Manzanares CF – Club Atlético de Madrid: Un partido para la historia

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 Programa de mano

 Sin duda el acontecimiento deportivo mas importante en la historia del Manzanares C.F., (club que este año 2013, cumple sesenta años) se produjo el 25 de octubre de 1953 cuando el club Atlético de Madrid visito esta localidad manchega para disputar un partido de futbol de carácter amistoso. Dicho encuentro fue organizado por la Peña Atlético de Madrid de Manzanares, colaborando también E. y D. y el Excmo. Ayuntamiento de Manzanares que gracias a la excelente disposición del equipo madrileño se pudo hacer realidad este gran evento deportivo.

El 21 de octubre la secretaria rojiblanca confirmo los jugadores que se desplazarían a Manzanares con el visto del bueno del entrenador Benito Díaz, ya que ese domingo el club madrileño disputaba en Mestalla frente al Valencia C.F. su partido de liga correspondiente a la Primera División.

 Ante la gran entidad del rival, el club local aposto por reforzarse con jugadores como Zamora (At. Madrid) hijo del mítico portero Ricardo Zamora, Delgado (Gas de Madrid), Patri (Daimiel), Gómez I (Alcazar), Gómez II (Alcazar). 

A las ordenes del colegiado ciudarrealeño Sr. Mena los equipos presentaron las siguientes alineaciones: 

Manzanares C.F.: Zamora, (Garcia Montes), Alcazar (Paquillo), Marquina, Delgado, Gómez I (Alcazar), Patri, Gómez II, Infantes, Sampedro, Aglio, Marquina II, (Juanito). 

Atlético de Madrid: Pacheco, (Zamora), Hernández, Herrera, Lozano, (González), Pantaleón, Galbis, Juncosa, Atilio, Fontanet, Vilita, Collar III, (Collar IV). 

El resultado final fue de 8-2 a favor del equipo madrileño con goles de Juncosa (2), Collar IV (3), Atilio y Fontanet (2) que junto a Pantaleón hicieron su debut en el equipo atlético. Los dos goles locales los hizo el delantero Marquina.

 Exhibición del Atlético de Madrid sobre todo en la segunda parte, ya que la primera mitad termino 0-1 a favor del equipo rojiblanco y gran entrega por parte de los locales que pese a lo abultado del resultado nunca perdieron la cara al partido. A pesar de lo lluvioso del día hubo una gran entrada de publico, aficionados venidos de toda la comarca disfrutaron del gran espectáculo que ofrecieron manzanareños y madrileños en un partido que se desarrollo por cauces amistosos y nobles. 

Los precios para tal evento fueron 8 pesetas por entrada al campo, 6 pesetas 1ª y 2ª fila de tribuna numerada, 5 pesetas 3ª fila de tribuna numerada, 4 pesetas 4ª fila de tribuna numerada, 8 pesetas socio Peña con asiento y 4 pesetas para señoras, señoritas y menores de catorce años. 

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Entrada del histórico partido

Cuentan las crónicas de la época que gracias a este partido el Club Atlético de Madrid gano en seguidores y prueba de ello es que en la actualidad hay tres peñas atléticas en Manzanares en una ciudad que roza los veinte mil habitantes, algunas de ellas con mas de sesenta años de existencia como la Peña Atlética de Madrid una de las primeras en fundarse en España y organizadora de este evento o la Peña Atlética Garate con mas de treinta y cinco años de vida, lo que deja evidente el gran sentimiento y afición que el club rojiblanco despierta por estas tierras manchegas. 

Julio Jareño Pastor (Miembro de CIHEFE)




La esperpéntica norma sub-20 de 1979

 Han sido varios los intentos por rebajar la edad media de nuestro fútbol en categorías catalogadas como «nodriza». Unas veces declarando «no profesional» a la 3ª División. Otras estableciendo techos de edad a los jugadores profesionales más alejados de la elite. E incluso durante dos años, a partir del campeonato 1979-80, exigiendo la alineación de al menos 2 futbolistas Sub-20 en cada partido. Contempladas esas iniciativas desde la perspectiva que ofrece el tiempo, juez inmisericorde, apenas si cabe hallar algún beneficio. Y ello porque en todas las oportunidades faltó análisis, sobró precipitación y mandaron los intereses.

Cuando durante el decenio del 50 se quiso convertir la 3ª en un paraíso «amateur», casi tuvo lugar una revuelta. Clubes con aspiraciones o caídos en desgracia deportiva, vieron en la fórmula un ardid para marginarlos a perpetuidad. Sin buenos contratos, no podían nutrirse de veteranos procedentes de superior categoría. Sin esos refuerzos difícilmente tendrían soporte sus legítimas ansias de ascenso. Y sin el acicate de un mejor porvenir, ¿para qué sacrificarse como directivos, adelantar fondos personales o ejercer de avalistas ante entidades de crédito?. Paralelamente, los futbolistas también levantaron la voz, pese a carecer de representantes legítimos. Si el derecho de retención podía tenerlos atados indefinidamente a un club, y al ser desechados topaban con un mercado tan reducido, ¿pintaban algo en aquel teatro, pese a ser actores de tronío?. A toda prisa la Federación Española dio marcha atrás, procurando mantener el tipo y las formas. La veda oficial a profesionales en 3ª se mantenía, pero a los clubes se les brindaba la posibilidad de fichar «amateurs compensados». Resumiendo, los profesionales de bronce continuaron ganando lo mismo y moviéndose sin limitaciones de un club a otro, pusiera lo que pusiese en sus fichas federativas.

Los techos de edad, ya en los 70, tuvieron un efecto más pernicioso. Quienes no podían jugar en 3ª por sumar excesivos cumpleaños, recalaban en el fútbol Regional, cerrando el camino a jóvenes con más ilusión pero menos experiencia. Y eso precisamente en el vivero que debía nutrir a las categorías superiores muy a corto plazo, puesto que la 2ª B aún no existía y únicamente 80 clubes componían la 3ª. Hubo extranjeros sin oficio u ocupación laboral reconocida, militando en Regional. Y hasta exjugadores de 1ª viviendo en hoteles o pisos de alquiler, a 600 kilómetros de sus casas, mientras se batían el cobre por campos de tierra. Unos y otros con ficha «amateur», por supuesto, en el seno de la más estricta legalidad.

La sucesión de fracasos no pareció minar el ánimo de los federativos, porque para cuando echó a rodar el balón la temporada 1979-80 se descolgaron con la exigencia de alinear en cada partido a dos muchachos Sub-20. El argumento esgrimido apenas si ofreció novedades. Resultaba imperiosa la necesidad de conceder espacio a las jóvenes promesas. Si no jugaban nunca, ¿cómo se iban a foguear?. El fútbol nacional necesitaba relevo, máxime después de que la apertura importadora decretada 5 años antes hubiese atiborrado de extranjeros demasiadas plantillas. Si nadie ponía remedio, dentro de unos años la selección nacional estaría compuesta por jugadores de 2ª División, se aseguraba entonces. No corrían tiempos de bonanza para la escuadra roja, desde luego. Tras el fracaso en el mundial inglés de 1966, España estuvo ausente en México (1970) y Alemania (1974), clasificándose para Argentina (1978) a última hora y merced a un gol marcado con la espinilla por Rubén Cano. Precisamente por un argentino importado.

Semejante pretensión no gustó a casi nadie. La prensa tardó poco en tomar partido por el bando de los entusiastas o detractores, plegándose al interés de sus clubes más afines. ¿Tenía sentido que el Real Madrid, por ejemplo, dejara sentados a García Remón, Benito, Camacho, Pirri, Del Bosque, Juanito, Santillana, Roberto Martínez, Stielike o Cunningham, por alinear a dos aprendices?. ¿Y qué haría el por entonces potente Betis de los Esnaola, Ortega, Bizcocho, Biosca, Cardeñosa, López, Gordillo, Alabanda, Morán y Benítez, luego de reforzarse con Anzarda, Hugo Cabezas, Oliveira, Peruena y Vital en el mercado extranjero?. En Valencia tampoco se planteaban dar reposo a Castellanos, Carrete, Arias, Solsona, Tendillo, Sol, Botubot o Pablo, y muchísimo menos a sus extranjeros Bonhof, Kempes, Jiménez y Felman. Los defensores del invento, por su parte, situaban en el otro lado del platillo el incipiente abuso de quienes contaban ya con 5 extranjeros, siendo sólo 2 los permitidos, y ni siquiera les temblaba la voz al afirmar que para el siguiente ejercicio confiaban añadir otra pareja más. El método reproductivo apenas si ofrecía dificultades, puesto que cualquier sudamericano con dos años de residencia en nuestro suelo accedía a la doble nacionalidad, si no la hubiese adquirido antes contrayendo matrimonio con alguna española. De ese modo At. Madrid y Español contaban ya con 5 foráneos (Dirceu, Rubén Cano, Pereira, González y Ayala en el primer caso, y Ayfuch, Bío, Longhi, Amarillo y Morel en el segundo).

Como la Federación no hubiese podido imponer nada sin el beneplácito de los clubes más potentes, se avino a eximirlos en el cumplimiento de la norma. Resultó, pues, que la alineación de dos Sub-20 sólo sería obligatoria en los partidos de 2ª y 2ª División B. A partir de ahí tuvo lugar un curioso encadenado de acontecimientos.

Para empezar, se conformaron plantillas teniendo muy presente la nueva norma. El Deportivo Alavés, al que se conocía como Barcelona de 2ª por su potente inversión, la teórica calidad del elenco y los fracasos sistemáticos, fichó de la Regional vizcaína a Sandino -ariete con buen remate de cabeza pero sin méritos suficientes para la categoría de plata-, al tiempo que aupaba desde su desnutrido vivero a Villaláin o Chechu. El Levante hizo lo propio con Macías y Peregrín, y el Deportivo de La Coruña con Serafín o Solé, por no hacer interminable el repaso. Pero apenas alguno de sus entrenadores confiaba mínimamente en la nueva savia. ¿Cómo hacerlo, si el Alavés contaba con Amuchástegui, Morgado, Astarbe, Requejo, Quiles o Igartua, duchos ya en la máxima categoría y algunos hasta internacionales, en tanto a otros, como López Recarte, Sola, Señor o Urrecho, el futuro inminente iba a depararles idéntica gloria?. O sea que tras cumplir con la normativa haciéndolos saltar al campo, se ordenaba desde el banquillo su inmediata sustitución.

Aunque fue ésta una práctica muy generalizada, hubo técnicos que incurrieron en la burla obscena. Como Francisco Gento, gloria merengue con 6 Copas de Europa en su palmarés, y a la sazón entrenador del Palencia. Porque la antigua «Galerna del Cantábrico», declarado enemigo del engendro desde que se anunciase su puesta en práctica, batió cualquier récord negativo al mantener sobre el campo a Pirri, uno de sus Sub-20, durante 25 segundos en choque contra el Algeciras. Y eso que por cuanto se refiere al Palencia, la fechoría incorporaba una buena ración de miga.

Dos años antes, el equipo del Instituto palentino Jorge Manrique se había proclamado campeón de España cadete. Aquel semillero, por lo tanto, constituía una magnífica base para explotar con ventaja la nueva imposición. Al decir de muchos aficionados palentinos, Pirri era, precisamente, el mejor jugador de aquella quinta, donde también destacaba Sambade, segundo mejor artillero del Palencia en 1979-80, pese a su infrautilización. Pero a Gento le daba igual el futuro del Palencia y de la norma federativa. Sólo quería futbolistas hechos, bregados en el oficio. Por eso se deshacía de las imposiciones tan pronto sonaba el pitido inicial.

Desde la directiva palentina, empero, se contemplaban sus maniobras con evidente preocupación. Si algún jugador se lesionara, malgastados ya los dos cambios, tendrían que competir en inferioridad numérica. Y eso equivalía a conceder demasiadas ventajas, tratándose de un club recién ascendido. Consecuentemente, trataron de reforzarse con jovencitos capaces de mantener el tipo.

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Como entrenador, Paco Gento tuvo el dudoso honor de haber descartado para el Palencia al futuro internacional José Mary Baquero y no creer en la posibilidades del salmantino «Ito».

 De la cantera salmantina trajeron a Ito, un portento con el balón en los pies. Y del país vasco al hermano de su jugador Santi Baquero. Ito corrió parecida suerte a los sub-20 anteriores, para asombro y enojo de los parroquianos en el viejo graderío de La Balastera, embelesados con los inverosímiles regates del extremo. Y el hermano de Santi Baquero, chico bajito aunque con tanto descaro como determinación, ni siquiera llegó a enfundarse la camiseta morada, puesto que Gento no se dio por convencido. Ito regresó a tierras charras para convertirse en revulsivo de la Unión Deportiva, entonces en la máxima categoría, y ser traspasado al Real Madrid. Y el hermano de Santi, llamado José María, andado el tiempo habría de convertirse en internacional, figura del Barcelona y cotizado astro del firmamento europeo. Magnífica visión de topo la del gran Paco Gento.

En medio de tanto disparate, la Federación se vio impelida a pulir su propia norma. ¿De qué servía, si buena parte de los Sub-20 apenas necesitaban pasar por la ducha, luego de cada partido?. Contra viento y marea -los malos vientos de muchos banquillos y marejadas en el seno de diferentes clubes- se exigió que al menos estuviesen 20 minutos sobre el campo.

La temporada 1981-82 fue suprimido el imperativo Sub-20, que tanta falsa ilusión despertó en unos cuantos muchachos. Sus presumibles buenos propósitos quedaron en casi nada, puesto que produjo escaso rejuvenecimiento de plantillas y ninguna disminución en el censo de extranjeros. Málaga, Mallorca o Recreativo de Huelva constituyen un buen ejemplo, al contar cada uno con 4 importados, pese a estar en 2ª División. La mayoría de los Sub-20 fueron efímeras flores de un día. Tan pronto festejaban un cumpleaños caían en el olvido o se aferraban a su enclave natural: los vestuarios sin agua caliente y el duro terreno sin césped de la geografía Regional. Sólo unos pocos aprovecharon la obligatoriedad para engancharse al fútbol de elite: Lumbresas en Osasuna, Roberto en el Castellón (más tarde Valencia y Barcelona), Santos en el Valladolid, Urrecho en el Alavés, desde donde saltaría al Sporting de Gijón… A ellos, sobre todo al primero, solía referirse Pablo Porta, entonces mandamás federativo, para justificar su apuesta. Olvidaba que los buenos siempre acaban saliendo a flote, cualquiera que fuese su edad o aún contando con lastres de peso, como le ocurriese a Ito. Pero eso fue antes de que José María García, estrella del periodismo deportivo desde su púlpito en la cadena SER, aplicase el rejón de muerte al experimento y a la misma credibilidad del máximo órgano balompédico.

Lo hizo a su manera, proporcionando nombres, fechas y escenarios. Por eso la revelación causó enojo.

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Carrasco (al lado) y Manolo (abajo), involuntarios instigadores de la controvertida norma Sub-20.  

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Resulta que en 1978 el Barcelona contaba con dos perlas extraordinarias: Francisco José Carrasco, más adelante extremo internacional, y el defensa Manolo, quien a la postre no habría de hollar cumbres tan altas. Para los técnicos azulgrana ni remotamente existían dos jóvenes de semejante nivel en todo el panorama nacional. Así que José Luis Núñez, presidente «culé», comenzó a echar cuentas. Año tras año acumulaba decepciones. De nada parecían servirle los ya veteranos internacionales Rexach, Costas o Asensi, el canterano y también internacional Olmo, los adquiridos a golpe de talonario, como De la Cruz, Artola o Migueli, y los extranjeros Heredia, Krankl, Zuviría, Neeskens o Bío. Empezaba a convertirse en costumbre ver cómo el Real Madrid festejaba títulos. Claro que si la todopoderosa entidad blanca se viera obligada a encarar los partidos con un par de muchachos recién salidos del juvenil… Si lograba que la Federación aprobase una norma en tal sentido… ¿De dónde iban a sacar los merengues su parejita?. Aunque la fichasen tras peinar la piel de toro, siempre estarían en desventaja respecto a Manolo y Carrasco. Tocó a rebato y la maquinaria barcelonista se puso manos a la obra. Había que pensar en la selección nacional, en el futuro, en la economía de los clubes, tanto más sana en la medida que pudieran nutrirse de jóvenes forjados en sus canteras… Pablo Porta, además, era catalán de corazón. ¿Por qué no iba a ver con buenos ojos su iniciativa?.

Los clubes de 1ª se desmarcaron del proyecto, conforme ya se ha dicho, y la aspiración de Núñez quedó en barbecho. El Real Madrid revalidó su título liguero en el campeonato 1979-80, en tanto los «culés» ocupaban la 4ª plaza. En 1980-81 fue campeona la Real Sociedad de San Sebastián, el Real Madrid subcampeón y 5º el Barcelona. Ni siquiera en 1981-82 pudo vengarse deportivamente la entidad barcelonesa. Aún contando con un triunfador nato en el banquillo (Lattek) y el concurso sobre el campo del goleador Quini, la habilidad de Carrasco, los alardes físicos de Manolo, el pulso sereno de Alesanco y los destellos de Schuster o Simonssen, quedaron a 2 puntos de la Real Sociedad, repetidora en sus festejos del título.

Pablo Porta tuvo aquella temporada problemas mucho más serios. Una huelga de futbolistas, por ejemplo, como protesta rabiosa contra el derecho de retención que asistía a los clubes. O la cada vez más voluminosa montaña de deudas acumulada por demasiadas entidades, resuelta en el futuro próximo con varias desapariciones. Pero esto será materia de otros artículos. 

La norma Sub-20 de 1979, nacida en la bastardía, despreciada por sus progenitores, incomprendida y denostada, pereció ante el desinterés general, sin que nadie sepa hasta dónde hubiese podido llegar entre mejores padres o con más arrullos.




El fatídico código penal

Debió ser una fiesta la temporada 1993-1994 para el fútbol gallego. Porque sus dos máximos referentes (el Deportivo La Coruña y el Celta de Vigo) estuvieron a pasos de llevarse la Liga y la Copa del Rey, respectivamente.

El fixture indicó que el camino de la Liga debía comenzar en Galicia y el enfrentamiento terminó sin goles.

Para entender la campaña de ambos conjuntos la localía es un tema a tener en cuenta. El equipo vigués no recibió goles en su casa por la Copa del Rey, y el Deportivo La Coruña apenas 7 en 19 juegos.

Pese a avanzar en tres de las primeras cuatro eliminatorias por apenas un gol, el Celta en octavos de final se clasificó por tanda de penales ante el Logroñés (0-1 y 1-0, victoria 5-4).

En cuartos de final, liquidó la serie en Balaídos con un rotundo 5-0, reponiéndose al 0-1 de la ida. Y en las semis otra goleada (3-0) en casa, esta vez ante Tenerife, lo dejó en las puertas de la final. En la revancha, un empate a dos lo terminó de clasificar.

El rival en la final sería el Real Zaragoza a disputarse en el estadio Vicente Calderón, de Madrid, el 20 de Abril. Tras 120 minutos el resultado terminó en blanco. La serie de penales definiría al campeón de la edición 1993-1994 de la Copa del Rey. El Celta tenía el antecedente de octavos de final, ante el Logroñés. Para el conjunto aragonés, era su primera definición por esa vía.

Para dicho encuentro, el entrenador del Celta (Txetxu Rojo) dispuso que jueguen: Cañizares; Dadie, Patxi Salinas, Alejo, Otero; Salva, Engonga, Vicente, Ratkovic; Andrijasevic y Gudelj.

La serie no tuvo yerros en las primeras ocho ejecuciones, quedaba un penal por bando. Allí fue donde apareció el arquero aragonés (Andoni Cedrún) para detener el remate de Alejo, y luego Higuera convirtió su remate para que Copa del Rey viajara hacia Zaragoza.

 

El Deportivo La Coruña quería confirmar todo lo bueno que había conseguido en la temporada 1992-1993 de La Liga, donde había dado lugar al nacimiento del «Súper Depor» al finalizar tercero. Bajo las órdenes de Arsenio Iglesias la idea era volver a estar en zona de clasificación a copas europeas. En un equipo donde sobresalían el trío brasileño formado por Donato, Mauro Silva y Bebeto, se le sumaban la calidad para crear de Fran y la capacidad para llegar al gol de Claudio y Manjarín.

El arranque fue más que auspicioso, donde apenas perdió un juego en las primeras 10 jornadas. No solo se destacaba el ataque del Depor sino también la defensa merced a la poca cantidad de goles que recibía (apenas 6 en la primera rueda) donde además mantuvo 15 vallas en cero.

En la segunda rueda el puntapié inicial volvió a ser ante Celta de Vigo, en el clásico gallego. Esta vez se jugó en Balaídos pero el resultado fue el mismo de la primera rueda: 0-0. El conjunto deportivista apenas caería derrotado dos veces en la segunda rueda y sería ante los dos más poderosos: 0-2 ante Real Madrid y 0-3 ante el Barcelona, en el duelo de aspirantes al título.

Luego de esa derrota ante el Barsa, otras tres igualdades conspiraron contra las ilusiones del Deportivo. Sin embargo, una racha de 5 triunfos (4-1 a Athletic Bilbao, 5-2 al Oviedo, 2-1 a Atlético de Madrid, 1-0 a Racing de Santander y 2-0 a Tenerife) lo pusieron más cerca de la Liga.

El sprint final no parecía ser complejo para el Depor, pero en dichas instancias no hay que subestimar a ningún rival. Sino basta con ver como el Lleida le quitó un punto como local a falta de 4 fechas para el cierre, y luego el Rayo Vallecano una fecha más tarde también le quitó una unidad en otro empate a cero.

Quedaban 2 fechas y la ventaja era del Deportivo sobre el Barcelona por solo un punto (se otorgaban 2 unidades por victoria). El primer match point para el conjunto gallego fue el 8 de Mayo, cuando visitó a Logroñes (lo derrotó 2-0 a domicilio) y su rival, el Barcelona, visitaba al Real Madrid en el Clásico de España. La afición coruñesa ansiaba con que esa fuese la fecha de la consagración. Pero no pudo ser porque el Barcelona venció a los Merengues 1-0 con un gol de Guillermo Amor en el último cuarto de hora de partido.

La definición quedaba entonces para la última jornada. En caso de igualdad de puntos el ganador sería el equipo que mejor diferencia de gol registrara y en ese ítem el Barcelona le sacaba una ventaja considerable a Deportivo La Coruña (+49 contra +36). Es decir, el Deportivo debía ganarle al Valencia para no depender un resultado adverso del Barcelona que recibía al Sevilla de Davor Suker y Diego Simeone, entre otros.

Los once de Arsenio Iglesias aquélla tarde noche fueron los siguientes: Liaño; Voro, Djukic, Nando, Ribera; Donato, Mauro Silva, López Rekarte, Fran; Manjarín y Bebeto.

Todo el público que acompaño al Deportivo la tarde del 14 de Mayo de 1994 en el estadio Municipal de Riazor empezó a sentir más cerca el primer título de Liga cuando a los 12 minutos del primer tiempo, Diego Simeone adelantó al Sevilla en el Camp Nou ante Barcelona. Pero fue por apenas unos minutos ya que, a los 20, igualó el búlgaro Hristo Stoichkov y la ventaja volvía a ser de solo una unidad.

Volvió a explotar el Riazor casi al cierre de la primera mitad con otro gol de Sevilla, esta vez del croata Davor Suker. Pero en el complemento el Barcelona barrió al conjunto andaluz con una ráfaga de goles: a los 5, igualó Stoichkov, a los 25 desniveló Romario, cinco minutos más tarde aumentó Michael Laudrup y a falta de tres minutos para el cierre, Bakero liquidó el partido.

Quedaba todo en manos del Deportivo, debía ganar para festejar, como desde el inicio de la última fecha. El gol no llegaba hasta que en el minuto 89 el juez López Nieto le otorga un penal al Deportivo La Coruña. Fue el momento en el que ambos estadios en donde se disputaba la Liga 1993-1994 enmudecieron. En Riazor los rezos era para que fuese gol; en el Camp Nou los rezos eran para González, el arquero del Valencia.

Las súplicas surgieron efecto en Cataluña y González detuvo el disparo del serbio Miroslav Djukic. Fue muy polémica la decisión del goleador brasileño Bebeto quien se negó a ejecutar la pena máxima.

Ciento veinte segundos después de ese penal, el pitazo del juez fue el último sonido que se escuchó en Riazor. Las lágrimas se apoderaron de todos los jugadores del Deportivo. Su afición, como retribución a la gran temporada realizada, invadió el campo de juego y los abrazó a cada uno como verdaderos campeones.

La clasificación final fue una igualdad en 56 puntos en el primer lugar, pero con una mejor diferencia de gol para el equipo blaugrana. Otra vez un penal impidió en esa temporada la consagración de un equipo gallego. Lo que debió ser una fiesta para el fútbol de Galicia.




Primera gira americana de una selección vasca

Transcurrían los primeros años de la década de los veinte y el profesionalismo futbolístico empezaba a «salir del armario» en nuestro país, aunque a riesgo de exponerse a la ignominia popular,  pasada una primera etapa del llamado amateurismo marrón, que hizo observar a los jugadores de los diversos clubes que si la gente pagaba por verles jugar, era lógico que ellos cobrasen por ofrecer el espectáculo. En consecuencia había que buscar la forma de generar mayores ingresos para hacer frente a los gastos, resultando insuficiente los escasos partidos que ofrecían los Campeonatos regionales y en el mejor de los casos cinco encuentros del Campeonato de España para los respectivos campeones. Fue entonces cuando comenzaron a proliferar en gran manera los partidos amistosos, siendo éstos contra equipos extranjeros los que más llamaban la atención de los aficionados, pasando por nuestros campos la flor y nata de los equipos europeos como Sparta de Praga, Nüremberg FC, Wienner Sport Club, MTK de Budapest o Gradjinski de Zagreb, entre otros, proporcionando sustanciales beneficios para ambas entidades.

El prestigio que el futbol español alcanzó con el éxito de Amberes, también abrió las puertas a los clubes españoles para intentar alguna aventura internacional, como la realizada por el Real Madrid por tierras italianas a finales de 1920 y los esporádicos escarceos de los equipos vascos y catalanes por Francia, de los gallegos y andaluces por Portugal, y algún otro por el Norte de África. Pero durante el verano de 1922 acaparó la atención de los medios informativos la gira que un grupo de jugadores vascos efectuó por América. Según contaba el historiador Bernardo Salazar en una anterior edición de los Cuadernos de Fútbol, todo comenzó cuando en los días previos a la final del Campeonato de España, que Barcelona y Real Unión de Irún iban a disputar en Coya, apareció por la ciudad de Vigo un tal Mariano Hermoso exponiendo en los círculos periodísticos y deportivos su proyecto de llevar a tierras sudamericanas un combinado futbolístico que mostrase allí los grandes progresos que en este campo habían realizado los jugadores españoles, fruto del cual había derivado el sorprendente éxito olímpico, ofreciendo, al mismo tiempo, toda clase de garantías y ventajosas condiciones económicas.

El proyecto tuvo una grata acogida por parte de los dirigentes federativos guipuzcoanos desplazados para la final y también entre los jugadores iruneses, tomando forma en el viaje de regreso y los días posteriores. El Sr. Hermoso continuó su labor informativa en la misma federación regional, y en sus locales el presidente, Salvador Díaz Iraola, convocó para el 29 de mayo una reunión entre sus afiliados donde se aprobó la realización del viaje, para lo cual se solicitarían las pertinentes garantías avaladas. En posteriores reuniones se ultimaron los detalles, acordándose disputar un total de once partidos en Argentina, Uruguay y Brasil, proyectándose el regreso para la segunda quincena de septiembre. Se acordó que la expedición fuera encabezada por Salvador Díaz, además de un delegado del Real Unión de Irún, Leopoldo García, otro de la Real Sociedad, Javier Olasagastia y Manuel Gil Iturrioz como secretario. El representante de la Federación de Vizcaya, Sr. Isasi, aunque aprobó el proyecto solicitó su desvinculación y delegó en el jugador José María Belausteguigoitia.

Con muchas dificultades y tras varios días de gestiones se pudo confeccionar la lista de jugadores dispuestos a afrontar la aventura integrada por: Eizaguirre, Mariano y Amador Arrate, Olaizola, Artola, Arbide y Martínez de la Real Sociedad; Gamborena, Eguiazábal, Acosta, Patricio, Zabala y Echeveste del Real Unión; Elósegui del Tolosa; Planas del Esperanza; Travieso y Germán Echevarría del Athletic; Careaga del Arenas y José Mari Balauste, el héroe de Amberes que se encontraba en Francia como exiliado político y que anunció su incorporación a la expedición en Buenos Aires. Viajaban, además, W. Martin Harris como entrenador y Tomás de Ysasi periodista. Fue baja imprevista de última hora Antón Arrillaga por sus compromisos militares.

El 23 de junio salió la expedición de la estación del Norte con dirección a Madrid, donde se ultimaron algunas gestiones, y desde allí a Lisboa, embarcándose, cuatro días después, en el trasatlántico Cap Polonio. Tras hacer varias escalas llegaron a la capital de Argentina el 13 de julio, donde fueron recibidos de manera apoteósica por representantes de todas las sociedades españolas afincadas en Buenos Aires y numerosos aficionados. Después de numerosos agasajos, y sin tiempo de descanso, llegaba el primer compromiso futbolístico en tierras americanas.

El día 16, en el abarrotado campo del Sportivo Barracas, se enfrentaron a una selección argentina que utilizaba el nombre de Porteños y alineó a: Magistretti; Bidoglio, Castoldi; Bassadone, Vigliola, Solari; Calomino, Chiessa, Gaslini, Rofrano y Rivet. Por parte vasca jugaron de salida: Eizaguirre; Careaga, Arrate; Gamborena, Olaizola, Eguiazábal; Echeveste, Arbide, Patricio, Artola y Acosta. Arbitró el irlandés Mc Carthy. La falta de acoplamiento y el cansancio hicieron mella en combinado vasco, que en el segundo tiempo fue barrido de la cancha de juego por los argentinos, quienes ganaron por 4-0. La decepción entre la colonia hispana fue muy grande y las críticas extremadamente duras por parte de algunos sectores de la prensa, hasta el punto que el Sr. Díaz tuvo que salir al paso de la campaña con un comunicado que las mitigase, atribuyéndose aquéllas a las divisiones existentes en el seno de la Asociación Argentina.

Tras una semana de continuas recepciones en los círculos sociales bonaerenses, muchas de las cuales ocultaban un acerbado cariz político que poco contribuían a una eficaz puesta a punto de los jugadores, se celebró el segundo partido en el mismo escenario, pero sin tanta expectación. La entrada en el equipo de Germán, Travieso y Zabala mejoraron sensiblemente el juego y el marcador ya que se empató a uno con otra renovada selección Porteña, culpándose al parcial arbitraje una mejora en el resultado. El 30 de julio, la Asociación Argentina organizó un nuevo encuentro con una mediocre selección perteneciente a equipos provincianos. La taquilla se resintió, y también el espectáculo, pero el combinado vasco mostró una gran superioridad y se impuso por un rotundo 4 a 0 materializado por Travieso (2), el recién incorporado Belauste y Zabala. No era para lanzar las campanas al vuelo, dada la entidad del rival, pero ayudaba a levantar una moral que empezaba a resentirse y tenía sus efectos entre los expedicionarios con ligeras discusiones y la formación de grupos antagónicos.

La siguiente cita tuvo lugar en Rosario, realizándose el desplazaron en tren y donde se repitieron las muestras de gratitud. El 6 de agosto se jugó contra una selección local en el campo del Club Atlético Newell’s Old Boys, con una expectación sin precedentes. Fue un gran partido y los anfitriones se impusieron, tan sólo en el marcador, con dos goles de Ernesto Celli, mientras Zabala conseguía el momentáneo empate. Pese a la derrota se causó muy buena impresión, pero el ambiente entre los expedicionarios era cada vez más tenso. Al regreso se hizo una reunión conjunta con el fin de aclarar divergencias, pero todo fue en vano. Tampoco las circunstancia favorecían el entendimiento ni el programa previsto cumplía los objetivos. El partido señalado para el domingo siguiente fue suspendido por orden de la Asociación Argentina y el del día 15 no se pudo jugar por el temporal de lluvia, llegándose al acuerdo de celebrar otros tres encuentros: el día 20 en Montevideo, el 24 en Buenos Aires contra una selección argentina y el 30 despedida ante el conjunto checo del Treplitzer que se encontraba de gira por el país.

Cruzado el estuario del Plata, el combinado vasco se presentó en el campo del Parque Central frente a la selección de Uruguay que alineó a Battignani; Benincasa, Urdinarán; Vanzino, Zibecchi, Ruetta; Arremond, Scarone, Piendibene, Romano y Cámpolo. El encuentro fue muy competido y sólo la nefasta labor arbitral facilitó que los charrúas se impusieran de forma clara con dos goles de Romano en claro fuera de juego; luego Scarone y de nuevo Romano sentenciaron el contundente 4-0.

Se regresó a Buenos Aires en medio de un gran temporal que no cesó en los días siguientes, cosa que obligó a suspender de nuevo el partido previsto, mientras la confrontación con los checos tampoco tendría lugar porque éstos excusaron la participación con diversos argumentos. Se recurrió entonces a un combinado uruguayo formado por jugadores del Nacional y Universal de Montevideo, a los cuales se enfrentaron el domingo 27 de agosto en la cancha del Sportivo Barracas. Fue una brutal contienda que los uruguayos desataron tras el gol inicial de Travieso y que les dio sus frutos en los tres goles de Sacco que cayeron en la meta de Eizaguirre.

Se tomó el acuerdo de abandonar Buenos Aires rumbo a Río el 1 de septiembre, a bordo del vapor Deseado que debía zarpar en la vecina población de Mar del Plata; pero no habían acabado los sinsabores ya que la víspera de la partida el director del hotel comunicó al Sr. Díaz que Mariano Hermoso no había satisfecho la factura. El mismo día 1 transcurrió intentando solucionar el desaguisado y cuando todo parecía arreglado, el Sr. Hermoso presentó una denuncia por incumplimiento de contrato por parte del equipo vasco.

Solucionada momentáneamente la crisis se embarcó rumbo a Montevideo, donde se transbordó al Deseado y se prosiguió viaje a Río. Nuevamente se cambiaron los planes y en vez de jugar en Sao Paulo fue Santos el escenario de un nuevo partido; el día 7 de septiembre, ante a un combinado local y un público más bien escaso, se logró una brillante goleada por 5-1 con tantos de Travieso y Arbide, por partida doble, y Acosta.

Tres días después, con un lleno absoluto en el estadio del Club Palmeiras de Sao Paulo se ponía fin a la gira con el último partido que les enfrentaba a una potente selección del estado. Marcó primero Acosta pero Cabeli empató antes del descanso y luego una genialidad del as brasileño Neco daría la victoria a los paulistas por 2-1. Al día siguiente volvió a aparecer Mariano Hermoso y con él nuevos problemas. Otra denuncia por indisciplina de los jugadores le servía de pretexto para dejar de abonar los gastos de la expedición. Fue precisa la intervención del cónsul de España en Santos, Sr. Fernández Pintado, para poner fin a la extorsión que el promotor pretendía ejercer obligándole a firmar el finiquito de la aventura.

El día 17 se emprendió el viaje de regreso, con muchos menos ánimos que a la ida. Los jugadores siguieron formando grupos sin intercambiar palabra entre ellos y llegados el 4 de octubre a Vigo se alojaron en hoteles diferentes. El epílogo lamentable se dio en la estación de San Sebastián ante el numeroso  grupo de aficionados que acudieron: llegaban en diferentes vagones del mismo tren. Todo ello motivó un cúmulo de críticas por parte de los informadores, como lo muestra esta breve reseña de un periódico donostiarra: Los jugadores pertenecientes a los clubs vascos que hicieron el viaje a América llegaron a San Sebastián el sábado, en el expreso del mediodía. Iruneses y donostiarras vinieron por separado dando una nota lamentable. Se dice que entre ellos existen hondas diferencias. La conducta de estos jugadores ha sido deplorable habiendo partidos en que casi desde el comienzo han hecho plante, poniendo en un brete a directivos y delegados, saliendo al campo sin moral deportiva y con ello la derrota ha venido aplastante.

Así resultó la primera experiencia internacional del fútbol español tras lo de Amberes. Quizás se pagó la novatada y faltó organización, pero se abrió el camino a nuevas aventuras que otros emprendieron en años posteriores y que tendrán su correspondiente relato en sucesivas publicaciones.

 

Vicente Martínez Calatrava

CIHEFE




Historia del fútbol canario -Reseña de una época -1928-

HISTORIA DEL FÚTBOL CANARIO – Reseña de una época – 1928 –

 Miércoles, 4 de julio de 1928

 Foot-Ball Internacional

Cancha de juego: Campo de Deportes España

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SELECCIÓN CHILENA

REAL CLUB VICTORIA

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Un encuentro que dejará huella

El mayor acontecimiento deportivo visto en Canarias

 1103

Un equipo olímpico tal y como se ha presentado en el Stadium de Ámsterdam es sin duda a lo más que puede aspirar un aficionado que no ha salido de las Islas Canarias (España). Buenos equipos españoles y extranjeros profesionales ingleses, hemos visto en la isla de Gran Canaria. Faltaba solo un once representativo de una nación para poder decir que aquí se ha visto todo cuanto hay que ver en fútbol.

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Tal acontecimiento sin precedentes en nuestra historia futbolística, es el que se nos ofrece para el próximo miércoles al aprovecharse el paso por Las Palmas de Gran Canaria del equipo Olímpico de Chile, uno de los mejores cuadros que se han presentado en las recientes Olimpiadas de Ámsterdam. 

Como se llegó a la organización del match. En viaje de ida hacia Ámsterdam, al tocar en este puerto el vapor que les conducía, los chilenos aprovecharon su breve estancia para efectuar un entreno sobre la pista del Campo de Deportes España, circunstancia que motivó atenciones y agasajos hacia los forasteros por parte de personas interesadas en el deporte local, a que aquellos correspondieron prometiendo hacer lo posible por complacer a la afición canaria, caso de al regreso volver a pasar por este puerto.

 Tan gentilmente han cumplido los chilenos su promesa, que a pesar de haberles prohibido su federación retrasar por ningún motivo el regreso, causa esta de no poder quedarse en Las Palmas de Gran Canaria para jugar varios partidos. Al embarcar en Holanda telegrafiaron al digno Cónsul de su nación, don Julio C. Rodríguez comunicándole que estaban dispuestos a jugar un partido aprovechando las breves horas que el barco permaneciera en este puerto. 

El Marino o Victoria debe ser quien contienda con los chilenos. El equipo olímpico visitante es una fuerte Selección constituida a base de los mejores jugadores chilenos. Selección debidamente entrenada y ahora de magnífica «forma», después de los partidos jugados en las olimpiadas de Ámsterdam. Pensar que en su día pueda formarse una Selección Canaria, es pensar con los pies; lo mismo decimos de «refuerzos», jugadores que no se entenderían con los demás y que sería peor el remedio que la enfermedad. Lo más lógico es un equipo completo y para ello nos da lo mismo que sea Marino que Victoria, pues tanto monta que monta tanto, el que se enfrente a la potente Selección chilena. 

Y si partimos de la base que habrá de perderse, pues es lo lógico que nos derrote una Selección Olímpica, para nosotros tendría menos consecuencia el que perdiera un equipo que no una Selección, que al fin y al cabo representaría al fútbol canario.

 Reseña del encuentro disputado entre la Selección Chilena y el Real Club Victoria. 

0 – 2. El Stadium. Animadísimo aspecto presentaba hoy el Campo de Deportes España, con motivo del partido de fútbol concertado entre los «onces» Real Club Victoria, local, y Olímpicos chilenos, aprovechando el regreso de estos a su país después de su intervención en la Olimpiada de Ámsterdam. 

Constitución de los equipos. Al irrumpir en el campo los jugadores son recibidos por el público con atronadores aplausos. El Real Club Victoria viste sus peculiares colores y el «once» forastero jerséi celeste y pantalón blanco, alineándose en la siguiente forma: 

Real Club Victoria: Correa; Arturo, Frías II; Moreno, Mandarria, Martín; Ramos, Navarro, Álamo, Hilario y Ortiz. 

Olímpicos chilenos: Cortés; Chaparro, Linfo; Rivero, Torres, Morales; Bravo, Zubiarre, Carbonell, Schneeverger y Olguin. 

El árbitro y los jueces de línea. Actúa de referee el inteligente excolegiado, don Pedro Cárdenes, secundado en su labor por los jueces de línea, don Miguel Gil (español) y don Germán Reyes (chileno). 

Elección de campo. Elegido campo por el equipo local, que opta por la puerta de Poniente, y tras los ¡hurras! de rigor da comienzo el partido. 

El primer tiempo. Sacan los forasteros y en los primeros momentos son de tanteo de fuerzas por ambas partes, imprimiéndose poco a poco al partido la nota efervescente y propia que caracteriza a esta clase de encuentros. Es decir: ese nerviosismo y agitación rayana en lo inconcebible, en que el patadón sin acierto ni fin determinado sucede, repentinamente, la jugada combinada y preciosista que se aplaude. 

Momentos de interés. Más compenetrados de la labor a desarrollar por el mero hecho de que los avances y ataques realizados habían dado margen sobrado para que los bandos rivales se dieran cuenta mutuamente del enemigo que tenían que vencer comienza a desarrollarse un juego aunque movido y duro tal vez con exceso no falto de tecnicismo y mucha voluntad, que ora se estrellaba ante la férrea muralla de los defensas forasteros, ora fracasaba a la intervención de sus medios o luego iba a morir a los pies de los «backs» realistas o a desbaratarse ante las líneas delanteras porteñas. 

En este estado de cosas, de inmejorable calidad futbolística el tiempo transcurre a medida que aumenta el interés del público, y sobre todo lo realizado se destaca notablemente en bien llevado avance de las huestes realistas por el ala izquierda que inútilmente trató de interceptar la tripleta central forastera y que a duras penas malogró la propia defensa; pero otra vez el esférico en poder de los chicos realistas cuyos avances secundan los medios, da motivo para que el guardameta forastero intervenga repetidas veces deteniendo un par de tiros bien colocados demostrándose con ello sus envidiables condiciones. 

Los delanteros chilenos Zubiarre y Carbonell con la ayuda del medio centro de su equipo Torres, llegan a la puerta realista y después de sortear la defensa cediendo aquellos la pelota a Schneeverger, éste remata de un chut fuerte la bonita jugada, que muere en las manos de Correa en medio de una prolongada ovación. 

Se suceden un sin fin de ataques por lo que se ven comprometidas ambas puertas y surge  el… 

Primer goal. Después de lo anotado en lo que se acentuó un ligero dominio de los de casa, el ala derecha del «once» blanquinegro corre la pelota con rapidez vertiginosa; recibe un pase Hilario, logra éste batir la tripleta central chilena, sortea difícilmente la defensa y a pocos metros de la puerta después de engañar al portero desmarcándolo chuta y de un tiro limpio, sesgado, suavemente, magnífico, inconmensurable, perfora la red chilena, goal que es acogido por el público con una nutrida y prolongada salva de aplausos. 

Dos córners y final del primer tiempo. A partir de este momento la lucha es más enconada, arrecian los ataques forasteros cuyos equipiers se multiplican en el campo; decae el equipo local en acometividad, pero rehechos nuevamente vuelven a las andadas y uno de sus avances degenera en córner contra los olímpicos chilenos, que despeja de un plongeón el guardameta, interviene luego varias veces Correa y tras marcarse otro córner contra la puerta realista, que despeja de cabeza Martín, finalizan los cuarenta y cinco minutos de juego con la pelota en poder de los medios realistas. 

El segundo tiempo. Antes de comenzar éste, entre los capitanes de los equipos se cambian artísticos ramos de flores quienes los ofrecen a las hermanas de don Julio G. Rodríguez, Cónsul de Chile en Las Palmas, galantería con la que el público simpatiza, dejando oír sus aplausos y tras las pitadas de rigor verifican el saque los del Victoria, que pierde el balón prontamente; intervienen Frías que despeja flojamente y da paso a que Carbonell y Olguín comprometan con sus tiros rasos la meta defendida por Correa; se tira un córner contra las mallas chilenas que despeja la defensa; un chut de Pepín que recoge Álamo y lo lanza a la puerta sin consecuencias y después de un faut contra el Victoria que puso en grave aprieto al marco atacado, con un estupendo remate de cabeza del medio centro Carbonell que recoge Correa, y finaliza la primera etapa de juego. 

Un sin fin de off-sides. La rapidez puesta en los avances por el equipo chileno, motiva el que el Referee, señor Cárdenes, corte aquellos por marcadísimos off-sides, y contagiados los de casa con el proceder de los forasteros, por iguales causas, ven malogradas sus bonitas combinaciones, mereciendo especial mención en esta otra fase del partido un pase adelantado de Álamo que recoge Navarro, pero acosado éste por la defensa, se ve precisado a entregar el balón, cuando era inminente el goal por la escasa distancia que le separaba de la puerta adversaria. 

El segundo goal. Sin dominio, propiamente dicho, continúa desarrollándose el encuentro con gran satisfacción por parte del público y gran entusiasmo por la de los jugadores. Surge un saque de línea por conducto de Pepín que centra admirablemente y al recogerlo Álamo éste lo remata de cabeza por el ángulo opuesto consiguiendo el segundo goal, tanto inesperado por el guardameta olímpico y que pretendió protestar uno de los jugadores chilenos alegando el off-side de Álamo por desconocer tal vez, que ello no existe, según el Reglamento vigente, en el saque de línea. 

Un lesionado y otros pormenores. El segundo goal marcado por las huestes realistas arrastra consigo un juego durísimo por parte de los chilenos y violencia tras violencia van sucediéndose las jugadas con la misma rapidez y acometividad que al principio del encuentro. Al lesionarse el medio derecha Rivero con una contusión en la rodilla le sustituye Reyes, que actuaba de juez de línea y a éste otro un reserva del equipo. Hilario, que está jugando horrores toda la tarde, en una jugada individual llega a pocos pasos del marco forastero, pero agotado físicamente, apenas si cuenta con ánimos para escapar de la furia de los defensas que salieron a su encuentro con muy malas intenciones, pero que él burló con su proverbial rapidez, pero el balón que les entregó, que por cierto llevaba todas las características de convertirse en el tercer goal de la tarde. 

Dos córners contra el Victoria. Morales, al arrebatar la pelota a Pepín, le carga feamente; un despeje flojo de Arturo crea una comprometida situación ante su marco; se tiran dos córners casi seguidos contra los realistas; Martín cae lesionado, vuelve al juego a los terrenos chilenos no sin que antes hayan intervenido con acierto ambos guardametas; otro fallo de Arturo que aprovechan los delanteros olímpicos para entregar la pelota a Correa, que evitó un goal seguro; un pase de Álamo a Hilario que muere en las manos de Cortés; despeje soberbio de Chaparro que anula un bien llevado avance de los realistas y nueva y comprometida situación frente al marco local, que despeje Martín de cabeza. 

Otro córner y final del partido. A una arrancada de las huestes porteñas chuta Hilario a goal y el portero envía a córner el esférico, tira la falta Ortiz medianamente y despeja la defensa y momentos después el referee dio por terminado el encuentro en el que se adjudicó el triunfo el Real Club Victoria por dos goals a cero.

 Otra perspectiva. Cuando los dos equipos salieron al campo, el público los recibió con un nutrido y cariñoso aplauso, que no cesó mientras los capitanes de ambas partes se abrazaban y cambiaban un afectuoso saludo.

 Causa buena impresión en el público el ver que los once jugadores del chileno son fuertes y robustos, aunque bastante más bajos de estatura que los nuestros. 

Empieza el partido y desde el primer momento nos damos cuenta de que el equipo olímpico es excelente, sin ponderación alguna, pero advertimos en ellos cierto desconocimiento del campo donde se desenvuelven, lo que unido al cansancio del viaje, les coloca en un grado de inferioridad con respecto al Victoria. 

Estos desarrollan una labor magnífica, destacándose de una manera muy notable Ortiz y Correa. Las paradas de éste desconcertaron desde el principio a los olímpicos. 

En este tiempo los chilenos no lograron ningún goal, y los nuestros metieron uno, debido al gran Hilario. 

La labor del equipo olímpico dejó bastante que desear en este primer tiempo, aunque hicieron jugadas admirables que el público, cortés y deferente, premió con cariñosos aplausos. 

En el segundo tiempo ya jugaron mejor los chilenos, notándose en ellos algo más de energía y conocimiento del campo. Pero los valientes del Victoria no cejaron, y desarrollaron un juego admirable que les condujo a la meta, logrando otro goal que fue el definitivo. 

Como dijimos antes, en este segundo tiempo demostraron los chilenos que no eran un equipo cualquiera, y que los nuestros, al medir sus fuerzas con ellos, nos han dado a entender que valen mucho también. Naturalmente queda siempre la duda para los olímpicos, de que han perdido por las circunstancias en que han jugado: desconocimiento del campo, la precipitación del viaje, etc., pero a través de estas dificultades que no perdía de vista el público, ha dejado entre nosotros muy buena impresión de su actuación fugaz en esta isla. 

Cuando terminó el partido y en todo él, fueron muchos los aplausos con que el público reconoció el mérito de ambos equipos, sobre todo en distintas jugadas admirables del chileno. 

No podrán decir los olímpicos que aquí se le ha tratado mal, aunque no nos hayan podido ganar. 

El capitán del Victoria y el del chileno fueron obsequiados con grandes ramos de flores. Los once nuestros recibieron calurosas felicitaciones, amén de los incesantes aplausos con que el entusiasta público les premió. Reciben nuestra sincera felicitación por esta victoria que señala en su brillante historial un día de gloria más. 

Una nota triste hemos observado y, en verdad, que no estuvo bien: es que al salir del campo el equipo chileno, no se le despidió con un cariñoso aplauso, pues no debemos olvidar que, aunque vencidos en buena lid, eran huéspedes nuestros, siquiera por breves horas. 

Impresión final. Muy breve por cierto, pero muy expresiva. El equipo olímpico chileno es de lo mejorcito que ha actuado en el Campo de Deportes España. Su línea delantera, inmejorable, la tripleta central estupenda, la defensa segurísima, el guardameta excelente. El conjunto no es un equipo completo, por líneas sí; rápido en el pase, veloz en el avance, tanto dominan el juego alto como el bajo; resistentes, fuertes, inteligentes, voluntariosos y entusiastas. En resumidas cuentas: Un excelente equipo en toda la extensión de la apalabra, digno de mejor suerte. 

De la actuación del Victoria el mejor elogio que puede hacerse es el recordar los dos goals obtenidos ante adversarios tan temibles y tan compenetrados de su labor, mereciendo un elogio aparte Hilario y Álamo, almas del encuentro, quienes desarrollaron, con la ayuda de sus compañeros, una labor inteligente hasta el extremo. 

El triunfo del Real Club Victoria fue limpio y justo. 

El señor Cárdenes, árbitro del encuentro, aparte de demostrarnos que sabe juzgar un partido de tan elevada categoría poniendo en el fiel la balanza, se nos justificó una vez más como el insustituible para estos casos, por su honradez e imparcialidad. 

Manuel Navarro Tejera es autor de la página «Historia del fútbol canario» www.historiadelfutbolcanario.es 




Los máximos goleadores de la selección, por año natural

En el fútbol español, no hace mucho tiempo, ha surgido la singular moda de escudriñar, rebuscar e inspeccionar entre los números de los goleadores, con el fin de obtener cifras o datos estadísticos curiosos, aunque con una más que dudosa utilidad. Las escandalosas cifras anotadoras de Messi y Cristiano Ronaldo principalmente, ha propiciado esta corriente numérica que llega a ser casi mareante. Que si goles marcados con la cabeza, que si con el pie derecho, que si con el izquierdo. Que si tantos conseguidos en la primera parte, o en la segunda, o jugando como local, o goles logrados como visitante, o antes de la primera media hora… Imagino que la proliferación actual de las casas de apuestas deportivas habrá tenido mucho que ver  con esta moda. El caso es que, de toda esta, llamémosle novedad estadística, sí me ha parecido interesante el dato de saber cuántos goles ha materializado un determinado jugador en un año natural. Movido por la curiosidad, comencé a indagar en mis archivos sobre la Selección, para confeccionar una lista con los máximos anotadores de cada año natural en el equipo nacional. Siguiendo el único criterio de que el futbolista haya logrado 6 ó más goles por año, la relación, en orden descendente, es la siguiente: 

  • 1. En primer lugar, y como no podía ser de otra forma, aparece David Villa, nuestro máximo artillero histórico, que logró 12 goles en el año 2008. Disputó 13 partidos y encadenó una racha de 5 encuentros consecutivos marcando, igualando a Zarra y Kubala en este apartado, a los que luego superó en el primer choque de 2009 con otra nueva diana. De esa docena de goles, destacan sobremanera los cuatro logrados en la Eurocopa de Austria y Suiza, que coronó a España como la mejor y al asturiano como máximo anotador del campeonato. 
  • 2. El segundo puesto es también para el delantero de Tuilla, entonces en las filas del Valencia. Sumó 11 dianas en 2009, para lo que necesitó 13 partidos internacionales. 
  • 3. El bronce es para Raúl González. En 1999 se convirtió en el primero de nuestros futbolistas en llegar a los 10 tantos internacionales en un mismo año. Los consiguió en 9 partidos disputados, destacando sus 4 dianas a Austria, en la goleada por 9 a 0 camino de la Eurocopa 2000. 
  • 4. En cuarto lugar y con 9 goles, aparecen Gaspar Rubio, Isidro Lángara y, de nuevo, David Villa. Rubio logró esa cifra en tan sólo tres compromisos. Los únicos tres partidos que nuestra Selección disputó en 1929 (dos de esos goles se los marcó a Inglaterra en la célebre primera derrota de los Pross lejos del Reino Unido). Lángara igualó esa marca en el año 1934, aunque necesitó un encuentro más. Acribilló a Portugal en la eliminatoria previa al Mundial de Italia, con 7 goles en los dos choques, para luego hacer doblete ante Brasil en nuestro estreno mundialista. Tanto las 9 dianas de Rubio como las de Lángara, fueron logradas consecutivamente, lo que supone un récord nacional todavía no igualado. Villa cantó también nueve goles en el año 2010, en 16 partidos. Cinco de esos tantos los hizo en Sudáfrica, en el Campeonato Mundial que se adjudicó nuestro equipo y que le auparon a la primera posición en la lista de goleadores del torneo. 
  • 5. Ocho goles en un año natural con España fueron conseguidos por los jugadores Kubala (año 1957, en 6 partidos), Butragueño (1986, en 12 encuentros. La mitad de esos 8 tantos se los hizo a Dinamarca en los inolvidables octavos de final de México-86), Raúl (en 2003, con 10 partidos), Fernando Torres (año 2005, en 12 compromisos internacionales) y David Villa (en 2006, con 14 encuentros). 
  • 6. El 6º puesto de esta curiosa lista es para siete jugadores, que materializaron 7 dianas en un mismo año. A saber: Telmo Zarra (en 1950, 4 de ellos en el Mundial de Brasil, donde se consagró como uno de los mejores goleadores del mundo. Para esos 7 tantos, necesitó sumar 8 partidos), Di Stéfano (en 1957, año de su debut con La Roja, en 7 encuentros disputados), Butragueño (en 1990, con 11 partidos jugados), Julito Salinas (en dos años consecutivos, 1993 y 1994, con 8 y 12 encuentros, respectivamente), Morientes (año 1998, en 6 partidos), David Villa (en 2011, año en el que superó a Raúl como máximo goleador de nuestro equipo y en el que disputó 11 compromisos con la Selección) y Pedro Rodríguez, Pedrito (máximo goleador del equipo nacional en 2012, con esos 7 goles en 8 partidos). 
  • 7. Por último, aparecen en esta clasificación, los 8 jugadores españoles capaces de conseguir 6 goles en un año natural con la Selección. Quizá, el caso más sorprendente de todos sea el de Eduardo González, conocido futbolísticamente como Chacho, interior del Deportivo coruñés, que logró esa media docena de dianas en el único compromiso que jugó en 1933. Era el partido de su debut con el equipo nacional y materializó 6 de los 13 goles con los que nuestro equipo aplastó a Bulgaria, en un amistoso disputado en Madrid. Por este motivo, Chacho ostenta el récord de tantos marcados en un sólo partido con la Selección. Zarra, en el año 1951, también logró unos números asombrosos, con 6 dianas en 3 encuentros. Di Stéfano cantó media docena de goles en dos años seguidos. En 1959, con 5 partidos y en 1960, año en el que disputó 8 compromisos internacionales. Pirri sería el sorprendente artillero del equipo español en el año 1971, con esos 6 goles en tan sólo 4 partidos. Santillana logró esa marca en 1983, con 6 encuentros jugados. Sin duda, los 4 aciertos que tuvo frente a Malta en la histórica goleada, contribuyeron decisivamente a ello. En 1989, José Miguel González, Míchel, fue el más efectivo de nuestro equipo, con 6 tantos en 8 compromisos. Isma Urzáiz obtuvo exactamente los mismos guarismos que Míchel, en el año 1999. Y en el año 2002, Raúl sumó a sus registros anotadores, 6 goles en los 9 partidos que disputó. 

CUADRO RESUMEN DE LOS MÁXIMOS GOLEADORES DE LA SELECCIÓN EN UN AÑO NATURAL 

GOLES JUGADOR AÑO (PARTIDOS)

12

D. Villa 2008  (13)

11

D. Villa 2009  (13)

10

Raúl 1999  (9)

9

G. Rubio 1929  (3)

9

Lángara 1934  (4)

9

D. Villa 2010  (16)

8

Kubala 1957  (6)

8

Butragueño 1986  (12)

8

Raúl 2003  (10)

8

F. Torres 2005  (12)

8

D. Villa 2006  (14)

7

Zarra 1950  (8)

7

Di Stéfano 1957  (7)

7

Butragueño 1990  (11)

7

Julio Salinas 1993  (8)

7

Julio Salinas 1994  (12)

7

Morientes 1998  (6)

7

D. Villa 2011  (11)

7

Pedro 2012  (8)

6

Chacho 1933  (1)

6

Zarra 1951  (3)

6

Di Stéfano 1959  (5)

6

Di Stéfano 1960  (8)

6

Pirri 1971  (4)

6

Santillana 1983  (6)

6

Míchel 1989  (8)

6

Urzáiz 1999  (8)

6

Raúl 2002  (9)

 FE DE ERRORES: En mi artículo del mes pasado (Cuadernos de Fútbol nº 39), hacía mención a los nueve Mundiales consecutivos que lleva disputados la Selección Española desde 1978, exactamente igual, decía, que Brasil, Alemania e Italia en el mismo período, olvidando añadir a este selecto grupo a la selección argentina, que tampoco ha faltado a ninguna de las últimas nueve Copas del Mundo (diez, en concreto). Pido disculpas por haber obviado a una de las más grandes.

 

 

Julio Larrey Sierra

Febrero de 2013

 




Josep Guardiola i Sala (Sampedor, 1971)

  El más laureado entrenador del Barça y próximo técnico del Bayern de Munich cierra con broche de oro esta serie de artículos dedicados a glosar las diez personalidades más importantes e influyentes de la historia blaugrana, siempre a nuestro modesto juicio. Y se trata de la única de ellas que se mantiene todavía en plena actividad ( Cruyff y Núñez disfrutan desde hace años de un retiro dorado, por más que el holandés haya ostentado últimamente ciertos cargos, más honoríficos que reales ), pues el Noi de Santpedor, a sus escasos cuarenta y dos años recién cumplidos, no ha dicho aun  – ni muchísimo menos – su última palabra. Dada su calidad de figura indiscutible e indiscutida, de icono sacralizado del barcelonismo, de hombre providencial  por encima del Bien y el Mal, Guardiola volverá  a Can Barça con casi total seguridad, y allí llegará hasta dónde  se lo proponga, pudiendo darse el caso de que fuera   el primero en recorrer todos los peldaños del Cursus honorum blaugrana, desde recogepelotas a presidente. De él – y por supuesto también de los socios barcelonistas – depende.

          Pep Guardiola representa como nadie la quintaesencia del barcelonismo catalán y catalanista, dicho sea sin el menor matiz peyorativo, únicamente en atención a sus actos y declaraciones públicas. También puede decirse que en muy contadas ocasiones habrá habido otra personalidad blaugrana que concitase tamaña unanimidad – unanimidad en lo positivo, se sobreentiende – , y tal vez habría que remontarse hasta los remotos tiempos de Joan Gamper para encontrarla. En las lineas que siguen intentaremos explicar las razones de ese insólito fenómeno, completamente atípico en una sociedad deportiva que históricamente ha mostrado una peligrosa tendencia al fraccionamiento y las querellas fratricidas.

          Va a nacer Josep Guardiola i Sala el 18 de Enero de 1971, en la localidad barcelonesa de Santpedor, perteneciente a la comarca del Bages, y próxima a Manresa, en una zona que ha dado al Barça una figura tan mítica como la de Estanislau Basora, fallecido no hace mucho, y también algunos destacados jugadores como Jordi Vila, miembro del legendario equipo de las «Cinco Copas», que lo ganara todo en la temporada 1951-52, Isidre Flotats un pegajoso marcador de los años 50, Antoni Camps, un magnífico extremo izquierda procedente del RCD. Español, al que una tonta lesión cortó de raíz su carrera, impidiéndole llegar todo lo arriba que sus condiciones apuntaban, allá por el año 1963, o Lluís Pujol, «el Ratolí», cuyo hat-trick en «La Romareda le valió al club su tercera Copa de Ferias, en Septiembre de 1966.

          Santpedor tiene hoy algo más de siete mil  habitantes, y hace cuatro décadas era bastante más pequeña. Pep va a venir al mundo en el seno de una familia humilde, siendo su padre un albañil llamado Valentí Guardiola,  y su madre Dolors Sala. Es el penúltimo de cuatro hermanos, dos chicos y dos chicas. Sus inicios con el balón son los típicos de cualquier niño de su edad y su época, en la calle y en el colegio, la Salle de Manresa, donde no tardará en convertirse en el mejor del patio debido a su gran técnica, y pese a contar entonces con un físico más bien endeble. Fichó por el Barça con 13 años, en junio de 1984, procedente del Gimnastic de Manresa, y seguramente la primera vez que los barcelonistas vieron su rostro fue en una fotografía tomada al finalizar la tanda de penalties contra el Goteborg sueco, que clasificó al Barça para la tristemente célebre final de la Copa de Europa de 1986, celebrada en Sevilla ( ocasión en la que la misma suerte les resulto esquiva a los blaugranas, perdiendo el título ante el Steaua de Bucarest ), una imagen en la que se observa a un pequeño recogepelotas  abrazando a Víctor Muñoz, el autor del tanto decisivo, con el rostro transido de emoción. Y es que Pep Guardiola ya era un culé con todas las de la ley a los 15 años, mientras se formaba como persona y como futbolista en las modélicas instalaciones de La Masía.

          Tras militar en  todas las categorías inferiores del Club, Guardiola debutó en partido oficial con el Barça en la División de Honor el 16 de diciembre de 1990, frente al Cádiz CF en el Camp Nou, aun sin haber cumplido los veinte, y simultaneó el primer equipo y el filial durante lo que restaba de temporada, para pasar definitivamente a formar parte de la plantilla profesional  blaugrana a partir del verano de 1991. Suya va a ser la camiseta número  4, el puesto sobre el que pivotaba la creación del juego barcelonista. Johan Cruyff había confiado en el turolense Luís Milla para ocupar dicha demarcación, cometido que cumplió satisfactoriamente entre 1988 y 1990, pero sus pretensiones económicas terminaron por distanciarle de su mentor. Milla acabaría fichando por el máximo rival, el Real Madrid, pero al técnico holandés no pareció preocuparle demasiado su marcha, ya que declaró que tenía en la recámara a otro jugador que veía el fútbol con un horizonte más lejano aun que el centrocampista aragonés. Este jugador clarividente no era otro que Pep Guardiola.

         No tardó en convertirse en director de orquesta del que muy pronto sería conocido como Dream Team, término acuñado para referirse al equipo norteamericano de Baloncesto que asombró precisamente en los juegos Olímpicos de Barcelona, en 1992, liderado por Michael Jordan. Desde la posición de medio centro demostró unas grandes dotes de inteligencia, visión futbolística y liderazgo, ordenando y organizando  el juego blaugrana, y abasteciendo de balones a unos compañeros llamados Laudrup, Stoichkov, Romario, Julio Salinas o Txiki Begiristáin. Junto a ese excelente trato de balón, su acusada personalidad y su indudable carisma hicieron de él la prolongación de Johan Cruyff sobre el campo, y tras la retirada de Jose Mari Bakero – en los albores de la temporada 96-97 – le llevaron, lógicamente, a ostentar la capitanía del equipo.

         En 1992 ya es doble campeón de Liga, pero ese año va a ser también el de su consagración, puesto que el Barça conquistará por fin la Copa de Europa, competición que perseguía desde hacía tres décadas, y Pep, formando parte de la Selección Olímpica Española, va a ganar asimismo la Medalla de Oro en los Juegos de Barcelona. Cierra así un curso dificilmente mejorable, en el que consigue también el Trofeo «Bravo», galardón que distinguía al futbolista más prometedor de Europa, elegido entre los más brillantes menores de 21 años. Por supuesto, no tarda en debutar con el combinado español absoluto, cosa que ocurre  el 14 de octubre de 1992, ante Irlanda del Norte en Belfast, ( 0-0),  en partido valedero para la fase clasificatoria del Mundial de Estados Unidos de 1994.

         Sin embargo hay un capítulo que parece resistírsele, y es el gol. Guardiola va a ser a lo largo de toda su carrera un futbolista muy poco realizador, hasta el punto de no anotar su primer tanto en la máxima categoría hasta el 8 de octubre de 1994, frente al Atlético de Madrid en el Camp Nou, de un disparo desde fuera del área ( anteriormente había marcado uno en la Copa,  al Valladolid y en el Nuevo Zorrilla ). Pero evidentemente no era esa su función en el equipo, sino la de organizar y distribuir, y dicho cometido lo cumplió a las mil maravillas, suscitando el interés de los más poderosos clubes italianos, que llamaron infructuosamente a las puertas del Barça, buscando su contratación a golpe de talonario.

         Convertido en el referente del juego blaugrana,  y en un personaje mediático, que rompía moldes, hasta el extremo de participar en desfiles de modelos o recitales poéticos, proyectando una imagen muy alejada de la tradicional del futbolista español, aunque su papel dentro del conjunto va a ir disminuyendo paulatinamente, sobre todo a partir de la llegada del holandés Louis Van Gaal al banquillo barcelonista, acompañado de numerosos jugadores de origen neerlandés, la mayoría de los cuales  habían sido pupilos suyos en aquel magnífico aunque efímero Ajax de mediados de la década de los años 90.  Y los Ronaldo, Figo, Rivaldo, Kluivert , Luís Enrique o incluso el fugaz Ivan de la Peña,  van a polarizar las miradas de los aficionados culés. También las lesiones le van a jugar una mala pasada, ya que se pasará en blanco casi toda la temporada 97-98, siendo sustituido por otro canterano, Albert Celades. Este contratiempo va a impedirle acudir al Mundial de Francia ( en USA-94 sí que estará presente )                                             .

         Sorprendentemente, en los primeros meses de 2001, con Llorenç Serra Ferrer en el banquillo – que poco después sería sustituido por Charly Rexach debido a la defectuosa marcha del equipo – va a anunciar su marcha del Barça, que se hace efectiva el 11 de abril de 2001. Atrás quedaban 379 partidos oficiales ( de los cuales el Barça ganó 224, hizo tablas en 82 y fue derrotado en 73) y 13 goles, mientras que sus numeros con la Seleccion Absoluta se resumían en 47 encuentros y 5 tantos ( curiosa esta relativa efectividad goleadora ). También actuó en 7 ocasiones con la Selección de Cataluña ( no reconocida oficialmente ), siendo su capitán en varias de ellas.

         . Tras tantos años en la órbita blaugrana, Pep Guardiola va a marcharse por fin rumbo a Italia, aunque no a uno de los grandes del Calcio. Su destino fue el Brescia, donde militaría durante las temporadas 2001-02 y 2002-03, con una breve estancia ( 8 partidos ) en la A.S. Roma de Fabio Capello. Su etapa transalpina, que transcurrió con más pena que gloría, será recordada fundamentalmente por un episodio extradeportivo relacionado con el turbio mundo del dopaje: su doble positivo por una sustancia prohibida denominada Nandrolona, aunque acabaría siendo absuelto de todos los cargos por el Tribunal de Apelación de Brescia. Entre 2003 y 2005 formará parte del Al-Ahli SC. Doha, de Qatar, poniendo fin a su carrera como futbolista en activo en 2006, a los 35 años de edad, en las filas del Dorados de Sinaloa ( México ). Entre medias formó parte de la candidatura del publicista Lluís Bassat a las elecciones presidenciales del Barça celebradas el 15 de junio de 2003, comicios en los que resultó elegido Joan Laporta. De haber ganado Bassat, Guardiola hubiera sido su director deportivo.

         De regreso a Barcelona, y tras haber realizado el curso de entrenador, se hace cargo de la dirección del filial barcelonista, el Barça B, militando en Tercera División, con vistas al curso 2007-08, y conseguirá ascenderlo a Segunda B al final de esa temporada. Temporada que, por cierto, va a ser muy negativa para el primer equipo del Barça, que no logrará alzarse con la victoria en ninguna de las competiciones donde participa, y habrá de pasar incluso por el humillante trance de formarle pasillo de honor en el Estadio «Santiago Bernabéu» a un Real Madrid, que acababa de proclamarse Campeón de Liga, y que golearía a los blaugranas por 4 a 1. Joan Laporta, el presidente barcelonista, decide tomar medidas drásticas, y prescinde del entrenador Frank Rijkaard y de dos de las estrellas del equipo, Ronaldinho y Deco ( a Samuel Eto´o no se le pudo encontrar equipo, y debieron de «tragárselo» un año más ). Laporta apuesta por el enorme talento emergente de Lionel Messi y, tras barajar la candidatura de Marco Van Basten, sorprende a propios y a extraños al apostar por un técnico joven y inexperto. Claro que ese técnico se llama Pep Guardiola. Palabras mayores.

         Con las novedades del explosivo lateral derecho brasileño Dani Alves – fichado al Sevilla a precio de oro -, Gerard Piqué ( recuperado del Manchester United a cambio de una cantidad relativamente modesta ) y el canterano Sergio Busquets, va a arrancar la temporada 2008-09, un curso histórico. Los inicios no son nada buenos, pues el Barça es derrotado en el primer partido de liga por el Numancia, en el terreno soriano de «Los Pajaritos», y no consigue pasar del empate en su segundo compromiso, frente al Racing de Santander en el Camp Nou. Pero, cuando cierto runrún comenzaba ya a hacerse oir, en la tercera jornada, aprovechando la visita a «El Molinón» – el mismo campo donde el Barça de Cruyff había cantado el «Alirón» en 1974 – , va a surgir el Barça imperial que todos los culés anhelaban, apabullando al Sporting por 1 a 6. Es el principio de una temporada de ensueño, donde la delantera formada por Lionel Messi, Samuel Eto´o y Thierry Henry, tres jugadores muy diferentes entre sí pero sin duda alguna extraordinarios, van a dar auténticas exhibiciones cada semana, asistidos por Xavi e Iniesta, hasta culminar en un resultado histórico: el 2 a 6 del Bernabéu, en un encuentro perfecto donde el Barça sentencia la Liga.

         Pero no iba a ser el Torneo de la Regularidad el único título cosechado en esa campaña, ni muchísimo menos. El primero en caer cronológicamente en el saco blaugrana sería la Copa del Rey, tras derrotar de manera clara y contundente en la final, disputada en Mestalla, al Athletic de Bilbao por 4 a 1. Y el broche de oro se pondría en el Olímpico de Roma, donde el Barça superaría al Manchester United de los Cristiano Ronaldo, Wayne Rooney, Tévez y compañia por un claro 2 a 0, con tantos de Samuel Eto´o y Lionel Messi. El Barça conseguía así el «Triplete» ( vencer en las dos competiciones domésticas y en la máxima continental ), algo que ningún otro club español había logrado hasta aquel momento. Y ello, en el primer año de Guardiola como entrenador de Primera División, con la única experiencia previa de una campaña en Tercera, lo nunca visto.

         La temporada 2009-2010 traería la sustitución de Samuel Eto´o por el sueco Zlatan Ibrahimovic ( que a la postre sería una de las operaciones más desafortunadas de la historia barcelonista ) y el fichaje del central ucraniano Chygrynskiy – que tampoco echaría raíces en Can Barça -. Apenas comenzada, los de Guardiola conquistarían la Supercopa de España ( frente al Athletic de Bilbao ) y la Supercopa de Europa ( ante el Shaktar Donetsk ), y rematarían los triunfos logrados en el año natural 2009 con la victoria en el Mundialito de clubes – que venía a sustituir a la antigua Copa Intercontinental -, derrotando en Abu Dabi al Estudiantes de La Plata argentino por 2 goles a 1. Por cierto, que en estos meses  nace también una nueva estrella, el delantero canario Pedro Rodríguez Ledesma, antes conocido como «Pedrito», que es capaz de marcar tantos en todas las competiciones en las que participa el equipo, es decir, en seis. Siendo también seis los títulos conquistados en este insuperable 2009, acuñándose el término «Sextete» para resumir tanta orfebrería levantada, algo insólito hasta ese momento en el mundo del fútbol. Sin embargo, tanto la Copa del Rey como la Champions League le serían esquivas a los blaugranas, eliminados por Sevilla e Inter de Milán respectivamente, resultando muchísimo más dolorosa esta última, ya que se producía en semifinales y privaba al Barça de acceder a la gran final, a disputar en el mismísimo «Santiago Bernabéu», con todo lo que esto significa para los culés, que ya se veían coronándose en el feudo de su eterno rival y archienemigo. Tendrían que consolarse con un nuevo triunfo en la Liga, obtenido también con gran suficiencia, y confirmando su envidiable hegemonía sobre el fútbol español.

         De cara a la campaña  2010-11, la gran novedad la constituyó el fichaje del delantero valencianista David Villa ( también va a ingresar el argentino Javier Mascherano, procedente del Liverpool ), en tanto que Ibrahimovic – que nunca llegó a congeniar con Pep – Thierry Henry y Touré Yayá abandonaban el Barça. En Madrid, un antiguo conocido de la afición blaugrana, el portugués  Jose Mourinho, toma las riendas del equipo blanco, tras triunfar en Portugal, Inglaterra e Italia, ganando ligas en los tres países y sendas Champions con Oporto e Inter. Sin embargo, en su primer enfrentamiento con el Barça, en el Camp Nou, el 29 de noviembre  de 2010, va a salir estrepitosamente derrotado por 5 a 0, con tantos de David Villa ( 2 ), Xavi, Pedro y el joven Jeffren. La temporada se saldará con el tercer triunfo consecutivo de los blaugrana en la Liga y su cuarta Champions en el nuevo Wembley londinense, otra vez frente al Manchester United, que sucumbió por 3 goles a 1, marcados por Pedro, Messi y Villa. El planeta futbolístico se rinde ante el juego del Barça, y algunos incluso se atreven a calificarlo como el mejor equipo de la Historia. Y se señala a Guardiola como el máximo responsable de tamaña explosión de talento.

         Porque el Pep entrenador es un verdadero obseso de su trabajo, un estudioso y un perfeccionista a tiempo completo, alguien consagrado al fútbol en cuerpo y alma, que vive los partidos con enorme intensidad. Su filosofía futbolística se define por el excelente trato del balón, el toque y la hiperposesión como irresistible fórmula ofensiva y recurso para minimizar daños. El Barça tiene la pelota en su poder, la monopoliza, la lleva de un lado para otro, apoyado en la sobresaliente calidad de todos sus jugadores, la mayoría de ellos educados desde la más tierna infancia en ese sistema, desgasta física y psíquicamente a su adversario en un rondo interminable, y cuando se presenta un hueco, los puntas – o quienes estén en ese momento ocupando dicha posición – penetran o reciben, y  definen . Todo el mundo sabe cómo juega el Barça, que siempre marca su propio ritmo e interpreta el mismo guión,  sea quien sea el rival, esperando pacientemente la ocasión para asestar sus zarpazos, pero casi nadie acierta a desactivar su letal entramado.

         Sin embargo, en realidad Guardiola no ha inventado nada, aunque lo ha perfeccionado, sublimándolo. El juego del Barça tiene unas inequívocas señas de identidad: el denominado «Futbol Total» que practicaban el Ajax de Amsterdan y la Selección Holandesa – la célebre «Naranja Mecánica –  en la primera mitad de la década de los 70, bajo la batuta de Johan Cruyff en el campo y con Rinus Michels y Stefan Kovacs en el banquillo. Michels va a exportar la fórmula al Camp Nou, pero esta va a tardar bastante tiempo en cristalizar. No será hasta la vuelta de Cruyff en 1988, ahora como técnico, cuando los automatismos se van a imprimir indeleblemente en las mentes y las piernas de una magnífica generación de  jugadores que formarán el «Dream Team», y las ulteriores experiencias de Louis Van Gaal y Frank Rijkaard, maestros forjados en la misma facultad futbolística, no harán sino reforzar ese estilo innegociable, ese modelo que bajo la égida de Guardiola se revelará poco menos que imbatible.

         Y además, «el Pep» se va a revelar como un motivador de primerísimo orden, y algunos de los detalles que han trascendido desde la intimidad del vestuario blaugrana así lo confiman,  emparentándole directamente con una personalidad tan carismática y legendaria como Helenio Herrera, tal vez el primer técnico mediático que en el fútbol ha sido. Igual que  HH, Guardiola es capaz de galvanizar a los suyos, de convencerlos de que pueden derrotar a cualquier rival siendo ellos mismos, manteniéndose fieles a una filosofía mamada casi desde la cuna. Por todo ello sus triunfos le han encumbrado al Olimpo culé, suscitando esa rara unanimidad de la que prácticamente nadie ha podido gozar en la más que centenaria existencia del club, un club con una permanente vocación cainita, y cuya propia grandeza ha sido a menudo su peor enemigo.

         De este modo, Pep Guardiola va a ir renovando su contrato de temporada en temporada, aunque había acumulado el crédito suficiente como para hacerse acreedor a un plazo mucho más dilatado,  a pesar de la propia naturaleza del fútbol, siempre a expensas de los resultados. Así ocurrió en la campaña 2011-12, pero iba pasando el tiempo, los meses caían uno tras otro en el calendario, y no terminaba de producirse la noticia que todos los culés estaban esperando: la ansiada renovación del gran timonel de la nave. Incluso llegó a superarse el momento en el que la «fumata blanca» – ¡ Habemus Pep ! – acostumbraba a aparecer en años anteriores, y el barcelonismo empezó a sospechar que un Guardiola que no soltaba prenda respecto a su futuro podía muy bien abandonar el club a finales de temporada.

         Temporada que, por cierto, no estaba discurriendo por idénticos  derroteros que en campañas precedentes. La Liga la comandaba con insultante autoridad el Real Madrid de Mourinho, a golpe de records y con Cristiano Ronaldo como gran figura, y los blancos la dejarían prácticamente sentenciada al vencer en el Camp Nou por 1 a 2 en la jornada 35. Fue aquella una «semana trágica» para el barcelonismo, ya que el Chelsea apeó también a los blaugranas de la Champions League, tras empatar un partido que se les había puesto en franquía a los de Guardiola al inicio de la segunda parte, con 2 a 1 a su favor en el marcador – en Londres el resultado había sido de 1 a 0 a favor de los Blues – y un penalty contra los británicos, que Messi fallaría finalmente.

         El 27 de abril de 2012 Guardiola comunicó públicamente su decisión, largamente meditada,  de abandonar el banquillo barcelonista al final de la temporada, y sus palabras surtieron el efecto de un auténtico terremoto entre la inmensa masa de socios y seguidores culés. Pep se despediría del público del Camp Nou, y de toda la Gent Blaugrana el 5 de mayo, en el trancurso de un ya intrascendente encuentro liguero ante el Español ( 4 a 0 ), que se convirtió en un cariñoso homenaje al técnico que había llevado al Barça a vivir su época más gloriosa. «No me perderéis nunca», fueron sus últimas palabras. Aun le restaba por disputar la final de la Copa del Rey, que se jugó en el Estadio Vicente Calderón de Madrid el 25 de mayo, y en la que el Athletic de Bilbao no fue enemigo para un Barça que no quiso hacer demasiada sangre de un rival que ya perdía por 3 a 0 – resultado final – antes de llegarse la media hora de juego. Su balance será muy dificilmente igualable: 14 títulos ganados de 19 posibles ( 3 Ligas, 2 Copas del Rey, 3 Supercopas de España, 2 Champions League, 2 Supercopas de Europa y 2 Mundialitos de Clubes ), con un 72,63 % de victorias, y 441 goles a favor por 130 en contra.

         ¿ Las razones de su marcha ? Ha habido muchas especulaciones acerca de los auténticos motivos de su salida  del club, pero la razón última sólo la conoce él; lo demás son únicamente conjeturas, elucubraciones con mayor o menor fundamento. Cansancio por la gran presión y exigencia que conlleva el cargo, deseo de conocer y vivir otras culturas futbolísticas, sensación de que la hegemonía barcelonista en España y Europa podía estar difuminándose ( el espectro del famoso «fin de ciclo» )…Todo eso puede haber pesado en su ánimo, así como otro aspecto que también se ha barajado, y que es su particular grado de sintonía – o ausencia de ella – con Sandro Rosell y su directiva, siendo él una apuesta personal – y muy arriesgada – del anterior presidente, Joan Laporta, ya por entonces enfrentado abiertamente al actual mandatario y antiguo vicepresidente deportivo suyo

         La directiva  que preside Sandro Rosell va a hacer público inmediatamente el nombre del sustituto de Guardiola en el banquillo azulgrana, designación que recayó en su íntimo amigo el ampurdanés Francesc «Tito» Vilanova, ayudante suyo durante los cinco años en los que había pertenecido al staff técnico barcelonista. Pep decide tomarse un año sabático fuera de los banquillos, a pesar de tratarse sin duda alguna del entrenador con más pretendientes de todo el mundo. Se traslada con su familia a Nueva York, y se establecen en un exclusivo y lujoso apartamento, al lado mismo de Central Park. Allí irá perfeccionando su inglés y deshojando la margarita – ¿ Inglaterra, Italia…?- hasta que el pasado 16 de enero, un par de días antes de su 42 cumpleaños, va a conocerse  el compromiso del de Santpedor por el Bayern de Munich, en sustitución del actual entrenador de los bávaros, Jupp Heynckes, después de las muchas especulaciones que lo situaban en la Premier League o la Serie A italiana. Guardiola firmará por el club alemán un contrato por tres años, con una astronómica remuneración ( se habla de la cifra de 17 millones de euros por cada temporada )

         No cabe duda de que la próxima edición de la Liga de Campeones va a tener el gran morbo de un posible enfrentamiento Barça-Bayern. Los alemanes – derrotados últimamente en dos finales – muy previsiblemente reforzarán su equipo para plantar batalla no sólo a los blaugranas sino también al Real Madrid. pero, pase lo que pase en los terrenos de juego, las puertas de Can Barça seguirán abiertas de par en par por si un dia su hijo pródigo desea regresar, y no precisamente para ocupar de nuevo el banquillo…No en balde estamos hablando del mismo hombre que, con sólo 21 años, pronunció una frase histórica desde el balcón de la Generalitat, al ofrecer a sus aficionados la primera Copa de Europa, ganada en Wembley el 20 de Mayo de 1992: «Ciutadans de Catalunya, ja la tenim aquí» 




Hace 100 años (febrero 1913)

1102

1 de febrero.

 El día 30 de enero salió para Oporto (Portugal) el Vigo FC para participar en el torneo de foot-ball internacional de aquella localidad. El resto de participantes fueron el Sport Lisboa e Benfica, Porto Cricket y FC Porto.

En enero se jugaron estos partidos:

SL Benfica – Porto Cricket      7-2      31 de enero.

FC Porto – Vigo FC               4-0      31 de enero.

 Sabadell – Valencia                 4-2

 

2 de febrero.

 Torneo internacional de football de Oporto.

Porto Cricket – Vigo FC         0-3

SL Benfica – FC Porto            3-1

 

Real Sociedad de Fútbol (2º equipo) – Combinado de Pamplona        6-0

 

3 de febrero.

 

Torneo internacional de football de Oporto.

SL Benfica – Vigo FC 1-0

Porto Cricket – Porto              1-0

Resultó campeón del Torneo internacional de Oporto el SL Benfica, que acabó invicto. El Vigo FC quedó en tercer lugar, empatado con los equipos de Oporto.

 Real Sociedad de Fútbol (2º equipo) – Combinado de Pamplona        4-0

 Sabadell – Valencia                 5-1

 9 de febrero.

 Athletic Madrid – Athletic Club                                                           0-4     

 268

 Inauguración del campo athletico de O’Donnell.

 

Real Sociedad (2º equipo)  – Etoile de Mont de Marsan (Francia)      9-0

 347

Equipo francés.

 

Real Club Depotivo de La Coruña – Real Club Coruña                       1-1

Tras este resultado el RC Deportivo se adjudicó la copa de plata que ofrecieron «Un grupo de amigos» a través del «Círculo de Artesanos». Dicho trofeo fue entregado días después en el Salón Alto de la Reunión de Artesanos por su presidente Sr. Casas Fernández. Asistieron al acto la Directiva y el capitán del real Club Deportivo coruñés r. Álvarez.

 Primera Liga de la Federación Catalana:

España – Universitari               1-0

Casual – Numancia                  1-2

433 

La prensa da cuenta de que se ha constituído el club de foot-ball Atlétic Coruñés.

 10 de febrero.

 Español FC – Athletic Club     0-0

 12 de febrero.

 La Unión Española de Clubs de Football recibió de AlfonsoXIII el título de Real.

 14 de febrero.

 En Cádiz, un equipo español se enfrentó a la tripulación de un crucero alemán. La victoria correspondió a los teutones por 1-2.

 16 de febrero.

 Comenzaron las eliminatorias para los equipos madrileños para clasificarse para el Campeonato de España.

Madrid FC – Athletic Madrid             3-3

522

 

Un grupo de espectadores, seguidores del Athletic, saltó al campo con la intención de agredir al árbitro y un grupo más numeroso de publico se lanzó contra los primeros para proteger al referee Sr. Kindelán, de la Sociedad Gimnástica Española..

 Una jugada del derbi madrileño

 Gimnástica – Español FC                                1-1

Por la tarde, Kindelán, árbitro del Athletic – Madrid, consiguió el empate gimnástico.

 Clasificatorio de la zona guipuzcoana para el Campeonato de España.

Irún Sporting – Real Sociedad             0-1

 RC Coruña – Galicia                                       1-1

Último encuentro del campeonato local organizado por el Real Club Coruña. Al quedar empatados se jugó un desempate el día 23.

 Vigo FC – Escuadra alemana                           Desconocemos resultado.       

 Real Fortuna – Sporting de Pontevedra           1-0

 Strong – Nueva España           Desconocemos resultado.       

Inauguración de los Campos de Sport del Sardinero.

 Orense – Iberia                       Venció el Orense.                   

Organizado para recaudar fondos para las fiestas del Corpus. Tras el último gol del Orense se produjo una pelea a puñetazos entre los jugadores, siendo detenidos dos jugadores del Iberia por los municipales y llevados a la prevención. Una hora después fueron puestos en libertad.

 Recientemente a estas fechas quedó constituído en El Ferrol el Círculo de Deportes. Dos notables «teams» constituídos por jugadores españoles e ingleses pertenecientes a la Constructora Naval acordaron celebrar un partido de foot-ball.

 Nace Ángel Sornichero Hernández «Sornichero» en Alcantarilla (Murcia).Jugador del Atlético de Madrid.

 

19 de febrero.

 La prensa da noticia de la constitución de una nueva sociedad futbolística en Vigo que atiende al nombre de Europa.

 

21 de febrero.

 Reunión de la Junta directiva de la Real Unión Española de Clubs de Football.

 23 de febrero.

 Clasificatorios de Madrid para el Campeonato de España.

Madrid FC – Español FC                                           1-0

Athletic Madrid – Gimnástica                           2-1     

 Clasificatorios de Vigo para el Campeonato de España.

Vigo FC – Real Fortuna                                              2-0

 Clasificatorios de Guipúzcoa para el Campeonato de España.

Real Sociedad – Sporting Club de Irún                        4-1

 RC Coruña – Galicia                                                   1-2

Último encuentro del campeonato local organizado por el Real Club Coruña. Vencedor del campeonato quedó el Club Galicia.

 Racing de Santander – Strong                          1-2     

Primer partido en la historia del Real Racing Club de Santander.

 Campeonato de Sevilla

Sevilla FC – Betis FC                                                  3-0      .

 714

 Imagen del partido.

 Campeonato de Andalucía

Sevilla Balompié – Recreativo de Sevilla                     3-1     

 Primera Liga de la Federación Catalana.

Español – España                                                       1-1

 

Athletic Club – Etoile de Mont Marsan (Francia)                     Ganó el Athletic Club  

 Esparta – Amaika                                                       1-0

Equipos zaragozanos, aunque el Amaika formado por vascos.

 

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 Equipo Amaika, de Zaragoza.

 

FC Palamós – Ampurdanés SC                                  3-0

Campeonato de la provincia de Gerona

 Regimiento de Guipúzcoa – New Club de Vitoria        Desconocemos resultado

Equipos vitorianos.

 98

 Imagen del partido.

 107

 New Club de Vitoria (Álava)

 24 de febrero.

 Se informó en prensa de que hay cerca de 20.000 asociados adscritos a clubes futbolísticos barceloneses. Del resto de España dice que no alcanzan esa suma ni de cerca entre todos juntos.

 Ocurrió durante este mes en España.

 S. M. El Rey aceptó la presidencia de honor de la Real Unión Española de Clubs de Football.

 S.M. la Reina donó una copa para que fuese disputada en el Campeonato de España organizado por la Real Unión Española de Clubs de Football.

 Sporting Club Victoria – Marino FC                1-1

 Real Sociedad – Sporting Club de Irún            1-0     

3º partido eliminatorio para los equipos guipuzcoanos para el Campeonato de España.

 Nueva revista llamada Sport Sevillano.Entre otras sociedades deportivas, el Sevilla FC la nombró su portavoz.

 Don Juan del Castillo y Ochoa fue elegido presidente del Sevilla Balompié.

 1115 

Equipo del Sevilla Balompìé.

 Don Carlos Garreta fue elegido presidente del FC Numancia de Barcelona.

 Don Adolfo Meléndez fue elegido presidente del Madrid FC.

 D. Ramón González fue elegido presidente de la Real Sociedad Gimnástica Española.

 D. Manuel Acea es reelegido presidente del Club Celita.

 el FC Barcelona instaló sus oficinas en la Rambla de las Flores número 20, 1º piso. Cedió una de las habitaciones para la Federación Football Asociación Cataluña.

 La Federación Catalana de Clubs de Football se adhirió a la Federación Española de Clubs de Football.

 El Club Deportivo de Bilbao envió su adhesión a la Unión Española de Clubs de Football.

 Racing de Irún – Athletic Club             0-1

 La Excelentísima Comisión Provincial de Guipúzcoa subvencionó con 500 pesetas el viaje de la Real Sociedad de Fútbol de San Sebastián a Barcelona para disputar el Campeonato de España de la Real Unión Española de Clubs de Football.

 El Sevilla Football Club envía al ayuntamiento una propuesta de actividades deportivas tanto para la Semana Santa como para la Feria.

 Fútbol internacional.

 10 de febrero.

 La asamblea extraordinaria de la Asociación Argentina de Football decidió la promoción del Club Atlético Boca Juniors a Primera División, junto a otros ocho clubes más.

 15 de febrero.

 Irlanda – Inglaterra       2-1

 16 de febrero.

 Bélgica – Francia         3-0

 18 de febrero.

 Fundación del club francés Athletic Club Arles – Avignon

 22 de febrero.

 Reunión especial de la IFAB (International Football Association Board) (ver Historia de la International Football Association Board (1886) http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2012/12/historia-de-la-internationar-football-association-board-1886/

 Ocurrió durante este mes en el mundo.

 Las sufraguistas inglesas, en su lucha por conseguir derechos, inutilizan los terrenos donde se practican los partidos de football y golf.

 El Manchester City fue multado con 15.000 francos por invasión de campo. 10.000 de estos francos fueron utilizados para obras de beneficencia.

 Hasta la fecha el conjunto inglés Blackburn Rovers tenía el dudoso honor de ser el club que más había pagado por un jugador. Gastó más de 40.000 francos franceses en el extremo derecha Simpson. Pues el mismo club consiguió superar el gasto pagando al West Ham United 50.000 francos franceses por el interior derecha Shea.




Primera crónica periodística de un partido de fútbol jugado en España

El partido jugado el 8 de marzo de 1890 entre el Huelva Recreation Club y el Club de Football de Sevilla en el hipódromo hispalense de la Dehesa de Tablada fue considerado por la prensa de la época (incluso por algún diario británico como The Dundee Courier) como el «primer partido de football jugado en España» y ese dato ha sido repetido en numerosas obras y divulgado recientemente en el contexto de la polémica sobre la identificación de aquel Club de Football de Sevilla de 1890 y el Sevilla Fútbol Club fundado en 1905.

Una breve pero completa crónica de otro partido jugado en Bilbao en 1889 que encontramos en el diario inglés Sunderland Daily Echo and Shipping Gazette el 4 de julio de 1889 puede hacer que esa afirmación sobre «el primer partido de football jugado en España» referido al Sevilla-Recreativo de 1890 deba matizarse. Pudo ser el primer partido de fútbol jugado por dos sociedades fundadas en España, pero no el primer partido jugado en España según las reglas de la Asociación.

Realmente difícil saber cuál fue el primer partido jugado en España. Tenemos una referencia importante y en ocasiones olvidada en una carta fechada en Huelva el 1 de marzo de 1888 (que se exhibe en el Museo de la RFEF) en la que se habla de un partido a jugar entre el «Club de Recreo» y los marineros del Jean Cory dirigida a Ildefonso Martínez. El hijo de don Ildefonso recibió recientemente en Huelva una placa que reconoce a su padre como el primer futbolista de España.

Lamentablemente no tenemos crónica de aquel partido onubense de 1888.

Ese honor de «primera crónica» (hasta que se encuentre otro precedente) corresponde a un partido jugado por dos equipos ingleses: el Barmston Rangers y un combinado de marinos de los buques Abydos, Nina, Dawdon y Harven. Jugaron un partido con fines benéficos (recaudaron fondos para la viuda del encargado de la grúa del Cymbeline) en Bilbao el 29 de junio de 1889. La crónica del Sunderland Daily Echo and Shipping Gazette es muy completa, nos ofrece las dos alineaciones. Por el Barmston Rangers jugaron J.Smith (portero), P.Conolly y Thornton (defensas), R.Humphrey, Rowthorne y Dale (centrocampistas) y W.Conolly, M.Scott, Key, Golledge y Smith (delanteros). Y por el combinado de marinos de los barcos Abydos, Nina, Dawdon y Harven formaron: Gordon (portero), Love y Brady (defensas), Vollen, Gibb y Richardson (centrocampistas) y Anderson, Tully, Parkinson, Elstow y Brown (delanteros). El partido de inició a las 18:30 y finalizó con la victoria del Barmston Rangers por 2-1. La recaudación fue de poco más de 20 libras y el público presente muy escaso.

Dos de los barcos cuyas tripulaciones formaron el combinado de marineros tuvieron un final trágico: el SS Abydos era un carbonero fletado en 1871 que se hundió el 22 de diciembre de 1894 cerca de la isla de Man (fallecieron 19 hombres) y el SS Dawdon fue un barco de carga de 1878 que se hundió el 3 de octubre de 1914 al impactar con una mina cerca de la costa belga (fallecieron 10 hombres).

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Sospechamos que estos partidos de fútbol entre combinados de marinos ingleses o incluso contra clubs fueron frecuentes en el Bilbao de la época y podemos encontrar referencias a otros.  El mismo Sunday Daily Echo and Shipping Gazette del 16 de julio de 1889 nos habla de otro partido jugado en Bilbao entre los marinos del Nio contra los del Renard de Cardiff con victoria de los primeros (3-0).

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También cronistas clásicos como Isidro Corbinos, José María Mateos o Jacinto Miquelarena nos legaron comentarios genéricos sobre esos partidos de marinos ingleses en el Bilbao de 1880-1890 sin entrar en detalles.

Como es harto conocido el primer partido en Bilbao (en puridad, en Lejona) entre un combinado de ingleses y otro de españoles tuvo lugar el 3 de mayo de 1894 en la campa de Lamiako (que desde 1887 funcionaba como hipódromo, no confundir con otra campa muy vinculada con los inicios del fútbol bilbaíno: la campa de los ingleses o de Averly).

La victoria fue muy clara de los ingleses (no está claro el marcador, parece que fue un 5-0 aunque también se puede leer 6-0 en algunas crónicas) y pollos asados para todos como premio.

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Ildefonso Martínez Pérez: el primer jugador español conocido de football de toda la historia

Mucho se ha escrito a cerca de temas tales como el Club más antiguo de España, el primer partido de football disputado en territorio nacional etc…, pero nada hasta el momento se ha apuntado sobre el que fuera, reconocido hasta la fecha, como el primer jugador español de la historia en practicar el football en nuestro país.

Este honor de ser el primer español en jugar al football, que hasta la fecha se tenga constancia, corresponde a  D. Ildefonso Martínez Pérez y lo hizo en el Recreation Club, en 1888, cuando aún éste no se había oficializado de cara a la sociedad onubense. De hecho hace escasamente unos meses este hecho ha sido finalmente reconocido por el propio Decano del fútbol español, el Recreativo de Huelva, en un acto multitudinario efectuado en el antepalco del Estadio «Nuevo Colombino». En dicho acto se le hizo entrega a su hijo, D. Jose Luis Martínez, de 92 años de edad, una emotiva placa en reconocimiento de aquella gesta realizada por su padre.

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Susana Duque (Pdta. Fundación Recre), D. Jose Luis Martínez (hijo de Ildefonso Martínez Pérez) y Pablo Comas (Pdte. Real Club Recreativo de Huelva)

D. Ildefonso Martínez era natural, como no podía ser de otro modo, de una localidad onubense, La Palma del Condado y nació en 1873 fruto del matrimonio entre D. Eduardo Martínez, un ingeniero madrileño que vino a trabajar con Sundheim para la construcción del ferrocarril Huelva Sevilla y la palmerita Dolores Pérez, proveniente de una familia muy adinerada de la localidad antes referida. 

 D. Ildefonso fue un aventajado alumno, que se codeaba con las altas personalidades de la colonia inglesa de Huelva. Fruto de dicha cercanía, tal y como queda demostrado documentalmente http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2010/11/el-huelva-recreation-club-y-el-football-entre-1884-y-1889/), D. Ildefonso tuvo un evidente acercamiento a los sports ingleses que desde 1884 se venían disputando asiduamente en la capital de Huelva. Así fue como en Marzo de 1888 recibió una misiva de D. W. Alexander Mackay, para que disputase con el Recreation Club una partida de football en los terrenos de la fábrica de gas. Dicha carta se encuentra expuesta en el museo de la RFEF.

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 Lo curioso de todo esto es que finalmente D. Ildefonso se decanto por las Regatas antes que por el football, siendo en las regatas dónde desarrolló todo su potencial físico.  D. Ildefonso se casó muy tarde, a los 50 años de edad, y tuvo a sus dos hijos, Jose Luis y Fernando (ya fallecido hace unos años) a la edad de 51 y 52 años; lo cual explica el por qué hoy podemos disfrutar de la presencia de D. Jose Luis entre nosotros. Murió casi a una edad centenaria.

 Pero la figura de D. Ildefonso Martínez no se queda estancada únicamente la practica del football y las regatas. D. Ildefonso fue uno de los militares más prestigiosos del ejercito español de la época. Comenzó y finalizó con honores los estudios militares y se convirtió en la mano derecha militar del rey Alfonso XII, pues no en vano fue nada más y nada menos que Teniente Coronel del Estado Mayor. La más alta graduación.




Eulogio Martínez: una estrella con mal fario

El fútbol suele mostrarse pródigo en su oferta de juguetes rotos. Grandes ídolos aclamados por la afición, perseguidos, envidiados, con el mundo literalmente a sus pies, saborearon la amarga hiel del olvido y la necesidad más estrecha, cuando no del desplome absoluto. Muchas veces se lo ganaron a pulso, mediante alardes de mala cabeza, selección de nefastas compañías o una obsesión enfermiza por ejercer de cigarras cantoras. Otras, sin embargo, sucumbieron a su mal fario.

Fue el caso de Eulogio Martínez, tocado desde la cuna por alguna varita mágica de hada aficionada al gran fútbol. Lástima que más tarde cruzasen ante él otras hadas con vara negra, cargadas de malísimas intenciones. Porque su vida, al menos su deambular por nosotros pagos, más que de estrella se antojó de estrellado.

Conocido cariñosamente por «Kokito» entre la hinchada de Tuyukuá, Eulogio Martínez llegó a Barcelona en 1956, procedente del Libertad de Asunción y recomendado por un árbitro europeo con quien coincidió durante la disputa en Chile de unos campeonatos sudamericanos. Tenía 21 años, el reconocimiento de mejor 8 paraguayo, cara de niño goloso y credenciales como atacante hábil, pródigo en fantasías y arabescos, pero al mismo tiempo resolutivo y con gol. Pronto demostraría que tanta publicidad descansaba sobre una base sólida.

Durante su primera liga como azulgrana, y pese a que los culés contaban con un elenco cuajado de figuras, anotó 10 goles, hizo unas cuantas diabluras y dejó entrever infinidad de cosas buenas. Las restantes campañas no sirvieron sino para confirmar los buenos augurios. La afición de «Les Corts», a la que de cuando en cuando obsequiaba dibujando sombreros a sus marcadores, haciendo túneles junto al banderín de córner o fintando como si estuviera corriendo en un encierro de San Fermín, tardó poco en bautizarlo «Abrelatas» por su facilidad a la hora de destrozar las retaguardias más cerradas.

Pero entonces, al igual que sucede hoy, nada se antojaba suficiente a público y directivos barcelonistas. El Real Madrid vivía sus grandes años, con Santamaría, Zárraga, Di Stéfano y Gento. No sólo reinaba en Europa, sino que obtenía títulos de liga. Y tanto triunfo del referente inmediato sentaba mal junto a Las Ramblas.

Año tras año caían nuevos futbolistas por el campo azulgrana. Delanteros, especialmente, para ver si gracias a un mayor poder ofensivo se lograba desbancar al todopoderoso club merengue. Eulogio Martínez tuvo por ello más cara la titularidad, aunque siguiera saliendo a un gol cada dos partidos y aprovechara como pocos sus oportunidades.

Una de las apuestas culés fue el brasileño de raza blanca Evaristo de Macedo, ariete no muy exquisito aunque decidido y con remate demoledor, que posteriormente también luciría el escudo del Real Madrid. Su llegada coincidió con un choque copero Barcelona – At Madrid, en el que Eulogio endosó 7 goles a los colchoneros. Evaristo, espectador asombrado desde el palco, supo hacer gala de hombría puesto que no le dolieron prendas a la hora de alabar al compañero. Cuando los periodistas solicitaron su impresión, confesó humildemente: «No sé para qué me han traído. Puede que me hayan fichado para barrer el vestuario».

 

Eulogio Martínez marcó el primer gol del «Nou Camp», el estadio que permitiría multiplicar la masa social azulgrana hasta hacer de la entidad una de las más sólidas económicamente. Su mejor campaña fue la correspondiente a 1959-60, y pese a los grandes delanteros con que entonces contaba nuestro fútbol -Peiró, Luis Suárez, Pepillo, Arieta I, Di Stéfano, Puskas, Collar o Gento- vistió una vez la camiseta nacional española B y en 8 ocasiones la del cuadro absoluto, sin contar con que hasta su llegada a Barcelona había sido otras 9 veces internacional por Paraguay, disputando, incluso, la Copa América correspondiente a 1955. Pero su físico empezó a pasarle factura, con una marcada e irrefrenable tendencia a engordar.

Nada lograron los entrenamientos exhaustivos, las broncas de los técnicos o distintos regímenes. Su propensión a la acumulación de lípidos era genética.

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Eulogio Martínez durante su mejor época como jugador del Barcelona, cuando asombraba a propios y extraños.

 En 1962, tras garantizarse un hueco en la historia azulgrana, se incorporó al Elche de Pazos, Iborra o Quirant, club muy dado a las contrataciones sudamericanas -Cardona, Romero, Lezcano- gracias al fuerte vínculo que unía a su directiva con el armenio Arturo Bogossian, uno de los primeros y más eficaces intermediarios futbolísticos. Permaneció dos temporadas en el viejo Altabix, sin que su concurso se antojara especialmente brillante, aunque como colectivo las cosas no pudieron ir mejor: el tercer puesto alcanzado al concluir su segunda temporada sigue siendo la mejor clasificación ilicitana en 75 años largos de historia. Durante su estancia en Elche formó parte de la denominada «Delantera del Clero», en atención a las iniciales de sus componentes: Cardona, Lezcano, Eulogio Martínez, Romero y Oviedo. Y entonces, cuando todo el planeta futbolístico era consciente de que su estrella se apagaba, le llegó la llamada del Atlético de Madrid para vestir de rojiblanco.

Fue un fichaje disparatado, que de ninguna manera podía salir bien. A Eulogio no es que le sobraran kilos, sino que estaba gordo. No gordo para jugar, sino gordo a secas. Gordo vistiendo de calle. Gordo en las fotos, gordo con chándal, gordo en la cola del autobús. Alguien del Metropolitano había recordado las siete dianas que les endosara en Barcelona tiempo atrás, y ni se dignó consultar el calendario. Así les fue, claro. Eulogio no estaba para batirse el cobre en la 1ª División.

Su tren deportivo aún tuvo una última parada, de nuevo en Barcelona, pero para lucir el escapulario azul del Europa, entonces empeñado en mantenerse dentro de la 2ª División. Corría la temporada 1965-66 y acababa de cumplir los 30. Conservaba intacta su gran habilidad, pero la obscena sombra de una panza a lo Papá Noel hacía aflorar demasiadas sonrisas.

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Eulogio Martínez en el At. Madrid, perdida ya su lucha contra la báscula y por ello incapaz de aferrarse a la 1ª División.

 Cuando el fútbol le abandonó podía presumir de magnífico palmarés. Dos campeonatos de Liga, otros dos de Copa y 2 entorchados más en la Copa de Ferias, así como los trofeos Carranza, Teresa Herrera y Pequeña Copa del Mundo. Un resumen al alcance de pocos. Pero como el pasado, por glorioso que haya podido ser, no rinde dividendos, él los buscó en varios negocios, a cuál más desafortunado. Y eso que corrían tiempos de desarrollo, de carreteras cada vez más saturadas de «600», costas pobladas de hoteles y bares llenos a la hora del vermouth, tras las misas dominicales.

A los negocios mal planteados hubo de unir grandes desgracias familiares y la consiguiente merma económica. Primero falleció una de sus hijas, luego otro hijo fue presa de larga enfermedad. Llovía sobre mojado sin vislumbrarse ningún arco iris.

En junio de 1971, sólo 5 años después de haber colgado las botas, su situación era tan calamitosa que los clubes Barcelona y Calella, población en la que regentaba un bar-restaurante, se avinieron a ofrecerle un partido homenaje. Volvía a ser actualidad para la prensa y sus declaraciones inundaron de tristeza muchos corazones azulgrana. «El homenaje puede ser el punto de partida en mi recuperación -declaró-. Gracias a él podré sacar adelante a mi familia».

Fue, igualmente, un momento para la nostalgia. «No me hice rico con el fútbol, pues si bien el Barcelona pagó un millón de pesetas por mi traspaso, mis ganancias venían a ser de unas 100.000. anuales. Nadie puede decir que resultase caro, considerando mi rendimiento. Y si bien es verdad que con posterioridad fueron mejorando mi contrato, no es menos cierto que mis mejores ganancias las obtuve en Elche».

El tiempo, a veces, distorsiona la realidad. Otros futbolistas de esa misma época tuvieron mejores fichas, es cierto, pero Eulogio parecía haber olvidado que en 1956 esas 100.000 ptas. -mensualidad y primas aparte-, con el salario base rondando las 2.500 mensuales, constituían un sueño inalcanzable para 25 millones de españoles. Por 200.000 ptas. podía comprarse un piso en muchas ciudades, las tarifas del transporte público oscilaban entre los 75 y 80 céntimos y un empleado de banca con quinquenios y puntos de ayuda familiar no llevaba mensualmente a casa más allá de tres billetes de a 1.000. Sus emolumentos, por lo tanto, debieron haber dado más de sí. Sobre todo porque entre una cosa y otra no sumaba menos de las 300.000 pesetas anuales.

Superada la fiebre del homenaje, los medios volvieron a olvidarle. Trascendió, empero, que su existencia distaba mucho de ser un lecho de rosas. Cuando parecía que se acercaba al final del túnel, su mala sombra, la que le acompañara en tantos momentos trascendentales(*), volvió a cubrirle de nuevo disfrazada de accidente, y esta vez para siempre. Estaba cambiando una rueda pinchada en el arcén de la carretera, cuando el despiste de otro conductor lo arrojó por los aires.

La vida se le fue en Calella, después de permanecer 23 días hospitalizado. Corría el año 1984, y pese a sus 49 febreros aún conservaba los rasgos de niño pícaro e indefenso.

 .- (*) Cuando salió del Barcelona tuvo varias ofertas, entre ellas una del Inter milanés. Como los italianos no acababan de decidirse, prefirió asegurar el porvenir firmando con el Elche. Poco después de suscribir contrato en Altabix, los milaneses le hicieron llegar su propuesta firme. Siempre le quedó la duda de cuál habría sido el rumbo de su existencia si se hubiera trasladado a Milán.

 

                                                    Trayectoria deportiva

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Records

Se está poniendo un tanto peligroso esto de asignar records en fútbol, especialmente si se pretenden que sean absolutos. Basta que una cifra sea anunciada para que el registro de detentores del record empiece a multiplicarse. Algo falla.

 Durante las primera quincena del mes de diciembre saltó la noticia del nuevo record goleador de Messi. Y seguidamente surgieron el de Zico en Brasil y el del zambiano Chitalu. El del brasileño no preocupaba mucho al anunciador del record, pues el argentino azulgrana, si no ocurría nada extraño, lo tenía muy a mano, pero los 107 goles del desconocido africano se escapaban en todos los sentidos: cantidad de goles, fecha de su registro y fecha de su descubrimiento… y criterio para obtener la cifra, lo único importante.

En sí es un hecho anecdótico porque se barajen las cifras que se barajen, este tipo de records no son consustanciales a la esencia del fútbol. Afortunadamente la FIFA ha recordado a los incansables buscarecords que ella no se encarga de homologar lo que no está bajo su control. No hay que olvidar que el fútbol oficial se rige exclusivamente por los reglamentos que definen las competiciones y los resultados de sus partidos. Claro está que con esa respuesta se da vía libre a cualquiera para asignar, descubrir u homologar un record, incluido al famoso libro Guinnes, que habrá que explicar qué tiene que ver con el fútbol certificar la hamburguesa más grande del mundo o la mayor concentración de personas disfrazadas de papa noel en un mismo lugar.

Sabemos que hay records de dominio público como el de que Pelé ha ganado tres veces la Copa del Mundo o Paco Gento es el que reúne más triunfos en las finales de Copa de Europa. Son incuestionables y, posiblemente por ello, nadie se preocupa por homologarlos.

 El problema se empieza a plantear cuando el criterio para establecer el record no se ajusta al referente competición/resultado por un lado y por otro, cuanto más se aleja de la objetividad en beneficio de otros factores más interesados. En el primer caso, es sencillo señalar qué club dentro del mismo campeoanto ha ganado más certámenes, ha sumado más puntos, ha vencido más partidos o ha marcado más goles… en cambio, es más complicado si queremos interrelacionar diferentes competiciones y naciones. Es más cómodo fijar un record tomando la referencia a partir de una selección o un club, mientras que aplicarlo sobre jugadores exige precisar mejor los criterios.

La IFFHS, gracias a mantener colaboradores e investigadores en la mayoría de los países miembros de la FIFA, va haciendo el trabajo de manera correcta. En primer lugar establece unos parámetros comunes a todos los países en las diferentes etapas de su historia. Hay que tener en cuenta que ni el mapa político del mundo ha sido siempre igual ni las condiciones institucionales han sido las mismas a lo largo de 150 años de historia del fútbol. Entre otros puntos que ya ha definido la IFFHS están los encuentros internacionales de selecciones absolutas y los campeones absolutos y de copa de cada país. Las competiciones internacionales de clubs, aunque de hecho son más recientes, también han necesitado las correspondientes especificaciones.

 A partir de estos puntos esenciales ya se puede empezar a operar con los datos estadísticos y, consecuentemente, obtener resultados para establecer los records que tanto atraen a un sector de los aficionados, teniendo como condición máxima la objetividad a través del rigor del dato.

El peor enemigo de la estadística objetiva es la opinión. En un mundo, el del fútbol, donde el partido dura 90 minutos y la opinión cubre el resto del tiempo se hace casi imposible llegar a un acuerdo. Es fácil encontrar comentarios partidistas según quien emita su juicio: del «una heroica defensa numantina» podemos pasar al «antifútbol que coloca el autobús» según apoye o no al equipo que defendió el 0-0 en campo del líder.

 Y es que la opinión no se mueve por parámetros, sino por impresiones y cálculos a ojo. Este mismo año, el FC Barcelona será el vencedor del Ranking Mundial de Clubs de la IFFHS. Posiblemente la opinión mayoritaria, sin necesidad de hacer ninguna operación de cálculo, asiente con este galardón, porque en un alto porcentaje de comentarios se destaca la gran calidad y superioridad del equipo barcelonista. Sin embargo, no deja de ser contradictorio, porque el FC Barcelona, a lo largo de todo el año 2012, solamente ganó la Copa de España, quedando por debajo del Real Madrid (Liga y Supercopa de España), Atlético de Madrid (Europa League y Supercopa de Europa) por citar a dos rivales españoles. El Chelsea FC se llevó el título más importante de Europa y el SC Corinthians el del mundo y por muchas opiniones que se inclinen por el FC Barcelona, la Champions de 2012 está en las vitrinas del Chelsea FC y la Copa Mundial de Clubs está en Sao Paulo, que es lo que certifica la UEFA y la FIFA respectivamente.

 Entonces ¿qué? ¿Dejamos paso a la opinión o contabilizamos solamente títulos? ¿O entramos en la estadística, única disciplina que puede organizar racionalmente ese dilema?

 La estadística tiene que ser independiente de la opinión porque se guía de datos contabilizables y significativos. La estadística en el fútbol está organizada en un único sentido: el que más veces alcanza su objetivo es el que destaca, el que establece el record. Entre las diferentes competiciones oficiales actuales hay una jerarquía que no es absoluta. ¿Qué es más importante, la Liga nacional o el Mundial de Clubs? Además, los clubs juegan tres y hasta seis competiciones oficiales por temporada. Unos 70 partidos, los mejores equipos. Es, por lo tanto, un buen recurso seguir las estadísticas para definir qué conjunto ha sido el mejor del año, independientemente al número de competiciones ganadas. Y este año ha sido el FC Barcelona.

Lo malo surge cuando se cruzan los parámetros y se confunden los titulares. Por ejemplo, la Bota de Oro debía entregarse al máximo goleador de las ligas europeas. El premio se hizo atractivo y pasó a la firma comercial adidas. Mientras el ganador pertenecía a una liga importante de Europa no hubo ningún problema, hasta que empezaron a entrar jugadores menos conocidos, llegándose a dudar de la fiabilidad de sus cifras. Con esa excusa, y cediendo a criterios económicos, la Bota de Oro actualmente se concede a partir de puntuaciones y no de goles, para asegurar que el ganador proceda de una de las ligas destacadas del continente (con la consiguiente repercusión en los medios de comunicación) y no dar paso a un desconocido. No hay que confundir: los intereses de las marcas que patrocinan el galardón son lógicos y satisfacen a la mayoría de los aficionados; lo que no es ético es el título absoluto (máximo goleador de las ligas europeas), porque la mayoría de las veces no lo es. Estos records están manipulados en beneficio de intereses particulares y en perjuicio del deporte abierto. Si las firmas comerciales quieren patrocinar un trofeo y asegurarlo en beneficio de un jugador famoso, que circunscriba el nombre del trofeo a sus intereses: Máximo goleador de las ligas con mayor presupuesto de Europa, por ejemplo, y no se esconda bajo esa imagen de reconocimiento deportivo, porque no lo es.

Las estadísticas deportivas no miran ni dificultades, ni dinero, ni condiciones secundarias. Si contamos goles, goles contamos. Y al que no le guste el resultado que dan las estadísticas que no las invoque, que se aferre a su opinión y a su cálculo mental. Citarlas como argumento cuando son favorables y rechazarlas en caso contrario dicen muy poco del espíritu crítico y se ajusta más a parámetros del seguidor incondicional de un equipo que al del profesional de la información.

 

 




Andrés Fernández y Pedro González: vidas futbolísticas paralelas

                          

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Andrés Fernández Ramón nació en la localidad onubense de Punta Umbría el 28 de mayo de 1959. Centrocampista de buena técnica con llegada a gol se desenvolvía bien enlazando con la delantera, como interior izquierda.

 Formado en el Recreativo de Huelva jugo la temporada 1976-77 con el equipo decano en la categoría de Segunda División disputando treinta y un partidos y anotando un total de 5 goles. Su buena campaña no paso desapercibida para el Sporting de Gijón que la temporada siguiente lo incorporo a su plantilla. Sin apenas protagonismo durante las tres siguientes temporadas donde apenas juega ciento dieciocho minutos en tanto solo ocho partidos. Se marcha cedido en la temporada 1980-81 al Celta de Vigo inmerso en el pozo de la Segunda División «B» aprovechando que este, estaba realizando el servicio militar en Figuerido (Pontevedra). Temporada redonda con el equipo celeste disputo treinta y cinco partidos de un total de treinta y ocho anotando catorce goles, una barbaridad si tenemos en cuenta que su posición no era la de delantero.

Regresa la siguiente temporada (1981-82) al Sporting de Gijón una vez terminada su cesión al Celta de Vigo donde juega con el equipo asturiano un total de veinte encuentros en su mejor temporada como jugador rojiblanco.

 En la temporada 1982-83 y tras el buen sabor de boca que dejo en su etapa en el equipo celtiña hizo realidad su regreso a Vigo donde junto a Pedro González (del cual hablare mas adelante) y con el Celta ya en Primera División y por un montante de treinta millones ambos futbolistas recalaron en el equipo gallego.

El impago de algunas letras vencidas estuvo a punto de que los dos futbolistas volvieran a Gijón pero una vez solucionados los problemas de tesorería Andrés pudo disputar treinta y cuatro partidos marcando seis goles. Su buena temporada no pudo evitar el descenso de categoría del Celta de Vigo a la Segunda División. La temporada siguiente y ya en la categoría de plata del futbol español curiosamente hizo los mismos registros disputando treinta y cuatro partidos y anotando seis tantos.

Acabada la temporada 1983-84 cambio del club pero no de categoría ficha por el Cartagena donde en su primera temporada firma unos números similares a su etapa en el Celta de Vigo. Disputa un total de treinta y cuatro partidos marcando siete goles en la temporada 1984-85. Veinticuatro partidos y seis goles en la temporada 1985-86 y cuarenta partidos y once goles en la temporada 1986-87.

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                                                                  Andrés

 Sus buenos números hacen que el Cádiz le fiche para la siguiente temporada 1987-88 volviendo a la máxima categoría del fútbol español. Disputa veintinueve  partidos y anota tres goles con el equipo amarillo.

 Es traspasado la siguiente temporada al Sabadell donde disputa treinta y cuatro partidos y marca cuatro goles en su primera temporada (1988-89) con el club arlequinado. En la temporada 1989-90 disputo veinticinco partidos materializando cuatro goles.

Firma por el Hércules que milita en Segunda División «B», formando parte del club blanquiazul las temporadas 1990-91 y 1991-92, retirándose del futbol profesional la temporada 1992-93 en la filas de Torrevieja en la misma categoría del fútbol español.

 Andrés Fernández, como demuestran sus estadísticas fue un futbolista muy regular y a su larga lista de clubes donde milito hay que añadir que vistió la camiseta de la selección española juvenil en seis ocasiones y en dos la Sub-21                

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Pedro González llosa nació en la localidad asturiana de Villaviciosa el 12 de mayo de 1958. Extremo derecha, dio sus primeros pasos en el C.D. Lealtad de su ciudad de nacimiento incorporándose poco después a la disciplina del Sporting de Gijón. En las temporadas 1977-78 y 1978-79 juega en la categoría de Tercera División en las filas del Deportivo Gijón.

 En la temporada 1979-80 el Sporting lo incorpora a su primera plantilla donde disputa doce partidos de liga. La temporada 1980-81 juega solo tres partidos eso si con gran efectividad ya que anota dos goles. La temporada 1981-82 disputa veinte partidos dejando su casillero goleador a cero.

En la temporada 1982-83 firma junto a Andrés Fernández por el Celta de Vigo, debutando con el conjunto celeste en el Sánchez Pizjuan de Sevilla el 5 de septiembre de 1982  sustituyendo a Emilio en el minuto 65. Agrio debut ya que el Sevilla anoto el 1-0 en los últimos minutos del encuentro. Jugo veintiún partidos desciendo el club vigues a la categoría de plata del futbol español.

En la temporada 1983-84 disputo solamente trece partidos y aunque comenzó de titular frente al Palencia fue poco a poco perdiendo protagonismo donde fue relegado al banquillo por jugadores como Mercader, Cortes, Emilio o Amorós.

 En la temporada 1984-85 junto a su inseparable Andrés Fernández pone rumbo a Cartagena donde disputa veintisiete partidos anotando cuatro goles.

En las dos próximas temporadas (1985-86 / 1986-87) las pasa prácticamente en blanco disputando cuatro encuentros en la primera y nueve en la segunda.

 En la temporada 1987-88 se produce el divorcio deportivo con Andrés Fernández ya que este, abandona el Cartagena para fichar por el Cádiz. Pedro disputa catorce partidos marcando un solitario gol y acompaña a su equipo a Segunda División «B».

La temporada 1988-89 fue la última de su carrera profesional, echo raíces en la ciudad de Cartagena donde incluso llego a ser concejal de deportes. Como en el caso de Andrés Fernández vistió la camiseta nacional, siendo internacional universitario en seis ocasiones.  

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El Cartagena en la temporada 1986-87

La vida futbolística de Pedro González estuvo ligada prácticamente a la de Andrés Fernández si bien la de este ultimo fue mas intensa y duradera, ya que militaron y se incorporaron al mismo tiempo en el Sporting de Gijón, Celta y Cartagena, incluso coincidieron en este ultimo club con jugadores como Amorós o Mercader, viejos conocidos en la etapa del Celta de Vigo, curiosa, pero eso es otra historia.

  




Las ausencias de la selección nacional en la copa del mundo de fútbol

Ahora que nuestro equipo nacional es brillante campeón de todo, número uno en la clasificación de la FIFA, ahora que ostenta el récord mundial de victorias consecutivas, de encuentros consecutivos sin perder y de fases clasificatorias para Mundiales o Eurocopas inmaculadas, con pleno de victorias, convendría recordar que ni mucho menos esto siempre fue así. Más bien, todo lo contrario. La historia del combinado español ha sido un verdadero compendio de sufrimiento, fracasos, decepciones, fallos clamorosos, desilusiones e injusticias arbitrales, acontecido, todo ello, en los más importantes eventos internacionales de este deporte, esto es, en los Campeonatos del Mundo y en los Campeonatos de Europa. En los momentos más cruciales y decisivos de cada competición internacional, a nuestra Selección siempre le faltó una peseta para completar el duro. Todo esto, cuando lograba clasificarse. Porque en no pocas ocasiones el equipo nacional español fue incapaz, siquiera, de meterse entre los participantes de una fase final. Una clasificación para un gran evento internacional, llegó a convertirse en toda una gesta épica deportiva. Quién nos ha visto y quién nos ve.

 Veamos, a continuación, el cómo y el por qué de esa incapacidad recurrente, casi endémica, para poder disputar la fase final de una Copa del Mundo, que en determinadas épocas caracterizó a la Selección Española. Ejercicio éste doblemente saludable, creo. Primero, para no olvidar nunca quiénes somos ni de dónde venimos, y en segundo lugar, porque puede ser ésta la mejor forma de valorar real y justamente lo que ha logrado el actual combinado español entre los años 2008 y 2012.

En 1929, en el congreso de la FIFA celebrado en Barcelona, se acordó que la primera edición del Campeonato del Mundo de Football se disputara al año siguiente en Uruguay, doble campeona olímpica y que celebraría en ese 1930 el centenario de su Constitución. La designación de la sede no pudo ser más desafortunada y polémica. Las selecciones europeas más potentes renunciaron casi en bloque, alegando la lejanía e incomodidad del viaje, inconscientes aún, seguramente, de la magnitud que adquiriría ese campeonato en ciernes algunos años después. Los clubes españoles tampoco fueron ajenos a esta polémica, negándose a ceder a sus mejores jugadores durante casi un mes, para un torneo que iba a disputarse allende los mares. Por todo esto, al primer Campeonato Mundial de Fútbol acudieron 13 países participantes, de los que tan sólo 4 (Francia, Bélgica, Rumanía y Yugoslavia) procedían del Viejo Continente. España, que contaba con un magnífico elenco de jugadores (Zamora, Ciriaco, Quincoces, Quesada, Muguerza, Marculeta, Lazcano, Goiburu, Gaspar Rubio, Padrón, Bosch, Vantolrá, Luis Regueiro, Gorostiza…), se quedaba a las puertas, posiblemente, de una gran oportunidad. Primer Campeonato Mundial, pues, primera ausencia española.

 Pero si hablamos de oportunidades perdidas, probablemente la del año 1938 haya sido una de las más dolorosas. Tras el más que decoroso papel jugado por nuestro equipo en el Mundial italiano de 1934, (donde sólo la alevosa actuación de los señores Baert y Mercet, los colegiados que dirigieron los dos partidos frente a los anfitriones, descaradamente a su favor, nos impidió jugar las semifinales), el equipo nacional español había logrado formar un fabuloso conjunto, con la que ha sido una de las mejores generaciones de futbolistas de su historia. Jugadores de la talla de Guillermo Eizaguirre, Blasco, Ciriaco, Zabalo, Quincoces, Areso, Aedo, Cilaurren, Muguerza, Lecue, los hermanos Regueiro, Iraragorri, Ipiña, Herrerita, Zubieta, Lafuente, Vantolrá, Gorostiza, Campanal, Escolá o Lángara, perdieron todas las opciones de defender la camiseta de España en el Campeonato que organizó Francia en el verano de 1938, con el estallido de la Guerra Civil dos años antes. Una grandísima Selección, sin duda, que muy probablemente se hubiera subido al carro de los principales favoritos para levantar la Copa Jules Rimet en los terrenos franceses. Las extraordinarias exhibiciones de fútbol y goles que dio la selección de Euskadi por Centroeuropa y Sudamérica, durante los años de la contienda española, con el grueso principal de ese grupo de jugadores, puede ser una buena prueba de ello. En fin, una verdadera lástima.

 Con la Segunda Guerra Mundial asolando gran parte de Europa y del mundo, las ediciones que debieron disputarse en 1942 y 1946, quedaron pendientes de un marco social, económico y político mucho más propicio y hasta el año 1950 no se reanudó la actividad mundialista con el Campeonato disputado en Brasil. Como es por todos conocido, nuestro equipo pudo dejar bien alto el pabellón con un cuarto puesto que supo a victoria, para un país que se relamía aún las heridas de una guerra fratricida y que, durante 60 años, significaría la mejor clasificación española en una Copa del Mundo.

Cuatro años después, el Mundial volvía a Europa, a la floreciente Suiza, en donde nuestra Selección tendría que haber refrendado su magnífica actuación del torneo brasileño. El resultado final no pudo ser más frustrante. Encuadrada en el Grupo 6º clasificatorio con la selección turca como único rival, el pase para la fase final de Suiza se daba como seguro, mucho antes de echar a rodar el balón. Como dando la razón a los que así pensaban, en el encuentro de ida disputado en Chamartín el día de Reyes de 1954, nuestro equipo se impuso por un claro y contundente 4-1, con Venancio, Gaínza, Miguel y Alsúa como autores materiales de la goleada. La primera decepción, sin embargo, no tardó en llegar cuando, en la vuelta, jugada en Estambul, el equipo español caía derrotado por la mínima, tras una pobrísima actuación. Como no se tenía en cuenta la diferencia de goles, sólo los puntos, se hacía necesario un partido de desempate, para el que se designó el estadio Olímpico de Roma. Minutos antes de que ambos contendientes saltaran al terreno de juego, en la delegación española se recibió un misterioso telegrama de la FIFA por el que se «llamaba la atención a la Federación Española sobre la alineación del jugador Kubala».

 Curiosa advertencia ésta para el húngaro nacionalizado español, que llevaba ya disputados  cuatro partidos internacionales con nuestro combinado nacional. Luis Iribarren, seleccionador patrio, temeroso de una posible descalificación por alineación irregular del genio magiar, decidió dejarlo en la grada, para formar con Carmelo; Segarra, Biosca, Campanal; Gonzalvo III, Puchades; Arteche, Venancio, Escudero, Pasieguito y Gaínza. Nos quedábamos, pues, sin el concurso de nuestro mejor jugador, en el partido decisivo. No obstante, España empezó bien y se adelantó pronto en el marcador por medio del debutante Arteche. Pero un despiste atrás de Biosca permitió a Burhan lograr el empate, resultado con el que se llegaría al descanso. En la segunda parte la Selección comenzó a perder el control de la situación, circunstancia que aprovechó Suad para fusilar a Carmelo, a los veinte minutos. Escudero logró empatar a falta de menos de un cuarto de hora y, aunque volvió a marcar de nuevo, el tanto se anuló por fuera de juego y el encuentro desembocó irremediablemente en la prórroga. Lo que había parecido al principio una eliminatoria sencilla, se convertía ahora en una prolongación, en el partido de desempate. En esta prórroga España sí mereció más pero no le acompañó la fortuna. Escudero adelantó a nuestro equipo nuevamente, en lo que parecía el tanto de la clasificación, pero el colegiado italiano Giorgio Bernardi, incomprensiblemente anuló el gol. Finalmente, y por el reglamento absurdo e injusto de la FIFA, la clasificación  hubo de resolverse por… ¡sorteo! Se introdujeron en una copa dos papeletas con los nombres de ambos equipos. El hijo de un dirigente italiano de la FIFA, el bambino Franco Gemma, con los ojos previamente vendados, extrajo la papeleta con el nombre de Turquía y ahí se acabó todo. Nos quedábamos sin Mundial. Cierto es que aquel telegrama previo al partido fue un tanto extraño y que nunca se supo a ciencia cierta por qué Kubala no pudo jugar el encuentro. Cierto es que se nos anularon dos goles, uno de ellos legal a todas luces. Cierto es también, que en el sorteo final no nos sonrió la suerte, pero es que tampoco la merecíamos realmente. No habíamos sabido dejar en la cuneta a un equipo netamente inferior, después de tres partidos disputados. Aquella fue la mayor decepción del fútbol español en muchos años.

 Desgraciadamente, no fue la última. En la fase clasificatoria para la Copa del Mundo de Suecia, en 1958, la Selección quedó encuadrada en el Grupo 9 europeo, con Escocia y Suiza como contrincantes. Sólo el campeón obtendría el premio de disputar el Mundial. Con el Real Madrid camino de su tercera Copa de Europa consecutiva  y con un FC Barcelona, un Athlétic de Bilbao y un Atlético de Madrid repletos de grandes figuras, el equipo nacional español disponía de un conjunto brillante,  capaz de lograr el billete mundialista sin excesivos problemas. Más aún, si se tiene en cuenta que sólo dos meses antes del comienzo de la fase previa el seleccionador español, Manolo Meana, había hecho debutar con la casaca roja al mejor futbolista del mundo, Alfredo Di Stéfano.

Disponíamos, pues, de un gran equipo, con una de las mejores delanteras del concierto internacional (Miguel o Basora, Kubala, Di Stéfano, Luis Suárez y Gento). De nuevo, todo resultó un fiasco. En el primer envite, en Madrid, España no pasó del empate a dos frente a Suiza, a pesar de su quinteto ofensivo de lujo. La incomprensible decisión de Meana de hacer jugar de ariete a Suárez pudo ser una de las causas del grave tropiezo. Más que grave, decisivo, pues ese punto perdido ante los helvéticos resultaría crucial en la clasificación final. Luis Suárez y Miguel marcaron para España, mientras que Josef Hügi, con un doblete, lo hacía para su equipo. Las grandes figuras españolas volvían a mostrar su peor cara representando a nuestro fútbol. Dos meses después tocaba rendir visita al imponente Hampden Park de Glasgow. Otra vez, naufragio total. Meana repitió con Ramallets en el marco y con Miguel, Kubala, Di Stéfano, Suárez y Gento arriba y modificó toda la línea media y defensiva. La calidad técnica del equipo español fue superada por el ímpetu, la presión, la garra y la contundencia de los escoceses, que se impusieron por cuatro tantos a dos. Mudie, con tres goles y Hewie, de penalti, hicieron inútiles los aciertos de Kubala y Suárez. Suecia se alejaba cada vez más. Sin embargo, dado el enorme talento de nuestros jugadores y la excelente salud de la que gozaba el fútbol nacional a nivel de clubes, aún se confiaba en la clasificación. Había que ganar a escoceses en Madrid y a suizos en Lausana y, eso sí, esperar que los de las Islas no ganaran en Basilea. Como casi siempre, no dependíamos de nosotros mismos. Como tantas veces, las cuentas de la lechera no salieron. El equipo español devolvía la goleada a los escoceses (4-1, con tantos de Mateos, Kubala y dos de Basora) y pasaba por encima de los helvéticos (1-4), con, al fin, una destacada actuación de las principales figuras, Kubala y Di Stéfano, que firmaron un doblete cada uno. A buenas horas, mangas verdes. Escocia hizo lo que tenía que hacer. Vencer a Suiza en ambos choques, para sellar su pasaporte a Estocolmo. El fracaso fue sonado. Un equipo de grandes estrellas, algunas de ellas primerísimas figuras del fútbol mundial, se quedaba fuera de una Copa del Mundo una edición más.

 Un gol in extremis de José Armando Ufarte frente a la República de Irlanda, en noviembre de 1965, en el partido de desempate, otorgaba a nuestra Selección la clasificación para la fase final del Mundial de Inglaterra-66. Dado que nuestros chicos habían disputado también el Campeonato del Mundo de Chile, en 1962, era la primera vez que la Selección Nacional se clasificaba para dos Copas del Mundo de forma consecutiva. Todo un hito por aquel entonces. Pero, claro, tras años de bonanza (dos clasificaciones sucesivas, con fracasos estrepitosos en las ambas fases finales), tocaba de nuevo una larga travesía por el desierto. El superprofesionalizado fútbol español tardaría la friolera de doce años en volver a disfrutar (?) del mayor evento internacional de este deporte.

 En la década de los 70 nuestro deporte rey vivió muy posiblemente el  mayor período de decadencia de su historia. La apertura de las fronteras a jugadores extranjeros propició, sin duda, la llegada de grandes figuras (Cruyff, Netzer, Breitner, Kempes, Luiz Pereira,…), pero también una avalancha de mediocridad a discreción, que perjudicó tanto a los clubes como al equipo nacional y sumió a nuestro fútbol en una etapa sombría de la que costó muchísimo salir. A nivel de clubes, España perdió su peso específico y dominio absoluto en el escenario europeo (una final de Recopa perdida por el Real Madrid, una de Copa de Europa por el Atlético y una de la UEFA por el Athlétic, es el triste balance de este ciclo, hasta la Recopa lograda por el Barça ya en 1979) y desde luego, a nivel de Selección, el resultado de este decenio ha sido el peor de su extensa andadura internacional. Incapaz de clasificarse para las fases finales de las Eurocopas de Bélgica-72 y Yugoslavia-76 (torneos de cuatro equipos), ni para los Mundiales de México-70 y Alemania-74, el equipo nacional español peregrinó por el desierto de los grandes y sonados triunfos en encuentros amistosos y los descalabros más decepcionantes en los partidos clasificatorios.

 Después de haber estado presente en los dos últimos Mundiales y ya con un título de campeón de Europa en nuestro zurrón, en octubre de 1968 y con Eduardo Toba como seleccionador, comenzaba para España la liguilla clasificatoria para la Copa del Mundo de México. Con Bélgica, Yugoslavia y Finlandia como rivales, de los que sólo se clasificaba el campeón del grupo, nuestros chicos se estrenaban en el estadio del Estrella Roja de Belgrado con un esperanzador empate a cero. Esperanzador no por el juego desplegado, soso, ramplón, sin profundidad ni remate, sino por el punto obtenido en casa del vigente subcampeón europeo. Dos meses más tarde nos visitaba Bélgica, en un desangelado Santiago Bernabéu. Desastrosa actuación del cuadro español, que salvó un punto milagrosamente casi al final del duelo. A falta de quince minutos, Gárate acertaba con el portal belga para igualar el tanto logrado por Devrindt, en la primera jugada del partido. Una vez más, clasificación cuesta arriba a las primeras de cambio. Había que ganar en Lieja, o al menos no perder, para seguir teniendo opciones. El 23 de febrero de 1969, en el estadio Sclessin, nos la jugábamos de verdad y a Toba no se le ocurrió otra cosa que salir con este once: Iríbar; Martín, Gallego, Zoco, Eladio; Glaría, Claramunt, Velázquez, Grosso; Amancio y Vavá. Equipo de contención con sólo dos hombres en punta y táctica ultradefensiva, para un partido que había que ganar. Y ya se sabe lo que pasa cuando se juega a no perder… A la media hora Johan Devrindt volvía a dejar en evidencia a la retaguardia española, como ya ocurriera en Madrid. Con los belgas por delante en el marcador y los españoles incapaces de revertir la situación, el tiempo corría y a España se le escapaba el billete para México. A los veinte minutos de la segunda parte, Eladio, expulsado por el danés Sorensen, se negó a abandonar el campo y tuvo que ser retirado por las fuerzas de orden público con más brusquedad que buenos modales. La grotesca escena terminó con el poco brío que les quedaba a los nuestros.

  A siete minutos del final, Devrindt asestaba el golpe de gracia a las escasas esperanzas españolas y ponía a su selección con pie y medio en México. Juan Manuel Asensi, que debutaba en sustitución de Claramunt, acortaba distancias al minuto siguiente, pero fue insuficiente. España se despidió del Mundial y Eduardo Toba de su cargo como seleccionador. Matemáticamente eliminados, quedaban aún tres partidos para cumplir con el calendario. Para dirigir esos tres últimos intrascendentes compromisos, la Federación optó por una solución de emergencia: nombrar para el cargo de seleccionador al triunvirato Miguel Muñoz, Salvador Artigas y Luis Molowny, es decir, los técnicos de los tres primeros clasificados de la Liga, Real Madrid, FC Barcelona y UD Las Palmas, respectivamente. Cosas de nuestros dirigentes federativos… En el mes de abril se recibió a los yugoslavos en el Camp Nou. Los balcánicos, aún con opciones reales de clasificarse, se toparon de bruces, mira por dónde, con un gran conjunto español, que antes de la media hora ya vencía por dos tantos a cero gracias al acierto de Bustillo y Amancio. En la segunda parte, Pavlovic establecía el dos a uno final, resultado que clasificaba definitivamente a los belgas. Aún faltaba el trámite del doble enfrentamiento frente a los finlandeses, para cerrar esta decepcionante ronda clasificatoria. El 25 de junio nuestros representantes patrios confirmaron sobre el terreno de juego la apatía, desidia y desinterés con el que se estaba acudiendo en los últimos tiempos a las llamadas de la Selección. Desde su bautismo internacional allá por 1920 en la Olimpiada de Amberes, el equipo español nunca había sufrido tan degradante afrenta. El partido contra Finlandia, en el Olímpico de Helsinki, supondría el mayor fracaso de la historia futbolística española. Un equipo nacional superprofesionalizado, pero sin alma, ilusión ni vergüenza, caía estrepitosamente ante un conjunto de correosos y animados electricistas, carteros, fontaneros y funcionarios. A los veintiún minutos España, que jugaba con un absurdo e intolerable aire de superioridad, había recibido ya dos mazazos en forma de goles, gracias al ímpetu de los fineses que aprovecharon dos regalitos de nuestra zaga. Desde ese instante y hasta el final, el encuentro fue la historia del quiero y no puedo. Sin control, sin dominio, sin gol, España intentó subsanar el vergonzoso resultado, intrascendente para la clasificación aunque bochornoso para nuestra historia, pero fue incapaz de lograrlo. El 2-0 final (tantos de Lindholm y Tolsa), consumaba la mayor humillación sufrida hasta entonces por nuestro fútbol. El experimento del trío de seleccionadores terminaba, por tanto, de esta manera tan lamentable y el otrora fabuloso jugador, Ladislao Kubala, se hacía con las riendas del banquillo nacional. En su puesta de largo como técnico del equipo español, se impuso a Finlandia en el último choque, en lo que ha sido una de las goleadas más estériles de nuestra historia. Seis goles a cero (Pirri, Gárate, dos, Velázquez, Amancio y Quino), que, si acaso, sirvieron para despedir con ciertos honores la carrera internacional del gran Paco Gento. Una nueva era, se dijo, comenzaba para nuestra Selección…

 Eliminados también en la fase previa de la Eurocopa de 1972 (torneo con un formato similar a la actual Liga de Campeones), a los conocidos como Kubala Boys se les presentaba ahora un nuevo reto: la clasificación para el Mundial de Alemania de 1974. Con Yugoslavia de nuevo como rival de grupo, además de Grecia,  solamente el primer clasificado obtendría el pasaporte mundialista. Nuestros chicos se estrenaron en el otoño de 1972 en el estadio Insular de Las Palmas de Gran Canaria, con un empate a dos frente a los Plavi. Amancio inauguró el marcador a los 30 minutos, pero las huestes de Miljan Miljanic, en un notable partido, supieron remontar el resultado con dos goles de su delantero centro Dusan Bajevic. Solamente en el último minuto, Asensi pudo acertar con el portal de Maric y salvar un punto  afortunado para España. En enero de 1973, tocaba rendir visita al Leoforos Alexandras de Atenas. Buena imagen del equipo español, ahora sí, pero con un resultado final  muy apretado. A falta de cinco minutos, un inquietante empate a dos campeaba en el marcador, cuando Valdez hizo valer su pillería para regalar la primera victoria a España. Un mes más tarde, en La Rosaleda de Málaga, el combinado español volvía a imponerse a los helenos, con tres goles de Claramunt, Sol y Roberto Martínez, que dejaron en mera anécdota el conseguido por Antoniadis. Si se vencía a Yugoslavia en Zagreb, en el mes de octubre, estaríamos en el Mundial. No pudo ser. La Selección mereció mucho más en ese definitivo compromiso, pero no logró pasar del empate a cero. Yugoslavia aún debía visitar Atenas. Una derrota, un empate o, incluso, una victoria por la mínima de los balcánicos, también nos clasificaba, pero se impusieron por cuatro a dos y la clasificación hubo de dirimirse en un partido de desempate. El 13 de febrero de 1974, en el Waldstadion de Frankfurt, la Selección Española volvió a ser víctima de sus propias miserias. En el instante más decisivo de la fase clasificatoria, decidió jugar un desastroso encuentro y dejó en bandeja de plata el pase mundialista a un buen equipo yugoslavo. A los trece minutos, Katalinski cabeceó solito y sin oposición un centro desde la derecha, que Iríbar rechazó a duras penas. El balón le volvió al central del Zeljeznicar, que remató a la red, mientras la defensa española, de vacaciones, miraba plácidamente la jugada. En los 77 minutos restantes la Selección dio toda una lección de incapacidad e inoperancia futbolísticas, arruinando toda esperanza de clasificación. España perdía el último tren para la Copa del Mundo de Alemania y sumaba un rotundo fracaso más a su lista negra de decepciones internacionales. Aquella infausta noche, Kubala alineó a Iríbar; Sol, Benito, Jesús Martínez, Uría; Claramunt, Juan Carlos (Marcial, 73′), Asensi; Amancio (Quini, 73′), Gárate y Valdez.

 Nada menos que doce años después del gol de Ufarte a la República de Irlanda que nos dio la clasificación para el Mundial de Inglaterra-66, Rubén Cano, otro colchonero, perforaba las redes de Yugoslavia (¡otra vez Yugoslavia!) en el histórico partido conocido como la batalla de Belgrado y metía a nuestro equipo, por fin, en una fase final de un Campeonato del Mundo, el de Argentina 1978. Y desde entonces, no hemos vuelto a fallar. Nueve ediciones consecutivas (sólo Brasil, Italia y Alemania han conseguido lo mismo en idéntico período), con tres dolorosas eliminaciones en cuartos de final (México-86, USA-94 y Corea-Japón-02) y, por supuesto, con el título obtenido brillantemente en Sudáfrica, en lo que ha supuesto el momento culminante de nuestra historia futbolística internacional. Ojalá ya no  abandonemos nunca el pelotón de los mejores.




El periodista Gourmet

Hace ya bastantes años en los que, por razones de trabajo y distancia (aunque internet hace que este inconveniente suene a excusa), no me es posible escuchar los programas radiofónicos gijoneses de la sobremesa de los lunes, generalmente realizados desde diversos establecimientos hosteleros (cada cadena de radio tiene su «sede», que lógicamente patrocina el espacio) en los que, tras la comida de rigor, se analizan los pormenores de la jornada futbolística dominical. Suele realizarse una tertulia a la que acude alguno de los protagonistas del encuentro y en donde se dan cita representantes de la prensa regional, no faltando la presencia de ex jugadores, técnicos, directivos y de alguna que otra personalidad del ámbito deportivo, empresarial o cultural de la ciudad. En los animados debates que se suscitaban, haciendo frente ya a los postres o el café, se trataba de lo divino y de lo humano, y se repasaba todo lo acontecido en el partido disputado por el Sporting. Entre polémicas arbitrales, censuras o alabanzas al entrenador de turno y la narración de las hazañas futbolísticas de los ases asturianos, se deslizaban también las correrías de los periodistas que acompañaban al equipo para cubrir la información del evento, cuando éste tenía lugar a domicilio.

Así, junto a las anécdotas del viaje, no era infrecuente que salieran a relucir las jornadas gastronómicas vividas, desgranándose detalles de los manjares degustados y de los templos culinarios visitados, alternándose los locales de moda con los restaurantes de mayor solera. De tal forma que, a la conclusión de la temporada, uno podía ir haciéndose una especie de Guía Michelín, con sólo prestar atención a las recomendaciones realizadas por los profesionales de la pluma o el micrófono, tras cada fin de semana de salida al «exterior». Convendrán conmigo en que no es mala forma de conocer un país el recorrer su geografía, disfrutando de las especialidades de la cocina regional, para presenciar los partidos del equipo de tus amores.

 

Para que se vea que la fama de gourmets y bon vivants de que suelen gozar los cronistas deportivos viene de antiguo, reproducimos la peripecia vivida por Trensor, periodista del diario El Comercio, en su viaje para cubrir el encuentro de desempate correspondiente a los Cuartos de Final del Campeonato de España de la temporada 1918-19, entre el Vigo Sporting y el Sporting de Gijón, que hubo de disputarse en Santander.

El traslado se realizó en un moderno coche de la marca «Overland», puesto que el representante en Gijón de la casa de automóviles, Nicolás Ochoa, invitó al reportero a trasladarse a la capital cántabra en uno de sus vehículos. Esto es lo más destacado de su «crónica viajera»:

 

«La blandura del coche Overland, la habilidad y seguridad del joven mecánico, Dalmacio Prida, la grata temperatura y la belleza del paisaje, nos hicieron llegar a Santander con ese optimismo que da la labor informativa comenzada con tan felices auspicios.

Así que, en cuanto pusimos pie en la simpática y progresiva ciudad montañesa, que ha hecho del Sardinero un centro veraniego que asusta por la riqueza, elegancia y buen gusto que se advierte en cuanto allí se ha hecho, fuimos al «Royalty» y al «Áncora» a «aperitear» y «mariscar» en medio de una nube de gijoneses, pues ambos cafés estaban totalmente ocupados por los entusiastas del foot-ball, que habían ido en autos, motos y vapores a presenciar el partido. Aquella acera del bulevar Pereda parecía la calle Corrida de once a una de la mañana de un domingo. Para que la ilusión fuese completa sólo faltaba un salón limpia-botas, y en frente una melée de aficionados, comentando lo que pudiera pasar en la lucha que se avecinaba.

Después de almorzar en el «Royalty» en una mesa frontera a la que ocupaba el equipo de Vigo, marchamos al Casino del Sardinero a tomar café, y luego nos dirigimos a los Campos de Sport, donde ya había una multitud enorme y una de automóviles en fila que daba la impresión de la cantidad y calidad de los espectadores.

(…) Abandonamos Santander media hora después de terminar el partido. Nuestro deseo era llegar a Gijón en las primeras horas de la madrugada para dar a las cajas las cuartillas que ya llevábamos escritas, y que nuestros lectores conocieran al detalle la lucha al día siguiente de verificada. Pero ocurrió que nos paramos a cenar en San Vicente de la Barquera, en aquel placentero «Miramar», mitad fonda y mitad museo arqueológico, y cuando nos dispusimos a continuar la ruta, por un golpe al cerrar la portezuela con la viveza propia del ansia de llegar cuanto antes, se fundieron las bombillas eléctricas de los reflectores, y ya sin luz, estando como estaba la noche tan oscura, hubimos de esperar el sol del nuevo día pernoctando en San Vicente, en la grata mansión de don Silverio Gómez, o séase, del dueño de «Miramar», sitio éste placentero de donde se marcha uno con pena«.

 

Ingrata labor, sin duda, la del gacetillero…




Hace 100 años (enero 1913)

El Sevilla FC, bajo la presidencia de D. José María Miró Trepat, inauguró el campo llamado del Mercantil. Dos equipos de la sociedad fueron los que se enfrentaron. Mata, del bando rojo, se convirtió en el primer goleador de la historia en este campo. Dado el lugar donde se encontraba, solo les estuvo permitido vallarlo los días de partido, lo cual se hacía con una red de quita y pon.

 197

 Balompié Cordobés – Sevilla Balompié        3-1

 264 

Madrid FC – Racing Club de París                           0-2

España – Universitari                                                4-0

Real Fortuna – Sporting Club de Pontevedra           2-2

 2 de enero.

 Athletic – Oxford                                                     0-0

 344 

Madrid FC – Racing Club deParís                1-1

 429 

520

 

4 de enero.

 

El Real Club Fortuna de Vigo anunció el traslado de domicilio al Café Méndez Núñez.

 

5 de enero.

 

Madrid FC – España FC                                           1-0

Real Club Deportivo de La Coruña – Escuadra inglesa       2-2

Real Club Coruña – Escuadra inglesa                                   0-5

Victoria de Pontevedra – Gimnástica de Vigo                     2-1

FC Barcelona – Selección Vasca                                          0-3

RCD Español – Coalición Sur-Este de España                    2-1

 

6 de enero.

 

Madrid FC – España FC                                                       0-1

Real Club Coruña – Escuadra inglesa                                   0-2

Real Club Deportivo de La Coruña – Escuadra inglesa       1-0

FC Barcelona – Selección vasca                                           2-1

RCD Español – Coalición Sur-Este de España                    7-1

 

10 de enero.

 

Quedó oficialmente constituida la Foot-Ball Asociación de Cataluña, adherida a la Unión Española de Clubs de Foot-Ball.

D. Francisco de Moxó fue elegido presidente y D. Hans Gamper vicepresidente.

 

12 de enero.

 

Real Club Coruña – Club Galicia                  1-0      

Final del Campeonato de Sociedades organizado por el Real Club Coruña. Ambos equipos fueron los que más puntos consiguieron en la primera fase y por ello se disputaron una artística palma de plata que finalmente se adjudicó el club organizador.

 Athletic Club – Real Sociedad                      3-1

 

13 de enero.

 En Sevilla se suspendió un partido jugado entre los equipos Sevilla y otro formado por las tripulaciones del yate Nekogb, propiedad del Duque de Montpensier, y el vapor inglés Córdoba al intentar un jugador inglés abofetear a un contrario interviniendo los jugadores de ambos bandos calmando los nervios y arremolinándose el público. El primer jefe de a bordo del yate reprendió al jugador inglés dando explicaciones a los jugadores sevillanos.

 

16 de enero.

 

Publicadas en la prensa las bases del Campeonato de Madrid organizado por el Athletic Club (Bilbao – Madrid).

 

17 de enero.

 

Nació en Riotinto Rafael Tenllado Yáñez, delantero centro del Rio Tinto Balompié.

 

19 de enero.

 

Comenzó la fase eliminatoria del Campeonato de España organizado por la Unión Española. En la Región Norte, la eliminatoria entre la Real Sociedad y el Real Racing Club de Irún, únicos inscritos, se decidió que se jugase a cuatro partidos.

Real Sociedad – Real Racing                        9-0

 El Estadio de El Rubial, de Águilas (Murcia), quedó inaugurado tras la disputa de un partido entre las sociedades Sporting Club Aguileño local y la Sociedad Levantina.

 Real Club Coruña – Club Galicia     

Final del Campeonato de La Coruña. Se disputaron el primer premio, consistente en once medallas de plata y, el segundo, once medallas de cobre.

 Real Racing Club de Irún – Comete-Simiot de Budeos                   8-5

 Deportivo Castellonense – Deportivo Español de Valencia             2-3

 

20 de enero.

 

Bajo la presidencia de Alejandro de la Sota se puso la primera piedra del futuro Campo de San Mamés.

 

23 de enero.

 

La sociedad Gimnástica de Vigo se ofrece a jugar en los partidos amistosos en beneficio de la familia del camarero D. Manuel Ríos, que pereció en la catástrofe del buque Veronese, acaecido días atrás en Portugal.

 Publicadas en prensa las bases del Campeonato de la provincia de Gerona, organizado por la Unión Española de Clubs de Foot-Ball.

 

25 de enero.

 

RCD Coruña – RC Coruña               3-0

FC Porto – Madrid FC                      3-4

 

26 de enero.

 

Segundo partido eliminatorio para el Campeonato de España – Rgión Norte, organizado por la Unión de Clubs.

 Sporting Club de Irún – Real Sociedad        1-1

 Sporting Club de Algeciras – Lealtad FC (Gibraltar)           0-0

Athletic Club – Real Racing Club de Irún                           1-0

SL Benfica – Madrid FC                                                      7-0

 Real Fortuna – Exiles                                                           

Partido a beneficio de la viuda e hijos del camarero Manuel Reyes, fallecido en el accidente del buque Veronese. Se recaudaron 136’25 pesetas.

 Real Club Coruña – Real Club Deportivo de La Coruña     1-3      

Tras tres años de malas relaciones, ambas directivas se reunieron para intentar poner fin a esta situación. Para ello la sociedad Reunión de Artesanos entregará una copa de plata a aquél equipo que gane más puntos en tres partidos o en cuatro si hay empate.

 

30 de enero.

 

Salió para Oporto el Vigo FC, donde tomó parte en un torneo amistoso enfrentándose a los locales Porto FC, Cricket y SL Benfica de Lisboa.

 Aparece en Barcelona la revista «Gaceta Sportiva».

 Aparecen publicadas en prensa las bases del campeonato organizado por la Foot-Ball Asociación de Cataluña y las del Campeonato de la provincia de Gerona.

 En el Teatro Rosalía de Castro de La Coruña, con motivo de la Fiesta del Carnaval organizada por la Asociación de la Prensa, un grupo de muchachos pertenecientes al Real Club Coruña actuaron en una comparsa vestidos de pierrots luciendo los colores amarillo y negro de su sociedad.

 Publicadas en prensa las bases del Concurso de la Foot-Ball Asociación de Cataluña.

 

Sin fecha concreta conocida en el mes de enero.

 

La recién registrada en el Gobierno Civil de Guipúzcoa, el 13 de diciembre de 1912, Unión Española de Clubs de Foot-Ball eligió junta directiva, la cual presidió D. Enrique Pardiñas.

Los acuerdos tomados por la Unión Española de Clubs de Football a finales de 1912 y publicados el 1 de enero de 1913 fueron:

Elegir como árbitros oficiales de la misma a los señores Eugenio Angoso y José Berraondo. Celebración de exámenes teórico-prácticos de árbitros en Barcelona.

Para los jugadores extranjeros dictaron nuevas normas.

Declararon profesional al jugador Manuel Carrasco, ex de la Real Sociedad.

Prohibición de que tanto los clubes como los jugadores jugasen contra o en equipos que no perteneciesen a la Unión.

Solicitaron la inscripción en la FIFA y escribieron a la Federación Francesa para disputar un partido internacional Francia- España.

Hasta 23 clubes forman la Unión en enero de 1913, 15 catalanes, 3 gallegos, 2 guipuzcoanos, 2 valencianos y 1 navarro.

 En Gerona, la Unión creó el Campeonato de Gerona al cual podían apuntarse todos aquellos clubes de la provincia pertenecientes a la misma.

 D. Esteban Eguía fue elegido como presidente del Arenas FC de Bilbao

 El Vigo FC eligió como presidente a D. José Sobrino Gómez.

 La Gimnástica Española de Vigo eligió como presidente a D. José Besada García.

 El Mataró FC eligió nueva junta directiva presidida por D. Cristóbal Salas.

 El New Catalonia FC eligió junta directiva siendo presidida por el Sr. Trinidad Estrader y como presidente honorario el Sr. A. Valentí.

 Don J. García pasó a presidir el Coruña Sporting Club.

 Fue reelegido como presidente de la Unión Deportiva Oscense D. Enrique Capella.

 El Club María Pita reeligió como presidente a D. Rosendo Silva y como capitán del equipo de fútbol a D. Francisco Macho.

 D.Pedro Coll fue elegido como delegado de la sección de fútbol de la sociedad Figueras Sport.

 La sociedad FC Vilasar eligió como presidente a D. Jaime Casanovas Creus.

 Reelección de D. Manuel Acea como presidente del Club Celita de Vigo.

 Don Raúl López es elegido como presidente del Real Club Fortuna de Vigo.

 La Federación Española de Clubs de Foot-Ball formalizó su afiliación a la Federación Internacional de Fútbol de la Asociación (FIFA).

 Para determinar, sin género alguno de dudas, a que club y ciudad les correspondería organizar este año el Campeonato de España, la Directiva de la Federación Española de Clubs de Foot-Ball decidió que el sorteo de la Loteria Nacional del día 20 de enero decidiera quién serìa el agraciado.Para ello hizo un reparto de los números que entraron el bombo, repartiéndose estos entre nueve clubes.

Las finales se jugarían en la localidad donde residiera el Club que poseyerá el número igual al primer número del sorteo y el campo donde se jugaría sería el del Club vencedor de las eliminatorias.

Por haber correspondido el premio mayor del sorteo de la Lotería Nacional del día 20 al número 36.325, que pertenecía a la Sociedad Gimnástica Española, según los números asignados a cada Club por la Federación Española de Clubs de Football, el próximo Campeonato de España, organizado por dicha entidad, se jugará en Madrid, y en el campo de la Sociedad Gimnástica.

 Movimiento en los clubs vascos para con sus terrenos de juego. La Real Sociedad consiguió que el Ayuntamiento le cediera el Velódromo para transformarlo en campo de juego futbolístico, pese a las protestas de los ciclistas.

El Athletic Club de Bilbao compró en Basurto unos terrenos para construir su nuevo campo de juego.

A su vez,la recién creada sección futbolística del Club Deportivo de Bilbao, consiguió unos terrenos en un lugar céntrico de Bilbao para construir su campo de juego.

 El Athletic Club bilbaíno organizó un campeonato llamado Concurso Athletic en el que partiiparon los clubes Ariñ-Ariñ, Tchataldja, Indiano, Eutzotava, DPFR, Arenas, Portugalete, Hispania y el organizador Athletic.

 El Club Deportivo bilbaíno organizó para el mes de abril un campeonato cuyo trofeo fue una copa cedida por Juanito Larrazabal.

 En Logroño se fundó el Fenicia FC integrado por elementos de la dependencia mercantil. Arrendó un terreno en las inmediaciones de la carretera de Villamediana, inaugurado en un partido frente a la Sociedad Deportiva de Logroño.

 Fue reelegido como presidente de la Unión Deportiva Oscense D. Enriqe Capella.

 Aparece el primer número de Sport Sevillano.

 En Madrid quedó fundada la Unión Sporting Club, teniendo su sede social en la calle Malasaña nº 11 y ejerciendo de presidente D. Fernando F. Egido.

 

Fútbol internacional.

1 de enero.

 

Inauguración del Estadio London Road de Peterborough (Inglaterra).

 

11 de enero.

 

Comienza el primer turno eliminatorio de la FA Cup que se prolongará hasta el día 22 del mismo mes. Corresponde a los treintaidosavos de final.

 

12 de enero.

 

Francia – Italia           1-0

 

13 de enero.

 

Nace en La Serena (Chile) Juan Pinto Durán, organizador del Campeonato Mundial de Chile 1962.

Fundado en Manaus (Brasil) el Nacional FC.

 

17 de enero.

 

Se reúne el Foot Ball Polo Club de Colombia para organizar el primer campeonato colombiano de fútbol. El presidente de la nación, D. Carlos Eugenio Restrepo, dona una copa para el equipo que se corone campeón.

 

18 de enero.

 

Irlanda – Gales           0-1

 

24 de enero.

 

Es fundado en Mendoza (Argentina) el Club Sportivo Independiente Rivadavia.

 

Centenario Burjassot CF 2013

El Burjassot CF está empezando a trabajar en la elaboración de los actos del Centenario.

Para tan importante acontecimiento, solicita la colaboración de toda aquella persona que pueda facilitar material sobre nuestro Club (fotos, documentos antiguos,etc.).

También necesitan que TODOS aquellos ex-jugadores que hayan vestido sus colores, se pongan en contacto con el club y faciliten forma de contacto para hacerles partícipes de esta efemérides.

Podéis enviar los datos al teléfono 96 363 05 4re5 o al siguiente e-mail: centenarioburjacf@yahoo.es .

Grupo Facebook:http://www.facebook.com/#!/groups/burjassotcf/




¿Cómo sería el fútbol catalán fuera de la RFEF?

El reto separatista lanzado desde los partidos nacionalistas catalanes a la sociedad española es un capítulo más en la historia de Cataluña. Su desenlace, sea cual fuere, se escapa de nuestra competencia como estudiosos del fútbol. Con todo, al igual que se están mostrando opiniones sobre las posibles repercusiones en los diferentes sectores de la sociedad, consideramos que en el fútbol también se producirían unos cambios muy interesantes. No deja de ser un ejercicio planteado desde la ficción, ya que el hecho no se ha producido. Valoraremos la situación actual y la resultante en el caso de que se produjese la secesión política del territorio catalán.

                                     

En una hipotética Cataluña constituida como estado separado, la Federació Catalana de Futbol sería la única responsable del fútbol en ese territorio. Una de las consecuencias más llamativas sería la recalificación del FC Barcelona en todos los sentidos. Sus dirigentes, especialmente en los últimos años de manera muy manifiesta, han resaltado la identificación del club con las aspiraciones catalanistas, hasta llegar a dar pie a ciertos errores de interpretación: los triunfos del Barça son triunfos de Cataluña, o los catalanes deben apoyar al Barça porque representa a Cataluña. Ha sido una apuesta que, en efecto, ha dado sus resultados ya que el seguidor barcelonista nunca antes se había sentido tan catalán y sus victorias sobre su máximo rival se transforman en un éxtasis de confirmación anticentralista. Cada vez que gana el Barça, Cataluña da un paso más hacia la secesión, o al menos así lo empieza a entender mucha gente. Ahora bien, en el supuesto de que esta ruptura se materialice, el FC Barcelona, entidad dependiente de la FCF, perdería ese papel de abanderado, ya que dejaría de competir en territorio enemigo y sus nuevos rivales serían tan catalanes como ellos. Más aún, por su poderío y potencial, se convertiría en el enemigo a batir: en la liga catalana sería un todos contra el Barça y tratar de ganarles como sea. El público catalán ya no sentiría la necesidad de apoyar o celebrar los triunfos del Barça de forma multitudinaria porque ya no servirían para reclamar ninguna identidad propia ni tendrían el mismo mérito deportivo al producirse ante rivales notoriamente inferiores. Una liga catalana tampoco podría generar los ingresos que actualmente tiene La Liga, puesto que en el mercado internacional se cotizarían a la baja los partidos más importantes del supuesto campeonato como CE Sabadell-FC Barcelona o FC Barcelona-FC Girona, además del decisivo FC Barcelona-RCD Espanyol -¿conservaría su nombre el club barcelonés?-. En definitiva, el FC Barcelona se convertiría en un club, dejaría de ser més que un club.

 

Algunos políticos, pese a su natural torpeza deportiva, llegan a prever este panorama y con la misma facilidad que enuncian sus promesas proponen la permanencia del FC Barcelona en la liga española o, más lejos todavía, la creación de una liga ibérica. Estos políticos ajenos o ignorantes del más mínimo respeto a las normas deportivas, alejan así el temor que pueda tener un barcelonista medio conocedor de que el valor de los triunfos del club se sostiene en la alta competividad actual.

 

Respondiendo por orden de menor a mayor importancia a los disparates propuestos, para que el FC Barcelona mantuviese su presencia en la liga, debería conservar su afiliación en la RFEF. Como su correspondiente territorial ya no forma parte de la misma (los clubs pertenecen a la RFEF a través de sus propias federaciones territoriales) debería solicitar un permiso a la UEFA con las pertinentes justificaciones. Hay casos en Europa como es el Derry City en Irlanda (por conflicto religioso) o algunos clubs galeses en Inglaterra (organización del fútbol profesional en el Reino Unido). En todos ellos se reúnen circunstancias muy especiales y leyes que los regulan. Ignorante y torpe ha sido el político que ha ejemplificado la posible situación comparándola con la del AS Monaco en Francia. El AS Monaco está afiliado a la FFF y por tanto, regulado por la ley francesa. El único pretexto que podría alegar el FC Barcelona para adscribirse a la RFEF es el económico, algo que también podría servirle a cualquier otro club del mundo. Con esos mismos planteamientos, el FC Barcelona podría solicitar participar en la liga italiana o en la francesa… es más, nadie tendría que esperar al resultado de ninguna consulta política: cualquier equipo del mundo podría solicitar libremente su participación en cualquier liga. Está claro que la FIFA atajaría de raíz este despropósito.

 

Más curiosa es la propuesta de la creación de una super-liga entre portugueses, españoles y catalanes. La idea no es nueva. Ya circuló por los años treinta e incluso en los cuarenta, cuando ambas federaciones hablaron de un torneo ibérico. Es una idea atractiva, sin embargo, una posible liga ibérica está en contra de los intereses de la UEFA. Uno de los logros de Platini ha sido disolver el G-14 integrándolo en la European Club Association. Con ello disipaba el fantasma de la super-liga europea exclusiva para los más poderosos fuera del control de la UEFA. Permitir una liga ibérica sería por analogía permitir una liga centroeuropea, o interbritánica… o, -¿por qué no?- una liga latina, extendiéndose a franceses e italianos. En otras palabras, aceptar la creación de una super-liga de élite. Superadas las federaciones nacionales, de nuevo estamos en un orden desmontado, donde los clubs tienen la potestad de elegir la liga que más les convenga. Significaría la devaluación de los campeonatos nacionales, la pérdida del control de la UEFA. Y todos sabemos que eso no entra en los cálculos de los rectores del fútbol europeo.

 

En todo caso, esa intención que ha mostrado el FC Barcelona de no participar en una supuesta liga local se interpreta como un gesto de desprecio a los demás equipos catalanes y de rechazo al nivel competivo del fútbol catalán de clubs.

 

Está claro que un gigante como el FC Barcelona no podría subsistir dentro de un campeonato de nivel medio, semejante al húngaro, búlgaro o noruego. En pocos años, con la pérdida de ingresos televisivos, el club iría reduciendo su potencial y vería recortada su supremacía ante los rivales locales. En un futuro más o menos próximo, el FC Barcelona, en el mejor de los casos, gozaría de un reconocimiento similar al del actual Ajax o, con menos éxito, al Anderlecht, grandes históricos que han acabado cediendo por pertenecer a ligas menos competitivas.

 

Hay que reconocer que los dirigentes del FC Barcelona han aprovechado la corriente soberanista para estrechar más los lazos con la sociedad catalana. También los partidos catalanistas han utilizado al FC Barcelona para divulgar su ideología independentista gracias a su tremenda popularidad a nivel nacional e internacional. Hasta el momento han salido beneficiadas las dos partes. Pero el problema llegará para el FC Barcelona si la secesión de Cataluña se produce, porque la grandeza de esta institución deportiva no reside en Cataluña, sino en sus éxitos dentro del fútbol español y europeo. Un FC Barcelona asfixiado económicamente dentro de un campeonato catalán estaría obligado a renunciar a las máximas aspiraciones deportivas, esas que en la actualidad mueven a centenares de miles de seguidores y simpatizantes de todo el mundo. Por eso, sin calificar la propuesta secesionista como positiva o negativa, sencillamente diremos que tal y como está estructurada actualmente una empresa como el FC Barcelona, un Estado Catalán fuera de España perjudicaría gravemente los intereses deportivos y económicos del club.

 

La situación del RCD Espanyol, marginado y olvidado por los ideales secesionistas, sería muy diferente. De entrada, en un campeonato con clubs exclusivamente catalanes pasaría de forma automática a ser la segunda potencia futbolística. Cierto es que sus ingresos por taquilla se verían mermados, costaría retener a sus mejores jugadores, pero por muy afectado que fuese, siempre lo haría en menor medida que el FC Barcelona. La masa social del RCD Espanyol no se resentiría tanto como la barcelonista, porque el grado de politización es mucho menor. Hay que recordar que en la actualidad muchos seguidores de equipos modestos catalanes lo son también del FC Barcelona. Una vez perdido el incentivo catalanista, y más al ver que su equipo pequeño está en la máxima categoría local, lo más lógico es que se decanten por apoyar al club más próximo a su corazón, bien sea el Sant Andreu, la Gremanet o el Manresa, por ejemplo. Otro punto que favorece al RCD Espanyol es que casi garantizaría su presencia en torneos europeos, hecho que compensaría en cierta forma económicamente el descenso de ingresos por otros apartados. Así, reduciéndose notablemente las diferencias entre el FC Barcelona y el RCD Espanyol, los blaquiazules volverían a ser el rival capaz de competir por la hegemonía del fútbol local. Sin embargo esta situación descrita no deja de ser un consuelo menor, pues hay que recordar que los espanyolistas, a lo largo de la historia, han conseguido cuatro veces proclamarse campeones de España, además de haber disputado dos finales europeas.

 

Y así como el gran perjudicado sería el FC Barcelona y en una menor medida el RCD Espanyol, también debemos señalar que el fútbol catalán en líneas generales, en cambio, saldría beneficiado.

 

Por un lado podría formar una selección absoluta para competir en el plano internacional plenamente. Es una reivindicación que se ha manifiestado en cada uno de los partidos internacionales que la FCF ha organizado por su propia cuenta, siempre cargados por un alto componente político. Esa selección catalana asumiría plenamente el valor icónico con que se identifica actualmente al FC Barcelona como representante de Cataluña, relegándolo a los asuntos meramente deportivos. Es fácil entender que para una postura secesionista se hace atractivo imaginar qué jugadores podrían formar parte de este combinado catalán y el nivel de competitividad que podrían alcanzar. No en vano, muchos internacionales nacidos en Cataluña forman parte de la selección española, campeona de Europa y del Mundo. El reglamento de la FIFA les permitiría soñar más aún, puesto que los jugadores canteranos podrían elegir la selección que deseen defender: Iniesta, Pedro, Messi… Pero no hay que dejarse llevar por casi imposibles y sí centrarse en hechos más previsibles: también algunos catalanes preferirían jugar con España. Dependiendo en qué fecha fuese admitida la FCF en la FIFA, y siempre con el consentimiento de la RFEF, su participación internacional comenzaría por torneos menores, siendo la Eurocopa de 2015-2016 la primera competición absoluta en la que podría entrar, si el supuesto hecho se consumase este mismo año; y si hablásemos del calendario propuesto por CiU habría que esperar hasta la edición de 1923-1924 como más pronto.

 

La estructuración del fútbol catalán de clubs sería totalmente diferente. Actualmente el FC Barcelona ejerce una hegemonía que es perjudicial para el resto de clubs catalanes. Propiamente los asfixia. El RCD Espanyol ha pasado de ser el gran rival que le disputaba el Campionat de Catalunya en los años treinta a un club que aspira a mantenerse en la Primera División nacional. Pese a que ha ganado la Copa de España varias veces y ha gozado de breves períodos excepcionales de éxito, desde los años 60 compite en Primera División por los puestos de permanencia. Peor situación corren los otros clubs catalanes. Cataluña es una región, por su potencial humano y económico, que debería contar con al menos tres equipos en Primera División, sin emabrgo, desde hace unos años el tercer equipo de la región es el FC Barcelona /B. No podemos evitar la comparación con Madrid, donde el Real Madrid, que también ha monopolizado la hegemonía en la capital en los últimos años, tiene como vecino a un equipo competitivo, con títulos nacionales e internacionales. Además, la región madrileña cuenta con otros dos equipos en Primera División: Rayo Vallecano y Getafe CF. Igualmente sucede en Andalucía, cuatro clubs en Primera División, donde la histórica hegemonía del Sevilla FC es respondida con alternativas como fueron sus rivales béticos en otros períodos, el Granada CF en los 70 o actualmente el Málaga CF. Esa superioridad en conjunto que ofrecen los clubs madrileños y andaluces sobre los catalanes no es proporcional al potencial de jugadores que tienen estas regiones. El monopolio del FC Barcelona limita mucho más las opciones de los demás equipos catalanes que el del Real Madrid con los madrileños o el Sevilla FC con los andaluces. Por reflexionar en un hecho: la última vez que Cataluña contó con tres equipos en Primera División fue en la temporada 2006/07, siendo la anterior la de 1987/88. Hay que remontarse a los años 1947/48 y 1948/49 en que Sabadell y Nàstic compitieron junto a Español y Barcelona en la máxima categoría.

 

Por eso, en un campeonato catalán propio, la falta de ingresos por derechos, el descenso de espectadores y las desmotivación en la competición provocarían que el FC Barcelona cediese mucho terreno a sus rivales. Dando por hecho la ya menciona pérdida de referente de la identidad catalana -sería absurdo organizar mosaicos en el Camp Nou con la senyera ante rivales como el Nàstic o el Hospitalet-, el FC Barcelona tendría serios problemas para mantener su poderío económico. La caída del poderoso abriría las opciones a todos sus rivales. Así el RCD Espanyol, como ya hemos señalado, volvería a ser el gran enemigo del FC Barcelona. Y aparecerían nuevos nombres entre los aspirantes como el CE Sabadell FC, el Girona FC y el Nàstic… además de recuperarse los históricos clubs de la ciudad de Barcelona como la UE Sants, el CE Europa o la UE Sant Andreu, así como los del cinturón, CF Badalona, CE L’Hospitalet, UDA Gremanet. Todos ellos acrecentados por el desplazamiento de la masa social barcelonista desmotivada por la falta de intensidad competitiva. La presencia de estos modestos en los torneos internacionales serviría para hacerles crecer en todos los sentidos.

 

No cabe duda de que toda esta idílica imagen del fútbol catalán pasa por desmontar una realidad muy complicada. Por un lado el FC Barcelona es su máximo representante en España y en Europa. Es un club que cuenta con cientos de miles de seguidores y simpatizantes por todo el mundo. Despierta la admiración por sus éxitos deportivos. Pero ha asociado su nombre al catalanismo y a esa causa ha entregado su propia identidad. Y si la propuesta secesionista consigue el objetivo político, el FC Barcelona definitivamente perdería todas esas condiciones. El verdadero dilema para la entidad azulgrana está en reafirmarse en la línea que lleva e inmolarse en sacrificio o denunciar su instrumentalización y anteponer los intereses deportivos y económicos del club. El FC Barcelona tiene más peso que todo el fútbol catalán junto. ¿Debe renunciar a ello como club?

 

Hay un antecedente histórico de una situación parecida. En 1936, tras el estallido de la Guerra Civil Española, el fútbol catalán vivió unos momentos marcados por las circunstancias políticas. En agosto de 1936 la Generalitat de Catalunya destituyó a José Rosich, representante de la FCF en la Federación Española de Fútbol, contra la voluntad de Juan Bautista Roca, que también duró poco en el cargo de presidente de la territorial porque el 14 de ese mismo mes se presentó en esas oficinas un grupo armado al mando del cual iba el consejero municipal de Barcelona Ramón Eroles, quien en nombre del Comité Central de Milicias Antifascistas declaró incautada dicha Federación. A partir de esos momentos la FCF pasó a depender del Comisariado de Educación Física y Deportes de Cataluña y el propio Ramón Eroles comunicó que él mismo se hacía cargo de la FCF.

 

En sus primeras manifestaciones Ramón Eroles proclamó la necesidad de potenciar el fútbol catalán al margen del español. Y con esa idea trató de aprovechar la suspensión de las competiciones nacionales acordada por la FEF en octubre de 1936. Celebrado el Campionat de Catalunya en las fechas habituales de los años anteriores, la falta de un Campeonato Nacional de Liga dejaba todo un calendario por cubrir. Mientras que a iniciativa del presidente del Valencia FC, Fernández Tortajada, los clubs valencianos y catalanes negociaban la organización de una competición interregional, Eroles enunció la creación de una la Liga Catalana con 14 equipos1 ante los diferentes estamentos de la FCF2. Y así se produjo el primer gran enfrentamiento entre la ideología secesionista y los intereses de fútbol profesional en Cataluña.

 

La respuesta de los seis clubs profesionales, con apoyo del sindicato de jugadores fue disputar la Liga del Mediterráneo, la competición entre valencianos y catalanes. Con ello se rechazó la organización de una Lliga Catalana propia. Todavía Eroles se empecinó en que dichas fechas coincidían con las eliminatorias de promoción del Campionat de Catalunya aunque, tras muchas discusiones, plantes de jugadores, dimisiones, e incluso la intervención del secretario de la FEF Ricardo Cabot -quien para Eroles no significaba nada-, la FCF acabó concediendo el permiso a sus cuatro clubs que no estaban implicados en la promoción para jugar contra los valencianos.

 

Estaba claro que el fútbol profesional catalán apostó por la solución que más le interesaba y olvidó otras cuestiones ideológicas. La Liga del Mediterráneo, aunque distaba mucho de ser el Campeonato Nacional de Liga, garantizaba unas taquillas aceptables, además de la compensación económica que los clubs catalanes habían pactado con los valencianos por participar. Los clubs aseguraron unos ingresos y los jugadores sus sueldos. Era evidente que una liga regional con catorce equipos hubiese sido una ruina.

 

Hay que reseñar que Eroles, con un pensamiento de izquierdas, concebía que la profesionalización del deporte era un vicio, generado por el capitalismo, que había que erradicar. Por eso el FC Barcelona y el CD Español y sus respectivas plantillas profesionales, fueron sus principales opositores. En un tiempo en que oponerse a cualquier bando implicaba el riesgo de muerte, los jugadores profesionales constituidos en un sindicato de clase pudieron mantener el pulso con dignidad, ya que antepusieron la solidaridad entre compañeros a los intereses meramente ideológicos. Es posible que esta falta de apoyo por parte de la Serie A a la Liga Catalana irritase a Eroles que tuvo que aprender y aceptar que el presidente de la FCF, por muy incautador y antifascista que fuese, tenía mucha menos fuerza que los dos clubs más poderosos de la región.

 

Este episodio del fútbol catalán profesional se cerró con la gira del FC Barcelona por América. De esta manera daba la espalda a la propuesta de un campeonato regional. Lógicamente todos los permisos para poder realizar el viaje fueron gestionados por el secretario de la FEF Ricardo Cabot, ya que la FCF no tenía ninguna competencia. Mientras, de nuevo los equipos valencianos y catalanes, llevados por la necesidad económica, organizaron otra competición y de nuevo chocaron con otros intereses, siendo el descartado esta vez el Granollers SC que no participó en la Copa España Libre, ganada por un Levante FC con importantes refuerzos del Gimnástico FC.

 

Cuando el club azulgrana regresó de América cinco meses después ya había descapitalizado su equipo. El dinero recaudado, unos 12000 dólares, fue depositado en un banco de París, evitando así que fuese requisado por el gobierno republicano o por la propia Generaliat. Las posibilidades de desarrollar una actividad futbolística se cerraban exclusivamente a Cataluña. En la temporada 1937/38 ya sin sus estrellas ganó el Campionat de Catalunya con ventaja de tres puntos sobre el CD Júpiter y el FC Badalona, que fueron sus principales rivales. Sufrió tres derrotas: CD Júpiter 2-0, CD Europa 3-0 y FC Gerona 3-2. El CD Español, mucho más flojo, se clasificó en quinto lugar.

 

En la primavera de 1938 La FCF finalmente vio materializada la Lliga Catalana con diez equipos (ocho eran de la ciudad de Barcelona o alrededores más el SC Iluro de Mataró y el CD Manresa) en la que ya no participaron todos los clubs de la Serie A. Muy condicionado por el conflicto bélico fue un torneo sin interés ni deportivo ni económico, concebido solo para dar una imagen de normalidad, pese al conflicto bélico, en la sociedad catalana y prolongar la temporada futbolística.

 

Finalmente, en otoño de 1939, concluida la Guerra Civil, el Campeonato de Cataluña disputó su última edición. Venció el RCD Español con claridad (posteriormente ganaría la Copa del Generalísimo) y el FC Barcelona se clasificó tercero, detrás del Gerona FC. La continuación ya pertenece a otro capítulo.

 

 

Nota: hemos respetado la nomenclatura de la época al citar los clubs.

 

1 Los seis de la Serie A: CD Español, FC Barcelona, Gerona FC, Granollers SC, CS Sabadell, FC Badalona; y los 8 de la Serie B: FC Martinenc, CD Europa, CD Júpiter, Vich FC, US San Andrés, FC Tarrasa, UA Horta y US Sans.

 

2 La FCF incautada estaba organizada de tal manera que todos los estamentos tenían representación: el comité de dirección, los seis clubs de la Seria A (profesionales y semi-profesionales), los ocho clubs de la Serie B (segunda categoría), el fútbo aficionado, el sindicato de profesionales (jugadores y entrenadores, afiñliados a la UGT) y los árbitros.

 




Ramón, un regate imposible a la adversidad

A veces, en el camino de las grandes promesas surge como invencible adversario no ya un defensa temible, violento y correoso, sino la pura fatalidad. Su marcaje cortó y continúa cercenando de cuajo muchos horizontes deportivos y vitales. Podríamos citar varios nombres recientes y muchos más del pleistoceno balompédico. Sin embargo bastará uno cualquiera para ilustrar tanto infortunio. El de Ramón Navarro López, «Ramón» para el fútbol. Exterior  oriolano hoy apenas recordado fuera de Alicante, al que despertaron del sueño en el momento más inoportuno.

Ramón ya sobresalía en el Hércules cuando acababa de cumplir los 18 años. Era veloz, rápido, hábil, y mañoso como cualquier veterano. Lo tenía todo para triunfar, excepto un corazón a prueba de médicos extremadamente celosos. Debutó con 18 años, frente al Hospitalet, en partido copero de desempate, y desde entonces nadie pudo sacarle del primer equipo alicantino. Durante la campaña 1964-65 anotó 11 tantos en 2ª División, pese a alinearse de extremo. El Hércules concluyó 2º en su grupo, por detrás de la Unión Deportiva Las Palmas, que ascendería directamente a la máxima categoría. Ese año el ansiado ascenso resultó imposible, porque los herculanos no lograron imponerse al Oviedo en la promoción. A lo largo del ejercicio siguiente, el buen extremo contribuyó con empuje y goles al ascenso alicantino. Suyos fueron, precisamente, los dos tantos más importantes del club en ese decenio. El primero anotando ante el Calvo Sotelo de Puertollano, que valía el ascenso a 1ª División, y el segundo en La Condomina, en partido de desempate frente al Elche, que proporcionaba el acceso a Octavos de Final en la Copa. Una vez entre los grandes, haciendo que el público del viejo campo de La Viña saltase al césped para celebrar sus diabólicas jugadas, comenzó a ser codiciado por sociedades más poderosas.

Quien más interés puso fue el Atlético de Madrid, y su traspaso sería pregonado a los cuatro vientos. Le sacaron fotos con la camiseta colchonera. Concedió entrevistas a la prensa madrileña. Los años no pasaban en vano para el gran Collar y nadie mejor que Ramón, se decía, internacional juvenil y Sub-23 contra Luxemburgo y Francia, a la hora de buscarle sustituto. Todo parecía hecho. Tanto, que el domingo 21 de mayo de 1967 la edición alicantina del diario «La Verdad» llegó a recoger una copia de las condiciones del traspaso: El Atlético de Madrid se comprometía a abonar 4 millones de ptas., la mitad en efectivo tan pronto se produjera la firma y el resto mediante sendos efectos de un millón, con vencimiento a 90 días. El jugador, por su parte, triplicaba su ficha. Y como las primas, entonces, se pactaban partido a partido -normalmente una cantidad fija por victoria en casa o empate fuera, cualquiera que fuese el rival, y el doble venciendo a domicilio-, la cantidad total a ingresar podía verse muy incrementada, teniendo en cuenta que los colchoneros estaban llamados a sumar bastantes puntos.

Ramón fue citado para el tradicional examen médico y allí surgió la sorpresa. El chico padecía una lesión coronaria, que en opinión de los galenos lo incapacitaba para competir profesionalmente.

El mundo se le vino encima. ¿Cómo podía padecer del corazón, si en el Hércules no daba muestras de fatiga tras emplearse a conciencia?. ¿Es que a los doctores alicantinos les era ajena la ciencia?. Conforme se demostraría más adelante, Ramón arrastraba una malformación congénita. Una leve deformación que probablemente hubieran pasado por alto otros servicios médicos menos exigentes. Pero, claro, en el Atlético de Madrid, donde se estaba viviendo el  dramático pulso de Martínez con la muerte, los galenos ya no arriesgaban nada(*).

Así pudo acreditarlo el cántabro Francisco Javier López cuando 3 años más tarde se dejó caer por el Manzanares, procedente de la Gimnástica torrelaveguense. A él también le diagnosticaron otra malformación, en teoría incapacitante. Sin dar crédito al dictamen viajó hasta Sevilla, puesto que el Betis se había sumado a la puja. Y puesto que los del Guadalquivir no le pusieron ningún problema, vistió el uniforme bético durante 12 campañas en las que como pulmón inagotable nadie le discutió la titularidad. Fue internacional absoluto contra Suiza y aún le quedaron arrestos para seguir dando el do de pecho en 2ª dos temporadas más, entre Mallorca y Granada. No estaba mal para un enfermo cardiaco.

190

Ramón, figura en el Hércules alicantino y esperanza muy fundada del fútbol nacional.

Sin embargo Ramón tuvo menos suerte. La polvareda levantada por el caso Martínez también había puesto en el disparadero a la propia Federación Española, que lejos de intermediar o contrastar informes eligió la fórmula más fácil. Si existían dudas sobre Ramón, no jugaba y punto.

Como podrá suponerse, ni el muchacho ni la entidad alicantina quedaron conformes con el veredicto. Ramón porque su futuro como cotizada promesa se evaporaba, y el Hércules porque perdía un considerable fajo de billetes al no estar en disposición de traspasarlo. Hubo consultas a diferentes cardiólogos, viajes a Barcelona, a Bilbao e Inglaterra, derivándose notables discrepancias respecto al pronóstico deportivo, aunque total unanimidad respecto a la existencia de una lesión coronaria. La Federación se había mostrado inflexible desde el primer momento y nada le hizo mudar de opinión. Tanto que para evitar más presiones retiró la licencia al jugador, gesto que equivalía a cerrarle todos los campos de fútbol.

Fue un jarro de agua helada. A sus 21 años Ramón debía empezar desde cero cualquier otra actividad. Era como si de repente le hubiesen caído 13 ó 14 años encima, aunque con la salvedad de no haber podido juntar ahorros en tan corta carrera.

Del reportaje que Pascual Verdú Belda entregó a «La Verdad» aquel mayo de 1967, extractamos los pasajes más interesantes:

«- En Madrid me encontré tremendamente solo, aunque hice excelentes amigos, como el Dr. Ibáñez, pero ya no podía estar allí, sin entrenar ni jugar…

Estas fueron las primeras palabras de Ramón, cuando ayer fuimos a visitarlo. Su padre fue el primero en recibirnos en su nuevo hogar de la calle Ángel C. Carratalá, en ese barrio de las calles rectas, como es Benalúa, y nos dijo:

– ¡Si viera con qué ansiedad salimos de Madrid!. Estaba lloviendo con una fuerza incontenible… Pero Ramón necesitaba salir de Madrid, como de un pesadilla.

En una pared está colgada una guitarra hawaiana construida sobre una coraza de tortuga. En la otra, dos fotos. Una, con la firma de todos los jugadores, tomada en la fecha grata del ascenso. La otra es del equipo nacional de Promesas. Ramón mira las fotos y nos dice:

– Esto ya son recuerdos y desde ahora los aprecio mucho más.

– ¿Estás arrepentido de este viaje a Madrid, de tu traspaso al Atlético?.

– Yo siento al Hércules como el que más y me apenó dejarlo. ¡Ojalá todo volviese atrás y me encontrara camino de Pontevedra!.

– ¿Cobraste algo del Atlético de Madrid?.

– No, nada.

– ¿Pagó el Atlético tu estancia de estos días en Madrid?.

– No, la pagué yo… Pero eso es lo de menos.

– Bueno, Ramón, vamos a mirar nuevamente al futuro…

– Yo quisiera jugar…. Pero no me conformaría con que me autorizaran sólo para actuar dos o tres años, conforme algunos médicos insinúan. Yo quiero jugar hasta que pueda… o retirarme ahora…

Ramón medita estas últimas palabras. Sobre la sala de estar reinan unos largos segundos de silencio que agobian a todos. Continúa:

– Si no puedo jugar más, no creo que me abandonen. Confío en que me ayudarán. ¡Mire que colgar las botas cuando tengo 21 años!. ¿Verdad que suena raro?. Y lo bueno del caso es que he dejado las botas en Madrid, junto con mi ilusión y mi esperanza…

Ramón se ha dado perfecta cuenta de que los ojos de su hermana están húmedos, que a su padre le molesta un nudo en la garganta y que detrás de las gafas de su madre se esconden muchas horas de angustia. Rápidamente intenta restarle importancia al asunto.

– ¿Pero es que en esta casa no vamos a comer hoy?.

– ¿Te quedarás en Alicante?.

– Sí, sí, aquí, en casa, con mis padres y hermana, mientras mis tíos intentan solucionar mi situación. Estoy en buenas manos. Uno es abogado y el otro sabe más de fútbol que quien lo inventó. Estaré aquí, en casa, para darle la cara a la vida… Hay que estar para las cosas buenas y las malas. Al principio pensé irme a Campello, a descansar, pero, ¿dónde puedo descansar mejor que junto a mis padres?.

Cuando nos disponíamos a salir de la sala de estar, el padre de Ramón dice:

– Aquí estábamos sentados, viendo la tele, cuando soltaron la noticia.

Ramón corta rápidamente:

– Mi hermana dice que hasta aquí llegaba el agua de las lágrimas de mamá.

La familia Navarro López nos acompaña hasta la puerta. Al despedirnos, Ramón nos estrecha muy fuerte la mano.

Hasta siempre».

En los días siguientes no faltaron declaraciones altisonantes: «El Hércules no abandonará a Ramón», proclamó Ferrer Stengre, su máximo mandatario. Y al mismo tiempo se iniciaban movimientos para la organización de un partido homenaje. Así describía esos primeros pasos la agencia Logos desde Madrid:

«Lo mismo la directiva (atlética) que el equipo han sentido extraordinariamente que Ramón se haya visto obligado a regresar a Alicante. Entre jugadores, técnicos y directivos, ha cundido la idea de organizar un partido en beneficio del infortunado muchacho y su familia. Ramón no tenía ninguna otra profesión y puesto que parece no podrá jugar al fútbol, carecerá de medios económicos para subsistir (…) Se puede afirmar que el jugador alicantino no quedará desamparado. Su gran calidad humana y su indudable clase de futbolista lo merecen».

Al mismo tiempo surgieron veladas acusaciones sobre el modo superficial con que los clubes menos pudientes vigilaban la salud de sus jugadores, sobre el escaso celo federativo en el ámbito del deporte profesional, e incluso acerca de posibles casos de dolo.

«La ligereza con que se hayan hecho anteriormente los reconocimientos ha podido agravar la lesión, al mantener al muchacho en la práctica del fútbol. Desde luego la Federación Española, siempre reglamento en mano, decidirá la retirada de licencia federativa al jugador».

El oriolano tuvo su partido homenaje. O sus partidos. Porque después de dos años de lucha inútil para volver a vestir de corto, en doble sesión, veteranos de la comarca y del resto de España ejercieron de teloneros antes de un choque entre el Hércules, reforzado con algunas figuras de 1ª división, y un combinado español cuya formación inicial fue ésta: Reina; Tatono, González, Gustavo; Zunzunegui Castellanos; Veloso, Luis, Vavá, Waldo y Collar. Pocas figuras del máximo nivel, como se apreciará. Una vez más, los buenos propósitos se agostaban en barbecho.

Por el Hércules reforzado, que acabaría imponiéndose 3-1 con goles de Araujo, Arana y Patiño se les opusieron de inicio: Pazos; Torres, Murcia, Belló; Toledo, José Juan; Luis Costa, Araujo, Arana, Ravelo y Maxi.

Más lustre tuvo el combinado nacional de veteranos, cuya formación inicial hubiese valido un potosí años antes: Ramallets; Pantaleón, Marquitos, Gabriel Alonso; Sendra, Puchades; Atienza I, Sánchez Lage, Héctor Núñez, Atienza II y Méndez.

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Ramón fotografiado con la camiseta del At. Madrid, que por desgracia nunca llegaría a defender.

Poco más se supo de Ramón. Su nombre volvía a adquirir cierta actualidad cada vez que un nuevo futbolista era rechazado por los médicos, al producirse óbitos instantáneos, como el de Berruezo, o cuando le era detectada una cardiopatía a cualquier figura. Y entonces  el agravio comparativo resultaba por demás doloroso. Si Ramón hubiese nacido unos años más tarde, de haber sido tratado por otros cardiólogos o no mediando la cerrazón federativa, habría sido realidad el gran futbolista que todos presagiaban. A él, por lo menos, siempre le quedó esa pena.

Entre tanto, la vida seguía para Ramón. La vida y el fútbol, puesto que, en cierto modo, la existencia del antiguo extremo continuó ligada al balón y su mundo.

Se casó con la hija de Emilio Blázquez, antiguo ariete del Real Madrid, Hércules y Alicante, al que la Guerra Civil, y sobre todo dos años de suspensión por desafecto al Régimen, pusieron plomo en las botas para el fútbol de posguerra. También continuó jugando, aunque de forma esporádica y por pura afición. Era como si quisiera probarse, como si necesitara saber hasta dónde llegaba la incapacidad de su corazón. Por eso, tal vez, muchos domingos disputaba partidos playeros con los veteranos del Hércules o Club Deportivo Alicante, partidos rabiosos, porque sabido es el brío con que se suelen aplicar las viejas glorias, empeñadas muchas veces en no reconocerse viejas.

Paralelamente, fue abriéndose camino gracias a la representación de un laboratorio farmacéutico, primero, y de una marca deportiva de ropa después. Tuvo dos hijas que no lo hicieron mal con la raqueta, y mientras las chicas destacaban en la pista del Club Natación Alicante, no fue raro verle por aquellas instalaciones, con la fiebre del deporte brillando todavía en sus pupilas. También se operó del corazón. No a vida o muerte, sino más bien para un ajuste. Aquella vieja lesión existió, según pudieron apreciar otros galenos con los medios derivados del progreso científico. Tuvo la poca fortuna de que se la detectaran en los años 60, cuando la cirugía cardiovascular apenas balbuceaba. Porque 35 años después, otras dolencias más graves fueron tratadas, intervenidas y subsanadas, sin cercenar ningún porvenir. El gitanito Jesús Seba (Aragón, Zaragoza, Villarreal, Wigan, Chaves y Os Belenenses) podría hablar largo y tendido de la suya. Tras pasar por un quirófano estadounidense continuó jugando cada domingo, como profesional, en el Orihuela y Palencia.

Nacer demasiado pronto tiene estas cosas, puesto que al final, la víscera lesionada no renuncia a ejercer su férrea dictadura. Ramón expiró el sábado 21 de enero de 2006, con 59 años, cuando ese corazón suyo, anárquico y caprichoso, le hizo el último regate.

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.- (*) A pesar de tanto esmero, y de que en el ambiente deportivo se asegurara que ni los astronautas pasaban tantos controles como un futbolista atlético, en 1972 tuvo que retirarse su guardameta José María Zubiarráin, sin haber cumplido los 27, al serle diagnosticado un problema cardiaco. El agilísimo Zubiarráin, capaz de alternar paradas inverosímiles con fallos clamorosos, había ingresado en 1968, procedente de la Real Sociedad. Falleció frisando la cincuentena, víctima de su dolencia cardiovascular. En 1981 el cuerpo médico colchonero tuvo que sobreponerse a otro duro revés. Julián Antonio López, un defensa correoso y muy agresivo de su cantera, que trataba de ganarse un puesto como rojiblanco aprovechando una segunda cesión al Valladolid, se desplomó sobre el césped durante el homenaje tributado al guardameta Llacer. La rápida intervención de los facultativos lograron sacarse del paro cardiaco, pero posteriores reconocimientos determinaron su obligada despedida del fútbol. López fallecería 11 años más tarde, víctima de otro infarto.




Historia de la International Football Association Board (1886)

Investigación realizada por: Aberto Díaz, Jorge Gallego, César de la Prida, Ernesto Binda, y Javier Bravo.

Este estudio, que no ha hecho más que comenzar, pretende seguir los pasos de la historia de las Reglas de Juego, y de un ente tan desconocido como es la International Football Association Board, más conocido como International Board, que no es otra que la que detenta el poder a nivel mundial para cambiar las Reglas de Juego.

En este camino trabajamos un grupo de cinco personas a las cuales nos une la pasión por la historia del fútbol. Desde Argentina, dos socios del C.I.H.F. (Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol) como son Jorge Gallego y Ernesto Binda nos aportan una serie de conocimientos impagables, tanto en lo histórico como a nivel técnico arbitral. Jorge es un excelente historiador, yo diría que el mejor que esta organización tiene, y que sorprende a todos con sus investigaciones y Ernesto une a esta faceta de historiador la de ser un conocedor exquisito de las Reglas de Juego, algo que va a dar una nota excelente a nuestros trabajos, además de ser miembro de la organización arbitral argentina. Desde España, César de la Prida, un conocedor excepcional del mundo arbitral y de su historia, todo ello sin haber sacado jamás una tarjeta a nadie. Y representando a C.I.H.E.F.E. dos de sus socios. Una persona imprescindible para nosotros como es Alberto Díaz, que se ocupa de las traducciones de los textos, además de ser un reconocido historiador, sportinguista a más no poder y Javier Bravo que hace lo que puede todos los meses en estas páginas y que intenta canalizar todo este potencial humano en sacar adelante una gran obra que nadie escribió jamás en lengua castellana. El haber pertenecido a la organización arbitral española y el amor que aún siento por ella me ha llevado a crear este grupo de trabajo. Aprovecho para daros las gracias a todos por perder vuestro precioso tiempo en mi sueño. Muchas gracias.

ifab-1886

Para este primer artículo hemos contado con la inestimable ayuda de Víctor Martínez Patón, en la traducción de textos en francés.

INTERNATIONAL FOOTBALL ASSOCIATION BOARD

1886

Estatutos de la International Football Association Board

ESTATUTOS

Aprobados en la Conferencia Internacional celebrada en Londres.

Junio de 1886

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I.- Que esta Junta se denominará «INTERNATIONAL FOOTBALL ASSOCIATION BOARD» y estará formada por dos representantes de cada una de las cuatro asociaciones nacionales.

2.- Que la Board se reunirá cada año en el mes de junio por invitación de cada una de las asociaciones nacionales según orden de antigüedad.

3.- Que en dicha reunión uno de los representantes de la asociación convocante presidirá la misma, y el otro actuará como secretario.

4.- Que el secretario cumplimentará el libro de actas de las reuniones con todo detalle, el cual habrá de remitirse a la asociación que corresponda por turno, antes del primero de enero subsiguiente.

5.- Que no se desarrollarán los asuntos a tratar si no está representada la mayoría de las asociaciones.

6.- Que no se adoptarán resoluciones sin acuerdo de las tres cuartas partes de los presentes; sin embargo, en el caso de modificaciones en las leyes del juego, será necesario un voto unánime.

7.- Que la Board discutirá y decidirá propuestas sobre las modificaciones en las leyes del juego y en general sobre cualquier asunto que afecte al fútbol en sus relaciones internacionales.

8.- Que los comités de las diferentes asociaciones nacionales enviarán por escrito, como muy tarde el primero de febrero de cada año, al secretario de la asociación encargada de convocar la siguiente reunión, las sugerencias o modificaciones que juzguen deseables, que deberán ser publicadas y distribuidas a más tardar el primero de marzo, para ser estudiadas en la reunión general anual de la asociación.

9.- Que las decisiones de esta Junta tendrán carácter vinculante inmediato para todas las asociaciones, y que ninguna modificación de las leyes del juego hecha por cualquier asociación tendrá validez hasta ser aceptada por esta Board.

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La siguiente Conferencia Internacional se celebrará en Glasgow en junio de 1887

Estatutos IFAB actuales frente a los originales de 1886

Coincidiendo con los puntos de 1886 estas son algunas variaciones que hemos encontrado.

1.- A estas asociaciones se ha añadido FIFA desde 1913 y el número de representantes actuales es de cuatro para cada una de las asociaciones representadas desde 1958.

2.- Se reúne dos veces al año. La reunión general anual ha pasado a celebrarse a los meses de febrero o marzo y la nueva reunión de trabajo anual se celebra en septiembre u octubre.

3.- En este punto no hay cambios.

4.- El único cambio en este punto es que el libro de actas debe remitirse a la siguiente asociación organizadora antes del 1º de febrero siguiente.

5.- Un mínimo de cuatro asociaciones deben estar representadas, una de las cuales debe ser FIFA, para que los asuntos de una reunión puedan ser tratados. Desde 1958 FIFA tiene derecho a cuatro votos y cada una de las asociaciones británicas a un voto cada una.

6.- En este punto no hay cambios.

7.- Sólo para la reunión general anual se pueden aportar modificaciones a las Reglas de Juego y a condición de que sean aprobadas por una mayoría de tres cuartas partes de los asistentes con derecho a voto.

8.- Las propuestas de modificaciones serán enviadas por cada asociación por escrito al Secretario de la asociación organizadora antes del 1º de diciembre.

Además, se han añadido esta serie de puntos:

  • – Reunión de trabajo anual
  • – Reuniones extraordinarias
  • – Fecha de entrada en vigor para las modificaciones para los partidos internacionales
  • – Plazos para impresión y envío de propuestas de modificaciones, tanto de asociaciones a Secretario como viceversa.

Ingreso de FIFA en la International Board.

La incorporación de FIFA a la International Board se resolvió el 4 de abril de 1913, pero en el camino ocurrieron algunos hechos importantes.

Para empezar, no existen referencias en las actas de la International Board (1904-1910), en donde conste la inquietud -por parte de F.I.F.A.- de pertenecer a aquel organismo, lo cual no significa que no los hubiera internamente.

La primera ocasión en que un Congreso de la F.I.F.A. hizo referencia a la International Board ocurrió durante la celebración del 2º de ellos, celebrado del 10 al 12 de junio de 1905 en París (Francia), donde se dio cuenta de que la F.I.F.A. tomará una decisión al respecto después de tener conocimiento de los resultados de la reunión de la International Board y después de  habérselo contado a los diferentes delegados de la F.I.F.A. presentes.

La International Board se reunió el 17 de junio en Killarney (Irlanda) e ignoró, como ya hemos reflejado antes, hacer cualquier mención sobre la Federación internacional.

Ante esta desilusión, las diferentes asociaciones nacionales que componían la F.I.F.A. y que día a día van haciéndola crecer, tomaron diferentes posturas. Así hubo un bando controlado por los británicos, especialmente los ingleses, que intentaron el entendimiento de ambas organizaciones y que fue mayoría en el estamento F.I.F.A.. El otro -contestatario- que fue liderado por los alemanes, siendo apoyado por húngaros y holandeses. La idea de estos era que el control del fútbol abandonara la cuna británica y se transfiriese a la F.I.F.A..

En el 3º Congreso de la F.I.F.A., celebrado en Berna (Suiza), entre el 3 y 4 de junio de 1906,  uno de los puntos que se trataron fue el de la unificación de las Reglas de Juego.

El Sr. Daniel Burley Woolfall, representante inglés y elegido presidente de F.I.F.A. en este Congreso, propuso las reglas de su país. El Sr. Victor E. Schneider, representante suizo, pidió que las asociaciones se pusiesen inmediatamente a adoptar las reglas inglesas. Los delegados de la FA se ofrecieron para enviar a las diferentes asociaciones, durante ese mes de junio, los reglamentos puestos al día de la federación inglesa.

El Sr. André Espir, representante francés, destacó que ciertos países como Francia adaptaron, desde su boletín, todas las nuevas reglas y modificaciones de la FA, pero que para los otros países sería arbitrario obligarlos a cambiar de un día al otro sus reglamentos. Que es a la FIFA a quien le correspondería invitar a las otras asociaciones a adaptar las reglas inglesas que serían las únicas en los partidos internacionales. Propuso la fórmula siguiente: «El congreso de la FIFA, reunido en Berna el 3 de junio de 1906, reconociendo que las diferentes asociaciones deben jugar según las reglas de juego de la FA, invita a todas las asociaciones que practican el juego a adoptar las reglas de la misma. Que los delegados de la FA se ofrecen para que las federaciones obtengan este propósito.»

Esta proposición fue aceptada por unanimidad, con agradecimientos a los delegados de la FA.

En el 8º Congreso de FIFA, celebrado en Dresde el 4 y 5 de junio de 1911, la Asociación de Fútbol de Alemania elevó una propuesta señalando que debería ser sólo la F.I.F.A. quién pudiera cambiar las Reglas de Juego o un Comité creado por el Congreso para este fin. Si bien respetaba la existencia de la International Football Association Board, consideraba que la F.I.F.A. debía controlar todo lo relacionado con el fútbol.

Finalmente la propuesta alemana fue retirada, pero el Congreso la sustituyó por otra resolución que resultó aprobada. Esta expresó: «Este Congreso expresa el deseo de que la International Football Association Board invite a un miembro de la F.I.F.A. a formar parte de la misma».

El 10 de junio de 1911 la Board realizó su sesión anual en Turnberry, Escocia.

Allí, Charles Crump, representante inglés, informó haber recibido una carta de

Frederick Joseph Wall, secretario de la Asociación inglesa. En ella comunicó los deseos de F.I.F.A. de tener un representante en la International Board.

La reunión de la International Board del año siguiente tuvo lugar en Aberystwyth, Gales, el 8 de junio. Allí se leyó una carta recibida de la Secretaría de F.I.F.A. expresando

su deseo de que la Board invitase a un miembro de F.I.F.A. a formar parte de la

misma. El asunto fue examinado con sumo cuidado, y un interesante debate se

llevó a cabo entre todos los representantes.

Se decidió por unanimidad que el momento no era el más propicio para

invitar a un delegado de F.I.F.A. a asistir a las reuniones de la Board y se solicitó al

Secretario a enviar una carta adecuada a la F.I.F.A.

Esta fue recibida en el 9º Congreso de la F.I.F.A.. Celebrado en Estoclmo los días 30 de junio y 1 de julio de 1912. Se dio lectura a la carta de la International Board y se debatió del siguiente modo:

Suecia lamentaba que volviese a tratarse del asunto nuevamente. Para los suecos la International Board era el organismo más idóneo para controlar las Reglas de Juego y aconsejaba dejar las cosas como estaban.

Inglaterra indicaba que la propuesta suponía una alteración drástica y no en el mejor interés del deporte. Sería un error fatal molestar a la International Board en el momento actual, siendo la F.I.F.A. aún joven. Esperaba que el próximo año la F.I.F.A. tuviera representación en la Board.

Estaba reconocido universalmente que la cuna de un juego tenía derecho a controlar las reglas del mismo, en referencia al Cricket (Marylebone C.C.), el béisbol (América), el golf (St. Andrews Club).

Holanda replicó que en estos juegos no existían federaciones internacionales.

Irlanda creía que supondría un gran error alterar la posición actual. La International Board había estado trabajando con gran éxito durante un gran número de años.

Austria y Gales también resaltaban que el juego se había desarrollado de forma espléndida bajo las normas de la International Board, y que a este organismo ahora se le pretendía «echar escaleras abajo de un puntapié».

Holanda propuso:

Que el Congreso, por la presente, resuelva nombrar un Comité para que se informe sobre la cuestión referente a controlar las Reglas del Juego y presente un informe en el siguiente congreso.

Esta resolución se rechazó por 60 votos (Austria, Bélgica, Inglaterra, Francia, Irlanda, Italia, Noruega, Rusia, Escocia, Suecia, Suiza, Gales) contra 15 (Alemania, Hungría, Países Bajos)

También la modificación propuesta por Alemania fue rechazada. Tuvo 60 votos (Austria, Bélgica, Inglaterra, Francia, Irlanda, Italia, Noruega, Rusia, Escocia, Suecia, Países Bajos, Gales) contra 10 votos (Alemania, Hungría) y uno en blanco (Suiza)..

En la reunión extraordinaria celebrada por la International Football Association Board, se tomó la decisión que vemos en el acta siguiente:

ACUERDOS DE LA REUNIÓN EXTRAORDINARIA.

High Street, Wrexham

25 de enero de 1913.

Querido señor,

INTERNATIONAL FOOTBALL ASSOCIATION BOARD

Una reunión especial de la anterior (se refiere a IFAB) se llevará a cabo en el Hotel Wynnstay de Wrexham (Gales), el sábado 22 de febrero de 1913 a las 11 a.m.

Asuntos:

Considerar las siguientes propuestas presentadas por la Federación de Inglaterra:

  • – Que dos representantes de FIFA sean admitidos en la IFAB.
  • – Que las Reglas de la IFAB sean modificadas como consecuencia.

La noticia se debatió en el 10º Congreso de FIFA, celebrado en Copenhague (Dinamarca) los días 31 de mayo y 1 de junio de 1913, con mucho interés.

Nuevamente la Asociación de Alemania encabezó la oposición a la International Board y su decisión de admitir a dos delegados de la F.I.F.A. en las reuniones de la misma en el futuro.

El alemán Robert Hefner recuerdó los acuerdos adoptados en Dresde y sañaló que tras la reunión extraordinaria de la Board se había puesto a la F.I.F.A. en posición de aceptar como un regalo lo que les ha sido ofrecido.

Estaban realmente sorprendidos de que la International Board hubiese cambiado de opinión en tan poco tiempo y que la F.I.F.A. hubiese madurado en tan sólo cuatro meses.

Resaltaron también los cambios en las reglas de la International Board; anteriormente las Reglas de Juego solo podían alterarse por unanimidad, y en este momento cuatro quintas partes era suficientes.

Mientras tanto deseaban felicitar a la International Board por haber admitido a la F.I.F.A.. Reconocía lo que la International Board había hecho por el fútbol y que este servicio al juego no podía ser olvidado.

Debido a la experiencia de las asociaciones británicas, el continente había podido progresar con mayor rapidez y ahora había llegado la hora de que tuvieran derecho a expresar sus deseos y puntos de vista.

Por todo ello, hicieron la siguiente propuesta:

«El Congreso expresa su satisfacción porque la International Board haya admitido a dos miembros de la F.I.F.A., pero mantiene la opinión de que la F.I.F.A. debe ser la organización que gobierne, sin ataduras, el fútbol internacional».

Henry Walker (Inglaterra) propuso, como una corrección, eliminar la segunda parte de la moción. Rechazaba lo expresado por los representantes de Alemania sobre que Inglaterra hubiera detenido el progreso en el mundo del fútbol, ya que no había país con un mayor deseo a ese respecto. Ningúna nación había gastado más dinero y mostrado mayor capacidad para promover el juego. Esto no era una opinión sino algo demostrado por hechos en el pasado.

La posición opuesta a Gran Bretaña insistía en que los iniciadores o pioneros debían ser desplazados.

La declaración de Alemania de que una organización como la International Board, con tan amplio conocimiento y madura experiencia, no era competente y tenía que ser suplantada era mezquina y descarada. Durante los últimos siete u ocho años la F.I.F.A. había tenido un progreso continuo, incrementando el número de miembros de seis a más de veinte. La segunda parte de la moción era mezquina e imprudente.

Hugo Meisl (Austria) era de la opinión de que el control del fútbol en el mundo debía estar concentrado en la F.I.F.A.. Esto se refería, sin embargo, a la parte administrativa no a la parte técnica del control sobre el juego. En el continente solo había unos cuantos árbitros capaces de conducir el juego adecuadamente. Si Inglaterra proponía a la F.I.F.A. establecer sus propias Reglas de Juego, el Sr. Meisl no aceptaría dicha gentileza.

Hungría (R. Oprée) aunque no estaba del todo de acuerdo con Austria, deseaba expresar su agradecimiento a la International Board. Con respecto al principio creía que el asunto se había tratado de forma demasiado brusca.

Países Bajos (C.A.W. Hirschman) señalaba que al aceptar la oferta de la International Board, se haría necesario que la F.I.F.A. pagara los gastos de sus representantes, lo que implicaría que la actual suscripción abonada por las asociaciones tendría que ser incrementada. Deseaba señalar que si la F.I.F.A. iba a formar parte de la International Board, debía tomar parte únicamente en discusiones que tuvieran que ver con las Reglas del Juego. Sería una representación parcial, similar a la posición del gobierno de un país al que se le ofreciera representación en el gobierno de su capital.

Con respecto a la segunda parte de la moción, estaba de acuerdo en principio con Alemania, pero creía que el asunto debía estar en manos del organismo que fuera más competente a este respecto, concretamente, la International Board. Algunos países del continente habían hecho suficientes progresos como para darles derecho a votar con respecto a las Reglas del Juego, pero otros no.

Escocia (H.S.Mc Lauchlan) expresaba la opinión de que nunca someterían el control del juego a la F.I.F.A.. La International Board había trabajado durante muchos años de forma plenamente satisfactoria con las asociaciones de Gran Bretaña.

Para Francia (Henry Delaunay) sólo era aceptable la primera parte de la moción; consideraba a la segunda, inoportuna.

Suiza (Dr. Curti) y Bélgica (Barón de Laveleye) creían que la International Board era el organismo más competente para controlar las Reglas del Juego.

Alemania (R. Hefner) replicó que parecía que varios delegados no habían entendido el espíritu de su moción. Jamás había expresado duda alguna respecto a la competencia de la International Board, por el contrario había elogiado su valioso trabajo y nunca había pretendido sustituir a la International Board por otro organismo. Y probó este hecho mediante la lectura de artículos en la prensa y correspondencia. La segunda parte de la moción solo pretendía desarrollar el principio.

Entonces los delegados pasaron a votar las propuestas.

La primera parte de la moción:

«El Congreso expresa su satisfacción porque la International Board haya admitido a dos miembros de la F.I.F.A.»

Se aprobó por unanimidad.

Después de una corta discusión sobre la segunda parte: «pero mantiene la opinión de que la F.I.F.A. debe ser la organización que gobierne, sin ataduras, el fútbol internacional» fue retirada por Alemania al ser malinterpretada e inoportuna.

El debate sobre la International Board continuó.

Resolución propuesta por la Asociación de Fútbol de los Países Bajos.

«Que el Congreso de Copenhague nombre a la International Board como la organización que establece las Reglas del Juego.»

Bélgica (Barón de Laveleye) sugiere que la palabra «reconozca» sustituya a la palabra «nombre».

La siguiente moción fue así aprobada por unanimidad:

«Que el Congreso de Copenhague reconozca a la International Board como la organización que establece las Reglas del Juego.»

Nominación de representantes a la International Board

El Congreso nombró al Barón Edouard de Laveleye (Bélgica) y a Mr. Carl Anton Wilhelm Hirschmann (Países Bajos) como representantes de la F.I.F.A. en la International Football Association Board.

Se otorgó poderes al Comité de Emergencia para nombrar sustitutos en caso de ser necesario.

Para la Reunión Anual del IFAB celebrada el 14 de junio de 1913 acudieron, por primera vez como miembros de pleno derecho dos representantes de FIFA, los Sres. Barón Edouard de Laveleye (Bélgica) y Daniel Burley Woolfall (Inglaterra), este como presidente de FIFA, cargo que ostentaba desde el 4 de junio de 1906. Cabe destacar que el 2º delegado de FIFA fue el holandés Carl Anton Wilhelm Hirschmann quién presentó sus disculpas por no poder asistir. En su lugar lo hizo Daniel Burley Woolfall.

Al finalizar la sesión, el Barón Edouard de Laveleye propone un voto de agradecimiento para el Presidente del Board, el irlandés Hugh Hegan, propuesta que fue aprobada por unanimidad.

Así  fue como las Asociaciones Británicas y la FIFA  consiguieron  aunar esfuerzos y

caminar juntas.

¿Será para siempre?.




Leo Messi: 300 goles azulgrana

Con el primer gol conseguido por Lionel Messi en el Estadio Ciudad de Valencia frente al Levante el pasado 25 de noviembre alcanzaba la cifra de 300 tantos marcados por el jugador argentino vistiendo la camiseta azulgrana y seis minutos después enfilaba el aún lejano objetivo de los 369 goles, que dicen los documentalistas, marcó el mítico Paulino Alcántara en los 357 partidos jugados entre 1912 y 1927, aunque en este caso la cifra quedaría sensiblemente reducida a menos de la mitad si se contabilizasen sólo los goles marcados en partidos oficiales. Un reto que Messi es capaz de lograr en el próximo año 2013 si mantiene su eficacia de cara a la meta rival, ya que sus registros durante el año en curso están a tres goles de alcanzar los 85 marcados por la leyenda alemana Gerd «Torpedo» Müller, máximo anotador histórico en un año natural (1972), y si en la pasada competición de Liga ya sorprendieron los 50 tantos marcados, en la actual campaña esta cifra roza la veintena cuando apenas se ha jugado el primer tercio de la competición. El pasado mes de marzo ya superó el récord de 232 goles marcados por el barcelonista César Rodríguez en partidos oficiales y ahora alcaza los 301 que este mismo jugador marcó como azulgrana. Los siguientes retos podrían ser los 326 tantos de José Samitier, o los 75 del ex madridista Raúl González Blanco en competiciones europeas y escalar los ocho peldaños que le separan de la cima de los goleadores de la Liga española que lidera Telmo Zarra con 251 dianas.

 Messi llegó a las instalaciones de La Masía en octubre del 2000 y con apenas 16 años debutó en el primer equipo con motivo de un amistoso que el Barcelona disputó frente al FC Porto, que sirvió para inaugurar el Estadio do Dragao. Era el 16 de noviembre de 2003 y acababa de firmar su primer contrato profesional, pasando por cuatro categorías en esa misma temporada, desde el Juvenil B, al Barcelona C en Tercera división, y Barcelona B, donde tuvo oportunidad de debutar en la Segunda B, el 7 de marzo de 2004 en el Miniestadi frente al CD Mataró, jugando posteriormente otros cuatro partidos más, y aunque no logró marcar en ninguno de ellos, culminó la campaña con un total de 36 goles. Al inicio de la siguiente, el técnico Frank Rijkaart lo incluyó entre los convocados para la pretemporada y fue en el Municipal de Palamós, frente al titular, donde estrenó su cuenta goleadora en el primer equipo y tres meses después, el 16 de octubre de 2004, en el Estadio de Montjuic, hacía su debut en la Liga frente al Espanyol, aunque su primer tanto en partido oficial no llegó hasta la jornada 34, siendo el portero del Albacete, Valbuena, el primero en recibirlo. Su progresión año tras año ha sido imparable hasta conseguir registros históricos desconociéndose cual será su límite.

 TRAYECTORIA EN EL PRIMER EQUIPO DEL FC BARCELONA (2003-2012)

 CAMPEONATO DE LIGA                227  Partidos              188 Goles

COPA DEL REY                               33  Partidos                20 Goles

SUPERCOPA DE ESPAÑA             9  Partidos                  10 Goles

LIGA DE CAMPEONES                   73  Partidos                56 Goles

SUPERCOPA DE EUROPA            3  Partidos                  1  Gol

MUNDIAL DE CLUBS                      4  Partidos                  4  Goles

NO OFICIALES                                 32  Partidos                22 Goles

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TOTAL                                                381  Partidos                301 Goles