El nacimiento del fútbol en Costa Rica (1899)

Introducción

La vinculación formal de Costa Rica con la economía mundial -lograda a mediados del siglo XIX por medio del café- le permitió entrar en contacto más directo con diferentes formas de pensamiento y productos culturales que remodelaron todos los ámbitos de la vida del costarricense. A finales del siglo XIX con el ascenso de los liberales al poder, el país cuenta con una burguesía madura que crea un elaborado sistema de control social mediante el cual transmite e impone su visión al resto de la sociedad1. Dentro del proyecto político-cultural de este sector existe toda una intención por homogeneizar la cultura, donde su visión particular del mundo prevalece, imponiéndose a las demás agrupaciones sociales, asumiéndolas estas para la unidad de los fines económicos y políticos y para la unidad intelectual y moral.

Producto de la europeización cultural de la burguesía nacional, las políticas sociales del Estado se concentraron en controlar, vigilar, civilizar y supervisar a los diferentes sectores subalternos, con el fin de popularizar y vulgarizar los valores y prácticas burguesas, las cuales se consideraban de acuerdo al ideario liberal como los que podían llevar al país al progreso, todo lo cual era producto de la cultura secularizante y cosmopolita en la que se desenvolvía dicho sector desde mediados del siglo XIX.2

Fundamentado en el contexto anterior es que el presente artículo pretende estudiar la importancia de la aparición del fútbol en Costa Rica en 1899 en el tiempo libre de los diferentes sectores sociales costarricenses.

La atrevida intromisión: La aparición del fútbol en Costa Rica (1899)

Con la fundación del Jockey Club de Costa Rica en 1873 se introduce el deporte en este país, su práctica estará estrechamente vinculada con las principales colonias extranjeras radicadas en San José y Puerto Limón -europeas y estadounidense principalmente-, ya que debido a sus lazos socio afectivos con la burguesía nacional y a sus intereses comerciales en torno al café y al banano, es lógico que los primeros clubes deportivos se fundaran en aquellos dos lugares, reforzando así la identidad de clase de esos sectores. De lo anterior se deriva el hecho de que las primeras asociaciones deportivas se dedicaran a actividades que sólo estaban al alcance de sus integrantes, debido a que ellos tenían el suficiente tiempo libre, dinero y preocupación por su salud y apariencia física, aspectos que les permitían sostener sus asociaciones, las cuales tenían un carácter clasista y exclusivo. Basta con observar los nombres de las disciplinas a que se dedicaban: hípica, beisbol, ciclismo y esgrima.3

La revisión de fuentes hemerográficas de Costa Rica confirma que el inicio de las prácticas del fútbol en este país se ubica a principios de julio de 1899 en San José, más específicamente en La Sabana, según lo comprueba La Opinión del martes 4 de julio del año antes citado:

«El domingo estuvimos presenciando [el juego

de Foot-Ball] en la Sabana, formado por per-

sonas de nuestra culta sociedad. Nos parece la

distracción bastante higiénica y algo divertida.

¡Very Well!»4

La Sabana

La Sabana

Otra de las primeras noticias que se tienen acerca de la práctica del balompié, es una que La Prensa Libre publicó el día jueves 6 de julio de 1899, donde se destaca la ejecución que algunos niños hacían de este deporte:

«Bueno y conveniente es el juego de pelotas para

los niños porque ello, más que nada, desarrolla la

musculatura y da vida al organismo. Pero debiera

buscarse para esos juegos ciertos lugares como las

plazas ó la Sabana, y no las calles públicas en donde

siempre hay transeúntes. Sabemos que el martes hubo

varias personas que fueron golpeadas por las bolas. Eso

debe de corregirlo la policía».5

Es de notar cómo se trataba de corregir la práctica desordenada del fútbol en las calles josefinas de antaño y se procuraba encauzar su práctica en sitios donde no afectara la integridad física de las personas, como era La Sabana, por ejemplo.

Junto con lo anterior, hay que señalar la idea que se plantea de que muy posiblemente en sus orígenes en el país la práctica del fútbol era coto cerrado de las personas adultas. Sin embargo, se sabe que algunos niños dejaban de asistir a la escuela, por preferir la práctica del «juego de pelota»:

«[De nuevo] encargamos a la policía los grupos

de niños que se forman en las calles públicas a

jugar a la pelota, con el peligro inminente de las

narices de los transeúntes; por la esquina de

La Granja ya no se puede pasar; se ve que los

niños de esos lados han dejado la escuela para

atender al juego; que grandes batidas las que se

forman allí».6

Los continuos partidos de fútbol realizados en 1899 provocaron poco a poco gran admiración entre los espectadores, según se desprende de un artículo de periódico de agosto de 1899:

«[El juego] de [foot-ball] que tuvo lugar el domingo

en la Sabana, demuestra que ya los sportmen han

adquirido mayor afición al divertimento [english

divertiment] y mas destreza en el sport. Oy yes,

very well, [a]ll right. -God save the queen».7

De la cita anterior se puede deducir la importancia que las costumbres inglesas tenían entre la burguesía, así como la apropiación que realizó en este sentido.

A los aficionados al balompié no les importaban las inclemencias del tiempo, por ejemplo, en la mañana del domingo 3 de setiembre de 1899 hubo en La Sabana gran número de jugadores practicándolo, aún cuando el suelo estaba mojado por haber llovido el día anterior.8

La principal diferencia entre el fútbol y el resto de las disciplinas deportivas que se practicaban hasta ese momento, es que este introduce dos elementos que se encuentran ausentes en las otras disciplinas deportivas: la representación nacional y la lucha deportiva entre el grupo dominante y el sector trabajador -este último representado por ingleses-, lo cual ocurre en el ambiente de fiesta cívica del 15 de setiembre de 1899, fecha en que se celebra la independencia nacional.

Estos dos elementos son fundamentales, ya que las otras disciplinas deportivas se realizaban básicamente entre individuos pertenecientes al mismo estrato social, donde no existía la participación del elemento trabajador.

El Equipo Costarricense. De pie en el orden usual: Frederic Nutter Cox, Fernando Montealegre, Juanito Montealegre y Carlos Millet. Segunda fila: Chale Chamberlain, Óscar Pinto, Enrique Brenes Mora, Arturo Brenes Mora y Chame Carranza. En el suelo: Roberto Pinto, Mariano Montealegre, Alberto Brenes Mora y Gonzalo Quirós Fonseca. Foto propiedad de Rodrigo Calvo.

El Equipo Costarricense. De pie en el orden usual: Frederic Nutter Cox, Fernando Montealegre, Juanito Montealegre y Carlos Millet. Segunda fila: Chale Chamberlain, Óscar Pinto, Enrique Brenes Mora, Arturo Brenes Mora y Chame Carranza. En el suelo: Roberto Pinto, Mariano Montealegre, Alberto Brenes Mora y Gonzalo Quirós Fonseca. Foto propiedad de Rodrigo Calvo.

Los nombres de los contendientes en el partido del viernes 15 de setiembre de 1899 son los siguientes:

Equipo Costarricense: Alberto Brenes Mora (capitán), Óscar Pinto, Gonzalo Quirós, Enrique Brenes Mora, Arturo Brenes, Guillermo Montealegre, Mariano R. Montealegre, Jaime Carranza, Carlos Millet, Juan Montealegre y Roberto Pinto. Suplentes: R. Giralt y J.M. Quirós Blanco.

Equipo Extranjero: R. Johnston (Capitan), C. White, G. Riotte, J. Fenton, J. Harbottle, R. Baird, E. Jenkins, J. Phillips, T. Richards, B. Baldroin y D. White. Suplentes: Dr. H. Farmer y W. Desborough. Juez: Dr. H. Pirie.9

El Equipo Extranjero. De pie en el orden usual: Frederic Nutter Cox (segundo de izquierda a derecha), Jim Kelly, Charles Lankester y Robert Johnston. Segunda fila: William White, John Scott, Robert Bishop, Thomas Johnston y Robert Baird. En el suelo: Andy Phillips, John Guillen y William Farmer. Foto propiedad de Rodrigo Calvo.

El Equipo Extranjero. De pie en el orden usual: Frederic Nutter Cox (segundo de izquierda a derecha), Jim Kelly, Charles Lankester y Robert Johnston. Segunda fila: William White, John Scott, Robert Bishop, Thomas Johnston y Robert Baird. En el suelo: Andy Phillips, John Guillen y William Farmer. Foto propiedad de Rodrigo Calvo.

Otro de los primeros encuentros balompédicos de los que se tiene conocimiento fue el estaba previsto para mediados de octubre de 1899, entre el segundo equipo del Club Sportmen de La Sabana -con lo que se supone que esta asociación haya estado integrada por más de once jugadores- y el «Partido Azul» del Liceo de Costa Rica, destacándose entre estos últimos algunos muy tenidos por su destreza, entre los que sobresalen algunos futuros políticos, médicos e intelectuales como: León Cortés Castro, Joaquín García Monge, Solón Núñez y Tobías Zúñiga Montufar.10

Es fundamental señalar la participación de los alumnos del Liceo de Costa Rica, que era el principal centro educativo del país, donde ingresaban a estudiar jóvenes provenientes de lugares alejados del Valle Central, los cuales esparcieron la práctica del fútbol al retornar a sus lugares de origen.

Un hecho que distinguió al fútbol del resto de las otras disciplinas deportivas fue la asistencia de un Presidente de la República a un partido de dicho deporte, ya que el Lic. Rafael Iglesias Castro asistió en la mañana del lunes 25 de diciembre de 1899 a presenciar el partido efectuado entre costarricenses e ingleses, lo cual parece haberle impreso a este deporte un carácter «oficial», pues contaba con el patrocinio del Presidente:

«Para estimular el gusto del foot-ball y sabiendo

que este juego desarrolla el vigor del cuerpo a la

par que corrige las costumbres, el señor Presidente

de la República ha ofrecido a los jóvenes que se

dedican a tan saludable ejercicio, su cooperación

en todo sentido».11

Lo anterior permite esbozar la idea de que el Presidente Iglesias trataba de impulsar el fútbol como un deporte de interés nacional, al cual tenía acceso el sector popular costarricense. Aunque es probable que el verdadero interés de don Rafael en el fútbol era recobrar popularidad, ya que es sabido que gobernó en forma dictatorial durante los ocho años que estuvo en el poder.12

Lic. Rafael Iglesias Castro. Presidente de Costa Rica (1894-1898) y (1898-1902)

Lic. Rafael Iglesias Castro. Presidente de Costa Rica (1894-1898) y (1898-1902)

Con respecto al partido en mención, hay que apuntar que dio inicio a las ocho y media de la mañana, siendo amenizado por la banda marcial. Cada equipo portaba su correspondiente uniforme y los ingleses ostentaban en su campo un hermoso pabellón británico. El partido fue ganado por los ingleses, sobresaliendo entre los perdedores Óscar Pinto, quien conquistó ese día, el puesto de mejor jugador de fútbol de Costa Rica.13

Conforme nuevas diversiones comenzaron a ser aceptadas y practicadas por la burguesía josefina -como fue el caso del fútbol-, se comenzó a pensar en introducirlas entre las formas de celebración, que hasta ese momento se conocían en San José, siendo una de las más importantes las ya famosas fiestas cívicas de esta ciudad:

«Ya es tiempo de que abandonemos la rutina ridícula

y la tradición sosa. Nuestras fiestas cívicas, como

hasta ahora se han celebrado, no pasan de ser un

reflejo de barbarie ó de incultura al menos. Esas

mascaradas grotescas, esas corridas de toros y

á veces de vacas, esa manera de divertirse

bacanalmente el pueblo, á fuerza de licor blanco

ó sea de guaro; esa alegría manifestada en la riña

y en el salvajismo de los alaridos inarmónicos y

olorosos á anís y ron colorado; esa fiebre de juego

prohibido y de abuso sin límites, nada bueno dicen

a favor de la cultura y de la moralidad del pueblo.

Que vengan los carnavales en donde el arte

resplandece, los festejos delicados, los

beneficiosos sports y todo aquello que no

evoque la memoria llena de polvo de la era de

la conquista y de la vida de los indios

incivilizados».14

Del párrafo anterior sobresale un discurso que tiene el objetivo de «civilizar», «educar», y a la vez, «modernizar» las formas tradicionales de celebración y festejo que los sectores populares venían conservando y practicando hasta ese entonces, con el fin de adaptarlas a nuevas formas de diversión que se consideraban más cultas, como por ejemplo, los carnavales y los juegos deportivos.

A principios de diciembre de 1899, el entusiasmo por el balompié comienza a convertirse en un aspecto muy importante para los habitantes de la ciudad de San José, ya que en esta se habían formado tres equipos de fútbol.15

Conclusión

Con respecto al origen del fútbol en Costa Rica este se encuentra directamente vinculado a jóvenes estudiantes pertenecientes a las principales familias de la burguesía cafetalera nacional y a alumnos y personal docente del Liceo de Costa Rica, destacándose los estudiantes de esta institución como elementos propagadores del fútbol en el ámbito nacional.

Los factores que hicieron del balompié un deporte con características especiales para el costarricense son los siguientes: introduce el elemento de representación nacional y la lucha deportiva entre el grupo dominante y el sector trabajador, factores que diferencian al fútbol de las demás disciplinas deportivas que se venían practicando a fines del siglo XIX, las cuales eran ejecutadas entre individuos pertenecientes al mismo grupo social.

Otro factor que marcó la diferencia en el fútbol es que fue el primer deporte al que asiste un Presidente de la República, lo que posiblemente le haya imprimido un carácter oficial y de interés nacional, aunque es probable que también haya sido un medio para ganar popularidad y hacer imagen política.


1 Gil Zúñiga, José Daniel. «Controlaron el espacio, hombres, mujeres y almas 1880-1941». En: Seminario: «Fin de Siglo XIX e identidad nacional en México y Centroamérica». Museo Histórico Cultural Juan Santamaría. Alajuela, Costa Rica, 11-14 de mayo de 1999.

2 Molina Jiménez, Iván y Palmer, Steven, eds. Héroes al gusto y libros de moda. Sociedad y cambio cultural en Costa Rica (1750-1900). San José: Editorial Porvenir, 1992; ________.  El paso del cometa. Estado, política social y culturas populares en Costa Rica (1800-1950). San José: Editorial Porvenir, 1994; Molina Jiménez, Iván. El que quiera divertirse. Libros y sociedad en Costa Rica (1750-1914). San José: EUCR, 1995; Fumero Vargas, Patricia. Teatro público y Estado en San José 1880-1914. Una aproximación desde la historia social. San José: EUCR, 1996; Acuña, Gilbert, et al. «Las exhibiciones cinematográficas en Costa Rica (1897-1950)». Memoria de Seminario. Licenciatura en Historia. Universidad de Costa Rica. 1996; Enríquez Solano, Francisco José. «Diversión pública y sociabilidad en las comunidades cafetaleras de San José: El caso de Moravia (1890-1930)». Tesis de Maestría en Historia. Universidad de Costa Rica. 1998; Urbina Gaitán, Chester. «¿Promoción o prevención? Alcoholismo, Estado e Iglesia en Costa Rica (1850-1936)». En: Repertorio Americano. Heredia: EUNA. Nueva Época. Nro. 7. Enero-Junio de 1999; _________. «Programas radiales, Estado e identidad nacional costarricense (1938-1939)». En: Revista Electrónica de Historia.  Vol.1. Nro.  3.  Abril-Junio del 2000. En: http://ns.fcs.ucr.ac.cr/~historia/portada.html ________. «Homogeneizando culturas. Peleas de gallos, corridas de toros y Estado en Costa Rica (1883-1914)». En: «Revista de Ciencias Sociales». San José: EUCR. Año 43. Nro. 89. 2000-II; y, _________. «Circo, nigromancia y prestidigitación en Costa Rica (1867-1914). Una aproximación desde la historia social». En: ibid. San José: EUCR. Año 43. Nro. 95. 2002-I. En general estas obras refieren que el Estado usó la sociabilidad para transmitir patrones culturales e identitarios -principalmente de tipo nacionalista- con el fin de mantener el respeto a la jerarquía de clase. Sin embargo, su control social se concentró alrededor del Valle Central, región que resumía en torno a sí la idea de nación.

3 Urbina Gaitán, Chester. Costa Rica y el deporte (1873-1921). Un estudio acerca del origen del fútbol y la construcción de un deporte nacional. Heredia: EUNA, 2001. pp.21-62.

4 La Opinión. 4 de julio de 1899. p.3. El paréntesis es mío.

5 La Prensa Libre. 6 de julio de 1899. p.3.

6 ibid. 7 de julio de 1899. p.3. El paréntesis es mío.

7 ibid. 22 de agosto de 1899. p.3. Los paréntesis son míos.

8 La República. 5 de setiembre de 1899. p.2.

9 ibid. 15 de setiembre de 1899. p.3.

10 ibid. 18 de octubre de 1899. p.3. Con respecto a los nombres de los posibles integrantes del «Partido Azul» del Liceo de Costa Rica se obtuvieron de los libros de registro del Liceo de Costa Rica de 1899 y 1900 y los bachilleres de 1899.

11 La República. 25 de diciembre de 1899. p.3.

12 Para más información acerca de la dictadura del Lic. Rafael Iglesias Castro se recomienda la lectura del libro: Orlando Salazar Mora. El apogeo de la República Liberal en Costa Rica 1870-1914. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica, 1990.

13 La República. 29 de diciembre de 1899. p.2.

14 ibid. 21 de setiembre de 1899. p.2. La negrita es mía.

15 ibid. 5 de diciembre de 1899. p.3.




La Copa Seamen’s de 1904: el trofeo más antiguo de Andalucía

La vinculación entre el «Huelva Recreation Club» y el «Seamen´s Institute» onubense  fue muy estrecha a partir de 1896, cuando el Recreation Club se pone en manos de los rectores del Seamen´s, que en gran medida eran los mismos que los del Club, para que de ese modo tutelaran los pasos de éste a partir de entonces.

El carácter futbolístico del Recreativo se perpetua bajo la tutela del Seamen´s Institute:

El Recreativo de Huelva, tenía un marcado carácter futbolístico, tal y como lo pone de relieve el hecho de que llegó a jugar, que se sepa documentalmente, entre 1888 y 1893 un total de 17 partidas de football frente por ejemplo a las 6 reuniones de lawn tennis y cricket.

Dicha circunstancia además, también queda puesta de manifiesto con el testimonio del propio D. José Muñoz, en el mes de Marzo de 1892 en la revista «Crónicas del Sport», Vocal del Club en 1889 y que luego también fuera vicepresidente del Recreativo en 1904. Como dato curioso podemos también añadir que fue el propio Sr. Muñoz el que donó la Copa Seamen´s de la que versa este artículo. Leamos lo que dice su testimonio y cómo deja muy claro que «principalmente se disputaban partidas de football«:

copa-seamens-1

La práctica del football, que a partir de 1896 quedó circunscrita a los marineros ingleses y la colonia inglesa, siguió desarrollándose en los terrenos del Velódromo, cedidos exclusivamente al «Huelva Recreation Club» en 1892 por la Compañía minera de Rio Tinto.

Si bien existen bastantes referencias al respecto,  el Recreativo de Huelva, durante dicha etapa, aún bajo la tutela del propio Seamen´s Institute, obviamente siguió teniendo autonomía propia. De hecho esto queda bastante de relieve en la siguiente nota de prensa de 2 de Febrero de 1899, en la que se cita al Sr. Williams Alexander Mackay como «presidente del Huelva Recreation Club» y abiertamente se habla de los «demás invitados de la junta«:

copa-seamens-2

(………)

copa-seamens-3

Finalmente, el «Huelva Recreation Club», decide retomar su andadura al margen del Seamen´s Institute y en enero de 1903 notifica dicha decisión al propio Alcalde de Huelva:

copa-seamens-4

El 15 de Mayo de 1903, el Dr. Mackay hace público en una nota de prensa que aparece en el diario «La Provincia» el que sería el «nuevo Reglamento» del Club Decano. Dicho Nuevo Reglamento fue presentado el 18 de Mayo de 1903 en el Gobierno Civil de la Provincia conforme a la Ley de Asociaciones de 1887, al objeto de hacer las modificaciones pertinentes oportunas en su anterior inscripción. Dicha nota de prensa es del 20 de Mayo de 1903:

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20 de Mayo 1903. “La Provincia”

20 de Mayo 1903. “La Provincia”

Durante todo ese periodo el Club se afana en mejorar y construir nuevas instalaciones en el Velódromo para regocijo de los nuevos socios. Finalmente en Octubre de 1904 el nuevo pabellón y nuevas instalaciones del Club para el football y el Cricket ya estaban listas para su uso.

La inauguración «no oficial», de las nuevas instalaciones se produce el 15 de Octubre, con una partido de football entre el Club Onubense y el Club de Riotinto.

La historica disputa de la Copa Seamen´s:

El día 30 del mes de Abril de 1904 el Seamen´s y el Recre acordaron una partida de football entre los socios del «Huelva Recreation Club» y los marineros del «Seamen´s Institute» para la cual se ponía en juego una bonita Copa de Plata donada por el entonces Vicepresidente y activo socio D. José Muñoz: La «Copa Seamen´s«.

Y si bien existen algunos indicios de partidas disputadas anteriormente entre ambos «teams», por causas no del todo claras dicho match previsto para el día 30 de Abril finalmente no pudo disputarse quedando pospuesto para el 6 del mes de Noviembre. Es probable que teniendo en cuenta la inminente inauguración del nuevo Pabellón e instalaciones del Club para finales del mes Octubre de ese año, ambas instituciones decidieran hacer coincidir con los actos de la propia inauguración la disputa de dicha hermosa Copa de plata.

Finalmente el partido entre ambos equipos se jugó como decíamos el día 6 de Noviembre de 1904, según consta en la diario local «La provincia» de ese mismo día. Y el resultado, otra vez no fue nada positivo para el cuadro Recreativista: 4-2 ganaron los británicos.

Diario El Gráfico. 18 Noviembre de 1904

Diario El Gráfico. 18 Noviembre de 1904

El Gráfico. 18 Noviembre de 1904. La Copa ganada por el Seamen´s

El Gráfico. 18 Noviembre de 1904. La Copa ganada por el Seamen´s

La Copa Seamen´s no se trataba de un título que fuera dirimido a una sola partida o a un único desafío, sino que tenía por objeto estar en posesión y custodia de aquel que la ganara en la última edición en la que dicha Copa hubiera sido puesta en litigio, si bien aquel que la ganara tres veces consecutivas finalmente se haría con la propiedad de la misma. Se trata de una tradición típicamente británica y que trataba de perpetuar los lazos deportivos entre dos o mas «teams».

Así pues en el primer desafío la Copa se fue a las vitrinas del Seamen´s, pero los del Recreativo no debieron quedarse muy conformes y dos domingos después, el 20 de noviembre de 1904, vuelven a disputarla. La victoria por fin sonríe a los del Recreativo, según se expone la prensa local onubense.

Existen algunos indicios de que el «Huelva Recreation Club» había levantado la Copa de la Raza en 1893 y la Copa Heráldica en 1898, pero fehacientemente y en base a pruebas documentales estrictas se puede considerar que es ese día del 20 de Noviembre de 1904 la primera vez que un capitán del Recreativo de Huelva levanta una copa ganada por el Club Decano. Fue William Alcock, ante un emotivo discurso del Reverendo Jeffrey, en la Capilla Anglicana del propio «Seamen´s Institute».

A partir de ahí se sucedieron los partidos, varios cada año, llegando a contabilizarse, según se puede extraer en el diario «La Provincia», hasta 40 encuentros disputados entre el «Seamen´s» y el «Recreation Club».

Finalmente el 1 de enero de 1911 el Recre gana al Seamen´s por 12-0 y la Copa de plata pasa a ser propiedad definitiva del «Real Club Recreativo de Huelva» al tratarse de la tercera victoria consecutiva, según «La Provincia» del 2 de Enero de ese año.

El Recreativo de Huelva, antes de ese 1 de Enero, ya había ganado en otras ocasiones tres veces seguidas al Seamen´s, pero la propiedad de la Copa siguió disputándose entre ambos. Parece obvio que era clara la voluntad del Club y del propio Seamen´s de mantener la tradición establecida en 1904 y los lazos de hermandad existente entre ambos desde 1896.




La tournée de los argentinos «Gimnasia y Esgrima»

Corría el mes de enero de 1931 cuando desembarcaba en nuestro Puerto de La luz, la Delegación deportiva enviada a Europa, el equipo campeón de la Argentina, «Gimnasia y Esgrima», de La Plata. Dicha embajada, serían nuestros huéspedes. En nuestro «terruño» jugaron cinco encuentros. Hoy vamos a reseñarles el primero de ellos.

—oOo—

Domingo, 11 de enero de 1931

AMISTOSO INTERNACIONAL

GIMNASIA Y ESGRIMA

MARINO .C.

Dosis de ensueños, emotividad, carácter, ilusión, fantasía, pasión, y… cuantos otros «ingredientes» o «regates» se quieran introducir en la coctelera para la jornada deportiva de hoy

El Gimnasia y Esgrima, vence al Marino F. C.

escudo

3 – 2. El Stadium. Con motivo del encuentro de fútbol concertado entre el Gimnasia y Esgrima, de La Plata, República Argentina y el Marino F. C., subcampeón de Gran Canaria, presentaba el Campo de Deportes España, uno de sus habituales aspectos, en días de gran solemnidad balompédica.

La gradería «popular», salvo algunos claros, se encontraba abarrotada de público, lo propio ocurría con la «universitaria», y en las sillas de pista, palcos, preferencia y otros sectores del campo, el público ocupaba asientos en gran número.

El interés que había despertado el encuentro era grande. Y se justificaba sobradamente. El equipo forastero había triunfado en Madrid y Barcelona, frente a fuertes cuadros de reconocida valía y ello era aliciente principalísimo para que el debut del equipo argentino, arrastrara al Campo de Deportes España aquella formidable masa de aficionados al noble deporte.

Antes de comenzar. Flotaba en el ambiente la impaciencia que se había apoderado de todos los que nos encontrábamos en el campo, y los comentarios y augurios sobre el resultado del encuentro eran muchos y variados.

Los equipos en la cancha. A las tres y veinticinco minutos irrumpió en la cancha el Gimnasia-Esgrima, que es recibido con una prolongada salva de aplausos, a los que contestan los homenajeados con los ¡hurras! de rigor. Momentos después aparecen los subcampeones, repitiéndose la ovación.

El árbitro. De común acuerdo entre los directivos de ambos clubes, es designado para arbitrar el encuentro el colegiado don Ambrosio Díaz Casanova, uno de los más competentes de nuestro Colegio.

Sorteo del campo y entrega de un banderín. Verificado el correspondiente sorteo del campo eligen puerta los forasteros, que optan por la del poniente, y Guerra, hace entrega al capitán forastero de un artístico banderín con los colores populares.

Y entre los ¡hurras! de los azules y los aplausos del público, los jugadores pasan a ocupar sus puestos respectivos.

Alineación de los equipos. Los «onces» contendientes se alinearon así:

Gimnasia-Esgrima: Bottasso; Di Giano, Tarrio; Chalú, Minella, Belli; Curell, Arrillaga, Díaz, Demaría y Morgada,

Marino: Aparicio; Matías, Guerra; Del Pino, González, Rodríguez; Victorio, Sosa, Domingo, Toledo y Sosa II

Comienza el partido. A las tres y treinta en punto Domingo pone en juego el balón y la delantera azul, en rápido avance, se desborda hacia la portería forastera, falla Tarrio, en la defensa y Victorio se cuela limpiamente, centra un balón muy pegado al marco, interviene Bottasso y la jugada degenera en un córner, que Toledo envía fuera del campo por encima de las mallas. El público deja oír sus primeros aplausos.

Seguidamente una nueva arrancada de los populares degenera en otro córner, que saca Rodríguez y que Minella se encarga de alejar.

El referee corta el juego impetuoso de los subcampeones pitando varios «fauts».

A un fallo de Guerra, el ala derecha forastera se interna en los terrenos del goal y Aparicio interviene con gran soltura deteniendo un balón que le sirve Arrillaga.

Una jugada espeluznante. El esférico desde la tripleta central popular, pasa a los pies de Toledo, que lo cede, con mucha rapidez a Victorio, corre éste la línea, centra de manera admirable y Sosa I, mete la cabeza, besando el balón el larguero.

La ovación, premiando la bonita jugada, es atronadora.

A continuación un chut de Arrillaga, origina un córner en la puerta popular, que es tirado sin consecuencias.

El primer «goal». Corresponde el honor de hacer funcionar por primera vez el marcador a los de casa y en la siguiente forma:

La línea de ataque azul y en vistoso avance llega a las mallas encomendadas a Bottasso, sin que pudieran impedirlo medios y defensas forasteros, a pesar de los esfuerzos realizados y a un centro de Victorio, templado, matemático, enorme, Toledo remata a «goal» fuertemente, perforando la puerta de los campeones argentinos.

Han transcurrido dieciocho minutos de juego y la ovación que suena en el campo dura largo tiempo.

Otro córner y el empate. Demaría chuta a «goal» y Aparicio detiene el balón a duras penas. Se castiga con otro córner el marco de los campeones argentinos, que es sacado por Victorio y va fuera, empujado el balón por el viento y, poco después, Casanova anula un precioso avance de los blanquinegros por «off-side» marcadísimo de Curell.

Y a los veinticinco minutos de juego Díaz, el excelente delantero centro del Gimnasia-Esgrima, obtiene de forma espléndida el empate aprovechando un pase de Curell.

Dos córners más y… final del primer tiempo. Como cosa más importante anotamos a continuación un chut de Domingo, que muere en las manos de Bottasso. Un córner contra el Marino, que saca Curell, algo abierto y que Toledo aleja. Los repetidos fallos de Del Pino y la actuación francamente mala de González, que motiva peligrosas coladas de los forasteros es causa de que nuestros defensas tengan que multiplicarse en sus puestos, especialmente Guerra, y por último, un córner contra el Marino, por el ala derecha que Toledo se encarga también de alejar.

El segundo tiempo. Apenas comenzado los forasteros atacan una y otra vez, promoviendo momentos de verdadero peligro ante el marco defendido por Aparicio, ataque que se prolongan y que son causa de que se tiren dos córners seguidos contra los azules, uno de ellos por despeje apretadísimo del meta popular.

El silbato del «referee» señala poco después la propia falta en los terrenos de nuestros adversarios y tirado por Rodríguez, Minella se encarga de despejar, alejando todo peligro.

Hay aplausos prolongados para un tiro de Domingo, que recoge Bottasso y la defensa azul se luce una y otra vez en sus continuas intervenciones.

Un córner que degenera en «goal». Victorio saca con poco acierto un córner contra los forasteros. Anotamos un buen tiro de Arrillaga, que Aparicio lanza por encima del larguero, salvando un tanto seguro y sacado por Morgada, lo remata Díaz de cabeza, muriendo el balón dentro de las mallas populares.

Han transcurrido veinte minutos de la segunda parte.

El tercer «goal» de los argentinos. A continuación se tira otro córner contra el Gimnasia-Esgrima. Avanza luego, rápido, el quinteto atacante forastero y un chut de Arrillaga, desde lejos, no esperado por Aparicio, sorprende la buena fe de éste y se cuela por la portería como Pedro por su casa. Fue una verdadera sorpresa para todos en general.

Este tanto se lo apuntaron los argentinos tres minutos después del segundo.

El segundo «goal» del Marino y final del partido. A una salida inoportuna del meta forastero, los populares están a punto de conseguir un goal. Se tira luego un córner contra el Marino, sin que provocara algo que mereciera la pena de anotarse y cinco minutos antes de finalizar el partido Sosa I, aprovechando un centro de Victorio, bate brillantemente a Bottasso.

Después, sólo muchos deseos de empatar por parte de los azules y no pocos de los argentinos por conservar la victoria.

Impresión final. La impresión que nos ha producido el Gimnasia-Esgrima, no puede ser mejor.

Es un once en que sus componentes obedecen a una técnica de juego, de positivos resultados. Observan una colocación excelente, pasan con soltura al compañero, sin regateos inútiles, con conocimiento de causa y en el ataque mantienen un acoplamiento perfecto. Ante el marco, su serenidad es desconcertante y extraña para nosotros. De ahí – nuestro juicio – que su juego rinda tanto provecho. Este equipo nos va a dar muchos disgustos, si la cosa no se enmienda.

De los componentes del once forastero brillaron con luz propia Minella, Arrillaga y Morgada, sin que esto quiera decir que el resto no valga. Si algo flaqueó fue la defensa, y en el primer tiempo tan solo, pues en el segundo estuvo admirable.

El Marino, mereció perder y perdió. Ha sido una de las tardes en que peor se ha desenvuelto en el campo. Salvo los quince o veinte minutos primeros, en todo lo demás no dio pie con bola.

El arbitraje de Casanova inteligente e imparcial.

Manuel Navarro Tejera es autor de la página «Historia del fútbol canario» www.historiadelfutbolcanario.es

Agradecimientos a Ángelo Clerici, Ricardo Gorosito, Patricio Minig y Jorge Gallego por su colaboración.




Cuando las delanteras tenían cinco delanteros: Ufarte, Luis, Gárate, Irureta y Alberto (Atl. Madrid. 69-75)

1104

 Club Atlético de Madrid que se proclamó campeón de Liga 1972/73. De izquierda a derecha, arriba: Melo, Iglesias, Quique, Pacheco, Adelardo y Benegas. Abajo: Ufarte, Luis, Gárate, Irureta y Alberto

Hubo un tiempo en el que los aficionados podían confirmar su devoción por un club cantando la alineación más representativa. Se decían de carrerilla y, es más, el que presumía de buena memoria también era capaz de recitar el equipo titular de la mayoría de sus rivales. Eran los tiempos del 2-3-5 y posteriormente del 3-2-5. Esta última disposición convivió en la prensa con los 4-2-4 y 4-3-3, cuando en muchas ocasiones el cronista modelaba la táctica del entrenador para ajustarla a la disposición clásica. Por eso casi todos hacían referencia a cinco delanteros. 

Una de estas grandes delanteras fue la del Atlético de Madrid de comienzos de los años 70. Conquistó dos campeonatos de Liga y una Copa del Generalísimo, además de ser la única delantera de toda la historia del Campeonato Nacional de Liga que tuvo en una misma temporada dos jugadores compartiendo el galardón de máximo goleador. Durante cinco temporadas estos delanteros fueron el referente histórico del equipo. Este es un repaso de sus gestas: 

Bajo las órdenes de Marcel Domingo el Atlético afrontó la temporada 1969/70 básicamente con la misma plantilla del año anterior. La delantera titular se quedaba un tanto desequilibrada porque la baja del veterano Enrique Collar no se había cubierto propiamente con ningún nombre destacado. A los Ufarte, Luis, Gárate y Adelardo (Irureta era considerado centrocampista) se les añadieron incorporaciones procedentes de categorías inferiores. Entre esos refuerzos estaba Alberto Fernández, del Real Valladolid Deportivo, fichado tras una excelente campaña en Segunda División junto a su compañero Quique Vicente Hernández.

El Atlético abordaba una competición en la que Real Madrid y CF Barcelona, los que más habían invertido en fichajes, partían como firmes candidatos. Los blancos para retener el título y los azulgrana para, de una vez, romper con una sequía liguera que ya duraba diez años. Por detrás, la UD Las Palmas de Luis Molowny aportaba el tono exótico con un fútbol de rasgos muy particulares. 

La campaña, en cambio, se desarrolló bajo un tremendo duelo entre los dos Atléticos, Madrid y Bilbao, que ofrecieron un juego más evolucionado y actualizado, primando el desplazamiento rápido del balón y un centro del campo potente. Quizá la diferencia que decantó el título para los madrileños fue la calidad de sus delanteros, sin despreciar a los bilbaínos que habitualmente se alinearon con Argoitia, Uriarte, Arieta, Clemente y Rojo en su ataque. 

En un principio, la delantera del Atlético de Madrid contaba, como ya hemos señalado, con Adelardo como interior izquierda. Irureta jugaba más retrasado en la línea medular. La banda izquierda era un poco tierra de nadie, ya que si Juan Antonio o Salcedo podían cubrir la posición, Marcel Domingo prefería a un jugador con mayor espíritu de sacrificio y compensase el centro del campo, debido a que por la derecha Ufarte, Luis y Gárate eran decantadamente atacantes. 

La dinámica intensa de la competición provocó algunos reajustes que fueron acertados. Marcel Domingo conmutó las posiciones de Adelardo e Irureta, con lo que el centro del campo ganó mayor regularidad gracias a que el extremeño era un todoterreno incansable. 

La nueva línea delantera era una verdadera sinfonía sobre el campo, desarrollando una gran cantidad de opciones y recursos. Posiblemente la clave estaba en la polivalencia de todos sus jugadores, salvo Ufarte, que era un extremo-extremo por la banda derecha. 

Empezando por Gárate. Formalmente ocupaba el puesto de delantero centro. Su gran calidad técnica le permitía mucho más que quedarse en punta esperando su oportunidad. Gárate era un jugador completísimo: reunía un certero remate tanto de cabeza como con el pie, un hábil regate y además era rápido y tenía una gran visión de la jugada. Siempre seguido de cerca por su correspondiente central, Gárate tenía tendencia a escorarse a la izquierda, arrastrando a su marcador, haciéndole coincidir allí con el lateral derecho, que quedaba un poco bloqueado. Con ello, no solo abría un gran espacio en el centro, sino que cuando arrancaba por la banda tenía mayor ventaja de recorrido sobre su marcador y eso le facilitaba la entrada en el área. 

Este movimiento hacia la izquierda de Gárate también compensaba la sacrificada labor de Alberto, que demostrando unas grandes condiciones físicas, trabajaba muy fuerte en el centro del campo. Alberto no jugaba de extremo aunque llevase el 11. Se movía mucho más retrasado, si bien, poseía un fuerte disparo desde fuera del área, por lo que pese a su menor recorrido ofensivo seguía siendo un peligro. Irureta cerraba el triángulo de la zona con apoyos bien a Gárate, bien al propio Alberto. 

Luis era el elemento más desestabilizador del ataque rojiblanco. Desde su puesto de interior, aprovechaba constantemente los espacios abiertos por Gárate. Gran rematador de cabeza por su altura y llegada, era un extraordinario lanzador de faltas. Se decía de él que era más fácil detenerle un penalty que un tiro libre. Y es que sorteaba las barreras con nitidez para poner el balón junto a un poste. No es que golpease con especial violencia, sino que el balón llevaba un tremendo efecto. Con el tiempo, por motivo de su artrosis, Luis fue perdiendo recorrido, pero ganó en maestría. En las últimas temporadas se alineaba infiltrándose para superar las fuertes molestias, se le veía arrancar en las carreras con esfuerzo y casi cojeando. Y sin embargo siguió siendo pieza fundamental, porque todo lo compensaba con su increíble visión de juego. Fue el hombre que determinó el estilo del Atlético de Madrid durante varias décadas: el contragolpe. 

La banda derecha era de Ufarte. Un fijo en la alineación del Atlético, su regate era muy limpio, encarando al lateral rival, lo mismo amagaba para buscar la línea de fondo y seguidamente recortaba hacia el centro. Así, desde la esquina del área centraba el balón, allí donde Luis y Gárate, cualquiera de los dos, estaba preparado para anticiparse a los defensores. Ufarte no marcaba goles, era quien los servía. 

En la temporada 1969/70, como ya hemos comentado, Marcel Domingo, el nuevo entrenador rojiblanco, de entrada mantuvo a Adelardo de interior izquierda y a Irureta en el centro del campo. Fue la inclusión de Alberto la que orientaba la disposición de un 4-3-3 más que la del 4-2-4. Durante la primera vuelta las posiciones de Adelardo e Irureta se mantuvieron. Fue en la jornada 17ª, segunda de la segunda vuelta, la primera vez que los cinco jugadores compartieron el ataque. Obtuvieron un 2-2 en el Estadio Insular. Y se consagraron una semana más tarde en Valencia. Aquella tarde el Atlético de Madrid remontó un 2-0 adverso con goles de Irureta y Luis 2, servidos por Ufarte y Gárate. Fueron dos puntos, los de entonces, fundamentales para que el equipo confirmase sus serias aspiraciones al título. También hay que decir, para ser justos, que Salcedo, un punto más ofensivo, permutó muchas veces en el puesto con Alberto. Con todo, el rendimiento del ataque rojiblanco quedaba mucho mejor definido a favor del asturiano. Al final el Campeonato de Liga fue para el Atlético de Madrid y Luis y Gárate se proclamaron máximos goleadores junto con el madridista Amancio. 

Al año siguiente el reto del Atlético de Madrid era doble. Por un lado defendía el título y por otro representaba a España en la Copa de Europa. El equipo tuvo un gran comienzo de temporada, mostrando las mismas armas que le habían valido para el éxito del año anterior. Su momento culminante llegó la noche del Cagliari en el Manzanares. El recital fue completo con un Atlético volcado sobre el portal de Albertosi creándole una atmósfera infernal durante media hora hasta que Luis desde fuera del área colocó un ajustado remate a la cepa del poste. Luego el contragolpe madrileño llevó la sentencia también con el mismo protagonista, que cerró la noche con un tercer gol de penalti. Sin embargo una plantilla corta y la lesión de Luis rompieron esa línea que le hubiese llevado a revalidar el título. El Atlético era el equipo que mejor fútbol hacía de España, con diferencia, pero también era el que tenía el calendario más sobrecargado. Hubo dos grandes noches más, como la del 3-0 al Valencia CF, que luego sería el campeón de Liga, y la del 1-0 al Ajax, el que luego seria tricampeón europeo de Cruyff, con gol de Irureta, que no fue suficiente renta porque en Amsterdam el equipo se alineó con notables bajas, entre ellas la de Gárate. Al regreso de Holanda, el empate entre el Atlético y el Barcelona en el Manzanares acabó dando el triunfo liguero al Valencia. 

La temporada 1971/72 quedó muy condicionada por las varias lesiones de Gárate. Eran tiempos en los que la contundencia de los defensores no se frenaba y parecía que tenían demasiado margen para actuar contra los delanteros. Gárate fue una de las víctimas más importantes de esas circunstancias. No solo lo notó el Atlético, sino también la propia selección española. Solo en la recta final del campeonato, cuando ya dirigía el equipo Marx Merkel, el Atlético recuperó su fuerza y su pegada. Precisamente entre los mejores encuentros que ofreció está el 4-1 al Real Madrid a falta de una jornada para el final. Con este resultado, si el Barcelona hubiese ganado en campo del descendido Córdoba, el campeonato hubiese sido para los azulgrana, pero no lo aprovecharon y al final los blancos, con un equipo muy joven, se proclamaron campeones. En la Copa, que entonces se disputaba a continuación de la Liga, el Atlético se impuso con autoridad, derrotando en la final al Valencia CF, que contaba con un equipo mucho más fuerte y competitivo que el que se había llevado la Liga un año antes. 

Luis fue el gran protagonista del éxito en la campaña liguera de la temporada 1972/73. La edad empezaba a hacer mella en los jugadores más veteranos, especialmente Ufarte. La inclusión de Becerra en el eje ofensivo fue importante, porque abría nuevos recursos, además de apoyar a Gárate, ya demasiado castigado. El campeonato empezó con un Barcelona más firme y definitivamente decidido a ganar por fin una Liga. Y así estaba dominando hasta que visitó el Manzanares. Allí apareció el Atlético de las grandes noches y doblegó a líder. Con ello evitó que el Barcelona se escapase en la clasificación. Hasta entonces el verdadero problema del Atlético era su irregularidad y para poder remontar la ventaja barcelonista tenía que mejorar mucho sus resultados. En casa conseguía elaboradas victorias ante equipos que se cerraban muy bien. La clave del éxito definitivo estuvo en los partidos en campo contrario, en el fulminante y certero contragolpe con los que vencía a sus rivales. El Atlético llegó a sumar más puntos fuera que en casa. Y es que Luis, con su maestría montando las escapadas de Gárate y Becerra, controlaba mejor el rendimiento del equipo que el propio Marx Merkel. En los últimos partidos, los decisivos, el Atlético recuperó su delantera de gala y así en la jornada 34, ante el RC Deportivo fue la última vez que se pudo ver en Madrid en el once inicial a Ufarte, Luis, Gárate, Irureta y Alberto. Esa tarde el Atlético se proclamó campeón de Liga. 

Los cinco delanteros continuaron en plantilla un año más. Juan Carlos Lorenzo sustituyó a Marx Merkel. Llegaron los argentinos Ayala y Heredia y la plantilla, por fin, tuvo una extensión apropiada para las necesidades del club. Las constantes permutas en las alineaciones impidió que se volviesen a reunir los cinco formando línea de ataque en ningún momento, aunque sí compartiesen alineación. Precisamente, en la final de la Copa de Europa en la que el Bayern evitó el triunfo del Atlético a un minuto del final, fue la última vez que los cinco compartieron la misma camiseta: Ufarte, Luis, Gárate e Irureta estuvieron en el once inicial. Posteriormente Alberto sustituyó a Ufarte. Aquella noche se cerró una de los ciclos más gloriosos de la historia del Atlético de Madrid. 

Las cifras de los delanteros durante los cinco años relatados: 

Año

UFARTE

Partidos/goles

LUIS

Partidos/goles

GÁRATE

Partidos/goles

IRURETA

Partidos/goles

ALBERTO

Partidos/goles

1969/70

30/4

30/16 *

30/16 *

23/1

29/7

1970/71

30/3

17/3

28/17 *

27/13

30/4

1971/72

27/1

31/11

16/5

33/8

30/3

1972/73

24/1

32/16

24/5

30/8

28/1

1973/74

12/0

23/9

29/11

26/6

27/0

* máximo goleador de la temporada

 Partidos disputados en que intervinieron los cinco delanteros

 

Fecha

Jornada

  rival Res Goleadores clave minutos

14/09/1969

1

F SEVILLA CF 1-0 Gárate 61 T 1m-89m

21/09/1969

2

C UD LAS PALMAS 1-2 Alberto 90 T 1m-90m

28/09/1969

3

C VALENCIA CF 2-0 Orozco 51, Luis 54 R 46m-61m

05/10/1969

4

F RC CELTA 1-1 Gárate 15 T 1m-64m

12/10/1969

5

C RCD MALLORCA 3-1 Luis 15, 43, Gárate 51 T 1m-90m

30/11/1969

12

F PONTEVEDRA CF 2-1 Ufarte 2, Gárate 66 R 59m-90m

07/12/1969

13

C ATLÉTICO BILBAO 2-1 Ufarte 4, Luis 18 R 29m-90m

21/12/1969

15

C CD SABADELL 0-1   R 59m-90m

28/12/1969

16

C SEVILLA CF 1-0 Adelardo 80 R 74m-90m

04/01/1970

17

F UD LAS PALMAS 2-2 Gárate 43, Luis 76 D 1m-86m

11/01/1970

18

F VALENCIA CF 3-2 Irureta 68, Luis 72, 85 D 1m-90m

18/01/1970

19

C RC CELTA 4-0 Gárate 22, 29, 44, Luis 60p T 1m-57m

25/01/1970

20

F RCD MALLORCA 0-1   D 1m-90m

15/02/1970

22

F REAL ZARAGOZA 0-1   D 1m-45m

08/03/1970

24

F ELCHE CF 1-1 Gárate 7 D 1m-75m

15/03/1970

25

C REAL MADRID 3-0 Luis 13, 58, Gárate 76 R 68m-90m

22/03/1970

26

F RC DEPORTIVO 1-0 Salcedo 81 D 1m-66m

29/03/1970

27

C PONTEVEDRA CF 2-0 Luis 7, Adelardo 71 R 30m-72m

19/04/1970

30

F CD SABADELL 2-0 Ufarte 68, Calleja 86 R 80m-90m

03/05/1970

C16i C CÓRDOBA CF 2-1 Luis 29, 77p R 57m-90m

24/05/1970

C 8v F ATLÉTICO BILBAO 1-2 Adelardo 40 R 71m-90

12/09/1970

1

F UD LAS PALMAS 1-1 Irureta 66 D 1m-75m

16/09/1970

Eu16i C AUSTRIA WIEN 2-0 Luis 8, Gárate 53 D 1m-74m

20/09/1970

2

C ATLÉTICO BILBAO 2-0 Gárate 17, 36 D 1m-83m

27/09/1970

3

F REAL ZARAGOZA 1-0 Gárate 42 D 1m-61m

30/09/1970

Eu16v F AUSTRIA WIEN 2-1 Luis 41, Gárate 85 D 1m-90m

04/10/1970

4

C RC CELTA 3-1 Alberto 60, Luis 64, Irureta 87 D 1m-90m

11/10/1970

5

F CD SABADELL 2-0 Gárate 48, Irureta 78 T 1m-77m

25/10/1970

7

F RCD ESPAÑOL 0-0   R 23m-90m

01/11/1970

8

C REAL MADRID 2-2 Irureta 85, Gárate 90 R 73m-90m

05/11/1970

Eu8v C US CAGLIARI 3-0 Luis 33, 72, 89p D 1m-90m

28/02/1971

23

F REAL MADRID 0-1   T 1m-90m

06/03/1971

24

C VALENCIA CF 3-0 Gárate 36, Ufarte 58, Luis 66 T 1m-90m

10/03/1971

Eu4i C LEGIA WARSZAWA 1-0 Adelardo 22 D 1m-45m

14/03/1971

25

F SEVILLA CF 1-1 Irureta 30 D 1m-31m

04/04/1971

28

C SPORTING GIJÓN 2-0 Alonso 6pp, Gárate 74 R 53m-87m

10/04/1971

29

F CD MÁLAGA 0-0   R 57m-90m

14/04/1971

Eu2i C AJAX  AMSTERDAM 1-0 Irureta 43 D 1m-75m

19/03/1972

26

C BURGOS CF 1-0 Luis 76 R 65m-90m

26/03/1972

27

F CÓRDOBA CF 1-0 Ufarte 5 D 1m-90m

02/04/1972

28

C CD MÁLAGA 0-0   D 1m-28m

22/04/1972

31

F UD LAS PALMAS 0-1   R 68m-90m

07/05/1972

33

C REAL MADRID 4-1 Alberto 19,Adelardo 21,Gárate 53,Zoco 85pp D 1m-56m

14/05/1972

34

F REAL BETIS 3-1 Irureta 48, Luis 67, Gárate 89 D 1m-58m

03/06/1972

C 8i C UD LAS PALMAS 1-0 Irureta 57 D 1m-78m

10/06/1972

C 8v F UD LAS PALMAS 0-0   D 1m-68m

03/09/1972

1

C VALENCIA CF 1-3 Luis 18 D 1m-59m

22/04/1973

30

C BURGOS CF 4-2 Becerra 26, Irureta 65,69, Adelardo 76 T 1m-70m

28/04/1973

31

F CF BARCELONA 0-0   R 46m-69m

06/05/1973

32

C GRANADA CF 2-1 Luis 67,85 D 1m-45m

20/05/1973

34

C RC DEPORTIVO 3-1 Luis 42, Adelardo 57, Gárate 70 D 1m-90m

23/05/1973

C 5ªv F RCD ESPAÑOL 0-2   D 1m-90m

 D = los 5 formaron la delantera titular.

T = los cinco entraron en el equipo titular pero no todos en la delantera.

R = Los cinco coincidieron sobre el terreno de juego por sustitución de algún titular. 

Partidos en que jugaron los cinco, pero no llegaron a coincidir sobre el terreno de juego:

 

Fecha

Jornada

  Rival Res Goleadores jugaron
15/11/1969

10

F REAL MADRID 1-1 Adelardo 57 UL(I)GA

23/11/1969

11

C RC DEPORTIVO 2-0 Adelardo 10, Gárate 30 ULGA(I)

12/04/1970

29

C REAL SOCIEDAD 4-0 Gárate 20, 50, Salcedo 31, Alberto 63 ULGA(I)

10/05/1970

C16v F CÓRDOBA CF 2-0 Salcedo 18, Luis 28 U(I)LGA

14/02/1971

22

C RCD ESPAÑOL 3-0 Irureta 42, Gárate 51, Orozco 85 U(L)IGA

28/03/1971

27

F REAL SOCIEDAD 1-0 Gárate U(A)GIL

18/04/1971

30

C CF BARCELONA 1-1 Luis 63 UIG(L)A

11/09/1971

2

C CD SABADELL 5-0 Luis 9, Gárate 20, 35, 50, Becerra 34, ULG(A)I

26/09/1971

4

C VALENCIA CF 0-1   U(A)LGI

17/06/1972

C 4i F CF BARCELONA 2-0 Luis 13, 22 LG(U)IA

24/06/1972

C 4v C CF BARCELONA 1-0 Juan Carlos 2pp L(U)GIA

10/09/1972

2

F REAL OVIEDO 2-0 Gárate 27, Ovejero 47 UG(L)IA

03/12/1972

13

F BURGOS CF 1-0 Benegas 31 ULG(A)I

31/12/1972

16

C REAL ZARAGOZA 0-0   LGIA(U)

21/01/1973

18

F VALENCIA CF 2-1 Gárate 43, Becerra 54 LG(U)IA

04/02/1973

20

F REAL BETIS 0-1   LGIA(U)

25/03/1973

26

F RC CELTA 1-0 Gárate 19 LIG(U)A

08/04/1973

28

F SPORTING GIJÓN 3-2 Salcedo 55, Luis 79, 89 ALG(U)I

02/09/1973

1

F SPORTING GIJÓN 3-0 Becerra 3, Gárate 50, José Manuel 88pp U(A)LGI

08/09/1973

2

C VALENCIA CF 3-1 Gárate 44, 57, Luis 88 U()LGI-(A)

02/12/1973

12

C CR MURCIA 4-1 Gárate 2, 42, Luis 28, Capón 82 ULGI(A)

28/04/1974

32

C CF BARCELONA 2-0 Luis 85p, Heredia 89 LGIA(U)

15/05/1974

EuFinal N BAYERN 1-1 Luis 113 U(A)LGI

 U: Ufarte; L: Luis; G: Gárate; I: Irureta; A: Alberto. (): sustituto.




Club de Football de Sevilla (1890-92), Sociedad de Football de Barcelona (1893-96) y Football Club Barcelona (1899-): ¿sociedades netamente futbolísticas del siglo XIX?

¿Cuál fue el primer club de España dedicado netamente a la práctica del football?. ¿Un Club que contenga el vocablo «football» en su denominación es más futbolero que otro que no lo contenga?. Aparentemente las preguntas son sencillas, pero analizadas en su contexto elemental contienen sus aristas cortantes. 

Durante finales del Siglo XIX en España empezaron a desarrollarse sociedades dedicadas a practicar los diversos sports ingleses, entre ellos el Football, amen de otros sports como el Lawn-tennis o el cricket. Las denominaciones de estas sociedades eran diversas, desde aquellas que incluían los términos «Recreation Club», «asociación atlética» o «asociación deportiva» entre otros, a aquellas en las que aparecía el apellido «Football». En este sentido, y para no dejar en el olvido a otras sociedades de aquella época, además de las indicadas en el encabezado del artículo, también aparecieron otras que tenían el vocablo «football», tales como el Football Club Catalán (1898/) el Palamós Club de football (1898/) o el Águilas Club de football (1896/), pero no se trata de hacer un recuento de estas sociedades, sino de responder con sentido a las preguntas planteadas en un principio. Y con los clubes arriba indicados tenemos suficiente para nuestro cometido. 

Para empezar a responder la primera cuestión debemos hacer una reflexión elemental en forma de pregunta: ¿el simple hecho de llevar el apellido «football» en la denominación de un Club implica que deba darse por sentado que éste únicamente se dedicaba a practicar dicho deporte?. 

Obviamente se puede considerar sin temor a equivocarnos que el hecho de poseer dicho vocablo «football» implica que era el deporte principalmente practicado en todo caso, pero no implicaba en absoluto que fuera el único. En este sentido vamos a analizar algunos casos. El primero puede ser el caso del «Football Club Barcelona» (1899- ). 

Como muy bien se encargó de explicar y detallar el gran investigador D. Fernando Arrechea, el 29 de Noviembre de 1899, aparece la siguiente nota de prensa en los diarios catalanes, que daba el pistoletazo de salida para el Fútbol Club Barcelona: 

1106

 

La dedicación  y el propósito de aquella naciente sociedad queda muy clara en los estatutos presentados en el Gobierno Civil, tal y como, descubrió recientemente el Sr. Arrechea. 

En los mismo puede leerse, en el artículo 1º: «Bajo la denominación de football Club Barcelona se constituye en esta ciudad una sociedad de aficionados al deporte del football, y cuyo fin es el fomento y propagación de este Sport para el desarrollo de la juventud«

 272

 

 Parece obvio que, al amparo de los documentos legales, se trataba de un club cuya finalidad no era inicialmente otra que la del fomento y desarrollo del Football. Sin embargo no pasó demasiado tiempo desde su fundación sin que el club desarrollara otras secciones deportivas. En 1900 el mencionado Club comunica en nota de prensa que iba a crear secciones de cricket, lawn tennis y atletismo, pero sin embargo solo se tiene constancia en prensa de carreras y prácticas atléticas. Este caso tan simple pone de relieve por tanto que el hecho de tener ese apellido («football») contenido en su denominación social, no implica la exclusividad en la práctica del susodicho deporte. 

Sin embargo, la Sociedad de Football de Barcelona (1893-96), en base a los documentos existentes, SI se dedicó netamente a la práctica del football, ya que no se tiene constancia documental alguna de que ésta hubiera jugado a otro sports. Todas sus apariciones señalan a partidas de football contra la Asociación de Torelló y otros Clubes cercanos en los que otros sports eran predominantes.

 Siguiendo con el análisis de los Clubes planteados en el título del artículo, parece que lo mismo que le sucedió al «Football Club Barcelona» (1899-  ) también sucede con el «Club de football de Sevilla» (1890-92)

El 14 de Marzo de 1890, en el diario Escocés «Dundee Courier» se dice lo siguiente en lo que respecta a los propósitos de aquellos pioneros del football sevillano: 

350

 Si bien, tal y como demostró el gran Arrechea en los «cuadernosdefutbol» de Enero de 2013, el primer partido bajo las reglas de la asociación que se juega en España no es en Sevilla, sino en Bilbao, la parte del texto del artículo que nos interesa dice:

«Hace unas seis semanas unos cuantos jóvenes entusiastas de origen británico nos reunimos en uno de los cafés a los efectos de considerar la propuesta de que deberíamos constituir una Asociación atlética, ya que veníamos sintiendo la necesidad de hacer ejercicio«. 

Que duda cabe que la intención de aquellos jóvenes era la de practicar el football como deporte principal, pero desde luego que el carácter «atlético» de esa asociación, tal y como reza en el artículo arriba expuesto, debió de estar muy presente desde el principio, pues casi inmediatamente después de esa fundación, el Club de football de Sevilla también comienza a practicar el tennis. Es desde luego extraño pensar que una sociedad de 1890, pudiera «sobrevivir» deportivamente hablando, únicamente a base de la práctica del football.

 Así en el diario La Provincia, el 18 de Marzo de 1890 se puede leer lo siguiente: 

     » El Club Recreativo de Huelva ha invitado al Club de football de Sevilla para tomar parte en dos grandes partidas de pelota, que han de verificarse el sábado 22 del corriente. La primera de Lawn Tennis en los jardines del Hotel Colón….Y la segunda de Football en los terrenos frente a la Fábrica de Gas. A las 8 de la noche del mismo día se dará un espléndido banquete en el Hotel Colón, en honor de los socios del Club sevillano».

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La partida de lawn Tennis entre el Recreation Club y el «Club de football de Sevilla» quedó confirmada y acordada entre ambos clubes en el diario «La Provincia» de 22 de Marzo de 1890, aunque como puede leerse quedó suspendida y trasladada al sábado siguiente debido al fallecimiento del pastor evangélico Mr. Lundie: 

La mencionada nota de prensa dice así: «…el sábado próximo tendrán lugar dichas partidas en los sitios y horas ya anunciadas»

 Todo ello queda de nuevo evidenciado por otra nota de prensa, en esta ocasión aparecida el día 28 de Marzo de 1890 en el Diario «La Provincia«, también, y en la que literalmente se dice:

 «Mañana sábado llegan los socios del Club de Football de Sevilla para tomar parte en las dos partidas de pelota anunciadas. La principal partida, que es la de football se jugará en los terrenos de la fábrica de gas….»

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Es evidente pues que el «Club de football de Sevilla» de 1890 también practicaba por tanto otros Sports propiamente ingleses, lo cual es como hemos apuntado lo más razonable en esa época, si bien el football era el deporte principalmente practicado por ese Club Sevillano. 

El potencial contra-argumento a nuestra tesis: «Sí, pero el –Club de football de Sevilla- (1890-92) o el -football Club Barcelona- (1899- ) practicaban principalmente el football, por eso se pueden considerar como netamente dedicados a ese Sport».

 Este planteamiento o «contra argumento» nos va a servir para responder a la vez a las dos siguientes preguntas:

¿Un Club que contenga el vocablo «football» en su denominación es más futbolero que otro que no lo contenga?, y

-¿Un club que no contenga el vocablo «football» en su denominación podría dedicarse principalmente al «football»?

 Comparemos por ejemplo a ese «Club de football de Sevilla» de 1890 con el único equipo contra el que jugara, El «Huelva Recreation Club» (1889- ), que curiosamente no contiene la palabra «Football» en su denominación social.

 Analicemos para ello el testimonio del Sr. José Muñoz vocal y directivo del «Recreation Club» desde 1889 en una nota de prensa aparecida a principios de 1892, en «Crónicas del Sport» de Madrid:

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«Desde la fundación de este Club se han jugado importantes partidas de Lawn tennis, cricket y PRINCIPALMENTE FOOTBALL, contra Clubs de Rio Tinto, Tharsis, Sevilla y otras poblaciones».

 Como pueden comprobar de nuevo, esos clubes, referidos en la nota de arriba no sólo practicaban football, sino también tennis y Cricket.

 Obviamente  atendiendo al texto de la nota de prensa se entiende que el «Huelva Recreation Club» también jugaba principalmente al football pero, miren por donde, no lleva el vocablo «football» en su denominación social.

 Así pues, si nos atenemos exclusivamente al planteamiento esgrimido en el «contra argumento» arriba expuesto, si el «Huelva Recreation Club» jugaba principalmente al football quiere decir también que se dedicaba netamente al football. 

Por todo ello queda puesto de manifiesto que no necesariamente un club tiene porqué contener en su denominación la palabra «football» para practicar este deporte de forma principal y preferencial. El «Recreativo de Huelva» (1889-  ), al igual que el «football Club Barcelona» y el «Club de football de Sevilla» (1890-92) jugaba desde su fundación también principalmente al football.

 Por todo ello, en realidad, nos resulta del todo absurdo hablar de «Club netamente dedicado al football».

Pero la cuestión verdadera a la que queremos llegar es esta: ¿Un Club que contenga el vocablo «football» en su denominación es más futbolero que otro que no lo contenga?

 Comparamos por ejemplo el «Club de football de Sevilla» (1890-92) y el «Huelva Recreation Club» (1889-   ) en lo que a partidas de football se refiere. De inmediato nos percatamos de algo muy curioso: Que el «Recreation Club» llegó a jugar entre 1888 y 1893 un total de 17 partidos (documentados), mientras que el «Club de football de Sevilla» sólo 6 (todas contra el «Huelva Recreation Club»).

Por tanto también se pone de relieve que el hecho de que una denominación social de un club no contenga el vocablo «football» no implica que dicho Club sea menos futbolero que otro que si la contenga. En este caso concreto por ejemplo, es obvio que el Recreation lo era más que el «Club de football de Sevilla (1890-92).

 Adjunto la tabla de partidas de football del «Huelva Recreation Club» entre 1888 y 1893.

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Dos reuniones de historiadores del fútbol: Historia contra memoria histórica

La primera edición de nuestro Foro Félix Martialay tuvo como uno de sus temas la memoria histórica, concepto que fue brillantemente expuesto por José Manuel Rodríguez Pardo y recogido en su artículo http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2010/10/futbol-y-memoria-historica-2/.

Traigo a colación la oposición entre la Historia y la memoria histórica con motivo de glosar brevemente dos reuniones de historiadores del fútbol que tuvieron lugar hace algo menos de quince años. Hace unas semanas Javier Bravo halló un documento referido al titulado I Congreso de Historiadores del Fútbol, celebrado en Ferrol los días 1 y 2 de diciembre del año 2000. Organizado por el Círculo Racinguista, fue impulsado por Carlos Castro Pinhão, autor entre otros de dos magníficos anuarios del fútbol gallego.

De aquella reunión contamos con la nota de prensa publicada en La Voz de Galicia (http://www.lavozdegalicia.es/hemeroteca/2000/11/30/313509.shtml) y, puesto que Bernardo Salazar dio una conferencia que tituló «As mentiras do futbol» también salió reseña en el As. Pero más aún, aunque por razones logísticas ningún miembro del CIHEFE estuvo presente, los organizadores tuvieron a bien enviarnos el manifiesto que hicieron público como conclusión de la reunión, que para general conocimiento publicamos ahora junto con la carta enviada a los organizadores por la Fundación Zerumuga.

Dicho lo cual, el recordar la oposición entre Historia y memoria histórica venía al caso porque ese encuentro de Ferrol (del que conservamos al menos las pruebas y documentos citados) tuvo su origen en una reunión organizada en Madrid por el propio Carlos Castro en la que se discutieron todo tipo de asuntos sobre la historia y en la que principalmente tuvimos la oportunidad de conocernos personalmente muchos que hasta entonces solo nos conocíamos por carta o teléfono. Yo personalmente conocí aquel día a José Ignacio Corcuera y al presidente José del Olmo, a quien le tiré una coca cola encima al extenderle la mano para saludarlo. Empezamos bien.

El caso es que frente a la reunión de Ferrol, plenamente documentada, de la madrileña nadie conserva ningún dato concreto, por lo que para reconstruirla nos hemos visto obligados a tirar de la memoria histórica de los presentes. ¿Cómo no llegar a un acuerdo en el recuerdo de algo ocurrido hace menos de 15 años y precisamente entre historiadores acostumbrados a ejercitar la memoria?

Recuerda el primero: fue el mismo año que lo de Ferrol, en primavera.

Afirma el segundo: recuerdo que hacía frío porque dejamos todos los abrigos apartados. Fue en el año 2000.

Sostiene el tercero: hacía muy buen día, íbamos en manga corta. Y recuerdo bien que Víctor estaba en el último año de instituto (1999).

Termina el cuarto: fue necesariamente en el año 2001 porque se hizo después de lo de Ferrol.

Por pudor omito los nombres de los cuatro memoriólogos expertos, uno de los cuales por cierto soy yo mismo. Pero todos ellos se enfrentan además con el recuerdo que de esa reunión aparece en un artículo sobre la historia del CIHEFE publicado en los Cuadernos de Fútbol, que coloca la reunión al principio de verano del año 2000: http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2012/02/historia-del-cihefe-iiiel-despacho-de-la-calle-general-orgaz/

Intentando sacar algo en claro, y corrigiendo lo expuesto en aquel artículo, me atrevería a decir que la reunión debió de ser en 1999 y que quizá fue en marzo. Ambas conclusiones, absolutamente sujetas a rectificación, las saco porque quien las afirmó da detalles externos que le dan mayor verosimilitud al recuerdo: los abrigos y mi instituto. Por lo demás, parece que sí hay consenso en que se celebró un sábado, que fue en la cafetería El Parterre, en la calle de Alberto Bosch y que estuvimos presentes los siguientes:

  1. Luis Javier Bravo Mayor
  2. Carlos Castro Pinhão
  3. José Ignacio Corcuera Lizaso
  4. Pedro Luis Ferrer
  5. Juan Manuel Julián
  6. Ángel Lebaniegos Sánchez
  7. Félix Martialay Martín-Sánchez
  8. Víctor Martínez Patón
  9. José María del Olmo Rodríguez
  10. Bernardo Salazar Acha
  11. José Vicente Tejedor Carnicero
  12. Jorge Valverde Alonso

Terminado el disparate de nuestra memoria histórica y constatado con un ejemplo práctico la confianza con que pueden tomarse sus conclusiones, termino el artículo con la seriedad que confieren los documentos, los relativos a la reunión de Ferrol.

I ENCUENTRO DE HISTORIADORES DEL FÚTBOL

Para una asociación modesta y de corta vida como el Círculo Racinguista resulta un motivo de orgullo poder contribuir, con la organización de este I Encuentro de Historiadores de Fútbol de la península ibérica, a sentar las bases de una Cultura de Fútbol que sitúe la defensa del patrimonio histórico de este deporte en el lugar que se merece. El Círculo Racinguista agradece muy sinceramente la presencia en este evento de Jorge Valverde, Júlio Soares, Ángel Lebaniegos, Daniel Horcajada, Antón Ferreiro, Manuel Julián, Fernando Gallego, Miguel Domínguez Vaz y de Bernardo de Salazar, a quien consideramos una autoridad en este ámbito que nos une. Y, cómo no, a José Ginés, Jorge Leira y a nuestros compañeros Carlos Castro, Francisco Rodríguez y Alfredo Fernández. Ojalá que estas jornadas fuesen provechosas para todos y que vuestra estancia en nuestra ciudad haya sido muy grata.

Por último, el agradecimiento para el Ayuntamiento de Ferrol en las figuras de su Alcalde, Ilmo. Sr. D. Xaime Bello, y del responsable de Deportes, D. Fernando Blanco, por el apoyo incondicional que han mostrado para que esta reunión tuviese lugar.


MANIFIESTO DE FERROL POR LA DEFENSA DEL PATRIMONIO HISTÓRICO DEL FÚTBOL

El fútbol, deporte con casi siglo y medio de historia, ingresa en el tercer milenio como una de las manifestaciones más seguidas del mundo. La trascendencia social que ha cobrado lo convierte en uno de los productos, vinculados a la cultura del ocio, más importantes en los últimos cincuenta años. Tal es su dimensión que distintas actividades han implicado sus intereses en este juego.

La historia del fútbol es tan vieja como la del propio deporte y muestra de ello son las publicaciones y literatura que han corrido durante este tiempo. Éstas no han estado, siempre, gobernadas por el rigor necesario, bien porque la voluntad para la conservación de los datos fuera menor, ya por las dificultades para su recogida, quizá porque la perspectiva de uso de los mismos fuese diferente, incluso por la desidia de los que debieran tomarlos y guardarlos. En cualquier caso, la cultura del fútbol ha venido marcada por diferentes matices en cada país, y ha manifestado su diversidad de acuerdo a varios modelos de trabajo y expresión.

La península ibérica es una de las áreas en las que la importancia de la historia ha ocupado un plano secundario. La dejadez de clubes e instituciones ha ido aparejada a la frecuente inexactitud de informaciones aparecidas en los medios de comunicación y, unido a ello, la publicación de trabajos, fundamentalmente memorísticos, llenos de lagunas por el alejamiento de sus autores de los documentos oficiales y de las visitas a hemerotecas para el contraste correcto y paciente de las fuentes secundarias.

La nueva eclosión del fútbol, la necesidad de que se genere información sobre el mismo día a día, los movimientos económicos que lo han penetrado, entre otros, ha modificado ciertas conductas provocando la aparición de historias mal documentadas y oportunistas, y un comercio de datos que pretenden mostrar una realidad que es más incierta que veraz.

Ante la necesidad de defender el pasado y el presente, distintas personas dedicadas a la historia del fútbol, quieren sensibilizar a todos los implicados en nuestro deporte para la preservación de su patrimonio, haciendo estas breves y básicas recomendaciones:

– Que todo club constituido, y dependiente de una federación, esté obligado a presentar una memoria, o anuario, al final de cada temporada, sobre los hechos deportivos acaecidos en la misma (copia correspondiente a cada entidad de las actas de los partidos, comunicación de resoluciones de comités en las que estén afectados, u otras oficiales de cualquier entidad e índole, inexcusablemente, y en todo caso, cuando se trate de públicas).

– Que las federaciones, tanto nacional como territorial, destinen, en sus partidas, ayudas específicas a los clubes dependientes de las mismas para que, desde las bases, se conserve su patrimonio cumplimentando, así, el punto anterior.

– Que la LFP obligue a todos los clubes que militan en las categorías profesionales, a crear museos y espacios para la conservación y el desarrollo de la historia de los mismos.

– Que las federaciones nacionales que no lo posean, creen un servicio de historia documentación, con ramificaciones en las territoriales, que sirva de pilar para la constitución de asociaciones de historiadores, y que sus integrantes tengan un documento acreditativo con el que puedan acceder a los documentos que necesiten para sus trabajos.

– Que todas estas entidades cuenten con personas cualificadas para realizar estas labores porque la preservación del material que poseen pertenece, a parte de a ellos, a la sociedad a la que pertenecen.

Igualmente, y a modo de método de conservación, al menos, para clubes de LFP:

– Microfilmado preliminar, como medida de conservación y seguridad, de las actas de los clubes, y documentos históricos.

– Restauración, documento a documento, en laboratorio especial.

– Acondicionamiento en carpetas de cartón no ácido y depósito en armarios con estantes horizontales.

– Clasificación y ordenación de los documentos de acuerdo a criterios biblioteconomísticos.

– Depósito en Base de datos de descripción.

– Scanerización de las imágenes de los documentos a partir de microfilm para su archivo en disco óptico.

– Gestión integrada de los sistemas de archivo, para permitir un rápido acceso a la descripción de los documentos y a su visualización a partir del disco óptico.

En Ferrol, a 2 de Diciembre de 2000

Firman:
Daniel Hocajada i Badía
Jorge Manuel Deza Rey
Bernardo de Salazar y Acha
Júlio Horácio Oliveira Soares
Alfredo Fernández Martínez
Francisco José Rodríguez Freire
José Jesús Ginés Vázquez
Carlos Castro Pinhão
Fernando Gallego Arzuaga
Jorge Manuel Leira Antón
Jorge Valverde Alonso
Antón Ferreiro García

FUNDACIÓN ZERUMUGA

En primer lugar, queremos mostrar nuestro apoyo al Manifiesto de Ferrol por la defensa del Patrimonio Histórico del Fútbol. Además de excusarnos por no participar en estas interesantes jornadas, tan afines a nuestros sentimientos, sí queremos aportar algunas ideas o reflexiones que, esperamos, tengan eco en este Encuentro.

Tomando al pie de la letra «patrimonio histórico del fútbol», aunque pueda parecer mentira, nadie se ha comprometido nunca, en este país, a difundir, haciendo un seguimiento riguroso, una historia de fútbol, es más, nadie se ha preocupado jamás en crear una cultura del fútbol que enganche a la gente.

Aquí todos tienen culpa, desde los grandes medios de comunicación, que a pesar de manejar suntuosos presupuestos, nunca se han comprometido con el rigor que un comunicador debe dar a un deporte de masas, a la administración, que jamás se ha preocupado de documentar la historia del fútbol, en un país en el que el número de seguidores va en aumento, por no hablar de los jóvenes que practican este deporte, sin más conocimientos que los técnicos.

Esa falta de historia, hace que seamos cada vez más pobres culturalmente y, además, nos convierte sólo en hinchas, no en seguidores de nuestros equipos.

Nunca hemos visto reclamar a la Federación, el derecho a contar la historia del fútbol, pero sí hemos visto picotear en diferentes proyectos sin continuidad, faltos de rigor, aburridos y sin suficiente valor histórico.

Quizás, y sólo a través de algunos clubes, se puede vislumbrar algo de la historia del fútbol, pero claro, con el punto de vista de sus colores. No es una crítica, pues gracias a algunos libros que realizan clubes, con motivo de sus aniversarios, podemos ir hacia atrás y medio comprender cómo hemos llegado hasta aquí.

No quisiéramos que, con lo escrito anteriormente, se menospreciara a aquellas publicaciones, que han editado, o editan, puntualmente sus trabajos de fútbol. Podríamos incluso poner muchos ejemplos interesantísimos.

Otro aspecto que reprendemos es la difusión de los libros de fútbol, ¿es qué hace pertenecer a un grupo mediático, con mucho poder editorial, para difundir aquellas publicaciones de fútbol de indiscutible interés? Por lo visto sí, ya que en los últimos tiempos, hemos observado como se publican biografías, ensayos, literatura de fútbol más o menos interesantes, pero apoyadas sólo si el autor o autores pertenecen a importantes medios de comunicación, o si el supuesto autor es un personaje relevante.

Esa falta de difusión que rodea las publicaciones MODESTAS, es lo que con este escrito queremos denunciar, sabemos por nuestra experiencia que existen en este país muchas personas dispuestas a trabajar en este campo histórico olvidado por los «grandes comunicadores». Sabemos que existe una falta de apoyo para incentivar estos trabajos, pero también sabemos que no queremos sólo quejarnos, sino que estamos dispuestos a subsanar este período de ignorancia y por ello creemos que debemos unirnos los que de alguna manera ya nos conocemos y hacer un llamamiento a todas aquellas personas anónimas apasionadas como nosotros en poner al descubierto esta historia del fútbol y avanzar, en el futuro, hacia un profundo conocimiento que nos represente a todos.

Sin más tiempo que perder, en los últimos días del año 2000, y a pocos de empezar el nuevo siglo, tenemos que trabajar y dar forma a nuestro Rothmans 2000-20001, sólo recogiendo todo lo acontecido en las diferentes categorías, de forma clara y amena, lograremos salir de este ocultismo en que vivimos los que amamos el fútbol. Para ello hemos de crear grupos de trabajo y entregarnos, de forma rigurosa a contar, dato a dato, lo acontecido esta temporada. Si logramos hacerlo, será el primer rayo de luz de un gran proyecto, puede que muchos años no veamos en los estantes de nuestras librerías lo que podamos ver en la más modesta librería inglesa, tal vez no logremos, en mucho tiempo, dar la calidad que merecen estas publicaciones, pero sólo trabajando, conseguiremos cambiar las cosas.




Manzanares CF – Club Atlético de Madrid: Un partido para la historia

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 Programa de mano

 Sin duda el acontecimiento deportivo mas importante en la historia del Manzanares C.F., (club que este año 2013, cumple sesenta años) se produjo el 25 de octubre de 1953 cuando el club Atlético de Madrid visito esta localidad manchega para disputar un partido de futbol de carácter amistoso. Dicho encuentro fue organizado por la Peña Atlético de Madrid de Manzanares, colaborando también E. y D. y el Excmo. Ayuntamiento de Manzanares que gracias a la excelente disposición del equipo madrileño se pudo hacer realidad este gran evento deportivo.

El 21 de octubre la secretaria rojiblanca confirmo los jugadores que se desplazarían a Manzanares con el visto del bueno del entrenador Benito Díaz, ya que ese domingo el club madrileño disputaba en Mestalla frente al Valencia C.F. su partido de liga correspondiente a la Primera División.

 Ante la gran entidad del rival, el club local aposto por reforzarse con jugadores como Zamora (At. Madrid) hijo del mítico portero Ricardo Zamora, Delgado (Gas de Madrid), Patri (Daimiel), Gómez I (Alcazar), Gómez II (Alcazar). 

A las ordenes del colegiado ciudarrealeño Sr. Mena los equipos presentaron las siguientes alineaciones: 

Manzanares C.F.: Zamora, (Garcia Montes), Alcazar (Paquillo), Marquina, Delgado, Gómez I (Alcazar), Patri, Gómez II, Infantes, Sampedro, Aglio, Marquina II, (Juanito). 

Atlético de Madrid: Pacheco, (Zamora), Hernández, Herrera, Lozano, (González), Pantaleón, Galbis, Juncosa, Atilio, Fontanet, Vilita, Collar III, (Collar IV). 

El resultado final fue de 8-2 a favor del equipo madrileño con goles de Juncosa (2), Collar IV (3), Atilio y Fontanet (2) que junto a Pantaleón hicieron su debut en el equipo atlético. Los dos goles locales los hizo el delantero Marquina.

 Exhibición del Atlético de Madrid sobre todo en la segunda parte, ya que la primera mitad termino 0-1 a favor del equipo rojiblanco y gran entrega por parte de los locales que pese a lo abultado del resultado nunca perdieron la cara al partido. A pesar de lo lluvioso del día hubo una gran entrada de publico, aficionados venidos de toda la comarca disfrutaron del gran espectáculo que ofrecieron manzanareños y madrileños en un partido que se desarrollo por cauces amistosos y nobles. 

Los precios para tal evento fueron 8 pesetas por entrada al campo, 6 pesetas 1ª y 2ª fila de tribuna numerada, 5 pesetas 3ª fila de tribuna numerada, 4 pesetas 4ª fila de tribuna numerada, 8 pesetas socio Peña con asiento y 4 pesetas para señoras, señoritas y menores de catorce años. 

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Entrada del histórico partido

Cuentan las crónicas de la época que gracias a este partido el Club Atlético de Madrid gano en seguidores y prueba de ello es que en la actualidad hay tres peñas atléticas en Manzanares en una ciudad que roza los veinte mil habitantes, algunas de ellas con mas de sesenta años de existencia como la Peña Atlética de Madrid una de las primeras en fundarse en España y organizadora de este evento o la Peña Atlética Garate con mas de treinta y cinco años de vida, lo que deja evidente el gran sentimiento y afición que el club rojiblanco despierta por estas tierras manchegas. 

Julio Jareño Pastor (Miembro de CIHEFE)




La esperpéntica norma sub-20 de 1979

 Han sido varios los intentos por rebajar la edad media de nuestro fútbol en categorías catalogadas como «nodriza». Unas veces declarando «no profesional» a la 3ª División. Otras estableciendo techos de edad a los jugadores profesionales más alejados de la elite. E incluso durante dos años, a partir del campeonato 1979-80, exigiendo la alineación de al menos 2 futbolistas Sub-20 en cada partido. Contempladas esas iniciativas desde la perspectiva que ofrece el tiempo, juez inmisericorde, apenas si cabe hallar algún beneficio. Y ello porque en todas las oportunidades faltó análisis, sobró precipitación y mandaron los intereses.

Cuando durante el decenio del 50 se quiso convertir la 3ª en un paraíso «amateur», casi tuvo lugar una revuelta. Clubes con aspiraciones o caídos en desgracia deportiva, vieron en la fórmula un ardid para marginarlos a perpetuidad. Sin buenos contratos, no podían nutrirse de veteranos procedentes de superior categoría. Sin esos refuerzos difícilmente tendrían soporte sus legítimas ansias de ascenso. Y sin el acicate de un mejor porvenir, ¿para qué sacrificarse como directivos, adelantar fondos personales o ejercer de avalistas ante entidades de crédito?. Paralelamente, los futbolistas también levantaron la voz, pese a carecer de representantes legítimos. Si el derecho de retención podía tenerlos atados indefinidamente a un club, y al ser desechados topaban con un mercado tan reducido, ¿pintaban algo en aquel teatro, pese a ser actores de tronío?. A toda prisa la Federación Española dio marcha atrás, procurando mantener el tipo y las formas. La veda oficial a profesionales en 3ª se mantenía, pero a los clubes se les brindaba la posibilidad de fichar «amateurs compensados». Resumiendo, los profesionales de bronce continuaron ganando lo mismo y moviéndose sin limitaciones de un club a otro, pusiera lo que pusiese en sus fichas federativas.

Los techos de edad, ya en los 70, tuvieron un efecto más pernicioso. Quienes no podían jugar en 3ª por sumar excesivos cumpleaños, recalaban en el fútbol Regional, cerrando el camino a jóvenes con más ilusión pero menos experiencia. Y eso precisamente en el vivero que debía nutrir a las categorías superiores muy a corto plazo, puesto que la 2ª B aún no existía y únicamente 80 clubes componían la 3ª. Hubo extranjeros sin oficio u ocupación laboral reconocida, militando en Regional. Y hasta exjugadores de 1ª viviendo en hoteles o pisos de alquiler, a 600 kilómetros de sus casas, mientras se batían el cobre por campos de tierra. Unos y otros con ficha «amateur», por supuesto, en el seno de la más estricta legalidad.

La sucesión de fracasos no pareció minar el ánimo de los federativos, porque para cuando echó a rodar el balón la temporada 1979-80 se descolgaron con la exigencia de alinear en cada partido a dos muchachos Sub-20. El argumento esgrimido apenas si ofreció novedades. Resultaba imperiosa la necesidad de conceder espacio a las jóvenes promesas. Si no jugaban nunca, ¿cómo se iban a foguear?. El fútbol nacional necesitaba relevo, máxime después de que la apertura importadora decretada 5 años antes hubiese atiborrado de extranjeros demasiadas plantillas. Si nadie ponía remedio, dentro de unos años la selección nacional estaría compuesta por jugadores de 2ª División, se aseguraba entonces. No corrían tiempos de bonanza para la escuadra roja, desde luego. Tras el fracaso en el mundial inglés de 1966, España estuvo ausente en México (1970) y Alemania (1974), clasificándose para Argentina (1978) a última hora y merced a un gol marcado con la espinilla por Rubén Cano. Precisamente por un argentino importado.

Semejante pretensión no gustó a casi nadie. La prensa tardó poco en tomar partido por el bando de los entusiastas o detractores, plegándose al interés de sus clubes más afines. ¿Tenía sentido que el Real Madrid, por ejemplo, dejara sentados a García Remón, Benito, Camacho, Pirri, Del Bosque, Juanito, Santillana, Roberto Martínez, Stielike o Cunningham, por alinear a dos aprendices?. ¿Y qué haría el por entonces potente Betis de los Esnaola, Ortega, Bizcocho, Biosca, Cardeñosa, López, Gordillo, Alabanda, Morán y Benítez, luego de reforzarse con Anzarda, Hugo Cabezas, Oliveira, Peruena y Vital en el mercado extranjero?. En Valencia tampoco se planteaban dar reposo a Castellanos, Carrete, Arias, Solsona, Tendillo, Sol, Botubot o Pablo, y muchísimo menos a sus extranjeros Bonhof, Kempes, Jiménez y Felman. Los defensores del invento, por su parte, situaban en el otro lado del platillo el incipiente abuso de quienes contaban ya con 5 extranjeros, siendo sólo 2 los permitidos, y ni siquiera les temblaba la voz al afirmar que para el siguiente ejercicio confiaban añadir otra pareja más. El método reproductivo apenas si ofrecía dificultades, puesto que cualquier sudamericano con dos años de residencia en nuestro suelo accedía a la doble nacionalidad, si no la hubiese adquirido antes contrayendo matrimonio con alguna española. De ese modo At. Madrid y Español contaban ya con 5 foráneos (Dirceu, Rubén Cano, Pereira, González y Ayala en el primer caso, y Ayfuch, Bío, Longhi, Amarillo y Morel en el segundo).

Como la Federación no hubiese podido imponer nada sin el beneplácito de los clubes más potentes, se avino a eximirlos en el cumplimiento de la norma. Resultó, pues, que la alineación de dos Sub-20 sólo sería obligatoria en los partidos de 2ª y 2ª División B. A partir de ahí tuvo lugar un curioso encadenado de acontecimientos.

Para empezar, se conformaron plantillas teniendo muy presente la nueva norma. El Deportivo Alavés, al que se conocía como Barcelona de 2ª por su potente inversión, la teórica calidad del elenco y los fracasos sistemáticos, fichó de la Regional vizcaína a Sandino -ariete con buen remate de cabeza pero sin méritos suficientes para la categoría de plata-, al tiempo que aupaba desde su desnutrido vivero a Villaláin o Chechu. El Levante hizo lo propio con Macías y Peregrín, y el Deportivo de La Coruña con Serafín o Solé, por no hacer interminable el repaso. Pero apenas alguno de sus entrenadores confiaba mínimamente en la nueva savia. ¿Cómo hacerlo, si el Alavés contaba con Amuchástegui, Morgado, Astarbe, Requejo, Quiles o Igartua, duchos ya en la máxima categoría y algunos hasta internacionales, en tanto a otros, como López Recarte, Sola, Señor o Urrecho, el futuro inminente iba a depararles idéntica gloria?. O sea que tras cumplir con la normativa haciéndolos saltar al campo, se ordenaba desde el banquillo su inmediata sustitución.

Aunque fue ésta una práctica muy generalizada, hubo técnicos que incurrieron en la burla obscena. Como Francisco Gento, gloria merengue con 6 Copas de Europa en su palmarés, y a la sazón entrenador del Palencia. Porque la antigua «Galerna del Cantábrico», declarado enemigo del engendro desde que se anunciase su puesta en práctica, batió cualquier récord negativo al mantener sobre el campo a Pirri, uno de sus Sub-20, durante 25 segundos en choque contra el Algeciras. Y eso que por cuanto se refiere al Palencia, la fechoría incorporaba una buena ración de miga.

Dos años antes, el equipo del Instituto palentino Jorge Manrique se había proclamado campeón de España cadete. Aquel semillero, por lo tanto, constituía una magnífica base para explotar con ventaja la nueva imposición. Al decir de muchos aficionados palentinos, Pirri era, precisamente, el mejor jugador de aquella quinta, donde también destacaba Sambade, segundo mejor artillero del Palencia en 1979-80, pese a su infrautilización. Pero a Gento le daba igual el futuro del Palencia y de la norma federativa. Sólo quería futbolistas hechos, bregados en el oficio. Por eso se deshacía de las imposiciones tan pronto sonaba el pitido inicial.

Desde la directiva palentina, empero, se contemplaban sus maniobras con evidente preocupación. Si algún jugador se lesionara, malgastados ya los dos cambios, tendrían que competir en inferioridad numérica. Y eso equivalía a conceder demasiadas ventajas, tratándose de un club recién ascendido. Consecuentemente, trataron de reforzarse con jovencitos capaces de mantener el tipo.

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Como entrenador, Paco Gento tuvo el dudoso honor de haber descartado para el Palencia al futuro internacional José Mary Baquero y no creer en la posibilidades del salmantino «Ito».

 De la cantera salmantina trajeron a Ito, un portento con el balón en los pies. Y del país vasco al hermano de su jugador Santi Baquero. Ito corrió parecida suerte a los sub-20 anteriores, para asombro y enojo de los parroquianos en el viejo graderío de La Balastera, embelesados con los inverosímiles regates del extremo. Y el hermano de Santi Baquero, chico bajito aunque con tanto descaro como determinación, ni siquiera llegó a enfundarse la camiseta morada, puesto que Gento no se dio por convencido. Ito regresó a tierras charras para convertirse en revulsivo de la Unión Deportiva, entonces en la máxima categoría, y ser traspasado al Real Madrid. Y el hermano de Santi, llamado José María, andado el tiempo habría de convertirse en internacional, figura del Barcelona y cotizado astro del firmamento europeo. Magnífica visión de topo la del gran Paco Gento.

En medio de tanto disparate, la Federación se vio impelida a pulir su propia norma. ¿De qué servía, si buena parte de los Sub-20 apenas necesitaban pasar por la ducha, luego de cada partido?. Contra viento y marea -los malos vientos de muchos banquillos y marejadas en el seno de diferentes clubes- se exigió que al menos estuviesen 20 minutos sobre el campo.

La temporada 1981-82 fue suprimido el imperativo Sub-20, que tanta falsa ilusión despertó en unos cuantos muchachos. Sus presumibles buenos propósitos quedaron en casi nada, puesto que produjo escaso rejuvenecimiento de plantillas y ninguna disminución en el censo de extranjeros. Málaga, Mallorca o Recreativo de Huelva constituyen un buen ejemplo, al contar cada uno con 4 importados, pese a estar en 2ª División. La mayoría de los Sub-20 fueron efímeras flores de un día. Tan pronto festejaban un cumpleaños caían en el olvido o se aferraban a su enclave natural: los vestuarios sin agua caliente y el duro terreno sin césped de la geografía Regional. Sólo unos pocos aprovecharon la obligatoriedad para engancharse al fútbol de elite: Lumbresas en Osasuna, Roberto en el Castellón (más tarde Valencia y Barcelona), Santos en el Valladolid, Urrecho en el Alavés, desde donde saltaría al Sporting de Gijón… A ellos, sobre todo al primero, solía referirse Pablo Porta, entonces mandamás federativo, para justificar su apuesta. Olvidaba que los buenos siempre acaban saliendo a flote, cualquiera que fuese su edad o aún contando con lastres de peso, como le ocurriese a Ito. Pero eso fue antes de que José María García, estrella del periodismo deportivo desde su púlpito en la cadena SER, aplicase el rejón de muerte al experimento y a la misma credibilidad del máximo órgano balompédico.

Lo hizo a su manera, proporcionando nombres, fechas y escenarios. Por eso la revelación causó enojo.

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Carrasco (al lado) y Manolo (abajo), involuntarios instigadores de la controvertida norma Sub-20.  

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Resulta que en 1978 el Barcelona contaba con dos perlas extraordinarias: Francisco José Carrasco, más adelante extremo internacional, y el defensa Manolo, quien a la postre no habría de hollar cumbres tan altas. Para los técnicos azulgrana ni remotamente existían dos jóvenes de semejante nivel en todo el panorama nacional. Así que José Luis Núñez, presidente «culé», comenzó a echar cuentas. Año tras año acumulaba decepciones. De nada parecían servirle los ya veteranos internacionales Rexach, Costas o Asensi, el canterano y también internacional Olmo, los adquiridos a golpe de talonario, como De la Cruz, Artola o Migueli, y los extranjeros Heredia, Krankl, Zuviría, Neeskens o Bío. Empezaba a convertirse en costumbre ver cómo el Real Madrid festejaba títulos. Claro que si la todopoderosa entidad blanca se viera obligada a encarar los partidos con un par de muchachos recién salidos del juvenil… Si lograba que la Federación aprobase una norma en tal sentido… ¿De dónde iban a sacar los merengues su parejita?. Aunque la fichasen tras peinar la piel de toro, siempre estarían en desventaja respecto a Manolo y Carrasco. Tocó a rebato y la maquinaria barcelonista se puso manos a la obra. Había que pensar en la selección nacional, en el futuro, en la economía de los clubes, tanto más sana en la medida que pudieran nutrirse de jóvenes forjados en sus canteras… Pablo Porta, además, era catalán de corazón. ¿Por qué no iba a ver con buenos ojos su iniciativa?.

Los clubes de 1ª se desmarcaron del proyecto, conforme ya se ha dicho, y la aspiración de Núñez quedó en barbecho. El Real Madrid revalidó su título liguero en el campeonato 1979-80, en tanto los «culés» ocupaban la 4ª plaza. En 1980-81 fue campeona la Real Sociedad de San Sebastián, el Real Madrid subcampeón y 5º el Barcelona. Ni siquiera en 1981-82 pudo vengarse deportivamente la entidad barcelonesa. Aún contando con un triunfador nato en el banquillo (Lattek) y el concurso sobre el campo del goleador Quini, la habilidad de Carrasco, los alardes físicos de Manolo, el pulso sereno de Alesanco y los destellos de Schuster o Simonssen, quedaron a 2 puntos de la Real Sociedad, repetidora en sus festejos del título.

Pablo Porta tuvo aquella temporada problemas mucho más serios. Una huelga de futbolistas, por ejemplo, como protesta rabiosa contra el derecho de retención que asistía a los clubes. O la cada vez más voluminosa montaña de deudas acumulada por demasiadas entidades, resuelta en el futuro próximo con varias desapariciones. Pero esto será materia de otros artículos. 

La norma Sub-20 de 1979, nacida en la bastardía, despreciada por sus progenitores, incomprendida y denostada, pereció ante el desinterés general, sin que nadie sepa hasta dónde hubiese podido llegar entre mejores padres o con más arrullos.




El fatídico código penal

Debió ser una fiesta la temporada 1993-1994 para el fútbol gallego. Porque sus dos máximos referentes (el Deportivo La Coruña y el Celta de Vigo) estuvieron a pasos de llevarse la Liga y la Copa del Rey, respectivamente.

El fixture indicó que el camino de la Liga debía comenzar en Galicia y el enfrentamiento terminó sin goles.

Para entender la campaña de ambos conjuntos la localía es un tema a tener en cuenta. El equipo vigués no recibió goles en su casa por la Copa del Rey, y el Deportivo La Coruña apenas 7 en 19 juegos.

Pese a avanzar en tres de las primeras cuatro eliminatorias por apenas un gol, el Celta en octavos de final se clasificó por tanda de penales ante el Logroñés (0-1 y 1-0, victoria 5-4).

En cuartos de final, liquidó la serie en Balaídos con un rotundo 5-0, reponiéndose al 0-1 de la ida. Y en las semis otra goleada (3-0) en casa, esta vez ante Tenerife, lo dejó en las puertas de la final. En la revancha, un empate a dos lo terminó de clasificar.

El rival en la final sería el Real Zaragoza a disputarse en el estadio Vicente Calderón, de Madrid, el 20 de Abril. Tras 120 minutos el resultado terminó en blanco. La serie de penales definiría al campeón de la edición 1993-1994 de la Copa del Rey. El Celta tenía el antecedente de octavos de final, ante el Logroñés. Para el conjunto aragonés, era su primera definición por esa vía.

Para dicho encuentro, el entrenador del Celta (Txetxu Rojo) dispuso que jueguen: Cañizares; Dadie, Patxi Salinas, Alejo, Otero; Salva, Engonga, Vicente, Ratkovic; Andrijasevic y Gudelj.

La serie no tuvo yerros en las primeras ocho ejecuciones, quedaba un penal por bando. Allí fue donde apareció el arquero aragonés (Andoni Cedrún) para detener el remate de Alejo, y luego Higuera convirtió su remate para que Copa del Rey viajara hacia Zaragoza.

 

El Deportivo La Coruña quería confirmar todo lo bueno que había conseguido en la temporada 1992-1993 de La Liga, donde había dado lugar al nacimiento del «Súper Depor» al finalizar tercero. Bajo las órdenes de Arsenio Iglesias la idea era volver a estar en zona de clasificación a copas europeas. En un equipo donde sobresalían el trío brasileño formado por Donato, Mauro Silva y Bebeto, se le sumaban la calidad para crear de Fran y la capacidad para llegar al gol de Claudio y Manjarín.

El arranque fue más que auspicioso, donde apenas perdió un juego en las primeras 10 jornadas. No solo se destacaba el ataque del Depor sino también la defensa merced a la poca cantidad de goles que recibía (apenas 6 en la primera rueda) donde además mantuvo 15 vallas en cero.

En la segunda rueda el puntapié inicial volvió a ser ante Celta de Vigo, en el clásico gallego. Esta vez se jugó en Balaídos pero el resultado fue el mismo de la primera rueda: 0-0. El conjunto deportivista apenas caería derrotado dos veces en la segunda rueda y sería ante los dos más poderosos: 0-2 ante Real Madrid y 0-3 ante el Barcelona, en el duelo de aspirantes al título.

Luego de esa derrota ante el Barsa, otras tres igualdades conspiraron contra las ilusiones del Deportivo. Sin embargo, una racha de 5 triunfos (4-1 a Athletic Bilbao, 5-2 al Oviedo, 2-1 a Atlético de Madrid, 1-0 a Racing de Santander y 2-0 a Tenerife) lo pusieron más cerca de la Liga.

El sprint final no parecía ser complejo para el Depor, pero en dichas instancias no hay que subestimar a ningún rival. Sino basta con ver como el Lleida le quitó un punto como local a falta de 4 fechas para el cierre, y luego el Rayo Vallecano una fecha más tarde también le quitó una unidad en otro empate a cero.

Quedaban 2 fechas y la ventaja era del Deportivo sobre el Barcelona por solo un punto (se otorgaban 2 unidades por victoria). El primer match point para el conjunto gallego fue el 8 de Mayo, cuando visitó a Logroñes (lo derrotó 2-0 a domicilio) y su rival, el Barcelona, visitaba al Real Madrid en el Clásico de España. La afición coruñesa ansiaba con que esa fuese la fecha de la consagración. Pero no pudo ser porque el Barcelona venció a los Merengues 1-0 con un gol de Guillermo Amor en el último cuarto de hora de partido.

La definición quedaba entonces para la última jornada. En caso de igualdad de puntos el ganador sería el equipo que mejor diferencia de gol registrara y en ese ítem el Barcelona le sacaba una ventaja considerable a Deportivo La Coruña (+49 contra +36). Es decir, el Deportivo debía ganarle al Valencia para no depender un resultado adverso del Barcelona que recibía al Sevilla de Davor Suker y Diego Simeone, entre otros.

Los once de Arsenio Iglesias aquélla tarde noche fueron los siguientes: Liaño; Voro, Djukic, Nando, Ribera; Donato, Mauro Silva, López Rekarte, Fran; Manjarín y Bebeto.

Todo el público que acompaño al Deportivo la tarde del 14 de Mayo de 1994 en el estadio Municipal de Riazor empezó a sentir más cerca el primer título de Liga cuando a los 12 minutos del primer tiempo, Diego Simeone adelantó al Sevilla en el Camp Nou ante Barcelona. Pero fue por apenas unos minutos ya que, a los 20, igualó el búlgaro Hristo Stoichkov y la ventaja volvía a ser de solo una unidad.

Volvió a explotar el Riazor casi al cierre de la primera mitad con otro gol de Sevilla, esta vez del croata Davor Suker. Pero en el complemento el Barcelona barrió al conjunto andaluz con una ráfaga de goles: a los 5, igualó Stoichkov, a los 25 desniveló Romario, cinco minutos más tarde aumentó Michael Laudrup y a falta de tres minutos para el cierre, Bakero liquidó el partido.

Quedaba todo en manos del Deportivo, debía ganar para festejar, como desde el inicio de la última fecha. El gol no llegaba hasta que en el minuto 89 el juez López Nieto le otorga un penal al Deportivo La Coruña. Fue el momento en el que ambos estadios en donde se disputaba la Liga 1993-1994 enmudecieron. En Riazor los rezos era para que fuese gol; en el Camp Nou los rezos eran para González, el arquero del Valencia.

Las súplicas surgieron efecto en Cataluña y González detuvo el disparo del serbio Miroslav Djukic. Fue muy polémica la decisión del goleador brasileño Bebeto quien se negó a ejecutar la pena máxima.

Ciento veinte segundos después de ese penal, el pitazo del juez fue el último sonido que se escuchó en Riazor. Las lágrimas se apoderaron de todos los jugadores del Deportivo. Su afición, como retribución a la gran temporada realizada, invadió el campo de juego y los abrazó a cada uno como verdaderos campeones.

La clasificación final fue una igualdad en 56 puntos en el primer lugar, pero con una mejor diferencia de gol para el equipo blaugrana. Otra vez un penal impidió en esa temporada la consagración de un equipo gallego. Lo que debió ser una fiesta para el fútbol de Galicia.




Primera gira americana de una selección vasca

Transcurrían los primeros años de la década de los veinte y el profesionalismo futbolístico empezaba a «salir del armario» en nuestro país, aunque a riesgo de exponerse a la ignominia popular,  pasada una primera etapa del llamado amateurismo marrón, que hizo observar a los jugadores de los diversos clubes que si la gente pagaba por verles jugar, era lógico que ellos cobrasen por ofrecer el espectáculo. En consecuencia había que buscar la forma de generar mayores ingresos para hacer frente a los gastos, resultando insuficiente los escasos partidos que ofrecían los Campeonatos regionales y en el mejor de los casos cinco encuentros del Campeonato de España para los respectivos campeones. Fue entonces cuando comenzaron a proliferar en gran manera los partidos amistosos, siendo éstos contra equipos extranjeros los que más llamaban la atención de los aficionados, pasando por nuestros campos la flor y nata de los equipos europeos como Sparta de Praga, Nüremberg FC, Wienner Sport Club, MTK de Budapest o Gradjinski de Zagreb, entre otros, proporcionando sustanciales beneficios para ambas entidades.

El prestigio que el futbol español alcanzó con el éxito de Amberes, también abrió las puertas a los clubes españoles para intentar alguna aventura internacional, como la realizada por el Real Madrid por tierras italianas a finales de 1920 y los esporádicos escarceos de los equipos vascos y catalanes por Francia, de los gallegos y andaluces por Portugal, y algún otro por el Norte de África. Pero durante el verano de 1922 acaparó la atención de los medios informativos la gira que un grupo de jugadores vascos efectuó por América. Según contaba el historiador Bernardo Salazar en una anterior edición de los Cuadernos de Fútbol, todo comenzó cuando en los días previos a la final del Campeonato de España, que Barcelona y Real Unión de Irún iban a disputar en Coya, apareció por la ciudad de Vigo un tal Mariano Hermoso exponiendo en los círculos periodísticos y deportivos su proyecto de llevar a tierras sudamericanas un combinado futbolístico que mostrase allí los grandes progresos que en este campo habían realizado los jugadores españoles, fruto del cual había derivado el sorprendente éxito olímpico, ofreciendo, al mismo tiempo, toda clase de garantías y ventajosas condiciones económicas.

El proyecto tuvo una grata acogida por parte de los dirigentes federativos guipuzcoanos desplazados para la final y también entre los jugadores iruneses, tomando forma en el viaje de regreso y los días posteriores. El Sr. Hermoso continuó su labor informativa en la misma federación regional, y en sus locales el presidente, Salvador Díaz Iraola, convocó para el 29 de mayo una reunión entre sus afiliados donde se aprobó la realización del viaje, para lo cual se solicitarían las pertinentes garantías avaladas. En posteriores reuniones se ultimaron los detalles, acordándose disputar un total de once partidos en Argentina, Uruguay y Brasil, proyectándose el regreso para la segunda quincena de septiembre. Se acordó que la expedición fuera encabezada por Salvador Díaz, además de un delegado del Real Unión de Irún, Leopoldo García, otro de la Real Sociedad, Javier Olasagastia y Manuel Gil Iturrioz como secretario. El representante de la Federación de Vizcaya, Sr. Isasi, aunque aprobó el proyecto solicitó su desvinculación y delegó en el jugador José María Belausteguigoitia.

Con muchas dificultades y tras varios días de gestiones se pudo confeccionar la lista de jugadores dispuestos a afrontar la aventura integrada por: Eizaguirre, Mariano y Amador Arrate, Olaizola, Artola, Arbide y Martínez de la Real Sociedad; Gamborena, Eguiazábal, Acosta, Patricio, Zabala y Echeveste del Real Unión; Elósegui del Tolosa; Planas del Esperanza; Travieso y Germán Echevarría del Athletic; Careaga del Arenas y José Mari Balauste, el héroe de Amberes que se encontraba en Francia como exiliado político y que anunció su incorporación a la expedición en Buenos Aires. Viajaban, además, W. Martin Harris como entrenador y Tomás de Ysasi periodista. Fue baja imprevista de última hora Antón Arrillaga por sus compromisos militares.

El 23 de junio salió la expedición de la estación del Norte con dirección a Madrid, donde se ultimaron algunas gestiones, y desde allí a Lisboa, embarcándose, cuatro días después, en el trasatlántico Cap Polonio. Tras hacer varias escalas llegaron a la capital de Argentina el 13 de julio, donde fueron recibidos de manera apoteósica por representantes de todas las sociedades españolas afincadas en Buenos Aires y numerosos aficionados. Después de numerosos agasajos, y sin tiempo de descanso, llegaba el primer compromiso futbolístico en tierras americanas.

El día 16, en el abarrotado campo del Sportivo Barracas, se enfrentaron a una selección argentina que utilizaba el nombre de Porteños y alineó a: Magistretti; Bidoglio, Castoldi; Bassadone, Vigliola, Solari; Calomino, Chiessa, Gaslini, Rofrano y Rivet. Por parte vasca jugaron de salida: Eizaguirre; Careaga, Arrate; Gamborena, Olaizola, Eguiazábal; Echeveste, Arbide, Patricio, Artola y Acosta. Arbitró el irlandés Mc Carthy. La falta de acoplamiento y el cansancio hicieron mella en combinado vasco, que en el segundo tiempo fue barrido de la cancha de juego por los argentinos, quienes ganaron por 4-0. La decepción entre la colonia hispana fue muy grande y las críticas extremadamente duras por parte de algunos sectores de la prensa, hasta el punto que el Sr. Díaz tuvo que salir al paso de la campaña con un comunicado que las mitigase, atribuyéndose aquéllas a las divisiones existentes en el seno de la Asociación Argentina.

Tras una semana de continuas recepciones en los círculos sociales bonaerenses, muchas de las cuales ocultaban un acerbado cariz político que poco contribuían a una eficaz puesta a punto de los jugadores, se celebró el segundo partido en el mismo escenario, pero sin tanta expectación. La entrada en el equipo de Germán, Travieso y Zabala mejoraron sensiblemente el juego y el marcador ya que se empató a uno con otra renovada selección Porteña, culpándose al parcial arbitraje una mejora en el resultado. El 30 de julio, la Asociación Argentina organizó un nuevo encuentro con una mediocre selección perteneciente a equipos provincianos. La taquilla se resintió, y también el espectáculo, pero el combinado vasco mostró una gran superioridad y se impuso por un rotundo 4 a 0 materializado por Travieso (2), el recién incorporado Belauste y Zabala. No era para lanzar las campanas al vuelo, dada la entidad del rival, pero ayudaba a levantar una moral que empezaba a resentirse y tenía sus efectos entre los expedicionarios con ligeras discusiones y la formación de grupos antagónicos.

La siguiente cita tuvo lugar en Rosario, realizándose el desplazaron en tren y donde se repitieron las muestras de gratitud. El 6 de agosto se jugó contra una selección local en el campo del Club Atlético Newell’s Old Boys, con una expectación sin precedentes. Fue un gran partido y los anfitriones se impusieron, tan sólo en el marcador, con dos goles de Ernesto Celli, mientras Zabala conseguía el momentáneo empate. Pese a la derrota se causó muy buena impresión, pero el ambiente entre los expedicionarios era cada vez más tenso. Al regreso se hizo una reunión conjunta con el fin de aclarar divergencias, pero todo fue en vano. Tampoco las circunstancia favorecían el entendimiento ni el programa previsto cumplía los objetivos. El partido señalado para el domingo siguiente fue suspendido por orden de la Asociación Argentina y el del día 15 no se pudo jugar por el temporal de lluvia, llegándose al acuerdo de celebrar otros tres encuentros: el día 20 en Montevideo, el 24 en Buenos Aires contra una selección argentina y el 30 despedida ante el conjunto checo del Treplitzer que se encontraba de gira por el país.

Cruzado el estuario del Plata, el combinado vasco se presentó en el campo del Parque Central frente a la selección de Uruguay que alineó a Battignani; Benincasa, Urdinarán; Vanzino, Zibecchi, Ruetta; Arremond, Scarone, Piendibene, Romano y Cámpolo. El encuentro fue muy competido y sólo la nefasta labor arbitral facilitó que los charrúas se impusieran de forma clara con dos goles de Romano en claro fuera de juego; luego Scarone y de nuevo Romano sentenciaron el contundente 4-0.

Se regresó a Buenos Aires en medio de un gran temporal que no cesó en los días siguientes, cosa que obligó a suspender de nuevo el partido previsto, mientras la confrontación con los checos tampoco tendría lugar porque éstos excusaron la participación con diversos argumentos. Se recurrió entonces a un combinado uruguayo formado por jugadores del Nacional y Universal de Montevideo, a los cuales se enfrentaron el domingo 27 de agosto en la cancha del Sportivo Barracas. Fue una brutal contienda que los uruguayos desataron tras el gol inicial de Travieso y que les dio sus frutos en los tres goles de Sacco que cayeron en la meta de Eizaguirre.

Se tomó el acuerdo de abandonar Buenos Aires rumbo a Río el 1 de septiembre, a bordo del vapor Deseado que debía zarpar en la vecina población de Mar del Plata; pero no habían acabado los sinsabores ya que la víspera de la partida el director del hotel comunicó al Sr. Díaz que Mariano Hermoso no había satisfecho la factura. El mismo día 1 transcurrió intentando solucionar el desaguisado y cuando todo parecía arreglado, el Sr. Hermoso presentó una denuncia por incumplimiento de contrato por parte del equipo vasco.

Solucionada momentáneamente la crisis se embarcó rumbo a Montevideo, donde se transbordó al Deseado y se prosiguió viaje a Río. Nuevamente se cambiaron los planes y en vez de jugar en Sao Paulo fue Santos el escenario de un nuevo partido; el día 7 de septiembre, ante a un combinado local y un público más bien escaso, se logró una brillante goleada por 5-1 con tantos de Travieso y Arbide, por partida doble, y Acosta.

Tres días después, con un lleno absoluto en el estadio del Club Palmeiras de Sao Paulo se ponía fin a la gira con el último partido que les enfrentaba a una potente selección del estado. Marcó primero Acosta pero Cabeli empató antes del descanso y luego una genialidad del as brasileño Neco daría la victoria a los paulistas por 2-1. Al día siguiente volvió a aparecer Mariano Hermoso y con él nuevos problemas. Otra denuncia por indisciplina de los jugadores le servía de pretexto para dejar de abonar los gastos de la expedición. Fue precisa la intervención del cónsul de España en Santos, Sr. Fernández Pintado, para poner fin a la extorsión que el promotor pretendía ejercer obligándole a firmar el finiquito de la aventura.

El día 17 se emprendió el viaje de regreso, con muchos menos ánimos que a la ida. Los jugadores siguieron formando grupos sin intercambiar palabra entre ellos y llegados el 4 de octubre a Vigo se alojaron en hoteles diferentes. El epílogo lamentable se dio en la estación de San Sebastián ante el numeroso  grupo de aficionados que acudieron: llegaban en diferentes vagones del mismo tren. Todo ello motivó un cúmulo de críticas por parte de los informadores, como lo muestra esta breve reseña de un periódico donostiarra: Los jugadores pertenecientes a los clubs vascos que hicieron el viaje a América llegaron a San Sebastián el sábado, en el expreso del mediodía. Iruneses y donostiarras vinieron por separado dando una nota lamentable. Se dice que entre ellos existen hondas diferencias. La conducta de estos jugadores ha sido deplorable habiendo partidos en que casi desde el comienzo han hecho plante, poniendo en un brete a directivos y delegados, saliendo al campo sin moral deportiva y con ello la derrota ha venido aplastante.

Así resultó la primera experiencia internacional del fútbol español tras lo de Amberes. Quizás se pagó la novatada y faltó organización, pero se abrió el camino a nuevas aventuras que otros emprendieron en años posteriores y que tendrán su correspondiente relato en sucesivas publicaciones.

 

Vicente Martínez Calatrava

CIHEFE




Historia del fútbol canario -Reseña de una época -1928-

HISTORIA DEL FÚTBOL CANARIO – Reseña de una época – 1928 –

 Miércoles, 4 de julio de 1928

 Foot-Ball Internacional

Cancha de juego: Campo de Deportes España

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SELECCIÓN CHILENA

REAL CLUB VICTORIA

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Un encuentro que dejará huella

El mayor acontecimiento deportivo visto en Canarias

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Un equipo olímpico tal y como se ha presentado en el Stadium de Ámsterdam es sin duda a lo más que puede aspirar un aficionado que no ha salido de las Islas Canarias (España). Buenos equipos españoles y extranjeros profesionales ingleses, hemos visto en la isla de Gran Canaria. Faltaba solo un once representativo de una nación para poder decir que aquí se ha visto todo cuanto hay que ver en fútbol.

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Tal acontecimiento sin precedentes en nuestra historia futbolística, es el que se nos ofrece para el próximo miércoles al aprovecharse el paso por Las Palmas de Gran Canaria del equipo Olímpico de Chile, uno de los mejores cuadros que se han presentado en las recientes Olimpiadas de Ámsterdam. 

Como se llegó a la organización del match. En viaje de ida hacia Ámsterdam, al tocar en este puerto el vapor que les conducía, los chilenos aprovecharon su breve estancia para efectuar un entreno sobre la pista del Campo de Deportes España, circunstancia que motivó atenciones y agasajos hacia los forasteros por parte de personas interesadas en el deporte local, a que aquellos correspondieron prometiendo hacer lo posible por complacer a la afición canaria, caso de al regreso volver a pasar por este puerto.

 Tan gentilmente han cumplido los chilenos su promesa, que a pesar de haberles prohibido su federación retrasar por ningún motivo el regreso, causa esta de no poder quedarse en Las Palmas de Gran Canaria para jugar varios partidos. Al embarcar en Holanda telegrafiaron al digno Cónsul de su nación, don Julio C. Rodríguez comunicándole que estaban dispuestos a jugar un partido aprovechando las breves horas que el barco permaneciera en este puerto. 

El Marino o Victoria debe ser quien contienda con los chilenos. El equipo olímpico visitante es una fuerte Selección constituida a base de los mejores jugadores chilenos. Selección debidamente entrenada y ahora de magnífica «forma», después de los partidos jugados en las olimpiadas de Ámsterdam. Pensar que en su día pueda formarse una Selección Canaria, es pensar con los pies; lo mismo decimos de «refuerzos», jugadores que no se entenderían con los demás y que sería peor el remedio que la enfermedad. Lo más lógico es un equipo completo y para ello nos da lo mismo que sea Marino que Victoria, pues tanto monta que monta tanto, el que se enfrente a la potente Selección chilena. 

Y si partimos de la base que habrá de perderse, pues es lo lógico que nos derrote una Selección Olímpica, para nosotros tendría menos consecuencia el que perdiera un equipo que no una Selección, que al fin y al cabo representaría al fútbol canario.

 Reseña del encuentro disputado entre la Selección Chilena y el Real Club Victoria. 

0 – 2. El Stadium. Animadísimo aspecto presentaba hoy el Campo de Deportes España, con motivo del partido de fútbol concertado entre los «onces» Real Club Victoria, local, y Olímpicos chilenos, aprovechando el regreso de estos a su país después de su intervención en la Olimpiada de Ámsterdam. 

Constitución de los equipos. Al irrumpir en el campo los jugadores son recibidos por el público con atronadores aplausos. El Real Club Victoria viste sus peculiares colores y el «once» forastero jerséi celeste y pantalón blanco, alineándose en la siguiente forma: 

Real Club Victoria: Correa; Arturo, Frías II; Moreno, Mandarria, Martín; Ramos, Navarro, Álamo, Hilario y Ortiz. 

Olímpicos chilenos: Cortés; Chaparro, Linfo; Rivero, Torres, Morales; Bravo, Zubiarre, Carbonell, Schneeverger y Olguin. 

El árbitro y los jueces de línea. Actúa de referee el inteligente excolegiado, don Pedro Cárdenes, secundado en su labor por los jueces de línea, don Miguel Gil (español) y don Germán Reyes (chileno). 

Elección de campo. Elegido campo por el equipo local, que opta por la puerta de Poniente, y tras los ¡hurras! de rigor da comienzo el partido. 

El primer tiempo. Sacan los forasteros y en los primeros momentos son de tanteo de fuerzas por ambas partes, imprimiéndose poco a poco al partido la nota efervescente y propia que caracteriza a esta clase de encuentros. Es decir: ese nerviosismo y agitación rayana en lo inconcebible, en que el patadón sin acierto ni fin determinado sucede, repentinamente, la jugada combinada y preciosista que se aplaude. 

Momentos de interés. Más compenetrados de la labor a desarrollar por el mero hecho de que los avances y ataques realizados habían dado margen sobrado para que los bandos rivales se dieran cuenta mutuamente del enemigo que tenían que vencer comienza a desarrollarse un juego aunque movido y duro tal vez con exceso no falto de tecnicismo y mucha voluntad, que ora se estrellaba ante la férrea muralla de los defensas forasteros, ora fracasaba a la intervención de sus medios o luego iba a morir a los pies de los «backs» realistas o a desbaratarse ante las líneas delanteras porteñas. 

En este estado de cosas, de inmejorable calidad futbolística el tiempo transcurre a medida que aumenta el interés del público, y sobre todo lo realizado se destaca notablemente en bien llevado avance de las huestes realistas por el ala izquierda que inútilmente trató de interceptar la tripleta central forastera y que a duras penas malogró la propia defensa; pero otra vez el esférico en poder de los chicos realistas cuyos avances secundan los medios, da motivo para que el guardameta forastero intervenga repetidas veces deteniendo un par de tiros bien colocados demostrándose con ello sus envidiables condiciones. 

Los delanteros chilenos Zubiarre y Carbonell con la ayuda del medio centro de su equipo Torres, llegan a la puerta realista y después de sortear la defensa cediendo aquellos la pelota a Schneeverger, éste remata de un chut fuerte la bonita jugada, que muere en las manos de Correa en medio de una prolongada ovación. 

Se suceden un sin fin de ataques por lo que se ven comprometidas ambas puertas y surge  el… 

Primer goal. Después de lo anotado en lo que se acentuó un ligero dominio de los de casa, el ala derecha del «once» blanquinegro corre la pelota con rapidez vertiginosa; recibe un pase Hilario, logra éste batir la tripleta central chilena, sortea difícilmente la defensa y a pocos metros de la puerta después de engañar al portero desmarcándolo chuta y de un tiro limpio, sesgado, suavemente, magnífico, inconmensurable, perfora la red chilena, goal que es acogido por el público con una nutrida y prolongada salva de aplausos. 

Dos córners y final del primer tiempo. A partir de este momento la lucha es más enconada, arrecian los ataques forasteros cuyos equipiers se multiplican en el campo; decae el equipo local en acometividad, pero rehechos nuevamente vuelven a las andadas y uno de sus avances degenera en córner contra los olímpicos chilenos, que despeja de un plongeón el guardameta, interviene luego varias veces Correa y tras marcarse otro córner contra la puerta realista, que despeja de cabeza Martín, finalizan los cuarenta y cinco minutos de juego con la pelota en poder de los medios realistas. 

El segundo tiempo. Antes de comenzar éste, entre los capitanes de los equipos se cambian artísticos ramos de flores quienes los ofrecen a las hermanas de don Julio G. Rodríguez, Cónsul de Chile en Las Palmas, galantería con la que el público simpatiza, dejando oír sus aplausos y tras las pitadas de rigor verifican el saque los del Victoria, que pierde el balón prontamente; intervienen Frías que despeja flojamente y da paso a que Carbonell y Olguín comprometan con sus tiros rasos la meta defendida por Correa; se tira un córner contra las mallas chilenas que despeja la defensa; un chut de Pepín que recoge Álamo y lo lanza a la puerta sin consecuencias y después de un faut contra el Victoria que puso en grave aprieto al marco atacado, con un estupendo remate de cabeza del medio centro Carbonell que recoge Correa, y finaliza la primera etapa de juego. 

Un sin fin de off-sides. La rapidez puesta en los avances por el equipo chileno, motiva el que el Referee, señor Cárdenes, corte aquellos por marcadísimos off-sides, y contagiados los de casa con el proceder de los forasteros, por iguales causas, ven malogradas sus bonitas combinaciones, mereciendo especial mención en esta otra fase del partido un pase adelantado de Álamo que recoge Navarro, pero acosado éste por la defensa, se ve precisado a entregar el balón, cuando era inminente el goal por la escasa distancia que le separaba de la puerta adversaria. 

El segundo goal. Sin dominio, propiamente dicho, continúa desarrollándose el encuentro con gran satisfacción por parte del público y gran entusiasmo por la de los jugadores. Surge un saque de línea por conducto de Pepín que centra admirablemente y al recogerlo Álamo éste lo remata de cabeza por el ángulo opuesto consiguiendo el segundo goal, tanto inesperado por el guardameta olímpico y que pretendió protestar uno de los jugadores chilenos alegando el off-side de Álamo por desconocer tal vez, que ello no existe, según el Reglamento vigente, en el saque de línea. 

Un lesionado y otros pormenores. El segundo goal marcado por las huestes realistas arrastra consigo un juego durísimo por parte de los chilenos y violencia tras violencia van sucediéndose las jugadas con la misma rapidez y acometividad que al principio del encuentro. Al lesionarse el medio derecha Rivero con una contusión en la rodilla le sustituye Reyes, que actuaba de juez de línea y a éste otro un reserva del equipo. Hilario, que está jugando horrores toda la tarde, en una jugada individual llega a pocos pasos del marco forastero, pero agotado físicamente, apenas si cuenta con ánimos para escapar de la furia de los defensas que salieron a su encuentro con muy malas intenciones, pero que él burló con su proverbial rapidez, pero el balón que les entregó, que por cierto llevaba todas las características de convertirse en el tercer goal de la tarde. 

Dos córners contra el Victoria. Morales, al arrebatar la pelota a Pepín, le carga feamente; un despeje flojo de Arturo crea una comprometida situación ante su marco; se tiran dos córners casi seguidos contra los realistas; Martín cae lesionado, vuelve al juego a los terrenos chilenos no sin que antes hayan intervenido con acierto ambos guardametas; otro fallo de Arturo que aprovechan los delanteros olímpicos para entregar la pelota a Correa, que evitó un goal seguro; un pase de Álamo a Hilario que muere en las manos de Cortés; despeje soberbio de Chaparro que anula un bien llevado avance de los realistas y nueva y comprometida situación frente al marco local, que despeje Martín de cabeza. 

Otro córner y final del partido. A una arrancada de las huestes porteñas chuta Hilario a goal y el portero envía a córner el esférico, tira la falta Ortiz medianamente y despeja la defensa y momentos después el referee dio por terminado el encuentro en el que se adjudicó el triunfo el Real Club Victoria por dos goals a cero.

 Otra perspectiva. Cuando los dos equipos salieron al campo, el público los recibió con un nutrido y cariñoso aplauso, que no cesó mientras los capitanes de ambas partes se abrazaban y cambiaban un afectuoso saludo.

 Causa buena impresión en el público el ver que los once jugadores del chileno son fuertes y robustos, aunque bastante más bajos de estatura que los nuestros. 

Empieza el partido y desde el primer momento nos damos cuenta de que el equipo olímpico es excelente, sin ponderación alguna, pero advertimos en ellos cierto desconocimiento del campo donde se desenvuelven, lo que unido al cansancio del viaje, les coloca en un grado de inferioridad con respecto al Victoria. 

Estos desarrollan una labor magnífica, destacándose de una manera muy notable Ortiz y Correa. Las paradas de éste desconcertaron desde el principio a los olímpicos. 

En este tiempo los chilenos no lograron ningún goal, y los nuestros metieron uno, debido al gran Hilario. 

La labor del equipo olímpico dejó bastante que desear en este primer tiempo, aunque hicieron jugadas admirables que el público, cortés y deferente, premió con cariñosos aplausos. 

En el segundo tiempo ya jugaron mejor los chilenos, notándose en ellos algo más de energía y conocimiento del campo. Pero los valientes del Victoria no cejaron, y desarrollaron un juego admirable que les condujo a la meta, logrando otro goal que fue el definitivo. 

Como dijimos antes, en este segundo tiempo demostraron los chilenos que no eran un equipo cualquiera, y que los nuestros, al medir sus fuerzas con ellos, nos han dado a entender que valen mucho también. Naturalmente queda siempre la duda para los olímpicos, de que han perdido por las circunstancias en que han jugado: desconocimiento del campo, la precipitación del viaje, etc., pero a través de estas dificultades que no perdía de vista el público, ha dejado entre nosotros muy buena impresión de su actuación fugaz en esta isla. 

Cuando terminó el partido y en todo él, fueron muchos los aplausos con que el público reconoció el mérito de ambos equipos, sobre todo en distintas jugadas admirables del chileno. 

No podrán decir los olímpicos que aquí se le ha tratado mal, aunque no nos hayan podido ganar. 

El capitán del Victoria y el del chileno fueron obsequiados con grandes ramos de flores. Los once nuestros recibieron calurosas felicitaciones, amén de los incesantes aplausos con que el entusiasta público les premió. Reciben nuestra sincera felicitación por esta victoria que señala en su brillante historial un día de gloria más. 

Una nota triste hemos observado y, en verdad, que no estuvo bien: es que al salir del campo el equipo chileno, no se le despidió con un cariñoso aplauso, pues no debemos olvidar que, aunque vencidos en buena lid, eran huéspedes nuestros, siquiera por breves horas. 

Impresión final. Muy breve por cierto, pero muy expresiva. El equipo olímpico chileno es de lo mejorcito que ha actuado en el Campo de Deportes España. Su línea delantera, inmejorable, la tripleta central estupenda, la defensa segurísima, el guardameta excelente. El conjunto no es un equipo completo, por líneas sí; rápido en el pase, veloz en el avance, tanto dominan el juego alto como el bajo; resistentes, fuertes, inteligentes, voluntariosos y entusiastas. En resumidas cuentas: Un excelente equipo en toda la extensión de la apalabra, digno de mejor suerte. 

De la actuación del Victoria el mejor elogio que puede hacerse es el recordar los dos goals obtenidos ante adversarios tan temibles y tan compenetrados de su labor, mereciendo un elogio aparte Hilario y Álamo, almas del encuentro, quienes desarrollaron, con la ayuda de sus compañeros, una labor inteligente hasta el extremo. 

El triunfo del Real Club Victoria fue limpio y justo. 

El señor Cárdenes, árbitro del encuentro, aparte de demostrarnos que sabe juzgar un partido de tan elevada categoría poniendo en el fiel la balanza, se nos justificó una vez más como el insustituible para estos casos, por su honradez e imparcialidad. 

Manuel Navarro Tejera es autor de la página «Historia del fútbol canario» www.historiadelfutbolcanario.es 




Los máximos goleadores de la selección, por año natural

En el fútbol español, no hace mucho tiempo, ha surgido la singular moda de escudriñar, rebuscar e inspeccionar entre los números de los goleadores, con el fin de obtener cifras o datos estadísticos curiosos, aunque con una más que dudosa utilidad. Las escandalosas cifras anotadoras de Messi y Cristiano Ronaldo principalmente, ha propiciado esta corriente numérica que llega a ser casi mareante. Que si goles marcados con la cabeza, que si con el pie derecho, que si con el izquierdo. Que si tantos conseguidos en la primera parte, o en la segunda, o jugando como local, o goles logrados como visitante, o antes de la primera media hora… Imagino que la proliferación actual de las casas de apuestas deportivas habrá tenido mucho que ver  con esta moda. El caso es que, de toda esta, llamémosle novedad estadística, sí me ha parecido interesante el dato de saber cuántos goles ha materializado un determinado jugador en un año natural. Movido por la curiosidad, comencé a indagar en mis archivos sobre la Selección, para confeccionar una lista con los máximos anotadores de cada año natural en el equipo nacional. Siguiendo el único criterio de que el futbolista haya logrado 6 ó más goles por año, la relación, en orden descendente, es la siguiente: 

  • 1. En primer lugar, y como no podía ser de otra forma, aparece David Villa, nuestro máximo artillero histórico, que logró 12 goles en el año 2008. Disputó 13 partidos y encadenó una racha de 5 encuentros consecutivos marcando, igualando a Zarra y Kubala en este apartado, a los que luego superó en el primer choque de 2009 con otra nueva diana. De esa docena de goles, destacan sobremanera los cuatro logrados en la Eurocopa de Austria y Suiza, que coronó a España como la mejor y al asturiano como máximo anotador del campeonato. 
  • 2. El segundo puesto es también para el delantero de Tuilla, entonces en las filas del Valencia. Sumó 11 dianas en 2009, para lo que necesitó 13 partidos internacionales. 
  • 3. El bronce es para Raúl González. En 1999 se convirtió en el primero de nuestros futbolistas en llegar a los 10 tantos internacionales en un mismo año. Los consiguió en 9 partidos disputados, destacando sus 4 dianas a Austria, en la goleada por 9 a 0 camino de la Eurocopa 2000. 
  • 4. En cuarto lugar y con 9 goles, aparecen Gaspar Rubio, Isidro Lángara y, de nuevo, David Villa. Rubio logró esa cifra en tan sólo tres compromisos. Los únicos tres partidos que nuestra Selección disputó en 1929 (dos de esos goles se los marcó a Inglaterra en la célebre primera derrota de los Pross lejos del Reino Unido). Lángara igualó esa marca en el año 1934, aunque necesitó un encuentro más. Acribilló a Portugal en la eliminatoria previa al Mundial de Italia, con 7 goles en los dos choques, para luego hacer doblete ante Brasil en nuestro estreno mundialista. Tanto las 9 dianas de Rubio como las de Lángara, fueron logradas consecutivamente, lo que supone un récord nacional todavía no igualado. Villa cantó también nueve goles en el año 2010, en 16 partidos. Cinco de esos tantos los hizo en Sudáfrica, en el Campeonato Mundial que se adjudicó nuestro equipo y que le auparon a la primera posición en la lista de goleadores del torneo. 
  • 5. Ocho goles en un año natural con España fueron conseguidos por los jugadores Kubala (año 1957, en 6 partidos), Butragueño (1986, en 12 encuentros. La mitad de esos 8 tantos se los hizo a Dinamarca en los inolvidables octavos de final de México-86), Raúl (en 2003, con 10 partidos), Fernando Torres (año 2005, en 12 compromisos internacionales) y David Villa (en 2006, con 14 encuentros). 
  • 6. El 6º puesto de esta curiosa lista es para siete jugadores, que materializaron 7 dianas en un mismo año. A saber: Telmo Zarra (en 1950, 4 de ellos en el Mundial de Brasil, donde se consagró como uno de los mejores goleadores del mundo. Para esos 7 tantos, necesitó sumar 8 partidos), Di Stéfano (en 1957, año de su debut con La Roja, en 7 encuentros disputados), Butragueño (en 1990, con 11 partidos jugados), Julito Salinas (en dos años consecutivos, 1993 y 1994, con 8 y 12 encuentros, respectivamente), Morientes (año 1998, en 6 partidos), David Villa (en 2011, año en el que superó a Raúl como máximo goleador de nuestro equipo y en el que disputó 11 compromisos con la Selección) y Pedro Rodríguez, Pedrito (máximo goleador del equipo nacional en 2012, con esos 7 goles en 8 partidos). 
  • 7. Por último, aparecen en esta clasificación, los 8 jugadores españoles capaces de conseguir 6 goles en un año natural con la Selección. Quizá, el caso más sorprendente de todos sea el de Eduardo González, conocido futbolísticamente como Chacho, interior del Deportivo coruñés, que logró esa media docena de dianas en el único compromiso que jugó en 1933. Era el partido de su debut con el equipo nacional y materializó 6 de los 13 goles con los que nuestro equipo aplastó a Bulgaria, en un amistoso disputado en Madrid. Por este motivo, Chacho ostenta el récord de tantos marcados en un sólo partido con la Selección. Zarra, en el año 1951, también logró unos números asombrosos, con 6 dianas en 3 encuentros. Di Stéfano cantó media docena de goles en dos años seguidos. En 1959, con 5 partidos y en 1960, año en el que disputó 8 compromisos internacionales. Pirri sería el sorprendente artillero del equipo español en el año 1971, con esos 6 goles en tan sólo 4 partidos. Santillana logró esa marca en 1983, con 6 encuentros jugados. Sin duda, los 4 aciertos que tuvo frente a Malta en la histórica goleada, contribuyeron decisivamente a ello. En 1989, José Miguel González, Míchel, fue el más efectivo de nuestro equipo, con 6 tantos en 8 compromisos. Isma Urzáiz obtuvo exactamente los mismos guarismos que Míchel, en el año 1999. Y en el año 2002, Raúl sumó a sus registros anotadores, 6 goles en los 9 partidos que disputó. 

CUADRO RESUMEN DE LOS MÁXIMOS GOLEADORES DE LA SELECCIÓN EN UN AÑO NATURAL 

GOLES JUGADOR AÑO (PARTIDOS)

12

D. Villa 2008  (13)

11

D. Villa 2009  (13)

10

Raúl 1999  (9)

9

G. Rubio 1929  (3)

9

Lángara 1934  (4)

9

D. Villa 2010  (16)

8

Kubala 1957  (6)

8

Butragueño 1986  (12)

8

Raúl 2003  (10)

8

F. Torres 2005  (12)

8

D. Villa 2006  (14)

7

Zarra 1950  (8)

7

Di Stéfano 1957  (7)

7

Butragueño 1990  (11)

7

Julio Salinas 1993  (8)

7

Julio Salinas 1994  (12)

7

Morientes 1998  (6)

7

D. Villa 2011  (11)

7

Pedro 2012  (8)

6

Chacho 1933  (1)

6

Zarra 1951  (3)

6

Di Stéfano 1959  (5)

6

Di Stéfano 1960  (8)

6

Pirri 1971  (4)

6

Santillana 1983  (6)

6

Míchel 1989  (8)

6

Urzáiz 1999  (8)

6

Raúl 2002  (9)

 FE DE ERRORES: En mi artículo del mes pasado (Cuadernos de Fútbol nº 39), hacía mención a los nueve Mundiales consecutivos que lleva disputados la Selección Española desde 1978, exactamente igual, decía, que Brasil, Alemania e Italia en el mismo período, olvidando añadir a este selecto grupo a la selección argentina, que tampoco ha faltado a ninguna de las últimas nueve Copas del Mundo (diez, en concreto). Pido disculpas por haber obviado a una de las más grandes.

 

 

Julio Larrey Sierra

Febrero de 2013

 




Josep Guardiola i Sala (Sampedor, 1971)

  El más laureado entrenador del Barça y próximo técnico del Bayern de Munich cierra con broche de oro esta serie de artículos dedicados a glosar las diez personalidades más importantes e influyentes de la historia blaugrana, siempre a nuestro modesto juicio. Y se trata de la única de ellas que se mantiene todavía en plena actividad ( Cruyff y Núñez disfrutan desde hace años de un retiro dorado, por más que el holandés haya ostentado últimamente ciertos cargos, más honoríficos que reales ), pues el Noi de Santpedor, a sus escasos cuarenta y dos años recién cumplidos, no ha dicho aun  – ni muchísimo menos – su última palabra. Dada su calidad de figura indiscutible e indiscutida, de icono sacralizado del barcelonismo, de hombre providencial  por encima del Bien y el Mal, Guardiola volverá  a Can Barça con casi total seguridad, y allí llegará hasta dónde  se lo proponga, pudiendo darse el caso de que fuera   el primero en recorrer todos los peldaños del Cursus honorum blaugrana, desde recogepelotas a presidente. De él – y por supuesto también de los socios barcelonistas – depende.

          Pep Guardiola representa como nadie la quintaesencia del barcelonismo catalán y catalanista, dicho sea sin el menor matiz peyorativo, únicamente en atención a sus actos y declaraciones públicas. También puede decirse que en muy contadas ocasiones habrá habido otra personalidad blaugrana que concitase tamaña unanimidad – unanimidad en lo positivo, se sobreentiende – , y tal vez habría que remontarse hasta los remotos tiempos de Joan Gamper para encontrarla. En las lineas que siguen intentaremos explicar las razones de ese insólito fenómeno, completamente atípico en una sociedad deportiva que históricamente ha mostrado una peligrosa tendencia al fraccionamiento y las querellas fratricidas.

          Va a nacer Josep Guardiola i Sala el 18 de Enero de 1971, en la localidad barcelonesa de Santpedor, perteneciente a la comarca del Bages, y próxima a Manresa, en una zona que ha dado al Barça una figura tan mítica como la de Estanislau Basora, fallecido no hace mucho, y también algunos destacados jugadores como Jordi Vila, miembro del legendario equipo de las «Cinco Copas», que lo ganara todo en la temporada 1951-52, Isidre Flotats un pegajoso marcador de los años 50, Antoni Camps, un magnífico extremo izquierda procedente del RCD. Español, al que una tonta lesión cortó de raíz su carrera, impidiéndole llegar todo lo arriba que sus condiciones apuntaban, allá por el año 1963, o Lluís Pujol, «el Ratolí», cuyo hat-trick en «La Romareda le valió al club su tercera Copa de Ferias, en Septiembre de 1966.

          Santpedor tiene hoy algo más de siete mil  habitantes, y hace cuatro décadas era bastante más pequeña. Pep va a venir al mundo en el seno de una familia humilde, siendo su padre un albañil llamado Valentí Guardiola,  y su madre Dolors Sala. Es el penúltimo de cuatro hermanos, dos chicos y dos chicas. Sus inicios con el balón son los típicos de cualquier niño de su edad y su época, en la calle y en el colegio, la Salle de Manresa, donde no tardará en convertirse en el mejor del patio debido a su gran técnica, y pese a contar entonces con un físico más bien endeble. Fichó por el Barça con 13 años, en junio de 1984, procedente del Gimnastic de Manresa, y seguramente la primera vez que los barcelonistas vieron su rostro fue en una fotografía tomada al finalizar la tanda de penalties contra el Goteborg sueco, que clasificó al Barça para la tristemente célebre final de la Copa de Europa de 1986, celebrada en Sevilla ( ocasión en la que la misma suerte les resulto esquiva a los blaugranas, perdiendo el título ante el Steaua de Bucarest ), una imagen en la que se observa a un pequeño recogepelotas  abrazando a Víctor Muñoz, el autor del tanto decisivo, con el rostro transido de emoción. Y es que Pep Guardiola ya era un culé con todas las de la ley a los 15 años, mientras se formaba como persona y como futbolista en las modélicas instalaciones de La Masía.

          Tras militar en  todas las categorías inferiores del Club, Guardiola debutó en partido oficial con el Barça en la División de Honor el 16 de diciembre de 1990, frente al Cádiz CF en el Camp Nou, aun sin haber cumplido los veinte, y simultaneó el primer equipo y el filial durante lo que restaba de temporada, para pasar definitivamente a formar parte de la plantilla profesional  blaugrana a partir del verano de 1991. Suya va a ser la camiseta número  4, el puesto sobre el que pivotaba la creación del juego barcelonista. Johan Cruyff había confiado en el turolense Luís Milla para ocupar dicha demarcación, cometido que cumplió satisfactoriamente entre 1988 y 1990, pero sus pretensiones económicas terminaron por distanciarle de su mentor. Milla acabaría fichando por el máximo rival, el Real Madrid, pero al técnico holandés no pareció preocuparle demasiado su marcha, ya que declaró que tenía en la recámara a otro jugador que veía el fútbol con un horizonte más lejano aun que el centrocampista aragonés. Este jugador clarividente no era otro que Pep Guardiola.

         No tardó en convertirse en director de orquesta del que muy pronto sería conocido como Dream Team, término acuñado para referirse al equipo norteamericano de Baloncesto que asombró precisamente en los juegos Olímpicos de Barcelona, en 1992, liderado por Michael Jordan. Desde la posición de medio centro demostró unas grandes dotes de inteligencia, visión futbolística y liderazgo, ordenando y organizando  el juego blaugrana, y abasteciendo de balones a unos compañeros llamados Laudrup, Stoichkov, Romario, Julio Salinas o Txiki Begiristáin. Junto a ese excelente trato de balón, su acusada personalidad y su indudable carisma hicieron de él la prolongación de Johan Cruyff sobre el campo, y tras la retirada de Jose Mari Bakero – en los albores de la temporada 96-97 – le llevaron, lógicamente, a ostentar la capitanía del equipo.

         En 1992 ya es doble campeón de Liga, pero ese año va a ser también el de su consagración, puesto que el Barça conquistará por fin la Copa de Europa, competición que perseguía desde hacía tres décadas, y Pep, formando parte de la Selección Olímpica Española, va a ganar asimismo la Medalla de Oro en los Juegos de Barcelona. Cierra así un curso dificilmente mejorable, en el que consigue también el Trofeo «Bravo», galardón que distinguía al futbolista más prometedor de Europa, elegido entre los más brillantes menores de 21 años. Por supuesto, no tarda en debutar con el combinado español absoluto, cosa que ocurre  el 14 de octubre de 1992, ante Irlanda del Norte en Belfast, ( 0-0),  en partido valedero para la fase clasificatoria del Mundial de Estados Unidos de 1994.

         Sin embargo hay un capítulo que parece resistírsele, y es el gol. Guardiola va a ser a lo largo de toda su carrera un futbolista muy poco realizador, hasta el punto de no anotar su primer tanto en la máxima categoría hasta el 8 de octubre de 1994, frente al Atlético de Madrid en el Camp Nou, de un disparo desde fuera del área ( anteriormente había marcado uno en la Copa,  al Valladolid y en el Nuevo Zorrilla ). Pero evidentemente no era esa su función en el equipo, sino la de organizar y distribuir, y dicho cometido lo cumplió a las mil maravillas, suscitando el interés de los más poderosos clubes italianos, que llamaron infructuosamente a las puertas del Barça, buscando su contratación a golpe de talonario.

         Convertido en el referente del juego blaugrana,  y en un personaje mediático, que rompía moldes, hasta el extremo de participar en desfiles de modelos o recitales poéticos, proyectando una imagen muy alejada de la tradicional del futbolista español, aunque su papel dentro del conjunto va a ir disminuyendo paulatinamente, sobre todo a partir de la llegada del holandés Louis Van Gaal al banquillo barcelonista, acompañado de numerosos jugadores de origen neerlandés, la mayoría de los cuales  habían sido pupilos suyos en aquel magnífico aunque efímero Ajax de mediados de la década de los años 90.  Y los Ronaldo, Figo, Rivaldo, Kluivert , Luís Enrique o incluso el fugaz Ivan de la Peña,  van a polarizar las miradas de los aficionados culés. También las lesiones le van a jugar una mala pasada, ya que se pasará en blanco casi toda la temporada 97-98, siendo sustituido por otro canterano, Albert Celades. Este contratiempo va a impedirle acudir al Mundial de Francia ( en USA-94 sí que estará presente )                                             .

         Sorprendentemente, en los primeros meses de 2001, con Llorenç Serra Ferrer en el banquillo – que poco después sería sustituido por Charly Rexach debido a la defectuosa marcha del equipo – va a anunciar su marcha del Barça, que se hace efectiva el 11 de abril de 2001. Atrás quedaban 379 partidos oficiales ( de los cuales el Barça ganó 224, hizo tablas en 82 y fue derrotado en 73) y 13 goles, mientras que sus numeros con la Seleccion Absoluta se resumían en 47 encuentros y 5 tantos ( curiosa esta relativa efectividad goleadora ). También actuó en 7 ocasiones con la Selección de Cataluña ( no reconocida oficialmente ), siendo su capitán en varias de ellas.

         . Tras tantos años en la órbita blaugrana, Pep Guardiola va a marcharse por fin rumbo a Italia, aunque no a uno de los grandes del Calcio. Su destino fue el Brescia, donde militaría durante las temporadas 2001-02 y 2002-03, con una breve estancia ( 8 partidos ) en la A.S. Roma de Fabio Capello. Su etapa transalpina, que transcurrió con más pena que gloría, será recordada fundamentalmente por un episodio extradeportivo relacionado con el turbio mundo del dopaje: su doble positivo por una sustancia prohibida denominada Nandrolona, aunque acabaría siendo absuelto de todos los cargos por el Tribunal de Apelación de Brescia. Entre 2003 y 2005 formará parte del Al-Ahli SC. Doha, de Qatar, poniendo fin a su carrera como futbolista en activo en 2006, a los 35 años de edad, en las filas del Dorados de Sinaloa ( México ). Entre medias formó parte de la candidatura del publicista Lluís Bassat a las elecciones presidenciales del Barça celebradas el 15 de junio de 2003, comicios en los que resultó elegido Joan Laporta. De haber ganado Bassat, Guardiola hubiera sido su director deportivo.

         De regreso a Barcelona, y tras haber realizado el curso de entrenador, se hace cargo de la dirección del filial barcelonista, el Barça B, militando en Tercera División, con vistas al curso 2007-08, y conseguirá ascenderlo a Segunda B al final de esa temporada. Temporada que, por cierto, va a ser muy negativa para el primer equipo del Barça, que no logrará alzarse con la victoria en ninguna de las competiciones donde participa, y habrá de pasar incluso por el humillante trance de formarle pasillo de honor en el Estadio «Santiago Bernabéu» a un Real Madrid, que acababa de proclamarse Campeón de Liga, y que golearía a los blaugranas por 4 a 1. Joan Laporta, el presidente barcelonista, decide tomar medidas drásticas, y prescinde del entrenador Frank Rijkaard y de dos de las estrellas del equipo, Ronaldinho y Deco ( a Samuel Eto´o no se le pudo encontrar equipo, y debieron de «tragárselo» un año más ). Laporta apuesta por el enorme talento emergente de Lionel Messi y, tras barajar la candidatura de Marco Van Basten, sorprende a propios y a extraños al apostar por un técnico joven y inexperto. Claro que ese técnico se llama Pep Guardiola. Palabras mayores.

         Con las novedades del explosivo lateral derecho brasileño Dani Alves – fichado al Sevilla a precio de oro -, Gerard Piqué ( recuperado del Manchester United a cambio de una cantidad relativamente modesta ) y el canterano Sergio Busquets, va a arrancar la temporada 2008-09, un curso histórico. Los inicios no son nada buenos, pues el Barça es derrotado en el primer partido de liga por el Numancia, en el terreno soriano de «Los Pajaritos», y no consigue pasar del empate en su segundo compromiso, frente al Racing de Santander en el Camp Nou. Pero, cuando cierto runrún comenzaba ya a hacerse oir, en la tercera jornada, aprovechando la visita a «El Molinón» – el mismo campo donde el Barça de Cruyff había cantado el «Alirón» en 1974 – , va a surgir el Barça imperial que todos los culés anhelaban, apabullando al Sporting por 1 a 6. Es el principio de una temporada de ensueño, donde la delantera formada por Lionel Messi, Samuel Eto´o y Thierry Henry, tres jugadores muy diferentes entre sí pero sin duda alguna extraordinarios, van a dar auténticas exhibiciones cada semana, asistidos por Xavi e Iniesta, hasta culminar en un resultado histórico: el 2 a 6 del Bernabéu, en un encuentro perfecto donde el Barça sentencia la Liga.

         Pero no iba a ser el Torneo de la Regularidad el único título cosechado en esa campaña, ni muchísimo menos. El primero en caer cronológicamente en el saco blaugrana sería la Copa del Rey, tras derrotar de manera clara y contundente en la final, disputada en Mestalla, al Athletic de Bilbao por 4 a 1. Y el broche de oro se pondría en el Olímpico de Roma, donde el Barça superaría al Manchester United de los Cristiano Ronaldo, Wayne Rooney, Tévez y compañia por un claro 2 a 0, con tantos de Samuel Eto´o y Lionel Messi. El Barça conseguía así el «Triplete» ( vencer en las dos competiciones domésticas y en la máxima continental ), algo que ningún otro club español había logrado hasta aquel momento. Y ello, en el primer año de Guardiola como entrenador de Primera División, con la única experiencia previa de una campaña en Tercera, lo nunca visto.

         La temporada 2009-2010 traería la sustitución de Samuel Eto´o por el sueco Zlatan Ibrahimovic ( que a la postre sería una de las operaciones más desafortunadas de la historia barcelonista ) y el fichaje del central ucraniano Chygrynskiy – que tampoco echaría raíces en Can Barça -. Apenas comenzada, los de Guardiola conquistarían la Supercopa de España ( frente al Athletic de Bilbao ) y la Supercopa de Europa ( ante el Shaktar Donetsk ), y rematarían los triunfos logrados en el año natural 2009 con la victoria en el Mundialito de clubes – que venía a sustituir a la antigua Copa Intercontinental -, derrotando en Abu Dabi al Estudiantes de La Plata argentino por 2 goles a 1. Por cierto, que en estos meses  nace también una nueva estrella, el delantero canario Pedro Rodríguez Ledesma, antes conocido como «Pedrito», que es capaz de marcar tantos en todas las competiciones en las que participa el equipo, es decir, en seis. Siendo también seis los títulos conquistados en este insuperable 2009, acuñándose el término «Sextete» para resumir tanta orfebrería levantada, algo insólito hasta ese momento en el mundo del fútbol. Sin embargo, tanto la Copa del Rey como la Champions League le serían esquivas a los blaugranas, eliminados por Sevilla e Inter de Milán respectivamente, resultando muchísimo más dolorosa esta última, ya que se producía en semifinales y privaba al Barça de acceder a la gran final, a disputar en el mismísimo «Santiago Bernabéu», con todo lo que esto significa para los culés, que ya se veían coronándose en el feudo de su eterno rival y archienemigo. Tendrían que consolarse con un nuevo triunfo en la Liga, obtenido también con gran suficiencia, y confirmando su envidiable hegemonía sobre el fútbol español.

         De cara a la campaña  2010-11, la gran novedad la constituyó el fichaje del delantero valencianista David Villa ( también va a ingresar el argentino Javier Mascherano, procedente del Liverpool ), en tanto que Ibrahimovic – que nunca llegó a congeniar con Pep – Thierry Henry y Touré Yayá abandonaban el Barça. En Madrid, un antiguo conocido de la afición blaugrana, el portugués  Jose Mourinho, toma las riendas del equipo blanco, tras triunfar en Portugal, Inglaterra e Italia, ganando ligas en los tres países y sendas Champions con Oporto e Inter. Sin embargo, en su primer enfrentamiento con el Barça, en el Camp Nou, el 29 de noviembre  de 2010, va a salir estrepitosamente derrotado por 5 a 0, con tantos de David Villa ( 2 ), Xavi, Pedro y el joven Jeffren. La temporada se saldará con el tercer triunfo consecutivo de los blaugrana en la Liga y su cuarta Champions en el nuevo Wembley londinense, otra vez frente al Manchester United, que sucumbió por 3 goles a 1, marcados por Pedro, Messi y Villa. El planeta futbolístico se rinde ante el juego del Barça, y algunos incluso se atreven a calificarlo como el mejor equipo de la Historia. Y se señala a Guardiola como el máximo responsable de tamaña explosión de talento.

         Porque el Pep entrenador es un verdadero obseso de su trabajo, un estudioso y un perfeccionista a tiempo completo, alguien consagrado al fútbol en cuerpo y alma, que vive los partidos con enorme intensidad. Su filosofía futbolística se define por el excelente trato del balón, el toque y la hiperposesión como irresistible fórmula ofensiva y recurso para minimizar daños. El Barça tiene la pelota en su poder, la monopoliza, la lleva de un lado para otro, apoyado en la sobresaliente calidad de todos sus jugadores, la mayoría de ellos educados desde la más tierna infancia en ese sistema, desgasta física y psíquicamente a su adversario en un rondo interminable, y cuando se presenta un hueco, los puntas – o quienes estén en ese momento ocupando dicha posición – penetran o reciben, y  definen . Todo el mundo sabe cómo juega el Barça, que siempre marca su propio ritmo e interpreta el mismo guión,  sea quien sea el rival, esperando pacientemente la ocasión para asestar sus zarpazos, pero casi nadie acierta a desactivar su letal entramado.

         Sin embargo, en realidad Guardiola no ha inventado nada, aunque lo ha perfeccionado, sublimándolo. El juego del Barça tiene unas inequívocas señas de identidad: el denominado «Futbol Total» que practicaban el Ajax de Amsterdan y la Selección Holandesa – la célebre «Naranja Mecánica –  en la primera mitad de la década de los 70, bajo la batuta de Johan Cruyff en el campo y con Rinus Michels y Stefan Kovacs en el banquillo. Michels va a exportar la fórmula al Camp Nou, pero esta va a tardar bastante tiempo en cristalizar. No será hasta la vuelta de Cruyff en 1988, ahora como técnico, cuando los automatismos se van a imprimir indeleblemente en las mentes y las piernas de una magnífica generación de  jugadores que formarán el «Dream Team», y las ulteriores experiencias de Louis Van Gaal y Frank Rijkaard, maestros forjados en la misma facultad futbolística, no harán sino reforzar ese estilo innegociable, ese modelo que bajo la égida de Guardiola se revelará poco menos que imbatible.

         Y además, «el Pep» se va a revelar como un motivador de primerísimo orden, y algunos de los detalles que han trascendido desde la intimidad del vestuario blaugrana así lo confiman,  emparentándole directamente con una personalidad tan carismática y legendaria como Helenio Herrera, tal vez el primer técnico mediático que en el fútbol ha sido. Igual que  HH, Guardiola es capaz de galvanizar a los suyos, de convencerlos de que pueden derrotar a cualquier rival siendo ellos mismos, manteniéndose fieles a una filosofía mamada casi desde la cuna. Por todo ello sus triunfos le han encumbrado al Olimpo culé, suscitando esa rara unanimidad de la que prácticamente nadie ha podido gozar en la más que centenaria existencia del club, un club con una permanente vocación cainita, y cuya propia grandeza ha sido a menudo su peor enemigo.

         De este modo, Pep Guardiola va a ir renovando su contrato de temporada en temporada, aunque había acumulado el crédito suficiente como para hacerse acreedor a un plazo mucho más dilatado,  a pesar de la propia naturaleza del fútbol, siempre a expensas de los resultados. Así ocurrió en la campaña 2011-12, pero iba pasando el tiempo, los meses caían uno tras otro en el calendario, y no terminaba de producirse la noticia que todos los culés estaban esperando: la ansiada renovación del gran timonel de la nave. Incluso llegó a superarse el momento en el que la «fumata blanca» – ¡ Habemus Pep ! – acostumbraba a aparecer en años anteriores, y el barcelonismo empezó a sospechar que un Guardiola que no soltaba prenda respecto a su futuro podía muy bien abandonar el club a finales de temporada.

         Temporada que, por cierto, no estaba discurriendo por idénticos  derroteros que en campañas precedentes. La Liga la comandaba con insultante autoridad el Real Madrid de Mourinho, a golpe de records y con Cristiano Ronaldo como gran figura, y los blancos la dejarían prácticamente sentenciada al vencer en el Camp Nou por 1 a 2 en la jornada 35. Fue aquella una «semana trágica» para el barcelonismo, ya que el Chelsea apeó también a los blaugranas de la Champions League, tras empatar un partido que se les había puesto en franquía a los de Guardiola al inicio de la segunda parte, con 2 a 1 a su favor en el marcador – en Londres el resultado había sido de 1 a 0 a favor de los Blues – y un penalty contra los británicos, que Messi fallaría finalmente.

         El 27 de abril de 2012 Guardiola comunicó públicamente su decisión, largamente meditada,  de abandonar el banquillo barcelonista al final de la temporada, y sus palabras surtieron el efecto de un auténtico terremoto entre la inmensa masa de socios y seguidores culés. Pep se despediría del público del Camp Nou, y de toda la Gent Blaugrana el 5 de mayo, en el trancurso de un ya intrascendente encuentro liguero ante el Español ( 4 a 0 ), que se convirtió en un cariñoso homenaje al técnico que había llevado al Barça a vivir su época más gloriosa. «No me perderéis nunca», fueron sus últimas palabras. Aun le restaba por disputar la final de la Copa del Rey, que se jugó en el Estadio Vicente Calderón de Madrid el 25 de mayo, y en la que el Athletic de Bilbao no fue enemigo para un Barça que no quiso hacer demasiada sangre de un rival que ya perdía por 3 a 0 – resultado final – antes de llegarse la media hora de juego. Su balance será muy dificilmente igualable: 14 títulos ganados de 19 posibles ( 3 Ligas, 2 Copas del Rey, 3 Supercopas de España, 2 Champions League, 2 Supercopas de Europa y 2 Mundialitos de Clubes ), con un 72,63 % de victorias, y 441 goles a favor por 130 en contra.

         ¿ Las razones de su marcha ? Ha habido muchas especulaciones acerca de los auténticos motivos de su salida  del club, pero la razón última sólo la conoce él; lo demás son únicamente conjeturas, elucubraciones con mayor o menor fundamento. Cansancio por la gran presión y exigencia que conlleva el cargo, deseo de conocer y vivir otras culturas futbolísticas, sensación de que la hegemonía barcelonista en España y Europa podía estar difuminándose ( el espectro del famoso «fin de ciclo» )…Todo eso puede haber pesado en su ánimo, así como otro aspecto que también se ha barajado, y que es su particular grado de sintonía – o ausencia de ella – con Sandro Rosell y su directiva, siendo él una apuesta personal – y muy arriesgada – del anterior presidente, Joan Laporta, ya por entonces enfrentado abiertamente al actual mandatario y antiguo vicepresidente deportivo suyo

         La directiva  que preside Sandro Rosell va a hacer público inmediatamente el nombre del sustituto de Guardiola en el banquillo azulgrana, designación que recayó en su íntimo amigo el ampurdanés Francesc «Tito» Vilanova, ayudante suyo durante los cinco años en los que había pertenecido al staff técnico barcelonista. Pep decide tomarse un año sabático fuera de los banquillos, a pesar de tratarse sin duda alguna del entrenador con más pretendientes de todo el mundo. Se traslada con su familia a Nueva York, y se establecen en un exclusivo y lujoso apartamento, al lado mismo de Central Park. Allí irá perfeccionando su inglés y deshojando la margarita – ¿ Inglaterra, Italia…?- hasta que el pasado 16 de enero, un par de días antes de su 42 cumpleaños, va a conocerse  el compromiso del de Santpedor por el Bayern de Munich, en sustitución del actual entrenador de los bávaros, Jupp Heynckes, después de las muchas especulaciones que lo situaban en la Premier League o la Serie A italiana. Guardiola firmará por el club alemán un contrato por tres años, con una astronómica remuneración ( se habla de la cifra de 17 millones de euros por cada temporada )

         No cabe duda de que la próxima edición de la Liga de Campeones va a tener el gran morbo de un posible enfrentamiento Barça-Bayern. Los alemanes – derrotados últimamente en dos finales – muy previsiblemente reforzarán su equipo para plantar batalla no sólo a los blaugranas sino también al Real Madrid. pero, pase lo que pase en los terrenos de juego, las puertas de Can Barça seguirán abiertas de par en par por si un dia su hijo pródigo desea regresar, y no precisamente para ocupar de nuevo el banquillo…No en balde estamos hablando del mismo hombre que, con sólo 21 años, pronunció una frase histórica desde el balcón de la Generalitat, al ofrecer a sus aficionados la primera Copa de Europa, ganada en Wembley el 20 de Mayo de 1992: «Ciutadans de Catalunya, ja la tenim aquí» 




Hace 100 años (febrero 1913)

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1 de febrero.

 El día 30 de enero salió para Oporto (Portugal) el Vigo FC para participar en el torneo de foot-ball internacional de aquella localidad. El resto de participantes fueron el Sport Lisboa e Benfica, Porto Cricket y FC Porto.

En enero se jugaron estos partidos:

SL Benfica – Porto Cricket      7-2      31 de enero.

FC Porto – Vigo FC               4-0      31 de enero.

 Sabadell – Valencia                 4-2

 

2 de febrero.

 Torneo internacional de football de Oporto.

Porto Cricket – Vigo FC         0-3

SL Benfica – FC Porto            3-1

 

Real Sociedad de Fútbol (2º equipo) – Combinado de Pamplona        6-0

 

3 de febrero.

 

Torneo internacional de football de Oporto.

SL Benfica – Vigo FC 1-0

Porto Cricket – Porto              1-0

Resultó campeón del Torneo internacional de Oporto el SL Benfica, que acabó invicto. El Vigo FC quedó en tercer lugar, empatado con los equipos de Oporto.

 Real Sociedad de Fútbol (2º equipo) – Combinado de Pamplona        4-0

 Sabadell – Valencia                 5-1

 9 de febrero.

 Athletic Madrid – Athletic Club                                                           0-4     

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 Inauguración del campo athletico de O’Donnell.

 

Real Sociedad (2º equipo)  – Etoile de Mont de Marsan (Francia)      9-0

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Equipo francés.

 

Real Club Depotivo de La Coruña – Real Club Coruña                       1-1

Tras este resultado el RC Deportivo se adjudicó la copa de plata que ofrecieron «Un grupo de amigos» a través del «Círculo de Artesanos». Dicho trofeo fue entregado días después en el Salón Alto de la Reunión de Artesanos por su presidente Sr. Casas Fernández. Asistieron al acto la Directiva y el capitán del real Club Deportivo coruñés r. Álvarez.

 Primera Liga de la Federación Catalana:

España – Universitari               1-0

Casual – Numancia                  1-2

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La prensa da cuenta de que se ha constituído el club de foot-ball Atlétic Coruñés.

 10 de febrero.

 Español FC – Athletic Club     0-0

 12 de febrero.

 La Unión Española de Clubs de Football recibió de AlfonsoXIII el título de Real.

 14 de febrero.

 En Cádiz, un equipo español se enfrentó a la tripulación de un crucero alemán. La victoria correspondió a los teutones por 1-2.

 16 de febrero.

 Comenzaron las eliminatorias para los equipos madrileños para clasificarse para el Campeonato de España.

Madrid FC – Athletic Madrid             3-3

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Un grupo de espectadores, seguidores del Athletic, saltó al campo con la intención de agredir al árbitro y un grupo más numeroso de publico se lanzó contra los primeros para proteger al referee Sr. Kindelán, de la Sociedad Gimnástica Española..

 Una jugada del derbi madrileño

 Gimnástica – Español FC                                1-1

Por la tarde, Kindelán, árbitro del Athletic – Madrid, consiguió el empate gimnástico.

 Clasificatorio de la zona guipuzcoana para el Campeonato de España.

Irún Sporting – Real Sociedad             0-1

 RC Coruña – Galicia                                       1-1

Último encuentro del campeonato local organizado por el Real Club Coruña. Al quedar empatados se jugó un desempate el día 23.

 Vigo FC – Escuadra alemana                           Desconocemos resultado.       

 Real Fortuna – Sporting de Pontevedra           1-0

 Strong – Nueva España           Desconocemos resultado.       

Inauguración de los Campos de Sport del Sardinero.

 Orense – Iberia                       Venció el Orense.                   

Organizado para recaudar fondos para las fiestas del Corpus. Tras el último gol del Orense se produjo una pelea a puñetazos entre los jugadores, siendo detenidos dos jugadores del Iberia por los municipales y llevados a la prevención. Una hora después fueron puestos en libertad.

 Recientemente a estas fechas quedó constituído en El Ferrol el Círculo de Deportes. Dos notables «teams» constituídos por jugadores españoles e ingleses pertenecientes a la Constructora Naval acordaron celebrar un partido de foot-ball.

 Nace Ángel Sornichero Hernández «Sornichero» en Alcantarilla (Murcia).Jugador del Atlético de Madrid.

 

19 de febrero.

 La prensa da noticia de la constitución de una nueva sociedad futbolística en Vigo que atiende al nombre de Europa.

 

21 de febrero.

 Reunión de la Junta directiva de la Real Unión Española de Clubs de Football.

 23 de febrero.

 Clasificatorios de Madrid para el Campeonato de España.

Madrid FC – Español FC                                           1-0

Athletic Madrid – Gimnástica                           2-1     

 Clasificatorios de Vigo para el Campeonato de España.

Vigo FC – Real Fortuna                                              2-0

 Clasificatorios de Guipúzcoa para el Campeonato de España.

Real Sociedad – Sporting Club de Irún                        4-1

 RC Coruña – Galicia                                                   1-2

Último encuentro del campeonato local organizado por el Real Club Coruña. Vencedor del campeonato quedó el Club Galicia.

 Racing de Santander – Strong                          1-2     

Primer partido en la historia del Real Racing Club de Santander.

 Campeonato de Sevilla

Sevilla FC – Betis FC                                                  3-0      .

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 Imagen del partido.

 Campeonato de Andalucía

Sevilla Balompié – Recreativo de Sevilla                     3-1     

 Primera Liga de la Federación Catalana.

Español – España                                                       1-1

 

Athletic Club – Etoile de Mont Marsan (Francia)                     Ganó el Athletic Club  

 Esparta – Amaika                                                       1-0

Equipos zaragozanos, aunque el Amaika formado por vascos.

 

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 Equipo Amaika, de Zaragoza.

 

FC Palamós – Ampurdanés SC                                  3-0

Campeonato de la provincia de Gerona

 Regimiento de Guipúzcoa – New Club de Vitoria        Desconocemos resultado

Equipos vitorianos.

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 Imagen del partido.

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 New Club de Vitoria (Álava)

 24 de febrero.

 Se informó en prensa de que hay cerca de 20.000 asociados adscritos a clubes futbolísticos barceloneses. Del resto de España dice que no alcanzan esa suma ni de cerca entre todos juntos.

 Ocurrió durante este mes en España.

 S. M. El Rey aceptó la presidencia de honor de la Real Unión Española de Clubs de Football.

 S.M. la Reina donó una copa para que fuese disputada en el Campeonato de España organizado por la Real Unión Española de Clubs de Football.

 Sporting Club Victoria – Marino FC                1-1

 Real Sociedad – Sporting Club de Irún            1-0     

3º partido eliminatorio para los equipos guipuzcoanos para el Campeonato de España.

 Nueva revista llamada Sport Sevillano.Entre otras sociedades deportivas, el Sevilla FC la nombró su portavoz.

 Don Juan del Castillo y Ochoa fue elegido presidente del Sevilla Balompié.

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Equipo del Sevilla Balompìé.

 Don Carlos Garreta fue elegido presidente del FC Numancia de Barcelona.

 Don Adolfo Meléndez fue elegido presidente del Madrid FC.

 D. Ramón González fue elegido presidente de la Real Sociedad Gimnástica Española.

 D. Manuel Acea es reelegido presidente del Club Celita.

 el FC Barcelona instaló sus oficinas en la Rambla de las Flores número 20, 1º piso. Cedió una de las habitaciones para la Federación Football Asociación Cataluña.

 La Federación Catalana de Clubs de Football se adhirió a la Federación Española de Clubs de Football.

 El Club Deportivo de Bilbao envió su adhesión a la Unión Española de Clubs de Football.

 Racing de Irún – Athletic Club             0-1

 La Excelentísima Comisión Provincial de Guipúzcoa subvencionó con 500 pesetas el viaje de la Real Sociedad de Fútbol de San Sebastián a Barcelona para disputar el Campeonato de España de la Real Unión Española de Clubs de Football.

 El Sevilla Football Club envía al ayuntamiento una propuesta de actividades deportivas tanto para la Semana Santa como para la Feria.

 Fútbol internacional.

 10 de febrero.

 La asamblea extraordinaria de la Asociación Argentina de Football decidió la promoción del Club Atlético Boca Juniors a Primera División, junto a otros ocho clubes más.

 15 de febrero.

 Irlanda – Inglaterra       2-1

 16 de febrero.

 Bélgica – Francia         3-0

 18 de febrero.

 Fundación del club francés Athletic Club Arles – Avignon

 22 de febrero.

 Reunión especial de la IFAB (International Football Association Board) (ver Historia de la International Football Association Board (1886) http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2012/12/historia-de-la-internationar-football-association-board-1886/

 Ocurrió durante este mes en el mundo.

 Las sufraguistas inglesas, en su lucha por conseguir derechos, inutilizan los terrenos donde se practican los partidos de football y golf.

 El Manchester City fue multado con 15.000 francos por invasión de campo. 10.000 de estos francos fueron utilizados para obras de beneficencia.

 Hasta la fecha el conjunto inglés Blackburn Rovers tenía el dudoso honor de ser el club que más había pagado por un jugador. Gastó más de 40.000 francos franceses en el extremo derecha Simpson. Pues el mismo club consiguió superar el gasto pagando al West Ham United 50.000 francos franceses por el interior derecha Shea.




Primera crónica periodística de un partido de fútbol jugado en España

El partido jugado el 8 de marzo de 1890 entre el Huelva Recreation Club y el Club de Football de Sevilla en el hipódromo hispalense de la Dehesa de Tablada fue considerado por la prensa de la época (incluso por algún diario británico como The Dundee Courier) como el «primer partido de football jugado en España» y ese dato ha sido repetido en numerosas obras y divulgado recientemente en el contexto de la polémica sobre la identificación de aquel Club de Football de Sevilla de 1890 y el Sevilla Fútbol Club fundado en 1905.

Una breve pero completa crónica de otro partido jugado en Bilbao en 1889 que encontramos en el diario inglés Sunderland Daily Echo and Shipping Gazette el 4 de julio de 1889 puede hacer que esa afirmación sobre «el primer partido de football jugado en España» referido al Sevilla-Recreativo de 1890 deba matizarse. Pudo ser el primer partido de fútbol jugado por dos sociedades fundadas en España, pero no el primer partido jugado en España según las reglas de la Asociación.

Realmente difícil saber cuál fue el primer partido jugado en España. Tenemos una referencia importante y en ocasiones olvidada en una carta fechada en Huelva el 1 de marzo de 1888 (que se exhibe en el Museo de la RFEF) en la que se habla de un partido a jugar entre el «Club de Recreo» y los marineros del Jean Cory dirigida a Ildefonso Martínez. El hijo de don Ildefonso recibió recientemente en Huelva una placa que reconoce a su padre como el primer futbolista de España.

Lamentablemente no tenemos crónica de aquel partido onubense de 1888.

Ese honor de «primera crónica» (hasta que se encuentre otro precedente) corresponde a un partido jugado por dos equipos ingleses: el Barmston Rangers y un combinado de marinos de los buques Abydos, Nina, Dawdon y Harven. Jugaron un partido con fines benéficos (recaudaron fondos para la viuda del encargado de la grúa del Cymbeline) en Bilbao el 29 de junio de 1889. La crónica del Sunderland Daily Echo and Shipping Gazette es muy completa, nos ofrece las dos alineaciones. Por el Barmston Rangers jugaron J.Smith (portero), P.Conolly y Thornton (defensas), R.Humphrey, Rowthorne y Dale (centrocampistas) y W.Conolly, M.Scott, Key, Golledge y Smith (delanteros). Y por el combinado de marinos de los barcos Abydos, Nina, Dawdon y Harven formaron: Gordon (portero), Love y Brady (defensas), Vollen, Gibb y Richardson (centrocampistas) y Anderson, Tully, Parkinson, Elstow y Brown (delanteros). El partido de inició a las 18:30 y finalizó con la victoria del Barmston Rangers por 2-1. La recaudación fue de poco más de 20 libras y el público presente muy escaso.

Dos de los barcos cuyas tripulaciones formaron el combinado de marineros tuvieron un final trágico: el SS Abydos era un carbonero fletado en 1871 que se hundió el 22 de diciembre de 1894 cerca de la isla de Man (fallecieron 19 hombres) y el SS Dawdon fue un barco de carga de 1878 que se hundió el 3 de octubre de 1914 al impactar con una mina cerca de la costa belga (fallecieron 10 hombres).

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Sospechamos que estos partidos de fútbol entre combinados de marinos ingleses o incluso contra clubs fueron frecuentes en el Bilbao de la época y podemos encontrar referencias a otros.  El mismo Sunday Daily Echo and Shipping Gazette del 16 de julio de 1889 nos habla de otro partido jugado en Bilbao entre los marinos del Nio contra los del Renard de Cardiff con victoria de los primeros (3-0).

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También cronistas clásicos como Isidro Corbinos, José María Mateos o Jacinto Miquelarena nos legaron comentarios genéricos sobre esos partidos de marinos ingleses en el Bilbao de 1880-1890 sin entrar en detalles.

Como es harto conocido el primer partido en Bilbao (en puridad, en Lejona) entre un combinado de ingleses y otro de españoles tuvo lugar el 3 de mayo de 1894 en la campa de Lamiako (que desde 1887 funcionaba como hipódromo, no confundir con otra campa muy vinculada con los inicios del fútbol bilbaíno: la campa de los ingleses o de Averly).

La victoria fue muy clara de los ingleses (no está claro el marcador, parece que fue un 5-0 aunque también se puede leer 6-0 en algunas crónicas) y pollos asados para todos como premio.

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Ildefonso Martínez Pérez: el primer jugador español conocido de football de toda la historia

Mucho se ha escrito a cerca de temas tales como el Club más antiguo de España, el primer partido de football disputado en territorio nacional etc…, pero nada hasta el momento se ha apuntado sobre el que fuera, reconocido hasta la fecha, como el primer jugador español de la historia en practicar el football en nuestro país.

Este honor de ser el primer español en jugar al football, que hasta la fecha se tenga constancia, corresponde a  D. Ildefonso Martínez Pérez y lo hizo en el Recreation Club, en 1888, cuando aún éste no se había oficializado de cara a la sociedad onubense. De hecho hace escasamente unos meses este hecho ha sido finalmente reconocido por el propio Decano del fútbol español, el Recreativo de Huelva, en un acto multitudinario efectuado en el antepalco del Estadio «Nuevo Colombino». En dicho acto se le hizo entrega a su hijo, D. Jose Luis Martínez, de 92 años de edad, una emotiva placa en reconocimiento de aquella gesta realizada por su padre.

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Susana Duque (Pdta. Fundación Recre), D. Jose Luis Martínez (hijo de Ildefonso Martínez Pérez) y Pablo Comas (Pdte. Real Club Recreativo de Huelva)

D. Ildefonso Martínez era natural, como no podía ser de otro modo, de una localidad onubense, La Palma del Condado y nació en 1873 fruto del matrimonio entre D. Eduardo Martínez, un ingeniero madrileño que vino a trabajar con Sundheim para la construcción del ferrocarril Huelva Sevilla y la palmerita Dolores Pérez, proveniente de una familia muy adinerada de la localidad antes referida. 

 D. Ildefonso fue un aventajado alumno, que se codeaba con las altas personalidades de la colonia inglesa de Huelva. Fruto de dicha cercanía, tal y como queda demostrado documentalmente http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2010/11/el-huelva-recreation-club-y-el-football-entre-1884-y-1889/), D. Ildefonso tuvo un evidente acercamiento a los sports ingleses que desde 1884 se venían disputando asiduamente en la capital de Huelva. Así fue como en Marzo de 1888 recibió una misiva de D. W. Alexander Mackay, para que disputase con el Recreation Club una partida de football en los terrenos de la fábrica de gas. Dicha carta se encuentra expuesta en el museo de la RFEF.

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 Lo curioso de todo esto es que finalmente D. Ildefonso se decanto por las Regatas antes que por el football, siendo en las regatas dónde desarrolló todo su potencial físico.  D. Ildefonso se casó muy tarde, a los 50 años de edad, y tuvo a sus dos hijos, Jose Luis y Fernando (ya fallecido hace unos años) a la edad de 51 y 52 años; lo cual explica el por qué hoy podemos disfrutar de la presencia de D. Jose Luis entre nosotros. Murió casi a una edad centenaria.

 Pero la figura de D. Ildefonso Martínez no se queda estancada únicamente la practica del football y las regatas. D. Ildefonso fue uno de los militares más prestigiosos del ejercito español de la época. Comenzó y finalizó con honores los estudios militares y se convirtió en la mano derecha militar del rey Alfonso XII, pues no en vano fue nada más y nada menos que Teniente Coronel del Estado Mayor. La más alta graduación.




Eulogio Martínez: una estrella con mal fario

El fútbol suele mostrarse pródigo en su oferta de juguetes rotos. Grandes ídolos aclamados por la afición, perseguidos, envidiados, con el mundo literalmente a sus pies, saborearon la amarga hiel del olvido y la necesidad más estrecha, cuando no del desplome absoluto. Muchas veces se lo ganaron a pulso, mediante alardes de mala cabeza, selección de nefastas compañías o una obsesión enfermiza por ejercer de cigarras cantoras. Otras, sin embargo, sucumbieron a su mal fario.

Fue el caso de Eulogio Martínez, tocado desde la cuna por alguna varita mágica de hada aficionada al gran fútbol. Lástima que más tarde cruzasen ante él otras hadas con vara negra, cargadas de malísimas intenciones. Porque su vida, al menos su deambular por nosotros pagos, más que de estrella se antojó de estrellado.

Conocido cariñosamente por «Kokito» entre la hinchada de Tuyukuá, Eulogio Martínez llegó a Barcelona en 1956, procedente del Libertad de Asunción y recomendado por un árbitro europeo con quien coincidió durante la disputa en Chile de unos campeonatos sudamericanos. Tenía 21 años, el reconocimiento de mejor 8 paraguayo, cara de niño goloso y credenciales como atacante hábil, pródigo en fantasías y arabescos, pero al mismo tiempo resolutivo y con gol. Pronto demostraría que tanta publicidad descansaba sobre una base sólida.

Durante su primera liga como azulgrana, y pese a que los culés contaban con un elenco cuajado de figuras, anotó 10 goles, hizo unas cuantas diabluras y dejó entrever infinidad de cosas buenas. Las restantes campañas no sirvieron sino para confirmar los buenos augurios. La afición de «Les Corts», a la que de cuando en cuando obsequiaba dibujando sombreros a sus marcadores, haciendo túneles junto al banderín de córner o fintando como si estuviera corriendo en un encierro de San Fermín, tardó poco en bautizarlo «Abrelatas» por su facilidad a la hora de destrozar las retaguardias más cerradas.

Pero entonces, al igual que sucede hoy, nada se antojaba suficiente a público y directivos barcelonistas. El Real Madrid vivía sus grandes años, con Santamaría, Zárraga, Di Stéfano y Gento. No sólo reinaba en Europa, sino que obtenía títulos de liga. Y tanto triunfo del referente inmediato sentaba mal junto a Las Ramblas.

Año tras año caían nuevos futbolistas por el campo azulgrana. Delanteros, especialmente, para ver si gracias a un mayor poder ofensivo se lograba desbancar al todopoderoso club merengue. Eulogio Martínez tuvo por ello más cara la titularidad, aunque siguiera saliendo a un gol cada dos partidos y aprovechara como pocos sus oportunidades.

Una de las apuestas culés fue el brasileño de raza blanca Evaristo de Macedo, ariete no muy exquisito aunque decidido y con remate demoledor, que posteriormente también luciría el escudo del Real Madrid. Su llegada coincidió con un choque copero Barcelona – At Madrid, en el que Eulogio endosó 7 goles a los colchoneros. Evaristo, espectador asombrado desde el palco, supo hacer gala de hombría puesto que no le dolieron prendas a la hora de alabar al compañero. Cuando los periodistas solicitaron su impresión, confesó humildemente: «No sé para qué me han traído. Puede que me hayan fichado para barrer el vestuario».

 

Eulogio Martínez marcó el primer gol del «Nou Camp», el estadio que permitiría multiplicar la masa social azulgrana hasta hacer de la entidad una de las más sólidas económicamente. Su mejor campaña fue la correspondiente a 1959-60, y pese a los grandes delanteros con que entonces contaba nuestro fútbol -Peiró, Luis Suárez, Pepillo, Arieta I, Di Stéfano, Puskas, Collar o Gento- vistió una vez la camiseta nacional española B y en 8 ocasiones la del cuadro absoluto, sin contar con que hasta su llegada a Barcelona había sido otras 9 veces internacional por Paraguay, disputando, incluso, la Copa América correspondiente a 1955. Pero su físico empezó a pasarle factura, con una marcada e irrefrenable tendencia a engordar.

Nada lograron los entrenamientos exhaustivos, las broncas de los técnicos o distintos regímenes. Su propensión a la acumulación de lípidos era genética.

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Eulogio Martínez durante su mejor época como jugador del Barcelona, cuando asombraba a propios y extraños.

 En 1962, tras garantizarse un hueco en la historia azulgrana, se incorporó al Elche de Pazos, Iborra o Quirant, club muy dado a las contrataciones sudamericanas -Cardona, Romero, Lezcano- gracias al fuerte vínculo que unía a su directiva con el armenio Arturo Bogossian, uno de los primeros y más eficaces intermediarios futbolísticos. Permaneció dos temporadas en el viejo Altabix, sin que su concurso se antojara especialmente brillante, aunque como colectivo las cosas no pudieron ir mejor: el tercer puesto alcanzado al concluir su segunda temporada sigue siendo la mejor clasificación ilicitana en 75 años largos de historia. Durante su estancia en Elche formó parte de la denominada «Delantera del Clero», en atención a las iniciales de sus componentes: Cardona, Lezcano, Eulogio Martínez, Romero y Oviedo. Y entonces, cuando todo el planeta futbolístico era consciente de que su estrella se apagaba, le llegó la llamada del Atlético de Madrid para vestir de rojiblanco.

Fue un fichaje disparatado, que de ninguna manera podía salir bien. A Eulogio no es que le sobraran kilos, sino que estaba gordo. No gordo para jugar, sino gordo a secas. Gordo vistiendo de calle. Gordo en las fotos, gordo con chándal, gordo en la cola del autobús. Alguien del Metropolitano había recordado las siete dianas que les endosara en Barcelona tiempo atrás, y ni se dignó consultar el calendario. Así les fue, claro. Eulogio no estaba para batirse el cobre en la 1ª División.

Su tren deportivo aún tuvo una última parada, de nuevo en Barcelona, pero para lucir el escapulario azul del Europa, entonces empeñado en mantenerse dentro de la 2ª División. Corría la temporada 1965-66 y acababa de cumplir los 30. Conservaba intacta su gran habilidad, pero la obscena sombra de una panza a lo Papá Noel hacía aflorar demasiadas sonrisas.

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Eulogio Martínez en el At. Madrid, perdida ya su lucha contra la báscula y por ello incapaz de aferrarse a la 1ª División.

 Cuando el fútbol le abandonó podía presumir de magnífico palmarés. Dos campeonatos de Liga, otros dos de Copa y 2 entorchados más en la Copa de Ferias, así como los trofeos Carranza, Teresa Herrera y Pequeña Copa del Mundo. Un resumen al alcance de pocos. Pero como el pasado, por glorioso que haya podido ser, no rinde dividendos, él los buscó en varios negocios, a cuál más desafortunado. Y eso que corrían tiempos de desarrollo, de carreteras cada vez más saturadas de «600», costas pobladas de hoteles y bares llenos a la hora del vermouth, tras las misas dominicales.

A los negocios mal planteados hubo de unir grandes desgracias familiares y la consiguiente merma económica. Primero falleció una de sus hijas, luego otro hijo fue presa de larga enfermedad. Llovía sobre mojado sin vislumbrarse ningún arco iris.

En junio de 1971, sólo 5 años después de haber colgado las botas, su situación era tan calamitosa que los clubes Barcelona y Calella, población en la que regentaba un bar-restaurante, se avinieron a ofrecerle un partido homenaje. Volvía a ser actualidad para la prensa y sus declaraciones inundaron de tristeza muchos corazones azulgrana. «El homenaje puede ser el punto de partida en mi recuperación -declaró-. Gracias a él podré sacar adelante a mi familia».

Fue, igualmente, un momento para la nostalgia. «No me hice rico con el fútbol, pues si bien el Barcelona pagó un millón de pesetas por mi traspaso, mis ganancias venían a ser de unas 100.000. anuales. Nadie puede decir que resultase caro, considerando mi rendimiento. Y si bien es verdad que con posterioridad fueron mejorando mi contrato, no es menos cierto que mis mejores ganancias las obtuve en Elche».

El tiempo, a veces, distorsiona la realidad. Otros futbolistas de esa misma época tuvieron mejores fichas, es cierto, pero Eulogio parecía haber olvidado que en 1956 esas 100.000 ptas. -mensualidad y primas aparte-, con el salario base rondando las 2.500 mensuales, constituían un sueño inalcanzable para 25 millones de españoles. Por 200.000 ptas. podía comprarse un piso en muchas ciudades, las tarifas del transporte público oscilaban entre los 75 y 80 céntimos y un empleado de banca con quinquenios y puntos de ayuda familiar no llevaba mensualmente a casa más allá de tres billetes de a 1.000. Sus emolumentos, por lo tanto, debieron haber dado más de sí. Sobre todo porque entre una cosa y otra no sumaba menos de las 300.000 pesetas anuales.

Superada la fiebre del homenaje, los medios volvieron a olvidarle. Trascendió, empero, que su existencia distaba mucho de ser un lecho de rosas. Cuando parecía que se acercaba al final del túnel, su mala sombra, la que le acompañara en tantos momentos trascendentales(*), volvió a cubrirle de nuevo disfrazada de accidente, y esta vez para siempre. Estaba cambiando una rueda pinchada en el arcén de la carretera, cuando el despiste de otro conductor lo arrojó por los aires.

La vida se le fue en Calella, después de permanecer 23 días hospitalizado. Corría el año 1984, y pese a sus 49 febreros aún conservaba los rasgos de niño pícaro e indefenso.

 .- (*) Cuando salió del Barcelona tuvo varias ofertas, entre ellas una del Inter milanés. Como los italianos no acababan de decidirse, prefirió asegurar el porvenir firmando con el Elche. Poco después de suscribir contrato en Altabix, los milaneses le hicieron llegar su propuesta firme. Siempre le quedó la duda de cuál habría sido el rumbo de su existencia si se hubiera trasladado a Milán.

 

                                                    Trayectoria deportiva

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Records

Se está poniendo un tanto peligroso esto de asignar records en fútbol, especialmente si se pretenden que sean absolutos. Basta que una cifra sea anunciada para que el registro de detentores del record empiece a multiplicarse. Algo falla.

 Durante las primera quincena del mes de diciembre saltó la noticia del nuevo record goleador de Messi. Y seguidamente surgieron el de Zico en Brasil y el del zambiano Chitalu. El del brasileño no preocupaba mucho al anunciador del record, pues el argentino azulgrana, si no ocurría nada extraño, lo tenía muy a mano, pero los 107 goles del desconocido africano se escapaban en todos los sentidos: cantidad de goles, fecha de su registro y fecha de su descubrimiento… y criterio para obtener la cifra, lo único importante.

En sí es un hecho anecdótico porque se barajen las cifras que se barajen, este tipo de records no son consustanciales a la esencia del fútbol. Afortunadamente la FIFA ha recordado a los incansables buscarecords que ella no se encarga de homologar lo que no está bajo su control. No hay que olvidar que el fútbol oficial se rige exclusivamente por los reglamentos que definen las competiciones y los resultados de sus partidos. Claro está que con esa respuesta se da vía libre a cualquiera para asignar, descubrir u homologar un record, incluido al famoso libro Guinnes, que habrá que explicar qué tiene que ver con el fútbol certificar la hamburguesa más grande del mundo o la mayor concentración de personas disfrazadas de papa noel en un mismo lugar.

Sabemos que hay records de dominio público como el de que Pelé ha ganado tres veces la Copa del Mundo o Paco Gento es el que reúne más triunfos en las finales de Copa de Europa. Son incuestionables y, posiblemente por ello, nadie se preocupa por homologarlos.

 El problema se empieza a plantear cuando el criterio para establecer el record no se ajusta al referente competición/resultado por un lado y por otro, cuanto más se aleja de la objetividad en beneficio de otros factores más interesados. En el primer caso, es sencillo señalar qué club dentro del mismo campeoanto ha ganado más certámenes, ha sumado más puntos, ha vencido más partidos o ha marcado más goles… en cambio, es más complicado si queremos interrelacionar diferentes competiciones y naciones. Es más cómodo fijar un record tomando la referencia a partir de una selección o un club, mientras que aplicarlo sobre jugadores exige precisar mejor los criterios.

La IFFHS, gracias a mantener colaboradores e investigadores en la mayoría de los países miembros de la FIFA, va haciendo el trabajo de manera correcta. En primer lugar establece unos parámetros comunes a todos los países en las diferentes etapas de su historia. Hay que tener en cuenta que ni el mapa político del mundo ha sido siempre igual ni las condiciones institucionales han sido las mismas a lo largo de 150 años de historia del fútbol. Entre otros puntos que ya ha definido la IFFHS están los encuentros internacionales de selecciones absolutas y los campeones absolutos y de copa de cada país. Las competiciones internacionales de clubs, aunque de hecho son más recientes, también han necesitado las correspondientes especificaciones.

 A partir de estos puntos esenciales ya se puede empezar a operar con los datos estadísticos y, consecuentemente, obtener resultados para establecer los records que tanto atraen a un sector de los aficionados, teniendo como condición máxima la objetividad a través del rigor del dato.

El peor enemigo de la estadística objetiva es la opinión. En un mundo, el del fútbol, donde el partido dura 90 minutos y la opinión cubre el resto del tiempo se hace casi imposible llegar a un acuerdo. Es fácil encontrar comentarios partidistas según quien emita su juicio: del «una heroica defensa numantina» podemos pasar al «antifútbol que coloca el autobús» según apoye o no al equipo que defendió el 0-0 en campo del líder.

 Y es que la opinión no se mueve por parámetros, sino por impresiones y cálculos a ojo. Este mismo año, el FC Barcelona será el vencedor del Ranking Mundial de Clubs de la IFFHS. Posiblemente la opinión mayoritaria, sin necesidad de hacer ninguna operación de cálculo, asiente con este galardón, porque en un alto porcentaje de comentarios se destaca la gran calidad y superioridad del equipo barcelonista. Sin embargo, no deja de ser contradictorio, porque el FC Barcelona, a lo largo de todo el año 2012, solamente ganó la Copa de España, quedando por debajo del Real Madrid (Liga y Supercopa de España), Atlético de Madrid (Europa League y Supercopa de Europa) por citar a dos rivales españoles. El Chelsea FC se llevó el título más importante de Europa y el SC Corinthians el del mundo y por muchas opiniones que se inclinen por el FC Barcelona, la Champions de 2012 está en las vitrinas del Chelsea FC y la Copa Mundial de Clubs está en Sao Paulo, que es lo que certifica la UEFA y la FIFA respectivamente.

 Entonces ¿qué? ¿Dejamos paso a la opinión o contabilizamos solamente títulos? ¿O entramos en la estadística, única disciplina que puede organizar racionalmente ese dilema?

 La estadística tiene que ser independiente de la opinión porque se guía de datos contabilizables y significativos. La estadística en el fútbol está organizada en un único sentido: el que más veces alcanza su objetivo es el que destaca, el que establece el record. Entre las diferentes competiciones oficiales actuales hay una jerarquía que no es absoluta. ¿Qué es más importante, la Liga nacional o el Mundial de Clubs? Además, los clubs juegan tres y hasta seis competiciones oficiales por temporada. Unos 70 partidos, los mejores equipos. Es, por lo tanto, un buen recurso seguir las estadísticas para definir qué conjunto ha sido el mejor del año, independientemente al número de competiciones ganadas. Y este año ha sido el FC Barcelona.

Lo malo surge cuando se cruzan los parámetros y se confunden los titulares. Por ejemplo, la Bota de Oro debía entregarse al máximo goleador de las ligas europeas. El premio se hizo atractivo y pasó a la firma comercial adidas. Mientras el ganador pertenecía a una liga importante de Europa no hubo ningún problema, hasta que empezaron a entrar jugadores menos conocidos, llegándose a dudar de la fiabilidad de sus cifras. Con esa excusa, y cediendo a criterios económicos, la Bota de Oro actualmente se concede a partir de puntuaciones y no de goles, para asegurar que el ganador proceda de una de las ligas destacadas del continente (con la consiguiente repercusión en los medios de comunicación) y no dar paso a un desconocido. No hay que confundir: los intereses de las marcas que patrocinan el galardón son lógicos y satisfacen a la mayoría de los aficionados; lo que no es ético es el título absoluto (máximo goleador de las ligas europeas), porque la mayoría de las veces no lo es. Estos records están manipulados en beneficio de intereses particulares y en perjuicio del deporte abierto. Si las firmas comerciales quieren patrocinar un trofeo y asegurarlo en beneficio de un jugador famoso, que circunscriba el nombre del trofeo a sus intereses: Máximo goleador de las ligas con mayor presupuesto de Europa, por ejemplo, y no se esconda bajo esa imagen de reconocimiento deportivo, porque no lo es.

Las estadísticas deportivas no miran ni dificultades, ni dinero, ni condiciones secundarias. Si contamos goles, goles contamos. Y al que no le guste el resultado que dan las estadísticas que no las invoque, que se aferre a su opinión y a su cálculo mental. Citarlas como argumento cuando son favorables y rechazarlas en caso contrario dicen muy poco del espíritu crítico y se ajusta más a parámetros del seguidor incondicional de un equipo que al del profesional de la información.

 

 




Andrés Fernández y Pedro González: vidas futbolísticas paralelas

                          

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Andrés Fernández Ramón nació en la localidad onubense de Punta Umbría el 28 de mayo de 1959. Centrocampista de buena técnica con llegada a gol se desenvolvía bien enlazando con la delantera, como interior izquierda.

 Formado en el Recreativo de Huelva jugo la temporada 1976-77 con el equipo decano en la categoría de Segunda División disputando treinta y un partidos y anotando un total de 5 goles. Su buena campaña no paso desapercibida para el Sporting de Gijón que la temporada siguiente lo incorporo a su plantilla. Sin apenas protagonismo durante las tres siguientes temporadas donde apenas juega ciento dieciocho minutos en tanto solo ocho partidos. Se marcha cedido en la temporada 1980-81 al Celta de Vigo inmerso en el pozo de la Segunda División «B» aprovechando que este, estaba realizando el servicio militar en Figuerido (Pontevedra). Temporada redonda con el equipo celeste disputo treinta y cinco partidos de un total de treinta y ocho anotando catorce goles, una barbaridad si tenemos en cuenta que su posición no era la de delantero.

Regresa la siguiente temporada (1981-82) al Sporting de Gijón una vez terminada su cesión al Celta de Vigo donde juega con el equipo asturiano un total de veinte encuentros en su mejor temporada como jugador rojiblanco.

 En la temporada 1982-83 y tras el buen sabor de boca que dejo en su etapa en el equipo celtiña hizo realidad su regreso a Vigo donde junto a Pedro González (del cual hablare mas adelante) y con el Celta ya en Primera División y por un montante de treinta millones ambos futbolistas recalaron en el equipo gallego.

El impago de algunas letras vencidas estuvo a punto de que los dos futbolistas volvieran a Gijón pero una vez solucionados los problemas de tesorería Andrés pudo disputar treinta y cuatro partidos marcando seis goles. Su buena temporada no pudo evitar el descenso de categoría del Celta de Vigo a la Segunda División. La temporada siguiente y ya en la categoría de plata del futbol español curiosamente hizo los mismos registros disputando treinta y cuatro partidos y anotando seis tantos.

Acabada la temporada 1983-84 cambio del club pero no de categoría ficha por el Cartagena donde en su primera temporada firma unos números similares a su etapa en el Celta de Vigo. Disputa un total de treinta y cuatro partidos marcando siete goles en la temporada 1984-85. Veinticuatro partidos y seis goles en la temporada 1985-86 y cuarenta partidos y once goles en la temporada 1986-87.

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                                                                  Andrés

 Sus buenos números hacen que el Cádiz le fiche para la siguiente temporada 1987-88 volviendo a la máxima categoría del fútbol español. Disputa veintinueve  partidos y anota tres goles con el equipo amarillo.

 Es traspasado la siguiente temporada al Sabadell donde disputa treinta y cuatro partidos y marca cuatro goles en su primera temporada (1988-89) con el club arlequinado. En la temporada 1989-90 disputo veinticinco partidos materializando cuatro goles.

Firma por el Hércules que milita en Segunda División «B», formando parte del club blanquiazul las temporadas 1990-91 y 1991-92, retirándose del futbol profesional la temporada 1992-93 en la filas de Torrevieja en la misma categoría del fútbol español.

 Andrés Fernández, como demuestran sus estadísticas fue un futbolista muy regular y a su larga lista de clubes donde milito hay que añadir que vistió la camiseta de la selección española juvenil en seis ocasiones y en dos la Sub-21                

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Pedro González llosa nació en la localidad asturiana de Villaviciosa el 12 de mayo de 1958. Extremo derecha, dio sus primeros pasos en el C.D. Lealtad de su ciudad de nacimiento incorporándose poco después a la disciplina del Sporting de Gijón. En las temporadas 1977-78 y 1978-79 juega en la categoría de Tercera División en las filas del Deportivo Gijón.

 En la temporada 1979-80 el Sporting lo incorpora a su primera plantilla donde disputa doce partidos de liga. La temporada 1980-81 juega solo tres partidos eso si con gran efectividad ya que anota dos goles. La temporada 1981-82 disputa veinte partidos dejando su casillero goleador a cero.

En la temporada 1982-83 firma junto a Andrés Fernández por el Celta de Vigo, debutando con el conjunto celeste en el Sánchez Pizjuan de Sevilla el 5 de septiembre de 1982  sustituyendo a Emilio en el minuto 65. Agrio debut ya que el Sevilla anoto el 1-0 en los últimos minutos del encuentro. Jugo veintiún partidos desciendo el club vigues a la categoría de plata del futbol español.

En la temporada 1983-84 disputo solamente trece partidos y aunque comenzó de titular frente al Palencia fue poco a poco perdiendo protagonismo donde fue relegado al banquillo por jugadores como Mercader, Cortes, Emilio o Amorós.

 En la temporada 1984-85 junto a su inseparable Andrés Fernández pone rumbo a Cartagena donde disputa veintisiete partidos anotando cuatro goles.

En las dos próximas temporadas (1985-86 / 1986-87) las pasa prácticamente en blanco disputando cuatro encuentros en la primera y nueve en la segunda.

 En la temporada 1987-88 se produce el divorcio deportivo con Andrés Fernández ya que este, abandona el Cartagena para fichar por el Cádiz. Pedro disputa catorce partidos marcando un solitario gol y acompaña a su equipo a Segunda División «B».

La temporada 1988-89 fue la última de su carrera profesional, echo raíces en la ciudad de Cartagena donde incluso llego a ser concejal de deportes. Como en el caso de Andrés Fernández vistió la camiseta nacional, siendo internacional universitario en seis ocasiones.  

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El Cartagena en la temporada 1986-87

La vida futbolística de Pedro González estuvo ligada prácticamente a la de Andrés Fernández si bien la de este ultimo fue mas intensa y duradera, ya que militaron y se incorporaron al mismo tiempo en el Sporting de Gijón, Celta y Cartagena, incluso coincidieron en este ultimo club con jugadores como Amorós o Mercader, viejos conocidos en la etapa del Celta de Vigo, curiosa, pero eso es otra historia.

  




Las ausencias de la selección nacional en la copa del mundo de fútbol

Ahora que nuestro equipo nacional es brillante campeón de todo, número uno en la clasificación de la FIFA, ahora que ostenta el récord mundial de victorias consecutivas, de encuentros consecutivos sin perder y de fases clasificatorias para Mundiales o Eurocopas inmaculadas, con pleno de victorias, convendría recordar que ni mucho menos esto siempre fue así. Más bien, todo lo contrario. La historia del combinado español ha sido un verdadero compendio de sufrimiento, fracasos, decepciones, fallos clamorosos, desilusiones e injusticias arbitrales, acontecido, todo ello, en los más importantes eventos internacionales de este deporte, esto es, en los Campeonatos del Mundo y en los Campeonatos de Europa. En los momentos más cruciales y decisivos de cada competición internacional, a nuestra Selección siempre le faltó una peseta para completar el duro. Todo esto, cuando lograba clasificarse. Porque en no pocas ocasiones el equipo nacional español fue incapaz, siquiera, de meterse entre los participantes de una fase final. Una clasificación para un gran evento internacional, llegó a convertirse en toda una gesta épica deportiva. Quién nos ha visto y quién nos ve.

 Veamos, a continuación, el cómo y el por qué de esa incapacidad recurrente, casi endémica, para poder disputar la fase final de una Copa del Mundo, que en determinadas épocas caracterizó a la Selección Española. Ejercicio éste doblemente saludable, creo. Primero, para no olvidar nunca quiénes somos ni de dónde venimos, y en segundo lugar, porque puede ser ésta la mejor forma de valorar real y justamente lo que ha logrado el actual combinado español entre los años 2008 y 2012.

En 1929, en el congreso de la FIFA celebrado en Barcelona, se acordó que la primera edición del Campeonato del Mundo de Football se disputara al año siguiente en Uruguay, doble campeona olímpica y que celebraría en ese 1930 el centenario de su Constitución. La designación de la sede no pudo ser más desafortunada y polémica. Las selecciones europeas más potentes renunciaron casi en bloque, alegando la lejanía e incomodidad del viaje, inconscientes aún, seguramente, de la magnitud que adquiriría ese campeonato en ciernes algunos años después. Los clubes españoles tampoco fueron ajenos a esta polémica, negándose a ceder a sus mejores jugadores durante casi un mes, para un torneo que iba a disputarse allende los mares. Por todo esto, al primer Campeonato Mundial de Fútbol acudieron 13 países participantes, de los que tan sólo 4 (Francia, Bélgica, Rumanía y Yugoslavia) procedían del Viejo Continente. España, que contaba con un magnífico elenco de jugadores (Zamora, Ciriaco, Quincoces, Quesada, Muguerza, Marculeta, Lazcano, Goiburu, Gaspar Rubio, Padrón, Bosch, Vantolrá, Luis Regueiro, Gorostiza…), se quedaba a las puertas, posiblemente, de una gran oportunidad. Primer Campeonato Mundial, pues, primera ausencia española.

 Pero si hablamos de oportunidades perdidas, probablemente la del año 1938 haya sido una de las más dolorosas. Tras el más que decoroso papel jugado por nuestro equipo en el Mundial italiano de 1934, (donde sólo la alevosa actuación de los señores Baert y Mercet, los colegiados que dirigieron los dos partidos frente a los anfitriones, descaradamente a su favor, nos impidió jugar las semifinales), el equipo nacional español había logrado formar un fabuloso conjunto, con la que ha sido una de las mejores generaciones de futbolistas de su historia. Jugadores de la talla de Guillermo Eizaguirre, Blasco, Ciriaco, Zabalo, Quincoces, Areso, Aedo, Cilaurren, Muguerza, Lecue, los hermanos Regueiro, Iraragorri, Ipiña, Herrerita, Zubieta, Lafuente, Vantolrá, Gorostiza, Campanal, Escolá o Lángara, perdieron todas las opciones de defender la camiseta de España en el Campeonato que organizó Francia en el verano de 1938, con el estallido de la Guerra Civil dos años antes. Una grandísima Selección, sin duda, que muy probablemente se hubiera subido al carro de los principales favoritos para levantar la Copa Jules Rimet en los terrenos franceses. Las extraordinarias exhibiciones de fútbol y goles que dio la selección de Euskadi por Centroeuropa y Sudamérica, durante los años de la contienda española, con el grueso principal de ese grupo de jugadores, puede ser una buena prueba de ello. En fin, una verdadera lástima.

 Con la Segunda Guerra Mundial asolando gran parte de Europa y del mundo, las ediciones que debieron disputarse en 1942 y 1946, quedaron pendientes de un marco social, económico y político mucho más propicio y hasta el año 1950 no se reanudó la actividad mundialista con el Campeonato disputado en Brasil. Como es por todos conocido, nuestro equipo pudo dejar bien alto el pabellón con un cuarto puesto que supo a victoria, para un país que se relamía aún las heridas de una guerra fratricida y que, durante 60 años, significaría la mejor clasificación española en una Copa del Mundo.

Cuatro años después, el Mundial volvía a Europa, a la floreciente Suiza, en donde nuestra Selección tendría que haber refrendado su magnífica actuación del torneo brasileño. El resultado final no pudo ser más frustrante. Encuadrada en el Grupo 6º clasificatorio con la selección turca como único rival, el pase para la fase final de Suiza se daba como seguro, mucho antes de echar a rodar el balón. Como dando la razón a los que así pensaban, en el encuentro de ida disputado en Chamartín el día de Reyes de 1954, nuestro equipo se impuso por un claro y contundente 4-1, con Venancio, Gaínza, Miguel y Alsúa como autores materiales de la goleada. La primera decepción, sin embargo, no tardó en llegar cuando, en la vuelta, jugada en Estambul, el equipo español caía derrotado por la mínima, tras una pobrísima actuación. Como no se tenía en cuenta la diferencia de goles, sólo los puntos, se hacía necesario un partido de desempate, para el que se designó el estadio Olímpico de Roma. Minutos antes de que ambos contendientes saltaran al terreno de juego, en la delegación española se recibió un misterioso telegrama de la FIFA por el que se «llamaba la atención a la Federación Española sobre la alineación del jugador Kubala».

 Curiosa advertencia ésta para el húngaro nacionalizado español, que llevaba ya disputados  cuatro partidos internacionales con nuestro combinado nacional. Luis Iribarren, seleccionador patrio, temeroso de una posible descalificación por alineación irregular del genio magiar, decidió dejarlo en la grada, para formar con Carmelo; Segarra, Biosca, Campanal; Gonzalvo III, Puchades; Arteche, Venancio, Escudero, Pasieguito y Gaínza. Nos quedábamos, pues, sin el concurso de nuestro mejor jugador, en el partido decisivo. No obstante, España empezó bien y se adelantó pronto en el marcador por medio del debutante Arteche. Pero un despiste atrás de Biosca permitió a Burhan lograr el empate, resultado con el que se llegaría al descanso. En la segunda parte la Selección comenzó a perder el control de la situación, circunstancia que aprovechó Suad para fusilar a Carmelo, a los veinte minutos. Escudero logró empatar a falta de menos de un cuarto de hora y, aunque volvió a marcar de nuevo, el tanto se anuló por fuera de juego y el encuentro desembocó irremediablemente en la prórroga. Lo que había parecido al principio una eliminatoria sencilla, se convertía ahora en una prolongación, en el partido de desempate. En esta prórroga España sí mereció más pero no le acompañó la fortuna. Escudero adelantó a nuestro equipo nuevamente, en lo que parecía el tanto de la clasificación, pero el colegiado italiano Giorgio Bernardi, incomprensiblemente anuló el gol. Finalmente, y por el reglamento absurdo e injusto de la FIFA, la clasificación  hubo de resolverse por… ¡sorteo! Se introdujeron en una copa dos papeletas con los nombres de ambos equipos. El hijo de un dirigente italiano de la FIFA, el bambino Franco Gemma, con los ojos previamente vendados, extrajo la papeleta con el nombre de Turquía y ahí se acabó todo. Nos quedábamos sin Mundial. Cierto es que aquel telegrama previo al partido fue un tanto extraño y que nunca se supo a ciencia cierta por qué Kubala no pudo jugar el encuentro. Cierto es que se nos anularon dos goles, uno de ellos legal a todas luces. Cierto es también, que en el sorteo final no nos sonrió la suerte, pero es que tampoco la merecíamos realmente. No habíamos sabido dejar en la cuneta a un equipo netamente inferior, después de tres partidos disputados. Aquella fue la mayor decepción del fútbol español en muchos años.

 Desgraciadamente, no fue la última. En la fase clasificatoria para la Copa del Mundo de Suecia, en 1958, la Selección quedó encuadrada en el Grupo 9 europeo, con Escocia y Suiza como contrincantes. Sólo el campeón obtendría el premio de disputar el Mundial. Con el Real Madrid camino de su tercera Copa de Europa consecutiva  y con un FC Barcelona, un Athlétic de Bilbao y un Atlético de Madrid repletos de grandes figuras, el equipo nacional español disponía de un conjunto brillante,  capaz de lograr el billete mundialista sin excesivos problemas. Más aún, si se tiene en cuenta que sólo dos meses antes del comienzo de la fase previa el seleccionador español, Manolo Meana, había hecho debutar con la casaca roja al mejor futbolista del mundo, Alfredo Di Stéfano.

Disponíamos, pues, de un gran equipo, con una de las mejores delanteras del concierto internacional (Miguel o Basora, Kubala, Di Stéfano, Luis Suárez y Gento). De nuevo, todo resultó un fiasco. En el primer envite, en Madrid, España no pasó del empate a dos frente a Suiza, a pesar de su quinteto ofensivo de lujo. La incomprensible decisión de Meana de hacer jugar de ariete a Suárez pudo ser una de las causas del grave tropiezo. Más que grave, decisivo, pues ese punto perdido ante los helvéticos resultaría crucial en la clasificación final. Luis Suárez y Miguel marcaron para España, mientras que Josef Hügi, con un doblete, lo hacía para su equipo. Las grandes figuras españolas volvían a mostrar su peor cara representando a nuestro fútbol. Dos meses después tocaba rendir visita al imponente Hampden Park de Glasgow. Otra vez, naufragio total. Meana repitió con Ramallets en el marco y con Miguel, Kubala, Di Stéfano, Suárez y Gento arriba y modificó toda la línea media y defensiva. La calidad técnica del equipo español fue superada por el ímpetu, la presión, la garra y la contundencia de los escoceses, que se impusieron por cuatro tantos a dos. Mudie, con tres goles y Hewie, de penalti, hicieron inútiles los aciertos de Kubala y Suárez. Suecia se alejaba cada vez más. Sin embargo, dado el enorme talento de nuestros jugadores y la excelente salud de la que gozaba el fútbol nacional a nivel de clubes, aún se confiaba en la clasificación. Había que ganar a escoceses en Madrid y a suizos en Lausana y, eso sí, esperar que los de las Islas no ganaran en Basilea. Como casi siempre, no dependíamos de nosotros mismos. Como tantas veces, las cuentas de la lechera no salieron. El equipo español devolvía la goleada a los escoceses (4-1, con tantos de Mateos, Kubala y dos de Basora) y pasaba por encima de los helvéticos (1-4), con, al fin, una destacada actuación de las principales figuras, Kubala y Di Stéfano, que firmaron un doblete cada uno. A buenas horas, mangas verdes. Escocia hizo lo que tenía que hacer. Vencer a Suiza en ambos choques, para sellar su pasaporte a Estocolmo. El fracaso fue sonado. Un equipo de grandes estrellas, algunas de ellas primerísimas figuras del fútbol mundial, se quedaba fuera de una Copa del Mundo una edición más.

 Un gol in extremis de José Armando Ufarte frente a la República de Irlanda, en noviembre de 1965, en el partido de desempate, otorgaba a nuestra Selección la clasificación para la fase final del Mundial de Inglaterra-66. Dado que nuestros chicos habían disputado también el Campeonato del Mundo de Chile, en 1962, era la primera vez que la Selección Nacional se clasificaba para dos Copas del Mundo de forma consecutiva. Todo un hito por aquel entonces. Pero, claro, tras años de bonanza (dos clasificaciones sucesivas, con fracasos estrepitosos en las ambas fases finales), tocaba de nuevo una larga travesía por el desierto. El superprofesionalizado fútbol español tardaría la friolera de doce años en volver a disfrutar (?) del mayor evento internacional de este deporte.

 En la década de los 70 nuestro deporte rey vivió muy posiblemente el  mayor período de decadencia de su historia. La apertura de las fronteras a jugadores extranjeros propició, sin duda, la llegada de grandes figuras (Cruyff, Netzer, Breitner, Kempes, Luiz Pereira,…), pero también una avalancha de mediocridad a discreción, que perjudicó tanto a los clubes como al equipo nacional y sumió a nuestro fútbol en una etapa sombría de la que costó muchísimo salir. A nivel de clubes, España perdió su peso específico y dominio absoluto en el escenario europeo (una final de Recopa perdida por el Real Madrid, una de Copa de Europa por el Atlético y una de la UEFA por el Athlétic, es el triste balance de este ciclo, hasta la Recopa lograda por el Barça ya en 1979) y desde luego, a nivel de Selección, el resultado de este decenio ha sido el peor de su extensa andadura internacional. Incapaz de clasificarse para las fases finales de las Eurocopas de Bélgica-72 y Yugoslavia-76 (torneos de cuatro equipos), ni para los Mundiales de México-70 y Alemania-74, el equipo nacional español peregrinó por el desierto de los grandes y sonados triunfos en encuentros amistosos y los descalabros más decepcionantes en los partidos clasificatorios.

 Después de haber estado presente en los dos últimos Mundiales y ya con un título de campeón de Europa en nuestro zurrón, en octubre de 1968 y con Eduardo Toba como seleccionador, comenzaba para España la liguilla clasificatoria para la Copa del Mundo de México. Con Bélgica, Yugoslavia y Finlandia como rivales, de los que sólo se clasificaba el campeón del grupo, nuestros chicos se estrenaban en el estadio del Estrella Roja de Belgrado con un esperanzador empate a cero. Esperanzador no por el juego desplegado, soso, ramplón, sin profundidad ni remate, sino por el punto obtenido en casa del vigente subcampeón europeo. Dos meses más tarde nos visitaba Bélgica, en un desangelado Santiago Bernabéu. Desastrosa actuación del cuadro español, que salvó un punto milagrosamente casi al final del duelo. A falta de quince minutos, Gárate acertaba con el portal belga para igualar el tanto logrado por Devrindt, en la primera jugada del partido. Una vez más, clasificación cuesta arriba a las primeras de cambio. Había que ganar en Lieja, o al menos no perder, para seguir teniendo opciones. El 23 de febrero de 1969, en el estadio Sclessin, nos la jugábamos de verdad y a Toba no se le ocurrió otra cosa que salir con este once: Iríbar; Martín, Gallego, Zoco, Eladio; Glaría, Claramunt, Velázquez, Grosso; Amancio y Vavá. Equipo de contención con sólo dos hombres en punta y táctica ultradefensiva, para un partido que había que ganar. Y ya se sabe lo que pasa cuando se juega a no perder… A la media hora Johan Devrindt volvía a dejar en evidencia a la retaguardia española, como ya ocurriera en Madrid. Con los belgas por delante en el marcador y los españoles incapaces de revertir la situación, el tiempo corría y a España se le escapaba el billete para México. A los veinte minutos de la segunda parte, Eladio, expulsado por el danés Sorensen, se negó a abandonar el campo y tuvo que ser retirado por las fuerzas de orden público con más brusquedad que buenos modales. La grotesca escena terminó con el poco brío que les quedaba a los nuestros.

  A siete minutos del final, Devrindt asestaba el golpe de gracia a las escasas esperanzas españolas y ponía a su selección con pie y medio en México. Juan Manuel Asensi, que debutaba en sustitución de Claramunt, acortaba distancias al minuto siguiente, pero fue insuficiente. España se despidió del Mundial y Eduardo Toba de su cargo como seleccionador. Matemáticamente eliminados, quedaban aún tres partidos para cumplir con el calendario. Para dirigir esos tres últimos intrascendentes compromisos, la Federación optó por una solución de emergencia: nombrar para el cargo de seleccionador al triunvirato Miguel Muñoz, Salvador Artigas y Luis Molowny, es decir, los técnicos de los tres primeros clasificados de la Liga, Real Madrid, FC Barcelona y UD Las Palmas, respectivamente. Cosas de nuestros dirigentes federativos… En el mes de abril se recibió a los yugoslavos en el Camp Nou. Los balcánicos, aún con opciones reales de clasificarse, se toparon de bruces, mira por dónde, con un gran conjunto español, que antes de la media hora ya vencía por dos tantos a cero gracias al acierto de Bustillo y Amancio. En la segunda parte, Pavlovic establecía el dos a uno final, resultado que clasificaba definitivamente a los belgas. Aún faltaba el trámite del doble enfrentamiento frente a los finlandeses, para cerrar esta decepcionante ronda clasificatoria. El 25 de junio nuestros representantes patrios confirmaron sobre el terreno de juego la apatía, desidia y desinterés con el que se estaba acudiendo en los últimos tiempos a las llamadas de la Selección. Desde su bautismo internacional allá por 1920 en la Olimpiada de Amberes, el equipo español nunca había sufrido tan degradante afrenta. El partido contra Finlandia, en el Olímpico de Helsinki, supondría el mayor fracaso de la historia futbolística española. Un equipo nacional superprofesionalizado, pero sin alma, ilusión ni vergüenza, caía estrepitosamente ante un conjunto de correosos y animados electricistas, carteros, fontaneros y funcionarios. A los veintiún minutos España, que jugaba con un absurdo e intolerable aire de superioridad, había recibido ya dos mazazos en forma de goles, gracias al ímpetu de los fineses que aprovecharon dos regalitos de nuestra zaga. Desde ese instante y hasta el final, el encuentro fue la historia del quiero y no puedo. Sin control, sin dominio, sin gol, España intentó subsanar el vergonzoso resultado, intrascendente para la clasificación aunque bochornoso para nuestra historia, pero fue incapaz de lograrlo. El 2-0 final (tantos de Lindholm y Tolsa), consumaba la mayor humillación sufrida hasta entonces por nuestro fútbol. El experimento del trío de seleccionadores terminaba, por tanto, de esta manera tan lamentable y el otrora fabuloso jugador, Ladislao Kubala, se hacía con las riendas del banquillo nacional. En su puesta de largo como técnico del equipo español, se impuso a Finlandia en el último choque, en lo que ha sido una de las goleadas más estériles de nuestra historia. Seis goles a cero (Pirri, Gárate, dos, Velázquez, Amancio y Quino), que, si acaso, sirvieron para despedir con ciertos honores la carrera internacional del gran Paco Gento. Una nueva era, se dijo, comenzaba para nuestra Selección…

 Eliminados también en la fase previa de la Eurocopa de 1972 (torneo con un formato similar a la actual Liga de Campeones), a los conocidos como Kubala Boys se les presentaba ahora un nuevo reto: la clasificación para el Mundial de Alemania de 1974. Con Yugoslavia de nuevo como rival de grupo, además de Grecia,  solamente el primer clasificado obtendría el pasaporte mundialista. Nuestros chicos se estrenaron en el otoño de 1972 en el estadio Insular de Las Palmas de Gran Canaria, con un empate a dos frente a los Plavi. Amancio inauguró el marcador a los 30 minutos, pero las huestes de Miljan Miljanic, en un notable partido, supieron remontar el resultado con dos goles de su delantero centro Dusan Bajevic. Solamente en el último minuto, Asensi pudo acertar con el portal de Maric y salvar un punto  afortunado para España. En enero de 1973, tocaba rendir visita al Leoforos Alexandras de Atenas. Buena imagen del equipo español, ahora sí, pero con un resultado final  muy apretado. A falta de cinco minutos, un inquietante empate a dos campeaba en el marcador, cuando Valdez hizo valer su pillería para regalar la primera victoria a España. Un mes más tarde, en La Rosaleda de Málaga, el combinado español volvía a imponerse a los helenos, con tres goles de Claramunt, Sol y Roberto Martínez, que dejaron en mera anécdota el conseguido por Antoniadis. Si se vencía a Yugoslavia en Zagreb, en el mes de octubre, estaríamos en el Mundial. No pudo ser. La Selección mereció mucho más en ese definitivo compromiso, pero no logró pasar del empate a cero. Yugoslavia aún debía visitar Atenas. Una derrota, un empate o, incluso, una victoria por la mínima de los balcánicos, también nos clasificaba, pero se impusieron por cuatro a dos y la clasificación hubo de dirimirse en un partido de desempate. El 13 de febrero de 1974, en el Waldstadion de Frankfurt, la Selección Española volvió a ser víctima de sus propias miserias. En el instante más decisivo de la fase clasificatoria, decidió jugar un desastroso encuentro y dejó en bandeja de plata el pase mundialista a un buen equipo yugoslavo. A los trece minutos, Katalinski cabeceó solito y sin oposición un centro desde la derecha, que Iríbar rechazó a duras penas. El balón le volvió al central del Zeljeznicar, que remató a la red, mientras la defensa española, de vacaciones, miraba plácidamente la jugada. En los 77 minutos restantes la Selección dio toda una lección de incapacidad e inoperancia futbolísticas, arruinando toda esperanza de clasificación. España perdía el último tren para la Copa del Mundo de Alemania y sumaba un rotundo fracaso más a su lista negra de decepciones internacionales. Aquella infausta noche, Kubala alineó a Iríbar; Sol, Benito, Jesús Martínez, Uría; Claramunt, Juan Carlos (Marcial, 73′), Asensi; Amancio (Quini, 73′), Gárate y Valdez.

 Nada menos que doce años después del gol de Ufarte a la República de Irlanda que nos dio la clasificación para el Mundial de Inglaterra-66, Rubén Cano, otro colchonero, perforaba las redes de Yugoslavia (¡otra vez Yugoslavia!) en el histórico partido conocido como la batalla de Belgrado y metía a nuestro equipo, por fin, en una fase final de un Campeonato del Mundo, el de Argentina 1978. Y desde entonces, no hemos vuelto a fallar. Nueve ediciones consecutivas (sólo Brasil, Italia y Alemania han conseguido lo mismo en idéntico período), con tres dolorosas eliminaciones en cuartos de final (México-86, USA-94 y Corea-Japón-02) y, por supuesto, con el título obtenido brillantemente en Sudáfrica, en lo que ha supuesto el momento culminante de nuestra historia futbolística internacional. Ojalá ya no  abandonemos nunca el pelotón de los mejores.