesa

18-XI-1980

Alejandro García Bonigno

Inglesa

Inglesa

18-XI-1980

Thomas Hesse Thoms

Alemana

Alemana

18-XI-1980

Freddy Helbek Albert

Española

Danesa

18-XI-1980

Alberto Herrasti Sajara

Alemana

Alemana

18-XI-1980

Gerald Anthony Kammer

Estadounidense

Estadounidense

18-XI-1980

Antonio Lucchese Ramón

Española

Italiana

18-XI-1980

Juan Matos Lale

Venezolana

Venezolana

18-XI-1980

Peter David Osterovsky Pereira

Sueca

Sueca

18-XI-1980

Michele Palma Greggio

Italiana

Italiana

18-XI-1980

Luis Eduardo Pardo Fernández

Uruguaya

Uruguaya

18-XI-1980

José Carlos Serra Neves

Portuguesa

Portuguesa

18-XI-1980

José Ignacio Tovar Vélez

Colombiana

Colombiana

18-XI-1980

Antonio Álvarez Gallardo

Venezolana

Venezolana

19-XII-1980

Hechami Boghni

Tunecina

Tunecina

19-XII-1980

Marcos Antonio Cámara Pérez

Brasileña

Brasileña

19-XII-1980

Enrique Ramón Fernández García

Venezolana

Venezolana

19-XII-1980

José Antonio González Castro

Alemana

Alemana

19-XII-1980

Babgen Mahmoudi

Iraní

Iraní

19-XII-1980

Luis Antonio Moreira Olmedo

Ecuatoriana

Ecuatoriana

19-XII-1980

Agustín Odili Macus

Nigeriana

Nigeriana

19-XII-1980

Adriano Soeiro Regedor

Portuguesa

Portuguesa

19-XII-1980

Ernesto José Spangenberg Ponce de León

Uruguaya

Uruguaya

19-XII-1980

José Fco. Alves Falcao

Portuguesa

Portuguesa

20-XII-1980

Vincenzo Busquets Patrissi

Venezolana

Venezolana

20-XII-1980

Pedro Díaz de la Rosa

Venezolana

Venezolana

20-XII-1980

Rafael Gregorio Fernández Fernández

Venezolana

Venezolana

20-XII-1980

Gian Franco Galli Giner

Italiana

Italiana

20-XII-1980

Vincenzo Galli Giner

Italiana

Italiana

20-XII-1980

Bruno Gavela Houyoux

Belga

Bel

20-XII-1980

José Giocavelli Ródenas

Italiana

Italiana

20-XII-1980

Antonio Agustín Rigoberto Herdz. Montenegro

Uruguaya

Uruguaya

20-XII-1980

Carlos Alberto Lario Rodríguez

Portuguesa

Portuguesa

20-XII-1980

José Ricardo Lee López

Inglesa

Inglesa

20-XII-1980

Medi Maina El Garbi

Marroquí

Marroquí

20-XII-1980

Abrahim K. Mansor

Israelí

Israelí

20-XII-1980

Carlos Domingo Martínez Martínez

Argentina

Argentina

20-XII-1980

Anastasio José Mascaró Horrach

Venezolana

Venezolana

20-XII-1980

Frank Thorsten Mayer

Alemana

Alemana

20-XII-1980

Enrique José Moreau Faria

Española

Belga

20-XII-1980

Antonio Moretto López

Italiana

Italiana

20-XII-1980

José Luis Pérez Yumar

Venezolana

Venezolana

20-XII-1980

Lorenzo Pons Hinojosa

Alemana

Alemana

20-XII-1980

Kenneth Michael Post Losada

Española

Estadounidense

20-XII-1980

Luis Santías Sahagún

Alemana

Alemana

20-XII-1980

Arcilio Dos Santos Mota

Portuguesa

Portuguesa

20-XII-1980

Ángel Rafael Serey Clivier

Chilena

Chilena

20-XII-1980

Enrique Omar Siboldi Lista

Argentina

Argentina

20-XII-1980

José Mª. Da Silva Gaspar

Portuguesa

Portuguesa

20-XII-1980

Damián Suñer Cardell

Brasileña

Brasileña

20-XII-1980

José Taboada Bernárdez

Venezolana

Venezolana

20-XII-1980

Miguel Ángel Toledo Rodríguez

Venezolana

Venezolana

20-XII-1980

José Guillermo De la Torre Howell

Inglesa

Inglesa

20-XII-1980

Serafín Viera Pernas

Venezolana

Venezolana

20-XII-1980

Víctor Jacques Zellner Deana

Española

Alemana

20-XII-1980

Rocco Javier Greco De Dios

Suiza

Italiana

22-XII-1980

José Manuel López Alfonso

Venezolana

Venezolana

22-XII-1980

Juan José Luis León

Venezolana

Venezolana

22-XII-1980

Leoncio Luis León

Venezolana

Venezolana

22-XII-1980

Albino Martín Méndez

Venezolana

Venezolana

22-XII-1980

Dieter Andreas Muller Gil

Española

Alemana

22-XII-1980

Fritz Reif González

Alemana

Alemana

22-XII-1980

Fco. Gregorio Rosquete López

Venezolana

Venezolana

22-XII-1980

Manuel Zudaire Gracia

Venezolana

Venezolana

22-XII-1980

Antonio Rodrigues Da Silva

Portuguesa

Portuguesa

17-XII-1980

Adelino Andrade García

Venezolana

Venezolana

22-XII-1980

Julián William Andreas Watson

Inglesa

Inglesa

22-XII-1980

Félix José Carreras Alayón

Venezolana

Venezolana

22-XII-1980

Juan Antonio Dopico Freira

Venezolana

Venezolana

22-XII-1980

Ignacio Escalona Cano

Puertorriqueña

Puertorriqueña

22-XII-1980

Juan Lorenzo Felipe González

Venezolana

Venezolana

22-XII-1980

Juan de Dios García Bonigno

Inglesa

Inglesa

22-XII-1980

Liborio Guerrero Campos

Alemana

Alemana

22-XII-1980

José Raúl Jiménez Cardaba

Suiza

Suiza

22-XII-1980

Fernando Marqués Pons

Francesa

Francesa

22-XII-1980

Antonio Mir Romero

Liberiana

Liberiana

22-XII-1980

Federico Obregón Navarro

Mexicana

Mexicana

22-XII-1980

Juan Manuel Ortega Cifuentes

Alemana

Alemana

20-I-1981

Jorge Fermín Rodal Vidal

Venezolana

Venezolana

20-I-1981

Miguel Rodal Vidal

Venezolana

Venezolana

20-I-1981

Manuel Seijo Minchón

Venezolana

Venezolana

20-I-1981

Antonio Sexto González

Venezolana

Venezolana

20-I-1981

D´Alo Gianluca Talamazzi

Italiana

Italiana

20-I-1981

Mathias Gunther Ottmar Wahling

Alemana

Alemana

20-I-1981

Edgardo Isaac Zamora Henríquez

Chilena

Chilena

20-I-1981

Alfonso Sigfrido Zollbrecht Bernal

Alemana

Alemana

20-I-1981

Raffaele Arimondi Sebastián

Italiana

Italiana

10-I-1981

Rubén de la Trinidad Porras Frías

Española

Costarricense

9-II-1981

Andrew Charles Kirby

Inglesa

Inglesa

16-II-1981

Paul Eduard Lindegaard Escribano

Española

Danesa

16-II-1981

Patrick S. Smith Gee

Liberiana

Liberiana

16-II-1981

Luis Fernando Jiménez Díaz

Brasileña

Brasileña

19-II-1981

Víctor Yvon Kaninda Mbelu

Camerunesa

Camerunesa

19-II-1981

Pablo Jaime Blanco Hernández

Venezolana

Venezolana

19-II-1981

Pedro José Castro Martínez

Española

Argentina

19-II-1981

José Antonio Castro Sixto

Venezolana

Venezolana

19-II-1981

John Christian Courtney Worden

Inglesa

Inglesa

19-II-1981

Antonio Pascual Efuman Angono

Guineana

Guineana

19-II-1981

Voalhadi Fouad Bumedien

Marroquí

Marroquí

19-II-1981

José Mª. Juan Banohero

Uruguaya

Uruguaya

19-II-1981

Louis Charles de Kernion Díez

Estadounidense

Estadounidense

19-II-1981

Richard Ángel de Kernion Díez

Estadounidense

Estadounidense

19-II-1981

Nelsol López Iglesias

Venezolana

Venezolana

19-II-1981

Carmelo Méndez Suárez

Venezolana

Venezolana

19-II-1981

Luis Alberto Muñoz Luaces

Uruguaya

Uruguaya

23-II-1981

Celso Emilio Pereira Pérez

Venezolana

Venezolana

23-II-1981

Adama Seck

Senegalesa

Senegalesa

23-II-1981

Julio Daniel Tellechea Dau

Uruguaya

Uruguaya

23-II-1981

Kourosh Saifi

Iraní

Iraní

13-III-1981

Juan Manuel Cano Rocamora

Francesa

Francesa

17-III-1981

Gino Alfonso Carriutero Rodríguez

Ecuatoriana

Ecuatoriana

17-III-1981

Jesús Daniel Fernández Galindo

Guineana

Guineana

17-III-1981

Paul Joseph Fraine

Inglesa

Inglesa

17-III-1981

Guillermo Eduardo Giudici Nieto

Argentina

Argentina

17-III-1981

Rubén Eugenio Giudici Nieto

Argentina

Argentina

17-III-1981

Mobarak Hamed Mohamed Ali

Sudanesa

Sudanesa

17-III-1981

Patricio Daren Junquera García-Mendoza

Liberiana

Liberiana

17-III-1981

José Alfredo Lagares Hortas

Alemana

Alemana

17-III-1981

Daniel Larrascq León

Uruguaya

Uruguaya

17-III-1981

Gastón Larrascq De los Santos

Uruguaya

Uruguaya

17-III-1981

José Ignacio Palenzuela Arrieta

Argentina

Argentina

17-III-1981

Roberto Fco. Pazos Armengol

Cubana

Cubana

17-III-1981

Rubén Armando Peña Ortega

Chilena

Chilena

17-III-1981

Jorge Manuel Pereira Pinto Lisboa Carneiro

Portuguesa

Portuguesa

17-III-1981

José Antonio Rodríguez Melendi

Argentina

Argentina

17-III-1981

Marcel Antonio Sánchez Bosland

Holandesa

Holandesa

17-III-1981

Calor Alejandro Sonnestein Julián

Inglesa

Inglesa

17-III-1981

Patrick André Souillard

Nigeriana

Estadounidense

17-III-1981

Shinichi Susa

Japonesa

Japonesa

17-III-1981

Xavier Urbina Oñate

Venezolana

Venezolana

17-III-1981

Peter Hason

Checoslovaca

Estadounidense

17-III-1981

José Luis Fernández Fernández

Argentina

Argentina

28-IV-1981

Jesús Antonio González Amorín

Brasileña

Brasileña

24-IV-1981

Jorge Fernando González Feijoo

Venezolana

Venezolana

24-IV-1981

José Mª. Hernando Tomé

Alemana

Alemana

24-IV-1981

Alejandro José Luna Hermoso

Nicaragüense

Nicaragüense

24-IV-1981

Hoshang Mohabat Bakhsh

Iraní

Iraní

24-IV-1981

Jamshid Mohammadi Tehrani

Iraní

Iraní

24-IV-1981

Ángel Ramiro Paz García

Venezolana

Venezolana

24-IV-1981

José Pablo Regidor Caballero

Argentina

Argentina

24-IV-1981

Luis Alberto Del Valle Urresti

Venezolana

Venezolana

24-IV-1981

Juan Luis Mairice Charles Durand

Francesa

Francesa

12-V-1981

Paul Michael Armstrong

Inglesa

Inglesa

25-V-1981

Rolf Bartolomé Escalas Brenscheid

Alemana

Alemana

25-V-1981

Juan Mª. Felip Caritg

Venezolana

Venezolana

25-V-1981

Antonio Manuel Pereira Da Silva

Portuguesa

Portuguesa

25-V-1981

Fernando Regueira Padrón

Venezolana

Venezolana

25-V-1981

Baboucar Jammeh

Gambia

Gambia

8-VI-1981

Patricio Alejandro Cáceres Díaz

Chilena

Chilena

30-VI-1981

Augusto Carfala Thure

Guineana

Guineana

30-VI-1981

Humberto Fernández Varela

Brasileña

Brasileña

30-VI-1981

Luigi Ioia

Italiana

Italiana

30-VI-1981

Juan Pedro Pérez Hernández

Venezolana

Venezolana

30-VI-1981

Nada menos que 282 supuestos venezolanos, dados de alta en sólo 8 años. Casi 300 jóvenes de un país donde hace ocho lustros el fútbol era deporte residual, empequeñecido por el baloncesto y sobre todo la “pelota base”. Cerca de 300 muchachos que bien poco, por no decir nada, tenían de auténticos venezolanos. Podían haber nacido en el país sudamericano, o llegar a sus puertos con el torrente migratorio de la España pendiente de desarrollo, pero, salvo contadas excepciones, sus raíces estaban en nuestro suelo. Ciertamente, la economía al otro lado del océano experimentaba un notable retroceso, aunque no justificante para desbandadas en masa. Tampoco es que por nuestros pagos se pudiera sacar pecho. La inflación rozaba el 20 % anual, muchas fortunas buscaban en Suiza, Luxemburgo, Liechtenstein e incluso Francia, más estabilidad, cuando tantas sombras se cernían sobre una dificultosa transición política. Los precios de la vivienda, vista hasta entonces como refugio seguro, se desmoronaron. No es que bajasen en términos absolutos; simplemente se mantuvieron inalterables durante un quinquenio, y eso, en medio de tan desbocada inflación, representaba una astronómica pérdida de valor real. Para colocar deuda pública el Ministerio de Hacienda tuvo que sacar al mercado unas letras del tesoro y pagarés, devengando intereses en torno al 15 % anual. Intereses netos y opacos, puesto que sus tenedores no incluían dichos réditos ni el capital en sus declaraciones de renta. Luego de sucesivas devaluaciones monetarias, en menos de 9 años el dólar pasó de cambiarse a 70 ptas. en los mercados internacionales, hasta sobrepasar las 140. Huelga indicar que todas las empresas endeudadas en divisas vivieron trances muy, pero que muy amargos. No, nada justificaba un flujo tan abundante desde Maracaibo, Caracas, Valencia o Barquisimeto. De aquellos 282 “venezolanos”, al menos 257 eran innegablemente españoles, aunque para presumir de tales tuviesen que aguardar a la mayoría de edad, en unos casos, o enfrascarse en solicitudes de amparo ante los ministerios del Interior y Asuntos Exteriores. La misma Federación incapaz de depurar falsas documentaciones o a quienes vulneraban la normativa mediante bodas de pacotilla, exhibía el látigo ante gente honrada.

Mingote y su visión sobre el incontenible torrente de futbolistas procedentes del exterior.

Argentina, con 129 emigrantes balompédicos, era segundo país de procedencia en el ranquin. La dictadura militar de Videla explicaba sobradamente tamaña diáspora. Y Francia, con 106, detentaba el tercer puesto, con sobreabundancia de apellidos españoles. Seguían Uruguay (66), Portugal (60), Alemania (52), entre ellos muchos hijos de la emigración económica de los años 60,  México (51), con una larga nómina de retornados del exilio político, Inglaterra (49), Brasil (48), Guinea Ecuatorial, la antigua colonia, y Chile, también refugio migratorio antes y a raíz del triunfo franquista en la Guerra Civil (37), Cuba, donde tampoco se jugaba al fútbol (34), Colombia (24), Italia (23), Marruecos (21), donde Ceuta y Melilla propiciaban la distorsión, Estados Unidos (20), Suiza (18), Perú (16), Holanda y Bélgica (10)… Incluso España figuraba en el listado federativo, como país emisor. Hasta 17 españoles irrefutablemente documentados fueron tomados por “extranjeros”, a saber en base a qué pintorescos argumentos.

Queden como curiosidad los modestísimos extranjeros, en este caso casi siempre reales, de territorios futbolísticamente muy exóticos hace cuarenta y tantos años: Argelia, con 6. Camerún, Liberia y Australia, 5 cada uno. Ecuador, Irán, Sudán y Nigeria, 4. Bolivia, República Dominicana, Zaire y Senegal, 3. Israel, Panamá, Canadá, Nicaragua, Puerto Rico, Líbano y Ghana, 2. Por último Túnez, Vietnam, Haití, Gambia, República Sudafricana, Guatemala, Honduras, Japón y Grecia, con uno nada más. Paraguay, por cierto, sólo iba a registrar 3 condenados a ficha amateur durante ese plazo de 8 años. Cabría pensar, no sin cierto despliegue de sorna, que pudieron haber sido los únicos en no dotarse de papeles falsos. Entre los demás, algunos detalles dignos de cierto análisis.

Tres de los 4 suecos receptores de fichas no válidas para competir como profesionales, llevaban años residiendo en nuestro suelo y estaban completamente asimilados. Julio Manuel Rojas Emery, inscrito en setiembre de 1973 por el Yeclano C. F., había nacido en Paraguay, procedía de Filipinas y era poseedor de nacionalidad española, pero incomprensiblemente le impidieron competir como profesional. El también español José Esteban Ovalle Gómez llegó a la S. D. Ponferradina desde Uruguay, y sólo por ese hecho recibió trato deportivo de extranjero. Algo parecido hubo de padecer otro español con ascendencia gallega y procedencia argentina, llamado Manuel Mougán Domínguez. Por circunstancias nunca aclaradas sería registrado federativamente como extranjero, el 13 de setiembre de 1976, y en vista de ello la Sociedad Cultural Arosa renunció a contratarlo. El Argentino Alejandro Alberto Oscar Mariani llegó desde Canadá, donde había estado compitiendo como semiprofesional. El colombiano Stefan Silva Bieleck, arribó desde Bélgica, en cambio. Al uruguayo Juan Carlos Acosta Delpriore se le concedió ficha finalmente el 15 de setiembre de 1978, pero únicamente con vigencia hasta el 31 de diciembre, sin exponerse nunca el fundamento de tal decisión…

Hubo casos de duplicidad registral, lo que no habla bien del deseable esmero en aquella F.E.F. A Héctor Pablo Suárez Gómez lo consignaron con entradas en noviembre de 1972 y abril de 1975. Al inglés Luis Clemison Pique, el 1 de marzo y el 25 de octubre de 1976. Al uruguayo Carlos Rubén Mayero Granvina, alumbrado el 14 de marzo de 1949, se le asignaron sendas entradas (abril de 1977 y noviembre del 79). Lo mismo que a su compatriota Néstor Raúl Cobo Iglesias (setiembre del 77 y el mismo mes del año siguiente). Y otro tanto al supuesto francés Juan Cordero Ripoll, al boliviano Vladimir Hernán García Guachalla, (noviembre del 77 y 1979), al guineano Roberto Ganet Senoko, a Jorge Miguel Fenoll Brunet, venezolano en teoría (años 1972 y 1977), al “chileno” Juan Carlos Urruticoechea Domínguez (ambos correspondientes a 1978), al ecuatoguineano Alberto Ben Modo (por cierto una como guineano y otra como español), y para no hacer interminable el repaso, al “mexicano” José Ignacio Artamendi Benito (octubre del 72 y enero de 1978).

Tanto descuido permite entender las cosas tremendas que acontecieron durante aquella época, para sonrojo de nuestro deporte rey.

Lo más llamativo, sin embrago, tuvo que ver con los abundantes casos de obligada marcha atrás federativa, luego de que numerosos españoles tomados como súbditos de muy distintos países lograsen acreditar su auténtica naturaleza, mediante certificados de engorrosa obtención. Algunos, como el buen portero Vicente José Fernández Biurrun, nacido coyunturalmente en Brasil (Osasuna y Athletic Club de Bilbao), o el “belga” Alberto Ricardo Bernardo Murcia (R. Madrid, Sporting, Osasuna, Valladolid, Recreativo de Huelva), alcanzaron el estrellato. Otros, en cambio, fueron quedándose por el camino, sin que ello los prive de merecer atención. Vayan, pues, sus nombres: Los “uruguayos” Nelson Olivera Fidalgo, del Béjar Industrial; Nadal Fernando Fiol Picornell; Oribe Arispe Recalde (mediante télex de la Fed. Valenciana, el 26-IV-1980), o Julio César Seara Varela. Los “argentinos” Jorge Armando Enrique Moreno y Cristóbal Daniel Marqués Llorens (telegrama de la Fed. Balear, el 19-X-1979). Los “franceses” Jean Claude Basterra de Galarreta; José Crespí Fernández, que además sería duplicado en el registro (noviembre del 79 y febrero del 80); Jaime Munar Arrom; Javier Ballasar Nicolau; Alex Diego Fco. Verdaguer García; Manuel Ángel García Trueba, que además llevaba 10 años residiendo en nuestro suelo; Juan Manuel Cano Rocamora (notificación del 5-VI-1984, aunque la Federación sólo se diese por enterada el 30-XI-1984, con medio año de retraso), o Andrés Franco Carreira (télex 19-X-1983). Los “mexicanos” Fco. Javier Elola Lecuona; los hermanos Juan Manuel y José Antonio Azuaga Esquino, o José Antonio Manuel González Neira. Los “cubanos” José Ramón Senlle López, Antonio Pons Famada y José Ramón de Manuel Iglesias. El “portugués” Manuel Rodríguez de Castro. El “suizo” Antonio Manuel Alonso Mielgo. Los “venezolanos” Manuel Dopazo Iglesias, Gustavo Manuel Quindimil Gómez (télex de la Fed. Gallega. 6-IV-1983), o José Luis Alfonso Martín (télex de la Fed. Tinerfeña, 14-XII-1984). El “inglés” Alejandro García Bonigno (a partir del 21-II-1985). El “ecuatoriano” Luis Antonio Moreira Olmedo (español desde el 5 de junio de 1984, sin haber cumplido los 18 años, aunque dicha condición no le fuese reconocida en lo futbolístico hasta el 30 de noviembre, o sea seis meses después). El “brasileño” Damián Suñer Cardell (29-V-1984). Manuel Román Alvarado Soto, Luis Alberto Pérez Rodríguez y tantos, tantísimos otros.

Fandiño y su visión ácida de tantos presidentes que preferían el producto importado al nacional, independientemente del rendimiento que luego los foráneos estuvieran en condiciones de aportar.

Un caso por demás pintoresco fue el relacionado con el “belga” Charles Martha Braet, nacido el 24-XI-1957 y reconocida su nacionalidad española desde el principio hasta en la Federación. Inscrito por el C. F. Mollet el 11 de enero de 1982, sería desautorizado a posteriori, tras surgir problemas que nadie explicó. Subsanados en apariencia, volvería a otorgársele nueva ficha el 12 de julio de 1983, para acabar retirándosela con carácter definitivo, como en la más rocambolesca novela por entregas, el 19 de mayo del siguiente año.  

Tampoco carece de desperdicio la situación del uruguayo Raúl Álvaro Vasconcellos Ledesma. Había tomado tierra en Barajas el año 1978, nada hizo por colar como descendiente de españoles y en consecuencia le sería expedida ficha amateur. Estuvo desarrollando su modesta carrera deportiva a lo largo de la ribera mediterránea. Modesta, porque se le impedía salir del fútbol Regional, pero no por ello menos digna, a tenor de cuanto de él se escribió mientras lucía, entre otros, los colores del Tortosa, Villajoyosa, Villena y Olímpico de Xátiva: “Vasconcellos volvió a dejar patente que ésta no es su categoría. Está muy por encima, aunque se le impida jugar donde por calidad merece. Otra lección doctoral, y ya van unas cuantas”. O: “Tiene clase a raudales. Juega y hace jugar. Siempre es una sorpresa de caviar iraní en cócteles aderezados con salchichón y mortadela. ¡Lo que el fútbol de más caché se ha perdido!”. Lamentablemente fue una víctima de las circunstancias.

Esta especie de caza de brujas, no soterrada, precisamente, concluyó cuando la polvareda de los falsos oriundos por fin se disipara. Pablo Porta, entonces, perdió el miedo, se deshizo de la armadura y pudo respirar aliviado. Por desgracia para muchos futbolistas, no todos sin condiciones en las que apuntalar sueños, el sosiego llegaría tarde.

A la página negra de las documentaciones falsificadas hubo que añadir otra no menos censurable: aquella que, respondiendo a un exceso de precaución y afán por soldarse a la poltrona, se llevó por delante el porvenir económico de no pocos jóvenes cuyo único pecado consistió en no nacer en Tafalla, Écija, Santoña, Abarán, Montánchez, Sóller, Chamberí, o cualquier rincón de nuestro suelo.                        

____________________________

(1).- Arturo Bogossian olvidaba interesadamente que ofreció al futbolista como oriundo, sin serlo en realidad. Y que, tratando de colarlo como tal, llegó a propiciar un intento de soborno a funcionarios consulares, con posterior denuncia del mismo ante instancias superiores. Las malas artes del intermediario armenio quedaron de ese modo al descubierto, y sólo tras distintas presiones “culés” aquel formidable atacante paraguayo, por desgracia desaparecido hace ya muchos años, dispondría de ficha, inmerecidamente.




Manuel Guijarro “Pirulo”, primer jugador del CD Leganés en 1ª división

Hasta el ascenso a 1ª división en la temporada 2016-2017 del CD Leganés, este club era un clásico de la 2ª división que servía a los jugadores como escaparate para poder ser fichados por un equipo de 1ª división.

En la historia actual del Club, es decir, desde los años 80 del siglo pasado hasta nuestros días, recordamos jugadores como Merino, fichado por el Club At. Osasuna en la temporada 1988-89, Vivar Dorado fichado por el CD Tenerife en la temporada 1994-95 o Alfredo que firmó también por el Club AT. Osasuna en la temporada 1998-99. Pero estos son jugadores que hicieron historia en el club pepinero en su época más reciente porque en los primeros años de historia del club tras su fundación en 1928, encontramos al que posiblemente sea el primer jugador que pasó por el club blanquiazul y llegó a formar parte de equipos de la 1ª División, nos referimos a Manuel Guijarro, también conocido como “Pirulo”.

Los primeros equipos

Manuel Guijarro (1909-2008) nació en el seno de una familia trabajadora, su padre se dedicaba a la cerrajería y Manuel le ayudaba en las labores compaginando esta profesión con la práctica del fútbol. El primer equipo en el que militó fue en el madrileño “mazantini” llamado así porque jugaba en unos terrenos propiedad de famoso torero de la época, de ahí paso al “ventas”, equipo con el que llegó a enfrentarse al CD Leganés al militar en el mismo grupo del campeonato de la segunda categoría madrileña. Esta coincidencia hizo que el club de Leganés de fijara en él para incorporarlo a sus filas en la temporada 1929-1930.

Incorporación al CD Leganés (1929-1932)

Durante las temporadas que estuvo en el club pepinero se consagró como un gran goleador lo que ayudó al equipo para conseguir el campeonato de liga de la categoría y el ascenso a la categoría preferente en su primera temporada como jugador pepinero.

Equipo del CD Leganés con Guijarro Foto www.abuelohara.com

En las crónicas de la época podemos observar la capacidad goleadora de Guijarro en el equipo pepinero:

“La Voz” 04/04/1930

“EL Heraldo” 19/05/1930

Por sus actuaciones en el club leganense fue muy deseado por equipos de mayor categoría de Madrid como el Real Madrid, con el que llegó a realizar partidos de prueba,

“la Voz” 12/03/1931

y el At. De Madrid que, a la postre se haría con sus servicios debido a que el presidente, que en aquellos años era también el alcalde de Leganés Fernández Cuervo, le convenció para fichar por el equipo rojiblanco y formara parte del club del metropolitano.

Fichaje por el Atlético de Madrid (1931-1935)

Portada de “Crónica” donde aparece la plantilla del At. De Madrid con Guijarro. El anuncio del fichaje por el At. De Madrid se hizo oficial en Marzo de 1931 como se puede observar en el periódico “el Heraldo”: [………]“Pirulo es joven y entusiasta. El atlético ha encontrado un buen elemento[…]

“El Imparcial” 07/03/1931

Su primer partido como atlético fue un amistoso disputado en el estadio de Vallecas frente al Barcelona en Septiembre de 1931 que termina con empate a dos goles. Esta es la crónica del debut que aparece en “la voz” el 14/09/1931

En el equipo rojiblanco llegó a disputar 50 partidos del campeonato de liga de 2ª división consiguiendo el ascenso a primera división en la temporada 1933-1934. En el Campeonato regional mancomunado disputó 9 partidos y en el campeonato de copa 6 consiguiendo un total de 32 goles. Durante sus años como jugador atlético compartió vestuario con leyendas como Marculeta, Chacho, Elízegui o Lafuente.

Curiosamente Guijarro participó en uno de los partidos más polémicos del campeonato regional mancomunado frente al Nacional, que tuvo que suspenderse por incidentes:

Partido del campeonato regional mancomunado disputado por Guijarro en “Ahora” 03/11/1931


Entre los partidos de Liga de la segunda división en los que jugó Guijarro con el At. De Madrid cabe destacar los dos partidos disputados frente al Castellón en diciembre de 1932 donde consiguió 3 de los 4 goles de su equipo para dar la victoria a domicilio por 3 goles a 4 y en Febrero de 1933 donde consiguió 4 de los 8 goles del equipo rojiblanco

Partido de ida con Guijarro marcando un hat-trick (“Heraldo de Madrid” 26/12/1932)

Crónica del partido Athletic 8- CD Castellón 1(“SOL” 28/02/1933)


 

Uno de los últimos partidos como rojiblanco fue el del homenaje a Marculeta en Diciembre de 1934 frente al Donostia.

Pero su rendimiento fue bajando y, pero a pesar de ello aun había equipos interesados como el español de Barcelona y el Valencia CF, equipo al que finalmente fue traspasado al Valencia CF en Enero de 1934 por 5000 pesetas de la época para la entidad Ché

“Ahora” 18/01/1935

“As” 04/02/1935


 

Etapa Valencianista (1935-1936)

Portada de “Crónica” con la plantilla del Valencia CF donde aparece Guijarro


El jugador madrileño llegó al club valencianista con la vitola de buen jugador como indicaban los periódicos de la época:

“La Voz” 02/02/1935

“la Tierra” 02/02/1935


El primer partido que disputa Guijarro con el equipo del Turia es frente al Oviedo

“EL Sol” 03/02/1935


Pero, a pesar de que las expectativas que se esperaban de él en el club del Turia no llegaron a cumplirse del todo porque se le acusaba de individualista y poco adaptado al sistema de juego del equipo valencianista, Guijarro jugó con el club valencianista jugaría 21 partidos y marcaría 7 goles destacando en el partido frente al Sevilla del campeonato de liga donde consigue 3 Goles en la goleada por 5 a 0 del equipo del Turia al club hispalense

“La Voz” 11/11/1935


Pero al final de la temporada 1935-1936 y, con el estallido del conflicto civil, no volvería a la entidad valencianista tras el final de la guerra.

Durante la guerra participa en partidos de futbol benéficos como el que disputaron el 12 de Septiembre de 1936 el At. De Madrid y el Valencia CF en beneficio de los huérfanos y viudas de las milicias y organizado por las juventudes de izquierda la izquierda republicana, donde consiguió uno de los goles pero también cayó lesionado durante el partido.

“La libertad” 15/09/1936


Sus últimos equipos

Al finalizar  la guerra, en la temporada 1940-1941 vuelve a aparecer sobre un terreno de juego como jugador del Granada CF, donde juega 14 partidos consiguiendo 3 goles y ayuda a la consecución del título de 2ª división y el ascenso del club a 1ª división.

Uno de los partidos disputados por Guijarro con el Granada CF (“El noticiero” 10/03/1941)


En la siguiente temporada, la 1941-1942 es traspasado al Cartagena CF, equipo que militaba en la segunda división pero con el que desciende de de categoría tras finalizar último clasificado y, debido a la mala situación económica del club, se ve obligado a abandonarlo, esa temporada jugó 7 partidos y consiguió 1 gol.

Noticia del fichaje de Guijarro por el Cartagena CF (“El Noticiero” 27/08/1941)

Crónica de uno de los partidos disputados por Guijarro con el Cartagena CF (“El noticiero” 08/12/1941)


Anuncio de la baja de Guijarro como jugador el Cartagena CF (“El Noticiero” 29/12/1941)


 

Etapa de entrenador

Tras la temporada 1941-1942, no se le vuelve a encontrar en ningún equipo como jugador aunque siempre estuvo vinculado al fútbol como entrenador en  los siguientes equipos:

Tomelloso CF durante las temporadas 1947-48 en tercera división grupo VIII, consiguiendo llevar al equipo a jugar la fase intermedia de promoción a 2ª división tras quedar segundo el equipo en el campeonato de liga. Aunque no consiguió pasar de fase. En la temporada 1948-1949 también en 3ª división grupo VI, dejaría el equipo en la 9ª posición liguera

Cacereño (1952-1953) donde dirigió 11 partidos

UD Salamanca (1961-1962) donde dirigió 8 partidos, no tuvo mucha suerte porque no llego a finalizar la temporada en ninguno de los dos equipos debido a los malos resultados.

Manuel Guijarro fallecería el 16 Junio de 2008 a la edad de 99 años.

Sirva esta breve biografía deportiva para homenajear al que, posiblemente, haya sido el primer jugador del CD Leganés que llega a jugar en 1ª división.

Agradezco a Jose Ignacio Corcuera las aclaraciones necesarias para poder realizar este artículo.

– Referencias

Bibliografía

  • Abanda, Daniel y Aguilera, David. Memorias del Lega, Leganes (Madrid), 2015
  • Anuario de futbol Cihefe
  • Fernández Permiñá, J. Manuel . Valencia CF, bodas de oro (1919-1969), Valencia 1969
  • Martialay, Felix. “El futbol en la guerra ” (tomo V , Federación regional castellana), edit. Cihefe , Oviedo 2017
  • Martínez Calatrava, Vicente; Bravo Mayor, Luis Javier; Llamas García, Eugenio. “Campeonato Nacional de Liga 2ª división, edit. Cihefe, Oviedo 2016

Hemeroteca consultada

  • Diario AS (años 30)
  • Los datos de los partidos han sido obtenidos de los periódicos de la época
    • La voz
    • El Heraldo
    • El Imparcial
    • El liberal
    • Nuevo mundo
    • Ahora
    • Crónica
    • Crisol
    • El siglo futuro
    • La tierra
    • La Nación
    • El sol
    • La Razón
    • La libertad
    • El noticiero (Murcia)

internet




Pin, el sportinguista que no quiso viajar

Pin01Para los medievalistas (¡!) del fútbol español – no se asusten, no somos más que dos conocidos y otros dos o tres que deben andar agazapados en el anonimato- la temporada 1926-27 es algo así como el churrigueresco para los expertos en arte, del de verdad, claro.

Y Pin fue una de esas volutas enriquecedoras del momento. ¿Que quién era Pin? Pues se llamaba José Orderes Cuesta. Nació en Gijón el 28 de enero de 1909 y murió, también en Gijón, el 21 de diciembre de 1969. Desde los 16 años hasta bien cumplidos los 34 jugó en el Sporting de su alma. Aparte del balón, manejaba el soplete como los ángeles soldadores. Su puesto era de interior o extremo izquierda. Dependía del compañero que le tocara a su lado en la delantera… Pero fuera en un puesto o en otro tenía una clase excepcional que hacía que todos los veranos se acercaran por las oficinas del club no pocos “patrones de pesca” con buenos duros para el club y para Pin. Eran los tiempos de profesionalismo recién estrenado, con demasiados agujeros, como para que Pin abandonara su ciudad, su equipo y su trabajo en la fábrica. En un equipo grande del momento hubiera sido famoso en toda España. Aún así lo fue, pero con sordina, sólo para conocedores.

De la temporada citada, tan rica en acontecimientos, que posiblemente dieran pasto para un libro voluminoso, basta con detenerse en el mes de mayo. Con tres partidos internacionales en el calendario. Uno de ellos el mismo día en Bolonia contra Italia y en Madrid contra Portugal. El tercero era contra Francia en París.

Huelga decir que la lista inicial del trío seleccionador –Manuel de Castro “Handicap”, José María Mateos y Ezequiel Montero- quedó hecha trizas, porque después de la final Arenas de Guecho-Real Unión de Irún, se quedaron sin medio equipo.

Así que sobre la marcha intentaron recomponer un once presentable. La boda de Juanín, el padrinazgo en otra boda de Pasarín, la lesión de Carmelo, la enfermedad de Errazquin, Olaso sin permiso militar…

Pero llegó el caso Piera y Samitier para alegrarles la vida a los seleccionadores. El Barcelona había contratado un partido amistoso con el equipo Motherwell de Escocia que coincidía con el partido de París. Por lo que enviaron un telegrama a la Federación notificando que ambos jugadores estaban lesionados y no podrían ir a Francia. Pero como sus lesiones no eran muy graves, podían contar con ellos para el encuentro de Bolonia. Era un cuento tan burdo que no se lo creyó nadie.

Angustia en los seleccionadores y frenesí en la Federación que llamó al irundarra Sagárzazu. Tan súbita llamada le pilló sin pasaporte. “No se preocupe, usted métase en el tren y ya le llevaremos a París el pasaporte en regla”. Y Sagárzazu, ni corto ni perezoso cruzó por las vías, por detrás de la gendarmería, y montó en el tren.

Pin02Se ganó en Colombes en un partido bronquísimo. Zamora, un ídolo en Francia, se encontró con un público volcado en su contra. Así cuando Boyer le da un codazo que le noquea y mete gol, el público ovaciona la jugada y abuchea a Zamora que está sin sentido y sangrando por el mentón. El árbitro, dio válido el gol. Zamora, en medio de una bronca monumental, tuvo que retirarse. Le suplió Vidal, el meta del Athletic de Bilbao. Era el minuto 49. Poco tiempo después, Félix Pérez es entrado por tres franceses que caen sobre él. Queda desvanecido y con el brazo derecho colgando. Es retirado y llevado a un hospital en donde le escayolan el antebrazo.

Mientras, en Barcelona, el equipo azulgrana empataba a dos con el Motherwell con actuaciones sobresalientes de los “lesionados” Piera y Samitier, éste último marcó los dos goles “culés”. Y eso sí, el club mandó un telegrama a los seleccionadores: “Piera y Samitier, mejorados, salen para Bolonia”.

El seleccionador Mateos, muy rígido ante la indisciplina, tiene muy claro que Piera y Samitier se volverán a Barcelona sin jugar. Lo de “más vale honra sin barcos…”, del almirante Méndez Núñez, estaba aún en vigor. Y desesperadamente manda unos telegramas. Uno a Vigo, reclamando al interior Chicha; otro a Gijón pidiendo a Pin. Ninguno de ellos llegó a la inauguración del Estadio del Littoriale. Sí lo hizo Alfonsito Olaso con el permiso militar en regla.

Lo de Chicha fue una pena, porque hubiera culminado su carrera futbolística con el entorchado de internacional. El telegrama de la Federación le pilló en el mar, navegando; era pescador. Cuando volvió a Vigo ya se había jugado el partido.

Pin03Lo de Pin fue otra historia. Fue miedo a lo desconocido. Tenía que salir de su Gijón, él solo. Llegar a Irún. Ir a París y allí transbordar a Bolonia. Mucho viaje, con dos países por medio y sin saber idiomas.

Simplemente renunció. Y puso una pueril disculpa: no le había llegado el telegrama a tiempo para tomar el tren. Mentira evidente pues el telegrama llevaba la hora de las 19,45; el primer tren lo tenía a la 19,30 por lo que era imposible tomarlo. Pero tenía otro tren a la 20,30 y otro a las 21,10. En este último viajaba el presidente de la Federación, marqués de Someruelos, para hacer el enlace en París hacia Bolonia.

Pin cometió un segundo error, se enroló en la jira del Sporting con dos partidos, uno en San Sebastián, contra la Real Sociedad, y otro en París ante el Red Star. Que una cosa era París con sus compañeros y otra él solo.

La Federación le impuso una sanción. Nadie protestó. Pin cumplió el castigo y el Sporting acató la penalidad.

El caso Piera-Samitier-Barcelona ocupó centenares de hojas de papel de barba con recursos, certificados falsos, alegaciones, protestas, cartas de influyentes personajes futbolísticos y políticos… Hasta hubo una votación en la Asamblea de fin de temporada. Mateos se mantuvo firme. Hubo suspensión para Piera y Samitier y una multa de 10 mil pesetas para el Barcelona.

Por cierto, se perdió en Bolonia por 2-0, con Stanley Rous –futuro presidente de la FIFA- como árbitro.

Pin04

Pin05




Liderazgo entre bastidores

Desde que el fútbol trascendiese del grupito de amigos con postes al hombro, sufragando a escote aquella diversión, raro fue el equipo huérfano de algún líder. Eran éstos, hombres echados para adelante, tercos cuando hacía falta, convincentes, tenaces, y cargados de esa insensatez tan necesaria para trocar en realidad cualquier sueño teóricamente imposible. Gracias a ellos, los prados irregulares contaron con casetuchas donde cambiarse, los vallaron, hubo tanques de agua con la que desprender el barro, empezaron a parar los tranvías junto al campo antes y después de los partidos, y hasta la prensa dejó de ver en aquella actividad un barbarismo estrafalario, para acogerla entre los ecos de sociedad o el rincón de amenidades, antes de dedicarle espacio propio.

Luego, a medida que fueron llegando entrenadores británicos o húngaros, ese liderazgo iría adquiriendo acento extranjero. Imposible no admirar a quienes venían cargados de novedades, sentenciaban que el “foot-ball” era velocidad, y no conducción personal de la pelota, imponían unos mínimos disciplinarios y hasta, a menudo, calibraban el pronóstico y evolución de las lesiones con mucha mejor pupila que los mismísimos galenos. Aquel juego, entre una cosa y otra, iría virando de pasatiempo a competencia seria, donde nada era tan importante como asegurar la victoria. Establecido con firmeza el nuevo orden, a los líderes ya se les fueron pidiendo otras cosas: contagiar al elenco su espíritu ganador, inocular en cada cerebro la idea de que todos juntos, esforzándose al unísono, multiplicaban por cien la suma de valores individuales, apiñar a todos, pusilánimes o más aguerridos, tímidos o descaradotes, habilidosos o fortachones, como falange espartana en boca de las Termópilas. Esos líderes, naturalmente, acababan ostentando la capitanía sin el menor amago de rechazo.

Ricardo Zamora, indiscutible bajo el marco de nuestra primera selección nacional, luego de su entronización en los juegos Olímpicos de Amberes, desplegaría 16 años de indiscutido liderazgo. Hasta tal punto que, según testimonio de varios compañeros, era él mismo quien decidía las alineaciones cuando, ante el escaso número de técnicos consolidados, los seleccionadores no pasaban de federativos más o menos voluntariosos. Seguro que quienes no saltaban al campo rumiarían su decepción. Pero nadie elevó nunca el tono ni puso voz al reproche. ¿Cómo llevar la contraria a un mito, o discrepar con “El Divino”?. Fue la primera de una sucesión de estrellas con mando en plaza, sobre un firmamento donde también brillaron prestigiosas luciérnagas, deportivamente hablando, a quienes su empaque personal, inteligencia o empatía, los llevaba a tender lazos sin aparente esfuerzo. René Petit, Kubala, Agustín Gaínza, Helenio Herrera, Di Stéfano, Jesús Garay, Carlos Lapetra, Pirri, Johan Cruyff, Alexanco, Arconada, Fernando Hierro, Carles Pujol, Xavi Hernández, Iago Aspas o Sergio Ramos, constituyen destacados ejemplos del primer grupo. E Ipiña, Pasieguito, Lesmes I, Juancho Forneris, Castellanos, Paquito, José Mª García Lavilla y José Mª Bakero, entre otros muchos, evidencias del segundo.

Carmona, líder de un Deportivo Alavés puede que irrepetible, junto a un decepcionado Alfonso

Carmona, líder de un Deportivo Alavés puede que irrepetible, junto a un decepcionado Alfonso

Algunos líderes cimentaron como nadie los mejores momentos en la historia de sus clubes. El modesto Carmona, por ejemplo, fue argamasa en un Deportivo Alavés que dirigido por el balmasedano Mané acariciase aquella Copa de la UEFA. Él se puso gorra y galones para hacer equipo semanalmente, al grito de: “¡Venga, esta tarde todos de paseo y tortillas por Vitoria!”. Y allí no faltaba nadie. Ni el portero argentino, recién llegado, ni el uruguayo que pronto cobró desparpajo, tanto por la calles Dato, Siervas de Jesús y Cuchillería, como en las dos áreas de Mendizorroza. Otros más modestos aún, salvaron al Elche de la hecatombe convirtiéndose en cooperativistas. Gestionaban las taquillas, animaban al público desde los medios, regaban el césped de Altabix, sudaban las camisetas, las lavaban en casa y repartían beneficios, luego de haber atendido hasta la última factura. En ese mismo Elche, un César Rodríguez ya de vuelta sobre muchas cosas, demostraría que su cabeza daba para bastante más que marcar goles. Como jugador-entrenador ascendió a los franjiverdes de 3ª a 1ª en dos temporadas, y además los mantuvo entre la elite. El abulense Félix Barderas, “Felines”, santo y seña en Vallecas, tuvo que esperar 12 años para ver en primera a “su” Rayito. Estaba a punto de peinar los 34 otoños cuando por fin pudo saludar, vestido con sus eternos colores, a los capitanes de tronío. Y entonces sí, con la satisfacción del deber cumplido, creyó llegada la hora de colgar el pantalón corto. Luego aún sería entrenador rayista, tras forjarse como ayudante del uruguayo Héctor Núñez. Si eso no equivalía a devoción, tozudez y liderazgo, habría que inventar otro término.

Felines, líder en Vallecas y muchos años después con arrestos para sumarse en apoyo de causas solidarias o sociales. En este caso apoyando a trabajadores de la multinacional Coca-Cola.

Felines, líder en Vallecas y muchos años después con arrestos para sumarse en apoyo de causas solidarias o sociales. En este caso apoyando a trabajadores de la multinacional Coca-Cola.

A veces, el liderazgo deportivo es coral, consensuado y, mirándolo bien, hasta mancomunado. Lo pusieron en práctica un puñado de navarros con el escudo del Izarra estellés al pecho, la temporada 1943-44 en 3ª División. Puesto que carecían de entrenador, Luis Arza, capitán habitual, solía asumir funciones entre semana. Sexmillo y Aguirre, cedidos por el Club Atlético Osasuna, casi gozaban de puesto fijo. Los demás titulares podían recitarse de corrido: Goyeneche, Jordana, Urra, Felipe, Segundo Arza -hermano del internacional sevillista al que apodaron “Niño de Oro”-, Villanueva, Montoya. Cuando se producían bajas, fuere por sanción, lesiones o compromisos de índole laboral o militar, los ocupantes de esos huecos se decidían por consenso. En tal ambiente resultaba imposible llevarse mal.

Y no fue el de los estelleses un caso aislado. Aun con variantes, puesto que ya se vivían otros tiempos, aquel Pontevedra del “¡Ay que roelo!”, en el viejo Pasarón, tenía bastante de compromiso comunitario. “Lo que se consiguió, fue porque siempre actuamos como equipo”, recordaba Martín Esperanza, cerebro desde el centro del campo, como falso interior, durante las exequias del aragonés Ceresuela, recientemente fallecido. “Éramos amigos, muy buenos amigos dentro y fuera del campo; nos ayudábamos, buscando siempre lo mejor para el conjunto”. En suma, una especie de liderazgo colegiado. El salmantino Neme, Martín Esperanza y Fuertes, podían ser las figuras más reconocidas, pero Ceresuela con su buen carácter y bonhomía personal, tenía mucho de peón listo al quite. Un gol suyo, ante el Real Club Celta, proporcionó el primer ascenso granate a nuestra máxima categoría. La templanza de Vallejo, Calleja y Manuel Batalla, inocularon cierta mesura en la caldera y cráter del asturiano Fuertes, abrelatas por la banda derecha, un tanto imprevisible por su carácter volcánico, propenso a la erupción. Cuando Biosca, antiguo defensa “culé” y a la sazón entrenador granate, se echó a la calle en medio de un imponente aguacero, náufrago en una seria crisis personal, varios de aquellos jugadores salieron a por él, arropándolo con mantas, comprensión y buenas palabras, hasta componer de nuevo una piña a su alrededor y tornar el susto en anécdota. Admirable ejercicio de liderazgo cooperativo.

Ceresuela. Saque de honor en  conmemorando el cincuentenario de un gol que valió el primer ascenso pontevedrés a la máxima categoría.

Ceresuela. Saque de honor en conmemorando el cincuentenario de un gol que valió el primer ascenso pontevedrés a la máxima categoría.

Pero no siempre la capacidad de liderar va unida a la veteranía o las hojas de calendario. El aragonés Jesús Vallejo, con sólo 18 años capitaneaba a un Real Zaragoza sembrado de treintañeros, gracias a su exquisita educación, cabeza fría, buen talante, lealtad y nobleza. Nueve lustros antes, Javier Clemente, cuando todavía en edad juvenil entrenaba con el primer equipo del Athletic bilbaíno, mostraría madera de futuro líder durante su primera llegada a ese vestuario. Entonces éste se reducía a poco más que varios bancos corridos, junto a unas perchas, espacio para varias camillas de masaje, las duchas, retretes, y armaritos para toallas, jabón, colonia, Mercromina y vendas. Nada que ver con el lujo actual, los espacios para cada jugador, bajo su foto, y taquillas personalizadas. El caso es que Clemente tomó asiento donde mejor le vino y comenzó a cambiarse. “¡Eh, chaval!. -le advirtieron otros futbolistas-. Ese es el sitio de Echeve”. Clemente los miró, impertérrito, como si no hubiera entendido. “Que ahí se pone el capi, -le insistieron-; que estás quitándole el sitio”. Clemente continuó a lo suyo, entre un escueto “pues vale; ¿y…?”, mientras los demás jugadores aguardaban la llegada del otrora internacional Luis Mª Echeverría, peso pesado con muchas batallas a cuestas. Cuando el capitán rojiblanco hizo su aparición, deslizó una mirada al novato, invirtió dos segundos en decidir si convenía alardear de rango, y tras romper el silencio con un pespunte de conversación banal se situó en otro lado. Concluida la sesión preparatoria, Echeverría forzó un aparte con el neófito. “Mañana quiero volver a mi sitio -le dijo-. Y pasado, y al otro, y siempre. De manera que pregunta a los demás dónde no se pone nadie, y ahí hazte un nido”.

Los líderes de verdad no suelen desgastarse en conflictos banales ni crean problemas donde no los hay. Y por supuesto evitan la humillación de quienes forman en su mismo ejército. Una lección valiosa que al baracaldés le vino admirablemente, por más que tardase algún tiempo en asimilarla. Ya entonces era orgulloso, listo, y algo pagado de sí mismo. Aquel ego aún tuvo ocasión de ensancharse, cuando la prensa recibiera con alborozo sus primeras actuaciones, el graderío con esperanza y los seleccionadores nacionales con muchísima atención. Sin cumplir la veintena, era prometedora estrella rojiblanca. Papel que tan prematuramente no siempre se sabe digerir.

Poco después, durante una salida con otros compañeros, uno de ellos se detuvo ante varias jóvenes conocidas. A la más animada le faltaría tiempo para interrumpir las presentaciones: “A ti te conozco -dijo-. Y a ti también. Porque jugáis en el Athletic, ¿verdad?”. Clemente, algo molesto al no ser reconocido, se dejó traicionar. “¿Y yo qué? -inquirió-. ¿No te sueno de nada?”. La chica se encogió de hombros, mientras esbozaba un educado gesto de disculpa. Justo lo que haría a un pavorreal mostrar sus plumas: “¡Pues dicen de mí que soy el Bobby Charlton del Athletic!”.

Si la muchacha no estaba muy impuesta en las cosas del deporte rey, pudo, quizás, no quedar impresionada. Sin embargo el mayor de los hermanos Charlton, batuta de la selección inglesa campeona del mundo en 1966, estrella en la Copa de Europa coronada con su penacho de largas guedejas, sobreviviente a la catástrofe aérea del Mánchester United, distaba mucho de ser un futbolista más en el planeta del balón, hasta el punto de recibir oficialmente el rango de “Sir”.

Ramón de Pablo Marañón segó la carrera futbolística del más que prometedor Javier Clemente, pero su brutal entrada no acabó que el líder encerrado en el menudo cuerpo del baracaldés.

Ramón de Pablo Marañón segó la carrera futbolística del más que prometedor Javier Clemente, pero su brutal entrada no acabó que el líder encerrado en el menudo cuerpo del baracaldés.

Lástima que nunca supiésemos hasta dónde podía haber llegado la carrera del jovencísimo interior rojiblanco. El cántabro Ramón de Pablo Marañón, que paseara su segundo apellido por el At Madrid, Levante, Murcia, Barcelona, Córdoba, Gimnástico de Tarragona, Sabadell y Mallorca, siendo jugador vallesano segó tan brillante porvenir con un guadañazo alevoso en la antigua Creu Alta, a escasos minutos del pitido final y sin nada en juego. Varias intervenciones quirúrgicas y muchos meses en el dique seco sólo sirvieron para que el más adelante laureado entrenador y seleccionador coleccionista de filias y fobias, dilatase un tanto la despedida de los estadios. Durante años, Clemente afirmó sin ambages que aquella tarde fatídica su adversario quiso hacerle daño, que no fue la suya una entrada fortuita, y que además ni siquiera tuvo el gesto de pedirle perdón. Marañón -uno de los cuatro jugadores de relieve que durante el discurrir de un decenio ostentaran tal nombre en la élite-, aun degollando a tan prometedora estrella, no pudo amordazar al líder que su víctima llevaba dentro. Era, todavía, el tiempo de jornaleros con cepo y hacha en las punteras, ejerciendo su cacicazgo cada quince días en campo propio. Ello le permitió salir del trance sin mácula ni la durísima sanción que mereciera, para desdoro de aquel estamento arbitral. Por ende, ni Javier Clemente ni su salvaje agresor contaron nunca qué ocurrió durante aquellos 87 minutos de juego, si hubo algún lance, cruce de palabras o gestos, hasta cierto punto atenuantes para el verdugo.

Otros líderes, en cambio, supieron ejercer su papel entre bambalinas, sin saltar al campo cada domingo ni doctorarse en los banquillos. Durante 35 años, el Ferrol gozaría de uno, en la persona de Alfonso Varela Espiñeira, conserje en El Inferniño, cuando tal función englobaba el cuidado del campo, las tareas propias de un utillero, primeras curas a cualquier jugador lastimado, voluntariosas friegas de alcohol, a manera de masaje, y hasta, en los ratos libres, alguna ayuda al secretario extendiendo recibos. Aquel hombre, conocido por los miembros de la plantilla como Señor Varela, o “El Viejo”, asumía admirablemente, además, un valiosísimo rol aglutinante. Su mano izquierda, jovialidad y devoción racinguista, no pocas veces actuaron como providencial bálsamo.

Pues bien, desde 1949 hasta 1958, los ferrolanos tuvieron como portero a Zamorita, alias de Lorenzo Ruiz Vázquez, chico ágil a quien el apodo, en honor del más celebrado español bajo los tres maderos, probablemente le quedara largo, pese a suplir con valentía y vuelos formidables su carencia de centímetros. Una mañana, tanto él como varios compañeros siguieron ejercitándose con lanzamientos de penalti después del entrenamiento. Ocurría con cierta regularidad, pero aquella vez la sesión se eternizaba, desesperando al señor Varela. “Pero qué pasa -clamó al fin-. ¿Hoy no coméis, o es que os echaron de casa?”. Los jugadores, claro, siguieron como si oyesen llover. “Ya está bien -insistió el conserje-. Salid todos pitando”. Y entonces Zamorita deslizó su provocación: “No se ponga así, hombre. Ande, tíreme un penalti, y si me lo clava nos vamos”. Varela no estaba por la labor. Aunque fuese medio rápido tiempo atrás, con buen toque de balón durante su época de corto en el Ferrol, Galicia, Giralda y Racing, del que sería fundador, la edad y un asma crónico pesaban lo suyo. Pero le insistieron tanto y tenía tantas ganas de cerrar el portón, que acabó consintiendo: “Bueno, uno sólo y os marcháis”. Colocó la pelota sobre el ya muy pateado punto de cal, tomó distancia, acarició el cuero con su empeine y lo introdujo en el marco, arañando un poste. Las carcajadas estallaron como cohetes, sobre la incredulidad de Zamorita: “¡Menuda suerte, viejo! Ande, tíreme otro, que éste se lo paro”. Varela volvió a negarse, ahora con más ahínco, para acabar capitulando ante el coro de ruegos: “Está bien. Sólo si me dais palabra de que luego, entre o no la pelota, os cambiáis de ropa y hasta mañana”. Nueva toma de distancia, otro sprint, el golpe de empeine en el punto exacto y la pelota dentro, palmo y medio sobre la cepa del mismo poste. El jolgorio fue de órdago, para mayor enojo del portero, que terco y dolido continuó insistiendo: “Otro. Tiene que tirarme otro. ¡Por la Virgen que no salgo de aquí sin pararle uno!”. Pero Varela, esta vez, ya no quiso transigir. Dos dianas eran casualidad, y tres un milagro. De modo que entre gestos autoritarios, concluyó: “Un trato es un trato. Dijisteis otro y ya está. Además, podríamos estar hasta la noche sin que tú parases ninguno. A por vuestra ropa de calle y a casa, que si vosotros sois señoritos, a mí me queda mucha tarea aquí”.

Durante algún tiempo, Zamorita, titular casi indiscutible, tuvo que soportar bromas y sonrisitas, en tanto el señor Varela quitaba hierro a la cuestión. Y si pitaban un penalti favorable a los ferrolanos tampoco faltaba quien dijera: “¡Lástima que el árbitro no deje salir al señor Varela!. Porque el viejo lo marca, eso seguro”.

Varela había tenido un formidable maestro en la figura del ovetense Caliche (Cipriano Pañeda López), que tras ocho temporadas en el primer club de su ciudad saltara al equipo ferrolano la temporada 1939-40, primera de posguerra. Defensa fuerte, adornado con una gran personalidad, convenció a todos los miembros de aquella plantilla para que destinasen un duro de las primas por victoria en casa -entonces salían a razón de 100 ptas. por cabeza-, para primar igualmente al conserje Varela Espiñeira, entendiendo que su sueldo era muy escaso. Desde entonces el hombre gozó de 11 duros extra cada vez que sus muchachos se imponían en campo propio. Once magníficas razones para celebrar los triunfos con más énfasis. De igual modo, el grupo de jugadores acostumbraba festejar los éxitos con unas tazas de ribeiro, en completa camaradería. Caliche, virtualmente abstemio, siempre los acompañaba y pese a que rara vez probase el vino, pagaba su ronda religiosamente, imponiéndose a cualquier protesta. Detalles de este tipo retrataban a un líder natural, capaz de mantenerse activo hasta los 40 años.

Andrés Felices, ya exfutbolista, pero con el escudo de su eterno C. D. Castellón sobre el pecho.

Andrés Felices, ya exfutbolista, pero con el escudo de su eterno C. D. Castellón sobre el pecho.

El defensa almeriense Andrés Felices Martínez, “Felices” en las alineaciones del Atlético Almería, Sevilla Atlético y primer equipo de la ciudad, Club Deportivo Castellón y Villarreal, también ejercería un importantísimo papel en el vestuario de Castalia, no mientras vestía de corto, sino durante su prolongada etapa como masajista albinegro.

Aunque sus cuatro temporadas en el club hispalense apenas le dieron para lucir fuera de su filial, pudo debutar entre los grandes ante la Real Sociedad de San Sebastián, en el viejo campo de Atocha, y marcar al gran extremo Garrincha, bicampeón mundial con vida lastimosamente desperdiciada, durante un amistoso contra el Botafogo brasileño. Fue pegajoso lateral izquierdo, por más que al fichar por el Castellón alternara su puesto natural con el de zaguero izquierdo, y hasta incrustándose en el eje destructivo, en funciones de lo que entonces se denominara “defensa escoba”. Nunca fue estrella, sino aguerrido hombre de club, moviéndose más por la 3ª División que por 2ª, y aun en categoría Regional. Pero ello no le supuso ningún obstáculo a la hora de hacer las maletas, rumbo a Johannesburgo, para enrolarse junto a otra decena de españoles en el proscrito fútbol sudafricano, ya avanzado el decenio de los 60.

Se vivían tiempos de “apartheid” en la otrora colonia anglo-holandesa, y aquel viaje suponía la subida a un tren sin posible retorno al profesionalismo, puesto que a todos cuantos allí intervinieran les serían negadas futuras fichas desde cualquier Federación englobada en la FIFA, secundando el boicot acaudillado por el COI. Andrés Felices hizo caja durante dos años, antes de colgar las botas con 35 abriles. Pero curiosamente, entre los océanos Atlántico e Índico, los grandes parques nacionales y los guetos o “bidonvilles” donde la población negra pechaba con su miseria, habría de encontrar un nuevo porvenir profesional, luego de que cierto masajista italiano le iniciara en su profesión.

A su vuelta, sirviéndose de libros sobre dicha materia proporcionados por el  entrenador Juan Ramón Santiago, pudo completar su bagaje, convirtiéndose durante 30 años de ejercicio en institución castellonense, merced a un carácter extrovertido, apasionado y no poco visceral. Era tanto su peso en aquel vestuario y tan admitido su predicamento entre los jugadores, que el delantero argentino Cioffi corría a abrazarle cada vez que anotaba un gol, antes de aceptar la felicitación de cualquier compañero. Había visto demasiadas entradas y salidas en los vestuarios por donde pasara, para no comprender que en plantillas con tanto voy y vengo, son contados quienes aceptan echarse el equipo a la espalda. Por eso supo y quiso asumir un rol tradicionalmente reservado a gallos veteranos, con mucha cresta y buenos espolones.

Una tarde, viendo a un rival lanzarse en solitario hacia la puerta castellonense, lanzó al campo un segundo balón para que el árbitro detuviese el juego. “Volvería a repetirlo mil veces, si a cambio os evito un gol”, comento luego ante sus jugadores, sin asomo de arrepentimiento. Expulsado en numerosas ocasiones por su comportamiento en los banquillos, tampoco es que guardara su mal genio en el vestuario. Sobre todo si se le cruzaba alguna figurita estrellada contra el suelo, como él denominaba a quienes por haber formado otrora en equipos grandes, miraban a todos por encima del hombro, cuando la realidad los había hecho descender varios peldaños. Lo supo bien el argentino Miguel Pérez, luego de que faltase gravemente al mítico exjugador blanquinegro Vicente Martínez “El Salao”. La discusión, resuelta a puñetazos, acabó entre denuncias y visitas al Juzgado. Felices hubo de pechar con la factura del odontólogo que reconstruyera la boca al antiguo exterior del Real Madrid. Otra bronca monumental con el técnico Carlos Virba hizo que éste le impidiese subir al autobús del equipo. Las aguas sólo volvieron a su cauce tras mediar el presidente de la entidad, Domingo Tárrega. Y para que nada faltase, en abril de 1997, tras la destitución de Francisco Causanilles hasta hubo de dirigir desde el banquillo a los castellonenses, ante el Valencia “B”, puesto que al entrenador sustituto, Osman Bendezu, desde la Federación no se le diligenciaba ficha en tanto siguiera sin rubricase un acuerdo de finiquito con su predecesor.

Este hombre, corriente como futbolista activo, supo inscribir su nombre en la historia castellonense. Cuando falleció, el 12 de setiembre de 2013, a los 79 años, la afición de la Plana enterró no sólo a un líder, sino también a un mito.

Compañero de Felices en la aventura sudafricana -aunque no coetáneo-, el atacante albaceteño Enrique Abietar (Madrigueras, Albacete Balompié, Murcia, Las Palmas, Cádiz y C. D. Castellón), tuvo el coraje de jugársela de verdad, pues sólo contaba 26 años cuando pusiera rumbo al confín del continente negro. Una fracaso deportivo allí, o cualquier dificultad de arraigo, hubiera representado la retirada cuando aún podían calculársele cabalmente otros seis o siete años de actividad a pleno rendimiento. Sólo sabía de aquel fútbol que las temporadas coincidían con años naturales, que iba a competir en una Liga profesional patrocinada, semejante a las europeas de baloncesto, y que pagaban bien. Del país, lo mismo que tantos españoles: que estaba muy lejos y su nivel económico debía ser bastante aceptable. Aún faltaban dos años para que el Dr. Christian Barnard, con su primer trasplante cardiaco, sacase a la Unión Sudafricana de la sección de sucesos en papel prensa, y la introdujera tanto en el colorín del “Hola” como en páginas científicas. Sus conocimientos del inglés, además, se reducían a varias frases presuntamente útiles, del método “¿Quiere usted saber inglés en 10 días?”: “Good morning; ¿how are you?”. “It is a beautiful country”. “I felt so much not seeing him yesterday”. “¿How do you feel?”. O evocando el monólogo de Miguel Gila, “My Taylor is rich and may mother is in the kitchen”, imprescindible en toda conversación civilizada.

Andrés Felices y Enrique Abietar serían testigos del nefando “apartheid” sudafricano. La población negra no podía sentarse en un banco público, siquiera, junto a los blancos.

Andrés Felices y Enrique Abietar serían testigos del nefando “apartheid” sudafricano. La población negra no podía sentarse en un banco público, siquiera, junto a los blancos.

Una vez en Johannesburgo, descubrió a otros futbolistas europeos que próximos a despedirse del balón pretendían llenar alforjas. Británicos, holandeses, italianos, algún eslavo, y hasta sudamericanos. Entre estos últimos, según se contaba por los mentideros, los había con falsa documentación, para de ese modo reengancharse luego en campeonatos de nivel medio, como el mexicano, los de Perú, Venezuela, Paraguay, Honduras o El Salvador, sin que su auténtica identidad quedase manchada. Pero sobre todo cruzaría caminos con Víctor Juanás, español nacido en Montauban (Francia), durante nuestra Guerra Civil, y también delantero en el Alcalá, el cuadro amateur “colchonero”, C. D. Badajoz, Las Palmas, Jaén, Cádiz o Atlético Baleares. Juntos habrían de desarrollar durante siete años una trayectoria paralela, y de regreso a España mantuvieron una de esas estrechísimas amistades que sólo puede quebrar la muerte. Las camisetas del Olimpia, Corinthians, Powerlies y Highlands Park, bien sudadas, fueron testigos mudos de éxitos compartidos, aplausos y decepciones. Ya en solitario, Abietar todavía iba a enfundarse la del Lusitano.

En aquellos clubes, mezcla de instituciones deportivas con la pura apuesta publicitaria, como era el caso de Powerlies -nombre de una empresa italiana fabricante de suministros eléctricos-, se jugaba con bastante tranquilidad, aun sin perder de vista el espíritu competitivo. Y ello, claro, permitió a Enrique Abietar reverdecer antiguos brotes goleadores, semejantes a los de aquella temporada en Castellón, cuando merced a su poderoso remate de cabeza contabilizara 18 dianas.

Área exclusiva para blancos en una playa sudafricana, durante los años 60 del pasado siglo. Aborígenes, indios, paquistaníes, y blancos, tampoco podían bañarse en el mismo sector, según la legislación impuesta por descendientes de antiguos colonos europeos.

Área exclusiva para blancos en una playa sudafricana, durante los años 60 del pasado siglo. Aborígenes, indios, paquistaníes, y blancos, tampoco podían bañarse en el mismo sector, según la legislación impuesta por descendientes de antiguos colonos europeos.

Seguir sus pasos por aquellas latitudes no es tarea fácil. Ni los suyos ni los del puñadito de compatriotas, porque los apellidos, lastimosamente, solían ser recogidos de cualquier manera en la prensa de Johannesburgo, Cape Town, Pretoria, Durban o Porth Elizabeth. Abietar, por ejemplo, apareció en esas páginas como Abeita, Aboita, e incluso Albertia. En realidad, casi nunca de forma correcta. No obstante, esos antiguos cronistas dejaban claro su peso no ya sobre el césped, sino en el equipo, allá por donde pasara. Quien viajase sin pespuntear un mediocre buenos días en inglés, supo contagiar compañerismo, entusiasmo y profesionalidad, empeño y entrega, mientras lograba arrancarse de corrido, ya sin el método de conversación en el bolsillo. Bien mirado, ocho años dan para mucho. Hasta para lucir capitanía y esmerarse en el liderazgo, cuando como en su caso se llevan por mochila otros siete de cuerpo a cuerpo distribuidos entre La Mancha, Andalucía, la región levantina y nuestros dos archipiélagos.

Ya retirado, Abietar se establecería en Roquetas de Mar. Excelente enclave para dejarse embeber con cada puesta de sol por sus doradas nostalgias.

Adauto Iglesias hubo de encarar alguna acusación de indisciplina durante su etapa en el Real Club Celta de Vigo. Trasplantado a Australia, sólo cosecharía éxitos. Internacional con ese país en 1962, permaneció entre los “Aussies” hasta su fallecimiento, acaecido el 12 de setiembre de 1991, a los 62 años.

Adauto Iglesias hubo de encarar alguna acusación de indisciplina durante su etapa en el Real Club Celta de Vigo. Trasplantado a Australia, sólo cosecharía éxitos. Internacional con ese país en 1962, permaneció entre los “Aussies” hasta su fallecimiento, acaecido el 12 de setiembre de 1991, a los 62 años.

También desde la lejanía, otros españoles blandieron el cetro en sus vestuarios. El portero Adauto Iglesias (Unión de Mieres, Caudal, Plus Ultra, Real Madrid, Celta, Langreano y La Felguera), a sus 29 años empezaba a pensar en desprenderse de gorra y rodilleras, cuando le llegó una propuesta desde Australia. Los antípodas pretendían tomarse en serio el fútbol europeo, sin dejar de lado el criquet y ni muchísimo menos el rugby, allí conocido como fútbol australiano. Había demanda de fútbol auténtico, con balón redondo, según el intermediario, porque a los muchos emigrantes europeos, croatas, sobre todo, aunque también italianos, escoceses, galos y hasta españoles, el rugby no acababa de llenarles. Le acompañó otro español jovencísimo, Juan Ignacio Arriola, canterano del Real Madrid que habría de fallecer repentinamente a 18.000 kilómetros de casa, abortando con su óbito la incorporación de José Luis, otro hermano también futbolista. Y Adauto, aquel que durante seis temporadas en el estadio Santiago Bernabéu sólo llegara a disputar 8 partidos de Liga y un buen número de amistosos, el veterano de quien cabía esperar tan sólo un propósito recaudatorio, enraizó en Oceanía hasta el punto de vivir una segunda juventud, representar internacionalmente a Australia y establecerse en el continente-isla, como hombre de negocios.

Alguien dio a entender, en algo parecido a una necrológica, que sus triunfos y liderazgo entre koalas y canguros tampoco tenían especial mérito, por aquello de que en el país de los ciegos cualquier tuerto sería rey. Craso error. Entre varios millones de invidentes, el tuerto, cualquier tuerto, sólo sería un bicho raro.

Para finalizar, y sin alejarnos de Oceanía, el madrileño Ángel Luis Viña Berlanga que llegase hasta la ciudad costera de Auckland en vacaciones, supo aprovechar como pocos un permiso para entrenar con el equipo y así mantener la forma. Además de ganarse plaza y ficha en aquel vestuario, festejó varios títulos de Liga consecutivos, siete de la Champions League Oceánica, se erigió en muy respetado capitán y no parece gratuito aventurar que tendrá una salida gloriosa de la entidad azul -porque la edad jamás perdona-, cuando crea llegó el momento de poner broche a una aventura espléndida.

El liderazgo deportivo no se conquista a golpe de talón, ni mediante campañas de marketing. Tampoco es patrimonio de profesionales talentosos con el balón en los pies. De hecho hubo, y todavía hay, dignísimos modestos sin cuyo grito oportuno, reconvención serena, elogio a tiempo, charla motivadora, reconocimiento al adversario y apego a los colores, nada sería igual, ni en sus equipos ni en nuestro fútbol.

Alguno, como Juancho Forneris, llegado desde Argentina en pos del balón, incluso pudo cumplir un último sueño de eternidad. Sus cenizas, conforme había dispuesto, fueron esparcidas por el antiguo Luis Sitjar, campo donde tantos años jugase el Real Club Deportivo Mallorca y él oficiara con singular entrega un devoto sacerdocio.

Existen, claro que sí, muchos líderes alejados de grandes focos, moviéndose entre bastidores sin bellos discursos ni el más mínimo aspaviento.




El Cagliari evoca la figura de su mejor calciatore, Luigi Riva

LuigiRiva012020 será un año festivo en Cerdeña. El modesto Cagliari, que celebra el cincuenta aniversario de su único Scudetto y en mayo hará un siglo de vida, también está “cumpliendo” sobre el verde en la Serie A. Los de Rolando Maran, dispuestos a reverdecer viejos laureles, son hasta la fecha el equipo revelación del campeonato. Aunque hayan pasado un acusado bache invernal (llegando a acumular cuatro derrotas consecutivas) siguen teniendo grandes opciones de acabar el año en Europa. En algún lugar de Cerdeña el mítico Luigi Riva apaga orgulloso un cigarro. Su escuadra, hasta el momento, cumple con el recuerdo.

Cagliari no es una ciudad cualquiera. Esta perla mediterránea, bañada en la Bahía de los Ángeles al sur de Cerdeña, ha sido objeto de deseo y ocupación de muy diversas civilizaciones ya desde la Edad de Bronce. Vértice de importantes rutas comerciales, ha tenido colonizadores fenicios, romanos, vándalos, sarracenos y hasta catalano-aragoneses, pero ninguno como ‘Gigi’, el conquistador zurdo de la Lombardía.

Riva, norteño de una pequeña aldea de Varese, no necesitó corona ni cetro para poner al pueblo sardo a sus pies. O, mejor dicho, a su pie -el izquierdo-, porque como contaba el ‘míster’ Scopigno, “Gigi sólo tenía el derecho para subir al tranvía”. El atacante, símbolo rossoblù durante más de una década, conseguiría lo impensable con el modesto Cagliari Calcio: birlarle el título de campeón al todopoderoso Inter de Fachetti, Mazzola, Jair o Suárez. Por primera -y única vez- la conquista sería sarda.

Pese a nacer en Leggiuno, los tifosi del Cagliari abrazaron a Riva como si fuera un ídolo propio. El jugador, que era huérfano y vivió una trágica historia familiar, agradeció la cálida acogida y entregó su vida deportiva a la roja y azul. Luigi había perdido a su padre con nueve años, con dieciséis a su madre y de las dos hermanas menores que quedaron a su cargo, una murió con leucemia y la otra quedó inválida tras un accidente. Quizá ‘Gigi’ sólo buscaba una familia. Venía de cuna humilde y se había hecho a sí mismo, como el pueblo sardo. Aquel era su sitio. El que sería apodado por el periodista Gianni Brera como ‘Rombo di tuono’ haciendo alusión a su increíble potencia de disparo (traducido ‘rugido de trueno’), sigue siendo el máximo anotador de la historia del club. En 186 dejó el tope goleador. Zocato cerrado, aprovechaba su potencia para volar en el ala izquierda, pero siempre sin perder de vista el arco, el gol, su única meta en la vida.

Tras ascender con el Cagliari y comenzar a destacar en la Serie A llegó un momento en que la delicada situación económica del club empujó a la directiva a ponerle en venta, pero Cerdeña respondió encolerizada. Luigi era más que un orgullo, era el símbolo sureño contra un poderoso Norte que les trataba de pastores y pescadores sin posibilidad de prosperar. Aquellos «paletos» tuvieron que hacer algo adelantado a su tiempo para conservar a ‘Gigi’: convertirse en sociedad anónima y obtener, con la ayuda de las principales empresas sardas, dinero suficiente como para mantener vivo el proyecto. Orgullosos y tercos, los sardos se habían cansado de ser pisoteados.

La figura de Riva, que crecía paralelamente a la de su equipo, fue atrayendo futbolistas de mayor talento a Cagliari. En la temporada 1968-69 lograron ser finalistas de la Copa de Italia y quedar en cuarta posición de la liga. La siguiente campaña, la del título, el equipo sardo contaría con hasta seis habituales en el once de la selección italiana: el meta Albertosi, Nicolai, Cera, Domenghini, Gori y el propio Riva. El éxtasis llegó a Cerdeña un 12 de abril de 1970 tras vencer 2-0 al Bari en casa. El título era del pueblo. La hazaña de ‘Gigi’ y los suyos había dado la vuelta al mundo.

Los 21 tantos del capocannoniere le valieron, además, para acabar en tercera posición del Balón de Oro de aquella campaña, sólo por detrás Bobby Moore y el ‘Torpedo’ Müller. Por si fuera poco, aquel año había Mundial en México, y la Italia de Luigi Riva -que venía de ganar la Eurocopa del 68′– dio un excelente nivel hasta la final, en la que caería estrepitosamente (4 a 1) frente a la legendaria ‘Brasil de los cinco dieces’ (Pelé, Rivelino, Gerson, Tostao y Jairzinho). El combinado transalpino había vencido en ‘semis’ y en una vibrante prórroga a Alemania -en lo que vino a llamarse ‘El partido del siglo’- pero nada pudo hacer en el definitivo enfrentamiento ante el plantel del ‘Lobo’ Zagallo.

La campaña siguiente el Cagliari se estrenaría jugando la Copa de Europa en el Estadio de Sant’Elia, con capacidad para 60.000 espectadores, pero fue eliminado por el Atleti de Luis Aragonés tras una histórica remontada. ‘Gigi’ se iría apagando con las lesiones y su Cagliari con él, pero el recuerdo de aquella gesta ha permanecido indeleble en el tiempo, especialmente en su isla. Medio siglo después, ‘Rombo di tuono’ –todavía máximo goleador de la Azurra con 35 tantos- sigue siendo venerado en Cerdeña, donde nunca perdió el aura de mito. ¡Y pobre de aquel que ponga en duda que Luigi es sardo! Por terquedad, orgullo y fidelidad ha demostrado serlo más que nadie. Este año, por tantas razones, toca cumplir con su recuerdo.

Reportaje realizado para la materia de “Historia del Periodismo Deportivo” que imparte Xavier G. Luque en el Máster de Periodismo Deportivo de la UPF.




Ni abanderado, ni capitán

MarianoArrate01Mucho se habla en estos últimos tiempos de los tres grandes éxitos logrados por la Selección Española de Fútbol (Eurocopa 2008, Mundial 2010 y Eurocopa 2012). Quienes siguen el día a día de este deporte han crecido viendo jugar a Iniesta, Xavi o Casillas, míticos, partícipes de la época dorada del fútbol español. Pero, para hablar del primer éxito de La Roja, hay que remontarse cien años atrás y preguntar a nuestros antepasados por los “abuelos de la Selección”, ellos fueron quienes realmente consiguieron el primer hito, quienes marcaron los primeros goles y representaron al combinado nacional en unos Juegos Olímpicos.

Entre ellos figuraba un jugador clave, el decimonónico, Mariano Arrate. Donostiarra de nacimiento y gran aficionado al deporte, marcó una época en el equipo en el que militó la mayor parte de su carrera, la Real Sociedad, así como en la Selección Española. Empezó su trayectoria futbolística en el equipo de Luchana y posteriormente formó parte del Athletic San Sebastián, pero en un tiempo en el que el fútbol era sólo un pasatiempo, Arrate lo convirtió en religión y pronto se convirtió no sólo en jugador txuri-urdin sino en el gran capitán durante años, atravesando todos los tiempos heroicos que convertirían a La Real en un clásico y a él mismo en una leyenda.

Los pocos que aún logran recordarle relacionan su nombre con varios momentos históricos, que con el paso de los años se han sabido erróneos. Hay quienes lo consideran el primer abanderado español en los Juegos Olímpicos de Amberes 1920, también llamados los Juegos de la Paz. No fue así, el papel que hizo en aquella primera participación de España fue el de portador del cartel con el nombre del país. La escasa existencia de medios de comunicación y el hecho de que ni él mismo lo desmintiera, dieron por sentado lo que transmitió el periodista encargado de cubrir el evento. Gracias a una fotografía, en la que se podía ver al futbolista vasco luciendo el característico uniforme rojo con el león en amarillo en el lado izquierdo, fue cuando se supo, muchos años más tarde, lo que realmente ocurrió aquel día.

MarianoArrate02Tampoco es del todo cierto que Mariano fue el primer capitán de aquella Selección, tal como se asegura. José María Belausteguigoitia (alias Belauste), estrella del Athletic, fue quien portó el brazalete en aquel encuentro inicial del 28 de agosto frente a Suecia, el cual más que un partido parecía una batalla campal, de ahí la lesión que le impidió jugar los siguientes encuentros e hicieron recaer la capitanía, finalmente, en Arrate.

Eso sí, nadie podrá negar jamás que suyo fue el primer gol marcado desde el punto de penalti, al que bautizaron como “gol del honor”, por no haber servido mas que para no dejar a cero el casillero de “La Roja” en el choque contra la selección de Bélgica (ganadores de la medalla de oro). Este fue el único partido en el que España cayó derrotada.

Rodeado de unas cuantas anécdotas, así fue como Mariano Arrate, junto al resto del combinado nacional, consiguieron la primera medalla olímpica, el primer gran triunfo español en fútbol. Fue de plata, pero supo a oro. Nadie apostaba por aquellos jugadores, sin embargo, allí dieron la cara para enseñar al mundo que los españoles también sabían jugar al fútbol.

Mariano Arrate dejó el fútbol tras 13 años de trayectoria, con un total de 66 partidos y 7 goles, en el equipo blanquiazul. Su despedida de los terrenos de juegos tuvo lugar con un partido de homenaje, que enfrentó a las selecciones de Guipúzcoa y Vizcaya en el mítico estadio de Atocha, ese que tantos días lo vio triunfar y demostrar su poderío en la defensa, su posición natural.

Antes de fallecer, la Nochebuena de 1963, el excapitán recibió como premio la Insignia de oro y brillantes del equipo de su vida.

Reportaje realizado para la materia «Historia del Periodismo Deportivo» que imparte Xavier G. Luque en el Máster de Periodismo Deportivo de la UPF.




La Maravilla Elástica

El viernes 24 de mayo de 2019, a los 89 años, falleció Manuel Pazos González, excelente portero y el futbolista deportivamente más longevo entre todos los españoles que han pasado por nuestro Campeonato de 1ª División. La prensa nacional, sin embargo, apenas dedicó una decena de líneas insustanciales, de corta y pega, a su despedida definitiva. Injusto desdén, aunque lamentablemente lógico, cuando absortos más que nunca entre aromas de fútbol y mucha salsa rosa, al minuto y resultado de Mbapé, Neymar, Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos o Guardiola y sus lazos reivindicativos, para el “aficionado” medio de nuevo cuño los decenios del 50 y 60 en el pasado siglo suenan a medioevo. Y algo tendrá que ver, también, el hecho de que demasiados informadores conviertan a “Google” en su único y deficiente archivo. “Lo que no está en Google no existe”, se asegura sin sonrojo, obviando que el buscador ofrece mayoritariamente una suma de repeticiones y lugares comunes, muy pegados al presente. Pazos también está en “Google”, pero escondido, atrincherado en las hemerotecas. Seguir su rastro entre tanta página desvaída y amarillenta resulta laborioso, cuando no frustrante. Por Dios, ¡qué trabajo!, en plena dictadura de la inmediatez. Y sobre todo, menudo engorro, cuando casi toda la digitalización a partir de microfilmes no admite la selección y el pegado.

Manuel Pazos en un cromo de la temporada 1953-54.

Manuel Pazos en un cromo de la temporada 1953-54.

Ni Pazos, ni otras leyendas de nuestra niñez o la adolescencia de nuestros padres, merecen el olvido. Máxime cuando su único déficit, en el reino de la gratuita idolatría, probablemente haya sido no darse al autobombo. Ahora, mientras se engalana con ocres, jalde y granates el otoño -una de las dos estaciones en que más destacó durante sus tiempos de corto-, se antoja justo dedicar, tanto a él como a varios de los que con este gallego elegante cruzaron caminos, cierta atención. Como sonido ambiente podrían servirnos las ovaciones del “No-Do”, una musiquilla estridente, realzando el blanco y negro, y la voz todavía joven de Matías Prats, con ese engolamiento tan suyo de juglar solemne, válido para inauguraciones, paseos bajo palio y gestas atléticas que, ya entonces, se enseñoreaban del patio, las plateas, o el gallinero eufemísticamente rebautizado como “Paraíso”, impregnados de alcanfor.

Antonio Pazos nació en Cambados (Pontevedra), el 17 de marzo de 1930. Su niñez y pubertad, por tanto, estuvieron marcadas por los boniatos de huerta, escasos, incluso cuando no se helaban de madrugada, los sempiternos apagones, una escuela con dos retratos vigilantes, cánticos del “Cara al Sol”, kiries, novenas y letanías, promesas de desarrollo que parecía no iban a cumplirse nunca, y la determinación por triunfar, costara lo que costase. Dando por bueno, incluso, más de un bofetón paterno, pues para sus progenitores aquella loca pasión por el fútbol sólo era una pérdida de tiempo. Tras pasar por el Carabela juvenil, equipo de Cambados, con 17 años ya jugaba en el Pasarón, compitiendo contra hombres de pelo en pecho. Este equipo pontevedrés venía a ejercer como filial encubierto, aunque sin nexo societario, del Pontevedra C. F. Por ello resulta extraño que a los técnicos granates les pasaran inadvertidos durante tanto tiempo sus vuelos de poste a poste. En el Carabela solía jugar de interior derecho, aunque él ansiara hacerlo bajo el marco. Un día se lesionó portero, ocupó su lugar, y ya no volvería a vérsele nunca bregando de medio campo hacia adelante. Cuando por fin la directiva pontevedresa se decidió a transmitirle su propuesta, el Real Club Celta, que llevaba algún tiempo siguiéndole, intervino con otra oferta económica mejor. Y no tuvo dudas. Los de la capital militaban en 3ª División, en tanto el club celtiña lo hacía contra Real Madrid, Valencia, Sevilla, los dos Atléticos, Barcelona, Español, Zaragoza, Coruña… Alguien que sin poleas ni grúas, tan sólo a viva fuerza debía construir un futuro, estaba obligado a ver en 1ª División el escaparate soñado.

Formación del R. C. Celta, la temporada 1950-51. Arriba, de izda. a dcha., Atienza, Sansón, Díaz, Cabiño, S. Vázquez, Gaitos; abajo Lolín, Pineda, Hermidita, Pazos y Olmedo

Formación del R. C. Celta, la temporada 1950-51. Arriba, de izda. a dcha., Atienza, Sansón, Díaz, Cabiño, S. Vázquez, Gaitos; abajo Lolín, Pineda, Hermidita, Pazos y Olmedo

La temporada 1951-52 se convertiría en grande para Kubala, campeón, con Ramallets, Gonzalvo, Basora y César. No menos buena para un At. Bilbao que arrebató al Real Madrid la segunda plaza, alineando a Carmelo, Canito, Garay, Nando, Manolín, y todavía a su quinteto de oro: Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gaínza. Y hasta para un Atlético Tetuán aupado a la máxima categoría, con el marroquí Chicha en gran estrella. Pazos, a sus 21 primaveras, sería suplente de Simón. Un suplente que en cinco tardes bajo el marco transmitió sensaciones de arrebatarle la titularidad en seguida.

Su primera ficha con el Real Club Celta consistió en 10.000 ptas. anuales, 1.500 en concepto de sueldo mensual, y otras 30.000 suplementarias tan pronto superase los 6 partidos. Prácticamente ningún trabajador de su edad alcanzaba el billete de mil al mes, en el arranque de los años 50. Con las 2.000 que le entregaron a manera de anticipo, compró un traje, zapatos, y regalos para sus hermanos pequeños. Ante semejante alarde, aquellos padres tan pegados al suelo que pisaban, empezaron a mirar el fútbol de mejor modo. No, al muchacho no le pintaban mal las cosas. Al equipo, en cambio, ya era otro cantar. Traspasados al Real Madrid Sobrado y Gabriel Alonso, su 9º puesto entre 16 equivalía a trotar por tierra de nadie. Y peor aún iba a rodarles la pelota durante el siguiente ejercicio, en parte a causa de una larga gira por América que, si bien sirviera para aliviar un tanto las arcas, se comió aquella pretemporada. Mantener la categoría con un elenco que no acababa de responder en lo físico, constituyó todo un éxito.

Pazos, por el contrario, vivía en una nube. Si sólo fue titular en 20 partidos ligueros, ha de buscarse el motivo en la lesión que sufriera el 2 de noviembre en el Metroplitano. Los porteros, entonces, no anidaban bajo el larguero ni pretendían resolver situaciones de uno contra uno mediante prácticas extraídas del balonmano. Si alguien escapaba lanzado hacia su marco, se lanzaban de cabeza a por el balón. Tenían algo de gladiadores, de héroes inconscientes, capaces de encoger el alma a los espectadores con sus alardes temerarios. Y aquella vez, cuando antes del descanso se lanzó a los pies de Juncosa para evitar lo que hubiera sido un gol, se llevó la peor parte. El choque violentísimo alarmó a todos. Árbitro y adversarios reclamaron inmediatamente la asistencia del masajista, quien, asustado por el torrente de sangre en que se transformara aquella boca partida, y sin esperar a los camilleros, ordenó retirarlo en brazos, justo cuanto hoy a nadie se le ocurriría. En el sanatorio madrileño Nuestra Sra. de Guadalupe se apreció fractura de los dos maxilares, paladar y nariz, así como luxación de clavícula. El tanteador reflejaba igualada a un gol y durante la segunda parte, desconcentrados los célticos, inquiriendo repetidamente si se sabía algo sobre el compañero, encajaron 3 goles más. Pazos, inactivo hasta el 21 de diciembre, pudo reaparecer en El Molinón, ante el Real Gijón, para rubricar un empate.

Ya tenía su bautismo de sangre, y además el Real Madrid de Di Stéfano, Molowny, Olsen, Lesmes II, Navarro y Gento, pretendía contratarlo.

La campaña 1953-54, sustanciado su traspaso al club de don Santiago Bernabéu, fue titular en 17 partidos de Liga, sobre 30. Marca nada desdeñable, porque equivalía a sentar en la grada o el banquillo a Juanito Alonso. Cantó el título de Liga y tuvo de todo. Situaciones incómodas, al verse comparado sistemáticamente con Alonso, un trato no muy favorable desde la prensa, y cierta incomprensión ante sus adornos pintureros. Según confirmaría más adelante, nunca llegó a sentirse a gusto. Las aficiones adversarias le trataban mejor que el público de Chamartín. Para el siguiente ejercicio, y ante la evidencia de que no iba a tenerlo fácil, se le recetó una cesión al Hércules, donde lució de sobra en 25 partidos, para firmar un 6º puesto final. Durante aquel verano, el At Madrid lo puso en su punto de mira. Bernabéu no era hombre que regalase nada, y menos a un adversario tan próximo, pero finalmente, con una mejora de ficha, se convirtió en futbolista “colchonero”.

Formación del Real Madrid: arriba, de izda. a dcha. Pazos, Navarro, Oliva, Lesmes II, Migule Muñoz, Zárraga; abajo Vidal, Olsen, Di Stéfano, Molowny, Gento I

Formación del Real Madrid: arriba, de izda. a dcha. Pazos, Navarro, Oliva, Lesmes II, Migule Muñoz, Zárraga; abajo Vidal, Olsen, Di Stéfano, Molowny, Gento I

Aún era el tiempo de porteros no muy altos, aunque agilísimos. El propio Juanito Alonso, campeón en las primeras Copas de Europa “merengues”, fue uno de ellos. El alicantino Pepín, baluarte de la U. D. Las Palmas e internacional durante su etapa bética, el valenciano Martínez, trasplantado a Sabadell, o Celdrán, fruto de la cantera “culé”, respondían igualmente al patrón. Pazos medía algún centímetro más, no muchos, pero nadie superaba sus vuelos antológicos. Internacional con la selección “B”, la misma prensa que mientras defendiese el portal blanco lo analizara con lupa, acabaría regalándole el apodo honorífico de “Maravilla Elástica”. Lo era, en verdad, para gozo del reporterismo gráfico. Sin descomponer la figura y como si en lugar de cartílagos poseyera muelles, blocaba balones bombeados o a la búsqueda del ángulo, cualquiera diría que suspendido del travesaño mediante hilos invisibles. Atajaba balones, y además ofrecía espectáculo. Aunque a veces, claro, tanto alarde se tradujera en catástrofe.

Solía ocurrir en invierno, sobre todo, cuando el balón rebozado en barro se escurría entre los dedos, o pesaba un quintal. Había que poseer muñecas de acero para atajarlo, como las del catalán Vicente, internacional sin excesiva fortuna cuando fichó por el Real Madrid, a quien con mucho acierto pusieron por sobrenombre “El Grapas”. Aquellas tardes de lluvia, con campos irregulares y surcos hondos, como de siembra, trazados en el tarquín, constituían una pesadilla para los guardametas, y en especial para cuantos anteponían la estética sobre la austera eficacia. Rendía muchísimo más en campos secos, donde fuera posible anclar firmemente sus tacos en la toma de impulso. Dicho de otro modo, durante primavera y otoño. Entonces no sólo gozaban los fotógrafos, sino las mujeres, todavía escasas, que empezaban a pasar por taquilla. Porque si alguien contribuyó a abrirles la puerta de los estadios, ese fue Pazos.

Estirada marca de la casa, en el Metropolitano, durante un At Madrid - R Madrid. Pazos guarnecía el portal “colchonero”.

Estirada marca de la casa, en el Metropolitano, durante un At Madrid – R Madrid. Pazos guarnecía el portal “colchonero”.

Decir que lo encontraban atractivo, es quedarse corto. Su elegancia y solvencia bajo el marco, agigantada con un punto de displicencia, las hacía palidecer. Primero en Vigo y luego en Madrid, comenzaron a congregarse grupitos de jóvenes tras las porterías, puede que ni muy entendidas ni a lo peor aficionadas al fútbol, pero degustadores de tanta plasticidad.

Era escasa la actividad lúdica reservaba para ellas, durante la segunda mitad de los 50 y primeros 60. Paseos cogidas del brazo, o con el novio formal. Sesiones de cine en grupo, como garantía de virtud insobornable. Reuniones a domicilio, con amigas, si ya estaban casadas, mientras los maridos jaleaban a sus estrellas desde el graderío o la tribuna, puro en mano. Una cancioncilla festivalera, desafinada por su popular, aunque efímera intérprete, lo expresaba bien:

“¿Por qué, por qué?,

los domingos por el fútbol me abandonas.

¿Por qué, por qué?,

tú te vas y yo me quedo en casa sola.

¿Por qué, por qué

No me llevas contigo alguna vez?”.

Algunos varones, los más jóvenes, hasta sentían algo parecido a celos, viendo a las espectadoras seguir cada estirada y celebrar aciertos con saltitos y aplausos nerviosos. Había, incluso, quienes espetaban: “¡No te emociones, loca, que está muy ocupado con una artista de toma pan y moja!”.

Lo de su teórica relación, real o imaginaria con cierta figura de las variedades, corrió por los mentideros de la villa sin que el rumor se tradujese en censuras o desdoro personal. Más bien lo contrario. Que una estrella del balón, el cine o los toros encandilase a jóvenes y no tan jóvenes, populares y apetecidas, respondía al patrón que muchos hombres poseían acerca de la masculinidad. Incluso para los espectadores del fútbol canónicamente devotos, este tipo de situaciones llegaban trufadas de una lógica inevitable. Sólo en aras de un mejor entendimiento, recuérdese que aún faltaban varios estíos para que Manolo Escobar engrosara su cuenta corriente cantando aquella errónea construcción gramatical: “No me gusta que en los toros te pongas la minifalda”.

El caso es que, sin pretenderlo, Pazos habría contribuido a convertir el fenómeno futbolístico en expresión, si no más digerible, al menos con cierto atractivo para bastantes mujeres. Lo mismo que mucho más tarde iba a ocurrir con el barcelonista Migueli, el británico David Beckham, y sobre todo con Cristiano Ronaldo.

Digresiones al margen, sus primeras temporadas atléticas casi fueron para enmarcar. Sobre 120 partidos de Liga correspondientes a los primeros cuatro torneos, sólo se perdió 6. El quinto año ya fueron 7 sus ausencias. Y entre los dos últimos ejercicios sólo pudo sumar 10 titularidades. Acababa de estrenar su trigésimo segunda primavera, y desde la cúpula rojiblanca se prefirió apostar por el argentino Madinabeytia como relevo. Si económicamente había salido muy bien para los usos de aquella época, con 800.000 ptas. de ficha por tres temporadas, primas, sueldos mensuales y estímulos aparte, en lo puramente deportivo alzó dos trofeos de Copa y otro de Recopa, competición europea disputada entre todos los triunfadores en sus respectivos torneos del K.O. Los títulos de Liga resultaban virtualmente inaccesibles para quienes no fueran Real Madrid o Barcelona. Desde que en 1954 festejase la consecución del campeonato como “merengue”, hasta 1965, tan sólo el At. Bilbao rompió esa ley no escrita el año 56. Los Azulgrana pudieron trazar un paréntesis en 1959 y 1960. Todos los demás trofeos engrandecieron la vitrina de Chamartín, para mayor gloria de Santamaría, Marquitos, Lesmes II, Zárraga, Mateos, Zoco, Del Sol, Rial, Amancio, Puskas, un incombustible Di Stéfano, y hasta Manolín Bueno, acostumbrado a celebrar tanto éxito desde la grada, ante la tiranía de Paco Gento. Pazos, libre de compromiso, aceptó la oferta girada desde Elche. Acuerdo que, por cierto, se sustanció en plena Gran Vía, al rubricar su contrato sobre el capó de un “Seat 600”, tras recibir 100.000 ptas. en cheque bancario, a manera de anticipo.

Abanicado por el palmeral, “La Maravilla Elástica” gozó de una eterna segunda juventud. Entre un público entusiasta y perplejo, como si no acabaran de creer que un equipo de pueblo -Elche rondaba los 50.000 habitantes- diese la cara ante los grandes del firmamento balompédico, disfrutaba casi tanto como al iniciarse en Vigo. También ayudó el buen ambiente del vestuario, donde más que una suma de individualidades compitiendo a cara de perro, todos parecían un puñado de amigos. Y por supuesto, la entrega de su presidente, José Esquitino, fraguado entre penurias no tan lejanas, cuando la plantilla evitó una quiebra por insolvencia, constituyéndose en cooperativa. Solía ficharse barato, mirando los billetes al trasluz, y se vendía no por gusto, sino para cuadrar balances. Pero eso sí, los jugadores cobraban puntualmente. En setiembre de 1962, los franjiverdes iban a encarar su cuarta temporada consecutiva en la elite, desde que el mismo presidente pensara en César Rodríguez, magnífico rematador ya para pocos trotes y medio retirado en Francia, otorgándole la camiseta con el número 9 y galones de entrenador. A César le habían bastado un par de años para saltar desde 3ª hasta 1ª División. Sueño al que no era ajeno el intermediario Arturo Bogossian, pícaro armenio con muy buen trato, firmes tentáculos por Paraguay, bastante desfachatez y cierta ética, en un 80 % reservada para los clubes compradores. El 20 % restante daba para muy poco, si habían de repartírselo casi cien representados.

En el viejo Altabix, mediados los años 60. El 5º puesto logrado la campaña 1963-64 sigue siendo, 55 años después, mejor clasificación ilicitana.

En el viejo Altabix, mediados los años 60. El 5º puesto logrado la campaña 1963-64 sigue siendo, 55 años después, mejor clasificación ilicitana.

Por su mediación llegaron Fausto Laguardia en 1959, Cayetano Ré y Juan Ángel Romero, en 1960, Juan Carlos Lezcano en el 62, Juan Gualberto Casco en el 65 y Ricardo González en 1968, paraguayos todos ellos, casi a precio de saldo, para ofrecer un excepcional rendimiento. Otras perlas americanas, como el hondureño José Enrique Gutiérrez Cardona, arribaron casi por casualidad. A éste lo habían visto en Altabix con el modesto Elvas de Portugal, durante un bolo en pretemporada. La directiva ilicitana quedó boquiabierta. Sólo tenía 19 años y se comportaba como un veterano. Fintaba, se iba hacia el punto de penalti, sorteaba las tarascadas y escondía, bajo su aparente fragilidad, un descaro apabullante. Para colmo, saldaría la campaña de presentación con 23 goles en 25 partidos. Cayetano Ré, por el contrario, inspiró algún recelo. Su baja estatura semejaba para un ariete, en aquel tiempo de pánzeres rotundos, lo que el vértigo para un trapecista, o la tartamudez en un niño de San Ildefonso. “No se dejen engañar -arguyó Bogossian-. Es un águila en el área, le basta medio palmo para revolverse y marca goles con las dos piernas. No es fácil ser internacional con Paraguay, y éste es titular fijo”. Como al armenio le avalaban otras incorporaciones meritorias, decidieron arriesgarse. Tres veranos después obtenían un buen pico por su traspaso al Barcelona.

Ré hizo el número 76 entre los paraguayos a quienes Bogossian acompañaba en su salto del charco, entre ellos a toda la delantera mundialista en Suecia. Y al menos este pequeño estilete no efectuó el viaje engañado. Juan Ángel Romero, por el contrario, fue víctima de una fea celada.

Llegó al aeropuerto de Barajas convencido de ingresar en el Real Madrid. Seis temporadas rindiendo en el Nacional de Montevideo a gran nivel, lo hubieran justificado. Ya en el coche, mientras Madrid quedaba atrás, en lontananza, conoció la verdad. Al menos la que quiso contarle Bogossian: “De momento irás al Elche. El Madrid está sobrecargado de extranjeros y tienen que hacerte sitio. Sólo va a depender de ti que aprieten”. Romero no había oído nunca una palabra sobre ese club. Tenía sueño, a causa del “jet lag” y dormitó a ratos por la llanura, pese al mal estado de la carretera. De cuando en cuando, algún molino iluminado por dos cuernos de luna y toda aquella despoblación, le llevaban a preguntarse dónde iría a parar. Amanecía cuando vislumbraron el palmeral. “Palmeras, sólo palmeras y más palmeras -recordaba el propio Romero muchos años después-. Yo no veía rastro de ciudad. Cuando por fin nos fuimos acercando, quedé atónito. Estaba acostumbrado a Montevideo y aquello… En el fútbol uruguayo no era ningún don nadie. Vamos, que ni loco hubiera salido, si no era hacia un club grande. De buena gana habría dado la vuelta”. Siete temporadas luciendo el escudo de la Dama, otra el del Hércules y dos el del Ilicitano, le hicieron cambiar de opinión, puesto que pese a no triunfar como entrenador acabaría para siempre en Alicante, donde su llama se apagó a los 74 años, el 17 de junio de 2009.

Con Juan Carlos Lezcano tampoco es que Bogossian luciera mucha honestidad. En Madrid se encontró con que nadie le esperaba. Venía del Santiago Morning chileno, supuestamente reclamado por el Valencia C. F. Llamó a la embajada paraguaya para pedir ayuda, recibiendo por toda respuesta que a última hora habían cambiado los planes e iba a empezar en el Elche. “No sabía ni donde quedaba eso, y cuando me indicaron que cerca de Benidorm, ya me hice una idea. Ese núcleo veraniego sí me sonaba, por el Festival de la Canción. Tomé un autobús nocturno, paró en Albacete, bajé a estirar las piernas y partieron sin mí. Un señor de Villena, o Villajoyosa, me llevó en su coche hasta Elche. A lo que entonces era la ciudad, o sea más naves que calles. Firmé al día siguiente y por aquí sigo, a mis 80 años. Lo di todo y después de 9 temporadas me hicieron salir por la puerta falsa, pese a jugar la única final de Copa en la historia verdiblanca. Todavía no sé por qué se me negó un homenaje”.

A Pazos, como carecía de cualquier nexo con Arturo Bogossian, nadie le incumplió lo pactado. Las porterías de Altabix fueron suyas durante 7, de los 8 ejercicios como ilicitano. En 1968-69, con 39 años a cuestas y 4 titularidades en el torneo de Liga, abandonó la entidad, aunque no el fútbol. Acaban de incorporar al guipuzcoano Araquistáin, desde el Real Madrid, y la parroquia de Altabix, quién sabe si porque lo de “Maravilla Elástica” se antojara largo y quizás cursi, había preferido apodarlo “El Conde”, en honor a su elegancia bajo el larguero. Durante esos 8 años, todos en 1ª, había asistido al rejuvenecimiento del equipo, con la incorporación de varios noveles más adelante ilustres: Canós, Marcial Pina y Vavá en 1964; Llompar, Lico y Curro el año siguiente; Juan Manuel Asensi en 1966; Ciriaco y el infortunado Ballester, de cara a la campaña 68-69. Lico y Marcial equilibraron balances con su traspaso al R. C. D. Español. Ballester dejó también sus buenos dineros en caja, cuando el Real Madrid pensara en él como lateral derecho para los siguientes diez o doce años. Asensi sería rentabilísimo fichaje azulgrana, y a Ciriaco tampoco hubo forma de retenerlo. Todos, menos este último, fueron internacionales absolutos. Ballester, que hubiera podido eternizarse con el dorsal 2 de la camiseta roja, tan sólo pudo lucirla una vez. La fatalidad, primero en forma de tremenda lesión, y luego un cáncer, lo arrebataron en plena juventud.

Algunas de esas perlas llegaron de forma pintoresca. Por ejemplo, cierto viajante de zapatería y socio del Elche C. F., mientras cumplía con su ruta por Salamanca, Extremadura y las estribaciones de Gredos, hizo noche en Béjar, a tiempo de presenciar un partido de fútbol. Esa tarde, el delantero centro le dejó pasmado. Iba al choque una y otra vez, remataba hasta los peores melonazos y ni siquiera era torpe con el balón en los pies. Apenas de vuelta, se dejó caer por la sede del club: “Acabo de ver a un chico que las da todas -dijo-. Seguro que ahora es barato, pero me da en la nariz que no tardando mucho valdrá millones. Deberíais ir a verlo. Es la referencia atacante del Béjar Industrial”. ¡Qué gran ojeador perdió el fútbol sesentero en la persona de ese comercial!. Los técnicos franjiverdes, tras estudiar al chico un par de tardes, lo ficharon. Era Luciano Sánchez García, en las alineaciones “Vavá”, ariete aguerrido, internacional y máximo goleador del Campeonato 65-66, sobre quien Alfredo Di Stéfano, cuando lo tuvo a sus órdenes, dijera: “Es increíble. Si le lanzas una piedra, la rematará con toda el alma, aunque sepa se hará daño”. Aquellos defensas toscos únicamente podían pararlo tirando de guadaña. Y a base de guadañazos, consiguieron dejarlo muy mermado. Entonces, olvidando cuánto había hecho por la entidad, le señalaron la puerta de salida.

Pazos no quiso colgar los guantes. Después de 21 años compitiendo en categoría senior, es difícil anestesiar al gusanillo. De manera que fichó por el Novelda, con la ilusión de un principiante. Y puesto que el físico le acompañara, durante los siguientes 8 años continuó en el Abarán, Thader de Murcia y Santa Pola, hasta jugar su último partido en 1977, cumplidos los 47 años. Todo ello sin arrastrase, como atestiguaron distintos cronistas: “Quien tuvo, retuvo. Y Pazos aún retiene mucho”. “Como casi siempre, Pazos entre los mejores”. “Aunque Pazos falló en el gol, evitó otros dos con sendas estiradas de pañuelos y ovación prolongada”. “Ya quisieran muchos de superior categoría, y algunos de 2ª, estar como él. No pasan los años”.

Pero si él no echaba ningún vistazo al calendario, otros lo miraron muy bien.

Equipo femenino del Elche, en los años 70, entes que las mujeres gozasen de competiciones “oficiales”. Manuel Pazos había contribuido lo suyo, llamando su atención, siquiera fuese como espectadoras.

Equipo femenino del Elche, en los años 70, entes que las mujeres gozasen de competiciones “oficiales”. Manuel Pazos había contribuido lo suyo, llamando su atención, siquiera fuese como espectadoras.

Ocurrió hallándose el Elche en situación comprometida. Alguien, en la directiva, parece sacó a relucir su nombre, como solución de emergencia. Y acabó imponiéndose el criterio de quienes temían dar mala imagen, tanto a socios como a canteranos. Si alguien con edad para ser padre de medio equipo fuere visto como única esperanza, nada bueno cabía esperar del futuro. Entonces Pazos, a quien debían haberle contado algo, reconoció humildemente: “Pues claro que me hubiera hecho ilusión. Continuaba en buena forma y pude haber ayudado. Pero tampoco es cuestión de dar vueltas a lo que nunca se pudo concretar”.

Por fin retirado, continuó viviendo en Elche, con su esposa, Mª Jesús Moreno Quintana, y los cuatro hijos del matrimonio, uno de ellos, Francisco Javier, también portero en el Deportivo Ilicitano, primera plantilla verdiblanca -donde sólo llegaría a alinearse en algún amistoso-, y Villena. La sombra de algunos progenitores resulta excesivamente alargada, por culpa de tanto empeño en buscar comparaciones. Lo supieron de sobra Markel Iribar, hijo del formidable meta atlético, el vástago de Juan Antonio Deusto Olagorta, también portero, “Torito” Aquino, hijo de “El Toro”, goleador llegado desde América, Ricardo Escolá, descendiente de José, referencia barcelonista, antes y después de la guerra, o el hijo de Ignacio Zoco y María Ostiz. Como todos ellos, sin posibilidad de ser él mismo, habría de abandonar pronto. Aquel gallego de Cambados con devoción mediterránea, montó un bar junto al campo de Altabix y trabajó como representante comercial, hasta convertirse en clase pasiva. Parecía gozar de una salud aceptable, y su óbito sorprendió un tanto. Lo mismo que la parquedad con que quisieron recordarlo.

El At Madrid había efectuado un par de mudanzas, desde sus días en el Metropolitano. Suelen decir que durante ellas siempre se pierda algo. Objetos, recuerdos, memoria… Tal vez por eso, su estela apenas llegó al nuevo estadio “colchonero”. Tampoco hubiera sido ningún disparate que la Liga Iberdrola guardase un minuto de silencio antes de cada partido, en la inmediata jornada. Pazos nunca fue directivo, ni dirigió plantillas o fundó equipos femeninos, y con toda probabilidad ni una sola jugadora supiese que hace mucho tiempo, sin proponérselo, contribuyó a allanarles el camino. Quizás alguna de sus abuelas aplaudiera un día, a pie de campo, sus plásticas palomitas. Por ahí se empezó.

Porque antes de que jugaran al fútbol, había que hacerles sitio en la grada. Y él, a muchas, las llevó en volandas.




Palmarés de jugadores y técnicos (II). Propuesta

La propuesta que se hace a continuación es una de las muchas posibles y sólo tiene como objeto poner sobre el tapete la cuestión, sin mayor trascendencia ni por supuesto pretensiones dogmáticas. Se ha intentado mantener un criterio lo más inclusivo posible y tratar de desarrollarlo hasta las últimas consecuencias.

Al final del mismo se reproduce la normativa federativa en vigor, para permitir profundizar en algunos aspectos relativos al tema que estamos tratando.

PROPUESTA

I. PARTICIPACIÓN

II. PERMANENCIA

III. TIPO DE COMPETICIÓN

ACLARACIONES

IV. Permanencia

V. Los jugadores filiales

NORMATIVA REGLAMENTO RFEF

VI. Clubes patrocinadores y filiales

VII. La alineación de los futbolistas

VIII: De los futbolistas y sus licencias

Propuesta para conformar el Palmarés de jugadores y técnicos.

Será requisito indispensable haber formalizado contrato con un club y disponer de la preceptiva licencia federativa para formar parte de una plantilla a efectos reglamentarios (es decir para poder participar en cualquier competición oficial).

I. PARTICIPACIÓN

I.- En el ámbito nacional:

Todo miembro de la plantilla, juegue o no, es acreedor a cualquier logro o fracaso del club al que pertenece.

Entendiendo por plantilla a los miembros del primer equipo, y considerando que:

Todo jugador del filial o de las categorías inferiores que entre en la convocatoria para un partido oficial forma parte de la plantilla en la competición para la que haya sido convocado.

Entendiendo por entrar en una convocatoria:

Viajar con el equipo (si el partido es fuera de casa) o ser incluido en la concentración previa (si se juega como local), aunque después el jugador sea uno de los descartes y termine presenciando el choque desde la grada.

II.- En el ámbito internacional:

Todo miembro de la plantilla, juegue o no, es acreedor a cualquier logro o fracaso del club al que pertenece.

Entendiendo por plantilla a los jugadores inscritos por el club en cada una de las competiciones que dispute (de ser obligatoria la presentación de un listado de participantes, en caso contrario se mantendría lo dispuesto para los campeonatos nacionales).

Los integrantes de la Lista B no tendrán dicha consideración salvo que reemplacen a algún elemento de la Lista A, siendo incorporados a la misma, o bien el club los utilice en el transcurso de la competición (p.ej. figurando en alguna convocatoria) [1].

Cualquier futbolista del filial o de las categorías inferiores que sea inscrito por su club en un torneo oficial formará parte de la plantilla a todos los efectos en dicho campeonato, aunque no llegue a entrar en ninguna convocatoria.

II. PERMANENCIA

Para que un jugador o técnico pueda ser proclamado campeón (o para que cualquier éxito o fracaso del equipo en el que haya militado figure en su palmarés), es condición necesaria que éste forme parte de la plantilla en el momento en que se produzca dicho acontecimiento.

Es decir todo miembro del plantel que haya abandonado la disciplina del club, ya sea por cesión o porque haya finalizado su vinculación con el mismo no sería acreedor a los futuros logros obtenidos por el grupo. Sí podría incorporar a su palmarés los éxitos conseguidos hasta el momento de su marcha.

En el caso de los lesionados o sancionados de larga duración, continuarán formando parte de la plantilla durante la temporada en la que se haya producido tal circunstancia en tanto mantengan su licencia federativa.

Si un club da de baja la ficha de un futbolista con el fin realizar una nueva incorporación ese jugador dejaría de formar parte de la plantilla como norma general* (casos de sanción, rescisión de contrato, cesiones a filiales para liberar fichas…).

*Se realizarán excepciones con los futbolistas lesionados de larga duración, siempre que mantengan vinculación contractual con el club, y con aquellos jugadores imposibilitados para continuar con la práctica deportiva por motivos de salud así como los que fallezcan en el transcurso de la temporada. Todos ellos serán acreedores a los éxitos de sus compañeros siempre que la desgracia sobrevenga ya iniciada la competición (y únicamente en los torneos que estuvieran ya en juego)[2].

En ningún caso continuarán formando parte de la plantilla en la/s temporada/s siguiente/s los futbolistas sancionados o lesionados que no dispongan de la preceptiva licencia federativa.

En el caso de los técnicos. Cuando un entrenador se vea incapacitado para desempeñar su labor por accidente o enfermedad y sea el segundo de a bordo quien dirija al conjunto hasta su restablecimiento, éste debería ser considerado también técnico campeón en una competición por acumulación (Liga). En los torneos por eliminación cabría argüir que sólo el entrenador que esté al frente del equipo en la final debiera ser considerado como tal. Aunque al tratarse ésta de una propuesta lo más inclusiva posible, aceptaremos en principio que también pueda incorporarlo a su palmarés quien haya dirigido al conjunto durante las fases previas.

En caso de fallecimiento, serían de aplicación los mismos criterios expuestos anteriormente para los futbolistas.

Fijados los criterios anteriores, los requisitos que todo jugador o entrenador habría de cumplir según el tipo de torneo serían:

III. TIPO DE COMPETICIÓN

1.- Torneos ligueros o de acumulación (Campeonatos de Liga, Campeonato Sudamericano hasta 1967…).

Todo miembro de la plantilla que figure en el club en el momento en que se logre matemáticamente el título, ascenso, descenso…puede incorporarlo a su palmarés, aunque se desvincule del equipo antes del fin de la competición.

Respecto a los campeonatos de selecciones, todo miembro del plantel inscrito en el mismo aunque no pueda participar por lesión o sanción. Salvo que sea sustituido por un compañero en la lista definitiva, en cuyo caso se entiende que queda apartado del torneo.*

2.- Torneos coperos o de eliminación (Copa del Rey, UEFA, Copa de Europa, Eurocopa hasta 1976, Copa América desde 1975…).

Todo miembro de la plantilla que figure en el club cuando se obtiene el triunfo final (en las competiciones nacionales y las internacionales que no precisen de lista de inscripción).

En las competiciones internacionales que así lo estipulen, todo miembro del plantel inscrito en las mismas que figure en el club cuando se obtiene el triunfo final.

En el caso de la Eurocopa (hasta 1976), todo miembro del plantel que entre en la última convocatoria (para disputar la fase final en la sede correspondiente).*

Con respecto a la Copa América, habría que diferenciar las ediciones sin sede (de 1975 a 1983), disputadas a lo largo de varios meses, en cuyo caso sería acreedor al triunfo cualquier jugador incluido en una convocatoria durante la segunda fase del torneo (semifinales y final).

Desde 1987, todo miembro del plantel inscrito en la competición aunque no pueda participar por lesión o sanción. Salvo que sea sustituido por un compañero en la lista definitiva, en cuyo caso se entiende que queda apartado del torneo.*

3.- Mini torneos (Supercopas, Intercontinental, Mundial de Clubes, Copa Confederaciones…)

Todo miembro de la plantilla que figure en el club en el momento del triunfo final, aunque quede desvinculado del mismo con posterioridad (en el caso de competiciones de clubes nacionales e internacionales sin lista de inscripción).

En las competiciones internacionales que obliguen a presentar un listado de futbolistas, todo miembro del plantel inscrito en las mismas, aunque quede desvinculado del club con posterioridad al triunfo final.

Respecto a los campeonatos de selecciones, todo miembro del plantel inscrito en el mismo aunque no pueda participar por lesión o sanción. Salvo que sea sustituido por un compañero en la lista definitiva, en cuyo caso se entiende que queda apartado del torneo.*

4.- Torneos con fases previas y fases finales (Copa del Mundo, Eurocopa desde 1980…).

Todo miembro de plantel inscrito en la fase final del campeonato, aunque no pueda participar por lesión o sanción. Salvo que sea sustituido por un compañero en la lista definitiva, en cuyo caso se entiende que queda apartado del torneo.*

*Quedaría fuera del certamen cualquier jugador que deje de formar parte del grupo, bien porque sea expulsado de la concentración o cause baja voluntariamente.

Aclaraciones

IV. Permanencia

Consideramos necesario que el jugador esté en la plantilla cuando finalice la competición de que se trate con el fin de evitar situaciones paradójicas. Por ejemplo:

– Si un sujeto juega la primera eliminatoria de Copa con el equipo X y luego se va a jugar al equipo Y. Si la final es X contra Y, el jugador ganaría el torneo en todo caso.

– Si un sujeto juega unos partidos de Liga con el equipo X y otros con el conjunto Y, y el equipo X gana la liga y el Y baja de categoría, el jugador ganaría la liga y bajaría a segunda al mismo tiempo.

V. Los jugadores filiales

La aparente contradicción que podría suponer el que un jugador de las categorías inferiores, que haya militado también en el primer equipo, pueda ser acreedor a los éxitos o fracasos tanto del filial como de la primera plantilla no es tal,  porque se trata de niveles de competición distintos.  Una cosa es el fútbol de élite y otra el resto de categorías. (Excepción hecha del caso, ya tratado en el informe previo, en el que primer equipo y filial se enfrenten en una final como sucedió con el Real Madrid y el Castilla en la Copa de 1980. Una particularidad que podría llegar a permitir como caso absolutamente extremo –soslayando la norma que el presente escrito pretende defender– que un futbolista pudiera resultar a la vez campeón y subcampeón de una competición, con dos conjuntos distintos pero pertenecientes al mismo club. Algo que sólo ocurriría en circunstancias muy particulares –caso Pérez García–, porque aunque el elemento del filial llegase a disputar minutos con ambos conjuntos en el torneo uniría su destino al del equipo con el que jugara la final del mismo).

La cantera sirve para formar, y en su caso surtir de jugadores al primer equipo cuando el club lo considere oportuno. La legislación le permite utilizarlos en diferentes competiciones como futbolistas del filial. Una vez obtengan ficha del primer equipo quedarían desvinculados del filial y de sus logros.

Cabe señalar que la reglamentación actual permite que los jugadores con ficha del filial menores de 23 años puedan subir a la primera plantilla y volver a bajar al cuadro de la cantera sin ningún tipo de limitaciones (sólo con ciertas restricciones en función de la licencia) o sea se trata de auténticos comodines. Desde la temporada 2013-14 los jugadores con ficha del filial mayores de 23 años no pueden subir al primer equipo.

Por otro lado, también pueden ser alineados futbolistas menores de 23 años provenientes de clubes con los que se haya establecido convenios de colaboración (dentro del marco de la federación regional correspondiente), pudiendo estos regresar al club de origen salvo en el caso de que lleguen a disputar diez encuentros de carácter oficial, en cuyo caso no podrían retornar ni bajar de categoría.

También en las selecciones se dan estos casos. Un juvenil puede ser llamado por la Sub-20 o Sub-21, volver a bajar a la Sub-18 o incluso debutar con la absoluta llegado el caso, sin dejar de ser juvenil. Podría suceder que un jugador compitiese en un torneo oficial con la Sub-20 y esa misma temporada jugase con la absoluta un Mundial o una Eurocopa.

Esto hace que un jugador como Munir (19 años), que ha disputados diez partidos ligueros, haya podido jugar en el filial hasta el último momento. Sin ser futbolista con ficha del primer equipo ha jugado Champions, Copa del Rey y Liga, haciéndose con los tres títulos, al tiempo que con el Barça B ha descendido a 2ª B. Y cabe añadir que es internacional absoluto, al jugar en partido oficial contra Macedonia.

Extractos del Reglamento General de la Real Federación Española de Fútbol (junio 2014)

Libro II

De los Estamentos del Fútbol

CAPÍTULO II

VI. CLUBES PATROCINADORES Y FILIALES, EQUIPOS PRINCIPALES Y EQUIPOS DEPENDIENTES

Sección 1ª Disposición General Artículo 108. Disposición General.

1. Los clubes pueden tener filiales o equipos dependientes en todas las divisiones o categorías inferiores a la que estén inscritos, si bien limitándose este derecho a sólo uno en cada una de aquéllas, de manera que en cada división solo podrá haber un equipo del mismo club o un filial de este.

2. Tratándose de los de Primera, Segunda y Segunda División “B” tendrán además de esta facultad, la obligación, salvo disposición legal que lo impida, de tener inscritos tomando parte  activa en las competiciones, un equipo por cada una de las categorías, desde juveniles hasta prebenjamines, ambos inclusive, en las competiciones que tenga establecidas la Federación de ámbito autonómico de su domicilio. En la especialidad de Fútbol Sala, los clubes con algún equipo adscrito a Primera División de Fútbol Sala, Segunda División de Fútbol Sala o Segunda División B de Fútbol Sala tendrán la obligación, salvo circunstancia especial que lo impida, de tener inscrito tomando parte activa en las competiciones, un equipo juvenil.

3. La relación de filialidad o dependencia no podrá servir de instrumento para eludir el espíritu de las disposiciones reglamentarias ni para cualquiera finalidad distinta a la que es propia y específica de aquella clase de situaciones.

4. Todo eventual pacto que contravenga este espíritu se considerará como interpretación en fraude a la Ley y, por tanto, radicalmente nulo y por no puesto.

5. Las normas sobre la alineación de futbolistas en equipos o clubes de categoría superior, se regulan en las normas relativas a la alineación y sustitución de futbolistas.

Sección 2ª Clubes patrocinadores y filiales[3]. Artículo 109. Relación de filialidad.

1. Los clubes podrán establecer entre sí convenios de filialidad, siempre que pertenezcan a la misma Federación de ámbito autonómico, que el patrocinador milite en categoría superior a la del patrocinado y que éste obtenga la expresa autorización de su Asamblea, extremo éste último que deberá notificarse a la RFEF y a la Federación de ámbito autonómico respectiva, según se trate de clubes nacionales o no.

2. La relación de filialidad sólo podrá convenirse al término de la temporada de que se trate, debiendo formalizarse por escrito firmado por los Presidentes de los clubes afectados, que se trasladará a la RFEF y la Federación de ámbito autonómico respectiva, a más tardar antes del 30 de junio para que tenga efectos en la siguiente temporada.

3. La situación de filialidad tendrá la duración que expresamente se establezca en el correspondiente convenio, y se entenderá finalizada a su vencimiento. A tal efecto, no se admitirán convenios que no recojan la duración de mismo, que deberá ser por temporadas completas

4. El vínculo de filialidad no podrá resolverse en el transcurso de la temporada y, al término de la que se produzca tal resolución, ésta no enervará, para la inmediatamente siguiente, las consecuencias competicionales derivadas de la condición de patrocinador y filial en que actuaron los clubes.

5. Los clubes filiales no tendrán la misma denominación que la del patrocinador, y éste sólo podrá disponer de uno de aquéllos en cada una de las divisiones de las categorías nacional y territorial, excepto tratándose de las de juveniles o de las inferiores a éstas.

6. Ningún filial podrá ser patrocinador de otros.

«Sección 3ª Equipos principales y equipos dependientes[4].

Artículo 110. Relación de dependencia.

Se entiende por equipos dependientes de un club los que conforman su propia estructura, estando adscritos a divisiones o categorías distintas e inferiores.

Libro III

De las competiciones

Título III

De los partidos

CAPÍTULO II

VII. LA ALINEACIÓN DE LOS FUTBOLISTAS EN LOS PARTIDOS

Sección 2ª. Alineación de futbolistas inscritos en clubes filiales y en equipos dependientes

Artículo 226. Alineación de futbolistas inscritos en clubes filiales (COLABORADORES).

El vínculo entre el club patrocinador y los filiales llevará consigo las siguientes consecuencias:

a) Los futbolistas podrán alinearse en cualquiera de los equipos que constituyen la cadena del patrocinador, siempre que hayan cumplido la edad requerida en la categoría y que se trate de un equipo superior al que estuvieren inscritos. Cuando se produzca la circunstancia prevista en el apartado anterior, el futbolista podrá retornar al club de origen salvo que hubiere sido alineado en el superior en diez encuentros, de manera alterna o sucesiva, en cualesquiera de las competiciones oficiales en que éste participe, sea cual fuere el tiempo real que hubiesen actuado.

Se exceptúan de este cómputo los futbolistas con licencia “P” en edad juvenil o cadete, «J», «C», «I», «AL», «B», «PB» y “DB”.

b) Si la alineación de los futbolistas de los filiales lo fuera en el primer equipo del patrocinador, aquéllos deberán ser menores de veintitrés años, con la excepción prevista en el apartado c) del presente artículo.

c) Tratándose de futbolistas con la condición de portero, y únicamente en las competiciones profesionales, podrán ser alineados en el primer equipo del patrocinador siempre que sean menores de veinticinco años, con independencia de que su licencia sea de profesional o de no profesional.

Artículo 227. Alineación de futbolistas inscritos en equipos dependientes (FILIALES).

El vínculo entre el equipo principal y los dependientes llevará consigo las siguientes consecuencias

1. Los futbolistas menores de veintitrés años inscritos en equipos dependientes de un club, según se define en el artículo 110, podrán ser alineados en categoría o división superior y retornar a la de origen, en el transcurso de la temporada, sin ninguna clase de limitaciones, salvo las que a continuación se indican:

En la modalidad principal:

a) Los futbolistas con licencias “DB”, «PB», «B», «AL» e «I» podrán alinearse en la categoría inmediatamente superior, con la licencia que originariamente les fue expedida, siempre que hayan nacido en el año natural posterior a lo establecido como mínimo para cada una de ellas.

b) Los futbolistas cadetes, con quince años cumplidos, pueden hacerlo en competiciones de Juveniles u otra categoría superior, con la licencia que les fue expedida originariamente.

c) Las licencias «C» e inferiores, facultan para alinearse en todos los equipos del club que los tenga inscritos, siempre que lo sean de división superior.»

Artículo 229. Edad de los futbolistas.

Las edades a las que se contrae la presente sección se entenderán referidas al día 1º de enero de la temporada de que se trate.

VIII. DE LOS FUTBOLISTAS Y SUS LICENCIAS

CAPÍTULO I DISPOSICIÓN GENERAL

Artículo 114. Definición.

1. Se entiende por inscripción de un futbolista su vinculación a un club mediante la formalización de un compromiso o contrato, según los casos, que establezca de mutuo acuerdo tal relación y vinculación.

2. La licencia de futbolista es el documento expedido por la RFEF, que le habilita para la práctica de tal deporte como federado, así como su reglamentaria alineación en partidos y competiciones tanto oficiales como no oficiales.

3. La licencia definitiva del futbolista es el documento que confirma su inscripción por un equipo de un club. A través de tal inscripción, se obliga a aceptar los Estatutos, Reglamentos y demás disposiciones de la RFEF, así como los de la FIFA y UEFA.

4. Para la inscripción de futbolistas en equipos adscritos a competiciones de carácter profesional, las licencias deberán ser visadas, previamente a su expedición, por la LNFP. Cuando se trate de la primera inscripción del futbolista como profesional, la solicitud de inscripción ante la LNFP deberá estar acompañada del certificado expedido por la RFEF acreditando el cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 118 del Reglamento General.

Artículo 119. La cancelación de las licencias.

1. Son causas de cancelación de las licencias de los futbolistas las siguientes:

 a) Baja concedida por el club.

b) Imposibilidad total permanente del futbolista para actuar.

c) No participar el club en competición oficial o retirarse de aquélla en la que participe.

d) Baja del club por disolución o expulsión.

e) Transferencia de los derechos federativos.

f) Expiración del contrato o resolución del mismo, tratándose de profesionales.

g) Acuerdo adoptado por los órganos competentes.

h) Fusión de los clubs cuando, tratándose de futbolistas aficionados o de categorías inferiores, o de fútbol sala o femenino opten por no seguir inscritos.

i) Cualquiera otra causa de las establecidas específicamente en el presente ordenamiento jurídico para las diferentes clases de futbolistas.

2. Tanto el futbolista profesional que finaliza su carrera deportiva al vencimiento de su contrato, como el no profesional que cesa en su actividad, deberán permanecer inscritos durante treinta meses en la RFEF, computándose dicho término a partir del día en que el futbolista jugó su último partido oficial.

3. La cancelación de la licencia resuelve todo vínculo entre el futbolista y el club, permitiendo al primero adscribirse en el que desee, tanto del lugar de su actual residencia como de otro, si bien su alineación estará condicionada a las disposiciones y previsiones establecidas en el presente Reglamento General.

Artículo 121. Número de licencias por equipos.

1. Los clubes de Primera, Segunda División podrán obtener hasta un máximo de veinticinco licencias de futbolistas en su primer equipo.

Artículo 124. Periodos de solicitud de las licencias.

1. Tratándose de las Divisiones Primera, Segunda y Segunda “B” de Fútbol y Primera y Segunda División de Fútbol Sala, los futbolistas sólo podrán formalizar su inscripción durante los dos períodos anuales establecidos para tal fin. El primero de ambos deberá estar comprendido en el espacio temporal que abarca desde el comienzo de la temporada hasta el inicio de los Campeonatos Nacionales de Liga de las respectivas categorías de ámbito estatal, y su duración nunca será superior a doce semanas. El segundo período de inscripción se establecerá a mediados de temporada y su duración no será superior a cuatro semanas.

2. Como excepción a la disposición general contenida en el apartado anterior, podrán inscribirse fuera de los dos períodos de solicitud de licencias aquellos futbolistas con licencia “P” cuyos contratos hubieran vencido antes de que los referidos períodos concluyan.

3. También podrá autorizarse excepcionalmente la expedición de licencia fuera de los períodos reglamentarios cuando un futbolista de la plantilla cause baja por enfermedad o por lesión que lleve consigo un período de inactividad por tiempo superior a cinco meses, ello siempre y cuando la inscripción del futbolista sustituto no requiera la expedición de Certificado de transferencia internacional. La concurrencia de tal circunstancia de enfermedad o lesión, así como el propósito del club de solicitar la baja federativa en base a la misma, deberá ser notificada, de forma fehaciente, al futbolista afectado con, al menos, diez días de antelación a la fecha de solicitud de la citada baja federativa, a fin de que pueda efectuar, si así lo desea, las alegaciones que considere oportunas. Para poder autorizar la inscripción de un futbolista en sustitución de un lesionado deberá acreditarse documentalmente que la lesión se haya producido una vez cerrado el periodo de inscripción correspondiente. La competencia para otorgar la autorización corresponderá a la RFEF o, en su caso, a la Liga Nacional de Fútbol Profesional, a solicitud del club interesado, previo expediente en el que se acredite el hecho a través de certificación expedida por un tribunal médico integrado, al menos, por dos facultativos de la Mutualidad de Previsión Social de Futbolistas Españoles. Dicha autorización, si procede otorgarla, tendrá una validez máxima de quince días, transcurridos los cuales sin que se formalice la licencia, caducará. El sustituido no podrá reintegrarse a su club, ni inscribirse en ningún otro, aunque obtenga el alta, antes de que transcurra el referido período de cinco meses. Transcurridos los cinco meses, el futbolista podrá reintegrarse a su club siempre que aporte un certificado de la referenciada Mutualidad, haya licencias libres en el equipo y suscriba, con autorización de la RFEF, licencia nueva.

4. En Tercera División, el período de solicitud de licencias será el que para cada temporada determine la RFEF.

5. En las restantes categorías nacionales, los clubs podrán solicitar y obtener licencia de futbolistas, a lo largo de la temporada, precluyendo tal derecho respecto de las cuatro últimas jornadas de la competición en que participen.

Artículo 125. Duración de la licencia.

Las licencias tendrán la misma duración que el compromiso, sea o no contractual, del futbolista con el club, salvo que concurra cualquiera de las causas de extinción previstas en la legislación vigente para los futbolistas profesionales o las que reglamentariamente se prevén en relación con los que no poseen aquella cualidad.

 


[1] En el caso de la Champions un club puede presentar una lista A diferente (con un límite de 3 jugadores nuevos) en cada una de las rondas clasificatorias y los partidos del play-off. Antes de iniciar la fase de grupos ha de presentar una Lista A definitiva para el torneo que no exceda de 25 futbolistas. A partir de dieciseisavos y hasta el 1 de febrero se permite la inclusión de 3 nuevos jugadores en la lista, siempre que esto no provoque  que se exceda del número de futbolistas permitido, de lo contrario el club deberá retirar elementos de la misma. Por lo que se refiere a la Lista B, se pueden inscribir a un número ilimitado de jugadores (para la edición 2014-15 se ponía como condición que hubieran nacido a partir del 1 de enero de 1991), pudiendo presentar una lista B para cada partido antes de las 24:00 CET del día anterior al encuentro.

[2]  Por señalar una posibilidad extrema, si un futbolista se lesiona durante la concentración previa al primer partido liguero, que supongamos es fuera de casa, sí (pues habría entrado ya en una convocatoria oficial y no podría ser reemplazado en la misma).

Si se lesiona en la concentración previa al primer partido, en casa, y da tiempo a que otro jugador lo sustituya en la convocatoria, entonces no.

[3]  En este caso filial debe entenderse como un club con el que se ha suscrito un convenio de colaboración.

[4]  El término dependiente es utilizado para denominar los equipos de las categorías inferiores de un club, lo que normalmente entendemos por filiales.




Virgilio Da Costa Neves. Primer portugués del FC Barcelona.

Entre 1903 y 1906 jugó en el FC Barcelona un extremo derecho procedente del Hispania llamado (según diferentes fuentes) D´Acosta, Da Acosta o Da Costa al que, de forma errónea, se ha considerado tradicionalmente italiano o de origen italiano. Desconocemos el momento exacto en el que nace semejante teoría, aunque no nos sorprende dados los antecedentes que hemos ido desvelando en esta misma publicación sobre nacionalidades erróneas de jugadores del Barça: el “argentino” Garchitorena (filipino) (Arrechea, 2011) o el “polaco” Rositzky (alemán) (Scheinherr & Arrechea, 2017), antecedentes que denotan falta de rigor en las investigaciones sobre la historia del FC Barcelona y una reiteración ad nauseam de tópicos y errores, copiados de un autor a otro durante decenios sin romper el círculo vicioso acudiendo a las fuentes.  Estamos en condiciones de aclarar el verdadero nombre del supuesto italiano “D´Acosta”, su verdadera nacionalidad y las circunstancias que propiciaron su paso por la ciudad de Barcelona y por el FC Barcelona.

Virgilio Da Costa Neves nació en Oporto (Portugal) el 23 de septiembre de 1881. Entre 1900 y 1905 estuvo en la Universidad de Ciencias Aplicadas Hochschule Mittweida (Sajonia, Alemania) estudiando Ingeniería Mecánica (Stascheit, Pernt, Blechschmidt-Vogel & Martínez Gámez, 2016, p. 92). Allí estableció amistad con Udo Steinberg, ingeniero técnico industrial por la misma universidad y polifacético deportista que se instaló en Barcelona por motivos profesionales siendo decisivo en la fundación de varios clubes deportivos como el Real Club de Tenis Barcelona, además de ser directivo y jugador del FC Barcelona y fundador de la primera escuela de fútbol del club azulgrana (Closa, Pablo, Salas & Mas, 2015).

Virgilio Da Costa Neves ya había descubierto el fútbol en sus años universitarios de Mittweida y jugó en el Mittweidaer Ballspiel-Club en esa época. En 1902 empezó a realizar visitas a Barcelona y a jugar esporádicamente con el Hispania y con el FC Barcelona por amistad con Steinberg. Debutó en partido oficial el 29 de noviembre de 1903 en el encuentro del Campeonato de Cataluña FC Barcelona 3-Joventut 0, jugando intermitentemente hasta su despedida el 28 de febrero de 1906 en el amistoso: FC Barcelona 3-Veteranos FC Barcelona 0[1].

Poco antes de abandonar Barcelona Da Costa fue uno de los fundadores de la “Sección España” de la Asociación de Socios Veteranos del Mittweidaer Ballspiel-Club junto a otros destacados futbolistas que, al igual que él, habían pasado por la Hochschule Mittweida:

«El célebre F. C. de Mittweida (Sajonia), tiene constituida una Asociación de sus socios veteranos dispersados por todo el mundo, de ellos, hay unos 30 en España que acaban de fundar una “Sección España”, siendo muy fácil que esto influya en que el célebre Team del citado Club, haga un viaje a España combinándolo con Matchs en Karlsruhe y París. Forman parte de la nueva “Sección España” los conocidos foot-ballistas A. Alonso de Vigo, de Arzagua [sic] y de Urizar de Bilbao y da Costa y Steinberg de Barcelona.» (Foot-ball, 1906)

En 1906 Virgilio Da Costa Neves regresó a su Oporto natal para trabajar como ingeniero y su retorno coincidió con la fundación del Futebol Clube do Porto (había existido en 1893-1894 otro club con el mismo nombre que desapareció), como no podía ser de otra manera tras su carrera futbolística en Mittweida y Barcelona, se sumó con entusiasmo al nuevo proyecto siendo uno de los socios fundadores de la nueva entidad (Rodrigues Teles, c. 1954, p. 68).

El semanario deportivo-humorístico Xut! le recordaría muchos años más tarde en su habitual tono sarcástico:

«Tenien un portuguès que es deia D´Acosta [sic], molt amic d´un anglès que es deia Harris…

Mau!…[2]« (El Conclave, 1924)

Por todo ello, creemos demostrado que Virgilio Da Costa Neves fue el primer jugador portugués del FC Barcelona “desbancando” de dicho ranquin al angoleño-portugués Jorge Alberto Mendonça (1967-1969). En total han sido nueve los futbolistas lusos que han jugado en el Barça:

Virgilio Da Costa Neves 1903-1906
Jorge Alberto Mendonça Paulino 1967-1969
Luis Filipe Madeira Caeiro “Figo 1995-2000
Vítor Manuel Martins Baia 1996-1998
Fernando Manuel Silva Couto 1996-1998
Simao Pedro Fonseca Sabrosa 1999-2001
Ricardo Andrade Quaresma Bernardo 2003-2004
Anderson Luis de Souza “Deco 2004-2008
André Filipe Tavares Gomes 2016-

Agradecimientos

Dra. Marion Stascheit (Leiterin Hochschularchiv, Hochschule Mittweida).

Fuentes

Arrechea, F. (2011, mayo). Garchitorena: el primer argentino del Barça era filipino. Cuadernos de Fútbol, 21, CIHEFE.

Carbó, D. (1924). Historial del FC Barcelona, 1899-1924. Barcelona: Imp. Costa.

Closa, A., Pablo, J., Salas, J. A. & Mas, J. (Coord.) (2015). Gran Diccionari de jugadors del Barça. Barcelona: Editorial Base.

El Conclave (1924, 3 de diciembre). L´ante-passat, el passat, el present i el futur del “Barcelona”. El Xut!, p. 4.

Foot-ball (1906, 1 de marzo). El Mundo Deportivo, p. 4.

Llobet, J. (1906, 1 de abril). Foot-ball. Los Deportes, pp. 178-179.

Rodrigues Teles, A. (c. 1954). História do Futebol Clube do Porto. Oporto: Tipografia Marca Candido Rocha.

Scheinherr, E. & Arrechea, F. (2017, marzo). Walter Rositzky. El primer polaco del fútbol español no era polaco. Cuadernos de Fútbol, 85, CIHEFE.

Stascheit, M., Pernt, K., Blechschmidt-Vogel S. & Martínez Gámez, E. (2016). Zum Leben und Wirken von Udo Steinberg. Mittweida: Hochschularchiv Mittweida (Hrsg.).


[1] Algunas fuentes, siguiendo a Daniel Carbó (1924), dan como último partido de Da Costa (generalmente llamándole “D´Acosta”) el correspondiente al Campeonato de Cataluña jugado el 25 de marzo de 1906 (FC Barcelona 5-2 Català). Las crónicas del partido como la de Llobet (1906) indican que no jugó dicho encuentro.

[2] Traducción: “Tenían un portugués que se llamaba D´Acosta [sic], muy amigo de un inglés que se llamaba Harris… ¡Miau!*...”

*”Mau” es una interjección catalana utilizada para expresar desconfianza.




La Mutualidad de Futbolistas, obviedad que se hizo esperar

De un tiempo a esta parte, el aficionado al fútbol suele descubrir que las estrellas de su equipo manifiestan discrepancias con los servicios médicos del club. Importa poco que esos especialistas gocen de experiencia y acreditada trayectoria, cuando no justa fama por sus a menudo revolucionarios tratamientos. El paciente, al fin y al cabo, suele alimentarse de fe en el galeno, y ésta no es virtud teologal incluida en los contratos. Así que los medios se hacen eco de viajes a Francia, Suiza o Alemania, con el único propósito de resolver problemas de pubis, rótula, tendón de Aquiles, espalda o astrágalo. Nuestros mejores hospitales parecen no bastar a quienes cuentan por millones cada mes del calendario. Si alguien invocase ante esos exigentes lesionados el concepto Mutualidad de Futbolistas, como mínimo recogerían sonoras carcajadas. Quizás debiera explicárseles que durante muchos años el futbolista no tuvo garantizada la atención médica; que la Mutualidad representó para todos ellos, modestos y estrellas internacionales, una bendición; o que a principios de los 60 quien con el alta a su nombre no quedaba, o creía no haber quedado al cien por cien de la intervención quirúrgica, debía apoquinar el importe de cualquier otra como no llegase a un acuerdo amistoso con su club. Le ocurrió, entre otros, al internacional y mundialista paraguayo Florencio Amarilla, hombre no muy sobrado económicamente, porque entonces en nuestra 1ª División las fichas daban para vivir muy bien, sin plantearse adquirir la Luna, como en ciertos casos ocurre ahora.  Lástima que Amarilla ya no pueda relatarnos aquel trance.

Conforme se anticipó en el número de “Cuadernos” precedente, la Mutualidad de Futbolistas sólo fue un hecho tras el mediático percance de Alfonso, delantero centro del Murcia, reproducido durante setiembre de 1947 en la piel de un modesto asturiano conocido por “Monchu”, en los destartalados campos de Regional.

Ramón Menéndez Cortina, gijonés de Pumarín (25-VII-1924), compaginaba las carreras por su banda, como extremo derecho, con un trabajo en el tren de laminación de la fábrica metalúrgica de Moreda, donde también se afanaba su padre. Huérfano de madre desde niño, tenía otros dos hermanos más jóvenes, chico y chica. Pero sobre todo una desbocada afición por el fútbol.

Forjado en el Carrio infantil, su siguiente meta fue el Pumarinense, también infantil. Al destacar en un torneo entre equipos de dicha categoría organizado por el periódico “Voluntad” de Gijón, despertó el interés de la Selección Carreñina, el conjunto más popular de Gijón entre cuantos velaban armas en Tercera Regional. Allí permaneció 3 años, hasta que el servicio militar obligatorio se lo llevó a Zaragoza, circunstancia que aprovecharía para enrolarse en el Navarro, de Regional. Cumplido el trámite con el Ejército y de vuelta a Asturias, aceptó vestir la camiseta del Pinzales, con cuyo cuadro sólo pudo saltar a la cancha una vez. Su debut, aquel 28 de setiembre de 1947, iba a suponer también una prematura despedida.

Sólo se llevaban disputados 8 minutos cuando corrió a por un pase adelantado, colándose entre la defensa adversaria. Pretendía disparar a puerta cuando el guardameta iniciaba una salida algo atolondrada, sin advertir que su compañero de ala, cruzándosele y hambriento de gol, trataba de hacer lo mismo. Ambos atacantes chocaron, y de inmediato supo que la lesión era grave, pues vio su pierna torcida, con una repentina ventrosidad bajo la rodilla. Quiso la casualidad que entre los espectadores se hallara un médico, y aquel hombre se las arregló para ponerle la rodilla en su sitio. A partir de ahí fue desarrollándose una sucesión de anomalías esperpénticas, explicables sólo con la mirada puesta en la precaria y oscura España de nuestra cruda posguerra.

Ramón Menéndez Cortina, “Monchu”, según foto de su ficha federativa.

Ramón Menéndez Cortina, “Monchu”, según foto de su ficha federativa.

Como los vestuarios se hallaban a cierta distancia del campo, siendo preciso atravesar una porción de tendido férreo hasta alcanzarlos, optaron por trasladarlo en bicicleta hasta una casa próxima. Allí lo vistieron mientras esperaban al taxi que los condujo a Gijón, concretamente al campo de Los Fresno, donde teóricamente debería hallarse el galeno encargado de examinarle. Pero no encontraron ningún rastro del facultativo. Él, para entonces, se retorcía de dolor. Y eso que antes había acreditado muchísimo aguante. Aquella vez, por ejemplo, que con quemaduras graves en las plantas de los pies y estando de baja laboral, sabiendo necesario su concurso en la Selección Carreñina, se vendó las extremidades tan fuertemente como pudo, buscó unas botas grandes y aprovechando que su padre no estaba en casa, jugó los 90 minutos. Sus propios compañeros tuvieron que descalzarle y luego la cosa acabó con una semana extra de baja, reposo y pomadas. Aguantaba casi todo lo imaginable. Excepto el terrible dolor que desde la pierna parecía ascender hacia la cadera. Cuando la extremidad comenzó a hincharse como un globo, le rasgaron el pantalón y optaron por conducirle a la clínica del doctor Villaverde, cuyo diagnóstico fue “derrame y dos desgarros en la rodilla”. El tratamiento, aún más abracadabrante: “Reposo en casa, y si el médico que te visite lo cree conveniente, vuelves a ingresar”.

Todo eso ocurrió el domingo. El lunes se acentuaron los dolores. Y como el martes empeorase, medio inconsciente, convulsionando, sería conducido al sanatorio, donde tras una exploración se advirtió tenía afectada la femoral. Para el jueves ya se había declarado la gangrena y él mismo pedía a gritos la amputación, con tal de no seguir sufriendo. A las 09,30 horas se lo llevaron al quirófano, de donde salió sin pierna tres horas más tarde.

Conforme sucediera con Alfonso, aunque esta vez sólo entre los límites de la región asturiana, el mundillo del balón formó piña en su favor. “En Asturias, el eco de la desgracia ha llegado hasta los últimos rincones -escupieron las linotipias-. Y los asturianos, la familia deportiva asturiana, se apresta a realizar una campaña en favor de Monchu que, si no ha de anular los efectos del trance, dará al jugador el consuelo de saber que su dolor es compartido por todos. Y que va a hacerse cuanto sea posible por mitigar en el aspecto económico la agravante situación en que el percance ha colocado a Monchu y su familia”.

Volvió a aplicarse la fórmula de incrementar en una peseta el precio de las entradas para los choques Oviedo – At Madrid y Gijón – Real Madrid, correspondientes al 9 de noviembre, así como de 50 céntimos en las de todos los choques de Regional a disputarse en la misma jornada. Cuando concluía diciembre del 47, el socorro al jugador, redondeado con distintas aportaciones voluntarias, ascendía a 63.262,50 ptas.

Armando Muñoz Calero. Su condición de médico-cirujano sin duda le hizo más sensible ante el abandono en que hasta entonces se hallaban los futbolistas, muy en especial los más modestos.

Armando Muñoz Calero. Su condición de médico-cirujano sin duda le hizo más sensible ante el abandono en que hasta entonces se hallaban los futbolistas, muy en especial los más modestos.

Por si alguien albergara dudas, ante la tozudez de los hechos, esa Mutualidad de la que venía hablándose tanto, se antojó necesidad perentoria. Todos los estamentos estuvieron de acuerdo en constituirla. Y aun así no escasearon obstáculos. Hecho sorprendente, si se mira bien, pues desde 1930 existía una Mutual en Cataluña, creada por el presidente de aquella Territorial futbolística y el cirujano Emilio Moragas Ramírez. Tan ejemplar organismo atendía a cuantos lesionados estuviesen adscritos a dicha Federación, nutriéndose de cuotas a cargo de los clubes, y de la recaudación de un partido amistoso anual que el propio Dr. Moragas pretendía convertir en dos, ante el creciente incremento de gastos. Como es lógico, la Mutualidad nacional se inspiró girando su mirada hacia Cataluña.

Fue a mediados de diciembre de 1948 cuando por fin, siendo presidente de la FEF Armando Muñoz Calero (Águilas, Murcia 15-II-1908 – Madrid 8-XI-1978)*, tan necesaria institución fue un hecho. Probablemente quien más empeño puso fue el vocal Carlos Pinilla, “que a su amplio sentido social une gran afición por todo cuanto al fútbol se refiere”, señaló la prensa. Y tampoco estuvo ajeno el doctor Aznar, miembro del Consejo. “Ahora podemos decir con orgullo y satisfacción que la España futbolística cuenta ya con una institución modelo, que atenderá solícitamente a los hasta ahora desamparados de toda ayuda”, se ufanaron, no sin razón, los medios.

El Consejo de la Mutualidad nació presidido por el máximo responsable de la FEF, ya citado Muñoz Calero, contando entre sus miembros con el secretario general y tesorero federativos, el director gerente del organismo, Manuel Troyano de los Ríos, y un representante de la Delegación Nacional de Deportes, otro de la Federación Española, del Comité Central de Árbitros, de Federaciones Regionales, clubes de 1ª, 2ª, 3ª y Regional, futbolistas de esas mismas categorías, preparadores y masajistas. Manuel Troyano de los Ríos, primer gerente, era alto jefe del Ministerio de Trabajo “especializado en cuestiones relativas a instituciones asistenciales”. La representación del Delegado Nacional de Deportes recayó en el Sr. Gutiérrez del Castillo, en tanto el Sr. Pinilla se hacía cargo de la vicepresidencia. La relación de cargos directivos se completaba así: Pablo Figuerola, secretario; Pujol, Urquijo e Ipiña, elegidos por el Consejo; y el Sr. Victory, designado también por la Delegación Nacional de Deportes, como interventor.

Quedaban automáticamente a cobijo del paraguas recién abierto los jugadores, árbitros, entrenadores y masajistas, y tras oportuna observación desde distintos clubes, se decidió estudiar la forma en que esos beneficios alcanzasen también a los delegados, en sus viajes con el equipo. La protección abarcaba servicios médicos, quirúrgicos y farmacéuticos, en caso de accidente o lesión sobrevenida durante la disputa de partidos oficiales o amistosos, entrenamientos autorizados y desplazamientos. Además se fijaban indemnizaciones por incapacidad, con un importe máximo de 50.000 ptas., y de fallecimiento, tasado en 30.000. En este último caso, las Territoriales abonarían con carácter urgente otras 3.000 ptas. para gastos de entierro.

Estas cifras irían incrementándose a medida que el organismo gozaba de una mayor tesorería. En diciembre de 1952, por ejemplo, el consejo de la Mutualidad presidido por el falangista Sancho Dávila y tras informe del director-gerente, acordó incrementar en 10.000 ptas. las prestaciones por incapacidad permanente total, absoluta y fallecimiento, hasta alcanzar respectivamente las 40.000, 60.000 y 40.000 ptas. Conste, como curiosidad, que esa misma asamblea nombraba miembros de la Comisión Rectora a Augusto Araño y al exfutbolista Juan Antonio Ipiña, además de desestimar el recurso interpuesto  por el jugador José Luis Vázquez, a quien la Comisión rectora negó amparo económico, “por no haber quedado incapacitado para el ejercicio de su profesión habitual”. Otro punto recogía la propuesta de crear una categoría de socios protectores, elevando dicha iniciativa al Comité Nacional.

Aquella Mutualidad arrancaba con tantas delegaciones como federaciones regionales, siendo el presidente de éstas el responsable de cada delegación. Se buscaba, según declaraciones del propio Gutiérrez del Castillo, que esas delegaciones contaran con absoluta autonomía para concertar establecimientos médicos en cada territorio, aunque “esos conciertos sólo serán definitivos tras aprobación del Servicio Médico de la Mutualidad, cargo desempeñado por el doctor Meano”. La financiación se obtendría mediante cuotas fijadas a clubes, jugadores, árbitros, etc., en función de sus respectivas categorías. Dicha recaudación competía a las delegaciones, reservándose éstas una parte, cifrada “en tanto se dicten nuevas normas”, en un 72 %.

El señor Troyano de los Ríos, muy demandado por los reporteros cuando se acercaba la Navidad, ponía alto su punto de mira: “Quiere la Mutualidad que se engloben en ella las máximas figuras de la especialidad, principalmente en traumatología. Habrá un concurso para la provisión de cargos, y en él se reconocerán méritos especiales a los facultativos que presten ya servicios en clubes o federaciones. Todo esto entrará en funcionamiento tan pronto llegue el material necesario. Sólo falta que las casas proveedores completen sus envíos, lo que espero suceda en breve plazo”.

Muy fáciles veía las cosas el primer gerente de la Mutualidad. Bastante más sencillas de lo que en realidad estaban. Para empezar, el organismo ni siquiera contaba con un censo de clubes y socios, es decir futbolistas, árbitros, técnicos y masajistas. Troyano de los Ríos iría tomando consciencia de las dificultades a medida que pasaban los días, como acabó reconociendo sin ambages: “No es nada fácil, ya que en el Anuario (federativo) figuran todos los clubes, incluso los que han causado baja. La Federación Regional Sur, por ejemplo, a la que se adjudican 489 clubes en la última publicación federativa, no tiene en realidad más que 257. De los dos mil y pico clubes que se atribuyen en toda España, sólo existen realmente 1.485. Saberlo con exactitud es importantísimo, lo mismo que el número de jugadores, cuyo censo va muy adelantado. Sin el dato exacto se hace imposible trazar un presupuesto real”.

Entre tanto, esos bucles a los que otras veces se ha aludido, tan encaprichados del balón y su mundillo, volvieron a hacer acto de presencia. Porque Si Alfonso, ariete del Murcia, fue involuntario impulsor de la Mutualidad, el primer paciente atendido de importancia sería Martí, portero precisamente del Real Murcia, “no obstante faltarle algún requisito legal en el momento de la lesión”, según tuvo empeño en puntualizar el por demás activo ante los medios informativos Troyano de los Ríos.

Como todas las grandes obras, ésta también capeó, si no con detractores a cara descubierta, con especialistas en zancadillas al bies. La prensa de la época nos lo sugiere con medias palabras. Y el omnipresente Manuel Troyano de los Ríos, muy en su papel de director gerente, acabó saliendo al paso sirviéndose de una entrevista concedida a Ramón Melcón, para “Marca”:

“- ¿Cree usted que la Mutualidad perjudicará determinados intereses?

– No. Actualmente los Clubes de posibilidades cuentan con un cuadro médico que, naturalmente, ha de resultarles muy gravoso. La Mutualidad los beneficiará, y que las cuotas que se impongan no alcanzarán ni con mucho a sus gastos actuales. Las sociedades modestas tendrán, merced a un mínimo desembolso, cubiertas todas sus necesidades en este aspecto. Y los médicos de los Clubes contarán con las máximas facilidades para su ingreso en el cuadro de la Mutualidad”.

Por supuesto, corriendo la época que corría y siendo “Marca” un diario del Movimiento, Melcón no quiso pasar por alto la oportunidad de repartir loas: “Es decir, que nadie saldrá perjudicado y se habrá conseguido, en cambio, el establecimiento de una institución ejemplar, tanto por su alcance patriótico como por su elevado sentido social, que tanto prestigia a los organismos supremos del futbol español”.

La Mutualidad era un hecho, y sus ventajas quedaron rápidamente de manifiesto. El día 7 de enero de 1949, sin ir más lejos, cuando falleció el modesto jugador Carlos Hernández como consecuencia de la lesión sufrida durante la disputa de un partido autorizado por la Federación Vizcaína. En reunión de la Comisión Rectora de la flamante Mutualidad, celebrada el 26 de febrero de 1949, bajo presidencia de Armando Muñoz Calero “y con asistencia de todos los miembros que la integran”, se acordaba “indemnizar a la familia del fallecido, no obstante no haberse cumplido todos los requisitos reglamentarios, y sin que ello pueda establecer precedente, con la cantidad de 30.000 ptas., que es el máximo autorizado por los vigentes estatutos”.

En dicha reunión se fijaron nuevas cuotas para clubes y afiliados, cuya aplicación efectiva tendría lugar la temporada próxima. Mediante el incremento acordado se pretendía una exención de pago a las entidades más modestas, incapaces de hacer frente a cualquier cuota. Y además, antes de dar carpetazo, se aireaba el llamamiento “a las Federaciones Regionales para que exijan a los Clubes el abono de las cuotas establecidas, bien entendido que la Federación Española de Fútbol aplicará rigurosamente las sanciones correspondientes por incumplimiento de dicha obligación”.

Vamos, que entonces, como ahora, cobrar costaba un triunfo.

Durante los meses siguientes, quién sabe si respondiendo a un reflejo de épocas anteriores, o porque mediante caridad se obtuvo en el pasado indemnizaciones superiores a las contempladas por la todavía precaria Mutualidad, no faltaron nuevos llamamientos solidarios. Ocurrió cuando en la madrugada del domingo 7 de agosto de 1949 volcó el autocar del sevillano Osario Balompié, en la carretera de Carmona. Trece de los futbolistas quedaron en centros sanitarios hispalenses, en condiciones de imposibilidad total. “La maravillosa labor de la Mutualidad Deportiva subsanará en parte este mal – recogieron distintas corresponsalías andaluzas-, pero las consecuencias derivadas, debido a la modestia de las víctimas, son tales que la idea lanzada por el único elemento profesional participante en la expedición creemos es digna de que cristalice, para llenar esa laguna a que aludimos, y también para colaborar a la eficaz intervención en el asunto de la indicada organización benéfica”.

Los futbolistas modestos, los de campos terrizos, duchas ideales para la congelación y camisetas descoloridas, recibieron muy favorablemente el avance que supuso la Mutualidad.

Los futbolistas modestos, los de campos terrizos, duchas ideales para la congelación y camisetas descoloridas, recibieron muy favorablemente el avance que supuso la Mutualidad.

Ese único elemento profesional de la plantilla y propulsor de la idea, no era otro que Rafael Lacomba, antiguo guardameta del Betis que, contradiciendo a los reporteros, no pertenecía a la entidad afectada, por más que hubiese viajado con el equipo a La Campana y Carmona. Según todos los indicios, la directiva del Osario sólo habría tirado de él como refuerzo de pretemporada. Con una simple herida en la mejilla y sin reponerse del susto, el ex cancerbero bético propuso algún tipo de ayuda, bien mediante derramas o aportaciones altruistas de los clubes andaluces y marroquíes, muchos de cuyos colores habían defendido los ahora afectados.

Con Mutualidad o sin ella, los buenos corazones parecían seguir teniendo la última palabra.

La extraordinaria labor del nuevo organismo resultaría difícilmente evaluable sin alguna incursión por sus memorias y balances. Vayan pues unos datos, con perdón anticipado ante la farragosidad numerológica.

Durante el Campeonato 1950-51, fueron atendidas 8.655 lesiones. Los gastos por hospitalización y asistencia médico-farmacéutica ascendieron a 4.100.000 ptas. en todo el territorio nacional, en tanto las indemnizaciones por jornales perdidos a causa de esas lesiones superaron el medio millón. El doctor González Vicens, jefe de los servicios médicos, aspiraba a que en un futuro “y dentro de ciertos límites, cada jugador lesionado pueda elegir al médico que goce de su confianza; dicho facultativo será retribuido por la Mutualidad conforme a las tarifas de lesiones que actualmente se estudian”.

Decir que desde ciertas federaciones se llevaban las cosas con meticulosidad extraordinaria, es quedarse muy corto. El mimo con que algunos responsables de servicios médicos confeccionaban sus estadísticas, causa asombro hoy, en plena era informática e imperio de las bases de datos. A lo largo de esa misma temporada 1950-51, la Castellana había atendido a 494 lesionados. En su extrema pulcritud, el doctor Amérigo Marín, jefe de servicios médicos, establecía como puesto más peligroso el de medio izquierdo (53 lesionados) por delante del extremo derecho (51). E incluso contemplaba índices curiosísimos, puesto por puesto. Vaya el siguiente cuadro, como regalo para los más curiosos:

PUESTO DEL JUGADOR LESIONADOS
Portero

50

Lateral derecho

41

Defensa central

32

Lateral izquierdo

46

Medio derecho

46

Medio izquierdo

53

Extremo derecho

51

Interior derecho

40

Delantero centro

46

Interior izquierdo

31

Extremo izquierdo

32

Las lesiones también afectaron a colegiados y jueces de línea (19). E incluso a entrenadores (7). Entre las lesiones arbitrales, aparte de esguinces y afecciones musculares, en su mayoría eran consecuencia de golpes diversos. El silbato, antes y ahora, no suele sonar a gusto de todos. Con respecto a los entrenadores -en su totalidad víctimas de lesiones musculares- ni uno sólo la padeció durante los 90 minutos de sufrimiento dominical. El mes más negro había sido febrero. Lógico, si se mira bien, pues lluvias y heladas convertían muchos terrenos de juego en superficies irregulares, por demás proclives al percance. De las 494 lesiones, 37 correspondieron a fracturas (una de tibia y peroné y cuatro de peroné,  consideradas más graves, amén de 21 casos de menisco). El resto respondían mayoritariamente a este desglose: Articulares 194; musculares 55; contusiones 111; heridas diversas 20. El club más infortunado fue el Aranjuez, con 21 lastimados. A esta entidad correspondía también el mayor gasto sanitario: 8.618,50 ptas., englobando tratamientos e indemnizaciones. Los gastos totales se elevaban a 173.938,81 ptas. de la época.

No iban a la zaga las memorias de la Federación Guipuzcoana, que incluía, además, los territorios de Álava, La Rioja y Burgos. Sólo como contrapunto, observemos algunos de aquellos datos:

La temporada 1947-48 atendió a 280 mutualistas, 270 en la siguiente, 393 durante la campaña 1949-50 y 340 en la 1950-51. A lo largo de esta última, los casos más graves correspondieron a sendas roturas completas de músculos cuádriceps del muslo. Román Emery, uno de los afectados, hijo de futbolista descollante en el Real Unión irunés de sus años gloriosos y ancestro del actual y afamado entrenador en el Almería, Valencia, Sevilla o París S. G., pudo seguir jugando. El otro, joven mutriqués, al menos quedó en condiciones de trabajar. El porcentaje de afectados era francamente elevado, pues dicha federación contaba únicamente con un censo de 1.300 futbolistas. Los caídos por posición en el campo arrojaban este saldo:

PUESTO DEL JUGADOR LESIONADOS
Portero

24

Lateral derecho

25

Defensa central

22

Lateral izquierdo

12

Medio derecho

46

Medio izquierdo

26

Extremo derecho

17

Interior derecho

64

Delantero centro

30

Interior izquierdo

42

Extremo izquierdo

23

Las quinielas contribuyeron decisivamente a la viabilidad económica de un organismo fundamental para el fútbol y los futbolistas más modestos. En la imagen, resguardo correspondiente a la temporada 1955-56.

Las quinielas contribuyeron decisivamente a la viabilidad económica de un organismo fundamental para el fútbol y los futbolistas más modestos. En la imagen, resguardo correspondiente a la temporada 1955-56.

Actuar como interior, en Guipúzcoa, equivalía a jugársela. Y conforme ocurría en Castilla, los de la banda derecha padecían más que quienes se movían por la izquierda. Los árbitros, al parecer, “cobraban” menos en el Norte, pues sólo hubo que atender a dos, y no víctimas de agresión, sino de distensiones. Entrenador tan sólo uno, por accidente de automóvil in itínere.

Estadísticas al margen, poquito a poco, solventando dudas y defectos, el organismo iría afianzándose, hasta hacerse imprescindible. A su engrandecimiento contribuyeron decisivamente las quinielas, el “1-X-2” del Patronato de Apuestas Mutuas, toda vez que la Mutualidad se convirtió en perceptor de un porcentaje sobre cuanto pronosticaban los españoles. Y es que por muy paradójico que pueda antojársenos, entre los distintos beneficiarios de un invento cuyos pilares se asentaban sobre el sudor de los futbolistas, hasta 1953 a nadie se le ocurrió pensar en ellos. Cuando a principios de ese año se hizo llegar al Patronato la reclamación del director de la Mutualidad, favorablemente acogida por el entonces ministro de Hacienda, Sr. Gómez del Llano, todo comenzó a cambiar. Mediante Decreto fechado el 6 de Febrero del 53 se otorgaba a la Mutualidad “el 50% de lo ahorrado por el Patronato en gastos de gestión y administración”. Cifra traducida en un aporte a la Mutua de casi 3 millones de ptas., en febrero del año siguiente. Concretamente 2.977.671,40. Un dineral, a tenor de las cifras ya apuntadas, mediante el que un proyecto todavía dubitativo, cuando no deficitario, acabaría asentándose.

Basta una mirada hacia atrás para admitir el buen uso aplicado a aquel maná. Cierto que inicialmente se propuso construir un gran sanatorio, ejemplo español para el mundo. La tentación faraónica siempre ha estado ahí, sobre la almohada de los mandamases. Pero en seguida se supo ver que ni el mejor hospital del país, sito en Madrid, iba a resolver los problemas de Galicia, Canarias, Extremadura o Navarra. Consecuentemente, casi la mitad de lo percibido -1.340.205 ptas.- se destinó a subvención de delegaciones regionales en déficit: Aragonesa, Asturiana, Guipuzcoana, Valenciana y Gallega. Y el resto a la mejora de instalaciones donde más se precisaba: delegaciones Andaluza, Cántabra, Hispano-Marroquí, Oeste, Tinerfeña y Gallega. Esta última no sólo arrojaba un déficit crónico, sino que carecía de elementos tan imprescindibles como aparatos de Rayos-X.

Por supuesto, la aportación quinielística no acabó con los homenajes recaudatorios. Tampoco la Mutualidad nació para erradicarlos. Pero merced a sus excelentes servicios, muchos jugadores no se vieron en el trance de colgar las botas al primer revés importante. Recuperados, intervenidos por los mejores especialistas del área donde habitasen, podían seguir persiguiendo sueños tras el balón. Puestos a seleccionar un ejemplo, nadie lo ilustraría mejor que el cántabro Eduardo Botas, probablemente récord de tenacidad entre los modestos y condecorado con todas las heridas “de guerra” imaginables.

Antiguo botones del Racing de Santander, al que según los técnicos únicamente faltaron 10 centímetros de estatura para haber vivido del fútbol, con la treintena ya estrenada había sufrido hasta la temporada 1949-50 una fractura de tibia en 1940, jugando con el Rayo Cantabria. Dos años más tarde, en Barreda, le partieron el peroné, y en Ramales, no mucho después, cuatro costillas que a punto estuvieron de perforarle los pulmones. En 1949, durante un encuentro Vimenor – Hogar, se fracturó el radio. Y para que nada faltase, en Parbayón volvieron a partirle el peroné por su parte inferior. Como los toreros de raza, parecía crecerse tras cada revolcón. No sólo volvía al fútbol con la pasión de siempre, sino que durante una de sus convalecencias y ante los apuros atravesados por su equipo, llegó a discutir con el médico para que le retirase la escayola y así saltar al campo aquel domingo. Suerte que el facultativo se mostrara impermeable ante tanta súplica e insistencia. Cierto día que no se había lesionado, después de jugar en Palencia se empeñó en acudir al río, para bañarse. Ni corto ni perezoso, al descubrir una especie de trampolín natural, saltó haciendo el ángel. Bajaba muy poca agua y su cabeza quedó medio clavada en el fango. Tuvo que ser atendido de heridas en el cráneo y una fuerte conmoción, cuando muy bien podría haberse partido la médula espinal. Todo ello para no ver apenas un duro, puesto que sus únicas salidas del modesto campeonato cántabro, hacia Huesca y Cartagena, ni muchísimo menos le llenaron la billetera.

A jóvenes no tan osados como él, la Mutualidad sí les resolvió problemas. Cuesta imaginar el devenir del deporte rey sin el benemérito organismo, hasta que la Seguridad Social, no ha mucho, acogiese a los futbolistas. Y sin embargo estuvo haciéndose esperar hasta 1948. Veintidós años, nada menos, desde la instauración del profesionalismo.

(*) .- Además de presidente de la Real Federación Española de Fútbol desde 1947 hasta 1950, D. Armando Muñoz Calero fue médico-cirujano, divisionario azul, presidente de la Organización Médica Colegial durante los años 1945 y 1946, vicepresidente del At. Madrid en los años 60 y político del régimen, faceta en la que habría de ostentar los cargos de Procurador en Cortes durante cinco legislaturas no consecutivas, entre 1946 y 1971, Jefe de la Obra Sindical 18 de Julio, a caballo de los 40 y 50, Presidente de la Mutualidad Laboral del Seguro Obrero de Enfermedad, Presidente de la Diputación de Madrid y Teniente de Alcalde en el Ayuntamiento madrileño. Se asegura le cerraron el portón federativo luego de afirmar, tras el gol de Telmo Zarra en Brasil, que España acababa de derrotar a la pérfida Albión, frase, por cierto, erróneamente atribuida a Matías Prats Sr.. Inglaterra presentó una protesta formal por vía diplomática y aunque nuestro hombre se habría disculpado asegurando utilizar erróneamente lo de “pérfida”, creyendo que el adjetivo significaba “rubia”, “luchadora” o “aguerrida”, no coló. La frase, empero, hizo fortuna, quedando para nuestra historia balompédica.




Un infortunio que marcó época

La historia del fútbol no sólo es pródiga en futbolistas, equipos, entrenadores o selecciones de época. También hubo acontecimientos que, para lo bueno y lo malo, marcaron un antes y un después. El día que a Chacho se le ocurrió pedir un plus por cada gol marcado, ante un flojo oponente de nuestra selección, nacieron las primas como estímulo cotidiano. Cuando coló por la ancha manga federativa el primer oriundo con partida de nacimiento falsa, sobrevinieron diez o doce años de fraude generalizado. En el momento que un primer directivo se avino a repartir comisiones de fichaje entre quienes ni siquiera representaban a la supuesta estrella contratada, quedó abierta una amplia avenida en el oscuro submundo del balón. Igualmente, en el instante fatídico que Alfonso enterraba sus ilusiones sobre el césped gijonés, florecía un primer germen de cambio, humanidad y lógica, entre las botas de sus compañeros, fueran éstos jugadores profesionales o aficionados. Y ya era hora. Porque hasta entonces, los imprescindibles protagonistas de la fiesta estaban dejados de la mano de Dios.

Alfonso Fernández Rodríguez (Lora del Río, Sevilla, 9-III-1918), era aún muy niño cuando sus padres se avecindaron en la sevillana calle de San Jacinto, corazón del barrio de Triana. Devoto del balón, daría sus primeras patadas medianamente formales con una especie de peña denominada Los Buenos Amigos. Ya un poco más en serio, vistió la camiseta del Castilla sevillano, desde donde, cuando sólo contaba 17 años, llamó la atención de algún cazatalentos Bético. Tras someterse a diversas pruebas, y puesto que aún estaba muy verde, acabaron incluyéndolo en el Calavera, por entonces filial del equipo verdiblanco. En esa época jugaba como medio centro, en el puesto que hoy correspondería a un defensa central adelantado. Su talante aguerrido, fortaleza y contundencia en el choque, unidos al hecho de no volver nunca la cara, parecían predestinarlo a la contención. Sin embargo habría de debutar como bético el jueves 26 de noviembre de 1939, en partido a beneficio del guardameta Jesús, ocupando la demarcación de extremo izquierdo. Aunque hizo cuanto pudo, pegado a la banda se sintió perdido. Si no fuera por lo que para él representaba lucir la camiseta verde y blanca, aquella hubiese sido una tarde merecedora de olvido.

Al término de la temporada 1940-41 y luego de haber disputado 6 partidos de 2ª División con el equipo bético, desde la directiva no quisieron extenderle contrato profesional. Y él, enojado, decidió acompañar a Andrés Aranda, que acababa de fichar por el Jerez como jugador-entrenador. En ese mismo viaje, además, llegarían hasta Jerez de la Frontera los también béticos Pineda y Morera. Su vida iba a experimentar un cambio trascendental en la capital del vino. Porque Aranda comenzó a probarlo de ariete, ante las deficiencias observadas en quienes a priori eran destinatarios a ese puesto. Unos pocos partidos bastaron para convertirlo en revelación. Aun hallándose en las antípodas del atacante exquisito, tanta bravura y acometividad, unidas a la descomunal potencia de su tercio inferior, le permitieron transformarse en goleador de garantía.

Tres campañas comandando el ataque jerezano (desde 1940 hasta el 43), sobraron para convertirlo en pieza codiciada. El propio Betis, bastante desasistido de cara al gol, trató de recuperarlo sin fortuna. Y no porque Alfonso albergara resquemores; sencillamente, desde Murcia le ofrecieron 40.000 ptas. y un proyecto que permitía soñar con el ascenso a 1ª. Imposible adivinar, claro está, que con el once pimentonero iba a vivir días tan trágicos.

Las cosas junto a la huerta, empero, ni en sueños hubiesen podido empezar mejor. Titular indiscutible, pocos zagueros lograban impedirle festejar algún gol. Llevaba 10 en 16 partidos, postulándose como primer rematador en nuestra categoría de plata, cuando el 30 de enero de 1944 saltó al campo gijonés de El Molinón. El terreno estaba embarrado, hacía frío, y colgar balones sobre el marco asturiano se antojaba conceder ventaja al guardameta Lerín, valentísimo siempre, macizo, y  con metro ochenta y cinco de estatura, guarismos que lo convertían en uno de los cancerberos más altos entre los profesionales de 1ª y 2ª. Pero en eso consistía el juego atacante del Real Murcia, en rápidas escapadas por la banda y bombeos a la olla, donde Alfonso acostumbraba a obtener ventaja. Buscando uno de esos centros, ariete y portero chocaron violentamente. Cayeron. Lerín, con sus casi noventa kilos, encima de Alfonso. Y como éste viera el balón suelto, frenado por el barro a pocos metros, trató de levantarse a toda prisa, aún a costa de izar también todo el peso de su contrincante. Los muslos del andaluz eran impresionantes. Casi dos columnas dóricas, fibrosas y de amplio diámetro. Habían realizado proezas semejantes. Sin embargo esa tarde, cedieron.

Los espectadores situados junto a la portería oyeron el grito de Alfonso. Lerín, abalanzándose a por el balón y de nuevo en pie, volvió junto al caído. Sólo necesitó un vistazo para advertir la gravedad del percance. Ni siquiera se habían acercado los defensas gijoneses cuando el cancerbero ya hacía ostensibles gestos reclamando asistencia. Para cuando el atacante fue transportado hasta el vestuario, su pierna derecha, hinchadísima, mostraba un alarmante tono gris. No había rotura ósea, como futbolistas y público temían, sino algo peor, en opinión del galeno que ordenara preparar un traslado urgente al hospital.

En el centro médico se confirmaron los peores presagios. Alfonso sufría una rotura muscular con grave desgarro de la femoral. Era eso lo que había propiciado el encharcamiento interior de la extremidad. “Se confirma el grave estado de Alfonso”, titularon distintas notas de agencia esa misma noche. “Los médicos, expectantes ante su evolución, no descartan intervenirle”. Lerín, en compañía de otros jugadores gijoneses, se dejó caer hasta el hospital, sin que se les permitiera ver al herido. Durante el día siguiente no pareció advertirse ninguna evolución favorable. La directiva gijonesa, puesta a disposición de la pimentonera cuando los visitantes hubieron de emprender el retorno a Murcia, veló al lesionado con el mismo celo que hubiese puesto por uno de sus muchachos. Lerín, muy afectado, volvía una y otra vez al centro sanitario.

Alfonso, con muletas, en uno de los homenajes recaudatorios que le fueron tributados.

Alfonso, con muletas, en uno de los homenajes recaudatorios que le fueron tributados.

El 2 de febrero, advirtiendo incuestionables signos de gangrena, los doctores Hurle y Morán no tuvieron otra opción que amputar la pierna. Si Alfonso decía adiós al fútbol, tocaba confiar en su soberbia naturaleza para que al menos salvara la vida. Lerín, solícito, seguía acudiendo al hospital todos los días, y cuando el ya exfutbolista comenzó a sentirse mejor, contribuyó a levantarle el ánimo anticipándole cuanto estaba preparándose en su beneficio. Porque el suceso, ciertamente, había causado honda conmoción.

Amén del partido homenaje concertado casi de inmediato entre los mandamases de Murcia y Gijón -el término Sporting, como Racing o Athletic había sido abolido por decreto-, desde la Federación Española se decidió imponer un sobreprecio a todas las entradas vendidas en 1ª y 2ª División durante dos jornadas consecutivas (12 y 19 de marzo): Una peseta para localidades de Preferencia, y 50 céntimos en las de General, destinadas a socorrer al infortunado. Murcia y Gijón, además, concluyeron con muy buen criterio no brindar un único choque benéfico, sino dos; en El Molinón y La Condomina respectivamente, como si de una eliminatoria copera, a ida y vuelta, se tratase. Por cierto que los prolegómenos del partido jugado en Murcia tuvieron mucho de reconocimiento desde la afición local hacia el cuadro gijonés, su directiva y el propio Lerín, a quien la prensa retratara como segundo ángel de la guarda de Alfonso.

Lástima que no desde todos los clubes se actuase con la misma generosidad. Algunos racanearon con el suplemento obligatorio, en tanto otros, como Sevilla y Betis, concertaron enviar 6.000 ptas. cada uno, cifra superior a lo que con certeza hubiese supuesto el recargo sobre sus entradas. También hubo aportaciones voluntarias, gestos desprendidos de particulares y clubes modestos. Se ha escrito con alguna reiteración que la mayor cuantía llegó desde el Real Madrid, algo contradicho desde la propia Federación Española, en su detallada memoria. Según ésta, la cifra máxima provenía del encuentro Barcelona – Español (7.233 ptas.), seguida por el Sevilla – At. Aviación (5.840), Valencia – Celta (5.308,50), Oviedo – Valencia (5.048,50) y R. Madrid – Sabadell (5.028). El partido que menos proporcionó entre todos los de 1ª y 2ª fue el Celta – Barcelona disputado en Balaídos: 418 raquíticas y sospechosas pesetas, de las que además 193 correspondían a donaciones.

El desglose de partidas arrojaba el siguiente saldo:

Por recargo en las entradas………………………56.002 ptas.

Procedente de aportaciones voluntarias…………21.180,95

Beneficio del partido organizado en Gijón………36.062,10

Beneficio del organizado en Murcia…………….24.958, 95

Donativo de la Federación Española……………11.796,10

Todo ello ofrecía un total de 150.000 ptas.

Abril de 1947. Alfonso en el homenaje tributado por el Murcia, con ocasión de su ascenso a 1ª División. Habían transcurrido dos meses y medio largos desde su tremendo infortunio.

Abril de 1947. Alfonso en el homenaje tributado por el Murcia, con ocasión de su ascenso a 1ª División. Habían transcurrido dos meses y medio largos desde su tremendo infortunio.

Desde el ente federativo se quiso redondear una bonita cifra, “sin perjuicio de abonar los honorarios del facultativo que efectuó la intervención del jugador”, como hizo constar en la citada memoria.

Durante los meses de marzo, abril, e incluso mayo, menudearon las noticias en torno a Alfonso. Su foto, ya recuperado, asistiendo al campo con muletas, se hizo familiar. También sus declaraciones, su estupor ante unas muestras de afecto que le desbordaban. “Mañana será sometido el jugador a las primeras pruebas con una pierna ortopédica”, llegó a recogerse. O “El presidente me ha ofrecido un puesto en el Murcia, sin concretar en qué consistirá. Aún no sé lo que haré”. Promesas fruto del oportunismo que demasiadas veces acaban enredándose en cualquier viento. Luego, poquito a poco, Alfonso y su drama quedaron en el olvido.

Con parte de aquellas 150.000 ptas., cifra importante cuando los funcionarios liquidaban entre 600 y 800 mensuales, según su rango, el sevillano adquirió una casa en la calle Pagés del Corro, donde habitaba de alquiler. Y allá por setiembre de 1945 sería nombrado vocal en la directiva del Calavera sevillano, club cuya camiseta vistiese con provecho en sus inicios, presidido a la sazón por el antiguo directivo bético Ildefonso Domínguez.

Por cuanto respecta a Lerín, involuntario y pasivo “partenaire” en el drama, continuó jugando al fútbol. Y puesto que el repaso de tan triste hecho quedaría cojo sin glosar su muy destacable biografía, vaya el siguiente apunte.

Natural de Jaurrieta, Navarra (7-XII-1913), Andrés Lerín Bayona ya defendía el marco del Escoriaza con 15 años. Desde dicho cuadro pasó al Español de Zaragoza con 16, al Zaragoza sin cumplir todavía los 18, Español Arrabal frisando los 19 y Real Zaragoza para la temporada 1932-33, con 200 ptas. mensuales de asignación. Allí el entrenador portugués Felipe Dos Santos estuvo a punto de reconvertirlo en medio, queriendo sacar partido a su envergadura, nada habitual para la época. Desistiría pronto, sin embargo, al advertir que su auténtico puesto estaba bajo los palos. Conocido como “El Brozas” entre sus compañeros de vestuario, fue seguro y  firme puntal en el ascenso a 1ª División de un equipo que si en Zaragoza fue rebautizado como “Los Alifantes”, por los campos donde rendían visita solían ser “Los Leñadores”, atendiendo a la enorme dureza, cuando no violencia pura, con que solían emplearse varios de sus componentes. Nada más concluir la campaña 1935-36, solicitó y obtuvo permiso del club para reforzar a Osasuna, junto con Olivares, durante un torneo disputado en Mallorca. De vuelta visitó a su hermano, en Fuenterrabía, justo el 16 de julio de 1936, y allí seguía dos fechas después, al estallar el pronunciamiento militar y con él nuestra Guerra Civil. Cruzar a Francia desde Fuenterrabía sólo le supuso un paseíto de media hora. Y desde el otro lado de la frontera, al igual que cientos de veraneantes, se dispuso a ver en qué paraba toda aquella confusión.

Puesto que el asunto se alargaba más de la semana y media que muchos vaticinaban, decidió hacer tiempo alineándose con el Perpignan, antes de regresar a zona republicana y disputar varios partidos con el Badalona, a lo largo de lo que pudiéramos considerar extraoficial campaña 1936-37. También trató de embarcarse en la gira propagandístico-deportiva del Euskadi, donde sus servicios finalmente no fueron considerados necesarios, al contar la organización vasca con dos porteros de máxima garantía, como eran Gregorio Blasco y Rafael Egusquiza. Decepcionado, quizás, desanduvo el camino hasta Francia para enrolarse otra vez en el Perpignan. Y entre ese club y el campo de concentración francés de Saint Cyprienne pasó la contienda.

Nada más asomar a España fue reclamado por el juzgado de Reus, yendo a parar a la cárcel de dicha población tarraconense durante unos días. Sus dificultades no habían hecho sino empezar, puesto que si en vísperas de la guerra se significara como aguerrido socialista, el voluntario exilio posterior le hizo parecer ante autoridades y buena parte del público zaragozano como rojo y cobarde. 

Sometido al proceso de depuración política, sería descalificado por un periodo de 6 años, reducido luego, conforme ocurriese en otros muchos casos, siempre tras interposición de recurso, a 12 meses de suspensión. Dicho de otro modo, pasó en blanco la temporada 1941-42. Entonces la desafección se consideraba imperdonable. Había demasiada sangre fresca para impedir que la víscera amordazase a la razón. Consecuentemente, al arrancar la temporada 1942-43 gran parte de los espectadores  maños la tomaron con él. “Hasta los niños me llamaban rojo por la calle”, recordaba con amargura muchos años después. Como la situación le resultara insostenible, solicitó la baja y fue a Gijón, perseguido por 30 anónimos franqueados desde la ciudad del Pilar, desaconsejando su fichaje a la directiva gijonesa, ante sus antecedentes políticos. “El Gijón era mi única esperanza -reconoció, ya mayor-. Si me hubiesen dado la espalda también allí, lo habría tenido fatal”. Por eso, necesitando aferrarse al clavo ardiente, acordó no cobrar un céntimo hasta acreditar sus condiciones. Catorce partidos consecutivos con el marco imbatido en El Molinón, disiparon cualquier duda o miedo a represalias junto al Cantábrico.

Ascendido a 1ª con el cuadro gijonés durante aquella campaña, se alineó 18 veces en la siguiente (1944-45), ya entre los grandes. Y lo que son las cosas, protagonizando uno de esos curiosos guiños a que tan acostumbrados nos tiene el fútbol, recaló en Murcia durante el verano del 45, el Murcia del malogrado Alfonso, para disputar 39 partidos de liga en la categoría reina, distribuidos en dos campañas. Luego, como las turbias aguas de posguerra se habían ido calmando* vuelta a Zaragoza. A un Real Zaragoza hundido en 3ª División, donde habría de contribuir a la reconquista de 2ª, tras dos campañas (1947-48 y 48-49) trotando por campos de tierra. Festejado el ascenso a la división de plata, colgó las botas con 36 años.

Andrés Lerín. De repudiado por la afición zaragocista o santo y seña del club maño durante 30 años.

Andrés Lerín. De repudiado por la afición zaragocista a santo y seña del club maño durante 30 años.

Quien tan denostado había sido en la ciudad del Ebro y La Pilarica, supo resarcirse a conciencia, puesto que entrenó al filial zaragocista, a los juveniles, y fue ayudante de Juanito Ruiz, Berkessy, Eguíluz, Balmanya, Paco Brú, Mundo, Juanito Ochoa, Urquiri y Quincoces, en la primera plantilla aragonesa, donde también ejerció como entrenador de porteros, masajista, delegado de campo, jefe de personal y conserje. En posesión del título de entrenador desde 1952, convocatoria en la que salieron igualmente titulados Miguel Muñoz y José Gonzalvo, llegó a asumir puntualmente la dirección del equipo maño el 8 de mayo de 1967, después de que fuera destituido  Daucik, en choque de desempate copero ante el Europa barcelonés, que a la postre significaría el acta de defunción deportiva de los muy añorados “5 Magníficos”. Se jubiló en el Zaragoza durante 1978, no sin haber dirigido antes al Ejea (temporada 1972-73, en 3ª División). Y aún después, por matar el gusanillo, hizo lo propio con el juvenil del CD Helios, allá por 1981-82.

A raíz de su fallecimiento en la capital aragonesa (19 de noviembre de 1998), cierto medio informativo recogió en su obituario una supuesta militancia comunista en tiempos de preguerra. Algo que rápidamente sería contestado por su hija: “Nunca fue comunista; socialista sí, hasta el tuétano”.

Tras la desgracia descrita, con Alfonso como víctima, desde distintos estamentos federativos comenzó a plantearse la necesidad de crear algún organismo de auxilio; algo semejante a un montepío, que garantizase la recuperación física y económica de los futbolistas ante trances desdichados. Porque si los jugadores señeros, los que solían asomar a los medios, pudieran considerarse más o menos a salvo de la indigencia merced a movilizaciones de clubes, compañeros de profesión y público, cualquier modesto con mala suerte tenía todas las papeletas para quedar a la intemperie. Y como muestra baste comparar el percance del delantero murciano con el desastre del Betanzos, acaecido por esas mismas fechas.

El equipo coruñés se desplazaba en tren, cuando a la altura de Torre se produjo un fatal descarrilamiento. Este hecho apenas fue recogido por la prensa, lejos del ámbito gallego. Solía ocurrir con las catástrofes ferroviarias, consecuencia, muchas veces, del lamentable estado de raíles, traviesas y material rodante. Al régimen no le interesaba alarmar a los españoles, y aún menos dejar volar la imaginación de disconformes o republicanos emboscados, listos a presuponer sabotajes del maquis donde sólo mediaba el despiste o la obsolescencia mecánica. En menos palabras, se “recomendaba” no airear desgracias, aunque ello llevase aparejada la comprensible tibieza ante cuestaciones en favor de las víctimas. Baste comparar el monto de lo entregado a Alfonso, con cuanto llegó a reunirse durante la campaña pro damnificados del club Betanzos. Y eso que existieron víctimas mortales entre el puñado de modestos.

Remitido Al Betanzos………………….17.408 ptas.

Envíos a la Federación Gallega………… 1.300

Girado a la Federación Española……….. 8.714,85

Donativo de la Federación Española……50.000

Todo ello arrojaba un saldo de 77.422,85 ptas. Gracias a la meticulosidad de la Nacional, como entonces solía denominarse a la FEF, conocemos cómo fue el reparto, hasta su último decimal. Sírvanse los más curiosos:

Diferentes gastos e indemnizaciones diversas, adquisición de material deportivo e indumentaria para los jugadores del Club, debidamente justificados, supusieron una inversión de 20.005,85 ptas. Las 57.417 restantes se distribuyeron así, a propuesta de la Regional Gallega, refrendada por la Nacional:

Familiares de Moisés Remo, jugador fallecido…………….20.000

Familia de Manuel García, igualmente fallecido……………..20.000

A Enrique Dopico, jugador hospitalizado 120 días………….7.500

A Remigio Pérez, jugador con 56 días de hospitalización…. 3.500

Al Club Betanzos, por perjuicios materiales diversos……… 6.417

No era lo mismo fallecer durante un desplazamiento, si se era modesto, que perder una pierna como profesional de 2ª División. La injusticia resultaba evidente, contemplárase el cuadro desde cualquier ángulo. Había llegado la hora de resolver un problema endémico en nuestro fútbol.  Una omisión hasta cierto punto justificable durante las turbulencias que precedieron a la profesionalización, en 1926, pero sin medio pase cuando en torno al balón empezaban a moverse cifras ya muy respetables.

Este fue el pistoletazo de salida hacia la Mutualidad de Futbolistas, sobre cuyos pormenores se tratará en el próximo número de Cuadernos.

Alfonso vivió el discutible honor de representar un “antes”. El aguerrido atacante que no pudo pasar a la historia por sus virtudes balompédicas, lo hizo, en cambio, y de rebote, por una puerta lateral. Otros muchos, más anónimos, irían empedrando el “después”.

* Ayudó a ello, y no poco, la derrota del Eje en la II Guerra Mundial y el distanciamiento de la Falange protagonizado por Francisco Franco, en favor de la Iglesia. Clara maniobra destinada, si no a congraciarse con los aliados victoriosos, al menos tendente a propiciar el olvido internacional de antiguas veleidades fascistoides.




Manuel Zuñiga: El orgullo de Luciana

Zuñiga junto a Marina en un encuentro Español-At. Madrid

Zuñiga junto a Marina en un encuentro Español-At. Madrid

La primera vez que vi jugar a Zuñiga era la temporada 1976/77. Fue en un derby de Primera División de categoría juvenil entre el Manzanares C.F. y Calvo Sotelo. Se impusieron los manzanareños por 3-0 y pese al resultado favorable del equipo de mi ciudad, me impresiono la calidad de este jugador que lucia en su espalda el número once y que con diferencia era el mejor jugador del equipo representativo de Puertollano. Fue el comienzo de una larga carrera futbolística que finalizo en el Ecija C.F. a los treinta y cinco años de edad.

Manuel Zuñiga Fernández nació en la pequeña localidad de Luciana en la provincia de Ciudad Real el 29 de junio de 1960. Sus inicios futbolísticos fueron en las categorías inferiores del Calvo Sotelo de Puertollano.

Zuñiga el segundo por la derecha agachado con el Calvo Sotelo juvenil  Fotografía cortesía de Luis Pizarro Ruiz de su obra Futbol y Sociedad en Puertollano en el siglo XX (1920-2000) de Ediciones Puertollano

Zuñiga el segundo por la derecha agachado con el Calvo Sotelo juvenil
Fotografía cortesía de Luis Pizarro Ruiz de su obra Futbol y Sociedad en Puertollano en el siglo XX (1920-2000) de Ediciones Puertollano

Temporada 1977/78

Con tan solo diecisiete años y aun en edad juvenil debutaba con el primer equipo que militaba en la división de plata del futbol español.

Fue el 2 de octubre de 1977 en la jornada numero cinco del campeonato de liga, el Calvo Sotelo vencía por 3-1 al Granada. De la mano del entrenador Lalo el joven Zuñiga sustituya a Nani tras el descanso cuando el equipo local perdía 0-1 con gol del granadino Williams. Su entrada revoluciono totalmente al equipo y con dos goles de Odair y otro de Chone remontaban el partido y conseguían la primera victoria de la liga. Esa temporada jugo veintiséis partidos anotando tres goles ante Valladolid, Recreativo de Huelva y Baracaldo. Pese a su buena campaña no pudo evitar el descenso del equipo a Segunda División “B”. El Calvo Sotelo quedaba en última posición con un bagaje de 25 puntos.

12/02/1978 Calvo Sotelo-Celta. De pie: Andrés, Bezares Leguizamón, Chema, Quico y Amutio. Agachados: Belmonte, Nuevo, Odair, Waldo y Zuñiga. El partido termino en tablas  0-0  Fotografía cortesía de Luis Pizarro Ruiz de su obra Futbol y Sociedad en Puertollano en el siglo XX (1920-2000) de Ediciones Puertollano

12/02/1978 Calvo Sotelo-Celta. De pie: Andrés, Bezares Leguizamón, Chema, Quico y Amutio. Agachados: Belmonte, Nuevo, Odair, Waldo y Zuñiga. El partido termino en tablas 0-0
Fotografía cortesía de Luis Pizarro Ruiz de su obra Futbol y Sociedad en Puertollano en el siglo XX (1920-2000) de Ediciones Puertollano

Sus participaciones en liga con el Calvo Sotelo en la temporada 1977/78

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

02/10/1977

Calvo Sotelo Granada

3

1

NO

Sustituyo a Nani

09/10/1977

Celta

Calvo Sotelo

 

3

1

NO

Sustituyo a Claudio

12/10/1977

Calvo Sotelo

Coruña

2

1

NO

Sustituyo a Chema

16/10/1977

Valladolid

Calvo Sotelo

 

3

2

SI

1

23/10/1977

 

Calvo Sotelo

Oviedo

1

2

SI

30/10/1977

Tarrasa

Calvo Sotelo

 

3

0

SI

06/11/1977

Calvo Sotelo

Sabadell

1

2

SI

04/12/1977

 

Calvo Sotelo

Sabadell

0

2

NO

Sustituyo a Filipo

08/12/1977

Baracaldo

Calvo Sotelo

 

4

2

SI

Sustituido por Chone

11/12/1977

Calvo Sotelo

Osasuna

2

1

SI

Sustituido por Josele

18/12/1977

Calvo Sotelo

Alavés

4

2

NO

Sustituyo a Chone

01/01/1978

Jaén

Calvo Sotelo

 

1

0

SI

22/01/1978

Tenerife

Calvo Sotelo

 

2

0

SI

Sustituido por Chone

29/01/1978

Calvo Sotelo

R. Huelva

3

1

SI

1

05/02/1978

Granada

Calvo Sotelo

 

2

0

SI

12/02/1978

Calvo Sotelo

Celta

0

0

SI

19/02/1978

Coruña

Calvo Sotelo

 

5

1

SI

26/02/1978

Calvo Sotelo

Valladolid

0

0

SI

12/03/1978

 

Calvo Sotelo

Tarrasa

1

1

SI

19/03/1978

Sabadell

Calvo Sotelo

 

3

2

SI

Sustituido por Claudio

26/03/1978

Calvo Sotelo

Córdoba

1

1

SI

02/04/1978

Getafe

Calvo Sotelo

 

2

0

SI

09/04/1978

Calvo Sotelo

Zaragoza

1

2

SI

16/04/1978

Castellón

Calvo Sotelo

 

1

0

SI

Sustituido por Belmonte

23/04/1978

Calvo Sotelo

Baracaldo

3

3

SI

1

14/05/1978

Calvo Sotelo

Jaén

2

1

SI

Temporada 1978/79

Nueva temporada y el Calvo Sotelo quedaba encuadrado en el grupo segundo de la Segunda División “B”. Gran primera vuelta en la que solo fue derrotado por el Ibiza en la primera jornada y donde llego a ser incluso campeón de invierno. Tras una floja segunda vuelta el equipo quedo en quinta posición con cuarenta y nueve puntos a seis y a tres puntos de Levante y Tarragona respectivamente, equipos que ascendieron a Segunda División. Temporada donde su regularidad fue la nota predominante, siendo titular en los treinta y cinco partidos que disputo, anotando diez goles.

10/09/1978. Calvo Sotelo-Ceuta. De pie: Quico, Leguizamón, Bezares, Sánchez, Chema y Nuevo. Agachados: Josele, Zuñiga, Garcia-López, Rojo y Lobo. El resultado final 5-0 a favor de los locales con goles de Leguizamon (2), Waldo (2) y Josele  Fotografía cortesía de Luis Pizarro Ruiz de su obra Futbol y Sociedad en Puertollano en el siglo XX (1920-2000) de Ediciones Puertollano

10/09/1978. Calvo Sotelo-Ceuta. De pie: Quico, Leguizamón, Bezares, Sánchez, Chema y Nuevo. Agachados: Josele, Zuñiga, Garcia-López, Rojo y Lobo. El resultado final 5-0 a favor de los locales con goles de Leguizamon (2), Waldo (2) y Josele
Fotografía cortesía de Luis Pizarro Ruiz de su obra Futbol y Sociedad en Puertollano en el siglo XX (1920-2000) de Ediciones Puertollano

Sus participaciones en liga con el Calvo Sotelo en la temporada 1978/79

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

03/09/1978

Ibiza

Calvo Sotelo

 

1

0

SI

10/09/1978

 

Calvo Sotelo

Ceuta

5

0

SI

17/09/1978

San Andrés

Calvo Sotelo

 

0

0

SI

24/09/1978

 

Calvo Sotelo

Cacereño

4

1

SI

1

07/10/1978

Diter Zafra

Calvo Sotelo

 

1

1

SI

15/10/1978

 

Calvo Sotelo

Olímpico

3

0

SI

Sustituido por Mane

22/10/1978

Sevilla At.

Calvo Sotelo

 

0

0

SI

29/10/1978

 

Calvo Sotelo

Onteniente

2

1

SI

1

05/11/1978

Levante

Calvo Sotelo

 

2

3

SI

1

12/11/1978

Calvo Sotelo

Córdoba

2

0

SI

19/11/1978

Gerona

Calvo Sotelo

 

1

2

SI

26/11/1978

 

Calvo Sotelo

Barcelona At.

0

0

SI

Sustituido por Claudio

03/12/1978

Linares

Calvo Sotelo

 

1

1

SI

1

10/12/1978

 

Calvo Sotelo

Badajoz

2

0

SI

Sustituido por Nani

1

17/12/1978

Tarragona

Calvo Sotelo

 

1

1

SI

07/01/1979

 

Portuense

Calvo Sotelo

 

1

2

SI

28/01/1979

Calvo Sotelo

Ibiza

4

3

SI

04/02/1979

Ceuta

Calvo Sotelo

 

3

0

SI

11/02/1979

 

Calvo Sotelo

San Andrés

0

1

SI

18/02/1979

Cacereño

Calvo Sotelo

 

2

1

SI

1

25/02/1979

 

Calvo Sotelo

Diter Zafra

2

2

SI

1

11/03/1979

Olímpico

Calvo Sotelo

 

1

1

SI

18/03/1979

 

Calvo Sotelo

Sevilla At.

0

0

SI

25/03/1979

Onteniente

Calvo Sotelo

 

3

0

SI

08/04/1979

Calvo Sotelo

Levante

1

0

SI

15/04/1979

Córdoba

Calvo Sotelo

 

0

0

SI

22/04/1979

Calvo Sotelo

Gerona

1

1

 

SI

28/04/1979

Barcelona At.

Calvo Sotelo

 

2

2

SI

1

06/05/1979

Calvo Sotelo

Linares

2

0

SI

1

12/05/1979

Badajoz

Calvo Sotelo

 

0

1

SI

1

20/05/1979

Calvo Sotelo

Tarragona

2

1

SI

26/05/1979

Lérida

Calvo Sotelo

 

3

0

SI

03/06/1979

Calvo Sotelo

Portuense

2

1

SI

Sustituido por Claudio

10/06/1979

Vinaroz

Calvo Sotelo

 

1

1

SI

17/06/1979

Calvo Sotelo

Jerez

0

0

SI

Sustituido por Teofilo

Temporada 1979/80

En esta temporada el Calvo Sotelo quedaba encuadrado en el grupo segundo de la Segunda División “B”. Al final queda clasificado en cuarta posición tan solo a dos puntos del ascenso a Segunda División privilegio que fue para los equipos Linares y Ceuta.

Estos fueron sus números en liga con el Calvo Sotelo en la temporada 1979/80

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

09/09/1979

 

Diter Zafra

Calvo Sotelo

 

0

2

SI

18/09/1979

Calvo Sotelo

Badajoz

3

0

SI

Sustituido por Miranda

1

24/09/1979

Ibiza

Calvo Sotelo

 

2

2

SI

1

30/09/1979

Calvo Sotelo

Sevilla At.

0

0

SI

07/10/1979

 

Lérida

Calvo Sotelo

 

2

0

SI

14/10/1979

Calvo Sotelo

Gerona

1

1

SI

21/10/1979

Vall d´Uxo

Calvo Sotelo

 

0

0

Si

28/10/1979

Calvo Sotelo

Portuense

3

0

SI

04/11/1979

Ceuta

Calvo Sotelo

 

2

0

SI

11/11/1979

Calvo Sotelo

San Fernando

1

0

SI

1

18/11/1979

 

Eldense

Calvo Sotelo

 

1

0

SI

25/11/1979

Calvo Sotelo

Jerez

1

2

SI

02/12/1979

Córdoba

Calvo Sotelo

 

2

1

SI

En la semana previa al encuentro Calvo Sotelo-Onteniente (18/12/1979) Zuñiga ficha por el Español. Los Reyes Magos se adelantaron a su fecha y de regalo el fichaje por un equipo de Primera División. Sin duda gran salto de calidad.

Zuniga05Su debut oficial con el Español en Primera División fue el 30 de diciembre de 1979 ante el Rayo Vallecano, en la jornada numero catorce del campeonato de liga. Al final de los noventa minutos empate a dos goles en el marcador. El Español gano los tres primeros partidos de la temporada ante Almería, Málaga y Zaragoza, lo que le valió estar en la parte alta de la clasificación. Después de una racha negativa de diez partidos sin ganar, supuso el cese de José Antonio Irulegui, que fue sustituido por Vicente Miera que también debuto en este partido .Zuñiga jugo noventa minutos siendo sustituido por Azpilicueta en el tiempo de descuento. Anoto el 1-2 en el minuto ochenta y seis de juego, consumando una gran actuación. A las órdenes del colegiado andaluz Gallardo Fernández los equipos formaron con las siguientes alineaciones:

Rayo Vallecano: Mora, Anero, Tanco, José Mariah, Rocamora, Robles, Custodio, (Luna), Marian, (Francisco) Clares, Morena y Alvarito.

Español: Urruticoechea, Lanchas, Padilla, Huertas, Ayfuch, Cuesta, Zuñiga, (Azpilicueta), Molinos, Arabi, Flores (Diez) y Marañon.

El 1-0 lo consiguió Morena en el minuto veinte de partido. Arabi ponía las tablas al borde del descanso. En el minuto ochenta y seis Zuñiga hacia el 1-2 tras gran jugada de Marañon. El empate definitivo a dos goles lo hacia Clares en el minuto noventa de partido.

Gran debut en Primera División estando a la altura de la confianza que Vicente Miera deposito en el, concediéndole la tituralidad, a este joven, que dos semanas antes de esta fecha defendía los colores del Calvo Sotelo en Segunda División “B”.

Participo en todos los partidos de liga desde su llegada al equipo blanquiazul hasta la finalización de la temporada. Irregular temporada del equipo que quedo clasificado en decimocuarta posición a cuatro puntos del descenso

Sus participaciones en liga con el Español en la temporada 1979/80

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

30/12/1979

 

Rayo Vallecano

Español

 

2

2

SI

1

06/0/1980

Español

Sporting Gijón

1

0

SI

Sustituido por Huertas

13/01/1980

Español

Barcelona

2

0

SI

Sustituido por Fortes

20/01/1980

Burgos

Español

 

0

0

SI

27/01/1980

 

Almería

Español

 

1

1

SI

03/02/1980

Español

Málaga

1

1

SI

10/02/1980

Zaragoza

Español

 

1

1

Si

17/02/1980

Español

Sevilla

1

0

SI

23/02/1980

Betis

Español

 

2

0

SI

02/03/1980

Español

At. Madrid

0

1

SI

09/03/1980

 

Real Madrid

Español

 

2

0

SI

16/03/1980

Español

Las Palmas

0

1

SI

23/03/1980

Salamanca

Español

2

0

SI

30/03/1980

Español

Ath. Bilbao

0

0

SI

Sustituido por Amarillo

06/04/1980

Real Sociedad

Español

 

1

0

SI

13/04/1980

Español

Valencia

1

1

No

Sustituyo a Longhi

20/04/1980

Hércules

Español

 

0

1

SI

27/04/1980

Español

Rayo Vallecano

1

0

SI

04/05/1980

Sporting Gijón

Español

2

0

Si

11/05/1980

Barcelona

Español

 

3

1

SI

18/05/1980

Español

Burgos

1

0

SI

Temporada 1980/81

En la presente temporada solo jugo tres partidos, aportación prácticamente testimonial en el equipo. El servicio militar obligatorio de la época hizo que fuera cedido al Cádiz que militaba en la Segunda División del futbol español:

Sus participaciones en liga con el Español en la temporada 1980/81

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

06/09/1980

 

Español

Hércules

 

2

1

SI

13/09/1980

Barcelona

Español

 

3

1

SI

20/09/1980

Español

Salamanca

2

0

SI

Sustituido por Urbano

Debuta con el Cádiz el 1 de febrero de 1981 con victoria por 3-0 ante el Getafe. Participa en diez partidos anotando tres goles y consiguiendo con el equipo amarillo el ascenso a Primera División.

Sus participaciones en liga con el Cádiz en la temporada 1980/81

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

01/02/1981

 

Cádiz

Getafe

 

3

0

NO

Sustituyo a Escobar

01/03/1981

Cádiz

Baracaldo

4

0

NO

Sustituyo a Mane II

1

15/03/1981

Cádiz

Málaga

0

1

NO

Sustituyo a Luque

28/03/1981

Oviedo

Cádiz

 

1

1

SI

Sustituido por Escobar

19/04/1981

Cádiz

Castellón

3

0

SI

1

26/04/1981

Linares

Cádiz

1

0

NO

Sustituyo a Amarillo

03/05/1981

Cádiz

Recreativo Huelva

3

0

SI

10/05/1981

Santander

Cádiz

0

1

NO

Sustituyo a Amarillo

17/05/1981

Cádiz

Burgos

3

0

SI

24/05/1981

Elche

Cádiz

1

2

SI

1

 

Temporada 1981/82

En esta nueva temporada regresa al Español después de su cesión en el Cádiz. Temporada irregular del Español que queda clasificado en la decimotercera posición con treinta y dos puntos a tres del descenso a Segunda División. Disputa treinta y dos partidos anotando un gol

Sus participaciones en liga con el Español en la temporada 1981/82

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

20/09/1981

 

Hércules

Español

 

2

0

SI

Sustituido por Roberto Martínez

27/09/1981

Español

Zaragoza

0

1

NO

Sustituyo a Corominas

04/10/1981

Valencia

Español

1

1

NO

Sustituyo a Corominas

18/10/1981

Ath. Bilbao

Español

 

3

1

SI

Sustituido por Padilla

25/10/1981

Español

Real Madrid

1

0

SI

Sustituido por Vilches

01/11/1981

Betis

Español

2

0

SI

08/11/1981

Español

Cádiz

1

0

SI

11/11/1981

Las Palmas

Español

2

0

SI

Sustituido por Carlos

14/11/1981

Español

Sporting Gijón

5

1

SI

22/11/1981

Castellón

Español

1

4

SI

29/11/1981

 

Español

Barcelona

0

4

SI

29/11/1981

 

Español

Barcelona

0

4

SI

06/12/1981

 

Santander

Español

2

1

SI

13/12/1981

 

Español

Real Sociedad

0

1

SI

20/12/1981

 

At. Madrid

Español

1

0

SI

27/12/1981

 

Español

Sevilla

2

0

SI

03/01/1982

 

Español

Hércules

0

1

SI

10/01/1982

 

Zaragoza

Español

2

2

SI

1

17/01/1982

 

Español

Valencia

3

2

NO

Sustituyo a Murua

 

24/01/1982

 

Valladolid

Español

2

4

SI

31/01/1982

 

Osasuna

Español

3

0

SI

Sustituido por Urbano

07/02/1982

 

Español

Ath. Bilbao

1

0

NO

Sustituyo a Murua

14/02/1982

 

Real Madrid

Español

1

1

SI

Sustituido por Urbano

21/02/1982

 

Español

Betis

2

4

NO

Sustituyo a Lauridsen

27/02/1982

 

Cádiz

Español

0

0

SI

 

07/03/1982

 

Español

Las Palmas

2

1

SI

 

14/03/1982

 

Sporting Gijón

Español

4

1

SI

21/03/1982

 

Español

Castellón

3

2

SI

Sustituido por Urbano

28/03/1982

 

Barcelona

Español

1

3

NO

Sustituyo a Vilches

04/04/1982

 

Español

Santander

1

1

NO

Sustituyo a Urbano

11/04/1982

 

Real Sociedad

Español

2

1

SI

18/04/1982

 

Español

At. Madrid

2

2

NO

Sustituyo a Urbano

25/04/1982

 

Sevilla

Español

4

1

NO

Sustituyo a Job

Temporada 1982/83

Temporada discreta del Español que queda clasificado en novena posición con treinta y dos puntos. Casualmente los mismos que la temporada anterior. Disputa treinta y dos partidos.

Sus participaciones en liga con el Español en la temporada 1982/83

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

04/09/1982

 

Español

Santander

 

1

0

SI

12/09/1982

Salamanca

Español

1

0

SI

19/09/1982

Español

Betis

0

2

SI

25/09/1982

Celta

Español

 

2

2

SI

03/10/1982

Español

Real Madrid

1

1

SI

09/10/1982

Barcelona

Español

1

0

SI

17/10/1982

Español

Ath. Bilbao

3

2

SI

23/10/1982

Las Palmas

Español

0

0

SI

31/10/1982

Español

Osasuna

3

0

SI

07/11/1982

Valencia

Español

2

1

SI

10/11/1982

 

Español

Valladolid

2

0

SI

20/11/1982

 

Sevilla

Español

2

1

SI

28/11/1982

 

Español

Zaragoza

3

2

SI

05/12/1982

 

At. Madrid

Español

1

0

SI

12/12/1982

 

Real Sociedad

Español

0

2

SI

19/12/1982

 

Español

Málaga

3

0

SI

02/01/1983

 

Sporting Gijón

Español

1

0

SI

06/01/1983

 

Santander

Español

1

2

SI

09/01/1983

 

Español

Salamanca

1

1

SI

 

16/01/1983

 

Betis

Español

1

0

SI

23/01/1983

 

Español

Celta

1

0

SI

30/01/1983

 

Real Madrid

Español

 

2

2

SI

06/02/1983

 

Español

Barcelona

0

3

SI

Sustituido por Marañon

20/02/1983

 

Español

Las Palmas

2

0

SI

06/03/1983

 

Español

Valencia

5

2

SI

 

13/03/1983

 

Valladolid

Español

1

0

SI

 

20/03/1983

 

Español

Sevilla

1

1

SI

27/03/1983

 

Zaragoza

Español

3

1

SI

02/04/1983

 

Español

At. Madrid

1

2

SI

09/04/1983

 

Español

Real Sociedad

1

0

SI

17/04/1983

 

Málaga

Español

2

1

SI

01/05/1983

 

Español

Sporting Gijón

3

2

Si

Temporada 1983/84

Temporada al igual que la anterior bastante discreta de su club. El Español queda clasificado en la décima posición con treinta y tres puntos. Disputa treinta y un partidos y anota ocho goles, su mayor registro goleador en Primera División.

Sus participaciones en liga con el Español en la temporada 1983/84

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

03/09/1983

 

Español

At. Madrid

 

1

4

SI

11/09/1983

Betis

Español

4

1

SI

18/09/1983

Español

Sevilla

1

0

SI

1

25/09/1983

Málaga

Español

 

2

1

SI

Sustituido por Márquez

02/10/1983

Español

Osasuna

2

0

SI

09/10/1983

Valencia

Español

4

0

SI

16/10/1983

Español

Mallorca

3

1

SI

1

23/10/1983

Real Sociedad

Español

1

1

SI

1

29/10/1983

Español

Ath. Bilbao

0

0

SI

06/11/1983

Cádiz

Español

1

1

SI

09/11/1983

 

Español

Murcia

1

1

SI

20/11/1983

 

Zaragoza

Español

2

4

SI

27/11/1983

 

Español

Sporting Gijón

2

0

SI

04/12/1983

 

Salamanca

Español

2

2

SI

11/12/1983

 

Español

Valladolid

2

0

SI

1

14/12/1983

 

Español

Barcelona

1

0

SI

31/12/1983

 

Real Madrid

Español

1

0

SI

08/01/1984

 

At. Madrid

Español

1

0

SI

15/01/1984

 

Español

Betis

4

1

SI

 

22/01/1984

 

Sevilla

Español

2

1

SI

29/01/1984

 

Español

Málaga

1

1

SI

05/02/1984

 

Osasuna

Español

 

0

0

SI

12/02/1984

 

Español

Valencia

1

2

SI

19/02/1984

 

Mallorca

Español

1

1

SI

11/03/1984

 

Español

Cádiz

1

1

SI

 

1

18/03/1984

 

Murcia

Español

2

0

SI

 

25/03/1984

 

Español

Zaragoza

0

0

SI

01/04/1984

 

Sporting Gijón

Español

0

1

SI

08/04/1984

 

Español

Salamanca

3

0

SI

2

15/04/1984

 

Valladolid

Español

0

0

SI

22/04/1984

 

Barcelona

Español

5

2

SI

1

Temporada 1984/85

Nueva temporada en la que el Español queda clasificado en octava posición con treinta y cuatro puntos. Zuñiga disputa treinta y tres partidos, marcando cinco goles, doblete incluido en el Vicente Calderón ante el At. Madrid.

Sus participaciones en liga con el Español en la temporada 1984/85

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

01/09/1984

 

Español

At. Madrid

 

0

0

SI

22/09/1984

Barcelona

Español

1

0

SI

30/09/1984

Español

Valladolid

2

2

SI

07/10/1984

Sporting Gijón

Español

 

1

0

SI

12/10/1984

Español

Ath. Bilbao

1

0

SI

21/10/1984

Sevilla

Español

0

0

SI

28/10/1984

Español

Santander

5

0

SI

01/11/1984

Español

Hércules

2

2

SI

1

04/11/1984

Real Madrid

Español

4

1

SI

18/11/1984

Español

Elche

1

0

SI

21/11/1984

Zaragoza

Español

1

1

SI

Sustituido por Márquez

25/11/1984

 

Osasuna

Español

5

0

SI

Sustituido por Forcadell

02/12/1984

 

Español

Málaga

0

0

SI

08/12/1984

 

Betis

Español

3

1

SI

16/12/1984

 

Español

Real Sociedad

1

3

SI

23/12/1984

 

Murcia

Español

1

0

SI

30/12/1984

 

At. Madrid

Español

2

2

SI

2

06/01/1985

 

Español

Valencia

3

2

SI

13/01/1985

 

Hércules

Español

0

0

SI

20/01/1985

 

Español

Barcelona

0

0

SI

27/01/1985

 

Valladolid

Español

1

1

SI

1

03/02/1985

 

Español

Sporting Gijón

2

2

SI

10/02/1985

 

Ath. Bilbao

Español

 

2

1

SI

17/02/1985

 

Español

Sevilla

1

0

SI

20/02/1985

 

Santander

Español

1

3

SI

1

03/03/1985

 

Español

Real Madrid

2

0

SI

10/03/1985

 

Elche

Español

0

3

SI

17/03/1985

 

Español

Zaragoza

3

2

SI

24/03/1985

 

Español

Osasuna

1

0

SI

30/03/1985

 

Málaga

Español

1

1

SI

06/04/1985

 

Español

Betis

0

1

SI

14/04/1985

 

Real Sociedad

Español

2

0

SI

21/04/1985

 

Español

Murcia

1

0

SI

Temporada 1985/86

En esta temporada sigue la misma tónica de las anteriores el Español queda clasificado en décima primera posición con treinta y un puntos. Zuñiga juega veintinueve encuentros, anotando un gol, concretamente al Real Madrid.

Sus participaciones en liga con el Español en la temporada 1985/86

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

30/08/1985

 

Español

Cádiz

 

5

0

SI

04/09/1985

Valladolid

Español

1

0

SI

08/09/1985

Español

Real Madrid

1

2

SI

1

15/09/1985

Celta

Español

 

2

1

SI

29/09/1985

Español

Sporting Gijón

0

0

SI

06/10/1985

Real Sociedad

Español

1

0

SI

Sustituido por Menchaca

13/10/1985

Español

Betis

2

0

SI

19/10/1985

Valencia

Español

0

0

SI

27/10/1985

Las Palmas

Español

3

1

SI

03/11/1985

Español

Santander

2

0

SI

Sustituido por Mauri

10/11/1985

Zaragoza

Español

1

0

SI

16/11/1985

 

Español

At. Madrid

1

2

SI

24/11/1985

 

Osasuna

Español

2

0

SI

01/12/1985

 

Español

Ath. Bilbao

1

0

SI

08/12/1985

 

Sevilla

Español

1

1

SI

15/12/1985

 

Español

Hércules

4

1

SI

22/12/1985

 

Barcelona

Español

0

0

SI

29/12/1985

 

Cádiz

Español

0

0

SI

05/01/1986

 

Español

Valladolid

2

1

SI

12/01/1986

 

Real Madrid

Español

4

1

SI

19/01/1986

 

Español

Celta

1

0

SI

01/02/1986

 

Español

Real Sociedad

2

2

SI

09/02/1986

 

Betis

Español

 

1

0

NO

Sustituyo a Márquez

02/03/1986

 

Santander

Español

2

2

NO

Sustituyo a Orejuela II

09/03/1986

 

Español

Zaragoza

1

2

NO

Sustituyo a Orejuela II

16/03/1986

 

At. Madrid

Español

2

0

NO

Sustituyo a Arabi

22/03/1986

 

Español

Osasuna

0

1

SI

Sustituido por Orejuela II

30/03/1986

 

Ath. Bilbao

Español

1

0

NO

Sustituyo a Iñaqui

20/04/1986

 

Español

Barcelona

5

3

NO

Sustituyo a Iñaqui

Temporada 1986/87

Excelente temporada del equipo “perico” de la mano del técnico Javier Clemente, consiguiendo la tercera plaza del campeonato con cincuenta y un puntos, por detrás de Real Madrid y Barcelona en este orden. Zuñiga participa en cuarenta y tres partidos de liga, anotando dos goles.

Sus participaciones en liga con el Español en la temporada 1986/87

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

31/08/1986

 

At. Madrid

Español

 

1

1

SI

06/09/1986

Español

Murcia

2

0

SI

10/09/1986

Las Palmas

Español

3

2

SI

14/09/1986

Español

Sporting Gijón

 

0

0

SI

21/09/1986

Zaragoza

Español

0

0

SI

28/09/1986

Español

Betis

3

1

SI

04/10/1986

Real Sociedad

Español

3

3

SI

08/10/1986

Español

Osasuna

1

0

SI

12/10/1986

Barcelona

Español

1

0

SI

Sustituido por Valverde

19/10/1986

Español

Santander

2

0

SI

26/10/1986

Mallorca

Español

1

1

SI

02/11/1986

 

Español

Cádiz

1

0

SI

08/11/1986

 

Sabadell

Español

1

1

SI

18/11/1986

 

Español

Sevilla

5

1

SI

22/11/1986

 

Ath. Bilbao

Español

2

1

SI

14/12/1986

 

Real Madrid

Español

1

0

SI

17/12/1986

 

Español

At. Madrid

2

1

SI

21/12/1986

 

Murcia

Español

1

4

SI

Sustituido por Ibáñez

28/12/1986

 

Español

Las Palmas

3

1

SI

03/01/1987

 

Sporting Gijón

Español

0

1

SI

11/01/1987

 

Español

Zaragoza

2

0

SI

18/01/1987

 

Betis

Español

2

0

SI

25/01/1987

 

Español

Real Sociedad

 

2

2

SI

01/02/1987

 

Osasuna

Español

1

0

Si

Sustituido por Márquez

08/02/1987

 

Español

Barcelona

1

1

SI

15/02/1987

 

Santander

Español

1

3

SI

22/02/1987

 

Español

Mallorca

3

1

SI

28/02/1987

 

Cádiz

Español

0

2

SI

08/03/1987

 

Español

Sabadell

3

1

SI

1

15/03/1987

 

Sevilla

Español

1

0

SI

21/03/1987

 

Español

Ath. Bilbao

2

1

SI

25/03/1987

 

Valladolid

Español

1

0

SI

04/04/1987

 

Español

Real Madrid

0

0

SI

Sustituido por Orejuela II

12/04/1987

 

Español

Sporting Gijón

2

1

SI

Sustituido por Márquez

18/04/1987

 

Zaragoza

Español

2

0

SI

Sustituido por Valverde

03/05/1987

 

Español

Barcelona

0

0

SI

10/05/1987

 

Mallorca

Español

1

0

SI

16/05/1987

 

Español

Real Madrid

2

3

SI

1

24/05/1987

 

Sporting Gijón

Español

4

0

SI

31/05/1987

 

Español

Zaragoza

2

1

SI

07/06/1987

 

Barcelona

Español

2

1

SI

13/06/1987

 

Español

Mallorca

5

0

SI

21/06/1987

 

Real Madrid

Español

2

2

SI

Sustituido por Mauri

Temporada 1987/88

Floja temporada de liga del equipo blanquiazul, ocupando la decimoquinta plaza del campeonato de liga con treinta y tres puntos. Estuvo más centrado en la Copa de la UEFA donde llego a jugar la final contra el Bayer Leverkusen y solo la mala suerte en la tanda de penaltis impidió ser campeones de esta competición, después de dejar en el camino a Borussia Mönchengladbach, Milán, Inter de Milán, Vitkovice y Brujas. Zuñiga juega treinta y cinco partidos de liga y nueve en la Copa de la UEFA.

Sus participaciones en liga con el Español en la temporada 1987/88

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

31/08/1986

 

At. Madrid

Español

 

1

1

SI

06/09/1986

Español

Murcia

2

0

SI

10/09/1986

Las Palmas

Español

3

2

SI

14/09/1986

Español

Sporting Gijón

 

0

0

SI

21/09/1986

Zaragoza

Español

0

0

SI

28/09/1986

Español

Betis

3

1

SI

04/10/1986

Real Sociedad

Español

3

3

SI

08/10/1986

Español

Osasuna

1

0

SI

12/10/1986

Barcelona

Español

1

0

SI

Sustituido por Valverde

19/10/1986

Español

Santander

2

0

SI

26/10/1986

Mallorca

Español

1

1

SI

02/11/1986

 

Español

Cádiz

1

0

SI

08/11/1986

 

Sabadell

Español

1

1

SI

18/11/1986

 

Español

Sevilla

5

1

SI

22/11/1986

 

Ath. Bilbao

Español

2

1

SI

14/12/1986

 

Real Madrid

Español

1

0

SI

17/12/1986

 

Español

At. Madrid

2

1

SI

21/12/1986

 

Murcia

Español

1

4

SI

Sustituido por Ibáñez

28/12/1986

 

Español

Las Palmas

3

1

SI

03/01/1987

 

Sporting Gijón

Español

0

1

SI

11/01/1987

 

Español

Zaragoza

2

0

SI

18/01/1987

 

Betis

Español

2

0

SI

25/01/1987

 

Español

Real Sociedad

 

2

2

SI

01/02/1987

 

Osasuna

Español

1

0

Si

Sustituido por Márquez

08/02/1987

 

Español

Barcelona

1

1

SI

15/02/1987

 

Santander

Español

1

3

SI

22/02/1987

 

Español

Mallorca

3

1

SI

28/02/1987

 

Cádiz

Español

0

2

SI

08/03/1987

 

Español

Sabadell

3

1

SI

1

15/03/1987

 

Sevilla

Español

1

0

SI

21/03/1987

 

Español

Ath. Bilbao

2

1

SI

25/03/1987

 

Valladolid

Español

1

0

SI

04/04/1987

 

Español

Real Madrid

0

0

SI

Sustituido por Orejuela II

12/04/1987

 

Español

Sporting Gijón

2

1

SI

Sustituido por Márquez

18/04/1987

 

Zaragoza

Español

2

0

SI

Sustituido por Valverde

03/05/1987

 

Español

Barcelona

0

0

SI

10/05/1987

 

Mallorca

Español

1

0

SI

16/05/1987

 

Español

Real Madrid

2

3

SI

1

24/05/1987

 

Sporting Gijón

Español

4

0

SI

31/05/1987

 

Español

Zaragoza

2

1

SI

07/06/1987

 

Barcelona

Español

2

1

SI

13/06/1987

 

Español

Mallorca

5

0

SI

21/06/1987

 

Real Madrid

Español

2

2

SI

Sustituido por Mauri

Temporada 1988/89

En esta temporada Zuñiga cambia de club, Después de nueve temporadas en el equipo “perico” con una breve escala en el Cádiz es traspasado al Sevilla. Temporada discreta del equipo de Nervión que con treinta y ocho puntos ocupa la novena posición en la clasificación final. Zuñiga juega un total veinticuatro partidos de liga.

Sus participaciones en liga con el Sevilla en la temporada 1988/89

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

03/09/1988

Ath. Bilbao

Sevilla

3

0

SI

18/09/1988

Sevilla

At. Madrid

4

1

NO

Sustituye a Bengoechea

02/10/1988

Sevilla

Málaga

 

1

1

NO

Sustituye a Bengoechea

09/10/1988

Español

Sevilla

 

1

1

SI

Sustituido por Moisés

16/10/1988

Sevilla

Elche

4

1

SI

Sustituido por Moisés

30/10/1988

Sevilla

Osasuna

1

0

SI

Sustituido por Moisés

06/11/1988

Sporting Gijón

Sevilla

0

0

SI

20/11/1988

Sevilla

Real Sociedad

2

0

NO

Sustituye a Francisco

07/01/1989

Barcelona

Sevilla

4

0

SI

Sustituido por Bengoechea

11/01/1989

Celta

Sevilla

1

0

SI

Sustituido por Bengoechea

12/02/1989

Sevilla

Oviedo

 

0

0

NO

Sustituye a Diego

19/02/1989

 

At. Madrid

Sevilla

2

0

SI

26/02/1989

 

Sevilla

Cádiz

1

1

SI

05/03/1989

 

Málaga

Sevilla

1

0

SI

Sustituido por Moisés

12/03/1989

 

Sevilla

Español

0

0

SI

26/03/1989

 

Elche

Sevilla

1

2

SI

02/04/1989

 

Sevilla

Valencia

1

0

SI

09/04/1989

 

Osasuna

Sevilla

1

3

SI

16/04/1989

 

Sevilla

Sporting Gijón

1

0

SI

Sustituido por Antoñito

29/04/1989

 

Real Sociedad

Sevilla

1

0

NO

Sustituye a De la Fuente

07/05/1989

 

Sevilla

Betis

1

0

SI

21/05/1989

 

Sevilla

Zaragoza

 

0

1

NO

Sustituye a De la Fuente

11/06/1989

 

Murcia

Sevilla

1

2

Si

24/06/1989

 

Logroñes

Sevilla

0

0

SI

Sustituido por Francisco

Temporada 1989/90

En esta temporada el equipo sevillista queda clasificado en sexta posición con cuarenta y tres puntos, lo que le valió su clasificación para disputar competición europea. Zuñiga juega un total de diecinueve partidos de liga, anotando un gol.

Sus participaciones en liga con el Sevilla en la temporada 1988/89

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

07/01/1990

Sevilla

Rayo Vallecano

4

0

NO

Sustituye a Conte

21/01/1990

Tenerife

Sevilla

1

2

NO

Sustituye a Polster

28/01/1990

Sevilla

Celta

 

2

1

NO

Sustituye a Prieto

31/01/1990

Logroñes

Sevilla

 

1

2

NO

Sustituye a Carvajal

04/02/1990

Sevilla

At. Madrid

2

1

NO

Sustituye a Carvajal

11/02/1990

Sporting Gijón

Sevilla

1

0

NO

Sustituye a Cholo

14/02/1990

Sevilla

Valencia

4

0

NO

Sustituye a Conte

18/02/1990

Cádiz

Sevilla

0

4

NO

Sustituye a Bengoechea

25/02/1990

Sevilla

Málaga

3

1

NO

Sustituye a Carvajal

03/03/1990

Sevilla

Real Madrid

1

2

NO

Sustituye a Conte

11/03/1990

Ath. Bilbao

Sevilla

 

1

1

SI

18/03/1990

 

Sevilla

Zaragoza

4

0

SI

25/03/1990

 

Valladolid

Sevilla

3

0

SI

01/04/1990

 

Sevilla

Osasuna

1

1

SI

Sustituido por Conte

08/04/1990

 

Oviedo

Sevilla

0

3

NO

Sustituye a Conte

1

15/04/1990

 

Sevilla

Castellón

3

2

SI

Sustituido por Andrades

25/04/1990

 

Sevilla

Barcelona

1

1

SI

29/04/1990

 

Rayo Vallecano

Sevilla

2

1

SI

06/05/1990

 

Real Sociedad

Sevilla

1

0

NO

Sustituye a Rafa Paz

Temporada 1990/91

En esta temporada el equipo sevillista queda clasificado en octava posición con treinta y ocho puntos. Zuñiga juega un total de veintiún partidos de liga.

Sus participaciones en liga con el Sevilla en la temporada 1990/91

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

02/09/1990

Oviedo

Sevilla

0

0

SI

08/09/1990

Sevilla

Real Madrid

2

0

SI

16/09/1990

Español

Sevilla

 

4

0

SI

23/09/1990

Sevilla

Valencia

 

2

1

NO

Sustituye a Polster

30/09/1990

Betis

Sevilla

0

3

NO

Sustituye a Carvajal

07/10/1990

Sevilla

Valladolid

1

0

NO

Sustituye a Rafa Paz

14/10/1990

Tenerife

Sevilla

0

4

NO

Sustituye a Serrano

20/10/1990

Sevilla

Ath. Bilbao

3

0

NO

Sustituye a Rafa Paz

03/11/1990

Sevilla

Sporting Gijón

1

0

NO

Sustituye a Rafa Paz

18/11/1990

At. Madrid

Sevilla

1

0

NO

Sustituye a Rafa Paz

02/12/1990

Castellón

Sevilla

0

0

NO

Sustituye a Herrero

16/12/1990

 

Sevilla

Mallorca

1

0

SI

30/12/1990

 

Zaragoza

Sevilla

2

0

SI

Sustituido por Conte

13/04/1991

 

Sevilla

At. Madrid

1

1

NO

Sustituye a Salguero

20/04/1991

 

Barcelona

Sevilla

3

0

SI

28/04/1991

 

Sevilla

Castellón

3

0

SI

05/05/1991

Burgos

Sevilla

1

1

SI

12/05/1991

 

Mallorca

Sevilla

1

1

SI

19/05/1991

 

Sevilla

Zaragoza

1

2

SI

Sustituido por Rafa Paz

26/05/1991

 

Cádiz

Sevilla

 

2

1

NO

Sustituye a Carvajal

02/06/1991

 

Sevilla

Real Sociedad

 

1

0

NO

Sustituye a Bengoechea

Temporada 1991/92

En esta temporada firma por el C.D. Sabadell que milita en Segunda División. El equipo arlequinado queda clasificado en novena posición con treinta y ocho puntos. Juega veinticuatro partidos de liga, marcando un gol.

Zuñiga en las filas del Sabadell

Zuñiga en las filas del Sabadell

Sus participaciones en liga con el Sabadell en la temporada 1991/92

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

22/09/1991

Sabadell

Rayo Vallecano

1

2

NO

Sustituye a Lino

29/09/1991

Compostela

Sabadell

0

1

NO

Sustituye a Lino

06/10/1991

Sabadell

Celta

 

0

1

SI

13/10/1991

Murcia

Sabadell

 

0

1

SI

20/10/1991

Sabadell

Figueres

0

2

SI

Sustituido por Almagro

27/10/1991

Eibar

Sabadell

0

0

SI

03/11/1991

Sabadell

Sestao

1

1

SI

10/11/1991

Mérida

Sabadell

0

1

SI

17/11/1991

Sabadell

Málaga

1

2

SI

1

24/11/1991

Lleida

Sabadell

0

1

NO

Sustituye a Saura

01/12/1991

Sabadell

Castellón

 

0

2

SI

07/12/1991

 

Las Palmas

Sabadell

1

0

SI

14/12/1991

 

Sabadell

Barcelona B

1

2

SI

Sustituido por Oltras

21/12/1991

 

Palamos

Sabadell

1

1

SI

05/01/1992

 

Santander

Sabadell

1

0

NO

Sustituye a Moragues

26/01/1992

 

Aviles

Sabadell

0

1

NO

Sustituye a Lino

02/02/1992

Sabadell

Real Madrid B

1

0

SI

09/02/1992

 

Rayo Vallecano

Sabadell

2

0

SI

16/02/1992

 

Sabadell

Compostela

3

0

SI

15/03/1992

 

Sabadell

Eibar

 

 

1

0

NO

Sustituye a Almagro

22/03/1992

 

Sestao

Sabadell

 

2

1

NO

Sustituye a Arturo

19/04/1992

 

Castellón

Sabadell

 

2

0

SI

25/04/1992

 

Sabadell

Las Palmas

2

0

NO

Sustituye a Lino

24/05/1992

 

Bilbao Ath.

Sabadell

1

2

SI

Temporada 1992/93

Esta temporada en litigio con el club sabadellense le deja sin ficha y es despedido, por lo cual el hecho termina en los juzgados pasando la temporada totalmente en blanco sin participar en ningún partido.

Temporada 1993/94

Después de su salida del Sabadell, ficha por el club sevillano del Ecija, equipo encuadrado en el Grupo  4º de Segunda División “B”. Curiosamente y por segunda vez en su carrera deportiva conexión Barcelona-Sevilla. Zuñiga titular indiscutible y disputando prácticamente todos los minutos de la temporada participa en treinta y tres partidos de liga. El Ecija queda clasificado en octava posición con cuarenta y dos puntos.

Zuñiga en las filas del Ecija

Zuñiga en las filas del Ecija

Sus participaciones en liga con el Ecija en la temporada 1993/94

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

05/09/1993

 

Maspalomas

Ecija

 

1

1

SI

12/09/1993

Ecija

Melilla

3

1

SI

19/09/1993

Pol. Ejido

Ecija

1

1

SI

26/09/1993

Ecija

Mensajero

 

0

1

SI

03/10/1993

Ecija

Granada

1

1

SI

06/10/1993

Córdoba

Ecija

4

2

SI

10/10/1993

Ecija

Xerez

1

1

SI

17/10/1993

Mármol. Macael

Ecija

0

1

SI

24/10/1993

Ecija

R. Huelva

2

1

SI

31/10/1993

Las Palmas

Ecija

2

0

SI

07/11/1993

Ecija

Cacereño

0

0

SI

10/11/1993

Realejos

Ecija

2

1

SI

14/11/1993

 

Ecija

Almería

1

0

SI

28/11/1986

 

Ecija

Estepona

1

0

SI

Sustituido por Noria

05/12/1993

 

Extremadura

Ecija

1

1

SI

12/12/1993

 

Ecija

At. Malagueño

 

1

1

SI

19/12/1993

 

San Roque

Ecija

0

0

SI

02/01/1994

 

Ecija

Sevilla “B”

2

0

SI

09/01/1994

 

Ecija

Maspalomas

0

0

SI

23/01/1994

 

Ecija

Pol. Ejido

1

0

SI

30/01/1994

 

Mensajero

Ecija

1

1

SI

06/02/1994

 

Granada

Ecija

1

0

Si

13/02/1994

 

Ecija

Córdoba

0

0

SI

20/02/1994

 

Xerez

Ecija

0

0

SI

23/02/1994

 

Ecija

Mármol. Macael

1

0

SI

20/03/1994

 

Ecija

Realejos

2

1

SI

26/03/1994

 

Almería

Ecija

0

1

SI

03/04/1994

 

Ecija

Jaén

0

0

SI

06/04/1994

 

Estepona

Ecija

3

0

SI

10/04/1994

 

Ecija

Extremadura

0

0

SI

17/04/1994

 

Málaga

Ecija

3

1

SI

24/04/1994

 

Ecija

San Roque

4

0

SI

01/05/1994

 

Sevilla “B”

Ecija

1

0

SI

Temporada 1994/95

Gran temporada del  equipo astigitano que gracias al tercer puesto conseguido  en el Grupo  4º de Segunda División “B” sube a la categoría de plata después de jugar una promoción de ascenso. Zuñiga como la temporada anterior titular indiscutible y disputando treinta y siete partidos de liga casi completos. Todo un record para un futbolista de treinta y cuatro años.

Sus participaciones en liga con el Ecija en la temporada 1994/95

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

04/09/1994

Ecija

Cacereño

1

1

SI

10/09/1994

Jaén

Ecija

1

2

SI

18/09/1994

Ecija

Cádiz

 

1

1

SI

25/09/1994

Córdoba

Ecija

0

0

SI

02/10/1994

Ecija

R. Huelva

3

1

SI

09/10/1994

Talavera

Ecija

2

1

SI

Sustituido por Aguilar

22/10/1994

Granada

Ecija

2

0

SI

30/10/1994

Ecija

Pol. Almería

1

0

SI

06/11/1994

Cartagena

Ecija

0

1

SI

Sustituido por López Murga

13/11/1994

 

Ecija

Yeclano

2

0

SI

20/11/1994

 

Xerez

Ecija

0

1

SI

27/11/1994

 

Ecija

San Fernando

 

0

0

SI

04/12/1994

 

San Roque

Ecija

0

0

SI

08/12/1994

 

Betis “B”

Ecija

0

1

SI

11/12/1994

 

Ecija

Mármol. Macael

0

0

SI

18/12/1994

 

Melilla

Ecija

2

2

SI

08/0/1995

 

Ecija

Almería

2

1

SI

15/01/1995

 

Manchego

Ecija

0

3

SI

22/01/1995

 

Cacereño

Ecija

0

1

SI

Sustituido por Aguilar

29/01/1995

 

Ecija

Jaén

2

1

SI

Sustituido por Casado

19/02/1995

 

R. Huelva

Ecija

2

3

SI

26/02/1995

 

Ecija

Talavera

1

1

SI

05/03/1995

 

Sevilla “B”

Ecija

1

2

SI

12/03/1995

 

Ecija

Granada

3

1

SI

19/03/1995

 

Pol. Almería

Ecija

0

1

SI

26/03/1995

 

Ecija

Cartagena

2

1

SI

02/04/1995

 

Yeclano

Ecija

1

1

SI

16/43/1995

 

Ecija

San Roque

1

1

SI

26/04/1995

 

Ecija

Betis “B”

0

0

SI

29/04/1995

 

Mármol. Macael

Ecija

0

0

SI

Sustituido por Falin

07/05/1995

 

Ecija

Melilla

1

0

SI

21/05/1995

 

Ecija

Manchego

3

1

SI

Sus participaciones en la promoción ascenso con el Ecija en esta temporada

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

27/05/1995

 

Numancia

Ecija

 

0

0

SI

04/06/1995

Ecija

Pontevedra

 

1

0

SI

11/06/1995

Pontevedra

           Ecija

2

0

SI

17/06/1995

 

Ecija

Numancia

 

2

0

SI

21/06/1995

 

Levante

Ecija

 

2

4

SI

Temporada 1995/96

Ultima temporada como profesional. El equipo ecijano queda clasificado en décimo tercera posición con cuarenta y cinco puntos. Zuñiga participo en catorce partidos.

Sus participaciones en liga con el Ecija en la temporada 1995/96

 

FECHA

 

PARTIDO

 

R. FINAL

 

TITULAR

 

CAMBIOS

 

GOLES

03/09/1995

Ecija

Eibar

2

1

SI

10/09/1995

Mallorca

Ecija

4

1

SI

16/09/1995

Ecija

Barcelona “B”

 

1

2

SI

23/09/1995

Hércules

Ecija

1

2

SI

01/10/1995

Ecija

Getafe

3

0

SI

Sustituido por Gonzalo

14/10/1995

R. Madrid “B”

Ecija

2

0

SI

Sustituido por Aguilar

21/10/1995

Ecija

Lleida

0

0

SI

Sustituido por Fede

29/10/1995

At. Marbella

Ecija

0

0

SI

05/11/1995

 

Ecija

Sestao

0

0

SI

12/11/1995

 

Toledo

Ecija

3

0

SI

Sustituido por Fede

25/11/1995

 

Almería

Ecija

 

4

1

SI

Sustituido por Lozano

10/12/1995

 

Logroñes

Ecija

3

0

SI

17/12/1995

 

Ecija

Alavés

2

2

SI

Sustituido por Gonzalo

20/12/1995

 

Logroñes

Ecija

0

0

SI

Sustituido por Pedro

Todos sus números en el Campeonato de Liga 1977-1995

 

CATEGORIA

 

CLUB

 

PARTIDOS

1ª DIVISION

ESPAÑOL

259

1ª DIVISION

SEVILLA

64

2ª DIVISION

CALVO SOTELO

 

26

2ª DIVISION

CADIZ

 

10

2ª DIVISION

SABADELL

 

24

2ª DIVISION

ECIJA

 

14

2ª DIVISION B

CALVO SOTELO

 

48

2ª DIVISION B

ECIJA

 

70

TOTAL:

515

Todos sus números en otras competiciones oficiales 1977-1995

 

COMPETICION

 

PARTIDOS

SELECCIÓN OLIMPICA

1

SUB 19

3

SUB 20

 

3

SUB 21

 

6

COPA LIGA

 

18

COPA UEFA

 

12

COPA REY

 

14

TOTAL:

57

Mi homenaje a Manuel Zuñiga Fernández, centrocampista de raza y de compromiso con todos los clubes en los que como profesional defendió. Su regularidad fue su mejor aval, contó prácticamente para todos los entrenadores que tuvo a lo largo de su carrera futbolística. Orgullo de Luciana y de todos los ciudadrealeños que temporada a temporada le seguimos en toda su vida deportiva. Otro manchego Andrés Iniesta, años después, llenaría de orgullo a todos los aficionados españoles por su personalidad en su juego y sobre todo por su gol ante Holanda en la final de la Copa del Mundo en 2010, pero eso es otra historia.

Mi agradecimiento personal a Luis Pizarro Ruiz por la cesión de sus fotografías para la ilustración de este articulo extraídas de su extraordinario libro Futbol y Sociedad en Puertollano en el siglo XX (1920-2000)




Inauguración de la calle Isidro Lángara en Oviedo

El pasado 15 de mayo de 2016, coincidiendo con el 104 aniversario de su nacimiento en Pasajes (Guipúzcoa), Isidro Lángara, el que fuera grandioso delantero centro de los años treinta y cuarenta del pasado siglo quedó inmortalizado en el callejero de la ciudad de Oviedo con la inauguración de una calle que lleva su nombre. La iniciativa del periodista Miguel Sanz tuvo un apoyo popular unánime, claro ejemplo de la impronta que Lángara dejó, pese al paso de los años, y el consistorio ovetense aceptó la solicitud. Así, con la presencia de sus familiares, autoridades, miembros del Real Oviedo y aficionados en general, su sobrina nieta Juncal Lángara descubrió la placa que da su nombre a una de las calles que dan acceso al Nuevo Estadio Carlos Tartiere, donde una tribuna también lleva su nombre.

Y es que, pese al tiempo transcurrido, la figura de Lángara, además de transcender al ámbito futbolístico (su trayectoria vital merecería ser novelada), sigue sorprendentemente presente en la capital del Principado.

CalleLangara01CalleLangara02Aquel muchacho que abandonó su pueblo de Andoain con 18 años para hacer una prueba con el Real Oviedo a finales de 1930, causando sensación por la potencia de sus disparos, que convenció sin la menor duda al entonces entrenador de los azules, el irlandés Patricio O’Connell (afirmó al poco de verlo en acción que era “un diamante en bruto”), es conocido  por las generaciones posteriores que, pese a no haberle visto jugar, saben de sus hazañas, repetidas boca a boca por los aficionados ovetenses de generación en generación, consolidando su figura como la de un mito.

No en vano, Lángara todavía mantiene algunos récords en el fútbol español (único futbolista que ha anotado tres tripletes en tres partidos seguidos en nuestra Liga, ser quien menos encuentros precisó para alcanzar los cien goles en la 1.ª División, o el promedio goleador con la selección española que le dan los 17 goles anotados en 12 partidos) e internacional (primer futbolista máximo goleador en tres países distintos: España, Argentina y México).

Sus goles le abrieron pronto las puertas de la selección nacional —con quien anotó el primer gol de la historia en el Estadio de Buenavista— y fueron claves en el ascenso del entonces Oviedo F.C. a la 1.ª División, donde aquellas “delanteras eléctricas” en las que Lángara era el ariete, sembraban el terror de los rivales.

Su figura alcanzó entonces una enorme repercusión y su idilio con el equipo y con la ciudad convirtieron a este vasco, todo nobleza, en un asturiano de adopción, en un carbayón más, un ídolo del que presumir.

Y es que sus logros deportivos se sucedían (tres “pichichis” consecutivos en sus primeras tres campañas en la máxima categoría le hicieron insustituible con España) de la mano de los de un equipo que se codeaba con los mejores.

Cuando equipo y futbolista se encontraban en la cúspide, la Guerra Civil cortó de cuajo sus trayectorias, lo que supuso que los caminos del Lángara y del equipo azul se separasen forzosamente.

Desde el primer instante, con Lángara jugando con la selección de Euskadi por toda Europa primero y en México después, comenzó a hacerse obsesiva la idea del regreso de Lángara, lo que no se pudo lograr tras la reanudación de las competiciones futbolísticas en nuestro país al finalizar el conflicto bélico. Primero con Lángara en Argentina, defendiendo la elástica de San Lorenzo de Almagro, y luego en México haciendo lo propio con la del Club España, el Real Oviedo vivía obsesionado con el recuerdo de Lángara, imposible de ser borrado pese al gran nivel de quienes ocupaban su puesto en el once oviedista (Chas, Echevarría, Cabido…).

Así, cuando por fin regresó en 1946, diez años después de su obligada marcha, la ciudad vivió tal conmoción que tuvo que apearse del tren que lo llevaba a Oviedo en una parada previa, dada la muchedumbre que lo esperaba en la estación capitalina.

Pese a que, lógicamente ya no era el mismo, un Lángara más limitado físicamente pero que había aprendido en América un fútbol más combinativo al que se había tenido que adaptar, rindió más que satisfactoriamente, permitiéndole retirarse tras haber vuelto a vestir la camiseta azul de su Real Oviedo.

Tras colgar las botas, pese a regresar a México, nunca perdió su vinculación con Oviedo, ciudad que visitaba con cierta frecuencia, siendo siempre recibido como la estrella que había sido, manteniéndose su figura de mito.

Ese mito que regresó a Andoain para vivir sus últimos años, ahora tiene una calle en Oviedo, como sus compañeros Herrerita o Antón. Es de justicia.

CalleLangara03CalleLangara04CalleLangara05CalleLangara06FOTOGRAFÍAS: La Nueva España




Futbolistas por la gracia de Dios

Entre las profesiones ejercidas por nuestros futbolistas antes de abrirse camino con el balón, hubo de casi todo. Tenderos y mecánicos de taller, oficinistas y estudiantes, mozos de cuerda, albañiles, campesinos, mineros, cerrajeros, choferes, cobradores puerta a puerta… Otro tanto cabe decir sobre su dedicación laboral tras colgar las botas, puesto que aparte de entrenadores, ojeadores, masajistas, profesores de Educación Física o utilleros, labores comúnmente asociadas a estrellas de latón gastado, encontramos pintores de brocha gorda o artísticos con cierto mérito, periodistas, encargados de taller, funcionarios, comerciantes, médicos, ingenieros, profesores, topógrafos, abogados, jueces, cineastas, escultores, políticos, e incluso algún magnate empresarial. También hubo, obviamente, quienes se despeñaron a las primeras de cambio, en pleno derrape por las curvas de la vida, quien pagó los excesos con temporadas de reflexión carcelaria y hasta, unos pocos, capaces de simultanear carreras por la banda con su pertenencia a la Guardia Civil o el Ejército. Como de todo ha de haber en la viña del Señor, ni siquiera faltaron frailes y curas. Unos en formación y otros con tonsura y solemne misa cantada. Proyectos de religioso hasta que el esférico se cruzara en sus vocaciones y clérigos reverendísimos, capaces de pasar del pantalón corto a la sotana y viceversa. A estos, al repaso de futbolistas por la gracia de Dios, van dedicadas las siguientes líneas.

Juanito Urquizu en su época de entrenador prestigioso, casi 40 años después de postularse para escolapio.

Juanito Urquizu en su época de entrenador prestigioso, casi 40 años después de postularse para escolapio.

Muchos, más del medio centenar, cimentaron su pasión deportiva en los patios del Seminario o por los abundantísimos centros de profesión religiosa, allá en la España pre y pos bélica. Eran tiempos tan fértiles para la vocación eclesiástica como marcados por la necesidad. Y desde esa perspectiva, no pocas familias verían en esos lugares sólo un económico internado donde sus vástagos pudieran cursar bachillerato. Por simplificar, revisemos las biografías de Juanito Urquizu y Carlos Ruiz, medio destructivo y delantero centro, respectivamente, uno del periodo prebélico y otro fruto del tardofranquismo.

Juan José Urquizu Sustaeta (Ondárroa 24-VI-1901), sin dudad es más recordado como entrenador hecho bajo el paraguas de Mr. Pentland que como futbolista, puesto que dirigió al At Bilbao las campañas 1940-41, 41-42, 42-43, 43-44, 44-45, 45-46, 46-47 y 47-48, si bien esta última durante 7 únicos partidos, para pasar a continuación por los banquillos del Real Oviedo (1948-49 y 49-50), Real Murcia, Baracaldo (parte de 1947-48, 1950-51 y 51-52), Aurrerá de Ondárroa (54-55 y 55-56), Levante (media campaña 56-57 y el tramo inicial de 57-58), Orense (58-59 y 1962-63), Deportivo Alavés (63-64) y de nuevo Aurrerá (64-65 y 65-66). Durante su etapa en los banquillos lograría proclamarse campeón de Liga en 1942-43, así como de Copa los años 1943, 1944 y 1945. También tuvo ocasión de festejar algún triunfo menor, como el del ascenso a 2ª con el Orense en 1959, en tanto el envés de la moneda lo viviría en Oviedo, al descender a 2ª División la campaña 1949-50. Antes, sin embargo, fue estudiante en el Seminario de los Escolapios, destacando más con el balón en los pies que por su fervor. Futbolista en el Erandio vizcaíno (1916-17, Osasuna de Pamplona (1917 a 1926, con brevísimo paréntesis en el Deusto), Real Club Deportivo Español (en realidad sólo como refuerzo para una gira sudamericana la temporada 1925-26), Osasuna nuevamente (1926-27), Real Madrid (1927 a 1929) y Athletic Club de Bilbao desde la temporada 1929-30 hasta su retirada en 1934-35. Internacional absoluto contra Portugal, en marzo de 1929, y profesional declarado sólo a raíz de su ingreso en el Athletic bilbaíno, el advenimiento del Campeonato Nacional de Liga (febrero de 1929) le alcanzó ya algo talludito, pese a lo cual disputó 85 partidos en dicha competición, cuando los torneos constaban de 18 y 22 jornadas. Si conoció el éxito durante su etapa en los banquillos, aún resultó más fructífera su carrera sobre el césped, no en vano pudo proclamarse campeón de Liga las ediciones 1929-30, 1930-31, 33-34 y 35-36, así como de Copa los años 1930, 1932 y 1933. Su popularidad e ideología próxima al bando vencedor en la Guerra Civil, le llevó a ser designado, meses después del último parte fechado en Burgos, delegado de Auxilio Social en Ondárroa, localidad pesquera del litoral vizcaíno donde habría de fallecer (22 de noviembre de 1982), sin ver el triunfo futbolístico de su hijo, muchacho con buenas maneras a quien pudo dirigir en el C. D. Orense y Aurrerá.

Carlos, en un cromo de la temporada 1973-74.

Carlos, en un cromo de la temporada 1973-74.

Más fresca tendrán muchos aficionados en sus retinas la imagen de Carlos Ruiz Herrero (Bilbao 7-VI-1948), ariete con excelente remate de cabeza y mucho más hábil en el juego al pie que cuanto a primera vista pudiera dar la impresión. Da familia modesta, parte de su infancia transcurrió en colegios de frailes, destacando especialmente sobre el patio de uno de ellos, en la localidad alavesa de Nanclares de la Oca. Después, sólo una temporada en categoría Regional, defendiendo la camiseta del C. D. Moraza, bastó para que se le abrieran las puertas del Guecho, donde habría de militar la campaña 1968-69 y durante el primer tercio de la siguiente, puesto que en seguida sería reclamado por el Bilbao Atlético, filial de los de San Mamés y entonces encuadrado en la categoría de plata.

Su debut en la máxima categoría tuvo lugar el 12 de setiembre de 1970, con empate a uno ante el Barcelona en feudo bilbaíno. Y ya la temporada de su presentación entre los grandes jugó 20 partidos, anotando 4 goles. El Athletic, (todavía Atlético por imperativo franquista), entonces en pleno relevo generacional, comenzaba a armar un equipo que años más tarde, con Koldo Aguirre en el banquillo, sucumbiría ante la “Juve” turinesa en la final a doble partido de la Copa UEFA, por el valor doble de los goles marcados a domicilio. Máximo artillero de 1ª División la campaña 1974-75, con 19 tantos en 32 partidos, sólo pudo aproximarse a tal registro en 1977-78, con 16 dianas en 33 choques. Eran, aquellos, años harto difíciles para jugar en punta, pues los defensas de rompe y rasga -y créaseme, sobreabundaban- solían contar con la connivencia arbitral en sus desmanes. Unos, como el ilicitano Indio, avisaban antes de dar(1). Otros arreaban de frente, por la espalda, en diagonal o al bies, sin falsos pudores, pues no en vano un Granada C. F. de testamento y extremaunción, con el argentino Aguirre Suárez o el paraguayo Fernández al frente, había situado en le estratosfera poco antes el listón de la permisividad. En semejantes condiciones, las lesiones por fricción solían aguardar emboscadas tarde sí y tarde también. Y a él lo tuvieron en el dique seco durante parte de los ejercicios 1973-74, 75-76 y 78-79.

Internacional Sub-21 en una oportunidad, Carlos quiso fraguarse un porvenir en las aulas universitarias mientras vestía de corto, licenciándose en Medicina y orientando su especialidad hacia la rama deportiva. En 1981, después de 11 temporadas rugiendo en “la catedral” con la camiseta del Athletic, pasó al Real Club Deportivo Español. Para entonces su carrera podía considerarse amortizada, por más que con los “periquitos” sumara otros 21 partidos en la elite y un gol, hasta totalizar 234 presencias ligueras y 82 dianas. Luego ejercería durante 2 años como responsable médico de las secciones inferiores españolistas, 7 con el mismo cargo en el Caja Bilbao de baloncesto y desde 1993 hasta 1998 en la Selección Nacional Absoluta de balonmano. Puesto que la genética tampoco parece ajena al mundo del balón redondo, su sobrino Eder Vilarcho lograría abrirse camino sobre el césped, si bien a menor escala.

Por supuesto, no todos los seminaristas o aspirantes a fraile con afición balompédica llegaban tan alto. Una amplia mayoría apenas si lograba romper las fronteras regionales, conforme podría ilustrar Joaquín Tarifa Muñoz, delantero en el Baena, Corial del Río, Antequerano y Lucentina durante el decenio del 50, tras haber sido seminarista desde los 13 años, romper zapatos durante los recreos del Seminario Mayor, primero bajo los tres palos y luego como ariete, y estar a punto de cantar misa.

Durante los años 50 y 60, Seminarios y colegios de frailes constituyeron una buena cantera de jóvenes futbolistas.

Durante los años 50 y 60, Seminarios y colegios de frailes constituyeron una buena cantera de jóvenes futbolistas.

Quien sí llegó a cantarla fue el guipuzcoano Juan Manuel Basurco, delantero del Motrico durante la segunda mitad de los 60, con los blanquiazules en 3ª División y mientras concluía su etapa de seminarista. Nada más cantar misa, como tantos otros curas vascos neófitos partió hacia Guayaquil, para servir 5 años en la misión de Los Ríos. Téngase en cuenta que desde mediados los 50 en el pasado siglo, hasta avanzados los 70, las diócesis vascas estuvieron muy implicadas en el proyecto ecuatoriano. Y allí, apenas hubo llegado, ya competía en una liga regional con el equipo de Quevedo, su parroquia, luciendo además la equipación de la Real Sociedad donostiarra, puesto que desde dicha entidad les serían remitidas las camisetas altruistamente.

Aquel campeonato estaba muy por debajo de sus facultades. Y al destacar jornada tras jornada, resultó inevitable se fijaran en sus evoluciones los técnicos del Puertoviejo, entidad recién ascendida a la 1ª División ecuatoriana. “Acepté las condiciones de rigor en mis circunstancias y todos se portaron muy bien conmigo”, aseguró a Erostarbe, un clásico de la prensa guipuzcoana. “Parece les solucioné bastante los problemas de remate y de pronto me encontré en el Barcelona de Guayaquil, conjunto fundado por emigrantes catalanes y al que allí denominan el equipo Tercero”. El Barcelona, en efecto, ya era un club grande. Y con su camiseta amarilla y pantalón negro estuvo actuando 3 meses, hasta vivir el sueño de participar en la Copa Libertadores: “Primero resolvimos la fase con los clubes de Colombia y luego eliminamos al Unión Española de Chile, enfrentándonos finalmente al Estudiantes de la Plata”.

Esa eliminatoria resultaría histórica, pues por primera vez un club ecuatoriano conseguía doblegar a otro argentino en el torneo equivalente a nuestra Copa de Europa o actual “Champions League”. Además, suyo fue el gol de la victoria que vistió de fiesta a todo el deporte en Ecuador. Estudiantes acabaría imponiéndose al Barcelona en el decisivo encuentro de desempate y Basurco, consecuente con sus obligaciones, optó por salir del club. “Se me hacía muy difícil compatibilizar el balón con mi sacerdocio. Guayaquil queda a 200 kilómetros de Quevedo, donde yo debía ejercer mis obligaciones. Andaba escaso de entrenamiento y tampoco era plan”.

De vuelta a Quevedo, continuó jugando en el Puertoviejo, entrenando sólo una vez por semana, “lo imprescindible para competir con cierta dignidad”. Jugaba únicamente por afición, junto a quienes trataban de engancharse al porvenir que pudiera ofrecerles el fútbol. Estuvo haciéndolo hasta regresar a San Sebastián, en junio de 1973, cumplidos los 29 años. Un regreso ni mucho menos inadvertido para la cúpula del Motrico, empeñada en volver a verle defendiendo los intereses de su equipo.

En el obispado, no obstante, le pusieron las cosas difíciles. Eso de que un cura jugase al fútbol… ¿Y si se organizaba un lío?. ¿Qué ocurriría si le expulsaban o cometía cualquier infracción?. Seguro que encontraría eco en la prensa. Además, tanto sobre el césped como desde los graderíos, se blasfemaba. No, decididamente aquel no era sitio para un señor cura, cuya vida debía ofrecer absoluta ejemplaridad. Juan Manuel Basurco quedó como el buen artillero que pudo ser, como el joven que antepuso su vocación a cualquier sueño de gloria.

Y no fue el único.

Poco después también vestiría sotana Rafael Núñez Pastor, natural de la localidad palentina de Añoza. Titular indiscutible en el hoy extinto Palencia C. F. entre 1973 y 1978, entrenaba en solitario por las tardes, puesto que sus mañanas estaban dedicadas a estudiar en el Seminario Diocesano. El 6 de junio de 1976, domingo de Pentecostés, cantó su primera misa en la catedral palentina, bajo la atenta mirada de todos sus compañeros de vestuario. Y por la tarde volvió a enfundarse la camiseta morada para contribuir a la victoria frente al Carabanchel, en el viejo campo de La Balastera, por 2-1. Esa circunstancia lo catapultó a una efímera popularidad. “El cura futbolista”, titularon sus crónicas diferentes periódicos de ámbito nacional. O “Un reverendo en La Balastera”. Como por aquellos años la denominada “prensa del corazón” aún no había optado por hozar entre montañas de inmundicia, incluso compartió portada en “Lecturas”: “El padre Rafael. Primer futbolista profesional ordenado sacerdote”, recogieron sus páginas. No era cierto, puesto que al menos Basurco se le había adelantado.

El centrocampista Núñez, o “El Reverendo”, como había sido rebautizado por la afición palentina, continuó alineándose con su equipo después de ordenarse, festejando el ascenso a 2B la campaña 1976-77 y dejando bien sentado que dicha categoría, mucho más dura que hoy, pues sólo la componían dos grupos, ni remotamente se le atragantaba. Así pudo acreditarlo alineándose en 24 ocasiones y anotando un gol, durante 1977-78. Pero puesto que encajar el entrenamiento cotidiano cada vez le resultaba más complicado, más difícil de compaginar con las exigencias de su ministerio, acabó abandonando el club morado para suscribir la cartulina del Venta de Baños, donde aún rendiría como acostumbraba, dos campañas más. “Se armó cierto revuelo por mi condición de sacerdote y futbolista profesional -reconocía el padre Núñez varios años después-. En el vestuario, sin embargo, era uno más; nunca me hicieron sentir bicho raro. Durante los desplazamientos celebraba misa en el hotel de concentración y asistían los compañeros que así lo deseaban, que no solían ser todos. Pero hubo un momento en que no pude compaginar el Palencia con mi actividad sacerdotal, quedándome a una temporada de alcanzar el ascenso a 2ª División”.

Rafael Núñez colgó las botas en 1980, dejando tras sí una más que meritoria estadística: 135 partidos de liga con el Palencia, disputados a lo largo de 5 temporadas, con una contribución de 12 goles. Y un buen puñado de encuentros más en 3ª División y categoría Regional, ya con menor exigencia deportiva, luciendo el escudo del C. D. Venta de Baños.

El texto quedaría cojo sin rendir homenaje a la formidable instantánea de Ramón Massats, tomada en el Seminario Conciliar de Madrid el ya lejano 1959, y en su día expuesta en el MOMA neoyorquino. Por el trabajo de Juan Carlos Rodríguez para “El Mundo” sabemos que Lino Hernando, el guardameta, sigue siendo párroco, mientras el lanzador colgó la sotana allá por los 70, creó una familia y supo arreglárselas para brillar en los negocios. Ramón Massats sería distinguido en 2004 con el Premio Nacional de Fotografía.

El texto quedaría cojo sin rendir homenaje a la formidable instantánea de Ramón Massats, tomada en el Seminario Conciliar de Madrid el ya lejano 1959, y en su día expuesta en el MOMA neoyorquino. Por el trabajo de Juan Carlos Rodríguez para “El Mundo” sabemos que Lino Hernando, el guardameta, sigue siendo párroco, mientras el lanzador colgó la sotana allá por los 70, creó una familia y supo arreglárselas para brillar en los negocios. Ramón Massats sería distinguido en 2004 con el Premio Nacional de Fotografía.

Si durante la segunda mitad de los 60 y el arranque de los 70, época de drásticos cambios en el orden sociopolítico español, de profunda modernización en el clero tras el Concilio auspiciado por Juan XXIII, resultaba complejo encajar fútbol y sacerdocio, 15 años antes, durante el imperio del dogma y la autarquía, cualquier tentativa al respecto estaba condenada al fracaso. Supo entenderlo el interior derecho gallego Guillermo Calviño Riesco, Calviño para el fútbol (La Coruña 23-XI-1930), quien luego de militar en el Juvenil -filial del Deportivo- Racing de Ferrol, Arsenal, Santander y Gimnástica de Torrelavega, colgó las botas antes de cumplir los 24, para cantar misa como fraile dominico. Recorrido personal semejante al del levantino Salvador Romaguera (Cullera, Sueca, Requena, Carcagente y Mestalla) que también abandonaría el fútbol para hacerse fraile. Y como Fray Salvador permaneció bastantes años en una ermita de la localidad castellonense de Benicásim. Pero quien más lejos llegó en la carrera eclesiástica habría de ser el menos significado en su condición de futbolista. Javier Azagra, del Club Deportivo Oberena pamplonés, sería designado obispo de Cartagena.

En el universo futbolístico cabe casi todo, como puede apreciarse. Gracias a su inmensa implantación y profunda raigambre, encontramos actores de cine y capitanes de barco entre sus practicantes, cocineros con estrella “Michelín”, músicos profesionales, afamados doctores, como los Castroviejo, cantantes líricos, feriantes, buzos, o quienes como Sunny se lo jugaron todo a una carta cruzando el estrecho en patera. Hallamos incluso futbolistas por la gracia de Dios.

(1).- El delantero españolista Marañón recibió en cierta ocasión uno de sus avisos tan pronto echó a rodar el esférico sobre campo ilicitano. Marañón figuraba en la lista de 40 preseleccionados para el Mundial de Argentina, y el defensa franjivederde le espetó: “Si quieres ir al mundial ya puedes estar quietecito esta tarde”. Como el movimiento se demuestra andando, a las primeras de cambio el buen atacante navarro tuvo ocasión de medir la longitud de aquellos tacos.