Despejando la ecuación: el papel del Club X en la fundación del RCD Espanyol de Barcelona (1902 – 1909)

  1. Introducción

El X Sporting Club[1] fue un club de futbol de la ciudad de Barcelona, localidad en la que desarrolló su actividad entre los años 1902 y 1909. Desaparecería como tal en 1909, al modificar su nombre por el de CD Español y convertirse en una entidad polideportiva que incluía las secciones del Club Español de Jiu-Jitsu, que se integraría en la nueva institución. Dicha entidad es en la actualidad un histórico del futbol: el Reial Club Deportiu Espanyol de Barcelona[2].

Aunque eventualmente también vistieron de negro, el uniforme habitual era blanco con el escudo negro en el pecho, (ver imagen 1), el cual consistía en una X rodeada de un círculo abierto en forma de letra C, en lo que parece emular la forma de un balón (ver imagen 2). Su campo de juego estaba “en las cercanías de Casa Antúnez” (Nolla Duran, 1976: 25) (ver imagen 3) y sus jugadores eran conocidos como “els incògnits” (Closa et al., 2001: 39) El X, que nació como “la sección deportiva del Círculo Artístico” (Oliva, 2017: 25), fue un club importante durante la primera década de siglo, compitiendo en los primeros campeonatos de Cataluña, y siendo campeón en los años 1906, 1907 y 1908.

Aunque, pese su interés intrínseco como institución deportiva relevante en su época, el conocimiento de la historia del X Sporting Club tiene un valor añadido al representar una pieza fundamental para construir los primeros capítulos de la historia del RCD Espanyol de Barcelona. Un mayor conocimiento de la historia del X debe ayudar a intentar responder algunas cuestiones planteadas a nivel de discusión historiográfica. ¿En qué año se fundó el Espanyol? ¿Qué año debería, pues, celebrarse la efeméride? ¿Fueron Club Español de Football y CD Español una misma entidad? Dar respuesta definitiva a estas cuestiones es una tarea compleja por dos motivos. El primero tiene que ver con la flexibilidad de interpretación de muchas de las fuentes primarias sobre las que se trabaja, habitualmente de tipo periodístico. El segundo motivo, a su vez, nos remite a la práctica inexistencia de aproximaciones historiográficas de carácter científico que hayan tratado el pasado del Espanyol, ya que la gran mayoría de obras de referencia son, también, relatos periodísticos. Entendemos, no obstante, que el planteamiento de una breve semblanza de lo que fue el Club X, repasando su desarrollo deportivo y la manera en la cual se relacionó con el Espanyol, ha de aportar nuevas herramientas analíticas para reflexionar sobre las cuestiones antes planteadas. De esta manera, el presente artículo aspira a aportar nuevos planteamientos para la discusión sobre los orígenes históricos del RCD Espanyol de Barcelona, y a fomentar nuevas investigaciones sobre la época en cuestión.

En las siguiente líneas, pues, expondremos de manera sumaria el origen, desarrollo y evolución del X, y veremos cómo ello influenció de manera directa en el devenir histórico del Espanyol.

Imagen 1: Alineación de “X”, campeón del Campeonato de Cataluña de 1906 – 1907. Fuente: Los Deportes, Año 11, número 449, 30 de marzo de 1907, página 341. Fotografía de J. Busqueta.

 

Imagen 2: Escudo del Club X. Fuente: Wikimedia Commons.

 

Imagen 3: Los 12 campos de juego existentes en Barcelona en el año 1902, con el campo del Club X ubicado en la zona de Montjuïc – Can Tunis. Fuente: Closa et. al. (2001: 28).

  1. Breve historia del Club X

A continuación, se expondrá el recorrido del Club X desde sus inicios en el año 1902 hasta su “disolución” en el año 1909.

2.1 Orígenes

El contexto futbolístico de la Barcelona de la primera década del Siglo XX era notablemente prolífico a nivel de clubes. Además de los clásicos Football Club Barcelona y Club Español de Football[3], fundados en 1899 y 1900 respectivamente, y del decano oficioso Català Football Club[4], existieron numerosas entidades dedicadas a la práctica del futbol. Así, el Hispania, el Universitari, el Catalonia, el Internacional, y otros, conformaban el elenco de equipos que se disputaban la hegemonía local en las primeras y arcaicas competiciones que se llevaban a cabo.

“Háblase de la fundación del ‘F. C. X.’”[5]. De tan escueta manera anunciaba el semanario Los Deportes del 9 de marzo de 1902 el nacimiento de la entidad. La noticia también hacía referencia a la fundación de otro club llamado “Club Argeliano de F.”, y a la desaparición del “Nacional”, cuyos jugadores pasaron a engrosar las filas del “F.C. Condal”. Como decíamos, el fútbol estaba en pleno auge y era común el constante movimiento existente entre fundaciones y desapariciones de las entidades dedicadas a su práctica.

Desde sus inicios, el X se inmiscuyó en la realidad futbolística de la ciudad. Fue uno de los clubes integrantes de la Asociación de Clubs de Football, cuyos estatutos entrarían en vigor el 1 de enero de 1903, siendo aprobados por los clubes Barcelona, Català, Catalonia, Catalunya, Español, Hispania, Iberia Internacional Irish, Salud, Universitari y el propio X (Nolla Duran, 1976). Dicha entidad sería el embrión de la que posteriormente fue la Federación Catalana de Football, fundada en 1907 y presidida en sus inicios por Isidre Lloret, directivo del X. Lloret, quien fuera también socio del extinto Club Español de Football, fue la persona a cargo de la transición entre la Asociación de Clubs de Football y la Federación Catalana de Clubs de Football. Tras dos años en el cargo – presidió la Federación entre enero de 1907 y Octubre de 1908 -, cesó en 1908 al ser protagonista de una polémica en la que se le acusaba de trato de favor a su equipo, el X.

2.2 Primeros años

Los primeros años del X a nivel deportivo transcurrieron con más pena que gloria. En la temporada 1902/1903 se inscribió en la Copa Barcelona. Dicha competición, organizada por el FC Barcelona, venía a suceder a la Copa Macaya, y fue el antecedente directo del Campeonato de Cataluña iniciado la temporada posterior. Once equipos se inscribieron en la competición, aunque tres de ellos, incluyendo el propio X, se retirarían en el inicio del campeonato. El FC Barcelona sería el campeón.

En la temporada 1903/1904 tuvo lugar la primera edición del Campeonato de Cataluña de Football. Se trataba de la primera competición organizada sin el patrocino directo de ningún club, siendo gestionada a través de la Asociación de Clubs de Football. Se inscribieron un total de 10 equipos, que acabaron siendo 9 al finalizar la competición, tras la retirada del Iberia. El X finalizaría en penúltima posición, con únicamente 3 puntos, adquiridos tras una victoria y un empate en sus partidos contra el Ibérico, último clasificado. El Español CF se alzaría con la victoria en este primer campeonato.

En la temporada 1904/1905 únicamente compitieron 5 equipos. El X finalizaría último clasificado, tras conseguir dos únicos puntos ganando uno de sus dos partidos con el Català, penúltimo clasificado. El ganador sería el Barcelona. Esa temporada se disputó también una liga de segundos equipos, donde competirían los 5 clubes que formaban el campeonato de Cataluña más el Joventut. El segundo equipo del X finalizaría también en última posición, empatado con el Català, ambos con dos puntos (Lozano, 1990).

2.3 Los años dorados del X

Con fecha de 7 de enero de 1906, el Club Español de Football notifica a la Asociación de Clubs de Football su retirada del Campeonato de Cataluña, ya que no disponía de los jugadores necesarios para participar en la competición. El motivo era realmente simple y pragmático. Una buena parte de los jugadores del primer y segundo equipo, estudiantes universitarios, debían abandonar la ciudad y proseguir sus carreras fuera de Barcelona, algunos de ellos incluso en el extranjero. La idiosincrasia del club, pues, le había pasado factura. Como remarca Bravo Escarza (1953: 22), “el ‘Español’, nacido en la Universidad, suspendió sus actividades debido a las naturales exigencias escolares de la Universidad”.

Este hecho significó un giro de 180 grados en la dinámica deportiva del X, ya que aquellos jugadores del Español CF que permanecieron en Barcelona se pasaron a sus filas. El nivel deportivo del X, pues, aumentaba considerablemente. Así lo constata J. Elías en una crónica en el semanario Los Deportes, donde escribía que el X “viene a convertirse en potencia de primer orden, gracias a haber recibido el refuerzo de algunos jugadores del disuelto «Español», que lo convierten de club de ínfima categoría en nuevo Campeón”[6].

De esta manera, el X se alzaría con el campeonato de Cataluña en las temporadas 1905/1906, 1906/1907 y 1907/1908. En su primer campeonato se impondría a Internacional, Barcelona y Català, en el segundo a Barcelona y Català, y en el tercero y último a Barcelona, España y Català. Cabe reseñar que fueron victorias no exentas de polémica, especialmente la última temporada, donde se acusó a la Federación Catalana, dirigida por el directivo del X Isidre Lloret, de favoritismo hacia su equipo (García Castell, 1968). Como campeón regional, el X se ganó la posibilidad de participar en el Campeonato de España, pero declinó su participación por tres años consecutivos.

2.4 “Disolución”

En el año 1909 el X dejará de existir como se le conocía hasta ese momento, cambiando su nombre por el de CD Español, y absorbiendo al Club Español de Jiu-Jitsu. Así daba cuenta de ello el Semanario Los Deportes: “El «X Sporting Club» dedicado exclusivamente al foot-ball, en reunión de socios, acordó cambiar el nombre que llevaba por el de «Club Deportivo Español», ingresando acto mediato del cambio de nombre a militar en esta entidad deportiva, los que fueron socios del que se llamó «Club Español de Jujutsu». Coincidiendo estos hechos con la época de renovación de junta, vínose en reformar los Estatutos y en nombrar aquélla”[7].

Para comprender el proceso de fundación del CD Español hay que tener en cuenta el contexto en el que, tras tres años fuera, varios de los antiguos miembros del Español CF retornan a Barcelona. Es entonces cuando se inician los contactos para intentar hacer resurgir al extinto Club Español de Football, existiendo dos personas que jugarán un papel clave en el proceso: el jugador y capitán del X Emili Sampere y el fundador del Club Español de Jiu-Jitsu Julià Clapera, ambos exjugadores del Español CF.

Segura Palomares (1974: 44) recoge las palabras del propio Julià Clapera explicando el proceso de refundación del Espanyol: “Al deshacerse el club en 1906, los jugadores que quedaron, capitaneados por Emilio Sampere, que era primo mío, se incorporaron al X Sporting Club y allá continuaron jugando al fútbol. Yo, por mi parte, fundé el Club Español de Jiu-Jitsu, en el que también integré a antiguos socios españolistas. Al llegar el año 1909 habían vuelto algunos de los estudiantes que se marcharon tres años atrás y fueron a verme a mí o a Sampere con idea de resucitar el Español. Así que un buen día decidí entrevistarme con Emilio, que a la sazón era el capitán del X. Pronto llegamos a la conclusión de que lo mejor sería fusionar nuestros dos clubs y volver a darle vida a aquel que tanta gloria había alcanzado en su etapa inicial… A principios de 1909 convoqué una reunión de socios del Club Español de Jiu-Jitsu en nuestro local social, sito en la calle Aribau número 21. Asistieron a ella también Sampere y los del X así como varios jugadores del Club Internacional. Se trató de la fusión y hubo mayoría. Decidimos llamar en adelante a la entidad Club Deportivo Español. El equipo de fútbol se formó con la base del X y la masa social con éstos y los del Jiu-Jitsu”.

Encontramos también en la Obra de Segura Palomares (1974: 55) el testimonio de Miquel Piferrer sobre la fusión: “Yo era socio del Club X, y al producirse la fusión con el Club Español de Jiu-Jitsu, gracias a la gestiones de Emilio Sampere y Julián Clapera, pasé a ser socio del Club Deportivo Español, al igual que la mayoría de mi antiguo equipo».

El CD Español pasaría directamente a competir en primera división del campeonato de Cataluña, ya que su eclosión no supuso una fundación desde cero sino una mutación del antiguo X Sporting Club. Con aprobar el cambio de nombre de la entidad a través de los estatutos hubo suficiente para proseguir con la actividad futbolística. Así, la nueva entidad competiría en el campeonato de Cataluña en lugar del X Sporting Club, a la vez que recibiría la masa social del Club Español de Jiu-jitsu y sus secciones deportivas. Tanto X como Club Español de Jiu-jitsu se consideran desde entonces entidades desaparecidas.

Aun siendo una institución diferenciada del extinto Español CF, el CD Español nacía con la clara vocación de ser su heredera. De esta manera, aquella modestísima institución impulsada en 1900 por varios jóvenes universitarios liderados por Ángel Rodríguez, y que fue denominada en un primer momento Sociedad Española de Football, forjaba la identidad de la nueva institución, mientras que el X, pese a aportar la estructura orgánica necesaria para su existencia, veía como su herencia quedaba en la periferia simbólica de la nueva entidad.

Imagen 4: Escudos y años de existencia de Club Español de Football, X Sporting Club y Club Deportivo Español (infografía). Fuente: elaboración propia.

  1. La relación entre X y Espanyol: una fuente de controversia

Pese a la evidente relación existente entre ambas, no cabe ninguna duda de que Football Club X y Club Español de Football eran entidades diferentes. En el momento de fundación del X, el Español CF ya existía, y no fue hasta la desaparición de este último que pueden surgir algunos interrogantes sobre el papel del X en relación a la historia del Espanyol. Ciertamente, cuando el Club Español de Football cesa actividades en 1906 y el X acoge a varios de sus jugadores en sus filas, puede proyectarse la percepción de una unión entre ambas instituciones, aunque tal cosa nunca existió. Algunas obras sobre la historia del Espanyol, que tampoco profundizan sobre el tema, pueden llegar incluso a insinuar dicha unión (Lasplazas y Pardo, 1941), y es que a la hora de reconstruir un relato histórico, como el del Espanyol en este caso, tener un agujero inconcluso como el habido entre los años 1906 y 1909, supone una dificultad añadida. Por ello no es extraño encontrar en la web del propio club que el escudo original del Club Español de Football estuvo vigente hasta 1910[8], una cosa extraña cuando dicha entidad dejó de operar en 1906.

3.1 Coexistencia deportiva

Aunque, amistosos aparte, X y Español únicamente se enfrentaron en competición oficial en el Campeonato de Cataluña de la temporada 1904/1905, ambas entidades fueron rivales entre 1902 y 1906. La temporada 1902/1903, en la que se disputó la Copa Barcelona, no se enfrentaron, ya que el X se retiró de la competición justo en los inicios. En la temporada 1903/1904, tampoco se enfrentaron en el primer Campeonato de Cataluña, ya que el X cedió sus puntos al Español en los dos partidos correspondientes a la liga de ida y vuelta. Aunque ello parezca una especie de trato de favor, seguidismo, o incluso corrupción, “era práctica habitual que un equipo modesto cediera los puntos a un grande sin llegar a jugar para que éste descansara o llegara a jugar algún amistoso” (Lozano, 1990: 2). Se entendía que la diferencia entre ambos equipos era lo suficientemente notoria como para que esta práctica no repercutiera en la integridad ni el resultado final de la competición. En la temporada 1904/1905 sí que llegaron, como decíamos, a enfrentarse en partido oficial, con ambas victorias para el Español. Ya en la 1905-1906, tras la retirada del Club Español de Football, no hubo más oportunidades para competir entre ambos (Lozano, 1990).

3.2 ¿Un mismo club?

Algunos autores remarcan la afinidad existente entre X y Español, como Nolla Duran (1976: 56) cuando habla de que “fiel al programa españolista, el ‘X Club de Football’ vino a suplir al Español” (1976: 56). De esta manera, sugiere una cierta afinidad a la hora de entender la filosofía de ambos clubes, aunque dicha afirmación no la sustenta con ningún argumento posterior.

Lasplazas y Pardo (1941), por su parte, defienden de manera recurrente que “Español y ‘X’ son un mismo club que en algunos instantes toma un nombre y en otros momentos el otro” (1941: 15), que “el ‘X’, siendo el ‘X’, es el Español” (1941: 17) o, en referencia al periodo 1906 – 1909, que “los jugadores son, en realidad, los mismos, y el Club tiene una evidente continuidad” (1941:14). Para sustentar sus afirmaciones, muestran la comparativa entre la última alineación del X, en partido contra el Català el 14 de febrero de 1909, con la primera alineación del C.D. Español, en partido contra el Barcelona, donde Gibert, Castillo, Irizar, Soler, Viles, Ponz, Berdié, Sampere y Grau están presentes tanto en la primera como en la segunda. Un argumento que sirve para reforzar la obviedad de que el CD Español nace de las cenizas del X, aunque no posibilita justificar una relación en años anteriores ni sostiene, por supuesto, las categóricas afirmaciones previamente mencionadas.

Segura Palomares (2001: 40) llega a afirmar que tanto Emili Sampere como el resto de jugadores del extinto Club Español de Football que pasaron a las filas del X, lo hicieron “con la intención de mantener el fuego sagrado del Espanyol en suspensión temporal, a la espera de mejores circunstancias para volver a encender la hoguera” (2001: 40), o también que “Sampere, todo un jugador, esperaba el momento oportuno para reactivar su verdadero club, ganando amigos entre sus compañeros accidentales, con la idea de arrastrar a los mejores cuando llegara la hora” (2001: 43). Dichas aseveraciones, sin embargo, no parecen ser más que la construcción de un relato metafórico, ya que en ningún caso los testimonios por él consultados mencionan el planteamiento de ese objetivo desde la situación inicial de cese de actividades del Club Español de Football.

Resulta evidente que hay una continuidad entre X y Espanyol, pero ésta se ciñe únicamente a la relación entre X Sporting Club (1907 – 1909) y CD Español (1909 –…), nunca entre Football Club X (1902 – 1907) y Club Español de Football (1900/1 – 1906). Nada unía a estos últimos más allá de que el X se convirtiera en lugar de acogida de aquellos jugadores huérfanos de equipo tras la desaparición del Club Español de Football. El CD Español, sin embargo, se funda sobre los cimientos orgánicos e institucionales del X Sporting Club. Tanto es así que el X ni siquiera decretó su disolución. Como ya se ha comentado, una adaptación en los estatutos fue suficiente para dar el paso y competir bajo la identidad del CD Español, reforzado con la masa social del Club Español de Jiu-Jitsu y sus diferentes secciones deportivas.

El hecho de que el X no decretara una disolución, sino un cambio de nombre y posterior fusión, plantea un inconveniente claro a quien pretenda defender una continuidad histórica entre CD Español y Español CF basada en el papel intermedio del X, ya que a nivel estructural, si existe una referencia directa que establezca una línea de continuidad con el pasado ésta es la del X Sporting Club. De esta manera, los orígenes del Espanyol podrían encontrarse en la fundación del Football Club X en 1902, y no en 1900 con la fundación de la Sociedad Española de Football.

3.3 La cuestión de las Bodas de Oro del Espanyol

Las dudas con respecto al tipo de relación existente entre X y Espanyol han podido ser motivo de discusión sobre algún tema acaecido a lo largo de la historia del Espanyol. Ciertamente, el contar los años 1906 – 1909 como si el Espanyol hubiera existido implica reconocer en cierta medida que X y Espanyol fueron una misma entidad en aquella época, lo cual hemos desmentido con anterioridad. De esta manera, el hecho de que esta cuestión haya permanecido inconclusa ha provocado con posterioridad alguna polémica a nivel historiográfico que excede a la propia polémica original sobre la existencia o no del Espanyol en la época 1906 – 1909. Tal es el caso de la problemática sobre la celebración de las Bodas de Oro del Espanyol.

La diversidad de lecturas existente sobre la fecha fundacional del Espanyol, sin duda alimentada por el papel del X durante los años 1906 – 1909, provocó un arduo debate sobre cuándo deberían celebrarse las Bodas de Oro de la entidad, lo cual acabó sucediendo finalmente en el año 1953. Suena extraño, ya que se tomaba como referencia la fundación de la Sociedad Española de Football en el año 1900, como así se hizo con posterioridad, en la celebración de las Bodas de Platino y del Centenario. Estas dos últimas efemérides, sin embargo, se celebraron contando los años justos, en 1975 y 2000, respectivamente.

Sin duda, celebrar los 50 años de existencia a los 53 años es una cosa fuera de lo común. Segura Palomares (1974, 2001) argumenta que el motivo para celebrar tan extraña efeméride se debe a la propia dejadez de la entidad, tal y como también sucedió con las Bodas de Plata, que nunca llegaron a celebrarse. Aunque semejante planteamiento expone varias incertidumbres, ya que es el mismo autor quien afirma, como así veremos con posterioridad, que sí existió debate sobre cuándo celebrar los cincuenta años de existencia. De cualquier modo, la hipótesis de Segura Palomares (2001) apunta a que el cincuentenario no se celebró en 1950 por desidia de la propia directiva, aunque la existencia de obras de referencia sobre la historia del Espanyol editadas con anterioridad, como las de Carballo y Julià (1941) o Lasplazas y Pardo (1941), así como el hecho de contar con los propios testimonios de la época, hace que Segura Palomares tenga también en cuenta la propia incompetencia de la directiva como posible explicación. Justo Conde (1990: 113), por su parte, menciona que las Bodas de Oro “no se habían celebrado tres años antes, cuando hubiera correspondido hacerlo, por las difíciles circunstancias que atravesaba la entidad”. En este caso, la justificación para no celebrar el cincuentenario cuando tocaba se encuentra en la precaria situación del club, en constante conflicto entre familias y con el trasfondo de la disputa sobre la propiedad del Estadio de Sarrià[9].

Sobre esta discusión, no nos aventuraremos a establecerlo aquí de manera axiomática, pero son demasiados antecedentes como para no tomar seriamente en cuenta la hipótesis de que sí se conocía, ciertamente, la fecha de fundación de 1900, pero que no se tomaría ésta en cuenta como referencia al considerar que durante la época 1906 – 1909 no existió la entidad. Así lo justificó el Espanyol, de hecho, aunque Segura Palomares (2001) lo tome como una excusa para justificar el propio error del club. Así pues, las Bodas de Oro se celebrarían con diversos actos entre el 28 de marzo y el 1 de abril 1953, alegando a modo justificativo que “se había escogido el 1953 porqué el club había estado tres años inactivo y de esta manera se cumplían los cincuenta de vida efectiva” (Closa et. al., 2001: 259). La confusión, sin embargo, llegaba a tal punto que el cartel oficial de los actos de celebración anunciaba las fechas 1903 – 1953 (ver imagen 5).[10]

Con respecto al mencionado debate habido en la época al que hace mención Segura Palomares (2001), sobre cuándo establecer la fecha del cincuentenario del Espanyol, encontramos una primera referencia en el año 1950. Ya entonces Julià Clapera, uno de los artífices de la fundación del CD Español en 1909, promovió sin éxito que la celebración debía realizarse tras los 50 años de la fundación de la Sociedad Española de Football. Con posterioridad, otras voces autorizadas dentro de la historia del Espanyol tomaron parte en el debate. Así, además del propio Clapera, el fundador de la Sociedad Española de Football, Ángel Rodríguez, reivindicaba el año 1900 como la referencia para celebrar la efeméride. Emili Sampere, por su parte, reclamaba que el club nació en 1909 y que ésta debería ser la fecha de referencia. Vemos, pues, como ambos fundadores del CD Español en 1909, Clapera y Sampere, tenían posiciones divergentes al respecto. En cualquier caso, como ya se ha comentado, la decisión que se tomó fue la de tomar el 1900 como referencia de la fundación y restarle los 3 años entre el cese de actividades del Club Español de Football y la fundación del Club Deportivo Español.

Imagen 5: Emblema promocional de los actos de celebración de las Bodas de Oro del RCD Español. Fuente: EL MUNDO DEPORTIVO. Edición de jueves 26 de marzo de 1953. Página 3.

  1. RCD Espanyol de Barcelona: una fundación y dos orígenes

El CD Español nace en 1909, fruto de la decisión del X Sporting Club de cambiar el nombre de su entidad, y la posterior adhesión de las secciones deportivas del Club Español de Jiu-Jitsu. Por tanto, aunque sus orígenes puedan buscarse con anterioridad, podemos afirmar que el actual RCD Espanyol de Barcelona nace en ese justo momento. A partir de aquí, pueden trazarse dos posibles caminos para encontrar el origen primigenio del club.

Uno de ellos seguiría una línea continuista, y entendería que la Institución originaria del CD Español sería el propio X Sporting Club, nacido en 1902 como Football Club X. Una hipótesis que se justifica a nivel orgánico, ya que, al modificar únicamente los estatutos y ejecutar el cambio de nombre, el X no llegaría a desaparecer, sino que únicamente mutaría sus signos de identidad.

Imagen 6. Antecedentes a la fundación del Club Deportivo Español. Hipótesis sobre el origen orgánico (infografía). Fuente: elaboración propia.

La otra línea sería la que ha seguido siempre la historia oficial del Espanyol, buscando sus orígenes en el Club Español de Football, nacido como Sociedad Española de Footbal en 1900. La vocación e idiosincrasia del CD Español como elemento de continuidad con el Español CF, así como la evidente vinculación personal y sentimental de los jugadores y socios de ambas instituciones, avala la presente hipótesis. Para reforzarla, se hace también énfasis en la idea de que el Club Español de Football nunca llegó a decretar su disolución, sino únicamente un cese de actividades, con lo que la fundación del CD Español supondría a efectos prácticos una vuelta a la actividad.

Una hipótesis que ha sido defendida en todas las obras clásicas que han tratado sobre la historia del Espanyol, y que tiene uno de sus referentes más arcaicos en “La Verdad Deportiva”[11], órgano de difusión de la Peña Ibérica[12] que se publicó entre enero de 1928 y mayo de 1929. En la mencionada publicación había una sección titulada “Historial del RCD Español”[13], que en su edición de 22 de diciembre de 1928 critica a “los aficionados que creen o suponen partir la historia o fundación del Español”[14], en clara referencia al periodo 1906 – 1909. A partir del análisis de la mencionada sección, se identifica claramente la narrativa histórica sobre la fundación del Espanyol que aún hoy día se plantea desde la historia oficial del club.

Imagen 7. Antecedentes a la fundación del Club Deportivo Español. Hipótesis sobre el origen sentimental (infografía). Fuente: elaboración propia.

La hipótesis sobre el origen sentimental es totalmente defendible, aunque, para avalar su validez, sería necesario reexaminar el periodo 1906 – 1909 con el objetivo de ensamblar un relato coherente que llegue hasta el año 1900. Que el Espanyol, bien como CEF o como CDE, no existió durante esos tres años es una obviedad. Así pues, deberían rehuirse aquellas narrativas históricas que establecen una solución de continuidad desde 1900 en adelante, ya que ello implicaría reconocer al Club X como si fuera el propio Espanyol, y tal cosa no fue así, como se ha intentado mostrar a lo largo del presente texto. Sería más prudente, pues, hablar de una fundación en 1909 – CDE – inspirada en otra fundación de 1900 – CEF ex. SEF –, y dejar al X como lo que fue durante esos tres años, un club ajeno al Espanyol que se reforzó con algunos de sus exjugadores.

El Club Español de Football nunca comunicó su desaparición sino que “suspendía indefinidamente sus actividades” (Closa et. al.,2001: 46), y es precisamente en ese carácter de indefinido donde está la clave. Esto es así porque, si bien el CD Español recogía el bagaje deportivo y sentimental del Español CF, su fundación no supuso el renacimiento de éste, ya que, como hemos visto, el CD Español formalmente no era más que el X Sporting Club con un nuevo nombre y nuevas secciones deportivas. Al Club Español de Football, desde 1906, podemos considerarlo, pues, o desaparecido, o en un permanente estado de latencia tras la anunciada suspensión de actividades con carácter indefinido. Obviamente, parece que lo más sensato es optar por la primera opción.

  1. Consideraciones finales

La breve historia del Club X, una de las tantas entidades existentes en la Barcelona de principios de siglo XX que se dedicaba a la práctica del futbol, trasciende a la figura histórica del propio X. Ello es así ya que, los análisis que pretendan establecer una historia del Espanyol solvente, que tome en cuenta todos los aristas e imbricaciones pertinentes y que pretenda construir un relato con la máxima objetividad posible, no pueden obviar el papel del X como institución precursora del Espanyol a nivel orgánico. De igual manera, conocer y reconocer la relación existente entre Football Club X y Club Español de Football como entidades diferenciadas entre 1902 y 1906, y la única existencia del X durante los años 1906 – 1909, solidifica la objetividad del mencionado relato.

El RCD Espanyol de Barcelona nace como tal en 1909, después de que una modificación de los estatutos del X Sporting Club habilitara que éste cambiara su nombre por el de CD Español. Afirmar esto no implica tener que renunciar a encontrar los orígenes del Espanyol en la fundación de la Sociedad Española de Football el año 1900. Sí que requiere, sin embargo, valorar todos los caminos que llevaron a la fundación de 1909, así como clarificar el protagonismo de cada una de las instituciones que participaron en el mencionado proceso de fundación. De esta manera, y sin ánimo de plantear tesis irrebatibles, se afirma que los orígenes fundacionales del Espanyol pueden tener más de una lectura.

Todas las referencias clásicas sobre la historia del Espanyol repiten una misma narrativa, y obvian la conexión estructural entre X Sporting Club y CD Español que permite plantear la hipótesis del origen orgánico, en la cual la propia fundación del X seria el origen del Espanyol. La narrativa oficial sobre la historia del Espanyol, basada en relatos ajenos a la solvencia de la Historia ciencia, ha aceptado determinados axiomas que, cuanto menos, pueden ser debatidos, tal y como se ha pretendido en estas líneas.

Tal es la aportación del presente artículo. Abrir nuevas vías de investigación histórica que ayuden comprender mejor la compleja idiosincrasia histórica e identitaria del Espanyol, y fomenten la actualización crítica de algunos de los análisis aquí presentados. El conjunto de fuentes primarias que pueden aun analizarse sobre esta época debería posibilitarlo, ayudando así a afianzar una historiografía solvente dedicada al estudio del pasado del RCD Espanyol de Barcelona.

  1. Referencias

Bravo Escarza, José (1953). Historial Deportivo del RCD Español. 1900 a 1953. Barcelona: RCD Español.

Carballo, Eduardo; Juliá, Juan (1941). RCD ESPAÑOL. Su vida, su historia, sus triunfos. Barcelona: Basa y Pagès.

Conde, Justo (1990). Equipos con Historia. RCD Español. Madrid: Universo Editorial.

Closa, Antoni; Rius, Jaume; Vidal, Joan (2001). 1900 – 2000. Un segle de futbol català. Barcelona: Federació Catalana de Futbol.

Garcia Castell, Joan (1968). Història del Futbol Català. Barcelona: Aymà Editora.

Lasplazas, José Leoncio; Pardo, Carlos (1941). Historial del Real Club Deportivo Español. Madrid: Ediciones Alonso.

Lozano Ferrer, Carles (1990). Història del Campionat de Catalunya. 1903 – 1940. Valencia: CIHEFE.

Mota Muñoz, José Fernando (2020). ¡Viva Cataluña espanyola! Historia de la extrema derecha en la Barcelona republicana (1931 – 1936). València: PUV.

Nolla Duran, Jaime (1976). Ayer y hoy del futbol catalán. Barcelona: Federación Catalana de Fútbol.

Oliva, Héctor (2017). RCD Espanyol. Història d‘un sentiment. Barcelona: Editorial Base.

Segura Palomares, Juan (1974). Historia del RCD Español. Barcelona: La Gran Enciclopedia Vasca.

Segura Palomares, Juan (2001). Cien años de historia del RCD Espanyol de Barcelona. Barcelona: La Fundació RCDE.

VV.AA. (1928). El llibre d’or del futbol català. Barcelona: Edicions Monjoia.

[1] X Sporting Club fue la denominación oficial que adoptó la entidad a partir de la temporada 1907/1908. Hasta entonces, y desde su fundación en el 1902, el nombre era Football Club X. Ver EL MUNDO DEPORTIVO. Edición de jueves 6 de febrero de 1908, página 4.

[2] Siempre que se haga referencia al club sin mencionar siglas, se escribirá según la nomenclatura actual en lengua catalana: Espanyol. Cuando se utilicen las siglas, relativas a cada una de las denominaciones oficiales que haya tenido la entidad a lo largo de su historia, se escribirá según la época concreta a la que se esté haciendo referencia: Español CF, CD Español, RCD Español y RCD Espanyol de Barcelona. Cuando se escriba Español, en castellano, se hará referencia al Club Español de Football.

[3] Si bien el orden de las siglas que muestra el escudo oficial del Club Español de Football es CEF, la abreviación utilizada al utilizar nombre y siglas será Español CF.

[4] El puesto de decano del futbol barcelonés se lo disputaban entre el Català FC y el FC Barcelona. El Català fue el primer club fundado en Barcelona, aunque el primero en dejar constancia documental de su fundación fue el Barcelona. Por ello ambos clubes se disputaban la distinción.

[5] LOS DEPORTES. Año 06, no. 009 (9 marzo 1902), p. 138.

[6] LOS DEPORTES. Año 14, no. 540 (15 abril 1910), p. 114.

[7] LOS DEPORTES. Año 13, no. 513 (28 febrero 1909), p. 45.

[8] Ver web del RCD Espanyol de Barcelona: https://www.rcdespanyol.com/ca/escut/. Consulta 29/08/2021

[9] Con la entrada de Paco Sáenz a la presidencia en la temporada 1947/1948, el Espanyol adquirió en propiedad el Estadio de Sarrià, abonando 5 millones de pesetas al anterior dueño, Genaro de la Riva. El año 1951 se inauguraría la Grada del Gol Sur, en lo que significó ampliar en 11.000 personas la capacidad del campo, pasando de 17.740 a prácticamente 30.000 localidades.

[10] Segura Palomares achaca parte de la confusión al Llibre d’or d’el futbol català (VV.AA, 1928), donde de manera errónea se establece que el cambio de denominación de Sociedad Española de Football a Club Español de Football se realizó en el año 1903.

[11] El Trabajo de búsqueda, síntesis y análisis sobre “La Verdad Deportiva” ha sido llevado a cabo por Javier Robles Montesinos, cuya cooperación y generosidad ha permitido la inclusión de los datos expuestos en el presente artículo.

[12] Peña Ibérica fue la denominación que desde 1925 tomó la Peña Deportiva Ibérica, fundada en 1923 por un grupo de seguidores del RCD Español. Se trataba de una organización de carácter marcadamente ultraderechista, que se reivindicaba como españolista tanto en lo deportivo como en lo político, y que entendía su vinculación con el RCD Español como una estrategia para potenciar su discurso (Mota Muñoz, 2020).

[13] La sección “Historial del RCD Español” se publicó únicamente en los números 28, 29, 30 y 33 de “La Verdad Deportiva”.

[14] LA VERDAD DEPORTIVA. Número 30, de 22 de diciembre de 1928. Página 2.




El origen de los colores blanquiazules del RCD Espanyol de Barcelona: Apuntes para el debate historiográfico.

  1. Introducción

Desde el año 1910, la equipación principal del RCD Espanyol de Barcelona consiste en franjas verticales de color blanquiazul. El escudo, de igual forma, está formado por un círculo donde dichas franjas verticales caen diagonalmente de derecha a izquierda. Sobre el origen tanto del escudo como de los colores de la camiseta, la web del club hace alusión a “los actuales colores blanquiazules, aquellos que lucía en su blasón el almirante Roger de Llúria”[1]. Existen, sin embargo, voces críticas en al ámbito historiográfico que niegan la veracidad de la versión oficial, y relacionan los colores blanquiazules del RCD Espanyol con los colores de la Casa Real Borbónica.

A través del siguiente artículo se analizará la versión oficial del club, aportada por quien ha pasado a la historia como el cronista oficial de la historia del Espanyol, el periodista Juan Segura Palomares, y se establecerá una dialéctica argumentativa con la versión crítica, que tiene en el historiador Josep María Solé Sabaté a su máximo exponente.

  1. El inicio de la historia

El 28 de octubre de 1900 es la fecha fundacional del RCD Espanyol de Barcelona a nivel oficial. Se toma este día como referencia por la aparición de una nota en el popular semanario Los Deportes, en la que podía leerse: “Es tanta y tan grande la admiración que reina entre los aficionados al foot-ball, que cada día son más numerosos; pues la afición a este deporte cunde de una manera tan extraordinaria que en estos días se ha constituido una nueva sociedad, con el título de “Sociedad Española de Foot-ball”, compuesta de muchos y distinguidos jóvenes”.

A cargo del proceso fundacional estuvieron 3 jóvenes estudiantes de la Universidad de Barcelona, Ángel Rodríguez, Octavi Aballí y Lluís Roca. Ángel Rodríguez Ruiz, primer presidente del club, era hijo de Rafael Rodríguez Méndez, médico andaluz catedrático de Higiene en la Universidad de Barcelona y Rector de la misma entre 1902 y 1905. Vinculado políticamente con el Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux, Rafael Rodríguez Méndez era asimismo presidente de la Sociedad Gimnástica Española. Es precisamente al amparo de dicha institución que se constituye la Sociedad Española de Football, entidad que pasaría a denominarse en el 1901 como Club Español de Foot-Ball.

La nueva entidad nacía con la vocación de reivindicar la práctica del fútbol entre la gente local. Por aquel entonces, las experiencias más habituales de práctica del futbol en Barcelona eran promovidas por ciudadanos extranjeros, en una gran mayoría de casos miembros de empresas británicas radicadas en la ciudad[2].

La entidad desaparece en 1906 por no reunir los jugadores necesarios para competir. La mayoría de los jugadores restantes jugarán con el X Sporting Club, el cual, tras fusionarse con el Club Español de Jiu-jitsu, daría lugar al renacido Club Deportivo Español en el año 1909. A partir de 1912, tras la concesión del título de Real por parte de Alfonso XIII, la entidad pasaría a denominarse Real Club Deportivo Español. Salvo en la época republicana (1931-1939), donde el Real desaparece oficialmente, ese sería el nombre oficial del club hasta que en al año 1995 pasó a denominarse Reial Club Deportiu Espanyol de Barcelona, normalizando el nombre en lengua catalana y añadiendo la especificación geográfica barcelonesa.

Los primeras equipaciones eran de color amarillo, ya que uno de los miembros del club, fabricante de tejidos, disponía de numeroso material de esas características que pudo ser aprovechado para hacer uniformes (Bravo Esparza, 1953). Con posterioridad, y nuevamente por una mera cuestión de pragmatismo, los jugadores vestirían de color blanco, ya que eran los tejidos más económicos y accesibles para vestir a todo el equipo. No sería hasta después de la refundación del club en 1909[3], ya como Club Deportivo Español, que la entidad se planteara la consolidación de unos colores y escudo de carácter definitivo, cosa que se hizo finalmente en el año 1910.

  1. La versión oficial

La primera mención al origen de los colores blanquiazules del Espanyol la encontramos en la primera gran obra de referencia sobre la historia del club, cuya autoría es de Juan Segura Palomares (1974), y que vio la luz muy poco tiempo antes de la celebración de las bodas de platino del RCDE[4]. Por primera vez, se habla de que los colores blanquiazules fueron instaurados de manera oficial para representar al Espanyol inspirados en los colores del blasón del almirante Roger de Llúria.

En el año 1910, el uniforme del Club Deportivo Español pasaría a ser formado por rayas verticales de color blanquiazul, y el escudo oficial, inspirado por el escudo de armas de Roger de Llúria, sería “una circunferencia roja, que cerraba en su interior blanco tres rayas azules verticales, sobre las que se escalonaban, en negro, las letras C.D.E., iniciales de Club Deportivo Español” (Segura Palomares, 1974: 52-53) (ver imagen 2). Siempre según Segura Palomares (1974), el diseño del escudo corrió a cargo del socio Eduard Corrons, quien además llevó adelante la propuesta en Asamblea el día 20 de febrero de 1910 para que fuera aprobada su oficialidad de manera totalmente unánime.

De esta manera, quedaba atrás el escudo que había representado a la entidad hasta entonces, que “consistía en un madroño con colores nacionales, sobre cada uno de les cuales figuraba una de las letras: C.E.F. Club Español de Futbol” (Segura Palomares, 1974: 53) (ver imagen 1). Con posterioridad, tras la concesión del título de Real por parte de Alfonso XIII, el propio Eduard Corrons modificaría el escudo incorporando la corona sobre el círculo, y ampliando el borde rojo del mismo para incorporar las letras Real Club Deportivo Español (ver imagen 3). Asimismo, las rayas azules sobre fondo blanco dejarían de estar orientadas verticalmente para hacerlo de forma inclinada. La siguiente correlación de escudos del RCD Espanyol, así como sus correspondientes fechas, ha sido extraída de la web oficial del club, donde se obvia la época republicana (1931 – 1939).

Imagen 1: Escudo del Club Español de Futbol (1901 – 1910)

 

Imagen 2: Escudo del Club Deportivo Español (1910 – 1912)

 

Imagen 3: Escudo del Real Club Deportivo Español (1912 – 1998)

 

Imagen 4: Escudo del Reial Club Deportiu Espanyol de Barcelona (1995 – 2005)

 

Imagen 5: Escudo del Reial Club Deportiu Espanyol de Barcelona (2005 – actualidad)

La veracidad de este hecho, sin embargo, ha sido puesta en duda ya que no existe, al menos hasta el momento, documentación que verifique el hecho de que el Almirante Roger de Llúria tuviera un escudo de armas con los colores blanquiazules. Al respecto, podemos acudir a la otra gran obra de referencia sobre la historia del RCD Espanyol, también escrita por Segura Palomares (2001), en este caso coincidiendo con el centenario del Club. Allí, Segura Palomares vuelve a mencionar que Eduard Corrons realizó el diseño del escudo inspirándose en los colores de Roger de Llúria, aunque en esta ocasión, además de fiar la versión a la palabra del antiguo socio españolista, deja entrever el hecho de que la fundación oficial del club se firmara en un local de la propia calle Roger de Llúria, y que tal vez este hecho hubiera podido influir en la decisión del propio Corrons[5].

Consciente de las dudas suscitadas sobre la historia de Corrons, Segura Palomares menciona que, pese a todas las dudas e incertidumbres al respecto, ningún historiador “ha podido demostrar lo contrario” (Segura Palomares, 2001: 20). Él, por su parte, asegura haber consultado con antiguos socios que en los años 60 le habían asegurado haber visto el famoso grabado del Escudo de Roger de Llúria sobre el que supuestamente se había inspirado Eduard Corrons. Para dar credibilidad a su historia aporta un nombre, el del señor Miquel Piferré, socio desde 1909, quien daría fe de aquellos hechos. Finaliza la discusión sobre la fiabilidad de la versión de Corrons aludiendo a que “es la intención lo que cuenta; y la intención era adoptar los colores de Roger de Llúria” (Segura Palomares, 2001: 20).

  1. La versión alternativa

De entre las voces que en el mundo de la historiografía han rebatido la versión explicada por Segura Palomares (1974, 2001), destaca la de Josep María Solé Sabaté. Catedrático de Historia Contemporánea por la UAB, y recurrente tertuliano y columnista, en su obra se encuentran varias referencias sobre la historia social y política del Futbol Club Barcelona[6].

A través de alguna de sus columnas de opinión en la prensa, donde trata sobre temas de futbol y sociedad, habitualmente con perspectiva histórica, ha afirmado que los colores blanquiazules del Espanyol no son originarios de Roger de Llúria sino que están inspirados en los colores borbónicos. Dicha afirmación, además, no se ciñe únicamente al club catalán, sino que afecta de igual manera a otros clubes como el Deportivo, la Real Sociedad o el Málaga[7].

Para refutar la historia oficial del Espanyol, inspirada en la obra de Segura Palomares, Solé Sabaté argumenta que “en cap de les quatre grans cròniques catalanes, de Jaume I, Bernat Desclot, Ramon Muntaner i Pere el Cerimoniós, escrites a finals del segle XIII i durant el XIV i considerades el millor conjunt historiogràfic de l’Europa medieval, s’esmenta que el color dels vents sigui blau i blanc, com manta vegada ha explicat el prestigiós professor de la Universitat de Barcelona Anton Espadaler, especialista en literatura medieval catalana” (Solé Sabaté, 31 / 08 / 2015). De esta manera, pone de relieve que no existe evidencia empírica alguna para sostener que el blanco y el azul se correspondían con los colores del blasón del almirante.

Sobre la relación concreta entre los colores del Espanyol y los de la Casa de Borbón, Solé Sabaté afirma que els colors blau i blanc de la camiseta de la Real Sociedad, el Deportivo, el Saragossa, l’Espanyol i altres són d’origen borbònic. Monàrquic. No democràtic, ni popular” (31 / 08 / 2015). De igual modo hace alusión al origen de la bandera argentina, la cual también dice estar inspirada en los colores borbónicos. Observamos, pues, como hace referencia a un notable medievalista y a las principales crónicas de la época para refutar la relación entre los colores del Espanyol y los de Roger de Llúria. Sin embargo, a la hora de relacionar los colores del Espanyol, o incluso los de la bandera argentina, con la Casa Real Borbónica, no aporta referencia alguna que apoye dichas afirmaciones.

  1. Notas para la discusión

Aunque queda totalmente al margen del propósito del presente texto, sí puede afirmarse que existe un debate historiográfico de amplio recorrido sobre el origen de la bandera argentina, dentro del cual se tiene en cuenta la versión que afirma sin tapujos que los colores albicelestes están inspirados en el blanco y el azul de los borbones. Y es que, ciertamente, los inicios de la revuelta criolla de 1810 se enmarcaban en el contexto de ocupación de España por parte de la Francia napoleónica, y el movimiento insurreccional liderado por Manuel Belgrano reivindicaba la fidelidad a Fernando VII, el Borbón depuesto. En estos términos hablaba el que fuera presidente de Argentina entre 1868 y 1874, Faustino Domingo Sarmiento[8]: “Las fajas celestes y blancas son el símbolo de la soberanía de los reyes españoles sobre los dominios, no de España sino de la Corona, que se extendían a Flandes, a Nápoles, a las Indias; y de esa banda real hicieron nuestros padres divisa y escarapela, el 25 de Mayo, para mostrar que del pecho de un rey cautivo tomábamos nuestra propia Soberanía como pueblo, que no dependió del Consejo de Castilla, ni de ahí en adelante dependería del disuelto Consejo de Indias”. El mediático historiador argentino Felipe Pigna (2016) sostiene que lo más probable es que el origen de la bandera argentina se encuentre en la banda de la Real Orden de Carlos III, establecida en 1771 por dicho monarca, quien se inspiró en la túnica y manto de la Virgen en su advocación de la Inmaculada Concepción, declarada Patrona Universal de los Reinos de España e Indias en 1760. Por su parte, la versión que desmiente dicha vinculación de manera clara sostiene que Manuel Belgrano, creador de la bandera, se inspiró en los colores del primer escudo de la Ciudad de Buenos Aires, creado por el Gobernador Jacinto de Láriz en el año 1649 (ver imagen 6) (Perazzo, 2005).

Imagen 6: Primer escudo de la ciudad de Buenos Aires

Así pues, resulta sencillo cotejar la afirmación de Solé Sabaté al respecto del origen borbónico de la bandera argentina, sobre el cual se ve, por cierto, que existe un debate abierto con versiones contrapuestas. Sobre el origen borbónico de los colores del RCD Espanyol de Barcelona, sin embargo, no existe hasta el momento teoría historiográfica solvente que explique dicha relación.

Lo que sí aporta Solé Sabaté en su argumento contra la teoría expuesta por Segura Palomares, es la relación de este último con el régimen franquista, afirmando también que la teoría es una invención que le permitió hacer fortuna en el tardofranquismo y durante la transición (Solé Sabaté, 31 / 08 /2015). Ciertamente, la trayectoria política de Segura Palomares estuvo siempre vinculada al régimen franquista, donde ejerció varios cargos en el seno del movimiento y nunca ocultó su admiración por la figura de José Antonio Primo de Rivera, tal y como también apunta el propio Solé Sabaté.

Cuesta ver, sin embargo, la relación de la trayectoria política de Segura Palomares con la validez de su teoría al respecto de los colores blanquiazules del Espanyol. Profesar un ideario político antidemocrático y contrario a valores como la tolerancia, la convivencia y los derechos humanos, tal y como hacía Segura Palomares, lo invalida a buen seguro en su acción u opinión sobre dichas materias. Pero en este caso, Segura Palomares únicamente recoge el testimonio de los que aseguraban haber visto el grabado con los colores del Escudo de Roger de Llúria con el que el socio Eduard Corrons se inspiró para diseñar el escudo del Espanyol. Lo que habría que invalidar, pues, es la exposición hecha sobre la recogida del testimonio, y no hacer una enmienda a la totalidad de su teoría que se fundamente en la controvertida trayectoria política del autor. Invalidar la versión de segura Palomares en base a su ideología y trayectoria política durante el franquismo resulta aún menos convincente si se toma en cuenta que, precisamente, la relación entre el Espanyol y Roger de Llúria a través de los colores blanquiazules ha sido identificada desde los sectores más catalanistas del club como motivo de reivindicación. El hecho de que el Espanyol luzca los colores de la armada medieval catalana implica estrechar a nivel simbólico la relación entre el club y Cataluña[9], dando pie a afianzar los argumentos de aquellos sectores de la afición que se sienten cercanos al nacionalismo catalán y al independentismo. Es por ello que no acaba de visualizarse que la militancia franquista de Segura Palomares sea motivo alguno para invalidar su aportación, ya que, en este caso, tal vez tendría más sentido que, puestos a inventar, hubiera desarrollado una teoría que acercara más al Espanyol a su relación con la España unitaria defendida por el franquismo.

A la hora de plantear la relación entre los colores borbónicos y los del Espanyol, resulta también pertinente el análisis de la cuestión cronológica. Tal como también menciona el propio Solé Sabaté (Solé Sabaté et al., 1996), la consecución del título de “Real” al club por parte del monarca Alfonso XIII se lleva a cabo en el año 1912. Es decir, con posterioridad a la instauración del escudo y los colores blanquiazules, cuestión datada en el año 1910. Así pues, debería desestimarse el establecimiento de ningún tipo de correlación entre la concesión de los “honores reales” y los colores del club. Podría aducirse, tal vez, una posible motivación anticipada a la propia consecución del título de Real, aunque a día de hoy ello no pase de ser una mera hipótesis.

  1. Conclusiones

Aunque el argumentario expuesto por Solé Sabaté no se ha presentado a través de un foro científico sino mediante uno de opinión, donde no existe ningún filtro sobre la veracidad de lo expuesto, la autoridad y el prestigio de Solé Sabaté obliga a tomar en consideración su postura aun cuando no venga acompañada de un análisis en profundidad. Dicho lo cual, y según lo expuesto con anterioridad, no parece existir una fuente histórica solvente que valide la relación entre los colores borbónicos y los del RCD Espanyol de Barcelona. Así, lo que parece más prudente desde un punto de vista estrictamente científico, sería aparcar semejante teoría en el bloque de las hipótesis y esperar a que alguien sea capaz de aportar alguna certeza sobre la misma.

Sobre la teoría expuesta por Segura Palomares, ésta da pie a la presentación de la siguiente reflexión global que tiene que ver con una deficiencia estructural a la hora de acercarse al pasado del Espanyol desde un punto de vista estrictamente científico. Dicho de otro modo, existe un gap notable con respecto al estudio del pasado del RCD Espanyol de Barcelona, y es que, a diferencia de otros clubes, éste no ha sido tratado propiamente por historiadores. El caso de Segura Palomares es un claro ejemplo. Gracias a él y a su importante obra se tiene conocimiento de una gran mayoría de los aspectos de la historia del Espanyol que hasta hoy día se conocen, y, por ello, Segura Palomares siempre será una referencia en el estudio del pasado del RCD Espanyol. Su labor como cronista es impagable, eso es un hecho, aunque no deje de ser el estudio del pasado expuesto con los ojos del periodista que era. Dicha condición no es baladí, ya que, desde el punto de vista metodológico, probablemente un historiador hubiera tenido más herramientas de justificación y verificación de los hechos presentados, en este caso el origen de los colores blanquiazules del RCD Espanyol de Barcelona. Segura Palomares defiende su teoría con argumentos tales como el anteriormente mencionado señor Miquel Piferré, y el de “otros consocios de su época consultados – quienes, por ley de vida, desgraciadamente ya han muerto – me testificaron que Corrons, al que habían conocido y tratado, propuso los colores y diseñó el escudo guiado por un antiguo grabado…Grabado que ellos aseguraban haber visto” (Segura Palomares, 2001: 20). Sin entrar en debatir sobre la honestidad de sus palabras, lo cual queda bastante alejado del propósito de este texto, sí que puede afirmarse que, de haber sido la teoría de un historiador, ésta hubiera tenido mejores mecanismos de defensa ante la impugnación de la misma. Un historiador, en tanto que científico social, hubiera planteado una exposición metodológica clara y estructurada en la manera de acceder a la información a la que accedió Segura Palomares, basada en una planificación solvente destinada a recabar los datos de carácter cualitativo que sostuvieran un proceso de investigación en el marco metodológico de las ciencias sociales.

Así pues, como conclusión final habría que remarcar la importancia, por un lado, del fomento de la honestidad historiográfica a la hora de introducir nuevas teorías si es que éstas pretenden hacer crecer el conocimiento histórico. Perder de vista esta premisa puede conllevar la difusión de opiniones no fundadas en evidencia empírica y, por tanto, crear confusión. Asimismo, parece también de suma importancia la promoción de estrategias científicas de conocimiento del pasado asociadas a una entidad histórica de la importancia RCD Espanyol de Barcelona. De esta manera, salen beneficiados tanto la Historia ciencia y sus profesionales, como el propio club, que verá con ello reforzada su posición como sujeto histórico de relevancia.

  1. Referencias

Bravo Escarza, José (1953). Historial Deportivo del RCD Español. 1900 a 1953. Barcelona: RCD Español.

Nolla Duran, Jaime (1976). Ayer y hoy del futbol catalán. Barcelona: Federación Catalana de Fútbol.

Perazzo, Alberto Rubén (2005). Origen de nuestros colores: azul celeste y blanco. Comunicaciones del Congreso Internacional de Vexilología XXI “Vexilobaires 2005”. Disponible en: http://internationalcongressesofvexillology-proceedingsandreports.yolasite.com/resources/21st/ICV21_Perazzo.pdf Consulta: 18 – 01 – 2021

Pigna, Felipe (2016). Manuel Belgrano: el hombre del bicentenario. Buenos Aires: Ed. Planeta.

Portabella Isidoro, Jesús (2010). Diccionari nomenclàtor de les vies públiques de Barcelona. Barcelona: Ajuntament de Barcelona.

Segura Palomares, Juan (1974). Historia del RCD Español. Barcelona: La Gran Enciclopedia Vasca.

Segura Palomares, Juan (2001). Cien años de historia del RCD Espanyol de Barcelona. Barcelona: La Fundació RCDE.

Solé Sabaté, Josep Maria (21-12-2010). Els símbols en el futbol. El Punt Avui.

Solé Sabaté, Josep Maria (31-08-2015). El blau i el blanc són borbònics. L’Esportiu.

Solé Sabaté, Josep Maria; Llorens Vila, Carles; Strubell Trueta, Antoni (1996). Sunyol, l’altre president afusellat. Lleida: Pagès editors.

Solé Sabaté, Josep Maria; Finestres Martínez, Jordi (2006). El Barça en guerra (1936 – 1939). Barcelona: Angle editorial.

[1] Ver el apartado de Historia en la página web del club: https://www.rcdespanyol.com/es/historia/ Consulta 14/01/21

[2] Una experiencia similar fue emprendida un año antes por Jaume Vila i Capdevila, fundador y presidente del Català Futbol Club, entidad que muy en sus inicios únicamente aceptaba jugadores catalanes.

[3] El Semanario Los Deportes así lo anunciaba el 28 de febrero de 1909: «una nueva y potente entidad ha venido a completar el número de las que en Barcelona se dedican a la práctica y propaganda de los deportes, la que lleva un nombre tan simpático como Club Deportivo Español»

[4] Coincidiendo con las Bodas de oro del Español, el club editó un monográfico que recogía la historia de sus primeros 50 años (Bravo Escarza, 1953), aunque no hace mención ninguna a la adopción de los colores blanquiazules ni, por tanto, al motivo de su elección.

[5] Ver Nolla Duran, Jaime (1976: 14): “La primera reunión se efectuó en Casa Martino, calle Lauria esquina Diputación”. Sobre el nombre de la calle, ésta se denominó Roger de Lauria entre el periodo 1863 – 1933, y Lauria entre los años 1933 y 1980. Desde 1980 se la conoce por su actual denominación, Roger de Llúria (Portabella Isidoro, 2010).

[6] A destacar: Sunyol, l’altre president afusellat (1996); y El Barça en guerra 1936 – 1939 (2006)

[7] Ver Solé Sabaté (21-12-2010; 31-08-2015).

[8] Extraído de Pigna, Felipe: La creación de la bandera. Disponible en https://www.elhistoriador.com.ar/la-creacion-de-la-bandera/ Consulta 18 / 01 / 2021

[9] Como muestra de esta relación, uno de los colectivos independentistas más conocidos en el seno de la afición blanquiazul lleva el nombre de Roger de Llúria, y otorga anualmente el premio “Perico Almogàver” a aquellas personas que contribuyan a fortalecer la visión de un club arraigado en el país.




El partido de fútbol que duró un año y nueve días: FC Barcelona-España FC.

Equipo del Foot-ball Club “España” (Los Deportes, 15 de marzo de 1910, p. 70).

Equipo del Foot-ball Club “España” (Los Deportes, 15 de marzo de 1910, p. 70).

En septiembre de 1909 el España F.C. de Barcelona (club fundado en 1905, que en 1914 llegaría a ganar la Challenge Internacional del Sur de Francia, y que en 1923 cambiaría su nombre por el de Gracia FC, despareciendo en 1931) anunció la disputa de un “Concurso España” destinado a clubes seniors de la Ciudad Condal, dotado con unos objetos de arte valorados en doscientas cincuenta, ciento cincuenta y cien pesetas. La respuesta inicial fue muy favorable a la iniciativa, con la inscripción de los siguientes clubes (además del organizador, el España FC): CD Español, FC Barcelona, Universitary, Català y Central.

El Mundo Deportivo, 23/09/1909

El Mundo Deportivo, 23/09/1909

Los primeros partidos se jugaron sin novedad en septiembre y octubre de 1909, con los siguientes marcadores:

24/09/1909      España – Español 3-1

26/09/1909      FC Barcelona – Universitary 7-0

03/10/1909      Català – Central 3-2

10/10/1909      España – Universitary 2-1

17/10/1909      FC Barcelona – Català 6-1

24/10/1909      Español – Central 2-1

Los problemas se iniciaron a finales de octubre, con el aplazamiento de algunos partidos, los rumores de retirada de la competición del CD Español y el Universitary y la desaparición del Central, además de la suspensión en el minuto ochenta y cuatro del partido FC Barcelona-España, sobre el que volveremos. Todo derivó en un aplazamiento polémico del Concurso.

El Mundo Deportivo, 25/11/1909

El Mundo Deportivo, 25/11/1909

El partido protagonista de este artículo empezó a jugarse el siete de noviembre de 1909 entre el España FC y el FC Barcelona, siendo suspendido en el minuto ochenta y cuatro cuando el marcador era favorable al Barça por 1-3. El motivo de la suspensión fue una invasión de campo y una monumental tangana, de la que El Mundo Deportivo ofreció la siguiente crónica, más contundente que cualquiera de nuestros comentarios:

El Mundo Deportivo, 11/11/1909

El Mundo Deportivo, 11/11/1909

He aquí la ficha del partido (al menos de los ochenta y cuatro minutos disputados el siete de noviembre de 1909):

07-11-1909. Concurso España. (partido suspendido en el 84´)

ESPAÑA FC-FC BARCELONA 1-3

España: González, Baguñá, Prades, Mariné, Massana, Sabater, Zarzuelo, Ramírez, Graell, Salvo, Seguí.

FC Barcelona: Solà, C. Wallace, J. Morris, Janer, Peris, Grau, Forns, C. Comamala, Masià, A. Comamala. (Sólo 10 jugadores, Bru no compareció por la pérdida de un familiar).

Árbitro: Darné.

Tras el partido y los incidentes se produjo, a lo largo del mes de diciembre, un agrio intercambio de cartas públicas y comunicados entre el presidente del España FC (Francisco Trias) y El Mundo Deportivo, ya que el presidente de la entidad organizadora consideraba que se había faltado al respeto a su afición y al club.

Curiosamente, un error de un funcionario del Gobierno Civil de Barcelona hace que Francisco Trias aparezca en el Libro de Asociaciones del mencionado Gobierno Civil como Presidente del FC Barcelona en 1912.

Obsérvese un error: anotan como presidente del FC Barcelona el 12/12/1912 a Francisco Trias, presidente del España FC de Barcelona. Inscripción del Foot-ball Club Barcelona en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil de Barcelona. Procedencia: Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. Libro Registro de Asociaciones. Tomo II.

Obsérvese un error: anotan como presidente del FC Barcelona el 12/12/1912 a Francisco Trias, presidente del España FC de Barcelona.
Inscripción del Foot-ball Club Barcelona en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil de Barcelona. Procedencia: Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. Libro Registro de Asociaciones. Tomo II.

Pasados unos largos meses de silencio (cuando ya se daba por amortizado el “Concurso España”), el club organizador, en agosto de 1910, hizo pública su intención de finalizarlo.

El Mundo Deportivo, 18/08/1910

El Mundo Deportivo, 18/08/1910

El Universitary y el Català se retiraron también (este último tras la disputa de un partido pendiente con el CD Español, finalizado con empate a tres), por lo que los únicos partidos que quedaban por jugar eran un FC Barcelona-Español y los minutos restantes del suspendido España-FC Barcelona. Se decidió jugar ambos el mismo día, uno tras otro, escogiéndose el 16 de septiembre de 1910.

El FC Barcelona ganó al CD Español 3-1 e, inmediatamente después, afrontó los minutos restantes frente a un muy motivado (y, lógicamente, más “fresco”) España FC. A pesar de ello el marcador no se movió y pudo así finalizarse el partido iniciado un año y nueve días antes, así como el accidentado “Concurso España”, con el FC Barcelona como campeón.

El Mundo Deportivo, 17/11/1910

El Mundo Deportivo, 17/11/1910

He aquí la ficha de la segunda parte del histórico partido que duró un año y nueve días:

16-11-1910. Concurso España. (8´ pendientes del partido iniciado el 7/11/1909)

ESPAÑA FC-FC BARCELONA 1-3

España: Rañé, Reguera, Mariné, Prades, Sabater, Oliver, Salvo, Baró, Zarzuelo, Graell, Passani, Seguí.

FC Barcelona: Solà, C. Wallace, Amechazurra, Arrillaga, Peris, A. Comamala, Forns, Rodríguez, Pattullo, C. Comamala, P. Wallace.

Árbitro: Hamilton.




El concurso “Copa Canaletas” (Barcelona, 1911)

1. El fútbol en Barcelona en 1911

En 1911 el fútbol ya era el deporte más practicado en Cataluña, por encima de otras disciplinas como el ciclismo, natación, motociclismo o automovilismo. Esta eclosión futbolística se materializó sobre todo en la ciudad de Barcelona, donde se encontraban la mayoría de los clubs. Fue en ese año, concretamente el 26 de febrero, frente al Español F.C. de Madrid, cuando el segundo club más importante de Barcelona, el Club Deportivo Español, inauguró su nuevo estadio, ubicado en la calle Muntaner, donde anteriormente se ubicaba un velódromo.

El aumento de la afición al fútbol y a otros deportes trajo consigo una mayor demanda de información, lo que se tradujo en la proliferación de publicaciones especializadas. Además del que hasta ahora había sido el referente, el periódico El Mundo Deportivo, que se publicaba desde 1906, surgieron revistas deportivas como Eco de Sports (1909) o El Sport (1910). No obstante, la más importante nació precisamente en 1911: Stadium, fundada por Ricard Cabot, exdirector de Los Deportes, revista que en 1910 había dejado de publicarse. También en 1911 surgió, por iniciativa de Narcís Masferrer, fundador y director de El Mundo Deportivo, el Sindicato de Periodistas Deportivos.

En España, en ese momento, las zonas más desarrolladas futbolísticamente, aparte de Cataluña, eran el País Vasco, Madrid y Galicia. Una muestra de ello lo tenemos en los equipos que disputaron el Campeonato de España de 1911, una competición que tuvo lugar en Bilbao en el mes de abril y que fue muy polémica y plagada de incidentes relacionados con la alineación de jugadores que podían ser considerados como profesionales (tanto extranjeros como españoles). De los equipos catalanes, además del F.C. Barcelona (campeón en 1910 del torneo organizado por la Federación Española de Clubs de Foot-ball), se clasificó el C.D. Español, que superó una eliminatoria con el Catalá S.C. y el F.C. España. En Madrid, la Sociedad Gimnástica Española se clasificó al eliminar al Madrid F.C. El Athletic Club en Madrid no disputó la clasificación porque reforzaría el equipo de su matriz bilbaína. En la eliminatoria de Guipúzcoa se clasificó la Real Sociedad dejando fuera al Real Unión Club de Irún. Otros equipos inscritos fueron: Athletic Club (ganador del campeonato de 1910 organizado por la Unión Española de Clubs de Foot-ball), Real Fortuna F.C. (Vigo), Real Santander F.C., Bilbao y Real Club Deportivo de La Coruña. Finalmente, por iniciativa real, junto a los clubs de fútbol se inscribió a equipos de las academias militares (Infantería, Caballería, Artillería e Ingenieros) en una decisión sin precedentes, ya que ni eran sociedades deportivas ni estaban federadas. Finalmente, no acudieron al campeonato ni la Academia de Ingenieros ni el R.C.D. de La Coruña. A esas ausencias se sumaron las retiradas durante la competición del Real Fortuna, Real Sociedad y Academia de Caballería y la descalificación del F.C. Barcelona. En el campeonato hubo diversas polémicas, siendo la más grave la alineación por parte del Athletic de tres jugadores ingleses, cosa que también hizo el Bilbao con otros dos jugadores, que había inscrito con nombres falsos. Además el Español se había clasificado para el campeonato con el concurso de tres jugadores del Español F.C. de Madrid, hecho que fue denunciado a la Federación por el F.C. España y Català S.C., sin que ésta tomara medidas. El Reglamento de la Federación exigía que los jugadores extranjeros debían demostrar una residencia de 6 meses en España (artículo 30), cosa que no cumplían los jugadores ingleses. El artículo 32 permitía estar inscrito en dos clubs a los jugadores: uno de la provincia en la que se residiera al menos 3 meses y otro de la provincia de la que sea oriundo y residiera su familia. Estas condiciones no eran cumplidas por los jugadores que reforzaron al C.D. Español. La actuación de la Federación durante el campeonato fue más que cuestionable. Finalmente fue proclamado campeón el Athletic Club, que venció por 3 a 1 al C.D. Español. No obstante, la Asamblea de la Federación Española, que tuvo lugar el 10 de julio, aprobó la anulación del campeonato, la devolución del trofeo por parte del ganador y una descalificación temporal del Athletic. El conjunto vasco recuperó el título en 1913.

Volviendo a la zona de estudio, los cinco clubs seniors que disputaron el Campeonato de Cataluña de la temporada 1910-1911 eran de Barcelona: Foot-ball Club Barcelona, Català Sport Club, Universitari Sporting Club (no Sport Club, como se ha indicado algunas veces erróneamente), Foot-ball Club España y Club Deportivo Español. Estos mismos clubs disputaban el campeonato de primeros equipos, el de segundos, el de terceros y por último el de cuartos (en este caso algunos clubs participaban con más de un equipo, como el F.C. Barcelona que contaba con cuatro, denominados de la A a la D).

El F.C. Barcelona era el club hegemónico del momento. Había ganado el Campeonato de España de 1910 (el de la F.E.C.F.), la Challenge Internacional del Sur de Francia de 1910 y 1911 y el Campeonato de Cataluña de 1910-1911. En 1911 el club blaugrana había duplicado el número de socios con que contaba en 1910, que pasó de 260 a 550, según se detalló en la Junta General de la sociedad que tuvo lugar el 16 de septiembre de 1911.

Una de las primeras insignias del Foot-ball Club Barcelona, producida en Suiza por Hugenin, empresa de la que fue representante Joan Gamper.

Una de las primeras insignias del Foot-ball Club Barcelona, producida en Suiza por Hugenin, empresa de la que fue representante Joan Gamper.

Además de los campeonatos de seniors, la Federación Catalana de Clubs de Foot-ball (F.C.C.F.) organizó campeonatos de juniors en los que participaron 14 equipos de Barcelona y 4 de otras poblaciones de las comarcas barcelonesas: Hispania Sport Club, F.C. Numancia, F.C. Europa, Manresa F.C., Salud S.C., F.C. Catalonia, F.C. Internacional, Centre de Sports Sabadell, F.C. Iluro, F.C. Oriental, F.C. Barcelonés, Atlètich Sabadell, F.C. Continental, F.C. Franco-Español, F.C. Provenzal, F.C. Andresense, F.C. Badalona y F.C. Suís. De esta categoría se disputaron tres campeonatos: de primeros, segundos y terceros equipos. Por último, la F.C.C.F. organizó un campeonato de infantiles.

Aparte de estas competiciones, tenían lugar numerosos partidos amistosos, en los que el objetivo más deseado por los grandes equipos era contar con un rival extranjero y algún día poder jugar contra un equipo profesional inglés.

2. Organización del torneo

El concurso “Copa Canaletas” es un torneo futbolístico poco conocido hasta el momento que se disputó en 1911 por iniciativa de Esteve Sala Cañadell, dueño arrendatario del kiosco de Canaletas. Además de ser el promotor de la competición, Esteve Sala donó los premios que se repartieron: una copa para el club ganador, 11 medallas de plata para el equipo vencedor y 11 de cobre para el finalista.

La Rambla de Canaletas, y más concretamente las inmediaciones del kiosco Canaletas, se había convertido en el lugar de reunión, cada noche, de los jugadores de los clubs seniors de Barcelona, así como de multitud de aficionados al fútbol. Para El Mundo Deportivo (25/5/1911) esos corros eran una gran fuente de información e incluso en ellos se concertaban partidos, aunque también eran un caldo de cultivo para los falsos rumores… Cada club formaba un grupo que tenía una ubicación determinada.

El kiosco de Esteve Sala además era uno de los lugares donde se vendían entradas para los partidos de fútbol de la época. Era tal la vinculación del establecimiento con el fútbol en general, y con el F.C. Barcelona en particular, que cuando los blaugranas ganaron la Challenge Internacional del Sur de Francia, en mayo de 1910, el trofeo fue expuesto allí a la vista de todos los aficionados.

Postal coloreada de la Rambla de Canaletas (Ed. J. Venini, ca. 1910). A la derecha se ve el kiosco de Esteve Sala. Archivo del autor.

Postal coloreada de la Rambla de Canaletas (Ed. J. Venini, ca. 1910). A la derecha se ve el kiosco de Esteve Sala. Archivo del autor.

Esteve Sala, un apasionado del fútbol, también contaba con un bar en el campo del F.C. Barcelona ubicado en la calle Industria, equipo del que fue primero directivo y después presidente, durante la República, justo antes del malogrado Josep Suñol (del 16 de julio de 1934 al 27 de julio de 1935).

Esteve Sala, promotor del concurso “Copa Canaletas” (Stadium nº 10). Biblioteca de Catalunya. Barcelona.

Esteve Sala, promotor del concurso “Copa Canaletas” (Stadium nº 10). Biblioteca de Catalunya. Barcelona.

En el concurso, tal y como indicaban las bases publicadas en El Mundo Deportivo el 13 de julio de 1911, podían participar segundos teams seniors y primeros juniors y se disputaría durante el verano en el campo de juego del F.C. Barcelona. Como veremos a continuación, la competición, prevista como “veraniega”, se dilató en el tiempo y la final acabó disputándose en el mes de diciembre…

Las bases indicaban que era condición indispensable que tanto los clubs seniors como los juniors estuvieran adheridos a la Federación Catalana de Clubs de Foot-ball. Los que no lo estuvieran tenían de plazo para hacerlo hasta el 15 de julio. Acabado el plazo, los delegados de los clubs junto con los de la Federación y el del Sr. Sala acordarían la admisión de jugadores y sortearían el calendario. El reglamento por el que se regirían los partidos era el de la F.C.C.F. Cada partido sería juzgado por un delegado de cada club que jugara en el mismo, otro de la F.C.C.F. y serían presididos por el Sr. Sala, siendo sus acuerdos firmes sobre el campo el mismo día del partido e inapelables. En las resoluciones del jurado tendría un voto cada delegado a excepción del Sr. Sala, que contaría dos en caso de empate.

Todos los partidos se jugarían en el campo del F.C. Barcelona en los días y horas que se fijaran oportunamente. Esta base tendrá una importancia clave a la hora de admitir a los clubs participantes, como veremos después. Los partidos se podrían diputar por eliminatorias o por puntos según el número de inscritos. No se podría jugar uno hasta que no estuviera definitivamente resuelto el resultado del anterior, es decir, no habría aplazamientos. Los partidos no se suspenderían por causa del tiempo y si por otra causa el jurado creyera oportuno aplazarlos se fijarían para el siguiente día hábil de juego, y se correrían todos los demás partidos señalados por su orden correlativo.

En cuanto a los jugadores, no podía tomar parte en el concurso ningún jugador que hubiera sido inscrito en un primer team senior en las dos últimas temporadas, ni que a juicio del jurado perteneciera a la categoría de primer team. Ningún jugador podía inscribirse por más de un club. Era obligación de los jugadores ir convenientemente uniformados, pudiendo ser rehusado el que el jurado creyera conveniente por mala presentación o falta de otros principios. Cada team debía acudir al campo de juego por lo menos 10 minutos antes de la hora fijada y llevar una pelota en buenas condiciones para jugar. No hacerlo así podía implicar la pérdida de los puntos.

El domingo 16 de julio, un día después del plazo que tenían los clubs para inscribirse en la Federación Catalana, tuvo lugar una reunión de los 12 delegados de clubs que se habían inscrito en el torneo, a la que asistió su promotor, Esteve Sala. En dicha sesión se produjo un lamentable incidente contrario al espíritu deportivo: se comunicó al delegado del C.D. Español que su sociedad estaba excluida del torneo porque éste se disputaba en el terreno del F.C. Barcelona y su Junta Directiva no admitía que el Español jugara en su terreno. Después de una larga discusión, el Sr. Sala, que lamentaba la decisión del F.C. Barcelona, indicó que anulaba las bases y convocó una nueva reunión. Las nuevas bases serían las mismas que las anteriores salvo la primera, en la que se hacía constar la exclusión del C.D. Español por imposición de la directiva del club blaugrana.

El origen de la polémica fue el Campeonato de Cataluña de segundos equipos. En el partido disputado en marzo (probablemente el domingo 12) entre el C.D. Español y el F.C. Barcelona, sólo se permitió la entrada en el campo a socios del Español, lo que no era correcto al ser un campeonato organizado por la F.C.C.F. Además, al no presentarse el árbitro designado por la Federación, se nombró como árbitro a un socio del C.D. Español y el F.C. Barcelona se retiró del partido antes de finalizar la primera parte, cuando iba perdiendo por 3 tantos a 1, pese a que había dado su conformidad a ese árbitro. En una decisión polémica, la F.C.C.F. aprobó que se repitiera el partido, que se disputó el domingo 2 de julio. El partido fue nuevamente conflictivo, ya que hubo incidentes entre el público y violencia en el terreno de juego, que hizo que el árbitro expulsara a dos jugadores de cada bando. Del C.D. Español se retiraron varios jugadores y cuando acabó el partido, con un resultado de 0-2 para el F.C. Barcelona, sólo quedaban en el campo media docena de españolistas. La Federación dio por bueno el resultado pese a los graves incidentes. Si el partido en el que se retiró el F.C. Barcelona no se hubiera tenido que repetir, el Universitari S.C. habría sido el campeón de los segundos equipos. Con la repetición la F.C.C.F. sugirió que el  Barcelona y el Universitari disputaran un partido para decidir el campeonato, a lo que el Universitari se negó y finalmente fue proclamado campeón el F.C. Barcelona.

En la segunda reunión de delegados de los clubs inscritos en el concurso, además de los representantes, acudió gran número de socios de los clubs. Si en la primera reunión se mencionó que eran 12 los inscritos, su número pasó a 16. Cuando se examinaron los jugadores que los clubs presentaron para su inscripción se aprobaron todos a excepción de Quirante, del F.C. Barcelona, y Cuerdo, del Universitari S.C., que fueron rechazados tras una votación. El delegado del Universitari, que era el club que presentaba mayor número de inscritos, no conforme con el fallo de la asamblea de delegados, anunció la retirada de su club pese a los intentos del sr. Sala por convencerle. La renuncia del Universitari ya había sido prevista con antelación en los mentideros futbolísticos debido a la polémica anulación del partido C.D. Español-F.C. Barcelona del campeonato de Cataluña de segundos equipos, disputado en marzo y su posterior repetición.

3. Clubs participantes

Finalmente los clubs inscritos fueron 15. Hemos empleado las denominaciones utilizadas en la prensa de la época:

  • Foot-ball Club Andresense
  • Foot-ball Club Badalona
  • Foot-ball Club Barcelonés
  • Barcino (Secció d’Esports del C.A.D.C.I.). Las siglas corresponden al Centre Autonomista de Dependents del Comerç i de la Indústria, de la que el Barcino era su sección de deportes, federada precisamente en 1911.
  • Foot-ball Club. Barcelona
  • Foot-ball Club España
  • Català Sport Club
  • Foot-ball Club Europa
  • Foot-ball Club Franco-Español
  • Foot-ball Club Gimnàstich. Grupo futbolístico perteneciente de la sección de Sports y Excursiones del Ateneo Enciclopédico Popular (AEP).
  • Gimnástico Sportmen’s Club
  • Hispania Sport Club
  • Foot-ball Club Internacional
  • Foot-ball Club Numancia
  • Salud Sport Club

De los 15 participantes sólo el F.C. Badalona era de un municipio diferente a Barcelona. No todas eran sociedades deportivas, ya que había dos secciones deportivas pertenecientes a sociedades culturales: el Barcino y el F.C. Gimnàstich.

Antigua insignia del primer escudo del F.C. Badalona. Archivo del autor.

Antigua insignia del primer escudo del F.C. Badalona. Archivo del autor.

4. Desarrollo del torneo

El sistema de juego elegido para el concurso fue el de eliminatorias (el perdedor de cada partido resultaría eliminado). Cada día que hubiera jornada de competición se disputarían dos partidos.

Lamentablemente, las publicaciones de la época, la mayoría de las veces, se limitaban a anunciar los partidos, informar de los aplazamientos y a dar su resultado salvo contadas ocasiones en las que además se indicaba la alineación de alguno de los equipos o información sobre el desarrollo de los partidos. Probablemente, la dilatación en el tiempo del torneo provocó que fuera perdiendo interés. No hay que olvidar que la primera jornada del Campeonato de Cataluña de la temporada 1911-1912, una competición más importante, tuvo lugar el 19 de noviembre, cuando aún no se habían disputado la segunda semifinal y la final de la Copa Canaletas. No obstante, al menos hemos podido reconstruir todos los resultados de la competición.

El sorteo de partidos fue el siguiente:

F.C. Europa – F.C. Numancia

Gimnástico S.C. – Hispania S.C.

F.C. Badalona – F.C. Internacional

Barcino (CADCI) – F.C. Barcelona

F.C. Gimnàstich – Salud S.C.

F.C. Franco-Español – F.C. Andresense

F.C. España – Catalá S.C.

Al ser impar el número de equipos, el F.C. Barcelonés se clasificó directamente para disputar la segunda eliminatoria.

Hemos denominado la primera eliminatoria como octavos de final y las siguientes cuartos de final, semifinales y final.

Detalle de un partido de la Copa Canaletas (Stadium nº 8). Biblioteca de l’Esport. Consell Català de l’Esport.

Detalle de un partido de la Copa Canaletas (Stadium nº 8). Biblioteca de l’Esport. Consell Català de l’Esport.

4.1. Octavos de final

Los resultados de esta primera eliminatoria fueron:

23/7/1911

F.C. Europa 1 – F.C. Numancia 3

Alineaciones:

F.C. Europa: Virgili, Alonso, Moyano, Oliver, Ventura, Gómez, Alonso, Esteve, Martínez, Pelao y Aiminyarch.

F.C: Numancia: Rocha, Fradera, Batllorí Mestres, Mestres, Agulló, Rodríguez, Pascual, Fradera, Vila y Bayés

Gimnástico S.C. 0 – Hispania S.C. 4

Alineaciones:

Gimnástico S.C.: Gil, Miró, Pérez, Ibáñez, Pierna, Brugués, Compte, Lara, Tormo, Sibecas y Santamaría.

Hispania S.C.: Salvo, Curt, Rosell, Ayné, Santacreu, Solé, Gras, Alfaro, Prats, Valles y Barbé.

6/8/1911

F.C. Badalona 1 – F.C. Internacional 2

Barcino 1 – F.C. Barcelona 8

20/8/1911

F.C. Franco-Español 0 – F.C. Andresense 1

F.C. Gimnàstich 1 – Salud S.C. 3

3/9/1911

F.C. España 6 – Catalá S.C. 1

Alineaciones:

F.C. España: García, Serrat, Farriols, Just, Reinhart, Matute, Seguí, Quijada, Zarzuelo, González y Molina.

Català S.C.: Amat, Gost, Giralt, Fernández, García, Juliá, Hombravella, Juliá, Matas, Prats y Segués.

El F.C. Barcelonés se clasificó directamente al quedar exento de jugar esta primera eliminatoria por haber un número impar de clubs.

Segundo equipo del F.C. Gimnàstich (mayo de 1911). Archivo del autor.

Segundo equipo del F.C. Gimnàstich (mayo de 1911). Archivo del autor.

Hemos marcado en negrita los equipos que pasaron a la siguiente eliminatoria. Como se puede ver hubo varias irregularidades a las que no hemos podido encontrar explicación en la prensa de la época. Primeramente el F.C. Europa pasó a cuartos pese a haber sido derrotado por el F.C. Numancia y no menos sorprendente fue que el Hispania S.C., ganador en la eliminatoria disputada con el Gimnástico S.C., no se clasificó.

En el resto de resultados destacan las goleadas de dos de los clubs más importantes del momento, el F.C. Barcelona y el F.C. España.

4.2. Cuartos de final

Los resultados de la segunda eliminatoria fueron:

8/9/1911 o 10/9/1911 (hay contradicciones en la prensa)

F.C. Numancia 7 – F.C. Barcelonés 1

F.C. Europa 1 – F.C. Internacional 5

17/9/1911

F.C. Barcelona 5 – Salud S.C. 0

24/9/1911

F.C. España 2 – F.C. Andresense 2

1/10/1911

F.C. España 0 – F.C. Andresense 0

8/10/1911

F.C. España 2 – F.C. Andresense 0

Uno de los enfrentamientos entre el F.C. España y el F.C. Andresense (Stadium nº 11). Biblioteca de l’Esport. Consell Català de l’Esport.

Uno de los enfrentamientos entre el F.C. España y el F.C. Andresense (Stadium nº 11). Biblioteca de l’Esport. Consell Català de l’Esport.

Resulta sorprendente que se necesitaran tres partidos para poder conocer el equipo clasificado de la eliminatoria entre el F.C. España y el F.C. Andresense cuando a priori el F.C. España era superior. En el último partido, el F.C. Andresense se retiró antes de su finalización porque el árbitro no les concedió un gol que creían válido. Por otro lado, el F.C. Numancia y el F.C. Internacional se deshicieron fácilmente de sus rivales. Por último, el F.C. Barcelona siguió goleando. En su victoria contra el Salud S.C. alinearon a 10 jugadores en lugar de 11: L. Peris, Lorca, Ponsà, Janer, Flores, Mensa, Renyé, Escudero, Llonch y Espelta (la alineación del Salud S.C. no se publicó).

F.C. España-F.C. Andresense. Área del España (Stadium nº 11). Biblioteca de l’Esport. Consell Català de l’Esport.

F.C. España-F.C. Andresense. Área del España (Stadium nº 11). Biblioteca de l’Esport. Consell Català de l’Esport.

4.3. Semifinales

15/10/1911

F.C. Numancia 3 – F.C. Internacional 2 (suspendido con el resultado 3-1 cuando quedaban 18 minutos debido a la falta de luz). En la reanudación, disputada el 22/10/1911, el Internacional marcó su segundo gol.

F.C. Numancia-F.C. Internacional (Stadium nº 12). Biblioteca de l’Esport. Consell Català de l’Esport.

F.C. Numancia-F.C. Internacional (Stadium nº 12). Biblioteca de l’Esport. Consell Català de l’Esport.

8/12/1911

F.C. Barcelona 4 – F.C. España 0

Entre la primera y la segunda semifinal trascurrieron prácticamente dos meses debido a que la segunda se tuvo que aplazar por una descalificación del F.C. España. En la Junta General de la Federación Catalana del  domingo 15 de octubre, una persona del propio club manifestó que había jugadores profesionales en el F.C. España. Tras una discusión en la que quedó probado que uno de sus jugadores cobraba una cantidad por jugar, hecho que  reconoció el representante del club en la Federación, se le sancionó con un mes de descalificación a partir de ese día y 50 pesetas de multa, la máxima que establecía el Reglamento para esos casos.

Finalmente, el enfrentamiento tuvo lugar el 8 de diciembre. El F.C. Barcelona fue muy superior como indica el resultado abultado. En este partido el equipo blaugrana volvió a alinear a 10 jugadores: L. Peris, Tudró, Lorca, Guardiola, Renyé,  Ponsà, Oller, Escudero, Llonch y Espelta.

4.4. Final

F.C. Barcelona 5 – F.C.Numancia 1

En la final, el F.C. Barcelona ya alineó a 11 jugadores, los mismos que en la semifinal contra el F.C. España más Bruix; es decir: L. Peris, Tudró, Lorca, Guardiola, Renyé,  Ponsà, Oller, Escudero, Llonch, Espelta y Bruix.

El F.C. Barcelona marcó en cada partido disputado 4 o más goles y finalizó el torneo con sólo 2 tantos encajados en 4 enfrentamientos, todo un éxito. Lamentablemente, el club blaugrana no ha conservado la copa tal y como nos indicó el Centre de Documentació i Estudis del F.C. Barcelona cuando les consultamos al respecto. No obstante, sí que se conserva una medalla de las que Esteve Sala donó y que fueron entregadas a la finalización del concurso. Se trata de una medalla dorada de muy bella factura y que reproducimos aquí. En la medalla aparece un jugador, un balón y una casa en bajo relieve y el texto “CONCURSO COPA CANALETAS”.

Una de las medallas entregadas a los jugadores en la final de la Copa Canaletas. Archivo del autor.

Una de las medallas entregadas a los jugadores en la final de la Copa Canaletas. Archivo del autor.

5. Valoración del torneo

Las publicaciones de la época coinciden en que el torneo fue todo un éxito de organización. Fue capaz de reunir un gran número de clubs, 15, una cifra altísima para la época. A modo de comparación, el Salud Sport Club, en junio de 1911, hizo un llamamiento a los clubs para que participaran en la Copa Salud, un concurso que pretendían organizar y para el que ofrecían el trofeo. Dos meses después, en septiembre, la prensa informó de que no se había disputado por falta de participantes por, entre otros motivos, rencillas entre clubs.

Aunque la iniciativa del torneo se debió a Esteve Sala, no fue una competición organizada a espaldas de la Federación Catalana de Clubs de Foot-ball, sino todo lo contrario. En las bases se dejaba bien claro que era condición indispensable que los clubs participantes estuvieran adheridos a dicha Federación. Además, para acordar la admisión de jugadores y el sorteo del calendario, se contaba con delegados federativos y también se preveía la presencia de un delegado de la F.C.C.F. en cada partido.

La información de la época también nos indica que los partidos contaron con mucho público y que algunos de ellos estuvieron muy disputados, especialmente la eliminatoria de cuartos de final entre el F.C. España y el F.C. Andresense, que tuvo que decidirse en tres partidos después de dos empates. Otra eliminatoria muy ajustada fue la semifinal entre el F.C. Numancia y el F.C. Internacional, que finalizó con un 3-2.

Por último, un aspecto que no queremos dejar de valorar es el de las alineaciones del club ganador, ya que del resto no contamos con suficiente información. De los cuatro partidos disputados por el F.C. Barcelona la prensa publicó tres alineaciones, todas salvo la de la primera eliminatoria, contra el Barcino. Siete de los jugadores fueron alineados en los tres partidos: Llisard Peris de Vargas, Enrique Lorca, Ponsà, Renyé, Escudero, Joan Llonch y Domènec Espelta. Otros tres jugadores disputaron dos encuentros: Tudró, Guardiola y Oller. Por último, Bruix sólo disputó la final.

Como hemos visto anteriormente, las bases del concurso no permitían que tomara parte en él ningún jugador que se hubiera inscrito en un primer equipo senior en las dos últimas temporadas ni los que a juicio del jurado pertenecieran a la categoría de primer equipo. Ésta fue la causa por la que fue descartado Quirante. No obstante, si analizamos las tres alineaciones que conocemos del F.C. Barcelona en la Copa Canaletas, vemos varios jugadores que ya habían sido alineados con el primer equipo en competiciones oficiales de la temporada 1910-1911. El 30 de abril de 1911, en el partido del Campeonato de Cataluña de primeros equipos disputado entre el F.C. Barcelona y el Català S.C., se alinearon nada menos que cinco jugadores de los que participaron en la Copa Canaletas:  L. Peris, Mensa, Ponsà, Llonch y Espelta. Domènec Espelta además había disputado otro partido del Campeonato de Cataluña, contra el Universitari S.C., el 5 de febrero de 1911, e incluso una final, la de la Challenge Internacional del Sur de Francia el 15 de mayo de 1911. Y si nos remontamos a la temporada anterior, la 1909-1910, los jugadores L. Peris, Llonch y Espelta disputaron algún partido del Campeonato de Cataluña de primeros equipos. Espelta además jugó un partido de la Challenge. Si bien estos cinco jugadores no pueden ser considerados titulares habituales del primer team del F.C. Barcelona, tampoco era el caso de Quirante, que en la temporada 1910-11 sólo había disputado dos partidos oficiales, los de la Challenge Internacional del Sur de Francia, y no se permitió su inscripción en la Copa Canaletas por considerársele jugador del primer team

Sobre la presencia de jugadores de teams superiores en inferiores, ya hubo algunas protestas en la época, como la del periódico La Veu de Catalunya (27/11/1911, edición noche), que consideraba una injusticia que jugadores de primeros y segundos equipos tomaran parte en partidos de terceros y cuartos. Incluso se daba el caso de que por la mañana jugaran con un equipo y por la tarde con otro. También protestaba por casos en los que un jugador de un club jugaba un día en otro club diferente y en menos de un mes volvía a jugar con el primero. Consideraba ambas prácticas faltas de seriedad y perjudiciales para el deporte. Otro caso en el que se denunciaban estas prácticas fue en un concurso de cuartos equipos organizado por el Català Sport Club, en cuya final, disputada el 5 de noviembre de 1911 por el F.C. Barcelona y Universitari S.C., el equipo vencedor alineó, entre otros, a Ponsà, Bruix, Oller y Sans. En la crónica del partido publicada en La Publicidad (7/11/1911, edición mañana), se indicaba al respecto que “La Federación Catalana intervendrá seguramente en este partido, pues algunos componentes del equipo vencedor, son jugadores de teams superiores”.

Primer equipo del F.C. Barcelona, que fue derrotado por 0-1 el 29 de octubre de 1911 frente a la Real Sociedad en Barcelona. Se alinearon: Renyé, Bru, Arnechazurra, Quirante, C. Comamala, Peris, Forns, Rodríguez, Rotziky, C. Wallace y P. Wallace (en la imagen falta uno de los jugadores). Archivo del autor.

Primer equipo del F.C. Barcelona, que fue derrotado por 0-1 el 29 de octubre de 1911 frente a la Real Sociedad en Barcelona. Se alinearon: Renyé, Bru, Arnechazurra, Quirante, C. Comamala, Peris, Forns, Rodríguez, Rotziky, C. Wallace y P. Wallace (en la imagen falta uno de los jugadores). Archivo del autor.

6. Referencias

El Mundo Deportivo (Barcelona)

La Actualidad (Barcelona)

La Publicidad (Barcelona)

La Vanguardia (Barcelona)

La Veu de Catalunya (Barcelona)

Martínez Calatrava, V. (2003): Historia y estadística del fútbol español. Primera parte. De los inicios a los Juegos de Amberes (1920). Segunda edición. Barcelona.

Stadium (Barcelona)




Benítez, el secreto mejor guardado

Julio César Benítez fue un jugador uruguayo que llegó a España en 1959 junto con otros cinco sudamericanos que ficho el Valladolid esa temporada. No sería hasta dos años más tarde que Benítez recalaría en Barcelona a cambio de nueve millones de pesetas.

El uruguayo que destacaba por su excepcional físico jugó en varias posiciones hasta terminar en el lateral derecho donde podía desplegar su potencial para unirse al ataque. También era notorio en él su fuerte personalidad cosa que habitualmente le comportaba conflictos con los árbitros. En sus años como jugador blaugrana uno de sus méritos más reconocidos fue el de especializarse en anular a Gento, el gran extremo cántabro del Real Madrid que había hecho enloquecer las defensas de la liga.

Fue precisamente el seis de abril de 1968, un día antes de que se disputara el partico contra el Madrid en el Camp Nou y con el conjunto blanco ya en la capital catalana, que llegaba la noticia de la muerte del jugador. Con tan sólo 27 años la muerte de Benítez fue un duro golpe para el barcelonismo, el partido se pospuso y se abrió una capilla ardiente en el Camp Nou por la que pasaron más de 100.000 personas.

Aún hoy, cincuenta años después, la causa de su muerte sigue siendo un misterio. Según el informe médico Benítez murió por una “fibrilación ventricular causada por una séptico-piohemia intensa de origen desconocido”. Después de su extraña y repentina muerte empezaron a surgir diferentes teorías sobre la verdadera causa de su muerte. La más conocida y durante mucho tiempo la más aceptada y oficiosa entre los aficionados blaugrana fue la de la intoxicación por unos mejillones en mal estado. La verdad, parece ser que Benítez llevaba una vida muy poco sana, en contradicción con lo que decía la prensa de la época que lo defendían como un futbolista ejemplar. Salía de fiesta y comía y bebía sin control comentan sus amigos de la época, entre ellos Eduardo Alcántara, hijo de Paulino Alcántara. También se supo más tarde que sufrió dos hepatitis la segunda en el año 1963 que lo tuvo tres meses de baja.

Finalmente, llegó la semana trágica de su muerte que empezó con el fin de semana anterior comiendo esos famosos mejillones. Durante los días previos al partido Benítez fue a entrenar en un visible mal estado, tanto, que como relata Carles Reixach, en el libro ‘Ara parlo jo’, en el entreno del martes de esa semana Julio César llegó a desmayarse. Al día siguiente, volvió al entrenamiento, pero no pudo ni empezar, por lo que el médico del club le puso una inyección aún no se sabe de qué. Benítez terminó ingresado en el hospital donde unos pocos días después moriría.

Después de su muerte se le practicó una biopsia para conocer la causa de su muerte, sin embargo, los resultados de esta nunca llegaron a salir a luz, convirtiéndose así, en una de las historias mejor guardadas del club, el cual prefirió dar cábala con la historia de los mejillones para tapar esa inyección que pudo ser fatal.

*Reportaje realizado para la materia de “Historia del Periodismo Deportivo” que imparte Xavier G. Luque en el Máster de Periodismo Deportivo de la UPF.




Narciso Masferrer y el deporte en la encrucijada del regeneracionismo, el nacionalismo y el problema social en la España de principios del siglo XX (1897-1920).

Introducción

La conjunción del deporte contemporáneo con la política propiamente dicha, es decir, cuando el deporte entra en las fauces de los intereses del Estado, tiene su especial configuración en el contexto de la Primera Guerra Mundial. En el caso de España, aunque el país permaneció ajeno a los sucesos beligerantes, también puede decirse que el deporte tomó carta de naturaleza a partir de la coyuntura internacional de entreguerras. Sin embargo, en Cataluña el deporte adquirió unos matices nacionalizadores en los que ya se entreveía el alcance social e ideológico del catalanismo político. Sin duda alguna, es en la prensa de la época donde podremos localizar los rasgos que proyectaron que el deporte entrara cada vez más en las redes políticas, una trayectoria que tuvo su punto álgido en el periodo de la II República.

Sin embargo, el deporte pretendidamente apolítico tenía sus apóstoles, que, sin tomar partido por opciones políticas determinadas, se invistieron de un discurso regeneracionista, modernizador y democrático, que trataba de esquivar las confrontaciones ideológicas. Entre estos apóstoles del deporte quizás deberíamos, ya de una vez por todas, reconocer a la figura omnipresente de Narciso Masferrer y Sala, sin duda alguna la persona que más protagonismo encarnó en los albores del deporte moderno en España, por lo que debería ser recordado en todo el país como la figura más importante y trascendente de la historia del deporte.

De aquí que el objetivo de este trabajo sea el insistir más en la impronta y trascendencia de Narciso Masferrer, aportando una inédita interpretación y valoración de su decisiva influencia en el deporte español de finales del siglo XIX y principios del siglo XX (1897-1920). Por lo tanto, vamos a relacionar las iniciativas de Narciso Masferrer con los momentos históricos, en especial con los sucesos políticos, los cuales siempre marcaron el devenir de los acontecimientos deportivos, y que a la sazón, Narciso Masferrer siempre supo moldear en provecho de la causa de la regeneración y modernización de la sociedad española. Nos detenemos en 1920, año de especial significación que da lugar a la primera participación olímpica del deporte español, que al mismo tiempo coincide con la retirada de Masferrer de la dirección de El Mundo Deportivo, para concentrarse y encargarse de la dirección de la sección deportiva de La Vanguardia y de la revista Stadium, entre 1920 y 1929, última etapa de su labor como periodista deportivo.

Metodológicamente el trabajo se sustenta en el análisis histórico de raíz constructivista, principalmente elaborado a partir de las redacciones deportivas dirigidas por Narciso Masferrer (Los Deportes, El Mundo Deportivo, Stadium y La Vanguardia) y la localización de artículos de opinión, en los que Masferrer expresa rasgos de su pensamiento ideológico o político. De igual modo, hemos utilizado otros estudios que sirven para contextualizar y reforzar el momento en cuestión.

Narcís Masferrer i Sala. Fuente: Arxiu Nacional de Catalunya. Fons Anc1-585 / Josep Maria Sagarra i Plana. Código de referencia ANC1-585-N-14259

Narcís Masferrer i Sala. Fuente: Arxiu Nacional de Catalunya. Fons Anc1-585 / Josep Maria Sagarra i Plana. Código de referencia ANC1-585-N-14259

Narcís Masferrer y la forja del deporte en España

Masferrer nació en Madrid en 1867, el mismo año en el que moría el Conde de Villalobos (Francisco Aguilera y Becerril), reconocido como el primer apóstol de la gimnástica en España (Torrebadella, 2017). Así que las casualidades del destino hicieron que Masferrer remplazara a este reconocido gimnasiarca, pero en este caso, como el más importante apóstol que ha tenido España en el deporte.

La llegada de Masferrer a Barcelona a principios de 1895 marcó una inflexión en el desarrollo del deporte español. Coincide con los episodios de las crisis colonial y finisecular. Barcelona es una ciudad poderosamente rica, ostentosa, ociosa y clasista, cuya vida rutinaria se enzarza con las miserias sociales y la lucha obrera. La debacle política y financiera de 1898, metafóricamente hablando, hace de Barcelona una ciudad rabiosamente descontenta consigo misma y con la política española. La coyuntura social y política es compleja, y principalmente en la juventud, la desazón y las frustraciones son contingentes con la vida de la misma ciudad. Este es el caldo de cultivo del que Narciso Masferrer aprende, pero también, en esta coyuntura encontró las principales dificultades para sus ambicionados e idealistas proyectos.

En primer lugar hemos de destacar la promoción de Masferrer en la creación –el 3 de abril de 1897– de la Asociación Catalana de Gimnástica (1897), que puso los cimientos de una obra de edificación regeneracionista, y que, junto al órgano portavoz de Los Deportes (1897-1910), el cual también lo fue, oficiosamente, de la Unión Velocipédica Española (UVE), de la Federación Gimnástica Española (FGE, 1898-1909) y de otras entidades, inició desde Barcelona la más brillante trayectoria personal en el deporte español.

En la sesión inaugural de la Asociación Catalana de Gimnástica (en los salones del Fomento del Trabajo Nacional), la palabra de Narciso Masferrer es la que puso en acción la causa de los intereses nacionales de la educación física, ante el abandono que el gobierno mostraba (Trapecio, 1897):

Pondero la importancia y trascendencia de la educación física; censuro la supresión de la Escuela Central de Profesores de Gimnástica; abogo por su reapertura y por la realización de los propósitos del legislador organizando la enseñanza y ordenando los ejercicios en todos los establecimientos del Estado, y manifiesto la opinión de que el abandono de los gobiernos de España de la educación física de la juventud da lugar a que su ejército, arrojado como el primero, sienta diezmarse por las influencias de climas insalubres, cuales los de nuestras colonias, privándose de combatir con el denuedo que le inspira el patriotismo y la índole de la raza. Invito a todas las clases sociales a que presten su apoyo a las asociaciones gimnásticas para la regeneración del pueblo, y termino saludando a nuestros hermanos de allende los mares (La Asociación Catalana de Gimnástica, 1897, p. 11).

Como veremos, Masferrer se ganó la confianza y el respeto de influyentes personas, no siempre afines políticamente. Uno de los primeros fue la amistad que mantuvo con Josep Llunas i Pujals (1852-1905), que fue el promotor de la revista Barcelona Sport y luego se unió a Los Deportes, fundada y dirigida por Masferrer. Llunas fue un destacado libertario de signo catalanista que participó activamente en las primeras organizaciones del anarquismo catalán (Vicente, 1999)[1]. Aun y las diferencias de criterio que mantenían, creemos que las ideas de Llunas en torno a la cuestión social influenciaron a Masferrer. Años atrás, Llunas se había destacado por su activismo anarquista, fue muy querido y apoyó todas las causas de las luchas obreras cuyo signo fuese contrario a toda violencia. Pero además fue un regeneracionista íntegro cuyo desvelo por la educación física no tuvo límites y colaboró animosamente con la FGE.

Estas primeras instituciones construidas en la coyuntura del destaraste finisecular y la pérdida del orgullo nacional encumbraron a Los Deportes y a Masferrer a promover, en la encrucijada de los discursos del regeneracionismo, a una generación propia de prohombres (Torrebadella, 2014) que luchaban para que “la regeneración física” llegase a todas las regiones de España (Masferrer, 1897). Masferrer dirigió Los Deportes hasta finales de 1902, cuando pasó a ocupar la presidencia de la UVE (Masferrer, 1903).

Pensamos que la FGE fue un proyecto de Masferrer, un proyecto que tuvo el apoyo de amigos-políticos de destacado renombre; entre éstos cabe citar al manifiesto José Canalejas Méndez (1854-1912) y a Rafael Rodríguez Méndez (1845-1919), político del Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux (Masferrer, 1919). Aunque políticamente enfrentados, Canalejas y Rodríguez Méndez eran liberales y republicanos. No obstante, muy pronto surgieron las desavenencias en el seno de la entidad. Primeramente, no se podía dirigir desde Madrid un movimiento deportivo que tenía a Barcelona (y Cataluña) como principal baza en la promoción y desarrollo de todo cuanto acontecía. De aquí que la FGE fuese después de su constitución dirigida desde Barcelona. En segundo lugar, se encontraba el estímulo asociacionista del fútbol, puesto que muchos de los clubes no deseaban pertenecer a la FGE, que, como acertadamente menciona Artells (1972), no era bien recibida entre los sectores simpatizantes con el emergente catalanismo político.

No obstante, otra faceta directiva de Masferrer estaba en el ciclismo (López, 2010), del que puede decirse que fue el primer deporte organizado en España. El entusiasmo por este deporte le llevó a ostentar cargos (vocal, secretario general, vicepresidente) en la junta directiva y también a presidir en varias ocasiones la entidad (1902-1904/1911-1913/1939-1940). El desarrollo del ciclismo como deporte y como industria desembocó en la primera práctica física de masas que socialmente cambió los estándares de la movilidad urbana, sobre todo en Barcelona (Pernau, 2003). Después de la dirección de Los Deportes y de varios ensayos periodísticos de corta duración (Vida Deportiva, El Cardo, Arte y Sport) Masferrer encontró lo que andaba buscando, un periódico sencillo y popular que diera noticia de todo cuanto se relacionaba con la educación física y deportiva del país. Masferrer iniciaba, puede decirse que desde ese momento, una cruzada personal por la conquista deportiva de todo el país (López, 2016).

El Mundo Deportivo se creó después del fracaso de dos iniciativas deportivas de altos vuelos. La primera de ellas fue la citada FGE, y la segunda, la sociedad barcelonesa de Sportsmen’s Club (1903-1905). Así, la idea del nuevo proyecto tenía una única misión: llevar la propaganda deportiva más allá de Barcelona. Con lo cual surgió una agrupación de voluntades convocadas por Masferrer que buscaban este propósito. Cabe destacar entre estos a José de Togores, Joaquín Cebeira, Jaime Grau, Federico Casanovas, Antonio Viada, Miguel Arteman, Manuel F. Creus, Alfonso Almasqué, Puig, Armadá, Font Valencia, Udo Steinberg, José J. Martí (Un Suplente), Adolfo Revuelta, Cano y Garrido. Esto llevó a la fundación el 1 de febrero de 1906 de El Mundo Deportivo, que seguía como modelo el periódico deportivo L’Auto-Vélo de París (Pujadas y Santacana, 1997; Sainz de Baranda, 2013).

El Mundo Deportivo nace por voluntad y decisión de unos cuantos entusiastas resueltos y decididos por el sport, que estudiando bien el asunto, tras largas deliberaciones han entendido que en materia del sport procede, antes de aventurarse en temerarias empresas —muchas de las cuales fracasaron tras titánicos esfuerzos—, realizar una activa propaganda emprendiendo una campaña seguida, continuada, tenaz, sin desmayos ni interrupción alguna, alentando a todos, excitando a todos, amparando toda idea, todo propósito, que tienda a difundir y enaltecer las aficiones a los ejercicios físicos de que tan necesitada está la juventud española, salvo una mínima excepción tan insignificante! que casi puede considerarse poco menos que nula.

Por la cultura física, por la soñada y tan cacareada regeneración física, luchamos sin cesar; este es nuestro fin primordial, como también contribuiremos por otra parte con todos nuestros alientos a propagar la excelencia de los ejercicios físicos, la práctica de todos los deportes, de toda clase de juegos (Nuestros propósitos, 1906).

El Mundo Deportivo se funda en 1906, momento en el que Solidaritat Catalana (1906-1909) se presentaba como la alternativa catalanista unitaria en contra del gobierno centralista de Madrid. La política en Cataluña quedaba fragmentada en dos grandes bloques ideológicos, nacionalistas catalanes y nacionalistas españoles. Es en este momento cuando Masferrer inicia una vuelta por España y establece vínculos con lo que cree que debería ser la unidad de todo el deporte español (Torrebadella, 2015). Las tensiones entre los políticos del nacionalismo catalán y el gobierno de Madrid iban en aumento, a raíz de la polémica Ley de Jurisdicciones. En este conflicto El Mundo Deportivo se manifestaba satisfecho de la presencia de “nuestros ciclistas” en la multitudinaria manifestación promovida por Solidaritat Catalana del 22 de mayo de 1906 en el Passeig de Sant Joan contra la ley de Jurisdicciones[2], los cuales lucían camisas con las barras catalanas y la típica barretina (Arteman, 1906; Serra, 1906). No obstante, esta manifestación, que no era más que un grito unánime a favor de la democracia y de la libertad de expresión, también proclamaba la solidaridad entre las regiones de España, algo que desde El Mundo Deportivo se intentaba lograr a través del impulso regeneracionista que cohabitaba con un modelo deportivo moderno y europeizante. La dirección de Masferrer en El Mundo Deportivo entre 1906 y 1920 fue un período significantemente productivo para incardinar socialmente una cultura física, base tangible sobre la que se fraguó el boom del asociacionismo deportivo de los años veinte.

El Mundo Deportivo trató siempre de desvincularse de los debates políticos, y también de las cruentas luchas sociales que azotaban especialmente a Barcelona, una situación que no siempre fue fácil y comprendida (La Redacción, 1920a). A ello también se han referido Pujadas y Santacana (1997), al situar a El Mundo Deportivo como la primera plataforma del deporte dirigida a construir una acción pública de utilidad social y económica, afirmación que podía visibilizarse en la movilización de la Gran Semana Deportiva de 1907 (Torrebadella, 2015) y en las campañas pro olimpismo promovidas entre 1913 y 1924 (Finestres y Llauradó, 2002; Pujadas, 2006; Torrebadella y Arrechea, 2016, 2017).

Días después de la amplia movilización ciudadana, entre el 25 y el 28 de mayo de 1906, se emprendía la caravana automovilística Barcelona-Madrid, en ocasión de la boda real de Alfonso XIII (Marial, 1906), que trasciende en Barcelona a raíz del atentado frustrado que planeó el culto industrial sabadellense Mateo Morral (Masjuan, 2009). Al cabo de un año, como ya hemos adelantado, la organización la Gran Semana Deportiva de Barcelona ponía las bases del turismo deportivo:

Estamos interesados en ello todos los amantes del sport; si triunfamos, si conseguimos nuestro objeto, esto es, atraer a miles los turistas tanto del extranjero como de España, que no por ser españoles dejan de ser turistas, habremos conseguido tres cosas a cual más importantes: que se implanten con carácter periódico las fiestas deportivas en Barcelona; que acudan nacionales y extranjeros a visitar nuestra bella capital sin prejuicios ni prevenciones ridículas que no deben existir y a que por el natural y lógico espíritu de imitación, en las demás ciudades de España se siga nuestro ejemplo y sean por fin las fiestas de sport las que aparezcan en primer término y las que alcancen más grande éxito y revistan mayor importancia. Entonces podrá felicitarse España de ser una nación que se preocupa de los grandes problemas que afectan a la cultura física, hasta el presente poco menos que desconocidos y abandonados (Masferrer, 1907, p. 2).

Mientras Barcelona padecía la Semana Trágica en el verano de 1909, en El Mundo Deportivo se presentaba la iniciativa de crear una Federación Española de Clubs de Foot-ball, la cual venía auspiciada también por Narciso Masferrer, junto a sus amigos Hans Gamper, presidente del Futbol Club Barcelona, y Emilio Coll, presidente de la Sociedad Gimnástica Española de Madrid (Gamper, Coll y Masferrer, 1909). Del impulso de esta Federación no se descartaba que en un futuro surgiese la idea para constituir una “Federación Atlética Española”:

Así, pues, la Federación Española de Clubs de Foot-ball, una vez que tuviera jurisdicción sobre todas las sociedades que practican el foot-ball, podría excitarlas a practicar las carreras a pie, los cross-country, la natación, etc., etc., y desarrollados estos deportes en la medida que se juzgara oportuna, llamar entonces a concurso a todas las entidades dedicadas en España a la práctica de ejercicios atléticos y constituir fuerte y vigorosa la Federación Atlética Española (Masferrer, Gamper, Coll y Muga, 1909, p. 1).

Con el estímulo de haber impulsado la creación de la Federación Española de Clubs de Foot-ball, Masferrer tuvo que comprometerse con el nuevo ambiente de entusiasmo generado (Masferrer, 1909; Mensa, 1909). En 1909 la inclinación del FCB hacia la Lliga Regionalista (Artells, 1972; García-Castell, 1968) sitúa también a Masferrer en la cuerda de un proyecto común, en el que participó como vicepresidente durante el corto mandato de Otto Gmelin –del 14 octubre de 1909 al 17 de noviembre de 1910–, al substituir a la primera presidencia de Gamper.

Esta vinculación con el FCB dejó olvidado para siempre un proyecto tan querido por Masferrer como fue la FGE. En este momento álgido del lerrouxismo perdía una institución que había intervenido, según Artells (1972, p. 33), “en el primer intento deliberado de control, unificación y vigilancia del deporte catalán”.

Al llegar a 1911, Masferrer propone la idea de unir a los elementos periodísticos de Barcelona (Pujadas y Santacana, 1997). En este mismo año se había iniciado otro importante rotativo, la revista Stadium (1911-1930), dirigida por Ricardo Cabot[3]. La iniciativa cuenta con el apoyo de Masferrer, que días más tarde desde la paginas de El Mundo Deportivo invita a crear el Sindicato de Periodistas Deportivos (SPD), del cual Masferrer es elegido presidente (Masferrer, 1911; Navarro, 1917). Entre sus objetivos se encontraban la difusión popular del deporte y la participación futura en los Juegos Olímpicos (Finestres y Llauradó, 2002). Ese mismo año también se creaba la Federación de Sociedades Deportivas (FSD), en cuyos estatutos se mencionaba como objeto “procurar la buena armonía y unión entre todas las sociedades deportivas, la organización de fiestas y concursos anuales y arbitrar recursos para su realización” (Citado en Pujadas y Santacana, 1995)[4]. Para Narciso Masferrer, la entidad tenía dos objetivos más: la reivindicación de un estadio olímpico y la preparación de los Juegos de 1916 (Federación de Sociedades Deportivas de Barcelona, 1916). De aquí que Masferrer propusiera la creación de un Comité Olímpico Catalán, que asumiese las competencias del inexistente COE (Finestres y Llauradó, 2002; Pujadas y Santacana, 1990; Torrebadella y Arrechea, 2016).

Puede decirse que desde entonces el vínculo profesional y emocional entre Josep Elias Juncosa (1880-1944) y Narciso Masferrer es del todo crucial para liderar las políticas reivindicativas del movimiento olímpico catalán: “Elias es un perfecto regionalista de toda su vida, que cree firmemente en el resurgir de nuestra región y en la hegemonía sobre las demás españolas, y es un perfecto colaborador de la misma obra cultural que aquí es la mayor fuerza” (Masferrer, 1912, p. 1). De la unión de la Federación de Sociedades Deportivas (FSD) y del Consejo de las Olimpiadas Catalanas nació en Barcelona el 21 de enero de 1922 la Confederación Deportiva de Cataluña (CDC) (Corbinos, 1921).

Entre todos estos personajes fue Josep Elias, persuadido por Narciso Masferrer, el que tomó la responsabilidad e iniciativa de conseguir tales objetivos. Su compromiso propagandista le llevó de inmediato a publicar varios artículos en los que reclamaba y animaba a una participación española a los Juegos de Estocolmo de 1912:

És una llàstima que comptant amb elements valuosíssims, la nostra manca d’organització no ens permeti concórrer a la gran festa atlètica mundial, donant fe de vida entre les demés nacions que, d’Europa i de totes les parts del món, aniran a defensar la supremacia esportiva. Hora fora que acabéssim les rivalitats dels clubs i regionals, i que els homes de bona voluntat treballessim per la unió de tots els atletes del nostre país, primer cap a la possibilitat d’una Unió Nacional que triés l’equip que representés el nostre país a la V Olimpiada. Així sia (Corredisses, 1912, p. 1).

Masferrer fue amigo de José Canalejas y Méndez, político regeneracionista y fundador del partido Liberal-Demócrata en 1902, cuya ideología se ubicaba en la izquierda democrática y que propugnaba la separación de la Iglesia y el Estado. No obstante, el asesinato de este último, el 12 de noviembre de 1912, siendo presidente del Consejo de Ministros, dejó una profunda huella en Masferrer. Canalejas fue recordado en la fiesta de homenaje a Masferrer realizada en el Frontón Condal el 1 de diciembre de 1912. Masferrer decía de él que era el único político que estaba verdaderamente encariñado con “cuanto afecta y se relaciona con la cultura física” (El homenaje a Masferrer, 1912, p. 2).

En este homenaje, que reconocía a “la figura bienhechora de Masferrer como precursor, iniciador, organizador y director del movimiento deportivo español; de esta acción regeneradora que conduce a España a una época de grandeza y esplendor” (Navarro, 1917: 235-237), recibió el apoyo unánime del deporte español, que aclamó con entusiasmo los tres “hip, hip, hip, ¡Hurra!” que Gamper lanzó en honor de Masferrer (El homenaje a Masferrer, 1912).

Así se recordaba la figura de Canalejas en El Mundo Deportivo:

Canalejas fue siempre un decidido partidario de la educación física. Colaboró con sus grandes talentos e iniciativas a favor de la creación de la Escuela Central de Gimnástica.

Cuando se fundó la Federación Gimnástica Española, Canalejas y Méndez fue su primer presidente, quien se encariñó de tal manera con los fines que la entidad nacional perseguía que concurrió a todas las Juntas, celebrándolas en el despacho de su suntuoso palacio de la calle de las Huertas (Canalejas, 1912, p. 1).

Canalejas murió meses antes de que Cataluña pudiera ver aprobada en las Cortes la Mancomunidad, que había prometido el político español a Prat de la Riba. En esta época Masferrer otorgó todo su apoyo a las reivindicaciones del deporte catalán que emanaban de la Lliga Regionalista y, especialmente, de su amigo Josep Elias Juncosa. En aquella época, la visión “imperialista” de Prat de la Riba también tenía repercusión en Masferrer, que sabía que en la apuesta regeneracionista de la educación física, Cataluña había de tener un liderazgo fundamental (Torrebadella y Arrechea, 2016).

Un año más tarde, desde las páginas de El Mundo Deportivo, Masferrer activó los intereses deportivos y nacionalistas del movimiento olímpico catalán (Pujadas y Santacana, 1990; Finestres y Llauradó, 2002; Torrebadella y Arrechea, 2016, 2017).

Una inédita y utópica iniciativa política del deporte

En 1914 la crisis surgida a raíz de la Primera Guerra Mundial (PGM) condujo a una unificación de la prensa deportiva; es decir, las dos grandes revistas del momento, Stadium y El Mundo Deportivo, se hermanan en la Editorial Deportiva S. A. (1914-1920) y ambas se reestructuran, se modernizan y se convierten en semanarios (Pujadas y Santacana, 1997, 2012)[5].

Mientras se desarrolla la PGM y en España se problematizan las desigualdades sociales, se organiza el sindicalismo obrero de signo revolucionario, se enquista la guerra del norte de África, se proclaman las primeras huelgas generales y el caciquismo político y las oligarquías urden sus complicidades con la Monarquía, el deporte sigue una evolución ascendente, puede decirse que al margen del conflicto armado que destruye Europa. El deporte español también se manifiesta ideológicamente neutral, aunque a nivel periodístico es difícil mantenerse al margen de participar en opciones aliadófilas o germanófilas. El principal posicionamiento viene del mismo Alfonso XIII (González-Aja, 2011) y de importantes sectores del ejército, que se declaran germanófilos. En Barcelona, El Mundo Deportivo no se escondía de declarar su apoyo incondicional al bando aliado (Masferrer, 1917a). Aun así, El Mundo Deportivo trató siempre de evitar posiciones partidistas.

En Cataluña se vive un crecimiento del nacionalismo político que lideran los círculos económicos, culturales y deportivos, simpatizantes de la Lliga Regionalista. El discurso del catalanismo político inunda los quehaceres de la sociedad catalana y, lógicamente, también del deporte, el cual adquiere matices claramente ideológicos. Así sucede por ejemplo con asociaciones tan emblemáticas como el CADCI o la misma Joventut Republicana de Lleida.

Como ya se ha estudiado, el deporte español también fue estimulado a raíz de los sucesos de PGM (Simón, 2014; Torrebadella, 2017). Tanto es así que quienes en España prestaban atención al deporte sabían perfectamente cuál sería el desarrollo que tendría al finalizar contienda. Un aspecto clave de la normalización pasaba por la reanudación de los Juegos Olímpicos, eso sí, no en Berlín, tal y como estaban programados para 1916.

El Álbum histórico de las sociedades deportivas de Barcelona (Navarro, 1917) es una muestra del reconocimiento alcanzado por Masferrer, el cual es invitado a escribir el prólogo de la obra que recoge la historia de las entidades que han protagonizado el avance del deporte moderno. Cabe destacar sobre todo al Sindicato de Periodistas Deportivos y a una exultante Federación de Sociedades Deportivas de Barcelona (1916), que incluso llegó a publicar el Calendario deportivo para 1917, un completo programa en el que se presentaban todas las (150) competiciones deportivas previstas en Barcelona, desde enero hasta diciembre.

De todos modos, las preocupaciones sociales latían también en el mundo del deporte, que no podía permanecer al margen de una realidad que afectaba al desarrollo productivo de toda una ciudad. La crisis de 1917, generada por el desgobierno de la Restauración, las discordias ante las Juntas de Defensa, el auge del nacionalismo catalanista, la huelga general revolucionaria de agosto y la ambigüedad ante la PGM, marcó muy significativamente la visión del Masferrer. Es a partir de esta crisis que El Mundo Deportivo inició una ficticia campaña política pro regeneración.

En una sociedad excesivamente fragmentada, la lucha de clases no actuó sobre las bases burguesas e ideológicas del deporte hasta el período de la II República. Antes de esta época, las masas proletarias no vieron en el deporte ningún atractivo; sencillamente, un balón de fútbol era un lujo inalcanzable para un joven asalariado. Aun así, Masferrer deseaba llevar la cultura física y el deporte a todas las clases subalternas (Torrebadella, 2015), gentes que estaban rabiosamente enfrentadas con la cultura dominante y también con el deporte, que era percibido una de las tantas excentricidades de moda.

Tras esta crisis, la nueva iniciativa regeneracionista que promueve Masferrer es la que desea también confraternizar al mito de las dos Españas (la liberal y la conservadora) enfrentadas (Juliá, 2004), y que en Cataluña tenía una especial significación ante las aspiraciones de autogobierno (De Riquer, 2013). Por un lado, había que oponerse a las disputas internas entre los conservadores de Maura (germanófilos) y las manifestaciones de la izquierda obrera, que amenazan constantemente con la huelga general. La crisis política es insostenible, y todos tratan de sacar beneficios de la bélica coyuntura internacional.

El 1 de enero de 1918 El Mundo Deportivo sorprendió con la noticia de liderar una opción política, tratando de encaminar una candidatura deportiva de Barcelona para las elecciones generales de diputados a las Cortes. Así aparecía un llamamiento dirigido al mundo del deporte que alentaba a unirse en un mismo ideal de regeneracionismo, liderando un “Partido Regenerador”. Se trataba, pues, de una nueva opción que hiciera frente a la inepta politiquería con la que venía gobernándose España. Por el singular interés del texto de este llamamiento, lo reproducimos íntegramente y no vamos añadir más comentarios, puesto que el texto es sumamente explícito:

En pleno periodo de renovación. Nuestros candidatos a diputados a Cortes. El Mundo Deportivo invita a todos nuestros lectores, por medio de un plebiscito, a designar a cinco deportistas a quien poder proclamar nuestros candidatos a diputados a Cortes por la circunscripción de Barcelona en las próximas elecciones generales.

Un plebiscito. ¿Por qué no? Por dos veces consecutivas la Federación de Sociedades Deportivas ha designados aquellos candidatos que le han parecido afines a sus ideas, para que fueran favorecidos con el voto de los deportistas residentes en nuestra ciudad. Últimamente los deportistas de Bilbao, que juntamente con los de Madrid y con los nuestros marchan al frente del movimiento que a favor del sport se opera en España, han redactado un manifiesto electoral recomendando a sus candidatos.

En Madrid un amigo nuestro se presentó como candidato a concejal sin más programa político que su brillante historia deportiva y su amor y aficiones por el sport.

Desde hace mucho tiempo, desde aquellos días en que colaborábamos en Los Deportes y en la obra santa que santamente persiguiera la Federación Gimnástica Española, la entidad nacional que ha hecho más política en pro del fomento de la cultura y de la educación física, se ha venido abogando en la prensa profesional singularmente por la creación —ilusoria ayer, factible, tal vez, hoy— de crear [sic] el partido regenerador, constituido por los deportistas españoles, enamorados, verdaderamente enamorados del próspero porvenir de la Patria.

¿Por qué no? ¿Acaso no se constituyen a la hora presente juntas de defensa de los sacratísimos ideales que sustentan infinidad de españoles?

¿Por qué no reunir a todos los deportistas españoles bajo los pliegues de una misma bandera, bajo el régimen perfectamente organizado de un partido —reñido absolutamente con la política actual— pero encariñado absolutamente con una verdadera política de renovación que nosotros hemos denominado siempre con el nombre de regeneración? Es preciso, se hace eminentemente preciso y necesario que, ya que nadie nos defiende, que nos defendamos nosotros mismos. Los gobiernos que se vienen sucediendo en la manipulación del Estado español no se han preocupado jamás de lo que afecta a nuestros ideales. En pleno siglo XX está por promulgar la ley que haga obligatoria la gimnástica desde las escuelas de párvulos a las facultades superiores y desde los seminarios a los cuarteles. Sin una educación física perfecta, en la que estén comprendidas todas las ramas del deporte, es imposible pedirle a nuestro pueblo que derroche energías que no logró atesorar en períodos de paz, cuando más en períodos de guerra tan cruentos como los que se registran en estos días, que transcurren tan aciagos.

Hemos de imponer nuestra voluntad, poniéndola al servicio de una causa generosa y altruista. Tenemos hombres que sabrían sacrificarse por rendir servicio a esa noble causa.

Nuestra juventud, la que se ha educado en nuestros gimnasios y en nuestros campos de juego, hállase en gran parte inscripta en las listas electorales. En Barcelona, donde han brotado siempre los primeros chispazos, las más atrevidas iniciativas, pudiéramos hacer un tanteo de nuestras fuerzas.

El Mundo Deportivo, próxima ya la fecha en que se ha de acordar la elección de diputados a Cortes, invita a todos sus lectores e invita asimismo a nuestros colegas diarios y profesionales de Barcelona a que, siguiendo nuestro ejemplo, inviten a los suyos para entre todos, designar a cinco de los deportistas de Barcelona a quienes pudiéramos proclamar nuestros candidatos a diputados a Cortes.

No tenemos por qué citar nombres, porque todos los que se designen nos parecerán buenos, siendo deportistas de buena cepa y porque todos están en la mente de nuestros amigos que no olvidan las meritorias acciones de los que ponen todos sus entusiasmos al servicio de nuestra causa; pero acaso ¿no serían dignos, entre otros mil, de representarnos en la Cámara popular, elevando sus voces en defensa de nuestros grandes ideales, hombres de la talla de los marqueses de Alella y de Alfarrás, el doctor Fábregas, los señores Marsans Peix (don Luis), Bertrand (don Eusebio), doctor Farnés, Foronda (don Mariano), Conde de Churruca, López Díaz de Quijano (don Eusebio), Morató Senesteve, Conde de Fígols, Marqués de Villanueva y Geltrú, Bastos, Garriga Nogués, Rialp (don Claudio), Barón de Güell, Sagnier, Tallada, Boet (don Andrés), Torres Ullastres, Puig y Sais, Coma y Mas, Sedó (don Arturo), Vidal y Riba, Cabot (don Ricardo), Rosés (don Gaspar), La Llave (don Diego), Ferrer (don Enrique), Macaya (don Alfonso), Elías y Juncosa, Riba (don Victoriano), Camps (don Juan), Ballvé de Gallart, Miró (don Juan), Ramos (don Ricardo), Moxó de Sentmanat (don Francisco), Urrutia (don Manuel), Llorens (don Pablo), Llopart (don Adolfo y don Rafael), AlmiraIl, Mateu (don Damián), Ráfols (don Enrique), Bosch Labrús (don Pedro), Satrústegui, García Alsina y otros cien que recordamos, más por sus hechos y por su obras que por lo ilustre de sus apellidos?

Pues ¡manos a la obra! A partir de este número, en todos los demás que se publiquen hasta el día de las elecciones de diputados a Cortes publicaremos un boletín en el que cada uno de nuestros lectores podrá anotar (por una sola vez) los nombres de aquellos candidatos a quienes de entre los hombres dedicados a la propaganda del deporte votaría para que representasen a la masa deportiva, en el seno de la Representación Nacional, a aquellos a quienes desearía ver revestidos de la investidura parlamentaria, a aquellos, en fin, en quienes confiaría que hiciesen resonar su voz en el Congreso, abogando por el fomento y difusión de todos los deportes. Claro está que nuestros candidatos no llegarán —por nuestros votos, al menos— a las Cortes, pero sabremos, al menos, quiénes serían los verdaderos candidatos a directores del movimiento, quienes en horas de renovación laborarían de nuevo en pro del Partido Regenerador, y puesto que nadie se preocupa de lo más esencial, que es atesorar fuerzas para soportar los embates de la vida, que seamos nosotros, los deportistas españoles, los que hagamos sentir nuestras quejas fundadas, para que lo que hasta hoy ha sido holganza sea, a partir de mañana, fuente de actividades, energías y… de verdaderas renovaciones prácticas y saludables (Masferrer, 1918a, p. 1).

La iniciativa fue recogida en la prensa deportiva del momento (Madrid-Sport, España Sportiva y Stadium). Desde Madrid, el periodista Cruz y Martín (1918) hablaba de las incompatibilidades de la política con el deporte, admitiendo que por ahora eran inconciliables. Por otro lado, Francisco de A. Canto (1918) aplaudía sin reparos en Stadium la iniciativa de Masferrer.

Así, finalmente, los candidatos de El Mundo Deportivo elegidos a Cortes fueron: Mariano de Foronda, presidente del Real Aero Club de Cataluña; Eusebio Bertrand Serra (1877-1945), presidente de la Cámara Sindical del Automóvil; Luis Marsans Peix, presidente del Real Polo Jockey Club; Damián Mateu Bisa, presidente del consejo de administración de La Hispano-Suiza; y Francisco de A. Ribas y Serra, vocal asesor del Real Automóvil Club de Cataluña. Sin embargo, hay que saber que nunca estos personajes representaron a El Mundo Deportivo ni al deporte, sino a sus aspiraciones políticas personales, en el jugoso juego de las disputas del poder.

Formato de la papeleta para el voto en el plebiscito de El Mundo Deportivo, impresa en El Mundo Deportivo, 1 de enero de 1918.

Formato de la papeleta para el voto en el plebiscito de El Mundo Deportivo, impresa en El Mundo Deportivo, 1 de enero de 1918.

Mariano de Foronda (1873-1961), teniente coronel, marqués de Foronda, fue el director de la Exposición Internacional de 1929. Eusebio Bertrand Serra (1877-1945), diputado a Cortes (1907 a 1923), el mayor empresario textil de Catalunya, fue miembro fundador de la Lliga Regionalista, junto a Prat de la Riba y Francesc Cambó. Luis Marsans Peix, diputado en el Congreso (1919-1923), fue empresario y político vinculado al partido Liberal Conservador, de adscripción monárquica. Damián Mateu Bisa (1863-1935), empresario y político, fue fundador en 1918 de la Federación Monárquica Autonomista, que finalmente se vinculó a la Lliga Regionalista. Francisco de A. Ribas y Serra (1872-1929) fue un destacado empresario y filántropo.

Así, con estas iniciativas, desde un periódico humilde y popular, un hombre de la credibilidad de Masferrer sabía reunir para el deporte un ejército de potentados ciudadanos (el establishment del deporte catalán) que siempre estaban dispuestos a colaborar con todo tipo de iniciativas. La más prometedora de ellas, sin duda alguna, fue la apuesta de Barcelona para albergar los Juegos Olímpicos de 1924, candidatura que recibió el apoyo de todos estos y otros prohombres. Ya conocemos que finalmente los Juegos fueron otorgados a París. La delegación española volvía a participar en unos JJOO, pero esta vez, bajo el régimen de una Dictadura (la del general Miguel Primo de Rivera), que puso evidentes limitaciones al desarrollo de signo catalanista. Masferrer y sus amigos, en este sentido, quedaban anulados ante las disposiciones que nombraban en 1925 una comisión interministerial para la educación física premilitar, en donde se anula la presencia del deporte catalán. Este organismo estaba encargado de “orientar, unificar, reglamentar y organizar todo lo relativo a la educación física de la infancia, la juventud y la instrucción premilitar”[6].

Masferrer, junto a Josep Elias, fue a los Juegos Olímpicos de París como corresponsal deportivo. Allí, ante el doble fracaso de la participación española, también surgió la idea de persistir en el futuro en la presentación de la candidatura de Barcelona a albergar unos JJOO (Pujadas, 2006).

Pero volvamos al año 1918, cuando Masferrer (1918b) criticó al Ayuntamiento en las celebraciones de la Fiesta de la Raza, la fiesta nacional del 12 de octubre (luego fiesta de la hispanidad), una celebración dispuesta por la ley de 15 de junio de 1918 (Marcilhacy, 2013) que se efectuaba en discordancia con los tiempos modernos; una escena de “ridículo ante el mundo entero”. Masferrer pedía más protagonismo del deporte y de la educación física, y no tanto la presencia alegórica del rancio españolismo. Masferrer conocía perfectamente que la conciencia nacional española debería venir del poder del deporte y de su libre asociación, y no de actos impuestos. Por eso insistía, como en anteriores ocasiones, en la necesidad de más campos deportivos para así impulsar el nuevo avance deportivo que se pondría en marcha una vez finalizada la PGM (Masferrer, 1918c y 1918d).

En 1919 el empuje autonomista de la Mancomunidad excitó todo un amplio movimiento catalanista que condujo a las primeras manifestaciones hacia el independentismo (Balcells, 1992). En esta situación, el deporte también actuaba de elemento instigador del catalanismo. Así, por ejemplo, desde las páginas deportivas, cabe destacar a Lluís Aymamí (1919, p. 2) y a otros que proclamaban discursos nacionalistas, al poner como modelo de victorias nacionales a las victorias de las sociedades deportivas catalanas en las luchas del deporte ibérico, luchas que rememoraban la premisa: “Per Catalunya i per a Catalunya”.

Las afirmaciones de identidad nacional y cultural tomaban impulso con la adhesión de plataformas reivindicativas promovidas por las bases políticas. Una de estas fue dirigida hacia el manifiesto catalanista de las entidades, cuyo rasgo debía expresarse en el uso oficial del catalán. Entidades como el Sindicat de Periodistes Esportius, el Futbol Club Barcelona, el Centre Excursionista de Catalunya o la Federació Catalana de Foot-ball no tuvieron dudas en posicionarse en pro del catalanismo (Artells, 1972; Torrebadella y Planas, 2011). En este contexto, la Mancomunitat (1914-1924), presidida por Josep Puig i Cadafalch (1867-1956), venía impulsando desde 1918 el primer proyecto en favor de un Estatuto de Autonomía. En este asunto, El Mundo Deportivo, a raíz de un manifiesto de los socios del Real Club Deportiu Espanyol (Tallada, Bernades y Rodríguez, 1919), emitió una posición claramente favorable a las aspiraciones de autogobierno:

Aunque tanto nosotros como las sociedades deportivas de Cataluña tenemos fines completamente ajenos a la política, no podemos menos de ver con simpatía que el sentimiento patriótico que une hoy todo el pueblo catalán en la aspiración común de regir sus peculiares destinos por sí mismo, haya tenido una repercusión muy acentuada en el seno de muchas de nuestras sociedades deportivas, porque entendemos nosotros que un problema como el de la autonomía de Cataluña, aun siendo en el fondo un problema de orden político, está en realidad por encima de todas las diferencias, de todas las luchas y de todas las tendencias políticas, pues es el problema universal de la libertad de los pueblos que tienen indiscutible derecho a gobernarse por sí mismos, sin perjuicio de mantener y respetar los lazos y las prerrogativas inherentes a la soberanía de las agrupaciones históricas y jurídicas que tienen personalidad reconocida en el mundo internacional.

Y aunque nosotros, como órgano de relación y de comunicación entre todos los deportistas españoles, hemos de seguir teniendo como un honor ser el portavoz en español de todos los deportistas españoles, en todos momentos hemos defendido dentro de las organizaciones deportivas nacionales las soluciones autonomistas por ser ellas las que garantizan una mayor intensidad y una mayor prosperidad de la vida deportiva en general, con la mutua y noble emulación entre las distintas regiones españolas y por ser también la autonomía el sabio espíritu que preside la reglamentación de los organismos internacionales, los cuales dan de arriba abajo amplia libertad de régimen, sin que en ningún caso esta libertad haya sido causa de indisciplinas y conflictos” (El Mundo Deportivo, en Tallada, Bernades y Rodríguez, 1919, p. 1).

No obstante, Masferrer, dejando paso en el camino a otros, dirigió sus quehaceres hacia la emergente industria del automóvil. En noviembre de 1916 fue nombrado secretario general de la recién constituida Cámara Sindical del Automóvil, que presidía el potentado Eusebio Bertrand Serra (Nueva entidad, 1916). En septiembre de 1918 fue elegido secretario del comité ejecutivo para la organización en el Salón del Automóvil de Barcelona. Puede decirse que a partir de entonces Masferrer intensificó una productiva etapa hacia otros proyectos personales vinculados al automovilismo, al turismo y a pedir las inmediatas mejoras que se necesitaban en las carreteras para el progreso económico y cultural del país (Masferrer, 1922).

Narciso Masferrer en la Asamblea de la Cámara Sindical del Automóvil de Barcelona. Fuente: El Heraldo Deportivo, 25 de mayo de 1919.

Narciso Masferrer en la Asamblea de la Cámara Sindical del Automóvil de Barcelona. Fuente: El Heraldo Deportivo, 25 de mayo de 1919.

1919 fue un año de conflictos políticos, sociales y también para el deporte. Si por un lado continuaron las reivindicaciones autonomistas del catalanismo político, que aspiraban a un reconocimiento internacional como nación, por el otro, el problema social emergió con especial preocupación con los sucesos revolucionarios de la Huelga General (Huelga de la Canadiense). La huelga, liderada por la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), paralizó prácticamente toda la industria del país (duró del 5 de febrero hasta el 19 marzo). La agitación social del momento hizo retrasar varias veces el Salón del Automóvil de Barcelona, que finalmente se realizó de los días 3 al 12 de mayo en el Palacio de Bellas Artes. Este Salón exhibía internacionalmente la expansión de una ciudad industrial que también deseaba formar parte del progreso y de los avances modernos. Al mismo tiempo se pedía que el Estado y los gobiernos de España se percatasen, como sucedía en otros países, de la importancia industrial automovilística y de la necesidad de dotar al país de buenas carreteras, cuyo interés estaba ligado a la defensa y la riqueza nacional[7]. El éxito rotundo de este salón y de las conclusiones allí presentadas en la Asamblea del Automóvil[8], cuya organización corrió a cargo de las cámaras del automóvil de Barcelona, Madrid y Valencia (secretario general, Narciso Masferrer), fueron trasladadas por una comisión que visitó en persona al gobierno de Madrid y a S. M. Alfonso XIII (La Exposición de Automóviles, 1919)[9].

En estos días, el asociacionismo del deporte catalán y sus dirigentes emprendían un pulso para provocar una respuesta firme de la opinión pública y de las instituciones públicas. El 17 de octubre el mitin de afirmación deportiva del Stadium Club de Barcelona, como indicó Francisco Cantó (1920), marcó, con la intervención directa del Sindicato de Periodistas Deportivos, un momento determinante para el impulso del deporte y en pro del olimpismo. Es decir, había que ir a los JJOO de Amberes: sí o sí (Torrebadella y Arrechea, 2016).

La paz social digamos que también se encontraba entre los objetivos de los regeneracionistas del deporte. El mismo Masferrer exponía el valor del desarrollo de las “ideas” del deporte, del cual ya vivían muchas familias (Masferrer, 1920a). La huelga general proporcionó al movimiento obrero nuevas expectativas de vida (jornada de 8 horas, ayudas sociales y mejoras salariales) que hicieron posible el camino hacia la participación obrera en el deporte. Puede decirse que en Barcelona, los inicios del deporte popular comenzaron con este gran y trágico éxito de la lucha obrera. Aun así los sectores obreros, es decir, “la clase trabajadora militante y predominantemente anarquista, tanto la catalana como la formada por inmigrantes”, que cita Hobsbawn, (2013, p. 149), no entró de lleno en la esfera catalanista del deporte, ya que veía en ella un cierto clasismo. Esto también confluía con la llamada “democratización” del fútbol y la entrada del deporte en el servicio militar (Torrebadella-Flix y Olivera-Betrán, 2016). Por otro lado, el deporte de signo burgués (vela, polo, golf, tenis…) se materializaba con la emergencia de los nuevos deportes de motor, el motociclismo, el automovilismo y, también, los deportes aéreos.

No obstante, Masferrer no se desligó de la faceta periodística y continuó como redactor de deportes en La Vanguardia y, tras la retirada de Ricardo Cabot, se ocupó de la dirección de la revista Stadium, entre 1920 y 1929. Además, continuó colaborando con otros emblemáticos proyectos de envergadura. Entre estos proyectos se encontraba la participación de España en los Juegos Olímpicos de Amberes (La Redacción, 1920a) y, sin duda, el más importante: la candidatura de Barcelona a la organización de unos Juegos Olímpicos (La Redacción, 1920b; Masferrer, 1920bc; Vida deportiva. Las Olimpiadas, 1921; C., 1920):

La idea de celebrar en Barcelona los Juegos Olímpicos de 1924 pudiera servir de punto da partida para la regeneración de nuestra raza. Pongamos en ello voluntad, mágico resorte productor de las más inesperadas sorpresas, teniendo presente que un espacio de tiempo de cuatro años deja margen para cuanto en serio quiera intentarse (Vida Deportiva. Olimpiada, 1920, p. 7).

En junio de 1930 el Sindicato de Periodistas Deportivos organizó otro emotivo reconocimiento a Masferrer. Se le concedió el título de Presidente Honorífico y, además, recibió la medalla de Caballero de la Orden de Alfonso XII por su constante y meritísima labor en pro del deporte. Masferrer mencionó que su máxima satisfacción había sido la de contribuir a la edificación del Estadio de Montjuïc (Ayer en el Automóvil, 1930), sin la cual obstinación, como bien cuenta Sabater Rosich (1955), no se hubieran construido nunca este maravilloso estadio olímpico.

Conclusión

El desarrollo del deporte en España tuvo en Cataluña el principal modelo a seguir. Esto sucedía en una coyuntura política de importantes tensiones ideológicas y sociales. La emergencia del deporte catalán, de un deporte de signo burgués, pero cuya raíz era la de buscar una base popular entre la participación de las clases medias, muchos de cuyos miembros estaban ligados a los emergentes proyectos del catalanismo político, supuso el sello característico de los promotores del deporte, que desde una ciudad (Barcelona), modelaron las aspiraciones populares de una sociedad que deseaba abrirse a Europa. Entre los principales promotores de este desarrollo, sin duda alguna destacando entre todos, el principal artífice fue Narciso Masferrer. Esta tarea no fue nada fácil.

Sostener las presiones de un movimiento obrero cuyas bases ideológicas se estaban organizando hacia movimientos revolucionarios peligrosos, en unos ambientes en que ciertas ideas podían representar de facto la muerte, el no enemistarse con nadie, ni con el radicalismo intransigente de los círculos anarquistas, ni tampoco con el integrismo católico y, sobre todo, complacer reservadamente las demandas del nacionalismo catalán, fueron las claves que hicieron de Masferrer el amigo de todos. Masferrer, a nuestro juicio, puso el grado de moderación que el deporte necesitaba para no verse envuelto en la encrucijada de la lucha política y social del momento.

Masferrer supo modelar las difíciles vicisitudes de los sucesos. La habilidad de dialogar y de pactar le hizo meritorio de numerosos cargos directivos. Digamos que todos deseaban tener a Masferrer en sus equipos, porque sencillamente fue un hombre de equipo, al que no le importó ocupar cargos menores o de segunda fila. Fue un hombre universal y que entendía muy bien aquellas palabras que el marqués de Santa Susana (1896) pronunció desde la Crónica del Sport, sobre la falta de inclinación asociativa de los españoles. En este sentido buscó siempre la colaboración y la unión entre todos, para consolidar un proyecto único y común, el de regenerar el país a través de la educación física y el deporte. Esto evidentemente solamente se podía conseguir y negociar si se disponía del apoyo de todo el asociacionismo deportivo, el catalán y el del resto de España, por eso Masferrer deseaba ser el amigo de todos. Conocer estos rasgos hace posible comprender por qué la presencia de Masferrer se hizo prácticamente inevitable en la mayoría de las iniciativas y proyectos deportivos más importantes y trascendentes en los primeros pasos del deporte en España.

El deporte solamente podía emerger si se mantenía al margen de las disputas políticas. Eso es lo que hizo de Masferrer el amigo de todos, de lerrouxistas, regionalistas, autonomistas, republicanos, católicos, anarquistas, etc.

Masferrer tuvo importantes contactos con el poder de la cultura dominante, esa burguesía barcelonesa (y española) que pugnaba en las conquistas económicas del mundo, y que supo ver que en la educación física y el deporte había las esperanzas de horizontes de progreso y bienestar (que no tanto de regeneracionismo). Masferrer fue querido y respetado por sus compañeros de profesión y su honradez por las causas nobles y justas le revistió de una credibilidad indiscutiblemente contrastada.

¿Tanto cuesta hoy reconocer a Masferrer como el hombre que puso los cimientos del deporte España y principal arquitecto de su institucionalización? En el pasado todos, sin excepción alguna, reconocieron la contribución de Masferrer a la causa de la educación física y el deporte….

“Mañana… cuando todas esas voluntades unidas, las que forman en nuestras sociedades, hayan cumplido la misión, y su ejemplo sea imitado por las generaciones que nos sucedan, las prácticas pregonadas hoy con grandes entusiasmos se habrán convertido en síntomas de salud para una raza que bendecirá siempre con honda alegría la obra de cuantos constituyen esas asociaciones por más siempre admiradas y entrañablemente queridas (Masferrer, 1917).

 

Xavier Torrebadella Flix

Universitat Autònoma de Barcelona

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[1] Llunas creó La Tramontana (1881-1896), que fue el primer periódico en catalán de signo obrero.

[2] Esta Ley, impulsada por Segismundo Moret, presidente del Consejo de Ministros, y el conde de Romanones, ministro de Gobernación, fue aprobada el 20 de marzo de 1906. Surgió a raíz de los sucesos del Cu-Cut! y La Veu de Catalunya, del 25 de noviembre de 1905, y permitía la intervención y juicio militar ante cualquier suceso que fuese considerado de ultraje a la nación española y a sus símbolos, es decir, que amenazase a la unidad del Estado o al mismo ejército. La Ley perduró hasta el 31 de abril de 1931, en que fue derogada por el Gobierno de la II República.

[3] En esta misma época en Barcelona existen Eco de Sport (1909) y El Sport (1910).

[4] Las asociaciones fundadoras fueron: Real Automóvil Club, Real Polo Club, Sociedad Hípica de Barcelona, Real Asociación de Cazadores de Barcelona, Sección de Deportes de Montaña del Centro Excursionista de Cataluña, Real Club Náutico, Asociación de Lawn Tennis, Federación Catalana de Clubs de Foot-ball, Tiro Nacional, Club Natación Barcelona, Unión Velocipédica española, Real Sociedad de Colombofilia de Cataluña, Fomento de la Esgrima y Sport Vasco.

[5] Stadium baja el precio de 30 a 20 céntimos.

[6] R. D. de 08 de mayo de 1925 (BOMIP, núm. 43, p. 622-623)

[7] Los números 298 y 299 de la revista Stadium, de 3 y 24 de mayo de 1919, fueron dedicados al Salón del Automóvil de Barcelona.

[8] Las ponencias y conclusiones de la Asamblea Automovilista fueron expuestas en El Mundo Deportivo los días 3, 17, 24 de julio, y 7 y 14 de agosto de 1919, p. 1.

[9] El 23 de mayo se inauguró en Madrid un reducido Salón del Automóvil, organizado por la recién creada Cámara Sindical Española de Automovilismo (Automovilismo, 1919).




Narciso Masferrer y los orígenes del Olimpismo en España

Introducción

La convulsa historia de los comités olímpicos españoles está íntimamente vinculada a los avatares políticos de España y, de forma singular, a la pugna prácticamente constante entre los dos grandes centros deportivos (Madrid y Barcelona) que surgen a finales del siglo XIX y que mantendrán una tensión permanente por obtener interlocución directa con el Comité Olímpico Internacional y el liderazgo del deporte y el Olimpismo en España.

Narciso Masferrer Sala, tanto por su carisma y capacidad de trabajo como por sus circunstancias familiares y personales (nacido en Madrid de padres catalanes y afincado en Barcelona tras haber estudiado en Francia y en Alemania y haber vivido en Sevilla, de ideología conservadora y alejado del catalanismo político), estaba en disposición de ejercer de puente o mediador entre las dos ciudades, y así lo hizo en numerosas ocasiones en los cincuenta y cuatro años que transcurrieron desde su primera iniciativa importante en este ámbito (la Sociedad Gimnástica Española, fundada en 1887 en Madrid) hasta su deceso en Barcelona en 1941.

Procedemos pues a presentar una sucinta historia del Olimpismo en nuestro país relacionándola con la biografía de Narciso Masferrer, ya que, como veremos, existe una clara vinculación entre ambas.

La Sociedad Gimnástica Española (1887)

La Sociedad Gimnástica Española fue una entidad fundada (por segunda vez) por Narciso Masferrer Sala, Emilio Fernández de Monjardín Cano, Emilio Coll Maignan y Édouard Charles en Madrid el 2 de marzo de 1887, siendo aprobados sus estatutos por la autoridad gubernativa el día 23 del mismo mes y año. Decimos por segunda vez porque una entidad de idéntico nombre (Sociedad Gimnástica Española) ya había sido creada cinco años antes (13 de mayo de 1882) por Mariano Ordax también en Madrid, aunque al parecer sin llegar a desarrollar apenas actividad.

Los objetivos de la SGE (de la SGE de 1887) eran ambiciosos:

trabajar con todos sus afanes hasta ver funcionar una sociedad popular, democrática, que pusiera los deportes al alcance de todos los aficionados, que el estudiante, el empleado, el obrero pudieran combatir los vicios y embrutecimiento de la vida de esclavitud, de trabajo constante, con la expansión y equilibrio que proporciona al espíritu las emociones del deporte y lograr un desarrollo armónico de inteligencia y salud. (El XXV Aniversario de la Sociedad Gimnástica Española, 1912)

En junio de 1894 la Sociedad Gimnástica Española se adhirió por carta al congreso para recuperar los Juegos Olímpicos convocado por el barón de Coubertin en la Universidad de La Sorbona (París). Fue la única sociedad deportiva española que lo hizo. La Universidad de Oviedo envió tres delegados (porque el congreso coincidió con un viaje a París por otros motivos y eran krausistas como Giner de los Ríos, interlocutor en España de Coubertin en esas fechas); los profesores asturianos no tomaron parte en las deliberaciones (González Posada, 1894).

La vinculación con el Olimpismo de algunos miembros de la SGE como Narciso Masferrer sería una constante en sus vidas y es el embrión al partir del cual nacerán otras entidades más ambiciosas como la Federación Gimnástica Española, creada a imitación de la USFSA francesa con idénticos objetivos regeneracionistas.

La Federación Gimnástica Española (1898)

Narciso Masferrer fue el primer promotor del deporte en nuestro país con una visión global y ambiciosa y la primera persona que tuvo clara la necesidad de crear un organismo que coordinara todo el deporte, así como de federaciones de cada especialidad y campeonatos nacionales. Esta propuesta, con algunos matices, se concretará en la creación de la Federación Gimnástica Española el 7 de junio de 1898 en respuesta al llamamiento efectuado por Masferrer desde las páginas de la revista Los Deportes el 1 de marzo de 1898 a todos los deportistas españoles para crear una “Confederación de las Sociedades Gimnásticas Españolas”.

Respondieron favorablemente al llamamiento de Masferrer: el Gimnástico de Tarragona, la Asociación Nacional de Profesores Oficiales, el Gimnasio de Vigo, el Club Gimnástico de Cartagena, la Sociedad Catalana de Gimnástica y la Sociedad Gimnástica de Orense. Poco después se incorporó la Sociedad Gimnástica Española. José Canalejas y Méndez (diputado, ex ministro de Fomento, Gracia y Justicia y Hacienda y presidente honorario de la Asociación Catalana de Gimnástica), fue elegido primer presidente de la FGE. La Asociación Catalana de Gimnástica había sido fundada por Masferrer como un primer escalón hacia la Federación Gimnástica Española.

La primera asamblea de la FGE tendrá lugar el 26 de septiembre de 1899 en Madrid y estará acompañada por un festival polideportivo. Se tiende a decir, de forma simplificadora, que la FGE es un antecedente directo de la Federación Española de Gimnasia. La FGE es antecedente de la federación de gimnasia, en efecto, pero también de la de atletismo, de la de fútbol y de la de prácticamente todos los deportes (solo el ciclismo, la colombofilia, la vela y el tiro tuvieron estructuras federativas propias en esta época). También del Comité Olímpico Español y del Consejo Superior de Deportes. Sin olvidar su vertiente cultural y pedagógica de clara influencia regeneracionista.

Al fundarse la FGE su sede social sería la de la SGE (calle Libertad, 15 de Madrid), y los cuatro fundadores de esta última (Masferrer, Monjardín, Coll y Charles), vocales del Comité Ejecutivo de la primera. La revista Los Deportes, con sede en la calle Montjuïc del Carme, 5 de Barcelona, sería su órgano de difusión y Marcelo Santos Sanz Romo, su secretario general. Puede afirmarse sin exagerar que la FGE es hija de Narciso Masferrer.

El primer objetivo de la FGE fue contar con delegados en las provincias. En julio de 1898 ya había delegaciones en todas, aunque la mayoría tenían una existencia formal sin desarrollar ninguna actividad real, lo que sería motivo de críticas y enfrentamientos. La organización de Asambleas (1899 en Madrid, 1900 en Barcelona, 1901 en Zaragoza) y “Fiestas Federales” con competiciones de varios deportes fueron los logros de la FGE en su corta existencia. El 20 de marzo de 1902 fue declarada “Sociedad de verdadera utilidad pública”. Para entonces ya había entrado en descomposición. En 1906 varias cartas y artículos (del propio Masferrer, entre otros) en las páginas de la nueva publicación de Masferrer, El Mundo Deportivo, lamentaban la virtual desaparición de la FGE, entidad dada de baja oficialmente en el Registro de Asociaciones en 1909.

Comité Español de los Juegos Olímpicos (1905)

En noviembre de 1905 se funda la segunda entidad polideportiva nacional: el Comité Español de los Juegos Olímpicos, una iniciativa del Comité Olímpico Griego para que España acudiera a los Juegos Olímpicos intercalados de Atenas 1906. Su presidente sería el marqués de Cabriñana del Monte. Román Macaya era el delegado en Barcelona. Se llegó a debatir sobre la necesidad de establecer dos comités en España, uno en Madrid y otro en Barcelona, lo que finalmente se descartó por intervención del cónsul de Grecia en Madrid (Carta de Jorge Soto a Spyridon Lambros, 15 de marzo de 1905, HOC-Archives, K7-Φ5-Ε1).

España no acudió a Atenas y el marqués de Cabriñana se disculpó ante los griegos en una carta llena de excusas: “Algunos de los que querían acudir eran profesionales”, “otros no tenían las condiciones físicas adecuadas para luchar con honor” o “les faltaba educación y savoir vivre”, “el gobierno mostró poco interés…” (Carta del marqués de Cabriñana a Spyridon Lambros, mayo de 1906, HOC-Archives, K15- Φ11-E3). Cabriñana siguió nominalmente al frente del Comité hasta 1909, cuando fue forzado a dimitir por el Infante Don Carlos y substituido por Gonzalo de Figueroa, conde de Mejorada del Campo y marqués de Villamejor, miembro del COI desde 1902.

El asesinato de Canalejas, primer presidente de la FGE y presidente del Gobierno entonces, el 12 de noviembre de 1912 había facilitado el acceso a la presidencia del gobierno a Álvaro de Figueroa, conde de Romanones, hermano del marqués de Villamejor. Villamejor vinculaba este magnicidio y la llegada de su hermano al poder con su decisión de constituir su Comité Español de los Juegos Olímpicos en una carta al barón de Coubertin el 20 de noviembre de 1912. La huella de la Federación Gimnástica Española seguía presente por vericuetos insospechados, aunque Masferrer (y su núcleo deportivo-regeneracionista de Barcelona) fueron marginados de estos primeros comités olímpicos españoles.

Pese a haber sido marginado de estos comités, Masferrer siguió embarcado en sus ambiciosos proyectos para convertir a Barcelona en una ciudad olímpica. Así fue como sacó adelante las “Grandes Fiestas Deportivas de Barcelona” de 1907, patrocinadas por el Ayuntamiento. Se trataba de un mes entero de acontecimientos deportivos, desde el 30 de mayo al 30 de junio. Con ello Masferrer (1907e) deseaba “propagar a los cuatro vientos la importancia extraordinaria que a poco tiempo a esta parte ha alcanzado la vida deportiva en nuestra capital”. Fue un proyecto “de propaganda deportiva” concebido y dirigido por Masferrer y José de Togores. Se deseaba mostrar al mundo que Barcelona podía ser digna de citarse como “la ciudad más sportiva” (Masferrer, 1907h).

Como explica Torrebadella (2015), “se pretendía reunir el mejor deporte internacional del momento, ofreciendo también el aliciente para que los deportistas locales pudieran lucirse y triunfar. Los concursos programados fueron de esgrima, ciclismo, aerostación, regatas, hípica, tiro, automovilismo, motociclismo y carreras a pie”.

Además, se ambicionaba atraer turistas, otra de las obsesiones de Masferrer. Realmente se intentaba convencer a propios y a extraños del potencial de Barcelona como futura sede de unos JJOO. Narciso Masferrer estaba eufórico con este evento:

Estoy persuadido que han de ser muchos los sportsmen del extranjero que acudan al palenque a que les vamos a invitar. Pero es preciso no solo que no encuentren tacha ni reparo que oponer a los programas en cuanto afecte a la realización de las próximas manifestaciones, sino que quienes pueden se dispongan a defender los colores de España, porque en esas luchas y en esos concursos va envuelto nuestro patriotismo, y todos debemos tener como un gran empeño del que sean los nuestros los que triunfen de los demás.

Nos jugamos en este asunto una carta en la que va envuelta toda nuestra fortuna. Muy corto es el tiempo que nos espera ya de la fecha de la realización de esos concursos; a todos aconsejamos que empiecen un período de un durísimo entrenamiento con el ánimo resuelto y decidido de obtener los primeros puestos en las categorías que se establezcan.

Si lo conseguimos, sí que habremos triunfado, y cuantos vengan como actores o espectadores a Barcelona, a la gran ciudad española, podrán comprender que aquí, en Cataluña, no solo se predica, sino que se practica y que nos sobran alientos para luchar y para vencer.

Demos, pues, un alto ejemplo de que sabemos organizar esas fiestas, con lo cual habremos conseguido equipararnos a los grandes centros sportivos mundiales, y denlo también aquellos, por quienes laboramos desde la modestia esfera en que vive y alienta, con las más grandes esperanzas, El Mundo Deportivo, y habremos, al cabo del tiempo, dado un gran paso en firme y tocado aquellos resultados con que soñó siempre nuestra inspiración, logrando ¡por fin! realidades en que creímos, por tener plena conciencia de que teníamos que llegar un día a la tierra de promisión sportivamente considerado.

No sueñes, no, alma: ¡realiza, vence, triunfa! (Masferrer, 1907d)

La organización fue un éxito, ante lo cual Narciso Masferrer estaba pletórico:

Los fines que nos propusimos coronaron la obra, la de hacer ver y comprender a todo el mundo que España no es una excepción en esas materias, como acaba de demostrarse plenamente, realizando manifestaciones tan extraordinarias, de que no tenían ni podían tener idea muchos, muchos de los que nos han honrado con su visita, y muchos con los que ignoraban de lo que eran capaces todos cuantos en tierras benditas de acá se dedican al sport.

Demostrado queda que no existen diferencias, y que, aunque con escasos medios, se ha vivenciado que la Barcelona sportiva ha dado la nota de arrogante fiereza que imprimió siempre todas sus esplendorosas manifestaciones en el arte, en la industria, en la fabricación, etc., nuestra incomparable Barcelona (Masferrer, 1907a).

Este éxito despertó la euforia a nivel nacional entre los sectores deportivos. Desde Madrid Carlos Padrós, único miembro del Comité Español de los Juegos Olímpicos que seguía intentando iniciativas olímpicas, escribía a Don Narciso ofreciéndose a liderar una nueva entidad tipo FGE:

Sr. Narciso Masferrer… Próximos a celebrase en Londres los Juegos Olímpicos para los que se prepara Inglaterra con entusiasmo que pone en todo lo que supone progreso aquella nación, debemos en España prepararnos también para tomar una parte, si podemos, en esa manifestación sportiva universal.

Aunque todavía no ha surgido en nuestro país un hombre de suficiente energía y fuerza de voluntad bastante para aunar los esfuerzos de todos sin despertar recelos y agrupando los valiosos elementos con que contamos, funde la Unión Española de Sports Atléticos que dan en el resto de Europa resultados tan eficacísimos para el fomento de la cultura física, podemos mientras tanto los que sentimos entusiasmos y tenemos fe en el porvenir, ir reuniendo los materiales que en su día han de construir esa hermosísima obra (Padrós, 1907).

Comité Olímpico Español en Madrid (1912) y Comité Olímpic Català (1913)

El marqués de Villamejor constituía el 25 de noviembre de 1912 su Comité Español de los Juegos Olímpicos con esta composición: Gonzalo de Figueroa, marqués de Villamejor (presidente) Carlos Padrós Rubio (tesorero), Marcelo Santos Sanz Romo (secretario), Pío Suárez-Inclán y González (coronel de Estado Mayor y diputado), Marcelo Rivas Mateos (catedrático de la Universidad Central), Alejandro Saint-Aubin Bonnefon (publicista y diputado), Adolfo Díaz Enríquez (comandante de Infantería), Luis de Uhagón y Barrio (marqués de Laurencín), Valentín Menéndez San Juan (conde de la Cimera y de Goyeneche, marqués de Campo Real), Julio Urbina Ceballos-Escalera (marqués de Cabriñana del Monte) y Rogelio Ferreras Berros (capitán de la Guardia Civil y profesor de Gimnasia). Respecto al primer Comité (1905) seguían Cabriñana y Padrós. Este último, aunque afincado en Madrid, y el capitán de la Guardia Civil Ferreras, nacido en Tarragona, constituían la cuota catalana del Comité (Ruiz Ferry, 1912).

Barcelona, bajo el impulso del núcleo regeneracionista de Masferrer, seguía siendo líder en España en iniciativas en el terreno del deporte. Pronto destacaría el periodista tarraconense Josep Elias i Juncosa, Corredisses, gran crítico del COE del marqués de Villamejor, mientras Masferrer adoptaba un perfil más bajo, aunque coincidían en intereses y objetivos. Puede decirse que se repartían los papeles de “policía bueno” y “policía malo”. La campaña de Elias contra la inactividad del COE alcanzó el súmmum el 18 de octubre de 1913 con su conferencia en el gimnasio de Garcia Alsina (Elias i Juncosa, 1913). Ante la amenaza esbozada por Corredisses de ver a un Comité Olímpico Catalán desfilando en Berlín 1916 si el COE no se activaba, Villamejor pidió ayuda a los dirigentes deportivos catalanes para que España estuviera en los JJOO en una carta dirigida a Masferrer (Los Juegos Olímpicos. Una Carta, 1913).

El día de Navidad de 1913 se anunciaba que el COE autorizaba a Narciso Masferrer la constitución de un Comité Olímpico Catalán como delegación regional del COE (Los Juegos Olímpicos, 1913) en lo que parecía el fruto de las negociaciones entre Villamejor y el propio Masferrer, negociaciones sobre las que ambas partes escribían a Coubertin intentando ganarse su favor. Villamejor escribía al presidente del COI:

Veo que estáis al corriente de toda la agitación promovida en Barcelona por el Sr. Elias Juncosa. Es siempre la misma historia, quieren considerarse independientes, sin querer comprender que su solo derecho de existencia es el de ser españoles y les considero ahora convencidos de estar obligados a someterse al Comité Español (Durántez, 2012, p.52).

El 31 de marzo de 1916 Villamejor creó un nuevo Comité Olímpico Español íntegramente madrileño, sin dirigentes catalanes. Probablemente para compensar, en la misma reunión se ofreció a la Federación Atlética Catalana la opción de ser un Subcomité regional olímpico (como el COC de 1913) y crear otra delegación regional en Bilbao (Atletismo, 1916).

Los JJOO de 1916 serían suspendidos por la Primera Guerra Mundial y el COE dispondría de cuatro años más para preparar el debut oficial español en JJOO. De hecho, se crearía en 1919 un nuevo Comité Olímpico Español.

Durante la Guerra se produjo un hecho sorprendente: el alcalde de Barcelona Manuel Rius escribió a Coubertin en 1917 ofreciendo a Barcelona como sede de los primeros JJOO que se disputaran tras el conflicto mundial; no consta que el barón respondiera.

Así, en julio de 1919 Villamejor organizaba un nuevo COE (Comité Olímpico Español, 1919). La cuota catalana estaba reservada al Dr. Bartrina, afincado en Madrid y vinculado a la Familia Real (era profesor de Educación Física del príncipe y los infantes).

La decisión de participar en los JJOO de Amberes se tomó a última hora y para poder acudir se recurrió a colectas. En Amberes las malas relaciones entre el COE y el COC se agudizaron por varios motivos, especialmente por la candidatura de Barcelona a los JJOO de 1924, presentada a espaldas del COE. Desde Madrid se reaccionó filtrando otra posible candidata española: San Sebastián (Ruiz Ferry, 1920b; Ruiz Ferry, 1920c). Masferrer no se implicó en estos conflictos, manteniendo un perfil muy bajo.

El COI daría los JJOO 1924 a París y garantizaría las siguientes ediciones a Ámsterdam (1928) y a EE. UU. (1932, serían en Los Ángeles), por lo que las esperanzas olímpicas de Barcelona quedaban sepultadas sine die y el proyectado Estadio Olímpico de La Foixarda, convertido en campo de rugby. El marqués de Villamejor moriría en Lausana el 18 de octubre de 1921 y con él desaparecía este COE; su puesto en el COI sería concedido a Santiago Güell, barón de Güell, y a Horacio Echevarrieta.

Comité Olímpico Español en Barcelona (1924 y 1926)

Imagen 1: Ramon Claret y Joan Bert (autores), (1914-1920): “kickoff de Narcís Masferrer a un partit de futbol femení”. Arxiu Nacional de Catalunya. Fons ANC1-64/Bert i Claret (fotoperiodistes). Código de Referencia: ANC1-64-N-1712.

Imagen 1: Ramon Claret y Joan Bert (autores), (1914-1920): “kickoff de Narcís Masferrer a un partit de futbol femení”. Arxiu Nacional de Catalunya. Fons ANC1-64/Bert i Claret (fotoperiodistes). Código de Referencia: ANC1-64-N-1712.

Las críticas por la inactividad de los dos nuevos representante españoles en el COI, que durante tres años no constituyeron un nuevo COE, llegaban de nuevo desde Barcelona, donde se había creado la Confederación Deportiva de Cataluña (Vida Deportiva, 1922), con el objetivo de ostentar “la representación íntegra del deporte catalán”, proponiendo la celebración de unos Juegos Ibéricos y de unos Juegos Mediterráneos como pasos previos a nuevas candidaturas olímpicas (La confederació catalana, 1921). La labor de la Confederación hizo que el COI le otorgara la Copa Olímpica en 1922 (Olimpismo, 1922).

En la noche del 12 a 13 de septiembre de 1923 se produjo en Barcelona el golpe de estado de Primo de Rivera, a quien el rey encargó formar gobierno, instaurándose así una dictadura. Para el nuevo régimen hubiera sido un fracaso no acudir a París 1924, por lo que decidieron fundar un nuevo Comité Olímpico Español. Este nuevo COE nació el 11 de enero de 1924 en el Paseo de Gracia, 32 de Barcelona, en la misma sede de la Confederación Catalana de Deportes, a la que de paso se neutralizaba, bajo la presidencia interina (el barón de Güell era el presidente pese a encontrarse de viaje en América) de Mariano de Rivera, ayudante de campo del general Primo de Rivera, con José Mesalles Estivill como secretario.

Narciso Masferrer no fue incluido en este nuevo COE barcelonés, pero cubrió los detalles de su constitución desde La Vanguardia con entusiasmo. Poco después se constituyó una delegación del COE en Madrid (Coubertin mostró estupefacción al ser informado de que el nuevo COE tenía su sede en Barcelona), así como una delegación en París a cargo de Doña Rosario de la Huerta de Bárcenas (“residente en aquella ciudad y persona por todos conceptos acreedora a la confianza que merece un cargo de esta naturaleza e importancia”) (Vida Deportiva, 1924). En marzo, Güell regresaba a España y asumía la presidencia del Comité, quedando Mariano de Rivera como vicepresidente.

Los meses siguientes estuvieron caracterizados por los problemas económicos para poder enviar una delegación a los JJOO, pese a las 150.000 pesetas otorgadas por el Gobierno y la multitud de iniciativas (subastas, colectas, etc.) para recaudar fondos.

El COE acudiría a París con una amplia delegación que obtuvo unos pobres resultados deportivos. Este fracaso generó críticas y demandas como la de la Real Confederación Atlética Española de instaurar la Educación Física en las escuelas y crear un “impuesto nacional sobre espectáculos, juegos o loterías, destinada al fomento y desarrollo de la cultura física y deportes» (Pro cultura física, 1924).

De nuevo quedaba demostrado el carácter provisional y utilitario de los comités olímpicos españoles, pues el fundado en 1924 en Barcelona desaparecía tras los JJOO de París. Habría que esperar a 1926 para asistir a la creación de uno nuevo, este sí, con clara voluntad de permanencia y estabilidad.

En noviembre de 1924 se produjo la entrada en el COI de un segundo miembro español que venía a cubrir la baja de Horacio Echevarrieta: el XVII duque de Alba de Tormes, don Jacobo Fitz-James Stuart. Pese a su pasado como deportista, el duque de Alba no mostró interés alguno por el COI y lo abandonaría en 1927 sin haber asistido a ninguna sesión.

Superado el ciclo olímpico de 1924 llegaba el turno de crear un nuevo Comité Olímpico Español para preparar los JJOO de Ámsterdam 1928. En enero de 1926 el barón de Güell y el duque de Alba encargaban al secretario Mesalles que escribiera a las federaciones nacionales para que aportasen candidatos a integrar este “nuevo Comité Olímpico con las mayores garantías de capacidad y persistencia” (Miralles [sic], 1926).

El 24 de abril de 1926 se constituía el nuevo Comité Olímpico Español en Barcelona (“nuevo Comité que habrá de actuar hasta la celebración de los Juegos venideros”) (Ante la IX Olimpiada, 1926), presidido por Eusebio López y Díaz de Quijano, marqués de Lamadrid. Entre la larga lista de miembros en representación de federaciones destacaba el retorno de Jaume Garcia Alsina (por la federación de lucha grecorromana) y de Narciso Masferrer (por la de ciclismo).

Pese a afirmar que este nuevo COE era (como sus antecesores) provisional y estaba destinado a preparar la asistencia a los JJOO de 1928, se tomaron una serie de medidas jurídicas destinadas a oficializar el comité y ajustarlo a la legislación española sobre sociedades (Ley de Asociaciones de 1887): se aprobaron unos estatutos y se acudió al Gobierno Civil de Barcelona para solicitar la inscripción en el Registro de Asociaciones. El secretario Mesalles se personó en el Gobierno Civil el 3 de agosto de 1926 y el Comité Olímpico Español fue inscrito en el Registro de Asociaciones el 2 de octubre con el número 12.861 del Libro de Asociaciones de la provincia de Barcelona (Archivo de la Delegación del Gobierno en Cataluña. Subdelegación del Gobierno en Barcelona. Caja 459. Número de Asociación 12.861 «Comité Olímpico Español»; Libro Registro de Asociaciones, Tomo VII).

En abril de 1927 visitó Barcelona el sucesor de Coubertin, el conde de Baillet-Latour, con motivo de la colocación de la primera piedra del nuevo Estadio de Montjuïc, otra de las iniciativas de Masferrer.

En la sesión del COI celebrada en Mónaco el 25 de abril de 1927 se anunció la candidatura de Barcelona a los JJOO de 1936. El COE acudió a los JJOO de Ámsterdam 1928 con una amplia delegación y consiguió una histórica medalla de oro en saltos por equipos (equitación) como premio. Narciso Masferrer fue el jefe de la expedición (Rubryk, 1928).

El 20 de mayo de 1929 se inauguró el Estadio de Montjuïc y en el marco de la Exposición Internacional se disputó un completo programa de competiciones deportivas, todo lo cual hacía de Barcelona la candidata favorita para acoger los JJOO de 1936, sobre todo cuando se anunció que la ciudad sede se elegiría en una sesión a celebrar en la capital catalana en abril de 1931. Los acontecimientos políticos cambiarían el escenario.

Pocas semanas después de la caída de Primo de Rivera se había reorganizado el COE en Barcelona para preparar la asistencia a Lake Placid y Los Ángeles 1932 y seguir trabajando en la candidatura de Barcelona a los JJOO de 1936. El marqués de Lamadrid seguía de presidente, con el conde de Vallellano y Jorge de Satrústegui como vicepresidentes, Santiago Roure como tesorero, Jaime Garcia Alsina como contador y José Mesalles Estivill como secretario (Olímpicas, 1930).

Recién proclamada la República y con noticias sobre disturbios, la sesión del COI se celebró con muchas ausencias en el Ayuntamiento de Barcelona el 25 y 26 de abril de 1931. Se aprobó la entrada del conde de Vallellano en el COI, pero la decisión más esperada, la elección de la sede de 1936, se aplazó por la baja asistencia de miembros. La votación final fue por correo y el resultado se anunció el 13 de mayo: Berlín obtuvo cuarenta y tres votos y Barcelona dieciséis, con ocho abstenciones (Allocation of the Games of the XIth Olympiad, 1931).

Tras esta decepción, todos los miembros del COE dimitieron. Eran en su práctica totalidad monárquicos y sus relaciones con el nuevo régimen eran pésimas, como demuestra el rechazo del nuevo presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, a aceptar la presidencia de honor del comité. El presidente del COI, Baillet-Latour, convenció a los miembros de la ejecutiva del COE de la necesidad de seguir en sus puestos, a todos excepto al presidente, el marqués de Lamadrid.

Acudir a los JJOO de 1932 fue complicado. En la prensa se llegaron a publicar cartas de federaciones nacionales demandando la disolución del COE:

La Confederación Española de Atletismo, en vista de la actuación totalmente contraproducente de COE, sin llevar aparejada ventaja alguna, ha propuesto a su presidente, señor barón de Güell, la disolución inmediata de dicho organismo o su total reorganización, dejándole en el modesto plan de representante aquí del Comité Internacional, sin injerencias de ninguna clase, ni con el deporte español ni con la preparación y desplazamiento de la representación española en los distintos Juegos, si es que estos van a continuar [la negrita es nuestra], y, naturalmente, para el futuro. El Comité Olímpico viene a gastar la casi totalidad de las subvenciones recibidas para tener montadas unas oficinas. Más de cien mil pesetas contamos que ha gastado del capítulo de “preparación olímpica”, sin que esta haya comenzado todavía… Sin poder conocer aún ninguna partida con exactitud, pero que, con seguridad, serán mayores que las que fijamos, encontramos los siguientes gastos aproximados: mensualidad secretaría general, dos dependientes, alquiler piso y gastos secretaría, 1.700 pesetas, que resultan 20.000 al año, o sean, para la Olimpiada actual (cuatro años) 80.000; viajes a Madrid y congresos extranjeros, 10.000; déficit del Congreso Olímpico en Barcelona, 10.000; pérdida experimentada en baja valores, 15.000. Total gastos efectuados, 115.000 pesetas. Así pues, puede verse cómo el Comité Olímpico invierte para sí, y sin provecho alguno para el deporte, la casi totalidad de la subvención que el Gobierno le entrega para “preparación”, y no teniendo aún bastante, se resiste a dar la menor cantidad a los deportistas. Seguramente no baja de 300.000 pesetas lo que nos cuesta el Comité Olímpico desde su genial creación, de estructura tan ineficaz como autocrático (Confederación Española de Atletismo, 1932).

La alusión a la posibilidad de que los JJOO dejaran de celebrarse no era gratuita en 1932. Algunos sectores de la izquierda consideraban los Juegos Olímpicos como una competición elitista y reaccionaria que fomentaba el nacionalismo, controlada por los nobles y príncipes del Comité Olímpico Internacional. Desde los sindicatos y partidos socialistas europeos nacieron las Olimpiadas Obreras en oposición a los JJOO. Se celebraron ediciones en Frankfurt (1925), Viena (1931) y Amberes (1937) y una edición invernal en 1931 en Mürzzuschlag (Austria).

Y si los socialistas tuvieron su SASI y sus Olimpiadas Obreras, los comunistas crearon la RSI (Red Sport International) en 1921, más conocida por todos como Sportintern, y las Spartakiadas. Se celebraron ediciones en Moscú (1928) y Berlín (1931) y una de invierno en 1928 en Oslo. Por lo tanto, los JJOO eran solo una de las competiciones internacionales del calendario deportivo de la época y su supervivencia no estaba garantizada: la URSS no se integraría en el movimiento olímpico internacional hasta 1952.

España no acudió a los JJOO de invierno de Lake Placid (EEUU), y a los de verano en Los Ángeles se viajó, tras las polémicas habituales por problemas económicos, con una mínima delegación por problemas presupuestarios. Tras meses de inactividad, finalmente el COE sufrió una nueva reestructuración a finales de 1932 con la modificación de sus estatutos, que se consagraban a blindar la permanencia del Comité en Barcelona, pues seguían las campañas para obtener su traslado a Madrid.

En 1933 se elegía un nuevo presidente del COE tras muchos meses de interinidad: el doctor Augusto Pi Suñer. Todos los componentes de este comité eran catalanes (Toma de posesión, 1933). En el periodo de Pi Suñer, el COE emitió correspondencia y documentos oficiales en catalán.

En febrero de 1936, con la llegada al poder del Frente Popular, se creó en Barcelona el Comité Catalán pro Deporte Popular (CCDP), formado por diversas asociaciones y clubes de izquierdas. Su primera actividad fue un torneo de fútbol de ámbito nacional llamado Copa Thälmann. Ante el éxito de esta competición, en abril de 1936 se inició un movimiento liderado por el CCDP contra el COE y contra la participación española en los JJOO de Berlín 1936; así como a favor de organizar en Barcelona una Olimpiada Popular.

La mejora de relaciones entre la SASI socialista y la RSI comunista favorecía la fusión de las antiguas Olimpiadas Obreras y las Spartakiadas en este nuevo evento (Olimpiadas Populares), que pretendían convertir en la antítesis de los JJOO de Hitler en Berlín (Santacana & Pujadas, 2006). Estos movimientos provocaron una grave crisis interna en el COE.

El estallido de la Guerra Civil el 17-18 de julio de 1936 impidió la celebración de la Olimpiada Popular y la participación española en los JJOO de Berlín.

Comité Olímpico Español/Delegación Nacional de Deportes (1938)

Iniciada la Guerra Civil, el 27 de agosto de 1937 Josep Rosich, actuando como presidente interino del COE desde Barcelona, intentó reactivar el Comité solicitando a las federaciones que confirmaran a sus miembros. Ante este movimiento, el secretario Mesalles Estivill, que se encontraba en la zona nacional, escribió al COI anunciando que se iba a reconstruir el Comité Olímpico Español desde la España franquista (Durántez, 2013).

El nuevo Comité Olímpico Español/Consejo Nacional de Deportes (COE/CND) tuvo esta composición: como presidente el general José Moscardó Ituarte, con el conde de Vallellano y el barón de Güell (vicepresidentes), José Mesalles Estivill (secretario), capitán García Mayoral (tesorero-administrador), teniente coronel Villalba Rubio (director técnico y economista) y Jacinto Miquelarena (director de información y propaganda). José Mesalles Estivill, secretario de todos los COE desde 1924, era todo un símbolo de continuidad.

El COI reconoció la legitimidad de este nuevo COE/CND constituido en la zona franquista y el conde de Baillet-Latour envió una carta en la que celebraba que “la España victoriosa se reorganiza sin perder un solo instante”, así como “la gloriosa epopeya del General Franco” (Reorganización del Comité, 1937).

El 11 de febrero de 1938 se constituyó formalmente en Zaragoza el nuevo COE/CND y su Comisión Ejecutiva se reunió el 5 de noviembre en San Sebastián. Este nuevo COE/CND carecía de cualquier tipo de autonomía o independencia; surgió de un decreto del Ministerio de Educación Nacional (27 de agosto de 1938) y pertenecía a la estructura del partido único, Falange Española Tradicionalista y de las JONS. De hecho, un nuevo decreto del 22 de febrero de 1941 convertía al COE/CND en “la Delegación Nacional de Deportes de la FET y de las JONS”.

En 1939 las nuevas autoridades nombraban a Narciso Masferrer (que había sobrevivido gracias a que uno de los milicianos que acudió a su casa de Barcelona lo reconoció como “el presidente de las bicicletas” y posteriormente pudo huir con su esposa y pasar a Navarra) presidente de la Federación Española de Ciclismo, además de miembro del COE/CND, en un claro intento de identificación con el regeneracionismo decimonónico y de reivindicación del mismo. Nadie como Masferrer para personalizarlo.

Narciso Masferrer y Sala falleció en Barcelona el 10 de abril de 1941. En 1944 hubo una campaña para darle su nombre al Estadio de Montjuïc (Canto Arroyo, 1944) y en 1955, para darle su nombre a alguna calle de Barcelona (Sabater Rosich, 1955).

Ambas iniciativas fracasaron.

Conclusiones

Narciso Masferrer fue pionero en ver la transcendencia del Olimpismo. Asimismo fue de los primeros en percatarse de la importancia que para una ciudad podía tener el ser sede olímpica y en liderar el sueño barcelonés en ese sentido. Masferrer previó la importancia del turismo y sus posibilidades en España y supo intuir su vinculación con el deporte. La vigencia y modernidad de su discurso en este terreno son sorprendentes.

A lo largo de su vida enfatizó la mejora de la salud y el nivel y calidad de vida de los españoles vinculándola con el ejercicio físico. Un discurso regeneracionista marcado por sus propias vicisitudes personales y familiares en el que se intuye un clamor por modernizar y europeizar España.

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Narciso Masferrer Sala, impulsor y modernizador del periodismo deportivo en España (1897-1920)

1.   Introducción

Como se sabe, la figura de Narciso Masferrer Sala (1867-1941) está indiscutiblemente ligada al proceso de penetración y primer desarrollo del fenómeno deportivo moderno en España. Si bien su difusión es todavía escasa y merece una atención biográfica que todavía no se le ha brindado hasta estos días, una cierta recuperación del personaje ya se ha ido sucediendo en la historiografía social del deporte de este país desde perspectivas diferentes y con matices diversos (Pujadas y Santacana, 1997; Bahamonde, 2011; Torrebadella, 2015; López, 2016a). En verdad, podríamos decir tal y como ya se ha escrito, que Masferrer lideró en buena medida “la mayoría de iniciativas de institucionalización deportiva que se llevaron a cabo” en la España de finales del siglo XIX y primeras décadas del novecientos (López, 2016b). De hecho, si nos fijamos en los factores que contribuyeron a la modernización del fenómeno deportivo en España desde un punto de vista social y cultural durante el primer tercio del siglo XX (Bahamonde, 2011), nos damos cuenta de que Narciso Masferrer participó en el impulso de la gran mayoría de ellos. No en vano, es incuestionable su aportación a la creación de entidades y federaciones deportivas (Sociedad Gimnástica Española en 1887, Asociación Catalana de Gimnástica en 1897 o Federación Atlética Catalana, de 1915), su contribución a través de la prensa deportiva a la consolidación del deporte como un fenómeno público, el impulso efectuado al proceso de institucionalización del deporte, o su trabajosa obra en favor del olimpismo en Cataluña y en España (Torrebadella, 2015). Se trata, por lo tanto, de un caso indudablemente relevante en la construcción inicial del sistema deportivo en España y en Cataluña: más allá de sus orígenes catalanes por parte de padre y madre, la mayor parte de su vida la pasó en Barcelona desde que llegara a esta ciudad en 1895. Paradójicamente, Masferrer no fue –como sí lo fueron la mayoría de pioneros de la institucionalización deportiva- un asiduo practicante de las actividades físicas, más allá de un temprano contacto con la gimnasia y con el ciclismo (López, 2016a). Sin embargo, podemos afirmar que Masferrer Sala tuvo un contacto con el novedoso fenómeno deportivo de finales del siglo XIX parecido al de sus contemporáneos defensores de la cultura física, es decir desde perspectivas muy diversas: como promotor, divulgador, director, gestor, empresario y practicante. En definitiva, un sportsman de corte decimonónico (Pujadas y Santacana, 1995).

Entre los diferentes ámbitos que lo vincularon al deporte, el que lo relaciona con la práctica e impulso del periodismo especializado fue especialmente fértil en resultados y, probablemente, uno de los que más espacio ocuparon en su vida. De hecho, si bien no es extraño que un divulgador deportivo a finales del siglo XIX escribiera e impulsara plataformas periodísticas ligadas al deporte, en su caso otros aspectos de carácter personal podrían haber incidido en su amor por la escritura, tales como una formación cosmopolita recibida en Francia, su salud frágil –que lo acercó a la cuartilla más que al campo de deportes– y su facilidad innata por la expresión escrita. Sea como fuere, Masferrer se inició en la prensa madrileña y barcelonesa desde su juventud, dado que con 18 años ya colaboraba en la sección de deportes del periódico La Censura (1886), y con 21, en 1888, ya era redactor de periódicos diversos de talante progresista y republicano federal como La República (1888-1891) y El País (1887-1921), y de periódicos de larga tradición como La Publicidad (1878-1922). Entre tanto, en 1887, fundaría la efímera revista El Gimnasta, tras haber creado la Sociedad Gimnástica Española en marzo de ese mismo año (López, 2016a).

No obstante, su relación decisiva con el periodismo deportivo se produjo fundamentalmente a partir de su llegada a Barcelona (1895), momento en el que desplegó una actividad sistemática en ese terreno. Las características de esta actividad y su impacto en la gestación de la incipiente periodística deportiva de la época –materia de análisis del presente estudio– constituyeron a nuestro entender tres aportaciones que participaron en gran manera en el proceso de especialización, modernización y profesionalización de la prensa deportiva en España hasta 1920. Dicho de otra manera, que la prepararon para el gran salto cultural y socioeconómico que significaría la eclosión de la prensa de masas a partir del período de entreguerras. Esas tres aportaciones –en las que Masferrer Sala fue protagonista principal– fueron las siguientes. En primer lugar, el desarrollo de un periodismo especializado polideportivo y superador del adoctrinamiento inicial, conectado internacionalmente y ligado a iniciativas empresariales deportivas. En segundo lugar, la construcción de un espacio comunicativo propio del periodismo deportivo escrito, con un universo simbólico, un lenguaje y unos referentes que le serían propios. Finalmente, un esfuerzo indudable por la profesionalización del periodismo deportivo y por la dignificación del periodista como trabajador en un contexto emergente de la prensa deportiva en España. A continuación analizaremos cada uno de estos ámbitos de influencia de Masferrer en el citado contexto.

2.    Los Deportes y la superación del periodismo deportivo de apostolado (1897-1905)

Cuando Narciso Masferrer llegó a Barcelona en 1895, se encontró con una ciudad en plena efervescencia deportiva. La influencia portuaria, industrial y comercial de la capital catalana permitió el desarrollo de un contexto de intercambio muy favorable a la aparición de las actividades deportivas de origen europeo y de plataformas asociativas vinculadas generalmente a los círculos de la burguesía local. En este marco de dinamismo asociativo, los deportes náuticos, la gimnástica, el frontón y, por supuesto, el ciclismo, ya gozaban de una cierta extensión (Lagardera, 1992; Pujadas, 2008). Vinculado a esta efervescencia inicial, la ciudad –y en menor medida otros núcleos urbanos catalanes como Reus y Tarragona– habían desarrollado un primerizo universo comunicativo muy centrado en la difusión de noticias de las primeras asociaciones deportivas y de algunas empresas a través de las cuales se estructuraban determinadas actividades como es el caso del frontón. Se trataba, sin duda, de un periodismo o protoperiodismo deportivo basado en el apostolado de las novedosas actividades físicodeportivas y de sus asociaciones. En realidad, se trataba de boletines informativos y revistas muy ligadas a clubes y entidades, realizadas y consumidas –en gran medida– por sus propios asociados y que conformaban un primer núcleo informativo y comunicativo especializado, más allá de las crónicas sobre Sociedad y Sports que ya aparecían en la prensa general. De la misma manera que había pasado en Gran Bretaña, donde la prensa se había convertido en un instrumento esencial para la promoción del ocio público (Rowe, 2008), en Cataluña las cabeceras deportivas jugaron un papel fundamental en la extensión de un sistema asociativo institucionalizado. No en vano, en la década de 1890, aparecieron 17 cabeceras especializadas en deporte, de las cuales 14 en la ciudad de Barcelona, lo cual refleja el dinamismo de este periodismo deportivo iniciático, en el contexto en el que Masferrer se trasladó a la ciudad condal. De las 14 cabeceras aparecidas, el 50% estaban explícitamente dedicadas al ciclismo y al frontón, si bien intentaban abarcar informaciones deportivas más generales (Pujadas y Santacana, 1997). A pesar de que algunas de ellas declaraban tener una demanda relevante –como La Bicicleta, que en 1896 afirmaba tirar 6.000 ejemplares (Marqués, 1896)–, la realidad es que, como reconocería el propio Masferrer algunos años después, no era suficiente “hoy por hoy, la afición en España, para el sostenimiento de ningún diario dedicado exclusivamente al sport cíclico, como en el extranjero” (Masferrer, 1899).

Entre 1896 y 1899, no obstante, el periodismo deportivo barcelonés inició un proceso de transformación y modernización que debe relacionarse, en general, con el crecimiento de las actividades deportivas –sin duda la emergencia del fútbol en aquellos años no puede pasar por alto–, con la consolidación empresarial de algunas cabeceras y con la influencia de las nuevas tendencias periodísticas internacionales de finales del siglo XIX. Fruto de esta transformación, se produjo la eclosión del primer proceso de modernización del periodismo de deporte en Barcelona, naturalmente muy ligado a la aparición y consolidación general de los nuevos géneros periodísticos en el contexto de la Restauración (Seoane y Saiz, 2007).

Este proceso es realmente importante porque daría como resultado la aparición un nuevo tipo de prensa deportiva basada en paradigmas inexplorados hasta ese momento. Por un lado, con una cierta diversificación de la oferta más allá del ciclismo y de la pelota vasca, lo cual mostraba igualmente la diversificación del tejido asociativo del deporte hacia nuevos horizontes como el tenis, el fútbol o los deportes de motor. Por otro lado, con una inicial desvinculación de las plataformas asociativas –que reflejaba la conciencia del nuevo modelo empresarial periodístico, más allá del voluntariado asociativo– y la creación de empresas periodísticas netamente deportivas. Finalmente, con la ineludible aparición de un perfil de periodista, promotor y redactor que ya veía con claridad la necesidad de combinar la difusión del deporte –el apostolado, en definitiva– con la subsistencia económica de la empresa periodística y, por lo tanto, su modernización (Pujadas y Santacana, 1997). En esta dirección, el caso de Narciso Masferrer fue paradigmático en el contexto barcelonés y supo materializar esta triple conjunción a través de su primer gran proyecto periodístico.

Este gran proyecto se encuentra, sin duda, en la creación del quincenal Los Deportes por parte de Masferrer y del propietario del barcelonés Gimnasio Solé, Francesc Solé –“pronto se comprendieron los señores Solé y Masferrer y compenetraron sus fuerzas” (Los Deportes, 1906)– en noviembre de 1897. La dirección de la revista recayó en Masferrer, que supo rodearse de un importante equipo de colaboradores, algunos de ellos ya experimentados, con Artur Llorens, Manuel Duran i Ventosa, David Ferrer Mitayna, Hermenegildo Prats y, más tarde, Josep Elias i Juncosa. Inicialmente se trataba de un pequeño opúsculo vinculado a la Asociación Catalana de Gimnasia –entidad creada por el propio Masferrer en 1897–, dedicado a la promoción de la gimnasia y, en consecuencia, en la línea de la prensa especializada de apostolado. Sin embargo, en 1899 Los Deportes materializó una serie de iniciativas que la consolidarían como la cabecera deportiva más relevante en el Estado y que, sin duda, marcaba un nuevo sendero periodístico en el universo deportivo catalán y español.

A principios de marzo de 1899 Los Deportes se fusionó con la revista Barcelona Sport (1897-1899), cuyo propietario –el polifacético tipógrafo anarquista de Reus Josep Llunàs i Pujals (Martínez de Sas y Pagès, 2000)–abandonó el semanario a causa de un largo viaje a América y aceptó pasar sus subscriptores y parte de su equipo a Los Deportes, asumiendo después la administración de la revista dirigida por Masferrer. Tras la fusión, durante el mes de mayo, la revista pasó a ser semanal e incorporó nuevas secciones sobre ocio urbano que tenían como objetivo ampliar el número de lectores, dado que, como reconoció el propio Masferrer, fueron los lectores los que le empujaron a dotar la publicación de un “carácter variado, que al lado de un artículo serio y razonado, aparezca una croniquilla alegre”, con el objetivo de “interesar a todo el mundo” (Los Deportes, 7 de mayo de 1899). En paralelo, el semanario inició la organización de actividades y competiciones deportivas durante el verano de 1899, sin duda influida por parecidas iniciativas en otros países.

La consolidación definitiva de este proceso transformador de Los Deportes, sin embargo, se produjo en septiembre de 1899 con la creación de la empresa registrada con el nombre de Sociedad Los Deportes, cuya misión sería la de dotar de autonomía económica a la revista. Este hecho no solo representaba un salto importante en la vida del semanario, sino en la trayectoria general del periodismo deportivo autóctono, con nuevos objetivos de rentabilidad económica y de impulso a torneos y manifestaciones deportivas. Liderada desde el periódico que dirigía Masferrer, la mayoría de entidades deportivas de la ciudad tenían representación en la flamante sociedad (Los Deportes, 10 de septiembre de 1899). Desde un punto de vista económico la creación de la sociedad debió dar sus frutos. Formalmente la revista se transformó de manera notable, incorporó relatos semanales –“Cuentos deportivos”– con un nuevo registro humorístico, intercaló humor gráfico –ocasionalmente con firmas de indudable valor, como la de Ramon Casas–, e incluyó material gráfico. La construcción de un nuevo periodismo deportivo, moderno, divulgativo y con objetivos empresariales se había iniciado.

3.    Hacia la consolidación de un espacio comunicativo propio (1906-1920)

En 1905, Narciso Masferrer ya preparaba un nuevo proyecto periodístico empresarial que estaría condenado a revolucionar en buena medida el panorama de la prensa deportiva barcelonesa y española. La hiperactividad de Masferrer, junto a su carácter emprendedor e irreductible, lo hacían proclive a iniciar proyectos nuevos de manera sistemática. La creación, en 1906, de El Mundo Deportivo, así como su liderazgo en la creación de la Editorial Deportiva S.A., en 1914, dan cuenta de su visión sobre las transformaciones que operarían en el periodismo deportivo del momento y de su capacidad para construir un espacio propio para este.

Desde el punto de vista de la redacción, El Mundo Deportivo (1906) aglutinó un equipo de personas que habían trabajado con Masferrer en el Sportsmen’s Club y en su efímero portavoz, Revista Deportiva (1905), junto a otros redactores de Los Deportes que le siguieron. El periódico, además, incorporó a intelectuales de prestigio que lo dotarían de un nuevo talante social y cultural progresista, como a Blasco Ibáñez o a Odón de Buen, así como a directivos deportivos como Udo Steinberg. Desde una perspectiva del contenido, Masferrer definió la línea del nuevo rotativo como “integral del deporte” y no vaciló en incorporar en esta perspectiva integradora a algunos de los nuevos usos y hábitos del moderno ocio urbano emergentes a principios del novecientos, como el turismo, el higienismo, la industria del automóvil, el cicloturismo o la formación física. Tal y como rezaba su subtítulo en 1906 –que era un auténtico calco del subtítulo de L’Auto, la mítica revista publicada en Paris por Henri Desgrange desde 1900– el periódico quería ocuparse especialmente del automovilismo y el ciclismo –en consonancia con una industria del sector que era emergente en aquel momento–, sin olvidarse del resto de los deportes. En cuanto al estilo redaccional, El Mundo Deportivo tenía la intención de dar un salto adelante en la crónica deportiva para instalarse cómodamente en un amplio mercado desde el punto de vista territorial –el español– y también desde el punto de vista de la diversidad de intereses que ya estaba impulsando el fenómeno deportivo. Así pues, quería modernizar “introduciéndose en la prensa deportiva especializada como excelente reforma, la información a la moderna, reseñándose y criticándose un acto deportivo por tres o cuatro plumas a la vez” (Masferrer, 1927). Sin duda, la fórmula pensada por Masferrer desde la dirección del rotativo –la propiedad y gerencia fue de Jaume Grau Castellà– obtuvo éxitos importantes desde el primer año de su existencia, dado que de los 6.000 ejemplares vendidos inicialmente se pasó a cantidades superiores y, ya en el mismo año de su aparición, a 10.000, una cifra inédita en la prensa deportiva de la época. La empresa tenía clara, además, su vocación internacional, puesto que ya en noviembre de 1906 el propio Grau viajó a la Exposición Universal de Automovilismo de París para enviar una crónica sobre la actualidad de aquella industria en Europa, iniciando así su apuesta por los referentes internacionales (Justribó, 2014). Cabe recordar, en este mismo sentido, que el propio Masferrer fue corresponsal en España de L’Auto parisino desde 1902.

La etapa inicial de la dirección de Masferrer en El Mundo Deportivo, entre 1906 y 1914, y anterior al impacto socioeconómico que supondría la Gran Guerra, resultó ser un compendio de elementos transformadores que permitirían a la prensa deportiva catalana y española hacerse con los fundamentos de un espacio comunicativo real, que no había tenido hasta eses momento:

a)    Una base económica suficientemente sólida que se fundamentaba en la contratación de publicidad –naturalmente vinculada a la creciente industria automovilística y ciclista– y en una amplia masa de lectores.

b)    Un nuevo formato modernizado y atractivo para lectores diversos: el deportista experimentado así como el neófito, y a su vez relevante para la industria.

c)    Un prestigio rápidamente adquirido entre las entidades e instituciones del deporte gracias a la experiencia del equipo de redactores, un nivel de colaboraciones muy destacado y una red de contactos importante con las asociaciones.

d)    Una apuesta decidida por la organización de grandes eventos deportivos –al estilo del modelo seguido por la prensa europea– muy directamente conectados con la red local de entidades deportivas y de campañas de mejora infraestructural en pro de un impulso deportivo y turístico.

Las llamadas “campañas de El Mundo Deportivo” se iniciaron con una acción dedicada a la mejora de la carretera entre Barcelona y la frontera francesa, promovida por el periódico junto al Centre Excursionista de Catalunya, el Automóvil Club, la Unión Velocipédica Española y propietarios de hoteles de la zona (El Mundo Deportivo, 8 de febrero de 1906). En el ámbito de las competiciones deportivas, como es sabido, desde el rotativo Masferrer apadrinó y promovió la carrera de automóviles entre Barcelona y Madrid con motivo de la boda del rey Alfonso XIII (1906), las Fiestas Deportivas de Barcelona (1907) o la Volta a Catalunya (1911), entre muchas otras.

Paralelamente, desde las páginas del periódico se potenció la reflexión de ámbito político y económico en relación con el turismo, la industria y la educación, así como los contenidos informativos y la crónica, excelentemente documentada en el contexto de inicios del siglo XX.

Durante el mes de febrero de 1914, Narciso Masferrer abandonó la dirección de El Mundo Deportivo. Tras 8 años liderando el proyecto, crearía una nueva cabecera llamada Vida Moderna, que abrió una nueva línea periodística acorde con las tendencias europeas del momento, dedicada al deporte, los espectáculos teatrales y el ocio urbano, si bien su existencia fue efímera. El estallido de la Primera Guerra Mundial entre junio y agosto de 1914 provocaría una crisis periodística a escala internacional que obligó a la prensa deportiva española más previsora a tomar decisiones sobre su futuro. En este sentido, los principales rotativos barceloneses, El Mundo Deportivo, Stadium y el flamante Vida Deportiva, tomaron la decisión de cooperar para intentar racionalizar sus estructuras, mejorar su oferta y superar el difícil periodo bélico. De esta cooperación, impulsada por Masferrer, Jaume Grau y Ricard Cabot (directores de los tres rotativos), nació un nuevo proyecto empresarial, la Editorial Deportiva Sociedad Anónima, que provocó la desaparición pactada del recién creado Vida Deportiva, reincorporó a Masferrer a la dirección de El Mundo Deportivo y, sobre todo, facilitó una renovación espectacular de este periódico y de Stadium, los dos rotativos deportivos que lideraron el periodismo barcelonés –y lo modernizaron– entre 1914 y 1920. Fruto del acuerdo entre Masferrer y Cabot, El Mundo Deportivo pasó a salir los lunes como “Publicación Semanal de la Editorial Deportiva Sociedad Anónima”, con cambios tipográficos y a 4 páginas. Tirado en rotativa desde entonces, amplió el número de ejemplares, incorporó ilustraciones en la cubierta y amplió las secciones breves, eliminó los artículos doctrinarios y transformó su aspecto de una manera muy evidente. La revista Stadium, por su parte, redujo su precio a 20 céntimos, pasó a ser semanal, mantuvo su tradicional crónica gráfica y se redujo a 16 páginas. Las propuestas de Masferrer y Cabot no solo permitieron superar una etapa crítica gracias a la racionalización y simplificación del mercado de la prensa deportiva, sino que abrieron nuevos caminos hacia el futuro modelo de prensa deportiva que se avecinaba tras la guerra: el predominio de la crónica gráfica, un discurso menos doctrinario, la proximidad con el lector, una mayor simplicidad y brevedad del contenido y una creciente demanda de prensa popular.

Con la disolución de la empresa en octubre de 1920, Masferrer volvió a abandonar la dirección de El Mundo Deportivo y pasó a substituir a Ricard Cabot al frente de Stadium. Un nuevo reto en un nuevo contexto de masificación del periodismo deportivo.

4.    Masferrer y la dignificación del periodista de deportes (1911-1920)

El proceso de deportivización y de proliferación del fenómeno deportivo en España entre 1890 y 1910 dio como resultado la aparición de una prensa deportiva especializada pero, también, de secciones de deportes en la mayor parte de los periódicos generalistas publicados en las grandes ciudades a finales de la década de 1910. Ello conllevaba que el número de periodistas especializados en deportes –si bien muchos de ellos alternaban en diferentes rotativos– creciera de manera exponencial. Desde un punto de vista cualitativo, además, el trabajo de los periodistas deportivos de 1910 había cambiado sensiblemente respecto de aquel de los sportsmen amateurs y voluntaristas de 1880 y 1890, que fundamentalmente respondían a los intereses de una asociación deportiva o de un colectivo de amateurs de la cultura física. En la primera década de 1900, los viejos amateurs de la difusión del deporte ya debían convivir con un cierto profesionalismo de corresponsales, redactores que trabajaban para diferentes medios, fotógrafos, cronistas y dibujantes especializados.

En este contexto, y ante el incremento del riesgo por parte del número de periodistas que trabajaban en el seguimiento de modalidades como el automovilismo y otras especialidades de una cierta peligrosidad, Masferrer lideraría en octubre de 1911 la creación de una asociación sindical de periodistas deportivos en la ciudad de Barcelona. La entidad fue creada en el decurso de una reunión celebrada en los locales de la Unión Velocipédica Española el 25 de octubre de 1911 (El Mundo Deportivo, 26 de octubre de 1911). El propio Masferrer reconocería, un tiempo después, que era necesario crear una asociación de ayuda mutua, que “hermanándonos a todos y estrechando más y más los vínculos de compañerismo entre cuantos nos dedicamos a la propaganda del sport por medio de la prensa, cuide y vele por los intereses de todos y por la mayor dignificación de la clase” (Navarro, 1916).

Tras la redacción de sus Estatutos a partir de octubre de 1911, el Sindicato de Periodistas se constituyó formalmente en noviembre de ese mismo año. Sus objetivos fundamentales fueron los de la previsión y el socorro mutuo, dada la peligrosidad a la que se exponían sus asociados. La organización permitió estructurar una plataforma de cooperación entre periodistas de la mayor parte de cabeceras de la ciudad que contaban con redactores especializados en deporte y, sin duda, facilitó el desarrollo de una mayor conciencia de su espacio profesional.

El Sindicato contó con la adhesión de periodistas de medios de gran tradición y prestigio como La Vanguardia, La Tribuna, Diario de Barcelona, El Progreso, La Publicidad, La Veu de Catalunya, El Noticiero Universal o La Prensa, entre otros. Y naturalmente, de representantes de la prensa deportiva como El Mundo Deportivo, Stadium, Eco de Sport, Sport, Boletín Oficial de la UVE y Aviación. En 1916 representaba a más de 40 profesionales del periodismo deportivo barcelonés. Presidido inicialmente por Masferrer entre 1911 y 1913, el Sindicato potenció la colaboración entre los profesionales y supo impulsar actividades de carácter social y deportivo con el propósito de recaudar fondos para la entidad. Masferrer volvió a ser elegido presidente en 1915, en 1926 y en 1928.

5.    Conclusiones

El proceso de aparición y consolidación de una prensa moderna en España se produjo, fundamentalmente, en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial. Será en aquel momento –y sobre todo durante las décadas de 1920 y 1930– cuando se producirá la cristalización de una prensa de masas “concebida como un negocio”, “que pretende satisfacer los más diversos intereses de una gran y heterogénea cantidad de lectores”, y que superará sin escrúpulos el “modelo decimonónico”, “de predominio ideológico, de escasa paginación, con secciones poco racionalizadas” (Seoane y Saiz, 2007). Sin duda, se trata de “un proceso lento, iniciado tímidamente en pleno siglo XIX”, cuyo punto de inflexión se dio durante los trágicos años de la Primera Guerra Mundial (Gómez Mompart, 1992; Seoane y Saiz, 2007). De hecho, en el caso del periodismo deportivo, la etapa de 1914 a 1920 puede ser tratada como una fase de transición hacia la modernización y la masificación posteriores (Pujadas y Santacana, 2012).

En este contexto de evolución de los modelos culturales periodísticos, la figura de Narciso Masferrer Sala fue decisiva. De hecho, se puede afirmar que toda su actividad en este ámbito tiene como objetivos fundamentales la construcción de un modelo periodístico deportivo moderno. Desde la perspectiva empresarial, Masferrer supo interpretar la necesidad del nuevo periodismo de dotarse de una autonomía financiera que le ayudaría a consolidarse. Desde un punto de vista del discurso, trabajó de manera incansable para ampliar las bases de lectores, incorporando discursos diversos para un público heterogéneo, cada vez más amplio en sus intereses hacia el deporte. También supo conectar los intereses de la prensa deportiva a los de la emergente industria del automóvil y de la bicicleta y, naturalmente, a los intereses socioeconómicos de un país con importantes precariedades culturales y económicas en relación con su entorno europeo. Finalmente, siguiendo los modelos de la gran prensa deportiva francesa e italiana, creó plataformas periodísticas capaces de organizar y desarrollar competiciones, campañas y eventos deportivos de gran magnitud y con un vínculo irrenunciable con el asociacionismo deportivo local en cada caso.

Es cierto que Masferrer Sala casi nunca actuó solo. Como lo es que supo rodearse en gran medida de individuos de un valor incuestionable. Una parte de su obra en el terreno periodístico se debe a la colaboración entre Masferrer y personas experimentadas como Josep Elias i Juncosa, Jaume Grau Castellà, David Ferrer Mitayna, Josep Llunàs i Pujals, Francesc Solé, Jaume Garcia Alsina, Josep Maria Co de Triola, Ricard Cabot, o Manuel Duran i Ventosa, por citar solamente algunos. Sin duda, todos ellos participaron también de este proceso de modernización del periodismo deportivo en Cataluña y en España antes de 1920.

Es necesario reconocer, en última instancia, que la obra periodística de Masferrer –y por tanto su influencia en el conjunto del periodismo escrito deportivo en la España del primer tercio del siglo XX– es inseparable de sus objetivos regeneradores a través del impulso del deporte. Es probable que, sin la existencia de una visión socioeducativa más amplia, Masferrer no hubiera dedicado una parte tan importante de sus esfuerzos y de su vida a transformar el periodismo deportivo autóctono. Sin embargo, su amplia experiencia sobre el terreno y sus conocimientos sobre el periodismo deportivo internacional le permitieron desarrollar una profunda conciencia sobre la necesidad social y cultural de un periodismo especializado profesionalizado, formado y moderno.

La figura de Masferrer Sala es irrepetible. Sin duda porque vivió una época fundacional –en el caso del fenómeno deportivo europeo–, donde todavía debían crearse las infraestructuras del sistema deportivo moderno. También por su hiperactividad, talento y esfuerzo. Pero, muy claramente, por su compromiso con un sistema periodístico deportivo que todavía era incierto y en el que él creyó como herramienta de mejora social y cultural.

Referencias

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El Mundo Deportivo (1911, 26 de octubre).

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55 años de apostolado deportivo. Cronología de la obra de Narciso Masferrer Sala

26-4-1867: nace en Madrid, hijo de Tomàs Masferrer Bataller, de Figueres, joyero, y Anna Sala Llobet, de Barcelona.

21-10-1886: inaugura la sección de deportes del periódico La Censura de Madrid (a los 19 años).

2-3-1887: funda la Sociedad Gimnástica Española (1887-1939), de la que es nombrado presidente (1887-1890).

1887, mediados: funda y dirige la revista El Gimnasta (1887-1888).

Finales de los años 80: ejerce de redactor en los diarios republicanos El País y La República (Madrid).

Enero de 1891: es nombrado secretario general de la reconstituida Sociedad Gimnástica Española.

1891: ejerce de redactor jefe del diario La Publicidad de Madrid.

1897, principios: funda la Asociación Catalana de Gimnástica, de la que es elegido inicialmente vicepresidente tercero y presidente en enero de 1898, cargo que ejerce hasta finales de 1899, cuando pasa a ser miembro de la junta consultiva.

Noviembre de 1897: se publica el primer número de Los Deportes, semanario fundado y dirigido por Masferrer de noviembre de 1897 a octubre de 1902, la publicación deportiva más importante de España en su época.

Mayo de 1898: oficialización de la Unión Velocipédica Catalana, en cuya junta Masferrer es designado secretario publicista.

07-06-1898: funda la Federación Gimnástica Española (1898-1906). Ocupa el cargo de vocal en la primera junta, secretario publicista en la junta elegida en octubre de 1899, vicepresidente tercero en la junta elegida en octubre de 1900 y vicepresidente honorario en la junta elegida en diciembre de 1902.

Abril de 1899: organiza y promueve desde Los Deportes el primer gran mitin ciclista que se celebra en España, una excursión al restaurante Ca l’Anguilero de la desembocadura del Llobregat concurrida por unos 300 ciclistas.

Noviembre de 1899: apadrina y promueve la fundación del Fútbol Club Barcelona desde la revista Los Deportes.

Diciembre de 1899: promueve la refundación en Barcelona de la Unión Velocipédica Española. Es elegido vocal en la nueva junta y vicepresidente en las juntas elegidas en diciembre de 1900 y de 1901.

Junio de 1900: es elegido vicepresidente de la junta consultiva de la Asociación Catalana de Gimnástica.

Abril de 1901: se incorpora como redactor de deportes en la nueva edición de Barcelona del diario El Liberal.

1902: es nombrado corresponsal en España (1902-1936) del diario francés L’Auto, organizador del Tour de Francia.

Mayo de 1902: se disputa, a iniciativa suya, una nueva edición del Gran Premio de la Unión Velocipédica Española, antecedente del campeonato de España de fondo en carretera, que no se disputaba desde 1897.

Diciembre de 1902: es nombrado presidente de la Unión Velocipédica Española, cargo que renueva en diciembre de 1903. En diciembre de 1904 deja la presidencia y pasa a ser vocal en la nueva junta.

9-4-1903: funda y dirige el nuevo semanario Vida Deportiva, que durará solo hasta junio de aquel año.

Octubre de 1903: ejerce de corresponsal en Barcelona (1903-1905) de la nueva revista madrileña Arte y Sport, fruto de la fusión de Vida Deportiva y El Cardo, hasta su desaparición en mayo de 1905.

Diciembre de 1905: es elegido secretario general de la Unión Velocipédica Española, cargo que ejerce hasta diciembre de 1908. Autor de los nuevos estatutos de la entidad y del reglamento de carreras.

01-02-1906: funda y dirige El Mundo Deportivo (1906-1919).

Mayo y junio de 1907: se celebran las grandes Fiestas Deportivas de Barcelona, especie de olimpiada local ideada y promovida por Masferrer desde El Mundo Deportivo.

Diciembre de 1907: es designado miembro de la junta de la nueva Sociedad de Atracción de Forasteros de Barcelona.

1907: Impulsa la creación de la Federación de Sociedades Deportivas de Barcelona, antecedente de la Unió de Federacions Esportives de Catalunya.

Febrero de 1908: impulsor y redactor de los estatutos del nuevo Aero Club de Cataluña.

Julio de 1909: llamamiento de Masferrer, Hans Gamper y Emilio Coll para crear la Federación Española de Clubs de Foot-ball. Es designado miembro de la comisión preparatoria. En octubre de 1909 se constituye la entidad, en cuya junta figura como vocal.

Octubre de 1909: es elegido vicepresidente del FC Barcelona, cargo que ejercerá durante un año.

Marzo de 1910: es nombrado corresponsal en Barcelona del diario madrileño El Mundo.

Enero de 1911: se celebra la primera Volta a Catalunya, carrera promovida y apadrinada por Masferrer desde El Mundo Deportivo.

Julio de 1911: organiza y promueve desde El Mundo Deportivo el gran mitin ciclista de Mataró, al que concurren cerca de 1.200 ciclistas. Se considera el primer evento masivo del ciclismo en España.

Octubre de 1911: se constituye en Barcelona, a iniciativa de Masferrer, el Sindicato de Periodistas Deportivos. Masferrer es elegido presidente, cargo que ejerce hasta enero de 1913 (primer mandato).

Diciembre de 1911: es elegido presidente de la Unión Velocipédica Española, cargo que ejerce hasta principios de 1913.

Junio de 1912: se incorpora como redactor de deportes a La Vanguardia (1912-1929).

1912: impulsa, como presidente de la UVE, la organización de la primera Vuelta Ciclista a España, iniciativa que no prosperará.

Julio de 1913: es elegido presidente de la Federación de Fútbol del Este, entidad efímera equivalente a la Federación Catalana de Fútbol. Solo dura dos meses y desaparece a raíz de la reunificación del fútbol catalán y español.

Agosto de 1913: crea la Peña Periodística de Barcelona, pool de periodistas deportivos organizado para repartirse la cobertura de los acontecimientos deportivos del fin de semana.

Diciembre de 1913: recibe el encargo del presidente del Comité Olímpico Español, Marqués de Villamejor, para crear un “Comité Catalán de los Juegos Olímpicos”, iniciativa que no prosperará a causa de la guerra mundial.

Febrero de 1914: deja temporalmente la dirección de El Mundo Deportivo para fundar y dirigir el semanario Vida Moderna, pero a raíz de la crisis de la prensa deportiva provocada por la Primera Guerra Mundial ambas publicaciones se reunifican y Masferrer recupera la dirección de El Mundo Deportivo en noviembre de 1914, dirección que ejerce hasta 1919.

Febrero de 1914: promueve la creación del Touring Club de España, proyecto que no prosperará a causa de la Primera Guerra Mundial.

Enero de 1915: es elegido nuevamente presidente del Sindicato de Periodistas Deportivos, cargo que ejerce hasta diciembre de 1918.

Marzo de 1915: hace un llamamiento público, junto con Ricard Cabot, de la revista Stadium, para constituir la Federación Atlética Catalana, primera federación atlética que se crea en España (septiembre de 1915). Promueve la creación de otras federaciones regionales como base para la futura Federación Española de Atletismo.

Enero de 1916: es designado corresponsal en Barcelona del semanario madrileño España Sportiva.

Noviembre de 1916: impulsa la creación de la Cámara Sindical del Automóvil de Barcelona, de la que es nombrado secretario general (1916-1936).

Enero de 1917: es nombrado secretario de la Federación de Sociedades Deportivas de Barcelona.

Noviembre de 1917: es nombrado socio honorario del Catalunya Atlètic Club y del Real Moto Club de Cataluña.

Marzo de 1918: es nombrado socio honorario de la Real Federación Atlética Catalana.

Julio de 1918: es nombrado socio honorario del Club Natación Barcelona.

Agosto de 1918: es designado corresponsal general en Barcelona del nuevo diario madrileño El Fígaro.

Septiembre de 1918: es nombrado secretario general del Comité Ejecutivo del primer Salón del Automóvil de Barcelona.

Enero de 1919: es elegido vocal del consejo superior de la Federación Atlética Catalana.

Mayo de 1919: se inaugura el primer salón del automóvil de Barcelona de la posguerra, del que Masferrer es comisario general. El salón se reeditará en 1922, 1924, 1925, 1927, 1929, 1933 y 1935, siempre con Masferrer como comisario general.

1920: organiza la primera y única carrera de regularidad de camiones Barcelona-Madrid.

Julio de 1920: es nombrado director del prestigioso semanario deportivo Stadium, cargo que ejercerá hasta 1929.

Julio de 1920: lanza la propuesta de organizar los Juegos Olímpicos de 1924 en Barcelona. Se considera la proclama inaugural de las candidaturas olímpicas de Barcelona.

Enero de 1921: se constituye, a iniciativa suya y de otros entusiastas del olimpismo, el comité ejecutivo de la candidatura olímpica de BCN, del que es nombrado vocal; también es nombrado presidente de la comisión de propaganda de la I Olimpiada Catalana.

Junio de 1921: es encargado de la redacción de los estatutos de la Confederación de Cámaras Sindicales Españolas del Automovilismo.

Marzo de 1922: se constituye a iniciativa suya la Confederación de Cámaras Sindicales Españolas del Automovilismo, de la que es nombrado secretario-tesorero.

Agosto de 1923: lanza una convocatoria para crear Asociación Nacional de Periodistas Deportivos, iniciativa que no fructificará.

Octubre de 1924: lanza un llamamiento a la prensa deportiva para crear una Liga de la Prensa pro Circuito Nacional de Turismo, iniciativa que no fructificará.

Mayo de 1925: es comisario general de la III Exposición Internacional del Automóvil de Barcelona.

Abril de 1926: se integra, como representante de la Unión Velocipédica Española, en el renovado Comité Olímpico Español, al que representa durante la visita de Pierre de Coubertin a Barcelona.

1926: es delegado por el COE como miembro del Grupo Deportivo de la Exposición de Barcelona de 1929, desde donde promueve la construcción del Estadio Olímpico de Montjuïc.

Diciembre de 1926: es nombrado por tercera vez presidente del Sindicato de Periodistas Deportivos, reelegido en enero de 1928 y en diciembre del mismo año.

Marzo de 1928: lanza públicamente la propuesta de que Barcelona acoja la Olimpiada de 1936.

Agosto de 1928: es elegido vocal de la Asociación Internacional de la Prensa Deportiva.

Junio de 1929: Se publica la real orden por la que el gobierno le otorga la cruz de la Orden Civil de Alfonso XII.

Diciembre de 1929: es nombrado presidente honorario del Sindicato de Periodistas Deportivos.

Junio de 1930: promueve la celebración de la primera Asamblea del Comercio y de la Industria del Automóvil en Madrid.

1931: es nombrado presidente honorario de la Unión Velocipédica Española.

1932: la Unión Velocipédica Española le impone la primera Medalla del Mérito Ciclista.

1932: la Unió Esportiva de Sants crea en su honor el Trofeo Masferrer, carrera ciclista que se disputará hasta 1994.

1933: el Sindicato de Periodistas Deportivos instituye el premio Narciso Masferrer para distinguir los mejores trabajos de periodismo deportivo.

Marzo de 1939: es designado delegado de ciclismo del COE-Consejo Nacional de Deportes con cargo de presidente de la Unión Velocipédica Española, hasta su retirada por motivos de salud en diciembre de 1940.

09-04-1941: fallece en Barcelona a los 73 años.

Bernat López

Profesor titular, Deptartament d’Estudis de Comunicació, Universitat Rovira i Virgili




El nacimiento del fútbol en Barcelona. Un reportaje sobre Jaime Vila en Vida Deportiva en 1952.

Jaime Vila Capdevila (Vida Deportiva, noviembre de 1952)

Jaime Vila Capdevila (Vida Deportiva, noviembre de 1952)

En el número de junio de esta revista[1] rescatábamos una entrevista a Miguel Morris, pionero del fútbol, publicada en Vida Deportiva en 1948. No fue la única joya que apareció en las páginas de aquella publicación, cuyos periodistas parecían ser conscientes de tener la última oportunidad para conocer personalmente (y dar a conocer) a los pioneros del deporte en Barcelona. Última oportunidad que no desaprovecharon.

En noviembre de 1952 Fernando Fornells[2] dedicó dos páginas[3] a Don Jaime Vila Capdevila (Les Oluges, Lleida, 1860 – Barcelona, 21 de julio de 1954), profesor de Educación Física, fundador y presidente del Català (1899). Divulgador de la gimnasia, el atletismo, la lucha, la esgrima, el boxeo, el fútbol, etc. Como profesor del Gimnasio Tolosa y fundador del Català, Vila fue el gran rival en los inicios del FC Barcelona fundado por Hans Gamper y Walter Wild bajo la protección del Gimnasio Solé y de Narciso Masferrer. El Català de Jaime Vila y el FC Barcelona de Gamper protagonizarían una larga polémica sobre el «Decanato» del fútbol en la ciudad. [4]

Jaime Vila Capdevila en 1952 (Vida Deportiva, noviembre de 1952)

Jaime Vila Capdevila en 1952 (Vida Deportiva, noviembre de 1952)

Fornells se traslada a la residencia de Vila (que tiene ya más de 90 años, pese a que su edad es un tema que no queda aclarado: «Sobre su edad hay diversidad de opiniones: entre 92 y 94 años, se calcula, aunque la más digna de confianza entre las recogidas aseguraba 92 años. A «Don Jaime» no le gusta el tema y no ayuda demasiado a esclarecerlo») y aunque llega a conversar con el profesor gracias a la intercesión de su sobrina, el periodista no consigue una entrevista porque el profesor «no quiere propagandas».

Apenas le arrancó unas frases sobre la importancia del ejercicio físico y la salud:

 «Si trabajamos para la salud de hoy, damos un paso adelante. Pero si trabajamos a la vez para la salud de mañana el avance será mucho mayor»

«Cosas que parecen robustecer hoy, demuestran haber debilitado mañana. Y es hacia el futuro que debemos mirar… ya no le diré nada más.»

Esta brevísima conversación no impidió a Fornells sacar adelante su artículo, con unas notas pintorescas sobre la Barcelona de finales del siglo XIX y unos apuntes biográficos de Jaime Vila. A todo ello acompañaba una breve crónica sobre el papel del viejo profesor en la eclosión del fútbol en la Ciudad Condal hacia 1899 en la que Fornells aportaba datos interesantes procedentes de su propio abuelo («Nuestro abuelo materno, muy aficionado al ciclismo, aún nos recordaba cuando, entre carrera y carrera, los gimnastas «d´En Vila» salían a la «pelousse», seis contra seis, y a veces hasta cuatro contra cuatro, a jugar partidos de fútbol.») y otras anécdotas aportadas por destacados alumnos («el todo Barcelona») de Vila.

Algunas aseveraciones de Fornells sobre el papel de Vila en los inicios del fútbol son exageradas, ya que llega a calificarle como «El introductor del fútbol» y como «el primer presidente de club de fútbol que hubo en la Península Ibérica», pero sus precisiones sobre el interés de los gimnasiarcas regeneracionistas en la divulgación del fútbol son importantes.

«…el deporte, para Vila, no era una finalidad sino un medio. Su objetivo, no la marca, ni el triunfo, sino el simple mejoramiento físico. Y aún podemos decir, sin temor a equivocarnos, que su pedagogía innata le llevaba más lejos del campo físico para formar incluso el carácter de sus gimnastas…»

Don Jaime Vila (en el centro) y alumnos (Vida Deportiva, noviembre de 1952)

Don Jaime Vila (en el centro) y alumnos (Vida Deportiva, noviembre de 1952)

Para aquella generación de gimnasiarcas barceloneses el fútbol era el deporte que tenía más posibilidades de eclosionar entre nosotros, conclusión a la que llegaron tras apostar por el deporte al aire libre y al estilo inglés, y tras hacer diferentes pruebas y ensayos con otros deportes (gouret, riscat, etc.). No fue casual que en Barcelona los clubes de fútbol nacieran en los gimnasios y bajo la protección e impulso de personajes vinculados a la Federación Gimnástica Española y al regeneracionismo como Narciso Masferrer. [5]

 


[1] Arrechea, F. & Salas, J. A. (2016, 1 de junio).   «El nacimiento del fútbol en Barcelona. Una entrevista a Miguel Morris de 1948», Cuadernos de Fútbol, CIHEFE. http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2016/06/el-nacimiento-del-futbol-en-barcelona-una-entrevista-a-miguel-morris-de-1948/

[2] Fernando Fornells Calls (Barcelona, 1922-ibídem, 1992). Periodista, dirigente y divulgador deportivo. Divulgador del tenis de mesa y del golf, autor de varias obras, miembro del Comité Organizador de los Juegos del Mediterráneo Barcelona 1955.

[3] Fornells, F. (1952, noviembre). «Don Juan [sic] Vila Capdevila o una vida dedicada a la salud de los demás», Vida Deportiva.

[4] Arrechea, F. (2015, 1 de noviembre). «Orígenes, nacimiento y consolidación del FC Barcelona (1875-1903)», Cuadernos de Fútbol, CIHEFE. http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2015/11/origenes-nacimiento-y-consolidacion-del-fc-barcelona-1875-1903/

[5] Torrebadella, X. & Arrechea, F. (2015). Los Orígenes de una Ciudad Olímpica. La vida gimnástica-deportiva en la Barcelona decimonónica, CIHEFE.




La selección de Barcelona y el primer intento de un campeonato de España de regiones

Tradicionalmente se ha dicho que la selección catalana de fútbol tiene su origen en los partidos organizados por la Asociación de Clubs de Foot-ball en 1903-1904 (como veremos realmente se iniciaron en 1902). Por ejemplo:

 «Ya en el año 1903 tenemos claros precedentes o embriones de la selección nacional catalana de fútbol que debutaría el 6 de abril de 1904. Así, por ejemplo, fuera de palmarés, diremos que el 24 de septiembre de 1903 se hizo un partido entre dos combinados para escoger la verdadera selección de Cataluña que pudiera enfrentar su potencia contra los mejores clubs y selecciones de todo el continente. Aquel día de la Merced formaron la misión que los mejores integraran la primera selección de Cataluña al año siguiente:

Combinado rojo de Cataluña: Morris, Domènech, Hamilton, Castells, René, Oliveres, Biada, Black, Guirvan, Steimberg y Harris.

Combinado blanco de Cataluña: Marial, Garriga, Carril, Roig, H. Morris, Darné, Green, Garcia, Bru, Cenarro y Montells.» [1]

En el presente artículo demostraremos que el combinado creado por la Asociación de Clubs de Foot-ball no era ni pretendía ser una selección de Cataluña. Era la selección de la Ciudad de Barcelona. Además su objetivo no era competir con clubs o selecciones extranjeras, su objetivo era competir en el Campeonato de España de regiones y/o ciudades que Carlos Padrós y su Asociación Madrileña de Clubs de Foot-ball estaban intentando organizar en Madrid.

Carlos Padrós y Rubio

Carlos Padrós y Rubio

El primer partido de esta selección barcelonesa se disputó en Tiana el 15 de septiembre de 1902 con motivo de las Fiestas de esa localidad. En Los Deportes tenemos cumplida crónica de aquel partido Tiana-Barcelona (3-3).

«Deseosa la colonia veraniega de tan pintoresco pueblecillo, de celebrar la fiesta mayor con algún festival ameno y moderno, y atendido á que en dicho punto residen actualmente buen número de aficionados al football, entre los que se cuentan jugadores de los Clubs “Barcelona”, “Universitari”, “Irish”, “Red Star”, y “X”, los que se han acondicionado un campo, que si bien sus dimensiones y condiciones (60 por 30 metros) no permiten desarrollar partidos formales, es suficiente para pasar entre ellos buenos momentos practicando ensayos, idearon tiempo atrás invitar á algunos jugadores de los Clubs: “Barcelona”, “Catalá”, “Español”, “Irish” y “Catalonia”, quienes se trasladaron el lunes último á Tiana para luchar con el bando  formado por jugadores de Tiana y Montealegre. El partido fue muy interesante, pues el primer tanto lo logró el Tiana y el segundo el bando “Barcelona”; resultando también empate á tres. Para resolver el empate, se prolongó el partido 10 minutos sin resultado, á cuyo fin se convino que en breve vinieran los de Tiana á Barcelona para celebrar la revancha en alguno de los campos de aquí y disputarse en definitiva el objeto de arte que los tianeses concedían como premio.

Lograron tantos Mascará, Forns y Ros de Barcelona, y Armenteras 2.° y Castellá 1º

Formaron el bando Tiana: A. Williams, Armenteras 1º, Pochs, B. Williams, Aballi, Castellá 2°, Castellá, Noble, Armenteras, Raventós. Castellá.

y el “Barcelona”: Forns, Mascaró, Ossó, Gutiérrez, Casanellas, Camps (S.), Ros, Mas, Escardó, Marial habiendo podido jugar sólo breves minutos en este bando, Martí, del “Catalá”, que hubo de retirarse indispuesto del terreno.

Ejerció de Juez  García 2°, del “Catalá”.

El terreno estaba rodeado de sillas que ocupaba la Colonia, descollando los agraciados rostros del bello sexo allí congregado.

En el tren de las 8 regresaron los expedicionarios muy satisfechos de los agasajos y atenciones de que fueron objeto durante su estancia en Tiana.»[2]

En abril de 1903 aparecen las primeras noticias sobre los planes de Padrós para organizar un Campeonato de España de regiones o ciudades (con participación, por cierto, de Gibraltar) y la necesidad de formar una auténtica selección de Barcelona. Albert Serra escribe en La Vanguardia:

«Relacionado con la idea que en nuestras anteriores notas publicamos, referente á la posibilidad y conveniencia de la formación de un «team» (bando) en esta ciudad, compuesto de los mejores elementos de cada Club, se nos ha comunicado por el secretario de la «Association Clubs Football», que ha recibido dicha asociación una carta de Madrid, en la que se le pregunta «si, caso de efectuarse en el mes de mayo próximo un gran concurso inter-regional en aquella capital, podría concurrir Barcelona con un «team» formado interclubs». . .

La respuesta que, por acuerdo, ha remitido la Asociación ha sido afirmativa, y de ello nos congratulamos, pues además de las esperanzas que dicho «team» llevará consigo, favorecerá este hecho la fraternidad y unión entre los diversos Clubs de esta capital. Parece que á dicho concursó interregional serán invitadas todas las capitales de España que cuentan con elementos para la lucha, y también se admitirá, por extensión al Club de Gibraltar.

Felicitamos por su acuerdo á la Asociación y le ofrecemos nuestro incondicional concurso para coadyuvar al logro de tan levantada idea.

También abriga el propósito dicha Asociación de celebrar un gran partido de «football» Association, como remate de temporada, en el Parque de esta capital, cuyo partido se disputaría entre dos bandos de esta, eligiéndose por selección plebiscitaria de entre todos los Clubs los mejores 22 jugadores de primeros «teams».

Estimando la idea elevada y noble y deseando echar nuestro cuarto a espadas, sin otro fin que el de contribuir al esplendor y éxito de tal fiesta, presentaremos nuestros 22 jugadores, que estimamos han de dar mayor lucimiento al acto. Estos son: Delanteros: W. Black, Green, Gamper, Steinberg, Cenarro, Pons, Girvan, Mora, Parsons (si juega), Vidal y H. Morris (si juega); si no Casanellas,

(Medio delanteros) Meyer, Juan Monis, Soler (si juega), Galiardo, Ortiz, Gay y Darné.

Defensores. Hamilton, Carril ,Garriga y Withy.

Puerta.—S. Morris y Acha

Cuyos jugadores podrían combinarse  para formar los dos bandos en la siguiente forma:

rojos, W. Black, Gamper, Cenarro, Casanellas y Fons (delanteros) Galiardo, Meyer y Grass, (medio) Hamilton y Witty, defensa, y Acha, puerta.

Los blancos podrían alinearse a su vez del modo siguiente

Green, Steimbry [sic], Girvan, Mora y Pons, delanteros; Ortiz, J. Morris y Darné, medio; Carril y Garriga, defensa, y S. Morris, puerta.

De este modo se lograría obtener un partido bien nivelado é interesante y amistoso al propio tiempo lo que redundaría en beneficio de todos, de los jugadores porque terminarían las rencillas y prevenciones entre ellos y de los aficionados porque disfrutarían de gratas emociones.»[3]

En la misma línea Escardó escribe en Los Deportes:

«Proyectos: Próximo el fin de la actual temporada, la «Asociación Clubs de Foot-Ball», para cierre de la misma, tiene proyectado un partido entre dos bandos formados con los veintidós jugadores de más valía de los Clubs de ésta, y para cuyo encuentro se solicitará la Plaza de Armas del Parque de esta ciudad.

El próximo viernes, en reunión convocada al efecto, deberán presentar los representantes de los Clubs los nombres de los jugadores que en su criterio deban figurar en los equipos, cuya formación será por mayoría de votos, y que según nuestro criterio será probablemente:

Guardametas: Morris (S.), y Marial.

Defensores: Hamilton, Gass, Carril, Garriga.

Medio defensores: Morris (J.), Cenarro, Galiardo, Darné, Meyer, y Viñas.

Delanteros: Gamper, Steimberg, Parsons, Blak, Girban, Green, Ponz, Casanellas, García, Gutiérrez, Lasaleta.

El «Madrid F. C.», que para fiestas próximas á celebrar en la villa y Corte, manifiesta deseos de medir sus fuerzas con bandos inter-regionales, se ha dirigido á la «A. C. de F.» refiriéndose á uno compuesto de los mejores jugadores de la localidad, á lo que se ha contestado afirmativamente. Es casi seguro sea la invitación extensiva al «Club de Gibraltar».»[4]

Àngel Ponz i Junyent

Àngel Ponz i Junyent

En mayo se anuncia el primer equipo (con 10 extranjeros y un único jugador nacido en Barcelona: Àngel Ponz Junyent, del Español) y lo suplentes, además del uniforme (blanco) que lucirá la selección barcelonesa:

«En la reunión que, conforme anunciamos, tuvo lugar el 1º del corriente quedaron elegidos por mayoría de votos los siguientes jugadores, que equiparan los bandos que lucharán por final de temporada. Son estos:

Guardametas :S. Morris, Reig. -Suplentes: Acha, Marial.

Defensores: Hamilton, Gass, Garriga, Carril. – Suplente, Wity

Medios: Meyer, J. Morris, René, Hereford, Cenarro, Galiardo.-Suplentes: Darné, Vidal, Castillo.

Delanteros: Gamper, Blak, Steinberg, Girban, Ponz, Green, Lasaleta, Parsons, Harris, Casanellas. -Suplentes, Biada, E. Morris, Gutiérrez, Gueix, Montell, García, (E.)

Con los cuales se formó por elección el bando: S. Morris, Hamilton, Gass, J. Morris, Mayer (capitán), René, Gamper, Blak, Steinberg, Girban, Ponz. que luchará el día 17 en el campo del «Hispania», bajo el falto del Presidente de la «A. C. F», con el otro formado por los restantes jugadores; capitaneados por Cenarro. Los primeros usarán uniforme blanco, siendo el que irá á Madrid, si así se ultima, y los del otro bando llevarán uniforme variado cada jugador siempre que no sea blanco.»[5]

Para el 17 de mayo se anuncia ese partido en el campo del Hispania entre el equipo A de Barcelona (uniforme blanco) y el equipo B (con uniforme variado, cada jugador con el de su club):

«Como decíamos en el número correspondiente al 3 del corriente, esta tarde a las 4 tendrá, lugar en el terreno de la calle de Muntaner, propiedad del «Hispania A. C.» el partido organizado por la «Asociación Clubs de Foot Ball» para cierre de la presente temporada. Los bandos, salvo pequeñas modificaciones por indisposición de algún que otro jugador, se presentarán en la forma que conocen nuestros lectores. La «A. C. de F.» ha tomado cuantas medidas le han sido posibles para que haya en el terreno el mayor número de sillas posible, dado los muchos espectadores que probablemente presenciarán el desarrollo de la lucha, á quienes no tan solo hacemos presente se abstengan de hacer manifestaciones impropias de su cultura, sino que hasta nos atrevemos á suplicar que sepan imponerse á quien faltase á la corrección debida.»[6]

Escardó (que jugó con los «variados») nos ofrece amplia crónica del partido días después. Finalmente Ponz no jugó y en su lugar lo hizo José Biada.

17/05/1903 Muntaner (5000 espectadores)

«Blancos» 4-0 «Variados» (Black 3, Viada 1)

Árbitro: Eduard Alesson.

Bando blanco: Samuel Morris, John Hamilton, Emil Rudolf Gass, Miguel Morris, George Meyer, René Victor Fenouillère, José Viada, Udo Steinberg, George Girvan, Hans-Max Gamper, W. Black

Bando variado: Vicente Reig, Lluís Garriga, Arthur Frederick Witty, Francisco Gutiérez, Joaquín Darné, Joaquín Escardó, Victoriano de La Riva, White, Eusebio García, Stanley Charles Harris, Bernardo Lassaletta

«El mayor éxito coronó el cierre de la temporada. Organizado por la «A. C. de F.», el céntrico terreno del «Hispania A. C.» se vio invadido por numeroso público que algunos hacen ascender á 5000 personas, contenido por las hileras de sillas dispuestas en las líneas laterales del terreno y por cuerdas en los de la meta. El ánimo de los espectadores no iba predispuesto á favor de ninguno de los dos bandos, por lo cual al aplaudir las buenas jugadas lo hizo con gran imparcialidad y sensatez. Lástima grande que el día no favoreciese tan hermosa y simpática fiesta, pues el fuerte viento reinante, pareció arreciar aun más á las 5, hora en que á la señal del juez señor Alesson, se alinearon los dos bandos, en la forma siguiente:

Bando blanco: Morris S.., Hamilton, Gass, Morris J., Meyer, Rene, Biada, Steimberg, Guirvan, Gamper, Blak.

Juez de línea: D. Guillermo Oliveras (del «Salud S. C.») y á su frente con uniformes variados:

Lasaleta, Harris, García, Wite, La Riva, Escardó, Darné, Gutiérrez, Witty, Garriga, Reig.

Juez de línea: D. José Solá (del «Iberia S. C.»)

Apenas dada la salida recoge el bando blanco la pelota, sortea las líneas de sus contendientes y se apunta un tanto en menos de un minuto. Se rehacen estos y logran, después de grandes esfuerzos y por medio de una bonita arrancada un tanto, premiado con la consiguiente ovación. Transcurre todo el partido con notable dominio del bando blanco, que al finalizar había pasado otras voces la meta de su contrincante. En este partido y gracias á no emplear la carga, pudimos admirar las filigranas y derroche de buenas jugadas de los maestros, que hicieron una labor meritísima; Blak, fue el héroe de la jornada, pues con sus vertiginosas carreras y excelente colocación entró 4 tantos, uno de ellos anulado por off-side; Steimberg, hizo las delicias del público con su elegante juego, á la vez que Gamper demostró la eficacia de sus dribblings, siendo secundado discretamente por Biada; en cuanto á Guirvan, se apreciaron sus buenas condiciones para delantero. Respecto á los medios nada diremos, pues aun cuando jugaban por primera vez en una misma línea, demostraron ser justa su reputación de excelentes jugadores. Gass y Hamilton no pudieron desarrollar todo su juego lo mismo que Morris (S.), pues los inútiles esfuerzos de los delanteros contrarios fueron todas las veces magistralmente anulados. De los vencidos se distinguieron Garriga, Darné y Reig, por la tenacidad con que defendieron sus terrenos. En cuanto al juez, falló el partido con su reconocida imparcialidad.»[7]

El 21 de mayo se juega un nuevo partido entre dos combinados de clubes barceloneses, el Campeonato de España se había aplazado a noviembre:

21/05/1903 Muntaner

«Rojos/Blancos» 3-1 «Blancos» (Gamper, 2, p.p. / Green)

Arbitro: Eduard Alesson.

Bando rojo-blanco: Vicente Reig, Joaquim Carril, Lluís Garriga, Guillem Galiardo, Joaquim García Cenarro, Martial Armelin, Gustavo H. Green, José Viada, Sebastián Casanellas, Stanley Charles Harris, Bernardo Lassaletta

Bando rojo-blanco: Samuel Morris, John Hamilton, Emil Rudolf Gass, Miguel Morris, George Meyer, René Victor Fenouillère, Àngel Ponz, Udo Steinberg, George Girvan, Hans-Max Gamper, W. Black

«El pasado jueves, con motivo del partido de beneficencia á favor de la «Assoacition [sic] Amicale Française» se vio otra vez muy animado el terreno del «Hispania», galantemente cedido para tan hermosa fiesta. En él, tuvo lugar otro partido de entrenamiento del bando que llamaremos local que vestía el uniforme rojo-blanco contra un bando blanco, compuesto por los señores:

Reig, Carril, Garriga, Galiardo, Cenarro, Armelin, Green, Biada, Casanellas, Harris, Lasaleta

Figuraba en el bando rojo Ponz, que el pasado domingo estuvo representado por Biada. El partido fué muy emocionante, y aunque dominan los rojos, favorecidos por el declive y por el sol, no apuntan su primer tanto hasta más de la mitad de la primera parte, entrado por Gamper. Los blancos inician vigoroso ataque y después de enérgicas tentativas logra Green para su bando un tanto 5 minutos antes de terminar esta. Queda pues en el descanso empate á un tanto, aun cuando se muestra el dominio del bando rojo, el que lanzó 3 saques de meta y 5 de rincón por O y 1 respectivamente de los blancos; siendo la opinión de que al cambiar sus posiciones se apunten resultados imprevistos.

Reanudado otra vez el juego, dominan igualmente los rojos, quienes en una de las tentativas á meta, se adjudican un tanto entrado involuntariamente por un jugador blanco. Emprenden estos heroicas arrancadas en los que se distinguen Green y Casanellas con un magnífico remate del primero y otra del segundo con Biada,  también muy aplaudida. Poco antes de terminar añade Gamper otro nuevo tanto á los de su bando que resulta vencedor  por 3 tantos á 1. El público, satisfecho de la labor de los maestros o catedráticos, como dicen mis colegas, y sobre todo de los discípulos, entre los cuales alguno hay en disposición de conquistarse el título. Green y Casanellas fueron el alma de la línea de ataque, Cenarro el excelente medio de costumbre, Garriga y Carril á cual mejor y Reig incomparable. Respecto á los maestros ratificamos lo dicho al reseñar el partido del pasado domingo, y solo añadiremos que Ponz, con su inteligente juego completó la línea de ataque.

Un tiempo espléndido contribuyó á dar realce á la fiesta, asistiendo nutrida representación del bello sexo, cuyas toiletes de tonos claros matizaban el compacto marco con que abigarrada multitud rodeaba el terreno deportivo. Este bando (rojo) practicaba el entrenamiento en previsión de la probable concurrencia al concurso regional próximo á celebrarse en la villa y corte de España, y que debido á notable modificación de las condiciones de inscripción acordó la «A. C. de F.», en sesión del 19, no inscribirse.»[8]

Para finales de junio para celebrar el Fin de Temporada estaba anunciado otro partido de entrenamiento en la Plaza de Armas que no se jugó, las alineaciones previstas son las que se suelen dar para el supuesto partido de la Fiestas de la Merced.

Pasadas las vacaciones estivales en septiembre se retoma el proyecto y se anuncia un nuevo partido:

«Reunida «la Asociación Clubs de F.» con asistencia de los representantes de los Clubs: Barcelona, Español, Hispania, Catalá, Irish, Internacional, Iberia, X y Salud, dióse cuenta de una comunicación de este último Club, relativa á la proyectada fiesta de que dimos cuenta en el número anterior, acordándose por unanimidad cooperar á la misma. En su consecuencia, procedióse al nombramiento de los jugadores, formándose dos bandos, el blanco, con Hacaisamta, Wity, Alrnasqué, Vidal, Cenarro, Roig, D’Acosta, Lloret, Blak, Green, Casanellas y el azul con los jugadores señores: Biada, García, Steiuberg, Girban, Brú, Ortiz, Darné, Morris, Carril, Cuervo, Izquierdo.

Acordóse también que, si alguno de los expresados no pudiese asistir al partido, que tendrá lugar el próximo martes, el Club á que pertenezca debe mandar sustituto.»[9]

El 8 de septiembre de 1903 se disputa el anunciado encuentro con motivo de las Fiestas del barrio de la Salud:

08/09/1903 Salut

«Blancos» 4-3 «Rojos» (p.p., Morris, Jorro, ? / Black, Cenarro, Rodríguez)

Arbitro: Eduard Alesson.

Bando blanco: Hacaisamta, Alfons Almasque, José Quirante, F. Roig, Joaquim García Cenarro, José Vidal, Sebastián Casanellas, Joseph Black, Lloret, Rodríguez, D´Acosta

Bando rojo: Izquierdo, Cuervo, Joaquim Carril, Darné, Miguel Morris, Josep Ortiz, José Viada, Eusebio García, Francisco Brú, José Maria Jorro, Pascuet

«En el terreno del «Salud» un animado ensayo ocupó la tarde, practicándose en todos los terrenos el entrenamiento de los jugadores que debían ocurrir al partido organizado por el «Salud S. C.» con motivo de la fiesta mayor de aquella barriada, y que tuvo lugar el pasado martes.

Mucho antes de la hora anunciada, parecía el Parque de la Salud el punto de la concentración numeroso gentío que por diversos caminos allí se dirigía, llenando todo el espacio previamente dispuesto, siendo insuficientes las- numerosas hileras de sillas para acomodar á los allí reunidos.

Sensación muy grata esparce el ánimo del invitado al presenciar antes sus admirados ojos, el soberbio espectáculo de tan bello cuadro como presenta el campo y sus espectadores, las cercanas colinas y puntos de mira, llenos también de compacto gentío, y por fondo el panorama de la populosa ciudad de los condes. La imaginación bulle y en alas de atrevida fantasía, fórjase la ilusión de presenciar espectáculo análogo á la fiesta del valor y de la cortesía, los torneos, tan en boga en la edad media. El campo con sus albas líneas y rojo-blancas banderolas, aseméjase al palenque en el que presto medirán sus fuerzas valerosos adalides, á quienes los espectadores en premio de su labor, adjudicarán un aplauso, que aumentará su valor al infinito al añadir el de las bellas, que engalanadas á cual más y en noble competencia, matizan con sus trajes de alegres tonos el oscuro de los espectadores. El rumor producido por suave murmullo de tanta muchedumbre, seméjase al lejano eco de delicada música que en alas de la juguetona brisa los envuelve en sus arrullos, con los que se mezclan los acordes de la banda del Asilo Naval que penetra en el recinto, para amenizar la fiesta.

Entonces, dominando sobre todo el agudo metal del silbato del juez, hiende los aires y ordena á los jugadores ocupen sus puestos, colocándose el equipo blanco, favorecido por el declive del terreno:

Hacaisamta (E.) Almasqué (C.), Quirante (B.) Roig (I), Cenarro (E.), Vidal (B.) Casanellas (E.), Black (H.), Lloret (X.), Rodriguez (E.), D’Acosta (H.)

alineándose el colorado pues á falta de algunas camisas azules se utilizaron las rojas del «Salud», vueltas al revés:

Pascuet (H.), Jorro (B.), Brú (Int) García (C.) Badia (C.) Ortiz (H.), Morris (H.), Darné (C.) Carril (E.), Cuervo (Int.) Izquierdo (H )

Dan éstos la salida, invadiendo al momento el campo contrario en que despliegan por algún tiempo el juego, hasta que los blancos atacan ciñéndolo á mitad del terreno, cuando la pelota, siempre sumisa á los golpes de los jugadores, disgustada por tanto trabajo inútil, optó por dar fe de muerte reventando estrepitosarnente en la línea la defensa blanca, yendo á caer completamente marchita impelida por vigoroso golpe, en la propia línea contraria. Sustituida por otra, continúa aún nivelado el juego, arremetiendo ya una y otra de las líneas de ataque, hasta que la blanca arma lío frente á la meta opuesta, forzada por Black en un magnífico golpe de cabeza que le vale una ovación.

Rehácense los rojos llegando á dominar algo, pero sin otro resultado que obligar á Hacaisamta á demostrar no se le han oxidado los puños durante el verano; llegando en esta forma al descanso.

A. pesar de que los blancos llevan ventaja y recientes hechos demostraron hasta la evidencia lo muy arriesgado que es hacer calendarios, el papel rojo cotizase en alza, pues con el cambio de situación se espera torne algo más que la recíproca.

Salen los blancos y pretenden ejercer en campo rojo pero éstos, que no están propicios para ello, les rechazan y dominan, dando ocasión á que Brú, 10 dé un disgusto al portero blanco.

Con el empate, cobran éstos mayor empeño, dando felices arrancadas, una de ellas soberbia de Casanellas, que después de varias jugadas es rematada entrando tanto Cenarro. Nuevos aplausos; el interés del público aumenta al compás del de los jugadores; las arrancadas se suceden sin interrupción y en una de ellas y por infracción del reglamento en el área de penalidad; se aplica á los blancos un saque de castigo con el que Morris añade un tanto al bando rojo, al que aporta otro al poco rato Jorro, entrando con mucha oportunidad en un golpe libre; con esto acrecientan sus deseos de asegurar el éxito; dominando casi constantemente, cuando Rodriguez en una arrancada les demuestra que no se puede vivir confiado, tirando una pelota que penetra muy oblicuamente en la puerta y rechaza después el portero, dando lugar á dudas que desvanece el juez adjudicando tanto á los blancos. Colocada nuevamente la pelota en el centro del terreno, con el nuevo empate desarróllase el juego en toda su intensidad; la pelota no recobra ni por un momento su inestable equilibrio, siendo rechazada con pasmosa rapidez, hasta que un saque (le rincón hace cambiar el resultado añadiendo un tanto á los rojos.

Después, tentativas heroicas de los blancos, anuladas algunas veces con acierto y otras con no escasa fortuna por los rojos, que so limitan á jugar á largas ó mejor á pasar tiempo, quedando vencedores por 4 tantos contra 3.

En resumen, el partido resultó el más animado y mejor de la temporada estival y buen preludio para la próxima 1903- 4; todos los jugadores pusieron su mejor voluntad; Hacaisamta, aunque vencido, demostró ser el portero de talla que tanto admiramos, al que Izquierdo procuró imitar; la defensa blanca muy enérgica, contrastando con lo mesurada de los rojos, descollando Carril; en los medios se aprecié la buena labor de costumbre en Cenarro, Darné y Morris, secundados inteligentemente por Ortiz, Vidal y Roig, y finalmente, los delanteros blancos con mejor combinación que los colorados, pero sin la seguridad de éstos frente á meta, siendo Black y Casanellas los que mejor combinaron. En cuanto al juez, D. Eduardo Alessón, falló con su imparcialidad acostumbrada, demostrando que á su conocimiento del reglamento une el mayor prestigio sobre los jugadores.

Después de los ¡hurras! los vencedores y á su frente el juez, recibieron de manos del Presidente del «Salud S. C.» D. Juan Galobart, una artística medalla con su correspondiente estuche, la que es sin duda la más artística y mejor laborada de las hasta hoy otorgadas. En el anverso y rodeando á la insignia del «Salud» vense los atributos del foot-ball, lawn-tennis, croket, excursionismo, baile, declamación y en el reverso, la siguiente inscripción: en la del juez: A D. E. Álessón Referée del Match de Foot-ball, 8 de septiembre 1903.Y  en las de los

jugadores: Al vencedor del Match de Foot-ball, 8 de septiembre, 1903.

Los invitados se retiraron sumamente complacidos de tan hermosa fiesta deportiva, presentado el desfile magnifico golpe de vista.

Réstanos sólo, renovar nuestros plácemes al «Salud S. C » por la fiesta reseñada, plácemes que sin duda en breve plazo se le tributarán por otros motivos.»[10]

Para el 16 de septiembre de 1903 se anuncia el regreso a Tiana para jugar un nuevo amistoso:

«Con motivo de la fiesta mayor de Tiana, al igual que el año pasado, el equipo «Barcelona» medirá sus fuerzas con el bando Tiana-Montealegre, en aquella población, el próximo miércoles.»[11]

El partido finalizó Tiana-Montealagre 7 – Barcelona 2

«A lo reseñado referente al pasado domingo, debemos añadir el viaje del equipo «Barcelona» á Tiana, efectuando el miércoles próximo pasado, primer día de la fiesta mayor. Galantemente invitados por aquel Casino, pasaron á la llevantina los jugadores que luciendo el uniforme de sus Clubs respectivos, presentaron la alineación: Hacaisamta, Martí, Carril, E. Salazar, Cenarro, Más, Mascaró, Jorro, Ossó, Biada, Balat. Colocándose á su frente el Tiana-Montealegre, formado: Castellá (A.), Raventós, Castellá, Albéniz, Noble, Castella P., Armenteras, Omedes, Witi, Aballi, Williams G.

En el pintoresco campo al que se ha dado este año mayor extensión, tuvo lugar una nueva Odisea; el nítido azul de la bóveda celeste era el dosel que al juntarse en el horizonte con el oscuro del mar, cerraba por el otro con los elevados cerros coronados de pinos el cuadro cuyo alegre colorido era formado por el contraste producido por la mezcla de los variados uniformes de les barceloneses con el blanco de sus contendientes. A la señal del juez muévese la pelota y hábilmente conducida por la línea de ataque del «Barcelona» pasa la meta en menos de un minuto. No se amilanan los blancos, antes al contrario crécense y no tan sólo logran llegar al descanso empatados, sino que en la segunda parte toman el ataque y fuerzan una tras otra seis veces la meta del «Barcelona» por una sola en contra. La vista de aquellos en su mayoría noveles jugadores revueltos en confuso tropel con los ya duchos barceloneses, semeja lucha de titanes, que movidos por su mucho entusiasmo consiguieron para el bando combinado Tiana-Montealegre una victoria de 7 tantos contra 2 sobre su poderoso contrincante el equipo «Barcelona». El distinguido sportman Sr. Alcalá con su rectitud en los fallos y conocimiento del reglamento fallé el partido á satisfacción de los contendientes, siendo secundado eficazmente en las líneas por Gaissert y Amat, por el Barcelona y Tiana respectivamente. La banda del Asilo Naval de ésta, contribuyó á amenizar el partido, cuyos incidentes fueron seguidos con gran interés por la distinguida colonia veraniega y nutridos grupos de vecinos de aquella villa, entre los que destacaban bellísimas señoritas ataviadas elegantemente, quienes premiaron con entusiastas aplausos la labor de los jugadores. Después éstos fueron obsequiados con un tente en pié, que les dio fuerzas para hacer en la clásica tartana el viaje hasta Mongat, regresando á ésta sumamente complacidos de las atenciones que le dispensó el Casino.

Al felicitar á éste y á los del Tiana-Montealegre por el feliz resultado, lo hacemos también por ser el 2.° año que la excursión se realiza y esperamos que al no ser la última, el Casino cuyas simpatías por el deporte se han demostrado en esta ocasión una vez más, organice la próxima otorgando algún premio para con él estimular á los contendientes.»[12]

En octubre los acontecimientos parecen precipitarse, se anuncia el Campeonato para noviembre y se publican sus bases:

Escardo03«La «Asociación Clubs de F.», ha recibido correspondencia de la de Madrid, invitado a los Clubs barceloneses á concursar en el campeonato regional, que, corno recordarán nuestros lectores, se aplazó en Mayo último. Dicho campeonato principiará á primeros del próximo noviembre, disputándose los concursantes la COPA donación de SS. AA. RR. los Serenísimos Príncipes de Asturias y las once medallas de oro cedidas por el Excmo. Sr. Marqués de Argüelles.

Como sea que la Asociación ha de contestar antes del 15 corriente y por tanto también antes de la reunión próxima, las directivas de los Clubs que deseen inscribirse deberán dirigirse antes de dicho día al Presidente de la «A. C. de F.» Sr. Alessón.» [13]

Finalmente se anuncia que no es posible disputar ese Campeonato de España de regiones o ciudades y las medallas de oro previstas se destinan al Campeonato de Madrid:

«Las medallas de oro regaladas por el Marqués de Argüelles para el Campeonato de España, han sido cedidas por dicho señor para el Campeonato de Madrid, por no poderse celebrar por ahora el Campeonato de España. E1 domingo 15 comenzará á jugarse dicho Campeonato entre las sociedades federadas.»[14]

CONCLUSIONES

En 1902-1904 no existía una Federación Catalana de Fútbol, existía una Asociación de Clubs de Barcelona y lo que crearon en esa época era la selección de la Ciudad de Barcelona con el objetivo de participar en el Campeonato de España de regiones o ciudades que estaba impulsando desde Madrid Carlos Padrós.

Dicho Campeonato no se disputó en 1903, pero sería una realidad a partir de 1915 (Copa Príncipe de Asturias).

Identificar a aquel combinado de los clubes de Barcelona formado mayoritariamente por extranjeros con una «selección nacional de Cataluña» parece un ejercicio de reconstrucción histórica que no compartimos.

La selección catalana de fútbol fue creada en 1910 tras unos partidos de prueba (nuevamente entre bandos «rojos» y «blancos» el 18 de noviembre de 1909 y frente al FC Barcelona el 9 de febrero de 1910) realizando su debut en Mahón el 20 de marzo de dicho año en partido amistoso FC Mahonés 0-7 Cataluña.

Escardo04


[1] Raduà i Domènech, J. M. (2005) Història de totes les seleccions esportives catalanes (1904-2005), Barcelona: Plataforma Proseleccions Catalanes, pp.159-160.

 

[2] «Un delantero» (1902, 21 de septiembre) «Partido en Tiana», Los Deportes, p. 572

 

[3] A. S. (1903, 22 de abril) «Notas de sport: foot-ball«, La Vanguardia, p. 7

 

[4] Escardó, J. (1903, 26 de abril) «Foot-ball«, Los Deportes, p. 363

 

[5] Escardó, J. (1903, 3 de mayo) «Foot-ball«, Los Deportes, pp. 281-282

 

[6] Escardó, J. (1903, 17 de mayo) «Foot-ball«, Los Deportes, p. 314

 

[7] Escardó, J. (1903, 24 de mayo) «Foot-ball«, Los Deportes, pp. 329-330

 

[8] Escardó, J. (1903, 24 de mayo) «Foot-ball«, Los Deportes, pp. 330-331

 

[9] Escardó, J. (1903, 6 de septiembre) «Foot-ball«, Los Deportes, pp. 567-568

 

[10] Escardó, J. (1903, 13 de septiembre) «Foot-ball«, Los Deportes, pp. 584-585

 

[11] Escardó, J. (1903, 13 de septiembre) «Foot-ball«, Los Deportes, p. 585

 

[12] Escardó, J. (1903, 20 de septiembre) «Foot-ball«, Los Deportes, pp. 598-599

 

[13] Escardó, J. (1903, 11 de octubre) «Foot-ball«, Los Deportes, p. 649

 

[14] De Linares, M. L. (1903, 8 de noviembre) «De Madrid», Los Deportes, p. 719




Augusto Ozores. Primer boricua en el fútbol europeo

AugustoOzores01Hasta hoy se había considerado a Eduardo Ordoñez como el primer futbolista puertorriqueño que había jugado en Europa. Eduardo Ordoñez Munguira (no Munguera ni Munguria, como suele leerse) nació en San Juan de Puerto Rico el 13 de octubre de 1910 (y no en 1908 tal y como se repite). Era hijo de José Ordoñez Gómez (natural de Barcelona) y de María Luisa Muguira Gorazabel (natural de Guipúzcoa) y jugó en el Atlético de Madrid y el Real Madrid, de hecho protagonizó en 1931 el primer (y polémico) traspaso del Atlético al Madrid. También fue seleccionador de Puerto Rico y un conocido barítono de ópera, además de periodista, actor y dramaturgo. Falleció el 6 de marzo de 1969[1].

Estamos en condiciones de afirmar que el honor de ser el primer futbolista boricua en Europa corresponde a Augusto Vicente Calixto Ozores Iriarte, futbolista del FC Barcelona entre 1914 y 1917 (hasta la fecha se le había identificado erróneamente como «Miguel Ozores»), nacido en San Juan de Puerto Rico el 13 (o el 14 dependiendo de la documentación) de octubre de 1893 (hijo del marino gallego Vicente Ozores Nieva y de la puertorriqueña María Iriarte Solís)[2] y ciudadano estadounidense la mayor parte de su vida (en 1917 fue registrado en Puerto Rico como posible combatiente de la Primera Guerra Mundial[3] y en 1942 en Nueva York para la Segunda[4], sin llegar a participar en ninguno de los dos conflictos). Tras la pérdida por España de la isla caribeña en 1898 la familia Ozores Iriarte emigra a La Coruña[5], donde reside la familia paterna, posteriormente se instalan en Barcelona.

Augusto Ozores (primero por la derecha) con el FC Barcelona.

Augusto Ozores (primero por la derecha) con el FC Barcelona.

En la Ciudad Condal Augusto Ozores desarrollará su carrera futbolística en el Universitari y el FC Barcelona como delantero (será socio del Barça y jugará 31 partidos marcando 6 goles y no ganando ningún título, jugará asimismo dos partidos con la selección catalana[6]), contraerá matrimonio en 1920 con Luisa Graner Guardiola, hija del conocido pintor Luis Graner Arrufi[7]. Vivirán tras contraer matrimonio en Nueva York (donde nacerán y fallecerán muy jóvenes sus dos hijas, María Luisa y Marie), regresando a Barcelona y falleciendo en la capital catalana. Augusto Ozores fallece el 19 de noviembre de 1973[8].

No podemos confirmar si Ozores era ciudadano estadounidense o español en su etapa de jugador del FC Barcelona (1914-1917) pero sospechamos por diversos motivos (en 1917 sí consta) que era ciudadano de EEUU y podría encontrarse en la misma e irregular situación (no podían jugar extranjeros) de su compañero de equipo el filipino Juan de Garchitorena[9] (cuya alineación llevó al RCD Español a impugnar un partido de Campeonato de Cataluña en el que también jugó Ozores, provocando el famoso «caso Garchitorena»)[10]. La nacionalidad de Ozores pasó desapercibida.

Ozores es el único futbolista puertorriqueño del que tenemos noticias en Barcelona en esa época, por el contrario fue numerosa la presencia de jugadores cubanos desde Francisco Gutiérrez (1902-1903), destacando por su importancia en la historia del club los hermanos Peris de Vargas, dos de los cuales (Agustín y Lisardo) nacieron en Cuba, Enrique lo hizo en Cartagena. También eran nacidos en Cuba (aunque hijos de catalanes) varios futbolistas azulgranas de los años 30 (Enrique Ferrer, Ramon Homedes, Mariano Ulied o Juan Muntaner).

Agradecimientos: Eugen Scheinherr, Josep Pablo.

 


[1] Certificado de defunción de Eduardo Ordoñez Munguira. Registro Civil de Puerto Rico, oficinas de la ciudad de San Juan, volumen defunciones 1968-1969. 6 de marzo de 1969.

[2] Certificado de nacimiento de Augusto Vicente Calixto Ozores Iriarte. Registro Civil de Puerto Rico, oficinas de la ciudad de San Juan, volumen nacimientos 1891-1896. 14 de octubre de 1893.

[3] United States World War I Draft Registration Cards, 1917-1918. Washington D.C.: National Archives and Records Administration.

[4] United States World War II Draft Registration Cards, 1942. Washington D.C.: National Archives and Records Administration.

[5] Censo de la ciudad de La Coruña, 1899.

[6] Closa, A., Mas, J., Pablo, J., Salas, J. A. et al. (2015): Gran Diccionari de jugadors del Barça. Editorial Base, Barcelona. Pág. 235.

[7] Alcolea Albero, F. (2014): El pintor Luis Graner en América. Gloria y decadencia (1910-1928).

[8] Certificado de defunción de Augusto Ozores Iriarte, 19 de noviembre de 1973. Archivos municipales de Barcelona.

[9] Arrechea, F. (2011): Garchitorena: el primer argentino del Barça era filipino. Cuadernos de Fútbol, número 21, CIHEFE.

[10] 17-12-1916.Campeonato de Cataluña. FC Barcelona-RCD Español 3-0.

FC Barcelona: L. Bru, Reguera, Costa, Torralba, Sancho, Baonza, Vinyals, Garchitorena, V. Martínez, Hormeu, Ozores.

RCD Español: Zamora, “Pakan” Armet, Puig, Pueo, Alvarado, Urgell, Reig, López, “Kinke” Armet, “Koki” Armet, Vergés.

Árbitro: Julinés.

Goles: Costa, V. Martínez 2.




El “Spanish girl’s club“ de Barcelona. Las pioneras del fútbol femenino español.

Femenino01El 9 de junio de 1914 se jugó el primer partido de fútbol femenino en España entre dos combinados de un club llamado Spanish Girl´s Club, formado en Barcelona y organizado por Paco Brú Sanz (jugador del Barça y empleado del ayuntamiento de Barcelona, futuro seleccionador nacional en Amberes 1920). El presente artículo pretende recuperar la memoria de aquellas pioneras y rendirles un modesto homenaje ahora que se aproxima el debut de la selección española femenina en un Mundial.

Palabras clave: fútbol femenino, Barcelona, historia del fútbol, Paco Brú, Narciso Masferrer, regeneracionismo, feminismo, machismo.

La Unión Ilustrada. 21 de junio de 1914

La Unión Ilustrada. 21 de junio de 1914

Meses antes de que Paco Brú formara este equipo femenino existió otro club en Barcelona cuya directiva estaba formada exclusivamente por mujeres[1], aunque sus jugadores eran varones. Esta experiencia liderada por Brú[2] fue la primera en la que las mujeres tomaban protagonismo en el terreno de juego, se trató además de un club perfectamente organizado que disponía incluso de local en la sociedad «L´Amistat» de la calle Consell de Cent.

Como cabría esperar en la España de 1914 este club de fútbol femenino resultó sorprendente y polémico, y las reacciones en la prensa oscilaron entre el estupor y la simpatía, con algunos comentarios no exentos de machismo y misoginia.

Tras 45 días de entrenamiento y algunos problemas con los padres de las jugadoras por el uniforme y por la exigencia de Brú de que todas se ducharan tras los entrenamientos y los partidos, el entrenador las consideró listas para presentarse en público y el 9 de junio de 1914, a las cinco y cuarto de la tarde, se efectuó el primer partido en el campo del RCD Español. Las jugadoras del Spanish Girl´s Club se dividieron en dos equipos (Montserrat y Giralda) y, con el propio Brú como árbitro, disputaron un encuentro que levantó expectación. Se trató de un partido benéfico a favor de la Federación Femenina contra la Tuberculosis presidido por el Capitán General de la Región general César Víctor Augusto del Villar y Villate, acompañado de su hija.

El Giralda se impuso por 2-1. Ésta fue la crónica de El Poble Català (la más neutra y correcta, con comentarios favorables) el día siguiente, con las alineaciones completas:

Femenino03

Brangulí (autor), (9 de junio de 1914): "Primer partit de futbol femení". Arxiu Nacional de Catalunya. Fons ANC1-42/Brangulí (fotògrafs). Signatura: 026242. Reproducida con autorización.

Brangulí (autor), (9 de junio de 1914): «Primer partit de futbol femení». Arxiu Nacional de Catalunya. Fons ANC1-42/Brangulí (fotògrafs). Signatura: 026242. Reproducida con autorización.

El mismo día 10 El Diluvio publicó esta otra crónica, en la que aparecían comentarios menos afortunados sobre los peinados y sobre el supuesto miedo de las jugadoras cuando el balón les iba al pecho. Se anunciaban partidos en varias localidades catalanas, además de una gira que incluía Palma de Mallorca, Valencia y «Pamplona durante las fiestas de San Fermín»:

Femenino05El 11 de junio aparecía otra crónica en el Mundo Deportivo, ésta aún menos afortunada que las anteriores y repleta de comentarios machistas:

Femenino06Los dos equipos del club (Montserrat y Giralda) prosiguieron con sus partidos amistosos durante la primavera y el verano de 1914. Tenemos crónicas diversas de nuevos encuentros, como el del 11 de junio (empate a uno), por ejemplo esta de El Diluvio el 12 de junio:

Femenino07El 14 de junio en Sabadell (campo del Atlètic): Montserrat 4 – Giralda 1. Con homenaje y ovaciones en la ciudad vallesana incluídos. Crónica de El Diluvio el 17 de junio de 1914:

Femenino08El 21 de junio viajaron a Mataró (campo del Tiro Nacional). El Diluvio informó el 26 de junio de 1914 sin dar el resultado:

Femenino09El 29 de junio disputaron un nuevo encuentro en Barcelona (campo del España) con victoria del Montserrat 2-1.  Informó brevemente El Poble Català el día 30:

Femenino10El 6 de julio de 1914 se disputaría el primer partido de fútbol femenino fuera de la provincia de Barcelona. En Reus (Tarragona) «ante numerosa y distinguida concurrencia»: Giralda 2 – Montserrat 0. Informó La Vanguardia el 7 de julio de 1914.

Femenino11No tenemos más noticias del Spanish Girl´s Club. Parece que se negoció la posibilidad ya apuntada de que jugaran en Pamplona un partido que serviría para inaugurar el nuevo campo del Punching Club, pero no se concretó[3]. Según Garcia Castell en agosto de 1914 debían iniciar una gira por el sur de Francia que se abortó por el estallido de la Primera Guerra Mundial, llega a afirmar Garcia Castell que «Después de Bélgica, fueron las primeras victimas de la guerra»[4]. Fue el triste final de este primer club de fútbol femenino en España.

En 1923 el fútbol femenino regresó a Barcelona con la disputa de dos partidos internacionales amistosos Francia-Inglaterra organizados por el Sindicato de Periodistas en beneficio de las «Casas baratas para periodistas». El saque de honor en uno de ellos fue realizado por el siempre omnipresente en eventos y avances deportivos Narciso Masferrer Sala (periodista, dirigente y fundador de clubs y federaciones, divulgador deportivo y olímpico, etc.) Un referente en el regeneracionismo, un auténtico apostol del deporte y la educación física en nuestro país que también apostaba por el deporte femenino. Pese a la presencia de Masferrer (director de Stadium) en los encuentros, la crónica publicada por el periodista Enrique Guardiola en dicha revista el 15 de septiembre de 1923 (Girls contra Mademoiselles. Fiesta deportiva en favor de los periodistas) fue soez, machista y ridícula (incluso para la época) con comentarios de este nivel: «…hemos de confesar que el fútbol no se ha hecho para la mujer y que la mujer no se ha hecho para el fútbol…» , «Nosotros le tenemos horror al marimacho. Y es indudable que el fútbol femenino tiende a la formación del más completo, perfecto, acabado y espeluznante tipo de marimacho…», «(el fútbol) es un deporte al que sin exagerar podríamos calificar de esencialmente antifemenino»…

Ramon Claret y Joan Bert (autores), (1914-1920 ): "kickoff de Narcís Masferrer a un partit de futbol femení".  Arxiu Nacional de Catalunya. Fons ANC1-64/Bert i Claret (fotoperiodistes). Código de Referencia: ANC1-64-N-1712 Reproducida con autorización

Ramon Claret y Joan Bert (autores), (1914-1920 ): «kickoff de Narcís Masferrer a un partit de futbol femení». Arxiu Nacional de Catalunya. Fons ANC1-64/Bert i Claret (fotoperiodistes). Código de Referencia: ANC1-64-N-1712 Reproducida con autorización

Terminaba de esta forma tan penosa una aventura futbolística femenina avanzada a su tiempo en decenios que no debe ser olvidada. Hasta noviembre de 1980 la RFEF no reconocería al fútbol femenino y aún queda un largo recorrido por hacer en matería de igualdad. Pero todo largo camino se inicia con un tímido paso como el que dieron Paco Brú y las chicas del Spanish Girl´s Club de Barcelona en aquella primavera-verano de 1914. Un camino que de momento ha llevado a las futbolistas españolas hasta el Mundial de Canadá.

Caras y caretas. 11 de julio de 1914

Caras y caretas. 11 de julio de 1914

El Mundo Deportivo. 9 de junio de 2014.

El Mundo Deportivo. 9 de junio de 2014.

Agradecimientos: Arxiu Nacional de Catalunya

Fuentes consultadas: Miserachs, Jaume (2014, 9 de junio): 100 años del primer partido de fútbol femenino. El Mundo Deportivo.

 


[1] Arrechea, Fernando: El Helénico FC de Barcelona. Un equipo dirigido por mujeres en 1913. http://www.cihefe.es/el-helenico-fc-de-barcelona-un-equipo-dirigido-por-mujeres-en-1913/ CIHEFE. Consultado el 25 de mayo de 2015.

[2] Varios artículos posteriores dan protagonismo en esta aventura al jugador-entrenador inglés del FC Barcelona Jack Greenwell, pero no hemos podido confirmarlo. Vid. Garcia Castell, Joan (1968):  Història del futbol català. Aymà S.A. Editora, Barcelona. p.129.

[3] Caspistegui Gorasurreta, Francisco Javier: Entre belleza y salud: los límites del deporte femenino, 1900-1950. http://www.euskonews.com/0283zbk/gaia28302es.html Euskonews&Media . Consultado el 25 de mayo de 2015.

[4] Garcia Castell, Joan (1968): op. cit. p.129.



Primera edición de la Copa Macaya Enero-Abril 1901

Me han inducido a escribir este trabajo:

D. Antoni CLOSA. Coautor del libro «Un Segle de Futbol Català».

Por su predisposición al diálogo y a compartir datos y experiencias.

D. Joan FRANCESC. Coordinador de deportes del Diari de Tarragona.

Por informar de los acontecimientos constatables sin partidismo.

D. Joan FONT. Concejal de Deportes del Ayuntamiento de Tarragona.

Por su silencio.

D. Félix MARTIALAY. Periodista, historiador y autor de libros futbolísticos.

Por “descender a mi nivel”, apoyarme y prestarme su asesoramiento y colaboración.

D. Vicente MARTÍNEZ Calatrava. Aficionado, estudioso e historiador deportivo.

Por su absoluta entrega al proyecto.

D. Manuel MELER. Ex-presidente del R.C.D. Espanyol.

Por su colaboración y apoyo en el acceso a la «Copa Macaya».

D. Jaume PUIGNOU. Jefe de Prensa de la Federación Catalana de Fútbol.

Por su receptabilidad a las críticas constructivas y aclaración de errores históricos.

D. Enric PUJOL. Promotor de la celebración de los «Cent Anys de Futbol a Tarragona»

Por su empecinamiento en negar la evidencia.

D. Jordi ROBERT. Ex-secretario del C.F. La Secuita (Tarragona).

Por su entusiasta colaboración y aportación de documentación.

D. Bernardo de SALAZAR. Investigador, historiador y escritor.

Por animarme a sacarlo a la luz, siendo la persona que más sabe de fútbol en España y por prestarse a supervisarlo, corregirlo y completarlo.

Pero, además, este artículo no habría visto la luz sin la inestimable colaboración del personal de la Secretaría de R. C. D. Espanyol, que nos facilitó la consecución de las fotografías de los trofeos correspondientes a la «Copa Macaya» y, sobre todo, a la exquisita amabilidad e infinita paciencia del personal de la Hemeroteca Provincial de Tarragona.

A todos ellos, GRACIAS.

Prólogo

No soy historiador, no soy periodista, no soy escritor, no soy erudito y, sobre todo, no soy infalible.

Soy aficionado al Fútbol, soy aficionado a la historia, soy aficionado a las estadísticas, soy aficionado a la investigación y, sobre todo, soy aficionado a no perpetuar errores históricos heredados.

Este trabajo está elaborado en base a las publicaciones periódicas de la época que nos ocupa (1900-1901) y aunque he leído muchos libros “históricos”, no he querido dejarme influenciar por “verdades institucionales” que, en muchas ocasiones, son fruto de errores por falta de profundización.

He intentado ser absolutamente riguroso, contrastando las informaciones ofrecidas en distintas publicaciones pero, repito, no me considero infalibles y se me puede haber deslizado algún gazapo. Si se me prueba el supuesto «error”, no tendré absolutamente ningún problema en reconocerlo e intentar repararlo.

La primera referencia escrita que he encontrado con respecto a la “Copa Macaya”, es en La Vanguardia , en su edición del Domingo 9 de Diciembre de 1900 y dice textualmente:

entre los numerosos aficionados á este higiénico deporte al aire libre, reina mucho entusiasmo con motivo de la artística copa que don Alfonso Macaya ha encargado á Londres y cuya obtención se disputarán los Clubs de esta capital y demás de España que se inscriban.

Ginés Lario Morales

Advertencia: La castellanización de los nombre extranjeros (Juan por Hans, Arturo por Arthur, Etc. ) se consigna porque las publicaciones de la época así lo reflejaban.

En las trascripciones literales, se ha respetado tanto la ortografía original como los errores en siglas, nombres y otros (a excepción de la acentuación de “á”, que hace daño a la vista.

Convocatoria y Bases del Concurso Copa Macaya

En la Barcelona de finales de 1900, el sport llegado de Inglaterra, denominado Foot-Ball, había arraigado fuertemente entre la juventud, contando la ciudad con numerosos Clubes deseosos de competir en algo más que en simples partidos de entrenamiento o amistosos.

La semilla estaba sembrada pero faltaba el impulso final.

En el semanario Los Deportes, en su número 50, correspondiente al 16 de diciembre del año 1900, aparece la siguiente nota:

La Copa Macaya

Nuestro distinguido y estimado amigo D. Alfonso Macaya, presidente honorario del “Hispania Athletic Club”, ha ofrecido á esta simpática sociedad, para ser disputada en un certamen de foot-ball, una artística copa. El certamen se sujetará á las siguientes condiciones:

1.ª           La copa quedará propiedad legítima del Club que la gane tres años.

2.ª           Podrán tomar parte en este certamen todos los clubs nacionales de foot-ball que se inscriban hasta el día 1º de Enero de 1901.

3.ª           Si se inscriben cinco ó más clubs, se jugarán dos partidos con cada uno de ellos; uno en cada terreno de los litigantes.

4.ª           Si se inscriben tres clubs, se jugarán tres partidos con cada uno.

5.ª           Si solo se inscriben dos, se jugarán cinco partidos entre ambos clubs.

6.ª           El partido final definitivo de cada temporada, se jugará en el campo que designe D. Alfonso Macaya, oferente de la copa, probablemente en el Hipódromo.

7.ª           Los jugadores que tomen parte en la lucha deben ser socios del Club inscripto y residentes en la localidad donde tenga el Club su domicilio social.

8.ª           La clasificación de vencedores ó vencidos se hará atendiendo á los puntos que obtenga cada Club, contándose dos puntos á favor del que gane un partido, y uno en cada empate, saliendo por tanto vencedor el Club que posea más puntos.

9.ª           Las fechas en que se celebrarán los partidos deberán ser acordadas, por los secretarios de los Clubs inscriptos, durante la primera decena del mes de Enero del próximo año de 1901, siendo irrevocables los acuerdos que se tomen.

10.       En la hoja de inscripción deberá figurar el nombre y apellido de los jugadores que formarán el “team” de cada Club, junto con los suplentes.

11.          Si un Club no concurriese, en la fecha prefijada por los secretarios respectivos, al partido, se entenderá que da por perdido el mismo, contándose dos puntos á favor del concurrente.

D. Alfonso Macaya. Promotor del campeonato que lleva su nombre.

D. Alfonso Macaya.
Promotor del campeonato que lleva su nombre.

De esta manera nacía el que sería el PRIMER CAMPEONATO OFICIAL EN CATALUÑA (más tarde sería reconocido como Campeonato de Cataluña) y, un detalle que se ha escapado a multitud de “Historiadores” : El “Concurso” estaba abierto a todos los clubes nacionales (Ver la cláusula 2ª) por lo que, también, se le puede considerar como PRIMER CAMPEONATO NACIONAL.

Inscripciones

Finalizado el plazo de Inscripciones (24 h. Del 31 de diciembre de 1900), se habían recibido las inscripciones y listas de componentes de los clubes (según se especificaba en la cláusula 10 de las bases) de las siguientes asociaciones:

CopaMacaya02

HISPANIA ATHLETIC CLUB (en adelante Hispania)

Enrique Morris, Fermín Lomba, Gustavo Green y Córdoba, H. Black, Alejandro Leigh, José Ortiz, Carlos Soley, Miguel Sanmartín, W. Gold, J. Hamilton, Samuel Morris, S. Soler, Luis Valls, Mariano Maspons, Ramón Pella, E. Brow, R. Maspons, Manuel Maspons, G. Ríos, M. Méndez y J. García (21 jugadores).

CopaMacaya03

SOCIEDAD ESPAÑOLA DE FOOT-BALL (en adelante Español)

Octavio Aballi, Joaquín Carril, Santiago Méndez, Telesforo Álvarez, Ángel Rodríguez, Enrique Montells, Rafael Balmes, Julián Mora, Ignacio Aracil, Luciano Lizárraga, Ángel Ruiz, Joaquín Rodríguez, Miguel Bernat, Antonio Ros, Mariano Golobardes, José Morell, Victoriano González, Antonio Solé, Eduardo Miquel y Marcelino Martino (20 jugadores). (Posteriormente, el secretario del Español informó que había ocurrido un error en uno de los nombres y debía de ser Joaquín Sánchez en lugar de Joaquín Rodríguez)

SOCIEDAD DEPORTIVA SANTANACH (en adelante Santanach)

Luis Garriga, Alberto Carsi, V. Soler, J. Rams, M. Garriga, J. Navarro, A. Santanach, E. Santanach, R. Yáñez, J. Suñer, J, Rovira, J. Moysi, J. Flo, F. Juliá, L. Félix, J. Mª Guilló y J. Rosich (17 jugadores).

CopaMacaya04

FOOT-BALL CLUB BARCELONA (en adelante Barcelona)

F. Bastow, A. Black, J. Ball, Manuel de Castellví, F. Cory, Pedro Cabot, W. J. Freeman, Juan Gamper, E. Goock-Oven, N. Girvan, Stanley Harris, José Llobet, N. Mauchen, Otto Maier, C. Machwurtk, Luis de Ossó, Juan Parsons, L. Puelles, Vicente Reig, I. Smart, N. Sprinbarck, Bartolomé Terradas, José María Torres, Arturo Witty, Gualterio Wild y Miguel Valdés. (26 jugadores).

SOCIEDAD FRANCO-ESPAÑOLA DE FOOT-BALL (en adelante Franco)

Puigdoller, Frocua, Legrand, Prevot, Folet, Dubois, Fosset, Yul, Fleury, Sirach, Briez, Weber, Vilá Stach, Varela, Tabarne, Pacareu, Martí, Gest, Reause, Rembert, Vesmicure, Abaton y Gradelet. (24 jugadores).

ASOCIACION DE UNIONISTAS DE FOOT-BALL DE TARRAGONA (en adelante Tarragona)

Eduardo Andreu, José Cerecedas, José Pons, Antonio Ríos, José Iborra, José Buxó, Roberto Guasch, Guillermo Tarin, Antonio López, Modesto Dalmau, J. Comaposada-Vasallo, P. Gatell, J. Molina, E. Somolinos, Pedro Redón, E. Faro, P. Montoya y Pablo Aymat. (18 jugadores).

A este último Club (Tarragona), en consideración a la distancia, se le concedió el presentar la lista de componentes por correo y fuera del plazo establecido.

No se inscribieron las sociedades de Barcelona: Catalá Foot-Ball Club, ni Aplech Escolar de Foot-ball; así como tampoco los Clubs de Madrid y Mallorca que habían sido convocados a participar.

Se designó un comité formado por los señores Schields, E. Witty y Urruela, que se encagaría de la designación de los árbitros y la resolución de los problemas que pudieran surgir durante la competición.

Calendario o, mejor… calendarios.

Para el 6 de enero de 1901 se había convocado a los secretarios de las sociedades inscritas para establecer el calendario de la competición que al ser en número de 6, se disputaría según el apartado 3 de las bases.

Aquí se produce otro de los grande errores históricos heredados: la reunión fue convocada en Els 4 Gats pero, a última hora, se cambió el lugar de la reunión y ésta se celebró en el Café Novedades. Por motivo de ese cambio de última hora, el representante del Franco-Español no acudió a la cita ya que, no habiendo sido advertido del cambio, se quedó esperando a sus compañeros en “Els 4 Gats”. Tampoco acudieron a la cita los representantes del Tarragona (por razones de distancia) y del Español por razones ignoradas.

Así pues, reunidos el 6 de enero de 1901 en el “Café Novedades” los secretarios del Hispania, Barcelona y Santanach, deciden la elaboración del calendario que queda así:

 

MES

DÍA

LOCAL

VISITANTE

Enero

13

Franco

Español

Enero

20

Barcelona

Santanach

Enero

27

Barcelona

Hispania

Enero

27

Santanach

Franco

Febrero

1

Franco

Barcelona

Febrero

3

Español

Santanach

Febrero

10

Barcelona

Español

Febrero

10

Hispania

Santanach

Febrero

17

Barcelona

Tarragona

Febrero

17

Hispania

Español

Febrero

24

Hispania

Tarragona

Febrero

24

Español

Franco

Marzo

3

Santanach

Barcelona

Marzo

3

Español

Tarragona

Marzo

10

Franco

Hispania

Marzo

10

Santanach

Tarragona

Marzo

17

Barcelona

Español

Marzo

19

Santanach

Español

Marzo

19

Franco

Tarragona

Marzo

24

Tarragona

Barcelona

Marzo

24

Santanach

Hispania

Marzo

25

Tarragona

Español

Marzo

31

Español

Hispania

Marzo

31

Franco

Santanach

Abril

7

Barcelona

Franco

Abril

7

Tarragona

Hispania

Abril

8

Tarragona

Santanach

Abril

8

Hispania

Franco

Abril

14

Tarragona

Franco

Abril

21

Hispania

Barcelona

Según el punto 9 de las bases: “los acuerdos tomados en dicha reunión de secretarios serán irrevocables”.

En el primer partido, previsto para el día 13, no se presenta el Franco-Español. Por otro lado, el capitán del Tarragona, señor Tarin, que acude a presenciar algunos encuentros a Barcelona, solicita jugar el primer partido en Tarragona el 10 de febrero. La Sociedad Española se fusiona con el F.C. Español y toma el nombre de éste último y el Santanach se disuelve, pasando la mayoría de sus jugadores al nuevo Español. Se pretendió cambiar la fecha del partido Barcelona-Hispania para el 13 pero el Barcelona se negó.

Todas estas vicisitudes provocan que el 17 de enero se celebre una nueva reunión, esta vez en el Café Continental, con la presencia de todos los secretarios y los miembros del comité, acordándose que, en caso de la disolución definitiva del Santanach, se permite a sus jugadores participar en las filas del Español y quedarían invalidadas las fechas en que se prevé que juegue el Santanach según el siguiente y definitivo calendario:

 

MES

DÍA

LOCAL

VISITANTE

Enero

20

Barcelona

Hispania

Enero

27

Barcelona

Español

Enero

27

Franco

Hispania

Febrero

2

Franco

Barcelona

Febrero

2

Español

Santanach

Febrero

3

Franco

Español

Febrero

10

Tarragona

Español

Febrero

10

Santanch

Hispania

Febrero

17

Barcelona

Tarragona

Febrero

17

Franco

Santanach

Febrero

24

Barcelona

Santanach

Febrero

24

Tarragona

Hispania

Marzo

3

Tarragona

Santanach

Marzo

3

Hispania

Franco

Marzo

10

Santanch

Franco

Marzo

10

Hispania

Español

Marzo

17

Tarragona

Barcelona

Marzo

17

Santanach

Español

Marzo

19

Español

Franco

Marzo

19

Hispania

Santanach

Marzo

24

Español

Barcelona

Marzo

24

Hispania

Tarragona

Marzo

25

Español

Tarragona

Marzo

25

Santanach

Barcelona

Marzo

31

Español

Hispania

Marzo

31

Tarragona

Franco

Abril

7

Barcelona

Franco

Abril

7

Santanach

Barcelona

Abril

8

Franco

Tarragona

Abril

14

Hispania

Barcelona

Desarrollo de la Competición (Todos los partidos)

20 enero 1901

Campo frente al Hotel Casanovas.

Barcelona 1 (N. Girvan)

Hispania 2 (Gustavo Green  y Córdoba (2))

Barcelona.- A. Black, W. J. Freeman, Juan Gamper, N. Girvan, E. Gook Oven, Otto Maier, N. Mauchen, Juan Parsons, Vicente Reig, Bartolomé Terradas, Miguel Valdés, Arturo Witty.

Hispania.- H. Black, W. Gold, Gustavo Green y Córdoba, Alejandro Leigh, Fermín Lomba, Enrique Morris, Samuel Morris, José Ortiz, Miguel Sanmartín, S. Soler, Carlos Soley.

Árbitro: J. Ball del Barcelona.

Tras no pocas vicisitudes (se infringió el artículo 9º en el que se especificaba que los acuerdos tomados en dicha reunión de secretarios serán irrevocables, se pretendió negar la inscripción de dos jugadores del Barcelona porque no llevaban 2 años residiendo en la ciudad, se admitió la lista de jugadores del Tarragona fuera de plazo, se comunicó al Barcelona el aplazamiento del primer partido contra el Hispania a lo que el Barcelona se negó, etc…), arranca el concurso con un partido en la cumbre entre los dos claros favoritos para el triunfo final ya que el que podía haber sido tercero en discordia (el Català), no llegó a inscribirse en el campeonato.

Antes de este primer partido de competición, Barcelona e Hispania se habían enfrentado en tres ocasiones durante la pretemporada y siempre había salido airoso el Hispania (empate a cero el 18/11/1900, victoria de los hispanienses 4-1 el 02/12/1900 y nueva victoria por 2-0 el 16/12/1900) y el Barcelona quería tomar cumplida venganza en el concurso que había organizado el propio Hispania.

Los dos principales medios escritos de la época en Barcelona que se ocupaban de los eventos deportivos y del incipiente sport del foot-ball, tomaron partido por uno y otro contendientes a lo largo de todo el campeonato: mientras el diario La Vanguardia se decantaba por el Hispania, el semanario Los Deportes, lo hacía por el Barcelona por lo que nos ha llegado una visión más o menos neutral si realizamos una extrapolación de ambos medios. En cuanto a la prensa tarraconense, parecía decantarse a favor del Hispania debido a las buenas relaciones que el equipo de Tarragona tenía con los organizadores del certamen.

El encuentro despertó un enorme interés entre los curiosos que se congregaron en las líneas del campo y entre ellos se encontraban varios componentes del resto de equipos participantes en la Copa Macaya y otros del Català, dispuestos a disfrutar de un buen espectáculo.

Le correspondió al Hispania jugar contra el sol y no pudo disponer de su jugador J. Hamilton que se encontraba enfermo y destacan las crónicas de la época que la dureza en el juego empleada por el Barcelona, se vio desbordada por la destreza de los jugadores del Hispania. Fueron destacados los jugadores del Hispania: Samuel Morris (que actuó como puerta) y su capitán Gustavo Green y Córdoba. Por parte del Barcelona se destacó la actuación de Juan Gamper (capitán), Juan Parsons, Miguel Valdés, N. Mauchen y N. Girvan.

No estuvo exento de polémica el resultado del match ya que un grupo de aficionados (entre los que se encontraban el redactor de Los Deportes y el capitán del Català) apreciaron que el segundo gol del Hispania lo había introducido por supuesto sin intención un jugador del Barcelona en propia meta y, como todo el mundo sabe, eso hace que el gol sea ilegal por lo que se reservaban el derecho de reclamar tal circunstancia ante quien fuera preciso pero, como la decisión del referee era inapelable, quedó el resultado final de 1-2 como resultado definitivo.

El Hispania conseguía sus dos primeros puntos y el Barcelona quedaba a remolque a la espera de un tropiezo de sus rivales… que no llegaría.

Y así acababa el primer encuentro de competición de foot-ball disputado en España.

27 enero 1901

Campo frente al Hotel Casanovas.

Barcelona 4 (Juan Gamper (4))

Español 1 (Munner)

Barcelona.- A. Black, W. J, Freeman, Juan Gamper, N. Girvan, E. Gook Oven, Otto Maier, N. Mauchen, Juan Parsons, Vicente Reig, Bartolomé Terradas, Miguel Valdés, Arturo Witty.

Español.- Octavio Aballi, Telesforo Álvarez, Rafael Balmes, Joaquín Carril, Luciano Lizárraga, Enrique Montells, Munner, Ponz, Ángel Rodríguez, Joaquín Sánchez.

Árbitro: Kings

Tan solo en una ocasión (23/12/1900) se habían enfrentado el Barcelona y el entonces Sociedad Española de Foot-ball en partido amistoso y el mismo acabó en tablas (0-0) por lo que ahora que la Sociedad Española de Foot-ball se había fusionado con el F. C. Español, tomando el nombre de estos últimos y había absorbido a la mayoría de miembros de la disuelta S. D. Santanach, los componentes del Barcelona afrontaban el reto con cierto recelo temerosos que, de tener un nuevo tropiezo, perderían definitivamente la estela del Hispania; por su parte, el Español estaba dispuesto a comenzar el concurso con una victoria que dejase intactas sus aspiraciones de cara al triunfo final.

Ante un numeroso gentío que ocupaba los límites del terreno de juego y las mesetas adyacentes, al Barcelona le tocó situarse frente al sol y al poco de comenzar el encuentro, el Español consigue el primer gol del match por mediación de Munner y aunque el gol fue protestado por los jugadores del Barcelona por considerar que se había conseguido en off side (como se ve, la cuestión viene ya de lejos), fue considerado como válido por el referee Sr. Kings, por lo que el mismo subió al marcador.

Viendo el Barcelona que se le escapaban dos nuevos puntos, se lanzó a un furibundo ataque , consiguiendo un bonito gol de cabeza el Sr. Juan Gamper a la salida de un corner al que siguieron tres más, conseguidos por el mismo jugador.

Destacaron las crónicas por el Barcelona a Gamper, cuestionando la entrega y la falta de combinación, pecando de excesivo individualismo al resto de los jugadores azulgranas.

Por parte del Español, merecieron ser destacados los Sres. Ponz, Joaquín Sánchez, Ángel Rodríguez y Munner y, en conjunto todo el equipo al que se auguran futuros éxitos en la competición.

Con este resultado, el Barcelona sumaba sus dos primeros puntos y comenzaba el acoso del Hispania, mientras el Español quedaba con su casillero sin estrenar.

27 enero 1901

Campo del Franco (junto al del Barcelona)

Franco 0

Hispania 10 (H. Black.(2), W. Gold (2), Gustavo Green y Córdoba (4), J. Hamilton, Enrique Morris).

Franco.- Delacour, Folet, Legrand, Leopold, Mignon, Pacareu, Puigdoller, Sirach, Varela, Vilá Stach, Weber.

Hispania.- H. Black, W Gold, Gustavo Green y Córdoba, J. Hamilton, Alejandro Leigh, Mariano Maspons, Enrique Morris, José Ortiz, Ramón Pella, G. Ríos, Miguel Sanmartín.

Árbitro: Desconocido.

Un nuevo conjunto, el Franco, entra en liza contra el organizador y gran favorito para alzarse con el campeonato. Antes de este encuentro entre ambos, ya se habían enfrentado anteriormente en partidos de entrenamiento (comenta La Vanguardia en su edición del 6 de enero de 1901: (…) la Sociedad Franco-española de Foot-ball, la cual ha tomado con tanto cariño este juego, que con los cuatro o cinco partidos que lleva jugados con el referido Hispania A. C. (…) aunque no sabemos qué resultados se dieron en dichos encuentros, no es difícil suponer que no serían muy favorables para el Franco.

De este partido solo se puede comentar que el Franco realizó grandes esfuerzos para contrarrestar las acertadas combinaciones de sus rivales, faltándoles además, la experiencia en la colocación en el terreno, viéndose superados en todo momento por un Hispania que sumaba su segunda victoria en el certamen mientras el Franco se resignaba a seguir aprendiendo.

Finalizada la segunda jornada (siempre hablaremos de jornadas incompletas), la clasificación está encabezada por el Hispania con 4 puntos en 2 partidos, seguido del Barcelona que cuenta 2 puntos en dos partidos mientras Español y Franco no han estrenado su casillero pese a haber disputado un encuentro cada uno y queda el Tarragona que todavía no ha entrado en la lid.

02 febrero 1901

Franco – Barcelona

Se aplaza hasta el 10 de febrero a petición del Barcelona en atención a sus jugadores ingleses ya que el mismo día previsto para el encuentro, se celebraban los funerales por la Reina de Inglaterra.

02 febrero 1901

Español – Santanach

No se disputa el encuentro por haberse retirado el Santanach antes de comenzar el concurso. Los puntos no se contabilizan.

03 febrero 1901

Campo del Franco (junto al del Barcelona)

Franco 0

Español 3 (Goleadores desconocidos)

Franco.- Alineación desconocida.

Español.- Alineación desconocida.

Árbitro: Desconocido.

No se habían enfrentado estos dos equipos con anterioridad si bien cada uno era plenamente consciente del papel que le tocaba desarrollar en el concurso y conocía su potencial y, mientras el Franco aspiraba a hacer un papel digno, el Español anhelaba sumar sus primeros puntos para no perder definitivamente el tren de cabeza.

Las crónicas de la época son muy parcas en los datos de este encuentro y solo hemos podido saber que el dominio del Español fue absoluto y que no habiéndose presentado en el lugar y hora señalados el Sr. Mauchan que debía dirigir el match como referee, actuó como tal uno de los presentes (de quien desconocemos el nombre) pero al encontrarse éste en una situación del juego que no supo resolver por desconocer las reglas del mismo, se nombró a un segundo entre los espectadores que quiso declarar nulo uno de los goles ya efectuados y comenzar de nuevo el partido por lo que hubo que nombrar a un tercero para que finalmente arbitrara el encuentro, lo que causó un gran malestar entre los jugadores del Español que se quejaron amargamente ante la organización sin obtener respuesta a sus quejas.

No disponemos de los datos del partido en cuanto a alineaciones ni goleadores.

Tras la disputa de este encuentro (único que se jugó en la tercera jornada), la clasificación continuaba encabezada por el Hispania (4 puntos en 2 partidos), Barcelona (2 puntos en 2 partidos), el Español tenía ahora 2 puntos en 2 partidos y Franco 0 puntos con 2 partidos y Tarragona sin haberse estrenado en la competición.

10 febrero 1901

Campo del Franco (junto al del Barcelona)

Franco 0

Barcelona 13 (Juan Gamper (9), N. Girvan, Juan Parsons (3)).

Franco.- Alineación desconocida. (Nota).

Barcelona.- A. Black, Juan Gamper, N. Girvan, Stanley Harris, Otto Maier, N. Mauchen, Juan Parsons, Vicente Reig, Bartolomé Terradas, Miguel Valdés, Arturo Witty.

Árbitro: Kings

También era la primera vez que se enfrentaban ambos conjuntos y nadie dudaba de la neta superioridad azulgrana aunque tampoco se esperaba que la diferencia se tradujese en 13 goles de diferencia que subieron al marcador y que se reflejó en letras de imprenta: Sobresale este match entre los celebrados hasta hoy día en ésta por el número de goles no obtenido en ningún otro.

Se cuenta que el Barcelona consiguió 15 goles pero se le anularon dos de ellos por ser conseguidos en off side y se alababa la actuación del goal keeper (portero) del Franco que evitó que entraran un gran número de pelotas y al resto del equipo del Franco por la exquisita amabilidad y cortesía que demostraron.

Nota.- No hemos podido averiguar la alineación presentada por el Franco en este partido en ninguna de las publicaciones consultadas si bien en el libro El Barça día a día, publicado en fascículos por El Mundo Deportivo, bajo la dirección de Jaime Nolla Durán aparece una alineación de este equipo que debemos rechazar o, como mínimo poner en entredicho, por tres razones fundamentales:

1.- La alineación que aparece en el citado libro correspondiente al Franco en este partido, es exactamente igual a la del partido de vuelta, disputado el 8 de abril con lo que resulta altamente sospechoso que en tres meses, un equipo modesto no variara ni uno solo de sus componentes.

2.- En la alineación aludida (y repetida) aparecen como jugadores del Franco: 6 jugadores que no estaban inscritos en ningún club al comienzo de la Copa Macaya y 5 jugadores pertenecientes al Español y, si bien es posible que algunos jugadores del Español pasasen a jugar en el Franco, ello sería a partir del 19 de marzo que es cuando el Español se retiró de la competición pero el Comité es poco probable que consentiría que jugadores de un equipo (¡nada menos que 5!), jugasen partidos de competición con otro; rematando la conclusión con que 3 de los supuestos jugadores del Español que disputaron este partido, jugaron ese mismo día a 100 Km de allí (en Tarragona). Tengamos en cuenta que estamos hablando del año 1901.

3.- Después de comprobar los destrozos históricos que el Señor Nolla realizó en el libro Ayer y Hoy del Fútbol Catalán, editado por la Federación Catalana de Fútbol en 1976 como supuesto 75 aniversario de la misma, en su capítulo I: Así nació el fútbol en Barcelona y en el que se refiere a la Copa Macaya, queda para mí deshabilitado en cuanto a fiabilidad histórica.

Por estas razones, estimo más honrado el que aparezcan alineaciones, goleadores o árbitros en blanco antes que inventarlos y prefiero presentar una historia con lagunas por falta de datos que presentar éstos sin la debida comprobación.

10 febrero 1901

Campo del ex-velódromo de Tarragona.

Tarragona 0

Español 2 (Miguel Bernat, Joaquín Sánchez)

Tarragona.- Eduardo Andreu, J. Comaposada-Vasallo, Roberto Guasch, José Iborra, Antonio López, Moret, Pallejá, José Pons, Antonio Ríos, Soler; Guillermo Tarin.

Español.- Telesforo Álvarez, Rafael Balmes, Miguel Bernat, Joaquín Carril, Luciano Lizárraga, Santiago Méndez, Enrique Montells, Ponz, Ángel Rodríguez, Joaquín Sánchez, Antonio Solé.

Árbitro: Carlos Soley (Jugador del Hispania)

Por pura lógica, al tratarse del primer concurso que se celebraba en España, los debuts eran cosa habitual pero en este partido se daban una serie de novedades extras.

Por un lado, era el primer partido oficial que disputaba el equipo de Tarragona ya que hasta esa fecha solo había disputado partidos de entrenamiento entre sus miembros, habiendo acudido alguno de sus miembros a Barcelona con anterioridad para presenciar algunos partidos y enterarse de las normas por las que se regía este nuevo sport.

Por otro lado era la primera vez que un equipo de la cuidad condal se desplazaba fuera de la provincia de Barcelona y cupo ese honor al Español que fue recibido en Tarragona con fervorosas muestras de admiración y expectación.

Desde que el Tarragona decidió presentar su inscripción al Concurso Copa Macaya, la prensa local se volcó con el equipo y propició que la ciudad entera se prestara a disfrutar de las evoluciones de los distinguidos sportmens que defendían el nombre de su ciudad contra los no menos distinguidos sportmens capitalinos. Los diarios La Opinión  y Diario de Tarragona, siguieron con profusión los avatares previos al match como la preparación del terreno de juego cedido por el Ayuntamiento (los entrenamientos se efectuaban en la plaza de toros) y los viajes y desvelos de los Sres. Guasch y Tarin para estar a la altura de tan magno acontecimiento (incluso una publicación eminentemente política como Lo Camp de Tarragona (Periòdich Catalanista), se hizo eco de este primer encuentro aunque después volvió a su línea y olvidó el concurso).

El pasado mes de marzo de 2001, se colocó una placa en la actual Plaza Corsini (donde había estado ubicado el ex-velódromo) recordando el centenario de este primer partido.

En cuanto a la disputa del partido, copiamos literalmente lo que dicen las publicaciones de la época (de Lo Camp de Tarragona transcribimos una traducción literal ya que se escribía en catalán).

Los Deportes. 17/02/1901: Recibimiento cariñoso efectuaron los “Aficionados unionistas de foot-ball de Tarragona” al “Club Español” de ésta, que acudió el domingo anterior a dicha ciudad para el match del concurso que se celebró en el terreno del ex Velódromo, convenientemente arreglado y cedido por el Ayuntamiento de la misma, midiendo unos 92 por 45 metros, dispuesto para que el sol no moleste de frente, pero con un ligero desnivel, alguna roca y un piso demasiado duro.

Alrededor del terreno se situaron los espectadores, ocupando seis filas de asientos que harían ascender a unas 4.000 las almas que allí comparecieron deseosas de presenciar los incidentes del juego.

A las tres y cuarto dióse comienzo al partido con empeñadas cargas por ambos bandos, que hacían las delicias de los espectadores, dedicando preferente atención el de “Tarragona” a la defensa que al ataque, lo que motivó no fuese un partido tan animado como hubiera podido resultar, habiendo salido vencedor el “Club Español” por dos goals efectuados por los Sres. Sánchez y Bernat.

Al primero de dichos señores le fue imposible jugar durante casi todo el match.

Formaron el team del “Club Español” los señores Balmes (goal keeper), T. Álvarez, Carril (backs), Solé, Lizárraga, Bernat (half-backs), S. Méndez, E. Montells, A. Rodríguez, J. Sánchez, A. Ponz (forwards).

Jugaron por el de “Tarragona” los Sres. Pallejá (goal keeper), Comaposada, López (backs), Moret, Tarín, Soler (half-backs), Ríos, Andreu, Guasch, Pous, Iborra (forwards).

Ofició de referee D. Carlos Soley.

Durante la estancia de los jugadores barceloneses fueron obsequiados convenientemente, no solo por los jugadores de Tarragona, si que también por los socios del “Club Velocipédico”, regresando a ésta muy satisfechos de las atenciones que les prodigaron.

Lo que no debió gustar mucho a los mismos, y debería procurar evitarse, fueron las ruidosas demostraciones que una nube de algunos centenares de chiquillos prodigó a los expedicionarios, durante el trayecto del Velódromo al “Club Velocipédico”.

La Vanguardia. 11/02/1901: Foot-ball.- Este atlético ejercicio, favorito en la actualidad de la juventud barcelonesa, mereció en la tarde de ayer la elevada distinción de ver su campo de acción notablemente ensanchado jugándose tres partidos o cuatro en esta capital al par que se celebraba otro en su capital de la provincia hermana, de Tarragona.

De estos dos partidos, dos correspondían al Certamen de la Copa Macaya, que fueron el jugado entre los Cubs Barcelona y Franco-Español y Tarragona y Español.

(…)

En el segundo, o sea Tarragona-Español sumamente disputado, logró el Club Español colocar dos “goals” a su contrincante por ninguno.

El número de “goals” y la destreza que actualmente posee el” C. Español” son prueba evidente de que los jugadores de Tarragona son esforzados y no faltos de alma y de vigor.

Los nombres de los vencedores en ambos partidos son los ya indicados en los anteriores partidos de la Copa en que han tomado parte.

La Vanguardia. 12/02/1901: El primer “team” del Club Español que ganó el domingo el partido jugado con el Club de Tarragona, lo formaban los señores: Méndez S., E. Montells, A. Rodríguez (cap.), J. Sánchez y A. Ponz (delante); R. Solé, S. Lizárraga y Mr. Bernat (medio), J. Carril y T. Álvarez (defensa) y R. Balmes (puerta). Los dos (goals) fueron tirados por Sánchez y Bernat respectivamente.

El “team” de la asociación de Unionistas de Tarragona que luchó con tesón y entusiasmo, pero algo falto de práctica, estaba formado por los señores: J. Ríos, E. Andreu, R. Guasch, S. Pons y J. Iborra (delante); L. Moreto, G. Tarin y A. Soler (medio); J. Comaposada y A. López (defensa) y J. Pallejá (puerta).

Tanto los señores que formaban el “team” del Club Español de ésta, como el juez Seim Soley y S. Morris, representantes del “H. Athletic Club” se hacen lenguas de las pruebas de aprecio y de la galantería que desplegaron los debutantes al par que entusiastas jugadores de Tarragona, a los cuales tendremos ocasión de aplaudir el próximo domingo en su partido contra el F. C. Barcelona en el terreno que posee éste, próximo al hotel Casanovas.

La Opinión. 12/02/1901: El partido de Football que tuvo lugar el domingo último por la tarde en el sitio en que estuvo establecido el velódromo de esta ciudad, resultó un suceso digno de estima, presenciado por una numerosísima concurrencia.

Oportunamente, publicaremos la reseña que ha hecho de él, nuestro redactor especial V. T. Rano.

La Opinión. 13/02/1901: De La Vanguardia de Barcelona de ayer tomamos lo que sigue:

Se reproduce textualmente lo reseñado en La Vanguardia de fecha 12/02/1901.

Diario de Tarragona. 12/02/1901: En la tarde del domingo se jugó en el paseo de Ronda la anunciada partida de foot-ball. Lucharon once blancos de Barcelona contra once azules de esta ciudad. Más de una hora costó a los primeros ganar el primer tanto, consiguiendo solo en las dos horas que duró el partido ganar los blancos dos tantos a pesar de ser más curtidos y prácticos en el citado juego, lo que prueba que nuestros paisanos supieron mantener bien alta su bandera.

Durante la partida sufrieron los jugadores de una y otra parte algunas contusiones ligeras, de las que afortunadamente no tardarán muchos días en curarse.

El domingo continuará la partida en Barcelona, trasladándose allí nuestros paisanos.

Diario de Tarragona. 13/02/1901: Dice La Vanguardia de Barcelona dando cuenta de la partida de foot ball jugada en esta ciudad:

Se reproduce textualmente lo reseñado en La Vanguardia de fecha 12/02/1901.

Lo Camp de Tarragona (Periòdich Catalanista). 17/02/1901: El domingo pasado fue un día de verdadero placer para todos los aficionados que en nuestra ciudad hay al sport inglés denominado Foot-Ball, con motivo de haberse jugado, en la explanada próxima a la Rambla de S. Joan, un interesante partido entre el Club Español de Barcelona y el Foot Ball Club de Tarragona.

El partido comenzó a las tres de la tarde habiendo entre los muchos concurrentes gran expectación para ver de quien sería la victoria.

Desde el principio ya demostraron los barceloneses que dominaban más el juego y que sabían conservar el lugar que a cada uno le corresponde, cosa que no tiene nada de extraño por lo mucho que han practicado; no obstante esa superioridad, tuvieron gran trabajo para ganar por dos goals, a los simpáticos tarragoninos, que lucharon con coraje y nobleza dejando el pabellón bien sentado.

Un aplauso enviamos al distinguido sportman señor Tarin a quien se debe la introducción de tan higiénico juego en Tarragona y la organización de la fiesta que acabamos de dar cuenta.

Y así fue como quedó en letras de imprenta para la posteridad, (ampliamente relatado) el primer partido de Foot-Ball disputado en Tarragona el 10 de febrero de 1901 y perteneciente al “Concurso Copa Macaya”.

Finalizada la 4ª jornada, la clasificación seguía encabezada, como desde el principio, por el Hispania (que no disputó ningún encuentro en la presente jornada), con 4 puntos en 2 partidos; le alcanzaban Barcelona y Español con 4 puntos pero con tres partidos cada uno y cerraban Franco y Tarragona con 0 puntos si bien el Franco había disputado 3 partidos y el Tarragona solo 1.

17 febrero 1901

Barcelona – Tarragona (Aplazado)

El Tarragona anunció al Barcelona que, por enfermedad de algunos jugadores, se veía imposibilitado de acudir a disputar el match del concurso, indicando la conveniencia de aplazarlo para el 3 del próximo marzo, cuya fecha fue aceptada por el Barcelona.

17 febrero 1901

Franco – Santanach

No se disputa el encuentro por haberse retirado el Santanach antes de comenzar el concurso. Los puntos no se contabilizan.

La 5ª jornada no se disputó ya que el único encuentro programado fue aplazado a petición del Tarragona y, por tanto, la clasificación del Concurso no sufre ninguna variación con respecto a la semana anterior.

24 febrero 1901

Barcelona – Santanach

No se disputa el encuentro por haberse retirado el Santanach antes de comenzar el concurso. Los puntos no se contabilizan.

24 febrero 1901

Campo del ex-velódromo de Tarragona.

Tarragona 0

Hispania 5 (Goleadores desconocidos).

Tarragona.- J. Comaposada-Vasallo, Modesto Dalmau, E. Faro, Roberto Guasch, José Iborra, Pallejá, José Pons, Antonio Ríos, Soler, Guillermo Tarin.

Hispania.- H. Black, Alberto Carsi, W. Gold, J. Hamilton, Fermín Lomba, Enrique Morris, Samuel Morris, José Ortiz, G. Ríos, Miguel Sanmartín, S. Soler, Carlos Soley.

Árbitro: Desconocido.

Aquí reproducimos textualmente el artículo aparecido en La Vanguardia del 26 de febrero que refleja fielmente el ambiente que se vivió en la jornada del domingo:

Foot-Ball.- Todavía resuenan en nuestros oídos los ¡vivas y hurras! de entusiasmo con que el público tarraconense premió el pasado domingo a los intrépidos jugadores de aquella y de esta capital por su competido «match» de la copa Macaya y partido mixto de la tarde.

El primero se jugó a petición de los señores aficionados de aquella simpática ciudad a las nueve, y luego de común acuerdo se combinó para las quince un partido en el que los delanteros del “H. Athlétic Club» jugaban contra medios y defensa del mismo, apoyados por la defensa del Club de Tarragona.

En el primer partido o «match» de la copa los aficionados de aquella capital hicieron todo lo posible para que resultase interesante en varias ocasiones una lucha que, según expresión gráfica de los mismos jugadores, se desarrollaba entre maestros y discípulos. Éstos resultan aprovechados de verdad, y no sería de extrañar que el día de mañana los discípulos dieran alguna lección a sus maestros de hoy.

El partido quedó en cinco «goals» a favor del «H. Athlétic Club», viendo éste por tanto aumentado el número de puntos a su favor en dos más.

(…)

Al espacioso terreno del ex-velódromo que poseen los aficionados de aquella ciudad, situado en el extremo de la espléndida Rambla, acudió un gentío inmenso; «todo el Tarragona» que se divierte y gusta de las fiestas de sport que no es poco por cierto, se dio cita en la esplanada deliciosa que, como hemos indicado, tiene por la parte de la ciudad el límite de la Rambla y por el lado opuesto la fértil campiña tan renombrada, y en sus límites las nevadas cumbres de la Mola, Puigcerver y otras de aquella cordillera, que contribuían al esplendor de la fiesta con su pintoresca perspectiva.

Con tales alicientes es ocioso ponderar el entusiasmo que se apoderó de todos los jugadores durante el partido de la tarde; todos sin distinción se multiplicaban para acudir a los puntos amenazados o para transportar con febril actividad la pelota de un punto del campo, asaz defendido, a otro menos resguardado. Se distinguió el «goal keeper» de Tarragona señor Faro, quien defendió la puerta roja con un brío y agilidad poco comunes, como también los señores Guasch y Tarin.

Terminado este partido y rebosando entusiasmo todos los jugadores, al par que alegría y fraternal amistad, los jugadores de Tarragona y Barcelona se dirigieron todos al Club Velocipedista para efectuar el cambio de traje y el no menos delicioso cambio de impresiones.

A la hora de cenar se reunieron los esforzados aficionados de aquella y de esta capital en el Hotel de París, donde al descorcharse el champagne el infatigable «leader» de Tarragona, deportivo señor Tarin, improvisó un brindis saturado de entusiasmo y de cariño por el juego que nos ocupa, e hizo votos por que otro año los que hoy son discípulos (que consideramos aventajados) puedan pasar a la categoría de maestros y hasta llegar a vencer a sus actuales preceptores los diestros y elegantes jugadores del «H. A. C.» Allí presentes. Un ¡hurra! formidable y estrepitosos aplausos acogieron las elocuentes y enérgicas frases del príncipe de los sports de Tarragona, siendo contestado por los señores Ortiz, Lomba y Green, reinando durante el resto de la cena la mayor cordialidad y expansión entre rojos y azules. Asistieron a la comida, además de dicho señor Tarin el distinguido sportivo señor Guasch y los señores Faro, Iborra, Comaposada, Rius y otros, cuyos nombres sentimos no recordar.

El día 24, en suma, es de los que no se olvidan fácilmente y si los tarraconenses recuerdan y comentan con frucción la destreza y habilidad de sus visitantes, los socios del «H. A. C.», éstos en cambio conservarán grabadas en su alma las agradables impresiones que de los jugadores tarraconenses se trajeron a Barcelona, por su firmeza y valentía en el juego y la caballerosidad y delicadeza en el trato particular.

Un detalle para terminar: hallándose ocupados todos los coches de primera de que se componía el expreso de Madrid, el jefe de la estación, atendiendo una ligera indicación de los jóvenes de Tarragona aficionados al «foot-ball», ordenó el enganche de dos coches más destinados a los 16 socios visitantes del «H. A. C.». Cuando el humo de la máquina se cernía sobre las afueras de la población, resonaban aún los gritos de entusiasmo cruzados entre los azules y los rojos.

La prensa tarragonina preparó el avant-match piropeando a los jugadores del Hispania como equipo invencible hasta ahora y solicitando el apoyo del público. Tras el encuentro, se limitaron a transcribir literalmente el texto aparecido en La Vanguardia y repetido en esta misma crónica.

Apartándonos del rigor histórico (cosa que no nos complace pero que en el presente caso es imprescindible), la rumorología popular atribuye a que, en la celebración tras el partido, los representantes del Hispania comentaron a sus colegas de Tarragona que el Barcelona les esperaba la semana siguiente para ridiculizarlos con el fin de demostrar que eran superiores al propio Hispania (no olvidemos que la gestación del equipo de Tarragona contó en todo momento con el padrinazgo del Hispania y que, en cierto modo, ejercieron como maestros suyos) y, a la vez que se estrechaban los lazos Tarragona-Hispania, se provocaba un distanciamiento Tarragona-Barcelona. Lógicamente, de todo esto no ha quedado nada escrito pero el desarrollo de jornadas posteriores, da validez a esta versión.

Finalizaba una jornada más (la 6ª) con la celebración de este único encuentro por lo que el Hispania volvía a destacarse en cabeza con 6 puntos en 3 partidos mientras Barcelona y Español, con tres partidos disputados, seguían con 4 puntos y Franco y Tarragona continuaban sin estrenarse en el puntómetro con 3 y 2 partidos respectivamente.

03 marzo 1901

Tarragona – Santanach

No se disputa el encuentro por haberse retirado el Santanach antes de comenzar el concurso. Los puntos no se contabilizan.

03 marzo 1901

Barcelona – Tarragona (este encuentro debía haberse disputado el 17 de febrero y fue aplazado en su día)

Se trataba de la primera vez que un equipo de fuera de Barcelona acudía a la ciudad condal para disputar un partido y por tal motivo, el Barcelona había preparado una serie de actos festivos para recibir a tan osados sportmens.

El Barcelona había preparado dos breacks para el traslado hasta el terreno de juego y un lunch para después del partido en el Hotel Casanovas proponiéndose obsequiarles en los Reales Clubs de Regatas: Club Velocipédico, Velo Club y otras sociedades ciclistas y gimnásticas que pensaban visitar; incluso se programó el otro encuentro de concurso entre el Franco y el Hispania para jugarse por la mañana para que sus componentes pudieran acudir al encuentro de la tarde a recibir y presenciar el juego de los Tarraconenses.

Pero el Tarragona no emprendió el viaje, muy probablemente por el miedo escénico que les habían inculcado los expedicionarios del Hispania en la anterior visita de éstos a Tarragona y el Barcelona hubo de suspender los actos festivos que había preparado y la orquesta que había dispuesta, amenizó el encuentro de entrenamiento que disputaron el 1º y 2º equipos del propio Barcelona.

Se producía así el primer forfait del “concurso” (desgraciadamente no sería el último) y, atendiendo al punto 11 de las bases, se le asignaban los 2 puntos en juego al Barcelona.

Curiosamente, la prensa de Tarragona obvió tanto el presunto viaje como el forfait del equipo.

03 marzo 1901

Campo Frare Blanch

Hispania 14 (H. Blach.(3), Gustavo Green y Córdoba (3), J. Hamilton (6), Fermín Lomba, Enrique Morris).

Franco 0

Hispania.- H. Black, Gustavo Green y Córdoba, J. Hamilton, Fermín Lomba, Mariano Maspons, M. Méndez, Enrique Morris, Samuel Morris, José Ortiz, Ramón Pella, G. Ríos, Miguel Sanmartín.

Franco.- Legrand, Sirach, Weber, Vilá Stach, Pacareu, Martí, Delacour, Leopold, Tenet, Gaston y Florit.

Árbitro.- A. Serra

Era éste el primer partido que el Hispania disputaba en su campo (solo disputó este encuentro en este terreno de juego) y, además, era el primer partido de la 2ª vuelta (en pura teoría, ya que el calendario no se estableció como ida y vuelta), más bien cabría decir que era el primer partido en el que se repetían los contrincantes.

El Hispania no tuvo miramientos con los sparrings del Franco y, entrando en una dinámica de plena competitividad con el Barcelona, le arrebató el record de goles que habían conseguido estos últimos y lo fijó en un escandaloso 14-0, a pesar del fuerte viento que deslució el espectáculo.

Llegado el final de la 7ª jornada en la que participaron? Hispania, Barcelona, Franco y Tarragona, el Hispania seguía firme en cabeza (8 puntos en 4 partidos), después el Barcelona (6 puntos en 4 partidos), Español (4 puntos en 3 partidos), Franco (0 puntos en 4 partidos) y Tarragona (0 puntos en 3 partidos).

10 marzo 1901

Santanach – Franco

No se disputa el encuentro por haberse retirado el Santanach antes de comenzar el concurso. Los puntos no se contabilizan.

10 marzo 1901

Campo de la calle Muntaner

Hispania 2 (Goleadores desconocidos)

Español 0

Hispania.- Alineación desconocida.

Español.- Alineación desconocida.

Árbitro.- Kings

Estrenaba campo el Hispania y por tal motivo se reunió el todo sport de Barcelona, incluidos los miembros del comité del concurso y el propio D. Alfonso Macaya.

El partido fue un auténtico desastre pues el Español quemaba uno de sus últimos cartuchos para poder acceder a la cabeza si derrotaba al Hispania y planteó una seria disputa ante sus rivales, empleándose estos últimos con tal dureza que 2 de los jugadores del Español tuvieron que abandonar el terreno de juego por sendas lesiones.

El terreno, recién estrenado, tenía una ligera inclinación en varios puntos, los marcos de las porterías cayeron por 2 veces y ante tal cúmulo de despropósitos, el Español optó por retirarse del campo antes de la finalización del match pensando en elevar una protesta ante el comité de competición pero desistiendo de ello ante el comentario de un jugador del equipo del Hispania en el sentido de que el comité siempre fallaría a favor del Hispania.

El resultado final se vio envuelto en un auténtico misterio. La prensa de la época no se ponía de acuerdo indicando unos que el resultado fue de 1-0 favorable al Español, otros daban como resultado final el de 1-1 y otros el de 2-0 favorable al Hispania; ello nos puede dar una idea de cómo se desarrolló el partido. Por fin, oficialmente, el Sr. Kings, como referee inapelable del match “ha decidido las cuestiones del último domingo, declarando 2 goals del ‘Hispania’ válidos y ninguno del ‘Español’”. (Los Deportes, 17/03/1901).

Con la disputa? de este único encuentro, finalizaba la 8ª jornada y, a trancas y barrancas y con toda la polémica del mundo, el Hispania se afianzaba en cabeza con 10 puntos en 5 partidos y a continuación: Barcelona (6 puntos en 4 partidos), Español (4 puntos en 4 partidos), Franco (0 puntos en 4 partidos) y Tarragona (0 puntos en 3 partidos).

17 marzo 1901

Campo del ex-velódromo de Tarragona

Tarragona 0

Barcelona 18 (A. Black(3), Juan Gamper (9), N. Mauchen, Juan Parsons (2), Bartolomé Terradas, Arturo Witty (2)).

Tarragona.- Eduardo Andreu, Ballarino, J. Comaposada-Vasallo, Modesto Dalmau, E. Faro, Roberto Guasch, José Iborra, Pallejá, José Pons, Antonio Ríos, Guillermo Tarin.

Barcelona.- A. Black, Pedro Calbot, Juan Gamper, N. Girvan, N. Mauchen, Juan Parsons, Vicente Reig, I. Samrt, Pedro Socias, Bartolomé Terradas, Miguel Valdés, Arturo Witty.

Árbitro.- Alberto Chaperón del Catalá.

Gélido recibimiento (al contrario que sus dos antecesores) tuvo la expedición azulgrana en Tarragona; quizás en parte propiciado por un día lluvioso y desapacible, presentándose únicamente G. Tarin a recibirlos y abandonándolos a su suerte para que visitaran la ciudad por sí mismos.

Tampoco el tiempo reinante auspició una buena entrada, siendo unos 600 espectadores los que acudieron a presenciar el match, siendo testigos de cómo el Barcelona vengaba la afrenta sufrida por el desplante de los tarraconenses tanto en el forfait que protagonizaron éstos como por el frío recibimiento; y lo hizo sobre el terreno de juego inflingiéndoles la mayor derrota que se ha conseguido en partido oficial, en España en campo contrario: 0-18 (*) y eso que, según las crónicas, el Barcelona no se empleó a fondo con un juego en el que no se desarrollaron excesivas cargas siendo elogiada la actuación del referee del encuentro que no tuvo excesivas complicaciones.

Se dice que el Barcelona marcó 9 goals en la primera parte del encuentro y otros 9 en la segunda y la ruptura definitiva de relaciones entre el Barcelona y el Tarragona quedó patente cuando ningún miembro del equipo tarragonino acudió a despedir a sus colegas a la estación ya que “sin duda, llegarían tarde a la estación” (Los Deporte, 24/03/1901).

Nota (*).- La mayor goleada en campo propio, se la endosó el Sevilla Football Club al Real Betis Balompié en la temporada 1917/1918 en el desempate de la primera eliminatoria del III Campeonato Regional del Sur. El resultado fue ¡¡22-0!! Aunque, por supuesto, dicho resultado tiene una explicación (para ampliar esta información, se recomienda leer el capítulo 24 del libro Historia y Estadística del Fútbol Español 1ª parte de Vicente Martínez Calatrava).

17 marzo 1901

Santanach – Español

No se disputa el encuentro por haberse retirado el Santanach antes de comenzar el concurso. Los puntos no se contabilizan.

La 9ª jornada recorta de nuevo las distancias en la cabeza: Hispania continúa con 10 puntos en 5 partidos, Barcelona se acerca con 8 puntos en 5 partidos, continuando el Español (4 puntos en 4 partidos), Franco (0 puntos en 4 partidos) y Tarragona (0 puntos en 4 partidos).

19 marzo 1901

Español – Franco

Llega la hora de comenzar el encuentro y sale el Español a disputarlo pero no se presenta el equipo del Franco ni tampoco el árbitro designado. Según el punto 11 de las normas del concurso, se le otorgan al Español los 2 puntos en juego.

El Español, después de los incidentes de su partido contra el Hispania y siendo la segunda vez que no se presenta el árbitro en su terreno, decide retirarse de la competición. El comité acuerda dar por ganadores a los equipos que deben enfrentarse a él en los partidos pendientes de la Copa.

También el Barcelona muestra su disconformidad con el favoritismo descarado del comité hacia el Hispania y por los graves problemas de organización e incluso hace un amago de retirada pero, teniendo posibilidades de forzar un desempate final con el Hispania, reconsidera su postura y permanece en la competición.

19 marzo 1901

Hispania – Santanach

No se disputa el encuentro por haberse retirado el Santanach antes de comenzar el concurso. Los puntos no se contabilizan.

Sin haberse disputado ningún encuentro, en esta 10ª jornada el Español se ha encontrado con 2 nuevos puntos quedando: Hispania (10 puntos en 5 partidos), Barcelona (8 puntos en 5 partidos), Español (6 puntos en 5 partidos), Franco (0 puntos en 5 partidos) y Tarragona (0 puntos en 4 partidos).

24 marzo 1901

Español – Barcelona

Habiéndose retirado el Español de la competición, se le considera como no presentado y, por tanto, se le adjudican los dos puntos al Barcelona.

24 marzo 1901

En el campo de la calle Muntaner

Hispania 5 (Goleadores desconocidos)

Tarragona 0

Hispania.- Desconocido

Tarragona.- Desconocido

Árbitro.- Manchan.

Este fue el único de los 5 partidos que se había comprometido el Tarragona a disputar en Barcelona que llegó a celebrase (si bien es cierto que uno de ellos, contra el Santanach no se disputó por retirada del equipo contrario antes de comenzar el concurso y contra el Español, previsto para el día siguiente al que nos ocupa, sí estaba dispuesto a concurrir el Tarragona pero tampoco se disputó por haberse retirado el Español).

A pesar de esta circunstancia histórica, la prensa de Tarragona no realizó ninguna referencia al match y aunque la prensa barcelonesa tampoco fue muy extensa en sus comentarios, vamos a reproducir textualmente lo que se escribió sobre él:

La Vanguardia. 25/03/1901: El campo de juego de la calle de Montaner, perteneciente al “Hispania Athlétic Club”, viose ayer completamente rodeado por una concurrencia tan numerosa como distinguida, con motivo de verificarse el segundo “match” de la copa Macaya, entre las sociedades “Asociación de Unionistas de football de Tarragona” y “H. Athlétic Club”.

Éste resultó sumamente agradable y distinguido. Tanto los delanteros como los medios y defensores de uno y otro bando se esmeraron en el juego, siendo sumamente difícil indicar los que más diestramente jugaron, pues en todos ellos hubo habilidades aplaudidas con entusiasmo o admiradas con asombro.

El “match” terminó por cinco “goals” favorables al “Hispania A. C.”, cuando ya el crepúsculo, con soplo frío, obligaba a los concurrentes a despejar el campo de juego. Actuó con la perfección acostumbrada, de juez, el señor Manchan árbitro, y jueces de línea lo fueron el señor Brown, por el “H. A. C.” Y el señor Manchan (hijo) por los aficionados de Tarragona.

El partido de ayer fue un nuevo lazo de unión en las simpatías que se profesan las dos atléticas sociedades actuantes y si en el campo cada jugador defendió con tesón los colores que ostentaba, en cambio terminado el “match” los jugadores de ésta hicieron objeto a sus visitantes de toda clase de agasajos, cumpliéndose una vez más el refrán que dice: “lo cortés no quita lo valiente.”

Hoy partirán nuevamente para su capital los gallardos jugadores de Tarragona, llevándose de ésta la buena impresión que les habrá causado el legendario juego directo y elegante del “H. A. C.” Al cual titulan en el colmo del entusiasmo su maestro en el “football”.

Entre la distinguida concurrencia que presenció la fiesta, además de una exquisita representación del bello sexo, notamos la presencia de muchos elementos deportivos de esta capital, entre los que recordamos los señores Bordons, Salazar, Zuñi, Leal, Alesson, Moyal, Murga y los jugadores de “Club Español de Foot-ball” en su mayoría.

Los Deportes. 31/03/1901: Celebrose en la propia tarde el match del concurso entre el “Club de Tarragona” y el “Hispania A. C.” En el terreno de éste de la calle de Muntaner.

A consecuencia de haber llegado a Barcelona únicamente 9 jugadores del “Club de Tarragona”, completóse su team con algunos de ésta, apuntándose al final del partido 5 goals el “Hispania Athletich Club”.

Tras la retirada del Español, la lucha por el triunfo final quedó definitivamente reservada a Hispania y Barcelona; al concluir la 11ª jornada, Hispania contaba con 12 puntos, Barcelona 10 y Español 6 (los tres con 6 partidos disputados?) mientras Franco y Tarragona continuaban con 0 puntos en 5 partidos.

25 marzo 1901

Español – Tarragona

Habiéndose retirado el Español de la competición, se le considera como no presentado y, por tanto, se le adjudican los dos puntos al Tarragona.

25 marzo 1901

Santanach – Barcelona.

No se disputa el encuentro por haberse retirado el Santanach antes de comenzar el concurso. Los puntos no se contabilizan.

A pesar de no haberse jugado ningún partido de la jornada 12ª, el Tarragona se encontraba con sus 2 primeros puntos como consecuencia del forfait del Español. La cabeza invariable: Hispania, 12 puntos en 6 partidos; Barcelona, 10 puntos en 6 partidos; Español, 6 puntos en 7 partidos; Tarragona, 2 puntos en 6 partidos superaba a Franco que contaba 0 puntos en 5 partidos.

31 marzo 1901

Español – Hispania

Habiéndose retirado el Español de la competición, se le considera como no presentado y, por tanto, se le adjudican los dos puntos al Hispania.

31 marzo 1901

Tarragona – Franco

El concurso ha perdido casi todo su interés ya que solo Hispania y Barcelona cuentan con posibilidades de alzarse con el triunfo final; los equipos comparsa no están dispuestos a realizar gastos inútiles y, por tanto, no se presenta el Franco en el terreno del Tarragona con lo que se le adjudican los dos puntos al Tarragona.

Se cumple una nueva jornada (la 13ª) sin que se dispute ningún encuentro pero con alteraciones en las puntuaciones que quedan: Hispania (siempre en cabeza) con 14 puntos en 7 partidos; Barcelona (eterno segundo) con 10 puntos en 6 partidos; Español (que ha terminado su participación?) con 6 puntos en 8 partidos; Tarragona (asombrosamente huido de la cola) con 4 puntos en 7 partidos y Franco (abocado a ser colista) con 0 puntos en 6 partidos.

07 abril 1901

Campo frente al Hotel Casanovas.

Barcelona 14 ( A. Black (2), Juan Gamper (8), Juan Parsons (3),Arturo Witty).

Franco 0

Barcelona.- A. Black, Juan Gamper, N. Girvan, N. Mauchen, Juan Parsons, Vicente Reig, Bartolomé Terradas, Miguel Valdés, Gualterio Wild, Arturo Witty.

Franco.- Desconocido (Ver nota del partido de ida, Barcelona – Franco, celebrado el 10 de febrero de 1901).

Árbitro.- J. Hamilton del Hispania

Ante la evidente superioridad del Barcelona, éste ofrece jugar el partido a 60 minutos ya que no podía utilizar jugadores que no estuviesen en la lista inicial y no era de caballeros el no dar de sí todo lo que eran capaces. Se aceptó la propuesta y, en 60 minutos, se consiguieron ¡14 goles!

07 abril 1901

Santanach – Tarragona

No se disputa el encuentro por haberse retirado el Santanach antes de comenzar el concurso. Los puntos no se contabilizan.

08 abril 1901

Franco – Tarragona

Devolviendo la cortesía que tuvo el Franco en su no visita al terreno del Tarragona, en esta ocasión no se presenta el Tarragona en el campo del Franco, consiguiendo éste la adjudicación de sus únicos 2 puntos.

Esta 14ª jornada (que estaba programada para domingo y lunes), aclaró definitivamente el panorama y dejaba todo pendiente del último partido entre Hispania y Barcelona; si este último conseguía la victoria, forzaría la disputa de un partido de desempate que otorgase definitivamente el campeón. A la espera de dicho partido, la clasificación la encabezaban Hispania con 14 puntos en 7 partidos y Barcelona con 12 puntos e igual número de encuentros y, habiendo finalizado su participación con 8 encuentros, quedaban: Español con 6 puntos, Tarragona con 4 y Franco con 2; estos dos últimos habían conseguido sus puntos en los despachos.

14 abril 1901

En el campo de la calle Muntaner

Hispania 1 (1 jugador del Barcelona sin determinar en propia puerta)

Barcelona 1 (Juan Gamper)

Hispania.- W. Gold, Gustavo Green y Córdoba, J. Hamilton, Alejandro Leigh, Fermín Lomba, Enrique Morris, Samuel Morris, José Ortiz, G. Ríos, Miguel Sanmartín, S. Soler.

Barcelona.- A. Black, Juan Gamper, N. Girvan, José Llobet, N. Mauchen, Juan Parsons, L. Puelles, Vicente Reig, Bartolomé Terradas, Miguel Valdés, Gualterio Wild, Arturo Witty.

Árbitro: Mauchen.

Como no podía ser de otra manera, el partido definitivo resultó altamente polémico. Para empezar, los jugadores del Barcelona elevaron una protesta por el tamaño de las porterías que, era obvio, resultaban mucho más pequeñas de lo reglamentado pero retiraron su protesta para poder disputar el encuentro. El Barcelona consiguió dos goles pero el segundo fue anulado porque, según el árbitro, el balón no traspasó la línea de meta. Finalmente se dio como resultado definitivo el de empate a un gol que otorgaba el trofeo en juego al Hispania.

Siendo éste el partido más importante del campeonato, no me resisto a la tentación de transcribir literalmente lo que de él dijeron los dos principales medios escritos de la época para que se compruebe el partidismo descarado de que hacían gala:

La Vanguardia. 15/04/1901: Notas de sport. La Fiesta deportiva de ayer. A las quince y media en punto dio comienzo en el campo de juego que el Hispania A. C. posee en la calle Muntaner, la primera parte de la misma, o sean las carreras a pie.

(…)

El viento sumamente molesto que reinó durante todo el día perjudicó en gran manera el match de foot-ball, como fundadamente entre los circunstantes se temía.

A las dieciseis se colocaron en línea de juego los once socios de los dos Clubs que se disputaban la posesión del campeonato de foot-ball en este año.

Entre los jugadores del Hispania Athlétic Club se notaba en sus delanteros viveza y destreza, más que exuberancia de fuerza física, por más que durante el partido demostraron no andar escasos de ella cuando los incidentes del juego lo requerían. En los medios resaltaban el valor y la decisión y en la defensa era de admirar la seguridad y la potencia en la devolución de la pelota.

Entre los del F. C. Barcelona en general se veía que eran más formados y con más edad que los primeros y por lo que a delanteros se refiere, si bien todos trabajaron con empeño, se observaba alguna desigualdad casi imperceptible durante la lucha.

Ésta resultó ruda y laboriosa por ambos bandos. Fue ofrecida la salida al simpático sportman señor Shields, presidente del Comité que ha actuado durante el Certamen y desde este instante, la pelota perdió su estabilidad y empujada por los rojos una veces, otros por los azules recorrió el campo en todas direcciones, remontando la atmósfera cuando un buen golpe acertaba a tirarla con energía.

Durante la primera parte de los dos en que se divide un match y en que el viento impidió completamente el desarrollo del juego limpio y elegante a que nos tiene acostumbrados el «Hispania A. C.», se logró por cada bando un «goal», siendo digna de toda alabanza la conducta enérgica e irreprochable observada por el juez árbitro durante la misma, la cual aconsejada por el comité, evitó con toda seguridad un espectáculo poco edificante. Dicho juez señor Mancha fue sumamente felicitado por la parte sensata de la concurrencia. Durante la segunda parte, previos los minutos de descanso en que se hicieron muchas profecías, el «Hispania» varió algún tanto su colocación en el campo, logrando, a pesar de jugar en esta parte contra sol y viento, dominar el juego como lo prueba el elecuente detalle de que dicho Club logró siete saques de unión, por tres el contrincante.

Se distinguió sobremanera el «half-back» señor Sanmartín por su seguridad y por la manera magistral como marcó al señor Gamper, induscutiblemente buen jugador para correr la pelota, por lo cual se conquistó aplausos. El joven capitán señor Green y Córdoba y el «goal» Keper señor Morris, el primero por su diestro trabajo y el segundo por no haber desmentido la fama de infranqueable de que viene precedido, también fueron sumamente felicitados.

Para terminar, dada la excepcional importancia del partido en que, como se puede deducir, resultó empate, y por su carácter de campeonato español, daremos a continuación los nombres de los señores jugadores que componían ambos teams.

El del Barcelona F.C. lo formaron Reig, goal Keper inmejorable, Girvan y Manchau Backs, Wild, Terradas y Valdés half backs, y Black, Llobet, Gamper, Witiy capitán y Parsons, forwards; juez de línea Chaperon.

El del H. Athlétic club era constituído por S. Morris, goal Keeper, Hamilton y Gold admirables en defensa y delante el primero; en la segunda parte, Ortiz, Sanmartín y Ríos medio, y Morris, Lomba, Green cap., Leigh y Black delante, cuyo team resulta, de los datos del concurso de foot-ball celebrado en Barcelona, el vencedor y propietario durante su mantenimiento en el año próximo, de la Copa ofrecida por don Alfonso Macaya y le serán adjudicadas las medallas que se han elaborado en esta capital. Actuó de linesman el Señor Kings por el H. A. C.

En resumen, de dicho partido sacamos la consecuencia de que el Club Barcelona ha adelantado mucho desde el primer match jugado el 20 de enero del corriente año, pero que la unión de los jugadores del H. A. C. Y su juego combinado y seguro han de asegurarles con dichos teams la victoria o a lo menos el empate. En el campo se vió a socios de todos los clubs deportivos de esta capital y a los de Tarragona que en su simpatía por Hispania no titubearon en emprender el viaje desde aquella hermosa capital.

Los Deportes. 21/04/1901: Defraudadas quedaron las esperanzas de los que creían que el premio del actual concurso correspondería a la importancia que algunos han pretendido darle con las denominaciones de valiosa copa artística, magnífica copa de oro, etcétera, habiéndose llegado hasta a dar detalles minuciosos y espléndidos de una magnífica copa de la que en nada se parece el objeto modernista que a última hora, el sábado, se expuso al público.

La larga duración del certamen (3, 5, 10 ó más años), la constitución de un Comité, los gastos de viaje a que se han visto obligados a efectuar los Clubs, y los que se originarán quizás en los sucesivos años, la forma de algún párrafo del reglamento, tan restringente, que ni en el extranjero se usa, y en especial los disgustos y molestias que ha ocasionado, eran motivos suficientes para creer que lo valioso y rico de la copa era verdadero.

Debió existir, sin duda, el temor a un fracaso, cuando a pesar de haberse hecho público dos meses atrás que la copa estaba ya en Barcelona, y a pesar de haber algún Club solicitado del Comité poder inspeccionar la tal copa (requisito que no le fue concedido) se esperó a exponerla al público cuando únicamente faltaba celebrar un match, o sea un día antes de su realización.

Para dar más aliciente al match definitivo del certamen, el “Hispania” organizó en el campo de la calle Muntaner para la tarde del domingo pasado unas

Carreras a pie

(…)

Match definitivo del Concurso

El terreno del “Hispania” de la calle Muntaner fue convenientemente señalado, habiendo sido también arreglado algo el piso del mismo, colocándose a su alrededor sillas para la concurrencia, que fue numerosa.

Notóse a simple vista lo diminutos que eran los goals del “Hispania”, por lo cual algunos socios del “F. C. Barcelona” quisieron cerciorarse de su medida, encontrando la falta de 1’75 metros de anchura y algunos centímetros de altura, respecto a las medidas reglamentarias, por lo cual el Capitán del “Barcelona” elevó la correspondiente protesta al referee y Comité, pero retiróla luego a su indicación y para no promover discusiones y disgustos.

Sobre el propio terreno se comentaba desfavorablemente que un Club como el “Hispania” desconociese el reglamento en lo que acerca los goals se refiere, mencionándose al propio tiempo que en el extranjero se formulan, y el referee acepta antes del match, protestas aunque sean de 5 ó 10 centímetros, quedando el Club que la formula en libertad de retirarla o no después. En caso de no efectuarlo, el match es nulo, teniendo que repetirse.

Acudieron a presenciar el match, suspendiendo sus partidos de ensayo, algunos jugadores del Tarragona y los Clubs “Catalá” y “Español”, luciendo éstos, al igual que los del “Barcelona”, en el ojal, lazos azules y encarnados, distintivo del “Bacelona” y en señal de simpatía al mismo.

A las 4 y 5 minutos el referee, Sr. Mauchen, dio la señal de comienzo, favoreciendo la suerte jugar a favor del viento y del sol al “Hispania”, por lo cual correspondió la salida al “Barcelona”, que la ofreció al Presidente del Comité Sr. Schilds.

A pesar de la desventaja de luchar contra tales elementos, especialmente el viento, que era molesto en alto grado, el “Barcelona” logró dominar durante la primera parte del juego, desarrollándolo en el terreno contrario y logrando durante la misma dos goals por uno el “Hispania”. Sin embargo, uno de los dos goals del “Barcelona” anulolo el referee, lo que motivó protestas de espectadores pertenecientes a varios Clubs, sosteniendo era perfectamente válido, habiéndose apreciado bien por estar colocados detrás de goal.

Los jugadores del “Barcelona” también así lo habían comprendido, trasladándose al centro del campo para efectuar de nuevo la salida, quedándose sorprendidos al ver no se les concedía, pero no protestando por saber que el fallo del referee es decisivo e inapelable (aunque sea equivocado). Solicitado el motivo de la anulación del goal, el referee manifestó que la pelota no había, a su parecer, pasado por el interior del marco.

En la segunda parte ningún goal se logró, habiéndose aplaudido las excelentes defensas que efectuó el “Barcelona” en los corners finales.

Ambos bandos lucharon con ardor, ateniéndose el” Hispania”, principalmente, a impedir el desarrollo del juego del Sr. Gamper, que constantemente estuvo marcado por dos jugadores del “Hispania”, y, a veces, por algunos más.

Lograron los dos goals del “Barcelona” los Sres. Gamper y Parsons, muy acertadamente. El del “Hispania” fue lanzado por un back del “Barcelona” sobre un jugador del propio bando que, involuntariamente, lo entró al goal.

En la segunda parte el “Hispania” cambió la colocación de algún jugador, pasando a fordward el Sr. Hamilton, creyendo sin duda que descansado y con su juego lograría efectuar el goal decisivo o algunos más, que no pudo lograr gracias a los backs y half backs del “Barcelona”.

El resultado del match, después de 90 minutos de juego, fue empate, es decir, no quedando vencedores ni vencidos, pero obteniendo uno de los plazos del concurso el “Hispania” por haber ganado el primer match del mismo.

El “Hispania quedó muy satisfecho del referee, no pudiendo quedarlo el “Barcelona”.

La declaración oficial fue de empate, pero la victoria moral y material fue para el “F. C. Barcelona” según opinión de la mayoría de los espectadores, siendo de lamentar que tal declaración oficial fuese fatal para el “Barcelona”, que por segunda vez ha tenido que aguantar arbitrariedades procedentes de un mismo origen, que han de servir de experiencia.

Por otra parte el citado empate da la supremacía al “F. C. Barcelona” con solo considerar que por la cuestión de la lista no pudieron formar parte del team algunos excelentes jugadores que actualmente posee, especialmente D. Jorge Meyer.

De esta forma terminaba el Concurso Copa Macaya, suscitando pasiones que con el paso de los años se irían acrecentando y con la victoria del Hispania en su trofeo.

RESUMEN DEL “CONCURSO”

El Concurso Copa Macaya fue instaurado por D. Alfonso Macaya que era Presidente de Honor del Hispania. Habían dos equipos (tres si contamos con el Catalá que no se inscribió) que podían optar a la conquista del trofeo: El Hispania y el Barcelona. Un tercer equipo, el Español, tenía alguna posibilidad de hacer un buen papel pero sin llegar a inquietar a los dos gallitos de la ciudad. El Santanach se inscribió para hacer bulto pero no pudo arribar a comenzar el campeonato y la nota exótica la pusieron dos equipos noveles (con más entusiasmo que posibilidades): el Franco y el Tarragona (éste último tenía añadido el hándicap que, siendo un equipo muy modesto, se comprometía a realizar 5 viajes a Barcelona con lo que ello suponía en el año 1901). A pesar de haber sido invitados, no se inscribieron los equipos de Madrid ni de Mallorca.

La propia organización ya previó que el torneo se lo disputarían el Hispania y el Barcelona ya que en las Bases del Certamen se establecía (claúsula 6ª) que El partido final definitivo de cada temporada se jugará en el campo que designe D. Alfonso Macaya, oferente de la copa, probablemente en el Hipódromo y, curiosamente, el calendario determinó que el último partido del Campeonato, lo disputarían Hispania y Barcelona.

Al tratarse del primer torneo oficial que se organizaba en España (queremos resaltar que el mismo estaba abierto a todos los Clubes españoles que se quisieran inscribir), no resulta extraño que la organización tuviese algunos problemas de interpretación y de autoridad, permitiendo a los equipos débiles lo que no consentían a los grandes (como el tema de las listas de inscritos) y, habiendo ofrecido el trofeo el Presidente de Honor del Hispania, tampoco es mucho de extrañar que algunas decisiones se decantaran a favor del Club organizador. Esto último provocó algunas airadas protestas y el abandono del Español.

LOS EQUIPOS: UNO A UNO

HISPANIA.- Desde el principio se vio que el trofeo se había encargado para sus vitrinas. La victoria en el partido inaugural contra su más directo rival: el Barcelona, le dio alas, contando sus encuentros por victorias. Sendas goleadas al Franco elevaron su moral y su mano izquierda, llevando para su causa al Tarragona, al que endosó dos derrotas por igual tanteo (5-0), junto al pobre triunfo contra el Español (2-0), le hicieron llegar al partido definitivo con todas sus aspiraciones intactas, resultando vencedor tras el empate definitivo (y polémico) contra el Barcelona.

No se deben restar méritos a su triunfo final ya que en todos los partidos disputados se hacía mención a su buen juego y su capacidad de triunfo.

BARCELONA.- El gran derrotado. La derrota de su primer partido contra el Hispania marcó el campeonato y, aunque fue batiendo a cuantos rivales se le ponían por delante, los continuos desagravios sufridos por la organización, a punto estuvieron de provocar su abandono pero, viendo que tenía posibilidades de alcanzar el triunfo final (podía haber provocado un partido de desempate si hubiese ganado el último match), aguantó hasta el último momento. Se esperaba bastante más de este equipo que si bien consiguió las mayores goleadas (computó 51 goles en 6 partidos que disputó), se le reprochó que algunos de sus jugadores no daban de sí todo lo que deberían.

ESPAÑOL.- Se presentaba como el tercero en discordia pero no encontró su sitio en el torneo. Tanto sus victorias ante el Franco y el Tarragona como sus derrotas ante Hispania y Barcelona, fueron con resultados discretos. Las nulas aspiraciones a un triunfo final y los continuos desprecios recibidos de la organización, lo llevaron a abandonar el concurso sin disputar todos los encuentros. Muy irregular en sus actuaciones como lo demuestran las dos victorias y dos derrotas en los cuatro partidos disputados (con 7 goles a favor y 6 en contra).

TARRAGONA.- Más entusiasmo que otra cosa tenían los deportistas de Tarragona cuando se inscribieron en el torneo; probablemente no sopesaron el gasto y desgaste que suponía el comprometerse a realizar 5 viajes a Barcelona en un periodo de, apenas, dos meses. La derrotas fueron cayendo una tras otra y, tras el tema poco claro de su mala relación con el Barcelona, solamente realizó un viaje a Barcelona para enfrentarse al Hispania y, aún así, ¡solo se presentaron 9 jugadores!. Disputó 4 partidos (tres en Tarragona contra Español, Hispania y Barcelona) y el ya citado en Barcelona contra el Hispania. La retirada del Español le favoreció con respecto al Franco ya que , merced a ella y a la no presentación del Franco en Tarragona, se encontró con 4 puntos de regalo.

FRANCO.- Al igual que el Tarragona, actuó de mera comparsa en este Campeonato. Sus partidos se contaron por derrotas y no se presentó en sus partidos contra Español y contra Tarragona (en parte por el desprecio que le hizo el propio Tarragona cuando le correspondía visitarle y en parte por el coste que suponía el desplazamiento hasta Tarragona). Cosechó grandes goleadas (70 goles en 5 partidos) aunque se libró del “honor” de la mayor de ellas que se adjudicó el Tarragona por 0-18.

SANTANACH.- No llegó a participar en el concurso y algunos de sus jugadores se enrolaron en las filas de otros equipos concurrentes al mismo.

EL TROFEO, O MEJOR… LOS TROFEOS

CopaMacaya05

Tampoco estuvo exento de polémica el trofeo que debía adjudicarse el que consiguiese vencer en tres ediciones del concurso.

Hasta el día anterior al match definitivo, no fue presentado en sociedad y, cuando lo hizo, no satisfizo las expectativas de quienes opinaban que resultaba poco ostentoso para tener que esperar, quizás, 10 ó 12 años para conseguirlo en propiedad.

Finalmente, el trofeo resultó ser dos trofeos: uno que se adjudicaba al vencedor de la edición en curso y que era la típica copa y un segundo trofeo que se adjudicaría en propiedad el Club que venciese en tres ediciones distintas del Concurso.

Finalmente, dado que la Copa Macaya solo se disputó en tres ediciones y, en cada una de ellas hubo distinto campeón (Hispania en la primera edición, Barcelona en la segunda y Español en la tercera), se habilitó una fórmula para otorgarlo al Club que (tras la tercera edición) hubiese obtenido mejores resultados con los otros campeones (reducido a Barcelona y Español ya que el Hispania se había disuelto) y, dado que el Español consiguió sobre el Barcelona cuatro victorias y un empate sobre cinco partidos disputados, se hizo acreedor de poseer el citado trofeo en propiedad.

 

TODOS LOS PARTIDOS JUGADOS (Y LOS NO JUGADOS)

Mes

Día

Local

 

Visitante

 

 

 

 

Mes

Día

Local

 

Visitante

 

 

Ene

20

Barcelona

1

Hispania

2

 

 

 

Mar

10

Hispania

2

Español

0

 

Ene

27

Barcelona

4

Español

1

 

 

 

Mar

17

Tarragona

0

Barcelona

18

 

Ene

27

Franco

0

Hispania

10

 

 

 

Mar

17

Santanach

R

Español

(1)

Feb

2

Español

Santanach

R

(1)

 

 

Mar

19

Español

Franco

np

(4)

Feb

3

Franco

0

Español

3

 

 

Mar

19

Hispania

Santanach

R

(1)

Feb

10

Franco

0

Barcelona

13

(2)

 

 

Mar

24

Español

np

Barcelona

(5)

Feb

10

Santanach

R

Hispania

(1)

 

 

Mar

24

Hispania

5

Tarragona

0

Feb

10

Tarragona

0

Español

2

 

 

Mar

25

Español

np

Tarragona

(6)

Feb

17

Franco

Santanach

R

(1)

 

 

Mar

25

Santanach

R

Barcelona

(1)

Feb

24

Barcelona

Santanach

R

(1)

 

 

Mar

31

Español

np

Hispania

(7)

Feb

24

Tarragona

0

Hispania

5

 

 

Mar

31

Tarragona

Franco

np

(8)

Mar

3

Tarragona

Santanach

R

(1)

 

 

Abr

5

Barcelona

14

Franco

0

Mar

3

Barcelona

Tarragona

np

(3)

 

 

Abr

5

Santanach

R

Tarragona

(1)

Mar

3

Hispania

14

Franco

0

 

 

Abr

8

Franco

Tarragona

np

(9)

Mar

10

Santanach

R

Franco

(1)

 

 

Abr

14

Hispania

1

Barcelona

1

(1).- Al retirarse el Santanach antes de comenzar el «Concurso», no se tienen en cuenta los
partidos que debía disputar.
(2).- Este partido se debía haber disputado el 02/02/1901 pero fue aplazado al 10/02/1901.
(3).- Este partido se debía haber disputado el 17/02/1901 pero fue aplazado al 03/03/1901,
al no presentarse el Tarragona, se le conceden los dos puntos al Barcelona.
(4).- No se presenta el Franco y se le conceden los dos puntos al Español.
(5).- El Español se había retirado pero el comité lo considera como «no presentado», por ello
se otorgan los 2 puntos al Barcelona.
(6).- El Español se había retirado pero el comité lo considera como «no presentado», por ello
se otorgan los 2 puntos al Tarragona.
(7).- El Español se había retirado pero el comité lo considera como «no presentado», por ello
se otorgan los 2 puntos al Hispania.
(8).- No se presenta el Tarragona y se le conceden los dos puntos al Franco.
(9).- No se presenta el Franco y se le conceden los dos puntos al Tarragona.

CLASIFICACION FINAL

 

Equipo Part Disp Gan Adj Emp Perd No Pr GolF GolC Punt
Hispania

8

7

6

1

1

0

0

39

2

13

Barcelona

8

6

4

2

1

1

0

51

4

11

Español

8

4

2

1

0

2

3

7

6

6

Tarragona

8

4

0

2

0

4

2

0

30

4

Franco

8

5

0

1

0

5

2

0

70

2

Part.- Partidos a disputar. Perd.- Disputados, perdidos.
Disp.- Partidos disputados No Pr.- No presentados.
Gan.- Disputados, ganados. GolF.- Goles a favor.
Adj.- Adjudicados sin disputar. GolC.- Goles en contra.
Emp.- Disputados, empatados. Punt.- Puntos.


Estadísticas:

Cuadros resumen de los distintos equipos a su paso por la primera edición del Concurso Copa Macaya

CUADRO RESUMEN DE LA ACTUACION DEL HISPANIA EN LA PRIMERA EDICIÓN DEL CONCURSO COPA MACAYA

PLANTILLA

20 de enero de 1901

27 de enero de 1901

10 de febrero de 1901

24 de febrero de 1901

03 de marzo de 1901

SUB

Barcelona- 1, Hispania- 2

Franco- 0, Hispania- 10

Santanach – , Hispania –

Tarragona- 0, Hispania- 5

Hispania- 14, Franco- 0

TOTAL

Juegan F C Juegan F C Juegan F C Juegan F C Juegan F C J F C
Black, H. Black, H. Black, H. 2 Black, H. (2) Black, H. 3 4 5
Brow, E.

SANTANACH

0
Carsi, Alberto (1)

Retirado de la competición

Carsi, Alberto (1) (2) 1
García, J. 0
Gold, W. Gold, W. Gold, W. 2 Gold, W. (2) 3 2
Green y Córdoba, Gustavo Green y Córdoba, Gustavo 2 Green y Córdoba, Gustavo 4 Green y Córdoba, Gustavo 3 3 9
Hamilton, J. Hamilton, J. 1 Hamilton, J. (2) Hamilton, J. 6 3 7
Leigh, Alejandro Leigh, Alejandro Leigh, Alejandro 2
Lomba, Fermín Lomba, Fermín Lomba, Fermín (2) Lomba, Fermín 1 3 1
Maspons, Manuel 0
Maspons, Mariano Maspons, Mariano Maspons, Mariano 2
Maspons, R. 0
Méndez, M. Méndez, M. 1
Morris, Enrique Morris, Enrique Morris, Enrique 1 Morris, Enrique (2) Morris, Enrique 1 4 2
Morris, Samuel Morris, Samuel 1 Morris, Samuel (2) Morris, Samuel 3 1
Ortiz, José Ortiz, José Ortiz, José Ortiz, José (2) Ortiz, José 4
Pella, Ramón Pella, Ramón Pella, Ramón 2
Ríos, G. Ríos, G. Ríos, G. (2) Ríos, G. 3
Sanmartín, Miguel Sanmartín, Miguel Sanmartín, Miguel Sanmartín, Miguel (2) Sanmartín, Miguel 4
Soler, S. Soler, S. No se contabilizan los puntos Soler, S. (2) 2
Soley, Carlos Soley, Carlos Soley, Carlos (2) 2
Valls, Luis 0

PLANTILLA

10 de marzo de 1901

19 de marzo de 1901

24 de marzo de 1901

31 de marzo de 1901

14 de abril de 1901

Hispania- 2, Español- 0

Hispania – , Santanach –

Hispania-5, Tarragona-0

Español – , Hispania –

Hispania- 1, Barcelona- 1

TOTAL

Juegan F C Juegan F C Juegan F C Juegan F C Juegan F C J F C
Black, H.    (3) (2)    (3) (2) (4) 4 5
Brow, E.    (3) (2)

SANTANACH

   (3) (2)

ESPAÑOL

0
Carsi, Alberto (1)    (3) (2)

Retirado de la competición

   (3) (2)

No se presenta

1
García, J.    (3) (2)    (3) (2) 0
Gold, W.    (3) (2)    (3) (2) Gold, W. 4 2
Green y Córdoba, Gustavo    (3) (2)    (3) (2) Green y Córdoba, Gustavo 4 9
Hamilton, J.    (3) (2)    (3) (2) Hamilton, J. 4 7
Leigh, Alejandro    (3) (2)    (3) (2) Leigh, Alejandro 3
Lomba, Fermín    (3) (2)    (3) (2) Lomba, Fermín 4 1
Maspons, Manuel    (3) (2)    (3) (2) 0
Maspons, Mariano    (3) (2)    (3) (2) 2
Maspons, R.    (3) (2)    (3) (2) 0
Méndez, M.    (3) (2)    (3) (2) 1
Morris, Enrique    (3) (2)    (3) (2) Morris, Enrique 5 2
Morris, Samuel    (3) (2)    (3) (2) Morris, Samuel 1 4 2
Ortiz, José    (3) (2)    (3) (2) Ortiz, José 5
Pella, Ramón    (3) (2)    (3) (2) 2
Ríos, G.    (3) (2)    (3) (2) Ríos, G. 4
Sanmartín, Miguel    (3) (2)    (3) (2)

Adjudicados los 2 puntos al

Sanmartín, Miguel 5
Soler, S.    (3) (2)

No se contabilizan los puntos

   (3) (2)

HISPANIA

Soler, S. 3
Soley, Carlos    (3) (2)    (3) (2) 2
Valls, Luis    (3) (2)    (3) (2) 0

F.- Goles a favor.                                   G.- Goles en contra                                                J.- Partidos jugados

(1).- Este jugador se había inscrito, originalmente, con el SANTANACH.

(2).- Se desconocen los goleadores en este partido.

(3).- Se desconoce la alineación en este partido.

(4).- El gol del Hispania lo consiguió un jugador del Barcelona (sin determinar) en propia puerta.

Nota.- Los datos TOTALES no están completos ya que faltan las alineaciones en dos partidos y los goleadores en tres.

 

CUADRO RESUMEN DE LA ACTUACION DEL BARCELONA EN LA PRIMERA EDICIÓN DEL CONCURSO COPA MACAYA

PLANTILLA

20 de enero de 1901

27 de enero de 1901

10 de febrero de 1901

24 de febrero de 1901

03 de marzo de 1901

SUB

Barcelona- 1, Hispania- 2

Barcelona- 4, Español- 1

Franco- 0, Barcelona- 13

Barcelona – , Santanach –

Barcelona – , Tarragona –

TOTAL

Juegan F C Juegan F C Juegan F C Juegan F C Juegan F C J F C
Ball, J. 0
Bastow, F. 0
Black, A. Black, A. Black, A. Black, A.

SANTANACH

TARRAGONA

3
Calbot, Pedro

Retirado de la competición

No se presenta

0
Castellví, Manuel de 0
Cory, F. 0
Freeman, W. J. Freeman, W. J. Freeman, W. J. 2
Gamper, Juan Gamper, Juan Gamper, Juan 4 Gamper, Juan 9 3 13
Girvan, N. Girvan, N. 1 Girvan, N. Girvan, N. 1 3 2
Goock Oven, E. Goock Oven, E. Goock Oven, E. 2
Harris, Stanley Harris, Stanley 1
Llobet, José 0
Machwurt, C. 0
Maier, Otto Maier, Otto Maier, Otto Maier, Otto 3
Mauchen, N. Mauchen, N. Mauchen, N. Mauchen, N. 3
Ossó, Luis de 0
Parsons, Juan Parsons, Juan Parsons, Juan Parsons, Juan 3 3 3
Puelles, L. 0
Reig, Vicente Reig, Vicente 2 Reig, Vicente 1 Reig, Vicente 3 3
Smart, I. 0
Socias, Pedro (1) 0
Sprinbarck, N. 0
Terradas, Bartolomé Terradas, Bartolomé Terradas, Bartolomé Terradas, Bartolomé 3
Torres, José María

Adjudicados los 2 puntos al

0
Valdés, Miguel Valdés, Miguel Valdés, Miguel Valdés, Miguel

No se contabilizan los puntos

BARCELONA

3
Wild, Gualterio 0
Witty, Arturo Witty, Arturo Witty, Arturo Witty, Arturo 3

 

PLANTILLA

17 de marzo de 1901

24 de marzo de 1901

25 de marzo de 1901

07 de abril de 1901

14 de abril de 1901

Tarragona-0,Barcelona-18

Español – , Barcelona –

Santanach – , Barcelona –

Barcelona– 14, Franco- 0

Hispania- 1,Barcelona- 1

TOTAL

Juegan F C Juegan F C Juegan F C Juegan F C Juegan F C J F C
Ball, J. 0
Bastow, F. 0
Black, A. Black, A. 3

ESPAÑOL

SANTANACH

Black, A. 2 Black, A. 6 5
Calbot, Pedro Calbot, Pedro

No se presenta

Retirado de la competición

1
Castellví, Manuel de 0
Cory, F. 0
Freeman, W. J. 2
Gamper, Juan Gamper, Juan 9 Gamper, Juan 8 Gamper, Juan 1 6 31
Girvan, N. Girvan, N. Girvan, N. Girvan, N. 6 2
Goock Oven, E. 2
Harris, Stanley 1
Llobet, José Llobet, José 1
Machwurt, C. 0
Maier, Otto 3
Mauchen, N. Mauchen, N. 1 Mauchen, N. Mauchen, N. 6 1
Ossó, Luis de 0
Parsons, Juan Parsons, Juan 2 Parsons, Juan 3 Parsons, Juan 6 8
Puelles, L. Puelles, L. 1
Reig, Vicente Reig, Vicente Reig, Vicente Reig, Vicente 1 6 4
Smart, I. Smart, I. 1
Socias, Pedro (1) Socias, Pedro (1) 1
Sprinbarck, N. 0
Terradas, Bartolomé Terradas, Bartolomé 1 Terradas, Bartolomé Terradas, Bartolomé 6 1
Torres, José María

Adjudicados los 2 puntos al

0
Valdés, Miguel Valdés, Miguel

BARCELONA

No se contabilizan los puntos

Valdés, Miguel Valdés, Miguel 6
Wild, Gualterio Wild, Gualterio Wild, Gualterio 2
Witty, Arturo Witty, Arturo 2 Witty, Arturo 1 Witty, Arturo 6 3

F.- Goles a favor.                                   G.- Goles en contra                                                J.- Partidos jugados

(1).- Este jugador no aparece en la lista original de inscritos.

 

CUADRO RESUMEN DE LA ACTUACION DEL ESPAÑOL EN LA PRIMERA EDICIÓN DEL CONCURSO COPA MACAYA

PLANTILLA

27 de enero de 1901

02 de febrero de 1901

03 de febrero de 1901

10 de febrero de 1901

10 de marzo de 1901

SUB

Barcelona- 4, Español- 1

Español – , Santanach –

Franco- 0, Español- 3

Tarragona- 0, Español- 2

Hispania- 2, Español- 0

TOTAL

Juegan F C Juegan F C Juegan F C Juegan F C Juegan F C J F C
Aballi, Octavio Aballi, Octavio    (3) (2)    (3) (2) 1
Álvarez, Telesforo Álvarez, Telesforo    (3) (2) Álvarez, Telesforo    (3) (2) 2
Aracil, Ignacio

SANTANACH

   (3) (2)    (3) (2) 0
Balmes, Rafael Balmes, Rafael 4

Retirado de la competición

   (3) (2) Balmes, Rafael    (3) (2) 2 4
Bernat, Miguel    (3) (2) Bernat, Miguel 1    (3) (2) 1 1
Carril, Joaquín Carril, Joaquín    (3) (2) Carril, Joaquín    (3) (2) 2
Golobardes, Mariano    (3) (2)    (3) (2) 0
González, Victoriano    (3) (2)    (3) (2) 0
Lizárraga, Luciano Lizárraga, Luciano    (3) (2) Lizárraga, Luciano    (3) (2) 2
Martino, Marcelino    (3) (2)    (3) (2) 0
Méndez, Santiago    (3) (2) Méndez, Santiago    (3) (2) 1
Miquel, Eduardo    (3) (2)    (3) (2) 0
Montells, Enrique Montells, Enrique    (3) (2) Montells, Enrique    (3) (2) 2
Mora, Julián    (3) (2)    (3) (2) 0
Morell, José    (3) (2)    (3) (2) 0
Munner (1) Munner (1) 1    (3) (2)    (3) (2) 1 1
Ponz (1) Ponz (1)    (3) (2) Ponz (1)    (3) (2) 2
Rodríguez, Ángel Rodríguez, Ángel    (3) (2) Rodríguez, Ángel    (3) (2) 2
Ros, Antonio    (3) (2)    (3) (2) 0
Ruiz, Ángel Ruiz, Ángel

No se contabilizan los puntos

   (3) (2)    (3) (2) 1
Sánchez, Joaquín Sánchez, Joaquín    (3) (2) Sánchez, Joaquín 1    (3) (2) 2 1
Solé, Antonio    (3) (2) Solé, Antonio    (3) (2) 1

 

PLANTILLA

17 de marzo de 1901

19 de marzo de 1901

24 de marzo de 1901

25 de marzo de 1901

31 de marzo de 1901

Santanach – , Español –

Español – , Franco –

Español – , Barcelona –

Español – , Tarragona –

Español – , Hispania –

TOTAL

Juegan F C Juegan F C Juegan F C Juegan F C Juegan F C J F C
Aballi, Octavio 1
Álvarez, Telesforo 2
Aracil, Ignacio

SANTANACH

FRANCO

ESPAÑOL

ESPAÑOL

ESPAÑOL

0
Balmes, Rafael

Retirado de la competición

No se presenta

No se presenta

No se presenta

No se presenta

2 4
Bernat, Miguel 1 1
Carril, Joaquín 2
Golobardes, Mariano 0
González, Victoriano 0
Lizárraga, Luciano 2
Martino, Marcelino 0
Méndez, Santiago 1
Miquel, Eduardo 0
Montells, Enrique 2
Mora, Julián 0
Morell, José 0
Munner (1) 1 1
Ponz (1) 2
Rodríguez, Ángel 2
Ros, Antonio Adjudicados los 2 puntos al

Adjudicados los 2 puntos al

Adjudicados los 2 puntos al

Adjudicados los 2 puntos al

0
Ruiz, Ángel

No se contabilizan los puntos

ESPAÑOL

BARCELONA

TARRAGONA

HISPANIA

1
Sánchez, Joaquín 2 1
Solé, Antonio 1

F.- Goles a favor.                                   G.- Goles en contra                                                J.- Partidos jugados

(1).- Este jugador no aparece en la lista original de inscritos.

(2).- Se desconocen los goleadores en este partido.

(3).- Se desconoce la alineación en este partido.

Nota.- Los datos TOTALES no están completos ya que faltan las alineaciones y goleadores en dos partidos.

 

CUADRO RESUMEN DE LA ACTUACION DEL TARRAGONA EN LA PRIMERA EDICIÓN DEL CONCURSO COPA MACAYA

PLANTILLA

10 de febrero de 1901

24 de febrero de 1901

03 de marzo de 1901

03 de marzo de 1901

17 de marzo de 1901

SUB

Tarragona- 0, Español- 2

Tarragona-0, Hispania-5

Tarragona – , Santanach –

Barcelona -, Tarragona –

Tarragona-0,Barcelona-18

TOTAL

Juegan F C Juegan F C Juegan F C Juegan F C Juegan F C J F C
Andreu, Eduardo Andreu, Eduardo Andreu, Eduardo 2
Aymat, Pablo

SANTANACH

TARRAGONA

0
Ballarino (1) Retirado de la competición

No se presenta

Ballarino (1) 1
Buxó, José 0
Cerecedas, José 0
Comaposada-Vasallo, J. Comaposada-Vasallo, J. Comaposada-Vasallo, J. Comaposada-Vasallo, J. 3
Dalmau, Modesto Dalmau, Modesto Dalmau, Modesto 2
Faro, E. Faro, E. Faro, E. 18 2 18
Gatell, P. 0
Guasch, Roberto Guasch, Roberto Guasch, Roberto Guasch, Roberto 3
Iborra, José Iborra, José Iborra, José Iborra, José 3
López, Antonio López, Antonio 1
Molina, J. 0
Montoya, P. 0
Moret (1) Moret (1) 1
Pallejá (1) Pallejá (1) 2 Pallejá (1) 5 Pallejá (1) 3 7
Pons, José Pons, José Pons, José Pons, José 3
Redón, Pedro 0
Ríos, Antonio Ríos, Antonio Ríos, Antonio

Adjudicados los 2 puntos al

Ríos, Antonio 3
Soler (1) Soler (1) Soler (1)

No se contabilizan los puntos

BARCELONA

2
Somolinos, E. 0
Tarin, Guillermo Tarin, Guillermo Tarin, Guillermo Tarin, Guillermo 3

 

PLANTILLA

24 de marzo de 1901

25 de marzo de 1901

31 de marzo de 1901

05 de abril de 1901

08 de abril de 1901

Hispania- 5, Tarragona- 0

Español – , Tarragona –

Tarragona – , Franco –

Santanach – , Tarragona –

Franco – , Tarragona –

TOTAL

Juegan F C Juegan F C Juegan F C Juegan F C Juegan F C J F C
Andreu, Eduardo    (3) (2) 2
Aymat, Pablo    (3) (2)

ESPAÑOL

FRANCO

SANTANACH

TARRAGONA

0
Ballarino (1)    (3) (2)

No se presenta

No se presenta

Retirado de la competición

No se presenta

1
Buxó, José    (3) (2) 0
Cerecedas, José    (3) (2) 0
Comaposada-Vasallo, J.    (3) (2) 3
Dalmau, Modesto    (3) (2) 2
Faro, E.    (3) (2) 2 18
Gatell, P.    (3) (2) 0
Guasch, Roberto    (3) (2) 3
Iborra, José    (3) (2) 3
López, Antonio    (3) (2) 1
Molina, J.    (3) (2) 0
Montoya, P.    (3) (2) 0
Moret (1)    (3) (2) 1
Pallejá (1)    (3) (2) 3 7
Pons, José    (3) (2) 3
Redón, Pedro    (3) (2) 0
Ríos, Antonio    (3) (2)

Adjudicados los 2 puntos al

Adjudicados los 2 puntos al

Adjudicados los 2 puntos al

3
Soler (1)    (3) (2)

TARRAGONA

TARRAGONA

No se contabilizan los puntos

FRANCO

2
Somolinos, E.    (3) (2) 0
Tarin, Guillermo    (3) (2) 3

F.- Goles a favor.                                   G.- Goles en contra                                                J.- Partidos jugados

(1).- Este jugador no aparece en la lista original de inscritos.

(2).- Se desconocen los goleadores en este partido.

(3).- Se desconoce la alineación en este partido.

Nota.- Los datos TOTALES no están completos ya que faltan las alineaciones en un partido y quien recibió los goles en el mismo.

 

CUADRO RESUMEN DE LA ACTUACION DEL FRANCO EN LA PRIMERA EDICIÓN DEL CONCURSO COPA MACAYA

PLANTILLA

27 de enero de 1901

03 de febrero de 1901

10 de febrero de 1901

17 de febrero de 1901

03 de marzo de 1901

SUB

Franco- 0, Hispania- 10

Franco- 0, Español- 3

Franco- 0, Barcelona- 13

Franco – , Santanach –

Hispania- 14, Franco- 0

TOTAL

Juegan F C Juegan F C Juegan F C Juegan F C Juegan F C J F C
Abaton    (3) (2)    (3) (2) 0
Briez    (3) (2)    (3) (2) 0
Delacour (1) Delacour (1)    (3) (2)    (3) (2)

SANTANACH

Delacour (1) 2
Dubois    (3) (2)    (3) (2) Retirado de la competición 0
Fleury    (3) (2)    (3) (2) 0
Florit (1)    (3) (2)    (3) (2) Florit (1) 1
Folet Folet    (3) (2)    (3) (2) 1
Fosset    (3) (2)    (3) (2) 0
Frocua    (3) (2)    (3) (2) 0
Gastón (1)    (3) (2)    (3) (2) Gastón (1) 1
Gest    (3) (2)    (3) (2) 0
Gradelet    (3) (2)    (3) (2) 0
Legrand Legrand    (3) (2)    (3) (2) Legrand 14 1 14
Leopold (1) Leopold (1)    (3) (2)    (3) (2) Leopold (1) 2
Martí    (3) (2)    (3) (2) Martí 1
Mignon (1) Mignon (1)    (3) (2)    (3) (2) 1
Pacareu Pacareu    (3) (2)    (3) (2) Pacareu 2
Prevot    (3) (2)    (3) (2) 0
Puigdoller Puigdoller    (3) (2)    (3) (2) 1
Reause    (3) (2)    (3) (2) 0
Rembert    (3) (2)    (3) (2) 0
Sirach Sirach    (3) (2)    (3) (2) Sirach 2
Tabarne    (3) (2)    (3) (2) 0
Tenet (1)    (3) (2)    (3) (2) Tenet (1) 1
Varela Varela    (3) (2)    (3) (2) 1
Vesmicure    (3) (2)    (3) (2) 0
Vilá Stach Vilá Stach 10    (3) (2)    (3) (2) No se contabilizan los puntos Vilá Stach 2 10
Weber Weber    (3) (2)    (3) (2) Weber 2
Yul    (3) (2)    (3) (2) 0

 

PLANTILLA

10 de marzo de 1901

19 de marzo de 1901

31 de marzo d e1901

07 de abril de 1901

08 de abril de 1901

Santanach – , Franco –

Español – , Franco –

Tarragona – , Franco –

Barcelona- 14, Franco- 0

Franco – , Tarragona –

TOTAL

Juegan F C Juegan F C Juegan F C Juegan F C Juegan F C J F C
Abaton    (3) (2) 0
Briez    (3) (2) 0
Delacour (1)

SANTANACH

FRANCO

FRANCO

   (3) (2)

TARRAGONA

2
Dubois Retirado de la competición

No se presenta

No se presenta

   (3) (2)

No se presenta

0
Fleury    (3) (2) 0
Florit (1)    (3) (2) 1
Folet    (3) (2) 1
Fosset    (3) (2) 0
Frocua    (3) (2) 0
Gastón (1)    (3) (2) 1
Gest    (3) (2) 0
Gradelet    (3) (2) 0
Legrand    (3) (2) 1 14
Leopold (1)    (3) (2) 2
Martí    (3) (2) 1
Mignon (1)    (3) (2) 1
Pacareu    (3) (2) 2
Prevot    (3) (2) 0
Puigdoller    (3) (2) 1
Reause    (3) (2) 0
Rembert    (3) (2) 0
Sirach    (3) (2) 2
Tabarne    (3) (2) 0
Tenet (1)    (3) (2) 1
Varela    (3) (2) 1
Vesmicure

Adjudicados los 2 puntos al

Adjudicados los 2 puntos al

   (3) (2)

Adjudicados los 2 puntos al

0
Vilá Stach

No se contabilizan los puntos

ESPAÑOL

TARRAGONA

   (3) (2)

FRANCO

2 10
Weber    (3) (2) 2
Yul    (3) (2) 0

F.- Goles a favor.                                   G.- Goles en contra                                                J.- Partidos jugados

(1).- Este jugador no aparece en la lista original de inscritos.

(2).- Se desconocen los goleadores en este partido.

(3).- Se desconoce la alineación en este partido.

Nota.- Los datos TOTALES no están completos ya que faltan las alineaciones en tres partidos y quien recibió los goles en los mismos.

BIBLIOGRAFÍA

Los Deportes. Barcelona. Semanal.

La Vanguardia. Barcelona. Diario.

La Opinión. Tarragona. Diario.

Diario de Tarragona. Tarragona. Diario.

Lo Camp de Tarragona. Tarragona. Semanal.




Samitier: el primer crack mediático (Barcelona, 1902-1972)

Nació el 2 de febrero de 1902, «el 2 del 2 del 2», vaya. Es evidente que estaba predestinado para la gloria. Hoy diríamos de él que fue el primer crack mediático, junto a su amigo Ricardo Zamora, con quien hizo sus primeras armas en el Barça, allá por el Año de gracia de 1919…Y si bien el hispanofilipino Paulino Alcántara puede ser considerado en estricta justicia como el primer gran ídolo del Barcelonismo ( y el término crack no le iría nada mal a un hombre capaz de romper las redes con sus terroríificos disparos ), este no llegó a alcanzar la dimensión popular de su compañero Samitier, mitad por haber nacido unos pocos años antes, mitad porque compaginaba el balón con los libros y una vez retirado del Fútbol se dedicó a ejercer la Medicina )

Sin embargo Samitier fue todo un ídolo de multitudes, aclamado por una afición que iba in crescendo durante los Felices Años 20, desde los legendarios partidos contra el Sparta de Praga en la antigua cantera de La Fuxarda, hasta la inauguración del Estadio de Montjuich, pasando por la vertiginosa construcción de Les Corts en un tiempo record, en la Primavera de 1922. De hecho, desde 1920 existe ya una Selección Española de Fútbol, y en 1930 se celebrará en Uruguay el primer Campeonato del Mundo. Ya acuden auténticas multitudes a los terrenos de juego españoles, y en este  tiempo de cambio Samitier va a ser unánimemente admirado por su habilidad y genialidad. Apelativos como «El Mago del Balón» o «El Hombre Langosta» ( de esa guisa lo dibujaba el gran caricaturista Valentí Castanys ) hacen justicia a su singular virtuosismo, a su fútbol siempre imaginativo y desconcertante. Con él en sus filas, el Barça de los años 20 es casi imbatible, prácticamente Campeón vitalicio de Cataluña, domina la Copa de España – que se adjudica en 1920, 1922, 1925, 1926 y 1928 – y se apunta el primer Campeonato de Liga, oficialmente conocido como temporada 1928-29, aunque de hecho se jugase de Febrero a Junio de 1929. Numerosas publicaciones periódicas y folletos glosan su figura, y su popularidad llega a ser inmensa. Carlos Gardel, gran amigo suyo, le dedica un tango, y en el cuplé «Jo soc barcelonista» ( que volvería a grabar la pizpireta Guillermina Motta en los años 70 ), su nombre encabeza la nómina de ases blaugranas.

Y en ese Fútbol español que ya se adentra por los caminos del profesionalismo, poniendo en pie una estructura hecha de fichajes, sueldos, técnicos, entrenamientos y viajes a lo largo y a lo ancho de la geografía del país, aunque los tres vértices de nuestra incipiente liga sigan siendo Barcelona, Madrid y el País Vasco, Samitier demostrará ser sumamente rentable – había suscrito su primer contrato con el Barça a cambio de un traje y un reloj con esfera luminosa – Pero es ley de vida que a todo deportista, por destacado que sea, le llega siempre su declive, y de ese modo comienza a ser menos habitual en las alineaciones, y ciertas diferencias con los directivos del club le van a llevar al Real Madrid, donde se reencontrará con su antiguo compañero Ricardo Zamora y conquistará la Liga 32-33 y la Copa del 34, antes de pasar al Niza francés, donde colgaría las botas.

Tras la Guerra Civil se hará entrenador, vertiendo todo el magisterio de  su gran experiencia. El Barça de la difícil Postguerra, huérfano de títulos – a excepción de la aislada Copa del Generalísimo de 1942 -, le entregará su banquillo en 1944, y Sami le devolverá el segundo  Campeonato de Liga de la historia culé la misma temporada de su debut, la 1944-45. Y bien puede decirse que revoluciona el Barça, pues contribuirá a profesionalizar a unos jugadores para los que entonces el fútbol era poco más que un hobby relativamente bien remunerado, regularizando entrenamientos y hasta hábitos alimenticios, al frente de un equipo donde brillaban los Escolá, Mariano Martín, Cesar, Gonzalvo III o Bravo. Pero Sami no durará demasiado en un puesto  siempre tan poco agradecido cuando los resultados no son los óptimos, y su siguiente destino va a ser la Secretaría Técnica del club, donde nuevamente pondrá de manifiesto toda su sabiduría futbolística. A él se le debe el descubrimiento, en un partido disputado en el campo del Español, de un rubio y fornido delantero magiar enrolado en un equipo de apátridas – el Hungaria – que se buscaban la vida jugando encuentros de exhibición. Aquel muchacho se llamaba Ladislao Kubala, y el servicio que Samitier acababa de rendirle a su Barça no tenía precio. También se traería para Les Corts a un tal Alfredo Di Stefano, cuyo frustrado fichaje provocaría una auténtica tormenta político-deportiva, marcando un antes y un después en la historia del fútbol español y europeo, y al no cuajar la jugada logró la contratación de Villaverde, compañero de equipo de la «Saeta Rubia» en el Millonarios colombiano, y algunos años más tarde la del as brasileño Evaristo de Macedo, dos de los sudamericanos de mejor rendimiento de toda la historia barcelonista

La llegada de Helenio Herrera, en 1958, va a suponer, empero,  su segundo exilio del club azulgrana. HH era entonces lo más parecido a un manager general inglés, pues su modus operandi abarcaba múltiples facetas, ya que no sólo entrenaba al primer equipo, sino que también asumía la responsabilidad de rastrear el mercado y contratar  jugadores, e incluso negociaba con la Directiva la política de fichas y primas. El choque entre dos personalidades tan fuertes era inevitable, y ante los plenos poderes de Herrera, a Samitier no le quedó otro remedio que volver a tomar de nuevo el camino de la Capital, donde reinaba como un monarca absoluto su viejo amigo Santiago Bernabéu. Trabajaría durante algún tiempo para el Real Madrid, pero tampoco tardaría mucho en regresar a su querida Barcelona, donde iba a seguir colaborando con el club de sus amores en una tarea que podríamos definir como de «relaciones públicas», sentando cátedra en cualquier acto en el que su presencia fuera requerida. Su repentino fallecimiento, acaecido el 6 de mayo de 1972, congregó en la Ciudad Condal el espontáneo y sincero homenaje de todo el fútbol español hacia uno de los hombres que lo había hecho grande. Se marchaba un futbolista genial e irrepetible, intuitivo e improvisador, y todo un hombre de mundo, un dandy, un bon vivant , un brillantísimo  conversador, lleno de gracia e ingenio . Un auténtico señor de Barcelona, y del Barcelona.