25 de mayo de 1913. El primer partido de la Selección Española de Fútbol.

ANTECEDENTES

España llegó muy tarde al fútbol de selecciones. El primer partido internacional fue el Escocia-Inglaterra jugado el 30 de noviembre de 1872 y casi todas las naciones europeas disputaron sus primeros partidos a finales del siglo XIX o inicios del XX: Gales (1876), Irlanda (1882), Austria (1902), Hungría (1902), Bohemia (1903), Bélgica (1904), Francia (1904), Suiza (1905), Países Bajos (1905), Dinamarca (1906), Alemania (1908), Noruega (1908), Suecia (1908), Italia (1910), Luxemburgo (1911), Finlandia (1911), Rusia (1912)… Tras los JJOO de Estocolmo 1912, España (junto a Portugal y a varios países de los Balcanes) era casi una vergonzosa excepción, al no haber sido capaz de crear una selección nacional de fútbol.

Algún intento se había producido. Así, en 1905 se creó el primer comité olímpico español, el llamado Comité Español para los Juegos Olímpicos. Una iniciativa apoyada desde Grecia para que España acudiera a los Juegos Olímpicos Intercalados de Atenas 1906, con el marqués de Cabriñana como presidente y Carlos Padrós como responsable de los “deportes atléticos y el fútbol”. Se llegó a especular en prensa (Heraldo de Madrid, 28/03/1906) con enviar a Atenas al Athletic Club o al Madrid FC como “selección española de fútbol”. Finalmente, ningún deportista español viajó a esos JJOO de Atenas 1906 y el marqués de Cabriñana, tras enviar una carta de disculpa a los griegos, se vio obligado a devolver la subvención que había recibido desde Atenas (Arrechea, 2013, 2018). 

Pero Carlos Padrós (empresario y gestor deportivo de trayectoria bien conocida, por haber sido presidente del Madrid FC), no se rindió. En los años sucesivos protagonizó diversas iniciativas para controlar el fútbol y el deporte español.

El 21 de enero de 1907 enviaba una carta a Narciso Masferrer, director de El Mundo Deportivo, en la que hablaba de la proximidad de los Juegos Olímpicos de Londres 1908 y la necesidad de que España empezara a prepararse para dicha cita.

Además, explicaba que tenía planes para crear una selección nacional de fútbol y una Federación Española de Clubs de Foot-Ball. De hecho, anunciaba que había invitado a Madrid a la selección de Gibraltar, para que se creara el “team nacional español” y disputaran un partido amistoso.

Finalmente, ese España-Gibraltar a jugar en Madrid en 1907, nunca se disputó.

Pasaban los años y seguía sin crearse una selección española de fútbol (Arrechea, 2013, 2018).

Las posteriores escisiones y crisis tras la creación de la Federación Española de Clubs de Football (1909), supondrían nuevos problemas para lograr que el fútbol español contara con reconocimiento internacional y se creara una selección nacional.

 

EL PARTIDO

El 25 de mayo de 1913 se jugó en el Campo de Amute, en Fuenterrabía (Guipúzcoa), un partido de fútbol entre una selección española (organizada por una de la federaciones españolas de fútbol, la Real Unión Española de Clubs de Foot-ball) y una selección francesa (organizada por la Ligue de Football Association, federación francesa de clubes de fútbol presidida por Jules Rimet). Jugaron dicho encuentro:

ESPAÑA: Eizaguirre (Real Sociedad); Arrate (Real Sociedad), Bello (Irún Sporting); Figueroa (Irún Sporting), Echeverría (Real Sociedad), Pombo (Real Club Coruña); Angoso (Irún Sporting), Prada (Auténtico de Pontevedra), Arzuaga (Club Deportivo Bilbao), M. Elósegui (Real Sociedad), Minondo (Real Sociedad).

FRANCIA: Chayriguès (Red Star); Massip (Red Star), Gamblin (Red Star); Lhermitte (Cercle Athlétique de París), Barreau (F.E.C. Levallois), Pellan (C.S. Athlétiques); Niggli (U.S. Suisse), Turcan (Red Star), Devic (Cercle Athlétique de París), Fenouillière (Red Star), Denis (Cercle Athlétique de Vitry)[1].

De pie: Prada, Arrate, Bello, Eizaguirre, Echeverría, Angoso, Figueroa, Arzuaga, Berraondo (seleccionador). Sentados: Pombo, Minondo, Elósegui. Silueta en primer plano: Eizaguirre.

Para conocer las vicisitudes del encuentro, nos acercamos al mismo de mano de Félix Martialay. Decía el historiador del fútbol español, en su obra de referencia Amberes. Allí nació la Furia Española (2000):

“El encuentro se jugó el 25 de mayo de ese 1913. Arbitró el señor Berraondo, directivo de la Unión Española de Clubs y quien había llevado las gestiones de la contratación del equipo francés…

El señor Berraondo, además de arbitrar el encuentro, fue el seleccionador del equipo de la Unión Española de Clubs. Como todos los seleccionadores, recibió no pocas críticas por el equipo formado. El centro de tales censuras provenía por no haber contado con Massana y Amechazurra, ambos barcelonistas. Injustas críticas, porque la culpa no había sido del señor Berraondo, sino de la Federación Catalana, la oficial, que se negó a que figurara ningún componente del Barcelona, club que, como se sabe, formaba parte de la Football Associació Català. No obstante, el Barcelona puso a disposición de la Federación Catalana a los dos jugadores. Ni el club recibió respuesta a su ofrecimiento, ni los jugadores fueron llamados.

Los capitanes de los equipos eran, respectivamente, Barreau y Arzuaga. La gran figura que había atraído al público era el portero francés Chayrigués. Al final del encuentro, había no menor admiración por el joven Agustín Eizaguirre, de 17 años.

El primer tiempo terminó con empate a cero. Las dos delanteras jugaron muy bien, pero fueron superadas por las defensas, anulando cuantos intentos se hicieron por perforar las metas contrarias. Y los pocos disparos que iban hacia la red se encontraban con dos magníficos guardametas. Los mejores de esos primeros 45 minutos.

La selección francesa en Amute

 

Eizaguirre y Arrate en un lance del partido.

La segunda parte fue de una emoción tremenda. Ambos equipos iban a por la victoria con un ardor que quizá hubiera asustado a los profesionales de veinte años después. Se jugaba con nobleza, pero una nobleza que no economizaba una fuerza total. Prácticamente saltaban chispas en cada encontronazo.

En el minuto 75, Lepage[2] recibió el balón a cuatro metros de la puerta. Cruzó el balón al otro poste e hizo estéril el plongeon de Eizaguirre. El balón llevaba mucho efecto y aun cuando Eizaguirre lo detuvo, no pudo evitar que se le colara en la red. El gol llegó cuando mejor estaban jugando los españoles.

Un gol que los desmoralizó. El dominio pasó a ser francés. Todo daba la razón a quienes habían cantado que los franceses eran los poseedores de la mejor técnica futbolística de Europa.

Pero cuando faltaban cinco minutos para el final algo pareció suceder en el equipo español. Un especie de súbita fiebre. Un ímpetu soterrado. Como un escalofrío. Como si, de repente, tuvieran la inyección de un motor suplementario. Y todos se echaron hacia adelante con rabia.

Echeverria despejando de cabeza

El balón iba a trompicones, pero iba. Los franceses se replegaron como asustados. Parecían no explicarse cómo ese equipo mansamente entregado a su gol, replegado conformista y medrosamente, se había transformado en una especie de fiera colérica que les atacaba sin tregua y con una potencia tremenda.

Internada de Angoso por la izquierda. Entra en el área gala. Parece que va a chutar. Chayrigués se sitúa, en un salto, junto a su poste derecho intuyendo hacia allí el tiro del irundarra. Pero Angoso amaga el disparo y cede a Arzuaga que corría a su derecha. El tiro del bilbaíno empalmando el balón según le llegaba, llevó el balón al poste contrario. ¡El empate! ¡Uno a uno! Enorme entusiasmo en el público irunés, que recibió con inusitado júbilo y aplausos el gol español.

Pero ya no quedaba tiempo para más… Pese al torrente de balones que caía sobre Chayrigués y que volvía a darle patente de portero excepcional.

El señor Berraondo señaló el final del partido cuando los españoles atacaban desesperadamente la puerta visitante.

El equipo español jugó bien y a ratos muy bien. La figura fue Eizaguirre, que admiró a todos con sus extraordinarias paradas. En gran medida gracias a una línea de zagueros sensacional. Arrate no dejó moverse al ala izquierda francesa. Pero no fue nada sobresaliente la actuación de la línea media y de aquí las dificultades de la defensa hispana y la inoperancia de la delantera. La tripleta central falló lo indecible. Sin embargo, los extremos hicieran filigranas y enviaron balones como para que la victoria española hubiera sido clara y quizá abultada. Pero… Eizaguirre, Arrate, Angoso y Minondo fueron los mejores. De los franceses, Chayrigués; hizo un paradón asombroso a un tiro fuerte, raso y colocado de Minondo.

El resultado se consideró como un éxito. Pero tuvo unas consecuencias inesperadas para los unionistas.

Efectivamente, el 25 de mayo de 1913 se jugó en Amute un partido amistoso de fútbol España-Francia organizado por la Real Unión Española de Clubs de Foot-ball (RUECF), federación disidente de la Federación Española de Clubs de Foot-ball (FECF).

Como afirmó Víctor Martínez Patón (2014) sobre la RUECF:

“Fundada en San Sebastián el día 12-12-1912, tal y como se lee en las páginas de Vida Sportiva se hizo contra la inoperancia de la FECF; por ejemplo, se decía, España seguía sin haber jugado ningún partido internacional. Sus principales valedores fueron los directivos de la Real Sociedad y el propio presidente del Barcelona, Hans Gamper, quien a su vez lo había sido también de la FECF. Presidida por Enrique Pardiñas Barreiro, en efecto desde su fundación pretendió mostrar sus diferencias con la FECF. Entre otras y desde luego, la principal fue la organización del primero partido internacional de España, disputado contra Francia el 25-5-1913…

…la Unión de Clubs fue la primera federación española en obtener el título de Real, el 15-2-1913. Curiosamente también esto se lo negaron contumazmente algunos.

La UECF fue la primera federación pues en organizar un partido internacional y en ser nombrada Real. Eso muestra la fuerza que adquirió rápidamente, como también cabe inducir del hecho de que la FECF aceptara disolverse para fundar la RFEF.”

En efecto, la RUECF era una escisión liderada por el FC Barcelona y clubes guipuzcoanos (a la que se sumaron algunos equipos de Galicia, Vizcaya, Navarra o Valencia) de la FECF. No era la primera división federativa, aunque sí fue la última. En parte, gracias al partido que nos ocupa. Su resonancia internacional llevó a presiones de la FIFA y de la Casa Real para que las dos federaciones firmaran la paz y crearan una única y definitiva Real Federación Española de Fútbol en septiembre de 1913.

Sobre el partido en sí, respetando el relato inmejorable de Martialay, añadir algún detalle que avala, en nuestra opinión, la seriedad y oficialidad el mismo.

Gracias a las exhaustivas crónicas publicadas por “Corner” en Vida Sportiva el 1/06/1913, L. Arbizu en El Pueblo Vasco el 26/05/1913 y en El Mundo Deportivo el 29/05/1913, y “P. Akyko” en La Rioja el 28/05/1913, sabemos que el estadio de Amute (en el que ondeaban las banderas española y francesa) estaba lleno y que se habían desplazado hasta allí aficionados de todo el norte peninsular, así como numerosos franceses. La delegación francesa estaba presidida por Jules Rimet (L´Auto, 23/05/1913).

Asimismo, conocemos el buen estado del césped (“piso de hierba muy fina, completamente nivelado”) y el alto nivel de la selección francesa (“el equipo francés es el mismo que ha jugado con la selección inglesa hace un mes, y en él figuran los mejores jugadores de la vecina república”).

España vestía de blanco con el escudo nacional, y Francia de azul. El partido, arbitrado por el seleccionador español Berraondo (con Eugenio Angoso y José Arzac como jueces de línea), empezó a las 16:30 de la tarde de aquel 25 de mayo de 1913, tras una presentación formal de los jugadores “y una prolongada salva de aplausos”.

Reiteramos que la alineación francesa publicada por Martialay (2000) y por otros autores, era la anunciada (por ejemplo, en L´Auto el 23/05/1913). Pero, al parecer (siempre según la mayoría de los testigos presenciales), hubo cambios de última hora: Denis, Devic y Turcan substituyeron a Petel, Gravier y Lépage. Vida Sportiva y La Voz de Guipúzcoa mantuvieron como alineación gala la anunciada por los franceses antes de viajar. L´Auto, el 26/05/1913, ofreció una escueta reseña del partido sin dar las alineaciones completas, aunque mencionando a Lépage.  

 

LOS PROTAGONISTAS

Ya hemos comentado que el seleccionador español (primer seleccionador, así debería ser recordado, aunque con posterioridad lo fuera en otras etapas) y árbitro del encuentro, fue Berraondo.

Los datos biográficos divulgados sobre él nos indicaban que se llamaba José Ángel Berraondo Insausti, que había nacido en San Sebastián (Guipúzcoa) el 4 de noviembre de 1878 y que había fallecido en Zaragoza el 11 de abril de 1950.

Nuestras consultas en el Archivo Histórico Diocesano de San Sebastián nos dicen que su nombre real y completo era Ángel José Francisco Berraondo Ynsausti, y que fue bautizado el 4 de marzo de 1878 en la Basílica de Santa María del Coro de la capital guipuzcoana, por lo que podemos descartar por incorrecta la fecha de nacimiento tradicionalmente aceptada, así como el orden de sus nombres de pila y la ortografía de su apellido materno.

Berraondo se había iniciado en el fútbol en Inglaterra y fue jugador del Madrid FC, del San Sebastián FC y de la Real Sociedad, como entrenador dirigió a la Real Sociedad y al Real Madrid, además de haber sido el seleccionador nacional en cuatro etapas (1913, 1920, 1921 y 1927-1928). Asimismo, fue directivo del Madrid FC, de la Real Sociedad y de las diferentes federaciones, árbitro y periodista deportivo.  

Sobre la composición del equipo, hemos visto como los jugadores del FC Barcelona Manuel Amechazurra y Alfredo Massana, habían sido inicialmente convocados, pero no acudieron. Fueron substituidos por Bello y Estomba, del Irún Sporting.

Estomba finalmente no pudo jugar, ocupando su plaza en el centro del campo Echeverría (o “Casanova”, según varios medios, como El Mundo Deportivo o El Pueblo Vasco). Aclararemos este punto más adelante. Algún medio (Vida Sportiva) también apuntó a Eugenio Rezola (Club Deportivo Bilbao) como delantero, en una posición que finalmente ocupó Manuel Elósegui (Real Sociedad).

Ausentes los convocados barceloneses, quedaba la base del equipo en los dos potentes clubes guipuzcoanos de la RUECF (Real Sociedad e Irún Sporting), con el refuerzo del veterano Arzuaga (del Club Deportivo Bilbao) y los considerados dos mejores jugadores gallegos (Pombo y Prada), que se desplazaron exprofeso hasta Guipúzcoa para el partido.

Estos fueron los once primeros internacionales españoles, con los datos biográficos y deportivos que, de los mismos, hemos obtenido:

– José Agustín Eizaguirre Ostolaza. Portero. Real Sociedad de San Sebastián.

Nacido en Zarauz (Guipúzcoa) el 20 de febrero de 1896.

Fallecido en San Sebastián (Guipúzcoa) el 28 de noviembre de 1961.

Se formó en varios modestos equipos guipuzcoanos (Cantábrico, Athletic, Amaikak-Bat) antes de llegar a la Real Sociedad en 1912 (El Pueblo Vasco, 14/08/1913).

Considerado una de las primeras estrellas del fútbol español y el primer gran guardameta. Suplente de Ricardo Zamora en Amberes 1920, abandonó el equipo olímpico regresando a casa, lo que le privó de la medalla de plata obtenida por España.

Padre del también guardameta internacional Ignacio Eizaguirre Arregui.

 

– José Mariano Arrate Esnaola. Defensa. Real Sociedad de San Sebastián.

Nacido en San Sebastián (Guipúzcoa) el 12 de agosto de 1892.

Fallecido en San Sebastián (Guipúzcoa) el 24 de diciembre de 1963.

Tras jugar en varios modestos equipos donostiarras (Luchana, Athletic), llegó a la Real Sociedad en 1911. Compaginó toda su carrera deportiva con su trabajo como gruista.

El único jugador (con la excepción matizada de Eizaguirre) que estuvo en el partido de 1913 y en los JJOO de Amberes 1920. En la Ceremonia Inaugural de los Juegos Olímpicos portó el cartel de “España”.

 

 

 

 

 

  • Saturnino Bello Pérez. Defensa. Irún Sporting.

Nacido en Pasajes (Guipúzcoa) el 30 de noviembre de 1889.

Entró en el equipo a última hora por la ausencia del azulgrana Manuel Amechazurra.

Futbolista ligado a Irún toda su carrera, tras finalizar la misma trabajó como conserje en el Stadium Gal.

 

  • Enrique Figueroa Echeveste. Centrocampista. Irún Sporting.

Nacido en Irún (Guipúzcoa) el 7 de febrero de 1890.

Medio de calidad, ligado toda su carrera con los clubes de su ciudad natal, emparentado con los Estomba, también futbolistas.

 

  • Bonifacio Echeverría Esponda Centrocampista. Real Sociedad de San Sebastián.

Nacido en Ayacucho, Buenos Aires (Argentina) el 4 de octubre de 1886, de padre vasco español (de San Sebastián, Guipúzcoa) y madre vasca francesa (de San Juan Pie de Puerto, Baja Navarra).

Entró en el equipo como solución de emergencia, tras la ausencia de Massana y la posterior lesión del suplente de éste, Estomba.

“Casanova” según varios medios (El Mundo Deportivo 29/05/1913). Jugaba muchos partidos con nombres falsos porque su familia no le dejaba ser futbolista. El alias “Casanova” era una traducción libre de su apellido (Etxeberria significa “La nueva casa” en euskera).

Llegó a España en 1903, primero a Barcelona y posteriormente a San Sebastián. Fue fundador del San Sebastián FC y también jugó con el San Sebastián Recreation Club.

Más tarde se trasladó a Burdeos (Francia), para estudiar, y jugó con el Stade Bordelais.

Tras regresar a San Sebastián jugó con el Club Ciclista en la Copa del Rey de 1909 (ganándola) y, posteriormente, en la Real Sociedad (El Pueblo Vasco, 26/11/1913).

Es difícil precisar cuál era su nacionalidad en 1913 (argentina, española y/o francesa).

 

 

 

 

  • José Pérez Pombo. Centrocampista. Real Club Coruña.

Nacido en 1892 en La Coruña.

Fallecido el 20 de enero de 1924 en La Coruña.

Medio de gran calidad, considerado una de las primeras estrellas del fútbol gallego, destacando tanto con el María Pita como con el Real Club Coruña.

Su hermano Luis y su cuñado Carpio también fueron futbolistas. Su hermana Araceli fue una destacada tenista y pionera española del bobsleigh (Ventureira & Rodríguez Cudeiro, 2020).

José, asimismo, fue atleta, árbitro (muy polémico) y autor de un libro sobre fútbol (Compendio del reglamento de foot-ball).

 

– José Florentino Angoso Rojas. Delantero. Irún Sporting.

Nacido en Irún (Guipúzcoa) el 14 de marzo de 1895.

Fallecido en Fuenterrabía (Guipúzcoa) el 30 de septiembre de 1928.

Formado como futbolista en Bilbao, donde estudió, se incorporó al Irún Sporting en 1910.

Asimismo, jugó en el “La Vie au Grand Air du Medoc”, en Burdeos.

Estaba considerado uno de los mejores extremos derechos de su época y también practicó tenis a buen nivel (El Pueblo Vasco, 17/12/1913).

Su hermano Eugenio fue uno de los jueces de línea del partido.

 

 

 

  • Cipriano Prada Arnedo. Delantero. Auténtico de Pontevedra S. C.

Nacido en Haro (La Rioja) el 26 de septiembre de 1887.

Sus padres eran, respectivamente, de San Vicente de la Sonsierra (La Rioja) y de Samaniego (Álava). Cipriano residió de niño en Haro (La Rioja) y en Bilbao (Vizcaya). Todo ello antes de instalarse en Pontevedra, capital en la que la familia Prada regentaría el Hotel Méndez Núñez, en la plaza de San José.

Gran estrella del fútbol de Pontevedra a inicios del siglo XX, su prestigio como futbolista le llevó (junto a su compañero Edmundo Novoa) a reforzar al Madrid FC en la Copa de 1908.

Además del España-Francia de 1913, también jugó con la selección del norte de España en 1909 en Toulouse contra una selección del sur de Francia.

Tras retirarse como futbolista, fue un destacado árbitro.

 

  • Juan Sandalio Arzuaga Anitua. Delantero y capitán. Club Deportivo Bilbao.

Nacido en Bilbao (Vizcaya) el 3 de septiembre de 1880.

Fallecido en Logroño (La Rioja) el 26 de agosto de 1951.  

De niño estudió en Inglaterra y destacó en rugby, especializándose en fútbol cuando se trasladó a Mittweida para estudiar Ingeniería Eléctrica en 1902 (El Nervión, 21/10/1909), aunque justo antes de viajar a Alemania ya había debutado en Bilbao en dicho deporte. En sus años en Mittweida adquirió popularidad como jugador de fútbol y de rugby, así como árbitro (La Gaceta del Norte, 11/09/1924).

Fue un destacadísimo jugador del Athletic Club y del Club Deportivo Bilbao. También reforzó al Recreation Club de San Sebastián, al Madrid FC y al FC Barcelona en algunos partidos. Sería entrenador del Athletic (Arrechea & Scheinherr, 2017), presidente del Club Deportivo Bilbao y autor de un libro sobre fútbol (Técnica y práctica del Football Asociación).

Debe ser recordado como el primer capitán y goleador de la selección española de fútbol.

 

  • Manuel Elósegui Alday. Delantero. Real Sociedad de San Sebastián.

Nacido en Logroño (La Rioja) el 2 de enero de 1895, de padres guipuzcoanos.

Fallecido en San Sebastián (Guipúzcoa) el 2 de julio de 1969.

Entró en el equipo tras varias especulaciones sobre la presencia de Rezola (Club Deportivo Bilbao).

Miembro de una destacada familia donostiarra, primo hermano (por partida doble, ya que tantos sus respectivos padres como sus madres eran hermanos) del gran atleta José Luis Elósegui Alday (campeón de España de salto con pértiga, salto de longitud, triple salto y salto de altura en numerosas ocasiones, entre 1917 y 1923).

Sin parentesco cercano con el otro Elósegui que jugaba en la Real Sociedad en la época (Saturnino Elósegui Cortadi).

 

  • José Miguel del Tránsito Minondo Beltranena. Delantero. Real Sociedad de San Sebastián.

Nacido en la Ciudad de Guatemala el 14 de agosto de 1887.

Fallecido en la Ciudad de Guatemala el 4 de diciembre de 1978.

Su familia era de origen español y había hecho una gran fortuna en Centroamérica con el cultivo de café.

José Minondo llegó a San Sebastián en 1898 para estudiar, y según su testimonio, ya se inició en el fútbol en esa época. Con posterioridad estudió en Suiza y en Francia y jugó con el F.C. Bienne, el F.C. Floria y el F.C. Vereinigete. También practicó rugby, lucha y boxeo.

En 1910 regresó a San Sebastián y se incorporó a la Real Sociedad hasta diciembre de 1913, cuando regresó a Guatemala (El Pueblo Vasco, 12/12/1913).

En el país centroamericano siguió vinculado al deporte, de hecho, se le considera el introductor en el mismo de varias disciplinas como el tenis o el cricket, y llegó a disputar el primer partido internacional de Guatemala en fútbol el 14 de septiembre de 1921 (Guatemala 9-Honduras 0), su hermano Fernando Minondo (nacido en San Sebastián en 1901) también jugó ese encuentro y marcó tres de los tantos locales.

Probablemente, nos encontremos ante el único futbolista de la historia que ha disputado los primeros partidos internacionales de dos países (España y Guatemala).

José y Fernando no fueron los únicos futbolistas de la numerosa (eran doce hermanos) familia Minondo Beltranena. Otro hermano (Martín), que había estudiado en Mittweida (Alemania), también fue futbolista en varios equipos donostiarras (Arrechea & Scheinherr, 2017). 

Al igual que con Bonifacio Echeverría, resulta osado afirmar cuál era la nacionalidad en 1913 (española y/o guatemalteca) de José Minondo. Ambos, en todo caso, son los primeros oriundos en la selección española de fútbol.

 

CONCLUSIONES

La historia oficial ha borrado este partido de la selección española de 1913, como si nunca hubiera existido, o como si se tratara de una suerte de pachanga, sin trascendencia ni seriedad.

No siempre fue así, en los años veinte y treinta hubo intentos de reivindicarlo, por parte de figuras destacadas del fútbol nacional.

Por ejemplo, Juan Monjardín (célebre futbolista gallego), escribía en el diario coruñés El Orzán, el 25 de junio de 1924:

“Muchos son los aficionados que se hallan en la creencia de que el primer partido oficial en que una selección española tomó parte fue el jugado en Bruselas, el 28 de agosto de 1920, entre Dinamarca y España, con ocasión de los juegos olímpicos amberinos…

… Nada más lejos de la realidad…

Amute, el entonces campo del “Racing” de Irún, ha sido el primer terreno en que jugó una selección hispana.

Recordemos…

Fue el domingo 25 de mayo de 1913. A las cuatro y media de la tarde, y arbitrando Berraondo, se alinearon los equipos representativos de la Real Unión Española de clubs de fútbol y de la Liga Francesa de Fútbol…”

Parece que fue en Galicia donde se concentró la defensa de la oficialidad del partido de 1913 durante años. El 16 de agosto de 1931, El Ideal Gallego publicaba una lista de los futbolistas internacionales gallegos que incluía a Cipriano Prada[3] y a José Pérez Pombo, por haber disputado el España-Francia de 1913:

El Ideal Gallego, 16/08/1931

Años después, retomó el tema Salvador Diaz Yraola (no “Iraola”, como suele escribirse), personaje de gran importancia para el fútbol guipuzcoano y nacional, como directivo y periodista. Llegó a ser seleccionador nacional (formando un triunvirato con Manuel Castro y José María Mateos) en 1922.

Escribía Diaz en As, el 28 de enero de 1935:

“Oficialmente, según el “palmarés” de los encuentros internacionales, que para gloria del fútbol español figuran en el archivo de la Federación Nacional, el próximo «match’’ contra Francia en Madrid es el sexto que galos e hispanos van a celebrar…

…Existe, sin embargo, una página más en el historial del futbol español, la que describe su primer paso al campo de las contiendas internacionales, y precisamente contra Francia, que, si bien es verdad que no figura en el libro de oro de la entidad suprema nacional, los que procedemos de la «vieja guardia” la conservamos cariñosamente entre los recuerdos,

¡ay!, de nuestros primeros amores deportivos…

Un poco de historia. Allá, por el año 1912, una disidencia entre los clubs primates originó la fundación de la Real Unión Española de Clubs de Futbol. Al frente de esta entidad figuraban la Real Sociedad de San Sebastián, el Barcelona, el Club Deportivo de Bilbao, el Irún Sporting Club, el Real Club Coruña y el Auténtico Pontevedra Sporting Club.

España no había tenido, hasta tanto, ningún género de relaciones internacionales.

Tan solo nos habían visitado algunos equipos extranjeros, y entre estos, queremos recordar los que vinieron al antiguo campo de Ondarreta a participar en el gran torneo internacional de Pascuas 1912, invitados por la Real Sociedad: los famosos checos del Sparta de Praga.

La naciente R. U. E. C. F., dirigida por un grupo de prestigiosos deportistas, los Sáez Alonso, Olave, Berraondo, Angoso, Arzuaga, Gamper, etc., demostrando su inquietud, unió a su calendario nacional el primer «match» internacional.

Y para ello concertó un encuentro con el equipo representativo de la Liga Francesa de Futbol Asociación (entidad consagrada exclusivamente al deporte del balón, la que reunía los clubs más potentes en la especialidad y en franca divisoria con la U. S. F. S. A., que a la sazón pretendía llevar la dirección de todos los deportes en Francia).

Presidente de la Liga Francesa de Futbol Asociación era monsieur Rimet, el que actualmente lo es de la Federación Francesa y de la Federación Internacional de Fútbol.

Este «match» se jugó el 25 de mayo de 1913, en el campo fronterizo de Amute, propiedad del Irún Sporting Club.”

Pasados los años, esta reivindicación del partido de 1913 fue cayendo en el olvido. El encuentro en sí, con sus alineaciones y vicisitudes, fue recuperado por historiadores como Félix Martialay, pero la batalla por su oficialidad se abandonó. Los motivos son variados:

La RUECF siempre ha tenido “mala prensa” y se le ha considerado como una federación “rebelde” que dificultó el reconocimiento internacional del fútbol español. Se han hecho esfuerzos evidentes por borrarla de la historia.

Como hemos visto fueron mucho más activos que sus rivales de la FECF, lograron formar una selección nacional y disputar un primer encuentro.

Incluso, inmediatamente después de este España-Francia de Amute, ya se estaba hablando de un España-Inglaterra a jugar en Bilbao (La Rioja, 28/05/1913), la desaparición de la RUECF abortaría esos planes para consolidar a la selección.

El encuentro de Amute y su repercusión aceleró las cosas, forzó una intervención de la FIFA y de la Casa Real y propició el nacimiento de una única federación (la RFEF). Nueva federación, por cierto, que tardaría siete años en formar otra vez una selección nacional.

Antes de septiembre de 1913 existían en España dos federaciones, ambas se disolvieron para crear una nueva. Lo que ocurre es que la nueva (RFEF), por diferentes motivos decidió identificarse erróneamente con una de las federaciones disueltas (la FECF) y reivindicar el año de fundación de ésta (1909) como propio, para celebrar el centenario en 2009 y no en 2013, como hubiera sido lógico.

No olvidemos tampoco que el caso español no era excepcional. La misma Francia también vivía una división similar, con dos federaciones que se disputaban el control del fútbol galo, la LFA se había escindido de la USFSA en 1910.

La Ligue de Football Association, presidida nada más y nada menos que por el futuro presidente de la FIFA y padre del Mundial de fútbol, Jules Rimet (presente en el partido de Amute, como hemos visto), no era una mera “liga de fútbol”, como su nombre puede inducir a pensar (y, de hecho, algunos autores han malinterpretado). La LFA era una federación de clubes de fútbol y estaba integrada desde 1912 en el Comité français interfédéral (CFI), una entidad polideportiva nacional. Era la federación que organizaba los partidos de la selección francesa de fútbol (excepto los de los Juegos Olímpicos, que seguía organizando la USFSA).

En 1913, además del partido del 25 de mayo jugado en Amute contra España, Francia jugó otros cinco partidos amistosos:

12 de enero, en Saint-Ouen: Francia 1-Italia 0.

16 de febrero, en Bruselas: Bélgica 3-Francia 0.

27 de febrero, en Colombes: Francia 1-Inglaterra 4.

9 de marzo, en Ginebra: Suiza 1- Francia 4.

20 de abril, en Saint-Ouen: Francia 8- Luxemburgo 0.

El 25 de mayo finalizaron la temporada en Amute, con el España 1- Francia 1.

La composición del equipo que se enfrentó a España era similar a la de los partidos previos de 1913, con varios de los mejores jugadores franceses del momento:

El portero Pierre Chayriguès (Red Star Amical Club) jugó los partidos contra Italia, Bélgica, Inglaterra y Luxemburgo. También el de España.

El defensa Fernand Massip (Red Star Amical Club) jugó el partido contra Inglaterra. Y el de España.

El defensa Lucien Gamblin (Red Star Amical Club) jugó los partidos contra Inglaterra y Luxemburgo, así como el de España.

El medio Gaston Barreau (FEC Levallois) jugó todos los partidos de 1913 (contra Italia, Bélgica, Inglaterra, Suiza, Luxemburgo…y contra España).

Los medios Lhermitte (C.A. de París) y Pellan (C.S. Athlétiques), y los delanteros Niggli (U. S. Suisse), Fenouillière (Red Star Amical Club), Turcan (Red Star), Devic (Cercle Athlétique de París) y Denis (Cercle Athlétique de Vitry) sólo jugaron con la selección francesa en 1913 el partido contra España, pero Victor Denis, Émilien Devic y René Fenouillère ya habían sido internacionales con anterioridad. 

René Fenouillère (que, desgraciadamente, caería en la Primera Guerra Mundial) era un viejo conocido de la afición española, ya que había jugado en el Español de Barcelona y en el FC Barcelona, también había sido olímpico en Londres 1908.   

Hemos visto, con anterioridad, algunos de los motivos por los que este España-Francia no fue reconocido como “oficial”. El rival fue presentado como “el equipo de la Liga de Fútbol Asociación de Francia”.  

Además, la federación responsable (la RUECF) desapareció, y cayó sobre ella cierta tendencia al descrédito y el olvido. Asimismo, España no volvió a jugar hasta 1920, ya bajo el control de la nueva RFEF, para la que era mejor considerar como inicio de la historia de la selección española el debut en Amberes, que retrotraerse siete años antes y atribuir el mérito a otra federación, ya finada.

¿Pero por qué Francia no ha incluido este partido en su palmarés? Los motivos son diversos. Por una parte, no existía reciprocidad. ¿Por qué incluir en el listado de partidos de la selección francesa un partido que el rival (España), no consideraba “oficial”? Además, en los años anteriores a este partido, se habían disputado varios encuentros entre combinados franceses y selecciones regionales españolas:

En 1909, un Sur de Francia-Norte de España.

En 1912, un Francia-Cataluña, un Selección Vasca-Francia y un nuevo Cataluña-Francia.

El hecho de que la selección española de 1913 fuera, de facto, una selección del Norte de España (con nueve jugadores de equipos vascos y dos de equipos gallegos), pudo contribuir a una cierta confusión, y a que los galos consideraran a esta “selección de la Real Unión Española de Clubs de Foot-ball” como a un combinado regional español, similar a los de 1909 o 1912.

De todas formas, también podemos encontrar en Francia defensores de la oficialidad del encuentro. Uno de ellos fue, nada más y nada menos que Pierre Chayriguès, portero y estrella del equipo Bleu.

En 1927 Chayriguès publicó sus memorias deportivas en Match, y recordaba así el partido de 1913 contra España (Match, 18/10/1927):

“Nuestro siguiente viaje nos llevó en una dirección completamente diferente. Veníamos de la Suiza alemana, de un clima septentrional, y fuimos, menos de un mes después, al País Vasco, en Guipúzcoa, en Irún, para enfrentarnos a los representantes de la Real Unión Española, es decir al equipo de España, ni más ni menos. El fútbol no había logrado aún el progreso en la Península Ibérica que logró después. Técnicamente -esta afirmación les parecerá muy atrevida- nuestros adversarios nos eran inferiores. Ellos tenían para dar y vender, sin embargo, coraje, ardor, determinación. Y a pesar de la clase de la mayoría de nuestros jugadores, los Massip, Barreau, Gamblin, Niggli, Lhermitte, el resultado fue de empate.”      

En nuestra opinión, no existen motivos objetivos para seguir excluyendo a este España 1-Francia 1, jugado el 25 de mayo de 1913, de los listados de partidos de las selecciones nacionales de España y de Francia.

Para los franceses sería un tema menor, pues su trayectoria se había iniciado en 1904.

Para España supondría adelantar siete años el debut, y sobre todo una rehabilitación para la RUECF, para sus dirigentes y, especialmente, para los once jugadores que defendieron en Amute los colores de “La Roja”.

Perdón, de “La Blanca”.     

 

AGRADECIMIENTOS: Lartaun de Azumendi, Rubén Ventureira, Leoncio Feijoo, Chester Urbina, Víctor Martínez Patón, Arquivo Municipal de Pontevedra, Ayuntamiento de Haro (La Rioja).

 

FUENTES

Arrechea, F. (2013). Primeros intentos de crear una selección española de fútbol (1905-1907). Cuadernos de Fútbol, 42.

Arrechea, F. (2018). España y los Juegos Olímpicos. Madrid: CIHEFE.

Arrechea, F. & Scheinherr, E. (2017). Mittweida (Alemania), capital del fútbol español. Cuadernos de Fútbol, 92.

Feijoo Lamas, L. (2017). Albores del fútbol pontevedrés. Pontevedra: edición del autor.

Martialay, F. (2000). Amberes. Allí nació la Furia Española. Madrid: RFEF.

Martínez Patón, V. (2014). Las siete federaciones españolas de fútbol (IV). Cuadernos de Fútbol, 51.

Ventureira, R. & Rodríguez Cudeiro, J. L. (2020). Irene y las puertas del fútbol. Historia de una pionera. A Coruña: Vía Láctea.

 

[1] La alineación de Francia publicada por Félix Martialay (2000) y por otros autores, era la anunciada por la prensa francesa (por ejemplo, en L´Auto el 23/05/1913, en Le Journal el 24/05/1913 o en Le Petit Journal el 25/05/1913), con Petel, Gravier y Lépage en la delantera. Pero hubo cambios de última hora (según la mayoría de los cronistas presentes en Amute): Denis, Devic y Turcan substituyeron a Petel, Gravier y Lépage. Vida Sportiva y La Voz de Guipúzcoa mantuvieron como alineación francesa la anunciada por L´Auto. El mismo L´Auto, el 26/05/1913, publicó una muy breve reseña del encuentro sin dar alineaciones completas (aunque mencionando a Lépage).    

[2] Según la mayoría de las fuentes consultadas (El Mundo Deportivo, El Pueblo Vasco, La Rioja, La Gaceta del Norte…), Lépage finalmente no jugó y su puesto lo ocupó Denis. Las crónicas consideran el gol francés un tanto en propia meta de Eizaguirre, deslumbrado por el sol. Vida Sportiva y La Voz de Guipúzcoa difieren y mantienen a Lépage en la alineación, atribuyéndole el gol galo.  También L´Auto, en su breve reseña del 26/05/1913, menciona a Lépage.     

[3] Hemos podido aportar en nuestra investigación que Cipriano Prada era riojano de nacimiento y gallego de adopción.




René Petit: el español que jugó para Francia

René Petit de Ory nació en Francia de pura casualidad. Hijo de padre francés (jefe de Tráfico de la Compañía de los Caminos del Hierro del Norte de España, destinado en Irún) y madre madrileña, fue a nacer en Dax (Laslandas) el 8 de octubre de 1899. Su madre se encontraba en un balneario tomando aguas termales. Sin embargo la infancia de René transcurrió entre Fuenterrabía e Irún.

Al cumplir los 12 años toda su familia se traslada a vivir a Madrid, donde la empresa de su padre tenía su sede. René estudió el bachillerato en el prestigioso Colegio Nuestra Señora del Pilar.

El futbolista

Con 14 años ingresa junto con su hermano Jean en el Real Madrid. A los Petit les castellanizaron sus nombres y se les conocía como Juan y Renato. En el conjunto blanco juega 3 temporadas, de 1914 a 1917 logrando una Copa de España y 2 campeonatos regionales. En 1917 lideró la victoria madridista en la final de Copa frente al Arenas de Getxo. Cuando el partido parecía perdido, Petit anotó un extraordinario gol, zafándose de cuantos rivales le salieron al paso, que encarriló la remontada. Ricardo Álvarez anotaría después el gol del triunfo. Hacía entonces nueve años que el Madrid no ganaba la Copa.

Petit solo disputó 29 partidos y anotó 14 goles, pero fue suficiente para hacerse un hueco en la relación de Jugadores de Leyenda del club blanco. La web del Real Madrid le califica como “La Primera Estrella Blanca”. Con René Petit el Real Madrid dio un salto de calidad y, gracias a su elegancia y gran visión de juego, es considerado como uno de los primeros ídolos del equipo de la capital. Recibió la insignia de oro y brillantes del club en 1952 – en la celebración de las bodas de oro del Real Madrid – de manos de su amigo y ex compañero Santiago Bernabéu.

La temporada siguiente René Petit, que se siente irunés de corazón, ficha por el recientemente creado Real Unión, fruto de la fusión en 1915 de los equipos rivales locales Irún Sporting Club y Racing Club de Irún. La creación del nuevo equipo contó con la intermediación del Rey Alfonso XIII quien concedió al nuevo Club el título de Real. El Real Unión se convirtió en uno de los equipos más brillantes de España durante las primeras décadas del siglo XX. Logra la Copa en los años 1918 (ya con Petit en sus filas), 1924 y 1927 además del subcampeonato de 1922. Estos años conforman las páginas de oro del equipo irunés, que contaba en sus filas con jugadores como René Petit, Eguiazábal, Vázquez y Patricio Arabolaza (autor del primer gol de la Historia de la Selección española).

Como Petit continúa con sus estudios de ingeniería en Madrid, viaja cada fin de semana en su moto desde la capital a Irún para jugar los partidos con su equipo. En esa época es también llamado por el Gobierno francés para realizar su servicio militar obligatorio. A diferencia de su hermano mayor Jean, y por ser menor de edad, no tuvo que luchar con el ejército francés en la I Guerra Mundial.

Durante los dos años que dura su servicio militar Petit se enrola en las filas del StadeBordelais, de Burdeos, coincidiendo con el comienzo de los mejores años de la entidad francesa. En 1920 se proclaman campeones de la primea edición de la División de Honor de Aquitania.

J.J.O.O. Amberes 1920

En verano de 1920, cuando Petit regresa a Irún para reincorporarse a su querido Real Unión, ocurre un hecho que marcaría su carrera deportiva, al menos a nivel internacional. La Federación Española de Fútbol había aceptado la invitación para participar en los Juegos Olímpicos de Amberes en Agosto de ese año. El 1 de junio de 1920, en la Asamblea del Futbol Nacional, se toma la decisión de convocar a 25 jugadores para jugar una serie de amistosos (los famosos posibles contra probables) para llegar a la convocatoria final para los Juegos. Se trata de la primera convocatoria de la historia de la Selección española y René Petit estaba incluido en ella. Petit llegó a jugar un partido de preparación, fue el 20 de julio de 1920 en San Mamés, que terminó con el resultado de 2-0 para los Probables. Las alineaciones fueron:

PROBABLES: Zamora, Otero, Arrate, Samitier, Sancho, Eguiazábal, Pagaza, René Petit, Patricio, Alcántara y Acedo.

POSIBLES: Agustín Eizaguirre, Vallana, Encinas, Artola, Belauste, Sabino, Moncho Gil, Sesúmaga, Vicente Martínez, Vázquez y Argüelles.

Árbitro: Ibarreche

El semanario deportivo Madrid Sport se hacía eco de la incorporación de René Petit a los encuentros de preparación de la Selección Española: “Ha producido magnífico efecto el que René Petit sea presentado en el equipo Nacional. El caso de René (…) debe animar a la Federación Nacional para que los colores españoles sean defendidos por tan admirable jugador”. Y continuaba después con un pequeño artículo que finalizaba con una puya para nuestros vecinos: “RENÉ PETIT: Se gestiona del C.O.I.la autorización para que este estupendo jugador pueda figurar en el equipo que ha de representarnos en Amberes. Los periódicos franceses, por su parte, le reclaman para sí, afirmando que ha estado afiliado al StadeBordelais, y advirtiéndonos que hay una frontera en los Pirineos. Lo que hay es que René ha jugado toda la vida – desde los catorce años – los Campeonatos españoles, habiendo llegado a ostentar el título de Campeón dos veces. Por lo demás él mismo podría contestarles. Si todas las glorias deportivas francesas son como éstas, no les damos la enhorabuena”.

La Federación francesa de fútbol indica que René Petit tenía el día 12 de julio de 1920 una licencia con un club francés y que después de los Juegos Olímpicos regresaría a su club de origen, el Real Unión de Irún. Finalmente, el comité de selección francés decidió contar con él para su combinado. Madrid-Sport, en su número de 8 de agosto, da cuenta de que “René Petit fue requerido por el Ministerio de la Guerra francés para incorporarse al equipo de fútbol que ha de defender en Amberes los colores franceses”. Tras casi un mes de disputa en los despachos de las respectivas Federaciones y del Comité Olímpico y en la prensa deportiva de ambos países, René Petit hubo de enrolarse en las filas del equipo galo.

Los franceses tenían por primera vez en su historia un entrenador – que no se encargaba de la selección de jugadores – el inglés Frederick Pentland, que después permanecería muchos años en España entrenando a equipos como el Racing de Santander, Oviedo, Atlético Madrid y Athletic Club de Bilbao y fue conocido como “El bombín” por su uso (y posterior destrucción) de este típico sombrero. Fred Pentland recuerda así a Petit en su etapa en la Selección francesa: “Ya durante los entrenamientos, pude darme cuenta de que René era uno de los mejores jugadores del momento, aunque los seleccionadores franceses ni conocían demasiado su valía, ni confiaban demasiado en él, puesto que incluso dudaron mucho de si debían o no seleccionarle, pero luego ellos fueron los primeros en maravillarse de su fútbol brillante”.

René Petit jugó los dos partidos de Francia durante los Juegos Olímpicos de Amberes y fueron, además, los únicos que jugó con la Selección francesa. El primer partido, el de cuartos de final, se jugó justo antes del encuentro Bélgica – España. Ricardo Zamora lo menciona en sus memorias: “De tarde, y antes de nuestro partido, presenciamos el de italianos y franceses. Estos formaban con “nuestro” René […] René solo se bastó para aplastar a los italianos a los que batió por 3 tantos a 1”. Después Francia cayó por 4-1 frente a Checoslovaquia en semifinales. A este encuentro también fue invitado Ricardo Zamora que lo recuerda así: “El partido franco – checo constituyó un fracaso para los primeros. Cuatro tantos a uno y de aquellos, uno de free-kick muy de circo. Figúrese el lector que los dos backs, Houot y Bauman, se colocaron con el portero. Un delantero checo, ante Parsis, inició unos saltitos, como si danzase. Parsis, entre atender al bailarín o al balón se enzarzó con aquel, mientras la pelota penetró en su goal. Pethland (…) protestó rompiendo el bombín – el primero- ¿era offside? Ni mucho menos. El delantero tenía tres jugadores contrarios ante él. ¿Qué era entonces? El ridículo. René, el gran René, que había jugado – como siempre- un gran match, se tronchaba de risa”.

El ambiente en la Selección francesa durante los Juegos Olímpicos de 1920 no fue el mejor. Algunos miembros de la federación, entre ellos GastonBarreau que era uno de los integrantes del comité de selección y jugadores como Henri Bard, capitán del equipo, lideraron desde un principio el descontento con Pentland y, como criticaron los medios deportivos franceses de la época, convirtieron la selección en una caja de grillos. Muchos miembros de la expedición gala no estaban de acuerdo con la contratación de un entrenador extranjero. Se ha llegado a decir que los franceses, debido a este mal ambiente, abandonaron Amberes sin esperar siquiera a la competición de repesca. Esto no es correcto ya que Francia, al perder en semifinales contra Checoslovaquia y no contra Bélgica que resultó campeón, no estaba clasificada para este torneo por la medalla de plata.

Durante su estancia en Amberes, René Petit – que pasaba mucho tiempo en compañía de sus compañeros españoles – participó de una negociación que influiría mucho en el devenir del fútbol español. Recuerda Pentland en sus memorias: “no sé cómo fue pero el caso es que en Amberes me pasaba en el hotel todas las veladas, en compañía de René Petit y de Pagaza. René hablaba francés y español. Pagaza, español e inglés. Yo sólo alemán e inglés. Pero nos arreglamos. Entre los tres pudimos establecer un idioma con el que pasábamos los ratos agradablemente. Fue Pagaza en realidad, el que me trajo a España. Él jugaba entonces en el Racing y me preguntó un día si me sería fácil encontrar un entrenador para su club. Era yo entonces mánager de un club de Alsacia, el AS Strasbourg, y se me ocurrió preguntarle a Pagaza si podría esperar su club a que yo terminase mi contrato con el club alsaciano. Nos pusimos de acuerdo sin dificultades y quedó fijada mi incorporación al Racing de Santander para marzo de 1921”. No sería esta la última intermediación de René Petit importante para el fútbol español.

Petit, que se sentía español, acabo jugando los Juegos Olímpicos de Amberes con Francia. Ya le había ocurrido algo similar anteriormente. En 1915 se disputó en Madrid la I Copa del Príncipe de Asturias – donada por el primogénito de Alfonso XIII, don Alfonso de Borbón y Battenbergy que enfrentó a varias selecciones de distintas regiones de España. Petit, que siempre se sintió vasco, se alineó con la Selección Centro (en ese momento jugaba en el Real Madrid) y llegó a enfrentarse a la Selección Vasca en un encuentro que terminó con empate a 1 gol. Los vascos acabarían alzándose con la Copa.

Ya de vuelta en España René Petit se reincorporó a la disciplina del Real Unión, equipo donde continuaría hasta su retirada del futbol en 1933. En esa etapa Petit añadió a su palmarés 2 Copas de España (a añadir a las conseguidas en 1917 y 1918) y 8 Campeonatos de Guipúzcoa. Fueron los años de gloria del equipo irunés, con jugadores como Gamborena, Patricio Arabolaza, Luis Regueiro, Emery (guardameta y abuelo del actual entrenador Unai Emery) o Echeveste. René Petit debutó en la primera liga española con su equipo en 1929. Jugó en total 48 partidos en primera y marcó 10 goles. Además, después del descenso del Real Unión en 1932, jugó una temporada más en segunda división.

En 1925 la Federación francesa de futbol hizo un nuevo intento de “reclutar” a Petit. En aquel entonces no estaban claras las implicaciones de jugar con su selección para los deportistas franceses que residían en el exterior. Consultada la Federación española dio su permiso para que Petit jugara con Francia, pero advertía que el jugador perdería la nacionalidad deportiva española y tendría que esperar dos años para participar en el campeonato español. René Petit renunció a jugar con la Selección de Francia para poder seguir jugando en su Real Unión.

En una entrevista con el periodista Ballman, René lo explica así: “La Federación francesa nos habló para que jugáramos (refiriéndose a Anatol y él mismo) en el equipo contra Italia. La Federación española declaró que no se opondría a darnos la autorización necesaria, pero anunciándonos que quedaríamos descalificados por dos años para jugar en España, y claro es que no nos hemos avenido a tan dura sanción”. Preguntado sobre por cual nacionalidad deportiva, la francesa o la española, optaría contesta así: “Sin duda alguna por la española, porque si vine al mundo en Francia, en España nací a la vida deportiva, y aquí he recibido las más gratas impresiones. Y eso que ahora, como hay otros jugadores que están de moda, parece que ya no me trata el público con el cariño de antes”.

El Heraldo 1925

El Ingeniero

A su retirada del futbol, René Petit se dedicó plenamente a su carrera profesional como ingeniero de caminos. Realmente ya había estado compaginando esta con su actividad futbolística, puesto que Petit nunca fue profesional del fútbol. Tras terminar sus estudios en 1924 realizó varias pequeñas obras públicas en Fuenterrabía, como la variante de una carretera para ir a la playa. Después ingresó en la Confederación Hidrográfica del Ebro y fue enviado directamente a la obra del pantano de Yesa, que significaría su mayor hito profesional. Los trabajos se cortaron un poco antes del alzamiento y no se retomaron hasta 1955. Durante ese lapso de tiempo René Petit fue enviado al pantano del Ebro en Reinosa. En 1959, cuando se inaugura el pantano de Yesa, se traslada a San Sebastián. René, que ya tiene 60 años, piensa que es momento de pasar más tiempo con su familia y acepta un puesto en la Jefatura de Carreteras de San Sebastián, en la que permanece hasta su jubilación. Después de Yesa, los proyectos a los que se enfrenta le parecen menores como algún puente o la variante de la autopista que arranca de Irún.

Se le concedió la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil

El Hombre

Al comienzo de la Guerra Civil hubo de exiliarse brevemente en Francia. Mostraba simpatía por el alzamiento e Irún estaba en zona republicana. En 1937 Julián Troncoso, primer presidente de la Federación española de fútbol (creada por el general Moscardó al margen de la Federación gubernamental), recibe el encargo de repatriar a los futbolistas que integraban la Selección de Euskadi que se encontraban de gira por Europa. Este comisionó para tal tarea a los señores Gayarre e Isasi. El primero lo relata así en sus memorias: “Entre tanto, el equipo vasco, patrocinado por Madrid y Bilbao se hallaba actuando por diversos países y tenía el propósito de trasladarse a América para jugar allí. Aquello había que tratar de impedirlo. De una parte, por interés general; de otra, porque muchos familiares de jugadores pedían insistentemente que se les repatriara. Julián (Troncoso) nos llamó un día a José Luis Isasi y a mí y nos confió la misión de ir a París, donde estaba el citado equipo y traernos a cuantos jugadores lo desearan”.

Viajaron a París primero y aun pueblecito cercano a Fontainebleau después dónde estaba concentrado el equipo. En esta primera visita solo un jugador, Guillermo Gorostiza y el masajista Birichinaga aceptaron volver a España con ellos. “Conocimos la situación de ánimo de los jugadores. Entre ellos y al frente de la expedición había quienes por su significación política no podrían regresar a España en aquellos momentos. Los que por no estar comprometidos querían volver a sus casas ya liberadas no se atrevían a hacerlo porque aquello significaría deshacer la expedición futbolística y dejar a unos cuantos abandonados a su suerte”.

De vuelta a España dieron cuenta a Julián Troncoso de su gestión y se acordó, con arreglo a su informe verbal, repetir el viaje y la gestión pero esta vez acompañados de Gorostiza, para que vieran que se podía entrar y salir de la Zona Nacional; de Santiago de la Riva para que su personalidad fuese una garantía; y de René Petit para que tuvieran la certeza de que la gestión era sincera. En París se les unió también el ex jugador Anatol. En el tren de Hendaya coincidieron con Luis Regueiro que iba a Bayona. Le hablaron de su proyecto y recabaron su ayuda. Regueiro comprendió el proyecto y acordó ayudarles ya que al día siguiente pensaba estar en París; pero insistió en su argumento: “Con los que iban en la expedición se podían jugar partidos y sacar algún dinero para ir viviendo. Alguno vendría a España por su deseo, pero ello equivalía a deshacer el medio de vida y a dejar en malísima situación a los que no podían intentar venir”. Las gestiones de París no dieron resultado inmediato. René y Anatol fueron actores de una escena violenta con los jugadores vascos que se oponían a la merma del grupo. “Se convencieron de que los dispuestos a venir cedían a los requerimientos y lamentaciones de los que habían de quedarse (…) y dieron por terminada la tentativa no sin antes reiterar que si alguno lo pensaba mejor podía dejar aviso a mi nombre en Hendaya. Y volvimos de París sin lograr nada en limpio”. Esta segunda intermediación importante de René Petit para el fútbol español da idea de que se le consideraba un hombre sincero y de palabra, ya que los comisionados de la Federación cuentan con él como garante de su palabra e cara a ganar la confianza de los expedicionarios vascos.

René Petit era todo un hombre del campo. En una entrevista publicada por el periódico Navarra en noviembre de 1983, Petit afirma: “Me hice ingeniero de caminos en Madrid porque amaba la Naturaleza, el vivir en constante contacto con ella, y pensaba que esa carrera podía colmar mis aspiraciones en tal sentido. Jamás he sido hombre de ciudad, de despacho…”.

Otra de sus cualidades ha sido la humildad. En esa misma entrevista comentaba: “Todas mis capacidades de vanidad se agotaron con el fútbol (…). Al principio sí que me agradaba leer en la prensa que Petit jugó un gran partido en la tarde de ayer. Más adelante llegué a debutar en la Selección de Francia porque al ser mi padre el país vecino me vi obligado a cumplir con elservicio militar allí. Y ello colmó mis ansias de popularidad y celebridad”.

Falleció en Fuenterrabía el 14 de octubre de 1989, con 90 años.

René Petit fue un adelantado a su tiempo. Era un jugador de gran envergadura pero con mucha clase, calidad y visión de juego. Podía jugar de delantero, pero donde más marcaba las diferencias era en el centro del campo. Los que tuvieron la suerte de verle jugar dicen que fue el Di Stéfano de los años 20. Una colección de cromos de 1928 decía de él: “Medio centro. Es indudablemente el mejor “amateur” que en su puesto hay en Europa. Su juego todo precisión, serenidad y ciencia, deleita y entusiasma. Su fortaleza física contribuye a hacerle un jugador perfecto”.

Bibliografía:




Challenge Internacional del Sur de Francia 1910-1914

ChallengeInternacional01La (erróneamente) conocida como Copa de los Pirineos es una competición prácticamente olvidada que no pocos estadísticos e historiadores omiten cuando enumeran los títulos internacionales obtenidos por el FC Barcelona. Además es una de esas competiciones sobre las que sobrevuela la duda de la oficialidad y, para más inri, resulta complicado obtener un relato mínimamente coherente sobre su génesis e incluso una relación de resultados.

Desde 1898 existía una competición futbolística llamada Challenge International du Nord en la que participaban, inicialmente, clubes del norte de Francia y de Bélgica. La iniciativa fue del Sporting Club de Tourcoing, canalizando el malestar existente entre los equipos del norte de Francia ante la exclusión que padecían por parte de la USFSA (Union des sociétés françaises de sports athlétiques), entidad polideportiva que organizaba desde 1894 un primer Campeonato de Francia de fútbol únicamente con clubes de París y su área metropolitana. En España hubo un intento de imitar a la USFSA, la Federación Gimnástica Española [1].

Posteriormente la Challenge du Nord se amplió a clubes suizos, neerlandeses e incluso ingleses. Se disputó hasta la Primera Guerra Mundial.

En 1909, ante el éxito que había alcanzado la competición norteña, y pese a que el Campeonato de Francia organizado por la USFSA se había ido ampliando paulatinamente a todos los clubes del país, un mecenas occitano (Monsieur Labat) desde el Comité de los Pirineos de la USFSA tuvo la iniciativa de realizar una competición similar en el sur de Francia, ampliada a algunos clubes españoles. Nacía así el Challenge International du Sud de la France, cuya convocatoria y reglamentos aparecían en El Mundo Deportivo el 26 de agosto de 1909 (pág. 4) traducidos del francés (de forma curiosa en algunas expresiones) por el exdirectivo y jugador del FC Barcelona Miquel Mensa:

«Challenge Internacional del Sud de Francia

Los clubs que forman el Comité de los Pirineos, han acordado celebrar un importante concurso, cuyo reglamento han enviado, rogándonos su publicación, lo que con gusto hacemos:

REGLAMENTO

1º Se ha organizado un Concurso Internacional de Foot-ball, denominado  «Challenge International du Sud de la France», dotado con un «Challenge» ofrecido por el Comité de los Pirineos, que se disputará todos los años.

Este concurso será anual y organizado bajo el patronato del Comité de los Pirineos, fijando el mismo la fecha del concurso y las ciudades diferentes donde deben jugarse las pruebas eliminatorias.

Sólo serán admitidas a tomar parte, para disputarse la «Challenge», las Sociedades Francesas reconocidas por la «U.S.F.S.A.» y tomando parte los Comités Regionales de Cuyenne [sic][2] y Gascogne, Languedoc, Pyrenées y los clubs españoles de Barcelona, Irún y San Sebastián.

4º Los clubs que se adhieran a la «Challenge International» concurrirán a disputarla con los gastos por su cuenta.

En caso de recaudarse en los partidos (eliminatorias, semi-final y final) cantidad suficiente para liquidar gastos, el resto se dividirá en 8 partes, en la forma siguiente: 3/8 cada club contendiente, 3/8 al poseedor del terreno y  1/8 cada Comité Regional, de donde dependan los dos clubs concursantes.

5º Cada país o región hará jugar los partidos eliminatorios entre los equipos inscriptos a la «Challenge», al fin de presentarse un solo club a la semi-final y final.

6º El match final se jugará en Toulouse, en el terreno que designe el Comité de los Pirineos.

7º Los clubs Franceses y Españoles, en los terrenos que se jugarán los partidos, son encargados de la organización del encuentro, de acuerdo con el Comité de los Pirineos.

8º  Los jueces serán designados por el Comité de los Pirineos y escogidos por medio de los miembros de la «U.S.F.S.A.», no pudiendo, en ningún caso, ser socio de los clubs contendientes. Los gastos de viaje en 2ª clase, más un día de pensión, serán a cargo del club donde tendrá lugar el encuentro.

9º El Comité de los Pirineos será único competente para recibir las reclamaciones y arreglar las diferencias entre los clubs.

Toda reclamación deberá ir acompañada de la suma de 10 fr., que será reembolsada si la reclamación es fundada.

10º  El equipo victorioso de la última prueba recibirá la «Challenge» guardándola, bajo su responsabilidad, durante un año.

11º Cada uno de los jugadores de ambos equipos que jueguen la final recibirán una medalla.

12º La lista de inscripciones que empieza el 25 de Julio 1909, será cerrada el 1º de Octubre de 1909. Las eliminatorias deberán ser terminadas [sic] el 15 de Abril de 1910. La semi-final y final se jugarán en las fechas siguientes: 1º de Mayo y 8 de Mayo de 1910.

Estas fechas no podrán ser cambiadas a menos que los equipos designados tengan la fecha comprometida para el Campeonato de su región.

13º Cada sociedad al enviar su inscripción, deberá remitir, a título de derecho de inscripción, la suma de 20 fr.

En caso de no poder presentarse, la declaración deberá hacerse 8 días antes de la fecha del partido bajo pena de una multa que evaluará el Comité Regional, donde deba tener lugar la prueba.

14º La «Challenge International du Sud de la France», está sometida al reglamento de la «U.S.F.S.A.» y toda sociedad que deje de cumplirlo extrictamente [sic], será descalificada.

15º El objeto de arte será devuelto cada año, 15 días antes de la prueba, al Sr. Secretario General del Comité de los Pirineos, bajo pena de multa.

16º El Comité de los Pirineos se reserva el derecho de completar o modificar el presente reglamento, así como decidir la suspensión de la «Challenge» si el número de inscriptos [sic] no es suficiente.»

ChallengeInternacional02Esta es la crónica del desarrollo de las diferentes ediciones jugadas del torneo, con los resultados y alineaciones conocidas:

PRIMERA EDICIÓN DE LA «CHALLENGE INTERNACIONAL DEL SUR DE FRANCIA» 1910

24-04-1910  SEMIFINALES

Cette (en la actualidad Sète):

FC BARCELONA – OLYMPIQUE CETTOIS 1 – 1 (Graell/Allias)

Barcelona: Solá, Bru, Amechazurra, Sanz, Peris, C. Wallace, Forns, Graell, C. Comamala, Steinberg, Llonch.

Olympique Cettois: Diffre, Bayron, Gascard, Lorrain, Garnier, Encontré, Owen, Artaud, Rambaud, Vernet, Allias.

Árbitro: Labat (FRA)

El equipo francés (reforzado por jugadores del Montpellier y del Nimes) no quiso disputar la prórroga «porque estaban extenuados» y prefirieron quedar eliminados. (El Mundo Deportivo, 28 de abril de 1910, pág. 4.)

Ondarreta:

REAL SOCIEDAD 8-0 STADE TOULOUSAIN

01-05-1910 FINAL

Toulouse:

FC BARCELONA – REAL SOCIEDAD 2 – 1 (Graell, Rodríguez/Prast)

Barcelona: Solá, Bru, Amechazurra, Peris, Aguirreche, Grau, Forns, Graell, C. Comamala, Rodríguez, C. Wallace

Real Sociedad: Bea, Goinaz, Arocena, Arrillaga, Echeverria, Belauste, Mac-Guiness, Goitisolo, Lacort, Simmons, Prast.

Árbitro: Labat (FRA)

(El Mundo Deportivo, 5 de mayo de 1910, pág. 3.; El Pueblo Vasco, 3 de mayo de 1910, pág.1)

ChallengeInternacional03SEGUNDA EDICIÓN DE LA «CHALLENGE INTERNACIONAL DEL SUR DE FRANCIA» 1911

07-05-1911 SEMIFINALES

Cette (en la actualidad Sète):

FC BARCELONA – OLYMPIQUE CETTOIS 2 – 1 (C. Comamala, 2/?)

Barcelona: Reñé, Bru, Amechazurra, Quirante, Peris, Grau, Forns, P. Wallace, C. Comamala, C. Wallace, A. Comamala.

Olympique Cettois: Razias, Gascard, Villarde, Lorrain, Artau, Gatesne, Bégot, Bagnols, Roussel, Pignemal, Vernet.

Árbitro: Labat (FRA)

(El Mundo Deportivo, 11 de mayo de 1911, pág. 4.)

Toulouse:

BORDEAUX  – STADE TOULOUSAIN 2-1

(El Mundo Deportivo, 11 de mayo de 1911, pág. 4.)

14-05-1911 FINAL

Toulouse:

FC BARCELONA – BORDEAUX 4 – 2 (P. Wallace, C.Wallace 2, Comamala/Mauret, Lucas)

Barcelona: Reñé, Bru, Amechazurra, Quirante, Peris, Grau, Forns, P. Wallace, C. Comamala, C. Wallace, Espelta.

Bordeaux: Cassel, Blond, Weigand, Rossie, Friez, Bonnet, Peret, Lucas, Mauret, Train, Tellier.

Árbitro: Labat (FRA)

(El Mundo Deportivo, 18 de mayo de 1911, pág. 4).

Imagen de la final de 1911 FC Barcelona - Bordeaux

Imagen de la final de 1911 FC Barcelona – Bordeaux

TERCERA EDICIÓN DE LA «CHALLENGE INTERNACIONAL DEL SUR DE FRANCIA» 1912

PRIMERA RONDA:

SPORTING NIMES – OLYMPIQUE CETTE 3-1

STADE BORDELAIS UC- LA COMÈTE ET SIMIOT BORDEAUX 5-2

10-03-1912 CUARTOS DE FINAL

Barcelona:

FC BARCELONA – RCD ESPAÑOL 3 – 2 (Pattullo 2, Steel/Burnett, Hodge)

Barcelona: Reñé, Irizar, Amechazurra, Rozitsky, Lambe, Wilson, Rodríguez, Steel, Patullo, Summer, Peris.

Español: Gibert, C. Wallace, S. Massana, La Riva, Gibson, Sanpere, Allack, P. Wallace, Hodge, Burnett, Comamala.

Árbitro: Hamilton

(El Mundo Deportivo, 14 de marzo de 1912, pág. 4.)

El Español presentó una protesta formal ante la USFSA por el arbitraje de Hamilton.  (El Mundo Deportivo, 28 de marzo de 1912, pág. 4.)

SC NIMOIS –  MARSEILLE 6-2

STADE TOULOUSAIN – STADE BORDELAIS UC 0-1

CLASIFICADO STADE BORDELAIS UC

REAL SOCIEDAD CLASIFICADA DIRECTAMENTE

SEMIFINALES

STADE BORDELAIS UC – REAL SOCIEDAD

CLASIFICADO EL STADE BORDELAIS POR W.O.

FC BARCELONA- SC NIMOIS

CLASIFICADO EL FC BARCELONA POR W.O.

La protesta del Español fue desechada. (El Mundo Deportivo, 25 de abril de 1912, pág. 4.)

El Nimes y la Real Sociedad renunciaron a jugar las semifinales. (El Mundo Deportivo, 2 de mayo de 1912, pág. 5.)

05-05-1912 FINAL

Toulouse:

FC BARCELONA – STADE BORDELAIS UC 5 – 3 (Morales 3, Massana, Rodríguez/?)

Barcelona: L. Peris, Irizar, Amechazurra, Berdié, Massana, Wilson, F. Armet, Rodríguez, Steel, Morales, E. Peris.

Stade Bordelais: Gleuck, Hauret, Lucas, Blummer, Mimaud, Plaud, Lassalle, Gregi, Gros, Fuentes, Cazeaux.

Árbitro: Ginesty (FRA)

(El Mundo Deportivo, 9 de mayo de 1912, pág. 3.)

CUARTA EDICIÓN DE LA «CHALLENGE INTERNACIONAL DEL SUR DE FRANCIA» 1913

30-03-1913 CUARTOS DE FINAL

Barcelona:

FC BARCELONA – CASUAL SC 7 – 0 (Steel 3, Allack 2, Apolinario 2)

Barcelona: Reñé, Irizar, Amechazurra, Rozitsky, Massana, Greenwell, Forns, Steel, Apolinario, Peris.

Casual: Solá, C. Comamala, Quirante, Janer, A. Comamala, Ponsá, Mensa, Tormo, Wallace, Llonch, Ramírez.

(El Mundo Deportivo, 3 de abril de 1913, pág.4.)

RCD ESPAÑOL CLASIFICADO DIRECTAMENTE

06-04-1913 SEMIFINALES.

Barcelona:

FC BARCELONA – RCD ESPAÑOL 1-3* (Greenwell/Morales 2, ?)

Barcelona: Reñé, Irizar, Amechazurra, Rozitsky, Massana, Bori, Forns, Allack, Steel, Apolinario, Greenwell.

Español: Gibert, Carruana, Massana, Baonza, Hodge, Sanpere, Barret, Darley, Harrisons, A. Morales, R. Morales.

Árbitro: Naudy (FRA)

El Barcelona jugó la segunda mitad con 10 jugadores por una agresión de Massana a Steel que le impidió seguir jugando. Partido impugnado por alineación indebida de 3 ingleses traídos por el Español para este partido, resultando clasificado el FC Barcelona. (El Mundo Deportivo, 8 de mayo de 1913, pág. 5.)

LA COMÈTE ET SIMIOT BORDEAUX – STADE TOULOSAIN 4-3

08-06-1913 FINAL.

Barcelona:

FC BARCELONA – LA COMÈTE ET SIMIOT BORDEAUX 7-2 (Alcántara 2, Berdié 2, Forns, Allack, Massana/?)

Barcelona: Reñé, Berrondo, Amechazurra, Rozitsky, Massana, Greenwell, Forns, Allack, Berdié, Alcántara, Peris.

La Comète et Simiot: Noellen, Pepion, Cayre, Serre, Damazan, Donadieu, Sandowal, Rundge, Kieffer, Soulie, Dablanc.

Árbitro: Naudy (FRA)

(El Mundo Deportivo, 12 de junio de 1913 págs. 3-4.) Aparecen en la crónica comentarios despectivos sobre el torneo y sobre los equipos franceses («tan poco agradables como de costumbre»).

Paulino Alcántara en la final de 1913

Paulino Alcántara en la final de 1913

QUINTA EDICIÓN DE LA «CHALLENGE INTERNACIONAL DEL SUR DE FRANCIA» 1914

03-1914 CUARTOS DE FINAL

Barcelona:

FC BARCELONA – CE SABADELL 5 – 0 (P. Wallace 2, Bau 2, Alcántara)

Barcelona: Bru, Molins, Amechazurra, Berdié, Massana, Carlier, Mallorquí, P. Wallace, Bau, Alcántara, Peris.

Sabadell: Fíguls, Luis, Casas, Moix, Monistrol, Comas, Llonch, González, Aragay, Retana, Gallech.

Árbitro: Greenwell

(El Mundo Deportivo,  19 de marzo de 1914, pág. 4.)

Barcelona:

FC ESPAÑA -UNIVERSITARI SC 1-0 (Passani)

España Reñé, Mariné, Reguera, Salvo, Casellas, Prat, Bellavista, Passani, Baró, Osanz, Salvo (N.).

Universitari: Cuervo, Varela, Batlle, Puntas, Alemany, Malo, Ozores, Armet, Janer, Varela (F.), Folguera.

Árbitro: Amechazurra

(El Mundo Deportivo, 5 de marzo de 1914, pág. 4.)

29-03-1914 SEMIFINALES

Barcelona:

FC ESPAÑA – FC BARCELONA 5 -2 (Bellavista 4, Baró/Peris, Bau)

España: Puig, Farriols, Mariné, Prats, Casellas, Salvo, Villena, Baró, Bellavista, Passani, Coletas.

Barcelona: Bru, Reguera, Molins, Berdié, Massana, Greenwell, Mallorquí, Oller, Bau, Alcántara, Peris.

Árbitro: Nandy (FRA)

Hubo graves incidentes e invasión de campo. Molins agredió a Salvo propiciándole un puñetazo que le dejó inconsciente. (El Mundo Deportivo, 2 de abril de 1914, pág. 4.)

LA COMÈTE ET SIMIOT BORDEAUX – US ALBIGEOISE 5-0

24-05-1914 FINAL

Toulouse:

FC ESPAÑA – LA COMÈTE ET SIMIOT BORDEAUX 3-1 (Salvo 2, Bellavista/Lamvald)

España: Puig, Ribera, Mariné, Prats, Casellas, Salvo, Villena, Baró, Bellavista, Passani, Salvo.

La Comète et Simiot: Noellen, Barrieusse, Oneire, Altané, Souliè, Damazán, Riquelté, Dablanc, Lemele, Lamvald, Sasaux.

Árbitro: Durand (FRA)

(El Mundo Deportivo, 28 de mayo de 1914, pág. 7.)

El FC España en la temporada 1913-1914

El FC España en la temporada 1913-1914

CONCLUSIONES

– No existen dudas sobre la oficialidad del torneo, ya que fue organizado por el Comité de los Pirineos, una de las federaciones territoriales que conformaban la USFSA, organismo polideportivo que hacía las funciones de Federación Francesa de Fútbol desde su nacimiento en 1887 hasta su desaparición en 1920 y que organizaba un Campeonato de Francia entre los vencedores de los campeonatos organizados por los comités regionales. Inicialmente podían participar en la Challenge Internacional del Sur de Francia equipos de los consejos meridionales de la USFSA [Guyena/Gascuña (Aquitania), Pirineos (Midi-Pyrénés) y Languedoc (Languedoc-Rosellón)] y clubes españoles de San Sebastián, Irún (que nunca participaron) y Barcelona. Posteriormente el ámbito territorial se extendió a otras zonas de Francia como la Provenza (Comité del Litoral), y llegó a participar un club que era de la provincia de Barcelona pero no de la ciudad (el CE Sabadell). No existen dudas sobre su oficialidad pero puede haberlas sobre su condición de competición internacional, nacional o regional. Estaba organizada por un Comité Regional (el equivalente a una Federación de ámbito autonómico o regional) de una Federación Francesa, aunque algunos clubes españoles de determinadas ciudades pudieran participar y el nombre escogido incorporara términos contradictorios («internacional» y «del Sur de Francia»).

– Pese a ser una competición francesa los clubes franceses mostraron menos interés que los de la ciudad de Barcelona. Ese desinterés fue aumentando con los años, en la última edición (1914) participaron cuatro equipos catalanes y sólo uno francés. Esta cierta desidia de los clubes franceses y el bajo nivel que presentaban despertó críticas en Barcelona. Tanto hacia ellos como hacía la propia competición.

– En la prensa francesa de la época, incluso en la de ciudades como Burdeos o Tolosa de Languedoc, es difícil encontrar noticias de la competición, que fue seguida con mayor interés por la prensa de Barcelona o por la de San Sebastián (en este caso en la primera edición por la participación de la Real Sociedad).

– El nombre del torneo era Challenge Internacional del Sur de Francia. Challenge podría traducirse como «desafío», pero desde luego la competición no se llamaba Copa de los Pirineos como es comúnmente conocida, la confusión nace por el comité regional que la organizaba (el Comité de los Pirineos, responsable del fútbol en la región de los Midi-Pyrénées).

– Desapareció tras la Primera Guerra Mundial, la USFSA había entrado también en crisis y descomposición ante los cambios sociales y políticos en Francia que se extendían al deporte. Todas sus ediciones fueron ganadas por clubes de Barcelona: cuatro por el FC Barcelona y una por el desaparecido FC España.

– En los últimos años, en el contexto del llamado «proceso» que se vive en Cataluña, se ha especulado con la posibilidad que el FC Barcelona pudiera acabar jugando la liga francesa de fútbol tras una hipotética independencia catalana. El propio primer ministro francés Manuel Valls (nacido en Barcelona, familiar del futbolista Arsenio Comamala y del compositor del himno del Barça Manuel Valls Gorina) ha realizado declaraciones al respecto. Lo que no ha recordado Valls ni nadie es que el FC Barcelona ya jugó una competición francesa hace más de cien años. Y la ganó.

Agradecemos la aportación de nuevos datos a Josep Puey y a «atotxa.org».

 


[1] Arrechea, Fernando (2012, 1 de septiembre): «La Federación Gimnástica Española. Entidad precursora de la Federación Española de Fútbol». Cuadernos de Fútbol, nº 35. CIHEFE

[2] Se referían a la región de la Guyena (Guyenne).




Historia de la Eurocopa (I). Francia 1960.

Con el nacimiento de la UEFA en el año 1954 surgió, casi de inmediato, la idea de la creación de un campeonato internacional entre las mejores selecciones europeas, al estilo de la Copa América o del propio Campeonato del Mundo. El principal impulsor del proyecto, el francés Henri Delaunay, había presentado un borrador con las bases del torneo a cada una de las 33 federaciones asociadas que, sin embargo, no pusieron pocas trabas. La dificultad de encontrar fechas libres en el calendario, las reticencias de los clubes a ceder a sus mejores jugadores para más partidos internacionales… Países como Alemania Federal, Italia o Inglaterra deciden no participar  y tan sólo 17 federaciones nacionales terminan apoyando el proyecto. Un número que obligaba a adoptar el sistema de copa, con eliminatorias desde los octavos de final, amén de un enfrentamiento previo entre dos conjuntos elegidos por sorteo, para completar el cuadro con los 16 equipos participantes en la primera Copa de Europa de Naciones, nombre oficial del torneo. El 28 de septiembre de 1958, en el estadio Lenin de Moscú, se juega el primer partido del recién creado torneo. La Unión Soviética y Hungría se ven las caras en los octavos de final, con victoria local por tres tantos a uno. El extremo izquierda moscovita Anatoli Ilyin, a los 4 minutos, inauguraba la cuenta goleadora del campeonato. Ya en 1959 tienen lugar todos los demás emparejamientos, incluida la eliminatoria previa entre Irlanda y Checoslovaquia, resuelta favorablemente por esta última. Con las 16 selecciones dispuestas, el reglamento del torneo establecía, pues, eliminatorias a doble partido hasta alcanzar las semifinales. Una vez conocidos los cuatro semifinalistas, la UEFA designaría a uno de ellos para albergar la fase final. En los octavos de final, la URSS también terminaría imponiéndose a Hungría en Budapest para sellar su pase a cuartos. Checoslovaquia, España, Rumanía, Francia, Austria, Yugoslavia y Portugal siguen el mismo camino de los soviéticos en primera ronda (en detrimento de Dinamarca, Polonia, Turquía, Grecia, Noruega, Bulgaria y Alemania Oriental, respectivamente). Los cuartos de final depararán el pase a semifinales de tres favoritos: Francia, Yugoslavia y Checoslovaquia y la clasificación sin sudar de la URSS, tras el abandono de España. Una vez establecidos los cuatro semifinalistas, sería Francia, país de nacimiento de Delaunay, la sede elegida para albergar la fase final en el verano de 1960.

La primera semifinal, disputada el 6 de julio en París, otorga a la competición el primer gran partido de su historia. Francia se imponía a Yugoslavia por cuatro goles a dos, a falta de un cuarto de hora. Pero en una soberbia reacción final, los Plavi remontan brillantemente para meterse en la final del torneo y enmudecer el Parque de los Príncipes. La otra semifinal, jugada en Marsella el mismo día, tiene mucha menos historia. Los soviéticos confirmarán su papel de favoritos con una concluyente victoria sobre los checos por tres a cero.

En primera final de la hoy popularmente conocida como Eurocopa, existe mucha mayor igualdad. Al término de los 90 minutos reglamentarios un empate a uno entre la Unión Soviética y Yugoslavia campea en el marcador parisino. Se necesita de un tiempo extra para dilucidar el campeón. La URSS tiene más fuelle y fortaleza física. Yugoslavia, técnicamente superior, juega mejor y dispone de las ocasiones más claras. Pero bajo los palos soviéticos emerge la figura de un colosal Yashin. Cuando faltan 7 minutos para la conclusión de la prórroga, Viktor Ponedelnik acierta a cabecear un centro de Meshki para, de manera definitiva,  desnivelar el marcador. La primera Copa de Europa de Naciones ya tenía dueño.

FASE FINAL FRANCIA 1960

SEMIFINALES

YUGOSLAVIA-FRANCIA 5-4 Galic (11’), Zanetic (55’), Knez (75’) y Jerkovic (77’ y 78’).

Vincent (12’), Heutte (43’ y 62’) y Wisnieski (52’).UNIÓN SOVIÉTICA-CHECOSLOVAQUIA3-0Ivanov (35’ y 58’) y Ponedelnik (64’).

 

TERCER Y CUARTO PUESTO

CHECOSLOVAQUIA-FRANCIA 2-0 Bubnik (58’) y Pavlovic (88’).

 

FINAL

UNIÓN SOVIÉTICA

2

Yashin; Tchekeli, Kroutikov, Maslenkin; Voinov, Netto; Ivanov, Metreveli, Ponedelnik, Bubukin y Meshki.YUGOSLAVIA

1

Vidinic; Durkovic, Miladinovic, Jusufi; Zanetic, Perusic; Matus, Sekularac, Jerkovic, Galic, y Kostic. GOLES0-1, Galic (43’); 1-1, Metreveli (49’); 2-1, Ponedelnik (113’).ÁRBITROArthur Ellis (Inglaterra). CIUDAD Y FECHA París, 10 de julio de 1960. Parque de los Príncipes.

 

GOLEADORES FASE FINAL

2

Heutte (Francia), Ivanov y Ponedelnik (Unión Soviética) y Galic y Jerkovic (Yugoslavia).

1

Bubnik y Pavlovic (Checoslovaquia), Vincent y Wisnieski (Francia), Metreveli (Unión Soviética) y Knez y Zanetic (Yugoslavia).

EL PAPEL DE ESPAÑA

Después del varapalo sufrido por la Selección española en la fase clasificatoria para la Copa del Mundo de Suecia, en la que ha sido incapaz de eliminar a escoceses y suizos con un equipo plagado de figuras del balón, el equipo nacional español afronta su primera participación en la recién creada Copa de Europa de Naciones. Manolo Meana, el seleccionador de la debacle premundialista, ha presentado su dimisión y la Federación opta por un Comité Técnico para llevar las riendas en la nueva aventura del combinado patrio. Luis Costa, Ramón Gabilondo y José Luis Lasplazas son los hombres designados, que, a su vez, van a contar para el puesto de entrenador con el afamado y polémico Helenio Herrera, a la sazón, míster del FC Barcelona.

España dispone de un equipo extraordinario, nutrido casi en su totalidad por los dos mejores conjuntos del momento: el Real Madrid, que, implacable, acaba de lograr su cuarta Copa de Europa consecutiva, y el FC Barcelona, que acostumbra a conquistar todo lo demás. Una Selección con un amplio historial de fatalidades y decepciones, pero con la que nadie quiere cruzarse pues es considerada una de las principales aspirantes a levantar este primer título continental. Una vez realizado el sorteo para la primera eliminatoria, la desconocida selección polaca será nuestro rival en los octavos de final. La designación del contrincante español no hace ninguna gracia en las entrañas del Régimen y se medita nuestra retirada del torneo. La condición de nación satélite del gigante soviético, el gran enemigo comunista, tiene la culpa. Felizmente, el deporte termina primando sobre cualquier consideración política y el domingo 28 de junio de 1959, en el estadio Slaski de la ciudad de Chorzow, España disputa su primer partido en una Eurocopa. Juegan: Ramallets; Olivella, Garay, Gracia; Segarra, Gensana; Tejada, Mateos, Di Stéfano, Suárez y Gento. Es decir, siete jugadores culés, tres madridistas y el bilbaíno Garay (que firmará en breve por el Barça). El resultado del choque (2-4) es concluyente para España. Dos tantos de Suárez y otros dos de Di Stéfano ilustran la superioridad española y sirven para encarrilar cómodamente la eliminatoria. Para la vuelta, disputada en el Bernabéu el 14 de octubre, Kubala entra en el puesto de Mateos y repiten los otros diez. El trámite se despacha con otro desahogado marcador y con los goles de Di Stéfano, Gensana y Gento se pone rumbo a los cuartos de final, casi sin despeinarnos.

En el mes de diciembre tiene lugar el sorteo para los emparejamientos de cuartos. El azar caprichoso quiere que sea la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas nuestro contrincante. No hay un solo precedente de enfrentamientos entre ambas selecciones ni siquiera, entre clubes de los dos países. La eliminatoria tiene miga. Es sin duda, la más atractiva de la ronda y la que despierta mayor interés. La selección de los Yashin, Netto, Metreveli, Ponedelnik o Ivanov, medirá sus fuerzas con la de los Ramallets, Suárez, Puskas, Di Stéfano o Gento. De lo mejorcito que puede verse ahora mismo por Europa. Las federaciones de ambas naciones acuerdan disputar la ida el 29 de mayo en Moscú y la vuelta, el 9 de junio en Madrid. La expectación es enorme y varias semanas antes del primer choque, el estadio Lenin ha vendido ya todas las entradas. Cuando todo está listo para el encuentro de ida, las listas de convocados hechas públicas, el árbitro designado y las aficiones preparadas, la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes recibe la orden por parte de las más altas instancias gubernamentales de retirada de nuestro equipo. Mandato que es trasladado, de inmediato, a la Federación Española. Varios ministros, que no vieron con buenos ojos la visita de la selección polaca a nuestro país en la ronda anterior, han convencido a Franco de la poca conveniencia de la entrada en España del principal exponente del comunismo maligno. Inmediatamente, el presidente de la Federación Española, Alfonso de la Fuente Chaos, busca alternativas, intentando evitar por todos los medios la retirada de la competición. Consciente de las importantes represalias por parte de la UEFA que el abandono pudiera ocasionar (¿se imaginan al Real Madrid y al FC Barcelona fuera de las competiciones europeas la temporada siguiente?), don Alfonso trata de dar con la solución. Propone a su homólogo soviético, Valentin Granatkin, varias alternativas: jugar los dos partidos en Moscú, disputar la vuelta en un estadio neutral o, incluso, ambos choques en campo imparcial. La respuesta del dirigente ruso en todos los casos es la misma: NET (no). La federación soviética no acepta ninguna  de las propuestas alternativas y además, exige una importante indemnización económica por los daños y perjuicios ocasionados.

El asunto se resuelve definitivamente con nuestra Selección obligada a abandonar una competición con muchas posibilidades de haber podido conquistar y nuestra Federación recibiendo una sanción económica por parte de la UEFA. Consciente, quizá, de la buena predisposición mostrada por la RFEF para solucionar el incidente, el castigo Uefo no pasó de ahí. Escaso consuelo para nuestro fútbol. Más aún, cuando pocas semanas después, se vio a Igor Netto, capitán de la URSS, levantar la Copa de campeones sobre el césped del Parque de los Príncipes. ¿Hubiera podido hacer lo mismo de haberse jugado aquella eliminatoria?

Eurocopa01




Biblioteca Martialay: La siesta de un árbitro inglés mientras suenan los himnos

PartidoZaragoza01

Zaragoza se vistió de fiesta para recibir su primer partido internacional. Tan de fiesta que a los franceses, en el viejo Torrero, se les encasquetaron ocho goles.

Fiesta completa.

Pero no empezó con cuerpo de jota, no. Tras los JJOO de Ámsterdam, tan catastróficos, dimitió el seleccionador Berraondo. Le sustituyó, en solitario, José María Mateos, que, “en trío”, ya había ejercido el cargo. Pero ahora, como los buenos toreros, estaba solo en el ruedo. Y fue el primero –que conste- que pensaba que la Selección tenía que ser el “España F,C.” Y funcionar como un equipo de club. Bajo la camiseta roja no quería “colorines”, uno de aquí, otro de allí…

Zamora, por supuesto. La defensa del Madrid: Quesada y Urquizu. Los medios alas del Madrid, Prats y José María Peña, con el eje españolista Solé. La parte derecha de la delantera del Madrid, con Lazcano, Triana y Gaspar Rubio, y la izquierda del Español, con Padrón y Bosch. Con dos equipos: Madrid y Español de Barcelona esperaba aglutinar un conjunto casi acoplado de entrada. Pero…

Se lesionó Urquizu. Tin Bosch, en el partido Español – Arenas de Guecho, fue a por el árbitro con torvas ideas agresivas y la Federación le suspendió por tres meses. Solé también caía lesionado. Padrón, comunicó que no podía ir porque estaba muy “malito” debido a que en el cuartel le habían puesto la inyección antitífica y se mareaba al intentar ponerse de pie. Triana pasaba un bache de forma que era un socavón. Y Zamora, en el entrenamiento que se hizo ya en Zaragoza, se retiró echándose mano a la muñeca y dando los gritos teatrales de dolor que solía lanzar Zamora en tales circunstancias.

Los maliciosos periodistas titularon: “Conspiración españolista. Todos los blanquiazules fuera de combate. O se levanta el castigo a Bosch o no jugará ninguno”

No era verdad. Zamora se puso en manos del masajista del Iberia de Zaragoza, Esteban Plattko, hermano del “oso rubio” de Alberti y del Barcelona, que lo dejó como nuevo en unas horas.

Pero el embolado se había trasladado al área del Seleccionador. E hizo un verdadero “puzzle” a base de encaje de bolillos. El ala izquierda españolista la cambió por la donostiarra: Paco Bienzobas y Yurrita.  Prescindió de Triana pero metió a Goiburu que había pasado mucho tiempo jugando con Lazcano en el Osasuna, lo que garantizaba su entendimiento. Y ya que el centro de gravedad había pasado del azul y blanco españolista al de la Real Sociedad, metió en el centro de la medular al donostiarra Marculeta. También echó mano de esos colores para suplir a Urquizu llamando a Quincoces, del Deportivo Alavés.

El “España F.C.” sin colorines, se cambiaba de bicolor en pentacolor.  Pero con una cierta coherencia en su previsible entendimiento en hombres que se conocían.

Resuelta la papeleta del equipo quedo por consignar la pincelada de pintoresquismo.

Corrió a cargo del árbitro inglés designado por la FIFA. No se sabe si por devoción a la Virgen del Pilar – que Rimet era un creyente fervoroso- o por echar un ojo al colegiado, el presidente de la FIFA presidía el encuentro franco hispano.

El árbitro se llamaba, nada menos, que Albert James Prince Cox, nacido en Portside el 8 de agosto de 1890. Era capitán retirado de la RAF, con brillante hoja de servicios en lo que entonces de llamaba “la Gran Guerra”, sin saber la que estaba por llegar… Venía de arbitrar en Viena un Austria – Italia que había sido una batalla campal. Los italianos salieron, antes que lo dijera el Duce Mussolini, a “vincere o morire”. Con razón. Porque los austriacos  se negaron a poner la bandera italiana en el mástil del estadio junto a la bandera local. Y la banda de música en vez de interpretar el himno italiano tocó una marcha fúnebre. ¡Oh, los felices, románticos, locos y pacíficos años veinte…!

Total, que el capitán Prince Cox llegaba a Zaragoza con todas las cautelas ante un enfrentamiento entre dos países de tradicionales malas relaciones excelentes.

Y cuando empezaron a sonar los himnos de los países contendientes, se declaró neutral. Y mientras los jugadores se ponían más o menos firmes, él optó por tumbarse en el césped. Quizá pensó que si había otra marcha fúnebre convenía adoptar la postura adecuada: yacente.

PartidoZaragoza02

Alguien interpretó la actitud del colegiado como un enfado porque entre los himnos previstos no figuraba el del Reino Unido. Pero no deja de ser chocante que un militar, aunque en situación de retirado, cometiera tal desafuero de cortesía y respeto a algo tan sagrado para un hombre de la milicia como unos himnos nacionales.

Para completar la información de aquella tarde del 14 de abril de 1929 en Torrero, hay que dar las alineaciones de los contendientes:

ESPAÑA (roja /azul): Zamora (cap.): Quesada, Quincoces; Prats, Marculeta, Peña; Lazcano, Goiburu, Gaspar Rubio, Paco Bienzobas, Yurrita.

FRANCIA (azul/blanco): Henric; Vallet, Bertrand; Dauphin, Banide, Villaplane; Dutheil, Lieb, Nicolas (cap), Veinante, Galley.

Goles: 1-0 Bienzobas (7’); 2-0 Rubio (35’); 3-0 Rubio (57’); 4-0 Bienzobas (pen, 65’); 5-0 Goiburu (62’); 6-0 Rubio (77’); 7-0 Goiburu (80’); 8-0 Rubio (84’); 8-1 Veinante (87’). Quesada falló un penalti.

PartidoZaragoza03

Dos añadidos. Uno: El capitán francés era Paul Nicolás (Red Star) y no Jean Nicolas (Rouen); la confusión viene del hecho de que el centro de la delantera de Francia lo ocuparon sucesivamente los dos Nicolas, el segundo fue el componente de la “delantera ametralladora” de los “bleus” en los años 30. Dos: quede para mejor ocasión el contar por qué Veinante le encajó ese golito al “divino” Zamora.




Historias de la Selección (V). Eurocopa-84: una hazaña inesperada (14-27 de junio de 1984).

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Tras la decepción sin parangón que supuso para nuestro fútbol el Mundial-82, el madrileño Miguel Muñoz tomaba los mandos de la maltrecha nave del equipo nacional sustituyendo al desafortunado José Emilio Santamaría. La labor que se le presentaba al bueno de don Miguel no era, en absoluto, sencilla. Recomponer una Selección que había tocado fondo y tenía a su propia afición con la ilusión y esperanza por los suelos. Sin embargo, con un juego no especialmente brillante pero sí eficaz, serio y competitivo, logrará formar un nuevo combinado español capaz de realizar una solvente fase clasificatoria para la Eurocopa de Francia, con seis victorias, un empate y una sola derrota, en ocho compromisos. Eso sí, el único lunar, el partido perdido en Rotterdam ante Holanda, casi nos deja fuera. Ese traspié obligaba a las huestes de Muñoz a la machada de derrotar a la selección de Malta por once goles de diferencia en la última jornada clasificatoria, para poder obtener el primer puesto del grupo que daba derecho a disputar la fase final. La brillante, asombrosa y épica goleada por 12-1 que rubricaba el pasaporte para la Eurocopa.

Los partidos preparatorios posteriores, sin embargo, mantienen el ánimo del aficionado español bajo mínimos. Con un fútbol vulgar, anodino y espeso, el combinado nacional se presenta en el país vecino sin que nadie sepa muy bien a qué demonios juega. Muñoz mantiene la confianza en su bloque y es de los pocos que confía en realizar un papel digno. España está en el grupo B, con Rumanía, Portugal y Alemania Federal. Los dos primeros se cruzarán con los clasificados del grupo A, en las semifinales. El debut, frente a Rumanía el 14 de junio, en Saint-Etienne, es absolutamente desalentador. Empate y gracias, frente a un combinado con recursos y calidad, que ha dejado sin Eurocopa a Italia, campeona del mundo. Lamentable partido de los chicos de Muñoz, incapaces de hacer ocasiones claras de gol. Carrasco, de penalti, y Bölöni, ambos en la primera mitad, marcan para sus equipos, resultado que se mantendrá hasta el final. No se ha perdido en el estreno, que siempre es importante, pero, una vez más, el futuro del equipo en el campeonato se presume muy poco halagüeño. El día 17 viajamos a Marsella para medirnos a Portugal, que ha empatado en su primer compromiso con los alemanes. Muñoz introduce una variante en el centro del campo insólita que le dará un gran rendimiento. Coloca a Julio Alberto de interior, formando una banda izquierda incisiva y afilada junto a Gordillo. Con Camacho también en el campo, el equipo juega con tres laterales zurdos. Pero no se aprecian signos de mejoría hasta mediada la segunda parte, después de que Sousa, con un gran tanto, adelantara a su equipo. La entrada de Sarabia proporciona al equipo la chispa y profundidad que tanto necesita y por vez primera en la competición, España, por debajo en el marcador, domina el partido. Crea ocasiones y llega con cierto peligro al área lusa, cuya defensa es rocosa y expeditiva. Tiene que ser Santillana, aprovechando un rechace, a los 73 minutos, el que logre la segunda igualada del torneo para los nuestros.  Dos partidos, dos empates y unas sensaciones muy pobres. Así las cosas, el 20 de junio, el parisino Parque de los Príncipes va a ser, previsiblemente, el escenario de nuestro adiós al campeonato. Jugamos el último partido del grupo nada menos que ante los alemanes, campeones de Europa y subcampeones del mundo, siempre favoritos y a los que necesitamos vencer para pasar a semifinales. Casi nada. Pero, por una vez en la historia y sin que haya servido de precedente, el equipo nacional logrará imponerse en un enfrentamiento decisivo, ante un rival superior y con todos los pronósticos en su contra. El encuentro, sin embargo y como era de esperar, no fue un camino de rosas. Ni mucho menos.

Arconada; Señor, Maceda, Goicoechea, Camacho; Víctor, Gallego, Julio Alberto, Gordillo; Carrasco y Santillana, son los once hombres en los que confía Muñoz para intentar la gesta de pasar a las semifinales. Alemania, mucho mejor técnica y tácticamente, se hace dueña de la pelota desde el inicio. Jugadores como Matthäus, Rummenigge, Allofs, Völler o Littbarski crean muchos problemas a nuestra zaga, un tanto nerviosa, pero perfectamente resguardada por un sensacional Arconada, que acabará desquiciando a los germanos con sus felinas intervenciones. Bueno, Arconada y sus postes, que repelen hasta en tres ocasiones sendos disparos de los jugadores teutones. Sin embargo, la ocasión más clara la va a tener España justo antes del descanso, cuando Carrasco manda ingenuamente a las manos de Schumacher un penalti cometido sobre Salva (sustituto de Goicoechea, lesionado), tras un perfecto contragolpe del equipo. En la segunda parte nuestro combinado toma las riendas, consciente de que este resultado (y la victoria de Portugal sobre Rumanía) lo manda a casa y se hace con la posesión de la pelota. Comienza a dominar, a jugar como no lo había hecho antes y dispone de varias ocasiones claras que le hacen creer en sus posibilidades, aunque es Alemania, ahora a la contra, la que sigue dando los mayores sustos. A los ochenta y nueve minutos, cuando la Federación ya ha reservado el billete de vuelta y toda España espera una nueva y decepcionante eliminación, Señor centra una pelota desde la derecha y Maceda, anticipándose a todos y lanzándose en plancha, conecta un cabezazo salvador que nos mete en semifinales y a él, en la posteridad. Euforia apoteósica de los nuestros y desolación en los alemanes que, increíble e inesperadamente, deben hacer las maletas.

Cuatro días después, en las semifinales de Lyon, nos espera un extraordinario equipo: Dinamarca, gran revelación del torneo, que cuenta con una de las mejores parejas atacantes del fútbol mundial: Preben Elkjaer-Larsen y Michael Laudrup. Y poco tardarán en demostrarlo. Muñoz sigue confiando en Juan Señor como falso lateral derecho, en Salva García como el defensa central sustituto de Goico y en ese experimento exitoso de los tres laterales zurdos. Pero, a los seis minutos de partido, tras un rechace propiciado por el enésimo  paradón de Arconada a cabezazo de Elkjaer, Lerby adelanta a los suyos y pone las cosas muy cuesta arriba para España. Nuestros jugadores, que llevan una línea claramente ascendente y con la moral por las nubes después de su campanada ante los germanos, no se descomponen y  plantan cara a sus adversarios. El enfrentamiento, loco por momentos, resulta vibrante, sin tregua y con claras ocasiones de gol en ambas porterías,  aunque el marcador no se volverá a mover en todo el primer período. En la reanudación España se vuelca en busca del empate lo que propicia contragolpes peligrosos de los nórdicos. Arconada, colosal todo el torneo, se supera a sí mismo y firma la mejor actuación de su vida. Miguel Muñoz, visto el panorama, decide jugársela con Sarabia en el campo, nuestro principal revulsivo en los anteriores compromisos. Y es precisamente una gran jugada del delantero vasco, a los sesenta y siete minutos, la que da lugar al empate, al producirse un rechace y aprovecharlo Maceda, otra vez él, para igualar la contienda. Con el 1-1, se llega a la prórroga. En ésta nuestro equipo merece más premio pero ya no puede ni con su alma y los penaltis son inevitables. La tanda es emocionante, intensa. Arconada rechaza el lanzamiento de Laudrup, pero el inglés Courtney lo manda repetir, con las inevitables protestas de los nuestros. Con empate a cuatro aciertos, Elkjaer, el mejor de los daneses, se dispone a lanzar el último penalti de su equipo. Coloca el esférico, toma carrera, chuta… y la pelota se pierde por encima del travesaño. España entera contiene  la respiración. En las botas de Manu Sarabia está el pase a la gran final. Su zurdazo seco y a media altura, al fondo de la red, parece ser impulsado, al mismo tiempo, por todos los españoles. ¡¡Gooooooool!! ¡¡España a la finaaaaal!! La alegría es inmensa. Prácticamente olvidada. Veinte años y muchos fracasos después, volvíamos a meternos en una final continental.

Y la final, jugada en el Parque de los Príncipes, el día 27, frente a los anfitriones y en presencia de las máximas autoridades de ambos países, resultará un homenaje de nuestra Selección a su propia historia. Esa historia que, salvo excepciones, se ha escrito a base de sufrimientos, decepciones, desencantos, desilusiones, fallos clamorosos e injusticias arbitrales. El equipo francés, sin lugar a dudas el mejor de toda la Eurocopa y con su capitán, Michel Platini, como máxima figura del fútbol europeo, se va a dar de bruces, sin esperarlo, con la mejor España que se había podido ver en toda la competición. Seriamente mermada por la ausencia de tres de sus principales puntales, Gordillo, Maceda y Goicoechea, la Selección debe formar con Arconada; Urquiaga, Salva, Gallego, Camacho; Señor, Víctor, Francisco, Julio Alberto; Carrasco y Santillana. Un once de circunstancias que, con decisión y buen fútbol, se hace dueño de la situación, amarrando hasta la desesperación a los mejores hombres rivales (el marcaje de Camacho a Platini todavía se recuerda a orillas del Sena) y desplegando sus mejores armas en ataque para poner en serios aprietos a la zaga local en varias ocasiones. Nuestro equipo controla sin apuros el partido y Arconada, sorprendentemente, se ha convertido en un espectador más. El equipo galo no ve la pelota y el estadio es una tumba. Pero esa particular historia que la Selección ha ido creando a través de los tiempos tocaba personificarse esa tarde en la figura del colegiado. El checo Vojtech Christov decide jugar para Francia y nos amarga la fiesta. Nos aburre a faltas, la mayoría inexistentes, nos priva de jugadas claras a favor, concediéndonos tan sólo las más intrascendentes, desespera a los españoles con sus parciales decisiones (deja de pitar, por ejemplo, un penalti claro en el área local y señala córner en un remate de Santillana que Le Roux saca, posiblemente, de dentro) y poco a poco va dando alas a los franceses que no necesitan mucho  para desnivelar un partido. A los doce minutos del segundo tiempo, Platini, inédito hasta entonces, se dispone a sacar una falta al borde del área, que sólo ha visto Christov. La tira por abajo, floja y sin peligro. Arconada se lanza bien y atrapa la pelota… pero inexplicablemente, se le escurre bajo su cuerpo. Es el uno a cero. Ese fallo, el único de un Arconada extraordinario en todo el Europeo, arruina nuestras esperanzas, hunde por completo al equipo y marca el devenir del resto del encuentro. Francia, con mucho más oficio, se adueña del esférico y aunque España sigue intentándolo, ni Christov ni ahora tampoco los franceses, le dejan reaccionar. En las postrimerías del partido, en un contragolpe de Francia con los españoles volcados en la otra portería, Bellone sella el dos a cero final.

El campeonato ha terminado. Francia, unánimemente considerada la justa campeona, no ha sido mejor que España en la gran final, pero ese error de Arconada y la alevosa actuación del colegiado checo nos habían privado de una victoria absolutamente histórica. No obstante, la Eurocopa-84, sorprendente e inesperada por parte de los nuestros, si tenemos en cuenta dónde estaba el equipo hace tan sólo dos veranos, ha quedado como uno de los grandes recuerdos de la Selección.

CONTEXTO HISTÓRICO

Algunos hechos que marcaron el año 1984, fueron los siguientes:

Es asesinada en Nueva Delhi Indira Gandhi, presidenta del Gobierno indio. Tienen lugar las primeras elecciones democráticas en Uruguay, desde 1973. Julio María Sanguinetti resulta el vencedor en las urnas. Nace en Barcelona el primer bebé probeta de España y se realiza, también en la Ciudad Condal, el primer trasplante de hígado en nuestro país. Rafael Alberti gana el Premio Cervantes de Literatura. Boicot de 14 países de la Europa del Este a la XXIII edición de los Juegos Olímpicos, celebrada en Los Ángeles. Konstantin Chernenko es elegido nuevo secretario general del Partido Comunista de la URSS. El republicano Ronald Reagan resulta reelegido presidente de los Estados Unidos. Apple presenta el primer ordenador personal que se comercializa en el mundo: el Macintosh 128K. En 1984 nacieron los futbolistas Andrés Iniesta, Fernando Torres y Arjen Robben, el baloncestista LeBron James, la actriz Scarlett Johansson o el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg. Ese mismo año, fallecían personalidades como Johnny Weissmüller, Julio Cortázar, Enrico Berlinguer, Michel Foucault, Richard Burton, Vicente Aleixandre o Francisco Rivera, Paquirri.




El secreto de Raimundo Saporta

Raimundo Saporta dijo alguna vez que no escribiría sus memorias “porque tendría que mentir”. No sabemos a qué mentiras se refería. Posiblemente aludía a secretos sobre su carrera brillante y prolongada de gestor deportivo vinculado al Real Madrid o al deporte internacional. Aunque también existe la posibilidad que hablara de sus propios orígenes familiares sobre los que siempre ha existido confusión. Una confusión a la que el propio Saporta contribuyó en vida por motivos que revelaremos. En el presente artículo intentaremos aclararlo sin emitir ningún juicio moral sobre los motivos que pudieron llevarle a hacerlo. Motivos que, como veremos, pueden ser considerados perfectamente comprensibles y razonables.

Siempre se ha dicho que Raimundo Saporta Namias nació en París el 16 de diciembre de 1926 (y así aparece en toda su documentación española, por ejemplo en su Certificado de Defunción). Sobre sus padres hemos leído muchas cosas: que su padre era español y su madre francesa, que su padre era de origen judío y nacido en Marruecos, que su madre era armenia, que su madre era suiza, que eran rumanos, etc. Todas estas versiones pueden encontrarse haciendo una búsqueda en Internet o tirando de hemeroteca. La más extendida es la primera de las enumeradas y que el propio Raimundo explicó en numerosas ocasiones: “nacido en París de padre español y madre francesa”.

Visado de entrada en Brasil (1961) con los datos oficiales españoles de Raimundo Saporta. (1)

Lo cierto es que su padre (Jaime Saporta Magriso) había nacido en Salónica (entonces Imperio Otomano, actual Grecia) el 27 de septiembre de 1887 y su madre (Simona Nahmias) en Constantinopla (Imperio Otomano. Actual Estambul, Turquía) el 8 de febrero de 1902. Ambos eran judíos sefarditas, descendientes directos de judíos expulsados de España en 1492 y miembros de conocidas familias hebreas de Salónica, muchos de los cuales se trasladaron a Constantinopla tras la anexión de la ciudad a Grecia en 1912. El único hermano de Raimundo (Marcelo) también nació en Constantinopla/Estambul el 20 de marzo de 1923.

Según todas las biografías de Marcelo Saporta (2) (más conocido como Marc Saporta, destacado escritor e intelectual) la familia Saporta Nahmias vivió en Estambul hasta la crisis del 29, tras la que emigraron a París donde Jaime Saporta siguió con los negocios de banca que ya había iniciado en Turquía. Aquí surge una importante duda: ¿si la familia no emigra a París hasta después de 1929 cómo pudo Raimundo nacer allí en 1926?

Para resolver el misterio intentamos localizar la inscripción de Raimundo Saporta en el Registro de París (État civil de la Ville de Paris) con resultado infructuoso. No consta, no nació allí. ¿Cómo localizarlo pues? En las fichas del Consulado Español en la capital francesa de 1940 en las que sí aparecen sus padres Jaime Saporta, Simona Nahmias y su hermano Marcelo Saporta (3). Jaime y Marcelo eran ciudadanos españoles aunque jamás habían pisado España, lo que no es extraño pues tras el Decreto del general Primo de Rivera de 1924 que daba la nacionalidad española a los judíos sefarditas muchos se acogieron a él en las comunidades de los Balcanes. Simona Nahmias estuvo inscrita en el Consulado Español de París hasta 1964, la ficha de Raimundo ha desaparecido. ¿Qué había sido de Raimundo? En todo caso la vía francesa estaba totalmente cerrada, ni el registro civil ni el consulado español.

Segunda vía, dar por supuesto que nació en Estambul y buscarlo allí. Mismo camino: primero el registro civil, y nada. Seguimos por el Archivo del Consulado de España en Estambul, conservado en el Archivo General de la Administración; y nada. Tampoco en los Archivos Estatales turcos. Segunda vía también cerrada.

¿Cabía una tercera vía? Sí, las instituciones judías de Estambul. Nos pusimos en contacto con la Comunidad Judía de Turquía y hasta con el Rabinato, pero nada. Todos los intentos para localizar algún certificado de nacimiento de Raimundo Saporta fueron infructuosos. Y aunque en todos los documentos españoles de Raimundo Saporta consta París como lugar de nacimiento las dudas eran razonables, ¿habría nacido en Estambul? Parecía imposible confirmarlo documentalmente aunque era nuestra hipótesis.

Los Saporta Nahmias se integraron bien en la numerosa comunidad de judíos sefarditas emigrados a París. Muchos sefardíes de los Balcanes ya habían adaptado la lengua y cultura francesa en sus ciudades de origen por la eficiente labor educativa y cultural de la Alianza Israelita (Alliance Israélite Universelle) y su integración en Francia fue rápida. En 1937 Jaime (“James”) Saporta fue noticia en toda la prensa francesa por sufrir el robo de 120.000 francos en un autobús (4).

Cuando dábamos todo por perdido y no teníamos más que quedarnos con una mera hipótesis sobre el lugar de nacimiento de Saporta he aquí que aparece una nueva y quizá ya sí última opción.

Puesto que sabíamos que en esos años felices en París los hermanos Marcelo y Raimundo habían estudiado en el Lycée Carnot, ¿acaso no tendrían ellos alguna ficha o expediente que nos demostrara lo que sospechábamos? Varios correos electrónicos sin respuesta y varias llamadas de teléfono siempre respondidas con evasivas presagiaban que esta cuarta vía nos daría el mismo resultado que las tres primeras. Pero la casi ya desesperación nos llevó a presentarnos directamente en el 145 de la avenida de Malesherbes de París y contar nuestra batallita. De la recepción nos mandaron al desván (le grénier), y allí en el cuarto piso sin ascensor de uno de los edificios nos recibieron cuatro encantadores jubilados del Lycée que prometieron ayudarnos.

A los pocos días recibimos un sobre remitido por la asociación de antiguos alumnos (5) en la que su presidente Jean Pierre Chavatte nos remitía por fin la prueba documental que durante meses habíamos buscado sin cesar: ¡Constantinopla!

Expediente del alumno Raymond Saporta, Lycée Carnot. Curso 1938-1939 (5)

Raymond (Raimundo) Saporta nació en Constantinopla (Estambul) el 16 de diciembre de 1926. Además, gracias a una anotación al margen (“espagnol”) podemos saber que al igual que su padre y su hermano también era ciudadano español antes de viajar a Francia. Los felices años parisinos tocaron a su fin con la Segunda Guerra Mundial y la invasión alemana de Francia en 1940. Para esa fecha parece que la aparición de Constantinopla como lugar de nacimiento empezaba a ser un problema para Raimundo Saporta por ser excesivamente indicativa de su condición sefardita y en las notas de su último curso en París (1940-1941, con los alemanes en la ciudad) su lugar de nacimiento quedó en blanco.

Expediente del alumno Raymond Saporta, Lycée Carnot. Curso 1940-1941 (5)

Para los judíos franceses se aproximaba la persecución y la muerte y algunos dirigentes de la comunidad sefardita lo sabían y tuvieron una idea para intentar evitarlo: tramitar pasaportes españoles (como hemos comentado muchos de ellos, como Jaime Saporta, lo habían hecho previamente en los consulados de los Balcanes) amparándose en el Decreto de Primo de Rivera de 1924 y pedir ayuda al cónsul Bernardo Rolland de Miota. Entre los más destacados referentes de la comunidad estaban los hermanos Nicolás y Enrique Saporta Beja (parientes de los Saporta Nahmias) quienes realizaron gestiones ante el cónsul Rolland (cuya actitud flexible y benévola salvó miles de vidas) hasta que este fue destituido en 1943 por el Ministerio de Asuntos Exteriores (5).

Dedicatoria y mensaje de gratitud de Enrique Saporta a Bernardo Rolland en 1957.

Entre las ideas de los Saporta y Beja estuvo la conversión al catolicismo para facilitar los trámites y la entrada en España. Desconocemos si esas conversiones fueron numerosas o puntuales, meramente de conveniencia o en algunos casos reales. Tampoco sabemos si fue el caso de los Saporta Nahmias, aunque cuando Raimundo Saporta falleció en 1997 se celebró un funeral católico y su esquela estuvo presidida por la cruz. También sabemos de alguna conversión anterior a la Segunda Guerra Mundial (6): Jaime Marcel Nahmias Carasso se presentó voluntario en 1936 para combatir con las tropas franquistas (carlistas concretamente) en la Guerra Civil y fue rechazado (“a causa de su raza o de su inutilidad física visible”). Consta que era un judío sefardita nacido en Salónica, residente en Francia y convertido al catolicismo. También era pariente de Raimundo Saporta. Así mismo sabemos que en algunos casos el cónsul Rolland aconsejaba a los sefarditas que viajaban a España que no indicaran ciudades orientales (Salónica, Estambul, etc.) como su lugar de nacimiento porque eran demasiado indicativas de su condición de judíos. Podría ser una explicación al “París” que aparece desde entonces en toda la documentación española de Raimundo Saporta como lugar de nacimiento.

Son años traumáticos sobre los que los protagonistas rara vez han dejado testimonio. Sabemos que los Saporta Nahmias (Namias a partir de entonces, la h desaparece) se instalan en Madrid en 1941, lejos de los soldados alemanes y el Holocausto (en el que perecerán muchos familiares suyos y buena parte de la comunidad sefardita de Salónica) aunque eso no supone la tranquilidad y la felicidad para ellos. Poco tiempo después de llegar un tranvía atropella a Jaime Saporta y lo mata. Doña Simona se queda viuda con dos hijos en un país extranjero al que acaba de llegar. País recién salido de una guerra civil y gobernado por los vencedores. Unos vencedores que han contado con la ayuda del nazismo, nazismo del que ellos han huido para sobrevivir. Son judíos (al margen de su posible conversión al catolicismo) en un país cuyo Jefe de Estado acaba de hacer un discurso de Fin de Año alabando a los Reyes Católicos por expulsar a los judíos en 1492 y haber ahorrado a España un “problema judío” (7) y que podía entrar en la guerra con el Eje en cualquier momento. De hecho los judíos residentes en España eran vigilados por la policía como “potencialmente peligrosos” y existió un Archivo Judaico sobre ellos (8) que tras la derrota del Eje en 1945 fue expurgado. El régimen franquista no era monolítico ni coherente en este tema y en el mismo convivían antisemitas fanáticos con filosefardíes, la actitud heroica de algunos diplomáticos españoles durante el Holocausto es prueba de ello. El propio Franco alternaba frases antisemitas como las del discurso de Fin de Año de 1939 previamente comentado o la retórica sobre el “contubernio judeo-masónico” con comentarios de simpatía hacia los sefardíes (9) o iniciativas culturales como la inauguración en 1941 de la Escuela de Estudios Hebraicos (adscrita al CSIC) con la edición de la revista Sefarad.

Era difícil saber lo que podía suceder en la España de los años 40 y la situación psicológica y emocional de aquella joven viuda y sus hijos es fácilmente imaginable. Era necesario y urgente reinventarse. Doña Simona lo sabía, era culta e inteligente y lo hizo de forma brillante. A partir de aquel día pasó a ser una dama francesa viuda de un banquero español y sus hijos eran unos huérfanos hispano-franceses. Su perfecto dominio del francés, el fuerte acento galo que les acompañaría de por vida hablando en castellano y un apellido aparentemente español (Saporta) que pocos reconocerían como judío hicieron el resto.

El resto de la historia es conocido: el joven Raimundo se integra bien en Madrid y nunca se separará de su idolatrada madre. Estudia en el Liceo Francés, se hace un hueco en el reducido mundillo del baloncesto madrileño como brillante gestor y allí Santiago Bernabéu se fija en él y le encarga organizar el torneo de baloncesto del 50 Aniversario del Real Madrid. La gestión es tan brillante que Saporta se convierte en el principal colaborador de Bernabéu. Una historia de lealtad y amistad de muchos años. La trayectoria de Saporta como dirigente en el Real Madrid, la Federación Española de Baloncesto, la FIBA o el Mundial de Fútbol 1982 es conocida por todos. Su contribución al nacimiento de las Copas de Europa de fútbol o baloncesto o a la Liga española del deporte de la canasta también. Fue gran amigo de Juan Antonio Samaranch, del Rey Juan Carlos y de todos los dirigentes del deporte europeo y mundial de la segunda mitad del siglo XX.

Indudablemente para el régimen franquista no debía ser desconocido el origen de Raimundo Saporta, lo que no le supuso ningún problema y nunca fue objeto de comentarios en la controlada prensa de la época.

Tan buena fue la relación de Saporta con el régimen que se dieron estampas tan llamativas como esta:

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1961. Raimundo Saporta Namias recibiendo la Encomienda de Isabel la Católica (la reina que expulsó de España a sus antepasados en 1492) de manos de Fernando María de Castiella (ministro de Asuntos Exteriores, coautor en 1941 del libro irredentista falangista Reivindicaciones de España, voluntario de la División Azul).

El único roce (menor) de Raimundo Saporta con el régimen franquista se produce en 1973 cuando el club blanco agasaja y condecora al general israelí Moshe Dayan en un partido de baloncesto Maccabi de Tel Aviv-Real Madrid, las imágenes no gustaron en el gobierno. Las relaciones entre los dos clubs fueron siempre excelentes a pesar de que España no reconocería al Estado de Israel hasta 1986. Saporta tuvo mucha influencia en ello.

Saporta06

Por el contrario Marcelo (de espíritu más rebelde e inconformista) nunca se adaptará a España y acaba regresando a Francia y nacionalizándose francés en 1958, allí será Marc Saporta. Desarrolla una brillante carrera literaria y periodística y fallece en 2009.

En la transición democrática algunos grupúsculos neonazis publicaron listas de “judíos españoles en el poder” y Saporta aparecía en ellas con los errores habituales (“padre judío marroquí”, etc.) sin la menor repercusión, los orígenes de Raimundo Saporta nunca preocuparon a la prensa. Esos tiempos de agitación pasaron sin más y Raimundo vivió unos años más o menos tranquilos (tuvo algunos problemas de salud) siempre junto a doña Simona hasta su fallecimiento y sólo entonces (con casi 70 años) contrajo matrimonio con su compañera de toda la vida: Arlette Politi Treves. Oficialmente Arlette era otra francesa (París, 06/10/1930) residente en Madrid desde la Segunda Guerra Mundial, vecina de los Saporta desde siempre. En realidad Arlette (fallecida en 2009) también era una sefardita. La inscripción de su nacimiento tampoco ha podido ser localizada en el Registro de París…

Probablemente España sigue siendo un país antisemita y los judíos españoles optan por un perfil bajo o por guardar algún secreto como medida de protección. Fue el caso del judío sefardita Raimundo Saporta Nahmias (Estambul, 16 de diciembre de 1926 – Madrid, 2 de febrero de 1997), uno de los más importantes dirigentes del deporte español en la historia, cuya biografía debe ser modificada a partir de hoy. 

Notas:

(1) «Brasil, Cartões de Imigração, 1900-1965,» index and images, FamilySearch.

(2) http://fr.wikipedia.org/wiki/Marc_Saporta

(3) Fichas del Consulado Español de París gentileza de Alain de Tolédo.

(4) L´Humanité, Le Petit Parisien, La Croix, La Populaire, etc. 13 y 14 de mayo de 1937.

(5)  U.P.A.L.Y.C.A.  Archives Lycée Carnot (Paris) Listes des éleves (C. V.)

(6) La lettre Sépharade. Etudes: 1940/1942. Le Sefardi du consul d´ Espagne. https://sites.google.com/site/lalettresepharade/home/la-revue-par-numero/numero-44/etudes-1940-1942-le-sefardi-du-consul-d-espagne

(7)  Rother, Bernd, Franco y el Holocausto. Marcial Pons, 2005

Álvarez Chillida, Gonzalo, El antisemitismo en España, la imagen del judío (1812-2002), Marcial Pons, 2002.

(8) Discurso de Francisco Franco de Nochevieja de 1939: «Los motivos que han llevado a distintas naciones a combatir y a alejar de sus actividades a aquellas razas en que la codicia y el interés es el estigma que las caracteriza, ya que su predominio en la sociedad es causa de perturbación y peligro para el logro de su destino histórico. Nosotros, que por la gracia de Dios y la clara visión de los Reyes Católicos, hace siglos nos libramos de tan pesada carga…”

(9) Israel Garzón, Jacobo, El Archivo Judaico del Franquismo, Revista Raíces nº33, 1977. http://www.gariwo.net/dl/El-Archivo-Judaico-del-Franquismo.pdf

(10)  “Judíos, moros y cristianos aquí estuvieron y al contacto con España se purificaron”, “Cuando los fariseos decidieron la muerte de Jesús escribieron a las sinagogas pidiendo su asentimiento, los judíos españoles no sólo lo negaron, sino que protestaron…”  (Frases pronunciadas en la película Raza por el protagonista con guión escrito por Francisco Franco).

Agradecimientos: Rafael W. González Cabrera, Jacobo Israel Garzón, Alain de Tolédo, Laurence Abensur-Hazan, François Azar,  Susana Doñoro Fernández,  U.P.A.L.Y.C.A. Lycée Carnot.