Las colegiadas piden paso en el futbol masculino

El fenómeno del fútbol femenino ya no es una cuestión de modas, ni de responsabilidad social; tras largos años de pelea es una realidad. Está claro que el camino aún no ha hecho más que comenzar, pero tal y como decía José Antonio Madrigal: “Esfuércese un poquito solo en los pequeños y primeros pasos, y los demás vendrán solos”.

En estos tiempos tan cambiantes, es evidente que el fútbol está avanzando a pasos agigantados. Ya no se trata únicamente de quién es el mejor equipo, de que la SuperLiga es o no beneficiosa para este deporte, si no las propias reglas del juego se están adaptando al fútbol moderno.

Nunca dejaré de pensar en lo sencillo que parece y lo difícil que resulta aplicar correctamente esas reglas. Sin duda, la labor de los árbitros es esencial para que este deporte siga adelante, en el que muchas veces son el foco de todas las críticas mientras se dedican a lo que mejor saben hacer, que es hacer su trabajo.

Al igual que ha ocurrido en el fútbol femenino, el auge de las árbitras en esta última década en la categoría masculina va en aumento, figuras que muchas veces ven ensombrecida su labor sin un reconocimiento por todo su trabajo realizado a lo largo de los años.

Como en todas las historias, siempre hay una pionera que contra todo pronóstico rompió las reglas de una sociedad nada acostumbrada a ver figuras femeninas ligadas al mundo del fútbol. “La chica árbitro” para los periódicos de aquella época; para nosotros, Raquel Hernández de Mendiguren. Al igual que el país, que veía la luz con los últimos años del franquismo, apareció esta joven alavesa de tan solo 22 años, dispuesta a cumplir su sueño de ser árbitra profesional. Corría el año 1969, cuando Raquel dirigió su primer amistoso oficial. Fue en Mendizorroza, organizado por la agrupación de Radio y Televisión de Vitoria. Como ella, existen muchísimas mujeres que fueron y son capaces hoy en día de hacer frente a todos los prejuicios de la sociedad y seguir trabajando para que sean otras las que sigan ese legado.

Primer partido arbitrado por una mujer en territorio nacional, Raquel Hernández de Mendiguren hace historia. Fuente: El Correo

 

Marisa Luis Villa. Fuente: Twitter

Otra de las figuras más reconocidas en la historia del arbitraje femenino del territorio español es Marisa Luis Villa. En su espalda, más de 400 partidos, incluyendo torneos internaciones como JJOO (Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012), dos mundiales femeninos (China 2007, Alemania 2011), dos mundiales femeninos sub-20´ (Rusia 2006, Alemania 2010) y dos Eurocopas femeninas (Finlandia 2009, Suecia 2013). En sus 17 temporadas en la élite del fútbol femenino, también estuvo presente como delegada de colegiados de Primera División, marcando un precedente nunca vivido en nuestro país. Sin hacerlo de forma directa, se convirtió en la primera mujer ligada al arbitraje que trabajaba activamente en la máxima categoría. Sus años de trabajo vieron sus frutos incluso tras su retirada en 2013, ya que siguió trabajando para la RFEF, consiguiendo que la Liga Iberdrola sea arbitrada por mujeres convirtiéndose en una figura referente en la integración de la mujer en el fútbol.

Si hablamos del ámbito internacional, una de esas mujeres que ha sido capaz de romper todas las barreras ha sido la alemana Bibiana Steinhaus. En 2007 dio un gran paso histórico al ser la primera juez central en dirigir un partido masculino de la Bundesliga 2. Su ascenso no resultó nada sencillo, ya que no sería hasta 10 años más tarde cuando por fin le dieron la oportunidad de dirigir un encuentro en la máxima categoría alemana, en el partido que enfrento al Hertha de Berlin frente al Wender Bremen de la temporada 2017/2018 de la Bundesliga. Más allá de que se la conociera como “la mujer que paró a Guardiola” cuando ejercía de cuarto árbitro, es una de las referentes a nivel mundial. Sin embargo, como siempre, hay una parte de la historia que no aparece en todas las portadas. Al igual que muchas otras, Bibiana tenía el sueño de ser futbolista, pero sin el talento necesario, decidió seguir los pasos de su padre para comenzar su formación con tan solo 15 años. Desde que debutó con la pronta edad de 16, ha podido compaginar el digno arte del arbitraje con la de ser policía, aunque eso signifique que tenga que estar en comisaría los días festivos para poder acudir a arbitrar los fines de semana. Actualmente con sus 41 años, está en la tercera posición del ránking mundial de la IFFHS.

Qué duda cabe la importancia que tiene el país de procedencia de estas colegiadas, siendo Alemania y Francia los líderes en la apuesta del fútbol y arbitraje femenino. Reflejo de ello, otra de las grandes árbitras en el fútbol masculino es la francesa Stéphanie Frappart. Gracias a su trabajo y dedicación, no sólo pasará a la historia por ser la primera mujer en arbitrar un partido de League 1, sino que también lo hará por dirigir uno de Europa League y Champions League. Su caso es ligeramente distinto al de Bibiana, ya que desde muy pequeña jugó en las categorías inferiores del AS Herbay. Aunque talento no le faltaba, ya desde los 13 años tenía claro que su sueño era el arbitraje, por lo que comenzó a acudir a clases para aprenderse perfectamente el reglamento del futbol. Lamentablemente, no toda la sociedad está aún preparada para ver cómo tanto hombres y mujeres tienen cabida en el fútbol, sea la modalidad que sea. En 2015, el entrenador David Le Frapper, que por aquel entonces dirigía el Valenciennes FC, realizó unas polémicas declaraciones alegando que “es complicado para una mujer arbitrar en un deporte de hombres”. Lo que engrandece la figura de Stéphanie es que ni siquiera se molestó en contestar a tal absurdez; siguió centrada en su trabajo y es por lo que, hoy en día, se le considera toda una institución en el arbitraje francés.  Como colofón a su carrera, Frappart también dirigió la Supercopa de Europa entre el Liverpol y el Chelsea en el Wanda Metropolitano, lo que sentó un gran precedente por parte de UEFA y FIFA. Sin duda, una mujer que no entiende de barreras.

Stpehanie Frappart y Bibiana Steinhaus arbitrando sendos partidos. Fuente: Marca

Tras el precedente marcado por la ya mencionada Marisa, en España también podemos sacar pecho con Guadalupe Porras Ayuso, única y primera juez de línea en la historia del fútbol masculino español en la máxima categoría. La pacense nunca ha tenido pelos en la lengua, dejando claro en sus apariciones públicas que “arbitrar es gestionar emociones, si no gestionas las tuyas, ¿cómo vas a gestionar las de los jugadores, técnicos, etc.?”. Gracias a su carácter, curtido en 9 años en el ejército y la igualdad como bandera, defiende que los menosprecios son los mismos en cantidad a la de sus compañeros de profesión, aunque las suyas son dirigidas a su sexo. Al igual que otras mujeres que decidieron dedicarse al arbitraje, tuvo que dejar atrás su vocación de estudiante de primaria para seguir su sueño. Su camino no fue nada fácil; tras su debut con 16 años en la Tercera División Española y su rápido ascenso a Segunda B el próximo año, tuvo que esperar ocho más para ascender al ámbito profesional. Como ya adelantaba al inicio del relato, la temporada 2019/2020 ascendió a la máxima categoría masculina donde se grabará en el recuerdo de todos aquel enfrentamiento en Son Moix entre el R.C.D. Mallorca y la S.D. Eibar. Ella ha sido capaz de marcar la diferencia de tal manera que este año fue una de las jueces de línea en la final en La Cartuja de la Copa del Rey 2021. Un ascenso fulgurante que augura un futuro formidable dejando claro que, si se quiere, se puede.

Debut de Guadalupe Porras Ayuso en la máxima categoría en Son Moix. Fuente: Mundo Deportivo

Para terminar, me gustaría terminar con una mención especial para la turca Drahsan Arda. Probablemente, a la mayoría no le suene de nada su nombre, pero hace apenas dos años la FIFA la reconoció como la primera mujer árbitro en la historia del fútbol, siendo su primer partido el 26 de junio de 1968. Nacida en Edirne, se formó como árbitro en su país natal en 1967, para un año después arbitrar su primer partido semiprofesional en el estadio Mithatpasa de Estambul. Tras mudarse a Alemania, donde además de ser maestra ejerció de árbitro durante 30 años, recibiendo una insignia de oro y una placa de la Asociación Bávara de Fútbol (BFV). Tras recibir el reconocimiento de la FIFA en 2018, la mujer de 73 años declaró que: “Es un honor ser la primera en la historia. Estaba entusiasmada con mi primer partido hace exactamente 50 años. Con la carta que me envió la FIFA, volví a vivir esa emoción”.

Fuente: Daily News

Lo idílico de todas estas historias es que cada una de ellas tiene un trasfondo tan profundo que inspirará a las jóvenes generaciones a perseguir sus sueños. Por mucho que la sociedad les ponga barreras, estas luchadoras estarán en el recuerdo de todos cada vez que una mujer consiga avanzar en el mundo del fútbol que históricamente, tan mal las ha tratado.




Recusaciones arbitrales: un desahogo por la paz

Antaño, viendo a los árbitros ataviados con su sempiterna ropa negra, cualquier espectador de fútbol poco avezado pudo pensar que estarían guardando luto riguroso. Ya decir verdad, si eso ocurría durante los años 50 y gran parte de los 60, en el pasado siglo, razones tenía el colectivo del silbato para estar de duelo.

Dedicarse al arbitraje, entonces, máxime en categorías modestas, equivalía a la aceptación de agresiones, lluvias de insultos y vituperios cantados a voz en cuello desde el graderío, una suma de insolidaridades, tanto sobre el césped como en los despachos del balón y hasta, en casos extremos, el posible rescate de la Guardia Civil o Policía Armada, con disparos al aire. Todo eso por muy poco dinero y a costa de ser mirados como el garbanzo negro de una fiesta pasional, donde siempre se imponía la víscera al cerebro. Cualquier somero repaso al anecdotario de aquellos trencillas heroicos, puede que hoy día se nos antoje relato surrealista, aun dejando en el tintero las peripecias más abracadabrantes. Se la jugaban, ya lo creo. Y repetían al domingo siguiente, inasequibles al desaliento, tal y como el slogan falangista había inoculado en seseras y corazones. Sin duda, estaban hechos de otra pasta.

Corría la temporada 1954-55 cuando el aún neófito colegiado manchego Muñoz Morales llegó hasta Herencia, dispuesto a pitar un choque de categoría Regional entre dicho club y el Manzanares. Llegada la hora del encuentro, no había rastro ni noticias de los visitantes. Y como la cosa siguiera igual una vez cumplido el plazo límite de cortesía, extendió el acta de incomparecencia. “Bueno, señores -dijo a los directivos del Herencia-, pues abónenme ustedes la minuta”. Poco faltó para que se le rieran en la cara: “Va usted listo si pretende cobrar, cuando no ha soplado siquiera el silbato. Aquí sólo pagamos si hay partido”. Lógicamente sobrevino la discusión. “Que han de hacerlo, hombre, puesto que yo he venido hasta aquí”. “Mire por dónde, yo también estoy aquí y le digo que no va a ver un duro”. “Informaré a la Federación”. “Como si informa al Papa. Y no se ponga gallito, que a lo peor acaba cobrando de otro modo”.

Muñoz Morales tuvo que plegar velas. Y puesto que desde Herencia hasta Alcázar de San Juan no existía medio público de locomoción, se dispuso a cubrir los 12 kilómetros de trayecto a pie. En mala hora, ya que a poco de salir se le hizo de noche y empezó a llover torrencialmente. Con tan tremendo aguacero, la maletita de cartón donde portaba su uniforme arbitral comenzó a reblandecerse, viéndose, de pronto, sujetando sólo el asa de hojalata y con todo el atuendo deportivo por el suelo. ¡Y venga agua y más agua!.

Al tropezar con una caseta de camineros aporreó el portón insistentemente, sin obtener respuesta. La noche, a causa de los nubarrones, no podía ser más completa. Para colmo, la trabilla del pantalón, quién sabe si ante el peso que fue adquiriendo la tela empapada, acabaría rasgándose. Por fin, desde lo alto de una cuestecilla pudo ver las luces de Alcázar de San Juan en la lejanía. Habían pasado dos o tres coches, ciertamente, pero sus enérgicos gestos para detenerlos, unidos al deplorable aspecto que presentaba, sólo se tradujeron en imponentes acelerones. Tres horas después de abandonar Herencia, cuando el diluvio había amainado bastante, alcanzó el casco urbano de Alcázar. A buenas horas, se dijo. Estaba aterido, enfadado consigo mismo y harto de preguntarse por qué diantre se le ocurriría meterse en estos líos. Además, muy consciente de su apariencia sospechosa, prefirió adentrarse por las calles más alejadas. Craso error, puesto que tan pronto se hubo cruzado con el primer guardia, fue conducido al cuartelillo. “¡Qué barbaridad! -remataba el desenlace, entre risas, tiempo después, cuando tanta fatiga devino en anécdota-. ¡Lo que me costó convencer a esos hombres que era un pobre árbitro, a quien las cosas se le habían dado mal en Herencia!”.

Salarios arbitrales, según la circular Nº 5 de la Federación Española de Fútbol, aplicables a partir del ejercicio 1953-54. La relación incluía una errata, pues donde indica 1ª División y torneo que califique, debería recoger 3ª División. Muñoz Morales tendría que haber cobrado en Herencia 100 ptas. escasas.

Salarios arbitrales, según la circular Nº 5 de la Federación Española de Fútbol, aplicables a partir del ejercicio 1953-54. La relación incluía una errata, pues donde indica 1ª División y torneo que califique, debería recoger 3ª División. Muñoz Morales tendría que haber cobrado en Herencia 100 ptas. escasas.

Otras veces los hombres de negro salían peor librados, como ocurrió durante la disputa del último partido correspondiente a la Regional Aragonesa, en mayo de 1954. El Utebo y La Montañesa dilucidaban el título en el campo de los primeros. Y claro, puesto que el once local no lograse arañar sino un insuficiente empate a 2, el partido acabó entre golpes, carreras, patadas y bastonazos. Tanto el señor Escaño Ibáñez, árbitro aragonés, como sus jueces de línea, apellidados Pastor y Costart, tuvieron que ser atendidos en la Casa de Socorro zaragozana. Tras practicárseles distintas curas y cerrar con puntos alguna herida, el juez principal y uno de los auxiliares pudieron ir a sus domicilios. No así el Sr. Costart, cuya rotura del peroné izquierdo exigió hospitalización.

Apenas tres meses antes, en febrero de 1954, el trencilla andaluz López Alamillo, afecto a la delegación de Córdoba, las había pasado de a kilo mientras dirigía el choque Úbeda – San Fernando correspondiente al grupo 6º de Tercera División. Puesto que el informe elaborado por la delegación cordobesa para ser remitido a Sevilla, es lo bastante explícito, huelgan muchos comentarios:

“Cuando el partido iba 1-1 se produjo un ambiente de febril coacción contra el aludido, invadiendo el público el terreno de juego cuatro veces, al punto de quedar interrumpido el partido en una ocasión durante 12 minutos, sin que encontrara el juez de la contienda asistencia protectora, y sin que fuera evitada la acción directa y ruda contra él mismo, a quien se exigió, en dramático clima, que continuara el partido “hasta que venciese el Úbeda”. Así sucedió, prolongándose indefinidamente el encuentro hasta que marcaron los locales”.

Tras el pitido final, aquel hombre fue llevado al cuartel de la Guardia Civil, y más tarde trasladado a Baza, donde, gallardamente, no sólo se negó a entregar el acta, sino que estableció contacto con el Colegio Regional Andaluz y la Federación Sur tan pronto obtuvo conferencia telefónica. Su acta definitiva recogió además, sin ambages, que el resultado definitivo había sido de igualada a uno, “ya que el segundo gol fue logrado fuera del tiempo reglamentario y en prórroga impuesta, acatada ante los riesgos que personalmente corría”.

Por supuesto, habría de darse oficialidad federativa a ese 1-1, imponiéndose al Úbeda la sanción económica habitual para hechos de esta índole. Liviano castigo, por lo demás, como en seguida veremos.

Acertada visión de arbitraje en categorías modestas, a finales de los 40, según el dibujante bilbaíno Luis del Olmo.

Acertada visión de arbitraje en categorías modestas, a finales de los 40, según el dibujante bilbaíno Luis del Olmo.

A tales extremos llegó la inseguridad de muchos colegiados, y tan tremenda fue su indefensión, cuando en campos difíciles disponían por todo amparo de una pareja de la benemérita, o como máximo un cabo y tres números, que desde las distintas Territoriales irían impartiendo instrucciones, resumidas según el viejo aforismo de “por la paz, un avemaría”.

Consecuente con los nuevos postulados, cierto árbitro apellidado López, encargado de lidiar un Linares – Elcano allá por diciembre de 1963, no tuvo inconveniente en conceder un penalti a los locales, cuando el marcador señalaba empate a uno y la temperatura ambiental auguraba bastante más que una simple erupción volcánica. Según el informe del propio colegiado, parece que el penalti no existió, que los jugadores locales se empeñaron en lanzarlo, por más que junto al punto fatídico les advirtiese “que si lo tiraban, no valía”. Y como el portero, muy consciente de que el horno estaba para pocos bollos, tampoco hiciese mucho por atajarlo, el equipo jienense pudo irse al vestuario celebrando su irreal victoria.

Pero he aquí que el conflicto acabaría enredando a dos informadores, con versiones contradictorias de lo acaecido. “Banderín”, corresponsal en Linares, y “Borbujo”, desde la sombra de la Giralda, no escatimaron ni tinta ni papel en la defensa de su particular verdad. El denuedo con que ambos se emplearon llevaría el diario “Marca” a contemporizar, mediante una columna firmada por Ernesto Del Mar. Hecho por demás insólito, tratándose de acontecimientos con carácter muy local: “Por lo que se ve, con el penalti pasó lo que suele ocurrir con las visitas de los niños; que se encaprichan de cualquier cosa y a la hora de la despedida se niegan a devolverla. “Ya te la mandaré mañana, Mercedes; al chico se le pasa la perra en seguida”. Y esto, según el informe, es lo que sucedió el Linares”.

Desde “Marca”, claro está, se decantaron por la versión de Borbujo. En parte porque su relato sobre un acta suscrita con el tanteo de 2-1, invalidada telefónicamente tan pronto el árbitro se consideró a salvo, se antojaba más verosímil. Pero sobre todo porque Borbujo era corresponsal del deportivo madrileño desde la capital hispalense. Tampoco era cuestión de dejar tirado al compañero.

El 30 de octubre de 1966, cierta crónica de la prensa navarra muy bien pudiera sumergirnos en el ingenioso cine de Rafael Azcona y Luis García Berlanga. Rezaba así:

“Un espontáneo de 75 años fue el artífice de la victoria obtenida por el conjunto local en el partido de fútbol de Segunda Regional disputado el pasado domingo, entre el Cabanillas y el Muskaria de Tudela.

El partido transcurría sin que ninguno de los dos equipos pudiese perforar la puerta contraria. En un avance del Cabanillas, un chut a media altura salió desviado tres o cuatro metros a la derecha de la portería. Un espectador de 75 años devolvió la pelota al terreno de juego, mediante un rodillazo, con tan buena fortuna que la jugada sería aprovechada por un delantero del Cabanillas, para anotar el gol de la victoria. La maniobra pasó inadvertida al árbitro de la contienda, Carmelo Ausejo, que dio validez al tanto, entre el estupor de cientos de espectadores imparciales.

Ante la protesta de los seguidores del Muskaria, una treintena de partidarios del Cabanillas se lanzaron al campo, aclamando al árbitro para que no rectificara. El entrenador del Muskaria, Emilio Peinado, saltó también al terreno de juego, intentando demostrar al colegiado su error. Sería agredido y derribado por los excitados hinchas del Cabanillas, mientras el gol subía al marcador.

El Muskaria ha recurrido ante la Federación Navarra, pidiendo sea anulado el encuentro, puesto que la validez del mismo podría traer consecuencias desagradables”.

Al día siguiente una nota de “Alfil” fechada en Tudela, recogía brevemente:

“Esta misma tarde, con ocasión de la intervención del mismo árbitro en la localidad de Murchante, varios aficionados del Muskaria -medio centenar- se han desplazado con el exclusivo objeto de abuchearle. En Murchante se han producido a lo largo del encuentro varios incidentes desagradables”.

Si tuvo que contemporizar mucho el Sr. Carmelo Ausejo, o si como sugiere el texto de “Alfil” pudo salir relativamente ileso, es algo que desconocemos. En todo caso, no parece se viera en la necesidad de pitar el penalti del miedo.

Así bautizó la prensa al “por la paz un avemaría” de no pocos árbitros en peligro. Prensa nacional, incluso, no ya la de ámbito más reducido, susceptible, por ello, de incurrir en juicios parciales. Concluía febrero de 1964 cuando en la provincia pontevedresa, el árbitro Juan Balsa sintió en sus carnes la aguda dentellada del miedo.

El humor de Orbegozo, para un asunto muy serio.

El humor de Orbegozo, para un asunto muy serio.

Ocurrió, en cambio, durante la disputa de un Bueu – Foz, correspondiente al Grupo 1º de Tercera División. Según escrito enviado a la Federación Gallega de Fútbol desde la directiva del Foz, los hechos se desarrollaron así: “Después de señalar penalti contra los locales, y ante la indignación que el cobro de dicha pena causase entre los espectadores, el árbitro se dirigió a Hermida, encargado de ejecutar el castigo, diciéndole textualmente: “Envía el balón fuera, o de lo contrario aquí nos matan”. Hermida, para dar la victoria a su equipo, lanzó el balón sobre el marco, consiguiendo elevar el gol al tanteador. Pero entonces el árbitro, incomprensiblemente, anuló el gol arguyendo fuera de juego. Puesto que no ocurriera ninguno de los casos tipificados en el Reglamento para anular un tanto, y éste se produjera limpiamente, sin rebote en el poste ni pase a un compañero situado en posición ilegal, debió haberse dado por válido”.

Había que tener afición y un arrojo no menos sólido que el de los más bragados toreros. Y Juan Balsa, pese a sus manejos con el penalti, era de los que andaba sobradito. En 1979, 15 años después de su mal trago en aquel Bueu – Foz, ya era un juez muy reconocido por la Territorial Gallega. Y eso, aunque pueda antojarse paradójico, no siempre le reportaba beneficios, tal y como desarrollase “El Correo Gallego” bajo un elocuente titular -“Las penalidades de un árbitro”-, que Víctor Tobío, redactor del medio, justificaba así:

“En 24 horas, tres partidos pitados y sin llevarse nada a la boca. El sábado por la tarde dirigió la semifinal de Juveniles Compostela – Arosa. El domingo de mañana tuvo que desplazarse a Vigo para dirigir la otra semifinal de Juveniles Apóstol Santiago – Atlético Orense. Y por la tarde, sin tiempo material para comer, tuvo que arbitrar el Aguiño – Carreira, con desplazamiento  desde Vigo a Ribeira entre partido y partido”.

Este hombre orquesta del Colegio Gallego también pitó la final de Copa en dicha categoría, el 21 de junio del 79, en las instalaciones santiaguesas de Santa Isabel, choque resuelto por 1-0 a favor del Atlético Vista Alegre. Al término del partido, la directiva anfitriona tuvo el detalle de obsequiar al trencilla y los dos entrenadores con placas conmemorativas, de esas que siempre lucen en una vitrina o sobre el aparador del salón.

Sin duda esa afición se alimentaba de orgullo. Porque lo que es dinero…

Sin salir de Galicia, veamos cómo tradujo en vil metal el propio “Correo Gallego” (año 1968, cuando Juan Balsa purgaba sus días festivos entre gritos, paraguas amenazantes y barro a espuertas) la contabilidad de cierto devoto del silbato, por demás modélico:

“Un árbitro amigo mío, residente en Santiago, me contó sus cuitas hace algunos días. Resulta que como “trencilla” de modestos que es, fue encargado de arbitrar un partido en Órdenes, para lo cual recibió las dietas correspondientes, según sigue:

Para comer…………. 75 ptas.

Viajes………………. 31 ptas.

Arbitraje……………. 50 ptas.

     Total…………… 156 ptas.

De estos haberes, dedujo los gastos que siguen: Dos actas enviadas a la Fed. Gallega de Fútbol, 2 ptas.; 2 actas a la Delegación de Santiago, 2 ptas.; otras 2 actas a cada uno de los equipos, 2 ptas. Cuatro sellos de Correos, 6 ptas. Desgaste de bolígrafo, 0,50 ptas. Comida, 25 ptas. Lavado de uniforme, 30 ptas. Desgaste de equipaje, 15 ptas. Obsolescencia de silbato, 0,50 ptas. Merienda para reponer fuerzas, 25 ptas. Invitaciones para agradecer el “auto-stop”, 50 ptas. Invitación de café a los linieres, 15 ptas. Total de gastos… 173 ptas.

En resumen, mi amigo árbitro registró una pérdida para su peculio particular de 17 ptas. Otra vez tendrá que desplazarse a pie, para que el arbitraje le proporcione algún ahorro”.

Sin ver apenas un duro, bastante hacían apañándoselas con El Penalti del Miedo. ¿Acaso pretendía alguien que los árbitros cayesen con las botas puestas, estando tan absolutamente desamparados desde instancias que deberían defenderlos a capa y espada?. Bastará revisar unas cuantas sanciones correspondientes al ejercicio 1967-68, impuestas por el Comité de Competición madrileño al Socuéllamos, Quintanar, Pedro Muñoz y Getafe, para extraer conclusiones.

“Multar con 500 ptas. al club por lanzamiento de piedras contra el árbitro desde el público, durante varias fases del encuentro”.

“Multa de 700 ptas. al club por lanzamiento de piedras al árbitro durante el partido, resultando alcanzado el mismo”.

“Multa de 1.000 ptas. por lanzamiento de piedras y botellas desde el graderío y agresión al árbitro, siendo el club reincidente en estos hechos”.

Desde luego no se les iba la mano a los jueces de competición, castigando tanta barbaridad. Únicamente 1.000 ptas., la séptima u octava parte de un salario mensual corriente por esos años, hallándose en peligro la integridad física del colegiado, los linieres y cualquier futbolista. Sin duda era preferible que a los trencillas les robasen el reloj, conforme le ocurrió unos lustros antes a Carlos Echevarría, andado el tiempo directivo del Comité Central de Árbitros y a la sazón designado para un Betis de Madrid – Sporting Vallecano, en el desaparecido campo de Las Delicias.

Concluida la primera parte, un sector del público pudo contemplar, extrañado, cómo el juez y sus linieres miraban y remiraban al suelo, sin encontrar nada. Según se supo, al árbitro se le había caído el cronómetro, por rotura de la correílla, y éste no aparecía. Un espectador, entonces, le hizo señas con energía. “Yo he visto cómo un jugador del Sporting Vallecano, mientras el balón estaba en juego, se acercó al público y entregó algo a un conocido”, informó. El espectador con tan buen ojo fue conducido hasta la caseta, para que pudiese identificar al futbolista en cuestión. Al ser reconocido, éste dijo que, en efecto, se había encontrado un reloj, y lo entregó a un amigo para que lo guardase por si aparecía el propietario. De inmediato trataron de encontrar al amigo, pero fue imposible porque, amoscado, prefirió salir pitando. En cuanto concluyó el partido, árbitro, jugador y un guardia partieron hacia el domicilio del “depositario”. Les tocó esperar. Y mucho. O aquel individuo era un juerguista, o tenía motivos para suponer pudieran estar esperándole. Hacia las doce de la noche, con los serenos adormeciendo su pluriempleo en las penumbras más discretas, apareció por fin, sin haber empeñado el cronómetro, quizás al no encontrar un Monte de Piedad abierto. Obviamente tuvo que devolverlo, antes de partir hacia comisaría con su compadre futbolista.

RecusacionesArbitrales04Se entenderá que los árbitros de elite, tras forjar su aprendizaje en un ambiente tan hostil, estaban más que acostumbrados a la indefensión, el ninguneo y las trifulcas. Y a pisar de puntillas, también, para pasar desapercibidos. Característica esta última muy bien aprovechada por los rectores federativos, con el beneplácito, por triste que se antoje, de quienes antaño tuviesen voz en el Comité. Sólo así se explica su acatamiento del disparate que significara el derecho de recusación.

Desde que el fútbol comenzase a concitar devociones y al compás de su creciente potencial económico, las quejas de los clubes por el trato arbitral devinieron en problema endémico. No era lo mismo para las taquillas ocupar puestos cabeceros, que navegar en la mediocridad. Y peor aún, claro, la exposición a un siempre dramático descenso. Por otra parte, salir derrotados en casa o sufrir goleadas sangrantes fuera, podía traducirse en disgusto del público, gritos mirando al palco y exhibición de pañuelos. Siempre había razones para sentirse a disgusto con el desempeño de los trencillas, exigir a tal o cual colegiado y convertir los plenos federativos en una suma de amenazas, llantos plañideros e imputaciones por direccionamiento torticero. Hasta que alguien tuvo la idea de contemporizar, otorgando a los clubes, o para ser más exacto a sus juntas directivas, la facultad de recusar a cuantos considerasen particularmente hostiles, entre el gremio del silbato.

Las recusaciones vinieron a ser, en suma, algo así como un lavatorio de manos en la palangana de Pilatos. Mejor que los clubes tomasen por enemigo al señor de negro, que a los propios federativos. Es más, desde el órgano rector podían presumir de máxima transparencia, porque sólo quien no tuviese nada que esconder podría otorgar a sus afiliados tamaña fuerza coercitiva. Al menos a sus afiliados más señeros, porque este derecho regía tan sólo en el ámbito más profesional.

Los colegiados, rebaño ovino bien pastoreado, ofrecieron muy poca, por no decir ninguna oposición. Se tomaron el hecho de que cualquier club los recusara como una deslealtad más del fútbol para con ellos. Una nueva genuflexión en su viacrucis, silbato al hombro.

Al poco tiempo, en la propia F.E.F. se empezó a entender que la avalancha de recusaciones derivaba en un problema nuevo: el de la falta de árbitros. O en todo caso la dificultar de encajarlos jornada tras jornada, entre los siete u ocho enfrentamientos dominicales. Tuvieron que limitar las recusaciones -a la fuerza ahorcaban- a sólo dos por club y temporada, estableciendo, además, una caducidad temporal suficiente para que antiguos enojos y sofocones se olvidaran, o que éstos hallasen remplazo con nuevas y más dolorosas afrentas. Ello no fue óbice para los presidentes de casi todos los clubes siguieran hablando de “recusaciones a perpetuidad”. Debían creer que así su masa social se sentiría más y mejor vengada.

Probablemente arroje alguna claridad el siguiente cuadro sinóptico, desglosando los recusados por cada equipo de 1ª División la campaña 1967-68, tomada como ejemplo no muy aleatorio.

RecusacionesArbitrales05De los 27 árbitros, sólo 9 podían intervenir en cualquier terreno, al estar limpios de recusación: Cardós, Ibáñez Alarcón, Rigo, Herrero Verdejo, Martínez Banegas, Sánchez Ibáñez, Sánchez Ríos, Oliva y Vilanova. Ni siquiera los más afamados trencillas salían indemnes: At Madrid y Betis tenían recusado a Juan Gardeazábal, y Barcelona y At Bilbao a Ortiz de Mendíbil y Zarquiegui, respectivamente. El Barcelona, por su parte, rizaba el rizo tachando de su lista a 3 de los 4 recién ascendidos desde 2ª División: Camacho, David Aguado y Urrestarazu. El cuarto se libraba, en realidad, por fuerza mayor, puesto que Vilanova Pericás tampoco podía pitarles, al ser colegio catalán. La Real Sociedad, como recién ascendido después de varias campañas en el purgatorio de 2ª, mantenía su casilla a cero. Sin embargo C. D. Málaga y Real Betis, las otras dos novedades en la elite, preferían vengar viejas e hipotéticas afrentas purgando a Barragán y Gardeazábal.

Si comparamos esta situación con la del ejercicio anterior, destaca el cambio drástico del R. C. D. Español, que pasaba de 9 recusados a ninguno. Y eso que orgánicamente tampoco habían cambiado mucho las cosas entre los “pericos”, por más que ocupara su poltrona Juan Vila Reyes, sustituyendo a José Fusté. Vila Reyes, no obstante, había presidido la Comisión Deportiva españolista durante el campeonato 1966-67, distinguiéndose, como tal, con una contundente campaña contra los colegiados, a raíz de la cual sería conocido como “El Rey de las Recusaciones”. ¿Qué había ocurrido, pues, entre la calle Córcega 300 -su sede social- y el campo de Sarriá? Pues sencillamente, que el balón y la plantilla supieron mostrarse generosos con un tercer puesto, por delante de At Madrid, Zaragoza, Valencia y At Bilbao. El Real Madrid, campeón una vez más, tampoco tachó a nadie de su lista. Cuando las cosas ruedan en lo deportivo, antes, ahora, y probablemente en el futuro, los árbitros fueron, son y serán vistos como santísimos varones.

La desmesura que representaba el omnímodo derecho concedido a los clubes, y sobre el uso tan injusto como caprichoso que del mismo hacían, justifica cierta reflexión: el vizcaíno Ortiz de Mendíbil, pese a ser el mejor puntuado durante la campaña 1966-67, era visto casi como un veneno por la entidad “culé”. Zarquiegui, con la segunda puntuación mejor, el maltrecho Gardeazábal, a causa de distintas lesiones (4º), Medina Iglesias (5º), o Pintado (6º), también figuraban en la lista negra. El asturiano Medina Iglesias tachado por cuatro clubes, nada menos. Paradójicamente, Herrero Verdejo (19º), Cardós Sanchís (20º), Ibáñez Alarcón (21º), Martínez Banegas (16º), o Sánchez Ríos (18º), no parecían haber ofendido a nadie. ¿Quién podía ver en aquel tejemaneje una solución, cuando se penalizaba la calidad y salían indemnes los mediocres?.

Humor negro de Néstor, sobre los hombres de luto, fechado en 1970.

Humor negro de Néstor, sobre los hombres de luto, fechado en 1970.

Adolfo Bueno Perales, el recusado por más clubes, había quedado 7º, entre 27, en la puntuación otorgada por los propios clubes, delegados federativos y responsables del Comité. No se lo explicaba, pese a su intento de mostrarse comedido en la entrevista que ofreciese, junto al Ebro y la Pilarica, al reportero Ángel Jiménez. “A tenor de los tanteos registrados en los partidos que dirigí la pasada temporada, con repetida puntuación del visitante, era de esperar que alguien quedase descontento” -se condolía, poniendo también a parte de la prensa en su punto de mira-. “Me ha llamado la atención el modo de titular, refiriéndose a mí como el árbitro menos deseado. No soy ningún leproso para merecer este calificativo en letra impresa. Respecto a las razones, he dirigido encuentros complicados, algunos de rivalidad regional, en los que hubo expulsiones, amonestaciones y penaltis”. Tenía razón. Los cuatro recusantes, At Bilbao, Las Palmas, Pontevedra y Sevilla, perdieron puntos en casa y pecharon con expulsiones. A varios de ellos también los había dirigido en otros choques, logrando entonces favorables puntuaciones, tan sólo porque la feria les fue bien. “Sería más justo esperar una recusación después de tres o cuatro notas desfavorables, pero nunca después de tres o cuatro positivas y una sola negativa”, consideraba, no sin lucidez.

Parecía obvio. Quien desease evitar recusaciones, haría bien contemporizando con los clubes locales, midiendo a los contendientes con distinto rasero y, sobre todo, haciéndose el ciego dentro de las áreas. En suma, mostrándose casero. Puede que la fórmula no bastase para lucir los distintivos de UEFA y FIFA, pero lo mantendría ocupado muchos domingos. Todo ello sin contar con lo que iba a facilitar el trabajo a los del Comité Central. Porque esa era otra. Cuadrar las designaciones semanales, entre tanto recusado, tenía mucho de puzle enrevesado.

Justo desde el inicio de aquella temporada, José Plaza actuaba como regente del Comité sin cobrar una sola peseta, tal y como era norma de la época. Apenas había aterrizado y ya se encontró con un cambio en el método de designación arbitral. Otro más, no menos polémico que el anterior. Y es que desde los albores del fútbol se había ensayado casi todo: Designación directa, matizada, por sorteo, en función de puntuaciones… Los clubes siempre parecían tener motivos de queja y mucho que reprochar, habiendo entre los de negro, conforme se aseguraba, halcones y palomas. Todos querían contar con halcones en campo adversario y palomas en el propio, pero desde bastantes poltronas se aseveraba que tan sólo las entidades pudientes eran favorecidas con semejante don. Por fin, y para colmo, una nueva restructuración federativa iba a restar 12 clubes a la Segunda División, con la consiguiente catarata de descensos en el panorama arbitral. Apenas nada si se compara con otra escabechina todavía borrosa, por más que ya asomase en lontananza: El degüello de nuestra 3ª categoría, hasta reducirla a la mitad.

Todo ello tuvo como consecuencia la aparición de críticas en un colectivo caracterizado por su disciplina espartana. Y hasta algún amago de rebelión.

Antonio Martínez Pirón había sido trencilla durante muchos años, luego presidente del Colegio Extremeño, y en diciembre de 1967 procurador en los tribunales. Galardonado con el título de “árbitro de mérito”, su voz pesaba mucho entre el colectivo pacense. Por ello, sin duda, se decidió a subir el tono por toda la península: “Se intenta convertir a los colegiados en esclavos de los clubes -dijo-. Una inconfesable política ha desplazado a la técnica de administrar justicia”.

José Plaza. Heredó un sistema de designación arbitral que no le gusta y acabó despojando a los clubes de aquel derecho a recusar, tan injusto para el colectivo del silbato.

José Plaza. Heredó un sistema de designación arbitral que no le gusta y acabó despojando a los clubes de aquel derecho a recusar, tan injusto para el colectivo del silbato.

Según su criterio, era como si en la vida civil se reservase a los litigantes y procesados la calificación de jueces y magistrados. ¿Acaso semejante fórmula no cercenaría cualquier asomo de independencia judicial? Para acabar con la tiranía de los clubes y el seguidismo del Comité Nacional, propugnaba se constituyera una Asociación de colegiados antiguos y actuales que, de consuno con los más altos estamentos deportivos, fijase atribuciones, competencia y jurisdicciones, para la organización arbitral. “Porque ahora se les priva de llevar hasta los organismos deportivos a sus legítimos representantes -argumentaba-. No se les permite opinar en asuntos que atañen a su propia vida corporativa. Sus directivos reciben el nombramiento a dedo, sin pulsar siquiera la opinión del conjunto, carecen de defensa, se les impide administrar sus fondos y, en fin, quedan reducidos a subalternos cuando constituyen el único cuerpo técnico del que dispone el fútbol”.

Apuesta peligrosa en 1967, cuando los nombramientos “digitales” constituían norma y el acatamiento una virtud poco menos que teologal. Las asociaciones gremiales, por esa época, veían reducido su papel a lo puramente folclórico, pues para cuestiones de otra índole ya estaba el sindicato vertical. Por supuesto nadie pensaba tolerar agrupaciones vecinales donde imperase un tono reivindicativo. Los escasos grupos que así se postulaban eran tachados de “rojos”, como los curas que con paleta y casco, encaramados al andamio, pretendían esparcir el germen de la justicia social. Curas comunistas, se les llamaba, poniendo en el vituperio tanta descalificación como aroma a azufre. En semejante panorama, los llamamientos del extremeño a “la integridad e independencia para castigar y absolver, sin que nos obliguen a mirar el color de las camisetas antes de aplicar nuestras decisiones”, estaban irremediablemente condenados al fracaso.

Orbegozo con otro de aquellos chistes, que bien pudieran pasar por editoriales.

Orbegozo con otro de aquellos chistes, que bien pudieran pasar por editoriales.

Desde su domicilio en Badajoz (Vicente Barrantes Nº 8) Martínez Pirón llegó a contactar con varios colegiados sin mucho que perder. Los suficientes para animarse a convocar una reunión en Madrid, traducida en fracaso. No sólo le dieron la espalda los más significados hombres del silbato, sino que para cuando viajó a la capital ya le habían arrebatado el título de árbitro honorífico.

Un nuevo conato rebelde fluyendo por los desagües, aunque como casi siempre ocurre con los fracasos, dejaría tras sí algún poso.

Para empezar, los árbitros más modestos vieron acentuarse la intolerancia con respecto a desmanes protagonizados por público y futbolistas. A continuación se hizo ver a los clubes la conveniencia de acabar con las recusaciones, tras haberlas convertido poco menos que una atribución feudal. Y aunque lo entendían, o por lo menos fingían hacerlo, llevó años arrebatarles tan inmenso poder. Además se incrementó el salario de jueces de línea y árbitros principales, hasta las 8.000 ptas. por partido en 1ª División (750 para los linieres), 4.000 en 2ª, con 500 a sus líneas, y 750 en 3ª, con otras 200 ptas. a los hombres del banderín. En los 14 años transcurridos desde 1953, el salario medio español se había multiplicado por ocho, justo la mejora observada para jueces de las dos primeras categorías. Los de 3ª, en cambio, sufrían una tremenda discriminación, puesto que sus emolumentos tan sólo se habían multiplicado por tres.

Cuadro de recusaciones al inicio del ejercicio 1969-70. Puesto que la F.E.F. evitó publicitarlo, semejante aberración deportiva pasó virtualmente desapercibida.

Cuadro de recusaciones al inicio del ejercicio 1969-70. Puesto que la F.E.F. evitó publicitarlo, semejante aberración deportiva pasó virtualmente desapercibida.

Si la elevación de emolumentos arbitrales fue mal acogida por un amplio sector del público, entendiéndola excesiva, las medidas acordadas sobre protección de jueces modestos, aún concitó más quejas. En relación a los primeros, el humorista Orbegozo publicó una viñeta en “Marca” con dos ciudadanos en plena vía pública. “Ahora que han subido el sueldo a los árbitros, podremos gritarles más”, sentenciaba uno.

Las consecuencias de endurecer la mano ante hechos vandálicos se hicieron evidentes cuando, en octubre de 1968, el Juzgado Nº 2 de Vitoria condenó al futbolista Ángel Romero Melón, autor responsable de un delito de lesiones graves a Ezequiel Vicente Bermejo, árbitro del C. D. Vitoria – Michelín disputado en Mendizorroza cuando concluía la temporada anterior. Si la multa de 10.000 ptas. impuesta al jugador lasartearra por blasfemia y alteración del orden público ya resultaba seria de por sí, no lo eran menos los tres meses de arresto mayor y otras 15.000 ptas. como indemnización al trencilla agredido. Dicha sentencia recogía, por cierto, que si el futbolista no estuviese en condiciones de satisfacer al lastimado esta última cantidad, correspondería hacerlo a la Sociedad Deportiva Michelín. El 30 de Noviembre del mismo año, la Federación Valenciana cerraba la salvaje agresión sufrida por el colegiado José Mª Núñez Sánchez durante la disputa de un Benicásim – Castellón, correspondiente al Campeonato de Aficionados, con cinco años de suspensión a Arcadio Ramón. El gobernador civil había impuesto, además, multas de 10.000 ptas. a los jugadores locales José Queral Valverde, Miguel Asín Bernal y Arcadio Ramón, y de 7.000 ptas. a dos vecinos invasores del campo. Al C. D. Benicásim, aparte de aplicarle la máxima sanción económica contemplada en el reglamento, se le cerraba el terreno de juego por cuatro partidos oficiales. Meses más tarde (20-IV-1969) la Federación Castellana de Fútbol, sin que los culpables pasaran por el Juzgado, sancionó a Carmona, capitán del Fuencarral, y a su compañero Paquito, agresores del árbitro Sixto Montero, con multa de 1.500 ptas. y suspensión de ficha indefinida. Quevedo, un tercer futbolista del Fuencarral, pechaba con otras 800 ptas. y 16 partidos de suspensión. Al club, por su parte, se le imponían 500 ptas. de multa como corresponsable de los incidentes acaecidos en el Campo del Gas.

Duras medidas, si tomamos por referencia otras anteriores. Pero escasas, todavía, comparándolas con la vara de medir holandesa, cuya Federación, también durante el mes de abril del 69, suspendió por dos años a 9 jugadores del Opheusden, tras acosar, entre amenazas, al árbitro del partido contra el Nijmengen Boys. Al club, además, se le obligaba a disputar sin público en la grada sus siguientes dos partidos como local.

Vilá Reyes (1925-2007). “Rey de las Recusaciones” durante el Campeonato 1966-67.

Vilá Reyes (1925-2007). “Rey de las Recusaciones” durante el Campeonato 1966-67.

Ya en el terreno anecdótico, al inicio de la campaña 1968-69 nuestro fútbol peninsular contó con el primer juez de piel negra. Se llamaba Lorenzo Bocale Andeme, era de Río Muni, y se había trasladado a Jaén para instruirse en labores agrícolas. Quién sabe si cansado de tanto olivar, o buscando nuevas experiencias, acabó aceptando la invitación de un pariente afincado en la capital donostiarra. Aunque lo suyo, en realidad, era jugar al fútbol, tuvo problemas para compaginar el escaso tiempo libre que le permitía su trabajo con los entrenamientos del Lengokoak. Entonces hizo el curso de la Federación Guipuzcoana y debutó corriendo junto a las líneas de cal, banderín al viento, en el tolosano campo de Berazubi.

Para entonces, el derecho de recusación ya estaba sentenciado. José Plaza, primero desplegando diplomacia y luego sin escatimar dureza, fue haciendo entender a los clubes que calificar con un “cero” a los árbitros se daba de bruces contra el fútbol moderno.

Con respecto a los protagonistas mencionados, hubo de todo. Muñoz Morales, el del chaparrón entre Herencia y Alcázar de San Juan, pese a cuajar como buen árbitro en el área castellano-manchega, no llegó tan alto como anhelara. José Plaza se mantuvo una eternidad como cabeza del Comité Central, esquivando una dignísima dimisión cuando estallase el escándalo de Guruceta en Barcelona, y las durísimas andanadas de José Mª García, dueño de las ondas deportivas en la transición democrática. Gardeázabal, cuya biografía ya asomó a este medio, ni siguiera pudo retirarse al cumplir la edad reglamentaria, por culpa de un cáncer. Ortiz de Mendíbil, árbitro que el Barcelona consideraba incapacitado para juzgarle, no sólo estuvo presente en la final de la Copa Europea que el Ajax de Johan Cruyff hizo suya el año 1969, sino que sería requerido para la Copa Intercontinental disputada en San Siro, allá por octubre, entre el Milán y el Estudiantes de la Plata. Urrestarazu y Camacho fueron designados linieres por la F.E.F. para ese choque tan prestigioso, que ninguno de los tres acabó degustando, por desgracia, puesto que el francés Machin, finalmente elegido, consintió la extrema brutalidad de Poletti, Manera y Aguirre Suárez. Vila Reyes, el “Rey de las Recusaciones”, afirmó el 6 de mayo de 1969, con su Español de Barcelona virtualmente descendido a 2ª División: “Lo que más lamento en mi vida es haberme metido en el fútbol”. Llevaba desembolsados 102 millones de ptas. en 6 años, según su propio testimonio, y la deuda del club alcanzaba los 182 millones. En agosto, al revisarse las cuentas, resultó que en realidad había avalado 90 millones durante los últimos dos años. Para él, sin embargo, estaban por llegar los peores días, puesto que hubo de pasar bastante tiempo encarcelado como culpable de una monumental estafa, mediante el cobro fraudulento de ayudas a la exportación. A Camacho, exfutbolista y colegiado emergente cuando todavía imperaban las recusaciones, luego de saltar de 3ª a 1ª en cinco años y lucir las escarapelas de FIFA y UEFA como internacional, terminó haciéndosele de noche en los 70. Tanto él como López Samper, Antonio Rigo, Pascual Tejerina, Pérez Quintas y Olasagasti, se vieron despojados del uniforme negro, sin luz ni taquígrafos, entre rumores de corrupción.

En mayo de 1975, este medio asturiano convertía en desalmado del “Far-West” al colegiado de Guipúzcoa Olasagasti, tras una mala tarde en Oviedo, acusándolo de acometer “peligrosas provocaciones a 11 deportistas”, “supuesta alteración del orden”, “alteraciones cardiovasculares y faríngeas”, y perpetrar un “grave desafío a 30.000 personas”. Con mucha socarronería, se ofrecía como recompensa el “ascenso a Primera División”.

En mayo de 1975, este medio asturiano convertía en desalmado del “Far-West” al colegiado de Guipúzcoa Olasagasti, tras una mala tarde en Oviedo, acusándolo de acometer “peligrosas provocaciones a 11 deportistas”, “supuesta alteración del orden”, “alteraciones cardiovasculares y faríngeas”, y perpetrar un “grave desafío a 30.000 personas”. Con mucha socarronería, se ofrecía como recompensa el “ascenso a Primera División”.

Durante el invierno de 1969, Adolfo Bueno recibió el impacto de un objeto lanzado desde el público, en el viejo campo de San Mamés, al concluir un At Bilbao – Sevilla. La almohadilla, según unas fuentes, o manzana, a tenor de otras, le acertó en pleno ojo, produciéndole un desprendimiento de retina. Tras varias intervenciones quirúrgicas y pasar consulta con el insigne doctor Barraquer, el preocupante diagnóstico inicial cobraría tintes más optimistas, nunca confirmados del todo. Un mes después del percance, salía por primera vez a la terraza de su domicilio, provisto de gafas de sol. Sus días con el silbato, empero, casi podían darse por terminados. En noviembre de 1970, cuando se ultimaban los preparativos de su homenaje, dio toda una lección de bonhomía, al afirmar: “No guardo ningún rencor. Prefiero verlo como un accidente, que pudo haber sido bastante más grave, pues al árbitro también se le arrojan botellas y piedras. Mala suerte”. Nadie hubiera podido criticarle una actitud más beligerante, cuando llevaba un año sin poder trabajar, apenas distinguía sombras con el ojo lastimado y la incapacidad laboral, no ya para el arbitraje, sino en su actividad profesional, emergía amenazante. Una tarde, por fin, reapareció vestido de negro y silbato en la boca. Algo así como el canto del cisne, porque sus mejores días sobre el césped ya formaban parte del pasado.

Fueron moviditos los años 1968 y 69. Muy, pero que muy moviditos en materia arbitral. Y eso que a este lado de los Pirineos nadie era tan realista como para pedir lo imposible. París, con su revolución de mayo, quedaba lejos a los españoles de entonces, incluido el colectivo arbitral.

Casi tan lejos como la como la luna, todavía sin conquistar por Armstrong, Aldrin y Collins,  astronautas del Apolo XII.




Impartir justicia

Texto de la conferencia pronunciada ante el Colegio de Árbitros de Andalucía el 9 de marzo de 2018.

1. Introducción

Creo que entre las semejanzas que puede haber entre la actividad de un árbitro de fútbol, o de cualquier otro deporte, con un juez profesional, la más relevante es que ambos, de una forma y otra “impartimos justicia”.

Quizás, lo primero que debemos tener claro es saber qué se entiende por justicia.

Cuando los profesores de Derecho, o incluso los Magistrados del Tribunal Constitucional intentan dar con un concepto de justicia, lo primero que nos dicen es que es muy complicado acertar.

Sería sencillo y acertado definirla como “dar a cada uno lo suyo”, pero entonces empiezan las preguntas que complican la cuestión: ¿cómo sé qué es lo que pertenece a cada cual? ¿Cómo se da a cada uno lo suyo?

Y para mí lo más importante, y que tiene que ser necesariamente el objeto principal de esta charla ¿quién es el encargado de dar a cada uno lo suyo, cómo lo hace, quién lo elige, cómo se prepara, qué responsabilidad tiene?

Estas son cuestiones que yo voy intentar desgranarles poco a poco, haciendo referencia a mi experiencia como Juez durante más de 30 años y como estudioso del Derecho desde hace casi 40.

No podemos olvidar que la justicia ha sido reconocida por nuestra constitución como uno de sus valores superiores.

Y no lo hace de pasada…, es en su artículo 1 donde se establece:

“España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”.

Por tanto, mi primera reflexión hacia ustedes es recordarles la importante misión que tenemos ambos, la de impartir justicia.

No podemos olvidar que nuestras decisiones afectan a terceras personas.

Cierto es que mis decisiones afectan a los derechos fundamentales de las personas, pero las suyas son también muy importantes, pues de una u otra forman también afectan a los sentimientos de las personas…y a muchas más personas que a las que afectan la mías. En términos coloquiales, podríamos decir que “no veas cómo se toma la gente las decisiones arbitrales”.

Y hemos de partir de una idea, tanto en las decisiones que ustedes toman, como en las que tomo yo, el 50% de los que les afecta estará a favor y el 50% estará en contra.

Si ustedes pitan un penalti a favor del equipo visitante, todos los componentes del mismo, jugadores, entrenadores, directivos, aficionados… e incluso los no aficionados que sean de esa localidad afirmarán que el árbitro acertó. Pero los del equipo de casa se llevarán todos las manos a la cabeza y les criticarán.

Casi lo mismo ocurre en mi profesión. Si yo tengo que enjuiciar una agresión, por ejemplo en una discoteca, el agresor y sus amigos negarán que existió o al menos matizarán lo ocurrido y el agredido y los suyos lo afirmarán, y puede que hasta lo agranden.

Al final, para la mitad somos justos y para otra mitad, lo mínimo que nos dirán es que somos “desgraciados”.

De ahí la importancia y la grandeza de la función que desarrollamos, y cómo no, de la dificultad de las mismas.

Por eso tenemos que estar muy preparados para desarrollar nuestra actividad, porque de esta forma nuestros errores, que los tendremos, serán los mínimos

Cierto es, que yo juego con mucha ventaja respecto de ustedes.

  • Siempre juego en casa, en la sala número 7 de la ciudad de la justicia.
  • Tengo toda la Guardia Civil que necesito para que esté presente por si ocurre algún problema; me siento totalmente seguro en ella. Ustedes, salvo los que arbitran en las ligas profesionales, me temo que no.
  • Conozco al dedillo lo que voy a enjuiciar esa mañana, tengo un expediente en el que consta la investigación de la Policía o Guardia Civil, de las declaraciones de los intervienen, partes médicos.
  • Y lo más importante, todos los que acuden a una sala de justicia tienen un grandísimo respeto hacia el juez, al menos allí en la sala. Luego, seguro que fuera nos dirán de todo pero allí, en términos almerienses, “no rechista nadie” fuera de tono. Primero, porque se lo han advertido los abogados y segundo porque son inmediatamente llamados al orden, sabiendo que si desobedecen, puede que se abra un procedimiento por desorden y pueden acabar en prisión.

Si a ustedes los insulta un futbolista lo expulsan, pero la sanción que les pondrá el Comité de Competición es de risa y además, desde ese momento todo va ya más alterado en el partido.

Si yo expulso a alguien de la sala, lo primero es que se va sin decir nada; y a partir de ese momento, a diferencia de lo que ocurre con ustedes, el desarrollo del juicio podríamos decir que es mucho más tranquilo.

A pesar de estas diferencias, yo sigo creyendo que nuestras funciones tienen mucho en común.

Y parto de la idea de que nosotros tenemos que estar muy preparados y tener muy claro que tenemos que ser muy fuertes mentalmente.

Por eso yo les quiero trasladar un poco mi experiencia como juez, en mi preparación por si les puede servir de algo.

2. Quién imparte justicia

2.1 Formación

No cualquiera puede impartir justicia, es una función como ya hemos dicho, muy difícil e importante; por eso tenemos que estar preparados, qué digo yo preparados, muy preparados.

Al igual que un juez presume, y lo ha demostrado con su oposición, que se sabe las leyes mejor que nadie, ustedes tienen que formarse para saberse el reglamento perfectamente. Para eso han hecho los cursos y exámenes correspondientes.

Permítanme dos consejos en este apartado:

  • Hay que estar constantemente formándose. Cuando sale una ley nueva, yo enseguida la imprimo y me la estudio. Igual creo que deben hacer ustedes, cuando tengan noticias del cambio de algún aspecto del reglamento, lo que creo que ocurre antes del comienzo de la temporada, pues a estudiarlo y a entenderlo bien; y si no sabemos exacta y claramente lo que dice, lo comentamos con los compañeros y pedimos consejo a los experimentados
  • Y mi segundo consejo, va relacionado con esto último. Siempre tenemos que aprender de los mejores. En el mundo del deporte, yo que fui un mal jugador de tenis de mesa pero compartí algún que otro entrenamiento, recuerdo que o bien el seleccionador nacional o el entrenador chino que ya había por los 80 en Granada, decía que para ser un gran jugador era tan importante como entrenar mucho, competir, tener fuerza mental y ver y aprender de los mejores.

Si los jueces estamos atentos a las sentencias del Tribunal Supremo para aprender de ellos todos los días, ustedes podrían estar pendientes de vez en cuando de la televisión para ver como arbitran sus compañeros de la élite. Y no digo nada, con la posibilidad que hemos tenido durante seis años en Almería de ver a casi todos los mejores árbitros de primera en el Estadio de los Juegos del Mediterráneo.

Estén pendientes de todo, pero sigan con la mirada exclusivamente al árbitro durante quince minutos, pendientes solo de él. Verán cuantas cosas pueden aprender; y no me refiero solo a su situación el campo, cómo sigue el juego… me refiero especialmente a que estén pendientes de su actitud ante todos los problemas que se le van planteando.

Evidentemente un aspecto que les ayudará muchísimo es la experiencia, pero amigos, esta solo se puede adquirir con el paso de los años; pero seguro que podemos mejorar, y mucho estando atentos a lo que hacen los más experimentados.

Y acabo este apartado de la formación, insistiendo que alguien que juzga, debe respetar, antes de las normas concretas del juego, las que son las normas morales, éticas y deontológicas; pues aunque son normas que deberá respetar todo ser humano, al final somos nosotros los que tenemos que decidir y nuestras decisiones les influyen.

Cierto es que mis decisiones afectan a la libertad, la desigualdad, el honor y al bolsillo de las personas; pero como ya les dije antes, afectan muchísimo sus decisiones, más de lo que deberían, pero en nuestro país, el fútbol y la sociedad están montadas así, y es algo que por ahora no podemos cambiar.

Les iré desganando algunos aspectos que yo veo entre nuestras actividades.

2.2 Vocación

Estoy convencido de que para poder desarrollar bien nuestra función, lo primero que se necesita es temer vocación.

La vocación nos puede llegar por muchas vías, por tener algún familiar o amigo que ya sea árbitro, que es lo habitual, o por cualquier otro motivo.

Nos tiene que gustar el arbitraje; no serán buenos árbitros aquellos que lo hagan exclusivamente por la remuneración económica que reciban, o por entender de forma muy equivocada que se trata de un ejercicio de poder o de autoridad sobre los demás.

En la profesión judicial, estoy convencido de que es absolutamente imprescindible la vocación y también lo es en el arbitraje.

Mi preparador en las oposiciones de judicatura, decía que la vocación se enraizaba en las tres virtudes teologales:

  • La fe, en cuanto que para atender y que se perciba bien la llamada, hay que creer en el fin.
  • La esperanza, porque se ha de creer y confiar en que el fin es alcanzable, y
  • La caridad, entendida como un acto de generosidad que hacemos a nuestros semejantes, ya que nuestro esfuerzo va dirigido a poner paz en sus problemas.

Esto nos ha de llevar, tanto a ustedes como a mí, a que desarrollemos nuestro trabajo con prudencia, pero con fortaleza y a la vez templanza.

2.3 Vida privada

Se nos dice a los jueces de carrera que nuestra vida privada, las relaciones con nuestros vecinos, con los abogados y demás partes de un proceso, con los compañeros de profesión… son muy importantes, y creo que se acierta con ello.

Creo que a ustedes no se les puede exigir tanto, pues yo soy profesional, pero creo que algunas reflexiones al respecto pueden ser de su interés.

a) Vida privada

Se nos dice a los jueces, y con razón, que la credibilidad del juez, indispensable para la eficacia de su función, apaciguadora de tensiones en la sociedad, tiene como condición que su conducta privada y personal se aproxime mucho a la ejemplar.

Nos debemos de abstener de actos, que aunque pueden estar tolerados por la sociedad, estén mal vistos.

Si les pongo algún ejemplo quizás me explique mejor.

Ustedes no verían normal que yo estuviera todas las tardes o muchas de ellas, en un pub tomando un gin-tonic detrás de otro. O que esté de copas la noche anterior a un juicio. Qué pensarían de mí las personas que tengo que juzgar, a los abogados de la parte.

Permítanme que les diga, que llevar una vida ordenada y sin escándalos nos ayudará mucho mejor a realizar nuestra función, porque al fin y al cabo seremos más respetados, lo que nos hará más sencilla nuestra labor.

Y no piensen que si uno sale de copas no se a enterar nadie, que al final todo se sabe y mucho más ahora que todo se sube a las redes sociales.

b) Relaciones con los vecinos

Si los jueces no vivimos aislados, mucho menos se le puede pedir a un árbitro de fútbol.

Es muy bueno relacionarse con otras personas, pero hemos de tener mucho cuidado cuando hablamos con ellos de temas que afecten directamente al arbitraje.

Bajo ningún concepto he hablado yo con un vecino, que no con un amigo íntimo, sobre un juicio que haya tenido.

Por eso entiendo, que si ustedes tiene que arbitrar un Pavía-Plus Ultra, que es el derbi histórico de la ciudad, no deben realizar ningún comentario al respecto si un vecino les pregunta, siendo más que suficiente con una respuesta educada, como “ha ido bien”, “ha sido complicado”…

Porque no debe ponerse en la boca de quien ha impartido justicia en ese evento una expresión desagradable sobre el mismo o sobre alguno de los intervinientes. ¿Qué ganamos diciendo que al 7 del equipo tal es un canalla?

Al final, créanme, será perjudicial para ustedes y para el estamento arbitral.

Se nos dice a los jueces que si pecamos nunca será por nuestro silencio, definición que creo que también es aplicable a ustedes.

c) Relaciones con futbolistas, entrenadores, directivos

Los jueces, nos decía mi preparador de oposiciones, que siempre debíamos tener buenas relaciones con todos los profesionales del Derecho, guardando las distancias, pues al fin y al cabo tienen el mismo fin, que es la aplicación del derecho pero a continuación decía, pero por distintos caminos.

Y siempre me daba unos sabios consejos que yo me permito trasladarles ahora a ustedes, en lo referente al trato que se debe tener con ellos.

A futbolistas, entrenadores, directivos…deben tratarlos ustedes con el máximo respeto, por muy mal que nos caiga alguno, con la máxima cortesía, casi exagerando, tanto en un partido como fuera de él, sin que trascienda lo más mínimo hacia alguien ni nuestra simpatía o antipatía.

Si conversamos con ellos antes del partido que sea de temas intrascendentales, y siempre sin hacer opiniones que nos puedan implicar.

Yo les recomendaría que no hablen bajo ningún concepto de partidos anteriores, incluso aunque fuere de otros en los que no hayan intervenidos.

Ni el juez en un juicio, ni el árbitro en un partido de fútbol son superiores a los demás; siempre debemos actuar con humildad, facilitando la labor a los demás, pues aunque no nos debemos creer superiores, ni lo somos, al final todos están a nuestras órdenes.

En las posibles charlas que ustedes tengan en privado con un futbolista, un entrenador, un directivo… deben ser muy cuidadosos con lo que dicen…. y en forma alguna que pueda terminar siendo un asesoramiento en alguna cuestión.

Siempre sepan que lo que digan o hagan en privado, puede dejar de serlo.

d) Relaciones con los compañeros de profesión

Y por último, les quiero hacer una breve reflexión sobre las relaciones con los compañeros de profesión.

Entre compañeros de profesión, nuestra relación, si no es de amistad sí que deber acercarse.

Todo contacto personal con un compañero, todo intercambio de ideas sobre cuestiones profesionales es siempre bueno y beneficioso, y por tanto debe propiciarse, y mucho mejor con compañeros de arbitraje.

En estas conversaciones, cada árbitro puede contar sus inquietudes y problemas que se le han presentado en el mundo del arbitraje y qué mejor que abordarlas entre compañeros, lo que poco a poco os llevará a crear nuevos lazos de amistad.

No obstante, estos lazos de amistad que se crean entre componentes de una misma actividad, en este caso en el del arbitraje, bajo ningún concepto nos debe llevar a incurrir en el corporativismo, entendiendo por tal el acuerdo de la solidaridad en defensa de situaciones que no sean justas.

Y finalizo, hablen muchos de sus temas, la confrontación de opiniones es enriquecedora, pero ha de ser siempre leal, desapasionada y respetuosa, como todo lo que hagamos en la vida.

3. El partido

En mi labor como juez hay dos momentos que requieren una especial atención en lo que se refiere a mi comportamiento, que son el juicio oral y la sentencia posterior; creo no estar en un error cuando afirmo que el momento cumbre en el que un árbitro debe sabe comportarse es el del partido; porque es allí donde verdaderamente les toca “impartir justicia”; no olvidando y teniendo siempre presente que mis decisiones, que sus decisiones, afectan a terceras personas.

Sin olvidar que como siempre en estos casos, el 50% de las personas estarán a nuestro favor, los beneficiados por la decisión, y el otro 50 %, formado por los perjudicados por ella, estarán en nuestra contra.

El primer punto, y de carácter general que les quiero abordar es que la dirección del partido y todos los sucesos que en el mismo ocurran les corresponde a ustedes.

No me gusta utilizar la frase “son los que mandan” porque si partimos de esta concepción no sabremos realizar bien nuestra función.

La ética exige ejercer tal función con mesura y discreción; pero también con la necesaria energía, es ahí donde tenemos que buscar el equilibrio de nuestra actuación.

En términos muy coloquiales para explicarme mejor, tenemos que respetar a todo el mundo, pero ellos también nos tienen que respetar; y nosotros bajo ningún concepto podemos permitir una falta de respeto grave.

No podemos recurrir a estridentes reproches para hacer valer nuestra Autoridad, que la escribo con mayúsculas, ni pasar por alto las faltas en las que puedan concurrir los participantes en el evento.

Es cierto, y lo admito que en ese sentido un juez es un privilegiado, pues si en una sala de justicia hay una alteración grave del orden, la ley permite imponer desde una multa altísima de hasta 5.000 euros o llegar a la detención de alguna persona.

El respaldo que tienen ustedes creo que es bastante menor, pues no pasa de la tarjeta que saquen en ese momento… y veremos después la ridícula sanción que pueda imponer el correspondiente comité de competición.

Lamentablemente aún en el desarrollo de un encuentro de fútbol, en categorías inferiores, esas faltas de respeto que sufren los miembros del colectivo arbitral, llegan a ser delitos, donde puede y debe intervenir la Administración de justicia.

Con independencia que puedan actuar los comités de competición, las autoridades administrativas o serle de aplicación al infractor la ley del deporte, creo que como les he dicho, en hechos que revelan cierta gravedad, los mismos deben ser denunciados por ustedes.

Y voy a sacar aquí mi vena penalista y les hago un breve resumen de las situaciones en la que se pueden encontrar.

a) Lesiones

Desde la reforma del código penal de 2015 ya no existen las faltas, por lo que cualquier agresión será constitutiva de delito, siendo más o menos grave según el tratamiento médico o quirúrgico que necesiten para curar. Y siendo aún más grave si la agresión se efectúa con una botella, con un bastón…donde se puede imponer hasta una pena de cinco años de prisión. En estos supuestos deben denunciar sobre todo si las lesiones son leves, ya que si no hay denuncia no habrá juicio.

b) Amenazas

En este apartado, yo les aconsejaría que si no son especialmente graves, no denuncien. Serán más difíciles de probar que en el caso de las lesiones, que tiene siempre un parte médico que refrende la existencia de las mismas. No obstante, las amenazas graves siguen siendo delito en el código penal, y ya que es decisión de cada uno denunciarla o no.

c) Daños

En más de una ocasión al salir de un campo se han encontrado con su coche roto.

Los daños, sea cual sea la cuantía siguen estando castigados en el código penal. Difícilmente se conocerá al autor salvo que haya cámaras públicas que hayan captado el momento. No obstante, sí que es conveniente denunciarlo, ya que aunque no conste el autor, y el atestado ni siquiera llegue a juzgado, sí que les puede ayudar para ser indemnizados por otras vías. Al menos en Andalucía, si los daños se producen dentro de la instalación deportiva, esta debe tener un seguro de responsabilidad civil que se podrá hacer cargo de la misma.

d) Coacciones o detención ilegal

Por último, es más de una ocasión, afortunadamente parece que cada vez menos, ustedes se han encontrado encerrados en la caseta y no han podido salir por miedo a ser agredidos. Esto es un hecho muy grave que no siempre se denuncia y que podía ser constitutivo de un delito de detención ilegal o al menos por un delito de coacciones, pues no podemos olvidar que se está atacando un derecho fundamental, en concreto la libertad, en este caso en su faceta deambulatoria, que nos permite movernos libremente por donde deseemos.

4. Redacción del acta

Si para un juez podríamos decir que inicialmente nuestra labor finaliza con la redacción de la sentencia, lo que no es del todo cierto, porque luego tenemos que ejecutarla, también la del árbitro de fútbol sí que acaba con la redacción del acta.

Nosotros jugamos con la ventaja de que no tenemos por qué hacerla inmediatamente, lo que nos permite hacerla con mucha más tranquilidad en nuestra casa, ese mismo día o días posteriores.

Ustedes tienen que hacerla, creo que salvo casos excepcionales, en la misma caseta, es decir en caliente, y eso muchas veces eso no es bueno.

En este aspecto solo les puedo aconsejar que la redacción se haga con tranquilidad y mesura, por muy molestos que estén con lo acontecido, y que en algunas cuestiones ustedes sean juez y parte.

Redacten bien, con claridad y sin faltas de ortografía, utilizando términos que sean entendibles por todos.

No califiquen hechos o actitudes, limítense a describirlas, ya serán otras instancias las encargadas de hacer esa calificación y de determinar ante qué clase de infracción nos encontramos.

No pongan en el acta “el jugador nº 7 del At. San Sebastián me insultó”; eso es ya una de las llamadas predeterminación del fallo, ustedes tiene que recoger el contenido exacto de la frase….”el jugador nº 7 del At. San Sebastián me dijo que era un cabrón…”

Como les digo la calificación no les corresponde a ustedes ya que si lo hicieran serían juez y parte y ello no es posible.

Y finalizo, si queremos justicia con rectitud, tenemos que respetar a las personas a las que afectan nuestras decisiones y hacer que estas nos respeten.

Ilmo. Sr. D. Luis Miguel Columna Herrera

Magistrado-juez del Juzgado de lo Penal 1 de Almería




Historia de un desencuentro. Los polémicos Real Madrid-Sporting de los 70

Durante la década de los setenta, sobre todo a partir de la temporada 1977-78 cuando el equipo gijonés empezó a codearse con los grandes, los enfrentamientos entre rojiblancos y madridistas generaron una agria controversia que terminaría legando para la posteridad el grito de: “Así, así, así gana el Madrid”. Desde entonces viene siendo utilizado por las hinchadas rivales para denunciar el supuesto favoritismo arbitral del que gozan los merengues, al tiempo que es empleado por los seguidores del conjunto de la Castellana para celebrar, con orgullo, las exhibiciones de juego y goles protagonizadas por sus futbolistas. La historia de esta polémica, pródiga en sucesos, se detalla a continuación:

La normalidad presidió los encuentros disputados al comienzo de la década (hay que recordar que el, por entonces, Real Gijón acababa de ascender de categoría tras más de diez años en Segunda). Con todo no faltaron las censuras, y algún que otro escándalo de notable magnitud, que irían dejando muescas en el imaginario colectivo sportinguista. Aunque, dada la distancia que separaba por entonces a ambos equipos, no podrían tildarse más que de anécdotas. Era impensable hablar de rivalidad; todavía…

Tampoco es que le fuera del todo mal al Sporting con el Madrid en estos primeros años. La igualdad fue la tónica predominante en los enfrentamientos. De hecho, el conjunto gijonés lograría un meritorio empate (1-1) en el Bernabéu en el primer choque entre ambos. Un partido que tendría un corolario polémico, narrado así por la prensa asturiana:

Los últimos cinco minutos son de presión sobre el marco madridista y viene la jugada decisiva. Churruca recibe un balón en la banda, quiebra a José Luis y sale lanzado sobre el marco. José Luis no puede superar la carrera del gijonés, aunque le va soltando patadas por detrás. Entran en el área y cuando Churruca se acerca a la pequeña, José Luis decide jugarse el todo por el todo. Mete el pie en zancadilla y empuja con una mano la espalda de Churruca, que sale dando volteretas y termina caído en la línea de córner. Es un penalty total, pero el árbitro se inhibe y permite que Miguel Ángel saque rápidamente al centro y el juego no se detenga. Diez segundos después, el árbitro decide terminar el partido, cuando todavía falta minuto y medio. Las protestas de los jugadores rojiblancos no han encontrado respuesta, pues el señor Pelayo Serrano ha corrido rápidamente al centro del campo. El público se calla en un silencio impresionante y acusador, de la decisión arbitral”. (Ricardo Novo / Voluntad).

Curiosísimo es el comentario hecho en la Hoja del Lunes de Gijón por Liomi (¿representativo de lo que un equipo modesto podía esperar de un arbitraje en el Bernabéu, quizá?). En cualquier caso, no tiene desperdicio:

No sólo la prensa gijonesa censuró la decisión arbitral. En la imagen el titular de Marca

No sólo la prensa gijonesa censuró la decisión arbitral. En la imagen el titular de Marca

El partido no ofreció complicaciones. Hubiese sido una labor aceptable la suya de no surgir la última jugada de Churruca y el penalty de José Luis que no señaló. En parte porque no estaba bien situado y en parte porque prefirió inhibirse ante la parroquia merengue. Fue, pues, discreta tirando a floja su labor. Acertó al anularle un gol a Amancio, por falta previa al portero, pero no quiso repetir el acierto en la jugada última del encuentro. Hasta cierto punto comprensible…” (¡!)

En la devolución de visita los madrileños, jugando a la contra, se harían con la victoria por la mínima diferencia en el embarrado césped de El Molinón.

La primera polémica

Durante temporada 1971-72 se viviría uno de los primeros escándalos de la década. Ambos conjuntos empataron a uno en partido televisado en directo desde Gijón. Las crónicas periodísticas fueron muy duras con el árbitro. Con el fin de buscar la necesaria equidistancia, ofrecemos la visión tanto de la prensa regional como de la nacional:

Si hubiera salido preconcebidamente a actuar contra el Sporting no le hubiera perjudicado más. Porque el señor Sánchez Ibáñez fue el principal culpable de que terminara en empate un partido que tenía que haber ganado el Sporting. El penalty que se le hizo a José Manuel en el primer tiempo fue integral. El gol que anuló al Sporting en este período, irreprochable, porque fue Zoco quien estorbó al portero, haciéndole perder la pelota, sin que tocara a García Remón ningún jugador gijonés. El volteo a Megido en la segunda parte, cuatro metros dentro del área, indiscutible. Todo esto lo resolvió con saques de puerta o castigando al Sporting. Se pasó la tarde sancionando al Sporting en faltas inexistentes, sin sancionar las del Madrid, algunas claramente peligrosas y merecedoras de la tarjeta blanca. En cambio, se la enseñó a José Manuel y Alonso. Toleró todo en el área madridista, convirtiéndolo en faltas gijonesas. Fue inepto y parcial recalcitrante, contra los rojiblancos. Y culpable absoluto de que el Sporting haya perdido un punto en casa, cosa que no hubiera sucedido con árbitro imparcial y competente.

Nefasto el señor Sánchez Ibáñez, que provocó justamente la iras del público. Y nos agradaría no volver a verlo en El Molinón”. (Enrique Prendes / Voluntad).

Con respecto al ambiente de la grada, el propio EPE señalaría:

Público entusiasta, que estuvo siempre al lado del Sporting, entusiasmado con el alarde de coraje, pundonor y también juego acertado de los chicos. Se indignó contra las decisiones caprichosas, absurdas, constantemente perjudiciales para el Sporting, del señor Sánchez Ibáñez y las almohadillas llovieron en numerosas ocasiones sobre el césped. No podemos aprobar esta actitud, ni tampoco los insultos constantes. Pero es muy difícil frenar la indignación cuando se contempla una actuación arbitral tan indignante, tan lesiva para los intereses del equipo. De todos modos, ciertos gritos y la lluvia de almohadillas son inadmisibles. Aunque lo hagan en otros campos”.

La opinión de Belarmo en el diario Marca era la siguiente:

Sánchez Ibáñez (0), del colegio Extremeño. Se equivocó constantemente en la apreciación de faltas cometidas dentro de ambas áreas. Hubo un derribo de Anzarda en el interior de la gijonesa que pasó por alto, lo mismo que cierta entrada de Benito a Mejido (sic) en la madridista cuando mediaba ya la segunda parte. En ambas ocasiones no señaló siquiera el libre indirecto con que suele sancionarse el juego peligroso. Además de los comentados errores, incurrió en otros no menos lamentables, como el de no conceder ni en una sola ocasión la ley de la ventaja o la de  compensar, incomprensiblemente, las intervenciones que en el Reglamento están penadas. El público le abroncó, y con muchísima razón. Tal vez no haya sido para tanta almohadilla en determinados momentos ni para los fuertes insultos que la televisión espero haya sabido ocultar. Por añadidura, los agarrones claros a Velázquez y Aguilar se merecían la dichosa tarjeta y menos discurso. Sólo sacó a relucir la blanca cartulina en el minuto cuarenta, cuando Alonso le protestó con palabras cierta decisión. A los sesenta y tres minutos y en zancadilla aparatosa de Hernández al extremo derecho madridista, se limitó a reñir y a pitar la falta sin más”.

De sorprendente puede calificarse la versión de Luis Arnaiz, en As, que incluso llegaba a darle la vuelta a la tortilla:

Sánchez Ibáñez, del Colegio Extremeño. Mal. Perjudicó a los dos equipos en la aplicación de la ley de la ventaja, pero más al Real Madrid, que, como dominado, era el que mantenía los contraataques (…) Su labor acabó por encrespar los ánimos del muy apasionado público, aunque, para ser justos, ambos contendientes salieron perjudicados de tan mal arbitraje”.

Llamamos la atención sobre el siguiente apunte de Liomi en la Hoja del Lunes de Gijón, indicativo de las condiciones imperantes en el arbitraje de la época:

Desencuentro02No caben ahora las recusaciones, al menos por este año. Es igual. Si Sánchez Ibáñez, por sorteo ha de volver a Gijón, y si todavía tiene un resto de pudor en su condición de árbitro, habrá de renunciar, aunque sea alegando el pretexto más fútil que pueda imaginarse. Después de su nefasta actuación de ayer, se ha colocado la etiqueta de persona no grata.

Es lamentable tener que manifestar una opinión así. Pero es la que nos sugiere la tarea desarrollada por este árbitro. Y que conste que dejamos al Real Madrid completamente al margen de todo. Sigue siendo, para nosotros, un equipo caballeroso y señor. Y con un prestigio que, en ocasiones, le perjudica. Porque ese propio prestigio, es el que de una manera inmaterial presiona sobre el subconsciente de algunos árbitros, más preocupados de su posibilidad de futuro que de su obligación de presente”.

Y es que, como el propio Liomi refería en su crónica, el Sr. Sánchez Ibáñez llevaba recusado tres años por el Real Madrid, siendo ésta la primera ocasión en la que volvía a arbitrarles. En el aire flotaba la eterna cuestión de si al colegiado podría convenirle congraciarse con el conjunto blanco.

En el encuentro de vuelta el Sporting volvió a poner en apuros a los madrileños, que terminaron imponiéndose por un mínimo 1-0. El pésimo arbitraje del Sr. Forés repartió errores, anulando un gol a Amancio por un inexistente fuera de juego y obviando un derribo a Churruca en el área local.

        Pese a las polémicas siempre hubo tiempo para el compañerismo. Marañón y Quini lo demuestran.

Pese a las polémicas siempre hubo tiempo para el compañerismo. Marañón y Quini lo demuestran.

La campaña 1972-73 depararía una doble confrontación entre ambos equipos, pues habrían de verse las caras en Liga y Copa. Lo que ya había quedado claro es que el Sporting no era ninguna perita en dulce y el Madrid volvió a comprobarlo al ganar en el Bernabéu de nuevo por 1-0 y en el último minuto. En El Molinón cambiarían las tornas y el resultado se decantaría a favor de los gijoneses por igual tanteo. No hubo mayores problemas con el arbitraje, aunque en Gijón no gustó el tinte anticasero del Sr. Franco Martínez.

En el Campeonato de España se produjo la sorpresa. Los rojiblancos eliminaron al equipo blanco tras una eliminatoria muy igualada. Victoria ajustada en El Molinón (1-0) y empate a uno en el Santiago Bernabéu. Fragoso del Toro en Marca, no ponía pegas al pase forastero, pero reclamaba una pena máxima de Paredes sobre Marañón en el encuentro celebrado en la capital. Por su parte, Gerardo García en As, admitía que había habido otro, de Benito a Quini, tan claro como el primero.

Batalla campal en el Bernabéu

Aún más favorable a los gijoneses resultaría la temporada 1973-74, pues al positivo obtenido en el Santiago Bernabéu (2-2) en un vibrante y polémico encuentro habría que sumarle el decisivo triunfo logrado en El Molinón (4-3), vital para evitar el descenso. De pésima puede calificarse la actuación del juez de la contienda en el primero de los partidos, que haría correr ríos de tinta:

 “Triste arbitraje del colegiado aragonés, carente de personalidad e inconsecuente en sus decisiones. Olvidó el uso de la tarjetas para, luego, en la última media hora, exhibirlas pródigo; pese a lo cual pecó por omisión en alguna nueva oportunidad, como la plancha de Pirri a Romero (con representación teatral del guardameta). Dejó sin sanción dos penaltis en el área asturiana: derribos de Alonso a Pirri (32 m.) y de Fanjul a Mas (53 m.). No vio la mano de Mas previa al centro que sirvió para que Amancio lograse el empate definitivo. Expulsó al madridista José Luis y al gijonés Doria, pero dejó en el campo a Romero, protagonista y activista del desaguisado con su agresión a Pirri, que encendió la mecha del altercado multitudinario. Un mal arbitraje de Bueno, paradoja aparte”. (Jesús Fragoso del Toro / Marca).

La visión gijonesa difería en bastantes aspectos, los supuestos penaltis por ejemplo, y hacía hincapié en otras particularidades: “El señor Bueno, del Colegio Aragonés. A la fuerza habrá que decir que influyó en el resultado y en la forma en que se desarrolló el encuentro. Por parte gijonesa dirán, y con razón, que Pirri se apoyó completamente en Pascual en la jugada que ocasionó el inicial 1-0. Y que Mas detuvo el balón con la mano antes de lanzar el centro que cabecearía Amancio a las mallas, consiguiendo el definitivo empate. Dirán los rojiblancos que Pirri mereció la expulsión por su plantillazo, peligrosísimo e intencionado al máximo a Romero, cuando éste iba a sacar de puerta. Los madrileños dirán que Romero tuvo que seguir el mismo camino que Doria, por sus agresiones. Y no les faltará, quizá, razón. Pero en una balanza, los errores más caros los pagó el Sporting. Muy mal, por lo tanto, el señor Bueno”. (José Vicente Piñera / Voluntad)

En la misma crónica se narraba así el rifirrafe multitudinario:

Cuando el señor Bueno concedió el segundo gol madridista, fueron amonestados por sus protestas Romero y Doria. Un minuto después, en el 17 de la segunda parte, se producía la expulsión de Doria. Aguilar adelantó la pelota unos cuantos metros, Doria llegó tarde al cruce y, descaradamente, zancadilleó con fuerza al hombre, que no al balón. Merecida expulsión, porque no supo hacer la falta con picardía. Pero, José Luis en carrerilla desde su posición, arremete contra el central gijonés. Y allí se arma toda una batalla campal. Quien parece mandar es Romero, con Pirri como rival más peligroso. Alonso lleva un fuerte golpe en la cabeza y José Luis se va a la caseta”.

Resulta interesante la crónica de As porque enmienda la plana a la de Marca en el tema de los penaltis, aunque saca relucir un posible tercer derribo en el área asturiana. Por lo demás, su visión estaba en consonancia con el resto:

Dirigió bien el encuentro hasta que surgieron las complicaciones el colegiado aragonés Adolfo Bueno, que acertó, a mi juicio, en no señalar los penalties que le reclamaron los aficionados en jugadas de Pirri y Mas; pero que se equivocó, en mi opinión, al dejar sin sancionar una zancadilla de Megido a Zoco, dentro del área, a los seis minutos de la segunda parte. La jugada fue tan rápida que al único que le dio tiempo a protestar, desde el suelo, fue a Zoco. Estaba pitando lo justo y bien hasta que salieron a relucir los malos modos y… reaccionó un poco tarde. Luego les mostró la tarjeta blanca a Romero y a Doria, por protestar el gol del empate de Amancio; la roja, al citado Doria, por una durísima entrada a Aguilar, que provocó una breve, pero intensa batalla campal, en la que los que más dieron fueron Pirri y Romero, y en la que al que más se le vio dar (porque tomó carrerilla desde su demarcación…) fue a José Luis, que fue expulsado por agredir al guardameta visitante. Luego volvió a mostrarles la cartulina blanca a José Manuel, por protestar, y a Alonso, por pérdida deliberada de tiempo al arrojar un balón lejos del punto de una falta, en cuya ejecución, precisamente, se lesionó Netzer, al sufrir aparentemente un tirón. También tuvo que haber amonestado, a Pirri, cuando con un plantillazo peligrosísimo, quiso saldar las cuentas pendientes de su anterior y antirreglamentaria pelea. En resumen pues, mal”. (Gerardo García / As)

Igual de emocionante, aunque muy diferente en cuanto a las formas mostradas por los jugadores sobre el terreno de juego, sería el choque postrero de la temporada. La prensa destacó la buena actuación arbitral. Al final del partido la afición gijonesa celebraría la permanencia con el lanzamiento de cohetes, alegría a la que se sumó la victoria de Fuente en la Vuelta. El Tarangu se haría con el triunfo final al aventajar a Agostinho por apenas 11 segundos.

La temporada 1974-75 sería un calco de la anterior, aunque afortunadamente sin los lamentables incidentes acontecidos en la misma. El Sporting parecía tenerle tomada la medida al Madrid y volvió a puntuar en el feudo blanco (0-0), sin grandes disonancias arbitrales esta vez, si bien es cierto que el Sr. Olavarría dejó sin señalar un claro empujón a Roberto Martínez en el área visitante. Ambos conjuntos volverían a verse las caras en el último partido de Liga, en una situación que podría calificarse como antagónica. En efecto, si los gijoneses necesitaban imperiosamente la victoria para evitar el descenso, los merengues arribaban con el título liguero ya en el bolsillo. El triunfo sonrió a los rojiblancos (2-0) en un partido sin más historia que la emoción por la trascendencia del choque, dirigido por el Sr. Oliva, cuyo silbido final provocó un estallido de júbilo en el estadio.

Resulta desconcertante, cuando menos, que en un choque desarrollado con toda normalidad, la disparidad de opiniones entre la prensa madrileña y gijonesa pudiera ser tan acentuada. Si para los primeros la labor del colegiado había sido desastrosa, perjudicando continuamente a los forasteros, para los segundos el árbitro (catalán, por más señas), había rozado la excelencia. ¿Sería que la intensidad con la que se vivían los encuentros entre ambos contendientes estaba empezando a afectar a los informadores?

Los choques entre ambos conjuntos destilaban intensidad. Quini salta en dura pugna con   Benito y Pirri. Sol, Camacho y Del Bosque están al quite.

Los choques entre ambos conjuntos destilaban intensidad. Quini salta en dura pugna con
Benito y Pirri. Sol, Camacho y Del Bosque están al quite.

Hubo milagro en tres ocasiones (en la 72-73 los gijoneses también salvaron la categoría en el choque final, en aquella oportunidad en partido de máxima rivalidad, frente al Oviedo), pero a la cuarta fue la vencida. Y los resultados ante el cuadro merengue, con sendas derrotas por idéntico tanteador, 0-2 en casa y 2-0 a domicilio, lo dejaron patente. Si acaso reseñar la vuelta a la normalidad en el enjuiciamiento de la labor arbitral desde las columnas de los medios de comunicación de ambas «trincheras» (con algún que otro verso libre, todo hay que decirlo). Hubo unanimidad al considerar como más que correcto el arbitraje de Franco Martínez en El Molinón (con tres penaltis señalados, nada menos), y de bastante floja la actuación del aragonés Canera Coscolín en el Bernabéu, manifiestamente casero (que anuló un golazo de Quini por fuera de juego posicional de Churruca). A este respecto, Gilera señalaba en el ABCEl gol anulado al Sporting fue decisión del juez de línea, que indicó una falta que yo no vi. El tiro imponente de Quini mereció mejor suerte”.

Tras un «añito en el infierno» (genial la campaña publicitaria colchonera, que en aquel entonces sí se haría realidad) el Sporting regresó a la División de Honor con la plantilla casi intacta merced a los buenos oficios del presidente Ángel Viejo Feliú, quien desoyó los cantos de sirena del resto de clubes por gran parte del plantel (aplicando el derecho de retención imperante), y con el futuro debidamente encauzado tras iniciar las obras de la Escuela de Fútbol de Mareo (se inauguraría en marzo del 78), gracias al traspaso de la única estrella del equipo a la que se permitió marchar, Churruca, por quien el Athletic desembolsó más de 45 millones de pesetas.

El conjunto rojiblanco, convenientemente apuntalado, no extrañó la categoría pese a unos inicios irregulares. El Madrid visitó El Molinón en la sexta jornada liguera, en partido televisado en directo, haciéndose con el triunfo (0-2) en noche desgraciada de los gijoneses pues, si Ciriaco envió un penalti al limbo, los dos defensas centrales, Redondo y José Manuel, se lesionaron al comienzo de la segunda mitad (el segundo con rotura de ligamentos cruzados y menisco, que precipitaría su retirada), descomponiendo a la zaga al no contar con recambios adecuados en el banquillo por mor de las bajas de Doria y Maceda. El Sr. Carreira Abad no tuvo complicaciones, completando una correcta actuación.

De profético podría calificarse el último párrafo de la crónica de ROVI en El Comercio: “Y lo dicho, sin quitarle méritos al Madrid, hubo muy mala suerte. Pero el equipo por lo apreciado, apunta hacia arriba. Pronto lo comprobaremos”.

El gran escándalo

Así fue. Con 22 jornadas disputadas el Sporting figuraba tercero en la clasificación, a un punto del Barcelona y cuatro del Madrid. Llevaba ocho encuentros consecutivos invicto en la competición cuando llegó El Partido, así, en mayúsculas, porque esta vez sí, la confrontación entre ambos conjuntos tenía visos de lucha por el título (al menos en la ilusión desbordada de la afición sportinguista) por más que en la prensa nacional el recién ascendido no pasara de ser más que un admirable meritorio.

Cinco mil gijoneses acompañaron al equipo en el choque más importante de la temporada. Fue un gran partido de fútbol que el Madrid ganó a cuatro minutos del final (3-2) tras haber comenzado dos goles por debajo. En esta ocasión, casi de forma unánime, la prensa atribuyó a la parcialidad de Borrás del Barrio, la derrota del Sporting. Los titulares no ofrecen lugar a la duda:

3-2. Decidió el árbitro (As); Robo al Sporting (La Nueva España); 3-2. Jugó mejor el Sporting (Marca); Robo futbolístico en el Bernabéu (Hoja del Lunes de Gijón). Asi lo reflejaron en las crónicas:

Dirigió el encuentro pésimamente el colegiado balear Borrás del Barrio, que si en la primera media hora dio la sensación de haber olvidado las tarjetas en la caseta, luego se las mostró a Doria, Guerini, Pirri, Redondo y Benito casi sin ton ni son, y a Juanito por protestar…, olvidándose durante casi todo el partido del fogoso y –a veces– agresivo y peligroso Stielike. Cambió de signo algunas faltas, pasó por alto un par de manos astures, que originaron peligrosos contraataques para el Madrid; dejó sin sancionar una falta a Quini dentro del área, como si aplicase la ley de la ventaja…, para anular seguidamente el gol de Ciriaco (en realidad Joaquín) por offside; tampoco pitó el penalty (por empujón) de Benito a Ferrero, a los veintiséis minutos del segundo tiempo, y en el colmo de los desatinos graves y trascendentales para la marcha del marcador pasó por alto la falta de Roberto Martínez a Uría antes de centrar un balón que terminó en las redes de Castro, dándole el triunfo al líder y derrotando consiguientemente al Sporting. Fue «obsequiado» con botes y almohadillas”. (Gerardo García / As)

Desencuentro05¿Perdió el Sporting? En el marcador, el 3-2 es ya irrefutable. Pero más que perder el Sporting, más que ganar el Real Madrid, habrá que convenir en que el señor Borrás del Barrio fue protagonista destacado y el gran artífice de que los dos puntos se quedasen en el Bernabéu, echando por tierra los muchos méritos del conjunto gijonés y convirtiéndose en el mejor hombre de camiseta blanca, aún a pesar de que fue tremendamente abucheado al descanso por el público madrileño, que todavía le chillaría en el transcurso del segundo tiempo”. (José Vicente Piñera / La Nueva España).

En la crónica de Liomi publicada en la Hoja del Lunes de Gijón se apuntaba un hecho determinante como desencadenante fundamental que había escapado al sentir general:

Desencuentro06Sin temor a equivocarnos, nosotros calificaríamos este choque como el partido de las circunstancias máximas. Las hubo en tal cantidad que se justifica aquella calificación. Dominando sobre todas, la figura del árbitro. Un señor que parecía al principio un buen soldado y que luego se convertiría en un hombre atrincherado en el miedo. La gran circunstancia habría que centrarla en una decisión arbitral. El público de Madrid abucheaba a su equipo porque el conjunto blanco se mostraba incapaz. Pero a la vez protestaba al árbitro, al que le reclamaba faltas en cada intervención gijonesa. Cuando comenzó a sacar tarjetas, la excitación fue a más. Y cuando se la mostró a Pirri por ir corriendo medio campo a reclamarle, cogiéndole por el brazo y todo, se armó la marimorena. A partir de este instante el árbitro dio marcha atrás, hizo un giro completo. Analizando fríamente el hecho llegamos a pensar en si Pirri, por su habilidad y por su oficio, no intentó el milagro. Es decir, convertir a un público en contra de su equipo en un público que sólo proyectara sus iras contra el árbitro, coaccionándole en todo momento. Creemos que esto ha sido realmente lo sucedido. Porque estamos casi por asegurar que si no se produce esa tarjeta el Madrid no hubiera sido capaz de ganar el partido. Hay que contar también otra circunstancia. Si Valdés hubiera podido seguir en el campo, entonces tampoco tendríamos reparos en afirmar que el Sporting se hubiera llevado la victoria (esto último en concordancia con lo escrito por CRONOS en Marca, todo hay que decirlo). Aun pasando por alto los otros de antes, los penalties a Quini, los penalties a Ferrero por dos veces (sic), el gol de Joaquín que no subió al marcador, y otras muchas jugadas falladas contra el Sporting –por ejemplo cuando Ferrero fue víctima de una entrada de San José y lo dejó tendido en el suelo para que no se colase en el área y el árbitro decretó fuera de juego del gijonés– aun pasando por alto todo eso, el Sporting fue perseguido por el señor árbitro”.

El mismo periódico recogía unas declaraciones del colegiado en las que éste parecía estar algo confuso sobre lo sucedido:

“–Con el partido que ha sido, es para estar satisfecho. Supe sacar las tarjetas precisas para que no se me fuera de las manos. Ha sido un partido muy bueno, del Sporting en el primer tiempo y del Madrid en el segundo.

–Al borde del final del primer tiempo anuló un gol al Sporting…

–Por un fuera de juego clarísimo.

–Vamos a aceptarlo, pero, previamente, ¿no vio un penalty clarísimo a Quini?

–Hombre, si tengo que acordarme de todos las jugadas. No sé, no me acuerdo.

–¿Y no se fijó en en que un jugador del Madrid desvió ese pase de Quini y que, por lo tanto, anulaba el posible fuera de juego?

–Pues, no, no me acuerdo de haberlo visto.

–Resumiendo, aplicó ley de la ventaja cuando el penalty era clarísimo, ¿no?

–No, no. Yo señalé fuera de juego.

Y como Borrás del Barrio comenzaba a armarse un lío, optamos por dejar el vestuario arbitral y dejarlo en manos de José María García, cuya primera pregunta, significativa, sería ésta:

–¿Va a dormir usted hoy tranquilo…?”.

El presidente madridista se mostró muy nervioso al hablar con la prensa, según reflejaba Ángel Retamar en Marca:

“–Prefiero no opinar, de verdad. No me preguntéis, porque voy a decir algo malo y no quiero.

–Presidente, es que…”

–No quiero hablar, que siempre estáis igual, intentando picar. Lo que tenía que hacer la Prensa de Madrid era ayudar al Madrid, a los equipos de aquí. Porque es que luego salimos fuera y nos ponen…Aquí es distinto, nadie dice nada, y ya estoy cansado de esto.

–Pero don Santiago, parece que…

–Que no, hombre, que perder se puede perder. Que el fútbol es así. Pero si yo empezara a decir lo que me ha parecido el árbitro… lo que tiene que hacer la Prensa es defender al Madrid y no empezar a picarle, como hace siempre.

Los nervios del viejo patriarca blanco le jugaron ayer una mala pasada, y uno lo siente de veras, porque de lo que sí puede estar seguro Santiago Bernabéu es que la Prensa madrileña le estima y le respeta, y nos gustaría que esta última virtud fuera mutua…”.

Captura de pantalla del momento en el que Quini conecta con el esférico. ¿Está en línea Ferrero con Sol? El balón daría en el poste y el argentino terminaría por introducirlo en las redes.

Captura de pantalla del momento en el que Quini conecta con el esférico. ¿Está en línea Ferrero con Sol?
El balón daría en el poste y el argentino terminaría por introducirlo en las redes.

Lo más curioso de todo, y quizá lo mejor, para poner a cada uno en su sitio, es que las imágenes del choque emitidas en el programa Estudio Estadio vendrían a matizar y, en su caso, corregir, algunas de las opiniones o certezas tan vehementemente vertidas en la prensa. Empezando por el hecho de que en el primer gol del Sporting se constató un posible fuera de juego, ya que Ferrero parece encontrarse en posición antirreglamentaria, en línea con la defensa, cuando Quini remata espectacularmente de volea desde el borde interior del área, algo de lo que nadie, ni árbitro ni periodistas, se había apercibido en el estadio debido a la extrema dificultad que entrañaba la jugada. La Moviola decretó por unanimidad fuera de juego. ¿Lo era?

Tampoco había habido penalti sobre Quini en la jugada que podría haber supuesto el tercer tanto visitante, porque la falta sobre el capitán sportinguista, diáfana eso sí, se produce al borde del área; el árbitro deja seguir la jugada llegando el balón a Joaquín (no a Ciriaco como narra José Ángel de la Casa) y a instancias de su juez de línea señala fuera de juego. No puede decirse que la Moviola, que trabajó de lo lindo con el partido en cuestión, estuviera muy afortunada. Pues, al igual que al analizar el primer gol rojiblanco se paró la imagen en el momento adecuado, no se hizo lo propio en esta jugada (donde inexplicablemente no se tuvo en cuenta la mejor toma, lateral, para certificarlo). Y así, pese a que los tres árbitros presentes en el plató dictaminaron que era posición antirreglamentaria, no queda ni mucho menos claro prestando la debida atención a la primera repetición. En cualquier caso, ninguna de las posibles decisiones dejaba en buen lugar al juez de la contienda, pues o bien había obviado el clarísimo derribo al goleador o bien había dejado seguir la jugada para terminar decretando fuera de juego, lo que favorecía en cualquier caso al infractor. Una circunstancia que no quedaría convenientemente consignada en el espacio televisivo.

Captura de pantalla del momento en el que Quini contacta con el balón antes de que Sol «contacte» con él. A su derecha, Joaquín. ¿En offside? Se ofrece el momento desde dos perspectivas diferentes. El derribo es claramente fuera del área por más que el goleador, que llegaba trompicado tras una entrada previa de Guerini, terminara por rodar en el interior de la misma.

Captura de pantalla del momento en el que Quini contacta con el balón antes de que Sol «contacte» con él. A su derecha, Joaquín. ¿En offside? Se ofrece el momento desde dos perspectivas diferentes. El derribo es claramente fuera del área por más que el goleador, que llegaba trompicado tras una entrada previa de Guerini, terminara por rodar en el interior de la misma.

Cabe señalar que, para el Sporting, éste había sido el último de una serie de arbitrajes muy caseros en los desplazamientos del equipo, por lo que Manuel Vega-Arango envió una carta al Comité Nacional de Árbitros exponiendo sus quejas por la situación. El presidente del Comité llegó a  asegurar que Borrás del Barrio no volvería a arbitrar a los gijoneses a lo largo de la temporada. (Es oportuno recordar que los clubes sólo podían recusar a los colegiados de cara a la campaña siguiente).

En todo caso, el asunto no quedó cerrado aquí. La polémica volvería a encenderse cuando, en  el boletín oficial del club blanco del mes de abril apareció un amplio reportaje bajo el epígrafe, “¿De qué se queja el Gijón?” en el que se hablaba de hasta ¡13 encuentros! en los que los sportinguistas, supuestamente, habían salido beneficiados. El asunto fue recogido en las páginas del diario El Comercio bajo el titular “Inadmisible actitud del Real Madrid hacia el Sporting”.

Ni el texto del boletín reproducido en el periódico ni la respuesta dada en el mismo tienen desperdicio, y ambos nos sirven para dar una idea de hasta dónde estaban llegando las cosas:

“¿De qué se queja el Gijón? Esto es lo que cabe preguntar a jugadores, entrenador y directivos del Sporting de Gijón, que ha elevado una queja oficial a la Federación y que con tanta ligereza, apasionamiento y hasta mala uva declararon contra el colegiado que dirigió el partido contra el Real Madrid del pasado 26 de enero (sic). Recogemos algunas frases:

MIERA: «Pero esta tarde hemos logrado un tercer tanto que, por motivos que no puedo saber, fue invalidado. Era penalty a Quini, como una casa».

QUINI: «Creo que el árbitro nos perjudicó. Vayamos por partes: nos anuló un gol injustamente; además a mí me habían hecho en esa jugada un penalti clarísimo».

DORIA: «El árbitro nos quitó un penalti clarísimo».

Con tres botones de muestra son más que suficiente. Y repetimos: Ahora que la película del partido ha dejado bien a las claras que la falta a Quini reclamada como penalty se produjo fuera del área y que Ferrero estaba en fuera de juego cuando recibió el balón que dio origen el primer tanto gijonés… Ahora, señores del Gijón, ¿qué?

En un entrenador puede pasar el despiste de ver dentro del área –se ve todo tan mal desde el foso– algo que ha sucedido realmente fuera, y aunque lo viese, hacerse el ciego ante el flagrante fuera de juego que siguió a la jugada. Pero nos extraña sobremanera las declaraciones de Quini, un jugador al que siempre habíamos tenido por honesto en sus manifestaciones. Él, que fue el principal protagonista de la jugada, ¿cómo no iba a saber que estaba fuera del área cuando le hicieron la falta?

A todo esto, señores del Gijón, hay que añadir el penalty a Sol, que ese sí que se produjo dentro del área –descarado empujón con derribo– y otras acciones arbitrales que perjudicaron más al Real Madrid. Que el árbitro no estuvo fino, de acuerdo. Pero de favorecer a nuestro equipo nada. Ya se ha demostrado (…)”.

Desde el medio gijonés se tiró con bala, acusando directamente a la junta directiva merengue de estar detrás del artículo:

Desencuentro09El «Boletín Oficial del Real Madrid» como el de todos los clubs que lo publican, tiene el visto bueno de la junta directiva. O sea que las demagógicas y falsas opiniones anteriores han visto la luz con el consentimiento y aprobación de los rectores del club blanco. No deben sorprender a nadie ya que, como se recordará en el descanso del encuentro fue expulsado del palco madridista un militar de alta graduación por opinar que el señor Borrás del Barrio estaba perjudicando al Sporting.

El Madrid –¿por qué decir el boletín si ambas cosas son la misma?– se aprovecha en los primeros párrafos de la manipulación –denunciada en su día– de la moviola al día siguiente del partido. Así se las ponían a Fernando VII.

Lo verdaderamente inadmisible llega después, cuando el amanuense blanco se dedica a recordar los penaltis señalados a favor del Sporting, calificándolos a casi todos de «dudosos, inexistentes, pura compensación, etc…». No merece la pena pararse a analizar cada uno de los partidos que el Madrid recuerda. Quedémonos con la lesión de Aguilera, en el partido Burgos-Sporting «en choque con Abel». Esta circunstancia metida con una mala uva que asusta, fue calificada en Burgos por todo el mundo como puramente fortuita. El amanuense blanco no quiere recordar, sin embargo, que el jugador del Sporting José Manuel resultó gravemente lesionado en choque con el futbolista del Real Madrid, Santillana. Recuerda, además, las protestas del público salmantino en el partido de la primera vuelta. ¿Nos ponemos a recordar las protestas de todos los públicos de España y de otros muchos países por faltas no señaladas en el área del Madrid? ¿Hay que seguir? El penalty señalado a Ferrero en Elche «fue calificado por muchos de inexistente y por otros de dudoso» ¿Quiénes han sido esos, señores del Real Madrid?

Ustedes lo han leído y el tema no merece más comentario. El Madrid ataca a Miera, que dio un ejemplo de prudencia en la sala de prensa, a Quini, modélico siempre. Y a Doria, de quien se puede decir otro tanto.

El «Boletín Oficial del Real Madrid» –la versión oficial del club– ha dado una pobre imagen de un club que siempre jugó su baza de señor, baza que está por los suelos. Cuando toda España está asustada del comportamiento del Sporting y de su afición por el magnífico comportamiento en plena racha de arbitrajes perjudiciales, el Madrid ha quedado en evidencia, como quedó en evidencia Borrás del Barrio. Triste pérdida de rumbo de un club que tiene mucho que callar en cuestiones arbitrales, aunque resulta que el beneficiado de siempre es el Sporting. Y aquí sin enterarnos”.

En una recta final de Liga muy apretada el Sporting se clasificó en quinto lugar. Aunque hasta el último momento estuvo luchando por el subcampeonato.

Sporting y Real Madrid no volverían a cruzar sus caminos hasta la décima jornada de la temporada 1978-79. Los blancos afrontaban dicho encuentro como líderes con tres puntos de ventaja sobre los rojiblancos, que ocupaban la cuarta posición en la tabla. El resultado volvió a ser tan apretado como de costumbre (3-2) y aunque ni el arbitraje, ni por cierto el partido, tuvieron que ver con el de la pasada campaña, desde Gijón nuevamente se alzaron voces críticas contra el colegiado. Quizá el más combativo fuera el diario El Comercio, desde cuyas páginas Julio Puente analizaba de este modo la labor arbitral:

Los titulares muestran hasta dónde estaba llegando la crispación. Éste es del diario El Comercio

Los titulares muestran hasta dónde estaba llegando la crispación. Éste es del diario El Comercio

Acertadamente alguien se preguntó: ¿qué hace un árbitro como tú en un partido como este? El interrogante lo dice todo porque el señor Álvarez Margüenda, por tercera vez en un partido de Primera División y por primera en el Bernabéu, no está aún para trotes así. Apúntesele el acierto al bienaventurado señor Plaza, quien debía saber que el Sporting era cuarto de la Liga y se había paseado por garbo por los campos de Europa. Ahora no hay sorteo arbitral y no sirve echar la culpa al bombo. Con los antecedentes y con la situación de ambos rivales el árbitro designado tendría que haber sido otro. El andaluz enseguida enseñó la oreja: González desvió un balón limpiamente ante Jensen y señaló falta, lo que repetiría con cualquier jugador rojiblanco a lo largo del partido. Permitió a Juanito arrastrar el balón con la mano antes de iniciar la jugada del primer gol. Su error más grave, por la claridad de la falta y por el momento la misma, se produjo a cuatro minutos del descanso cuando Pirri derribó a Ferrero en el área local. El árbitro dejó seguir y hasta el propio Miguel Ángel se tomó a risa la decisión del árbitro cuyo error fue señalado por el propio Pirri. (…) En suma, penoso. Pese a todo no llegó a repetir la actuación de Borrás del Barrio. Cómo sería aquella…”

También Gaspar Rosety reflejaría dicha acción en su crónica de El Noroeste:

Una colada de Ferrero, a los cuarenta y un minutos de la primera mitad, la cortó Pirri sin contemplaciones con una clarísima zancadilla dentro del área que dio por tierra con el extremo sportinguista. El penalty, por nuestra situación en el campo no admitía dudas. Pero el señor Álvarez Margüenda, impresionado por el lugar donde arbitraba, no se atrevió a señalar la falta máxima. Ahí pudo radicar la clave del partido y la que trastocó la ilusión sportinguista. Se empieza a recordar la historia de Borrás del Barrio. Porque la sanción, de haberse pitado, hubiera supuesto el empate a un gol para marcharse al descanso. El propio público madrileño admitió como regalo el penalty a Ferrero”.

Una cosa quedaba clara, y es que los fantasmas del pasado seguían poblando la memoria sportinguista.

Jesús Fragoso del Toro daba en el clavo en su reseña aparecida en el diario Marca:

El diario Marca ofreció la imagen de la jugada clave en fotografía de Caballero.

El diario Marca ofreció la imagen de la jugada clave en fotografía de Caballero.

Por la villa asturiana de Gijón puede que estén ahora dándole vueltas a esa jugada que pudo y debió acabar con la pelota a once metros de la puerta de Miguel Ángel, a tres minutos del descanso, cuando Mesa pasó a Ferrero en profundidad (momento en el que éste no estaba en fuera de juego, que es el instante que importa), y Ferrero corría hacia el área chica, con sólo Miguel Ángel ante él. Lo malo es que detrás tenía a Pirri, que le zancadilleó y derribó. Quizá Pirri, de paso, también dio al balón, que aquél llevaba pegado a los pies; pero, en mi opinión, aquello fue un penalti, parecer del que discrepó el árbitro, Álvarez Margüenda, en esta ocasión llamado Andana”.

Desde ese momento ambos equipos se enzarzaron en un mano a mano por la cabeza de la tabla, logrando los gijoneses un triunfo psicológico al conseguir ser campeones de invierno. Cada partido se vivía en dos frentes, el propio y el ajeno, prestándose especial atención a las decisiones arbitrales. Así, se siguió con indignación el escándalo desatado en San Mamés en la vigésimo tercera jornada, con motivo del más que polémico empate madridista en el último momento (3-3). Y por supuesto, ya de forma directa, lo sucedido en el partido previo al choque con los merengues, en Salamanca, donde Doria y Ferrero vieron sendas tarjetas amarillas que les impedirían actuar frente al Madrid al cumplir ciclo. Las reservas mostradas por Gaspar Rosety en El Noroeste coincidían con la de sus colegas en el Principado:

A los treinta y seis minutos de la segunda mitad se produciría la jugada más polémica. Ferrero recoge un balón en la frontal del área, lo sujeta, controla y, de repente, sin que mediase acción de ningún tipo, García Carrión se inventa una falta directa. No hubo tal falta. Pero he aquí lo curioso. Hay una indecisión a la hora del lanzamiento. Ferrero hace señas de que un jugador está a dos metros de la pelota y el trencilla le muestra la cartulina amarilla. Incomprensible y extraña tarjeta que deja lugar a la extrañeza y a la sospecha. Ya antes, en la primera mitad, una entrada de Doria a Juanito la dejó sin sancionar el valenciano García Carrión para mostrarle luego la tarjeta en otra entrada que no la merecía. Dos tarjetas, dos jugadores y dos ausencias”.

El 15 de abril de 1979, domingo de Pascua por más señas, El Molinón albergó una auténtica final por el título de Liga. Tras 26 jornadas disputadas ambos conjuntos llegaban igualados en lo alto de la clasificación, con 36 puntos y diez positivos cada uno, pero ventaja sportinguista en el gol average. El conjunto gijonés ya no era el simpático meritorio de épocas recientes sino un rival en toda regla, y como a tal se le trataba. El triunfo madridista (0-1) no tuvo reparos en la prensa asturiana, que reconoció sin tapujos que había ganado el mejor:

Perfecto el señor Pes Pérez. Siguiendo el juego de cerca, con autoridad, sin abusar de gestos, pendiente de sus ayudantes siempre. Imparcial. Llevando el partido, que parecía difícil a «priori», como la seda. Sólo merece plácemes”. (ROVI / El Comercio)

El mismo cronista señalaba que el público había despedido con aplausos tanto al colegiado como a los jugadores visitantes, quebrando así la habitual crispación que, en torno al árbitro, se había ido creando durante los últimos tiempos en los choque entre ambos conjuntos:

Llegó el «partido del siglo» –palabras– y nuestro pequeño estadio ofreció un gran lleno público siempre correcto, de «primerísima», que despidió a los madridistas con sonoros aplausos, a los que correspondieron los chicos del Bernabéu con saludos emocionados, dado que el resultado significaba la «puntilla» para las aspiraciones de los locales. Algo que hay que destacar en estos tiempos de violencias y malos modos. También el señor Pes Pérez fue ovacionado al retirarse”.

En efecto, el colegiado, se retiró a los vestuarios vivamente emocionado por los aplausos de la grada. Lo confirmaba de este modo Gaspar Rosety en El Noroeste:

        Quini y Pirri se saludan en presencia de Pes Pérez en los prolegómenos del choque decisivo de la temporada.

Quini y Pirri se saludan en presencia de Pes Pérez en los prolegómenos del choque decisivo de la temporada.

El aragonés presentó un estado de forma excelente, explicó al final del partido las razones de sus decisiones, con conocimiento del reglamento dio todo un curso de arbitraje sobre el césped de «El Molinón». Es cierto que la corrección de los jugadores le ayudó mucho. Pero su labor, impresionante labor, sólo tiene un «culpable meritorio». El propio Pes Pérez. Su categoría, después de este partido, está a la altura de la internacionalidad. Se la ha ganado a pulso. Lloró al final del partido, cuando el público, puesto en pie, le tributaba una justa y merecida actuación”.

Cabe señalar que la crítica nacional no fue tan comprensiva con su labor, que tildó de bastante deficiente, con numerosos errores de escasa importancia que no habían tenido mayor influencia por la exquisita corrección de los jugadores.

Tan honda impresión causó la espontánea reacción de la grada, que el propio Real Madrid cursaría a la redacción de El Comercio, el diario de referencia de la ciudad al fin y al cabo, el siguiente telegrama:

Rogamos transmitan a la afición asturiana nuestro muy sincero agradecimiento por demostrada ecuanimidad y deportividad con nuestro equipo en partido ayer. Afectuosos saludos. Luis de Carlos, presidente Real Madrid”.

Parecía que, tras lo acontecido, se había puesto fin a la interminable crispación entre ambos clubes. La década habría de finalizar restañando las heridas definitivamente. Pero, nada más lejos de la realidad. Bastó un incidente, una chispa en forma de decisión incomprensible, para inflamar los rescoldos aún candentes del sentimiento de agravio sportinguista, desatando de forma incontenible toda la furia que albergaban los corazones rojiblancos.

La temporada 1979-80 contó con la novedad de un enfrentamiento previo que servía de prólogo ideal al desarrollo de la competición. Ambos conjuntos se vieron las caras en la final del Teresa Herrera, uno de los torneos veraniegos más prestigiosos. Como venía siendo habitual el choque fue muy igualado, logrando la victoria el conjunto de la capital merced a un tanto en propia puerta del defensa Jiménez.

El Sporting empezó la Liga como un tiro, ganando los siete primeros encuentros de forma consecutiva. Después, un empate en Almería y una traumática derrota frente al Zaragoza (1-4), seguida de otra en el Benito Villamarín, marcaron el preludio del partido frente a los blancos. El 25 de noviembre, Real Madrid y Sporting se enfrentaban como segundo y tercero, respectivamente, de una clasificación encabezada por la Real Sociedad con los mismos puntos que los blancos. El encuentro llegaba precedido de una enorme polémica debido a las presiones recibidas por el máximo mandatario rojiblanco para que permitiera la retransmisión del mismo por televisión, algo a lo que Manuel Vega-Arango se resistía previendo una importante pérdida de ingresos. Finalmente, en una decisión sin precedentes en la joven democracia española, el choque fue televisado «por decreto» al considerarlo un acontecimiento deportivo de interés nacional.

Para comprender la crispación que, no sólo en el Sporting, sino en el resto de clubes, provocó tamaña injerencia gubernamental (cabe señalar que en la asamblea federativa celebrada el 13 de julio anterior se había acordado no permitir que se televisaran encuentros de competición nacional en directo los domingos, con el fin de no perjudicar las taquillas en el resto de campos), exponemos lo publicado días antes, el 17 de noviembre, en el diario El País en artículo de Juan José Paradinas:

Los servicios técnico-jurídicos del Ministerio de Cultura han estudiado detenidamente el tema de la televisión en directo y por decreto del Spórting de Gijón-Real Madrid, para no incurrir en implicaciones anitijurídicas y hasta anticonstitucionales. Todos los detalles sobre la televisión de este partido indican que se ofrecerá en directo, el domingo 25, por el decreto-ley de 1959, a pesar de que la Federación Española no acepte, bajo ningún concepto, la modificación de un acuerdo adoptado por mayoría, por todos los clubes, en asamblea general.

El decreto-ley de 1959 establece que el Gobierno puede obligar a ofrecer en directo, por televisión, aquellos acontecimientos deportivos que considere de interés nacional, y este es el caso del Spórting-Madrid. El club gijonés, al ser obligado a televisar el partido, automáticamente tiene que ser indemnizado económicamente. La indemnización se fijará en la cifra que deje de ingresar al televisar el encuentro. El Spórting tenía previsto considerar el partido frente al Madrid como jornada económica del club, por lo que los socios también tendrán que pagar. El club gijonés llegó a estimar que la recaudación del encuentro, sin televisión del mismo, podría superar los veinte millones de pesetas. Hay que tener en cuenta que en el Spórting-Barcelona, disputado hace algunas fechas, con precios normales y sin que los socios pagasen, se recaudaron dieciséis millones de pesetas. Por todo ello, si el Spórting, al televisar el encuentro, recaudara, por ejemplo, seis millones de pesetas, RTVE tendría que pagar al club gijonés unos catorce millones, cifra que se estima dejaría de ingresar al ser ofrecido en directo. Por otra parte, el resto de los clubes de categoría nacional que disputen sus partidos en esa misma fecha pueden considerarse perjudicados económicamente, ya que se asegura que los encuentros televisados restan espectadores a los demás encuentros. Estos clubes, al considerarse perjudicados, según el decreto real por el que se obligará a televisar el Spórting-Madrid, podrían promover acciones contra RTVE. En este caso, se asegura que serían más de treinta millones de pesetas los que pedirían por daños y perjuicios. De todos modos, serían los tribunales los que resolviesen estas posibles acciones judiciales llevadas a cabo por los clubes ante RTVE.

Al margen de estos detalles, la Federación Española de Fútbol, a través de sus organismos, podría llevar a cabo otras decisiones si se considera vulnerada en sus derechos. La próxima semana se asegura que será prolija en reuniones federativas. En primer lugar, está previsto se reúna la comisión de clubes, designada para tratar el tema de la televisión en directo de partidos de Liga. Esta comisión se encargaría de interpretar jurídicamente el acuerdo de la asamblea general y su alcance. Después se reunirían los clubes de Primera División, los más directamente implicados en el tema, ya que son sus partidos los que se televisan. La junta directiva de la Federación, que se reunirá dos días antes de la fecha señalada para el partido entre el Spórting-Madrid, se encargaría de ratificar las decisiones de las reuniones anteriores, entre las que no se descarta la posibilidad de celebrar una asamblea extraordinaria. Después de todo, por el momento, son imprevisibles las medidas que adoptarán los clubes y la Federación ante la imposición del Ministerio.

 Las repercusiones de las medidas que puedan adoptar los clubes y la Federación, como ya se indicó, podrían llegar hasta la huelga general para el 25, fecha en que se disputará el Spórting-Madrid. (…).

El 22 de noviembre, en uno de los salones del madrileño Hotel Meliá Castilla se celebraba una «asamblea consultiva» en la que estuvieron presentes alrededor de 150 presidentes de Primera, Segunda, Segunda B y Tercera División. En la misma se decidió no suspender la siguiente jornada de Liga (en atención a los socios y aficionados en general), al tiempo que se elevaba una queja al ministro de Cultura, Manuel Clavero, expresando la más enérgica protesta por su decisión, e instando «a través de los cauces legales pertinentes» a que el decreto ley del 4 de junio de 1959, emanado del extinto Ministerio de Información y Turismo, fuese declarado inconstitucional.

Llegado el día, y en medio de toda la expectación levantada, el encuentro, como tal, duró siete minutos. El tiempo que tardó el colegiado en expulsar a Ferrero tras responder con una alevosa patada al no menos impresentable codazo en el rostro propinado por su marcador, San José, a quien el árbitro, incomprensiblemente, dejó ir de rositas. El argentino, con sangre en el rostro, abandonó el terreno de juego en medio de una lluvia de almohadillas (que se repetiría con frecuencia durante la primera parte, en la que el juego se vio continuamente interrumpido), en medio de una bronca sensacional en la que destacaba un grito unánime por parte de la grada. Grito que en la retransmisión televisiva apenas era apreciable, y que sólo la emisión de imágenes con sonido ambiente permitiría escuchar. El partido íntegro fue emitido recientemente por Teledeporte en un Conexión Vintage dedicado al Sporting, y está a disposición de cualquier interesado en la página web de TVE.

La crónicas periodísticas volvieron a mostrar discrepancias de bulto entre los informadores «de aquí y los de allá», y quizá lo mejor sea reflejar las opiniones escritas y dejar que las imágenes pongan a cada uno en su sitio.

De esta guisa abandonaría el campo el argentino. Foto de Jesús Farpón.

De esta guisa abandonaría el campo el argentino. Foto de Jesús Farpón.

Es difícil encontrar una calificación con un mínimo de bondad para el señor Ausocúa Sanz. Se convirtió –¿por incompetencia, acaso?– en el protagonista del encuentro, con su especialísima manera de interpretar. No vamos a decir que carezca de justificación la decisión de expulsar a Ferrero, pero sí que fue precipitada porque la agresión tiene que ser premeditada, intencionada y eso es lo que no hubo en la acción reflejada de Ferrero. El señor Ausocúa no lo entendió así. No vio penalidad en la falta previa de San José y sí intencionalidad en la reacción de Ferrero. Si este criterio, pese a todo, lo hubiera mantenido, habría enviado también a la caseta a Benito por una clarísima falta intencionada, con todos los caracteres de la agresión física –que el hombre no pase– sobre Mesa. No lo hizo así y entonces el colegiado puso de manifiesto su criterio variable y esto le convierte automáticamente en reo de parcialidad, porque, indudablemente, favoreció a un equipo en la misma medida que fue riguroso e implacable con otro.

Fue un náufrago. Que convirtió el espectáculo futbolístico en un espectáculo pasional. Que provocó al público hasta llevarle a posturas airadas –desde luego siempre rechazables y censurables–, a interrumpir el juego una y otra vez. Provocó todo aquel mar pasional. Y ya todo lo que hizo, con ser bueno a veces, careció de valor para el espectador. Consciente o inconscientemente se convirtió en el personaje de la noche y no hay duda de que con aquella decisión –incompleta, ya que también San José se hizo acreedor a la misma sanción que Ferrero– dio un cambio total al curso del juego, desniveló las posibilidades y abrió paso a un factor decisivo para el resultado, ya que esto significa el conceder a un bando el privilegio de la superioridad numérica.

El señor Ausocúa Sanz ha estado, pues, mal. Y creemos que esta calificación es hasta incluso benévola para con él. Su volubilidad interpretativa le dejó en clarísimo mal lugar, porque la mejor virtud que debe exponer un árbitro – juez, es decir, la honestidad de decisión, no la tuvo este colegiado, causante de uno de los más desagradable sucesos vistos en El Molinón. Su labor, se mire como se mire, no ha producido más que perjuicios para el Sporting”. (Liomi / Hoja del Lunes de Gijón)

En la crónica se narraría de esta manera el nacimiento de la celebérrima frase: “El público, mientras, corearía un «eslogan» nacido allí mismo y que decía: «Así, así, así gana el Madrid»”.

Como quiera que la prensa asturiana fue casi unánime al respecto es preferible centrarse en lo publicado en los medios de la capital. Así se expresaban:

Si en el minuto siete, casi recién estrenado el partido, el vallisoletano Ausocúa hubiera señalado el final del encuentro, en lugar de decretar la expulsión de Ferrero, nos habríamos evitado los noventa minutos de enfados, malos modos, insultos, aburrimiento y lanzamiento de almohadillas que hemos sufrido a continuación. Y, sobre todo, nos habríamos evitado el frío, el tremendo frío que hemos pasado en El Molinón a lo largo y lo ancho de este choque, que iba para acontecimiento de interés nacional y se ha quedado en simple reyerta o pelea callejera, ofreciendo un espectáculo deprimente y lamentable, que también se podrían haber evitado los telespectadores, que después de tanto tira y afloja y tantas declaraciones a favor y en contra, y tanta Asamblea consultiva, estoy seguro que esperaban el no va más del fútbol televisado.  

Titular de portada del diario Marca.

Titular de portada del diario Marca.

Y ya ven, o mejor, ya han visto en qué ha quedado todo. Simplemente, en un partidillo de tres al cuarto, sin fútbol, sin ambición, sin otro afán por parte de ambos conjuntos que no perder,  y sin orden ni medida desde las gradas, donde el encrespamiento del público ha sido la chispa que ha mantenido encendida la llama de la batalla desatada en el césped. Comprendo que la justa expulsión de Ferrero haya sido una decisión que haya irritado a los asturianos –aunque, realmente, deberían haberse irritado contra su jugador–, pero de ahí a llegar a los extremos que han llegado los aficionados, media un abismo, y no hay palabras ni circunstancias que sirvan de atenuante.                             

Y ahí, tras los cinco minutos largos que el encuentro ha estado detenido, el partido se ha terminado. El juego se ha ido al garete, la calidad se ha diluido, el equilibrio teórico se ha roto y el público ha unido sus gargantas para formar un orfeón con un solo grito: «Así, así, así gana el Madrid». Y Pirri y los suyos se lo han creído, que es lo peor. Se han creído que el Madrid lo tenía ganado, por aquello de la superioridad numérica, y esa superioridad les ha dado un exceso de confianza, injustificable siempre, pero mucho más ante un Sporting combativo y tesonero, en un afán desesperado por no perder ante el Madrid”. (José María Lorente / Marca)

Bajo el titular “Así, así, así no gana el Madrid”, Gerardo García indicaba en su crónica del As:

Desencuentro15Dirigió el encuentro, con muchos fallos, el colegiado del Oeste Ausocúa Sanz, que se mostró enérgico en enseñar a Ferrero la cartulina roja, a los siete minutos de juego, por responder con muy malos modos al agarrón de San José, y no dudó luego en mostrarle la cartulina amarilla a Abel por zancadillear por detrás al mismo zaguero blanco, no estuvo tan enérgico luego en otras jugadas: a Benito le mostró la roja, a los cuarenta y un minutos, por una falta peligros a Mesa, pero, por lo visto, se equivocó y lo que quería enseñarle era la amarilla, que es la que le mostró a continuación. A Juanito le sacó la amarilla, tras el descanso, por protestar, y la verdad es que el malagueño volvió a protestar luego sin que se viese amonestado. La última cartulina amarilla del colegiado fue para Uría por una zancadilla a Juanito. Si tenemos en cuenta que tampoco mostró ninguna regularidad para aplicar la ley de la ventaja, ni para ver los córners, ni para sancionar con equidad las faltas, en resumen, pues, muy deficiente. Convendría ver si este árbitro aplica siempre los mismos criterios a la hora de mostrar las tarjetas. Y me refiero sólo a él, porque ya sabemos sobradamente que eso de la unificación de criterios es prácticamente, por desgracia, una utopía”.

En la Hoja del Lunes de Madrid, Raúl Santidrián realizaría un admirable ejercicio de imparcialidad al referir:

El partido duró sólo casi siete minutos. En el casi, la falta clara de San José a Ferrero, la respuesta airada del extremo sportinguista y la tarjeta encarnada del árbitro vallisoletano, que había señalado golpe franco contra el Madrid y expulsó al delantero de casa. Ahí se acabó el partido y comenzó el feo espectáculo de las brusquedades y de la lluvia de almohadillas. Llegó lo bronco y llegó la bronca, que fue casi continua. En algún momento había que pensar que no alcanzaríamos los noventa minutos programados para una vuelta a la televisión en directo que ha resultado absolutamente desdichada. Una lástima. No hubo ni vencedores ni vencidos, pero perdimos todos: los que jugaron, los que lo vimos en directo bajo el frío de El Molinón y los que se las habrían prometido felicísimas en el butacón ante el televisor con la copa al lado”.

El partido, por cierto, finalizó con empate a uno.

Y poco más que añadir. Acaso el corolario del encuentro de vuelta en el Bernabéu, el 5 de abril, con el Sporting ya descolgado de la formidable pugna entre el Real y la Real. Nuevamente se haría con la victoria el cuadro merengue y otra vez por la mínima diferencia (1-0), en un choque en el que los rojiblancos merecieron mejor fortuna. El gol llegó como consecuencia de una supuesta falta de Uría (al retener el balón en el suelo mientras Juanito, montado literalmente sobre el rojiblanco, le entorpecía) que Enríquez Negreira debió pitar al revés. Peccata minuta, comparado con actuaciones anteriores, para la prensa gijonesa. Baste reseñar la narración del gol que hizo Fragoso del Toro en Marca:

“1-0.- Ochenta minutos. Juanito hace falta a Uría, pero la sanción le fue impuesta al Sporting. Lanza el libre Juanito, desde el lado derecho, y Santillana cabecea para marcar por la derecha del portal de Rivero (…)”.

Esta es, en resumen, la historia de una rivalidad que encendió al fútbol español durante los setenta. Un antagonismo que se recordará mientras perviva el grito acusador o reivindicativo, según quien lo coree, que sigue de plena actualidad en nuestros estadios. Y que no tiene visos de remitir.

“Referencias”

– Cima, José Enrique (2009, 13 febrero). El choque Santillana-José Manuel. La Nueva España. Obtenido de:

 http://www.lne.es/deportes/2009/02/13/deportes-choque-santillanajose-manuel/725879.html

Prensa asturiana

Voluntad. Gijón.

El Comercio. Gijón.

Hoja del Lunes. Gijón.

El Noroeste. Gijón.

La Nueva España. Oviedo.

Prensa madrileña

ABC. Madrid.

Marca. Madrid

Hoja del Lunes. Madrid.

As. Madrid.

El País. Madrid.

Otras:

Estudio Estadio **Año 1978**. Obtenido de canal Nostalgia Televisión Javier Luis en YouTube:

https://www.youtube.com/watch?v=smTQJoGvuBI




Los linieres y la Selección española.

Hace ya una década que don Félix Martialay Martín-Sánchez, presidente honorario de CIHEFE, publicó el libro “Todo sobre la Selección Española”. Una obra imprescindible para todo seguir del fútbol español que, como bien afirma nuestro presidente D. Víctor Martínez Patón, lleva el sello del “Tucídides de la historiografía deportiva en España”.

Martialay, en su contenido, detalló pormenorizadamente los encuentros que España disputó desde 1920 hasta 2006, coincidiendo con el partido nº 514 que se jugó contra la selección nacional de Costa de Marfil. En aquella elaboradísima información se facilitaban, entre otros numerosos datos, los nombres de los linieres que habían actuado en cada acontecimiento.

Con el fin de complementar, parcialmente, aquella joya de libro, traemos a Cuadernos de Fútbol este mes la primera parte de la información con los nombre de los linieres que han actuado en los posteriores encuentros jugador por España desde el nº 515 hasta el nº 585. En un próximo número, publicaremos desde el nº 586 hasta la actualidad.

El resultado final de cada encuentro que se expresa en el cuadro anexo, menciona en primer lugar los goles de nuestra selección, con independencia de haberse jugado el partido en nuestro suelo, fuera de España o en terreno neutral.

Esperamos que para los amantes de las estadísticas y, en particular, para los seguidores del arbitraje, les pueda servir de utilidad.

 

Partido nº

Fecha

Contra

Result

Linier

Nación

Linier

Nación

515

27/05/2006

Rusia

0-0

Leite Ribeiro

Portugal

Baía Nogueira

Portugal

516

03/06/2006

Egipto

2-0

Andrea Consolo

Italia

Alessandro Stagnoli

Italia

517

07/06/2006

Croacia

2-1

Patrick Reinbold

Francia

Eric Dansault

Francia

518

14/06/2006

Ucrania

4-0

Francesco Buragina

Suiza

Matthias Arnet

Suiza

519

19/06/2006

Tunez

3-1

Aristeu Tavares

Brasil

Edmilson Corona

Brasil

520

23/06/2006

A. Saudita

1-0

Celestin Ntaguingira

Ruanda

Aboudou Aderodjou

Benin

521

27/06/2006

Francia

1-3

Cristiano Copelli

Italia

Alessandro Stagnoli

Italia

522

15/08/2006

Islandia

0-0

Cirian Delaney

Irlanda

Marc Douglas

Irlanda

523

02/09/2006

Liecht.

4-0

Krstevski Ljubomir

Macedonia

Josifov Zoran

Macedonia

524

06/09/2006

Irlanda N.

2-3

Peter Hermans

Bélgica

Walter Vromans

Bélgica

525

07/10/2006

Suecia

0-2

David Babswki

Inglaterra

Philip Sharp

Inglaterra

526

11/10/2006

Argentina

2-1

Vicent Texier

Francia

Stephane Duhamel

Francia

527

15/11/2006

Rumanía

0-1

Fabrizio D’Agostini

Italia

Massimiliano Grilli

Italia

528

07/02/2007

Inglaterra

1-0

Carsten Kadach

Alemania

Sonke Glindemann

Alemania

529

24/03/2007

Dinamarca

2-1

Stéphane Cuhat

Suiza

Francesco Buragina

Suiza

530

28/03/2007

Islandia

1-0

Vicent Texier

Francia

Stephane Duhamel

Francia

531

02/06/2007

Letonia

2-0

Tom Hugh Murphy

Escocia

James Bee

Escocia

532

06/06/2007

Liecht.

2-0

Nikolay Golubev

Rusia

Viacheslav Semenov

Rusia

533

22/08/2007

Grecia

3-2

Jean P. Izzo

Francia

Christophe Capelli

Francia

534

08/09/2007

Islandia

1-1

Jan Hendrik Salver

Alemania

Volker Wezel

Alemania

535

12/09/2007

Letonia

2-0

Shmuel Shteif

Israel

Eyal Hatuka

Israel

536

13/10/2007

Dinamarca

3-1

Roman Slysko

Eslovaquia

Martin Balko

Eslovaquia

537

17/10/2007

Finlandia

0-0

Fredji Harchay

Francia

Nicolas Bottier

Francia

538

17/11/2007

Suecia

3-0

Alessandro Griselli

Italia

Paolo Calcagno

Italia

539

21/11/2007

Irlanda N.

1-0

Carsten Kadach

Alemania

Volker Wezel

Alemania

540

06/02/2008

Francia

1-0

Esa Vehvilainen

Finlandia

Jukka Koskela

Finlandia

541

26/03/2008

Italia

1-0

Roland Heim

Austria

Andreas Fellinger

Austria

542

31/05/2008

Perú

2-1

Ljubomir Krstevski

Macedonia

Petre Kodovski

Macedonia

543

04/06/2008

EEUU

1-0

Egin Doda

Albania

Emilian Bisaku

Albania

544

10/06/2008

Rusia

4-1

Egon Bereuter

Austria

Markus Mayr

Austria

545

14/06/2008

Suecia

2-1

Adriaan Inia

Holanda

Hans Ten Hoove

Holanda

546

18/06/2008

Grecia

2-1

Darren Cann

Inglaterra

Michael Mullarkey

Inglaterra

547

22/06/2008

Italia

0-0

Carsten Kadach

Alemania

Volker Wezel

Alemania

548

26/06/2008

Rusia

3-0

Peter Hermans

Bélgica

Alex Verstraeten

Bélgica

549

29/06/2008

Alemania

1-0

Alessandro Griselli

Italia

Paolo Calcagno

Italia

550

20/08/2008

Dinamarca

3-0

Fredrik Nilsson

Suecia

Joakim Flink

Suecia

551

06/09/2008

Bosnia

1-0

Tom Hugh Murphy

Escocia

Martin Cryans

Escocia

551

10/09/2008

Armenia

4-0

Jukka Koskela

Finlandia

Esa Vehvilainen

Finlandia

553

11/10/2008

Estonia

3-0

Fredrik Nilsson

Suecia

Mathias Klasenius

Suecia

554

15/10/2008

Bélgica

2-1

Frank Andas

Noruega

Thomas Haglund

Noruega

555

19/11/2008

Chile

3-0

Mamika Elikashvili

Georgia

Zaza Menteshashvili

Georgia

556

11/02/2009

Inglaterra

2-0

Eric Dansault

Francia

Laurent Ugo

Francia

557

28/03/2009

Turquía

1-0

Matthias Arnet

Suiza

Francesco Buragina

Suiza

558

01/04/2009

Turquía

2-1

Peter J. Kirkup

Inglaterra

Philip R. Antony

Inglaterra

559

09/06/2009

Azerbaijan

6-0

Oleg Plujnik

Ucrania

Oleg Muravyov

Ucrania

560

14/06/2009

N. Zelanda

5-0

Alexis Fassinou

Benin

Komi Konyoh

Togo

561

17/06/2009

Irak

1-0

Matthew Cream

Australia

Ben Wilson

Australia

562

20/06/2009

Sudáfrica

2-0

Patricio Basualto

Chile

Francisco Mondria

Chile

563

24/06/2009

EEUU

0-2

Pablo Fandino

Uruguay

Mauricio Espinosa

Uruguay

564

28/06/2009

Sudáfrica

3-2

Matthew Cream

Australia

Ben Wilson

Australia

565

12/08/2009

Macedonia

3-2

Arie Brink

Holanda

Coen Droste

Holanda

566

05/09/2009

Bélgica

5-0

Michael Annonier

Francia

David Benech

Francia

567

09/09/2009

Estonia

3-0

Oleksandr Voytyuk

Ucrania

Oleg Pluzhnyk

Ucrania

568

10/10/2009

Armenia

2-1

Patrik Filipek

R. Checa

Antonin Kordula

R. Checa

569

15/10/2009

Bosnia

5-2

Bernhard Zauner

Austria

Klaus Strasser

Austria

570

14/11/2009

Argentina

2-1

Marc Douglas

Irlanda

Damien Mc Grath

Irlanda

571

18/11/2009

Austria

5-1

Carsten Kadach

Alemania

Sonke Glindemann

Alemania

572

02/03/2010

Francia

2-0

Tom Hugh Murphy

Escocia

Martin Cryans

Escocia

573

29/05/2010

A. Saudita

3-2

Roland Heim

Austria

Armin Eder

Austria

574

03/06/2010

Corea Sur

1-0

Mario Strudl

Austria

Matthias Winsauer

Austria

575

08/06/2010

Polonia

6-0

Dimitrios Bozatzidis

Grecia

Dimitrios Gagas

Grecia

576

16/06/2010

Suiza

0-1

Darren Cann

Inglaterra

Michael Mullarkey

Inglaterra

577

21/06/2010

Honduras

2-0

Toru Sagara

Japón

Jeong Hae Sang

Corea del Sur

578

25/06/2010

Chile

2-1

José Luis Camargo

México

Alberto Morin

México

579

29/06/2010

Portugal

1-0

Ricardo Casas

Argentina

Hernán Maidana

Argentina

580

03/07/2010

Paraguay

1-0

Leonel Leal

Costa Rica

Carlos Pastrana

Honduras

581

07/07/2010

Alemania

1-0

Gabor Eros

Hungría

Tibor Vámos

Hungría

582

11/07/2010

Holanda

1-0

Darren Cann

Inglaterra

Michael Mullarkey

Inglaterra

583

11/08/2010

México

1-1

Daniel Williamson

Panamá

Jaime Smith

Panamá

584

03/09/2010

Liecht.

4-0

Mustafá Emre

Turquía

Cem Satman

Turquía

585

07/09/2010

Argentina

1-4

Wilson E. Berrio

Colombia

Humberto Clavijo

Colombia




Los expulsados de la liga

Expulsados01El deporte del fútbol concita el mayor número de espectadores de todos los eventos deportivos en España y en otros países, la asistencia a los Estadios y la presencia en los medios audiovisuales así lo demuestran, los equipos españoles ganadores de títulos europeos y la selección de España “la roja”  campeona de Europa en las ediciones de 2008, 2012 y en 1964 y con un título mundial  en 2010 significan la referencia a seguir para otros países por su brillantes resultados que han encumbrado al fútbol español en la cúspide más alta.

Los partidos de la competición de Liga constituyen  entre los jugadores de los equipos una lucha constante por conseguir la posesión del balón en juego, que implica el posicionamiento en el terreno de juego de los jugadores para tratar de acaparar su control y dominio, es pues un deporte aguerrido y bravo que entraña contactos físicos frecuentes entre los jugadores, la mayoría de las veces son acciones fortuitas y otras en cambio, punibles e intencionadas por tratar de interrumpir  la acción del jugador rival con una acción inapropiada para zafarse con alevosía del mismo, incurriendo en una agresión que en determinadas ocasiones produce la lesión del jugador, esta infracción conlleva una sanción de amonestación o expulsión, según el veredicto del árbitro. También se originan las expulsiones por pérdidas deliberadas de tiempo, protestas o comportamiento inadecuado hacia el árbitro y jugadores rivales y otras conductas inapropiadas en el desarrollo del partido. El árbitro y sus auxiliares son los encargados de velar para que el partido se desarrolle dentro de los cauces legales para la práctica del juego limpio con sus amonestaciones verbales y exhibición de tarjetas amarillas y rojas se erigen en los jueces de la contienda para tratar de disuadir a los jugadores de sus infracciones al juego y con sus decisiones permiten que se imponga la armonía que es necesaria para que el desarrollo del juego cumpla su objetivo.

Las tarjetas se implantaron a partir de 1970 con motivo del Campeonato del Mundo que se celebró en México, hasta entonces se amonestaba y expulsaba verbalmente por el árbitro según sus consideraciones. En el Campeonato Nacional de Liga el primer jugador amonestado con tarjeta blanca fue Enrique Castro “Quini” , el jugador con mejor baremación de la competición de Liga, en el partido que disputó su equipo el Sporting de Gijón contra el R.C.D. Espanyol el 24 de Enero de 1971  en el Estadio Sarriá, por las continuas protestas hacia el trío arbitral.

Expulsiones por equipos y partidos.

En este cuadrante se detallan a los 60 equipos que han compuesto la Competición de Liga en la 1ª División de la Liga, en la que aparecen también el número de temporadas disputadas de las 85 que ha constado el Campeonato hasta la temporada 2015/16 inclusive y el número de jornadas que han disputado en todas las temporadas, se detalla en la última columna el porcentaje que le corresponde a cada equipo en % de tarjetas por partido, considerando 100% el equivalente a una tarjeta por partido. Analizándolo comprobamos que los equipos con el porcentaje más elevado de expulsiones han sido el Xerez C.D., Polideportivo Mérida, S.D. Compostela. U.D. Tenerife, Málaga C.F. y Almería U.D., que superan todos los equipos el 20% de tarjetas por cada partido. Entre los equipos que superan las 988 jornadas disputadas destacar al Real Zaragoza, Real Mallorca y Sevilla  F.C. como los equipos más sancionados, sobresaliendo por el juego limpio la Real Sociedad, Real Oviedo y Sporting de Gijón.

 

Equipos

EXP Tpdas Partidos %T.R.P.

1

Sevilla

306

72

2.370

12,91

2

Valencia

294

81

2.626

11,20

3

Atlético Madrid

285

79

2.576

11,06

4

Zaragoza

272

58

1.986

13,70

5

Espanyol

266

81

2.588

10,28

6

Barcelona

252

85

2.724

9,25

7

Athletic

236

85

2.724

8,66

8

Real Madrid

233

85

2.724

8,55

9

Betis

212

50

1.690

12,54

10

Celta

198

50

1.660

11,93

11

Racing

180

44

1.428

12,61

Valladolid

180

42

1.466

12,28

13

Real Sociedad

170

69

2.264

7,51

14

Deportivo

154

44

1.492

10,32

15

Osasuna

153

36

1.280

11,95

16

Mallorca

134

27

988

13,56

17

Sporting

117

41

1.420

8,24

18

Málaga C.F.

115

15

570

20,18

19

Rayo Vallecano

114

17

642

17,76

20

Tenerife

104

13

494

21,05

21

Oviedo

96

38

1.192

8,05

22

Villarreal

92

16

608

15,13

23

Las Palmas

89

32

1.058

8,41

24

Getafe C.F.

80

12

456

17,54

25

Hércules

62

20

628

9,87

26

Granada

60

22

704

8,52

27

Logroñés

56

9

346

16,18

28

Murcia

56

18

586

9,56

29

Cádiz

52

12

448

11,61

30

Málaga C.D.

51

20

647

7,88

31

Albacete

50

7

270

18,52

Levante

50

11

402

12,44

33

Almería U.D.

47

6

228

20,61

34

Alavés

46

11

342

13,45

35

Elche

44

21

678

6,49

36

Salamanca

41

12

424

9,67

37

Compostela

36

4

160

22,5

38

Castellón

33

11

334

9,88

39

Recreativo

29

5

186

15,59

Sabadell

29

14

426

6,81

41

Numancia

26

4

152

17,11

42

Real Burgos

22

3

114

19,29

43

Córdoba

19

9

282

6,74

Mérida

19

2

80

23,75

45

Xerez

14

1

38

36,84

46

Lleida

12

2

68

17,65

47

Gimnàstic

10

4

116

8,62

48

Éibar

9

2

76

11,84

49

Burgos

8

6

204

3,92

50

Europa

7

3

54

12,96

Pontevedra

7

6

180

3,88

52

Almería A.D.

5

2

67

7,46

Extremadura

5

2

80

6,25

54

Jaén

3

3

90

3,33

Real Unión

3

4

72

4,17

56

Alcoyano

2

4

108

1,85

Arenas

2

7

130

1,53

58

Atlético Tetuán

1

1

30

3,33

59

Condal

0

1

30

0

Cultural Leonesa

0

1

30

0

 * TOTAL EXPULS.

5248

85

47836

10.97

*Se significa que han sido 47836 los partidos que han disputado todos los equipos, que dividido entre dos equipos que disputan cada partido resulta la cantidad de 23918 partidos disputados en 1ª División.  

En las temporadas de la 2ª División del Campeonato Nacional de Liga desde la temporada 49-50 hasta la 21015-16 han sido 7.617 las expulsiones que se han sancionado. En este cuadrante aparecen todos los equipos que han disputado alguna temporada, significando al Elche como el equipo que más expulsiones ostenta de los 145 equipos que han disputado la competición. Se comprueba así mismo que se registran más expulsiones en esta categoría que en la 1ª División, así superan en 2.369 las expulsiones con respecto a la 1ª División, a pesar de que se contabilizan menos temporadas, aunque también se contabilizan más equipos en esta categoría, sobre todo en las temporadas desde la 1949/50 a 1967/68 que había dos Grupos de equipos.

Equipos

Exp.

Equipos

Exp.

Equipos

Exp.

1

Elche

239

49

Getafe C.F.

55

97

Onteniente

14

2

Tenerife

202

50

Sestao

53

Palencia

14

3

Recreativo

190

51

Sevilla

52

Alicante

14

4

Las Palmas

188

52

Jaén

51

Lorca D.

14

5

Murcia

187

Bilbao Athletic

51

Mallorca B

14

6

Xerez

186

54

Alcorcón

50

102

Almería A.D.

13

7

Hércules

184

55

Zaragoza

49

Indauchu

13

8

Sporting

169

Marbella

49

Linense

13

9

Córdoba

168

57

Castilla

48

Vecindario

13

10

Levante

164

58

Palamós

47

106

Real Unión

12

11

Éibar

160

59

Baracaldo

44

107

Eldense

11

12

Salamanca

156

60

Burgos

43

108

Melilla

10

13

Castellón

154

61

Ponferradina

42

Llagostera

10

14

Albacete

153

Atlético Madrid B

42

Granada 74

10

15

Rayo Vallecano

148

63

Extremadura

41

Universidad

10

16

Alavés

144

64

Ciudad Murcia

40

112

Cultural Leonesa

9

17

Lleida

143

65

Real Burgos

38

Condal

9

18

Mallorca

139

66

San Andrés

36

Badalona

9

19

Cádiz

135

Real Madrid B

36

Gimnástica

9

20

Sabadell

127

R.Madrid Castilla

36

Constancia

9

21

Celta

121

69

Barcelona Atlético

31

Orensana

9

Badajoz

121

Villarreal B

31

118

Europa

8

23

Numancia

114

71

Atlético Madrileño

30

119

Atlético Tetuán

8

24

Valladolid

109

72

Mestalla

29

120

Caudal

8

25

Leganés

108

73

Calvo Sotelo

28

121

Basconia

7

26

Villarreal

99

74

Real Sociedad

27

Alzira

7

27

Oviedo

97

Málaga C.F.

27

123

Ilicitano

6

28

Barcelona B

94

76

Lugo

26

Mollerusa

6

29

Osasuna

93

Sevilla Atlético

26

125

Valencia

5

30

Cartagena

92

78

Linares

25

Langreo

5

31

Betis

90

Almería C.F.

25

Atlético Baleares

5

Racing

90

80

Ceuta

24

Hospitalet

5

33

Deportivo

89

81

Pontevedra

23

Abarán

5

34

Málaga C.D.

81

Plus Ultra

23

130

La Felguera

4

35

Almería U.D.

80

Algeciras

23

España Tánger

4

36

Gimnàstic

79

Avilés

23

Jerez Industrial

4

37

Ejido

76

Écija

23

Puente Genil

4

38

Terrassa

74

86

Alcoyano

22

134

España Ind.

3

39

Granada

73

87

Mirandés

21

Lucense

3

40

Compostela

70

88

Málaga B

20

Aragón

3

Toledo

70

89

Atlético Madrid

19

Ensidesa

3

42

Logroñés

69

90

Espanyol

18

138

San Sebastián

2

Ferrol

69

Orihuela

18

Arosa

2

44

Mérida

68

92

Getafe C.D.

17

Cacereño

2

45

Ourense

66

Guadalajara

17

Juvenil

2

46

Huesca

64

94

Athletic B

16

Villarrobledo

2

47

Girona

63

Lorca C.F.

16

143

Moscardó

1

48

Figueres

62

96

San Fernando

15

Escoriaza

1

Erandio

0

  TOTAL EXP.    

7.617

       

 

Expulsiones por Temporadas.- 

Se detallan en esta tabla todas las expulsiones que se han producido en el Campeonato Nacional de Liga en 1ª División en todas sus temporadas y en 2ª División desde la temporada 1949/50, en la misma se aprecia que suelen ser más numerosas las expulsiones en el Campeonato Nacional de Liga de 2ª División.

Tpda.

1ªExp. 2ªExp. Total.  

Tpda

1ªExp. 2ªExp. Total

1928-29

5

5

1974-75

40

54

94

1929-30

12

12

1975-76

31

73

104

1930-31

3

3

1976-77

39

66

105

1931-32

3

3

1977-78

43

67

110

1932-33

3

3

1978-79

38

56

94

1933-34

2

2

1979-80

53

78

131

1934-35

2

2

1980-81

57

68

125

1935-36

11

11

1981-82

45

75

120

1939-40

8

8

1982-83

59

90

149

1940-41

12

12

1983-84

44

103

147

1941-42

17

17

1984-85

52

131

183

1942-43

19

19

1985-86

62

102

164

1943-44

20

20

1986-87

87

116

203

1944-45

8

8

1987-88

59

90

149

1945-46

10

10

1988-89

82

110

192

1946-47

19

19

1989-90

85

116

201

1947-48

3

3

1990-91

117

154

271

1948-49

12

12

1991-92

145

146

291

1949-50

9

52

61

1992-93

159

187

346

1950-51

17

51

68

1993-94

169

193

362

1951-52

16

44

60

1994-95

150

185

335

1952-53

16

32

48

1995-96

208

194

402

1953-54

13

55

68

1996-97

178

192

370

1954-55

14

53

67

1997-98

140

186

326

1955-56

21

28

49

1998-99

145

245

390

1956-57

18

96

114

1999-00

161

222

383

1957-58

19

52

71

2000-01

129

211

340

1958-59

19

57

76

2001-02

127

161

288

1959-60

26

55

81

2002-03

143

226

369

1960-61

24

44

68

2003-04

147

202

349

1961-62

19

56

75

2004-05

114

207

321

1962-63

19

49

68

2005-06

149

195

344

1963-64

19

53

72

2006-07

156

247

403

1964-65

18

46

64

2007-08

144

194

338

1965-66

24

45

69

2008-09

155

225

380

1966-67

16

42

58

2009-10

155

215

370

1967-68

26

51

77

2010-11

110

213

323

1968-69

20

53

73

2011-12

126

185

311

1969-70

22

40

62

2012-13

140

167

307

1970-71

14

37

51

2013-14

112

163

275

1971-72

30

40

70

2014-15

101

148

249

1972-73

38

36

74

2015-16

108

145

253

1973-74

38

47

85

TOTAL

1ª5.248

2ª.7.617

T.12.865

 

Expulsados por lugar de nacimiento.-

En esta tabla se especifican las expulsiones con las que se han sancionado a los jugadores de la 1ª División en las 85 temporadas disputadas hasta la 2015/16 por países o provincias, en las mismas se detalla también el número de jugadores sancionados y el total de jugadores que han participado en el Campeonato Nacional de Liga en 1ª División por cada entidad de población, que hayan sido titulares en algún partido o hayan anotado algún gol,  también aparecen los porcentajes que le corresponden según el total de jugadores, siendo el 100% el equivalente al total de los jugadores que ha dispuesto. Entre las entidades de población que arrojan mayores porcentajes siendo superior a 100 el total de jugadores se encuentran entre las más conflictivas: Portugal, Cádiz, Brasil, Málaga, Argentina y Madrid siendo a su vez los menores conflictivos los jugadores nacidos en Murcia, Coruña, Pontevedra, Alicante, Guipúzcoa y Vizcaya.

País/Provincia Expuls. Juga. Expul. Tot. Jugad. %Expuls.
Álava

36

13

37

97.30

Albacete

36

12

37

97.30

Alemania

24

11

38

63.16

Alicante

74

43

177

41.81

Almería

10

6

31

32.26

Angola

9

4

8

112.5

Argentina

409

204

495

82.63

Asturias

210

85

336

62.5

Australia

1

1

3

33.33

Austria

7

6

16

43.75

Ávila

3

3

10

30

Azerbaiyán

1

1

1

100

Badajoz

42

25

66

63.64

Baleares

56

30

111

50.45

Barcelona

314

151

531

59.13

Bélgica

5

3

17

29.41

Bielorrusia

2

1

4

50

Bolivia

8

1

4

200

Bosnia

17

9

24

70.83

Brasil

220

102

255

86.27

Bulgaria

23

8

16

143.75

Burgos

25

9

35

71.43

Burundi

1

1

1

100

Cabo Verde

4

2

3

133.33

Cáceres

21

7

19

110.53

Cádiz

137

60

150

91.33

Camerún

17

8

19

89.47

Canadá

4

2

2

200

Cantabria

108

47

211

51.18

Castellón

34

21

96

35.42

Ceuta

14

5

16

87.5

Checa

10

8

11

90.91

Chile

25

11

38

65.79

Ciudad Real

31

14

41

75.61

Colombia

21

9

38

55.26

Congo

5

4

5

100

Córdoba

28

19

88

31.82

Coruña

64

32

176

36.36

Costa Marfil

13

9

19

68.42

Costa Rica

3

3

9

33.33

Croacia

28

13

47

59.57

Cuba

2

2

7

28.57

Cuenca

6

4

10

60

Dinamarca

14

7

31

45.16

Egipto

1

1

1

100

Escocia

1

1

2

50

Eslovaquia

3

2

11

27.27

Eslovenia

1

1

6

16.67

Estonia

6

1

1

600

Euador

1

1

6

16.67

Finlandia

3

1

3

100

Francia

120

59

155

77.42

Gambia

1

1

2

50

Ghana

5

3

11

45.45

Girona

50

21

93

53.76

Granada

28

16

58

48.28

Grecia

4

2

11

36.36

Guinea

5

1

2

250

Guinea Conakry

1

1

3

33.33

Guipúzcoa

196

108

454

43.17

Holanda

46

22

60

76.67

Huelva

25

13

53

47.17

Huesca

6

4

24

25

Hungría

12

9

28

42.86

Inglaterra

7

4

25

28

Irán

3

1

2

150

Irlanda

1

1

6

16.67

Israel

4

3

9

44.44

Italia

53

27

55

96.36

Jaén

12

8

39

30.77

La Rioja

46

17

51

90.20

Las Palmas

103

57

204

50.49

León

14

9

55

25.45

Lituania

5

2

3

166.67

Lleida

26

15

61

42.62

Lugo

26

12

38

68.42

Macedonia

3

1

4

75

Madrid

383

171

492

77.85

Málaga

104

41

123

84.55

Malí

4

2

4

100

Marruecos

36

13

35

102.86

Mauritania

1

1

1

100

Méjico

28

9

35

80

Melilla

8

5

15

53.33

Montenegro

4

4

9

44.44

Mozambique

7

5

5

140

Murcia

33

20

128

25.78

Navarra

151

63

202

74.75

Nigeria

12

9

22

54.54

Noruega

4

3

8

50

Ourense

18

12

40

45

Palencia

10

5

16

62.5

Panamá

1

1

5

20

Paraguay

60

38

110

54.54

Perú

9

6

20

45

Polonia

11

9

20

55

Pontevedra

67

39

174

38.51

Portugal

103

49

108

95.37

Rumanía

35

18

38

92.11

Rusia

21

11

23

91.30

Salamanca

35

16

52

67.31

Santa C. Tenerife

76

31

133

57.14

Segovia

10

4

17

58.82

Senegal

8

3

12

66.67

Serbia

51

26

78

65.38

Sevilla

230

103

331

69.49

Soria

3

2

10

30

Sudáfrica

3

2

7

42.86

Suecia

9

8

22

40.91

Suiza

4

3

17

23.53

Surinam

3

3

5

60

Tarragona

21

10

57

36.84

Teruel

10

8

17

58.82

Toledo

12

9

39

30.77

Turquía

3

2

9

33.33

Ucrania

6

3

8

75

Uruguay

113

58

167

67.66

Valencia

188

76

282

66.67

Valladolid

40

17

63

63.49

Venezuela

12

2

16

75

Vizcaya

265

124

574

46.17

Zamora

17

10

22

77.27

Zaragoza

79

26

120

65.83

Total

5.248

2.521

8.516

61.63

Jugadores expulsados en 1ª División.-

En las tablas que se acompañan se detallan a los jugadores del Campeonato Nacional de Liga en 1ª División que se han prodigado más veces en el juego violento que ha propiciado la expulsión del terreno de juego, figuran los jugadores que han sido expulsados más de 7 veces y los que han sido expulsados más de 5 veces en cada equipo, se reseñan también las temporadas iniciales y finales en las que han participado en 1ª y 2ª  Divisiones.

Pablo Alfaro

Pablo Alfaro

Xavier Aguado

Xavier Aguado

Jugadores expulsados en 1ªDivisión.-

Jugadores

1ªD.T.R.

Nombre y Apellidos

TPDI

TPF

Aguado X.

18

Xavier Aguado Companys

88/89

2001/02

Pablo Alfaro

18

Pablo Alfaro Armengot

89/90

2006/07

Juanito R.

17

Juan Francisco Rodríguez Herrera

84/85

99/00

Sergio Ramos

16

Sergio Ramos García

2003/04

2015/16

Patxi Salinas

15

Francisco Salinas Fernández

82/83

97/98

Hierro F.

14

Fernando Ruiz Hierro

87/88

2002/03

Lopo

14

Alberto Lopo García

99/00

2015/16

Santi D.

14

Santiago Denia Sánchez

92/93

2006/07

Marchena

13

Carlos Marchena López

97/98

2013/14

Pochettino

13

Mauricio Rob. Pollettino Trossero

94/95

2005/06

Carboni

12

Amedeo Carboni

97/98

2005/06

Juanfran G.

12

Juan Francisco García García

96/97

2015/16

Luccin

12

Peter Bernard Luccin

2001/02

2008/09

Amorebieta F.

11

Fernando Amorebieta Mardaras

2005/06

2012/13

Ballesteros S.

11

Sergio Martínez Ballesteros

95/96

2012/13

Loren J.

11

Lorenzo Juarros García

84/85

2001/02

Aitor Ocio

10

Aitor Ocio Carrión

98/99

2010/11

Alexis R.

10

Alexis Ruano Delgado

2003/04

2015/16

Cáceres F.

10

Fernando Gabriel Cáceres Zaya

93/94

2004/05

Hugo Sánchez

10

Hugo Sánchez Márquez

81/82

93/94

Javi Navarro

10

Francisco Javier Vicente Navarro

94/95

2006/07

Sergio F.

10

Sergio Fernández González

95/96

2012/13

Téllez Ó.

10

Óscar Téllez Gómez

97/98

2005/06

Arteaga M.

9

Moisés García Fernández

89/90

2001/02

Caminero

9

José Luis Pérez Caminero

86/87

2003/04

César M.

9

César Martín Villar

94/95

2009/10

Dani Alves

9

Daniel Alves da Silva

2002/03

2015/16

Duda S.

9

Sergio Paulo Barbosa Valente

2001/02

2015/16

Esnáider B.

9

Juan Eduardo Esnáider Belén

91/92

2003/04

Goikoetxea A.

9

Andoni Goikoetxea Olaskoaga

75/76

89/90

Urrutia J.

9

Josu Urrutia Tellería

84/85

2001/02

Aduriz

8

Aritz Aduriz Zubeldía

2004/05

2015/16

Ángel L.

8

Ángel Domingo López Ruano

2000/01

2014/15

Chano L.

8

Sebastián López Serrano

79/80

90/91

Cuartero L.

8

Luis Carlos Cuartero Laforga

92/93

2007/08

Darío Silva

8

Darío Debray Silva Pereira

98/99

2004/05

David Navarro

8

David Navarro Pedrós

2001/02

2015/16

Diego R.

8

Diego Rodríguez Fernández

82/83

97/98

Engonga V.

8

Vicente Engonga Maté

91/92

2002/03

Ferreira F.

8

Francisco Ferreira Colmenero

84/85

2000/01

Figo

8

Luis Filipe Madeira Caeiro Figo

95/96

2004/05

Giner F.

8

Fernando Giner Gil

84/85

99/00

Guardiola J.

8

Josep Guardiola Sala

90/91

2000/01

Hierro M.

8

Manuel Ruiz Hierro

80/81

91/92

Manel M.

8

José Manuel Menéndez Erimia

90/91

2007/08

Mauro Silva

8

Mauro da Silva Gomes

92/93

2004/05

Míchel Salgado

8

Miguel Ángel Salgado Fernández

94/95

2008/09

Mostovoi

8

Aleksandr Vladimirovich Mostovoi

96/97

2003/04

Nadal M.Á.

8

Miguel Ángel Nadal Homar

86/87

2004/05

Penev

8

Luboslav Mladenov Penev

89/90

98/99

Peña J.M.

8

Juan Manuel Peña Montaño

95/96

2008/09

Rípodas

8

Francisco José Rípodas Oroz

79/80

92/93

Schürrer

8

Gabriel Francisco Schürrer Peralta

96/97

2006/07

Stoichkov

8

Hristo Stoitchkov

90/91

97/98

Tomás R.

8

Pedro Tomás Reñones Grego

81/82

95/96

Alexis S.

7

José Alejandro Suárez Martín

91/92

2007/08

Alkorta

7

Rafael Alkorta Martínez

85/86

2001/02

Alvaro L.

7

Alvaro Luiz Maior de Aquino

2000/01

2007/08

Armando Á.

7

Armando Álvarez Álvarez

91/92

2001/02

Ayala R.

7

Roberto Fabián Ayala

2000/01

2009/10

Baraja R.

7

Rubén Baraja Vegas

93/94

2009/10

Belsué

7

Alberto Belsué Arias

88/89

99/00

Camarasa F.

7

Francisco José Camarasa Castellar

88/89

98/99

Fuentes M.

7

Miguel Ángel Fuentes Azpiroz

87/88

2000/01

Gabi F.

7

Gabriel Fernández Arenas

2003/04

2015/16

Guti J.Mª.

7

José María Gutiérrez Hernández

95/96

2009/10

Jaime Q.

7

Jaime Quesada Chavarría

92/93

2001/02

Kiko N.

7

Francisco Miguel Narváez Manchón

91/92

2001/02

Linares J.Mª.

7

Jesús María Linares Loaiza

78/79

93/94

Luis Fernández G.

7

Luis Fernández Gutiérrez

94/95

2008/09

Marcos R.

7

Alberto Marcos Rey

93/94

2010/11

Merino Je.

7

Jesús María Merino Landaluce

85/86

98/99

Motta

7

Thiago Motta

2001/02

2007/08

Nacho F.

7

José Ignacio Fernández Pacios

86/87

99/00

Naybet

7

Noueddine Naybet

96/97

2003/04

Pablo G.

7

Pablo Gómez Ortiz de Guzmán

90/91

2004/05

Pedro López M.

7

Pedro López Muñoz

2004/05

2015/16

Piqué

7

Gerard Piqué Bernabéu

2006/07

2015/16

Poyatos

7

Antonio Poyatos Medina

86/87

98/99

Reyes J.A.

7

José Antonio Reyes Calderón

2001/02

2015/16

Rivas M.

7

Antonio Rivas Martínez

84/85

99/00

Schuster

7

Bernhard Schuster

80/81

92/93

Txema

7

José María Alonso Fernández

90/91

2005/06

Varela F.

7

Fernando Varela Ramos

96/97

2009/10

Villena F.

7

Francisco Javier Mulero Villena

87/88

99/00

Jugadores expulsados por equipos en 1ª División.-

Jugadores

TDI.

TPF.

Equipo

1TR

1

Aguado X.

90/91

2001/02

Zaragoza

18

2

Sergio Ramos

2005/06

2015/16

Real Madrid

16

3

Pochettino

94/95

2005/06

Espanyol

13

4

Carboni

97/98

2005/06

Valencia

12

5

Amorebieta F.

2005/06

2012/13

Athletic

11

6

Hierro F.

89/90

2002/03

Real Madrid

10

7

Juanito Rodríguez

90/91

93/94

Atlético Madrid

9

Loren Juarros

84/85

2001/02

Real Sociedad

9

Pablo Alfaro

93/94

2006/07

Racing

9

Patxi Salinas

92/93

97/98

Celta

9

Téllez Ó.

97/98

2005/06

Alavés

9

Urrutia J.

87/88

2001/02

Athletic

9

13

Cuartero L.

92/93

2007/08

Zaragoza

8

Duda S.

2001/02

2015/16

Málaga C.F.

8

Goikoetxea A.

75/76

86/87

Athletic

8

Guardiola J.

90/91

2000/01

Barcelona

8

Lopo

99/00

2005/06

Espanyol

8

Marchena

2001/02

2009/10

Valencia

8

Mauro Silva

92/93

2004/05

Deportivo

8

Mostovoi

96/97

2003/04

Celta

8

Stoichkov

90/91

97/98

Barcelona

8

Tomás Reñones

84/85

95/96

Atlético Madrid

8

23

Alexis Suárez

95/96

2002/03

Tenerife

7

Moisés Arteaga

93/94

2000/01

Espanyol

7

Camarasa Fr.

88/89

98/99

Valencia

7

Fuentes M.

87/88

2000/01

Real Sociedad

7

Giner F.

84/85

94/95

Valencia

7

Guti J.Mª.

95/96

2009/10

Real Madrid

7

Hugo Sánchez

85/86

91/92

Real Madrid

7

Jaime Quesada

94/95

98/99

Betis

7

Kiko Narváez

93/94

2000/01

Atlético Madrid

7

Linares J.Mª.

78/79

93/94

Cádiz

7

Manel M.

94/95

2002/03

Oviedo

7

Marcos R.

95/96

2009/10

Valladolid

7

Jesús Merino

92/93

98/99

Racing

7

Motta

2001/02

2006/07

Barcelona

7

Naybet

96/97

2003/04

Deportivo

7

Peña J.M.

95/96

2003/04

Valladolid

7

Rivas M.

89/90

97/98

Oviedo

7

Santi Denia

92/93

2006/07

Albacete

7

Santi Denia

95/96

2003/04

Atlético Madrid

7

42

Aduriz

2005/06

2015/16

Athletic

6

Alejo I.

92/93

96/97

Celta

6

Roberto Ayala

2000/01

2006/07

Valencia

6

Ballesteros S.

2004/05

2007/08

Mallorca

6

Belsué

88/89

97/98

Zaragoza

6

Cáceres F.

93/94

95/96

Zaragoza

6

Cota J.

87/88

2001/02

Rayo Vallecano

6

Darío Silva

99/00

2002/03

Málaga C.F.

6

Djalminha

97/98

2003/04

Deportivo

6

Esnáider B.

93/94

2000/01

Zaragoza

6

Fernando Niño

98/99

2004/05

Mallorca

6

Ferrer A.

90/91

97/98

Barcelona

6

Gabi F.

2003/04

2015/16

Atlético Madrid

6

Gonzalo R.

2004/05

2011/12

Villarreal

6

Javi Navarro

2001/02

2006/07

Sevilla

6

Josetxo

95/96

2010/11

Osasuna

6

Juan Gómez

96/97

99/00

Real Sociedad

6

Juanma López

90/91

2000/01

Atlético Madrid

6

Julio D.

82/83

91/92

Las Palmas

6

Koeman R.

89/90

94/95

Barcelona

6

Lacruz J.Mª.

97/98

2005/06

Athletic

6

Laporte

2012/13

2015/16

Athletic

6

Márquez R.

2003/04

2009/10

Barcelona

6

Martagón

88/89

96/97

Sevilla

6

Martín I.

86/87

93/94

Logroñés

6

Minguela

77/78

91/92

Valladolid

6

Nacho F.

92/93

99/00

Compostela

6

Nadal M.Á.

91/92

98/99

Barcelona

6

Nayim

92/93

96/97

Zaragoza

6

Patxi Salinas

82/83

91/92

Athletic

6

Pikabea

92/93

2001/02

Real Sociedad

6

Piqué

2008/09

2015/16

Barcelona

6

Poyet

90/91

96/97

Zaragoza

6

Prieto C.

89/90

2002/03

Sevilla

6

Puñal

97/98

2013/14

Osasuna

6

Rafa Paz

84/85

96/97

Sevilla

6

Rojo I

65/66

81/82

Athletic

6

Sergio Fernández

2008/09

2011/12

Osasuna

6

Suker

91/92

95/96

Sevilla

6

Txema

95/96

2001/02

Racing

6

Yeste

98/99

2009/10

Athletic

6

83

Aitor Ocio

2001/02

2010/11

Athletic

5

Aitor Ocio

2003/04

2006/07

Sevilla

5

Alexis R.

2006/07

2015/16

Getafe C.F.

5

Aragón S.

92/93

2002/03

Zaragoza

5

Arteche J.C.

78/79

88/89

Atlético Madrid

5

Berizzo

2000/01

2004/05

Celta

5

Cabral G.

2012/13

2015/16

Celta

5

Caminero

89/90

2003/04

Valladolid

5

Ceballos J.Mª.

89/90

2002/03

Racing

5

César Gómez

92/93

96/97

Tenerife

5

César M.

99/00

2005/06

Deportivo

5

Chano C.

91/92

98/99

Tenerife

5

Dani Alves

2002/03

2007/08

Sevilla

5

De Pedro

93/94

2003/04

Real Sociedad

5

Demichelis

2010/11

2012/13

Málaga C.F.

5

Diego R.

82/83

87/88

Betis

5

Eloy O.

88/89

94/95

Valencia

5

Fazio

2007/08

2015/16

Sevilla

5

Felipe G.

95/96

2004/05

Athletic

5

Fernando Sanz

99/00

2005/06

Málaga C.F.

5

Figo

95/96

99/00

Barcelona

5

Forlín

2009/10

2012/13

Espanyol

5

Futre

87/88

92/93

Atlético Madrid

5

Hernández J.F.

98/99

2001/02

Rayo Vallecano

5

Jarque D.

2002/03

2008/09

Espanyol

5

Javi Martínez A.

2006/07

2011/12

Athletic

5

Jiménez J.

83/84

96/97

Sevilla

5

López Rekarte A.

97/98

2006/07

Real Sociedad

5

Luccin

2004/05

2006/07

Atlético Madrid

5

Luccin

2001/02

2003/04

Celta

5

Luis Fernández G.

96/97

2005/06

Betis

5

Medel

2010/11

2012/13

Sevilla

5

Míchel Salgado

99/00

2008/09

Real Madrid

5

Nunes J.C.

2005/06

2013/14

Mallorca

5

Ocampos F.

69/70

73/74

Zaragoza

5

Ortega A.

78/79

86/87

Betis

5

Paulo Bento

96/97

99/00

Oviedo

5

Penev

89/90

94/95

Valencia

5

Perea L.

2004/05

2011/12

Atlético Madrid

5

Pinillos P.

2005/06

2010/11

Racing

5

Ponzio

2003/04

2011/12

Zaragoza

5

Quique Álvarez

2000/01

2006/07

Villarreal

5

Ricardo Costa M.

2010/11

2013/14

Valencia

5

Rincón H.

81/82

88/89

Betis

5

Rípodas

79/80

88/89

Osasuna

5

Roberto Carlos D.

96/97

2006/07

Real Madrid

5

Roberto Fernánd.

81/82

94/95

Valencia

5

Rubén Cano

76/77

81/82

Atlético Madrid

5

Sanchís Hontiyue.

83/84

2000/01

Real Madrid

5

Sanjosé F.

71/72

85/86

Sevilla

5

Soldevilla

96/97

2004/05

Espanyol

5

Tomás González

89/90

93/94

Valencia

5

Urzaiz

96/97

2006/07

Athletic

5

Víctor Sánchez

2011/12

2015/16

Espanyol

5

Villena F.

94/95

99/00

Compostela

5

Jugadores más expulsados por temporadas.-

En este cuadrante aparecen los jugadores que han sido expulsados más de 4 veces por temporada disputada en 1ª y 2ª Divisiones. En la misma se aprecia que los jugadores de la 2ª División son los más conflictivos.

Jugadores

Equipos

Tpda

T.R1ª

T.R.2ª

Aguado X.

Zaragoza

1994-95

4

Berizzo

Celta

2003-04

4

Cota J.

Rayo Vallecano

1995-96

4

Juanito Rodr.

Atlético Madrid

1992-93

4

Lopo

Espanyol

2003-04

4

Babunski B.

Lleida

1994-95

5

Guijarro R.

Levante

1990-91

5

Onopko

Oviedo

2001-02

5

Arce K.

Éibar

1999-00

4

Bossio

Sabadell

1991-92

4

Bourdeau

Ferrol

2005-06

4

Caro P.

Marbella

1994-95

4

Chema García

Ourense

1998-99

4

Cristian Díaz F.

Sporting

2003-04

4

Fortune

Atlético Madrid B

1998-99

4

Pablo Gallardo

Sevilla Atlético

2008-09

4

Gelo B.

Real Burgos

1993-94

4

Luis Helguera

Huesca

2008-09

4

Héctor Verdés

Oviedo

2015-16

4

Hernández J.F.

Atlético Madrid

2000-01

4

Iriney

Rayo Vallecano

2003-04

4

Juric G.

Celta

1991-92

4

Lequi

Celta

2007-08

4

Mané J.

Almería U.D.

2006-07

4

Milosevic G.

Jaén

2000-01

4

Pavlicic

Hércules

1995-96

4

Punisic

Castellón

1992-93

4

Samuel Baños

Sporting

2003-04

4

Txema

Lleida

2004-05

4

Yordi

Xerez

2007-08

4

Zandio

Villarreal

1993-94

4

Jugadores expulsados en 1ª y 2ª Divisiones.-

En la tabla que se acompaña se detallan a los jugadores que han sido sancionados con más de 10 expulsiones en 1ª y 2ª Divisiones. En la misma aparece en un lugar muy destacado Pablo Alfaro, erigiéndose por tanto como el jugador más conflictivo de la competición de Liga, según criterio de los árbitros por sus amonestaciones reiteradas.

Jugadores

TPDI

TPF

1ªTR.

2ªTR.

Total

Pablo Alfaro

89/90

2006/07

18

9

27

Aguado X.

88/89

2001/02

18

1

19

Tocornal

81/82

97/98

4

15

19

Juanito Rodríg.

84/85

99/00

17

1

18

Seb. Corona

96/97

2011/12

 

17

17

Marchena

97/98

2013/14

13

4

17

Santi Denia

92/93

2006/07

14

3

17

Txema

90/91

2005/06

7

10

17

Jes. Mª. Linares

78/79

93/94

7

9

16

Sergio Ramos

2003/04

2015/16

16

 

16

Ballesteros S.

95/96

2012/13

11

4

15

Patxi Salinas

82/83

97/98

15

 

15

Téllez Ó.

97/98

2005/06

10

5

15

Fdo. Hierro

87/88

2002/03

14

 

14

Lopo

99/00

2015/16

14

 

14

Pablo Gómez

90/91

2004/05

7

7

14

Alejo Indias.

84/85

2000/01

6

7

13

Azkoitia

95/96

2008/09

5

8

13

Fernando Giner

84/85

99/00

8

5

13

Juanfran García

96/97

2015/16

12

1

13

Julio Durán

76/77

91/92

6

7

13

Pochettino

94/95

2005/06

13

 

13

Samuel S. José

2005/06

2014/15

 

13

13

Sergio Fernánd.

95/96

2012/13

10

3

13

Aitor Ocio

98/99

2010/11

10

2

12

Carboni

97/98

2005/06

12

 

12

Cota J.

87/88

2001/02

6

6

12

De Quintana

91/92

2007/08

5

7

12

Javi Navarro

94/95

2006/07

10

2

12

Loren Morón

92/93

2004/05

3

9

12

Luccin

2001/02

2008/09

12

 

12

Mino Serrano

81/82

96/97

6

6

12

Moisés García

91/92

2009/10

4

8

12

Juan. Man. Peña

95/96

2008/09

8

4

12

JuanL.Rendondo

97/98

2010/11

2

10

12

Roberto Fdez.

79/80

2000/01

6

6

12

Albert Tomàs

91/92

2001/02

2

10

12

Acciari

2001/02

2013/14

1

10

11

Aduriz

2004/05

2015/16

8

3

11

Alexis Ruano

2003/04

2015/16

10

1

11

Amorebieta F.

2005/06

2012/13

11

 

11

Ángel López R.

2000/01

2014/15

8

3

11

David Belenguer

93/94

2010/11

3

8

11

Benja Belmar

2000/01

2007/08

 

11

11

Caminero

86/87

2003/04

9

2

11

Chano López

79/80

90/91

8

3

11

Benig. Chaparro

78/79

95/96

 

11

11

Fabiano

89/90

2002/03

2

9

11

Gaspar Gálvez

97/98

2013/14

3

8

11

Javi Rodr. Rodr.

81/82

89/90

4

7

11

Loren Juarros

84/85

2001/02

11

 

11

Manel Menéndez

90/91

2007/08

8

3

11

Carles Mingo

94/95

2011/12

2

9

11

Moha

2000/01

2013/14

4

7

11

Nacho Fdez Pac.

86/87

99/00

7

4

11

Noguerol

2000/01

2014/15

1

10

11

Paco Peña Rom.

99/00

2013/14

1

10

11

Quique Álvarez

93/94

2008/09

6

5

11

Salva Ballesta

95/96

2009/10

4

7

11

Urrutia J.

84/85

2001/02

9

2

11

Villena Franc.J.

87/88

99/00

7

4

11

Moisés Arteaga

89/90

2001/02

9

1

10

Aurelio Santos

96/97

2008/09

 

10

10

Fdo. Cáceres

93/94

2004/05

10

 

10

César Martín

94/95

2009/10

9

1

10

Cristian Díaz Fab

97/98

2007/08

 

10

10

Esnáider B.

91/92

2003/04

9

1

10

Fagiani

99/00

2005/06

1

9

10

Fagoaga

2001/02

2008/09

 

10

10

Jesús Galván

95/96

2005/06

4

6

10

Gerardo García

92/93

2010/11

5

5

10

Luis Helguera

97/98

2012/13

 

10

10

J.Fr.Hernández

97/98

2001/02

6

4

10

Hugo Sánchez

81/82

93/94

10

 

10

Ibeas

79/80

92/93

5

5

10

Iriney

2002/03

2013/14

4

6

10

Josetxo

95/96

2011/12

6

4

10

Mandiá

84/85

99/00

3

7

10

Mario Cotelo

95/96

2007/08

4

6

10

Míchel Marcos

2005/06

2013/14

4

6

10

Nayim

84/85

98/99

6

4

10

Antolín Ortega

74/75

87/88

5

5

10

Pavlicic

94/95

2000/01

5

5

10

Pedro Largo

94/95

2006/07

 

10

10

Samways

96/97

2002/03

 

10

10

Víctor Arias Cas.

91/92

98/99

 

10

10

Yordi

95/96

2008/09

3

7

10




La tarjeta blanca en el fútbol español

TarjetaBlanca01¿Por qué usar tarjetas?

El uso de las tarjetas en el fútbol nació como necesidad en 1966 durante la disputa del Mundial de Inglaterra, en concreto en el partido de cuartos de final que enfrentó a los anfitriones con Argentina. Hasta entonces, los árbitros amonestaban o expulsaban a los jugadores y entrenadores verbalmente, y así lo hizo el colegiado Rudolf Kreitlein con Bobby y Jack Charlton, pero parece que nadie se percató, ni en el campo ni en las gradas, de las sanciones. Fue entonces cuando un destacado ex árbitro inglés, Keneth George Aston, pensó en un sistema que evitara cualquier malentendido, naciendo de esta forma las tarjetas. Empleó el sistema de señalización de los semáforos: el amarillo precaución y el rojo peligro, es decir, expulsión. Otro de los motivos por los que se recurrió a este método fue para salvar las dificultades lingüísticas que podrían provocar las amonestaciones verbales en partidos internacionales, donde fácilmente pueden concurrir tres idiomas sobre el terreno de juego: los de los dos equipos y el del colegiado, de distinta nacionalidad a ambos.

Este sistema se utilizó por primera vez en el Mundial de México celebrado en 1970, con el soviético Kakhi Asatiani ostentando el dudoso honor de ser el primer futbolista al que se le mostró una tarjeta amarilla y el chileno Carlos Cazely el primero en ver la tarjeta roja, además de forma directa. Aunque las tarjetas no eran de uso obligatorio inmediato, fue después de esta Copa del Mundo, a mediados de la temporada 1970/71, cuando todas las federaciones empezaron a aceptar la implantacióndel mismo sistema en sus respectivos campeonatos; pero tal y como se dice ‘Spain is different’, y en las competiciones españolas se comenzaron a utilizar la tarjeta blanca para amonestar y la tarjeta roja para expulsar.

Llega la tarjeta blanca a España

Entre el saber popular existen muchas teorías de cómo funcionaba esta tarjeta blanca. Algunos hablan de que cuatro tarjetas blancas equivalían a una roja, otros que era la precursora de la tarjeta amarilla en los partidos, como una amonestación de carácter más suave y muchas más teorías. Por si fueran pocas, en 2014 el presidente de la UEFA, Michel Platini, propuso el uso de una tarjeta blanca que significara la expulsión temporal de un futbolista durante un periodo de unos 10 minutos. Pero lo cierto es que la tarjeta blanca era como la tarjeta amarilla, idéntica frente al reglamento; una tarjeta blanca servía como amonestación y dos cartulinas de este color en un mismo partido equivalían a una tarjeta roja.

Así lo comunicó la Federación Española de Fútbol el día 15 de enero de 1971, atendiendo a las peticiones de los árbitros,tal y como se recoge en la prensa, donde se explica que el Comité de Competición decidió autorizar al Colegio Nacional de Árbitros la implantación de este sistema de tarjetas. Desde entonces aparece en las incidencias de todas las crónicas de partidos en el fútbol español.

TarjetaBlanca02 TarjetaBlanca03

Quini, el primer futbolista en recibir tarjeta blanca en Primera División

No fue hasta nueve días después, el 24 de enero de 1971, en la disputa de la Jornada 19, cuando se viera la primera tarjeta en Primera Divisiónpara amonestar a un futbolista.Fue en el campo de Sarrià durante la disputa de un Español – Sporting de Gijón, y la vitola de ser primer árbitro de la categoría de oro del fútbol españolque se echó la mano al bolsillo para sacar una tarjeta recae sobre Balaguer García, del colegio mallorquín, que lo hizo para amonestar a Enrique Castro ‘Quini’ en un lance del encuentro por las continuas protestas del Brujo al trío arbitral.

Peculiar forma de estrenar el tarjetero, pero a Quini le jugó una mala pasada la juventud, puesto que contaba con tan sólo 21 años en la que fue su primera temporada en Primera División. Esta fue además la primera amonestación –tanto verbal como mediante tarjeta- de las 14 que recibió el Brujo a lo largo de sus 19 temporadas en activo.

TarjetaBlanca04No obstante, esta amonestación a Quini no fue la primera que se vivió en el fútbol español profesional. Este honor recae sobre Julián Riera Navarro, defensor del San Andrés, y es que en la mañana de aquel 24 de enero se disputó también la jornada de Segunda División, comenzando a las 11:45 horas el San Andrés – Burgos y a las 12:00 horas el Mallorca – Moscardó. Según la hemeroteca, Riera fue el primer amonestado de su partido donde hubo otras tres tarjetas blancas más, mientras que Villaverde, del Moscardó, fue el primer amonestado del suyo en el minuto 64, es decir, cuando en Sant Andreu se llegaba al minuto 79 aproximadamente. Esto nos hace suponer que fue Riera el primer futbolista que vio una tarjeta blanca en el fútbol español, mostrada por el árbitro Luis María Juango Ruíz.

Las crónicas de la época nos hablan del buen recibimiento que tuvieron en su estreno las tarjetas blancas, en especial entre el público.

TarjetaBlanca05¿Por qué el color blanco?

El fútbol mundial funcionaba con la tarjeta amarilla y la roja, salvo el fútbol español. No está muy claro el por qué la Federación Española de Fútbol optó por este color yendo a contracorriente del resto, pero Andrés Ramírez, quien fuera secretario general de la Federación, tiene la clave. Al parecer, Ramírez no pudo acudir al Mundial de México por problemas profesionales, algo en lo que influyó el hecho de que la selección española no lograra la clasificación en la fase previa, por lo que tuvo que seguir el torneo por televisión. En 1970la mayoría de los televisores todavía eran en blanco y negro y el de su casa no era una excepción, por lo que así fue como vio los colores de las tarjetas desde su domicilio, tomando por equivocación el amarillo como blanco. Fue por este peculiar motivo por el que se implantaron las cartulinas blancas por decisión del organismo federativo a partir de entonces.

Pero la Federación Española no podía ir contra el mundo eternamente en este aspecto, y fue en verano de 1976 –cinco años después de su implantación- cuando decidieron adaptar la normativa internacional y traer las tarjetas amarillas al fútbol español. En septiembre de aquel mismo año, el presidente del Comité Nacional de Árbitros de España, José Plaza, anunció este cambio para las competiciones españolas, siendo la temporada 1976/77 la primera en la que se sacaron tarjetas amarillas en el fútbol español, siendo el primer futbolista en recibir esta sanción Diego, de la Real Sociedad, en el partido inaugural de la temporada frente al Real Zaragoza a los 12 minutos “por violencia” el 4 de septiembre de 1976. Un dato curioso es que durante todo este tiempo, los equipos españoles que disputaron competiciones europeas veían cómo a sus jugadores les mostraban tarjetas blancas en España y amarillas en Europa.

TarjetaBlanca06 TarjetaBlanca07

 Para entonces, el término “tarjeta blanca” ya había calado en el vocabulario popular, sin distinción entre aficionados y periodistas. Tanto fue así que se empleaba para columnas de opinión –como vemos en ‘Marginales’ del diario ABC- e inclusoalgunos periodistas continuaron empleando este término mucho después de que la cartulina se coloreara de amarillo en el fútbol español, encontrando crónicas de una década después en la que todavía se habla de la tarjeta blanca como método de sanción.

TarjetaBlanca08 TarjetaBlanca09

Sí, la tarjeta blanca existió en el fútbol español y, a pesar de hacerlo de forma anecdótica durante un lustro y de que la memoria colectiva se haya olvidado de ella, sirve para dejarnos alguna anécdota como su origen, el hecho de que a la Federación le costó cinco años rectificar su decisión, que los futbolistas que disputaron competiciones internacionales pudieran ver cartulinas de tres colores a lo largo de las temporadas: blanca, amarilla y roja, o para conocer que el primer futbolista del fútbol español profesionalen ser amonestado mediante una tarjeta blanca fue, presumiblemente, Julián Riera, defensor del San Andrés, mientras que el pionero en la Primera División fue Enrique Castro ‘Quini’ (Sporting de Gijón) en 1971 y el primero en hacerlo con una tarjeta amarilla fue Diego (Real Sociedad) en 1976. Una anécdota más del fútbol español que tampoco debe caer en el olvido.

Referencias:

–          González, Luis Miguel (2013). Las mejores anécdotas de árbitros. Barcelona: Editorial Esfera.

–          Hemeroteca de ABC

–          Hemeroteca de Diario As

–          Hemeroteca de El Mundo Deportivo

–          Hemeroteca de La Vanguardia

Agradecimientos:

A José Hernández Armenteros y Luis Javier Bravo Mayor por su inestimable ayuda.




Historia de los árbitros internacionales españoles (2.ª parte)

Como continuación del artículo anterior, Historia de los árbitros internacionales españoles, en este se detallan las listas para árbitros asistentes, otras modalidades de fútbol y fútbol femenino.

1. Unas líneas para empezar

En las siguientes líneas aparecen todos los colegiados españoles que han alcanzado la categoría de internacional en otras modalidades de fútbol (fútbol sala y fútbol playa), en sus vertientes masculina y femenina, y todos los jueces de línea y árbitros asistentes.

El orden de cada categoría es por su “invención” por parte de FIFA.

2. Jueces de línea y árbitros asistentes

  1. Sergi ALBERT GIMÉNEZ (1992)
  2. Francisco ÁLVAREZ DE LA CRUZ (1992)
  3. Francisco GARCÍA PACHECO (1992)
  4. José Luis IGLESIA CASAS (1992)
  5. José Antonio MIJARES SALICIO (1992)
  6. José María MUÑIZ FARPÓN (1992)
  7. Joaquín OLMOS GONZÁLEZ (1992)
  8. Agustín CHACÓN SELAS (1994)
  9. Pedro ESTUDILLO GÜIL (1994)
  10. Manuel LÓPEZ FERNÁNDEZ (1994)
  11. Modesto VÁZQUEZ RIBEIRO (1994)
  12. Antonio CARDÓS PATERNA (1995)
  13. Joaquín DÍEZ GARCÍA (1995)
  14. Victoriano GIRÁLDEZ CARRASCO (1995)
  15. Carlos MARTÍN NIETO (1995)
  16. Fernando TRESACO GRACIA (1995)
  17. Salvador CHIRINO RIVERA (1997)
  18. Francisco Hermógenes GONZÁLEZ RODRÍGUEZ (1997)
  19. Rafael GUERRERO ALONSO (1998)
  20. Luis NÚÑEZ LÓPEZ (1998)
  21. Óscar David MARTÍNEZ SAMANIEGO (1999)
  22. Clemente AYETE PLOU (2001)
  23. Pedro MEDINA HERNÁNDEZ (2001)
  24. Jesús CALVO GUADAMURO (2004)
  25. Fermín MARTÍNEZ IBÁÑEZ (2004)
  26. Juan Carlos YUSTE JIMÉNEZ (2004)
  27. Antonio ARTERO GALLARDO (2005)
  28. Carlos Andrés LÓPEZ VILLATE (2005)
  29. Roberto ALONSO FERNÁNDEZ (2007)
  30. Victoriano DÍAZ CASADO (2007)
  31. Pedro BARCIA FERNÁNDEZ (2008)
  32. Roberto DÍAZ PÉREZ DEL PALOMAR (2008)
  33. José Manuel FERNÁNDEZ MIRANDA (2008)
  34. Juan José GALLEGO GALINDO (2009)
  35. Javier AGUILAR RODRÍGUEZ (2010)
  36. Raúl CABAÑERO MARTÍNEZ (2010)
  37. Pau CEBRIÁN DEVÍS (2012)
  38. Teodoro SOBRINO MAGÁN (2013)
  39. Ángel NEVADO RODRÍGUEZ (2014)
  40. Diego BARBERO SEVILLA (2015)
  41. Miguel MARTÍNEZ MUNUERA (2015)

3. Árbitros de fútbol sala

  1. Ramón José BLANCO NUÑO (1996)
  2. Vicente José COSMES BLASCO (1996)
  3. Pedro GALÁN NIETO (1996)
  4. Francisco J. TORRES HERNÁNDEZ (1996)
  5. José Ignacio PEÑA GÓMEZ (2003)
  6. Marcelino BLÁZQUEZ SIERRA (2004)
  7. Roberto GRACIA MARÍN (2004)
  8. Francisco Miguel PEÑA DÍAZ (2004)
  9. Fernando GUTIÉRREZ LUMBRERAS (2006)
  10. Juan José CORDERO GALLARDO (2014)
  11. Alejandro MARTÍNEZ FLORES (2015)

4. Árbitras

  1. María José ALCÁNTARA NEGRÍN (1997)
  2. Rita RUIZ TACORONTE (1998)
  3. Carolina DOMÉNECH CEBALLOS (2002)
  4. Paloma QUINTERO SILES (2002)
  5. Nuria GAVILÁN GRALLA (2005)
  6. Elia María MARTÍNEZ MARTÍNEZ (2005)
  7. Mayte PORRO ARAICO (2006)
  8. Hirahi HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ (2008)
  9. Marta FRÍAS ACEDO (2012)
  10. Beatriz GIL GOZALO (2012)

5. Árbitras asistentes

  1. Marta ALDANONDO GARAIZÁBAL (2002)
  2. Yolanda PARGA RODRÍGUEZ (2002)
  3. María José TUÑAS PENA (2002)
  4. María Luisa VILLA GUTIÉRREZ (2002)
  5. Judit ROMANO GARCÍA (2007)
  6. Rocío PUENTE PINO (2008)
  7. Guadalupe PORRAS AYUSO (2014)

6. Árbitros de fútbol playa

  1. Rubén EIRIZ MATA (2007)
  2. Joan Josep LLOMPART POU (2007)
  3. Juan José LÓPEZ LÓPEZ (2007)
  4. Francisco Javier SARMIENTO BALLESTER (2007)
  5. Jesús Rafael SÁNCHEZ CANO (2008)
  6. Jorge PÉREZ FUENTES (2009)
  7. Aitor VILLATE MARTÍNEZ (2012)
  8. Pablo BREA PEÓN (2013)
  9. Miguel GARCÍA ACEÑA (2013)
  10. Javier FLORES CARRASCO (2014)

7. Árbitras de fútbol sala

  1. Gema BALLESTEROS HERRERO (2008)
  2. Raquel GONZÁLEZ RUANO (2012)

Con este artículo y el anterior, quedan para la posteridad los 179 colegiados españoles que alguna vez han ostentado la categoría internacional en sus 91 años de historia.