Johan Cruyff, astro, rebelde y arquitecto del fútbol moderno

Desde que el jueves 24 se hiciera público el ingreso de Johan Cruyff en el Olimpo de los mitos, el aficionado al fútbol se ha visto bombardeado por multitud de testimonios personales, notas de condolencia y juicios laudatorios. Ante la velocidad con que hoy se suceden los acontecimientos, cuando los periódicos de ayer no sirven siquiera para envolver arenques, estas líneas apresuradas llegarían muy tarde si enfocasen tan sólo la llegada al Ajax de un mocoso con 10 años, el fallecimiento de su padre, dos después, las vicisitudes de su madre para sacar la familia adelante, o el primer contrato profesional del hijo adolescente del frutero, cuando contaba 16 abriles. Por ello, aspiran sólo a enhebrar tres facetas de un hombre no menos genial que poliédrico.

Estrella

Tras disputar 10 partidos de la Liga neerlandesa y anotar 4 goles en 1964-65, con sólo 17 años, elevó al registro a 16 goles en 19 choques recién cumplidos los 18, y a 33 en 30 partidos la temporada 1966-67. Sin cumplir la veintena era todo un referente en su país, un astro descaradote sobre el césped, inteligente vistiendo de paisano, acostumbrado a pensar por sí mismo y no dar nada por sentado. Con él a la batuta, el Ajax hizo sistemáticamente suya la Liga de los Países Bajos, obtuvo 5 copas nacionales, tres Copas de Europa, una Supercopa y otra Intercontinental. Hubiera sido futbolista codiciado por todos los clubes del continente, de no imperar en muchos campeonatos una sobreprotección hoy inimaginable hacia el producto autóctono. Pero eso también cambió.

El genial “Flaco” en el Camp Nou, con el brazalete de capitán culé.

El genial “Flaco” en el Camp Nou, con el brazalete de capitán culé.

La temporada 1973-74, luego de once años de prohibición importadora, nuestros clubes pudieron fichar extranjeros. Real Madrid y F. C. Barcelona, como máximos representantes de la aristocracia futbolera, llevaban tiempo tendiendo redes al otro lado de los Pirineos, conscientes de que el portillo no podía tardar en abrirse. Cruyff, según se dijo primero y desmintió después, tenía un precontrato con la entidad “merengue”. Al parecer, desde la presidencia o secretaría técnica madrileña sí se había cerrado un acuerdo con la directiva del Ajax, que el futbolista no quiso aceptar. Su mirada estaba puesta en el club azulgrana, donde pensaba podía encajar mejor y “desplegar todas las virtudes y lucir mi concepción del fútbol”, como el propio Johan manifestó varios años después. O puede, sencillamente, que le atrajese más vivir junto al Mediterráneo, en la ciudad condal, que en un Madrid mesetario y entonces menos cosmopolita, o hasta vagamente europeo.

Y es que Cruyff había sido por nuestros pagos un abanderado de las relaciones prematrimoniales, reuniéndose en Lloret de Mar con su novia Danny, hija del joyero y representante Cor Coster. Conocía Barcelona y sus alrededores, por lo tanto, y la tenue brisa filtrada desde Francia hasta Las Ramblas, el Paralelo, Pedralbes o Gracia, en una España donde aún mandaba Franco. El caso es que luchó con su denuedo característico por salir del Ajax, donde lo había ganado todo. Porque su fichaje ni muchísimo menos resultó fácil.

Al obstáculo económico -3 millones de dólares como precio de partida, dos para el club y uno para él-, hubo de añadirse la oposición radical de la Federación Holandesa. Los abogados del joven Johan no sólo se movieron en derredor del Ministerio de Asuntos Sociales, sino que pulsaron resortes en el parlamento holandés. Patijn, diputado socialista, dirigió un escrito al ministro preguntándole hasta qué punto una federación deportiva podía impedir a cualquier trabajador desarrollar su actividad en otro país europeo. La Comunidad Económica, por su parte, en un precedente de lo que 23 años más tarde revolucionaría los distintos campeonatos nacionales, mediante la Ley Bosman, no hallaba justificación para la polémica: nadie estaba facultado para impedir el vuelo profesional de un trabajador hacia otro país, formase parte o no del durante esos años reducidísimo Mercado Común. Cruyff, de ese modo, y previo acuerdo de satisfacer 120 millones de tas. al Ajax, enorme cantidad para la época y récord en la materia, vestiría el uniforme culé. Atrás quedaban 239 partidos y 190 goles en el campeonato neerlandés, y dos botas de oro consecutivas (1971 y 1972), como mejor futbolista del mundo.

Cuanto siguió, título de Liga para el F. C. Barcelona, que además habría de endosar un contundente y desacostumbrado 0-5 al Real Madrid en el Santiago Bernabéu, es de sobra conocido. Puede, en cambio, que otros aspectos no menos curiosos se hayan ido olvidando.

Porque si el fichaje de Johan Cruyff ya fue un éxito azulgrana en sí mismo, los desaciertos contratadores de su rival directo elevaron al holandés hasta la estratosfera. El rubio teutón Gunter Netzer, con 32 entorchados internacionales a la espalda, 2 campeonatos ligueros y una copa con el Borussia Moenchengladbach, futbolista del año en 1972, finalista en la UEFA del 73 y con fama de mejor pasador europeo en balones largos, no se adaptó a la vida española y todavía menos a nuestro fútbol. Hubo, además, quien le acusó de pesetero desde el primer momento, como si moverse por dinero fuese una deshonra para profesionales de actividad tan efímera. No le ayudaron, es verdad, sus declaraciones a la prensa. El diario deportivo AS recogía: “(Vengo) por el entusiasmo existente en el fútbol español y porque jugar en el Real Madrid es lo máximo que cabe alcanzar en el fútbol”. Pero en las páginas del semanario Stern, de Hamburgo, matizaba más claramente, tras argumentar que dejaba en muy buenas manos su discoteca Lovers Lane, su restaurante Le Laque y su agencia de seguros Alter Leipziger: “Lo que van a pagarme los españoles en dos temporadas equivale a cuanto ganaría en Alemania con 8 años de fútbol”. Siguiendo con la prensa alemana, el sensacionalista Bild también se hizo eco de las fabulosas cantidades satisfechas por nuestros clubes más señeros y los no menos pródigos entes italianos. Amparándose en el rumor de que Overath, Kremers, Cullman, Flohe y Heynckes pudieran emigrar también, exigía a la Federación Alemana el boicot a los traspasos. Bajo un más que explícito “Stop a las ventas”, seguía: “Netzer ha sido sólo el principio. Los españoles quieren llevarse media selección nacional”.

Cruyff obtuvo su tercera boto de oro en 1974, siendo ya jugador “culé”, y cuando al decir de algunos cronistas tanto laurel había amanerado su fútbol. “Hay dos Cruyff diferentes: el del Camp Nou, vertical, rápido y decisivo, y el de los desplazamientos, donde busca la placidez inane del centro del campo”, llegó a escribirse. Jorge Valdano recuerda cierto partido de Copa como espectador, siendo futbolista del Deportivo Alavés: “Había llovido con extrema abundancia y Mendizorroza estaba para pocas florituras. Al cuarto de hora Cruyff decidió jugar de libero, recompuso al equipo sin ninguna consulta a su entrenador y sin que nadie se lo discutiera, y comenzó a jugar en un puesto que pudiendo haberle resultado extraño parecía ajustársele como anillo al dedo”. Johan, el astro del balón, ya apuntaba maneras de entrenador revolucionario.

Su expulsión en La Rosaleda, como el bofetón de Villar en San Mamés que supuso la expulsión del actual presidente federativo, una señora multa del Athletic y reclusión del centrocampista durante varios días en una pensión bilbaína para huir del sensacionalismo, fueron noticia de telediario y primera plana.

Su expulsión en La Rosaleda, como el bofetón de Villar en San Mamés que supuso la expulsión del actual presidente federativo, una señora multa del Athletic y reclusión del centrocampista durante varios días en una pensión bilbaína para huir del sensacionalismo, fueron noticia de telediario y primera plana.

Durante las siguientes temporadas, Cruyff pareció reducir su primitivo brillo. Seguía haciendo gala de un cambio de ritmo extraordinario, de una velocidad que lo convertía en imparable, de enorme intuición y clase a raudales. Pero en un fútbol tan rudo y hasta violento como el que nuestros árbitros consentían a muchos centrales durante los 70 y primeros 80, apostó por el conservadurismo. Y ello hizo de él jugador menos determinante. A lo largo de la temporada 1977-78, donde entre los 30 foráneos de primera y amén de Cruyff destacaban Kempes, Luiz Pereira, Leivinha, Brindisi, Stielike, Neeskens o Alves (portugués que siempre jugaba con guantes negros), el más rentable, de largo, fue Mario Alberto Kempes, contratado por 32 millones de ptas., o sea el 10% del presupuesto valenciano para esa campaña. No obstante, con 3 millones de pesetas al año distaba mucho de ser el mejor pagado. Johan Cruyff, cuya fortuna personal se estimaba en torno a los 300 millones de las pesetas de entonces, cobraba 15 veces más. Neeskens, con 18 millones anuales, justo 6 veces más que el argentino. Stielike, Jensen y el español Pirri, en el Real Madrid (quien al retirarse reconoció haber obtenido siempre más ingresos en concepto de primas que por el contrato propiamente dicho), le triplicaban. Y los también nacionales del C.F. Barcelona Marcial y Rexach obtenían el doble. Este último, además, renovaría por dos años a cambio de 15 millones. Si a eso unimos que los mejor tratados publicitariamente en contratos por lucimiento de material deportivo -a excepción del holandés, claro está-, seguían siendo jugadores locales como Pirri, Asensi, Miguel Ángel, Migueli o Juanito, se entenderá cuán fácil se hacía criticar la descomunal ficha del astro barcelonista. Paralelamente, ciertos defensas españoles, con Benito, Capón y Migueli a la cabeza, adquirieron fama de extremar su dureza ante los delanteros foráneos. El paraguayo Crispín Maciel, figura de la U.D. Las Palmas, se atrevió a denunciarlo públicamente, secundado, aunque con medias tintas, por Alves, centrocampista dela ya extinta Unión Deportiva Salamanca. Nuestra Liga, a la sazón, parecía escenario de no pocos celos y muchísimos recelos.

Cruyff, prudentemente, optó por nadar y guardar la ropa con alguna frecuencia. Su palmarés por nuestros pagos -una Liga y una Copa- simplemente lo corrobora.

Rebelde

Si algo caracterizó siempre al “Flaco” fue su propensión a ir de frente, a reclamar cuanto le parecía justo. Y eso, en un país acostumbrado al silencio cómplice, el acatamiento borreguil y la renuncia, por fuerza debía ser visto como rebeldía innata. “Para mí era fácil. Porque cuando eres el número uno, pides y te dan. Si no es éste será aquel, pero te dan siempre”, sentenció a menudo un Johan Cruyff ya retirado. Pero es que él había sido así desde la adolescencia. Al menos desde que con 16 años plantó cara a la directiva del Ajax, exigiendo se le pagase no como a un juvenil, sino como al jugador del primer equipo que ya era. Y de esa rebeldía, o esa reclamación de justicia, si se prefiere, seguiría dando no pocas muestras.

Capitán y alma de la selección holandesa en el mundial de Alemania (1974), con una raya menos en la camiseta “Adidas” como protesta ante lo que él consideraba injusticia de esa marca.

Capitán y alma de la selección holandesa en el mundial de Alemania (1974), con una raya menos en la camiseta “Adidas” como protesta ante lo que él consideraba injusticia de esa marca.

Líder indiscutible del maravilloso y perfecto engranaje que hizo célebre a su selección, la famosa Naranja Mecánica injustamente apartada del título en el Campeonato del Mundo celebrado en Alemania (1974), poco antes de dicha competición supo que la Federación Holandesa había alcanzado un acuerdo publicitario con “Adidas”. Él reclamó una parte por lucir la prenda, y se la denegaron. “La Federación no vende camisetas -adujo-; si se venden es por las caras que hay encima de la marca y el escudo”. Puesto que no le hicieran caso luciría durante todo el certamen una camiseta con sólo dos rayas, en vez de las tres que constituían identificativo de “Adidas”, a la que además había arrancado el logotipo. Su contrato publicitario, por cierto, le unía a “Puma”, gran rival de “Adidas” durante los 70 del pasado siglo.

Casi en paralelo, nuestros medios lanzaban velados ataques a su “voracidad publicitaria”, acostumbrados como estaban a que los futbolistas se aviniesen a todo por unas migajas. El conflicto definitivo surgió cuando al nacer su hijo Jordi, la prensa quiso disponer de fotos. Y Johan se mostró contundente: fotos había, pero para publicarlas era preciso pasar por taquilla. “No sé por qué se extrañan -sintetizó entonces-. A mí pueden sacarme fotos en el campo vestido de futbolista, pero mi hijo es cosa de mi vida privada”. Elemental, diríamos hoy, por más que hace 40 años casi nadie valorase su postura. Bien al contrario, desde distintos púlpitos se esforzaron en zaherirle: “¿Dónde se ha visto a un millonario comerciando con su hijo recién nacido?”. O “De fuera llegan vientos que si nadie lo remedia acabarán en tempestades”.

Pero no, en modo alguno cabría hablar de tempestad, habida cuento de lo que fue llegando en el futuro. Si acaso de algún chubasco que a la postre iba a acabar beneficiando a otros futbolistas señeros. Lociones, colonias, “prendas de interior”, como se designaba entonces a camisetas y calzoncillos, o pinturas acrílicas, irían pasando por taquilla. Y entre campaña y campaña seguían sucediendo cosas.

Apenas llevaba un año vestido de azulgrana cuando conquistó la antipatía de fotógrafos y periodistas en la ciudad condal, estos últimos por pura solidaridad corporativa. Venían de proclamarse campeones cuando, acaudillando la plantilla barcelonista, protagonizó un sonoro plante al término del partido homenaje a socios y plantilla ante el Herta berlinés, como muy bien se encargó de remarcar José Antonio Casanova en “La Vanguardia”:

“Es costumbre que cuando un equipo gana un trofeo, como el de la Liga o la Copa, sus componentes posen con él para la posteridad. Eso no se había podido hacer con el Barcelona desde hace catorce años respecto a la Liga, que no había vuelto a ganar hasta la presente temporada. Anoche, después que su capitán, Juan Carlos, hubo recibido el trofeo y tras haber dado con él la también clásica vuelta de honor al terreno de juego, los fotógrafos se dispusieron a disparar sus máquinas frente al equipo azulgrana con la Copa. Pero, ante su sorpresa, no pudieron conseguirlo porque a una indicación de Cruyff, sus compañeros se negaron a reunirse frente a los fotógrafos, quienes ante tal actitud optaron por retirarse del campo, declarándose en “huelga de máquinas caídas”. Posteriormente supieron que, según parece, los jugadores del Barcelona han vendido el derecho de hacer esa foto a una empresa comercial, que piensa venderla en forma de pósters. Ese es el motivo de que no podamos ofrecerla a la contemplación de nuestros lectores después de catorce años de espera”.

Molestaba la faceta publicitaria de Cruyff, o Kruyff, pues de ambos modos se le designaba. Molestaba mucho. Baste ver cómo fue recogida poco después su negativa a protagonizar una campaña harto comprometida para la época:

“CRUYFF RECHAZA UNA OFERTA PUBLICITARIA”.

Debía anunciar una firma de… tampones

Así saludaba La Vanguardia el no de su personaje estrella. Las líneas de acompañamiento rezumaban parecida sorna y mala intención:

“Parece extraño, después de conocer las “aptitudes” que el jugador azulgrana ha venido demostrando en este sentido desde que fichó por el Barcelona y que motivaron los más diversos comentarios. Cruyff ahora ha dicho “no” a la publicidad. La revista que informa de esta noticia explica la negativa del gran jugador”.

Esa revista era Pronto. Ya estaba el papel cuché enredando alrededor de la pelota, bien es verdad que con mucho menos sensacionalismo del que haría gala tiempo después:

Puesto que el fútbol era “para hombres”, don Johan lo tenía muy claro. Una cosa era anunciar slips, y otra muy distinta compresas higiénicas o tampones.

Puesto que el fútbol era “para hombres”, don Johan lo tenía muy claro. Una cosa era anunciar slips, y otra muy distinta compresas higiénicas o tampones.

“Es insólito y por ello noticiable -escribieron en Pronto. Desde que está en España, es la primera vez que el azulgrana rechaza una oferta publicitaria. ¿Es que ya se ha cansado de exprimir la vaca propagandística?. Ni soñarlo. Entonces, ¿qué argumentos opuso para refutar la proposición?. Obvios. El jugador tenía que anunciar -vayan a saber cómo- una firma de tampones. Y por ahí no pasa, claro. ¡Faltaría más!. Sería el colmo. O la risa”.

A los redactores de Pronto, al margen de no discernir entre publicidad y propaganda, les traía sin cuidado que por esas mismas fechas el holandés aclarase sus razones desde Control, otra revista mucho más seria, técnica, y por tal circunstancia de menor difusión. La Vanguardia, en cambio, si ofreció un extracto: “Cuando quieren usar mi nombre, pido dinero. Lo pido por entrar en mi vida privada. Si no pides dinero, todo el mundo te usa, no tienes libertad. Es necesario pedir dinero para protegerse. Pero yo no me vendo. No soy el producto, sino el medio para venderlo”.

Difícil hallar más lucidez en tan breve espacio. La sociedad de consumo podía devorar, digerir y olvidarse de cualquiera en pocas semanas, conforme el futuro inmediato acabaría demostrando. El triple balón de oro holandés demostraba ser tan listo sobre el césped como vistiendo de paisano. Capaz, además, de tentar descaradamente a Coca-Cola desde las páginas de Control, asegurando contaba con no menos de cincuenta o sesenta ofertas publicitarias. Ante tal demanda, se proponía cambiar de marca cada diez o doce meses. Y ya puestos, ¿por qué no picar alto?: “El próximo año me gustaría hacer la de una bebida refrescante”.

Hubo de contentarse con menos, si bien tampoco parece que el desinterés de “la chispa de la vida” le amargara mucho. A su lado, todos los futbolistas españoles aprendían rapidísimo. Y hasta alguno, como Carlos Rexach, se las había arreglado para extraer réditos de su fama, sin contar con maestros.

Porque en enero de 1971, a sus 24 años y cruzado el rubicón de una cuarta temporada en el equipo “culé”, retirados ya los Segarra, Olivella, Gracia, Gensana o Vergés, Carlos Rexach se postulaba como genuino estandarte de “lo catalán” entre el nuevo elenco azulgrana. Muy lógico, por lo tanto, que cualquier entidad catalana dirigida a público catalán, pretendiese contar con su imagen en la edición de folletos o cartelería. Lo que ya se antoja menos natural fue el modo que la Caja de Ahorros “Sagrada Familia” acabó eligiendo para la entronización del futbolista como “jefe de Relaciones Públicas”. Así quisieron explicarse las cosas, desde “La Vanguardia”:

“Carlos Rexach, el goleador delantero del Barcelona, ha sido presentado en su condición de jefe de Relaciones Públicas de la Caja de Ahorros Sagrada Familia, en un acto al que han asistido, con los altos cargos y empleados de dicha entidad, representantes de los medios informativos, compañeros de equipo del jugador y numerosos aficionados.

El deporte entra así en el ahorro, de la mano de un internacional renombrado que cursó cuatro años de bachillerato y estudios de contabilidad, para encaminar después su vida hacia el fútbol y colocar ahora la primera piedra de su futuro. Porque, como ha significado especialmente el director de la caja, don Juan Guardiet, se quiere utilizar de Rexach, incluso más que su popularidad, sus condiciones naturales para el cargo al que se le ha llevado.

Todo nació de una entrevista en la que Rexach hablaba de sus deseos de encaminar sus actividades al margen del fútbol en algo que le permitiera pensar en su futuro. Se le ofreció el puesto, le gustó la idea y ya ha entrado en funciones. Ahora se le prepara a través de cursos para, sin que ello signifique la menor merma hacia sus obligaciones deportivas, poder ir actuando en una actividad hacia la que el propio Rexach siente gran ilusión”.

Vamos, que con bachillerato elemental y nociones básicas sobre el debe y el haber, cualquier joven dispuesto podía optar a un sueldazo, despacho, secretaria y presentación por todo lo alto. Resulta obvio que en 1971 las empresas “serias” procuraban evitar acusaciones de oportunismo. Desde determinados ámbitos se veía imprescindible la renovación, pero ésta llegaba medio de tapadillo, con temple y escanciada en cuentagotas.

Todos sabemos que Rexach nunca llegó a convertirse en tiburón financiero. En cambio la Caja Sagrada Familia extrajo enorme rentabilidad a su iniciativa, puesto que si muchos medios nacionales se hicieron eco de la misma, en el panorama barcelonés constituyó todo un bombazo. Él tiempo se encargaría de confirmar que en aquella operación no hubo sino una perfecta maniobra de marketing.

Porque cuatro años más tarde, el 18 de diciembre de 1974, ya con Cruyff de azulgrana, la prensa catalana volvía a recoger otra instantánea con Carlos Rexach en el cetro, pluma en ristre. No correspondía a su “trabajo” en la Caja de Ahorros, sino a su fichaje por cierta central lechera. Y así se expresaba el pie de foto:

“Para protagonizar la campaña de leche ATO, Centro Lácteo Balcells ha escogido al prestigioso barcelonista Rexach. Vemos en la fotografía el momento en que se formalizó el contrato con las firmas de don José Balcells, director general de la empresa, y Carlos Rexach. Junto a ellos don José Hereu, de la Dirección Comercial de leche ATO y don José Duró”.

Sólo cuatro años habían bastado para llamar a las cosas por su nombre, sin que nadie se escandalizase. O casi nadie. Porque ¿existía diferencia, acaso, entre los posados de Johan Cruyff y los bolos publicitarios de Rexach?. Ninguna, como no fuse que Cruyff daba la cara.

Paulatinamente, y aún entre críticas de compañeros en la profesión, Johan abrió para los futbolistas el portillo de los cambios drásticos.

El cabello largo, a lo beatle, del joven holandés, resultó de lo más apropiado para publicitar lociones capilares.

El cabello largo, a lo beatle, del joven holandés, resultó de lo más apropiado para publicitar lociones capilares.

El holandés, sin embargo, a quien se veía como gallo alborotador de gallineros, acabó chocando con la directiva culé. Consecuentemente, cumplidos sus cinco años de contrato no hubo renegociación. Entonces, puesto que los estadounidenses vivían empeñados en hacer que el “soccer” arraigara -en realidad otro intento más, fallido, como los anteriores-, fue a New York para disputar un partido de exhibición con el Cosmos, y desde la gran manzana hacia Los Ángeles, primero, y Washington después, donde suscribiría contrato con los Aztecs y Diplomats.

Estaba prácticamente retirado, pues ejercía como secretario técnico en el Ajax, cuando desde el Levante, entonces en 2ª División, se le hizo llegar una oferta con más ribetes de marketing que inspirada en lo puramente deportivo. Fue aquel un contrato complejo y abracadabrante para quienes se movían entre el eterno pasivo de nuestra división de plata. Cruyff se llevaba, o debería haberse llevado, un alto porcentaje sobre las taquillas, garantizándosele 30 millones de ptas. fijos por sólo 4 meses, puesto que llegó a Valencia el 28 de febrero de 1981. La directiva granota se negó a arrendar para él un chalet en la urbanización Monte Alegare, de L´Eliana, con frontón, piscina, gimnasio y sauna, cuyo alquiler suponía 12.000 ptas. mensuales y que había sido residencia del argentino Mario Alberto Kempes durante algún tiempo. El sueldo mensual medio de un oficinista por esa época rondaba las 23.000 ptas. Por otra parte, Levante y futbolista abonaban a medias un seguro de accidentes con cobertura de 30 millones de ptas., que ambas partes se repartirían si se llegaba a producirse la indeseable eventualidad. Y como esas condiciones no acababan de satisfacer al astro, le cedieron también, a modo de garantía, un 50% de los derechos de arrendamiento, superficie y propiedad del Club de Tenis del Levante, así como la mitad de lo ingresado por dicha explotación. Sumados todos los conceptos, el monto completo no quedaba por debajo de los 40 millones de ptas.

El primer mandatario del Levante, Francisco Aznar, voluntarioso e iluminado megalómano con ribetes de funambulista, junto con su vicepresidente Federico Cortés, únicamente llegaron a pagarle 6 millones de los 30 prometidos, si bien con el correr del tiempo y la entrega de nuevas cantidades, así como gracias al resultado de explotar las áreas descritas, aquel paso por la entidad levantina debió saldarse con una percepción próxima a los 36 millones, según cálculos del periodista Jaime Hernández Perpiñá. El club valenciano, pese a su espectacular recaudación la tarde en que el internacional holandés se presentaba, concluyó hecho unos zorros. Un teórico negocio de vinos que debería haber soportado tan arriesgada operación, como las cuentas de la lechera que tan bien cuadraban, resultaron eso: teoría cimentada en éter. Johan volvió a hacer las maletas, rumbo Ámsterdam, se vistió de corto en el Ajax durante otras dos temporadas (14 goles distribuidos en 36 partidos de Liga) y estiraría aún su trayectoria en el Feyenoord, con otros 11 goles en 33 nuevas comparecencias. Pese a sus 37 años, seguía dando guerra a los zagueros.

Arquitecto de la modernidad

Maestro y con inmenso legado, ya fuera de los banquillos.

Maestro y con inmenso legado, ya fuera de los banquillos.

El gran Cruyff, sin embargo, el revolucionario, quien iba a dinamitar conceptos tácticos devenidos en clásicos, volvió a renacer, cual ave Fénix, en el banquillo del Ajax. Y muy especialmente en el del Barcelona, al que llegó luego de festejar dos títulos neerlandeses de Copa y una Recopa europea. Para ello sólo necesitó aplicar la ecuación que tantos réditos le proporcionara como futbolista: inteligencia, velocidad de pensamiento, anticipación, osadía y descaro. Si cuando despuntara, todavía imberbe en el Ajax de los 60, no se podía ser delantero y marcar goles sin medir metro ochenta, buscar el choque hasta partirse la cara y lucir una espalda de portero en discoteca, ¿cómo es que él, delgadito y en teoría frágil, cazaba balones aéreos, se iba de adversarios con 30 kilos más, fintaba y resolvía?. Pues bien, ¿por qué no aplicar al conjunto su mecánica individual?. ¿Por qué no intentarlo, cuando menos?.

Quienes le oían esbozar su sueño, acababan pensado era un excéntrico, si no se había vuelto rematadamente loco: “Quiero jugar con dos extremos y sin delantero centro. Sin defensas centrales, con un medio como último hombre; alguien que pueda armar el fútbol desde atrás, que saque la pelota con criterio y distribuya rápido”. Luego, a medida que razonaba el enunciado con cierta lógica, simplemente se antojaba un visionario. “Al salir sin delantero centro, los dos centrales adversarios pierden su función específica. Si permanecen en su posición, el contrario juega con dos hombres menos. Si se adelantan, buscando marcar a quien les corresponda, mejor aún, porque como son los peores futbolistas del equipo, dan al balón con la tibia y encima dejan hueco por donde entraría la segunda línea”· Al objetarle que su equipo, desguarnecido atrás, podía ser muy vulnerable, objetaba: “¿Y de qué va el fútbol?. De marcar goles, ¿no?. ¿Qué me importa recibir tres o cuatro, si podemos anotar 5 ó 6?”. Paulatinamente iría puliendo la fórmula, hasta dejarla en un 3-4-3, que en el fondo y por cuanto a dibujo táctico, se resolvía con ataques de 6 hombres y el portero actuando como líbero, ante hipotéticas sorpresas a la contra. Varias frases suyas ilustran perfectamente cuanto buscaba:

“Al fútbol se juega con el cerebro, antes que con los pies. Hay que correr en el momento adecuado; ni demasiado pronto ni demasiado tarde”.

“Velocidad es una cosa y anticipación otra; si me pongo a correr antes que los demás, parezco más rápido aunque no lo sea en realidad”.

“Si un delantero corre más de 15 metros es que algo ha hecho mal o está dormido”.

“Antes de recibir el balón debes tener pensado que harás con él”.

Perogrulladas, habrá quien sentencie. Pues no; más bien el ABC de una nueva concepción del juego, al que rescató de la competición atlética en que parecía haber desembocado. Porque Cruyff, ante todo, convirtió al balón en eje y fundamento. Podía imprimirse a los partidos un ritmo infernal, no mediante carrerones de 40 metros y verticalidad británica, sino moviendo la pelota sin parar. En un fútbol de esas características, técnico y de amplio intercambio posicional, los bajitos y menos musculados podían cobrar protagonismo, si eran rápidos moviendo el cuero al primer toque. Así que introdujo los rondos en cada entrenamiento, para hacer que luego, ante el adversario, el balón volase. Y aunque su revolución, como cualquier otro invento necesitó un periodo de engrase y puesta a punto -dos años sin títulos en el Barça- estos llegarían con creces: 4 Ligas, 3 Supercopas de España, una Copa del Rey, una Supercopa de Europa; una Recopa europea y la primera Copa de Europa azulgrana. En lo individual, dos veces entrenador del año según Onze d´Or (1991 y 1992) y otra para World Soccer (1987). Menos títulos, en cualquier caso, de los que irían llegando a resultas de su legado.

Cierto que el fútbol a veces se burla de sí mismo, como hizo cuando Koeman, de libre directo, proporcionó al barcelonismo su primer y más preciado título continental. Gol a balón parado, en jugada estratégica; justo lo más despreciado por su entrenador.

Johan Cruyff, citado siempre junto a Pelé, Di Stéfano, Maradona y Messi, como uno de los mejores del mundo, tuvo mejor cambio de ritmo y más anticipación que el brasileño, mandó tanto sobre el césped como don Alfredo e hizo gala de muchísima más cabeza que Diego Armando Maradona. La lista podría ampliarse con otros nombres no mucho menos merecedores de podio, como Kubala, Puskas, Garrincha, Sócrates  o Gullit, y hasta con alguno de los que se empeñaron en no ser números uno, como Ronaldinho e incluso Mágico González. Pero ninguno de ellos volvió del revés a este deporte, como hiciese en su día la táctica WM. Bien mirado, desde los tiempos de míster Pentland, y desde entonces han pasado casi 90 años, nadie había contribuido tanto al desarrollo del fútbol español como el larguirucho holandés que eligió Barcelona como segunda patria chica, y nunca aprendió a hablar correctamente catalán o español, quizás porque el ser humano para hacerse entender sólo precise buena voluntad y una mirada limpia.

Apenas 12 horas después de anunciarse su óbito, algún político enhebraba la aguja del oportunismo sirviéndose de la memoria y el legado de Johan Cruyff. El Flaco no lo merecía. Ni él ni nuestro fútbol, hoy espejo del planeta de cuero. Los mitos son patrimonio universal, no deben servir de mástil a estandartes, banderas, pendones, colores ni credos, precisamente por mor de su universalidad.

Suerte que los políticos, hábiles sobre todo para desviar agua a sus propios molinos, no lleguen con sus manos hasta el Olimpo. Porque sí señores, desde el jueves  24, el gran Johan reside allí, junto a otros dioses geniales como Puskas, Di Stéfano, George Best, Garrincha, Kubala, Yashine, Helenio Herrera, Didí o Pentland. Todos ellos ya son leyenda.




Manuel Amechazurra, “El aventurero”

Amechazurra01Manuel Amechazurra Guazo nació en La Carlota (Isla de Negros, Filipinas) el 8 de marzo de 1888, sus padres se llamaban Alejandro Amechazurra y Pilar Guazo y eran de origen vasco y cántabro respectivamente.

Casa de los Amechazurra en Silay (Isla de Negros, Filipinas)

Casa de los Amechazurra en Silay (Isla de Negros, Filipinas)

http://www.ivanlakwatsero.com/2013/09/heritage-of-sugarland-ancestral-houses.html

Amechazurra se trasladó a Barcelona con su padres en 1892. En la Ciudad Condal se inició de niño en el fútbol, jugando en el FC Irish (1902-06) y alternando desde 1906 el Barça con equipos en Inglaterra como el St. Boniface´s College, Star United o Stoke Chuchife. Empezó las carreras de Derecho y de Medicina sin finalizarlas. Fue capitán del FC Barcelona y jugó 186 partidos anotando 20 goles y obteniendo 10 títulos: 3 Copas del Rey (1910, 1912, 1913), 4 Challenges del Sur de Francia (1910, 1911, 1912, 1913) y 3 Campeonatos de Catalunya (1910, 1911 y 1913).

Amechazurra03Se le considera el primer profesional encubierto del club azulgrana, ya que percibía la cantidad de 300 ptas. al mes teóricamente por dar clases de inglés a los directivos. Por sus contactos en Inglaterra llegaron al Barcelona los primeros entrenadores ingleses (Lambe, Greenwell) y jugadores como Allack o Steel (1). En 1913 estuvo gravemente enfermo temiéndose por su vida (12, 13, 14).

En 1916 regresó a Filipinas tras un breve periodo como entrenador-jugador en Manresa, en Manila fue actor y director y fundó el Teatro Español de Filipinas. Durante los primeros años de la Segunda Guerra Mundial la familia Amechazurra Guazo (al igual que muchos hispano-filipinos) mantuvo una posición pro japonesa. Su hermano Antonio llegó a mantener una entrevista con Franco en Madrid en la que el Generalísimo agradeció a los españoles de Filipinas «sus sinceras manifestaciones de afecto» y conversaron sobre el futuro de las islas como «Estado libre bajo el protectorado de la madre España» (24). Esta buena sintonía entre la España franquista y el Imperio Japonés terminó abruptamente en febrero de 1945 cuando las tropas niponas, cegadas de rabia por la derrota, asesinaron a 70.000 personas en Manila. Entre ellos a más de 300 españoles con los que hubo especial ensañamiento y a los que no sirvió de nada argumentar que eran súbditos de un país amigo de Tokio (25).

En 1946 Manuel Amechazurra regresó a Barcelona junto a más de 500 españoles e hispano-filipinos supervivientes (20), le acompañaban su esposa Luisa de Aguirre y sus hijas. El Barça le ayudó económicamente en este duro regreso. Falleció en Barcelona el 13 de febrero de 1965, exactamente un año después que su paisano y amigo Paulino Alcántara.

Su trayectoria como jugador de fútbol fue la siguiente:

1902-1906 Irish (1)

1906-1908 FC Barcelona (1)

1908-1909 Inglaterra: St. Boniface´s College, Star United, Unión Católica, Stoke Chuchife (1)

1909-1916 FC Barcelona (1,2)

1916 Manresa (3)

También jugó algunos partidos con los siguientes equipos:

Sporting de Irún (1)

Plumstead (reforzándoles en un partido en Barcelona ante la falta de jugadores de los ingleses)  (4)

Universitari  (reforzándoles en un partido en Bilbao) (5)

RCD Español (reforzándoles en un partido en Lisboa) (6)

Athletic Club (reforzándoles en un partido en Bilbao) (23)

Además jugó 6 partidos con la selección de Cataluña (7):

20/03/1910 FC Maonès-Catalunya 0-7

22/03/1910 FC Maonès-Catalunya 0-4

11/02/1912 Catalunya-Selección de extranjeros 0-2

20/02/1912 Francia-Catalunya 7-0

01/12/1912 Catalunya-Francia 1-0

08/12/1912 Catalunya-Selección de extranjeros 5-2

Con la selección catalana en Menorca en 1910

Con la selección catalana en Menorca en 1910

1913 Jugador-entrenador (ayudante) de Greenwell en el FC Barcelona (8,9,10)

1915 Seleccionador de Cataluña (conjuntamente con Paco Brú) en el partido amistoso frente al País Vasco del 07/02/15 (2-2)

1916 Jugador-entrenador del Manresa (3,11)

Asimismo directivo del FC Barcelona:

1907/1908 vicesecretario y miembro de la comisión (con Quirante y Bru) «que debía formar los teams» (15)

Fue cofundador y primer vicepresidente de la Agrupación de antiguos jugadores azulgrana en 1952 (21).

También árbitro:

Vocal del Colegio de Árbitros (16)

Último partido arbitrado en España: 03/12/1916 (17)

En los Juegos de Extremo Oriente Manila 1934 arbitró el Filipinas-China (0-2) que acabó con violentos incidentes.

También periodista:

Corresponsal de La Vanguardia (18,19)

Asimismo practicó otros deportes a gran nivel (1):

Atletismo, natación y, muy especialmente, esgrima [Ganó el primer Campeonato de la Asociación de Esgrima de Barcelona en la categoría de sable (1916). También participó en la Copa Inter-Salas per equipos (1912), en la Copa Alfredo Conde (1913), en el Concurso Nacional en categoría florete (1914) y en el Concurso Internacional en categoría sable (1914)].

Manuel Amechazurra con un trofeo de esgrima y su sable (probablemente en 1916)

Manuel Amechazurra con un trofeo de esgrima y su sable (probablemente en 1916)

http://www.flickriver.com/photos/ametxa/3387411267/

Fue traductor (de Agatha Christie, por ejemplo), profesor de inglés, actor y director, y fundó el Teatro Español de Filipinas en Manila, siendo un defensor de la lengua y herencia cultural española en Filipinas (20)

En resumen un sportsman y un intelectual de vida apasionante que debería ser recordado en España y en Filipinas, cuya familia ha seguido vinculada a la cultura. Su nieto Gerardo Amechazurra es actor, presentador, dibujante y diseñador, fue uno de los creadores del exitoso programa infantil y juvenil de Televisión Española «La Bola de Cristal» (1984-1988) (22).

AGRADECIMIENTOS

Manuel Amechazurra en 1962

Manuel Amechazurra en 1962

Josep Pablo, José Alberto Salas, Borja Valle Sarasketa.

NOTAS

(1) Adria (1929, 30 de octubre) El Mundo Deportivo, p. 3

(2) Anónimo (1916, 8 de enero) La Vanguardia, p. 5

(3) Anónimo (1916, 16 de junio) La Vanguardia, p. 5

(4) Look (1914, 27 de diciembre) «Crónicas aire libre», El Diluvio, p. 18

(5) Anónimo (1915, 24 de marzo) «Athletic-Universitary», El Diluvio, pp. 26-27

(6) K. (1915, 30 de junio) «Extranjero: Portugal», El Diluvio, p. 30

(7) Vid. https://ca.wikipedia.org/wiki/Selecci%C3%B3_de_futbol_de_Catalunya

(8) Anónimo (1913, 26 de noviembre) La Vanguardia, p. 5

(9) Anónimo (1913, 26 de noviembre) El Diluvio, p. 23

(10) Anónimo (1913, 27 de noviembre) El Poble Català

(11) Anónimo (1916, 17 de septiembre) La Vanguardia, p. 5

(12) Anónimo (1913, 2 de julio) El Poble Català

(13) Anónimo (1913, 4 de diciembre) El Poble Català

(14) Anónimo (1914, 11 de febrero) Diario de Valencia

(15) Mensa, M. (1907, 14 de noviembre) El Mundo Deportivo, p. 4

(16) Anónimo (1915, 20 de septiembre) El Mundo Deportivo, p. 4

(17) «Un ex zaguero» (1916, 5 de diciembre) El Mundo Deportivo, p. 1

(18) Amechazurra, M. (1915, 24 de mayo) «Barcelona-Athlétic», La Vanguardia, p. 4

(19) Anónimo (1915, 26 de mayo) La Vanguardia, p. 6

(20) Pérez de Olaguer, A.(1946, 5 de junio) «Amechazurra, repatriado del Plus Ultra» El Mundo Deportivo, pp. 1-2

(21) Anónimo (1952, 20 de noviembre) La Vanguardia, p. 20

(22) Vid. Blog TP en portada. http://tpenblog.blogspot.com.es/2014/10/yo-fui-portada-tp-gerardo-amechazurra.html Consultado el 13 de marzo de 2016.

(23) FIA (1911, 17 de abril) «Match internacional» El Noticiero Bilbaíno, p. 3

(24) Gondi, O. (1979) La Hispanidad Franquista al servicio de Hitler, México:Ed. Diógenes.

(25) Pérez de Olaguer, A. (1947) El Terror amarillo en Filipinas, Barcelona:Ed. Juventud.




Enrique Orizaola: casi un campeón de Europa (1961)

EnriqueOrizaola01Nunca fue una estrella, ni en los terrenos de juego (su carrera transcurrió entre la Segunda y la Tercera División, y sin salir de su región natal) ni en los banquillos, aunque siempre ejerció como un gran profesional, y las circunstancias le permitieron sentarse en uno de los más prestigiosos y difíciles del fútbol europeo, el del Barça de principios de los años 60 del pasado siglo, coincidiendo con el final de un ciclo victorioso para el club blaugrana, y allí a punto estuvo de hacer historia, convirtiéndose en el primer entrenador barcelonista en conquistar una Copa de Europa, pero el Benfica de Lisboa y unos postes de sección cuadrada se lo impidieron, y finalmente ese honor recaería en Johan Cruyff, tres décadas más tarde, en 1992, en el londinense y legendario estadio de Wembley, y ante la Sampdoria genovesa.

Enrique Orizaola Velázquez nació en Peñacastillo, al lado mismo de Santander, un 26 de marzo de 1922. Por la edad, casi pudo ser soldado en la Guerra Civil, en aquella llamada «Quinta del biberón», pero afortunadamente para él, encauzó su vida muy pronto detrás de un balón. En 1941 va a comenzar a jugar en el principal equipo de su tierra, el Racing, entonces denominado oficialmente «Real Santander» porque el primer franquismo abominaba de los términos extranjerizantes en aquel difícil período de la «No beligerancia». Con los de «El Sardinero» estuvo siete temporadas, moviéndose entre Segunda y Tercera, en la que fue una de las peores décadas – sino la que más – del conjunto montañés, aunque al final tanto sufrimiento tuvo recompensa. Orizaola ocupaba posiciones del centro del campo en adelante, y las estadísticas nos cuentan que llegó a jugar 126 partidos, marcando una quincena de goles.

En 1948 fichó por la otra entidad señera del fútbol cántabro, la Real Sociedad Gimnástica de Torrelavega, la Gimnástica para entendernos. Con los de «El Malecón» permaneció por espacio de tres temporadas, la primera de ellas en Tercera, y las dos restantes en la Categoría de Plata. En la campaña 49-50 a punto estuvo de ascender a la División de Honor con los blanquiazules, que finalmente se deshincharon, clasificándose en quinto lugar, pero antes se dieron el gustazo de derrotar por vez primera en un partido oficial disputado en los viejos «Campos de Sport de El Sardinero» a sus grandes rivales de la capital. Los santanderinos sí que subirían aquel año, tras una campaña sensacional, y con una delantera que hizo diabluras e historia, la formada por Nemes, Joseito, Mariano, Alsúa y Echeveste, responsable de la cifra de 99 goles a su favor, superando nada menos que en 7 puntos al segundo clasificado, el Lérida.

En 1951, y con tan sólo 29 años de edad, Enrique Orizaola decide colgar las botas, y algún tiempo después, tras sacarse el carné de entrenador, va a comenzar una carrera en los banquillos que le llevaría a conocer prácticamente toda la geografía española a lo largo de tres décadas. Su bautismo de césped, no obstante, lo hizo en casa, dirigiendo a los dos clubes en los que había militado como jugador, primero en la Gimnástica de Torrelavega, y más tarde en el Racing, al que condujo en Segunda División entre los años 1956 y 1958, con elementos como el futuro internacional zaragocista Paco Santamaría, Santín, Vicedo o el genial veterano Rafael Alsúa. La temporada 58-59 la inició en el Real Jaén, recién descendido de Primera, donde coincidió con los Oliva, Arregui, Haro, Sará o Ficha, pero antes de que terminase dicha campaña fue traspasado al Real Murcia, de la misma categoría, a cambio de una cantidad, práctica – entonces y ahora – muy poco común. En Murcia Orizaola va a permanecer hasta 1960. Con los de «La Condomina» lograría la hazaña de empatar a 2 goles en el «Camp Nou», en la Copa del 59, resultado aun más meritorio si tenemos en cuenta que los azulgranas no habían cedido un solo punto en su estadio en toda aquella triunfal temporada a las órdenes de Helenio Herrera. Entre sus pupilos estarán hombres como Campillo, el futuro internacional Foncho, Chancho, Felipe Mesones – más tarde técnico de relieve -, Aznar, Manolet o Montaner. Y al año siguiente recibirá una de esas propuestas que es imposible rechazar, aunque sea en calidad de segundo de a bordo. Al parecer también pudo irse al Español, Betis,Valencia u Oviedo, clubes interesados en él, pero será finalmente el mismísimo Barcelona quien se haga con sus servicios.

EnriqueOrizaola02LA GRAN OPORTUNIDAD DE SU VIDA

Orizaola es presentado en Can Barça el 17 de junio de 1960. Su cometido, en principio, iba a ser únicamente ayudar al nuevo técnico azulgrana, el yugoeslavo Ljubisa Brocic, que carecía del título de entrenador válido en nuestro país y tenía poco conocimiento del idioma, para que este pudiese superar el cursillo nacional a realizar en Madrid durante el mes de julio. Va a cumplir  su misión de manera satisfactoria, ya que el balcánico sale airoso del examen, y puede ocupar el banquillo barcelonista con todas las de la ley. Pero en lugar de marcharse, aceptará quedar como ayudante de Brocic. En declaraciones a la prensa afirma estar dispuesto a ocupar el lugar del serbio si así lo decide la directiva catalana, y que «sabrá esperar su oportunidad»

Y esta va a llegarle finalmente, y no tardando mucho, en enero de 1961. La trayectoria del equipo, asolado por una plaga de lesiones y malos resultados, es errática, y aunque a las órdenes de Brocic el Barça ha logrado la proeza de ser el primer equipo que elimine al Real Madrid de la Copa de Europa, por la Liga transita con más pena que gloria, tercero a 8 puntos del líder, que es precisamente el cuadro merengue, y tampoco sus perspectivas en la Copa de Ferias parecen ser muy halagüeñas, pendiente de rendir visita a Edimburgo en partido de vuelta contra un Hibernians que había arrancado un espectacular marcador del «Camp Nou» en la ida, 4 a 4.

El debut de Orizaola en el banquillo blaugrana va a producirse en un desplazamiento fuera de Barcelona, en el terreno vallisoletano de «Zorrilla», un encuentro teóricamente asequible donde podría hacer bueno el clásico axioma de «a entrenador nuevo, victoria segura». Pero las cosas no van a salir bien, y los blanquivioletas se impondrán a los catalanes por 1 a 0, marcado por un jovencísimo delantero navarro de apenas 19 años llamado José Antonio Zaldúa. Al finalizar esa jornada, la decimoséptima, el Barça tendrá ya una desventaja de diez puntos con respecto al intratable líder Real Madrid. Este fue el primer once alineado por el técnico montañés: Ramallets; Olivella, Garay, Gracia; Vergés, Segarra; Tejada, Villaverde, Evaristo, Kubala y Beitia. La derrota al miércoles siguiente, en un amistoso internacional ante la Universidad de Chile en el «Camp Nou» – en un partido en el que actuaron varios jugadores del Condal – no pasó de ser un hecho anecdótico, pero en aquella aciaga temporada hasta las anécdotas adquirían tintes negativos.

Tres jornadas ligueras consecutivas llevaba el Barça sin vencer, un hecho que seguramente no se registraba desde hacía mucho tiempo, pero al menos en la que hacía el número 18 se quebró la mala racha, aunque fuera de forma apurada, en el propio «Camp Nou» y ante un rival de los teóricamente  inferiores, el Real Betis Balompié de los Daucik, padre e hijo. Gensana y Kubala hicieron los goles barcelonistas, en un partido en el que debutó oficialmente el canario Foncho. Pero al domingo siguiente, vuelta a las andadas. En los «Campos de Sport de El Sardinero», el Racing de Santander derrota a un Barça desconocido por 1 a 0,  mediante a un tanto marcado por un ex – azulgrana, Francisco Sampedro, el héroe de la final copera del 57. Y la diferencia con respecto al Real Madrid era ya de auténtico escándalo: 12 puntos.

En esta tesitura, casi pareció una sorpresa que una semana más tarde el Barça fuera capaz de vencer en su visita a la Ciudad Condal  al segundo clasificado y entonces vigente Campeón de Copa, el Atlético de Madrid. Mas pese a que los «colchoneros» dominaron en la parcela central durante casi todo el encuentro, los pupilos de Orizaola se mostraron  más resolutos,   imponiéndose  finalmente por 2 goles a 0, marcados por Czibor y Evaristo. La situación del Club, sin embargo,  era muy delicada en varios frentes. Al acusado talante personalista del presidente  Miró-Sans, muy criticado en numerosos ámbitos,  y a la gravísima crisis económica generada por la elevada factura de la construcción del «Camp Nou», se les habían venido a unir en los últimos meses los malos resultados deportivos, con la excepción de la Copa de Europa. Tal como dice Antoni Closa en su notable obra “Cróniques del Barça”, el socio barcelonista “comenzaba a estar cansado, y no se va a sorprender demasiado cuando el secretario Joaquim Viola declare en una entrevista que, si no se vendían rápidamente los terrenos del viejo campo de Les Corts, la quiebra del Club era inevitable”

Pero aun así, el Consejo Directivo va a dar algunos palos de ciego, como por ejemplo  la fallida contratación del antiguo árbitro y seleccionador español Pedro Escartín como secretario técnico a cambio de una cifra millonaria, oferta que el propio Escartín rehusará aceptar, consciente del berenjenal en el que podía meterse. Así las cosas, a principios de este mes de Febrero de 1961 y según cuenta el citado Closa, una comisión formada por diversas personalidades blaugranas y por representantes de las peñas va a entrevistarse con Miró-Sans. Del encuentro no saldrán demasiado contentos, y el día 17 de dicho mes, en un comunicado que hacen público, van a pedir la dimisión inmediata del presidente y todos sus directivos “apelando al buen sentido y al amor por los colores azul y grana que se les supone”. Su objetivo era “la reorganización de la entidad”, y «evitar que el Barcelona estuviese inmerso en el más vergonzoso desastre deportivo”. Puesto así contra las cuerdas, y recibiéndolas desde todos los sitios, Francesc Miró-Sans, el hombre cuya fe había movido montañas hasta el punto de levantar el mejor y más moderno estadio de Europa, presenta su dimisión con carácter irrevocable el último día de febrero, tomando provisionalmente las riendas del Club una Comisión Gestora encabezada por el vicepresidente Antoni Juliá de Capmany (1911-1964), cuyo principal cometido será la preparación de unas nuevas elecciones presidenciales. La Gestora, creada el 1 de marzo, va a fijar la fecha del 7 de Junio para la celebración de estas elecciones. Pero mientras se producen estos trascendentales acontecimientos en el plano institucional, en los terrenos de juego sigue rodando el balón, y con desigual fortuna para los intereses barcelonistas. En «Atocha» continúa la racha de derrotas en las salidas, que ya venía durando un par de meses. En esta ocasión la Real Sociedad va a imponerse por 3 goles a 2, en un partido en cuya segunda parte los azulgranas estuvieron a merced de los donostiarras. Vergés y Villaverde marcaron los goles del conjunto catalán. Tampoco resultó mucho mejor la visita del Elche a terreno barcelonista (3 a 3). Fue la gran sorpresa de la jornada 22, pues los franjiverdes se debatían en el último lugar de la clasificación, y a punto estuvieron incluso de llevarse los dos puntos en un buen partido de los alicantinos y francamente desastroso de un Barça que ya había caído al cuarto puesto de la tabla, a quince puntos del Real Madrid. Los goles azulgranas los anotaron Martínez, en dos ocasiones, y Evaristo.

El 22 de febrero volvía la Copa de Ferias, con un difícil compromiso en Edimburgo, y en un momento de juego particularmente bajo, aunque al menos el equipo podía ir ya contando con la recuperación de algunos ilustres lesionados, por más que estos careciesen del adecuado ritmo de competición. Sin embargo había una baja importante: la de Antoni Ramallets. Ante los escoceses Orizaola pudo presentar el siguiente equipo: Medrano; Foncho, Gensana, Garay; Vergés, Segarra; Evaristo, Kocsis, Martínez, Suárez y Villaverde.  El partido no va a pintar nada bien, y de hecho supondrá la primera eliminación del Barça en un torneo que había dominado desde su inicio en las ya lejanas Navidades de 1955. Los británicos vencieron finalmente por 3 a 2, gracias a un penalty muy dudoso señalado por el colegiado alemán Herr Malka a sólo cinco minutos de la conclusión, que motivó las más que airadas protestas del guardameta Medrano, llegando hasta el extremo de intentar agredir al colegiado, algo que pudo dar motivo a la descalificación barcelonista para posteriores ediciones de la competición, cosa que finalmente no ocurrió, pero que sí supuso de hecho el adiós de un jugador que en ningún momento se había sentido cómodo en el Club, siempre bajo la alargada sombra del mítico Ramallets. Los dos goles azulgranas, a la postre inútiles, fueron conseguidos por Martínez y Kocsis. Y de regreso de tan turbulento desplazamiento, un derbi. Pero un derbi bastante descafeinado, ya que ambos equipos barceloneses transitaban con más pena que gloria por la clasificación general, aunque los blanquiazules tampoco podían descuidarse demasiado. Y parece que el Barça se lo tomó con más interés que su eterno rival, ya que despertó de su letargo y se impuso por 1 a 2 en «Sarriá» en un partido de muy escasa calidad, con goles de Luís Suárez y Evaristo. La gran novedad en el once barcelonista fue la presencia como guardameta titular de Rodri II, que hasta entonces únicamente había saltado al campo para reemplazar a un lesionado Ramallets en «Altabix». Este iba a ser, por otro lado, el último partido en el que el Barcelona sería presidido por Francesc Miró -Sans, que presentaría su dimisión un par de días más tarde. Pero la leve mejoría – tan sólo de resultados – experimentada en el feudo «perico», no se pudo confirmar al domingo siguiente en el «Camp Nou» frente al Valencia, ya que los levantinos se marcharon con un positivo en sus alforjas. En sus filas destacó la actuación del guardameta Pesudo, un nombre que pronto les iba a ser muy familiar a los aficionados barcelonistas. Abrió el marcador Tejada, pero el Barça se dedicó a contemporizar más de la cuenta, lo que aprovecharon los “chés”  para hacerse con el control del encuentro y obtener finalmente el gol del empate. Al miércoles siguiente volvía a Barcelona la Copa de Europa, con un partido ante un rival que en teoría no debería  ofrecer grandes dificultades, el campeón checoeslovaco Spartak Kralové. Y de hecho no las ofreció, porque el Barça se impuso nítidamente por un 4 a 0  – Tejada en dos ocasiones, Evaristo y Kubala – que dejaba ya sentenciada la eliminatoria gracias al buen hacer de los siguientes hombres: Ramallets; Foncho, Gensana, Garay; Vergés, Segarra; Tejada, Evaristo, Kubala, Suárez y Villaverde. Pero a buen seguro que lo más recordado del partido fue un sencillo acto que tuvo lugar instantes antes del pitido inicial: la entrega del “Balón de Oro” a Luís Suárez, galardón que  le había sido concedido unos meses atrás – concretamente en Diciembre de 1960 – por votación de una serie de prestigiosos periodistas deportivos de todo el Continente bajo los auspicios de la revista gala “France Football”, y que le distinguía como el mejor futbolista europeo del año anterior. Suárez se había impuesto en la votación nada menos que a Ferenc Puskas y a Uwe Seeler. El premio había sido instaurado en 1956 (su primer ganador fue el mítico exterior derecho británico Stanley Matthews), y hasta la fecha Suárez ha sido el único jugador español en recibirlo. El Barça corrigió su último tropiezo casero con una nueva victoria a domicilio, en esta oportunidad en el «Sánchez Pizjuán» sevillista. Un gol de Ribelles fue suficiente para llevarse los dos positivos y dejar a los locales en una desairada posición, a tan sólo tres puntos  del descenso. Reapariciones de Olivella – como central -, Gracia y Coll, y un Barça que era tercero, a tres puntos del segundo en discordia, el Atlético de Madrid. Acto seguido, en tierras checas, partido de trámite frente al Spartak Kralové, que se salda con empate a uno (Suárez). Como ya venía siendo habitual en los desplazamiento a los Países del Este (o del “Telón de Acero”, como entonces se decía), no viajaron ninguno de los futbolistas de origen húngaro exiliados en España (Kubala, Kocsis y Czibor)La goleada de la Liga la va a conseguir el Barça el domingo 19 de marzo de 1961, festividad de San José, al aplastar al Granada, colista y claro candidato al descenso, por un concluyente 8 a 2. Kubala consiguió cuatro de esos goles, siendo el resto obra de Suarez (2) Ribelles y Coll.  Y al domingo siguiente, en el «Santiago Bernabéu», se jugó un encuentro que bien pudo haber sido la auténtica “final” del torneo, pero que a estas alturas ya se había convertido en un mero trámite para ambos equipos. El Barça resistió bien en la primera mitad, llegándose al descanso con un esperanzador 0 a 0, pero en la segunda parte se vino abajo, adelantándose el Madrid hasta un claro 3 a 0, con goles de Del Sol, Di Stefano y Puskas. Ya relajados los locales, los azulgranas maquillaron el resultado en los últimos minutos, gracias a sendos tantos de Kubala y Suárez. Estos fueron los protagonistas de tan intrascendente clásico: Ramallets; Foncho, Gensana, Gracia; Segarra, Garay; Vergés, Ribelles, Kubala, Suárez y Coll. Un Barcelona cargado de suplentes es derrotado en el «Camp Nou» por un Zaragoza que, bajo la batuta de César, estaba realizando un notable campeonato, el mejor de su historia hasta entonces, siendo el joven Marcelino – un nombre que posteriormente daría mucho que hablar – el autor del solitario gol maño. Esta fue la alineación de circunstancias que puso en juego Orizaola, reservando a muchos titulares para el importantísimo compromiso de Copa de Europa del miércoles siguiente, día 12 de Abril, frente al potente conjunto alemán del SV Hamburgo; Rodri II; Foncho, Olivella, Pinto; Marañón, Vergés; Tejada, Ribelles, Martínez, Suárez y Coll. El equipo hanseático se presentó en Barcelona con su gran estrella, el delantero centro Uwe Seeler, pero el auténtico héroe del partido va a ser el guardameta Schnoor, que lo parará todo menos el remate de Evaristo en el minuto 46. El encuentro de vuelta se auguraba muy difícil, debido a la exigua ventaja azulgrana. Jugaron: Ramallets; Foncho, Gensana, Gracia; Segarra, Garay; Villaverde, Evaristo, Kubala, Suárez y Czibor. Y la Liga se interrumpe para la disputa en Madrid de un encuentro internacional amistoso contra Francia, en el que Ladislao Kubala defenderá por última vez los colores de la Selección Española, actuando como capitán. El Barça aprovecha a su vez el parón para medirse en otro amistoso a los brasileños del Canto do Río, lo cual da oportunidad de ver en acción a los suplentes habituales, y también a jugadores como el condalista Peter Ilku, un joven futbolista húngaro que también había huido de su país cuando los sucesos del 56, enrolándose en el Atlético de Madrid y sufriendo poco después un gravísimo accidente de automóvil que frenó en seco su progresión, o el prometedor guardameta tarraconense Salvador Sadurní (natural de L´Arboç del Penedés)Último desplazamiento del campeonato a Palma de Mallorca, donde el Barça se las verá por vez primera con los locales en partido liguero. Pero el debut en el «Luís Sitjar» no va a ser muy afortunado que digamos, ya que los bermellones se impondrán por un claro 3 a 1 a un Barça desmotivado y cuajado de reservas. Ribelles hizo el único tanto de un equipo demasiado apático. Y llega así el 26 de Abril de 1961, con la devolución de visita a Hamburgo. Una fecha que podía ser histórica para el Barça, si este conseguía alcanzar su primera final de la Copa de Europa, o unirse a la lista de decepciones de aquella temporada. Pero según iba desarrollándose el partido todo hacía prever lo segundo, ya que los germanos van a superar el gol de desventaja que se traían de la ida merced a dos tantos de Seeler y Wuff. Mas el Barça no se rindió, y puso cerco a la portería defendida por Schnoor, con la intención de lograr al menos igualar la eliminatoria y forzar un tercer partido. Sin embargo, la batalla parecía ya perdida cuando va a producirse el milagro. En el último minuto del choque Suárez escapa por su banda, centra con aquel inimitable estilo suyo, y Kocsis – más “Cabeza de Oro” que nunca – desvía el balón al interior de la red alemana. Ya no quedaba tiempo para más. Habría tercer partido, pues, y este se jugaría en terreno neutral, aunque no muy lejos de Alemania, en el Estadio Heysel de Bruselas. Actuaron en el emotivo encuentro de Hamburgo: Ramallets; Foncho, Gensana, Gracia; Vergés, Segarra; Kubala, Evaristo, Kocsis, Suárez y Suco. Antes, no obstante, el Barça deberá echarle el cierre a la muy decepcionante Liga 60-61. Y lo hará en su propio feudo, ante un flojo Real Oviedo que se debate en los puestos de cola, y dejando la puerta abierta a todo tipo de susceptibilidades, pues va a caer derrotado a pies de los asturianos, que de esa forma rehuyen el descenso directo, aunque no pueden evitar el mal menor de la promoción. El equipo azul  vencerá por 3 a 5, yendo siempre por delante en el marcador. 1 a 3 al finalizar el primer tiempo, con goles de Marañón  (el ovetense)  y Luís – un joven y prometedor delantero apellidado Aragonés – por partida doble, y Villaverde por el Barça. En la reanudación acorta distancias Pinto, vuelve a ampliarlas otro delantero de gran proyección, Ansola, Tejada coloca el 3 a 4, y de nuevo Luís hace el tanto definitivo. Estos fueron los once protagonistas de una triste tarde primaveral de fútbol: Rodri II; Olivella, Rodri I, Pinto; Gracia, Marañón; Tejada, Ribelles, Martínez, Villaverde y Czibor. El Barça va a clasificarse finalmente en cuarta posición, a nada menos que a 20 puntos del Real Madrid, el nuevo campeón. Sus números son los siguientes: 13 victorias, 6 empates y 11 derrotas, con 62 goles a favor y 47 en contra para un total de 32 puntos y únicamente dos positivos. Se trataba de los peores registros azulgranas desde que existía la Liga de 16 equipos, establecida en la campaña 1950-51.

El Estadio Heysel, que veinticuatro años más tarde sería escenario de una de las más luctuosas tragedias del fútbol continental en los prolegómenos de la final de la Copa de Europa disputada entre el Liverpool y la Juventus, abre sus puertas el día 3 de Mayo de 1961 para que Barcelona y Hamburgo diluciden cuál de los dos se enfrentará al Benfica portugués en la final de la VI edición del torneo, a celebrar en la capital suiza, Berna. El Barça no va a fallar en esta ocasión, y un gol de Evaristo en el minuto 43 de la primera parte, ya al filo del descanso, desequilibrará la balanza a su favor. Estos son los nombres de los once héroes que aquella histórica tarde bruselense actuaron ante los reyes belgas, Balduino y la española Fabiola: Ramallets; Foncho, Gensana, Gracia; Vergés, Segarra; Kubala, Kocsis, Evaristo, Suárez y Czibor. La gran final estaba señalada para  el 31 de mayo, pocos días antes de las elecciones que darían al Barça una nueva directiva y un nuevo presidente. Van a fracasar todos los intentos de elaborar una candidatura unitaria, “de consenso” diríamos hoy, pues el hombre destinado a encabezarla, el prestigioso Narcís de Carreras, antiguo secretario de Francesc Cambó y albacea testamentario del gran político conservador catalán,  rechazará la propuesta a pesar de que el 17 de Abril se hace público un documento de apoyo firmado por varios ex -presidentes, socios de mérito, antiguos jugadores y un buen número de personalidades barcelonistas. Es entonces cuando aparecen ante la luz publica dos candidatos, ambos antiguos miembros de la Junta Directiva de Miró-Sans, de la que habían dimitido por hallarse en franco desacuerdo con su política, a la que tildaban de “personalista y autoritaria”. Sus nombres: Enric Llaudet y Jaume Fuset. Se trata de dos hombres jóvenes y bien situados en la sociedad barcelonesa, aunque con distinto perfil profesional. Llaudet es un renombrado empresario textil, y representa la continuidad del sector de la burguesía que controlaba los destinos del Barça desde hacía quince años, mientras que el joyero Fuset, de algún modo, venía a ser el adalid de cierta renovación. La Copa del Generalísimo del año 61 va a tener una breve andadura para este Barça finalista europeo que vela sus armas ante su cita helvética con la historia. El primer rival, el Sporting de Gijón, no causará problemas. En Barcelona un concluyente 7 a 1 deja ya las cosas vistas para sentencia. Goles de Kubala (3), Gensana, Suco, Czibor y Villaverde, con este equipo: Ramallets; Foncho, Gensana, Gracia; Vergés, Segarra; Suco, Ribelles, Kubala, Villaverde y Czibor. En la vuelta en «El Molinón» debuta oficialmente el meta Sadurní, y se produce un nuevo triunfo azulgrana, en esta ocasión por 2 a 4, con tantos de Villaverde (2), Coll y Czibor. Jugaron en la industriosa ciudad asturiana: Sadurní; Foncho, Olivella, Gracia; Vergés, Segarra; Tejada, Ribelles, Coll, Villaverde y Czibor. Pero en la siguiente ronda el Español  será ya un obstáculo insalvable. Sorpresa en el partido de ida, pues los “periquitos” se imponen a domicilio en el «Camp Nou» por 2 a 3, tras un mal encuentro de los locales. Kubala y Kocsis hicieron los goles de un Barça que formó con: Ramallets; Foncho, Gensana, Gracia; Segarra, Garay; Tejada, Kocsis, Kubala, Villaverde y Czibor. En «Sarriá» vuelven a triunfar los blanquiazules por 2-1. Kubala – que sería expulsado – marcó el gol de los azulgranas, que presentaron a Ramallets; Foncho, Gensana, Gracia; Vergés, Garay; Tejada, Ribelles, Martínez, Kubala y Czibor.

La Gestora había fijado la fecha de los comicios presidenciales para el día 7 de Junio, pero en mitad del período electoral va a producirse un acontecimiento que tendrá una enorme trascendencia para el inmediato futuro deportivo de la entidad: el traspaso de Luís Suárez al Inter de Milán. Desde el momento de su marcha al club transalpino, Helenio Herrera va a porfiar para que su presidente, Angelo Moratti, fiche al que acaba de ser proclamado “Mejor Jugador de Europa” y galardonado con el “Balón de Oro”. La mareante oferta italiana encontrará a un Barça sumido en un evidente vacío de poder, y pese a que la Gestora y su presidente, Juliá de Capmany, entablarán largas negociaciones, al final catalanes y lombardos llegarán a un acuerdo, cerrando la operación en la entonces estratosférica cifra de 25 millones de pesetas – record absoluto para la época -, a tan sólo cinco días de la finalísima de Berna, y con la aquiescencia de ambos candidatos. De esta forma el Barça ingresaba un dinero que su deficitaria economía necesitaba con urgencia, pero desde el punto de vista deportivo la operación significaba un negocio ruinoso, porque con la marcha del genial jugador gallego el equipo perdía irremediablemente al hombre destinado a ser su líder durante toda la naciente década de los años 60, tal como lo había sido Kubala en los 50. Se pecó, con toda seguridad, de precipitación, ya que – si bien la situación financiera de la entidad era angustiosa -, el Barça poseía también un potencial suficiente como para sacarle del atolladero sin necesidad de recurrir a tan drástica mutilación de su capacidad futbolística. La ausencia de Suárez  gravitará, de hecho, sobre todo el largo período en que el equipo va a carecer de un referente sólido en el campo, hasta el fichaje de Johan Cruyff, doce años después. Doce años sin ganar una sola Liga por cierto…

AQUELLA MALDITA FINAL. . .

En medio de esta batahola de acontecimientos, el Barça va a desplazarse hasta Berna, donde estaba citado con su propia historia el miércoles 31 de mayo de 1961. Era baja en la expedición barcelonista su gran capitán, Joan Segarra, puesto que en el partido de vuelta frente al Español había recibido un pelotazo en los ojos que le iba a dejar temporalmente sin visión, siendo ingresado en un centro hospitalario y perdiéndose por lo tanto la final. El Barça llega a la capital helvética como gran favorito. Poco importaban sus sucesivos fracasos en la Liga, la Copa de Ferias y la Copa del Generalísimo. En la máxima competición europea los azulgranas se habían mostrado intratables, y un equipo que había sido capaz de eliminar al todopoderoso Real Madrid – aunque en circunstancias harto polémicas -, teóricamente no debería  pasar grandes apuros para derrotar a los portugueses del Benfica, un buen conjunto pero a todas luces inferior a los de Orizaola. Entrenaba a los lisboetas el veterano técnico húngaro Bela Guttman, a cuyas órdenes actuaba un excelente ramillete de futbolistas lusos: Costa Pereira, Germano, José Augusto, Aguas, Coluna o Cavem. El Wankdorfstadion ofrece un lleno hasta la bandera – en torno a los treinta mil espectadores -, con presencia de centenares de seguidores culés llegados desde todos los rincones de Cataluña, y miles de emigrantes españoles en las gradas para animar al Barça. A pesar de la ya mencionada baja de Segarra, o la ausencia de Olivella, Orizaola  podrá disponer de un auténtico equipazo, hasta el extremo de permitirse el lujo de dejar fuera de la alineación a hombres tan importantes como Tejada, Eulogio Martínez o Villaverde. A las órdenes del colegiado suizo Gottfried Dienst, ambos equipos van a presentar las siguientes alineaciones: por el Benfica – que vestía sus tradicionales camiseta roja y pantalón blanco – jugarán Costa Pereira; Angelo, Germano, Cruz; Neto, Saraiva; José Augusto, Santana, Aguas, Coluna y Cavem, mientras que por el Barcelona (también con su indumentaria habitual) lo harán Ramallets; Foncho, Gensana, Gracia; Vergés, Garay; Kubala, Kocsis, Evaristo, Suárez y Czibor. Para Ladislao Kubala y Luís Suárez – e igualmente para Ramallets y Czibor – este iba a representar su último partido con el Barça, aunque por razones bien distintas. Mientras que Laszi había tomado ya la decisión de abandonar la práctica activa del fútbol, desdeñando sustanciosas ofertas llegadas desde Italia y Argentina, el gallego tenía ya hechas las maletas para marcharse inmediatamente a San Siro.

El Barça llevó siempre el peso del encuentro, y no tardó demasiado tiempo en inaugurar el marcador. A los 20 minutos, un medido centro de Suárez lo cabecea a la red Kocsis, con su estilo inconfundible, batiendo a Costa Pereira. Parecía que la final se ponía en franquía para los azulgranas, mejores y más experimentados que los lisboetas en ese tipo de compromisos, pero diez minutos después, en el 30, un contraataque va  a dar ocasión al ariete portugués Aguas para igualar el choque. Y prácticamente a continuación, en el minuto 32, un defectuoso despeje de cabeza de Gensana no puede ser atajado por Ramallets, quien deslumbrado por el sol acaba por introducir el balón  en su propia portería. Un duro mazazo para el Barça, que, sin embargo, no le perdió la cara al partido en ningún momento, aunque sus intentos por enderezar el marcador  van a resultar infructuosos. Y ya en la segunda mitad, en el minuto 55, el mozambiqueño Coluna, sin duda el futbolista de más clase de aquel conjunto  – donde aun no se alineaba asiduamente el sensacional Eusebio – engancha una buena volea al borde del área que supone el 3 a 1 y coloca las cosas muy complicadas para los catalanes. Aunque estos en ningún momento se van a amilanar, y siguen poniendo cerco a la meta defendida por Costa Pereira, con más corazón que acierto. Es en ese momento cuando van a entrar en acción los tristemente célebres postes de sección cuadrada del Wankdorfstadion, que repelerán hasta cuatro disparos barcelonistas. Dos serán obra de Kocsis y Czibor, pero el más difícil todavía le corresponderá a Kubala, que verá  cómo la pelota rematada por él golpea en la base de uno de los maderos, se pasea paralela a la línea de gol, toca en el otro poste, y sale finalmente rechazada. Tampoco faltarán defensores lisboetas que, con su portero ya rebasado, eviten que penetre  el esférico. Czibor va a reducir distancias en el minuto 75, con un fuerte disparo desde fuera del área, pero entre la madera, Costa Pereira y algunos providenciales despejes sobre la misma raya, el resultado va a permanecer ya inalterable hasta el momento en que Herr Dienst pite el final del encuentro, desatándose el júbilo entre los futbolistas y los seguidores portugueses. Aguas levantará el preciado trofeo minutos más tarde, entre la desolación y la incredulidad de los jugadores azulgranas y sus muchos incondicionales desplazados hasta Berna. Y cuenta la leyenda que un adolescente llamado Joan Gaspart, que se encontraba en Suiza aprendiendo el negocio  hotelero, fue uno de los más afectados por la inesperada derrota de sus colores. En esta ocasión, el tradicional recurso a la mala suerte para justificar un revés no va a ser en absoluto un tópico. Es muy difícil encontrar en la ya larga historia de las finales continentales el caso de otro equipo que haya sufrido  una fortuna tan adversa en el trance decisivo, ni siquiera el Bayern de Munich en el encuentro celebrado en el propio «Camp Nou» en 1999, cuando en tan sólo dos minutos vio como el Manchester United le daba la vuelta al marcador  y se alzaba con el título.

Toda la prensa europea va a hacerse eco de semejante infortunio. Así, “El Mundo Deportivo” escribirá que el Barça mereció ganar “al menos por tres goles de diferencia”, lo mismo que el diario madrileño “Informaciones”. Por su parte “Le Figaro” de París titulará su crónica “El mejor fútbol de Europa no pudo ser campeón”, y el rotativo helvético “Tribune de Laussane” señalará que “El Benfica venció a un equipo que fue superior en todo, excepto en suerte”, añadiendo que “si el fútbol se decidiera a los puntos, como el boxeo, el Barça habría vencido ampliamente”. Vencedor moral, por lo tanto, unánimemente proclamado como tal, pero desgraciadamente los vencedores morales ni pasan a la historia ni inscriben sus nombres en el palmarés de las competiciones, sino que sus merecimientos quedan reducidos a la letra pequeña, mientras que los grandes titulares son siempre para los campeones, ya sean estos justos o injustos triunfadores. A título anecdótico reseñemos que los jugadores barcelonistas, a pesar de la derrota ante el Benfica, van a percibir 25. 000 pesetas de prima cada uno (se había estipulado  un premio de 75. 000 en caso de victoria)

Finalizaba una época – o un ciclo, como se dice ahora – Y el equipo, que tantos y  brillantes triunfos había cosechado, entraba también en un proceso de desmantelamiento y diáspora. Quien saliese vencedor de las elecciones del día 7 de Junio, Llaudet o Fuset, tendría que comenzar de nuevo casi desde cero, pero con el handicap añadido de una enorme deuda que pesaba como una losa sobre el club blaugrana. Berna había sido ya gafe para otro equipo con vitola de gran favorito y todos los pronunciamientos de su parte. En aquel mismo campo se había disputado la final del Campeonato del Mundo de 1954, en la que la maravillosa selección húngara de los Puskas, Kocsis, Czibor, Hidegkuti, Grosics y compañía había sucumbido, contra todo pronóstico, frente la de la República Federal de Alemania, después de haber goleado a los teutones en la fase previa. Kocsis y Czibor, que habían jugado aquel dramático partido en el que los magiares llegaron a disfrutar de un claro 2 a 0 a su favor, para acabar perdiendo por 3 a 2, no las tenían ya todas consigo cuando conocieron cuál era la sede escogida por la UEFA para la final del 61. Eran dos hombres supersticiosos, y ese mal augurio que presentían se iba a acentuar aun más al comprobar que al Barça le tocaba ocupar el mismo vestuario del Wankdorfstadion que ellos habían utilizado siete años antes. Incluso Kocsis llegaría a comentarle a Ángel Mur, mientras recibía de este el preceptivo masaje, una frase lapidaria: “Este partido no lo ganaremos”

ELECCIONES PRESIDENCIALES Y DESPEDIDA

Pero era menester lamerse las dolorosas heridas de la derrota y seguir adelante.  Berna pudo significar el broche de oro para una etapa triunfal de la historial del Barça, pero sin embargo supuso un cambio de tendencia, de ciclo, inaugurando una larguísima era de incertidumbre. En pocas semanas un Barça en plena crisis económica y deportiva iba a mudar su cara: nuevo presidente y directiva, nuevo entrenador, y nuevos jugadores. Llegaba el tiempo de las elecciones, en las que estaba en juego el futuro de la entidad. Llaudet o Fuset, Fuset o Llaudet, dos hombres jóvenes y dinámicos, y de indudable fervor barcelonista, que deseaban romper con ese pasado que simbolizaba  el dimitido presidente Francesc Miró-Sans, cuya directiva ambos habían abandonado bastantes meses atrás. El programa de Fuset era más innovador, por así decirlo. En el aspecto social, el industrial joyero proponía la supresión de la Comisión de Disciplina, entendida esta como un órgano de carácter represivo, que impedía las legítimas discrepancias de los socios hacia quienes mandaban. También preconizaba la colocación de buzones de sugerencias en el Estadio y en las oficinas del Club, para que la masa social pudiera expresar sus deseos, así como la creación del Casal del Soci y de una sección cultural (que no sólo de fútbol vive el culé…). En el terreno económico, Fuset era partidario de las cuentas claras, aspecto que se había reprochado – y mucho – al dimisionario Miró-Sans. El socio debería  ser informado puntualmente de la situación de la Tesorería, y las cuentas sometidas a fiscalización por parte de expertos externos, es decir, lo que hoy llamaríamos “auditorías”

Llaudet, por su parte, se presentaba arropado por un programa de “Diez Puntos”. Entre ellos figuraba la constitución de una especie de “Senado” azulgrana, formado por los ex – presidentes y los socios de mérito, y también la elaboración de un Reglamento de Régimen Interior que propiciase la participación de los asociados. Propugnaba un Plan de Austeridad en lo económico, la “amateurizacion” de todas las secciones deportivas del Club, y la creación de una “Escuela de Jugadores”, puesta bajo la dirección de Ladislao Kubala, lo cual venía a  significar el apoyo tácito del carismático Laszi a su candidatura. Asimismo prometía la convocatoria de un referéndum para decidir el futuro del viejo campo de Les Corts, un valioso activo cuya venta podía suponer la solución de buena parte de los acuciantes problemas económicos por los que atravesaba el Club.

Las elecciones se realizaron por el sistema del voto mediante compromisarios, entonces en pleno vigor con la única excepción de las celebradas en  1953. El reducido colegio electoral lo formaban solamente 220 socios – la entidad contaba entonces con alrededor de 40. 000 asociados -, y los comicios van a tener lugar en un clima de absoluta cordialidad. Llaudet se impondrá a su contrincante por un estrecho margen de tan sólo 24 papeletas, 122 a 98, y el candidato derrotado – como no podía ser menos en esta atmósfera de fair play – se va a ofrecer incondicionalmente para colaborar con el  recién elegido mandatario. Un flamante presidente que se encontrará con una deuda de 284 millones de pesetas, una auténtica monstruosidad. Esta va a ser su Junta Directiva: vicepresidentes, Rossend Peitx Jordana y Eugeni Borés; tesorero, Lluís Rosal; vicetesorero, Ignasi Berenguer; contable, Josep Sánchez; vicecontable, Ignasi Vancells; secretario, Josep Puig; vicesecretario, Florenci Coll; vocales, Joan Piera, Artur Pibernat, Ramón Martí, Jordi Soler, Santiago Salvat, Francesc Jover, Antoni Tamburini, Enric Piera y Antoni Riera.

La Gestora encabezada por Juliá de Capmany deja por lo tanto paso al industrial textil Enric Llaudet, y el flamante mandatario va a contratar al prestigioso técnico catalán Lluís Miró para que se haga cargo de la primera plantilla profesional del Barça, a la que van a llegar inmediatamente nada menos que ocho fichajes: Pesudo, Benítez, Pereda, Szalay, Zaballa, Zaldúa, Vicente y Páis. Por el contrario, abandonan el Club nombres llenos de gloria, comenzando por Luís Suárez, traspasado al Inter de Milán por aquellos 25 astronómicos millones de pesetas (una cantidad que entonces parecía exorbitante, en aras de paliar la gigantesca deuda del club, pero que a la postre resultó un ruinoso negocio en lo deportivo), y siguiendo por Kubala, Ramallets – ambos retirados -, Tejada (rumbo al Real Madrid), Czibor – que cruzó la Diagonal con destino al Español – y Ribelles y Coll, los dos incorporados al Valencia en el marco de la «Operación Pesudo». En un ambiente de austeridad, marcado por la peliaguda coyuntura económica, Llaudet va a confiar en enderezar la nave azulgrana, aunque no sabía que esta iba a quedarse varada en el desierto durante muchos, demasiados años.

Pero antes de echar el definitivo cerrojazo  a la desdichada campaña 60-61, el primer equipo aun disputará varios partidos amistosos, y en ellos se alineará ya el primer refuerzo barcelonista para el próximo curso, el guardameta José Manuel Pesudo, procedente del club de «Mestalla», un hombre que estaba llamado a suceder nada menos que al mítico Antoni Ramallets. Destaquemos una clara victoria sobre el propio Valencia en el Camp Nou (6 a 1), que sirve como presentación del nuevo cancerbero frente a quienes eran sus compañeros tan sólo unos días antes, otra goleada al Atlético de Portugal – 5 a 0 -, que supone la despedida de Kubala (dos goles) ante su público, a la espera de su partido de homenaje, y la participación del Barça en el Trofeo Naranja de la Ciudad del Turia, derrotando en semifinales al Botafogo de Garrincha y Didí por 3 a 2 (Tejada 2, y Evaristo) y cayendo en la final ante los anfitriones (reforzados por el barcelonista Kocsis) por 3 a 4, en el choque que pone el broche  final a una temporada aciaga a más no poder. Reseñemos para la historia esta última alineación del curso 60-61: Pesudo; Rodri, Gensana, Gracia; Vergés, Garay; Tejada, Kubala, Martínez, Evaristo y Villaverde. Lo dicho: terminaba un ciclo glorioso, y alboreaba, incierta, una nueva época. Y en el momento del adiós, estos van a ser los números que dejaba Orizaola en su experiencia como entrenador del Barça: 24 partidos oficiales dirigidos, con un balance de 10 victorias, 3 empates y 11 derrotas, lo cual hace un muy discreto porcentaje de triunfos obtenidos del 41,67 %. A sus órdenes el equipo consiguió 53 tantos, pero encajó 41. Al final el técnico montañés, al igual que todo el barcelonismo, se quedó con la miel en los labios.

EnriqueOrizaola03UNA AUTÉNTICA VUELTA A ESPAÑA EN LOS BANQUILLOS

Una vez libre de su compromiso con el Barça, Enrique Orizaola va a ser nombrado en febrero de 1962 responsable de la Selección Juvenil Española con vistas a participar en el Torneo Internacional de la UEFA que se celebraría en Rumanía en abril de dicho año. Allí, la actuación de nuestros chavales no fue demasiado brillante, pues cayeron ante Hungría y Turquía, y únicamente pudieron empatar con Francia, quedando fuera de la siguiente fase. Orizaola contó con un grupo de jugadores en el que formaban algunas futuras figuras y nombres importantes del fútbol español, tales como Gallego, Zunzunegui, Aranguren – autor del único gol de nuestro combinado -, Suco, Germán o Uriarte.

De cara a la temporada 62-63 el santanderino va a recalar en Pamplona, para intentar mantener a Osasuna en la máxima categoría. Ya no estaban en el conjunto navarro ni Zoco ni Fusté, y el equipo era joven e inexperto, y descenderá finalmente. En la campaña siguiente, la 63-64, fichará por el Real Oviedo, otro modesto, y aunque los carbayones acababan de firmar su mejor temporada en la élite, con un tercer puesto, superando a Barcelona, Zaragoza, Valencia o Athletic de Bilbao también habían perdido a dos de sus puntales, Paquito y Sánchez Lage, traspasados al Valencia. De modo que el conjunto azul va a marchar toda aquel curso a trompicones, y aunque al final conseguirá la permanencia tras superar al Hércules en la promoción, Orizaola ya no estará sentado en su banquillo para verlo, sustituido en la jornada 18 por el doctor Toba, futuro seleccionador nacional.

Su siguiente destino va a ser Valencia, y concretamente el campo de «Vallejo». El Levante afrontaba su segunda temporada en la División de Honor, con una plantilla en la que destacaban jugadores como el internacional Domínguez, el defensa Calpe – pronto en las filas del Real Madrid – o los delanteros Wanderley (hermano del valencianista Waldo) y Serafín, un extremo goleador que acabará siendo fichado por el Barça. Pero a pesar de esos mimbres, el cuadro granota va a verse durante toda la campaña rondando por la zona de peligro. Finalmente consigue eludir el descenso directo, pero va a caer en la promoción ante el Málaga.

Orizaola hará una vez más las maletas, en dirección hacia la otra punta del país. Coge a un Deportivo de La Coruña que también acaba de bajar, y lo lleva de nuevo a la élite como campeón del Grupo Norte de Segunda. Ya no forma Veloso con los gallegos, pero si algunos otros buenos jugadores como Joanet, Lariño, Aurre, Domínguez, Escolá, Pellicer, Chapela, Loureda o el peruano Montalvo. Una vez en Primera, el equipo se refuerza con algunos ilustres veteranos de la talla del guardameta Vicente, el internacional Campanal o el argentino Sánchez Lage, pero los resultados no van a acompañar, y el técnico santanderino es relevado en la jornada 19. Su sucesor, el uruguayo Dagoberto Moll, antiguo jugador deportista,  tampoco puede enderezar la nave, y el conjunto herculino hará honor una vez más a su fama de «equipo ascensor», en esta ocasión con trayectoria descendente.

El Real Valladolid, que llevaba unas cuantas temporadas de gris andadura por Segunda, va a pensar en Orizaola para intentar remontar el vuelo una vez comenzada ya la Liga, tras la quinta jornada. Y casi lo consigue, porque finaliza la campaña 67-68 como subcampeón del Grupo Norte, lo que le da derecho a jugar la promoción de ascenso, aunque será superado por la Real Sociedad. No va a seguir en el conjunto castellano, sustituido por el veterano Antonio Barrios, pero cuando se llevan únicamente jugados siete partidos vuelven a llamarlo. Y a orillas del Pisuerga concluye el curso 68-69, con un equipo donde ya no figura Melo traspasado al Atlético de Madrid el año anterior, pero en el que destacan nombres como Aguilar, De la Cruz, Alberto, Astráin, Lorenzo, Lasa, Docal o Lizarralde.

No comienza en ningún banquillo la temporada 69-70, pero a mitad del campeonato le llaman de una nueva plaza, Salamanca, donde la Unión Deportiva, recién ascendida a Segunda, pasa también serios apuros. En los 24 partidos en los que dirige a los charros (con los Huerta, Simonet, Frasco o Fermín entre sus chicos) no consigue revertir la situación, y se enfrenta a una nueva pérdida de categoría. Tampoco se halla en la línea de salida al iniciarse la siguiente campaña, la 70-71, pero no tarda demasiado en volver a sonar su teléfono. Ahora es el Rayo Vallecano el club que solicita sus servicios. Con los de la populosa barriada madrileña va a estar hasta el final de la temporada 71-72, con una plantilla en la que destacan jugadores de la talla de Aráez, Curta, Felines, Illán, Roselló, Nieto, Bordons, Veloso o Potele, aunque no consigue el gran objetivo del club de Vallecas, el anhelado ascenso a Primera, que aun tendrá que esperar varios años para materializarse.

Su próxima parada será la «Nova Creu Alta» sabadellense, con la vista puesta en el retorno del club arlequinado a la máxima categoría, algo que no se va a lograr, y además será cesado tras la jornada 19, sustituido por Antonio Jaurrieta, a pesar de contar a sus órdenes con futbolistas de la talla de Martínez, Franch, Marcelino, Vilar, Pini, Herrera, Montesinos, Garcia Soriano, Palau, Zaldúa, Jara o Cristo . Regresa al Deportivo de La Coruña en la campaña siguiente, la 73-74, siendo uno de los cuatro técnicos que se suceden en el banquillo de los de «Riazor», pero tampoco va a impedir que el cuadro gallego, con los Aguilar, Bellod, Zugazaga, Cervera, Cortés, Loureda, Beci, Vavá o David Vidal,  se precipite al abismo de la Tercera División. Es su último trabajo en las dos principales categorías de nuestro fútbol, donde dejó un balance de 430 partidos, entre Primera y Segunda. Con posterioridad dirigirá a una serie de conjuntos modestos (Xerez Deportivo, Club Atlético Marbella, Gimnástico de Melilla, Albacete Balompié, Calvo Sotelo, Badajoz…). Durante buena parte de la década de los años 80 trabajará nuevamente para el Barça, confeccionando informes para técnicos como César Luís Menotti, Terry Venables, Luís Aragonés y Johan Cruyff. Entre 1989 y 1991 realiza labores de gerente en el Real Zaragoza – era también profesor mercantil -, y en la temporada 1993-94 va a llevar la dirección deportiva de un Albecete Balompie convertido ya en «el Queso Mecánico». En sus últimos años, concretamente en 2007,  tendrá que pasar por uno de los trances más duros y dolorosos que pueden acaecerle a un ser humano en esta vida: ver como su hijo fallecía a una edad aun muy temprana. Enrique Orizaola Paz, que así se llamaba su vástago, nacido en 1950, era abogado, y había sido presidente del Córdoba CF. entre diciembre de 2003 y mayo de 2006.

Orizaola va a morir el 10 de junio de 2013 en la misma ciudad que le vio nacer, Santander, a la edad de 91 años. Fue historia del fútbol cántabro y español, y estuvo también a un palmo de la gloria aquel condenado 31 de mayo de 1961 en Berna. Allá donde fue, al margen de los veleidosos resultados, dejó siempre un buen sabor de boca por su corrección y profesionalidad – era un gran estudioso de nuestro Deporte Rey, llevando un amplio y completo fichero de jugadores en aquellos nada fáciles tiempos preinformáticos-. Lástima que en 1961 los postes de las porterías fueran aun de sección cuadrada. . .




Cadellans. El futbolista del Himalaya

Nos permitirán empezar con una justificación que no creemos necesaria pero nos apetece realizar, ya que como comprobarán si lo leen, este artículo no es convencional.

Todo se inicia en el contexto del proyecto del que formamos parte para identificar a todos los futbolistas que han jugado algún partido oficial o amistoso con el FC Barcelona, proyecto que ha dado lugar al Gran Diccionari de jugadors del Barça[1] en el que seguimos trabajando de cara a futuras reediciones.

Llevábamos tiempo dándole vueltas a Cadellans, futbolista que en 1920 juega dos amistosos y que, inicialmente, identificamos como Joan Cadellans Marpons (Barcelona, 1892-1962, también directivo del club). Identificación sobre la que había grandes dudas por su edad (28 años, excesiva para debutar).

Surgió entonces una nueva pista: Francisco Cadellans Rosell había sido un futbolista amateur y aparecía en los listados de socios del FC Barcelona de la época (socio 2.864 en 1916[2] y socio 2.078 en 1920[3]), era muy posible que fuera el Cadellans que jugó dos amistosos con el primer equipo en 1920.

Tras descubrir que había fallecido en Barcelona en agosto de 1953 solicitamos su Certificado de Defunción y, para nuestra enorme sorpresa, he aquí el lugar de nacimiento que consta en dicho documento[4]:

Cadellans01«…nacido en Nanga Parbat provincia de Tíbet (China)…»

La sorpresa del lector es la misma que experimentamos nosotros al leer por primera vez estas palabras. Sorpresa que no disminuyó al releerlo una y otra vez, intentado digerir las palabras y buscarles una explicación racional.

El Nanga Parbat («Montaña desnuda» en hindi o urdu) es una montaña de 8.125 metros (la novena más alta del mundo) en la cordillera del Himalaya, concretamente en la región de Gilgit-Baltistán, en la zona de Cachemira controlada por Pakistán. Por lo tanto (para más inri) no se encuentra en el Tíbet ni bajo la soberanía de China.

Se trata además de una de las montañas más difíciles de escalar del mundo y, de hecho, su primera ascensión no se logró hasta el 3 de julio de 1953 (menos de dos meses antes de la muerte de Francisco Cadellans), cuando el austríaco Hermann Buhl logró la hazaña.

¿Cómo era posible entonces que Francisco Cadellans hubiera nacido hacia 1900 en una montaña del Himalaya que nadie logró escalar hasta 53 años después? La respuesta no parecía fácil de obtener. Nuestras primeras pesquisas ante el Registro Civil Central para obtener el Certificado de Nacimiento de un ciudadano español supuestamente nacido en Cachemira hacia 1900 no condujeron a ningún sitio, por otra parte Francisco Cadellans Rosell era hijo de Francisco Cadellans y María de las Flores Rosell, una familia muy conocida de Arenys de Munt. Su hermana María de las Flores Cadellans Rosell fue propietaria de la Pensión «Las Palmeras» de la calle Jerusalén de Barcelona. Una familia tradicional catalana sin vínculos con Asia ni antecedentes alpinistas o aventureros. El misterio permanecía.

Descartada la vía de los documentos oficiales quedaba otra, la de la búsqueda de descendientes. Localizamos en Barcelona a un sobrino (Josep Oriol Cadellans Oller) y a una bisnieta (Tatiana Moneta) y gracias a ellos pudimos recomponer el puzzle.

Efectivamente Francisco Cadellans Rosell fue futbolista en su juventud y jugó dos amistosos (marcando un gol) con el FC Barcelona en el otoño de 1920:

03-10-1920. Avenç. Barcelona. Amistoso (homenaje a Marcet).

AVENÇ-FC BARCELONA 2-3

Avenç: Marcet, Planas, Molera, Roca, Gularons, Sellarés, Vilar, Bordas, Carapuig, Coca, Cabrera.

FC Barcelona: J. Uriach, Berger, Galicia, Piñol, R. Martínez, Rodríguez, Forné, Cadellans, Gràcia, Cella II, Martínez Sagi.

Árbitro: Mariné.

Goles: Galicia, Gràcia, Cadellans.

05-12-1920. Industria. Barcelona. Amistoso.

FC BARCELONA-SANTS 2-0

FC Barcelona: J. Uriach, Coma, Berger, Vilà, Blanco, Rodríguez, Tejeiro, Vinyals, Cadellans, Martínez Sagi, Plaza.

Sants: ?

Árbitro: Reguera.

Goles: Martínez Sagi 2.

Personaje bien relacionado con el mundo del espectáculo se casó con una de las artistas más populares de la Barcelona de los años 40 y 50: la vedette y actriz Gema del Río (cuyo verdadero nombre era María Solé Cuñat), con la que tuvo dos hijos (María Teresa y Francisco).

Gema del Río fue una de las reinas del Paralelo actuando en más de 15 revistas («La rana verde», «2 millones para 2», «Bellezas de Hollywood», «¡Taxi, al Cómico!, «Carrusel de Fantasías», «Desfile de estrellas», etc.), además de en varias películas (entre ellas «El Ceniciento» de Juan Lladó, junto a Miguel Gila).

Destacaba por su belleza, voz y dotes cómicas, especializándose en monólogos. En 1957 se instaló en Brasil junto a sus hijos dedicándose a negocios inmobiliarios, aunque regresó en varias ocasiones a Barcelona (1960, 1966, 1974) para protagonizar obras en catalán («Nannette m´ha dit que sí», «El senyor Bernat i la Llucieta», «Quina nit!») .

En el retorno de 1960 concedió una breve entrevista a La Vanguardia (17 de septiembre)[5] en la que explicaba sus vicisitudes en América y aprovechaba para desmentir el rumor sobre su muerte que había circulado.

Cadellans02Regresó definitivamente a la Ciudad Condal en 1989, su último trabajo fue en la serie de TV3 Tot un senyor (1990) junto a José Sazatornil «Saza» con el que ya había trabajado en el Paralelo muchos años atrás. Falleció en julio de 1996.

¿Y Francisco Cadellans?, ¿cómo pudo llegar a constar el Nanga Parbat en su documentación oficial como lugar de nacimiento?

La respuesta es, como suele suceder, más sencilla de lo que podríamos plantearnos inicialmente. Cadellans había nacido en Cataluña (en Arenys de Munt o en Barcelona, no lo hemos podido confirmar) y jamás estuvo en el Himalaya. Lo cierto es que tuvo una serie de problemas personales y de salud (en cuyo detalle no entraremos) en sus últimos años que le llevaron a una profundad crisis. En alguna comparecencia ante las autoridades sin documentación (probablemente en julio de 1953, cuando la ascensión al Nanga Parbat estaba de actualidad) se le requirió su lugar de nacimiento y él respondió «Nanga Parbat». Un funcionario con exceso de celo o con animus iocandi así lo anotó y así quedó. Para que dos historiadores se toparan con ello 63 años después y tuvieran una excusa como otra cualquiera para reivindicar a un futbolista olvidado de los años 20 (Francisco Cadellans Rosell) y a su esposa, la gran vedette Gema del Río.

Francisco Cadellans en 1928 en Puigcerdà. Archivo Familiar Cadellans Solé (gentileza de Tatiana Moneta)

Francisco Cadellans en 1928 en Puigcerdà. Archivo Familiar Cadellans Solé (gentileza de Tatiana Moneta)

Gema del Río Archivo Familiar Cadellans Solé (gentileza de Tatiana Moneta)

Gema del Río Archivo Familiar Cadellans Solé (gentileza de Tatiana Moneta)

Agradecimientos: Tatiana Moneta, Josep Oriol Cadellans, Josep Pablo, Manel Tomás (Centre de Documentació i Estudis del FC Barcelona) .

 


[1] Closa, A., Mas, J., Pablo, J., Salas, J. A., et al. (2015) Gran Diccionari de Jugadors del Barça. Editorial Base: Barcelona.

[2] Llistat de socis del FC Barcelona 1916. Centre de Documentació i Estudis del FC Barcelona

[3] Llistat de socis del FC Barcelona 1920. Centre de Documentació i Estudis del FC Barcelona

[4] Certificado de Defunción de Francisco Cadellans Rosell, 31 de agosto de 1953. Registro Civil de Barcelona, Ministerio de Justicia.

[5] Del Arco (1960, 17 de septiembre) Mano a Mano. Gema del Rio, La Vanguardia Española,  20.




Ljubisa Brocic, un caballero de los Balcanes (1960-1961)

Brocic011960-61 es una temporada crucial en la historia del Barça. Pudo ser la de su consagración internacional, sucediendo al Real Madrid en la hegemonía futbolística europea, pero sin embargo va a suponer el inicio de una larguísima travesía del desierto que prácticamente durará dos décadas, a pesar del fugaz brillo emanado del rutilante  fichaje de Johan Cruyff, hasta que el club blaugrana obtenga su primera Recopa en la ciudad suiza de Basilea, en mayo de 1979, frente al Fortuna de Düsseldorf y ante 30.000 enfervorizados seguidores que se dieron cita en el ya desaparecido estadio St. Jakob, que diez años antes había sido también testigo de otra gran decepción del cuadro barcelonista, derrotado por el Slovan de Bratislava en su primera final del torneo reservado a los campeones coperos, igual que en 1961 va a caer en su primer asalto al principal título continental, la Copa de Europa, batido por el Benfica lisboeta y la mala suerte en forma de unos condenados postes de sección cuadrada que escupieron un poker de disparos.

El Barça va a afrontar esta campaña ya sin Helenio Herrera en el banquillo, y sumido en una grave crisis económica, con la factura del «Camp Nou» gravitando amenazadoramente sobre sus maltrechas finanzas, incapaz de sacarle rentabilidad por el momento al viejo terreno de «Les Corts». Aun así, el equipo se reforzará notablemente, sobre todo en sus líneas traseras. La principal novedad estribará en el fichaje del magnífico central del Athletic de Bilbao Jesús Garay, un fijo en la Selección Española y un zaguero de gran clase, tan noble como eficaz. Tras toda una década vestido de rojiblanco, Garay va a dejar en las arcas de los leones la nada despreciable suma de 6 millones de pesetas, con las que el club vizcaíno sufragará la mayor parte de la construcción de una nueva tribuna en «San Mamés», que debido a ello va a ser popularmente conocida como «la Tribuna Garay»

El presidente azulgrana Miró-Sans tiene que tomar la nada fácil decisión de poner al frente del primer equipo a un técnico de reconocida solvencia. Enric Rabassa nunca fue más que una solución provisional, de emergencia, para tratar de finalizar decorosamente una campaña por otra parte en absoluto mala-sino más bien  todo lo contrario-en lo deportivo, y la opción de César va a tornarse inviable al firmar este por el Real Zaragoza. Tras sopesar la candidatura del francés Albert Batteux, el fabricante del gran Stade de Reims de los años 50 (con el que había logrado cuatro Ligas galas y una Copa de Francia, más dos subcampeonatos de la Copa de Europa en 1956 y 1959 respectivamente, cayendo en ambas ocasiones ante el Real Madrid), finalmente el elegido va a ser Ljubisa Brocic, un técnico yugoeslavo con amplia experiencia en varios países.

Brocic nace el 3 de octubre de 1911 en la localidad de Guca, entonces perteneciente al reino de Serbia. Como jugador había militado en el SK Jugoslavija de Belgrado, un club polideportivo de vida breve, fundado en vísperas de la Gran Guerra y disuelto por colaboracionista -había disputado competiciones durante la ocupación del país por las fuerzas del Eje- a instancias de las nuevas autoridades comunistas en 1945, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, pasando todas sus instalaciones-estadio, campos de entrenamiento y oficinas-,  así como la mayoría de sus jugadores e incluso su uniformidad (camiseta rojiblanca y pantalón blanco) a formar parte del recién constituido «Estrella Roja» de la capital yugoeslava. En 1946 había sido seleccionador de Albania, con la que ganó la Copa Balcánica. Dirigió después a varios equipos de su país (Metalac Belgrado, el propio Estrella Roja, y Vojvodina de Novi Sad). Con los capitalinos obtuvo dos títulos, en 1951 y 1952-53, pero en esta última fecha protagonizó ciertos problemas con trasfondo político, que van a suponer de hecho su exilio.

Al parecer, durante un viaje del combinado yugoeslavo por Brasil (en el que Brocic formaba parte de la expedición), se mantuvieron algunos contactos con exiliados chetniks (los chetniks eran una fuerza armada serbia de carácter nacionalista, conservador y monárquico, que había jugado un ambiguo papel durante la ocupación alemana e italiana de Yugoeslavia, a veces combatiendo a los invasores, y otras colaborando con ellos contra el movimiento guerrillero acaudillado por Tito). También había enojado a las autoridades deportivas de Belgrado al permitir que refugiados serbios y croatas se fotografiasen con los jugadores de la Plavi.

Por este cúmulo de circunstancias va a abandonar el país balcánico, pasando primero a Egipto, donde dirigirá a su selección en 1954-55, y posteriormente al Líbano, entonces conocida como la «Suiza de Oriente Medio». En 1956 retorna a Europa, al PSV Eindhoven neerlandés, y en 1957 pasa a Italia, a la Juventus. Conduce a la Vecchia Signora hasta la consecución de su décimo scudetto, en la campaña 57-58, con un equipo en el que brillan  el argentino Omar Sivori y el británico John Charles. Sin embargo, en el curso siguiente será destituido tras la octava jornada del campeonato, yendo la Juve cuarta, a sólo dos puntos del líder. La temporada 59-60 la consume nuevamente en Holanda, de vuelta al PSV, y a su conclusión es cuando acepta la oferta del Barça.

UN SERBIO EN EL BANQUILLO BLAUGRANA

El lunes 30 de mayo de 1960 Ljubisa Brocic va a ser presentado oficialmente a la plantilla profesional barcelonista por el presidente del club, señor Miró-Sans, a quien acompañaban la casi totalidad de los miembros de su junta directiva. Según cuenta «El Mundo Deportivo», en su parlamento el señor Brocic «expuso la necesidad que había de la más perfecta posible compenetración entre todos los elementos del club, para conseguir los éxitos que se pretenden que mantengan al Club de Fútbol Barcelona en la línea histórica de su prestigio y fama». Finalmente «se mostró complacido y honrado ante la perspectiva de entrenar en fecha cercana a jugadores de tanta nombradía como los que en aquel momento tenía el gusto de conocer personalmente y al propio tiempo poder contribuir de una manera efectiva en los triunfos que esperan seguramente al Club de Fútbol Barcelona»

Se enfrentaba  de entrada, no obstante, con una importante traba burocrática, puesto que su título de entrenador no era convalidable en España (me atrevo a aventurar que por proceder de un país de los llamados de «Tras el Telón de Acero», con los que el régimen franquista no mantenía relaciones diplomáticas y casi de ningún otro tipo). De modo que Brocic, para poder sentarse en el banquillo azulgrana, no va a tener más remedio que superar el intensivo Cursillo Nacional que se celebraba en Madrid durante el verano. Como apenas sabía castellano, y para ayudarle en el trance, el Barça va a contratar a un joven técnico santanderino, Enrique Orizaola, que dirigía entonces al Real Murcia de Segunda División, equipo que había causado una grata impresión en la Ciudad Condal en la Copa de 1959, cuando puso en grandes apuros al Barça, llegando incluso a empatar en el partido de ida en el «Camp Nou». El objetivo va a conseguirse con creces, ya que Brocic aprueba el curso (es el octavo de su promoción), superando tanto las pruebas físicas como las de conocimientos técnicos y tácticos. El eficiente Orizaola, una vez cumplida su misión, no abandonará el club, sino que será designado ayudante suyo.

Investido ya de toda su autoridad, Brocic se va a encontrar con una plantilla de ensueño a sus órdenes, un auténtico «Dream Team» avant la lettre, en el que además del ya citado fichaje de Garay son altas el defensa canario Alfonso Rodríguez Salas «Foncho», procedente del Murcia, club del que también llegará ya muy avanzada la temporada el cántabro Ramón De Pablo Marañón, mientras que de «San Mamés» viene otro refuerzo, el extremo izquierdo Gonzalo Beitia, que había sustituido en dicha demarcación nada menos que al mítico Piru Gainza, usufructuario del puesto durante casi dos décadas. También van a integrarse en la primera plantilla dos jóvenes guardametas, Andrés Rodríguez Serrano, conocido como «Rodri II», y el tarraconense Salvador Sadurní, campeón de España juvenil, y que será cedido al Mataró hasta bien avanzada la campaña. Por contra, causan baja el veterano Isidre Flotats, que pasa al RCD. Mallorca, recién ascendido a Primera, el central Brugué, que se retira del fútbol aun en plena juventud sin haber podido superar una grave lesión, el peruano Loayza (con destino a Boca Juniors), y Rifé I, que jugará en el Atlético de Ceuta mientras cumple su servicio militar en la ciudad norteafricana. El prometedor Josep María Fusté, una de las joyas de la cantera azulgrana, va a ser cedido al Osasuna, entrenado por el catalán Miquel Gual, junto con otros dos barcelonistas, Celdrán y Salvador, mientras que el defensa Eladio-que también se había asomado al primer equipo en algún amistoso, al igual que Fusté-completa su formación en el Condal. Así queda el maravilloso grupo vestido de azul y grana: Ramallets, Medrano, Rodri II, Sadurní, Olivella, Foncho, Rodri I, Gensana, Garay, Gracia, Pinto, Vergés, Marañón, Segarra, Ribelles, Tejada, Suco, Kubala, Kocsis, Evaristo, Eulogio Martínez, Luís Suárez, Villaverde, Czibor, Coll y Beitia. Hay que hacer notar que la gran estrella del conjunto, Ladislao Kubala, ya con 33 años de edad, había estado unas semanas antes a punto de marcharse al Colo-Colo chileno.

Una vez iniciados los entrenamientos, el 8 de agosto, se especula con que Brocic pretende darle un nuevo estilo de juego al Barça. Antes de disponer de toda la plantilla a sus órdenes (los jugadores internacionales, que se encontraban realizando una gira por Sudamérica con la Selección Española, no se incorporaron hasta el día 15), efectúa ya sesiones dobles de preparación, mañana y tarde,  y a buen ritmo, preconizando un estrecho contacto con el balón, a diferencia de otros técnicos anteriores, con vistas a mejorar la técnica individual de sus nuevos pupilos.

El técnico serbio va a causar una grata impresión por su porte, modales y cordialidad. De su experiencia y currículo se esperaba que el equipo-que por segundo año consecutivo afrontaba cuatro competiciones-pudiera beneficiarse, y también que el ambiente del vestuario mejorase, tras el tenso enfrentamiento entre Helenio Herrera y Kubala. En cuanto a su modus operandi, Brocic introduce también nuevos métodos de preparación física, los llamados entrenamientos «de fuerza», consistentes en el uso de pesas y halteras (que una vez fuera del banquillo el balcánico dormirán el sueño de los justos durante años en algún almacén del «Camp Nou», hasta que en 1967 Salvador Artigas las rescate y vuelva a utilizarlas)

La pretemporada del Barça no puede ser más prometedora, ya que va a ganar absolutamente todos los partidos disputados en una gira triunfal por Europa, en la que los blaugranas derrotan a domicilio a Ajax (3-4), Newcastle (3-4), Hamburgo (2-3) y Standard de Lieja (2-5). Con tan altas expectativas, la Liga 60-61 levanta su telón nuevamente con un enfrentamiento entre el Barcelona y el Athletic de Bilbao, aunque esta vez en feudo rojiblanco, el 11 de septiembre de 1960. Se creyó oportuno, por mutuo acuerdo entre ambos clubes, que Jesús Garay no debutase precisamente ante su antiguo equipo, al que profesaba un gran cariño (el traspaso se había efectuado exclusivamente por motivos económicos), y por consiguiente Brocic va a poner en danza el siguiente once para arrancar el torneo: Ramallets; Olivella, Rodri, Gracia; Vergés, Gensana; Tejada, Kubala, Evaristo, Suárez y Czibor. Es decir, el mismo equipo base de Herrera, con la ausencia de Segarra. Justa victoria azulgrana por 0 a 2, con tantos de Czibor, venciendo la resistencia de los vascos, en cuyas filas se notó la inexperiencia de algunos de sus jugadores.

Garay debutó por fin en el «Camp Nou» al domingo siguiente, frente al Real Valladolid. Ajustado triunfo barcelonista por 2 a 0, con goles de Suárez y Kocsis, resultando lesionado de gravedad Coll. El Barça es líder con 4 puntos, uno más que el Sevilla. Y sale aun más reforzado de «Heliópolis», donde consigue su tercer triunfo consecutivo a costa del Betis. Gran partido de Suárez, y goles del propio Luisito, Kocsis y Czibor. Por los verdiblancos mojó un jovencito rubio y muy espigado llamado Yanko Daucik, hijo del famoso entrenador del equipo de las «Cinco Copas»-a la sazón al frente del cuadro hispalense-y por consiguiente sobrino de Kubala, que no jugó en la capital andaluza. Los azulgranas encabezan la tabla, y a dos puntos les siguen Valencia, Racing de Santander, Español y los dos equipos madrileños.

Arranca también  la segunda participación barcelonista en la Copa de Europa, en esta oportunidad  ante el Lierse, el campeón belga, que montará todo un cerrojazo en el «Camp Nou», que al menos les sirve para no salir goleados. 2 a 0 a favor de los catalanes – Czibor y Suárez-, con este equipo: Ramallets; Rodri, Garay, Gracia; Vergés, Gensana; Kubala, Evaristo, Kocsis, Suárez y Czibor. Y en la cuarto jornada de Liga, cuarta victoria azulgrana. Un nuevo 2 a 0 ante un Racing de Santander animoso pero sin mordiente, con dos tantos de Kubala. En las filas montañesas, algunos viejos conocidos de la afición culé, como el guardameta Piñol, el húngaro Kazsas y el valenciano Sampedro, inolvidable protagonista, merced a su solitario y decisivo gol, de la final de Copa del 57 en «Montjuich» frente al Español. A todo esto, el Barça encabeza la clasificación con 8 puntos y 4 positivos, con dos de ventaja sobre el Real Madrid.

Sin embargo, esta ligera ventaja va a perderla ya a la semana siguiente, pero antes ha de rendir visita a la cancha del Lierse, para disputar el partido de vuelta, que a la postre  resultará más sencillo que el del propio «Camp Nou», pues se impondrá por un claro 0 a 3 (Evaristo 2, y Villaverde), aunque tendrá que lamentar las lesiones de Kubala y Kocsis, de cierta consideración ambas. Y en el «Metropolitano», el Atlético de Madrid infligirá al Barça su primera derrota de la temporada. Muchas bajas en la formación barcelonista (Tejada, Kubala, Kocsis, Suárez y Czibor entre ellas, toda una delantera titular), y de ello va a resentirse el equipo, sin capacidad ofensiva a excepción del brasileño Evaristo. Collar y Mendonça marcaron los goles colchoneros. El Real Madrid alcanza a los azulgranas en la cabeza de la clasificación, igualando a 8 puntos.

Y coincidiendo con  la festividad del Pilar, día 12 de Octubre, se inicia la otra competición continental que disputa el Barça esta temporada, la Copa de Ferias. El partido se juega en la localidad croata de Zagreb, ante una potente selección local, y al frente del equipo no viajará Brocic, debido a su condición de exiliado político, dirigiendo a los jugadores desde la banda su segundo, Orizaola. Buen resultado (empate a uno, con gol de Villaverde), y esta alineación: Ramallets; Pinto, Garay, Gracia; Vergés, Gensana; Suco, Ribelles, Evaristo, Segarra y Villaverde.

El Barça va a continuar como líder, ahora en solitario, aprovechando el pinchazo del Real Madrid en su propio feudo ante el Sevilla tras la sexta jornada de Liga, en la que se deshace de la Real Sociedad en el «Camp Nou» con un estrepitoso 6 a 2, que aun pudo ser mayor si Evaristo no malogra un máximo castigo. Marcaron los goles blaugranas el propio Evaristo (3), Czibor, Gensana y Eulogio Martínez. Los donostiarras acusaron en demasía la ausencia de su meta titular, Araquistáin. En el cómputo general, el Barça les saca un punto de ventaja a la pareja perseguidora compuesta por ambos equipos madrileños. Y en la vuelta de la eliminatoria ferial, reñido encuentro ante el Zagreb, que se salda con una victoria mínima pero suficiente por 4 a 3, después de adelantarse los balcánicos con un inquietante 0 a 2. Suárez, Martínez, Gensana y Czibor fueron los goleadores.

 El Barça va a perder el liderato en «Altabix», en la séptima jornada, para no volver a recuperarlo ya más. Fue una auténtica sorpresa, pero el Elche, en vena de aciertos, volvió a derrotar a los azulgranas al igual que había hecho en la temporada anterior, en esta ocasión con tantos de Guerrero y Romero. Se lesionó Ramallets, siendo sustituido por el joven Rodri II, a tiempo para encajar uno de los goles locales. Suárez marcó para el Barça. Y en la fecha siguiente, derbi. El Español, que venía realizando un buen campeonato hasta entonces, va a salir goleado del «Camp Nou» (4 a 1). Los de Brocic dominaron durante todo el encuentro, y consiguieron sus goles por mediación de Tejada (2), Suárez y Kocsis. En la general, los merengues son primeros con 13 puntos, uno de ventaja sobre los azulgranas. Pero el sorteo para los octavos de final de la Copa de Europa  va a deparar una auténtica bomba: un nuevo enfrentamiento entre el Barça y el Real Madrid.

¡ EL REAL MADRID ELIMINADO DE «SU» COPA DE EUROPA !

Brocic02El Estadio «Santiago Bernabeu» es el escenario del partido de ida, el día 9 de Noviembre de 1960. Estas serán las alineaciones: por el Real Madrid, Vicente; Pachín, Marquitos, Casado; Vidal, Del Sol; Herrera, Mateos, Di Stefano, Puskas y Gento, y por el Barça; Ramallets; Rodri, Garay, Gracia; Vergés, Gensana; Villaverde, Evaristo, Kocsis, Suárez y Czibor. Arbitra el Señor Ellis, inglés, cuyas decisiones van a traer mucha cola, erigiéndose en uno de los protagonistas del encuentro.

El resultado final fue muy esperanzador para los intereses barcelonistas de cara a la vuelta, empate a dos, con tantos de Mateos y Gento para los blancos, y Luisito Suárez – el segundo de ellos al trasformar un penalty –para los azulgranas. Este máximo castigo, que estableció la definitiva igualada en el marcador, estuvo rodeado de una gran polémica, ya que la acción vendrá precedida de un posible fuera de juego de Kocsis. El linier levantó su banderín, pero el árbitro consideró que no había nada ilegal en la jugada e hizo caso omiso del gesto de su auxiliar, para indicar acto seguido la pena máxima en una falta del guardameta local, el catalán Vicente, al barcelonista Czibor, infracción que – según los blancos – se había cometido fuera del área. En un ambiente muy crispado por las acaloradas protestas del público y los jugadores madridistas, Suárez no falló desde el punto de penalty, obteniendo así el empate con el que finalizaría el choque. La decisión, el día 23 de Noviembre en el Camp Nou.

Pero antes de este nuevo “Partido del Siglo”, el Barça jugará un par de encuentros de Liga con desigual fortuna. En «Mestalla», en la novena jornada, se impondrá sin grandes dificultades al Valencia, con dos goles de Ribelles, aquel jugador leridano que HH solía utilizar en los desplazamientos en lugar de Kubala, que en esta oportunidad sí formó parte de la alineación. Y a tres días del trascendental compromiso contra los blancos, recibe al Sevilla en el «Camp Nou». Los andaluces, que estaban realizando un buen campeonato a las órdenes del antiguo portero barcelonista Lluís Miró, van a arrancar unas meritorias tablas, luchando durante los 90 minutos. Marcó primero Kubala, y empató después Agüero, para adelantarse de nuevo el Barça con gol de Gensana, e igualar definitivamente el sevillista Diéguez. Al Barça se le anularon dos goles. Con este resultado el Barça, al finalizar el primer tercio de la competición, se hallaba en segunda posición con 15 puntos, a sólo uno del líder, el Real Madrid.

El 23 de Noviembre de 1960 va a pasar con letras de oro a la historia del Fútbol Club Barcelona, pues en dicha fecha el equipo entrenado por Ljubisa Brocic conseguiría la proeza de eliminar por vez primera al Real Madrid de la Copa de Europa, cuyas cinco anteriores ediciones habían sido conquistadas de manera consecutiva por el conjunto blanco. Gran lleno en el Camp Nou, enorme expectación y, a las órdenes del árbitro inglés Mister Leafe, las siguientes alineaciones: por el Barça, Ramallets; Olivella, Garay, Gracia; Vergés, Segarra; Kubala, Evaristo, Kocsis, Suárez y Villaverde, y por el Real Madrid; Vicente; Marquitos, Santamaría, Casado; Vidal, Pachín; Canario, Del Sol, Di Stefano, Puskas y Gento.

En el minuto 33 va a llegar el primer gol barcelonista. Nacerá de las botas de Kubala, el hombre más destacado del partido, y lo va a materializar Martí Vergés, aunque la pelota golpeada por el mediocampista gerundense rebotará en el madridista Pachín, colándose en el marco defendido por Vicente. El 2 a 0 va a hacerse mucho de rogar, hasta el minuto 82, pero merecerá la pena. Un centro de Olivella desde la derecha lo va a rematar de cabeza acrobáticamente, lanzándose en plancha, el brasileño Evaristo, anticipándose a la intervención de Vicente. La fotografía que muy oportunamente captará tan espectacular tanto va a dar la vuelta al mundo, y aun hoy es de inserción obligada en cualquier libro que glose la trayectoria del Barça, cincuenta y cinco años después. Tomamos prestada la pluma del prestigioso periodista deportivo barcelonés Alfredo Rueda, en un artículo publicado en el especial navideño de la revista «Barça» en 1969, para recrear con mayor detalle un gol tan hermoso como histórico:

“Cuando el fotógrafo hundió su dedo sobre el disparador de su máquina actuó con esa inexplicable intuición que permite al profesional del periodismo gráfico dar un testimonio de los más asombrosos momentos de un partido para solaz y satisfacción de los aficionados. El balón partió de la derecha. El Barcelona atacaba sobre la portería norte del Camp Nou. De pronto, la pelota centrada por Olivella, parecía buscar la cabeza del ariete azulgrana Evaristo. Era un balón peligroso para Vicente, pero quedaba a medio camino entre él y Evaristo. Lógicamente tenía ventaja Vicente, ya que el portero puede emplear sus brazos, en este caso los largos brazos de un guardameta de elevada estatura, ante un delantero centro de talla media. En verdad, mientras el balón describía una curva perfecta sobre la boca de gol, pocos creían que Evaristo iba a poder ganar la acción a Vicente. De pronto, el delantero del Barcelona se lanzó en plancha por los aires. Su decisión fue más bien la actitud de un hombre que confía en poder volar, así como suena. Y el poder, la convicción de Evaristo, le llevaron hasta el balón antes de que Vicente pudiera tocar la pelota con su mano derecha extendida con auténtica desesperación. Evaristo conectó un violento cabezazo. Cien mil gargantas prorrumpieron en el grito mágico del fútbol: ¡¡ Gol !!

Pero no todos quedaron tan contentos con el resultado final. En el Real Madrid se insistiría largamente en los cuatro goles, cuatro, que el colegiado inglés Mister Leafe les había anulado, cargándole expresamente con la responsabilidad de su eliminación. Por su parte Brocic va a dejar también para la historia una frase que más o menos decía lo siguiente: «el Real Madrid es un equipo muy grande, tanto, que sólo el Barcelona puede eliminarlo».

A TRANCAS Y A BARRANCAS

Tras la gran hazaña continental, de nuevo el regreso a la realidad liguera de cada jornada, donde el Barça aun tenía todas sus opciones intactas. Por más que no fuese capaz de ganar en Granada, donde los locales realizaron un magnífico partido y a punto estuvieron de conseguir la victoria, aunque el choque acabó en tablas – 1 a 1-, con gol azulgrana a cargo de Evaristo. Ahora el Real Madrid aventajaba a los pupilos de Brocic en dos puntos. Pero el espectáculo debe continuar, como siempre dicen en los USA, ¿y a que no adivinan quién iba a ser el próximo visitante del «Camp Nou»? Pues sí, precisamente ese mismo equipo que están pensando…

El partido, como no podía ser de otro forma, lo van plantear los madridistas muy enrabietados, a modo de revancha de su recentísima eliminación. De manera que el 4 de Diciembre de 1960 comparecieron en el feudo barcelonista dispuestos a borrar la humillación de la infamante derrota de once día antes (que en realidad no lo había sido en absoluto, pues cayeron por la mínima ante un conjunto del potencial del azulgrana). Y en esta ocasión la fortuna va a sonreírles, aunque justo es reconocer su superioridad, basada en buena medida en el gran partido de Gento, que se impuso siempre a Olivella en su duelo particular, y bien puede decirse que allí terminó la carrera del defensor del Poble Sec como lateral. Di Stefano y Del Sol adelantaron al Madrid, y Eulogio Martínez y Villaverde equilibraron la contienda. Pero entonces comenzó el gran show del extremo cántabro, autor del tercer gol, con el cual se llegó al descanso. En la segunda mitad nuevamente Gento y Di Stefano colocaron un claro 2 a 5 en el marcador, reduciendo distancias Kubala con el tercer tanto azulgrana. Nada que reprochar a la victoria merengue, cimentada en un demoledor contraataque, ante el que de poco sirvió el dominio territorial barcelonista. Este fue el equipo que presentó  Brocic en el encuentro de la máxima: Ramallets; Olivella, Garay, Gracia; Vergés, Segarra; Kubala, Evaristo Eulogio Martínez, Suárez y Villaverde.

Con este resultado el Real Madrid aventajaba ya al Barça en cuatro puntos, distancia que se incrementaría a cinco en la siguiente jornada, en la que los blancos vencieron apuradamente al Real Valladolid, mientras que los azulgranas no pasaban del empate en «La Romareda» ante el Real Zaragoza, con gol de Luís Suarez. El título comenzaba a alejarse  de  un Barça demasiado irregular, asolado por una plaga de continuas lesiones  que obligaban a introducir cambios en la formación titular a cada partido. Por otra parte, el Real Madrid se estaba mostrando intratable, y llevaba también camino de pulverizar todos los records.

La jornada número catorce será testigo de otra nueva exhibición merengue, esta vez  en terreno del Betis, donde también ganaron “sin apearse del autobús “ (0 a 5), mientras que el Barça derrotaba por 4 a 2 en el «Camp Nou» a un Mallorca que dio más guerra de la esperada en su primera visita liguera, y al que únicamente la facilidad goleadora de Evaristo (3 tantos) consiguió doblegar. El otro gol lo marcaría Suarez. La portería del conjunto de la Isla de la Calma estaba defendida por el hijo del mismísimo Ricardo Zamora, «el Divino»

La Liga va a sufrir un parón debido a la Navidad, y el día 27 de Diciembre se jugará en terreno barcelonista un nuevo partido de Copa de Ferias. El adversario no parecía excesivamente temible – el Hibernians de Edimburgo-, pero los escoceses van a ser un hueso demasiado duro de roer y se irán para sus lares con un merecido empate a cuatro. Por el Barça marcaron Kocsis, en tres ocasiones, y Evaristo, y se alineó el siguiente equipo: Ramallets; Segarra, Garay, Gracia; Verges, Gensana; Villaverde, Kocsis, Evaristo, Kubala y Beitia. El año 1960 se despide con mal humor por parte de los socios y seguidores culés, y la figura el entrenador, como de costumbre,  está en el punto de mira. El juego del equipo no convence, y se rumorea el próximo cese del técnico balcánico

Finaliza la primera vuelta el día de Año Nuevo de 1961, y bien puede decirse que esa tarde se acabaron las remotas esperanzas que podía albergar el Barça de volver a revalidar su título de campeón, pues el Real Oviedo, con gol del ex-azulgrana Hermes González – vence en su feudo de «Buenavista» por 1 a 0, dejando ya al Barça a siete puntos del Real Madrid, y superado incluso en la segunda posición por el Atlético de Madrid. Para colmo de males, se va a lesionar Luís Suárez. Los números del equipo en esta primera ronda no son precisamente para tirar voladores: 19 puntos, que se desglosan en 8 victorias, 3 empates y 4 derrotas, con 33 goles a favor y 20 en contra.

Se inicia la segunda vuelta con un resultado negativo en el Camp Nou, donde el Athletic de Bilbao arranca un empate a dos que supondrá el final de Ljubisa Brocic como entrenador del Barcelona, cuando tan sólo llevaba seis meses en el cargo. Aguirre hizo los dos goles rojiblancos, mientras que Evaristo y Tejada marcaban los tantos de un renqueante Barça que formó así en el que va a ser último partido del serbio como responsable del cuadro catalán: Ramallets; Olivella, Garay, Gracia; Vergés, Segarra; Tejada, Kocsis, Evaristo, Kubala y Villaverde. Y el Madrid,  a 8 puntos ya.

Llegados a esa situación, se dudaba abiertamente del liderazgo de Brocic, y se aseguraba que-sin menoscabo de sus cualidades personales y técnicas-el equipo en nada había ganado cambiando a Helenio Herera por el balcánico. Los malos resultados y las continuas lesiones – que algunos achacaban a sus peculiares métodos de entrenamiento – le ponían en la picota, a pesar de ser también responsable de una verdadera proeza, tal como fue la eliminación del Real Madrid en octavos de final de la Copa de Europa. Además, se argumentaba que el fichaje de Garay, de cuya gran calidad nadie dudaba, había alterado el estilo de la defensa azulgrana, pues al tratarse de un central muy técnico, al que le gustaba salir con el balón controlado  y abandonar frecuentemente sus dominios, ello redundaba en la inseguridad de las líneas traseras, que estaban recibiendo más goles de lo habitual.

A las 9 de la noche del 12 de enero de 1961, el Club de Fútbol Barcelona va a convocar en su sede social de la Vía Layetana a la prensa deportiva de la Ciudad Condal, para darle cuenta puntual de sus últimas y trascendentes decisiones, según cuenta «El Mundo Deportivo» en su edición del día siguiente. La reunión tuvo lugar en el más amplio de los salones del local barcelonista, con la presencia de los componentes  del Consejo Directivo del Club, encabezados por su presidente, Miró-Sans, que tomó la palabra para comunicar que los acontecimientos deportivos se habían precipitado en las últimas horas, y aconsejaban «una estructuración vertebral de urgencia», que quedaba reflejada en la nota oficial que a continuación va a dar lectura el secretario del club, don Joaquin Viola Sauret, futuro alcalde de Barcelona en los años 1975-76, y asesinado más tarde en su propio domicilio junto con su esposa por un grupo terrorista :

«El Consejo Directivo del Club de Fútbol Barcelona ha estudiado con tiempo cierta reorganización de gobierno y servicios del club, ponderando debidamente el aspecto deportivo y el económico-administrativo, que están en innegable y recíproca dependencia. El momento actual aconseja no demorar la reforma. El rendimiento de nuestro primer equipo profesional en sus últimas actuaciones, no corresponde a las esperanzas depositadas en su valía, ni a la responsabilidad que tenemos contraída de defender nuestro glorioso nombre, y aun el de todo el fútbol nacional en las competiciones de Copa de Europa y Copa de Ferias, pero hasta el último minuto debemos esforzarnos en ganar o mejorar nuestra posición en las competiciones nacionales. Otra cosa, sería una deserción moral.

Ciertamente, la continuidad en el número y gravedad de nuestros lesionados, puede ser una parcial justificación, nunca total. Por ello nuestro primordial objetivo es rectificar el signo y volver a la vía de los triunfos propuestos y que nuestra afición legítimamente demanda, así como lograr la mayor solidaridad entre todos los buenos barcelonistas, cuya fe y respectivo deber no puede naufragar si el momento presenta dificultad.

A dicho fin, por unanimidad, se han tomado los siguientes acuerdos:

1º. Delegar la gestión ordinaria del Consejo en la Comisión Ejecutiva, prevista en el artículo 45 de los Estatutos, y compuesta por el Presidente, el Secretario, el Contador y el Tesorero, sin perjuicio de especiales delegaciones en otros miembros del Consejo, para cometidos determinados.

2º. Intensificar las relaciones interiores y exteriores del club.

3º. Aceptar el cese, a petición propia, del entrenador don Ljubisa Brocic, cuya caballerosidad y entrega a su labor merecen nuestro público reconocimiento, haciéndose  cargo de nuestro primer equipo profesional, don Enrique Orizaola, con toda la autoridad, autonomía y responsabilidad propias de tan delicado cargo.

4º. Reestructurar nuestros servicios técnico-deportivos, de modo que profesionales, en Comité o individualmente, tengan distribuida toda la competencia y respectiva responsabilidad, sin otras interferencias del Consejo que las connaturales a su alta misión de gobierno, especialmente en cuanto a la jerarquía y disciplina, y relaciones económico-contractuales.

Confiamos que estas medidas y voluntad sin reservas y coordinada de cuantos deseen cumplirlas y desarrollarlas, servirán eficazmente a los fines propuestos, se restablecerá la efusión barcelonista, a lo que nunca será obstáculo nuestro personal sacrificio, lograremos la necesaria colaboración de la sensata critica y, en definitiva, se levantará la moral de nuestros jugadores, para volver al nivel de victoria en todas las competiciones, al tiempo que se sentarán bases firmes para lograrlo en las venideras y para el desarrollo esplendoroso de nuestro querido club»

Y firman, en Barcelona a 12 de enero de 1961, el Presidente, Francisco (sic) Miró-Sans, y el Secretario, Joaquín Viola. Era evidente la voluntad de concentrar fuerzas-y poder-en un reducido núcleo dirigente, para afrontar el delicado momento, deportivo y económico, por el que atravesaba la entidad blaugrana. Y de este modo el joven técnico cántabro, que  había entrado en Can Barça casi de hurtadillas, con la misión de apoyar en todo lo posible a Brocic  para que este consiguiese su título de entrenador homologado para España, se veía ahora repentinamente responsabilizado  de la dirección de una gran plantilla que, si bien deambulaba con más pena que gloria por la Liga, aun seguía viva y coleando en las dos competiciones continentales.

UN TÉCNICO TROTAMUNDOS

Brocic03Pese al cese, el prestigio de Brocic no había desaparecido de la noche a la mañana, de manera que va a recibir otra oferta para seguir entrenando en nuestro país. Pero en esta ocasión no vendrá de uno de los «grandes», sino de un conjunto recién ascendido por primera vez a la División de Honor, el Club Deportivo Tenerife, y hacia las Islas Canarias se irá el buen técnico serbio. Los tinerfeños tenían un buen conjunto, en el que formaban varios jugadores que pronto serían figuras en el fútbol español, como eran los Ñito, Colo, Santos, Justo Gilberto, o José Juan, junto a futbolistas de reconocida solvencia, pero aun así su paso por la Primera División va a ser fugaz.Brocic va a dirigir al Tenerife solamente en las primeras ocho jornadas del Torneo de la Regularidad, y eso que los chicharreros debutaron con muy buen pie en la máxima categoría, goleando en el «Heliodoro Rodríguez López» a la Real Sociedad por 4 a 1, con tantos del posteriormente «magnífico» Eleuterio Santos (2), Paquillo y José Juan, y la siguiente formación: Ñito; Colo, Correa, Paquillo; Villar, Álvaro; Zubillaga, Santos, José Juan, Padrón y Aguirre. En la segunda jornada cayeron en «Sarriá» por 2 a 0, algo previsible, así como la derrota en su propio feudo ante el Barça a la semana siguiente, por 1 a 3, que les ponía ya con negativos, aunque en la cuarta jornada, y de nuevo en casa, volverían a vencer con amplitud, en esta ocasión a un Mallorca que sorprendentemente había arrancado con gran fuerza y ostentaba el liderato, 3 a 0, en un excelente encuentro donde marcaron Santos, Beitia y Aguirre de penalti.

A esas alturas eran sextos en la tabla, pero en la fecha siguiente fueron goleados en «San Mamés» por el Athletic, 5 a 0, y siete días más tarde, en un nuevo desplazamiento a la Península, van a caer por un solitario tanto, y de penalti, en el «Metropolitano» frente al Atlético de Madrid, y luego en la séptima volverán a sucumbir en el «Heliodoro…», aunque nada menos que ante el campeón, el Real Madrid (0 a 3), algo muy lógico, por otro lado. Son decimoterceros, con 4-4, pero en la octava jornada logran su tercera victoria, ante un gris Valencia, y entonces justamente es cuando va a ser cesado Brocic, con el equipo en zona de promoción, en el puesto 14, con 6 puntos y 4 negativos, pero habiendo jugado con los rivales más difíciles a excepción del Zaragoza.

Le sustituirá Vicente Gimeno Perales, provisionalmente durante tres jornadas, y a partir de la fecha número 12 ocupará el banquillo Enric Rabassa, paradójicamente el mismo técnico a quien él relevó en el Barça, y que no conseguirá finalmente la permanencia. Con posterioridad el preparador serbio seguirá ejerciendo su profesión durante casi dos décadas, tanto en Oriente Medio como en nuestras antípodas, puesto que dirigirá a las selecciones de Kuwait, Bahrein-donde se retirará de los banquillos-y Nueva Zelanda, así como al conjunto australiano South Melbourne Hellas. Va a fallecer precisamente en dicha ciudad el 16 de agosto de 1995, a la edad de 83 años.

Pero su debut no hizo honor al tópico, pues el Barça regresó derrotado de una nueva salida teóricamente asequible, a Valladolid, donde los locales se impusieron por un gol a cero, marcado por un joven e impetuoso ariete navarro llamado José Antonio Zaldúa. Esta fue la primera alineación presentada por el montañés: Ramallets; Olivella, Garay, Gracia; Vergés, Segarra; Tejada, Villaverde, Evaristo, Kubala y Beitia. La derrota al miércoles siguiente, en un amistoso internacional ante la Universidad de Chile en el Camp Nou – en una partido en el que actuaron varios jugadores del Condal – no pasó de ser un hecho anecdótico, pero en aquella temporada hasta las anécdotas adquirían tintes negativos.

Tres jornadas ligueras consecutivas llevaba sin vencer el Barça, un hecho que seguramente no se registraba desde hacía mucho tiempo, pero al menos en la que hacía el número 18 se quebró la mala racha, aunque fuera de forma apurada, en el propio Camp Nou y ante un rival de los teóricamente  inferiores, el Real Betis Balompié de los Daucik, padre e hijo. Gensana y Kubala hicieron los goles barcelonistas, y el equipo formó con: Ramallets; Foncho – que hacía así su debut en encuentro oficial-, Garay, Gracia; Vergés, Gensana; Tejada, Villaverde, Kocsis, Kubala y Beitia. Pero al domingo siguiente, vuelta a las andadas. En los Campos de Sport del Sardinero, el Racing de Santander derrota a un Barça desconocido por 1 a 0,  mediante a un tanto marcado por un ex-barcelonista, Francisco Sampedro, el héroe de la final copera del 57. Y la diferencia con respecto al Real Madrid era ya de auténtico escándalo: 12 puntos. Este fue el once que actuó en la capital montañesa: Ramallets; Foncho, Garay, Gracia; Gensana, Vergés; Tejada, Ribelles, Eulogio Martínez, Evaristo y Villaverde.




Challenge Internacional del Sur de Francia 1910-1914

ChallengeInternacional01La (erróneamente) conocida como Copa de los Pirineos es una competición prácticamente olvidada que no pocos estadísticos e historiadores omiten cuando enumeran los títulos internacionales obtenidos por el FC Barcelona. Además es una de esas competiciones sobre las que sobrevuela la duda de la oficialidad y, para más inri, resulta complicado obtener un relato mínimamente coherente sobre su génesis e incluso una relación de resultados.

Desde 1898 existía una competición futbolística llamada Challenge International du Nord en la que participaban, inicialmente, clubes del norte de Francia y de Bélgica. La iniciativa fue del Sporting Club de Tourcoing, canalizando el malestar existente entre los equipos del norte de Francia ante la exclusión que padecían por parte de la USFSA (Union des sociétés françaises de sports athlétiques), entidad polideportiva que organizaba desde 1894 un primer Campeonato de Francia de fútbol únicamente con clubes de París y su área metropolitana. En España hubo un intento de imitar a la USFSA, la Federación Gimnástica Española [1].

Posteriormente la Challenge du Nord se amplió a clubes suizos, neerlandeses e incluso ingleses. Se disputó hasta la Primera Guerra Mundial.

En 1909, ante el éxito que había alcanzado la competición norteña, y pese a que el Campeonato de Francia organizado por la USFSA se había ido ampliando paulatinamente a todos los clubes del país, un mecenas occitano (Monsieur Labat) desde el Comité de los Pirineos de la USFSA tuvo la iniciativa de realizar una competición similar en el sur de Francia, ampliada a algunos clubes españoles. Nacía así el Challenge International du Sud de la France, cuya convocatoria y reglamentos aparecían en El Mundo Deportivo el 26 de agosto de 1909 (pág. 4) traducidos del francés (de forma curiosa en algunas expresiones) por el exdirectivo y jugador del FC Barcelona Miquel Mensa:

«Challenge Internacional del Sud de Francia

Los clubs que forman el Comité de los Pirineos, han acordado celebrar un importante concurso, cuyo reglamento han enviado, rogándonos su publicación, lo que con gusto hacemos:

REGLAMENTO

1º Se ha organizado un Concurso Internacional de Foot-ball, denominado  «Challenge International du Sud de la France», dotado con un «Challenge» ofrecido por el Comité de los Pirineos, que se disputará todos los años.

Este concurso será anual y organizado bajo el patronato del Comité de los Pirineos, fijando el mismo la fecha del concurso y las ciudades diferentes donde deben jugarse las pruebas eliminatorias.

Sólo serán admitidas a tomar parte, para disputarse la «Challenge», las Sociedades Francesas reconocidas por la «U.S.F.S.A.» y tomando parte los Comités Regionales de Cuyenne [sic][2] y Gascogne, Languedoc, Pyrenées y los clubs españoles de Barcelona, Irún y San Sebastián.

4º Los clubs que se adhieran a la «Challenge International» concurrirán a disputarla con los gastos por su cuenta.

En caso de recaudarse en los partidos (eliminatorias, semi-final y final) cantidad suficiente para liquidar gastos, el resto se dividirá en 8 partes, en la forma siguiente: 3/8 cada club contendiente, 3/8 al poseedor del terreno y  1/8 cada Comité Regional, de donde dependan los dos clubs concursantes.

5º Cada país o región hará jugar los partidos eliminatorios entre los equipos inscriptos a la «Challenge», al fin de presentarse un solo club a la semi-final y final.

6º El match final se jugará en Toulouse, en el terreno que designe el Comité de los Pirineos.

7º Los clubs Franceses y Españoles, en los terrenos que se jugarán los partidos, son encargados de la organización del encuentro, de acuerdo con el Comité de los Pirineos.

8º  Los jueces serán designados por el Comité de los Pirineos y escogidos por medio de los miembros de la «U.S.F.S.A.», no pudiendo, en ningún caso, ser socio de los clubs contendientes. Los gastos de viaje en 2ª clase, más un día de pensión, serán a cargo del club donde tendrá lugar el encuentro.

9º El Comité de los Pirineos será único competente para recibir las reclamaciones y arreglar las diferencias entre los clubs.

Toda reclamación deberá ir acompañada de la suma de 10 fr., que será reembolsada si la reclamación es fundada.

10º  El equipo victorioso de la última prueba recibirá la «Challenge» guardándola, bajo su responsabilidad, durante un año.

11º Cada uno de los jugadores de ambos equipos que jueguen la final recibirán una medalla.

12º La lista de inscripciones que empieza el 25 de Julio 1909, será cerrada el 1º de Octubre de 1909. Las eliminatorias deberán ser terminadas [sic] el 15 de Abril de 1910. La semi-final y final se jugarán en las fechas siguientes: 1º de Mayo y 8 de Mayo de 1910.

Estas fechas no podrán ser cambiadas a menos que los equipos designados tengan la fecha comprometida para el Campeonato de su región.

13º Cada sociedad al enviar su inscripción, deberá remitir, a título de derecho de inscripción, la suma de 20 fr.

En caso de no poder presentarse, la declaración deberá hacerse 8 días antes de la fecha del partido bajo pena de una multa que evaluará el Comité Regional, donde deba tener lugar la prueba.

14º La «Challenge International du Sud de la France», está sometida al reglamento de la «U.S.F.S.A.» y toda sociedad que deje de cumplirlo extrictamente [sic], será descalificada.

15º El objeto de arte será devuelto cada año, 15 días antes de la prueba, al Sr. Secretario General del Comité de los Pirineos, bajo pena de multa.

16º El Comité de los Pirineos se reserva el derecho de completar o modificar el presente reglamento, así como decidir la suspensión de la «Challenge» si el número de inscriptos [sic] no es suficiente.»

ChallengeInternacional02Esta es la crónica del desarrollo de las diferentes ediciones jugadas del torneo, con los resultados y alineaciones conocidas:

PRIMERA EDICIÓN DE LA «CHALLENGE INTERNACIONAL DEL SUR DE FRANCIA» 1910

24-04-1910  SEMIFINALES

Cette (en la actualidad Sète):

FC BARCELONA – OLYMPIQUE CETTOIS 1 – 1 (Graell/Allias)

Barcelona: Solá, Bru, Amechazurra, Sanz, Peris, C. Wallace, Forns, Graell, C. Comamala, Steinberg, Llonch.

Olympique Cettois: Diffre, Bayron, Gascard, Lorrain, Garnier, Encontré, Owen, Artaud, Rambaud, Vernet, Allias.

Árbitro: Labat (FRA)

El equipo francés (reforzado por jugadores del Montpellier y del Nimes) no quiso disputar la prórroga «porque estaban extenuados» y prefirieron quedar eliminados. (El Mundo Deportivo, 28 de abril de 1910, pág. 4.)

Ondarreta:

REAL SOCIEDAD 8-0 STADE TOULOUSAIN

01-05-1910 FINAL

Toulouse:

FC BARCELONA – REAL SOCIEDAD 2 – 1 (Graell, Rodríguez/Prast)

Barcelona: Solá, Bru, Amechazurra, Peris, Aguirreche, Grau, Forns, Graell, C. Comamala, Rodríguez, C. Wallace

Real Sociedad: Bea, Goinaz, Arocena, Arrillaga, Echeverria, Belauste, Mac-Guiness, Goitisolo, Lacort, Simmons, Prast.

Árbitro: Labat (FRA)

(El Mundo Deportivo, 5 de mayo de 1910, pág. 3.; El Pueblo Vasco, 3 de mayo de 1910, pág.1)

ChallengeInternacional03SEGUNDA EDICIÓN DE LA «CHALLENGE INTERNACIONAL DEL SUR DE FRANCIA» 1911

07-05-1911 SEMIFINALES

Cette (en la actualidad Sète):

FC BARCELONA – OLYMPIQUE CETTOIS 2 – 1 (C. Comamala, 2/?)

Barcelona: Reñé, Bru, Amechazurra, Quirante, Peris, Grau, Forns, P. Wallace, C. Comamala, C. Wallace, A. Comamala.

Olympique Cettois: Razias, Gascard, Villarde, Lorrain, Artau, Gatesne, Bégot, Bagnols, Roussel, Pignemal, Vernet.

Árbitro: Labat (FRA)

(El Mundo Deportivo, 11 de mayo de 1911, pág. 4.)

Toulouse:

BORDEAUX  – STADE TOULOUSAIN 2-1

(El Mundo Deportivo, 11 de mayo de 1911, pág. 4.)

14-05-1911 FINAL

Toulouse:

FC BARCELONA – BORDEAUX 4 – 2 (P. Wallace, C.Wallace 2, Comamala/Mauret, Lucas)

Barcelona: Reñé, Bru, Amechazurra, Quirante, Peris, Grau, Forns, P. Wallace, C. Comamala, C. Wallace, Espelta.

Bordeaux: Cassel, Blond, Weigand, Rossie, Friez, Bonnet, Peret, Lucas, Mauret, Train, Tellier.

Árbitro: Labat (FRA)

(El Mundo Deportivo, 18 de mayo de 1911, pág. 4).

Imagen de la final de 1911 FC Barcelona - Bordeaux

Imagen de la final de 1911 FC Barcelona – Bordeaux

TERCERA EDICIÓN DE LA «CHALLENGE INTERNACIONAL DEL SUR DE FRANCIA» 1912

PRIMERA RONDA:

SPORTING NIMES – OLYMPIQUE CETTE 3-1

STADE BORDELAIS UC- LA COMÈTE ET SIMIOT BORDEAUX 5-2

10-03-1912 CUARTOS DE FINAL

Barcelona:

FC BARCELONA – RCD ESPAÑOL 3 – 2 (Pattullo 2, Steel/Burnett, Hodge)

Barcelona: Reñé, Irizar, Amechazurra, Rozitsky, Lambe, Wilson, Rodríguez, Steel, Patullo, Summer, Peris.

Español: Gibert, C. Wallace, S. Massana, La Riva, Gibson, Sanpere, Allack, P. Wallace, Hodge, Burnett, Comamala.

Árbitro: Hamilton

(El Mundo Deportivo, 14 de marzo de 1912, pág. 4.)

El Español presentó una protesta formal ante la USFSA por el arbitraje de Hamilton.  (El Mundo Deportivo, 28 de marzo de 1912, pág. 4.)

SC NIMOIS –  MARSEILLE 6-2

STADE TOULOUSAIN – STADE BORDELAIS UC 0-1

CLASIFICADO STADE BORDELAIS UC

REAL SOCIEDAD CLASIFICADA DIRECTAMENTE

SEMIFINALES

STADE BORDELAIS UC – REAL SOCIEDAD

CLASIFICADO EL STADE BORDELAIS POR W.O.

FC BARCELONA- SC NIMOIS

CLASIFICADO EL FC BARCELONA POR W.O.

La protesta del Español fue desechada. (El Mundo Deportivo, 25 de abril de 1912, pág. 4.)

El Nimes y la Real Sociedad renunciaron a jugar las semifinales. (El Mundo Deportivo, 2 de mayo de 1912, pág. 5.)

05-05-1912 FINAL

Toulouse:

FC BARCELONA – STADE BORDELAIS UC 5 – 3 (Morales 3, Massana, Rodríguez/?)

Barcelona: L. Peris, Irizar, Amechazurra, Berdié, Massana, Wilson, F. Armet, Rodríguez, Steel, Morales, E. Peris.

Stade Bordelais: Gleuck, Hauret, Lucas, Blummer, Mimaud, Plaud, Lassalle, Gregi, Gros, Fuentes, Cazeaux.

Árbitro: Ginesty (FRA)

(El Mundo Deportivo, 9 de mayo de 1912, pág. 3.)

CUARTA EDICIÓN DE LA «CHALLENGE INTERNACIONAL DEL SUR DE FRANCIA» 1913

30-03-1913 CUARTOS DE FINAL

Barcelona:

FC BARCELONA – CASUAL SC 7 – 0 (Steel 3, Allack 2, Apolinario 2)

Barcelona: Reñé, Irizar, Amechazurra, Rozitsky, Massana, Greenwell, Forns, Steel, Apolinario, Peris.

Casual: Solá, C. Comamala, Quirante, Janer, A. Comamala, Ponsá, Mensa, Tormo, Wallace, Llonch, Ramírez.

(El Mundo Deportivo, 3 de abril de 1913, pág.4.)

RCD ESPAÑOL CLASIFICADO DIRECTAMENTE

06-04-1913 SEMIFINALES.

Barcelona:

FC BARCELONA – RCD ESPAÑOL 1-3* (Greenwell/Morales 2, ?)

Barcelona: Reñé, Irizar, Amechazurra, Rozitsky, Massana, Bori, Forns, Allack, Steel, Apolinario, Greenwell.

Español: Gibert, Carruana, Massana, Baonza, Hodge, Sanpere, Barret, Darley, Harrisons, A. Morales, R. Morales.

Árbitro: Naudy (FRA)

El Barcelona jugó la segunda mitad con 10 jugadores por una agresión de Massana a Steel que le impidió seguir jugando. Partido impugnado por alineación indebida de 3 ingleses traídos por el Español para este partido, resultando clasificado el FC Barcelona. (El Mundo Deportivo, 8 de mayo de 1913, pág. 5.)

LA COMÈTE ET SIMIOT BORDEAUX – STADE TOULOSAIN 4-3

08-06-1913 FINAL.

Barcelona:

FC BARCELONA – LA COMÈTE ET SIMIOT BORDEAUX 7-2 (Alcántara 2, Berdié 2, Forns, Allack, Massana/?)

Barcelona: Reñé, Berrondo, Amechazurra, Rozitsky, Massana, Greenwell, Forns, Allack, Berdié, Alcántara, Peris.

La Comète et Simiot: Noellen, Pepion, Cayre, Serre, Damazan, Donadieu, Sandowal, Rundge, Kieffer, Soulie, Dablanc.

Árbitro: Naudy (FRA)

(El Mundo Deportivo, 12 de junio de 1913 págs. 3-4.) Aparecen en la crónica comentarios despectivos sobre el torneo y sobre los equipos franceses («tan poco agradables como de costumbre»).

Paulino Alcántara en la final de 1913

Paulino Alcántara en la final de 1913

QUINTA EDICIÓN DE LA «CHALLENGE INTERNACIONAL DEL SUR DE FRANCIA» 1914

03-1914 CUARTOS DE FINAL

Barcelona:

FC BARCELONA – CE SABADELL 5 – 0 (P. Wallace 2, Bau 2, Alcántara)

Barcelona: Bru, Molins, Amechazurra, Berdié, Massana, Carlier, Mallorquí, P. Wallace, Bau, Alcántara, Peris.

Sabadell: Fíguls, Luis, Casas, Moix, Monistrol, Comas, Llonch, González, Aragay, Retana, Gallech.

Árbitro: Greenwell

(El Mundo Deportivo,  19 de marzo de 1914, pág. 4.)

Barcelona:

FC ESPAÑA -UNIVERSITARI SC 1-0 (Passani)

España Reñé, Mariné, Reguera, Salvo, Casellas, Prat, Bellavista, Passani, Baró, Osanz, Salvo (N.).

Universitari: Cuervo, Varela, Batlle, Puntas, Alemany, Malo, Ozores, Armet, Janer, Varela (F.), Folguera.

Árbitro: Amechazurra

(El Mundo Deportivo, 5 de marzo de 1914, pág. 4.)

29-03-1914 SEMIFINALES

Barcelona:

FC ESPAÑA – FC BARCELONA 5 -2 (Bellavista 4, Baró/Peris, Bau)

España: Puig, Farriols, Mariné, Prats, Casellas, Salvo, Villena, Baró, Bellavista, Passani, Coletas.

Barcelona: Bru, Reguera, Molins, Berdié, Massana, Greenwell, Mallorquí, Oller, Bau, Alcántara, Peris.

Árbitro: Nandy (FRA)

Hubo graves incidentes e invasión de campo. Molins agredió a Salvo propiciándole un puñetazo que le dejó inconsciente. (El Mundo Deportivo, 2 de abril de 1914, pág. 4.)

LA COMÈTE ET SIMIOT BORDEAUX – US ALBIGEOISE 5-0

24-05-1914 FINAL

Toulouse:

FC ESPAÑA – LA COMÈTE ET SIMIOT BORDEAUX 3-1 (Salvo 2, Bellavista/Lamvald)

España: Puig, Ribera, Mariné, Prats, Casellas, Salvo, Villena, Baró, Bellavista, Passani, Salvo.

La Comète et Simiot: Noellen, Barrieusse, Oneire, Altané, Souliè, Damazán, Riquelté, Dablanc, Lemele, Lamvald, Sasaux.

Árbitro: Durand (FRA)

(El Mundo Deportivo, 28 de mayo de 1914, pág. 7.)

El FC España en la temporada 1913-1914

El FC España en la temporada 1913-1914

CONCLUSIONES

– No existen dudas sobre la oficialidad del torneo, ya que fue organizado por el Comité de los Pirineos, una de las federaciones territoriales que conformaban la USFSA, organismo polideportivo que hacía las funciones de Federación Francesa de Fútbol desde su nacimiento en 1887 hasta su desaparición en 1920 y que organizaba un Campeonato de Francia entre los vencedores de los campeonatos organizados por los comités regionales. Inicialmente podían participar en la Challenge Internacional del Sur de Francia equipos de los consejos meridionales de la USFSA [Guyena/Gascuña (Aquitania), Pirineos (Midi-Pyrénés) y Languedoc (Languedoc-Rosellón)] y clubes españoles de San Sebastián, Irún (que nunca participaron) y Barcelona. Posteriormente el ámbito territorial se extendió a otras zonas de Francia como la Provenza (Comité del Litoral), y llegó a participar un club que era de la provincia de Barcelona pero no de la ciudad (el CE Sabadell). No existen dudas sobre su oficialidad pero puede haberlas sobre su condición de competición internacional, nacional o regional. Estaba organizada por un Comité Regional (el equivalente a una Federación de ámbito autonómico o regional) de una Federación Francesa, aunque algunos clubes españoles de determinadas ciudades pudieran participar y el nombre escogido incorporara términos contradictorios («internacional» y «del Sur de Francia»).

– Pese a ser una competición francesa los clubes franceses mostraron menos interés que los de la ciudad de Barcelona. Ese desinterés fue aumentando con los años, en la última edición (1914) participaron cuatro equipos catalanes y sólo uno francés. Esta cierta desidia de los clubes franceses y el bajo nivel que presentaban despertó críticas en Barcelona. Tanto hacia ellos como hacía la propia competición.

– En la prensa francesa de la época, incluso en la de ciudades como Burdeos o Tolosa de Languedoc, es difícil encontrar noticias de la competición, que fue seguida con mayor interés por la prensa de Barcelona o por la de San Sebastián (en este caso en la primera edición por la participación de la Real Sociedad).

– El nombre del torneo era Challenge Internacional del Sur de Francia. Challenge podría traducirse como «desafío», pero desde luego la competición no se llamaba Copa de los Pirineos como es comúnmente conocida, la confusión nace por el comité regional que la organizaba (el Comité de los Pirineos, responsable del fútbol en la región de los Midi-Pyrénées).

– Desapareció tras la Primera Guerra Mundial, la USFSA había entrado también en crisis y descomposición ante los cambios sociales y políticos en Francia que se extendían al deporte. Todas sus ediciones fueron ganadas por clubes de Barcelona: cuatro por el FC Barcelona y una por el desaparecido FC España.

– En los últimos años, en el contexto del llamado «proceso» que se vive en Cataluña, se ha especulado con la posibilidad que el FC Barcelona pudiera acabar jugando la liga francesa de fútbol tras una hipotética independencia catalana. El propio primer ministro francés Manuel Valls (nacido en Barcelona, familiar del futbolista Arsenio Comamala y del compositor del himno del Barça Manuel Valls Gorina) ha realizado declaraciones al respecto. Lo que no ha recordado Valls ni nadie es que el FC Barcelona ya jugó una competición francesa hace más de cien años. Y la ganó.

Agradecemos la aportación de nuevos datos a Josep Puey y a «atotxa.org».

 


[1] Arrechea, Fernando (2012, 1 de septiembre): «La Federación Gimnástica Española. Entidad precursora de la Federación Española de Fútbol». Cuadernos de Fútbol, nº 35. CIHEFE

[2] Se referían a la región de la Guyena (Guyenne).




Enric Rabassa, un técnico olvidado (1960)

EnricRabassa01Miró-Sans va a destituir a Helenio Herrera a causa de la segunda derrota del Barça en el «Camp Nou» (la primera también se la había infligido el Real Madrid, en la Liga 57-58). Podía parecer sorprendente que con el brillante palmarés azulgrana de HH («doblete» el año anterior, y una nueva Liga y la final de la Copa de Ferias bien encarrilada) tuviera que dejar su puesto por culpa de la eliminación ante todo un tetracampeón europeo, algo nada extraño dado el inmenso potencial madridista. Los números de Herrera eran sencillamente excelentes (94 partidos oficiales dirigidos, con 71 victorias, 10 empates y tan sólo 13 derrotas, con 295 goles a favor y 95 tantos encajados, lo que arrojaba un porcentaje total de victorias del 75,33 %). Claro que el desencuentro de Herrera con la Directiva blaugrana ya venía de antiguo, debido a una acusada personalidad que levantaba ronchas, con el telón de fondo de las fuertes tensiones de tesorería que sufría la entidad a causa de la muy onerosa construcción del «Camp Nou»

El propósito del presidente era, al parecer, contratar como secretario técnico a César Rodríguez, el entrañable «Pelucas», y buscar juntos un nuevo ocupante para el banquillo. César, con casi 40 años, había retornado a la élite del fútbol español con el Elche, al que subió de Tercera a Primera en tan sólo dos temporadas, en calidad de jugador-entrenador. De hecho, el leonés va a presenciar el partido de vuelta de la final de la Copa de Ferias ante el Birmingham City, pero su compromiso con el conjunto franjiverde, que llegará bastante lejos en la Copa (hasta las semifinales), impidió su incorporación inmediata, y de ese modo, con el paso del tiempo, su opción se irá diluyendo.

La solución de emergencia, la más sencilla, será poner al equipo en manos del ayudante de Helenio Herrera, Enric Rabassa. Su nombre completo era Josep Enric Rabassa, Llompart, y había nacido en Barcelona el día 19 de abril de 1920. En su juventud fue jugador de equipos modestos como la U.E. de Sants, Badalona, Sant Celoni y Sant Sadurní , y en la temporada 1953-54 va a efectuar el Curso Nacional de Entrenadores, aprobándolo.  Se iniciará dirigiendo al Poble Sec, de la barriada barcelonesa del mismo nombre, para más adelante pasar a entrenar a los juveniles del Barça, y luego  convertirse en ayudante de Platko, Domenec Balmanya, y finalmente de Herrera, tarea que va a simultanear en la temporada 59-60 con la dirección del Condal, después de que su entrenador, Juan Gómez De Lecube, cesase en el cargo en la jornada 17. Suya va a ser la responsabilidad de afrontar el segundo partido de la final de la competición ferial, que el empate sin goles en St. Andrews había dejado bien encarrilada, y también la de tratar de revalidar el «doblete» de la temporada anterior, alzándose de nuevo con el triunfo en la Copa del Generalísimo. Pero vayamos por partes…

El debut de Rabassa en el banquillo barcelonista va a producirse en el terreno ferrolano de «Inferniño», el 1 de mayo de 1960. En realidad se trataba de un partido de mero trámite, por cuanto el Racing de Ferrol ya había sido ampliamente goleado en el «Camp Nou», en un encuentro celebrado entre los dos compromisos de Copa de Europa ante el Real Madrid. El resultado había sido de 7 a 1 a favor de los azulgranas, con tantos de Tejada (2), Kubala (2), Loayza, Martínez y Suco. En el choque de vuelta el Barça va a volver al imponerse por 1 a 3, conseguidos por Czibor, en dos ocasiones, y el peruano Loayza, y este fue el primer once presentado por Rabassa: Medrano; Olivella, Rodri, Pinto; Flotats,Vergés; Suco, Tejada, Loayza, Ribelles y Czibor.

El día 4 de mayo de 1960 el Barça saltó al césped del «Camp Nou» para dirimir el asalto final a la segunda edición de la Copa de Ferias con el siguiente equipo: Ramallets; Olivella, Rodri, Gracia; Vergés, Segarra; Coll, Ribelles, Martínez, Kubala y Czibor. El encuentro no tuvo demasiada historia, puesto que los catalanes se impusieron a los británicos sin grandes problemas por 4 goles a 1, marcados por  Martínez, Czibor (2) y Coll. El Barça contaba sus participaciones en dicho torneo por victorias. Lástima de la eliminación ante el Real Madrid, que abortó un hecho insólito durante mucho tiempo: la posibilidad de que un mismo club ganase dos competiciones continentales el mismo año.

EnricRabassa02El rival en octavos de final de la «Copa del Generalísimo» tampoco era precisamente de los más temibles, sino otro Segunda División, aunque con el aliciente de que se trataba de un cuadro de la región, el Terrassa (entonces «Tarrasa C.F. «). Sin embargo, plantearía mayores problemas que los gallegos de la ciudad departamental, aunque en absoluto insalvables. En el cuadro vallesano actuaban algunos jugadores con buena trayectoria en Primera, pero ya venidos a menos, como era el caso del ex-barcelonista Navarro II (Alfonso Navarro o «Navarrito», hermano de Joaquín «el Fifo) y el antiguo delantero del RCD. Español Cruellas. En el «Camp Nou» sólo cayeron por 4 a 2, en un partido que tampoco pasaría a los anales del deporte y en el que los goles azulgranas fueron obra de Martínez, por partida doble, Ribelles y Segarra. Esta fue la alineación azulgrana: Ramallets; Olivella, Rodri, Gracia; Vergés Gensana; Tejada, Ribelles, Martínez, Kubala y Czibor. En la vuelta, de nuevo se impuso el Barça al conjunto egarense, por un corto aunque suficiente 1 a 2, con goles de Martínez y Ribelles, y el siguiente once: Ramallets; Olivella, Gensana, Gracia; Vergés, Segarra; Tejada, Kubala, Martínez, Ribelles y Coll.

La siguiente eliminatoria ya fue harina de otro costal: nada menos que el «Rey de Copas», el Athletic de Bilbao, con el partido de vuelta en «San Mamés», donde el Barça había caído aquella misma temporada por 4 a 1. Rabassa puso en liza en el «Camp Nou» a Ramallets; Olivella, Gensana, Gracia; Vergés, Segarra; Tejada, Kubala, Martínez, Suárez y Czibor, y el resultado fue favorable para los colores azulgranas por 3 a 1, con goles de Kubala (2) y Tejada, pero dejaba aun las espadas en alto para la vuelta. El 12 de junio saltaron al césped de «la Catedral» los Ramallets; Vergés, Olivella, Gracia; Ribelles, Segarra; Tejada, Kubala, Martínez, Suárez y Villaverde, que no pudieron impedir que los leones les superasen de largo, consiguiendo un marcador que dejaba al cuadro catalán fuera del «Torneo del KO», 3 a 0.

Esta agitada  temporada 1959-60 va a finalizar con la disputa de cuatro encuentros internacionales de carácter amistoso. En los tres primeros, el Barça cayó ante la Sampdoria en Genova por 4 a 0, y se impuso en la Ciudad Condal a Monaco y Padova por 5 a 1 y 3 a 1, respectivamente, para cerrar la campaña en el «Camp Nou» el 3 de julio de 1960, recibiendo nada menos que la visita del Santos, con Pelé al frente. Y en esta ocasión los azulgranas podrán tomarse el desquite de la fuerte derrota encajada un año antes, 1 a 5, aunque presentando un equipo de circunstancias. Estos fueron los onces que disputaron tan atractivo compromiso: por el Barça, Ramallets; Segarra, Olivella, Gracia; Vergés, Ribelles; Tejada, Suárez, Martinez, Kubala y Villaverde, y por el conjunto paulista, Laercio; Carlos, Mauro, Calvet; Formiga, Zito, Dorval, Mengalvio, Coutinho, Pelé y Pepe. Los de Rabassa van a despachar una primera parte de ensueño, yéndose al vestuario con un concluyente 4 a 0 a su favor, obra de Kubala (2), Villaverde y Suárez, aunque en la reanudación los brasileños reaccionarán, consiguiendo tres goles (Pepe, en dos ocasiones, y el propio Pelé)

RABASSA FUERA DEL BARÇA

El tema de la continuidad de Rabassa al frente del equipo no llegó a plantearse, pero la opción César fue perdiendo enteros paulatinamente. Al final el Barça volvería a apostar por un técnico extranjero y prestigioso, el yugoeslavo Ljubisa Brocic, que había dirigido a equipos como el PSV Eindhoven y la Juventus de Turín, un caballero de grises cabellos y modales muy correctos, que apenas conocía nuestro idioma – no digamos ya el catalán…-, y que tendría que afrontar nuevamente cuatro competiciones, dos domésticas, y las otras dos continentales. El balance de la interinidad de Enric Rabassa se materializaba en la práctica consecución del título ferial, con 5 victorias en 6 partidos oficiales jugados, en los que se habían marcado 16 goles y encajado 9. El porcentaje de victorias podía parecer altísimo, un 83,3 %, pero también era justo añadir que el número de encuentros disputados con Rabassa en el banquillo había sido muy pequeño.

¿ Y qué fue de Rabassa una vez descargado de sus obligaciones con el primer equipo del Barça ?  Pues continuó entrenando, aunque su carrera en los banquillos no iba a ser demasiado dilatada. En la temporada 60-61 volvió al Condal, en el Grupo Norte de la Segunda División, dirigiendo los 30 partidos del filial barcelonista, que iba a perder la categoría al finalizar aquella campaña, aunque no por deméritos deportivos (había terminado la Liga en duodécima posición), sino porque el nuevo mandatario azulgrana, el empresario textil y antiguo directivo Enric Llaudet, decidió que los condalistas actuasen en Tercera, para reducir gastos (recuérdese la pésima situación económica del club).

De modo que el técnico catalán va a cambiar de aires. Comienza el curso 61-62 nuevamente como ayudante del efímero entrenador azulgrana Lluís Miró, pero muy pronto recibirá una interesante aunque arriesgada  oferta: sustituir en el banquillo del C.D. Tenerife, que militaba por vez primera en la División de Honor, a Vicente Gimeno Perales, que a su vez había reemplazado a Brocic. Lo hace desde la duodécima jornada hasta el final de la Liga, pero no puede conseguir la permanencia del cuadro canario, al cual toma ya como colista, con sólo 6 puntos y arrastrando 6 negativos, y cuyo descenso no es capaz de evitar – este se produce matemáticamente en la jornada número 27, en calidad de  «farolillo rojo» -, a pesar de contar con una plantilla en la que figuraban futbolistas como Ñito, Colo, Larraz, Justo Gilberto, Eleuterio Santos (uno de los  futuros «magníficos» del Real Zaragoza), José Juan o Gonzalo Beitia, antiguo jugador azulgrana.

Va a comenzar la Liga 62-63 en el banquillo del Deportivo de La Coruña, también recién ascendido a la máxima categoría. Pero antes, en la pretemporada, el cuadro blanquiazul se proclamará brillante vencedor de la XVII edición del trofeo «Teresa Herrera», en la que sus pupilos derrotan nada menos que al Benfica portugués, entonces vigente bicampeón de la Copa de Europa, por 4 goles a 2, marcados por Montalvo, Veloso, Antonio Ruíz y Loureda o Jaime Blanco, según las fuentes. Estas fueron las alineaciones de aquel histórico e inolvidable 9 de septiembre de 1962 en Riazor: por el Benfica, Costa Pereira; Angelo, Germano (Raúl), Cruz; Caven, Humberto; José Augusto, Eusebio, Aguas, Coluna y Simoes, y por el «Depor», Padrón; Miche, Rifé I, Domínguez; Antonio Ruíz, Aurre; Loureda, Escolá, Veloso, Jaime Blanco y Montalvo.

EnricRabassa03Sin embargo, en la décima jornada será cesado y sustituido por Rodrigo García Vizoso. En aquel momento el conjunto gallego – que finalmente descendería a Segunda – ocupaba la decimotercera posición, con 7 puntos y 3 negativos. Con posterioridad volvería a Cataluña, para dirigir al Hospitalet, en la categoría de plata, de cuyo banquillo va a saltar también en la jornada número 23, reemplazado por un antiguo jugador azulgrana, el uruguayo Dagoberto Moll. A partir de ese momento su carrera discurrirá por los derroteros de la Tercera División, entrenando al Atlético Baleares y al Réus Deportivo, este último en la temporada 68-69. En 1971 va a causar baja en el Colegio de Entrenadores, dedicándose a otras actividades, como por ejemplo la hostelería, explotando el bar «Kek Duna», propiedad de Zoltan Czibor, el inolvidable «Pájaro Loco» , quien – según cuenta el semanario «Revista Barcelonista», popularmente conocido como «RB», en marzo de 1967 – se lo arrendará por 25.000 pesetas mensuales. Víctima de una larga y penosa enfermedad, Enric Rabassa fallece en Barcelona el 29 de diciembre de 1980, con solamente 60 años de edad. Sirvan estas líneas como recuerdo y homenaje a un técnico modesto, que puso su profesionalidad y buen hacer al servicio del Barça en una coyuntura difícil, solventando la papeleta con buena nota.EnricRabassa04




Helenio Herrera. 1958-1960. Segunda parte

HelenioHerrera201Antes del inicio de la temporada 1959-60 Helenio Herrera, en funciones de secretario técnico, va a visitar Perú y Argentina, para presenciar partidos y observar jugadores. Le van a acompañar en el viaje su mujer y sus hijos Helenio y Rocío, y  regresará con tres contrataciones: los peruanos Miguel Loayza y Juan Seminario, jóvenes y grandes figuras en el país andino, y el guardameta argentino Carlos Medrano. Van a ser fichajes baratos (1 millón los dos peruanos, y 900.000 pesetas el argentino), pero el Barça va a sacar muy poco provecho de ellos. El arquero no podrá discutirle la titularidad a un Ramallets de nuevo en gran forma, aunque su presencia  le servirá como estímulo  para no dormirse en los laureles, y en cuanto a los dos restantes, uno de ellos, Loayza,  apenas sí jugará, abducido por los encantos de la gran ciudad a juicio de quienes siguieron entonces su trayectoria barcelonesa, y el otro, Seminario, ni siquiera llegaría a debutar, pues problemas burocráticos (al parecer había firmado también una opción con un intermediario)van a impedir su alineación. Terminaría yéndose cedido al Sporting de Lisboa, quedando posteriormente desvinculado del club azulgrana.

El verano del 59 va a ser parco en movimientos de jugadores en Can Barça, pues únicamente se marchan el guardameta Estrems, que pasa al Real Valladolid, su colega Larraz, y el delantero paraguayo Hermes González, que irá a engrosar las filas del Real Oviedo, siendo alta los ya mencionados junto con el extremo gallego Suco, procedente del Racing de Ferrol -que se incorpora una vez iniciada la temporada-, y el lateral canterano Pinto, que venía actuando asiduamente en el Condal. De modo que para afrontar las cuatro competiciones de esta superexigente temporada 59-60 -Copa de Europa y Copa de Ferias van a solaparse en el calendario intersemanal- Helenio Herrera va a contar con los siguientes efectivos: Ramallets, Medrano, Olivella, Rodri, Brugué, Rifé, Gracia, Pinto, Flotats, Gensana, Segarra, Vergés, Tejada, Suco, Loayza, Kubala, Ribelles, Evaristo, Kocsis, Eulogio Martínez, Luís Suárez, Czibor, Villaverde y Coll.

En la pretemporada va a producirse un resultado sensacional, incluso tratándose de un partido amistoso: Barça 12-Viena 1. Marcaron Evaristo (5), Suárez (2), Martínez (2), Villaverde, Tejada y Gensana. Y también tiene lugar  la primera participación del Barcelona en el trofeo gaditano «Ramón de Carranza», que se iba a convertir muy pronto en todo un clásico de nuestro fútbol estival. En el primer encuentro los blaugranas derrotaron al Standard de Lieja belga por 4 a 3, con goles de Czibor (2), Kocsis y Evaristo, clasificándose para la final, donde les esperaba nada menos que el Real Madrid, tetracampeón de la Copa de Europa. El encuentro va a ser muy disputado, y se saldará con victoria madridista por 4 tantos a 3 (Czibor, Villaverde y Evaristo hicieron los goles barcelonistas), y también con la grave lesión de Kocsis a consecuencia de una dura entrada de Santamaría, que abortaría su gran momento de juego y le mantendría alejado del equipo durante toda la primera vuelta de la inminente Liga.

HelenioHerrera202LIGA 59-60: PRIMERA VUELTA

La Liga 59-60 rompe el fuego el domingo 13 de septiembre de 1959. Para el Barça lo hace con un encuentro siempre atrayente, la visita del Athletic de Bilbao al «Camp Nou». Y los de Herrera van a prolongar el estado de gracia de la temporada anterior derrotando con claridad a los vascos por 4 a 1. Evaristo, Suárez, Martínez y Czibor hicieron los goles locales y Torre el bilbaíno,  en un partido arbitrado por el guipuzcoano González Echeverría y que presentó las siguientes alineaciones: por los azulgranas, Ramallets; Olivella, Rodri, Gracia; Segarra, Gensana; Villaverde, Evaristo, Martínez, Suárez y Czibor, y por los rojiblancos, Carmelo; Orúe, Garay, Rentería; Aguirre, Etura; Arteche, Marcaida, Torre, Uribe y Echave. Ya no estaba el veteranísimo y legendario Piru Gainza con los leones, y Kubala seguía ausente de la alineación titular, igual que a finales de la temporada anterior

Sin embargo la segunda jornada de competición se va a saldar con una sorpresa mayúscula: el recién ascendido Elche, con César como jugador-entrenador, derrota contra todo pronóstico por 2 a 1 al conjunto catalán en su feudo de «Altabix». El dominio va a corresponder al Barça, pero los ilicitanos van a ser más efectivos de cara a la meta contraria. Se adelantaron los de Herrera con un tanto de Suárez, pero Pahuet y Cardona van a darle la vuelta al marcador. El Barça se quedaba así a dos puntos del líder, el Atlético de Madrid.

La tercera jornada, no obstante, será más favorable, 6 a 0 a Osasuna en la Ciudad Condal, en un partido cuya primera mitad finalizó sin que se modificase el resultado inicial, aunque en la reanudación los blaugranas van a arrollar a los navarros con goles de Evaristo (3), Martínez (2) y Segarra. En la tabla, nada menos que siete equipos empatados en cabeza con 4 puntos cada uno, R. Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Real Sociedad, Valladolid, Granada y Betis, dentro de una tónica de gran igualdad.

Pero unas semanas antes, el 3 de septiembre, el Barça iba a debutar en la Copa de Europa, con la esperanza de llegar muy lejos en el torneo. El sorteo va a enfrentarle al CDNA de Sofia, campeón de Bulgaria, y para allá se irá la expedición azulgrana, de la que no formaban parte sus tres jugadores húngaros (Kubala, Kocsis -aunque este se hallaba lesionado- y Czibor), pues al tratarse de exiliados políticos entraba dentro de lo posible que fueran detenidos por las autoridades comunistas, puesto que ambos países, Hungría y Bulgaria, se hallaban bajo la órbita soviética y eran integrantes del llamado «Pacto de Varsovia». El partido va a terminar con un resultado favorable a los intereses azulgranas, empate a dos goles, marcados por  Segarra y Martinez. Se jugó duro en el Estadio del Ejército, y Luís Suárez falló un penalty. Esta fue la primera alineación que presentó el Barcelona en un torneo que al principio iba a resistírsele, pero a la larga le reportaría grandes satisfacciones: Ramallets; Olivella, Rodri, Gracia; Segarra, Gensana; Ribelles, Evaristo, Martínez, Suárez y Villaverde.

Mas pese a la alegría por el resultado, el regreso en vuelo charter va a ser muy azaroso. El avión se encontrará con una fuerte tormenta sobre el Mediterráneo occidental, y todos los pasajeros las van a pasar canutas, lo cual dará pie a otra de esas jugosas anécdotas que cincelarían la leyenda herreriana, cuando al técnico, para levantar la alicaída moral de los suyos, que ya estaban casi rezando por sus amenazadas vidas, no se le ocurrió otra cosa que gritar de repente «¡ Mañana entrenamiento a las once !», lo cual distendió un poco el ambiente, tranquilizando relativamente a la expedición catalana, que poco después aterrizaría sana y salva en la Ciudad Condal, aunque con el susto todavía en el cuerpo..

El encuentro de vuelta va a servir para inaugurar la iluminación nocturna del «Camp Nou», y por supuesto también para dejar en la cuneta al cuadro búlgaro, que sucumbirá por 6 goles a 2, conseguidos por Kubala y Evaristo, tres cada uno. Y a la semana siguiente nuevo compromiso europeo. Partido de vuelta valedero para la Copa de Ferias, con devolución de visita al Inter, en la capital lombarda. Otra exhibición barcelonista, con triunfo final por 2 a 4, obra de Martínez (2), Kubala y Tejada. El Barça seguía pisando fuerte en el continente…

Partido importante en la cuarta jornada liguera, con visita al «Metropolitano», uno de los terrenos más difíciles de la categoría, y que al final no lo va a ser tanto, pues los azulgranas se impondrán merced a un solitario tanto marcado por Czibor  en el minuto 64, subrayando la superioridad catalana sobre los colchoneros. Con este resultado el Barcelona se encaramaba a la cabeza de la clasificación, superando en un punto a Real Madrid, Oviedo, Betis y un sorprendente Elche. Posición que mantiene al domingo siguiente, tras golear al Sevilla en el «Camp Nou», 5 a 0, con dianas de Kubala (2), Czibor (2) y Martínez.

Pero los de Herrera van a perder el liderato siete días más tarde, en Oviedo, al caer derrotados por 2-0 ante el conjunto carbayón (Lalo y Segarra en propia meta). El líder es ahora el Real Madrid, empatado a 9 puntos con los azulgranas.  Y en la séptima jornada se produce un resultado espectacular, pues el Barça aplastará a una flojísima Unión Deportiva Las Palmas en el «Insular» nada menos que por 0 a 8, en una exhibición ofensiva donde pusieron los goles Martínez, Villaverde, Gensana, Suárez (3)y Evaristo (2). El Madrid seguía encabezando la clasificación tras derrotar también muy ampliamente a Osasuna en el «Bernabéu», 7 a 0.

De regreso a la Copa de Ferias, el Barça va a viajar hasta la capital yugoeslava para medirse a una Selección de Belgrado. Nuevamente. al igual que ocurrió con el desplazamiento a Bulgaria, se quedan en Barcelona los húngaros. Al final, el marcador señala un esperanzador empate a uno, siendo Evaristo el autor del tanto azulgrana. Y en la Liga el Barça logra alcanzar a los merengues en la cabeza, aprovechando que estos empatan a 3 en el derbi madrileño, mientras que los catalanes se deshacen sin grandes dificultades del Real Valladolid por 5 a 1, aunque fueron los blanquivioletas los que se adelantaron en el marcador. Martínez (2), Suarez (2)y Kubala hicieron los goles locales. El Barcelona es líder por mejor coeficiente de goles.

Nuevo compromiso internacional entre semana, en esta ocasión de la Copa de Europa, partido de ida de los octavos de final . Se trata de una visita muy complicada, a «San Siro», para enfrentarse con el Milan, pero el momento dulce de los discípulos de Herrera les conduce de nuevo a un sonado triunfo sobre una de las mejores escuadras continentales, 0 a 2, con goles de Vergés y Suárez, que dejan ya muy encarrilada la eliminatoria. Y la jornada liguera número nueve trae nuevo cambio de líder, pues el Barça no puede pasar del empate a cero en «Los Cármenes» frente al Granada, en un partido gris donde los andaluces fueron incluso mejores. Los madrileños encabezaban la tabla con un punto más que los catalanes, y tras ellos, a cierta distancia, se asomaban los dos Atléticos.

En la décima jornada el Barça va a recuperar la cabeza al vencer por 3 a 0 y sin mayores complicaciones a la Real Sociedad en el «Camp Nou» (Gensana, Suárez y Kubala), mientras que el Madrid pinchaba en «Buenavista» ante un  Oviedo que realizó un gran partido y se hizo merecedor a la victoria, aunque al final el marcador señaló un injusto empate a uno. Los dos grandes ya les sacaban tres puntos a sus inmediatos perseguidores, Atlético de Madrid y Athletic de Bilbao. Finalizaba el primer tercio del campeonato, y los números del Barça eran excelentes: siete victorias, un empate y dos derrotas, con 33 goles a favor y tan sólo 6 en contra, lo cual arrojaba un balance de 15 puntos y 5 positivos. Y al domingo siguiente, en el «Santiago Bernabéu», se enfrentarían una vez más los dos colosos, con el liderato y buena parte del título en juego..

Pero antes el Barça tendría que recibir al Milán en el «Camp Nou», para dirimir el pase a la siguiente ronda de la Copa de Europa. Aunque los milaneses no van a ser enemigo, pues sucumbirán por 5 a 1, con tantos de Czibor (2), Martínez, Segarra y Kubala. Clasificados para cuartos de final, y líderes en la Liga. No parecía aquel precisamente el peor momento para enfrentarse a uno de los partidos cumbre de la temporada…

Sin embargo, en la Capital iban a pintar bastos. El Real Madrid se impondría por 2 goles a 0, abriendo brecha en la clasificación. El Barça no estuvo a la altura que se esperaba, y el Madrid acabó llevándose la victoria. Mateos marcó a poco de comenzar el encuentro, y Di Stefano, faltando ocho minutos para el final, redondeó el resultado. Estas fueron las alineaciones, a las órdenes del colegiado     vizcaíno señor  Gardeazábal: por el Madrid, Domínguez; Marquitos, Santamaría, Ruiz; Vidal, Zárraga; Herrera, Didí, Di Stefano, Mateos y Gento, y por el Barcelona, Ramallets; Olivella, Rodri, Gracia; Segarra, Gensana; Suco, Evaristo, Martínez, Suárez y Villaverde. Ausencias importantes en los dos bandos  (Puskas, Kubala, Czibor…), y un debut en las filas barcelonesas, el del joven extremo gallego Suco. El Real Madrid aventajaba ahora en 2 puntos a los azulgranas, en 3 al Athletic, y en 4 a su eterno rival rojiblanco.

Duodécima jornada, y nuevo cambio de líder. El Real Madrid va a tropezar en «Zorrilla» ante un reforzado Valladolid que no estaba realizando una mala campaña. El estado del terreno de juego, muy embarrado, no favorecía el juego madridista, más técnico, y el entusiasmo y el coraje de los castellanos pusieron el resto: 3 a 1, con goles de Morollón, Mirlo y Endériz para los locales, y Gento para los blancos. Y como quiera que el Barça se deshiciese sin ninguna dificultad del Betis en el «Camp Nou», 6 a 0 (Evaristo, 2, Vergés, Martínez, Gensana y Kubala), eran ahora los de Herrera quienes pasaban de nuevo al frente de la tabla por mejor coeficiente de goles, mientras el Athletic de Bilbao se acercaba peligrosamente, a tan solo un punto de la cabeza.

Y nuevo compromiso intersemanal, esta vez valedero para la Copa de Ferias: Barça 3 (Kubala, Evaristo y Martínez)-Selección de Belgrado 1. Un nuevo paso adelante hacia los objetivos de una temporada tan exigente. Pero en la Liga, el número 13 va a traerles mala suerte a los pupilos de Herrera, que en dicha jornada rinden  visita en «Mestalla» y saldrán derrotados por 2 a 0, siendo ambos tantos obra del delantero uruguayo Héctor Núñez. El partido ya se torció en el primer minuto, cuando abrieron el marcador los «ches», y pese al insistente dominio azulgrana estos no consiguieron igualar el choque, viendo como los levantinos, por el contrario, les hacían un nuevo gol. El Madrid recuperaba otra vez la cabeza, con un punto de ventaja sobre el Athletic y dos sobre el Barça.

La decimocuarta jornada no va a contemplar alteración en el pulso madrileño-catalán, aunque será muy negativa para un Athletic de Bilbao fuertemente goleado  (5 a 0)en el «Sánchez Pizjuán»  por un excelente Sevilla donde brillaban los jóvenes Szalay y Chús Pereda (dos tantos cada uno)y el paraguayo Agüero (autor de la diana restante). El Real Madrid derrota a la Real Sociedad en «Atocha» por 1 a 3, tras un excelente partido, mientras que el Barça va a tener muchos problemas para superar al Español en el «Camp Nou», lo que únicamente conseguirá gracias a un gol de penalti marcado por Kubala.

Y la primera vuelta del campeonato 59-60 va a finalizar el 27 de diciembre de 1959, abriendo aun mayor brecha el Real Madrid, que derrota al Las Palmas en el «Bernabéu» por un corto pero suficiente 2 a 0, obra de Gento y Didí, mientras que el Barcelona caía al tercer puesto al ser justamente derrotado en Zaragoza  por 3 a 1, en un partido donde sus grandes estrellas, Kubala y Suárez, no estuvieron a la altura de lo que se esperaba de ellas, salvando Villaverde el honor catalán. La tabla marcaba la mayor distancia hasta la fecha entre merengues y culés, cuatro puntos, con la perspectiva de tener que desplazarse los segundos en la próxima jornada al siempre difícil «San Mamés», para medirse a un conjunto rojiblanco que se había encaramado ya al segundo lugar de la general, a tres puntos del líder.

HelenioHerrera203LIGA 59-60: SEGUNDA VUELTA

1960 no empieza nada bien para los intereses del Barça, pues el domingo 3 de enero va a recibir un fuerte varapalo en «la Catedral». El cuadro azulgrana, diezmado por la gripe,  comparece con una alineación de circunstancias a un partido muy intenso donde si bien comienza marcando Martínez, el tanto visitante enrabietará a los leones, que se desmelenarán y terminan goleando a los de Herrera, merced a dos tantos de Arieta, y sendas dianas de Arteche y Marcaida. Gracias a que el Real Madrid regresó también de vacío en su visita a «Heliópolis», derrotado por el Betis por 1 0, la distancia entre ambos seguía siendo la misma, cuatro puntos, con el Athletic a uno solo de los merengues. Al domingo siguiente no se alteraría la distancia entre madrileños y catalanes, pero al no poder pasar del empate el Athletic en Valladolid, los vascos aflojarían un poco. El Real Madrid venció con muchos apuros al Valencia en el «Bernabéu» (2 a 1), y el Barça se impuso también sin brillantez al Elche en el «Camp Nou», 2-0, con goles de Kocsis y Suarez.

La jornada número 18 sí va a ser positiva, puesto que el Real Madrid tampoco regresó de «Sarriá» con los dos puntos, concediendo un empate a uno, y el Barcelona triunfó en el siempre difícil terreno de «San Juán», en un partido vibrante que sirvió para hundir un poco más a Osasuna en el fondo de la tabla. Los pamplonicas llegaron a igualar en dos ocasiones los goles de Suárez y Martínez, pero no pudieron impedir que el delantero hispanoparaguayo consiguiera finalmente el tanto de la victoria. El Athletic, por su parte, resolvió bien la papeleta, derrotando ampliamente al Granada en «San Mamés», por 3 a 0. A falta de doce jornadas por disputarse, la clasificación quedaba así: primero el Real Madrid, con 26 puntos, segundo el Athletic de Bilbao con 25, y tercero el Barça con 23. Más atrás, a la expectativa, quedaban Atlético de Madrid, Sevilla y Betis.

Al domingo siguiente todo va a quedar igual, pues vencieron los tres de arriba (con apuros el Madrid, brillantemente el Athletic en «Atocha», y con cierto desahogo el Barça en su feudo). Los azulgranas se impusieron por la mínima, 2 a 1, a un Atlético de Madrid que con ese resultado parecía descartado ya para cualquier aspiración al título. El partido fue muy competido en su primera mitad, pero en la segunda el Barça se adelantó  con goles de Evaristo y Kubala, este último al transformar un penalty, y únicamente acortarían distancias los rojiblancos a cinco minutos del final, por mediación de Polo.

Jornada 20. En ella va a ser el Athletic el más perjudicado, al caer en su propio campo frente al Real Madrid, 1 a 3, con cual pierde la segunda posición en favor del Barça. Sobre un terreno pesado, paradójicamente, los blancos van a ser mejores. Puskas, en dos ocasiones, y Pepillo hicieron los goles madridistas, mientras que Uribe marcaba para los vascos, inaugurando el marcador. El Barcelona va a pegar el acelerón imponiéndose en el terreno de otro de los conjuntos destacados de la temporada, el Sevilla. Los azulgranas dominaron ampliamente la parcela central del «Sánchez Pizjuán», y lograron un contundente 0 a 3, obra de Campanal, en propia meta, Suárez y Segarra. El Madrid era líder con 30 puntos, seguido de Barça y Athletic  con 27.

La vigesimopimera jornada no va a modificar esas posiciones en lo referente a blancos y azulgranas, aunque relegará a los rojiblancos bilbaínos a la tercera plaza, merced a su derrota en «Heliópolis». El conjunto blanco apaliza sin piedad al Elche en el «Bernabéu», 11 a 2, en un partido en el que Pepillo marcó cinco goles y Puskas logró cuatro, y el Barça se deshace en el «Camp Nou» con más dificultades de las previstas del Real Oviedo, que montó peligrosas contras. Evaristo (2)y Gensana anotaron para los de Herrera, mientras que el tanto asturiano lo hizo Vergés en propia meta. Real Madrid primero con 32 puntos, Barça segundo con 29, y Athletic tercero con 27, cuesta abajo últimamente. Pero antes de que dé comienzo un histórico sprint  final entre madrileños y catalanes, la Copa de Europa va a retornar al «Camp Nou». El adversario de los azulgranas en los cuartos de final es el Wolverhampton Wanderers, el campeón de Inglaterra, conocido popularmente como «The Wolves» («los lobos»). Sin embargo no va a ser enemigo en la ida, derrotado ampliamente por 4 a 0 (Villaverde en dos ocasiones, Kubala y Evaristo), un marcador que les pone las cosas muy difíciles para la vuelta.

La fecha número 22 tampoco cambia nada, ya que los dos primeros se imponen a los dos últimos de la general. Con más apuros el líder, que vence a Osasuna en Pamplona por 1 a 2, y aparatosamente el Barça, que le endosa otros ocho goles, al igual que en la primera vuelta, a la UD. Las Palmas. 8 a 0, en tarde inspiradísima de Eulogio Martínez, autor de cinco tantos, completados por los que hicieron Suco, Vergés y Olivella. El Bilbao ganaba al Valencia, pero aun le separaban cinco puntos del primer clasificado, y diría adiós a sus remotas aspiraciones siete días más tarde en «Sarriá», derrotado por el Español gracias a un solitario gol de Braga. El Barça, por el contrario, parecía lanzado, y el barro de «Zorrilla» no fue obstáculo para que superase ampliamente por 1 a 4 al Valladolid, con tantos de Suárez, Evaristo y Martínez (2), marcando el defensa Matito para los locales. La Liga ya perecía únicamente cosa de dos, con el Madrid en primera posición, y el Barça a tres puntos.

Que se reducirían a solamente uno al concluir la jornada 24. El Real Madrid visitaba el «Sánchez Pizjuán», y salía claramente derrotado por 4 a 1 tras un gran encuentro del Sevilla, con tantos de Szalay (2), Pereda y Antoniet, y Puskas por los merengues. El sevillista Ruiz Sosa y el ex-madrididista Chús Pereda rayaron a gran altura, y el guardameta Dominguez evitó una mayor goleada. Momento dulcísimo para un Barça que aun tenía que recibir a su gran rival en el «Camp Nou», y que el día 2 de marzo de 1960 iba a escribir una de las páginas más brillantes de su historial en «Molineux Ground», el terreno del Wolverhampton.

El húngaro Sandor Kocsis, «Cabeza de Oro», regresa al equipo titular, y lo hace a lo grande, obteniendo un póker de goles. Hasta la fecha ningún equipo del continente había vencido en un campo británico en partido de competición europea, y precisamente el Barça de Herrera va a ser el primero en lograr semejante proeza. Los azulgranas se imponen por 2 a 5 (Villaverde hará el otro gol catalán)y cómo sería su exhibición, que al finalizar el partido los ingleses van a formar un improvisado pasillo para aplaudir a los sudorosos y exhaustos barcelonistas, en una hermosa muestra de  fair play.

De nuevo en la Liga, el Real Madrid respira un poco gracias al relativo frenazo del Barça en «Atocha», donde no consigue romper el 0-0 inicial, en buena medida por culpa de la magnífica actuación del meta realista Araquistáin. Y como el Madrid no desaprovecha la visita del Oviedo a la capital, y les endosa un concluyente 8 a 1 a los azules, su ventaja va a aumentar ahora a dos puntos. Puskas, el asturiano Chús Herrera y Di Stefano marcaron por partida doble. A la semana siguiente los blancos debían desplazarse a Barcelona para disputar un encuentro que se antojaba decisivo para el título. Si ganaban los locales, y conseguían igualar o superar el 2 a 0 adverso del «Bernabeu», ya sólo dependerían de ellos mismos, aunque con semejante tónica de igualdad tal vez habría que echar mano de las matemáticas para dilucidar un posible empate a puntos…

El 20 de marzo de 1960 va a tener lugar uno de esos choques que se producen cada año y acostumbran a calificarse como «el partido del siglo». Estas serán las formaciones presentadas por ambos equipos: por el Barcelona, Ramallets; Olivella, Rodri, Gracia; Vergés, Segarra; Coll, Kocsis, Martínez, Suárez y Villaverde, y por el Real Madrid, Dominguez; Marquitos, Santamaría, Miche; Vidal, Ruiz; Herrera, Pepillo, Di Stefano, Puskas y Gento. Llamaban la atención las ausencias de Kubala, Evaristo, Czibor, Gensana y Tejada por el bando azulgrana, y las de los brasileños Canario y Didí, reciente campeón mundial, en los blancos. El árbitro fue el señor González Echeverría, perteneciente al colegio guipuzcoano. El Real Madrid planteó el encuentro a la defensiva, consciente de que un resultado positivo en el feudo azulgrana le daría prácticamente el título, y el marcador inicial va a mantenerse hasta el minuto 5 de la segunda parte, cuando Kocsis acierta a batir a Domínguez. Di Stefano conseguirá empatar pronto, en el 58, pero Eulogio Martínez deshará la igualada inmediatamente, en el 60, y dos minutos más tarde Villaverde establece el 3 a 1 definitivo ante el delirio del público culé, equilibrando así el tanteador de la primera vuelta.

El Barça alcanzaba así el liderato, por mejor cociente general de goles (2,77 por 2,48 de los blancos). Restaban solamente cuatro jornadas, y el calendario parecía ligeramente más benigno para los madridistas, que recibirían en el «Bernabéu» al Valladolid  y a la Real Sociedad, debiendo desplazarse a Granada-todos ellos conjuntos de la parte baja de la clasificación-y a Las Palmas (con la Unión deportiva ya desahuciada), mientras que el Barça iría al campo del Betis y al del Español, enfrentándose a Valencia y Zaragoza en el «Camp Nou».

Nada cambió en la jornada número 27, aunque el Valladolid a punto estuvo de dar la gran sorpresa en terreno madridista, donde realizó un magnífico encuentro y solamente pudo ser derrotado merced a un discutido gol logrado por Puskas. El Barça, por su parte, despachó brillantemente su visita a «Heliópolis», donde superó al Betis por 0 a 3, con tantos de Martínez, Evaristo y Kocsis. Y entre semana tuvo que afrontar nada menos que el partido de ida de la final de la Copa de Ferias, que en el estadio de St. Andrews le enfrentaría al Birmingham City. Pero los de Herrera, luchando en tres frentes-aun quedaba la Copa del Generalísimo-sacaron un excelente resultado en terreno británico, 0 a 0, que hacía prever los mejores augurios para el encuentro de vuelta. Jugaron: Ramallets; Olivella, Rodri, Gracia; Segarra, Gensana; Coll, Kocsis, Eulogio Martínez, Ribelles y Villaverde (todo el ataque titular de la campaña anterior-Tejada, Kubala, Evaristo, Suárez y Czibor-estuvo ausente, y ni con esas…)

La vigesimoctava jornada tampoco alteró la clasificación, aunque el Real Madrid volvió a sacar adelante su compromiso con muchos apuros, en un partido no apto para cardíacos disputado en «Los Cármenes» y que presentaba un preocupante empate a tres hasta que un defensor granadino, a escasos minutos de la terminación, introdujo el balón en su propia portería, dándoles los dos puntos a los merengues. El Barça tampoco resolvió con facilidad su compromiso ante un Valencia, que nunca arrojó la toalla. Gensana y Martínez adelantaron a los catalanes, y el brasileño Joel acortó distancias, poniéndoles el corazón en un puño a los socios y seguidores barcelonistas. Si la semana siguiente el Barça era capaz de alzarse con la victoria en «Sarriá», podía meterse medio título en el bolsillo, ya que mantenía su ventaja en el cociente general. Pero no sería nada fácil…

Y efectivamente no lo fue, pues el empate inicial se mantuvo hasta nueve minutos antes del final, cuando Suárez remató de volea un córner botado por Evaristo, y Eulogio Martínez, materialmente bajo los palos, sólo tuvo que empujar la pelota al fondo de las mallas, consiguiendo dos puntos de oro.  Estas fueron las alineaciones en uno de los derbis barceloneses más emocionantes y decisivos de la historia de ambos conjuntos: por el Español, Vicente; Argilés, Bartolí, Dauder; Sastre, Recamán; Ribera, Muñoz, Indio, Ribas y Camps, y por el Barça, Ramallets; Flotats, Rodri, Gracia; Vergés, Gensana; Martínez, Kocsis, Evaristo, Suárez y Villaverde, con el navarro Zariquiegui  como árbitro. Mientras, el Real Madrid vencía por 4 a 0 a la Real Sociedad en el «Bernabéu», con tres goles de Pepillo y otro del donostiarra  Irulegui en su propia meta, pero mejorar el cociente azulgrana parecía ya fuera de su alcance. De modo que si el Barça era capaz de vencer al Zaragoza en el último partido, al calor de todo su público, revalidaría el título, independientemente de lo que hiciese el Real Madrid en su visita a Canarias. En la Ciudad Condal ya estaban preparando el festejo, con globos, flores y sardanas…

Y aquella tarde, la del 17 de abril de 1960, todo salió a pedir de boca en Can Barça. Los azulgranas se impusieron contundentemente al cuadro aragonés por 5 goles a 0. Abrió el marcador Gensana en la primera mitad, y luego en el segundo tiempo fueron cayendo los tantos en el portal año, obra de Segarra, Martínez (2) y Evaristo o Suárez, según las fuentes. Apoteosis y vuelta triunfal al «Camp Nou». Pero el espectáculo no se detenía…La Diosa Fortuna había querido que el rival barcelonista en las semifinales de la Copa de Europa, cuyo encuentro de ida se celebraría solamente cuatro días más tarde, fuese….¡ el Real Madrid !

La victoria por la mínima de los blancos en el «Insular» no les sirvió para nada, pero casi sin tiempo para descansar iban a disponer muy pronto de una oportunidad para tomarse la revancha. El primer partido se jugaría en la capital, y esperaban recibir a un Barça un tanto relajado por la celebración del triunfo liguero tras un campeonato más reñido que ninguno anterior, pues jamás había tenido que recurrirse al cociente general de goles para conocer el nombre del campeón (3,07 frente a 2,55), reflejo de la enorme igualdad existente. Ambos equipos finalizaron con 46 puntos y 16 positivos, que en el caso de los azulgranas se habían conseguido merced a 22 victorias y 2 empates (con 6 derrotas, el doble que en la campaña anterior), marcando 86 goles y encajando 28. Era el octavo entorchado liguero que conquistaba el club catalán desde el inicio de la Liga, allá por 1929, con lo cual afianzaba su hegemonía en lo tocante al Torneo de la Regularidad.

HelenioHerrera204ELIMINACIÓN ANTE EL MADRID Y CESE FULMINANTE

De cara al trascendental encuentro europeo del «Bernabéu», el Barça se concentra en La Berzosa, en plena Sierra de Madrid. Y allí van a producirse algunos incidentes que de algún modo condicionarán el desenlace de la eliminatoria. Cuenta la leyenda barcelonista que los jugadores, alentados por Herrera-que se había distinguido siempre por apoyar las reivindicaciones  económicas de sus chicos-van a pedir que la Directiva aumentase la prima, a lo que esta al parecer se negó (aunque según algunas fuentes, lo que en realidad sucedió fue que un portavoz de los futbolistas preguntó si se iba a mantener la prima extraordinaria percibida tras eliminar tan brillantemente al Wolverhampton, o si se volvería a las cantidades estipuladas a comienzos de temporada). El club atravesaba por una grave situación financiera, lastrado por el enorme desembolso que había supuesto la construcción del «Camp Nou», y además la masa salarial de la primera plantilla había experimentado un considerable incremento desde la llegada al banquillo de HH, pasando de 9 millones de pesetas en la campaña 57-58 a 21 al finalizar el curso siguiente. También van a producirse algunos roces entre determinados futbolistas, todo lo cual no constituía precisamente el mejor clima para afrontar un partido tan delicado.

La noche del 21 de abril de 1960 van a saltar al terreno de juego del «Santiago Bernabéu» los siguientes hombres: por el Real Madrid, Domínguez; Marquitos, Santamaría, Pachín; Vidal, Ruiz; Herrera, Del Sol, Di Stefano, Puskas y Gento, y por el Barcelona, Ramallets; Flotats, Rodri, Gracia; Segarra, Gensana; Coll, Kocsis, Martínez, Suárez y Villaverde. En las filas madridistas eran novedad Pachín, procedente de Osasuna, y Del Sol, la gran estrella del Betis, mientras que en el conjunto azulgrana se echaban en falta nombres como Olivella, Tejada, Kubala, Evaristo o Czibor. Los azulgranas no van a realizar un buen partido y caen derrotados por 3 a 1, aunque se mantuvo con una derrota por la mínima hasta tres minutos del final. Di Stefano, en dos ocasiones, y Puskas hicieron los tantos merengues, mientras que Martínez anotaba por los catalanes. No era un buen resultado, pero tampoco una diferencia insalvable.

Sin embargo en el partido de vuelta, celebrado en la festividad de la Virgen de Montserrat, el Barça no sólo será incapaz de igualar la ventaja madridista, sino que va a ser batido de nuevo en toda regla, y el resultado aun pudo ser peor, de no mediar una gran actuación de Ramallets. Puskas, por partida doble, y Gento van a ser los verdugos del cuadro catalán, cuyo honor salvará el solitario tanto de Kocsis. La derrota-la primera que el equipo sufría en su propio feudo desde hacía un par de temporadas-lógicamente sienta fatal en la Junta presidida por Miró-Sans, quien va a tomar la decisión de destituir fulminantemente de su cargo a Helenio Herrera, algo que se hará efectivo tres días después de la debacle, el 30 de abril. Mas pese a ello, HH no se va a quedar precisamente en la calle….

El técnico hispanoargentino tenía como es natural buenos partidarios en Barcelona, avalado por sus grandes éxitos, pero también había un sector nada despreciable de la afición y de la prensa que no le tragaba. Y en previsión de unos problemas que acabaron por presentarse, meses antes de su cese ya había firmado un precontrato con el Inter de Milán, uno de los principales equipos italianos, que le ofrecía una remuneración de lo más generosa. De modo que no le importó demasiado tener que volver a hacer las maletas. Aunque  primero, como vulgarmente se dice, «la armó»…Al día siguiente de ser despedido, y en compañía de cierto periodista deportivo, se dio el gustazo de pasear por medio de las Ramblas. Naturalmente muchos aficionados le reconocieron, y comenzaron a asaetarle a preguntas acerca de lo que había sucedido realmente en la eliminatoria contra el Madrid. Y en un momento dado, como diría Johan Cruyff, su presencia provocó un gran tumulto e incluso fue levantado en hombros por algunos simpatizantes, acudiendo la policía a ver lo qué motivaba aquella alteración del orden público. De ahí surgió la leyenda de que HH había sido agredido, algo que él mismo desmentiría en sus «memorias», publicadas poco después. Provisionalmente su segundo, Enric Rabassa, iba a sustituirle en el banquillo del Barça para afrontar el encuentro de vuelta de la final de la Copa de Ferias, a la espera de la contratación de  un técnico de mayor prestigio y garantía.

UN TRABAJO EN ITALIA

Una vez en Italia, Helenio Herrera va a encontrarse con un panorama muy diferente al que dominaba entonces en el fútbol español. En el país transalpino el Deporte Rey se vivía con igual o mayor pasión que entre nosotros, pero los clubes estaban capitaneados por grandes industriales, que los gestionaban como si se tratasen  de una más de sus empresas. Angelo Moratti (1909-1981), el hombre que le contrata en 1960, es el patrón del Inter, un magnate del mundo del petróleo, y le va a conceder carta blanca. Pero aun así, pudiendo trabajar a su aire, sin molestas intromisiones directivas, sus primeras temporadas en el Calcio no serán todo lo triunfales que HH y los tifossi hubiesen deseado, pues la Juventus de Turín y el Milan son temibles competidores, y se alzan con el scudetto de las campañas 60-61 y 61-62, respectivamente, a pesar de que los negriazules poseen un magnífico equipo, liderado por un Luís Suárez en plena forma, que había abandonado al Barça en 1961, previo pago de 25 millones de pesetas, una cantidad de dinero entonces exorbitante.

Pero finalmente en 1962-63 el título va a ir a parar a las vitrinas del club lombardo, que un año más tarde derrotará a un envejecido Real Madrid en la final disputada en el Prater vienés, coronándose como nuevo Rey de Europa. Es el triunfo de una escuadra donde brillan los Sarti, Burgnich, Guarneri, Facchetti, Tagnin, Picchi, Jair, Mazzola, Milani y Corso, a los que pronto se unirán los Bedin, Domenghini o Peiró, todos ellos dirigidos por la mágica batuta de HH y liderados en el campo por el insuperable talento de Luís Suárez. Ese mismo año 1964 caerá también la Copa Intercontinental, al batir al Independiente de Avellaneda. Y en la campaña siguiente, la 64-65, la Grande Inter hará triplete:  un nuevo scudetto, su segunda Copa de Europa consecutiva, conquistada en el mismísimo «San Siro» ante el Benfica de los Costa Pereira, José Augusto, Torres, Eusebio, Coluna y Simoes, y otra Intercontinental, también a expensas de Independiente. Es el momento álgido del club y de Herrera, aunque su equipo no conseguirá despertar la misma admiración a la que se hicieron acreedores el Madrid de las cinco primeras Copas de Europa, el Ajax de Cruyff, el Milan de Arrigo Sacchi o el Barça de Guardiola, al considerarlo el paradigma del odioso catenaccio, en un momento en que el fútbol ofensivo comenzaba a recular, mirando más a la portería propia que hacia la contraria.

El Inter de Herrera obtiene un tercer título de Liga en la temporada 65-66, pero va a ser eliminado en semifinales de la Copa de Europa por el Real Madrid «Ye-yé», y allí terminará su breve reinado. Al año siguiente, 1967,  conseguirá de nuevo alcanzar su tercera final continental, en Lisboa, donde caerá contra todo pronóstico frente a un semidesconocido Celtic de Glasgow, cuyos once jugadores procedían todos de la ciudad escocesa o sus alrededores y les superan por 2 a 1, en un encuentro que no pudo disputar Luís Suárez por lesión. En 1968, coincidiendo con el abandono de la presidencia por Moratti, HH pondrá fin a su etapa interista, pasando a La Roma, donde ganará la Copa de Italia de 1969, y se mantendrá, con algún paréntesis, hasta 1973. En el curso 73-74 retorna al Inter, pero un infarto, a principios de 1974, le aparta del banquillo, siendo sustituido por Luís Suarez. Algún tiempo después volverá a la brecha dirigiendo al modesto Rímini, en la Serie B, al cual consigue salvar del descenso en primera instancia, pero que pese a toda su sabiduría se precipitará al pozo más adelante. Es su último trabajo en Italia, al margen de escribir autorizadas columnas, impartir doctas conferencias, conceder sabrosas entrevistas, y-por supuesto-contemplar y disfrutar la vida serenamente desde el dorado retiro de su palacete veneciano.

HelenioHerrera205BARCELONA, 20 AÑOS DESPUÉS: EL LARGO ADIÓS

Sus grandes éxitos al frente del Barça habían movido a los responsables de la Federación Española de Fútbol a utilizar en la temporada 1959-60 sus servicios como entrenador del combinado nacional, algo que repetirían con vistas  al Campeonato Mundial de Fútbol celebrado en Chile en 1962, cuando ya Herrera dirigía en el Calcio. Esa etapa de la carrera profesional de HH está minuciosamente documentada en el magnífico artículo que le dedica José Hernández Armenteros, y que fue publicado en los números 52 y 54 de «Cuadernos de Fútbol», de modo que únicamente haré mención de ella. En enero de ese mismo año 62 también va a regresar a la Ciudad Condal por unas horas con el Inter de Milán, para disputar un amistoso internacional en el «Camp Nou», registrando el coliseo azulgrana una gran entrada en un partido que concluyó con victoria barcelonista por 2 goles a 1, obra de Pereda y Zaballa, siendo Corso el autor el tanto negriazul. Volvió de nuevo como visitante al feudo culé en el verano de 1965, con ocasión del encuentro, igualmente con carácter amistoso, que sirvió como presentación del cuadro catalán ante su público. En esta ocasión el Barça derrotó más ampliamente a los milaneses, por 4 a 1, causando una magnífica impresión en un choque marcado por un feo gesto que Luís Suárez dirigió al que había sido su público, motivando que Herrera le sacase del campo.

Enric Llaudet, presidente de la entidad blaugrana entre junio de 1961 y enero de 1968, intentó en varias ocasiones contratar de nuevo a HH, una de ellas en el citado año 1965, cuando llegó a ofrecerle un cheque en blanco. Pero la oportunidad en la que Herrera estuvo más cerca que nunca de volver a sentarse en el banquillo del «Camp Nou» tuvo lugar en junio de 1969, apadrinada por el sucesor de Llaudet, Narcís De Carreras, y por el auténtico hombre fuerte de su ilusoria «Junta de Unidad», el polémico hombre de negocios Pere Baret, que en las postrimerías de aquel mismo año sería candidato a la presidencia barcelonista. Las cantidades ofrecidas eran astronómicas, superiores a los 10 millones de pesetas por temporada, y el hecho produjo un auténtico cisma en la Directiva y la afición culé, pero finalmente todo quedó en agua de borrajas (haremos amplia alusión a este mismo tema en un próximo artículo acerca del técnico catalán Salvador Artigas, que a corto plazo fue el auténtico damnificado por el Affaire Herrera)

De su otoñal dolce vita veneciana, en compañía de su tercera y última esposa, la periodista italiana Fiora Gandolfi, le va a sacar uno de sus equipos de referencia, el Barça, tras la destitución de Quimet Rifé, en marzo de 1980. Los catalanes marchaban francamente mal clasificados en la Liga española (figuraban en octavo lugar), y no sólo estaban totalmente descartados para el título, sino que sobre el club pendía la amenaza de no clasificarse para ningún torneo europeo, lo cual sería la primera vez que ocurriría en toda su historia. Era necesario, pues, dar un golpe de timón a la nave azulgrana, pero a aquellas alturas de la temporada muy pocos técnicos solventes se hallaban aun con el cartel de «libre», y un Josep Lluís Núñez cada vez más  cuestionado va a pensar en el «Mago», cuando justamente se cumplían 20 años de su marcha del «Camp Nou»

Liderado por un Herrera casi ya septuagenario desde el banquillo (como ya indicamos, la verdadera edad de HH va a estar siempre envuelta en el misterio), auxiliado por su antiguo Gran Capitan, Joan Segarra, como segundo, el Barça mejorará notablemente sus pobres prestaciones (6 partidos ganados, 4 empatados y una sola derrota), y va a finalizar en cuarto lugar-aunque a 15 puntos del campeón, el Real Madrid-consiguiendo seguir enganchado a Europa, al clasificarse para la Copa de la UEFA, batiendo récords una temporada más (es el único club  que ha estado permanentemente presente en competición continental desde que estas se iniciaron en 1955). Cumplida la misión con éxito, el veterano técnico va a retornar a orillas del Adriático, ejerciendo desde la distancia el descansado cargo de asesor presidencial.

Pero va a tomar las riendas del equipo nuevamente a poco de comenzar la temporada siguiente, 1980-81. Ladislao Kubala, tras finalizar la Eurocopa de Italia, había abandonado después de once años el puesto de Seleccionador Nacional, aceptando la oferta de Núñez para dirigir al Barça, tarea en la que contará con dos auténticos refuerzos de lujo: el gran goleador asturiano Enrique Castro Quini, y el joven zaguero vasco José Ramón Alexanko. Sin embargo las cosas no van a funcionar. El Barça camina a trompicones por la Liga-marcha undécimo clasificado en la novena jornada-, y el detonante de la crisis  se produce al ser estrepitosamente eliminado el equipo de la Copa de la UEFA por el Colonia, que tras ser derrotado en la ciudad renana por 0 a 1, va a golear a domicilio a los blaugranas en el «Camp Nou», 0 a 4.

Con Herrera al mando, las cosas vuelven a mejorar, y ahora con mayor brillantez que el año anterior. El equipo se recupera y pasa a los primeros lugares, discutiendo el título de Liga a Atlético de Madrid, Real Madrid y Real Sociedad, y tal vez únicamente el secuestro de Quini, perpetrado en el peor momento, cuando el Barça iba lanzado, le va a alejar del campeonato, aunque sí logrará alzarse con la Copa del Rey de 1981, al derrotar en la final disputada en el «Vicente Calderón» al Sporting de Gijón por 3 a 1, precisamente con dos dianas de «el Brujo» a sus antiguos compañeros. HH dejará para la historia y su leyenda particular nuevas y jugosas anécdotas, como por ejemplo cuando, en vísperas de un Barça-,Madrid declarará que el desaparecido Juanito «se marcaba solo», algo que va a producir la airada reacción del temperamental  jugador merengue, que marcará un gol en el partido y se irá derechito hacia el banquillo barcelonista para recomendarle a su provecto entrenador «que se vaya al asilo»

Pero HH no va a hacerle caso al futbolista nacido en Fuengirola, y en lugar  de ingresar en una residencia geriátrica retornará a su confortable palacete veneciano, donde aun disfrutó de bastantes años de plácida y placentera vida, hasta que por fin su corazón se detuvo el 9 de noviembre de 1997. Recibiría sepultura en un lugar elevado, cara al sol, tal como había pedido en alguna ocasión, un sitio desde donde podría gozar de una panorámica mayor que la ofrece un banquillo situado a ras del terreno de juego. Había sido un hombre carismático y genial, un técnico que escribió páginas brillantísimas, tanto en su profesión como en la más que centenaria historia del fútbol mundial, una de esas personalidades irrebatibles cuyo recuerdo siempre permanecerá imperecedero en la memoria de los aficionados y cuya fama será transmitida a las generaciones futuras.

MUCHO MÁS QUE UN ENTRENADOR: UN TÉCNICO CARISMÁTICO Y REVOLUCIONARIO

La pregunta del millón: ¿qué aportó Helenio Herrera al fútbol europeo de mediados del siglo XX? ¿Cuáles fueron las innovaciones que este técnico visionario  introdujo en el oficio de entrenar? Pues no precisamente pocas, y estas atañen a aspectos tales como el estudio metódico del rival, la preparación psicológica, física y táctica de los suyos, la profesionalización definitiva del propio jugador, o los sistemas mediante los que estos evolucionan  sobre el terreno de juego. Desmenucémoslos

Herrera fue un estudioso del fútbol, un técnico adelantado a su tiempo y que trataba de no dejar nada al azar, a esa «dinámica de lo impensado» como a veces se ha definido al más popular y universal de los deportes. Preparaba los partidos minuciosamente, gracias a que confeccionaba  fichas de todos los jugadores de los equipos rivales, con sus principales características, valiosas anotaciones que guardaba en cuadernos, aunque no los exhibía públicamente, a diferencia de la famosa «Libreta de Van Gaal». (este auténtico tesoro sería heredado a su muerte por uno de sus jugadores-fetiche, el lateral izquierdo interista Giacinto Facchetti, pionero de los carrileros). Es un hecho sobradamente conocido que cuando fichó por el Inter de Milán fue su propio hijastro, el cineasta y escritor asturiano Gonzalo Suárez, a la sazón periodista deportivo que firmaba sus artículos y crónicas con el seudónimo de «Martin Girard» , quien le pasaba informes de los equipos con los que iba a competir el cuadro negriazul, . Incluso cuando finalizaba la temporada les entregaba a sus jugadores un detallado plan de trabajo para las vacaciones, que incluía ejercicios físicos a realizar y una dieta alimenticia a seguir, para evitar que compareciesen el día de la presentación oficial del equipo con sobrepeso. Y es que HH estaba en todo…

Pero su aportación no se quedaba únicamente en la preparación táctica, simbolizada por el uso de la pizarra magnética y el concepto de «libero», un futbolista descargado de otras tareas, y que podía colocarse indistintamente delante o detrás de la línea defensiva, ya fuera apagando fuegos y barriendo balones (el «defensa escoba»)o iniciando el juego, buscando el pase a los compañeros mejor situados. Por ello se le tildaba de defensivo (hoy le llamaríamos «amarrategui»), atribuyéndosele ser el inventor del catenaccio, pero el beton suizo o el «cerrojo» que practicaba la Real Sociedad de Benito Díaz, el legendario «Tío Benito» , son cronológicamente anteriores. HH prescribía marcajes individuales, que fueron la tónica general hasta hace algunas décadas, cuando se impuso por doquier la cobertura zonal, y los marcajes al hombre se convirtieron en algo poco menos que herético.

Todo buen aficionado ha oído hablar maravillas de sus grandes dotes como psicólogo, un aspecto en el que fue también pionero. HH era un excepcional motivador para sus jugadores, de los que sacaba siempre el mayor partido, convenciéndoles de que eran superiores a sus rivales, no importaba el renombre que estos tuvieran. Conocía perfectamente al futbolista por haber sido «cocinero antes que fraile», sabía de su mentalidad, y dado su carácter de  hombre experimentado y cosmopolita, hecho a sí mismo, culto y  conocedor de varios idiomas, lograba meterse a sus pupilos en el bolsillo, y tenía un gran ascendiente sobre ellos. El jugador de aquella época, años 50 y 60,  era, por lo general, mucho más ingenuo y menos viajado que el actual, que casi desde edad infantil cuenta ya con un representante y se las sabe todas, y de ese modo caía fascinado ante la personalidad de HH, y este hacía con el lo que quería

Se ha llegado a hablar de magia e hipnotismo, de rituales y juramentos antes de saltar al césped, sobre todo en los partidos importantes. Eso forma parte de la leyenda de Herrera, pero lo cierto es que era un auténtico mago motivando a sus pupilos, y sabía generar como nadie el necesario de espíritu de grupo. Entre otras cosas, lo hacía colocando carteles en el vestuario, que con frases sencillas, claras y rotundas convenciesen al jugador de que era mejor que su contrincante, y le predispusiesen a salir y comese el prau, como decimos en Asturias. También le acompañaban acusaciones de que drogaba a sus futbolistas, en una época donde no existían los controles antidoping. Lo cierto es que los estimulaba a base de té y café, llegando a administrarles aspirinas, con mucha parafernalia y disimulo, consiguiendo un efecto placebo. Y para rematarlo, era un maestro absorbiendo buena parte de la agresividad de los públicos contrarios,  al desfilar ante ellos ostensiblemente en la previa, y así estos se desahogaban a voz en grito, y cuando salían los suyos al campo la pitada y la hostilidad eran menores.

En lo referente a sus métodos de entrenamiento, Helenio Herrera también fue un innovador.  Seguía un plan de trabajo semanal sistemático, que redundaba en la profesionalización de sus pupilos, superando el semiamateurismo que hasta entonces había presidido el fútbol español en lo tocante a la preparación, y haciendo hincapié en el aspecto físico, una faceta en la que nuestro país estaba bastante atrasado con respecto a otras naciones europeas. El lunes baño y masaje para los que habían jugado el domingo, con presencia de toda la plantilla. El martes una sesión suave. El miércoles trabajo fuerte, eminentemente físico-era el día más temido por los futbolistas-. El jueves continuaba a ese nivel, e incluía el partidillo entre todo el grupo que ya se ha convertido en un clásico. El viernes se volvía a entrenar  suave. El sábado se dedicaba al viaje,  o se efectuaba la concentración si se jugaba en casa, y de ese modo los chicos saltaban al campo el domingo (entonces casi siempre se jugaba ese día) con auténtica «hambre de balón». Y corriendo como gamos, porque para Herrera el fútbol moderno estaba basado en la velocidad, con la cual podían ganarse todas las batallas individuales: «piensa rápido, y juega rápido» era uno de sus lemas más queridos, repetido hasta el paroxismo.

Su sistema de juego en el Barça presentaba un equipo armado desde atrás, con un hombre libre-aunque entonces aun no se le denominaba así-apoyando a la defensa, un centro del campo fuerte, extremos retrasados («complejos» los llamaba él, y los utilizaría también en el Inter, como era el caso del teórico «11», Mario Corso)y contras letales en campo contrario. Esa filosofía, aplicada en los desplazamientos, podría ejemplificarse perfectamente con la siguiente frase: «A Antonio (Ramallets)que no le marquen, que arriba ya Tejada, Evaristo, Eulogio, Kubala, Kocsis o Suárez enchufarán alguna…

Gestionaba  el vestuario como un verdadero jefe de personal. Defendía a capa y espada los intereses de quienes le respondían en el campo, y de ese modo exigía a la Directiva que recompensase económicamente su buen rendimiento, algo que le trajo muchos problemas en un Barça endeudado hasta las cejas. Pero ejercía igualmente otras funciones, afines a lo que siempre se ha conocido como «Secretaría Técnica», pues realizaba fichajes por su cuenta y riesgo. Pedía-y solían concedérselos-plenos poderes, y no quería ver a los directivos ni en pintura, invadiendo su terreno. A ellos también les desagradaba ese modus operandi, pero mientras el equipo marchase bien hacían de tripas corazón transigían, aunque afilaban sus cuchillos para cuando pintasen bastos….HH y los medios informativos se retroalimentaban. Al técnico le encantaba gozar incluso de mayor  protagonismo que sus propios  jugadores, y para la prensa era todo un caramelo, alguien que les regalaba continuamente declaraciones sensacionales y magníficas y ocurrentes frases para componer  los titulares. Pero también va a denunciar una vez fuera del club la existencia de lo que hoy llamaríamos  «el Entorno  culé», en fecha tan temprana como 1962, refiriéndose a periodistas, dirigentes y aspirantes a serlo. Para el Barça » el Entorno» venía  a ser algo parecido, salvando todas las distancias, a lo que representaba en los Estados Unidos el «complejo militar-industrial» que censurase el presidente Eisenhower en su discurso de despedida de la Casa Blanca: una realidad inexcusable y mediatizadora  que se hallaba siempre presente, al margen de la buena o mala marcha del equipo, aunque naturalmente los resultados negativos tenían  la virtud de activarla.

Esa personalidad ególatra y fecunda, seductora y moldeada a sí misma a través de una vida rica en experiencias, se manifestaba también en su vida privada. Entrenó en Francia, España e Italia, y se casó con una mujer de cada una de dichas nacionalidades. La francesa le dio cuatro hijos, dos la española María Morilla-que aportó asimismo uno anterior, el citado Gonzalo Suárez- y finalmente tuvo otro con  la italiana. Y es que también en el amor fue cosmopolita y trotamundos, de manera que nada en su trayectoria resultaba  ordinario, vulgar, común…Helenio Herrera, genio y figura.

Para la realización de este trabajo, se han consultado las siguientes fuentes bibliográficas, hemerográficas y digitales:

HISTORIA DEL CAMPEONATO NACIONAL DE LIGA. Enrique y Nicolás Fuentes. Ibérico Europea de Ediciones. 1970

HISTORIA DE LA COPA. Enrique y Nicolás Fuentes. Ibérico Europea de Ediciones. 1971

¡ BARÇA, BARÇA, BARÇA ¡ HISTORIA del  F.C. BARCELONA. Jaume Ramón. La Gran Enciclopedia Vasca. 1974

CRÓNICAS DEL BARÇA. Antoni Closa. El Observador. 1991

YO. MEMORIAS DE HELENIO HERRERA. Planeta. 1962

HELENIO HERRERA. Pere Escobar y Pichi Alonso. Barcanova. 1998

CARA I CREU. EL  F.C. BARCELONA SOTA EL FRANQUISME. 1939-1975. Jaume S. Sabartés. Laia. 1982

REVISTA «BARÇA»

BD FUTBOL

LA WEB DEL CULÉ




El gimnasio Solé. Más que un gimnasio.

Sole01El Gimnasio Solé de Barcelona fue mucho más que un gimnasio, fue el lugar donde nacieron los más destacados clubs y entidades polideportivas, así como medios de comunicación y multitud de iniciativas en el ámbito del regeneracionismo en (o desde) la educación física, el deporte y el higienismo.

En 1878[1] Francisco Solé Font ya era el propietario del gimnasio de la calle Montjuich del Carmen nº 3, que más tarde amplió con un local más en la calle Fortuny nº 19, pero también era el director del gimnasio de la Plaza Cataluña, propiedad por aquel entonces de José Florencio Quadras. El Gimnasio Solé se anunciaba como «Gran Gimnasio Higiénico y Recreativo» y contaba con una excelente sala de armas dirigida por el profesor José Bea Arnal –también profesor del Casino Militar y de varios colegios privados– y otra sala independiente para señoras, que estaba dirigida por la señora Elisenda Ros, esposa de Francisco Solé. Dicha sala se dedicaba, en horarios laborables, «a robustecer la debilidad del sexo femenino de las clases no populares, cuyas ocupaciones eran muy sedentarias[2]«. Se decía que «las reformas introducidas en el local permiten puedan darse a las mismas horas las clases de señoras y caballeros en locales completamente separados e independientes»[3].

Francisco Solé Font.

Francisco Solé Font.

El Gimnasio Solé a lo largo de su existencia realizó varias reformas y ampliaciones del local y constantemente mejoraba los aparatos gimnásticos. En 1885 llevó a cabo una notable reforma con la intención de mejorar los servicios a las señoras.

Dicha reforma consistía en la instalación de algunos aparatos curativos, entre los que figuraba el novedoso aparato Sayre. Este aparato era útil para corregir las desviaciones de la columna vertebral. La aplicación técnica y médica del aparato corrector, estaba bajo la responsabilidad del doctor Enrique Robledo[4].

Sole03El nuevo Gimnasio Higiénico y Terapéutico de Francisco Solé fue inaugurado en 1894, en la calle Montjuïc del Carmen nº 5. Inicialmente constaba de una planta de 13 x 14 m. y 5 m. de altura, con una capacidad para 76 personas[5]. El gimnasio también dispuso de una reformada Sala de Armas dirigida por el maestro napolitano José G. Geraci.

Sole04Geraci fue también un divulgador del deporte y la educación física que en 1895 lideró una campaña para que España creara una Escuela Central de Esgrima y Gimnasia[6], además el maestro Geraci tampoco rehusó la peligrosa práctica de los «duelos por honor». En el más famoso que protagonizó (en noviembre de 1895, frente al también profesor italiano Sebastián Pardini, teniendo como padrinos a Francisco Solé y al doctor Planas) recibió el duro calificativo de «cobarde» por salir de los límites marcados en dos ocasiones, siendo declarado «nulo» el duelo[7].

Las clases de esgrima de florete, sable, espada o palo de la Sala de Armas del Gimnasio Solé fueron, pese a esta deshonra del maestro Geraci, un éxito. En la sala se organizaron muchísimos enfrentamientos deportivos entre los mejores tiradores que se acercaban a Barcelona. Además el gimnasio incorporaba servicios de hidroterapia y masaje muy avanzados. En esta época el médico Gonzalo Planas Vives ejercía como director facultativo. El profesor auxiliar era Juan Muro y Elisenda Ros aún se encargaba de ofrecer las clases a las mujeres[8].

El gimnasio de Francisco Solé fue motor de numerosos estímulos deportivos y en él surgieron iniciativas como la fundación, administración y redacción de la revista Los Deportes (1897), la Asociación Catalana de Gimnástica (1897), la Federación Gimnástica Española (1898), el Fútbol Club Barcelona (1899) o la Sociedad «Los Deportes», siempre bajo la influencia y dirección del periodista y divulgador deportivo Narciso Masferrer Sala, auténtico «cerebro» de todo el movimiento regeneracionista deportivo barcelonés.

Entrado el siglo XX la actividad deportiva del Gimnasio Solé continuó generando protagonismo y nuevas iniciativas como la fundación del Club Natación Barcelona (1907) o la creación del Solé Pedestre Club (1909). En enero de 1910 se hizo cargo de la propiedad y dirección del Gimnasio el conocido sportsman Manuel Grau Solé (sobrino de Francisco Solé Font).

Sole05Manuel Grau Solé (en muchas ocasiones aparece en prensa como Manuel G. Solé, Manuel Solé o Manolo Solé) fue jugador y directivo del FC Barcelona, además de destacado gimnasta, tirador de esgrima y practicante y divulgador de muchos deportes[9]. Había nacido en Benissanet (Ribera d´Ebre, Tarragona) el 26 de diciembre de 1872[10] y se había trasladado a Barcelona bajo la protección de su tío Francisco Solé en 1885[11].

Sole06Como jugador del Barça debutó el 23 de septiembre de 1900 en el amistoso FCB-Català (3-1) disputado en el Velódromo de la Bonanova actuando de defensa y tenemos la certeza que formaba parte del primer equipo como mínimo en ese otoño de 1900[12], también sospechamos que pudo actuar esporádicamente en más partidos hasta 1907 pero algunas informaciones periodísticas aludirían posiblemente a él como «Manuel Soler».

La existencia de otra familia vinculada a los primeros años del FC Barcelona apellidada Soler (a la que pertenecía Francisco Soler, propietario de los restaurantes Gran Continental y Tibidabo) puede haber contribuido a ciertas confusiones entre los «Solé» y los «Soler». La entrega de la II Copa Macaya al FC Barcelona tuvo lugar en el restaurant Gran Continental[13]. En una entrevista desde Filipinas en 1946 el ex jugador Manuel Amechazurra recordaba a un jugador de 1903-1904 llamado Soler «del hotel del Tibidabo»[14]. El polifacético deportista y autor de libros de caza Joan Soler Lluch (del que sospechamos podría ser el «misterioso» presidente del FC Barcelona en 1905-1906), también fue propietario del restaurant del Tibidabo años más tarde[15].

Como directivo Manuel Grau Solé formó parte de la directiva presidida por Walter Wild a partir del 17 de octubre de 1900 con el cargo de vicesecretario[16]. El 30 de diciembre de 1900 la Junta General de socios otorgó el título de «Socios de Honor» a varios socios, entre ellos Hans Gamper y Francisco Solé Font. En la misma Junta se anuncia la substitución en la directiva de Manuel Grau Solé por Fernando Blanco[17].

En la directiva presidida por el alemán Otto Gmelin (1909-1910) Manuel Grau Solé regresaría a los cargos directivos siendo nombrado vocal primero[18]. Se trataba de una Junta muy respetuosa con los orígenes del club, ya que Narciso Masferrer era el vicepresidente y Hans Gamper el tesorero.

En 1924 Manolo Solé fue uno de los invitados de honor al banquete en el que se conmemoraron las Bodas de Plata del FC Barcelona[19].

Además de ser uno de los primeros socios, jugador y directivo del FC Barcelona, Manolo Grau Solé también fue cofundador y vicepresidente del Club Natación Barcelona en 1907; fundador y presidente del Solé Pedestre Club (1909) y fundador y director del Centro de Cultura Física (1914). Además de propietario del Gimnasio Solé desde 1910.

Su hermano Juan Bautista Grau Solé (Benissanet, 3 de marzo de 1876[20]) fue profesor de esgrima en el Gimnasio Solé y uno de los más destacados tiradores de esgrima españoles de principios del siglo XX[21]. Otro hermano Grau Solé llamado José fue un destacado médico en Barcelona.

Sole07Manuel Grau Solé falleció en Barcelona en mayo de 1934[22].

Fragmento del poema al Gimnasio Solé, autor: Ramón Caralt.

Fragmento del poema al Gimnasio Solé, autor: Ramón Caralt.

Creemos necesario remarcar varios puntos aclarados en este artículo:

– Al contrario de lo muchas veces publicado y repetido, el propietario del Gimnasio Solé cuando se funda el FC Barcelona en 1899 (en puridad cuando se fundan el segundo y el tercer FC Barcelona)[23] era Francisco Solé Font, no su sobrino Manuel Grau Solé (propietario desde 1910). Francisco Solé fue nombrado socio de honor del FC Barcelona el 30 de diciembre de 1900 por su decisiva contribución al nacimiento del club.

– El Gimnasio Solé fue el espacio de reunión y difusión de ideas regeneracionistas en el ámbito de la educación física por antonomasia en Barcelona. Narciso Masferrer (que residía en la Calle del Carmen, a pocos metros) tenía en el gimnasio su despacho y desde allí dirigía asociaciones y federaciones, publicaciones e iniciativas diversas. Una de las cuales fue el FC Barcelona. Narciso Masferrer Sala, Francisco Solé Font y Manuel Grau Solé deberían ser considerados cofundadores del FC Barcelona junto a Hans Gamper y Walter Wild.

– Manuel Grau Solé fue el primer jugador de las «Terres de l´Ebre» (comarcas del sur de Tarragona) en el FC Barcelona y el primer directivo tarraconense del club.

Agradecimientos: Josep Pablo, José Alberto Salas, Dr. Xavier Torrebadella Flix, Zenaida Castellnou Solé (Registro Civil de Benissanet, Tarragona).

 


[1] «Gran Gimnasio Higiénico Recreativo», La Imprenta, 21 de septiembre de 1878, p. 6420.

[2] Vid. García del Real, Luciano: «Notas d’Industria de gimnasia y higiene», La Ilustració Catalana, 15

de març de 1886, nº 136, p. 174.

[3] Anuncio: La Vanguardia, Barcelona, 1881. Vid. Torrebadella, Xavier; Arrechea, Fernando: Los Orígenes de una Ciudad Olimpica, 2015, CIHEFE, p. 89.

[4] Vid. La Vanguardia, Barcelona, 6 de marzo de 1885. Vid. Torrebadella, Xavier, Arrechea, Fernando: op. cit.

[5] Cfr. La Dinastía, Barcelona, 30 de septiembre de 1894.

[6] Vid. El Correo Militar, 22 de marzo de 1895, p. 2.

[7] Vid. Cabriñana, marqués de:  Lances entre caballeros, Ribadeneyra, Madrid, 1900, p.254-256.

[8] Vid. Torrebadella, Xavier, Arrechea, Fernando: op. cit.

[9] Vid. Iris, 27 de febrero de 1904 («D. Manuel Solé es un entusiasta sportman así en esgrima y gimnasia como en foot-ball»).

[10] Certificado de nacimiento de Manuel Grau Solé, Registro Civil de Benissanet (Tarragona).

[11] Vid. El Mundo Deportivo, 20 de enero de 1910.

[12] Cfr. La Dinastía, 1 de diciembre de 1900; La Vanguardia, 1 y 2 de diciembre de 1900; Los Deportes, 2 de diciembre de 1900.

[13] Vid. La Vanguardia, 3 de junio de 1902, p. 2; Los Deportes, 8 de junio de 1902, p. 647.

[14] Vid. El Mundo Deportivo, 5 de junio de 1946, p. 2.

[15] Vid. Arrechea, Fernando: «J. Soler. El presidente sin rostro», Cuadernos de Fútbol, nº 31, 1 de abril de 2012, CIHEFE.

[16] Vid. Los Deportes, 21 de octubre de 1900, p. 664.

[17] Vid. Los Deportes, 30 de diciembre de 1900, p. 830.

[18] Vid. El Mundo Deportivo, 21 de octubre de 1909.

[19] Vid. La Vanguardia, 10 de diciembre de 1924.

[20] Certificado de nacimiento de Juan Bautista Grau Solé, Registro Civil de Benissanet (Tarragona).

[21]  Vid. Iris, 27 de febrero de 1904.

[22] Vid. La Vanguardia, 8 de mayo de 1934.

[23] Vid. Arrechea, Fernando: «Orígenes, nacimiento y consolidación del FC Barcelona (1875-1903)», Cuadernos de Fútbol, nº70, 1 de noviembre de 2015, CIHEFE.




Helenio Herrera: el primer entrenador mediático. 1958-1960 (Primera parte)

HelenioHerrera01En 1958 las estrellas del fútbol español podían llamarse Di Stefano, Kubala -ambos ya veteranos -, Luís Suárez, Gento (mucho más jóvenes), Kopa, Rial, Peiró, Collar, Segarra, Garay, o cualquiera de los ases extranjeros que invadieron nuestro mercado en dicha fecha (Puskas, Vavá, Walter, Kocsis, Czibor, Sánchez Lage…), pero siempre se trataba de jugadores, de los atletas, artistas o actores que protagonizaban el espectáculo. Había entre nosotros técnicos de renombre y prestigio, por supuesto, como por ejemplo el eslovaco Ferdinand Daucik, que ya había dirigido nada menos que a Barcelona, Athletic de Bilbao y Atlético de Madrid, pero ninguno de los ocupantes, siempre provisionales, del banquillo era capaz de eclipsar a los que intervenían sobre el césped. ¿ Ninguno… ?

Esta aseveración no es cierta del todo, pues sí existía un técnico con el suficiente carisma como para erigirse en una estrella tan refulgente como los futbolistas que actuaban a sus órdenes. Se llamaba Helenio Herrera, un trotamundos difícil de encasillar en una nacionalidad concreta (había nacido en Argentina, de padres españoles -andaluces por más señas -, su carrera como jugador se había iniciado en el Marruecos Francés, para luego continuar en la Metrópoli, y se había forjado como entrenador en el país vecino y en España, con un breve paréntesis portugués). Su currículo profesional presentaba ya algunos brillantes triunfos, y en nuestra tierra había llevado al Atlético de Madrid a la conquista de dos títulos de Liga consecutivos, en las temporadas 1949-50 y 1950-51, logrando con el Sevilla un casi imposible subcampeonato, superando los hispalenses al mismísimo Barça y a los dos Atléticos,  y clasificándose para jugar la Copa de Europa. Sus conocimientos tácticos y técnicos estaban, pues, fuera de toda duda, pero a ellos añadía una fuerte y acusada personalidad, y unas dotes de psicólogo y motivador por entonces inéditas en el mundo del fútbol.

Por todo ello no resultó extraño que Francesc Miró-Sans, el presidente azulgrana,  pensara en él para ponerle al frente de un Barça que acababa de estrenar un estadio de fábula y contaba con una plantilla de ensueño, pero no acababa de remontar el vuelo en el sentido triunfal que desearía  su gran masa de socios, aficionados y seguidores. Y con Herrera va a irrumpir -arrolladoramente, como todo lo suyo -la modernidad, pues el flamante técnico culé era rabiosamente moderno, tanto por su intensa relación con los medios informativos como por el hecho de que su propia identidad podía ser etiquetada en  unas llamativas y sonoras siglas, «HH», precisamente en un tiempo donde estaba muy presente, de candente actualidad, la existencia de un arma nuclear terriblemente letal, la «Bomba H», lo cual daba pie para todo tipo de chascarrillos. Y es que Helenio Herrera, al igual que ocurría con algunos famosos directores cinematográficos del momento, que eran más importantes que sus estrellas, y cuyo nombre constituía el principal reclamo de cara a la taquilla (privilegio del que participaban un selecto grupo de elegidos: Alfred Hitchcock, el primero de ellos, John Ford, Frank Capra, Billy Wilder, Federico Fellini o Ingmar Bergman), tenía el don de eclipsar, o casi,  a las figuras que estaban a sus órdenes.

UNA BIOGRAFÍA APASIONANTE

La biografía de Helenio Herrera es digna de una buena novela o una gran película. Contiene la cantidad precisa de elementos fuera de lo corriente como para  hacer atractiva una historia, en cuyo transcurso se forja una personalidad excepcional, ambiciosa, excesiva, irritante a veces, pero siempre fascinante. HH siempre abonó su mito con algo de misterio, su trayectoria no siempre aparece nítida, sino que existen en ella algunas zonas de sombra -aunque no empañan un ápice su extraordinaria aventura, llena de éxitos y boutades -tales como la cuestión de su verdadera edad, e incluso el hecho de haber jugado o no en la Selección Francesa.

Su nacimiento se fecha a menudo en 1916, los días 10 o 19 de abril -hay discrepancias sobre la fecha en que fue registrado -, pero bien pudo haber tenido lugar en 1910, o 1913, tal como aparece en algunas fuentes. La verdad es que Herrera siempre ofreció un aspecto de madurez física e intelectual, bastante por encima de sus futbolistas, lo que ya era palpable cuando dirigía al Atlético de Madrid, con sólo 33 o 34 años oficiales. La impresión que nos comunica es la de un hombre de mundo, con larga experiencia vital a sus espaldas, conocedor de todos y cada uno de los resortes que pueden motivar a un futbolista profesional de veintitantos, ingenuo, elemental y mucho menos formado que él. Era un autodidacta que había hecho acopio de esas vivencias a través de un largo periplo cosmopolita, e irradiaba un influjo irresistible sobre sus pupilos. Yo, personalmente, me inclinaría por 1910 como fecha de nacimiento, pero para nuestro trabajo no constituye un dato excesivamente relevante. Lo que importa es cómo se va a ir forjando el carácter de un hombre hecho a sí mismo, como dirían los norteamericanos (self made man), con esa magnética personalidad y una gran confianza y seguridad en sus potencialidades, así como un innegable componente ególatra y exhibicionista (lógico dada la naturaleza del trabajo que le hizo famoso), pero siempre fundado en una capacidad técnica, táctica y psicológica fuera de lo común, que le condujo a la cima, al éxito y a la gloria, en un campo tan difícil y competitivo como el del fútbol profesional.

Hasta nosotros ha llegado la imagen de un Helenio Herrera hipermediatico (cuando prácticamente ningún colega suyo lo era), con una irrefrenable incontinencia verbal, aureolada por ese puñado de frases que siempre se repiten al referirse a él -«se juega mejor con diez que con once», «ganaremos sin bajar del autobús»…-, pero, amén de ser un pionero en el empleo a su favor de los modernos medios de comunicación, fue un técnico magnífico, carismático y revolucionario, que introdujo métodos y sistemas novedosos, y colocó buena parte de los cimientos del fútbol moderno.

Como lugar de origen aparece Buenos Aires, lo que le convierte teóricamente en ciudadano argentino, aunque sea la República del Plata el país que menos incidencia vaya a tener en su formación posterior. Es inscrito como Helenio Herrera Gavilán (al parecer por un error, pues el deseo paterno era llamarle «Heleno»). Sus padres fueron dos emigrantes españoles, andaluces para más señas, Francisco Herrera, «Paco el Sevillano», un carpintero de ideas anarquistas, y María Gavilán, una criada. El matrimonio trabajaba en Gibraltar, el padre en los astilleros, y la madre sirviendo en casa de unos ingleses, pero no salían de pobres, y además tuvieron que sufrir la muerte de sus tres hijos. La emigración, pues, aparecía ante sus ojos -como para tantos otros millones de menesterosos -como la única posibilidad de abandonar una situación tan penosa y lamentable, y pusieron en ella todas sus ilusiones y sus parcos ahorros, subiéndose en Algeciras a un barco que zarpaba rumbo a la Argentina.

Por esa razón  Helenio va a ver la luz en la gran urbe porteña, pero por poco tiempo, porque tampoco dicho país demostró ser El Dorado para la familia Herrera, que sólo algunos años después de llegar al Nuevo Mundo van a tomar de nuevo sus humildes bártulos para abordar otro buque. En esta ocasión el destino será la zona francesa del Protectorado de Marruecos, y en concreto la ciudad de Casablanca, de reminiscencias tan cinematográficas ella. En su infancia el futuro entrenador va a conocer privaciones y miseria, y por lo tanto resulta lógico que el dinero pasara a ser una de sus principales preocupaciones. Esa fama de «pesetero» que siempre le acompañó estaba más que justificada por las circunstancias de su propia biografía: hermanos muertos en plena niñez y que no llegó a conocer, y unas precarias condiciones, habitando en chabolas de los barrios marginales de Casablanca y buscándose la vida desde muy crío. Todo eso fue moldeando un carácter inconformista y ambicioso, que le convirtió en un ganador. Su currículo profesional es impresionante: 7 campeonatos de Liga (4 en España y 3 en Italia), 3 de Copa (dos en nuestro país y la otra en Roma), 2 Copas de Europa y otras 2 Intercontinentales con el Inter, y 1 Copa de Ferias con el Barça, amén de muchos otros trofeos menores. Es evidente, a la luz de tanta orfebrería conquistada, que «HH» era mucho más que un bocazas arrogante y prepotente: un técnico preparadísimo, cerebral e innovador, cuyas responsabilidades excedían en mucho a las de un simple ocupante temporal del banquillo, invadiendo funciones más propias de un secretario técnico, un directivo, o incluso un presidente de club.

Comenzó pateando latas por los áridos descampados de Casablanca, para más tarde  confeccionar improvisadas pelotas de papel o de trapo, utilizando para ello las medias de su madre. De ahí pasó a los equipos federados del fútbol base marroquí, hasta pegar el gran salto a la Metrópoli. En Francia va a ir retrasando progresivamente su posición sobre el terreno de juego, hasta afianzarse en la línea defensiva. Nunca fue un gran jugador, pero suplió esas  carencias a base de coraje, entrega y empuje, derrochando nervio y velocidad, que iban a ser sus premisas una vez convertido en entrenador. Militará en varios clubes galos (Français, Red Star, CASG, Charleville, Stade Français…), a la vez que trabaja en diversos oficios y para importantes empresas como Citröen y Saint Gobain (el fútbol francés no podía considerarse entonces, en el período de Entreguerras, una actividad del todo profesional, como de hecho ocurría en muchos otros países). Vivirá  algunos malos tragos durante la Guerra y la ocupación alemana, como por ejemplo cuando tiene que huir de París en bicicleta y se encuentra de manos a boca con tropas nazis que se batían en retirada, pero su proverbial buena estrella –baraka lo llamarían en la Casablanca de su infancia-, nunca le va a abandonar, y consigue salir airoso de ese y algún otro trance peligroso.

Al llegar la paz, y antes de colgar las botas, comienza a entrenar, poniendo en práctica todo lo que había aprendido. El Puteaux es su primer club, y luego pasa al Stade Français. Allí va a descubrir a futbolistas tan destacados como el magrebí Larbi Ben Barek o el guardameta Marcel Domingo, a los que luego tendrá bajo sus órdenes en España. Y hablando de España…Su buen hacer en los banquillos no va a pasar desapercibido en nuestro país, a medida que se reanudan los contactos internacionales a nivel de clubes, y el Atlético de Madrid le hace una oferta que no podrá rechazar. Pero sucede que los colchoneros ya tienen entrenador, Taioli, y van a ceder a Herrera a un recién ascendido, el Real Valladolid, para que se vaya fogueando y tomándole la medida a  nuestras competiciones. Pucela es, por lo tanto, la primera singladura de su periplo español, tras pasar por su Argentina natal, el Protectorado de Marruecos y Francia

En el «Metropolitano» va a contar con una excelente plantilla, en la que -aparte de su compatriota Domingo y de Ben Barek, apodado «la Perla Negra» -figuran los Riera, Aparicio, Lozano, «Lobito» Hernández, Silva, Mújica, Juncosa, Miguel, Pérez Payá, Carlson o Escudero. HH los convierte en el mejor equipo español, ganando las ligas de 1949-50 y 1950-51, amén de otros trofeos de menor relieve, aunque luego los rojiblancos madrileños tendrán que ceder el cetro de la supremacía futbolística nacional al Barça de «las Cinco Copas», dirigido desde el banquillo por Daucik y en el terreno de juego por el portentoso Laszi Kubala, un personaje que volverá a cruzarse en su camino años más tarde. Una vez agotada la racha triunfal, y al cambiar el club de presidente, empiezan los problemas, y Herrera cesará en su puesto, para acto seguido hacerse cargo de un equipo en apuros, el Málaga, al que sin embargo no conseguirá salvar, a pesar de la evidente mejora de su juego. Estamos en la temporada 52-53, y de cara a la liguilla de promoción va a ser contratado por el Deportivo de La Coruña, que de su mano logrará la permanencia. Durante su breve estancia en «Riazor»  conoce a un prometedor juvenil llamado Luisito Suárez, cuyo enorme talento le maravilla. Años más tarde se convertiría en su jugador-franquicia.

Del norte al sur….Le ficha el Sevilla, presidido entonces por Ramón Sánchez  Pizjuán, donde va a pasar cuatro años inolvidables. Promueve a jugadores jóvenes como el asturiano Campanal, un superatleta -, el melillense Pepillo o el coriano Ruiz Sosa, que se convierten en figuras, y con el club hispalense aportará numerosos efectivos a la Selección Nacional, logrando también que veteranos como el navarro Arza rindan a su lado como en sus mejores tiempos (obteniendo el «Pichichi» en 1954-55). El equipo andaluz transita siempre por los primeros lugares, en 1955 llega a la final de Copa, perdiendo únicamente por 1 a 0 ante el Athletic de Bilbao de Daucik -que al año siguiente hará «doblete»-, alcanza el subcampeonato en 1956-57, y por consiguiente el derecho a disputar la siguiente edición de la Copa de Europa, y vence también en los prestigiosos trofeos «Teresa Herrera» y «Carranza».

Pero con la súbita muerte de Sánchez Pizjuán, al que se hallaba muy unido y que le había otorgado auténtica carta blanca para dirigir al equipo, comienzan nuevamente los problemas, de modo que aprovechando un incidente con un directivo sevillista Herrera fuerza su marcha del club, cuando todavía le restaban dos años de contrato. La Federación le suspende precisamente por ese período de tiempo, obligándole a reincorporarse posteriormente a la entidad andaluza para cumplir lo firmado. Es entonces cuando decide marcharse a  Portugal, donde la sanción federativa española no tiene efecto. Allí se hace cargo del Os Belenenses de Lisboa (1957-58), consiguiendo buenos resultados, pero en febrero del 58 ya le contactan los emisarios del Barça, para que intente reflotar un conjunto que camina sin pena ni gloria y ya hace cinco años que no gana la Liga. En un principio HH les da largas, pero en abril accede a desplazarse a la Ciudad Condal y tomar las riendas del cuadro azulgrana. El Barça, a todo esto, ya había conseguido que le retirasen la suspensión federativa, aflojando un millón de pesetas para indemnizar a los hispalenses y otras 200.000 para los lusos, como desagravio por privarles de su técnico. De modo que va a dar comienzo la «Era Herrera» en Can Barça. Su alargada sombra planeará después, durante toda la década de los 60, sobre el club catalán, que está muy cerca de volver a contar con sus inestimables servicios en 1965 y 1969. Finalmente, cuando ya su gran prestigio sea únicamente historia, logrará de algún modo reverdecer viejos laureles en 1980 y 1981, primero clasificando al equipo para la Copa de la UEFA, y más tarde conquistando la Copa del Rey, su última victoria en el banquillo.

FICHAJE POR EL BARÇA

Herrera dirigirá al Barça en los dos últimos compromisos ligueros, ya intrascendentes, que se saldan con una derrota por la mínima en Pamplona ante Osasuna (2 a 1, con gol de Suarez) y una clara victoria frente al Granada en el «Camp Nou», 4 a1, con dos goles de Basora, más sendos tantos de Martínez y Suárez. Al final, el cuadro azulgrana se clasificará nuevamente en tercera posición, perdiendo por segundo año consecutivo la posibilidad de jugar la Copa de Europa, al vencer el Real Madrid en ambos torneos, derecho que le corresponde al Atlético de Madrid, subcampeón. Este es el balance azulgrana en el campeonato 57-58: tercero, con 38 puntos y 8 positivos, a siete del campeón y a 4 del subcampeón. 17 victorias, 4 empates y 9 derrotas, con 69 goles a favor  y 38 en contra, aventajando en sólo dos puntos a un Valencia que había sufrido un campaña de lo más accidentada, a causa de la riada que devastó la ciudad del Turia en octubre del 57.

Va a sentarse en el banquillo en el partido de vuelta de la final de la primera edición de la Copa de Ferias, torneo que ya se les había puesto de cara a los azulgranas tras el empate a dos conseguido en la capital británica. Y pese al gran potencial de la selección londinense, formada por jugadores del Totenham, Arsenal, West Ham y Chelsea entre otros clubes, el Barça -que todavía viste el uniforme representativo de la Ciudad Condal-, aplasta a los ingleses por un contundente 6 a 0, obtenidos por Suárez y Evaristo (por partida doble), Martínez y Vergés. Así formó el primer campeón del torneo ferial aquel 1 de mayo de 1958: Ramallets; Olivella, Brugué, Segarra; Vergés, Gensana; Tejada, Evaristo, Martínez, Suárez y Basora. Ocho jugadores nacidos en Cataluña en el equipo.

Y en cuanto a la Copa del Generalísimo, bajo sus órdenes el equipo eliminará con facilidad al Real Zaragoza (3-4 en La Romareda, con tantos de Suarez, 3, y Kubala,  y 8 a 0 en el Camp Nou (Kubala 2, Martínez 2, Suárez 2 y Tejada 2) y al Valencia, derrotado en la Ciudad Condal por 3 a 0 (Gensana, Tejada y Kubala), y en «Mestalla» por 0 a 1 (Martínez), cayendo en semifinales ante el Athletic de Bilbao, que a la postre sería el campeón. Se impusieron los leones en «San Mamés» por 2 a o, pero en la vuelta, en un encuentro vibrante disputado bajo la lluvia, con un campo impracticable, el Barça estuvo a punto de forzar un tercer partido de desempate, al vencer por 4 a 3 (Basora 2, Martínez y Tejada)

Se va a cerrar la temporada 57-58 con un partido internacional amistoso en el «Camp Nou» entre el Barça y el Enschede holandés, que sirve de homenaje a Basora, quien abandona el fútbol con sólo 32 años, y todavía rindiendo a plena satisfacción. Van a vencer los azulgranas con un marcador sin paliativos, 8 a 3, con goles de Evaristo (3), Martínez, Segarra, Kubala, Tejada y el recién fichado Kocsis, y esta fue la formación que puso en liza Herrera aquel 29 de junio de 1958: Ramallets (Estrems); Olivella, Gensana, Gracia; Segarra (Suárez), Bosch; Tejada Kubala, Martínez (Evaristo), Kocsis y Basora, que -a diferencia de lo habitual -jugó el encuentro íntegramente.

HelenioHerrera02TEMPORADA 1958-59: PRIMERA VUELTA

Las principales novedades van a ser por una parte la marcha de un auténtico mito como Estanislau Basora, que como ya hemos dicho  se retira del fútbol con únicamente 32 años de edad  y aun en plenitud de facultades (de hecho, en su última temporada en activo había vuelto a ser internacional, y en el partido oficial que supuso su adiós, en las semifinales de la Copa ante el Athletic de Bilbao, se despidió marcando dos goles), y también la de Andreu Bosch, que a los 27, cuando los futbolistas llegan a su madurez, abandona el Barça para integrarse en las filas del Real Betis Balompié, que acababa de retornar a la élite después de muchas temporadas vegetando en categorías impropias de su brillante historial. Por contra, el club azulgrana va a realizar dos verdaderos fichajes de lujo, los delanteros húngaros Sandor Kocsis y Zoltan Czibor, integrantes de la mejor selección magiar de todos los tiempos.

Kocsis y Czibor, enrolados en el Honved, el equipo del Ejército, no van a regresar a su país en el momento que se produce la insurrección popular contra el régimen estalinista y satélite de Moscú, inmediatamente sofocada a sangre y fuego por los tanques soviéticos. Kocsis, «Cabeza de Oro», se refugiará en el fútbol suizo, concretamente en el Young Fellows, mientras que Czibor, el «Pájaro Loco», lo hará en Italia, donde jugó algunos amistosos con la AS Roma. Uno y otro llegan a la Ciudad Condal antes de finalizar la temporada 57-58, y se alinean en algunos amistosos. Son dos jugadores ya veteranos -ambos van a cumplir 29 años -, pero todavía le darán bastantes tardes de gloria al Barça, sobre todo Kocsis, quien permanecerá en la entidad catalana por un período de ocho temporadas. También se incorporan al equipo el defensa Rodri, que ya había jugado en Primera División dos años antes, con el Condal, Llorenç Rifé -otro zaguero -y el guardameta Larraz, así como Coll, que igualmente había militado en el filial. Por contra, Sampedro, el héroe de la final copera del 57, pasa a las filas condalistas, al igual que Biosca, que intenta recuperarse de la grave lesión sufrida en dicha competición, aunque finalmente no lo logrará y se verá obligado a retirarse, .

Así queda configurada la plantilla barcelonista de cara a la inminente temporada 58-59: Ramallets, Estrems, Larraz, Olivella, Rodri, Brugué, Rifé, Gracia, Flotats, Segarra, Gensana, Vergés, Tejada, Hermes González, Kubala, Ribelles, Evaristo, Kocsis, Eulogio Martínez, Suarez, Villaverde, Czibor y Coll. Herrera ha hecho oídos sordos a los propósitos de la directiva azulgrana, que barajaban el desprenderse de algunas de las figuras del equipo (concretamente Ramallets, Segarra, Evaristo y Luís Suárez), alegando que su rendimiento en la última temporada dejaba bastante que desear. Por el contrario, el nuevo técnico va a confiar ciegamente en ellos, que le responderán realizando todos una magnífica temporada. Herrera introducirá también una importante innovación en el trabajo cotidiano que tiene lugar en Can Barça, pues el equipo deja de entrenar en «Les Corts» para pasar a hacerlo en el «Camp Nou» («se debe entrenar donde se juega», fue su explicación).

Herrera pone todo su énfasis en conseguir un conjunto rápido y fuerte, físicamente a punto. Un equipo bien armado desde atrás, fortaleciendo la parcela defensiva, logrando el control del centro del campo, y siempre con una gran velocidad de ejecución, sorprendiendo en ataque, tanto por la intrínseca calidad de sus delanteros (podía presentar dos líneas de ataque completamente diferentes pero de una similar calidad) como por la explosiva rapidez de sus contras. Todo ello se pondrá ya de manifiesto antes de iniciarse el campeonato de Liga. El Barça va a realizar una gira por diversos países europeos (Suiza, Bélgica y Holanda), que arroja un balance espectacular: cinco partidos jugados, con tres victorias y dos empates, marcando la friolera de  26 goles goles y encajando 8. Los augurios no pueden ser mejores. Y van a confirmarse ya en el encuentro que abre la Liga 58-59, en el Camp Nou frente al Valencia.

Esa primera jornada se disputa el domingo 14 de septiembre de 1958, y ambos equipos presentan las siguientes alineaciones: por el Barça, Ramallets; Olivella, Rodri, Gracia; Vergés, Segarra; Tejada, Evaristo, Martinez, Kubala y Czibor, y por el Valencia, Goyo; Mestre, Quincoces, Sócrates; Sendra, Piquer; Mañó, Ricardo, Machado, Walter y Fuertes. Tras un primer tiempo anodino, que terminó con victoria mínima barcelonista por 1 a 0, en la reanudación el equipo azulgrana se va a desatar, consiguiendo cinco nuevos goles. Los autores de los tantos serán Evaristo (2, uno de ellos el que abrió la «lata»), Martinez (2), Tejada y Czibor, despachando este último un magnífico encuentro, así como el debutante Rodri, que realizará un excelente marcaje al delantero brasileño Machado, bastante más alto que el zaguero catalán.  Arbitró el señor Ortiz de Mendíbil, del colegio vizcaíno.

En la segunda jornada al Barça le toca visitar el siempre difícil terreno de «Atocha». Las crónicas de la época nos hablan de un partido de escasa calidad, con dos equipos demasiado precavidos que hicieron tablas. Evaristo logró el gol azulgrana. Tampoco va a ser muy destacado el juego barcelonista en la tercera jornada, donde se impone fácilmente al Granada en el «Camp Nou», con goles de Czibor, Kubala y Suárez. Los azulgranas son terceros en la tabla, con 5 puntos, a uno del sorprendente líder, el Betis, que acababa de volver a Primera División tras década y media de ausencia, y contaba sus partidos por victorias.

Pero la cuarta fecha va a traer cambio de líder, pues los bélicos ceden su primer encuentro en «Sarriá», frente al Español, lo que va a aprovechar el Real Madrid para encaramarse a lo más alto de la clasificación, tras aplastar a Osasuna en el «Bernabéu» por 8 a 0. Aunque el Barça no pierde comba y se sitúa en segunda posición, merced a un brillante partido en el flamante «Sánchez Pizjuán» hispalense, superando  a un entusiasta Sevilla por 0 a 2, marcados por Evaristo y Segarra, en un choque que contó con la nota negativa de la grave lesión del central barcelonista Brugué, lo que obligó a los catalanes a jugar la segunda parte con sólo diez hombres (¿ tal vez se acuño allí la célebre frase de Helenio Herrera ?)

La quinta jornada deja las cosas por la alturas tal como estaban. El Real Madrid derrota en Sevilla a un Betis que parece deshincharse tras su fulgurante comienzo (2 a 3), mientras que el Barça se deshace con facilidad del Athletic de Bilbao por 3 a 0 en el «Camp Nou», donde los «leones» no fueron tan fieros, con goles de Czibor, Kubala y Suárez. Un punto arriba los madrileños. Distancia que se va a mantener en la sexta jornada, con victoria de los blancos en la capital (3 a 0 al Zaragoza), y gran triunfo azulgrana en «Sarriá», con un Kubala como en sus mejores tiempos. Suárez, Tejada y Evaristo hicieron el claro 0 a 3. Al domingo siguiente, enfrentamiento en la cumbre en el «Camp Nou», Barça-Real Madrid, separados ambos por un solo punto, mientras que el Atlético de Madrid era tercero, a tres puntos de los azulgranas y cuatro de los merengues.

El 26 de octubre de 1958, en la séptima jornada, el Barça se va a alzar con el liderato al derrotar ampliamente al Real Madrid por 4 a 0, dominándole en todos los terreno. El brasileño Evaristo de Macedo realizó un partido compuestísimo, anotando tres goles, siendo el cuarto obra de Tejada. Fueron expulsados Czibor y Santamaría, y ambos equipos formaron de la siguiente manera, a las órdenes del colegiado vizcaíno señor Birigay: por el Barcelona, Ramallets; Olivella, Rodri, Gracia; Flotats, Segarra; Tejada, Kubala, Evaristo, Suárez y Czibor, y por el Real Madrid, Alonso; Marquitos, Santamaría, Lesmes II; Santistéban, Zárraga; Kopa, Rial, Di Stefano Puskas y Gento. Ahora el Barça encabezaba la clasificación con 13 puntos, aventajando los madridistas en uno y a los colchoneros en tres. Los azulgranas eran ya el único equipo imbatido, y tan sólo habían encajado un gol en siete jornadas de competición.

Pero la general va a dar un vuelco a la jornada siguiente, en la que los pupilos de Herrera regresan de su visita a «El Molinón» con una sorprendente derrota a pies del Sporting de Gijón, que ya les había superado en el mismo escenario la temporada anterior. Más rápidos y entusiastas, los asturianos se impusieron a la mayor técnica catalana con goles de Rodríguez II e Iborra, mientras que Evaristo marcaba para el Barça. El Real Madrid era nuevo líder con 14 puntos, tras endosarle una «manita» a sus eternos rivales ciudadanos en el «Bernabéu» (5 a 0). Después venía el Barça con 13, aventajando en tres a Atlético y Athletic. La Liga parecía cosa de dos…

Impresión que se vería corroborada tras la novena jornada. El Atlético de Madrid no podía pasar del empate en el «Metropolitano» ante el Sporting, lo mismo que el Athletic de Bilbao en su visita a «Atocha», mientras que Madrid vencía en Oviedo (0 a 2), y el Barça hacía lo propio con un defensivo Celta en el «Camp Nou» (2 a 0, obra de Gensana y Evaristo, que pasaba a encabezar la clasificación de goleadores). Y hagamos un inciso en el devenir de la Liga, para reseñar que el 12 de noviembre de 1958 el Barça se va a estrenar en la segunda edición de la Copa de Ciudades en Feria, rindiendo visita al terreno del Basilea helvético, un campo que volvería a cruzarse en su historia en un par de señaladas ocasiones. Los azulgranas saldrán victoriosos por 1 a 2, con tantos de Evaristo y Gensana, poniendo en franquía la eliminatoria, cuyo partido de vuelta ya no se haría esperar demasiado, tan sólo unos dos meses escasos…

Vuelve la Liga, que consume su primer tercio. El Barça se desplaza a otro complicado terreno norteño, el «San Juán» pamplonica, donde tampoco consigue salir con los dos puntos. Cuentan que fue un gran partido, en el que se adelantó la escuadra catalana por medio de Suárez, remontaron los navarros a base de furia, y Tejada, casi al final, logro la igualada definitiva. Y como quiera que el Real Madrid batía en la capital al Valencia (3 a 0), se afianzaba en el liderato, con dos puntos de ventaja sobre los azulgranas, y con el resto de seguidores ya a una considerable distancia. Los números del Barça en este primer tercio de competición eran magníficos: 16 puntos y 6 positivos (7 victorias, 2 empates y sólo una derrota, con 27 goles a favor y únicamente 5 en contra), pero es que el Madrid se mostraba intratable, pues salvo la fuerte derrota del «Camp Nou», contaba todos sus partidos por victorias, habiendo marcado la escalofriante cifra de 35 tantos.

No obstante en la undécima jornada los blancos van a ceder un nuevo punto, pues en San Sebastián no pasaron de un empate a cero ante la siempre correosa Real Sociedad en el curso de un mal partido, lo que aprovechó el Barça (que se impuso con cierta dificultad al Betis en la Ciudad Condal, a despecho del marcador final, 4 a 1, con tantos de Evaristo, Kubala, Kocsis y Suárez), para aminorar la ventaja merengue a un solo punto. Sin embargo siete días más tarde los de Herrera van a tropezar en «La Romareda» ante el Real Zaragoza, que les derrotó por 2 a 1, siendo Tejada el autor del tanto culé El Real Madrid, triunfador del Granada en su feudo por 2 a 0, va a despegarse ahora en cabeza, aventajando a los azulgranas en tres puntos.

La decimotercera jornada no trajo cambio alguno en cabeza. El Real Madrid venció en su desplazamiento al «Sánchez Pizjuán» por 1 a 3  a un Sevilla que se debatía en los últimos lugares, y que en nada recordaba a aquel equipo combativo que tanto se había significado precisamente con HH en el banquillo. Di Stefano seguía como en sus mejores tiempos, y había venido a unírsele un Puskas ya veterano y con sobrepeso, pero letal ante la meta contraria. El Barça, por su parte, no tuvo problemas para deshacerse de la UD. Las Palmas por un claro 5 a 1, marcados por Suárez (2), Evaristo, Kubala y Felo en propia puerta. Continuaban los tres puntos de diferencia de los blancos sobre los de Herrera.

Que bajaron a sólo dos el domingo siguiente. En el «Bernabéu» Real Madrid y Athletic de Bilbao hicieron tablas, en un buen partido donde Carmelo le detuvo un penalti a Di Stefano, mientras en el «Camp Nou» el Barça destroza literalmente a un Atlético de Madrid dirigido por Daucik pero incapaz de aspirar a nada, a pesar de los dos grandes refuerzos de su delantera, el angoleño Mendonça y el brasileño Vavá, campeón del Mundo con Brasil en Suecia. Evaristo en dos ocasiones -no había estado con la Canarinha pero aquí era «Pichichi»-, Tejada, Czibor y Vergés redondearon el escandaloso 5 a 0.  Y la primera vuelta va concluir dos semanas más tarde, el Día de los Inocentes, y nada menos que con un cambio de líder, pues el Barcelona, rotundo triunfador en Oviedo, va a aprovecharse  de la inesperada derrota madridista en «Sarriá» frente al Español por 2 a 0, en otro de esos típicos partidos donde el equipo técnicamente superior se ve sorprendido por la velocidad y el nervio del teóricamente inferior, que le va a derrotar con goles de Aguirre y Coll. Mientras tanto, el Barça despachaba un magnífico encuentro en «Buenavista», con un extraordinario Luís Suárez llevando la manija. 2 a 4, y goles de Evaristo (2), Tejada y Suárez.

Al término de la primera fase del campeonato, el Barça encabezaba la clasificación por su mejor tanteo particular con el Real Madrid. Ambos sumaban 24 puntos, que en el caso de los azulgranas se desglosaban de la forma siguiente: 11 victorias, 2 empates y 2 derrotas, con 48 goles a favor y 11 en contra. Los de Herrera habían conseguido alcanzar y superar a los madridistas en capacidad goleadora merced a sus últimos abultados resultados. Y si su ataque resultaba demoledor, su defensa era también la menos batida de todo el campeonato. La segunda vuelta, con las difíciles salidas a «Mestalla»,  «San Mamés», «Bernabéu» y «Metropolitano», se presentaba apasionante, con los dos Atléticos a la expectativa por si los de arriba se dormían…

TEMPORADA 1958-59. SEGUNDA VUELTA

El Barça inicia la segunda ronda con un siempre complicado desplazamiento a «Mestalla», a pesar de que el Valencia ya no era el equipo temible de la década anterior o la primera mitad de los 50. Pero los azulgranas se impondrán por completo a los «Chés», no reflejando el resultado su absoluta superioridad, 1 a 2, con goles de Tejada y Coll, y el mérito añadido de que no se alineó ninguna de sus dos grandes figuras, Kubala y Suárez. Y como el Real Madrid le endosó nada menos que diez goles a la UD. Las Palmas en el «Bernabéu», ambos equipos seguían comandando la general, con el Athletic de Bilbao a cuatro puntos.

El Día de Reyes, el «Camp Nou» volvió a ser escenario de un partido de la Copa de Ferias. Rendía visita el Basilea suizo, que va a ser nuevamente derrotado (5 a 2, con tantos de Czibor, en dos ocasiones, Villaverde, Evaristo y Hermes González) y por consiguiente eliminado de la competición. Y la decimoséptima jornada resultará bastante favorable para los intereses blaugranas, puesto que el Barça va a derrotar por 4 a 2 a la Real Sociedad en el «Camp Nou», con goles de Evaristo, Vergés, Tejada y Ansola en propia meta, mientras que el Real Madrid sólo podía cosechar un triste empate a cero en el feudo de uno de los colistas, el Sporting de Gijón, de modo que los de Herrera eran ahora líderes en solitario con un punto más que los merengues.

Todo va a seguir igual tras la jornada número 18. El Madrid derrota al farolillo rojo,  el Celta, por 3 a 0 en la capital, y el Barça se impone claramente al Granada en «Los Cármenes» por 1 a 4, con goles de Suárez, Coll y Evaristo (2). Y tampoco la fecha siguiente altera las cosas, con apurada victoria madridista en Pamplona ante Osasuna, 1 a 2, y fácil triunfo barcelonista sobre el Sevila en la Ciudad Condal, 4 a 0, con hat-trick de Tejada, y Czibor completando la goleada.  Pero el panorama bien podría cambiar siete días más tarde, pues el Barça visitaba en «San Mamés» a un Athletic que todavía  contaba con remotas aspiraciones, mientras que el Real Madrid recibía a un buen Betis, aunque no se esperaban sorpresas.

Y el Barça va a salvar el difícil obstáculo con nota, superando a los bilbaínos en su propio feudo, tal como había vaticinado un optimista Helenio Herrera, que también profetizaba la victoria de los suyos en el mismísimo «Bernabéu». El partido, arbitrado por el colegial valenciano señor Asensi, fue intenso y vibrante, y se saldó con victoria catalana por 1 a 2. Llevaron la iniciativa los locales, pero los contraataques visitantes fueron siempre peligrosos. Se adelantó el Barça en el marcador por mediación de Tejada, en el minuto 15, empató Uribe en el 50, y finalmente Segarra deshizo la igualada a cinco del final. Fue expulsado Eulogio Martínez. Estas fueron las alineaciones: por el Athletic, Carmelo; Orúe, Etura, Canito; Mauri, Maguregui; Arteche, Marcaida, Arieta, Uribe y Aguirre, y por el Barça, Ramallets; Olivella, Rodri, Gracia; Gensana, Segarra; Tejada, Evaristo, Martínez, Suárez y Coll. Como se ve, ausencias importantes en ambos conjuntos: Garay, Merodio, Gainza, Kubala y Czibor.

La jornada 21 deja también las cosas como estaban, a la espera del encuentro en la cumbre, Real Madrid-Barça, la semana siguiente. Los blancos triunfaron en Zaragoza por 1 a 2, con goles de Gento y Puskas, mientras el Barça se imponía a su rival ciudadano el Español, por 5 a 3, en un partido emocionante y con muchos goles, disputado sobre un campo prácticamente anegado a causa de la lluvia, con tantos de Tejada, Kocsis (2), Suarez y Kubala.

Y por fin llega el gran día, el 15 de febrero de 1959, con una expectación inusitada. El partido es incluso televisado en directo por una incipiente TVE que aun llegaba a escasos puntos del país, pero cuya señal podía ya ser captada en Barcelona, donde se agotaron las existencias de receptores. A las órdenes del colegiado cántabro señor García Fernández, ambos equipos formaron de la siguiente manera: por el Real Madrid,  Domínguez; Marquitos, Santamaría, Miche; Santistéban, Zárraga; Herrera, Kopa, Di Stefano, Puskas y Gento, y por el Barcelona, Ramallets; Olivella, Rodri, Gracia; Segarra, Gensana; Tejada, Kubala, Evaristo, Suárez y Coll. Los azulgranas se defendieron con acierto hasta casi el final del choque, cuando Chús Herrera remató una buena jugada de Kopa, consiguiendo el único tanto del encuentro, que devolvía el liderato a los merengues, con un punto de ventaja sobre su gran rival. La Liga ya era únicamente cosa de dos, pues el Athletic de Bilbao no había podido seguir el ritmo de ambos colosos, y se había venido abajo definitivamente.

Pero muy poco le va a durar la primera posición a los merengues, pues la van a perder  tan sólo siete días más tarde, derrotados en su visita al «Metropolitano» por el Atleti. 2 a 1 a favor de los rojiblancos, con goles de Peiró y el brasileño Vavá para los colchoneros, y Di Stefano para los blancos.  Y mientras, el Barça daba buena cuenta del Sporting de Gijón por 4 a 1, con tantos de Kubala, Tejada (2) y Suárez. Con ese resultado, los de Herrera eran ahora  líderes con un punto de ventaja sobre los de la capital, y tenían el goal average particular a su favor. Y la jornada 24 no va a traer alteraciones, aunque al Barça le costó mucho trabajo sacar los dos puntos de «Balaídos», gracias a un oportunismo gol logrado por Segarra -que se estaba especializando en conseguir tantos decisivos-en el minuto 85. La crónica del partido reseña un curioso incidente, la persecución de los jugadores barcelonistas a un juez de línea, que al levantar el banderín había hecho que el árbitro, Ortiz de Mendibil, les anulase un gol. El Real Madrid, por su parte, derrotó sin problemas al Oviedo en el «Bernabéu» (4 a 0)

La jornada 25 aumentó la ventaja catalana  sobre su único perseguidor. El Real Madrid  tropezó en «Mestalla», donde no pudo pasar del empate a uno ante el Valencia, y gracias, pues Walter falló un penalti en el último minuto. Mientras, en el «Camp Nou» los azulgranas golearon a Osasuna, 6 a 0, con tantos de Evaristo (2), Gensana, Suárez, Kubala y Tejada. La única nota negativa del partido fue la grave lesión del delantero brasileño Evaristo, que hasta aquel momento comandaba la tabla de realizadores, y al que una rotura de ligamentos va a dejar fuera de combate para todo lo que restaba de temporada. Ahora eran dos los puntos de ventaja de los de Herrera.

No se alteró la clasificación en la jornada siguiente, la que hacía el número 26. El Madrid goleó sin contemplaciones a la Real Sociedad (6 a 1), y el Barça también se deshizo a domicilio del Betis merced a una gran segunda parte, una vez expulsado del campo la gran figura verdiblanca, Del Sol. Empate a uno en la primera mitad, obra de Lasa y Segarra, y vendaval catalán en la reanudación, con tantos de Czibor   (2), nuevamente Segarra y Ribelles, amén del bético Castaño, hasta redondear el 5 a 2 final. Tampoco habría cambios en la fecha 27. El Real Madrid venció con claridad al Granada en «Los Cármenes (0 a 3), y el Barça derrotó por el mismo resultado al Zaragoza en la Ciudad Condal, siendo los autores de los goles Martínez, en dos ocasiones, y Kocsis, que apenas sí había entrado en el equipo hasta entonces. Seguían los dos puntos de ventaja.

Que se mantendrían también a finalizar la vigesimoctava jornada. El Real Madrid aplastó a un apurado Sevilla en el «Bernabéu» (8 a 0), pero los dos positivos que se trajo el Barça de Canarias le hacían ya casi acariciar nuevamente el título. Buen partido de los azulgranas en el «Insular», con goles de Luís Suárez y Eulogio Martínez, uno en cada tiempo. Continuaban los dos puntos de ventaja, a falta únicamente de cuatro por disputarse, y con un calendario muy favorable para los pupilos de Herrera que si bien debían visitar el siempre difícil «Metropolitano» al domingo siguiente, en la última jornada, recibirían en Barcelona a un Oviedo que seguramente ya no se jugaría nada.

Y el «Alirón»  no va a hacerse esperar, pues el empate barcelonista en el feudo colchonero, 1 a 1, unido a la derrota de los merengues en «San Mamés» (4 -1), significará que de nuevo, seis años después de su último título, el Barça se proclama con toda brillantez campeón de Liga. Buen partido en la capital, con goles de Vavá y Segarra, ambos en la primera mitad, y un Atlético que mereció mejor resultado, y debacle madridista en Bilbao, donde el Athletic desarboló a los blancos en la segunda parte, con un hat-trick de Maguregui, siendo Gento expulsado. Los azulgranas ya aventajaban a los madrileños en tres puntos, y eran matemáticamente campeones.

Y le pusieron un broche de oro a su gran campeonato al domingo siguiente, 19 de abril de 1959, al derrotar al Real Oviedo en el «Camp Nou» por un inapelable 7 a 1, ante el alborozo de su público, con goles de Martínez (3), Tejada (2), Suárez y Kubala, este último al transformar un penalti, mientras que el argentino Sánchez Lage salvaba el honor asturiano. A las órdenes del colegiado alicantino señor Bañón (hermano de un antiguo guardameta internacional del Real Madrid), ambos equipos formaron de siguiente manera: por el Barça, Ramallets; Flotats, Rodri, Gracia; Gensana, Segarra; Tejada, Kubala, Martínez, Suárez y Czibor, y por el Oviedo, Barea; Marigil, Alarcón, Laurín; Casamitjana, Álvarez; Cuervo, Sánchez Lage, Romero, Lalo y Amarilla. Poco importaba ya su resultado, pero el Real Madrid fue incapaz de vencer en el «Bernabéu» al Español (3 a 3), con lo cual los blancos finalizaban la competición de la regularidad a cuatro puntos de distancia de su gran adversario.

Con esta victoria, la séptima en su palmarés, el Barça rompía el empate que existía en el apartado de títulos ligueros, con los tres grandes históricos, Athletic de Bilbao, Barcelona y Real Madrid, liderando la clasificación de entorchados con 6 campeonatos cada uno. El cuadro de Herrera va a pulverizar todos los registros existentes en la Liga española, desde que esta pasó a ser disputada por 16 equipos en la temporada 50-51. El equipo azulgrana  batirá el récord de puntos conseguidos, 51 (y por lo tanto también el de positivos, obteniendo 21), de victorias (24, con sólo 3 empates y únicamente 3 derrotas), y de goles marcados, consiguiendo 96 tantos, a una media de 3 por partido, aunque no el de goles encajados, pues si bien sólo vio perforada su meta en 27 ocasiones, tanto el Real Madrid, el año anterior, como el propio Barça, en la temporada 55-56, habían recibido uno menos, 26.

Pero no todo iban a ser rosas en Can Barça… Una personalidad tan arrolladora como la de Helenio Herrera tenía que entrar inevitablemente en conflicto con alguien del club, era sólo cuestión de tiempo. En lo tocante a las relaciones con el vestuario, lo único que va a ensombrecer un panorama triunfal será el llamado «Caso Kubala». La que hasta aquel momento era la principal estrella del conjunto azulgrana. ya enfilaba su declive, y Herrera, que no tenía un pelo de tonto, se dio perfectamente cuenta de ello. El técnico respetaba y admiraba a Kubala como el grandísimo jugador que había sido, pero consideraba que a sus cerca de 32 años ya carecía de la velocidad y la continuidad en el esfuerzo que mostraba antes, aunque conservase incólume toda su enorme clase, que entre otras cosas le permitía seguir siendo un maestro en la ejecución de penalties y golpes francos. Pero sus facultades ya no eran las idóneas para los reñidos partidos en campo contrario, de ahí que en varias ocasiones le sustituyese por un hombre de bastante menos calidad como era Ribelles, pero mucho más joven y trabajador.

Y además le va a entregar la manija del equipo a Luís Suárez, un descomunal talento emergente, en detrimento del hispanohúngaro, lo cual va a producir un auténtico cisma en las gradas del «Camp Nou», dramáticamente divididas entre «suaristas» y «kubalistas». Todo eso, lógicamente, no es del agrado de Laszi, que reaccionará con una especie de huelga de brazos caídos, borrándose de numerosos partidos, alegando dolencias y enfermedades casi imposibles de verificar. De modo que la Directiva, informada de la situación por Herrera, va a presentarle una especie de ultimátum: o se volvía a reintegrar al seno del equipo, con su mejor voluntad de colaboración, o se le concedería la baja. Y en esas estaba el Barça cuando arranca el torneo copero, y de ahí que Kubala no tomase parte en él.

También se va a producir un conflicto de competencias con el cuasi sempiterno secretario técnico del club, el legendario Josep Samitier, el «Mago del balón», el home llagosta de los Felices 20. Porque Herrera era bastante más que un simple entrenador, y a la manera de los managers británicos su alargada mano pretendía llegar a todos los rincones, pidiendo -y por el momento logrando -plenos poderes. No contento con preparar  al equipo, física y tácticamente, y hacer las alineaciones, también decidía y realizaba contrataciones personalmente de jugadores, y marcaba incluso la política de primas y fichas, algo que, por descontado, no les hacía ninguna gracia a Miró-Sans y a sus directivos, ni tampoco al veterano Samitier, que harto de ser puenteado y ninguneado, va a terminar por coger los bártulos e irse de nuevo al Real Madrid de su buen amigo Santiago Bernabéu, como ya ocurriese en su etapa de jugador, a principios de los años 30.

UNA NUEVA COPA Y «DOBLETE»

Con la euforia por el título de Liga aun muy presente, una semana más tarde el «Camp Nou» va a abrir otra vez sus puertas para iniciar la disputa de la «Copa de Su Excelencia el Generalísimo». El primer rival, sobre el papel, no parecía muy temible: el Real Murcia, a la sazón militando en Segunda, donde había finalizado la Liga en un discreto sexto lugar. Pero se hizo realidad aquello de que «no hay enemigo pequeño», y los pimentoneros  se van a llevar para su tierra un sorprendente e ilusionan empate a 2. Chancho en su propia puerta, y Martínez hicieron los dos goles blaugranas en este decepcionante encuentro. Pero los de Herrera, y por los pelos, conseguirán decantar la eliminatoria a su favor al vencer en «La Condomina» por un solitario 0 a 1, obra de Martínez, que parecía haber tomado el relevo goleador del  lesionado Evaristo.

Y antes de encarar la siguiente ronda copera, los octavos de final, el Barça va a afrontar una nueva eliminatoria de aquella «guadianesca» segunda edición de la Copa de Ferias. El contrincante de turno era un buen equipo italiano, el Internazionale de Milán, el «Inter», y el resultado será claramente favorable para los intereses catalanes, 4 a 0, con tantos de Ribelles (en dos ocasiones), Villaverde y Segarra.. De regreso al «Torneo del KO», espera un recién descendído, el Sporting de Gijón. 0 a 0 en la ciudad asturiana, y un set  en blanco en el «Camp Nou» (6 a 0), obra de Martínez (3), Kocsis (2) y Suárez.

El siguiente adversario va a ser el Betis, que había cuajado un buen torneo liguero pero no parecía un enemigo de cuidado para este Barça enrachado. Tanto, que ya en «Heliópolis» quedó resuelta la eliminatoria: 0 a 6 a favor del Barça, con cuatro tantos de un Kocsis que empezaba a salirse, rematando la faena Martínez y Segarra. El encuentro de vuelta fue de mero trámite, aunque el marcador concluyó con un tanteo mucho más ajustado, 4 a 3 a favor de los locales, con goles de Gensana (2), Suárez y el inevitable Kocsis.

Las semifinales presencian un nuevo enfrentamiento en la cumbre, Real Madrid-Barça, que podía servir de revancha para los blancos, recientes campeones de la Copa de Europa por cuarta ocasión consecutiva, tras batir al Stade de Reims francés en Stuttgart. El partido de ida se jugó en el «Bernabéu», y al descanso se va a llegar con un claro 2 a 0 a favor del Madrid. Pero en el vestuario visitante, cuando todos los jugadores azulgranas esperaban recibir una soberana bronca por parte de Herrera, este les va a sorprender con uno de sus clásicos goles de efecto, felicitándoles efusivamente y asegurándoles que aquel encuentro ya estaba ganado, pues los madridistas se habían vaciado por completo  en la primera mitad, y no tardarían en venirse abajo en la reanudación.

Y dicho y hecho. En una fabulosa segunda parte, y espoleados por las mágicas palabras de su entrenador,  los pupilos de HH van a darle la vuelta al marcador, imponiéndose finalmente por un rotundo 2 a 4, con dos dianas de Suárez y otras dos de…Kocsis. La vuelta, a pesar de tratarse del Madrid, fue también un trámite, y los catalanes volvieron a superar a sus grandes rivales con un 3 a 1, marcando Suárez por partida doble y Villaverde (aquel día Kocsis no «mojó»). Ya estaba el Barça en la final, donde tendría que verse las caras con un contrincante inédito, el Granada, que para asombro de propios y extraños había ido salvando eliminatorias, hasta llegar al partido decisivo.

Con los azulgranas como grandes favoritos, va a celebrarse este el día 21 de junio de 1959, en el entonces acostumbrado marco del «Santiago Bernabéu». Arbitró el colegiado valenciano señor Asensi, a cuyas órdenes los equipos presentaron las siguientes alineaciones: por el Barça, Estrems (en lugar del titular Ramallets); Olivella, Rodri, Gracia; Gensana, Segarra; Tejada, Kocsis, Martínez, Suárez y Villaverde, y por el Granada, Piris; Becerril, Vicente, Larrabeiti; Ramoní, Pellejero; Vázquez, Carranza, Loren, Benavídez y Arsenio. El partido no tuvo color, y los de Herrera se impusieron por un amplio 4 a 1, obra de Kocsis (2), Martínez y Tejada, mientras que Arsenio hacía el gol del honor para los nazaríes. Con este resultado el Barcelona volvía a lograr el «doblete», el tercero de su historia tras los conseguidos en 1951-52 y 1952-53.

Va a echarse el cierre a una temporada inmejorable con la disputa de un interesante partido internacional amistoso en el «Camp Nou», que enfrentó a un equipo del Barça y al conjunto brasileño del Santos, donde actuaba la gran sensación del Campeonato del Mundo jugado en tierras suecas el año anterior, el jovencísimo Edson Arantes do Nascimento, «Pelé». La alineación puesta en liza por los azulgranas no era la más idónea para enfrentarse a los paulistas, y el resultado fue bastante escandaloso, 1 a 5 favorable a los sudamericanos. El Barça contó con el refuerzo de dos futbolistas del Español, Bartolí y Recamán, y formó de la siguiente manera: Larraz; Rifé I, Bartolí, Pinto; Verges, Recamán; Villaverde, Evaristo, Kocsis, Ribelles y Czibor. Pero de cara a la temporada siguiente la afición no podía ser más optimista, animada por el gran reto de disputar por vez primera la Copa de Europa, y tratar de poner fin a la hegemonía madridista en dicha competición.

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Orígenes, nacimiento y consolidación del FC Barcelona (1875-1903)

 

Foto inédita de los inicios del FC Barcelona. Jugador no identificado con un cap de campeón y un balón. Fecha desconocida. Procedencia: Archivo Familiar de Francisco Sanz de Gabilondo (jugador y directivo del FC Barcelona, fotógrafo de Los Deportes), gentileza de Pedro José Sanz Roselló.

Foto inédita de los inicios del FC Barcelona. Jugador no identificado con un cap de campeón y un balón. Fecha desconocida. Procedencia: Archivo Familiar de Francisco Sanz de Gabilondo (jugador y directivo del FC Barcelona, fotógrafo de Los Deportes), gentileza de Pedro José Sanz Roselló.

1. Introducción

1.1 Objetivos

El principal objetivo de este trabajo es el estudio y análisis del proceso fundacional del FC Barcelona tratando de explicarlo desde una perspectiva histórica y social como fruto de una época muy concreta en la Ciudad de Barcelona, en la que determinados sectores minoritarios y elitistas estaban descubriendo los sports modernos ingleses y redescubriendo los deportes tradicionales y la educación física a través del regeneracionismo y la influencia de las nuevas colonias extranjeras instaladas en la ciudad. Sería mi deseo dar una visión objetiva y basada en fuentes de la época de dicho proceso fundacional, pues considero (e intentaré probar) que la descripción de aquel acontecimiento (el nacimiento del FC Barcelona) que ha llegado hasta nosotros se basa en una repetición de la versión presentada en 1924 por dos autores (Daniel Carbó y Narciso Masferrer) que estaban condicionados por diversos motivos y no fueron objetivos. Desde entonces la historiografía sobre el tema ha sido, esencialmente, una reiteración de su versión.

Considero así mismo que la influencia del movimiento regeneracionista a través de la Federación Gimnástica Española y de su vehículo de expresión (Los Deportes) en el nacimiento del fútbol en Barcelona no ha sido suficientemente explicada, siendo habitual presentar no sólo el nacimiento del FC Barcelona sino el de todo el fútbol barcelonés como una iniciativa individual de Hans Gamper, lo que parece cuanto menos exagerado. Creo que la llegada del fútbol a Barcelona ha sido explicada siempre de forma simplificada con aluvión de tópicos y repetición de argumentos repetidos desde hace 90 años al no acudir a las fuentes originales. Errores similares se han dado al estudiar los inicios del deporte en otros lugares o el nacimiento de clubs, federaciones u organismos polideportivos[1].

La Historia del deporte merece rigor científico y respeto por las fuentes. Este trabajo se ha elaborado según estos criterios.

1.2 Metodología

La búsqueda, selección y revisión de textos periodísticos se centra fundamentalmente en el periodo comprendido entre 1875 (fecha más lejana en la que he encontrado referencias al fútbol en la prensa barcelonesa) y 1903 (año en el que el FC Barcelona queda definitivamente constituido y oficializado). Los principales fondos documentales provienen de las bases digitalizadas de la Biblioteca Nacional de España y del Arxiu de Revistes Catalanes Antigues (ARCA). Aunque también se han consultado otras hemerotecas como la de La Vanguardia, la Hemeroteca Municipal de Madrid o The British Newpaper Archive. Principalmente se han considerado las revistas de la prensa deportiva y, de forma prioritaria, Los Deportes.

Así mismo se ha intentado consultar toda la bibliografía existente sobre la temática: libros sobre la Barcelona del siglo XIX, los libros de historia general del FC Barcelona o de historia del fútbol catalán y español, las biografías de Joan Gamper, las obras temáticas sobre masonería o extranjeros en Barcelona y, especialmente, las referentes a los orígenes y la fundación del FC Barcelona. Los artículos más recientes sobre la cuestión como los de Xavier Torrebadella Flix (2012a, 2012b, 2012c, 2013, 2014c) y Javier Arranz Albó (2014), también se han considerado.

Entre los archivos consultados cabe destacar el Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Barcelona (antiguo Gobierno Civil, donde se conservan los documentos de inscripción de la sociedad en el Registro de Asociaciones), así como varios archivos civiles británicos y suizos para investigación genealógica de los protagonistas y archivos privados como el de la familia Sanz de Gabilondo.

1.3 Estado de la cuestión

La historia del nacimiento del FC Barcelona considerada oficial y, comúnmente aceptada, nace en 1924 con ocasión de las «Bodas de Plata» de la entidad. Ese año Narciso Masferrer publica un artículo en La Vanguardia[2] con sus recuerdos de la fundación del FCB, y el periodista Daniel Carbó (1924) edita su obra Historial del FC Barcelona, 1899-1924 (la primera historia del Barça) en la que enfatiza la cuestión del «Decanato» (de hecho el libro empieza con una pormenorizada presentación de esta polémica entre el FCB y el Català) y presenta una versión simplificada de la cuestión que, en las obras posteriores de historia del Barça, serán repetidas. Así Albert Maluquer (1949) basándose en Carbó presenta a Gamper como «introductor del fútbol en Barcelona» y difunde la versión de la inscripción temprana del FCB en el Registro de Asociaciones avanzándose al Català, además afirma (siguiendo a Masferrer) que en la primera directiva del 29 de noviembre de 1899 ya figuraba William Parsons, lo que corresponde a la nueva directiva surgida tras la fusión con el «Equipo Inglés» del 13 de diciembre del mismo año. La famosa lista de 12 socios fundadores del club también procede del artículo de Masferrer de 1924 y no tiene base en la prensa de 1899.

En años posteriores Joan Garcia Castell (1968) o Jaume Ramón (1971) repiten lo expuesto por Carbó, Masferrer y Maluquer cayendo en ocasiones en errores de bulto producto de tomar datos de dos fuentes muy posteriores a los hechos sin aplicar criterio propio ni acudir a fuentes de la época. Así, Ramón (1971:22-23), afirma que entre los fundadores del 29 de noviembre se hallaban «Juan y Guillermo Parsons» y posteriormente afirma que W. Parsons ingresó el 5 de diciembre. Obviamente Guillermo y W. (William) Parsons eran la misma persona.

Prácticamente todos estos tópicos y esta visión simple del proceso fundacional del FCB creados en 1924 se han repetido ad nauseam hasta fechas recientes.

Otros errores graves se han repetido hasta hace pocos años (por ejemplo atribuir nacionalidad británica al suizo Walter Wild, error nacido en 1949 cuando el primer presidente regresó a Barcelona desde Inglaterra, donde a la sazón residía). En los últimos años la digitalización de las hemerotecas y el renacido interés de historiadores, periodistas e investigadores diversos en estas cuestiones han permitido clarificar muchos asuntos y dar una visión más exacta de la llegada del sport a Barcelona y del complejo proceso fundacional del FC Barcelona.

Se han producido aproximaciones a la cuestión que han priorizado determinados enfoques [así Agustí Rodes (2000, 2001) ha incidido en la cuestión religiosa o Xavier Casinos (2009) en la masonería]. También artículos científicos [Torrebadella (2011), Arranz (2014)] que han clarificado muchas cuestiones y han aportado una visión académica y rigurosa.

Desde una perspectiva más divulgativa los Cuadernos de Fútbol del Centro de Investigación de Historia y Estadística del Fútbol Española (CIHEFE) han aportado algunas novedades interesantes con varios artículos sobre la fundación del FCB (Belmonte, Bravo, 2010; Arrechea, 2012).

2. Siglo XIX: Regeneracionismo, cultura física y deporte en Barcelona.

Durante el Trienio Liberal (1820-1823) surgieron en Barcelona voces reclamando el regreso a la educación física e incluso ¡reclamando el restablecimiento de los Juegos Olímpicos! Bonaventura Carles Aribau es el mejor ejemplo (Torrebadella, 2012b):

 “Y ¡cuánto más provechoso sería que en los institutos de educación o fuera de ellos se les enseñara por reglas del mecanismo militar, y se les preparara a grandes acciones por vía de la diversión ¡Entonces las corridas de caballos, el ejercicio de las armas blancas y de fuego, la competencia de tirar al blanco, los combates de asalto fingidos, encenderían en un pueblo el amor a la gloria, y renovarían los juegos olímpicos mejorados con cuantos adelantos han hecho los modernos en el arte del ataque y de la defensa. El padre guardaría como un tesoro las coronas ganadas en estos certámenes y una sucesión interminable de hombres fuertes añadiría en cada generación nuevos trofeos a las antigüedades de su casa.”[3]

En esos mismos años del Trienio Liberal Miguel Roth crea el Instituto Gimnástico-Militar imitando el modelo francés de Francisco Amorós y en julio de 1821 el Ayuntamiento de Barcelona organiza unos «Juegos Marítimos» con motivo del aniversario del juramento constitucional de Fernando VII que fueron comparados con los Juegos Olímpicos de la Antigüedad (Torrebadella, 2012b).

Hacia 1850 se iniciaba la transformación urbanística y económica de Barcelona y la nueva burguesía deseaba imitar las modas extranjeras. También los nuevos sports y la educación física, que se incorporaban a los colegios más elitistas y a instituciones culturales de la alta sociedad cómo el Liceo Filarmónico (1840), el Casino Militar (1850) o la nueva Sociedad Gimnástica-Tauromáquica (1852). Un gran número de gimnasios se abrieron en la ciudad, tanto privados como integrados en asociaciones elitistas (Círculo Ecuestre) o de clase (Ateneo Catalán de la Clase Obrera).

En 1857 el Ayuntamiento de Barcelona prohíbe en una Ordenanza Municipal “en las plazas, pórticos y demás parajes públicos de tránsito, juegos de bolos, pelota, ni otros cualesquiera” desbordados por las quejas de transeúntes que protestaban por los «alborotos» de los juegos de pelota en plazas y calles. El 25 de septiembre de 1871 se inauguró el Hipódromo del Campo de Marte con unas carreras de caballos. En estas Fiestas de La Merced de 1871 el deporte estuvo muy presente (carreras de burros en Hostafrancs, carreras de velocípedos, concursos de regatas –lanchas, barcas, botes, lanchas y patines–, concursos de natación, ejercicios ecuestres, acrobáticos, corridas de toros, sortijas de caballos, exhibiciones de torres de los “Xiquets de Valls”, juegos de cucañas o carreras de sacos) (Torrebadella, 2012b). Un programa deportivo muy completo para la época.

Identificar exclusivamente el desarrollo deportivo en Barcelona entre 1870-1900 con las colonias extranjeras no parece suficiente (Torrebadella, 2012b). La gimnasia, el baile, la caza o la esgrima ya eran ejercicios físicos practicados por las élites de la ciudad desde antes del «boom» de la Fiebre del Oro y de la Exposición de 1888. Entre las clases populares los juegos de pelota también eran conocidos y practicados con frenesí hasta el punto de requerir ordenanzas municipales para reprimirlos.

Sin duda la llegada de estas colonias extranjeras sí fue fundamental para la divulgación de los nuevos sports ingleses (lawn tennis[4], croquet, cricket, skating, golf, ciclismo, hockey, rugby, fútbol, etc.) lo que coincidió con un resurgir de los juegos y deportes tradicionales (esgrima, carreras, luchas, natación, baile, equitación, bolos, etc.) e incluso de los históricos juegos de pelota ahora redescubiertos por el público barcelonés como «pelota vasca» (Pujadas; Santacana, 2003).

El deporte de finales del siglo XIX en Barcelona fue fruto de un mestizaje entre el deporte autóctono y los nuevos deportes ingleses modernos, con el regeneracionismo y el modernismo en el trasfondo.

2.1 Extranjeros en la Barcelona de finales del siglo XIX. Cuestión religiosa.

Según el Censo de 1877 (Rodes, 2000:13-20) en la Ciudad de Barcelona vivían 1.200 protestantes (1.529 sumando las villas circundantes absorbidas en 1897) y 10 judíos. En el conjunto de la provincia de Barcelona los «cristianos no católicos» eran 1.951, los racionalistas (ateos, agnósticos) 7.009 y 19 los mahometanos. Por nacionalidades se contabilizaban 4.902 franceses, 1.107 italianos, 370 británicos, 229 alemanes, 108 estadounidenses y 106 suizos.

En 1900 el número de británicos había subido a 600, el de alemanes a 576 y el de suizos a 246.

Colonias pequeñas pero de enorme influencia económica y social que desarrollaban una vida paralela (y en muchas ocasiones aislada) a la vida común de las ciudades en las que residían gozando de los privilegios que les otorgaba su condición de extranjeros y la protección consular (el libre ejercicio de sus religiones, por ejemplo, libertad vetada a los españoles). La práctica del sport en sus propios clubs también formaba parte de su vida en Barcelona, tal y como veremos.

Algunos de los clubs fundados por extranjeros en la Ciudad de Barcelona en este periodo impusieron en sus estatutos restricciones a la entrada de ciudadanos españoles, por ejemplo el Lawn Tennis Club o «Club de los Ingleses» (fundado en abril de 1899 por muchos de los jugadores del primer Foot-ball Club Barcelona como los Witty o Parsons), que en un artículo de sus Estatutos limitaba la entrada de «extranjeros» (es decir, de cualquiera que no fuera británico) a un 10% del total de socios o el Sportverein fundado en 1901 por alemanes y suizo-alemanes de la ciudad bajo la presidencia del polideportista vinculado al FCB Udo Steinberg, que sólo admitía a germanoparlantes.

A pesar de sus vínculos con el Lawn Tennis Club o el Sportverein el FC Barcelona, a diferencia de ellos, nunca tuvo restricciones por nacionalidad, como veremos la influencia en su nacimiento de la Federación Gimnástica Española puede explicarlo.

3. La llegada del fútbol a la Ciudad de Barcelona, los primeros equipos. El primer FC Barcelona (1894)

3.1 La llegada del fútbol a la Ciudad de Barcelona.

Como en muchos otros lugares de España, el foot-ball llegó a Barcelona a través de la colonia inglesa y en poco tiempo lo dieron a conocer entre la población más próxima. La primera noticia que menciona la práctica de fútbol en nuestro territorio (sin citarlo por su nombre) apareció en La Linterna de Gracia. Periódico de intereses morales y materiales en 1875. Decía así:

«Desde hace algunos días han escogido unos ingleses para lugar de diversión un campo de la calle Aribau, frente al Hospital de S. Juan de Dios, donde con unas más que regulares pelotas juegan la mayor parte de las tardes. Hasta aquí nada hay de particular ni se acordaría seguramente nadie de ellos, si no atropellasen a los transeúntes que van tranquilamente a sus ocupaciones; pues hace poco dieron con la pelota en la cabeza de una criatura que iba con su madre, a quien dejaron casi sin sentido; y el martes próximo pasado uno de los jugadores insultó, llegando a las manos, a un joven que presenciaba sus juegos, solo por estar cerca del montón de ropa que se habían quitado de encima, pues que juegan en calzoncillos y mangas de camisa. Llamamos sobre el particular la atención de quien corresponda[5]   

La primera alusión al foot-ball describiendo el deporte y sus reglas básicas en prensa española se había producido en la revista valenciana Panorama el 30 de abril de 1868 (Martínez Patón, 2010).

«El foot-ball (pelota a pie) en Inglaterra. Este juego es uno de los más populares en Inglaterra y en él forman parte gente de todas clases y de todas las edades, en la estación de invierno, que es la propia para este ejercicio…«

Cinco años antes de la noticia de La Linterna de Gracia, el 2 de noviembre de 1870, había aparecido una noticia en El Progreso de Jerez de la Frontera en la que se hablaba de foot-ball «a porrazos» en la localidad gaditana (Alba, 2010).

«Sabemos que hoy se jugará una partida de Cricket, en el sitio inmediato al hipódromo, cuyo espectáculo empezará a las doce en punto de la mañana.

Por la tarde gozarán los aficionados a porrazos de un rato de foot-ball

De la expresión «a porrazos» se deduce que se referían a foot-ball rugby y la noticia de La Linterna de Gracia sería la primera de España que habla de práctica del fútbol asociación en España, aunque algunos investigadores jerezanos defienden que en la noticia de 1870 se habla de fútbol asociación. Sin ser objeto de este trabajo entrar en polémicas hay que reseñar que para algunos sectores parece muy importante poder jactarse de tener la primera noticia en prensa de fútbol en España (por no hablar de los «decanatos») y con ese afán se han llegado a realizar rocambolescas maniobras[6].

Sólo 12 años después (1875) del nacimiento del Foot-ball Association en 1863 en Inglaterra con sus primeras reglamentaciones y organizaciones, ya se jugaba a fútbol en Barcelona con el consiguiente escándalo de las «personas de orden», aunque sin continuidad en prensa hasta 1892. Existen informaciones confusas y contradictorias, aportadas por algunos protagonistas o testigos (como Elias Juncosa o Joaquín Escardó) años más tarde sobre un equipo informal de ingleses que ya organizaba partidos y entrenamientos hacia 1890. Existe incluso una fotografía de dicho equipo con todos sus componentes identificados, Agustí Rodes lo identifica como el equipo de la Iglesia Metodista de Barcelona y data la fotografía en 1892 (Rodes, 2001:259). En la misma aparecen Samuel Morris y sus hijos y otros personajes clave en el nacimiento del fútbol barcelonés como Albert Serra. Personajes sobre los que volveremos.

Foto del primer equipo organizado de fútbol de Barcelona (1890 ó 1892). Procedencia: Escardó, Joaquín (1906, 6 de enero): "Los primeros partidos de football en esta capital". Los Deportes, Barcelona, p. 868-869.

Foto del primer equipo organizado de fútbol de Barcelona (1890 ó 1892). Procedencia: Escardó, Joaquín (1906, 6 de enero): «Los primeros partidos de football en esta capital». Los Deportes, Barcelona, p. 868-869.

La siguiente noticia en prensa barcelonesa de fútbol aparece en 1892[7] anunciando que los Socios del Club de Regatas van a disputar un match el siguiente domingo (27) a las ocho de la mañana.

«Los socios del Real Club de Regatas han organizado una partida de «Foot-ball», que jugarán a las ocho de la mañana del domingo«

Josep Elias i Juncosa[8] recordaba haber sido testigo de partidos en el Hipódromo de Can Tunis entre ingleses y los socios del Club de Regatas:

todo un equipo del Club de Regatas –entonces la más importante sociedad atlética entre nosotros– llegaba por mar, en una canoa, para atender con los ingleses, con lo que jugó durante tres meses”.

Albert Serra era recordado por Elias como uno de los primeros futbolistas catalanes. El 2 de febrero de 1893 en la sección de “Sport Internacional” de La Dinastía se añadía:

 Las aficiones a los ejercicios corporales van arraigando entre el elemento joven de nuestra sociedad, y de algún tiempo a esta parte viene notándose una favorable reacción en las aficiones juveniles. Esta tarde, a las tres, se jugará una partida del juego inglés “Foot-ball”, entre varios socios del Club de Regatas y algunos aficionados, en unos terrenos próximos al Hipódromo. Los socios del Club se distinguirán con los colores azules, y sus contrarios con los colores encarnados. Entre los de uno y otro lado reina mucho entusiasmo, y si esta partida da buen resultado, probablemente se repetirá a menudo.”[9]

Tras el último partido de la temporada (el fútbol era un deporte de otoño-invierno) que se jugó el 9 de marzo de 1893, se anunció la creación de un club de foot-ball para el siguiente otoño. E. Font Valencia y La Dinastía se ofrecieron para colaborar en la creación del nuevo club:

 “Sabido es que los ingleses son idólatras por sus juegos nacionales, y que allí a donde un hijo de Albión o una colonia inglesa se implanta contribuyen, aunque para ello hagan esfuerzos a fomentar el sport en todas sus varias manifestaciones. Ya hace algún tiempo en Barcelona, unos cuantos entusiastas jóvenes ingleses, organizaron todos los días de fiesta partidas del clásico y dificilísimo foot-ball en el hipódromo de esta ciudad, contando con la valiosa colaboración de otros sportsmen españoles, en su mayoría socios de los reales clubs de regatas de la localidad. Afortunadamente la animación a este juego va en auge, y sería muy sensible que por apatía o falta de voluntad –defectos de que por desgracia adolecemos mal todos los españoles–, no se continuará dando impulso vigoroso a dicho juego, que tan beneficiosos resultados produce en el sistema muscular y en la agilidad de nuestro cuerpo, a poco que practique uno sus múltiples detalles, de ritual imprescindible en el foot-ball inglés. El elemento femenino ha dado realce a estos partidos, acudiendo a presenciar e interesándose en las muchas peripecias que por lo común en aquellas se desarrollan. ¿No sería conveniente, por ende, que se organizase con toda clase de formalidades una sociedad para propagar la trascendentalísima importancia de estos saludables juegos y estimular a la juventud, a fin de que compare su desarrollo tanto en la capital del principado como en otras poblaciones catalanas? La Dinastía, dentro de su moderna esfera, se ofrece desinteresada y animosamente a aportar su grano de arena para que tan higiénico proyecto se lleve a vías de realización.”[10]

El eco del fútbol en Barcelona llegó hasta la prensa inglesa, el 20 de marzo de 1893 The Yorshire Evening Post [11] publicaba esta noticia:

«The Barcelona foot-ball season was closed yesterday (Sunday) by a match between two chosen teams, Reds and Blues. The increasing popularity of the games was shown by the far larger number of people who went to witness it. The newspapers are also speaking in its praise, and call on the energetic English to infuse their energy into young Spaniards. It has been decided to formally start a foot-ball club in Barcelona next autumn.«

3.2 El primer Foot-ball Club Barcelona (1894-1896).

En 1894 se jugaban los primeros partidos de foot-ball entre un equipo de Barcelona y los de localidades vecinas:

Hoy, á las tres y media de la tarde, habrá en un terreno cercano al hipódromo, una partida del juego de pelota inglés, football, entre los jugadores de Barcelona y los de San Martín[12]

 El club de Sant Martí de Provençals (municipio independiente hasta 1897) estaba formado por empleados de la Johnston Shields Co. Ltd., una empresa textil escocesa.

El foot-ball era el deporte de moda en Barcelona hacia 1894. El 26 de octubre de 1.894 La Vanguardia anuncia que los ingleses de la ciudad «van a dar comienzo al juego de pelota “foot-ball”, juego que ya se venían practicando en años anteriores[13]

Y el 1 de febrero de 1895 La Vanguardia:

    » El sábado a las 3 y 1/2 tendrá lugar el segundo partido foot-ball en el Velódromo, entre los socios que forman la nueva Sociedad de foot-ball de Barcelona. No puede verificarse como se esperaba el partido de desafío con la Asociación de Torelló por inconvenientes sobrevenidos a última hora, sin embargo es posible que el domingo se traslade un «equipo» de esta Sociedad a dicho pueblo para verificar un match contra aquellos«[14]   

La alineación de la “Sociedad de foot-ball de Barcelona” (traducción al castellano de Foot-ball Club Barcelona de la misma forma que, como veremos, Torelló Foot-ball Association era traducido erróneamente como «Asociación de Foot-ball de Torelló») fue la siguiente: J. Parsons, W. Parsons, Pownal, Soñé, Codina, Barrie, Brown, Dagniere, Phillips, Hicks y Richardson. Vemos que varios catalanes jugaban en esta sociedad, volveremos sobre estos personajes más adelante.

En la prensa se decía que este era el primer matchque se celebra en España entre dos asociaciones de distinta localidad ”, lo cual era incorrecto. Se habían jugado partidos entre tripulaciones de barcos ingleses desde 1889 como mínimo y entre los clubs ingleses de Andalucía desde 1890, el primero documentado entre tripulaciones es del 29 de junio de 1889 en Bilbao (Arrechea, 2013a) y el primero entre clubs ingleses en España el Sevilla Foot-ball Club-Huelva Recreation Club del 8 de marzo de 1890.

También se anunciaba que el Cónsul Inglés de la Capital, Mr. William Wyndham, aceptaba la presidencia de la Sociedad de foot-ball de Barcelona. Un detalle que se repetirá en otros clubs fundados por británicos en ciudades españolas en la misma época (por ejemplo el Sevilla Foot-ball Club creado en 1890 y cuyo presidente era el vicecónsul británico en la capital andaluza, Mr. Johnson).

La Vanguardia el 25 de enero de 1895 explicaba el fútbol a sus lectores:

 “El juego consiste sencillamente en pasar la pelota que es de gran tamaño por las puertas colocadas detrás de los jugadores de cada bando, formadas por tres palos.  El bando contrario como es natural es el que procurara introducir la pelota las más veces posible, pues cada una de ellas equivale a un goal (partida). Los once jugadores que forman uno de los bandos y que en conjunto forman ambos 22 de que debe componerse el juego, se hallan dispuestos de la manera siguiente: cinco de lateros destinados a correr la pelota y aproximarla a la puerta contraria, dos medios destinados a pasar a los delanteros, tres intermedios que procuran que con sus certeros golpes alejar siempre alejar la pelota siempre de la puerta de su partido, frente a la cual se colocan y finalmente un zaguero colocado en la misma puerta y destinado a impedir a todo trance la entrada de la pelota, por lo que se le permite hacer uso de las manos, prerrogativa que está vedada a los demás jugadores. Por tanto al colocarse los dos bandos para empezar el partido forman un rectángulo. Empezando el juego, la habilidad consiste en saber descomponer el partido al contrario a fin de poder entrar aprovechando aquella descomposición, a cuyo fin se nombra un capitán por cada bando que dirige el partido respectivo.”[15]

La actividad del primer Foot-ball Club Barcelona continuaba con intensidad en 1895, La Vanguardia informaba de entrenamientos para preparar los futuros partidos contra el Torelló Foot-ball Association. El partido se juega el día 24 y la prensa informa exhaustivamente el 27. El Barcelona vence 8-3 y los jugadores más destacados son Reeves, J. Parsons, Barrie, Fallon, H. Morris, Pownal y W. Parsons.

El 13 de abril en el diario La Vanguardia[15] se anuncia que Torelló devolvía la invitación al Barcelona para diputar otro partido en su localidad. El partido se realizó en un terreno inclinado y encharcado con victoria para los locales por 5-3. El Torelló FA era un club de Sant Vicenç de Torelló (Osona) surgido en la Colonia Borgonyà de la empresa escocesa de hilaturas J&P Coats Ltd. para entretenimiento de sus trabajadores (Arranz, 2014).

El Fomento del Sport Velocipédico, empresa que gestionaba la instalación del velódromo de la Bonanova, decidió incentivar y continuar con las competiciones de foot-ball.  En 1906 Joaquín Escardó recordaba en Los Deportes estos partidos de fútbol disputados en Barcelona hacia 1890-1895:

 “Dado el interés que siempre despierta el recuerdo de lo pasado, hemos creído de importancia para esta sección la publicación de estos dos teams que formaban allá por los años de 1892 á 1895 los dos bandos del «Barcelona Football Club» entonces existente. El campo de juego en donde se efectuaban importantes partidos de Association los días festivos, con asistencia de algunas autoridades y de la colonia inglesa en general, se hallaba sito en las inmediaciones del Hipódromo. El individuo de la colonia inglesa Reewes fue el alma de aquel Club y logró imprimir á algunos de sus paisanos su espíritu emprendedor de tal modo que en poco tiempo logró un número de socios respetable y hasta jugar, más adelante, interesantes match en el Velódromo de la Bonanova, entonces en auge, inter socios primero y con un Club de Torelló más tarde, del cual match se ocupó por vez primera toda la prensa diaria local…Salta á la vista que de los teams en cuestión, sólo formaban parte tres jóvenes barceloneses, que bien podemos afirmar que son los primeros que se sintieron inspirados por la bondad Higiénico-atlética de dicho juego, que tanto arraigo ha adquirido luego, aquí en particular y en España en general.”[17]

En la primavera de 1895 el fútbol en Barcelona ya era jugado por varios equipos de juniors y seniors, y se premiaba a los equipos ganadores con medallas. En estos equipos ya hay muchos catalanes: Busquets, Serra, Puiggener, Arcola, Tordo, Suñé, Batlle, Soler, Farré, Montañés, Ramírez, Molera, Cerdá, Codina o Arancitia. Pero a pesar de esta pujanza los muchos problemas del club con los propietarios del velódromo complicaron la existencia de la sociedad que tuvo que buscar otro campo.

Algunos aficionados de la sociedad de foot-ball, unidos a otros tantos del Real Club de Regatas de ésta, han decidió, en vista a las dificultades con que tropieza la concesión del local (pelouse) del Velódromo de la Bonanova, verificar sus partidas propias de la actual estación, en un campo de las cercanías de Casa Antúnez. A este fin el pasado domingo tuvo efecto el primero a las 10 de la mañana, quedando los dos bandos cuatro contra cuatro puntos. A partir de éste, todos los domingos tendrá lugar a la misma hora y sitio.”[18]

Este primer FC Barcelona parece desaparecer mientras otros equipos como el del Real Club de Regatas o el de la Facultad de Ciencias multiplican sus encuentros:

Mientras algunos de los socios del mencionado club se entregan a las delicias de la navegación, según indicaba anteriormente, otra buena parte de los mismos se encamina hacia los terrenos de Casa Antúnez, en busca de un campo a propósito sonde realizar el “macht” que tenían pendiente con algunos alumnos de la Facultad de Ciencias, aficionados al juego de pelota titulado “foot-ball”. Y una vez hallado éste y puestos en línea ambos bandos, empezó el juego que resultó ser uno de los más interesantes y disputados de la temporada. Allí era de ver como se hacían esfuerzos por una y otra parte para pasar el “ballón” por la puerta contraria, luchaban los del club con alguna ventaja por la mayor costumbre que tenían a la fatiga, pero no se encontraban con un contrincante ligero y que combinaba bastante bien los ataques. Se distinguieron por ambas partes los capitanes respectivos, logrando el bando del Real Club de Regatas, cinco partidas y cuatro los de la Facultad de Ciencias. El Domingo próximo, a las cuatro, dará comienzo la revancha entre ambos bandos, que promete ser muy disputada e interesante.”[19]

El equipo de la Facultad de Ciencias estaba compuesto por los jóvenes C. Torella, G. Rodríguez, Urcola, Brugués, Gallifa, Moles, S. Inglés, Vilardebó, M. González, Roca y Montañés; y por Club de Regatas se alineaban Artús, G. Busquets, Castellví, Serra, Parsons, Pascual, Busquets, Germá, Solé, Suñé y Perdigó. Todos catalanes excepto uno de los hermanos Parsons (ingleses aunque nacidos en Barcelona, como veremos), algunos de ellos «veteranos» del primer FC Barcelona.

Pese a esta efervescencia de equipos y partidos el fútbol entra en cierta crisis en Barcelona a partir de 1896 y prácticamente desaparece de la prensa hasta 1899, año en el que vive un nuevo resurgir. Sólo la Facultad de Ciencias y los aficionados al ciclismo del Club Velocipédico parecen seguir jugando partidos organizados de forma esporádica. Los ingleses de la ciudad siguieron reuniéndose los domingos en el velódromo o sus alrededores para practicar sus sports, pero ya no serán conocidos como Foot-ball Club Barcelona sino como «Club Inglés» o «Club de la Colonia Inglesa».

Entre los componentes de este primer FC Barcelona (1894-1896) encontramos a los siguientes personajes:

Presidente: William Wyndham, cónsul de Gran Bretaña en Barcelona.

Jugadores:

John Parsons Alexander, nacido en Barcelona de padres ingleses. Nacido el 14 de abril de 1875, fallecido en 1960. Fundó la empresa Hijo de Juan Parsons y Cia., empresa que se dedicaba a las tintorerías. Será jugador y directivo del FCB de 1899.

William Parsons Alexander, nacido en Barcelona de padres ingleses, hermano del anterior. Bautizado el 19 de enero de 1877. Será directivo del FCB de 1899.

Isidre Artús Ferrer (Barcelona, 1865). Socio del Club de Regatas, será uno de los fundadores y primeros jugadores del Català.

Henry Brown, británico. Jugará en el equipo de la «Colonia Inglesa» hasta 1899 y en el FCB.

Guillermo Busquets Vautravers (Barcelona, 1877-1955). Socio del Club de Regatas, será fundador, sub-capitán y jugador del Català. Arquitecto y diseñador, junto a Puig i Cadafalch, de la Exposición Universal de 1929.

José Antonio Busquets Vautravers (Barcelona, 1875-1945), hermano del anterior. Asimismo socio del Club de Regatas y jugador del Català. Arquitecto y Jefe Superior de Hacienda.

Samuel Morris de Olea (Manila, Filipinas, 1870-Barcelona, 1935), hijo del empresario inglés Samuel Morris (Director de la “Compañía de Tranvías de Barcelona, Ensanche y Gracia”), fue portero del Hispania y del FCB y árbitro.

Enrique «Henry» Morris de Olea (Manila, Filipinas, 1874), hijo del empresario inglés Samuel Morris (Director de la “Compañía de Tranvías de Barcelona, Ensanche y Gracia”), hermano del anterior. Jugará en el Hispania y en el FCB. Aviador británico en la Primera Guerra Mundial.

Pownall, británico.

J. Suñé, catalán. Socio del Club de Regatas, jugará amistosos con el FCB.

Codina, catalán.

Barrie, francés.

Georges Dagnière, francés.

Phillips, británico.

Hicks, británico.

Richardson, británico.

Reeves, británico. («Capitán y alma mater del equipo»).

Tordo, catalán. Socio del Club de Regatas.

Albert Serra Guixà (?-Santa Coloma de Farners, 1912), socio del Club de Regatas. Primer gran periodista deportivo de Barcelona (Los Deportes, La Vanguardia), algunas de las primeras crónicas del fútbol catalán tienen su firma. Árbitro, divulgador deportivo, Presidente de la Federació Catalana (1909).

Fallon, británico.

Shaw, británico.

Longbottom, británico.

Heather, británico.

Heucke, británico.

Foggon, británico.

Wilson, irlandés («jugador internacional»).

Quiney, británico.

Sloon, británico.

Hallam, británico.

Bruger, británico.

En total 21 británicos (incluyendo a los hermanos Parsons, nacidos en Barcelona, y a los hermanos Morris, nacidos en Filipinas, así como al internacional irlandés Wilson), 2 franceses y 7 catalanes. Se dispone de una foto de este FC Barcelona.

Arriba, de izquierda a derecha: Alberto Serra, Brown, Pownall, Morris (Enrique), Wilson, Morris (Samuel) y Hallam. Sentados: Parsons (John), Parsons (William), Sloon, Reeves y Bruger. Foto del primer Foot-ball Club Barcelona (1894/1895 en el velódromo de la Bonanova). Procedencia: Maluquer, Alberto (1949): Cincuenta años del F. C. Barcelona. M. Arimany, Barcelona, p. 32.

Arriba, de izquierda a derecha: Alberto Serra, Brown, Pownall, Morris (Enrique), Wilson, Morris (Samuel) y Hallam. Sentados: Parsons (John), Parsons (William), Sloon, Reeves y Bruger.
Foto del primer Foot-ball Club Barcelona (1894/1895 en el velódromo de la Bonanova). Procedencia: Maluquer, Alberto (1949): Cincuenta años del F. C. Barcelona. M. Arimany, Barcelona, p. 32.

La cifra de autóctonos es elevada en comparación con los otros clubs ingleses fundados en la misma época en España (Vigo, Río Tinto, Huelva, Sevilla, Málaga, Bilbao, Las Palmas, etc. ) y en Cataluña (Torelló, Sant Martí, Sant Andreu, etc.) formados casi exclusivamente por súbditos británicos.

4. El segundo FC Barcelona (29 de noviembre de 1899)

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Tres fotos inéditas correspondientes a las primeras competiciones de fútbol en Barcelona. Se identifica en dos de ellas a Francisco Sanz de Gabilondo con una x. Procedencia: Archivo Familiar de Francisco Sanz de Gabilondo (jugador y directivo del FC Barcelona, fotógrafo de Los Deportes), gentileza de Pedro José Sanz Roselló.

Tres fotos inéditas correspondientes a las primeras competiciones de fútbol en Barcelona. Se identifica en dos de ellas a Francisco Sanz de Gabilondo con una x. Procedencia: Archivo Familiar de Francisco Sanz de Gabilondo (jugador y directivo del FC Barcelona, fotógrafo de Los Deportes), gentileza de Pedro José Sanz Roselló.

La versión oficial explica que fue el suizo Hans Max Gamper Haessig quien fundó el Fútbol Club Barcelona. Gamper llega a Barcelona en octubre de 1898 (según parece para aprender castellano en casa de sus parientes los Gaissert[20] y como una primera escala hacia Fernando Poo) y se instala en la ciudad para siempre (Gamper Soriano, 2008). Tenía 21 años y una larga y brillante carrera a sus espaldas como futbolista (Basilea, Excelsior, Zúrich, Lyon) y deportista en general (atletismo, ciclismo, rugby). Pronto encuentra a otros futbolistas extranjeros afincados en la Ciudad Condal y entabla amistad con ellos, deseoso de formar un equipo serio como los que había conocido (o incluso fundado) en Suiza y Francia se pone en contacto con Jaime Vila del Gimnasio Tolosa con la intención de unirse a ellos y formar una sociedad, pero Vila le rechaza rotundamente. La explicación tradicional a este rechazo fue por la condición de extranjero de Gamper, lo que parece contradictorio con la presencia de varios escoceses (católicos) en las filas del equipo fundado por Vila (el Català FC). La hipótesis de Agustí Rodes (2000, 2001) es que el rechazo de Vila a Gamper y sus compañeros fue por su condición de protestantes, no por extranjeros. Es probable que este rechazo por motivos religiosos y esta cuestión personal estén detrás de la agria polémica sobre el Decanato del fútbol barcelonés que librarán el FC Barcelona de Gamper y el Català de Jaime Vila en los años siguientes. Seguramente ofendido y dolido por este rechazo Gamper tarda pocos días en acudir a otro gimnasio barcelonés donde es bien recibido (Gimnasio Solé, sede social de Los Deportes) y en retomar su proyecto de fundar una sociedad futbolística bajo la protección de Narciso Masferrer Sala (periodista, gran promotor del deporte español, que vivía en la Calle del Carmen nº23, casi en el Gimnasio Solé). De hecho en torno a Los Deportes ya se había creado una sociedad que disputó entrenamientos y partidos de fútbol, desconocemos el motivo por el que Gamper y su grupo no se unieron a esa sociedad y decidieron crear una nueva desde el mismo local social. El 22 de octubre de 1899 Gamper publica su célebre anuncio en Los Deportes convocando a todos los aficionados al «foot-vall» [sic].

«Nuestro amigo y compañero Mr. Kans Kamper [sic], de la Sección de Foot-vall [sic] de la «Sociedad Los Deportes» y antiguo campeón suizo, deseoso de organizar algunos partidos en Barcelona, ruega a cuantos sientan aficiones por el referido deporte se sirvan ponerse en relación con el, dignándose al efecto pasar por esta redacción los martes y viernes por la noche de 9 á 11.»[21] 

En esas mismas fechas los gimnastas del Tolosa y del profesor Vila habían empezado los entrenamientos como Català, asimismo los discípulos del Gimnasio Santanach habían creado otro equipo. “numerosos jóvenes de esta capital, animados por el cariño que desde hace tiempo vienen demostrando por la educación física, han determinado formar en los principales gimnasios de esta ciudad sendas agrupaciones, para dedicarse a los ejercicios atléticos en plein air, con preferencia al foot-ball association”. Se hablaba de la constitución de la Sociedad Deportiva Santanach y de la Sociedad del Gimnasio Tolosa, de mutuo acuerdo ambas solicitaron el antiguo velódromo de la Bonanova “para campo de maniobras o palenque de este deporte[22]

El 19 de noviembre se anuncia que Gamper y su amigo y compatriota Walter Wild siguen trabajando en la creación de una nueva sociedad. “Nuestros amigos Wild y Gamper, llevan muy adelantados sus trabajos de organización de una sociedad de foot-ball. Esta tarde los teams formados efectuaran un partido en el Hipódromo. Los señores que quieran pertenecer a esta nueva Sociedad se les ruega pasen por esta redacción los martes y viernes de 9 a 11 de la noche para que puedan enterarse de los nobles propósitos de sus organizadores.”[23]

El 29 de noviembre se constituye (por segunda vez) un «Foot-ball Club Barcelona» en la célebre reunión del Gimnasio Solé (Calle Montjuïc del Carme nº5). La Vanguardia del 2 de diciembre citaba que se había “constituido definitivamente en esta capital la sociedad Foot-ball Club Barcelona”, con una primera Junta directiva formada por Gualterio Wild, Hans Gamper, Luis de Ossó y Bartolomé Terradas.[24] Asimismo se anunciaba en Los Deportes del 3 de diciembre:

   “El miércoles de esta semana quedó constituida en esta ciudad una agrupación deportiva que llevará el título que encabeza esta líneas, a merced de los trabajos que en este sentido han venido practicando nuestros amigos los conocidos entusiastas G. Wild y Hans Gamper. La Junta Directiva la forma el Sr. Wild, presidente, D. Luis Oso y Serra, secretario; Sr. Hans Gamper, capitán, y tesorero, D. Bartolomé Terrades y Brutau.

En la tarde de hoy celebraran los socios de este distinguido club su primer match en el Velódromo de la Bonanova. Deseamos mucha prosperidades a la naciente sociedad deportiva, que según noticias, se propone realizar frecuentes fiestas.”[25]

El primer presidente del FC Barcelona fue el suizo Walter (Gualterio para la prensa de la época) Wild. Amigo de Gamper, monitor de gimnasia en la Sociedad Suiza, socio de la Federación Gimnástica Española y de la Unión Velocipédica Española (motores del regeneracionismo deportivo español) y miembro de la Iglesia Evangélica. Debemos reiterar su nacionalidad suiza porque es un error muy extendido (y creemos que grave, al tratarse del primer presidente del Barça) atribuirle nacionalidad británica. Uno de los motivos por los que Gamper no podía ser el primer presidente del club era su edad (cumplió 22 años el día 22 de noviembre de 1899, la mayoría de edad legal según el Real Decreto del 24 de julio de 1899 estaba en los 23).

Este segundo FCB (o FC Barcelona de Wild y Gamper) sólo disputó un encuentro (ante la «Colonia Inglesa», con los que se fusionarían días más tarde), estos fueron los 10 jugadores que pudieron reunir para ese encuentro del 8 de diciembre de 1899:

 Juan de Urruela y Morales (Guatemala, 1881-Barcelona, 1947), aristócrata español (marqués de San Román de Ayala desde 1916). Sportsman (polo, tenis, esgrima, automovilismo), presidente del RLT Club del Turó.

Walter Gustav Wild (Zúrich, Suiza, 1872-Inglaterra, 1953), comerciante suizo. Primer Presidente del FCB en 1899, su casa en la calle de la Princesa fue la sede social del club. Monitor de gimnasia de la Sociedad Suiza de Barcelona, miembro de la Federación Gimnástica Española y de la Unión Velocipédica Española, miembro de la Iglesia Evangélica, gran amigo de Gamper y su principal colaborador en la fundación del FC Barcelona. Conocido como Gualterio Wild en la prensa de la época. Regresó a Barcelona en 1949 para los actos del 50 Aniversario, entonces vivía en Londres (tras pasar muchos años en Sudamérica) lo que dio origen al extendido error de atribuirle nacionalidad británica.

José Ramón Lomba de la Pedraja (Santander, 1868-1951), estudiante universitario, su hermano Fermín jugaba en el Català. Será catedrático de Lengua y Literatura de las Universidades de Murcia y Oviedo.

Lluís de Ossó Serra (Barcelona, 1877-1931), secretario del club, periodista deportivo, trabajador en Artes Gráficas. Uno de los primeros mecenas del club, mantuvo graves divergencias con Gamper a quien intentaría apartar del club junto a todos los extranjeros (¿o a los protestantes?). Perteneciente a una familia integrista católica, sobrino de San Enrique de Ossó.

Josep Llobet, catalán.

Adolfo López, catalán.

Hans Max Gamper (Winterthur, Suiza, 1877-Barcelona, 1930), empleado de comercio suizo, residía con sus parientes los Gaissert (Émile Gaissert residía en Sant Gervasi de Cassoles desde 1880 y era delegado de la Compañía Zúrich, importante miembro de la Logia Masónica «Verdad» y de la Sociedad de Beneficencia Suiza). Sería presidente en cinco periodos entre 1908 y 1923, trabajaría en Crédit Lyonnais, en la Compañía de Tranvías de Sarrià y como periodista deportivo.

Bartolomé Terradas Brutau (Barcelona, 1874-1948), miembro de una acaudalada familia barcelonesa, estudió en Suiza donde descubrió el fútbol. Primer tesorero, mecenas y presidente del club. Cuñado de Joan Soler Julià, presidente de la Comisión Gestora del Club tras la Guerra Civil

Otto Antoine Künzli (Suiza, 1878), comerciante suizo que juega únicamente este primer partido y del que no tenemos más referencias deportivas, lo que probaría las dificultades de Gamper y Wild para formar un equipo.

Eduardo Schilling (Waldshut, Alemania, 1852-Barcelona, 1925), empresario armero alemán (célebre por las escopetas «Jabalí») de una familia de origen judío convertida al catolicismo. Se anunciaba en Los Deportes y pertenecía al reducido mundo del Gimnasio Solé. Su avanzada edad (47 años) y el hecho de que fuera su único partido son buena prueba de las enormes dificultades ya expuestas para reunir un equipo por parte de este efímero FCB que existió del 29 de noviembre al 13 de diciembre de 1899.

Los directivos de este FCB de 16 días fueron: Wild (presidente), Gamper (capitán), Ossó (secretario) y Terradas (tesorero). La lista de 12 socios fundadores de la entidad ese 29 de noviembre (Wild, Gamper, Ossó, Terradas, Otto Künzli, Otto Maier, Enric Ducal, Pere Cabot, Carles Pujol, Josep Llobet, John Parsons y William Parsons) difundida por Masferrer en 1924[26] no aparece en la prensa de 1899 y plantea dudas por diversos motivos, especialmente por la presencia de los hermanos Parsons, que se unirían al club el 13 de diciembre tras la fusión con el «Equipo Inglés». Considero probable que Masferrer mezclara en sus recuerdos las reuniones del 29 de noviembre y del 13 de diciembre.

Aceptando a los 10 jugadores del único partido jugado por este segundo FCB como a sus probables socios fundadores, destacaríamos que la mayoría (6) eran españoles y sólo 4 (3 suizos y 1 alemán) extranjeros, uno de los cuales (Schilling) era católico, lo que pondría en cuestión la tesis ampliamente aceptada en los últimos años y presentada por Agustí Rodes (2000, 2001) del FC Barcelona como una iniciativa protestante.

También es palpable la dificultad de este grupo para formar un equipo de once jugadores, para su único partido sólo reunieron diez y dos de ellos no eran deportistas (Schilling y Künzli). Ello explicaría la urgencia por fundar sólo 16 días más tarde un tercer FC Barcelona fusionándose con los ingleses. Con los herederos (en algún caso supervivientes) del primer FC Barcelona de 1894.

5. El tercer y definitivo FC Barcelona (13 de diciembre de 1899). Etapa no oficial.

Foto inédita de los primeros años del FC Barcelona. Probablemente de un segundo o tercer equipo del club, se identifica a Francisco Sanz de Gabilondo (marcado con una x) y al directivo Francesc Sanz (vestido con traje). Procedencia: Archivo Familiar de Francisco Sanz de Gabilondo (jugador y directivo del FC Barcelona, fotógrafo de Los Deportes), gentileza de Pedro José Sanz Roselló.

Foto inédita de los primeros años del FC Barcelona. Probablemente de un segundo o tercer equipo del club, se identifica a Francisco Sanz de Gabilondo (marcado con una x) y al directivo Francesc Sanz (vestido con traje). Procedencia: Archivo Familiar de Francisco Sanz de Gabilondo (jugador y directivo del FC Barcelona, fotógrafo de Los Deportes), gentileza de Pedro José Sanz Roselló.

A raíz de estos partidos y movimientos del otoño de 1899 la prensa mencionaba que el deporte del fútbol progresaba rápidamente en la capital. Una reunión se convocaba el 13 de diciembre en el Gimnasio Solé – Montjuïc del Carmen, núm. 5–“para tratar de la fusión entre el Foot-ball Club Barcelona con el team inglés”, y proceder a la elección de los nuevos miembros de la Junta.

A raíz de esta reunión, en la revista Los Deportes se mencionaba nuevamente la constitución del Foot-ball Club Barcelona (en puridad se trató de la fusión de los dos FCB, el «inglés» de 1894 y el de Gamper y Wild de reciente creación), con fecha de 13 de diciembre de 1899. La presidencia continuó a cargo de Walter Wild y la dirección técnica del equipo a cargo del primer capitán, Hans Gamper; mientras que el vice-presidente fue John Parsons y el vice-capitán William Parsons, que provenían del team inglés. De Ossó y Terradas siguieron como secretario y tesorero y Adolfo López se incorporó como vocal. Se acordó que los colores que usaría la nueva sociedad serían “el azul oscuro y encarnado a rayas perpendiculares y en el pecho el escudo de Barcelona” (aunque en La Vanguardia, suponemos que por error, se dijo «negro y encarnado«). El origen de estos colores ha sido debatido y circulan las más variopintas versiones, Narciso Masferrer dejó escrito que eran los colores del Basilea, club del que Gamper había sido capitán[27]. Debemos destacar que el lino tintado de esos colores (azul y encarnado) era mucho más caro que el blanco, por lo que en la elección de los mismos podría esconderse también una voluntad de ostentación económica y social, un signo de elitismo. El RC de Polo escogería los mismos colores.

Con esta nueva fusión (de hecho había nacido un nuevo club) y potenciación deportiva, el Foot-ball Club Barcelona se propuso invitar al Català para realizar un partido. Unos días más tarde, Los Deportes daba cuenta que en “el pasado domingo” se había creado la junta del Català FC con la presidencia de Jaime Vila Capdevila (profesor en el Gimnasio Médico de Eduardo Tolosa, en la calle Duque de la Victoria, números 3 y 5). También se añadía el acuerdo de aceptar un encuentro propuesto por el FC Barcelona, en el Velódromo de la Bonanova, para la tarde del 24 de diciembre. La llamada de Gamper tuvo efecto, ya que al cabo de poco tiempo eran varios los equipos que se podían constituir. Así se mencionaba que el Club “que se propone celebrar frecuentes partidos en el que alternen los diferentes teams, para que todos sus socios, cada día más numerosos, puedan tomar parte activa en los fines que la misma persigue[28]

A lo expuesto parece ser que oficialmente el primer club de fútbol constituido en la ciudad (aunque como veremos no registrado en el Gobierno Civil hasta el 5 de enero de 1903) fue el FC Barcelona, antes que el Català FC (que nunca se registró). (Arrechea, 2012).

“Es tanto el cariño que se ha despertado entre la juventud de Barcelona aficionada a la educación física en “plein air”, como dicen los franceses por el “foot-ball”, que las listas de las sociedades atléticas recientemente constituidas en ésta para propagar la afición al mismo tituladas FC Catalá una, y FC Barcelona, la otra, se llenan diariamente de nombres de jóvenes “sportmen” conocidos en los círculos similares de esta capital, sin duda ansiosos de fomentar un deporte tan sano y lleno de vida.

Según nuestros informes, no se reduce a esta capital la naciente afición, sino que se propaga por el resto de Cataluña y España. Manresa y Torelló son prueba de ello, por lo que respecta a nuestra región, y no sería que muy pronto pudiéramos presenciar un “macht” entre el Club Torelló y un equipe formado por los tres clubs de Barcelona.”[29]

Alberto Serra Guixà, redactor deportivo de La Vanguardia, también se ocupaba de presentar las crónicas deportivas del fútbol en Los Deportes. Él fue el autor de las primeras crónicas del FC Barcelona. A propósito de este y otros partidos anteriormente jugados, se decía que el fútbol había adquirido “carta de naturaleza”.

“Foot-ball. Es el sport del día que ha tomado plena carta de naturaleza en esta capital. El deporte que cautiva la atención de todos los aficionados y que practican las tardes de los días festivos en el ex Velódromo de la Bonanova los distinguidos socios del Foot-ball Club Barcelona, el Foot-ball Club Catalán y los del Team inglés.”

“Match entre los teams del Foot-ball Club Barcelona y Foot-ball Club Catalán. El domingo pasado, a las tres, dio comienzo el partido, colocándose en rigurosa línea de partida los dos teams, el del Foot-ball Club Catalán al NO y el del Foot-ball Club Barcelona al SE, ambos compuestos por jóvenes de esta capital y el primero por españoles exclusivamente.

La tarde resultó, deportivamente hablando, interesantísima para los que asistieron al match en cuestión, que por cierto fueron en número crecido y muy inteligentes a juzgar por las muestras de aprobación con que acogían las buenas jugadas de uno y otro bando.

Si el Foot-ball Club Barcelona, con el inteligente campeón suizo Sr. Hans Gamper a la cabeza realizó filigranas de combinaciones y conducción, el Foot-bal Club Català, representado no por once jugadores, sino por once héroes, se multiplicó para contrarrestar el acertado juego de sus contrarios. Era objeto de entusiasmo y de admiración el ver la decisión y seguridad con que estos principiantes se tiraban a la pelota, que hábilmente conducida era rápidamente pasada de una parte del campo a la otra, unas veces; otras, repetida con certeros golpes al punto de partida, y de vuelta nuevamente para volver a las combinaciones que tanto aliciente y entusiasmo proporcionan.

Los cuatro growis o partidas que hicieron no hay que repetir fueron disputadísimas, teniendo en cuenta lo indicado anteriormente.

Barcelona FC jugo generalmente dentro del campo contrario, pues se notaba mayor cohesión en los corredores, lo cual proporcionó repetidas veces ocasión a los del FC Catalán repelerla con breo y verificar una entrada en el campo enemigo. Por tres veces lograron los del Barcelona FC partida, si bien una de ellas fue protestada por el juez límite Sr. Lomba, fundándose en que había sido tocada con las manos.

El FC Catalán logró una partida muy limpia durante el primer espacio de tiempo del match. Resultó sumamente grato ver, al terminar el match, las pruebas de aprecio y diferencia que se cambiaron entre ambos bandos, dándose uno a otro ¡vivas¡ y ¡hurras¡ que fueron unánimemente contestados.”[30]

Antes de finalizar el siglo, Barcelona disponía de varias entidades que habían practicado el fútbol. Entre estas podemos citar la primitiva Sociedad Foot-ball Club Barcelona, el Real Club de Regatas, la Sociedad de Velocipedistas, los socios del hipódromo, la Facultad de Ciencias, los socios de los gimnasios Tolosa, Solé y Santanach, el Escocés FC, el team Inglés (heredero de la primera Sociedad), además de los recién constituidos FC Barcelona y Català. Fuera de Barcelona también se conocían noticias de la práctica del fútbol en otras poblaciones catalanas como Torelló, Palamós, Manresa o Reus.

El Català, que inicialmente sólo admitía en su equipo jugadores españoles (aunque pronto sumaría a varios escoceses católicos), tras la realización de un partido contra el Escocés FC de Sant Andreu de Palomar, lanzó un reto futbolístico para jugar un partido contra otro equipo formado también únicamente por jugadores españoles. En estos momentos, se decía que era de notar “el creciente interés que, entre la mayoría del público frío e indiferente para los deportes, va despertando éste y se da el caso de que muchos particulares así como familias enteras acuden a los matchs animando con su presencia el cuadro deportivo. Por cuyo motivo se ve el paseo del exvelódromo de la Bonanova sumamente concurrido[31]

El equipo del Català que se enfrentó con el Escocés FC de Sant Andreu estaba compuesto por los socios Julián García, Lomba, Sanmartín, Busquets (J. M.), Garcés, Valls, Artús, Vila, Valls y Soley. Varios supervivientes del primer FC Barcelona se encontraban entre ellos. El eco mediático de estos primeros partidos quedó reflejado en interesantes crónicas y reportajes fotográficos (con la primera foto del Barça[32]) como el que ofreció Eduardo Calatrava en Iris –revista semanal ilustrada–.

“A los sports que pueden considerarse como ya arraigados en Barcelona hay que añadir los partidos de pelota foot-ball, habiendo sido muy interesante los que jugaron el domingo 18 en el Velódromo de la Bonanova, ante una numerosa concurrencia.

En dichos partidos tomaron parte separadamente los socios de los clubs Catalá y Barcelona, demostrando gran destreza sus equipos. El sport en sí es algo violento, a no dudar, pero es preciso reconocer que constituye un ejercicio que ha de influir grandemente en la formación o inclinación del carácter, siendo en pequeña escala un trasunto de la lucha por la vida, representada por la pelota, de manera que la cosa tiene filosofía.

Bienvenidos sean, pues, el foot-ball y todo cuanto tienda al desenvolvimiento de las aptitudes físicas y al robustecimiento del cuerpo. Los ingleses, que saben siempre lo que mejor les conviene, conceden mayor importancia al atletismo, y se da el caso de atribuirse muchísima mayor importancia al scholar vencedor en unas regatas que no al que mejor sabe comentar un texto griego o latino. Podrá parecer absurda la preferencia, y, sin embargo, quién sabe si no tiene un gran fondo de buen sentido, como homenaje al viejo adagio: Mens sana in corpore sano. (…) Ya que el gobierno desatiende la educación física para atender tan solo a las disciplinas escolásticas y a la enseñanza libresca, bueno es que la iniciativa particular subsane tales deficiencias, y por lo mismo sólo elogios merecen esos clubs que se constituyen en Barcelona y en otras capitales para el cultivo y desarrollo de la fuerza individual, base de la salud de los pueblos, como acreditan actualmente ingleses y boers.”[33]

A la izquierda jugadores del FC Barcelona y el Català FC posando juntos, a la derecha jugadores del Català FC y del Escocés de Sant Andreu (18 de febrero de 1900, velódromo de la Bonanova). Primera foto del actual FC Barcelona. Procedencia: Calatrava, Eduardo (1900, 3 de marzo): “Foot-ball”, Iris, nº43, Barcelona, p. 14-15.

A la izquierda jugadores del FC Barcelona y el Català FC posando juntos, a la derecha jugadores del Català FC y del Escocés de Sant Andreu (18 de febrero de 1900, velódromo de la Bonanova). Primera foto del actual FC Barcelona. Procedencia: Calatrava, Eduardo (1900, 3 de marzo): “Foot-ball”, Iris, nº43, Barcelona, p. 14-15.

A finales de 1900 en la ciudad ya se contaban unos ocho equipos de fútbol. En este sentido se vaticinaba que el fútbol sería en 1901 uno de los sports de moda.

En octubre de 1901 Los Deportes redactó un artículo con objeto de aclarar las discusiones que en la Ciudad Condal enfrentaban a los socios del FCB y Català, sobre cuál era la sociedad más antigua de ambas. La revista apoyándose en artículos propios, como en otros publicados en otras revistas y periódicos nacionales, anotó que el primer team de foot-ball fue el FC Barcelona fundado el 29 de noviembre de 1899, mientras que el Català lo era del 17 de diciembre de ese mismo año[34]. Dejando de lado las oficialidades administrativas y jurídicas que legalizaban las asociaciones el fútbol en Barcelona llevaba tiempo practicándose, al menos siete años antes de constituirse el FC Barcelona de Gamper, de forma regular. Durante este período existieron varias asociaciones que lo practicaron, siendo un reclamo más en la práctica de los sports. Tal y como hemos visto una de estas entidades ya fue conocida en 1894 como la Asociación de Foot-ball de Barcelona, traducción sui generis al castellano de Foot-ball Club Barcelona.

6. El tercer y definitivo FC Barcelona (29 de diciembre de 1902). Etapa oficial.

Como hemos visto, entre el 21 de octubre de 1901 y el 28 de septiembre de 1903 la agria polémica sobre el decanato del fútbol barcelonés entre el FC Barcelona y el Català llenó las páginas de Los Deportes de réplicas y contrarréplicas de dirigentes de ambos clubs aportando datos sobre cuál de los dos se constituyó antes, jugó el primer partido o tuvo antes directiva.  El propio Gamper tomó parte en la discusión el 16 de agosto de 1903 con un extenso alegato con referencias biográficas en el que recordaba que fue rechazado por aquellos deportistas del Gimnasio Tolosa que poco después fundarían el Català porque “me dejaron entrever que no admitirían extranjeros”.[35] En el trasfondo de la polémica del decanato había viejas cuestiones personales.

Más desapercibida ha pasado para los historiadores que han estudiado este tema la réplica aportada por Pere Cabot i Roldós (uno de los primeros socios del club, jugador y secretario en la junta de Paul Haas desde el 5 de septiembre de 1902) el 28 de junio de 1903 en la que invitaba al Català a que “manifieste el día de la constitución y adopción de tal nombre[36], además de ofrecer la posibilidad de que la Asociación de Clubs de Foot-ball (fundada el 12 de noviembre de 1902) diera un dictamen sobre la cuestión tras estudiar la documentación que se pudiera aportar al respecto. La respuesta de Joaquín Escardó el 5 de julio fue algo dubitativa “no puedo precisarle de momento la época de su fundación[37] y la polémica empezó a apagarse con la sensación casi generalizada de victoria moral barcelonista (aunque varios autores han intentado reavivar la cuestión incluso en tiempos recientes).

Pere Cabot tenía poderosas razones para pedir al Català pruebas documentales de su constitución y para buscar un dictamen oficial sobre el tema: básicamente porque él en persona fue el encargado de registrar el FC Barcelona en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil de Barcelona aportando unos estatutos y una Acta de Constitución, presentándose como el “organizador de la sociedad Foot-ball Club Barcelona”[38].

Instancia de Pedro Cabot Roldós al Gobierno Civil de Barcelona (18 de noviembre de 1902). Procedencia: Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. Caja 181, Número de Asociación 3.709 “Fútbol Club Barcelona”.

Instancia de Pedro Cabot Roldós al Gobierno Civil de Barcelona (18 de noviembre de 1902). Procedencia: Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. Caja 181, Número de Asociación 3.709 “Fútbol Club Barcelona”.

En efecto, el 18 de noviembre de 1902 Pere Cabot presenta en el Gobierno Civil una instancia junto a los estatutos del Foot-ball Club Barcelona (“como organizador” de dicha sociedad, además su domicilio en la Calle Aribau nº 5 bajos de Gracia era la sede social del club) para que el Gobernador los apruebe y se pueda inscribir el club “según está prevenido en la vigente ley de asociaciones”.

Tras obtener el visto bueno del gobernador y en cumplimiento exacto del punto 4º de la Ley de Asociaciones de 1887 un Foot-ball Club Barcelona se constituye (por cuarta vez) el 29 de diciembre de 1902 a las 21:30 horas en el Café Alhambra (gran cafetería, cervecería y restaurante que existió entre 1891-1906 entre la Plaza Cataluña, la Rambla de Cataluña y el Paseo de Gracia, a pocos minutos del domicilio de Cabot/sede social del FC Barcelona).

Paul Haas presenta el 3 de enero de 1903 en el Gobierno Civil una copia certificada del Acta de Constitución de la Sociedad firmada por él mismo y Pere Cabot. El Acta tiene el sello del club con un visible y paradójico «1899».

Paul Haas acompaña el documento con una breve nota al gobernador “tiene el honor de pasar a manos de V.E. copia certificada del acta de constitución y de nombramiento de cargos de dicha asociación. Dios guarde a V.E. muchos años. Barcelona 3 de Enero de 1903. Paul Haas”.

La directiva escogida ese 29 de diciembre de 1902 es la siguiente: Paul Haas (presidente), Hans Gamper (vicepresidente), Josep Llobet (tesorero), Pere Cabot (secretario), José Marín (vicesecretario), José Vidal (vocal 1º) y Lluís de Ossó (vocal 2º).

La prensa había informado de la formación de la junta presidida por Haas el 5 de septiembre con algunas diferencias. A destacar que esta reunión del café Alhambra del 29 de diciembre (constitutiva de la sociedad, nada más y nada menos) no apareció en la prensa de la época, como tampoco las gestiones efectuadas ante el Gobierno Civil ni la inscripción final en el Registro que se produce el 5 de enero de 1903.

Finalmente, el 5 de enero de 1903, más de tres años después de fundarse (29 de noviembre de 1899) y de «refundarse» (en puridad, se fundó otra sociedad con el mismo nombre) tras fusionarse con el primer FC Barcelona de los ingleses (13 de diciembre de 1899) el Fútbol Club Barcelona fue inscrito (con el número 3.709) en el Registro de Asociaciones en cumplimiento estricto de la Ley de Asociaciones vigente.

Hoja izquierda.

Hoja izquierda.

Hoja derecha. Obsérvese un error: anotan como presidente el 12/12/1912 a Francisco Trias, presidente del FC España de Barcelona. Inscripción del Foot-ball Club Barcelona en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil de Barcelona (5 de enero de 1903). Procedencia: Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. Libro Registro de Asociaciones. Tomo II.

Hoja derecha. Obsérvese un error: anotan como presidente el 12/12/1912 a Francisco Trias, presidente del FC España de Barcelona.
Inscripción del Foot-ball Club Barcelona en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil de Barcelona (5 de enero de 1903). Procedencia: Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. Libro Registro de Asociaciones. Tomo II.

Repito que la prensa de la época (incluso el siempre bien informado y predispuesto a informar de cuantas reuniones y eventos diversos celebraran las sociedades barcelonesas rotativo Los Deportes) guardó absoluto silencio sobre estos acontecimientos importantes del FC Barcelona ocurridos entre noviembre de 1902 y enero de 1903. Ello ha favorecido la imagen transmitida por la práctica totalidad de los historiadores sobre el mandato del presidente Haas como “un periodo de transición” sin grandes acontecimientos, aunque fue un periodo vital para el club en el que se aprueban unos estatutos y se constituye formalmente para poder inscribirse en el Registro de Asociaciones.

Todo ello a pesar de que algunas referencias indirectas a esa fundación del club en 1902 podían ser encontradas, por ejemplo, en los estatutos de 1911.

Estatutos del FC Barcelona de 1911. Procedencia: Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. Caja 181, Número de Asociación 3.709 “Fútbol Club Barcelona”.

Estatutos del FC Barcelona de 1911. Procedencia: Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. Caja 181, Número de Asociación 3.709 “Fútbol Club Barcelona”.

Los presidentes de este periodo fundacional que culmina con la plena constitución legal (primeros estatutos, inscripción en el Registro según la Ley de Asociaciones) fueron Walter Wild (suizo), Bartolomé Terradas (catalán educado en Suiza) y Paul Haas (suizo).

La mayoría de jugadores siempre fueron españoles (incluidos nacidos en Centroamérica como Urruela o Soley), seguidos por los británicos (incluidos nacidos en Barcelona como los Parsons, Witty o Noble, o en Filipinas como los Morris). También se incluyen los jugadores del Català que se unieron al FCB para partidos puntuales. Los suizos fueron muy pocos aunque no fue óbice para que tuvieran el control de la presidencia, de la capitanía y de la comisión deportiva del club, lo que provocó conflictos en los años sucesivos. En 1903 el grupo controlado por D´Ossó logró que Gamper abandonara el club en su campaña por «librar» al club de extranjeros (¿o de protestantes?).

En la primera temporada (1899-1900) jugaron 16 españoles, 9 británicos, 3 suizos y 2 alemanes.

En la segunda (1900-1901) 25 españoles, 10 británicos, 2 suizos y 1 alemán.

En la tercera (1901-1902) 27 españoles, 13 británicos, 3 suizos y 2 alemanes.

En la cuarta (1902-1903) 26 españoles, 10 británicos, 5 suizos, 1 alemán y 1 francés.

7. Conclusiones

Hemos visto como se fundaban en la ciudad de Barcelona tres clubs de fútbol llamados Foot-ball Club Barcelona:

– El Foot-ball Club Barcelona fundado por la comunidad inglesa en 1894, presidido por el cónsul británico Wyndham. Sociedad que en 1896 deja de ser conocida así (o con la errónea traducción Sociedad de Foot-ball de Barcelona) en la prensa y que hasta 1899 será conocida como «Equipo Inglés», «Equipo de la Colonia Inglesa» o «Team Inglés».

– El Foot-ball Club Barcelona fundado por Hans Gamper y Walter Wild bajo la protección de Narciso Masferrer, de la Federación Gimnástica Española, de Los Deportes y del Gimnasio Solé el 29 de noviembre de 1899.

– El Foot-ball Club Barcelona fundado el 13 de diciembre de 1899 por fusión del FCB de Gamper/Wild y el «Equipo Inglés» (es decir, el FCB de 1894) también en el Gimnasio Solé, fundado nuevamente (como artificio necesario para cumplir con la legalidad) en el Café Alhambra el 29 de diciembre de 1902 por Paul Haas y Pere Cabot para poder ser inscrito en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil el 5 de enero de 1903.

¿Son la misma sociedad?, ¿es el FCB actual un club fundado en 1894, el 29 de noviembre de 1899, el 13 de diciembre de 1899, el 29 de diciembre de 1902 o el 5 de enero de 1903? ¿Debemos descartar al primer FCB por falta de continuidad y concluir entonces que el FC Barcelona se funda el 29 de noviembre de 1899 dado que se trató de un acto público del que informó la prensa y sabemos que efectivamente ese día se constituye su junta directiva y el equipo empieza a jugar partidos y competiciones o por el contrario tenemos que afirmar que el Barça no se funda hasta el 5 de enero de 1903 ya que esa es su fecha de inscripción en el Registro de Asociaciones y la Ley de Asociaciones vigente en la época requería de la inscripción de las sociedades en el Gobierno Civil?

Pues depende. Si lo analizamos desde la amplia perspectiva histórica que nos ofrece nuestra atalaya del año 2015 y desde un punto de vista retrospectivo podemos afirmar (como de hecho se suele hacer) que la inscripción en el Registro de la Ley de Asociaciones de 1887 tenía un valor declarativo pero no constitutivo.

Pero este es un análisis basado fundamentalmente en una jerarquía normativa retrospectiva, lo que casi supone una reconstrucción histórica. El contenido de la Ley de Asociaciones de 1887 en los años de que se trata (1899-1903) era indiscutible: la constitución de una sociedad requería de la presentación al gobernador civil de los estatutos “ocho días por lo menos antes de constituirla” y sólo tras su aprobación se constituía la sociedad y se inscribía en el Registro. Exactamente el proceso que llevan a cabo Pere Cabot y Paul Haas entre noviembre de 1902 y enero de 1903. Sin inscripción habría un grupo de gente con un fin común, pero no una sociedad en el sentido estricto.

Es un tema complejo sobre el que CIHEFE efectuó en febrero de 2011 un documento de trabajo (Martínez Patón, 2011).

– El hecho de aportar una Acta Constitutiva con fecha de 29 de diciembre de 1902 puede interpretarse como un formalismo para cumplir escrupulosamente con la Ley de Asociaciones, el hecho de que dicha reunión no aparezca reflejada en la prensa hace dudar sobre si llegó a realizarse realmente. No tengo explicación al secretismo con el que todo el proceso de inscripción en el Registro se lleva a cabo ni al silencio de la prensa barcelonesa de la época (especialmente Los Deportes). Respecto a la ausencia de este proceso de legalización del FC Barcelona en 1902-1903 en los libros de historia del club publicados creo que la explicación está en el libro Historial del F.C. Barcelona 1899-1924 publicado con motivo de las bodas de plata del equipo azulgrana. Este libro (obra del periodista Daniel Carbó i Santaolaria “Correcuita”) ofrece una crónica de la fundación del club muy favorable (casi hagiográfica) a Gamper (presidente del club en 1924 y amigo del autor) y omite cualquier dato sobre la inscripción en el Registro de Asociaciones. La práctica totalidad de publicaciones posteriores lo han utilizado como fuente principal para explicar los primeros años del FC Barcelona.

– Pere Cabot pudo decidir acudir al Gobierno Civil en noviembre de 1902 por la polémica del Decanato con el Català que ya hemos comentado. También pudo tener influencia la aparición de torneos como el Campeonato de España de 1903 cuyas bases decían “podrán tomar parte en el concurso todas las sociedades de Foot-ball Asociación de España legalmente constituidas”. El Madrid Foot-ball Club también fue inscrito en el Registro de Asociaciones el 18 de abril de 1902 por Juan Padrós aunque hay referencias a que existía desde octubre de 1901. Dos disposiciones del Gobierno Español también forzaron a la inscripción de las sociedades en el Registro de Asociaciones: el Real Decreto para Asociaciones del 19 de septiembre de 1901 y la Real Orden Circular para Asociaciones del 9 de abril de 1902[39]. La laxitud de la Ley de Asociaciones de 1887 quedaba acotada y las asociaciones se veían obligadas a registrarse en el Gobierno Civil.

En resumen, existen varias respuestas posibles a la pregunta «¿cuándo se fundó el FC Barcelona?» según lo que prioricemos y no voy a realizar ninguna afirmación rotunda al respecto, creo sin embargo importante destacar que la visión transmitida durante decenios del proceso fundacional del club es una simplificación de un proceso complejo y se basa en los testimonios parciales y subjetivos de Narciso Masferrer y Daniel Carbó en 1924 cuyo objetivo parecía ser ensalzar la figura de Gamper en un momento en el que este era el Presidente de la entidad. Celebrar el XXV Aniversario con libros o artículos que le presentaran no únicamente como el Fundador del Club, sino incluso como el «introductor del fútbol en Barcelona«, parecía más oportuno que rescatar del olvido al primer FC Barcelona «inglés» o explicar con rigor que Gamper (y el ninguneado Wild) nunca acudieron al Registro de Asociaciones y esa gestión necesaria para oficializar el club la hicieron Haas y Cabot tres años más tarde.

La versión oficial presentada en 1924 de un Gamper que introduce el fútbol en Barcelona, funda el FC Barcelona prácticamente en solitario y lo oficializa antes que el Català obteniendo el «Decanato barcelonés» ha sido repetida hasta fechas recientes en las que nuevas investigaciones nos ha permitido adquirir una visión más amplia del proceso fundacional del Barça. Un proceso gradual, plural y complejo en el que participaron numerosos deportistas de varias nacionalidades durante casi diez años (1894-1903) y que estuvo enmarcado en los cambios culturales y sociales experimentados por la sociedad barcelonesa a finales del siglo XIX con el modernismo, el regeneracionismo y las influencias y modas extranjeras como motores.

También hemos podido relativizar la participación extranjera en la fundación del FC Barcelona del 29 de noviembre de 1899 y descartar que se tratara de una iniciativa protestante en la que la religión jugara un papel decisivo, queda descartada asimismo por falsa la afirmación divulgada por medios de extrema derecha según la cual «el Barça no admitía españoles al igual que el Español no admitía extranjeros«[40]. Hemos visto como siempre fueron mayoría los catalanes (e incluso como había apellidos catalanes entre los componentes del primer FC Barcelona de 1894, algo inusual en otros English Clubs españoles).

Otro mantra repetido en los últimos años (la influencia masónica en la fundación del FCB) también debe ser relativizado: eran masones Émile Gaissert (pariente de Gamper, posible mecenas del club), Samuel Morris (padre de Samuel, Enrique y Junior Morris, pioneros del fútbol barcelonés) y George Sainte Noble (padre de los futbolistas George y Royston St. Noble, emparentado con los Maragall por el matrimonio de Clara Noble con Joan Maragall), pero no está probado que lo fueran Gamper o Wild ni ningún directivo o jugador destacado hasta Sagi Barba (años 20). Tampoco el supuesto origen masónico de los colores azulgrana[41] ha sido probado, siendo más probable que Gamper los tomara del Basilea, club que también había fundado y que compartía iniciales con el recién fundado FCB, sin descartar la voluntad de marcar elitismo al escoger los colores más caros que existían para lucir en una camisa de lino.

– Gamper (y Wild) son rechazados en el Gimnasio Tolosa (por ser extranjeros o protestantes) pero son inmediatamente bien recibidos en el Gimnasio Solé por sus propietarios (y por Narciso Masferrer, quien tiene la redacción de Los Deportes y la sede social de la Asociación Catalana de Gimnasia en su mismo local y pertenece a la Federación Gimnástica Española y a la Unión Velocipédica Española como Wild). Allí se incorporan a la Sociedad Los Deportes, pero en lugar de potenciar su recién nacido equipo de fútbol deciden crear uno de nueva planta tomando el nombre de la ciudad y repitiendo (es posible que lo desconocieran) un nombre que ya había existido: Foot-ball Club Barcelona. No hay motivaciones políticas, ni religiosas, ni ocultistas, ni nacionalistas en este paso. Lo que es evidente es la influencia regeneracionista y de la Federación Gimnástica Española a través de Narciso Masferrer y del mismo Walter Wild.

De hecho en abril de 1899 una comitiva de representantes de la Asociación Catalana de Gimnasia, la Federación Gimnástica Española y de la Revista Los Deportes (es decir, por 3 entidades lideradas por Masferrer y con la misma sede social), encabezada por el Dr. Rodríguez Méndez (padre del futuro fundador de la Sociedad Española de Foot-ball, Ángel Rodríguez Ruiz) visitó al señor Alcalde, Dr. Bertomeu Robert. Estos le entregaron un documento de ocho puntos solicitando atendiese a trámite “los asuntos de capital importancia y verdadero interés relacionados con las prácticas gimnásticas”. Entre estas peticiones figuraban la obligación de crear y asistir a las clases de gimnástica en las escuelas, la organización de campos y plazas de juego, la organización de concursos gimnásticos, el establecimiento de paseos y colonias escolares veraniegas, el fomento de instituciones post-escolares –o actividades extraescolares–, etc.[42]

Demandaban menos gimnasia clásica amorosiana y más sport inglés al aire libre. Demandaban (demandaba Masferrer) fútbol; la creación del FC Barcelona es fruto de ello. Narciso Masferrer tuvo un papel destacado en la fundación del FC Barcelona aunque por modestia, o por motivos que desconocemos, prefirió no darse protagonismo cuando relató en 1924 sus recuerdos de aquel acontecimiento y se presentó como un mero testigo. Falleció en 1941 sin llegar a ver a su nieto Narcís Masferrer Andreu jugar en el FC Barcelona amateur e incluso un amistoso con el primer equipo en 1957.

Las corrientes regeneracionistas pedagógicas y deportivas (Institución Libre de Enseñanza, Federación Gimnástica Española) eran defensoras del deporte inglés, al aire libre. De juegos y deportes como el foot-ball. Esta corriente pedagógica estaba consolidada en los gimnasios de Barcelona, en sus ambientes gimnasiarcas e higienistas, por ello el fútbol en Barcelona nace en los gimnasios. Una característica casi única en Europa, en otros lugares del norte y centro de Europa (especialmente en Alemania) en los gimnasios se despreciaban los juegos ingleses al aire libre y se reivindicaba la gimnasia clásica en sus modalidades amorosiana o sueca. Narciso Masferrer, Eduardo Tolosa, Jaime Vila, Francisco Solé o Ángel Rodríguez eran regeneracionistas y simpatizaban con el modelo inglés, entre otros motivos porque consideraban los deportes al aire libre como más adecuados a nuestro clima y peculiaridades nacionales. Por eso crearon clubs de fútbol como el FC Barcelona, el Català FC o la Sociedad Española de Foot-ball.  El fútbol barcelonés nace en los gimnasios.

El papel de Los Deportes en el proceso es fundamental, aunque la historiografía tradicional lo ha reducido a la mera anécdota del anuncio-convocatoria de Gamper en la revista (muchas veces llamada «gacetilla»). La revista quincenal ilustrada Los Deportes (1897-1910) dirigida por Masferrer era el órgano oficial de la Federación Gimnástica Española y de la Asociación Catalana de Gimnástica.

Los Deportes debe ser considerada como la primera revista deportiva española ambiciosa y de nivel europeo y durante su existencia fue la revista de su género más importante. Informaba sobre todas las prácticas deportivas de la época: gimnasia, ciclismo, patinaje, remo, vela, esgrima, caza, pelota vasca, excursionismo, tiro, polo colombófila, lawn-tennis, automovilismo o foot-ball.

En 1899 Los Deportes dejó de ser quincenal y pasó a semanal con muchos cambios de portada y presentación. En el número 10 de ese mismo año aparecieron unas breves secciones sobre espectáculos y tauromaquia, así como cuentos literarios. En el número 5 de 1899 Los Deportes se fusionaba con Barcelona Sport. En este mismo y decisivo año se presentaba como portavoz de la Federación Gimnástica Española y de la Unión Velocipédica Española. Dos entidades impulsadas por Masferrer, instrumentos en su ambiciosa campaña regeneracionista, de las que era socio también Walter Wild.  Los Deportes desaparecería en 1910, para entonces este movimiento regeneracionista pedagógico y deportivo ya había entrado en crisis por la ausencia de resultados (la Federación Gimnástica Española fue oficialmente disuelta en 1906 tras permanecer prácticamente inactiva desde 1902). Masferrer prosiguió su labor divulgativa y asociacionista fundando El Mundo Deportivo en 1906, impulsando clubs y federaciones y ejerciendo en varias etapas como «puente» entre los círculos polideportivos de Barcelona y Madrid, pero el ambicioso proyecto liderado por la FGE y Los Deportes había sido abandonado. Uno de sus muchos frutos que aún perdura es el FC Barcelona.

Retomando la evolución de este FCB de Gamper y Wild (y de Masferrer realmente) del 29 de diciembre de 1899 debemos afirmar que fracasó, ya que sólo lograron reunir 10 jugadores para su único partido y dos de ellos eran amigos suyos o habituales del ambiente del Gimnasio Solé que, al parecer, no eran deportistas. Uno de ellos tenía 47 años. Este fracaso llevará en pocos días a buscar la fusión con el «Equipo Inglés». Con el FC Barcelona de 1894. La tradición británica del deporte en Barcelona se fusionaba con los regeneracionistas autóctonos y con germanoparlantes recién llegados. Compartían valores y proyectos. Y sobre todo compartían gimnasio.

El 13 de diciembre de 1899 nace el FC Barcelona que ha llegado a nuestros días, aunque el 29 de diciembre de 1902 deba constituirse formalmente para poder inscribirse en el Registro de Asociaciones cumpliendo con las nuevas disposiciones gubernativas (Real Decreto de 1901 y Real Orden Circular de 1902). Interpretando con muchas reservas (existe debate histórico y jurídico al respecto) que la Ley de Asociaciones de 1887 era declarativa y no constitutiva podemos concluir que el FC Barcelona actual nace de facto el 13 de diciembre de 1899 en el acto público del Gimnasio Solé y de iure el 5 de enero de 1903 con la inscripción en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil de Barcelona.

– El Foot-ball Club Barcelona del 29 de noviembre de 1899 es un antecedente directo del FC Barcelona actual, como también lo es el Foot-ball Club Barcelona de 1894.

– La enorme importancia social y política que ha alcanzado el FC Barcelona no debe llevarnos a una interpretación de la historia de tipo reconstructiva. El FCB nace fruto de una época y de unas circunstancias (especialmente del regeneracionismo) y es producto de la colaboración entre varios grupos de aficionados al deporte de diversa nacionalidad que coincidieron en la ciudad. También del azar. No es creado por un sólo hombre ni en una fecha exacta. Tampoco nace con objetivos políticos, nacionalistas, religiosos u ocultistas. Nace para jugar al foot-ball porque Masferrer y los demás ideólogos del regeneracionismo barcelonés lo consideran el sport más adecuado a sus planes de implementar el modelo inglés de deportes tras probar otros deportes que les convencen menos (el riscat o el gouret). Ni más ni menos. Y si sobrevivió a los años más difíciles del fútbol barcelonés que se llevaron por delante a casi todos los equipos de la ciudad (Català, Hispania, Sociedad Española de Foot-ball, Internacional, Sociedad Franco-Española, Salud, Juventud, Ibèria, X, Catalonia, etc.) fue por el sacrificio y el tesón de un reducido grupo de irreductibles y amateurs amantes del club entre los que, esta vez sí, jugó un destacadísimo papel Joan Gamper, quien regresó y asumió la Presidencia cuando el club estaba al borde de la desaparición (1908).

Lo ocurrido en años sucesivos y la transcendencia que ha alcanzado el fútbol en general (y el Barça en Catalunya en particular), ha sido causado por otras circunstancias y por otros hombres. Es otra historia.

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Agradecimientos: Don Pedro José Sanz Roselló (por las fotografías del archivo familiar Sanz de Gabilondo), Dr. Carles Santacana Torres (Director del que fuera mi Trabajo de Fin de Máster de Historia Contemporánea y Mundo Actual de la Universidad de Barcelona en el que se basa este artículo), Dr. Xavier Torrebadella Flix, José Alberto Salas, Josep Pablo, Eugen Scheinherr.


[1] El nacimiento de la RFEF o del COE también ha dado lugar a polémicas historiográficas por la falta de rigor con la que estas entidades han presentado su historia y han conmemorado sus centenarios en fechas escogidas por motivos no científicos. La RFEF, fundada en 1913 y oficializada en 1921, celebró su centenario en 2009. El COE, fundado en Madrid en 1905 y oficializado en Barcelona en 1926, lo celebró en 2012.

[2] Vid. Masferrer, Narciso (1924, 29 de noviembre): «Fútbol. Constitución de una nueva sociedad», La Vanguardia, Barcelona, p. 19.

[3] Vid. Aribau, Bonaventura Carles (1820, 25 de julio): «Concluyen las reflexiones de ayer sobre la gimnástica». Diario Constitucional, político y mercantil de Barcelona, 135, p. 1-3.

[4] Sobre uno de estos nuevos sports ingleses (el tenis o lawn tennis) apuntar como curiosidad que uno de sus inventores (Juan Bautista Luis Augurio Perera) tenía vínculos con Cataluña. Su padre era un veterano de la Guerra de Independencia llamado Augurio Perera Plá (natural de Manresa) y su madre una dama de la alta sociedad de Menorca (Francisca Orfila Fábregues). Augurio Perera (padre) era un comerciante de vinos y se afincó en Inglaterra, de Augurio Perera (hijo) sabemos que había nacido en España (lugar concreto desconocido, hacia 1822) y que se nacionalizó británico en 1856. Creó el tenis junto a su amigo Henry Gem en Edgbaston hacia 1859-1865 (Arrechea, 2011; Hooper, 2013).

[5] Vid. «Crónica General» (1875, 14 de marzo). La Linterna de Gracia. Periódico de intereses morales y materiales, Gràcia, p. 2.

[6] El 13 de noviembre de 2001 una nota de la agencia EFE anunciaba que las autoridades del municipio gallego de Villagarcía de Arosa «han acordado promover una campaña para reivindicar que este municipio sea reconocido como el primer de España en el que se jugó al fútbol«.

Todo se basaba en una noticia localizada por un coleccionista local llamado Francisco Fernández “Farruco” del que se afirmaba: «posee un ejemplar de la revista Eco Republicano de Compostela, fechado el 16 de Junio de 1873, donde se recoge que los marineros del buque inglés “Go-Go”, atracado en el puerto de Vilagarcía, “disputan una bola que llaman balón y que dirigen con los pies. Es un deporte recientemente nacido en Inglaterra, que según ellos denominan football, y que comienza a causar furor en Europa”

Posteriormente se demostró que nunca había existido una publicación en Santiago de Compostela llamada Eco Republicano (Moreno Bolaños, 2007).

[7] Vid. «Crónica Local» (1892, 24 de diciembre). La Dinastía,  Barcelona, p. 2.

[8] Vid. Elias i Juncosa, Josep (1901, 16 de febrero): «Sport. Lo foot-ball a Barcelona. Etapa passat y present». La Ilustració Llevantina, Barcelona, núm. 8, p. 1. Elias i Juncosa, Josep (1910, 15 de marzo): «El foot-ball en Barcelona». Los Deportes, Barcelona, p. 69-74.

[9] Vid. “Sport Internacional” (1893, 2 de febrero). La Dinastía, Barcelona, p. 4.

[10] Vid. Font Valencia, E. (1893, 9 de marzo): “Sport Internacional”, La Dinastía, Barcelona, p. 2.

[11] Vid. «Sporting Notes» (1893, 20 de marzo). The Yorshire Evening Post, p. 3.

[12] Vid. «Crónica Local» (1894, 11 de marzo). La Dinastía, Barcelona, p. 2-3.

[13] Vid. Franc. (1894, 26 de marzo): «Crónica del Sport». La Vanguardia, Barcelona, p. 2.

[14] Vid. «Crónica del Sport» (1895, 1 de febrero). La Vanguardia, Barcelona, p. 1.

[15] Vid. «Crónica de Sport» (1895, 25 de enero). La Vanguardia, Barcelona, p. 1.

[16] Vid. «Crónica de Sport» (1895, 13 de abril). La Vanguardia, Barcelona, p. 5

[17] Vid. Escardó, Joaquín (1906, 6 de enero): «Los primeros partidos de football en esta capital». Los Deportes, Barcelona, p. 868-869.

[18] Vid. Franco (1895, 3 de diciembre): «Crónica de Sport». La Vanguardia, Barcelona, p. 3.

[19] Vid. Franco (1896, 4 de febrero): “Crónica de Sport”. La Vanguardia, Barcelona, p. 1.

[20] La esposa de Émile Gaissert (Bertha Bühler-Gaissert) era cuñada de una hermana de Hans Gamper (Emma). El joven Hans consideraba a los Gaissert sus tíos.

[21] Vid. «Miscelánea» (1899, 22 de octubre). Los Deportes, Barcelona, p. 968.

[22] Vid. “Notas de sport” (1899, 18 de octubre). La Vanguardia, Barcelona, p. 6.

[23] Vid. «Miscelánea» (1899, 19 de noviembre).  Los Deportes, Barcelona, p. 1031.

[24] Vid. «Notas locales» (1899, 2 de diciembre). La Vanguardia, Barcelona, p. 2.

[25] Vid. “Foot-ball Club Barcelona” (1899, 3 de diciembre). Los Deportes, Barcelona, p. 1056-1057.

[26] Vid. Masferrer, Narciso (1924, 29 de noviembre): «Fútbol. Constitución de una nueva sociedad». La Vanguardia, Barcelona, p. 19.

[27] Vid. Masferrer, Narciso (1924, 29 de noviembre): «Fútbol. Constitución de una nueva sociedad», La Vanguardia, Barcelona, p. 19.

[28] Vid. «Foot-ball» (1899, 24 de diciembre). Los Deportes, Barcelona, p. 1108.

[29] Vid. Serra, Alberto (1899, 29 de diciembre): “Notas de sport”. La Vanguardia, Barcelona, p. 3.

[30] Vid. Serra, Alberto (1899, 31 de diciembre): “Foot-ball”. Los Deportes, Barcelona, p. 1119-1120.

[31] Vid. Serra, Alberto (1900, 2 de abril): “Macht a foot-ball”. La Vanguardia, Barcelona, p. 4.

[32] Vid. Bobé, Josep (2014, 20 de marzo): «La Primera foto del Barça». Perarnau Magazine. Consultado el 15 de abril de 2015.

[33] Vid. Calatrava, Eduardo (1900, 3 de marzo): “Foot-ball”. Iris, Barcelona, núm. 43, p. 14-15.

[34] Vid. «Foot-ball” (1901, 27 de octubre). Los Deportes, Barcelona, p. 681-682.

[35] Vid. Gamper, Juan (1903, 16 de agosto): «Sobre el Decanato», Los Deportes, Barcelona, p. 518.

[36] Vid. Cabot, Pedro (1903, 28 de junio): Los Deportes, Barcelona, p. 408-409.

[37] Vid. Escardó, Joaquín (1903, 5 de julio): Los Deportes, Barcelona, p. 423.

[38] Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. Caja 181, Número de Asociación 3.709 “Fútbol Club Barcelona”.

[39] Vid. Fernández Paradas, Antonio Rafael; Fernández Paradas, Mercedes (2011): «El registro de entidades religiosas de 1887 y sus aplicaciones prácticas. La Hermandad de Nuestra Señora del Consuelo de Antequera y la búsqueda de su personalidad jurídica». Baetica. Estudios de Arte, Geografía e Historia, 33, 413-425. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Málaga.

[40] Vid. Díaz Villanueva, Fernando (2012, 11 de diciembre): «Cuando el Barça no admitía catalanes». Alerta Digital. Consulta: 1 de abril de 2015.

[41] Vid. Arroyo, Francesc (2009, 11 de mayo): «Los colores del Barça son masónicos». El País, Barcelona. Consulta: 1 de abril de 2015.

[42] Vid. “Petición razonada” (1899, 1 de mayo). Los Deportes, Barcelona, p. 145-146. “Los campos y plazas de juego de Barcelona” (1899, 13 de agosto). Los Deportes, Barcelona, p. 796-797. “Las plazas y los campos de juego” (1899, 3 de septiembre). Los Deportes, Barcelona, p. 839-840.




Domènec “Mingu” Balmanya: 1956-1958. Segunda parte

Balmanya201La temporada 56-57 terminó en Can Barça con un magnífico sabor de boca para los socios y aficionados del club blaugrana, debido a la brillante conquista de la Copa del Generalísimo y la «Pequeña Copa del Mundo» de Caracas. Cundía por fin el optimismo, después de varios años de «vacas flacas», y la inminente inauguración del nuevo campo, el magnífico estadio cuya construcción se estaba ya finalizando a marchas forzadas en los límites del término municipal de Barcelona con el de Hospitalet de Llobregat, junto a la Travesera de Les Corts, no hacía sino aumentar esa agradable sensación. Volvía el Barça Triomfant

Para encarar, pues,  una temporada que se presagiaba victoriosa, Domènec Balmanya va a contar con los siguientes efectivos: Ramallets, Estrems, Olivella, Brugué, Biosca, Gracia, Segarra, Gensana, Vergés, Flotats, Bosch, Basora, Hermes González, Villaverde, Ribelles, Kubala, Evaristo, Eulogio Martínez, Luís Suárez, Sampedro, Coll y Tejada. Eran baja algunos nombres cargados de historia como Seguer o Manchón. Pero sin duda el gran acontecimiento de la campaña, posibles títulos aparte, lo va a constituir la culminación de la gran obra que tenía ilusionado a todo el barcelonismo. el nuevo campo. Pero no adelantemos acontecimientos…

PRIMERA RONDA

El calendario había dictaminado que en la primera jornada, a disputar el día 15 de septiembre de 1957, abrieran el fuego los dos equipos que habían cerrado la Liga anterior, Barcelona y Sevilla, aunque ahora en el nuevo feudo blaugrana, pero debido al compromiso sevillista en la Copa de Europa, el partido se va a aplazar hasta el 10 de octubre, de modo que el estreno del campeonato 57-58 se producirá el 22 de septiembre en «Mestalla», frente a un Valencia reforzado por los brasileños Walter y Machado, un encuentro en el que los catalanes fueron mejores pero la contienda acabó en tablas, con sendos tantos del veterano Pasieguito y el recién llegado Evaristo. Balmanya presentó la siguiente alineación: Ramallets; Olivella, Brugué, Segarra; Vergés, Gensana; Basora, Villaverde, Eulogio Martínez, Evaristo y Tejada. Llamaba la atención nuevamente la ausencia de Kubala, aun no recuperado del todo de una intervención quirúrgica para corregir una osteopatía dinámica del pubis, realizada el mes de julio anterior.

El día 24 de septiembre, festividad de la Virgen de la Merced, patrona de Barcelona, va a tener lugar el brillante acto de inauguración del nuevo campo del «Club de Fútbol Barcelona» (como se le llamaba oficialmente durante la práctica totalidad del régimen franquista), que al no poseer tampoco un nombre concreto – no lo tendrá  hasta 1965, cuando se le bautice con la aséptica denominación de «Estadio del Club de Fútbol Barcelona» -, muy pronto va a ser conocido a nivel popular como el «Camp Nou», y así se le sigue llamando hoy, aunque ya haya cumplido los 58 años de existencia. Ese día, que amaneció despejado y radiante en Barcelona, se van a celebrar diversos actos y solemnidades, folclóricas y religiosas, pero el plato fuerte lo constituirá un encuentro internacional amistoso entre el primer equipo del Barça y una selección de Varsovia, con el morbo que siempre proporcionaba en aquellos años el enfrentarse a un conjunto de «tras el Telón de Acero», ya que los contactos deportivos eran prácticamente inexistentes, aunque el arranque de las competiciones internacionales del Viejo Continente (Copa de Europa y Copa de Ferias, y más tarde la Recopa) irá haciéndolos más habituales a lo largo de los años 60.

El partido, iniciado a las cinco de la tarde y que concluirá con el triunfo de los azulgranas por 4 goles a 2, va a tener también su pequeña anécdota. No es que se amañase el resultado, pero al parecer – según declaraciones posteriores del propio Balmanya – se llegó a un acuerdo con los polacos, a través del intermediario que los había contratado, su compatriota Jules Ukrainczyk, para que el primer gol del nuevo campo fuese marcado por un jugador barcelonista, a lo que los eslavos van a acceder, a cambio de una pequeña compensación económica. Fue el paraguayo Eulogio Martinez quien abrió el marcador del nuevo estadio, y lo celebrará lanzándose al interior de la red que acababa de batir en señal de alegría. Los tantos restantes serían obra de Tejada, Sampedro y Evaristo, y este fue el equipo que presentó el cuadro catalán en tan señalada fecha: Ramallets; Olivella ( Gracia ), Brugué, Segarra; Vergés ( Flotats ), Gensana ( Bosch ); Basora ( Hermes González ), Villaverde ( Sampedro ), Eulogio Martínez ( Ribelles ), Kubala ( Evaristo ) y Tejada. Como dato curioso, señalar que  Ladislao Kubala, seguramente el gran responsable de haber dejado pequeño al viejo «Les Corts», obligando a la construcción de un recinto moderno y de mayor capacidad,  a punto estuvo de no poder ser alineado, al no hallarse del todo recuperado de su operación.

Y en la tercera jornada (que para el Barça era en realidad la segunda), los de Balmanya van a conseguir un resultado espectacular a domicilio, al superar en el «Insular» a una Union Deportiva Las Palmas diezmada por una seria epidemia de gripe con un insultante 0 a 7, obra de Basora y Villaverde (dos cada uno), Evaristo, Tejada y Martínez. En la cuarta, todavía con un partido menos, se estrena el flamante «Camp Nou» en partido oficial – 6 de octubre – y el Jaén se lleva seis golitos (6 a 1), marcados por Tejada y Martínez, ambos por partida doble, Villaverde y Kubala – que por fin reaparecía en partido de competición  – . Por fin, el día 10 de octubre, se va a disputar el encuentro aplazado de la primera jornada, en el que el Barça se deshará sin demasiados apuros de un Sevilla que no era el de la temporada anterior ni muchísimo menos. 3 a 0, con goles de Tejada, en dos ocasiones, y Villaverde, y la anécdota para la historia de recibir la primera visita de Franco en el coliseo barcelonista.

Al finalizar esta jornada, la clasificación va a quedar de la siguiente manera: líderes el Real Madrid y el Barcelona con 7 puntos, tercero el Español con 6, y a continuación un grupito formado por Athletic de Bilbao, Atlético de Madrid, Osasuna, Celta y Jaén con 5. Y en la fecha siguiente duelo por todo lo alto, porque se enfrentarían Madrid y Barça en el «Bernabéu», los dos grandes favoritos para la consecución del título.

Balmanya va a encarar el choque con ciertas precauciones, alineando a Flotats como teórico extremo derecho, con el «7» a la espalda, aunque asignándole su clásica misión de «secante» de Alfredo Di Stefano. A las órdenes del colegiado aragonés señor Rey Martínez, ambos equipos presentaron las siguientes formaciones: por el Real Madrid, Domínguez; Atienza, Santamaría, Lesmes; Santistéban, Zárraga; Kopa, Marsal, Di Stefano, Rial y Gento, y por el Barcelona, Ramallets; Olivella, Brugué, Segarra; Verges, Gensana; Flotats, Villaverde, Eulogio Martínez, Evaristo y Kubala. Fueron muy superiores los «merengues», que vencieron a los azulgranas por 3 goles a 0, marcados por Kopa, Rial y Di Stefano, e incluso se hicieron merecedores a un resultado más abultado. El Madrid se afianzaba en el liderato, dejaba al Barça a dos puntos, y le tomaba una importante ventaja en el tanteador particular de ambos equipos.

La sexta jornada lo dejó todo como estaba. El Barça venció con muchos apuros a la siempre difícil Real Sociedad, merced a un solitario gol de Segarra, mientras que los blancos triunfaban en Jaén por 0 a 2. Osasuna era sorprendente tercero, empatado con el Barça a dos puntos del líder, y por detrás empezaba a enseñar las uñas el Atlético de Madrid, esta temporada dirigido por Daucik. Y precisamente fueron los rojiblancos madrileños los mayores beneficiados al finalizar la siguiente jornada, la séptima, pues el Barça cayó en Gijón, derrotado por un Sporting «matagigantes» (3 a 2, con tantos de Evaristo y Tejada ), el Madrid no pudo pasar de un empate a cero en Las Palmas, y el Osasuna dobló la rodilla en Vigo. Eran líderes los de Bernabéu (12 puntos), seguidos por Atlético de Madrid y Español con diez, mientras que el Barça caía a la cuarta plaza, con 9.

En la octava fecha  los de Balmanya ascendieron un puesto en la clasificación gracias a su clara victoria sobre un Athletic en horas bajas (3 a 0, con dos goles de Kubala y otro de Evaristo). El Madrid se deshacía apuradamente, igual que le había ocurrido al Barça poco antes, de una correosa Real Sociedad, y Atlético de Madrid y Osasuna hacían tablas en «San Juán». El Barça se mantenía a tres puntos del Real Madrid. Pero va a reducir la ventaja de los blancos a uno solo siete días más tarde, porque mientras que los azulgranas vencen en «Zorrilla» al Valladolid por 1 a 2 (ambos obra de Eulogio Martínez), el Madrid cae también en «El Molinón» ante de Sporting gijonés, contundentemente derrotado por 3 a 0. Ahora el Barça es segundo, a un único punto del Real Madrid, y empatado con Atlético y Español.

Concluye el primer tercio del campeonato con la décima jornada. Se mantienen las mínimas distancias entre madridistas y culés, pero van a aflojar «colchoneros» y «periquitos». El Real Madrid aplasta a un desconocido Athletic de Bilbao por 6 a 0, la tarde del maravilloso gol de Marsal a Carmelo, mientras que el Barça solventa el primer verbi barcelonés jugado en el «Camp Nou» al derrotar al Español por 3 a 1 en un gran partido, con tantos de Evaristo, Tejada y Kubala.  El Atlético de Madrid, por su parte, tan sólo pudo sacar un empate en su visita a un Sevilla que se debatía sorprendentemente en los últimos lugares de la tabla. Los números del Barça no son nada malos: 7 victorias, 1 empate y 2 derrotas (una de ellas en el dificilísimo desplazamiento al «Bernabéu»), con 26 goles a favor y 11 en contra, para un total de 15 puntos, un ritmo que de mantenerse podría valerle el título.

Simultáneamente con la Liga, el Barça va a retornar a una Copa de Ferias donde no había jugado desde aquella primera eliminatoria contra la Selección de Copenhague en la temporada 55-56. El 23 de octubre de 1957 se enfrenta al Birmingham City en la ciudad británica, donde cae derrotado por 4 a 3, marcando los tantos azulgranas Tejada, Evaristo y Eulogio Martínez. El 13 de noviembre los ingleses rinden visita al flamante «Camp Nou», y el Barça se impone gracias a un solitario gol de Kubala. Es necesario, pues, acudir a un tercer partido de desempate, que se celebra el 26 de noviembre en la localidad suiza de Basilea – un lugar que luego volvería a cruzarse en la historia barcelonista -, y allí los pupilos de Balmanya derrotan a los británicos por 2 a 1, con dianas de Evaristo y Kubala.

Sin embargo, el segundo tercio liguero no puede comenzar peor para los intereses catalanes. El Celta, uno de los equipos revelación de la temporada, les va a derrotar en Vigo por un contundente 4 a 0, en un partido donde los celestes marcaron férreamente a las estrellas visitantes, y consiguieron sus goles en fulgurantes contraataques. Por su parte, el Real Madrid vencía en «Zorrilla» al Valladolid con un solitario gol de Di Stefano, y el Atlético de Madrid hacía tablas en el «Metropolitano» frente a un Valencia en posición de colista, que casi durante un par de meses se vio obligado a jugar todos sus partidos como visitante, en campo contrario, puesto que su terreno de juego de «Mestalla» había quedado provisionalmente inservible debido a la gran riada del Turia del 14 de octubre,  que devastó la ciudad,  ocasionando numerosas víctimas mortales y enormes pérdidas materiales (luego le tocaría disputar una serie consecutiva de choques en campo propio, remontando posiciones hasta terminar finalmente cuarto)

La jornada duodécima tampoco fue muy favorable para el Barça, pues en ella su desventaja respecto al Real Madrid va a aumentar a cuatro puntos. El visitante de turno del «Camp Nou», el Atlético de Madrid, se va a llevar un punto tras un bronco partido que merecieron ganar los «colchoneros»  y que finalizó con empate a dos. Kubala hizo los dos goles azulgranas, uno de ellos al trasformar un penalti, y Luís Suárez fue expulsado. Los blancos, con 20 puntos,  se distanciaban de sus dos perseguidores, Barça y Atlético, que se quedaban con 16. No obstante, esa considerable ventaja se va a ver aminorada a a semana siguiente, cuando el Real Madrid  caiga también en Vigo (2-1), el Atlético venza con facilidad al Jaén en el «Metropolitano» (4 a 1), y el Barcelona puntúe en Zaragoza (1-1, con gol de Bosch) Los blancos son líderes, con dos puntos de ventaja sobre sus rivales ciudadanos, y tres sobre Barça y Celta, que estaba despachando una magnífica primera vuelta.

La fecha número 14 del campeonato va a ser beneficiosa para los intereses azulgranas, puesto que Real Madrid y Atlético se dejarán un punto cada uno al empatar a cero en el «Bernabéu» en un partido que levantó una gran expectación. Como el Barça derrota sin complicaciones a Osasuna en el «Camp Nou» (3 a 0, con goles de Tejada, 2, y Eulogio Martínez) y el Celta no pasa tampoco de la igualada en su visita a «Atocha», las posiciones en cabeza van a quedar de la siguiente manera: líder el Real Madrid con 21 puntos, segundo y tercero Atlético de Madrid y Barcelona con 19, y cuarto el Celta con 18.

Finaliza la primera ronda el domingo 29 de diciembre de 1957, dejando las cosas absolutamente igualadas, como si todos los partidos anteriores no hubieran servido de nada. El Real Madrid cae en Zaragoza en un mal encuentro de los «merengues» (3 a 1), mientras que el Barça apabulla a domicilio al Granada en «Los Cármenes» (0 a 4, obra de Martínez, Kubala, Tejada y Basora), y el Atlético por su parte se deshace de la Real Sociedad, tan defensiva como siempre, en el «Metropolitano», por un ajustado 2 a 0. El Celta se descuelga al perder sorprendentemente ante el Sporting de Gijón en «Balaídos». Triple empate en cabeza, a 21 puntos, con celtiñas y españolistas tres puntos abajo.

Balmanya202SEGUNDA RONDA

Se inicia la segunda vuelta de la competición con un cambio de líder. El Barcelona, triunfador en Sevilla por 1 a 2, desplaza a un Real Madrid que vuelve a tropezar en su salida, esta vez en «San Juan» ante Osasuna, que le vence por 1 a 0, aunque el Atlético mantiene el tipo, eso sí, con muchos apuros, derrotando en su feudo madrileño a un animoso Sporting por 3 goles a 2. El Barça realizó un gran partido en un «Nervión» que pronto sería jubilado. Arza por los locales y Tejada marcaron en el primer tiempo, y Kubala consiguió el gol de la victoria culé en la reanudación. Fue expulsado el paraguayo Hermes González, un jugador que no va a tener ninguna suerte en su paso por el club azulgrana. Barça  – líder por mejor cociente general – y Atlético de Madrid encabezaban la tabla, y les sigue el Real Madrid a dos puntos.

Inmediatamente después de las fiestas navideñas van a celebrarse elecciones presidenciales en el Barça. Tan sólo se presentan dos candidatos, el presidente en ejercicio, Francesc Miró-Sans, y el ex-directivo Antoni Palés, un industrial del ramo de la panadería al que Miró había destituido a causa de sus críticas a la política económica y al presidencialismo que a su juicio mostraba el máximo mandatario blaugrana. Los comicios tienen lugar el día 7 de enero de 1958, y Miró-Sans, beneficiado por el «efecto Camp Nou»,  bate fácilmente a su adversario por 158 votos a 55 (tan sólo tenían derecho al sufragio los socios compromisarios; ya se habían acabado las alegrías de las anteriores y atípicas elecciones de 1953…)

La jornada 17 va a traer otro cambio de líder. El Barça es incapaz de derrotar a un Valencia en pleno proceso de  recuperación en el «Camp Nou». Kubala inauguró el marcador, pero el brasileño Machado empató para los levantinos. El Madrid derrota fácilmente al Granada por 4 a 0 en el «Bernabéu», pero el gran triunfador del domingo fue el Atlético de Madrid, que se impuso en el siempre complicado «San Mamés» al Athletic por 1 a 2, encaramándose así a la cabeza de la clasificación.  El Barça era segundo, a un punto, y el Madrid tercero, a dos, con el Celta ya descolgado, cuarto a cinco del líder.

El gran derrotado de la jornada 18 va a ser el Real Madrid, batido por el colista Sevilla en «Nervión» (3 a 2), mientras que los «colchoneros» aplastaban a un flojísimo Valladolid en el «Metropolitano», 7 a 0, y el Barça pasaba más apuros de los previstos para imponerse a una Unión Deportiva Las Palmas que causó una buena impresión en el «Camp Nou», aunque finalmente sucumbiría por 2 a 0, marcados por Kubala y Evaristo. Atlético y Barcelona, primero y segundo respectivamente,  mantenían sus posiciones, con sólo un punto de diferencia, pero el Madrid se alejaba a cuatro de los rojiblancos, que parecían haber vuelto por sus antiguos fueros..

Sin embargo las distancias se van a acortar de nuevo en la jornada siguiente, la decimonovena, demostrando que se estaba disputando un campeonato muy igualado. Caen los dos primeros, y el gran beneficiado va a ser el tercero en discordia, el Real Madrid. El Atlético es goleado en «Sarriá» por el Español, 4 a 1, con un hat-trick del argentino Coll, un resultado demasiado amplio pero no del todo imprevisible, mientras que el Barça volvía de vacío de su visita a uno de los conjuntos que pugnaban por no perder la categoría, el Jaén, que derrotó a los catalanes por un mínimo pero suficiente 1 a 0, tras un pésimo partido azulgrana.

Al domingo siguiente, 2 de febrero de1958, se va a disputar el primer Barça-Real Madrid en el «Camp Nou», y los madridistas se convertirán en los primeros en llevarse los dos puntos del nuevo coliseo barcelonista. Los blancos despacharán un partido perfecto,  imponiéndose con todo merecimiento a los locales gracias a los tantos de Marsal y Rial. Arbitró el señor Ortiz de Mendíbil, del colegio vizcaíno, y estas fueron las alineaciones que presentaron ambos equipos: por los azulgranas, Ramallets; Segarra, Brugué, Gracia; Bosch, Gensana; Evaristo, Kubala, Martínez, Suárez y Tejada, y por los «merengues», Alonso; Marquitos, Santamaría, Lesmes; Santistéban, Zárraga; Kopa, Marsal, Di Stefano, Rial y Gento. El Atlético de Madrid, vencedor por un apretado 2 a 1 sobre el Celta en la capital, continuaba como líder, con el Real Madrid a dos puntos y los blaugranas ahora en tercera posición, a tres. No había sido un buen segundo tercio de Liga para los de Balmanya, con menos puntuación y menor producción  goleadora que en el tercio inicial.

La tercera y  última parte de la competición se inicia con la jornada 21, que va a presenciar un nuevo cambio en la cabeza. Ahora será el Atlético de Madrid el principal damnificado, al perder claramente en Las Palmas por 3 a 0. El Real Madrid, el nuevo líder, venció sin grandes problemas al Jaén en el «Bernabéu» (3 a 0), y el Barça logró  un magnífico resultado en el siempre difícil campo de «Atocha», al derrotar a la Real por 1 a 2 en un encuentro muy competido, con goles de Hermes González y Tejada, y una gran actuación de Kubala. Los blancos encabezaban la clasificación con 29 puntos, los mismos que el Atlético de Madrid, con el Barça tercero a un punto de ambos. La emoción estaba servida.

La jornada 22 dejó las cosas tal como estaban, ya que los tres primeros clasificados resolvieron sus compromisos con victoria. Muy ajustada la del Real Madrid ante Las Palmas, 2 a 1 en el «Bernabéu», con dos goles de Gento, amplia la del Atlético en «La Romareda» (0 a 3), y rutinaria la del Barça sobre el Sporting de Gijón en el «Camp Nou», un partido marcado por la niebla y que no pasaría a la historia. Vergés, Tejada y Kubala hicieron los tres tantos azulgranas.

Llegamos así a la jornada vigesimotercera, donde de nuevo va a producirse un cambio de líder, desbancando el Atlético al Real Madrid.  Los blancos no pueden pasar del empate en «Atocha» (2-2), y los rojiblancos aprovechan la visita de Osasuna al «Metropolitano» para adelantarles, al vencer a los navarros por 4 a 1, El Barça tenía un desplazamiento muy difícil a «San Mamés», y va a volverse de vacío, y con un fuerte correctivo, pues los «leones» le derrotarán por 4 a 1  en un gran partido que decantarían a su favor en el segundo tiempo. Arteche hizo tres de los goles rojiblancos, y Tejada consiguió el que a la postre sería el del honor para los azulgranas, que con este resultado quedaban a tres y a dos puntos de Atlético y Real respectivamente.

Abramos un paréntesis para reseñar que el 5 de marzo de 1958 se disputa en la capital del Reino Unido el partido de ida de la final de la primera edición de la Copa de Ferias, entre la Selección de Londres y el Barcelona. Esta fue la formación que puso en liza Balmanya, vistiendo los colores y en representación de la Ciudad Condal: Estrems; Olivella, Gensana, Gracia; Vergés, Ribelles; Basora, Villaverde, Martínez, Evaristo y Tejada. El partido terminó con un magnífico resultado de cara a la vuelta, empate a dos, siendo los autores de los tantos catalanes Martínez y Tejada.

Siete días más tarde del último partido liguero, y como ya venía siendo habitual, va a producirse un nuevo cambio de líder. El Atlético sólo puede traerse un punto de su visita a «Los Cármenes» (2 a 2), mientras que el Real Madrid se impone con claridad al Sporting en el «Bernabeu» (4-0). Y como quiera que el Barça aplasta en la Ciudad Condal al colista Valladolid por 7 a 1, con goles  de Evaristo (3), Kubala (2), Ribelles y Villaverde, se coloca a dos puntos de los equipos madrileños, conservando aun  algunas aspiraciones.

Aspiraciones que van a sufrir un duro frenazo, prácticamente ya definitivo, en la siguiente jornada, la vigesimoquinta, al perder en «Sarriá» frente al Español por 2 a 1. Merecido triunfo blanquiazul, aunque el tanto de la victoria lo marcó Olivella en propia puerta. Evaristo hizo el gol del Barça. El Atlético de Madrid, por su parte, también se dejó un punto en su feudo ante el Sevilla, mientras que el Real Madrid asaltaba y conquistaba una plaza tan difícil como «la Catedral», derrotando a domicilio al Athletic por 0 a 2, con goles de Rial y Marsal, en un partido donde su superioridad fue manifiesta. Así quedaba la clasificación: Real Madrid con 36 puntos, Atlético con 35, y Barça ya descolgado con 32. El título parecía cosa de los dos grandes rivales madrileños.

Y se va a decantar a favor de los blancos en e transcurso de la siguiente jornada donde el Real Madrid vence con más problemas de los previstos al colista Valladolid, que convirtió un claro 5-0 en un  mucho más decoroso 5-3, en un partido en el cual Di Stefano y el blanquivioleta Badenes anotaron sendos hat-tricks. La derrota del Atlético en «Mestalla» (2-0), parecía dejar expedito el paso hacia el triunfo final para los madridistas, que ya aventajaban a los «colchoneros» en tres puntos, a falta de tan sólo ocho por disputar, aunque los del «Bernabéu» tendrían aun que visitar el «Metropolitano» en la penúltima jornada. La triste victoria del Barça sobre el Celta en  el «Camp Nou», merced a un solitario gol de Gensana, parecía ya del todo intrascendente.

La jornada 27 va a dejar las cosas igual en lo tocante a los dos primeros clasificados, pero sentenciará ya definitivamente la suerte de un Barça que veía incluso peligrar un subcampeonato que podía valerle para disputar la Copa de Europa si el Real Madrid revalidaba de nuevo su título. Los blancos vencieron en «Sarriá» (2 a 4, con tres goles de Marsal), y los azulgranas cayeron precisamente ante el Atlético en la capital, en un partido que las crónicas de la época describen como entretenido y muy disputado, y en el que Tejada hizo el gol catalán. Y el domingo siguiente, pese a golear al Zaragoza (5 a 1: tres de Evaristo, más Ribelles y Tejada), será el último partido de Balmanya como entrenador azulgrana, mientras que los dos rivales de la capital solventaban sus compromisos con sendas victorias y proseguían su pugna, que finalmente – y tal como se preveía – iba a decantarse a favor del Real Madrid, que cantará el «alirón» precisamente en el feudo de su eterno rival, al empatar a uno en el encuentro decisivo. El Barça finalizará de nuevo como tercer clasificado, y aunque el Madrid conquistó la III Copa de Europa, sería el Atlético quien obtuviese plaza para el torneo continental

Según declaración del propio Helenio Herrera en su libro de memorias titulado «Yo», los directivos barcelonistas ya le habían contactado en el mes de febrero, pero él les dio largas porque todavía se debía a su club,  el  Belenenses lisboeta. Sin embargo, para finales de abril va a aceptar  trasladarse a Barcelona y hacerse cargo del equipo inmediatamente, aun cuando  faltaban todavía varios partidos para concluir la temporada, concretamente dos jornadas de Liga, el choque de vuelta de la final de la Copa de Ferias, y la Copa del Generalísimo. «El Mundo Deportivo» publica en su edición de 23 de abril de 1958 una nota facilitada por el «delegado de prensa del C. de F. Barcelona», uno de cuyos puntos dice lo siguiente: «aceptar la dimisión presentada de su cargo de don Domingo Balmanya, agradeciéndole los servicios prestados y sus reiteradas pruebas de afecto y vinculación a nuestro club». La retórica habitual y políticamente correcta, por supuesto, que en eso muy poco ha cambiado el fútbol…

Herrera había llegado a la Ciudad Condal por vía aérea en la tarde del viernes 18 de abril, hospedándose en un céntrico y lujoso hotel. Firma su contrato, que le unía al Barça para las dos siguientes temporadas, y el domingo presenciaría el Barcelona-Zaragoza, para ver en acción a sus nuevos pupilos, y especialmente al brasileño Evaristo, al que no conocía. su fichaje va a costarle al Barça nada menos que 1.200.000 pesetas de la época, compensando económicamente a Os Belenenses, y también a su anterior club en España, el Sevilla, con el que el técnico hispanoargentino todavía estaba bajo contrato, aunque suspendido por la Federación durante dos años (obstáculo que también la junta presidida por Miró-Sans consiguió orillar… )

Balmanya no va a asistir a la toma de posesión de Herrera (según propia confesión, se le recomendó que no acudiera, de modo que no pudo despedirse oficialmente de los jugadores, ni ceder el testigo a su sucesor). En sus declaraciones a «El Mundo Deportivo» (en la edición del 23 de abril de 1958 ), indicó que se iba satisfecho y con la cabeza alta. Añadió que consideraba muy complejas las causas de los males del Barça, que según su criterio afectaban a junta directiva, socios, público, jugadores, técnicos e inclusive a la prensa. También pensaba que todavía no se había «digerido» el nuevo estadio. Leyendo entre líneas era evidente su disgusto con alguno o algunos de los componentes de la directiva. Una directiva que en un principio, cuando comenzaron a surgir rumores acerca del relevo en el  banquillo, desmintió el fichaje de Helenio Herrera y reiteró públicamente su confianza en el entrenador gerundense, unas palabras que – como ya sabemos por larga experiencia – son casi siempre la antesala de un cese anunciado.

El balance de Domènec Balmanya como entrenador del Barça puede resumirse de la siguiente forma: había dirigido al equipo en 69 partidos oficiales, logrando 39 victorias (un 56,52 % del total), 13 empates y 17 derrotas, marcando los azulgranas a sus órdenes  174 goles y encajando 87. En su haber figuraban un título de Copa (1957), una «Pequeña Copa del Mundo» (1957), dos terceros puestos en la Liga, y la clasificación para la final de la primera edición de la Copa de Ferias, cuyo encuentro de ida se disputó mientras ocupaba aun el banquillo, lográndose un resultado que dejaba en franquía la consecución del torneo. Puede decirse, por lo tanto, que su experiencia había sido más positiva que la de sus dos inmediatos predecesores en el cargo, Sandro Puppo y Franz Platko, que habían dejado su palmarés barcelonista en blanco, aunque el gerundense había contado con dos temporadas de confianza en lugar de una sola, pero con un equipo en formación que explotaría muy poco después con Helenio Herrera en el banquillo, superando por dos veces en el Torneo de la Regularidad al Real Madrid de las 5 Copas de Europa.

CERCA DE MEDIO SIGLO MÁS DE FÚTBOL

Balmanya había nacido en una provincia fronteriza, y en algunos momentos su vida va a transcurrir a caballo entre España y Francia. Esto sucede nuevamente, sin ir más lejos, una vez que se desvincule del Barça. Volverá a Sete, la ciudad occitana donde actuó como futbolista durante parte de nuestra Guerra Civil, en esta ocasión  para dirigir al equipo local un par de temporadas. Dos años más tarde, en 1960, regresa a España, haciéndose cargo del Valencia, al cual en su segunda campaña, la 61-62, lleva hasta la final de la Copa de Ferias, que acabarían por conquistar los «ches» a principios de la siguiente campaña, precisamente frente al Barça (6 -2 y 1 a 1), tras haber sido aplazado el choque decisivo a consecuencia de la disputa del Campeonato Mundial en Chile, aunque quien se sentaría entonces en el banquillo levantino sería el técnico argentino Alejandro Scopelli.

Durante el curso 62-63 realizará las funciones de secretario técnico en el RCD. Español, que ese año actuaba en Segunda División, aunque va a conseguir el ascenso tras una reñida promoción contra el Mallorca. Viajero incansable, en la siguiente temporada, 63-64, le encontramos en Sevilla, al frente del Betis. Los verdiblancos contaban con un gran equipo (Pepín, Grau, Ríos, Colo, Martínez, Bosch, Lasa, Ansola, Luís, Molina, los jóvenes Rogelio y Quino…), y van a ser la gran revelación del torneo, clasificándose en tercer lugar tras Real Madrid y Barcelona. No seguirá sin embargo en «Heliópolis», aunque tampoco saldrá de Andalucía. El Málaga se beneficia de su magisterio, y cuajará también una gran campaña, al final de la cual ascenderá a la División de Honor tras superar en la promoción al Levante. En aquel equipo figuran futbolistas de la talla de Américo, Montero, Pepe Arias, el marroquí  Ben Barek, el internacional Chuzo, Benítez, Aragón, el veterano Pepillo, el malogrado Pedro Berruezo, el vasco Otiñano o el mítico Manolo Velázquez, cedido por el Real Madrid.

Pero tal vez el mayor triunfo de toda su larga carrera como entrenador lo va a lograr en la temporada 65-66. Bajo su batuta, y en el último año del viejo «Metropolitano», el Atlético de Madrid  se proclamará brillante campeón de Liga, un título que no conseguía desde el ya lejano 1951, por delante del Real Madrid «Ye-yé» y el Barça. Allí se reencontró con sus viejos conocidos Colo y Luís Aragonés (el otro jugador fichado del Betis, el infortunado Miguel Martínez, permanecía en estado de coma en un hospital, víctima de una cruel e implacable enfermedad), y con un ramillete de excelentes futbolistas: Madinabeitia, Rivilla, Griffa, Calleja, Glaría, Ufarte, Jones, Cardona, Mendonça, Adelardo o Collar.

Ha llegado a la cumbre, y los máximos rectores de nuestro fútbol deciden ofrecerle la dirección del combinado nacional, que acababa de ofrecer un muy discreto rendimiento en el Campeonato del Mundo de 1966, en Inglaterra, donde cayó en la primera fase, con derrotas ante Argentina y la RFA, y un triunfo por la mínima frente a la débil Suiza. Balmanya va a estar al timón de la selección  hasta mayo de 1968. Su objetivo será clasificar a España para la fase final de la Eurocopa que se disputa en la primavera del 68, y tratar de revalidar el título conquistado brillantemente ante la URSS en Madrid, cuatro años antes.

Debuta en el banquillo del combinado nacional el 23 de octubre de 1966, en Dublín ante la República de Irlanda (0-0). Va a dar la alternativa a una nueva generación de destacados futbolistas (Osorio, Sáez, Canós, Tonono, Rifé, Gárate, Grosso, Vavá, Marcial, Velázquez, José María…), pero no logrará su propósito, pues los entonces campeones del mundo, Inglaterra, se cruzan en el camino de los nuestros y les eliminan, impidiéndoles optar a mayores cotas. Balmanya dirigirá a la Selección Española en un total de 11 ocasiones, obteniendo un balance de cuatro victorias, tres empates y cuatro derrotas (tres de ellas infligidas por Inglaterra). Le va a sustituir en el cargo el doctor Eduardo Toba, que también fracasará en el objetivo de clasificar a nuestro equipo nacional para una cita aun más importante, el Campeonato del Mundo de 1970, que se celebraría en México.

En ese punto de su carrera, Balmanya acepta una jugosa oferta del presidente del Barcelona, Narcís de Carreras, para convertirse en  secretario técnico del club azulgrana, con Salvador Artigas de entrenador. Durante su gestión el Barça realizó dos fichajes «de campanillas»: el ariete del Real Zaragoza Bustillo, y el centrocampista del RCD. Español Marcial, ambos internacionales. Cesará en su cargo al dimitir Carreras y toda su Junta Directiva, a causa de los malos resultados del equipo. Con la temporada 70-71 ya comenzada, es contratado para tratar de enderezar el rumbo de un Real Zaragoza donde aun sobrevivían los últimos «magníficos», Santos y Villa, y que amenazaba con irse a pique. Pero no lo va a conseguir, será destituido después de ocupar su banquillo durante doce partidos, y el equipo maño, tras quince años ininterrumpidos en la máxima categoría, ganando títulos nacionales e internacionales, se irá irremisiblemente al pozo de la Segunda División.

En 1972, y después de tomarse un año sabático, Balmanya se comprometerá de nuevo con un conjunto de Segunda, el Cádiz, que deseaba fervientemente cambiar de categoría. No lo logrará en  sus dos temporadas de estancia en la Tacita de Plata, pero va a poner las bases de un equipo que pocos años más tarde dará por fin el gran salto. De aquel cuadro amarillo a sus órdenes va a salir  un fenomenal jugador, Migueli, al que seguramente «Mingu» recomendó encarecidamente a su querido Barça. Pondrá punto final a su carrera como técnico – al igual que ya había hecho como jugador – en el Sant Andreu barcelonés, donde va a ser relevado precisamente por su antiguo compañero César Rodríguez en la temporada 75-76, logrando el Pelucas salvar del descenso al equipo cuatribarrado.

Pero una despedida tan poco airosa no puede hacer borrar su dilatado currículo como técnico y profesor de la Escuela Nacional de Entrenadores. Y esa sabiduría, atesorada a lo largo  de muchas décadas de dedicación al fútbol, la continuará derramando a través de las ondas de la radio en calidad de comentarista, casi siempre al lado del entonces popularísimo José María García. Toda una vida consagrada por entero al deporte-rey, y que se apagará definitivamente el 14 de febrero de 2002, en la Ciudad Condal, al fallecer víctima de un infarto con 87 años de edad, encontrándose todavía en plena lucidez.  A título póstumo se le concedió la Medalla de Plata al Mérito Deportivo, que venía a unirse a otras muchas distinciones a las que se había hecho acreedor por su buen hacer profesional

NOTA. Para la elaboración de este artículo se han manejado las siguientes obras:

HISTORIA DEL CAMPEONATO NACIONAL DE LIGA. Enrique y Nicolás Fuentes. EFSA. Ibérico Europea de ediciones. 1970

YO. MEMORIAS DE HELENIO HERRERA. Editorial Planeta 1962

CRÓNICAS DEL BARÇA. Antoni Closa. El Observador de la actualidad. 1991

Revista BARÇA

Diario EL MUNDO DEPORTIVO




Domènec “Mingu” Balmanya: 1956-1958. Primera parte

Balmanya01A diferencia de lo ocurrido con otros técnicos, el paso por el Barça de Domènec Balmanya, el entrañable Mingu, no representó el cénit de su carrera como técnico, sino más bien una de sus primeras etapas. Saltó del banquillo de un recién estrenado «Camp Nou» con sólo 43 años, a pesar de que su encanecido cabello le hacía aparentar unos cuantos más, a una edad en la que muchos entrenadores aun lo tienen todo por demostrar. Y él lo demostró – o mejor dicho, lo corroboró – en numerosos equipos, e incluso en algún que otro despacho, durante las dos décadas siguientes, hasta que su vida particular – familia y negocios – le retiró del fútbol «activo», aunque seguiría cultivando su gran pasión en calidad de comentarista radiofónico hasta prácticamente el momento de su muerte.

Domènec Balmanya Perera nace en Girona el 29 de diciembre de 1914. Su padre tenía una pequeña carpintería en la calle Anselm Clavé, y el chico va a crecer sanote y fuerte, y muy pronto empezará a propinarle patadas a un balón o a lo que se terciase y tuviera forma más o menos redonda, a la vez que cantaba en el coro de la iglesia del Mercadal. En La Dehesa, hermosa arboleda situada a las afueras de la capital gerundense pasará buena parte de esos años formativos, puliendo su técnica individual y aprendiendo a conducir el balón con la cabeza bien alta, si no quería estamparse de morros contra alguno de sus muchos árboles. Alumno del Colegio de los Hermanos de La Salle, donde cursa estudios de Comercio, se inicia en los infantiles del Girona FC. Aun en edad juvenil, y gracias a su poderosa constitución física, muy pronto formará parte del equipo reserva de los rojiblancos, en Segunda Regional.

Sus primeros pasos los dio como delantero, pero en la temporada 33-34 el entrenador José Luís Zabala le bajó a la medular, situándole en la posición de volante derecho. En la campaña siguiente ya ingresa en la primera plantilla del Girona, militando en Segunda División, y destaca tanto que el Barça le va a fichar al terminar dicho curso. El Girona cobró 15.000 pesetas por el traspaso, y el jugador 10.000, que para entonces no estaba nada mal, con un sueldo mensual de 500 pesetas, y una prima de 150 por partido ganado, fruto de unas negociaciones llevadas por su propio padre. Ya en las filas del Barça va a convertirse en uno de los titulares indiscutibles, a las órdenes del técnico irlandés Patrick O´Connell, actuando como medio izquierdo. Los azulgranas, tras algunos años muy grises, contaban entonces con un buen equipo, en el que junto al joven y fornido Mingu figuraban gente de la talla de Nogués, Areso, Zabalo, Berkessy (con el que tendrá posteriormente ciertos desencuentros durante su etapa de entrenador del Real Zaragoza), Raich, Ventolrá, Escolá, Enrique Fernández o Munlloch. En la Liga se clasifican en mitad de la tabla, pero en la Copa llegan hasta la final, aunque son derrotados en «Mestalla» por el Real Madrid (2-1), en un vibrante encuentro donde Balmanya resulta lesionado.

UNA CARRERA PARTIDA EN DOS POR LA GUERRA

Con el estallido de la Guerra Civil se suspenden todas las competiciones nacionales, pero los jugadores barcelonesas reinician los entrenamientos como si nada hubiera ocurrido en agosto de 1936, con vistas a disputar el Campeonato de Cataluña y una nueva e improvisada competición, la Liga Mediterránea, en la que finalmente se impondrán los azulgranas. Con posterioridad, entre mayo y octubre de 1937, el equipo dejará una convulsa Ciudad Condal para embarcarse en una larga gira  por México y Estados Unidos, que entre otras cosas servirá para restañar el maltrecho estado económico de la entidad culé, muy resentido por las numerosas bajas de socios y las escasas recaudaciones de los partidos que seguían jugándose en «Les Corts» en plena Guerra.

A la hora del regreso a Barcelona, algunos futbolistas van a optar por quedarse en México, mientras que otros pasarán a la vecina Francia. Entre estos últimos se encuentra Balmanya, que va a enrolarse en el Séte, un equipo de la Primera División gala, representativo de una pequeña ciudad occitana, en la región del Languedoc-Rosellón, próxima a Montpellier y cuna de grandes escritores y artistas como el poeta Paul Valery, el cantautor Georges Brassens o el guitarrista flamenco «Manitas de plata». Allí actúa junto a  sus compañeros Escolá y Raich, y va a proclamarse campeón de la Liga del país vecino en 1938-39. El 1 de abril de 1939 finaliza la Guerra Civil Española, pero el primero de septiembre del mismo año estalla la que pronto va a convertirse en Segunda Guerra Mundial, y entonces Balmanya deja el Séte, retornando a su ciudad natal, Girona. Las autoridades deportivas del nuevo estado franquista van a suspender por largo tiempo a todos los futbolistas que no se habían incorporado a la España Nacional, de modo que Mingu verá nuevamente truncada su carrera deportiva, y tendrá que sobrevivir durante estos difíciles años dedicándose al negocio familiar de carpintería, mientras mantenía mínimamente la forma jugando partidos de Festa Major por los pueblos.

Al final, los seis años de suspensión impuestos en un primer momento van a quedarse sólo en dos, y así, al iniciarse la temporada 1941-42 ya puede reincorporarse a un Barça renquean, que durante aquella misma campaña se verá obligado a jugar la promoción para mantener la categoría (lo que consigue goleando al Murcia, 5 a 1, en un partido disputado en Madrid), pero una semana antes había conquistado la «Copa del Generalísimo», al derrotar al Athletic de Bilbao por 4 a 3, en un encuentro de lo más emocionante, que se disputó en el viejo campo de Chamartín el 21 de junio de 1942, y en el que el Barça presentó la siguiente alineación: Miró; Zabala, Benito; Raich, Rosalench, Llácer; Sospedra, Escolá, Mariano Martín, Balmanya y Bravo.

Continuará como jugador barcelonista en las dos siguientes campañas, para fichar en 1944 por el Nàstic de Tarragona, cobrando 25.000 pesetas. En total se enfundó la elástica blaugrana en   111 ocasiones, marcando   16 goles. Su trayectoria resultó partida de raíz por nuestra contienda fratricida, impidiendo seguramente que llegase a cotas más elevadas (jamás fue internacional, por ejemplo, aunque también en su época se jugaban muy pocos partidos entre selecciones, por culpa de la Guerra Mundial). Con los bermellones va a ascender desde Tercera a Primera División, donde debutan los de la Imperial Tarraco en la temporada 47-48. Balmanya llegará a realizar incluso las funciones de jugador-entrenador en el curso 1949-50, durante el tramo final del campeonato. Una vez colgadas las botas en el Sant Andreu (1950-51), va a sacarse el título de entrenador regional, y será segundo de su promoción en el cursillo del Nacional, tras Salvador Artigas. Incluso  – todo un estudioso – llegará a realizar un curso en Reims, Francia.

Se estrena en el banquillo en 1952, dirigiendo a su Girona en Tercera División, pero muy pronto, en noviembre de dicho año, recibe la llamada de un Real Zaragoza en apuros, para intentar salvarlo del descenso, cosa que finalmente no pudo lograr. No obstante, continúa al frente del equipo año en Segunda, iniciando la temporada 53-54, aunque al concluir la décima jornada presenta su dimisión a causa de los malos resultados, iniciándose una batalla de declaraciones cruzadas entre Mingu y su predecesor en el cargo,  Elemer Berkessy – que seguía viendo en Zaragoza-. Se daba la curiosa circunstancia de que ambos técnicos habían coincidido como jugadores en las filas del Barça durante la temporada 35-36, y que luego Berkessy fue alumno de Balmanya en la Escuela Nacional de Preparadores, según nos cuenta en su magnífico y documentadísimo artículo, publicado hace unos meses en «Cuadernos de Fútbol»,  Vidal Viñarás de Blas.

En la temporada 54-55 Balmanya casi logra ascender al Real Oviedo, subcampeón del Grupo 1 de Segunda, pero a la postre sólo podrá clasificarse en tercer lugar  en la liguilla de ascenso. Y tras un año en blanco, va a ser el elegido  por el presidente Francesc Miró-Sans para sustituir a Platko en un Barça que lleva ya tres años sin rascar bola. Su experiencia en los banquillos no es mucha, pero su prestigio como profundo conocedor del fútbol le acompaña ya a dónde quiera que va.

EL BARÇA LE BRINDA SU PRIMERA GRAN OPORTUNIDAD COMO ENTRENADOR

En una época en la que aun no se habían inventado los stage de pretemporada -y casi ni se empleaba dicho concepto, sino que se hablaba de «preparación», y posteriormente de «rodaje»- Balmanya, tras la preceptiva presentación en «Les Corts» el lunes 6 de agosto,  se va a llevar a sus flamantes pupilos a la localidad gerundense de Ribes de Freser.  Se conservan varios interesantes testimonios gráficos de la estancia allí de la plantilla barcelonesa, entre ellos la fotografía (ver debajo) de todo el grupo sentado en los peldaños de una gran escalinata de piedra, con el nuevo técnico y sus auxiliares Ángel Mur Navarro y Claudio Pellejero detrás suyo, de pie y con los brazos cruzados, como si fueran los profesores de una clase de aplicados alumnos.

Balmanya02Tras unos días de oxigenación esnifando los puros y límpidos aires pirenaicos, el plantel blaugrana va a regresar a la Ciudad Condal el sábado 11 de agosto.

Se produce  el acostumbrado movimiento de altas y bajas, que ese verano tiene especial incidencia debido al ascenso del España Industrial a Primera División, aunque para poder competir en la máxima categoría del fútbol español se verá obligado a cambiar su nombre por el de «Club Deportivo Condal», ya que la reglamentación entonces vigente impedía la presencia de clubes con nombres de empresa («La España Industrial» era una conocida factoría textil ubicada en el barrio barcelonés de Sants y dedicada al hilado, tejido y estampado del algodón). Dadas las especiales relaciones entre ambos clubes (de hecho, el recién ascendido venía a ser en la práctica un autentico filial del Barça, aunque las autoridades federativas no lo considerasen así), varios jugadores de la plantilla profesional azulgrana pasarán al nuevo primerdivisionario (Goicolea, Hanke, Castañer, Gonzalvo III, Navarro II y Moll), mientras que de sus filas promocionan al Barça el guardameta Pere Estrems, el defensa Ferrán Olivella y el centrocampista Martí Verges, que se unen a las incorporaciones producidas a finales de la anterior temporada 55-56: Ribelles y Gensana, ambos procedentes de la U.E. Lleida, el gerundense Coll y los paraguayos Melanio Olmedo y Eulogio Martínez. De manera que la plantilla barcelonista para la temporada 1956-57 va a quedar configurada de la forma siguiente: Ramallets, Estrems, Olivella, Seguer, Biosca, Brugué, Olmedo, Gracia, Segarra, Gensana, Flotats, Bosch, Vergés, Basora, Tejada, Mandi, Ribelles, Coll, Villaverde, Sampedro, Kubala, Eulogio Martínez, Luís Suárez y Manchón. Causan baja los delanteros Areta II, que pasa al Valencia, y Moreno, que se va a la Unión Deportiva Las Palmas.

Balmanya va a protagonizar una pequeña revolución, dando cancha a lo que dará en llamarse «el equipo experimental». Por aquellos días de 1956 estaba muy de actualidad el término «desestalinización», para referirse al proceso iniciado por el dirigente soviético Nikita Kruschev, el nuevo hombre fuerte del Kremlin, que había denunciado en el XX Congreso del PCUS los «errores» cometidos por el Camarada Stalin, repentinamente fallecido en marzo de 1953. Una vez muerto el todopoderoso líder, la URSS emprende una tímida liberalización conocida como «el Deshielo». Pues bien: en el Barça va a hablarse también de «deskubalización», en el sentido de tratar de limitar la excesiva dependencia que el equipo tenía respecto al juego de su gran estrella surgida del frío. Balmanya  será el encargado de llevar a cabo este reajuste, ocasionado también por el lento pero inexorable declive físico de un Laszi muy castigado por las lesiones, apostando por jóvenes valores de la cantera catalana -los citados Olivella, Vergés y Gensana- que alcanzarían la internacionalidad con la Selección Absoluta antes de que finalizase la temporada de su debut en la máxima categoría, mientras que el guardameta Pere Estrems tendrá que contentarse con permanecer a la sombra del incombustible Ramallets. Del Girona había llegado el extremo ambidiestro Lluis Coll, un jugador que prometía mucho pero al que la mala suerte en forma de lesiones y la gran  competencia en su demarcación (Basora, Manchón, Tejada, Czibor, Villaverde…) impidieron triunfar. También con Balmanya en el banquillo se consolida en el lateral izquierdo de la zaga Sigfrid Gracia, al que Platko había convertido en titular durante el curso anterior. Y, por supuesto, lo hace también el talentoso y casi imberbe Luís Suárez, que irá tomando la manija del equipo, para disgusto de los más acérrimos partidarios de Kubala, porque entre la afición comienza a producirse una especie de cisma, dividiéndose estúpidamente  en dos bandos, «suaristas» y «kubalistas», cuando juventud y experiencia eran perfectamente compatibles en la misma alineación. Y eso, sin contar con el nuevo fichaje para la temporada 56-57, el paraguayo Eulogio Martínez, un delantero tan hábil como rompedor, auténtico «abrelatas» de las defensas contrarias.

Los cambios también traen aparejado el eclipse de algunos jugadores. Gonzalvo III, tras su brillante carrera, pasará a reforzar al Condal, mientras que el peso específico de hombres como Seguer, Flotats, Bosch o Manchón desciende notablemente. No así el de Estanislau Basora, que va a conocer algo parecido a una segunda juventud, ni tampoco el de Segarra, quien una vez desplazado del lateral izquierdo por el joven Gracia, será capaz de reciclarse en la zona media del campo, demostrando gran brillo y jerarquía.

El equipo va a presentarse ante su afición el miércoles 22 de agosto, en un partido amistoso en el cual el Barça vence claramente al Racing de París por 5 goles a 2, obra de Tejada (2), Sampedro, Suárez y Villaverde. Esta fue la alineación azulgrana: Ramallets (Estrems); Gensana (Olivella), Biosca (Brugué), Olivella (Gracia): Bosch (Vergés), Segarra; Tejada (Basora), Villaverde, Kubala (Sampedro), Martínez (Suárez) y Coll (Tejada). Balmanya, en sus exclamaciones a la prensa, va a criticar la impaciencia de la afición, argumentando que «formar un equipo no es cosa de un día ni de semanas, sino de meses». Añade que el trabajo diario ha variado en lo referente a la preparación física, ahora más intensa, y en aspectos tácticos del juego, y pide paciencia hasta que se logre la necesaria compenetración de un conjunto que pretende evolucionar con mayor rapidez que antes. También, durante la nueva temporada, va a aprovechar los jueves para sustituir el entrenamiento de ese día por partidos amistosos disputados en «Les Corts» contra equipos catalanes de Tercera División, alineando en ellos a los suplentes habituales, a jugadores aun faltos de ritmo tras salir de una lesión,  y a jóvenes promesas.

PRIMER ACTO…

El domingo 9 de septiembre de 1956 arranca una nueva edición del Campeonato Nacional de Liga, la que suponía el número 26 desde su inicio. El Barça de Balmanya lo hace en «Les Corts», con el recién ascendido Osasuna como contrincante y la siguiente alineación: Ramallets; Olivella, Biosca, Gracia; Bosch, Segarra; Mandi, Villaverde, Kubala, Suárez y Coll. Palmas de tango y discreta victoria local, con un gol en cada tiempo, obra de Bosch y Villaverde. El primer líder del campeonato va a ser el Real Madrid, tras vencer ampliamente en el «Bernabeu» al Condal, a pesar de todos sus refuerzos barcelonistas (6-0)

Segunda jornada. Derrota en Valladolid (2-1). Los locales pusieron más nervio y velocidad que el Barça. En la primera parte el ex-azulgrana Badenes y el catalán Murillo anotaron el 2-0, y en la segunda Basora acortó distancias nada más iniciada la reanudación. Líder Real Madrid, con 3 puntos, empatado con Atlético de Madrid, Athletic de Bilbao, Zaragoza, Las Palmas, Real Sociedad y Sevilla, y el Barça un punto abajo.

Tercera jornada. Marcador de escándalo en «Les Corts»: Barça 7-Atlético de Madrid 3. Floja defensa «colchonera» y cuatro tantos de Luís Suárez y 3 de Justo Tejada, y eso que no jugó Kubala…El Real Zaragoza es sorprendente líder, con cinco puntos, mientras que el Barça ocupa la quinta plaza con cuatro.

Cuarta jornada: Jaén 1-Barça 2. Dominio azulgrana y defensiva local. No obstante abrieron el marcador los andaluces con un tanto de Antoniet, pero Tejada empató antes del descanso, y Luís Suárez, de tiro lejano, consiguió el gol de la victoria barcelonesa. El Athletic de Bilbao es nuevo líder (7 puntos), y el Barça segundo con 6, encabezando un grupo de seguidores completado por Sevilla, Las Palmas y Valladolid. El Real Madrid, vigente primer campeón de Europa, no había empezado bien la competición, y era octavo, con tan sólo cuatro puntos.

Quinta jornada. El Barça – que seguía sin poder contar con Kubala – vence en «Les Corts» sin grandes apuros al Deportivo de La Coruña por 3 a 1 (Suárez, Sampedro y Villaverde). Ahora los blaugranas son segundos en solitario, a un punto del Athletic de Bilbao que comanda la clasificación.

Jornada 6. Choque en la cumbre entre los dos primeros clasificados. El Barça va a lograr un magnífico resultado en el terreno del vigente campeón liguero. Mayor dominio rojiblanco pero peligrosos contraataques azulgranas. Los dos tantos se marcaron en la segunda parte, obra de Suárez -que se estaba mostrando muy goleador en este comienzo de temporada- y Maguregui. Las posiciones seguían igual que una semana antes, pero el Real Madrid ya era cuarto, a sólo dos puntos del líder.

Jornada 7. Tropiezo del Barça en el «Estadio Insular» ante Las Palmas, que venció por la mínima gracias a un gol logrado en la primera mitad. Buena defensiva local, y un Barça que defraudó en su paso por Canarias pese a la reaparición de Kubala. El Athletic de Bilbao seguía al frente de la tabla, pero el Barça cae a la cuarta posición, a 3 puntos de los «leones». El Real Madrid ya es segundo, a dos puntos de los vascos.

Jornada 8. Barça 1- Real Sociedad 0. Victoria catalana con grandes apuros. El cerrojo donostiarra mantuvo su portería a cero hasta 10 minutos antes del final, cuando el joven Vergés batió al meta guipuzcoano. El Bilbao continuaba arriba con 14 puntos, el Real Madrid era segundo (12), y el Barça tercero con 11, empatado con Valladolid, mientras  que Sevilla y Las Palmas ocupaban la quinta y sexta plaza, respectivamente, a cuatro del líder.

Jornada 9. Gran partido en «Mestalla», con dos equipos volcados al ataque y constantes alternativas en el marcador. El resultado final fue de empate a 3, con goles blaugranas de Eulogio Martínez (su primer tanto en Liga), Tejada y Manchón, este último a sólo dos minutos del pitido final. Dos de los goles «ches» los hicieron ex-barcelonistas: Estéban Areta y «Cheché» Martín. El R. Madrid alcanzaba en la cabeza al Athletic, al derrotarle claramente en el «Bernabéu» por 3-0 (Mateos, Kopa y Gento). Barça y Sevilla son tercero y cuarto, a dos puntos de «merengues» y bilbaínos.

Jornada 10. Nuevo duelo de titanes en «Les Corts»: Barça 1-Real Madrid 0. Mejor juego barcelonista, que mereció una victoria más amplia, frustrada por la gran actuación del meta merengue Juanito Alonso. Suárez marco el único tanto del encuentro en el minuto 46, y el flamante fichaje madridista, el delantero francés Raymond Kopa, falló dos claras oportunidades. A las órdenes del vizcaíno Ortiz de Mendíbil ambos equipos presentaron las siguientes alineaciones: por el Barça, Ramallets; Olivella, Brugué, Gracia; Vergés, Gensana; Tejada, Sampedro, Eulogio Martínez, Suárez y Manchón, y por el Real Madrid, Alonso; Atienza, Oliva, Lesmes II; Santistéban, Zárraga; Kopa, Marsal, Di Stefano, Mateos y Gento. De nuevo era baja Kubala.

Al finalizar el primer tercio de la competición, la tabla estaba encabezada por el Athletic de Bilbao, con 16 puntos y 4 positivos, seguido por el Real Madrid, Barcelona y Sevilla, empatados los tres a 14 puntos. El Barça ofrecía un balance de 6 partidos ganados, 2 empatados y otros tantos perdidos, con 21 goles a favor (pocos) y 12 en contra. Por otra parte, su gran estrella, Kubala, tan sólo había podido participar en tres encuentros.

Jornada 11. En «Torrero» el recién ascendido Zaragoza va a dar buena cuenta del Barça por 2 a 0, ambos conseguidos en la primera parte, obra de Domingo y Wilson. Dominio alterno en un partido emocionante que dejó al Barcelona cuarto de la general, a 2 puntos del nuevo líder, el Real Madrid, que aprovechó también la derrota del Athletic en «Balaídos» para encaramarse al frente de la clasificación.

Jornada 12. El Barça se deshace con facilidad del Celta en «Les Corts» (4-1: Manchón, Sampedro, Gracia y Tejada), pero el Real Madrid vence en «Mestalla» (1-2), y el Athletic de Bilbao derrota al Condal por 3 a 0 en «San Mamés». Siguen líderes los blancos, empatados a puntos con los «leones», con Barça y Sevilla a 2 puntos.

Jornada 13. Mal resultado para el Barça, ya que en duelo fratricida en «Les Corts», jugando como visitante, no fue capaz de pasar del empate ante el Condal. Estas fueron las formaciones: por los condalistas, Goicolea; Simó, Rodri, Castañer; Gonzalvo III, Roma; Moll, Duró, Moya, Salvador y Bertrán, y por los azulgranas, Ramallets; Olivella, Brugué, Gracia; Vergés, Gensana; Tejada, Sampedro, Eulogio Martínez, Suárez y Manchón. Marcó primero Manchón, en el 28, pero empató Duró en el minuto 70. El encuentro se disputó  el 1 de diciembre de 1956, a las órdenes del colegiado señor Blanco Pérez. Y como tampoco el Athletic de Bilbao se lució (perdió 3-0 en Sarrià), el Madrid – que derrotaba al Las Palmas en el «Bernabéu» por el mismo resultado abría brecha en la tabla: 20 puntos, con los vascos y el Sevilla con 18, y el Barça con 17.

Jornada 14. Otro mal resultado blaugrana. En el derbi local, Barça 1 (Manchón)-Español 1 (Coll), en un partido decepcionante,  flojo aunque igualado. Pero el Real Madrid tropieza en su casa frente al Real Zaragoza (3-3), y el Sevilla es apalizado en «San Mames» (5-0). Clasificación: Real Madrid (21), Athletic (20), Barça y Sevilla (ambos con 18)

Jornada 15. Choque de los grandes en «Nervión», con victoria merecida de un buen Sevilla sobre el Barça. 2 a 0 en la primera mitad (Ramoní y Arza), y Bosch que acorta distancias en la segunda. Ramallets atajó un máximo castigo. El Real Madrid, por su parte, vence con claridad al Celta en «Balaídos» (0-3), y el Athletic de Bilbao se impone en Pamplona a Osasuna (1-2). Al llegar al ecuador de la competición, el Madrid es líder – y honorífico «Campeón de Invierno» – con 23 puntos, y le siguen Athletic (22 ), Sevilla (20) y Barça, ya algo descolgado con 17, un registro muy pobre.

SEGUNDO ACTO…

Jornada 16. El Barça no parece levantar cabeza en cuanto a resultados, pero despacha un gran encuentro en «San Juan» frente a Osasuna, con empate final a 2. Se adelantó con sendas dianas de Eulogio Martínez y Kubala (que reaparecía), pero luego los navarros equilibraron la contienda en sólo tres minutos. Vencedor del Condal en «Les Corts» (0-1), el Real Madrid no aflojaba, mientras que el Sevilla se deshacía con apuros de la Real Sociedad en la capital hispalense (3-2), y el Athletic caía en «Zorrilla». Los merengues se distanciaban de sus perseguidores: 3 puntos con respecto a Bilbao y Sevilla, y 6 al Barça, igualado con un buen Valladolid, donde destacaban sus dos goleadores Murilo y Badenes.

Jornada 17. Mal Día de Reyes para el Athletic (cae en San Mamés 1-4 ante el Atlético de Madrid) y Sevilla (pierde 2-0 en Mestalla), y bueno en cambio para Real Madrid (7 a 2 al Español en el «Bernabéu») y Barça (4-0 al Valladolid, con dos tantos de Kubala y Eulogio Martínez y Basora completando la goleada). Ahora los blancos aventajan en 5 puntos a Bilbao y Sevilla, y continúan con el Barça a 6. La liga parecía ponérseles de cara…

Jornada 18. Las distancias  se estrechan debido a los marcadores de este domingo. Cae el Real Madrid en «Nervión» (2 a 0), el Athletic sorprendentemente también en Jaén (4-2) y el Barça – esto ya más lógico – en el «Metropolitano» (2 a 1, con tanto de Basora). Así queda la tabla: 1º Real Madrid (27), 2º Sevilla (24), 3º y 4º Atlético de Madrid – que entra en la pugna – y Athletic de Bilbao (22), y 5º Barça (21)

Jornada 19. Esquiva para las aspiraciones de Sevilla (pierde 3-1 en Zaragoza) y Atlético de Madrid – derrotado en «Atocha» por 2 a 1 -, y mejor para Athletic (2 a 0 al Deportivo de La Coruña en San Mamés) Real Madrid (apurada victoria casera ante Osasuna, 2-1) y Barça, 4 a 2 al Jaén, con tantos de Suárez (2), Basora – de nuevo en gran forma –  y Manchón. El Real Madrid es líder con 29, seguido de Athletic y Sevilla con 24, mientras que el Barça ocupa la cuarta plaza con 23.

Jornada 20. Gran victoria barcelonista en «Riazor» aplastando a un débil Deportivo, 1-6 (Kubala 3, Martínez, Suárez y Manchón). El Real Madrid empata a 3 en «Zorrilla», el Sevilla vence 2-0 al Celta en «Nervión». y el Athletic de Bilbao cae goleado 4-0 en  el «insular». Madrid 30, Sevilla 26, Barça 25, y los dos Atléticos con 24.

Jornada 21. El Barça acaba con todas las aspiraciones del Athletic de Bilbao al derrotarle en «Les Corts» por 2 a 0, con goles de Tejada y Eulogio Martínez en un partido flojo en el que el técnico rojiblanco Daucik presentó un equipo plagado de suplentes, reservando a los titulares para un crucial compromiso en la Copa de Europa. Y en la misma Barcelona, el Condal va a golear contra todo pronóstico al Sevilla por 5-1 (Allende 2 y Basora II 3), mientras que también de manera sorprendente el Atlético de Madrid se llevaba los dos puntos en su visita al «Bernabéu» (0 a 2, con tantos de Peiró y Miguel a la contra), en un pésimo partido de los blancos. La cabeza se estrechaba: 1º Real Madrid (30), 2º Barça (27), 3º y 4º Atlético de Madrid y Sevilla (26) y 5º Athletic de Bilbao (24)

Jornada 22. Vencen los cinco primeros clasificados, y todo permanece igual. El Barça golea en «Les Corts» a la UD. Las Palmas, 6 a 1, con tantos de Bosch (2), Villaverde, Eulogio Martínez, Basora y Kubala, de penalty.

Jornada 23. El Real Madrid se distancia un poco más del Barça, pues mientras los blancos derrotan en la capital al Deportivo de La Coruña con un solitario gol de Mateos, los azulgranas no pueden pasar del empate en «Atocha» (2-2) ante la Real Sociedad, aunque consiguieron nivelar un 2-0 adverso con goles de Eulogio Martínez y Kubala. El Sevilla, por su parte, vence a Las Palmas en «Nervión» (3-1), el Atlético de Madrid pierde 1-0 en Vigo, y el Athletic conquista «Mestalla» (1-2). Real Madrid 34, Barça y Sevilla 30, Atlético de Madrid y Athletic 28.

Jornada 24. Se estrecha mucho la cabeza. El Real Madrid cae en «San Mames» (4-2), el Sevilla lo hace más estrepitosamente aun en «San Juan» – 5 a 2-, el Atlético de Madrid golea al Condal en su feudo del «Metropolitano» (6-2), y el Barça derrota con apuros al Valencia (3 a 2). Basora, Villaverde y Eulogio Martínez marcaron por los catalanes, y Areta II e Iborra por los levantinos. El Madrid ya sólo le sacaba dos puntos al Barça (34-32), y cuatro a un trío perseguidor formado por los dos Atléticos y el Sevilla. El título estaba todavía abierto. Y al domingo siguiente se disputaría un trascendental R. Madrid-Barça en el «Bernabéu»…

Jornada 25. En el «partidazo» de la jornada el Real Madrid va a derrotar por 1 a 0 al Barça, igualando el goal average particular y abriendo de nuevo una considerable brecha. En un encuentro pleno de emoción y con mayor dominio local, Joseíto va a hacer el único gol en el minuto 21. Así formaron ambos equipos, a las órdenes del señor González Echeverría: por los blancos, Juanito Alonso; Becerril, Oliva, Atienza; Muñoz, Zárraga; Joseíto, Kopa, Di Stefano, Mateos y Gento, y por los blaugranas, Ramallets; Olivella, Brugué, Gracia; Vergés, Bosch; Basora, Villaverde, Martínez, Kubala y Suárez. El Atlético de Madrid vence en «Sarriá» (0-1), y el Sevilla se impone al Valladolid por 2 a 0 en «Nervión». El Athletic empataba en Zaragoza, y parecía despedirse definitivamente de sus ilusiones de revalidar el título. Así quedaba la tabla: R. Madrid 36, Barcelona, Atlético de Madrid y Sevilla 32, y Athletic 31.

Jornada 26. Vuelven a estrecharse las posiciones, pues el Real Madrid cae estrepitosamente en un embarrado «Atocha», donde la Real le pasa por encima (3-0). El Barça derrota en «Les Corts» al Zaragoza por 4 a 2, todos obra de un Basora como en sus mejores tiempos. Y el Sevilla, en un encuentro también clave, se impone en el «Metropolitano» 1-2 al Atlético de Madrid. Así queda la clasificación, a falta de solamente cuatro jornadas para la conclusión del campeonato: 1º Real Madrid (36), 2º y 3º Barça y Sevilla (34), Athletic de Bilbao con 33, y Atlético de Madrid 32.

Jornada 27. Vencen los tres primeros, y todo sigue igual, con los dos Atléticos descolgándose definitivamente. El Real Madrid se impone al Valencia en la capital (2-0: Mateos y Gento), el Sevilla supera por 3 a 0 al Jaén (los tres goles obra de Arza), y el Barça triunfa 0-2 en «Balaídos», jugando a la contra, con tantos de Suárez y Tejada. A falta de tan sólo tres encuentros el Madrid es líder con 38 puntos, seguido de Barça y Sevilla con 34.

Jornada 28. Continúa el mano a mano Madrid-Barça , mientras que el Sevilla se descuelga de la lucha por el título. Los «merengues» golean a domicilio a la UD. Las Palmas (1-5), los azulgranas le hacen una manita a su filial Condal en «Les Corts» (5 a 0, obra de Suarez, Basora, Manchón, Martínez y Salvador en propia puerta), dejando a los condalistas en una delicada situación, y el Sevilla cae sorprendentemente en «Riazor», ante un Deportivo de La Coruña que lucha denodadamente  por la permanencia. Con ya únicamente cuatro puntos en juego, el Real Madrid aventaja al Barça en dos (con el goal average particular igualado, y el cociente general de goles de ambos muy parejo. Athletic de Bilbao y Sevilla se encuentran a cuatro puntos, y tan sólo los andaluces tienen una remotísima posibilidad de conseguir el título, pues su balance particular con los blancos les es positivo, pero necesitarían hacer pleno, y que los merengues no puntuasen, y además contar con lo que hiciese el Barça…

Jornada 29. Todas esas especulaciones se van a cortar de raíz, pues el Real Madrid hace los deberes y se proclama nuevo campeón por la vía rápida, cantando el alirón  a orillas del Ebro, pues vence en «Torrero» al Zaragoza por 1 a 2, con goles de Mateos, en sendos contragolpes, mientras que el Barça cae en «Sarriá» ante el Español por 2 a 0 (obra de Faura y Arcas, ambos logrados en la segunda mitad). Mal partido culé, sin paliativos, con expulsión de Bosch y extraña falta de intensidad. Los de Balmanya ya únicamente pueden aspirar al segundo puesto (que podría darles acceso a la Copa de Europa  en el caso de que los merengues la conquistasen de nuevo). Para ello era necesario que venciesen a su rival, el Sevilla, que visitaba «Les Corts» para cerrar la competición.

Jornada 30.  En un partido decisivo para obtener el subcampeonato, el Sevilla va a salir airoso del feudo azulgrana, y pocos días más tarde recibirá el premio en forma de participación en la tercera edición de la Copa de Europa, al proclamarse el Real Madrid también campeón continental al derrotar por 2 a 0 a la Fiorentina en el mismísimo estadio «Santiago Bernabéu». Ambos conjuntos van a presentar las siguientes alineaciones, con el señor Birigay como árbitro: por los locales, Ramallets; Olivella, Brugué, Gracia; Vergés, Segarra; Basora, Kubala, Martínez, Suárez y Tejada, y por los visitantes, Busto; Romero, Campanal, Valero; Maraver, Enrique; Pepín, Arza, Pepillo, Domenech y Amaro. Se adelantó el sevillista Enrique en el minuto 21, e igualó Kubala en el 46, pero los catalanes fueron incapaces de deshacer el empate.

Por consiguiente, el Barça va a terminar en tercera posición la Liga 1956-57, con 39 puntos y 9 positivos, a cinco del campeón Real Madrid. Había vencido en 16 ocasiones, empatado en 7 y doblado la rodilla en otras tantas, con un balance de 70 goles a favor y 37 en contra. Con respecto a la temporada anterior, había hecho ocho puntos menos. Los socios y aficionados culés no podían considerarse satisfechos. Pero todo va a cambiar en cuanto arranque la Copa…

…Y UN FELIZ EPÍLOGO

La edición de 1957 la disputan únicamente los 16 equipos que militan en la Primera División, y el sorteo dictamina que el Barça se empareje en octavos de final con el Atlético de Madrid. El encuentro de ida tiene lugar en el «Estadio Metropolitano» el 28 de abril, y la eliminatoria va a quedar sentenciada allí mismo, pues los azulgranas se imponen por 2 a 5. Kubala (2), Martínez, Basora y Tejada marcaron por el conjunto catalán. Y el partido de vuelta va a constituir un inolvidable festival del jugador paraguayo Eulogio Martínez, autor nada menos que de siete  goles (y le anularon otros dos). El octavo fue obra de Kubala, y el choque concluyó con un aplastante 8-1 favorable a los propietarios del terreno. El Barça acababa de fichar por esos días a un gran delantero brasileño, Evaristo de Macedo, y este, al observar cómo se las gastaba el ariete guaraní, teórico rival suyo para el puesto, comentó algo así como «no sé para qué me han traído aquí. Tal vez me den una escoba para barrer el vestuario»

Los cuartos de final enfrentan al Barça con el reciente Campeón de Liga, el Real Madrid, y de nuevo el primer encuentro se disputa en la capital. En esta ocasión las fuerzas estuvieron más niveladas, aunque tampoco a nadie le hubiera extrañado una victoria azulgrana. El primer tiempo acabó con el momentáneo triunfo de los locales por dos goles a uno. Marcó por delante Kubala, de tiro flojo pero esquinado, pero poco después igualó Di Stefano al transformar un penalti por manos de Segarra y al que casi llega Ramallets. A diez minutos del descanso se adelantan los locales mediante un buen cabezazo de la «Saeta Rubia». A poco de iniciarse la segunda parte gran jugada de Kubala, que cede a Basora para que el buen extremo consiga el empate. A partir de ahí dominio visitante, que no se tradujo en nuevos goles. El menudo y rapidísimo Flotats realizó uno de sus acostumbrados y excelentes marcajes a Di Stefano, que sin embargo fue el mejor del Madrid.

El encuentro de vuelta se disputa en «Les Corts» el 19 de mayo, y en él los azulgranas van a golear al Real Madrid en otra tarde inspiradísima. Jugando únicamente con Villaverde y Martínez en punta, y Kubala y los extremos evolucionando desde la medular, pero con un enorme despliegue físico en todos sus elementos, el Barça llegó al descanso con un 2 a 0 a su favor, obra de Martínez y Kubala. En la reanudación de nuevo Martínez en tres ocasiones y Villaverde redondearon la goleada, un aplastante 6 a 1, con un autogol de Olivella que no sirvió para nada.

Una vez eliminado el «coco», el panorama parecía expedito para un Barça que atravesaba un momento de forma sensacional, como hacía años que no conocía. Las semifinales las van a disputar   un «irregular Español», un «tesonero Valencia» y una «modesta pero entusiasta Real Sociedad», por emplear los adjetivos que les dedica el librito «La lucha por la Copa», con textos de Víctor Arévalo y publicado en Zaragoza por «Ediciones Deportivas Dinámico», la artesanal empresa aragonesa responsable del popular calendario que en las décadas siguientes fue una especie de pequeña Biblia para los aficionados a la historia y estadística del fútbol español, antes de la llegada de Internet y las bases de datos.

El bombo va a emparejar a donostiarras y catalanes. El día 2 de junio, en «Atocha», el Barça deja vista para sentencia  la eliminatoria al derrotar contundentemente a la escuadra txuriurdin por 1 a 5, con tantos de Tejada y Martínez por partida doble, y Villaverde. El tanto del honor realista lo marcó Gordejuela de penalti en la primera parte, que terminó con victoria visitante por 1 a 2. La única nota triste de un encuentro en el que no se alineó Kubala fue la grave lesión del defensa central barcelonista Gustau Biosca, que se produjo en el minuto 40 de la primera parte, obligándole a abandonar definitivamente el terreno de juego al minuto 10 de la reanudación, aunque la inferioridad numérica no hizo mella alguna en un Barça lanzado y en vena de aciertos. El partido de vuelta ya fue un mero trámite. El Barça – en cuyas filas Brugué reemplazó al lesionado Biosca –  volvió a repetir el mismo resultado que había cosechado en la Bella Easo. Un solo tanto en la primera mitad, obra de Villaverde, y la goleada en la segunda, con una nueva diana de  Villaverde, más las de Martínez – en dos ocasiones -, y Vergés, esta   de formidable disparo desde 30 metros. Ucelay hizo el único tanto vasco.

Y como quiera que el Español consiguió eliminar al Valencia (1-0 en «Sarriá» y empate a uno en «Mestalla»), a la final van a llegar por vez primera – y única hasta la fecha – los dos eternos rivales barceloneses. Esto es lo que dice la obra citada al referirse al marco del partido definitivo, con la alambicada y retórica prosa de la época: «En cuanto se supo que el C. de F. Barcelona y el R.C.D. Español se habían proclamado finalistas, la Federación Catalana de fútbol y las directivas de ambos clubs, haciéndose portavoces de los fervientes deseos de la afición barcelonesa y de toda la región, solicitaron de las altas esferas de Madrid que se diera autorización para que el Estadio de Montjuich, de la Ciudad Condal, fuera el que albergara tan fausta solemnidad balompédica. Por disposición de S.E. el Jefe del Estado se accedió a tal ruego, y se vieron así colmados los cabales anhelos de las partes directamente interesadas.

Desde luego, la gran masa deportiva catalana podía estar orgullosa. Dos representantes suyos, los de más personalidad y con más gloriosos laureles, llegaban gallardamente a esta cita sin parangón en el fútbol nacional, para dirimir un título que, fuere cual fuere su conquistador, quedaría enraizado en el rico solar de aquellas cultas e industriosas tierras, que son prez y pulso de España.

Revisando la historia, teníamos que el C. de F. Barcelona había protagonizado diecisiete finales, saliendo victorioso en doce ocasiones, en tanto que el R.C.D. Español había tomado parte en seis, ganando dos de ellas»

Lógicamente, el Barça era el gran favorito para alzarse con el título. Le avalaban unos números impresionantes: cinco partidos ganados y uno empatado, con 31 goles (16 de ellos marcados por Eulogio Martínez) a favor y sólo 8 en contra, pero el Español presentaba un curioso balance: había vencido en todos los encuentros disputados en «Sarrià», y empatado en las tres salidas, y si bien solamente había logrado 8 tantos, su meta únicamente había sido perforada en 3 ocasiones. Además, se trataba de una final, y ya se sabe que en ese tipo de partidos, a vida o muerte, puede saltar la sorpresa. Y a punto estuvo de hacerlo, pues el marcador no se movió hasta el minuto 34 de la segunda parte. Pero antes expliquemos brevemente el contexto en el cual tuvo lugar el partido decisivo del «Torneo del KO» del año 1957. Sigamos con el relato original:

 «El Jefe del Estado y su señora presidieron el encuentro. Terminado este, Su Excelencia entregó el preciado trofeo al capitán del conjunto vencedor. La tarde, de una bonancible temperatura y con un radiante sol, coadyuvó a la mayor brillantez del acontecimiento, y el Estadio de Montjuich cubrió totalmente su cabida. Hubiera sido preciso un recinto de doble aforo para complacer las peticiones de entradas que no pudieron atenderse».

A las órdenes del árbitro del Colegio navarro señor Daniel Zariquiegui, ambos conjuntos presentaron aquel 16 de junio de 1957 las siguientes alineaciones: por el Barcelona, Ramallets; Olivella, Brugué, Segarra; Vergés, Gensana; Basora, Villaverde, Martínez, Kubala y Sampedro, y por el Español -entrenado por el mítico Ricardo Zamora-, Vicente; Argilés, Cata, Faura; Gámiz, Casamitjana; Ruiz, Sastre, Cruellas, Oswaldo y Moll.  En el Barcelona era baja, naturalmente, Biosca, así como Luisito Suarez, que no había jugado en toda la Copa, y llamaba la atención la presencia del joven Sampedro en detrimento de los más experimentados Manchón y Tejada, mientras que el Español contaba con una sensible ausencia, la de su delantero Arcas, expulsado en el encuentro de vuelta de semifinales, en «Mestalla», y sancionado a consecuencia de ello.

El partido, jugado con una gran deportividad,  va a responder a lo esperado: un gran ataque contra una buena defensa, nervios, emoción y escaso juego, con mayoría de ocasiones del lado azulgrana, y no se va a decantar del lado barcelonista hasta el minuto 79, cuando Vergés bota con temple una falta, y Sampedro se adelanta a la zaga blanquiazul para batir de cabeza a un Vicente hasta entonces inexpugnable. Con un par de oportunidades más para el Barça, y otra para el Español, finaliza un encuentro del que puede decirse que los azulgranas (con Vergés y Gensana inconmensurables) fueron justos vencedores, adjudicándose con todo merecimiento su decimotercer título copero.

Y el Barça culminará su magnífico final de temporada pocos días más tarde con el triunfo en la «Pequeña Copa del Mundo» de Caracas, borrando así el mal sabor de boca dejado en el mismo escenario cuatro años antes. Ahora va a imponerse a Sevilla, Botafogo y Nacional de Montevideo, saliendo además imbatido del torneo, con cuatro victorias y dos empates, marcando 17 goles (Villaverde y Evaristo 6, Tejada 3, Gensana y Martínez) y encajando solamente 6. Suárez y Kubala no formaron parte de la expedición, lo cual resalta aun más el triunfo, aunque el equipo puso en liza ya a sus nuevos fichajes, el brasileño Evaristo y el paraguayo Hermes González.. A la vuelta el «Gran Capitán» Segarra descenderá por la escalerilla del avión que trae al Barça del otro lado del «Charco» llevando en sus manos un nuevo y valioso trofeo. La primera campaña de Mingu en el banquillo culé va a saldarse, por lo tanto, con un notable alto. Había, pues,  fundadas esperanzas de que en el siguiente curso, el 57-58, el Barça prosiguiera por esa senda triunfal. Plantilla no le faltaba para ello…

NOTA. Para la confección de este artículo se han consultado las obras «HISTORIA DE LA LIGA» y «LA LUCHA POR LA COPA», así como diversos ejemplares del diario «EL MUNDO DEPORTIVO» y la revista «BARÇA»




Platko: El oso rubio de Hungría en el banquillo (1955-56)

Platko01Después de dos técnicos sin pasado azulgrana, Daucik y Puppo, en 1955 va a sentarse en el banquillo de «Les Corts» otro antiguo jugador del club. Pero no se trataba de un futbolista cualquiera, sino de una de las leyendas de gran equipo de los años 20, la década de oro barcelonista hasta aquel momento: Platko, el guardameta húngaro que tuvo la responsabilidad de sustituir a Ricardo Zamora en el marco blaugrana, y salió airoso en el empeño. Llamado Ferenc por su nacimiento en tierras magiares, conocido también como Franz, pues cuando vino al mundo lo hizo en calidad de súbdito del Imperio Austrohúngaro, o incluso Francisco, ya que gran parte de su carrera deportiva, como jugador y posteriormente como entrenador, la va a realizar en países hispanoparlantes, había nacido en Budapest, el 2 de diciembre de 1898, mientras España perdía sus últimos jirones  coloniales, como Ferenc Plattko Kopiletz, en una familia en la que también habría otros dos futbolistas, su hermanos Karoly (Carlos) e István (Esteban), que igualmente serían entrenadores en España entre los años 20 y 50 del pasado siglo.

Alto y corpulento, con un físico muy apropiado para defender la portería de las fieras acometidas de los delanteros de los años 20 y 30, Platko (generalmente llamado así a efectos futbolísticos, con una sola «t») era un guardameta muy completo, con un gran dominio del juego aéreo, una notable capacidad de blocaje y una valentía rayana en la temeridad (rasgo este por el que sería inmortalizado). Sus primeros años como arquero le encontramos en el Vasas húngaro, WAC de Viena, Middlesbrough F. C. inglés y Sparta de Praga, regresando finalmente a su país -una Hungría ahora ya independiente, tras el desenlace de la Primera Guerra Mundial – y a su ciudad de origen, donde militaría en el MTK de Budapest. Se dará a conocer ante la afición barcelonista merced a dos excelentes actuaciones defendiendo la meta de este club en sendos partidos amistosos disputados contra el Barça en «Les Corts» los días 14 y 26 de diciembre de 1922, en los cuales conseguirá mantener su portería a cero (0-0 fue el resultado de ambos choques), frente a una delantera azulgrana donde formaban hombres como Samitier, Vinyals, Piera, Clemente Gracia y Sagi Barba.

El Barça acababa de perder a Ricardo Zamora, fichado por el RCD Español, y su meta la defendían  entonces, temporada 1922-23, Bruguera, como titular, y los porteros suplentes Uriach y Pascual. Los directivos culés van a llegar a un acuerdo con el club de procedencia y con el propio jugador, y este va a incorporarse a la disciplina barcelonista. Su presentación como azulgrana se producirá en un amistoso celebrado el 27 de mayo de 1923 en «Les Corts», frente al conjunto inglés del Bishop Auckland, y en el que los catalanes se impusieron por 5 goles a 0, conseguidos por Sagi Barba y Martí, ambos por partida doble, y Lakatos. Esta fue la primera alineación blaugrana de la que formó parte el gran arquero magiar: Platko; Planas, Surroca; Samitier, Stamper, Carulla; Piera, Lakatos, Martí, Alcántara y Sagi Barba. Su debut oficial, sin embargo, va a hacerse bastante de rogar, y no tiene lugar  hasta casi año y medio más tarde, con motivo de un partido correspondiente al Campeonato de Cataluña, también disputado en el campo de «Les Corts», el 12 de octubre de 1924, y con el Martinenç como rival. El resultado final fue de empate a uno (con gol de Sagi Barba), y este fue el once culé: Platko; Planas, Walter; Torralba, Elías, Bosch – el padre del jugador internacional de los años 50 -; Vinyals, Martí, Piera, Alcántara y Sagi Barba.

La 1924-25  va a ser la temporada de su definitiva consagración, convertido ya en guardameta titular. Pero sin duda alguna su momento de gloria llegará en la final del Campeonato de España celebrada en Santander, en los viejos «Campos de Sport del Sardinero», el 20 de mayo de 1928, con la Real Sociedad de San Sebastián como contrincante. Allí, en un partido épico y durísimo, disputado «a cara de perro» y que finaliza en tablas, su temeraria valentía le va a pasar factura, saliendo descalabrado en la cabeza tras un choque con uno de los impetuosos delanteros. donostiarras, y quedando caído y ensangrentado sobre el césped, pero reteniendo el balón entre sus manos.  Vuelve al campo, con un aparatoso vendaje, una especie de turbante, y su gran pundonor no le va a pasar desapercibido a un ilustre espectador del choque, el poeta andaluz Rafael Alberti, que para honrar su bravura compondrá la famosa «Oda a Platko», donde le define con una fórmula entre lírica y zoológica:  «Oso rubio de Hungría». No podrá alinearse, sin embargo, en el encuentro de desempate, que se juega 48 horas más tarde en el mismo escenario, y finaliza también con empate a uno, ni tampoco en el partido definitivo, más de un mes después – el 29 de junio, e igualmente en terreno santanderino -, y en el que el Barça se impone ya a los guipuzcoanos por 3 goles a 1. En ambos encuentros le sustituyó Ramón Lloréns, un guardameta de reducida estatura pero que despachó también dos fenomenales actuaciones.

LA FORJA DE UN TÉCNICO DURO Y EXIGENTE

Platko va a formar parte de la plantilla azulgrana durante siete años, desde 1923 a 1930. En total disputará 189 encuentros, y en su palmarés figura la conquista de los siguientes títulos: 6 Campeonatos de Cataluña (1923-24 – aunque no llegó a jugar ningún partido -, 1924-25, 1925-26, 1926-27, 1927-28 y 1929-30), 3 Campeonatos de España (1925, 1926 y 1928), y el primer Campeonato Nacional de Liga disputado en nuestro país (1928-29). Con posterioridad va a militar en el Racing Club de Madrid, para finalizar su carrera como futbolista en activo en las filas del Basel suizo, en 1933. Allí va a hacer también sus pinitos como entrenador, en la temporada 32-33, pasando después a Francia, donde dirige al F.C. Mulhouse y al Racing Club de Roubaix.

Durante la campaña 1934-35 va a hacerse cargo de la preparación del Barça, por encargo de la directiva que presidía Esteve Sala. Cuenta con una buena plantilla a sus órdenes, en la que figuran futbolistas como Nogués, Zabalo, Guzmán, Berkessy, Pedrol, Ventolrá, Raich, Escolá, Morera, Cabanes y Enrique Fernández (este ya en la Copa). El equipo se proclamará Campeón de Cataluña, finalizará en sexta posición en el Campeonato Nacional de Liga (a 10 puntos del campeón, el Real Betis Balompié), y en la Copa de España, tras dejar en la cuneta al Sporting de Gijón, va a caer eliminado en cuartos de final por un equipo de Segunda División, el Levante FC, tras un partido de desempate celebrado en el campo zaragozano de Torrero, y en el que vencieron los valencianos por 3 a 0.

A partir de aquí iniciará una trayectoria de trotamundos, que le llevaría a ocupar banquillos en diversos países (Portugal, Estados Unidos, Inglaterra – nada menos que el Arsenal – y Rumanía), para volver a recalar en España durante nuestra Guerra Civil, dirigiendo al Celta de Vigo. En 1939 cruza el Charco, y se establece en Chile, donde va a convertirse en uno de los técnicos más reputados de la historia futbolística del país andino. Dirige en varias épocas al Colo-Colo, con el que se proclamará campeón de la Liga chilena en los años 1939, 1941 (invicto) y 1945. También dirigirá al Santiago Wanderers, al Santiago Morning y a la Selección Nacional de Chile (la genuina «Roja»), así como a dos de los principales conjuntos argentinos, River Plate y Boca Juniors, con un pequeño paréntesis español en la temporada 45-46, en la que se hace cargo de un Real Valladolid que entonces militaba en Tercera División.

El diario «El Mundo Deportivo», en su edición correspondiente al domingo 3 de julio de 1955, informa en su primera plana del fichaje de F. Platko como nuevo entrenador del Barcelona: «Platko entrenador del Barcelona. Así lo confirma la directiva azulgrana». Y añade que ha recibido del C. de F. Barcelona la nota siguiente:  «Debidamente considerado el informe favorable suscrito por el secretario técnico del club, don José Samitier Vilalta, e impuesto de otros que se han recibido por diferentes conductos, el Consejo Directivo, en reunión de esta fecha, ha estimado procedente aceptar en principio la oferta de don Francisco (sic) Platko Kopiletz, para ocupar el cargo de preparador del cuadro de jugadores profesionales del Club de Fútbol Barcelona, previo  cumplimiento de las disposiciones reglamentarias y sujeción a la posterior resolución de los organismos competentes». Y finaliza el rotativo: «Queda confirmada, por lo tanto, la noticia que hace varios días dimos desde estas mismas columnas»

La Junta que preside Miró-Sáns apuesta de nuevo por un entrenador de un perfil determinado, que al igual que en el caso de su predecesor, el italiano Sandro Puppo, se caracteriza -al margen de sus indudables conocimientos tácticos y técnicos- por hacer hincapié en los aspectos disciplinarios, con el propósito manifiesto de que el húngaro ate en corto a una plantilla tan excelente en lo futbolístico como voluble en otros apartados. En su paso por el fútbol chileno se le consideraba como un D.T. (Director Técnico, como gustan de llamar por esos lares) revolucionario. Conocido allí como «el Gringo», introdujo la «WM», con la que ya se había familiarizado durante su experiencia como responsable del Arsenal londinense, y trató de llevar por el camino del profesionalismo a los futbolistas chilenos, no precisamente ejemplares en ese terreno, ganándose fama de tipo duro, muy duro, pero que también hacía de todo un poco, pues ponía gran énfasis en la preparación física, utilizando nuevos métodos de entrenamiento – sobre todo para los porteros-, así como en los aspectos tácticos, marcaba la dieta alimenticia de sus pupilos, y hasta les daba masajes y supervisaba la curación de heridas y lesiones.

55-56: PRIMERA RONDA

Platko va a contar con los siguientes jugadores para tratar de conseguir títulos tras dos años de sequía: Ramallets, Goicolea, Seguer, Biosca, Gracia, Brugué, Hanke, Bosch, Segarra, Flotats, Gonzalvo III, Castañer, Tejada, Villaverde, Kubala, Suárez, Manchón, Areta II, Mandi, Moll, Navarro II, Sampedro, Basora y Moreno. Son bajas con respecto a la temporada anterior los  guardametas Velasco y Caldentey, el delantero Vila (que pasa al Valencia) y sobre todo un histórico, el capitán barcelonista César, el entrañable «Pelucas», que va a fichar por el equipo de su tierra, la Cultural Leonesa, que acababa de ascender por vez primera a la máxima categoría. Los jóvenes Castañer y Sampedro son los únicos refuerzos para esta campaña, durante la cual tres antiguos e ilustres internacionales con los que no va a contar el nuevo técnico, Gonzalvo III, Basora y Moreno, serán cedidos a la U.E. Lleida, a la sazón militando en Segunda División. Al finalizar el curso se incorporarán también dos destacados futbolistas paraguayos, el defensa Melanio Olmedoo y el delantero Eulogio Martínez, aunque actuarán sólo en algunos amistosos, así como los leridanos Gensana (central) y Ribelles (interior) y el extremo gerundense Lluís Coll.

Platko02El Campeonato Nacional de Liga de la temporada 55-56 levanta el telón el domingo 11 de septiembre de 1955., con un Real Sociedad-Barça en «Atocha». Se imponen los azulgranas por la mínima, 1 a 2, con tantos de Segarra y Luís Suárez y la siguiente formación: Ramallets; Seguer, Biosca, Segarra; Flotats, Bosch; Mandi, Villaverde, Kubala, Suárez y Manchón. Como puede observarse, Platko vuelve a confiar en Biosca para el puesto de defensa central, pero no así en Basora, cuya demarcación la ocupa el asturiano Mandi. El primer líder de la competición va a ser el Atlético de Madrid, en virtud de su aplastante victoria sobre el Hércules en el «Estadio Metropolitano», 9 a 0.

Precisamente catalanes y madrileños se enfrentan en la siguiente jornada, en «Les Corts», donde van a hacer tablas (2-2), mercando los goles locales el uruguayo Villaverde por partida doble. Encabeza la tabla la Union Deportiva Las Palmas, con 4 puntos, por 3 los colchoneros y culés. En la tercera fecha el Barça conseguirá dos valiosos positivos al imponerse a domicilio al Murcia en «La Condomina», merced a un tanto logrado por Villaverde. Continúa al frente de la clasificación el conjunto canario, mientras que los blaugranas son terceros.

La cuarta jornada es testigo de una clara victoria barcelonista sobre el Deportivo de La Coruña en «Les Corts», 4 a 1 (Segarra, Manchón, Villaverde y Tejada. Sorprendentemente los amarillos se mantienen en cabeza, con cuatro victorias en otros tantos encuentros, con el Barça como segundo. Pero los de Platko van a conseguir el liderato al domingo siguiente, aprovechándose de la fuerte derrota de los isleños en «San Mames» (5-0), a le vez que los azulgranas vencen al Hércules en su visita a Alicante por 2 a 3 (Suárez, Villaverde y Tejada). El Athletic, entrenado por Daucik, es cuarto, con 6 puntos.

Los catalanes confirman su liderato una semana más tarde, al golear precisamente al Las Palmas en «Les Corts», 4 a 0, con tantos de Tejada (2), Kubala y Suárez. Los «leones» ya son segundos con 8 puntos, a 3 del Barça. Y todo sigue igual tras la séptima jornada, en la que los de Platko se imponen con ciertas dificultades al Alavés en la Ciudad Condal (3 a 1: Kubala, Segarra y Manchón). Pero al domingo siguiente van a perder la imbatibilidad en el siempre complicado terreno de «Zorrilla», al caer por 1 a 0 ante los castellanos, merced a un gol de Domingo a pase de Murillo, en un partido muy igualado. El Athletic  derrota en el derbi regional a la Real Sociedad por 3 a 0, y continúa como segundo, pero ahora a un solo punto de los azulgranas. Tras los bilbaínos, a 3 del líder, se halla un cuarteto perseguidor formado por Atlético de Madrid, Sevilla, Valladolid y U.D. Las palmas. Llama poderosamente la atención el retraso del Real Madrid, el campeón de las últimas dos temporadas, que ocupa la undécima posición, a 6 puntos del Barça.

La novena jornada ofrece un partido siempre atractivo, Barça-Sevilla en «Les Corts». Va a ser un magnífico encuentro, en el que los blaugranas se impondrán finalmente por 3 a 1 (Manchón, por partida doble, y Kubala, haciendo el tanto andaluz Pepillo). El Bilbao no ceja, y triunfa en un campo muy difícil, el «Metropolitano», derrotando a sus «primos» madrileños por 2 a 3. Y justamente siete días después va a producirse cambio de líder, coincidiendo con el final del primer tercio del campeonato. El Barça visita el «Santiago Bernabéu», y cae ante un renqueante pero siempre peligroso Real Madrid por 2 goles a 1.

Platko no va a poder contar ni con Ramallets  (sustituido por Goicolea) ni con Kubala, consiguiendo el gol de la victoria el zaguero madridista Marquitos, que a dos minutos del final deshace la igualada (antes habían marcado Rial y Manchón). Buen partido azulgrana, a pesar de las notables ausencias. El Athletic, al golear al Murcia en «San Mames» (7 a 1) era el nuevo líder, con un punto de ventaja sobre el Barça y dos sobre Las Palmas, el equipo revelación. Excelente primer tercio de la competición para vascos y catalanes, que en el caso de los azulgranas se expresa en 7 victorias, 1 empate y 2 derrotas, con 23 goles a favor (no muchos: el Athletic ha conseguido 34) y 11 en contra, que suponen 15 puntos y 5 positivos, a uno de los rojiblancos.

La jornada número 11 ve la victoria del Barça sobre el Valencia en «Les Corts» (4 a 2, con dos dianas de Kubala, más los tantos de Villaverde y Areta). Va ser un triunfo muy laborioso, en un encuentro de gran vistosidad para el aficionado. Y como quiera que los pupilos de Daucik sólo fueron capaces de arrancar un punto en su visita a «Riazor», ambos conjuntos empatan ahora en cabeza, con 17 puntos. Pero al domingo siguiente el Barça tropieza también en tierras galaicas, siendo incapaz de imponerse al Celta (0-0), mientras que el Athletic vence en «San Mamés» al Hércules por 3 a 1, y vuelve a situarse con un punto de ventaja, en vísperas del choque que enfrentará a ambos conjuntos siete días más tarde en «Les Corts», y que puede tener una gran influencia sobre el resultado final del campeonato.

Es el 18 de diciembre de 1955, y los contendientes van a presentar las siguientes alineaciones: por el Barça, Ramallets; Hanke, Biosca, Gracia; Bosch, Segarra; Tejada, Villaverde, Kubala, Areta y Manchón, y por el Athletic, Carmelo; Orúe, Garay, Canito; Mauri, Maguregui; Bilbao, Marcaida, Arieta, Uribe y Gainza. Inaugura el marcador Tejada (minuto 15), pero Marcaida (68) y Uribe (75), le dan la vuelta al resultado en un buen partido de los rojiblancos, que ahora aventajan a su gran rival en tres puntos (21 a 18)

Justamente siete fechas después, el día de Navidad, tendrá lugar un hito histórico: el primer encuentro de competición europea del Barça, al margen de su participación en las ediciones de 1949 y 1952 de la «Copa Latina». La competición recibirá el nombre de «Copa de Ciudades en Feria», y su formato difiere en algunos aspectos de su coetánea, la «Copa de Europa», que acababa también de ponerse en marcha. Así, su desarrollo va a ser más dilatado, no ciñéndose a los límites de una sola temporada regular (está primera edición se desarrollará entre los años 1955 y 1958), y los equipos que tomarán parte en ella podrán ser tanto clubes como selecciones a base de jugadores que militan en diversos equipos de ciudades europeas donde se celebren ferias de muestras, como por ejemplo Barcelona. Pero en este caso concreto, no van a figurar futbolistas del gran rival ciudadano, el RCD. Español, sino únicamente azulgranas – al parecer por invitación expresa de la Federación Catalana al Barça – , aunque no vestirán su equipación habitual, sino que llevarán la representativa de la ciudad (camisola blanca y pantalón negro, con el escudo de Barcelona en el pecho).

El encuentro  va a disputarse en la mañana de Navidad, con el campo de  «Les Corts» lleno a rebosar. El rival es la Selección de Copenhague, formada por jugadores con carácter amateur, y el Barça se impone fácilmente por 6 goles a 2. El primer tanto «europeo» de la historia del Barça – así como también el segundo –  será marcado por el delantero navarro Estéban Areta  en el minuto 8 de partido, a pase de Kubala. Esta fue la formación «barcelonesa»: Ramallets; Seguer, Biosca (Brugu ), Gracia; Bosch, Segarra (capitán); Tejada, Villaverde, Kubala, Areta y Manchón.

Se reanuda la Liga el primer día de 1956, con un interesantísimo Español-Barça en «Sarriá». Pero el choque no responde a las expectativas creadas, aunque el Barça se lleva pos dos puntos en litigio gracias a un claro 0 a 3 (Kubala, Brugué y Tejada, todos conseguidos en la segunda parte). Y como el Athletic vence con apuros al Alavés en «San Mamés» (3 a 2),los rojiblancos continúan tres puntos arriba. El Real Madrid, que ha ido recuperándose poco a poco, ya es tercero, pero a 6 puntos de los «leones». Siete días más tarde finaliza la primera vuelta. El Barça derrota fácilmente a la Cultural Leonesa en «Les Corts» (4 a 0, con tantos de Areta, Suárez, Tejada y Manchón), pero como el Athletic vence a su vez al Valladolid en «Zorrilla» (2-4), las cosas siguen igual. Los números del Barça en esta primera ronda de la competición son excelentes: 10 victorias, 2 empates y sólo 3 derrotas, con 35 goles a favor y 15 en contra, lo que arroja un magnífico balance de 22 puntos y 6 positivos, pero el Athletic se muestra intratable, y su ventaja resulta ya de consideración, amén de tener el goal average particular también a su favor gracias a su importantísimo triunfo en «Les Corts»

55-56: SEGUNDA RONDA

La decimosexta jornada contempla la victoria del Barça sobre la Real Sociedad en la Ciudad Condal (2 a 0, con goles de Biosca y Bosch), pero el Athletic no afloja, y vence también al Sevilla en «Nervión» por 1 a 2  tras un gran partido (con tantos de Arieta y Mauri). Siguen los tres puntos de ventaja. Que se mantienen también tras el final de la decimoséptima jornada, en la que ambos conjuntos sacan adelante difíciles compromisos: el Barça derrota en el «Metropolitano» al Atlético madrileño por 0 a 2 (Tejada y Areta), mientras que los vizcaínos se deshacen del Real Madrid en «San Mamés» por 3 a 1 (Gainza, Garay y Marcaida, con Olsen salvando el honor «Merengue»)

En la fecha número 18 los azulgranas pasan grandes apuros para derrotar al Murcia en su propio feudo (1 a 0, conseguido por Manchón de tiro lejano). Se trata de una victoria inmerecida pero muy importante, ya que los rojiblancos, después de 13 jornadas imbatidos, caen en Valencia por 1 a 0 (gol de Seguí), y la cabeza se estrecha, pues ahora la ventaja del Athletic se reduce a un solo punto. Pero las posiciones no se alteran al final de la siguiente jornada: aplastante victoria del Barça en La Coruña (0 a 7, con goles de Manchón, Kubala y Sampedro, por partida doble, más otro de Villaverde, y goleada del Athletic al Celta de Vigo en «San Mamés», 4-0. Sigue el codo a codo (31 puntos frente a 30)

Y en la jornada 20, coincidiendo con las dos terceras partes del campeonato, va a producirse nuevo cambio de líder. El Barça derrota en «Les Corts» al Hércules de Alicante tras un partido espectacular (6 a 4, con hat-trick de Kubala, más otros tres tantos obra de Biosca, Bosch y Sampedro), mientras que el Athletic únicamente logra empatar en Canarias (1 a 1), y los azulgranas se colocan en primer lugar por mejor cociente general de goles. Al domingo siguiente no varían las posiciones, pues un gol de Sampedro le da una injusta victoria a los catalanes en el «Insular» (0-1), conseguida ante un rival que acabó el partido con sólo nueve jugadores, mientras que los bilbaínos vencen en «Sarriá» merced a una solitaria diana de Arteche.

Todo sigue igual a la conclusión de la vigesimosegunda jornada, con triunfos del Barça sobre el Alavés en «Mendizorroza» (1 a 3, tantos de Mandi y Villaverde, 2) y del Athletic sobre la Leonesa en La Catedral (3-0), pero en la siguiente el Barça va a lograr despegarse un poco, pues los azulgranas solventan con victoria su enfrentamiento ante el Valladolid en «Les Corts» (2 a 0, obra de Segarra y Kubala), pero los de Daucik no pasan del empate en su verbi regional frente a la Real Sociedad en el terreno donostiarra de «Atocha» (2 a 2), aunque los txuriurdin obtuvieron la igualada ya en tiempo de descuento. Pero las tornas se invierten una semana más tarde, cuando es el Barça quien no puede con el Sevilla en «Nervión» (0-0), mientras que en el duelo entre los dos atléticos, en Bilbao, los «leones» vencen por 2 a 0 e igualan en la clasificación a 39 puntos, aunque los blaugranas mantienen el liderato gracias a su mejor cociente anotador.

La vigesimoquinta jornada es testigo de otro nuevo duelo  de titanes: Barça-Real Madrid en «Les Corts». Dos goles de Villaverde les van a dar el triunfo a los azulgranas, que cuajaran un gran primer tiempo, mientras que en la reanudación un inconmensurable Ramallets impedirá que los delanteros blancos marquen. Y como el Athletic va a caer sorprendentemente en Murcia (2 a 1), el Barça se adelanta ahora con dos puntos de ventaja (41-39). Las cosas parecen ponerse de su parte, pues ya depende únicamente de sí mismo, a falta del crucial partido de «San Mamés»

Pero esa ventaja va a reducirse muy pronto a un solo punto, tras rendir visita a «Mestalla»  a la semana siguiente. El Valencia se impone al Barça por 4 a 2,  con una destacada actuación del ex-blaugrana Vila (autor de dos goles, siendo los autores de los otros tantos «ches» Seguí y Mañó), mientras que por los catalanes anotaron Bosch y Villaverde. Gran primer tiempo de los levantinos, y reacción barcelonista en la segunda   mitad, que no fue suficiente para evitar la primera derrota después de 12 jornadas sin perder un encuentro. El Athletic, por su lado, sólo pudo sacar un empate (2 a 2) en su propio feudo ante el Deportivo de La Coruña, por lo que los hombres de Platko continuaban arriba.

La jornada 27 no altera las posiciones de los dos encarnizados rivales. El Barça se deshace del Celta en «Les Corts» con muchísimos apuros, gracias a dos tantos de Kubala, mientras que el delantero celeste Mauro consigue el de los vigueses. El segundo gol azulgrana llegó en el minuto 96, a causa del mucho tiempo perdido durante el partido. El Athletic va a vencer cómodamente al Hércules en Alicante (0-3). En la siguiente jornada podía decidirse el título, puesto que los rojiblancos recibirían en su feudo de La Catedral a los azulgranas, que contaban con un solo punto de ventaja (44 por 43)

El 8 de abril de 1956 se disputa tan trascendental encuentro. A las órdenes del colegiado aragonés señor Arqué, ambos equipos presentan las siguientes alineaciones: por el Athletic, su equipo de gala, es decir, Carmelo; Orúe, Garay, Canito; Mauri, Maguregui; Arteche, Marcaida, Arieta, Uribe y Gainza, mientras que Platko pone en liza a Ramallets; Seguer, Biosca, Gracia; Bosch, Segarra; Mandi, Villaverde, Flotats, Kubala y Manchón. Llama la atención la presencia de Flotats, habitual medio volante, como teórico delantero centro, aunque el técnico magiar lo solía utilizar como refuerzo para sus líneas de contención en algunos desplazamientos comprometidos. El partido va a tener escasa calidad, debido a los nervios y a la tensión, por lo mucho que estaba en juego, pero la victoria local por 1 a 0 será justa con arreglo a su desarrollo. Maguregui marcó el único tanto en el minuto, al rematar una falta botada por el veteranísimo Gainza. Los «leones», a falta de dos jornadas para la finalización del campeonato, superan al Barça por un punto, y tienen el goal average particular a su favor, en caso de producirse un empate a puntos.

El primero de esos dos partidos finales va a dejar las cosas como estaban. El Barça derrota por la mínima al Español en «Les Corts», gracias a un solitario tanto de Villaverde, en un encuentro decepcionante, mientras que los vascos salen triunfadores de su compromiso en Vitoria ante el Alavés. Por cierto,  que este partido tuvo que aplazarse hasta el lunes, al derrumbarse  una tribuna metálica provisional instalada en «Mendizorroza» debido a la enorme expectación levantada por el choque. El Athletic venció con claridad (0 a 3, obra de Marcaida, Gainza y Uribe). 46 puntos del líder  por 45 de su perseguidor, y toda la ventaja para los rojiblancos, que en la última jornada recibirían en «San Mamés» a un Valladolid que no se jugaba nada, mientras que el Barça se desplazaba a León, para enfrentarse a una Cultural ya descendida. Al Athletic le bastaba con el empate para proclamarse campeón y cantar el «Alirón» delante de su parroquia..

Como de hecho así ocurrió. El Barça hizo sus deberes en León, derrotando a los locales mediante un solitario gol de Luisito Suárez, pero el Athletic no falló. 3 a 0 a los blanquivioletas (Arieta, en dos ocasiones, y Marcaida), con lo que vuelve a alzarse con el título de Liga, con un solo punto de ventaja sobre los azulgranas, trece años después de su último triunfo en el Torneo de la Regularidad, allá por la temporada 42-43. La campaña barcelonista había sido magnífica, superando en puntuación lo conseguido en anteriores ediciones donde se proclamó campeón (1951-52 y 1952-53), aunque con el lunar de marcar pocos goles, únicamente 67, el balance más pobre desde que se jugaba la Liga de 16 equipos. Los de Platko vencieron en 22 encuentros, hicieron tablas en 3, y solamente doblaron la rodilla en 5 ocasiones, encajando nada más que 26 goles (a menos de uno por partido), lo que les había valido para sumar 47 puntos y 17 positivos, que a la postre sirvieron de poco ante la extraordinaria campaña despachada por los discípulos de Daucik. Pocos días después, el conjunto blaugrana disputará su segundo encuentro en el torneo ferial, empatando a 1 gol (Villaverde) en tierras danesas y en horario nocturno – toda una novedad , y clasificándose para  la siguiente fase, que ya no se jugaría hasta entrada la temporada 57-58.

«EXPEDIENTE INFORMATIVO» Y RELEVO

Como ha sido habitual durante mucho tiempo en Can Barça,  la Copa – entonces «del Generalísimo»- aparecía a modo de premio de consolación para enjugar el fiasco liguero. La inician  los azulgranas el 6 de mayo de 1956, derrotando al Hércules en «La Viña» por 1 a 2 (con tantos de Villaverde y Bosch), pero a continuación pasan apuros para eliminar a los alicantinos, ya que en el encuentro de vuelta celebrado en «Les Corts» no pueden pasar del empate (1-1, con gol de Sampedro). Su rival en cuartos de final va a ser nada menos que el Español, con el que no se veían  las caras en el Torneo del KO desde hacía bastante años. La visita a «Sarriá» no va a ser fructífera, porque caen derrotados por un claro 3 a 1 ( Villaverde salvó el honor culé), pero las espadas seguían en todo lo alto, y la remontada era posible al calor del público de  «Les Corts». Sin embargo, en ese preciso momento van a precipitarse los acontecimientos…

El martes 22 de mayo, la Junta Directiva del Barça convoca a los representantes de la prensa barcelonesa a una conferencia que se celebra en un céntrico hotel de la Ciudad Condal. Allí, el secretario técnico de la entidad, Josep Samitier, va a exponer lo siguiente: » Desde hace tiempo las relaciones entre el entrenador señor Platko y los jugadores habían dejado de ser lo francas y cordiales que deben ser, para que en un equipo pueda imperar la disciplina, el compañerismo y la moral necesarias. Esta situación se había agudizado de tal manera en estos últimos tiempos, que la Directiva me encargó la redacción de un informe que diera amplia y cumplida información sobre lo que en realidad ocurría entre el entrenador y los jugadores. Este informe constituye un resumen de la amplia información que me fue necesario recoger para que fuera un fiel reflejo de las verdaderas causas que habían planteado la actual situación. Este informe lo entregué a la Junta Directiva, y esta, mientras estudia la solución que crea más conveniente a los intereses del club, tomó el acuerdo de relevar a Platko del cargo de entrenador, encargándome a mí, interinamente, que desempeñe las funciones de tal»

Samitier va a hacer constar con mucho interés que – tal como recoge el diario «El Mundo Deportivo», de cuyas páginas hemos extraído los hechos – «desempeñaré el cargo de entrenador, con carácter de interinidad, o sea, mientras la directiva termina el estudio del expediente abierto, en cuyo momento, sea cual sea el acuerdo que tome, tiene ya asegurado el servicio de un entrenador titular». Y termina diciendo el secretario técnico azulgrana: «que el momento es difícil y que habré de encontrarme con muy serias dificultades, pero pondré en mi labor el mayor interés y todo mi saber para salir airoso de mi cometido». Al final del acto, los representantes de la prensa barcelonesa, con el mítico periodista José Luís Lasplazas a la cabeza, fueron obsequiados con un vino español.

Pero el relevo en el banquillo no va a obrar milagros, y los blanquiazules dejarán por el camino a sus eternos rivales blaugranas merced a un resultado espectacular, empate a 4 (Tejada, 2, Kubala y Manchón hicieron los tantos culés). El partido tendrá la anécdota añadida de la famosa apuesta realizada por el delantero «perico» Julián Arcas con el dueño de un popular bar, y en la que el españolista alardeaba de que le marcaría nada menos que cuatro goles a Ramallets, que fue exactamente la cantidad de veces en la que el almeriense batiría aquella tarde al legendario guardameta azulgrana.

La eliminación en la Copa, aunque ya de hecho relevado de su cargo, va a significar el punto final de la trayectoria de Platko como técnico barcelonista. El equipo se queda de nuevo en blanco por tercer año consecutivo, pero aunque no se habían alcanzado los objetivos propuestos, el balance del húngaro al frente de una plantilla con la que , según sus palabras, nunca llegó a entenderse debido a su dureza y exigencia (y también a la escasa profesionalidad de alguno de sus miembros, tal como asimismo dejaba entrever), era no era en absoluto desdeñable, con un 76,47 % de victorias en los 35 partidos oficiales disputados (en su primera experiencia, en 1934-35, había obtenido un 51,35 de triunfos), superando de este modo los registros de míticos y laureados técnicos como el propio Pep Samitier, Enrique Fernández o Ferdinand Daucik. Evidentemente, lo que había faltado era suerte y acierto en los partidos decisivos. Con posterioridad tan sólo se situaría por encima de ese porcentaje -aparte de Enric Rabassa, que tan sólo dirigió al Barça en 6 encuentros en 1960- un entrenador de la talla de Helenio Herrera (entre los años 1958 y 1960), puesto que los recientes Pep Guardiola, el malogrado Tito Vilanova y Gerardo «Tata» Martino, quedaron por  debajo de sus números, aunque en lo tocante a títulos obtenidos no haya color, sobre todo en el caso del primero, con un «sextete» en su haber..

Platko03TRISTE Y SOLITARIO FINAL

Tras abandonar el Barça, la carrera de Platko como técnico entrará en un franco declive. San Luís de Quillota, un modesto club de una localidad chilena cercana a Valparaíso  fue su última responsabilidad antes de alejarse definitivamente de los banquillos. En 1974, con motivo del 75 Aniversario del Barça («Bodas de Platino») va a visitar por última vez la Ciudad Condal, en compañía de su esposa Olga. Establecido en Santiago de Chile, en el apartamento F del número 0112 de la avenida Santa María, concedió su última entrevista en 1981, y los últimos años de su vida van a ser muy tristes, en un ambiente de enfermedad, pobreza y olvido. Padecía un cáncer, y los gastos derivados de su tratamiento arruinarán su economía, sumiendo al anciano matrimonio en la pobreza.

Con grandes dificultades de movilidad (estaba en silla de ruedas), llegará a enviar varias cartas a las oficinas del Fútbol Club Barcelona, solicitando ayuda (al parecer, una asociación de antiguos jugadores de Chile le entregaba una asignación mensual, así  como también medicinas, pero esta ayuda se interrumpió posteriormente). En sus misivas hacía también mención al frío que ambos pasaban en su domicilio durante el invierno, y proponía diversas fórmulas para conseguir el dinero que tan imperiosamente necesitaban, tales como la colaboración de cada socio culé con una peseta, o la celebración de un partido amistoso en su beneficio. O incluso una colecta entre los socios para auxiliar a quien se definía como «un verdadero héroe de la final de Santander», incluso más viejo que el propio Barça (había nacido casi un año antes de fundarse el club). A cambio, ofrecía las medallas de oro que le acreditaban como Campeón de España.

Va a recibir finalmente ayuda de la entidad blaugrana, pero fallecerá el 2 de septiembre de 1983, a los 84 años de edad. Antes de morir la había dicho a su esposa Olga, su inseparable compañera, las siguientes palabras: «Cuando yo me muera quiero que mandes al F.C. Barcelona todos mis recuerdos que guardo en el viejo arcón. Nunca podré olvidar a este gran club». Sus restos permanecieron durante más de 30 años en el Mausoleo de Antiguos Deportistas Juan Ramsey, en el cementerio General de Santiago de Chile, hasta que hace tan sólo unos meses fueron trasladados, según informó el diario «El Mercurio», al panteón donde reposan los ex-cracks de Colo-Colo.

Nota. Para la confección de este artículo, entre otras fuentes, se han consultado las siguientes obras: «Historia del Campeonato Nacional de Liga» e «Historia de la Copa», ambas escritas por Enrique y Nicolás Fuentes y publicadas por Ibérico Europea de Ediciones S.A. en 1970 y 1971, respectivamente, así como diversos números de los diarios «El Mundo Deportivo» y «El Mercurio»




El que da primero… 2014/15

De nuevo el mano a mano entre los dos equipos más fuertes ha marcado la tónica del desarrollo del campeonato. Si el Real Madrid llegó a enero con un importante margen de diferencia, el FC Barcelona fue capaz de aprovechar los tropiezos madridistas y mantener un altísimo rendimiento en la segunda fase hasta llegar a proclamarse campeón en la jornada 37.

Como ya hemos realizado en temporadas anteriores, tomamos como referencia el gol inicial de cada partido para explicar algunos aspectos que se pueden considerar decisivos a la hora de evaluar la actuación de los 20 equipos de Primera División. Cuantificar las veces que un conjunto es capaz de abrir el marcador así como hacer valer ese primer golpe o su capacidad de reacción ante un comienzo adverso puede acabar justificando la clasificación obtenida al final de la temporada.

El que marca el primer gol gana en el 71,43% de los casos

380 partidos de Primera División 2013/14

Partidos con vencedor/perdedor                            289

        Ganó el que abrió el marcador                       250

        Perdió el que abrió el marcador                       39

Partidos con empates                                            91

        Empate 0-0                                                 30

        Empates con goles                                        61

Se mantienen las cifras parecidas a las de las temporadas anteriores, aunque en esta ocasión el que marcó el primer gol ganó en el 71,43% de las veces frente al 73,56% de hace un año. Ese ligero descenso se debe principalmente a que a lo largo del torneo ha habido cinco equipos muy fuertes y han mostrado su capacidad de reacción por encima de la media habitual.

Granada CF y RC Deportivo han sido los equipos que más veces han firmado el 0-0, 6 veces, seguidos por Atlético Madrid y Villarreal, con cinco empates, algo que no era tan de esperar de ambos conjuntos.

El gol inicial ha inclinado la balanza a favor de quien lo marcaba en 250 partidos de los 350 en los que ha habido goles, lo que señala ese pequeño descenso respecto a la temporada anterior. Se registró un aumento de los partidos empatados y pasamos de 38 a 39 los encuentros en que hubo remontada total en el marcador, es decir, que el equipo que abrió el marcador acabó perdiendo. Esto significa que recibir el primer gol reduce las opciones de victoria a tan solo un 11,14%.

Hubo un total de 70 partidos en los que se marcó un solo gol inclinándose en 36 ocasiones por el 0-1 frente a las 34 del 1-0 en contra de lo que se podría esperar. Athletic Club, RC Celta y Málaga CF lograron la victoria por un gol seis veces.

Respecto al gol más tardío que no se pudo remontar, para los equipos de casa fue muy tardío. Adúriz en el minuto 86’ dio la victoria por 1-0 a su equipo frente al Rayo Vallecano en el Nuevo San Mamés. Y es este gol porque el 1-0 que logró Hervías en el Real Sociedad-Getafe CF en el minuto 82 fue remontado con dos goles de Yoda en los ocho minutos que faltaban.

El 0-1 que marcó Negredo para el Valencia CF en Los Cármenes a falta de siete minutos no fue suficiente ya que el Granada CF logró neutralizarlo poco después. En cambio, el gol de Vietto a los 84 minutos en el Vicente Calderón permitió al Villarreal CF llevarse los tres puntos de Madrid.

Así pues, en contra de lo que venía señalando la estadística de temporadas anteriores, en esta los visitantes aprovecharon mejor el pequeño margen de reacción que dejaba el poco tiempo que faltaba para el final.

La Liga del 1-0: FC Barcelona

Si los partidos terminasen con el primer gol esta hubiese sido la clasificación final, teniendo en cuenta que los empates corresponden exclusivamente si se mantiene el 0-0 al finalizar los 90 minutos.

Liga del 1-0 G 0-0 P Pts
FC Barcelona 30 2 6 92
Real Madrid 28 0 10 84
Atlético Madrid 25 5 8 80
Valencia CF 25 2 11 77
Villarreal CF 22 5 11 71
Sevilla FC 22 2 14 68
Athletic Club 20 4 14 64
RCD Espanyol 19 4 15 61
RC Celta 19 1 18 58
Granada CF 15 6 17 51
Real Sociedad 16 2 20 50
Elche CF 15 2 21 47
Málaga CF 14 2 22 44
Rayo Vallecano 14 1 23 43
SD Éibar 13 3 22 42
UD Almería 13 3 22 42
Córdoba CF 11 4 23 37
RC Deportivo 10 6 22 36
Getafe CF 10 2 26 32
Levante UD 9 4 25 31

El FC Barcelona obtuvo un extraordinario rendimiento. Ha influido mucho su línea defensiva, la mejor de la competición, que al recibir pocos goles daba mayor margen de posibilidades a sus delanteros. Tan solo en seis partidos se han visto por debajo en el marcador. También se puede considerar excelente la entrada en juego del Real Madrid, Atlético de Madrid y Valencia CF, precisamente los equipos que por ese mismo orden se clasificaron por detrás del FC Barcelona.

En la zona baja llama la atención que el Córdoba, que realizó una campaña muy floja, aún está por delante de tres equipos que, además si se salvaron del descenso: RC Deportivo, Getafe CF y Levante UD. Los gallegos salvaron seis puntos gracias a sus empates 0-0, pero madrileños y valencianos lograron enderezar sus marcadores adversos gracias a su capacidad de reacción.

Saber rentabilizar el primer gol es una de las claves: Sevilla FC y Valencia CF invencibles

  Marcó 1º G E P G% G+E%
Sevilla FC 22 19 3 0 86,36% 100,00%
Valencia CF 25 20 5 0 80,00% 100,00%
FC Barcelona 30 27 2 1 90,00% 96,67%
Atlético Madrid 25 22 2 1 88,00% 96,00%
Real Madrid 28 25 1 2 89,29% 92,86%
Málaga CF 14 11 2 1 78,57% 92,86%
Villarreal CF 22 15 5 2 68,18% 90,91%
Athletic Club 20 14 4 2 70,00% 90,00%
Getafe CF 10 7 2 1 70,00% 90,00%
RC Celta 19 11 6 2 57,89% 89,47%
Levante UD 9 6 2 1 66,67% 88,89%
Real Sociedad 16 8 6 2 50,00% 87,50%
Rayo Vallecano 14 10 2 2 71,43% 85,71%
RCD Espanyol 19 13 3 3 68,42% 84,21%
RC Deportivo 10 7 1 2 70,00% 80,00%
Granada CF 15 6 6 3 40,00% 80,00%
SD Éibar 13 9 1 3 69,23% 76,92%
UD Almería 13 7 3 3 53,85% 76,92%
Elche CF 15 10 1 4 66,67% 73,33%
Córdoba CF 11 3 4 4 27,27% 63,64%

Y aquí tenemos la primera gran explicación de las cinco primeras posiciones del Campeonato 2014/15.

El FC Barcelona amarró 27 victorias tras el primer gol y cedió dos empates. Solo se vio remontado en un partido, precisamente el 3-1 con que perdió en el Santiago Bernabeu. El Real Madrid, si bien hizo también números excelentes, en cambio sufrió dos vuelcos en el marcador, es decir, cedió seis puntos muy importantes.

Sevilla CF y Valencia CF lograron puntuar el 100% de los casos en que abrieron el marcador y con ello contrarrestaron la desventaja contraída frente al Atlético de Madrid. Sin embargo, los rojiblancos contaban más victorias que los sevillanos y más empates 0-0 que los valencianos, por lo que así logró la tercera posición-

También señalamos a Levante UD y Getafe CF, que pese a colocarse con el marcador a favor en pocas ocasiones, sin embargo cuando lo hicieron lo rentabilizaron muy bien. Ambos equipos solo sufrieron remontadas una vez.

Con este criterio, el Córdoba CF ha sido claramente el equipo que peor rendimiento ha tenido. Si solo 11 veces tuvo el marcador inicial a favor, en cuatro acabó perdiendo el partido, marcando el porcentaje más bajo de la categoría.

La capacidad de reacción: contra el Real Madrid no siempre es suficiente

  Recibió 1º G E P G% G+E%
Real Madrid 10 5 1 4 50,00% 60,00%
Valencia CF 11 2 4 5 18,18% 54,55%
FC Barcelona 6 3 0 3 50,00% 50,00%
Real Sociedad 20 4 5 11 20,00% 45,00%
Sevilla FC 14 4 2 8 28,57% 42,86%
RC Celta 18 2 5 11 11,11% 38,89%
Atlético Madrid 8 1 2 5 12,50% 37,50%
Málaga CF 22 3 4 15 13,63% 31,82%
RC Deportivo 22 0 7 15 0,00% 31,82%
Levante UD 25 3 4 18 12,00& 28,00%
Villarreal CF 11 1 2 8 9,09% 27,27%
Rayo Vallecano 23 5 1 17 21,74% 26,09%
Elche CF 21 0 5 16 0,00% 23,81%
Getafe CF 26 3 3 20 11,54% 23,08%
Athletic Club 14 1 2 11 7,14% 21,43%
RCD Espanyol 15 0 3 12 0,00% 20,00%
SD Éibar 22 0 4 18 0,00% 18,18%
Granada CF 17 1 2 14 5,88% 17,65%
UD Almería 22 1 2 19 4,55% 13,64%
Córdoba CF 23 0 3 20 0,00% 13,04%

En este apartado el Real Madrid tuvo el mejor rendimiento y por ello mantuvo el campeonato vivo hasta la jornada 37, ya que hemos visto cómo el FC Barcelona se afianzaba en otros aspectos. Un año más el Real Madrid ha vuelto a superar el 50% de partidos con resultado adverso. Es un dato que empieza a repetirse en el equipo y que no debería quedar relegado a anécdota. El Real Madrid tiene algunos problemas al comienzo de los partidos y, aunque su capacidad de respuesta es la mejor, repetir al porcentaje que alcanzó con Mourinho en la última temporada en que se proclamó campeón (90%) es un objetivo muy difícil de repetir. Si lo hubiese alcanzado en esta temporada hubiese sido el campeón de Liga.

Claro está que el FC Barcelona también ha tenido unos números muy buenos pues alcanzó el 50%, solo superado por el Real Madrid y un excelente Valencia CF. Los valencianistas perdieron fuerza porque solo fueron 2 las victorias sobre 11 resultados adversos.

Por encima del 30% hay una serie de equipos que con ello confirman su puesto en la clasificación final. Sorprende un tanto la Real Sociedad con cuatro remontadas, empatado con el Sevilla CF, señal un tanto de sus altibajos a lo largo de los partidos. Con su 38,89% el RC Celta confirmó su gran trabajo, por delante del Atlético de Madrid, que pese a ser un buen porcentaje, quedó demasiado lejos como para haber alimentado las esperanzas de una temporada similar a la anterior.

RC Deportivo, Elche CF, RCD Espanyol, SD Éibar y Córdoba CF no lograron dar la vuelta al marcador en ningún momento. Los gallegos, ya lo hemos comentado, gracias a sus reacciones a medias, siete empates, enderezaron su rumbo y pudieron salvar la categoría. Sin ir más lejos, justo en la jornada 38 lograron igualar un 2-0 en contra en el Camp Nou.

Los reyes del 1-0: Adúriz y Cristiano Ronaldo.

Goleadores

13 Adúriz (Athletic Club)
13 Cristiano Ronaldo (Real Madrid)
11 Messi (FC Barcelona)
9 Nolito (RC Celta)
9 Bacca (Sevilla FC)
8 Griezmann (Atlético Madrid)
8 Neymar (FC Barcelona)
8 Sergio García (RCD Espanyol)
7 Jonathas (Elche CF)
6 Arruabarrena (SD Éibar)
6 Alcácer (Valencia CF)
6 Vietto (Villarreal CF)
5 Juanmi (Málaga CF)
4 Mandzukic (Atlético Madrid)
4 Tiago (Atlético Madrid)
4 Córdoba (Granada CF)
4 El-Arabi (Granada CF)
4 Barral (UD Levante)
4 Manucho (Rayo Vallecano)
4 Caicedo (RCD Espanyol)
4 James Rodríguez (Real Madrid)
4 Vela (Real Sociedad)

Adúriz y Cristiano Ronaldo han empatado esta vez como máximos goleadores del 1-0. Curiosamente, el vasco fue quien encabezó la lista en la temporada 2012/13, mientras que el portugués lo hizo en la pasada campaña. Con ello se demuestra la importancia que tienen los jugadores capaces de marcar este primer gol, que no está al alcance de todos. Lógicamente, el peso de Adúriz en su rendimiento y en relación a su equipo es mayor, porque los índices goleadores conseguidos por el Athletic son bastante inferiores a los del Real Madrid.

En la presente temporada Messi ha mejorado muchísimo su rendimiento en este aspecto y se ha quedado a dos goles de los ganadores. 11 goles de 1-0 ya reflejan mejor la valía de este jugador. A este buen número de goles hay que añadir el trabajo en equipo del argentino, que también ha mejorado mucho, pues debemos tener en cuenta que además de goleador ha sido uno de los jugadores que más asistencias ha facilitado a sus compañeros, a diferencia del madridista, que se ha caracterizado desde siempre por la búsqueda individual del gol.

Siguiendo con la lista, destacan la presencia de Nolito (9) y la de Sergio García (8), en la misma línea de Bacca (9), Griezmann (8) y Neymar (8). Nolito ha hecho una campaña extraordinaria en todos los aspectos, demostrando su peso en el equipo y su capacidad de decisión. Sergio García, pieza básica del Espanyol, ha vuelto a confirmar su gran calidad. Bacca y Griezmann han respondido bastante bien dentro de la calidad y potencial de sus respectivos equipos. El francés, pese a jugar unos metros más retrasado ha manifestado una gran capacidad de llegada. Recordemos que el año pasado, Diego Costa hizo nueve goles iniciales, tan solo uno más que Griezmann.

También merecen una mención Jonathas y Arruabarrena, decisivos en sus respectivos equipos. Llama la atención la presencia de Tiago con cuatro goles iniciales, pues es el jugador que ocupa una posición muy retrasada en su aportación de equipo.

En el plano negativo, el Valencia no ha podido fijar ningún delantero que destacase como goleador, lo que ha repercutido en cierta forma en su irregularidad. De haber contado con alguno más efectivo que Alcácer o Negredo casi seguro que hubiese alcanzado la tercera plaza en la clasificación general.




Sandro Puppo, el único técnico italiano del Barça (1954-1955)

SandroPuppo01Nunca un técnico italiano había dirigido al Barça hasta aquel momento, y ninguno más ha vuelto a hacerlo desde entonces. En su contratación seguramente se valoraron un par de aspectos relevantes. En primer lugar, que procedía de una de las principales culturas futbolísticas del planeta, con dos Campeonatos del Mundo en su haber, y unas competiciones reñidas y espectaculares, con un concepto del Deporte-Rey bastante más adelantado que el nuestro, y en segundo, el hecho de haber clasificado a la floja y prácticamente desconocida selección de Turquía para la cita mundialista de Suiza en el verano del 54, tras eliminar al combinado nacional español en un tercer partido disputado en el Estadio Olímpico de Roma (de nada servía entonces la diferencia de goles: España había vencido por 4-1 en Madrid, y caído derrotada por 1 a 0 en Estambul ), un encuentro desgraciado ya desde antes del pitido inicial, pues un misterioso telegrama alertando sobre la situación burocrática de Kubala (nacionalizado español desde 1951) impidió la alineación de Laszi, y más tarde, al finalizar el tiempo reglamentario con empate a 2 tantos, se procedió a realizar un sorteo para dilucidar cuál de las dos selecciones seguía adelante, y la mano inocente la puso un muchacho italiano, un «bambino» llamado Luigi Franco Gamma, que con los ojos vendados extrajo la papeleta de los otomanos (quienes después tendrían el detalle de invitarle a acompañarles en Suiza)

Pero, ¿ quién era este Sandro Puppo que iba a sentarse en el mismo banquillo que habían ocupado antes Pep Samitier, Enrique Fernández o Ferdinand Daucik ? Su nombre completo era Alessandro Puppo, y había nacido en la localidad transalpina de Piacenza el día 28 de enero de 1918, en plena Primera Guerra Mundial. Su ciudad natal era – y es – la capital de la provincia homónima, y está situada en la región de la Emilia-Romaña, en la llanura del Pó, el principal río de Italia. Entonces contaba con algo más de 50.000 habitantes (hoy tiene casi el doble), y se encuentra a medio camino entre Milán y Parma. La biografía de sus primeros años es curiosa, puesto que su padre era violinista, y Sandro pasará parte de su adolescencia en Shanghai, una ciudad exótica y fascinante en esos años 30. En China va a comenzar a jugar al fútbol, en el equipo del colegio, y en 1934, de regreso a su ciudad natal, ficha por el equipo local, el Piacenza.

El joven Sandro posee una excelente planta  – medía 1,78 – y va a ocupar en el campo la demarcación de medio centro, en aquel fútbol que aun no había asimilado los sistemas de la «WM», que estaba poniendo en práctica por esos mismos años Herbert Chapman, el legendario manager del Arsenal londinense. Su buen rendimiento le lleva a ser convocado para la Selección Italiana que tomará parte en los Juegos Olímpicos de Berlín, en 1936. Será suplente en aquel combinado que va a ganar la Medalla de Oro, pero un año más tarde, en 1937, fichará por uno de los mejores conjuntos italianos, la Ambrosiana-Inter, nombre que ostentaba entonces el Internazionale de Milán, obligado por el régimen fascista a modificar su identidad, italianizándola (San Ambrosio es el patrón de la capital lombarda) . Con los negriazules no jugará mucho, pero se va a proclamar Campeón de Liga, conquistando el scudetto de la temporada 37-38, y también la Copa de Italia del año siguiente, en vísperas del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Sus mejores temporadas vendrán cuando pase al Venezia, donde actuará hasta 1945, añadiendo también a su palmarés una nueva Copa de Italia, en 1941.

Finalizado el conflicto regresará brevemente al Piacenza, para militar con posterioridad de nuevo en el Venezia (1946-47), en la A.S. Roma (1947-49), y despedirse de la práctica activa del fútbol en el modesto Thiene (campaña 1949-50), Como técnico ya había hecho sus pinitos en el Piacenza, como entrenador-jugador, y repetirá la experiencia en el Thiene, pasando después a otro club viejo conocido suyo, el Venezia, y más tarde al Roveretto. En 1952 iniciará una nueva aventura en un escenario muy diferente, pues va a hacerse cargo de la preparación de la Selección de Turquía, de cara al Campeonato del Mundo de 1954, a celebrar en Suiza, meta que finalmente conseguirá a costa del combinado nacional español, ofreciendo un decoroso rendimiento en tierras helvéticas, pues cae ante la RFA (4-1) y golea a la débil Corea del Sur (7 a 0), quedando eliminada en partido de desempate ante los germanos (7 a 2 a favor de los futuros Campeones del Mundo)

EL SUSTITUTO DE DAUCIK

Aureolado por el triunfo que suponía haber apeado a España en su camino hacia el Mundial, la Junta Directiva presidida por el joven y dinámico Francesc Miró-Sans, que acababa de poner la primera piedra de lo que tres años más tarde sería uno de los mejores estadios del mundo, el «Camp Nou» (inaugurado en septiembre de 1957), pensó en Puppo para sustituir al cesado Daucik y tomar firmemente las riendas de un equipo que había perdido la hegemonía del fútbol español en favor de un Real Madrid liderado por Alfredo Di Stefano, y del que se rumoreaba que sus principales estrellas estaban demasiado acomodadas. Se esperaba, en una palabra,   que impusiera disciplina y metiese en cintura a los jugadores. Pero antes de poner manos a la obra, su llegada a la Ciudad Condal va a estar rodeada de cierto misterio, pues el Club no le presentará oficialmente a la prensa hasta que apruebe el examen que lo capacitaba para entrenar en España, tal como contó en 1994, en las páginas de la desaparecida revista «Don Balón», el periodista Julián Mir (fundador y director durante muchos años del semanario y posterior diario deportivo «Dicen»)

Sandro Puppo proyectaba una imagen atípica para un entrenador de fútbol, con aquellas gafas suyas que le daban el aspecto de un intelectual o un profesor universitario. Y los que así pensaban no andaban del todo descaminados, pues era un hombre refinado y culto – cualidades que no siempre acostumbraban a darse en su oficio -, y con una exquisita formación musical, ya que tocaba muy bien el violín – de casta le venía…- y el piano, y también va a ser un asiduo a las representaciones operísticas del Liceo barcelonés. Pero le habían contratado para poner orden, y a ello se va a aplicar inmediatamente, contando con los siguientes efectivos humanos para tratar de devolver al Barça a la primera línea del fútbol español: Ramallets, Velasco, Goicolea, Caldentey, Seguer, Biosca, Segarra, Brugué, Gracia, Hanke, Flotats, Bosch, Gonzalvo III, Basora, Villaverde, Kubala, Luís Suárez, Manchón, Mandi, Areta II, Moreno, Tejada, Moll, Navarro II y César.

Causan baja con respecto a la temporada anterior Maristany, Vila (que actuará en el España Industrial, y posteriormente pasará al Valencia), Duró, Aloy y Aldecoa, que ya había jugado en las postrimerías de la campaña 53-54 en el Sporting de Gijón. Las novedades – aparte de Luisito Suárez y Areta II, debutantes en el primer equipo durante el torneo copero de 1954 – son el jugador uruguayo del Deportivo de La Coruña Dagoberto Moll. el extremo oviedista Mandi, el regreso de Alfonso Navarro, Navarro II o Navarrito, y sobre todo el fichaje del también uruguayo Ramón Alberto Villaverde, un delantero de gran calidad, procedente del Millonarios de Bogotá, donde había jugado al lado del mismísimo Alfredo Di Stefano. Sobre el papel era una plantilla excelente, repleta de internacionales absolutos por España, y muy capaz de aspirar a todo.

Puppo va a tomar algunas decisiones sorprendentes, pues prescindirá en la mayoría de partidos de los internacionales Biosca y Basora. Gustáu tan sólo va a jugar un partido de Liga, sustituido en el centro de la zaga por el joven Brugué, y en cuanto a Estanislau, el extremo disputará solamente 9 encuentros ligueros, ocupando su lugar Mandi y Tejada. La temporada 54-55 va a ser testigo igualmente del inexorable declive de dos de las grandes estrellas del equipo, el centrocampista Mariá Gonzalvo, Gonzalvo III (que sólo se alineará en 7 partidos de Liga), y César Rodríguez,  «El Pelucas», con el que Puppo contará nada más que en 4 ocasiones, y como defensa central, aprovechándose de su dominio del juego aéreo. Por el contrario va a depositar su confianza en el checoslovaco Hanke, que firmará su mejor temporada como barcelonista, alineándose en 24 encuentros, mientras que el jovencísimo Luisito Suárez aparece por el equipo titular en 7 ocasiones, jugando también en varias oportunidades con el España Industrial, en Segunda División.

La presentación del Barça ante su público va a tener lugar  el 2 de septiembre de 1954, ante el Stuttgart alemán. En esa noche el Barça inaugura la iluminación artificial de «Les Corts» (a escasos meses del inicio de las obras de su nuevo terreno de juego, el futuro «Camp Nou») y a la vez rinde también un emotivo homenaje a uno de sus más fieles servidores, el «Avi» Manuel Torres, toda una institución en el Club, barraquer del Campo de la Calle Industria y del propio «Les Corts», que cuidaba como si fuera su propia casa (que lo era). Sandro Puppo presentó la siguiente alineación frente al potente conjunto germano: Ramallets; Seguer, Biosca, Segarra; Flotats, Bosch (Gonzalvo III); Basora (Mandi), César (Suárez), Areta II (Moreno), Villaverde y Manchón. Victoria azulgrana por 3 goles a 1, marcados por Manchón, Bosch y Moreno, y ausencia de Kubala, aun  recuperándose de la grave lesión de ligamentos sufrida en «San Mames» en partido de Copa.

TEMPORADA 54-55. PRIMERA VUELTA

El debut liguero se produce también en «Les Corts», el domingo 12 de septiembre, frente a un rival siempre complicado como era el Sevilla. Sin embargo los de Puppo van a triunfar con holgura por 4 a 2, marcando los tantos catalanes Villaverde, Manchón, Seguer (de penalti) y Mandi, y con esta formación: Ramallets; Seguer, Brugué, Hanke; Gonzalvo III, Segarra; Mandi, Villaverde, Areta II, Suárez y Manchón. Cuatro novedades en la delantera con respecto al torneo anterior. Pero en la segunda jornada el equipo no pasa del empate (2-2) en su visita a Vitoria para enfrentarse al recién ascendido deportivo Alavés. El Athletic de Bilbao, dirigido por Daucik, comanda la clasificación.

SandroPuppo02En la tercera jornada el Barça se impone por la mínima al Español en «Les Corts» merced a un solitario gol de Areta II conseguido en los compases finales del encuentro. En ese momento ocupa el liderato, empatado a puntos con Valencia y Athletic, pero en la cuarta fecha su empate en Vigo (1-1) le deja a un punto de levantinos y vascos. Para la quinta jornada hay buenas noticias: reaparece Kubala, y un Atlético de Madrid muy venido a menos sucumbe en «Les Corts», fuertemente goleado por 4 a 0, con tantos de Tejada (3) y Manchón. En la sexta los azulgranas encajan su primera derrota de la temporada, al caer contundentemente en «Mestalla» ante el Valencia (4 a 1), con goles del catalán Buqué (3) y Seguí para los «ches», mientras que Manchón salva el honor blaugrana en un encuentro donde Kubala demostró hallarse aun lejos de su antigua forma. Los bilbaínos continuaban como líderes.

Victoria mínima en «Les Corts» ante el Las Palmas siete días más tarde, con un tanto de Moreno cuando ya el partido finalizaba, e importante triunfo a domicilio en «La Rosaleda» al domingo siguiente (1 a 2, con goles de Manchón y Moreno). Los azulgranas son segundos, a 2 puntos del Athletic. Aplastan al débil Racing de Santander en «Les Corts» en la novena jornada, con un Kubala ya muy mejorado, y alcanzan a los «leones» en la cabeza de la clasificación, a la que también se acerca el Real Madrid, vigente campeón. Y en la décima fecha, lucha por el liderato en «San Mames» entre los dos gallitos, que acaba en tablas, 1 a 1, con goles de Arteche y Villaverde, en el que constituye el primer partido de Ferdinand Daucik frente a sus antiguos pupilos.

Finaliza el primer tercio de la competición encabezando la tabla el Real Madrid, empatado a puntos con blaugranas y rojiblancos, pero los merengues van a consolidar su privilegiada posición siete días más tarde, en la undécima jornada, al derrotar contundentemente al propio Barça en «Chamartín» por 3 a 0, con goles de Di Stefano (de penalti muy discutido), Rial y Joseíto. Como tropiezan también los bilbaínos (que no pueden pasar del empate en «Riazor», frente al Deportivo de La Coruña), los madrileños son líderes con un punto de ventaja sobre los rojiblancos y dos sobre el conjunto catalán.

Las posiciones se estrechan un poco en la jornada número 12, pues mientras los merengues empatan en Vigo frente al Celta, el Barça gana al Deportivo en un gris partido disputado en «Les Corts» (3-1), y los de Bilbao se deshacen del siempre correoso Real Valladolid por un mínimo pero suficiente 1-0, compartiendo el liderato con los blancos, pero perdiéndolo a la semana siguiente al empatar en «Atocha» a 3 tantos, en el derbi regional vasco, mientras Real Madrid y Barça sacan adelante sus respectivos compromisos (5 a 1 del Real a los coruñeses en la capital, y 1-2 del Barça en «Zorrilla» ante los blanquivioletas)

Todo sigue igual en la jornada decimocuarta (El Real Madrid derrota al Atlético por 1-0 en el derbi madrileño, el Athletic se impone con claridad al Hércules en «San Mamés» por 3 a 0, y el Barça hace lo propio con la Real Sociedad en «Les Corts», por 4 a 1). Y concluye la primera vuelta del torneo el 19 de diciembre de 1954, con un mal resultado para los de Puppo, que caen por 1-0 en «La Viña» ante el Hércules, uno discreto para el Athletic (1 a 1 en Sevilla) y otro excelente para el Real Madrid (0-1 en «Zorrilla»). Los merengues son líderes en el ecuador del campeonato, aventajando al Athletic en 2 puntos y al Barça en 3.

SandroPuppo03UNA REÑIDA SEGUNDA VUELTA

Con su importante victoria en Valencia al iniciarse la segunda ronda (1-3), los de Bernabeu mantienen a la misma distancia al Barça (no obstante su buen triunfo en «Nervión» ante el Sevilla por 0 a 2, obra de Villaverde y Moreno), mientras que el Bilbao no pasa del empate en otro duelo regional, esta vez en «Mendizorroza» y frente al animoso Alavés (2.2). Sin embargo la jornada 17 va a suponer un ligero frenazo para las aspiraciones  madridistas, sorprendentemente igualados en su propio feudo por una excelente Real Sociedad, aunque lo compensen con la también inesperada derrota rojiblanca en «San Mames» frente al Español (1-2). El Barça, por su parte, se deshace con claridad del Alavés (5-2, con dos dianas de Kubala). Estas son las posiciones: Real Madrid 27 puntos, Barça 25, y Athletic 23.

Y en la jornada 18 el Athletic va a quedar ya muy descolgado de la cabeza, al perder en «Balaídos» ante el Celta por 1-0. El Real Madrid tan sólo empata (1 a 1) en su visita a Las Palmas, en el transcurso de un accidentado encuentro, mientras que el Barça solventará con cierta holgura su derbi en «Sarriá» (2-4, con «hat-trick» de Manchón), en un encuentro en el que los periquitos merecieron mejor suerte. Se colocan los de Puppo a sólo un punto del líder Real Madrid, que ya aventaja en cinco a los bilbaínos. Y siguen las cosas prácticamente igual tras la fecha 19. Victoria clara de los blancos sobre el Hércules (3-0) en el recién bautizado Estadio «Santiago Bernabéu», y del Barça sobre el Celta (5 a 2, con «hat-trick» de Kubala) en «Les Corts», y la cosa aun se pone más emocionante al término de la vigésima jornada, pues si bien el Barça empata en el «Metropolitano» (2-2) ante el Atlético, con goles de Moll y Manchón, el Madrid cae derrotado contra todo pronóstico en «La Rosaleda» (3-1), frente a un Málaga que se debatía en la cola de la clasificación. Ambos equipos ocupan ahora el liderato, empatados a 30 puntos, aunque los de la capital  encabezan la tabla gracias a su mejor goal average particular con los blaugranas.

La vigesimoprimera  jornada no produce ningún cambio, pues ambos conjuntos despachan sus respectivos compromisos con victoria: 3-1 del Real Madrid ante el Sevilla en el «Bernabéu», con tres goles de Héctor Rial, y 4 a 1 del Barça en «Les Corts» al Valencia, con tantos de Bosch, Areta II, Mandi y Kubala, aunque les costó mucho trabajo «abrir la lata», no lográndolo hasta el minuto 71. Pero al domingo siguiente el Barça va a sufrir un grave tropiezo en su visita a Canarias, al pinchar ante la Unión Deportiva por 2 a 0, mientras que los blancos se paseaban en «El Sardinero» ante el Racing (0 a 4). 2 puntos de diferencia, pero con la perspectiva  de que el Real Madrid rindiese visita muy pronto a «Les Corts»

La vigesimotercera jornada va a dejar las cosas como estaban, pues el Real se deshace fácilmente del Alavés, y el Barça golea al Málaga en la Ciudad Condal, con un nuevo triple de Kubala, que parecía volver por sus fueros. Y continuarán también igual en la siguiente jornada, porque ambos equipos vuelven de vacío de sus respectivos desplazamientos. Lógica la derrota madridista por 2 a 0 en «San Mamés», que metía de nuevo a los rojiblancos en la lucha por el título, aunque con escasas probabilidades, pero absolutamente inesperada la del Barça en Santander (2-1) ante el colista, donde no sólo perdieron el partido en el último minuto de juego, sino también a su gran estrella, Laszi Kubala, lesionado para varias semanas con fractura de clavícula. Al finalizar esta jornada la situación en la cabeza de la general  era la siguiente: Real Madrid 36 puntos, Barcelona 34, y Athletic de Bilbao 32. Y siete días más tarde los «leones» visitarían «Les Corts», en un choque que se antojaba trascendental.

Y en esa vigesimoquinta jornada el Barça va a perder ya casi todas sus opciones de aspirar al título, al caer en su propio feudo ante los rojiblancos por 2 a 3. Los de Puppo acusaron  enormemente la ausencia de Kubala, y fueron superados con claridad por los vascos, para los que marcaron Uribe, Marcaida y Arieta, mientras que Areta II y Villaverde hacían los goles locales. El Real Madrid, por su parte, derrotó en el «Bernabéu» con claridad al Español (5 a 1), en un partido en el que Di Stefano anotó cuatro goles. Los blancos eran ahora líderes destacados, con cuatro puntos de ventaja sobre Athletic y Barça, aunque en la siguiente jornada tendrían que visitar también «Les Corts»

Y van a salir vivos de allí (2-2), mientras que el Barça  enterraba casi definitivamente todas sus esperanzas. El Madrid jugó a la contra ante un equipo  que seguía acusando en demasía la falta del lesionado Kubala. Gento logró los dos goles merengues, y Basora y Moll los azulgranas. El Madrid sacaba 3 puntos al Athletic y 4 al Barça, cuando restaban únicamente cuatro jornadas, con lo que las cosas les pintaban fenomenal de cara a revalidar el título. Y en la jornada 27 les van a pintar aun mejor, pues los resultados les alejarán ya a 5 puntos de sus dos perseguidores, pues mientras que los blancos goleaban al Celta en el «Bernabéu» (5-1), el Athletic doblaba la rodilla en Valladolid (1-0), y el Barça no podía pasar del empate (2-2) en «Riazor» ante el Deportivo,

Tras la jornada 28 el Real Madrid podía considerarse ya virtualmente Campeón, tras empatar en La Coruña (3-3). El Athletic vencía a la Real Sociedad (1-0), y el Barça goleaba al Valladolid (5-0), pero a falta de dos jornadas por disputarse, los blancos aventajaban ya a vascos y catalanes en 4 puntos. Y van a cantar el «Alirón» por segundo año consecutivo precisamente en el feudo de su eterno rival madrileño, el «Estadio Metropolitano», al derrotar al Atlético por 2-4. El Athletic, por su parte, perdía en Alicante ante el Hércules (3 a 2), y de nada le servía al Barça su victoria en «Atocha» ante la Real, 0 a 2, con tantos de Moll de penalti y Villaverde.

Se van a despedir tristemente de la competición ante su propio público, en «Les Corts», consiguiendo un raquítico empate ante un Hércules que iba a ser sorprendentemente sexto clasificado. El Barça ocupará finalmente la segunda plaza con 41 puntos y 11 positivos, a 5 del Real Madrid. Había ganado 17 partidos, igualado 7 y perdido 6, con un bagaje de 75 goles a favor y 39 en contra. El Athletic de Bilbao de Daucik, por su parte, obtenía un meritorio tercer puesto, tras presentar batalla durante buena parte del Campeonato. Y si se albergaban esperanzas de alcanzar la revancha en la Copa, estas también van a disiparse pronto…

Exento en octavos, de final – al igual que el Real Madrid – , el Barça va a enfrentarse en cuartos nuevamente al Deportivo de La Coruña, igual que el año anterior, pero esta vez sin sobresaltos: 7 a 0 en la ida en «Les Corts»  (con tres dianas del reaparecido Kubala) y 1-1 en «Riazor». Ya en semifinales, el sorteo le enfrenta al Athletic de Bilbao de Daucik. El primer partido se disputa en el feudo azulgrana, y allí los «leones» van a dejar prácticamente sentenciada la eliminatoria, imponiéndose por 0 a 2 en un partido en el que el meta internacional Carmelo Cedrún le detuvo un penalti a Kubala, desviando el balón a córner. En «San Mamés» ambos equipos harán tablas, marcando Laszi los dos goles catalanes. Pocos días después Sandro Puppo va a despedirse del Club, dado que los objetivos que este se marcó al contratarle no van a alcanzarse, pero al menos se fue con buen sabor de boca, tras un amistoso contra el Niza que cerraba la temporada, y recibiendo una gran ovación al salir a saludar desde el centro del campo, obligado por sus pupilos, con quienes finalmente había conseguido sintonizar este hombre, correctísimo caballero y estudioso del fútbol. En total había dirigido al Barça en 34 encuentros oficiales, con un balance de 18 victorias, 9 empates y 7 derrotas, con 85 goles a favor y 44 en contra (52,94 % de triunfos)

DE REGRESO A CASA: TURÍN-TURQUÍA-PIACENZA

Puppo continuará ejerciendo la agitada profesión del banquillo durante más de una década. Después de abandonar el Barça, su experiencia española  dirigiendo a una escuadra tan importante,  será una excelente carta de presentación para que nada menos que la Juventus de Turín, la Vecchia Signora, se fije en él, permaneciendo allí por espacio de dos temporadas. Con posterioridad entrenará a la Mestrina y a la Selección «B» de Italia, antes de regresar a Turquía, donde se hará cargo de nuevo del Besiktas y de la selección otomana, entre los años 1960 y 1962. En esta última fecha retorna a su país natal, donde trabajará en el Siracusa, Venezia y Triestina, antes de partir por tercera vez hacia Turquía – una constante en su carrera – para dirigir nuevamente al combinado de dicho país entre 1965 y 1966. Va a cerrar definitivamente el ciclo volviendo a sus orígenes, el Piacenza, donde ocupará el banquillo hasta su dimisión en octubre de 1967, cuando – sin haber cumplido aún los 50 – pondrá punto final a su trayectoria como técnico.

En 1968 va a aceptar un importante cargo en la principal empresa de su ciudad natal, Astra, fabricante de vehículos industriales y a la sazón dirigida por un antiguo presidente del Piacenza, trabajo donde le será muy útil su amplio dominio de varias lenguas extranjeras. En 1970 formará parte de un grupo de estudios técnicos de la FIFA, y en 1974 publica el libro «Calcio: quo vados», un ensayo en el que expone la evolución técnica y táctica del fútbol desde sus inicios hasta la década de los años 70. El 16 de octubre de 1986, a los 68 años de edad, fallece en Piacenza. Actualmente dos campos de fútbol de la localidad que le vio nacer llevan su nombre.

El Fútbol Club Barcelona, aunque en época reciente,  ha tenido ya algunos jugadores italianos en sus filas (Coco, Albertini y Zambrotta, los tres con más pena que gloria), e incluso en la actualidad cuenta como responsable de fútbol internacional, formando parte de la Comisión Técnica del Club, con otro ciudadano transalpino, Ariedo Braida, que desempeñó el cargo de Director Deportivo del A.C. Milan entre los años 1986 y 2013, el período de máxima brillantez del conjunto rossonero, pero el refinado y cosmopolita Sandro Puppo sigue siendo hasta la fecha el único inquilino del banquillo culé de dicha nacionalidad, y a pesar de la brevedad de su paso por Can Barça, bien se merece que le dediquemos este pequeño recuerdo.




Fernando Daucik, el técnico de las cinco copas (1950-1954). Segunda parte

Daucik201Como suele decirse vulgarmente, Daucik había dejado muy alto el listón tras la triunfal campaña 1951-52, cuya brillantez tardaría más de medio siglo en reeditarse en Can Barça. Cierto también que contaba con un capital deportivo y humano excepcional, que para la temporada 52-53 va a presentar los siguientes efectivos a sus órdenes: Ramallets, Velasco, Caldentey, Roselló, Martín, Biosca, Brugué, Curta, Seguer, Segarra, Gonzalvo III, Bosch, Maristany, Flotats, Basora, Hanke, César, Aloy, Kubala, Vila, Escudero, Aldecoa, Moreno, Manchón, Gracia y Boada. Son novedad respecto al curso anterior los guardametas Caldentey y Roselló, el central Brugué, los volantes Maristany y Flotats (este último procedente del Español), y los delanteros Hanke (un jugador de origen checoslovaco que militaba en el fútbol colombiano), Gracia y Boada, mientras que causan baja Calvet, Szegedi, Ferrer y Nicolau. También hay una importante novedad sentada en el palco, pues Agustí Montal i Galobart ha cedido la máxima magistratura barcelonista el 16 de julio de 1952  a su vicepresidente Enrique Martí  Carreto, otro importante empresario del gremio textil.

La Liga 52-53 va a dar comienzo el 14 de septiembre de 1952. El telón se levanta en «Les Corts», con un partido teóricamente fácil ante el Deportivo de La Coruña, presentando Daucik la siguiente alineación: Ramallets; Martín, Brugué, Seguer; Gonzalvo III, Bosch; Basora, César, Kubala, Moreno y Gracia. Los azulgranas van a pasar muchos apuros para ganar por la mínima (4-3), en un encuentro en el que el contraataque gallego causó estragos en su defensa, y Kubala falló un penalti. Y al domingo siguiente regresarán de vacío de Oviedo, donde los locales les derrotan por 2 a 1, pero lo peor va a llegar unos días después, cuando en un reconocimiento médico a Kubala se le descubra un grave proceso tuberculoso.

La noticia conmoverá a la Ciudad Condal y a todo el barcelonismo. Se llega incluso a especular con la posibilidad de que el as centroeuropeo – ya nacionalizado español – tenga que abandonar la práctica del fútbol. Afortunadamente no va a ser así, y entre la recia constitución física de Laszi y un sabio tratamiento, aderezado por una larga estancia en plena naturaleza en Monistrol de Calders, con descanso, aire puro y buenos alimentos, se va a obrar el milagro de recuperar a Kubala, la gran estrella del Barça, para el deporte de élite, aunque tendrá que estar ausente de los terrenos de juego desde finales de septiembre de 1952 hasta los últimos días de febrero de 1953, en total 18 jornadas consecutivas fuera del equipo.

Durante todo ese tiempo la sensación del campeonato la va a constituir el RCD. Español, que de la mano del técnico argentino Alejandro Scopelli pondrá en práctica un novedoso método de recuperación física, consistente en que los once jugadores blanquiazules de turno inhalen oxígeno mediante unas mascarillas  durante el descanso de los partidos. La cosa parece milagrosa, puesto que el Español va a tomar el liderato de la Liga al finalizar la tercera jornada, se mantendrá invicto hasta la número 12 (cayendo precisamente ante el propio Barça, en «Les Corts», en el transcurso de un accidentado derbi en el que se produjo una avalancha en las gradas, con numerosos heridos -llegó a hablarse incluso de un muerto, que habría sido ocultado por la férrea censura de la época – y la intervención de la Policía Armada ante lo que consideraban una «alteración del orden»), comandando la tabla hasta la decimoctava fecha, y manteniendo opciones de alzarse con su primer título de Liga hasta la jornada 27.

El Barça, sin Kubala, realizará una discreta primera vuelta, que se va a saldar con un provisional quinto puesto, a 6 puntos de su eterno rival ciudadano, pero paulatinamente irá acercándose a la cabeza de la clasificación, a medida de que el Español vaya perdiendo fuelle. . El 22 de febrero, en la jornada número 21, Kubala va a reaparecer en los Campos de Sport de El Sardinero, y a partir de ahí el equipo postulará su candidatura para revalidar el título. En la vigesimosegunda, tras aplastar al Zaragoza por 8 a 0 en «Les Corts», ya es cuarto, a dos puntos del Español, y en la jornada 24 se sitúa tercero, a un solo punto del nuevo líder, el Valencia. Sufre un frenazo en la siguiente, al caer derrotado en «Nervión» frente al Sevilla, pero a partir de ese momento ya no volverá a ceder ningún punto.

De ese modo, el 5 de abril de 1953, en la jornada número 26, vence a un Real Madrid que también tenía serias aspiraciones. 1-0 fue el resultado, obra de Moreno, en un partido tenso e igualado donde fueron expulsados Kubala y el jugador catalán del Real Madrid Oliva. Siete días más tarde, al derrotar al Español en «Sarriá» por  0 a 2 (con tantos de Manchón y Moreno) se sitúa como líder, empatado a puntos con el Valencia, posición que consolida al domingo siguiente en «Les Corts», superando precisamente a los valencianistas por 2 a 1, en un partido que puede considerarse como la auténtica «final» del campeonato, con goles de Manchón y Kubala.  Al final de dicha jornada el Barça aventajaba al Real Madrid en un punto, y a los «Chés» en dos.

La victoria azulgrana en Valladolid en la penúltima jornada , merced a un solitario tanto de Kubala, le daba prácticamente el título a los catalanes, si al menos lograban un empate en el último compromiso, frente a un discreto Athletic de Bilbao en «Les Corts», con Real Madrid y Valencia a la expectativa de un posible fallo. Fallo que no se va producir, porque – aunque con apuros – los pupilos de Daucik van a imponerse a los «leones» por 3 a 2, consiguiendo así su sexto título liguero. Mucho dominio azulgrana, llegando a botar hasta 16 saques de esquina. Moreno se adelantó en el marcador, empató Venancio antes del descanso, y en la segunda mitad Kubala (de riguroso penalti) y Bosch pusieron el 3-1 en el marcador, reduciendo distancias al final Gaínza.

El Barça sumaba 42 puntos y 12 positivos, aventajando en dos al Valencia y en tres al Real Madrid. Los de Daucik habían conseguido 19 victorias y 4 empates, totalizando 7 derrotas. Marcaron 82 goles (con el aragonés Moreno como máximo artillero) y encajaron 43, unos registros bastante similares a los del torneo anterior, salvo en el apartado anotador, donde se notaba claramente la ausencia de Kubala prácticamente en las dos terceras partes de la campaña.

Y esa racha victoriosa va a proseguir en la Copa del Generalísimo, donde los azulgranas van a ir eliminando sucesivamente a Valencia (5 a 0 y 1 a 1), Racing de Santander (la ronda más equilibrada, con victoria local montañesa por 1 a 0 , y remontada catalana en «Les Corts»: 3-0) y Atlético de Madrid (con estrépito: 8-1 en la Ciudad Condal y derrota mínima, 2 a 1, en el «Metropolitano»), hasta llegar a la gran final, que se celebraría nuevamente en el escenario habitual por aquellos años, el Estadio madrileño y madridista de «Chamartín». Allí, el 21 de junio de 1953, y a las órdenes del señor García Fernández, van a encontrarse los dos grandes clásicos del «Torneo del KO», Barça y Athletic de Bilbao.

Daucik presenta el siguiente equipo, en el que destaca la ausencia del veterano César: Ramallets; Seguer, Biosca, Segarra; Flotats, Gonzalvo III; Basora, Bosch, Kubala, Moreno y Manchón. Se impondrán los catalanes sin demasiados apuros por 2 a 1. Marcó Kubala en el minuto 46, y remachó el resultado Manchón en el 57, acortando distancias Venancio en el 61, con casi media hora por delante, pero ya no volvería a moverse el marcador, y el Barça haría historia, conquistando la Copa por tercer año consecutivo.

Los prolongados éxitos barcelonistas traen aparejada su invitación a un prestigioso torneo que entonces se celebraba anualmente en Caracas, la capital venezolana. Se trata de la denominada «Pequeña Copa del Mundo», y en esa edición se enfrentarán al Barça una selección local y los potentes cuadros de «la» Roma y el Corinthians brasileño. Lamentablemente los azulgranas no van  a mostrarse  a su altura habitual, tal vez por el cansancio acumulado en toda la temporada, y de ese modo su participación, que tuvo lugar entre los días 16 de julio y 1 de agosto de 1953, arrojará un muy discreto balance de cuatro derrotas y tan sólo dos victorias. También se habló por entonces de cierta «relajación» de los jugadores desplazados a Sudamérica…

Daucik2021953-54: UN AÑO SIN TÍTULOS, Y ADIOS A CAN BARÇA

La cuarta temporada de Daucik como técnico barcelonista, todo un récord desde los ya muy lejanos tiempos del inglés Jack Greenwell (1917-1923), cuando el fútbol español no era aun profesional, la encara el club azulgrana con los siguientes efectivos humanos: Ramallets, Velasco, Goicolea, Caldentey, Seguer, Biosca, Brugué, Segarra, Gracia, Gonzalvo III, Bosch, Maristany, Flotats, Basora, Tejada, Kubala, Aloy, Aldecoa, Hanke, César, Vila, Moreno, Manchón y Duró. Causan baja Roselló, Martín, Curta, Escudero y Boada, mientras que se incorpora el arquero del Real Valladolid Goicolea, así como los canteranos Tejada y Duró. La Liga va a comenzar en pleno «Caso Di Stefano», pretendido por Barça y Real Madrid, y su desenlace marcará profundamente el rumbo futuro de ambos clubes, teniendo también una gran repercusión sobre el devenir institucional de la entidad blaugrana, pues el presidente Martí Carreto dimitirá, y se convocarán elecciones para noviembre de 1953, que aprovechando un vacío legal se van a celebrar por sufragio universal de los socios varones y mayores de edad (algo insólito en la España de entonces), logrando la victoria el joven candidato – de tan sólo 35 años de edad – Francesc Miró-Sans sobre el veterano Amat Casajuana, y llevando como bandera electoral la construcción de un nuevo campo, un ambicioso proyecto que se materializaría en septiembre de 1957 con la inauguración del «Camp Nou».

La Liga 53-54 da comienzo el 13 de septiembre de 1953, y con muy buenas vibraciones para el Barça, ya que se impone a domicilio a la Real Sociedad en «Atocha» por 0 a 3, con dos goles de un Kubala que parece haber vuelto por sus fueros tras la grave enfermedad pulmonar que sufriese la temporada anterior. Azulgranas y merengues van a ir turnándose en el liderato durante las primeras jornadas, hasta llegar a la fecha séptima, el domingo 25 de octubre de 1953, que coincide con la renuncia barcelonista a todo posible derecho sobre Di Stefano, que ya había debutado en las filas del Real Madrid en la tercera jornada, y que en esta realiza un gran encuentro frente al que pudo ser su equipo (y el club que le trajo a España, tras su «exilio» deportivo en Colombia). Por 5 a 0 se imponen los blancos en «Chamartín», y el «Efecto Di Stefano» comienza ya a hacerse patente.

El Real Madrid continuará al frente de la clasificación, seguido de cerca por el Barça. Al llegar al ecuador de la competición los madridistas son primeros, con 23 puntos, seguidos por el Sevilla con 20 y el Barça con 19 (empatado con Athletic de Bilbao y un sorprendente Racing de Santander). La distancia entre ambos va a ir estrechándose (en la jornada decimoséptima es de sólo 2 puntos), a la espera de que los blancos rindan visita a «Les Corts». Pero en la jornada número 20 el Barça consigue alcanzar a su gran rival, y ponerse incluso por delante gracias a su mejor cociente general de goles (con ambos empatados a 28 puntos). Al domingo siguiente cambian las tornas, pues mientras que el Madrid se impone al Sevilla en «Chamartín» por un corto pero suficiente 1 a 0, el Barcelona va a caer derrotado en «Mestalla», ante el Valencia y por idéntico resultado.

Llega por fin el encuentro tan esperado, esta vez en la Ciudad Condal. El Barça parte con dos puntos de desventaja, y también se antoja muy difícil que pueda igualar o superar el marcador de la primera vuelta, aquel concluyente 5 a 0. Pero está a punto de conseguido, aunque se va a quedar a un solo gol de igualar su tanteo particular con el Real Madrid. Que fue paradójicamente el equipo que se puso por delante, por mediación del inevitable don Alfredo, aunque el Barça conseguirá empatar antes del descanso gracias al joven Tejada, y la segunda parte ya será suya por entero, añadiendo otros cuatro goles a su cuenta, obra de Tejada, César, Moreno y Manchón. Las crónicas de la época nos hablan también del estrecho y excelente marcaje que el menudo pero rapidísimo Flotats realizó sobre la «Saeta Rubia», anulando por completo a la estrella merengue.

Real Madrid y Barça están ya empatados a puntos, aunque los de la Capital cuentan con la ventaja del «goal average» particular. Pero esa situación tan sólo va a durar una semana, porque mientras que los azulgranas pinchan ante Osasuna en su visita a «San Juán», doblando la rodilla por 1 a 0 frente los navarros, los madrileños se imponen en el derbi frente al Atlético por la mínima (2 a 1), con dos tantos de Di Stefano. Y esa ventaja de dos puntos va a incrementarse a cuatro tras la jornada número 25, con la derrota del Barça en Santander  (4-3), y la goleada del Real Madrid sobre el Jaén (6 a 0). Sin embargo la cabeza de la tabla volverá a estrecharse a la semana siguiente, cuando los merengues pierdan en Valladolid un partido que ya parecían tener ganado a un cuarto de hora de su finalización (4 a 3 también), y los catalanes destrocen al Oviedo en «Les Corts» con un inapelable 9 a 0.

Llega la jornada 27, y la ventaja madridista aumenta de nuevo a cuatro puntos, porque mientras el Barça cae ante el Deportivo de La Coruña en su visita a «Riazor» (1 a 0), los blancos se deshacen con facilidad del Sporting de Gijón, goleándole por 4 a 0 (con tres dianas de Di Stefano) y enviando a los asturianos a Segunda División. Pero una vez más, siete días después, el que juega fuera falla, y el que lo hace en su casa no perdona. Ahora le toca al Real Madrid  salir derrotado de su visita a «Balaídos» (1 a 0 frente al Celta), y al Barça superar sin muchos apuros al Sevilla en «Les Corts», por 4 a 1. Quedan dos jornadas por disputarse, y el título está todavía por decidir, aunque la ventaja del cuadro madridista – dirigido por un ilustre «ex» del Barça, el uruguayo Enrique Fernández – parece clara, dependiendo únicamente de sí mismo. Los blancos reciben en «Chamartín» al Valencia y después se desplazarán a «Sarriá», para vérselas con el Español, mientras que los blaugranas recibirán precisamente a los pericos, y finalizarán el campeonato rindiendo visita a un Atlético de Madrid muy venido a menos esa temporada.

Y el suspense va a durar poco, porque la sorprendente derrota – y por goleada: 1 a 4 –  del Barça en «Les Corts» ante los blanquiazules, tras un partido calamitoso, le brinda en bandeja de plata su tercer título de Liga al Real Madrid, el primero desde 1933, veinte años atrás, pues los merengues no desaprovechan la ocasión, y derrotan claramente al Valencia por 4 goles a 0, tres de ellos obra de Alfredo Di Stefano, que al final va a proclamarse máximo realizador del Campeonato con 29 tantos, aventajando a Kubala en seis dianas. La última jornada ya es meramente anecdótica, y ambos equipos caen derrotados en sus respectivos desplazamientos a «Sarriá» y el «Metropolitano». El balance final del Barça en esta reñida competición no es demasiado bueno, pese al subcampeonato. Tan sólo va a conseguir 36 puntos y 6 positivos, que se desglosan en 16 victorias, 4 empates y 10 derrotas, demasiadas para un club de su categoría. Va a marcar 73 goles, una cifra discreta comparada con las de las últimas temporadas, encajando 39.

Y llega la Copa, con la posibilidad de resarcirse del fiasco liguero. Para este torneo el Barça va a reforzarse con dos jugadores, el jovencísimo Luisito Suárez, procedente del Deportivo de La Coruña (club del que se ficha también al uruguayo Dagoberto Moll, aunque este no puede jugar la Copa por su condición de extranjero, dado que la normativa entonces vigente lo prohibía), y el delantero del Real Oviedo Esteban Areta. Y precisamente en octavos se enfrentan Barça y Deportivo. Victoria contundente de los azulgranas en «Les Corts», por 4 a 0, pero un buen susto en «Riazor», donde los gallegos se imponen por 3 a 0 y están a punto de igualar la eliminatoria.

La siguiente ronda, cuartos de final, enfrenta de nuevo a los dos grandes clásicos  del «Torneo del KO», Barça y Athletic de Bilbao. En la Ciudad Condal vencen los catalanes por 4 a 2, y consiguen su pase a semifinales en «San Mamés», donde se produce un empate a un gol, en el transcurso de un partido marcado por la gravísima lesión de rodilla sufrida por Kubala, que le mantendrá en el dique seco durante varios meses, y que de algún modo va a significar el inicio de un largo y casi imperceptible declive. En semifinales va a vivirse un emocionante duelo en la cumbre Barça-Real Madrid, en el que los de Daucik van a tomarse la revancha de la derrota en Liga. Vencen los blancos por 1 a 0 en «Chamartín», – sin el concurso de Di Stefano, que tampoco podía alinearse por la citada normativa sobre jugadores extranjeros –  y caen en «Les Corts» por 3 a 1, con dos tantos del veterano César.

La final, repetición de la de 1952, va a enfrentar en el flamante coliseo madridista, recientemente concluido, a Barça – que la afronta por cuarto año consecutivo, habiendo ganado las tres anteriores – y Valencia. Tiene lugar el 20 de junio de 1954, y a las órdenes del árbitro señor González Echevarría, del Colegio Guipuzcoano, ambos equipos saltan al césped con las siguientes formaciones: por los azulgranas, Velasco – Ramallets fue aquella tarde suplente -; Seguer, Biosca, Segarra; Flotats, Bosch; Basora, Suárez, César, Moreno y Manchón, y por los levantinos, entrenados por el mítico Jacinto Quincoces, Quique; Quincoces II, Monzó, Sócrates; Pasieguito, Puchades; Mañó, Fuertes, Badenes, Buqué y Seguí. Está ausente también la gran estrella valencianista, el delantero holandés Faas Wilkes, por los motivos ya mencionados.

El Valencia va a imponerse, contra todo pronóstico pero con claridad, merced a un concluyente 3 a 0, con tantos marcados por Fuertes y el ex-azulgrana Badenes, este en dos ocasiones. En su momento se habló de un posible «plante» de los jugadores barcelonistas contra Daucik, pero eso es algo imposible de probar, y que pertenece a la eterna leyenda que se teje en torno al fútbol. Lo cierto es que los «Chés», que contaban también con un magnífico equipo a pesar de la baja ya comentada, cuajaron un gran partido, y borraron por completo a un Barça que sin Kubala perdía bastantes enteros, con un Suárez todavía demasiado tierno, un César ya muy veterano, y un Basora que tampoco atravesaba por sus mejores momentos.

Pero llegados a ese punto, la directiva presidida por Miró-Sans considerará que ya se había cerrado un ciclo triunfal (aunque de hecho era el primer año de Daucik sin conquistar al menos un título), y que era conveniente entregar la responsabilidad de la dirección del equipo a un nuevo técnico, alguien que pudiera insuflarle nuevos aires. El elegido va a ser el italiano Sandro Puppo, a la sazón seleccionador de Turquía, que había eliminado sorprendentemente a España en la fase de clasificación para el Mundial de Suiza, aunque con la inestimable ayuda de un muchacho italiano, el famoso «bambino», quien tras finalizar en tablas el partido de desempate celebrado en el Estadio Olímpico de Roma, había extraído la papeleta de los otomanos, facilitándoles el pasaporte para tierras helvéticas.

UNA LARGA TRAYECTORIA PROFESIONAL ( 1954-1977 )

El Athletic de Bilbao (entonces oficialmente «Atlético») llevaba cuatro temporadas de sequía, desde su último triunfo en la Copa del Generalísimo de 1950 ante el Real Valladolid (4-1), y sus rectores pensaron que nadie mejor que Daucik para revertir esa situación. Ya en «San Mamés», el técnico eslovaco va a ir «jubilando» paulatinamente a la mítica delantera de los Iriondo, Venancio, Zarra y Panizo, conservando únicamente al veterano «Piru» Gaínza como gran referencia de un pasado glorioso, y promoviendo a las filas del primer equipo a toda una nueva generación de «leones»

Los frutos comenzarán a cosecharse muy pronto. En esa temporada 1954-55 el Athletic es tercero en la Liga, y se alza con el título de Copa, tras eliminar al propio Barça (venciendo en «Les Corts», en un partido donde se produjo el hecho insólito de que el gran especialista Kubala fallase un penalti, desviado a córner por Carmelo), y derrotar en la final al Sevilla, entrenado por Helenio Herrera, merced a un solitario gol marcado por el joven Uribe. Y en el curso siguiente, el 55-56, los rojiblancos, superando al Barça y a un Real Madrid que, con Di Stefano en sus filas, había ganado los últimos dos Campeonatos de la Regularidad y que en esa misma campaña conquistaría la primera Copa de Europa, se alzan con el «doblete» (algo que no conseguían desde 1943), tras un emocionante pulso liguero con los azulgranas, y venciendo al Atlético de Madrid en la final copera (3 a 1), con una alineación que todo el mundo se sabía de carrerilla: Carmelo; Orúe, Garay, Canito; Mauri, Maguregui; Arteche, Marcaida, Arieta, Uribe y Gainza.

La victoria en Liga da derecho a los bilbaínos a tomar parte en la II edición de la Copa de Europa, donde eliminan al Oporto portugués y al Honved húngaro (en plena revuelta del país magiar), para caer  finalmente ante el Manchester United, que un año más tarde sufrirá un terrible accidente de aviación en el aeropuerto de Munich, pereciendo varios de sus componentes. Y tal como había ocurrido antes en Barcelona, al parecer público y directiva no van a digerir bien un año sin títulos, y Daucik tendrá que abandonar el banquillo de «San Mamés», pero no sin antes dejar para la posteridad otra jugosa anécdota: haber alineado como extremo izquierda en sustitución de un lesionado Gaínza al guardameta internacional Carmelo Cedrún – aquel día portero suplente – , en el transcurso de un amistoso frente al Burnley inglés, lo cual le costará no pocas críticas. El experimento, lógicamente, no se volvería a repetir, pero a Daucik le cabe el mérito de haber forjado también una legendaria medular, la compuesta por Mauri y Maguregui, así como haber reconvertido a Jesús Garay en uno de los mejores centrales del mundo.

La siguiente etapa en su carrera profesional la cumplirá en el Estadio «Metropolitano», dirigiendo al otro Atlético, el de Madrid. No obtendrá títulos con él, pero le llevará hasta el subcampeonato liguero en la temporada 57-58, lo cual le va a brindar también la posibilidad de disputar la Copa de Europa en la campaña siguiente – al resultar ese año el Real Madrid campeón en ambas competiciones – , llegando hasta las semifinales, donde los «colchoneros» serán eliminados por los intratables  «merengues» tras un partido de desempate en Zaragoza, en el flamante recinto de «La Romareda». Allí también pondrá en liza una excelente y casi juvenil línea media, la formada por el antequerano Chuzo y el húngaro Peter Ilku, un jugador realmente desafortunado, malogrado por un gravísimo accidente de tráfico cuando se encontraba en su mejor momento. El Atlético de Madrid de Daucik, con jugadores de la talla de Rivilla, Calleja, Alvarito, Mendonça, Adelardo, Vavá, Peiró o Enrique Collar, sentará las bases para la escuadra triunfante de principios de los años 60 (ganadora de las Copas del Generalísimo de 1960 y 1961, y de la «Recopa» de 1962). Sin embargo va a ser destituido a principios de la temporada 59-60, tras el sexto encuentro de Liga, y se marchará al vecino país, a dirigir al Oporto.

No obstante regresa a España al año siguiente, para hacerse cargo de la preparación del Real Betis Balompié, que había retornado a la élite del fútbol español un par de años antes, después de una prolongada «travesía del desierto» que había durado tres largos lustros. Con el industrial gallego Benito Villamarín dirigiendo los destinos del club verdiblanco, Daucik va a consolidarlo en Primera División. Allí tendrá a sus órdenes a su propio hijo, el altísimo y prometedor Yanko (que terminaría fichando por el Real Madrid), y junto al que trabajará en algunos clubes más, así como también a un par de delanteros que pronto serían figuras: Luís Aragonés y Fernando Ansola.

Reemplazado nuevamente durante la campaña 62-63 (en la décima jornada), se tomará una especie de año sabático hasta ser contratado por un Real Murcia recién ascendido a Primera, también después de muchos años de transitar por la Categoría de Plata. Logrará la permanencia para los de «La Condomina», con una plantilla cuajada de ilustres veteranos: Marquitos, Alvarito, Dauder, Lalo, Miguel, Marsal, Merodio, Paz o Szalay….Su buen desempeño con los «pimentoneros» le llevará de nuevo a Sevilla, pero en esta ocasión a la «otra acera», al «Sánchez Pizjuán», para dirigir al conjunto blanco de la capital hispalense, un club que navegaba por la zona media de la clasificación, también muy alejado de sus mejores tiempos. No van a pasar demasiados apuros, y allí va a tener a sus órdenes a jugadores como Oliveros o Gallego, que inmediatamente firmará por el Barça, convirtiéndose en uno de los mejores centrales del Viejo Continente.

La temporada 65-66 Daucik va a afrontar un nuevo reto. Por primera vez en España toma las riendas de un equipo de Segunda División, la Sociedad Deportiva Indauchu, el simpático cuadro de barrio bilbaíno que militaba en el Grupo Norte. Lo hace en calidad de «director técnico» y por su amistad con el presidente del club. Va a dirigirlo durante casi toda la campaña, hasta la jornada 23, cuando es reclamado por el Real Zaragoza, uno de los primates de la División de Honor, al que va a dirigir en las últimas siete jornadas de Liga. Por sus manos, en las filas indauchutarras, pasará otra gran promesa, el delantero hispanoargentino (nacido en Sarandí, provincia de Buenos Aires) José Eulogio Gárate, también muy pronto militando en un grande, en este caso el Atlético de Madrid, aunque según contaba el propio Daucik en una entrevista concedida a la revista «RB» en junio de 1969, él mismo se lo ofreció al presidente blaugrana Enric Llaudet prácticamente «regalado»….

Instalado ahora a orillas del Ebro, dirige a los maños en lo que resta de temporada 65-66, y el equipo de los «Magníficos» resulta vencedor del Torneo del KO por segunda vez en su historia, derrotando al Athletic de Bilbao por 2 a 0, y clasificándose también para la final a doble partido de la Copa de Ciudades en Feria, que le enfrentaría al Barcelona, siendo aplazados ambos encuentros hasta comienzos de la temporada siguiente, debido a la celebración del Campeonato Mundial de Fútbol en Inglaterra ese verano del 66.

El curso 66-67 lo consume íntegramente en Zaragoza, donde no consigue ganar la Copa de Ferias, tras traerse un excelente resultado del «Camp Nou» (0 a 1), por culpa de la gran noche del jovencito Lluís Pujol, autor de un «hat-trick» (2 a 4 en «La Romareda», favorable a los catalanes). En la Liga se clasifica en una decorosa quinta posición, pero en la Copa da la gran campanada al ser eliminado a las primeras de cambio por un Segunda, el Europa graciense, en partido de desempate disputado en Valencia. La mejor época de «los Magníficos» parece ya haber pasado…No se le renueva para la campaña siguiente, y otra vez se queda en expectativa de destino, hasta que a principios de 1968 se le va a brindar la oportunidad de salvar del descenso a un cuadro que ya parecía consolidado en Primera, el Elche. El conjunto de la ciudad de las palmeras había arrancado la temporada bajo la batuta de Alfredo Di Stefano, en el debut de la «Saeta Rubia» como técnico con una plantilla en la que figuraban futbolistas de la talla de Ballester, Canós, Lico, Llompart, Vavá o Asensi, pero al finalizar la primera vuelta del campeonato presenta unos números de lo más peligroso, ya que es colista con tan sólo 9 puntos y 5 negativos, con un balance de 3 partidos ganados, otros 3 empatados y 9 derrotas, únicamente 10 goles a favor y 24 en contra. Daucik se estrena en el banquillo ilicitano en la jornada 16, consiguiendo dos puntos de oro frente al Español en «Altabix» (1-0), y a partir de ahí su equipo iniciará una brillante escalada que le lleva a ser uno de los mejores conjuntos de la segunda ronda, consiguiendo 18 puntos más, que se desglosan en 8 victorias, 2 igualadas y solamente 5 derrotas, con 20 goles a su favor, y sólo 15 en contra. El Elche finaliza en undécima posición, con 27 puntos y 3 negativos, sin agobios.

Pero no se le renueva la confianza y el eslovaco decide coger las maletas e irse a hacer las Américas, enrolándose como entrenador del conjunto canadiense de los Toronto Falcons, que participa en la «North American Soccer League», torneo donde se encuentra con numerosos jugadores y técnicos españoles, entre ellos su cuñado Ladislao Kubala y el hijo de este, su sobrino Branko, amén de su propio vástago. De regreso en España  va a sustituir a Sabino Barinaga como responsable nuevamente de un Betis recién descendido donde brillan Rogelio y Quino, pero tampoco alcanzará a terminar la temporada. Sin embargo en la siguiente campaña, la 69-70, logrará otro de sus grandes éxitos al salvar a un casi desahuciado San Andrés, frenando en seco la caída libre de un club que parecía irse a Tercera sin remedio, mediante una segunda vuelta extraordinaria desde la jornada número 20. Su hijo Yanko le acompaña también en esta aventura.

Su buen hacer en la entidad andresense posibilitará que, sin tener que salir de Barcelona, se incorporé – nuevamente con Yanko de la mano – al RCD. Español, que acababa de recuperar la categoría. Lo va a mantener en Primera, y después se marchará al Cádiz, otra vez en Segunda, donde será uno de los cinco entrenadores que esa temporada 71-72 se turnarán en el banquillo del club más representativo de la «Tacita de Plata». Volverá a dirigir al San Andrés en un par de ocasiones más (1973-74 y 1976-77, temporada en la que el conjunto cuatribarrado desciende, poniendo así fin a su «edad de oro»), y también tendrá un paso por Tercera, dirigiendo al Levante UD en la campaña 74-75, contando con un delantero de auténtico lujo, el chileno Carlos Caszely, que de los «granotas» pasará al Español.

Con 67 años cumplidos se va a jubilar por fin de los banquillos, dejando tras de sí un registro fabuloso: 614 partidos dirigidos (la mayoría de ellos en Primera División) a lo largo de una carrera profesional de 27 años en nuestro país, con un balance de 285 victorias, 123 empates y 206 derrotas. Como técnico va a  conquistar 3  Campeonatos de Liga (1951-52, 1952-53 y 1955-56), 6 de Copa (1951, 1952, 1953, 1955, 1956 y 1966), una Copa Latina (1952) y dos Copas «Eva Duarte» (las correspondientes a las temporadas 51-52 y 52-53), erigiéndose, en resumen, como uno de los técnicos más laureados de la historia de nuestro fútbol. Va a fallecer el 14 de noviembre de 1986, a los 76 años de edad, en la localidad madrileña de Alcalá de Henares, a consecuencia de una embolia cerebral.




Fernando Daucik, el técnico de las cinco copas (1950-1954). Primera parte

Daucik01Una teoría bastante extendida sostiene que el motivo que convenció a Kubala para fichar por el Barça en detrimento del Real Madrid, fue el hecho de que el club catalán accediese a contratar también a su cuñado Ferdinand Daucik como entrenador. Es posible, y también plausible, pero igualmente es preciso tener en cuenta que Daucik tampoco venía «de paquete», pues era ya un valor en sí mismo, y el Barça necesitaba entonces un técnico con garantías, tras la interinidad del animoso Ramón Llorens, que había sustituido provisionalmente, asesorado por Samitier, a un cuestionado Enrique Fernández.

Y es que Daucik no era precisamente un don nadie… Su equipo de «apátridas», el Hungaria, jugaba muy bien, y mostraba unas hechuras técnicas insólitas en nuestros lares, donde los aficionados todavía estaban boquiabiertos recordando la mítica gira del San Lorenzo de Almagro en el invierno 46-47, en pleno aislamiento español, tanto político como deportivo. «Don Fernando» era un magnífico representante de la rica escuela de fútbol centroeuropea, que entonces gozaba de un gran prestigio, pues Austria y Checoeslovaquia habían vivido un gran momento en la década de los 30, únicamente abortado por la Segunda Guerra Mundial, siendo saludadas como auténticas potencias, mientras que Hungría, ahora bajo su nueva administración comunista, lo iba a ser en la primera mitad de los años 50.

Daucik era un «zorro plateado». Apenas tenía 40 años, pero su creciente mechón de pelo blanco le hacía aparentar bastantes más. Y a sus innegables conocimientos técnicos y tácticos, iba a unir ahora una excelente plantilla a sus órdenes. Una plantilla donde figuraban talentos ya contrastados como Ramallets, Seguer, Gonzalvo III, Basora, Cesar o los argentinos Marcos Aurelio y Nicolau, al lado de jóvenes con un gran futuro por delante -Biosca, Segarra o Manchón -, y con su propio cuñado Laszi Kubala como gran estrella, aunque la suspensión federativa emanada de los organismos internacionales le dejaría fuera de juego durante toda la Liga 50-51. Además, Daucik no tardaría en promocionar a otros notables jugadores surgidos de la fértil cantera catalana  (Brugué, Aloy, Vila, Bosch, Gracia o Tejada), incorporando también a fichajes interesantes («Cheché» Martín, debutante en la malhadada Copa del 50, el internacional Aldecoa, el aragonés Moreno, el españolista  Flotats o el checoslovaco Hanke). Todos ellos van a configurar una plantilla de ensueño, un verdadero «Dream Team», mucho antes de que se acuñase la expresión, que dominará el fútbol español con autoridad durante dos temporadas, ganándolo todo, hasta que reaparezca el Real Madrid de la mano de Alfredo Di Stefano.

Al igual que todos los grandes técnicos, Daucik aportaba novedades, unas positivas, otras no tanto…Entre las segundas estaría la innovadora táctica del fuera de juego, que puso en práctica en un partido intrascendente para la clasificación final, pero que no dejaba de ser un «derbi». Aquel Español-Barça disputado en «Sarriá» la tarde del 15 de abril de 1951, pasaría a la historia como la victoria más amplia de los «pericos» sobre sus eternos rivales , desconcertados y pillados por sorpresa con el dichoso «off-side» («orsay», para los castizos). Resultado: 6 a 0

Pero el fiasco no volvería a repetirse, al menos por esa misma causa. Y Daucik iba a brillar poco después gracias a otra de sus genialidades, la osadía de hacer debutar a un joven Andreu Bosch, con 20 sólo años, precisamente en otro «derbi», y conseguir que le saliese bien el experimento, tanto,  que el chico se convertiría inmediatamente en titular y un fijo en las alineaciones, y llegaría pronto a internacional, cuando ser internacional era verdaderamente difícil, pues se disputaban muchos menos partidos entre selecciones que ahora, y no se estilaba la posibilidad de efectuar cambios.

Y luego estaba aquella  otra característica de la que Daucik -que tenía la dosis suficiente de egolatría para triunfar en un negocio tan complicado y competitivo como este- siempre se vanagloriaba: la agudeza y el instinto para cambiar de sitio a un jugador, y sacar de él lo máximo en su nueva demarcación. En el Barça eso ocurriría, sin ir más lejos,  con el canterano Sigfrid Gracia, al que hizo debutar como extremo izquierdo, para  posteriormente  revelarse como un magnífico lateral zurdo (en esa gran tradición de los «3» del Barça, que seguirían los Eladio, Julio Alberto, Sergi Barjuán,  o el actual Jordi Alba), aunque cuando el de Gavá se hizo con el puesto, Daucik ya no ocupaba el banquillo de «Les Corts», y sí el de «San Mamés», donde daría rienda suelta a sus veleidades experimentales

FUTBOLISTA DE ÉLITE

Ferdinand Daucik vino al mundo en la localidad de Sahy, el 30 de mayo de 1910. Sahy era una pequeña población situada en el sur de Eslovaquia, perteneciente entonces al Imperio Austrohúngaro. En la actualidad cuenta con algo más de 8000 habitantes, muchos de ellos de origen magiar, puesto que se encuentra muy cerca de la frontera con Hungría, más cercana a Budapest que a Bratislava. Fue el sexto de ocho hermanos (cuatro varones y cuatro mujeres, una de las cuales, Ana Viola, conocida familiarmente como «Ibi», contraería matrimonio con Ladislao Kubala). Su padre y sus tres hermanos mayores practicaban el fútbol, y le transmitieron su afición por ese deporte. En vísperas de la Primera Guerra Mundial ya tenía auténticas pelotas de cuero, traídas por su progenitor de Viena o Budapest, a dónde le llevaban sus negocios. Apenas levantaba dos palmos del suelo, y ya el balón era su juguete favorito. Sus vecinos, al verle pasar, solían preguntarle: «¿Pelota, dónde vas con el niño?»

Va a comenzar a jugar en un conjunto local, el FK. Slovan Sahy, pasando más tarde al KFC. Majorka Komarno. En 1928, con tan solo 18 años, ficha por el Slovan de Bratislava, donde permanecería por espacio de cinco temporadas, pasando a continuación al SK. Slavia de Praga, el que sin duda era entonces el mejor equipo de Checoeslovaquia, el nuevo país surgido tras la derrota en la Gran Guerra de las Potencias Centrales, y el desmembramiento del Imperio de los Habsburgo. Con el club de la estrella roja de cinco puntas estuvo entre 1933 y 1942. Como futbolista,  Daucik se inició en el ataque, ocupando preferentemente la demarcación de extremo izquierda, pero más adelante se convirtió en un gran defensa lateral, e incluso central, según la novedosa «WM». Con el Slavia va a conquistar 4 ligas checoslovacas, y será también internacional en numerosas ocasiones, tomando parte en los Campeonatos Mundiales de 1934 y 1938. Ya veterano, en 1942 y en plena Segunda Guerra Mundial, defenderá asimismo la camiseta de su país de origen, Eslovaquia, que va a tener una breve existencia como nación teóricamente independiente tras la anexión al Reich de la zona de los Sudetes, habitada mayoritariamente por población de lengua alemana, la ocupación del resto de Checoeslovaquia por los Nazis, y su posterior partición en dos entidades: el Protectorado de Bohemia y Moravia, y el Estado títere de Eslovaquia, al frente del cual se situará como presidente un sacerdote católico, Monseñor Josef Tiso (1887-1947), que sería ejecutado al finalizar la contienda a causa de su colaboración con el Tercer Reich.

UN MAESTRO EN EL BANQUILLO

Su carrera como entrenador comienza en 1942, dirigiendo al Slovan de Bratislava. Va a ser seleccionador eslovaco a continuación, hasta 1944, y una vez finalizado el conflicto será también el responsable del combinado de la nuevamente unificada Checoeslovaquia, hasta que problemas de índole política con las flamantes autoridades comunistas, que se habían hecho con el control absoluto en Praga a principios de 1948, le impulsen a abandonar el país. Es entonces cuando se crea el Hungaria, un equipo formado por futbolistas procedentes de países que habían quedado al otro lado del «Telón de Acero»: checoslovacos, húngaros, rumanos o yugoeslavos. Tomó ese nombre debido a que la mayoría de sus componentes eran de origen magiar.

El Hungaria se formó en Italia, donde sus miembros se establecieron  como refugiados. Forzados por la imperiosa necesidad de sobrevivir, decidieron  sacar algo de provecho de sus habilidades, alquilándose allá dónde quisieran verles jugar. Debido a su huida, estos deportistas habían sido sancionados por la FIFA, y no podían tomar parte en competiciones oficiales, pero sí en partidos amistosos. En 1950 el equipo va a ser contratado para disputar varios partidos en España, contra clubes de Primera División y la propia Selección Nacional, que se preparaba para tomar parte en el Campeonato del Mundo que se celebraría en Brasil, tras doce años de parón como consecuencia de la guerra. Según declaraciones del propio Daucik, «aquel equipo convenció por su juego, sistema y poderío», y en sus filas destacaba su  cuñado, Ladislao Kubala. El Real Madrid, que entonces atravesaba por una fase bastante gris, va a interesarse por ambos -según al propio Daucik-, pero finalmente no van a llegar a un acuerdo, y el astuto Pep Samitier, secretario técnico blaugrana, conseguirá llevarse a los dos al Barcelona, que tampoco pasaba precisamente por su mejor momento. Seguramente a los dirigentes «culés» les seducía más el rubio futbolista que aquel técnico que a sus 40 años lucía ya una canosa cabellera, pero Daucik también les solucionaba la papeleta de un banquillo vacío, aparte de ser un técnico de contrastada valía y gran prestigio.

El fichaje de la pareja centroeuropea va a tener lugar en junio de 1950, pero Laszi no podrá alinearse en competición oficial con el Barça hasta abril del año siguiente, ya en el torneo de Copa de 1951, debido a los problemas burocráticos inherentes a su suspensión por la FIFA, al haber huido de Hungría, donde tampoco hacía muy buenas migas con las nuevas autoridades comunistas. Daucik, por el contrario, tomará inmediatamente las riendas deportivas del equipo. El Barça había quedado quinto en la Liga anterior, la 49-50, siendo escandalosamente eliminado de la Copa por un club de segunda División, el Racing de Santander. En «Les Corts» va a encontrarse con la siguiente plantilla a sus órdenes: Ramallets, Velasco, Martín, Curta, Calvet, Segarra, Biosca, Gonzalvo III, Szegedi, Basora, Marcos Aurelio, Cesar, Aloy, Nicolau, Seguer, Manchón, Escudero, Vila Escuer, Torra, Peiró, Tejedor y Canal, más al suspendido Kubala, al que sólo va a poder utilizar en encuentros amistosos.

TEMPORADA 1950-51: RECUPERACIÓN

El Campeonato Nacional de Liga de la temporada 1950-51 arranca el 10 de septiembre de 1950 en «Les Corts». El Barça derrota contundentemente a la Real Sociedad por 8 a 2, con cuatro tantos de Cesar y el siguiente equipo: Ramallets; Calvet, Curta, Martín; Gonzalvo III, Szegedi; Basora, Marcos Aurelio, César, Aloy y Nicolau. En la segunda jornada cae ante el Atlético de Madrid en el «Metropolitano» por un resultado de escándalo, 6 a 4, y en la tercera le endosa un histórico 7 a 2 al Real Madrid en la Ciudad Condal, con tres dianas del argentino Nicolau, para volver a tropezar sorprendentemente en Murcia al domingo siguiente, donde los pimentoneros le superan por 3 a 2.

La irregularidad va a ser la tónica azulgrana en esta campaña, en la que desde muy pronto el equipo se descolgará de los puestos de cabeza, primero liderados por el Real Valladolid, y más tarde por el Sevilla y el Atlético de Madrid, que a la postre serán los dos equipos que se van a jugar el campeonato en la última jornada. Tan sólo en el postrer tramo liguero el Barça se acercará a esas posiciones de cabeza, colocándose únicamente a 2 puntos del líder, el conjunto «colchonero»,  en la fecha 24, pero una derrota en «Nervión» frente al Sevlla, en la jornada número 28, significará su adiós matemático a toda aspiración. Y al domingo siguiente, 15 de abril de 1951, encajará su peor derrota ante el rival ciudadano, el RCD. Español, en el famoso partido en el que Daucik tuvo la «genialidad» ya mencionada de alinear al defensa Calvet como delantero centro (aunque en un reciente partido frente al Málaga había anotado un par de goles), y poner en práctica la táctica del fuera de juego, dispositivo aun no perfeccionado, y que les brindó a los delanteros blanquizales la posibilidad de golear a su histórico contrincante, poniendo en el marcador del viejo «Sarriá», unos guarismos infamantes: 6 a 0. Al final el Barça va a clasificarse en cuarto puesto en aquel torneo, el primero disputado por 16 equipos. Su balance fue de 16 victorias, 3 empates y 11 derrotas, con 83 goles a favor y 61 en contra, una cifra bastante elevada, logrando 35 puntos y 5 positivos.

Sin embargo las cosas van a ser muy diferentes en la Copa, para la cual el Barça va a contar con dos importantes refuerzos: el internacional vasco -y antiguo «niño de la Guerra»- Emilio Aldecoa, procedente del Real Valladolid, y sobre todo el concurso de Ladislao Kubala, una vez superados ya todos los obstáculos burocráticos que se oponían a su participación en encuentros oficiales. Laszi va a debutar  en «Nervión» frente al Sevilla, y el Barça va a poner ya en franquicia la eliminatoria al vencer en el terreno hispalense por 1 a 2, con sendos tantos de Nicolau, refrendando su clasificación en «Les Corts», donde bate ampliamente a los andaluces por 3 a 0, marcando Kubala su primer gol como azulgrana al transformar un penalti con su insólita técnica, claro precedente de la célebre «paradinha.

La siguiente eliminatoria parece bastante más sencilla sobre el papel, pues el rival es el Atlético de Tetuán, recién ascendido aquella misma temporada a Primera División. En la ciudad norteafricana -entonces aun perteneciente a España- todo va a quedar ya visto para sentencia, al triunfar el Barça por 1 a 3, y en el encuentro de vuelta celebrado en «Les Corts» los blaugranas triunfan de nuevo holgadamente, 4 a 1, con el primer «hat-trick» de Kubala como jugador barcelonista. Sin embargo, en las semifinales ya espera un auténtico «hueso», el Athletic de Bilbao, entonces vigente campeón de Copa, y el equipo con mejor palmarés en el «Torneo del KO», con su mítica delantera compuesta por Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza.

En Barcelona los «leones» van a conseguir un excelente resultado, 0 a 0, que les hace concebir grandes esperanzas de proclamarse finalistas ante su propio público en «San Mamés». Llevados por el entusiasmo y la euforia, incluso sus incondicionales van a encargar miles de corbatas con los colores rojiblancos, para lucirlas en una final que se antojaba al alcance de la mano. Pero va a salirles el tiro por la culata, puesto que los azulgranas les dejarán con un palmo de narices -y con las corbatas de regreso al almacén- , al batirles por 1 a 2, con tantos de Nicolau y César. Nueve años después de su última experiencia, el Barça vuelve a clasificarse para el partido decisivo, el que puede coronarle nuevamente como Campeón de España.

El contrincante, teóricamente, tampoco es como para meter mucho miedo: la Real Sociedad de San Sebastián, la misma a la que derrotara el conjunto catalán en la mítica y épica final por triplicado de 1928, en Santander. Los donostiarras cuentan con un buen equipo, en cuyas filas destacan jugadores como Ignacio Eizaguirre, Ontoria, Epi, Barinaga o Alsúa II, dirigidos desde la banda por Benito Díaz, el «Tío Benito». Y efectivamente el partido, disputado en Madrid el 27 de mayo de 1951,  va a discurrir por los cauces esperados, y el Barça vencerá con relativa facilidad por 3 goles a 0, marcados por César  (en dos ocasiones) y Gonzalvo III. Este fue el once campeón, con la notable ausencia de Basora, lesionado en la semifinal: Ramallets (sustituido por  Velasco en el minuto 87); Calvet, Biosca, Segarra; Gonzalvo III, Martín; Seguer, Kubala, César, Aldecoa y Nicolau.

Bajo la sabia batuta de Daucik, el Barça había vuelto a obtener un título -el décimo de su historial copero- , y con Kubala en sus filas, bien secundado por Ramallets, Gonzalvo III, Basora o César, y jóvenes tan prometedores como Biosca, Segarra o Manchón, el club parece haber retornado a la senda de los triunfos. Buen balance, pues, en este primer año del eslovaco  como técnico del conjunto catalán.

1951-52: UNA TEMPORADA PARA ENMARCAR

Para el curso 51-52 se van a producir algunas novedades en la plantilla barcelonista. Causan baja el veterano defensa Curta, Marcos Aurelio, Canal y Peiró, mientras que se incorporan el aragonés Tomás Hernández Burillo conocido futbolísticamente como «Moreno», procedente de la S.D.  Huesca, y los catalanes Bosch, Brugué, Ferrer y Vila Soler. El debut liguero se produce el 9 de septiembre de 1951, nada menos que con un Español-Barça en «Sarriá», aun bajo el recuerdo de la goleada de hacía sólo cinco meses. En esta ocasión el marcador seguirá siendo esquivo para los colores azulgranas, pero tan sólo reflejará un tanto, el conseguido por el españolista Celma al transformar un máximo castigo. Estos fueron los once hombres que puso en liza Daucik para el primer compromiso oficial de la nueva campaña: Ramallets; Calvet, Biosca, Segarra; Gonzalvo III, Martín; Basora, César, Kubala, Tejedor y Nicolau.

Los primeros partidos no se van a desarrollar de forma brillante, con un Barça muy irregular, que vence por la mínima en «Les Corts» al Athletic de Bilbao (1-0), empata a uno en el «Metropolitano» con el vigente campeón, pero cae en su propio feudo ante un buen Valencia (1 a 3), que encabeza la clasificación. Luego el liderato pasará a manos del Atlético de Madrid, pero el Barça continúa dando una de cal y otra de arena, hasta el extremo de que al finalizar la séptima jornada, tras caer derrotado en «El Molinón» por el Sporting de Gijón, los pupilos de Daucik se encuentran en décimo lugar, a nada menos que siete puntos de los «colchoneros», que encabezan la tabla.

Pero a partir de dicho momento, los azulgranas comenzarán a remontar posiciones, aumentando sensiblemente su producción goleadora de la mano de un inspirado Kubala, que cuenta sus partidos por verdaderas exhibiciones de un fútbol nunca visto hasta entonces en nuestras latitudes, con un alarde de técnica y fortaleza física sin precedentes (ante el Celta, por ejemplo, conseguirá marcar cinco goles). La primera vuelta finaliza con los catalanes en cuarta posición, a tan sólo un punto del equipo que entonces lideraba la tabla, el Athletic de Bilbao. En el primer encuentro de la segunda ronda, con el Español como visitante en «Les Corts», Daucik va a dar otro de sus golpes de efecto, propiciando el debut del joven medio volante Andreu Bosch, con tan sólo 20 años. El muchacho, en quien el técnico eslovaco tenía plena confianza, no le va a decepcionar, convirtiéndose desde entonces en titular indiscutible.

Al domingo siguiente el Barça alcanza el liderato tras derrotar claramente al Athletic de Bilbao en el propio «San Mames» (0 a 3), aunque empatado a puntos con el Real Madrid. Lo perderá una semana más tarde, pero ya no se despegará de la cabeza. En la jornada 22 aplasta al Sporting de Gijón en «Les Corts» por 9 a 0, con un registro espectacular de Kubala: siete goles. En la siguiente se encarama de nuevo a la primera posición, tras empatar en «Riazor» con el Deportivo de La Coruña, y en la 25 recibe en la Ciudad Condal al Real Madrid, en un partido que puede decidir el título. Como de hecho así sucedió. Una gran tarde realizadora del veterano César (3 goles y una asistencia) hacen morder el polvo a los blancos, y el Barça se afianza en la clasificación, aunque no logra igualar el «goal average» particular con el cuadro merengue, que le había vencido en la primera vuelta por 5 a 1.

Los de Daucik abren ya brecha siete días más tarde, con su triunfo en «Balaídos» (1 a 2), aventajando en dos puntos a los de Chamartín y en tres a los «colchoneros». Una nueva goleada -7-0 en «Les Corts» al Racing de Santander- deja a los blancos ya a tres puntos, aunque el tropiezo en «Nervión» ante el Sevilla (3 a 0), sitúa ahora a un nuevo pretendiente al trono liguero, el Athletic de Bilbao, a 2 puntos. Pero en la jornada 29 el Barça va a proclamarse ya matemáticamente como nuevo campeón – su quinto entorchado -, al hacerle otro «siete» a la Unión Deportiva Las palmas. Y en la última fecha, se pasea triunfalmente a domicilio en Tetuán, derrotando a los norteafricanos por 2 a 5.

En total, los nuevos campeones han conseguido 43 puntos y 13 positivos, dejando al Athletic de Bilbao, segundo, a tres puntos. El balance es excelente: 19 victorias, 5 empates y 6 derrotas, con la friolera de 92 goles a favor ( a una media de 3 dianas por partido ), y encajando solamente 43 tantos. Pero este triunfo, con ser importante, sólo será el primero de una campaña gloriosa como no se conocía hasta entonces, que tan sólo podrá ser superada casi sesenta años más tarde, en la primera temporada de Pep Guardiola como técnico blaugrana

Tras la Liga, llega en seguida la Copa del Generalísimo, con un adversario de cuidado en octavos, el Atlético de Madrid. Pero sólo lo va a ser teóricamente, puesto que la superioridad blaugrana resultará aplastante: 2 a 4 en  la capital, y 5 a 1 en Barcelona. El siguiente en pasar por el aro será el modesto Málaga, que en la Costa del Sol ya resulta ejecutado con un 0 a 7 sin paliativos, refrendado a continuación por un amplio 6-1 en «Les Corts». El Valladolid, ya en semifinales, tampoco parece un obstáculo insalvable. Sale goleado en su visita a Barcelona, 5-0, aunque pone su honor a buen recaudo en «Zorrilla», al doblegar a los blaugranas por un insuficiente 3 a 1.

La final, celebrada en el nuevo estadio del Real Madrid (un escenario que estaba ya haciéndose habitual),  el 25 de mayo de 1952, enfrenta a los dos grandes conjuntos de la zona mediterránea, Barcelona y Valencia. Los azulgranas forman con Ramallets; Martín, Biosca, Seguer; Gonzalvo III, Bosch; Basora, César, Vila, Kubala y Manchón, mientras que los levantinos – dirigidos por el mítico Jacinto Quincoces – presentan a: Quique; Suñer, Monzó, Asensi; Mir, Puchades; Gago, Pasieguito, Badenes, Buqué y Seguí. Se van a adelantar los «ches» con un inquietante 2 a 0, ambos tantos obra del ex-azulgrana Badenes, pero en el minuto 40 Basora va a hacer el 1-2, y en el 72 Vila equilibra la contienda. Con empate a 2 se llega a la prórroga, donde el Barça va a terminar imponiendo su superioridad física con dos nuevos tantos, marcados por Kubala (en el 96) y César (a un minuto de la finalización del tiempo extra). El Barça se alza de este modo con su undécimo título de Campeón de España.

Pero no hay dos sin tres…Como vigente Campeón de la Liga española, al Barça le corresponde disputar de nuevo la Copa Latina, frente a sus homólogos de Francia, Italia y Portugal. En esta ocasión el torneo se celebra en París, y en el primer partido los blaugranas se deshacen sin demasiados problemas de la Juventus de Turín por 4 a 2. La gran final, disputada el 29 de junio de 1952, les enfrenta al campeón galo, el O.G.C. Niza, un conjunto que venderá cara su piel, aunque a la postre es derrotado por un solitario gol de César. El recibimiento a la expedición barcelonista, desde el momento que esta cruzó la frontera española, va a ser de los que hacen época, agasajados como auténticos héroes en todas las localidades catalanas por las que atraviesa la comitiva.

Aparte de estos tres títulos, el Barça va a conquistar también el Trofeo Duward, que premiaba al equipo más goleador del campeonato liguero, así como la Copa Martini Rossi, galardón que distinguía al conjunto menos goleado. Cinco copas, a las que podría sumarse en teoría una sexta, la «Eva Duarte», que desde hacía unos años venían disputándose los campeones de Liga y Copa, y que en esta edición no tuvo lugar, al obtener el Barça el «doblete». En resumidas cuentas: a falta de otros torneos continentales más enjundiosos, bien podía decirse que el Barça era entonces el mejor equipo de Europa. El binomio centroeuropeo Daucik-Kubala, junto a un plantel de excelentes futbolistas – desde el guardameta Ramallets al extremo izquierdo Manchón -funcionaba ya a pleno rendimiento, y aquel maravilloso Barcelona parecía no tener límites…

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Ramón Llorens, un hombre de la casa (1950)

RamonLlorens01En el protocolo del fútbol profesional, establecido ya hace bastantes décadas, la destitución, cese o dimisión de un entrenador en plena campaña acostumbra ser seguida por el nombramiento de un técnico-puente, hasta que un nuevo responsable es entronizado en el banquillo, con la esperanza de que la situación de crisis se reconduzca de manera positiva, regresen los buenos resultados y el equipo remonte puestos en la clasificación. No siempre se produce esa situación, claro está, y a veces los clubes ya tienen una nueva bala preparada en la recámara para ser disparada, y el relevo se produce de forma automática,  pero es bastante habitual que durante una o incluso varias semanas se mantenga dicha interinidad, y todas las partes implicadas sean conscientes de ello, así como de que tampoco se pueden esperar milagros, sino lo que en términos taurinos se conoce como «una faena de aliño»         En la larga historia del Barça esa circunstancia ha ocurrido en varias ocasiones, una de ellas a mediados de la temporada 1949-50, cuando el uruguayo Enrique Fernández, a cuyas órdenes el club había conquistado las ligas 47-48 y 48-49, así como la primera edición de la «Copa Latina», disputada en 1949, va a soltar las riendas del equipo, debido a los malos resultados y a una serie de puntuales desencuentros con sectores de la afición, la prensa y el propio club (se hablaba de enfrentamientos con varios destacados jugadores de la plantilla, y también con el secretario técnico Josep Samitier, predecesor suyo en el banquillo) Tras la decimoséptima jornada, y dos dolorosas derrotas consecutivas ante Real Madrid y Sevilla, Fernández va a presentar la dimisión, y la Junta Directiva presidida por Agustí Montal i Galobart nombrará en su lugar a Ramón Llorens, antiguo guardameta azulgrana y que entonces se hallaba al frente del equipo de Aficionados, desempeñando una magnífica labor y promocionando excelentes jugadores para la primera plantilla.

PEQUEÑO GRAN PORTERO

Ramón Llorens i Pujadas había nacido en la misma Barcelona, concretamente en el barrio del Poble Sec, en las faldas de la montaña de Montjuich -al igual que lo harían el futuro capitán del Barça y la Selección Española Ferrán Olivella, y el famoso cantautor Joan Manuel Serrat -, el Día de Todos los Santos de 1906. Había ingresado en el club a edad temprana, forjándose en sus categorías inferiores en la posición de portero. A despecho de su escasa estatura, demostró pronto tener grandes cualidades para el puesto. En los años 20 no era tan habitual como hoy en día que los arqueros poseyeran una aventajada estatura, pero ya en el Barça de dicha década actuaban dos míticos guardametas de considerable talla y envergadura, el catalán Ricardo Zamora y el húngaro Frantz Platko. Llorens, para destacar, demostraba cualidades tales como agilidad, reflejos, decisión y valentía. Su debut en la meta azulgrana va a producirse en un partido amistoso celebrado en «Les Corts» el 9 de mayo de 1926, con el Daring de Bruselas como rival. Perdieron los catalanes por 1 a 2, y esta fue su alineación: Llorens; Coma, Borrás; Elías, Ollé, Peiró; Vinyals, Scarone, Casanovas, García y Parera. Se trataba de un equipo cuajado de suplentes, pero en el que llamaba la atención la presencia del gran jugador uruguayo Héctor Scarone, futuro Campeón del Mundo con «la Celeste» en 1930, y que entonces había sido fichado por el Barça, aunque no rindió lo que se esperaba de él, pues nunca llegó a integrarse en el equipo, y abandonaría pronto la disciplina barcelonista.

En las campañas 26-27 y 27-28 el joven Llorens iría entrando poco a poco en la dinámica del equipo, jugando ya con cierta asiduidad. Su momento de gloria llegaría en el Campeonato de España de 1928, en la final disputada en los Campos de Sport de El Sardinero, en Santander, frente a la Real Sociedad de San Sebastián. Una final que va a durar más de un mes, 40 días para ser exactos, pues necesitó de tres encuentros para arrojar un vencedor. El primer partido, celebrado el 20 de mayo, ante unos 18.000 espectadores y bajo una lluvia típicamente norteña, se caracterizará por una gran dureza, siendo incluso calificado de «violento» por la prensa de la época. La primera parte terminó sin goles, y en la reanudación se adelantó el Barça, al marcar Samitier en el minuto 53, empatando los donostiarras cuando faltaban ya pocos minutos para concluir el encuentro, por mediación de Mariscal, en el minuto 83. Fue una auténtica batalla campal, dejando varias bajas en el bando catalán, entre ellas la del guardameta magiar Platko, herido en la cabeza, circunstancia que inspiró el famoso poema de Rafael Alberti, presente en el campo, la «Oda a Platko», en la que, entre otras cosas, se refiere al arquero blaugrana llamándole «oso rubio de Hungría». La lesión le incapacitará para jugar el encuentro de desempate, 48 horas después y en el mismo escenario, y allí va a tener Llorens  su gran oportunidad .

El segundo encuentro, disputado ya con buen tiempo, aunque soplara algo de viento,  va a ser también muy duro, expulsando el árbitro, el mítico Pedro Escartín, al azulgrana Guzmán y al blanquiazul Cholín. Nuestro hombre tan sólo va a encajar un gol, el conseguido por el realista Kiriki en el minuto 32, igualando la contienda Piera en el 69. La nueva igualada obligó a celebrar un tercer partido, de nuevo  en idéntico  escenario, aunque bastantes días más tarde, el 29 de junio de 1928, ya entrado el verano. Tarde soleada y casi lleno (17.000 espectadores), y en esta ocasión  el Barça va a imponerse con cierta claridad, por 3 goles a 1 – resultado con el que se llegó al descanso – , marcados por Samitier (minuto 8), Arocha (minuto 21) y Sastre (minuto 25), mientras que Zaldúa hacía el tanto vasco, que fue el de la momentánea igualada, a los 16 minutos. El partido ya discurrió por cauces más deportivos, aunque el colegiado, señor Pablo Saracho, tuvo que expulsar del terreno de juego a Carulla y a Mariscal por mutua agresión. Así formaron los campeones, que lo fueron por octava vez en su historia, conquistando su primer trofeo en propiedad: Llorens; Walter. Más; Guzmán, Castillo, Carulla; Piera, Sastre, Samitier (capitán), Arocha y Sagi-Barba

El pequeño guardameta barcelonés va a figurar en la expedición que cruzaría «el Charco», en la primera gira azulgrana por Sudamérica celebrada en ese mismo año 28, disputando varios partidos, y algunos meses después, cuando arranca el Campeonato Nacional de Liga, en febrero de 1929, se sentará en el banquillo, aunque no llega a jugar un solo encuentro. Platko primero, y más tarde Nogués, van a cerrarle el acceso a la portería, pero siempre que eran reclamados sus servicios, cumplía como los buenos. En la Liga 30-31, sin embargo, le tocó ser protagonista de la más dura derrota cosechada por el Barça en toda la historia del Torneo de la Regularidad, 12 a 1 en San Mamés ante el Athletic de Bilbao, el 8 de febrero de 1931. Se habló entonces de «huelga de piernas caídas» por parte de los jugadores, deseosos ya de cobrar más dinero en aquellos primeros compases del profesionalismo, pero si hubo algo así, el propio Llorens lo desconocía. El caso es que por primera vez en la Liga un equipo subía dos guarismos al marcador,, con nada menos que siete tantos obra del rojiblanco Bata,  y esta fue la alineación damnificada: Llorens; Zabalo, Portas; Martí, Roig, Castillo; Piera Goiburu (el autor del «gol del honor» azulgrana), Sastre, Arnau y Parera. En 1933, empero, va a causar baja en el club, tras recibir la carta de libertad, pero pronto retornará a él en calidad de jugador «amateur» (en el más genuino sentido del término), sin cobrar un céntimo y como suplente del internacional Nogués, manteniéndose ahí hasta 1936. Su último partido oficial lo jugará el 8 de diciembre de 1935, precisamente en los viejos «Campos de Sport de El Sardinero», escenario de sus momentos de gloria, y ante el Racing de Santander, que derrotó claramente por 4 goles 0 a un Barça que aquel día formó con él en la puerta, más Areso, Zabalo, Raich, Balmanya, Berkessy, Ventolrá, Bardina, Escolá, Enrique Fernández y Pagés. En total, en esas once temporadas, va a disputar 108 partidos.

Cuando estalla la Guerra Civil, colaborar como asesor deportivo con el Comité de Trabajadores que se hace cargo del club tras la trágica muerte del presidente Josep Sunyol en el frente de Guadarrama, fusilado por las fuerzas sublevadas contra el gobierno del Frente Popular, y para evitar que la CNT confisque la entidad. Pero no se va a contentar con dar buenos consejos, sino que volverá a calzarse los guantes de nuevo a partir de 1937. No toma parte en la famosa gira por México y Nueva York, cuyos beneficios apuntalarían la maltrecha economía barcelonista en momentos muy difíciles, pero después llegará a actuar en más de 30 encuentros, tanto de carácter amistoso como   enmarcados en algunas de las competiciones que se disputan en la zona republicana (Campeonato de Cataluña 1937-38  o Liga Catalana de 1938) . Y va a darse la circunstancia de que será herido en dos ocasiones en el curso de los bombardeos que sufre la ciudad de Barcelona por parte de la aviación fascista italiana, una vez en el vientre y la otra en el hombro, según cuentan Josep M. Solé i Sabaté y Jordi Finestres en el libro El Barça en guerra (1936-1939)

DESCUBRIDOR DE TALENTOS Y ENTRENADOR DE EMERGENCIA

Una vez finalizada nuestra contienda fratricida, Ramón Llorens va a permanecer al servicio del Barcelona, haciéndose cargo durante décadas de diversos equipos de las categorías inferiores (infantiles, juveniles, «amateur», filiales…).

Su fructífero trabajo de cantera descubrirá a numerosos jugadores que luego rendirían señalados servicios al Barça. Bajo su sabia dirección el equipo de Aficionados se proclamó Campeón de España el 21 de mayo de 1949, en «Les Corts», al derrotar al Indauchu por 3 a 2, con el siguiente once: Garriga; Roma, Biosca, Blanch; Llabaría, Pintanell; Vallés, Bosch, Aloy, Ferrer y Manchón, con dos goles de Manchón y uno de Ferrer. Muy poco después medio equipo pasaría a formar parte de la primera plantilla del Barça, y concretamente Biosca, Bosch y Manchón no tardarían en ser internacionales. Fue este un partido curioso, pues – tal como contó nuestro compañero José Ignacio Corcuera en un interesante artículo publicado aquí mismo, en el número 46 de Cuadernos de Fútbol -, el Barcelona trató de llevar la final a su propio feudo, para enmarcarla dentro de la celebración de su 50 Aniversario, y para ello ofreció compensar a su rival, la S.D. Indauchu de Bilbao, con la muy respetable suma de 100.000 pesetas de la época, algo a lo que en concreto se opusieron dos destacados miembros del equipo vizcaíno, los hermanos Rafael y Jaime Escudero -más tarde él mismo jugador del Barça-, argumentando que ese hecho contravenía flagrantemente el espíritu «amateur», y negándose ambos en consecuencia a participar en la final.

El 29 de enero de 1950 Llorens va a debutar en el banquillo como entrenador del primer equipo, contando con la ayuda en la sombra del mismísimo Pep Samitier en calidad de «asesor técnico», y formando de hecho un tándem. Y en este caso, va a cumplirse una vez más esa ley no escrita que dice que a nuevo entrenador, partido ganado. 2 a 0 en «Les Corts» al Deportivo de La Coruña, que aquella temporada figuraba en los primeros lugares de la clasificación, con goles del argentino Marcos Aurelio y el gallego Guimerans en propia meta. Formaron ese día: Ramallets; Calvet, Corró, Curta; Gonzalvo III, Gonzalvo II; Basora, Marcos Aurelio, César, Aretio y Nicolau. Sin embargo, a la semana siguiente sufre su primer revés como técnico del Barça. El Valladolid le derrota por 2 a 1 en «Zorrilla» (con gol de Seguer), aunque se trata también de un excelente cuadro blanquivioleta, que esa misma temporada llegará hasta la final de Copa – que perdería ante el Athlertic de Bilbao por 4-1 -, con un magnífico equipo en el que destacaban el guardameta Saso, los hermanos Lesmes en defensa, la línea media Ortega-Lasala, y en el ataque los internacionales Coque y Aldecoa.

Pero en el siguiente desplazamiento se resarce con un excelente resultado logrado en «Atocha» ante la Real Sociedad, 2-4, con tantos de César, Basora, Aretio y Seguer. Y al otro domingo golea al Real Oviedo en «Les Corts», 5 a 0, con un «póker» de César y el tanto restante obra de Nicolau. Aunque la irregularidad del equipo se pone de manifiesto una vez más siete días más tarde, al caer en «Mestalla» ante el Valencia por un claro 4 a 0. Y sin embargo el 5 de marzo es capaz de imponerse en Barcelona al Atlético de Madrid – que a la postre sería el campeón -, con un solitario gol del argentino Humberto Giménez. Al domingo siguiente obtiene un gris empate a cero en Málaga, antes de que el campeonato se detenga para que la Selección Española prepare y dispute la eliminatoria contra su homóloga de Portugal, valedera para la clasificación con vistas al Mundial que ese verano se celebra en Brasil, y en la que el combinado nacional conquistará plaza para un certamen en el que obtendrá un brillante cuarto puesto.

Tras más de un mes de parón, la Liga se reanuda el 16 de abril, con victoria mínima azulgrana en «Les Corts» – 2 a 1 – sobre el Celta de Vigo, otro de los equipos-revelación de la campaña, gracias a los goles de César y Navarro II, finalizando el torneo con un descafeinado «verbi» frente al Español  en «Sarriá», que termina con empate a 2 (César y Gonzalvo III). Llorens había cogido al Barça en octava posición,  con 17 puntos y un negativo, y concluye el campeonato con el equipo ocupando la quinta plaza, con 29 puntos y tres positivos.

Para la Copa del Generalísimo el Barça va a contar con un par de importantes refuerzos, el delantero del Athletic de Bilbao Jaime Escudero, y el defensa del Deportivo de La Coruña José María Martín, un jugador con inquietudes artísticas, y que pronto llegaría a internacional. El sorteo empareja a los catalanes con el Racing cántabro (a la sazón «Real» Santander), que acababa de ascender de nuevo a Primera División tras una excelente temporada, y que contaba con una delantera muy goleadora. El primer partido se celebra en «Les Corts», y el Barça se impone con claridad por 4 a 1, con goles de César y el recién llegado Escudero, ambos por partida doble. La eliminatoria parece en franquía, pero en los «Campos de Sport de El  Sardinero», la tarde del 7 de mayo de 1950, va a saltar la gran sorpresa, y los montañeses conseguirán remontar la desventaja que se traían de la Ciudad Condal, superándola con un concluyente 5 a 1, con goles de Joseíto (2), Nemes, Alsúa II y Echeveste, mientras que Navarro II, ya al filo del tiempo reglamentario, hacía el tanto del honor para los azulgranas, que en esa tarde aciaga, la última de Ramón Llorens como responsable del primer equipo, presentaron la siguiente formación: Ramallets; Calo, José María Martín, Gonzalvo II; Gonzalvo III, Seguer; Basora, Escudero, César, Aretio y Navarro II

Un mes más tarde, el Barça va a descubrir en «Sarriá», el feudo españolista, a un extraordinario jugador que militaba en un equipo de expatriados, el Hungaria, donde actuaban futbolistas huidos de varios países del otro lado del «Telón de Acero» (Hungría, Checoeslovaquia, Rumanía, Yugoslavia…) . El delantero, rubio y fornido, poseedor de una calidad y un físico extraordinarios, se llama Ladislao Kubala, y el conjunto está entrenado por su cuñado, el técnico eslovaco Ferdinand Daucik, antiguo defensa internacional. Tras un corto pero azaroso proceso de negociación, Kubala – que no obstante estaba suspendido por la FIFA, a causa de su huida de Hungría por motivos políticos – suscribe contrato con el Barça, y con él también lo hace su cuñado Daucik, que será  el nuevo inquilino del banquillo barcelonista. Llorens, disciplinadamente, retorna a sus anteriores ocupaciones. En total había dirigido al Barça durante algo menos de cuatro meses, en 11 partidos, con un balance de 6 victorias, 2  empates y 3 derrotas, con 22 goles a favor y 17 en contra, y un porcentaje de triunfos del 54,55%

El 15 de junio de 1952 recibirá en «Les Corts» un merecidísimo homenaje, en un partido en el que el Barça derrotó al Olympique de Niza por 8 a 2, con Marcel Domingo defendiendo la meta del equipo galo. A principios de los años 70 cumplirá sus Bodas de Oro al servicio del Barça, en uno u otro puesto, siempre allá donde le necesitasen. Una peña blaugrana de la localidad vallesana de Rubí, llevará su nombre, y él viajará a menudo acompañando al equipo, en unos tiempos muy diferentes a los actuales, cuando los reveses eran más frecuentes que los triunfos, claro que estos, cuando se producían,  sabían a gloria bendita. Va a fallecer en Barcelona, la ciudad que le vio nacer, el 4 de febrero de 1985, a los 78 años de edad. Algunos años antes, con motivo del 75 Aniversario del club blaugrana, había declarado cosas como las siguientes:  «A mí me ha dado el Barcelona mucho más de lo que yo le di. Yo le presté mi servicio, mi fidelidad y mi apasionamiento, pero él me ha dado la vida». Y añadiría: «el Barça no me debe nada, pero me gustaría que cuando muriera, me envolviesen en su bandera que es la mía. Me gustaría que, una vez muerto, los barcelonistas dijeran que de algo he servido en el Barça y que los jugadores, sean quienes sean, me dediquen el primer gol del siguiente partido». Palabras suficientemente elocuentes y definitorias de lo que es  amor a unos colores, y que no necesitan de ningún comentario.




Enrique Fernández: dos ligas consecutivas, una copa latina … y a la calle (1947-1950)

EnriqueFernandez01En los años 40 el Barça ya tenía una larga tradición en eso de utilizar como entrenadores a antiguos jugadores azulgranas. Así, Greenwell, Forns, Platko, Planas, Guzmán, Nogués, Samitier y quien hoy nos ocupa, Enrique Fernández, van a ocupar su banquillo, buscando tal vez unos mejores resultados deportivos bajo la batuta de profesionales que ya conocían la casa, en mayor o menor grado, una política que se prolongaría en las décadas siguientes hasta llegar a la actualidad, con un ex-futbolísta culé tan carismático como el asturiano Luís Enrique Martínez al frente del equipo.

Después de tres años confiando en Josep Samitier, en los que el Barça había ido claramente de más a menos, la Junta Directiva presidida por Agustí Montal i Galobart, tal vez con la vista puesta ya en la cercana celebración del 50 Aniversario de la entidad blaugrana, decidió la contratación de otro antiguo jugador del club para dirigir al equipo, el uruguayo Enrique Fernández, que había militado en el conjunto barcelonista durante la temporada inmediatamente anterior al estallido de nuestra Guerra Civil, la 35-36, dejando muy buen sabor de boca entre los aficionados catalanes por su gran clase futbolística sobre el césped.

Enrique Fernández Viola era natural de Montevideo, la capital de la República Oriental del Uruguay, donde va a nacer el 10 de junio de 1912. Debuta profesionalmente como futbolista en 1931, en las filas de Nacional, uno de los dos grandes cuadros charrúas, pasando más tarde por otros dos conjuntos de la vecina Argentina, Talleres e Independiente de Avellaneda, para regresar a Nacional y cruzar «el Charco» en 1935, enrolándose en la plantilla del Barça. Internacional en 8 ocasiones con la «Celeste» ( con la que gana la «Copa América» de 1935 ), ocupaba la posición de interior izquierdo, desempeñándose con una gran calidad técnica y una más que notable capacidad de trabajo, y se va a insertar en un plantel azulgrana que ya iba mostrando evidentes signos de recuperación , acercándose al nivel de la década anterior después de varios años dando tumbos por las competiciones debido a la retirada o a la marcha de sus mejores futbolistas. En ese Barça de la temporada 35-36, va a encontrarse con jugadores tan destacados como los guardametas Iborra y Nogués, los defensas Areso y Zabalo, los medios Raich y Balmanya, y los delanteros Ventolrá, Escolá y Munlloch.

Esto es lo que escribe acerca de  Enrique Fernández el historiador barcelonista Jaume Ramón en un artículo publicado el 18 de diciembre de 1968 en el «Extra» navideño de la revista «Barça», que hacia el numero 683 de dicha publicación: «Ficha por el Barcelona en la temporada 1934-35, a las postrimerías de la misma, jugando el Campeonato de España en el que somos eliminado por el Levante en tercer partido jugado en «Torrero» (Zaragoza). En la temporada 1935-36 es donde el uruguayo nos demuestra su gran clase formando ala con el joven Munlloch. Su infiltración en el área es prodigiosa, así como sus lanzamientos al extremo. Fernández se convierte en la estrella del Barcelona y es hombre base del equipo. La Guerra Civil le devuelve a su país de origen, retornando de él para ser entrenador del equipo en las temporadas 1947-48 y 1948-49…»

Fernández va a jugar vestido de azul y grana un total de 39 partidos, marcando 22 goles. El Barça se clasifica en la Liga en quinta posición, pero en la Copa de España llega hasta la final, en lo que va a ser el último Madrid-Barça antes de la Guerra Civil, disputado el 21 de junio de 1936 en el campo valenciano de «Mestalla», y que terminó con el resultado de 2 goles a 1 favorable a los blancos, dejando para la posteridad la famosa imagen de la postrer parada de Ricardo Zamora a disparo del azulgrana Escolá, atenazando el balón entre una nube de polvo a falta de unos pocos minutos para la conclusión del choque. Así formó el Barça aquella tarde: Iborra; Areso, Bayo; Argemí, Franco, Balmanya; Ventolrá, Raich, Escolá, Fernández y Munlloch. El estallido del conflicto fratricida va a pillar a Enrique Fernández fuera de España, de vacaciones en su país, y aunque tenía contrato en vigor ya no regresará, por razones obvias. Vuelve a enrolarse en Nacional, con expreso permiso del Barcelona, pero una grave lesión de menisco en la rodilla derecha le retira de la práctica activa del fútbol prematuramente, con tan sólo 24 años. Pero continuará ligado al «Deporte-Rey» como entrenador, faceta en la que va a destacar tanto o más que como jugador, y así a mediados de la década de los años 40 nos lo encontramos ya dirigiendo precisamente a Nacional, uno de los equipos de su vida

Va a ser Rossend Calvet, un personaje clave en el Barça de esos años, una especie de «superfuncionario» que no sólo se ocupaba de aspectos jurídicos  – su especialidad, ya que era abogado -, quien recomiende encarecidamente su fichaje. Se va a desplazar a Barcelona en barco – no olvidemos que estamos en 1947, con la aviación comercial aun en mantillas -, arribando a la Ciudad Condal tras un largo y tedioso periplo, y el club  rodea su llegada de un insólito secretísimo, ordenándole que no haga declaraciones a la prensa, algo por lo que después los propios dirigentes blaugranas van a pedir disculpas a los medios informativos.

En lo humano, se le recuerda como un hombre sumamente educado y correcto – aunque también se le atribuye algún enfrentamiento sonado con determinado periodista barcelonés – , mientras que en lo profesional fue un entrenador muy competente en los aspectos técnicos. Hoy diríamos de él que sabía leer perfectamente los partidos, y era capaz de improvisar sobre la marcha, cambiar de táctica según iba el encuentro. No se trataba de un hombre excesivamente  versado en materia de preparación física, al igual que ocurría con su predecesor Samitier. Lo suyo era la motivación psicológica de los jugadores, y el planteamiento del partido y sus oportunas variaciones, pero conocía muy bien sus limitaciones y carencias, e intentaba  ponerles remedio. De ese modo, en sus primeros tiempos como responsable del Barça se hacía asesorar en dicho apartado por alguien más capacitado, y recibía lecciones por parte de un profesor de Educación Física, para luego poder llevar  a la práctica esos conocimientos en las sesiones de entrenamiento. Fernández en un principio va a mostrarse también reticente ante las nuevas tácticas, concretamente la famosa «WM», que ya había esbozado su antecesor en el cargo, retrasando a tal efecto al medio centro, e incrustándolo entre los dos zagueros y encomendándole la misión de salvaguardar la parcela central de la línea defensiva, pero finalmente acabará asimilando esta novedad, que ya se aplicaba en el resto de Europa y en otros clubes españoles.

EnriqueFernandez02PRIMER ACTO: 1947-48

Estos son los efectivos humanos con los que el técnico nacido en Montevideo va a contar para su primer curso en «Les Corts»: Velasco, Quique, Elías, Curta, Sans, Gonzalvo II, Gonzalvo III, Calvet, Navarro II, Basora, Seguer, Colino, Cesar, Periche, Bravo, Badenes, Escolá, Canal, Rueda, Amorós, Da Silva, Valle, Noguera y Florencio. Destaca la presencia de dos «ases» de importación llegados con la temporada ya iniciada: el brasileño Lucidio Batista Da Silva, que no cuajaría (las malas lenguas hablaban de su intensa vida nocturna…), y el argentino Florencio Cafferatti, un jugador de extraordinaria clase al que una grave lesión cortó de raíz la que podía haber sido una brillantísima carrera en el Barça. En esa excelente plantilla los hombres clave van a ser el guardameta Velasco, los dos hermanos Gonzalvo, y la fructífera sociedad atacante Basora-César.

El equipo arranca el Campeonato Nacional de Liga 47-48 rondando los primeros lugares de la clasificación. En la octava jornada, tras golear por 4 a 0 al Sporting de Gijón, se sitúa como líder, empatado a puntos con Valencia y Celta, pero pierde dicha posición a domingo siguiente, al salir fuertemente derrotado por el Sevilla en «Nervion», donde se deja también la imbatibilidad de la que disfrutaba hasta entonces. Se va a alejar de la cabeza al perder de nuevo en «Sarriá» en la jornada undécima ( 2 a 1 ), y empatar al domingo siguiente con el Valencia en «Les Corts» ( 1-1 ). La derrota en «San Mamés» ( 3-2 ) en la fecha 13 le aleja ya de la cabeza en cuatro puntos. El Valencia lidera la tabla con cinco puntos de ventaja en la jornada 16, una vez rebasado el ecuador de la competición, pero a partir de ese momento los levantinos irán aflojando, mientras que el Barça esprintará : 4 a 2 al Real Madrid en «Les Corts» (jornada 17), 2-1 al Sabadell también en su feudo (jornada 18), colocándose segundo, a tres puntos de los «Chés».

En la fecha 19 todo sigue igual, pues ambos «gallitos» caen en sus respectivas salidas a Sabadell y Vigo, y por el mismo resultado, 3 a 2, mientras que Atlético de Madrid y Sevilla presentan su candidatura al título. En la jornada 20 el Valencia cae en Bilbao ante el Athletic, y el Barça golea en casa a la Real Sociedad, situándose a sólo un punto de los levantinos, mientras que el Atlético de Madrid pierde 1 a 0 en Alcoy, y el Sevilla cae por 2-0 en Tarragona frente al Nástic. En la 21, el Valencia aplasta al Oviedo en «Mestalla» ( 6-1 ), el Barça triunfa 1-4 en Gijón, y el Atlético de Madrid aguanta el tirón (5-2 al Nàstic en el «Metropolitano»), mientras que el Sevilla se deshincha (cae 2-3 en «Nervion» ante el Real Madrid). Valencia es primero, segundo el Barça a un punto, y terceros los «colchoneros» a 2.. En la siguiente jornada, la que hace el número 22 de la competición, el Valencia gana 0-2 en «El Collao» al siempre animoso Alcoyano, el Barça aplasta al Sevilla en «Les Corts» ( 6-0 ), y los eternos rivales madrileños hacen tablas. El título parece ya un mano a mano entre valencianos y catalanes.

Jornada 23. Respiro del Valencia, que derrota por 3 a 1 al Nástic en «Mestalla», mientras que el Barça no pasa del empate ( 2 a 2 ) en el «Metropolitano». Dos puntos arriba los «Chés», con la perspectiva de recibir al Barça en la Ciudad del Turia en la penúltima jornada. Parecían claros favoritos para revalidar el título… Pero en la jornada 24 no pasan del empate en Madrid, frente a los merengues, mientras que el Barça golea al Español en «Les Corts»  y se sitúa a un solo punto. Y por fin, en la jornada número 25, disputada el 4 de abril de 1948, esto es lo que nos cuenta la estupenda  «Historia de la Liga» de Enrique y Nicolás Fuentes, publicada en 1969-70: «En Mestalla gran expectación por un partido que iba a decidir el título en la temporada que se estaba acabando. Una mala tarde de la defensa valenciana, en especial de su guardameta, facilitó la victoria del Barcelona y con ello las máximas, casi absolutas posibilidades, de lograr el triunfo final por parte de los azulgranas. Se adelantó Seguer para los catalanes en la primera parte, y luego empató Igoa, pero el segundo tiempo ya tuvo neto color blaugrana, con dos nuevos tantos obra de César y Badenes, ante el entusiasmo de miles de hinchas culés desplazados a Valencia». Así formaron ambos equipos, a las órdenes del árbitro señor Galende: por el Valencia, Ignacio Eizaguirre, Díaz, Juan Ramón, Pomar, Puchades, Asensi, Seguí, Rubio, Morera, Igoa y Epi, y por el Barça, Velasco, Elías, Curta, Gonzalvo III, Calvet, Gonzalvo II, Basora, Seguer, César, Badenes y Valle. Siete días más tarde, el  11 de abril de 1948, en la jornada 26 y última, el Barça remacha su éxito de la semana anterior venciendo con claridad al Athletic de Bilbao, 3 a 0 (Seguer, Badenes y Valle). Se proclama Campeón de Liga por tercera vez en su historia, con 37 puntos y 11 positivos. Había ganado 15 partidos, empatado 7 y perdido solamente 4, con 65 goles a favor y 31 en contra.

En la Copa del Generalísimo, sin embargo, no va a poder revalidar ese éxito, pues en la primera ronda en la que interviene, octavos de final, el Atlético de Madrid se muestra como un rival insuperable: 2-0 en el «Metropolitano» y 0 a 0 en la vuelta en «Les Corts». Cerrará la temporada brillantemente, no obstante,  conquistando el llamado «Torneo de Históricos», una competición que la Federación improvisó al ser rápidamente eliminados de la Copa Barcelona, Real Madrid y Athletic de Bilbao, disputándose en formato de liguilla a doble vuelta, y alzándose los blaugranas con el triunfo, al igual que hacen en La Coruña, llevándose  el trofeo «Teresa Herrera» al derrotar al Oporto por 2 a 1, con goles de Seguer y Noguera.

EnriqueFernandez03SEGUNDO ACTO: 1948-49

De cara a la temporada 48-49 estas van a ser las principales novedades que se producen en la plantilla azulgrana: causan baja Sans, Colino, Periche, Badenes, Rueda, Amorós, Escolá, Da Silva, Valle y tres futbolistas internacionales y muy importantes en el Barça de los años 40: Escolá, Bravo y Mariano Martín, minado este último por numerosas lesiones, mientras que son alta el guardameta Ramallets, tras su cesión al Valladolid, el defensa leonés Ricardo Rodríguez «Calo (hermano de César), los catalanes Cerveró, Virgós, Sagrera, Torra, y Serratusell,  y los argentinos  Nicolau y Marcos Aurelio, este ya avanzado el campeonato.. La Liga comienza el 12 de septiembre de 1948, y el Barça arranca con mucha fuerza ( 5 a 2 en «Les Corts» al Real Oviedo, con cuatro goles de César). Al domingo siguiente logra un gran triunfo en el nuevo estadio de «Chamartin» ante el Real Madrid, 1 a 2, y los azulgranas se convierten en líderes. Nueva goleada en la tercera cita liguera (5 a 1 al Coruña en la Ciudad Condal), y primer punto perdido en la cuarta (empate a dos en Tarragona), pero el Barça continúa en cabeza, aunque en la sexta fecha, al perder 1-0 en Sabadell, el Valencia le alcanza en la cabeza de la tabla, superándole al domingo siguiente, donde el Barça tan sólo consigue un empate en «Balaídos» frente al Celta ( 2-2 )

Recupera la primera posición en la octava jornada, tras vencer precisamente al Valencia en «Les Corts», en un encuentro trepidante en el que se pone 4 a 0 en el descanso (con «hat-trick» de Cesar), pero en la segunda mitad casi ve como los «Chés»  le empatan el partido que finaliza 4 a 3, después de otro «triple» del levantino Seguí. Pero en la novena jornada es derrotado 2 a 0 en el «Metropolitano», y el Atlético de Madrid le rebasa por un punto. Luego sería el Real Madrid  quien comandase la tabla durante varias jornadas de la 10 a la 14, siempre entre una gran igualdad, seguido por Atlético de Madrid, Barça y Valencia, hasta que en la fecha 15 los azulgranas derrotan nuevamente a los merengues, esta vez en «Les Corts» por 3 a 1, y son los colchoneros quienes se ponen en cabeza. Vuelve el Real Madrid a situarse arriba entre la 16 y la 18, pero en la 19 el Barça le iguala al ganar al Sabadell (1 a 4), y perder los blancos en Valladolid.

Siguen ambos conjuntos empatados en la jornada 20, con Atlético y Valencia ya distanciados a 4 puntos, pero se estrecha la cabeza al domingo siguiente, pues pierden ambos líderes, y la derrota catalana, precisamente en «Mestalla» ( 4-2 ), da nuevamente alas a los valencianistas, mientras que los rojiblancos se acercan también. Pero en la jornada 22 el Barça se pone de nuevo líder, aprovechando varios tropiezos (caen el Real Madrid en su propio feudo ante el Oviedo, y el Atlético Madrid sale goleado de «Les Corts», 4 a 0). Se aprieta de nuevo la clasificación en la jornada 23, pues el Barça pierde 2 a 0 en «San Mamés». El Valencia se sitúa a un punto, el Real Madrid a 2, y el Atlético a 3. En la jornada vigesimocuarta el Madrid vence en La Coruña ( 0 a 3 ), el Barça golea al Valladolid en «Les Corts» ( 6-0 ), y el Valencia aplasta al Athletic de Bibao en «Mestalla» (5 a 0), con lo que todo queda igual a falta sólo de dos encuentros.

El Barça tiene que visitar el siempre difícil terreno de «Nervión», pero allí va a superar claramente a los locales, pese al apretado 1 a 2 final. El Real Madrid, por su parte, saca adelante su compromiso ante el Nàstic de Tarragona, pero al hallarse a dos puntos del Barça, y con el «goal average» particular a favor de los catalanes, pierde ya todas sus opciones, al igual que el Atlético, a tres puntos. De modo que el único que podía arrebatarle el título al Barça era el Valencia. Si los de Enrique Fernández perdían el último partido ante su eterno rival ciudadano, el RCD. Español, en «Les Corts», y el Valencia lograba derrotar al Sevilla en «Mestalla», sería campeón, pues tenía un mejor registro que el Barça en sus dos confrontaciones entre ambos. Pero no se va a dar el caso.

Ambos equipos sacaron adelante su partido. El Valencia venció a los hispalenses  por 2 a 0, y aunque el Barça pasó por más apuros (se adelantaron los «pericos», pero luego dos tantos de Cesar le dieron la vuelta al marcador), finalmente pudo revalidar su título por primera vez (era su cuarto entorchado liguero). Tras 26 jornadas había obtenido 37 puntos y 11 positivos, sin perder un solo punto en «Les Corts», con 16 victorias, 5 empates y otras tantas derrotas, habiendo marcado 66 tantos, y encajado solamente 36. Además, César Rodríguez se proclamaba también máximo goleador del campeonato, con 28 dianas. La celebración, ante su propio público, no pudo ser más entusiasta, justo en puertas de conmemorar las Bodas de Oro de la entidad.

Esta temporada va a ser testigo también del primer gran triunfo internacional del Barça. Se disputa la primera edición de  la «Copa Latina», participando los campeones de Liga de España, Portugal, Francia e Italia, preludio de las competiciones internacionales que van a aparecer a mediados de la década siguiente (Copa de Europa y Copa de Ciudades en Feria). Los partidos se celebran en terrenos españoles, y el Barça se deshace primeramente del campeón galo, el Stade de Reims, venciéndole en «Les Corts» por 5 a 0, y consigue el trofeo al derrotar en la final, disputada en Madrid el 3 de julio de 1949, en el flamante e inconcluso  estadio de Chamartín, al Sporting de Lisboa por 2 a 1, con goles de Seguer y Basora   y la siguiente alineación: Velasco; Calvet, Curta, Calo; Gonzalvo III, Gonzalvo II; Basora, Seguer, Canal, César y Navarro II

Con anterioridad el Barça había conquistado también la Copa «Eva Duarte», lejano precedente de la actual «Supercopa de España», que enfrentaba al Campeón de Liga y al de Copa, al derrotar al Sevilla por 1 a 0 en Valencia, con un gol de César (19 de diciembre de 1948). No le va a ir tan bien, sin embargo, en la Copa del Generalísimo de 1949. Elimina a partido único al Girona ( 9 a 0 ), y luego al Granada (2 a 2 en la ciudad de La Alhambra y 5 a 2 en Barcelona), pero cae ante el Valencia, pues no consigue remontar el 3-1 adverso encajado en «Mestalla», al vencer únicamente por 3-2 en «Les Corts». No obstante, el balance final de la temporada es magnífico

TERCER ACTO Y TELÓN: 1949-50

La tercera temporada de Enrique Fernández al frente del Barça, la 1949-50, presenta las naturales novedades. En la lista de bajas figuran Quique, Noguera y Florencio, mientras que se incorporan Isal, Corró, los sudamericanos Prais y Salaberry – ambos compatriotas del técnico charrúa – , Matamala, el argentino Giménez,  y Areitio ( estos dos últimos, una vez iniciada la campaña ). La Liga da comienzo el 4 de septiembre de 1949, con mal pie. El Barça es derrotado por 3 a 1 en «San Mamés», pero a la semana siguiente consigue una goleada histórica sobre el Nástic de Tarragona en «Les Corts», 10 a 1. Sin embargo su irregularidad – que va a ser la tónica de toda la temporada – se pone una vez más de manifiesto al ser vapuleado en el nuevo «Chamartín» por el Real Madrid ( 6-1 ). En la cuarta jornada, no obstante, logra otro marcador asombroso, 7 a 0 sobre el Sevilla en la Ciudad Condal, para proseguir con sus altibajos cayendo en la quinta fecha en «Riazor» , ante el Coruña, con una derrota sin paliativos, 3 -0.

Pierde la   Copa «Eva Duarte»  ante el Valencia, vigente campeón copero, por un marcador estratosférico, 7 a 4, aunque muy pronto el club va a celebrar con brillantez sus Bodas de Oro. La Junta Directiva que preside Agustí Montal i Galobart le dará el mayor realce a la efeméride, y entre un aluvión de actos de tipo deportivo, cultural y social, programa un torneo triangular donde el Barça se enfrenta al Boldklubben de Copenhague danés y al Palmeiras de Sao Paulo brasileño y del que sale vencedor, entre vibrantes sardanas, emotivos homenajes y espectaculares sueltas de palomas. Pero una vez reanudado el campeonato liguero, la situación no mejora un ápice.

El Barça se mantendrá siempre alejado de la cabeza de la clasificación, en una temporada muy igualada y abierta, marcando muchos goles, pero también encajando bastantes. Y dos derrotas consecutivas ante el Real Madrid en «Les Corts» ( 2-3 ) y Sevilla en «Nervión» – 5 a 2 –  van a suponer,  tras la disputa de la jornada 17 (22 de enero de 1950), la dimisión de un Enrique Fernández que además estaba abiertamente enfrentado a varios miembros de la plantilla (en concreto, se hablaba de César y los hermanos Gonzalvo, y se especulaba con la posibilidad de que los jugadores le hubiesen hecho «la cama»). En ese momento el equipo era octavo, a 6 puntos del líder, el Real Madrid, con un negativo y un balance provisional de 8 victorias, 1 empate y 8 derrotas. Le va a sustituir un hombre de la casa, Ramón Lloréns, antiguo guardameta de los años 20 y primeros 30, y a la sazón responsable del equipo de Aficionados. Con él en el banquillo, el Barça acabará la Liga en quinta posición, con 29 puntos, a cuatro del campeón, el Atlético de Madrid.

El balance de Enrique Fernández como entrenador barcelonista se va a resumir  en un total de 81 partidos oficiales dirigidos, con 46 victorias, 15 empates y 20 derrotas, 211 goles a favor y 121 en contra. El tanto por ciento de partidos ganados va a ser del 56,79 %. No obstante, y pese al excelente bagaje deportivo ( 2 Ligas y una Copa Latina como principales conquistas ), la estancia de Fernández en el banquillo del Barça no fue precisamente un lecho de rosas. Tendrá enfrentamientos puntuales con algunos miembros relevantes de la plantilla – aparte de los ya mencionados, el más grave se producirá con el defensor Jaume Elías, quien tras chocar con él no volverá a ser alineado -, y sus relaciones con Samitier, secretario técnico del club, no van a ser precisamente idílicas, sino un claro motivo de fricción, especialmente en sus últimos meses como blaugrana, cuando va a tener que soportar además varias pañoladas en el estadio a causa de la mala marcha deportiva del equipo – el público nunca acaba de  comprender que no siempre se puede ganar – y abundantes críticas por parte de la prensa.

Una vez fuera del Barça, el buen técnico uruguayo regresará a su país para dirigir a Nacional, entre 1950 y 1952, pero al año siguiente volverá a España, para ocupar el banquillo de un Real Madrid que llevaba 20 años sin ganar la Liga. Claro que los blancos, tras rocambolescas vicisitudes, se van a hacer con los servicios de un jugador argentino de ralos cabellos rubios y vocación todoterreno, Alfredo Di Stefano, y con él omnipresente sobre el campo, Enrique Fernández se apuntará su tercera Liga española, en la temporada 53-54, rompiendo así con la larguísima sequía merengue en el Torneo de la Regularidad.

No obstante abandonará la entidad presidida por Santiago Bernabéu a mediados del curso siguiente, concretamente tras la jornada 14 y con el equipo situado como líder. Rescinde su contrato de mutuo acuerdo con el club, y el militar cordobés José Villalonga, futuro seleccionador español, toma las riendas del equipo blanco, volviendo a revalidar el título. Fernández dirigirá con posterioridad al Colo-Colo chileno ( con el cual vuelve a ganar un campeonato liguero ), al Sporting de Lisboa, al Real Betis Balompié ( en la campaña 59-60, hasta su cese tras la décima jornada, con los verdiblancos en zona de promoción, siendo sustituido por Sabino Barinaga), a Gimnasia y Esgrima de La Plata – en dos períodos diferentes -, al River Plate bonaerense, al Palestino chileno, y a la Selección de Uruguay entre 1967 y 1969. Va a fallecer en la misma ciudad que le vió nacer, Montevideo, el 6 de octubre de 1985, a los 73 años de edad, dejando tras de sí el recuerdo de un excelente profesional, tanto dentro como fuera del terreno de juego, aunque en una plaza tan difícil como siempre ha sido Barcelona le tocase también recibir críticas, no siempre del todo justificadas.