Chanchullos bajo el paraguas de la UEFA

Tras la inmensa decepción que supuso el Campeonato Mundial disputado en España durante el ya lejano 1982, había mucho trabajo por hacer. Si deportivamente se bordeó el ridículo, aun contando con ayudas arbitrales, tampoco es que en lo puramente económico se pudiera sacar pecho. El gran gestor que siempre fue Raimundo Saporta evitó el empleo de paños calientes al afirmar: “Reconozco mi fracaso, al no haber generado los beneficios económicos previstos. En todo caso tampoco se han registrado pérdidas”. Un modo curioso de contemplar la realidad, puesto que para la celebración del torneo se habían enterrado ingentes cantidades de dinero público, hubo varios sorteos de lotería extraordinarios, cuyo saldo engrosó la espectacular inversión, y hasta el Patronato de Apuestas Mutuas -la quiniela- contribuyó con varias jornadas de pronósticos mundialistas. Decir que aquel Campeonato no costó dinero, ya era mucho asegurar. Claro que en otros sitios también cocían habas. Y a calderadas.

Cuatro años antes, en la Argentina del dictador Videla, donde los anfitriones se hicieran con el título luego de haber comprado al portero de la selección peruana, súbdito argentino, por cierto, con oportunista doble nacionalidad, las cuentas seguían sin estar claras. De los pingües resultados cacareados al compás de tanta celebración se pasó a hablar de “equilibro financiero”, antes de dar por cerrada la contabilidad del evento 49 meses después, con un descalabro superior a los 60 millones de dólares, que algunas voces elevaban hasta la centena. Por una vez, Saporta parecía pecar de pesimista, pudo pensarse en marzo de 1983, cuando la Federación Española de Fútbol anunció la distribución de algo más de 1.400 millones de ptas., beneficios del Mundial de “Naranjito”, entre todos los clubes encuadrados en 1ª, 2ª y hasta 3ª División. “Los duelos, con pan, son menos”, tituló entonces un medio, evocando a Quevedo y sus coetáneos del Siglo de Oro. Porque se trataba de duelos, al fin y al cabo. Duelos para el erario público, enmarcados en el repentino fallecimiento del director general de la compañía comercializadora del evento, entre una gestión como mínimo muy opaca y amenazas de airear unas supuestas “auditorías de infarto”, jamás divulgadas.

Los clubes, o al menos parte de ellos, discreparon con Pablo Porta, presidente federativo, sobre la distribución de esa lluvia millonaria. Incluso hubo ayuntamientos muy críticos, argumentando lo que a todas luces se antojaba evidente: “Ha sido este consistorio, y no el club, quien llevó a cabo las obras de mejora en el estadio municipal. ¿Por qué ahora ese dinero va a la entidad deportiva, que no puso ni un céntimo? Debería ser esta casa consistorial la receptora del aguinaldo”. Desde la F.E.F. se respondió con altanería: “Este tipo de reclamaciones deben cursarse al Consejo Superior de Deportes. La Federación se limita a repartir cantidades derivadas desde el máximo órgano”. Algo que irritó mucho en los municipios reclamantes: “El señor Porta se escuda en el Consejo Superior de Deportes. El mismo órgano que al auditarle parece haber descubierto en su contabilidad un desfase de casi 200 millones, y amenaza descontárselos de su próximo presupuesto. Debería dar explicaciones y no evasivas, tanto al C.S.D. como ante nosotros. La Federación que preside no es un cortijo. O al menos no debería serlo”.

Si económicamente el Mundial´82 dejó un saldo de sombras y claroscuros, tampoco parece que se hiciera mucho examen de conciencia deportivo. Para cerrar la herida se supuso bastaría con dar por finiquitado al seleccionador hispano-uruguayo José Emilio Santamaría, sustituyéndolo por Miguel Muñoz, técnico nacional más laureado hasta entonces, renovar el elenco de futbolistas y consagrarse a las vírgenes de La Paloma, Begoña, o El Pilar. Al menos esa venía siendo la fórmula habitual. Pero esta vez incluso algo tan trillado ofrecía dudas.

Buena parte de los jugadores miraban con resquemor a la Federación, luego de que desde ésta se dinamitaran puentes con el sindicato futbolístico AFE, incumpliendo acuerdos, negando evidencias y convirtiéndose en voz de la patronal, como si al otro lado de la mesa se alineara un puñado de anarquistas transmutados desde 1920, y no las estrellas del espectáculo. Curiosamente, la Federación de Pablo Porta dependía para salir a flote del mismo colectivo con quien se mostraba beligerante; de los hombres a quienes ninguneaba, semana a semana, desde los últimos tres años.

La debacle española en su propio Campeonato Mundial se tradujo en renovación del equipo nacional. Juan Señor fue uno de los neófitos. Y suyo habría de ser el gol decisivo ante Malta, el 21 de diciembre de 1983.

Y en medio de tan enrarecido ambiente, el 27 de octubre de 1982, 112 días después de su último partido en el Santiago Bernabéu ante Inglaterra, a “la roja” le tocó debutar en la fase clasificatoria para la VII Eurocopa, cuya fase final iba a disputarse en Francia. Ese choque contra Islandia, en La Rosaleda, tenía mucho de reválida. Y desde luego no se superó con nota.

Basten algunos titulares de prensa para colegir el estado anímico: “Sigue la crisis”. “Ni contigo ni sin ti, tienen mis males remedio”. “Un gol, y gracias”. “Sin mejoría”. “Querer y no poder”. El gol de Pedraza marcado al islandés Bjarnason en el minuto 59, si bien bastó para sumar dos puntos, apenas pudo disipar malos presagios. Los siete debutantes (Juan José, Bonet, Roberto, Juan Señor, Francisco, Pedraza y Martín Monreal), se repartieron media docena de aprobados y un notable en el caso del “colchonero” Pedraza, más bullicioso que efectivo, aunque a la postre su tanto resultara decisivo.

El 17 de noviembre nuestra selección empataba a 3 goles contra Irlanda en el Lansdowne Road dublinés. No hubo debutantes entre los nuestros, y con respecto al choque anterior el central Maceda sustituyó a Gerardo. España llegó a contar con una ventaja de 1-3 en el minuto 60 (goles de Maceda, el irlandés Martin en propia puerta y Víctor), pero Stapleton, con sendos tantos en 12 minutos, habría de aguar la fiesta. Tanto Miguel Muñoz, como buena parte de la prensa, creyeron adivinar brotes verdes donde hasta entonces sólo se viera páramo y maleza. El 16 de febrero de 1983, en el Sánchez Pizjuán sevillano, un tanto de Juan Señor, en lanzamiento de pena máxima, rubricaba otra sufrida victoria ante Holanda. La selección nacional seguía mostrándose roma en ataque, pese a contar con dos extremos clásicos, como Marcos y Carrasco, un falso delantero centro capaz de inventar diabluras, como Sarabia, las penetraciones de Juan José y Gordillo por sus respectivas bandas, y el sordo trabajo de Víctor Muñoz y el propio Señor en la zona ancha. Goikoetxea y Manu Sarabia, ambos del Athletic Club, debutaron aquella noche. En Zaragoza, el 27 de abril estalló de júbilo La Romareda con los goles de Santillana e Hipólito Rincón, que debutaba, ambos marcados en la segunda parte, para rubricar un triunfo ante Irlanda por 2-0. “Esta vez sí” pudo leerse al día siguiente en las portadas. “España, con mejor cara”. O “París está más cerca”.

El 15 de mayo, cuando nuestro Campeonato Nacional de Liga encaraba sus jornadas decisivas, tocó rendir visita a Malta, selección “Cenicienta” del grupo, estandarte de un fútbol tan precario como desconocido, y excursión que nadie quiso ver como posible escollo. “A ver cuántos caen”, se animó desde el papel prensa en las jornadas previas. “El golaveraje con Holanda pudiera ser decisivo en la victoria que damos por descontada”. Demasiado triunfalismo para una visita con cierto aroma a trampa, porque cuando los expedicionarios españoles pisaron el terreno de juego se les cambió la cara. “No son instalaciones de los años 40, sino prehistóricas”, atribuyó un medio al seleccionador Miguel Muñoz. “Ni en juveniles pisé campos así”, puso otro, en boca de algún futbolista. El enviado especial de “Marca” difícilmente hubiera podido encabezar su crónica pre-partido con menos fuerza: “¡Un campo de cardos!”. Desde Madrid, Amancio Amaro rememoraba cierta visita a un campo de otro fútbol con parecida precariedad: “En Chipre jugamos sobre tierra suelta. Cuando corrías, dejabas un pequeño surco. Masticábamos arena. Recuerdo en una de las bandas algo así como una valla alambrada. No son campos para jugar al máximo nivel, hoy día”.

España, con Juan Señor en la falsa posición de lateral derecho, un central como Bonet, pródigo en arrancadas, otro como Maceda, peligrosísimo si se incorporaba al ataque en jugadas de estrategia, Camacho para trotar por la banda izquierda, Víctor Muñoz, Gallego y Gordillo en el centro del campo, aunque de éste último se esperaban magníficos centros al punto de penalti, y Marcos Alonso, Santillana y Carrasco para fajarse con la zaga maltesa, pareció apostar por la goleada desde el pitido inicial. Y si bien se adelantó en el minuto 22 con gol de Señor, los malteses lograron dar la vuelta al tanteador con sendos tantos de Busuttil en los minutos 30 y 49. Rincón sustituyó a Marcos y Goikoetxea a Bonet, mientras Arconada, desde su área, arengaba al equipo dejándose la garganta, como buen capitán entre olas encrespadas. Carrasco estableció la igualada en el minuto 60. El definitivo tanto de una victoria muy sufrida, obra de Gordillo, se hizo esperar hasta cinco minutos antes de que el árbitro griego Vaggelis Giannakoudakis decretase la conclusión. Al público maltés, después de sentirse vencedor o acariciar un empate heroico, le sentó mal aquella derrota. Hubo algún incidente, resuelto con multa de la U.E.F.A., entonces presidida por Artemio Franchi, y aquí paz con mayor gloria para los contables.

Dos semanas después, España resolvía su visita a Reikjavic con otra victoria raquítica (0-1, gol de Maceda en el minuto 9). “Se mereció más”, declararon algunos seleccionados. Buena parte de los comentaristas deportivos, por el contrario, coincidían en su afirmación de que el fútbol español veía puerta con muchísima dificultad. “Casi todos los delanteros de nuestra Liga vienen de fuera. ¿Quién va a marcar, entonces, para la selección? No pidamos peras al olmo”. Pero sobre todo, antes y después del vuelo a Islandia algún periodista cuajado, como Belarmo, puso en su punto de mira la inanidad de nuestra Federación, incapaz de desactivar chanchullos como el pespunteado por la neerlandesa, con todos los parabienes de la UEFA.

“La selección española está luchando en la Eurocopa con armas deportivas -escribió-. Ahí la tienen, en el primer puesto del grupo 7º, con bastantes posibilidades de clasificarse. Y sin embargo, podría quedar apeada si al final se produce un empate a puntos con Holanda. Si los muchachos de Muñoz pierden con los neerlandeses decidirá el número de goles marcados por el equipo “tulipán” al maltés. Y fueron 6 los encajados por Malta en Aaachen (Alemania)”. Seis, cuando España sólo había podido obtener uno de diferencia en La Valetta. Los hechos que desde el papel prensa se censuraban tuvieron lugar de este modo.

El estadio de Ta´Qali, donde jugase España, como todos los del archipiélago maltés, permanecía clausurado por la F.I.F.A. a raíz de los incidentes acaecidos durante la fase previa para el Mundial de España´82. Castigados a jugar fuera de la isla, los malteses tuvieron que disputar en campo neutral su choque ante Islandia. Pero como de ese partido celebrado en Sicilia apenas salieran dos puñaditos de liras para la U.E.F.A., este órgano optó por no poner objeciones a la pretensión holandesa de llevar hasta Aachen -o Aquisgrán-, ciudad alemana sita a sólo 10 kilómetros de Holanda, el choque donde los insulares debían actuar como anfitriones. Malta, obviamente, no podía ni soñar con plantarse en la fase final de la Eurocopa. Y siendo consciente de su escaso potencial deportivo, puso precio a la aquiescencia: 100.000 florines, o sea en torno a cinco millones de ptas. de la época, por jugar virtualmente en campo adversario.

Así satirizó Sir Cámara el ninguneo de la UEFA a Pablo Porta y sus reclamaciones sobre el choque Malta-Holanda.

Parece que desde la F.E.F. se protestó, llegando a acompañar en su queja ante la U.E.F.A. recortes de prensa editada en Ámsterdam, donde se recogía tan generosa dádiva. Desde el máximo órgano futbolístico europeo se llamaron a andanas. Un átono acuse de recibo y el compromiso de velar por la idoneidad del marco, o la pureza competitiva. Brindis al sol que bien poco comprometía y nada iba a solucionar.

Fue la propia Federación Holandesa quien se encargó de todo, antes de disputarse el partido donde los naranjas se impusieron por 0-6. Las entradas no sólo llevaban el precio impreso en marcos y florines, sino que llegó a estamparse en ellas el escudo holandés. Algo por demás impropio si el encuentro tenía lugar en campo neutral, y a todos los efectos competía a Malta ejercer de anfitriona. Se organizaron caravanas de autocares desde distintos puntos de Holanda, hasta el otro lado de la frontera, e incluso festivas expediciones en bicicleta. Total, se trataba tan sólo de pedalear durante 10 kilómetros. Y por ende, cuando desde la Federación Española contactaron con la maltesa en demanda de dos plazas para Miguel Muñoz y Vicente Miera, que pensaban acudir como ojeadores, se indicó que debían contactar con la alemana, al ser ésta quien recibiera el encargo organizativo desde la U.E.F.A. El escrito alemán, a su vez, remitía a su homónima neerlandesa, “al ser ésta quien con encomiable deportividad vela por el buen fin del lance”. Holanda se lo guisaba y lo comía, mientras Malta hacía caja y en el despacho del señor Franchi se frotaban las manos con la esperanza de una buena taquilla, y mejor tajada en concepto de publicidad estática.

Tuvieron que transcurrir cinco meses para que el Comité de Competición de U.E.F.A. se dignara abrir un expediente informativo. Desde la española se continuó insistiendo en la tesis de que aquel partido nada tuvo de neutral y, normativa en mano, debía ser repetido en otro escenario. Los 100.000 florines graciosamente entregados a Malta, podían encubrir, por otra parte, una velada compra del resultado. Las respuestas, aun con distinta formación sintáctica, concluían en el mismo enroque: “La disputa de aquel partido fue avalada por el Comité Organizador de la Copa de Naciones”. Y como desde la calle Alberto Bosch se continuara clamando en el desierto, parece que en una reunión celebrada en París acabó zanjándose el caso, al no observarse ninguna incorrección procedimental.

“Amenazas -se condolía Belarmo en su razonada pataleta periodística-. Pruebas y antecedentes, como la repetición de aquel Borussia Moenchengladbach – Inter de Milán, donde el interista Bonisegna resultó herido por un botellazo en la cabeza. Los magnates europeos reunidos en Bruselas, igual que suecos ante la exposición de argumentos, y haciendo caso omiso al punto dos, sobre igualdad de trato para todas y cada una de las Federaciones afiliadas”. Como remate de su alegato se preguntaba si “esa UEFA caprichosa, a la cual no le caemos nada bien”, acabaría tomándose la revancha, “por ejemplo reduciendo el número de árbitros internacionales (españoles), poniendo obstáculos a la solicitud de finales o certámenes y, en definitiva, midiéndonos siempre con una vara muy especial”.

El buen periodista olvidaba que nuestra Federación estaba para pedir pocas exquisiteces, cuando venía de embadurnar con ingentes cantidades de mugre a los dos organismos balompédicos supranacionales -F.I.F.A. y U.E.F.A.-, mediante partidas de nacimiento falsas y certificados de nacionalidad expedidos a peso, en el tocomocho de los oriundos de pega. Porque no sólo se consintió colara una cuarentena de sudamericanos como lo que no eran, sino que dos de ellos -Rubén Valdez y Roberto Martínez- hasta formaron indebidamente en la selección española. Entonces se hubo de alcanzar un acuerdo tripartito bajo el mantel, en evitación de mayores escándalos, dando carpetazo a lo que muy bien pudo haber supuesto la descalificación de nuestro país durante un buen periodo. Lógico, por tanto, que el crédito de nuestro deporte rey hubiese bajado algún entero.    

Desde las ondas de “Antena 3”, José Mª García, mucho más ácido, también disparó sus dardos, tanto hacia la U.E.F.A. “nido de incapaces”, como apuntando a Pablo Porta y nuestra Federación “cuadrilla de chupópteros, pelotas y abrazafarolas”. Se reprochaba al presidente de la española su incapacidad para hacerse oír, su miedo a caer mal y verse sin cargos o parabienes en el órgano continental, regados con el maná de unas dietas por demás jugosas. Si otros hacían trampas y protestar no servía de nada, tal vez hubiera llegado el momento de bajar a las cloacas o hacer la maleta, abandonando la mullida poltrona para encerrarse en el bufete que Porta continuaba teniendo abierto en Barcelona.

Pablo Porta no dimitió. Y que se sepa, tampoco quiso sumergirse en ninguna cloaca. Tenía otros motivos de aflicción, como por ejemplo la sorda pugna que le enredaba con el primer gobierno socialista de la transición, su Consejero Superior de Deportes, Romà Cuyàs, y el ministro que pretendía imprimir un cambio sustancial al universo deportivo español, el más adelante responsable plenipotenciario de la U.E. para asuntos de seguridad común y exteriores, Javier Solana. Pero entre tanto siguieron desarrollándose algunos hechos.

El 11 de agosto de 1983 fallecía Artemio Franchi cuando su coche patinaba sobre una carretera anegada de agua, en las inmediaciones de Siena. El presidente de la U.E.F.A. y vicepresidente de F.I.F.A., a la sombra del brasileño Joao Havelange, se convertía en historia, cerrando 10 años al frente del máximo órgano futbolístico europeo. Asumía el cargo provisionalmente su número dos, hasta la elección de un sucesor, y como es lógico hubiera sido absurdo confiar en cualquier giro de timón durante la interinidad. Distintos medios españoles especularon sobre si Pablo Porta pudiera ser el elegido, en lo que no dejaba de ser gratuito voluntarismo. Hasta el propio interpelado, consciente de no contar con los apoyos necesarios, se bajó del caballo con la boca pequeña: “No aspiro a presidir la UEFA. Y además no me planteo dejar al fútbol español en manos de gentes ajenas al fútbol”. Andanada en toda regla contra el poder político nacional, desde donde algunos elementos parecían tenérsela jurada. De todos modos, fuera quien fuese el nuevo mandatario deportivo europeo, no iba a zambullirse, de entrada, en ningún charco tan embarrado como el del choque Malta – Holanda.

El 5 de octubre, a modo de antesala en la decisiva confrontación entre Holanda y España, nuestra selección se midió con Francia amistosamente, en el parisino Parque de los Príncipes. La igualada final, con goles de Rocheteau y Señor, de penalti a falta de 8 minutos para la conclusión, hizo concebir esperanzas. Además debutaron Nimo, Salva y Güerri, con vistas a evaluar sus auténticas posibilidades. Aquel equipo galo estaba tachonado de estrellas, como Platini, Luis Fernández, Trésor o el propio Rocheteau, apuntaladas por buenos elementos como Zanon, Couriol o Ferreri. Un empate, a fuer de sinceros, que tenía algo de espejismo dada la pobreza del juego español. Casi por las mismas fechas, los holandeses arañaban una victoria fundamental en su visita a Irlanda. Del 2-0 favorable a los verdes durante el descanso, se pasó a un definitivo 2-3, con sorprendente hundimiento de los anfitriones en la reanudación. Miguel Muñoz y su ayudante, Vicente Miera, testigos presenciales de aquel partido, nada hicieron por ocultar su perplejidad: “Uno ya no sabe ni qué creer. Irlanda se ha venido abajo de forma escandalosa. No ha sido un partido muy normal”.

Titular de prensa encabezando la sospechosa actuación de Irlanda ante el equipo holandés.

El 19 de octubre, Belarmo firmaba el artículo encuadrado del diario deportivo “Marca”, que venía a ejercer de editorial. Ya desde el arranque sacudía duro: “Lo sucedido en Dalymount Park no sólo escama a Miguel Muñoz, que lo presenció; también deja perplejos a quienes, de una forma u otra, estamos en el fútbol. Irlanda iba ganando y los holandeses parecían perdidos. Nadie descubrirá lo que se habló en los vestuarios de una y otra selección, pero las posibilidades de que España se clasifique quedaron reducidísimas tras los goles encajados al guardameta irlandés, descalificado por nuestro cronista y por casi todos los que estuvieron presentes. En este fútbol dichoso nadie sabe si quien pierde, pierde bien, o si quien gana no lo hace apoyándose en las facilidades que le dan. De hechos como éste nacen las suspicacias. Y con pensar mal no basta para reclamar al juez. Esas pruebas que no hay manera de encontrar… Un partido no se vende, pero se “arregla”. Recordemos aquel nefasto Grecia – Yugoslavia”.

El periodista evocaba la visita de Miljanic y sus muchachos a suelo helénico, donde obtuvieron el resultado necesario para igualar en todo con la selección española de Kubala, forzando un choque de desempate entre ambas, celebrado en Frankfurt el 13 de febrero de 1974, donde Katalisnki, al doblegar a Iribar, dejó a nuestra selección fuera del Mundial germano correspondiente a 1974. También entonces el portero griego tuvo una actuación harto sospechosa, luego de que sus compañeros plantasen cara a los balcánicos en el inicio, y levantaran los brazos ostensiblemente tras el descanso. Durante los días previos al enfrentamiento entre griegos y yugoslavos, algunos medios extranjeros se hicieron lenguas sobre la eventualidad de que José Luis Pérez Payá, entonces presidente de la Federación Española, o cualquiera de sus adláteres, pudiera haber puesto precio a la victoria griega, el empate, o hasta una derrota por la mínima que clasificaba al cuadro español para la gran fiesta muniquesa.

“Hay libertad para pensar, pues, en los tejemanejes del fútbol -añadía el editorialista-. Aunque nadie se atreve a denunciar, con los fundamentos necesarios, qué sucede en los despachos, y hasta en las casetas de un estadio. Lo que sí parece evidente es que a España no se la quiere tanto como creemos. Acaso nuestra presencia en la Euro-84 no resulte a los franceses tan rentable y apetecible como la de Holanda. Y Francia, país organizador del certamen inmediato, cuenta ahora con el respaldo de “monsieur” Georges, presidente de la UEFA”.

Para numerosos medios nacionales, el papel de la F.E.F. fue mucho más triste que el de “la roja”, derrotada en Holanda.

Victimismos aparte, aquel partido entre irlandeses y “naranjas” también olió mal en distintas redacciones extranjeras. Irlanda no se jugaba nada, salvo la honrilla, y la honra, antaño sin posible precio, cotizaba muy a la baja en plena euforia consumista. Belarmo, por su parte, cerraba su disertación con redoble de tambores: “No se trata de una sospecha. El camino hacia París se ha salpicado de baches. Hay que morder en Rotterdam. Aunque no nos acepten; aunque nos repudien, como si el futbol fuera patrimonio exclusivo del Mercado Común”.

La agudeza de Sir Cámara también vio de este modo las posibilidades españolas de viajar a París.

Casi un llamamiento a somatén. Un remedo de rebeldía vieja, otrora inspiradora del eslogan “Si ellos tienen ONU nosotros tenemos dos”

Por fin el 6 de noviembre, en el Kuip Stadion de Rotterdam, nuestra selección sucumbía ante la holandesa por 2-1, con tantos de Houtman y Gullit, para los naranjas, y momentáneo empate de Santillana en el minuto 41. Los nuestros habían negociado una prima de 250.000 ptas. por jugador, en caso de victoria; el equivalente a unos cinco salarios mensuales netos, como media de la época. Los holandeses, pese a residir en un país cuyo poder adquisitivo doblaba el nuestro, tan sólo contaban con 150.000. Aquella catástrofe, en fin, sobrevino ante una selección que distaba mucho de parecerse a la apisonadora del Mundial Alemán, en 1974. Porque los “tulipanes”, en plena remodelación, constituían un equipo desigual, con alguna cara conocida, como Ronald Koeman, Willy van de Kerkhof, Gullit o el portero Schrijvers, y ausencias notables, como Krol o el “merengue” Metgod. Con ese marcador final, España necesitaba golear escandalosamente a Malta en su choque decisivo, para estar presente en la fase final. Misión en teoría imposible, aunque a veces los milagros existan. Sobre todo si para propiciarlos se cuenta con algo más que plegarias e incienso.

Cuando a la selección de Malta le tocó visitar a la holandesa, en Rotterdam, las casas de apuestas sólo admitían pronósticos sobre las veces que el portero maltés iba a sacar la pelota desde el fondo de su red; el triunfo naranja resultaba indubitable. Consciente de nadar en un mar de suspicacias, el presidente de la Federación Maltesa había defendido la incorruptibilidad de sus jugadores a lo largo de las jornadas previas. “Mi gente no se vende ni por muchos millones”. Al concluir el choque, España necesitaba una diferencia de 11 en el partido que debía encarar con los malteses.

El 21 de diciembre de 1983, víspera del día tradicionalmente reservado al “gordo” navideño, incluso la facción más futbolera del país seguía contemplando la clasificación española como una quimera. Para la improbable proeza se había elegido un escenario que jamás fallaba: Sevilla, con su público entusiasta y bullanguero. Distintas voces deslizaron opiniones y pronósticos. Johan Cruyff, por ejemplo, porfió en que ni su país natal ni España merecían estar en París, ante la poca cualificación de ambos. Bonello, el portero de Malta, quiso mostrarse categórico: “No volvería a mi país como me marcasen 11 goles”. Víctor Scerri, su seleccionador, advertía: “La derrota máxima de nuestro equipo fue por 8-0”.  Y el caso es que en parte por culpa de un formidable temporal, las cosas empezaron de un modo bastante feo. La expedición de Malta tuvo que hacer noche en Madrid y al día siguiente ni siquiera lograría entrenar, ante el lamentable estado del campo. La federación maltesa parecía tenérsela jurada a la española, por las sospechas de fraude denunciadas a raíz de su enfrentamiento con Holanda, y el presidente insular cursó por télex una protesta oficial a la U.E.F.A., de la que se hizo llegar copia a la calle Alberto Bosch, por cuanto consideraba maniobras reñidas con el “fair-play”, susceptibles de anticipar una encerrona. Horas antes del partido, al menos, el ambiente semejó haberse distendido bastante.

Titular del deportivo “Marca” en la previa del Holanda-Malta donde se decidían las posibilidades de nuestra selección. Aquella fase previa clasificatoria estuvo empedrada de razones para mostrarse suspicaz.

Conforme ya hiciese en La Valetta, Miguel Muñoz decidió situar a Juan Señor en el puesto teórico de lateral derecho, consciente de que los malteses jugarían con un solo punta. A Camacho se le encomendó avanzar por su banda izquierda, y a Goikoetxea y Maceda ejercer de arietes en cada saque a balón parado. Carrasco, Gordillo y Marcos debían romper los flancos, Sarabia enhebrar sus imposibles arabescos dentro del área, y la pareja Rincón – Santillana tener muy listas sus respectivas cañas. Hoy, todavía, los miembros de aquella expedición recuerdan con todo detalle el traslado en autocar desde el hotel de concentración hasta el estadio Benito Villamarín: “De pronto Rincón avanzó por el pasillo del autobús dando gritos. Creímos que se había vuelto loco. Estaba fuera de sí, arengándonos, obligándonos a gritar con él, convencido de que podíamos hacer realidad lo imposible. Nos sacó del marasmo y para cuando llegamos al vestuario hubiéramos podido partir poco menos que hacia la conquista de Constantinopla”.

Esa tarde el capitán habitual, Arconada, hubo de presenciar la contienda desde casa, lesionado para dos meses. La puerta iba a ser defendida por Paco Buyo, con Andoni Zubizarreta en la suplencia. El arquero gallego, que debutaba, parecía perdido en medio de aquella repentina explosión. Luego, en el campo, Señor lanzaba un penalti al poste cuando sólo se llevaban disputados 3 minutos, Santillana abriría la cuenta goleadora en el minuto 15, empataba Degiorgio, pese a su lentitud, 9 minutos después, y el propio Santillana repetía en el 26 y 29. Al descanso un raquítico 3-1 que poco bueno presagiaba, puesto que faltaban nada menos que 9 goles para acudir a Francia. Dos minutos después de reanudarse el partido, marcaba Hipólito Rincón, que repetiría en el 57. Seguían faltando 7 goles, y transcurrido el cuarto de hora en la segunda mitad el cómputo comenzó a medirse en razón de la necesidad: se debía cantar un gol cada 4 minutos.

Maceda estableció el 6-1 en el 62. El propio central levantino endosaba otro al resignado Bonello nada más sacarse del centro, y Rincón ponía el 8-1 en el minuto 64. Santillana establecía el 9-1 en el 66. Cuatro goles en el intervalo de 4 minutos. Ya sólo faltaban tres, y hubo que esperar casi un cuarto de hora para que Rincón, en el 78, dejase la cuenta a falta de dos. Sesenta segundos antes, además, el árbitro turco Erkan Göksel había expulsado al goleador maltés Digiorgio por segunda tarjeta amarilla. Sarabia anotaba el 11-1 a diez de la finalización, y Señor enmendaba el yerro de la pena máxima en el minuto 84. Misión cumplida: 12-1 en el marcador. Y todavía, a falta dos minutos para el pitido final, a Gordillo se le anulaba un tanto que ya nada representaba. Los malteses, contritos y desarbolados en la segunda parte, no habían hecho un partido sucio, pese a su jugador expulsado. De hecho se repartieron 5 tarjetas, una de ellas por retener la pelota indebidamente, mientras España vio un par. Después del antiquísimo 13-0 endosado a Bulgaria en el partido que parece se “inventaron” las primas, la selección acababa de obtener su segunda mayor goleada en 63 años, vigente aún hoy día.

La prensa neerlandesa quiso conocer las impresiones de su seleccionador nacional sobre el partido, y Kees Rijvers se mostró categórico: “No lo he visto. Preferí jugar a las cartas con amigos. Total, sabía que España iba a clasificarse. Si hubiera necesitado 15 goles los habría marcado igualmente”. A las preguntas sobre si pensaba en algún tipo de cambalache español, respondió con evasivas: “En el fútbol, a veces, pasa lo que debe pasar. Hoy era uno de esos días y el resultado español nos lo acredita”. Con tantos años en el fútbol y tras el partido de Malta en Aquisgrán, o la visita de su selección a Irlanda, quizás tuviese razones de muy primera mano para saber a lo que se refería. Por su parte, algunos medios europeos, sin insinuar abiertamente nada también miraron las cosas con lupa. Doce goles eran muchos, máxime para una selección tradicionalmente roma. Había resultado muy oportuno el desfondamiento maltés en la segunda parte. Y lo de encadenar cuatro goles en sólo cuatro minutos… “El caso es que sin haber prosperado la reclamación española por el partido de Holanda en Aachen, estarán en Francia”, fue conclusión generalizada.

Carrasco, Sarabia, Rincón y Santillana, cuarteto atacante español ante los malteses, caricaturizados por el lápiz de Conos.

Aquella sorprendente victoria también llevó el luto a una familia cordobesa, según recogiera la agencia “Efe”. El farmacéutico Ángel Escribano Serrano presenciaba el partido por televisión, en su casa de la Ronda de los Tejares, cuando comenzó a sentirse mal. Poco después fallecía, a los 59 años, víctima de un infarto. Desde luego no fue un partido a recomendar por los cardiólogos.

Desde la Federación Maltesa se anunció la apertura de una investigación interna, quién sabe si para acallar acusaciones no muy veladas desde los diarios sensacionalistas germanos. “Goleada con aroma a tongo”. “Malta perdió hasta la decencia”. “¿Fútbol o pantomima?”. Pura cortina de humo, quizás destinada a su propia feligresía. Maniobra eterna, al fin y al cabo: si no sabes qué hacer, constituye una comisión y procura eternizarla hasta que el problema se olvide.

Entre enero y junio de 1984, “la roja” disputó una sucesión de amistosos ante Hungría, por partida doble, Luxemburgo, Dinamarca, Suiza y Yugoslavia, certificando una falta de gol inspiradora de escasa confianza. Ya en la fase de grupos, sendos empates a uno con Rumanía y Portugal, y la sorprendente victoria por 0-1 ante la Alemania de Stielike, Brieguel, Matthäus, Littbarski, Allofs, Brheme, Rudy Völler y Rummenigge, posibilitaron el pase a semifinales, donde después de una prórroga ante Dinamarca sin alterar otro empate a uno, Sarabia anotaba el último y decisivo penalti de la tanda, cuando Elkjaer hubiera fallado el suyo. La selección gala, en la final, se imponía con autogol de Arconada, excelente durante todo el torneo, y otro tanto de Bellone mientras el árbitro miraba su reloj para dar las cosas por concluidas. Triunfo para los anfitriones por 2-0 y saldo negativo en la España subcampeona: 4 goles a favor y 5 en contra, como resumen de 480 minutos practicando un fútbol rácano.

Los jugadores malteses nada dijeron sobre su escandalosa derrota en Sevilla, bien porque poco tuviesen que comentar, o porque nuestros medios sólo dedicaran espacio a la épica, siempre más rentable en los kioscos. Circularon especulaciones sobre lo que pudo haber sucedido durante el descanso de aquel choque. Conversaciones en el palco, promesas, agasajos… Maledicencias, en apariencia, porque los apaños, cuando los hay, nunca tienen lugar con luz y taquígrafos. Bonello, el guardameta que aguantara estoicamente el chaparrón de goles, nunca, que se sepa, quiso despegar los labios en público. Transcurrido el tiempo, desde Pietá, Sliema, St. Joseph o La Valetta, llegaron cuentecillos rocambolescos: Unos limones hallados en el vestuario, tras el descanso, con posibles sustancias inyectadas; recomendaciones de levantar el pie; futuro asueto vacacional en nuestro suelo, con carácter de invitados… Tan sólo ganas de justificar lo difícilmente explicable. Pasaron los años. El fútbol español siguió su andadura, mejorando mucho, por fortuna, al tiempo que el maltés también avanzaba, bien es cierto que a menor escala. Hasta que durante la primavera de 2018, razones completamente ajenas al balón redondo me condujeron a Malta.

Como las devociones a menudo suelen encontrar resquicios por donde colarse, tuve ocasión de contemplar alguna modesta instalación deportiva. El campeonato de fútbol maltés agotaba su calendario, con la previsible coronación del Valetta Football Club. Y un atardecer, mientras se teñían de cobre y malva las aguas de la turística Sliema Bay, observé a varias personas estirando una pancarta de balcón a balcón, festejando otro título para los de La Valetta. Me acerqué a ellos, dándoles la enhorabuena, al tiempo de desearles suerte en las eliminatorias previas de competición europea. Naturalmente, mi mediocre inglés me delató como extranjero, y ello propició una conversación pródiga en tópicos: “¡Ah, español! Ahí sí que tienen buen fútbol, aunque el Barcelona ya no sea lo que fue”. Por mi parte aduje que el balompié maltés había mejorado mucho, que hasta se había abierto a los extranjeros, y varios españoles venían actuando allí desde hacía unos años. Incluso algún entrenador, como Patxi Salinas. Les sorprendió que un visitante ocasional supiera algo acerca de su campeonato, y yo deslicé algunos nombres de entre la docena de compatriotas que, según creía, acababan de cerrar esa misma Liga: “Cornago, Jorge García, Gabilondo, Edu Vallecillo, Javier Polo…” Su curiosidad aumentó, dándome pie a enhebrar también la mía. ¿Cómo era posible que un campeonato semiprofesional tentase a extranjeros? Algunos, según sus palabras, aprovechaban para aprender inglés. A otros se les proporcionaba un trabajo, aunque la verdad era que todos cobraban. “Más, incluso, que muchos malteses, porque se supone pueden enseñarnos algo”. Me hablaron sobre pormenores de su “foot-ball”, dividido en cuatro divisiones, y con un torneo propio en Gozo, la única isla del archipiélago donde los turistas podían desfrutar de playa. Gozo estaba muy próximo, pero los traslados eran engorrosos. Primero por carretera hasta un puerto sito a 50 kilómetros, luego ida y vuelta en barco. Demasiado costoso y complicado. Ya en medio de una tertulia animada, traté de girar la conversación: “¡Cuántas cosas han pasado desde aquel 12-1 entre las selecciones de España y Malta!” -dije.

Después de lavarse las manos ante numerosos indicios de sospecha, la U.E.F.A. dio la impresión de respirar aliviada con el 12-1 a Malta. Ese resultado les ahorraba posibles dolores de cabeza.

Hubo risitas y los dos más jóvenes parecieron no entender a qué me refería. Sin dejar que la pelota botase, probé con otra andanada: “En España se dijeron cosas. Que pudo haber un acuerdo, que Malta se dejó llevar en la segunda parte”. Allí, al parecer, también circuló la rumorología. “Se cuentan cosas, ya sabe. Siempre hay quien lo conoce todo, sin saber en realidad nada”. La conversación habría languidecido, si el mayor de todos no hubiese deslizado con voz ronca: “Estamos agradecidos a España, porque engrasó la cuestión del estadio”. Y ante mi nueva pregunta, fue narrando algo para mí nuevo. Puesto que mi pobre inglés tropezaba con su verbo rápido y varias expresiones inusuales, uno de los reunidos, antiguo emigrante laboral en Italia, según dijo, fue traduciéndomelo en su italiano fluido: “Aquí somos pobres, y más lo éramos hace treinta y tantos años. Necesitábamos un estadio para partidos internacionales, pero no había dinero. Aunque la U.E.F.A. tuvo buenas palabras, su bolsillo siguió cerrado. Y jugamos contra España, ellos ganaron, y parece que quien mandaba en su Federación, hombre con peso en la U.E.F.A., engrasó el carro de las libras. Por fin hubo campo y luego todavía se mejoró, con dinero de la Unión Europea”.

Quise ver ese estadio, sito en la pedregosa franja central de la isla, una de las pocas áreas donde tan elevada densidad poblacional podía albergarlo. Como estuviese cerrado, hube de contentarme con su impresión exterior, francamente notable. A su lado se alzaba un pabellón deportivo cubierto. 

Obviamente no estuve ni en el palco ni en los vestuarios del Benito Villamarín, y por lo tanto ignoro lo que allí pudo hablarse, si es que se habló de algo. Cuanto escuché en Malta, entre el asentimiento de quienes me rodeaban, tampoco constituye ninguna prueba, aunque parezca encarrilar el vagón de las sospechas. “Pensar mal no basta para reclamar al juez -escribió Belarmo, con la presumible verosimilitud de quien moja su pluma en el tintero de la contemporaneidad-. Esas pruebas que no hay manera de encontrar… Un partido no se vende, pero se “arregla”. Hay libertad para pensar, pues, en los tejemanejes del fútbol, aunque nadie se atreva a denunciar con los fundamentos necesarios, qué sucede en los despachos.”

Vertiéndolo libérrimamente del román paladino al mester de juglaría, posibles o hasta muy probables chanchullos y cambalaches bajo el paraguas de la U.E.F.A.




Islas Feroe sí y País Vasco no

Para muchos ciudadanos españoles especialmente identificados con su comunidad no deja de ser una cuestión curiosa que oficialmente haya regiones que tengan cabida en el concierto deportivo internacional mientras que la suya no. Y sin ánimo de menospreciar a territorios como las Islas Feroe o Gibraltar se hace comprensible que también reclamen su sitio, teniendo en cuenta que –intentando evitar una interpretación supremacista-, su peso económico y social y su tradición cultural y deportiva no es menor. Se plantean la pregunta ¿Por qué Islas Feroe sí y País Vasco no?

LA FEDERACIÓN VASCA DE FÚTBOL SOLICITA SER ADMITIDA EN LA FIFA Y EN LA UEFA

El pasado 15 de diciembre representantes de la Federación Vasca de Fútbol (FVF) y del Gobierno Vasco registraron la solicitud formal de integración como miembro de pleno derecho en las sedes de la FIFA, en Zúrich, y de la UEFA, en Nyon. La comitiva estaba formada por Luis María Elustondo, presidente de la FVF, Nerea Zalabarria, vicepresidenta de dicha entidad, Jon Redondo, director de Actividad Física y Deporte del Gobierno Vasco y David Salinas-Armendariz, abogado especializado en Derecho Deportivo. Componía la documentación presentada junto a la solicitud de ingreso una copia de los estatutos de la federación, un dosier divulgativo sobre el historial de la selección vasca desde 1915, un informe legal emitido por el Gobierno Vasco donde se fundamenta la capacidad representativa de la FVF y el documento del acuerdo aprobado (43 votos a favor y solo una abstención) en la Asamblea General de la FVF del 12 de diciembre de 2018 en Durango.

La FVF recogió estos actos en una nota de prensa donde se exponía que tal petición se fundamentaba en tres puntos:

  1. Solicitud formal por parte de la Federación Vasca de Fútbol de su integración directa como miembro de pleno derecho. A tal efecto, la Federación Vasca de Fútbol ha solicitado la instrucción de un expediente común y conjunto entre FIFA y UEFA en el cual se cumplimenten todas las exigencias formales estatutarias que ha de observar la EFF-FVF para la efectiva integración en ambos organismos y pueda materializarse, asimismo, un acuerdo entre todas las partes. En este acuerdo se concretarían las condiciones de entrada de la EFF-FVF con la aquiescencia de la RFEF, habilitándose un plazo de un año para cerrar el citado acuerdo. El acuerdo con la RFEF recogería los términos convenidos para la integración.
  2. En relación con este punto, la EFF-FVF ha solicitado que sea emitido un dictamen motivado donde FIFA y UEFA expliciten las condiciones y requisitos que para el caso concreto de la EFF-FVF sea necesario cumplimentar para su definitiva admisión en ambos organismos (en el caso de que a día de hoy no cumpla alguno de ellos).
  3. La EFF-FVF ha manifestado su firme compromiso, total disposición y buena fe de cara a trabajar “para remover los obstáculos existentes y dar cumplimiento a todas las exigencias que se presenten para una integración pactada entre todas las partes”. Según han subrayado, el objetivo es materializar el deseo histórico del fútbol vasco, representado legalmente por la Federación y expresado con claridad en el acuerdo asociativo adoptado en la Asamblea General de diciembre de 2018 en Durango.

En otras palabras: se da el plazo de un año para que, partiendo de un firme compromiso, una total disposición y buena fe por parte de la FVF, tanto la FIFA, como la UEFA y la propia RFEF se pongan al día y remuevan los obstáculos existentes y den cumplimiento a todas las exigencias que se presenten para una integración pactada por todas las partes.

Es evidente que en su propia solicitud ya se prevé una primera respuesta negativa a su solicitud pues se reconoce expresamente la existencia de unos obstáculos que deben ser modificados o eliminados. Debe de ser una observación aportada por el experto en Derecho Deportivo don David Salinas-Armendariz. El problema es que no se trata de detalles nimios, sino que conlleva una profunda revisión de los estatutos de las tres entidades superiores a la FVF con la implicación de la legislación del Estado Español, así como el replanteamiento de algunas definiciones dentro del Derecho Internacional tanto deportivo como político. Se hace llamativo que todas estas cuestiones, en las que como veremos deben intervenir y ponerse de acuerdo 211 federaciones de fútbol, un Consejo de Ministros y todas las Comunidades Autónomas españolas, se tengan que resolver en el plazo que la propia FVF fija e impone: un año.

Antes de profundizar en esos obstáculos que se exige remover no debemos caer en el error de descontextualizar este acto pues se inscribe en un proceso mucho más amplio como es el de regular la participación del País Vasco como entidad independiente en el concierto deportivo internacional. De hecho las autoridades deportivas vascas flamean su membresía en la Tug of War International Federation (ToWIF) –en la que por cierto no hay inscrita ninguna federación que se diga española- que reglamenta el juego de la cuerda (deporte que consiste en la disputa entre dos equipos que tiran de una cuerda en dirección opuesta) a lo que hay que añadir que la Federación Vasca del Juego de la Cuerda, respaldada por el gobierno autonómico, será la encargada de organizar el próximo mundial de este juego que se disputará en Guecho en 2021. También había sido admitida la Federación Vasca de Surfing en la International Surfing Association pero fue expulsada a instancias de la Federación Española de Surfing. No cabe duda de que la inminente inclusión de esta actividad en el programa olímpico le obliga a cumplir con las condiciones que exige el COI. Con todo, la Federación Vasca de Surfing ha vuelto a presentar una solicitud de admisión.

No es la primera vez que sucede que una federación deportiva autonómica es aceptada internacionalmente para luego revocarse esa decisión. Ya pasó con Cataluña: la Fédération International de Roller Sports (FIRS), que no pertenece al COI, tras incurrir en importantes irregularidades, aceptó de manera provisional la admisión de Cataluña en marzo de 2004. Seguidamente la selección catalana ganó fácilmente el Mundial B de Hockey sobre Patines disputado en Macao y obtuvo el derecho a particiar en el Absoluto, pero ya en noviembre de ese año, en la Asamblea General de la FIRS, se revocó tal decisión por no haberse ajustado al reglamento y desposeyó a la federación autonómica de su título.

Y siguiendo con la contextualización de los hechos, no podemos omitir su carga exclusivamente política. El propio presidente de la FVF ya nos dio un anticipo cuando a mediados de noviembre aseguró que el ejecutivo de don Pedro Sánchez le había prometido que las selecciones vascas jugarían competiciones oficiales internacionales. Declaraciones hechas poco después de que el Gobierno español de coalición llegase a un acuerdo con los partidos regionalistas vascos para la aprobación de los presupuestos generales del Estado. Posteriormente, siguiendo una moda muy al uso de la política española, el señor Elustondo se desdijo. ¿Sería para desligar esa supuesta promesa con la documentación entregada a FIFA y UEFA un mes más tarde? Aun así, todo apunta a que la delegación vasca tiene una baza en la manga que le respalda -lo que no sabemos si será suficiente- para exigir que se cambien definiciones internacionales, estatutos y leyes para que sus peticiones sean atendidas favorablemente.

Retomando el tema central, es preciso señalar que el señor Elustondo llegó a hablar, al parecer de manera informal, poco después de ese 12 de diciembre de 2018 –fecha del acuerdo dentro de la FVF- con don Luis Rubiales, presidente de la RFEF, quien, como era de esperar, no dio cuerpo a esa idea, apuntando además que el señor Elustondo debía dimitir si realmente se sentía identificado con esa propuesta.

Se entiende así que la FVF no hubiese hecho pública una primera negociación directamente con la RFEF antes de ir a Suiza y anunciar a bombo y platillo la entrega de tan extensa documentación. Porque para que el País Vasco pueda competir con identidad propia en un Mundial o en un Europeo pasa obligatoriamente por el respaldo de la RFEF y del Gobierno de España –se supone que las conversaciones entre el Sr. Sánchez y el Sr. Urkullu se circunscribían al tema económico, si bien los dos presidentes también tienen derecho a hablar de fútbol, aunque demuestren abiertamente su extrema ignorancia en cuestion de reglamentación deportiva nacional e internacional-.

¿QUÉ OBSTÁCULOS IMPIDEN QUE LA SELECCIÓN VASCA JUEGUE UN MUNDIAL Y UNA COPA DE EUROPA DE NACIONES?

Exponía FVF en su escrito tanto a FIFA como a UEFA que habría que remover aquellos obstáculos que impidiesen llevar a buen término su solicitud. Hagamos un repaso legal:

Estatutos de la FIFA

Citamos directamente los estatutos de la FIFA:

Capítulo II Miembros, Artículo 11 Admisión, apartado 1:

Todas aquellas federaciones miembro responsables de organizar y supervisar el fútbol en todas sus formas en su país podrán convertirse en miembro de la FIFA. Por esta razón, se recomienda a las federaciones miembro que integren en su seno a todos los grupos de interés determinantes en el fútbol. Se reconocerá como federación miembro a una sola por país, bajo reserva de lo estipulado en los apdos. 5 y 6 [donde se hace referencia a Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte] del presente artículo.

Aquí surge el primer conflicto legal ya que la RFEF es miembro de la FIFA y como tal ordena el fútbol en todo el Estado Español y por lo tanto aglutina todas las actividades de este deporte en este territorio, incluido el País Vasco como marca la ley. Según este artículo –solo una federación por estado-, siendo ya la RFEF miembro de la FIFA, no puede aceptarse la membresía de ninguna otra federación que pertenezca a España, como país internacionalmente definido y reconocido.

Capítulo II Miembros, Artículo 11 Admisión, apartado 2:

Únicamente podrán convertirse en miembros aquellas federaciones afiliadas a la confederación correspondiente. El Consejo podrá promulgar las directrices pertinentes que regulen el proceso de admisión.

El segundo conflicto con la solicitud del Gobierno Vasco es que la FVF no está afiliada a la UEFA, confederación continental a la que geográficamente corresponde, por lo que su solicitud para inscribirse en la FIFA preceptivamente deberá pasar por una admisión previa en la UEFA.

Estatutos de la UEFA

Una vez comprobado que la visita a Zúrich ha sido una pérdida de tiempo, marchemos a Nyon, sede de la UEFA para ver qué posibilidades tiene de prosperar esta solicitud. Allí los estatutos también son bastante diáfanos cuando hacen referencia a las condiciones para ser miembro de esta confederación futbolística:

Capítulo III, Artículo 5, Apartado 1

La membresía de la UEFA está abierta a las federaciones de fútbol nacionales situadas en el continente de Europa, con sede en un país que esté reconocido como un estado independiente por la mayoría de miembros de las Naciones Unidos y que sean responsables de la organización e implementación del fútbol y asustos relacionados con su práctica en el terriotiro de su país.

Volvemos a topar con nuevos conflictos legales. Por un lado la representación del Estado Español –definido por la Constitución española que está vigente y rige en todo su territorio del que forma parte el País Vasco-, internacionalmente reconocido por la mayoría de los miembros de la ONU, ya está cubierta por la RFEF. Si la FVF entrase en la UEFA debería asumir las mismas funciones que tiene la RFEF, con lo que habría una duplicidad institucional. Parece obvio que no puede haber dos federaciones de un mismo estado… salvo que sea producto de un cisma interno.

Que no es el caso de la FVF porque no ha solicitado su admisión como representante del Estado Español –aunque si lo hubiese hecho hubiese topado con la legislación española-, sino del territorio del que legalmente asume su competencia, es decir, del País Vasco, a lo que se le exige cumplir con una condición: el reconocimiento como estado independiente por la mayoría de miembros de la Naciones Unidas.

Llegado a este punto, según la UEFA, no basta la autoproclamación de estado soberano e independiente para formalizar la membresía. Ahí está el caso de la República Turca del Norte de Chipre que goza oficialmente del reconocimiento del gobierno de Turquía y nadie más. Es un estado de hecho pero no de derecho y, por lo tanto, se encuentra fuera de los organismos internacionales. Los intentos hasta ahora formalizados por la Federación Turca de Fútbol de Chipre han sido vetados por el gobierno chipriota a través de su correspondiente federación de fútbol.

La FVF ha preferido poner como ejemplo el caso de Kosovo, definiéndolo como ejemplo de territorio no estado que forma parte de la FIFA y la UEFA. La elección es desafortunada: Kosovo sí es un estado. Proclamó unilateralmente su constitución como estado independiente de Serbia el 17 de febrero de 2008. Entonces la Federación de Fútbol de Kosovo  cursó su solicitud de ingreso en la FIFA y en la UEFA que finalmente fue aprobada -ocho años más tarde- por la UEFA en el congreso ordinario de mayo de 2016 y días más tarde por la FIFA, pese a la oposición de Serbia. El motivo legal para proceder a su admisión es que Kosovo sí cumple con el requisito del reconocimiento internacional pues actualmente hay 90 de los 193 estados miembros de la ONU -entre ellos los Estados Unidos de Norteamérica y la mayoría de los países miembros de la Unión Europea- que han respaldado diplomáticamente su existencia como estado independiente de Serbia.

Es evidente que para que la UEFA acepte el reconocimiento internacional de una selección de fútbol vasca a través de la ONU se exige un protocolo diplomático que incluya en primer lugar la constitución de un Estado Vasco que goce a su vez de una aprobación mayoritaria internacional. Un proceso que hoy por hoy no se puede llevar a cabo en un año, por muy rápido que se sucedan los acontecimientos.

Estatutos de la RFEF

La cuestión es que antes de presentar la documentación en Suiza ni siquiera se habían superado los obstáculos, llamémosles domésticos, porque para que la FVF pudiese hacer esa solicitud de reconocimiento internacional en primer lugar tenía que haberlo resuelto en España, con la RFEF que es la responsable del fútbol del Estado Español. Por mucho que la FVF se justifique alegando que el mismo día que se presentó en Suiza envió un escito a la RFEF informando de sus actividades, no es el mejor inicio de unas conversaciones que se podía haber elegido, salvo que se haya evitado intencionadamente recibir por anticipado ese previsible no como respuesta absoluta y así neutralizar una presumible calificación como un acto de desacato o rebeldía el haber seguido adelante. El NO de la RFEF se desprende directamente de los estatutos de la propia RFEF:

Título I De la RFEF, Artículo 5 Competencias de la RFEF, apartado d) :

Ostentar la representación de la FIFA y de la UEFA en España, así como la de España en las actividades y competiciones de carácter internacional celebradas dentro y fuera del territorio del Estado. A tal efecto es competencia de la RFEF la selección de los futbolistas que hayan de integrar cualesquiera de los equipos nacionales.

Artículo que cierra a cualquier otra entidad del territorio español la opción de representar y competir total o parcialmente en el terreno internacional pues es la RFEF la única con esta competencia.

Y cuando se hace referencia expresa de las Federaciones de ámbito autonómico los estatutos de la RFEF dictan:

Título II De las Federaciones de ámbito autonómico, Artículo 8, Las Federaciones de ámbito autonómico:

  1. Las Federaciones de ámbito autonómico se rigen por la legislación española general, por la específica de la Comunidad Autónoma a la que pertenecen, por sus Estatutos y Reglamentos y, además, por sus propias disposiciones de orden interno
  2. En todo caso, se deberán reconocer expresamente a la RFEF tanto las competencias que le son propias como las públicas de carácter administrativo que le corresponden, en uno y otro caso, en virtud de lo que establecen la Ley del Deporte, el Real Decreto sobre Federaciones deportivas españolas, los presentes Estatutos y su Reglamento General

Artículo 10, Integración en la RFEF, apartado 2, punto c)

  1. c) [Las Federaciones de ámbito autonómico deberán aportar la siguiente documentación] Declaración de reconocer los órganos jurisdiccionales y disciplinarios de la RFEF y el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).

Con ello se deja muy claro que las Federaciones de ámbito autonómico, como la FVF, por el hecho de formar parte de la RFEF asumen y cumplen los estatutos de la RFEF y con la legislación española.

La Ley española

Reseñemos que los estatutos de la RFEF están redactados conforme al Real Decreto 1835/1991, de 20 de diciembre, sobre Federaciones deportivas españolas normativa que todos los ciudadanos españoles estamos obligados a cumplir. De este Real Decreto subrayamos:

Sección 1ª Régimen Jurídico, Artículo 1, punto 2:

Las Federaciones deportivas españolas están integradas por federaciones deportivas de ámbito autonómico, clubes deportivos, deportistas, técnicos, jueces y árbitros, ligas profesionales si las hubiere y otros colectivos interesados que promueven, practican o contribuyen al desarrollo del deporte.

Respecto de los otros colectivos interesados, los Estatutos federativos recogerán el régimen de su creación, reconocimiento y formalidades de su integración federativa.

Dado que la FVF es una federación de ámbito autonómico este apartado confirma le legalidad del Título II De las Federaciones de ámbito autonómico, Artículo 8, Las Federaciones de ámbito autonómico del Estatuto de la RFEF.

Más adelante el Real Decreto señala:

Sección 3ª Representación internacional, Artículo 5, punto 1:

Las Federaciones deportivas españolas ostentarán la representación de España en las actividades y competiciones deportivas oficiales de carácter internacional celebradas fuera y dentro del territorio español. A estos efectos, será competencia de cada Federación la elección de los deportistas que han de integrar las selecciones nacionales.

Es la propia ley española la que confirma que la selección nacional solo es competencia de la federación nacional, sea el deporte que sea –incluido el juego de la cuerda-. Pero si había alguna duda:

Sección 4ª Integración y representatividad de las Federaciones autonómicas, Artículo 6, punto 1:

Para la participación de sus miembros en actividades o competiciones deportivas oficiales de ámbito estatal o internacional, las Federaciones deportivas de ámbito autonómico deberán integrarse en las Federaciones deportivas españolas correspondientes.

Otro obstáculo importante para las intenciones de la FVF ya que su participación en competiciones internacionales siempre será bajo la integración en la RFEF de obligado cumplimiento legal, como ha venido siendo hasta ahora: los jugadores vascos han venido disputando -¡y hasta se han proclamado campeones!- Mundiales y Eurocopas integrados en la Selección Española.

Y finalmente es obligatorio señalar una posible grave irregularidad en el acto protagonizado por la delegación vasca en Suiza, puesto que el Real Decreto ordena:

Sección 2ª Inscripción de las Federaciones deportivas españolas las Federaciones internacionales, Artículo 9, punto 1

Las Federaciones deportivas españolas, se inscribirán en su caso, en las correspondientes Federaciones deportivas internacionales, con la autorización expresa de la Comisión Directiva del Consejo Superior de Deportes.

Esta es la duda: ¿Hubo la correspondiente autorización expresa de la Comisión Directiva del Consejo Superior de Deportes? ¿Hubo una solicitud previa para recibir la prescrita autorización? ¿Actuó la FVF por su cuenta y riesgo con el apoyo o con la complicidad del Gobierno Vasco estimulada por la promesa del ejecutivo de don Pedro Sánchez?

Sea la respuesta que sea, queda muy lejos de que se pueda interpretar buena voluntad por parte de la FVF para encontrar alguna solución a su planteamiento.

Este ha sido un recorrido por los estatutos de las entidades implicadas donde podemos focalizar los obstáculos existentes que se solicita remover para obtener una solución feliz –para la FVF- y de buena fe –si es que la hubo en la propia iniciativa-.

POSIBLES SOLUCIONES

Enterado a través de la prensa –y no directamente y con antelación por la propia FVF como dictaría un protocolo lógico- el secretario de Organización Estratégica y Relaciones Internacionales de la RFEF, Jorge Mowinckel comentó que la solicitud de la FVF era inviable porque el País Vasco no es un estado internacionalmente reconocido. Y tiene toda la razón el señor Mowinckel porque con la ley en la mano no hay más salida.

Por eso mismo una solución sería la constitución de un Estado Vasco independiente –objetivo político defendido por algunos partidos vascos- que fuese recibido favorablemente y de forma mayoritaria por la comunidad internacional en el seno de las Naciones Unidas. Esa es la diferencia de fondo -como ya hemos explicado- entre el caso de Kosovo y el de la República Turca del Norte de Chipre.

Hablar de un Estado Vasco separado de España ya son palabras mayores. Entonces sí sería una minucia discutir si el País Vasco tiene o no derecho a entrar en la UEFA comparado con lo que supondría la secesión política de parte del actual territorio español. Siendo realistas, iniciar la vía del separatismo de manera unilateral implicaría que se repitiese un escenario y unos hechos parecidos a los que se produjeron en Cataluña durante el mes de octubre de 2017. Tres años más tarde –mirando siempre desde la perspectiva de la solicitud vasca-, Cataluña –que no recibió ningún apoyo internacional entonces- sigue participando en el panorama deportivo internacional a través de su pertenencia a España.

Pero la nota de prensa de la FVF no habla en ningún momento de la constitución de un Estado Vasco. Eso es un tema que pertañe a los partidos políticos que tienen la responsabilidad sobre los asuntos de Estado. La solicitud de la FVF es más elemental: simplemente pide poder competir internacionalmente con una selección propia. Y se acogen al agravio comparativo: Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda del Norte, Islas Feroe y Gibraltar por citar las federaciones sin estado propio que tienen membresía en la UEFA. No les interesa recordar el caso ya citado de la República Turca del Norte de Chipre ni el del Protectorado del Sarre, cuya federación fue fundadora de la UEFA –llegó a jugar las eliminatorias previas para el Mundial de 1954- y dejó de formar parte de la misma cuando el pequeño estado acabó integrándose en la antigua República Federal Alemana en 1956.

Entonces… ¿Por qué las Islas Feroe sí, y el País Vasco no? Ese es su dilema. Y la solución no pasa por la RFEF porque toda su reglamentación está regulada por el ya citado Real Decreto 1835/1991, de 20 de diciembre, sobre Federaciones deportivas españolas que es el auténtico obstáculo –junto a la aprobación en Asamblea de la RFEF-. Por eso, para políticos como don Pedro Sánchez, presidente del Gobierno Español, y para don Íñigo Urkullu, presidente del Gobierno Vasco -ambos muy por encima de lo que pudiese decidir la Asamblea General de la RFEF-, este conflicto es una nimiedad ya que el tema se arreglaría conversando sobre una mesa. Porque, en efecto, en España la solución pasaría por un nuevo Real Decreto que regule las competencias de las federaciones deportivas autonómicas y legitime la representatividad de los terriotorios que componen España en las competiciones internacionales. Eso se resuelve en un Consejo de Ministros y… ¡Ya está!

¿Ya está? ¡No!

Primero porque tal ley implicaría la pérdida de las competencias estatales en materia deportiva y la desaparición automática de la selección española en todos los deportes puesto que todas las comunidades autonómicas gozarían del reconocimiento y la capacidad para competir internacionalmente, salvo que la supuesta nueva ley estuviese basada en una arbitraria discriminación y solo concediese tal beneficio a ciertas regiones.

Segundo, porque en esa ley también debería incluirse una nueva definición de los territorios integrantes del Estado Español para que en su aplicación se ajustase a los estatutos de FIFA y UEFA que solo admiten una única entidad representativa por Estado. Lo malo es que solo la Constitución Española, que por rango de ley va por encima de todas las demás, está capacitada para redefinir la integración del Estado Español… ¡estaríamos hablando de modificar la Constitución!

Y si no se quiere tocar la Constitución porque complicaría mucho el tema, no queda más remedio que requerir a FIFA y UEFA que modifiquen sus estatutos para dar cabida a la solicitud de la FVF -ya que la vía española no es suficiente- algo que se escapa de las competencias del presidente del Gobierno Español y del Gobierno Vasco, aunque ellos lo ignoren. Con ello volvemos a tropezar con el Derecho Deportivo Internacional.

 Así que desde la FVF se repiten la pregunta ¿por qué Islas Feroe sí y País Vasco no?

Una respuesta inmediata es que las condiciones que se exigían cuando las Islas Feroe fueron aceptadas ya no rigen; actualmente son otras -las que ya hemos repasado-. La UEFA y la FIFA han tomado estas medidas para controlar la incorporación de nuevas federaciones y, sobre todo, evitar conflictos políticos, algunos de ellos provocados por enfrentamientos bélicos de muy compleja solución. Con esta postura la UEFA está vetando la membresía de territorios como la Isla de Man, las Islas del Canal que dependen directamente de la Corona Británica o de regiones como Chipre Septentrional, Abjasia, Crimea, Osetia del Sur… Como vimos, el caso de Kosovo salió adelante pese al veto de Serbia porque el apoyo internacional fue suficiente.

Así pues, para que se atiendese favorablemente la reivindación vasca sería necesario que la Asamblea General de la UEFA aprobase la modificación pertinente de sus estatutos, algo complejo máxime cuando tales cambios harían referencia a la alteración territorial de sus miembros y a la naturaleza de sus entidades ya que facilitaría la admisión de cualquier espacio geográfico que así lo solicitase. Algo parecido sucedería en la FIFA. Esto significa que, por mucho que el Gobierno de España, en el supuesto de que se llegase a un acuerdo -incluyendo una reforma de la Constitución- con el Gobierno Vasco e impulsase la idea sobre una selección vasca, el recorrido de la propuesta chocaría  de lleno con los estatutos de ambas instituciones deportivas internacionales. Eso aceptando la propuesta del escrito de FVF donde se apela a la buena fe, ya que de lo contrario la UEFA podría entender que el Gobierno de España –si ignorase la decisión de la Asamblea federativa y obligase a la RFEF a apoyar una proyección internacional oficial de la FVF- estuviese incurriendo en una intromisión política con lo que podría suspender las funciones de la entidad española.

Finalmente, recordemos que por encima de estas instituciones internacionales –FIFA y UEFA- legalmente no hay ningún estado sino que se someten voluntariamente al arbitrio del Tribunal Arbitral du Sport y aceptan sus resoluciones.

Lamentablemente para los objetivos de la FVF, el TAS tampoco da muchas esperanzas. Tenemos como precedente más próximo el caso de la isla caribeña de Bonaire que sí cumplía el requisito primero exigido por la FIFA, pues había formalizado su membresía en la CONCACAF -y además contaba con el apoyo tutelar de la Federación Holandesa-, pero por su condición legal dentro de Holanda –definida oficialmente como un municipio holandés de pleno derecho- el TAS sentencia que ya está representada por la Federación Holandesa de Fútbol según dictan los estatutos de la FIFA (el citado Capítulo II Miembros, Artículo 11 Admisión, apartado 1). Para el TAS, un jugador de Bonaire tiene legalmente el mismo recorrido que un jugador de Ámsterdam para jugar en la selección nacional por lo que no ha lugar a que Holnda cuente con dos miembros en la FIFA. Con esta decisión del TAS se impide a Bonaire formalizar su inscripción y por consiguiente la participación en las eliminatorias para la Copa del Mundo.

CONCLUSIÓN

Es posible que a lo largo de la lectura de este artículo se haya extendido demasiado las explicaciones para ir entendiendo paso a paso lo que realmente la FVF pretende de buena fe resolver en el plazo de un año.

Llama la atención, siendo conscientes todos los implicados del corto recorrido de su solicitud que no hayan tenido ningún reparo en dar a conocer sus pretensiones –exigencias incluidas- ante FIFA y UEFA. No cabe duda de que han contado con el benepláctico de importantes personalidades porque esta actuación en sí va más allá de las competencias deportivas y se enmarca en un contexto político cuyo objetivo –el mismo que  pretenden los partidos secesionistas vascos- es un cambio político profundo de la realidad española y vasca.

Así pues, con la legislación vigente y la realidad política actual, hoy por hoy y dentro de un año también, la única posible respuesta es la que adelantó el señor Mowinckel: Islas Feroe sí y País Vasco no.




Un silbato vendido eliminó a España en Chile

Desde el Mundial de Brasil (1950), donde nuestra selección obtuvo un 4º puesto que supo a podio tras haber eliminado a Inglaterra, España no pudo estar presente en otra fase final hasta 1962, en Chile. Turquía y el “bambino” Franco Gemma con los ojos cubiertos, degollaron la esperanza de viajar a Suiza, en 1954. Escocia, con un punto más y peor golaveraje, volvía a impedir otra excursión en 1958, esta vez a Suecia. Pero Chile ya fue otra cosa. Para empezar, los nuestros tuvieron suerte, al corresponderles no un grupo de 3 selecciones en la fase clasificatoria, sino medirse a País de Gales como único adversario. Una victoria en Cardiff por la mínima, e igualada en Madrid a la vuelta, dieron opción a obtener pasaporte y billete para América si se superaba a Marruecos, campeón del Grupo II de África-Asia. Pero lo que se antojaba fácil, a punto estuvo de culminar en tremendo disgusto. Con el fin de calentar motores, los nuestros se habían medido en Sevilla ante Argentina, el 11 de junio de 1961, venciendo y convenciendo por 2-0, con goles de Luis Del Sol y Alfredo Di Stefano en la segunda parte. El 12 de noviembre se arañaba en Casablanca una sufrida victoria ante los marroquíes con gol, nuevamente de Luis Del Sol. Y en la vuelta, entre dudas y “ayes” del estadio Santiago Bernabéu, se volvía a repetir victoria mediante un raquítico y sorpresivo 3-2. La presencia española en el altiplano ya era un hecho, pudiendo presentar junto al Pacífico un equipo tachonado de estrellas.

Pedro Escartín, seleccionador nacional, presentó de inmediato su dimisión, tal como anticipara, cediendo el relevo a Pablo Hernández Coronado. Nuestra Federación, entonces, lucía engranajes y métodos obsoletos. Ni Escartín, ni Hernández Coronado, tenían mucho de estrategas. Podían entender de fútbol, de otro fútbol, en realidad, puesto que ambos provenían, no ya del blanco y negro, sino del cine mudo. Eran más delegados federativos que técnicos con el reloj puesto al día, y uno y otro, muy conscientes de sus limitaciones, se hacían ayudar por entrenadores de prestigio: el pentacampeón de Europa Miguel Muñoz, en el caso de Pedro Escartín, y “El Mago” Helenio Herrera por cuanto respecta al antiguo portero y secretario técnico Hernández Coronado. La elección de futbolistas podían realizarla los seleccionadores, pero designar quién jugaba, optar por la táctica más conveniente, ensayar estrategias y establecer patrones, corría a cargo de quienes en verdad estaban capacitados.

Alfredo Di Stefano, gran figura del fútbol europeo y de nuestra selección. Cuando el brasileño Didí se despedía de sus compañeros en el vestuario del Santiago Bernabéu, tras fracasar como “merengue”, se giró hacia Di Stefano, diciéndole: “A ti, Alfredo, te veré en Chile”. Y Di Stefano, sin volver la cara para mirarle, respondió: “No irás; estás acabado”. Didí volvería a proclamarse campeón mundial, en parte con la ayuda de un árbitro corrupto, mientras la “Saeta Rubia”, aquejado de problemas físicos, no pudo jugar ni un minuto”.

Durante los meses siguientes, el tándem H.H. – Hernández Coronado fue armando un elenco capaz de asustar a cualquiera. Y tras calentar motores ante Francia en el Estadio Olímpico de Colombes (empate a uno), el 31 de mayo de 1962 aquel potente conjunto debutaba sin suerte ante Checoslovaquia, puesto que pese a dominar y tras varios fallos en ataque, un error de marcaje a 10 minutos del final dejaba sólo a Stibrányi ante Carmelo Cedrún, para que anotase el único tanto. El 3 de junio, de nuevo en Viña del Mar, cargados de dudas y responsabilidad, los nuestros estuvieron a merced de la selección mexicana casi todo el choque. Reyes estrellaba un cabezazo en el marco, ya con Carmelo batido. Los aztecas parecían tener maniatados a sus oponentes cuando, en el último minuto y a la desesperada, Joaquín Peiró conseguía un triunfo que si bien insuflaba esperanzas, el once español no había merecido. Tocaba jugársela con Brasil, los vigentes campeones. Y aunque Pelé se hubiera lesionado durante el partido que midiese a la “canarinha” con Checoslovaquia, los Gilmar, Djalma y Nilton Santos, Didí, Garrincha, Vavá, Amarildo, Zito, Zósimo y Zagalo, se antojaban bocado de tiburón para quienes tan sólo lucieran como arenques despistados.

Helenio Herrera, no obstante, revolucionó su equipo, dando entrada a Araquistain, Echeverría, Collar y Adelardo. O lo que parecía más escandaloso, sentando en el banquillo a Carmelo, José Emilio Santamaría, Del Sol y Luis Suárez; esto es, genio y coraje  bajo el marco, la elegante seguridad atrás, el pulmón inagotable para la zona ancha, y la dirección sinfónica que pocos en el mundo eran capaces de imprimir a cualquier once. Pero hete aquí que cuanto se antojaba disparate funcionó muy bien. Brasil, ante tantos adversarios guarneciendo su portería, encasquilló cualquier asomo de verticalidad. Garrincha se estrellaba contra el paredón conformado por Vergés y Rodri. A Zito y Didí parecían fallarles sus dotes de improvisación. Echeverría se bastaba para despejar balones bombeados. Y en cuanto surgía la ocasión, Adelardo, Enrique Collar y Paco Gento salían al contragolpe. El extremeño Adelardo Rodríguez adelantaba a “la roja” en el minuto 34. El propio Adelardo anotaría un segundo gol en el minuto 60, anulado por el árbitro chileno Sergio Bustamante, para sorpresa general. Once minutos después, Amarildo establecía la igualada, España volvía a la carga y Vergés marraba una excelente oportunidad de marcar. A falta de 4 minutos, el propio Amarildo desbarataba el sueño. La selección de Helenio Herrera quedaba con 2 puntos, los mismos que México, pero con peor coeficiente, relegada al último puesto de su grupo.

Los escasos informadores españoles desplazados hasta el otro lado de la Cordillera Andina, simplemente transmitieron una decepción compartida a este lado del océano, en tantos hogares pegados al receptor de radio. Y es que si bien ese Mundial sería el primero televisado, en aquella España emergente de la autarquía eran pocos, poquísimos, quienes podían lucir en sus salones un “Askar”, “Philips”, “Grunding”, “Marconi”, “Iberia” o “Telefunken”, con su bailaora flamenca, una figurita de porcelana o el retrato de alguna primera comunión al lado. Nadie dijo nada sobre la sospechosa actuación del árbitro, ante Brasil. Tan sólo llegaron ecos ensordecidos del estupor en la F.I.F.A. al contemplar el elenco español, con Santamaría, antiguo mundialista uruguayo, Puskas, Di Stefano y Eulogio Martínez, también mundialistas o como mínimo internacionales con Hungría, Argentina y Paraguay, respectivamente. A lo largo de las semanas posteriores sólo se habló y escribió sobre las posibles razones del fracaso -la lesión de Di Stefano, que le impidiera disputar un sólo minuto-, el despego de Santamaría o Eulogio Martínez -quién sabe si porque no sintieran en demasía aquel escudo y colores-, o la deficiente preparación, sin amistosos de nivel, tan necesarios para corregir errores. Y también, con letra más pequeña o en voz baja, sobre el propósito de impedir para el futuro, tanto en competiciones UEFA como FIFA, aquel baile de nacionalizaciones, capaces de convertir un torneo de selecciones en algo semejante a la Copa de Europa, donde el Real Madrid triunfaba y el Barcelona o el Inter Milanés intentaban hacerlo, con futbolistas de Uruguay, Argentina, Francia, Hungría o Brasil en sus filas. Sergio Bustamante, el colegiado chileno ante España y unos cariocas formidables que a la postre revalidarían su título universal, no sólo parecía irse de rositas, sino que su nombre y peripecias bien poco dicen hoy a los buenos aficionados.

El pacense Adelardo Rodríguez Sánchez, aquel “chico tímido con acento extremeño que parecía asombrarse con todo”, al decir de los veteranos cuando lo recibiesen en el vestuario atlético, caricaturizado por Cronos. Bigoleador ante Brasil, aunque el árbitro anulase el tanto que hubiera supuesto un sorprendente 0-2 ante los campeones mundiales.

La realidad, lejos de nuestras fronteras, fue bien distinta, sin embargo.

Un periodista brasileño tuvo el cuajo de iniciar las pesquisas sobre aquella nefasta actuación del trencilla, concluyendo con el lugar, la cuantía económica, el modo y la fecha en que aquella compraventa concluyera cerrándose. Su acusación directa levantó una tormenta de órdago desde Manaus a Goiana, Brasilia, Recife, Belo Horizonte, Río, Sao Paulo y Porto Alegre, donde el fútbol no era un deporte, sino religión, conforme acreditara cierto político de la época en su arenga a los campeones: “Gracias por defender el orgullo nacional e insuflar esa esperanza tan necesaria en estos momentos difíciles. Las clases desfavorecidas obtienen de vuestro ejemplo la determinación que nos hará más grandes, competitivos y luchadores. Nada es inalcanzable cuando de verdad se persigue la meta. Nos lo habéis demostrado y ahora toda la nación debe seguir vuestros pasos, cumpliendo el sueño de un Brasil más desarrollado, feliz y unido. ¡Gloria a los campeones y gloria a Brasil!. ¡Gloria al pueblo que representáis! Porque este triunfo no sólo es vuestro, sino de todos”. El único sin motivos para mostrarse feliz bien pudiera ser Sergio Bustamante, cuya cabeza ya olía a pólvora.

Hijo de árbitro, cuidadoso en sus modales y con cierto don de gentes, desde muy joven había experimentado una carrera meteórica. Invitaciones desde el extranjero, relevante atención de los medios, buenas actuaciones a tenor de las crónicas y puertas abiertas en muchas instancias, en parte por haber mamado el fútbol desde la cuna, sólo podían traducirse en la pronta obtención de escarapela FIFA. Y gracias a ella, pudo dirigir el Brasil – España, decisivo para ambas formaciones. Ante la gravedad de lo publicado, el máximo organismo supranacional abrió una investigación o encuesta, sin que se hiciera público el resultado de la misma ni se tradujese en alguna resolución oficial. Volvían a imperar los protocolos no escritos del balón y sus jerarcas: la ropa sucia sólo se lavaba en casa, y la vida continuaba sin parches, tintes ni remiendos. Errónea manera de impartir justicia, porque existiendo daños a terceros toda transparencia siempre es poca. Oficiosamente, en cambio, a Bustamante se le aplicó un buen rejonazo.

Cinco años después de aquel fatídico día, un Sergio Bustamante en horas bajas invocaba su inocencia sin mucha convicción, desde un oscuro rincón en el purgatorio a donde lo desterrasen: “Las acusaciones contra mí fueron pura invención. Primero pensé en querellarme contra el calumniador. No veía otra posibilidad de salir al paso y defenderme de las injurias que atentaban contra mi reputación y honor. Lo que más me dolía era que todos, incluso mis mejores amigos, me volviesen la espalda. No querían mezclarse en un asunto de tal naturaleza y yo, claro, estaba solo y desorientado. Entonces decidí visitar a un alto funcionario chileno, le expuse todo con absoluta sinceridad y trató de tranquilizarme. Me dijo que olvidara ese asunto, que estaba convencido de mi integridad; que si hubiera tenido la más mínima sospecha o cualquier prueba acerca de mi corrupción, no me hubiesen dejado dirigir ningún partido más; que no temiera nada. Pero una infamia así deja huella, y aún me sigue doliendo”.

Los sobornos parecían ser moneda demasiado corriente en el fútbol sudamericano de los años 60 y 70. A “precios” muy asumibles, por otra parte.

Bonitas palabras para ocultar una muy real caída en desgracia. Tanto si la FIFA hallase pruebas o indicios, como si optara por cubrirse en salud, lo cierto es que Bustamante se vio relegado a dirigir partidos en Ligas inferiores, y a pesar de ello nunca se querelló contra nadie ni quiso defender su hipotética rectitud en ningún foro. Como mucho, si alguien se acordaba de él para acercarle un micrófono, o le dedicaba unas líneas, argüía en voz baja: “Es posible que haya tenido días donde mi labor no fuese acertada. Pero no era el peor árbitro. Me descendieron sin merecerlo, por razones que otros sabrán, quizás, y a mí no se me comunicaron”.

Otro callejón sin salida. Un regate más, en corto, para acreditar que el silencio no siempre es oro. Herida sin cicatrizar que, como ocurre ante cualquier mala praxis, volvería a reproducirse en pacientes con distinta ficha pero idéntica enfermedad. Porque en México, transcurridos 8 años, tornó a estallar otro escándalo apenas aireado, que no afectó a nuestra selección, una vez más sin presencia entre los mejores del planeta.         

Le tocó vivirla a Suecia y tuvo como nefando protagonista al árbitro brasileño Airton Vieira de Moraes, hombre que al saberse entre los 30 jueces invitados al mayor alarde balompédico del mundo aseguró ver cumplida su máxima ilusión. O por emplear sus propias palabras, “el sueño de toda una vida”. Una pesadilla, más bien, pues el destino le reservaba volver a casa sin haber debutado y con la carrera arbitral hecha trizas.

Orvar Bergmark, seleccionador sueco, narró así aquellos hechos para el diario “Dagens Nyheter” de Estocolmo:      

“Días después de conocerse la designación arbitral para el partido que debíamos disputar ante Uruguay, en Puebla, se recibió una llamada telefónica en nuestro lugar de concentración, preguntando por mí. Míster Bergmark, escuché atónito; puede comprar por 1.000 dólares a De Moraes, la persona que va a dirigir el partido Suecia-Uruguay. E inmediatamente escuché ese “clic” característico de la comunicación cortada. Entonces aún debíamos resolver nuestro choque contra Italia, y por tanto resultaba prematura cualquier cábala clasificatoria. Pero aun suponiendo en mi buena fe que pudiera tratarse de una broma o tontería de cualquier perturbado, se lo conté a Sandberg, jefe de expedición, cuya postura fue idéntica a la mía: rechazar ese hipotético soborno”.

Italia resolvió el partido por 1-0 y la expedición sueca hizo el viaje hasta Puebla con antelación suficiente para aclimatarse. Reinaba un buen ambiente y mucho ánimo, pues Italia, todo un clásico del fútbol europeo, tampoco es que hubiese mostrado gran superioridad sobre ellos. Y en esas, la misma voz volvió a pedir a través del hilo telefónico avisaran al seleccionador Bergmark:

“Todo está arreglado, me dijo con enorme seguridad. De Moraes está dispuesto a pitar de tal modo que Suecia salga triunfadora, por los 1.000 dólares de que hablamos. Intenté tirarle de la lengua, solicitando detalles. Y a medida escuchaba sus respuestas cobraba cuerpo la sensación de que no podía tratarse de un bromista; el asunto era para tomárselo muy en serio. Como nunca me había visto ante algo parecido, la experiencia de Sandberg constituyó para mí un gran consuelo. Y gracias a ello, extrayendo serenidad no sé de dónde, le dije que no íbamos a participar en ningún amaño, que podía despedirse de hacer negocios, porque de nuestros bolsillos no saldría ni medio dólar. Entonces ese anónimo “benefactor”, añadió sin alterarse: Muy bien, de Moraes aceptará la oferta uruguaya. Van a perder el partido”.

Sandberg no demoró en segundo en telefonear con Ken Aston, presidente del Comité de Árbitros de la FIFA, y como no lograse localizarle recurrió al mismísimo Stanley Rous, máximo responsable del organismo internacional, rogándole que pese a no ofrecerle más pruebas que esas dos llamadas telefónicas, tomase alguna medida urgente. Stanley Rous estuvo a la altura, sustituyendo al brasileño Vieira de Moraes por otro cuyo nombre se mantuvo en secreto hasta que ambos contendientes hubiesen llegado al estadio. Como ese hombre, el estadounidense Landauer, carecía de nivel para un dirigir un choque tan importante, los suecos protestaron, sin conseguir nada. Suecia necesitaba vencer a Uruguay por 2-0, y sólo pudieron marcarle un gol. Esa vitoria mínima permitía el acceso charrúa a cuartos de final, por golaveraje. Los rubios nórdicos sólo pudieron ver por televisión la victoria uruguaya ante la URSS (1-0), su gran partido en semifinales contra Brasil, poniéndoselo muy difícil a los futuros campeones hasta que un inmenso Jairzinho lograran desatascar el partido, y soñaron con que eran ellos y no el Uruguay de Mazurkiewicz o Luis Cubilla, quienes dirimían ante Alemania Occidental el encuentro por el tercer y cuarto puesto.

Los medios informativos y el periodismo gráfico solían hacerse eco de posibles sobornos a partir de los años 50 en el pasado siglo. Sin embargo corrieron un tupido velo sobre dos sonoros escándalos en el torneo que pretendía prestigiar al deporte rey. Por esa época había demasiadas cosas sobre las que no convenía hablar.

Avecinándose el Mundial de Alemania (1974) que coronaría en fútbol, aunque no en oro, a una Holanda vertiginosa, acaudillada por Johan Cruyff(*), y a la excelente Polonia de Lato y Deyna, el ya ex seleccionador Orvar Bergmark recogía en sus memorias una suma de reflexiones valiosas, imperantes, tan sólo, en ámbitos donde el fútbol aún no había descarrilado entre glorias a cualquier precio y empachos de dinero:

“Teníamos que luchar limpiamente por nuestros intereses. Podíamos ser los últimos, pero no los peores. Contaba la pureza del deporte, anques que nada. Podíamos haber ganado o perdido, pero siempre con la certeza de participar en una lucha honesta y limpia, sin que un árbitro comprado nos clasificase o eliminara. En los próximos Campeonatos creo que las designaciones arbitrales se harán públicas momentos antes de iniciarse cada partido. Al menos así debería hacerse”.

Por segunda vez, la FIFA promovió una investigación interna, con el foco puesto en Airton Vieira de Moraes, y fiel a sus costumbres nada se filtró a cerca de cuanto allí se pudo descubrir. Pero debió ser gordo, puesto que el Mundial de México se convirtió en mortaja deportiva de quien creyera haber cumplido “el sueño de toda una vida”.

El torneo que mitificase a Carlos Alberto, Gerson, Brito, Clodoaldo, Rivelino, Tostao, Edu, Pelé o Jairzinho, concluiría aplastando la carrera de otro brasileño, entre el olvido, cuando no el desinterés general.

Aquí, en España, ni el gol increíblemente anulado a Adelardo por un silbato chileno en venta, ni lo que pudo haber detrás de aquella “garganta profunda” telefoneando al seleccionador sueco, merecieron apenas la atención de nuestros medios. Tan sólo en febrero de 1973 el diario “Marca” se dignó recoger un extracto de cuanto narrase el periodista húngaro Istvan Somos, especializado en la persecución de chanchullos, para un medio de Budapest.

Corrían tiempos por la piel de toro, en los que no convenía hablar sobre demasiadas cosas. Quizás el fútbol tampoco intentase reventar los corchetes de aquella censura.

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(*).- Johan Cruyff, peleado con su Federación a raíz de que ésta firmase un acuerdo económico con la marca “Adidas”, sin beneficio para el elenco internacional, se negó a lucir los distintivos -trébol y tres rayas- de la marca. Paralelamente liquidó 7 millones de ptas. en concepto de distintas operaciones publicitarias, durante las tres semanas de aquella fase final. Esos 7 millones distaban mucho de constituir una tontería, cuando el salario medio en España durante 1974 rondaba las 20.000 ptas. mensuales brutas.




Entrevista a Ángel María Villar (parte 1): 30 años de presidencia de la RFEF

El número de septiembre de 2020 de los Cuadernos de Fútbol está íntegramente dedicado al centenario de la Selección española de fútbol, y qué mejor manera de encabezarlo que con una larga entrevista con el presidente más importante que la RFEF ha tenido en estos cien años. Y no solo por haber sido quien más tiempo ha dirigido el máximo organismo de nuestro fútbol, sino porque con él se ha conseguido el máximo logro de nuestra historia: ganar el Mundial, hazaña de la que ahora se cumplen diez años.

Conocí personalmente a Villar en 1997, en la sede de la RFEF en Alberto Bosch. Y recuerdo muy bien que la impresión que me generó fue muy parecida a la que he vuelto a tener ahora al hablar con él: el presidente del fútbol español era una persona sencilla, inteligente, y muy amable. Yo apenas tenía 15 años, pero recuerdo muy bien su respuesta a un comentario mío sobre un tema que no recuerdo: “¡cómo vienen los jóvenes!”, dijo entre risas. Desde aquella vez siempre que nos cruzamos fue igual de amable conmigo, por lo que despertó en mí un aprecio que fue alimentado por Félix Martialay, que siempre hablaba de Villar con respeto, consideración, y hasta con cariño: “es muy buena persona”, decía don Félix. Hoy yo tengo la misma edad con la que él empezó su presidencia de la RFEF, y al concederme esta entrevista Villar vuelve a ser tan amable como lo fue aquella primera vez.

El presidente más laureado del fútbol español fue futbolista antes que presidente. ¿Tiene algún recuerdo particular de sus 22 partidos como internacional?

Recuerdo perfectamente todos mis partidos internacionales, pero es que tengo un recuerdo muy vivo de toda mi etapa como jugador, y no solo de la primera división, también me acuerdo muy bien de cuando siendo muy niño jugaba en el barrio a dar con el balón a las persianas de las puertas de entrada del campo de San Mamés.

Ángel María Villar en el Athletic Club. Archivo Martialay-CIHEFE

Piense que el campo estaba muy cerca de mi casa, tanto que podía ver el fútbol sin moverme de allí. Y un detalle, en esa casa tan futbolera fue donde yo nací, porque mi madre dio a luz en casa con la ayuda de mi abuela Sofía, que era comadrona.

Y tenga en cuenta que antes de llegar a internacional absoluto jugué en los infantiles y juveniles del Athletic, en regional preferente con el Galdácano y con el Guecho en tercera división. Después en el año 1971 fiché otra vez por el Athletic, y jugué 345 partidos oficiales entre Liga, Copa y competiciones europeas.

En la categoría absoluta de la Selección española jugué 22 veces, y tengo recuerdo muy claro de todos los partidos. Me acuerdo muy especialmente de mi primer partido, cuando debuté contra Turquía el 17 de octubre de 1973 en Estambul en un amistoso para celebrar el 25 aniversario de la Federación Turca. Y también del último partido el 9 de diciembre de 1979: lo jugamos en Limasol y ganamos a Chipre por 3-1, en el que metí un gol a pesar de jugar lesionado. Para aquel último partido yo no había sido inicialmente convocado, pero me llamó Julián del Amo y me dijo que Kubala me necesitaba, así que me presenté en Madrid. Yo insistía en que no podía jugar porque estaba lesionado, pero el caso es que jugué y hasta marqué el primer gol de España. Con esa victoria nos clasificamos para la Eurocopa de 1980.

Turquía-España.17-10-1973, debut de Villar con la Selección. Archivo Martialay-CIHEFE

También me acuerdo muy bien de mi participación en el grupo de clasificación en el Europeo de 1976 de Yugoslavia y la ya citada de Italia de 1980. Fue muy importante la clasificación para el Campeonato del Mundo de 1978 de Argentina, porque España no se había clasificado para las fases finales anteriores de 1970 y 1974. Desde 1978 nos hemos clasificado a todas.

Fíjese que jugar un partido internacional es muy especial, lo primero por la belleza y la responsabilidad que supone representar a tu país. Y además, porque supone que para el seleccionador nacional, en mi caso Ladislao Kubala, eres uno de los mejores de tu profesión en ese momento.

Villar y Kubala. Archivo Martialay-CIHEFE

En definitiva, le aseguro que tengo recuerdos muy entrañables de todas mis etapas como futbolista.

¿Cree que influyó en su labor como presidente el haber jugado con España?

Sin ninguna duda. Mi actividad como jugador en todas las categorías del fútbol español, y por supuesto en la Selección, me dio un conocimiento significativo de parte del fútbol sin la que mi labor como presidente de la RFEF no habría sido en absoluto igual.

Normalmente un exfutbolista opta por ser entrenador, pero usted optó rápidamente por ser directivo.

Efectivamente. Y recuerdo que ya mis compañeros del Athletic siempre me decían que cuando dejara de ser jugador iba a ser dirigente y no entrenador.

Desde muy joven me gustaba defender a mis compañeros, y por ejemplo acompañaba a los capitanes del equipo para discutir con los directivos cada temporada los derechos de los jugadores de la plantilla. Así que llegó un momento en que me di cuenta que debía estudiar Derecho, dejé mis estudios de Químicas en que estaba matriculado y empecé la carrera de Derecho en la Universidad de Deusto con el único fin de estar más preparado para poder defender mejor a mis compañeros. Recuerdo incluso que les hacía a mis compañeros la declaración de la renta, les redactaba las cartas que querían mandar a los directivos, etc.

Incluso siendo todavía futbolista estuvo en la fundación de la AFE en 1978. ¿Qué recuerdos tiene de aquello?

Sí, yo fui uno de los que en 1978 constituyó la AFE, y llegué a ser vicepresidente. También estuve en la primera huelga de los futbolistas profesionales en marzo de 1979, que tenía cuatro objetivos: abolir el derecho de retención, que se nos considerara trabajadores por cuenta ajena, que se nos diese de alta en la Seguridad Social, y tener un régimen fiscal especial.

Al poco tiempo de la huelga se dictó el Real Decreto 318/1981, de 5 de febrero, que nos reconocía como trabajadores por cuenta ajena, y acordaba la obligación de los clubes de darnos de alta en la seguridad social. Aquellos días apasionantes, reivindicativos, de unidad de los jugadores fueron de mucha actividad. Fuimos a hablar los representantes de los jugadores con varios ministerios, y conseguimos al final nuestros objetivos.

Con solo 38 años llegó a la presidencia de la RFEF. ¿Qué Federación y qué fútbol español se encuentra a su llegada? Si tuviera que destacar tres objetivos que marcaron su acción presidencial, ¿cuáles serían? ¿Y cree que cumplió con ellos?

Sí es cierto, llegué a la presidencia con 38 años, pero no se olvide que desde 1981 y hasta que fue elegido presidente de la RFEF fui presidente de la Federación Vizcaína de Fútbol, era joven pero tenía experiencia de gestión.

Mi primer programa electoral de julio de 1988 abarcaba 26 objetivos. Unos eran más importantes que otros, unos de más contenido que otros, y unos más urgentes que otros. Pero todos ellos eran importantes, y por eso me comprometí a cumplir con todos ellos. Y eso hice, cumplí íntegramente mi programa electoral. Y no solo lo digo porque lo recuerde bien, sino porque tengo en casa el programa y de vez en cuando me gusta releerlo.

Después gané otras siete elecciones consecutivas, y no le exagero si le digo que he cumplido todos los programas electorales que confeccioné para cada una de esas elecciones.

De esos objetivos, ¿había alguno por encima de los demás?

Sin duda. Mi objetivo principal como presidente era conseguir éxitos deportivos, y a ello dediqué todos mis esfuerzos durante los 30 años de presidente. Para conseguirlo diseñé organigramas específicos que permitieran dotar de una organización estable a las selecciones nacionales, dediqué todos los recursos económicos, humanos y materiales que me fue posible.

Y humildemente creo que ese objetivo con el que me presenté a la presidencia en 1988 se ha cumplido. Y no piense solo en el Mundial de 2010 o las Eurocopas de 2008 y 2012, piense también en la medalla de oro en Barcelona 1992, la de plata en Sydney 2000, el mundial sub-20 de 1999. Y a eso súmele, por ejemplo, dos campeonatos del mundo consecutivos de fútbol sala en 2000 y 2004, y siete campeonatos de Europa (1996, 2001, 2005, 2007, 2010, 2012 y 2016). Pero no quiero olvidarme de las decenas de títulos que hemos ganado con las selecciones inferiores, que en gran medida servían para construir un modelo que fue el que nos llevó a los mayores éxitos. En particular tres campeonatos de Europa sub-21 (1998, 2011 y 2013), 8 campeonatos de Europa sub-19 (1995, 2002, 2004, 2006, 2007, 2011, 2012 y 2015) y otros 7 campeonatos sub-17 (1991, 1997, 1999, 2001, 2007, 2008 y 2017). Y en el fútbol femenino ganamos la Eurocopa sub-19 en dos ocasiones (2004 y 2017).

A todo ello se le añaden los éxitos deportivos de nuestros clubes: campeones de Europa, campeones del mundo de clubes, campeones de la Liga de Europa, de las Supercopas europeas… Han sido años dorados también para el fútbol español de clubes.

¿Y qué supuso para el fútbol español la construcción de la Ciudad del Fútbol en Las Rozas?

Era uno de aquellos 26 objetivos que le he dicho que me marqué desde el principio: la construcción de una ciudad deportiva. Cuando yo era jugador de la selección nacional absoluta tuve que entrenarme a veces en campos de barro y algunas veces incluso en parques. Sabía que eso no podía seguir igual.

Porque además le diré que en la consecución de todos esos títulos que hemos señalado, ha tenido un papel muy importante el contar con una ciudad deportiva como la que construimos en Las Rozas, que es modelo en todo el mundo, y de la que estoy profundamente orgulloso. Porque da estabilidad a los jugadores, que siempre se entrenan en el mismo sitio, y eso ayuda mucho a generar dinámicas de grupo muy positivas.

Y algo muy importante que no quiero dejar de señalar: de los 38 millones de euros que costó más o menos su construcción, el 30% de los fondos provinieron de dinero público y el 70% de dinero privado. Y un detalle fundamental: ese 30 % de dinero público se había generado a su vez a través del fútbol, porque procedía de las quinielas.

Y en cuanto a la parte administrativa o estructural de la propia RFEF, ¿qué objetivos tenía?

En este sentido diferenciaría una vertiente interna y una vertiente externa. Internamente quería que todos los estamentos del fútbol participaran en la junta directiva de la RFEF: clubes de primera, segunda y tercera; presidentes de federaciones territoriales; presidente del comité técnico de entrenadores; presidente de comité técnico de árbitros, y a los jugadores, representados por tres miembros de la AFE. Todos, absolutamente todos tenían que estar en la junta directiva.

Por otro lado siempre tuve muy claro que había que ayudar a las federaciones autonómicas y al fútbol aficionado. Eso era para mí una prioridad que desarrollé tanto como pude. Fíjese que el 60% de los presupuestos de las federaciones regionales dependía directamente de la RFEF, lo que les permitió aumentar notablemente sus respectivos presupuestos. En muchos casos gracias a esa financiación pudieron adquirir sus domicilios sociales o construir numerosos campos de fútbol. Y todo ello intentamos siempre que fuera con fuentes de financiación privada y no pública, por ejemplo llevando a la selección absoluta a jugar partidos por toda España. La multiplicación de la inversión en el fútbol aficionado y las federaciones autonómicas fue exponencial durante mi mandato.

Y en lo que llamo la vertiente externa, tenía muy claro que además de la estrecha colaboración que teníamos con muchas federaciones extranjeras, España y su federación tenían que estar representados en las organizaciones que toman las decisiones que afectan al fútbol español. Tuve la suerte de poder representar a la RFEF 20 años en el comité ejecutivo de la FIFA y 26 años en el comité ejecutivo de la UEFA, y en ambas llegué a ser vicepresidente primero. De esta última tuve el honor de actuar como presidente durante un año cuando sancionaron a Platini.

¿Algún otro de esos objetivos que quiera destacar?

Sí, desde luego. Ya le he dicho que los 26 objetivos de 1988 eran todos importantes, y tampoco crea que he cambiado mucho mi acción presidencial a lo largo de los años, al margen de los cambios evidentes que se fueron haciendo necesarios para adaptarnos a los tiempos y a las circunstancias que se nos iban planteando. Pero mis objetivos fundamentales siempre fueron los mismos.

Por ejemplo, uno de los temas importantes fue el cambio profundo de formato que introdujimos en la Copa del Rey, en la Supercopa, en la 2ª División B y en la 3ª División. Y creamos una competición que para mí era simbólicamente muy importante: la Copa de la RFEF, que concebimos como un campeonato de España para el fútbol aficionado. Por otro lado también creamos nuevas competiciones de selecciones territoriales no profesionales que permitieron competir a las diferentes federaciones autonómicas. Estas competiciones habían existido en el pasado, pero nosotros las recuperamos.

Además de todo ello también le dimos un nuevo formato al Campeonato de España de juveniles para que tuviera más importancia y fomentamos tanto el fútbol femenino como el fútbol sala para ayudar a su desarrollo, que cuando yo llegué a la presidencia era muy incipiente.

En la relación con otros estamentos, suscribimos convenios de colaboración con la Liga de Fútbol Profesional y la Liga Nacional de Fútbol Sala, apoyamos siempre a la Asociación de Futbolistas Españoles, y establecimos una colaboración estrecha con el Comité Olímpico Español, a cuyo comité ejecutivo pertenecí durante varias legislaturas.

Al margen de esto, el crecimiento del fútbol en estos años ha sido notabilísimo, en todos los aspectos: el número de clubes, equipos, jugadores y árbitros se ha multiplicado sin cesar. A modo de ejemplo, la Escuela Nacional de Entrenadores ha emitido unos 130.000 carnés de entrenadores con Mariano Moreno y Ginés Meléndez de directores.

Son cifras casi increíbles, pero ciertas. Imagínese cómo ha cambiado el fútbol, que el primer control antidopaje se hizo en España a los pocos meses de llegar yo a la presidencia.

Y por supuesto no solo en el fútbol masculino: el desarrollo del fútbol femenino ha sido espectacular, en 2015 nos clasificamos por primera vez para la fase final de un Campeonato del Mundo con Ignacio Quereda de seleccionador nacional. Y en el fútbol sala, como ya le he recordado, fuimos dos veces campeones del mundo y siete de Europa, constituimos la Liga Nacional de Fútbol Sala y hasta integramos a su presidente en la junta directiva de la RFEF. Y no me olvido de la selección nacional de fútbol playa, que jugó su primer partido en 1996.

Por último, durante mi mandato se han celebrado 19 partidos benéficos a favor de la AFE, hemos constituido un fondo de garantía para pagar a los jugadores y hemos apoyado la creación del sindicato de jugadores de fútbol-sala.

Usted también le dio mucha importancia a los árbitros

Por supuesto. Pero no es que yo les diera mucha importancia, ¡es que son muy importantes! Quizá la decisión más relevante que llevé a cabo fue la de realizar un cambio estructural del Comité Técnico de Árbitros para intentar colocar al arbitraje donde siempre se mereció estar. Y precisamente por ello me importó mucho aumentar tanto como pude los honorarios de los árbitros y sus asistentes.

Ángel María Villar presidente de la RFEF. Archivo Martialay-CIHEFE

¿Hubo algún fracaso en su gestión?

En el deporte, como en la vida, considero que no hay fracaso cuando haces todo lo que puedes por conseguir un resultado. Si pones todo lo que pones y a pesar de eso no lo consigues, no es un fracaso. Siempre di de mí mismo lo más posible, tanto en aquellas cosas que salieron bien como en las que no salieron bien, por lo que no me gusta hablar de fracaso.

Dicho eso, hay dos cosas que lamento no haber conseguido para el fútbol español: un título de campeones del mundo con la selección absoluta femenina y la organización de un gran torneo de fútbol masculino. Presentamos candidatura para la Eurocopa de 2004 que terminó organizando Portugal y para el Mundial de 2018, que se celebró en Rusia. Fueron dos desencantos porque lo intenté con todas mis fuerzas pero no lo conseguí.

Y le añado un comentario sobre algo que se criticó mucho durante mi mandato: se decía que no explicaba suficientemente las cosas que hacía. Pero es que yo siempre entendí que mi trabajo como presidente consistía en tomar decisiones y ejecutarlas. En otras palabras, no se trataba tanto de explicar como de ejecutar. Y fíjese hasta qué punto llevé esa máxima que en los treinta años de presidencia yo no pedí que se convocara ni una sola rueda de prensa, ni una. Siempre creí que a un presidente se le debe juzgar por lo que ejecuta, por lo que hace. A un hombre no hay que calificarlo, son los hechos los que lo califican. Pues eso.

Su presidencia fue de casi 30 años, ¿marcaría etapas diferentes? ¿Qué definirían estas etapas, sus objetivos o los equipos de personas con las que los llevó a cabo?

Pues fíjese que yo esas etapas creo que no están definidas por ninguno de los criterios que usted dice sino por las diferentes normas de derecho positivo aprobadas por el Estado, cuya administración siempre ha ejercido un gran intervencionismo sobre las federaciones deportivas nacionales y en particular sobre la RFEF.

Los ejemplos son numerosísimos, pero baste recordar la Ley 10/1990 del Deporte, a la que siguieron nuevas leyes, nuevos reales decretos, la creación de la Liga de Fútbol Profesional con personalidad jurídica o la reconversión obligatoria de los clubes en SAD. Todos ellos han sido cambios muy profundos en el deporte en general y en el fútbol en particular que no han venido del deporte sino de la política estatal.

Yo siempre he sido un profundo defensor de la independencia de la RFEF frente a los poderes públicos, lo que no siempre facilitó mi labor como presidente. Pero estaba convencido de que debía ser así, y por ello aposté siempre.

¿Qué Federación y qué fútbol español dejó al salir de la presidencia?

Lo primero que quiero decirle es que no puedo responder a esta pregunta en singular, es totalmente necesario hablar en plural. Yo no era el único que trabajaba en la Federación, pero sí tuve la gran suerte de dirigir a este grupo humano de directivos, de empleados, seleccionadores, jugadores, a un número importante de personas que pusieron su granito de arena para conseguir los grandes éxitos que consiguió el fútbol español.

Volviendo a su pregunta, le respondo recuperando los objetivos de los que ya hemos hablado. Dejamos una Federación muy activa y líder en el fútbol mundial, avalada por los grandísimos éxitos que tuvimos en los campeonatos de Europa y del mundo tanto de clubes como de selecciones a todos los niveles. Con sus dirigentes en los grandes órganos internacionales al máximo nivel, como las comisiones internacionales.

Con unas competiciones nacionales vistas y seguidas no solo en España sino en el mundo entero. Con muchos jugadores que formaban parte de los equipos ideales de Europa y del Mundo. Con grandes árbitros y con grandes entrenadores nacionales e internacionales.

En resumen, ese fútbol español que es referente en todo el mundo es el que dejamos al salir de la RFEF.

¿Qué dejó pendiente el presidente Villar que no pudo terminar?

Ya le he dicho que lamento no haber sido campeones del mundo de la categoría absoluta del fútbol femenino, y tenía un plan preparado para conseguir el título que lamentablemente no pude desarrollar. Espero no obstante que dentro de poco España sea campeona del mundo también de fútbol femenino.

Si ahora volviese a empezar, ¿qué haría diferente?

No nombraría a algunas personas para determinados puestos. Pero dicho eso, quiero insistir en que tuve en todo momento un magnífico equipo humano de directivos y empleados que trabajaron con lealtad, con entusiasmo y acierto por el bien del fútbol español.

¿Cuál fue su posición en relación con las selecciones autonómicas? ¿Hubo en algún momento posibilidad real de que Cataluña o el País Vasco llegaran a ser admitidas en la UEFA?

No solo aceptamos totalmente las selecciones autonómicas, sino que como ya le he dicho creamos competiciones específicas para ellas. Considero que en cierta medida son la base para otras competiciones y participaciones de nuestras selecciones nacionales.

A nivel internacional se ha permitido que las selecciones autonómicas jueguen con selecciones extranjeras, y de hecho han sido varias las selecciones que lo han hecho. Pero siempre con una condición: que no fuera en fechas en que jugaba la selección absoluta. Por ello solían elegir jugar en Navidad.

Aunque en algunos momentos todas las federaciones territoriales organizaron sus selecciones, actualmente ya solo juegan partidos amistosos de profesionales la Federación Catalana y la Federación Vasca. Pero durante mi mandato ni una ni otra solicitaron formalmente la inscripción en UEFA ni en FIFA. La federación se ha mantenido unida, y sin ninguna duda es algo de lo que también estoy muy orgulloso.

Sin embargo Gibraltar sí entró en la FIFA y la UEFA

El caso de Gibraltar es muy particular, pues para entrar en la UEFA se valieron de los estatutos que estaban vigentes en 1997, momento en que solicitaron su ingreso. Con los estatutos actuales, aprobados en 2001, sería imposible que se inscribieran porque el artículo 5 limita el acceso a los Estados independientes reconocidos por la mayor parte de los miembros de la ONU[1].

Como es sabido, y a pesar de sus estatutos de entonces, la UEFA negó su entrada como miembro a Gibraltar, que presentó recurso ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo de Lausana, que el 7 de octubre de 2003 dictó un laudo en virtud del cual se obligaba a la UEFA a aceptarlo como miembro[2].

A pesar de ello, y tras ser aprobado su ingreso provisional por el comité ejecutivo de la UEFA el 8 de diciembre de 2006, el congreso celebrado el 27 de enero de 2007 lo rechazó por 48 votos en contra y 3 a favor. De ese congreso recuerdo una intervención brillante del representante suizo: “mi país es un estado confederal, y si permitimos que las partes que integran los Estados entren a la UEFA, los que desapareceremos somos nosotros”.

Así que nuevamente la Federación de Gibraltar recurrió ante el TAS, que dictó un segundo laudo en 2011 en el mismo sentido que el primero, por lo que la UEFA no tuvo otra posibilidad que aceptarlo como miembro, lo que hizo provisionalmente su comité ejecutivo el 1 de octubre de 2012 y de forma definitiva en el congreso celebrado en Londres el 24 de mayo de 2013.

No obstante quiero recordar que en ese congreso había 54 votos, que hubo 53 favorables al ingreso de Gibraltar y 1 en contra, que fue el de España. También votamos en contra de su ingreso en la FIFA, lo que tuvo lugar el 13 de mayo de 2016 igualmente tras un laudo del TAS dictado el 27 de abril de 2016[3].

Usted ha sido vicepresidente de la UEFA y vicepresidente de la FIFA, ¿qué suponen esos puestos a nivel personal?

Efectivamente, y dicho sea con toda modestia, he sido vicepresidente primero de las dos instituciones más importantes en el mundo del fútbol: la UEFA y la FIFA. Y no se llega a esos puestos simplemente por ser presidente de la RFEF, porque lo primero que tienes que hacer es darte a conocer entre los representantes de las federaciones nacionales de otros países para que te voten en el congreso de la UEFA. Y tienen que saber cómo piensas, qué predisposición tienes con el fútbol, cuál es tu pensamiento respecto de los temas importantes.

En términos generales, acceder a un cargo de una institución internacional, ya sea en el ámbito público o privado, es extremadamente difícil porque son puestos muy exigentes y deseados por mucha gente. Me lo marqué desde el principio como un objetivo porque sabía que era bueno para el fútbol español, así que trabajé con mucho esfuerzo para conseguirlo. Y después conseguí algo que es incluso más difícil que llegar, que es mantenerse.

Por supuesto en esas altas instancias, como en todo en la vida, tienes que estar siempre dispuesto a ayudar, a colaborar, a echar una mano. Y muy importante, tienes que demostrar que los compañeros pueden contar contigo en las alegrías y en las penas, que sobre todo estas últimas a veces son demasiadas y muy duras. Si mientes o si no eres leal, sabes que nunca te van a reelegir. Y yo he estado 26 años en el comité ejecutivo de la UEFA y 20 en el de la FIFA, muy pocas personas en la historia del fútbol han estado tanto tiempo en esos puestos de alta representación internacional.

Para mí es un gran honor haber pertenecido a esas dos instituciones, de las que soy un absoluto defensor. Pero al margen de lo que suponga para mí personalmente, lo importante es lo que ha supuesto para el fútbol español.

Ángel María Villar en la UEFA. Archivo Martialay-CIHEFE

Entre 2015 y 2016 ejerció como presidente de la UEFA, sustituyendo a Platini. ¿Cómo fue su relación con él?

Sí es cierto eso, es el cargo más importante en el mundo del fútbol al que ha accedido un español en toda la historia. Pero yo nunca quise utilizar el título de presidente por respeto a Michel Platini, con quien a día de hoy sigo en contacto.

Mi relación con Platini es un buen ejemplo de cómo se desarrollan las relaciones en estos estamentos internacionales. Él se presentó a las elecciones de la UEFA en 2007 frente a Lennart Johansson, que era presidente desde 1990. Yo apoyé e hice campaña por Johansson y perdimos, pero al día siguiente me llamó Platini y me ofreció una vicepresidencia, que acepté con sumo agrado. Ese mismo día le prometí absoluta lealtad, y así me he comportado.

Como ejemplo le contaré que cuando los fiscales suizos vinieron a interrogarle a él y al presidente de la FIFA Joseph Blatter en la casa de la FIFA en Zúrich me quedé hasta el final del interrogatorio para hacerles compañía e intentar echarles una mano. De hecho retrasé un día el vuelo de regreso a Madrid para poder estar con ellos. Más adelante declaré a su favor tanto en la FIFA como en el TAS, porque para mí ambos son inocentes.

Después, cuando llegué a ser la máxima autoridad de la UEFA, intenté por todos los medios ayudar a Platini defendiendo su inocencia e hice todo lo posible para que volviera nuevamente como presidente de la UEFA. Lamentablemente no pudo ser. Al margen de ello, desde el primer día de mi gestión en funciones de presidente estuve en contacto con él permanentemente, y por supuesto le invité a todos los actos de la UEFA y a todos los partidos del Europeo de Francia, jugara Francia o no. Aquel verano lo visité con mi mujer en su estancia de veraneo.

¿Destacaría algo concreto de esa etapa al frente de la UEFA?

Sin duda alguna el Campeonato de Europa de Francia, fueron días tan agotadores como apasionantes. Me levantaba todos los días a las 6 de la mañana en París y me acostaba a la 1 o 2 de la madrugada. Solo la responsabilidad que sientes y lo apasionante del trabajo que estás desarrollando te permite mantener ese ritmo de trabajo.

Tenga en cuenta que en la celebración de un campeonato de ese tipo se juntan dos tipos de responsabilidades: la más alta en la organización y la más alta en la representación. Y a mayores, no dejaba de ser el presidente de la RFEF, con las responsabilidades que eso suponía.

Tenía reuniones a diario con los altos empleados de la UEFA, y por supuesto estaba permanentemente pendiente del teléfono. Pero además recibía a los jefes de estado y de gobierno de los países intervinientes, lo que supone un altísimo honor pero también una altísima responsabilidad. Como ejemplo le pondré que el presidente de la República Francesa nos recibió en el Elíseo, en su estancia de trabajo.

Y como presidente de la RFEF era lo mismo, despachaba todos los días. Cuando España jugaba sus partidos siempre nombraba a una persona de la UEFA para yo poder representar a la RFEF. Tras la eliminación de España volví dos días a Las Rozas e inmediatamente después regresé a Francia.

Joao Havelange y Ángel María Villar. Archivo Martialay-CIHEFE

¿Por qué finalmente no optó a la presidencia de la UEFA en 2016?

Lo pensé mucho, medité mucho si presentarme o no a la presidencia de la UEFA. Hubo varios presidentes de federaciones extranjeras que me animaron a que me presentara, y sé que contaba con su apoyo. Y le diré más, fíjese que yo partía de una posición preferente en una hipotética carrera electoral porque estaba ejerciendo de presidente y eso me podía haber beneficiado mucho, pero nunca utilicé mi puesto para hacer campaña.

Por otro lado hubo dirigentes del fútbol español que me pidieron que me volviera a presentar a la presidencia de la RFEF, y al final me decidí por quedarme en España antes de empezar siquiera la lucha por la presidencia de la UEFA.

¿Cómo influyen en su labor en la presidencia de la RFEF? ¿Qué beneficios ha tenido para el fútbol español su presencia en instituciones internacionales?

Influyen en la labor del presidente de la RFEF muy favorablemente, al menos en dos sentidos. En primer lugar porque se conoce más al fútbol al que representas, por lo que se le quiere más y sobre todo se le respeta más.

Y en segundo lugar porque estás en los órganos que toman las decisiones que después como federación nacional vas a tener que cumplir, por lo que estar en esos órganos te permite influir en esas decisiones que tanto te afectan.

[1] Art. 5: « Membership of UEFA is open to national football associations situated in the continent of Europe, based in a country which is recognised as an independent state by the majority of members of the United Nations, and which are responsible for the organisation and implementation of football-related matters in the territory of their country ».

[2] http://jurisprudence.tas-cas.org/Shared%20Documents/410.pdf

[3] http://jurisprudence.tas-cas.org/Shared%20Documents/3776.pdf




Entrevista a Ángel María Villar (parte 2): el Mundial de 2010 y los grandes éxitos del fútbol español

Ángel María Villar afirma en la primera parte de la entrevista que su objetivo prioritario como presidente siempre fue obtener éxitos deportivos. Al margen de que estos fueron muy numerosos, obviamente el más importante fue ganar la Copa del Mundo en 2010. Victoria que estuvo rodeada, claro, de las Eurocopas de 2008 y 2012, en un periodo de seis años nunca conseguido por ninguna otra selección del mundo. A comentar esos seis años de éxitos dedicamos esta segunda parte de la entrevista.

En primer lugar vamos a hablar de la Eurocopa de 2008, donde se puede establecer un cambio de etapa en el fútbol español.

No, no es cierto, no se puede hablar de cambio de etapa. Lo que vivimos en esa Eurocopa de 2008 celebrada en Austria y Suiza fue la culminación de una etapa, que es muy distinto.

Eurocopa 2008. Archivo Martialay-CIHEFE

¿A qué se refiere con lo de “culminación de una etapa”?

Le voy a responder con unas palabras que no son mías, son de Michel Platini: “trabajad con las selecciones inferiores como lo hace Ángel Villar en la RFEF, que tendréis éxito”. Y le añado otras palabras del seleccionador Vicente del Bosque tras ganar el Mundial en Sudáfrica: “ser campeones no fue una casualidad”.

Ya le he dicho anteriormente que para mí el objetivo principal que debe plantearse un presidente de la RFEF son los éxitos deportivos, y a conseguirlos me empeñé durante todo mi mandato. Y efectivamente yo sabía que no se puede empezar la casa por el tejado, y que la clave del éxito de los jugadores de la selección absoluta está en el trabajo previo que se ha hecho durante años en las selecciones inferiores. Es un trabajo muchas veces silencioso, pero es el que permite plantearse en serio ser campeones de los grandes torneos.

Antes citaba la importancia que usted le confiere a la construcción de una ciudad deportiva…

Por supuesto, es que poder dotar a los jugadores de un sitio estable en el que entrenarse es importantísimo. Pero no solo se trata de eso.

En primer lugar creamos una estructura organizativa nueva para las selecciones nacionales, con un director deportivo al frente al que dotamos de más medios humanos, más medios económicos y más medios materiales. Se trataba de generar una estructura que estuviera al servicio de todas las selecciones, con más seleccionadores, preparadores físicos, preparadores de porteros, cuadros médicos y sanitarios, etc. Y lo importante una vez más, que esa estructura fuera estable.

Por otro lado tuvieron mucha importancia en nuestro planteamiento las federaciones territoriales. Queríamos hacer seguimiento de los jugadores jóvenes, y para eso era importante apoyar la celebración de torneos en el ámbito territorial y la confección de selecciones regionales que disputaran partidos entre sí. Ya le dije antes que yo siempre fui muy partidario de las selecciones territoriales, sobre todo en las categorías inferiores, porque también ellas tienen un papel fundamental en la confección de las selecciones nacionales. Y por otro lado, siempre hubo muy buena interlocución entre los seleccionadores nacionales y los seleccionadores regionales, de tal modo que se acompañaban mutuamente a los partidos y estaban en permanente contacto.

Todo el fútbol español colaboró activamente durante años para desarrollar nuestro proyecto deportivo. Si quiere, podríamos decir que tuvimos la suerte de poner en funcionamiento nuestra filosofía del fútbol español, nuestra manera de concebir este deporte.

Por ello, y volviendo a su pregunta original, no es cierto que la Eurocopa de 2008 fuera un cambio de etapa para el fútbol español. Todo lo contrario, fue el éxito de la etapa que habíamos empezado veinte años antes.

Lleva razón que no podemos olvidar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992

España en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. Archivo Martialay-CIHEFE

Ese sí que fue nuestro primer gran título en la presidencia, y uno de los objetivos más importantes con los que trabajé a llegar a la RFEF en 1988. Después del Mundial de 1982 era la primera vez que íbamos a jugar en casa en un gran torneo, y yo sabía que no debíamos desaprovechar la oportunidad.

A veces se ha difundido la falsa creencia de que los Juegos Olímpicos son un torneo secundario para el fútbol, que no nos preocupamos por él, pero le aseguro que no sé de dónde ha podido salir esa idea, porque era todo lo contrario. Incluso desde el punto de vista simbólico era un torneo muy importante para el fútbol español, porque fue en unos Juegos Olímpicos donde jugamos nuestro primer partido internacional, del que precisamente ahora se cumplen 100 años.

El caso es que desde el primer momento que entré en la RFEF empezamos a trabajar en unos programas específicos con la mente puesta en ganar los Juegos. Vicente Miera, que era el seleccionador nacional, hizo un trabajo excelente de seguimiento de los jugadores, convocándolos a concentraciones y jugando partidos amistosos por toda España, lo que ayudó a generar expectación y un magnífico ambiente previo a los Juegos Olímpicos.

En el torneo tuvimos una brillante actuación que nos llevó hasta la final, que se disputó en el Camp Nou de Barcelona. El campo estaba lleno para animar a España y en el palco estaba S. M. El Rey don Juan Carlos, por quien solo tengo palabras de agradecimiento por el constante apoyo que le brindó al fútbol durante todo su reinado.

Villar con SSMM Don Juan Carlos y Doña Sofía. Archivo Martialay-CIHEFE

El rival era Polonia y nos lo puso muy difícil, de hecho el primer gol fue de ellos. Pero remontamos, y aunque nos pusimos 2-1 ellos marcaron el empate a 2. Un maravilloso gol de Kiko en el minuto 90 hizo que todo el campo y España entera se pusiera de pie. Teníamos la oportunidad de jugar en casa, y la aprovechamos.

Precisamente a raíz de la celebración de los Juegos de Barcelona empecé a ir a las reuniones de las federaciones olímpicas que se celebraban en el Comité Olímpico Español, y a los pocos años me nombraron miembro del comité ejecutivo del COE con el apoyo total de Alejandro Blanco, hoy presidente.

Ángel María Villar, Roberto Solozábal y Vicente Miera. Barcelona 92. Archivo Martialay-CIHEFE

Pero entre el oro olímpico de 1992 y la Eurocopa de 2008 hubo dieciséis años de sequía.

¡Usted tiene un concepto muy particular de qué es la sequía! Para empezar en el año 1999 ganamos el primer campeonato del mundo organizado por la FIFA con la Selección sub-20 que se jugó en Nigeria. Y tenga en cuenta que ese título no solo fue importante por lo que significó en sí mismo, sino porque en esa Selección que dirigía Iñaki Sáez estaban jugadores como Iker Casillas, Xavi Hernández y Carlos Marchena que después fueron campeones del mundo en 2010.

Pero ese no fue el único Mundial que ganamos: durante esa sequía de la que usted habla la selección absoluta de fútbol sala ganó los campeonatos del mundo de 2000 en Guatemala y 2004 en Taipéi, los dos con Javier Lozano de seleccionador nacional.

A esos Mundiales tiene usted que sumarle 3 campeonatos de Europa sub-21. En 1998 en Rumanía, que el seleccionador era Iñaki Sáez y ganamos a Grecia en la final. Y luego dos consecutivos: en 2011 con Luis Milla en Dinamarca y en 2013 con Julen Lopetegui en Israel.

Y a todos esos títulos tiene que sumarle otros 15 campeonatos de Europa entre las selecciones sub-19 y sub-17, más 2 en el fútbol femenino y 7 en el fútbol sala. Y una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, también con Iñaki Sáez de seleccionador.

Le insisto, vaya sequía tan extraña, ¿no le parece?

¿Destacaría algún nombre de todos esos éxitos?

Uno no, destacaría muchos. Para empezar a todos los seleccionadores de la selección absoluta, que han hecho todos un estupendo trabajo. Desde Luis Suárez, al que contraté al mes de entrar en la RFEF, a Vicente Miera, Javier Clemente, José Antonio Camacho, Iñaki Sáez, Luis Aragonés, Vicente del Bosque y Julen Lopetegui. Todos ellos consiguieron siempre clasificar a la Selección para las Eurocopas y los Mundiales, con la única excepción de la Eurocopa 1992.

También han tenido un papel magnífico Fernando Hierro como director deportivo de la Selección, Ginés Meléndez como coordinador de las selecciones inferiores, los seleccionadores femeninos Ignacio Quereda y Jorge Vilda, los de fútbol sala Javier Lozano y Venancio López, y Joaquín Alonso, al frente de la selección de fútbol playa.

Y en las selecciones inferiores ha habido un equipo magnífico de seleccionadores, con Andoni Goicoechea, Jesús Pereda, Juan Santisteban, José Armando Ufarte, Luis Milla, Luis de la Fuente, Santi Denia o Teodoro Nieto, que fue el primer seleccionador femenino y el primer seleccionador de fútbol sala.

Volvamos a la Eurocopa de 2008. ¿Qué recuerdos tiene de los meses anteriores a la celebración del torneo?

Pues fíjese que si tuviera que destacar un recuerdo por encima de los demás sería sin duda la campaña que hizo una parte de la prensa deportiva española para que destituyera a Luis Aragonés. Todo empezó porque perdimos dos de los tres primeros partidos de la ronda de clasificación, contra Irlanda del Norte (3-2) y contra Suecia (2-0).

Yo nunca tuve ninguna duda de que Luis Aragonés era un gran seleccionador, y ni siquiera me llegué a plantear cambio alguno porque si tienes un proyecto en el que crees no tiene sentido alterarlo sin modificar el planteamiento de base. Y si yo estaba seguro de que el planteamiento era el adecuado había que seguir adelante hasta el final. Solo el resultado nos diría si tomábamos una buena decisión o no.

Piense la contradicción que habría supuesto destituir al seleccionador cuando le estoy diciendo que el trabajo que veníamos desarrollando venía de muchos años, apoyado en todo el equipo humano que se conformaba en torno a los jugadores pero en el que los seleccionadores y sus ayudantes eran fundamentales.

Quienes pedían la destitución de Luis no entendían ese trabajo de fondo, pero yo tenía claro que no iba a traicionar nuestro proyecto.

No obstante la campaña era muy dura y por eso llamé a Luis para hablar sobre el tema. “Luis, si tú aguantas yo aguanto”, le dije. “Yo aguanto, presidente”, me respondió él, así que seguimos adelante.

Antes de la celebración del torneo, ¿creía que esta vez sí se podía ganar? ¿Percibía algo diferente a las anteriores grandes citas?

A pesar de los problemas iniciales con esos dos partidos el resto de la clasificación fue muy brillante, por lo que las expectativas que teníamos eran muy positivas. Pero además algo hubo que efectivamente me hacía presagiar que este campeonato iba a ser diferente de los anteriores, y fue precisamente una charla que tuve con el seleccionador nacional antes de viajar.

Luis me dijo: “presidente, estos chicos son capaces de hacer paredes en el área pequeña, este torneo vamos a ganarlo”. Esas palabras, que recuerdo con toda precisión, estuvieron muy presentes durante todo el torneo.

Así que, en resumen, sí, creía que este torneo iba a ser diferente a los anteriores.

¿Cómo vivió ese partido de cuartos de final contra Italia, que fue probablemente la clave de nuestra victoria?

En ningún momento olvidé las palabras de Luis Aragonés, así que fui a ese partido convencido de que lo ganábamos. Ahora bien, con todas las cautelas porque nos enfrentábamos ni más ni menos que a Italia.

Y llegamos a los penaltis, que no son en absoluto una lotería como dice el tópico sino una actuación muy técnica tanto por parte del jugador que lanza como por parte del portero que tiene que pararlo. Claro, tienen un elemento fundamental de suerte, pero más importante que la suerte son la concentración, la calidad del jugador y a su capacidad de mantener la calma.

Mis nervios fueron en aumento, pero en ningún momento dejé de recordar las palabras de Luis. Sentí que en ese partido tuvimos la suerte de los campeones, por lo que mi convicción de que íbamos a ganar la Eurocopa aumentó claramente después de ganar a Italia.

¿Tuvo la oportunidad de hablar con Cesc, que fue quien marcó el penalti decisivo de ese partido?

Hablé en general con todos, pero tenga en cuenta que yo no he sido nunca amigo de discursos ni externos ni internos. Quizá en eso me haya influido mucho el haber sido jugador internacional y poder colocarme perfectamente en la piel de los que en ese momento lo son.

Un jugador que llega a internacional no necesita que su presidente le dé ninguna charla, necesita disfrutar del éxito y mantener toda la concentración para el siguiente partido.

Quizá tan importante como saber qué es lo que tienes que hacer en la vida es saber qué es lo que no tienes que hacer. Y esa máxima la he llevado también a mi labor al frente de la presidencia.

Y llegó la final contra Alemania…

Recuerdo aquel 29 de junio de 2008 como si fuera hoy mismo. Fue un extraordinario día de fútbol, un gran triunfo, un gran éxito. España ganó ese torneo con la práctica unanimidad de la crítica de que éramos la mejor selección, la que mejor fútbol había hecho. Y David Villa fue el máximo goleador y Xavi Hernández el mejor jugador. Teníamos una gran Selección, formada por jugadores modestos y humildes. Yo que he tenido la suerte de conocerlos es lo que más destacaría de ellos: eran estrellas del fútbol mundial pero sobre todo eran humildes. Quizá por ello precisamente fueran grandes estrellas.

Para toda España fue un acontecimiento, hacía 44 años desde que ganamos la última Eurocopa. Quizá lo que más fácilmente sirva para dibujar la importancia que aquel partido tenía para el conjunto de España fue la presencia en el palco de S. M. El Rey don Juan Carlos y del presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.

Tampoco pierda de vista el momento histórico en que nos encontrábamos, en medio de una crisis económica durísima donde los españoles estábamos más necesitados que nunca de eventos positivos que nos subieran la moral. Y el fútbol nos hizo ese regalo a todos.

¿Le hubiera gustado que siguiera Luis Aragonés al frente de la Selección?

Claro que me hubiera gustado, de hecho antes de ir a la Eurocopa le ofrecí la renovación. Era algo que hacía siempre con los seleccionadores: cuando se clasificaban para las fases finales de los grandes torneos les ofrecía la renovación sin someterla a ninguna condición de resultados en esas fases finales. No solo pretendía con ello premiar el trabajo bien hecho, sino liberar al seleccionador de una presión que no iba a ser positiva en su trabajo.

El caso es que Luis me dijo que no quería renovar, así que con el director deportivo de la RFEF, que era Fernando Hierro, nos planteamos quién podía ser el mejor sustituto y pensamos en Vicente del Bosque, con quien hablamos ya antes de la Eurocopa.

Luis estuvo de acuerdo con su sucesor, así que propusimos a la junta directiva el nombramiento de Vicente del Bosque como seleccionador nacional.

Piense que este movimiento era delicadísimo, porque teníamos unos jugadores brillantes, ni más ni menos que campeones de Europa, que conformaban la mejor selección del mundo. Era casi imposible que un cambio tan importante como el de seleccionador pudiera mejorar las cosas, pero había un riesgo de que pudiera empeorarlas. Afortunadamente el cambio fue modélico, y a la vista están los resultados.

Siempre que se acercaba la celebración de un Mundial la prensa vendía que éramos favoritos. Pero esta vez tras haber ganado en la Eurocopa de 2008 la situación era diferente. ¿Creía usted que realmente éramos favoritos ante el Mundial de Sudáfrica?

Sí, desde el primer momento. Habíamos hecho una fase de clasificación perfecta, ganamos los diez partidos y marcamos 28 goles. Nuestro equipo hacía un fútbol brillante, éramos sin duda los mejores del mundo. Y además teníamos la suerte de los campeones.

Villar con la Copa. Mundial 2010. Archivo Martialay-CIHEFE

Por supuesto en una fase final puede pasar de todo, y no habría sido la primera vez que un equipo favorito no solo no gana sino que es eliminado a las primeras de cambio, pero yo tenía plena confianza en que este era nuestro Mundial, que lo íbamos a ganar.

Además le diré que era un Mundial muy especial porque era el primero que se iba a disputar en África, y además en el África subsahariana. Era un éxito sin precedentes para la globalización del fútbol.

Durante el Mundial, ¿cuál fue la actuación del presidente Villar?

Quizá no fuera tan frenética como en la Eurocopa de 2016 que actué como presidente de la UEFA, pero tenga en cuenta que en Sudáfrica yo era presidente de la RFEF, vicepresidente de la FIFA y presidente de la comisión de árbitros. Así que lo primero que puedo decirle es que mi trabajo durante aquellas semanas fue muy intenso, todos los días me levantaba a las 6 de la mañana y me acostaba a las 11 o 12 de la noche.

Como presidente de la RFEF viajé varias ocasiones a Potchefstroom, el lugar donde se entrenaba la Selección. Intenté siempre estar cerca del equipo, por lo que el día anterior a todos los partidos estaba siempre en la concentración de la Selección, comía y dormía con los jugadores. Por supuesto fui a todos los partidos, y cuando no podía estar en la concentración estaba permanentemente informado por mis colaboradores sobre todos los pormenores de la selección. Además mandé a un empleado de la RFEF a que estuviera al lado del cuartel general de la FIFA durante todo el campeonato, así nos enterábamos de todo lo que nos afectaba al minuto.

Por otro lado, como vicepresidente de la FIFA y miembro de la comisión del Campeonato del Mundo estuve en todas las reuniones del comité ejecutivo y de la comisión que se celebraron en Sudáfrica. Y como presidente de la comisión de árbitros de la FIFA me presentaba en el cuartel general de los árbitros en Pretoria, hacía las designaciones con la comisión y controlaba la preparación técnica y física de los árbitros que estaban en el mundial. Para ello tuve como ayudante al exárbitro español José María García-Aranda.

Volviendo al terreno deportivo, el primer partido lo perdimos contra Suiza. ¿Qué sensación tuvo tras ese primer encuentro?

Fue una situación muy delicada, porque nadie había ganado el Campeonato del Mundo tras perder el primero partido. El seleccionador nacional hizo un trabajo magnífico con los jugadores para mantener tanto la calma como el ánimo del grupo, y pudimos superar ese tremendo susto.

El segundo partido contra Honduras fue una de las claves del campeonato. Nadie se acuerda de ese partido porque era teóricamente el más fácil, pero tras venir de una derrota era clave para demostrar si el equipo había superado o no el golpe inicial. De hecho si las cosas se torcían y no ganábamos ahí se acababa nuestro Mundial.

Todos los partidos de aquel campeonato fueron fundamentales, y no se puede prescindir de ninguno de ellos. ¡Qué grandes partidos vivimos! Pero créame, la clave para ganar el título fue ganar a Honduras.

¿Cómo vivió el camino hasta la final?

Podría contarle detalles de cada uno de los partidos, porque como ya le he dicho todos fueron importantísimos y de una satisfacción enorme. Y por supuesto, a cada eliminatoria que accedíamos mi sensación inicial de que podíamos ser campeones del mundo se reafirmaba.

Como resumen de todos aquellos partidos le contaré una frase que me dije a mí mismo después de ganar a Alemania las semifinales, con aquel maravilloso gol de Puyol: “Solo hay un cielo, pero yo estoy en el séptimo”.

Decía antes que no era amigo de darles charlas a los jugadores, pero supongo que antes de la final del Mundial les diría unas palabras.

Sí, por supuesto, era una ocasión única en nuestra historia. Fue unas horas antes del partido, en el Hotel Da Vinci de Johannesburgo en el que estábamos concentrados. Fue una charla muy sencilla y llena de emoción. Les dije que lo habían hecho muy bien, y que ya solo les quedaba el último esfuerzo, que tenían la oportunidad de pasar a la historia del fútbol español y mundial, de dar una inmensa alegría a millones y millones de españoles, aficionados y no aficionados al fútbol. Recuerdo muy bien las palabras con las que terminé: “¡Vais a conseguirlo, estoy seguro!”.

Usted era el presidente de la comisión de árbitros, ¿cómo se eligió el árbitro de la final?

En la comisión teníamos una norma no escrita que consistía en no nombrar árbitro para un partido a aquel que ya hubiera pitado a una Selección si esta había perdido el partido anterior. Se trata de evitar suspicacias y sobre todo de proteger al árbitro.

Creo que Howard Webb era el mejor árbitro del torneo, pero era precisamente el que nos había pitado en el partido que perdimos contra Suiza, por lo que de seguir la norma no podía haber sido nombrado para pitar la final.

Pero resulta que en la comisión el nombre que salió fue el de Webb, precisamente porque era el mejor del torneo. Aunque yo era consciente de que si lo designábamos para la final se incumplía esa norma no escrita, opté por guardar silencio absoluto porque creí que cualquier cosa que dijera o hiciera se podía malinterpretar.

El caso es que al final la norma no se siguió y Webb fue el árbitro de la final. Y en mi opinión, hizo un gran partido.

Hablemos pues de la final. ¿Cómo fue aquel 11 de julio de 2011 hasta que Webb pitó el inicio del partido?

Por la mañana fui a misa, y después pasé el día en el hotel hasta el momento de ir al estadio Soccer City de Johannesburgo. En mis treinta años de presidente siempre me enteré de las alineaciones al llegar al campo, pero aquel día Vicente del Bosque me llamó para decirme quiénes eran los once que iban a jugar.

El campo estaba lleno, el colorido era extraordinario, y había muchos aficionados españoles que habían hecho ese larguísimo viaje solo para ver ganar a España aquel partido.

En el prepalco de la final recuerdo un saludo muy afectuoso con el presidente de la Asociación de Fútbol de Argentina, don Julio Grondona, que según me dijo estaba convencido de que íbamos a ganar: “Ángel, ahora ya vas a poder hablar ante el presidente de la FIFA en nombre de las selecciones que hemos sido campeonas del mundo, yo creo que deberíamos participar en todas las fases finales sin pasar por las eliminatorias previas”.

De España vinieron muchísimas personalidades, pero entre todos ellos me permitirá que destaque a la Reina doña Sofía y a los entonces príncipes de Asturias, don Felipe y doña Letizia. No sabe cuánto agradezco el apoyo que la Casa Real ha dado siempre al fútbol durante mi mandato, siempre seré un hombre muy agradecido a la Casa Real.

Antes de empezar el partido los dos presidentes teníamos que bajar desde el palco para saludar a los futbolistas, y yo me dirigí al presidente holandés Michael van Praag y le cogí la mano para bajar juntos. Siempre que hablo con él me recuerda aquel gesto de cogerle la mano.

¿Cómo recuerda el partido?

Recuerdo de memoria la alineación, los cambios, muchas jugadas… El partido fue duro, muy duro. Y aunque tenía mucha confianza en los jugadores, en absoluto tenía la certeza de que fuéramos a ganar.

Por supuesto las dos jugadas que más recuerdo fueron la parada de Iker Casillas a Robben y naturalmente el gol de Iniesta a pase de Cesc en el minuto 116. Si el partido entero se me hizo eterno, los segundos que pasaron después del gol fueron toda una eternidad por si el árbitro pitaba fuera de juego.

Cuando subieron al palco abracé a cada uno de los jugadores, y le aseguro que recuerdo cada uno de esos abrazos como si fueran el único que di. La emoción que me suponía como español ganar un mundial de fútbol se unía a la emoción que tenía como presidente.

Después de que Iker Casillas levantara la copa besé a Ana, mi mujer. Ese beso fue todo cuanto exterioricé mi emoción, porque el formalismo de la representación que ejerces no te permite otra cosa. Pero la emoción que sentía era inmensa.

España campeona del mundo. Sudáfrica 2010. Archivo Martialay-CIHEFE

Y luego bajaron al vestuario…

Sí, la fiesta no solo era enorme por la importancia de lo que habíamos conseguido, sino por todas las personas que pasaron por allí. Por supuesto bajaron los entonces príncipes de Asturias, pero también otras personalidades como Plácido Domingo o Ana Patricia Botín.

Precisamente ese ambiente de fiesta lo aprovechó un empleado de la FIFA para darnos el cambiazo de la copa: cogió la original, se metió con ella en el baño y nos dio la copia que se conserva en la sede de la RFEF. Pero todos los jugadores, los entrenadores y yo mismo llegamos a tocar la original.

¿Se trajo algún recuerdo del Mundial?

Por supuesto. Traje hierba del campo de entrenamiento de Potchefstroom y por supuesto del Soccer City donde jugamos la final. También balones de los partidos, bubuzelas, las pizarras donde Vicente del Bosque expresaba las alineaciones y las tácticas, banderines y ropa. En una palabra, me traje de todo.

Pero luego me di cuenta que no tenía ningún recuerdo de Howard Webb, y le escribí pidiéndole que me mandara algo. Tuvo la amabilidad de mandarme las botas con las que arbitró la final y también el pito de la final.

¿Qué recuerda del recibimiento que se hizo a la Selección al llegar a España?

Apoteósico, el recibimiento fue apoteósico. Primero en Madrid y luego en toda España. No solo los aficionados al fútbol se echaron a la calle a festejar el título, es que toda España estaba en las calles. ¡Qué hermoso saber que hicimos feliz a todo nuestro país!

Volamos en el airbus de Iberia A-340 llamado Albéniz, y al aterrizar en Barajas nuestro primer destino fue el palacio de La Moncloa, en el que nos recibió el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Después fuimos al palacio de La Zarzuela, en el que nos esperaban Sus Majestades los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía, que había estado con nosotros en Johannesburgo. Las más altas instituciones del Estado fueron extremadamente amables y cariñosas con nosotros.

Después los jugadores hicieron la presentación de la copa a la ciudad de Madrid, recorriendo las calles en autobús. Había miles y miles de ciudadanos por las calles, todos entusiasmados con lo que habíamos logrado. Fue sin duda alguna la mayor fiesta deportiva que se ha vivido nunca en la capital de España, sin punto de comparación posible con ninguna otra.

Pasadas las semanas yo pedí que la copa del mundo viajara por toda España, todos los españoles tenían que tener cerca la copa, porque era la copa de todos. Y le digo lo mismo, en todos los lugares a los que llevamos la copa se recibió con muchísima alegría y cariño. Incluso llevamos la copa a la sede de la Conferencia Episcopal, donde se generó mucha expectación por nuestra presencia.

Y el 14 de octubre organizaron en la Ciudad del Fútbol un homenaje a los jugadores.

Efectivamente, tres meses después les organizamos un merecidísimo homenaje en Las Rozas. Invitamos a todos los jugadores internacionales, que se unieron al presidente de la FIFA Joseph Blatter, que vino a entregarnos el diploma y un emblema que nos acreditaban como campeones del mundo. Fue una ceremonia inolvidable.

Pero no fue la única, porque poco después empezaron a sucederse los premios, fundamentalmente el Premio Nacional del Deporte, la Placa Olímpica del COE y el premio Príncipe de Asturias. Este último nos lo entregó el que hoy es S.M. el Rey don Felipe, con unas bellísimas palabras: “Os entregamos el reconocimiento, la alegría y el aplauso de toda España”.

¿Cómo describiría a los hombres que hicieron aquello posible?

Lo primero que quiero indicarle es que entre los hombres que lo hicieron posible estaba el equipo técnico, sus ayudantes, los preparadores físicos, los entrenadores de porteros, el cuerpo sanitario, los médicos, los fisioterapeutas, etc., y todos pusieron su granito de arena.

Pero sin ninguna duda los grandes protagonistas fueron los jugadores. Todos ellos eran extraordinarios futbolistas, pero juntos conformaban un equipo humano fuera de serie. Sin ninguna duda eran los mejores del mundo. Eran ambiciosos, trabajadores, experimentados y humildes, reunían todas las cualidades. Con todo merecimiento han pasado a la historia del fútbol nacional y mundial, sus nombres siempre se reflejarán en los libros de historia del fútbol.

Y sobre el seleccionador debo decir lo mismo. Fue un gran acierto ficharle y contratarle por sus magníficos conocimientos sobre fútbol, pero también por su sosiego, su serenidad, su humildad y su saber estar. Merece todo el reconocimiento, porque él fue el timonel que nos llevó a ganar el mundial.

¿Fue el mayor éxito deportivo en toda la historia de España?

Honradamente creo que sí, no lo hay mayor. Tenga en cuenta que esa Selección no solo enamoró a todos los españoles, es que enamoró al mundo entero.

Pero iré más allá, no encontrará otro acontecimiento social del tipo que sea que generara aquella ilusión y aquella cohesión de toda España y todos los españoles. Y si eso siempre es bonito, lo era más aún en momentos en que la crisis económica seguía siendo muy intensa.

Lo que hizo aquel equipo humano fue para España mucho más que un triunfo deportivo.

Varios años después la Selección volvió a Sudáfrica…

Estábamos en deuda con Sudáfrica, nos lo había dado todo. Y yo quería pagar esa deuda simbólica que teníamos con ellos, así que decidí que la mejor forma de agradecimiento era ir allí a jugar un partido amistoso sin rédito económico alguno. El partido lo jugamos en noviembre de 2013. Volver al mismo campo fue extremadamente emotivo, el recibimiento que nos hicieron fue maravilloso.

Le recuerdo que en 2009 habíamos hecho lo mismo como agradecimiento a Austria por el trato que nos habían dado durante la Eurocopa de 2008, fuimos allí a jugar un amistoso sin contraprestación económica.

El siguiente hito para aquel equipo fue la Eurocopa de 2012.

Si le dije antes que el Mundial de 2010 era simbólico por jugarse por primera vez en África, este europeo se jugaba por primera vez en dos países del telón de acero, lo cual no era menos simbólico.

Una vez más hicimos la clasificación perfecta, pues ganamos los ocho partidos y marcamos 26 goles. El fútbol que seguía haciendo la selección era maravilloso, así que llegamos una vez más como favoritos, y con el reto de hacer lo que nadie había hecho hasta ese momento: encadenar dos Eurocopas y un Mundial consecutivos.

¿Fueron días de trabajo intenso para el presidente?

Sí, como siempre en las grandes citas. Tenga en cuenta que, una vez más, a mi labor como presidente de la RFEF se unía la vicepresidencia de la UEFA, que me obligaba a estar presente en las reuniones del comité ejecutivo y de la comisión del torneo, y además era presidente de la comisión de árbitros de la UEFA. Así que volví a mis jornadas maratonianas de levantarme a las 6 de la mañana y acostarme de 12 a 1 de la noche.

Por supuesto, me mantuve informado continuamente de lo que ocurría en la Selección española, y también de cuanto ocurría en el cuartel general de la UEFA que nos pudiera atañer porque tenía en todo momento a un empleado de la RFEF para enterarse de todo lo que pasaba de forma inmediata. Hay veces que perder diez o quince minutos puede ser muy importante, y por ello no nos permitíamos ningún retraso ni ningún descanso.

Nuestra selección volvió a maravillar al mundo entero.

Efectivamente, el torneo que hicimos fue sencillamente perfecto, tan solo pasamos apuros en la semifinal con Portugal, donde nos clasificamos por penaltis.

Recuerdo muy bien algunas jugadas, los goles, las alineaciones…, pero sobre todo tengo presente esa sensación de la que usted habla de disfrutar de cada partido y de estar demostrando palmariamente que éramos los mejores del mundo. Y así se nos reconocía en la prensa de todo el mundo.

Una peculiaridad muy llamativa es que jugamos casi sin delanteros: había defensas y medios, pero atacantes puros no había. Y a pesar de eso, hicimos en la final la mayor goleada hasta la fecha.

Vayamos a la final de Kiev. ¿Hubo charla del presidente a los jugadores?

Efectivamente, era nuevamente una ocasión histórica. La charla fue unas horas antes del partido, en el Hotel Ópera donde se hospedaba la selección.

Pero ya le he dicho que no soy amigo de grandes discursos, así que simplemente les recordé lo felices que habían hecho a millones de personas en España y en todo el mundo ganando el Mundial, y les dije que lo podían volver a repetir, que podían pasar nuevamente a la historia del fútbol europeo y mundial.

Les señalé que ahora que éramos campeones de Europa y del mundo nuestro rival pondría aún más esfuerzo por ganarnos, pero que estaba seguro de que iban a ganar de nuevo y a hacer a toda España de nuevo campeona de Europa.

Y terminé con un sencillo: “¡A por ellos!”.

Con Italia habíamos jugado el primer partido del torneo y habíamos empatado a uno, pero todos sabíamos que la final iba a ser otra historia. ¡Y vaya si lo fue!

Eurocopa 2012. Archivo Martialay-CIHEFE

¿Cuándo supo la alienación que sacaría Del Bosque?

Al llegar al campo. Por supuesto sabía por dónde podían ir los tiros, pero tenía la misma información que cualquier aficionado a la Selección. Ya le dije antes que nunca he llamado a un seleccionador para conocer la alineación de un partido, e igual que antes de la final de Sudáfrica Vicente del Bosque me llamó, esta vez no lo hizo.

La final volvió a ser un acontecimiento para toda España.

Desde luego, bastaba con ver que en el palco asistieron los príncipes de Asturias, actuales reyes de España, y el presidente del gobierno Mariano Rajoy.

Creo que no exagero si le digo que el partido que jugamos fue probablemente la mejor final que se ha jugado nunca en un campeonato de Europa o del Mundo. Hicimos un partido sencillamente perfecto, y así lo reflejó el resultado: 4-0 a Italia, una de las grandes potencias de todo el mundo. Silva, Jordi Alba, Fernando Torres y Mata marcaron los goles.

El presidente Michel Platini entregó la copa al capitán Iker Casillas, y por tercera vez consecutiva volvimos a ver cómo Iker levantaba una copa que era para toda España.

Por supuesto también me traje como recuerdos varios balones, camisetas, ropa, documentación, y hierba del estadio de la final.

Eurocopa 2012. Archivo Martialay-CIHEFE

Y a la vuelta los ciudadanos españoles volvieron a volcarse con sus jugadores

Efectivamente, España y sus ciudadanos demostraron una vez más que estaban volcados con su Selección. En esos años se generó una simbiosis perfecta entre un equipo humano de jugadores extraordinario, dos seleccionadores maravillosos, y un pueblo español unido en torno a ellos.

Esa unión solo la ha conseguido el fútbol, y permítame decirle que estoy profundamente orgulloso de eso.

¿Cree que volveremos a tener una etapa de tantos éxitos como la que tuvimos entre 2008 y 2012?

Ojalá, lo estoy deseando. No va a ser fácil, pero precisamente por ello es una meta a superar. ¡Y ojalá se supere!

¿De los títulos que se ganaron de 2008 a 2012 qué parte se le debe al presidente Villar?

Esos éxitos son consecuencia de muchos años de desarrollar un trabajo que ya estaba diseñado en mi programa electoral de 1988. Pero es evidente que además de tener las ideas hace falta gente que las ejecute, y sin un equipo humano maravilloso y sin un conjunto de jugadores como el que tuvimos en la Selección en esos años nada habría sido posible.

He tenido la enorme suerte de conseguir como dirigente los títulos que no pude conseguir como jugador de fútbol. ¡Qué feliz fui durante muchos años dirigiendo la RFEF!

Ángel María Villar Llona. Archivo Martialay-CIHEFE




Amberes 1920

EL FÚTBOL EUROPEO DURANTE LOS SEIS PRIMEROS MESES DE 1920

Como consecuencia de la I Guerra Mundial el mapa europeo se había modificado en la zona central tras la descomposición del Imperio Austro-Húngaro, muchas fronteras se modificaron, dando lugar a nuevos estados y la paz no estaba totalmente restablecida ya que en la parte más oriental la Revolución Soviética no se había completado en tan vasto territorio, sumido en una guerra civil. El fútbol internacional se iba recuperando tras la trágica experiencia europea.

Entre 1915 y 1918 los únicos países que mantuvieron en activo sus selecciones nacionales fueron Suecia, Dinamarca y Noruega que jugaban entre sí, al igual que Austria y Hungría en duelo interno al que a veces se sumaba Suiza en su condición de país neutral.

Durante 1919 se fueron recomponiendo los campeonatos nacionales y poco a poco las federaciones se animaron a concertar partidos internacionales, aunque muy condicionadas por su alineación en el conflicto bélico mundial y su ubicación geográfica. El 9 de marzo de 1919 Bélgica y Francia volvieron a jugar, y tres meses más tarde fue Holanda la que reinició la actividad de su selección. Mientras los países escandinavos mantuvieron sus habituales partidos. En octubre de ese año se reanudó el torneo interbritánico con un Irlanda-Inglaterra en Belfast. También Hungría y Austria jugaron dos partidos amistosos -uno en abril y otro en noviembre- para conservar la tradicional rivalidad danubiana.

Los equipos inscritos en el Torneo de Fútbol de Amberes solo jugaron en los meses previos de 1920 catorce partidos oficiales como selecciones absolutas. Suiza fue el equipo que más encuentros disputó obteniendo muy buenos resultados como las victorias sobre Italia, Holanda y Suecia, además de su goleada a Alemania. Solo Francia fue capaz de ganar a los suizos. Precisamente fue el partido contra Alemania el que arropó la renuncia suiza a participar en los Juegos. Aunque la FIFA dio libertad para que sus afiliados jugasen contra los equipos de las naciones derrotadas en la guerra -Alemania, Austria y Hungría, junto a sus aliados Turquía y Bulgaria-, estas fueron vetadas para participar en las Olimpiadas. Suiza, consecuente con su neutralidad e ignorando el criterio del COI, fue el primer país que concertó jugar con Alemania. Conocedora de la germanofobia reinante entre el público belga prefirió renunciar a su participación alegando falta de subvención oficial para cubrir el desplazamiento del equipo.

Partidos previos de las selecciones participantes en los Juegos Olímpicos de Amberes

18/01/1920

Milán

Italia – Francia

9-4

17/02/1920

Bruselas

Bélgica – Inglaterra

3-1

29/02/1920

Ginebra

Suiza – Francia

0-2

28/03/1920

París

Francia – Bélgica

2-1

28/03/1920

Berna

Suiza – Italia

3-0

05/04/1920

Ámsterdam

Holanda – Dinamarca

2-0

05/04/1920

Ruan

Francia – Inglaterra

0-5

13/05/1920

Génova

Italia – Holanda

1-1

16/05/1920

Basilea

Suiza – Holanda

2-1

30/05/1920

Estocolmo

Suecia – Finlandia

4-0

06/06/1920

Estocolmo

Suecia – Suiza

0-1

13/06/1920

Kristiania

Noruega – Dinamarca

1-1

27/06/1920

Kristiania

Noruega – Suecia

0-3

27/06/1920

Zúrich

Suiza – Alemania

4-1

 

Resumen por países

J

G

E

P

F

C

P

 

Suiza

5

4

0

1

10

4

8

 

Suecia

3

2

0

1

7

1

4

 

Francia

4

2

0

2

8

15

4

 

Italia

3

1

1

1

10

8

3

 

Holanda

3

1

1

1

4

3

3

 

Inglaterra

2

1

0

1

6

3

2

 

Bélgica

2

1

0

1

4

3

2

 

Dinamarca

2

0

1

1

1

3

1

 

Noruega

2

0

1

1

1

4

1

 

Bélgica, como país anfitrión, partía como favorito. El resultado más importante fue su gran victoria ante Inglaterra amateur, equipo que estaba considerado como máximo favorito ya que  había ganado la Medalla de Oro en los Juegos de 1908 y 1912. Los ingleses, después de su inesperada derrota en Bruselas arrollaron a Francia a domicilio.

Francia llegó a Amberes con muchas dudas porque si bien fue capaz de ganar a Bélgica, en cambio había recibido dos goleadas muy importantes. Tampoco ofrecían garantías ni Italia ni Holanda ya que tenían un balance equilibrado conseguido con resultados muy desiguales.

Los equipos escandinavos fueron los que más partidos habían jugado en 1919 dada su situación geográfica. Igualmente continuaron jugando entre sí en 1920, siendo Suecia el que se mostraba más fuerte de los tres inscritos. Dinamarca, dos veces Medalla de Plata, había dado un bajón aunque seguía teniendo muy buena reputación y nadie contaba con Noruega.

El último partido internacional de Luxemburgo había sido en febrero de 1914, cuando derrotó a Francia por 5-4. Desde entonces no volvió a jugar hasta su participación en la Olimpiada e Amberes por lo que era toda una incógnita.

Para Checoslovaquia, Egipto, España, Grecia, Polonia y Yugoslavia la Olimpiada de Amberes iba ser su debut internacional, si bien Checoslovaquia ya había jugado partidos internacionales como Bohemia entre 1906 y 1908 cuando formaba parte del Imperio Austro-Húngaro. Tanto Checoslovaquia como Yugoslavia -cuyo nombre oficial era Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos– se constituyeron como estados como consecuencia del desmembramiento del Imperio Austro-Húngaro. Gozaban de una gran tradición futbolística y pese a que en los Juegos de Amberes iban a formalizar su presentación oficial, se acompañaban de un muy buen cartel.

Por contra, Egipto y Grecia eran dos grandísimos desconocidos y no contaban en absoluto para las apuestas.

España era otra incógnita. Su aislacionismo le había llevado a mantener solo contacto con el fútbol francés y centroeuropeo a través de los partidos de club, por lo que nadie sabía hasta dónde podría llegar como selección nacional.

Polonia finalmente no se desplazó a Bélgica y retrasó su debut internacional hasta 1921.

Los participantes se tomaron muy en serio la preparación de sus equipos hasta el punto que seis federaciones se presentaron con entrenadores británicos: los escoceses William Sturrock Maxwell (Bélgica), John Madden (Checoslovaquia) y James McPherson (Noruega) y los ingleses Jack Carr (Dinamarca), Frederick Pentland (Francia) y Frederick Warburton (Holanda). Tres confiaron en técnicos nacionales: Paco Bru (España), Giuseppe Milano (Italia) y Veljko Ugrinić (Yugoslavia). A su vez eran jugador/seleccionador Hussein Hegazi (Egipto) y Yeorgios Kalafatis (Grecia); mientras que los equipos Gran Bretaña, Luxemburgo y Suecia estaban organizados por un equipo técnico.

AMBERES 1920 – TORNEO DE FÚTBOL

Inicialmente fueron dieciséis participantes inscritos en el Torneo de Fútbol, cuyo reglamento consistía en un sistema de eliminatorias de desarrollo piramidal que en su línea directa darían al vencedor del torneo y por tanto ganador de la Medalla de Oro. A su vez, las Medallas de Plata y Bronce se disputarían entre los equipos eliminados dependiendo en qué fase y con qué rival hubiesen perdido. Este tipo de competición doble recibía el nombre de sistema Bergvall.

Este método se basaba en el tradicional sistema de Copa por eliminación directa pero repescaba a los equipos eliminados para darles una segunda opción para alcanzar la medalla de plata. Con ello se compensaba a los equipos que hubiesen quedado eliminados por aquel que al final resultase campeón, y se contrarrestaba un poco el capricho de un sorteo que cruzase a los dos equipos supuestamente más fuertes en alguna eliminatoria previa a la final.  Recibe el nombre de su diseñador, el sueco waterpolista Erik Bergvall. Fue introducido en los Juegos Olímpicos de 1912 en la competición de waterpolo y así se aplicó en ese deporte en 1920 y 1924. El fútbol, dado que era la disciplina olímpica que más público atraía también recurrió en la Olimpiada de Amberes a este sistema con lo que aumentaron el número de partidos disputados, aunque no convenció a los participantes y no se aplicó en 1924.

El calendario para el Torneo de Fútbol quedó fijado de la siguiente manera:

28 de agosto: octavos de final.

29 de agosto: cuartos de final.

31 de agosto: semifinales por la Medalla de Oro y primera eliminatoria por la Medalla de Plata entre los cuatro eliminados de los cuartos de final.

2 de septiembre: gran final por la Medalla de Oro y segunda eliminatoria por la Medalla de Plata entre los dos vencedores de la primera eliminatoria entre los cuartofinalistas eliminados.

4 de septiembre: semifinales por la Medalla de Plata. Se enfrentarán por un lado el perdedor de la gran final y el vencedor de las eliminatorias entre los cuartofinalistas; y por el otro los dos equipos eliminados por el equipo que hubiese quedado campeón en octavos de final y en semifinales.

5 de septiembre: pequeña final, en la que el vencedor gana la Medalla de Plata y el perdedor consigue la Medalla de Bronce.

Para el sorteo de octavos de final se tomaron algunas medidas que dirigieron los emparejamientos de tal manera que los equipos considerados más fuertes no se enfrentasen entre sí a las primeras de cambio. Llamó sospechosamente la atención que tanto a Bélgica, país anfitrión, como a Francia, país del presidente del COI, les fuesen asignados rivales que previamente ya habían renunciado a participar. España, por su condición de debutante, recibió como rival a la potente y experta Dinamarca. Gran Bretaña aunque representaba a las cuatro federaciones británicas solo llevó jugadores ingleses, salvo uno, galés, que también jugaba en Londres.

TORNEO POR LA MEDALLA DE ORO

Octavos de final

28/08/1920

Checoslovaquia – Yugoslavia

7-0

Noruega – Gran Bretaña

3-1

España – Dinamarca

1-0

Italia – Egipto

2-1

Suecia – Grecia

9-0

Holanda – Luxemburgo

3-0

Francia – Suiza (renunció)

Bélgica – Polonia (no se desplazó a tiempo)

 

Cuartos de final

29/08/1920

Holanda – Suecia

5-4

Francia – Italia

3-1

Checoslovaquia – Noruega

4-0

Bélgica – España

3-1

 

Semifinales

31/08/1920

Checoslovaquia – Francia

4-1

Bélgica – Holanda

3-0

 

Final

02/09/1920

Bélgica – Checoslovaquia (descalificado)

2-0

Nota: en las alineaciones de las correspondientes fichas técnicas se incluye la experiencia internacional -media de veces internacional por equipo-, especificando entre paréntesis el número de internacionalidades de cada jugador.

OCTAVOS DE FINAL

28 de agosto de 1920

Amberes, estadio de Boschuil, 600 espectadores.

Árbitro: Raphaël van Praag (Bélgica).

CHECOSLOVAQUIA, 7; YUGOSLAVIA, 0.

Goles: 1-0 (20’) Vaník. 2-0 (34’) Janda. 3-0 (43’) Sedláček. 4-0 (46’) Vaník. 5-0 (50’) Janda. 6-0 (75’) Janda. 6-0 (79’) Vaník, de penalti.

CHECOSLOVAQUIA [experiencia internacional: 1]: Klapka (1); Hojer (1), Pospíšil (1); Kolentatý (1), Káďa (1), Perner (1); Sedláček (1), Janda (1), Pilát (1), Vaník (1), Mazal (1).

YUGOSLAVIA [experiencia internacional: 1]: Vrđuka (1); Župančić (1), Šifer (1); Tavčar (1), Cindrić (1), Rupec (1); Vragović (1), Dubravčić (1), Perška (1), Granec (1), Ružić (1).

En su debut olímpico Yugoslavia alineó a nueve croatas, un esloveno y un serbio. Llamaba la atención la presencia del croata Rudolf Rupec, quien había jugado 10 partidos con Austria entre 1917 y 1918 cuando jugaba con el Rapid de Viena. Mientras que Checoslovaquia, que también debutaba en la Olimpiada formó con once checos. Fue el primer partido internacional para ambas selecciones, aunque los checos ya tenían cierta experiencia internacional, pues habían participado en Francia en unos juegos militares.

Se recibió a la selección checoslovaca con un ambiente muy hostil pues se les identificaba estrechamente con Alemania y desde el primer minuto los pocos espectadores asistentes se decantaron en su contra.

A los 13 minutos se lesionó precisamente el mejor hombre yugoslavo, el centrocampista Rupec. A partir de ese momento Yugoslavia quedó a merced de su rival y sufrió una fuerte derrota siendo el portero Vrđuka su mejor jugador. Por los checos destacaron Janda y Vaník, con tres goles cada uno.

28 de agosto de 1920

Amberes, estadio Olímpico, 5000 espectadores.

Árbitro: Johannes Mutters (Holanda).

NORUEGA, 3, GRAN BRETAÑA, 1.

Goles: 1-0 (13’) Gundersen. 1-1 (25’) Nicholas. 2-1 (51’) Gundersen. 3-1 (63’) Wilhelms.

NORUEGA [experiencia internacional: 15,1]: Wathne (12); Aulie (23), Skou (28); Wold (20), Halvorsen (11), Gunnar Andersen (27); Paulsen (8), Wilhelms (2), Helsegsen (14), Gundersen (14), Holm (7).

GRAN BRETAÑA [experiencia internacional: 5,2]: Mitchell (1); Gates (2), Knight (20); Hunt (16), Atkinson (3), Harbidge (3); Nicholas (3), Hardinge (2), Prince (2), Sloley (3), Hegan (2).

Partían como favoritos los británicos que contaban con el famoso portero Wathne y los campeones olímpicos Knight (dos medallas de oro e internacional absoluto con Inglaterra) y Hunt. También eran conocidos por el público los delanteros Hardinge y Sloley.

Noruega sorprendió, especialmente el delantero Gundersen, por su velocidad así como el buen trabajo de Skou, Halvorsen y Andersen. Tras el gol de Gundersen, Nicholas, el único galés de su equipo, neutralizó el marcador, pero ya en la segunda parte, con otro gol de Gundersen el equipo británico no fue capaz de reaccionar.

De esta manera, el doble campeón olímpico quedó eliminador contrapronóstico a las primeras de cambio. La noticia tuvo una gran repercusión y fue muy comentada en la prensa de las Islas Británicas.

28 de agosto de 1920

Bruselas, Parc Duden, 3000 espectadores.

Árbitro: Willem Eymers (Holanda).

ESPAÑA, 1; DINAMARCA, 0.

Gol: 1-0 (54’) Patricio.

ESPAÑA [experiencia internacional: 1]: Zamora (1); Otero (1), Arrate (1); Samitier (1), Belaúste (1), Eguiazábal (1); Pagaza (1), Sesúmaga (1), Patricio (1), Pichichi (1), Acedo (1).

DINAMARCA [experiencia internacional: 12,2]: Hansen (31); Middelboe (15), Blicher (3); Grøthan (20), Lykke (27), Aaby (6); Dannin (3), Rohde (14), Jørgensen (1), Olsen (9), Andersen (5).

Dinamarca se había tomado muy en serio el certamen y para ello contrató al británico Jack Carr como seleccionador que además convocó al veterano Nils Middelboe, dos veces Medalla de Plata, que residía en Londres jugando para el Chelsea, hasta que en verano regresó a Dinamarca. Para España era el primer partido internacional de su historia.

De entrada los daneses imprimieron un juego raso y veloz que era respondido por los españoles con un espectacular juego aéreo. Con todo el dominio danés hacía prever que pronto encontrarían el gol y sin embargo toparon con un excelente portero, Zamora, que fue inquebrantable con intervenciones inverosímiles. Nunca antes se había visto nada igual. Tras el gol de Patricio, Zamora continuó acaparando los aplausos de un público entregado que lo vitoreó al finalizar el partido. Con esta actuación firmó su entrada como leyenda mundial del fútbol.

28 de agosto de 1920

Gante, estadio de AA La Gantoise, 2000 espectadores.

Árbitro: Paul Putz (Bélgica).

ITALIA, 2; EGIPTO, 1.

Goles: 1-0 (25’) Baloncieri. 1-1 (30’) Zaki Osman. 2-1 (57’) Brezzi.

ITALIA [experiencia internacional: 4,5]: Giacone (3); Bruna (2), De Vecchi (21); Reynaudi (2), Meneghetti (2), Lovati (4); Sardi (5), Baloncieri (2), Brezzi (4), Santamaria (2), Forlivesi (2).

EGIPTO [experiencia internacional: 1]: Taha (1); El-Sayed (1), Hamdy (1); Shawki (1), El-Hassany (1), Gamil Osman (1); Abdalla (1), Allouba (1), Hegazi (1), Abaza (1), Zaki Osman (1).

En un partido de entrenamiento previo al debut Egipto había derrotado por 5-1 a un buen combinado belga exhibiendo un buen nivel técnico. Los egipcios mostraron una gran calidad, entre los que destacaban los hermanos Osman, y una buena preparación dirigida por el seleccionador-jugador Hegazi. Fueron sus armas para convertirse en un rival muy complicado para los italianos, que no pudieron respirar tranquilos hasta que no acabó el partido. El gol de la victoria fue logrado por Brezzi, quien moriría prematuramente en 1926 con 28 años de edad.

28 de agosto de 1920

Amberes, estadio Olímpico, 5000 espectadores.

Árbitro: Charles Barette (Bélgica).

SUECIA, 9; GRECIA, 0.

Goles: 1-0 (4’) Olsson. 2-0 (15’) Karlsson. 3-0 (20’) Karlsson. 4-0 (21’) Karlsson. 5-0 (25’) Wicksell. 6-0 (31’) Dahl. 7-0 (51’) Karlsson. 8-0 (79’) Olsson. 9-0 (85’) Karlsson.

SUECIA [experiencia internacional: 12,1]: Zander (9); Lund (12), Hillén (2); Nordenskjöld (7), Wicksell (29), Gustafsson (29); Bergström (18), Olsson (3), Karlsson (11), Dahl (4), Sandberg (9).

GRECIA [experiencia internacional: 1]: Fotiadis (1); Gilis (1), Kaloudis (1); Gotis (1), Apostolos Nikolaidis (1), Pepas (1); Kalafatis (1), Andrianopoulos (1), Theofilos Nikolaidis (1), Hatziandreou (1), Dimitriou (1).

Grecia fue la víctima propicia para el experimentado equipo sueco. Los helenos tuvieron un largo y penoso desplazamiento hasta Amberes que duró seis días. La goleada pudo ser mayor, porque los suecos no abusaron de las desgracias de su rival pues durante toda la segunda parte jugaron con un hombre menos por lesión de Kaloudis. También fue reseñable que Herbert Karlsson que había hecho un “hat-trick” en seis minutos, fallase un penalti en el minuto 70. Con ello, para los griegos haber evitado un décimo gol ya fue suficiente satisfacción.

28 de agosto de 1920

Bruselas, Parc Duden, 3000 espectadores.

Árbitro: Georges Hubrecht (Bélgica).

HOLANDA, 3; LUXEMBURGO, 0.

Goles: 1-0 (30’) Jaap Bulder. 2-0 (47’) Groosjohan. 3-0 (85’) Groosjohan.

HOLANDA [experiencia internacional: 4,7]: MacNeill (4); Dénis (7), Verweij (7); Bosschart (16), Kuipers (1), Steeman (6); Van Rappard (1), Van Dort (4), Groosjohan (1), Jaap Bulder (1), De Natris (4).

LUXEMBURGO [experiencia internacional: 1,5]: Krüger (1); Schmit (2), Koetz (1); Hamilius (1), Ungeheuer (3), Schumacher (1); Metzler (1), Langers (1), Elter (1), Massard (3), Leesch (1).

Holanda impuso su experiencia internacional aunque tuvo que esperar hasta el comienzo de la segunda parte para poner una renta considerable sobre su rival, que cumplía su cuarto partido de su historia. Destacaron en la bien organizada defensa luxemburguesa el portero Krüger y sus compañeros Schmit y Koetz que hicieron un gran trabajo. Solo el acierto del joven de 23 años Ber Groosjohan desequilibró este competido partido.

FRANCIA – SUIZA (no participó)

Con ocho días de antelación -y antes de celebrarse el sorteo- Suiza anunció que debido a que el Comité Olímpico Suizo no financiaba el desplazamiento del equipo de fútbol no tenían más opción que renunciar a su participación. No se hizo mención a su partido previo contra Alemania.

BÉLGICA – POLONIA (no participó)

Polonia tampoco pudo desplazar a su equipo de fútbol, por lo que los anfitriones pasaron de ronda sin necesidad de jugar.  La renuncia de Polonia fue tan anticipada que muchos cronistas llegaron a decir que Bélgica había resultado exenta de octavos, algo que tampoco se alejaba tanto de la verdad.

CUARTOS DE FINAL

29 de agosto de 1920

Amberes, estadio de Boschuil, 5000 espectadores.

Árbitro: Josef Fanta (Checoslovaquia).

HOLANDA, 5; SUECIA, 4.

Goles: 1-0 (10’) Groosjohan. 1-1 (16’) Karlsson. 1-2 (20’) Olsson. 1-3 (32’) Karlsson. 2-3 (44’) Jaap Bulder. 3-3 (57’) Groosjohan. 3-4 (72’) Dahl. 4-4 (88’) Jaap Bulder, de penalti. 5-4 (115’) De Natris.

HOLANDA [experiencia internacional: 5,4]: MacNeill (5); Dénis (8), Verweij (8); Bosschart (17), Kuipers (2), Steeman (7); Van Rappard (2), Bieshaar (1), Groosjohan (2), Jaap Bulder (2), De Natris (5).

SUECIA [experiencia internacional: 12,5]: Zander (10); Lund (14), Hillén (3); Öijermark (1), Wicksell (30), Gustafsson (30); Bergström (19), Olsson (4), Karlsson (12), Dahl (5), Sandberg (10).

Solo un cambio en el once titular de cada equipo: Bieshaar entró por Van Dort en Holanda y Öijermark por Nordenskjöld en Suecia. Era la tercera vez que holandeses y suecos se enfrentaban en unos Juegos Olímpicos. En las dos ocasiones anteriores habían vencido los naranja y tal como empezó el encuentro todo apuntaba que así se iba a cumplir. Pero la reacción sueca  fue contundente con dos dianas de su goleador Karlsson y otra de Olsson volteó el marcador. El juego no decayó y tras diversas alternancias, incluido un penalti fallado por Karlsson -el segundo en lo que iba de competición- en el minuto 70, solo a falta de dos minutos Holanda logró empatar de penalti lanzado por Bulder. Luego en la prórroga los holandeses se hicieron con el triunfo en un partido de total fútbol ofensivo.

29 de agosto de 1920

Amberes, estadio Olímpico, 10000 espectadores.

Árbitro: Henri Christophe (Bélgica).

FRANCIA, 3; ITALIA, 1.

Goles: 1-0 (10’) Boyer. 2-0 (14’) Nicolas. 2-1 (33’) Brezzi, de penalti. 3-1 (54’) Bard.

FRANCIA [experiencia internacional: 4,2]: Parsys (4); Huot (1), Baumann (2); Batmale (2), Petit (1), Hugues (5); Dewaquez (5), Boyer (1), Nicolas (5), Bard (8), Dubly (12).

ITALIA [experiencia internacional: 5,1]: Giacone (4); Bruna (3), De Vecchi (22); Sardi (6), Meneghetti (3), Lovati (5); Ferraris (1), Baloncieri (3), Brezzi (5), Santamaria (3), Marucco (1)

No hacía un año todavía del 9-4 con que Italia venció a Francia. Por eso había ganas de revancha entre los galos, que presentaron un equipo novedoso donde destacaba René Petit, que por estar haciendo el servicio militar venía como jugador del Stade Bordelais, ya que su club habitual era el Real Unión de Irún. Italia, respecto al primer partido, cambió sus dos extremos dando entrada a Ferrari y Marucco, pasando Sardi a la media. Fue un partido muy interesante en el que la delantera francesa acechó la portería italiana aprovechando la velocidad de sus extremos junto con el apoyo de sus interiores.

29 de agosto de 1920

Bruselas, Parc Duden, 4000 espectadores.

Árbitro: Charles Barette (Bélgica).

CHECOSLOVAQUIA, 4; NORUEGA, 0.

Goles: 1-0 (8’) Vaník. 2-0 (17’) Janda. 3-0 (66’) Janda. 4-0 (77’) Janda.

CHECOSLOVAQUIA [experiencia internacional: 1,8]: Klapka (2); Hojer (2), Steiner (1); Kolentatý (2), Káďa (2), Seifert (1); Sedláček (2), Janda (2), Pilát (2), Vaník (2), Mazal (2).

NORUEGA [experiencia internacional: 17,3]: Wathne (13); Aulie (24), Skou (29); Wold (21), Halvorsen (12), Gunnar Andersen (28); Paulsen (9), Aass (16), Helsegsen (15), Gundersen (15), Holm (8).

Checoslovaquia introdujo dos cambios respecto a su anterior partido: Steiner y Seifert reemplazaron a Pospíšil y Perner respectivamente. Noruega solo uno, Aass por Wilhelms. Los checoslovacos tomaron grandes precauciones frente a Noruega que sorprendentemente venía de haber eliminado a Gran Bretaña. Sin embargo el esfuerzo de esa victoria mermó mucho su poderío físico y quedaron a merced de un equipo técnicamente muy superior que tuvo en Káďa, Pilát y el trigoleador Janda a sus mejores hombres. Con este triunfo Checoslovaquia se revelaba como uno de los grandes favoritos para la Medalla de Oro, pese a la constante oposición del público belga.

29 de agosto de 1920

Amberes, estadio Olímpico, 18000 espectadores.

Árbitro: Johannes Mutters (Holanda).

BÉLGICA, 3; ESPAÑA, 1.

Goles: 1-0 (11’) Coppée. 2-0 (52’) Coppée. 3-0 (55’) Coppée. 3-1 (62’) Arrate, de penalti.

BÉLGICA [experiencia internacional: 6,5]: De Bie (1); Swartenbroeks (11), Verbeeck (5); Musch (16), Hanse (3), Fierens (1); Vanhege (4), Coppée (4), Balyu (1), Nisot (14), Hebdin (12).

ESPAÑA [experiencia internacional: 1,6]: Zamora (2); Vallana (1), Arrate (2); Artola (1), Sancho (1), Eguiazábal (2); Pagaza (2), Pichichi (2), Patricio (2), Vázquez (1), Acedo (2).

Un público enfervorizado llenó el estadio Olímpico para apoyar a su selección en su primer partido de la competición. En frente España, tras haber dado una de las sorpresas por eliminar a Dinamarca. Pero los españoles tuvieron que introducir cambios importantes en su alineación donde se echó en falta a Samitier y a Belaúste. A esto se añadía que los ibéricos habían jugado justo el día anterior. Aun así Bélgica se impuso por los fallos defensivos españoles y por la tarde de aciertos de Coppée que con sus tres goles aupó a los suyos hacia un merecido triunfo.

SEMIFINALES

31 de agosto de 1920

Amberes, estadio Olímpico, 12000 espectadores.

Árbitro: Johannes Mutters (Holanda).

CHECOSLOVAQUIA, 4; FRANCIA, 1.

Goles: 1-0 (18’) Mazal. 2-0 (70’) Steiner. 3-0 (75’) Mazal. 3-1 (79’) Boyer. 4-1 (87’) Mazal.

CHECOSLOVAQUIA [experiencia internacional: 2,6]: Klapka (3); Hojer (3), Steiner (2); Kolentatý (3), Káďa (3), Seifert (2); Sedláček (3), Janda (3), Vaník (3), Mazal (3), Plaček (1).

FRANCIA [experiencia internacional: 5,2]: Parsys (5); Huot (2), Baumann (3); Batmale (3), Petit (2), Hugues (6); Dewaquez (6), Boyer (2), Nicolas (6), Bard (9), Dubly (13).

Checoslovaquia recompuso la delantera por lesión de Pilát debutando Plaček, que era la única novedad, ya que Francia repitió el mismo once que contra Italia. De salida los checoslovacos impusieron un férreo marcaje de presión sobre el rival, entonces considerado como poco deportivo y censurado por el público. Eso incomodó mucho el juego francés que no supo rehacerse tras recibir el primer gol del que sería el mejor jugador del encuentro. En la recta final el equipo galo acabó desfondándose y entregó el partido a su rival. Como hecho anecdótico el árbitro acabó expulsando al juez de línea de nacionalidad checoslovaca por penalizar a los franceses con constantes fueras de juego inexistentes.

31 de agosto de 1920

Amberes, estadio Olímpico, 22000 espectadores.

Árbitro: John Lewis (Inglaterra).

BÉLGICA, 3; HOLANDA, 0.

Goles: 1-0 (46’) Larnoe. 2-0 (55’) Vanhege. 3-0 (85’) Bragard.

BÉLGICA [experiencia internacional: 5,2]: De Bie (2); Swartenbroeks (12), Verbeeck (6); Musch (17), Hanse (4), Fierens (2); Vanhege (5), Coppée (5), Bragard (2), Larnoe (1), Bastin (1).

HOLANDA [experiencia internacional: 6,4]: MacNeill (6); Dénis (9), Verweij (9); Bosschart (18), Kuipers (3), Steeman (8); Van Rappard (3), Bieshaar (2), Groosjohan (3), Jaap Bulder (3), De Natris (6).

Bélgica cambió a su delantero centro y toda su ala izquierda de ataque respecto al partido de España, mientras que Holanda repitió la alineación que le había dado el pase a las semifinales. El estadio estaba totalmente lleno de un público casi fanatizado. Durante el primer tiempo, aunque Bélgica llevó la iniciativa, la defensa holandesa mantuvo siempre el orden. Precisamente fue el debutante Larnoe el que abrió el marcador nada más empezar la segunda parte y no cejó en su empeño de desmontar la defensa holandesa hasta que subió al marcador el segundo gol. A partir de ese momento Holanda ya no pudo recuperarse de tanta desventaja y al final los belgas completaron un rotundo resultado que les llevaba a la final.

FINAL

2 de septiembre de 1920

Amberes, estadio Olímpico, 35000 espectadores.

Árbitro: John Lewis (Inglaterra).

BELGICA, 2; CHECOSLOVAQUIA, 0 (partido suspendido en el minuto 39).

Goles: 1-0 (6’) Coppée, de penalti. 2-0 (30’) Larnoe.

BÉLGICA [experiencia internacional: 6,2]: De Bie (3); Swartenbroeks (13), Verbeeck (7); Musch (18), Hanse (5), Fierens (3); Vanhege (6), Coppée (6), Bragard (3), Larnoe (2), Bastin (2).

CHECOSLOVAQUIA [experiencia internacional: 3,7]: Klapka (4); Hojer (4), Steiner (3) [R: 39]; Kolentatý (4), Káďa (4), Seifert (3); Sedláček (4), Janda (4), Pilát (3), Vaník (4), Mazal (4).

El ambiente que se vivió sobre este partido no tenía antecedentes en una competición olímpica. Toda Bélgica estaba pendiente de ver cómo su equipo nacional se proclamaba campeón. Esto generó una presión desacostumbrada en cualquier partido de fútbol de la época. A esto se añadía la inquina con que el público local había estado persiguiendo al equipo checoslovaco por su afinidad con Alemania. Bélgica repitió la alineación de la semifinal contra Holanda y Checoslovaquia recuperó para el eje de la delantera a Pilát.

Nada más empezar el partido el estallido del griterío en la grada fue ensordecedor. Checoslovaquia trató de pausar el juego, pero a los seis minutos de juego Klapka fue cargado violentamente por un delantero belga en su área rebotando el balón hacia Bastin que remató a puerta vacía pero con la mano un defensa rival evitó que entrara. El árbitro, en vez de penalizar al delantero belga señaló penalti y permitió a Coppée abrir el marcador en medio del delirio local. Este gol dio paso a un juego rudo y con entradas en falta por ambos bandos, aunque presionado por el público el árbitro se dejó llevar y castigó más severamente a los checoslovacos. Con el 2-0 protestado por los checoslovacos por -según ellos- claro fuera de juego de Larnoe la tensión fue en aumento. Poco después una internada de Coppée fue cortada por Steiner en falta. Se encararon ambos jugadores y tras empujarse mutuamente, el delantero belga caído en el suelo exageró simulando una agresión lo que encrespó al público y forzó la expulsión del defensa. Según se marchaba Steiner, el capitán Káďa, tras ver que el árbitro ignoraba sus reclamaciones, decidió acompañarlo voluntariamente y seguidamente le secundó el resto de compañeros.

El público, al ver la retirada de los checoslovacos y en medio de un tremendo desorden que desbordaba a las fuerzas militares, invadió el terreno de juego para festejar el triunfo olímpico mientras algunos exaltados rompían el mástil donde ondeaba la bandera checoslovaca. Fue un triste y antideportivo final para una competición olímpica que todavía se resentía de la I Guerra Mundial.

TORNEO DE CONSOLACIÓN POR LAS MEDALLAS DE PLATA Y BRONCE

Primera eliminatoria (semifinales de cuartos)

 

Italia – Noruega

2-1

España – Suecia

2-1

 

Segunda eliminatoria (final de cuartos)

 

España – Italia

2-0

 

Semifinales

 

España – Checoslovaquia (descalificada)

Holanda – Polonia (no presentada)

 

Final

 

España – Holanda

3-1

PRIMERA ELIMINATORIA (ELIMINADOS DE CUARTOS DE FINAL)

31 de agosto de 1920

Amberes, estadio de Boschuil 500 espectadores.

Árbitro: Louis Fourgeous (Francia).

ITALIA, 2; NORUEGA, 1.

Goles: 0-1 (41’) Arne Andersen. 1-1 (46’) Sardi. 2-1 (123’) Badini.

ITALIA [experiencia internacional: 2,9]: Campelli (6); Bruna (4), Rosetta (1); Reynaudi (3), Parodi (3), Burlando (1); Roggero (1), Sardi (7), Ferraris (2), Badini (1), Forlivesi (3).

NORUEGA [experiencia internacional: 11]: Wathne (14); Aulie (25), Johnsen (2); Mohn (1), Halvorsen (13), Gunnar Andersen (29); Paulsen (9), Arne Arnesen (1), Helsegsen (16), Semb-Thorstvedt (2), Holm (9).

Hasta ocho cambios introdujo Milano, el seleccionador italiano, en su equipo, donde se echaba en falta a dos de sus mejores hombres. De Vecchi y Baloncieri. Noruega también hizo cuatro cambios respecto a su partido ante los checoslovacos, siendo notable la baja de Gundersen. Iniciado el partido el equilibrio se fue decantando del lado italiano pero fue Noruega quien abrió el marcador por medio del debutante Arne Arnesen. Nada más reanudarse el partido tras el descanso empató Italia. La tablas se mantuvieron no solo hasta el minuto 90, sino que se prolongaron los treinta minutos suplementarios. Seguidamente se jugaron otros dos tiempos de 10 minutos, en los que una vez trascurridos los tres primeros Badini logró el gol de la victoria. En total jugaron 140 minutos.

1 de septiembre de 1920

Amberes, estadio de Boschuil, 1500 espectadores.

Árbitro: Giovanni Mauro (Italia).

ESPAÑA, 2; SUECIA, 1.

Goles: 0-1 (28’) Dahl. 1-1 (51’) Belaúste. 2-1 (53’) Acedo.

ESPAÑA [experiencia internacional: 2,5]: Zamora (3); Vallana (2), Arrate (3); Samitier (2), Belaúste (2), Sabino (1); Pagaza (3), Sesúmaga (2), Patricio (3), Pichichi (3), Acedo (3).

SUECIA [experiencia internacional: 13,9]: Zander (11); Lund (15), Nordenskjöld (8); Öijermark (2), Wicksell (31), Gustafsson (31); Bergström (20), Olsson (5), Karlsson (13), Dahl (6), Sandberg (11).

Se jugó con un día de retraso porque inicialmente Suecia había anunciado que renunciaba a seguir la competición de repesca, por lo que el Comité comunicó que España pasaba a la final cuartofinalistas. Esa misma noche la organización ofreció un banquete en honor a los atletas de la VII Olimpiada. Allí asistió la delegación española, incluidos los futbolistas que no tuvieron cuidado en vivir la fiesta plenamente pensando que no tendrían que jugar hasta el día 2 contra el vencedor del Italia-Noruega. Sin embargo al final de la noche les llegó la noticia de que Suecia rectificaba su decisión y era aceptada, de tal forma que jugarían contra España. Fue entonces la delegación española la que amenazó con retirarse dado que no estaban preparados para jugar en la fecha señalada. Al final se llegó a un acuerdo y se disputó el España-Suecia el 1º de septiembre.

Parece ser que fueron los jugadores suecos los que habían decidido por su cuenta abandonar el torneo y posteriormente la propia Federación Sueca la que los obligó a jugar y negoció la readmisión. Para los españoles este cambio de postura fue tomado como un gesto despectivo. En pocas palabras, tanto suecos como españoles salieron al campo con muy mala predisposición, algo que se pudo comprobar al poco de empezar el partido.

España recuperó en la media a Samitier y a Belaúste y en la delantera a Sesúmaga. Además Paco Bru dio entrada a Sabino en el centro del campo para dar mayor fuerza al eje. En Suecia solo un cambio: Nordenskjöld regresó al once titular, esta vez en la defensa. El público disfrutó con la entrega y combatividad de los dos equipos durante una primera parte espectacular que acabó decantándose a favor de Suecia al aprovechar Dahl un inesperado fallo de Zamora. El comienzo de la segunda parte fue más intenso si cabe. Entonces España impuso su superioridad técnica consiguiendo remontar. El 1-1 de Belaúste fue el gol más recordado por nuestros jugadores, el de “a mí, Sabino, que los arrollo” entrando en la portería con el balón y cuatro jugadores suecos colgados de su cuerpo, incluido el portero. Luego vino la genialidad de Acedo. En el minuto 65 Wicksell falló un penalti desconcentrado por las provocaciones de Samitier. Si hasta entonces el partido había sido extremadamente duro, después de esa jugada  se convirtió en una batalla sin cuartel al grito de “al hombre”. Las crónicas señalan que finalizaron sobre el campo solo 15 hombres hábiles para jugar al fútbol, el resto estaban lesionados. El peor parado fue Olsson que había sido retirado del terreno con fractura de clavícula en el minuto 75.

SEGUNDA ELIMINATORIA (FINAL DE CUARTOFINALISTAS)

2 de septiembre de 1920

Amberes, estadio Olímpico, 10000 espectadores.

Árbitro: Paul Putz (Bélgica).

ESPAÑA, 2; ITALIA, 0.

Goles: 1-0 (43’) Sesúmaga. 2-0 (72’) Sesúmaga.

ESPAÑA [experiencia internacional: 2,5]: Zamora (4) [R: 79’]; Vallana (3), Otero (2); Artola (2), Sancho (2), Sabino (2); Ramón Gil (1), Pagaza (4), Sesúmaga (3), Pichichi (4), Silverio (1) [portero circunstancial al 79’].

ITALIA [experiencia internacional: 5,3]: Campelli (7); Bruna (5), De Vecchi (23); Parodi (3), Meneghetti (4), De Nardo (1); De Marchi (1), Baloncieri (4), Brezzi (6), Badini (2), Marucco (2)

Hasta cinco cambios tuvo que introducir Paco Bru en el equipo, la mayoría motivados por los golpes del partido del día anterior. Debutaron Ramón Gil y Silverio, además de tener que reestructurar casi por completo la línea media. Italia recuperó a su capitán De Vecchi en la defensa, a Meneghetti en el centro del campo y a Baloncieri en la delantera, además de otros cambios respecto al partido contra Noruega. Si los italianos venían de jugar 140 minutos, los españoles no habían tenido ningún día de descanso.

Italia salió muy fuerte, mostrándose muy superior en el centro del campo hasta chocar con la sólida defensa española respaldada por un insuperable Ricardo Zamora. El partido se complicó más para España cuando a los 35 minutos Pagaza se retiró por lesión, pero Sesúmaga en la primera ocasión clara que tuvo abrió el marcador. Durante la segunda parte los italianos siguieron apretando y de nuevo Sesúmaga demostró su efectividad lo que hizo que los transalpinos perdiesen la compostura. En el minuto 79 Zamora, que estaba muy molesto por la constante violencia en las cargas de los italianos, fue expulsado tras repeler una brutal entrada de Badini. Es de suponer que el árbitro ya había señalado la falta del atacante porque de haber dejado seguir el juego esa agresión tenía que haberse sancionado con penalti contra España. Silverio se colocó de portero provisional, pero Italia no supo desmontar la férrea defensa española que acabó el partido con nueve hombres.

SEMIFINALES

La fecha prevista era el 4 de septiembre, aunque no se llegó a jugar ninguno de los dos partidos programados. El reglamento que seguía el “sistema Bergvall” establecía que el perdedor de la final, en este caso Checoslovaquia, debería enfrentarse al ganador del torneo de los eliminados de cuartos, España. Como consecuencia de los incidentes habidos durante la final, la selección checoslovaca quedó descalificada por el Comité de Competición, por lo que España se clasificó para la final por la Medalla de Plata. Tampoco Holanda tuvo rival ya que le correspondía enfrentarse con el equipo supuestamente eliminado en octavos de final por el campeón, que atendiendo al sorteo original, debió ser Polonia, emparejado en su momento con Bélgica, si bien los polacos no se desplazaron a Amberes. Así pues la competición siguió su curso previsto: Holanda y España se disputarían las Medallas de Plata y Bronce en lo que se denominaría “la final pequeña”.

FINAL POR LA MEDALLA DE PLATA

5 de septiembre de 1920

Amberes, estadio Olímpico, 4000 espectadores.

Árbitro: Paul Putz (Bélgica).

ESPAÑA, 3; HOLANDA, 1.

Goles: 1-0 (7’) Sesúmaga. 2-0 (35’) Sesúmaga. 2-1 (68’) Groosjohan. 3-1 (72’) Pichichi.

ESPAÑA [experiencia internacional: 3,7]: Zamora (5); Vallana (4), Arrate (4), Samitier (3), Belaúste (3), Eguiazábal (3); Ramón Gil (2), Sesúmaga (4), Patricio (4), Pichichi (5), Acedo (4).

HOLANDA [experiencia internacional: 6,7]: MacNeill (7); Dénis (10), Verweij (10); Bosschart (19), Kuipers (4), Steeman (9); Van Rappard (4), Van Dort (5), Groosjohan (4), Von Heijden (1), Evert Bulder (1),

En Holanda hubo una fuerte polémica dentro de su delegación ya que los jugadores se quejaron de tener que hospedarse en los incómodos barracones olímpicos mientras que los directivos se alojaban en un lujoso hotel. La rebelión se cortó de raíz y los dos jugadores que encabezaron las protestas, Jan de Natris y Jaap Bulder, fueron apartados del equipo y no volvieron a jugar nunca más con su selección. Contra España fueron sustituidos por dos debutantes, Von Heijden y Evert Bulder, precisamente hermano de Jaap.

Paco Bru pudo presentar de nuevo su mejor centro del campo al recuperar a Samitier y a Belaúste. Ramón Gil se mantenía en el ataque para cubrir la baja de Pagaza, pues Patricio también volvía al once titular.

España se impuso por velocidad desde el primer momento siendo Félix Sesúmaga un delantero mortal ante la portería rival. Holanda notó mucho que su ala izquierda estaba desmontada y nunca pudo superar la defensa española. Pese a que el hombre holandés más peligroso, Groosjohan, logró acortar distancias, el mítico Pichichi no se quiso despedirse de su intervención con el equipo nacional sin anotar un gol. De esta manera, España se hizo de forma brillante con la Medalla de Plata.

CUADRO DE HONOR

PODIUM:

Medalla de Oro:                                           Bélgica

Medalla de Plata:                                         España

Medalla de Bronce:                                    Holanda

GOLEADORES:

Herbert Karlsson

Suecia

7

Antonín Janda

Checoslovaquia

6

Ber Groosjohan

Holanda

5

Robert Coppée

Bélgica

4

Félix Sesúmaga

España

4

Jan Vaník

Checoslovaquia

4

EL MEJOR ONCE DEL TORNEO:

Ricardo Zamora (España)

Armand Swartenbroeks (Bélgica)

Antonín Hojer (Checoslovaquia)

José Samitier (España)

Karel Káďa (Checoslovaquia)

Asbjørn Halvorsen (Noruega)

Robert Coppée (Bélgica)

Antonín Janda (Checoslovaquia)

Herbrt Karlsson (Suecia)

Jan Vaník (Checoslovaquia)

Désiré Bastin (Bélgica)

CLASIFICACIÓN TORNEO MEDALLA DE ORO

 

J

Gx2

Ex1

Px0

F

C

Pts

Bélgica

3

3

0

0

8

1

6

Holanda

3

2

0

1

8

7

4

Suecia

2

1

0

1

13

5

2

Francia

2

1

0

1

4

5

2

Italia

2

1

0

1

3

4

2

España

2

1

0

1

2

3

2

Noruega

2

1

0

1

3

5

2

Egipto

1

0

0

1

1

2

0

Dinamarca

1

0

0

1

0

1

0

Gran Bretaña

1

0

0

1

1

3

0

Luxemburgo

1

0

0

1

0

3

0

Yugoslavia

1

0

0

1

0

7

0

Grecia

1

0

0

1

0

9

0

Checoslovaquia descalificado

4

3

0

1

15

3

0

CLASIFICACIÓN GLOBAL – INCLUIDOS TODOS LOS PARTIDOS

 

J

Gx2

Ex1

Px0

F

C

Pts

España

5

4

0

1

9

5

8

Bélgica

3

3

0

0

8

1

6

Holanda

4

2

0

2

9

10

4

Italia

4

2

0

2

5

7

4

Suecia

3

1

0

2

14

7

2

Francia

2

1

0

1

4

5

2

Noruega

3

1

0

2

4

7

2

Egipto

1

0

0

1

1

2

0

Dinamarca

1

0

0

1

0

1

0

Gran Bretaña

1

0

0

1

1

3

0

Luxemburgo

1

0

0

1

0

3

0

Yugoslavia

1

0

0

1

0

7

0

Grecia

1

0

0

1

0

9

0

Checoslovaquia descalificado

4

3

0

1

15

3

0

COLETILLA HISTÓRICA

El sistema Bergvall cayó en desuso y en el olvido. El paso de los años y la confección de tablas cuadriculadas para contar la historia -con una final, que decidía el oro y la palta y un partido de consolación por el bronce- distorsionó de tal manera la competición de Amberes que según pasaba el tiempo cada vez se alejaba más de los hechos tal y como los hemos contado.

Traspapelado el reglamento se hacía complicado explicar por qué España, eliminada en cuartos de final, acabó ganando la Medalla de Plata. Entonces surgió la primera gran versión inventada: España fue Medalla de Plata de rebote, el ocasionado porque, al ser Checoslovaquia descalificada, hizo falta jugar algunos partidos más. Esta versión tropieza con otro hecho más lógico: ¿por qué no jugaron un partido entre Holanda y Francia? A lo que se responde con otra invención histórica: porque Francia había hecho las maletas.

La ausencia de Francia una vez perdida la semifinal es una aportación por parte de historiadores franceses. Con ello justifican que Holanda acabase jugando contra España ya que había que encontrar un rival con el que poner en juego las Medallas de Plata y Bronce. Ellos mismos justifican así que no se hubiese aplicado su cuadriculado razonamiento que a falta del subcampeón por descalificación, las otras dos medallas correspondían a los dos semifinalistas. A su vez, era compatible con la teoría del rebote que permitió a España ganar la Medalla de Plata.

Finalmente, como parte más del rebote hay que justificar esos partidos entre los cuartofinalistas eliminados, que según algunos correspondieron a un torneo paralelo de consolación, cuyo vencedor sería considerado el quinto de una supuesta clasificación del torneo, además de ocupar algunas fechas y compensar a los participantes del desplazamiento. Como se produjo la descalificación de Checoslovaquia y la ausencia de Francia, a alguien se le ocurrió que, por no regalarle la Medalla de Plata a Holanda, se la disputase con España, vencedora del inventado torneo de consolación.

Y por añadir un invento histórico más, como hemos explicado, ya que no hubo semifinales en el Torneo de la Medalla de Plata, ha habido quien señaló que tanto españoles como holandeses se negaron a aceptar sustitutos de sus respectivos rivales -Checoslovaquia y Polonia-. Según algunos malos historiadores, a Holanda le hubiese correspondido jugar contra Francia, pues era el otro semifinalista -al que se le negó la lucha por la Plata en la repesca-; y a España contra Egipto. Y en efecto, Egipto había jugado y ganado un partido fuera de concurso contra Yugoslavia que acordaron ambas delegaciones dado el esfuerzo de llegar hasta Amberes. Como alguien redescubrió ese resultado, se inventó situarlo dentro de la competición a modo de una especie de torneo entre los eliminados en octavos de final -que solo siguieron egipcios y yugoslavos-. La pieza encajaba muy bien asignándole la función para encontrar al sustituto de Polonia.

La explicación real es más sencilla. En efecto, Checoslovaquia era una firme candidata a la Medalla de Oro, por lo que Yugoslavia mantenía esperanzas de entrar en la lucha por la Medalla de Plata. A su vez, Egipto había hecho un desplazamiento muy importante para la época y no era cuestión de jugar un solo encuentro y regresar. Por eso incluso llegó a Bélgica con suficiente antelación para jugar contra un combinado de jugadores belgas y para prolongar su estancia concertó con los yugoslavos ese partido amistoso, justo al día siguiente de haberse disputado la final, del que damos aquí constancia:

3 de septiembre de 1920

Amberes, estadio Olímpico, 500 espectadores.

Árbitro: Raphaël van Praag (Bélgica).

EGIPTO, 4; YUGOSLAVIA, 2.

Goles: 1-0 Allouba. 2-0 Hegazi. 2-1 Dubravčić. 2-2 Ružić. 3-2 Abaza. 4-2 Abaza.

EGIPTO [experiencia internacional: 2]: Taha (2); El-Sayed (2), Hamdy (2); Shawki (2), El-Hassany (2), Gamil Osman (2); Abdalla (2), Allouba (2), Hegazi (2), Abaza (2), Zaki Osman (2).

YUGOSLAVIA [experiencia internacional: 1,7]: Vrđuka (2); Šifer (2), Porobić (1); Vragović (2), Rupec (2), Tavčar (2); Šolc (1), Simić (1), Dubravčić (2), Perška (2) [Kojić (1) 46’], Ružić (2).

Una muestra del carácter amistoso de este encuentro es la sustitución de Perška por Kojić tras el descanso. El reglamento era muy tajante: no se permitían cambios.

LOS PROTAGONISTA DE LA OLIMPIADA DE AMBERES

BÉLGICA

 

 

J

G

Seleccionador: William Sturrock Maxwell (Escocia)

Félix Balyu

a

RFC Brugeois

1

Désiré Bastin

a

Royal Antwerp FC

2

Mathieu Bragard

a

CS Verviétois

2

1

Robert Coppée

a

Union Saint-Gilloise Bruxelles

3

4

Jan de Bie

p

Racing Club Bruxelles

3

André Fierens

m

Beerschot Antwerpen Club

3

Emile Hanse

m

Union Saint-Gilloise Bruxelles

3

Georges Hebdin

a

Union Saint-Gilloise Bruxelles

1

Henri Larnoe

a

Beerschot Antwerpen Club

2

2

Joseph Musch

m

Union Saint-Gilloise Bruxelles

3

Fernand Nisot

a

Léopold Club Bruxelles

1

Armand Swartenbroeks

d

Daring Club Bruxelles SR

3

Louis Vanhege

a

Union Saint-Gilloise Bruxelles

3

1

Oscar Verbeeck

d

Union Saint-Gilloise Bruxelles

3

 

CHECOSLOVAQUIA

 

 

J

G

Seleccionador: John Madden (Escocia)

Antonín Hojer

d

AC Sparta Praha

3

Antonín Janda

a

AC Sparta Praha

3

6

Karel Pešek “Káďa”

m

AC Sparta Praha

3

Rudolf Klapka

p

SK Viktoria Žižkov

3

František Kolentatý

m

AC Sparta Praha

3

Otakar Mazal

a

AC Sparta Praha

3

3

Antonín Perner

m

AC Sparta Praha

1

Václv Pilát

a

AC Sparta Praha

2

Jan Plaček

a

AC Sparta Praha

1

Miroslav Pospíšil

d

AC Sparta Praha

1

Josef Sedláček

a

AC Sparta Praha

3

1

Emil Seifert

m

SK Slavia Praha

2

Karel Steiner

d

SK Viktoria Žižkov

2

1

Jan Vaník

a

SK Slavia Praha

3

4

 

DINAMARCA

 

 

J

G

Seleccionador: Jack Carr (Inglaterra)

Gunnar Aaby

m

Akademisk BK København

1

Bette Andersen

a

BK Frem København

1

Steen Blicher

d

Kjøbenhavns BK

1

Leo Dannin

a

Kjøbenhavns BK

1

Christian Grøthan

m

BK 1893 København

1

Sophus Hansen

p

BK Frem København

1

Viggo Jørgensen

a

BK 1903 København

1

Ivar Lykke

m

Kjøbenhavns BK

1

Nils Middelboe

d

Kjøbenhavns BK

1

Alf Aage Olsen

a

Kjøbenhavns BK

1

Michael Rohde

a

BK 1893 København

1

 

EGIPTO

 

 

J

G

Seleccionador: Hussein Hegazi

Sayed Abaza

a

Al-Ahly SC Al-Qāhira

1

Tawfik Abdalla

a

Al-Ahly SC Al-Qāhira

1

Hassan Allouba

a

Tersana Al-Qāhira

1

Aly El-Hassany

m

Al-Ahly SC Al-Qāhira

1

Mohamed El-Sayed

d

El-Sekka Al-Qāhira

1

Abdel Salam Hamdy

d

Al-Moukhtalat SC Al-Qāhira

1

Hussein Hegazi

a

Al-Moukhtalat SC Al-Qāhira

1

Gamil Osman

m

Al-Ahly SC Al-Qāhira

1

Zaki Osman

a

Al-Ahly SC Al-Qāhira

1

1

Riad Shawki

m

Al-Ahly SC Al-Qāhira

1

Kamel Taha

p

Al-Ahly SC Al-Qāhira

1

 

ESPAÑA

 

 

J

G

Seleccionador: Paco Bru

Domingo Gómez-Acedo

a

Athletic Club Bilbao

4

1

Mariano Arrate

d

Real Sociedad San Sebastián

4

1

Juan Ramón Artola

m

Real Sociedad San Sebastián

2

José María Belausteguigoitia

m

Athletic Club Bilbao

3

1

Ramón Eguiazábal

m

Real Unión Club Irún

3

Ramón Gil

a

Real Vigo Sporting

2

Luis Otero

d

Real Vigo Sporting

2

Francisco Pagazaurtundúa

a

Arenas Club Guecho

4

Patricio Arabolaza

a

Real Unión Club Irún

4

1

Ramón Moreno “Pichichi

a

Athletic Club Bilbao

5

1

Sabino Bilbao

m

Athletic Club Bilbao

2

Pepe Samitier

m

FC Barcelona

3

Agustín Sancho

m

FC Barcelona

2

Félix Sesúmaga

a

FC Barcelona

4

4

Silverio Izaguirre

a

Real Sociedad San Sebastián

1

Pedro Vallana

d

Arenas Club Guecho

4

Joaquín Vázquez

a

CD Irunés

1

Ricardo Zamora

p

FC Barcelona

5

 

FRANCIA

 

 

J

G

Seleccionador: Frederick Pentland (Inglaterra)

Henri Bard

a

Cercle Athlétique Paris

2

1

Jean Batmale

m

US Athlétique Clichy

2

Édouard Baumann

d

RC de France Paris

2

Jean Boyer

a

CAS Généraux Paris

2

2

Jules Dewaquez

a

Olympique Paris

2

Raymond Dubly

a

RC Roubaix

2

François Hugues

m

Red Star Club Paris

2

Léon Huot

d

Club Athlétique Vitry

2

Paul Nicolas

a

Red Star Club Paris

2

1

Albert Parsys

p

US Tourquennoise

2

René Petit

m

Stade Bordelais UC

2

 

GRAN BRETAÑA

 

 

J

G

Seleccionador: –

George Atkinson

m

Bishop Auckland FC

1

Basil Gates

d

London Caledonians

1

Bill Harbidge

m

Reading FC

1

Bill Hardinge

a

Cambridge University

1

Kenneth Hegan

a

Corinthians FC London

1

Kenny Hunt

m

Corinthians FC London

1

Arthur Knight

d

Portsmouth FC

1

James Mitchell

p

Manchester University

1

Fred Nicholas

a

Corinthians FC London

1

1

Harold Prince

a

Royal Army Medical Corps

1

Dick Sloley

a

Corinthians FC London

1

 

GRECIA

 

 

J

G

Seleccionador: Yeorgios Kalafatis

Ioanis Andrianopoulos

a

Piraikos Sindesmos Pireas

1

Tyheodoros Dimitriou

a

Panionios GS Smirni

1

Andonios Fotiadis

p

Panionios GS Smirni

1

Agamemnon Gilis

d

Apollon Smirni

1

Dimitrios Gotis

m

Apollon Smirni

1

Yeorgios Hatziandreou

a

Piraikos Sindesmos Pireas

1

Yeorgios Kalafatis

a

Panathinaikos AO Athina

1

Nikolaos Kaloudis

d

Piraiki Enosi Pireas

1

Apostolos Nikolaidis

m

Panathinaikos AO Athina

1

Theofilos Nikolaidis

a

Gudi Athina

1

Hristos Pepas

m

Piraiki Enosi Pireas

1

 

HOLANDA

 

 

J

G

Seleccionador: Frederick Warburton (Inglaterra)

Arie Bieshaar

a

Haarlem FC

2

Leo Bosschart

m

Quick Den Haag

4

Jaap Bulder

a

Be Quick Groningen

3

3

Evert Bulder

a

Be Quick Groningen

1

Jan de Natris

a

AFC Ajax Amsterdam

3

1

Harry Dénis

d

HBS Den Haag

4

Ber Groosjohan

a

VOC Rotterdam

4

5

Frits Kuipers

m

HFC Haarlem

4

Dick MacNeill

p

HVV Den Haag

4

Henk Steeman

m

Sparta Rotterdam

4

Joop van Dort

a

AFC Ajax Amsterdam

2

Oscar van Rappard

a

HBS Den Haag

4

Ben Verweij

d

HFC Haarlem

4

Herman von Heijden

a

Quick Nijmegen

1

 

ITALIA

 

 

J

G

Seleccionador: Giuseppe Milano

Emilio Badini

a

FC Bologna

2

1

Adolfo Baloncieri

a

Alessandria USC

3

1

Guglielmo Brezzi

a

Genoa FBC 1893

2

2

Antonio Bruna

d

Juventus FC Torino

4

Luigi Burlando

m

SG Andrea Doria Genova

1

Piero Campelli

p

FBC Internazionale Milano

2

Adevildo de Marchi

a

SG Andrea Doria Genova

1

Gracco de Nardo

m

SPES Genova

1

Renzo de Vecchi

d

Genoa FBC 1893

3

Pio Ferraris

a

Juventus FC Torino

2

Giuseppe Forlivesi

a

Modena FCB

2

Giovanni Giacone

p

Juventus FC Torino

2

Cesare Lovati

m

Milan FBC

2

Giustiniano Marucco

a

Novara FC

2

Mario Meneghetti

m

Novara FC

3

Giuseppe Parodi

m

US Pro Vercelli

2

Ettrore Reynaudi

m

Novara FC

2

Rinaldo Roggero

a

Savona FC

1

Virginio Rosetta

d

US Pro Vercelli

1

Aristodemo Santamaria

a

Genoa FBC 1893

2

Enrico Sardi

a

Genoa FBC 1893

3

1

 

LUXEMBURGO

 

 

J

G

Seleccionador: –

Robert Elter

a

Sporting Club Luxembourg

1

Emile Hamilius

m

CS Fola Esch

1

Joseph Koetz

d

CS Fola Esch

1

Charles Krüger

p

CS Fola Esch

1

François Langers

a

AS la Jeunesse d’Esch

1

Arthur Leesch

a

US Hollerich-Bonnevoie

1

Jean Massard

a

CS Fola Esch

1

Léon Metzler

a

FCM Young Boys Diekirch

1

Thomas Schmit

d

US Hollerich-Bonnevoie

1

Camille Schumacher

m

CS Fola Esch

1

Michel Ungeheuer

m

US Hollerich-Bonnevoie

1

 

NORUEGA

 

 

J

G

Seleccionador: James McPherson (Escocia)

Arne Andersen

a

FK Kvik Fredrikshald

1

1

Gunnar Andersen

m

Ski og FK Lyn Kristiania

3

Rolf Aass

a

Ski og FK Mercantile Kristiania

1

Otto Aulie

d

Ski og FK Lyn Kristiania

3

Einar Gundersen

a

Odds BK Skien

2

2

Assi Halvorsen

m

Sarpsborg FK

3

Johnny Helsegsen

a

FK Kvik Fredrikshald

3

Per Holm

a

Sarpsborg FK

3

John Johnsen

d

SK Brann Bergen

1

Ellef Mohn

m

SK Frigg Kristiania

1

Michael Paulsen

a

FK Ørn Horten

3

Rolf Semb-Thorstvedt

a

SK Frigg Kristiania

1

Per Skou

d

Ski og FK Lyn Kristiania

2

Sigurd Wathne

p

SK Brann Bergen

3

Einar Wilhelms

a

Fredrikstad FK

1

1

Adolph Wold

m

SK Ready Kristiania

2

 

SUECIA

 

 

J

G

Seleccionador: –

Rune Bergström

a

AIK Stockholm

3

Albin Dahl

a

Landskrona BoIS

3

3

Karl Gustafsson

m

Djurgårdens IF Stockholm

3

Fritjof Hillén

d

GAIS Göteborg

2

Herbert Karlsson

a

IFK Göteborg

3

7

Valdus Lund

d

IFK Göteborg

3

Bertil Nordenskjöld

m

Djurgårdens IF Stockholm

2

Albert Öijermark

m

Djurgårdens IF Stockholm

2

Albert Olsson

a

GAIS Göteborg

3

3

Mauritz Sandberg

a

IFK Göteborg

3

Ragnar Wicksell

m

Djurgårdens IF Stockholm

3

1

Robert Zander

p

Örgryte IS Göteborg

3

 

YUGOSLAVIA

 

 

J

G

Seleccionador: Veljko Ugrinić

Slavin Cindrić

m

HŠK Konkordija Zagreb

1

Artur Dubravčić

a

HŠK Konkordija Zagreb

1

Ivan Granec

a

HŠK Gradjanski Zagreb

1

Emil Perška

a

HŠK Gradjanski Zagreb

1

Rudolf Rupec

m

HŠK Gradjanski Zagreb

1

Jovan Ružić

a

SK Jugoslavija Beograd

1

Jaroslav Šifer

d

HŠK Gradjanski Zagreb

1

Stanko Tavčar

m

ŠK Ilirija Ljubljana

1

Dragutin Vragović

a

HŠK Gradjanski Zagreb

1

Dragutin Vrđuka

p

HŠK Gradjanski Zagreb

1

Vjekoslav Župančić

d

HAŠK Zagreb

1

 

ÁRBITROS

P

Johannes Mutters (Holanda)

3

Paul Putz (Bélgica)

3

Charles Barette (Bélgica)

2

John Lewis (Inglaterra)

2

Henri Christophe (Bélgica)

1

Willem Eymers (Holanda)

1

Josef Fanta (Checoslovaquia)

1

Louis Fourgeous (Francia)

1

Georges Hubrecht (Bélgica)

1

Giovanni Mauro (Italia)

1

Raphaël van Praag (Bélgica)

1

Los jueces de línea, por reglamento, correspondían a la nacionalidad de cada uno de los equipos contendientes, salvo en la semifinal Bélgica-Holanda, y la final Bélgica-Checoslovaquia que fueron ingleses, al igual que el árbitro principal, John Lewis.




Corrupción que gira alrededor de un balón: FIFA.

Introducción

El tema es el caso FIFA. Esta organización rige al fútbol en todo el mundo. Los involucrados son Blatter y Platini, han hecho fraudes desde hace 24 años. Fue hasta la reelección del presidente de la organización, cuando la FBI aprehendió a algunos colaboradores y posteriormente al supuesto presidente de la organización.

Los antecedentes comenzaron en 2011, la FBI comenzó investigaciones en la FIFA. Por presunta corrupción desde hace 24 años y malos manejos en la elección de las sedes mundialistas. (Acapulco, 2015).

Después de la reelección para presidente de la FIFA (en la cual Blatter había ganado), son detenidos, en Suiza, integrantes del comité de la FIFA. (teleSUR, 2015). Posteriormente a esto, Blatter y Platini son suspendidos por 8 años de cualquier actividad relacionada con el fútbol. (BBC, 2015)

La FBI culpa a los antes mencionados de recibir un pago por USD$2millones entre 1999 y 2002. Del año 2002 en adelante se estima que recibieron USD$ 10 millones; sin conocer la procedencia del efectivo, abuso de sus posiciones, aceptar regalos con procedencia ilícita. (mundo, 2015)

Con base en la información mencionada anteriormente, mantengo mi hipótesis en que las acciones que realizaron los ejecutivos no fueron moralmente buenas, así como es mal visto por la sociedad, también estos hechos no siguen la misión ni los valores de la institución. Dichas acciones mantienen a la gente en pobreza, impide que las economías prosperen y socavan la esencia de la democracia.

“El ser humano es obligado a conducirse moralmente, debido a que cuenta con una estructura moral” (Cortina, s.f.). Hasta el momento son la exclusión de 8 años de toda acción que corresponda al fútbol”. (BBC, 2015). Al tomarse las medidas necesarias, la FIFA se tendría que renovar, buscar nuevos miembros que dirijan esta institución para que transmitan nuevos valores, acciones y nueva imagen para la sociedad.

No actuaron con prudencia, estuvieron dominados por el egoísmo. Los principios de prudencia no siempre rigen la conducta, influyen en la clase u orden. Queriendo decir que el egoísmo domina a la mayor parte de los seres humanos ( Sen, 1989).

Los temas que abordaré son: la corrupción por todas las acciones mencionadas anteriormente, la moral y el egoísmo. Además de querer comprobar 2 objetivos:

–          Demostrar que las acciones realizadas tienen consecuencias en la sociedad.

–          Demostrar que no solo es la FIFA está inmiscuida en estos actos, la sociedad en general y otras instituciones.

Desarrollo

Para dar fuerza a mi hipótesis y poder cumplir mis objetivos, mencionaré algunos argumentos con la finalidad de sustentar los puntos antes mencionados.

La razón por la que estoy en contra de la corrupción es porque muchas personas ganan dinero ilícito, es dinero mal ganado y usado únicamente para el bien propio, esos recursos pueden ser destinados a hospitales, comida, implementación de trabajo para países con escasos recursos, entre muchas otras cosas más.

El argumento por el cual me baso es que en lugares donde hay corrupción, envenena la interacción humana. La corrupción mata a más personas que ISIS cuando quienes incurren en ella desvían los recursos destinados a los servicios de salud y al desarrollo económico o para hacer que los inspectores de seguridad se hagan de la vista gorda a cambio de un soborno. Mantiene a la gente sumida en la pobreza, impide que las economías prosperen y socavan la esencia de la democracia cuando los funcionarios electos actúan en beneficio propio en vez de por el bienestar de la gente a la que representan. (Ghitis, 2015).

Se deben tener buenas influencias para ocultar actos ilícitos y burlar a la FBI. Los líderes que cometen corrupción son protegidos por personas con alto cargos. Gracias a la corrupción, Rusia fue elegida sede del Mundial de 2018. (CNN, 2015). Putin se muestra en constante defensa de Blatter y en contra de las acusaciones de E.U que fue el principal país en aclarar las acciones hechas por Blatter.

El argumento que tengo para sustentar la información es que  la Secretaria de Estado de E.U., comenta que la corrupción de la FIFA es protegida, descarada, sistémica y está muy arraigada. Si las agencias policiacas los que la FIFA opera no pueden combatir sus fechorías, ¿qué esperanza queda? Lynch, 2015).

Si líderes permiten la corrupción, empleados con puestos bajos lo podrían hacer. Es una organización con una historia obscura para la sociedad. Estas personas se olvidan de las más necesitadas. Se debe limpiar este organismo para eliminar irregularidades, desde los líderes hasta los empleados con puestos más bajos de la organización.

El argumento que mantengo es porque: “La FIFA es el lugar ideal para los ladrones. No sorprende que los dictadores adoren hacer negocios con ella. (Dinero que proviene en parte de los pobres y la clase media) se destinan a la construcción de estadios gigantescos que se alzan decrépitos e inútiles después de los eventos. Ese dinero se necesita para construir hospitales y escuelas, para pagarles a los maestros y los médicos y no para las constructoras, para sobornos y ladrones. Si se hace una limpieza a fondo de la FIFA, se darán nuevos bríos a la guerra contra la corrupción” (Ghitis, 2015).

Recapitulando todos estos argumentos, evidentemente estas personas se comportaron de manera egoísta, buscaron el beneficio propio sin pensar en los demás; y por qué actuar de esta manera, puede ser por la ambición de tener más y más dinero a costa de lo que sea.” Las personas se comportan de un modo egoísta no es lo mismo que actúan siempre de un modo desinteresado. La cuestión se basa en saber si es una pluralidad de motivaciones o si el egoísmo mueve a los seres humanos” (Sen, 1989).

Conclusión

No es necesario corromper la ley para que el fútbol se juegue en otros países, la FIFA tiene un gran poderío donde puede implementar el fútbol sin necesidad de infringir la ley, generar corrupción, etc. La FIFA es universal y es conocida a nivel mundial desde clases bajas hasta altas, me atrevo a decir que es más conocida que el “Papa”. Lamentablemente está dando una imagen negativa, principalmente a los niños porque algunos de ellos no saben si la corrupción es para algún beneficio en particular, los niños interpretan que la corrupción de cierta manera es buena y se quedan con esa idea hasta que crecen y crecen y tal vez algunos ya no tengan esa percepción de la corrupción, pero muchos otros sí la tendrán muy presente.

En cuanto a esto, creo que los objetivos que mencioné al inicio del ensayo van ligados uno con otro. Las acciones realizadas sí tienen consecuencias en la sociedad, de cierto u otro modo. Como lo menciona Ghitis. Mantiene a la gente sumida en la pobreza, impide que las economías prosperen y socavan la esencia de la democracia cuando los funcionarios electos actúan en beneficio propio en vez de por el bienestar de la gente a la que representan. Además de transmitir valores negativos a niños que posteriormente pudieran imitar estas acciones.

Finalmente, como segundo objetivo, no solo es la FIFA está inmiscuida en estos actos, la sociedad en general y otras instituciones. Muchas acciones realizadas por los principales ejecutivos de la FIFA son imitadas en la sociedad sin represión alguna, Venezuela y Maduro, Gobierno de México (Elba Esther Gordillo, Aeropuerto de Texcoco), el vaticano y los temas de pederastia, por mencionar algunos.

Además, las personas de altos puestos actuaron moralmente mal con el fin de beneficiar su economía. Olvidándose personas marginadas, con escases de recursos, pobreza, etc. No fue hasta después de 24 años que se le puso fin a este asunto con la aprensión de varios directivos de este organismo, se les cesa por 8 años de cualquier actividad, además de que se les puede alargar la condena si se les encuentra culpables en otras cosas. Acciones egoístas. A pesar de la corrupción y la pobreza, el fútbol debe llegar a cualquier lugar, con el fin de fomentar valores y hacer que las personas actúen moralmente bien sin llegar a ser egoístas. También en los gobiernos se deben de analizar la dirección de los recursos como a hospitales, escuelas que muchas veces son mal distribuidos. Se tiene que modificar el sistema educativo, para que las personas estén informadas y sepan actuar antes hechos determinados. “El primer paso para la educación moral es reconocer la realidad. Es conveniente experimentar la realidad cotidiana, informarse en fuentes reconocidas; además de tener una mente abierta a los problemas y soluciones “Cortina, s.f) “Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella”. (Baez Joan, 1941).

Referencias

BBC.       (2015,       Diciembre       21).       BBC       .       Retrieved       from       Mundo: http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/12/151221_blatter_platini_suspendidos_fifa_corrupcion_futbol_mr

Beckenbauer, F. (2015, 06 19). El Universal . Retrieved from Deportes: http://www.eluniversal.com.mx/articulo/deportes/futbol/2015/06/19/caso-fifa-beckenbauer-defiende-blatter

CNN. (2015, Junio 07). Retrieved from Qatar y Rusia, en riesgo de perder las sedes del Mundial: FIFA: http://mexico.cnn.com/mundo/2015/06/07/qatar-y-rusia-en-riesgo-de-perder-las-sedes-del-mundial-fifa

Ecclestone.   (2015,  10    17).    Mundo    Deportivo.   Retrieved   from    Formula   1: http://www.mundodeportivo.com/motor/f1/20151017/202257047893/ecclestone-defiende-a-blatter.html

Ghitis,       F.        (2015,       junio       04).        CNN       México.        Retrieved       from http://mexico.cnn.com/opinion/2015/06/04/opinion-perseguir-la-corrupcion-en-la-fifa-es-mejorar-al-mundo

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Pickles, el perro que salvó el Mundial de Inglaterra 1966

Geoffrey Hurst pasará a la historia como el héroe nacional inglés al marcar tres goles en la final del único Mundial que el país británico tiene en sus vitrinas. La final de 1966 ante Alemania, que acabó con la victoria inglesa en la prórroga (4-2), se recuerda como uno de los mejores partidos de la historia pero el capitán Bobby Moore jamás hubiera podido levantar hace 50 años el Trofeo Jules Rimet, predecesor a la actual copa, de no haber sido por un personaje inesperado, el perro Pickles.

Todo empezó el 20 de marzo, durante la gira de la Copa del Mundo, que en ese momento se encontraba exhibida en el Westminister Central Hall de Londres. En una maniobra que sigue todavía sin respuestas,  el trofeo desapareció en un descuido de los guardias de seguridad. La noticia fue caótica y Scotland Yard empezó una investigación de urgencia. El ladrón contactó poco después con los agentes de la ley, exigiendo 15.000 libras a cambio del objeto sustraído. La policía arrestó con éxito al hombre que esperaba el dinero, aunque este se trataba tan solo de un simple intermediario. La copa seguía sin aparecer y la Federación Inglesa (FA) tomó la precaución de crear una réplica para el torneo por si no aparecía, pero sí lo hizo.

Pickles01Y es aquí donde entra en escena el inesperado protagonista de cuatro patas. El vecino David Corbett paseaba siete días después junto a su perro Pickles por las calles del barrio londinense de South Norwood. El cánido se acercó a un árbol y regresó con algo entre sus fauces, un objeto grande envuelto en periódico. Para sorpresa de Corbett, se trataba de la Copa del Mundo robada. Sin dudarlo ni un momento, acudió a la estación de policía más cercana para entregar su inesperado hallazgo. La rocambolesca y poco verosímil narración de los hechos convirtió por momentos a Corbett y Pickles en sospechosos del robo. No obstante, finalmente los miembros de la ley dieron por buena la historia y Pickles se convirtió en héroe nacional.

Amo y perro recibieron una recompensa de 6.000 libras, comida gratis para Pickles durante un año y la invitación a la cena que ofreció la reina Isabel II después del triunfo de Inglaterra en la final. Incluso el animal fue protagonista de una película. Pickles iba también a asistir a la inauguración del Mundial 1970, pero falleció en 1967 ahogado en su propia correa mientras perseguía a un gato. Esta no fue la única muerte relacionada con el trofeo. El intermediario arrestado por Scotland Yard, Edward Bletchley, murió de enfisema poco después de salir de la cárcel, donde pasó dos años como cómplice de un ladrón que nunca apareció.

El trofeo Jules Rimet dejó de entregarse tras el Mundial de México 1970. La normativa FIFA permitía al ganador de tres Mundiales quedarse con el trofeo original para la perpetuidad. Brasil e Italia, ambas selecciones con dos campeonatos en su poder, se disputaron en la final la posesión del trofeo, que acabó en manos de la canarinha. Pero la negra historia del Jules Rimet tuvo todavía un episodio negro más. El 19 de diciembre de 1983, fue robado de la sede de la Confederación Brasileña, en Río de Janeiro. Pese a que cuatro personas fueron detenidas, juzgadas y declaradas culpables, el trofeo de oro nunca apareció y se sospecha que fue fundido.

Reportaje realizado para la materia de “Historia del Periodismo Deportivo” que imparte Xavier G. Luque en el Máster de Periodismo Deportivo de la UPF.




España en los Mundiales sub’20: datos y estadísticas (1977-2015)

Después de diecinueve artículos dedicados a contar la participación de la selección española en los distintos Mundiales sub’20 que se llevan celebrados desde 1977, incluida la única experiencia de la selección juvenil femenina (que en 2016 volverá por fin a una Copa del Mundo de la categoría), toca poner ya el punto final a la serie. En total han sido quince los campeonatos masculinos desgranados mensualmente desde que, en marzo de 2014, en el número 52 de estos Cuadernos de Fútbol, se iniciara el repaso con el inolvidable Mundial de Nigeria 1999, al que se dedicaron cuatro artículos para conmemorar el decimoquinto aniversario del triunfo de España en aquella cita juvenil.

Una vez recordado ese éxito, y con el afán de reconocer también los méritos de todos aquellos que alguna vez pelearon con menos fortuna por esos mismos laureles, tocaba emprender el largo camino que separa el primer campeonato juvenil organizado por la FIFA, el de Túnez 1977, del último que contó con presencia española, el de Turquía 2013. El resultado ha sido un recorrido por treinta y seis años de historia futbolística en el que se puede apreciar el inmenso cambio experimentado por el fútbol mundial, también en su parcela juvenil: de unos comienzos en los que el amateurismo de organizadores y participantes se entremezclaba con un incipiente profesionalismo para dar pie a pintorescas situaciones, y en los que cada campeonato era una aventura en la que casi todo podía fallar, hasta el hipermercantilizado espectáculo actual, en el que todo está cuidado al milímetro y los juveniles disfrutan de prácticamente las mismas comodidades que las grandes estrellas sin ser conscientes, muchas veces, de su privilegiada situación. Una cosa, no obstante, se mantiene inalterable: la ilusión y el esfuerzo derrochados por unos chavales que, con mayor o menor acierto, acuden a lo que para muchos será su única experiencia en un Mundial, eso con lo que sueña (o debería soñar) todo aquel que empieza a darle patadas a un balón.

Y, por supuesto, tantas líneas escritas (tal vez demasiadas) y tantos datos encontrados (siempre insuficientes) dan para mucho. Sirva este último artículo para ofrecer una visión distinta, puramente numérica, de la participación española en los Mundiales sub’20 masculinos. El texto se divide en las siguientes secciones:

1.- Panorama General

                1.1.- Datos básicos

                1.2.- Partidos, victorias y goles

2.- Los Números de España

                2.1.- Partidos y rivales

                2.2.- Resultados

                2.3.- Rachas españolas

                2.4.- Goles, penaltis y amonestaciones

3.- Protagonistas Españoles

                3.1.- Jugadores: partidos y procedencia

                3.2.- Goles y premios

                3.3.- Internacionales absolutos

                3.4.- Seleccionadores y árbitros

 

 

1.- PANORAMA GENERAL

1.1.- Datos Básicos

Empecemos por lo importante. En los 20 Mundiales sub’20 disputados entre Túnez 1977 y Nueva Zelanda 2015 ha habido 10 campeones distintos, por 8 en los también 20 Mundiales absolutos celebrados desde Uruguay 1930 hasta Brasil 2014. Únicamente Argentina (6 entorchados), Brasil (5) y Portugal (2) han conseguido levantar el trofeo juvenil más de una vez; los demás campeones son la URSS, Alemania, Yugoslavia, España, Ghana, Francia y Serbia. Hay que aclarar que Alemania ganó su único Mundial sub’20 en 1981, como República Federal Alemana, y que la FIFA considera a las actuales federaciones de fútbol de Rusia y Serbia herederas de las asociaciones de las extintas URSS y Yugoslavia, respectivamente, por lo que para el máximo organismo rector del fútbol mundial Serbia tiene ya dos Mundiales juveniles y Rusia uno, algo que histórica y deportivamente es difícil de justificar. Otros 6 países más han llegado alguna vez a la final sin ganarla, siendo Nigeria y Uruguay los más “desdichados” con 2 subcampeonatos y ningún título, aunque es la selección brasileña la que más finales ha perdido: nada menos que 4. Esto quiere decir que Brasil ha estado presente en casi la mitad de las finales mundialistas sub’20 disputadas (9 de 20), un dato sencillamente espectacular.

PALMARÉS DE LA COPA DEL MUNDO SUB’20

SELECCIÓN

TÍTULOS

SUBCAMPEONATOS

ARGENTINA 6 (1979, 1995, 1997, 2001, 2005, 2007) 1 (1983)
BRASIL 5 (1983, 1985, 1993, 2003, 2011) 4 (1991, 1995, 2009, 2015)
PORTUGAL 2 (1989, 1991) 1 (2011)
ESPAÑA 1 (1999) 2 (1985, 2003)
GHANA 1 (2009) 2 (1993, 2001)
URSS 1 (1977) 1 (1979)
ALEMANIA* 1 (1981) 1 (1987)
YUGOSLAVIA 1 (1987) 0
FRANCIA 1 (2013) 0
SERBIA 1 (2015) 0
NIGERIA 0 2 (1989, 2005)
URUGUAY 0 2 (1997, 2013)
MÉXICO 0 1 (1977)
QATAR 0 1 (1981)
JAPÓN 0 1 (1999)
REPÚBLICA CHECA 0 1 (2007)
*Las dos finales de Alemania fueron alcanzadas por la antigua República Federal Alemana.

España ha participado en 15 de las 20 ediciones celebradas hasta el momento (faltó a los torneos de 1983, 1987, 1993, 2001 y 2015), siendo el segundo país con más presencias mundialistas juveniles, igualado con Australia (que, eso sí, ha jugado 2 de sus 15 mundiales como anfitrión). Ambos se ven superados por Brasil (18 ediciones) pero están por delante de Argentina, México y Estados Unidos (14 presencias). También han alcanzado la decena de participaciones en fases finales las selecciones de Uruguay, República de Corea (13 ediciones cada una), Nigeria (11) y Portugal, Inglaterra y Alemania (10), insistiendo en el caso alemán en que arrastra las 2 de la antigua República Federal pero no las de la República Democrática, que fueron otras 2. En total, y considerando que, aunque la FIFA diga que sí, las viejas federaciones de Yugoslavia, Checoslovaquia y la URSS no son lo mismo que las nuevas de Serbia, República Checa y Rusia, 92 selecciones diferentes han tenido la oportunidad de jugar algún Mundial sub’20 (por los 80 que, con la misma salvedad, han participado en alguno de los absolutos). De todas ellas, 32 sólo han acudido a una edición, dándose la circunstancia de que en todos los Mundiales sub’20 ha habido al menos un equipo debutante.

SELECCIONES CON 10 O MÁS PRESENCIAS EN MUNDIALES SUB’20

POS.

PAÍS

Nº PRESENCIAS

EDICIONES

1

BRASIL

18

1977, 1981, 1983, 1985, 1987, 1989, 1991, 1993, 1995, 1997, 1999, 2001, 2003, 2005, 2007, 2009, 2011, 2015

2

ESPAÑA

15

1977, 1979, 1981, 1985, 1989, 1991, 1995, 1997, 1999, 2003, 2005, 2007, 2009, 2011, 2013

2

AUSTRALIA

15

1981, 1983, 1985, 1987, 1991, 1993, 1995, 1997, 1999, 2001, 2003, 2005, 2009, 2011, 2013

4

ARGENTINA

14

1979, 1981, 1983, 1989, 1991, 1995, 1997, 1999, 2001, 2003, 2005, 2007, 2011, 2015

4

MÉXICO

14

1977, 1979, 1981, 1983, 1985, 1991, 1993, 1997, 1999, 2003, 2007, 2011, 2013, 2015

4

ESTADOS UNIDOS

14

1981, 1983, 1987, 1989, 1993, 1997, 1999, 2001, 2003, 2005, 2007, 2009, 2013, 2015

7

URUGUAY

13

1977, 1979, 1981, 1983, 1991, 1993, 1997, 1999, 2007, 2009, 2011, 2013, 2015

7

REPÚBLICA DE COREA*

13

1979, 1981, 1983, 1991, 1993, 1997, 1999, 2003, 2005, 2007, 2009, 2011, 2013

9

NIGERIA

11

1983, 1985, 1987, 1989, 1999, 2005, 2007, 2009, 2011, 2013, 2015

10

PORTUGAL

10

1979, 1989, 1991, 1993, 1995, 1999, 2007, 2011, 2013, 2015

10

INGLATERRA

10

1981, 1985, 1991, 1993, 1997, 1999, 2003, 2009, 2011, 2013

10

ALEMANIA**

10

1981, 1987, 1993, 1995, 1999, 2001, 2003, 2005, 2009, 2015
*República de Corea participó en 1991 con un equipo unificado con la República Popular Democrática de Corea. Las dos selecciones se habían clasificado de forma independiente para el torneo, pero la FIFA contabiliza esa participación conjunta como exclusiva de la federación surcoreana.
—-
**Alemania hereda el historial de la antigua República Federal Alemana, que participó en 1981 y 1987, pero no el de la RDA, cuyo registro (2 participaciones en 1987 y 1989) se mantiene independiente.

Considerando globalmente su actuación en esos 15 torneos, no cabe duda de que España es, por su rendimiento regular a lo largo de estos casi cuarenta años, una de las grandes potencias futbolísticas juveniles. Además de lograr el título mundial en Nigeria 1999, la selección española sub’20 ha alcanzado 2 finales más (las de 1985 y 2003, ambas perdidas ante Brasil por 0-1) y llegó a semifinales en otra ocasión (1995, cuando acabó en cuarta posición). Ha caído eliminada 7 veces en cuartos de final, 1 en octavos (ronda que se disputa desde 1997) y sólo en 3 ediciones se despidió en la fase de grupos, la última en el lejano 1989. Aquel 15º puesto (de 16 participantes) cosechado en Arabia Saudita supone la peor clasificación española en las fases finales que ha disputado.

ESPAÑA EN LOS MUNDIALES SUB’20

EDICIÓN

CAMPEÓN

PUESTO DE ESPAÑA

Túnez 1977

URSS

(fase de grupos)

Japón 1979

ARGENTINA

(cuartos de final)

Australia 1981

REP. FED. ALEMANIA

13º (fase de grupos)

México 1983

BRASIL

No participó

URSS 1985

BRASIL

Chile 1987

YUGOSLAVIA

No participó

Arabia Saudita 1989

PORTUGAL

15º (fase de grupos)

Portugal 1991

PORTUGAL

(cuartos de final)

Australia 1993

BRASIL

No participó

Qatar 1995

ARGENTINA

Malasia 1997

ARGENTINA

(cuartos de final)

Nigeria 1999

ESPAÑA

Argentina 2001

ARGENTINA

No participó

Emiratos Árabes Unidos 2003

BRASIL

Países Bajos 2005

ARGENTINA

(cuartos de final)

Canadá 2007

ARGENTINA

(cuartos de final)

Egipto 2009

GHANA

(octavos de final)

Colombia 2011

BRASIL

(cuartos de final)

Turquía 2013

FRANCIA

(cuartos de final)

Nueva Zelanda 2015

SERBIA

No participó

Alineación habitual de España durante el Mundial sub’20 de Nigeria 1999. De izquierda a derecha: (arriba) Marchena, Barkero, Bermudo, Aranzubia, Orbaiz, Jusué;  (abajo) Pablo Couñago, Gabri, Varela, Xavi, Coira.

Alineación habitual de España durante el Mundial sub’20 de Nigeria 1999.
De izquierda a derecha: (arriba) Marchena, Barkero, Bermudo, Aranzubia, Orbaiz, Jusué;
(abajo) Pablo Couñago, Gabri, Varela, Xavi, Coira.

En el Informe Técnico que la FIFA elabora después de cada campeonato (en el siguiente enlace se pueden encontrar los de todos los torneos que organiza: http://es.fifa.com/about-fifa/official-documents/development/technical-study-group-reports/index.html) se incluye una tabla con la clasificación histórica de todas las selecciones que han participado alguna vez en la Copa del Mundo sub’20. Asignando 3 puntos por victoria y 1 por empate se obtiene una puntuación que la FIFA usa como criterio de ordenación. Según ese criterio, y una vez finalizado el torneo de Nueva Zelanda 2015, Brasil lidera holgadamente la clasificación histórica oficial con 232 puntos, seguido de Argentina con 164 y de España con 142. A continuación recojo las 20 primeras posiciones.

CLASIFICACIÓN HISTÓRICA FIFA DE LOS MUNDIALES SUB’20

POS.

SELECCIÓN

PART

GAN

EMP

PER

GF

GC

PUNTOS

1

BRASIL

103

72

16

15

231

71

232

2

ARGENTINA

75

52

8

15

147

57

164

3

ESPAÑA

72

43

13

16

150

77

142

4

URUGUAY

62

28

17

17

81

60

101

5

PORTUGAL

49

28

8

13

70

40

92

6

GHANA

43

26

9

8

76

47

87

7

ALEMANIA*

43

23

8

12

85

43

77

8

MÉXICO

57

20

17

20

85

62

77

9

NIGERIA

52

22

10

20

78

66

76

10

ESTADOS UNIDOS

56

21

8

27

73

84

71

11

AUSTRALIA

56

16

15

25

63

89

63

12

RUSIA*

38

17

11

10

62

44

62

13

COLOMBIA

38

18

8

12

54

47

62

14

REPÚBLICA DE COREA

49

13

13

23

60

81

52

15

PARAGUAY

36

13

10

13

46

47

49

16

FRANCIA

27

14

6

7

50

36

48

17

JAPÓN

35

13

9

13

49

48

48

18

CHILE

28

12

5

11

47

48

41

19

EGIPTO

32

12

5

15

45

45

41

20

INGLATERRA

38

8

14

16

33

41

38

*Incluyen los registros obtenidos por la República Federal Alemana y la URSS, respectivamente.

1.2.- Partidos, victorias y goles

Sin embargo, a partir de los datos incluidos en la tabla oficial (y trabajando un poco para separar los de la URSS y Yugoslavia de los de Rusia y Serbia) se pueden hacer muchas más clasificaciones. Por ejemplo, España es la tercera selección que más partidos ha disputado en los Mundiales sub’20, con 72 encuentros. Sólo han jugado más partidos los dos gigantes sudamericanos: 103 Brasil y 75 Argentina. Tras España, en esta clasificación aparecen Uruguay con 62 partidos y México con 57.

LAS 20 SELECCIONES CON MÁS PARTIDOS EN MUNDIALES SUB’20

POS.

SELECCIÓN

PARTIDOS

GANADOS

EMPATADOS

PERDIDOS

1

BRASIL

103

72

16

15

2

ARGENTINA

75

52

8

15

3

ESPAÑA

72

43

13

16

4

URUGUAY

62

28

17

17

5

MÉXICO

57

20

17

20

6

ESTADOS UNIDOS

56

21

8

27

6

AUSTRALIA

56

16

15

25

8

NIGERIA

52

22

10

20

9

PORTUGAL

49

28

8

13

9

REPÚBLICA DE COREA

49

13

13

23

11

GHANA

43

26

9

8

11

ALEMANIA*

43

23

8

12

13

COLOMBIA

38

18

8

12

13

INGLATERRA

38

8

14

16

15

PARAGUAY

36

13

10

13

16

JAPÓN

35

13

9

13

17

EGIPTO

32

12

5

15

18

COSTA RICA

31

11

3

17

19

URSS

30

14

8

7

20

CHILE

28

12

5

11

*Incluye los registros obtenidos por la República Federal Alemana.

De sus 72 partidos, la selección española ha ganado 43, ha empatado 13 y ha perdido 16 (59’72% de victorias). Esto sitúa a España también en la tercera posición histórica por número de victorias, superada nuevamente por Brasil (72) y Argentina (52) y por delante en esta ocasión de Portugal y Uruguay (las dos con 28 partidos ganados, aunque los lusos han jugado 13 encuentros menos que los charrúas).

LAS 20 SELECCIONES CON MÁS VICTORIAS EN MUNDIALES SUB’20

POSICIÓN

SELECCIÓN

GANADOS

JUGADOS

% VICTORIAS

1

BRASIL

72

103

69’90%

2

ARGENTINA

52

75

69’33%

3

ESPAÑA

43

72

59’72%

4

PORTUGAL

28

49

57’14%

4

URUGUAY

28

62

45’16%

6

GHANA

26

43

60’47%

7

ALEMANIA*

23

43

53’49%

8

NIGERIA

22

52

42’31%

9

ESTADOS UNIDOS

21

56

37’50%

10

MÉXICO

20

57

35’09%

11

COLOMBIA

18

38

47’37%

12

AUSTRALIA

16

56

28’57%

13

FRANCIA

14

27

51’85%

13

URSS

14

30

46’67%

15

JAPÓN

13

35

37’14%

15

PARAGUAY

13

36

36’11%

15

REPÚBLICA DE COREA

13

49

26’53%

18

CHILE

12

28

42’86%

18

EGIPTO

12

32

37’50%

20

COSTA RICA

11

31

35’48%

*Incluye los registros obtenidos por la República Federal Alemana.

Pero, si atendemos al porcentaje de partidos ganados sobre el total de jugados, Ghana superaría a España con un 60’47% de triunfos en sus 7 campeonatos disputados. Además, si tuviese en cuenta los datos yugoslavos como hace la FIFA, Serbia se colocaría tercera en el ranking (68’75% de victorias, obtenido al haber ganado 11 de sus 16 partidos en 3 ediciones; sin embargo, al contabilizar por separado los números de Yugoslavia y Serbia resulta que ninguna de las dos selecciones ha ganado los 10 partidos necesarios que fijé arbitrariamente como punto de corte para realizar la tabla.

SELECCIONES CON MEJOR % DE VICTORIAS EN MUNDIALES SUB’20*

POSICIÓN

SELECCIÓN

GANADOS

JUGADOS

% VICTORIAS

1

BRASIL

72

103

69’90%

2

ARGENTINA

52

75

69’33%

3

GHANA

26

43

60’47%

4

ESPAÑA

43

72

59’72%

5

PORTUGAL

28

49

57’14%

6

ALEMANIA**

23

43

53’49%

7

FRANCIA

14

27

51’85%

8

COLOMBIA

18

38

47’37%

9

URSS

14

30

46’67%

10

URUGUAY

28

62

45’16%

11

CHILE

12

28

42’86%

12

NIGERIA

22

52

42’31%

13

ESTADOS UNIDOS

21

56

37’50%

13

EGIPTO

12

32

37’50%

15

JAPÓN

13

35

37’14%

16

PARAGUAY

13

36

36’11%

17

COSTA RICA

11

31

35’48%

18

MÉXICO

20

57

35’09%

19

AUSTRALIA

16

56

28’57%

20

REPÚBLICA DE COREA

13

49

26’53%

*Sólo se incluyen las selecciones con 10 o más partidos ganados.
—-

**Incluye los registros obtenidos por la República Federal Alemana.

En la parte baja de la tabla histórica, Panamá es la selección que más partidos ha disputado en Mundiales sub’20 sin conocer todavía la victoria, pues suma 3 empates y 12 derrotas en 15 encuentros. Tampoco han ganado ningún partido después de participar en más de una edición las selecciones de Trinidad y Tobago (1 empate y 5 derrotas) y de la República Democrática Popular de Corea (3 empates y 6 derrotas, aunque la FIFA no le contabiliza su participación conjunta con la República de Corea en Portugal 1991, donde la selección unificada ganó 1 partido y, curiosamente, todos los goles del combinado fueron obra de jugadores norcoreanos). Las otras 14 selecciones que no han podido celebrar ningún triunfo sólo disputaron un Mundial sub’20 y se fueron a casa después de los 3 partidos de la fase de grupos, 9 de ellas sin puntuar. Guinea, Indonesia y Tahití no sólo no puntuaron, sino que ni siquiera consiguieron anotar un gol.

SELECCIONES SIN VICTORIAS EN LOS MUNDIALES SUB’20

SELECCIÓN

PART.

G

E

P

GF

GC

PANAMÁ

15

0

3

12

7

30

REP. DEM. POPULAR DE COREA

9

0

3

6

3

21

TRINIDAD Y TOBAGO

6

0

1

5

2

18

BENÍN

3

0

2

1

2

3

JORDANIA

3

0

1

2

3

6

BAHRÉIN

3

0

1

2

1

4

JAMAICA

3

0

1

2

1

6

BURUNDI

3

0

1

2

2

8

ETIOPÍA

3

0

0

3

4

8

MALASIA

3

0

0

3

2

9

KAZAJSTÁN

3

0

0

3

1

9

TOGO

3

0

0

3

1

9

CUBA

3

0

0

3

1

10

GUINEA

3

0

0

3

0

10

MYANMAR

3

0

0

3

2

13

INDONESIA

3

0

0

3

0

16

TAHITÍ

3

0

0

3

0

21

La peor actuación de un combinado nacional en toda la historia de los Mundiales sub’20 corresponde a Tahití, que en Egipto 2009 perdió sus 3 partidos y se fue sin marcar y con 21 goles en contra (cayó 0-8 ante España, 0-8 ante Venezuela y 0-5 ante Nigeria). Como contraste, Serbia sería la selección que más lejos ha llegado en su única participación, pues era debutante en Nueva Zelanda 2015 y se alzó con el título. Si considerásemos al equipo serbio como sucesor del yugoslavo, Rumanía (tercera clasificada en Australia 1981) y Senegal (cuarta en Nueva Zelanda 2015) serían las selecciones con mejor desempeño en el único Mundial que han jugado hasta la fecha. Además de Serbia, también la URSS (por lógica, en la primera edición en 1977), Argentina (1979) y la República Federal Alemana (1981) lograron ganar el campeonato en su primera participación en una fase final. Por último, es justo señalar que los mejores registros globales en una edición concreta los consiguió Argentina en el Mundial que organizó en 2001, pues se llevó el título con 7 victorias en 7 partidos, 27 goles a favor y 4 en contra.

Para cerrar este apartado, echemos un vistazo a los datos relativos a los goles. España ha anotado un total de 150 en sus 72 partidos (lo que supone una media de 2’08 tantos por encuentro) y ha encajado 77 (1’07 por partido). Es el segundo equipo más goleador de la tabla histórica, aunque a mucha distancia del líder, Brasil, que totaliza 231 goles (la friolera de 160 más de los que ha encajado), y seguido muy de cerca por Argentina, que acumula 147. Se trata de las tres únicas selecciones que han superado el centenar de goles en los Mundiales sub’20.

LAS 20 SELECCIONES MÁS GOLEADORAS EN LOS MUNDIALES SUB’20

POS.

SELECCIÓN

GOLES A FAVOR

GOLES EN CONTRA

DIF.

PARTIDOS

1

BRASIL

231

71

+160

103

2

ESPAÑA

150

77

+73

72

3

ARGENTINA

147

57

+90

75

4

ALEMANIA*

85

43

+42

43

4

MÉXICO

85

62

+23

57

6

URUGUAY

81

60

+21

62

7

NIGERIA

78

66

+22

52

8

GHANA

76

47

+29

43

9

ESTADOS UNIDOS

73

84

-11

56

10

PORTUGAL

70

40

+30

49

11

AUSTRALIA

63

89

-26

56

12

REPÚBLICA DE COREA

60

81

-21

49

13

COLOMBIA

54

47

+7

38

14

URSS

52

32

+20

30

15

FRANCIA

50

36

+14

27

16

JAPÓN

49

48

+1

35

17

CHILE

47

48

-1

28

18

PARAGUAY

46

47

-1

36

19

EGIPTO

45

45

0

32

20

COSTA RICA

38

58

-20

31

*Incluye los registros obtenidos por la República Federal Alemana.

De momento, sólo Brasil y España promedian más de 2 tantos por encuentro. Cabe señalar que Ghana y la URSS son los países más beneficiados si cambiamos el criterio de ordenación y pasamos de los goles totales a la media por partido; esto se debe a que, aunque han jugado menos partidos que otras selecciones por haber estado en menos ediciones, cuando han acudido a un Mundial sub’20 han tenido, por lo general, actuaciones destacadas. En la tabla he calculado los promedios goleadores de las selecciones con más de 30 partidos disputados, otro criterio de corte totalmente subjetivo y que deja fuera a Francia, que con 50 goles en 27 partidos (1’85 tantos por encuentro) podría ser quinta en esta clasificación. También Chile, con 1’68 goles de media en sus 28 encuentros, podría alcanzar un puesto destacado.

SELECCIONES MÁS GOLEADORAS EN MUNDIALES SUB’20 (PROMEDIO)*

POS.

SELECCIÓN

GOLES A FAVOR

PARTIDOS

GOLES/PARTIDO

1

BRASIL

231

103

2’24

2

ESPAÑA

150

72

2’08

3

ALEMANIA**

85

43

1’98

4

ARGENTINA

147

75

1’96

5

GHANA

76

43

1’77

6

URSS

52

30

1’73

7

NIGERIA

78

52

1’50

8

MÉXICO

85

57

1’49

9

PORTUGAL

70

49

1’43

10

COLOMBIA

54

38

1’42

11

EGIPTO

45

32

1’41

12

JAPÓN

49

35

1’40

13

URUGUAY

81

62

1’31

14

ESTADOS UNIDOS

73

56

1’30

15

PARAGUAY

46

36

1’27

16

COSTA RICA

38

31

1’23

17

REPÚBLICA DE COREA

60

49

1’22

18

AUSTRALIA

63

56

1’13

19

INGLATERRA

33

38

0’87

*Sólo se incluyen las selecciones con 30 o más partidos disputados.
—-
*Incluye los registros obtenidos por la República Federal Alemana.

Si analizamos los datos defensivos de estas 19 selecciones con al menos 30 partidos en Mundiales sub’20, vemos que nuevamente Brasil lidera esta sección con una media de 0’69 goles encajados por partido. Le seguirían, según ese indicador, Argentina (0’76), Portugal (0’82) y Uruguay (0’97), ocupando España la sexta posición con 1’07 tantos recibidos por encuentro (el mismo resultado que la URSS pero en más del doble de partidos). Australia es, en términos absolutos, la selección que más goles ha encajado (89) en la historia de los Mundiales sub’20, aunque, entre las selecciones filtradas, Costa Rica y la República de Corea tienen peor promedio.

MEJORES DEFENSAS EN LOS MUNDIALES SUB’20*

POS.

SELECCIÓN

GOLES EN CONTRA

PARTIDOS

GOLES/PART.

1

BRASIL

71

103

0’69

2

ARGENTINA

57

75

0’76

3

PORTUGAL

40

49

0’82

4

URUGUAY

60

62

0’97

5

ALEMANIA**

43

43

1’00

6

ESPAÑA

77

72

1’07

6

URSS

32

30

1’07

8

INGLATERRA

41

38

1’08

9

GHANA

47

43

1’09

9

MÉXICO

62

57

1’09

11

COLOMBIA

47

38

1’24

12

NIGERIA

66

52

1’27

13

PARAGUAY

47

36

1’31

14

JAPÓN

48

35

1’38

15

EGIPTO

45

32

1’41

16

ESTADOS UNIDOS

84

56

1’50

17

AUSTRALIA

89

56

1’59

18

REPÚBLICA DE COREA

81

49

1’65

19

COSTA RICA

58

31

1’87

*Sólo se incluyen las selecciones con 30 o más partidos disputados.
—-
**Incluye los registros obtenidos por la República Federal Alemana.

2.- LOS NÚMEROS DE ESPAÑA

2.1.- Partidos y rivales

Centrándonos ya en los datos españoles, si dividimos sus 72 encuentros por fases nos encontramos con que España ha jugado 45 partidos de grupo, cosechando 31 victorias (68’89%), 7 empates y 7 derrotas; mientras que en fase eliminatoria ha disputado 27 encuentros, ganando en 12 ocasiones (44’44%) perdiendo 9 veces y legando a los penaltis en las 6 eliminatorias restantes, que aparecen en las tablas como partidos empatados. Teniendo en cuenta los desenlaces de esas 6 tandas disputadas (3 victorias y 3 derrotas), España ha superado en total 15 de las 27 eliminatorias que ha jugado (55’56%). Hay que recordar que la ronda de octavos de final se disputa desde Malasia 1997 y que antes, salvo en la primera edición (Túnez 1977, en la que se pasaba directamente del grupo a semifinales), desde la fase de grupos se accedía a cuartos de final. Al final del artículo, el Anexo 1 recoge el listado completo de partidos disputados por España.

DISTRIBUCIÓN DE LOS PARTIDOS DE ESPAÑA EN LOS MUNDIALES SUB’20

FASE

JUGADOS

GANADOS

EMPATADOS

PERDIDOS

GF

GC

Fase de Grupos

45

31

7

7

108

43

Eliminatorias

27

12

6*

9

42

34

Octavos de final (desde 1997)

8

6

1*

1

16

8

Cuartos de final

11

3

4*

4

14

15

Semifinales

4

2

1*

1

6

6

3º y 4º puesto

1

0

0

1

2

3

Final

3

1

0

2

4

2

TOTAL

72

43

13

16

150

77

*Empates tras prórroga, resueltos mediante lanzamientos de penalti.

En total, España ha disputado 10 prórrogas a lo largo de la historia de los Mundiales sub’20. Ha ganado 2 (una con gol de oro, obra de Javier Arizmendi, ante Canadá en los cuartos de final de Emiratos Árabes Unidos 2003) y ha perdido otras 2; como se refleja unas líneas más arriba, las 6 restantes llegaron a la tanda de penaltis y desembocaron en 3 victorias y 3 derrotas. Por lo tanto, la selección española acabó superando 5 de las 10 eliminatorias que llegaron al tiempo extra. A continuación figura una tabla con el resumen de las prórrogas disputadas por España.

PRÓRROGAS DE ESPAÑA EN LOS MUNDIALES SUB’20

RONDA

JUGADAS

GANADAS

EMPATADAS*

PERDIDAS

GF

GC

Octavos de final

2

1

1

0

2

0

Cuartos de final

6

1

4

1

3

3

Semifinales

1

0

1

0

1

1

Final

1

0

0

1

0

1

TOTAL

10

2

6

2

6

5

*Resueltas mediante lanzamientos de penalti.

Como dato curioso, las 3 tandas de penaltis perdidas corresponden a partidos de cuartos de final, ronda que sólo se ha superado una vez desde los once metros: frente a Ghana en el Mundial de Nigeria 1999.

TANDAS DE PENALTIS DE ESPAÑA EN LOS MUNDIALES SUB’20

RONDA

JUGADAS

GANADAS

PERDIDAS

Octavos de final

1

1

0

Cuartos de final

4

1

3

Semifinales

1

1

0

Final

0

0

0

TOTAL

6

3

3

Además, se incluye un listado de las 10 eliminatorias que se resolvieron más allá del minuto 90. Como norma para interpretar los resultados de esta y otras tablas de resultados, los marcadores deben leerse en formato España x-x Rival.

LISTADO DE PRÓRROGAS Y TANDAS DE PENALTIS DISPUTADAS POR ESPAÑA

EDICIÓN

FECHA

RONDA

RIVAL

RTDO 90 MIN.

RTDO FINAL

PENALTIS

Japón 1979

02/09/1979

Cuartos

Polonia

0-0

0-0

3-4

URSS 1985

04/09/1985

Semifinal

URSS

1-1

2-2

4-3

URSS 1985

07/09/1985

Final

Brasil

0-0

0-1

Nigeria 1999

18/04/1999

Cuartos

Ghana

1-1

1-1

8-7

EAU 2003

12/12/2003

Cuartos

Canadá

1-1

2-1*

Canadá 2007

11/07/2007

Octavos

Brasil

2-2

4-2

Canadá 2007

14/07/2007

Cuartos

Rep. Checa

0-0

1-1

3-4

Colombia 2011

10/08/2011

Octavos

Rep. Corea

0-0

0-0

7-6

Colombia 2011

14/08/2011

Cuartos

Brasil

1-1

2-2

2-4

Turquía 2013

06/07/2013

Cuartos

Uruguay

0-0

0-1

*Resuelta con gol de oro.

El rival más frecuente de España en sus 72 partidos ha sido Brasil, contra el que ha jugado 6 veces. Dos victorias, un empate (con sabor a derrota, pues en los cuartos de final de Colombia 2011 la canarinha se acabó imponiendo en la tanda de penaltis) y tres derrotas, dos de ellas por 0-1 en las finales de las ediciones de URSS 1985 y EAU 2003, forman el balance de esa media docena de duelos. Además, Argentina, Japón y México se han visto las caras en 4 ocasiones con España, que en total se ha enfrentado a 44 rivales distintos (el 47’83% de las selecciones que han jugado algún Mundial sub’20) y, salvo a la URSS, ha ganado al menos una vez a todos aquellos países contra los que ha jugado más de un partido. Como curiosidad, y pese a haber coincidido en 11 de las 15 ediciones mundialistas que han disputado ambas selecciones, España y Australia sólo se han enfrentado una vez: fue en Colombia 2011, con victoria española por 5-1 en el tercer partido de la fase de grupos.

RIVALES DE ESPAÑA EN LOS MUNDIALES SUB’20

Nº PARTIDOS

SELECCIONES

6

Brasil

4

Argentina, Japón, México

3

Uruguay

2

Canadá, Chile, Costa Rica, Estados Unidos, Francia, Ghana, Honduras, Mali, Paraguay, República de Irlanda, URSS, Zambia

1

Alemania*, Arabia Saudita, Argelia, Australia, Bulgaria, Burundi, Colombia, Ecuador, Egipto, Inglaterra, Irak, Italia, Jordania, Marruecos, Nigeria, Noruega, Polonia, Portugal, República Checa, República de Corea, Rusia, Siria, Tahití, Túnez, Turquía, Uzbekistán, Venezuela
*El único enfrentamiento se produjo en 1981, contra la República Federal Alemana.

El mejor balance en el cara a cara se tiene con Japón, país al que España ha derrotado en sus 4 enfrentamientos (incluida, claro, la final de Nigeria 1999) con una diferencia total de goles de +7.

RIVALES MÁS FRECUENTES DE ESPAÑA EN LOS MUNDIALES SUB’20

RIVAL

PARTIDOS

GANADOS

EMPATADOS

PERDIDOS

GF

GC

BRASIL

6

2

1

3

8

8

JAPÓN

4

4

0

0

9

2

MÉXICO

4

2

2

0

6

4

ARGENTINA

4

1

0

3

4

9

URUGUAY

3

1

1

1

8

3

CHILE

2

2

0

0

13

3

COSTA RICA

2

2

0

0

8

1

HONDURAS

2

2

0

0

6

1

EE.UU.

2

2

0

0

7

3

MALI

2

2

0

0

5

1

CANADÁ

2

2

0

0

4

1

FRANCIA

2

2

0

0

4

2

PARAGUAY

2

2

0

0

3

1

GHANA

2

1

1

0

2

1

ZAMBIA

2

1

1

0

2

1

REP. IRLANDA

2

1

0

1

4

3

URSS

2

0

1

1

3

5

2.2.- Resultados

Además de Japón, el rival preferido de España en los Mundiales sub’20 parece ser Chile, pues le ha goleado en sus dos enfrentamientos: 6-3 en Qatar 1995 y 7-0 en Países Bajos 2005. Esos partidos están, como parece evidente, entre los más destacados de la selección española en el apartado anotador. En concreto, el disputado en Doha el 19 de abril de 1995 es el partido mundialista de España en el que ha habido más goles (9), mientras que el que se jugó en Doetinchem el 14 de junio de 2005 constituye la segunda mayor goleada española en estos campeonatos juveniles. La goleada más amplia de España se produjo en El Cairo el 25 de septiembre de 2009 y fue un 8-0 a Tahití en el primer partido del Mundial de Egipto. El récord de los Mundiales sub’20 está, cómo no, en poder de Brasil, que ganó 10-0 a Bélgica en los octavos de final de Malasia 1997.

MAYORES VICTORIAS DE ESPAÑA EN LOS MUNDIALES SUB’20*

EDICIÓN

FECHA

RONDA

RIVAL

RESULTADO

Egipto 2009

25/09/2009

Grupo – 1ª jornada

TAHITÍ

8-0

P. Bajos 2005

14/06/2005

Grupo – 2ª jornada

CHILE

7-0

Portugal 1991

18/06/1991

Grupo – 2ª jornada

URUGUAY

6-0

Qatar 1995

19/04/1995

Grupo – 3ª jornada

CHILE

6-3

Qatar 1995

13/04/1995

Grupo – 1ª jornada

BURUNDI

5-1

Colombia 2011

06/08/2011

Grupo – 3ª jornada

AUSTRALIA

5-1

Malasia 1997

23/06/1997

Grupo – 3ª jornada

COSTA RICA

4-0

Nigeria 1999

24/04/1999

Final

JAPÓN

4-0

Qatar 1995

23/04/1995

Cuartos de final

RUSIA

4-1

Colombia 2011

31/07/2011

Grupo – 1ª jornada

COSTA RICA

4-1

Turquía 2013

21/06/2013

Grupo – 1ª jornada

EE.UU.

4-1

P. Bajos 2005

17/06/2005

Grupo – 3ª jornada

HONDURAS

3-0

P. Bajos 2005

22/06/2005

Octavos de final

TURQUÍA

3-0

Egipto 2009

01/10/2009

Grupo – 3ª jornada

VENEZUELA

3-0

*Victorias por 3 o más goles de diferencia.

En el lado opuesto, España sólo ha perdido una vez por 3 o más goles de diferencia: fue el 25 de abril de 1995, en Doha, cuando cayó por 0-3 contra Argentina en las semifinales del Mundial de Qatar. La selección española sólo ha encajado más de 3 goles en dos ocasiones, y curiosamente los dos partidos acabaron con derrota por 2-4: la primera llegó el 8 de octubre de 1981, en Canberra (Australia), frente a la República Federal Alemana, y la segunda el 22 de febrero de 1989, en Taif (Arabia Saudita), frente a Noruega. En ambas ocasiones se trataba del tercer choque de la fase de grupos y España quedó eliminada al perder dichos partidos.

PEORES DERROTAS DE ESPAÑA EN LOS MUNDIALES SUB’20*

EDICIÓN

FECHA

RONDA

RIVAL

RESULTADO

Qatar 1995

25/04/1995

Semifinal

ARGENTINA

0-3

Australia 1981

08/10/1981

Grupo – 3ª jornada

REP. FED. ALEMANIA

2-4

Arabia S. 1989

22/02/1989

Grupo – 3ª jornada

NORUEGA

2-4

Portugal 1991

23/06/1991

Cuartos de final

URSS

1-3

P. Bajos 2005

25/06/2005

Cuartos de final

ARGENTINA

1-3

Egipto 2009

05/10/2009

Octavos de final

ITALIA

1-3

Qatar 1995

28/04/1995

3º y 4º puesto

PORTUGAL

2-3

*Partidos con 3 o más goles encajados.

España se ha quedado sin anotar en 14 de sus 72 partidos, 5 de los cuales acabaron con 0-0, pero lo más habitual es que marque 2 goles: lo ha hecho en 23 encuentros (31’94%).

Nº DE GOLES MARCADOS POR ESPAÑA EN CADA PARTIDO

Nº GOLES

0

1

2

3

4

5

6

7

8

Nº PARTIDOS

14

14

23

7

8

2

2

1

1

En el apartado defensivo, la selección española ha dejado su puerta a cero en 24 ocasiones (un tercio de los 72 encuentros disputados), aunque han sido más las veces en las que ha recibido un único gol: 29 (40’28%).

Nº DE GOLES ENCAJADOS POR ESPAÑA EN CADA PARTIDO

Nº GOLES

0

1

2

3

4

Nº PARTIDOS

24

29

11

6

2

La consistencia de las dos tablas anteriores se refleja en que la victoria española por 2-1 es el marcador más repetido a lo largo de los 72 partidos jugados, puesto que se ha producido 11 veces (15’28%). La derrota más frecuente es la que acaba con 0-1, resultado que se ha cosechado en 6 ocasiones.

RESULTADOS MÁS FRECUENTES DE ESPAÑA EN MUNDIALES SUB’20

RESULTADO

Nº PARTIDOS

%

VICTORIA 2-1

11

15’28%

VICTORIA 1-0

6

8’33%

DERROTA 0-1

6

8’33%

VICTORIA 2-0

5

6’94%

EMPATE 0-0

5

6’94%

EMPATE 1-1

4

5’55%

EMPATE 2-2

4

5’55%

España ha empezado perdiendo 22 partidos, 14 de los cuales acabaron en derrota. Sólo consiguió remontar ese gol inicial para hacerse con la victoria en 3 ocasiones (una de ellas, contra Brasil en Canadá 2007, logrando el triunfo en el tiempo extra) y empató los 5 partidos restantes. De esos empates, 3 fueron en eliminatorias y llegaron por tanto a los penaltis, resolviéndose con 1 victoria y 2 derrotas desde los once metros.

VICTORIAS DE ESPAÑA TRAS ENCAJAR EL PRIMER GOL

EDICIÓN

FECHA

RONDA

RIVAL

RTDO. FINAL

Arabia S. 1989

17/02/1989

Grupo – 1ª jornada

ARGENTINA

2-1

Canadá 2007

11/07/2007

Octavos de final

BRASIL

4-2*

Turquía 2013

02/07/2013

Octavos de final

MÉXICO

2-1

*Resuelto en la prórroga (2-2 al término de los 90 minutos).

EMPATES DE ESPAÑA TRAS ENCAJAR EL PRIMER GOL

EDICIÓN

FECHA

RONDA

RIVAL

RTDO. FINAL*

Australia 1981

03/10/1981

Grupo – 1ª jornada

EGIPTO

2-2

URSS 1985

04/09/1985

Semifinal

URSS

2-2 (4-3)

Canadá 2007

01/07/2007

Grupo – 1ª jornada

URUGUAY

2-2

Canadá 2007

14/07/2007

Cuartos de final

REPÚBLICA CHECA

1-1 (3-4)

Colombia 2011

14/08/2011

Cuartos de final

BRASIL

2-2 (2-4)

* Entre paréntesis, resultado de la tanda de penaltis.

En cambio, la selección española ha logrado la victoria en 40 de los 45 partidos en los que ha marcado el primer gol; sólo ha perdido 2 de esos 45 encuentros (Portugal llegó incluso a remontar un 2-0 en 1995) y ha empatado los otros 3 (dos de ellos contra la selección mexicana).

DERROTAS DE ESPAÑA TRAS MARCAR EL PRIMER GOL

EDICIÓN

FECHA

RONDA

RIVAL

RESULTADO

Qatar 1995

28/04/1995

3º y 4º puesto

PORTUGAL

2-3

EAU 2003

28/11/2003

Grupo – 1ª jornada

ARGENTINA

1-2

EMPATES DE ESPAÑA TRAS MARCAR EL PRIMER GOL

EDICIÓN

FECHA

RONDA

RIVAL

RESULTADO*

Túnez 1977

30/06/1977

Grupo – 2ª jornada

MÉXICO

1-1

Australia 1981

06/10/1981

Grupo – 2ª jornada

MÉXICO

1-1

Nigeria 1999

18/04/1999

Cuartos de final

GHANA

1-1 (8-7)

* Entre paréntesis, resultado de la tanda de penaltis.

2.3.- Rachas españolas

España sumó su racha más larga de victorias consecutivas (5 partidos) durante el Mundial de Emiratos Árabes Unidos 2003: tras la derrota en la jornada inaugural por 1-2 ante Argentina, la selección española se plantó en la final tras ganar sucesivamente a Mali, Uzbekistán, Paraguay, Canadá y Colombia. Por desgracia, Brasil truncó esa marcha triunfal en el partido por el título al imponerse por 0-1.

MAYOR RACHA DE VICTORIAS DE ESPAÑA EN LOS MUNDIALES SUB’20

EDICIÓN

FECHA

RONDA

RIVAL

RESULTADO

EAU 2003

01/12/2003

Grupo – 2ª jornada

MALI

2-0

EAU 2003

04/12/2003

Grupo – 3ª jornada

UZBEKISTÁN

1-0

EAU 2003

09/12/2003

Octavos de final

PARAGUAY

1-0

EAU 2003

12/12/2003

Cuartos de final

CANADÁ

2-1

EAU 2003

15/12/2003

Semifinal

COLOMBIA

1-0

Sólo en dos ocasiones ha enlazado España dos derrotas consecutivas: ocurrió en la fase de grupos de Arabia Saudita 1989 (0-2 ante Irak y 2-4 frente a Noruega) y en Qatar 1995 (se perdió la semifinal con Argentina por 0-3 y el partido por  el tercer puesto contra Portugal por 2-3). Más larga es la racha de partidos sin ganar: después de vencer a México por 2-1 en la segunda jornada de la fase de grupos de Japón 1979, la selección española acumuló 7 encuentros sin conocer la victoria hasta la tercera jornada del Mundial de la URSS 1985, cuando logró derrotar a la República de Irlanda por 4-2. En esos partidos se cosecharon 4 empates (incluido un 0-0 ante Polonia en los cuartos de final de Japón 1979 que acabó en eliminación por penaltis) y 3 derrotas.

MAYOR RACHA SIN GANAR DE ESPAÑA EN LOS MUNDIALES SUB’20

EDICIÓN

FECHA

RONDA

RIVAL

RESULTADO*

Japón 1979

29/08/1979

Grupo – 3ª jornada

ARGELIA

0-1

Japón 1979

02/06/1979

Cuartos de final

POLONIA

0-0 (3-4)

Australia 1981

03/10/1981

Grupo – 1ª jornada

EGIPTO

2-2

Australia 1981

06/10/1981

Grupo – 2ª jornada

MÉXICO

1-1

Australia 1981

08/10/1981

Grupo – 3ª jornada

REP. FED. ALEMANIA

2-4

URSS 1985

24/08/1985

Grupo – 1ª jornada

ARABIA SAUDITA

0-0

URSS 1985

27/08/1985

Grupo – 2ª jornada

BRASIL

0-2

* Entre paréntesis, resultado de la tanda de penaltis.

La mayor racha española de partidos consecutivos anotando al menos un gol es de 17 encuentros, desde la derrota por 0-1 ante Brasil en la final del Mundial de Emiratos Árabes Unidos 2003 hasta el 0-0 en el partido de octavos de final de Colombia 2011 frente a la República de Corea (duelo que terminó con victoria española por 7-6 en la tanda de penaltis). Para no poblar aun más de tablas el artículo, indicaremos que la racha se inicia con el 3-1 sobre Marruecos en Países Bajos 2005 (partido número 049 en el Anexo 1) y acaba en el 5-1 a Australia en Colombia 2011 (partido número 065). De esos 17 encuentros, España ganó 13, perdió 2 y empató otros 2, marcando 55 goles y recibiendo 17.

A lo largo de todas sus participaciones en Mundiales sub’20, la selección española sólo ha encadenado 2 partidos seguidos sin marcar. Ocurrió en dos ocasiones: la primera en Japón 1979 (derrota por 0-1 ante Argelia en la tercera jornada de la fase de grupos y empate 0-0 con Polonia en los cuartos de final) y la segunda en el Mundial de la URSS 1985 (0-0 ante Arabia Saudita en la primera jornada y derrota por 0-2 contra Brasil en la segunda). La racha más larga de las dos es la de Japón, puesto que el anterior gol había llegado en el minuto 66 del partido contra México de la segunda jornada, obra del vallisoletano Luis Miguel Gail, y el siguiente lo marcó el tetuaní Sebastián López “Chano” en el minuto 65 del primer partido de Australia 1981, contra Egipto, lo que supone un total de 259 minutos de sequía: 14 del partido contra México, 80 contra Argelia, 100 contra Polonia (en Japón 1979 los partidos duraban 80 minutos y sus prórrogas 20) y 65 contra Egipto. La otra racha con dos partidos completos sin anotar (desde el 2-4 ante la R.F.A. en Australia 1981 al 4-2 a la República de Irlanda en la URSS 1985) se estiró hasta los 193 minutos.

En el apartado defensivo, entre el 0-0 contra Siria en la tercera jornada de la fase de grupos de Portugal 1991 y la victoria por 4-0 ante Costa Rica en la tercera jornada del Mundial de Malasia 1997, España acumuló 9 partidos seguidos recibiendo al menos un gol: desde el 1-3 ante la URSS en los cuartos de final del Mundial de Portugal (partido número 023 del Anexo 1) hasta la victoria por 2-1 sobre Paraguay en Malasia (partido número 031). La selección española recibió 17 goles y marcó 24 en esos 9 partidos, de los cuales perdió 3 y ganó 6.

La mayor racha de partidos consecutivos sin encajar gol alcanza los 3 encuentros, cifra a la que se ha llegado en 4 ocasiones: durante las fases de grupos de Portugal 1991 y Egipto 2009, y entre la segunda jornada y los octavos de final tanto de Emiratos Árabes 2003 como de Países Bajos 2005. En minutos, la racha más larga de las cuatro es la de Egipto 2009, puesto que se inicia en el minuto 103 de los cuartos de final de Canadá 2007 con un gol del checo Lubos Kalouda y finaliza en el 55 del partido de octavos de final en tierras egipcias, con el primer gol del italiano Mattia Mustacchio: en total, 342 minutos sin encajar gol, los 17 primeros con Antonio Adán bajo palos y los 325 restantes con Sergio Asenjo defendiendo la meta española. No obstante, Asier Riesgo, portero en Emiratos Árabes Unidos 2003, tendría el récord individual de imbatibilidad, ya que estuvo 339 minutos consecutivos sin recibir un gol. Aunque la plusmarca absoluta en este apartado la ostenta el portero portugués Michael Simoes Domingues, “Mika”, que aguantó 575 minutos imbatido en Colombia 2011 (los 6 primeros partidos completos, incluyendo 1 prórroga, y hasta el minuto 5 de la final).

2.4.- Goles, penaltis y amonestaciones

La cuenta goleadora española en los Mundiales sub’20 se inició en Radés, Túnez, el 27 de junio de 1977, cuando el gaditano José Ricardo Escobar batió la meta francesa en el minuto 28 del debut mundialista de España, que acabó con victoria por 2-1. El cántabro Iván De la Peña logró el gol número 50 en Doha, el 28 de abril de 1995, al poner el momentáneo 2-0 en el partido por el tercer y cuarto puesto del Mundial de Qatar ante Portugal (el partido se lo acabarían llevando los portugueses por 2-3). El honor de anotar el gol 100 de España recayó en el central barcelonés Miquel Robusté, que el 22 de junio de 2005, en Emmen (Países Bajos), hizo el 3-0 definitivo del partido de octavos de final contra Turquía. El último tanto obtenido hasta el momento por España, y que hace el número 150, lo marcó el grancanario Jesé Rodríguez frente a México el 2 de julio de 2013, en Estambul, en los octavos de final del Mundial de Turquía, y sirvió para que la selección española se llevara ese duelo por 2-1.

José Ricardo Escobar Palacios, primer goleador español en un Mundial sub’20 (bdfutbol.com).

José Ricardo Escobar Palacios, primer goleador español en un Mundial sub’20 (bdfutbol.com).

De esos 150 goles marcados, el más madrugador lo consiguió el centrocampista tarraconense Sergi Roberto el 6 de agosto de 2011 en Manizales (Colombia), abriendo la goleada por 5-1 ante Australia antes de que se cumpliera el primer minuto de juego. En ese mismo escenario, el malagueño “Isco” Alarcón había anotado el 31 de julio el gol más tardío de la selección española en los mundiales sub’20, al marcar de penalti el 4-1 ante Costa Rica en el minuto 4 del tiempo añadido de la segunda parte. Aunque, lógicamente, si tenemos en cuenta las prórrogas hay que buscar ese gol más tardío una media hora más tarde: tanto el navarro Jon Andoni Goikoetxea (ante la URSS, en Moscú, el 4 de septiembre de 1985) como el asturiano Adrián López (el 11 de julio de 2007 en Burnaby, Canadá, ante Brasil) batieron la meta rival en el primer minuto de añadido al tiempo extra (minuto 121, por tanto). El agónico gol de Goikoetxea supuso el 2-2 que permitió a España clasificarse luego en los penaltis para su primera final mundialista sub’20; el de Adrián certificó la victoria española por 4-2 en los octavos de final.

El gol más rápido de los 77 encajados por España llegó en el minuto 2 del partido contra México disputado en Estambul el 2 de julio de 2013, en los octavos de final del Mundial de Turquía, y fue obra de Arturo González (curiosamente España acabó ganando ese partido por 2-1 gracias a un gol de Jesé Rodríguez en el primer minuto de añadido de la segunda parte). El estadounidense Taylor Twellman, en el duelo de octavos de final del Mundial de Nigeria disputado el 15 de abril de 1999 en Port Harcourt, anotó en el minuto 2 de la prolongación el gol más tardío encajado por España (ese gol puso en el marcador el definitivo 3-2, favorable a España, con el que acabó el partido). Aunque, al contar prórrogas, deberíamos conceder este honor al soviético Valdas Ivanauskas, quien batió la meta española en el minuto 107 de aquella semifinal de la URSS 1985 que Goikoetxea logró empatar sobre la bocina.

Atendiendo al momento de los goles, España ha anotado 76 goles en la primera parte y 67 en la segunda (3 de ellos en el tiempo añadido). Menos equilibrio encontramos en los goles encajados, pues su portería sólo se ha batido 15 veces antes del descanso pero 57 tras la pausa (2 de esos goles fueron en el descuento del partido). Además, en las prórrogas España ha marcado 6 goles (3 en cada periodo) y ha recibido 5 (4 en el primer periodo y 1 en el segundo). Si dividimos los partidos en tramos de 15 minutos, vemos que la selección española anota más goles en el último cuarto de hora (30 goles) y encaja más al comienzo de las segundas partes (23), que es también el tramo en el que menos marca (15).

DISTRIBUCIÓN TEMPORAL DE LOS GOLES (INTERVALOS DE 15 MINUTOS)

0-15

16-30

31-45*

46-60

61-75

76-90

91-105

106-120

GF

27

24

26*

14

23

30

3

3

GC

4

4

7

23

17

17

4

1

*En las ediciones de 1977 y 1979 las partes duraban 40 minutos. De los 26 goles a favor logrados antes del minuto 45, 1 llegó en realidad en la segunda parte.

Se da la circunstancia de que ninguno de los 150 goles de la selección española ha sido marcado en propia puerta por sus rivales (España sólo ha encajado 1 de sus propios jugadores, marcado al alimón entre Santiago Cañizares y Paqui Veza, y que significó el 1-2 en la derrota por 2-4 ante Noruega en Arabia Saudita 1989). Cabe destacar también que España ha transformado 17 penas máximas durante sus partidos y sólo ha fallado 2, mientras que sus rivales han transformado 6 y han desperdiciado 1 (que además fue detenida por un jugador de campo, Jonathan Soriano, en el partido frente a Honduras de la primera fase del Mundial de Países Bajos 2005). El ilicitano Aarón Ñíguez es el único futbolista español que ha lanzado más de un penalti en Mundiales sub’20: tiró 3 en Egipto 2009 y eso le permite ser el único español que ha anotado dos penaltis, el único que ha lanzado dos penas máximas en el mismo partido y también, para su desgracia, uno de los dos jugadores que ha fallado algún lanzamiento (el otro es el murciano Patricio Pelegrín, que marró la primera pena máxima señalada a favor de España en un Mundial sub’20).

PENALTIS LANZADOS POR ESPAÑA EN LOS MUNDIALES SUB’20

FECHA

RONDA

RIVAL

LANZADOR

GOL

RTDO. TRAS PEN

RTDO. FINAL*

03/07/1977

Grupo -J3

TÚNEZ

Pelegrín

NO

0-1

0-1

03/10/1981

Grupo -J2

MÉXICO

Chano

SI

1-0

1-1

01/09/1985

Cuartos

BULGARIA

Fernando

SI

2-1

2-1

17/02/1989

Grupo -J1

ARGENTINA

Billabona

SI

2-1

2-1

18/06/1991

Grupo -J2

URUGUAY

Pier

SI

1-0

6-0

18/06/1991

Grupo -J2

URUGUAY

Urzaiz

SI

6-0

6-0

13/04/1995

Grupo -J1

BURUNDI

Roger

SI

3-0

5-1

19/04/1995

Grupo -J3

CHILE

De la Peña

SI

6-2

6-3

23/06/1997

Grupo -J3

COSTA RICA

Farinós

SI

3-0

4-0

18/04/1999

Cuartos

GHANA

Barkero

SI

1-0

1-1 (8-7)

01/12/2003

Grupo -J2

MALI

Sergio García

SI

2-0

2-0

15/12/2003

Semifinal

COLOMBIA

Iniesta

SI

1-0

1-0

04/07/2007

Grupo -J2

ZAMBIA

Mario Suárez

SI

1-0

2-1

28/09/2009

Grupo -J2

NIGERIA

Fran Mérida

SI

2-0

2-0

01/10/2009

Grupo -J3

VENEZUELA

Aarón Ñíguez

SI

2-0

3-0

05/10/2009

Octavos

ITALIA

Aarón Ñíguez

SI

1-2

1-3

05/10/2009

Octavos

ITALIA

Aarón Ñíguez

NO

1-2

1-3

31/07/2011

Grupo -J1

COSTA RICA

Isco

SI

4-1

4-1

06/08/2011

Grupo -J3

AUSTRALIA

Canales

SI

5-1

5-1

* Entre paréntesis, resultado de la tanda de penaltis.

PENALTIS LANZADOS CONTRA ESPAÑA EN LOS MUNDIALES SUB’20

FECHA

RONDA

RIVAL

LANZADOR

GOL

RTDO. TRAS PEN

RTDO. FINAL

29/08/1985

Grupo -J3

REP. IRLANDA

Kelch

SI

2-2

4-2

04/09/1985

Semifinal

URSS

Khudojilov

SI

0-1

2-2

23/04/1995

Cuartos

RUSIA

Lipko

SI

4-1

4-1

18/06/1997

Grupo -J1

JAPÓN

Yanagisawa

SI

2-1

2-1

29/06/1997

Cuartos

REP. IRLANDA

Molloy

SI

0-1

0-1

11/06/2005

Grupo -J1

MARRUECOS

Doulyazal

SI

3-1

3-1

17/06/2005

Grupo -J3

HONDURAS

Ramón Núñez

NO

3-0

3-0

Por último, echemos un vistazo al apartado disciplinario. En sus 72 partidos, España ha sufrido 9 expulsiones (5 por roja directa y 4 por doble amarilla) y ha visto un total de 132 amonestaciones (incluyendo las 4 que conllevaron expulsión), lo que da una media de 1’83 tarjetas amarillas por encuentro. El jugador más amonestado es Oriol Romeu, que vio 4 amarillas en sus 6 partidos (1 tarjeta en 2 encuentros de Egipto 2009 y 3 en los 4 duelos que jugó en Colombia 2011). También Iván De la Peña vio 4 tarjetas en Qatar 1995, aunque 2 fueron en el mismo partido y lógicamente le supusieron la expulsión.

EXPULSIONES SUFRIDAS POR ESPAÑA EN LOS MUNDIALES SUB’20

FECHA

RONDA

RIVAL

JUGADOR

EXP

MIN

RTDO.

TRAS EXP

RTDO.

FINAL

06/10/1981

Grupo -J2

MÉXICO

Narcís Julià

RD

75

1-1

1-1

07/09/1985

Final

BRASIL

Mendiondo

2A

61

0-0

0-1

13/04/1995

Grupo -J1

BURUNDI

De la Peña

2A

87

5-1

5-1

25/04/1995

Semifinal

ARGENTINA

Velamazán

2A

55

0-2

0-3

20/06/1997

Grupo -J2

PARAGUAY

Gerard

RD

80

2-1

2-1

12/12/2003

Cuartos

CANADÁ

Vitolo

2A

65

1-1

2-1

19/12/2003

Final

BRASIL

Melli

RD

4

0-0

0-1

17/06/2005

Grupo -J3

HONDURAS

Roberto

RD

79

3-0

3-0

05/10/2009

Octavos

ITALIA

Botía

RD

28

0-0

1-3

Por su parte, los rivales de España han visto 15 tarjetas rojas (8 de forma directa), destacando en este apartado las 3 que recibió Uruguay en la segunda jornada de Portugal 1991, en un partido que acabó con un contundente 6-0 para España. En total, los árbitros han mostrado 160 amarillas a los contrincantes de la selección española, una media de 2’22 por encuentro.

EXPULSIONES SUFRIDAS POR LOS RIVALES DE ESPAÑA EN LOS MUNDIALES SUB’20

FECHA

RONDA

RIVAL

JUGADOR

EXP

MIN

RTDO.

TRAS EXP

RTDO.

FINAL

06/10/1981

Grupo -J2

MÉXICO

F. Chávez

RD

75

1-1

1-1

15/06/1991

Grupo -J1

INGLATERRA

Harkness

RD

89

1-0

1-0

18/06/1991

Grupo -J2

URUGUAY

Severo

2A

60

4-0

6-0

18/06/1991

Grupo -J2

URUGUAY

Dorta

2A

77

5-0

6-0

18/06/1991

Grupo -J2

URUGUAY

Darío Silva

RD

77

5-0

6-0

13/04/1995

Grupo -J1

BURUNDI

Saleh

RD

61

3-0

5-1

13/04/1995

Grupo -J1

BURUNDI

Ahishakiye

RD

90

5-1

5-1

19/04/1995

Grupo -J2

CHILE

F. Fernández

2A

40

3-0

6-3

18/04/1999

Cuartos

GHANA

Tutu Adu

RD

104

1-1

1-1*

01/12/2003

Grupo -J2

MALI

M. Bagayoko

2A

79

2-0

2-0

19/12/2003

Final

BRASIL

Fernandinho

RD

90

0-1

0-1

14/06/2005

Grupo -J2

CHILE

Gonzalo Jara

2A

45

1-0

7-0

11/07/2007

Octavos

BRASIL

Leandro Lima

2A

102

3-2

4-2

28/09/2009

Grupo -J2

NIGERIA

Salami

RD

84

2-0

2-0

03/08/2011

Grupo -J2

ECUADOR

Oña

2A

65

0-0

2-0

*Resuelto en los penaltis (8-7).

3.- PROTAGONISTAS ESPAÑOLES

3.1.- Jugadores: partidos y procedencia

Para los 15 Mundiales sub’20 que ha disputado, España ha convocado a 282 futbolistas distintos, de los que 263 han tenido la oportunidad de participar en algún partido (12 de los 19 que no han jugado ni un minuto son porteros). Aunque, en realidad, la suma total de convocados es de 287, puesto que 5 juveniles españoles han sido citados para más de un torneo: se trata de Ismael Urzaiz (1989 y 1991), Juanfran Torres (2003 y 2005), Jaime Gavilán (2003 y 2005), Alexis Ruano (2003 y 2005) y Oriol Romeu (2009 y 2011). Gavilán, con 12 apariciones, es el español con más partidos disputados, aunque Juanfran ha jugado más minutos: 819 por los 665 de Gavilán. Juanfran es también el único de los cinco que consiguió marcar en sus dos campeonatos (1 gol en EAU 2003 y 2 en Países Bajos 2005). Por detrás de Gavilán y Juanfran, en la tabla española de partidos disputados aparecen, lógicamente, los miembros de las selecciones que llegaron a las finales de 1999 y 2003 y participaron en los 7 encuentros de su respectivo torneo (los otros finalistas españoles, los de la URSS 1985, sólo disputaron 6 partidos en su Mundial). El récord absoluto de encuentros jugados en Mundiales sub’20 lo ostenta el uruguayo César Eduardo Pellegrín, que jugó los 14 posibles entre Malasia 1997 y Nigeria 1999, haciéndolo además como titular en todos ellos.

FUTBOLISTAS ESPAÑOLES CON MÁS PARTIDOS EN LOS MUNDIALES SUB’20

POS

JUGADOR

EDICIÓN

Nº PARTIDOS (min)

1

Jaime GAVILÁN Martínez

EAU 2003 / P. Bajos 2005

12 (665’)

2

“JUANFRAN” Torres Belén

EAU 2003 / P. Bajos 2005

11 (819’)

3

Francisco Javier JUSUÉ Garcés

Nigeria 1999

7 (660’)

3

David BERMUDO Rubio

Nigeria 1999

7 (660’)

3

Pablo COIRA Lojo

Nigeria 1999

7 (646’)

3

Fernando VARELA Ramos

Nigeria 1999

7 (613’)

3

Pablo ORBAIZ Lesaca

Nigeria 1999

7 (605’)

3

“GABRI” Fco. García De la Torre

Nigeria 1999

7 (577’)

3

Pablo González COUÑAGO

Nigeria 1999

7 (535’)

3

RUBÉN SUÁREZ Estrada

Nigeria 1999

7 (250’)

3

Carlos González PEÑA

EAU 2003

7 (635’)

3

ASIER RIESGO Unamuno

EAU 2003

7 (635’)

3

“GABI” Fernández Arenas

EAU 2003

7 (633’)

3

Andrés INIESTA Luján

EAU 2003

7 (611’)

3

SERGIO GARCÍA De la Fuente

EAU 2003

7 (599’)

3

CARLOS GARCÍA Badías

EAU 2003

7 (574’)

3

J. A. Andreu Alvarado, “MELLI”

EAU 2003

7 (549’)

Jaime Gavilán Martínez, futbolista español con más partidos en Mundiales sub’20 (bdfutbol.com).

Jaime Gavilán Martínez, futbolista español con más partidos en Mundiales sub’20 (bdfutbol.com).

Esos casi tres centenares de futbolistas españoles procedían, en total, de 57 clubes distintos, 5 de ellos extranjeros (Arsenal, Liverpool, Manchester City, Bari y Benfica). El FC Barcelona es el equipo que más jugadores ha aportado a las convocatorias españolas, con nada menos que 42 (un 14’63% de los 287), seguido por el Real Madrid con 38 (13’24%). Bastante más atrás quedan Atlético de Madrid (20 jugadores) y Athletic Club (17). La parte baja de esta tabla la ocupan 23 clubes que sólo han contado con un representante a lo largo de estos 40 años de convocatorias. Como nota a resaltar, el Real Madrid es el único equipo que ha aportado al menos un jugador a todas y cada una de las 15 convocatorias españolas para los Mundiales sub’20 disputados por la selección nacional. Por su parte, el Barcelona sólo se quedó sin representación en Países Bajos 2005, aunque un exjugador suyo se convirtió en ese torneo en el primer español que disputó un campeonato mundial sub’20 militando en un equipo extranjero: Cesc Fàbregas, entonces futbolista del Arsenal FC inglés.

CLUBES DE PROCEDENCIA DE LOS MUNDIALISTAS ESPAÑOLES SUB’20

POS.

CLUB

Nº DE JUGADORES

1

F.C. BARCELONA

42

2

REAL MADRID C.F.

38

3

CLUB ATLÉTICO DE MADRID

20

4

ATHLETIC CLUB DE BILBAO

17

5

REAL ZARAGOZA

12

5

SEVILLA F.C.

12

7

R.C.D. ESPANYOL

10

7

REAL BETIS BALOMPIÉ

10

9

REAL SOCIEDAD DE SAN SEBASTIÁN

9

9

VALENCIA C.F.

9

9

CLUB ATLÉTICO OSASUNA

9

12

REAL SPORTING DE GIJÓN

7

13

C.D. TENERIFE

6

13

VILLARREAL C.F.

6

15

REAL VALLADOLID C.F.

5

15

R.C. CELTA DE VIGO

5

17

R.C. DEPORTIVO DE LA CORUÑA

4

17

REAL RACING C. DE SANTANDER

4

17

MÁLAGA C.F.

4

17

ALBACETE BALOMPIÉ

4

21

CÁDIZ C.F.

3

21

C.D. MÁLAGA

3

21

GETAFE C.F.

3

24

C.D. CASTELLÓN

2

24

ELCHE C.F.

2

24

HÉRCULES C.F.

2

24

LEVANTE U.D.

2

24

REAL MURCIA C.F.

2

24

REAL OVIEDO

2

24

S.D. EIBAR

2

24

R.C.D. MALLORCA

2

24

ARSENAL F.C. (Inglaterra)

2

24

LIVERPOOL F.C. (Inglaterra)

2

24

RAYO VALLECANO DE MADRID*

2

35

R.C. RECREATIVO DE HUELVA

1

35

ORIHUELA DEPORTIVA

1

35

CLUB GETAFE DEPORTIVO

1

35

BURGOS C.F.

1

35

A.D. ALMERÍA

1

35

ALGECIRAS C.F.

1

35

C.F. CALVO SOTELO

1

35

C.D. JEREZ

1

35

GIRONA F.C.

1

35

GRANADA C.F.

1

35

C.D. PEGASO

1

35

C.F. PALENCIA

1

35

C.F. DAMM

1

35

TERRASSA F.C.

1

35

U.E. FIGUERES

1

35

C.D. LOGROÑÉS

1

35

C.D. LUGO

1

35

C.D. NUMANCIA

1

35

CLUB POLIDEPORTIVO EJIDO

1

35

S.D. COMPOSTELA

1

35

A.S. BARI (Italia)

1

35

S.L. BENFICA (Portugal)

1

35

MANCHESTER CITY F.C. (Inglaterra)

1

* Incluye los datos de la antigua denominación del club, A.D. Rayo Vallecano, al no mediar extinción.

Como aclaración, en la convocatoria que se cita en cada artículo de la serie (y que constituye la fuente para los datos anteriores) figura como equipo de procedencia de los jugadores el club en el que militaban en el momento de ser convocados, independientemente de si lo hacían en propiedad o como cedidos. Tanto las cesiones como la fecha de corte (en los campeonatos celebrados en verano es relativamente frecuente encontrar jugadores que cambian de equipo en los días previos al inicio o durante la disputa del torneo) pueden distorsionar un poco el dato del número de futbolistas aportados por cada club e incluso harían aparecer o desaparecer de la tabla a algún que otro equipo, pero creo lógico citar la entidad en la que se desempeñaba el jugador cuando recibió la llamada de la selección (aunque en algún caso apenas llevara unas horas en ese equipo).

Atendiendo al lugar de nacimiento de los mundialistas juveniles españoles, se impone la lógica demográfica y entre los 282 jugadores hay 38 madrileños (13’48% del total) y 36 barceloneses (12’77%). A mucha distancia quedan Navarra y Sevilla, con 13 futbolistas nacidos en cada una de esas provincias, y un poco más atrás Alicante y Asturias (12 cada una), Valencia y Gipuzkoa (11 cada una) y Pontevedra (10 futbolistas). Hay bastante diversidad en la procedencia geográfica y tan solo Ourense, Ávila, Segovia, Soria, Guadalajara, Huesca y Teruel no han aportado todavía ningún jugador al amplio listado. También cabe señalar que ha habido 7 mundialistas con España nacidos fuera de nuestro país: Mauricio Casas (Portugal 1991) y Rodrigo Moreno (Colombia 2011) vinieron al mundo en Brasil, Sebastián López “Chano” (Australia 1981) lo hizo en Marruecos, Pier Luigi Cherubino (Portugal 1991) en Italia, José Luis Deus (Malasia 1997) nació en Suiza, Marc Bernaus (Malasia 1997) en Andorra y Stephen Sunday (Canadá 2007) en Nigeria.

PROVINCIAS DE NACIMIENTO DE LOS MUNDIALISTAS ESPAÑOLES SUB’20

POS.

PROVINCIA

Nº DE JUGADORES

1

MADRID

38

2

BARCELONA

36

3

NAVARRA

13

3

SEVILLA

13

5

ALICANTE

12

5

ASTURIAS

12

7

GIPUZKOA

11

7

VALENCIA

11

9

PONTEVEDRA

10

10

BIZKAIA

8

10

CÁDIZ

8

10

GIRONA

8

13

ZARAGOZA

7

13

ILLES BALEARS

7

15

CANTABRIA

6

15

MÁLAGA

6

17

MURCIA

5

17

SANTA CRUZ DE TENERIFE

5

17

TARRAGONA

5

20

A CORUÑA

4

20

ÁLAVA

4

22

ALBACETE

3

22

BADAJOZ

3

22

CIUDAD REAL

3

22

HUELVA

3

22

LAS PALMAS

3

22

SALAMANCA

3

22

TOLEDO

3

29

ALMERÍA

2

29

CÁCERES

2

29

CEUTA

2

29

CUENCA

2

29

GRANADA

2

29

LA RIOJA

2

29

PALENCIA

2

36

BURGOS

1

36

CASTELLÓN

1

36

CÓRDOBA

1

36

JAÉN

1

36

LEÓN

1

36

LLEIDA

1

36

LUGO

1

36

MELILLA

1

36

VALLADOLID

1

36

ZAMORA

1

SC

(BRASIL)

2

SC

(ANDORRA)

1

SC

(ITALIA)

1

SC

(MARRUECOS)

1

SC

(NIGERIA)

1

SC

(SUIZA)

1

Un dato curioso que merece la pena reseñar es que entre todos los futbolistas españoles que han acudido a algún Mundial sub’20 se encuentran dos parejas de hermanos: Óscar y Roger García Junyent (Óscar fue mundialista en Portugal 1991 y Roger en Qatar 1995) y Aarón y Saúl Ñíguez Esclápez (Aarón estuvo en Egipto 2009 y Saúl jugó en Turquía 2013). Para rizar el rizo, en las dos familias hay un tercer hermano que llegó a ser futbolista profesional: Genís García Junyent y Jonathan Ñíguez Esclápez, aunque ellos no fueron internacionales juveniles. Hasta el momento, en España aún no se ha dado el caso de que padre e hijo hayan participado en dos Copas del Mundo sub’20.

3.2.- Goles y premios

En total, 75 jugadores españoles han logrado inscribir su nombre como goleadores en un Mundial sub’20. El máximo goleador nacional en estos campeonatos es el guipuzcoano Joseba Etxeberria: los 7 tantos anotados en Qatar 1995 le sitúan además en la quinta posición de la lista histórica que comanda el argentino Javier Saviola, que anotó 11 en Argentina 2001.

MÁXIMOS GOLEADORES EN LOS MUNDIALES SUB’20

POS.

JUGADOR

PAÍS

GOLES

PART

EDICIÓN*

1

Javier Pedro SAVIOLA Argentina

11

7

2001

2

ADAÍLTON Martins Brasil

10

5

1997

3

RAMÓN Ángel DÍAZ Argentina

8

6

1979

4

Dominic ADIYIAH Ghana

8

7

2007

5

Marcel WITECZEK RFA

7

6

1987

5

Joseba Andoni ETXEBERRIA España

7

6

1995

7

ADRIANO Leite Brasil

6

5

2001

7

Djibril CISSÉ Francia

6

5

2001

9

Diego Armando MARADONA Argentina

6

6

1979

9

GEOVANI Silva Brasil

6

6

1983

9

Davor SUKER Yugoslavia

6

6

1987

12

Ebenezer ASSIFUAH Ghana

6

7

2013

12

Lionel Andrés MESSI Argentina

6

7

2005

14

Peter OFORI-QUAYE Ghana

6

11

1997 (2) / 1999 (4)

14

Sergio Leonel AGÜERO Argentina

6

11

2005 (0) / 2007 (6)

* Entre paréntesis, goles anotados en cada edición, si participó en más de una.

En los registros españoles, por detrás de Etxeberria figuran, con 5 goles cada uno, Pablo Couñago, Fernando Llorente, Adrián López, Álvaro Vázquez y Jesé Rodríguez; mientras que Aarón Ñíguez, Ismael Urzaiz y David Silva han marcado 4 tantos. Luego, con 3 goles, aparecen hasta 11 jugadores más; la tabla prosigue con los 18 futbolistas que han anotado 2 goles y se cierra con los 37 que han anotado un único gol. Como en el listado anterior, a igualdad de tantos se da prioridad a quien disputara menos partidos; en caso de seguir coincidiendo, se asigna el mismo puesto y se ordena por antigüedad. Como curiosidad, ninguno de los 61 futbolistas que sólo han jugado 1 o 2 partidos con España en Mundiales sub’20 ha conseguido anotar: los 75 goleadores han participado al menos en 3 encuentros cada uno.

GOLEADORES ESPAÑOLES EN LOS MUNDIALES SUB’20

POS.

JUGADOR

GOLES

PARTIDOS

EDICIÓN*

1

Joseba Andoni ETXEBERRIA Lizardi

7

6

1995

2

Fernando Javier LLORENTE Torres

5

4

2005

3

ADRIÁN LÓPEZ Álvarez

5

5

2007

3

ÁLVARO VÁZQUEZ García

5

5

2011

3

JESÉ Rodríguez Ruiz

5

5

2013

6

Pablo González COUÑAGO

5

7

1999

7

AARÓN ÑÍGUEZ Esclápez

4

4

2009

8

Ismael URZAIZ Aranda

4

5

1989 (0) / 1991 (4)

8

David Josué Jiménez SILVA

4

5

2005

10

PIER Luigi Cherubino Loggi

3

3

1991

10

FRAN MÉRIDA Pérez

3

3

2009

12

RODRIGO Moreno Machado

3

4

2011

13

Sebastián LOSADA Bestard

3

5

1985

13

RAÚL González Blanco

3

5

1995

13

José Luis DEUS Rodríguez

3

5

1997

16

FERNANDO Gómez Colomer

3

6

1985

17

“GABRI” Francisco García De la Torre

3

7

1999

17

Fernando VARELA Ramos

3

7

1999

17

Andrés INIESTA Luján

3

7

2003

20

“JUANFRAN” Torres Belén

3

11

2003 (1) / 2005 (2)

21

José Ricardo ESCOBAR Palacios

2

3

1977

21

Sebastián López Serrano, “CHANO”

2

3

1981

21

Antonio PINILLA Miranda

2

3

1989

21

Emilio NSUE Lopez

2

3

2009

25

Miquel ROBUSTÉ Colomer

2

4

2005

25

Juan Manuel MATA García

2

4

2007

25

ANDER HERRERA Agüera

2

4

2009

25

“KIKE” García Martínez

2

4

2009

25

Sergio CANALES Madrazo

2

4

2011

25

Gerard DEULOFEU Lázaro

2

4

2013

31

ROGER García Junyent

2

5

1995

31

Iván DE LA PEÑA López

2

5

1995

31

Alberto RIVERA Pizarro

2

5

1997

31

Francisco Javier FARINÓS Zapata

2

5

1997

35

RAÚL OTXOA Sainz de Aja

2

6

1995

35

“XAVI” Hernández Creus

2

6

1999

35

José Javier BARKERO Saludes

2

6

1999

38

SERGIO GARCÍA De la Fuente

2

7

2003

39

Jordi CASAS Rodríguez

1

3

1977

39

Manuel ZÚÑIGA Fernández

1

3

1979

39

José JOAQUÍN Pichardo Fernández

1

3

1979

39

Luis Miguel GAIL Martín

1

3

1979

39

Sebastián NADAL Mejías

1

3

1981

39

FRANCISCO Javier López Alfaro

1

3

1981

39

Jordi FABREGAT Balmanya

1

3

1981

39

David BILLABONA Etxaleku

1

3

1989

39

MOISÉS García León

1

3

1989

39

Víctor Manuel CASADESÚS Castaño

1

3

2005

39

MARCOS García Barreno

1

3

2007

39

MARIO SUÁREZ Mata

1

3

2007

39

Alberto BUENO Calvo

1

3

2007

39

SERGI ROBERTO Carnicer

1

3

2011

53

José MAURICIO Casas Chica

1

4

1991

53

David ALBELDA Aliqués

1

4

1997

53

Ángel Javier ARIZMENDI De Lucas

1

4

2003

53

Francisco José MOLINERO Calderón

1

4

2005

53

JONATHAN SORIANO Casas

1

4

2005

53

Daniel PAREJO Muñoz

1

4

2009

53

Jorge Resurrección Merodio, “KOKE”

1

4

2011

53

“ISCO” Román Alarcón Suárez

1

4

2011

53

“PACO” ALCÁCER García

1

4

2013

62

Jon Andoni GOIKOETXEA Lasa

1

5

1985

62

Fernando MORIENTES Sánchez

1

5

1995

62

“MÍCHEL” SALGADO Fernández

1

5

1995

62

Miguel Ángel ANGULO Valderrey

1

5

1997

62

DIEGO RIBERA Ramírez

1

5

1997

62

Alberto ZAPATER Arjol

1

5

2005

62

DIEGO CAPEL Trinidad

1

5

2007

62

Gerard PIQUÉ Bernabéu

1

5

2007

62

Francisco “JAVI” GARCÍA Fernández

1

5

2007

62

DERIK Osede Prieto

1

5

2013

72

MARCELINO García Toral

1

6

1985

72

“MÍCHEL” Sánchez Muñoz

1

6

1995

74

RUBÉN SUÁREZ Estrada

1

7

1999

74

“GABI” Fernández Arenas

1

7

2003

* Entre paréntesis, goles anotados en cada edición, si participó en más de una.

Joseba Andoni Etxeberria Lizardi, máximo goleador español en los Mundiales sub’20, en un partido de Qatar 1995.

Joseba Andoni Etxeberria Lizardi, máximo goleador español en los Mundiales sub’20, en un partido de Qatar 1995.

El récord español de goles en un partido lo ostenta Fernando Llorente, que el 14 de junio de 2005 hizo 4 en el España 7-0 Chile de la segunda jornada de la fase de grupos del Mundial de Países Bajos. La plusmarca global es de Adaílton Martins, que marcó 6 tantos en la victoria de Brasil por 10-3 frente a la República de Corea en el Mundial de Malasia 1997 (a la sazón el partido con más goles en la historia de los Mundiales sub’20). Además, los españoles que han conseguido anotar un hat-trick en estos torneos son Ismael Urzaiz (en el 6-0 a Uruguay en 1991), Joseba Etxeberria (en el 4-1 a Rusia en Qatar 1995), Adrián López (en el 4-2 a Jordania en Canadá 2007) y Álvaro Vázquez (en el 5-1 a Australia en Colombia 2011), todos en la primera fase. Adrián López, que consiguió sus tres goles en apenas 9 minutos (entre el 29’ y el 38’), es el autor del triplete español más rápido.

En cuanto a los galardones individuales logrados por los futbolistas españoles en los distintos Mundiales sub’20, llama la atención que sólo dos jugadores hayan merecido, a juicio de los diversos técnicos y periodistas encargados de conceder estas distinciones, figurar entre los 3 mejores de cada campeonato, y ambos cerrando el podio: se trata del guardameta navarro Juan Carlos Unzué (URSS 1985) y del delantero pontevedrés Pablo González Couñago (Nigeria 1999). Cierto es que el tradicional estilo español de juego, más centrado en el bloque que en las individualidades, y la ausencia de grandes figuras que descollaran sobremanera entre sus compañeros de generación pueden justificar en gran parte este pobre bagaje: echando la vista atrás, sólo resulta flagrante la omisión de Xavi Hernández entre los premiados en Nigeria 1999 (la delegación española llegó a abandonar la cena de gala a modo de protesta cuando se supo que el de Terrassa se quedaba sin Balón de Oro), y en menor medida las de Iván De la Peña (o el propio Joseba Etxeberria) en Qatar 1995 y Andrés Iniesta en Emiratos Árabes Unidos 2003.

ESPAÑA: PREMIOS AL MEJOR JUGADOR

BALÓN DE ORO

BALÓN DE PLATA

BALÓN DE BRONCE

Juan Carlos UNZUÉ (1985)
Pablo Glez. COUÑAGO (1999)

En cuanto a los máximos goleadores, ahí no hay criterios subjetivos que valgan y la cosecha de premios resulta más acorde con la actuación global de España en sus 15 Mundiales sub’20. Hasta 10 futbolistas españoles se han llevado a casa uno de los tres galardones que la FIFA entrega en cada campeonato, destacando el caso de la URSS 1985, cuando siete jugadores empataron a 3 tantos en cabeza de la tabla de goleadores y los dos primeros puestos fueron para Sebastián Losada y Fernando Gómez Colomer. Además de Losada, tanto Joseba Etxeberria (7 goles en Qatar 1995) como Pablo Couñago (5 en Nigeria 1999) han logrado también una Bota de Oro en estos campeonatos juveniles.

ESPAÑA: PREMIOS AL MÁXIMO GOLEADOR

BOTA DE ORO

BOTA DE PLATA

BOTA DE BRONCE

Sebastián LOSADA (1985) (3)
Joseba ETXEBERRIA (1995) (7)
Pablo G. COUÑAGO (1999) (5)
FERNANDO Gómez (1985) (3)
Ismael URZAIZ (1991) (4)
Fernando LLORENTE (2005) (5)
ADRIÁN LÓPEZ (2007) (5)
ÁLVARO VÁZQUEZ (2011) (5)
AARÓN ÑÍGUEZ (2009) (4)
JESÉ Rodríguez (2013) (5)

Sebastián Losada Bestard, primer español en obtener la Bota de Oro de un Mundial sub’20 (URSS 1985).

Sebastián Losada Bestard, primer español en obtener la Bota de Oro de un Mundial sub’20 (URSS 1985).

3.3.- Internacionales absolutos

Pero, más allá de esos reconocimientos, el auténtico objetivo de cualquier internacional juvenil es seguir progresando en su carrera. Hasta la fecha del artículo (20 de diciembre de 2015), 64 de los 282 futbolistas que han viajado a un Mundial sub’20 con España (un 22’70%) han logrado alcanzar la internacionalidad absoluta. El primero fue el cordobés Antonio García Navajas, mundialista juvenil en Túnez 1977 y que debutó con la absoluta el 14 de noviembre de 1979, a las órdenes de Ladislao Kubala, en un partido amistoso que España perdió por 1-3 ante Dinamarca en Cádiz. Fue la única internacionalidad que sumó en su carrera el entonces defensa madridista. Los últimos en debutar, por el momento, han sido el delantero brasileño (aunque criado en Vigo) Rodrigo Moreno y el lateral valenciano Juan Bernat, que tomaron la alternativa el 12 de octubre de 2014 en Luxemburgo, en un partido de clasificación para la Eurocopa de Francia 2016 que acabó 0-4 y en el que Bernat incluso consiguió marcar.

Obviamente, la lista de internacionalidades entre antiguos mundialistas sub’20 la encabeza Iker Casillas, con 165 partidos con la absoluta hasta la fecha, seguido por Xavi Hernández, su compañero en Nigeria 1999, cuya cuenta parece haberse detenido definitivamente en 133 encuentros. Por detrás de ellos, Andrés Iniesta (107), Raúl González (102) y Cesc Fábregas (101) también han superado los 100 partidos internacionales. En la parte baja de la tabla hay hasta 11 mundialistas sub’20 que jamás han vuelto a saltar al campo con la absoluta después de su debut. Curiosamente, ni Juan Carlos Unzué ni Pablo Couñago, los dos únicos españoles premiados individualmente en los Mundiales sub’20, han llegado a jugar con la selección absoluta.

INTERNACIONALES ABSOLUTOS PRESENTES EN ALGÚN MUNDIAL SUB’20*

POS

JUGADOR

MUNDIAL SUB’20

Nº INT. ABSOLUTAS

1

IKER CASILLAS Fernández

Nigeria 1999

165

2

“XAVI” Hernández Creus

Nigeria 1999

133

3

Andrés INIESTA Luján

EAU 2003

107

4

RAÚL González Blanco

Qatar 1995

102

5

“CESC” FÀBREGAS Soler

Países Bajos 2005

101

6

David Josué Jiménez SILVA

Países Bajos 2005

94

7

Gerard PIQUÉ Bernabéu

Canadá 2007

73

8

Carlos MARCHENA López

Nigeria 1999

69

9

“MÍCHEL” SALGADO Fernández

Qatar 1995

53

9

Joseba A. ETXEBERRIA Lizardi

Qatar 1995

53

11

David ALBELDA Aliqués

Malasia 1997

51

11

Raúl ALBIOL Tortajada

Países Bajos 2005

51

13

Fernando MORIENTES Sánchez

Qatar 1995

47

14

José Santiago CAÑIZARES Ruiz

Arabia Saudita 1989

46

15

Ricardo GALLEGO Redondo

Túnez 1977

42

16

JORDI ALBA Ramos

Egipto 2009

39

17

Juan Manuel MATA García

Canadá 2007

38

18

Jon Andoni GOIKOETXEA Lasa

URSS 1985

36

18

Albert FERRER Llopis

Arabia Saudita 1989

36

20

Miguel TENDILLO Belenguer

Japón 1979

27

21

Ismael URZAIZ Aranda

Arabia Saudita 1989 / Portugal 1991

25

22

Fernando J. LLORENTE Torres

Países Bajos 2005

24

23

MARCOS ALONSO Peña

Japón 1979

22

24

FRANCISCO Javier López Alfaro

Australia 1981

20

24

“KOKE” Resurrección Merodio

Colombia 2011

20

26

“JUANFRAN” Torres Belén

EAU 2003 / Países Bajos 2005

16

27

Santiago URQUIAGA Pérez

Túnez 1977

14

28

Roberto SOLOZÁBAL Villanueva

Arabia Saudita 1989

12

28

CÉSAR Martín Villar

Qatar 1995

12

28

César AZPILICUETA Tanco

Egipto 2009

12

28

“ISCO” Román Alarcón Suárez

Colombia 2011

12

32

Miguel Á. ANGULO Valderrey

Malasia 1997

11

32

“PACO” ALCÁCER García

Turquía 2013

11

34

FERNANDO Gómez Colomer

URSS 1985

8

35

Francisco BUYO Sánchez

Túnez 1977

7

35

RAFA” PAZ Marín

URSS 1985

7

35

Marc BARTRA Aregall

Colombia 2011

7

35

Juan BERNAT Velasco

Turquía 2013

7

39

GERARD López Segú

Malasia 1997

6

40

Iván DE LA PEÑA López

Qatar 1995

5

41

Juan Carlos Pérez ROJO

Japón 1979

4

41

Pablo ORBAIZ Lesaca

Nigeria 1999

4

43

“GABRI” Fco. García De la Torre

Nigeria 1999

3

43

MARIO SUÁREZ Mata

Canadá 2007

3

45

“PATXI” FERREIRA Colmenero

URSS 1985

2

45

Mikel LASA Goikoetxea

Arabia Saudita 1989

2

45

Ángel Manuel CUÉLLAR Llanos

Portugal 1991

2

45

Fco. Javier FARINÓS Zapata

Malasia 1997

2

45

SERGIO GARCÍA De la Fuente

EAU 2003

2

45

ADRIÁN LÓPEZ Álvarez

Canadá 2007

2

45

Fco. “JAVI” GARCÍA Fernández

Canadá 2007

2

45

DIEGO CAPEL Trinidad

Canadá 2007

2

45

Álvaro DOMÍNGUEZ Soto

Egipto 2009

2

54

Antonio GARCÍA NAVAJAS

Túnez 1977

1

54

Roberto Simón MARINA

Australia 1981

1

54

Sebastián LOSADA Bestard

URSS 1985

1

54

Julen LOPETEGUI Argote

URSS 1985

1

54

PIER Luigi Cherubino Loggi

Portugal 1991

1

54

Daniel ARANZUBIA Aguado

Nigeria 1999

1

54

Á. Javier ARIZMENDI De Lucas

EAU 2003

1

54

Manuel DEL MORAL Fernández

EAU 2003

1

54

RODRIGO Moreno Machado

Colombia 2011

1

54

Cristian TELLO Herrera

Colombia 2011

1

54

Gerard DEULOFEU Lázaro

Turquía 2013

1

* Datos actualizados a 20/12/2015.

Iker Casillas Fernández, mundialista sub’20 español con más internacionalidades absolutas, en Nigeria 1999.

Iker Casillas Fernández, mundialista sub’20 español con más internacionalidades absolutas, en Nigeria 1999.

Además, hay que destacar que otros 4 jugadores disputaron un Mundial sub’20 con España pero han acabado representando a otra selección en categoría absoluta: se trata de Justo Ruiz (vitoriano presente en Arabia Saudita 1989, luego fue internacional por Andorra), Marc Bernaus (andorrano de nacimiento que estuvo en Malasia 1997 y acabó defendiendo la camiseta del principado de los Pirineos), Stephen Sunday (nacido en Nigeria, jugó con España en Canadá 2007 pero en 2010 debutó con la absoluta de su país natal) y Emilio Nsue (mallorquín que jugó en Egipto 2009 y ahora es internacional por Guinea Ecuatorial).

De los 64 internacionales (españoles) que han disputado algún Mundial sub’20 con España, 29 han tenido además la oportunidad de viajar también a algún Mundial absoluto, lo que supone un 10’28% del total de mundialistas juveniles españoles. En este caso, la lista la abrieron Santiago Urquiaga, Ricardo Gallego y Miguel Tendillo, que fueron convocados por José Emilio Santamaría para España 1982 (Urquiaga y Gallego habían estado en Túnez 1977, y Tendillo en Japón 1979). Iker Casillas y Xavi Hernández, con 4 Mundiales disputados, encabezan también la tabla de más presencias mundialistas, seguidos por Andrés Iniesta, Raúl González, Cesc Fábregas y Santiago Cañizares, que han estado presentes en 3 Copas del Mundo absolutas.

MUNDIALISTAS ABOLUTOS ESPAÑOLES PRESENTES EN ALGÚN MUNDIAL SUB’20

NOMBRE

MUNDIAL SUB’20

MUNDIAL ABSOLUTO

IKER CASILLAS Fernández

Nigeria 1999

2002, 2006, 2010, 2014

XAVI Hernández Creus

Nigeria 1999

2002, 2006, 2010, 2014

José Santiago CAÑIZARES Ruiz

Arabia Saudita 1989

1994, 1998, 2006

RAÚL González Blanco

Qatar 1995

1998, 2002, 2006

Andrés INIESTA Luján

EAU 2003

2006, 2010, 2014

CESC FÀBREGAS Soler

Países Bajos 2005

2006, 2010, 2014

Ricardo GALLEGO Redondo

Túnez 1977

1982, 1986

Albert FERRER Llopis

Arabia Saudita 1989

1994, 1998

Fernando MORIENTES Sánchez

Qatar 1995

1998, 2002

David ALBELDA Aliqués

Malasia 1997

2002, 2006

Carlos MARCHENA López

Nigeria 1999

2006, 2010

David Josué Jiménez SILVA

Países Bajos 2005

2010, 2014

Gerard PIQUÉ Bernabéu

Canadá 2007

2010, 2014

Raúl ALBIOL Tortajada

Países Bajos 2005

2010, 2014

Juan Manuel MATA García

Canadá 2007

2010, 2014

Santiago URQUIAGA Pérez

Túnez 1977

1982

Miguel TENDILLO Belenguer

Japón 1979

1982

FRANCISCO Javier López Alfaro

Australia 1981

1986

FERNANDO Gómez Colomer

URSS 1985

1990

RAFA” PAZ Marín

URSS 1985

1990

Jon Andoni GOIKOETXEA Lasa

URSS 1985

1994

Julen LOPETEGUI Argote

URSS 1985

1994

Joseba A. ETXEBERRIA Lizardi

Qatar 1995

1998

“MÍCHEL” SALGADO Fernández

Qatar 1995

2006

Fernando J. LLORENTE Torres

Países Bajos 2005

2010

“JUANFRAN” Torres Belén

EAU 2003 / Países Bajos 2005

2014

JORDI ALBA Ramos

Egipto 2009

2014

César AZPILICUETA Tanco

Egipto 2009

2014

“KOKE” Resurrección Merodio

Colombia 2011

2014

Repasando las convocatorias sub’20 campeonato a campeonato, en todas ha habido, como no podía ser de otra manera, algún jugador que terminó llegando a la absoluta. La palma se la llevan las listas de 18 jugadores para la URSS 1985, Qatar 1995 y Nigeria 1999, en las que figuraban 6 futuros internacionales (también han salido 6 de la convocatoria para Canadá 2007, aunque esta ya estaba formada por 21 nombres). El equipo de Nigeria 1999 es, con mucha diferencia, el que suma más internacionalidades absolutas, aunque debe dar las gracias a la más que notable presencia de Iker Casillas y Xavi Hernández (ellos dos juntos ya suman más partidos con España que cualquier otra plantilla mundialista sub’20 al completo). Sin los 298 partidos de ambos futbolistas, el resto de campeones mundiales en Nigeria “sólo” acumulan 77 encuentros internacionales al máximo nivel. Obviamente, los jugadores que han disputado dos Mundiales juveniles y han llegado luego a debutar con la absoluta (Ismael Urzaiz y Juanfran Torres) suman sus internacionalidades a los dos campeonatos en los que participaron.

FUTUROS INTERNACIONALES ABSOLUTOS EN MUNDIALES SUB’20*

EDICIÓN

Nº JUGADORES

SUMA DE INTERNACIONALIDADES

Túnez 1977

4

64

Japón 1979

3

53

Australia 1981

2

21

URSS 1985

6

55

Arabia Saudita 1989**

5

121

Portugal 1991**

3

28

Qatar 1995

6

272

Malasia 1997

4

70

Nigeria 1999

6

375

EAU 2003***

5

127

Países Bajos 2005***

5

286

Canadá 2007

6

120

Egipto 2009

3

53

Colombia 2011

5

41

Turquía 2013

3

19

* Datos actualizados a 20/12/2015.
—-
**Los datos de los dos torneos incluyen los 25 partidos de Ismael Urzaiz con la absoluta.
—-
***Los datos de los dos torneos incluyen los 16 partidos de Juanfran Torres con la absoluta.

Huelga decir que tanto esta tabla como las anteriores irán evolucionando en función de la progresión de los futbolistas presentes en las últimas ediciones.

3.4.- Seleccionadores y árbitros

Comenzamos esta última sección con los seleccionadores que han conducido a las diferentes selecciones españolas sub’20 a lo largo de estos cuarenta años. Chus Pereda, que acudió a 6 Mundiales juveniles (uno de ellos, el de Japón 1979, haciendo tándem con José Emilio Santamaría) es el técnico español con más partidos en esta competición, 23, seguido por Iñaki Sáez, que es quien ha conseguido más victorias (13, en 3 torneos). Si exceptuamos esa colaboración de Santamaría en 1979, únicamente Sáez ha llegado a ocupar oficialmente el cargo de seleccionador absoluto (aunque Pereda llegó a dirigir un par de partidos por ausencias de Luis Suárez y Vicente Miera). También cabe resaltar que Julen Lopetegui acudió a una edición mundialista sub’20 como jugador (URSS 1985) y a otras dos como seleccionador (Colombia 2011 y Turquía 2013), si bien en su experiencia como futbolista en activo no logró disputar ningún minuto de competición.

SELECCIONADORES DE ESPAÑA EN LOS MUNDIALES SUB’20

SELECCIONADOR

PARTIDOS

GANADOS

EMPATADOS

PERDIDOS

Jesús María PEREDA Ruiz de Temiño

23

8

7

8

José Ignacio “IÑAKI” SÁEZ Ruiz

17

13

2

2

Julen LOPETEGUI Argote

10

7

2

1

José Armando UFARTE Ventoso

7

5

0

2

Andoni GOIKOETXEA Olaskoaga

6

4

0

2

Ginés MELÉNDEZ Sotos

5

3

2

0

Luis MILLA Aspas

4

3

0

1

TOTAL

72

43

13

16

Para concluir, una breve mención a los 10 árbitros españoles que han acudido a algún mundial juvenil. El navarro Alberto Undiano Mallenco ha estado presente en 3 ediciones y es, con 10 partidos, el que más encuentros ha dirigido; además, él y el asturiano Manuel Enrique Mejuto González son los únicos colegiados españoles que han arbitrado una final: Mejuto dirigió la de Argentina 2001 y Undiano (y sus asistentes) la de Canadá 2007 (ambas, curiosamente, acabaron con victoria argentina). Desde 2003, además, cada colegiado ha acudido acompañado de una pareja de árbitros asistentes también de nacionalidad española.

ÁRBITROS ESPAÑOLES EN LOS MUNDIALES SUB’20

ÁRBITRO

PARTIDOS

EDICIÓN*

Alberto UNDIANO MALLENCO

10

2007 (5) / 2009 (3) / 2013 (2)

Manuel Enrique MEJUTO GONZÁLEZ

4

2001

Eduardo ITURRALDE GONZÁLEZ

4

2003

Ángel FRANCO MARTÍNEZ

3

1977

Emilio SORIANO ALADRÉN

3

1981 (1) / 1987 (2)

Arturo DAUDÉN IBÁÑEZ

3

1999

Luis MEDINA CANTALEJO

3

2005

Augusto LAMO CASTILLO

2

1979

Antonio Miguel MATEU LAHOZ

2

2015

Victoriano SÁNCHEZ ARMINIO

1

1985

* Entre paréntesis, partidos dirigidos en cada edición, si acudió a más de una.

Y supongo que ya está. Acaba aquí, por fin, el repaso a casi todo lo que ha dado de sí la participación española en los 20 Mundiales sub’20 masculinos disputados hasta la fecha. Pero, como el balón nunca se detiene, habrá que seguir tomando notas de lo que ocurra a partir de ahora. La República de Corea acogerá en 2017 la próxima Copa del Mundo sub’20 masculina, para la que España aún debe pelear su clasificación; aunque antes, por supuesto, hay que centrarse en Papúa Nueva Guinea 2016, que será el segundo Mundial sub’20 para la selección española femenina.

 

ANEXO 1. LISTADO COMPLETO DE PARTIDOS DE ESPAÑA EN LOS MUNDIALES SUB’20

EDICIÓN

FECHA

RONDA

RIVAL

RTDO*

001

Túnez 1977

27/06/1977

Grupo – J1 FRANCIA

2-1

002

Túnez 1977

30/06/1977

Grupo – J2 MÉXICO

1-1

003

Túnez 1977

03/07/1977

Grupo – J3 TÚNEZ

0-1

004

Japón 1979

25/08/1979

Grupo – J1 JAPÓN

1-0

005

Japón 1979

27/08/1979

Grupo – J2 MÉXICO

2-1

006

Japón 1979

29/08/1979

Grupo – J3 ARGELIA

0-1

007

Japón 1979

02/09/1979

Cuartos POLONIA

0-0 (3-4)

008

Australia 1981

03/10/1981

Grupo – J1 EGIPTO

2-2

009

Australia 1981

06/10/1981

Grupo – J2 MÉXICO

1-1

010

Australia 1981

08/10/1981

Grupo – J3 R.F. ALEMANIA

2-4

011

URSS 1985

24/08/1985

Grupo – J1 ARABIA SAUDITA

0-0

012

URSS 1985

27/08/1985

Grupo – J2 BRASIL

0-2

013

URSS 1985

29/08/1985

Grupo – J3 REP.  IRLANDA

4-2

014

URSS 1985

01/09/1985

Cuartos BULGARIA

2-1

015

URSS 1985

04/09/1985

Semifinal URSS

2-2 (4-3)

016

URSS 1985

07/09/1985

Final BRASIL

0-1

017

Arabia S. 1989

17/02/1989

Grupo – J1 ARGENTINA

2-1

018

Arabia S. 1989

20/02/1989

Grupo – J2 IRAK

0-2

019

Arabia S. 1989

22/02/1989

Grupo – J3 NORUEGA

2-4

020

Portugal 1991

15/06/1991

Grupo – J1 INGLATERRA

1-0

021

Portugal 1991

18/06/1991

Grupo – J2 URUGUAY

6-0

022

Portugal 1991

20/06/1991

Grupo – J3 SIRIA

0-0

023

Portugal 1991

23/06/1991

Cuartos URSS

1-3

024

Qatar 1995

13/04/1995

Grupo – J1 BURUNDI

5-1

025

Qatar 1995

17/04/1995

Grupo – J2 JAPÓN

2-1

026

Qatar 1995

19/04/1995

Grupo – J3 CHILE

6-3

027

Qatar 1995

23/04/1995

Cuartos RUSIA

4-1

028

Qatar 1995

25/04/1995

Semifinal ARGENTINA

0-3

029

Qatar 1995

28/04/1995

3º Y 4º Puesto PORTUGAL

2-3

030

Malasia 1997

18/06/1997

Grupo – J1 JAPÓN

2-1

031

Malasia 1997

20/06/1997

Grupo – J2 PARAGUAY

2-1

032

Malasia 1997

23/06/1997

Grupo – J3 COSTA RICA

4-0

033

Malasia 1997

26/06/1997

Octavos CANADÁ

2-0

034

Malasia 1997

29/06/1997

Cuartos REP. IRLANDA

0-1

035

Nigeria 1999

05/04/1999

Grupo – J1 BRASIL

2-0

036

Nigeria 1999

08/04/1999

Grupo – J2 ZAMBIA

0-0

037

Nigeria 1999

11/04/1999

Grupo – J3 HONDURAS

3-1

038

Nigeria 1999

15/04/1999

Octavos ESTADOS UNIDOS

3-2

039

Nigeria 1999

18/04/1999

Cuartos GHANA

1-1 (8-7)

040

Nigeria 1999

21/04/1999

Semifinal MALI

3-1

041

Nigeria 1999

24/04/1999

Final JAPÓN

4-0

042

EAU 2003

28/11/2003

Grupo – J1 ARGENTINA

1-2

043

EAU 2003

01/12/2003

Grupo – J2 MALI

2-0

044

EAU 2003

04/12/2003

Grupo – J3 UZBEKISTÁN

1-0

045

EAU 2003

09/12/2003

Octavos PARAGUAY

1-0

046

EAU 2003

12/12/2003

Cuartos CANADÁ

2-1

047

EAU 2003

15/12/2003

Semifinal COLOMBIA

1-0

048

EAU 2003

19/12/2003

Final BRASIL

0-1

049

P. Bajos 2005

11/06/2005

Grupo – J1 MARRUECOS

3-1

050

P. Bajos 2005

14/06/2005

Grupo – J2 CHILE

7-0

051

P. Bajos 2005

17/06/2005

Grupo – J3 HONDURAS

3-0

052

P. Bajos 2005

22/06/2005

Octavos TURQUÍA

3-0

053

P. Bajos 2005

25/06/2005

Cuartos ARGENTINA

1-3

054

Canadá 2007

01/07/2007

Grupo – J1 URUGUAY

2-2

055

Canadá 2007

04/07/2007

Grupo – J2 ZAMBIA

2-1

056

Canadá 2007

07/07/2007

Grupo – J3 JORDANIA

4-2

057

Canadá 2007

11/07/2007

Octavos BRASIL

4-2

058

Canadá 2007

14/07/2007

Cuartos REPÚBLICA CHECA

1-1 (3-4)

059

Egipto 2009

25/09/2009

Grupo – J1 TAHITÍ

8-0

060

Egipto 2009

28/09/2009

Grupo – J2 NIGERIA

2-0

061

Egipto 2009

01/10/2009

Grupo – J3 VENEZUELA

3-0

062

Egipto 2009

05/10/2009

Octavos ITALIA

1-3

063

Colombia 2011

31/07/2011

Grupo – J1 COSTA RICA

4-1

064

Colombia 2011

03/08/2011

Grupo – J2 ECUADOR

2-0

065

Colombia 2011

06/08/2011

Grupo – J3 AUSTRALIA

5-1

066

Colombia 2011

10/08/2011

Octavos REP. DE COREA

0-0 (7-6)

067

Colombia 2011

14/08/2011

Cuartos BRASIL

2-2 (2-4)

068

Turquía 2013

21/06/2013

Grupo – J1 ESTADOS UNIDOS

4-1

069

Turquía 2013

24/06/2013

Grupo – J2 GHANA

1-0

070

Turquía 2013

27/06/2013

Grupo – J3 FRANCIA

2-1

071

Turquía 2013

02/07/2013

Octavos MÉXICO

2-1

072

Turquía 2013

06/07/2013

Cuartos URUGUAY

0-1

*Expresado siempre con formato ESP-RIVAL. Entre paréntesis, resultado de la tanda de penaltis.

 _____

Fuentes consultadas:

www.fifa.com

www.rsssf.com

www.bdfutbol.com

www.sefutbol.com




Gol Marcado: que las apariencias no nos engañen

No será fácil que los aficionados  olviden el gol mal anulado a Frank Lampard en los octavos de final de la copa del mundo 2010 de Sudáfrica (Inglaterra v/s Alemania), ya que además de ser un golazo, la televisión se encargó de ratificarlo con las imágenes, las que se reiteraron tantas veces como fue necesario. Pero ya sabemos que la FIFA ha tomado cartas en el asunto y últimamente se han instaurado medidas efectivas para optimizar la correcta aplicación del reglamento en lo que se refiere a la verificación de la anotación de goles en los partidos de fútbol.

En la copa del mundo de Brasil 2014 se implementó con éxito el sistema de detección automática de goles que utiliza la tecnología de línea de gol (TLG), la que consiste en la instalación de varias cámaras ubicadas alrededor del campo de juego, 7 de ellas enfocadas hacia cada portería, lo que permite determinar si un balón franquea o no la portería. Su resolución es instantánea, ya que al segundo indica si se ha marcado o no un gol, haciendo que vibre el reloj de cada árbitro del partido y simultáneamente les emite una señal luminosa. Se pretende acabar con las polémicas que históricamente se han producido en el fútbol y que ocurrieron en partidos tan emblemáticos como sucedió en la recordada final del mundial de Inglaterra disputada en Wembley el año 1966, entre los anfitriones y los alemanes, con aquel remate del inglés Geoff Hurst. Curiosamente los ejemplos citados corresponden a encuentros disputados entre ingleses y alemanes, ambos casos se produjeron en remates al arco realizados por futbolistas ingleses, en disparos que primero golpearon el travesaño para luego dar un pique a tierra y posteriormente volver a entrar al campo de juego. A pesar de las similitudes hay una gran diferencia entre ambos casos, ya que en el disparo de Lampard la pelota claramente traspasa la línea de gol, mientras que el tiro de Hurst fue apegado a la línea de meta y por lo mismo, mucho más difícil de establecer.

Por el momento, en virtud de lo sofisticado que resulta la aplicación de la tecnología TLG, sólo será posible implementarla en las copas del mundo. Mientras tanto en muchos torneos locales e internacionales de fútbol se seguirán cometiendo errores por parte de los incomprendidos árbitros y los aficionados tendremos que seguir lamentando la injusticia implícita en cobros mal realizados, ya sea porque se  sancionarán goles que no se han concretado o porque no se sancionarán anotaciones que efectivamente se producirán. Porque en ocasiones ni siquiera es suficiente con el apoyo dado por las transmisiones televisivas para la tranquilidad de los aficionados, aunque cuenten con una importante cantidad de cámaras para captar las imágenes desde distintos ángulos, con la posibilidad de repetir las jugadas cuantas veces sea necesario, a velocidad normal e inclusive en cámara lenta.

A pesar de los importantes avances logrados por los organismos que rigen este deporte, en el  reglamento del fútbol aún existe un grado de ambigüedad en esta materia. Lo que se traduce en que tanto protagonistas (jugadores y árbitros) como periodistas deportivos e incluso los apasionados hinchas en muchas ocasiones no logren ponerse de acuerdo, al momento de revisar este tipo de acciones.

No se incluyen en esta revisión los denominados goles fantasma en el fútbol, ya que corresponden a otra categoría; son goles que fueron erróneamente validados, cuando en realidad no se produjeron. En muchos casos se trata de anotaciones en que por una situación fortuita se produce un engaño a la visión, lo que puede ocurrir por alguna falla en las redes de los arcos, como resultado de la equivocación involuntaria de parte de los árbitros, quienes  por alguna razón creyeron haber visto entrar al arco el balón, cuando en realidad la anotación no se había concretado, etc.

Para escribir este artículo debo confesar que por primera vez en todos mis años de futbolista aficionado me he visto en la necesidad de leer las Reglas del Juego (1), situación que tengo la seguridad es compartida por la mayor parte de los amantes del fútbol.

Por cierto que, al revisar el reglamento del fútbol uno se encuentra con algunas curiosidades que llaman la atención; una de ellas fue descubrir que si nos ceñimos al texto, en cuanto a las dimensiones del terreno de juego (Regla 1), sería posible encontrarnos con una cancha de fútbol de 90 m de ancho y 91 m de largo…es decir, la FIFA considera reglamentaria una cancha de futbol prácticamente cuadrada (?).

A modo de introducción, comenzaremos revisando el artículo 10 de las Reglas del Juego oficiales, en donde se indica lo siguiente: ”Se habrá marcado un gol cuando el balón haya atravesado completamente la línea de meta entre los postes y por debajo del travesaño, siempre que el equipo anotador no haya cometido previamente una infracción a las reglas del juego”. Así como por una parte el reglamento del fútbol es muy claro, por la otra se realiza una generalización ya que no se precisa que debemos entender por “atravesar la línea de meta”. Como suele ocurrir con muchos reglamentos o normativas, el texto de esta disposición no basta para aclarar completamente el alcance de lo que se está señalando.

Aunque el texto es acompañado por algunas imágenes, la gráfica utilizada no es suficiente para que el lector pueda apreciar cabalmente la diferencia entre las distintas posiciones del balón que se incluyen (ver página 36 “Gol marcado”). No sorprende entonces que en muchas ocasiones, la discusión futbolística acabe precisamente haciendo referencia al reglamento y ya nos resulta familiar escuchar afirmaciones al estilo de: “recuerden que el balón tiene que traspasar completamente la línea de gol”. Con este argumento muchas veces se pone fin a la discusión y se cierra toda posibilidad de réplica o de discrepancia.

Me parece necesario comenzar haciendo una distinción que en esta materia me parece fundamental: una cosa es que el balón traspase o no totalmente la línea de demarcación, pero otra cosa distinta es que el balón esté o no en contacto con la línea de gol.

Para aclarar lo señalado haremos una breve revisión a las características de los elementos que forman parte del juego y son los que protagonizan esta regla:

El balón

Convengamos en que el balón de fútbol es una esfera de poco más de 22 cm de diámetro, “inscrita en una circunferencia no superior a 70 cm y no inferior a 68 cm de perímetro”, según el reglamento. Se trata de un volumen sobre cuya superficie se combinan armónicamente 12 pentágonos y 20 hexágonos, para dar forma a los mundialmente conocidos 32 cascos.

Sabemos de antemano que al poner un balón de fútbol contra el piso éste siempre hará contacto directo contra la superficie y lo hará indistintamente con alguna de sus partes. Y como consecuencia de ello también sabemos que el resto del balón no tendrá apoyo directo contra el piso (ver imagen balón).

(1) FIFA Reglas del Juego 2015/2016

IMAGEN BALON

IMAGEN BALON

Con esto queremos ilustrar que, para establecer el contacto del balón con una línea

de demarcación, dadas las características de la esfera no es fácil establecerlo y para realizarlo correctamente será necesario recurrir a algunos elementos de referencia.

Es debido a esta condición propia de las esferas que, con los balones utilizados para en la práctica de algunos deportes como el fútbol, basquetbol, volleybol, hándbol, tenis, etc., se dificulta bastante la tarea al momento de determinar la posición del implemento con respecto a las líneas de demarcación del campo de juego, en cada caso.

La línea de meta

Todas las líneas (de demarcación) deberán tener el mismo ancho, como máximo 12 cm. (Regla 1).

El ancho máximo permitido según las reglas corresponde más bien al de una franja que a una línea, pero se entiende que así sea ya que está pensado para una demarcación con tiza sobre césped, con las dificultades que ello conlleva. En definitiva el ancho de una línea de demarcación llega a ser prácticamente la mitad de un balón de fútbol (de su diámetro). Adicionalmente en el reglamento se indica que la línea de meta deberá tener el mismo ancho que los postes y que el travesaño.

La línea de meta en conjunto con los verticales y el horizontal constituyen un marco de 2,44 x 7,32 m, con los cuales se logra definir un plano de referencia virtual que permite establecer la obtención de cada tanto (gol marcado) por parte de los protagonistas del juego.

En este caso se debe precisar que para todos los efectos, este “plano de referencia” se ubica en el borde exterior de la línea de meta (ver imagen línea de meta). Aunque esta indicación no se señala expresamente en las reglas del juego, estimo que se trata de una deducción necesaria, ya que muy distinto sería si dicho plano referencial se ubicara en el borde interior de la línea.

Se debe tener presente que en la Regla 1 se indica que las líneas de demarcación “pertenecerán a las zonas que demarcan”. Dicho de otro modo, esto significa que las líneas son parte del campo de juego, con lo que en definitiva podemos afirmar que “línea es cancha”.

IMAGEN LINEA DE META

IMAGEN LINEA DE META

Para todos los efectos se debe considerar que el borde exterior de la línea de meta es la línea de gol.

Como el abordar estos temas resulta muy complejo sin apoyo gráfico, se ha optado por incorporar imágenes equivalentes a las que se utilizan en las reglas del fútbol. Por lo tanto procederemos a revisar la trayectoria de un balón entrando al arco, para lo cual se ha graficado una secuencia de 3 instantes, en la que cada uno se representa en duplicado, es decir, con dos vistas distintas para un mismo instante:

vista superior / vista lateral

vista superior / vista lateral

1° INSTANTE

El balón se ubica sobre el centro de la línea de meta (vista superior) y además se aprecia que se apoya directamente sobre ella (vista lateral). Sólo una parte del balón comienza a asomarse al interior del arco. Pero como “línea es cancha”, en este caso la mayor parte del balón todavía está dentro del campo de juego.

vista superior / vista lateral

vista superior / vista lateral

2° INSTANTE

La mayor parte del balón ya está dentro del arco y es sólo una porción la que se ubica sobre la línea de meta (vista superior).

Incluso se puede apreciar que el balón ya no está en contacto con la línea, sino que se apoya dentro del arco (vista lateral).

Pero aun así, el balón no ha atravesado completamente la línea, por lo tanto técnicamente el implemento todavía está dentro del campo de juego.

Aún no se ha concretado la anotación.

vista superior / vista lateral

vista superior / vista lateral

3° INSTANTE

Se aprecia claramente que el balón ya no se ubica sobre la línea de meta y que ahora está dentro del arco en su totalidad (ambas vistas).

En este caso el balón acaba de atravesar completamente la línea de meta.

En consecuencia ya se ha conseguido una anotación: GOL MARCADO

Es natural que por la posición del balón en el 2° Instante nos da la impresión de que ya ha traspasado completamente la línea de meta (vista lateral), pero sólo se trata de una ilusión óptica, lo que se debe a que existe un pequeño lapso en que, si bien ya no hace contacto directo con la línea, el balón todavía se ubica sobre ella o dicho burdamente, el balón aún está “encima” de la línea, lo que en definitiva significa que aún no la ha traspasado totalmente. Este resulta ser un caso ejemplar para aplicar el conocido refrán de que “las apariencias engañan”, ya que al no estar el balón en contacto con la línea, a simple vista nos da la impresión de haberla traspasado. Por cierto que para observar bien se requiere estar muy bien ubicado, porque de otra forma es muy fácil que la vista nos engañe. La mejor posición para un observador es conservar una distancia razonable del balón (desde 1 a 10 m), pero ubicado sobre la misma línea, ya que, en la medida en que nos alejamos de la línea, gradualmente se comienza a perder la referencia visual.

En consecuencia, si ahora volvemos a revisar las imágenes, es posible confirmar que el lanzamiento de Hurst en Wembley el año 1966 no entró al arco. Para ello se debe tener presente que el lanzamiento fue registrado por una cámara que se ubica a una distancia bastante considerable de la línea de meta, es decir, claramente la cámara no está sobre la línea de fondo, si no que más bien se ubica a la altura de la línea del área grande, pero aun así se logra apreciar que una parte del balón está sobre la línea de meta. Lo mencionado se puede corroborar si consideramos que, por un efecto visual, esta percepción de que el balón está sobre la línea, tenderá a aumentar en la medida en que el observador se acerca hacia la línea de meta.

GolMarcado06Al asumir estrictamente lo señalado en las reglas del juego y al hacer una revisión al criterio que habitualmente se aplica en la práctica del fútbol, podremos apreciar que no son pocas las ocasiones en que, a pesar que el balón no ha entrado completamente al arco, se ha optado por validarlo como una anotación (2).

La presente revisión pretende ser un aporte en la lectura e interpretación de las reglas del fútbol, en lo que al gol marcado se refiere. Sin duda que se trata de asuntos ya conocidos por los especialistas, pero de seguro que tanto a los entendidos como a los aficionados al fútbol les permitirá complementar e incluso mejorar su percepción sobre la materia.

(2) Lo descrito para el gol marcado también se puede aplicar a los saques de banda y a los saques de meta o saques de esquina.




España en los mundiales sub’20: Turquía 2013

Aprovechando los huecos que la convocatoria para el Mundial sub’20 de Colombia dejó en el grupo habitual del 92, varios de los alumnos más aventajados de la generación de 1993 (y alguno, como Gerard Deulofeu, de la del 94) tuvieron la oportunidad de conquistar el Campeonato de Europa sub’19 ya en 2011, adelantándose un año a lo que dictaba su edad. Dado el nivel de un grupo que había sido subcampeón europeo sub’17 en 2010, y con la experiencia adquirida por esos jugadores en Rumanía 2011, era evidente que España partía como gran favorita para ganar también el título juvenil de 2012, y no falló a los pronósticos.

Exenta de la primera ronda de clasificación (al igual que Inglaterra y Francia, pues las tres eran las mejores en el ranking juvenil europeo), la selección española se ganó el billete para la fase final del Campeonato de Europa sub’19 de 2012 en la Ronda Élite jugada en Italia a finales de mayo de ese año. Tras derrotar con muchos apuros a Armenia (2-1, con un gol del malagueño Juanmi en el descuento), España tuvo que remontar un gol inicial de la selección anfitriona para poder sumar su segunda victoria, también por 2-1; gracias al resto de marcadores de las dos jornadas y a los criterios de desempate de la UEFA, que priorizaban el resultado en el enfrentamiento directo, ese triunfo ante Italia aseguró a los españoles el liderato del grupo. En el partido contra Bélgica, ya intrascendente, España se impuso nuevamente por 2-1 para cerrar esa fase sin mácula.

El 3 de julio dio comienzo en Estonia la fase final del Europeo sub’19 de 2012. España arrancó con una victoria por 2-1 sobre Grecia y luego disputó un bonito e igualado duelo con Portugal en el que los lusos terminaron consiguiendo el 3-3 definitivo en el descuento, un resultado que clasificaba matemáticamente a los dos equipos ibéricos para el Mundial sub’20 del verano siguiente. El triunfo en la tercera jornada por 2-0 ante Estonia le sirvió a la selección española para acabar en el primer puesto del grupo, lo que implicaba enfrentarse a la potente selección francesa en semifinales. El partido resultó espectacular, como correspondía a las dos mejores generaciones juveniles europeas de aquel año, y finalizó con un trepidante 3-3: Francia, que se había adelantado, empató a dos en el descuento, dando paso a una intensa prórroga en la que Paul Pogba neutralizó el gol de Gerard Deulofeu para llevar el duelo a los penaltis. Ahí surgió la figura de Kepa Arrizabalaga: el guardameta del Athletic detuvo dos lanzamientos galos y clasificó a España para la final. Grecia, la gran sorpresa del torneo, también opuso resistencia en el partido por el título, pero la selección española acabó derribando el muro heleno y se llevó el triunfo gracias a un solitario gol de Jesé Rodríguez en el minuto 80. Españoles, griegos, franceses, ingleses, portugueses y croatas serían, junto a los anfitriones turcos, los representantes del viejo continente en el Mundial juvenil de 2013.

Con esta victoria, España confirmaba su dominio casi tiránico en el fútbol europeo: acababa de ganar su segunda Eurocopa absoluta consecutiva (con Mundial de por medio incluido), era la vigente campeona continental sub’21 y había conquistado el título sub’19 en 2011 y 2012. Sólo la sub’17, que sumaba dos fiascos seguidos en las fases de clasificación, evitaba el pleno. Pero, en medio de un comprensible ambiente de euforia, y como todo lo que sube tiene que bajar, España recibió el primero de los muchos sopapos que estaban por venir en agosto de aquel mismo 2012, durante los Juegos Olímpicos de Londres. La selección masculina de fútbol, una de las grandes bazas de medalla de la delegación española, fracasó estrepitosamente: pese a contar con dos campeones del mundo absolutos, Javi Martínez y Juan Mata (que, junto a Jordi Alba, se incorporaron a la concentración olímpica después de ganar la Eurocopa), y otro buen puñado de jugadores que habían demostrado su gran nivel en el Europeo sub’21 y el Mundial sub’20 del año anterior, España se fue de Gran Bretaña a las primeras de cambio y sin conseguir marcar un solo gol en un grupo aparentemente sencillo, con Japón, Honduras y Marruecos como rivales.

La pobre imagen y los malos resultados cosechados dejaron a los pies de los caballos tanto los futbolistas como al seleccionador Luis Milla, que fueron criticados por su empeño en acudir desde Glasgow a la ceremonia inaugural en Londres pese a que el día anterior habían perdido el primer partido contra Japón y a los dos días se jugaban el pase contra Honduras. Un asunto quizás menor pero que la eliminación agravó de cara a la opinión pública, que sintió que la delegación futbolística española no había afrontado los Juegos con la seriedad y profesionalidad debidas. En la RFEF tampoco gustó el mal papel del equipo y el contrato de Milla, que expiraba tras la cita olímpica, no fue renovado. Julen Lopetegui pasó entonces a ser el principal responsable de las selecciones inferiores (supervisadas siempre por Ginés Meléndez), haciéndose cargo tanto de la sub’19 como de la sub’21.

Aunque parecía necesario contratar más personal, ya que tras la retirada de Meléndez de los banquillos sólo quedaban como entrenadores “de campo” en la RFEF Lopetegui y Santi Denia, la Federación esperó hasta bien entrado el 2013 para firmar a Luis De la Fuente y a Albert Celades. De la Fuente (con experiencia en las categorías formativas de Athletic y Sevilla, los clubes en los que jugó como profesional) asumiría la dirección de la sub’19 y Celades (un futbolista retirado poco tiempo antes y recién titulado como técnico, perfil que la RFEF llevaba seleccionando desde 2008) empezaría con la sub’16, aunque ambos estarían disponibles para ayudar allí donde se les necesitara. Y se les necesitó pronto, porque la sub’21 se había clasificado fácilmente para la fase final del Europeo 2013, que terminaba apenas tres días antes del inicio del Mundial sub’20 de Turquía: aunque esta vez ningún jugador en edad sub’20 subió a la sub’21, Lopetegui iba a ser el seleccionador en ambas citas y, lógicamente, alguien tendría que hacer la preparación del equipo mundialista mientras el guipuzcoano dirigía a la sub’21 en Israel.

Un amistoso contra Paraguay disputado en Benidorm (Alicante) a mediados de mayo, saldado con victoria española por 3-1, terminó de perfilar la convocatoria para el Mundial sub’20, que se dio a conocer el día 31 de ese mes. Los veintiún jugadores quedaron citados el 6 de junio en Madrid para ponerse a las órdenes de Meléndez y Celades, y se desplazaron dos días más tarde a San Pedro del Pinatar (Murcia) para disputar un torneo amistoso contra las también mundialistas Uzbekistán (a la que ganaron por 3-2) y Chile (con la que empataron 4-4) antes de poner rumbo a Turquía el día 17. Mientras Lopetegui guiaba a la sub’21 a un nuevo título europeo en tierras israelíes, la peor noticia de la concentración premundialista fue que Kepa Arrizabalaga, el portero titular de esta generación, llegó a Las Rozas con una lesión lumbar que le tendría varios meses fuera de los terrenos de juego, por lo que tuvo que ser sustituido por el madridista Rubén Yáñez. La convocatoria definitiva estuvo formada por los siguientes jugadores:

Pos.

Nombre Fecha Nac. Club

1

P

Daniel Eduardo SOTRES Castañeda 21/05/1993 Racing de Santander

2

DF

Javier MANQUILLO Gaitán 05/05/1994 Atlético de Madrid

3

DF

José Luis GAYÀ Peña 25/05/1995 Valencia CF

4

DF

DERIK Osede Prieto 21/02/1993 Real Madrid

5

DF

Israel PUERTO Pineda 15/06/1993 Sevilla FC

6

MC

José Gómez CAMPAÑA 31/05/1993 Sevilla FC

7

DL

RUBÉN GARCÍA Santos 14/07/1993 Levante UD

8

MC

Jesús Joaquín Fernández Sáenz de la Torre, “SUSO”

19/11/1993

Liverpool FC

9

DL

Francisco Alcácer García, “PACO ALCÁCER” 30/08/1993 Getafe CF

10

DL

JESÉ Rodríguez Ruiz 26/02/1993 Real Madrid

11

MC

Juan BERNAT Velasco 01/03/1993 Valencia CF

12

DF

Diego Javier LLORENTE Ríos 16/08/1993 Real Madrid

13

P

Adrián ORTOLÁ Vañó 20/08/1993 Villarreal CF

14

MC

Ager AKETXE Barrutia 30/12/1993 Athletic de Bilbao

15

MC

SAÚL ÑÍGUEZ Esclápez 21/11/1994 Atlético de Madrid

16

MC

ÓLIVER TORRES Muñoz 10/11/1994 Atlético de Madrid

17

DL

Gerard DEULOFEU Lázaro 13/03/1994 FC Barcelona

18

MC

DENIS SUÁREZ Fernández 06/01/1994 Manchester City

19

DL

JAIRO Samperio Bustara 11/07/1993 Racing de Santander

20

DF

Jonathan CASTRO Otto 03/03/1994 Celta de Vigo

21

P

Orlando Rubén YÁÑEZ Alabart 12/10/1993 Real Madrid

La lista apenas variaba con respecto a la del Europeo sub’19 de 2012: sólo 5 de los 18 convocados para la fase final de Estonia no acudieron al Mundial, y dos de ellos eran los lesionados Kepa y Álex Grimaldo. No obstante, las grandes expectativas que muchos de esos jugadores levantaron un año antes no se habían traducido en minutos en Primera división. Algunos como Manquillo, Puerto, Llorente, Saúl y Óliver Torres habían debutado pero de manera casi testimonial; Bernat, Campaña y Suso (éste en el Liverpool), con más experiencia al máximo nivel, no habían tenido demasiada continuidad, y Paco Alcácer no había brillado como goleador en su cesión al Getafe. Sólo Rubén García (que no había estado en Estonia) y Jonny Castro parecían importantes ya para sus equipos, mientras que Jesé Rodríguez, Gerard Deulofeu o Jairo Samperio, que también habían debutado en Primera, destacaron esa temporada en Segunda. En cualquier caso, el grupo era más que interesante y, aunque en la preparación dejó dudas sobre su nivel defensivo, llegaba a Turquía como uno de los principales favoritos al título. De todos sus componentes, de momento sólo han alcanzado la internacionalidad absoluta Paco Alcácer (10 partidos), Juan Bernat (7) y Gerard Deulofeu (1), pero probablemente haya otros cuatro o cinco jugadores con opciones reales de lograrlo en un futuro no demasiado lejano.

En un hecho sin precedentes en un mundial FIFA de cualquier categoría masculina, tanto Brasil como Argentina se habían quedado fuera de la Copa del Mundo sub’20 de Turquía 2013 en el clasificatorio sudamericano. Brasil sólo había faltado anteriormente al Mundial de Japón 1979 y su ausencia significaba que, por tercera edición consecutiva, el campeón vigente no podría defender su título; mientras que la cantera argentina continuaba transitando por la senda de irregularidad en la que había entrado desde la salida de Hugo Tocalli de la AFA. Los debutantes en esta edición eran Grecia, Cuba y El Salvador, siendo también noticia la presencia de Irak, fiel pese a todas las complicaciones a su periódica cita con los mundiales sub’20, a los que acude puntualmente cada 12 años. El sorteo de la primera fase se celebró en Estambul el 25 de marzo de 2013 y agrupó a los veinticuatro participantes de esta manera:

GRUPO A

(Estambul, Kayseri)

GRUPO B

(Kayseri, Estambul)

GRUPO C

(Trebisonda, Rize, Gaziantep)

GRUPO D

(Gaziantep, Trebisonda)

GRUPO E

(Antalya, Bursa)

GRUPO F

(Bursa, Antalya)

España

Portugal

Turquía

México

Inglaterra

Uruguay

Francia

Nigeria

Colombia

Malí

Egipto

Croacia

EE.UU.

Rep. Corea

Australia

Grecia

Irak

Uzbekistán

Ghana

Cuba

El Salvador

Paraguay

Chile

Nueva Zelanda

Turquía seleccionó siete ciudades, repartidas por todo su extenso territorio, para acoger los partidos de la Copa del Mundo sub’20 de 2013, que se jugó entre el 21 de junio y el 13 de julio. Encuadrada en el típico “grupo de la muerte” con tres selecciones de gran potencial (como demostrarían luego los resultados), España disputó la primera fase en el feudo del Galatasaray, un nuevo Ali Sami Yen que presentó un desangelado aspecto en todos los encuentros, pues alrededor del 90% de sus casi 50.000 butacas estuvieron vacías. Y es que la escasez de público en todos los campos fue sin duda la nota más negativa del campeonato: los datos oficiales sitúan a la cita turca como la peor edición mundialista sub’20 de todas las que cuentan con registros de asistencia (que son todas las disputadas salvo la primera, Túnez 1977), con una afluencia total de 302.000 espectadores (un millón menos que en Colombia 2011) y una media de sólo 5.821 por encuentro. Un gran fiasco en un país generalmente loco por el fútbol pero que en aquellas jornadas tenía otras preocupaciones más importantes que atender, como las protestas sociales contra el gobierno de Tayyip Erdogan que tenían en la Plaza Taksim de Estambul su foco principal. Unas protestas con graves disturbios puntuales que, en cualquier caso, no afectaron al normal desarrollo del campeonato, que se inició cuando los ánimos empezaban a enfriarse.

En esta ocasión, el grupo audiovisual Atresmedia ofreció por laSexta los partidos de España, así como otros de los más destacados a través de su canal Nitro (ya desaparecido). Además de la televisión en abierto, en Turquía también regresó a una Copa del Mundo sub’20 el arbitraje español: el navarro Alberto Undiano Mallenco acudió a su tercer mundial juvenil (ya había estado en Canadá 2007 y Egipto 2009), acompañado esta vez por los asistentes Raúl Cabañero Martínez y Roberto Díaz Pérez del Palomar. El trío español sólo dirigió el Nueva Zelanda-Uruguay de la fase de grupos y el Francia-Turquía de octavos de final, y en ambos partidos tuvo ocasión de poner a prueba la principal innovación que la FIFA quiso testar en tierras otomanas: el spray evanescente para marcar la distancia de las barreras. Una simple pero eficaz solución que no tardó en hacerse oficial en el fútbol adulto.

EL CAMPEONATO

Alineación de España en el Mundial juvenil de Turquía 2013, extraída del Informe Técnico oficial del torneo.

Alineación de España en el Mundial juvenil de Turquía 2013, extraída del Informe Técnico oficial del torneo.

La Copa del Mundo sub’20 de Turquía 2013 comenzó para España el 21 de junio, lo que obligó a Julen Lopetegui a perderse las celebraciones por el título europeo sub’21 logrado el día 18 en Jerusalén, pues tuvo que embarcarse de inmediato hacia Estambul para poder dirigir al menos un par de entrenamientos antes del debut. El atareado técnico español confió la titularidad en la portería a Dani Sotres, colocó a Bernat en el lateral zurdo (puesto al que todavía se estaba adaptando), mantuvo en el centro del campo al trío que tan buen rendimiento había dado en el Europeo sub’19 del verano anterior, formado por Campaña, Saúl y Óliver Torres, y encargó las labores ofensivas a Deulofeu, Jesé y Suso, cuya constante movilidad fue un quebradero de cabeza para la defensa estadounidense, adelantada hasta límites casi suicidas. El equipo que dirigía el exjugador del Betis Tab Ramos, plagado de futbolistas de origen hispano, salió dispuesto a presionar a España muy arriba, pero eso implicaba dejar unos espacios atrás que la velocidad de Jesé y Deulofeu no tardó en explotar: a los cinco minutos, el del Barça llegó a un balón larguísimo por banda derecha, levantó la cabeza y se lo puso al madridista, que entraba por el segundo palo y remató a la red con una suave volea llena de calidad. A partir de ahí, Estados Unidos pasó a controlar la posesión y España, bastante cómoda, lo fio casi todo al contragolpe. Aunque los estadounidenses también rondaron con cierto peligro la meta de Sotres, las ocasiones más claras eran para los atacantes españoles, que pudieron ampliar la ventaja antes de la media hora pero fallaron en el último remate.

Parecía claro que España rompería el partido en cualquier momento y lo hizo al borde del descanso: en el minuto 42, Deulofeu recogió una bola suelta cerca de la esquina izquierda del área, se fue de un defensor y mandó un precioso disparo con efecto al palo largo, imposible para Cropper; dos minutos después, el lateral derecho Manquillo apareció como una flecha por su banda y, tras sentar a su par con un recorte, cedió para que Jesé batiera por bajo al meta del Southampton. Con el partido sentenciado, en los primeros minutos de la reanudación España se adueñó del balón y trató de bajar el ritmo, aunque con la vista siempre puesta en los desmarques de Jesé y Deulofeu. Así, al cuarto de hora, un excelente pase de Campaña dejó al barcelonista completamente solo frente a la salida desesperada de Cropper, al que burló sin problemas para marcar a puerta vacía. El choque estaba ya completamente decidido y sólo un bellísimo zurdazo a la escuadra del centrocampista estadounidense Luis Gil rompió la plácida monotonía de esa última media hora. España sumaba con mucha autoridad sus tres primeros puntos y mejoraba el marcador de Francia, que en el primer partido había vencido a Ghana por 3-1.

21/06/2013

Primera jornada del Grupo A.

EE.UU.

(1)

Cropper; Yedlin, Stanko, Torre, Ocegueda; Trapp, Joya, Luis Gil, García (-56, Cuevas), Villarreal (-72, Mikey López); Hernández (-46, Rodríguez).

ESPAÑA

(4)

Sotres; Manquillo, Puerto, Derik (-74, Llorente), Bernat; Campaña (-70, Rubén García), Saúl Ñíguez, Óliver Torres; Deulofeu, Suso, Jesé (-76, Paco Alcácer).

Goles

0-1 Jesé (ESP, min. 5); 0-2 Deulofeu (ESP, min. 42); 0-3 Jesé (ESP, min. 44); 0-4 Deulofeu (ESP, min. 61); 1-4 Luis Gil (USA, min. 77).

Árbitro

Bakary Gassama (GAM).

Tarjetas

Manquillo (ESP, min. 20); Puerto (ESP, min. 52); Villarreal (USA, min. 64); Joya (USA, min. 75); Ocegueda (USA, min. 87); Mikey López (USA, min. 90+2).

Estadio

Ali Sami Yen Arena (Estambul). 4.133 espectadores.

Presuponiendo tal vez que, al contrario que Estados Unidos, Ghana entregaría el balón y se metería atrás para buscar las contras, Julen Lopetegui prescindió de Campaña en el once para retrasar a Suso y dar entrada a Denis Suárez, con la idea de que el mediapunta vigués aportara su imaginación en campo rival. La cosa no pudo salir mejor: tras un inicio igualado, a los trece minutos Denis se escapó por la izquierda, dribló a su defensor y le puso un balón de gol a Jesé, cuyo desmarque a la espalda de los centrales ghaneses le permitió rematar sin oposición para subir el 1-0 al marcador. Pero el gol no le sentó bien a España, que, aunque había planteado el partido para tener la posesión, al verse por delante prefirió volver al guión del primer día. Ghana no tocaba con la claridad de ideas de Estados Unidos y el contraataque hispano se antojaba arma suficiente como para cerrar el duelo en cualquier momento; sin embargo, al cabo de media hora de juego Sotres había tenido que intervenir más que su colega ghanés, España no generaba excesivo peligro a la contra y, en general, los africanos parecían ganar confianza a cada minuto.

El partido estaba en un punto peligroso y, tras el paso por vestuarios, el técnico español no tardó demasiado en retirar a Jesé para dar entrada a Campaña y reorganizar la parcela central. Justo entonces Ghana disfrutó de dos clarísimas ocasiones, pero enseguida España pasó por fin a controlar más el balón y, tocando con seguridad, los de Lopetegui dejaron que el reloj fuera avanzando sin buscar más opciones ofensivas que el pase largo hacia la carrera de un desacertado Deulofeu. Ante una selección ghanesa extrañamente apática en los últimos minutos, España supo manejar el partido e incluso dispuso de un par de oportunidades que los recién incorporados Jairo y Rubén García no supieron materializar. Con esa victoria por la mínima, la selección española alcanzaba su primer objetivo, que no era otro que certificar su clasificación para octavos antes de enfrentarse a Francia.

24/06/2013

Segunda jornada del Grupo A.

ESPAÑA

(1)

Sotres; Manquillo, Puerto, Derik, Bernat; Saúl Ñíguez, Suso, Óliver Torres; Deulofeu (-74, Jairo), Denis Suárez (-87, Rubén García), Jesé (-54, Campaña).

GHANA

(0)

Antwi; Nketiah, Attamah, Lartey, Baba; Duncan, Acheampong, Salifu, Aboagye (-74, Assifuah); Narh (-68, Odjer), Boakye.

Goles

1-0 Jesé (ESP, min. 13).

Árbitro

Benjamin Williams (AUS).

Tarjetas

Attamah (GHA, min. 78); Boakye (GHA, min. 81).

Estadio

Ali Sami Yen Arena (Estambul). 4.120 espectadores.

España afrontó el tercer partido con la tranquilidad de saber que un empate le bastaba para acabar liderando el grupo, de modo que Lopetegui introdujo varios cambios para reservar a los apercibidos y dar minutos a jugadores como Gayà, Paco Alcácer o Rubén García. Francia, que no podía contar con su estrella Paul Pogba por sanción, sumaba cuatro puntos y estaba ya virtualmente clasificada al menos como tercera, así que salió a esperar a España con el objetivo de cazar una contra que le diera el primer puesto. Pero, casi por primera vez en el torneo, España se mostró capaz de mover el balón con serenidad y criterio y, tras una primera intervención salvadora de Sotres ante Thauvin, las ocasiones no tardaron en llegar. La superioridad hispana se concretó en el minuto veintitrés, en una preciosa acción de Jesé por la derecha que Paco Alcácer culminó con un zurdazo que tocó en un defensa y se volvió inalcanzable para el meta francés. Con Óliver Torres a los mandos, el equipo español siguió dominando el partido casi a placer, aunque sin llegar a la puerta contraria prácticamente hasta el borde del descanso, cuando Jesé entró caracoleando por la izquierda y largó un disparo raso que Areola desvió a la cepa del poste.

Presionando más arriba y mostrándose mucho más incisiva con balón, en los primeros minutos del segundo tiempo Francia rondó con peligro la portería de Dani Sotres, pero entonces el central Kurt Zouma no fue capaz de cortar un pase largo y Jesé, entrando ahora por el carril central, aprovechó el regalo para batir con pasmosa tranquilidad a Areola. El cuarto gol del grancanario en tres partidos relajó a España, que decidió bajar una marcha al encuentro y esperar acontecimientos. Como en el otro partido Ghana iba venciendo a Estados Unidos, Francia acabaría en segunda posición tanto si empataba como si perdía, así que tampoco hizo mucho por buscar la igualada, aunque Kondogbia y Sabaly, en dos acciones aisladas, estrellaron sendos disparos en los palos que pudieron cambiar el rumbo del encuentro. Llegados al descuento, una buena combinación entre el entonces sevillista Geoffrey Kondogbia y Yaya Sanogo permitió a Vion recortar distancias, pero ya no hubo tiempo para más.

27/06/2013

Tercera jornada del Grupo A.

ESPAÑA

(2)

Sotres; Castro, Llorente, Derik, Gayà; Campaña (-46, Suso), Saúl Ñíguez, Óliver Torres; Jesé (-89, Aketxe), Paco Alcácer, Rubén García (-77, Denis Suárez).

FRANCIA

(1)

Areola; Foulquier, Zouma, Umtiti, Digne; Lemina (-73, Sabaly), Kondogbia, Veretout, Ngando (-60, Bosetti); Sanogo, Thauvin (-78, Vion).

Goles

1-0 Paco Alcácer (ESP, min. 23); 2-0 Jesé (ESP, min. 56); 2-1 Vion (FRA, min. 90+1).

Árbitro

Jonas Eriksson (SUE).

Tarjetas

Lemina (FRA, min. 28); Umtiti (FRA, min. 81); Suso (ESP, min. 90+2).

Estadio

Ali Sami Yen Arena (Estambul). 7.511 espectadores.

La selección española fue la única que completó la fase de grupos con pleno de victorias. Otros equipos con buen rendimiento fueron Portugal, Colombia y Croacia, aunque era difícil considerarlos como únicos favoritos porque había también otras selecciones con peores resultados pero con potencial para estar arriba, como Francia, Chile, Uruguay o México. La mayor sorpresa la dio Irak, que lideró su grupo con 7 puntos después de empatar 2-2 con Inglaterra y vencer por 2-1 a Egipto y a Chile, mostrando un juego poco ordenado pero acompañado de un infinito espíritu de lucha. Todo lo contrario que la selección inglesa, que, pese a poder contar esta vez con su equipo de gala, liderado por Ross Barkley y Harry Kane, no fue capaz de superar la primera criba, dejando de nuevo una pobre impresión. Como anécdota curiosa de la primera fase, Grecia y Paraguay empataron a todo en cabeza del grupo D y un sorteo determinó que los europeos pasaran en primera posición.

Nuevamente el camino de España se presentaba lleno de complicaciones: el primer rival en las eliminatorias sería la selección mexicana, en cuartos de final esperaba el vencedor del Nigeria-Uruguay y en el horizonte de semifinales se dibujaba un hipotético cruce con Colombia, otro de los gallitos del torneo. México había llegado a Turquía como una de las principales favoritas al título (un tercio de sus convocados habían sido campeones del mundo sub’17 en 2011), pero dos derrotas en los dos primeros partidos ante Grecia y Paraguay le obligaron a golear a Mali para pasar a octavos de final como una de las mejores terceras de grupo. Así que el 2 de julio los norteamericanos saltaron al Ali Sami Yen dispuestos a borrar de la memoria su decepcionante actuación hasta entonces, y vaya si se notó: apenas se habían jugado cien segundos de partido cuando López envió un centro lejano y muy pasado desde la derecha que, con muy poco ángulo, Arturo González enganchó maravillosamente de volea en el segundo palo para batir a Sotres.

Con el marcador a favor, México cedió la posesión a una España que, con la principal novedad de Paco Alcácer en la punta de ataque, nunca pareció capaz de superar la organizadísima defensa rival. Jesé y Deulofeu se pegaron a las bandas para buscar opciones de peligro, pero faltaban los espacios de otras tardes y las ayudas defensivas de los mexicanos se encargaban de todo lo demás. De hecho, España no creó ninguna ocasión clara en toda la primera parte y México estuvo a punto de ampliar la diferencia al filo de la media hora, primero con un zurdazo al larguero de Espericueta y luego, después de un grave error español en la salida del balón, con un disparo franco de Corona que detuvo el meta cántabro. España necesitaba arriesgar más si no quería volverse a casa y Julen Lopetegui sólo esperó cinco minutos de la segunda parte para retirar a un central, Puerto, y meter a Suso. La entrada del jugador del Liverpool le dio vivacidad al juego español, pero México se reorganizó pronto y empezó a buscar el segundo gol, que estuvo a punto de llegar en una ocasión del bullicioso Jesús Corona que Sotres desbarató con maestría.

Quedaban menos de veinte minutos y a España parecían agotársele las ideas; entonces, como tantas veces ocurre en el fútbol, una acción a balón parado rescató a los de Lopetegui: Denis Suárez, que había entrado por Deulofeu, peinó en el primer palo un córner botado por Suso y Derik entró completamente solo por el segundo para poner el empate en el marcador. El gol le cambió la cara a España, que pasó a dominar con claridad y a gozar de buenas oportunidades, especialmente en las botas de Paco Alcácer y de Denis Suárez, que envió un remate al palo. Pero, cuando la prórroga se antojaba ya inevitable, llegó la aparición de Jesé Rodríguez: el madridista, desactivado por la defensa rival durante todo el encuentro, condujo hacia la frontal del área buscándose un hueco para el disparo y su forzado derechazo tocó en un central, despistando al guardameta Richard Sánchez y colándose irremisiblemente en la portería. Era el primer minuto del tiempo añadido y, con la entrada de Llorente para recomponer la defensa, España no tuvo problemas para aguantar la última embestida mexicana y sellar su pase a cuartos de final.

02/07/2013

Octavos de final.

ESPAÑA

(2)

Sotres; Manquillo, Puerto (-51, Suso), Derik, Bernat; Campaña, Saúl Ñíguez, Óliver Torres; Deulofeu (-68, Denis Suárez), Paco Alcácer (-90+2, Llorente), Jesé.

MÉXICO

(1)

Sánchez; Abella, Fuentes (-90+2, Morales), Marín, Hernández; Van Rankin, Espericueta, González (-83, Luna), López (-61, Zamorano); Bueno, Corona.

Goles

0-1 González (MEX, min. 2); 1-1 Derik (ESP, min. 74); 2-1 Jesé (ESP, min. 90+1).

Árbitro

Alireza Faghani (IRN).

Tarjetas

Van Rankin (MEX, min. 53); Saúl Ñíguez (ESP, min. 62).

Estadio

Ali Sami Yen Arena (Estambul). 7.211 espectadores.

Los octavos de final depararon alguna que otro resultado llamativo. Por ejemplo, Irak sorprendió a Paraguay y, tras un vibrante partido, aprovechó la expulsión de Tony Sanabria para llevarse la victoria en la prórroga por 1-0. También fue noticia la eliminación de Colombia a manos surcoreanas: por detrás en el marcador desde el primer cuarto de hora, los sudamericanos lograron empatar en el minuto 94 y dominaron la prórroga, pero no marcaron más goles y en los penaltis los asiáticos se impusieron por 8-7. Grecia, subcampeona de Europa, vio cómo Uzbekistán se aprovechaba de una expulsión en la segunda parte para romper el empate y conseguir un 3-1 final que clasificaba por primera vez a los uzbecos para cuartos de final de un Mundial sub’20. Y, en otro partido con desenlace inesperado, Ghana remontó en los últimos diez minutos un 1-2 de Portugal para llevarse el duelo por 3-2. El resto de enfrentamientos se resolvieron, más o menos, según lo previsto: Francia apabulló 4-1 a la anfitriona, Chile se impuso por 2-0 a Croacia y Uruguay venció a Nigeria por un ajustado 2-1, gracias a un gol de penalti de Nico López en el minuto 84. Los uruguayos, con ocho jugadores subcampeones mundiales sub’17 en 2011, viajarían a Bursa para enfrentarse a España en la siguiente ronda.

Mostrando muchos problemas para llevar el peso del partido, la celeste había sufrido para eliminar a una Nigeria que jugó con un hombre menos desde la primera mitad, así que no fue ninguna sorpresa que España se adueñara del esférico desde el pitido inicial. Tras un par de cabezazos charrúas que llevaron algo de peligro a la meta de Sotres, España estuvo a punto de adelantarse a los veinte minutos con una genialidad de Deulofeu, cuyo intento de gol olímpico se topó con el portero De Amores y el larguero. El partido estaba abierto, con acercamientos constantes para ambos equipos, aunque a todos les faltaba una pizca de acierto en el último toque. Jesé y, sobre todo, Deulofeu y Manquillo tuvieron buenas oportunidades, pero no acertaron en sus remates; mientras tanto, los sudamericanos cargaban la mayoría de sus ataques por banda izquierda, donde Laxalt y Nico López se unían para agobiar a Manquillo.

La segunda mitad arrancó por los mismos derroteros, con oportunidades más claras para España y aproximaciones inquietantes de Uruguay, que aprovechaba las pérdidas españolas en la parcela central para lanzar a sus delanteros. Sin embargo, el paso de los minutos fue cargando de tensión y responsabilidad a los jugadores, sabedores de que, tal y como estaba el partido, un gol podría resultar decisivo. Uruguay se echó atrás y Lopetegui decidió reactivar al equipo introduciendo a Paco Alcácer y retrasando a Suso al centro del campo. El cambio movió a un desaparecido Jesé a la zona izquierda, y el canario enseguida rondó el gol en un remate que se le escapó fuera tras un nuevo centro de Manquillo. El seleccionador uruguayo reaccionó introduciendo al delantero Diego Rolán, pero la proximidad del minuto noventa frenó los ataques de ambos bandos. La última ocasión, en el descuento, fue para Uruguay, con un cabezazo de espaldas de Rolán que Sotres logró sacar cuando ya se colaba, volando hasta aterrizar junto al poste. Por desgracia, el portero español se rompió la nariz al caer y tuvo que ser sustituido por Rubén Yáñez para el tiempo extra.

En la prórroga, España siguió fiel a su idea de tocar y tocar, pero no era capaz de abrir la defensa rival que comandaba el hoy atlético José María Giménez. Por el contrario, en uno de sus escasos ataques, Uruguay forzó un córner que De Arrascaeta botó magistralmente y que Felipe Avenatti, el jugador más salto del Mundial con su 1’96, cabeceó sin oposición en el primer palo, batiendo a Yáñez y provocando el delirio en una grada que se decantaba claramente por el lado celeste. Era el minuto 103 y a partir de ahí el reloj voló. Aturdida por el golpe, España sólo creó peligro a base de centros lejanos y jugadas a balón parado. En una de ellas llegó la ocasión más clara, en un cabezazo que Israel Puerto, con todo a favor, quiso colocar demasiado y terminó enviando fuera. Otro remate de Derik que tampoco encontró portería y un par de disparos lejanos de Suso fueron las últimas balas desperdiciadas por el equipo español antes de despedirse de la Copa del Mundo sub’20 de Turquía 2013.

06/07/2013

Cuartos de final.

URUGUAY

(1)

De Amores; Guillermo Varela (-109, Velázquez), Giménez, Silva, Rodríguez; País, Cristóforo (-98, Avenatti), Acevedo (-78, Rolán); Laxalt, De Arrascaeta, Nico López.

ESPAÑA

(0)

Sotres (-91, Yáñez); Manquillo, Puerto, Derik, Bernat; Campaña (-68, Paco Alcácer), Saúl Ñíguez, Óliver Torres; Suso, Jesé, Deulofeu (-87, Denis Suárez).

Goles

1-0 Avenatti (URU, min. 103).

Árbitro

Roberto García Orozco (MEX).

Tarjetas

Saúl Ñíguez (ESP, min. 89); Giménez (URU, min. 115).

Estadio

Atatürk Stadium (Bursa). 7.035 espectadores.

Por cuarta vez en las últimas cinco ediciones, España se iba de un Mundial sub’20 en cuartos de final. Quizás la nota más destacada de la actuación en Turquía fue que, a diferencia de lo que venía siendo habitual en todas las selecciones españolas, este equipo parecía tener serios problemas para dominar los partidos desde la posesión: a pesar de que en las eliminatorias tuvo el balón más del 65% del tiempo, apenas supo crear ocasiones desde el juego; de hecho, sus momentos más brillantes en el torneo llegaron al contragolpe, algo lógico teniendo en cuenta las características de sus jugadores más decisivos, Jesé y Deulofeu. El bajón en el rendimiento de ambos con el paso de los partidos (cada vez estuvieron mejor defendidos) y una constante sensación de vulnerabilidad atrás, con muchas pérdidas en la salida del balón, terminaron lastrando a un grupo de mucha calidad pero demasiado tierno todavía como para competir por el título mundial.

En el resto de eliminatorias de cuartos de final, Francia siguió con su paso firme goleando por 4-0 a Uzbekistán; Ghana doblegó a Chile por 4-3 en un vibrante partido que llegó a la prórroga con 2-2 y que los africanos terminaron llevándose con un gol de Assifuah cumplido ya el minuto 120; mientras que Irak escribió una nueva página en su heroica historia al vencer a la República de Corea en la tanda de penaltis por 5-4, después de otra prórroga no apta para cardiacos (Irak hizo el 3-2 en el minuto 118 y Corea empató en el 122). Los iraquíes se tomaban así la revancha de la final continental del año anterior, en la que habían caído ante los surcoreanos desde los once metros. Con su carismático portero Mohammed Hameed, la tremenda influencia en el juego (y a balón parado) del lateral izquierdo Alí Adnan y el admirable espíritu de equipo que transmitía en todos sus partidos, Irak se había convertido en el protegido de los aficionados neutrales, pero su cuento de hadas acabó en semifinales y de una forma bastante cruel: Uruguay empató en el minuto 87 el gol inicial de Adnan y, tras una emocionante prórroga, los sudamericanos lograron el triunfo por 7-6 en la tanda de penaltis. Por su parte, Francia se deshizo con muchas dificultades de Ghana por 2-1, con un doblete de Florian Thauvin, y se clasificó para su primera final mundialista sub’20. En el partido por el tercer puesto, los africanos no tendrían problemas para derrotar por 3-0 a Irak.

La final, disputada el 13 de julio de 2013 en un Ali Sami Yen de Estambul que presentó menos de media entrada, no dejó mucho fútbol. Franceses y uruguayos jugaron con cautela, evitando el fallo, y ambos consiguieron su propósito. El 0-0 no se movió en las dos horas de partido y finalmente fue la selección francesa la que consiguió la victoria en la tanda de penaltis por 4-1, gracias al acierto del guardameta Alphonse Areola (cedido esta temporada al Villarreal por el PSG), que detuvo dos lanzamientos. En la que era sólo su cuarta participación en un Mundial sub’20, Francia se hacía con el único título masculino que le faltaba a su federación.

En cuanto a los galardones individuales, Paul Pogba fue elegido Balón de Oro, posiblemente más por la fama que ya entonces tenía el poderoso centrocampista francés que por sus actuaciones durante el torneo, que fueron buenas pero no espectaculares. En cualquier caso, tampoco hubo ningún jugador que destacara claramente por encima del resto. El atacante uruguayo Nico López (que esta temporada milita en el Granada) recibió el Balón de Plata y el centrocampista ghanés de 18 años Clifford Aboagye (que también pertenece al club nazarí) el de Bronce. Ebenezer Assifuah, delantero de Ghana que ahora juega en el Sion suizo, se llevó la Bota de Oro con seis goles; por detrás de él, tanto el portugués Bruma (hoy en la Real Sociedad) como Jesé Rodríguez anotaron cinco tantos: el luso consiguió la Bota de Plata por haber dado dos asistencias, una más que el grancanario, que se tuvo que conformar con la Bota de Bronce. Y quizás por aquello de que el ganador del premio se decide antes de la final, el Guante de Oro al mejor portero fue para el uruguayo Guillermo De Amores.

España recibió el premio al Fair Play por su actuación en Turquía, escaso consuelo para un equipo que, sin saberlo, iba a cerrar temporalmente la participación española en los mundiales sub’20 y, por ello, esta larga serie de artículos. Dirigida ya por Luis De la Fuente, la sub’19 llegó a las semifinales del Europeo en aquel mismo verano de 2013, pero la generación del año siguiente cayó en Vigo ante Alemania en la Ronda Élite del Campeonato de Europa de 2014 y se quedó fuera tanto de la fase final como de la Copa del Mundo sub’20 de Nueva Zelanda 2015. Así que España ha faltado a un mundial juvenil por primera vez desde Argentina 2001, rompiendo una racha de seis presencias consecutivas (récord para la selección española) que, esperemos, sólo haya sufrido una interrupción aislada. Los recientes éxitos de la selección absoluta no se explican por las buenas actuaciones en torneos sub’20, pero parece evidente que codearse con las mejores canteras de Europa y competir a buen nivel en las citas mundiales implica que los pocos juveniles que lleguen arriba estarán entre los mejores del planeta de su respectiva generación; y que eso siga ocurriendo temporada tras temporada sólo puede ser una buena señal para el futuro. Después del título europeo sub’19 logrado este verano en Grecia, toca seguir trabajando para que la próxima generación pueda estar presente en la Copa del Mundo sub’20 de Corea del Sur 2017.

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Fuentes consultadas:

www.fifa.com

www.rsssf.com

www.bdfutbol.com

www.sefutbol.com

http://blogs.as.com/siempre_cantera/

http://recuerdosdenigeria.blogspot.com.es

http://www.marcadorint.com

www.youtube.com

Hemerotecas y archivos digitales de los diarios As, El Mundo Deportivo, El País, Marca.




España en los mundiales sub’20: Colombia 2011

Después del fiasco del Mundial sub’20 de Egipto 2009, las cosas por fin empezaron a ir algo mejor para las categorías inferiores de la selección española masculina. En el mes de octubre de aquel mismo año, la sub’17 alcanzó una meritoria tercera plaza en la Copa del Mundo, disputada en Nigeria y en la que jugadores como Muniain, Sarabia, Isco, Koke o Morata mostraron que estábamos ante otra gran camada. El año 2010 vería a la siguiente sub’17, con Jesé, Deulofeu y Paco Alcácer como estrellas, caer en la final europea ante Inglaterra apenas unas semanas antes de que la absoluta de Del Bosque conquistara el Mundial de Sudáfrica. En el equipo que tocó el cielo en Johannesburgo había diez jugadores con experiencia en mundiales sub’20 (Casillas, Marchena, Xavi, Iniesta, Albiol, Cesc, Silva, Fernando Llorente, Piqué y Mata), además de otros que, como Fernando Torres, Sergio Ramos, Jesús Navas o Javi Martínez, no formaron parte de alguna plantilla mundialista juvenil por diversas circunstancias.

Una semana después de aquel momento de éxtasis futbolístico, la sub’19 salió a escena para disputar en Francia la fase final del Europeo, clasificatoria para la Copa del Mundo sub’20 de 2011. El equipo de Luis Milla había logrado meterse en el torneo después de superar las dos fases eliminatorias preceptivas: en la primera, celebrada en noviembre de 2009 en las localidades valencianas de Alginet y Alzira (que ya habían acogido esa misma ronda en 2007), España fue segunda de grupo tras ganar a Macedonia (5-1) y Gales (1-0) y perder con Portugal (0-1), mientras que en la “Ronda Élite” jugada en abril de 2010 en tierras turcas los españoles empataron con Noruega (1-1) y derrotaron a Turquía (3-2) y Azerbaiyán (4-0) para sellar su pase.

La selección, formada en buena parte por los campeones europeos sub’17 de 2008, llegó a la fase final de Normandía con ganas de repetir victoria, y estuvo muy cerca de lograrlo. Primero resolvió por 2-1 un complicado partido ante Croacia con una genial jugada de estrategia entre Thiago Alcántara y Sergio Canales, y luego derrotó a Portugal por idéntico marcador gracias a un gol en los últimos minutos de Dani Pacheco. Con el pasaje a Colombia ya asegurado, España también venció a Italia por 3-0, con un inolvidable penalti de Ezequiel Calvente, y en semifinales no tuvo problemas para doblegar a la selección inglesa por 3-1. El 30 de julio los de Milla se enfrentaron a Francia en el partido por el título, disputado en Caen, y durante muchos minutos fueron superiores en el juego y mandaron en el marcador gracias a un tanto de Rodrigo. Sin embargo, España no supo cerrar el choque y los franceses remontaron en la segunda parte para quedarse con el trofeo. Francia, España, Inglaterra, Croacia, Portugal y Austria serían los representantes europeos en la Copa del Mundo sub’20 de 2011.

Pese a la derrota en la final, la imagen del equipo fue francamente positiva y confirmó la buena salud de la cantera española. Pero, en medio de la satisfacción general, una de las selecciones inferiores rompía la tónica: Juan Ramón López Caro no parecía dar con la tecla de la sub’21, que desde su llegada había iniciado una preocupante senda descendente en juego y resultados. Tras su discreto paso por la Eurocopa de 2009, donde no ganó ningún partido, España había iniciado muy mal la clasificación para la siguiente fase final, en la que además se otorgaban las plazas europeas para los Juegos Olímpicos de Londres. Los métodos y el carácter de López Caro no conectaban con los jugadores y, a finales de junio de 2010, el problema se resolvió con la marcha del técnico al Vaslui rumano. Luis Milla fue ascendido a la sub’21 y Fernando Hierro contrató a Julen Lopetegui para la sub’19 y a Santi Denia para la sub’16, ya que Aitor Karanka también dejaba la RFEF para enrolarse en el cuadro técnico de José Mourinho, que llegaba entonces al banquillo del Real Madrid. En su última gran decisión (Hierro acabaría dejando el cargo un año después), el director deportivo de la Federación volvía a echar mano de dos jóvenes técnicos muy bien preparados, aunque sin experiencia en el caso de Santi y con una trayectoria no muy destacada en el de Lopetegui. El guipuzcoano, eso sí, tendría el honor de ser el primer español en acudir a un Mundial sub’20 como jugador (1985) y a otro como seleccionador.

Casi sin margen de error, Milla usó a varios de los nuevos subcampeones de Europa sub’19 para reforzar la sub’21 y consiguió reconducir su delicada situación, logrando el acceso a la fase final de la Eurocopa. Esto generó un problema con el que ya estaba habituada a tratar la RFEF: habría qué decidir qué jugadores en edad de acudir al Mundial sub’20 de agosto deberían perderse esa cita por disputar el Europeo sub’21 de junio, puesto que doblar presencia implicaba quedarse casi sin vacaciones y causar un roce evitable con el club correspondiente. Por si fuera poco, en mayo de 2011 se añadió una tercera incógnita a la ecuación, ya que la sub’19 de Lopetegui también obtuvo billete para la fase final de su Campeonato de Europa, que se celebraría en Rumanía a finales de julio, solapándose con el inicio del Mundial sub’20. La calidad, como demostraba esa triple presencia en los torneos más importantes del verano (sólo falló la sub’17, ausente del Europeo y por tanto también de su Mundial), era abundante en las selecciones inferiores españolas, pero habría que medir muy bien los trasvases de futbolistas para no perjudicar las opciones de cada una de ellas.

Y, como ya se preveía por la evolución de los implicados durante esa campaña 2010/2011 y los contados amistosos previos (la sub’20 sólo disputó uno, en abril, ganando a Italia por 0-1), al final Milla sólo se llevó a la Eurocopa sub’21 a tres jugadores en edad sub’20: Martín Montoya, Thiago Alcántara e Iker Muniain, que fueron pilares fundamentales en el triunfo de España en aquel campeonato disputado en Dinamarca. Parecía evidente que ninguno de ellos acudiría a la Copa del Mundo juvenil, pero en la lista de convocados que se hizo pública el 29 de junio (cuatro días después de la final europea sub’21) apareció el nombre de Montoya. Sin embargo, una lesión acabó borrando al lateral derecho barcelonista de la convocatoria, entrando en su lugar el céltico Hugo Mallo. En cuanto a los jugadores sub’19 que subirían un escalón para acudir al Mundial, Julen Lopetegui citó a Isco, Koke, Sergi Roberto, Jordi Amat, Marc Muniesa y Fernando Pacheco, obligando a Ginés Meléndez (que dirigiría al combinado juvenil en el Europeo) a recomponer el once habitual. Algo que el albaceteño hizo bastante bien, pues España acabó ganando también ese Campeonato de Europa sub’19. Eran días de vino y rosas para el fútbol español.

La de Montoya no fue la única baja que trastocó los planes mundialistas de Lopetegui: el también defensa del F.C. Barcelona Marc Muniesa llegó lesionado a la concentración de Las Rozas y fue sustituido por su compañero Carles Planas, que había sido titular en el Europeo sub’19 de 2010 pero había perdido el sitio por la irrupción del propio Muniesa. La selección realizó una breve concentración en la Ciudad del Fútbol de la RFEF entre el 16 y el 19 de julio antes de partir hacia tierras colombianas con un margen de doce días hasta el primer partido, suficientes para adaptarse a la altitud de su primer destino, Manizales. Una vez en Sudamérica, y para ultimar su preparación, España se desplazó a Perú para jugar un amistoso el día 24 contra la selección local, duelo que sirvió para inaugurar la remodelación del Estadio Nacional de Lima y que terminó con un insulso 0-0. Éstos fueron los veintiún futbolistas españoles que viajaron a la Copa del Mundo sub’20 de Colombia 2011:

Pos.

Nombre Fecha Nac. Club

1

P

Alejandro Sánchez Benítez, “ÁLEX” 03/02/1991 Real Zaragoza

2

DF

HUGO MALLO Novegil 22/06/1991 Celta de Vigo

3

DF

Antonio Manuel LUNA Rodríguez 17/03/1991 Sevilla FC

4

DF

Marc BARTRA Aregall 15/01/1991 FC Barcelona

5

DF

Jorge PULIDO Mayoral 08/04/1991 Atlético de Madrid

6

MC

Oriol ROMEU Vidal 24/09/1991 FC Barcelona

7

MC

Francisco Femenía Far, “KIKO FEMENÍA” 02/02/1991 FC Barcelona

8

MC

José Luis García Del Pozo, “RECIO” 11/01/1991 Málaga CF

9

DL

RODRIGO Moreno Machado 06/03/1991 SL Benfica

10

MC

Sergio CANALES Madrazo 16/02/1991 Real Madrid

11

DL

Daniel Pacheco Lobato, “DANI PACHECO” 05/01/1991 Liverpool FC

12

DF

CARLES PLANAS Antolínez 04/03/1991 FC Barcelona

13

P

AITOR FERNÁNDEZ Abarisketa 03/05/1991 Athletic de Bilbao

14

DF

JORDI AMAT Maas 21/03/1992 RCD Espanyol

15

MC

Francisco Román Alarcón Suárez, “ISCO” 21/04/1992 Málaga CF

16

MC

Jorge Resurrección Merodio, “KOKE” 08/01/1992 Atlético de Madrid

17

MC

SERGI ROBERTO Carnicer 07/02/1992 FC Barcelona

18

DL

Cristian TELLO Herrera 11/08/1991 FC Barcelona

19

MC

EZEQUIEL Calvente Criado 12/01/1991 Real Betis

20

DL

ÁLVARO VÁZQUEZ García 27/04/1991 RCD Espanyol

21

P

Fernando PACHECO Flores 18/05/1992 Real Madrid

Tal y como dictaba el método de trabajo de la Federación Española, al seleccionador sub’20 le acompañó como ayudante el técnico de la sub’21, Luis Milla. Entre ambos confeccionaron una lista con doce subcampeones europeos sub’19 en 2010 y en la que el mediapunta Sergio Canales resaltaba como teórico líder, tras haberse quedado fuera de la Eurocopa sub’21 por los pocos minutos de competición sumados en su primera temporada en el Real Madrid. Además del cántabro, otros nueve futbolistas sabían lo que era jugar en la Primera División española (destacando especialmente por el número de partidos acumulados Jordi Amat, Luna, Koke, Recio, Kiko Femenía y Álvaro Vázquez), mientras que Dani Pacheco y Rodrigo habían debutado en la Premier League inglesa con Liverpool y Bolton Wanderers respectivamente. Oriol Romeu, que durante la disputa del campeonato cerró su traspaso al Chelsea, repetía presencia mundialista y se perfilaba como el otro gran líder de un equipo de mucha calidad, sobre todo en la zona ofensiva. A estas alturas (20 de septiembre de 2015), cinco componentes de este grupo han logrado debutar con la selección española absoluta: se trata de Koke (19 internacionalidades), Isco (11), Marc Bartra (5), Rodrigo (1) y Cristian Tello (1).

Veinticinco años después del que debería haber sido su Mundial, Colombia acogía por fin una Copa del Mundo, aunque fuera juvenil. En el país seguía clavada la espinita de aquel torneo de 1986 que la FIFA le terminó arrebatando por la pasividad de unas autoridades locales que, con otros problemas más acuciantes que resolver, no habían sido capaces de poner en marcha el proyecto mundialista, y seguramente esas ganas de reivindicarse tuvieron algo que ver en la buena organización del evento de 2011. En lo deportivo, Guatemala era la única selección que haría su debut en un Mundial sub’20, tras una histórica fase de clasificación en la que había dejado fuera a Estados Unidos (que faltaría a la cita juvenil por primera vez desde 1995). Pero sin duda lo más llamativo era que, por segunda edición consecutiva, el vigente campeón no podría defender su título, pues la nueva generación de juveniles ghaneses no había podido clasificarse en el torneo africano. Los regresos de Argentina y México, después de su ausencia en Egipto 2009, y de Francia, que no disputaba un Mundial sub’20 desde Malasia 1997, eran las otras grandes noticias. El sorteo de la primera fase se celebró el 27 de abril en Cartagena de Indias y deparó estos enfrentamientos:

GRUPO A

(Bogotá, Cali)

GRUPO B

(Cali, Bogotá)

GRUPO C

(Manizales, Pereira)

GRUPO D

(Armenia, Pereira)

GRUPO E

(Barranquilla, Cartagena)

GRUPO F

(Medellín, Cartagena)

Colombia

Portugal

Australia

Croacia

Brasil

Argentina

Francia

Uruguay

Ecuador

Arabia Saudita

Egipto

México

Mali

Camerún

Costa Rica

Nigeria

Austria

Inglaterra

Rep. Corea

Nueva Zelanda

España

Guatemala

Panamá

RDP Corea

Para la disputa de la Copa del Mundo sub’20 de 2011, que tuvo lugar entre el 29 de julio y el 20 de agosto, Colombia designó ocho sedes, remozando todos los estadios (uno en cada ciudad) para eliminar las vallas y las localidades de pie. Pese a que ninguno de los recintos tenía un aforo especialmente elevado (no más de 47.000 espectadores), el público acudió en buen número a todos ellos y por tercera edición consecutiva se volvió a batir el récord de asistencia a un Mundial sub’20, superándose por primera vez el millón trescientos mil espectadores. La altitud de Bogotá, Manizales (ambas por encima de los dos mil metros sobre el nivel del mar), Medellín, Armenia, Pereira y Cali, en contraste con las costeras Barranquilla y Cartagena de Indias, fue motivo de preocupación para las selecciones y, pese a que todas acudieron con tiempo para aclimatarse, tuvo alguna incidencia en determinados partidos; además, hizo que el equipo médico de la FIFA prestara más atención a las revisiones previas no sólo de los jugadores y árbitros, sino también del resto de componentes de las delegaciones. Las cálidas temperaturas y la elevada humedad fueron otros factores que afectaron al rendimiento de los jóvenes futbolistas, aunque sin causar graves trastornos. En cuanto al resto de temas que solemos tratar en estas líneas, poco que comentar: ninguna televisión española pujó para ofrecer el campeonato en abierto (por lo que sólo Eurosport y las parabólicas nos permitieron seguir legalmente el torneo) y, por primera vez desde el Mundial sub’20 de Malasia 1997, la FIFA no designó a ningún colegiado español para participar en el evento.

EL CAMPEONATO

España debutó en la Copa del Mundo sub’20 de Colombia 2011 el 31 de julio enfrentándose a Costa Rica. Había cierta expectación por ver cómo se había adaptado el equipo a los 2.100 metros de altitud de Manizales, donde jugaría sus tres partidos de grupo (y, si todo iba según lo previsto, también los octavos de final), así como por comprobar de primera mano el nivel del costarricense Joel Campbell, cuyas actuaciones ese mismo verano en la Copa América habían sido muy destacadas y acababa de fichar por el Arsenal. Con todo, se esperaba que España no pasara demasiados apuros ni en el debut ni en el resto la primera fase, puesto que el sorteo había sido relativamente generoso.

Julen Lopetegui planteó durante todo el campeonato un flexible y ofensivo 4-2-3-1, con Romeu y Koke como mediocentros, que se transformaba casi en un 2-5-3 cuando España tenía la posesión. La baja de Sergio Canales, que arrastraba molestias desde uno de los primeros entrenamientos en Sudamérica, hizo que el seleccionador apostara en este primer partido por Sergi Roberto e Isco, que alternaron sus posiciones en la mediapunta y la banda derecha, con Dani Pacheco entrando por la izquierda y Rodrigo como delantero centro. Y fue precisamente el ariete hispano-brasileño quien inauguró el marcador al filo del cuarto de hora, aprovechando una pérdida del central Ariel Soto (provocada por la intensa presión española) para escaparse por velocidad y batir a Vargas. Emulando a la absoluta, España tenía más posesión y apretaba muy arriba cuando perdía la bola, pero no lograba generar ocasiones claras, mientras que Costa Rica también tenía argumentos para inquietar a la zaga hispana y Aitor tuvo que intervenir en alguna oportunidad para evitar el empate.

Tras el paso por vestuarios, España golpeó de nuevo al poco de reanudarse el partido: Luna entró a toda velocidad por el costado izquierdo y, aunque su pase atrás no pudo ser aprovechado por Bartra, que apareció inesperadamente en el área pequeña rival, Rodrigo sí consiguió sacar tajada del barullo para anotar el segundo gol. El partido parecía controlado, pero Costa Rica no se vino abajo y en el ecuador de esa segunda parte logró reducir distancias por medio de John Ruiz, que recibió un gran pase en profundidad a la espalda del lateral zurdo español y batió por bajo a Aitor. Poco después, Golobio estrelló en el larguero un potente remate y España empezó a ver peligrar su victoria. Sin embargo, a diez minutos para el final, Koke recogió dentro del área una dejada de cabeza del recién incorporado Álvaro Vázquez y empalmó un derechazo a la red que confirmó el triunfo español. Ya en el descuento, Isco transformó un penalti que él mismo había provocado para colocar el 4-1 definitivo, marcador quizás algo abultado tal y como se había desarrollado un encuentro que, en cualquier caso, España mereció ganar.

31/07/2011

Primera jornada del Grupo C.

COSTA RICA

(1)

Vargas; Smith, Contreras, Soto, Mora; Diego Calvo (-59, Ruiz), Tejeda, Golobio; Campbell, Bryan Vega (-81, Deyver Vega), Escoe (-82, Díaz).

ESPAÑA

(4)

Aitor Fernández; Hugo Mallo, Bartra, Pulido, Luna; Romeu, Koke, Sergi Roberto (-57, Ezequiel), Isco, Dani Pacheco (-71, Recio); Rodrigo (-79, Álvaro Vázquez).

Goles

0-1 Rodrigo (ESP, min. 14); 0-2 Rodrigo (ESP, min. 48); 1-2 Ruiz (CRC, min. 65); 1-3 Koke (ESP, min. 81); 1-4 Isco (ESP, min. 90+4)(p).

Árbitro

Darío Agustín Ubriaco Medero (URU).

Tarjetas

Romeu (ESP, min. 13); Escoe (CRC, min. 34); Pulido (ESP, min. 43); Dani Pacheco (ESP, min. 56); Smith (CRC, min. 70); Contreras (CRC, min. 79); Luna (ESP, min. 85).

Estadio

Estadio Palogrande (Manizales). 17.075 espectadores.

Con la alegría del título europeo conseguido por sus compañeros de la sub’19 en Rumanía (y del logrado por la sub’17 femenina unas horas antes), España comenzó a preparar el segundo partido del Mundial sub’20 frente a Ecuador, duelo en el que podría dejar finiquitado su pase a octavos de final. Lopetegui introdujo varios cambios en su alineación, empezando por la portería, donde un inseguro Aitor Fernández dejó su sitio al benjamín Fernando Pacheco, y continuando por la mitad izquierda de la defensa, donde Jordi Amat y Carles Planas sustituyeron a Pulido y Luna; además, en una clara declaración de intenciones del seleccionador español, el veloz Cristian Tello relegó al banquillo al más asociativo Sergi Roberto. Ecuador, que había empatado a uno con Australia en el primer encuentro y basaba su juego en una férrea defensa y en la velocidad de sus atacantes, complicó mucho las cosas a España. Los dos equipos presionaban bastante arriba y con cierto éxito: a los españoles les costaba sacar el balón jugado con limpieza y la defensa ecuatoriana regalaba numerosos esféricos, de modo que las ocasiones fueron cayendo para los dos bandos, aunque nadie consiguió culminarlas con acierto.

España subió algo el ritmo en la segunda parte, que arrancó con un gran disparo de Rodrigo desde fuera del área que desvió el portero Jaramillo. Luego Isco y de nuevo Rodrigo, en una clarísima ocasión, pudieron adelantar a España antes de que Lopetegui diera entrada a Sergio Canales para tratar de hacerse definitivamente con el control del partido. Pero la clave para desatascar el encuentro llegó poco después, cuando Christian Oña vio su segunda amarilla por un agarrón a Isco en el centro del campo y dejó a Ecuador con diez jugadores. Apenas dos minutos más tarde, Tello se escapó por banda izquierda y, tras una hábil maniobra, llegó a la línea de fondo para poner un pase de la muerte que Canales no desaprovechó. Ecuador dejó entonces de inquietar y España, después de desperdiciar un par de buenas ocasiones, obtuvo el gol de la tranquilidad en el minuto 85, cuando Canales envió un milimétrico pase al hueco hacia Álvaro Vázquez y el espanyolista, tras zafarse de su defensor, batió con mucha sangre fría a Jaramillo.

03/08/2011

Segunda jornada del Grupo C.

ECUADOR

(0)

Jaramillo; Pineida, Narváez, Quiñónez, Fuertes; Govea (-80, Cruz), Oña, Gaibor (-90+2, Arroyo), Caicedo (-81, Cazares); De Jesús, Montaño.

ESPAÑA

(2)

Fernando Pacheco; Hugo Mallo, Bartra, Jordi Amat, Planas; Romeu, Koke, Tello, Isco (-83, Recio), Dani Pacheco (-56, Canales); Rodrigo (-71, Álvaro Vázquez).

Goles

0-1 Canales (ESP, min. 67); 0-2 Álvaro Vázquez (ESP, min. 85).

Árbitro

Peter O’Leary (NZL).

Tarjetas

Rodrigo (ESP, min. 22); Jordi Amat (ESP, min. 38); Oña (ECU, min. 43); Romeu (ESP, min. 80). Expulsado Oña (ECU, min. 65) por doble amonestación.

Estadio

Estadio Palogrande (Manizales). 10.130 espectadores.

Con la clasificación para octavos asegurada, España sólo necesitaba puntuar en la tercera jornada ante Australia para alcanzar el liderato del grupo. Lopetegui, que no podía contar ni con el meta Aitor Fernández, que regresaba a España por culpa de una lesión en el codo sufrida en un entrenamiento, ni con Oriol Romeu, sancionado por acumulación de tarjetas, dispuso un once en el que sólo Hugo Mallo, Marc Bartra y Dani Pacheco habían sido titulares en los dos partidos anteriores. El duelo no tardó en ponerse de cara, puesto que en el primer minuto de juego Sergi Roberto aprovechó una dejada de Álvaro Vázquez para lanzar un derechazo desde la frontal del área que sorprendió al portero Birighitti; cinco minutos después, Dani Pacheco encontró a Álvaro con un bonito pase interior y el ariete no perdonó. España había arrancado de forma imponente y no bajó el pistón, aprovechando las facilidades de la defensa australiana: antes del cuarto de hora, Sergi Roberto lanzó un gran pase en profundidad hacia el desmarque de Álvaro, que regateó a Birighitti y anotó el tercero; y el delantero español completó su veloz triplete en el minuto dieciocho al peinar en el primer palo un córner botado por Dani Pacheco.

Australia, que había tenido un par de llegadas peligrosas en medio del vendaval hispano, recortó distancias por medio de Bulut, que le robó la cartera a Pulido en el costado izquierdo y se adelantó a la salida de Pacheco para terminar anotando a puerta vacía. Pero, sólo un par de minutos después, Álvaro Vázquez fue empujado por el central Sainsbury y el colegiado brasileño señaló una pena máxima que Sergio Canales, que en esos días acababa de cerrar su cesión al Valencia, no tuvo problemas para transformar. España vencía ya por 5-1 a la media hora de juego y, aunque por momentos pudo pensarse en una goleada histórica, el equipo decidió guardar energías para más adelante. La segunda parte sólo sirvió para que debutara el tercer portero español, Álex (que había sido el titular en el Europeo juvenil de 2010), y para dar descanso a Bartra y Hugo Mallo, que no parecían tener recambios en la convocatoria. Australia intentó maquillar el marcador, pero los palos y la buena actuación de Álex lo evitaron y se llegó al final sin más novedades.

06/08/2011

Tercera jornada del Grupo C.

AUSTRALIA

(1)

Birighitti; Grant, Sainsbury (-46, McGowan), Antonis, Warren; Danning, Hamill, Amini, Oar; Ibini Isei (-46, Petratos), Bulut.

ESPAÑA

(5)

Fernando Pacheco (-46, Álex); Hugo Mallo (-62, Ezequiel), Bartra (-46, Planas), Pulido, Luna; Recio, Sergi Roberto, Kiko Femenía, Canales, Dani Pacheco; Álvaro Vázquez.

Goles

0-1 Sergi Roberto (ESP, min. 1); 0-2 Álvaro Vázquez (ESP, min. 6); 0-3 Álvaro Vázquez (ESP, min. 13); 0-4 Álvaro Vázquez (ESP, min. 18); 1-4 Bulut (AUS, min. 27); 1-5 Canales (ESP, min. 31)(p).

Árbitro

Wilson Luiz Seneme (BRA).

Tarjetas

Sainsbury (AUS, min. 30); McGowan (AUS, min. 82).

Estadio

Estadio Palogrande (Manizales). 14.722 espectadores.

Además de España, las otras selecciones que culminaron la primera fase con nueve puntos fueron la anfitriona Colombia, que había arrancado con un espectacular 4-1 sobre Francia, y Nigeria, que no había tenido problemas para dominar su grupo ante Arabia, Guatemala y Croacia (los guatemaltecos, por cierto, fueron la gran sorpresa y se metieron en octavos gracias a su victoria sobre una decepcionante selección croata). Por su parte, Brasil, Argentina, Portugal y Egipto habían dado una gran imagen y también pasaban a octavos con la vitola de aspirantes al título. Como dato curioso, Inglaterra (que otra vez había tenido problemas para formar su convocatoria porque el Mundial coincidía con el arranque de la temporada y los clubes habían retenido a ocho jugadores de la lista inicial) hizo historia al clasificarse para la primera ronda eliminatoria con tres empates a cero: fue el primer equipo en superar la fase de grupos de un Mundial juvenil sin marcar un solo gol.

El camino hacia la final no iba a resultar sencillo para España: primero se las vería con Corea del Sur, incómodo rival que había acabado tercero en el grupo A, y luego aparecían unos hipotéticos cruces con Brasil en cuartos y Colombia en semifinales. Pero, como siempre, habría que ir partido a partido y en el primero, celebrado en Manizales el 10 de agosto, la selección asiática puso en serios apuros a los de Lopetegui. Con un sólido entramado defensivo y su habitual velocidad en los contraataques, los surcoreanos respondían a cada acercamiento español con una ocasión igual o más clara y sólo la precipitación de sus delanteros, la buena actuación de Bartra y Fernando Pacheco y, a veces, las discutibles apreciaciones del estadounidense Mark Geiger y sus asistentes les impidieron marcar. A España le costaba encontrar fluidez en su juego y no conectaba con la línea de mediapuntas, a pesar de lo cual sumó también varias oportunidades de peligro en las botas de Dani Pacheco y Rodrigo. La entrada de Isco en la segunda parte ayudó a que las posesiones fueran más incisivas, pero Corea se ajustó bien y con el paso de los minutos la tensión fue ralentizando el partido. En los últimos instantes volvieron a producirse situaciones de gol en ambas áreas, pero las defensas se mantuvieron  firmes y se llegó a la prórroga con empate a cero.

Corea arrancó mejor el tiempo extra, con una España espesa y más agarrada al colegiado, que señaló un par de fueras de juego coreanos que no eran y perdonó alguna tarjeta a los de Lopetegui, que a su propio juego. Lee Yong Yae, el incansable y peligroso nueve surcoreano, tuvo la ocasión más clara en los primeros quince minutos, pero su disparo salió muy desviado. Tras el parón, España cogió aire y pasó a dominar claramente, encerrando a su rival y gozando de buenas oportunidades en los instantes finales: primero Luna se llenó de balón en una internada por la izquierda y luego Álvaro Vázquez botó una falta que besó la parte superior de la cruceta. Llegaban los penaltis y era inevitable recordar aquella fatídica tanda en el Mundial absoluto de 2002; sin embargo, esta vez la fortuna sonrió a los nuestros. Aunque Koke envió alto el tercer lanzamiento español, Pacheco detuvo el siguiente tiro coreano y la tanda llegó a la muerte súbita sin más fallos. Con España lanzando primero, los surcoreanos respondieron con gol a los aciertos de Bartra y Jordi Amat, pero Kim Kyung Jung no pudo emular a Oriol Romeu y mandó su disparo muy lejos de la portería. Con mucho sufrimiento, España pasaba a cuartos de final.

10/08/2011

Octavos de final.

ESPAÑA

(0)

Fernando Pacheco; Hugo Mallo, Bartra, Jordi Amat, Luna; Romeu, Koke, Tello, Canales (-58, Álvaro Vázquez), Dani Pacheco (-50, Isco); Rodrigo (-90, Recio).

REP.COREA

(0)

No Dong Geon; Kim Jin Su, Jang Hyun Soo, Min Sang Gi, Lee Ki Je; Kim Young Uk, Choi Sung Guen (-98, Nam Seung Woo), Moon Sang Yun (-77, Jung Seung Yong), Yun Il Lok (-59, Kim Kyung Jung), Baek Sung Dong; Lee Yong Jae.

Goles

—-

Tanda de penaltis

(ESP 7-6)

1-0 Tello (ESP), 1-1 Jung Seung Yong (KOR); 2-1 Recio (ESP), 2-2 Nam Seung Woo (KOR); 2-2 Koke (ESP), falla, 2-2 Lee Ki Je (KOR), para Fernando Pacheco; 3-2 Álvaro Vázquez (ESP), 3-3 Kim Jin Su (KOR); 4-3 Isco (ESP), 4-4 Jang Hyun Soo.

5-4 Bartra (ESP), 5-5 Min Sang Gi (KOR).

6-5 Jordi Amat (ESP), 6-6 Baek Sung Dong (KOR).

7-6 Romeu (ESP), 7-6 Kim Kyung Jung (KOR), falla.

Árbitro

Mark Geiger (USA).

Tarjetas

Lee Ki Je (KOR, min. 42); Choi Sung Guen (KOR, min. 80); Romeu (ESP., min. 82).

Estadio

Estadio Palogrande (Manizales). 23.618 espectadores.

 

No hubo sorpresas en el resto de encuentros de octavos de final, aunque casi todos los partidos se resolvieron por la mínima. Francia venció 1-0 a Ecuador con gol del canterano realista Antoine Griezmann, y Nigeria y Portugal superaron a Inglaterra y Guatemala, respectivamente, por ese mismo marcador. Colombia tuvo muchos problemas para doblegar a Costa Rica, consiguiendo el 3-2 definitivo gracias a un penalti transformado en el descuento por su estrella James Rodríguez. Un doblete de Erik Lamela desde los once metros permitió a Argentina superar a Egipto por 2-1 (los egipcios también marcaron de penalti por medio de Mohamed Salah), y México tuvo que esperar a la tanda de penaltis para derrotar a Camerún, después del 1-1 en el tiempo reglamentario. Entre tanta igualdad sólo Brasil superó claramente a su rival, Arabia Saudita, a la que venció por 3-0. La canarinha, por tanto, llegaría algo más fresca de piernas y mente a su duelo contra España.

Lo cierto es que no se notó demasiado. Aquel domingo 14 de agosto, ya madrugada del lunes 15 en España, se disputó en Pereira la final anticipada de la Copa del Mundo sub’20 de Colombia 2011. Se enfrentaban dos de los más firmes aspirantes al título y el partido fue, con diferencia, el de más calidad de todo el torneo. Lopetegui juntó por primera vez desde el inicio a Romeu, Koke, Canales e Isco, y la conexión entre los cuatro (con el apoyo de Rodrigo, Tello y los dos laterales) produjo una memorable primera media hora de fútbol bajo la lluvia. La calidad técnica y la constante movilidad de los españoles se impusieron al centro del campo brasileño (que con Casemiro, Coutinho y Oscar tampoco iba falto de clase) y sólo la extraordinaria actuación tanto del guardameta Gabriel como de la pareja de centrales formada por Juan Jesús y Bruno Uvini evitaron el gol.

Pero, como cabía temer por el número de oportunidades malgastadas por España, Brasil acabó marcando primero: al filo del minuto cuarenta, en una de las pocas pero peligrosas contras que la canarinha fue capaz de montar, Henrique disparó un tremendo chut al larguero que botó sobre la línea y que Willian José, partiendo en fuera de juego, remachó a la red sin oposición, ni española ni arbitral. Brasil mejoró en la segunda parte y equilibró la balanza del juego pero, antes de que se cumpliera el primer cuarto de hora, España consiguió empatar gracias al olfato de Rodrigo, que se adelantó a su marcador en el primer palo y remató un centro de Hugo Mallo desde la derecha. El jugador carioca criado en Vigo celebró con rabia el gol anotado a su país natal, que era además el número 2.000 en la historia de los Mundiales sub’20. Con los dos equipos entregándose a fondo y generando ocasiones, únicamente la mala puntería de los brasileños y la figura cada vez más alargada de un Gabriel en estado de gracia evitaron más goles.

En la prórroga el cansancio hizo mella y el ritmo español bajó bastante. Brasil se aprovechó y, a los diez minutos, una bonita combinación entre Henrique y Dudú permitió a este último batir a Pacheco. El golpe parecía duro, pero España se levantó con rapidez: un minuto más tarde, Planas sorprendió con un centro de primeras desde la izquierda y Álvaro Vázquez le ganó la espalda a los centrales para hacer el empate. En la segunda parte del tiempo extra, ante una extenuada selección española, Brasil logró volcar el campo y tuvo alguna ocasión para evitar los penaltis, pero nadie acertó con la portería de Pacheco. Como ante Corea, España comenzaba la tanda lanzando; sin embargo, Jordi Amat no consiguió superar a Gabriel y Brasil se puso por delante desde el inicio. Los sudamericanos conservaron su mínima ventaja hasta el cuarto turno, cuando Gabriel desvió al larguero el chut de Álvaro Vázquez y Dudú selló el pase de su selección a semifinales.

14/08/2011

Cuartos de final.

BRASIL

(2)

Gabriel; Danilo, Bruno Uvini, Juan Jesús, Gabriel Silva; Casemiro, Fernando, Oscar (-98, Allan); Philippe Coutinho (-78, Dudú), Willian José (-63, Negueba), Henrique.

ESPAÑA

(2)

Fernando Pacheco; Hugo Mallo, Bartra, Jordi Amat, Planas; Romeu, Koke, Tello (-46, Sergi Roberto), Canales (-91, Dani Pacheco), Isco; Rodrigo (-83, Álvaro Vázquez).

Goles

1-0 Willian José (BRA, min. 39); 1-1 Rodrigo (ESP, min. 57); 2-1 Dudú (BRA, min. 100); 2-2 Álvaro Vázquez (ESP, min. 102).

Tanda de penaltis

(BRA 4-2)

0-0 Jordi Amat (ESP), para Gabriel, 1-0 Casemiro (BRA); 1-1 Sergi Roberto (ESP), 2-1 Danilo (BRA); 2-2 Bartra (ESP), 3-2 Henrique (BRA); 3-2 Álvaro Vázquez (ESP), para Gabriel, 4-2 Dudú (BRA).

Árbitro

Walter Alexander López Castellanos (GUA).

Tarjetas

Willian José (BRA, min. 61); Isco (ESP, min. 88); Álvaro Vázquez (ESP, min. 104); Henrique (BRA, min. 119).

Estadio

Estadio Hernán Ramírez Villegas (Pereira). 29.318 espectadores.

En un partido épico y muy bien jugado, España cayó desde los once metros ante un equipo que, pese a no contar con sus máximas estrellas, Neymar y Lucas Moura (ya en la absoluta), era tremendamente fuerte y competitivo. La selección española sub’20 jugó su mejor partido en mucho tiempo y sólo faltó un poco más de acierto en el primer tramo del choque (o en la tanda de penaltis) para haber conseguido el premio que el equipo sin duda merecía. Los detalles de inconsistencia y de falta de fluidez que se habían apuntado por momentos en la fase de grupos quedaron ampliamente compensados por la gran imagen mostrada ante Brasil; aunque caer en cuartos no podía calificarse como un gran resultado, las sensaciones generales obligaban a aplaudir el rendimiento de los de Lopetegui.

Después de su victoria sobre España, Brasil pasó a ser la gran favorita al título. Colombia había ido de más a menos en su torneo y cayó ante México por 1-3, por lo que los norteamericanos serían el último escollo antes de la final para los dirigidos por Ney Franco. Por el otro lado del cuadro, con distintos estilos y tras jugar una prórroga, Francia y Portugal accedieron a semifinales dejando fuera a Nigeria y Argentina: los franceses se repusieron del 1-1 logrado por los nigerianos en el minuto 93 y vencieron en el tiempo extra por 3-2, mientras que Portugal aguantó el 0-0 inicial ante la albiceleste y se acabó llevando milagrosamente el triunfo en una tanda de penaltis que Argentina pudo haber ganado tanto en el cuarto como en el quinto lanzamiento. En la primera semifinal, Brasil derrotó a México por 2-0 con dos goles de Henrique en el tramo final; idéntico resultado se produjo en duelo europeo, en el que Portugal sorprendió a los franceses con un gol tempranero y otro al borde del descanso que, pese a los muchos intentos galos, no encontraron réplica. En el partido por el tercer y cuarto puesto, México se impondría a Francia por 3-1.

Veinte años después, en el Estadio El Campín de Bogotá se repetía la final del Mundial sub’20 de Portugal 1991. A pesar de no haber recibido ningún gol a lo largo de todo el torneo, la selección portuguesa partía como víctima propiciatoria ante el mayor poderío ofensivo de Brasil, y las expectativas parecieron confirmarse con rapidez: a los cinco minutos, una lejanísima falta botada por Oscar al corazón del área acababa entrando directamente en la meta lusa y dejaba el récord de imbatibilidad del portero Mika en unos más que notables 575 minutos. Pero Portugal no se descompuso y empató enseguida, logrando luego adelantarse en la segunda parte con un gol de Nelson Oliveira, su mejor delantero (aunque luego no confirmó su nivel en el Deportivo de la Coruña), tras una cabalgada en solitario. Casi irreconocible hasta entonces, Brasil se fue arriba y Oscar logró la igualada en el minuto 78. Ya en la prórroga, Portugal perdonó un par de ocasiones clarísimas y acabó pagándolo: de nuevo Oscar anotó el gol decisivo con un centro chut que sorprendió a Mika. Gracias al histórico triplete del hoy jugador del Chelsea, el primero que se conseguía en una final mundialista sub’20, Brasil alzaba su quinto título mundial juvenil.

A pesar de su destacadísima actuación en la final, y aunque había sido de lo mejor de Brasil a lo largo del torneo, la FIFA no había incluido a Oscar entre los diez candidatos al Balón de Oro, una lista que se publica antes del partido por el título (y en la que en Colombia sólo hubo un español, el lateral Hugo Mallo). Así que, con la verdadera figura fuera de concurso, el galardón acabó recayendo en su compañero Henrique Almeida, delantero centro que, con cinco goles y tres asistencias, se llevó también la Bota de Oro. El Balón de Plata fue para el delantero portugués Nelson Oliveira y el de Bronce para el mediocentro mexicano Jorge Enríquez. En la tabla de goleadores, igualados con Henrique a cinco dianas aparecían Álvaro Vázquez y el francés Alexandre Lacazette: las dos asistencias del español le permitieron alzarse con la Bota de Plata, dejando al galo con la de Bronce. El portugués Mika fue, sin discusión, el portero más decisivo y obtuvo el Guante de Oro.

Como muchos nos temíamos pese a su buen Mundial, Henrique no ha logrado hacerse un hueco entre los grandes ni en su país ni en Europa: en 2012 llegó a pasar sin pena ni gloria por el Granada y protagonizó un frustrado fichaje por el filial del Real Madrid, equipo al que más tarde sí acabarían llegando sus compañeros Casemiro y Willian José (también el lateral derecho Danilo estaba entre los destacados de esa selección brasileña). Del resto de premiados sólo Lacazette parece haber empezado a despuntar, tras explotar el año pasado como goleador en el Olympique Lyonnais. Aunque todos son aún lo bastante jóvenes como para que su carrera pueda seguir progresando, a estas alturas parece claro que son otros jugadores presentes en aquel torneo (cuyos nombres ya habrá apuntado el atento lector) los llamados a liderar el balompié mundial en lo que queda de década.

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Fuentes consultadas:

www.fifa.com

www.rsssf.com

www.bdfutbol.com

www.sefutbol.com

http://blogs.as.com/siempre_cantera/

http://recuerdosdenigeria.blogspot.com.es

www.youtube.com

Hemerotecas y archivos digitales de los diarios As, El Mundo Deportivo, El País, Marca.




España en los mundiales sub’20: Egipto 2009

Tras la eliminación en la Copa del Mundo sub’20 de Canadá 2007, casi todo fueron buenas noticias para la selección española en sus distintas categorías masculinas. Apenas dos semanas después de aquella decepcionante derrota en los penaltis ante la República Checa, la sub’19 se alzaba en Austria con un nuevo Campeonato de Europa juvenil, al ganar a Grecia en la final con jugadores de la talla de Sergio Asenjo, César Azpilicueta, Javi Martínez, Dani Parejo o Aarón Ñíguez. Un mes más tarde, la sub’17 alcanzaba un brillante (a la par que amargo) subcampeonato mundial en Corea del Sur, con David De Gea, Ignacio Camacho y Bojan Krkic, entre otros, como principales referentes de un equipo que en la final cayó frente a Nigeria en la tanda de penaltis. Y a mediados de octubre, tras un año francamente difícil tanto en lo deportivo como en lo mediático, Luis Aragonés dio por fin con la tecla y, un poco por convencimiento y un poco obligado por las circunstancias, presentó en Dinamarca el embrión del equipo que estaba a punto de escribir las páginas más gloriosas de la historia del balompié nacional.

Entre medias, la RFEF incorporó a Fernando Hierro como director deportivo para, entre otras cosas, conducir el relevo generacional que debía acometerse en el organigrama técnico de la federación: Iñaki Sáez ya había comunicado su decisión de jubilarse al acabar la temporada, al cumplir los 65 años, mientras que Juan Santisteban finalizaba su contrato precisamente en junio de 2008, a los 72 años de edad, y había dudas sobre la conveniencia de su continuidad. Además, sobre la mesa de Hierro estaba también la renovación de Luis Aragonés más allá de la Eurocopa de Austria y Suiza, asunto bastante complejo a comienzos de 2008 porque el “Sabio de Hortaleza” había declarado públicamente que no quería seguir al frente de la absoluta pero, al mismo tiempo, parecía esperar una propuesta federativa para continuar en el cargo. Ese incómodo tira y afloja con Luis se mantendría hasta la misma víspera de la final de Viena e incluso tendría su epílogo durante las celebraciones por el título, aunque para entonces ya se sabía que el seleccionador abandonaría su cargo.

Pero regresemos a los juveniles. Entre el 18 y el 23 de octubre de 2007 la nueva selección sub’19 disputó en Alcoy (Alicante), Alzira y Alginet (Valencia) la primera ronda clasificatoria para la fase final del Campeonato de Europa de 2008, donde se pondrían en juego las plazas continentales para el Mundial sub’20 de 2009. España inició ese cuadrangular derrotando a Albania por 2-0, pero luego un inesperado 0-0 ante Liechtenstein complicó las cosas a los de Ginés Meléndez. Por suerte para España, Serbia también tropezó ese día ante Albania y el 1-1 obtenido ante los serbios en la tercera jornada fue suficiente para pasar a la siguiente ronda. Ya en 2008, tras ganar la Copa del Atlántico en Gran Canaria (superando a Canarias, Ucrania y Francia) y derrotar a Portugal en un amistoso en Ceuta, la selección española viajó a finales de mayo a Armenia para disputar una Ronda Élite que superó sin demasiadas complicaciones, pues venció 3-1 a Ucrania, 3-0 a Turquía y 4-2 a los anfitriones. El equipo, formado en buena medida por una combinación de campeones europeos sub’19 y sub’17 del año anterior, se mostró muy superior a sus rivales y se plantó en la fase final de la República Checa dispuesto a conseguir el tercer título consecutivo para España.

Sin embargo, en el mes de julio todo fue distinto. Después de dos años sin conocer la derrota, la selección española sub’19 cayó ante Alemania por 1-2 en el debut en el torneo, y luego los nervios y la falta de acierto en ataque contribuyeron a que Hungría también ganara a los de Meléndez por 0-1. Sin opciones ya de luchar por el campeonato, en la tercera jornada España fue capaz al menos de golear a Bulgaria (4-0) para conseguir el último billete para el Mundial del año siguiente. Con España, viajarían a la Copa del Mundo sub’20 de Egipto 2009 la nueva campeona de Europa, Alemania, además de Italia, República Checa, Hungría e Inglaterra.

Aquel verano de 2008, marcado por la victoria en la Eurocopa absoluta, comenzó una nueva era para las selecciones inferiores, en cuyo staff técnico sólo continuó Ginés Meléndez. Aparte de la confirmación del secreto a voces que era la llegada de Vicente del Bosque al banquillo de la absoluta, durante esos meses se produjeron más incorporaciones a la RFEF: Juan Ramón López Caro se hacía con el puesto de Iñaki Sáez en la sub’21, que por primera vez en ocho años parecía tener encarrilada su clasificación para la Eurocopa de la categoría, Luis Milla llegaba para encargarse de las selecciones sub’19 y sub’20 (relegando a Meléndez a la sub’17) y Aitor Karanka se ocuparía de los “benjamines” de la sub’16. Se confirmaba así el adiós de Juan Santisteban, que tras veinte años en la Federación se despidió de su querida sub’17 con un nuevo título continental, el segundo consecutivo y el sexto en su brillante carrera (séptimo si incluimos el sub’19 que había ganado en 2007). La del sevillano es una figura poco reivindicada pero imprescindible para entender el crecimiento de las selecciones inferiores españolas durante esas dos décadas.

Como evidenciarían también sus contrataciones posteriores, para reemplazar la veteranía de Sáez o Santisteban Fernando Hierro apostaba por jóvenes exfutbolistas de escasa (o nula) experiencia en los banquillos pero con una gran preparación teórica adquirida en la Escuela Nacional de Entrenadores, dirigida precisamente por Ginés Meléndez. Sólo rompía el molde López Caro, con una buena trayectoria en divisiones inferiores y con experiencia (no muy destacada, eso sí) en el primer nivel en equipos como Real Madrid, Levante y Celta, aunque en su caso se buscaba un perfil más habituado al trato con jóvenes promesas para esa difícil etapa intermedia entre el fútbol base y la élite que es la categoría sub’21. Pero los nuevos seleccionadores no empezaron con demasiado buen pie: aunque en 2009 todos consiguieron llevar a sus equipos a la fase final de sus respectivos Campeonatos de Europa, ninguno logró pasar a semifinales, dejando además una pobre impresión (salvo quizás la sub’17 de Meléndez, a la que simplemente le faltó acierto y, aunque empató sin goles sus tres partidos, logró al menos clasificarse para su Mundial). Ante semejante panorama, la Copa del Mundo sub’20 se presentaba como una importante prueba para el nuevo modelo y sus responsables.

Con la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010 en el horizonte, la FIFA había redoblado su apuesta por el continente africano al conceder la organización de los mundiales sub’20 y sub’17 del año 2009 a Egipto y Nigeria, respectivamente. Pero la confianza depositada en esos países obligaba también a realizar algunos cambios sobre los planteamientos habituales y así, en mayo de 2008, al tiempo que designaba a Colombia como sede del Mundial sub’20 de 2011, la FIFA confirmó que la edición de 2009 tendría que celebrarse a finales de septiembre y no en junio o julio como venía siendo norma para evitar roces con los clubes. El sofocante calor del verano egipcio obligaba a realizar un cambio de fechas que, como se temía, impidió a varias selecciones contar con algunos de sus mejores jugadores.

España no fue ajena a esos problemas. Olvidados ya los dos amistosos disputados en Las Rozas en el mes de abril precisamente contra Egipto (saldados con una victoria por 2-0 para cada bando), durante el verano de 2009 fue creciendo entre los aficionados el interés por saber cómo resolvería la RFEF el conflicto generado por las fechas del Mundial sub’20. Se especulaba con concesiones federativas como las realizadas en 2003 para no convocar a jugadores que ya estuvieran asentados en Primera división, y era especialmente entendible el caso del Atlético de Madrid, que contaba en su primera plantilla con Sergio Asenjo y David De Gea, los dos mejores guardametas españoles en edad sub’20. Al mismo tiempo, surgía el eterno e irresoluble debate sobre la conveniencia de que esos jóvenes futbolistas que ya empezaban a hacerse un hueco entre los mayores se perdieran alrededor de un mes de competición para jugar otro torneo contra chicos de su edad. En esa discusión salía a menudo el nombre de Bojan Krkic, precoz delantero del F.C. Barcelona y referente en las categorías inferiores españolas, que de la sub’17 había dado el salto directamente a la sub’21 (con una polémica y accidentada parada en la absoluta) y que, tras una temporada en la que no había progresado como se esperaba, veía cómo el Mundial sub’20 podría suponer un trampolín para su carrera pero también un nuevo obstáculo para afianzarse en un equipo, el dirigido entonces por Pep Guardiola, que venía de lograr un histórico triplete.

Finalmente, pese a las quejas más o menos soterradas de los clubes, el 10 de septiembre de 2009 se publicó una lista de convocados en la que, salvo De Gea, aparecían los mejores jugadores disponibles, con Bojan Krkic, Sergio Asenjo (titular en ese momento en el Atlético) y el capitán César Azpilicueta a la cabeza. El equipo nacional juvenil quedó concentrado en Las Rozas el lunes 14; sin embargo, el destino es caprichoso y las pruebas médicas obligaron a la RFEF a descartar ese mismo día a Bojan, aquejado de una lesión muscular sufrida en el primer partido de Liga, y a llamar en su lugar al murcianista Kike. La ausencia del ariete del Barça desató una fea tormenta mediática en la que se puso en duda el diagnóstico y el tratamiento de los doctores y se acusó a la Federación de plegarse a las presiones del F.C. Barcelona, mezclando la dolencia del chaval de Linyola con sus problemas para acudir con la absoluta durante el año anterior y con el militante independentismo catalán del entonces presidente culé Joan Laporta.

Mientras se discutía enconadamente el compromiso del jugador y su club con la selección española, el equipo de Milla sufrió un nuevo revés con la lesión durante los entrenamientos de Joselu Sanmartín, el delantero del Celta que se perfilaba como principal referencia ofensiva de España tras la baja de Bojan. Como el barcelonista, Joselu podría estar recuperado para los partidos de la fase eliminatoria, pero los técnicos prefirieron llamar a un sustituto que pudiera ayudar al equipo desde el principio y así fue como se incorporó al grupo el gallego Iago Falque, otro subcampeón mundial sub’17 que había sido habitual en la sub’19 y que ese año militaba en el Bari cedido por la Juventus. Durante esa agitada concentración de una semana España venció por 1-0 a Honduras en un amistoso al que faltaron Asenjo, Domínguez y Jordi Alba, que fueron liberados unos días para que pudieran jugar los compromisos europeos de sus respectivos clubes. Una vez reunida de nuevo, la selección española voló hacia El Cairo (vía Luxor) el lunes 21 con Luis Milla como seleccionador, López Caro como ayudante y estos futbolistas:

Pos.

Nombre Fecha Nac. Club

1

P

Sergio ASENJO Andrés 28/06/1989 Atlético de Madrid

2

DF

César AZPILICUETA Tanco 28/08/1989 Osasuna

3

DF

JOSÉ ÁNGEL Valdés Díaz 05/09/1989 Sporting de Gijón

4

DF

Álvaro DOMÍNGUEZ Soto 15/05/1989 Atlético de Madrid

5

DF

Alberto Tomás BOTÍA Rabasco 27/01/1989 Sporting de Gijón

6

MC

MARCOS GULLÓN Ferrera 20/02/1989 Villarreal CF

7

MC

AARÓN ÑÍGUEZ Esclápez 26/04/1989 Celta de Vigo

8

MC

ANDER HERRERA Agüera 14/08/1989 Real Zaragoza

9

DL

Enrique García Martínez, “KIKE” 25/11/1989 Real Murcia

10

MC

Daniel PAREJO Muñoz 16/04/1989 Getafe CF

11

MC

JORDI ALBA Ramos 21/03/1989 Valencia CF

12

DF

Andreu FONTÀS Prat 14/11/1989 FC Barcelona

13

P

Tomás MEJÍAS Osorio 30/01/1989 Real Madrid

14

DF

Víctor LAGUARDIA Cisneros 05/11/1989 Real Zaragoza

15

DF

DÍDAC VILÀ Rosselló 09/06/1989 RCD Espanyol

16

MC

Oriol ROMEU Vidal 24/09/1991 FC Barcelona

17

MC

Francisco Mérida Pérez, “FRAN MÉRIDA” 04/03/1990 Arsenal FC

18

DL

Óscar DE MARCOS Arana 14/04/1989 Athletic de Bilbao

19

DL

IAGO FALQUE Silva 04/01/1990 AS Bari

20

DL

Emilio NSUE López 30/09/1989 Real Sociedad

21

P

Diego MARIÑO Villar 09/05/1990 Villarreal CF

Cabe destacar que diez de los veintiún convocados habían estado a las órdenes del propio Milla en los Juegos Mediterráneos de Pescara 2009, disputados en el mes de julio y en los que España obtuvo la medalla de oro al derrotar en la final a Italia; de hecho, varios jugadores cogieron el tren del Mundial sub’20 gracias a ese torneo y a su buen inicio de temporada, pues no habían participado en la fase clasificatoria el año anterior. En total, hasta once jugadores habían debutado ya en Primera división (además de Fran Mérida en el Arsenal) y casi todos ellos parecían piezas importantes para sus equipos en ese comienzo de temporada. Por otra parte, sorprendía la presencia de Oriol Romeu, el benjamín del grupo, no por el llamamiento en sí (bastante razonable dado su nivel y la ausencia por lesión del colchonero Ignacio Camacho) sino porque había sido expulsado en el último partido del Europeo sub’19 de 2009 y no podría participar hasta la última jornada de la primera fase. Las bajas en ataque mermaban su potencial goleador, pero aun así se trataba de un equipo de un más que aceptable nivel, aunque luego la evolución de muchas de estas promesas no haya sido la esperada: a 20 de agosto de 2015 sólo Jordi Alba (35 partidos), César Azpilicueta (10) y Álvaro Domínguez (2) han conseguido debutar con la absoluta española, mientras que Emilio Nsue ha acabado representando a Guinea Ecuatorial.

En Egipto 2009 habría dos selecciones debutantes en una Copa del Mundo sub’20, Tahití y Venezuela, y ambas fueron a parar al grupo de España. Los oceánicos habían sorprendido a Nueva Zelanda en su clasificatorio continental y se convertían en la primera nación polinesia en disputar un mundial juvenil; por su parte, Venezuela había concluido el Sudamericano sub’20 (celebrado en su país) en cuarta posición, superando a Colombia y Argentina. Obviamente, la ausencia de la albiceleste era la gran noticia del campeonato: después de conquistar cinco de los siete mundiales anteriores, la nueva Argentina de Sergio Batista se quedaba fuera en la fase clasificatoria por primera vez desde 1987 (su ausencia en 1993 se debió a una sanción de la FIFA por la conducta antideportiva mostrada en Portugal 1991). También era destacable el regreso de Sudáfrica a un Mundial sub’20 (no se clasificaba desde 1997), así como la presencia de Trinidad y Tobago, que sólo había acudido anteriormente al de Portugal 1991 y en esta ocasión había dejado fuera a México, la otra víctima ilustre de unos clasificatorios cada vez más igualados en todos los continentes. El sorteo de la primera fase se había celebrado la noche del 5 de abril en el marco incomparable del milenario templo de Luxor, y definió estos grupos:

GRUPO A

(El Cairo, Alejandría)

GRUPO B

(El Cairo)

GRUPO C

(Suez, Ismailía)

GRUPO D

(Ismailía, Suez)

GRUPO E

(Port Said, Ismailía, Alejandría)

GRUPO F

(Alejandría, Port Said)

Egipto

Nigeria

EE.UU.

Ghana

Brasil

Hungría

Trinidad y Tobago

Venezuela

Alemania

Uzbekistán

Costa Rica

E.A.U.

Paraguay

España

Camerún

Inglaterra

Rep. Checa

Sudáfrica

Italia

Tahití

Rep. Corea

Uruguay

Australia

Honduras

La organización egipcia sólo programó partidos en cinco ciudades, todas ellas (salvo Suez) en el fértil y superpoblado delta del Nilo, usando dos estadios tanto en El Cairo como en Alejandría. Uno de los recintos de la capital, el estadio Al Salam, era de césped artificial, y precisamente en ese campo propiedad del ejército egipcio disputaría España sus tres duelos de la primera fase. A pesar de que el campeonato se celebró entre el 24 de septiembre y el 16 de octubre para evitar, como ha quedado dicho, el tórrido calor veraniego, las temperaturas rondaron (o superaron) los treinta grados en casi todos los encuentros. Los problemas con el caótico tráfico egipcio también fueron abundantes, aunque no pasaron del terreno de la anécdota y no tuvieron incidencia real en el desarrollo del torneo. En cuanto al público, los datos oficiales dicen que en Egipto 2009 se volvió a batir el récord de afluencia total a un Mundial sub’20 con casi 1’3 millones de espectadores, aunque las cifras de varias sedes parecen algo infladas y la selección local reunió a más de 65.000 personas en cada uno de sus partidos, factores que sin duda tiran hacia arriba de los números.

Debido a la coincidencia de fechas con las competiciones nacionales y europeas y al alto precio exigido por FIFA y sus intermediarios en un momento en el que la crisis empezaba a golpear duramente a todos los sectores (y tal vez también porque el inesperado éxito de la absoluta había disminuido el interés de los espectadores españoles por las categorías inferiores de la selección), en esta edición ninguna televisión generalista accedió a comprar los derechos de emisión del Mundial sub’20. Con el torneo ya en marcha, laSexta acabó comprometiéndose a retransmitir los partidos de eliminatorias que jugara España, pero sólo Eurosport ofreció el evento en su integridad para nuestro país. En cuando a la representación arbitral española, en Egipto 2009 volvió a correr a cargo de trío formado por el navarro Alberto Undiano Mallenco y sus asistentes Fermín Martínez Ibáñez y Juan Carlos Yuste Jiménez, que repetían presencia al estar en el grupo de colegiados preseleccionados por la FIFA para actuar en Sudáfrica 2010. En esta ocasión los españoles dirigieron dos partidos de la primera fase y una semifinal.

EL CAMPEONATO

Alineación de España en el Mundial juvenil de Egipto 2009, extraída del Informe Técnico oficial del torneo.

Alineación de España en el Mundial juvenil de Egipto 2009, extraída del Informe Técnico oficial del torneo.

Nadie dudaba de que España tendría un plácido arranque en la Copa del Mundo sub’20 de Egipto 2009. La escasa información disponible dificultaba evaluar el nivel real del contrincante, pero no parecía que la selección tahitiana que dirigía el exguardameta internacional francés Lionel Charbonnier (y que, a modo de preparación para su histórico debut mundialista, disputaba la liga de su país como un equipo más) pudiera estar en condiciones de hacer frente a las promesas españolas. Por si acaso, Milla apostó por su once de gala y planteó el 4-3-3 que se había impuesto en la Federación desde el triunfo en la Eurocopa de 2008, con Gullón como mediocentro y Parejo y Fran Mérida como interiores; por delante, el zurdo Aarón Ñíguez partiría desde la derecha y Jordi Alba aportaría profundidad por la izquierda, quedando el puesto de delantero para Emilio Nsue. Y pronto quedó claro que la ilusión tahitiana no podría compensar sus grandes lagunas tácticas.

Tras una primera ocasión de Tahití, aprovechando un error de Asenjo en una salida, España se dedicó a mover el balón con rapidez y a aprovechar las facilidades de una defensa demasiado adelantada. A los diez minutos, Aarón Ñíguez recogió un rechazo del portero Hauata para marcar el primer gol, y tres minutos después el propio Aarón dobló la ventaja tras escaparse por velocidad y controlar un balón largo de Asenjo que se tragó la defensa. Nada más sacar de centro, Tahití perdió la bola y Aarón regaló el tercer gol a Nsue, que también hizo el cuarto pasada la media hora, después de haber marcado otro que fue anulado. Sin apretar el acelerador, sólo a base de buscar diagonales a la espalda de la defensa, España sumó un buen número de oportunidades más y dejó claro que Tahití sería sin mucha discusión el peor equipo del campeonato.

Así las cosas, los de Milla bajaron el pistón en la segunda parte. La entrada de Ander Herrera por un tocado y amonestado Aarón hizo que España dejara de buscar tan a menudo los desmarques de ruptura. El partido se transformó en un aburrido rondo y sólo en el último cuarto de hora volvieron a ocurrir cosas en torno a la meta tahitiana. Primero Fran Mérida largó un fuerte disparo desde fuera del área que se coló por el centro de la portería, y poco después Kike hizo el 6-0 al culminar una buena internada de Azpilicueta. A cinco minutos para el final el delantero murcianista realizó una gran jugada individual dentro del área que finalizó con calidad para subir el séptimo tanto al electrónico, y al borde del noventa Ander Herrera cerró la escandalosa goleada al aprovechar el enésimo pase largo que rompió la endeble línea de fuera de juego planteada por Tahití. El 8-0 se convertía en la mayor victoria española en un Mundial sub’20 y, tras la sorprendente derrota de Nigeria ante Venezuela en el otro partido del día, dejaba a España en una inmejorable posición para terminar liderando el grupo.

25/09/2009

Primera jornada del Grupo B.

ESPAÑA

(8)

Asenjo; Azpilicueta, Botía, Fontàs, José Ángel; Gullón, Parejo, Fran Mérida; Aarón (-46, Ander Herrera), Nsue (-66, Kike), Jordi Alba (-73, De Marcos).

TAHITÍ

(0)

Hauata; Faatiarau, Ludivion, Teriitau, Warren; Alvin Tehau, Bourebare (-83, Benson), Rochette (-55, Atani), Teaonui Tehau (-50, Kamoise), Lorenzo Tehau; Chong Hue.

Goles

1-0 Aarón (ESP, min. 11); 2-0 Aarón (ESP, min. 15); 3-0 Nsue (ESP, min. 17); 4-0 Nsue (ESP, min. 32); 5-0 Fran Mérida (ESP, min. 74); 6-0 Kike (ESP, min. 79); 7-0 Kike (ESP, min. 86); 8-0 Ander Herrera (ESP, min. 89).

Árbitro

Mohamed Benouza (ALG).

Tarjetas

Rochette (TAH, min. 25); Aarón (ESP, min. 45+1).

Estadio

Al Salam Stadium (El Cairo). 10.540 espectadores.

Milla prácticamente repitió alineación en la segunda jornada, con la única novedad del central Laguardia por Fontàs, en lo que se preveía que iba a ser la gran prueba de fuego para calibrar las verdaderas aspiraciones españolas en este Mundial. El partido se jugó a las cuatro de la tarde y con más de treinta grados de temperatura, y lo cierto es que las sensaciones que dejó España no fueron demasiado buenas, puesto que una Nigeria desordenada y no muy brillante pero con una imperiosa necesidad de puntuar dominó claramente durante bastantes tramos. Sólo Sergio Asenjo evitó que los africanos se adelantaran en el marcador en los primeros minutos, salvando un mano a mano con Ighalo y desviando un buen disparo de Osanga. Pese a la superioridad técnica y numérica de la selección española en el centro del campo, hubo que esperar hasta el minuto veinticinco para empezar a ver algo del ataque español. Los de Milla, eso sí, aprovecharon bien su momento: pasada la media hora, Marcos Gullón habilitó a Fran Mérida con un pase elevado sobre la adelantadísima defensa nigeriana y el centrocampista del Arsenal superó por alto a Okafor en su precipitada salida. De ahí al descanso, un par de acercamientos por ambos bandos y la sensación de que a Nigeria sólo le faltaba algo de calma en sus acciones para rentabilizar su dominio.

La segunda parte se inició por los mismos derroteros, con Asenjo manteniendo a raya a los atacantes nigerianos y con el árbitro belga De Bleeckere cobrando un protagonismo inesperado: primero perdonó la segunda amarilla a Parejo y luego, sin que nadie supiera muy bien por qué, anuló un tanto nigeriano tras un saque de esquina aparentemente limpio. Para entonces Milla ya había introducido a Fontàs para reforzar el centro del campo, pero el equipo español no encontraba salidas claras y Nigeria seguía creando ocasiones, como un disparo de Salami que se estrelló espectacularmente en el larguero. El empate parecía simple cuestión de tiempo, pero en una acción aislada el recién incorporado Ander Herrera cayó derribado en el área rival y el colegiado señaló la pena máxima. Fran Mérida tomó la responsabilidad y se desquitó de su fallo en la tanda de penaltis de la final del Mundial sub’17 de Corea del Sur 2007, precisamente ante Nigeria, transformando el lanzamiento a lo Panenka. Era el minuto 83 y a efectos prácticos el partido terminó ahí, aunque para los libros queden la posterior expulsión de Salami por un manotazo al bigoleador español y un disparo de Kike al larguero que estuvo a punto de hacer aún más injusto el marcador final.

28/09/2009

Segunda jornada del Grupo B.

NIGERIA

(0)

Okafor; Lawal, Adejo, Edet, Orelesi; Osanga, Obiora, Ikande (-44, Ibrahim), Ohawuchi (-62, Salami); Fatai (-46, Aluko), Ighalo.

ESPAÑA

(2)

Asenjo; Azpilicueta, Botía, Laguardia, José Ángel; Gullón, Parejo (-73, Ander Herrera), Fran Mérida (-88, Kike); Aarón (-62, Fontàs), Nsue, Jordi Alba.

Goles

0-1 Fran Mérida (ESP, min. 33); 0-2 Fran Mérida (ESP, min. 83)(p).

Árbitro

Frank De Bleeckere (BEL).

Tarjetas

Parejo (ESP, min. 47); Fran Mérida (ESP, min. 51); Aluko (NIG, min. 53); Botía (ESP, min. 55); Jordi Alba (ESP, min. 68); Ander Herrera (ESP, min. 80); Ighalo (NIG, min. 82). Expulsado Salami (NIG, min. 84) por roja directa.

Estadio

Al Salam Stadium (El Cairo). 7.955 espectadores.

Después de la preceptiva visita turística a las pirámides de Giza, España se enfrentó en la tercera jornada a Venezuela con el liderato del grupo B en juego. Aunque se esperaba un duelo vibrante, al tener la clasificación para octavos ya garantizada ambos seleccionadores dieron descanso a jugadores tocados y apercibidos, y los de Milla se mostraron claramente superiores desde el inicio. Con Parejo algo más liberado que en días anteriores. la selección española se adueñó pronto del balón y generó un buen puñado de ocasiones antes de que, a los doce minutos, el centrocampista entonces del Getafe transformara un libre directo para abrir el marcador. Después de recibir ese tempranero mazazo, la vinotinto (que tras sorprender a Nigeria en el primer partido también había goleado 8-0 a Tahití) pareció conformarse con ocupar la segunda plaza del grupo, todo un éxito para un equipo debutante que había llegado como una de las cenicientas del torneo.

España dominaba sin apuros y creaba peligro en cada uno de sus ataques, y antes de la media hora ya había doblado su ventaja al transformar Aarón Ñíguez un penalti cometido sobre Parejo. A partir de ahí el ritmo decayó y, aunque Venezuela tuvo alguna opción de engancharse al partido, los españoles no tuvieron problemas para controlar el juego también en la segunda parte. Además, a falta de un cuarto de hora Ander Herrera culminó su gran tarde rematando desde dentro del área una buena pared con Fontàs, y el choque concluyó sin más sobresaltos. Aunque parecía faltarle cierta consistencia, España cerraba la primera fase con pleno de victorias y sin haber recibido un solo gol, lo que necesariamente le convertía en firme aspirante al título.

01/10/2009

Tercera jornada del Grupo B.

VENEZUELA

(0)

Romo; Morales, Salazar (-73, Rojas), Velázquez, Pernía; Ágnel Flores (-52, Parra), Francisco Flores, Pérez, Orozco; Fernández, Del Valle (-64, Lezama).

ESPAÑA

(3)

Asenjo; Azpilicueta, Domínguez, Laguardia, Dídac; Romeu, Parejo (-69, Fontàs), Ander Herrera (-79, José Ángel); De Marcos, Kike, Aarón (-46, Iago Falque).

Goles

0-1 Parejo (ESP, min. 12); 0-2 Aarón (ESP, min. 26)(p); 0-3 Ander Herrera (ESP, min. 77).

Árbitro

Joel Antonio Aguilar Chicas (SLV).

Tarjetas

Salazar (VEN, min. 14); Domínguez (ESP, min. 41); Dídac (ESP, min. 54); Parra (VEN, min. 54); Fontàs (ESP, min. 83).

Estadio

Al Salam Stadium (El Cairo). 7.220 espectadores.

Ninguna otra selección logró pasar a octavos con el expediente inmaculado. En una edición sin sorpresas negativas destacadas (que Inglaterra cayera en esta primera fase era una tradición siempre que el torneo se celebrara en plena temporada, pues al equipo le faltaban sus mejores jugadores), la igualdad entre las teóricas favoritas de cada grupo había sido la tónica predominante y sólo España logró sumar los nueve puntos en disputa. Pero, más allá de puntuaciones, las buenas sensaciones transmitidas por selecciones como Brasil, Ghana, Uruguay, Alemania o incluso la anfitriona Egipto las colocaban entre las favoritas al título. Precisamente una victoria de Egipto sobre Italia en la última jornada había hecho acabar a los europeos en la tercera posición del grupo A, con cuatro puntos, y el desarrollo del resto de grupos convirtió a Italia en el rival de España en octavos de final.

Consciente de su superioridad sobre el papel pero, al mismo tiempo, con la inquietud propia de quien en el fondo esperaba un rival bastante más asequible, España confiaba en su mayor adaptación al césped sintético del estadio Al Salam para superar a una limitada pero incómoda selección italiana que estaba formada casi por los mismos hombres que habían perdido contra los de Milla, en casa y en el descuento, la final de los Juegos del Mediterráneo en el mes de julio. Pero, fieles a su historia y estilo tradicional, en aquella cálida tarde cairota los jóvenes transalpinos supieron cortocircuitar los planes españoles, tapando bien a Parejo y a Fran Mérida y obligando a los centrales a asumir demasiadas responsabilidades en la creación de juego.

La tela de araña italiana obtuvo su primer premio al filo de la media hora, cuando Botía llegó muy tarde en una entrada a Mazzarani y fue expulsado inmisericordemente por el argentino Baldassi. Milla reaccionó retrasando a Oriol Romeu al centro de la zaga y, dado que Italia no cambió su defensivo plan pese a estar con uno más, en el descanso dio entrada a Ander Herrera para tratar de gestionar mejor la posesión. Con el zaragocista España ganó fluidez y pareció mejor organizada, pero a los diez minutos de la reanudación Italia robó un esférico en campo hispano y Mazzarani envió un buen pase a Mattia Mustacchio, que se aprovechó del desorden defensivo español para sortear el fuera de juego y superar a Asenjo con un golpeo no muy ortodoxo. Los de Milla encajaron bien el golpe y en la jugada siguiente Aarón estuvo a punto de empatar con un gran disparo que Fiorillo desvió al travesaño. Poco después fue Nsue quien pudo batir la meta italiana, pero no acertó con su remate. Entonces, en el mejor momento de España, llegó el segundo mazazo: una cadena de errores defensivos a cada cual más grosero convirtieron un balón largo sin aparente peligro en un regalo que Mazzarani recogió en el área pequeña para batir a Sergio Asenjo.

Pese a la hercúlea tarea que parecía tener por delante, con un 0-2 en contra, un jugador menos y sólo media hora para buscar el empate, la selección española apretó los dientes y sacó a relucir su mejor fútbol. Sólo cinco minutos después de encajar ese segundo y absurdo gol, Ander Herrera le robó la cartera a Albertazzi dentro del área italiana, el defensa le agarró ostensiblemente del pantalón y Aarón Ñíguez transformó a lo Panenka el claro penalti que metía a España en el partido. La inercia era positiva, pero la entrada de Kike por Mérida desmontó la superioridad española en el centro del campo y el duelo se convirtió en un desaconsejable correcalles al que España sólo sobrevivió gracias a Asenjo. Así hasta que, a cinco minutos del final, Aarón forzó una nueva pena máxima, esta algo más dudosa: él mismo se encargó de lanzarla, pero en esta ocasión optó por un disparo raso y Fiorillo le adivinó perfectamente las intenciones, despejando el esférico y acabando con las esperanzas españolas. Un par de minutos después, con España volcada pero sin ideas, Mustacchio se escapó por la izquierda por enésima vez en esa segunda parte y, con un fuerte chut cruzado, puso el definitivo 1-3 en el marcador.

05/10/2009

Octavos de final.

ESPAÑA

(1)

Asenjo; Azpilicueta, Botía, Laguardia, José Ángel; Romeu, Parejo, Fran Mérida (-67, Kike); Aarón, Nsue, Jordi Alba (-46, Ander Herrera).

ITALIA

(3)

Fiorillo; Crescenzi (-69, Bruscagin), Bini, Albertazzi, Mazzotta; Della Penna (-82, Bonaventura), Calderoni, Mazzarani, Sciacca (-53, Romizi), Mustacchio; Misuraca.

Goles

0-1 Mustacchio (ITA, min. 55); 0-2 Mazzarani (ITA, min. 61); 1-2 Aarón (ESP, min. 66)(p); 1-3 Mustacchio (ITA, min. 87).

Árbitro

Héctor Walter Baldassi (ARG).

Tarjetas

Mustacchio (ITA, min. 20); Romeu (ESP, min. 24); Crescenzi (ITA, min. 51); Sciacca (ITA, min. 52); Fran Mérida (ESP, min. 64); Albertazzi (ITA, min. 65); Bruscagin (ITA, min. 73); Laguardia (ESP, min. 89); Aarón (ESP, min. 90+1). Expulsado Botía (ESP, min. 28) por roja directa.

Estadio

Al Salam Stadium (El Cairo). 6.150 espectadores.

España terminaba en octavos de final su periplo por tierras egipcias, dejando una imagen irregular en su juego y muchas dudas sobre la madurez y el nivel real de algunas de sus teóricas estrellas. Un nuevo fiasco a sumar en la cuenta del nuevo equipo técnico de la RFEF, que empezaba a despertar algunos recelos entre los aficionados (muchas de esas opiniones negativas, también hay que decirlo, parecían mediatizadas por el pasado madridista de los nuevos seleccionadores). Por lo demás, la Copa del Mundo sub’20 de Egipto 2009 perdió en esa misma ronda al equipo anfitrión, que cayó 0-2 ante casi 82.000 personas frente una sorprendente Costa Rica, que se había colado en las eliminatorias como la cuarta mejor tercera. También quedaron fuera de la competición Venezuela, que perdió 1-2 con Emiratos Árabes Unidos, y Nigeria, que fue superada 3-2 por Alemania con un gol en el descuento. Además, Brasil derrotó 3-1 a Uruguay, Corea del Sur no tuvo problemas para vencer 3-0 a Paraguay, Ghana superó en la prórroga a una luchadora Sudáfrica (2-1) y Hungría eliminó a la República Checa desde los once metros, después de que el partido acabara con 2-2.

Los cuartos de final fueron tremendamente igualados. En el primer partido, el único que no llegó a la prórroga, Ghana venció por 3-2 a Corea del Sur con dos goles de Dominic Adiyiah, que ya había marcado el tanto de la victoria en los octavos y empezaba a postularse como estrella del torneo. En los otros tres duelos, Hungría superó 3-2 a Italia tras empatar a uno en los primeros noventa minutos, Brasil ganó a Alemania por 2-1 con un gol en el primer minuto de la prórroga y Costa Rica logró el 2-1 definitivo ante EAU en el descuento del tiempo extra. Las semifinales enfrentarían a dos de los favoritos iniciales, Ghana y Brasil, con las dos grandes sorpresas del torneo, Hungría y Costa Rica. En el primer duelo la selección africana dominó claramente a la europea y, aunque los húngaros no bajaron los brazos y recortaron distancias en los últimos minutos, Ghana terminó venciendo por 3-2. En la otra semifinal, arbitrada por Undiano Mallenco, Brasil tuvo muchos problemas para superar la poblada defensa tica, pero un solitario gol de Alan Kardec en la segunda parte fue suficiente para colocar a la canarinha en la séptima final mundialista sub’20 de su historia.

El viernes 16 de octubre de 2009 pasó a la historia de los mundiales juveniles. Justo después de que Hungría superase a Costa Rica en los penaltis para alzarse con la tercera posición, en el mismo Estadio Internacional de El Cairo (y, como en el partido por el bronce, con Undiano como cuarto árbitro), Ghana derrotó a Brasil también desde los once metros y se convirtió en la primera selección africana que conquistaba un Mundial sub’20. La final no fue muy vistosa: el orden y la fortaleza física de los africanos bastaron para contener las escasas intentonas de Brasil, que no supo aprovechar la expulsión del central Daniel Addo en el minuto 37 y fue incapaz de romper el 0-0 inicial. En la tanda de penaltis los brasileños se colocaron con ventaja de 3-2 tras las tres primeras rondas, pero fallaron sus dos siguientes disparos (marcando el quinto hubieran ganado el Mundial) y Ghana logró forzar la muerte súbita. En el sexto lanzamiento el brasileño Alex Teixeira tampoco pudo superar al meta Agyei y Emmanuel Agyemang-Badu anotó a continuación para entrar en la historia. Después de treinta y dos años y diecisiete ediciones, los Mundiales sub’20 coronaban por fin a un equipo africano, pero los tiempos en los que esa victoria hubiera hecho proclamar a los expertos que el futuro del fútbol estaba en África ya habían quedado atrás.

En cuanto a los premios individuales, la principal figura ofensiva del equipo campeón, el delantero Dominic Adiyiah, se llevó el Balón de Oro al mejor jugador, superando en las votaciones a los brasileños Alex Teixeira y Giuliano. Adiyiah también obtuvo la Bota de Oro al máximo goleador gracias a sus ocho tantos, muy por delante del mediapunta húngaro Vladimir Koman (5 goles) y de Aarón Ñíguez, que empató a cuatro goles y dos asistencias con el venezolano Yonathan Del Valle pero se llevó la Bota de Bronce por haber disputado menos minutos. También anotaron cuatro goles, aunque dieron menos asistencias, el brasileño Alan Kardec, el venezolano Salomón Rondón y el ghanés Ransford Osei. Además, en Egipto 2009 la FIFA y Adidas comenzaron a entregar oficialmente un premio al mejor guardameta del Mundial sub’20: el grupo de estudios técnicos de la FIFA otorgó el primer Guante de Oro al costarricense Esteban Alvarado por sus grandes actuaciones en la fase eliminatoria, que contribuyeron en buena medida al histórico cuarto puesto de su selección.

El gran campeonato realizado por Adiyiah, que entonces pertenecía al Fredrikstad noruego, le valió el fichaje por el AC Milan, pero en Italia no tuvo oportunidades y su carrera jamás despegó: tras pasar por las ligas de Serbia, Turquía, Ucrania y Uzbekistán, hoy juega en Tailandia. Si su remate en el último minuto de la prórroga de los cuartos de final del Mundial 2010 no se hubiera topado con la mano del uruguayo Luis Suárez quizás ahora estaríamos hablando de un nombre mítico para el fútbol africano, pero las cosas fueron como fueron. Como si de una maldición de las Pirámides se tratara, tampoco los demás premiados en Egipto han volado todo lo alto que podía esperarse: tal vez por las fechas o tal vez porque la del 89 no fue una gran cosecha, lo cierto es que ese campeonato celebrado en otoño no nos descubrió a ninguna gran figura mundial.

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Fuentes consultadas:

www.fifa.com

www.rsssf.com

www.bdfutbol.com

www.sefutbol.com

http://recuerdosdenigeria.blogspot.com.es

http://siemprecantera.blogspot.com.es

www.youtube.com

Hemerotecas y archivos digitales de los diarios As, El Mundo Deportivo, El País, Marca.




España en los mundiales sub’20: Canadá 2007

Si bien en el año 2005 la selección española sub’19 volvió a quedarse fuera de la fase final del Europeo de la categoría al ser superada por Francia en la Ronda Élite, la temporada siguiente supuso un nuevo éxito para nuestras categorías inferiores. Exenta de la primera eliminatoria, España jugó y perdió por 0-1 un amistoso en Orihuela (Alicante) contra Austria antes de iniciar a finales de mayo de 2006 la Ronda Élite, disputada en las también alicantinas localidades de Torrevieja y Callosa de Segura. Con muchos jugadores que habían sido subcampeones de Europa sub’17 dos años antes (de las principales referencias de aquella generación de 1987 sólo faltaba Cesc Fàbregas, ya en la absoluta), España no tuvo problemas para golear a Suecia (4-0) y Chipre (8-1); luego, aunque en la tercera y definitiva jornada bastaba un empate, los de Ginés Meléndez también derrotaron a Alemania por 3-1 para sellar con brillantez su paso por esta ronda clasificatoria.

Con la incorporación al grupo de varios de los mejores jugadores nacidos en 1988, España arrancó la fase final del Campeonato de Europa sub’19 de 2006 el 18 de julio en la localidad polaca de Grodzisk Wielkopolski con un vistoso 5-3 ante Turquía en el que volvió a quedar patente el enorme potencial ofensivo del equipo, liderado ese día por un Juan Mata que anotó tres goles. Luego, un contundente 4-0 sobre Escocia certificó el pase a semifinales como primeros de grupo y la clasificación para el Mundial sub’20 de Canadá 2007, permitiendo a los menos habituales tener su oportunidad ante Portugal en un encuentro que se saldó con 1-1. La selección española era la clara favorita al título y así lo demostró en su semifinal, aplastando a Austria por 5-0. En la gran final esperaban los sorprendentes escoceses y, como suele suceder en estos casos, el partido tuvo poco que ver con el duelo que había enfrentado a ambos equipos pocos días antes. Escocia mostró su mejor cara en Poznan y complicó mucho las cosas a España, pero un doblete de Alberto Bueno sirvió para doblegar la resistencia británica. Con un 2-1 final, la selección española juvenil volvía a proclamarse campeona de Europa dos años después y sumaba ya tres títulos en cinco años, algo que no compensaba la decepción por la tempranera eliminación en el Mundial de Alemania pero que permitía intuir que tal vez el futuro de la absoluta pudiera ser más brillante que su presente. En cuanto a los clasificados para el Mundial sub’20 de 2007, viajarían a Canadá como representantes europeos España, Escocia, República Checa, Austria, Portugal y Polonia.

Como ya ocurriera antes del Campeonato Mundial Juvenil de 2005, la Real Federación Española de Fútbol optó por no cargar de amistosos la temporada, así que los candidatos a estar en el Mundial de Canadá sólo se reunieron para entrenar y jugar algún partidillo con la sub’21 en los parones ligueros. Únicamente a finales de marzo se concertó un encuentro contra la República Checa, partido que se disputó en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) y que acabó con victoria española por 3-1. Con ese escaso rodaje acumulado, el 7 de junio se hizo pública la convocatoria mundialista, formada prácticamente por todos los miembros del equipo campeón de Europa juvenil el año anterior, con las únicas ausencias de Marc Pedraza (Espanyol), César Díaz (Albacete) y el lesionado Jeffrén Suárez (Barcelona).

Dado que la fase final del Campeonato de Europa sub’19 de 2007 daría comienzo antes de que terminara el Mundial sub’20 y España iba a ser el único país europeo que disputara ambas competiciones, los técnicos optaron por no subir de categoría a demasiados jugadores para no mermar las opciones de la sub’19 (cosa que lograron, pues España acabaría proclamándose otra vez campeona de Europa juvenil). Así, aparte de Capel, Mata y Bueno, que ya habían jugado el Europeo del año anterior y que también participaron en la Ronda Élite de 2007, de entre los nacidos en 1988 sólo se incorporaron a la sub’20 Adrián López, Adrián González y Stephen Sunday Obayan “Sunny”, un nigeriano víctima en su día de las mafias que trafican con niños futbolistas pero que se había asentado en España y encontrado en El Ejido el lugar ideal para desplegar su potencial, hasta el punto de convertirse en una de las sensaciones de la Segunda división aquella temporada.

Los mundialistas se reunieron en Las Rozas el 18 de junio, nada más acabar la Liga en Primera y Segunda división, para viajar a Canadá una semana más tarde. Pero, como ocurriera dos años antes, tampoco esta fue una concentración ideal, puesto que un amistoso del Real Madrid en Israel y los compromisos del filial del Sevilla en la fase de ascenso a Segunda impidieron que el equipo se entrenara al completo durante varios días. Ginés Meléndez e Iñaki Sáez, que acompañaría al equipo como responsable de las categorías inferiores pero sin inmiscuirse en la parte táctica, eligieron finalmente a estos veintiún jugadores:

Pos.

Nombre Fecha Nac. Club

1

P

Antonio ADÁN Garrido 13/05/1987 Real Madrid

2

DF

Antonio BARRAGÁN Fernández 12/06/1987 Deportivo de La Coruña

3

DF

José Ángel CRESPO Rincón 09/02/1987 Sevilla FC

4

DF

MARC VALIENTE Hernández 29/03/1987 FC Barcelona

5

DF

Gerard PIQUÉ Bernabéu 02/02/1987 Real Zaragoza

6

MC

MARIO SUÁREZ Mata 24/02/1987 Real Valladolid

7

MC

Antonio Calvo Arandes, “TONI CALVO” 28/03/1987 FC Barcelona

8

MC

Francisco Javier García Fernández, “JAVI GARCÍA” 08/02/1987 Real Madrid

9

DL

Alberto BUENO Calvo 20/03/1988 Real Madrid

10

MC

Esteban Félix GRANERO García 02/07/1987 Real Madrid

11

MC

DIEGO CAPEL Trinidad 16/02/1988 Sevilla FC

12

DF

Roberto CANELLA Suárez 07/02/1988 Sporting de Gijón

13

P

Ángel BERNABÉ Acosta 11/08/1987 Atlético de Madrid

14

MC

ADRIÁN GONZÁLEZ Morales 25/05/1988 Real Madrid

15

MC

IRIOME González González 22/06/1987 CD Tenerife

16

DL

Juan Manuel MATA García 28/04/1988 Real Madrid

17

DF

Gorka ELUSTONDO Urkola 18/03/1987 Real Sociedad

18

DL

ADRIÁN LÓPEZ Álvarez 08/01/1988 Deportivo de La Coruña

19

MC

MARCOS García Barreno 21/03/1987 Villarreal CF

20

MC

Stephen Sunday Obayan, “SUNNY” 17/09/1988 Polideportivo Ejido

21

P

Javier Martínez González, “JAVI” 27/06/1987 Albacete

En el listado aparece el club en el que actuaban los jugadores cuando fueron convocados, aunque para cuando España inició su andadura en el campeonato, el 1 de julio, algunos ya habían cambiado de equipo: Piqué, propiedad del Manchester United, había estado cedido en el Zaragoza durante la temporada 2006/2007 y regresaba al club inglés; algo parecido le ocurría a Mario Suárez, cedido esa campaña al Real Valladolid por el Atlético de Madrid y que en la 2007/2008 acabaría siendo cedido al Celta; además, a finales de junio ya se sabía que Mata y Sunny ficharían por el Valencia y durante el torneo se oficializó el traspaso de Toni Calvo al Aris de Salónica. Además de Gerard Piqué, por entonces ya sabían lo que era jugar en Primera división Antonio Barragán, José Ángel Crespo, Gorka Elustondo, Mario Suárez, Marcos García, Adrián López y Diego Capel (Javi García también había debutado con el primer equipo del Real Madrid, pero en Copa del Rey); y en general se esperaba que el resto diera enseguida el salto a la máxima categoría, cosa que casi todos hicieron. Obviamente, en la absoluta se han consolidado bastantes menos: tan sólo Piqué (69 partidos a 30 de junio de 2015) y, en menor medida, Mata (34) han sido asiduos en las convocatorias, aunque Mario Suárez (3), Diego Capel (2), Javi García (2) y Adrián López (2) también han tenido la oportunidad de vestir la elástica nacional.

Veinte años después de acoger el Mundial sub’17, Canadá era sede de un Mundial sub’20 con la misma aspiración que entonces: usar el campeonato para incrementar el interés de sus ciudadanos por el soccer y, consecuentemente, elevar el nivel de su equipo nacional. Una meta que no se había conseguido en 1987 y que, a tenor de los resultados de la selección que hoy dirige Benito Floro, sigue pareciendo lejana, aunque el trabajo del español y la creciente influencia de los equipos canadienses en la Major League Soccer van mejorando lentamente el panorama. Además, cabe señalar que desde esta edición el Campeonato Mundial Juvenil pasaba a denominarse Copa del Mundo sub’20; un cambio aparentemente menor pero de gran trascendencia simbólica y comercial para la FIFA.

Más incidencia deportiva tenía el cambio de confederación completado por Australia el año anterior: selección fija hasta entonces en los mundiales juveniles como representante de Oceanía (al menos desde que, en 1997, el continente se aseguró una plaza propia), su inclusión en la Confederación Asiática abrió la puerta de los torneos FIFA al resto de naciones oceánicas. Aunque el tiempo demostraría que no siempre le iba a resultar sencillo superar a sus rivales, en esta primera ocasión se impuso la lógica y Nueva Zelanda se clasificó por primera vez en su historia para disputar una Copa del Mundo sub’20. Junto a los jóvenes kiwis, también se presentaban por primera vez en un Mundial juvenil las selecciones de Gambia, Congo, Jordania y la República Democrática Popular de Corea (tras renunciar a participar en Japón 1979, los norcoreanos se habían clasificado para Portugal 1991 pero habían competido en un equipo unificado con Corea del Sur, por lo que Canadá 2007 supondría su debut oficial). El sorteo de la primera fase se celebró en Toronto el 3 de marzo y deparó estos grupos:

GRUPO A

(Edmonton, Toronto)

GRUPO B

(Burnaby, Victoria)

GRUPO C

(Toronto, Edmonton, Montreal)

GRUPO D

(Montreal, Ottawa)

GRUPO E

(Ottawa, Montreal)

GRUPO F

(Victoria, Burnaby)

Canadá

España

Portugal

Brasil

Argentina

Nigeria

Chile

Uruguay

México

Polonia

Rep. Checa

Escocia

Austria

Jordania

Nueva Zelanda

Rep. Corea

Panamá

Costa Rica

Congo

Zambia

Gambia

EE.UU.

RDP Corea

Japón

La primera Copa del Mundo sub’20 se jugó entre el 30 de junio y el 22 de julio de 2007, abriéndose con un Polonia-Brasil en el Estadio Olímpico de Montreal y cerrándose con la gran final en el flamante Estadio Nacional de Soccer de Toronto, construido para el torneo. El público local mostró un gran interés por el campeonato y, con casi un millón doscientos mil espectadores en total, la cita canadiense batió el récord de afluencia a un Mundial sub’20 que hasta entonces ostentaba la edición de México 1983 (donde, eso sí, se habían jugado veinte partidos menos). Como ya era norma, Canadá dispuso seis sedes y cada grupo usó dos de ellas (salvo el C, que jugó sus dos primeras jornadas en Toronto y repartió la última entre Edmonton y Montreal) para que los dos partidos de la tercera jornada se pudieran disputar a la vez.

La principal novedad del evento fue que se utilizaron varios campos de hierba artificial, concretamente en los estadios de Toronto, Montreal y Ottawa. La superficie sintética ya se había probado en los Mundiales sub’17 de 2003 y 2005, pero en Canadá se usó por primera vez en partidos de un Mundial sub’20. Según el estudio contenido en el Informe Técnico del campeonato el césped artificial benefició a los equipos más dotados técnicamente, pues los pases largos eran mucho más difíciles de alcanzar que en hierba natural y eso potenció las paredes y triangulaciones cercanas entre jugadores; como aspecto negativo se detectó un aumento de los calambres musculares, sobre todo en los primeros partidos. Por su parte, algunos campos de césped natural no aguantaron demasiado bien el paso de los partidos, lo que posiblemente también influyera en la polémica decisión de que el Mundial femenino absoluto de este 2015 se esté jugando sobre terrenos artificiales: según los organizadores, los duros inviernos canadienses no permiten garantizar que el césped natural llegue al mes de junio en plenitud de condiciones. Como última nota a destacar del campeonato juvenil, la FIFA empezó a apostar fuerte por las nuevas tecnologías y emitió los partidos gratuitamente por streaming en su página web para prácticamente toda Europa (aunque no para España); además, empezó a incluir en sus crónicas un resumen en vídeo de unos dos minutos e incluso dejó que fueran los internautas quienes eligieran con sus votos el mejor gol del campeonato.

Encuadrada en el grupo B, España se asentó en el extremo más occidental del país norteamericano, en el área metropolitana de Vancouver, zona en la que se encuentran tanto Burnaby como Victoria. Esto implicó que la diferencia horaria con respecto a nuestro país fuera la mayor posible (9 horas) y, por tanto, que dos de los tres partidos de la primera fase y el de octavos de final se jugaran bien entrada la madrugada española, lo que dificultó el seguimiento del torneo. Por fortuna, laSexta, la televisión encargada esta vez de retransmitir el Mundial juvenil, tuvo a bien reponer los encuentros en diferido a la mañana siguiente, aunque por entonces su señal todavía no cubría la totalidad del territorio nacional. Por último, señalar que entre los dieciocho tríos arbitrales (quince titulares y tres reservas canadienses) que actuaron en la Copa del Mundo sub’20 de 2007 estuvo el formado por el navarro Alberto Undiano Mallenco y sus asistentes Fermín Martínez Ibáñez y Juan Carlos Yuste Jiménez. Los españoles rayaron a gran altura en los tres partidos de la primera fase y en el de cuartos de final que dirigieron, siendo su trabajo reconocido por la FIFA al designarlos para arbitrar también la gran final.

EL CAMPEONATO

Alineación de España en el Mundial juvenil de Canadá 2007, extraída del Informe Técnico oficial del torneo.

Alineación de España en el Mundial juvenil de Canadá 2007, extraída del Informe Técnico oficial del torneo.

En suelo canadiense desde el 26 de junio, España no pudo completar el plan de trabajo establecido por culpa del mal estado del campo de entrenamiento en el que estaba previsto disputar un amistoso contra un combinado universitario local. Sin esa última prueba antes del duro debut contra Uruguay, el 1 de julio la selección española saltó al césped del abarrotado Swangard Stadium de Burnaby (un recinto acondicionado a toda prisa en el que varios barracones portátiles hacían las veces de improvisados vestuarios, generando situaciones impropias de un Mundial del siglo XXI) con su por entonces inamovible 4-2-3-1, con la peculiaridad de que en esta ocasión el mediapunta central, Juan Mata, era más un segundo delantero al estilo Gabri en Nigeria 1999 que un organizador avanzado como Iniesta en EAU 2003 o Cesc Fàbregas en Países Bajos 2005. Con dos jugadores de banda incisivos y veloces como Toni Calvo y Diego Capel, un sólido doble pivote formado por Javi García y Mario Suárez y el máximo goleador del Europeo juvenil del año anterior, Alberto Bueno, España presentó un once de gran potencial que, sin embargo, no logró sentirse cómodo en ningún momento ante una selección charrúa que llegaba con mucho más rodaje y que demostró haber estudiado perfectamente a su rival.

Desconectado el centro del campo español, el poderío ofensivo de jugadores como Luis Suárez y Edinson Cavani se hizo notar y Adán tuvo que emplearse a fondo para mantener el cero en su portería en una primera parte de claro color celeste. Tras la pausa, y lejos de cambiar el decorado, Uruguay consiguió golpear a los dos minutos: Román Marcel se internó por la derecha y con un taconazo dejó solo a Luis Suárez, cuyo centro remachó Cavani en el área pequeña ante la indecisión de la zaga española. El marcador hacía justicia a los méritos de unos y otros y se puso aún más complicado para España cuando, menos de diez minutos después, otra buena combinación entre Román y Luis Suárez acabó con un impresionante derechazo del delantero desde fuera del área que se coló por la escuadra.

Con 0-2 y media hora por delante Meléndez reaccionó, dio entrada a Sunny y la selección empezó a tocar con más criterio. Además, Uruguay se metió demasiado atrás y España lo aprovechó para recortar distancias a veinte minutos del final por medio de Adrián López, que se adelantó a la mala salida de Goicoechea y cabeceó a la red un centro de Barragán. Pero el tiempo volaba y, pese a la mejoría en el juego, los de Meléndez no volvieron a encontrar el camino a la red hasta el descuento. Pasado el noventa, el colegiado anuló correctamente un remate de Piqué con la mano y ahí parecieron morir las opciones españolas; sin embargo, el equipo siguió empujando y obtuvo su premio en el minuto 93: Goicoechea salió al punto de penalti a despejar un balón colgado por Sunny y su inseguro puñetazo dejó el balón en la zurda de Diego Capel, que enganchó desde fuera del área una magnífica volea que superó por alto al meta uruguayo. Sobre la bocina, España salvaba los muebles y mantenía intactas sus opciones de acabar líder del grupo.

01/07/2007

Primera jornada del Grupo B.

ESPAÑA

(2)

Adán; Barragán, Marc Valiente, Piqué, Canella; Javi García (-60, Sunny), Mario Suárez, Toni Calvo (-57, Marcos), Mata, Diego Capel; Bueno (-53, Adrián López).

URUGUAY

(2)

Goicoechea; Damián Suárez (-66, Montelongo), Kagelmacher, Cáceres, Díaz; Arismendi, Cardaccio (-75, Ruiz), Román; Surraco (-60, Prieto), Cavani, Luis Suárez.

Goles

0-1 Cavani (URU, min. 47); 0-2 Luis Suárez (URU, min. 56); 1-2 Adrián López (ESP, min. 71); 2-2 Diego Capel (ESP, min. 90+3).

Árbitro

Wolfgang Stark (ALE).

Tarjetas

Toni Calvo (ESP, min. 12); Kagelmacher (URU, min. 13); Mario Suárez (ESP, min. 76); Díaz (URU, min. 81).

Estadio

Swangard Stadium (Burnaby). 10.000 espectadores.

Para el segundo partido, Meléndez introdujo en el once al sevillista Crespo en el lateral izquierdo y a los dos suplentes que habían cambiado el juego español en la primera jornada, Sunny y Adrián López. Sin embargo, y pese a la teórica superioridad española, Zambia salió mejor y en el primer cuarto de hora disfrutó de un par de buenas ocasiones que se marcharon fuera por poco. Luego el partido se equilibró y comenzó a tomar color hispano al filo del minuto treinta, cuando Mario Suárez transformó con suficiencia un discutible penalti que él mismo había provocado. Defendiéndose por acumulación, los africanos estaban aguantando bien las poco incisivas acometidas españolas, pero los de Meléndez supieron aprovechar una contra para volver a marcar por medio de Mata, que remató a bote pronto un buen centro de Diego Capel desde la izquierda.

Al comienzo de la segunda parte España tuvo alguna ocasión para sentenciar definitivamente el partido, pero Toni Calvo y el recién incorporado Granero desperdiciaron dos buenas oportunidades. Luego los africanos aprovecharon el bajón físico y de concentración de sus rivales para lanzarse al ataque y obtuvieron su recompensa a falta de un cuarto de hora, cuando Njobvu recogió un balón suelto en la frontal y, tras internarse en el área, batió por bajo a Adán. A partir de ese momento Zambia se encorajinó aún más y buscó el empate, pero sus limitaciones técnicas y la serenidad de la defensa española evitaron que el marcador volviera a moverse. Con cuatro puntos, España cerraba esa segunda jornada como líder de grupo y estaba virtualmente clasificada para octavos de final.

04/07/2007

Segunda jornada del Grupo B.

ZAMBIA

(1)

Jacob Banda; Zimba, Dennis Banda, Nyambe, Kachinga; Sunzu (-60, Phiri), Njobvu, Mwansa, Tembo (-58, Lupiya), Mulenga; Mayuka.

ESPAÑA

(2)

Adán; Barragán, Marc Valiente, Piqué, Crespo; Mario Suárez (-79, Javi García), Sunny, Toni Calvo (-67, Iriome), Mata, Diego Capel (-50, Granero); Adrián López.

Goles

0-1 Mario Suárez (ESP, min. 30)(p); 0-2 Mata (ESP, min. 40); 1-2 Njobvu (ZAM, min. 74).

Árbitro

Germán Valentín Arredondo Ramírez (MEX).

Tarjetas

Piqué (ESP, min. 15); Nyambe (ZAM, min. 27); Zimba (ZAM, min. 37).

Estadio

Swangard Stadium (Burnaby). 10.000 espectadores.

Con un punto en su casillero fruto del empate en la primera jornada ante Zambia, Jordania buscaba ante España una improbable victoria que le permitiera pasar de ronda; por su parte, los de Meléndez querían certificar una primera plaza que les garantizara no tener que moverse de Burnaby para los octavos. Con una alineación bastante renovada, sobre todo de centro del campo hacia adelante, España dominó el choque con cierta comodidad y sólo la falta de acierto de Adrián López en la finalización impidió que el marcador se abriera antes de la media hora. Eso sí: luego el ariete asturiano se desquitó con un espectacular hat trick en menos de diez minutos. El primer tanto llegó con un buen remate de cabeza a centro de Iriome desde la derecha y el segundo al aprovechar un balón suelto en el área después de un córner; el tercer gol, en el minuto 38, fue fruto de una buena combinación de los atacantes españoles que permitió a Marcos plantarse solo ante el meta jordano y ceder el balón para que Adrián lo empujara a puerta vacía. Entre medias, un disparo de Jordania al larguero completó un entretenido primer tiempo.

Con los deberes hechos, España quiso empezar la segunda parte buscando una goleada aún mayor, pero un error en una jugada de estrategia permitió a Jordania armar un perfecto contragolpe que Loiy Al Zaideh culminó con mucha calma y calidad. Como Zambia tres días antes, Jordania cobró impulso tras el gol y, menos de diez minutos después, Abdallah Salim transformaba de manera espectacular un lejano lanzamiento de falta para poner aún más emoción a un partido que parecía resuelto al descanso. Por suerte, con los jordanos envalentonados, España mantuvo el tipo y dispuso de varios acercamientos peligrosos para volver a distanciarse en el marcador, cosa que finalmente logró al borde del minuto 80, cuando Marcos cabeceó a la red una falta lanzada con rapidez que pilló despistada a la defensa rival. El cuarto gol aplacó los ánimos de Jordania y, dado que Zambia dio la sorpresa y se impuso a Uruguay en el otro duelo del grupo, selló definitivamente el primer puesto de España en el grupo. Ese liderato traería, no obstante, un regalo envenenado, ya que los resultados del campeonato hacían más que probable que el rival en octavos fuera el tercer clasificado del grupo D, que sorprendentemente era la selección brasileña.

07/07/2007

Tercera jornada del Grupo B.

ESPAÑA

(4)

Adán; Crespo, Elustondo, Piqué (-43, Marc Valiente), Canella; Javi García (-62, Sunny), Granero, Iriome (-65, Diego Capel), Marcos, Adrián González; Adrián López.

JORDANIA

(2)

Al Asmar; Al Jumah, Bani Yaseen, Al Basha, Hasan; Suleiman, Al Bashir, Hijah, Al Zaideh (-86, Alawneh), Fraeh (-68, Nofal); Salim.

Goles

1-0 Adrián López (ESP, min. 29); 2-0 Adrián López (ESP, min. 32); 3-0 Adrián López (ESP, min. 38); 3-1 Al Zaideh (JOR, min. 48); 3-2 Salim (JOR, min. 56); 4-2 Marcos (ESP, min. 79).

Árbitro

José Hernando Buitrago Arango (COL).

Tarjetas

Hijah (JOR, min. 13); Suleiman (JOR, min. 84); Crespo (ESP, min. 90+3); Hasan (JOR, min. 90+4).

Estadio

Swangard Stadium (Burnaby). 10.000 espectadores.

En Canadá 2007 sólo hubo un equipo capaz de pasar a octavos con pleno de victorias: fue México, con muchos de los campeones mundiales sub’17 de 2005 en el equipo, como Giovanni Dos Santos, Carlos Vela o Héctor Moreno. Del resto de líderes de grupo destacaban las actuaciones de Estados Unidos (con la pareja atacante formada por Freddy Adu, en su tercer Mundial sub’20, y Jozy Altidore sembrando el pánico en las defensas rivales), Argentina (que, pese a no poder contar con Gonzalo Higuaín, retenido por el Real Madrid, tenía un gran poderío ofensivo con los menudos Sergio Agüero, Mauro Zárate, Maxi Moralez, Pablo Piatti o Ángel Di María) y Chile (en la que brillaban sobre todo Arturo Vidal y Gary Medel). En cambio, la gran decepción había sido Brasil: pese a haber sido campeona del Sudamericano sub’20 cinco meses antes, la canarinha no había encontrado su juego en el césped sintético de Montreal y Ottawa y, tras perder con Polonia y Estados Unidos y ganar a Corea del Sur, terminó clasificándose como una de las cuatro mejores terceras gracias tan solo a haber marcado más goles que Costa Rica.

El castigo para esa mala actuación brasileña sería tener que cruzarse todo Canadá para enfrentarse a España en octavos de final. Se trataba obviamente del duelo más atractivo de esa ronda y lo cierto es que no decepcionó a los pocos que se atrevieron a encender el televisor a las cinco y cuarto de la mañana, hora peninsular española. Olvidadas las molestias físicas que obligaron a sustituir tempranamente a Piqué ante Jordania, Meléndez optó por los jugadores más en forma de los que disponía y la selección planteó un partido tremendamente serio, como obligaba la situación. Pero Brasil, que pese a su bajo rendimiento contaba con un puñado de jugadores de calidad más que notable, ofreció por momentos su mejor imagen del campeonato y, tras media hora de tanteo, comenzó a rondar con peligro la meta de Adán. Cerca ya del descanso, el partido enloqueció: Brasil asestó dos zarpazos en dos minutos, primero con un acrobático remate de Leandro Lima tras centro del lateral derecho Amaral y luego con un cabezazo de Pato a pase de Marcelo, el lateral zurdo madridista; instantes después, España fue capaz de recortar distancias con un polémico gol de Piqué, en fuera de juego y ayudándose del brazo para desviar a la red una falta lateral.

En la segunda parte España se hizo pronto dominadora de la posesión y Brasil se agazapó en su terreno esperando cómodamente unas oportunidades a la contra que llegaron pero que no supo materializar. Mientras, Meléndez iba introduciendo cambios ofensivos y moviendo sus piezas, pasando primero a Adrián López a banda derecha y luego dejándole todo ese carril a Toni Calvo para jugar el último cuarto de hora con dos puntas, pero el gol del empate acabó llegando en una acción de picardía de Javi García, que transformó un lejano libre directo mientras el portero brasileño colocaba una barrera que nadie había pedido. El partido se iba a la prórroga y ahí, con Esteban Granero tomando el mando de las operaciones, España se mostró netamente superior tanto en lo físico como sobre todo en lo táctico. Poco antes de la pausa Alberto Bueno cabeceó completamente solo en el segundo palo un centro de Capel para colocar a los españoles por delante, y la expulsión acto seguido del atacante brasileño Leandro Lima dejó el partido prácticamente sentenciado. Con muchos espacios, España supo cansar a su desquiciado rival y, tras malgastar un buen puñado de ocasiones, cerró su espectacular actuación en el último instante gracias a la conexión asturiana entre Mata y Adrián López, que firmaba su quinto gol del campeonato y se colocaba como máximo realizador.

11/07/2007

Octavos de final.

ESPAÑA

(4)

Adán; Barragán (-77, Toni Calvo), Marc Valiente, Piqué, Crespo; Javi García, Sunny (-71, Bueno), Diego Capel, Mata, Marcos (-55, Granero); Adrián López.

BRASIL

(2)

Cassio; Amaral (-70, Eduardo), Luizao, Edson, Marcelo; Willian (-63, Carlos Eduardo), Roberto, Ji Paraná, Leandro Lima; Pato, Jo Alves (-51, Luiz Adriano).

Goles

0-1 Leandro Lima (BRA, min. 39); 0-2 Pato (BRA, min. 41); 1-2 Piqué (ESP, min. 43); 2-2 Javi García (ESP, min. 84); 3-2 Bueno (ESP, min. 102); 4-2 Adrián López (ESP, min. 120+1).

Árbitro

Martin Hansson (SUE).

Tarjetas

Crespo (ESP, min. 27); Pato (BRA, min. 45); Roberto (BRA, min. 85); Leandro Lima (BRA, min. 102); Piqué (ESP, min. 104); Toni Calvo (ESP, min. 115); Luizao (BRA, min. 116); Edson (BRA, min. 117). Expulsado Leandro Lima (BRA, min. 102) por doble amarilla.

Estadio

Swangard Stadium (Burnaby). 10.000 espectadores.

En la ronda de octavos de final México no tuvo problemas para deshacerse de la selección congoleña por 3-0 y, aunque comenzó perdiendo, Argentina tampoco sufrió demasiado para derrotar a Polonia por 3-1. Ambas selecciones se verían las caras en cuartos, en lo que parecía una auténtica final anticipada entre dos grandes generaciones de futbolistas. Por ese lado del cuadro Nigeria había superado 2-1 a Zambia en el duelo africano y Chile había vencido por la mínima al combinado portugués. Por el lado español, Estados Unidos seguía con su buena marcha y se había impuesto por 2-1 a Uruguay en un partido muy igualado que se resolvió en la prórroga, mientras que Austria había superado a la sorprendente Gambia por idéntico marcador, aunque sin tener que llegar al tiempo extra. Por su parte, Japón tuvo el dudoso honor de ser el único campeón de grupo que no accedió a los cuartos de final: desperdició una ventaja de 2-0 en la segunda parte de su duelo ante la República Checa y los centroeuropeos acabaron logrando el pase en la tanda de penaltis. Por tanto, los checos serían los rivales de España por un puesto en semifinales.

Después de superar a Brasil, Ginés Meléndez declaró que esa victoria había hecho que sus chicos crecieran cuatrocientos pisos. Aunque el técnico se refería a puro crecimiento futbolístico, es posible que la euforia del equipo se disparara también hasta esa poco recomendable altura, apoyándose igualmente en la experiencia del amistoso disputado en abril ante la República Checa y que había acabado con victoria española por 3-1. El caso fue que aquel 14 de julio el balón fue completamente español, pero las imprecisiones y el orden defensivo checo pronto hicieron ver que el partido iba a ser un auténtico hueso que se resolvería en alguna acción aislada. Además, el césped (natural) seco e irregular del estadio de Edmonton favoreció la táctica de contención de la República Checa y España apenas logró inquietar la meta defendida por Radek Petr antes del descanso.

Ante un rival romo en ataque, la segunda parte vio a una España algo más consciente de lo que se estaba jugando. Los pases hispanos empezaron a tener más velocidad e intención, se produjeron varios acercamientos peligrosos y en el minuto 72 llegó por fin la oportunidad de romper el muro checo; desgraciadamente, Adrián López se topó con el palo en un remate franco desde dentro del área pequeña y la prórroga llegó sin que nadie pudiera evitarlo. El intenso dominio español no había fructificado y, en el tiempo extra, la República Checa hizo un amago por desperezarse. En uno de sus escasos y tímidos ataques, los checos forzaron un córner y Lubos Kalouda aprovechó una dubitativa y arriesgada salida de Adán para enganchar una gran volea desde fuera del área que superó a toda la maraña de jugadores que se interponían entre él y la portería.

El inesperado gol reactivó a España, que ya había dado sobradas muestras a lo largo del campeonato de que no se venía fácilmente abajo. De hecho, Piqué estuvo a punto de igualar casi de inmediato, pero su cabezazo se estrelló en el larguero. En la segunda parte del tiempo extra continuó el acoso y los de Meléndez apenas tardaron cinco minutos en empatar: un disparo lejano de Bueno se fue a la cepa del poste y Mata, más atento que nadie, surgió de la nada para empujar el balón a la red. A pesar de la evidente superioridad hispana en el conjunto del duelo, los penaltis se veían casi como un mal menor tal y como se había puesto el partido. Bueno tuvo en sus botas la última opción para evitarlos, pero no acertó y desde los once metros la fortuna le fue esquiva a España: Marc Valiente envió el tercer lanzamiento al travesaño y, en el quinto, Petr atajó el disparo de Piqué. Por segunda edición consecutiva, la selección española caía eliminada en cuartos de final del Mundial sub’20.

14/07/2007

Cuartos de final.

ESPAÑA

(1)

Adán; Barragán, Marc Valiente, Piqué, Crespo; Mario Suárez (-95, Adrián González), Javi García, Mata, Granero (-56, Toni Calvo), Diego Capel; Adrián López (-81, Bueno).

REP. CHECA

(1)

Petr; Kudela, Mazuch, Simunek, Kuban; Suchy, Micola, Kalouda (-107, Gecov), Strestik (-66, Pekhart), Janda (-118, Cihlar); Fenin.

Goles

0-1 Kalouda (CZE, min. 103); 1-1 Mata (ESP, min. 110).

Tanda de penaltis

(CZE 3-4)

1-0 Mata (ESP); 1-1 Fenin (CZE); 2-1 Adrián González (ESP); 2-2 Suchy (CZE); 2-2 Marc Valiente (ESP), al larguero; 2-3 Kudela (CZE); 3-3 Javi García (ESP); 3-4 Pekhart (CZE); 3-4 Piqué (ESP), para Petr.

Árbitro

Ravshan Irmatov (UZB).

Tarjetas

Kudela (CZE, min. 16); Javi García (ESP, min. 32); Strestik (CZE, min. 37); Adrián López (ESP, min. 41); Micola (CZE, min. 72); Kuban (CZE, min. 117); Petr (CZE, min. 120+1).

Estadio

Commonwealth Stadium (Edmonton). 26.801 espectadores.

Con los fallos de su pareja de centrales, dos de los jugadores del equipo con un rendimiento más alto y regular a lo largo de los partidos anteriores, se despedía España mucho más pronto de lo esperado de un Mundial en el que, en cualquier caso, había sufrido para confirmar su teórico favoritismo. Lejos del nivel de juego que se alcanzó en el Europeo del año anterior, los partidos se sacaron adelante gracias al empuje y a la calidad de varios jugadores que aparecieron en momentos puntuales para echarse el equipo a las espaldas, como Granero, Marcos, Adrián López y sobre todo Diego Capel (quizás el más destacado y desequilibrante de todos), pero al final a España le fue imposible superar la enésima situación comprometida que vivió en el campeonato.

Así pues, con un discreto balance de una victoria y tres empates en sus cinco partidos (y, eso sí, dos tandas de penaltis superadas), la República Checa accedió a las semifinales de la Copa del Mundo sub’20 por primera vez en su historia. En la penúltima ronda se vería las caras con la otra gran sorpresa, Austria, que había derrotado por 2-1 en la prórroga a una selección estadounidense que fue de más a menos durante el torneo y que, pese a adelantarse pronto, se atascó ante el mayor orden europeo. La otra semifinal sería completamente sudamericana: en un brillante partido de ambos conjuntos, Argentina se había impuesto a México con un solitario gol de Maxi Moralez al borde del descanso; mientras que Chile había destrozado a Nigeria en la prórroga a base de contragolpes hasta lograr el 4-0 final.

Aunque ambas semifinales se preveían muy competidas, lo cierto es que las dos quedaron prácticamente resueltas en los primeros quince minutos. En ese breve espacio de tiempo la República Checa se aprovechó de las bajas austriacas en defensa para cobrar una ventaja de dos goles que su rival no pudo ya ni siquiera recortar, mientras que en el intenso choque entre argentinos y chilenos un gol de Ángel Di María (el primero que encajaba Chile, cuyo guardameta Cristopher Toselli dejó el récord de imbatibilidad de los mundiales sub’20 en 451 minutos) y la expulsión de Gary Medel inclinaron la balanza hacia el lado de la albiceleste, que remató a su rival en la segunda parte con dos goles más (el último en el descuento, cuando Chile ya estaba con nueve jugadores por otra expulsión).

Pero la mala tarde de la selección chilena no acabó ahí: a la salida del estadio, y por motivos que difieren mucho según las versiones, los futbolistas se enzarzaron en una violenta pelea con la policía canadiense, que acabó usando gases lacrimógenos y golpeando a varios jugadores, entre ellos Alexis Sánchez. Los agentes llegaron incluso a emplear pistolas eléctricas para reducir a los jóvenes deportistas, que destrozaron las lunas de su autobús (según ellos, para escapar del gas pimienta lanzado por los guardias) y también causaron lesiones a un par de policías. Los futbolistas fueron retenidos por las autoridades durante tres horas y el grave incidente motivó una queja formal del gobierno chileno al canadiense. La FIFA, tras manifestar su consternación por lo ocurrido, saldó el asunto con una multa para la federación chilena y con una sanción de nueve meses al jugador Jaime Grondona. Con los ánimos más calmados, Chile se acabaría llevando el duelo por el tercer puesto al derrotar 1-0 a Austria.

La final, disputada el 22 de julio de 2007 en el Estadio Nacional de Soccer de Toronto, sobre césped artificial y con Undiano Mallenco y su equipo impartiendo justicia, enfrentó a dos selecciones que ya se habían visto las caras en la primera jornada de la fase de grupos, con un resultado entonces de 0-0. Los checos habían demostrado una gran concentración y fortaleza a lo largo del campeonato y, con sus limitados recursos, en el partido por el título no decepcionaron, poniendo en serios aprietos a la albiceleste y consiguiendo incluso adelantarse en el marcador en el minuto 60 con un buen remate de Martin Fenin, su mejor atacante. Pero, casi a continuación, un error de la zaga al tirar el fuera de juego permitió a Éver Banega encontrar a Sergio Agüero con un gran pase en profundidad, y el entonces delantero del Atlético de Madrid no perdonó. Argentina se volcó entonces sobre el área rival y, casi al final, una gran maniobra de Mauro Zárate dentro del área decidió el partido.

Aunque entonces no lo sabía, el seleccionador Hugo Tocalli, ayudante tantos años de José Néstor Pékerman en las inferiores argentinas, cerraba de la mejor manera posible la brillantísima etapa iniciada por su maestro en 1995: en doce años, Argentina se había hecho con cinco de los siete mundiales sub’20 disputados gracias a varias generaciones de extraordinarios futbolistas juveniles que, sin embargo, no han logrado reeditar esos éxitos con la absoluta (aunque el verano pasado se quedaron a las puertas en Maracaná). En Canadá brilló con luz propia Sergio “el Kun” Agüero, joven veterano que ya había dejado buenos detalles dos años antes en Países Bajos y que en Norteamérica confirmó todo lo que ya venía apuntando en su primer año en la Liga española. Agüero se llevó el Balón de Oro y, con seis goles, también la Bota de Oro al máximo realizado: en las votaciones para determinar el mejor jugador del campeonato el argentino superó a su compañero Maxi Moralez y al mexicano Giovanni Dos Santos, mientras que en la clasificación de goleadores quedó por delante de Adrián López (5 tantos) y de Moralez (4 goles, los mismos que Jozy Altidore pero aportando además tres asistencias). Por si fuera poco, su primer gol ante Polonia en el partido de octavos de final fue elegido por los internautas como el mejor del campeonato. Huelga decir que, de todos los nombrados en este párrafo final, el Kun es el único que ha roto verdaderamente en estrella mundial.

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Fuentes consultadas:

Martialay, Félix: “Todo sobre todas las selecciones” (2007), Ed. Librerías Deportivas Esteban Sanz.

www.fifa.com

www.rsssf.com

www.bdfutbol.com

www.sefutbol.com

http://siemprecantera.blogspot.com.es

www.youtube.com

Hemerotecas y archivos digitales de los diarios As, ABC, El Mundo Deportivo, El País, Marca.




España en los mundiales sub’20: Países Bajos 2005

Después de que la selección española juvenil no lograra participar en la fase final del Campeonato de Europa sub’19 de 2003 (algo que no impidió a varios de sus mejores exponentes disputar luego el Mundial sub’20 de Emiratos Árabes Unidos), la temporada 2003/2004 supuso el regreso a un camino, el de los éxitos, por el que discurriría buena parte de la siguiente década. Tras las preceptivas concentraciones y un par de amistosos ante Eslovaquia a finales de enero en Puertollano y Guadalajara (saldados ambos con victoria local por 4-0 y 2-1), España inició la clasificación para el Europeo de 2004 directamente en la Ronda Élite, la segunda y última fase previa que la UEFA había establecido en 2003 al reorganizar los sistemas clasificatorios que tantos quebraderos de cabeza habían generado en los años anteriores. Las localidades castellonenses de Onda y Burriana acogieron en mayo este cuadrangular a una sola vuelta que España arrancó con mal pie, pues no pasó del 0-0 ante Lituania, la selección teóricamente más débil del grupo. Sin embargo, las posteriores victorias sobre Países Bajos (1-0) y Hungría (3-0) permitieron a los de Ufarte hacerse con el único billete en juego para la fase final de Suiza, país que acogería el evento en el marco de las celebraciones por el 50º aniversario de la fundación de la UEFA.

Fase final que arrancó el 13 de julio de 2004, cuando la España futbolística seguía lamiéndose las heridas abiertas en la Eurocopa absoluta de Portugal. Después de tropezar inesperadamente en la fase de clasificación contra Grecia e Irlanda del Norte y verse obligada a superar a Noruega en una repesca, en tierras lusas la selección de Iñaki Sáez no fue capaz de superar la primera ronda y, lo que quizás fuera aún peor, dejó a su regreso una imagen de mal ambiente y desorganización que sólo podía solucionarse de una manera. Ni los resultados ni el juego desplegado a lo largo de esos dos años habían sido los esperados, y era generalizada la opinión de que a Sáez ese reto le había venido demasiado grande. Después de un amago de continuidad que fue rápidamente atajado por la presión popular, el 23 de junio de 2004 Iñaki Sáez puso su cargo a disposición de la RFEF, que aceptó su renuncia como seleccionador absoluto. Sin embargo, dado que el vizcaíno tenía contrato en vigor (se le había renovado por dos años más antes del inicio de la Eurocopa), se decidió que Sáez permaneciera en la federación como responsable de las categorías inferiores y seleccionador sub’21, algo que al parecer ya había acordado con el presidente Ángel María Villar cuando asumió la dirección de la absoluta dos años antes.

Luis Aragonés no tardaría en ser elegido como sustituto de Sáez y el de Hortaleza decidió contar con José Armando Ufarte como segundo, lo que motivó una ligera remodelación del organigrama técnico de las categorías inferiores de la RFEF. En cualquier caso, Ufarte se mantuvo al frente de la selección sub’19 en la fase final del Europeo juvenil, clasificatoria para el Mundial sub’20 de 2005. Con “veteranos” como Alexis Ruano, Juanfran Torres o Jaime Gavilán, más jugadores de la talla de Sergio Ramos, Raúl Albiol, Rubén De la Red o Roberto Soldado y la presencia emergente de los subcampeones mundiales sub’17 en 2003 Markel Bergara y David Silva, el combinado español era un equipo francamente potente en todas sus líneas y así lo demostraría a lo largo del torneo.

España inició el Campeonato de Europa con una clara y contundente victoria sobre Alemania por 3-0, y un nuevo triunfo, esta vez más apurado, ante Turquía (3-2, anotando el gol decisivo en el descuento) aseguró el pase a semifinales y la clasificación para el Campeonato Mundial Juvenil de 2005. En el tercer partido Ufarte dio oportunidades a los menos habituales y estos no defraudaron, goleando a Polonia por 4-1. España era ya la clara favorita al título, pero sufrió lo indecible para conquistarlo. Primero tuvo que llegar a los penaltis para eliminar a Ucrania: tras el 1-1 en el tiempo reglamentario la prórroga acabó con 2-2 y en los lanzamientos desde los once metros los españoles se impusieron con claridad por 4-1. Luego, en la final disputada en los campos que la UEFA tiene en su sede de Nyon, Turquía fue nuevamente un rival muy incómodo y los de Ufarte debieron esperar otra vez hasta el descuento para marcar el gol de la victoria, una auténtica obra de arte de Borja Valero, que dejó sentados a dos defensas y batió con una soberbia vaselina al meta turco para romper por fin el 0-0. España, Turquía, Ucrania, Suiza, Italia y Alemania obtuvieron las seis plazas europeas para un Mundial sub’20 en el que, además, habría un séptimo representante del viejo continente: el anfitrión, Países Bajos.

Curiosamente, esta vez el equipo español no disputó ningún encuentro más antes del Campeonato del Mundo Juvenil. Sí hubo alguna concentración esporádica, pero no se concertaron amistosos ni se participó en torneos internacionales: el apretado calendario de esa temporada y la importancia que buena parte de los potenciales miembros de la selección sub’20 iban cobrando en sus respectivos clubes desaconsejaron la celebración de esos partidos. Pero tampoco la concentración inmediatamente previa al Mundial fue la mejor para conjuntar un equipo. Aunque Iñaki Sáez anunció su convocatoria el día 30 de mayo, la selección no pudo reunirse al completo hasta el día 9 de junio, ya en Países Bajos y sólo dos días antes del debut mundialista, puesto que cinco de sus integrantes (además del seleccionador) estuvieron concentrados durante la semana anterior con la selección sub’21, que jugó dos partidos oficiales ante Bosnia y Lituania. Como bien dijo Sáez en una entrevista a la web de FIFA, su trabajo en esos escasos días no se centró tanto en inculcar aspectos tácticos como en recuperar física y mentalmente a sus chicos para intentar que olvidaran la larga temporada y afrontaran en buenas condiciones un torneo corto de gran intensidad. La calidad técnica y los años jugando juntos en categorías inferiores deberían suplir esa falta de preparación específica.

Dentro de lo complicado de la situación, al menos el seleccionador juvenil pudo contar con los mejores jugadores españoles en edad sub’20, ya que el campeonato de Primera división había concluido el día anterior a la publicación de la lista. Así, de entre quienes más habían destacado esa temporada sólo se echaba en falta al sevillista Sergio Ramos, campeón de Europa juvenil en 2004 pero que ya formaba parte de la selección absoluta de Luis. No había terminado, sin embargo, la competición ni en Segunda ni en Segunda B, por lo que, por ejemplo, del filial del Real Madrid (que disputaba la liguilla de ascenso a Segunda) sólo acudió Juanfran, quedándose en tierra jugadores como Roberto Soldado o Rubén De la Red, que habían estado en el Europeo juvenil de 2004 (no obstante, ambos tenían bastante competencia en su puesto y no está claro que hubieran sido convocados de no haber tenido compromisos con su club). Por desgracia, de esa convocatoria de finales de mayo se caería finalmente Jesús Navas, uno de los teóricos puntales del equipo a tenor de mostrado por el de Los Palacios ese año en la Liga: el extremo sevillista abandonó la concentración el 2 de junio, pocas horas después de llegar a Madrid, al sufrir un episodio de ansiedad tras enterarse de la hospitalización de su padre. Como es por todos conocido, Navas tardaría aún varios años en solucionar esas crisis que le asaltaban durante las concentraciones y que le impidieron debutar con la selección absoluta hasta 2009. Para cubrir su ausencia Sáez se decantó por el espanyolista Javi Chica, con lo que la lista definitiva de convocados para el Mundial fue la que figura a continuación:

Pos.

Nombre Fecha Nac. Club

1

P

Gabriel Ribas Ródenas, “BIEL RIBAS” 02/12/1985 RCD Espanyol

2

DF

Francisco José MOLINERO Calderón 26/07/1985 Atlético de Madrid

3

DF

Javier GARRIDO Behobide 15/03/1985 Real Sociedad

4

DF

ALEXIS Ruano Delgado 04/08/1985 Málaga CF

5

DF

Miquel ROBUSTÉ Colomer 20/05/1985 RCD Espanyol

6

MC

Raúl ALBIOL Tortajada 04/09/1985 Getafe CF

7

MC

Juan Francisco Torres Belén, “JUANFRAN” 09/01/1985 Real Madrid

8

MC

Alberto ZAPATER Arjol 13/06/1985 Real Zaragoza

9

DL

Fernando Javier LLORENTE Torres 26/02/1985 Athletic de Bilbao

10

DL

JONATHAN SORIANO Casas 24/09/1985 RCD Espanyol

11

MC

Jaime GAVILÁN Martínez 12/05/1985 CD Tenerife

12

DF

JOSÉ ENRIQUE Sánchez Díaz 23/01/1986 Levante UD

13

P

Manuel Fernández Muñiz, “MANU” 09/05/1986 Sporting de Gijón

14

DF

Agustín García Íñiguez, “AGUS” 03/05/1985 Albacete

15

DF

Francisco Javier CHICA Torres 17/05/1985 RCD Espanyol

16

MC

David Josué Jiménez SILVA 08/01/1986 SD Eibar

17

MC

Francesc FÀBREGAS Soler 04/05/1987 Arsenal FC

18

DL

VÍCTOR Manuel Casadesús Castaño 28/02/1985 RCD Mallorca

19

DL

BRAULIO Nóbrega Rodríguez 18/09/1985 Atlético de Madrid

20

MC

MARKEL BERGARA Larrañaga 05/05/1986 Real Sociedad

21

P

ROBERTO Jiménez Gago 10/02/1986 Atlético de Madrid

Como curiosidad, era la primera vez que en una selección española mundialista sub’20 no había ningún jugador contratado por el F.C. Barcelona. Entre los veintiún convocados (la FIFA había vuelto a aumentar el cupo de jugadores) había tres veteranos del anterior Mundial sub’20: Alexis, Juanfran y Gavilán (que esa temporada había estado cedido por el Valencia en el Tenerife, en Segunda división). Junto a ellos, un buen número de jugadores con experiencia en la máxima categoría, como Molinero, Garrido, Agus, Zapater, Fernando Llorente, Jonathan Soriano, Víctor Casadesús o Braulio, además de un Raúl Albiol que, cedido por el Valencia al Getafe, había acabado disputando la segunda vuelta completa con el club azulón tras recuperarse de un grave accidente de tráfico sufrido a comienzos de temporada. Por si fuera poco, junto a Silva y Markel Bergara, que ya habían disputado el Europeo sub’19 de 2004, se incorporaba al grupo un tercer subcampeón mundial sub’17, Cesc Fàbregas, nada menos que Balón de Oro y máximo goleador en aquel torneo de Finlandia en 2003 y que también había empezado a destacar esa temporada en el primer equipo del Arsenal, hasta el punto de ser el principal reclamo del combinado español para los medios y aficionados internacionales. En definitiva, un gran equipo que aterrizó en Países Bajos con las máximas aspiraciones y del que, hasta el 31 de mayo de 2015, han acabado llegando a la selección absoluta Cesc (95 partidos), Silva (89), Albiol (51), Llorente (24) y Juanfran (13).

El Campeonato Mundial Juvenil regresaba a Europa veinticuatro años después de su última presencia en el viejo continente, la de Portugal 1991, y lo hacía a un pequeño país de enorme importancia futbolística pero con el que mantenía una extraña relación: más allá del inicial rechazo de su federación a la idea del torneo allá por 1977, la tradicional buena fama de la cantera neerlandesa no se traducía en una presencia habitual en estas citas, ya que hasta entonces sólo había disputado tres de los catorce mundiales juveniles (los de 1983, 1995 y 2001, sin pasar nunca de cuartos de final). Hasta cierto punto también era noticiable la presencia de Italia, ausente de los Mundiales sub’20 desde 1987, mientras que en esta edición sólo habría dos selecciones debutantes, Suiza y Benín. Los benineses se habían ganado la plaza en el clasificatorio africano, disputado en su país, sobreponiéndose a la terrible pérdida de su portero titular, Yessouffou Samiou, asesinado en extrañas circunstancias tras el primer partido de ese torneo continental. En su memoria se guardó un minuto de silencio en el encuentro inaugural del Mundial sub’20, puesto que el sorteo de la primera fase, celebrado en Utrecht el 6 de marzo, decidió que fuera precisamente Benín quien abriera el campeonato enfrentándose a Australia. El cuadro inicial de emparejamientos fue el siguiente:

GRUPO A

(Kerkrade, Tilburg)

GRUPO B

(Utrecht, Doetinchem)

GRUPO C

(Doetinchem, Utrecht)

GRUPO D

(Enschede, Emmen)

GRUPO E

(Tilburg, Kerkrade)

GRUPO F

(Emmen, Enschede)

Países Bajos

Turquía

España

Argentina

Italia

Brasil

Australia

China

Chile

Alemania

Colombia

Suiza

Benín

Ucrania

Marruecos

Egipto

Siria

Nigeria

Japón

Panamá

Honduras

EE.UU.

Canadá

Rep. Corea

La organización habilitó seis sedes para la disputa del torneo, de manera que cada grupo tuvo una principal (la primera que aparece en la tabla, en la que se alojaron los cuatro equipos) y una secundaria para conseguir por fin que los dos encuentros de la tercera y decisiva jornada se disputaran de forma simultánea, evitando suspicacias y, en lo posible, duelos sin emoción alguna. Por lo demás el torneo discurrió con total normalidad: el tiempo acompañó, la afición de los Países Bajos acudió en buen número a los estadios y el nivel de juego fue, en general, bastante alto; de hecho, futbolísticamente fue uno de los mejores campeonatos juveniles que se recuerdan. En España fue nuevamente Localia la televisión encargada de transmitir el evento y, aunque seguía sin llegar a todos los rincones del país, esta vez pudieron ver el torneo muchos más aficionados que en 2003.

En cuanto a la representación arbitral española, entre los dieciocho tríos que actuaron en el Campeonato Mundial Juvenil de 2005 estuvo el formado por el sevillano Luis Medina Cantalejo y sus asistentes Victoriano Giráldez Carrasco y Pedro Medina Hernández. Los españoles dirigieron dos encuentros de la primera fase (el inaugural entre Benin y Australia y el Turquía-Ucrania de la tercera jornada del grupo B) y el partido por el tercer y cuarto puesto. Todos los colegiados fueron sometidos a una especial vigilancia por parte de la FIFA, ya que eran candidatos a arbitrar en el Mundial de Alemania 2006. Al final, doce de los dieciocho lograrían estar presentes en la cita germana y Medina Cantalejo fue uno de ellos: aunque en un primer momento sólo iba a acudir a Alemania como integrante del grupo de desarrollo y apoyo de la FIFA, acabó siendo repescado al no superar las pruebas físicas los asistentes del asturiano Manuel Enrique Mejuto González (quien, por cierto, había dirigido la final del Mundial sub’20 de Argentina 2001, la primera final mundialista de cualquier categoría arbitrada por un colegiado español).

EL CAMPEONATO

Alineación de España en el Mundial juvenil de Países Bajos 2005, extraída del Informe Técnico oficial del torneo.

Alineación de España en el Mundial juvenil de Países Bajos 2005, extraída del Informe Técnico oficial del torneo.

Para el debut en Doetinchem ante una selección marroquí que había acabado cuarta en el clasificatorio africano (perdiendo en los penaltis tanto las semifinales contra Nigeria como el partido por el tercer puesto contra Benín), Iñaki Sáez dispuso su famoso 4-2-3-1 con Cesc Fàbregas como armador de juego junto al zaragocista Zapater (sin duda una de las revelaciones de la liga que acababa de concluir), pero lo cierto es que la joven estrella del Arsenal no estuvo especialmente inspirada aquella tarde del 11 de junio. Ni él ni el resto del equipo español, que no consiguió imponer su fútbol en los primeros compases y se vio incomodado por la animosidad y la buena técnica que mostraron sus oponentes, que por momentos merecieron mejor suerte pero que no pudieron sobreponerse a sus propios errores. Así, al filo de la media hora Fernando Llorente aprovechó un regalo del central Kantari en un intento de cesión para plantarse solo ante el meta Bourkadi y superarlo con una majestuosa cuchara desde dentro del área. Pese al gol (golazo), Marruecos no se vino abajo y pudo empatar en una clara ocasión que, casi inexplicablemente, Tiberkanine marró con Ribas ya vencido. Aunque iba por delante, España tenía problemas y en el descanso Sáez decidió retirar a Jonathan Soriano (que en este campeonato actuó con el nombre de “Jona”), perdido en la mediapunta y amonestado, para dar entrada al mediocentro Markel Bergara.

Como ocurriera en el Mundial sub’17 de Finlandia 2003, con el donostiarra en el campo Cesc adelantó su posición y la selección lo notó para bien, aunque es difícil atribuir el segundo gol a ese cambio táctico. A los cinco minutos de la reanudación, y tras una larga jugada en la que se sucedieron los centros y los intentos de remate sin que nadie acertara ni a dirigir el balón a la portería ni a sacarlo fuera de la zona de peligro, la pelota cayó a los pies de Molinero, lateral derecho español, que empalmó un chut desde fuera del área que dobló las manos de Bourkadi en su estirada. A partir de ahí Marruecos vio el partido demasiado cuesta arriba y apareció por fin el toque español para manejar plácidamente el resto de la tarde. El tercer tanto llegó a falta de veinte minutos para el final, cuando David Silva botó una lejana falta lateral desde la derecha que no encontró rematador pero que acabó colándose directamente en la puerta marroquí. Con todo ya decidido, los norteafricanos volvieron al ataque y consiguieron un merecido gol en el minuto 86, obra de Doulyazal al transformar un discutido penalti que señaló el uruguayo Larrionda tras un aparente piscinazo de Bendamou.

11/06/2005

Primera jornada del Grupo C.

ESPAÑA

(3)

Ribas; Molinero, Alexis, Albiol, Garrido; Zapater, Fàbregas, Juanfran, Jonathan Soriano (-46, Bergara), Silva (-74, Gavilán); Llorente (-61, Víctor).

MARRUECOS

(1)

Bourkadi; Benzouien, Rabeh, Kantari (-52, Bendamou), Mssassi; Benzoukane, Hermach, El Zhar, Tiberkanine (-51, Chihi), Doulyazal; Iajour.

Goles

1-0 Llorente (ESP, min. 28); 2-0 Molinero (ESP, min. 51); 3-0 Silva (ESP, min. 71); 3-1 Doulyazal (MAR, min. 84)(p).

Árbitro

Jorge Luis Larrionda Pietrafesa (URU).

Tarjetas

Bourkadi (MAR, min. 16); Jonathan Soriano (ESP, min. 23); Garrido (ESP, min. 31); Hermach (MAR, min. 50); Chihi (MAR, min. 84).

Estadio

Vijverberg Stadium (Doetinchem). 9.863 espectadores.

El segundo partido, decisivo para asegurar la clasificación, se presentaba como una dura prueba para el equipo español, puesto que Chile había conseguido un espectacular triunfo por 7-0 ante Honduras en la primera jornada. Para contrarrestar el potencial ofensivo del cuadro sudamericano, y dado que Markel Bergara arrastraba problemas estomacales, Sáez colocó a Raúl Albiol como mediocentro (posición habitual para el valenciano en las selecciones inferiores) para liberar a Fàbregas, siendo la otra novedad en el once la entrada de Gavilán por Silva. El extremo zurdo valenciano no tardó en justificar su titularidad, puesto que a los ocho minutos de juego recibió una apertura de Llorente y puso un centro medido en la cabeza del delantero riojano para que éste anotara el primer gol. Chile reaccionó bien y el partido se mantuvo a un gran nivel de intensidad, gozando incluso los chilenos de alguna ocasión para empatar. Sin embargo, todo cambió al filo del descanso: primero Cesc salvó un gol cantado en un córner y luego, en la jugada siguiente, Gonzalo Jara fue expulsado al ver su segunda amarilla por una falta cometida precisamente sobre Fàbregas.

Con diez jugadores, Chile se vino inexplicablemente abajo y España se convirtió en un rodillo. A los cinco minutos de la reanudación, el capitán Robusté remachó en el segundo palo una falta lateral botada por Cesc para marcar el 0-2; diez minutos después, Llorente hizo el tercero culminando a placer una gran internada de Gavilán por la derecha. El partido estaba resuelto y los centrocampistas sudamericanos bajaron los brazos, pero España no se detuvo y creó incontables ocasiones de gol, combinando con velocidad y aprovechándose tanto del desbarajuste defensivo de su rival como de la incesante movilidad de sus propios jugadores de ataque. Partiendo también desde la banda diestra, el recién incorporado Silva batió a Arias con un gran zurdazo desde el borde del área; luego, el canario habilitó a Zapater para que el aragonés regalara un nuevo tanto a Fernando Llorente. El ariete español tendría tiempo para anotar un cuarto gol tres minutos después, al rematar sin oposición y otra vez a portería vacía una buena incursión del lateral izquierdo José Enrique, que había sustituido en el primer tiempo al lesionado Garrido. De haber tenido un poco más de acierto (o de haber sido un poco más egoísta) Llorente bien podría haber acabado aquella tarde con cinco o incluso más goles en su cuenta particular, pero quien cerró la cuenta con el séptimo y definitivo tanto español fue David Silva, aprovechándose de un nuevo error defensivo. La aplastante goleada a Chile, la mayor lograda hasta entonces por España en un Mundial sub’20, sirvió para certificar el pase matemático a los octavos de final y para reafirmar la candidatura al título del equipo español.

14/06/2005

Segunda jornada del Grupo C.

CHILE

(0)

Arias; Bascuñán, Jara, Montesinos (-81, Sánchez); Fuenzalida, Vásquez, Muñoz, Riquelme; Matías Fernández (-85, Morales), Canales, Parada (-71, Tudela).

ESPAÑA

(7)

Ribas; Chica, Alexis, Robusté, Garrido (-41, José Enrique); Zapater, Albiol (-46, Bergara), Juanfran (-66, Silva), Fàbregas, Gavilán; Llorente.

Goles

0-1 Llorente (ESP, min. 8); 0-2 Robusté (ESP, min. 51); 0-3 Llorente (ESP, min. 62); 0-4 Silva (ESP, min. 71); 0-5 Llorente (ESP, min. 78); 0-6 Llorente (ESP, min. 81); 0-7 Silva (ESP, min. 85).

Árbitro

Benito Armando Archundia Pérez (MEX).

Tarjetas

Albiol (ESP, min. 22); Jara (CHI, min. 23); Fàbregas (ESP, min. 45); Montesinos (CHI, min. 50). Expulsado Jara (CHI, min. 45) por doble amarilla.

Estadio

Vijverberg Stadium (Doetinchem). 6.600 espectadores.

Empezando por la portería, donde el gijonés Manu tuvo su oportunidad como titular, Iñaki Sáez usó el intrascendente duelo ante Honduras para dar minutos a varios de los menos habituales y para refrescar las piernas de muchos titulares ante lo que estaba por llegar. El gran gol de Jonathan Soriano al poco de comenzar, una preciosa vaselina desde fuera del área, nos hizo pensar que se avecinaba una nueva goleada escandalosa, puesto que los hondureños ya habían encajado siete de Chile y cinco de Marruecos en las dos primeras jornadas; sin embargo, el partido discurrió con un ritmo muy lento y estuvo plagado de imprecisiones. Hubo que esperar hasta el minuto 38 para que España hiciera el segundo gol, tras una buena combinación entre Silva y Víctor Casadesús que el canario remató inapelablemente. La segunda parte discurrió por los mismos derroteros, con escasas acciones de peligro y muy aisladas. Víctor anotó el tercer tanto español en el minuto veinte, cabeceando sin oposición un córner botado por Gavilán, y que el partido parecía más un amistoso que un encuentro mundialista lo refrendó el hecho de que ambos seleccionadores decidieron cambiar a sus porteros a falta de un cuarto de hora.

Esa atípica e inocente sustitución hizo que la plácida y anodina tarde nos deparara una anécdota más que curiosa: en una rápida contra hondureña, el recién incorporado Roberto acabó derribando en el mano a mano a José Cruz y el colegiado beninés expulsó al guardameta español. Con los tres cambios ya realizados, Jonathan Soriano se enfundó los guantes y detuvo el mal lanzamiento de Ramón Núñez, consiguiendo algo de lo que muy pocos jugadores pueden presumir: marcar un gol y parar un penalti en el mismo partido. La acción estuvo a punto de suponer, en el contragolpe, el cuarto gol español, pero Braulio vio cómo su remate de cabeza se estrellaba en el larguero. Quedaban poco más de cinco minutos y Honduras trató de despedirse consiguiendo al menos su primer tanto en el torneo, pero no fue capaz de batir al improvisado portero de la selección española juvenil, que se convirtió en el personaje del día en el Mundial.

17/06/2005

Tercera jornada del Grupo C.

ESPAÑA

(3)

Manu (-76, Roberto); Molinero, Agus, Robusté, José Enrique; Zapater (-46, Fàbregas), Bergara, Braulio, Víctor, Silva (-60, Gavilán); Jonathan Soriano.

HONDURAS

(0)

Guerra (-77, Pineda); Bardales (-46, Guity), Moncada, Fernando Cruz; Bodden, Norales, Martínez, Izaguirre (-7, Rápalo); Núñez, Lara, José Cruz.

Goles

1-0 Jonathan Soriano (ESP, min. 5); 2-0 Silva (ESP, min. 38); 3-0 Víctor (ESP, min. 67).

Árbitro

Coffi Bonaventure Codjia (BEN).

Tarjetas

Martínez (HON, min. 36); Robusté (ESP, min. 45+1); Bergara (ESP, min. 69); Víctor (ESP, min. 73). Expulsado Roberto (ESP, min. 79) por roja directa.

Estadio

Vijverberg Stadium (Doetinchem). 3.000 espectadores.

España aparte, las selecciones que salieron más reforzadas de la primera fase eran dos con las que pocos contaban antes del inicio del campeonato: Países Bajos y China. Los anfitriones eran toda una incógnita después de no haber podido participar en el Campeonato de Europa sub’19 de 2004 (fueron eliminados, recordemos, por España en la Ronda Élite), pero se aprovecharon del apoyo del público y del gran nivel mostrado por su delantero Quincy Owusu Abeyie (por entonces en el Arsenal y que años más tarde pasaría por el Málaga) y su centrocampista Hedwiges Maduro (que luego jugó para Valencia y Sevilla) para liderar su grupo con pleno de victorias. También China obtuvo nueve puntos, sorprendiendo con su fortaleza y organización a Ucrania y Turquía, que parecían llegar con más aspiraciones tras su buen papel en el Europeo del año anterior. La cuarta selección con pleno de triunfos era Colombia, en su caso confirmando las buenas sensaciones que jugadores como Hugo Rodallega, Wason Rentería, Juan Zúñiga, Fredy Guarín o Radamel Falcao García habían dejado en el Sudamericano sub’20, que habían conquistado en febrero de ese mismo año. Por lo demás, y destacando el buen rendimiento de equipos como Estados Unidos, Siria o Marruecos, en tierras neerlandesas empezaba a hablarse mucho de un chico argentino de diecisiete años que, tras ser suplente en el partido inaugural de su selección (saldado con una derrota por la mínima ante Estados Unidos), se había echado a la albiceleste a sus diminutas espaldas: Lionel Messi. Claro que, en su caso, lo mejor estaba todavía por venir.

Conformado el cuadro de eliminatorias, esta vez a España le tocaba ir por el camino difícil. En primer lugar habría que superar a Turquía en la reedición de la final del Europeo sub’19 de 2004 para luego medirse a Argentina o Colombia en cuartos y, en caso de que nada se torciera, a Brasil en unas hipotéticas semifinales. En la ciudad de Emmen, los de Sáez iniciaron su complicado reto con mucha seriedad y no tardaron en hacerse con los mandos del partido, cercando la puerta de Özcan hasta conseguir un merecido gol al filo de la media hora, cuando Llorente cabeceó en el segundo palo una falta lateral y Juanfran, completamente solo en el otro poste, remachó de cabeza el balón suelto. Turquía quiso reaccionar pero rápidamente se encontró con un segundo golpe que la tumbó en la lona: un balón largo de Biel Ribas fue prolongado de cabeza por Llorente y llegó al lateral zurdo turco, que no acertó con su cesión de cabeza y dejó el cuero franco para que Juanfran, llegando en velocidad, fusilara a Özcan. El seleccionador de Turquía castigó a Ergun Teber por su error sacándolo inmediatamente del campo, pero ya no había nada que hacer. Pese a contar con el apoyo incondicional de numerosos compatriotas en las gradas, Turquía se fue del partido y España controló sin problemas el resto del encuentro, anotando un tercer gol en el ecuador de la segunda parte por medio del central Robusté, a la salida de un córner, y gozando de alguna oportunidad más para haber saldado el duelo con mayor claridad aún.

22/06/2005

Octavos de final.

ESPAÑA

(3)

Ribas; Molinero, Alexis, Robusté, José Enrique; Zapater (-74, Albiol), Bergara, Juanfran (-77, Jonathan Soriano), Fàbregas (-63, Silva), Gavilán; Llorente.

TURQUÍA

(0)

Özcan; Uçar, Özavci, Çakmak, Teber (-38, Sezgin); Şakar, Yilmaz (-46, Keleş), Adin; Sezer Öztürk (-60, Ali Öztürk), Güleç, Zengin.

Goles

1-0 Juanfran (ESP, min. 28); 2-0 Juanfran (ESP, min. 36); 3-0 Robusté (ESP, min. 69).

Árbitro

Terje Hauge (NOR).

Tarjetas

Uçar (TUR, min. 16); Teber (TUR, min. 26); Güleç (TUR, min. 34); Juanfran (ESP, min. 35); Sezgin (TUR, min. 45+1); Şakar (TUR, min. 71).

Estadio

Emmen Stadium (Emmen). 8.400 espectadores.

Del resto de supervivientes, sólo Países Bajos, que venció a Chile también por 3-0, consiguió superar sin apuros esta primera ronda eliminatoria. Italia, que había arrancado el torneo con muchas dudas, remontó en la segunda parte su duelo ante Estados Unidos para acabar llevándose el triunfo por 3-1; y una gris Brasil se impuso por la mínima (y de penalti) a una animosa Siria. En uno de los choques más esperados, Nigeria se llevó la victoria ante Ucrania con un solitario gol a diez minutos del final del lateral zurdo Taye Taiwo, sin duda uno de los jugadores más destacados del torneo; mientras que Alemania consiguió el 3-2 definitivo ante la correosa China al borde del minuto 90. Pese a que la igualdad fue la tónica predominante en los octavos de final ningún partido llegó a la prórroga, aunque dos se decidieron en el descuento: Marruecos consiguió deshacer el 0-0 ante Japón con un penalti transformado por Iajour y Argentina logró un merecido 2-1 ante Colombia al rematar Barroso un balón suelto tras una gran jugada de Messi, auténtico protagonista del partido. Así pues, la selección argentina sería el rival de España por un puesto en semifinales.

Se trataba de una auténtica final anticipada, un duelo entre dos de los máximos favoritos al título que además practicaban estilos muy distintos. España había triunfado como bloque, mostrando un juego combinativo y veloz en el que la calidad individual se ponía al servicio del compañero, mientras que Argentina había alcanzado esta ronda gracias sobre todo al desequilibrante Lionel Messi, que con sus veloces arrancadas tiraba de un equipo de mucha garra y oficio. Con esos antecedentes, hay que atribuirle un gran mérito al seleccionador argentino, Pancho Ferraro, pues logró que su combinado sorprendiera a todos en el arranque del partido, dominando con claridad a un equipo español que tal vez saltó al campo de Enschede pensando que la albiceleste le cedería la posesión. No fue así y el centro del campo de Argentina controló perfectamente al español, encontrando buenas opciones de ataque por ambas bandas y encerrando a los de Sáez en su área.

La defensa española, que aunque sólo había recibido un gol en todo el torneo tampoco se había mostrado excesivamente expeditiva, sufrió mucho en unos primeros compases en los que Ribas salvó los muebles. Argentina vio incluso cómo se le anulaba un gol a los diez minutos, cuando una falta botada por Messi se coló sin que nadie la tocara pero el árbitro entendió que algún atacante en fuera de juego posicional había molestado al arquero español. El tanto argentino se veía venir y acabó llegando en el minuto 19, al rematar Pablo Zabaleta en el área pequeña una falta lanzada por Nery Cardozo desde el costado derecho. Por fortuna, el gol pareció aplacar el ímpetu sudamericano y los centrocampistas españoles empezaron a tocar con más criterio. Así, pasada la media hora, Molinero apareció en posiciones ofensivas y su centro a media altura encontró a Llorente, que con un solo toque dejó el balón muerto para que Zapater batiera a Ustari con un buen tiro cruzado. Con el marcador igualado, España se hizo definitivamente con la pelota y el partido se serenó, con ambos equipos plenamente conscientes de lo mucho que había en juego.

El decorado no cambió en el inicio de la segunda parte, tramo en el que apenas hubo unas pocas ocasiones repartidas equitativamente para ambos bandos. Pero en el minuto 70 Messi rompió el duelo con un inteligente pase al hueco que Gustavo Oberman culminó picando el balón sobre la salida algo precipitada de Ribas; dos minutos después, en pleno desconcierto de la zaga española, el propio Messi sentenció el partido al recoger un mal despeje dentro del área, deshacerse de Robusté con una ágil maniobra y batir por bajo a Ribas. Aunque quedaba más de un cuarto de hora, España no supo jugar sus bazas y los cambios de Sáez no aportaron soluciones ante la ordenada defensa argentina. La selección española quedaba eliminada a manos de un jugador, Lionel Messi, a quien la RFEF había intentado convencer sin éxito años antes para que representara a nuestro país.

25/06/2005

Cuartos de final.

ARGENTINA

(3)

Ustari; Barroso, Cabral, Paletta (-90, Garay), Lautaro Formica; Torres, Zabaleta, Neri Cardozo, Archubí (-63, Gago); Messi, Vitti (-46, Oberman).

ESPAÑA

(1)

Ribas; Molinero, Alexis, Robusté, José Enrique; Zapater (-83, Víctor), Bergara, Juanfran (-75, Gavilán), Fàbregas, Silva; Llorente (-75, Jonathan Soriano).

Goles

1-0 Zabaleta (ARG, min. 19); 1-1 Zapater (ESP, min. 32); 2-1 Oberman (ARG, min. 71); 3-1 Messi (ARG, min. 73).

Árbitro

Benito Armando Archundia Pérez (MEX).

Tarjetas

Torres (ARG, min. 23); Jonathan Soriano (ESP, min. 76); Cabral (ARG, min. 90+3); Víctor (ESP, min. 90+3); Alexis (ESP, min. 90+3).

Estadio

Enschede Stadium (Enschede). 11.200 espectadores.

Fue un adiós extraño, difícil de juzgar porque ni siquiera fue un mal partido: simplemente España no pudo superar a un rival de buen nivel que sí supo aprovechar los resquicios de su oponente. Un sorteo más favorable hubiera permitido, muy probablemente, que los de Iñaki Sáez alcanzaran una mejor clasificación final, pero en cualquier caso hay que decir que el equipo terminó acusando, sobre todo en la parcela defensiva, la nula preparación previa, así como el estado físico de jugadores como Cesc Fàbregas, que arrastró molestias durante todo el campeonato y no pudo ofrecer su mejor nivel. Por el contrario, futbolistas como Silva, Fernando Llorente, Zapater o José Enrique salieron muy reforzados de una cita neerlandesa de la que, por otro lado, todos los representantes europeos se despidieron en cuartos de final. Alemania perdió en la prórroga contra Brasil (1-2) con un gol del lateral derecho Rafinha (hoy en el Bayern Munich), mientras que la selección anfitriona, tras empatar a un tanto en el tiempo reglamentario, cayó ante Nigeria en una interminable tanda de penaltis en la que cada equipo lanzó doce veces (10-9 fue el resultado de ese cruel desempate). Y también desde los once metros se decidió el duelo entre Marruecos e Italia, que llegó con 1-1 al minuto 90 y con 2-2 al 120, y que al final se llevaron los norteafricanos al ganar la tanda por 4-2.

Las semifinales garantizaban que el título se decidiría en un choque entre África y Sudamérica. En el duelo entre las potencias de la CONMEBOL, Messi siguió con su imparable crecimiento abriendo el marcador con un tremendo lanzamiento desde fuera del área; luego Brasil lograría empatar, pero en el descuento Messi volvió a hacer de las suyas y, tras una magnífica jugada individual de la joven promesa del Barcelona, Pablo Zabaleta aprovechó un balón suelto para anotar el gol del triunfo. Por el lado africano, Nigeria hizo buenos los pronósticos y se impuso por 3-0 a una selección marroquí que afeó con dos expulsiones en los últimos minutos la buena imagen que había mostrado a lo largo del torneo. En el partido por el tercer y cuarto puesto los norteafricanos se adelantaron en el marcador, pero volvieron a quedarse en inferioridad a falta de pocos minutos y Brasil se llevó el triunfo con dos goles en los últimos instantes del partido.

La gran final, disputada el 2 de julio en Utrecht, fue una nueva exhibición de Lionel Messi. Aunque Nigeria plantó cara y dominó gran parte del encuentro, Argentina se adelantó al borde del descanso con un gol de penalti obra, cómo no, de Messi: él mismo había provocado la acción con una veloz arrancada desde la medular que nadie pudo frenar legalmente. Guiados por John Obi Mikel y Promise Isaac desde el centro del campo, los africanos empataron en el inicio de la segunda parte con un gran remate de cabeza de Chinedu Ogbuke-Obasi, pero Argentina volvió a adelantarse a falta de un cuarto de hora al transformar otra vez Lionel Messi un discutido penalti cometido sobre el joven Sergio Agüero, y ahí se acabó la historia. Además de certificar el quinto título mundial sub’20 para Argentina, con esos dos goles Messi sumaba seis dianas en el campeonato y adelantaba a Fernando Llorente y al ucraniano Oleksandr Aliyev en la carrera por la Bota de Oro. Con los dos europeos igualados a cinco tantos, el ariete español acabó llevándose la Bota de Plata por haber dado dos asistencias, por una de Aliyev. Obviamente, Lionel Messi fue galardonado con el Balón de Oro al mejor jugador del campeonato, superando en las votaciones a dos jugadores nigerianos: el mediocentro John Obi Mikel (que en esas fechas andaba envuelto en una turbia pelea entre Manchester United y Chelsea por su fichaje) recibió el Balón de Plata y el potente lateral zurdo Taye Taiwo el de Bronce.

Sin lugar a dudas, la actuación de Messi en el torneo desde que su seleccionador le diera la alternativa en la segunda parte del primer partido fue la mayor exhibición individual vista en un Mundial sub’20 desde los ya lejanos tiempos de Diego Armando Maradona en Japón 1979. Partiendo como segunda punta pero apareciendo también por ambos costados (especialmente por la izquierda), el juvenil del Barça fue una pesadilla para todos sus rivales por su endiablada velocidad y su imparable regate. Aunque para entonces ya había debutado e incluso anotado su primer gol oficial con el primer equipo blaugrana, en los Países Bajos fue donde Messi se dio verdaderamente a conocer al gran público y nos hizo pensar que quizá podíamos estar ante uno de los elegidos. Porque, matices futbolísticos aparte, la principal diferencia entre Messi y Maradona era que Diego había llegado a Japón como una estrella consolidada, mientras que sobre Lionel pesaba la duda de si sería capaz de repetir esas actuaciones contra los mayores. A estas alturas de la película la incógnita ya tiene una contundente respuesta.

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Fuentes consultadas:

Martialay, Félix: “Todo sobre todas las selecciones” (2007), Ed. Librerías Deportivas Esteban Sanz.

www.fifa.com

www.rsssf.com

www.bdfutbol.com

www.sefutbol.com

www.youtube.com

Hemerotecas y archivos digitales de los diarios As, ABC, El Mundo Deportivo, El País, Marca.




España en los mundiales sub’20: Tailandia 2004

Tras experimentar cierto auge a comienzos del siglo XX, especialmente en el Reino Unido, la maquinaria del profesionalismo masculino y las convenciones sociales imperantes bloquearon el crecimiento y desarrollo del fútbol femenino y lo convirtieron en algo anecdótico e injustamente marginal en la inmensa mayoría de naciones, incluidas las que se decían futbolísticamente desarrolladas pese a estar excluyendo de facto de la práctica del balompié a la mitad de su población. Olvidado o incluso prohibido por las federaciones nacionales y triste víctima de una inmensa nube de prejuicios, la propia FIFA lo ignoró por completo durante muchas décadas, hasta que el avance de los tiempos y el progreso de la sociedad exigieron un cambio de postura que, si bien no todos los estamentos implicados parecen haber adoptado con plena convicción, sí ha servido al menos para que el balón empiece a rodar de verdad en todo el planeta. Los efectos negativos de ese siglo perdido se ven todavía hoy en el día a día del fútbol femenino y se seguirán arrastrando durante mucho tiempo, pues el fútbol sigue siendo un mundo eminentemente masculino (e incluso machista) tanto en sus estructuras como en casi todo lo que le rodea, pero cabe pensar que el futuro será siempre mejor que el presente y el pasado. Y en esa progresión tienen lógicamente mucho que ver los Mundiales, tanto absolutos como de categorías inferiores.

Aunque anteriormente la FIFA ya había organizado algún torneo internacional de selecciones, el primer Mundial oficial de fútbol femenino en categoría absoluta se celebró en China en 1991. El reducido número de participantes (sólo doce países, por los veinticuatro que jugaban entonces el masculino), que los partidos duraran 80 minutos o que esa primera edición no se llamara Copa del Mundo de la FIFA, como el torneo masculino, sino “Campeonato del Mundo de Fútbol Femenino por la Copa M&M’s” dejan bien a las claras las cautelas con las que el organismo inició el camino de la normalización. Las distancias entre aquellos países en los que el fútbol femenino tenía ya cierta consideración y los que seguían poniendo trabas a su desarrollo, a veces simplemente ignorando su existencia, eran enormes (y aún hoy son difíciles de salvar), así que las dudas sobre el nivel de juego y la aceptación del público parecían hasta cierto punto lógicas. Y es que por entonces sólo Asia (desde 1975), Oceanía (desde 1983) y Europa (desde 1984) celebraban campeonatos oficiales de selecciones femeninas, de manera que el resto de confederaciones tuvieron que crearlos de la nada para organizar la clasificación mundialista. Las incógnitas sobre lo que se vería en esos primeros campeonatos, por tanto, eran muchas.

Pero si hace apenas veinticinco años el panorama en categoría absoluta era francamente desolador, por debajo las cosas estaban aún peor. El escaso número de practicantes y la falta de interés de los dirigentes por la promoción de su deporte entre las mujeres dejaron completamente olvidadas las categorías inferiores hasta la temporada 1997/1998, en la que la UEFA organizó el primer torneo continental oficial en categoría juvenil. Antes de ese primer Campeonato de Europa sub’18 ninguna confederación se había planteado organizar un torneo juvenil femenino (o, al menos, no había ejecutado la idea), mientras que en categoría masculina se venían disputando regularmente desde al menos veinte años antes en todos los continentes (en el caso europeo, desde hacía más de cuarenta años). Como hiciera a mediados de los setenta en el ámbito masculino, tuvo que ser la FIFA quien tirara del carro del fútbol formativo al crear el Campeonato Mundial de Fútbol Femenino Juvenil, ideado en principio para selecciones sub’19 (como aquel primer Mundial juvenil de Túnez del lejano 1977) y cuya primera edición se disputó en Canadá en el verano de 2002. Al igual que en los dos primeros Mundiales absolutos femeninos, sólo doce equipos viajarían a Norteamérica, en una decisión que volvía a evidenciar tanto el interés por abaratar los costes de un evento que no llamaba la atención de los patrocinadores como el temor a que la competición quedara deslucida por abruptas diferencias de nivel entre los contendientes. Al fin y al cabo, y por triste, injusto e indignante que parezca, a comienzos ya del siglo XXI nadie sabía realmente qué se podía esperar de unas futbolistas juveniles.

Por desgracia, España no pudo estar presente en esa primera cita, a pesar de que en los años anteriores venía consiguiendo buenos resultados en el Campeonato de Europa sub’18, siempre con Ignacio Quereda en el banquillo (el madrileño es seleccionador absoluto desde 1988 y fue también el encargado del combinado juvenil entre 1997 y 2005). Así, por ejemplo, la selección española alcanzó un sorprendente y magnífico subcampeonato en la tercera edición del Europeo juvenil, en la temporada 1999/2000. Después de pasar dos rondas previas, en las que dejaron fuera a Islandia, Eslovaquia, Noruega, Inglaterra e Irlanda, las españolas se plantaron por primera vez en una fase final a la que entonces sólo accedían cuatro participantes y que presentaba un peculiar sistema de competición: una liguilla a una vuelta rematada con una final entre los dos primeros clasificados. España perdió con Alemania en la primera jornada pero derrotó luego a Suecia y a la anfitriona Francia, de modo que el título se decidió en un nuevo partido entre alemanas y españolas que cayó del lado germano por 4-2. Laura del Río, que anotó siete tantos en esos cuatro partidos de la fase final, fue la jugadora más destacada de una selección sub’18 en la que también estaban Sandra Vilanova o Eli Ibarra, por citar a dos futbolistas con larga trayectoria posterior en la absoluta.

Aquel año 2000 fue el primer gran momento del fútbol juvenil femenino español, que a partir de entonces siguió ofreciendo un buen rendimiento. La temporada siguiente, con el torneo catalogado ya como sub’19, España fue de nuevo una de las cuatro clasificadas para la fase final, que esta vez se disputó en Noruega con formato directo de semifinales y final. Las de Quereda terminaron en cuarta posición, tras perder sucesivamente con Alemania y Dinamarca. Con esa trayectoria reciente parecía factible que la selección española fuera una de las cuatro representantes del viejo continente en el primer Mundial sub’19, pero para eso habría que ganarse el billete en el Europeo de 2002, que serviría como clasificatorio mundialista. Establecida como cabeza de serie gracias a sus buenos resultados de los años anteriores y exenta por tanto de las dos primeras fases previas, España superó a Bélgica y Yugoslavia en una ronda preliminar en las localidades de Las Galletas y Los Cristianos, en el sur de Tenerife, y logró estar nuevamente presente en la fase final, que se disputó en Suecia y que acogió por primera vez a ocho combinados. Pero, por desgracia, esta vez no se pudo acceder a semifinales: encuadradas junto a Alemania, Suecia y Francia, las españolas perdieron con alemanas y francesas y acabaron en tercera posición de ese potentísimo grupo, quedando por tanto fuera del primer Mundial juvenil femenino de la historia.

En la cita canadiense, las selecciones norteamericanas impusieron su ley y Estados Unidos, que apabulló goleada tras goleada a todas sus rivales, se llevó el título mundial al derrotar en la final a las anfitrionas con un gol de oro de Lindsay Tarpley; la tercera plaza fue para Alemania, la campeona de Europa, que superó a Brasil en la tanda de penaltis de la final de consolación. La estrella del campeonato fue la canadiense Christine Sinclair, que se llevó tanto el Balón de Oro a la mejor jugadora como la Bota de Oro a la máxima goleadora (con diez goles en seis partidos). Otras futbolistas que, como la propia Sinclair, estuvieron en ese primer Mundial juvenil y se han convertido en importantes figuras son la estadounidense Heather O’Reilly, la alemana Anja Mittag, la francesa Camille Abily o la brasileña Marta (que con sólo 16 años ya dio muestras de lo que estaba por venir, ya que fue galardonada con el Balón de Plata). El público de Canadá respondió de forma abrumadora y la final ante sus vecinas del sur fue presenciada en directo por casi 48.000 espectadores. La FIFA se mostró más que satisfecha con esos resultados y, con el mismo fin que había inspirado la rotación continental de sedes de los primeros mundiales juveniles masculinos, el de promocionar el deporte por todos los rincones del mundo, concedió a Tailandia la organización de la siguiente edición del Campeonato Mundial de Fútbol Femenino sub’19. En esa elección también influyó, claro, el empeño personal del tailandés Worawi Makudi, miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA y director entonces de su comisión de fútbol femenino.

En la temporada 2002/2003 la selección española sub’19 volvió a clasificarse para la fase final del Europeo, pero volvió también a quedarse fuera de las semifinales: la victoria contra Francia y las derrotas contra Países Bajos y Noruega condenaron a España a la cuarta posición de su grupo. Y entonces, al año siguiente, llegó el tan ansiado éxito. Tras superar en la primera ronda previa a Bélgica, Islas Feroe y la anfitriona Bosnia-Herzegovina, España se deshizo de Dinamarca, Irlanda y Eslovaquia en la Ronda Élite (que se jugó en la localidad cordobesa de Lucena) y se metió una vez más en la fase final del Campeonato de Europa sub’19. El torneo se celebraría en Finlandia entre julio y agosto de 2004 y pondría en juego las plazas europeas para el Mundial de Tailandia, a disputarse en el mes de noviembre. Tras una concienzuda preparación, las españolas debutaron en esa fase final con una victoria por 3-1 frente a Suiza y se garantizaron el pase a semifinales (y, por tanto, la histórica clasificación para el Mundial sub’19) al golear 4-0 a las finesas en la segunda jornada. El estrepitoso 0-7 encajado después ante Alemania, en un partido que Quereda usó para dar minutos a las menos habituales, no cambió nada en la clasificación del grupo, pero tanto el técnico español como su colega alemana Silvia Neid (actual seleccionadora absoluta germana) coincidieron luego en señalar que resultó psicológicamente decisivo para lo que estaba por venir.

Ya en semifinales, España derrotó a Italia con un solitario gol de Miriam Diéguez en el último minuto y se coló en su segunda final continental juvenil, en la que debería verse nuevamente las caras con Alemania, que había aplastado a Rusia por 8-0 en la otra semifinal. Algo confiadas por su manifiesta superioridad durante todo el torneo (23 goles a favor y ninguno en contra) y contra una España que no tuvo nada que ver con la de seis días antes y jugó un enorme partido, las alemanas se vieron sorprendidas desde el comienzo y no pudieron desplegar su juego habitual. Jade Boho adelantó a España con un golazo de vaselina antes de la media hora y, aunque Alemania empató al borde del descanso, las de Quereda se volvieron a poner por delante al comienzo de la segunda parte con un gran lanzamiento de falta de la capitana Iraia Iturregi. A partir de ahí, la selección española se mantuvo firme en defensa y logró culminar su gesta alzándose con su primer (y único hasta la fecha) título continental sub’19. Así, durante un año España pudo presumir de ser campeona de Europa juvenil tanto en hombres como en mujeres, algo que hasta ahora no ha conseguido ningún otro país.

Quedaban poco más de tres meses para la disputa del Mundial sub’19 de Tailandia 2004, el primer mundial de fútbol que disputaría una selección española femenina, así que no había demasiados motivos para retocar la lista de seleccionadas. Sólo dos de las dieciocho campeonas de Europa no viajaron al sudeste asiático (Ana Belén Aguilera “Chicho” y Ohiana Galdona, ambas defensas), incorporándose al grupo un total de cinco jugadoras. La ausencia más destacada, no obstante, seguía siendo la de Adriana Martín, goleadora más que consolidada ya en Primera división y que había brillado con la selección juvenil durante los dos años anteriores pero que se mantenía ausente del grupo por decisión técnica desde la concentración previa al Europeo. La convocatoria definitiva se hizo pública el 27 de octubre de 2004, quedando concentradas las veintiuna elegidas en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas entre el 2 y el 5 de noviembre, día en el que iniciaron el largo viaje a Tailandia. Estas fueron las seleccionadas:

Pos.

Nombre Fecha Nac. Club

1

P

LUCÍA MUÑOZ Mendoza 08/12/1985 CE Sabadell

2

DF

Irantzu CASTRILLO Sáinz de Murieta 09/07/1985 Athletic de Bilbao

3

DL

Verónica BOQUETE Giadans 09/04/1987 Xuventú Aguiño

4

MC

Miriam DIÉGUEZ de Oña 04/05/1986 RCD Espanyol

5

DF

RUTH GARCÍA García 26/03/1987 Levante UD

6

DL

Aintzane ENCINAS Gómez 22/04/1988 Real Sociedad

7

DL

NATALIA PABLOS Sanchón 15/10/1985 Rayo Vallecano

8

MC

Nuria ZUFÍA Elizalde 04/04/1985 Lagunak

9

DL

JADE Boho Sayo 30/08/1986 AD Torrejón

10

MC

IRAIA Iturregi Sustatxa 24/04/1985 Athletic de Bilbao

11

MC

Ana María Romero Moreno, “WILLY” 14/06/1987 CD Híspalis

12

DL

Irune MURUA Cuesta 23/04/1986 Athletic de Bilbao

13

P

María Sánchez Mina, “MARIATXI” 14/05/1986 CD Amaya

14

DF

SILVIA Doblado Peña 22/03/1987 CD Rayco

15

DF

Ane BERGARA Artieda 03/02/1987 Lagunak

16

MC

Carmen FERRER Tatay 10/11/1986 Levante UD

17

MC

JULIA de la Paz Vera Valhondo 09/07/1987 Sporting Plaza Argel

18

DF

ZURIÑE Gil García de Azilu 20/02/1987 Athletic de Bilbao

19

DL

JUDITH Acedo Guerrero 26/01/1986 FC Barcelona

20

MC

Irene SAMPIETRO Guillén 03/11/1986 Transportes Alcaine

21

P

María Rodríguez Naves, “MARU” 10/05/1987 Oviedo Moderno
En la convocatoria observamos varios nombres que resultarán muy conocidos para los seguidores del fútbol femenino español, bien por sus apariciones en la selección absoluta o bien por sus muchos años jugando en la máxima categoría. Así, podemos destacar a Ruth García y Miriam Diéguez (FC Barcelona), Ane Bergara (Real Sociedad), Natalia Pablos (Arsenal) o Vero Boquete (Frankfurt), que forman parte de la preselección de 35 futbolistas para el ya inminente Mundial absoluto de Canadá y que muy probablemente acaben vistiendo la camiseta de España en esa histórica cita. Igualmente tuvieron su momento en la absoluta Lucía Muñoz (gran promesa de la portería que se retiró prematuramente por una lesión, aunque años más tarde regresó al fútbol en activo en segunda división, con el Híspalis, y desde 2013 pertenece a las filas del Sevilla), Ana Romero “Willy” (su ausencia de las últimas convocatorias es uno de esos misterios que sólo Quereda puede resolvernos) o Iraia Iturregi (capitana del Athletic Club, suma ya más de 300 partidos de liga a sus espaldas), mientras que otras como la guardameta Maru, la atacante (y escritora) Aintzane Encinas o la delantera Irune Murua son auténticas instituciones en sus respectivos equipos (Oviedo Moderno, Real Sociedad y Athletic). Por último, cabe destacar la historia de otra clásica de la liga española como Jade Boho, ariete vallisoletana criada en Madrid y de origen ecuatoguineano que, ante la tardanza de Quereda para convocarla con la absoluta española, acabó decantándose por representar internacionalmente al país africano; para su desgracia, un problema burocrático al tramitar el cambio de equipo nacional le privó de disputar con Guinea Ecuatorial el Mundial absoluto de Alemania 2011, pese a que para entonces ya se había proclamado subcampeona de África con dicha selección.

El reparto de plazas entre las distintas confederaciones instaurado en Canadá 2002 se mantuvo en Tailandia 2004: anfitrión aparte, habría cuatro equipos de Europa, dos de Asia y de la CONCACAF y uno de Sudamérica, de África y de Oceanía. El sorteo se celebró el 11 de junio, cuando aún no habían concluido los clasificatorios de Europa y África; una vez resueltos esos torneos, el cuadro de la primera fase presentó este aspecto:

GRUPO A

(Bangkok, Chiang Mai)

GRUPO B

(Chiang Mai, Bangkok)

GRUPO C

(Phuket, Bangkok)

Tailandia

Brasil

España

Alemania

Italia

Rusia

Australia

Nigeria

EE.UU.

Canadá

China

Rep. Corea

El Campeonato Mundial de Fútbol Femenino Juvenil de Tailandia 2004 se disputaría entre el 10  y el 27 de noviembre, repitiendo presencia mundialista con respecto a la primera edición las selecciones de Brasil, Nigeria y Australia (campeonas y únicas representantes de sus respectivas confederaciones), así como Canadá, Estados Unidos (ambas inalcanzables en la CONCACAF) y Alemania. Pasaban a cuartos de final las dos primeras clasificadas de cada grupo y las dos mejores terceras, por lo que España partía con bastantes esperanzas de superar esa primera fase a pesar de la evidente dificultad del grupo C. En cuanto a la organización, se habilitaron tres sedes: la capital Bangkok (con dos estadios), y las turísticas ciudades de Chiang Mai, al norte del país, y Phuket, en la isla homónima, remodelándose en profundidad los cuatro estadios utilizados. El calendario se diseñó para que los partidos de la tercera jornada se disputaran simultáneamente en cada grupo, desplazándose dos selecciones de su sede principal (la primera que figura en la tabla, en la que se jugaban las dos primeras jornadas íntegramente) para disputar ese tercer encuentro.

El público tailandés respondió de forma numerosa, aunque las cifras de asistencia estuvieron lejos de las alcanzadas en Canadá dos años antes. El calor y la humedad fueron intensos, a pesar de la época del año, y también hubo ciertos problemas con los transportes, sobre todo en los primeros días, pero no llegaron a ocurrir incidentes dignos de reseña. Como era ya norma en los torneos femeninos, la FIFA únicamente envió árbitros de dicho sexo: doce principales y dieciséis asistentes. Entre ese grupo de auxiliares estuvo la coruñesa Yolanda Parga Rodríguez, de sólo veintiséis años, que inició en Tailandia una larga trayectoria en campeonatos internacionales de selecciones que, si nada se tuerce, continuará en Canadá 2015. La española actuó en dos partidos del grupo A y también en el encuentro por el tercer y cuarto puesto.

EL CAMPEONATO

Alineación de España en el Mundial juvenil de Tailandia 2004, extraída del Informe Técnico oficial del torneo.

Alineación de España en el Mundial juvenil de Tailandia 2004, extraída del Informe Técnico oficial del torneo.

El debut en un torneo siempre es importante, pero en esta ocasión lo era aún más. España iniciaba su andadura en el Mundial sub’19 de Tailandia enfrentándose a la selección con la que teóricamente debería jugarse el pase a los cuartos de final, puesto que en las quinielas tanto Corea del Sur (que había ganado su torneo continental ante la potente China) como sobre todo Estados Unidos (sempiterna favorita) parecían superiores a los equipos europeos. Un buen resultado ante Rusia encarrilaría el pase a las eliminatorias, mientras que una derrota obligaría a puntuar ante las favoritas y a estar pendiente de los marcadores que se dieran tanto en este grupo como en los otros dos, por aquello de ver quiénes pasaban como mejores terceras. Lo que no entraba en ninguna ecuación era que España, la campeona de Europa, saliera goleada ante el tercer clasificado del reciente Europeo, pero precisamente eso fue lo que ocurrió aquel 11 de noviembre en Phuket.

Quereda apostó por su once base, dando la oportunidad a la navarra Mariatxi en la portería (ella y Lucía Muñoz se habían alternado en la titularidad durante el Europeo) y plantando un 4-4-2 en el que Vero Boquete actuaba como segunda punta, aunque luego la joven promesa gallega se incrustaba en la línea media cuando tocaba defender. El partido se puso cuesta arriba muy pronto, en el minuto 10, cuando Elena Terekhova aprovechó un fallo de la zaga española al tirar el fuera de juego para adelantar al combinado ruso, y a partir de ahí casi todo jugó en contra de España. La colegiada local, muy errática durante todo el encuentro, anuló un tanto a Jade por un muy discutido fuera de juego, aunque minutos después Nuria Zufía logró empatar la contienda con un buen cabezazo a centro de Iraia. España siguió acercándose a la meta rival, pero las imprecisiones en el remate y los despistes defensivos tiraron por tierra el buen trabajo de creación. Así, a diez minutos para el descanso, un gol olímpico de Ekaterina Sochneva volvió a adelantar a Rusia, que no estaba haciendo mucho para merecer esa ventaja pero que incluso pudo haber aumentado la cuenta antes de la pausa.

La segunda parte arrancó con España volcada en ataque, asociándose quizás con lentitud pero con bastante eficacia, y así llegaron varias ocasiones para conseguir el empate. Por desgracia, la guardameta Elvira Todua se empleó a fondo para evitarlo, y donde no llegaba la rusa aparecía el larguero, como en un remate de Vero Boquete, o la colegiada tailandesa, que anuló un nuevo tanto a las españolas por una falta previa que también resultó muy discutida. Los nervios comenzaron a aflorar en el equipo de Quereda y Rusia aprovechó los espacios para sentenciar el partido al contraataque: primero fue la recién incorporada Olga Petrova quien batió por alto a Mariatxi y luego, ya casi al final, la central Zuriñe culminó la aciaga tarde española marcando en propia puerta un cuarto gol que complicaba muchísimo la clasificación para cuartos de final.

11/11/2003

Primera jornada del Grupo C.

RUSIA

(4)

Todua; Sedova, Semenchenko, Tsybutovich, Kharchenko (-76, Gomozova); Titova, Morozova, Sochneva (-82, Fomina), Tsidikova; Peshina (-69, Petrova), Terekhova.

ESPAÑA

(1)

Mariatxi; Bergara, Zuriñe, Ruth García, Silvia; Diéguez, Zufía (-70, Julia), Iraia, Natalia Pablos (-75, Willy); Boquete, Jade.

Goles

1-0 Terekhova (RUS, min. 10); 1-1 Zufía (ESP, min. 24); 2-1 Sochneva (RUS, min. 36); 3-1 Petrova (RUS, min. 76); 4-1 Zuriñe (ESP, min. 88)(p.p.).

Árbitro

Pannipar Kamnueng (TAI).

Tarjetas

Sedova (RUS, min. 32); Kharchenko (RUS, min. 48); Silvia (ESP, min. 71).

Estadio

Surakul Stadium (Phuket). 5.000 espectadores.

La derrota ante Rusia hizo mucho daño tanto por lo abultado del marcador como por la forma en que se había desarrollado el partido, ya que las rusas apenas necesitaron realizar cinco lanzamientos entre los tres palos para anotar cuatro goles. España se mostró técnicamente superior, pero la falta de contundencia en ambas áreas supuso un lastre demasiado pesado. Con cero puntos y una diferencia de goles alarmantemente negativa, las de Quereda debían vencer a Corea en la segunda jornada por el margen más amplio posible y esperar que el resto de marcadores favorecieran a sus intereses. El técnico madrileño sólo introdujo una novedad en el once, la de su peculiar rotación en la portería, y España salió dispuesta a demostrar ante las surcoreanas que la derrota de la jornada inaugural había sido un accidente. Eso mismo, claro, buscaba Corea del Sur, que había perdido 3-0 ante Estados Unidos y que en los primeros minutos tuvo un par de ocasiones en las botas de Park Eun Sun, polivalente jugadora que en la primera jornada había actuado como central pero que a partir de la segunda volvió a su puesto natural en la delantera.

Las españolas se sobrepusieron a ese arranque y pasaron a dominar el juego, adelantándose en el marcador a los veinte minutos con un cabezazo de Jade en un saque de esquina. Llegaron entonces un par de oportunidades más que podrían haber dejado el partido visto para sentencia, pero nadie acertó y, poco a poco, las campeonas asiáticas empezaron a sentirse más cómodas sobre el campo y a rondar la portería española, aunque no llegaron a disparar entre los tres palos en toda la primera mitad. Tras el paso por vestuarios, la República de Corea redobló su insistencia y vio cómo se le anulaban dos buenas acciones por discutidos fueras de juego antes de que Jade se escapara en una contra y batiera por segunda vez la meta de Jun Min Kyung. Pero el gol, en vez de tranquilizar a España, espoleó a su rival, que logró recortar distancias un cuarto de hora más tarde al transformar Park Eun Sun un lejano libre directo. Con el 2-1, Corea se volcó y Lucía Muñoz tuvo que realizar varias paradas de mérito para asegurar un triunfo que, pese a esos apuros de última hora, pudo haber sido incluso más amplio si Irune Murua hubiera aprovechado la ocasión de la que dispuso en el descuento.

14/11/2004

Segunda jornada del Grupo C.

ESPAÑA

(2)

Lucía Muñoz; Bergara, Zuriñe, Ruth García, Silvia; Diéguez, Zufía, Iraia, Natalia Pablos (-76, Willy); Boquete (-90, Murua), Jade (-82, Julia).

REP.COREA

(1)

Jun Min Kyung; Cha Yun Hee, Lee Ye Eun, Park Mi Jung, Yoon Young Geul, Lee Jin Hwa; Song Yu Na (-65, Park Eun Jung)(-79, Jeon Jae Min), Lee Yang Mi; Kim Joo Hee, Park Eun Sun, Han Song I (-55, Jung Sey Hwa).

Goles

1-0 Jade (ESP, min. 19); 2-0 Jade (ESP, min. 57); 2-1 Park Eun Sun (KOR, min. 72).

Árbitro

Deidre Mitchell-Zealand (RSA).

Tarjetas

Lee Jin Hwa (KOR, min. 6); Yoon Young Geul (KOR, min. 13); Natalia Pablos (ESP, min. 22); Miriam (ESP, min. 69); Park Eun Sun (KOR, min. 79).

Estadio

Surakul Stadium (Phuket). 13.563 espectadores.

El 18 de noviembre, cuando se disputó la tercera y definitiva jornada en el grupo C, la primera fase había concluido ya en los otros dos grupos, por lo que las de Quereda tenían perfectamente claros todos los cálculos: tendrían que puntuar ante las vigentes campeonas mundiales juveniles para seguir adelante. Con tres puntos y una diferencia de goles de -2, una nueva derrota impediría mejorar los guarismos de Nigeria (tercera del grupo B con cuatro puntos) y de Australia (tercera del grupo A con tres puntos, como España, pero con una diferencia de goles de 0). Así pues, un empate garantizaría superar a las australianas y pasar junto a las africanas como una de las dos mejores terceras; eso en el peor de los casos, porque ese puntito podría incluso suponer la clasificación directa como segunda de grupo, en función del resultado que se diera en el partido que Rusia y Corea del Sur disputarían simultáneamente en Bangkok.

Dentro de la evidente complicación, en la expedición española había cierto optimismo porque el juego desplegado en los partidos anteriores había sido bueno y porque las norteamericanas llegaban ya clasificadas como primeras de grupo después de haber goleado a Corea (3-0) y Rusia (4-1) y darían descanso a varias jugadoras clave. Entre otras, el seleccionador Mark Krikorian dejó en el banquillo a las centrocampistas Angie Woznuk y Megan Rapinoe y a la atacante Amy Rodríguez, y España aprovechó las circunstancias para controlar prácticamente en todo momento al potente equipo estadounidense. Con el mismo once que había derrotado a Corea del Sur (rompiéndose así la alternancia en la portería a favor de Lucía Muñoz) y su habitual juego pausado pero seguro, la selección española sub’19 puso en bastantes apuros a la guardameta Ashlyn Harris, que al filo de la media hora salvó apuradamente en dos tiempos un gran lanzamiento de Miriam Diéguez en la ocasión más clara del primer tiempo. También Natalia y Vero Boquete disfrutaron de buenas oportunidades, mientras que sus rivales sólo generaron peligro por medio de Jessica Rostedt. Y fue precisamente Rostedt quien, al borde del descanso, aprovechó un despiste en su marca para escaparse por velocidad y controlar un pase largo a la espalda de la defensa hispana; tras una hábil maniobra, la estadounidense batió a Lucía sin remisión y sumó su tercer tanto en el campeonato.

El gol supuso un duro mazazo para la confianza de la selección española, que en la segunda parte tardó en volver a entrar en el partido. La presencia de Amy Rodríguez le dio más profundidad al ataque americano y España sufrió varios sustos, aunque la buena actuación de Lucía Muñoz mantuvo al equipo con vida hasta el final. El objetivo estaba a un solo gol de distancia y las de Quereda lo intentaron por todos los medios, dominando claramente durante muchos minutos. Los ajustes tácticos introducidos con los cambios funcionaron y prácticamente todas las jugadoras del ataque español tuvieron su oportunidad para marcar, pero Harris se mostró inexpugnable y el partido se consumió con dos nuevas intervenciones salvadoras de Lucía. Pese a la buena imagen mostrada, España se iba de su primer Mundial juvenil femenino a las primeras de cambio.

18/11/2004

Tercera jornada del Grupo C.

EE.UU.

(1)

Harris; Holmes, Buehler, Sauerbrunn, López; Logterman, Gray, Schnur (-58, Redmond), Orand; Rostedt (-46, Amy Rodríguez), Hanks.

ESPAÑA

(0)

Lucía Muñoz; Bergara, Zuriñe, Ruth García, Silvia; Diéguez, Zufía (-56, Murua), Iraia, Natalia Pablos (-74, Willy); Boquete, Jade.

Goles

1-0 Rostedt (USA, min. 44).

Árbitro

Virginia Tovar Díaz (MEX).

Tarjetas

Iraia (ESP, min. 83).

Estadio

Surakul Stadium (Phuket). 9.652 espectadores.

Al final la selección española cayó al último puesto de su grupo y a la décima posición final. La victoria de la República de Corea por 2-0 ante Rusia generó un triple empate a tres puntos en el que los resultados de la primera jornada fueron decisivos: con la misma diferencia de goles que las surcoreanas (-2), Rusia acabó segunda de grupo merced al mayor número de tantos anotados, mientras que el combinado asiático, pese a acabar por delante de España (que finalizó con un golaveraje de -3), caía eliminado como el peor tercero de los tres grupos. Las juveniles españolas regresaron a casa en el anonimato propio de quien sale por la puerta de atrás de un torneo sin enviados especiales y que aquí sólo se pudo seguir en televisión a través de Eurosport, pero con una valiosa experiencia y unos bellos recuerdos de un paradisíaco lugar, Phuket, que apenas un mes después sufriría el impacto del terrible tsunami que asoló el sudeste asiático el 26 de diciembre de 2004.

Lógicamente ajena al desastre que estaba por llegar, la competición siguió adelante. En cuartos de final, China derrotó a Canadá por 3-1, aprovechándose de una tempranera acción que supuso un penalti a favor y la expulsión de la portera canadiense, mientras que Estados Unidos también cumplió sin apuros ante Australia (2-0). En cambio, Brasil y Alemania tuvieron que sudar durante toda una prórroga (el gol de oro ya había sido eliminado por FIFA) para deshacerse de Rusia y Nigeria, respectivamente. Las brasileñas se vieron fuera del torneo durante muchos minutos, hasta que la ariete Cristiane apareció en el descuento para lograr el empate a dos; luego, dos tantos en la segunda parte de la prórroga ante unas desmoralizadas rusas pusieron el definitivo 4-2 en el electrónico. Más aún sufrió Alemania, que también logró empatar en los últimos compases del tiempo reglamentario con un gol de Mittag pero que en la prórroga no fue capaz de romper el 1-1. En la tanda de penaltis, las de Silvia Neid se mostraron más acertadas que las nigerianas y se llevaron el triunfo por 5-4.

Alemania no acusó el cansancio en semifinales y se impuso con claridad y justicia a Estados Unidos por 3-1, mientras que China consiguió frenar el ímpetu ofensivo brasileño y, con dos goles en la primera parte, selló su pase a la gran final. Después de que las estadounidenses superaran con un cómodo 3-0 a Brasil en el partido por el bronce, en el encuentro por el título Alemania se encontró con un tempranero gol de Simone Laudehr que allanó su camino a la victoria. Un juego sólido y sin fisuras y un segundo tanto obra de Melanie Behringer en los últimos minutos permitieron a la selección europea conquistar en Bangkok su primer Campeonato Mundial Juvenil femenino.

En cuanto a los galardones individuales, la brasileña Marta (que a esas alturas ya había brillado en el anterior Mundial juvenil, en el Mundial absoluto de Estados Unidos 2003 y en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004) demostró estar un par de pasos por delante del resto de futbolistas de su edad y se llevó el Balón de Oro como mejor jugadora, superando en las votaciones a Angie Woznuk, cerebro de la selección estadounidense, y a la atacante alemana Anja Mittag. Por su parte, la delantera canadiense Brittany Timko (que hoy, debido a su matrimonio, se apellida Baxter) se alzó con la Bota de Oro al anotar siete goles en cuatro partidos, mientras que Anja Mittag se llevó la de Plata con seis tantos. Tras ellas, nada menos que nueve jugadoras (la brasileña Cristiane, la estadounidense Megan Rapinoe o la alemana Celia Okoyino Da Mbabi -hoy Celia Šašić-, entre otras) anotaron tres goles, por lo que hubo que utilizar los criterios de desempate para otorgar la Bota de Bronce, que finalmente recayó en la estadounidense Angie Woznuk por haber dado también tres asistencias (igual que Marta, pero disputando menos minutos que la genial brasileña). La selección española también tuvo su pequeña mención en los reconocimientos individuales: pese a jugar sólo tres partidos, a sus diecisiete años Vero Boquete fue elegida por el Grupo de Estudios Técnicos de la FIFA como una de las cuatro mejores delanteras del torneo, junto a Timko, Mittag y Cristiane. No tenían mal ojo las expertas designadas por la FIFA, entre las que se encontraba la actual seleccionadora sueca Pia Sundhage.

El torneo, en definitiva, sirvió para confirmar que el fútbol femenino juvenil avanzaba a buen ritmo, y la edición de 2006, que se celebró en Rusia, acogió ya a 16 selecciones de categoría sub’20 en lugar de las doce sub’19 de los dos primeros campeonatos. Paralelamente, la FIFA empezó a plantearse la creación de un torneo sub’17 que completara y racionalizara las etapas formativas del fútbol femenino y las equiparara definitivamente a las del masculino. Aunque esa categoría era entonces completamente inexistente en el calendario oficial internacional, la mayoría de equipos sub’19 presentaba siempre un buen número de jugadoras de 16 y 17 años, lo que indicaba que la materia prima existía y era prontamente detectada (y promocionada) por los clubes y federaciones nacionales. Ese nuevo Mundial sub’17 terminaría naciendo en 2008 y supondría también la creación de torneos continentales para esa edad en todas las confederaciones, pero esa es otra historia.

Por desgracia, España no ha vuelto a clasificarse para un mundial juvenil. Lejos de suponer un trampolín para seguir creciendo, la presencia en Tailandia 2004 dio paso a una larga época de sinsabores en categoría sub’19: la selección española no estuvo en las fases finales de los Europeos de los años 2005, 2009 y 2013 y se quedó fuera de las cuatro primeras plazas en 2007 y 2011, perdiendo por tanto la opción de disputar los sucesivos Mundiales sub’20 celebrados hasta la fecha. Los resultados en los Campeonatos de Europa de los años pares (los no clasificatorios) tampoco han acompañado, y sólo recientemente se han vuelto a conseguir grandes logros, con dos subcampeonatos en 2012 y 2014 que, sumados a los éxitos en categoría sub’17, vuelven a generar esperanzas sobre el futuro del fútbol femenino español.

Porque, a pesar de las muchas dificultades y zancadillas, de la escasa atención del público y los medios (y, en ocasiones, de la propia RFEF), las futbolistas españolas que brillaron como juveniles a principios de siglo (y muchas de las que luego no pudieron reeditar esos triunfos en los años siguientes) no han dejado de dar pasos hacia adelante. Esperemos que la participación en la Eurocopa absoluta de 2013 y, sobre todo, la histórica presencia en el Mundial de Canadá que arranca el próximo mes de junio no sean un mero paréntesis, sino un auténtico punto de partida para un futuro mejor.

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Fuentes consultadas:

www.fifa.com

www.futfem.com

podemosjugar.x10host.com

www.rsssf.com

www.sefutbol.com

www.txapeldunak.com

www.uefa.com

Hemerotecas y archivos digitales de los diarios As, El Mundo Deportivo, Marca.




Oiga, que él no tuvo la culpa.

Jugar un Mundial de fútbol es para elegidos, pero disputar cinco consecutivos significa entrar directamente en su historia. Este honor únicamente lo han logrado hasta ahora dos jugadores, uno de ellos,  Antonio Félix Carbajal Rodríguez, portero de la Selección Nacional de México.

Carbajal, conocido en el mundo del fútbol como “Tota” cuyo apodo le viene de su infancia cuando no podía todavía pronunciar Toño y acertaba a decir “Tota”, o “Cinco Copas”, por razones evidentes, nació en León (México) el 7 de junio de 1929.

En sus primeros tiempos de aficionado al fútbol, siendo niño, nuestro protagonista jugaba de delantero, si bien, el fallecimiento de un hermano, atropellado en la calle, motivó que su padre le prohibiera jugar al fútbol. Por ello, Carbajal trataba de jugar de portero haciendo de marco la puerta de su casa con lo cual cuando su padre aparecía por allí, él podía disimular haciendo como que contemplaba el partido de los amigos como un espectador.

Carbajal01Se formó en los equipos inferiores del Oviedo, que era un club de raíz española que estaba ubicado en la capital federal, pasando posteriormente al Real Club de España donde coincidió con Gaspar Rubio, que había sido delantero del Real Madrid. Más tarde fichó por el Club León donde estuvo jugando hasta su retirada de los campos de juego pasando a ser entrenador del mismo.

Pronto fue seleccionado para disputar la Olimpiada de Londres celebrada en 1948, aunque el único partido que disputó México trajo como consecuencia su eliminación al perder con Corea por 5 a 3 el dos de agosto de 1948. Carbajal fue suplente, actuando como titular su compañero Quintero.

Como decíamos al principio, Carbajal es protagonista por derecho propio por disputar cinco Mundiales, es decir, competir al máximo nivel durante la friolera de 20 años. Únicamente, otro jugador ha disputado tal número de Mundiales: Lothar Matthaeus (Alemania) en 1982, 1986, 1990, 1994 y 1998, jugando partidos en cada uno de ellos.

Pero lo particular de nuestro invitado es que en los Campeonatos Mundiales en los que participó (1950, 1954, 1958, 1962 y 1966), jugó 11 partidos y únicamente su selección ganó uno de ellos. Se ha leído muchas veces, como curioso dato de los Mundiales, que Carbajal ha pasado a la historia por esta circunstancia, pero hay que afirmar que él no jugaba solo, por lo que estimamos que no puede atribuírsele tal cúmulo de adversidades dado que, es obvio, actuaban otros diez compañeros con él.

Para el Mundial de Brasil de 1950 fue seleccionado para actuar como arquero titular. México disputó estos encuentros:

El 24 de junio, derrota ante Brasil por 0 a 4. Fue el partido inaugural del Campeonato, pero no hubo color en el desarrollo del mismo. En Maracaná (Río de Janeiro) Brasil pasó por encima de México. Carbajal recibió dos goles de Ademir (que luego sería el máximo goleador de la competición), Jair y Baltazar.

Cuatro días más tarde, de nuevo derrota ante Yugoslavia por 4 -1; y el dos de julio, el tercer partido perdido, esta vez, ante Suiza por 2 -1.

En 1954, México logra clasificarse nuevamente para disputar la Copa del Mundo que se celebra en Suiza, debutando ante Brasil el 16 de junio. Pinga, con dos goles, Baltazar, Didí y Julinho redondean una derrota por 5 a 0, aunque esta vez el portero mexicano fue Mota.

Tres días después, ante Francia, Carbajal sí actúa. Después de ir perdiendo por dos a cero, logran empatar a dos en el minuto 85 de juego, pero Kopa, en el minuto 88, de penalti señalado por el árbitro español Asensi, logra la victoria para los galos.

En 1958 el Mundial se celebra en Suecia. El primer encuentro lo disputan ante los anfitriones el 8 de junio. Otra vez se trata del partido inaugural. Carbajal va a disputar su tercer mundial consecutivo, ya como capitán de su selección. Suecia contaba con un extraordinario plantel en sus filas: Hamrin, Liedholm, Gren, Skoglund y Simonsson. Éste último, más tarde se convertiría en jugador del Real Madrid, aunque sólo disputó tres partidos de Liga marcando un gol. El resultado, nuevamente, es de derrota, esta vez, por 3 a 0.

El segundo encuentro que disputa México, por fin, se logra un empate a un gol ante la selección de Gales. La selección galesa fue ganando el partido desde el minuto 32, empatado los mexicanos en el último minuto del encuentro por obra del extremo derecho Belmonte.

Y de nuevo, el 15 de junio, se produce otra derrota más, esta vez ante Hungría por 4 goles a 0, y eso que la potente selección húngara estaba ya muy devaluada por las fugas de sus mejores jugadores a países de Europa occidental.

Como si de una maldición se tratara, en el siguiente Mundial celebrado en Chile en 1962, se debuta otra vez ante Brasil, vigente campeón del Mundial anterior. Y nueva derrota, esta vez por 2 a 0, con goles de Zagalo y Pelé.

En su segundo partido, ante España, en encuentro celebrado el 3 de junio, Carbajal se llevaría un gran disgusto. Faltaban treinta segundos para finalizar el encuentro cuando Peiró marcó el gol del triunfo. La imagen de Carbajal llorando junto al poste de su portería todavía se recuerda. Los datos de aquel encuentro fueron:

En el Estadio de Sasualito, de Viña del Mar, a las órdenes del árbitro Branko Tesanic (Yugoslavia), los equipos nacionales formaron así:

España: Carmelo; Rodri, Santamaría, Gracia; Vergés, Pachín; Del Sol, Peiró, Puskas, Luis Suárez y Gento (capitán). Por parte de Méjico actuaron Carbajal (capitán); Del Muro, Sepúlveda, Jáuregui; Cárdenas, Nájera; Del Águila, Reyes, H. Hernández, Jasso y Díaz.

Carbajal02El último partido del Mundial de 1962 lo disputaron ante Checoslovaquia. Por fin se consiguió la primera victoria en una Copa del Mundo para México y para Carbajal. Se ganó a los checos por tres goles a uno. Checoslovaquia quedaría subcampeona del Mundo al perder por 1 a 3 en la Final disputada ante Brasil.

Llegamos al Mundial de Inglaterra de 1966. Carbajal va convocado con su selección pero como suplente de Calderón. Se comienza empatando a un gol ante Francia el 13 de julio. Esperanzador, si bien Carbajal no disputa este encuentro ni el siguiente ante Inglaterra donde México vuelve a perder por 2 a 0, con goles de Bobby Charlton y Hurts. Como saben, Inglaterra ganó este Mundial en una polémica final ante la República Federal de Alemania.

Y el 19 de julio, Carbajal, ya con 37 años, debuta en su quinto y último Mundial ante Uruguay en el estadio de Wembley. Ya sin ninguna posibilidad de clasificación para la siguiente fase, el resultado fue de empate a cero. Carbajal logró mantener su portería imbatida.

Carbajal debutó en un Mundial en Maracaná y se despidió en Wembley. No habrá muchos que puedan decir lo mismo.

Carbajal era un portero supersticioso. Una de sus manías la tuvo con la camiseta interior con la que disputaba los partidos, no con el jersey del equipo. Siempre jugaba con la misma camiseta. Obviamente, su color inicial esmeralda, fue pasando con el tiempo por una amplia gama difuminada de colores…Se cuenta que también al salir al terreno de juego, iba botando un balón desde el vestuario hasta el centro del campo y desde allí hasta la portería que tenía que defender. Al llegar allí, golpeaba el poste cinco veces, saltaba cinco veces al larguero, y daba  otros cinco golpes al poste contrario. Después exclamaba “¡Que empiece el partido!”. Otra más, debajo de las medias llevaba otras dos, una de color negro y otro de color blanco.

Carbajal, en sus 5 Mundiales, jugó 11 partidos, con un total de 1 victoria, 2 empates y 8 derrotas, recibiendo 25 goles. Como ya hemos indicado, la culpa no fue sólo suya, tenía otros diez compañeros sobre el terreno de juego.

De todas maneras, ante este – se puede decir – deficitario balance, cuántos quisieran poseer tal curriculum mundialista.

Fue elegido como el mejor portero de la CONCACAF del siglo XX, y distinguido con la Orden al Mérito del Centenario F.I.F.A..

Carbajal, ahí queda eso.




España en los mundiales sub’20: Emiratos Árabes Unidos 2003

Tras el discreto paso por Malasia 1997, la selección española juvenil alcanzó el cielo en la siguiente cita mundialista, la de Nigeria 1999. Un Campeonato del Mundo Juvenil que supuso el pistoletazo de salida para una larga época de triunfos de nuestras selecciones inferiores (laureles que, por fortuna, acabaron trasladándose también a la absoluta) y que fue ampliamente repasado entre los números 52 y 55 de estos “Cuadernos de Fútbol”, por lo que este trayecto a lo largo de las participaciones españolas en los Mundiales juveniles debe continuar avanzando hasta la siguiente estación. Cosas del fútbol, España no pudo defender su entorchado en la cita inmediatamente siguiente a la de Nigeria: después de una discreta actuación en el Europeo sub’18 de 1999, cuya fase final se celebró en Suecia (y en la que España no pasó de la tercera posición del grupo que compartió con Italia, Irlanda y Georgia), la selección española juvenil no logró estar presente en el siguiente Campeonato de Europa, el del año 2000, que repartía los billetes para el Mundial sub’20 de Argentina 2001. Tras superar en la primera ronda a Inglaterra, Chipre y San Marino en un cuadrangular disputado en terreno inglés, los de Sáez se toparon con Rusia en la eliminatoria de acceso a la fase final. Los juveniles rusos arrancaron un afortunado 0-0 en Pontevedra y se llevaron el triunfo en Moscú por 2-1, con un gol en el minuto 83 que dejó sin Mundial a una generación en la que destacaban los nombres de Asier del Horno, Julio Álvarez, Miguel Ángel García “Corona”, Roberto Trashorras, Borja Fernández, Joaquín Sánchez, Vicente Rodríguez, Mikel Arteta, Pepe Reina, Xabi Alonso o el campeón mundial en Nigeria David Aganzo.

En ese Mundial de Argentina 2001 José Néstor Pékerman dirigió la que probablemente fuera su obra maestra al frente de las inferiores de la albiceleste. Con un grupo de excelentes promesas y una preparación cuidada al detalle tanto en los aspectos físicos y tácticos como psicológicos, el equipo argentino se impuso a todos sus rivales y a la presión de actuar como local con una facilidad pasmosa, venciendo sus siete partidos y prácticamente todos ellos por goleada. Con la increíble cifra de once goles anotados, récord que aún no ha sido batido, Javier Saviola se coronó también como el mejor jugador del campeonato y justificó su millonario traspaso al F.C. Barcelona; junto a él, en esa convocatoria aparecían futbolistas como Germán Lux, Wilfredo Caballero, Nicolás Burdisso, Julio Arca, Fabrizio Coloccini, Diego Colotto, Leo Ponzio, Andrés D’Alessandro, Maxi Rodríguez o Alejandro “Chori” Domínguez, nombres seguramente muy reconocibles para el aficionado y que vienen a dar una idea del tremendo potencial de aquel equipo campeón.

La selección española sí logró participar en la fase final del Europeo juvenil de 2001, disputada en Finlandia, un torneo en el que los de Sáez fueron de menos a más y que acabaron en tercera posición con jugadores como Víctor Valdés, Rubén González, Mikel Arteta, Líbero Parri, Albert Riera o Nano Macedo. Fue la última edición del Campeonato de Europa sub’18, ya que para la siguiente temporada la UEFA instauró los Campeonatos de Europa sub’19 y sub’17 en sustitución de los tradicionales sub’18 y sub’16. No fue más que un ajuste en la denominación oficial: las reglas ya permitían la participación de jugadores de esas edades en las fases finales para, entre otras cosas, evitar que las selecciones europeas que se clasificaran para sus respectivos mundiales tuvieran que rehacer buena parte del equipo, y se trataba tan solo de adecuar el nombre del torneo a la edad real de la mayoría de sus participantes.

Lo que no cambió la UEFA fue el desigual formato de la fase de clasificación del Europeo juvenil. Mientras otras selecciones disputaban triangulares o cuadrangulares a una vuelta, España jugó una liguilla a doble partido con Suiza y Armenia entre octubre y noviembre de 2001. Ninguna puso en apuros a los de Sáez (que jugaron los dos encuentros ante Armenia en casa, en Melilla y Ronda, ganando ambos por 6-0) y España se plantó en la eliminatoria previa a la fase final de Noruega con pleno de victorias. El sorteo de ese play-off fue benévolo y deparó un asequible enfrentamiento contra Macedonia: en la ida, disputada ya en abril de 2002 en terreno macedonio, España remontó el gol inicial de Goran Pandev para traerse un cómodo 1-3; un mes después, los juveniles españoles remataron el trabajo en Murcia con un contundente 4-0 y sellaron su pase al torneo que pondría en juego las plazas europeas para el siguiente Mundial sub’20.

Para cuando empezó la fase final de ese Campeonato de Europa sub’19, el 21 de julio de 2002, Iñaki Sáez cumplía diez días como seleccionador absoluto. La marcha de José Antonio Camacho tras el Mundial de Corea y Japón había sido rápidamente resuelta por la RFEF, que encomendó a Sáez el trabajo de regeneración que debía acometerse en un equipo nacional del que se apeaban jugadores como Fernando Hierro, Pep Guardiola, Miguel Ángel Nadal o Luis Enrique. Aunque su perfil público seguía siendo bajo, el nombramiento del técnico vizcaíno no sorprendió a nadie y tampoco recibió excesivas críticas: sus resultados al frente de las selecciones inferiores eran francamente buenos (un título europeo sub’21 en 1998, un Mundial sub’20 en 1999 y una plata olímpica en 2000) y parecía lógico pensar en él como la persona adecuada para facilitar el paso a la absoluta de esos jóvenes valores.

Por si su designación aún despertara ciertas dudas, Iñaki Sáez cargaría aún más de razones su currículo al conducir a la selección sub’19 a un nuevo título continental. Tras empatar con la República Checa en el debut (1-1), dos claras victorias ante la anfitriona Noruega (3-0) y, sobre todo, contra Eslovaquia (3-1) en el partido decisivo permitieron a España liderar su grupo y disputar la final, en la que un solitario gol de Fernando Torres (que ya había marcado el tanto de la victoria en la final del Europeo sub’16 del año anterior) bastó para superar a Alemania; no sería, como todos sabemos, la última vez que un gol del fuenlabreño valiera para ganar una final europea a la selección germana. Ese título sub’19, el primero para España en categoría juvenil desde 1995, traía consigo la clasificación para el Campeonato Mundial sub’20 de 2003, a celebrar en Emiratos Árabes Unidos y al que España viajaría acompañada de Alemania, Eslovaquia, Irlanda, República Checa e Inglaterra.

Con Sáez instalado ya en el banquillo de la absoluta, hubo que volver a cambiar el organigrama de las selecciones inferiores. Juan Santisteban seguiría con la sub’17 y José Armando Ufarte (que había llegado a la RFEF en 1997 para dirigir a la sub’15 y colaborar con Santisteban en la sub’16) se encargaría de la sub’19 y sub’20; además, ambos formarían tándem al frente de la sub’21. La mayor novedad fue la incorporación de Ginés Meléndez (a propuesta de Iñaki Sáez, que le conocía bien desde su etapa como técnico en el Albacete, club en el que Meléndez dirigía la cantera) para hacerse cargo de la sub’16 y, sobre todo, para terminar de asentar el modelo de trabajo por el que la Real Federación Española de Fútbol recibiría reconocimiento internacional. Durante estos primeros años, Meléndez actuó también como ayudante de Santisteban y Ufarte allá donde estos le necesitaran: por ejemplo, en el Mundial sub’20 de 2003.

En un principio, el Campeonato Mundial Juvenil de Emiratos Árabes Unidos debía disputarse del 25 de marzo al 16 de abril de 2003, de modo que el renovado cuadro técnico de la RFEF diseñó un plan de preparación para la sub’20 que, aparte de las tradicionales jornadas dobles de entrenamientos en Madrid una vez al mes, incluyó la disputa, ya en febrero, de la “Copa del Atlántico” (en la que España superó a la selección de las Islas Canarias y a Eslovaquia) y de un amistoso ante la también mundialista Uzbekistán en Almendralejo (saldado con una cómoda goleada por 4-1). El 5 de marzo se realizó la última sesión preparatoria en Madrid, en la que se jugó un amistoso contra el filial del Atlético que acabó 1-1, pero para entonces ya parecía seguro que el Mundial sub’20 no se disputaría como estaba previsto. El mundo había cambiado mucho desde que la FIFA eligiera la sede del torneo, y al día siguiente de ese partidillo en la ciudad deportiva de Majadahonda se confirmaron los rumores sobre el aplazamiento del Mundial.

No es misión de este artículo analizar las causas y el desarrollo de los acontecimientos que desembocaron en la invasión de Irak en ese año 2003; en lo que nos afecta, basta señalar que, en medio de una tensión prebélica que aumentaba día a día, la situación geográfica de Emiratos Árabes, en la entrada misma del Golfo Pérsico, desaconsejaba la disputa allí de cualquier evento deportivo, y más aún cuando en él iban a participar representantes de varios miembros de la alianza que parecía dispuesta a derrocar por la fuerza al tirano Sadam Hussein saltándose el mandato de las Naciones Unidas. Así las cosas, y viendo que los movimientos de tropas parecían anunciar el inminente inicio de una intervención militar, el 6 de marzo la FIFA decidió suspender provisionalmente el campeonato hasta ver cómo evolucionaba el conflicto.

Se deslizó la posibilidad de trasladar el Mundial sub’20 a Japón, pero los hechos se sucedieron con tanta celeridad que pronto quedó claro que no sería necesario ningún cambio de escenario: el 16 de marzo se produjo la tristemente famosa cumbre de las Azores, el 19 comenzaron los bombardeos y el 12 de abril Bagdad ya estaba bajo control estadounidense. La guerra, por desgracia, estaba lejos de acabar, pero fue tal la velocidad y contundencia de esa primera fase que, la víspera de que las tropas aliadas tomaran la capital iraquí, el comité organizador del Mundial sub’20 y la FIFA anunciaron las nuevas fechas: el campeonato se desarrollaría en Emiratos Árabes Unidos del 27 de noviembre al 19 de diciembre de ese mismo 2003. No sería la única decisión similar que la FIFA tomaría ese año: en mayo decidió trasladar el Mundial femenino absoluto de China a Estados Unidos por culpa del brote de gripe A que afectó al país asiático.

Obviamente, ese retraso (que suponía pasar el Mundial a otra temporada) implicó numerosos cambios en la lista que inicialmente tenían planeado ofrecer Ufarte y Santisteban; de hecho, en la lista definitiva sólo aparecieron ocho de los dieciocho campeones continentales sub’19 de 2002, número que probablemente hubiera sido mayor de no haberse producido el aplazamiento. El compromiso federativo, tanto en marzo como en noviembre, era el de que ningún chaval que estuviera asentado en la máxima categoría acudiría al torneo, por lo que en la convocatoria mundialista nunca hubieran estado ni José Antonio Reyes (Sevilla) ni Fernando Torres (Atlético), que en marzo ya eran fijos en las alineaciones de sus respectivos clubes en Primera división y en noviembre incluso formaban parte de la selección absoluta (que además en esos días disputaba ante Noruega la repesca de acceso a la Eurocopa de Portugal 2004). El retraso del torneo implicó que también causaran baja por ser ya habituales en Primera el malogrado Dani Jarque (Espanyol) y Jonan García (Athletic Club), mientras que un compañero de este último, el central Ander Murillo, se vio definitivamente apartado del Mundial por una lesión muscular. En cambio, sí viajaría al Golfo Pérsico el barcelonista Andrés Iniesta, la otra gran promesa del grupo, que no acababa de entrar en los planes de Frank Rijkaard en los primeros meses de éste al mando de la entonces desnortada nave azulgrana.

El pico de forma de cada jugador en ese momento del año, un amistoso en Eslovaquia (que España venció por 0-4) a finales de octubre, un par de sesiones de entrenamiento y la lógica evolución futbolística de todos los aspirantes en los meses anteriores terminaron de perfilar la lista definitiva de Armando Ufarte, que se anunció el 13 de noviembre. Estos fueron los veinte jugadores que quedaron citados el domingo 23 en Madrid para partir hacia Dubái la mañana siguiente:

Pos.

Nombre Fecha Nac. Club

1

P

Miguel Ángel MOYÀ Rumbo 02/04/1984 RCD Mallorca

2

DF

ALEXIS Ruano Delgado 04/08/1985 Málaga CF

3

DF

Carlos González PEÑA 28/07/1983 FC Barcelona

4

DF

CARLOS GARCÍA Badías 29/04/1984 RCD Espanyol

5

DF

Juan Alberto Andreu Alvarado, “MELLI” 06/06/1984 Real Betis

6

MC

Víctor Javier Añino Bermúdez, “VITOLO” 09/09/1983 CD Tenerife

7

MC

Ferrán COROMINAS Telechea 05/01/1983 RCD Espanyol

8

MC

Andrés INIESTA Luján 11/05/1984 FC Barcelona

9

DL

SERGIO GARCÍA De la Fuente 09/06/1983 FC Barcelona

10

DL

Manuel DEL MORAL Fernández 25/02/1984 Atlético de Madrid

11

MC

Jaime GAVILÁN Martínez 12/05/1985 Valencia CF

12

DF

Iago BOUZÓN Amoedo 17/03/1983 Celta de Vigo

13

P

Asier RIESGO Unamuno 06/10/1983 SD Eibar

14

DL

Ángel Javier ARIZMENDI De Lucas 03/03/1984 Atlético de Madrid

15

DF

Alexander GOIKOETXEA Urkiaga 08/06/1983 Athletic de Bilbao

16

MC

Gabriel Fernández Arenas, “GABI” 10/07/1983 Atlético de Madrid

17

MC

Juan Francisco Torres Belén, “JUANFRAN” 09/01/1985 Real Madrid

18

MC

Jorge PINA Roldán 28/02/1983 Real Zaragoza

19

MC

Manuel Diego TELLO Jorge 16/02/1984 Real Madrid

20

P

RUBÉN Iván Martínez Andrade 22/06/1984 FC Barcelona

Que hubiera veinte futbolistas (tres de ellos, porteros) era una de las principales novedades del evento, ya que hasta entonces la FIFA sólo permitía la inscripción de dieciocho jugadores por equipo. No era, desde luego, la selección más potente que podría haber llevado España, pero en ella había muchos jugadores que venían brillando en categorías inferiores y que, en su mayor parte, acabarían asentándose en la élite de nuestro fútbol. Todos ellos, además, siguen hoy en activo (muchos de ellos al más alto nivel) y por ello resultarán más fácilmente identificables para el lector que los de otros campeonatos anteriores. Aunque no todos han podido mantenerse en la máxima categoría, a estas alturas Alex Goikoetxea (Cultural Leonesa, Salamanca, Cádiz, Racing de Santander, Amorebieta) y Manuel Tello (Levante, Getafe, Alcalá, Guadalajara) son los únicos que no han jugado en Primera división. Por otra parte, y a 15 de marzo de 2015, han debutado con la selección absoluta Andrés Iniesta, Juanfran Torres, Sergio García, Manu del Moral y Javier Arizmendi, que es el único de los veinte convocados que se encuentra actualmente sin equipo.

En cuanto a la organización del torneo, no sufrió más contratiempos que el retraso motivado primero por la guerra de Irak y luego por las altas temperaturas veraniegas, que desaconsejaban la celebración del evento antes de noviembre, y el Ramadán, que ese año concluyó el día anterior a la inauguración del campeonato. Debutaban en un Mundial sub’20 las selecciones de Uzbekistán, Eslovaquia, Burkina Faso y Panamá. El sorteo, celebrado el ya muy lejano 29 de enero, había deparado estos emparejamientos en la primera fase:

GRUPO A

(Abu Dabi)

GRUPO B

(Sharjah)

GRUPO C (Dubái)

GRUPO D (Dubái)

GRUPO E

(Al Ain)

GRUPO F

(Abu Dabi)

EAU

Argentina

Brasil

Colombia

México

Alemania

Eslovaquia

España

Australia

Inglaterra

Rep. Irlanda

EE.UU.

Burkina Faso

Mali

Rep. Checa

Japón

Costa de Marfil

Paraguay

Panamá

Uzbekistán

Canadá

Egipto

Arabia Saudita

Rep. de Corea

Los partidos se disputaron en los tres emiratos más extensos de los siete que componen el pequeño país, utilizándose dos estadios en la capital de Dubái y tres en la de Abu Dabi, emirato al que también pertenece la ciudad de Al Ain, sede del grupo E. El aplazamiento del torneo permitió el uso de un estadio de Abu Dabi que no estaba acabado en marzo; sin embargo, pese a la amplia disponibilidad de terrenos de juego, los partidos de la tercera jornada en cada grupo no se disputaron simultáneamente. Por fortuna, a partir de la siguiente edición la FIFA impuso por fin a los organizadores la obligación de que los calendarios impidieran este sinsentido. Por lo demás, las instalaciones deportivas y hoteleras emiratíes eran de primer nivel (aunque, según recogía el diario Marca el 18 de diciembre, en el alojamiento de España en Dubái también había un club de alterne) y hubo una aceptable afluencia de público, algo a lo que ayudó el que los estadios tuvieran una modesta capacidad (de entre 12.000 y 18.000 espectadores, salvo el reservado para la gran final) y, sobre todo, que los jeques regalaran un gran número de entradas e incentivaran la afluencia a los campos con sorteos de viajes, todoterrenos y otros artículos de lujo. El único incidente extradeportivo digno de mención fue el de los positivos en los controles antidopaje del portero alemán Alexander Walke, por cannabis, y del defensa egipcio Amir Azmy, por nandrolona. Como luego veremos, no serían los únicos que se saltaron alguna norma y que acabaron siendo pillados por las autoridades deportivas.

En este campeonato actuaron quince árbitros principales, la mayoría de los cuales acudieron acompañados de sus asistentes habituales, en una medida que la FIFA introdujo de manera experimental para tratar de evitar escándalos y problemas de comunicación como los acontecidos durante el Mundial 2002. Entre esos equipos de colegiados estuvo el formado por el vizcaíno Eduardo Iturralde González y sus auxiliares Clemente Ayete Plou y Rafael Guerrero Alonso, que dirigieron cuatro partidos (dos de la primera fase, uno de octavos de final y otro de cuartos) antes de verse obligados a regresar a casa por “culpa” del buen hacer de los juveniles españoles. Por último, también fue una novedad la manera en la que se siguió el torneo desde España. Más allá de que a finales de 2003 internet era ya un vehículo habitual de comunicación para muchos ciudadanos, por primera vez desde 1989 no fue TVE la televisión que emitió el Campeonato Mundial Juvenil: los derechos fueron adquiridos por Localia, la ya desaparecida cadena de televisiones locales del grupo PRISA, que no cubría todo el territorio nacional, lo que privó a no pocos aficionados de seguir al detalle el desarrollo del campeonato.

EL CAMPEONATO

Alineación de España en el Mundial juvenil de EAU 2003, extraída del Informe Técnico oficial del torneo.

Alineación de España en el Mundial juvenil de EAU 2003, extraída del Informe Técnico oficial del torneo.

Desde luego España no podía tener un debut más complicado. La selección argentina, ya sin Pékerman en el banquillo pero con la misma filosofía de trabajo personalizada en su técnico Hugo Tocalli, había conquistado el Sudamericano sub’20 en el mes de enero y contaba, como suele ser habitual, con numerosos jugadores con mucha experiencia acumulada en la primera división de su país. No estaba Carlos Tévez, retenido por Boca Juniors (enfrentamiento con FIFA mediante) para disputar la final de la Copa Intercontinental, pero sí futbolistas como Javier Mascherano o Fernando Cavenaghi, que ya figuraban en las agendas de todos los grandes clubes europeos. En el bando español, Ufarte sorprendió otorgando la titularidad al meta Asier Riesgo en detrimento de Miguel Ángel Moyà, hasta entonces indiscutible en la portería de esta generación (sin duda la experiencia acumulada por el realista en Segunda división durante su cesión al Eibar fue un factor clave), y por delante de él dispuso el 4-2-3-1 implantado años atrás por Iñaki Sáez, con Gabi y Vitolo como mediocentros y Andrés Iniesta como enganche con su compañero de club Sergio García.

En un partido que resultó tan competido como cabía esperar por parte de los dos últimos países campeones del mundo sub’20, España dominó la posesión y buscó con más ahínco la meta rival, logrando adelantarse en el marcador en el ecuador de la primera parte gracia a un soberbio disparo en parábola de Gabi desde fuera del área. El juego no era muy brillante y la tensión se notaba en cada movimiento, pero aún así los de Ufarte dispusieron de un par de ocasiones más para hacer el segundo. Sin embargo, nadie acertó a batir de nuevo a Eberto y en la segunda parte Argentina no tardó en igualar el tanteador con un gran cabezazo del central Leandro Fernández tras un córner. España siguió controlando el balón, pero su juego no tenía demasiada fluidez y las combinaciones de sus hombres de ataque morían sin peligro. Argentina estaba cómoda y culminó la remontada a falta de un cuarto de hora, cuando nuevamente Leandro Fernández cabeceó a la red una lejana falta botada desde el sector izquierdo del ataque sudamericano. La selección española intentó reaccionar moviendo el banquillo, pero los cambios no solucionaron el embotellamiento que la albiceleste forzaba en torno a su área y en el que los mediocentros Pablo Zabaleta y Javier Mascherano reinaron a su antojo. La derrota, aunque entraba dentro de lo previsible, obligaba a España a no fallar más si quería evitar un cruce de octavos más complicado de la cuenta.

28/11/2003

Primera jornada del Grupo B.

ARGENTINA

(2)

Eberto; Romero, Gonzalo Rodríguez, Leandro Fernández, Bottinelli; Zabaleta, Mascherano, Colace (-46, Herrera), Sosa (-46, Montillo); Cangele (-67, Ferreyra), Cavenaghi.

ESPAÑA

(1)

Riesgo; Alexis, Melli, Carlos García, Peña; Vitolo (-85, Arizmendi), Gabi, Corominas (-71, Juanfran), Gavilán, Iniesta (-77, Del Moral); Sergio García.

Goles

0-1 Gabi (ESP, min. 25); 1-1 Leandro Fernández (ARG, min. 50); 2-1 Leandro Fernández (ARG, min. 74).

Árbitro

Benito Armando Archundia Téllez (MEX).

Tarjetas

Gabi (ESP, min. 28); Gonzalo Rodríguez (ARG, min. 56); Peña (ESP, min. 61); Bottinelli (ARG, min. 63).

Estadio

Sharjah Stadium (Sharjah). 15.000 espectadores.

Vencer a Mali, que en la primera jornada había ganado 3-2 a Uzbekistán con un gol en el descuento, era clave para no tener que hacer cábalas con los resultados de la tercera jornada. La baja del lateral derecho Alexis Ruano, con un fuerte golpe en el tobillo, fue resuelta por Ufarte y Meléndez dando entrada al pontevedrés Iago Bouzón, un central reconvertido; tal vez por eso, los técnicos españoles apostaron por introducir también al joven extremo madridista Juanfran, con más desborde que un Corominas que no había estado demasiado acertado contra Argentina. El cambio no pudo ser más efectivo, puesto que el propio Juanfran se encargó de abrir el marcador a los quince minutos al rematar de cabeza un centro de Gavilán desde la izquierda. Para entonces España ya había dispuesto de cuatro buenas ocasiones y Mali había demostrado un desorden táctico y una dureza que mantuvo durante todo el encuentro. Pero, viendo la inoperancia del rival, España se relajó tras el gol y no supo aprovechar las muchas facilidades de la defensa maliense, plantándose así en el ecuador del segundo tiempo con un resultado bastante peligroso. Los africanos no inquietaban demasiado, pero a España le faltaba precisión en el remate y el partido estaba demasiado abierto. Afortunadamente, en el minuto 75 Jorge Pina fue objeto de un claro penalti que Sergio García transformó en dos ocasiones (el colegiado colombiano ordenó repetirlo por la entrada en el área de varios jugadores) y ahí se acabó la historia.

01/12/2003

Segunda jornada del Grupo B.

MALI

(0)

Soumaila Diakite; Mamoutou Coulibaly, Kone, Diagouraga (-33, Daouda Bagayoko), Dembele; Moussa Bagayoko, Berthe (-64, Traore), Boucader Diallo, Drissa Diakite; Bakary Coulibaly, Youssouf Diallo (-75, Diarra).

ESPAÑA

(2)

Riesgo; Bouzón, Melli, Carlos García, Peña; Vitolo, Gabi, Juanfran (-71, Corominas), Gavilán (-65, Pina), Iniesta; Sergio García (-80, Arizmendi).

Goles

0-1 Juanfran (ESP, min. 16); 0-2 Sergio García (ESP, min. 77)(p).

Árbitro

Óscar Julián Ruiz Acosta (COL).

Tarjetas

Melli (ESP, min. 9); Drissa Diakite (MLI, min. 11); Carlos García (ESP, min. 12); Boucader Diallo (MLI, min. 20); Moussa Bagayoko (MLI, min. 27). Expulsado Moussa Bagayoko (MLI, min. 79) por doble amarilla.

Estadio

Sharjah Stadium (Sharjah). 6.500 espectadores.

Antes de empezar el campeonato, Uzbekistán resultaba, en apariencia, el rival más débil del grupo, y además España le había derrotado con facilidad en aquel ya lejano amistoso del mes de febrero. Sin embargo, la selección asiática había mostrado una clara mejoría en Emiratos Árabes Unidos y si su casillero de puntos aún se mantenía a cero era por pura mala suerte, pues había perdido los dos partidos anteriores en los minutos de descuento. A esas alturas del torneo también estaba claro que a España le faltaba gol y algo de chispa en la construcción del juego, y el orden uzbeco bastó para atascar al equipo de Ufarte. Quizás influyera que, con la victoria de Argentina en el primer encuentro de la tarde, los españoles sólo necesitaran un empate para obtener la segunda posición del grupo, lo máximo a lo que podían ya aspirar, pero el caso es que el partido resultó tremendamente plano y anodino. Tras un chispazo genial de Iniesta, que al filo del primer cuarto de hora agarró el balón en el centro del campo, se marchó de tres rivales y, desde la frontal del área, clavó un precioso derechazo junto al poste izquierdo de Nesterov, el duelo discurrió sin mayores novedades, con claro dominio español pero apenas un puñado de ocasiones aisladas que nadie aprovechó. Sólo al final pudo Uzbekistán acercarse con peligro a la meta de Riesgo, pero no pasó nada y España cumplió con el trámite en un partido que, de no ser por el golazo de Andrés Iniesta, ningún espectador querría conservar en su memoria.

04/12/2003

Tercera jornada del Grupo B.

ESPAÑA

(1)

Riesgo; Bouzón, Melli, Carlos García (-29, Goikoetxea), Peña; Vitolo, Gabi, Juanfran, Gavilán, Iniesta (-79, Tello); Sergio García (-74, Del Moral).

UZBEKISTÁN

(0)

Nesterov; Raimkulov (-86, Boyev), Krushelnitskiy, Holikov; Kadirov, Magdeev (-34, Quziboyev), Zeytulayev, Suyunov (-76, Vahobov), Saidov; Bikmoev, Geynrikh.

Goles

1-0 Iniesta (ESP, min. 15).

Árbitro

Massimo Busacca (SUI).

Tarjetas

Suyunov (UZB, min. 26); Holikov (UZB, min. 27); Bikmaev (UZB, min. 43); Zeytulayev (UZB, min. 77).

Estadio

Sharjah Stadium (Sharjah). 4.000 espectadores.

La tempranera eliminación de Inglaterra y Alemania podía ser relativamente previsible dadas sus habituales dificultades para confeccionar una convocatoria competitiva en medio de la temporada europea (Wayne Rooney, entonces emergente delantero del Everton, o Phillip Lahm, cedido por el Bayern en el Stuttgart, fueron algunos de los que se quedaron en casa), pero aún así en la primera fase hubo varios resultados sorprendentes. De entre los teóricos favoritos, sólo Argentina había conseguido pleno de victorias (sin convencer demasiado con su juego), mientras que Brasil había sufrido una sonrojante derrota ante Australia que había condenado a la canarinha a la segunda posición de su grupo. Los australianos ejemplificaban la revolución de los modestos: Argentina aparte, los otros campeones de grupo eran la debutante Burkina Faso, Japón, Estados Unidos, Irlanda y la citada Australia. Un guión inesperado fruto de una tremenda igualdad futbolística (probablemente a la baja) que se mantuvo en la fase eliminatoria.

Estaba claro que no iba a haber ningún rival sencillo, pero España podía felicitarse por haber podido esquivar la parte aparentemente más dura del cuadro. Primero tendría como oponente a la selección paraguaya (segunda en el grupo F tras superar a Alemania en el duelo decisivo), un equipo de gran fortaleza que contaba con una pareja de delanteros de buen nivel formada por Dante López y Nelson Haedo Valdez, y si pasaba a cuartos se las vería con Canadá o Burkina Faso, rivales que no asustaban en demasía. Fieles a su tradición futbolística, los sudamericanos se parapetaron atrás en el partido de octavos y dejaron que España llevara el peso del encuentro, y pronto un Iniesta con cada vez más confianza tomó el mando de las operaciones. Sergio García, con un disparo al larguero, y Gavilán tuvieron las ocasiones más claras en una primera mitad en la que los de Ufarte merecieron más premio. Hubo que esperar, sin embargo, hasta el minuto veinte de la reanudación para batir por fin a Anthony Silva: Juanfran recogió con el pecho dentro del área un centro de Gavilán, se fue de su par y filtró desde el suelo un pase de la muerte que Sergio García embocó sin problemas. Era el justo premio a la insistencia del ariete barcelonista y del resto del combinado español. La reacción de Paraguay llegó en el último tramo, pero sus balones colgados no pusieron en apuros a Riesgo y, en la mejor oportunidad guaraní, Carlos García taponó providencialmente un disparo de Dante López para sellar el pase de España a los cuartos de final.

09/12/2003

Octavos de final.

PARAGUAY

(0)

Silva; Pérez Matto, Díaz, Martínez, Cristaldo (-57, Meza); Cáceres (-68, Romero), Edgar Barreto, Blas López, Dos Santos; Dante López, Nelson Valdez (-80, Ávalos).

ESPAÑA

(1)

Riesgo; Bouzón, Melli, Carlos García, Peña; Vitolo, Gabi, Juanfran, Gavilán (-70, Pina), Iniesta; Sergio García.

Goles

0-1 Sergio García (ESP, min. 66).

Árbitro

Benito Armando Archundia Téllez (MEX).

Tarjetas

Sergio García (ESP, min. 28); Cáceres (PAR, min. 59).

Estadio

Khalifa Bin Zayed Stadium (Al Ain). 9.250 espectadores.

Si España estaba teniendo ciertos problemas para avanzar en el torneo, lo mismo podía decirse de los otros dos grandes candidatos: Argentina y Brasil habían necesitado sendos goles de oro para deshacerse de Egipto y Eslovaquia, respectivamente, por 2-1. Por el mismo método habían resuelto sus eliminatorias Japón (también 2-1 ante Corea del Sur) y Colombia (en su caso con un 3-2 sobre Irlanda después de que los irlandeses equilibraran un 2-0 en los últimos cinco minutos). La sorpresa la había protagonizado la selección anfitriona, Emiratos Árabes, que había derrotado a Australia con un gol de su estrella Ismail Matar en el último minuto del tiempo reglamentario. Sólo Estados Unidos había conseguido vencer por más de un gol: con la mediática (y futbolísticamente destacada) presencia del jovencísimo Freddy Adu, de sólo catorce años, los norteamericanos se impusieron por 2-0 a Costa de Marfil y afrontaban con mucha confianza su duelo ante Argentina.

También norteamericano sería el rival de España en cuartos de final: Canadá había dado otra de las campanadas de los octavos al derrotar por la mínima a Burkina Faso, que había dejado una muy buena impresión en la fase de grupos. Pese a todo lo ya comentado sobre la igualdad del campeonato y al escaso acierto ofensivo de la selección española, era lógico que la afición diera por hecho el pase a semifinales. Sin embargo, a España le costó entrar en el partido, y sólo lo consiguió agarrándose a la tenaz labor de Vitolo y Gabi y a la constante movilidad de Sergio García, que en el minuto veinticinco fue objeto de un posible penalti por parte del meta Alim Karim que el colegiado brasileño sacó fuera del área. Diez minutos después, Melli sorprendió a propios y extraños con una incursión en ataque que rompió el orden defensivo canadiense; el balón acabó en pies de Iniesta, que, casi desde el suelo, batió por bajo a Karim. Tras el gol España disfrutó de sus mejores minutos, pero Sergio García seguía fallón y Gavilán envió un balón al palo que hubiera encarrilado el partido antes del descanso.

Tras el paso por vestuarios, Canadá apretó un poco más arriba y obtuvo premio antes de los diez minutos, cuando el delantero Iain Hume culminó una rápida contra con un espectacular derechazo desde fuera del área. Con España todavía grogui tras el empate, en el minuto siguiente el propio Hume volvió a sacar su cañón a pasear con un lejanísimo lanzamiento de falta que se estrelló violentamente en el palo. Sin demasiadas ideas, el equipo español se había metido poco a poco en la trampa de su rival y se complicó aún más la vida diez minutos después, cuando el tinerfeño Vitolo fue expulsado por doble amarilla. Sin embargo, pese a la ventaja numérica, Canadá optó por mantenerse atrás y buscar el contraataque, y España se dedicó a no correr más riesgos innecesarios. Se llegó así a una tensa prórroga bajo la constante amenaza del gol de oro, pero la fortuna y la mayor calidad técnica española se aliaron para resolver el duelo antes de que el cansancio derivado de la inferioridad hiciera auténtica mella: a los cinco minutos, Javier Arizmendi, que había sido el último en incorporarse al partido, cazó un balón suelto dentro del área canadiense y, con una sangre fría impropia del momento, controló la pelota para zafarse de la estirada de Karim y anotar a puerta vacía el tanto que valía unas semifinales.

12/12/2003

Cuartos de final.

CANADÁ

(1)

Karim; Asante, Arango, Hutchinson, Marshall; Di Tullio (-95, Bruno), Harmse (-43, Lemire), Matondo, Chin, Simpson; Hume.

ESPAÑA

(2)

Riesgo; Bouzón, Melli, Carlos García, Peña; Vitolo, Gabi, Juanfran (-66, Corominas), Gavilán (-77, Del Moral), Iniesta; Sergio García (-85, Arizmendi).

Goles

0-1 Iniesta (ESP, min. 35); 1-1 Hume (CAN, min. 53); 2-1 Arizmendi (ESP, min. 95).

Árbitro

Wilson De Souza Mendonça (BRA).

Tarjetas

Matondo (CAN, min. 4); Karim (CAN, min. 26); Vitolo (ESP, min. 36); Bouzón (ESP, min. 55); Chin (CAN, min. 60); Peña (ESP, min. 61); Di Tullio (CAN, min. 74). Expulsado Vitolo (ESP, min. 65) por doble amarilla.

Estadio

Mohammad Bin Zayed Stadium (Abu Dabi). 15.000 espectadores.

El rival en la penúltima ronda sería Colombia, que, como se esperaba, había derrotado a los anfitriones, aunque con más dificultades de las previstas (1-0). Curiosamente, los semifinalistas serían los mismos que en el Mundial sub’17 celebrado en Finlandia en el mes de agosto de aquel mismo año 2003, ya que además de España y Colombia también habían logrado el pase Brasil y Argentina. La canarinha, probablemente en su mejor partido del torneo, había aplastado a Japón por 5-1 gracias a un arranque espectacular del mediapunta Daniel Carvalho, sin duda una de las estrellas del campeonato. Por su parte, Argentina parecía ir de más a menos y volvió a clasificarse con un nuevo gol de oro de Cavenaghi ante una Estados Unidos que se puso por delante e hizo méritos de sobra para llevarse la victoria, pero que acusó la falta de acierto de sus delanteros. Mascherano igualó de cabeza en el último minuto del descuento (y en posible fuera de juego, aunque el trío arbitral español no lo vio) y, con los argentinos crecidos y los estadounidenses moralmente destrozados, un claro penalti transformado por Cavenaghi en la primera parte de la prórroga mandó a casa a una de las sensaciones del torneo.

Para afrontar el duro partido de semifinales, España presentó en su once las novedades de Tello por el sancionado Vitolo y la más sorprendente de Jorge Pina por un Gavilán que había acabado con pequeñas molestias el partido de cuartos. Los dos cumplieron y el equipo no echó de menos a los ausentes en una primera parte francamente vistosa, con ambas selecciones buscando el área rival aunque cometiendo bastantes imprecisiones. Colombia llevaba el peso del partido y España generaba mucho peligro a la contra, pero Sergio García y Andrés Iniesta se estrellaron varias veces contra el meta Héctor Landázuri. Por su parte, Asier Riesgo casi no tuvo que intervenir durante la primera media hora, aunque desde ese momento también fue puesto a prueba en varias ocasiones, principalmente por un Edixon Perea que se aprovechaba de las buenas maniobras de su compañero Víctor Montaño.

Aunque la segunda parte se inició con oportunidades para ambos bandos, a partir del minuto diez España desapareció literalmente del campo colombiano y fueron los sudamericanos los que atacaron sin descanso el área española. El gol cafetero parecía sólo cuestión de tiempo, pero Asier Riesgo colocó un candado en su puerta y mantuvo viva a España hasta que, a menos de cinco minutos para el final, Iniesta apareció gambeteando en las inmediaciones del área rival. Su pase a Sergio García rebotó en la mano del colombiano Anchico y, asumiendo sin complejos su rol de líder y salvador, el propio jugador albaceteño transformó con frialdad el discutido penalti que colocaba a España en su tercera final de un Mundial sub’20.

15/12/2003

Semifinal.

ESPAÑA

(1)

Riesgo; Bouzón, Melli, Carlos García, Peña; Tello, Gabi, Juanfran (-75, Arizmendi), Pina (-78, Gavilán), Iniesta; Sergio García.

COLOMBIA

(0)

Landázuri; Anchico, De la Cuesta, Pachón, Fawcett; Rivas, Abel Aguilar, Castrillón; Víctor Montaño (-89, Carrillo); Óscar Briceño (-62, Araújo), Edixon Perea.

Goles

1-0 Iniesta (ESP, min. 86)(p).

Árbitro

Frank De Bleeckere (BEL).

Tarjetas

Tello (ESP, min. 20); Briceño (COL, min. 29); Víctor Montaño (COL, min. 30); Pina (ESP, min. 78); Perea (COL, min. 83); Iniesta (ESP, min. 88).

Estadio

Rashid Stadium (Dubái). 5.700 espectadores.

Esta España, digámoslo abiertamente, no enamoraba con su juego. A pesar de la profundidad que aportaban sus jugadores de banda, en especial Juanfran, y de los constantes desmarques de Sergio García, al equipo de Ufarte le costaba horrores hacer un gol, pero su tremenda fortaleza defensiva y la estelar presencia de un Iniesta claramente al alza habían sido activos más que suficientes para pelear por el título mundial juvenil. El rival, como en 1985, sería Brasil, que en su partido de semifinales se había deshecho de Argentina por 1-0 con un gol de Dudú Cearense a la salida de un saque de esquina. Y es que el balón parado era una de las principales armas de una selección muy potente en lo físico pero algo más justita en lo técnico. Se repetiría también el duelo por el título mundial sub’17 de ese mismo 2003, cuando Brasil derrotó en Finlandia a la España de Cesc Fábregas y David Silva, dándose además la circunstancia de que el seleccionador brasileño, Marcos Paquetá, era el mismo en ambos torneos, por lo que podía pasar a la historia como el primer entrenador que conquistaba los dos mundiales en un mismo año. Para Brasil, que entonces era también campeón mundial absoluto, el título sub’20 redondearía una histórica triple corona.

Las principales noticias en las alineaciones de ambos equipos estaban en el centro del campo: España recuperaba a Vitolo después de su sanción y Brasil perdía por tarjetas a Carlos Alberto, su mediocentro defensivo más destacado a lo largo de todo el campeonato. Sin embargo, apenas hubo tiempo para calibrar el impacto de esas novedades. En el minuto tres, un pelotazo desde la defensa brasileña pilló muy adelantada a la zaga española y Melli, a cuarenta metros de su portería, agarró a Nilmar algo inocentemente. El atacante brasileño se fue al suelo y, aunque el balón parecía volar lejos del alcance de cualquier jugador implicado en la jugada, el colegiado italiano Roberto Rosetti no lo dudó y expulsó al central bético por ser el último defensor. Una polémica decisión que hasta el seleccionador brasileño consideró equivocada tras el encuentro, pero que ya no había forma de cambiar.

Obligado a gestionar una final entera desde la inferioridad numérica, el hispanobrasileño Ufarte decidió que sobre el campo tenía mimbres suficientes como para reorganizar a su equipo y, sin hacer ninguna sustitución, dispuso una línea de tres centrales (Bouzón, Carlos García y Peña) y dejó enteramente las bandas para Juanfran y Jorge Pina, que cumplieron con nota como carrileros. Brasil olió sangre y se volcó sobre la meta de Riesgo, pero el meta respondió siempre con acierto e incluso desvió providencialmente al travesaño un espectacular remate de chilena de Dani Alves en el minuto siete. Durante ese primer arreón brasileño, que duró un cuarto de hora largo e incluyó un buen número de disparos y llegadas peligrosas, el entonces lateral sevillista fue uno de los que más empeño puso en superar a una defensa española que fue ganando solidez con el paso de los minutos. Aunque Brasil siguió generando ocasiones, incluyendo un cabezazo al larguero en un saque de esquina, España aguantó razonablemente bien y logró incluso dominar la posesión en algunas fases. Iniesta y Sergio García, incansable en su presión sobre los centrales brasileños, pusieron también a prueba en varias oportunidades al meta Jefferson, y tanto las sensaciones que transmitía el equipo de Ufarte como el empate a cero al descanso daban esperanzas de cara a la segunda mitad.

Unos segundos cuarenta y cinco minutos que España arrancó con fuerza, encerrando a Brasil y creando un par de oportunidades que alertaron a la canarinha. Los sudamericanos se hicieron de nuevo con el control del balón, pero su ataque dejó de funcionar con fluidez y los numerosos contragolpes españoles pusieron en más de un aprieto a la defensa brasileña. Tras una de esas fulgurantes acciones, a falta de un cuarto de hora, Sergio García clavó en la red un disparo desde un lateral del área brasileña, pero el árbitro anuló la jugada por una falta previa del delantero barcelonista que no quedó muy clara en las repeticiones. A partir de ese momento España sí pareció acusar el desgaste físico (Ufarte sólo había hecho un cambio, el de Gavilán por Pina) y dio un paso atrás, algo que Brasil consiguió capitalizar cuando ya todos pensábamos en la prórroga. En el minuto 41, un potente cabezazo de Fernandinho (actual mediocentro del Manchester City) en un córner, aprovechando una indecisión en la salida de Riesgo, puso el título en manos brasileñas. A la desesperada, España se fue arriba y tuvo incluso un par de ocasiones, pero las interrupciones y el cansancio terminaron por frustrar cualquier opción de empate. Como en el Mundial sub’20 de 1985 y en el Mundial sub’17 de 2003, España volvía a perder una final contra Brasil por la mínima y con un gol a balón parado. Cosas del fútbol.

19/12/2003

Final.

ESPAÑA

(0)

Riesgo; Bouzón, Melli, Carlos García, Peña; Vitolo, Gabi (-88, Del Moral), Juanfran, Pina (-70, Gavilán), Iniesta; Sergio García.

BRASIL

(1)

Jefferson; Dani Alves, Alcides, Adaílton, Adriano; Juninho (-70, Fernandinho), Dudu Cearense, Jardel, Daniel Carvalho (-90+4, Andrezinho); Kléber, Nilmar (-64, Dagoberto).

Goles

0-1 Fernandinho (BRA, min. 87).

Árbitro

Roberto Rosetti (ITA).

Tarjetas

Adriano (BRA, min. 22); Riesgo (ESP, min. 36); Gabi (ESP, min. 44); Vitolo (ESP, min. 77); Iniesta (ESP, min. 85); Dani Alves (BRA, min. 90+3). Expulsados Melli (ESP, min. 4) por roja directa; Fernandinho (BRA, min. 90) por roja directa.

Estadio

Zayed City Sports Stadium (Abu Dabi). 55.000 espectadores.

Tras la final, las críticas españolas a la actuación arbitral fueron muy duras, y tampoco se encajó demasiado bien que Andrés Iniesta se quedara sin reconocimiento oficial a su gran labor durante todo el campeonato: los periodistas acreditados en el torneo, mayoritariamente locales, decidieron conceder el Balón de Oro al emiratí Ismail Matar, por delante de los brasileños Dudú Cearense y Dani Alves. Una decisión que sólo se sustenta por cuestiones de nacionalidad, ya que Matar no hizo más méritos futbolísticos que Alves o los olvidados Iniesta y Daniel Carvalho. En cuanto a los máximos goleadores, la Bota de Oro fue para el estadounidense Eddie Johnson, autor de cuatro dianas (tres de ellas, de penalti), las mismas que lograron el japonés Daisuke Sakata, el brasileño Dudú Cearense y el argentino Fernando Cavenaghi. Johnson se llevó el primer premio por haber dado una asistencia, mientras que Cavenaghi se quedó sin galardón alguno por haber disputado más minutos que Sakata (Bota de Plata) y Dudú (Bota de Bronce). Salvo el lateral diestro Dani Alves, ninguno de los premiados en Emiratos Árabes Unidos alcanzó en su carrera el nivel que se le presupone a un destacado juvenil.

Pero un campeonato que empezó ocho meses más tarde de lo previsto no podía terminar sin más el día de su final. Tres años después, en noviembre de 2006, se descubrió que Carlos Alberto de Oliveira Júnior, el mediocentro brasileño que se había perdido la final por acumulación de amonestaciones y que tanto había destacado en los partidos anteriores, tenía nada menos que 25 años en el momento de la disputa del Mundial sub’20 de EAU 2003. Según confesó el propio jugador, en el año 2000 había aceptado la oferta de un amigo para conseguir una partida de nacimiento falsa que le permitiera iniciar una carrera futbolística con la que salir de la pobreza. Así, cambiando el 24 de enero de 1978 por el 24 de enero de 1983, el mediocre veinteañero Carlos Alberto pasó a ser un prometedor adolescente, y su más que decente nivel futbolístico para su nueva edad hizo el resto. Una vez descubierto, el futbolista exculpó tanto a los equipos para los que había jugado como a la federación brasileña, que habían obrado de buena fe confiando en la documentación falsa del jugador y que por tanto eran víctimas de su engaño. Las autoridades deportivas de Brasil también lo consideraron así y cerraron el caso con rapidez, sancionando únicamente a Carlos Alberto con un año sin jugar. Aunque en algún momento del proceso llegó a plantearse (al menos, periodísticamente) qué pasaría con ese título mundial sub’20 conquistado por  Brasil con un jugador que incumplía de modo flagrante los límites de edad, la FIFA se mostró conforme con la decisión y no quiso saber más del asunto, por lo que Brasil retuvo su cuarta corona mundial juvenil. Sin duda, un extraño epílogo para un extraño campeonato.

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Fuentes consultadas:

Martialay, Félix: “Todo sobre todas las selecciones” (2007), Ed. Librerías Deportivas Esteban Sanz.

www.fifa.com

www.rsssf.com

www.bdfutbol.com

www.sefutbol.com

www.youtube.com

Hemerotecas y archivos digitales de los diarios As, ABC, El Mundo Deportivo, El País, Marca.

Agradecimientos: Eduardo Ustáriz.




España en los mundiales sub’20: Malasia 1997

Puede que el Mundial sub’20 de Qatar se cerrara de manera decepcionante para España, pero aquel año 1995 sí acabó marcando un hito en la historia de nuestro fútbol juvenil: por primera vez desde que la UEFA empezó a organizar el torneo allá por 1955, la selección española se proclamó Campeona de Europa sub’18. Debido a las peculiaridades del formato, forzadas por el progresivo aumento de naciones participantes, España no empezó su camino hacia el título continental juvenil hasta pocas semanas después del Mundial de Qatar, cuando superó a Rumanía y Ucrania en una ronda previa disputada en Palencia en el mes de mayo. En ese triangular jugaron varios de esos chavales que se habían hecho famosos para el gran público en el reciente torneo sub’20, como César, Mingo, Roger, Toni Velamazán o Joseba Etxeberria; aunque luego Goikoetxea sólo se llevó a los dos primeros a la fase final de Grecia en el mes de julio, con futbolistas de la talla de Rufete, Iván Ania, Miguel Ángel Angulo, Guti, Diego Ribera o Carlitos Domínguez la selección española no tuvo problemas para batir sucesivamente a Hungría (2-1), Turquía (3-0), Países Bajos (2-1) e Italia, a la que derrotó por un contundente 4-1 en la gran final con un triplete del sevillista Carlitos. Cuarenta y un años después, una generación de juveniles españoles podía presumir de ser la mejor de Europa. Algo empezaba a cambiar.

La siguiente temporada, en la que estaba en juego la clasificación para el Campeonato Mundial Juvenil de Malasia 1997, arrancó con una serie de amistosos en Italia y Austria cuyos resultados dejaron bastantes dudas sobre el futuro de la nueva generación, que perdió contra Italia, Francia y Alemania y sólo pudo superar a la selección austriaca. Por suerte, las cosas mejoraron en los partidos oficiales. En la primera fase previa del Campeonato de Europa, en octubre de 1995, los de Goikoetxea viajaron a Eslovaquia para medirse en un triangular a la selección local y a Ucrania. Una victoria por 2-1 sobre los ucranianos y un 0-0 ante los anfitriones bastaron para certificar el pase a la siguiente ronda, una eliminatoria a ida y vuelta contra Noruega que se disputaría entre abril y mayo de 1996. Con el rodaje adquirido en la “Copa del Atlántico” grancanaria y el “Memorial Paolo Valenti” en tierras italianas, España no tuvo problemas para superar a los nórdicos (3-1 en la localidad oscense de Monzón y 0-4 en Oslo) y obtuvo su billete para la fase final del Europeo sub’18.

Como era y sigue siendo habitual, el torneo se disputó a finales de julio, en esa ocasión en Francia y Luxemburgo, y, como sucediera en 1993, cuando expiró el contrato de Chus Pereda, España no contó en esa fase final con el seleccionador que había logrado la clasificación. El contrato de Andoni Goikoetxea finalizaba el 31 de julio de 1996 pero Javier Clemente decidió finiquitar a su ayudante un mes antes, tras la eliminación en la Eurocopa de Inglaterra, a raíz de unas declaraciones en las que Goiko se quejó del ostracismo al que se veía sometido en su trabajo. Responsable máximo de todas las categorías de la selección, en los últimos meses Clemente había asumido un mayor protagonismo en los equipos que teóricamente estaban a cargo de su segundo, como la sub’21, a la que el seleccionador absoluto dirigió en la fase final del Europeo celebrada en Barcelona en el mes de mayo, y la olímpica, cuya lista de convocados para los Juegos de Atlanta fue anunciada directamente por Clemente sin contar con Goikoetxea. Detalles que, unidos a las tensiones surgidas durante la concentración de la Eurocopa, aceleraron el adiós de un Goikoetxea que ya había anunciado su intención de buscarse un banquillo en algún club cuando acabaran los Juegos Olímpicos.

Tras despedir fulminantemente a su segundo, Javier Clemente no tardó ni tres días en contratar como sustituto a Iñaki Sáez, a quien conocía perfectamente de su etapa en el Athletic y cuyo nombramiento fue acogido con bastante escepticismo entre la prensa, pues su buen trabajo al frente de la cantera de Lezama quedaba empañado mediáticamente por su hasta entonces discreta carrera como técnico de primer nivel. En cualquier caso, Sáez viajó con Clemente a los Juegos Olímpicos de Atlanta y, por aquello de la coincidencia de fechas, fue Teodoro Nieto (quien a comienzos de los ochenta compaginó los cargos de seleccionador nacional femenino y de fútbol sala masculino, y que desde 1989 era el habitual encargado de la sub’15 y hombre para todo en el resto de combinados juveniles) el que dirigió al equipo español en este Campeonato de Europa sub’18 de 1996. Después de dos empates a cero consecutivos ante Inglaterra e Irlanda, España goleó a Italia por 3-0 en la tercera jornada y se aupó al primer puesto del grupo, por lo que, además de asegurarse la clasificación para el Mundial sub’20 de Malasia 1997, accedió a la gran final continental por segundo año consecutivo. En esta ocasión, sin embargo, la Francia de William Gallas, Mickael Silvestre, David Trezeguet y Thierry Henry demostró estar un peldaño por encima y se llevó el título gracias a un solitario gol de Henry. Junto a Francia y España, también obtuvieron su pasaje a Malasia las selecciones de Inglaterra, Bélgica, Hungría e Irlanda.

Esta vez, las seis selecciones europeas tendrían más competencia. Veinte años después de su nacimiento, el Campeonato Mundial Juvenil estaba plenamente consolidado en el calendario internacional y la FIFA había considerado oportuno ampliar el número de plazas. Los objetivos iniciales de promoción del fútbol juvenil habían quedado atrás: el desarrollo de las categorías de formación era ya un hecho en prácticamente todo el mundo y tanto las federaciones nacionales como los patrocinadores demandaban un torneo de mayor calibre que aumentara las oportunidades de participación y, consecuentemente, el mercado potencial. Así que, si Francia 1998 iba a ser la primera Copa del Mundo absoluta abierta a treinta y dos selecciones, Malasia 1997 sería el primer Campeonato Mundial Juvenil con veinticuatro participantes. Además de garantizar la presencia fija de un representante de Oceanía, la FIFA optó porque las nuevas plazas permitieran una mayor presencia de equipos asiáticos, africanos y americanos, dejando a Europa con los seis representantes que tenía desde aquella primera edición de Túnez 1977. Este reparto no se ha modificado desde entonces.

Pero el torneo aterrizó en Malasia no sin cierta polémica. La FIFA confió al país asiático la organización del undécimo Mundial juvenil gracias al interés del malayo Peter Velappan, por entonces secretario general de la Confederación Asiática (abiertamente enfrentado al presidente Joao Havelange, por cierto), y con el aparentemente sólido respaldo de las elevadas cifras de asistencia que a comienzos de los noventa registraba la liga local. Sin embargo, a finales de 1994 estalló en Malasia un caso de compraventa de partidos y apuestas ilegales que se saldó con medio centenar de jugadores y entrenadores apartados de la competición, y cuyas ramificaciones llegaron incluso a poner en duda algunos resultados del Mundial de Estados Unidos. Los incidentes acontecidos luego en el Mundial sub’20 de Qatar 1995, cuando varias selecciones denunciaron que sus jugadores habían sido abordados por desconocidos con sospechosas intenciones, también apuntaban a las mafias malayas de apuestas, y durante varios meses Havelange pareció dispuesto a retirar a Malasia la organización del torneo juvenil de 1997 para dársela a Nigeria (país que, recordemos, no había podido acoger el Mundial de 1995 por diversos problemas de última hora).

Finalmente, en su reunión de diciembre de 1995, el Comité Ejecutivo de la FIFA desoyó a su presidente y decidió mantener a Malasia como anfitrión del Campeonato Mundial Juvenil de 1997, pero para entonces la credibilidad del fútbol malayo estaba más que enterrada y su liga nunca volvió a alcanzar la popularidad de la que disfrutó antes del escándalo. La disputa del Mundial juvenil tampoco consiguió invertir esa tendencia: los estadios no se llenaron (ni mucho menos) y, por si fuera poco, durante el torneo también hubo varias detenciones relacionadas con presuntos intentos de amaños y apuestas fraudulentas, por lo que las autoridades locales decidieron poner escolta policial permanente a todas las delegaciones para evitar contactos indeseados.

Mientras todo eso ocurría en los despachos, en los terrenos de juego los acontecimientos seguían su curso particular. Durante el año que faltaba para la disputa del Mundial sub’20, y mientras por la nueva sub’18 empezaban a aparecer algunos de los llamados a hacer historia en 1999, la generación mundialista española apenas disputó un par de encuentros amistosos. En enero de 1997, en la tradicional Copa del Atlántico en Gran Canaria, España derrotó claramente a Bélgica por 3-0 y a la selección canaria por 4-1 para alzarse con un nuevo título; ya en abril, venció a la República Checa por 2-0 en partido celebrado en la localidad valenciana de Burjassot. Aparte de eso, el apretado calendario no permitió más que alguna breve concentración para entrenar antes de que, el 5 de junio, Iñaki Sáez anunciara su primera convocatoria para un Mundial juvenil. Los jugadores elegidos quedaron citados el lunes 9 en Madrid, para partir dos días después hacia Malasia:

Pos.

Nombre Fecha Nac. Club

1

P

CÉSAR LAINEZ Sanjuán 10/04/1977 Real Zaragoza

2

DF

Juan Luis Fernández REDONDO 17/01/1977 Real Betis

3

DF

Marc BERNAUS Cano 02/02/1977 FC Barcelona

4

DF

Francisco José Montoya Gómez, “CURRO MONTOYA” 13/02/1977 Valencia CF

5

DF

César Fernández de las Heras CANEDA 10/05/1978 Athletic de Bilbao

6

MC

ISMAEL Ruiz Salmón 07/07/1977 Racing de Santander

7

MC

Alberto RIVERA Pizarro 19/02/1978 Real Madrid

8

MC

Francisco Javier FARINÓS Zapata 29/03/1978 Valencia CF

9

DL

DIEGO RIBERA Ramírez 19/02/1977 Figueres

10

MC

IVÁN ANIA Cadavieco 24/10/1977 Real Oviedo

11

DL

Miguel Ángel ANGULO Valderrey 23/06/1977 Villarreal CF

12

MC

RAÚL GIL Marín 03/09/1977 Athletic de Bilbao

13

P

FELIP Ortiz Martínez 27/04/1977 FC Barcelona

14

MC

GERARD López Segú 12/03/1979 FC Barcelona

15

DF

Jesús María LACRUZ Gómez 25/04/1978 Osasuna

16

DF

Jerónimo Miñarro Navarro, “JERO” 19/09/1977 Valencia CF

17

DL

José Luis DEUS Rodríguez 12/02/1977 Deportivo La Coruña

18

MC

David ALBELDA Aliqués 01/09/1977 Villarreal CF

Aunque en la lista no había nombres tan destacados como los que viajaron a Qatar dos años antes, sí figuraban varios futbolistas que ya eran habituales en Primera división, como Farinós o Iván Ania, y otros que también sabían lo que era jugar en la máxima categoría de nuestro fútbol, como Redondo, Ismael, Deus, Alberto Rivera o Diego Ribera (como curiosidad, estos dos últimos habían batido en su día los récords de precocidad en Real Madrid y Valencia, respectivamente). Junto a ellos, un puñado de promesas de gran proyección que en su mayor parte acabarían haciéndose un hueco en el fútbol profesional, destacando por haber alcanzado la internacionalidad absoluta David Albelda (51 partidos), Miguel Ángel Angulo (11) y Gerard López (6), además del ya citado Farinós (2 partidos internacionales).

En cuanto al formato de este campeonato aumentado, la presencia de veinticuatro selecciones obligó, por una parte, a la lógica ampliación de la duración del torneo, añadiéndose una ronda de octavos de final y cinco días más a su calendario tradicional, y forzó también a los organizadores a habilitar al menos dos sedes más de las cuatro que, como mínimo, se requerían en anteriores ediciones. Así, el Campeonato Mundial Juvenil de Malasia 1997 se disputó del 16 de junio al 5 de julio y los equipos participantes quedaron repartidos de la siguiente forma:

GRUPO A

(Kuala Lumpur)

GRUPO B

(Kuching)

GRUPO C (Alor Setar)

GRUPO D (Kuantan)

GRUPO E

(Kangar)

GRUPO F

(Johor Bahru)

Malasia

Brasil

Ghana

España

Argentina

Inglaterra

Bélgica

Francia

EE.UU.

Paraguay

Hungría

Costa de Marfil

Uruguay

Rep. Corea

Rep. Irlanda

Japón

Australia

México

Marruecos

Sudáfrica

China

Costa Rica

Canadá

E.A.U.

Curiosamente, y pese al aumento de participantes, en esta undécima edición del Mundial sub’20 tan sólo había tres países debutantes: el organizador Malasia, Sudáfrica y Emiratos Árabes Unidos. Como había venido ocurriendo en los mundiales absolutos disputados con 24 selecciones entre 1986 y 1994, se clasificarían para octavos de final los dos primeros de cada grupo y los cuatro mejores terceros. Nuevamente, y a pesar de anteriores experiencias negativas, los partidos de la tercera jornada en cada grupo no se disputaron simultáneamente, al disponer las sedes elegidas de sólo un estadio y optar la organización por no desplazar a los equipos. Como también venía siendo habitual, ningún árbitro español fue seleccionado para participar en el evento, de hecho, la última presencia de un trencilla español en un Mundial juvenil databa de Chile 1987, en el que Emilio Soriano Aladrén dirigió dos partidos. Además del mayor número de participantes, la principal modificación introducida por la FIFA en este campeonato estuvo en la normativa de edad, ya que se permitió que fueran seleccionados para la fase final futbolistas nacidos a partir del 1 de enero de 1977 (desde Japón 1979, la fecha tope había sido la del 1 de agosto de veinte años antes de la disputa del torneo). Este criterio es el que sigue vigente en la actualidad.

EL CAMPEONATO

Alineación de España en el Mundial juvenil de Malasia 1997, extraída del Informe Técnico oficial del torneo.

Alineación de España en el Mundial juvenil de Malasia 1997, extraída del Informe Técnico oficial del torneo.

Después de una semana escasa de adaptación a las difíciles condiciones climatológicas de Malasia, con temperaturas elevadas y una humedad extrema, España inició su camino en el Campeonato Mundial Juvenil de 1997 enfrentándose a Japón, un rival teóricamente inferior pero del que se esperaba que presentara bastante oposición. Iñaki Sáez dispuso el 4-2-3-1 que se convertiría en marca de la casa y el equipo comenzó dominando, llegando incluso a anotar un tanto por medio de Gerard López (quien acababa de anunciar su fichaje por el Valencia) que fue anulado por mano previa. Pero el fuelle se acabó pronto y, aunque los nipones no inquietaban, España tampoco era capaz de traducir en ocasiones su dominio; de hecho, el marcador sólo se pudo abrir gracias a un magistral lanzamiento de libre directo de Farinós en el ecuador de esa primera mitad.

Tras el paso por vestuarios, Japón sorprendió con un mayor descaro ofensivo y estuvo a punto de igualar el resultado en un par de oportunidades salvadas in extremis por Lainez y la defensa hispana, pero en el minuto 55 Angulo culminó una buena jugada individual por banda izquierda para convertir el 2-0 que parecía sentenciar el duelo. Sin embargo, los nipones no se amilanaron y, guiados por Shunsuke Nakamura, consiguieron reducir distancias diez minutos después, a través de un penalti por manos de Marc Bernaus que transformó Atsushi Yanagisawa, sin duda el atacante más incisivo del cuadro japonés durante todo el partido. A partir de ahí, España desapareció del campo y sólo la proverbial mala puntería de Japón privó a los asiáticos de volver a empatar, pues disfrutaron de ocasiones de sobra como para haber obtenido un resultado positivo.

18/06/1997

Primera jornada del Grupo D.

JAPÓN

(1)

Kobari; Mikuriya (-72, Nishi), Toda, Miyamoto, Yamaguchi, Jojo; Ono (-67, Fukuda), Myojin, Nakamura; Yanagisawa, Nagai (-82, Yamashita).

ESPAÑA

(2)

César Lainez; Redondo, Curro Montoya, Caneda, Bernaus; Albelda (-74, Ismael), Gerard, Lacruz (-60, Rivera), Farinós, Angulo; Deus (-82, Diego Ribera).

Goles

0-1 Farinós (ESP, min. 23); 0-2 Angulo (ESP, min. 56); 1-2 Yanagisawa (JPN, min. 65)(p).

Árbitro

José Luis Da Rosa Varela (URU).

Tarjetas

Angulo (ESP, min. 13); Gerard (ESP, min. 31).

Estadio

Darul Makmur (Kuantan). 5.000 espectadores.

Recuperada del susto, la selección juvenil española afrontó el segundo partido del grupo con más confianza. Los tres puntos ya cosechados y el empate entre Costa Rica y Paraguay en el otro encuentro de la primera jornada hacían que una victoria ante los sudamericanos asegurara la clasificación para los octavos; además, la entrada del racinguista Ismael por Albelda le dio al equipo más solidez, y la presencia de Iván Ania por Lacruz ofreció más variantes ofensivas. Con todo, Paraguay resistió bien y durante el primer tramo del encuentro el duelo estuvo muy parejo, con un buen nivel de juego por parte de ambos bandos pero que no cristalizaba en ocasiones. La balanza se decantó hacia el lado español a la media hora de partido, cuando el deportivista Deus enganchó un gran lanzamiento ante el que nada pudo hacer el meta Justo Villar, y el gol permitió a los de Sáez controlar sin más complicaciones el resto de la primera mitad.

La tímida reacción paraguaya tras el descanso dio paso a una nueva fase de dominio español en la que estuvo a punto de llegar el segundo tanto, pero lo que sucedió fue que, aprovechando un despiste defensivo, Gustavo Morínigo batió de cabeza a César Lainez para establecer la igualada. Quedaba media hora para el final y, como el primer día, España volvió a acusar el cansancio, aunque esta vez fue capaz de golpear con un nuevo gol de Deus, que culminó una gran jugada individual de Alberto Rivera. Sin embargo, la posterior expulsión de Gerard en un enganchón con un rival dejó al equipo otra vez a merced de su oponente, que afortunadamente no encontró la forma de poner en aprietos al portero español en los diez minutos que restaban. Con dos sufridas victorias y muchas dudas en torno al juego y al estado físico de sus componentes, la selección española cerraba su pase a octavos de final por la vía rápida.

20/06/1997

Segunda jornada del Grupo D.

ESPAÑA

(2)

César Lainez; Redondo, Curro Montoya, Caneda, Bernaus; Ismael, Gerard, Iván Ania (-68, Rivera), Farinós (-86, Raúl Gil), Angulo; Deus (-80, Diego Ribera).

PARAGUAY

(1)

Villar; Gustavo Florentín (-80, González), Cañete, Hernán Florentín, Da Silva, Tiozzo; Esquivel, Morínigo (-86, Domínguez), Cáceres; Román, Samudio (-75, Melgarejo).

Goles

1-0 Deus (ESP, min. 30); 1-1 Morínigo (PAR, min. 65); 2-1 Deus (ESP, min. 78).

Árbitro

Saad Mane (KUW).

Tarjetas

Gustavo Florentín (PAR, min. 14); Tiozzo (PAR, min. 16); Morínigo (PAR, min. 19); Hernán Florentín (PAR, min. 40); Redondo (ESP, min. 44); Esquivel (PAR, min. 53). Expulsado Gerard (ESP, min. 80) por roja directa.

Estadio

Darul Makmur (Kuantan). 9.000 espectadores.

Gracias a la inexplicable insistencia de la FIFA en no programar los últimos partidos de la fase de grupos a la misma hora, España arrancó su tercer partido con el primer puesto ya asegurado gracias al empate registrado minutos antes entre Japón y Paraguay. Costa Rica, que había sido duramente goleada por los nipones en la segunda jornada (6-2), aún albergaba opciones de clasificación, pero pronto quedó claro que no tenía el nivel suficiente para conseguir ante España la victoria que necesitaba: a los dos minutos, Rivera recibió dentro del área y batió sin dificultades la meta centroamericana, poniendo la primera piedra de una sencilla goleada. David Albelda, con un gran disparo, y Farinós, de penalti, finiquitaron el duelo en menos de media hora, y el resto del partido fue un entrenamiento con público que Iñaki Sáez aprovechó para dar descanso a varios apercibidos y que Diego Ribera rubricó con un buen remate en el minuto 78.

23/06/1997

Tercera jornada del Grupo D.

ESPAÑA

(4)

Felip; Lacruz, Jero, Caneda (-46, Raúl Gil), Bernaus; Albelda, Ismael, Rivera, Farinós, Angulo (-46, Iván Ania); Deus (-58, Diego Ribera).

COSTA RICA

(0)

González; Villavicencio, Nassar, Pablo Chinchilla, Torres (-46, Bolaños); Sequeira (-80, Durán), Fonseca, Bryce, Castro; Solís, Ledezma (-30, Marvin Chinchilla).

Goles

1-0 Rivera (ESP, min. 3); 2-0 Albelda (ESP, min. 23); 3-0 Farinós (ESP, min. 24)(p); 4-0 Diego Ribera (ESP, min. 78).

Árbitro

Karl-Erik Nilsson (SUE).

Tarjetas

Nassar (CRC, min. 33); Jero (ESP, min. 42); Iván Ania (ESP, min. 77).

Estadio

Darul Makmur (Kuantan). 5.000 espectadores.

España era, junto a Inglaterra y Brasil, la única selección que había conseguido pleno de victorias en una primera fase que se saldó sin sorpresas, pero las sensaciones del equipo español distaban mucho de ser las de un claro aspirante al título. Ingleses y brasileños habían mostrado un mayor nivel de juego (en el caso sudamericano, refrendado con un claro 3-0 ante la Francia de Henry, Trezeguet y Anelka y un apabullante 10-3 a Corea del Sur), y otras selecciones como la propia Francia, Argentina o Uruguay, aunque tampoco habían brillado demasiado, sí daban la impresión de poseer un mayor potencial ofensivo.

En la primera ronda eliminatoria, los de Sáez se las verían con Canadá, un correoso equipo que había acabado tercero en el grupo E después de empatar con Australia, caer por la mínima ante la albiceleste y ganar a Hungría, y se esperaba que los juveniles españoles dieran por fin el nivel que se les presuponía. Sin embargo, España volvió a dejar muchas dudas. Incapaz de superar la ordenada presión de la defensa norteamericana, la selección española tardó casi media hora en hacerse con los mandos del partido, y sólo lo consiguió gracias al empeño de Alberto Rivera, que se echó el equipo a sus pequeñas espaldas y pudo incluso abrir el marcador con un gran disparo que se estrelló en el larguero.

La insistencia del madridista permitió a España disfrutar de sus mejores minutos tanto al final de la primera parte como al comienzo de la segunda, pero pronto las luces volvieron a apagarse. Tras una buena oportunidad de Deus, que se quedó sin ángulo para culminar la jugada cuando ya había regateado al meta Franks, Canadá dio un paso adelante y dispuso de varias ocasiones claras, entre ellas un remate al palo. Por fortuna, cuando peor lo estaban pasando los de Sáez, Deus culminó una acción aislada con un disparo lejano que sorprendió por bajo al portero canadiense. El tanto sirvió para que España se serenara y, pese a lo estrecho del marcador, supo manejarse bien en el tramo final, sin pasar excesivos agobios y sellando su pase a cuartos de final con un gol de falta de Rivera, el gran protagonista del partido, en el último minuto.

26/06/1997

Octavos de final.

ESPAÑA

(2)

César Lainez; Redondo, Curro Montoya, Caneda, Bernaus; Ismael, Gerard (-81, Albelda), Rivera, Farinós (-73, Iván Ania), Angulo; Deus (-78, Diego Ribera).

CANADÁ

(0)

Franks; Clarke, Devenney, McCauley, Skinner; Mathot (-79, Stathopoulos), Aristodemo, Bent, Kindel; De Rosario (-46, Jordan), Stalteri.

Goles

1-0 Deus (ESP, min. 77); 2-0 Rivera (ESP, min. 90).

Árbitro

Abderrahim El Arjoun (MAR).

Tarjetas

Ismael (ESP, min. 12); Gerard (ESP, min. 25); Clarke (CAN, min. 50); Farinós (ESP, min. 69).

Estadio

Darul Makmur (Kuantan). 10.000 espectadores.

Mientras España seguía avanzando con más sombra que luces, en Brasil todo era festivo. Tres días después del 10-3 a Corea del Sur en el último partido de la fase de grupos, la canarinha se superó en el partido de octavos con un escandaloso 10-0 a Bélgica que aupó al equipo de Toninho Barroso a lo más alto de las listas de candidatos. El problema para Brasil era que iba por la parte más dura del cuadro, ya que en cuartos de final tendría que enfrentarse a la potente selección de Argentina, que contaba con jugadores como Pablo Aimar, Juan Román Riquelme, Esteban Cambiasso, Walter Samuel, Lionel Scaloni o el portero Leo Franco y que había vencido con justicia a la Inglaterra de Michael Owen y Jamie Carragher. De ese duelo entre las potencias sudamericanas saldría el rival de España en semifinales en el hipotético caso de que los de Sáez superaran a la República de Irlanda, que en octavos se había deshecho de Marruecos gracias a un gol de oro de su benjamín Damien Duff. En el resto de partidos, Uruguay y Ghana vencieron sin problemas a Estados Unidos y Emiratos Árabes, respectivamente, por sendos 3-0; Francia derrotó a México con un agónico gol de Peter Luccin en el último minuto y Japón superó también por la mínima a Australia.

Después de derrotar a Canadá, la selección española se trasladó a la capital de Malasia, Kuala Lumpur, para medirse a una selección irlandesa que, como ya se sospechaba, maniató a España desde el primer minuto con una intensa e incómoda presión en el centro del campo que impidió a los de Sáez controlar el partido. Con acciones a balón parado y mucho juego directo, Irlanda creaba numerosos problemas a la zaga española y disfrutó de varias ocasiones de gol en la primera media hora. Por su parte, España sólo pudo poner en apuros al meta O’Connor en un par de oportunidades ya cerca del descanso, gracias a las combinaciones entre Deus, Angulo y Gerard.

El paso por los vestuarios no sirvió para que España aclarara sus ideas, sino para que Irlanda cogiera más impulso. El ariete Trevor Molloy siguió percutiendo sobre la defensa española y, pocos minutos después de haber obligado a Lainez a emplearse a fondo para evitar el primer gol, fue objeto de un discutido penalti por parte del cántabro Ismael. El mismo Molloy lo transformó sin problemas y trasladó al marcador la sensación de superioridad que Irlanda estaba dejando desde el principio sobre el césped. Después del tanto, los irlandeses se replegaron para buscar las contras con la velocidad de sus extremos Alan Kirby y Damien Duff y España pudo tocar con menos agobios, pero las ideas escaseaban y los nervios empezaron a aflorar. Las imprecisiones eran continuas y no parecía haber forma de penetrar en la ordenada defensa rival. Sólo en los últimos minutos, casi a la desesperada, consiguieron los de Sáez rondar con peligro la portería irlandesa, pero primero un defensa casi sobre la línea y luego O’Connor salvaron sendos remates de Deus que ya se colaban. El equipo juvenil español, incapaz de hilvanar acciones colectivas brillantes y carente de soluciones individuales, se mostró futbolísticamente impotente ante un rival al que le bastó con ser un poco más rocoso y ordenado que los anteriores para eliminar al cuadro de Iñaki Sáez.

29/06/1997

Cuartos de final.

ESPAÑA

(0)

César Lainez; Redondo, Curro Montoya, Caneda, Bernaus; Ismael, Gerard (-69, Diego Ribera), Rivera (-86, Albelda), Farinós (-69, Iván Ania), Angulo; Deus.

IRLANDA

(1)

O’Connor; Cummins, Worrall, Hawkins, Ryan; Morgan, Inman, Kirby (-89, Baker), Duff; Molloy (-66, Murphy), Fenn.

Goles

0-1 Molloy (IRL, min. 52)(p).

Árbitro

León Francisco Padró Borja (MEX).

Tarjetas

Fenn (IRL, min. 88).

Estadio

Shah Alam (Kuala Lumpur). 9.000 espectadores.

A pesar de llegar con la vitola de subcampeón de Europa, España trasladó durante casi todo el campeonato una imagen plomiza que se acentuó en esta triste despedida. El cansancio acumulado tras una larga temporada y la extrema humedad del clima malayo afectaron a los jugadores, que también tuvieron algún que otro problema con las comidas, pero todas las excusas resultaban endebles dado el bajo nivel teórico de los rivales a los que se había enfrentado la selección. En cualquier caso, como el torneo nunca estuvo cerca de despertar en nuestro país la expectación de la anterior cita mundialista juvenil, el traspié fue asimilado sin demasiada dificultad.

Más difícil le resultó a Brasil digerir su derrota en cuartos de final ante Argentina. Después de haber marcado veinte goles en los dos partidos anteriores, los jóvenes brasileños se quedaron sin pólvora ante una selección albiceleste de enorme calidad que se llevó el choque con dos goles en el tramo final. Por la otra parte del cuadro, Uruguay se deshizo de Francia en la tanda de penaltis tras empatar a uno en el tiempo reglamentario, y Ghana superó a Japón por 2-1 con un gol de oro del jovencísimo Peter Ofori Quaye. En semifinales, Irlanda volvió a hacer gala de su solidez y fortaleza, pero no pudo remontar el gol de Bernardo Romeo al comienzo de la segunda parte y la Argentina de Pékerman logró su pase a la final por segunda edición consecutiva. En la otra semifinal, Uruguay se colocó con un cómodo 2-0 frente a Ghana antes del descanso pero tuvo que ver cómo los africanos igualaban el marcador para forzar la prórroga; en el tiempo extra, un gol de oro del lateral Álvaro Fabián Perea (quien fallecería pocos meses después en un accidente de tráfico) clasificó a los charrúas para su primera final mundialista sub’20.

En ella, Uruguay vendió cara su derrota y se adelantó con un gol del centrocampista Pablo García (Osasuna, Real Madrid, Celta, Murcia), pero Esteban Cambiasso y Diego Quintana le dieron la vuelta al marcador antes del descanso. El bajón físico uruguayo en la segunda parte impidió que saltara la sorpresa y Argentina se hizo con su tercer entorchado mundial juvenil, el segundo consecutivo. A pesar de la derrota final, la técnica, velocidad y puntería mostradas por la pareja de delanteros charrúas durante todo el campeonato les valió para copar los premios a los mejores jugadores: Nico Olivera (Sevilla, Valladolid, Córdoba) se llevó el Balón de Oro y Marcelo Zalayeta (que también pasó por el Sevilla) el de Plata, aunque en sus carreras posteriores no refrendaron todo el potencial que se les adivinó en Malasia. Más lejos llegó (y desde luego mejor recuerdo dejó en España, por sus años en Valencia y Zaragoza) el tercer clasificado en esas votaciones, el argentino Pablo César Aimar, que con sólo diecisiete años ya empezaba a destacar entonces en un gran River Plate.

En cuanto a los máximos goleadores, la tremenda exhibición brasileña en esos mágicos partidos contra Corea del Sur y Bélgica permitió que Adailton Martins se llevara la Bota de Oro con comodidad: sus diez goles en cinco partidos (seis de ellos, a los surcoreanos) batieron por fin el récord anotador en un Mundial sub’20 que conservaba Ramón Díaz desde 1979. Como ya entonces podía sospecharse, esa gran tarde ante Corea no fue más que un espejismo, ya que en su carrera profesional, desarrollada casi por completo en Italia (Parma, Hellas Verona, Genoa, Bolonia), Adaílton no volvió a destacarse como goleador de primer orden. Más nivel apuntaba y alcanzó el ganador de la Bota de Plata, el francés David Trezeguet, que anotó cinco goles en Malasia; mientras que el también brasileño Alex de Souza (que logró cierto renombre en Europa durante su paso por el Fenerbahce turco entre 2004 y 2012) recibió la de Bronce gracias a sus cuatro dianas. También marcaron cuatro goles, aunque en más minutos que Alex y quedando por ello sin galardón, los argentinos Juan Román Riquelme y Bernardo Romeo, el uruguayo Zalayeta, el japonés Yanagisawa y el australiano Kostas Salapasidis (quien los consiguió todos en la victoria de su selección ante Argentina por 4-3 en la primera fase y que luego tuvo un poco productivo paso por la S.D. Compostela).

Terminaba así un campeonato, otro más, sin mayor relieve para España. Imposible imaginar entonces que, menos de dos años más tarde y con otra generación que tampoco despertaba grandes expectativas, la selección española alcanzaría la cima del fútbol juvenil. Pero esa es otra historia que ya fue contada en otra ocasión.

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Fuentes consultadas:

Martialay, Félix: “Todo sobre todas las selecciones” (2007), Ed. Librerías Deportivas Esteban Sanz.

www.fifa.com

www.rsssf.com

www.bdfutbol.com

www.sefutbol.com

www.youtube.com

Hemerotecas y archivos digitales de los diarios ABC, El Mundo Deportivo, El País, Marca.




España en los mundiales sub’20: Qatar 1995

En agosto de 1991, la selección española dirigida por Juan Santisteban alcanzó en Italia el subcampeonato mundial sub’17. Era sólo la cuarta edición del torneo (la primera que se disputaba en ese rango de edad, ya que los tres campeonatos anteriores habían sido sub’16), pero la breve historia de la categoría demostraba que los países que llegaban lejos en esos Mundiales solían realizar también un gran papel dos años después en el campeonato sub’20: los casos de Nigeria, la URSS o Portugal eran especialmente relevantes en este sentido. Por desgracia, como quedó apuntado en el artículo publicado en el número anterior de estos “Cuadernos de Fútbol”, en el verano de 1991 España tenía ya imposible acudir a la fase final del Campeonato de Europa sub’18 de 1992 y, por tanto, al Mundial sub’20 de Australia 1993: Alemania e Italia habían sido rivales demasiado potentes para una selección española que tampoco fue capaz de derrotar a Malta en ninguno de sus dos partidos. De aquel equipo juvenil de discretísimos resultados (tres empates, tres derrotas y sólo dos goles a favor) podríamos destacar a Julen Guerrero, Javi Navarro, Fernando Sanz, Javier De Pedro o Patricio Rubio “Patri”, por entonces una de las más grandes promesas del fútbol español.

Ni ellos ni los brillantes subcampeones sub’17 (César Palacios, Quique Medina, Ramón, Sandro, Robaina, Dani García Lara o Pepe Gálvez, entre otros) pudieron disputar un Mundial sub’20 en el que, una vez más, se demostró la validez de aquella teoría que relacionaba ambas categorías. En Australia, primer país que albergaba dos veces el Campeonato Mundial Juvenil, Brasil se llevó su tercer título al derrotar en la final a Ghana, cuya selección estaba formada mayoritariamente por los chavales que en 1991 habían vencido a España en la final del Mundial sub’17. En el bando brasileño deslumbró Adriano Gerlin da Silva (Adriano Codorninha acabó siendo su apodo futbolístico), otro jugador que también había brillado dos años antes, aunque en su carrera posterior no logró más éxitos reseñables.

Por aquel entonces, de la mano de su nuevo presidente, el sueco Lennart Johansson, y mientras medio continente redefinía sus fronteras y nuevas naciones se unían al organismo, la UEFA iniciaba un proceso de reestructuración de sus competiciones, motivado en parte por esos profundos cambios en el mapa político europeo pero también por cuestiones económicas y puramente deportivas. Así, por ejemplo, nació la Liga de Campeones y se amplió la fase final de la Eurocopa absoluta a dieciséis selecciones. En categorías inferiores, se volvió a modificar el formato del Campeonato de Europa juvenil para devolverle su tradicional carácter anual; además, aunque se seguirían clasificando sólo ocho selecciones para su fase final, en ésta habría dos grupos cuyos líderes se jugarían el título en una final directa. La primera edición de este renovado torneo tendría lugar en julio de 1993, en Inglaterra.

Pero volvamos otra vez atrás en el tiempo y regresemos a España. Una vez terminado el Mundial sub’20 de Portugal 1991, Vicente Miera, el nuevo seleccionador absoluto, decidió hacerse cargo también del combinado que debería competir en los Juegos Olímpicos de Barcelona, relegando al puesto de ayudante a Kubala, que había sido contratado meses antes para dirigirlo. En cuanto a Jesús Pereda, dejó de ser el segundo entrenador de la absoluta, aunque mantuvo sus cargos como seleccionador sub’18 y sub’21. La etapa de Miera, que había firmado con la misión de acabar lo más dignamente posible la fase de clasificación para la Eurocopa de 1992, fue tan breve como se esperaba: la histórica derrota en Islandia en su debut oficial sólo vino a confirmar que no permanecería en el banquillo más allá de lo inicialmente estipulado. En junio de 1992, dos meses después de que el cántabro dirigiera el primer encuentro de clasificación para el Mundial de Estados Unidos (victoria por 3-0 contra Albania), Ángel María Villar comunicó que el seleccionador sería sustituido tras el verano por Javier Clemente. Miera, eso sí, se despidió de la RFEF por todo lo alto, colgándose la medalla de oro olímpica en los Juegos de Barcelona.

Aunque Javier Clemente no contaba con Pereda para sus planes de futuro, el nuevo seleccionador decidió mantenerle al frente de la sub’18 durante esa temporada 1992/1993, ya que el contrato del técnico burgalés finalizaba el 30 de junio, apenas tres semanas antes del inicio de la fase final del Europeo de la categoría. Pereda logró clasificar al combinado juvenil para esa cita, pero tuvo que abandonar su cargo sin poder disputarla. Andoni Goikoetxea, segundo de Clemente en la absoluta, añadió a sus funciones como seleccionador sub’21 la dirección de la sub’18 y aquel grupo, compuesto por muchos de los jugadores que habían sido subcampeones mundiales sub’17 dos años antes, alcanzó la tercera plaza final. ¿Qué hubieran hecho de haber llegado al Mundial sub’20 de Australia? Desgraciadamente, nunca lo sabremos.

La siguiente edición del Europeo juvenil, la de la temporada 1993/1994, era clasificatoria para el Mundial sub’20 de 1995, y la Real Federación Española de Fútbol supo moverse en los despachos para conseguir que la fase final se disputara en Extremadura. Automáticamente clasificada como anfitriona, España dedicó la temporada a disputar amistosos y obtuvo variopintos resultados: se midió dos veces a Portugal (2-2 en León y 1-1 en tierras lusas seis meses después); venció en la “Copa del Atlántico” grancanaria a Países Bajos (2-0) y Alemania (2-1); cayó derrotada en Grecia (3-0, aunque con jugadores menos habituales); y disputó en Italia el torneo “Paolo Valenti”, en el que se midió a Eslovaquia (derrota por 0-1), Israel (1-1) y Rumanía (victoria por 6-1). Por último, en los meses de mayo y junio, la selección juvenil disputó dos partidos preparatorios en tierras extremeñas, venciendo a Islandia en Almendralejo (2-0) y perdiendo en Cáceres ante la República Checa (1-2).

El Campeonato de Europa sub’18 de 1994 se celebró del 24 al 31 de julio, siendo sedes las localidades de Cáceres, Badajoz, Almendralejo, Don Benito y Jerez de los Caballeros. Los ocho participantes se dividieron en dos grupos, quedando España emparejada con Rusia, Bielorrusia y Alemania, tres países que no existían como tales apenas cinco años antes. En Almendralejo, los de Goikoetxea se impusieron a Rusia por 4-2 y a Bielorrusia por 4-1 (en ambos partidos España se puso con 4-0 y encajó los goles rivales en los últimos minutos). Un empate en la tercera jornada, disputada en Cáceres, le hubiera servido a España para pasar a la final, pero Alemania venció 1-3 con un doblete de Lars Ricken, la gran promesa del Borussia Dortmund. Germanos, rusos y españoles acabaron empatados a seis puntos y fue la diferencia de goles la que decidió las posiciones definitivas. Alemania, con +4, lideró el grupo por delante de España (+3) y Rusia (0), de modo que los alemanes se clasificaron directamente para la final, en la que caerían en los penaltis ante Portugal. En el partido por el bronce, en Mérida, España goleó a Países Bajos por 5-2, mientras que Rusia se hizo con la quinta plaza (la última que daba acceso al Mundial sub’20) al ganar a Francia.

Aunque no se había logrado el título continental, lo cierto era que la selección de Goikoetxea había mostrado un buen nivel y parecía tener mimbres suficientes como para destacar en el Campeonato Mundial del año siguiente, un torneo cuya disputa estuvo en el aire durante bastante tiempo. Después de haber sancionado al país por un caso de falsificación de edades en el torneo olímpico de Seúl 1988, la FIFA quiso compensar a Nigeria con la concesión del Campeonato Mundial Juvenil de 1995, primer gran evento futbolístico que acogería el África negra. Fue, sin embargo, una decisión notablemente arriesgada que no salió bien: la inestabilidad política del país y unos brotes de malaria y meningitis en dos de las sedes elegidas forzaron a la FIFA a suspender el campeonato cuando sólo faltaba un mes para su inicio. Era el 9 de febrero de 1995 y comenzaba una frenética carrera en la que primero se habló de cancelación definitiva, luego de aplazamiento y, finalmente, de traslado a otro país. Tras muchas deliberaciones, el 16 de marzo se decidió que Nigeria no reunía las condiciones mínimas necesarias para organizar el torneo con seguridad y, cuatro días más tarde, se acordó que el Mundial juvenil de ese año se disputaría en Qatar del 13 al 28 de abril.

Si a principios de año, cuando la disputa del Mundial en Nigeria aún no peligraba oficialmente, ya se habían producido algunas discusiones sobre la conveniencia o no de que Goikoetxea llevara al torneo a las principales figuras españolas en edad juvenil (varias de las cuales ya aparecían con regularidad en los primeros equipos de sus respectivos clubes), la polémica aumentó en abril, un mes de suma importancia en las competiciones ligueras. El debate se centraba especialmente en la figura de Raúl González Blanco, que a sus diecisiete años ya era un fijo en las alineaciones de un Real Madrid que, además, sufría varias bajas en la delantera. La directiva madridista manifestó en numerosas ocasiones su disconformidad con la hipotética convocatoria de su joven figura, pero Javier Clemente (que era quien mandaba en todas las categorías de la federación) nunca fue un seleccionador muy receptivo a ese tipo de quejas y, como se esperaba, Raúl figuró en la relación de convocados que se hizo pública el 31 de marzo. Al menos, aunque la concentración de los juveniles comenzó el día 3 de abril, la RFEF sí permitió que el delantero jugara el día 9 con su club antes de embarcar hacia Qatar. Raúl, por cierto, marcó en ese partido ante el Zaragoza en el que se cumplía una vuelta desde su debut oficial con el primer equipo.

En cuanto al resto de convocados, llamaba la atención la presencia de tres porteros (sólo Burundi y Australia viajaron al Mundial también con tres guardametas): uno de ellos, Javier López Vallejo, era precisamente el único componente del equipo subcampeón mundial sub’17 de 1991 que, por edad, todavía podía acudir al Campeonato del Mundo Juvenil en 1995. Por otro lado, el hecho de que en la lista hubiera varios jóvenes de 17 o 18 años recién cumplidos marcaba una clara diferencia con respecto a anteriores plantillas mundialistas, en las que Chus Pereda solía apurar mucho más el límite de edad, pero todo el país coincidía en señalar que se trataba del mejor conjunto posible formado por futbolistas menores de 20 años. Las ausencias más destacadas con respecto al equipo base del Europeo juvenil de 1994 eran las del mediocentro del Barcelona Albert Celades, por culpa de una lesión, y la de Diego Ribera, joven delantero del Valencia cedido en el Hércules, por decisión técnica. Los dieciocho elegidos fueron los siguientes:

Pos.

Nombre Fecha Nac. Club

1

P

Javier LÓPEZ VALLEJO 22/09/1975 Osasuna

2

DF

Alberto SÁNCHEZ González 09/05/1976 Real Madrid

3

DF

David CORDÓN Mesa 12/11/1975 Atlético de Madrid

4

MC

LUIS MARTÍNEZ Arasa 10/11/1975 Real Madrid

5

DF

CÉSAR Martín Villar 03/04/1977 Real Oviedo

6

DF

Luis Carlos CUARTERO Laforga 17/08/1975 Real Zaragoza

7

DL

RAÚL González Blanco 17/06/1977 Real Madrid

8

MC

Miguel Ángel Salgado Fernández, “MÍCHEL SALGADO” 22/10/1975 Celta de Vigo

9

MC

Iván DE LA PEÑA López 06/05/1976 FC Barcelona

10

MC

ROGER García Junyent 15/12/1976 FC Barcelona

11

DL

Joseba Andoni ETXEBERRIA Lizardi 05/09/1977 Real Sociedad

12

MC

Miguel Ángel Sánchez Muñoz, “MÍCHEL” 30/10/1975 Rayo Vallecano

13

P

Manuel Martínez García, “MANU” 06/01/1976 FC Barcelona

14

DL

Fernando MORIENTES Sánchez 05/04/1976 Albacete

15

MC

RAÚL OTXOA Sainz de Aja 14/08/1975 Athletic de Bilbao

16

DL

Antonio VELAMAZÁN Tejedor 22/01/1977 FC Barcelona

17

DF

Carles Domingo Pladevall, “MINGO” 10/06/1977 FC Barcelona

18

P

GORKA López Ochando 07/01/1976 CD Tenerife

Raúl encabezaba un grupo de grandes proyectos de futbolistas en el que también resaltaba el nombre de Iván De la Peña, la otra gran perla de la cantera patria, que aún no había debutado en la máxima categoría pero a quien se consideraba la principal promesa del F.C. Barcelona y su llamada “quinta del Mini”. Con la presencia de ambos jugadores, la atención mediática hacia el campeonato estaba más que garantizada; de hecho, durante el torneo el propio Raúl escribió una columna diaria en Marca contando sus vivencias. Junto a ellos, otros jóvenes valores que empezaban a brillar en Primera, como Fernando Morientes o Míchel Salgado, y un amplio grupo de chavales que, en su mayor parte, no tardarían en consolidarse en la máxima categoría.

Por supuesto, Raúl (102 partidos, 44 goles) fue quien más acabaría destacando en la selección absoluta, junto a Joseba Etxeberria (53 partidos, 12 goles), Fernando Morientes (47 partidos, 27 goles) y Míchel Salgado (53 partidos). También cumplió con buena nota el central César (12 partidos, 3 goles), mientras que su irregular y errática carrera hizo que Iván De la Peña tuviera que esperar mucho más de lo que cualquiera hubiera imaginado allá por 1995 para debutar con España: lo hizo en 2005 y sólo sumó 5 internacionalidades. Del resto, López Vallejo (Osasuna, Villarreal, Recreativo, Zaragoza), Cuartero (siempre en el Real Zaragoza), Roger (Barcelona, Espanyol, Villarreal), Toni Velamazán (Barcelona, Oviedo, Albacete, Extremadura, Espanyol), Míchel (Rayo, Murcia, Málaga) y Mingo (Sporting, Rayo, Betis, Albacete, Nàstic) sumaron igualmente muchos partidos en Primera, aunque sin el premio del debut internacional. De entre los que no llegaron a brillar en el fútbol profesional, seguramente el caso más curioso sea el de Luis Martínez Arasa, canterano madridista que, tras pasar por Rayo, Leganés y Murcia, decidió colgar las botas con sólo veinticinco años para dedicarse al mundo de la escena.

Tras verse despojada de la organización del Mundial sub’20, Nigeria renunció a participar en él, a pesar de que se le había mantenido su plaza como anfitriona. De hecho, la Confederación Africana llegó a debatir si Camerún y Burundi debían o no sumarse a la protesta nigeriana y renunciar al campeonato, aunque finalmente se optó por que sí lo disputaran. La selección juvenil de Qatar sustituyó a la de Nigeria y los grupos, que ya se habían sorteado, no sufrieron más alteración:

GRUPO A

(Doha)

GRUPO B

(Doha)

GRUPO C

(Doha)

GRUPO D

(Doha)

Brasil

España

Portugal

Alemania

Qatar

Chile

Países Bajos

Australia

Siria

Burundi

Honduras

Camerún

Rusia

Japón

Argentina

Costa Rica

Entre los participantes destacaba especialmente la presencia de Burundi, país que entonces estaba de triste actualidad por la cruenta guerra étnica que se desarrollaba tanto en su interior como en la vecina Ruanda. Además, era noticia el regreso de Argentina a las competiciones internacionales sub’20 después de la sanción impuesta por la FIFA tras los incidentes que la albiceleste había protagonizado en Portugal 1991. Por primera vez en un Mundial juvenil, cada victoria en la fase de grupos valdría tres puntos (medida que había sido instaurada en el Mundial de Estados Unidos 1994), y también por primera vez en un torneo FIFA se autorizaron tres cambios por encuentro (en Estados Unidos el tercer cambio sólo se había permitido en caso de lesión del portero). Así mismo, se mantenía la regla del “gol de oro”, instaurada en los Mundiales juveniles en 1993 para resolver los empates en las prórrogas, y tampoco esta vez hubo árbitros españoles entre los designados por la FIFA para el evento.

Todos los partidos se disputaron en Doha, la capital del emirato, usándose sólo tres estadios cuyos terrenos de juego, obviamente, sufrieron las consecuencias de la acumulación de encuentros. Por lo menos, los organizadores fueron capaces de ordenar el calendario para que los partidos de la tercera jornada de cada grupo se jugaran a la misma hora. El calor fue intenso, sobre todo en los partidos que se disputaban en el primer turno del día, a media tarde, y quienes viajaron allí destacan el escaso ambiente futbolístico que se respiraba en una ciudad que, salvo en las últimas rondas, permaneció prácticamente ajena a la disputa del campeonato. Además, hubo varios sucesos extraños que se investigaron como intentos de soborno a jugadores de Camerún, Portugal, Honduras, Chile y Burundi, y que se saldaron con cinco detenidos que fueron rápidamente expulsados de Qatar. Aunque no se pudo confirmar si hubo o no compra de partidos, las investigaciones apuntaban a mafias malayas de apuestas ilegales, por lo que se llegó a hablar de la posibilidad de que la FIFA privara a Malasia de la organización de la siguiente cita mundialista sub’20. Al final, y como tantos otros, el caso se perdió en el baúl de los asuntos olvidados.

EL CAMPEONATO

Alineación de España en el Mundial juvenil de Qatar 1995, extraída del Informe Técnico oficial del torneo.

Alineación de España en el Mundial juvenil de Qatar 1995, extraída del Informe Técnico oficial del torneo.

Burundi, el primer rival en Qatar 1995, era toda una incógnita para los técnicos y jugadores españoles. La única información que se tenía sobre los africanos era que habían sido subcampeones continentales y que, antes de viajar al torneo, se habían visto obligados a permanecer recluidos durante varias semanas en un hotel de su capital, Buyumbura, por culpa de la guerra que asolaba su país. Había cierta inquietud ante el verdadero nivel que pudiera mostrar esa desconocida selección, pero los temores se disiparon rápidamente. Fuertes y enérgicos, los burundeses intentaban atacar en cuanto podían, pero eran tan poco disciplinados tácticamente que España no tuvo ningún problema para dominar el partido de cabo a rabo. Goikoetxea planteó un ofensivo 3-5-2, con Míchel Salgado y Roger como carrileros y De la Peña llevando el peso de la organización ofensiva; la constante movilidad de los centrocampistas españoles y su gran nivel técnico fue una pesadilla para casi todos sus rivales durante el campeonato, y Burundi no tenía ni los mimbres tácticos ni la disposición mental necesarios para frenar sus combinaciones.

El primer gol, obra de Morientes al recoger un balón rechazado por el poste, se hizo esperar más de veinticinco minutos, pero para entonces España había sumado ya un buen puñado de ocasiones (las más claras, en las botas de Toni Velamazán) y de ahí al descanso sólo tuvo que afinar un poco más la puntería para dejar resuelto el partido con tantos de Raúl y Roger, éste de penalti cometido sobre el delantero madridista. La segunda parte discurrió por los mismos derroteros, con España atacando al compás que marcaba Iván De la Peña y los defensas y centrocampistas de Burundi corriendo sin orden y, en ocasiones, llegando bastante tarde: sus entradas, tan inocentes como duras, les hicieron acabar con nueve jugadores. Joseba Etxeberria, que había sustituido en el descanso a Morientes, con problemas musculares, anotó el cuarto; Ndayishimiye logró un muy celebrado gol del honor para los africanos; y Etxeberria cerró la cuenta con un gran remate de chilena tras un barullo en el área. El partido estaba más que finiquitado, pero De la Peña no supo entenderlo y acabó viendo su segunda amarilla por protestar. La expulsión del cántabro fue el único lunar de una tarde tan calurosa como plácida en la que España sumó sus tres primeros puntos con mucha suficiencia.

13/04/1995

Primera jornada del Grupo B.

BURUNDI

(1)

Mahigihigi; Ndabaniwe, Bizimana, Saleh, Ahishakiye; Masudi (-24, Mbanza), Daudi, Ndayishimiye, Maulidi; Willonja (-71, Butunungu), Rukundo.

ESPAÑA

(5)

López Vallejo; Cuartero, César, Cordón; Luis Martínez (-61, Otxoa), De la Peña, Salgado, Roger, Velamazán; Raúl (-55, Míchel), Morientes (-46, Etxeberria).

Goles

0-1 Morientes (ESP, min. 26); 0-2 Raúl (ESP, min. 36); 0-3 Roger (ESP, min. 40)(p); 0-4 Etxeberria (ESP, min. 72); 1-4 Ndavishimiye (BDI, min. 82); 1-5 Etxeberria (ESP, min. 86).

Árbitro

Márcio Rezende de Fleitas (BRA).

Tarjetas

Mbanza (BDI, min. 30); De la Peña (ESP, min. 46); Salgado (ESP, min. 60); Maulidi (BDI, min. 87). Expulsados Saleh (BDI, min. 61) por roja directa; De la Peña (ESP, min. 87) por doble amarilla; Ahishakiye (BDI, min. 90) por roja directa.

Estadio

Al Ahli (Doha). 1.000 espectadores.

De Japón, que había sorprendido a Chile en la primera jornada con un empate en los últimos instantes, se esperaba bastante más oposición, y los pronósticos se cumplieron. Dada la baja de De la Peña, Goiko apostó por situar a Roger García Junyent como organizador, dando entrada a Mingo en el carril izquierdo. Menos genial que el cántabro pero algo más constante, al principio Roger no desentonó e incluso fue el encargado de abrir el marcador a los ocho minutos, entrando desde segunda línea para cabecear a las mallas un buen centro de Salgado, que poco antes había estrellado un disparo en el poste. Sin embargo, España no supo plasmar en más goles su buen inicio y, poco a poco, Japón empezó a sentirse más cómoda, buscando la velocidad de sus puntas a base de balones largos y sembrando las dudas en la zaga española.

Tras el descanso, la selección asiática dio un paso adelante y España perdió consistencia. Los cambios de Goikoetxea para tratar de recuperar el control no surtieron efecto y, a falta de veinte minutos, llegó el empate. Hidetoshi Nakata, que ya lo había intentado en la primera parte, consiguió batir a López Vallejo con un gol olímpico, y durante varios minutos no estuvo nada claro que España fuera a ser capaz de volver a ponerse por delante. Pero entonces apareció el líder del equipo, Raúl, para cazar un balón suelto en el área tras un córner y perforar la meta nipona por segunda vez. En los últimos minutos, López Vallejo abortó los intentos de reacción japonesa y, con seis puntos, la selección española certificaba su pase a cuartos de final.

17/04/1995

Segunda jornada del Grupo B.

ESPAÑA

(2)

López Vallejo; Cuartero, César, Cordón; Luis Martínez, Roger, Salgado, Mingo (-46, Míchel), Velamazán (-87, Sánchez); Raúl, Etxeberria (-60, Otxoa).

JAPÓN

(1)

Honda; Suzuki, Akiba, Kumagai, Matsuda, Yamanishi (-46, Omori); Yamada, Oku (-55, Ito), Nakata; Yasunaga, Oki.

Goles

1-0 Roger (ESP, min. 8); 1-1 Nakata (JPN, min. 69); 2-1 Raúl (ESP, min. 83).

Árbitro

Zeli Sinko (CIV).

Tarjetas

César (ESP, min. 13); Roger (ESP, min. 50); Oku (JPN, min. 52); Velamazán (ESP, min. 61); Omori (JPN, min. 79).

Estadio

Al Ahli (Doha). 4.000 espectadores.

Chile había viajado a Qatar con grandes aspiraciones, al contar con buena parte del plantel que había sido tercero en el Mundial sub’17 de Japón 1993, pero llegó al tercer partido con muchas urgencias. Tras el empate contra Japón en la primera jornada, los sudamericanos se habían vuelto a dejar sorprender y Burundi había arañado una histórica igualada que dejaba la lucha por la segunda plaza totalmente abierta: para pasar a cuartos, Chile debía ganar a España, o bien empatar y esperar el mismo resultado en el otro encuentro del día, que se jugaba simultáneamente. Por su parte, con los deberes hechos, Goikoetxea reservó a César, Salgado, Roger y Toni Velamazán, apercibidos tras las dos primeras jornadas; además, el seleccionador dio a sus dos porteros suplentes la oportunidad de debutar en el campeonato, jugando cada uno una parte. Pero ni los cambios ni tener el liderato asegurado afectaron a España, que salió igual de enchufada que en los partidos anteriores y finiquitó el duelo en veinte minutos. Etxeberria, que remató dos buenas jugadas de Míchel y Mingo, y Raúl Otxoa, a pase también de Mingo, pusieron el 3-0, mientras el otro Raúl se topaba con el portero sudamericano en dos claras ocasiones servidas por De la Peña, clave también en los goles anteriores.

La expulsión del chileno Fernández poco antes del descanso cerró definitivamente el partido y dio paso al correcalles de la segunda parte, que inauguró el rayista Míchel a los dos minutos de la reanudación. Sebastián Rozental, la gran promesa chilena de aquella generación, recortó distancias enseguida, pero Otxoa anotó el segundo de su cuenta particular. Al segundo gol de Chile, obra de Dante Poli, respondió De la Peña transformando un penalti cometido sobre Etxeberria, y poco después Frank Lobos subía el definitivo 6-3 al electrónico. Un auténtico despropósito goleador plagado de despistes defensivos por ambos bandos y en el que brilló con luz propia un Iván De la Peña ansioso por hacerse perdonar la expulsión del debut ante Burundi.

19/04/1995

Tercera jornada del Grupo B.

ESPAÑA

(6)

Manu (-46, Gorka); Sánchez, Cuartero, Cordón, Mingo; Luis Martínez, De la Peña, Ochoa, Míchel; Raúl (-46, Morientes), Etxeberria.

CHILE

(3)

Salas; Fernández, Vargas, Poli, Aros (-54, Valenzuela); Valle (-59, Tapia), Barraza, Lobos, Uribe; Rozental, Martel (-46, Madrid).

Goles

1-0 Etxeberria (ESP, min. 9); 2-0 Etxeberria (ESP, min. 13); 3-0 Otxoa (ESP, min. 20); 4-0 Míchel (ESP, min. 47); 4-1 Rozental (CHI, min. 52); 5-1 Otxoa (ESP, min. 61); 5-2 Poli (CHI, min. 77); 6-2 De la Peña (ESP, min. 80)(p); 6-3 Lobos (CHI, min. 83).

Árbitro

Pascual Rebolledo Cárdenas (MEX).

Tarjetas

Fernández (CHI, min. 29); Vargas (CHI, min. 44); Sánchez (ESP, min. 77); Salas (CHI, min. 79). Expulsado Fernández (CHI, min. 40) por doble amarilla.

Estadio

Al Ahli (Doha). 3.000 espectadores.

En la primera fase se habían producido varias goleadas más, como el 6-0 de Brasil a Siria o el 7-1 que encajó Honduras a manos de Países Bajos (sin Clarence Seedorf ni Patrick Kluivert, retenidos por un Ajax que ese año acabaría llevándose la Liga de Campeones) en un partido que tuvo que ser suspendido antes del minuto 80 porque los hondureños se quedaron con seis jugadores: cuatro centroamericanos fueron expulsados y otro cayó sospechosamente lesionado justo después de encajar el séptimo gol, con los tres cambios ya hechos. Pero, con trece goles marcados, España era claramente la selección más realizadora y, por su juego y la calidad de sus hombres de ataque, era considerada por muchos expertos como clara favorita al título. Gracias a las retransmisiones televisivas de TVE, en nuestro país se tenía esa misma sensación, y la afición y los medios de comunicación volcaron sus miradas hacia aquel grupo de juveniles que parecía anunciar la llegada de una nueva e ilusionante época para el fútbol español.

El primer escollo en la fase eliminatoria sería Rusia, que había dado una buena imagen en su duelo ante Brasil (0-0) pero que no parecía un rival excesivamente complicado para un equipo que llegaba en un grandísimo momento de forma. Nuevamente, un arranque demoledor de España puso las cosas claras en menos de veinte minutos: un gol de Raúl en la primera jugada de peligro y otro doblete de un Joseba Etxeberria en estado de gracia dejaron todo resuelto por la vía rápida. Los rusos no opusieron más resistencia y la selección española comenzó a acumular llegadas y jugadas de fantasía, con Iván De la Peña como maestro de ceremonias. En la segunda parte, Etxeberria, que había llegado al Mundial como un perfecto desconocido (aunque ya había jugado unos pocos minutos en el primer equipo de la Real Sociedad), reafirmó su particular consagración futbolística y mediática con otro gol más, el séptimo en cuatro partidos. Casi a continuación, Rusia recortó distancias gracias a un penalti cometido por Cuartero y transformado por Lipko, pero en ningún momento se atisbó el menor indicio de remontada. Goikoetxea retiró a sus tres estrellas del campo y el partido discurrió sin más novedad hasta que el egipcio Gamal Al-Ghandour decretó el final. Diez años después del histórico subcampeonato en la URSS, España volvería a disputar unas semifinales de un Campeonato Mundial Juvenil.

23/04/1995

Cuartos de final.

ESPAÑA

(4)

López Vallejo; Cuartero, César, Cordón; Luis Martínez, De la Peña (-66, Míchel), Salgado, Roger, Velamazán; Raúl (-75, Morientes), Etxeberria (-66, Otxoa).

RUSIA

(1)

Kharin (-46, Gusev); Lipko, Semak, Khokhlov (-31, Solomatine), Zezine; Lepechin, Pateev (-46, Krivov), Berketov, Egounov; Lysenko, Radimov.

Goles

1-0 Raúl (ESP, min. 3); 2-0 Etxeberria (ESP, min. 13); 3-0 Etxeberria (ESP, min. 21); 4-0 Etxeberria (ESP, min. 62); 4-1 Lipko (RUS, min. 65) (p).

Árbitro

Gamal Al-Ghandour (EGY).

Tarjetas

Lysenko (RUS, min. 82).

Estadio

Al Ahli (Doha). 4.000 espectadores.

En el resto de partidos, Brasil superó con muchos apuros a Japón por 2-1, tras empezar perdiendo, y Portugal tuvo que esperar al tiempo extra para doblegar a Australia por ese mismo marcador gracias a un gol de oro de Joaquim Agostinho (que ficharía por el filial del Real Madrid tras este campeonato y tendría un irregular paso por el fútbol español, en las filas de Salamanca, Las Palmas y Málaga, principalmente). El rival de España sería Argentina, que había superado sin excesivos problemas a Camerún (2-0) y era la única selección que llegaba a semifinales sin haber liderado su grupo de la primera fase. La albiceleste iba de menos a más en el torneo y contaba con un plantel con bastante experiencia en la primera división argentina y en el que ya entonces destacaban tres jugadores que pasaron luego por la liga española en algún momento de sus carreras: Juan Pablo Sorín (Barcelona, Villarreal), Ariel Ibagaza (Mallorca, Atlético de Madrid, Villarreal) y Leo Biagini (Atlético de Madrid, Mérida, Mallorca, Rayo, Sporting, Albacete). Pese a ello, España confiaba en imponer su atractivo juego ofensivo para poder plantarse en una final que ilusionaba a todo el país.

Por desgracia, todos los problemas que se habían vislumbrado en momentos puntuales durante los partidos anteriores se manifestaron de golpe en el peor momento posible. Aunque Goikoetxea optó por un 4-4-2 (con Salgado actuando como lateral derecho puro y no como carrilero largo) algo más cauteloso de lo habitual, España salió con la misma ambición ofensiva de siempre, pero en esos primeros minutos el portero Joaquín Irigoytia realizó unas cuantas paradas de mérito que permitieron a su equipo tomar aire para iniciar su tenaz labor de desgaste. Con una presión intensa sobre De la Peña y un férreo marcaje a Raúl y Etxeberria, los de José Néstor Pékerman lograron maniatar a su rival a base de robos y faltas tácticas en zonas poco peligrosas. Sin continuidad en ataque, la defensa española mostró los mismos problemas de encuentros anteriores y, en una de las primeras aproximaciones argentinas, Biagini aprovechó un balón suelto en el área tras un mal despeje de César para sorprender a López Vallejo con un chut al palo corto. Obligada a remontar por primera vez en el torneo, a partir del gol España sólo fue capaz de generar peligro a balón parado, con sendos lanzamientos de Roger y De la Peña, pero Irigoytia desvió ambos disparos en dos excelentes intervenciones.

Goikoetxea movió ficha en el descanso y retiró a Míchel Salgado y a Luis Martínez, el habitual mediocentro defensivo, para dar entrada a Raúl Otxoa y Míchel. Esto suponía pasar a defender casi exclusivamente con tres hombres y parece que, al ver los cambios, Pékerman comentó a sus ayudantes que España se acababa de suicidar. Aunque César estuvo a punto de empatar en un remate de cabeza que un defensor argentino salvó sobre la línea, la albiceleste sentenció el partido en el minuto 53: después de un robo de Ibagaza en el centro del campo, y con la defensa española mal situada, Biagini centró al área, un compañero dejó pasar y Coyette, aprovechando el hueco que generaba la falta de un lateral derecho, batió al portero español de tiro cruzado. Casi a continuación, Velamazán se autoexpulsó en un incidente con Irigoytia y España dejó de creer en la remontada. Jugando cómodamente a la contra, Argentina tuvo varias ocasiones y terminó por marcar el tercero a falta de diez minutos, en un buen contragolpe llevado por Ibagaza y Biagini que culminó Cristian Raúl Chaparro tras recoger el rebote en el palo de su primer remate. El sueño de España de conquistar su primer Mundial se desvanecía ante un equipo quizás sin tantas estrellas, pero sin duda mucho más maduro y trabajado.

25/04/1995

Semifinal.

ESPAÑA

(0)

López Vallejo; Salgado (-46, Otxoa), Cuartero, César, Cordón; Luis Martínez (-46, Míchel), De la Peña, Roger, Velamazán; Raúl, Etxeberria (-58, Morientes).

ARGENTINA

(3)

Irigoytia; Lombardi, Pena, Domínguez, Sorín; Larrosa (-79, Chaparro), Juan, Ibagaza, Coyette; Guerrero (-59, Bayón), Biagini.

Goles

0-1 Biagini (ARG, min. 21); 0-2 Coyette (ARG, min. 54); 0-3 Chaparro (ARG, min. 81).

Árbitro

Hermann Albrecht (ALE).

Tarjetas

Guerrero (ARG, min. 12); Larrosa (ARG, min. 23); Juan (ARG, min. 37); Velamazán (ESP, min. 39); Pena (ARG, min. 42); De la Peña (ESP, min. 56); Coyette (ARG, min. 59); Bayón (ARG, min. 66); Roger (ESP, min. 72); Otxoa (ESP, min. 78). Expulsado Velamazán (ESP, min. 55) por doble amarilla.

Estadio

Khalifa International Stadium (Doha). 10.000 espectadores.

La decepción por la derrota fue enorme, tanto en la concentración española en Qatar como entre todos los aficionados que habían seguido con inusitado interés las andanzas de aquel grupo de chavales por el Golfo Pérsico. Las críticas no se hicieron esperar: centradas en su mayor parte en Andoni Goikoetxea (aunque tampoco se desaprovechaba la ocasión para, de rebote, atizar a su superior, Javier Clemente), incidían en la mala organización defensiva del equipo, en la falta de soluciones tácticas desde el banquillo cuando las cosas se complicaron o en el cambio de Etxeberria cuando, con 0-2, aún había tiempo para intentar la remontada. En general, se tenía la sensación de que se había desperdiciado una oportunidad irrepetible de ganar el título mundial, toda vez que Brasil, la otra finalista, no había deslumbrado con su juego y Argentina parecía un equipo de menos talento que el español.

Al suplicio de tener que jugar el partido por el tercer puesto se añadió el hecho de hacerlo a media tarde, bajo un calor asfixiante de cerca de cuarenta grados y ante una Portugal que también tenía motivos para lamentar su suerte en semifinales: había aguantado el 0-0 ante Brasil durante noventa minutos, pero se quedó con nueve hombres en dos acciones casi consecutivas cerca del final y, ya en el descuento, encajó un gol tan definitivo y doloroso como si hubiera sido de oro. El único interés del duelo ibérico estaba en la lucha individual de Joseba Etxeberria por batir el récord goleador en un Mundial sub’20, en poder del argentino Ramón Díaz, con 8 goles en Japón 1979, pero Goikoetxea decidió darle la titularidad a Morientes, lo que causó no poca sorpresa. Iván De la Peña, por su parte, intentaba arañar votos para obtener el Balón de Oro al mejor jugador (aunque lo tenía muy complicado después de su discreto partido de semifinales) y fue quien le puso algo de chispa a una primera parte que España dominó sin problemas. Míchel Salgado abrió el marcador con un gran zurdazo cruzado desde el interior del área, y el propio De la Peña anotó el segundo con un disparo raso, bastante lejano, que sorprendió a Nuno Avelino.

El partido parecía propicio para que, en la segunda parte, Etxeberria lograra su propósito, pero los de Goikoetxea se confiaron, bajaron el ritmo y Portugal aprovechó tres balones largos a la espalda de la errática defensa española para darle la vuelta al marcador. Nuno Gomes (que entonces aún usaba su apellido real, Ribeiro) marcó el primero en una rápida contra después de una pérdida de De la Peña; Dani (quien luego pasaría sin mucha gloria por Ajax y Atlético de Madrid) hizo el segundo tras un buen desmarque por la derecha; y Nuno Gomes culminó la remontada empujando a la red una generosa dejada de Agostinho, precedida de una pared que dejó a ambos completamente solos ante López Vallejo. El descalabro, producido en apenas quince minutos, dejó sin respuesta a España, que se despidió de Qatar con un sabor de boca más que amargo.

28/04/1995

Tercer y Cuarto puesto.

ESPAÑA

(2)

López Vallejo; Cuartero, César, Cordón (-46, Mingo); Luis Martínez, De la Peña, Salgado, Roger, Otxoa (-68, Sánchez); Míchel, Morientes (-46, Etxeberria).

PORTUGAL

(3)

Nuno Avelino; Rui Oscar, Soares, Carlos Felipe, Mariano (-61, Edgar Ribeiro); Diogo, Madureira (-46, Silva), Bruno (-46, Ramires), Agostinho; Dani, Nuno Gomes.

Goles

1-0 Salgado (ESP, min. 25); 2-0 De la Peña (ESP, min. 38); 2-1 Nuno Gomes (POR, min. 68); 2-2 Dani (POR, min. 73); 2-3 Nuno Gomes (POR, min. 82).

Árbitro

Rahman Al Zaid (KSA).

Tarjetas

Madureira (POR, min. 22); Carlos Felipe (POR, min. 30); Salgado (ESP, min. 49); Dani (POR, min. 51); Diogo (POR, min. 57); Soares (POR, min. 79); De la Peña (ESP, min. 86).

Estadio

Khalifa International Stadium (Doha). 50.000 espectadores.

En la final, Argentina volvió a hacer gala de su oficio para doblegar a Brasil por 0-2, con goles de Leo Biagini y Francisco Guerrero. En un equipo que destacó más como bloque que por sus individualidades, el único argentino que obtuvo un galardón individual en Qatar fue su portero, Joaquín Irigoytia, que se llevó el Balón de Bronce como tercer mejor jugador del campeonato pero que en su carrera posterior (en la que pasó discretamente por el Hércules) no pudo confirmar el gran nivel que apuntó en Doha. El portugués Dani obtuvo el Balón de Plata, y el Balón de Oro fue para el delantero brasileño Caio, que cimentó su éxito en los partidos de cuartos y semifinales, en los que fue el autor de los tres goles brasileños. Tampoco él cuajó como estrella profesional: su paso por Inter de Milan y Nápoles fue tan breve como poco destacado y, de vuelta en Brasil, no logró asentarse como goleador, aunque jugó para varios de los mejores equipos del país. En cuanto a los máximos realizadores, los siete goles de Joseba Etxeberria fueron más que suficientes para que el de Elgoibar se llevara la  Bota de Oro. Caio, con cinco goles, y Dani, con cuatro, le secundaron en este galardón, aunque también marcaron cuatro tantos el chileno Rozental, el australiano Mark Viduka y el portugués Nuno Gomes.

Joseba Etxeberria regresó a España como máximo goleador de Qatar'95 (fuente: http://www.miathletic.com)

Joseba Etxeberria regresó a España como máximo goleador de Qatar’95 (fuente: http://www.miathletic.com)

Aunque entonces era imposible saberlo, con este título (por entonces el segundo de Argentina en la categoría, tras el recordado de Maradona y Ramón Díaz en Japón 1979) se iniciaba una larga época de dominio casi aplastante de las selecciones juveniles argentinas en los Mundiales sub’20, primero de la mano de Pékerman y luego de la de su ayudante Hugo Tocalli. Paralelamente, el fútbol español y mundial entraba de lleno en su edad moderna: el despegue económico de las grandes ligas gracias al dinero de patrocinadores y televisiones, una nueva corriente de juego ofensivo que empezó a asentarse en muchos países y la sentencia del famoso caso Bosman provocaron un auténtico cambio de paradigma en el deporte rey al que contribuyeron (y del que se beneficiaron) muchos de los jugadores presentes en Qatar 1995. Una nueva era que, obviamente, también se dejaría notar en los siguientes Campeonatos Mundiales Juveniles.

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Fuentes consultadas:

Martialay, Félix: “Todo sobre todas las selecciones” (2007), Ed. Librerías Deportivas Esteban Sanz.

www.fifa.com

www.rsssf.com

www.bdfutbol.com

www.sefutbol.com

www.youtube.com

Hemerotecas y archivos digitales de los diarios ABC, El Mundo Deportivo, El País, Marca.