La Peña Madridista Mariano, decana de España

El 10 de enero de 1957 fallece Mariano Herrero Martínez, fundador de la Peña Madridista Mariano, pionera y decana a día de hoy de las agrupaciones de aficionados al fútbol en España.

Este alcarreño de nacimiento [20 de enero de 1891 en Cogolludo (Guadalajara)] y madrileño de adopción trabajó en su juventud como dependiente en el “Bar El Nido”, uno de los siete que poseía su empleador. Más tarde el propietario vendió todos los bares y Mariano se quedó con el de la calle Mesón de Paredes, nombrándolo como “Casa Mariano”.

Casa Mariano, sede de la Peña (foto del autor)

Casa Mariano, sede de la Peña (foto del autor)

Reconoce el periodista de Marca Luis García Sicilia, cofundador de la Peña, que Mariano no era en principio aficionado al fútbol, más bien a los toros, y que jamás había presenciado un partido. Por aquel entonces los clientes que acudían al bar eran partidarios de la tertulia taurina que se había formado por un pequeño grupo de amigos.

En cierto momento, Sicilia le propone a Mariano que colocase los resultados de la jornada futbolística regional en una vitrina del bar. Mariano dijo: “Haz lo que quieras”. Tras esto, la afición futbolística fue tomando posiciones en el bar culminando en la creación de la peña decana del fútbol español.

Mariano se convirtió en la persona que animó a los demás a seguir al Madrid allá donde jugase.

Fundada en septiembre de 1920 con 15 socios, la Peña Madridista Mariano, es la primera peña de aficionados en la historia del fútbol español. Aún en la actualidad se encuentra situada en el mismo lugar, calle Mesón de Paredes, 2 (Metro Tirso de Molina). Para ser socio de la Peña había que serlo también del Madrid. Mariano tenía el carné nº 187 del Madrid cuando falleció. Era poseedor de la insignia de oro y brillantes del club.

Escudo de la Peña

Escudo de la Peña

Además de viajar siguiendo al Real Madrid, la Peña se ha dedicado a otras actividades, entre las que destacan la formación de un equipo federado en la 2ª Categoría del fútbol regional castellano en 1933 con el nombre de Peña Mariano FC, la edición de la revista “¡Paf, gol!” y a hacer de Reyes Magos organizando una fiesta todos los años para los niños pobres del barrio, dinero proveniente del excedente de los viajes y las cuotas. También durante muchos años fue lugar de venta de entradas para los partidos, autorizada por el club.

El 22 de noviembre de 1931 el equipo de la Peña Mariano se enfrentó a un conjunto del Real Madrid formado por suplentes en el campo del Parral  a beneficio de los pobres del Distrito de La Inclusa. La victoria cayó del lado del club por 1-3. En la Peña Mariano jugaron reforzándola los madridistas Ordóñez y Valderrama. Prats y Triana lo hicieron con el reserva del Madrid.

Si alguna persona tiene a bien visitar el Bar Mariano podrá disfrutar del reloj Coppel que cuelga del techo. Por un lado un Madrid de antes de la guerra y, por el otro lado, un Madrid que empezaba a ser ye-yé.

PMariano03PMariano04El 17 de mayo de 2013, con motivo de la final copera frente al Atlético de Madrid, la Cadena COPE, entrevistó a su presidente, D. Jesús de Lucas

http://www.ivoox.com/presidentes-penas-mas-antiguas-de-audios-mp3_rf_2051406_1.html

Fuentes:

 Marca, 12 de enero de 1957 p. 12

 Heraldo de Madrid, 23 de noviembre de 1931 p. 13

 Anuario de la Federación Española de Fútbol 1933.

Gracias una vez más a Javier Vázquez (socio de CIHEFE) por su ayuda @rmadriddatos          http://realmadriddatos.wordpress.com/




La taberna de Félix Pérez, jugador del Real Madrid

Frente a la Puerta de Hernani del Parque de El Retiro, en la calle de Alcalá de Madrid (que hasta los años finales del siglo XIX se conocía como ronda de Alcalá o carretera de Aragón), estuvo la Taberna de Félix Pérez.

Fuente: Diariomadrid.net (finales de los años 60 y principios de los 70 del siglo XX).

Fuente: Diariomadrid.net (finales de los años 60 y principios de los 70 del siglo XX).

Ya hay noticias de una tienda de vinos en este mismo lugar durante los años ochenta del siglo XIX. Joaquín Chillida, el propietario del establecimiento y también jefe de areneros de la entonces cercana plaza de toros de Felipe II (donde hoy se encuentra el Palacio de los Deportes), fue quien recogió e intentó salvar de la muerte al famoso Perro Paco tras ser corneado por un toro aquel 21 de junio de 1882.

En aquella tienda de vinos de la calle de Alcalá nació en el año 1901 quien sería su más famoso propietario, Félix Pérez Marcos, que entre 1921 y 1928 se convertiría en un popular, correcto y disciplinado jugador del Real Madrid F.C.

Fuente: Sefutbol.com (1927) Félix Pérez, jugador del Real Madrid F.C.

Fuente: Sefutbol.com (1927)
Félix Pérez, jugador del Real Madrid F.C.

Sabemos por la prensa que en el año 1931 esta famosa taberna se encontraba en el número 89 (que hoy corresponde con el nº 81) de la calle de Alcalá. Sobre su puerta había un toldo de color canela y en su fachada se podía leer el nombre de su propietario “Félix Pérez” en caracteres de perfil dorado. El interior estaba limpio y cuidado, tenía un magnífico mostrador de madera labrada con escurridero de estaño y losetas en las paredes sobre las que se anunciaban los partidos de fútbol que iban a disputarse.

Fuente: Biblioteca Nacional de España (1931) Félix Pérez y un camarero en su taberna.

Fuente: Biblioteca Nacional de España (1931)
Félix Pérez y un camarero en su taberna.

Félix Pérez residía con su madre en un espacio habilitado como vivienda en la parte posterior de la taberna, como era frecuente en las tiendas de la época. Gran aficionado al fútbol desde la infancia, comenzó a jugar en la Chopera de El Retiro hasta que logró formar parte del “Club Recreativo de Madrid”. En el año 1921 consiguió ingresar en su admirado Real Madrid Football Club, equipo que tan sólo un año antes había antepuesto a su nombre el título de “Real”.

En los años de aquel casi incipiente Real Madrid Football Club era necesario abonar la cuota de afiliación al equipo para poder jugar en sus filas. Aún no existía la profesionalización de los futbolistas, que debían compaginar su afición con otras profesiones para poder ganarse la vida. Félix Pérez obtuvo su carné del club a la edad de diez años (1910), siéndole asignado el número 4 y no sería profesional hasta 1925.

Aquellos eran tiempos en los que la prensa aún utilizaba términos como “balompié” o “goal” (gol) en sus crónicas deportivas y los campos de “football” eran bastante distintos a los actuales. Cuando el jugador “Félix Pérez” (su apodo en el equipo) ingresó en el Real Madrid los partidos de fútbol de este club se jugaban en el Campo de O’Donnell (situado entre las calles de Narváez y O’Donnell), que fue el primero en tener un vallado para separar a los jugadores del público asistente.

Fuente: ABC (1923). Félix Pérez, de blanco, jugando contra la Gimnástica en el campo de fútbol de O'Donnell.

Fuente: ABC (1923).
Félix Pérez, de blanco, jugando contra la Gimnástica en el campo de fútbol de O’Donnell.

En el año 1923 el Real Madrid se trasladó a un nuevo campo de fútbol que también era velódromo, tenía pistas de tenis y piscina, situado en la Ciudad Lineal, en la calle de Arturo Soria, en dirección Norte-Sur (entre las calles del Duque de Tamames y de Ramírez de Arellano).

Fuente: Mcu.es Archivo Ruiz Vernacci (1923) Campo de fútbol de Ciudad Lineal.

Fuente: Mcu.es Archivo Ruiz Vernacci (1923)
Campo de fútbol de Ciudad Lineal.

Un año después, en 1924, dada la importancia que había adquirido este club y la masiva asistencia de aficionados a sus partidos de fútbol, el Real Madrid construyó un estadio en Chamartín de la Rosa (municipio independiente de Madrid hasta el año 1947).

Ubicado en la carretera de Chamartín de la Rosa, a 900 m. del Paseo de la Castellana (que por entonces terminaba en el Hipódromo –hoy Nuevos Ministerios-) este nuevo campo del Real Madrid contaba con hierba, graderías y una enorme tribuna cubierta.

Fuente: Madridistassc.blogspot.com (finales de los años 20 del siglo pasado). Campo de fútbol de Chamartín.

Fuente: Madridistassc.blogspot.com (finales de los años 20 del siglo pasado).
Campo de fútbol de Chamartín.

Este sería el último estadio del Real Madrid en el que Félix Pérez, a quien por entonces apodaban “Finito”, jugó con su equipo predilecto. En el año 1928, tras una disputa con la directiva del club por la revisión de su sueldo, canceló su contrato y pasó a formar parte del “Racing Club de Madrid” (equipo del barrio de Chamberí), en la temporada de 1929-1930. Después pasaría a jugar con el Club Atlético de Madrid, donde finalizaría su vida deportiva a finales del año 1931.

Es a partir de entonces cuando Félix compaginará su trabajo de funcionario de Correos con la taberna de la calle de Alcalá, donde sus compañeros de postas habían tomado la iniciativa de constituir la madridista Peña Félix Pérez que seguiría al equipo en todos sus desplazamientos hasta bien entrados los años cincuenta del pasado siglo.

Fuente: M.R.Giménez (2015) Aquí estuvo la Taberna de Félix Pérez. El edificio ha sido totalmente remodelado.

Fuente: M.R.Giménez (2015)
Aquí estuvo la Taberna de Félix Pérez. El edificio ha sido totalmente remodelado.

La taberna de Félix Pérez desapareció en los años ochenta al igual que su dueño, fallecido en 1983. El día 18 de septiembre de ese año se disputó un partido homenaje entre el Real Madrid y el Valencia. Todos los jugadores madridistas llevaron un crespón negro en el brazo por la muerte del viejo futbolista, acaecida unos días antes. El resultado del encuentro fue 0-1.

Fuentes:

Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de España.

Hemeroteca del diario ABC.

Prensahistorica.mcu.es

Diariomadrid.net

Sefutbol.com

Mcu.es – Archivo Ruiz Vernacci.

Madridistassc.blogspot.com.

Historias-matritenses.blogspot.com

http://antiguoscafesdemadrid.blogspot.com.es/




Stewart Henbest Capper, arquitecto del deporte madrileño.

Capper01Stewart Henbest Capper no es un personaje desconocido para Cuadernos de Fútbol. Ya en el número 47, en el artículo titulado La aguja del pajar: el origen del fútbol en Madrid, escrito por Víctor Martínez Patón y quién escribe este artículo, dimos información sobre él.

La aparición de la foto que ilustra este artículo me ha llevado a retomar la investigación de esta figura tan importante para el deporte español. Capper es uno de tantos desconocidos de nuestro deporte que han hecho méritos más que suficientes para ocupar él solo un altar en la historia del mismo.

Biografía.

Su nombre correcto es Stewart, como aclaró Andrew Michael McFarland (2). Stuart es una deformación de su nombre tomada en nuestro país y que fue escrito erróneamente, haciéndolo como se pronuncia. Nació el 15 de diciembre de 1859 en Upper Clapton en el Gran Londres, aunque a la edad de nueve años se trasladó junto a su familia a Edimburgo. Él y sus dos hermanos se educaron en la Royal High School donde permanecieron hasta 1875. A continuación se matriculó en Bellas Artes en la Universidad de Edimburgo donde consiguió finalizar sus estudios con matrícula de honor en Filología Clásica y licenciado en Historia del Arte. Parte de sus estudios los realizó por un tiempo en la Universidad alemana de Heidelberg.

Tras finalizar sus estudios eligió como profesión la de arquitecto y por ello fue empleado en las oficinas de J. Burnet & Son de Glasgow, pero una enfermedad le hizo abandonar el empleo y aceptar el que le ofreció el embajador británico en Portugal sir Robert Burnett David Morier (1) para ser el tutor de su único hijo. Tiempo más tarde se trasladaron a Madrid, donde Stewart compaginó la tutoría con la secretaría privada del embajador.

Madrid.

Sobre su estancia en Madrid hablamos en el artículo mencionado anteriormente y cuyo enlace es el siguiente por si alguien quiere consultarlo; http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2013/10/la-aguja-del-pajar-el-origen-del-futbol-en-madrid/

De todos modos, voy a hacer un breve resumen de su paso por la capital de España y aportar algún dato nuevo.

Capper pudo llegar a Madrid acompañando al embajador el día 25 de octubre de 1881. Existen unas notas de prensa del día 29 de octubre de 1881 en las que la Gaceta da cuenta de la recepción que SM el Rey hace al Excmo. Sr. Robert Burnett David Morier, enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de SM la Reina de la Gran Bretaña. Quizá Capper ya fuese secretario privado del embajador y estuviese presente en el acto.

Gracias al Boletín de la Institución Libre de Enseñanza y particularmente a Manuel Bartolomé Cossío sabemos que José Mc-Pherson, nombrado poco tiempo antes profesor de la Institución, fue la persona que le llevó hasta ella. Capper ingresó como profesor de inglés convirtiéndose más tarde en impulsor de la Sección de Excursiones, incluso llegó a ser parte del equipo directivo en algún momento e introductor de los juegos ingleses en la escuela.. Entre los juegos podemos mencionar el fútbol y el rounders (3). Posiblemente permaneciese hasta los últimos días de diciembre de 1884 (aunque hasta 1886 no volvemos a saber nada de su vida) entre nosotros, momento en que el embajador dejó Madrid con destino, primero a Londres y después a San Petersburgo, donde dirigió la delegación británica a partir de entonces. Parece que Capper tomó su propio camino y se dirigió a estudiar a la Escuela de Bellas Artes de París.

En 1886 se produjo la visita de Cossío y Giner a Edimburgo invitados por Capper. Otros autores dicen que fue en 1889 y que fue en esta en la que Cossío trajo el primer balón reglamentario a Madrid. Quizá fuesen visitas distintas.

Regresó a Edimburgo en 1886 donde trabajó para George Washington Browne hasta 1891. Durante un tiempo se mostró como autónomo hasta que en 1892 se unió al proyecto de Patrick Geddes para rehabilitar propiedades abandonadas y en ruinas en el casco antiguo de Edimburgo; Ramsay Gardens, Riddle’s Court, James Court y Lawnmarket fueron varias zonas remodeladas donde Capper participó. En la Biblioteca Nacional de España existen dos ejemplares del libro «Masterpieces of Spanish architecture; sixty photographs» de J. Lacoste, publicado en 1908, que pueden ser consultados para quién quiera conocer su obra arquitectónica más a fondo.

Existe correspondencia cruzada entre Cossío y Giner de los Ríos en el que comentan esperarle en cierto lugar de Galicia en diciembre de 1895. Hasta donde alcanza la correspondencia Capper no apareció.

En 1896 fue propuesto para ser el primer profesor de arquitectura en la Universidad Mc Gill en Montreal. Pensando que mejoraría su salud con el clima canadiense aceptó el trabajo. Desde allí escribió para el Boletín de la I.L.E. Consiguió llegar a ser Director, creando las bases de la escuela y la biblioteca de arquitectura.

En 1903 regresó a Gran Bretaña ocupando una silla en la Universidad Victoria de Manchester hasta 1912.

Fue un arquitecto prominente en el estilo Arts & Crafts y estrechamente asociado a sir Patrick Geddes. Debido a la mala salud que padecía no pudo finalizar muchas de las obras públicas que se le encargaron completándolas su contemporáneo Sidney Mitchell. Algunos autores entendidos en arquitectura son de la opinión de que es más conocido como académico en Canadá que por su trabajo en Escocia y que gran parte de su fama recayó en sus clientes y aquellos que finalizaron sus obras. Entre sus superiores directos era considerado como un profesor bien formado añadiendo que era un competente arquitecto en ejercicio de sus funciones.

El deporte.

Anterior a la llegada de Capper ya existía la costumbre en la I.L.E. de salir a pasear un día a mediados de semana por la tarde y ejercitarse con juegos autóctonos de carreras y saltos. Una vez Capper se convierte en un habitual en estas salidas escolares, comienza a introducir los juegos británicos que trae en su maleta. Es conocida la práctica en la I.L.E. del rounders e incluso la preferencia de los alumnos por este juego. Es mayoritaria la idea de que el fútbol llegó en 1889, tras la visita de un profesor a Inglaterra, aunque M. B. Cossío, en su artículo de 1925 del Boletín de la I.L.E. sobre el fallecimiento de Capper dice que “los niños de las escuelas públicas de Madrid, sin saberlo, juegan en las plazuelas -senderos misteriosos- lo que Capper nos trajo” y también que “enseñó con su ejemplo a profesores de su edad y a alumnos, e introdujo entre ellos juegos atléticos sociales ingleses que han tardado 30 años en aparecer luego por otro camino”. Y claro, me pregunto yo ¿qué juegos atléticos son esos?. Teniendo en cuenta que el rounders desapareció de la misma manera que llegó, es obvio que el fútbol fue uno de esos juegos, más tras conocer algunos de los nombres de los primeros futbolistas y donde estudiaron.

Existe una referencia directa a que Capper pudo ser el introductor del fútbol en la I.L.E. En la página 93 del libro escrito por Eugenio M. Otero Urtaza “Manuel Bartolomé Cossío. Trayectoria vital de un educador” dice: “Pero no son solamente las excursiones lo que empieza a caracterizar la enseñanza de la I.L.E. Los trabajos manuales, los laboratorios, el carácter experimental de las ciencias naturales, el arte y la educación física, comienzan a resultar estudios comunes. Se escala el pico de Peñalara y aparece Stuart Henbest Capper con un balón reglamentario de fútbol, tal vez el primero que se haya visto en España, y las partidas de rounders”. Por otro lado tenemos la opinión de Cossío en el sentido de que fue él la persona que se puede considerar como el introductor del primer balón de fútbol en Madrid. Así se expresa en la obra “El Real Madrid en la historia de España» del profesor Ángel Bahamonde.

Refiriéndose al rounders, y quizá también al fútbol, dice Isabel Pérez-Villanueva en su obra sobre la Residencia de Estudiantes citada más abajo que recordaba John Brande Trend, hispanista, que Capper reunió a los niños y niñas para jugar al rounders y que un buen día apareció con un curioso objeto de cuero que el niño Antonio Vinent (4) le ayudó a inflar. Y así es como por primera vez se jugó al fútbol en Madrid. El lugar, el jardín de la Institución Libre de Enseñanza. Y quizá la primera ocasión en que el sexo femenino jugó al fútbol en España.

El final.

La última faceta de su vida estuvo dedicada a la milicia. En Canadá sirvió como capitán a tiempo parcial en la artillería de campo. En Manchester se alistó en el Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de la Universidad. En 1912 se retiró debido a un accidente de equitación y una neumonía, pero a partir del comienzo de la Gran Guerra se alistó como voluntario en Manchester siendo enviado a Gallipoli. Fue declarado no apto para el combate por su mala salud siendo enviado a ocupar un puesto de censor militar en El Cairo aprovechando que conocía perfectamente varios idiomas, entre ellos el español. Tras acabar la guerra continuó en El Cairo trabajando ahora para el Ministerio del Interior. En cierto momento ingresa en el hospital angloamericano de El Cairo aquejado de una gripe. Cuando parecía estar recuperado le sorprendió un ataque cardiaco que le llevó a la tumba.

A su funeral acudió Lord Allenby, que en aquellos momentos se encontraba en la capital egipcia, y los funcionarios egipcios y británicos residentes en la misma. No dio tiempo a que acudiese ningún familiar o amigo dada la celeridad acostumbrada en los países árabes para enterrar a los fallecidos; 24 horas.

Al ser soltero y no tener herederos dejó sus bienes para pagar estipendios adicionales a los maestros de las universidades Mc Gill y Victoria.

(1)   Robert Burnett David Morier. (31/3/1826 – 16/11/1893).

Diplomático británico nacido en París. Comenzó su carrera diplomática en Viena, trasladándose después  a diversas ciudades alemanas para posteriormente recalar en Lisboa (Portugal) en 1876. Del 25 de octubre de 1881 hasta los últimos días de diciembre de 1884 ejerció de embajador en Madrid. Abandonó nuestro país con dirección a Londres para más tarde dirigirse a San Petersburgo (Rusia) donde continuó su labor.

(2)   Disertación presentada en la Facultad de la Escuela de Graduados de la Universidad de

Texas en Austin en cumplimiento parcial de los Requisitos para obtener el Grado de Doctor en Filosofía

(3)   ¿Qué es el rounders?.

El rounders es un juego similar al béisbol pero con diferencias en cuanto al tamaño del bate, pelota y terreno de juego. En el rounders las medidas son menores. Los guantes, al estilo del béisbol, no están permitidos. El bate es mucho más corto en el rounders y generalmente es manejado con una sola mano. Las reglas varían según la zona del país.

El juego es muy popular entre los niños de las escuelas irlandesas y británicas . Para conocer de primera mano el juego que mejor que ver un vídeo sobre este deporte: https://www.youtube.com/watch?v=veMacwRU9ms

(4)   Antonio Vinent es citado en este momento de la aparición del primer balón como el primer hincha, entendiendo hincha como la persona que infla el balón. En este mismo texto de la obra de Isabel Pérez-Villanueva, John Brande Trend hace notar que este muchacho es una persona conocida en su edad adulta. Entiendo que se refiere a Antonio de Hoyos Vinent, periodista, que incluso dirigió la revista Gran Mundo Sport, pero que nació en 1884, y difícilmente pudo hinchar ese balón si creemos que Capper permaneció en la escuela hasta 1886, como fecha tope.

Fuentes:

Boletines de la Institución Libre de Enseñanza números 442 (31 de enero de 1897); 660 (28 de febrero de 1915); 675 (30 de junio de 1916); 719 (29 de febrero de 1920); 778 (31 de enero de 1925); 784 (31 de julio de 1925) y 795 (30 de junio de 1926).

Modernización y educación en Vitoria (1865 – 1931): Espacio escolar e Higienización de Beatriz Garai Ibáñez de Elejalde.

Revista de Educación. Número extra 2007. Las primeras expediciones de maestros de la Junta para Ampliación de Estudios y sus antecedentes: los viajes de estudio de Cossío entre 1880 y 1889.

Sarmiento. Anuario galego de historia da educación. Número 14 (2011). Unha ducia de cartas de Manuel B. Cossío a Francisco Giner dende San Victorio (Bergondo). Nadal de 1895. De Eugenio Manuel Otero Urtaza.

Manuel Bartolomé Cossío: Trayectoria Vital de un Educador. De Eugenio Manuel Otero Urtaza.

La Residencia de Estudiantes (1910-1936). Grupo universitario y residencia de señoritas. De Isabel Pérez-Villanueva Tovar.

El Real Madrid en la historia de España. De Ángel Bahamonde Magro.

Prensa:

El Globo (Madrid. 1875). 14-6-1881, n.º 2.064, página 3.

El Imparcial (Madrid. 1867). 14-6-1881, página 2.

El Imparcial (Madrid. 1867). 26-10-1881, página 2.

El Liberal (Madrid. 1879). 6-11-1884, página 1.

El Liberal (Madrid. 1879). 13-7-1881, página 2.

El Liberal (Madrid. 1879). 25-7-1881, página 3.

La Correspondencia de España. 5-10-1881, n.º 8.597, página 2.

La Correspondencia de España. 27-10-1881, n.º 8.619, página 2.

La Discusión (Madrid. 1856). 22-10-1881, n.º 778, página 2.

La Discusión (Madrid. 1856). 26-10-1881, n.º 782, página 3.

La Discusión (Madrid. 1856). 27-10-1881, n.º 783, página 3.

La Discusión (Madrid. 1856). 31-12-1884, n.º 1.873, página 3.

La Época (Madrid. 1849). 4-10-1881, n.º 10.506, página 3.

La Época (Madrid. 1849). 9-12-1881, n.º 10.570, página 3.

La Época (Madrid. 1849). 21-10-1881, n.º 10.523, página 3.

La Época (Madrid. 1849). 24-7-1881, n.º 10.436, página 2.

La Época (Madrid. 1849). 25-10-1881, n.º 10.527, página 2.

La Época (Madrid. 1849). 27-10-1881, n.º 10.529, página 2.

La Iberia (Madrid. 1868). 14-6-1881, página 2.

La Iberia (Madrid. 1868). 22-10-1881, página 3.

La Iberia (Madrid. 1868). 27-10-1881, página 3.