Domènec “Mingu” Balmanya: 1956-1958. Primera parte

Balmanya01A diferencia de lo ocurrido con otros técnicos, el paso por el Barça de Domènec Balmanya, el entrañable Mingu, no representó el cénit de su carrera como técnico, sino más bien una de sus primeras etapas. Saltó del banquillo de un recién estrenado «Camp Nou» con sólo 43 años, a pesar de que su encanecido cabello le hacía aparentar unos cuantos más, a una edad en la que muchos entrenadores aun lo tienen todo por demostrar. Y él lo demostró – o mejor dicho, lo corroboró – en numerosos equipos, e incluso en algún que otro despacho, durante las dos décadas siguientes, hasta que su vida particular – familia y negocios – le retiró del fútbol «activo», aunque seguiría cultivando su gran pasión en calidad de comentarista radiofónico hasta prácticamente el momento de su muerte.

Domènec Balmanya Perera nace en Girona el 29 de diciembre de 1914. Su padre tenía una pequeña carpintería en la calle Anselm Clavé, y el chico va a crecer sanote y fuerte, y muy pronto empezará a propinarle patadas a un balón o a lo que se terciase y tuviera forma más o menos redonda, a la vez que cantaba en el coro de la iglesia del Mercadal. En La Dehesa, hermosa arboleda situada a las afueras de la capital gerundense pasará buena parte de esos años formativos, puliendo su técnica individual y aprendiendo a conducir el balón con la cabeza bien alta, si no quería estamparse de morros contra alguno de sus muchos árboles. Alumno del Colegio de los Hermanos de La Salle, donde cursa estudios de Comercio, se inicia en los infantiles del Girona FC. Aun en edad juvenil, y gracias a su poderosa constitución física, muy pronto formará parte del equipo reserva de los rojiblancos, en Segunda Regional.

Sus primeros pasos los dio como delantero, pero en la temporada 33-34 el entrenador José Luís Zabala le bajó a la medular, situándole en la posición de volante derecho. En la campaña siguiente ya ingresa en la primera plantilla del Girona, militando en Segunda División, y destaca tanto que el Barça le va a fichar al terminar dicho curso. El Girona cobró 15.000 pesetas por el traspaso, y el jugador 10.000, que para entonces no estaba nada mal, con un sueldo mensual de 500 pesetas, y una prima de 150 por partido ganado, fruto de unas negociaciones llevadas por su propio padre. Ya en las filas del Barça va a convertirse en uno de los titulares indiscutibles, a las órdenes del técnico irlandés Patrick O´Connell, actuando como medio izquierdo. Los azulgranas, tras algunos años muy grises, contaban entonces con un buen equipo, en el que junto al joven y fornido Mingu figuraban gente de la talla de Nogués, Areso, Zabalo, Berkessy (con el que tendrá posteriormente ciertos desencuentros durante su etapa de entrenador del Real Zaragoza), Raich, Ventolrá, Escolá, Enrique Fernández o Munlloch. En la Liga se clasifican en mitad de la tabla, pero en la Copa llegan hasta la final, aunque son derrotados en «Mestalla» por el Real Madrid (2-1), en un vibrante encuentro donde Balmanya resulta lesionado.

UNA CARRERA PARTIDA EN DOS POR LA GUERRA

Con el estallido de la Guerra Civil se suspenden todas las competiciones nacionales, pero los jugadores barcelonesas reinician los entrenamientos como si nada hubiera ocurrido en agosto de 1936, con vistas a disputar el Campeonato de Cataluña y una nueva e improvisada competición, la Liga Mediterránea, en la que finalmente se impondrán los azulgranas. Con posterioridad, entre mayo y octubre de 1937, el equipo dejará una convulsa Ciudad Condal para embarcarse en una larga gira  por México y Estados Unidos, que entre otras cosas servirá para restañar el maltrecho estado económico de la entidad culé, muy resentido por las numerosas bajas de socios y las escasas recaudaciones de los partidos que seguían jugándose en «Les Corts» en plena Guerra.

A la hora del regreso a Barcelona, algunos futbolistas van a optar por quedarse en México, mientras que otros pasarán a la vecina Francia. Entre estos últimos se encuentra Balmanya, que va a enrolarse en el Séte, un equipo de la Primera División gala, representativo de una pequeña ciudad occitana, en la región del Languedoc-Rosellón, próxima a Montpellier y cuna de grandes escritores y artistas como el poeta Paul Valery, el cantautor Georges Brassens o el guitarrista flamenco «Manitas de plata». Allí actúa junto a  sus compañeros Escolá y Raich, y va a proclamarse campeón de la Liga del país vecino en 1938-39. El 1 de abril de 1939 finaliza la Guerra Civil Española, pero el primero de septiembre del mismo año estalla la que pronto va a convertirse en Segunda Guerra Mundial, y entonces Balmanya deja el Séte, retornando a su ciudad natal, Girona. Las autoridades deportivas del nuevo estado franquista van a suspender por largo tiempo a todos los futbolistas que no se habían incorporado a la España Nacional, de modo que Mingu verá nuevamente truncada su carrera deportiva, y tendrá que sobrevivir durante estos difíciles años dedicándose al negocio familiar de carpintería, mientras mantenía mínimamente la forma jugando partidos de Festa Major por los pueblos.

Al final, los seis años de suspensión impuestos en un primer momento van a quedarse sólo en dos, y así, al iniciarse la temporada 1941-42 ya puede reincorporarse a un Barça renquean, que durante aquella misma campaña se verá obligado a jugar la promoción para mantener la categoría (lo que consigue goleando al Murcia, 5 a 1, en un partido disputado en Madrid), pero una semana antes había conquistado la «Copa del Generalísimo», al derrotar al Athletic de Bilbao por 4 a 3, en un encuentro de lo más emocionante, que se disputó en el viejo campo de Chamartín el 21 de junio de 1942, y en el que el Barça presentó la siguiente alineación: Miró; Zabala, Benito; Raich, Rosalench, Llácer; Sospedra, Escolá, Mariano Martín, Balmanya y Bravo.

Continuará como jugador barcelonista en las dos siguientes campañas, para fichar en 1944 por el Nàstic de Tarragona, cobrando 25.000 pesetas. En total se enfundó la elástica blaugrana en   111 ocasiones, marcando   16 goles. Su trayectoria resultó partida de raíz por nuestra contienda fratricida, impidiendo seguramente que llegase a cotas más elevadas (jamás fue internacional, por ejemplo, aunque también en su época se jugaban muy pocos partidos entre selecciones, por culpa de la Guerra Mundial). Con los bermellones va a ascender desde Tercera a Primera División, donde debutan los de la Imperial Tarraco en la temporada 47-48. Balmanya llegará a realizar incluso las funciones de jugador-entrenador en el curso 1949-50, durante el tramo final del campeonato. Una vez colgadas las botas en el Sant Andreu (1950-51), va a sacarse el título de entrenador regional, y será segundo de su promoción en el cursillo del Nacional, tras Salvador Artigas. Incluso  – todo un estudioso – llegará a realizar un curso en Reims, Francia.

Se estrena en el banquillo en 1952, dirigiendo a su Girona en Tercera División, pero muy pronto, en noviembre de dicho año, recibe la llamada de un Real Zaragoza en apuros, para intentar salvarlo del descenso, cosa que finalmente no pudo lograr. No obstante, continúa al frente del equipo año en Segunda, iniciando la temporada 53-54, aunque al concluir la décima jornada presenta su dimisión a causa de los malos resultados, iniciándose una batalla de declaraciones cruzadas entre Mingu y su predecesor en el cargo,  Elemer Berkessy – que seguía viendo en Zaragoza-. Se daba la curiosa circunstancia de que ambos técnicos habían coincidido como jugadores en las filas del Barça durante la temporada 35-36, y que luego Berkessy fue alumno de Balmanya en la Escuela Nacional de Preparadores, según nos cuenta en su magnífico y documentadísimo artículo, publicado hace unos meses en «Cuadernos de Fútbol»,  Vidal Viñarás de Blas.

En la temporada 54-55 Balmanya casi logra ascender al Real Oviedo, subcampeón del Grupo 1 de Segunda, pero a la postre sólo podrá clasificarse en tercer lugar  en la liguilla de ascenso. Y tras un año en blanco, va a ser el elegido  por el presidente Francesc Miró-Sans para sustituir a Platko en un Barça que lleva ya tres años sin rascar bola. Su experiencia en los banquillos no es mucha, pero su prestigio como profundo conocedor del fútbol le acompaña ya a dónde quiera que va.

EL BARÇA LE BRINDA SU PRIMERA GRAN OPORTUNIDAD COMO ENTRENADOR

En una época en la que aun no se habían inventado los stage de pretemporada -y casi ni se empleaba dicho concepto, sino que se hablaba de «preparación», y posteriormente de «rodaje»- Balmanya, tras la preceptiva presentación en «Les Corts» el lunes 6 de agosto,  se va a llevar a sus flamantes pupilos a la localidad gerundense de Ribes de Freser.  Se conservan varios interesantes testimonios gráficos de la estancia allí de la plantilla barcelonesa, entre ellos la fotografía (ver debajo) de todo el grupo sentado en los peldaños de una gran escalinata de piedra, con el nuevo técnico y sus auxiliares Ángel Mur Navarro y Claudio Pellejero detrás suyo, de pie y con los brazos cruzados, como si fueran los profesores de una clase de aplicados alumnos.

Balmanya02Tras unos días de oxigenación esnifando los puros y límpidos aires pirenaicos, el plantel blaugrana va a regresar a la Ciudad Condal el sábado 11 de agosto.

Se produce  el acostumbrado movimiento de altas y bajas, que ese verano tiene especial incidencia debido al ascenso del España Industrial a Primera División, aunque para poder competir en la máxima categoría del fútbol español se verá obligado a cambiar su nombre por el de «Club Deportivo Condal», ya que la reglamentación entonces vigente impedía la presencia de clubes con nombres de empresa («La España Industrial» era una conocida factoría textil ubicada en el barrio barcelonés de Sants y dedicada al hilado, tejido y estampado del algodón). Dadas las especiales relaciones entre ambos clubes (de hecho, el recién ascendido venía a ser en la práctica un autentico filial del Barça, aunque las autoridades federativas no lo considerasen así), varios jugadores de la plantilla profesional azulgrana pasarán al nuevo primerdivisionario (Goicolea, Hanke, Castañer, Gonzalvo III, Navarro II y Moll), mientras que de sus filas promocionan al Barça el guardameta Pere Estrems, el defensa Ferrán Olivella y el centrocampista Martí Verges, que se unen a las incorporaciones producidas a finales de la anterior temporada 55-56: Ribelles y Gensana, ambos procedentes de la U.E. Lleida, el gerundense Coll y los paraguayos Melanio Olmedo y Eulogio Martínez. De manera que la plantilla barcelonista para la temporada 1956-57 va a quedar configurada de la forma siguiente: Ramallets, Estrems, Olivella, Seguer, Biosca, Brugué, Olmedo, Gracia, Segarra, Gensana, Flotats, Bosch, Vergés, Basora, Tejada, Mandi, Ribelles, Coll, Villaverde, Sampedro, Kubala, Eulogio Martínez, Luís Suárez y Manchón. Causan baja los delanteros Areta II, que pasa al Valencia, y Moreno, que se va a la Unión Deportiva Las Palmas.

Balmanya va a protagonizar una pequeña revolución, dando cancha a lo que dará en llamarse «el equipo experimental». Por aquellos días de 1956 estaba muy de actualidad el término «desestalinización», para referirse al proceso iniciado por el dirigente soviético Nikita Kruschev, el nuevo hombre fuerte del Kremlin, que había denunciado en el XX Congreso del PCUS los «errores» cometidos por el Camarada Stalin, repentinamente fallecido en marzo de 1953. Una vez muerto el todopoderoso líder, la URSS emprende una tímida liberalización conocida como «el Deshielo». Pues bien: en el Barça va a hablarse también de «deskubalización», en el sentido de tratar de limitar la excesiva dependencia que el equipo tenía respecto al juego de su gran estrella surgida del frío. Balmanya  será el encargado de llevar a cabo este reajuste, ocasionado también por el lento pero inexorable declive físico de un Laszi muy castigado por las lesiones, apostando por jóvenes valores de la cantera catalana -los citados Olivella, Vergés y Gensana- que alcanzarían la internacionalidad con la Selección Absoluta antes de que finalizase la temporada de su debut en la máxima categoría, mientras que el guardameta Pere Estrems tendrá que contentarse con permanecer a la sombra del incombustible Ramallets. Del Girona había llegado el extremo ambidiestro Lluis Coll, un jugador que prometía mucho pero al que la mala suerte en forma de lesiones y la gran  competencia en su demarcación (Basora, Manchón, Tejada, Czibor, Villaverde…) impidieron triunfar. También con Balmanya en el banquillo se consolida en el lateral izquierdo de la zaga Sigfrid Gracia, al que Platko había convertido en titular durante el curso anterior. Y, por supuesto, lo hace también el talentoso y casi imberbe Luís Suárez, que irá tomando la manija del equipo, para disgusto de los más acérrimos partidarios de Kubala, porque entre la afición comienza a producirse una especie de cisma, dividiéndose estúpidamente  en dos bandos, «suaristas» y «kubalistas», cuando juventud y experiencia eran perfectamente compatibles en la misma alineación. Y eso, sin contar con el nuevo fichaje para la temporada 56-57, el paraguayo Eulogio Martínez, un delantero tan hábil como rompedor, auténtico «abrelatas» de las defensas contrarias.

Los cambios también traen aparejado el eclipse de algunos jugadores. Gonzalvo III, tras su brillante carrera, pasará a reforzar al Condal, mientras que el peso específico de hombres como Seguer, Flotats, Bosch o Manchón desciende notablemente. No así el de Estanislau Basora, que va a conocer algo parecido a una segunda juventud, ni tampoco el de Segarra, quien una vez desplazado del lateral izquierdo por el joven Gracia, será capaz de reciclarse en la zona media del campo, demostrando gran brillo y jerarquía.

El equipo va a presentarse ante su afición el miércoles 22 de agosto, en un partido amistoso en el cual el Barça vence claramente al Racing de París por 5 goles a 2, obra de Tejada (2), Sampedro, Suárez y Villaverde. Esta fue la alineación azulgrana: Ramallets (Estrems); Gensana (Olivella), Biosca (Brugué), Olivella (Gracia): Bosch (Vergés), Segarra; Tejada (Basora), Villaverde, Kubala (Sampedro), Martínez (Suárez) y Coll (Tejada). Balmanya, en sus exclamaciones a la prensa, va a criticar la impaciencia de la afición, argumentando que «formar un equipo no es cosa de un día ni de semanas, sino de meses». Añade que el trabajo diario ha variado en lo referente a la preparación física, ahora más intensa, y en aspectos tácticos del juego, y pide paciencia hasta que se logre la necesaria compenetración de un conjunto que pretende evolucionar con mayor rapidez que antes. También, durante la nueva temporada, va a aprovechar los jueves para sustituir el entrenamiento de ese día por partidos amistosos disputados en «Les Corts» contra equipos catalanes de Tercera División, alineando en ellos a los suplentes habituales, a jugadores aun faltos de ritmo tras salir de una lesión,  y a jóvenes promesas.

PRIMER ACTO…

El domingo 9 de septiembre de 1956 arranca una nueva edición del Campeonato Nacional de Liga, la que suponía el número 26 desde su inicio. El Barça de Balmanya lo hace en «Les Corts», con el recién ascendido Osasuna como contrincante y la siguiente alineación: Ramallets; Olivella, Biosca, Gracia; Bosch, Segarra; Mandi, Villaverde, Kubala, Suárez y Coll. Palmas de tango y discreta victoria local, con un gol en cada tiempo, obra de Bosch y Villaverde. El primer líder del campeonato va a ser el Real Madrid, tras vencer ampliamente en el «Bernabeu» al Condal, a pesar de todos sus refuerzos barcelonistas (6-0)

Segunda jornada. Derrota en Valladolid (2-1). Los locales pusieron más nervio y velocidad que el Barça. En la primera parte el ex-azulgrana Badenes y el catalán Murillo anotaron el 2-0, y en la segunda Basora acortó distancias nada más iniciada la reanudación. Líder Real Madrid, con 3 puntos, empatado con Atlético de Madrid, Athletic de Bilbao, Zaragoza, Las Palmas, Real Sociedad y Sevilla, y el Barça un punto abajo.

Tercera jornada. Marcador de escándalo en «Les Corts»: Barça 7-Atlético de Madrid 3. Floja defensa «colchonera» y cuatro tantos de Luís Suárez y 3 de Justo Tejada, y eso que no jugó Kubala…El Real Zaragoza es sorprendente líder, con cinco puntos, mientras que el Barça ocupa la quinta plaza con cuatro.

Cuarta jornada: Jaén 1-Barça 2. Dominio azulgrana y defensiva local. No obstante abrieron el marcador los andaluces con un tanto de Antoniet, pero Tejada empató antes del descanso, y Luís Suárez, de tiro lejano, consiguió el gol de la victoria barcelonesa. El Athletic de Bilbao es nuevo líder (7 puntos), y el Barça segundo con 6, encabezando un grupo de seguidores completado por Sevilla, Las Palmas y Valladolid. El Real Madrid, vigente primer campeón de Europa, no había empezado bien la competición, y era octavo, con tan sólo cuatro puntos.

Quinta jornada. El Barça – que seguía sin poder contar con Kubala – vence en «Les Corts» sin grandes apuros al Deportivo de La Coruña por 3 a 1 (Suárez, Sampedro y Villaverde). Ahora los blaugranas son segundos en solitario, a un punto del Athletic de Bilbao que comanda la clasificación.

Jornada 6. Choque en la cumbre entre los dos primeros clasificados. El Barça va a lograr un magnífico resultado en el terreno del vigente campeón liguero. Mayor dominio rojiblanco pero peligrosos contraataques azulgranas. Los dos tantos se marcaron en la segunda parte, obra de Suárez -que se estaba mostrando muy goleador en este comienzo de temporada- y Maguregui. Las posiciones seguían igual que una semana antes, pero el Real Madrid ya era cuarto, a sólo dos puntos del líder.

Jornada 7. Tropiezo del Barça en el «Estadio Insular» ante Las Palmas, que venció por la mínima gracias a un gol logrado en la primera mitad. Buena defensiva local, y un Barça que defraudó en su paso por Canarias pese a la reaparición de Kubala. El Athletic de Bilbao seguía al frente de la tabla, pero el Barça cae a la cuarta posición, a 3 puntos de los «leones». El Real Madrid ya es segundo, a dos puntos de los vascos.

Jornada 8. Barça 1- Real Sociedad 0. Victoria catalana con grandes apuros. El cerrojo donostiarra mantuvo su portería a cero hasta 10 minutos antes del final, cuando el joven Vergés batió al meta guipuzcoano. El Bilbao continuaba arriba con 14 puntos, el Real Madrid era segundo (12), y el Barça tercero con 11, empatado con Valladolid, mientras  que Sevilla y Las Palmas ocupaban la quinta y sexta plaza, respectivamente, a cuatro del líder.

Jornada 9. Gran partido en «Mestalla», con dos equipos volcados al ataque y constantes alternativas en el marcador. El resultado final fue de empate a 3, con goles blaugranas de Eulogio Martínez (su primer tanto en Liga), Tejada y Manchón, este último a sólo dos minutos del pitido final. Dos de los goles «ches» los hicieron ex-barcelonistas: Estéban Areta y «Cheché» Martín. El R. Madrid alcanzaba en la cabeza al Athletic, al derrotarle claramente en el «Bernabéu» por 3-0 (Mateos, Kopa y Gento). Barça y Sevilla son tercero y cuarto, a dos puntos de «merengues» y bilbaínos.

Jornada 10. Nuevo duelo de titanes en «Les Corts»: Barça 1-Real Madrid 0. Mejor juego barcelonista, que mereció una victoria más amplia, frustrada por la gran actuación del meta merengue Juanito Alonso. Suárez marco el único tanto del encuentro en el minuto 46, y el flamante fichaje madridista, el delantero francés Raymond Kopa, falló dos claras oportunidades. A las órdenes del vizcaíno Ortiz de Mendíbil ambos equipos presentaron las siguientes alineaciones: por el Barça, Ramallets; Olivella, Brugué, Gracia; Vergés, Gensana; Tejada, Sampedro, Eulogio Martínez, Suárez y Manchón, y por el Real Madrid, Alonso; Atienza, Oliva, Lesmes II; Santistéban, Zárraga; Kopa, Marsal, Di Stefano, Mateos y Gento. De nuevo era baja Kubala.

Al finalizar el primer tercio de la competición, la tabla estaba encabezada por el Athletic de Bilbao, con 16 puntos y 4 positivos, seguido por el Real Madrid, Barcelona y Sevilla, empatados los tres a 14 puntos. El Barça ofrecía un balance de 6 partidos ganados, 2 empatados y otros tantos perdidos, con 21 goles a favor (pocos) y 12 en contra. Por otra parte, su gran estrella, Kubala, tan sólo había podido participar en tres encuentros.

Jornada 11. En «Torrero» el recién ascendido Zaragoza va a dar buena cuenta del Barça por 2 a 0, ambos conseguidos en la primera parte, obra de Domingo y Wilson. Dominio alterno en un partido emocionante que dejó al Barcelona cuarto de la general, a 2 puntos del nuevo líder, el Real Madrid, que aprovechó también la derrota del Athletic en «Balaídos» para encaramarse al frente de la clasificación.

Jornada 12. El Barça se deshace con facilidad del Celta en «Les Corts» (4-1: Manchón, Sampedro, Gracia y Tejada), pero el Real Madrid vence en «Mestalla» (1-2), y el Athletic de Bilbao derrota al Condal por 3 a 0 en «San Mamés». Siguen líderes los blancos, empatados a puntos con los «leones», con Barça y Sevilla a 2 puntos.

Jornada 13. Mal resultado para el Barça, ya que en duelo fratricida en «Les Corts», jugando como visitante, no fue capaz de pasar del empate ante el Condal. Estas fueron las formaciones: por los condalistas, Goicolea; Simó, Rodri, Castañer; Gonzalvo III, Roma; Moll, Duró, Moya, Salvador y Bertrán, y por los azulgranas, Ramallets; Olivella, Brugué, Gracia; Vergés, Gensana; Tejada, Sampedro, Eulogio Martínez, Suárez y Manchón. Marcó primero Manchón, en el 28, pero empató Duró en el minuto 70. El encuentro se disputó  el 1 de diciembre de 1956, a las órdenes del colegiado señor Blanco Pérez. Y como tampoco el Athletic de Bilbao se lució (perdió 3-0 en Sarrià), el Madrid – que derrotaba al Las Palmas en el «Bernabéu» por el mismo resultado abría brecha en la tabla: 20 puntos, con los vascos y el Sevilla con 18, y el Barça con 17.

Jornada 14. Otro mal resultado blaugrana. En el derbi local, Barça 1 (Manchón)-Español 1 (Coll), en un partido decepcionante,  flojo aunque igualado. Pero el Real Madrid tropieza en su casa frente al Real Zaragoza (3-3), y el Sevilla es apalizado en «San Mames» (5-0). Clasificación: Real Madrid (21), Athletic (20), Barça y Sevilla (ambos con 18)

Jornada 15. Choque de los grandes en «Nervión», con victoria merecida de un buen Sevilla sobre el Barça. 2 a 0 en la primera mitad (Ramoní y Arza), y Bosch que acorta distancias en la segunda. Ramallets atajó un máximo castigo. El Real Madrid, por su parte, vence con claridad al Celta en «Balaídos» (0-3), y el Athletic de Bilbao se impone en Pamplona a Osasuna (1-2). Al llegar al ecuador de la competición, el Madrid es líder – y honorífico «Campeón de Invierno» – con 23 puntos, y le siguen Athletic (22 ), Sevilla (20) y Barça, ya algo descolgado con 17, un registro muy pobre.

SEGUNDO ACTO…

Jornada 16. El Barça no parece levantar cabeza en cuanto a resultados, pero despacha un gran encuentro en «San Juan» frente a Osasuna, con empate final a 2. Se adelantó con sendas dianas de Eulogio Martínez y Kubala (que reaparecía), pero luego los navarros equilibraron la contienda en sólo tres minutos. Vencedor del Condal en «Les Corts» (0-1), el Real Madrid no aflojaba, mientras que el Sevilla se deshacía con apuros de la Real Sociedad en la capital hispalense (3-2), y el Athletic caía en «Zorrilla». Los merengues se distanciaban de sus perseguidores: 3 puntos con respecto a Bilbao y Sevilla, y 6 al Barça, igualado con un buen Valladolid, donde destacaban sus dos goleadores Murilo y Badenes.

Jornada 17. Mal Día de Reyes para el Athletic (cae en San Mamés 1-4 ante el Atlético de Madrid) y Sevilla (pierde 2-0 en Mestalla), y bueno en cambio para Real Madrid (7 a 2 al Español en el «Bernabéu») y Barça (4-0 al Valladolid, con dos tantos de Kubala y Eulogio Martínez y Basora completando la goleada). Ahora los blancos aventajan en 5 puntos a Bilbao y Sevilla, y continúan con el Barça a 6. La liga parecía ponérseles de cara…

Jornada 18. Las distancias  se estrechan debido a los marcadores de este domingo. Cae el Real Madrid en «Nervión» (2 a 0), el Athletic sorprendentemente también en Jaén (4-2) y el Barça – esto ya más lógico – en el «Metropolitano» (2 a 1, con tanto de Basora). Así queda la tabla: 1º Real Madrid (27), 2º Sevilla (24), 3º y 4º Atlético de Madrid – que entra en la pugna – y Athletic de Bilbao (22), y 5º Barça (21)

Jornada 19. Esquiva para las aspiraciones de Sevilla (pierde 3-1 en Zaragoza) y Atlético de Madrid – derrotado en «Atocha» por 2 a 1 -, y mejor para Athletic (2 a 0 al Deportivo de La Coruña en San Mamés) Real Madrid (apurada victoria casera ante Osasuna, 2-1) y Barça, 4 a 2 al Jaén, con tantos de Suárez (2), Basora – de nuevo en gran forma –  y Manchón. El Real Madrid es líder con 29, seguido de Athletic y Sevilla con 24, mientras que el Barça ocupa la cuarta plaza con 23.

Jornada 20. Gran victoria barcelonista en «Riazor» aplastando a un débil Deportivo, 1-6 (Kubala 3, Martínez, Suárez y Manchón). El Real Madrid empata a 3 en «Zorrilla», el Sevilla vence 2-0 al Celta en «Nervión». y el Athletic de Bilbao cae goleado 4-0 en  el «insular». Madrid 30, Sevilla 26, Barça 25, y los dos Atléticos con 24.

Jornada 21. El Barça acaba con todas las aspiraciones del Athletic de Bilbao al derrotarle en «Les Corts» por 2 a 0, con goles de Tejada y Eulogio Martínez en un partido flojo en el que el técnico rojiblanco Daucik presentó un equipo plagado de suplentes, reservando a los titulares para un crucial compromiso en la Copa de Europa. Y en la misma Barcelona, el Condal va a golear contra todo pronóstico al Sevilla por 5-1 (Allende 2 y Basora II 3), mientras que también de manera sorprendente el Atlético de Madrid se llevaba los dos puntos en su visita al «Bernabéu» (0 a 2, con tantos de Peiró y Miguel a la contra), en un pésimo partido de los blancos. La cabeza se estrechaba: 1º Real Madrid (30), 2º Barça (27), 3º y 4º Atlético de Madrid y Sevilla (26) y 5º Athletic de Bilbao (24)

Jornada 22. Vencen los cinco primeros clasificados, y todo permanece igual. El Barça golea en «Les Corts» a la UD. Las Palmas, 6 a 1, con tantos de Bosch (2), Villaverde, Eulogio Martínez, Basora y Kubala, de penalty.

Jornada 23. El Real Madrid se distancia un poco más del Barça, pues mientras los blancos derrotan en la capital al Deportivo de La Coruña con un solitario gol de Mateos, los azulgranas no pueden pasar del empate en «Atocha» (2-2) ante la Real Sociedad, aunque consiguieron nivelar un 2-0 adverso con goles de Eulogio Martínez y Kubala. El Sevilla, por su parte, vence a Las Palmas en «Nervión» (3-1), el Atlético de Madrid pierde 1-0 en Vigo, y el Athletic conquista «Mestalla» (1-2). Real Madrid 34, Barça y Sevilla 30, Atlético de Madrid y Athletic 28.

Jornada 24. Se estrecha mucho la cabeza. El Real Madrid cae en «San Mames» (4-2), el Sevilla lo hace más estrepitosamente aun en «San Juan» – 5 a 2-, el Atlético de Madrid golea al Condal en su feudo del «Metropolitano» (6-2), y el Barça derrota con apuros al Valencia (3 a 2). Basora, Villaverde y Eulogio Martínez marcaron por los catalanes, y Areta II e Iborra por los levantinos. El Madrid ya sólo le sacaba dos puntos al Barça (34-32), y cuatro a un trío perseguidor formado por los dos Atléticos y el Sevilla. El título estaba todavía abierto. Y al domingo siguiente se disputaría un trascendental R. Madrid-Barça en el «Bernabéu»…

Jornada 25. En el «partidazo» de la jornada el Real Madrid va a derrotar por 1 a 0 al Barça, igualando el goal average particular y abriendo de nuevo una considerable brecha. En un encuentro pleno de emoción y con mayor dominio local, Joseíto va a hacer el único gol en el minuto 21. Así formaron ambos equipos, a las órdenes del señor González Echeverría: por los blancos, Juanito Alonso; Becerril, Oliva, Atienza; Muñoz, Zárraga; Joseíto, Kopa, Di Stefano, Mateos y Gento, y por los blaugranas, Ramallets; Olivella, Brugué, Gracia; Vergés, Bosch; Basora, Villaverde, Martínez, Kubala y Suárez. El Atlético de Madrid vence en «Sarriá» (0-1), y el Sevilla se impone al Valladolid por 2 a 0 en «Nervión». El Athletic empataba en Zaragoza, y parecía despedirse definitivamente de sus ilusiones de revalidar el título. Así quedaba la tabla: R. Madrid 36, Barcelona, Atlético de Madrid y Sevilla 32, y Athletic 31.

Jornada 26. Vuelven a estrecharse las posiciones, pues el Real Madrid cae estrepitosamente en un embarrado «Atocha», donde la Real le pasa por encima (3-0). El Barça derrota en «Les Corts» al Zaragoza por 4 a 2, todos obra de un Basora como en sus mejores tiempos. Y el Sevilla, en un encuentro también clave, se impone en el «Metropolitano» 1-2 al Atlético de Madrid. Así queda la clasificación, a falta de solamente cuatro jornadas para la conclusión del campeonato: 1º Real Madrid (36), 2º y 3º Barça y Sevilla (34), Athletic de Bilbao con 33, y Atlético de Madrid 32.

Jornada 27. Vencen los tres primeros, y todo sigue igual, con los dos Atléticos descolgándose definitivamente. El Real Madrid se impone al Valencia en la capital (2-0: Mateos y Gento), el Sevilla supera por 3 a 0 al Jaén (los tres goles obra de Arza), y el Barça triunfa 0-2 en «Balaídos», jugando a la contra, con tantos de Suárez y Tejada. A falta de tan sólo tres encuentros el Madrid es líder con 38 puntos, seguido de Barça y Sevilla con 34.

Jornada 28. Continúa el mano a mano Madrid-Barça , mientras que el Sevilla se descuelga de la lucha por el título. Los «merengues» golean a domicilio a la UD. Las Palmas (1-5), los azulgranas le hacen una manita a su filial Condal en «Les Corts» (5 a 0, obra de Suarez, Basora, Manchón, Martínez y Salvador en propia puerta), dejando a los condalistas en una delicada situación, y el Sevilla cae sorprendentemente en «Riazor», ante un Deportivo de La Coruña que lucha denodadamente  por la permanencia. Con ya únicamente cuatro puntos en juego, el Real Madrid aventaja al Barça en dos (con el goal average particular igualado, y el cociente general de goles de ambos muy parejo. Athletic de Bilbao y Sevilla se encuentran a cuatro puntos, y tan sólo los andaluces tienen una remotísima posibilidad de conseguir el título, pues su balance particular con los blancos les es positivo, pero necesitarían hacer pleno, y que los merengues no puntuasen, y además contar con lo que hiciese el Barça…

Jornada 29. Todas esas especulaciones se van a cortar de raíz, pues el Real Madrid hace los deberes y se proclama nuevo campeón por la vía rápida, cantando el alirón  a orillas del Ebro, pues vence en «Torrero» al Zaragoza por 1 a 2, con goles de Mateos, en sendos contragolpes, mientras que el Barça cae en «Sarriá» ante el Español por 2 a 0 (obra de Faura y Arcas, ambos logrados en la segunda mitad). Mal partido culé, sin paliativos, con expulsión de Bosch y extraña falta de intensidad. Los de Balmanya ya únicamente pueden aspirar al segundo puesto (que podría darles acceso a la Copa de Europa  en el caso de que los merengues la conquistasen de nuevo). Para ello era necesario que venciesen a su rival, el Sevilla, que visitaba «Les Corts» para cerrar la competición.

Jornada 30.  En un partido decisivo para obtener el subcampeonato, el Sevilla va a salir airoso del feudo azulgrana, y pocos días más tarde recibirá el premio en forma de participación en la tercera edición de la Copa de Europa, al proclamarse el Real Madrid también campeón continental al derrotar por 2 a 0 a la Fiorentina en el mismísimo estadio «Santiago Bernabéu». Ambos conjuntos van a presentar las siguientes alineaciones, con el señor Birigay como árbitro: por los locales, Ramallets; Olivella, Brugué, Gracia; Vergés, Segarra; Basora, Kubala, Martínez, Suárez y Tejada, y por los visitantes, Busto; Romero, Campanal, Valero; Maraver, Enrique; Pepín, Arza, Pepillo, Domenech y Amaro. Se adelantó el sevillista Enrique en el minuto 21, e igualó Kubala en el 46, pero los catalanes fueron incapaces de deshacer el empate.

Por consiguiente, el Barça va a terminar en tercera posición la Liga 1956-57, con 39 puntos y 9 positivos, a cinco del campeón Real Madrid. Había vencido en 16 ocasiones, empatado en 7 y doblado la rodilla en otras tantas, con un balance de 70 goles a favor y 37 en contra. Con respecto a la temporada anterior, había hecho ocho puntos menos. Los socios y aficionados culés no podían considerarse satisfechos. Pero todo va a cambiar en cuanto arranque la Copa…

…Y UN FELIZ EPÍLOGO

La edición de 1957 la disputan únicamente los 16 equipos que militan en la Primera División, y el sorteo dictamina que el Barça se empareje en octavos de final con el Atlético de Madrid. El encuentro de ida tiene lugar en el «Estadio Metropolitano» el 28 de abril, y la eliminatoria va a quedar sentenciada allí mismo, pues los azulgranas se imponen por 2 a 5. Kubala (2), Martínez, Basora y Tejada marcaron por el conjunto catalán. Y el partido de vuelta va a constituir un inolvidable festival del jugador paraguayo Eulogio Martínez, autor nada menos que de siete  goles (y le anularon otros dos). El octavo fue obra de Kubala, y el choque concluyó con un aplastante 8-1 favorable a los propietarios del terreno. El Barça acababa de fichar por esos días a un gran delantero brasileño, Evaristo de Macedo, y este, al observar cómo se las gastaba el ariete guaraní, teórico rival suyo para el puesto, comentó algo así como «no sé para qué me han traído aquí. Tal vez me den una escoba para barrer el vestuario»

Los cuartos de final enfrentan al Barça con el reciente Campeón de Liga, el Real Madrid, y de nuevo el primer encuentro se disputa en la capital. En esta ocasión las fuerzas estuvieron más niveladas, aunque tampoco a nadie le hubiera extrañado una victoria azulgrana. El primer tiempo acabó con el momentáneo triunfo de los locales por dos goles a uno. Marcó por delante Kubala, de tiro flojo pero esquinado, pero poco después igualó Di Stefano al transformar un penalti por manos de Segarra y al que casi llega Ramallets. A diez minutos del descanso se adelantan los locales mediante un buen cabezazo de la «Saeta Rubia». A poco de iniciarse la segunda parte gran jugada de Kubala, que cede a Basora para que el buen extremo consiga el empate. A partir de ahí dominio visitante, que no se tradujo en nuevos goles. El menudo y rapidísimo Flotats realizó uno de sus acostumbrados y excelentes marcajes a Di Stefano, que sin embargo fue el mejor del Madrid.

El encuentro de vuelta se disputa en «Les Corts» el 19 de mayo, y en él los azulgranas van a golear al Real Madrid en otra tarde inspiradísima. Jugando únicamente con Villaverde y Martínez en punta, y Kubala y los extremos evolucionando desde la medular, pero con un enorme despliegue físico en todos sus elementos, el Barça llegó al descanso con un 2 a 0 a su favor, obra de Martínez y Kubala. En la reanudación de nuevo Martínez en tres ocasiones y Villaverde redondearon la goleada, un aplastante 6 a 1, con un autogol de Olivella que no sirvió para nada.

Una vez eliminado el «coco», el panorama parecía expedito para un Barça que atravesaba un momento de forma sensacional, como hacía años que no conocía. Las semifinales las van a disputar   un «irregular Español», un «tesonero Valencia» y una «modesta pero entusiasta Real Sociedad», por emplear los adjetivos que les dedica el librito «La lucha por la Copa», con textos de Víctor Arévalo y publicado en Zaragoza por «Ediciones Deportivas Dinámico», la artesanal empresa aragonesa responsable del popular calendario que en las décadas siguientes fue una especie de pequeña Biblia para los aficionados a la historia y estadística del fútbol español, antes de la llegada de Internet y las bases de datos.

El bombo va a emparejar a donostiarras y catalanes. El día 2 de junio, en «Atocha», el Barça deja vista para sentencia  la eliminatoria al derrotar contundentemente a la escuadra txuriurdin por 1 a 5, con tantos de Tejada y Martínez por partida doble, y Villaverde. El tanto del honor realista lo marcó Gordejuela de penalti en la primera parte, que terminó con victoria visitante por 1 a 2. La única nota triste de un encuentro en el que no se alineó Kubala fue la grave lesión del defensa central barcelonista Gustau Biosca, que se produjo en el minuto 40 de la primera parte, obligándole a abandonar definitivamente el terreno de juego al minuto 10 de la reanudación, aunque la inferioridad numérica no hizo mella alguna en un Barça lanzado y en vena de aciertos. El partido de vuelta ya fue un mero trámite. El Barça – en cuyas filas Brugué reemplazó al lesionado Biosca –  volvió a repetir el mismo resultado que había cosechado en la Bella Easo. Un solo tanto en la primera mitad, obra de Villaverde, y la goleada en la segunda, con una nueva diana de  Villaverde, más las de Martínez – en dos ocasiones -, y Vergés, esta   de formidable disparo desde 30 metros. Ucelay hizo el único tanto vasco.

Y como quiera que el Español consiguió eliminar al Valencia (1-0 en «Sarriá» y empate a uno en «Mestalla»), a la final van a llegar por vez primera – y única hasta la fecha – los dos eternos rivales barceloneses. Esto es lo que dice la obra citada al referirse al marco del partido definitivo, con la alambicada y retórica prosa de la época: «En cuanto se supo que el C. de F. Barcelona y el R.C.D. Español se habían proclamado finalistas, la Federación Catalana de fútbol y las directivas de ambos clubs, haciéndose portavoces de los fervientes deseos de la afición barcelonesa y de toda la región, solicitaron de las altas esferas de Madrid que se diera autorización para que el Estadio de Montjuich, de la Ciudad Condal, fuera el que albergara tan fausta solemnidad balompédica. Por disposición de S.E. el Jefe del Estado se accedió a tal ruego, y se vieron así colmados los cabales anhelos de las partes directamente interesadas.

Desde luego, la gran masa deportiva catalana podía estar orgullosa. Dos representantes suyos, los de más personalidad y con más gloriosos laureles, llegaban gallardamente a esta cita sin parangón en el fútbol nacional, para dirimir un título que, fuere cual fuere su conquistador, quedaría enraizado en el rico solar de aquellas cultas e industriosas tierras, que son prez y pulso de España.

Revisando la historia, teníamos que el C. de F. Barcelona había protagonizado diecisiete finales, saliendo victorioso en doce ocasiones, en tanto que el R.C.D. Español había tomado parte en seis, ganando dos de ellas»

Lógicamente, el Barça era el gran favorito para alzarse con el título. Le avalaban unos números impresionantes: cinco partidos ganados y uno empatado, con 31 goles (16 de ellos marcados por Eulogio Martínez) a favor y sólo 8 en contra, pero el Español presentaba un curioso balance: había vencido en todos los encuentros disputados en «Sarrià», y empatado en las tres salidas, y si bien solamente había logrado 8 tantos, su meta únicamente había sido perforada en 3 ocasiones. Además, se trataba de una final, y ya se sabe que en ese tipo de partidos, a vida o muerte, puede saltar la sorpresa. Y a punto estuvo de hacerlo, pues el marcador no se movió hasta el minuto 34 de la segunda parte. Pero antes expliquemos brevemente el contexto en el cual tuvo lugar el partido decisivo del «Torneo del KO» del año 1957. Sigamos con el relato original:

 «El Jefe del Estado y su señora presidieron el encuentro. Terminado este, Su Excelencia entregó el preciado trofeo al capitán del conjunto vencedor. La tarde, de una bonancible temperatura y con un radiante sol, coadyuvó a la mayor brillantez del acontecimiento, y el Estadio de Montjuich cubrió totalmente su cabida. Hubiera sido preciso un recinto de doble aforo para complacer las peticiones de entradas que no pudieron atenderse».

A las órdenes del árbitro del Colegio navarro señor Daniel Zariquiegui, ambos conjuntos presentaron aquel 16 de junio de 1957 las siguientes alineaciones: por el Barcelona, Ramallets; Olivella, Brugué, Segarra; Vergés, Gensana; Basora, Villaverde, Martínez, Kubala y Sampedro, y por el Español -entrenado por el mítico Ricardo Zamora-, Vicente; Argilés, Cata, Faura; Gámiz, Casamitjana; Ruiz, Sastre, Cruellas, Oswaldo y Moll.  En el Barcelona era baja, naturalmente, Biosca, así como Luisito Suarez, que no había jugado en toda la Copa, y llamaba la atención la presencia del joven Sampedro en detrimento de los más experimentados Manchón y Tejada, mientras que el Español contaba con una sensible ausencia, la de su delantero Arcas, expulsado en el encuentro de vuelta de semifinales, en «Mestalla», y sancionado a consecuencia de ello.

El partido, jugado con una gran deportividad,  va a responder a lo esperado: un gran ataque contra una buena defensa, nervios, emoción y escaso juego, con mayoría de ocasiones del lado azulgrana, y no se va a decantar del lado barcelonista hasta el minuto 79, cuando Vergés bota con temple una falta, y Sampedro se adelanta a la zaga blanquiazul para batir de cabeza a un Vicente hasta entonces inexpugnable. Con un par de oportunidades más para el Barça, y otra para el Español, finaliza un encuentro del que puede decirse que los azulgranas (con Vergés y Gensana inconmensurables) fueron justos vencedores, adjudicándose con todo merecimiento su decimotercer título copero.

Y el Barça culminará su magnífico final de temporada pocos días más tarde con el triunfo en la «Pequeña Copa del Mundo» de Caracas, borrando así el mal sabor de boca dejado en el mismo escenario cuatro años antes. Ahora va a imponerse a Sevilla, Botafogo y Nacional de Montevideo, saliendo además imbatido del torneo, con cuatro victorias y dos empates, marcando 17 goles (Villaverde y Evaristo 6, Tejada 3, Gensana y Martínez) y encajando solamente 6. Suárez y Kubala no formaron parte de la expedición, lo cual resalta aun más el triunfo, aunque el equipo puso en liza ya a sus nuevos fichajes, el brasileño Evaristo y el paraguayo Hermes González.. A la vuelta el «Gran Capitán» Segarra descenderá por la escalerilla del avión que trae al Barça del otro lado del «Charco» llevando en sus manos un nuevo y valioso trofeo. La primera campaña de Mingu en el banquillo culé va a saldarse, por lo tanto, con un notable alto. Había, pues,  fundadas esperanzas de que en el siguiente curso, el 57-58, el Barça prosiguiera por esa senda triunfal. Plantilla no le faltaba para ello…

NOTA. Para la confección de este artículo se han consultado las obras «HISTORIA DE LA LIGA» y «LA LUCHA POR LA COPA», así como diversos ejemplares del diario «EL MUNDO DEPORTIVO» y la revista «BARÇA»




El duelo Berkessy-Balmanya en el Real Zaragoza de los años cincuenta

Desde hace unos meses, estoy trabajando junto con otro miembro del CIHEFE, Luis Javier Bravo Mayor, en la elaboración de un libro dedicado a los 83 años de historia del Real Zaragoza, con especial hincapié en los 62 entrenadores que se han sentado alguna vez en los banquillos del viejo estadio de Torrero o en el actual estadio municipal de La Romareda.

Como es lógico, para buscar información al respecto, hay que acudir a las fuentes principales a las que recurre cualquier investigador, los periódicos de la época.  Esta búsqueda casi siempre resulta tediosa, pero de vez en cuando encuentras cosas interesantes para tu trabajo que compensan con creces las horas de tedio.  Es el caso que os voy a comentar ahora y para lo cual os pongo en antecedentes.

En la temporada 1951-1952 el Real Zaragoza acababa de ascender a Primera División.  El héroe de aquel ascenso fue Juanito Ruiz, que como entrenador no tenía mucha experiencia pero era un hombre de la casa, todo un mito del zaragocismo tras jugar durante diez temporadas en el conjunto maño y acumular 240 partidos y 64 goles con la elástica blanquilla.

En  el regreso a Primera, el equipo había debutado con buen pie tras la victoria por 0-1 en el campo de otro recién ascendido, el Atlético Tetuán.  Sin embargo, las tres siguientes jornadas fueron un auténtico desastre y el Real Zaragoza encadenó otras tantas derrotas en las que encajó la friolera de 21 goles.  El RCD Español ganó por 5-6 en Torrero, la visita a San Mamés se saldaba con un contundente 10-1 a favor del Athletic y, finalmente, la visita del Atlético de Madrid, que ganó por 0-5, supuso la puntilla definitiva para Juanito Ruiz que fue cesado por la directiva zaragocista.

Se contrató para el cargo de entrenador al húngaro Elemer Berkessy, que en las 26 jornadas que restaban de campeonato, logró salvar al equipo del descenso, finalizando la Liga en una honrosa duodécima posición.

Pero la mayor gesta de Berkessy como entrenador del Real Zaragoza, se produjo una vez finalizada la Liga, concretamente en la Copa del Generalísimo.  El sorteo deparó un duro rival, el Athletic Club de Bilbao, que se acababa de proclamar subcampeón de una Liga que terminó ganando el F.C. Barcelona.  En el partido de ida, disputado en San Mamés el jueves 17 de abril de 1952, el conjunto de Berkessy nada pudo hacer ante el conjunto vasco que acabó ganando por un contundente 3-0, con goles de Tini, Piru Gainza y Gárate.

La gran machada se produjo en el partido de vuelta disputado en Torrero tres días más tarde, el 20 de abril de 1952.  Pitarch, Noguera, de nuevo Pitarch y Belló II, anotaron los cuatro goles del Zaragoza que dejaban fuera de “su” torneo a los leones.  La afición maña estalló en júbilo y solo el enfrentamiento entre el técnico Berkessy y Rosendo Hernández puso un borrón que prácticamente pasó inadvertido para el público.

Berkessy besa a Belló tras la gran remontada en el partido de Copa frente al Athletic

Berkessy besa a Belló tras la gran remontada en el partido de Copa frente al Athletic

Esta es la ficha del partido:

REAL ZARAGOZA C.D. 4: Higinio; Jugo, Riera, Calo; Ezquerda, Atienza; Pitarch, Belló II, Rosendo Hernández, Noguera y Davi. Entrenador: Elemer Berkessy.

ATHLETIC CLUB BILBAO 0: Lezama; Canito, Areta, Garay, Manolín, Nando, Iriondo, Arteche, Venancio, Tini y Gaínza. Entrenador: José Iraragorri.

Goles: 1-0 Noguera 17’ / 2-0 Pitarch 23’ / 3-0 Pitarch 29’ / 4-0 Belló II 66’.

De nada sirvió esta histórica remontada ya que el Zaragoza fue eliminado en Cuartos de final por el Valencia.

Esa machada en la Copa frente al Athletic, le sirvió a Berkessy para firmar por otra temporada (la 1952-53) con 220.000 pesetas de ficha, 8.000 de sueldo y triples primas.  Berkessy, cuando fue licenciado, a pesar de ser la primera vuelta de la Liga y no haber ganado con él ni un solo partido, exigió que le garantizasen y le pagasen hasta la última peseta.  Dos directivos del Zaragoza tuvieron que firmarle personalmente unas letras que negoció el húngaro inmediatamente.

Se habían disputado las siete primeras jornadas de Liga y el Real Zaragoza no había conseguido ni un solo punto. Estos fueron los resultados:

Jor-1

14/09/1952

Torrero Real Zaragoza C.D.

0

Real Valladolid

4

Jor-2

21/09/1952

San Mamés Athlétic C. Bilbao

3

Real Zaragoza C.D.

0

Jor-3

28/09/1952

Torrero Real Zaragoza C.D.

1

R.C.D. Coruña

2

Jor-4

05/10/1952

Buenavista Real Oviedo

3

Real Zaragoza C.D.

2

Jor-5

12/10/1952

Torrero Real Zaragoza C.D.

0

C.D. Málaga

2

Jor-6

19/10/1952

Metropolitano Atlético de Madrid

4

Real Zaragoza C.D.

1

Jor-7

26/10/1952

Torrero Real Zaragoza C.D.

1

F.C. Barcelona

5

Tras la última derrota en Torrero frente al F.C. Barcelona por 1-5, la semana fue movida en Zaragoza. El equipo había perdido los siete primeros partidos de Liga, cuatro de ellos en su estadio de Torrero y tan solo llevaba 5 goles a favor y 26 en contra. Según se indica en una noticia del diario Marca del 29 de octubre de 1952, dimitieron tanto el Presidente, señor Abril, como el entrenador Berkessy: “BERKESSY Y ABRIL DIMITEN. En cuanto al Real Zaragoza, Berkessy ha presentado su dimisión como entrenador, que le fue admitida por la Junta Directiva.  También el doctor Abril mantiene con carácter irrevocable su dimisión y ha sido sustituido accidentalmente por el primer vicepresidente, don Emilio Ara Bescós.  La directiva del club realiza gestiones cerca de Pasarín para que acepte el cargo de entrenador. Mientras tanto, se ha hecho cargo del equipo como preparador accidental, el capitán Garay”.

Durante las dos siguientes jornadas, el capitán Victor Garay y el secretario técnico José Luis Conde se hicieron cargo del equipo mientras en el club se intentaba la contratación de un nuevo entrenador.  El elegido, finalmente, fue el gerundense Domingo Balmanya, y de esta manera lo reflejaba en su portada el semanario aragonés Zaragoza Deportiva en su edición del lunes 17 de noviembre de 1952:

BerkessyBalmanya02Sin embargo, la tarea que tenía por delante Balmanya no iba a resultar fácil y, como era de prever, el equipo acabó la temporada en la última posición de la tabla con tan solo 17 puntos.  El Real Zaragoza volvía a Segunda División.

A pesar del descenso, Domingo Balmanya continuó dirigiendo al Real Zaragoza en la temporada 1953-54 en Segunda División.  Se ganó en el primer partido de Torrero a la Gimnástica de Torrelavega por 3-1 y en la jornada siguiente llegó la primera derrota por 1-0 frente al Caudal de Mieres. Dos victorias consecutivas y con espectaculares marcadores (8-1 al Ferrol y 3-5 frente al Escoriaza), parecían enderezar algo el rumbo del equipo, que finalizaba la quinta jornada en la cuarta posición de la tabla.  Sin embargo, en la jornada 10, y tras una derrota por 0-1 en Torrero frente al Real Avilés, Domingo Balmanya presentó su dimisión al presidente Cesáreo Alierta, sin poder cumplir su promesa de devolver al Real Zaragoza a la Primera División

Tras la dimisión de Domingo Balmanya, se inició una guerra dialéctica entre éste y el anterior preparador del Real Zaragoza, Emilio Berkessy, en lo que la prensa denominó “Duelo Berkessy-Balmanya”.  Ese era el titular del semanario Zaragoza Deportiva en su edición del lunes 4 de enero de 1954:

BerkessyBalmanya03BerkessyBalmanya04Balmanya atacaba a su antecesor Berkessy en el semanario barcelonés “Dicen”, una vez consumada la dimisión del técnico gerundense como entrenador del Real Zaragoza.  Estas fueron, íntegramente, las declaraciones de Balmanya:

“Conocíamos la gran ilusión con que Balmanya inició sus trabajos la pasada temporada en el Zaragoza, y conocíamos también la excelente acogida que su plan de trabajo mereció de la Directiva y elementos oficiales del futbol zaragozano.  Por ello nos sorprendió su dimisión, y es por todo lo antes dicho que estamos ahora charlando con Domingo en plan de reportaje:

–          ¿Cuál era el plan que expusiste tú la pasada temporada al Zaragoza?

–          Trabajar a fondo y no sólo para reorganizar el futbol del Zaragoza, sino también de Zaragoza.

–          ¿Tuviste éxito inicial?

–          Sí.  Mi plan fue aceptado por la directiva, no sólo con plena convicción de su necesidad, sino también con intenso cariño.

–          Explícalo a grandes rasgos.

–          Crear filiales cuyos entrenadores trabajasen en un plan de preparación conjuntamente conmigo. Dar a conocer el futbol juvenil, completamente desconocido hasta que yo lo implanté.

–          ¿Se empezó a trabajar rápidamente?

–          Tan pronto como vimos que era imposible salvarnos del descenso, iniciamos nuestros trabajos con vistas a esta temporada.

–          ¿Resultados?

–          Hoy cuenta el Zaragoza con el “Amistad”, de Tercera División, y el “Celta”, de Primera Regional, como Clubs filiales, y tiene además dos equipos juveniles en marcha.

–          ¿Entraba el ascenso en tus cálculos?

–          Mi plan era de trabajo formativo, que es lo que precisa el futbol aragonés hoy.  Sobre el ascenso, creo que dije poco más o menos que haríamos todo lo posible por ascender, pero que las posibilidades eran mínimas esta temporada.

–          ¿Por qué tu plan, que fue bien iniciado, no ha podido ser seguido?

–          Porque hay una cierta impaciencia en la afición, que no permite al futbol aragonés alcanzar la solera necesaria.

–          Pero la impaciencia del aficionado, si no normal, es humana, ¿no te precipitaste tú un poco al dimitir?

–          Quizás sí, pero confieso que me sacaron pañuelos una vez y creí deber mío dimitir, sin perjudicar económicamente a la Directiva ni a nadie.

–          ¿Estás en buenas relaciones con la Directiva?

–          Buenísimas. Estos días estoy recibiendo sus felicitaciones por las fiestas y me confiesan que no se saben hacer todavía a la idea de ir al Club y no encontrarme a mí.

–          ¿Sufriste campañas de prensa?

–          Algún sector de Prensa es bastante culpable de lo que ocurre con el futbol zaragozano.  Para que te des cuenta, te diré que han llegado a afirmar que las escuelas de preparadores han sido nefastas para el futbol español, que el futbol sigue siendo improvisación y personalidad…. Y otras lindezas que iban dirigidas contra mi labor táctica y técnica dentro del equipo.

–          ¿Hay disensiones dentro de la afición?

–          Hay una lucha entre elementos ajenos a la actual organización del Club, y entre los que más significan en este sentido desmoralizador es el ex ex entrenador Berkessy.

–          ¿Berkessy?

–          Vive en Zaragoza y su mayor ilusión era y es volver a ocupar el cargo que tuvo que dejar de un modo ruidoso.

–          Recuerdo bien como llegó a tus manos el Zaragoza.

–          Completamente deshecho, a pesar de contar con buenas figuras.  A mi modo de ver, todas las desdichas arrancan de la actuación de Berkessy como entrenador, durante la cual el equipo no logró puntuar en los nueve primeros partidos de Liga.

–          Berkessy fue alumno tuyo en la Escuela Nacional de Preparadores ¿no?

–          Quizás a razón de su asistencia al cursillo haya mejorado unos conocimientos básicos en futbol que creo desconocía totalmente.

–          ¿Vio mal tu nombramiento como entrenador del Zaragoza?

–          Lamento tener que decir que el comportamiento de Berkessy en Zaragoza no ha sido ni elegante ni leal como debiera, máxime teniendo en cuenta que era un hombre que en la tierra aragonesa se le habían dado las máximas facilidades para organizar futbolísticamente su vida en España.  Yo, particularmente, he tenido un enemigo abierto en él.

–          ¿No eres partidario del entrenador extranjero en España?

–          Si es bueno, ¡cómo no!

–          ¿Son buenos todos los que actúan en la actualidad?

–          No tengo nada que oponer.

–          ¿Cuál es el mejor?

–          Scopelli, sin duda alguna.

–          ¿Bueno técnica y tácticamente?

–          Buenísimo en los dos aspectos y un caballero en su trato personal.  Yo poseo recortes de prensa chilenos en los que Scopelli dedica los mayores elogios a las escuelas españolas de preparadores.  Es un detalle que no todos prodigan cuando están fuera de España.

–          Para terminar. ¿Algún recuerdo agradable de tu estancia en Aragón?

–          Los amigos que he dejado en la Directiva, verdaderos caballeros que yo sé cómo y cuánto luchan por un Club pobre al que sostienen gracias a sus grandes dotes de ordenación económica, y también comprobar que se sigue el plan de trabajo que yo tracé, que un día dará sus frutos.

–          Unos frutos que tu no vas a recoger, Balmanya.”

El mismo semanario deportivo zaragozano, publica a continuación la carta que dirigió el húngaro Elemer Berkessy al director de Zaragoza Deportiva, y que este medio publicó también íntegra en la misma edición del lunes 4 de enero de 1954.  En dicha carta se defiende de las acusaciones realizadas por el recién cesado entrenador del Zaragoza Domingo Balmanya.  La carta, que lleva el título “AQUÍ BERKESSY”, dice textualmente lo siguiente:

BerkessyBalmanya05“Sr. D. Eduardo Fuembuena.

Mí distinguido amigo: Perdone usted que me dirija a ese simpático semanario que dirige para hacer llegar a los aficionados zaragozanos la expresión del disgusto que me ha producido leer, otra vez, injustas acusaciones que se hacen en contra mía, y que por ser tan repetidas no puedo dejar sin contestar.  Muchas otras he dejado pasar, pero temo que se entienda como cobardía, o como comodona conformidad por mi parte, mi silencio, y creo que en ninguna otra tribuna como en ZARAGOZA DEPORTIVA, tan leído y tan apreciado por los aficionados zaragozanos, había de hallar mejor resonancia mi disgusto. Muy agradecido por ello, pidiéndole perdón, comenzaré mi alegato.

En el último número del semanario barcelonés “Dicen”, del 24 de diciembre, el Sr. Balmanya hace unas declaraciones en contra mía, manifestando que yo he sido un enemigo abierto para él, y por ello que yo he preparado su fracaso.  No quiero discutir, sino contestar documentalmente.  No hay que olvidar que el Sr. Balmanya había ya achacado su fracaso a “cierto sector de la Prensa”; al público más tarde, y a los jugadores.  Ahora, agotados ya todos los argumentos, ha encontrado otro culpable.  Ese he sido yo.  Para salvar su piel no ha vacilado en informar falsamente a los periodistas catalanes, ignorantes de cuanto había ocurrido en Torrero.

Vamos a dejar hablar a la realidad. Balmanya cogió al Zaragoza el 12 de noviembre de 1952, según él mismo dice, con un material magnífico, el mismo que yo tuve “con todas las facilidades que se me dieron”.  Tenía que jugar todavía veintiún partidos y ha tranquilizado al público diciendo que en quince días tendría equipo.  El primer partido, contra la Real Sociedad, después de un primer tiempo en que se ganaba por 3-1, empataron a 3 y casi se perdió. El segundo partido, contra Vigo, y después de haber asegurado al público que haría una formación “betón” casi imposible de atravesar, se perdió por 6-1.  Luego ha cambiado de táctica y declara que el material con que cuenta es flojo.  Y por ello ha fichado a Unanue, Bolta y al chileno internacional Díaz Zambrano, para reforzar su cuadro.

En seguida vinieron las experiencias ridículas.  Pitarch quedó arrinconado porque pensó luminosamente que Pío, Calo y Roig eran mejores extremos que el pequeño Pitarch, que conmigo llegó a ser uno de los mejores extremos de España, y especialmente el domingo pasado demostró sus magníficas cualidades y sus facultades excepcionales, con lo que ha contestado bien claramente a la equivocación de Balmanya.

Con Atienza ocurrió algo parecido.  Después de haber descubierto que era un magnífico interior, puesto que ocupó hasta fin de temporada, ocurrió la sorpresa de que en la Segunda Liga ya no valía para nada, ni tenía puesto en ninguna de las líneas del equipo.

¿Por qué no le daba ocasión a Riera para que en veintiún partidos demostrara sus facultades, sabiendo que era el jugador más caro del club? Por lo menos hubiera procurado un buen traspaso para este jugador, con lo que el Club se hubiera podido aliviar de su fichaje?  ¿Por qué no dio oportunidad a Higinio cuando Pita había recibido verdaderas goleadas en Vigo, en Barcelona, en Sevilla, donde después de un empate a dos, un error posicional hizo que terminara el partido 5-2?  En este partido, mientras Samu marcó a Arza, se conservó el empate a dos; cuando Gonzalvo marcó a Arza en el segundo tiempo, llegó la derrota.

Pero lo interesante de este encuentro fue que el 12 de abril de 1953 declaraba en el “Correo de Andalucía”: El Zaragoza está mal situado por falta de preparación física al comenzar la Liga.  Y hacía cinco meses que yo había dejado el Zaragoza…. En ese tiempo yo había conseguido que el sencillo Avilés, al que recogí en séptimo lugar, tuviera la seguridad de jugar la Liguilla.  Balmanya seguía echándome la culpa del escaso rendimiento de un equipo que hacía cinco meses que él entrenaba.  ¿Cómo podía ser enemigo abierto de Balmanya, hallándome a 700 kilómetros de distancia de Zaragoza?

Cuando llegó a Zaragoza, un periodista le preguntó: ¿Conoce el material del Zaragoza? Y contestó: Le he visto jugar contra el Barcelona y no comprendo cómo han podido perder después del magnífico primer tiempo con empate a un goal.  Había olvidado rápidamente que el mismo día su equipo, el Gerona, había perdido 8-0 contra el Escoriaza, equipo del que se hallaba a un punto de distancia, mientras el Zaragoza era el colista y el Barcelona estaba en la cabeza de la Liga.

Cuando yo llegué a Zaragoza, en 3 de octubre de 1951, tenía todavía que jugar veinticinco partidos sin conocer no sólo a los jugadores del Zaragoza, ni siquiera a los equipos adversarios.  Así empecé mi trabajo, dejando abiertas de par en par las puertas del campo para que los aficionados pudieran ver mi trabajo.  Ninguna vez culpé a mi antiguo entrenador, Juanito Ruiz, de la situación del Zaragoza.  No hice tampoco ninguna promesa a los aficionados…. Pero terminamos la primera vuelta en el octavo lugar de la clasificación, sin estrellas, por lo menos sin aquéllos jugadores, cualquiera que fuera su nombre, que no querían hacer sus deberes; ni siquiera el aspecto afectivo de la nacionalidad, como ocurrió con Hrotko, que también dejó de jugar.

Salvamos al Zaragoza con jugadores grises, buscando el puesto donde daban más rendimiento, como Daví y Belló, de interiores; Ezquerda, volante; el joven Atienza, y con el resucitado Jugo, con los que alcanzamos el bonito final de temporada eliminando al Atlético de Bilbao en la Copa y permaneciendo en Primera División.

En cambio, en la actuación de Balmanya después de las victorias sobre el Español, Atlético de Madrid y del Bilbao, cuando se esperaba la reacción del Zaragoza y su juego ofensivo, jugándose la última carta, sorprende ver de nuevo formaciones defensivas.

Balmanya ha manifestado muchas veces su aversión hacia los extranjeros, pero podía recordar que durante el Movimiento Nacional, Balmanya estuvo jugando y ganando muchos francos en Francia, esperando hasta que pudo volver a España.  Por ello, parece poco humano que manifiestamente haga declaraciones contra los extranjeros, sobre todo si son refugiados.  Porque, además, falta saber si no estaría dispuesto a aceptar algún buen contrato fuera de España.

Vamos a comparar nuestras personalidades deportivas respectivas.  Balmanya fue entrenador del Tarragona, donde fue llamado como jugador por Nogués, y a quien en gratitud, con una pequeña labor, desplazó de su cargo de entrenador para coger el equipo.  Luego fue a Gerona, que era el equipo de su ciudad natal ¿Qué otros equipos ha preparado? ¿Dónde más ha sido entrenador?

Yo empecé, en 1938, en Hungría mi labor trabajando cinco años en primera Liga, luego dos años como entrenador oficial de la Federación húngara, cuatro años en Italia en Primera y Segunda división, más tarde en Zaragoza y en el Avilés.  En total, quince años de entrenador.

Siempre he sido respetuoso con las leyes del país en que he vivido y las disposiciones federativas de aquéllos países… y, por ello, solicité los títulos regional y nacional españoles, en tanto salvaba al Zaragoza del descenso con la práctica que poseía.

Acudí al cursillo de Barcelona con una carta de la Federación Nacional firmada por el señor Ramírez, en la que se decía que me presentaba para “revalidar mis títulos”, y con mis cuarenta y ocho años, quince años de experiencia de entrenador y tres títulos en mi poder, ocupé mi sitio en la Escuela junto con los principiantes, para demostrar así mi absoluta conformidad con las disposiciones de la Federación Nacional, sin contar para nada mis méritos.

Reconozco que, efectivamente, allí aprendí mucho, cada país tiene sus sistemas; pero fíjese nuevamente, señor Balmanya: en Hungría el primer curso nacional se inauguró en 1938, y mi título lo obtuve en 1940, y en España el primer cursillo oficial se inauguró en 1949-50.  No quiero discutir la valía del fútbol húngaro, bien claro lo demuestra su rendimiento, con veintiocho victorias, y con el brillante resultado reciente sobre Inglaterra en Wembley, ni quiero decir tampoco nada de mis méritos señalando que en ese equipo que venció a Inglaterra, cuatro jugadores: Lorant, defensa central; Zakarias, Bozsik, volantes, e Hidegkuti, delantero centro, fueron descubiertos y en sus primeros tiempos preparados por mí.  Ni quiero tampoco recordarle que de ese mismo equipo internacional formé parte dieciocho veces.

Documentalmente puedo demostrar en cualquier momento la veracidad de estas manifestaciones, como puede testimoniar Kubala mismo, que sabe bien de mi actuación en Hungría.

Finalmente, y para terminar, quiero destacar que en todas partes la misión de los entrenadores es trabajar con sus jugadores, sudando todo lo que sea preciso para lograr una perfecta compenetración y un perfecto dominio por parte de cada jugador, que sólo trabajando arduamente se logra.  Sentado en el banquillo no se puede lograr un perfecto trabajo.  Nadie podrá acusarme de haber dado un paso para lograr el fracaso de Balmanya, él solo lo ha preparado.

Confieso que después de él hubiera cogido muy a gusto el Zaragoza, para demostrar que con el mismo material, colocando a cada jugador en su puesto, pudiera llegar a dar la máxima satisfacción para los aficionados y para el Club, por ejemplo bajando a Belló a la línea delantera, contando con Ezquerda como volante, como una iniciación de solución.

Moralmente estoy rehabilitado, desde el momento en que, según pudieron ver la mayor parte de los aficionados recordando mi labor, esperaban mi regreso al Zaragoza.

Ya veremos cuándo en la vida de Balmanya puede darse el caso de que la afición zaragozana desee su regreso….

Y nada más, señor director; únicamente quiero expresar el sentimiento que me produce que la conducta de un antiguo compañero mío, jugador como yo del Barcelona, y un colega, preparador como yo, y entrenador como yo, y entrenador como yo, me haya obligado a hacer estas declaraciones; pero todos deben comprender que no se puede soportar tan continuado, tenaz e injusto ataque sin que por una vez por los menos pueda defenderme.

Mi gratitud para las columnas acogedoras de ZARAGOZA DEPORTIVA, para usted, señor director, y para los aficionados zaragozanos, a quienes aprendí a apreciar en Torrero.

                                                                                                          EMILIO BERKESSY

Como podemos comprobar, tras la lectura de las declaraciones de ambos entrenadores, un auténtico culebrón de los años cincuenta,  a la altura de los grandes debates dialécticos entre José Mourinho y Pep Guardiola en tiempos mucho más recientes.

Esto es tan solo un adelanto de lo que podréis encontrar, en su debido momento, en el libro que estamos elaborando entre Javier Bravo y un servidor.  Tal vez en otro número de Cuadernos de Fútbol os adelantemos algún otro culebrón.  Mientras tanto seguiremos investigando.