La reducción y ampliación de la Segunda B en 1986 y 1987

Cuando en 1977 se creó la Segunda División B, la Liga española quedó formada por una Primera División con dieciocho equipos, una Segunda A con 20, y la citada Segunda B, con dos grupos de 20. Por debajo quedaba la Tercera División, formada inicialmente por seis grupos, que se ampliaron a ocho en 1979, a trece en 1980 y a catorce en 1983. Sin embargo, el auge del baloncesto estaba restando público al fútbol, y los dirigentes de los clubes de la Liga de Fútbol Profesional decidieron buscar nuevos alicientes modificando el sistema de competición.

El 17 de Mayo de 1985 se reunió el Comité Ejecutivo de la L.F.P., y acordó el primer esbozo de lo que debería ser la competición en la temporada 1986-1987: la Primera División se mantendría con dieciocho equipos, la Segunda quedaría formada por dos grupos de dieciocho equipos y desaparecería la Segunda B. La principal novedad consistía en la introducción de lo que se denominó incorrectamente play-off: una serie de liguillas de seis equipos que se jugaría al final de la Liga regular y serviría para determinar la clasificación final y los puestos de campeón de liga, ascensos y descensos, en base a acumular los puntos obtenidos en ambas fases. En Primera, los seis primeros clasificados jugarían por el Campeonato y los puestos de acceso a la Copa de la UEFA excepto uno, los seis intermedios jugarían por ese puesto restante en la UEFA, y los seis últimos tratarían de evitar los puestos de descenso. En Segunda, los seis primeros de cada grupo se distribuirían en otros dos grupos de seis, ascendiendo a Primera los dos campeones y el mejor subcampeón, mientras que los otros veinticuatro equipos formarían cuatro grupos de seis, descendiendo a Tercera los colistas de cada grupo y los dos peores excluyendo a estos.

La propuesta se debía concretar en la Asamblea de la Liga de Fútbol Profesional el día 26 de Junio, que se anunciaba controvertida, por la oposición mostrada por la mayoría de clubes de Segunda B, algunos de los cuales incluso planteaban hacer una huelga en caso de aprobarse la remodelación prevista. Las negociaciones fueron largas y complejas y finalmente se llegó a un acuerdo que tampoco dejó satisfechos a los clubes de Segunda B y se aprobó con su abstención: la Primera División quedaba exactamente igual que en la propuesta inicial; la Segunda A quedaba compuesta por un único grupo de dieciocho equipos, distribuyéndose en la segunda vuelta los doce primeros en dos grupos para disputar los tres puestos de ascenso, y los seis últimos en otro que decidiría los tres de descenso; la Segunda B quedaba reducida a un único grupo de veintidós equipos, que no disputarían segunda fase. En la temporada de transición, no se modificaban los ascensos ni descensos en Primera y Segunda A, pero sí en Segunda B, de donde sólo ascenderían los campeones de los dos grupos, descendiendo a Tercera los clasificados a partir del noveno puesto incluido, ascendiendo de esta última categoría únicamente cuatro equipos.

Con esta propuesta sobre la mesa, se celebró el 19 de Julio la Asamblea Ordinaria de la Real Federación Española de Fútbol. La sesión fue maratoniana, no alcanzándose el acuerdo definitivo hasta bien entrada la tarde. Finalmente, la propuesta de la Liga de Fútbol Profesional fue aprobada sin más modificación que la ampliación a seis de los puestos de ascenso de Tercera a Segunda B en la temporada de transición y el consiguiente descenso de los octavos clasificados de ambos grupos de esta última categoría.

La temporada 1986-1987 en Segunda B empezó el 1 de Septiembre y finalizó el 18 de Mayo. En el Grupo Primero, el Alavés arrancó la competición de forma fulgurante, seguido de cerca por el Figueras, mientras Orense, Real Burgos, Salamanca, Pontevedra, Palencia, Lleida, Binéfar y San Sebastián trataban de afianzarse en los puestos que otorgaban la permanencia. El 15 de Diciembre, en la jornada 16, los vitorianos visitaban a los ampurdaneses y acabaron encajando un 4-0 que dio a estos un liderato que ya no perderían en lo que quedaba de temporada. Finalizó la primera vuelta con el Figueras en la primera posición con 29 puntos, seguido por el Alavés con tres menos, Orense y Real Burgos con 25, Pontevedra con 23, y Lleida y Salamanca con 22 cerrando los puestos de permanencia, a los que aspiraban Palencia y Andorra con 21, Binéfar con 20, Zamora y Endesa con 19 y San Sebastián con 18 y un partido menos.

En la segunda vuelta, el Figueras fue consolidando poco a poco su liderato, mientras el Alavés cedía ante el empuje de Burgos y Salamanca. En los puestos de permanencia se fueron consolidando poco a poco Lleida y Orense, mientras se descolgaban Pontevedra y Binéfar y Palencia y San Sebastián se disputaban la última plaza. El 20 de Abril, en la jornada 34, el Figueras vencía por 4-1 al Andorra y se proclamaba campeón del grupo, consiguiendo así la plaza de ascenso. Una semana después conseguían la permanencia Salamanca, Alavés y Real Burgos y en la penúltima jornada se metían también Lleida y Orense, quedando un solo puesto libre, que fue para el Palencia, tras vencer por 3-0 al Andorra y superar finalmente al San Sebastián que perdía por 2-1 en Binéfar. San Sebastián, Pontevedra, Hospitalet, Zamora, Binéfar, Endesa de Andorra, Gimnástic de Tarragona, Andorra, Sporting Atlético, Arosa, Compostela, Barcelona Aficionados y Lalín daban con sus huesos en Tercera. Sin embargo, en el mes de Agosto Alavés y Palencia no consiguieron saldar las deudas que tenían con sus jugadores y perdieron la categoría, repescándose a San Sebastián y Pontevedra para ocupar sus plazas.

En el Grupo Segundo el Orihuela arrancó con fuerza, pero a partir de la jornada sexta se fue desinflando, cediendo ante el Levante y la Linense, que se disputaron el liderato a lo largo de toda la primera vuelta. Para las plazas de permanencia se vivió una fuerte pugna entre Poblense, Calvo Sotelo, Córdoba, Granada, Talavera, Jaén (aunque este último luego se fue descolgando), estando al acecho Alcoyano, Betis Deportivo y Xerez.  Al final de la primera vuelta, la Linense era líder con 24 puntos, los mismos que el Levante, seguidos por el Granada con un menos, el Córdoba con 22, Orihuela y Poblense con 21 y, en la última plaza de permanencia, el Xerez con 20, empatado con Talavera y Calvo Sotelo, con un solo punto de ventaja sobre Betis Deportivo, Ceuta, Manacor y Parla, dos sobre Plasencia, Jaén y Linares y tres sobre el Alcoyano. Descolgados de esta pelea quedaban Algeciras con 14 puntos, Alcalá con 13 y Lorca con 11.

En la segunda vuelta empezó con fuerza el Granada, que se aupó al liderato, al tiempo que el Levante se descolgaba de la lucha por el ascenso e incluso caía fuera de los de permanencia. Sin embargo, en la jornada 26 el Xerez se hizo con la primera posición, manteniendo un interesante pulso con la Linense hasta la última jornada. En la pelea por los siete primeros puestos se vivieron continuas alternativas, con la entrada en ellos del Ceuta y, más adelante, el Alcoyano, mientras Levante, Orihuela y Calvo Sotelo iban cediendo posiciones. Hasta la jornada 35 no aseguraron Xerez y Linense la permanencia, sumándose a ellos Córdoba, Ceuta y Granada en la 37. Se llegó a la última jornada con Xerez y Linense con 45 puntos y Córdoba y Ceuta con 43 disputándose la plaza de ascenso, Granada sin nada en juego con 41, y Alcoyano y Poblense con 40, Calvo Sotelo y Orihuela con 39 y Levante con 38 luchando por dos de permanencia. Con su victoria por 1-0 sobre el Ceuta, el Xerez consiguió el campeonato y el ascenso, mientras el Alcoyano vencía por 2-0 al Talavera y el Poblense por 2-1 al Granada y ocupaban ambos los puestos aún pendientes de permanencia. Calvo Sotelo, Orihuela, Levante, Parla, Plasencia, Talavera, Linares, Betis Deportivo, Manacor, Alcalá, Jaén, Algeciras y Lorca fueron los conjuntos descendidos a Tercera.

A los doce equipos de ambos grupos que lograron la permanencia se unieron Albacete, Aragón, Tenerife y Atlético Madrileño, descendidos de Segunda, así como Lugo, Mallorca Atlético, Polideportivo Almería, Gandía, Alcira y Éibar, ascendidos de Tercera, formando así un grupo de 22 equipos de todos los rincones de España, incluidas las islas, con el consiguiente gasto en desplazamientos para todos ellos. A pesar de todas las dudas planteadas, la competición en Segunda B empezó sin más variaciones el 31 de Agosto de 1986, con tres puestos de ascenso a Segunda A y cuatro de descenso a Tercera en juego.

Tras unas primeras jornadas con constantes cambios en la clasificación, Tenerife y Burgos fueron subiendo puestos hasta copar las dos primeras plazas, seguidos de cerca por Lleida, Salamanca, Granada, Pontevedra y Éibar. Por la parte de abajo, Poblense y Ceuta se aferraron a las dos últimas plazas, precedidos por Aragón, Mallorca Atlético, Linense, Atlético Madrileño y Gandía. El 18 de Enero finalizó la primera vuelta, con el Tenerife liderando la tabla con 30 puntos, seguido por Real Burgos, Lleida y Granada a dos puntos, Éibar y Salamanca con 26 y Pontevedra con 24. Por abajo, el Poblense estaba descolgado con 11 puntos, precedido por Ceuta y Aragón con 15, Mallorca Atlético con 16, Orense con 17, Polideportivo Almería, Linense y Gandía con 18. En tierra de nadie, Atlético Madrileño, Alcoyano, Lugo, Alzira y Córdoba tenían 21 puntos, San Sebastián 20 y Albacete 19.

Pero unos días antes, el 8 de Enero había tenido lugar una reunión que iba a acabar provocando un cambio en el transcurso de la competición: los clubes de Tercera División solicitaron el aumento de la Segunda B a cuatro grupos de veinte equipos para la temporada siguiente. En la reunión estaba presente José Luis Roca, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, y dio el visto bueno a la propuesta, prometiendo llevarla a la reunión de la Junta Directiva federativa del día siguiente. En esta nueva Junta, se decidió la convocatoria de una Asamblea Extraordinaria para el 26 de Febrero, en la que se estudiaría la reestructuración propuesta. Incluso antes de que se confirmase la ampliación, en el mismo mes de Enero se aprobó el reparto de las 58 nuevas plazas en Segunda B entre los distintos grupos de Tercera: ocho ascensos para el grupo catalán, siete para el formado por Madrid y Castilla la Mancha y otros siete a repartir entre los dos grupos andaluces, cinco para el grupo gallego y para el valenciano, tres para el vasco, el de la Federación Oeste, el canario, el murciano, el extremeño y el aragonés y dos para el asturiano, el cántabro, el balear y el navarro – riojano.

A pesar de la oposición de la Liga de Fútbol Profesional y la amenaza de la Asociación de Futbolistas Españoles de convocar una huelga, el 26 de Febrero se dio luz verde a la ampliación de la Segunda B para la próxima temporada en los términos planteados anteriormente, al tiempo que se ampliaba también la Tercera División a diecisiete grupos, uno por cada Comunidad Autónoma, con excepción de Andalucía, que conservaba dos grupos, uno compartido con Ceuta y otro con Melilla, y Navarra y la Rioja que seguían compitiendo juntos. Respecto del número de equipos ascendidos al final de la presente temporada, se confirmó la propuesta anterior, sin más modificación que el hecho de que los cuatro terceros clasificados de los grupos que sólo contaban con dos ascensos, disputarían una promoción contra los cuatro últimos de Segunda B.

Con esta modificación a la vista, continuó la competición en Segunda B. El Tenerife fue poco a poco incrementando su ventaja y consolidando su liderato, centrándose la disputa por la segunda y tercera posición entre Real Burgos, Lleida, Granada y Salamanca, con el Éibar al acecho aunque sin llegar a conectar con ellos. Por la parte de abajo, el Poblense y el Mallorca Atlético se hundían en las últimas plazas, con Ceuta, Aragón, Polideportivo Almería y Albacete luchando por evitar los otros dos puestos que ya no eran de descenso sino de promoción. Se llegó así el 17 de Mayo a la jornada 38, a falta de cuatro para el final, con el Tenerife en la primera posición, con 54 puntos, seguido por Lleida y Granada con 51 y Real Burgos y Salamanca con 48. Por abajo, el Poblense tenía 21 puntos, el Mallorca Atlético 26 y por delante estaban Polideportivo Almería y Ceuta, con 30, Aragón con 31 y San Sebastián con 33.

Pero las sorpresas no acabaron ahí. Cuando aún no había finalizado la competición en Primera y Segunda División, ni los clubes, ni los jugadores, ni la propia Federación estaban satisfechos con el desarrollo de la misma, planteándose volver al sistema tradicional de Liga a doble vuelta sin ningún añadido posterior en forma de liguilla complementaria. El 20 de Mayo se reunieron en la sede del Consejo Superior de Deportes representantes de la A.F.E., de la L.F.P. y de la R.F.E.F., y no sólo llegaron al acuerdo de suprimir la última fase de la competición a partir de la próxima temporada, sino que además decidieron aumentar la Primera y Segunda División a 20 equipos cada una. Para ello, suprimieron los descensos de Segunda A, aumentaron los ascensos de Segunda B de tres a cuatro, y eliminaron la promoción entre los cuatro últimos de Segunda B y los cuatro terceros de Tercera División a los que correspondía disputarla. Como quiera que en esta categoría ya había concluido la competición, Langreo, Laredo, Badía y Mirandés consiguieron el ascenso sin tener que esperar más trámite.

Quedaban cuatro jornadas en Segunda B y el aliciente por la parte baja de la tabla había desaparecido, aumentando sin embargo por la zona alta, al haber una plaza disponible más. En la jornada 40 llegaron los primeros dos ascensos matemáticos, al vencer el Tenerife por 5-1 al San Sebastián y el Lleida por 3-0 al Poblense. Una semana después, fue el Granada quien ganó por 0-2 al Aragón y aseguró su puesto en Segunda A para la temporada siguiente, quedando para la última jornada una única plaza libre, a la que optaban Salamanca, con 53 puntos y Real Burgos, con 52, con el aliciente de que ambos debían enfrentarse entre sí en el campo del primero. En un partido pleno de emoción, Tamayo adelantó a los burgaleses en el segundo tiempo, empatando Biota cuando quedaban veinte minutos. Los locales dieron por bueno el resultado, que les daba el ascenso, y se encerraron en su campo. Pero en el último minuto Eizmendi marcó el definitivo 1-2 que dejaba a los charros cariacontecidos y mandaba al Real Burgos a Segunda A.

Se cerró de este modo una temporada en la que los equipos tuvieron que estar pendientes de las distintas resoluciones federativas que iban surgiendo periódicamente, y no sólo de los resultados que cosechaban en el terreno de juego. Esta situación provocó fuertes desencuentros entre los rectores de nuestro fútbol, y culminaron con la exclusión de los clubes de Segunda B de la Liga de Fútbol Profesional, a la que habían pertenecido desde su creación.




Los árbitros y la separación de poderes

En todas las jornadas de liga los árbitros se equivocan. Igual que en todas las jornadas de liga se equivocan los porteros, los delanteros, los entrenadores y todos los que actúan directa o indirectamente en un partido de fútbol. Huelga decir que esto es así precisamente porque el fútbol es una invención humana hecha por humanos para el disfrute de humanos.

Sin embargo es evidente que los árbitros y los miembros de su equipo (árbitros asistentes y cuarto árbitro) se hallan en una posición mucho más delicada que el resto de los actores del partido por una sencilla razón de orden psicológico auto exculpatoria. O dicho más claro: es más cómodo echarle la culpa a otro de nuestros fracasos que asumirlos nosotros mismos.

Es más fácil acusar públicamente al árbitro de no haber pitado un penalti a favor que plantear que no se ha ganado el partido porque un jugador de nuestro propio equipo ha fallado el penalti que sí ha pitado el árbitro.

Lo cual, por supuesto, no exime en ningún caso al árbitro ni de la responsabilidad de sus errores ni de su obligación de reducir todo lo posible el número de fallos. O dicho de otra manera, se debe exigir a los árbitros que hagan bien su trabajo. Para lo cual, claro, hemos de delimitar claramente cuál es el trabajo del árbitro (y cuál no).

Y esto es fundamental, porque si no lo tenemos claro no se puede ni arbitrar un partido con éxito ni, en el caso de periodistas y comentaristas, hacer críticas mínimamente solventes.

Decir que un árbitro arbitra un partido no debería suponer ni mucho menos una perogrullada para todos aquellos que afirman domingo tras domingo que el árbitro «dirigirá el encuentro». Y precisamente el objetivo de este artículo es desmontar esta idea demostrando con ello lo infundado, cuando no pernicioso, que supone atribuir al árbitro esa función directora.

Creo que la mejor manera de delimitar la función del árbitro es recurriendo al símil jurídico, mundo del que precisamente se tomó prestado tanto el nombre como su figura. Todo ello desde la perspectiva de la separación de poderes dentro de un Estado.

El árbitro y la separación de poderes

El término «árbitro» está prestado del lenguaje jurídico, con el que designa a aquella persona que no es juez pero que tiene capacidad de decidir en un asunto concreto para el que las partes en conflicto le han dado potestad. En determinadas circunstancias se exige que los árbitros sean licenciados en Derecho (arbitraje de Derecho), pero otras veces ni siquiera (arbitraje de equidad): cualquier ciudadano puede ser árbitro y emitir un laudo (equivalente a la sentencia) que otorga a la circunstancia en conflicto el estado de cosa juzgada.

No ocurre así con los árbitros de fútbol, que deben pertenecer a unos colegios a los que solo se tiene acceso después de unos exámenes teóricos y físicos. En este sentido, dicho sea de manera tangencial, el término «colegio arbitral» no deja de ser contradictorio.

Ignoro por qué se generalizó el nombre de «árbitro», en vez del de «juez», ya que los dos alternaron en las primeras crónicas de fútbol de nuestro país con el de «referee». El término «juez» además siempre ha estado más prestigiado, como demuestran claramente los adjetivos respectivos: de juez viene «judicial», pero de árbitro «arbitrario» («arbitral» es secundario, y muy posterior).

Dejando de lado el nombre, el árbitro tiene en el fútbol la función que se atribuye en el Estado al Poder Judicial: aplicar unas normas (el reglamento) que no ha hecho él, que probablemente ni le gusten, pero que está obligado a aplicar con todo rigor.

Todo esto dicho sobre la base de la teoría de la separación de poderes atribuida a Montesquieu . El árbitro es pues el Poder Judicial del fútbol, por lo que debe aplicar unas normas previamente aprobadas por el Poder Legislativo, en este caso la International Board. Y esta separación de poderes tiene una trascendencia fundamental: cuando se va a jugar un partido de fútbol los dos equipos conocen las reglas con las que juegan. Esto es, hay seguridad jurídica. Ningún jugador puede aducir que no conocía la norma que se le está aplicando porque está en el reglamento que con rigor está aplicando el juzgador, el árbitro.

El árbitro no dirige

El árbitro juzga, arbitra, o reparte justicia si se quiere, pero no dirige. Y no lo hace porque nadie le ha atribuido tal capacidad, que naturalmente supone reducir al reglamento a un mero instrumento que el árbitro utiliza en su labor directora del partido, pero que en todo caso estará supeditado a su criterio. Según esta supuesta atribución el árbitro debería decidir en cada momento si es oportuna o no la aplicación del reglamento.

Esta idea, ridícula a mi juicio, subyace en muchas de las críticas que reciben todos los fines de semana los árbitros, y que desde luego no tiene ningún fundamento.

Se llama rigurosos a los árbitros, con ánimo despectivo, cuando pitan un penalti en el que el empujón no es muy fuerte. O se les acusa (¡ni más ni menos!) de «cargarse el partido» cuando expulsan a un jugador al poco de empezar el partido.

Estas críticas solo puede hacerlas quien no se ha enterado de que el árbitro está obligado a aplicar en todo caso el reglamento, y que si no lo hiciera sería entonces cuando haría mal su trabajo. No entienden que si el árbitro decide que el minuto 10 es muy pronto para expulsar a un jugador del equipo X lo que está haciendo es perjudicar deliberadamente al equipo contrario (equipo Y). No entienden que trabajar con rigor, ser riguroso en el trabajo, siempre es positivo, nunca puede ser una tara.

Conclusión

He sido muy breve porque creo que la idea es sencilla. Un árbitro arbitra, y si le atribuimos labores que desbordan completamente su función, le estaremos echando encima una responsabilidad que no es suya y que será desde luego origen de muchas críticas. Y si como periodistas les suponemos gratuitamente la capacidad de dirigir el partido haremos críticas que carecerán de todo sentido.




Torneo de Ginebra: 1930

Con motivo de la inauguración de su nuevo recinto deportivo, el Estadio des Charmilles, y coincidiendo con su 40º aniversario, el Servette FC de Ginebra organizó un torneo internacional con la participación de 5 campeones nacionales de Liga, 2 de copa nacional y tres importantes representantes de los mejores países europeos, dejando al margen los equipos británicos y escandinavos. Por la importancia de los participantes y el número de países representados este torneo está considerado como uno de los antecedentes más directos de la Copa de Europa, junto con la Copa Mitropa y la Copa Latina.

Fue todo un acontecimiento que la prensa europea siguió en directo. La presencia de los mejores clubs centroeuropeos daba un enorme prestigio al certamen, máxime cuando estos países decidieron no acudir al I Campeonato del Mundo, en Montevideo, que empezaría tan sólo una semana después de la final del torneo ginebrino. Algunos lo llegaron a considerar como un desfío europeo, pues no hay que olvidar que a Uruguay sólo fueron Francia, Bélgica, Rumanía y Yugoslavia.

Participantes:  
Servette FC Genève Campeón de Liga de Suiza.
First Vienna FC Campeón de Copa de Austria, tercero en la Liga donde el campeón fue el SK Rapid Wien.
SpVgg Fürth Subcampeón de Alemania Sur, cayó en la segunda ronda de la fase final nacional en la que fue campeón el Hertha BSC.
FC de Sète Campeón de Copa de Francia, único torneo nacional pues todavía no había campeonato de Liga en Francia.
SK Slavia Praha Campeón de Liga de Checoslovaquia en la que ganó todos los partidos. Era subcampeón de la Copa Mitropa.
Royal Cercle Sportif Brugeois Campeón de Liga de Bélgica.
Újpesti TE Campeón de Liga de Hungría y vigente campeón de la Copa Mitropa.
Real Unión Club sexto clasificado de la Liga española, donde el campeón fue el Athletic Club.
Bologna Sportiva sexto clasificado de la Liga italiana, donde el campeón fue el Ambrosiana-Inter.
Go Ahead Deventer Campeón de Liga de Holanda

El Real Unión aceptó la invitación formulada a través de la Real Federación Española de Fútbol. No cabe duda que el mejor representante del fútbol español hubiese sido el Athletic Club que había copado los dos títulos. El 30 de marzo cerró el Campeonato Nacional de Liga invicto, con doce victorias y seis empates. El 1 de junio en Montjuich derrotó al Real Madrid en la final de Copa por 3-2, firmando el doblete. Tampoco aceptaron la invitación los otros grandes, posiblemente por los compromisos de la selección española.

España había renunciado a desplazarse a Montevideo por motivos diversos, sin embargo, respetó el calendario de encuentros amistosos enfrentándose a Checoslovaquia en Praga y a Italia en Bolonia. Tras la derrota por 2-0 ante los checos siguió una importante victoria ante los italianos 3-2. En la expedición nacional figuraban Pichi Garizurieta, José Muguerza, Roberto Echevarría, Guillermo Gorostiza y Gregorio Blasco del Athletic Club. Real Madrid, FC Barcelona y RCD Español también contribuyeron con sus mejores jugadores. El Real Unión aportaba un jugador, uno de los mejores del momento, Luis Regueiro.

Propiamente fue un desfío. El Real Unión contaba con una plantilla muy corta que empezaba a ceder ante la fuerza del profesionalismo. De hecho, su infraestructura como club era muy elemental. No contaba con un entrenador y sus jugadores eran aficionados. Para poder reunir un equipo competitivo, capaz de dejar el pabellón español en buen lugar tuvo que recurrir a refuerzos de otros clubs, pues algunos jugadores no podían permitirse el lujo de viajar y estar sin trabajar -y sin cobrar- durante casi quince días.

La expedición del Real Unión Club:

Antonio Emery; Manuel Alza, Román Arrieta (Arenas Club); Pedro Regueiro (Real Betis Balompié), René Petit, Sebastián Vigueras (CD Europa), Francisco Gamborena; Eugenio Hilario (Tolosa FC), Luis Regueiro, José Sastre (FC Barcelona), Emiliano Garmendia, Juan Echevarría (Arenas Club). Santiago Urtizberea se integraría más tarde.

Como se puede comprobar, Pedro Regueiro, ya bético, volvió a su club nodriza para jugar con su hermano Luis. También se reclutó a los veteranos Román Arrieta y Juanito Echevarría, junto con el joven valor Eugenio Hilario del Tolosa FC. El delantero centro internacional José Sastre fue la aportación barcelonista y Sebastián Vigueras, que prefirió unirse al Real Unión y no acompañar a su club, el CD Europa, en la gira por Escandinavia.

El torneo tuvo el siguiente desarrollo:

Primera ronda:            
28 de junio de 1930            
Servette FC Genève (Suiza) First Vienna FC (Austria) 0:7  
29 de junio de 1930            
SpVgg Fürth (Alemania) FC de Sète (Francia) 4:3 (gol de oro)
SK Slavia Praha (Checoslovaquia) Cercle Bruegois (Bélgica) 4:2  
30 de junio de 1930            
Újpesti TE (Hungría) Real Unión Club (España) 3:1  
2 de julio de 1930            
Bologna Sportiva (Italia) Go Ahead Deventer (Holada) 4:0  

Abrió el torneo el equipo anfitrión contra el First Vienna. Los austriacos no dieron opción y consiguieron una gran goleada. Llegaron con 5:0 al descanso. Josef Adelbrecht marcó 4 de los siete goles. Se mostraron como dignos representantes del wunderteam.

Al día siguiente alemanes y franceses protagonizaron un reñidísimo encuentro que necesitó del gol de oro tras la prórroga de 30 minutos. A los 140 minutos de juego el alemán Karl Rupprecht deshizo la igualada. Los franceses tenían las bajas de los yugoslavos Ivan Bek y Ljubiša Stefanović, que habían marchado a Montevideo para jugar con su selección, aunque también habían conseguido refuerzos como el suizo Edmond Kramer del SO Montpellier y el húngaro József Kaucsar del AS Saint-Raphaël.

Seguidamente se presentó el SK Slavia de Praga, uno de los favoritos, frente al campeón belga, que traía la baja del internacional André Saeys que estaba con su selección, aunque no jugó en el mundial. Los checos fueron superiores y sin forzar debidamente dominaron el encuentro. Destacaron los tres goles de Antonín Puč.

El Real Unión debutó el 30. El sorteo no le favoreció en absoluto pues su rival era el potentísimo Újpesti TE de Budapest. Los húngaros eran los actuales campeones de la Copa Mitropa, verdadero antecedente de la Copa de Europa y estaban considerados el mejor club continental. El Újpesti TE llevó la iniciativa pero el Real Unión se mostró firme, oponiendo serias dificultades. Marcaron primero los favoritos, pero Luis Regueiro confirmó que iba a ser uno de los jugadores más destacados del torneo y estableció el empate con que se llegó al descanso. Garmendia lesionado fue sustituido por el europeísta Vigueras -se permitían dos cambios antes de la segunda parte-. Tras la pausa ya se decantó del lado magiar el resultado. Fue un partido muy interesante donde los españoles causaron una grata impresión.

ÚJPESTI TE – REAL UNIÓN 3-1 Ginebra: Charmille (10000) 30.06.1930

Arb: René Mercet (Suiza). 1-0 (29′) Auer. 1-1 (34′) L Regueiro. 2-1 (58′) Auer. 3-1 (78′) Vörös.

Újpesti TE: Aknai; Dudás, J Fogl; Borsányi, Volentik, Víg; Ströck, Auer, Havas, Vörös, Szabó <Lajos Bányai>.

Real Unión: Emery; Alza, Arrieta; P Regueiro, R Petit, Gamborena; Eugenio, L Regueiro, Sastre, Garmendia (Vigueras 46′), Echevarría.

Finalmente, para cerrar la primera ronda, el Bologna Sportiva tuvo más problemas de los esperados contra los aficionados del Go Ahead Deventer. El 0:0 del descanso queda encubierto por el claro 4:0 con que acabó el partido. Los italianos contaron con el refuerzo de Mario Ardissone del US Pro Vercelli. Bruno Maini hizo dos de los cuatro goles. Al equipo pededor, como no accedía a la repesca por motivo de fechas se le concedió la deferencia de pasar directamente a cuartos de final.

Repesca de cuartos:          
1 de julio de 1930          
Servette FC Genève (Suiza) Cercle Bruegois (Bélgica) 2:1
Real Unión Club (España) FC de Sète (Francia) 5:1

El torneo tenía previsto repescar dos equipos de los eliminados en la primera ronda.

En un encuentro muy igualado, el equipo local logró vencer al RCS de Brujas. El Servette FC se adelantó en ek marcador casi al final de la primera parte, pero nada más reanudarse el juego los belgas establecieron el empate. Finalmente Raymond Passello marcó el gol de la victoria.

Después el Real Unión apabulló al FC Sète. Los franceses alegaron que no habían tenido tiempo para reponerse del anterior partido de 140 minutos de duración.Con todo, pudieron alinear a su jugador yugoslavo, Milan Bečić, que estaba pendiente de marchar a América. Lo cierto es que el Real Unión tuvo en Luis Regueiro, entonces con 23 años de edad, a su gran goleador. Destrozó la defensa francesa con suma facilidad. Ya con 5:0 los españoles bajaron su ritmo, previendo que les esperaban nuevos partidos muy difíciles.

FC SÈTE – REAL UNIÓN 1-5 Ginebra: Charmille (1000) 01.07.1930

Arb: Hans Enderli (Suiza). 1-0 (7′) L Regueiro. 20 (27′) L Regueiro. 3-0 (59′) Echevarría. 4-0 (67′) Echevarría. 5-0 (71′) L Regueiro. 5-1 (74′) Kalics.

FC Sète: Frondas; Skiller, Chardar; Lucibello, Kaucsar, Durand; Kramer, Bečić, Lieb, Friedmann, Kalics <Sidney E Regan>.

Real Unión: Emery; Alza, Arrieta; P Regueiro, Gamborena, Vigueras; Eugenio, Sastre, R Petit, L Regueiro, Echevarría.

Cuartos de final:          
2 de julio de 1930          
First Vienna FC (Austria) SpVgg Fürth (Alemania) 7:1
3 de julio de 1930          
Újpesti TE (Hungría) Go Ahead Deventer (Holanda) 7:0
SK Slavia Praha (Checoslovaquia) Real Unión Club (España) 2:1
4 de julio de 1930          
Servette FC Genève (Suiza) Bologna Sportiva (Italia) 4:1

El First Vienna volvió a dar un gran espectáculo goleador y arrasó a los alemanes. El equipo austríaco se adelantó por medio de Fredricht Gschweidl al cuarto de hora y empató el goleador Rupprecht. Luego Gschweidl hizo tres goles más junto a los tres de Gustav Tögel.

Tampoco hubo color en el encuentro entre el Újpesti TE y el Go Ahead. Štephan Auer marcó cuatro goles y Gábor P Szabó dos. Imre Harmath hizo uno.

El mejor partido de cuartos se jugó entre el SK Slavia de Praga y el Real Unión. Los españoles jugaban su tercer encuentro en cuatro días, mientras que los checos se presentaban mucho más descansados. En las filas del SK Slavia figuraban František Plánička, Antonín Vodička, František Junek, František Svoboda y Antonín Puč, titulares del equipo que se habían enfrentado y vencido a la selección española el 14 de junio en Praga. Esa misma mañana se incorporó el delantero centro Santiago Urtizberea que se había desplazado en avión hasta Suiza. Empezó dominando el Real Unión con un juego rápido y efectivo. Así, a pase de Eugenio marcó René Petit. Los irundarras mantuvieron la iniciativa hasta el descanso. Posteriormente, el cansancio por los partidos consecutivos se hizo notar. El Slavia logró el empate al poco de reanudarse el juego y finalmente Svoboda marcó el segundo gol, que según reflejaban las crónicas fue en claro fuera de juego. El Real Unión cerraba su participación dejando una muy buena imagen del fútbol español.

SLAVIA PRAHA – REAL UNIÓN 2-1 Ginebra: Charmille (18000) 03.07.1930Arb: René Mercet (Suiza). 0-1 (19′) R Petit. 1-1 (51′) Soltys. 2-1 (63′) Svoboda.Slavia Praha: Plánička; Ženíšek, Novák; Vodička, Šimperský, König; Junek, Šoltys, Svoboda, Puč, Kratochvíl <John Madden>.

Real Unión: Emery; Alza, Arrieta; P Regueiro, Gamborena, Vigueras; Eugenio, L Regueiro, Urtizberea, R Petit, Echevarría.

El último partido de cuartos de final tuvo como claro vencedor al Servette FC. Los suizos se mostraron superiores a lo largo de todo el encuentro, colocándose con un contundente 4:0 al comienzo de la segunda parte. Luego los italianos, mediante su delantero centro Bruno Maini marcaron el gol del honor.

Semifinales:          
5 de julio de 1930          
SK Slavia Praha (Checoslovaquia) First Vienna FC (Austria) 3:1
Servette FC Genève (Suiza) Újpesti TE (Hungría) 0:3

Junto al Servette FC llegaron a la penúltima ronda tres de los cuatro semifinalistas de la última edición de la Copa Mitropa. Los emperajamientos respetaron el mismo orden, salvo que el SK Rapid de Viena era sustituido por el campeón suizo.

El First Vienna no pudo tomarse la revancha contra el SK Slavia y los checos volvieron a ganar. Aunque se adelantaron los austríacos por medio de Gschweidl, dos goles de Svoboda y uno de Šoltys les cerraron el paso a la final.

En el otro partido el Újpesti TE no tuvo excesivos problemas con los locales. Dominaron a lo largo de todo el partido. La victoria fue firmada con dos goles de Štephan Auer y uno de Gábor P Szabó

Por el tercer puesto:          
6 de julio de 1930          
Servette FC Genève (Suiza) First Vienna FC (Austria) 1:5

En un partido con poca historia el First Vienna se desquitó y goleó al Servette FC. Josef Adelbrecht marcó dos goles y Friedrich Gschweidl uno, con lo que ambos jugadores quedaron empatados a seis goles en el total del torneo en sengundo lugar de la tabla de goleadores.

Final:          
6 de julio de 1930          
Újpesti TE (Hungría) SK Slavia Praha (Checoslovaquia) 3:0

La final volvió a enfrentar al campeón húngaro con el checo, como había sido en la Copa Mitropa. Y una vez más volvió a ganar el Újpesti TE, confirmando así su superioridad en el terreno internacional. Tres goles de János Köves decidieron el partido. Por parte de los checos destacó el guardameta František Plánička, entonces uno de los llamados a sustituir al mítico Ricardo Zamora como mejor portero del mundo.

El balance final del torneo confirma la superioridad del fútbol centroeuropeo sobre el resto de los clubs, especialmente los húngaros. Checos y austríacos repitieron el éxito que habían alcanzado en la Copa Mitropa.

El Real Unión hizo un digno papel. Tuvo la mala suerte de emparejarse precisamente con los dos equipos más poderosos. Además, contra el SK Slavia de Praga no sólo perdió por un gol, sino que ese tanto posiblemente fue conseguido en fuera de juego.

Luis Regueiro, con cuatro goles, se clasificó en sexto lugar en la tabla de goleadores que encabezó el húngaro Štephan Auer que marcó ocho. Luis Regueiro demostró ser uno de los mejores jugadores del torneo.

Sin embargo queda por saber exactamente el papel que hubiesen tenido los campeones de España e Italia. Está claro que el Athletic Club era mucho más fuerte que el Real Unión. Los bilbaínos tenían un juego ofensivo respaldado por una sólida línea media. No perdieron ningún partido en el Campeonato Nacional de Liga. Quién sabe qué resultado hubiesen alcanzado ante los más fuertes del continente.




El balón de oro

Tengo que reconocer que no me atraen los premios a nivel individual que son entregados por los medios o instituciones, aún futbolísticas, a los futbolistas, pero como no estoy solo en este mundo tengo que otorgarles un valor, que no podía ser de otro modo, no coincide con el de la mayoría.

No es mi interés tampoco buscar enfrentamiento entre países, ni entre aficionados de clubes según qué jugador. Simplemente opino sobre lo que yo creo que es una desafortunada declaración producida primero por desconocimiento del entrevistado y segundo porque pienso que alguien ha querido confundirlo.

Dicho esto y como quiero exponer una opinión que viene relacionada con la concesión del último «Balón de Oro» concedido por «France Football», quiero felicitar al actual ganador, a la vez que lo hago extensivo a los anteriores y futuros vencedores, tanto de este como de premios similares.

Andamos siempre midiendo el valor de las cosas, inflándolas o dándole vueltas hasta que encontramos el agujero por donde introducir nuestra valoración interesada.

Así, por ejemplo, leo unas declaraciones de Leo Messi en las que el fabuloso jugador hispanoargentino y defensor de los colores azulgrana barcelonista desde antes de su adolescencia dice literalmente:»Estoy muy contento de ser el primer argentino que lo gana».

Está muy bien que don Lionel se considere argentino, faltaría más. ¿Alguien se atreve a decir lo contrario?. Pues no debería. Ahora bien, él debería cumplir con el ejemplo y dejar al resto de los mortales la posibilidad de elegir de que nacionalidad desean sentirse. ¿O no?.

Antes que él, dos jugadores nacidos en Argentina ganaron el «Balón de Oro», los Sres. Di Stefano en 1957 y 1959 y Sívori en 1961. Entonces ¿porqué estas declaraciones del Sr. Messi?.

Vamos por partes Don Lionel.

No veo la diferencia en cuanto al lugar de nacimiento. Enrique Omar Sívori nació el 2 de octubre de 1935 en San Nicolás de los Arroyos, Provincia de Buenos Aires y falleció en la misma localidad el 17 de febrero de 2005, mese antes de la nacionalización de Messi.

Alfredo Di Stefano Lauhlé vino al mundo el 4 de julio de 1926 en Buenos Aires, concretamente en el barrio de Barracas.

Y usted vió por primera vez la luz en Rosario, Provincia de Santa Fé, el 24 de junio de 1987.

Ellos nacieron en la República Argentina, como usted, ¿o acaso piensa que lo hicieron en el Virreinato del Río de la Plata?.

Por tanto, en este punto, parece que los tres son argentinos por igual.

Situándonos ya en lo puramente futbolístico no me parece que usted sea más argentino que ellos. Y me explico.

Tanto el Sr. Sívori como el Sr. Di Stefano jugaron el Campeonato argentino cosa que usted no ha hecho. El Sr. Sívori jugó para River Plate de 1954 a 1957, debutando con 17 años y disputando 63 partidos y consiguiendo 28 goles. Y hasta levantó los campeonatos de 1955, 1956 y 1957.

En 1957 fue traspasado a la Juventus de Turín italiana y con el dinero obtenido River pudo finalizarla construcción de su magnífico estadio. Si le estarán agradecidos los de la banda roja que le cambiaron la denominación de tribuna Almirante Brown por la de Enrique Omar Sívori.

Estadio Antonio Vespucio Liberti sin la tribuna Enrique Omar Sívori

Estadio Antonio Vespucio Liberti sin la tribuna Enrique Omar Sívori

Tribuna Enrique Omar Sívori, conocida como “La Popular”

Tribuna Enrique Omar Sívori, conocida como “La Popular”

Por su parte D. Alfredo jugó para River Plate y Huracán. En River jugó las temporadas 1945, 1947, 1948 y 1949 y en «el Globo» jugó la temporada 1946, cedido por los millonarios. En total, vistiendo las dos zamarras disputó 91 partidos y marcó 60 goles. También tuvo la fortuna de dar la vuelta olímpica en 1947.

Usted no se estrenó tan siquiera en el campeonato argentino y eso no es ninguna deshonra. Tuvo que salir como tanta gente para buscar otros horizontes en la vida. Quizá a lo mejor ni tan siquiera quiso salir de su país pero su situación familiar era la que era y eso es lo que ocurrió. Usted era un menor y poco podía decir.

Para darle la oportunidad a todo el mundo de hacer una comparación de sus números con los de otros estos dicen que ante uno de ellos están a la par pero ante el otro anda usted por detrás de él. Esto no hace más argentino a uno o a otros pero sirve de muestra para acercarle a usted las carreras de sus compatriotas agraciados con el mismo premio aunque usted se piense pionero.

¿Y la albiceleste?. (Ahora me pongo en pie). ¿Acaso es por aquí?. Pues va a ser que tampoco. «El Cabezón» jugó 19 partidos y anotó 9 tantos. Además, formó la delantera conocida como «Los Carasucias» que en Lima ganaron la Copa América de 1957 pasando por encima de todos sus rivales.

Estos son “Los carasucias”, campeones de la Copa América 1957 en Lima. Arriba, de izquierda a derecha: Juan Carlos Jiménez, Guillermo Stábile (seleccionador), Rogelio Domínguez, Pedro Dellacha, Néstor “Pipo” Rossi, Federico Vairo y Ángel Schandlein. Abajo, de izquierda a derecha: Oreste Corbatta, Humberto Maschio, Antonio Angelillo, Enríque Omar Sívori y Osvaldo Cruz. Maschio y Angelillo también emigraron a Italia, se nacionalizaron italianos y jugaron con la “azzurra”.

Estos son “Los carasucias”, campeones de la Copa América 1957 en Lima. Arriba, de izquierda a derecha: Juan Carlos Jiménez, Guillermo Stábile (seleccionador), Rogelio Domínguez, Pedro Dellacha, Néstor “Pipo” Rossi, Federico Vairo y Ángel Schandlein. Abajo, de izquierda a derecha: Oreste Corbatta, Humberto Maschio, Antonio Angelillo, Enríque Omar Sívori y Osvaldo Cruz. Maschio y Angelillo también emigraron a Italia, se nacionalizaron italianos y jugaron con la “azzurra”.

Entonces, es por «La Saeta Rubia». ¿Qué pudo conseguir este?. Pues este simple tan solo jugó 6 partidos consiguiendo la pobre cifra de 6 goles. A 1 por partido. Y en 1947, a la edad de 21 años ya era Campeón de América. ¡Y aún era un pipiolo!.

Alfredo Di Stefano vistiendo la elástica albiceleste

Alfredo Di Stefano vistiendo la elástica albiceleste

Señor Messi, a su edad usted «solo» ha ganado dos torneos «menores» con su selección, un Mundial Sub-20 y un oro olímpico, que no es poco, desde luego, pero acaso ¿no son sus dos compañeros, al menos, igual de argentinos que usted?.

Hay que tener en cuenta que un jugador que cruzaba el «charco» prácticamente se despedía de volver a jugar con su selección porque el transporte impedía que abandonase y regresase a su club con celeridad como ocurre ahora. Además, la legislación permitía que aunque hubiesen jugado con otra selección, una vez obtenida otra nacionalidad lo hiciesen defendiendo a un nuevo seleccionado.

Por último, vamos con el asunto de las nacionalidades.

Usted dice: «Estoy muy contento de ser el primer argentino que lo gana».

Usted comparte nacionalidad hispanoargentina desde el 26 de septiembre de 2005 y, por lo tanto, está en las mismas condiciones que el Sr. Di Stefano que también lo es desde finales de 1956, y que el Sr. Sívori que adoptó la nacionalidad italiana, sin renunciar a la suya, cuando fue a trabajar allí.

Portada de El Mundo Deportivo de Barcelona de fecha 27 de septiembre de 2005.

Portada de El Mundo Deportivo de Barcelona de fecha 27 de septiembre de 2005.

Noticia de la nacionalización española de Messi publicada en El Mundo Deportivo de Barcelona de fecha 27 de septiembre de 2005.

Noticia de la nacionalización española de Messi publicada en El Mundo Deportivo de Barcelona de fecha 27 de septiembre de 2005.

Sívori, tras su paso por Turín y Nápoles regresó a su país natal donde entrenó a varios conjuntos e incluso a la selección nacional. Murió en el mismo lugar que le vió nacer. Obviamente seguía considerándose argentino amén del cariño que a Italia le guardase.

Di Stefano ha andando yendo y viniendo tras su retirada como futbolista, entrenando a clubes españoles y también argentinos, casos de Boca Juniors y River Plate donde consiguió un campeonato con cada uno.

Di Stefano es considerado tan argentino como don Lionel desde el momento que Maradona dice el 11 de noviembre de 2009 en la entrega a «La Pulga» del trofeo «Di Stefano», fechas antes de la entrega del «Balón de Oro»: «A Alfredo todos los argentinos le queremos mucho. Los españoles también, pero Alfredo es argentino y es nuestro» (Maradona dixit). Pero aunque Maradona diga misa, existe un nombramiento como «Embajador Deportivo de la República Argentina para el Bicentenario» entregado por Don Carlos Bettini, embajador argentino en España

Hasta en la web de AFA en el artículo titulado «Leo Messi obtuvo el Balón de Oro 2009» reconocen que: «Con este resultado, Messi se convierte en el tercer jugador argentino que recibe el galardón que se entrega desde 1956…».

En resúmen, como ciudadanos me parece a mí que serán los tres igual de argentinos, pero en lo futbolístico el currículo en tierras argentinas de sus compatriotas parece algo más extenso que el suyo, lo cual no es excluyente para cotejar que también los tres sean igual de argentinos.

Lo que si se desmonta es su declaración/teoría: «Estoy muy contento de ser el primer argentino que lo gana». Y también la de todos aquellos que se manifestaron en idéntico sentido sin documentarse con anterioridad.




La primera referencia al fútbol en España

Cuando me propuse escribir la historia del fútbol en Jerez, comencé a buscar en periódicos anteriores a 1.877 que era hasta el momento el año en que aparece el fútbol en España en la provincia de Huelva, en la zona de Riotinto, como consecuencia del alquiler de las minas onubeses a una compañía inglesa.

Quise buscar unos años antes, pues sabía que en Jerez desde siempre existió una importante colonia inglesa, gracias a la elaboración y crianza de los vinos de esta zona, pues siempre fueron los ingleses los mayores consumidores del «sherry» fuera de nuestras fronteras. Tanto es así, que muchas de nuestras bodegas estaban en manos de capital inglés, como Harvey, Williams o Sandeman, por citar algunas o en otros casos buena parte de la sociedad era de procedencia británica como González-Byass.

En cualquier caso, esa colonia existente en Jerez era posiblemente muy diferente a la que años después se encontraba en Riotinto. Eran británicos de clase alta, gente adinerada o empresarios, que por tanto apenas tenían contacto con los jerezanos de a pie y sí más bien con la clase alta de la ciudad.

Como consecuencia de ello los deportes o las relaciones con la población local era mínima y sus costumbres no llegaron al pueblo.

La primera noticia que encontré fue esta publicada el 1 de noviembre de 1870, en el diario El Progreso y que decía: «Sabemos que hoy se jugará una partida de Cricket, en el sitio inmediato al hipódromo, cuyo espectáculo empezará a las doce en punto de la mañana. Por la tarde gozarán los aficionados a porrazos de un rato de Football».

Ahora bien, ¿realmente se jugaba a lo que hoy consideramos fútbol?. Esto es por el momento imposible de saber, pues entre otras cosas no encontré en días posteriores la reseña de ese partido, por tanto desconozco cuantos jugadores se alinearon en cada bando, como se llamaban los equipos, quienes jugaron o como terminó el enfrentamiento. Ni si quiera es seguro que se llegara a jugar, pues lo mismo se tuvo que suspender por la climatología o cualquier otra cuestión.

Lo que si parece claro, es que no debió ser la primera vez que se jugó a este deporte en la ciudad, pues de haberlo sido, tal vez el periodista hubiera hecho mención a que se iba a estrenar un nuevo deporte y la noticia lleva tintes como que lo que se verá ya se ha debido de ver anteriormente.

Otra cuestión es si realmente era fútbol o no. En 1863, es decir siete años antes es cuando podemos considerar que se crea el fútbol, por tanto quizás en unos tiempos en las que las noticias no corrían con tanta rapidez como hoy en día y menos a una colonia, lo que se jugó es posible que fuera aún football-rugby. Cosa que también nos puede hacer sospechar cuando en la reseña se hace mención a la palabra «a porrazos«.

Claro, que puede que el periodista si comparaba el fútbol con el cricket, un deporte donde no hay contacto o con otros deportes como el tenis que llegó a Jerez también muy pronto, una patada seria un porrazo, aparte de los innumerables roces que se dan en el deporte del balompié. Quizás ese mismo periodista si viera hoy un partido de fútbol por primera vez también diría que es un deporte donde se gozan de darse muchos porrazos.

Lo que si me quedó claro, es que tanto si era football-rugby, como fútbol, éste no cuajó en la sociedad jerezana hasta varios años más tarde, pues a lo largo del resto del siglo XIX, apenas he encontrado más reseñas hablando de fútbol en Jerez, hasta la llegada de otro inglés, Sir Thomas Spencer a principios del siglo XX, quien fundó el Jerez F.C. en 1911.

También me queda claro que si en 1870 ya los ingleses practicaban sus deportes en la ciudad, es casi seguro que Jerez fuera el primer sitio en España donde se jugara al fútbol, pues a Riotinto no lo harían hasta siete años más tarde de esta noticia y en esos siete años, es más que probable que ya en la ciudad si se jugara con las normas del fútbol, cuando aún los británicos no habían llegado a Riotinto.

Pero reitero, que el que no cuajara antes en la población jerezana pese a su temprana llegada a Jerez, debió deberse por ese elitismo que tenía lo colonia inglesa en nuestra ciudad y que impidió su mezcla con la población llana y trabajadora, quedándose sus costumbres y sus deportes, en las bodegas o en las viñas donde se encontraban los ingleses y no en la propia ciudad de Jerez de la Frontera.




La primera referencia al foot-ball en España

El 1 de Noviembre de 1870 el periódico jerezano El progreso publicaba, en su sección local, una noticia cuyo contenido está siendo en la actualidad objeto de un interesante debate ya que supondría adelantar en tres años la fecha que tradicionalmente se ha considerado para el inicio del fútbol en nuestro país, esto es, 1873 en la cuenca minera de Riotinto. La noticia en cuestión es la siguiente:

«Sabemos que  hoy se jugará una  partida de Cricket, en el sitio inmediato al hipódromo, cuyo espectáculo empezará a las doce en punto de la mañana.

Por la tarde gozarán los aficionados  a  porrazos  de  un  rato de Foot-ball«.

Y decimos supondría debido a que algunas voces autorizadas han sugerido, no sin cierto fundamento, que esta noticia podría hacer referencia en realidad a un encuentro de football-rugby y no de football-asociation, que es como era conocido el fútbol originariamente en Inglaterra.

A continuación exponemos, a la luz de los datos que poseemos, nuestra visión a cerca de esta cuestión sobre la que todavía existen muchas sombras, ya que como se comprobará más adelante no es posible emitir un juicio sobre la misma con una certeza absoluta.

Uno de los motivos aducidos es que el empleo de la expresión «a porrazos» implicaría que el juego anunciado sería rugby, debido a la dureza propia de este deporte.

Sin embargo, debemos tener presente que el fútbol era en sus inicios muy rudimentario, carente de táctica y técnica y se asemejaría a lo que hoy en día conocemos como fútbol de patio de colegio. En este sentido se expresa también el investigador onubense José Luís Domínguez, miembro de la Asociación Turística Cultural de Minas del Rey Salomón de Riotinto (Huelva), quien en su defensa de esta localidad como la cuna del fútbol español asegura que los trabajadores de origen británico practicaban el foot-ball «dándose entre ellos, patadas, pisotones y empujones por la disputa de ella (la pelota)». Además sostiene que los vecinos del pueblo denominaban a estos partidos de foot-ball como «peleas«.

Por tanto, «a porrazos» y «peleas» parecen ser equivalentes y compartir el mismo sentido, lo que corroboraría que el foot-ball practicado en Jerez en 1870 se trataría del mismo juego practicado en la zona onubense, es decir, fútbol.

En segundo lugar, se ha argumentado que el deporte referido en la noticia podría no ser fútbol debido a que el fútbol tal como lo conocemos hoy tardó en aparecer en Jerez y a que no existen otras menciones al mismo hasta principios del siglo XX.

Pero a pesar de lo anterior, el único deporte de origen inglés del que no se ha documentado tradición en Jerez es el rugby, mientras que del foot-ball sí existen otras referencias en Jerez antes del siglo XX y muy cercanas a la de 1870. En concreto fueron recogidas por Ramón Molina Barrios en su libro Historias Xerecistas (1997) y obtenidas de publicaciones locales del mundo del vino conservadas en el Archivo Histórico de la casa González-Byass, recopiladas por el archivero D. Juan Guerrero García.

Las mencionadas referencias son las siguientes:

  • «nuevo deporte de extrañas reglas y complicadas palabras extranjeras» (1876)
  • «divertimentos de empleados de firmas exportadoras inglesas radicadas en Jerez aficionados al goal» (1884)
  • «La Sociedad jerezana atenderá el pago de los gastos de desplazamiento y estancia de los marinos ingleses desde Cádiz, para celebrar una exhibición frente a nuestros destacados sport-men» (1887)

La última cita aparece referida a la práctica de un juego de pelota. Alfredo Moreno Bolaños, en «Análisis de una cita periodística que cuestiona la cuna del fútbol en España» (Minas de Riotinto, 2007) afirma que los cronistas españoles de la época «denominaban coloquialmente al juego con los pies como juego de pelota, ya que balompié no era aún una traducción asimilada por los habitantes autóctonos«, lo que demostraría que hace alusión al fútbol.

Por lo tanto, sí existen otras menciones al foot-ball en Jerez antes del siglo XX y ninguna conocida al rugby.

También se ha defendido que la colonia inglesa instalada en Jerez desde mediados del siglo XIX no mantenía contacto directo con las nuevas costumbres sociales, y por ende deportivas, que surgían en Inglaterra.

Sin embargo, los empresarios vinateros afincados en Jerez viajaban con cierta asiduidad a su país de origen para supervisar sus negocios y pasaban largas temporadas en Inglaterra. En las crónicas de sociedad era frecuente leer noticias en las que anunciaba la salida o el regreso de algún distinguido miembro de esa colonia tras pasar la época estival en su país de origen. Así mismo, Pedro Nolasco González, dueño de las bodegas González-Byass tras un periodo en Inglaterra creó en Jerez el primer club de polo de España en 1870 y una de las primeras pistas de tenis en 1884.

Ambos aspectos vendrían a corroborar que los ingleses residentes en Jerez sí mantenían lazos y vínculos periódicos con su tierra natal por lo que sí estaban en contacto con las nuevas tendencias que allí se originaban.

De todo lo anterior podemos concluir que:

  • a) la expresión «a porrazos» no se refiere a rugby sino a fútbol.
  • b) que existen una serie de referencias a este deporte en Jerez antes del siglo XX y ninguna tradición rugbística.
  • c) que la colonia inglesa de Jerez mantenía frecuentes contactos con Inglaterra.

Dejamos para el final el argumento de mayor peso. Este sostiene que la noticia aparecida en 1 de Noviembre de 1870 no puede hacer referencia al fútbol ya que la separación definitiva entre football-rugby y football-asociation tuvo lugar un año después, es decir, en 1871. De este modo, la palabra football aludiría genéricamente al rugby, cuya práctica estaba más extendida.

Pero también es necesario considerar que en 1863 se produjo una primera separación entre ambos juegos que dio lugar a la Football Asociation, en torno al código de reglas de Cambridge. Es cierto que la mayoría de clubes no acataron las nuevas reglas y se separaron dando lugar a la Football Rugby Union pero otros sí lo hicieron, comenzando a disputar partidos de un fútbol similar al que se practica en la actualidad por diversas zonas de Inglaterra.

Por tanto, resulta prácticamente imposible determinar con total precisión si un partido de foot-ball disputado en estas fechas lo era siguiendo las reglas del rugby o las del fútbol. De este modo, el juego que se menciona en la noticia referida a Jerez en 1870, importado por los ingleses residentes la ciudad, pudo ser o bien rugby o bien foot-ball, aunque teniendo en cuenta las aclaraciones anteriormente expuestas es probable que se tratara de fútbol.

CONCLUSIÓN

Los miembros de la colonia inglesa de Jerez que disputaron el encuentro de foot-ball a porrazos (ya hemos demostrado que esta expresión no se refiere a rugby) en 1870 pudieron importarlo en una de sus frecuentes visitas a su tierra natal. Si optaron por las reglas del fútbol-rugby o del fútbol-asociación es algo que no podemos conocer aunque si nos atenemos a las referencias al foot-ball en la ciudad en años sucesivos y la nula existencia de noticias, referencias o tradición rugbística en Jerez, nos decantamos porque se tratase de un encuentro de fútbol como el que hoy conocemos.

Esta mención, y hasta que no se demuestre lo contrario con evidencias irrefutables, sería por lo tanto la más antigua referencia al fútbol conocida en nuestro país y Jerez la primera ciudad en la que practicó este deporte.

Pero, ¿ello debe restar importancia a la consideración de la zona de Riotinto como la cuna del fútbol español? En mi opinión, no. El fútbol en Jerez se desarrolló de manera más intermitente e informal que en Huelva, que durante años fue el único núcleo con actividad futbolística.

Desde estas líneas reivindicamos el eje Riotinto-Jerez como la cuna del balompié nacional. Ya fuese de la mano de rudos mineros o de esforzados trabajadores de la vid, esta región andaluza de fuerte implantación inglesa fue receptiva a los usos y costumbres importados por los ciudadanos de origen británico, entre los que destacó sobremanera el fútbol. Y es que si en Jerez nació, el fútbol en Huelva creció y adquirió personalidad propia.




Tandas de penaltis

En las competiciones disputadas mediante el sistema de enfrentamiento a doble partido, el match de desempate fue, tradicionalmente, la fórmula más utilizada para resolver las eliminatorias en que, una vez finalizado su tiempo reglamentario, continuaba la situación de igualdad.

Caso de persistir la misma, durante algunos años se utilizó el recurso de lanzar una moneda al aire como solución salomónica para determinar un vencedor. Afortunadamente, este sistema no perduró y al final de la década de los años 60 se arbitraron dos fórmulas, mucho más deportivas, y que todavía rigen en la actualidad:

  • Regla del valor doble de los goles en campo ajeno en caso de empate en el cómputo global de la eliminatoria.
  • Lanzamientos desde el punto de penalty, caso de llegarse al final del partido de vuelta con el mismo marcador que en el de ida, y no registrarse goles durante la disputa de una prórroga de 30 minutos.

El origen de las tandas de penaltys cabe atribuirlo al colegiado alemán Karl Wald que en 1970 propuso su uso a la Federación Bávara de Fútbol. En un principio la idea no prosperó pero finalmente fue la propia Federación Alemana de Fútbol quien acabaría aceptándola y con posterioridad también lo harían UEFA y FIFA.

De manera oficial el procedimiento empezó a utilizarse en las competiciones europeas de clubes de la temporada 1970-71. Al respecto cabe señalar que la primera eliminatoria que se dilucidó por este sistema fue la que enfrentó a Spartak Trnava con el Olympique de Marsella en la ronda de Treintaidosavos de Final de la XIII Copa de Ferias. El día 29-9-1970 tras la disputa de la pertinente prórroga, el resultado de (2-0) continuaba en el marcador del Stade Velodrome y como era preceptivo el colegiado portugués Marques da Silva ordenó el lanzamiento de máximos castigos. La victoria sonreiría finalmente al cuadro checo (3-4).

En España la regla entraría en vigor esa misma temporada en el transcurso de la Copa de SE Generalísimo y no se puede decir que las primeras experiencias transcurrieran plácidamente. Todo lo contrario.

Ya en la primera ronda del torneo fue necesario utilizar el nuevo sistema. Fue en las eliminatorias Vetusta-Mirandés y Girona-Baracaldo. En ambas confrontaciones las prórrogas de 30 minutos no alteraron el resultado (1-1) que se había dado también en los partidos de ida y por consiguiente fue necesario dirigirse al punto fatídico. Pero mientras la tanda que otorgó la clasificación al Mirandés transcurrió sin incidencias notables, no puede decirse lo mismo de la que tuvo lugar en el viejo Lasesarre. Era la noche del 28-10-1970.

El colegiado guipuzcoano señor Urturiz ordena lanzar en primer lugar y de manera consecutiva los cinco penaltys al Baracaldo. Sólo dos llegan a la red. Ahora es el turno del Girona. También dos dianas. Igualdad absoluta. Toca, pues, seguir lanzando pero la visibilidad es nula y ante la falta de iluminado eléctrico el árbitro decide interrumpir el desenlace de la eliminatoria dando cuenta de lo sucedido a la FEF.

El máximo organismo, reunido de urgencia, acuerda lanzar nuevas series al día siguiente por la mañana (jueves 29) hasta obtener la calificación de uno de los equipos. Sin embargo el Girona, con los billetes de vuelta en el bolsillo para la noche del miércoles, no acepta la solución propuesta y eleva un escrito de apelación ante el Comité de Competición.

Finalmente la protesta del Girona es tomada en consideración y el Comité señala las 16.00 horas del miércoles 4-11-1970 para dilucidar la eliminatoria autorizando a que el club catalán desplace únicamente a un portero y cinco jugadores para tal evento.

Con Lasesarre lleno (la entrada era gratuita) el club vizcaíno ejecuta en primer lugar sus cinco lanzamientos. El acierto es total. Así pues el Girona deberá afinar todos sus tiros si no quiere verse apeado del torneo.

Sobre la misma portería, y no es baladí poner énfasis en este aspecto, los primeros cuatro lanzamientos del club catalán también llegan a las mallas. No obstante, cuando la emoción alcanza su punto más álgido, Meléndez detiene el postrer tiro de Mir y da la clasificación al cuadro vasco.

Pero si rocambolesca fue la resolución de dicha eliminatoria, no le va a la zaga la que protagonizaron Real Betis Balompié y RCD Espanyol en la ronda de dieciseisavos de final. Tras un soso partido de ida en el Benito Villamarín que finaliza con empate (0-0) el pase a octavos deberá resolverse la noche del 30-4-1971 en Sarriá.

Pero ese día es imposible jugar a nada que se parezca al fútbol. El cielo arroja agua y más agua sobre el terreno de juego hasta convertirlo en una auténtica laguna. Todo apunta a un posible aplazamiento del partido pero, en una decisión más que discutible, el colegiado balear Antonio Rigo Sureda permite finalmente su disputa.

30-4-71  RCD ESPANYOL – REAL BETIS BALOMPIÉ  (0-0): Aunque caído en el césped, Lamata (dorsal 9) intenta disputar un balón rodeado de defensas béticos. Obsérvese el lamentable estado del terreno de juego debido a la lluvia.

30-4-71 RCD ESPANYOL – REAL BETIS BALOMPIÉ (0-0): Aunque caído en el césped, Lamata (dorsal 9) intenta disputar un balón rodeado de defensas béticos. Obsérvese el lamentable estado del terreno de juego debido a la lluvia.

Los jugadores bastante hacen con mantenerse en píe y al final del tiempo reglamentario el marcador se mantienen inalterado (0-0). La prórroga tampoco varía el score. Tras 210 minutos de confrontación nadie ha sido capaz de marcar un solo gol. Habrá penaltys.

Tras el sorteo pertinente Rigo coge el esférico y se dirige a la portería del Gol Norte del estadio de Sarriá. Le acompañan Bertomeu, portero blanquiazul, y los cinco lanzadores béticos. Los penaltys se tirarán pues de manera consecutiva y no alternada. Pepe González, Machicha, Díaz y Barba aciertan con el gol. Bertomeu sólo atina a detener el disparo de Pachón. El cuarto de la tanda.

A continuación el trencilla balear cruza el campo para dirigirse a la portería del Gol Sur. Es el turno blanquiazul. Lamata acierta con el primero. Solsona y Carbonell fallan el segundo y tercer lanzamiento. Se acabó. El Real Betis Balompié se clasifica para los octavos de final. La cosa no da para más. O si?.

30-4-71  RCD ESPANYOL – REAL BETIS BALOMPIÉ  (0-0): Portería del Gol Norte de Sarriá. Bertomeu, meta blanquiazul, encaja uno de los cuatro penaltys que transformó el Real Betis Balompié.

30-4-71 RCD ESPANYOL – REAL BETIS BALOMPIÉ (0-0): Portería del Gol Norte de Sarriá. Bertomeu, meta blanquiazul, encaja uno de los cuatro penaltys que transformó el Real Betis Balompié.

El RCD Espanyol estima que no se ha aplicado correctamente el Reglamento en lo concerniente al procedimiento para ejecutar los lanzamientos de penaltys y eleva un recurso ante la FEF solicitando la repetición de los mismos. La circular federativa que, a tal efecto se redactó para reglamentar este nuevo aspecto del juego, no era precisamente una obra de arte desde el punto de vista gramatical. Textualmente citaba:

 «….. si no se hubiera marcado ningún tanto en esa prórroga de treinta minutos, se lanzarán cinco penaltys sobre cada portería, alternadamente y con sorteo previo, para decidir qué equipo comienza y siendo lanzados estos goles de castigo por cinco jugadores distintos, escogidos de entre los que hayan terminado de jugar la prórroga. Las series de cinco penaltis proseguirán si no se decide el resultado en la primera, hasta que uno de los equipos supere al otro».

En declaraciones de Manuel Meler publicadas en La Vanguardia el día 4-5-1971, el presidente españolista exponía el fundamento del recurso:

«Entendemos que el Reglamento estipula que los castigos se tirarán alternadamente, y esto quiere decir un penalty cada equipo, hasta completar la serie, y no cinco seguidos por parte de cada rival ya que ello puede comportar una fuerza psicológica notable. Además esta vez, los penaltys se tiraron por series y sobre porterías distintas, cuando en toda competición se busca que las condiciones sean las mismas para los dos contendientes. Se da además la circunstancia de que, debido a lo embarrado del terreno de juego el equipo que gozaba de un terreno más seco en los alrededores de la portería gozaba de cierta ventaja. En la segunda de las porterías donde se lanzaron castigos (Gol Sur donde lanzó el RCD Espanyol) allí lanzó  el lodazal era tan grande que Rigo tuvo que contar los pertinentes pasos para señalizar el punto de penalty».

A medio camino entre la confusa redacción de la normativa y al tratarse de una modalidad recién implantada, la FEF tenía ante si una patata caliente ya que la reclamación del RCD Espanyol se apoyaba en la reglamentación que a tal efecto establecía la UEFA.

El máximo organismo europeo redactó en Agosto de 1970 una circular que regulaba este aspecto del juego. Sus dos primeros puntos citaban textualmente:

  1. El árbitro elegirá la portería sobre la que serán lanzados los penaltys.
  2. Cada equipo ejecutará cinco penaltys. Ambos conjuntos se alternarán en la ejecución.

30-4-71  RCD ESPANYOL – REAL BETIS BALOMPIÉ  (0-0): Portería del Gol Sur de Sarriá. Rigo Sureda observa atento el disparo de Solsona. Es el segundo intento blanquiazul y será detenido por Vilanova.

30-4-71 RCD ESPANYOL – REAL BETIS BALOMPIÉ (0-0): Portería del Gol Sur de Sarriá. Rigo Sureda observa atento el disparo de Solsona. Es el segundo intento blanquiazul y será detenido por Vilanova.

Pero el fallo fue contrario a los intereses del club blanquiazul. En su reunión del día 5-5-1971 y, entre otros acuerdos, el Comité de Competición de la FEF decidió desestimar el recurso presentado por el RCD Espanyol argumentando lo siguiente:

«Visto el recurso presentado por el RCD Español de Barcelona, con respecto al resultado del encuentro de Copa del Generalísimo contra el Betis de Sevilla decidido por penales al terminar el tiempo reglamentario con empate, el Comité de Competición resuelve que, analizadas en su conjunto las normas reglamentarias, y aun cuando pueda haberse considerado que se prestaban a confusión, al estudiar la interpretación armónica del caso, siempre se alude a series de cinco penales y, en conclusión, se considera que la verdadera intervención de la frase de alternar los penales se considera siempre como serie, quedando en consecuencia desestimada la reclamación. Sobre este particular se recuerda que en esta misma competición de la Copa del Generalísimo, en ocasión del partido Baracaldo-Gerona se jugó así el desempate en dos series de cinco penales y al interrumpirse su desarrollo por falta de luz, al día siguiente se volvió al mismo campo de juego para decidir en una nueva serie de penales el desenlace de la eliminatoria».

Sin entrar a valorar los aspectos jurídicos de la resolución si convendría, antes de finalizar, efectuar algunas reflexiones:

  1. La normativa de la FEF no estaba armonizada con la establecida por la UEFA. Nótese que, cuando menos, el organismo europeo especificaba claramente la utilización de utilizar UNA SOLA portería para realizar los lanzamientos y la FEF empleaba el ambiguo término «…. sobre cada portería …»
  2. El Comité de Competición en la resolución del recurso utilizó, a modo de jurisprudencia, lo acaecido en la eliminatoria Baracaldo – Girona, citando a tal efecto que en Lasesarre los penaltys se tiraron en series consecutivas y no de manera alternada. Siendo cierto este aspecto en cuanto al orden de las series, no lo es menos que en el estadio vizcaíno, el colegiado permitió que los penaltys se lanzaran sobre LA MISMA PORTERÍA, cosa que el señor Rigo Sureda no hizo en Sarriá.

30-4-71  RCD ESPANYOL – REAL BETIS BALOMPIÉ  (0-0): Carbonell acaba de errar el tercer penalty blanquiazul. El Real Betis Balompié acaba de clasificarse para los octavos de final y sus jugadores lo celebran alborozados sobre el impracticable césped del estadio de la carretera de Sarriá.

30-4-71 RCD ESPANYOL – REAL BETIS BALOMPIÉ (0-0): Carbonell acaba de errar el tercer penalty blanquiazul. El Real Betis Balompié acaba de clasificarse para los octavos de final y sus jugadores lo celebran alborozados sobre el impracticable césped del estadio de la carretera de Sarriá.

Como se puede ver. Un verdadero embrollo del que el RCD Espanyol salió malparado. La Junta Directiva del club blanquiazul no prosiguió con sus apelaciones y el Real Betis Balompié siguió adelante en la Copa. No llegaría muy lejos. En octavos de final le eliminaría el Valencia CF. Aquella temporada los blanquiverdes militaban en 2ª División y su gran objetivo no era otro que el ascenso a la 1ª División, hecho que acabarían consiguiendo con cierta holgura.

Con el tiempo también se acabaría consiguiendo que las tandas de penaltys se ejecutaran tal y como hoy se viene efectuando. Curiosamente como el RCD Espanyol argumentaba en su recurso y que no era ni más ni menos que como ya en 1970 estipulaba la UEFA.




Encuentros nocturnos en Oviedo en 1921

anuncio publicado en el diario “LA PRENSA” (5/08/1921)

anuncio publicado en el diario “LA PRENSA” (5/08/1921)

Como en otros lugares, en Oviedo también arraigó con sorprendente fuerza y en escaso tiempo lo que se anunciaba en sus orígenes como el «sport del foot-ball». La novedosa actividad deportiva se dio a conocer en la capital del Principado en los albores del siglo XX en el ámbito universitario, recibiendo el impulso definitivo que permitió su consolidación merced a la práctica habitual del mismo por los jóvenes que por cuestiones académicas lo conocieron de primera mano al cursar estudios en las islas británicas y lo implantaron a su regreso.

Tras los escarceos iniciales en apenas dos décadas existía lo que podría definirse como un auténtico ambiente de fútbol que transcendía de la mera celebración de partidos con regularidad. El balompié tenía un gran seguimiento, despertando todo aquello que lo rodeaba acalorados apasionamientos.

Dos eran los buques insignia del fútbol ovetense al comienzo de los años veinte del siglo pasado: el Real Stadium Club Ovetense y el Club Deportivo Ovetense, con una rivalidad entre ellos que iba más allá de lo futbolístico. A fin de cuentas representaban a dos clases sociales; mientras el Stadium era el equipo de la clase obrera, de los más humildes, el Deportivo -que había nacido de una escisión del R. Stadium- era considerado el equipo de los más pudientes, de la burguesía. Mucho más poderoso en lo económico el Deportivo se permitía lujos como el de fichar habitualmente jugadores de fuera de la provincia (los primeros profesionales del fútbol español en plena época del conocido como «amateurismo marrón») o el de construir al poco de fundarse un nuevo y coqueto campo donde disputar sus encuentros -Teatinos-, mucho más apto y confortable que el de Llamaquique, abandonando la transitoria y breve situación en la que ambos equipos compartieron este escenario donde siempre se había jugado al fútbol en la ciudad desde la irrupción del nuevo deporte y que presentaba unas condiciones precarias, quedando como feudo para el Stadium.

La rivalidad entre los dos equipos ovetenses era encarnizada, muy superior a la que existía con el resto de conjuntos de la provincia, circunstancia de la que se beneficiaba el Sporting de Gijón, dominador absoluto por aquellas fechas en el fútbol asturiano. Hasta que en 1926, con el nacimiento del Campeonato de Liga en el horizonte, ambos clubes decidiesen unir sus fuerzas dando origen a un Real Oviedo que arrebataría a los gijoneses la supremacía futbolística regional alcanzando además notable relevancia a nivel nacional, sólo el R. Stadium era capaz de tutear al Sporting con cierta frecuencia, llegando incluso a superarle en la temporada 1924/25 cuando consiguió quitarle por primera vez el título de Campeón de Asturias. Y es que pese a su modestia, los stadiumnistas, además de codearse con los sportinguistas, vencían casi siempre a sus «eternos rivales» del Deportivo, incapaces no sólo de tener un papel destacado en el Campeonato Regional sino de tan siquiera acercarse al nivel de su máximo adversario local, con quien habitualmente caía derrotado, en ocasiones incluso de manera escandalosa.

Corría el verano de 1921, quizás la época de mayor tensión entre ambos conjuntos (pocos meses antes, el 9 de enero, se había tenido que suspender el encuentro que los enfrentaba en Llamaquique correspondiente al Campeonato Regional pues las peleas tanto dentro del terreno de juego como fuera de él motivaron la intervención sable en mano de las fuerzas del orden, saldándose los acontecimientos con varios jugadores y espectadores heridos que precisaron atención en la Casa de Socorro) cuando la Cooperativa de Empleados Obreros de Gas y Electricidad de la S.P.O. (Sociedad Popular Ovetense) vio en el fútbol un óptimo medio para obtener recursos para construir casas baratas para sus socios. Tratándose de una actividad benéfica contaron con el ofrecimiento desinteresado de los dos principales clubes de la ciudad, si bien no se llevó a efecto la primera idea, que no era otra que la de que se enfrentasen entre sí en duelo de rivalidad ya que la Federación Regional ponía trabas a que pudiesen participar aquellos integrantes del Deportivo que habían sido declarados según la terminología de la época «inadecuados», por la polémica en torno a su consideración como profesionales. Desestimada la pretensión inicial acordaron organizar dos encuentros en los que, poniéndose en juego una copa de plata, medirían sus fuerzas por separado ambos conjuntos con un rival tan atractivo como era una Selección Vasca en la que destacaba el mítico «Pichichi». Hasta aquí nada de extraordinario; utilizar el fútbol como instrumento para recaudar fondos para causas solidarias estaba ya a la orden del día, lo que no hace otra cosa que reafirmar la trascendencia que tenía. Lo que iba a conferir carácter de acontecimiento al suceso iba a ser el hecho de que los partidos se habrían de disputar de noche, con iluminación artificial, algo sin precedentes en la región como destacaría la prensa.

Para tener conciencia de la importancia del evento conviene ponerse en situación recordando que habría de pasar casi medo siglo para que la celebración de partidos de fútbol nocturnos pudiese convertirse en algo normal en la ciudad, pues la sede por antonomasia del fútbol desde su inauguración en los años treinta, el estadio Carlos Tartiere -primero Buenavista-, no contó con torres de iluminación que lo permitiesen hasta 1969.

Por reunir unas condiciones mucho mejores el escenario escogido no podía ser otro que el campo de Teatinos, la casa del Deportivo Ovetense, si bien el primer encuentro contra el seleccionado vasco en tan insólitas condiciones lo disputaría el R. Stadium el viernes 5 de agosto, haciendo lo propio los propietarios del terreno el domingo 7.

La expectación creada fue enorme, sobre todo para el primer día. La excelente entrada que presentó el campo de viernes no se repitió 48 horas más tarde, cuando Teatinos registró menor afluencia de público, hecho que no hace otra cosa que constatar que el equipo más humilde era quien tenía mayor respaldo entre la afición. Es de destacar que el Stadium organizó otro encuentro para ese mismo domingo 7 en su campo de Llamaquique frente al Europa de Barcelona, de gira y a quien ya se había enfrentado el domingo anterior, congregando una numerosa asistencia. Claro está que, sin iluminación artificial, no podía existir interferencia entre ambos eventos pues el partido daría inicio a una hora habitual entonces: las tres y media de la tarde.

Los encuentros nocturnos se programaron para las diez y las diez y cuarto de la noche, respectivamente, y la fiesta continuaría a su conclusión con la celebración de bailes.

Se realizó un enorme esfuerzo para afrontar una tarea tan compleja en aquellos tiempos como era la de iluminar una superficie tan amplia, básicamente con multitud de bombillas repartidas por el perímetro, focos y reflectores, pudiendo calificarse el resultado final de aceptable, si bien tanto los espectadores como los futbolistas señalarían a la conclusión del partido la insuficiencia de los focos instalados, sobre todo en determinados lugares.

Aunque lo deportivo estaba en un segundo plano cabe decir que, al igual que ocurrió con la asistencia de público, los resultados también fueron fiel reflejo de lo que era el fútbol ovetense en aquellos tiempos: victoria del Stadium y derrota del Deportivo.

En el primero de los encuentros, pese al potencial que se le presumía a una Selección Vasca cuya base eran algunos nombres ilustres pertenecientes al Athletic de Bilbao y al Arenas de Guecho, el R. Stadium derrotó a los vascos por un contundente 4-1. La gran figura y estandarte del equipo carbayón, el legendario guardameta Óscar Álvarez (tantas veces suplente de Ricardo Zamora en el equipo nacional) hubo de compartir el protagonismo de la victoria y, en general aquellos días, con Santiago Bernabéu. En Oviedo por motivos laborales, jugó aquella noche defendiendo la camiseta del R. Stadium, equipo al que perteneció durante las semanas de su estancia en la capital asturiana.

La noticia de la llegada del entonces jugador y futuro presidente del R. Madrid, destinado por el cuerpo de Contabilidad de Hacienda, ya había supuesto un pequeño revuelo ante la disputa que se organizó entre los conjuntos ovetenses para hacerse con sus servicios. En este caso el interesado confesó años después que había preferido jugar con los de Llamaquique precisamente por su carácter eminentemente amateur frente al mayor profesionalismo de los de Teatinos.

Dos días más tarde el Deportivo Ovetense -reforzado con dos integrantes del Stadium Avilesino al no lograr finalmente la autorización federativa para poder alinear a los jugadores «inadecuados» de su plantel como era el caso del reconocido delantero centro José Luis Zabala-, el marcador final registró un contundente 0-5 favorable a los forasteros. Los locales no podrían anotar ni desde el punto de penalty al errar «Pololo» el señalado por el árbitro su favor. Por cierto que quien ejerció como colegiado en ese segundo encuentro no fue otro que el mismísimo Santiago Bernabéu.

Para la historia quedaría el hecho de que en el verano de 1921 la vieja Vetusta de Clarín, acostumbrada ya por entonces al fenómeno de masas en que poco a poco se estaba convirtiendo el fútbol, había sido escenario de una novedad calificable como de vanguardista: su celebración de noche, con luz artificial.




El partido del 22-0

No deja de ser curioso cómo en cuestiones del fútbol sevillano la historia, la de la calle, la del boca a boca, se repite y se traslada a los escritos asentando una teoría que quizá sea diferente. Hoy daremos una versión documentada del famoso partido del 22-0, versión que no es ni mejor, ni peor, tan solo distinta a las existentes y no porque esté documentada debe tener la vitola de «verdad absoluta», pero podría dar una nueva dimensión a los datos conocidos hasta ahora de estos hechos.

¿VERDAD O LEYENDA URBANA?

Es un partido que en Sevilla a algunos gusta contar achacando la falta de caballerosidad y señorío del equipo sevillista, intentando dar una imagen de equipo desfavorecido por los poderes políticos, sociales y militares de la época en manos sevillistas supuestamente.

La «vox populi» sevillana cuenta que… en ese partido, temerosos los sevillistas de perder contra el Betis, acudieron al Capitán general de Andalucía, (supuestamente sevillista también o cercano al Sevilla FC), para que no dejase jugar a dos componentes del equipo bético, Candas y Artola, que estaban haciendo el servicio militar, muy importantes en el esquema de juego. Por ello protestaron presentando el equipo infantil verdiblanco, ante los cuales, los jugadores del Sevilla FC vencieron por 22-0. Tildan a este partido como el «partido de la vergüenza sevillista».

LOS HECHOS PREVIOS

Pero esta parte de la historia no se puede contar solo como algo sucedido en un partido concretamente. Ese partido corresponde a una eliminatoria que se compondría de tres partidos del campeonato regional y no se puede aislar porque daría una visión sesgada de lo ocurrido. En necesario conocer toda una concatenación de hechos que sucedieron a lo largo de 3/4 semanas y ni tan siquiera así, concluye con el famoso partido del 22-0, sino que continúan los hechos hasta varias semanas después. No se puede contar ese partido aisladamente sin conocer los antecedentes y las causas.

Es muy posible que este año del que hablamos -1918- y de estas cuestiones acontecidas, aflorase la rivalidad tan marcada entre ambos clubes para siempre ya.

El Sevilla FC es el equipo a batir en esta época, debido a que ejerce la supremacía del «foot-ball» andaluz ya desde estos años, no en vano ganaría 17 de los 20 torneos jugados durante toda la historia de esta competición en sus distintas fases, modalidades y nomenclaturas, frente a tan solo uno por parte de su gran rival.

El Balompié, que era conocido con ese nombre en aquella época, (también se le conocía como «el/la Real»), aunque ya se llamaba Real Betis Balompié desde 1914, llevaba 3 años sin ganarle al equipo sevillista y se enfrenta a una grave crisis económica endémica ya. Es necesario tener en cuenta que en aquella época se jugaban bastantes partidos a lo largo de un año y casi siempre entre los mismos contendientes, por lo que 3 años sin ganar a su eterno rival suponía ya una carga que tocaba a la moral de los jugadores balompedistas.

Aunque no eran los únicos equipos que existían en Sevilla en aquella época, sí es cierto que eran los clubes más importantes. Los hechos sucedieron durante la competición del Campeonato de la Copa de Andalucía y Extremadura, en su tercera edición concretamente. En el enfrentamiento en esta fase del campeonato, se medirían en el Campo del Mercantil sevillista a principios de febrero y el segundo encuentro sería en el Campo de la Enramadilla bético. El primer encuentro lo ganó el Sevilla FC por 3-2 y el segundo sería para el Balompié por 3-1.

El Real Betis Balompié venía jugando el torneo muy bien debido a que se reforzó con buenos jugadores y una plantilla fuera de lo normal. Ese año el Real Betis echó toda la «carne al asador» para ganar el Campeonato de Andalucía.

Hoy sabemos a ciencia cierta que el Balompié fue un equipo dirigido, desde su fundación y hasta mediados los años 50, sobre todo por militares. No en vano contó con tres capitanes generales en su directiva a lo largo de su historia. Esta circunstancia les posibilitaba estar al tanto de los jugadores que acudían a hacer el servicio militar a la Región Sur y una agradable coincidencia les llegó en forma de grupo de magníficos jugadores en la época del amateurismo marrón.

Madrid-Sport 7/2/1918

Madrid-Sport 7/2/1918

Efectivamente, nos encontramos que cuentan entre sus filas con Canda, del Vigo Sporting, Artola de la Real Sociedad y Balbino del Fortuna de Vigo. Pero eso sí, teóricamente no eran jugadores béticos, eran jugadores que pasaban por Sevilla circunstancialmente debido al cumplimiento del Servicio militar en una época donde España se ve envuelta en los conflictos del norte de África y los «alinearon» para que colaborasen en la consecución del campeonato de Andalucía de ese año, debido probablemente, a la intercesión de los mandos militares que regían el club verdiblanco. Contaban también con el refuerzo de Barzanallana, del Español de Cádiz, que en los siguientes partidos continuó jugando en su club originario.

Los sevillistas entonaban una copla socarrona, de las que se cantaban en la época y con la guasa sevillana que es menester:

Que este año no gana
el campeonato,
ni con con Artola
ni Canda ni Balbino.

…Serranillo.

El primer partido en el campo del Mercantil sevillista transcurre como cualquier otro partido, sin incidencias a destacar de ningún tipo, pero la vuelta en el campo bético sería otro cantar.

EL PARTIDO DE LA DISCORDIA

Este encuentro jugado el 24 de febrero de 1918 en el campo de la Enramadilla verdiblanco, estuvo cargado de gran tensión por parte de jugadores y público asistentes. Ese día, domingo, había elecciones generales y sabemos que acudieron pocas fuerzas de seguridad a un derbi de esta importancia, donde debía decidirse quién pasaría a jugar la fase final del campeonato. El Sevilla FC protestó porque las medidas del campo y las porterías no eran las reglamentarias, (cosa que parece ser hacía cada vez que acudía a jugar a este recinto), y no eran aptas para la práctica del football con garantías. El único campo en aquel momento con las medidas reglamentarias era el Campo del Mercantil sevillista que contaba incluso con vestuario, (algo raro en aquella época), usando una caseta de feria del entorno.

Ambos equipos posaron aquel 24 de Febrero antes de jugar el partido - Foto Sánchez del Pando - La Unión Ilustrada 7-3-1918

Ambos equipos posaron aquel 24 de Febrero antes de jugar el partido - Foto Sánchez del Pando - La Unión Ilustrada 7-3-1918

No obstante el partido se jugó. En sus comienzos el Balompié practica un juego fuerte y preciosista, adelantándose en el marcador por dos veces, pero en las postrimerías del primer tiempo comienzan a sucederse determinados hechos. El Sevilla FC se mete en el partido marcando un gol y cuando el jugador, Manuel Pérez, se dispone a sacar de banda, un energúmeno armado con una navaja y un palo agrede al jugador por la espalda y le hiere. Este hecho fue ratificado, además de la prensa de la época que hacemos referencia, por la familia del jugador. Veamos qué recogen las crónicas de estos tumultos:

Crónica del Correo de Andalucía del 26-2-1918

Crónica del Correo de Andalucía del 26-2-1918

(…)Un grupo numeroso de aficionados al Balompié, aprovechando la llegada a la valla de un equipier del Sevilla FC, lo abofeteó villanamente, cogiendo al jugador indefenso. Poco después, otro espectador que nos dicen es operario de la Pirotecnia, se adelantó en el Campo con una navaja en la mano y un palo, agrediendo al medio izquierda del equipo campeón -Pérez-(…) Crónica de Corane.

(…)Un espectador se lanza contra un jugador del Sevilla, agrediéndole cobarde y brutalmente en la espalda(…) Crónica de Triquitraque.

partidosevilla41Sabemos que además de Pérez, otro jugador tuvo que ir a la Casa de Socorro con alguna herida y que otros jugadores sevillistas eran abofeteados conforme se acercaban a las bandas para disputar el balón.

Es necesario tener en cuenta el por qué esto podía suceder con esta facilidad. Por un lado no se encontraban las fuerzas de seguridad necesarias para contener a la masa de aficionados que número de tres mil se concentraron para ver ese partido.

Crónica del Correo de Andalucía del 28-2-1918

Crónica del Correo de Andalucía del 28-2-1918

Por otro lado el público se concentraba habitualmente de pie, justo pisando la línea de banda y de fondo/gol ya que no existían las gradas, por lo que el público estaba prácticamente encima de los jugadores. Se dio el caso anteriormente, en otro partido distinto, que en un tiro a portería de un jugador que salió fuera, un niño apostado junto al poste le dio con el pie metiendo dentro la pelota, no percatándose el «referee» de ello, dando por válido el gol.

En esta foto podemos ver muy gráficamente cómo se disponía el público alrededor del campo para ver el partido, por lo que ante algún altercado, rápidamente invadían el terreno de juego.

En esta foto podemos ver muy gráficamente cómo se disponía el público alrededor del campo para ver el partido, por lo que ante algún altercado, rápidamente invadían el terreno de juego.

Dejando a un lado lo anecdótico, los hechos que nos ocupan, trajeron cola y algunos cronistas de periódicos sevillanos le reprochan al Balompié su actitud en el partido y critican fuertemente estos sucesos.

Crónica del Correo de Andalucía del 28-2-1918

Crónica del Correo de Andalucía del 28-2-1918

Algunos seguidores del Betis lanzan octavillas por la calle en contra de estos cronistas, soliviantando más si cabe a las masas, en una actitud totalmente reprochable. Algunos cronistas deben defenderse de las acusaciones lanzadas desde bando bético.

Crónica del Correo de Andalucía del 3-3-1918

Crónica del Correo de Andalucía del 3-3-1918

El Betis celebra este esperado triunfo en el Pasaje de las Delicias, tras un largo periodo de derrotas infligidas por los sevillistas, donde se reúnen exponiendo discursos sobre la tan esperada victoria que ya se hacía de rogar y brindando por ello con champán.

Crónica del Correo de Andalucía del 26-2-1918

Crónica del Correo de Andalucía del 26-2-1918

Pero esto no había hecho más que comenzar…

LA UTILIZACIÓN DE LA INFANCIA CON FINES PARTIDARIOS

El campeonato debía continuar, ya que según las normas del momento, existe igualdad en cuanto a partidos ganados por ambos y se debe jugar otro para desempatar. Tras un sorteo, se debe celebrar el siguiente encuentro en el Campo del Mercantil, el día 10 de marzo de 1918.

Por si fuese poca la gravedad de los hechos acontecidos en el anterior partido por parte del club vestido de azul/celeste en aquella época, en este próximo partido no se quedarán atrás, solo que ahora aparece otro importante personaje en escena.

Don José Ximénez de Sandoval, considerado héroe de guerra en España, ya que fue el que dio muerte a José Martí en Cuba, líder revolucionario al que llamaban «el apóstol», arribó como teniente general en Sevilla para ocuparse de la Capitanía General de Andalucía. Este general malagueño, al enterarse de los graves tumultos ocurridos en el estadio bético, prohibió que cualquier militar participase en un partido de football, por lo que Candas y Artola, jugadores vascos que hacían el servicio militar en Sevilla no tuvieron permiso para salir del cuartel:

…/… No está bien que los hombres que visten el uniforme militar se vean involucrados en sucesos tan escandalosos como los ocurridos en el último Real Betis-Sevilla…/…

Al general, que llegó desde Cuba hizo poco tiempo y que poco entendía de sevillismo, no le gustaron los hechos y mucho menos la forma en que «reclutaron» a militares para que se enfrentasen al equipo sevillista. Esta decisión podría ser entendida por parte de la directiva bética como de uso de influencias para disminuir el potencial bético por lo que toma una grave decisión.

El día previo al partido se vieron carteles en los aledaños y taquillas del Campo del Mercantil en los que se informaba que el equipo bético acudirá incompleto por este acontecimiento, pero lo que nunca nadie se imaginaría es lo que iba a suceder, aunque existen noticias de que la Federación andaluza sí sabía de esto algunos días antes.

La directiva bética decide enviar a su equipo infantil para hacer jugar al Sevilla FC contra ellos, como forma de protesta porque sus jugadores más importantes no podrían jugar.

Por lo que sabemos, el club sevillista estuvo un buen rato planteándose el jugar o no el partido, pero finalmente decidió hacerlo y tratar aquellos «infantiles» como hombres. Si el Sevilla FC no hubiese jugado el partido habría sido descalificado automáticamente.

El partido se jugó sin incidentes importantes, no obstante los jugadores béticos, aleccionados, siempre fueron «al cuerpo» cosa que hemos podido saber por otras fuentes y crónicas, por lo que cinco de ellos fueron expulsados -para colmo- y el partido acabó con el resultado que todos sabemos: 22-0.

Madrid-Sport 14/3/1918

Madrid-Sport 14/3/1918

Analicemos las crónicas que hablan de este partido:

Por un lado nos encontramos la crónica de «Triquitraque» en el diario «El Liberal» en su edición de Sevilla. Los cronistas usaban muy frecuentemente su pseudónimo, en este caso se trata de Don Enrique Feria, cronista muy republicano y de «izquierdas» que parece ser se ve obligado en contadas ocasiones a cubrir estos eventos deportivos, tal y como podremos comprobar. En realidad son muy pocos los artículos que escribe de Fútbol, sí bastantes de toros y sobre todo de Política.

Veamos:

partidosevilla111Hemos de reseñar que verdaderamente no sabemos a qué se refiere cuando habla del Sevilla FC de aristocrática sociedad, cuando en realidad la aristocrática era la sociedad balompedista, tal y como podemos comprobar en otra crónica de la época, donde vemos quién compone la junta directiva del Betis tan solo 3 años antes:

Crónica del diario La Unión enero de 1915

Crónica del diario La Unión enero de 1915

Presidentes honorarios: El Rey, el Marqués de Mochales, el conde de Alcón, el Alcalde… Socios honorarios: Eduardo Dato (presidente del gobierno), José Sánchez Guerra (Ministro de Gobernación),Antonio Maura (Presidente del partido conservador) Marqués de Viana, Marqués de la Torrecilla, Conde de Romanones, Marqués de Alhucema, Marqués de Estella, Conde la Montera, Marques de Salobral, Gobernador de Sevilla, Presidente de la Diputación, Conde de Urbina, Presidente de la Real Sociedad Económica del País…..

Por otro lado tenemos las crónicas de Olmedo, (Madrid-Sport) y de Zancadilla, (Correo de Amdalucía), que comentan los hechos reflejando mucho tipo de detalles de la contienda.

ENTRE LOS «TRES» LA MATARON.

(…)¿Hay derecho a anunciar a los primeros equipos y presentar a un infantil? Ayer al terminar la «farsa» se dijo que demasiado bueno era el público. Bueno por fuerza, porque tras pagar 1,75 y 0,75 por una entrada, aún querían que el publico se lanzase al campo para que la fuerza de la guardia civil, que en gran número allí había, le «moliese» las costillas a quien en uso de su perfecto derecho reclamaba el importe de la estafa de que había sido objeto(…) Olmedo.

UN PARTIDO «CAMELO». EL DECORO DEPORTIVO POR LAS NUBES. MALAS ARTES. Y ALGO MÁS TAMBIÉN…

(…) Mal, muy mal vemos que haya señores que por tener afecto a determinado «club» , se apresten a determinadas resoluciones que a nada práctico conducen y que van en perjuicio del público, pero peor aún, (incluso lo vemos casi criminal), que porque a los del Betis le falten dos jugadores y les hayan jugado una mala partida, (si es cierto), sus contrarios manden a chiquillos para que les rompan un hueso, siendo tal el desequilibrio físico del hombre y del niño, y que necesariamente y por azar del juego tienen que encontrarse y chocar en la contienda(…) Zancadilla.

¿NIÑOS, EQUIPO INFANTIL O JÓVENES?

Hemos de reconocer que este tema del «equipo infantil» nos ha tenido muy despistados en la investigación de estos hechos y les explicaré por qué.

Habiendo investigado varios historiadores sobre qué eran «equipos infantiles» en aquella época, éstos llegaron a la conclusión de que más bien habría que haberlos llamado segundos equipos. Pero lo realmente curioso es que durante esas fechas en todos los clubs españoles, los «segundos equipos» generalmente estaban compuestos por jugadores de hasta 18 años y se les llamaban «equipos infantiles» que rondaban el límite de esa edad. Tengan en cuenta que en esa época la mayoría de edad se conseguía a los 25 años.

El Betis no debería ser menos, porque su equipo infantil debía enfrentarse a jugadores de otros equipos con 18 años de edad y nadie querría perder jugando con su propio equipo de inferior edad.

Sin embargo ellos aportan esta foto y nos dicen que ese es el equipo infantil que jugó el 10 de marzo de 1918 contra el Sevilla FC, aunque solo es cierto que es un equipo de niños y del club bético:

partidosevilla121Tenemos por un lado la confirmación en una edición del periódico deportivo «Marca» de 1958, en la que efectivamente se dice que es el equipo infantil bético de la época, pero en ningún caso que fuese la de la alineación del partido del que hablamos. Esta es la única referencia existente sobre esa foto. Por otro lado los alrededores no corresponden a los del campo del Mercantil sevillista, siendo realizada posiblemente en el campo de la Enramadilla bético.

Pero aunque esta investigación aún no está completa y quedan aún muchos cabos que atar, se puede afirmar de forma contundente, a través de los datos aportados por varias crónicas encontradas, que en ese equipo que el Betis presentó jugaron varios niños, (al menos cinco), pero no el equipo infantil, lo cual es distinto.

Por ello, de lo que no cabe duda es de la actitud de poner a unos niños en peligro para que jugasen un partido contra hombres por parte del equipo bético, aunque no entraremos a valorar la misma. A falta de saber las edades reales de los futbolistas que participaron en el bando bético, sí sabemos la de un jugador, (Tobi Iglesias, 18 años) ya que jugó anteriormente en el Sevilla FC.

Los artículos de la época hablaban de timo para el público. En ningún momento se ve una crónica que hable de la falta de caballerosidad por parte del Sevilla FC, pero se habla del desacierto por parte del Balompié que tima a los espectadores a los que deberían devolver el dinero.

Sin embargo el hecho de jugar contra niños y ganarle por goleadas no es nuevo, que ya tuvo sus precedentes tan solo 4 años antes, en que el Betis juega un partido del Campeonato de Sevilla, en el que se enfrenta al Athletic de Sevilla, equipo compuesto por niños según las crónicas de la época, a los que gana por 12-0. El año que nos ocupa, 1918, será testigo de la segunda inauguración en 20 días del Campo del Patronato frente al Español de Cádiz, endosándole un 9-1, estando este último equipo compuesto por infantiles.

En este collage pueden observar arriba al equipo bético, que se enfrentó al jovencísimo equipo del Athletic de Sevilla, (abajo). Juzguen ustedes mismos las edades de unos y otros. Fuente: Libro “Primeros pasos del football sevillano” - Juan Castro.

En este collage pueden observar arriba al equipo bético, que se enfrentó al jovencísimo equipo del Athletic de Sevilla, (abajo). Juzguen ustedes mismos las edades de unos y otros. Fuente: Libro “Primeros pasos del football sevillano” - Juan Castro.

Pienso que el resultado del 22-0 puede llegar incluso a ser anecdótico dada la envergadura del conjunto de los hechos y los acontecimientos que lo engloban.

El Betis sería fuertemente sancionado y su presidente, será inhabilitado por esta acción por parte de la Federación. Todo esto desembocará en una guerra en la Federación Regional Sur por el poder, donde una serie de alianzas hará que la Federación hubiese podido salir de Sevilla y haber terminado de instalarse en Huelva, tras una rocambolesca alianza entre el Betis y el Recreativo de Huelva. Pero eso es otra historia.




La partida de “football” (la primera que se juega en España)

La primera noticia del juego de Football de la que se tiene constancia en España data del 1º de Noviembre de 1.870, en la 3ª página, 4ª columna, del periódico «El Progreso» de Jerez, se encuentra una pequeña reseña que nos muestra, por primera vez, este vocablo que tan conocido es hoy para todos nosotros.

1-primer-footbal-18701101-pgjTambién tenemos noticias, de 1873, de su práctica en Río Tinto, pero si tenemos en cuenta lo expuesto en esta revista en «Jerez de la Frontera 1870: ¿Football o Rugby?» (nº 5, diciembre 2009) , sin quitar una coma, habrá que tenerlo en cuenta para la localidad minera.

2-rio-tinto-20031121-mcEl diario «Marca» se hizo eco de lo expuesto por la comisión «Cuna del Fútbol Español», donde se dice que «perseguían una pelota entre empujones y puntapiés» o «que las madres prohibiesen a los niños presenciar un espectáculo que consideraban tan poco edificante«.

Claro que la idea del football que había en la España decimonónica distaba mucho todavía de lo que hoy conocemos por fútbol, pero no tenemos que perder de vista el principal referente, que es que el fútbol era así.

Para muestra, un extracto de un artículo publicado en Madrid en el cual al cronista, ante la acusación de salvajismo por el gusto por la «Fiesta Nacional», no se le ocurre mejor comparación:

3-toros-y-football-18921209-lemLa FIFA nos aclara en su libro «FIFA 1904-2004. Un siglo de fútbol«, el porqué de estos malos entendidos:

«Establecer una cronología confiable del proceso de introducción del fútbol asociación en el mundo es casi imposible. (…). Esto es particularmente válido para el período anterior a 1880, en el que muchos británicos, sobre todo los instalados en el exterior durante un lapso extenso, aún no habían incorporado la separación radical que se operó entre los dos juegos primero en 1863, y luego en 1871.»

Tras un periodo de tiempo en el que no conocemos noticias impresas sobre el football, llegamos a 1890, punto de partida del «fútbol moderno» en España.

Es entonces, cuando el Secretario del «Sevilla Footbal Club«, Isaís White J., toma la iniciativa y se dirige a su homólogo del «Huelva Recreation Club» invitándolo a participar en un partido amistoso «under Association Rules», es decir con las reglas de la federación. Desde Sevilla se informa a los onubenses de que: «hemos creado recientemente un Club de Fútbol aquí«.

Tras el partido informarían desde Huelva, provincia en la que se fundaron los primeros clubs, refiriéndose al encuentro como «la partida de «football» (la primera que se juega en España)«, detalle que no es superfluo por venir desde el lugar que viene y no tener constancia de «una partida» anterior.

La carta de invitación fue publicada en el periódico «La Provincia» de Huelva, el 28 de febrero de 1.890, aunque en puridad su texto forma parte de una nota de sociedad cuya publicación se realiza a instancias del Secretario del «Huelva Recreation Club«, E.W. Palin, para conocimiento de sus socios y demás interesados.

4-carta-invitacion-18900228-lphEl Sr. Palin es quien decide informar de la carta recibida del Secretario del «Sevilla Football Club», Isaías J. White.

Y su traducción es la siguiente:

«Sevilla, 25 de febrero de 1890.

E.W. Palin Esqr.

Huelva,

Estimado señor.

Su nombre como Secretario del Club Recreativo de Huelva nos ha sido proporcionado por el Sr. Henderson.

Como probablemente usted sabe, hemos creado recientemente un Club de Fútbol aquí y se ha propuesto pedir a los miembros de su club visitar Sevilla y tomar parte en un partido de fútbol amistoso con nosotros bajo las reglas de la Federación.

Si fuera conveniente para ustedes el sábado 8 de marzo, esta fecha sería adecuada para nosotros.

Les propondríamos que el partido comience sobre las 5 p.m. con objeto de adelantarnos al frío de la noche y que posteriormente su equipo pueda cenar y pasar la noche con nosotros.

A la espera de su respuesta.

Quedo.

Suyo atentamente.

Isaías White J.»

La introducción de la reseña dice:

«Huelva Recreation Club.

La siguiente carta se ha recibido del Secretario del Sevilla Football Club.»

El Sr. Palin se refiere al club sevillano denominándole «Sevilla Foot-Ball Club«, es decir, utilizando el nombre de la ciudad en español -«Sevilla»- y no en inglés -«Seville»-, lo que induce a pensar que dicha referencia no es una mera traducción al inglés de lo que en español se diría «Club de Fútbol de Sevilla», sino que probablemente se corresponde con la denominación social que se había otorgado la sociedad sevillana, que figura, además, en mayúsculas, como nombre propio.

Siguiendo la nota publicada, se informa de la reunión para tratar si aceptan la invitación:

«El lunes próximo se celebrará Junta general en las habitaciones del club, Hotel Colón, a las ocho y media de su noche, para tratar si se acepta la invitación de Sevilla, como asimismo otra, de Rio-Tinto, para un «Cricket match».»

Por crónicas posteriores sabemos que ese partido sí se disputó y no de una forma improvisada, si no con unas estructuras, como se comprueba teniendo en cuenta el lugar en el que se celebró «la partida», en el Hipódromo de la «Sociedad de Carreras de Caballos», en la dehesa de Tablada de Sevilla y presidido por el Sr. Jhonson, Vicecónsul inglés en Sevilla. No cabe pensar en un «falso» club organizando un evento con presencia de la máxima autoridad consular.

Hipódromo de la “Sociedad de Carreras de Caballos” (Sevilla) Imagen de 1929

Hipódromo de la “Sociedad de Carreras de Caballos” (Sevilla) Imagen de 1929

Los datos apuntan a una cercanía temporal muy estrecha entre la creación del «Huelva Recreation Club» (finales de diciembre de 1889) y, si no puede considerarse el primer club deportivo (en el sentido inglés del término) practicante del fútbol en España, aquel «Sevilla Foot-Ball Club» (¿enero/febrero de 1890?) sí fue, probablemente, el primero dedicado específicamente a este deporte. Esto, de momento, no prueba que este club sea el actual Sevilla Fútbol Club, el cual, oficialmente reconoce su fecha de fundación varios años después, pero muchos indicios apuntan en esa dirección.

Y llegó el 8 de marzo…

Aquí tienen la crónica de

La partida de «football» (la primera que se juega en España)

Partido benéfico en el mismo escenario entre el Sevilla Football Club y el Huelva Recreation Club en 1909

Partido benéfico en el mismo escenario entre el Sevilla Football Club y el Huelva Recreation Club en 1909

Football

El ocho del corriente salieron para Sevilla en el tren correo 22 socios del Club Recreativo de esta ciudad para tomar parte de la partida de «football» (1) (la primera que se juega en España) que había de celebrarse el mismo día a las 5 de la tarde en el emplazamiento del Hipódromo de la Sociedad de carreras de Caballos, (dehesa de Tablada.) Aunque el tiempo no fue muy favorable, pues no cesó de llover durante el día, a las 5 en punto se empezó la partida, siendo el Club de Sevilla el que botó primero la pelota.

La pelea fue bien reñida por ambos clubes hasta las 6 de la tarde. Diez minutos antes de terminarse pudieron los de Sevilla colocar 2 «goals» por lo cual salieron victoriosos. Ambos Clubs cuentan con verdaderos jugadores, tales como los señores Rikson, Maccoll, Stroulger y Welton de Sevilla y los señores Allcock, Duclós, Yales y Coto de Huelva.

7-primera-partida-18900312-lphA las 8 de la noche obsequió el Club de Sevilla a los expedicionarios con un espléndido banquete en el Café Suizo presidido por el Sr. Johnson (Vice Cónsul Inglés en Sevilla).

A la hora de los brindis la  animación fue grande.

El Sr. Jonhson brindó por las familias reales de España e Inglaterra, contestando los comensales con miles de hurras, acompañados con el ruido de los taponazos del Champagne y el choque de las copas…»

Estas fueron las alineaciones de

La partida de «football» (la primera que se juega en España)

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Origen y fundación de la RFEF

A continuación publicamos íntegramente la investigación que se ha llevado a cabo para Marca, publicada entre los días 9 y 12 de noviembre de 2009. En próximos números de Cuadernos de Fútbol publicaremos nuevos artículos en que ampliaremos notablemente la información sobre las federaciones españolas de fútbol, su gestación, origen y desarrollo.

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Historia de dos abucheos

Muchos españoles nos echamos las manos a la cabeza cuando el pasado 14 de mayo de 2009, durante la disputa de la Final de la Copa del Rey entre el Athletic de Bilbao y el Fútbol Club Barcelona, se produjo el abucheo del Himno Español y del Jefe del Estado, Su Alteza Real Don Juan Carlos de Borbón, por parte de una gran mayoría de las aficiones de ambos clubes presentes en el Estadio de Mestalla. Pero si vergonzoso fue el momento del abucheo, no menos abochornante fue la actitud hipócrita de TVE, que justo cuando se iba a producir la audición de la Marcha Real, cortó con la retransmisión alegando problemas técnicos, para después ofrecer en diferido, al descanso del encuentro, el momento de audición del Himno de España, censurando los abucheos al bajarlos de tono respecto a la música, e intercalando en el montaje imágenes «estratégicas» con algún presunto aficionado llevándose la mano al pecho durante aquel momento.

La acción de los responsables de TVE, orquestada desde los poderes públicos, fue en efecto a conciencia, a sabiendas que se produciría un abucheo organizado previamente, y confesado con todo lujo de detalles en la prensa días antes, por organizaciones independentistas ligadas a la reivindicación de las selecciones vasca y catalana, Esait y Catalunya Acció. Se pretendió ocultar a los españoles algo que es bien sabido: que existe un número considerable de compatriotas, canalizados a través de organizaciones separatistas, que viven enajenados por una ideología que busca la segregación de España de partes suyas como son el País Vasco o Cataluña. Al contrario de los autores de la fechoría, los responsables de hacer valer el orden frente al delito de injurias a España alentado por tales separatistas, se pusieron de perfil e hicieron como si nada hubiera sucedido. Desde el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, encargada de organizar la competición de Copa del Rey, hasta el propio Jefe del Estado, cuando tal hecho insólito hubiera requerido acciones firmes para que cualquier afrenta a los símbolos nacionales en un evento deportivo conllevará la suspensión del mismo.

No obstante, apenas dos semanas después, en una noticia difundida por la Agencia Europa Press el 27 de mayo de 2009, en el contexto de la campaña electoral de las Elecciones Europeas, Oriol Junqueras, candidato por ERC a la eurocámara, proponía, en la línea del separatismo, una liga de fútbol europea («ERC propone una liga de fútbol europea porque la española «queda pequeña»», titulaba la noticia Europa Press). Todo en el marco de otro acontecimiento futbolístico de primer orden, como la inminente final de la Liga de Campeones entre el Manchester United y el Fútbol Club Barcelona. En la línea del separatismo, proponía que los equipos de los denominados Países Catalanes, ya fueran el Español, el propio Barcelona, el Valencia o el Villarreal, jugaran una liga europea y sobre todo no española.

Pero más curiosa fue la anécdota que el candidato separatista relató en su acto político de Villafranca del Penedés. Junqueras afirmó que el fundador del Barcelona, el suizo Hans (Joan según los catalanistas, Juan en los documentos oficiales de la época) Gamper, fue protagonista de la única ocasión en que fue clausurado el campo del Fútbol Club Barcelona a raíz de un encuentro disputado contra una selección de la Royal Navy británica, el 14 de junio de 1925, en cuyos prolegómenos los asistentes silbaron la Marcha Real y aplaudieron el God Save the Queen británico. Considerado una «ofensa» por Primo de Rivera, se clausuró el campo y Gamper hubo de dimitir, siendo expulsado del país.

Junqueras, en su delirio, afirmó que sólo se permitió reabrir el campo después de que 12 religiosos lo bendijeran para «exorcizar los malos espíritus separatistas que lo habían contaminado». Según Junqueras, esto contribuyó a convertir al Barcelona en un «símbolo del catalanismo y la resistencia contra la dictadura» de Primo de Rivera.

Sin embargo, más allá de las afirmaciones extravagantes de un personaje como Junqueras, la  cuestión es qué paso realmente ese 14 de junio de 1925 para que se produjera una  pitada al Himno Español, curioso precedente de la acontecida en este año 2009.

El hecho está en efecto confirmado por todo tipo de informes policiales y por la propia historia de la entidad azulgrana. El 14 de Junio de 1925 los aficionados asistentes a Las Corts protagonizaron un masivo abucheo contra la Marcha Real en aquel partido contra la Royal Navy, que el equipo español ganó por 3 a 0. De inmediato se abrió expediente contra el Fútbol Club Barcelona con sanción de seis meses contra la entidad, la cual se defendió en documento remitido al Gobernador Civil de la provincia, el general Joaquín Milans del Bosch, el 16 de junio de 1925. El argumento para levantar la sanción consistía en disculpar a la entidad de elementos ajenos a la misma que habían pasado por taquilla. Como respuesta, el Gobernador Civil remitió una misiva dos días después para que el club realizase «un acto social en desagravio a los símbolos patrios» en menos de quince días, demostrando así que no se hacía solidario de tales injurias a los símbolos nacionales. La misiva instaba a que la bandera española ondease en el campo junto a otras enseñas al menos una vez a la semana y en el mismo tamaño, además de en determinados actos sociales y festividades españolas, y advertía que de no cumplirse el desagravio, el propio Gobernador solicitaría la disolución inmediata de la entidad.

La Jefatura Superior de Policía de Barcelona solicitó al Presidente del Gobierno, entonces el General Miguel Primo de Rivera, en documento fechado el 21 de Junio de 1925 la «clausura o disolución definitiva de dicha entidad» al ser evidente «el agravio inferido en su Campo al Himno Nacional». Pendiente de esa resolución, y en cumplimiento de la ley, algo que no exime a un extranjero (en referencia a la nacionalidad suiza de Gamper), y como el Barcelona «ha dado pruebas constantes de su desafecto a España, cuya responsabilidad por estos hechos alcanza de lleno a quien la preside ya que al no corregirlos o evitarlos con la autoridad que indudablemente le da su cargo dentro de ella, es que se hace solidario de los mismos, me honro con solicitar de V. E. sea expulsado de España el indicado D. Juan Gamper».

Sin embargo, la pitada al Himno Español producida aquel 14 de Junio de 1925 fue producto de un hecho en principio ajeno al separatismo catalán: según el «Oficio al Presidente del Club» remitido por el Gobernador Civil de Barcelona tras volver de entrevistarse con las autoridades en Madrid, el 24 de junio de 1925, Gamper, por «olvido involuntario», no señaló al pedir el preceptivo permiso a las autoridades que el encuentro constituía un homenaje al Orfeo Catalán, y que «si la Marcha Real no se oyó con la devoción debida fue por no hallarse preparado el público, y de aquí, que se produjeran siseos» y que «la presencia de la música de la escuadra inglesa, que tampoco figuraba en el programa debido a un acto de galantería del jefe de dicha escuadra correspondiendo así a la invitación que hizo el personal de dicha escuadra don Arturo Witty». El aplauso al himno inglés se explicaba desde el propio club por la fraternidad con una nación amiga y como mero acto de cortesía al rival.

Sin embargo, el propio Milans del Bosch se dio cuenta perfectamente que las intenciones o deseos de los asistentes, fueran o no separatistas, concluyeron en idéntico resultado: menosprecio e injurias a los símbolos de España. Así, considerando que en el Fútbol Club Barcelona «hay individuos que comulgan en ideas contrarias al bien de la patria», y que a raíz del abucheo del 14 de Junio «no promovieron acto alguno contrario a esa manifestación de desafecto de que se viene haciendo mérito, ni la contrarrestaron de modo que afirmara su patriotismo; […]», acordaba en su Oficio «haciendo uso de las facultades que me están conferidas, clausurar por término de seis meses el funcionamiento de esa Sociedad, no pudiendo, durante dicho tiempo, dar espectáculo alguno en su campo ni concurrir a otros como tal Asociación, ni usar los emblemas ni distintivos de la Sociedad».

A raíz de ello, Juan Gamper sería expulsado de España y en su lugar presidiría interinamente el sancionado club Joan Coma, que gestionaría una reducción de la sanción para evitar cuantiosas pérdidas económicas. Finalmente se logró reducir a la mitad la sanción por medio de un amigo personal del Rey Alfonso XIII, Arcadio Balaguer, que ese mismo año sería nombrado presidente del club en sustitución de Gamper. Así, el Fútbol Club Barcelona pudo iniciar la temporada con normalidad, al cesar el castigo a mediados de septiembre. A Gamper se le permitiría el retorno a España, a condición de no ostentar ningún tipo de vinculación con el club del que había sido fundador, jugador y presidente. Arruinado por la depresión de 1929, acabaría suicidándose un año después.

A día de hoy, ninguno de los presidentes de los dos clubes implicados en las injurias a la Marcha Real producidas este año, ni Laporta ni García Macua, han sido obligados a realizar ningún acto de desagravio como sí sucedió en 1925, máxime cuando el abucheo actual estaba perfectamente planeado y orquestado, y tenía un sesgo inequívocamente separatista. El gobierno español simplemente destituyó a un cabeza de turco, el Director General de RTVE, que cumplió órdenes estrictas de censurar el abucheo. Pese a diversas querellas por el delito de injurias a España, los jueces han señalado que no se puede prohibir «el ejercicio de la libertad de expresión». Pero la libertad de expresión tiene los límites que marca el código penal, y el abucheo, espontáneo o no, contra los símbolos del Estado, no debe ser tolerado en un acontecimiento de estas características, ni mucho menos ocultar un estado de ánimo antiespañol que ya hace más de ochenta años existía con gran intensidad en determinadas regiones de España. La única diferencia es que entonces las autoridades competentes, ante un hecho en principio extemporáneo, actuaron con máximo rigor, y las de ahora, cómplices de los enemigos de la Nación Española, simplemente miran para otro lado.




Las distinciones anuales de la IFFHS

En los primeros días de enero la IFFHS irá publicando sucesivamente los ganadores de las diferentes categorías con que se distinguen anualmente a los profesionales del fútbol. Son un total de diez distinciones que se resuelven de dos maneras muy diferentes: unas tienen como base la estadística pura y fría; mientras las otras son el resultado de las votaciones procedentes de los miembros de la IFFHS o de los usuarios, como es el caso del jugador en activo más popular.

Curiosamente, aquellas que en principio se presentan avaladas por los números, pues se contabilizan puntuaciones, cantidad de goles o porcentajes son vorazmente criticadas tanto por un sector del público como por los propios medios de comunicación. Parece ser que si los datos no dan ganador al club o al jugador que ellos tienen en mente en el preciso momento en que se divulga la noticia, no son de fiar.

Recuerdo el caso del Sevilla FC, vencedor por dos años consecutivos del Ranking Mundial de Clubs (ver los criterios de puntuación http://www.iffhs.de/?bcdbccac3be8e00390b02fc5fdcdc3bfcdc0aec28d6ed113), todo un hito, y los medios de comunicación españoles se indignaron por no ser el Real Madrid o el FC Barcelona. No sólo no habían sido capaces de leerse la dinámica que tiene esta distinción, sino que tampoco son capaces de comprender que el trofeo no premia vistosidad de juego ni la cotización de una plantilla por el precio de sus jugadores. Cuando el Sevilla FC le ganó la Supercopa de Europa al FC Barcelona, el club andaluz sumó 14 puntos por ninguno su rival. Y sumando partidos tras partidos, así se estableció el Ranking.

Admito que se puede comentar la ponderación de las puntuaciones. Incluso podría discutirse el periodo que se aplica para designar al vencedor (enero-diciembre). Lo que debe quedar muy claro es que estos criterios quedan fijados desde la diversidad de opinión del Comité Ejecutivo de la IFFHS. Sus miembros proceden de los seis continentes futbolísticos y, no cabe duda, el fútbol se ve con diferente óptica según nuestro lugar de residencia. Por eso, cuando se leen o escuchan comentarios contra los premios de la IFFHS, la mayoría están marcados por la parcialidad, y, los que no, por la ignorancia.

La construcción de un ranking, en líneas generales, tiene como objetivo englobar el total de partidos oficiales que se disputan en el mundo y premiar a aquel club que se haya mostrado más regular en todos ellos, por encima del hecho de ganar o no alguna de las competiciones. Es una distinción que no se puede comparar con ningún trofeo específico: ni liga, ni copa.  No tiene límites geográficos, pues tiene en cuenta todos los resultados de competiciones internacionales oficiales, y la liga y la copa de todos los países afiliados a la FIFA. Se establece el período de enero-diciembre porque el final de año es la única pausa internacional que han establecido las distintas confederaciones continentales -aunque en algunos países, como Inglaterra, muchas veces celebren incluso doble sesión liguera-.

Lógicamente, se mire como se mire, al final, los equipos más poderosos acaban ocupando los primeros puestos. Pero son las matemáticas las que deciden quien es el ganador. Y eso es incuestionable.

De ahí que todos aquellos que no entienden este sistema, lo único que tienen que hacer es informarse. Excuso al fanático ignorante, que al no ver elegido su equipo se indigna y maldice las estadísticas. Hay un motivo irracional en su postura y, por lo tanto, no es acertado discutir con él, sino una pérdida de tiempo. El problema es que hay un porcentaje amplio de participación de esta gente que se caracteriza por el insulto, menosprecio y paupérrima documentación para justificar sus preferencias.

Más grave es el hecho de que las críticas procedan de los profesionales de los medios de comunicación. Tanto si lo hacen por ignorancia como si lo hacen por defender sus preferencias, pues en ambos casos traicionan el principal motivo de su profesión: informar con objetividad. Malo, muy malo es el periodista que informa desde la ignorancia. Peor el que se deja llevar por sus colores. En ambos casos lo único que consiguen es confundirse con el fanatismo, caprichoso, consentido y transmisor de valores absolutos.

Para la IFFHS el fútbol es un juego. Quizá éste sea el punto de discrepancia con los medios de comunicación: el fútbol es un negocio. Pongamos el caso de un jugador de país africano que disputa un mundial. Para la IFFHS este jugador enriquece su historial, tanto como internacional como, si lo consiguiese, como goleador; para la Prensa, este mismo jugador simplemente aprovecha el escaparate de la competición para subir su cotización y fichar por algún club europeo. Juego versus negocio. Con la diferencia de que la Prensa puede mediatizar la opinión del público. No somos tan idealistas como para prescindir del aspecto material del fútbol, pero no sean tan materialistas como para valorar todo, absolutamente todo el fenómeno deportivo bajo la presión económica.

Hace uno años France-Football modificó su reglamento para adjudicar la Bota de Oro estableciendo puntos en vez de goles. El motivo externo: es más difícil marcar en las ligas más fuertes que en las débiles. El verdadero motivo: adiddas. Sólo apadrinaría el trofeo si había garantías de que el ganador perteneciese a un club de prestigio internacional. Era necesario descartar a los estonios, moldavos, finlandeses, andorranos… y asegurar el premio a españoles, ingleses, alemanes, franceses… al fin y al cabo verdaderos potenciadores del mercado mundial del fútbol. Pero el gol es proporcionalmente igual de difícil en cualquier campeonato. A mejores delanteros hay mejores defensas y a peores delanteros hay peores defensas. Por eso, el premio de la IFFHS se establece para aquel jugador que más ha destacado dentro de su propio campeonato, en proporción a la competitividad de sus rivales.

Contrariamente a lo expuesto anteriormente, los premios de la IFFHS que se deciden por votaciones no sufren las críticas ni en las misma cantidad ni con la misma saña. Por lo visto, la elección del mejor entrenador, seleccionador, portero, constructor de juego o árbitro del mundo no se desvía mucho de lo que la mayoría de los periodistas opinan. Éste es el caso de la elección de Iker Casillas como mejor guardameta de 2008 o la de Xavi Hernández, mejor constructor de juego de 2008. Pero la paz se mantiene siempre y cuando haya esta armonía. Cuando desaparecen las coincidencias, la balanza vuelve a cargarse con el desprestigio y el rechazo. El principal motivo por el que nuestros medios de comunicación -y sus lectores/oyentes-  y la IFFHS discrepen en sus apreciaciones es de origen. Toda elección se hace a partir de la información que uno dispone: partidos televisados y presenciados in situ. Más o menos, en España todos tenemos fuentes parecidas y, por lógica, llegaremos a conclusiones más o menos próximas. La cuestión es que en las votaciones de la IFFHS la opinión procede de casi cien países diferentes, por lo que la diversidad de fuentes se multiplica y los resultados son mucho más heterogéneos. Es la globalización aplicada al fútbol. Si algún miembro hace prevalecer sus preferencias locales en su elección, fácilmente quedan diluidas por el número de votantes.

En definitiva, detrás de cada distinción que otorga la IFFHS hay un profundo respeto por el fútbol como deporte, una amplia reflexión y un rechazo total al partidismo. Principios que muchos deberían aprender a aplicarse.




Las porterías más grandes

Las fechas navideñas siempre han sido usadas, futbolísticamente hablando, para organizar partidos benéficos. En la actualidad suelen ser utilizadas para disputas de selecciones territoriales frente a selecciones nacionales traídas del más allá.

Allá por el día de Navidad de 1967, en el Camp Nou de la Ciudad Condal, se realizó una prueba para jugar con porterías más grandes de lo habitual. La elección del día cayó en primer lugar en el día ocho del mismo mes, pero una lluvia torrencial hizo que se suspendiera. Las porterías encogieron, en una palabra. Con motivo de la campaña benéfica de Radio Nacional de España (R.N.E.) el seleccionador español D. Domingo Balmanya se hizo cargo de seleccionar dos equipos para realizar una prueba para cambiar de manera definitiva la Regla 1 de las Reglas de Juego.

La fiesta, además de tener como punto central un partido de fútbol disputado por jugadores profesionales con el escudo de la Federación Catalana de Fútbol en el pecho, también contó con un castillo humano en la más tradicional costumbre catalana, un partido femenino de fútbol con las mismas porterías (algo nunca visto en la España de la época, el tamaño de las porterías y el fútbol femenino) jugado entre los equipos femeninos del Picadero y del CF Barcelona y el saque de honor realizado por la actriz catalana Mary Santpere.

Por una parte, con camiseta blanca y pantalón azul, formaron Reina, Isidro, Olivella, Torrens, Vall, Pereda,  Fusté, Paláu, Re, Seminario y Camps, y por el bando contrario, vistiendo elástica roja, Romero, Ochoa, Doménech, Montesinos, Moya, Ramírez, Endériz, Rifé, Kubala, Vidal y Pujol. Dos grandes equipos, sin lugar a dudas, formados por jugadores de los tres equipos barceloneses de Primera División en esos momentos, Centro de Deportes Sabadell, Real Club Deportivo Español y Club de Fútbol Barcelona.

Las porterías reglamentarias miden 7’32 metros de largo por 2’44 metros de alto. En aquella ocasión se aumentaron las medidas hasta 10 metros de largo por 2 metros y medio de alto. En los días anteriores se esperaba un diluvio de goles teniendo en cuenta las medidas de los arcos y las delanteras que formarían. Otros esperaban unos férreos marcajes para proteger tan inmensos objetivos. El hambre de goles era importante pues el nivel de juego había decaído en exceso en el fútbol español. La nostalgia de haber vivido hace cinco minutos escasos el mejor fútbol jamás jugado en el mundo y la falta repentina de goles en nuestro campeonato llevaron a esta probatura de dudoso éxito a priori. Y nulo a posteriori.

Foto Bert. Publicada el 27-12-1967 en Mundo Deportivo. Podemos apreciar los dos tipos de porterías, la reglamentaria más pequeña y la experimental, bajo cuyo travesaño forman ambos equipos.

Foto Bert. Publicada el 27-12-1967 en Mundo Deportivo. Podemos apreciar los dos tipos de porterías, la reglamentaria más pequeña y la experimental, bajo cuyo travesaño forman ambos equipos.

Georges Boulogne fue el autor de la iniciativa. Así se expresaba en lo referente a su idea: » Actualmente es difícil marcar un tanto desde fuera de los 16 metros. A los equipos les basta reunir dentro de sus 30 metros suficiente número de jugadores (7 u 8) para impedir, prácticamente, al adversario colocarse en posición de tiro a la distancia requerida».

 «Si se aumentan las dimensiones del marco de manera que se haga posible el gol desde 20 ó 25 metros, habrá que establecer la defensa cubriendo una zona de 40 ó 50. No hay bastante número de jugadores para hacerlo eficazmente. Al no poder defender con la seguridad actual, los equipos intentarán el ataque, que les dará más facilidades».  

A priori, la iniciativa contó con apoyos y también con detractores. Entre estos últimos se encontraba Sir Stanley Rous, a la sazón presidente de FIFA, que manifestó no esperar gran cosa del experimento. En la orilla contraria se encontraba Sir Stanley Matthews.        

Quince goles se consiguieron, nueve por los vencedores, los blancos,  y seis por los vencidos, los colorados. Marcaron tres tantos Fusté y Kubala, dos Vidal y Cayetano Re y uno Montesinos, Pereda, Seminario, Palau y Camps. Se divirtió el público y se divirtieron los jugadores. La recaudación fue excelente. Un millón de pesetas entre taquilla y huchas para los niños hospitalizados. Y eso siempre es lo más importante. Todo el mundo feliz. Pero ¿y la prueba?. ¿Resultó satisfactoria?.         

La sensación general de los 50.000 asistentes es que se divirtieron de lo lindo con los goles y con las figuras que desplegaron su juego en la mañana barcelonesa pero se echaba en falta la emoción pues cada tiro lanzado era medio gol asegurado.

Por parte de los artistas la opinión era bastante negativa con respecto a lo experimentado. Así, tenemos la opinión de un par de participantes del Sabadell. Seminario opinó que las medidas eran exageradas y que se disparaba desde cualquier sitio. Por su parte, su compañero Isidro, expresaba que sería algo  flor de un día. Para los porteros imposible de defender.

Parece que el estrés de haber conocido el mejor fútbol del mundo y haber quedado desposeídos de su magia incitó sobremanera a realizar esta prueba. Afortunadamente aquella oscura etapa de fútbol defensivo pasó a mejor vida, por el momento, pero no dudo que en un futuro volverá y regresará el experimento. Y es que ya está todo inventado y seguiremos tropezando en las mismas piedras.

 

Fuentes consultadas:

 

Reglas de Juego

Mundo Deportivo (Barcelona)

La Vanguardia Española (Barcelona)

Marca (Madrid)

As (Madrid)




Intrigas, jugadas y jugarretas en la rivalidad barcelonesa

En el número del mes anterior hacía una descripción de la rivalidad hispalense en sus primeros años y en esta ocasión voy a referirme al antagonismo existente entre los dos equipos barceloneses más representativos, nacido también a los pocos años de competencia precisamente cuando el conjunto españolista había plegado velas y alguno de sus integrantes acabó guarecido en las filas del X Sporting Club, en los primeros días del 1906.

El fútbol catalán languidecía y la crisis se había instalado en los escasos clubs que aún sobrevivían. La hermandad y el buen ambiente que había imperado en los primeros años de vida de la Asociación de Clubs de Foot-ball había dado paso a un clima de tensión permanente y luchas internas que llevaron a la desaparición del organismo federativo, sustituido a finales de ese mismo año por la Federación Catalana de Foot-ball, cuya presidencia fue aceptada por Isidro Lloret, un personaje que se vanagloriaba de hacer público su visceral aversión al FC Barcelona y lo transmitía a otros miembros de la junta, manifestándolo en las constantes y arbitrarias decisiones que provocaba continuas discusiones y disidencias en los clubs, siendo durante su nefasto mandato cuando el Club X dominó el Campeonato de Catalunya, siempre envuelto por una polémica que finalmente acabó por pasarle factura en octubre de 1908.

La marcha de Isidro Lloret calmó algo los ánimos, pero dejó a la Federación sumida en un tremendo caos y a los clubes al borde de la desaparición. Al FC Barcelona lo salvó la milagrosa intervención de su fundador Hans Gamper y ello coincidió con la reaparición del Club Deportivo Español, al fusionarse el equipo de Jiu-Jitsu -con algunos socios que habían integrado el antiguo club- y el X Sporting Club, y con el ínclito Sr. Lloret en la vicepresidencia de la nueva entidad blanquiazul.

Ambas sociedades resurgieron de forma pujante y la rivalidad creció, pero se trasladó de los despachos federativos al terreno de juego y a las gradas, aflorando con tonos dramáticos en la temporada 1911-12. Los disidentes del FC Barcelona que habían pasado al Español -hermanos Wallace, Massana y Comamala- contribuyeron a fomentar esta rivalidad que tuvo su culminación en los partidos que ambos equipos celebraron en el Trofeo Ciudad-La Riva, organizado por la presidencia del club blanquiazul el 24 y 25 de marzo de 1912. Al margen del resultado deportivo, que fue doblemente favorable al Español, hay que destacar la dureza desplegada por los jugadores que alcanzó caracteres de brutalidad y contagió a parte de espectadores y aficionados rivales que se enzarzaron en constantes y vergonzosas peleas. Fueron tantos y tan violentos los incidentes producidos en esta doble confrontación que pocos días más tarde las directivas de los respectivos clubs enviaron sendas notas a la prensa anunciando la ruptura de sus relaciones y la negativa a enfrentarse de nuevo en un campeonato de fútbol. Estos incidentes tuvieron una importante repercusión en el desarrollo final del Campeonato Regional ya que el Barcelona se negó a jugar su partido en el campo del Español por lo cual se le dio por perdido y el equipo blanquiazul se proclamó campeón.

En la temporada siguiente fue cuando se produjo el cisma federativo de la Unión de Clubs, que encabezó el Barcelona, mientras el Español se mantuvo en el seno de la Federación Española del Foot-ball y debido a ello no tuvieron oportunidad de enfrentarse en el Campeonato Regional ni en el campeonato de España, pero sí lo hicieron en la competición hispano francesa de la Copa de los Pirineos Orientales. Fue el 6 de abril en partido de semifinales y era el primer encuentro entre ambos, tras los incidentes ocurridos el año anterior, y tampoco en ésta ocasión iba a estar ajena la polémica. Se jugó en el campo del Barcelona y venció justa y merecidamente en conjunto blanquiazul por 3 a 1, pero de poco le sirvió esta victoria ya que su rival denunció al Comité Organizador la alineación de los jugadores ingleses Barrett, Darley y Harrisson, que fue declarada ilegal y en consecuencia sería  el Barcelona quien se clasificó para disputar la final, que posteriormente ganaría al conjunto galo del Comette et Simiot.

En los años siguientes, firmada la paz futbolística y bajo la tutela de la nueva Federación nacional, nacida en septiembre de 1913, el Deportivo Español, tocado ya del atributo Real, y el FC Barcelona volvieron a competir sin que se registrasen incidentes destacados, pero no pasó mucho tiempo sin que los agraviados blanquiazules tuvieran la oportunidad de devolver la moneda a sus vecinos haciendo estallar el llamado «Caso Garchitorena». Era éste un personaje singular, de ascendencia vasca, que había llegado al club azulgrana tras jugar dos amistoso en mayo de 1916 y con él, inició el Barcelona el campeonato regional. Poco antes de Navidad, el conjunto azulgrana derrotó por 3 a 0 al Español, pero apenas acabado el partido, que por cierto, estuvo plagado de incidentes, los blanquiazules impugnaban el resultado por alineación indebida del citado jugador. Tratado el caso por los delegados de la Federación Catalana y presentados por el Español los documentos precisos, quedó perfectamente comprobada la nacionalidad argentina de Juan Garchitorena y que, debido a la prohibición de alinear extranjeros, no podía tomar parte en la competición. También quedó claro que el Barcelona desconocía que la inscripción del jugador se había hecho con documentación española falsificada, y teniendo en cuenta que este equipo había accedido anteriormente a que el Español inscribiera dos jugadores fuera del plazo reglamentario, todo parecía indicar que el asunto no tendría mayor trascendencia y el problema quedaba resuelto.

Pero contrariamente a lo que se esperaba el club blanquiazul no estaba para hacer favores y reclamó los puntos de su partido perdido, instando al Sabadell, Universitari y Atlètic a que hiciesen lo propio y que al Barcelona se le dieran por perdidos dichos encuentros. Esta propuesta fue aceptada en la Federación y el club azulgrana quedó apartado de la lucha por el título, que finalmente tampoco logró el Español, pese a la «genial» jugada, y que indudablemente conocía la circunstancia de la nacionalidad de Garchitorena antes de iniciarse el torneo, pero prefirió denunciar el caso después de la derrota. Falta saber que hubiera ocurrido si hubieran ganado dicho partido; posiblemente habrían esperado a la segunda vuelta.

Por cierto, que Garchitorena continuó vinculado al club hasta el final de la temporada,  donde disputó numerosos partidos amistosos, y en años posteriores de manera muy esporádica, pero su actuación personal no dejaba de ser curiosa: bebía whisky, era un auténtico «play boy» de principios de siglo y siempre iba vestido y acicalado como un figurín hasta el punto de negarse a marcar un gol de cabeza en terreno embarrado para no estropear su peinado. No es de extrañar que posteriormente dedicase su vida al cine, una profesión menos violenta, en la cual alcanzó cierto éxito con el nombre de Juan Torena y sonadas aventuras amorosas, una de ellas -dicen- con la actriz Myrna Loy.

Las relaciones entre los dos clubs volvieron a tensarse y sobre el terreno de juego la violencia y los incidentes imperaron en sus enfrentamientos. También en el ámbito social tuvieron que hacer frente a campañas de desprestigio, como las sangrantes acusaciones de paladines del anticatalanismo a las que fue sometido el Español, en unos momentos de estallido autonomista, y en el bando contrario se recibían intrigas atribuidas a su rival que les acusaba de «germanismo» cuando estaban abiertas las heridas dejadas por la Gran Guerra, hasta el punto de tener que organizarse un par de partidos contra un equipo denominado Aliados, una especie de selección militar,  integrado por jugadores ingleses, franceses y belgas. Por cierto, en el segundo de ellos debutaron en las filas azulgranas José Samitier y Ricardo Zamora, la joven promesa españolista que había sido uno de los grandes artífices para la conquista del Campeonato de Catalunya en 1918 y que ahora protagonizaba un golpe de efecto fichando por el eterno rival.

El inicio de la década de los veinte contempló el decaimiento futbolístico de los españolistas y el inicio de la edad de oro barcelonista con dos títulos de Copa en tres años. Éstos aprovecharon su excelente momento para humillar a su rival en el Campeonato de 1921-22 venciéndoles en su propio feudo por 9 a 0, y saliendo al campo del la Industria en el partido de la segunda vuelta con el propósito de superar la cifra, cosa que lograron al ganar por diez a cero, que pudieron ser más de habérselo propuesto, condenándoles al mismo tiempo a jugar la promoción para evitar descender al abismo. La doble victoria sobre el España FC y la llegada de Genaro de la Riva a la presidencia blanquiazul les permitió remontar la crisis, logrando además convencer -mediante la suculenta cifra de 25.000 pesetas- a Ricardo Zamora para que volviera al Español y a punto estuvieron también de conquistar a su intimo amigo Samitier, que prefirió mantenerse en la disciplina azulgrana.

El retorno de Zamora al Español abrió otro litigio entre ambos clubs que duró toda la temporada 1922-23. El FC Barcelona hizo valer su derecho de retención, denunció esta marcha alegando duplicidad de contrato, y la Federación Catalana inhabilitó al portero internacional por un año. El asunto pasó al Comité Nacional quien, ante la negativa de Zamora de jugar con la selección frente a Portugal, revocó el fallo de la Catalana y le permitió jugar el Campeonato, pero más tarde y ante el recurso de alzada presentado por la Federación regional volvió de su acuerdo anterior y resolvió el caso a favor del FC Barcelona, obligando a repetir los partidos que el conjunto blanquiazul había ganado o empatado con su concurso y condenando al jugador a no poder alinearse con su equipo ni siquiera en partidos amistosos, a menos que lo permitiera en Barcelona, cosa que no sucedió hasta casi el final de la temporada.

El partido que el CD Europa había empatado con el Español tuvo que jugarse de nuevo y paradójicamente se volvió en contra del FC Barcelona, ya que el equipo graciense lo ganó por 4 a 1 y gracias a los dos puntos conquistados pudo forzar un desempate con los azulgrana para dilucidar el título. El Europa venció por uno a cero en este partido que se jugó en Girona y se proclamó campeón regional, jugando posteriormente la final del Campeonato de España.

Para cerrar este relato de desamor entre los dos eternos rivales de la ciudad Condal, que no voy a prolongar más allá de sus primeros 25 años de historia, convienen destacar lo sucedido el 23 de noviembre de 1924 en el reciente estrenado campo de Les Corts durante el partido de la sexta jornada del Campeonato regional, que fue tristemente bautizado como el «derby de la calderilla». El esperado duelo estuvo rodeado de una expectación indescriptible y cargado por un ambiente pasional y hostil, que estalló a los seis minutos tras una dura entrada del españolista Saprissa sobre Alcántara, quien hubo de abandonar el terreno de juego lesionado. A partir de allí hubo un constante reparto de leña, patadas y agresiones que se trasladaron a las gradas entre miembros radicales de ambos equipos.

El punto culminante llegó cuando Samitier repelió con una agresión un empujón previo de Caicedo y el árbitro, el vizcaíno Pelayo Serrano, ordenó la expulsión del azulgrana en medio de un enorme tumulto e intercambio de golpes entre jugadores y aficionados. A poco de reanudarse el partido y al momento de sacarse un córner en el área visitante el publico de la zona comenzó a lanzar monedas y alguna que otra piedra contra el referee quien advirtió por medio del delegado su intención de suspender el partido si continuaba la refriega, cosa que se reprodujo con mayor intensidad minutos después al señalar el descanso y retirarse a los vestuarios, donde finalmente anunció su decisión.

Eran tiempos de dictadura y había mucha crispación entre los aficionados. En los días siguientes, las juntas directivas de ambos equipos llenaron los diarios con todo tipo de notas y la Federación tras varias horas de deliberaciones decidió que se repitiera el encuentro, pero las autoridades militares no lo aceptaron. Se tardó varias semanas en llegar a un acuerdo y finalmente se acordó hacerlo a puerta cerrada, un hecho inédito hasta entonces, al que sólo podrían asistir federativos, directivos y periodistas. Curiosamente a Samitier se le permitió jugar porque tras haber sido inhabilitado por un mes, cuando se jugó el nuevo partido, el 15 de enero, ya había cumplido la sanción.

El ambiente gris y el sepulcral silencio de las gradas fue un handicap para los azulgrana, que vieron como su rival se llevó los dos puntos con un solitario gol de Zabala, pero el Barcelona se tomó la revancha en la segunda vuelta y culminó una espectacular remontada con una victoria sobre el Español gracias a un solitario gol marcado en una genialidad de Samitier que le dio el título de campeón.




Jerez de la Frontera 1870: ¿Football o Rugby?

En 2 de Noviembre de 1870, en el diario El Progreso de Jerez de la Frontera aparece la siguiente nota de prensa:

2 de Noviembre de 1870. Diario “El Progreso”. (Jerez de la Frontera).

2 de Noviembre de 1870. Diario “El Progreso”. (Jerez de la Frontera).

Hace poco tiempo que se tiene noticia de esta nota de prensa, descubrimiento excepcional llevado a cabo por el historiador jerezano Rafael Romero. Evidentemente dicha nota de prensa, por el contenido de la misma, y por contener la palabra «football» ha ido despertando la curiosidad de muchos historiadores y aficionados a la historia del football pues se podría tratar, en principio, de la primera nota de prensa de España y por ende el primer lugar geográfico en la que aparecería esa palabra «mágica».

Pero debemos detenernos un poco antes de sacar conclusiones demasiado precipitadas y analizar el contexto y el año en el que esta nota de prensa se desarrolla, pues bien podría referirse a «football-Rugby». De hecho no podemos obviar que la nota de prensa dice textualmente «Por la tarde gozarán los aficionados a porrazos de un rato de football», y el hecho de que sea «a porrazos» y así lo refiera el cronista, es muy significativo cuando menos. Cabe añadir aquí que el football-Rugby era un deporte que, dada su popularidad, en Inglaterra y otros lugares de entonces colonizados por los ingleses, era referido simplemente como «football», lo cual es obvio que nos podría llevar a equívocos.

Las razones por las que esa nota de prensa pueden no hacer referencia al football como juego de pelota con los pies.

La historia cuenta que en 1863 el football, tal y cómo se entiende hoy, recoge sus primeras reglas. Fue en la reunión de la «Free Mason´s Tavern». Esta noticia viene recogida en el diario deportivo «Bell’s Life» y en ella se indica que varios representantes de seis escuelas/Clubes se reunieron en Cambridge, y en pos de conseguir un Sport menos «violento» se acordaron varias reglas encaminadas a que imperase en el juego la habilidad (dribling) sobre el amontonamiento (melé); pretendiendo así eliminar las zancadillas, la posibilidad de hacer tropezar al contrario, la posibilidad de recoger el balón con las manos etc…

Allí mismo se gesta además la FA (football Asocciation). Sin embargo ya sea bien por la fuerza de la costumbre o bien porque aquellas reglas no fueran del todo aceptadas, la mayoría de Clubes y escuelas siguieron  practicando el «football» con las reglas anteriores («Rugby», como lo entendemos hoy) y también con las reglas y reglamentaciones «locales». Además, aquellos pocos Clubes que quisieron acogerse a las «nuevas reglas» de la FA, tenían que jugar siguiendo las antiguas reglas, pues apenas había contrincantes que aceptaran las reglas de la FA. No había por tanto ningún criterio uniforme en absoluto que diferenciara hasta el momento entre los dos Sports, y obviamente en estas circunstancias las normas del football como lo conocemos hoy no se extendieron en absoluto por Inglaterra.

Así transcurrieron varios años hasta 1871, durante los cuales la FA apenas tenía «peso» y en los que las reglas de la misma, en las que primaban el dribling sobre la melé, apenas fueron empleadas como ya hemos apuntado. Y fue Concretamente en 1871,  cuando los clubes más grandes y escuelas más prestigiosas e importantes, ante la variabilidad de las normas que se aplicaban a los «matchs» en función del lugar, tomaron cartas en el asunto y se reunieron para establecer definitivamente las diferencias. Crearon entonces la «Rugby football Union«, es decir, la Federación inglesa de Rugby. A partir de ese momento los Clubes se decidieron según sus preferencias por una u otra clase de «football», eliminándose la enorme variabilidad existente en las reglas del juego dependiendo del lugar en el que se jugara. De esta manera se fue asentando «rápidamente» el football tal y como lo entendemos hoy, y empezando a tomar cada vez más fuerza entre los ingleses.

EL FOOTBALL EN JEREZ:

Por tanto, en 1870, fecha de la nota de prensa que sometemos a este análisis, es complicado que se hubiera jugado en Jerez de la Frontera un partido de football tal y como lo entendemos hoy, pues en la mismísima Inglaterra la mayoría de los Clubes y escuelas practicaban le «football-Rugby» hasta 1871. Recordemos que fue en ese preciso año de 1871 cuando se establecieron las diferencias definitivamente entre el «Football» como rugby y el «football» tal y como lo entendemos hoy.

Aunque sólo tenga peso anecdótico, refuerza esta conclusión el hecho de que el cronista se refiera al juego como «un rato de porrazos». Esto es muy significativo sin duda alguna.

Un dato que no podemos pasar por alto es que la innumerable colonia inglesa de Jerez de la Frontera en el siglo XIX, cuya actividad se centraba en la exportación de los vinos de la zona y la gestión de sus famosas bodegas, llevaba muchos años instalada en tierras gaditanas. Esta información, aunque en principio intrascendente, puede explicar porqué el «football» tal y como se entiende hoy tardó en aparecer en Jerez (eso al menos se desprende de las diferentes investigaciones efectuadas y que demuestran que no vuelve a aparecer una referencia al football hasta principios del siglo XX, pero en este caso claramente referido al football que hoy concebimos). Y es que las reglas y separación definitivas de ambos Sports del football que se produjeron en 1871 difícilmente pudieron «haber llegado», «haberse instalado» y, lo más importante, «desarrollado» entre los «ingleses autóctonos» que vivían en Jerez de la Frontera desde mediados del siglo XIX pues es obvio que carecían de ese contacto «directo» con las cambiantes y nuevas costumbres deportivas de su país de origen. Así que de practicar el «football» siguieron haciéndolo «a porrazos», tal y como ellos lo entendían desde siempre.

Obviamente esta conclusión a la que llegamos no es definitiva, pero a la luz de los datos que ofrecemos esta es la lectura más certera que podemos hacer.




Alineaciones, Goleadores y Jugadores más destacados

Todos los aficionados al Fútbol, hemos recitado o aprendido alguna alineación de nuestro equipo que consiguió realizar una hazaña importante en un partido o temporada, recordamos sobre todo a los equipos de nuestro lugar de residencia y en la época de nuestra infancia.

En este documento trato de resaltar las mejores alineaciones, los máximos goleadores y los jugadores más destacados  de los equipos en la competición del Campeonato Nacional de Liga en 1ª y 2ª Divisiones, ésta desde la temporada 68-69 que había un sólo Grupo, teniendo en cuenta los puntos conseguidos en la temporada.

La alineación que más puntos ha conseguido en una temporada, según baremo, de todas las temporadas disputadas es la que considero como la mejor del equipo, el baremo se obtiene teniendo en cuenta los partidos disputados, que varían desde el inicio de la competición liguera con 10, para ir aumentando progresivamente hasta los 20 actuales, con el inciso de las temporadas 95-96 y 96-97 que hubo 22 equipos y los puntos conseguidos, que por norma general son los que en la actualidad se otorgan, 3 por victoria, 1 por empate y 0 por derrota, para todas las temporadas. Los 11 jugadores incluido el portero que más jornadas han disputado en la temporada.

Los máximos goleadores, computando los goles anotados en todas las temporadas disputadas con el equipo.

Los jugadores más destacados, según baremo, detallado en el artículo de Baremación de Jugadores que apareció en la Revista nº 2. al aplicar los diferentes coeficientes.

De esta forma aparecen los 50 mejores equipos de nuestra Liga, por orden de puntuación.

             

1.- Real Madrid C.F.

60-61  (1ª): Vicente; Marquitos, Santamaría, Casado; J.Mª.Vidal, Pachín;  Canario, Del Sol, Di Stéfano, Puskas, Gento.

Camp. Liga    

G.- 223 Raúl, 216 Di Stéfano, 186 Santillana.

M.- Raúl, Santillana, Di Stéfano.       

 

2.- F.C. Barcelona

58-59  (1ª): Ramallets; Olivella, Rodri, Gràcia; Gensana, Segarra; Tejada, Kubala, Evaristo, Luis Suárez, Czibor.

Camp. Liga    

G.- 195 César, 131 Kubala, 107 Eto’o.

M.- César, Rexach, Basora.

 

3.- Athletic Club de Bilbao

55-56  (1ª): Carmelo; Orue, Garay, Canito; Mauri, Maguregi; Artetxe, Markaida, Arieta I, Uribe, Gaínza

Camp. Liga

              G.- 252 Zarra, 147 Dani, 136 Panizo.

M.- Zarra, Gainza, Panizo.

 

4.- Valencia C.F.

41-42  (1ª): Pío; Álvaro, Juan Ramón; Bertolí, Iturraspe, Lelé; Epi, Amadeo, Mundo, Asensi, Gorostiza.

Camp. Liga   

G.- 186 Mundo, 116 Kempes, 115 Waldo.

M.- Mundo, Fernando, Seguí.

 

5.- Atlético de Madrid

40-41  (1ª): Tabales; Mesa, Aparicio; Gabilondo, Germán, Machín; Manín, Arencibia, Pruden, Campos, Vázquez.

Camp. Liga

G.- 150 Escudero, 123 Luis, 120 Campos.

M.- Escudero, Adelardo, Collar.

 

6.- R.C.D. Espanyol de Barcelona.

72-73  (1ª): Borja; Granero, De Felipe, Ochoa; Poli, Glaría IV; Roberto Martínez, Solsona, Amiano, José María, Pepín.

3º Puesto

G.- 129 Tamudo, 111 Marañón, 86 Arcas.

M.- Tamudo, Marañón, Arcas.

 

7.- Sevilla F.C.

45-46  (1ª): Busto; Joaquín, Villalonga; Alconero, Félix, Eguiluz; López, Arza, Araujo, Herrera I, Campos.

Camp. Liga

G.- 182 Arza, 139 Araujo, 101 Campanal.

M.- Arza, Araujo, Campanal.

 

8.- Real Sociedad

81-82  (1ª): Arconada; Celayeta, Górriz, Kortabarria, Olaizola; Diego, Perico Alonso, Zamora; Uralde, Satrústegui, López Ufarte.

Camp. Liga

G.- 133 Satrústegui, 101 López Ufarte, 92 Kovacevic.

M. Zamora, Satrústegui, López Ufarte.

 

9.- Real Zaragoza.

74-75  (1ª): Irazusta; Rico, González, Blanco; Planas II, Violeta; Rubial, García Castany, Diarte, Arrúa, Soto.

2º Puesto

G.- 88 Murillo, 76 Pardeza, 70 Marcelino.

M.- Violeta, Marcelino, Aguado.

 

10.- R.C. Celta de Vigo.

47-48  (1ª): Simón; Mesa, Gabriel Alonso; Muñoz, Areitio, Yayo; Retamar, Hermida, Pahiño, Zubeldía, Vázquez.

 4º Puesto      

G.- 105 Hermida, 69 Mauro, 68 Gudelj.

M.- Hermida, Manolo, Juan.

 

11.- Real Betis Balompié.

34-35  (1ª): Urquiaga; Areso, Aedo; Peral, Gómez, Larrinoa; Timimi, Adolfo, Unamuno, Lecue, Saro.

Camp. Liga    

G.- 78 Rincón, 69 Alfonso, 55 Ansola.

M.- Cardeñosa, Esnaola, Gordillo.

 

12.- R.C. Deportivo de La Coruña

99-00  (1ª): Songo’o; Manuel Pablo, Donato, Naybet, Romero; Flavio, Mauro Silva, Víctor, Djalminha; Jokanovic, Makaay.

Camp. Liga     

G.- 86 Bebeto, 79 Makaay, 77 Diego Tristán.

M.- Fran, Mauro Silva, Donato.

 

13.- Real Oviedo

35-36  (1ª): Óscar; Riera, Pena; Sirio, Soladrero, Castro; Casuco, Gallart, Lángara, Herrerita, Emilín.

3º Puesto     

G.- 117 Herrerita, 104 Lángara, 93 Carlos.

M.- Herrerita, Antón, Emilín.

 

14.- Real Racing Club de Santander

30-31  (1ª): Solà; Ceballos, Mendaro; Hernández, Baragaño, Larrinoa; Santi, Ibarra, Telete, Larrínaga, Cisco.

2º Puesto     

G.- 47 Larrínaga, 40 Cisco, 35 Aitor Aguirre.

M.- Quique Setién, J.Mª. Ceballos, Larrínaga.

 

15.- Real Valladolid C.F.

62-63  (1ª): Calvo; García Verdugo, Pini, Pintó; Ramírez, Sanchís; Aramendi, Endériz, Morollón, Rodilla, Molina.

4º Puesto     

G.- 53 Peternac, 52 Coque, Víctor.

M.- Marcos, Moré, Víctor.

 

16.- Real Sporting de Gijón.

78-79  (1ª): Castro; Redondo, Doria, Cundi; Rezza, Mesa; Morán, Joaquín, Quini, Ciriaco, Ferrero.

2º Puesto     

G.- 165 Quini, 65 Joaquín, 54 Ferrero.

M.- Quini, Joaquín, Jiménez.

 

17.- U.D. Las Palmas.

68-69  (1ª): Oregui; Aparicio, Tonono, Martín II; Castellano, Guedes; León, Justo Gilberto, José Juan, Germán, Gilberto I.

2º Puesto     

G.- 85 Germán, 80 Morete, 59 Juani.

M.- Germán, Castellano, León.

 

18.- C.A. Osasuna de Pamplona.

05-06  (1ª): Ricardo; Javier Flaño, Cuéllar, Josetxo, Clavero; David López, Puñal, Raúl García, Delporte; Romeo, Milosevic.

4º Puesto     

G.- 57 Sabino, 45 Urban, 36 Echevarría, Iriguíbel.

M.- Echeverría, Castañeda, Bustingorri.

 

19.- Elche C.F.

63-64  (1ª): Pazos; Chancho, Iborra, Quirant; Ramos, Forneris; Cardona, Lezcano, Eulogio Martínez, Romero, Oviedo.

5º Puesto     

G.- 79 Romero, 63 Vavá, 42 Lezcano.

M.- Iborra, Romero, Vavá.

 

20.- R.C.D. Mallorca

  • 00-01 (1ª): Leo Franco; Olaizola, Fernando Niño, Nadal, Soler; Finidi, Engonga, Marcos, Ibagaza; Eto’o, Luque.

3º Puesto      

G.- 54 Eto’o, 45 Arango, 28 Güiza.

M.- Nadal, Arango, Olaizola.

 

21.- Real Murcia C.F.

83-84  (1ª): Cervantes; Núñez, Higinio, Vidaña, Sierra; López, Guina, Del Barrio; Santi, Figueroa, Moyano.

11º Puesto    

G.- 22 Figueroa, 21 Manolo.

M.-Vidaña, Núñez, Juanjo.

 

22.- Hércules C.F.

74-75  (1ª): Santoro; José Antonio, Giuliano, Quique; Andréu, Rivera; Arieta II, Baena, Barrios, Juan Carlos, Carcelén.

5º Puesto     

G.- 35 Barrios, 34 Kustudic, 29 Tatono.

M.- Baena, Giuliano, Rivera.

 

23.- Rayo Vallecano de Madrid

99-00  (1ª): Keller; Cota, Helder, Hernández, Alcázar; Ferrón, Poschner, Canabal, Lloréns; Luis Cembranos, Bolo.

9º Puesto    

G.- 25 Bolo, 24 Guilherme, 22 Bolic.

M.- Cota, Uceda, Alcázar.

 

24.- C.D. Castellón.

42-43  (1ª): Pérez; Baiges, Melenchón; Santacatalina, Guillén, Santolaria; Ruano, Hernández, Basilio, Elzo, Andrade.

4º Puesto     

G.- 77 Basilio, 29 Arnau, 22 Pizá.

M.- Basilio, Javi, Viña.

 

25.- C.D. Málaga.

73-74  (1ª): Deusto; Irles, Macías, Monreal; Martínez, Bustillo; Requejo, Migueli, Orozco, Vilanova, Guerini.

7º Puesto     

G.- 31 Bazán, 27 Torres. 2ª 42 Paquito.

M.- Migueli, Martínez, Macías.

 

26.- C.D. Tenerife.

92-93  (1ª): Agustín; Toño, César Gómez, Mata, Paqui; Chano, Del Solar, Ezequiel Castillo, Felipe; Pizzi, Quique Estebaranz.

5º Puesto      

G.- 76 Pizzi, 35 Felipe, 31 Quique Estebaranz.

M.- Felipe, Chano, Pizzi.

 

27.- C.D. Sabadell F.C.

68-69  (1ª): Martínez; Isidro, Pini, Arnal; Marañón, Muñoz, Torrent; Montesinos, L.Vidal, Garzón, Pujol.

4º Puesto     

G.- 35 Vázquez, 27 Pallàs, 26 Palàu.

M.- Palàu, Lino, Montesinos.

 

28.- U.D. Salamanca.

74-75  (1ª): D’Alessandro; Iglesias, Huerta, Lanchas; Robi, Rezza; Álvarez, Pita, Víctor, Rial, Sánchez Barrios.

7º Puesto     

G.- 25 Juanito. 2ª 59 Quique Martín, 33 J. Orejuela.

M.- D’Alessandro, Enrique, Quique Martín.

 

29.- Cádiz C.F.

87-88  (1ª): Jaro; Juan José, Oliva, Carmelo, Amarillo; Linares, Manolito, Zalazar, Andrés; Cabrera, Mágico González.

12º Puesto    

G.- 42 Mágico González. 2ª 65 Baena, 44 Mejías I.

M.- Mejías I, Linares, Mágico González.

 

30.- Deportivo Alavés

99-00  (1ª): Martín Herrera; Contra, Karmona, Téllez, Torres Mestre; Nan Ribera, Desio, Pablo, Astudillo; Morales, Kodro.

6º Puesto     

G.- 29 Javi Moreno. 2ª 45 Serrano, 34 Salamanca.

M.- Astudillo, Pablo, Karmona.

 

31.- Granada C.F.

71-72  (1ª): Ñito (Izcoa); De la Cruz, Aguirre Suárez, Falito; Jaén, Fernández; Lasa, Porta, Barrios, Fontenla, Vicente.

6º Puesto     

G.- 34 Porta, 33 Marín, 31 Trompi.

M.- Vicente, Izcoa, Fernández.

 

32.- Córdoba C.F.

64-65  (1ª): Reina; Simonet, Mingorance, López; Galilea, Ricardo Costa; Luis Costa, Juanín, Miralles, Tejada, Cabrera.

5º Puesto     

G.- 44 Juanín. 2ª 57 Cuesta, 47 Burguete.

M.- Juanín, Cuesta, Simonet.

 

33.- R.C. Recreativo de Huelva.

06-07  (1ª): López Vallejo; Merino, Beto, Mario, Dani Bautista; Aitor, Cazorla, Jesús Vázquez, Viqueira; Sinama, Uche.

8º Puesto     

G.- 2ª 65 Alzugaray, 46 Luzardo, 42 Uche.

M.- Alzugaray, Luzardo, Uche.

 

34. Villarreal C.F.

07-08  (1ª): Diego López; Javi Venta, Cygan, Fuentes, Godín, Capdevila; Cazorla, Senna, Pires; Nihat, Rossi.

2º Puesto    

G.- 54 Forlán, 39 Víctor, 36 Riquelme.

M.- Arruabarrena, Forlán, Víctor.

 

35 Albacete Balompié.

91-92  (1ª): Conejo; Geli, Coco, Juárez, Oliete; Catali, Soler, Chesa; Parri, Zalazar, Menéndez.

7º Puesto     

G.- 57 Zalazar, 19 Bjeliça, Pacheco.

M.- Zalazar, Menéndez, Coco.

 

36.- Levante U.D.

63-64  (1ª): Rodri; Victoriero, Juliá, Calpe; Vidal, Castelló; Vall, Domínguez, Wanderley, Pepín, Serafín.

10º Puesto   

G.- 17 Riga. 2ª 37 Salillas.

M.- Ettien, Descarga, Riga.

 

37.- C.D. Logroñés

89-90  (1ª): Islas; Cristóbal, Salva, J.C. Herrero, López Pérez; Martín, Quique Setién, Pedro; Alzamendi, Sarabia, Rosagro.

7º Puesto     

G.- 23 Salenko, 20 Quique Setién. 2ª 71 Manel.

M.- J.C. Herrero, Martín, Manel.

 

38.- S.D. Éibar.

04-05  (2ª): Iraizoz; Cifu, Manuel, Fagoaga, Moisés, Corredoira; Silva, Garitano, Kike Mateo; Llorente, Varela.

4º Puesto     

G.- 2ª 42 Luluaga, 28 Bixente, 26 Llorente.

M.- Artetxe, Garmendia, Bixente.

 

39.- Burgos C.F.

77-78  (1ª): J. Navarro; Gómez, Ruiz Igartúa, Rubiñán; García Navajas, Valdés; M. Navarro, Tarrés, Viteri, Chazarreta, Quini.

12º Puesto    

G.- 20 Valdés, 15 Viteri, 14 Requejo.

M.- Valdés, Gómez, Olalde.

 

40.- U. E. Lleida.

50-51  (1ª): Monserrat; Telechea, Valle, Esquerda; Carrillo, Ramón, Cerveró; Martínez, Pellicer, Bidegain, Fustero.

16º Puesto    

G.- 2ª 30 Josemi, 28 Salillas, 23 Roa.

M.- Rubio, Txema, Palau.

 

41.- C. Gimnàstic de Tarragona.

47-48  (1ª): Soro; Babot, Cobo; Català, Corró, Perdomo; Roig, Taltavull, Peralta, Juanete, Panadés.

7º Puesto     

G.- 20 Peralta, 19 Gallardo.

M.- Taltavull, Roig, A. Català.

 

42.- Xerez C.D.

08-09  (2ª): Chema; Francis, Aythami, Martí Crespí, Mendoza; Bergantiños, Moreno, Viqueira; Carlos Calvo, Bermejo, Momo.

1º Puesto    

G.- 36 Mena, 35 Calle, 23 Pedro Ríos.

M.- Moreno, Mendoza, Mena.

 

43.- Málaga C.F.

00-01  (1ª): Contreras; Rojas, Bravo, Roteta, Valcarce; Rufete, De los Santos, Movilla, Larrainzar; Darío Silva, Dely Valdés.

8º Puesto     

G.- 38 Dely Valdés, 36 Darío Silva, 29 Salva

M.- Valcarce, Fernando Sanz, Dely Valdés.

 

44.- C.D. Numancia de Soria.

99-00  (1ª): Álvaro Núñez; Belsué, Iván Rocha, Muñiz, Octavio; Castaño, Nagore, Jaume; Pacheta, Ojeda, Barbu.

17º Puesto    

G.- 17 Rubén Navarro. 2ª 29 Moreno.

M.- Nagore, Moreno, Octavio.

 

45.- Getafe C.F.

05-06  (1ª): Luis García; Pulido, Matellán, Belenguer, Pernía; Contra, Diego Rivas, Gavilán, Mario Cotelo; Riki, Güiza.

9º Puesto     

G.- 20 Güiza, Manu del Moral.

M.- Berenguer, Vivar Dorado, Casquero.

 

46.- Pontevedra C.F.

65-66  (1ª): Celdrán; Azcueta, Batalla, Cholo; Calleja, Vallejo; Fuertes, Martín-Esperanza, Ceresuela, Neme, Odriozola.

7º Puesto     

G.- 35 Neme, 27 Roldán, 17 José Jorge.

M.- Neme, Calleja, Martín-Esperanza.

 

 

47.- S.D. Compostela.

95-96  (1ª): Falagán; Villena, Bellido, Mauro, Nacho; José Ramón, Passi, Fabiano, Lekumberri; Christensen, Ohen.

10º Puesto    

G.- 48 Ohen, 32 Penev, 24 Christensen.

M.- Fabiano, Bellido, Ohen.

 

48.- Castilla C.F.

83-84  (2ª): Ochotorena; Juanito, Francis, José Manuel, Martín González; Blanco, Blanco Vila, Míchel; Sánchez Candil, Butragueño, De las Heras.

1º Puesto     

G.- 40 Paco, 33 Butragueño, 29 Julià.

M.- Paco, Míchel, Francis.

 

49.- Racing Club de Ferrol.

68-69  (2ª): Zumalabe; Aurre, Arturo, Carlos; Pascual, Ledo; Gringo, Juan, Germán, Roberto, Arroyo.

4º Puesto     

G.- 41 Germán, 25 Bermejo.

M.- Germán, Arroyo, Carlos.

 

50.- C.D. Leganés.

95-96  (2ª): Emilio; Óscar, Mesas, Barbero, Angelín; Gerardo, Alfredo, Belenguer, Javi López; Rodri, Miguel Ángel.

8º Puesto      

G.- 52 Miguel Ángel.

M.- Miguel Ángel, Óscar, Julián Ronda.




Evolución Reglamentaria; Publics Schools y Universidad de Cambridge

Las Publics Schools hicieron resurgir el antiguo  football, a mediados del siglo XIX; ello significó un paso elemental en su evolución.

Caso opuesto a lo que su nombre sugiere, las Publics Schools, son centros de enseñanza media, pero de clase alta, privados y costosos.

Integran este grupo, por año de creación: Westminster (1179, refundada en 1560), Winchester (1382), Eton (1440), St. Paul´s (1509) Shrewsbury (1552), Merchant   Taylors (1569), Rugby (1567), Charterhouse (1611) y Cheltenham (1841).

Cada una de estas escuelas o colegios tenía  distintas formas de football; las mismas variaban en el tamaño del campo de juego, cantidad de jugadores por bando, tamaño y forma del balón, etc. Otro concepto disímil era la forma de transportar el balón hacia la portería contraria: mientras Rugby y Cheltenham eran partidarios del uso de las manos, Eton y Harrow iniciaron el sistema de pases y regates, o sea con los pies.

Si bien hay antecedentes de fútbol colegial desde tiempos medievales, recién este se reglamentó en la década de 1840.

Fue Rugby – el colegio de la «ovalada»- el primero en hacerlo, en 1846. Derivaría más tarde en un deporte diferente, que lleva el nombre puntual de su lugar de origen.

Centros de «excelencia académica», según algunos, «bastiones de privilegio», según otros, las Publics Schools han cumplido un rol básico en el desarrollo del fútbol y otros deportes.

Los viejos footballs  originales aún se practican en algunos de ellos. Eton se destaca por tener dos distintos. Se llaman Eton Field Game  e Eton Wall Game.

Haciendo referencia sólo al legado recibido por nuestro football association, el aporte de los colegios fue importante, por ejemplo:

  • Eton 1766: un documento citó los «football fields» de este colegio; fue la primera referencia a campo o campos de juego. Primer antecedente del travesaño actual.
  • Cheltenham 18??: Primera noticia de la existencia del referee o árbitro.
  • Winchester c.1840: La tradición de usar uniformes diferentes; un grabado de este colegio mostró a dos equipos identificados con  jerseys rojos y azules.  

Cada escuela tenía su propia regla del Off  Side.

El problema «de la evolución futbolística» se produjo cuando los estudiantes pasaron a la universidad. ¿Cómo jugamos? El enfrentamiento intercolegial había sido escaso y una nueva etapa comenzaba.

Las primeras reglas»en conjunto» se dictaron en Cambridge (1846, 1848 y c.1856); sólo se conoce el texto de esta última, hallado en la biblioteca de Shrewsbury.

Estas son algunas de las reglas de este documento, que tiene once puntos:

4. El balón esta fuera cuando ha pasado la línea de las banderillas en cualquier lugar del campo, en cuyo caso deberá ser lanzado, de frente, hacia el mismo.

5. El balón está detrás cuando ha pasado la meta en cualquier lugar de la misma.

6. Cuando el balón está detrás de la meta deberá ser puesto en juego – por medio de un puntapié- desde el lugar donde salió del campo; ello se producirá a no más de diez pasos hacia el interior del citado lugar.

7. Gol es cuando el balón es pateado entre los postes y el cordel.

11. Cada partido se decidirá por mayoría de goles.

Este último concepto es la esencia misma del juego. En otras palabras: ganará el equipo que convierta más goles !!

El documento – refrendado por representantes de la Universidad, Eton, Harrow, Rugby y Shrewsbury- fue el punto de partida del fútbol moderno…    

 

                                                        oooo

Jorge Horacio Gallego

Buenos Aires

Socio del Centro de Investigación de la Historia del Fútbol (C.I.H.F.)

 

Fuentes:

Libros

  • Britain in Close-Up, David Mc Dowall (2000).
  • The Code War, Graham Williams, (1994).
  • The History of the Football Association. Geoffrey Green (1953).
  • The Mammoth Book of Sports and Games of the World, Noam Friedlander (2000).

Revista

  • Living Sport History. Nota: Football at Winchester, Eton and Harrow, Steven Bailey (1995).   

Página Web

  • British Public School Football Games-wikipedia



Los héroes de Homero y el deporte

Muchas de nuestras costumbres y actividades tienen precedentes en Grecia antigua. El fútbol no es una de ellas, pero sí el deporte en general, que ya se practicaba  en la época imprecisa en que se sitúan los acontecimientos que describen los poemas de Homero y que ya en ella presenta características similares a las que lo definen en nuestros días.

 

Actualmente la actividad deportiva es algo específico y que da fama y dinero a quien la practica; pero su eclosión data de apenas 50 o 60 años. Lejos quedan ya los tiempos en que la romántica pero equivocada concepción del olimpismo del Barón de Coubertin pretendió un alejamiento del deporte y el dinero, que dio lugar al llamado amateurismo marrón que floreció entre tenistas (vestidos, eso sí, como las novias, de blanco inmaculado), atletas y futbolistas de los llamados países del Este, que competían en los Campeonatos Mundiales y en los Juegos Olímpicos, reservados para los no profesionales. Probablemente excelentes deportistas como Jesse Owens, Abebe Bikila, Fred Perry, Stanley Mathews e incluso un profesional como Arnold Palmer ganaron mucho dinero, pero sin duda mucho menos que figuras actuales como Usain Bolt, Heile Gebresselasie, Roger Federer, David Beckham o Tiger Woods.

A ello han contribuido, entre otras causas, el desarrollo de la sociedad del ocio y el interés de los distintos gobiernos en promover y apoyar el deporte para contar con los mejores deportistas, de cuyos éxitos  se enorgullecen sus conciudadanos y dan -o así lo piensan los políticos- prestigio al país entero. Hay ejemplos recientes y cercanos: los éxitos de Miguel Induráin o las selecciones españolas de fútbol y baloncesto son una buena prueba de ello, y el apoyo estatal al deporte en los ya mentados países del Este durante la época de la guerra fría, otra. Todas las competiciones aportan, además del honor del triunfo, unos premios en dinero que, no obstante, suponen actualmente sólo una parte muy pequeña de las ganancias de los deportistas más famosos.

Otro tanto sucedió en Grecia. Allí el ejercicio físico, germen de la actividad deportiva, empezó siendo simplemente algo natural, destinado a fortalecer el cuerpo y, de paso, a quemar el exceso de energías de la juventud y a presumir ante los demás de la propia fuerza y habilidad. Dicha actividad exigía cierto sedentarismo y tranquilidad para participantes y organizadores y tenía su momento ideal en las fiestas locales, banquetes y sepelios, es decir, ocasiones asociadas con ritos sociales y religiosos. Por otra parte, mostraba una relación directa con la guerra, librada entonces cuerpo a cuerpo sobre todo, para la que servía de preparación, como se deduce del carácter de las pruebas atléticas más frecuentes, una asociación que no es apreciable en la actualidad, porque en las guerras actuales hay menos contacto entre los contendientes y armas mucho más eficaces que llaves, puñetazos, lanzas y flechas. Pero aparte de ese carácter bélico, en la Grecia antigua no falta, como veremos,  la práctica deportiva como mera distracción o, excepcionalmente, como medio para decidir sobre una cuestión difícil.

Igual que en la actualidad, los vencedores en las pruebas recibían una compensación material, aparte del propio honor del triunfo. Coubertín estaba, pues, equivocado: los atletas de antaño no competían sólo por una corona de laurel o de olivo. Es la reducción de las competiciones  deportivas a momentos más o menos apegados a la fiesta y al rito lo que, a mi entender, diferencia más la práctica del deporte en Grecia antigua y en nuestros tiempos, pues hoy en día los eventos deportivos se organizan con una independencia prácticamente total de cualquier ocasión más o menos ritualizada.

En Grecia es apreciable también el auge progresivo de la práctica del deporte y de su relación con el éxito personal y nacional. En fecha muy temprana (siglo VI a.C.) Jenófanes de Colofón se quejaba porque en su ciudad los atletas estuvieran mejor considerados que los poetas, y poco más tarde Píndaro de Tebas elevó a su más depurada  expresión el género de los Epinicios, unos poemas de lejano parecido con nuestras crónicas deportivas (pero de gran calidad literaria) que cantaba y bailaba un coro durante una espléndida fiesta organizada en la patria del vencedor para mayor gloria de ambos y que celebraba la victoria de aquél en alguno de los cuatro grandes Juegos Panhelénicos (los que se celebraban en Olimpia, Delfos, Nemea y Corinto), que a lo largo de cuatro años se distribuían de modo parecido a la secuencia de los actuales JJOO, Campeonatos Mundiales de Atletismo, Mundiales de Fútbol y Europeos de Fútbol. Aquellos Epinicios, que podían alcanzar una extensión considerable, sustituyeron al primitivo y sencillo grito ritual Ténela, ténela (una especie de ¡Ra, ra, ra!, cuya invención se atribuye a Arquíloco de Paros) que en sus comienzos saludaba las victorias, y su desarrollo constituye una prueba indiscutible de la importancia política y social de los triunfos atléticos.

 

Grecia y Homero forman una pareja muy sólida; de hecho, para los antiguos griegos nadie gozó de tanto prestigio como él (de quien, por cierto, nadie supo nunca nada preciso) y en él pueden encontrarse precedentes para casi todas las cosas que con el tiempo se convirtieron en señas de identidad de la cultura helénica. El deporte en sus diversas manifestaciones y en su relación con los distintos ámbitos que hemos mencionado es un buen ejemplo, y encontramos alusiones a él en los dos poemas que se le atribuyen, principalmente en la Ilíada, que se desarrolla en un escenario bastante estático, algo que no se da en la Odisea y que, como se ha dicho, favorece la organización y la práctica de las actividades deportivas.

En la Ilíada son frecuentes las referencias a la distancia que alcanza un tiro de jabalina o de piedra para señalar la que separa a dos personas o lugares (XXIII 523). Somos testigos también de la admiración que suscita un jinete que, a lomos de cuatro corceles, salta de uno a otro y lo hace por donde más gente, hombres y mujeres, puedan verlo (XV 679-684), lo mismo que hace Ayante el salaminio, saltando de almena en almena en defensa del muro que protege el campamento aqueo: habilidad deportiva y habilidad guerrera equiparadas. En otro momento (XI 699-702) Néstor dice que el rey de Élide se había quedado con un tronco de caballos que su padre Neleo había hecho competir (y ganar) por el premio de un trípode en una fiesta local. Igualmente se nos dice (II 773-775) que los mirmídones, alejados temporalmente de la lucha como Aquiles su jefe, entretenían su ocio lanzando el disco y tirando con arco. En la Odisea  hallamos el único ejemplo de utilización de una competición deportiva para dirimir un litigio. Se trata del famoso pasaje del canto XXI (vv. 69-422) que describe la prueba entre los pretendientes de Penélope y Ulises, que con ardides -¡cómo no: por eso Homero lo califica de astuto!- consigue que se le deje tomar parte en ella, aunque aparentemente es sólo un mendigo. En esa prueba los participantes han de conseguir primero tender el arco de Ulises y luego disparar una flecha con acierto, algo que sólo el falso mendigo Ulises conseguirá y que dará como resultado la recuperación de su esposa y la muerte de todos los pretendientes.

El banquete y los rituales fúnebres eran, como hemos dicho, los ámbitos más propios para la actividad deportiva y los momentos en que con más frecuencia se mencionan en asociación con ella en los dos poemas atribuidos a Homero.

Del banquete hallamos una breve referencia en la Ilíada (V 801-808), cuando se dice escuetamente que Tideo, embajador argivo en Tebas, probablemente después del banquete con el que debió de ser agasajado, superó a los tebanos en todas las competiciones que se organizaron. En la Odisea (VII 97-249) se describe la organización de unas pruebas atléticas tras el banquete. Tienen lugar en la corte de Alcínoo en Feacia, la isla a la que había llegado Ulíses náufrago. Para honrar al huésped y para presumir de la lozanía y el vigor de los mozos locales el rey organiza unas pruebas: lucha, pugilato, lanzamiento de disco, carrera y salto. Disputadas las pruebas por los jóvenes feacios, entre ellos los hijos de Alcínoo, éstos, con la inconsciencia de la juventud y no sabiendo cuán superior es Ulises, un héroe de primera fila, a ellos, unos simples paletos, provocan al ya maduro huésped que acaba por aceptar el reto. Sale entonces a la cancha  y, cogiendo un disco mucho más pesado que el que habían arrojado los mozos, sobrepasa sus marcas de largo. El episodio podría parangonarse con las hazañas del norteamericano Al Oerter, que fue campeón olímpico ininterrupidamente desde 1956 (Melbourne), hasta 1968 (Ciudad de Méjico), cuando rondaba la cuarentena, pasando por Roma (1960) y Tokio (1964), donde compitió maltrecho, con un vendaje protector desde la cintura hasta el hombro. Tras su demostración, Ulises presume de que podría mostrar la misma superioridad en las otras pruebas salvo, si acaso, en la carrera, por las malas condiciones en que le había dejado su agitado viaje; sin embargo Alcínoo detuvo la posible demostración e instó a todos los feacios a agasajar a Ulises con sus regalos. No consta que Avery Brundage, Presidente por aquellos años del COI, hiciera otro tanto con Oerter, pero éste ya no volvió a competir en los Juegos.

La presencia de competiciones deportivas como parte de las honras fúnebres ofrecidas a muertos de importancia, aunque circunscrita exclusivamente a la Ilíada, es la  que con más detalle hallamos en los poemas de Homero. Más de 600 versos del canto XXIII, desde el 257 al 894, dos antes de que acabe el canto, describen las pruebas que organizó Aquiles en honor de Patroclo, unos Juegos Funerarios que organizaría tiempo después, a imitación de éstos, Alejandro Magno en honor de Hefestión. Se trata de una descripción magnificamente organizada, en la que el poeta da pruebas de dominar la técnica narrativa: baste señalar que un personaje, Néstor, (vv. 629-45, dentro del relato de los Juegos Fúnebres de Patroclo) cuenta su intervención de juventud en un certamen funerario: un relato dentro de otro relato sobre el mismo tema.

Homero explica que tras el llanto y el banquete, Aquiles, después de anunciar no sin soberbia que él no competirá en ninguna prueba porque las ganaría todas (la modestia no era una virtud entre los héroes homéricos), convocó a la hueste, delimitó un recinto para las competiciones y expuso los premios que obtendrían los participantes -que había recompensa para todos- en las diversas pruebas. El poeta menciona calderos, trípodes, caballos, mulas bueyes, mujeres (hábiles obreras, se dice, dotadas seguramente de otras prendas más visibles, se supone) y pedazos de hierro, galardones a los que en el curso del relato se suman copas de distintos metales preciosos, determinadas armas y premios en metálico; recompensas de utilidad directa para los vencedores, cuyo valor relativo permite apreciar qué pruebas gozaban de mayor prestigio.

Todas las descripciones muestran una imagen muy realista, de gran vivacidad y con mucho dominio de la técnica narrativa; se añaden además con frecuencia anécdotas y detalles llenos de humanidad y de humor. La narración de algunas pruebas es breve.

– Así sucede con la competición de tiro con jabalina (vv. 884-894). De hecho, Aquiles la resuelve sin que se dispute, otorgándole a dedo el primer premio, una lanza de bronce, a Agamenón, en lo que parece tanto un tributo a su reconocida habilidad, como, sobre todo, un homenaje al jefe supremo y la expresión de la completa reconciliación entre ambos tras el altercado por Briseida, que apartó a Aquiles de la lucha.

– Tampoco se detiene mucho el poeta (vv. 793-825) en la lucha con armas hasta la primera sangre entre Diomedes y Ayante el salaminio con las armas de Sarpedón, a quien había matado Patroclo, como premio: temerosos por la integridad de sus paladines, los aqueos suspenden el combate cuando parece inminente que Diomedes va a herir a Ayante, una situación que recuerda el K.O. técnico que proclama el árbitro de un combate de boxeo para evitar un castigo innecesario al púgil que ya está groggy.

– Otro tanto cabe decir de la prueba de lanzamiento de disco -en realidad lanzan  un bloque de hierro, que es el premio de la prueba- en los vv. 826-849, en la que, pese a su brevedad, el poeta tiene tiempo para comentar que el lanzamiento de Epeo provocó la risa de los espectadores (quizá por la escasa distancia alcanzada: también en los recientes Campeonatos Europeos de baloncesto en Polonia los espectadores se tomaron a guasa el primer día los fallos en el lanzamiento de tiros libres por parte de Pau Gasol, elegido Mejor Jugador del Torneo al final del mismo) y dice que, como Ulises entre los feacios, el tiro de Polipetes, el ganador, llegó mucho más lejos que el de los demás.

– Por último hemos de mencionar la referencia al pugilato (vv. 651-99) como competición de relato poco extenso, pero en la que el poeta también se complace en una descripción realista y llena de vida. El pobre Euríalo se ve forzado a hacerle frente a Epeo, que, plenamente seguro de su superioridad, invita a salir a la palestra a quien quiera llevarse el segundo premio. Las bravatas de Epeo, que era el indiscutible favorito y que, en efecto, obtuvo rápidamente la victoria, recuerdan las de tantos púgiles modernos, por ejemplo, las de Cassius Clay (ése era entonces su nombre y yo nunca lo llamé de otra manera) antes de sus combates contra Sonny Liston, «el Oso Feo», en 1964, cuando obtuvo el campeonato, y en1965 cuando volvió a ganarle en la revancha con un golpe que nadie vio. Clay, a diferencia de Epeo, no era el favorito (se llegó a decir que superaba a Liston sólo en su capacidad para leer un diccionario); pero quizá consiguió minar la moral de aquél o hacerle sentir tanta rabia  que acabó derrotándolo.

La descripción de la lucha cuerpo a cuerpo (antecedente de la moderna lucha greco-romana e incluso de la lucha libre americana y el Wrestling) entre Ulises y Ayante el salaminio (vv. 700-737), la de la carrera pedestre entre el joven Antíloco y los más maduros Ulises y el locro Ayante (vv. 740-792) y la de tiro con arco (vv. 850-883) entre Teucro y Meriones son de extensión algo mayor, lo que permite exponer con gran realismo los avatares de la competición y aportar alguna que otra pincelada humorística.

– Los premios de la prueba de lucha son un trípode, cuyo valor tasaron los aqueos en 12 bueyes, para el triunfador y una mujer, tasada en 4: valiosa sí, pero segundo premio de una prueba de importancia relativamente menor. Los competidores pertenecen al nivel más alto de los héroes aqueos y si Ayante es fuerte, Ulises es astuto y conoce todos los trucos y artimañas, como tantos luchadores marrulleros de la actualidad: cualquiera que haya asistido a un combate de lucha libre o de Wrestling sabe a qué me refiero. El combate se prolonga y los espectadores empiezan a aburrirse, así que Ayante le dice a Ulises, tratando de poner fin a la pugna, «levántame o te levanto yo»; pero ni siquiera así se decide el combate que, aunque no fuera ésa la voluntad de los contendientes, terminó con el mismo aburrido 0-0 que refleja la incapacidad de dos equipos de fútbol para imponerse uno sobre otro.

– La anécdota graciosa se produce en la carrera pedestre. Antíloco es el más joven, pero sus rivales, Ulises y, sobre todo, Ayante el locro, son más rápidos. El triunfo se lo disputan esos dos y Ayante lleva las de ganar; pero Ulises invoca a la diosa Atenea, su protectora, y ésta hace que aquél tropiece, con la consiguiente rechifla de los circunstantes, y se dé de bruces con el suelo, llenándose la boca de las bostas de los asustados bueyes sacrificados ante la pira de Patroclo. La situación ofrece manifiestas similitudes con algunas pruebas de igual naturaleza disputadas en la actualidad: la ayuda de Atenea es tan eficaz como una sobrecarga de EPO; mayor aún porque aunque fuera detectable no estaba penalizada (así que cualquier triunfo obtenido por ese medio era válido, no como los de Ben Johnson, el gran rival de Carl Lewis, ganador dopado y desposeído de sus récords y medallas), así que Ulises se llevó tranquilamente el primer premio. En cuanto al tropezón y posterior caída del inminente triunfador podrían aducirse numerosos ejemplos. Entre ellos, el que seguramente privó de la medalla de oro de los 3000m. a la norteamericana Mary Decker en los JJOO de Los Ángeles (1984) en beneficio de la rumana Maricica Puica: Decker, que además de ser una mujer muy atractiva (de cierto parecido con Jane Fonda) corría en casa, era clara favorita: el año anterior, en Helsinki, se había proclamado campeona mundial de 1500 y 3000m; pero a vuelta y media del final de la carrera de Los Ángeles tropezó con la surafricana Zola Budd, que la precedía, y dio con sus huesos en el suelo. ¡Menos mal que, para su consuelo, al menos por allí no había sido sacrificado previamente ningún buey!

– La prueba de tiro con arco consistió en acertar a una paloma situada en lo alto del mástil de una nave, sujeta a él mediante un cordel. Teucro, el arquero más diestro, omitió elevar su plegaria a Apolo y le dio al cordel, liberando a la paloma, la cual sin embargo cayó inmediatamente, abatida por un flechazo de Meriones, que sí le imprecó  al dios. Así pues, Teucro fracasó por no ser suficientemente humilde con los seres superiores. En el montañismo actual, todos los escaladores que pretenden coronar el Annapurna (la Diosa de la Abundancia, de las Cosechas), el más peligroso de los ochomiles del Himalaya, hacen la pantomima de cumplir con La Puja para solicitar el permiso de la Diosa para acceder a la cumbre. Se trata de una ceremonia budista que no garantiza en absoluto el éxito de la ascensión, pero cuya omisión asegura el fracaso, según la leyenda. Pero peor aún fue la desconsideración, automáticamente castigada, en la que incurrió el Dr. Alfonso Cabezas cuando se atrevió a criticar públicamente a los árbitros, lo que le costó al club que presidía, el Atlético de Madrid, perder una Liga que tenía casi en el bolsillo: fue en la temporada 1980-1981 y sucedió que el colegiado que arbitraba el partido de los colchoneros contra el Zaragoza, el Sr. Álvarez Margüenda, permitió que el defensa zaragocista Casajús se hartara de dar patadas impunemente; ello soliviantó a Cabezas, que puso el grito en el cielo y arremetió contra los árbitros. El Atlético terminó tercero, precedido por la Real Sociedad, campeona por primera vez, y el Real Madrid.

La carrera de carros tirados por cuatro caballos -la prueba más prestigiosa en los juegos de la Antigüedad, precedente remoto de nuestras carreras de Fórmula 1- es la que se relata en primer lugar dentro de este canto XXIII y la que más extensión, acorde con su importancia, alcanza (vv. 262-533). Los premios para los cinco contendientes son también de máxima categoría: el vencedor se llevará un trípode y una mujer. Nada se dice de su valor ni del porqué del mismo: piense cada cual lo que quiera; pero que sea parte del premio principal en la prueba más importante demuestra inequívocamente que ésta era muy superior a la mujer que fue segundo premio en el pugilato.

El relato de Homero es muy extenso, así que no haré más que insistir en las similitudes entre esa prueba y su paralelo actual. Como en nuestras carreras de Formula 1, en la parrilla hay candidatos al triunfo (Eumelo y Diomedes), cocheros que disputarán los puntos (Antíloco y Menelao) y un simple comparsa (Meriones), de quien podríamos decir que conducía un Brawn (los antiguos Honda) antes de que se instalaran en esos bólidos los dobles difusores frente a los Ferrari o McLaren de los favoritos y los Renault o BMW de los secundarios. El poeta se despreocupa por completo de Meriones, que si llega cuarto es sólo por el accidente de uno de los favoritos, y describe la competición en dos escenas, las que afectan a las dos parejas de competidores restantes.

Diomedes gana la carrera gracias a la ayuda de Atenea, que contrarresta con toda energía la que Apolo le estaba prestando a Eumelo en perjuicio de aquél. La diosa hace que el carro de Eumelo sufra un accidente tras el que se escapan sueltas sus yeguas y él habrá de entrar en meta en último lugar tirando de su carro. Aquí la ayuda  divina en favor de un competidor sobrepasa a la que hace poco equiparábamos con el dopaje al mencionar la ayuda de la misma Atenea a Ulises en la carrera pedestre; aquí la intervención es absolutamente directa, un acto de sabotaje al rival, como el que algunos sospecharon que fue responsable de que en el GP de Hungaroring (2007) quedara floja la tuerca de una rueda del bólido de Fernando Alonso, que no pudo concluir la carrera con sólo tres ruedas. Intervencionismo puro, como cuando un árbitro decide el triunfo de un equipo determinado mediante la anulación de un gol legal al equipo contrario o la concesión de un penalti inexistente al que aparentemente desea favorecer.

La carrera por los puntos se decide gracias a la táctica que utiliza Antíloco, cuyos caballos eran muy inferiores, para no quedar el último. Néstor, su padre (y jefe de la Escudería, podríamos decir), le aconseja cortar el paso sea como sea a su rival más cercano en un punto donde se estrecha la pista: si sale de allí por delante -le dice- nadie le podrá alcanzar. Así lo hace Antíloco y, llegado al punto señalado, Menelao ve cómo aquél le cierra el paso girando su carro hacia el interior temerariamente para ponerle los caballos por delante. La maniobra le obliga a retener a los suyos para evitar el choque y ya no puede recuperar el terreno perdido, un caso claro de conducción temeraria por la que Menelao presenta una reclamación al llegar a la meta. Los paralelismos con nuestras carreras son evidentes: por una parte, la maniobra peligrosa con la consiguiente reclamación ante los comisarios y la imposibilidad de Menelao, cuya cuadriga sin duda no disponía del kers, de recuperar el terreno perdido; por otra, la intervención de Néstor, cuyos consejos recuerdan inevitablemente los que, según se ha demostrado, dio Flavio Briatore a Nelsinho Piquet para que provocara un accidente en la carrera de Singapur (2008) que obligó  a salir a pista al coche de seguridad y que a la postre permitió el triunfo de Fernando Alonso, cuyas posibilidades de victoria habrían sido nulas sin la susodicha maniobra. La diferencia entre las consecuencias de tan similar acción para uno y otro estratega es que Néstor siguió siendo un hombre respetado entre los aqueos y en cambio a Briatore -y al ingeniero Pat Symonds- los ha castigado la FIA con la inhabilitación a perpetuidad; las semejanzas, que tanto Antíloco como Alonso salieron del trance libres de toda culpa.

 

Terminamos ya el repaso de los poemas de Homero en busca de referencias a la práctica deportiva insistiendo en lo dicho desde el principio: que existe y que, aunque cabe encontrar diferencias notables entre aquellos tiempos y los nuestros, particularmente en la relación de entonces con la guerra y el rito, que no se dan en la actualidad, son igualmente notables -y acaso mayores- las semejanzas en el hecho en sí y en la limpieza o en las prácticas fraudulentas y arteras con que los deportistas de entonces y de ahora han buscado siempre el triunfo.

 

Algunas referencias

Para los poemas de Homero son especialmente recomendables las traducciones  de E. Crespo, Homero.Ilíada (RBA) y C. García Gual Homero.Odisea (Alianza). La bibliografía sobre el deporte en la antigua Grecia es muy abundante; menciono unos pocos trabajos en castellano: F. García Romero, Los Juegos Olímpicos y el deporte en Grecia, Sabadell 1992; M. Morillas, «El nacimiento de las Olimpiadas», en págs. 41-61 de C. López y D. Plácido (eds.), Momentos estelares del mundo antiguo, Madrid 1998; F. Morillo, «Los Juegos Olímpicos, un invento moderno con 3000 años de historia», en págs. 58-60 de El impertinente, Madrid 2000; F. García Romero y B. Hernández García (eds.), In corpore sano. El deporte en la Antigüedad y la creación del moderno olimpismo, Madrid 2005.




La Copa de 1902

Ha pasado ya más de un siglo del acontecimiento y vuelve a ser noticia. La directiva del Athletic Club decidió incluir la Copa de 1902 en la camiseta oficial de su club en la final del Campeonato de España-Copa de SM El Rey de 2009, para computarla como si se hubiese tratado de la primera edición de esta competición. La RFEF ya había manifestado que no la reconocía y por tanto no la incluía en el palmerés del torneo.

Este hecho manifiesta una vez más que los acontecimientos sucedidos hace más o menos 100 años están dando juego y que a falta de una investigación seria y profunda, los interesados manejan y mueven los datos según les convenga. ¿Acaso el Athletic Club o la RFEF se han molestado por divulgar una versión plena y extensa de lo que fue realmente la Copa de 1902? ¿Cuál de las dos partes tiene razón?

Vamos a adentrarnos en una historia realmente apasionante, donde los protagonistas se implicaron de tal manera que los hechos han merecido convertirse en la leyenda. Y como tal leyenda, la épica ha ido ocultando la verdad. Por eso, hay quien la considera el primer Campeonato de España de la Historia, por eso, hay quien la considera una competición amistosa, según aplique leyenda o rigor histórico.

LA ORGANIZACIÓN

En 1900 en el seno de la sociedad madrileña Sky FC se produjo una escisión encabezada por Julián Palacios. Estos disidentes fueron el embrión anterior a la constitución ofical del Madrid FC. Ellos se encargaron de mantener la divulgación del fútbol por Madrid. Sin emabrgo, hasta que Juan Padrós no entra en acción la línea que sigue el deporte en Madrid es prácticamente anecdótica.

Juan Padrós entró en escena en 1902. Tenía una gran necesidad de oficializar todos los movimientos, como consciente de que la historia más tarde se lo iba a exigir. Intuyó que las fiestas por la Jura de Alfonso XIII podrían ser un buen respaldo para potenciar el fútbol tanto en Madrid como en España -estaba claro que tenía pleno conocimiento de la práctica del fútbol en Barcelona y Bilbao, se supone que a través de las publicaciones de la época-. Si quería ser escuchado oficialmente, debía representar a una sociedad oficialmente constituida.

Así se agilizaron los hechos: el 6 de marzo asume Juan Padrós la presidencia del Madrid FC con el objetivo de constituir legalmente la sociedad que habría de solicitar la organización del Concurso al Ayuntamiento de Madrid.

Los documentos oficiales se presentaron el 18 de abril y el 22 del mismo mes se declara oficialmente constituida la sociedad Madrid FC regida por la presidencia de Juan Padrós.

Juan Padrós, flamante presidente de la sociedad puso toda su ilusión en organizar un «concurso de fútbol» aprovechando las fiestas de mayo de la capital madrileña, que en esta ocasión coincidían con un acontecimiento histórico: la Jura de la Constitución Española de Alfonso XIII al alcanzar la mayoría de edad.

En efecto, España se produjo una extraña situación tras el fallecimiento de Alfonso XII, pues el príncipe heredero todavía no había nacido. Nombrada regenta la reina, ésta cumplió con las funciones propias de la monarquía. El 17 de mayo de 1886 dio a luz a Alfonso, rey de España desde el mismo momento en que nació. Pero para que Alfonso pudiese gobernar propiamente antes debía cumplir la mayoría de edad constitucional, que en su caso sería, por decisión del Congreso, al cumplir los 16 años. El protocolo exigía que el rey jurase la Constitución y así se dispuso para el mismo día del cumpleaños real. Madrid se engalanó de luces y visitantes y todos los periódicos reflejaron el histórico acontecimiento. El acto de la jura equivalía a la ceremonia de la coronación de otras monarquías, de ahí que muchos titularon el episodio como fiestas de la coronación de Alfonso XIII.

Las negociaciones fueron avanzando rápido pues el «Concurso» debía estar totalmente regulado para las fechas previstas. Tenían poco más que mes y medio para organizarlo y tener el equipo preparado para competir con dignidad.

La alcaldía de Madrid recibió la propuesta de Padrós con agrado. El propio alcalde, don Alberto Aguilera apoyó directamente la organización del evento. El concurso quedó incluido dentro de los actos y festejos, pero la sociedad Madrid FC debería encargarse de todos los pormenores de la organización: redacción de las bases, búsqueda de un trofeo, invitación de los participantes, acondicinamiento del campo… mil cosas en una época en que todo se hacía por telégrafo. No cabe duda que sin la inestimable colaboración de la joven publicación de la época El Heraldo del Sport de Madrid, la difusión y expectación del torneo no hubiese sido la misma.

Pronto se hicieron públicas las bases del «Concurso de Football Asociación», cuyo premio consistía en una Copa de plata cedida por el Excmo. Ayuntamiento de Madrid:

BASES DEL CONCURSO DE FOOTBAL ORGANIZADO POR EL MADRID FC

1ª Podrán tomar parte, en este Concurso, todas las Sociedades españolas de Football Asociación, inscribiéndose hasta el 1º Mayo para lo cual podrán dirigirse al Presidente de la Sociedad «Madrid F.C.», calle de Alcalá, 48, Madrid.

2ª Al inscribirse la Sociedad, presentará la lista del equipo con un númeri ilimitado de suplentes.

3ª El premio quedará propiedad legítima de la Sociedad que lo obtenga.

4ª Se jugará por series, sorteándose los equipos dos á dos, y por este procedimiento será vencedor el que gane la última serie.

5ª En caso de empate, el juez árbitro podrá prolongar al partido por tiempos de 15 minutos.

6ª Los partidos se jugarán con cualquier tiempo, si no hay acuerdo en contra por parte de los capitanes respectivos.

7ª Los jueces se nombrarán de común acuerdo entre los capitanes de los equipos litigantes. En caso de que éstos no lleguen á un común acuerdo, será el Jurado el que lo haga. El juez árbitro, tendrá obligación de dar cuenta al Jurado, en acta firmada por él y los dos capitanes respectivos, y no se aceptará ninguna reclamación pasadas las 48 horas.

8ª Diferencias y reclamaciones de cualquier índole, tienen que hacerse por escrito al Jurado, que se reserva el derecho de reoslver.

Las bases son publicadas en las distintas revistas deportivas que existían en la época. Sabemos que el mismo Juan Padrós envió copia a los clubs barceloneses que estaban disputando la Copa Macaya.

Mientras, el club obtiene del excelentísimo señor alcalde el trofeo de plata que recibe los últimos retoques en los prestigiosos talleres del señor Marabini, encargado de su confección.

¡Y el hipódormo como terreno de juego! El Duque de Sesto, como presidente de la Sociedad de Fomento de la Cría Caballar consiguió de La Sociedad de Carreras y Polo y del Ministerio de Agricultura la cesión del Hipódromo. Se encontraron a falta de pocas fechas con un espacio bien situado y comunicado, en la Castellana -en el enclave que hoy se conoce como Nuevos Ministerios-, pero no con las mejores condiciones. El recinto tenía dos tribunas a un lado y frente a ellas estaba la entrada general para el público mayoritario. El contorno o cuerda del óvalo central medía 1400 metros, lo que dejaba unas dimensiones para la práctica del fútbol de 110m x 90m. Los jugadores se quejarían de un terreno tan ancho. El centro de la pista, romo en cuanto hierba, era fecundo por el estiércol de las cuadras. Hubo que emplearse a fondo para limpiarlo y, además, se empezaron a preparar inyecciones contra el tétanos. Los agoreros, los que estaban en contra de este sport, en seguida predicaron su versión: «Estos chicos se juegan la vida».

Ya estaba todo preparado. Con fecha de dos de mayo los participantes inscritos eran:

De Madrid: Madrid FC y New FC.

De Barcelona: FC Barcelona y Club Español de Football.

De Bilbao: Vizcaya

También llegó la nota del Universitari SC de Barcelona excusando su ausencia por las fechas que coincidían plenamente con los exámenes finales y afectaba a la totalidad de su plantilla compuesta de estudiantes.

ASÍ LLEGARON LOS EQUIPOS

EN MADRID

Los equipos madrileños se presentaron muy mal preparados para el torneo. A lo largo de su historia se habían limitado a jugar partidillos entre sus propios miembros, sin concertar encuentros con otros rivales. Es un tanto curioso, tanto Madrid FC como New FC practicaban el football como una diversión sin ánimo de competición.

Finalmente, cuando en torneo ya estaba totalmente dispuesto, ambos presidentes, Juan Padrós y Ángel Mayora concertaron un partido amistoso. Éste iba a ser el primer partido más o menos serio de la historia del Madrid FC. Aprovecharon la festividad del 2 de mayo para medir sus fuerzas y prepararse para el Concurso.

MADRID FC – NEW FC 1-1 HIPÓDROMO (1000) 02.05.1902

Arb: Juan Padrós. Goles: 0-1Vallarino. 1-1 Sáinz de los Terreros.

Madrid FC: Meléndez, M Spottorno, Stanffer; Mendía, Góngora, Lorenzo; Terreros, Revuelta, Cárdenas, J Palacios y Varela.

New FC: López Amor; J Aragón, Bisbal; J Pérez, Vidal, Piñana; V Pérez, Hodans, Vallarino, Garrido y Díaz

El resultado final demuestra lo igualadas que estuvieron las fuerzas. En la primera parte marcó Vallarino del New FC y en la segunda parte Sáinz de los Terreros consiguió el empate definitivo. Arbitró Juan Padrós.

No cabe duda de que ambos equipos demostraron estar muy poco fogueados y no ofrecían serias garantías ante los rivales que habían anunciado su presencia.

Lo mejor fue la asistencia de público, que acudió en torno a las 1000 personas.

EN BILBAO

La llamada de la competición de Madrid llega cuando actividad futbolística en Bilbao abre sus lazos internacionales. Conviven y de muy buenas maneras dos clubs: Athletic Club y Bilbao FC.

Ricardo Ugalde logra concertar a principios de la primavera de 1902 dos partidos amistosos con los vecinos franceses de Burdeos. Uno de los clubs de la localidad, el Burdigalia, miembro de la USFSA, es el rival.

Para esta doble confrontación internacional los bilbaínos deciden aunar sus equipos en un combinado que se presenta bajo el nombre de Vizcaya. El equipo obtiene dos importantes victorias que merecen el calificativo de «mejor equipo de España» según el cronista de L’Auto-Vélo.

No cabe duda de que este combinado bilbaíno tenía un buen potencial, pues en él se alinearon jugadores con mucha experiencia deportiva: Alejandro de la Sota había jugado en Plymouth, Pedro de Larrañaga en Newcastle y su gran figura, Juan de Astorquia había jugado durante 4 años en Inglaterra. Además contaban en sus filas con varios jugadores ingleses.

BURDIGALIA BORDEAUX – VIZCAYA BILBAO 0-2 BURDEOS 12.03.1902

Arb: ¿. Goles: 0-1 (10′) R Silva. 0-2 (40′) Evans.

Burdigalia: Kuhn; Boyer, Valade; Sudrean, Sarrailh, Paillère; Cornali, Cailhol, Sergenton, Giraud, Cabanol.

Vizcaya Bilbao: Luis Arana (Bilbao FC); Enrique Careaga (Bilbao FC), Ricardo Ugalde (Bilbao FC); Pablo Arana (Bilbao FC), Pedro de Larrañaga(Athletic Club), Alfonso Arana (Bilbao FC); Lewich (Bilbao FC/Inglaterra), Alejandro de la Sota (Athletic Club), Juan de Astorquia (Athletic Club), Luis Silva (Athletic Club), Walter Evans (Bilbao FC/Inglaterra).

VIZCAYA BILBAO – BURDIGALIA BORDEAUX 7-0 BILBAO: 31.04.1902

Árbitro: Mr. Raine. Goles: Astorquia 3, Dyer 4.

Vizcaya: Luis Arana (Bilbao FC); Pedro de Larrañaga (Athletic Club), Alfredo Mills (Athletic Club/Inglaterra); Amador Arana (Bilbao FC), Gregorio Eguren (Athletic Club), Luis Silva (Athletic Club); Walter Evans (Bilbao FC/Inglaterra), Ramón Silva (Athletic Club), L Dyer (Bilbao FC/Inglaterra), Juan de Astorquia (Athletic Club), Enrique Goiri (Athletic Club).

Burdigalia: Kuhn; Ricaud, Mendes; Payres, Paillère, Dumas; Sudrean, Giraud, Guillochean, Krauss, Rabol.

El éxito ante el Burdigalia es total y llena de confianza a los bilbaínos. Cuando reciben la invitación desde Madrid no dan un respuesta convincente de su presencia. Parece ser que el Athletic Club sí está por la labor, pero no tiene todas las garantías. Finalmente, y respaldados por sus dos victorias, deciden rehacer el combinado y se inscriben como Vizcaya. En algunos medios les citaban como Vizcaya-Athletic.

Una vez en Madrid, la expedición bilbaína decide entrenar en el Hipódormo para tomar contacto con el terreno. Celebra un partidillo donde en choque fortuito los hermanos Silva se lesionan. Ramón tiene una herida en la lengua y no puede jugar el primer partido. Este entrenamiento y la lesión del jugador reaparecerán a la hora de relatar las incidencias del torneo.

EN BARCELONA

El FC Barcelona se acababa de proclamar campeón de la Copa Macaya -en aquellos años los torneos se denominaban en función al premio que se disputaba: copa, medalla… y no como hacemos ahora, por sistema de juego: liga, copa-. Era la competición más importante de la ciudad.

  COPA MACAYA 1 2 3 4 5 J G E P F C P
1 FC BARCELONA   1-0 7-0 8-0 15-0 8 8 0 0 60 2 16
2 HISPANIA AC Barcelona 2-4   3-0 5-1 6-0 8 6 0 2 30 7 12
3 CLUB ESPAÑOL DE FOOTBALL Barcelona 0-4 1-2   3-2 2-0 8 3 1 4 11 20 7
4 UNIVERSITARI SC Barcelona 0-9 0-3 3-3   4-2 8 1 2 5 8 33 4
5 CATALÀ SC Barcelona 0-12 0-9 1-2 0-0   8 0 1 7 3 50 1

Había apabullado a sus rivales con resultados de escándalo. En su línea delantera figuraban John Parsons (inglés), Hans Gamper (suizo), Udo Steinberg (alemán), Joaquín C García (español que había jugado en Plymouth) y Gustavo Green (malagueño de nacimiento y de nacionalidad inglesa).

La reacción en Barcelona cuando L’Auto-Vélo afirmó que el Vizcaya era el mejor equipo de España y los bilbaínos asentían fue de aceptar el reto. La invitación para jugar el concurso de Madrid les vino del cielo, porque estaban dispuestos a buscar fechas para montar un desplazamiento a Bilbao y a su vez recibir a sus rivales posteriormente en Barcelona. No les hizo falta.

El problema para el FC Barcelona fue organizar el viaje a Madrid. No pudo contar con todos sus jugadores de la primera plantilla y tuvo que incluir en la expedición a miembros del segundo equipo como Luis Puelles, José Llobet y Alfonso Albéniz, aunque éste ya había disputado varios partidos con los mejores.

No satisfecho con el número de jugadores que podía desplazar, solicitó el refuerzo de los tres Morris del Hispania AC, equipo que no iba a jugar. De esta manera los ingleses Samuel (portero que tenía ya 35 años), James y Henry Morris reforzaron al FC Barcelona.

Estos jugadores eran muy conocidos en Barcelona pues pertenecen al grupo de históricos que introdujeron el fútbol allá por el año 1894, cuando una «Sociedad de Foot Ball» de Barcelona disputaba partidos contra el Torrelló FC. En esos partidos también se pudo ver a los hermanos Parsons, John y Williams, y al suizo Udo Steinberg, co-fundadores del FC Barcelona.

La expedición del FC Barcelona constó de 18 socios: Castellví, Pamies, S Morris, Meyer, J Morris, Gamper, H Morris, Llobet, Witty, Terradas, Parsons, Valdés, Steinberg, Albéniz, O Maier, P Haas, Montañés y Chown. En la relación oficial no se cita a Luis Puelles, que sin embargo, jugó de portero en el primer partido en lugar de Samuel Morris.

Por su parte, el Club Español de Football, en un esfuerzo de su plantilla, consiguió reunir casi a todos sus titulares, salvo dos y se presentó con once jugadores a la cita madrileña porque la consideró histórica. Hay que resaltar que el Club Español de Football eligió ese nombre en oposición al FC Barcelona, pues en sus filas sólo contaba con jugadores de nacionalidad española frente a la plantilla plurinacional barcelonista.

Desde Barcelona se señala que los dos clubs se llevaron a Madrid «4 nuevas y magníficas pelotas Valdés-Swift (golondrina dorada), que sin duda habrán llamado la atención de los aficionados».

Pudo haber un tercer equipo barcelonés, el Universitari SC, pero como ya hemos señalado, las fechas no eran las idóneas para el equipo estudiantil. Los exámenes finales retenían a sus jugadores y les era imposible desplazarse con un mínimo de garantías.

Y ASÍ FUE EL TORNEO

Así comenta el ambiente general del Concurso el semanario Los Deportes de Barcelona en su número 19 del 18 de mayo de 1902:

«El Hipódormo de la Castellana presentaba el martes por la mañana un magnífico aspecto, llenando toda la circunferencia de la pista triple fila de sillas completamente ocupadas de espectadores, predominando las señoras en número considerable. En el resto de la pista se notaban jinetes y carruajes en regular número. Asegúrase que la concurrencia que acudió a presenciar los partidos de football, superó en gran cantidad a la que asistió al Concurso Hípico. Reinaba gran expectación por ser muchos los que no conocían dicho juego. Los clubs presentados eran «Madrid» y «New» de la corte, bando «Vizcaya» de Bilbao y «Barcelona» y «Español» de la ciudad condal. Los favoritos y de los que se esperaba la mejor y definitiva lucha eran el de Bilbao y el «Barcelona». El juego gustó, aplaudiéndose los tantos y buenas jugadas; los vencedores fueron vitoreados, pasándose las sesiones muy divertidas.»

Como se relata, el ambiente era espectacular. Las entradas fueron distribuidas por invitación entre los miembros del Madrid FC a través de sus socios. El New FC también recibió un buen número de entradas. Para la final hubo tal demanda de entradas que incluso hay testimonios que aseguran que tuvieron precio: 0’25 pts las de grada y 0’10 pts la general.

Por sorteo se decide el orden de los partidos.

PRIMERA ELIMINATORIA CONCURSO MADRID 1902

VIZCAYA BILBAO – CLUB ESPAÑOL (BARCELONA) 5-1 MADRID: HIPÓDROMO (2500) 13.05.1902

Arb: Samuel Morris (FC Barcelona). 0-1 (¿?’) Ponz. 1-1 (¿?’) Evans. Y Luego Evans 2, Dyer, Astorquia.

Vizcaya Bilbao: Luis Arana (Bilbao FC); Pedro de Larrañaga (Athletic Club), José Arana (Bilbao FC); Enrique Goiri (Athletic Club), Ricardo Ugalde (Bilbao FC), Luis Silva (Athletic Club); Alejandro De La Sota (Athletic Club), Juan De Astorquia -capitán- (Athletic Club), L Dyer (Bilbao FC/Inglaterra), Cazeaux (Bilbao FC/Inglaterra), Walter Evans (Bilbao FC/Inglaterra).

Club Español de Football (Barcelona): Julián Mora; José María Soler, Joaquín Carril -capitán-; Guillermo Galiardo, Ignacio Aracil, Arturo Galiardo; Raimundo Ruiz, Ángel Ponz, Enrique Montells, G Peña, Santiago Méndez.

FC BARCELONA – MADRID FC 3-1 MADRID: HIPÓDROMO (2500) 13.05.1902

Arb: Luis Arana (Vizcaya). 1-0 (¿?’) Steinberg. 2-0 (¿?’) Steinberg. 2-1 (¿?’) Johnson. 3-1 (¿?’) H Morris de p.

FC Barcelona: Luis Puelles; José Llobet, Arthur Witty -capitán- (Inglaterra); Bartolomé Terradas, George Meyer (Suiza), Miguel Valdés; John Parsons (Inglaterra), Hans Gamper (Suiza), Henry Morris (Hispania AC/Inglaterra), Udo Steinberg (Alemania), Alfonso Albéniz.

Madrid FC: Juan Sevilla; Rafael Molera, Mario Giralt; José Góngora, Álvaro Spottorno, José Palacios; Arthur Johnson (Inglaterra), José Giralt, Antonio Sánchez Neyra, Armando Giralt, Eustaquio Celada.

En ambos partidos se impuso la lógica y ganaron las favoritos. A las 9:00 empezó el primer partido. El Vizcaya se vio sorprendido por el gol españolista, pero luego reaccionó y superó claramente a sus rivales. Junto a los cuatro goles en la segunda parte las crónicas apuntan que hubo un penalty no transformado contra el Vizcaya. También hay que reseñar que ya se empezó a jugar al despiste con las alineaciones, pues hasta última hora no se aseguraba la alineación de los hermanos Arana, de los que se decía que habían chocado entre sí en un entrenamiento y se habían lesionado -posteriormente el rumor hacía referencia a los hermanos Silva-. También fue curioso que los dos equipos coincidiesen en el uniforme, los dos de blanco, por lo que el Club Español de Football accedió a colocarse una cinta roja en el brazo ante la negativa de los bilbaínos a modificar el suyo.

Seguidamente, a las 11:00 y con la presencia del alcalde de Madrid, comenzó el segundo partido. El Madrid FC saltó de blanco con cinturón rojo y gualdo, frente al FC Barcelona de azulgrana y pantalón blanco. El equipo barcelonés demostró su mayor experiencia y rodaje superando a los madrileños que respondieron con entrega y pundonor. Un encontronazo entre uno de los Giralt, José, con el portero barcelonés dio lugar al primer lesionado del torneo, el madridista, que no tuvo mayores consecuencias pues se reincorporó al juego tras recibir las debidas atenciones. El público se mostró incondicional con su equipo al que aplaudió constantemene. También se registraron silbidos contra los jugadores extranjeros del FC Barcelona… y es que el equipo visitante alineó seis foráneos.

Es curioso resaltar que El Imparcial de Madrid también hace crónicas de los dos partidos. No coinciden las alineaciones en ninguno de los dos partidos y además indica que el FC Barcelona tenía 20 suplentes y el Madrid FC 37. No se enteraban mucho.

SEGUNDA ELIMINATORIA CONCURSO MADRID 1902

VIZCAYA BILBAO – NEW FC (MADRID) 8-1 MADRID: HIPÓDROMO (3000) 14.05.1902

Arb: James Morris (FC Barcelona). Goles: ? /Montojo.

Vizcaya Bilbao: Luis Arana (Bilbao FC); Ricardo Ugalde (Bilbao FC), Amado Arana (Athletic Club); Alejandro De La Sota (Athletic Club), José Arana (Bilbao FC), Luis Silva (Athletic Club); Cazeaux (Bilbao FC/Inglaterra), Juan De Astorquia -capitán- (Athletic Club), L Dyer (Bilbao FC/Inglaterra), Ramón Silva (Athletic Club), Walter Evans (Bilbao FC/Inglaterra).

New FC (Madrid): José López Amor; Eugenio Bisbal, Fernando Valcárcel; Luis Díaz, Mira, Federico Salazar; Francisco Hodans, Manuel Vallarino -capitán-, Luis Valdeterrazo, Montojo, Piñana.

Poca historia presentó este partido en el que los bilbaínos, que lucieron camiseta azul y roja con pantalón azul -según una crónica-, arrollaron al New FC, camiseta roja y pantalón azul. La única satisfacción de los madrileños fue el gol que salvó el honor. Del vencedor no se cita la autoría de los goles. Más interesantes fueron las alegaciones bilbaínas para intentar aplazar por un día la final.

FINAL CONCURSO MADRID 1902

VIZCAYA BILBAO – FC BARCELONA 2-1 MADRID: HIPÓDROMO 15.05.1902

Arb: Carlos Padrós. 1-0 (10′) Astorquia. 2-0 (20′) Cazeaux. 2-1 (75′) Parsons

Vizcaya Bilbao: Luis Arana (Bilbao FC); Enrique Careaga (Bilbao FC), Pedro de Larrañaga (Athletic Club); Luis Silva (Athletic Club), Amador Arana (Athletic Club), Enrique Goiri (Athletic Club); Cazeaux (Bilbao FC/Francia), Juan De Astorquia -capitán- (Athletic Club), L Dyer (Bilbao FC/Inglaterra), Ramón Silva (Athletic Club), Walter Evans (Bilbao FC/Inglaterra).

FC Barcelona: Samuel Morris (Hispania AC/Inglaterra); L Pamies, George Meyer (Suiza); James Morris (Hispania AC/Inglaterra), Arthur Witty (Inglaterra), Miguel Valdés; John Parsons (Inglaterra), Hans Gamper -capitán- (Suiza), Udo Steinberg (Alemania), Henry Morris (Hispania AC/Inglaterra), Alfonso Albéniz.

Por fin se vieron cara a cara los dos rivales. No sólo estaba en juego la Copa de plata del Ayuntamiento de Madrid, sino el prestigio de confirmarse como mejor equipo de España, según el reto de L’Auto-Vélo francés. El compromiso en este desafío hizo que de Bilbao fuese una selección local en vez de cualquiera de los dos clubs que había en el momento y que el FC Barcelona echase mano de una triada de extranjeros que defendían al subcampeón de la ciudad, el Hispania AC. En definitiva, el Vizcaya no era un club, sino un combinado y el FC Barcelona aparecía reforzado, aprovechando que el torneo era un encuentro amistoso sin supervisión de ningún estamento oficial.

Y surgió la primera discusión en nuestro fútbol: el Vizcaya se niega a jugar la final en la fecha y hora fijada alegando que ya ha jugado dos partidos, además de un tercero anterior, el del entrenamiento nada más llegar a Madrid. El FC Barcelona se opone a ello, pues muchos de sus jugadores tienen necesidad de regresar a su ciudad lo más pronto posible. El Jurado, que ha de dictaminar, recibe la presión bilbaína de si no accede a sus ruegos ellos se retiran. Finalmente, en reunión conjunta entre la organización y jugadores de ambos clubs se decide que la final se dispute por la tarde. Lo que se escondía detrás de este lío, lo que ciertamente había era que el Vizcaya estaba a la espera de Enrique Careaga. Temiendo que no llegase a la hora del encuentro por la mañana, consiguió retrasarlo a las cuatro de la tarde y así pudo alinear al defensa del Bilbao FC.

A las 16:00 empezó el partido. El Vizcaya con camistea blanca y pantalón azul y FC Barcelona con su uniforme habitual. Cuentan las crónicas que fue un partido muy disputado y de gran caliadad. Los bilbaínos consiguieron dos goles en la primera parte lo que obligó al FC Barcelona a mantener su ofensiva durante toda la segunda parte. Una vez acortada la distancia en el marcador, el acoso contra la portería del Vizcaya fue total, llegándose al final del partido cuando el FC Barcelona estaba lanzado por el empate. El Vizcaya sacó dos corners frente a los 10 del FC Barcelona. Según comentarios, el partido duró 75 minutos. Para algunos cronistas el Vizcaya jugó admirablemente aunque el FC Barcelona demostró ser bastante más fuerte.

Hans Gamper envió este telegrama a Barcelona a las 22:25: «Vizcaya» con team compuesto de los mejores jugadores de Bilbao, ha ganado por 2 contra uno. Partido disputadísimo. Mucho público entusiasmado. Llegaremos sábado tarde.

Por su parte El Liberal de Bilbao publicó que los aficionados y amigos fueron a recibir a los jugadores con una banda de músca y un inmenso cotarro con batería de cohetes. Según el Heraldo del Sport los jugadores fueron vitoreados hasta el domicilio social del Athletic Club en la Calle Nueva, donde se repitieron las manifestaciones de entusiasmo al interpretar la banda el Gernikako Arbola.

LA COPA GRAN PEÑA

La Sociedad Gran Peña de Madrid, animada por el éxito que estaba teniendo la organización del Concurso del ayuntamiento, puso en juego otro premio, donde se decidiría el segundo puesto del Concurso.

La justificación que da el FC Barcelona por su retirada es un poco curiosa: el día 14 debían jugar FC Barcelona y Club Español de Football. Como los españolistas no podían completar el equipo en espera de refuerzos, el club azulgrana decidió por consideración no jugar, y disponerlo para fecha más tardía.

Seguidamente, continuando con la versión de los barcelonistas, el Club Español de Football exigió que el día 16 el Madrid y FC Barcelona se enfrentasen, según el calendario del torneo, sin devolver a los azulgrana el detalle habido anteriormente. Los barcelonistas, que habían ido a Madrid a jugar contra el «Bilbao» primordialmente, consideraron una falta de atención la postura del club españolista y prefirieron renunciar a esta competición, al igual que había hecho previamente el New FC, quizá desmoralizado por el resultado ante el Vizcaya.

Con todo, se quedaron con la sensación de que si el FC Barcelona hubiese reclamado ante el Jurado por sus derechos, hubiese sido escuchado y con casi total seguridad se hubiese llevado este trofeo pues habían demostrado ser superiores a sus rivales.

La versión recogida en Los Deportes tiene un punto que no acaba de encajar: si el torneo es para los equipos eliminados, ¿cómo se puede programar un partido para el día 14 cuando el FC Barcelona todavía debe disputar la final? Difícilmente se podía haber organizado este partido porque el FC Barcelona todavía no había jugado la final y sus aspiraciones a ganar el Concurso estaban intactas. Se complica la cuestión cuando Enrique Goiri, del Vizcaya, en su carta a Los Deportes señala que si el FC Barcelona hubiese jugado este partido contra el Club Español, el combinado bilbaíno no hubiese solicitado el aplazamiento de la final al estar ambos conjuntos en igualdad de condiciones, con dos partidos jugados. Esto quiere decir que el partido FC Barcelona-Club Español sí estaba programado, por lo que la finalidad de la Copa Gran Peña es la que queda en entredicho.

Si la Copa Gran Peña era para dilucidar el segundo puesto del Concurso, está claro que, una vez retirado el New FC, se debería haber disputado entre los tres equipos restantes. Sucedió que, en efecto, hacer jugar al FC Barcelona al día siguiente de la final podía dar a entender que se perjudicaba al club azulgrana, y de ahí su retirada. Aunque también hay que señalar que el FC Barcelona se negó a retrasar un día la final debido a su necesidad de regresar a la ciudad condal, por lo que, da la impresión de que ya había organizado el viaje de vuelta para la misma noche del día 15.

Con ello, sólo quedaban para disputarla un animoso Madrid FC y el Club Español de Football que reclamó de Barcelona la presencia de tres o cuatro jugadores más para afrontar la final del torneo. De ahí que la Copa Gran Peña se limitó a un único partido para decidir el segundo clasificado del Concurso.

FINAL COPA GRAN PEÑA 1902

MADRID FC – CLUB ESPAÑOL (BARCELONA) 3-2 MADRID: LAS VENTAS 16.05.1902

ARB: ?. GOLES: ?

MADRID FC: ?

CLUB ESPAÑOL DE FOOTBALL (BARCELONA): ?

COLETILLA

Enrique Goiri, jugador del Athletic Club y componente del Vizcaya, envió una carta a Los Deportes quejándose de los comentarios publicados en la revista barcelonesa que faltaban un tanto a la verdad. Por ejemplo reseña que en el primer partido el Vizcaya no castigado con ningún penalty. Confirma que fueron los hermanos Silva quienes se lesionaron en el partidillo de entrenamiento y por eso sólo pudo jugar uno de ellos. También justifica a su equipo por la negativa a jugar la final en su día por motivo de cansancio -sin nombrar la espera de Careaga- y echa en cara al FC Barcelona no haber jugado el 14 contra el Club Español -lo que confirma la incertidumbre del reglamento de la Copa Gran Peña-. También comenta que cuando el árbitro pitó el final del partido definitivo, el balón estaba rodando por la zona defensiva del FC Barcelona. Reconoce que el FC Barcelona demostró mayor empuje y fuerza ante los bilbaínos, más jóvenes -con el significado de inexpertos- y mucho más cansados. Y finalmente también señala que si el Vizcaya estaba compuesto por los mejores jugadores de Bilbao, el FC Barcelona alineó a los mejores de Cataluña, pues no olvida la inclusión de los tres ingleses del Hispania AC.

Vamos, que si unos enviaron a una selección, los otros también.

Pero cuando se trata enaltecer el éxito, los fanáticos se disparan y pisotean al verdad. En Bilbao sólo se cita al Vizcaya como si fuese propiamente un club, omitiendo su naturaleza como selección. De todas formas, sí resaltan la ausencia de algunos jugadores que no pudieron desplazarse. Le dan un tinte de falta de preparación -olvidando que el 31 de abril jugaron contra el Burdigalia su segundo partido internacional-. Para eludir la cuestión de Careaga, inciden en demostrar que su equipo llegó agotado a la final -cuentan como partido el entrenamiento realizado al llegar a Madrid- y por ello su insitencia en el aplazamiento. Y finalmente hay que recalcar las desventajas que han tenido que superar ante su adversario, que llegaron a Madrid con 20 suplentes -las dos expediciones barcelonesas, amparados por la crónica de El Imparcial– por 2 de ellos, además de contar con numerosos refuerzos. Al FC Barcelona le llegan a denominar combinado Barcelona-Hispania. Por reseñar, hasta se fija en la vestimenta de los rivales de los que dice que llevaban rodilleras para no lastimarse en las caídas. Como justificación del desarrollo del juego se dice que en la primera parte arrollaron a los barcelonistas pero en la segunda el sol molestaba a los bilbaínos -¿y en la primera parte, a quién molestaba el sol?-. Finalmente, califican de «tremenda derrota para el FC Barcelona». Eso sí es épica: 2-1 no es una goleada.

En El Liberal de Bilbao, con la firma de Cyrano se otorga el título de Campeón de España al Vizcaya. Interesante afirmación, que dentro del contexto de euforia y pasión es incluso aceptable, pues el Vizcaya ganó el primer trofeo disputado entre representantes de varias ciudades. Al fin y al cabo, no olvidemos que bilbaínos y barceloneses estaban dispuestos a demostrar quién era el mejor de España en este concurso.

El problema es hacer caso oficial a esa afirmación. Hemos repasado con detalle todos los acontecimientos que tuvieron que ver con el Concurso Madrid. Un torneo apasionante y muy importante. Digno de recibir una atención especial. Y necesitado de ubicarse en sus legítimo sitio. Ridículo es colocarlo en el palmarés del Campeonato de España, como ridículo ha hecho en las camisetas del Athletic Club en la reciente final copera de Valencia de 2009. El Concurso Madrid no tuvo nada que ver con el Campeonato de España. Durante el desarrollo del mismo sólo se vio el interés que despertaba el fútbol, las enormes ganas de competir entre los equipos de los distintos puntos de España y la necesidad de organizar una competición verdaderamente seria.

El Concurso Madrid, por lo tanto, fue un torneo amistoso. Juan Padrós lo organizó en un tiempo record y gracias a ello pudo decir: si se ha podido organizar este concurso, entonces, con un año de por medio, sí se puede organizar el Campeonato de España.

Lo que sí quedó muy claro fueron dos ideas: constituir una entidad que aglutine a todos los clubs de fútbol y otorgarle a este institución toda la autoridad y competencia para organizar el Campeonato de España con garantías.

Y finalmente un comentario. Dado que el trofeo lo ganó una selección y no el Athletic Club, justo es que la Copa esté expuesta en las vitrinas de la entidad genuínamente heredera de esta primitiva selección, la Federación Vizcaína de Fútbol, porque los trofeos de selecciones se conservan bajo la tutela de las federaciones correspondientes.

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