El Athletic Club de Bilbao y los extranjeros

Han transcurrido casi 40 años desde que el Athletic de Bilbao, con el respaldo de la Real Sociedad de San Sebastián, enarbolara la onda de David en su desigual lucha contra un Goliat encarnado por los restantes clubes de fútbol, la Federación Española y el Consejo Superior de Deportes, reos, todos ellos, en el bochornoso espectáculo de falsificaciones y mayúscula corrupción que pasaría a la historia como «Timo de los Paraguayos». Cuarenta años desde las primeras escaramuzas, luego de que el Barcelona encendiese la mecha al no permitírsele inscribir a Irala, paraguayo no menos ilegal que otra treintena de teóricos compatriotas dispersos por nuestra geografía balompédica. Cuarenta años desde aquella monumental chapuza y cerca de 35 desde su más bien simbólica victoria, en defensa no sólo de la legalidad, sino de sus firmes convicciones respecto al valor de la cantera y el producto autóctono.

Lógico que aquella lucha por extirpar de nuestro fútbol a tanto extranjero ilegal, contase con el Athletic como abanderado, podrá argumentarse. ¿Quién sino un convencido defensor de su propio vivero, sería capaz de poner puertas al campo?. Porque cuando todo esto sucedía, durante la primera mitad de los años 70 en el pasado siglo, el Athletic (todavía Atlético por imperativo franquista) llevaba 12 lustros nutriéndose en exclusiva de españoles, de vascos casi en su totalidad, y puestos a hilar más fino, vizcaínos de cuna en un 93% rigurosamente estadístico. Excepciones aisladas como Isaac Oceja o Merodio, cántabro y barcelonés respectivamente por nacimiento, al fin y al cabo no constituían sino anécdotas. Con aquella lucha frente a los falsos oriundos, el Athletic simplemente defendía sus posibilidades deportivas, afianzando unos principios de captación territorial voluntariamente elegidos.

Hasta ahí nada nuevo. La sorpresa llegará para numerosos lectores al descubrir que los extranjeros alineados por el Athletic en competición oficial, determinaron la primera normativa limitadora en nuestro deporte rey. Ocurrió en 1911, hace prácticamente un siglo. Y en ello nada tuvieron que ver los británicos asimilados, tan comunes en nuestro pleistoceno futbolístico, sino una práctica mucho más artera y descarada.

Pero antes de llegar a ese 1911, bueno será ojear siquiera las páginas más vetustas del club vizcaíno.  

El primer partido disputado en Bilbao, al menos el primero de que se tienen noticias, tuvo lugar el 3 de mayo de 1884 en la campa de Lamiaco, entre los tripulantes de un buque inglés anclado en la ría y 11 muchachos bilbaínos. Por la crónica de «El Nervión» se deduce acabó «la partida de foot-ball» con victoria británica por «5 puntos». Entonces no había equipo constituido oficialmente. Se supone que quienes jugaron fueron chicos con algún conocimiento del fútbol por haber estudiado en colegios británicos, pues la conexión entre Inglaterra y Bilbao había sido intensa desde el siglo XVIII, respondiendo a razones comerciales.

El primer intento de crear un club arrancaría años más tarde. Su impulsor, Juan Astorquia, tardó poco en localizar el lugar para disputar los partidos: la campa de Lamiaco. Su problema era que sólo contaba con otros 6 futbolistas. Los hermanos Iraolagoitia, Alejandro Acha, Enrique Goiri, Montero y Luis Márquez, además de él mismo. De algún modo se las arreglaron para llegar hasta 11, porque existe constancia de la disputa de partidos en aquel enclave, bajo la denominación de Bilbao F. C.. Como en Lamiaco no se detenía el tren a Las Arenas, los maquinistas aflojaban la marcha para que en los días de partido pudieran saltar a tierra futbolistas y espectadores.

Juan Astorquia, impulsor de aquel proyecto, tenía tertulia en el bilbaíno Café García (ya desaparecido), y allí, en febrero de 1901, se abordó la constitución de otra entidad: el Athletic Club. Tras decidirse el nombramiento de una comisión formada para redactar un reglamento, 4 meses después, el 11 de junio de 1901, fue nombrada en Asamblea la primera junta directiva: Luis Márquez, presidente; Francisco Iñiguez, vicepresidente; José Mª Barquín, Enrique Goiri, Fernando Iraolagoitia, Luis Silva, Amado Arana y Alejandro Acha, vocales. Se nombró también a Juan Astorquia primer capitán, y a Alexander Mills segundo capitán. Algunos, como puede apreciarse, habían formado parte anteriormente del Bilbao F. C. El 5 de setiembre del mismo año se acordaba, por si el asunto no hubiera quedado claro «la constitución de una sociedad para el fomento de los deportes athléticos, y en especial del conocido con el nombre de foot-ball, y que se llamaría Athletic Club». Y entre los postulados de esa recién nacida sociedad figuraba el deseo de «contar con nombres nuestros», en clara oposición a cuanto acontecía en el Bilbao F. C., cuajado de apellidos extranjeros (ingenieros británicos y empleados de oficina, en la por entonces potentísima minería vizcaína). En el Athletic recién nacido, el único británico era Mills (defensa derecho), personaje curioso donde los haya, pues pese a residir en Vizcaya durante casi 25 años nunca llegó a dominar el idioma. Se cuenta que en los días de partido, plantándose ante el taquillero, pedía: «Dame dos turbinas», queriendo solicitarle dos tribunas.

La rivalidad entre ambos clubes fue grande, como se desprende de un anuncio en el que el Athletic desafiaba al Bilbao. A finales de 1901 se disputaron dos partidos, ambos resueltos con empate. Quede para la anécdota una alineación del Bilbao F. C.: Luis Arana; Enrique Careaga, Ugalde; J. Arana, J. Ansoleaga, M Ansoleaga; Langford, Dyer, Butwell, Evans y Guinea. Pese a todo, la rivalidad no era enconada, como acredita el acuerdo entre ambos para formar una selección, una especie de fusión ocasional, de cara a la disputa, bajo la denominación de Vizcaya -o Bizcaya según otras fuentes- la Copa Coronación Alfonso XIII en mayo de 1902, que finalmente obtendrían.

A finales de 1902 el Bilbao F. C. entró en declive. Los presidentes de ambas sociedades, Luis Arana y Juan Astorquia, comprendieron que se imponía la unión. El 29 de marzo de 1903, en asamblea conjunta de ambas sociedades, se decidió la integración del Bilbao en el Athletic, puesto que «concurrían en el Athletic méritos y entusiasmos sobrados para que la nueva Sociedad siguiese ostentando como únicos el nombre y los colores del viejo Club bilbaíno». Desaparecía el Bilbao, decano de la villa, dando lugar al Athletic Club de Bilbao.

Entre los mitos de ese fútbol pretérito habría que destacar a Juan Astorquia. Había estudiado en Manchester y destacando como uno de los mejores futbolistas de las «schools». Decían que dominaba muy bien el cuero, que era habilidoso. Probablemente fuese el tuerto en país de ciegos.

Con respecto a los colores, una curiosidad. El primer uniforme del Athletic fue azul y blanco (camisetas con colores mitad y mitad, adquiridas en Inglaterra). Hace ahora 100 años, cuando fue preciso renovarlas, se encomendó a un jugador del Athletic las adquiriese durante su desplazamiento a Southampton. Allí vio muchas rojiblancas -el club local vestía así-, pero no encontraba blanquiazules. Fue pasando el tiempo y tuvo que elegir entre camisetas rojas y blancas, a rayas, o nada. Y optó por el mal menor. Al fin y al cabo, la bandera de Bilbao era blanca y roja y esos los colores de la Villa desde tiempos del Consulado, una especie de Cámara de Comercio pujante ya en el siglo XVI. El Athletic, a partir de entonces y hasta nuestros días, habría de jugar con la camiseta del Southampton.

Convertido en club rojiblanco y con un fútbol directo, de patadón y carrera desenfrenada, el Athletic continuó bebiendo, hasta saciarse, en fuentes británicas. No sólo porque allí adquirían sus rudimentos básicos numerosos estudiantes, futuros jugadores del club, sino porque llegado el momento de hacerse con un entrenador, pusieron su punto de mira en la Gran Bretaña. Mr. Shepherd fue el primero en arribar, el ya lejano 1911. Según escribió la prensa local, se trataba de un hombre sin especial brillo, que al descubrir el café con leche nada más tocar puerto, apenas si se limitó a otra cosa que no fuera degustarlo con fruición. Aunque duró muy poco, el fracaso no arredró a la directiva bilbaína. En 1913 contratarían a Mr. Barness, laborioso exfutbolista, táctico aplicado y masajista con admirable ojo para pronosticar el alcance y la duración de las lesiones padecidas por sus pupilos. La entidad bilbaína había vuelto golosamente sus ojos hacia el mercado profesional inglés, y aquello trajo sus consecuencias, como inmediatamente veremos.

Por entonces el único campeonato nacional en disputa era el de Copa. O para hablar en puridad, el Campeonato de España, todavía hoy su auténtica denominación. Alzar esa copa equivalía a erigirse en primer club español, a convertirse en referente indiscutido del fútbol hispano, al menos durante un año. Y tanto los directivos como la masa social del Athletic, no estaban dispuestos a dejar pasar semejante oportunidad.

En 1910, meses antes de incorporar a su primer entrenador británico, aquel Athletic tan «amateur» como el resto de los clubes nacionales, dio la campanada. Y eso que el propio Campeonato de España ya resultó harto singular de por sí. Para empezar tuvo 2 campeones distintos: el de la Unión de Clubes y el de la Federación, al estar entonces el balompié dividido entre ambas agrupaciones, en medio de dura pugna por ostentar todo el poder. Pero es que aparte de dos campeones, la competición proporcionaría otros motivos de escándalo cuando el Vasconia de San Sebastián concluyó hincando la rodilla, frente al Athletic Club, en las campas de Ondarreta por un raquítico 0-1. El conjunto bilbaíno, para contrarrestar las incorporaciones donostiarras del anglovasco Goitisolo y los madrileños Pérez, Saura y Prats, había importado a última hora desde Inglaterra a cuatro profesionales: Cameron, Graphan, Burns y Weith. Cuatro hombres sin cuyo concurso el resultado final pudo haber sido otro.

 Al año siguiente, justo entre la salida de Mr. Shepherd y el fichaje de Mr. Barness, el Athletic quiso evitar sorpresas, acudiendo a la fase final del Campeonato bien provisto de extranjeros. Conocido el camino hacia el éxito, ¿por qué despreciarlo?, debieron pensar por Bilbao. Que se presentaran los demás, si querían, con fichajes madrileños, catalanes o levantinos, adquiridos ex profeso. ¿Acaso podían ser mejores que los inventores del fútbol, mucho más preparados que cualquier español en el aspecto físico, al ser profesionales de cuerpo entero?. La nueva afrenta bilbaína resultó insoportable para jugadores y directivos easonenses, máxime considerando que la herida del año anterior continuaba sin cicatrizar. Consecuentemente, abandonaron el campeonato sin disputar un sólo minuto.

Y eso que no todo era limpieza en la Real Sociedad, puesto que también ellos habían hurgado por las islas británicas a la caza de refuerzos, con menos suerte, es verdad, al gozar de un presupuesto inferior. Los bilbaínos, en cambio, bien provistas sus faltriqueras, no sólo hallaron tres jóvenes dispuestos a embarcar (Sloop, Martin y Weith), sino que éstos vinieron acompañados de otros dos meritorios denominados popularmente baracaldeses, a raíz de que un periodista los bautizase como Aguirre y Baracaldo, cuando, aparte de no hablar ni palabra de español, sus apellidos respondían en realidad a Harrison y Rous. El lío resultó mayúsculo. Y para que nada faltase, los nervios a flor de piel se tradujeron en algarada cuando la prensa se hizo eco de una supuesta y nunca bien confirmada agresión al madrileño Méndez, mediante llave inglesa y en el mismísimo hotel donde se hospedaba.

Las discusiones, los plantes, e incluso el órdago al campeonato, se produjeron de inmediato. Las Academias Militares de Artillería, Caballería e Infantería, hartas de tan poca formalidad, retiraron a sus plantillas. El Barcelona también regresó a sus cuarteles, expulsado por alineación indebida de Reñé. Con los catalanes se fue, para no ser menos, la muchachada del Fortuna vigués, añadiéndoseles más tarde la Real Sociedad Gimnástica Española, éstos por no perder el tren a San Sebastián, donde tenían concertado un «bolo». Como su choque frente al Athletic empezara con retraso, acabaron retirándose del campo antes del pitido final. Resumiendo, 8 de los 13 clubes inscritos dieron el portazo. Y como quiera que otros dos -Deportivo de la Coruña e Ingenieros Militares- ni siquiera llegaron a presentarse, cabe asegurar que la Copa de 1911 fue el torneo más complicado y polémico de cuantos se han disputado en España.

Pese a tanta irregularidad, quienes aún seguían en competición trataron de alcanzar un acuerdo salomónico. Puesto que el inglés Weith (también Veiths o Veitch, según qué fuentes) había quedado campeón el año anterior formando con los atléticos, su presencia fue admitida. A los demás se les puso el veto, para que el Español de la ciudad condal, único equipo todavía en competición, se aviniese a jugar el partido definitivo contra los bilbaínos, precisamente en Bilbao. Las campas de Jolaseta y seis mil aficionados fueron testigos del 3-1 favorable a los anfitriones. Triunfo que a punto estuvo de no servir para nada, puesto que la Federación anuló el título en un primer arrebato, desdiciéndose más tarde entre acusaciones de favoritismo y palmaria manifestación de debilidad.

Si alguna lección se extrajo de semejante lío fue que en el futuro en modo alguno podía volver a ocurrir nada parecido. Despropósitos de tal calibre no beneficiaban a nadie: ni al fútbol, ni a la raquítica Federación, ni a la Corona, que al fin y al cabo auspiciaba el Campeonato, ni a la pacífica convivencia ciudadana. Desde diversos ámbitos se pusieron manos a la obra. La Federación, por ejemplo, supo dotarse de poder a partir de 1912, organizándose en Regionales o Territoriales, de las que dependerían todos los clubes oficialmente constituidos. Y en cuanto esa fuerza comenzó a hacerse patente, decidió abordar el vidrioso asunto de los jugadores extranjeros, estableciendo por primera vez normas restrictivas. En adelante sólo se permitiría la alineación de 3 foráneos por equipo y partido en los torneos oficiales, siempre y cuando dichos jugadores pudiesen justificar, como mínimo, 3 años de residencia en nuestro suelo, y además hubieran sido inscritos con medio año de antelación.

Contrariamente a cuanto a veces se ha escrito, ello no supuso la total desaparición de apellidos extranjeros en numerosas alineaciones. Los hermanos Mengotti, suizos de nacionalidad por ser hijos del cónsul, aunque castellanos de corazón y nacidos en Valladolid, vistieron el blanco del Madrid y los colores de «Pucela». Juan y René Petit, franceses de Irún, jugaron en el Madrid y con los aguerridos fronterizos. Otros franceses de nacionalidad, como Labourdette, Barroux, Sotés, Germann, Anatol, Molères, Lasalde o Wehrly, aunque alguno natural en Irún, intervinieron regularmente en el por aquellos años potentísimo cuadro irundarra. Y junto a éstos, en tiempos de amateurismo oficial, varios profesionales encubiertos que muy a duras penas hubieran resistido el más benevolente análisis. Por ejemplo, ¿de qué vivía, sino del fútbol, el guardameta internacional galo Lozes, fichado por el Racing madrileño?. ¿Y el sueco del Athletic de Madrid Carrick Trouve?. Los campeones olímpicos uruguayos Urdirán y Scarone sólo pudieron jugar amistosos con el Barcelona, es bien cierto, al no haber residido en nuestro suelo el mínimo legal. Pero casi paralelamente, el meta húngaro Plattko -el de la oda de Alberti-, también internacional, se enfundaba sin problemas la camiseta azulgrana. Hecha la ley, tardó poco en descubrirse la trampa.

Quede sin embargo para la anécdota, o incluso para la historia, que el Athletic, hoy decidido defensor de lo autóctono, inspiró el primer cierre de fronteras en nuestro fútbol por su afición a espigar entre los «pros» de la Gran Bretaña. Aún habrían de transcurrir unos años hasta que la entidad adoptase su riguroso y nunca escrito código de admisión, obedeciendo, justo es decirlo, más a criterios de ideología política que a lo estrictamente deportivo. Pero esta ya es otra cuestión, sobre la que quizás merezca la pena dirigir algún día nuestra mirada.

De momento quedémonos con que la historia de nuestro fútbol es rica en recovecos, y que probablemente por ello depara abundantes sorpresas.




Quedarse a las puertas de primera división (I)

En la temporada 2008/09 el Xerez CD consiguió por primera vez en su historia el ascenso a la máxima categoría nacional. Con el club xerecista son 58 los que han llegado a jugar en la Primera División.

 Sin embargo, en este artículo no vamos a centrarnos en los éxitos históricos de todos aquellos que alcanzaron el ascenso, sino precisamente miraremos los que estuvieron muy cerca de lograrlo y no obtuvieron premio. Estos equipos, algunos ya desaparecidos, hasta la última jornada mantuvieron opciones para saltar a la élite nacional. Simplemente no se dieron las circunstancias que más les hubiesen favorecido.

 En este repaso histórico citaremos todos los equipos que hasta la última jornada, hasta el último partido conservaron esperanzas en un ascenso que los resultados les negaron. Unas veces dependían de sí mismos y en muchas más ocasiones quedaban pendientes de lo que los otros rivales obtuviesen. Al final un mismo destino, seguir en Segunda División.

 

1929/30 IBERIA SC de Zaragoza.

Cuatro equipos peleaban por la única plaza de ascenso. El campeón subía. El SC Iberia ya había sido subcampeón la temporada anterior y acabó cediendo el primer puesto al Sevilla FC que no el ascenso porque esa temporada el campeón disputaría la promoción.

El final de liga era pasionante: a falta de dos jornadas estaba empatado a puntos con el Sporting de Gijón gracias a su victoria sobre el Deportivo Alavés que pasaba a tercera posición. Detrás el Sevilla FC tratando de repetir el éxito del año anterior.

Pero los zaragozanos perdieron en La Coruña, al igual que el Sporting caía en casa con el Real Oviedo. Tropiezos que el Deportivo Alavés aprovechó goleando 5-0 al Sevilla FC y recuperando así la primera posición a falta de una jornada.

En la jornada final el Iberia SC marcó a los 3 minutos ante el Real Oviedo -¡ya estaba en Primera!-. A los 15 el Sporting Gijón se adelantaba ante el Valencia FC y desplazaba a los zaragozanos por gol-average, pero a los 21′ y a los 24′, con dos goles de Calero, era el CD Alavés el que encarrilaba su partido y cerraba el ascenso.

Al Iberia SC le sobraron 75 minutos.

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 Algunas temporadas más tarde, de todas formas, el espíritu del Iberia SC llegó a la Primera División ya rencarnado en el Zaragoza FC que consiguió el ascenso en 1936. Y no hace muchos años, la segunda equipación del Real Zaragoza, haciendo honor a sus orígenes, se inspiró en los colores del Iberia SC, en las „abejas», pudiéndose ver la camiseta aurinegra por los campos de la Primera División española.

 1943/44 CD CONSTANCIA de Inca.

Tras una extraordinara campaña el CD Constancia se clasificó en cuarta posición. Fue el primer año en que la Segunda División se disputaba a grupo único con 14 participantes, lo que da una idea de lo competido y difícil que fue el torneo. Real Gijón y CR Murcia ascendieron, mientras que CD Alcoyano y CD Constancia, ambos a sólo un punto de los murcianos, tenían una nueva oportunidad.

La promoción se disputó a partido único y el rival fue el RC Deportivo de La Coruña. Los coruñeses, pese a que contaban con un magnífico equipo, habían hecho una temporada floja. La eliminatoria se disputó a partido único en campo neutral: Chamartín. Partía como favorito el equipo gallego, pese a sus irregularidades. Los isleños tenían en la defensa su mejor baza, ya que a la hora de atacar encontraban problemas para encontrar el gol.

El partido se desarrolló bajo la iniciativa del RC Deportivo, que se mostró más habilidoso. En frente, el CD Constancia respondía con el brío de Germán o de Corró. El problema estaba en que no eran capaces de sujetar a los delanteros coruñeses y así, a los 21 minutos Paquirri ya inclinaba el marcador para su equipo. Las posibilidades de sorpresa se esfumaron nada más empezar la segunda parte cuando Viso estableció el 2-0. Entonces el RC Deportivo jugó con tranquilidad y a placer, aprovechando además que no fue la mejor tarde de Pericás.

 RC DEPORTIVO – CD CONSTANCIA                   4-0     MADRID: CHAMARTÍN                                 16.04.1944

ARB: ITURRALDE.

GOLES: 1-0 (21′) PAQUIRRI. 2-0 (48′) VISO. 3-0 (54′) VISO. 4-0 (57′) PAQUIRRI.

RC DEPORTIVO: ACUÑA; PEDRITO, PORTUGUÉS; MOLAZAS, BIENZOBAS, MONTANER; VISO, GUIMERANS, PAQUIRRI, LEZAMA, CHAO.

CD CONSTANCIA: PERICÁS; GERMÁN, SALAS; NAVARRO, CORRÓ, MARCULETA; GARCÍA, VERGARA, PLANAS, GALVANY, ZAMORITA.

 1952/53 REAL AVILÉS CF

El Grupo Norte estuvo comandado por el CA Osasuna, sin duda el equipo más fuerte. Fue el Real Avilés quien trató de mantener el pulso. Su buena marcha en la Liga también se veía acompañada por su trayectoria copera, donde iba salvando las eliminatorias previas a la ronda final, hasta que el calendario le empezó a ahogar. De hecho, cayó eliminado tras perder la ida por 5-1 sin disponer la vuelta porque su tercera posición en la clasificación le daba una nueva opción para el ascenso. Tercer puesto y una segunda oportunidad: la promoción. Entonces una liguilla de seis equipos daba dos plazas en Primera División. Participaba la SD España Industrial, aunque con su condición de club filial del FC Barcelona se preveía que, en el caso de que lo consiguiese, renunciaría al ascenso. El grupo estuvo muy igualado, hasta cinco de los seis participantes llegaron con opciones a la última jornada. El Real Avilés necesitaba además de su propia victoria, contando siempre con la renuncia de los industriales, que el RC Deportivo y la España Industrial ganasen sus respectivos partidos.

El marcador empezó a moverse a su favor: el RC Deportivo a los 20 minutos ya ganaba 0-2, y a los 24′ la España Industrial se adelantaba, aunque a los 26′ Chicha daba el empate a los norteafricanos. Poco después, con incertidumbre todavía, el volante derecho Linares marcaba para el Real Avilés. Faltaba un gol de la España Industrial… que no llegó, y a falta de un cuarto de hora el Hércules CF empataba. El sueño avilesino se desvanecía.

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Se mantienen en Primera División: RC Deportivo de La Coruña y RC Celta de Vigo. Al igual que sucediera en la temporada anterior con el CD Mestalla, la Sección Deportiva de la España Industrial de Barcelona renunció a su plaza de Primera División en beneficio del RC Celta por su condición de equipo filial del CF Barcelona.

  1954/55 UD ESPAÑA de Tánger

Hasta tres equipos se disputaban la primera posición que daba el ascenso automático. El CR Murcia partía con ventaja de un punto sobre el Atlético Tetuán y la UD España de Tánger. Los resultados directos perjudicaban a los tangerinos por lo que necesitaban forzosamente que los murcianos perdiesen y que el Atlético no ganase.

Nada más empezar el partido de Jaén se adelantó la UD España… pero no hubo milagro, especialmetne porque el CR Murcia a la media hora de juego ya tenía el partido claramente a su favor con un 2-0 que acabaría ampliando en la segunda parte. Por su parte, el Atlético Tetuán, que se había adelantado a los 10 minutos, también cumplió derrotando a un Levante UD que llegaba matemáticamente descendido, aunque con un apretado 2-1.

Les quedaba la tercera plaza con derecho a promoción. Llegaron al descanso con un 0-2 que al final resultó insuficiente porque en una segunda parte de muchas alternancias el Real Jaén le dio la vuelta hasta dejar un marcador de 6-4 para los locales. Esta derrota, junto con la contundente victoria del Granada en campo de la Balompédica Linense les relegó al cuarto puesto y les privó de una segunda oportunidad.

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Entrevista a Carlos Francisco Yametti, presidente del CIHF

          Es para mí todo un placer poder entrevistar a uno de los mejores investigadores mundiales de la historia del fútbol, aunque el tema a tratar no sea sobre él y su obra, que en otro momento será. Aunque no es del todo acertado decir que esta entrevista no trata sobre su obra porque el CIHF ya lo es.

            Carlos Francisco Yametti nació en Buenos Aires el 15 de junio de 1951 y es presidente del CIHF.

 Hola Carlos , ¿Podrías hacer un poco de historia y explicarnos cómo nació el CIHF?

Para hablar del nacimiento del CIHF tenemos que marcar dos etapas distintas.

La primera -digamos la Prehistoria del CIHF- fue hacia 1988. Por entonces comencé a editar una serie de cuadernillos (se llamaban «Archivo del Fútbol») y gracias al apoyo que me brindó Edgardo Martolio los publicitaba a traves de su revista revista Sólo Fútbol, ofreciéndolos en forma de suscripción. De esta forma, además de difundirlo, tenía un contacto mas fluido con quienes eran los compradores. Por entonces ya tenía unos cuantos años de concurrir a las distintas bibliotecas y siempre pude observar que había mucha gente que se apasionaba por la historia del fútbol, pero claro, el trabajo del historiador era bastante solitario, como una especie de hobby que se hacía solo y no se compartía. Se me ocurrió que eso se podía cambiar y de alguna manera transformarlo en algo más comunitario, donde con un menor esfuerzo y gasto de tiempo se podía llegar a las mismas metas, simplemente juntando a la gente. Yo hago A, vos hacés B, lo intercambiamos y tengo A y B en la mitad de tiempo.

Paralelamente para esa época -cuando todavía no existía la Internet y el mail y todo se hacía vía postal- yo había hecho contactos con varias asociaciones de historiadores que pululaban en Europa, en Suecia, Inglaterra, Alemania, Francia y España. De vuestro país recibía los Boletines que editaba José Del Olmo -hechos a puro pulmón y Olivetti- y los miraba con mucha envidia pensando que aquí deberiamos hacer algo similar.

Por entonces en la Super Fútbol se publicó una linda estadística sobre el Amateurismo, con una tabla acumulada y una serie de detalles. La nota la habia hecho Jorge Sepiurca, historiador de Platense y además Director del Museo Juan Manuel Fangio, de la ciudad de Balcarce. Me llamó la atención que hubiera alguien que también tuviera esa cantidad de datos.

Fui a visitar a Sepiurca y le propuse la idea de formar una asociación que nucleara a la gente que le gustaba la historia y la estadística; teniendo como base de partida los suscriptores de mis cuadernillos. Nuevamente Sólo Fútbol colaboró prestándonos una oficina donde hicimos una reunión (vinieron cerca de 50 personas) para dar a conocer la idea. Como hubo varios interesados decidimos avanzar en la organización.

Al centro que formamos lo bautizamos CIHF (Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol). Lo contacté a Del Olmo y le pedí autorización para «copiarnos» su nombre adaptándolo. Mandamos notas a los historiadores que yo conocía del exterior, quienes inmediatamente se asociaron. Conseguimos una oficina que subalquilamos en la calle Jean Jaures, del barrio de Once (a un primo de Italo Moreno) y editamos algunos boletines (llegamos a seis ediciones).

En poco tiempo llegamos a tener alrededor de 60 asociados y ya habíamos instalado una pequeña biblioteca. Todo esto fue hacia mediados/fines de 1989.

Casi un año después las dificultades económicas provocadas por la inestabilidad de la economía y de la moneda, que siempre asolaron al país, causó una temprana disolución. Ya no había dinero para subalquilar, imprimir el boletín salía más caro y cobrar las suscripciones (las del exterior) se dificultaba muchísimo por nuevas regulaciones bancarias.

Decidimos «cerrar la persiana», pero esa disolución fue sólo institucional ya que el núcleo fundador continuó frecuentándose e incorporando a nuevos adeptos a sus reuniones mensuales de camaradería, que afortunadamente logramos mantener vigente. Con las variantes lógicas del paso del tiempo, siempre lográmos mantener un grupo de al menos 10 personas y siempre se mantuvo como premisas fundamentales la amistad y el respeto hacia las preferencias del prójimo.

La segunda parte, la de la historia, comienza unos años después. Las reuniones mensuales continuaban y ya otras personas se habían integrado al grupo. Ya existía la Internet e incluso los «grupos», y una de estas nuevas personas, Osvaldo Gorgazzi, tuvo la idea de hacer un grupo en Yahoo para que el intercambio de información y el contacto entre nosotros, pudiera hacerse mas fluido y constante. La propuesta tuvo una rápida aceptación y esta vía logró que comenzara a unirse más gente.

Como resultado de esto, poco tiempo después bastó que se propusiera nuevamente la idea de reorganizar la institución para que esta prendiera con fuerza. Luego de unos reuniones preliminares entre los «antiguos» y los «nuevos», realizadas en un salón que nos prestó la UTPBA (Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires, el sindicato de los periodistas), donde intercambiamos las ideas de cómo llevar adelante el centro, se decidió su refundación. El acto tuvo lugar en la sede del Club Excursionistas, gentilmente gestionada por Pablo Wildau, y allí, el 23 de Noviembre de 2002, el CIHF fue reorganizado mediante una asamblea en la cual participaron 19 historiadores, coleccionistas y estadígrafos de varios puntos del país.

Una de las decisiones fue gestionar su personería jurídica como una «Asociación Civil sin fines de lucro», lo cual se obtuvo el 12 de Abril del año siguiente. Fecha emblemática para el fútbol argentino ya que un 12 de Abril, en este caso de 1891, se jugaron los primeros partidos del primer torneo puntuable en Argentina.

 ¿Qué objetivos se marcaron en la fundación y si piensas que se han visto cumplidos?

 Los objetivos están claramente expresados en nuestro Estatuto, en el Articulo 2 dice: Son sus propósitos divulgar, hacer conocer y trabajar en post de una información confiable y definitiva de los distintos aspectos de la historia del fútbol argentino y mundial, a partir de trabajos de investigación, publicación y difusión. Establecer encuentros sociales y culturales, en un marco de respeto y camaradería por todos los integrantes del Centro, las Instituciones profesionales y amateurs que componen el Fútbol Mundial, y los medios de difusión pertinentes, mediante el intercambio de información ú otro dato de interés particular.

Con respecto a si creo que se han visto cumplidos los objetivos, diría que no. Estamos en camino y vamos avanzando. Pero los objetivos en definitiva están en el ideario de cada uno y creo que no tienen límite. Me parece bueno que no estén cumplidos porque de lo contrario se habría acabado la razón de ser del CIHF. Digamos, seria como que un filatelista un día consiga tener todas las estampillas editadas y ya no se hagan nuevas ediciones: simplemente ¡se acabó el motivo de su hobby!.

Nos vamos planteando objetivos a corto y largo plazo y en la medida de las posibilidades tratamos de cumplirlos. Pero nuestra pasíon y las ansias de conseguir las cosas chocan constantemente contra una lógica económica y de vida. Explico: casi todos los que nos dedicamos a estos lo hacemos por la simple pasión del conocimiento y de la acumulación de datos. Muy pocos logran ingresos monetarios por estos trabajos de investigación. Por esa causa el tiempo que uno puede dedicarle a la historia del fútbol, necesariamente tiene que robárselo a sus relaciones familiares y laborales. Como se comprenderá es dificil mantener esta situación a largo plazo, lo cual va en detrimento de este hobby.

 A lo largo de estos años el CIHF ha crecido enormemente en todos los sentidos, ¿no es cierto?

 Es cierto, hemos crecido.

Empezamos siendo 19 fundadores, y algunos más que seguramente faltaron ese día, y actualmente tenemos alrededor de 150 asociados y una cantidad indeterminada de seguidores.

Editamos un  primer Boletín y ya superamos el número 50.

Este boletín al comienzo era solo para socios y actualmente va a una gran cantidad de gente. No sé el numero exacto pero calculo que mas de 1.500 personas lo reciben.

Hicimos algunas investigaciones que acapararon la atención de algunos medios nacionales de gran alcance. El diario Clarín -sin duda el mas leido de Argentina- reprodujo algunas de estas como, por ejemplo, la fecha de fundación de River Plate, idem de la de Quilmes, el gol con que Labruna alcanzó a Erico en la tabla de goleadores, la puja Varallo/Palermo por máximo goleador de Boca y los primeros partidos de fútbol en el país; por mencionar solo algunas.

El nombre del CIHF suena muy seguido y muchos lo consideran el verdadero referente para la historia del fútbol. En varias ocasiones hemos sido citados como palabra autorizada.

Lo que nos está faltando para un mayor crecimiento es la posibilidad de disponer de una sede propia. Si bien hace poco pasamos a contar con una oficina alquilada, la misma se utilizará para atender cuestiones administrativas y un pequeño espacio para instalar una bibioteca. Nos está faltando un espacio amplio donde poder instalar un Museo del fútbol, salón para charlas y conferencias y salón para el recuerdo.

 ¿El tipo de socio que lo conforma ahora es muy distinto al que lo fundó?

 Diría distinto, sacándole el muy.

El grupo fundador estaba compuesto integramente por investigadores, historiadores y estadígrafos, con una cierta experiencia en el tema. Para algunos esta experiencia abarcaba varios años, para otros algo menos. Pero el común en todos era una cierta práctica en concurrir a bibliotecas, buscar diarios, revistas, indagar, etc. Como ya comenté, no existía Internet y el trabajo era más arduo.

Con el paso de los años y la mayor divulgación de la computación, los grupos y los foros, el crecimiento cuantitativo del Centro origino que al mismo se acercara mucha gente, joven y no tanto, pero con poca experiencia en este campo. Reemplazada, eso si, por las ansias de conocer y aprender más.

Actualmente vemos que a CIHF se acercan muchos historiadores monotemáticos -porque se dedican a un solo equipo o a un solo tipo de competición- y también muchos que limitan su investigación en el tiempo. Con tanta gente la variedad de gustos e intereses, lógicamente, se acrecienta. A menudo vemos que en el foro la mayor preocupación de los foristas se centra en la actualidad, en lo que ocurrió en la última fecha; pero creemos que de todas formas eso está dentro de los objetivos del CIHF ya que el presente mañana será historia.

 ¿Es el CIHF un lugar de encuentro para investigadores argentinos solamente?

No solamente. Es cierto que el 90% de los asociados son argentinos, pero también contamos con gente de otros países: Perú, España (además de vos hay otros cuatro), Uruguay (cerca de 10), Chile, Brasil, Italia. No recuerdo si hay de otros países. Normalmente en el foro se tocan temas vinculados al fútbol argentino; pero hay unos cuantos que siguen la historia de otros países así como también las competencias internacionales «urbi et orbi».

 ¿Qué actividades internas desarrolla el CIHF con sus socios?

 Como mencionaba anteriormente, al ser este un hobby y no un trabajo remunerado, en la mayor parte de los casos, dificulta a veces la concreción de proyectos. Hemos visto muy a menudo que algún proyecto que se empieza con gran entusiasmo, si se alarga en el tiempo, normalmente termina truncándose: las urgencias laborales y familiares en ocasiones hacen que perdamos soldados antes de terminar la batalla.

Otro aspecto a tener en cuenta es que en ocasiones muchos asociados sienten una especie de pánico escénico que los cohibe a tomar parte en actividades comunes.

De todas formas llevamos adelante algunas actividades abiertas a la totalidad de los socios: la página en Internet, que si todos los socios aportaran algo seguramente sería monstruosa; el foro de Internet realmente funciona bastante bien con un profuso intercambio e información y alguna que otra polémica; el Boletín lo estamos llevando adelante a pesar de que muchos socios parecen no animarse a enviar colaboraciones. Recientemente además tenemos un espacio semanal en una radio el que está abierto para la participación de todos los asociados del centro.

Los grupos de trabajo en un momento se plantearon varios, pero la realidad indica que quedan actualmente sólo dos o tres funcionando. Estamos en el intento de formar una Comisión que pueda darle más vuelo a esta actividad asociada.

 El grupo formado en yahoo es impresionante ¿puede ser el motor de las actividades?

El grupo seguramente sirve para plantear actividades. Pero lo que hemos notado es que este grupo es mas bien como el relax que necesitan los asociados dentro de su vorágine diaria; por lo cual es más que nada una especie de «mesa de café» enorme donde se plantean distintos temas y cada uno hace el aporte que cree necesario. De todas formas quienes participan activamente en el foro son aproximadamente un tercio de los asociados del centro; sabemos que un porcentaje importante lee toda la información que se cursa pero no participa.

Posiblemente el dia que consigamos mayor participación y compromiso de los asociados para llevar adelante tareas comunes, el foro puede motorizar más facilmente estas actividades.

 Recientemente habéis conseguido una sede física ¿qué beneficios aporta al Centro?

 También tenéis una biblioteca. Háblanos de ella.

La sede la hemos conseguido recientemente, y de hecho aún no la hemos inaugurado pues estamos haciendo reparaciones. La idea es que tener una sede propia va a redundar en beneficios ya que por de pronto nos va a brindar una especie de identidad; un lugar donde los asociados pueden encontrarse; un lugar para reuniones, donde poder citarse con los consocios. Logicamente todo esto dependerá de cómo el asociado sepa sacarle provecho. El lugar es, en realidad, como mencioné anteriormente, una oficina que servirá mas que nada para temas administrativos; el sueño que tenemos es en algún momento poder tener ese espacio amplio que además de oficiar de sede del CIHF sirva para tener una gran biblioteca, un museo del fútbol, salones para la memorabilia, sala para reuniones, charlas y conferencias, etc. Pero sabemos que para una asociación civil el proyecto es casi inalcanzable sin contar con un tipo de apoyo.

Con respecto a la Biblioteca, es muy amplio el material de que disponen los asociados. Diría que juntando todo tendríamos la mayor biblioteca deportiva, tal vez del mundo. Pero el CIHF -debido a que no contábamos con un espacio propio- por el momento cuenta con una incipiente colección. Esperamos que con la novedad de la sede propia, la biblioteca comience a crecer en breve, ya seas por adquisiciones y además por donaciones. Tenemos las puertas abiertas para todo aquel que quiera donar algún material.

 ¿Qué requisitos son necesarios para ser socio del CIHF?

 Siempre decimos que para asociarse al CIHF no hay que dar ningún examen previo. Solamente tener ganas de conocer la historia del futbol y saber compartir el hobby. A quienes quieren ingresar tratamos que les quede en claro que no es un foro de disputas ni de las clásicas «cargadas» hacia los rivales. Siempre mantuvimos en alto que uno de los principales objetivos del Centro es la difusión de la historia «dentro de un marco de respeto y camaradería». Por eso apoyamos fuertemente la tarea del Moderador del foro y la de la Comisión de Etica.

En lo material, el único requisito es abonar la cuota mensual.

             Muchas gracias Carlos. Os deseo lo mejor para el futuro.

 




José María Miró no fundó el Sevilla FC

¡ARRASTRO!

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Nos llevamos una gran sorpresa al ver publicado el artículo de J. Antonio Zancarrón Pérez en Cuadernos de Fútbol, publicado el pasado 1 de abril, ya que unos días antes había sido publicado en una página web. No sabíamos quien era el autor del escrito, ya que no figuraba ninguna firma, y por fin conocimos que su autor era el Sr. Zancarrón, del cual no conocíamos con anterioridad ningún artículo firmado.

Entre ambos artículos solo existe una «pequeña» diferencia y es la modificación de unas imágenes manipuladas y que omitían que el recorte de prensa alrededor del que gira el artículo se refería a la inauguración de un campo, y que el mismo estaba fechado en 1913 y no en 1908, como se dejaba entrever en el primitivo artículo. Una vez modificado estos datos, ya no contenía «irregularidades», claro que de esa forma el argumento principal se diluía.

Antes de continuar podemos coincidir en un dato con el Sr. Zancarrón, y no es otro que el Sevilla Fútbol Club no se fundó en 1905, la diferencia está en que nosotros pensamos que pudo ser mucho antes, y en eso estamos trabajando, pero los muchos datos acumulados de esta investigación, no se harán públicos hasta que todo esté atado y bien atado. Sí les adelantamos, que no cesan de aparecer nuevas evidencias.

Lo que sí está totalmente demostrado es que la oficialización, bajo la legalidad española, se produjo en el año 1905.

También queremos dejar claro que no son equiparables, a la hora de hacer un estudio serio, interpretaciones semánticas sobre qué pudo querer decir un periodista en determinado momento, cuando a su vez son desmentidas por otros recortes de prensa, o principalmente, con la oficialidad de un documento público.

El documento público al que hacemos referencia es la reforma de los Estatutos del Sevilla Fútbol Club, documento legal visado e inscrito en el Registro de Asociaciones y que dice textualmente que el Sevilla Fútbol Club se constituyó el 14 de octubre de 1905.

Dicha fecha se corresponde con los recortes de prensa localizados en periódicos de la ciudad y testimonios de los sportsmen no sólo del propio Club, sino de las sociedades deportivas rivales que vinieron después, que corroboran la veracidad de la redacción de los Estatutos.

Pasemos ahora a rebatir, punto por punto, los argumentos expuestos, no con interpretaciones de lo que se pudo querer decir, sino con documentos comprobados.

 Así comenzaba el Sr. Zancarrón

«Mucho se ha vilipendiado y vapuleado a aquellos que pensábamos que el Sevilla FC actual data en realidad de 1908 y no de 1905. Lo que es cierto, dicho sea de paso, es que esa opinión estaba basada en algunos «indicios» más que en datos con peso específico. Lo reconocemos, pero ahora, con los nuevos datos encontrados parece que la fecha de 1908 se erige como la verdadera fecha de fundación del Sevilla FC, recientemente proclamado como «mejor club del mundo por la IFFHS».

De esta forma enuncia su teoría cuya conclusión final es:

– El Sevilla FC se fundó en 1908.

Su exposición la basa en cinco argumentos fundamentales:

1º Miró es el fundador del Sevilla FC, y primer presidente, no llega a Sevilla hasta 1907.

Su texto:

«el primer presidente del «Sevilla FC» NO fue Jose Luís Gallegos, sino Jose María Miró Trepat»

2º La Sociedad de 1905 no es la misma que funda Miró en 1908, diferencias entre «club» y «sociedad».

Su texto:

«La fecha de 1905 debe estar presente en los corazones de los sevillistas pues al fin y al cabo supone el origen sentimental del Sevilla FC fundado en 1908. Muchos de los que fundaron el Sevilla FC de 1908 participaron en la fundación de la «Sociedad de football» de 1905, y es loable y lógico pensar que ambos grupos tienen una íntima relación entre si. Hasta ahí todos estamos de acuerdo, pero si bien la vinculación «sentimental» entre ambos grupos es indudable, la legal es claramente imposible a la luz de todos los datos aquí presentados ya que también a partir de este momento, existe un fundador del «Sevilla FC» que no fundo la «Sociedad de football» de 1905, a todas luces desaparecida.»

3º En el hipódromo de Tablada no se jugó al football hasta febrero de 1908.

Su texto:

«Esto demuestra, que en el «hipódromo de Tablada» no se jugó al football hasta Febrero de 1908″

4º La Sociedad dejó de tener vida entre 1906 y 1908.

Su texto:

«La «Sociedad de football» de 1905, por las razones que fueran, dejó de tener vida entre 1906 y 1907, sus integrantes debieron no seguir la estela de sus promotores, o la dejaron de lado languideciendo desde la óptica organizativa. El football se siguió practicando en Sevilla a modo aficionado.»

«desde mediados de 1906 y hasta mediados de 1908 no existieron noticias ni del Sevilla FC ni de football en Sevilla. Porque una cosa clara es que realmente no existen noticias ni tan siquiera de football «no organizado» por ninguna sociedad, a modo de partidas esporádicas de football en las que intervinieran los jóvenes de Sevilla.»

5º Las Bodas de Plata y la inscripción en el Registro de Asociaciones.

Su texto:

«Si organizaban las Bodas de Plata en 1930 (Sociedad de Football), habría que invitar a todos los fundadores del club que continuasen vivos, que en el año que estamos hablando (1930) eran la mayoría. Pero dirían: ¿Que hacemos con Miró?»

Y este otro:

«En Junio de 1908 se forma Junta directiva, y varios meses después la sociedad queda definitivamente constituida. De nuevo, pocos meses después, en Marzo de 1909, la Sociedad «Sevilla Football Club» se inscribe en el libro de Registro de Asociaciones del Gobierno Civil de Sevilla, quedando así legalmente registrada.»

El resto del artículo es repetir estos argumentos, con múltiples redacciones, llegando a utilizar citas periodísticas, en algunos casos, para un argumento y para el contrario.

Todo ello para rematar de la siguiente forma:

Su texto:

«Para entender el surgimiento en 1908 del SFC era imprescindible encontrar la pieza del puzzle que faltaba: Miró Trepat, justo a 500 km. de distancia de nuestra Sevilla.»

Para elaborar esta teoría el Sr. Zancarrón NO HA PRESENTADO NI UN SOLO DOCUMENTO, TESTIMONIO O RECORTE DE PRENSA EN EL QUE SE MENCIONE LA DISOLUCIÓN DEL CLUB DE 1905 Y TAMPOCO NI UNO SOLO QUE CITE QUE EL CLUB SE FUNDA EN 1908.

Son, con sus propias palabras: «INDICIOS MÁS QUE DATOS CON PESO ESPECÍFICO».

Estamos ante la teoría del «Poncio Pilato fue crucificado, muerto y sepultado, porque lo pone aquí.» Lean el Credo de la Iglesia Católica, verán como lo pone.

Es un procedimiento que saca una frase de contexto y la hace un todo.

Vayamos a lo nuestro, una vez quitada la paja del artículo, y apartado el grano, pongamos nuestras cartas sobre la mesa.

 1º Miró es el fundador del Sevilla FC, y primer presidente. ¡INCORRECTO!

Aprovechando un artículo sobre la inauguración del Campo del Mercantil en 1913, escrito en Barcelona, en el que se hace referencia a que el Sr. Miró es «fundador».

Es la piedra angular de la teoría, de hecho repite la ilustración seis veces, cuando con una sería suficiente. No por enseñar el ocho de picas cinco veces, tienes repóker (además, sería trampa porque solo hay cuatro ochos en la baraja). Sigue siendo el ocho de picas, por muchas veces que se enseñe.

La misma revista lo vuelve a citar como «fundador» en otro número posterior. Tras muchas vueltas y repeticiones se manifiestan los testimonios de esta afirmación de Miró como fundador, uno de ellos, su hija.

Cito textualmente al Sr. Zancarrón:

«Nuestras pesquisas nos llevaron a conocer que D. Juan Segura, el historiador del C.D. Español de Barcelona, había tenido contacto directo con la hija de Jose María Trepat en Madrid, en 1974, con motivo de la elaboración de su primer libro sobre la historia del club periquito. Su hija, María Teresa Miró Barbany, en el momento de la entrevista del Sr. Palomares, tenía 73 años y suponemos por tanto que habrá fallecido. Esta señora vivía en la calle Viriato, de Madrid.»

No pongo en duda la honorabilidad de la señora Miró, pero tengamos en cuenta que si en el 74 tenía 73 años, en el 7 (año en el que con toda probabilidad llegó Miró a Sevilla), tenía 6 años. ¿Seguro que recordaba con precisión lo que hacía su padre hace 67 años? De hecho la teoría se refuerza al vivir la señora en la calle Viriato.

Otro testigo, don José María Romero

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«Quiero ante todo aclarar que el primer Presidente del Sevilla fue D. José M.ª Miró y no D. Joaquín Gallego como se ha dicho en estas entrevistas».

Entendemos que se refiere a José Luis, que no a Joaquín Gallego. Implícitamente está citando a otros testimonios, «como se ha dicho en otras entrevistas» que contradicen su declaración. Según el Sr. Zancarrón y el Sr. Romero Acosta, el resto de los entrevistados mentiría y sólo el Sr. Romero dice la verdad.

Probablemente, alguna de estas citas confundieran a anteriores investigadores, que al desconocer la fecha de la llegada a Sevilla de Miró Trepat lo incluyeran entre los fundadores.

Aunque con los nuevos datos que van apareciendo, y que contradicen este planteamiento, podemos ir colocando a cada personaje en su sitio.

No tenemos que ir tan lejos, basta con seguir leyendo el artículo y el Sr. Zancarrón nos pone encima de la mesa el argumento que pretendíamos utilizar:

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Curiosamente, se desmiente solo, aporta una «prueba» irrefutable de un testigo que dice que Miró fue el primer presidente, y unos párrafos más abajo nos enseña el nombramiento de una directiva en 1908 en la que no aparece Miró, ni siquiera de vocal, cargo este al que accedió en 1909.

Añade el Sr. Zancarrón:

«Y es que es evidente que todo parece indicar que el Sevilla FC que hoy conocemos se fundó a partir de la llegada de Miró Trepat a Sevilla y que por tanto él es considerado como el fundador y para muchos, como es el caso del Sr. Romero Acosta, se podría considerar como el presidente honorífico o en funciones; aunque el cargo legal lo ostentara, en 1908, D. Carlos García.»

Sr. Zancarrón, ¿literalidad o interpretaciones? Lo de honorífico o en funciones lo está diciendo usted, no el Sr. Romero. ¿Vale el testimonio como está o lo reinterpretamos? No vale usar un argumento para una cosa y para la contraria ¿fue el primer presidente o no?

Hasta ahora, quien ha pedido información desde Cuadernos de Fútbol, solicitaba que la información se mandara a esta revista, para desde aquí distribuirla, el Sr. Zancarrón nos presenta un nuevo sistema de hacer llamamientos (omito el nombre del foro bético citado):

«Por nuestra parte no hemos podido acceder a la entrevista entera, pero estamos seguros de que es más suculenta de lo que aparenta, aunque con lo que tenemos ya es mucho sin duda. Desde aquí hacemos un llamamiento a aquellos que la posean que por favor la transcriban íntegramente en el foro de ********.com.»

Pero. Ojo!, no queda ahí la cosa. Otra de las cosas sorprendentes (¡vaya coincidencia!) es lo que viene reflejado en la historia del Sevilla FC, publicada por el ABC, al tratar el asunto de la creación del club:

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 «…nombres como Joaquín Valenzuela, Benito Romero, los hermanos Laffita, Jose María Castañeda o Paco Alba se unieron al de José Luis Gallegos para hacer realidad esta idea. Las reuniones se celebraban en el bar Tupinamba, propiedad del futuro presidente del Club, José Miró, o en el propio domicilio de Paco Alba. Carecían de toda oficialidad…»

No es de extrañar que en 1905 se reunieran en Tupinamba. Cafés Tupinamba nace en Barcelona en 1897. En aquellos días, el café tomado fuera de casa era todavía una novedad y se vendía a granel. Tupinamba abrió sucursales por toda España, en 1905 ya contaban con 47, entre ellas la de Sevilla.

El Club de Sevilla venía jugando al fútbol desde mucho antes, y no es hasta que sus compañeros onubenses le proponen oficializarse hasta que no empiezan los trámites:

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Las reuniones con carácter formal o con oficialidad, en «tiempo real» les gusta decir a algunos, se celebraron en el Centro Mercantil, como dejó constancia de ello la prensa.

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Además, en el mismo recorte de ABC que nos aporta el Sr. Zancarrón dice también: «Cuando el pueblo sevillano estaba pendiente de la boda de Alfonso XIII, la retirada del torero Chicuelo, o la visita a Sevilla de la Reina Alejandra de Inglaterra, en 1905, la fundación del club se hará realidad.» A este «pequeño» detalle no le da importancia y no lo trascribe.

Claro, que en el recorte que nos muestra el Sr. Zancarrón aparece la palabra «Miró», aunque curiosamente no es citado entre los que «empezaron a plantear la posibilidad de crear oficialmente un club.» ¿Recuerdan lo de Pilatos?

A algunos de estos jóvenes les faltaba todavía algo de preparación, recordemos a Camilo Bel, estudiante de medicina que llegó desde Cádiz, y el Club de Foot-Ball, de Sevilla, (sic) en noviembre de 1905, tenía que aplazar los partidos y las invitaciones:

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No nos olvidamos que el protagonista de esta historia no es otro que José María Miró Trepat, y, claro está, no iba a permanecer callado, así que toma la palabra:

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(Como siempre hay quien lee lo que quiere, diremos que «iniciando» es un gerundio, y que el gerundio expresa una acción o estado durativo. No dice que él inició el club, sino que lo presidió cuando estaba «iniciando». No hay que olvidar que los primeros triunfos sonoros vinieron con la Copa de Sevilla de 1912, jugada en 1913, o la inauguración del Mercantil, otro hito brillante de ese año.)

Volviendo al telegrama, el propio Miró dice «tuve el honor de presidir desde 1912 a 1914«. ¿No quedamos en que se fundó en 1908 y Miró fue el primer presidente? A la vista del telegrama parece que se enteraron todos menos el propio Miró, probablemente no le habría informado el Sr. Romero.

Este telegrama se envía con motivo de la obtención de la primera liga, primer campeonato absoluto de España ganado por el club, que podría considerarse el segundo si el CIHEFE aplica a la Copa de S. E. el Generalísimo de 1939 el mismo criterio que el utilizado para los campeonatos de España jugados entre 1910 y 1928.

Lógicamente, los documentos en tiempo real del propio interesado parecen desmentir la memoria, cariñosa, de sus amigos y conocidos. Si a usted le preguntaran por un amigo del instituto o la facultad, incluso de su pandilla cercana, lo ubicaría perfectamente en el grupo, ¿pero podría usted asegurar cuándo se incorporó? Algunas veces recordamos a alguien que estuvo con nosotros desde siempre, hasta que alguien nos aclara que se incorporó en segundo, que vino de Segovia con su hermano.

Este telegrama no termina en sí mismo, ya que si Miró preside al Sevilla Fútbol Club en 1914. ¿Cómo encaja esta pieza?

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Miró dota de nuevas estructuras al club, la inauguración (que por seis veces nos muestra el Sr. Zancarrón) del Campo del Mercantil, la participación en nuevas competiciones que se están creando, la incorporación a la federación, la creación (en 1913) de la revista «Sport Sevillano«, medio oficial del club. Miró fue el impulsor y promotor del Sevilla FC «moderno» de su época. Revitalizó el club, eso es indiscutible.

De estos Estatutos, los ejemplares existentes conocidos son tres, que sepamos, siendo los que se entregaron a todos los socios de aquella época. Algunos se amparan en que el hecho de que no pudiesen estar firmados de puño y letra por el Gobernador de entonces sería una muestra de falsificación. ¿Tiene usted en su casa un ejemplar de la Constitución? ¿Está firmada por el Rey?

Dicho esto, el asunto que nos ocupa realmente es el de cuando se redactó la reforma de los estatutos sevillistas. El hecho es que coincide con la estancia en la presidencia de Miró Trepat. En su artículo primero, dichos Estatutos, dicen que el Sevilla FC se fundó en 1905.

En la Asamblea del 27 de junio de 1914 se aprueban los Estatutos sevillistas donde se expresa textualmente que el Sevilla FC se funda en 1905 y lógicamente quien los redacta es la junta directiva de Miró, que debió dar su visto bueno. Implícitamente Miró dice que él no es el fundador, porque si llegó en 1907, no pudo fundar al club en 1905, salvo que estuviera por Sevilla en aquellas fechas, dato que desconocemos.

Resumiendo:

– Miró afirma que no fue el primer presidente del Sevilla Fútbol Club en 1908.

– Miró afirma que el Sevilla se legalizó el 14 de octubre de 1905.

 

2º La Sociedad de 1905 no es la misma que funda Miró en 1908. ¡INCORRECTO!

Dice el Sr. Zancarrón:

«La fecha de 1905 debe estar presente en los corazones de los sevillistas pues al fin y al cabo supone el origen sentimental del Sevilla FC fundado en 1908. Muchos de los que fundaron el Sevilla FC de 1908 participaron en la fundación de la «Sociedad de football» de 1905, y es loable y lógico pensar que ambos grupos tienen una íntima relación entre si. Hasta ahí todos estamos de acuerdo, pero si bien la vinculación «sentimental» entre ambos grupos es indudable, la legal es claramente imposible a la luz de todos los datos aquí presentados ya que también a partir de este momento, existe un fundador del «Sevilla FC» que no fundo la «Sociedad de football» de 1905, a todas luces desaparecida.»

Nunca, absolutamente nadie, ni tan siquiera sus contemporáneos del Balompié cuestionaron la fecha de oficialización sevillista. Con la rivalidad existente desde el principio ¿no podrían haberlo manifestado? Pues claro, pero nadie dijo nada.

Existen pruebas incluso de que los componentes del primitivo Balompié hablan de que cuando ellos llegaron, los sevillistas ya estaban allí, sin dar fechas. Hablan de los enfrentamientos del Sevilla con el Recreativo de Huelva, pues fueron testigos de ello.

La primera de todas ellas es en referencia a que en aquellos años, las fundaciones de los clubes no se parecían en nada a las que hoy en día se suceden. No podemos analizar estos hechos con los ojos centrados en la actualidad, algo que el Sr. Zancarrón hace frecuentemente.

El Sevilla Football Club, por indicación de los miembros del Recreativo de Huelva, que acababa de tramitar su inscripción «a la española» debía seguir los pasos «oficiales». El Sevilla Fútbol Club realiza las actuaciones pertinentes.

Los documentos, en tiempo real, de la oficialización del Sevilla Fútbol Club ya se ofrecieron en Cuadernos. Estos documentos, que se desconocían hasta hace unos meses, están publicados aquí: «Sevilla Foot-ball Club, 1905, los documentos».

La argumentación del Sr. Zancarrón está basada en que Sociedad de Football y Club de Football son dos organizaciones distintas, por el mero hecho de variar la nomenclatura, ya que no aporta ninguna prueba de esta disolución. Además, independientemente que todos los socios que aparecen citados, sean los mismos. Es más llega a decir:

«supone el origen sentimental del Sevilla FC fundado en 1908. Muchos de los que fundaron el Sevilla FC de 1908 participaron en la fundación de la «Sociedad de football» de 1905, y es loable y lógico pensar que ambos grupos tienen una íntima relación entre si.»

Al menos es «loable y lógico» pensarlo, muchas gracias por su deferencia. Ya hemos probado que no es un origen sentimental, sino legal, pero claro, volvemos a la teoría del «Poncio Pilato fue crucificado, muerto y sepultado, porque lo pone aquí.» Lean el Credo de la Iglesia Católica, verán como lo pone. Otra vez la literalidad de una expresión sin querer ver el contexto.

El CIHEFE, publicó en el número 18 de esta revista el artículo «Sociedades y equipos: criterios para un análisis histórico«, donde se definía qué sociedades podrían entenderse como desaparecidas y cuáles no y para ello determinó algunos parámetros:

«Los cambios de nombre o los traslados de residencia no implican cambio de sociedad ni de equipo. Por ejemplo, el Guadix C.F. se traslada en 2005 a Granada y cambia de nombre a Granada Atlético C.F.; sigue siendo la misma sociedad y el mismo equipo.»

Es más, estamos rebatiendo un asunto del que no aporta ni una sola prueba. ¿Dónde aparece que se disolvió o extinguió la Sociedad de 1905? ¿Dónde está el dato de la constitución de 1908? Yo les contesto, en la imaginación del Sr. Zancarrón, haciendo encaje de bolillos con cuatro palabras sueltas. ¿Digo otra vez lo de Pilatos?

En octubre de 1905, existe en Sevilla una única sociedad dedicada al Foot-ball, su denominación en la prensa y otras publicaciones es Sociedad de Foot-ball. No tenemos de esa fecha ningún documento oficial del club, solo conocemos su referencia en la prensa. En la prensa de Huelva, como hemos visto se refieren a esta sociedad como Club de Foot-Ball de Sevilla.

La «Guía de Sevilla y su provincia (Gómez Zarzuela)» de 1906 la cita como «Sociedad de Foot-ball» transcribiendo literalmente la cita de un periódico, incluidas las erratas en los nombres. Aparecen en la guía; el domicilio social de la entidad, el nombre del presidente, del secretario y de cuatro vocales, por supuesto todos miembros del Sevilla F. C. sin género alguno de duda.

El artículo del Sr. Zancarrón plantea, sin aportar ni un solo dato documentado, que esa sociedad desapareció al poco de crearse. De ser esto cierto, sería imposible ver en alguna crónica de años posteriores un encuentro jugado por esa supuestamente extinta sociedad, a no ser que permaneciese en el tiempo unos años más, compartiendo escenario futbolístico con el Sevilla Football Club y el resto de equipos de la ciudad.

Llevando el argumento al absurdo, si Sevilla Fútbol Club sustituye a Sociedad de Football de Sevilla no pueden jugar las dos el mismo día y a la misma hora contra el mismo rival. ¿Es fácil? Pues no todo el mundo lo entiende.

El 31 de marzo de 1910, fecha en la que yo no se pone duda que el nombre de la entidad es Sevilla Fútbol Club, se disputa en Sevilla, en el Prado de San Sebastián, una copa donada por el Ayuntamiento hispalense, enfrentándose los equipos del Club Recreativo de Huelva y la Sociedad de Foot-ball de Sevilla. Eso al menos es lo que recoge El Noticiero Sevillano el 1 de abril de 1910:

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Sociedad de «Foot-ball» de Sevilla, con mayúscula en las letras iniciales, como todo nombre propio. La crónica la realiza un periodista local, por lo que conoce perfectamente el nombre del equipo, o al menos como se le denomina en el ámbito sevillano.

El cronista aporta la alineación de la Sociedad de Foot-ball de Sevilla: «Smith, García Martínez, Romero, Lucas, Labourdette, Castañeda, Leconte, Ramos Asencio, Mackenzie, Lafita y Carretero.»

Casualmente todos, absolutamente todos, son socios y equipiers del Sevilla Foot-ball Club…Evidentemente se trataba del Sevilla F. C., también conocido como la Sociedad de Foot-ball de Sevilla.

Un mes más tarde se hace eco del partido la revista catalana Los Deportes donde se insertan las fotografías de ambos equipos y donde al Sevilla lo nombran por su denominación oficial: «Sevilla Foot Ball Club».

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Podríamos citar multitud de ejemplos de esa dualidad sociedad-club de principios de siglo, hablando del Sevilla Fútbol Club, pero creemos que basta con este.

Le volvemos a emplazar a que lea «Sociedades y equipos: criterios para un análisis histórico«, para apreciar la diferencia semántica y legal. Del resto de España, que también encontramos una auténtica multitud de casos, solo vamos a citar sólo dos de ellos.

Nos quedamos con una cita del Madrid Foot-ball Club (Real Madrid Club de Fútbol, como habrán adivinado, en la actualidad)

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Alude el periódico, La Época del 10 de abril de 1907, a una prueba de este deporte -fútbol-, organizada por el presidente de la Sociedad de Foot-ball de Madrid, Sr. Padrós. Como todos sabrán, Carlos Padrós, fue presidente del Madrid Foot-ball Club y uno de los pioneros en el intento de creación de la primera Federación Española de Clubs (o de Sociedades, como figuraba en sus primitivas cartas) de Fútbol en 1909.

Esto otro que se publicaba en Barcelona en 1903 es muy jugoso:

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El Sevilla Fútbol Club, no solo no había cambiado de nombre, sino que era el mismo desde 1905, como lo podemos ver en una carta oficial del club, carta manuscrita de Manuel Zapata, socio de los de 1905, que envió al jugador Ismael el 21 de septiembre de 1922, con membrete del Sevilla FC, donde aparece el año de fundación del Club. La traemos aquí por cortesía de la familia de Ismael, propietaria del original de esta carta.

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La revista Stadium, como bien se ha encargado de recordarnos el Sr. Zancarrón, coloca como fundador al Sr. Miró, en este caso del «Football Club Sevilla» ¿Un tercer club? En esta imagen podemos ver también la «Copa de Sevilla», jugada en 1913.

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Ahora me gustaría mostrarles una foto de 1913 donde aparecen cuatro presidentes sevillistas juntos, entre ellos Miró Trepat. En el centro una copa, que les invito que comparen con la que «Copa del Ayuntamiento» ganada por el equipo del «Football Club Sevilla» que acabamos de ver en «Stadium«. Los señalados, de izquierda a derecha son: Carlos García Martínez, José Luis Gallegos, Paco Alba y José M.ª Miró Trepat.

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– «Sociedad de Foot-ball de Sevilla» y «Sevilla Fútbol Club» son exactamente lo mismo.

– No se ha aportado ni un solo indicio que dude de la continuidad o disolución de la oficializada en 1905.

– Los documentos oficiales del club llevan membrete con el año 1905.

 

3º En el hipódromo de Tablada no se jugó al football hasta febrero de 1908. ¡INCORRECTO!

En esta afirmación parte de sentar una premisa errónea, que es la de considerar el escenario de Tablada como el campo del Sevilla Fútbol Club, lo cual no fue así.

En cualquier compendio de historia sevillista que se consulte, los escenarios que se citan en los primeros años del siglo XX, se sitúan en diferentes ubicaciones, no siendo Tablada el lugar principal. Veamos solo un ejemplo de cada uno de ellos, por no extendernos demasiado.

Prado de San Sebastián, y La Trinidad en un mismo recorte, para no extenderse en citas:

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Por cierto, Camilo Bel nos habla de la fundación del Sevilla F. C. en 1905. Aquí tenemos otro «fundador», como Miró, este de 1905.

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Con este recorte pretende probar el Sr. Zancarrón la inexistencia del Sevilla Fútbol Club en 1908 y dice:

«Esto demuestra, que en el «hipódromo de Tablada» no se jugó al football hasta Febrero de 1908″

Claro que si ponemos la noticia completa vemos que el campo pertenece a la sociedad de tiro de pichones, que no al Sevilla Fútbol Club.

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Por otro lado, baste recordar que muchos de los primeros partidos que se jugaron en Madrid o Barcelona, lo hicieron en las instalaciones de sus hipódromos. Curiosamente, en Barcelona, los sportmen practicaban el fútbol en invierno y el remo en verano, igual que los sportmen sevillanos. En un hipódromo, el Madrid F. C. convocó una «Copa de España», la Copa de 1902, que nos narró en Cuadernos de Fútbol, con interesantísimos detalles, José del Olmo. ¡Y la copa se convocó sin estar acondicionado el hipódromo!

El asunto que tenemos entre manos es saber si en Tablada se jugó al fútbol antes de 1908. Así que veamos lo que nos dice el artículo del Sr. Zancarrón:

«<<Dichos señores (…) también tienen el propósito de implantar un campo completo de estos juegos ingleses como son a más de los mencionados, el golf, el lawn tennis y el foat ball>>

 En otras palabras, que en Febrero de 1908 se iba a implantar un campo para jugar al football en el hipódromo de Tablada.

Pero, ¡¡un momento!!: Si según algunos ya se jugaba al football en la Dehesa de Tablada, entonces ¿Para qué hacer un campo de football en Febrero de 1908?. Como ven poco a poco estamos cerrando el círculo y atando algunos cabos. Pero sigamos, que hay más.

Esto demuestra, que en el «hipódromo de Tablada» no se jugó al football hasta Febrero de 1908. Esto contradice a aquellos que «quisieron leer» en el texto de Masferrer que también se jugaba al football. Lamentamos que para algunos valga cualquier cosa con tal de tratar de demostrar el «estado vivo» de esa «Sociedad de football» de 1905.

Y es que Masferrer efectivamente apunta a que en Tablada se jugaron deportes como polo, golf y otros sports importados de Inglaterra, como el Cricket y el Hockey (como hemos leído en el recorte de prensa), pero el football, amigos y enemigos,….el football, NO. De ser así efectivamente no habría necesidad de implantar en 1908 un campo o terreno para la práctica del football porque ya lo habría.»

Todo esto es tal y como está redactado por el Sr. Zancarrón, «corta y pega» sin saltarme un párrafo.

En el primero de estos párrafos dice: «juegos ingleses como son a más de los mencionados, el golf, el lawn tennis y el foat ball» y un poco más adelante aclara: «Masferrer efectivamente apunta a que en Tablada se jugaron deportes como polo, golf y otros sports importados de Inglaterra, como el Cricket y el Hockey (como hemos leído en el recorte de prensa), pero el football, amigos y enemigos,….el football, NO

El Sr. Zancarrón tiene perfectamente claro que deportes se importaron de Inglaterra y cuales no, y eso lo decide por que «que en el «hipódromo de Tablada» no se jugó al football hasta Febrero de 1908

Los lectores Cuadernos de Fútbol ya lo conocen porque nos hemos referido a ello en tres ocasiones distintas: primero contamos la partida de 1890, luego comentamos la de 1891 y por último dimos a conocer que hasta en Nueva Zelanda sabían que en Sevilla se jugaba al football en el Hipódromo.

Es más, también conoce que en la Dehesa de Tablada, zona de esparcimiento de la Sevilla de finales del XIX y principios del XX, se jugaba al fútbol, aunque no fuera en las propias instalaciones del hipódromo, ya que nos dice también:

«Pero, ¡¡un momento!!: Si según algunos ya se jugaba al football en la Dehesa de Tablada, entonces ¿Para qué hacer un campo de football en Febrero de 1908?

Pues la verdad, en lo que afecta al Sevilla Fútbol Club, que para nada, ya que como hemos indicado antes el Sevilla Foot-ball Club jugaba en la Trinidad o en el Prado de San Sebastián.

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– En el Hipódromo de Tablada se jugó al Foot-ball con anterioridad a 1908.

– En los años próximos a su oficialización en 1905, el Sevilla Fútbol Club solía jugar en el Prado de San Sebastián o junto a la Fábrica «La Trinidad».

 

4º La Sociedad dejó de tener vida entre 1906 y 1908. ¡INCORRECTO!

Independiente de que esto va a ser rebatido convenientemente, incluso admitiendo que esto fuera cierto, que no lo es, no sería menoscabo, atendiendo los criterios del propio CIHEFE en el artículo «Sociedades y equipos: criterios para un análisis histórico«, donde se hablaba de la posible suspensión de actividades:

«La suspensión indefinida de sus actividades sin precisar la intención de reanudarlas en el futuro puede entenderse también como una desaparición, a menos que reanude sus actividades.»

Estaríamos ante un caso, en el peor de los escenarios, en el que se podría contemplar una suspensión de actividades, pero en el que claramente después fue reanudada.

Nos dice el Sr. Zancarrón:

«La «Sociedad de football» de 1905, por las razones que fueran, dejó de tener vida entre 1906 y 1907, sus integrantes debieron no seguir la estela de sus promotores, o la dejaron de lado languideciendo desde la óptica organizativa. El football se siguió practicando en Sevilla a modo aficionado.»

Esta es la clave, sí señor: «el football se siguió practicando en Sevilla a modo aficionado.«

Ni profesionalismo marrón, ni amateur compensado, ni más zarandajas. Mientras que en España el fútbol profesional seguía avanzando y se daban los primeros pasos para constituir la LFP y se andaba en conversaciones para que el Banco de Bilbao (uno de los precursores del BBVA) patrocinara la liga, en Sevilla todavía jugaban, en 1907, «a modo aficionado«. Créanme, es muy difícil rebatir este argumento, porque estamos totalmente de acuerdo: se siguió practicando el football y los sevillistas de aquella época eran aficionados. No hemos encontrado ninguna nómina.

Por si no nos ha quedado claro, el Sr. Zancarrón, nos dice lo mismo de forma diferente:

«Otro hecho cuando menos curioso y significativo es que en la provincia onubense, desde 1906 el Huelva ya jugaba la Copa del Rey en Madrid…entonces, ¿si había un club como la «sociedad de football» porqué nunca se jugó con un club tan cercano?, ¿no es extraño?, ¿no es más que significativo?…¿no será que es que simplemente no existía? Sí, ya sabemos que son simples coincidencias, pero que unidas a tantas otras y los nuevos documentos que estamos mostrando, resultan que completan un puzzle, ¿no les parece?»

Aquí podemos añadir otro de los puntales de la teoría, el viaje de Masferrer, sobre el cual el Sr. Zancarrón afirma: «lo que es de football en Sevilla: NI LO NOMBRA.»

Ya saben, si Masferrer no lo nombra no puede haber football en Sevilla, así de contundente. En aquella época no había partido todos los domingos, obviedad que no habría que recordar. Masferrer realiza un gira por España en las fechas previas a la publicación del artículo que cita el Sr. Zancarrón, y esta se produce el día 17 mayo de 1906. De esta forma «solo» puede informar de lo ocurrido hasta esa fecha y no de lo que ocurrirá después, otra obviedad.

Hablamos del mes de mayo de 1906, si hubiera tenido la suerte de pasar por Sevilla solo unos días antes, podría haber presenciado el encuentro que recogía «La Provincia«:

Lástima que llegara unos días más tarde, aunque todos lo tenemos claro, que si Masferrer no nombra la palabra football, en Sevilla no había football. Da igual que un periódico recoja días antes que se va a jugar un partido. De camino se podría haber enterado de la existencia del «Club Recreativo de Huelva«, que según el Sr. Masferrer, «no existía» (permítanme esa expresión), ya que en Huelva quien estaba era «el «Huelva football Club» que ahora mismo ha paseado por España sus colores» (sic). Esta de vez es lo de Poncio Pilatos, pero al revés, «si aquí no lo pone, no existe».

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Que el Sr. Zancarrón no tenga noticias no quiere decir que no las haya. Además, precisamente, tome buena nota, dice usted que en 1907 no tiene ninguna noticia de fútbol en Sevilla, recuérdelo para otros casos. Nosotros sí tenemos noticias, y precisamente de partidos contra el Recreativo. Esto es lo que nos contaba José González Pérez en la «Historia del fútbol en Huelva y su provincia«:

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Vamos ahora con lo que el propio Sr. Zancarrón califica como «algunos «indicios» más que en datos con peso específico.»

«Ha quedado definitivamente constituida en esta ciudad (…) la novel Sociedad de foot-ball…con el título es <Sevilla Football Club>»….

Y es que ahora entendemos realmente eso de que «ha quedado definitivamente constituida la novel sociedad». Madre de Dios, vaya pareja de baile que hace esta noticia del «Mundo Deportivo» con esta otra que ya hemos visto y que no conviene perder de vista:

Lo que es evidente es que no es normal ni lógico que una sociedad tarde en constituirse 3 años. Es más, si «queda definitivamente constituida» es que antes no lo estaba; lo cual significa a cualquier efecto que justo en ese momento comienza a estar legalmente conformada. Pero sigamos.

Y es que de entrada, de la noticia aparecida en el «Mundo deportivo» nos llama la atención el adjetivo «novel». Veamos…vamos a coger el «comodín del diccionario». Acudamos al diccionario de la Real Academia Española de la Lengua para conocer el significado del adjetivo NOVEL: (Del cat. novell, nuevo).

<<Que comienza a practicar un arte o una profesión, o tiene poca experiencia en ellos>>

Resalto primero que etimológicamente el adjetivo proviene de «novell, NUEVO, y también resalto la frase «Comienza a practicar» para que la gente lo entienda: Algo que comienza es algo que antes no existía. Al menos así nos lo enseñaron en la EGB. Saquen sus conclusiones, por favor.

Así que perfectamente y según la RAE podríamos hablar de que «ha quedado definitivamente constituida la nueva sociedad llamada Sevilla football Club».

Le diré al Sr. Zancarrón que yo también estudié Lengua Española en la E. G. B., y también me enseñaron que hay palabras polisémicas. Así que en el mismo diccionario podemos leer:

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Sin contradecir al periodista podríamos interpretarlo como «queda ya constituida, sin duda alguna, (debido a sus titubeantes comienzos, añado) una sociedad que todavía no ha tenido enfrentamientos importantes«. Eso podría ser, también, una lectura con el diccionario en la mano, de lo que pone el texto. Por cierto, en su propia cita textual de la definición escribe el Sr. Zancarrón para «novel»: «o tiene poca experiencia en ellos.» ¿Por qué subraya sólo la primera parte de la definición? ¿No le gusta la segunda?

Pero el asunto no es ese, la cuestión es que la sociedad ya estaba oficializada desde 1905, aunque su actividad fuera escasa, y en ese momento es cuando resolutivamente despega la sociedad. Recuerdo que junto a ese artículo del periodista no hay, en ese 1908, ninguna noticia de constitución de la sociedad.

Dice el Sr. Zancarrón: «Reconocemos que las conclusiones que ahora estamos sacando eran impensables o carecían de lógica o credibilidad si no tuviéramos la pieza que faltaba: La participación y el importantísimo papel de D. Jose María Miró Trepat, no solo para el Sevilla FC, sino para el football Sevillano entero. Ahora, con esa pieza todo tiene mas sentido, sin duda.»

Por supuesto, la piedra angular del proyecto es que Miró fue el fundador, lo cual ya ha sido ampliamente desmentido.

Añade el Sr. Zancarrón:

En cuanto a lo de los 80 jóvenes apuntados nos resulta lógico pensar que la sociedad Sevillana seguía practicando football, y que en cuanto se organizara un club, la mayoría se simpatizantes a este sport se unieran a ese Club, pero eso tuvo que ser a partir de 1907, porque de haber sido en 1906, es de suponer que Masferrer habría tomado buena nota, ¿no?.

Sobre todo si de ese club tenemos noticias de que lleva jugando un montón de años…

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5º Las Bodas de Plata y la inscripción en el Registro de Asociaciones. ¡INTRASCENDENTE!

Las Bodas de Plata según el Sr. Zancarrón:

«Vamos a dar nosotros por lo menos una explicación argumentada en base a los datos encontrados y expuestos en este artículo:

Los mandatarios del Sevilla F. C. al ser muchos de ellos en 1930 los que fundaron la «Sociedad de Football» no quisieron olvidarse nunca de su primera obra, por lo que intentaban rescatar a toda costa la fecha de 1905 como la fundacional, pero llegados a tan importante fecha había un serio problema.

Si organizaban las Bodas de Plata en 1930 (Sociedad de Football), habría que invitar a todos los fundadores del club que continuasen vivos, que en el año que estamos hablando (1930) eran la mayoría. Pero dirían: ¿Que hacemos con Miró?.

Si no se le invita, el feo gesto que se le hubiera hecho a un fundador, ex-Presidente y además el que construyó el primer campo estable de la historia del club, además de un importante político de la Villa y Corte, hubiese sido intolerable.

Ante esta situación tan difícil, viendo que la celebración podría traer polémicas (¿Sr. Romero Acosta?) y malos entendidos, optaron por no celebrar tan importante fecha y esperar otros 25 años para dejar que los estragos que hace el paso del tiempo en las memorias y la biología hiciesen el resto.»

Este texto deja las siguientes afirmaciones:

-al ser muchos de ellos en 1930 los que fundaron la «Sociedad de Football»

– intentaban rescatar a toda costa la fecha de 1905

– invitar a todos los fundadores del club que continuasen vivos

– ¿Que hacemos con Miró?

– la celebración podría traer polémicas

– optaron por no celebrar tan importante fecha

¿De verdad que eso se puede pensar así? ¿De verdad que eso se puede utilizar para decir que el Club se fundó en 1908?

En la primera afirmación se contesta: al ser muchos de ellos en 1930 los que fundaron la «Sociedad de Football». Los que fundaron esta sociedad son lo que fundaron el Sevilla Fútbol Club, como llevamos exponiendo desde el principio.

Además, estos de 1930, el 15 de octubre de 1905 se reunieron en el Pasaje de Oriente y firmaron un documento entre todos los presentes en el que se emplazaban a celebrar «los cincuenta años de la fundación del Club«, que no las Bodas de Plata.

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El Registro de Asociaciones. Veamos que nos quiere decir aquí el Sr. Zancarrón.

LOS ÚLTIMOS CABOS SUELTOS TERMINAN ATÁNDOSE:

«Además en 1908…¿Definitivamente constituida?, ¿es que en 1905 no estaba ya constituida?, ¿no habían presentado ya los papeles en el Gobierno Civil de Sevilla?, ¿es que eso no es trámite suficiente para que una sociedad quedara constituida?.

a) Ahora entendemos la razón de porqué en la inscripción del «Sevilla football Club» en el registro de asociaciones en 1909 no hace referencia alguna a la «sociedad de football» de 1905: eran sociedades diferentes.

b) Y también entendemos la razón de porqué no se dirigió ningún club de football al Registro cuando éste, ya avanzado el año 1907 y tras el incendio de 1906, hizo un llamamiento a las sociedades que estuvieran registradas antes del incendio para que se reinscribieran. No olvidemos que hay sociedades con fechas anteriores a 1906 (previas al incendio sufrido por el gobierno Civil de Sevilla) que se reinscriben en 1907. Nosotros ya habíamos apuntado lo extraño que resultaba que si el Sevilla FC hubiera existido como tal en 1906 o en 1907

Yo le diría, que más que atar cabos, eso es hacer encaje de bolillos.

Podría contestarle con mis palabras, pero prefiero utilizar el varias veces utilizado artículo editorial de CIHEFE: «Sociedades y equipos: criterios para un análisis histórico«.

«La fecha de inscripción en el registro de asociaciones o en el mercantil (para las sociedades mercantiles) puede ofrecernos una cronología absoluta si los socios proceden a la inscripción para constituir la sociedad, o una cronología relativa si la inscripción la hacen una vez constituida la sociedad. A priori no podemos saber si nos hallamos ante uno u otro caso ya que la inscripción solo tiene efectos declarativos (no constitutivos); esto es, el Registro constata, declara, que la sociedad existe. No es que la sociedad se constituya mediante la inscripción.»

Aunque hay más:

«De este modo, se puede mantener que el Registro instituido por la Ley de 1887 tenía un marcado carácter declarativo, no constitutivo. Además, de todo el articulado no se puede extraer ninguna referencia a la forma o procedimiento que habría de seguir una asociación para obtener personalidad jurídica, ni mucho menos una vinculación expresa entre esta y la inscripción. En realidad debemos entender que la personalidad jurídica de toda asociación se presuponía adquirida directamente a través de su constitución. Esta opinión sin duda recoge el sistema de reconocimiento genérico de personalidad que establecía, y aún recoge, el artículo 35 del Código civil para este tipo de entidades.» (EL DERECHO DE ASOCIACIÓN EN LA HISTORIA CONSTITUCIONAL ESPAÑOLA, CON PARTICULAR REFERENCIA A LAS LEYES DE 1887 Y 1964. José Daniel Pelayo Olmedo -Doctor en Derecho por la Universidad Nacional de Educación a Distancia)

Para no extenderme, termino mostrando un par de registros de la hoja 36 del Registro de Asociaciones de Sevilla, el del Sevilla Football Club y el de quien le antecede en la lista, se llevarán una sorpresa:

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Pues sí, es la Hermandad de la Santa Caridad de Marchena, a la que todos conocen en esa localidad desde mediados del XVII, y una fecha de anotación en el Registro de 1 de marzo de 1909.

Comenzaba el Sr. Zancarrón diciendo:

«Mucho se ha vilipendiado y vapuleado a aquellos que pensábamos que el Sevilla FC actual data en realidad de 1908 y no de 1905. Lo que es cierto, dicho sea de paso, es que esa opinión estaba basada en algunos «indicios» más que en datos con peso específico. Lo reconocemos, pero ahora, con los nuevos datos encontrados parece que la fecha de 1908 se erige como la verdadera fecha de fundación del Sevilla FC«.

El ÚNICO NUEVO DATO QUE PRETENDE APORTAR ES QUE MIRÓ FUNDÓ AL SEVILLA FÚTBOL CLUB, lo cual ha sido rebatido con diferentes documentos, tanto de prensa como documentos con valor jurídico.

Si esa era la nueva pieza y se ha demostrado que se monta sobre una estructura errónea, volvemos a la situación anterior a su descubrimiento.

Sobre el resto de su argumentación, no tengo nada que objetar en cuanto a su propio resumen esa opinión estaba basada en algunos «indicios» más que en datos con peso específico.

Nuestra RESPUESTA ESTÁ BASADA EN DOCUMENTOS, esa es la diferencia.

El Sevilla Fútbol Club oficializó su situación en 1905.

Cuando tengamos más documentos, hablaremos de su fundación, que pudiera estar en el siglo XIX.




El fichaje de Herrerita por el Real Oviedo

En no pocas aproximaciones históricas y artículos periodísticos se considera el pase del sportinguista Herrerita al Oviedo, en el verano de 1933, como uno de los grandes traspasos del fútbol español de la época. En realidad no fue tal. Sirvan estas líneas como explicación de lo sucedido.

Para comprender las circunstancias que precipitaron los hechos y, de paso, presenciar la eclosión y crecimiento de uno de los grandes fenómenos del fútbol español, conviene remontarse al comienzo de la temporada 1930-31.

Lo primero que hay que señalar es que desde finales de la campaña anterior el Sporting había cedido a un grupo de socios la dirección económica y administrativa de la entidad, al mismo tiempo que emitía acciones por un total de cien mil pesetas para sanear las finanzas de la institución, y poder hacer frente a la adquisición de nuevos jugadores para el futuro. La acertada labor del G.A.S. (Grupo Auxiliar del Sporting) se presumía vital para el futuro ya que la economía del club venía lastrada por la construcción de la tribuna cubierta en 1928 y por la realidad del profesionalismo que, de acuerdo con lo señalado por la directiva: «aún dentro de los modestísimos límites a que puede reducirlo el Sporting, agota nuestros ingresos normales

A mediados de agosto se habían recaudado ya más de 80.000 pesetas entre los miembros de la Ponencia y los socios del club. Buena parte de este dinero fue empleado por los integrantes del G.A.S. en la adquisición de nuevos elementos, entre los que destacaban con luz propia Ramón Herrera y Abdón (éste, procedente del Oviedo, fichaje que levantaría una gran polvareda en la capital, asunto éste que convendría tratar en otro artículo).

Ramón se había ido al Athletic de Madrid hacía tres campañas como una figura en ciernes del fútbol español y regresaba como Herrera I «El Sabio», apelativo con el que Rienzi, cronista deportivo madrileño, había pretendido sintetizar la enorme clase y personalidad del ariete gijonés, un verdadero artista con el balón. Lamentablemente, una seria enfermedad había mermado sus facultades, y apenas había jugado en la campaña anterior, en el Betis, donde había sido cedido por el conjunto colchonero mientras recuperaba la forma.

El jugador había mostrado sus deseos de volver a Gijón, junto a su familia, para intentar restablecerse completamente, lo que facilitó en buena medida su fichaje por el Sporting.

En una entrevista publicada en el diario El Comercio el 15 de agosto de 1930 el ariete daba sus impresiones acerca de la plantilla rojiblanca. En la conversación salía a colación la figura de su joven hermano Eduardo, que mostraba unas cualidades más que notables para su edad:

 

«Creo que tienes un hermano que sigue muy de cerca tus huellas…

-Es cierto. Tiene características análogas a las mías. Le veo a veces desenvolverse por entre los chavales que forman su Club -el Sporting Cifuentino- y pienso que soy yo el que está jugando. Con siete años menos, desde luego.

Naturalmente, le augurarás buen porvenir…

-Si no se malogra, sí. Voy a ver si le llevo conmigo a los entrenamientos. Allí con el míster y a mi lado podrá salir algo muy bueno. ¡Si no se malogra!

Dios quiera que no, hombre.»

 

No tardó mucho tiempo antes de que los diarios se hicieran eco del talento del joven Herrera. A comienzos de enero de 1931 el Sporting disputó un par de amistosos para observar los progresos de los equipiers reservas, y probar jugadores jóvenes de cara al futuro. En el primer encuentro se impuso al Nacional de Madrid por un contundente 9-3, destacando sobremanera la figura de Herrerita:

«Herrera II maravilló al público. Hizo un tanto de factura brillantísima que fue ovacionado larga e intensamente. En él se pudo apreciar con claridad la gran cantidad de jugador que el chico arrastra consigo. Su dribling, hábil y perfecto, su serenidad, y, sobre todo, su inteligencia para resolver las jugadas más difíciles, hacen creer que tenemos en este muchacho la continuación de las glorias del otro. De Ramón, el Sabio«.

Conviene señalar que durante esta campaña Ramón apenas participó con sus compañeros, ya que había decidido descansar para intentar reponerse definitivamente. Mientras, su hermano continuaría fogueándose con el cuadro reserva.

El Sporting logró el título regional de 1930-31 pero no paso del cuarto puesto en la Liga de Segunda División, siendo eliminado por el Unión de Irún en la Copa en Octavos de Final.

La temporada se saldaba pues con un fracaso en toda regla, y no sólo en el aspecto deportivo. Éste era el balance que hacía el cronista José Riera en El Comercio:

«Cambió todo en el intervalo de las tres competiciones. Todo. Todo. Se acabó el entusiasmo, se acabó el dinero. El G.A.S., que todos los días se reunía, terminó por no reunirse nunca. Primero el directivo don Fulano dejó de asistir al local. Después don Mengano hizo lo propio. Y más tarde don Zutano repitió la suerte de los anteriores. Sólo uno o dos señores aguantaron hasta el final realizando verdaderas heroicidades para mantener a flote la nave. Y cuando a veces esos señores abandonaban momentáneamente el club para atender a sus asuntos particulares, los jugadores habían de atisbar al cobrador de los recibos para pedirle cantidades a cuenta. Delicioso…

Ahora… proyectos y más proyectos. Todo a base de economías, circulares a los clubs ofreciendo los jugadores que se compraron a precio de oro. Rebajas de sueldos, licenciamientos…»

Efectivamente. Al final de la campaña se concedería la carta de libertad a diversos jugadores: Pachu, Castro, Paco Quirós… También el entrenador, Mr. Galloway, abandonaría la disciplina del club, lo mismo que Abdón, que había firmado por un año, y el recién llegado Travieso. La delicadísima situación económica obligaba a la entidad a desprenderse de la mayoría de los futbolistas «importados» al inicio de la temporada, y así Chicote, Villagrá y Pepín cambiaron de aires.

Tocaba empezar de nuevo.

 

Tras los desembolsos realizados el año anterior en la adquisición de jugadores, esta vez los integrantes del G.A.S. volvieron la vista a la cantera regional para reforzar el equipo. No se trataba de una nueva estrategia o un regreso a las «raíces», las circunstancias económicas mandaban. Y con el profesionalismo imperante, incluso los futbolistas locales pedían «argumentos» de peso para fichar.

Para cubrir el puesto de entrenador se volvió a ofrecer el cargo a Manolo Meana, quien únicamente puso como condición que Domingo, el gran extremo derecho de la década de los veinte, fuera nombrado su ayudante. Meana seguiría prestando sus servicios al club de forma desinteresada. En estos tiempos de exigencias económicas desorbitadas el concurso del experimentado jugador era todo un lujo.

Un jovencísimo Herrerita, recién cumplidos los diecisiete años, formaba parte ya de la primera plantilla, haciendo su debut en competición oficial el 13 de septiembre de 1931 en la victoria rojiblanca sobre el Club Eclipse de Santander por 1-2, en el partido inaugural del torneo mancomunado con Cantabria. Poco tardó en mostrar su clase, pues a los dos minutos de juego inauguraba el marcador. Así daba cuenta del debut Pepito Pedal en La Prensa:

«Herrera «junior» se universalizará, que tal clase superior lleva dentro de su caparazón de atleta en ciernes. Herrera «junior» nos recordó en muchos momentos algunos de aquellos gloriosos detalles del Sporting de Bango, Meana y Corsino…»

Una semana después, tras el triunfo sobre el Club Gijón, Refala daba sus impresiones sobre el joven Eduardo desde las páginas de El Noroeste:

«(…) Su hermanillo tiene cosas de gran jugador, de jugador fino, y lleva en su juego el sello de la familia. Cuando le llega la pelota a los pies, sabe bien qué es lo que va a hacer con ella, aunque la retiene en exceso; pero no sube, no ayuda, no se disputa una pelota, y eso es cosa indispensable en un interior. Herrerita será un magnífico equipier a poco que corrija estos defectos«.

El Sporting acabaría en segunda posición del superregional, a un punto del Oviedo, y por encima del Racing de Santander, reciente subcampeón de la Primera División. El juego de los gijoneses fue de menos a más, aunque seguía faltando cohesión en un conjunto que resolvía sus encuentros gracias a la calidad individual de sus jugadores.

En el Campeonato de Liga, y después de un comienzo titubeante, el Sporting se afianzó en las primeras posiciones de la tabla. Buena parte del mérito de la situación del equipo correspondía a las exhibiciones de Ramón Herrera quien, tras un año apático, en esta campaña volvía por sus fueros, realizando jugadas espectaculares y marcando goles prodigiosos. La recuperación del jugador fue acogida con entusiasmo en la prensa gijonesa. Para comprender la influencia que el delantero tenía en el juego sportinguista basta leer el siguiente extracto de una crónica del diario El Comercio:

 

«Giró todo lo concerniente al match alrededor de una figura, Ramón Herrera. Ramón Herrera, el recuperado, vuelve a ser el maestro de antes, el Sabio de Rienzi. Herrera, como en aquellos memorables tiempos de hace un lustro, explicó ayer su cátedra de nuevo. Hizo cosas geniales, lindantes a un paso de lo maravilloso.

El arte de Herrera es único. A nadie sino a él lo hemos visto. Porque ni siquiera entra en los campos del malabarismo. Este vocablo parece indicado para quien hace exhibición superflua de facultades hábiles. Pero en Herrera no hay nada superfluo. Para llegar al goal contrario debe emplear ni uno más ni uno menos de los procedimientos que emplea. Todo lo mide con la serenidad del matemático, que espera, seguro de sí, el resultado de una complicada ecuación…

Le veis frente a la meta adversa dar la cara a un grupo de rivales. Y, como por ensalmo, separarse de ellos para lanzar el shoot libremente. ¿Cómo se arregla para burlarlos?

Nos entusiasma el gran jugador. Si sigue por la vía del entrenamiento metódico, de higiénica vida que se ha impuesto, ha de darnos aún grandes tardes. Y a su club muchos triunfos. ¿No querrás Ramón?«.

 

Tras la disputa de la primera jornada de la segunda vuelta, el cuadro sportinguista encabezaba la clasificación igualado a puntos con el Betis, por delante del Oviedo. A partir de entonces estos tres conjuntos se alternarían en el liderato de la competición, en dura pugna por hacerse con la plaza de ascenso a 1ª División.

Los rojiblancos aguantaron el tipo casi hasta el final de la misma, a pesar de sufrir una plaga de lesiones que afectó a elementos básicos del equipo como Pin, Luisín, Tronchu o el propio Herrera. En el penúltimo choque liguero, con azules y verdiblancos optando al título, el Sporting venció a domicilio a los carbayones, devolviéndoles la moneda de lo ocurrido hacía dos temporadas (entonces el triunfo ovetense en El Molinón permitió el ascenso del Deportivo Alavés), y dejando el camino expedito para el triunfo sevillano. El equipo gijonés ocupó finalmente la tercera posición del campeonato.

Herrera había sido el segundo máximo goleador del torneo con 17 tantos, lejos no obstante del oviedista Lángara, que encabezó la lista de artilleros en Segunda con 23 dianas.

Por lo que se refiere al Campeonato de España, los gijoneses alcanzaron los Cuartos de Final, siendo apeados de la competición por el Celta de Vigo, verdadera bestia negra de los rojiblancos, a quienes tenía tomada la medida.

La participación de Herrerita durante esta campaña fue, lógicamente, modesta. Disputó cuatro partidos del torneo superregional, tres en la Liga, y un único choque copero, precisamente en la devolución de visita en Balaídos. El joven talento fue alineado indistintamente en cualquiera de los puestos de la tripleta central del ataque. Fue un año de aprendizaje, al lado de su hermano mayor. Pronto habrían de verse los resultados.

 En el apartado económico al Sporting seguían sin salirle las cuentas. Por un lado la fatalidad se cebó con el club al producirse un incendió que arrasó la magnífica tribuna cubierta construida en 1928 para el choque internacional frente a Italia, lo que ocasionó numerosos quebraderos de cabeza. Por otro, paradojas del destino, se quedó sin cobrar la segunda parte del anticipo reintegrable, consistente en 62.500 ptas., que el Ayuntamiento tenía pendiente con el club tras el acuerdo firmado en 1928, al que se había llegado mediante la intercesión del Gobernador Civil, para evitar la bancarrota de la entidad tras la remodelación del estadio y la construcción de esa misma tribuna. En febrero de 1932 el consistorio declaró lesivo dicho acuerdo para las arcas municipales y decidió no hacer frente al pago de la cantidad restante del préstamo.

Así pues, y ante la imposibilidad de realizar desembolsos importantes, el G.A.S continuó centrando sus objetivos en la cantera local, que seguiría nutriendo las filas rojiblancas de cara a la campaña 1932-33.

En esta temporada volvió a disputarse el Campeonato Regional tras el paréntesis del año anterior. Un torneo que iba a convertirse en un mano a mano entre los dos conjuntos representativos de la región. En el cuadro gijonés llamaba la atención la titularidad de Herrerita, que junto a su hermano en el vértice y a Pin en la izquierda formaban un trío temible en la vanguardia. Por su parte el Oviedo estaba terminando de conformar un equipo sensacional y se presentaba como un formidable adversario.

El Sporting no pudo pasar del empate ante su eterno rival en El Molinón, resultado que complicaba el camino a los rojiblancos, que ahora se veían obligados a ganar en Buenavista para hacerse con el título. Para ello era imprescindible mejorar el nivel de juego exhibido hasta el momento. Los gijoneses pusieron toda la carne en el asador y saldaron sus siguientes confrontaciones con goleadas, de la mano de los hermanos Herrera, que llevaban en volandas al equipo. Su actuación en el choque anterior al decisivo derbi en la capital fue reflejada de la siguiente manera por Refala en las páginas de El Noroeste:

«Si el mayor nos deleitó con sus jugadas geniales, que hicieron levantar al público en un aplauso cerrado en más de una ocasión, calcúlese que habrá hecho el pequeño de los Herrera para brillar esplendorosamente. Ramón fue el artista, el sabio, el inimitable; pero su hermano tuvo una actuación más completa, más igual. Ayudó a los medios, pasó, chutó; lo intentó todo, y todo lo realizó. Paso a un jugadorazo«.

En el esperado duelo cumbre del campeonato, ambos conjuntos despacharon un fenomenal partido, imponiéndose el cuadro carbayón por cinco goles a tres, en el que fue considerado uno de los mejores encuentros de rivalidad jamás disputados.

Pese a la derrota, en el seno del club gijonés se albergaban muchas esperanzas de cara a la competición liguera vistas las prestaciones de Herrerita, cuya influencia en el juego sportinguista empezaba a ser incluso mayor que la de su hermano, tanto como para que el joven jugador empezara a ser considerado el hombre clave en el fútbol de los gijoneses.

Tras unos inicios vacilantes el Sporting enlazó una gran racha de juego y resultados. Disputada la octava jornada de Liga el conjunto rojiblanco parecía embalado, empatado en cabeza de la tabla con el Unión de Irún y el Oviedo después de cuatro victorias consecutivas en las que había anotado 23 goles y recibido sólo 7. Además, Ramón Herrera figuraba en cabeza de los goleadores con 20 dianas, lejos de sus perseguidores. Todo debía ser satisfacción para los gijoneses, y sin embargo una sombra oscurecía un tanto el panorama. La lesión de Herrerita.

Las radiografías mostraban que tenía los ligamentos afectados por el golpe recibido ante el Castellón en una rodilla, complicado además con un pequeño derrame sinovial. El médico Sr. Alvargonzález estimaba que el jugador estaría en el dique seco más de un mes y medio.

Para intentar cubrir la baja de Herrerita el Sporting reforzó sus líneas con la llegada de Rubiera (Reconquista), y el regreso de Quico Campomanes. Posteriormente se ficharía a Cuestita, del Athletic de Madrid.

No sirvió de nada. El conjunto gijonés notó la ausencia del joven talento y a pesar de la fantástica campaña de su hermano Ramón, que con 29 goles se quedaría a solo dos tantos de Elícegui (Unión de Irún) en la tabla de goleadores, el cuadro sportinguista se hundió en la mediocridad, terminando el torneo en un discreto sexto puesto. Mientras, el Oviedo se hacía con el título de campeón de forma brillante, logrando el ansiado ascenso a Primera.

Quedaba echar el resto en el Campeonato de España.

 El Sporting eliminó al Donostia, de Primera División, y se deshizo después del Castellón, que acababa de descender a Tercera. En Cuartos de Final el sorteó emparejó a los gijoneses con los recientes campeones de Liga, el Madrid de los Zamora, Ciriaco, Quincoces, Luis Regueiro, Samitier…. Ante el choque de ida las lesiones, enfermedades y contratiempos diezmaron al cuadro rojiblanco. El portero Sión, con una clavícula rota, Manfredo enfermo, Herrerita también (aunque jugaría) y Luisín, de guardia en la Prevención hasta las ocho de la mañana del día del partido, teniendo que viajar hasta Madrid sin haber dormido. Éste era el comentario aparecido en El Comercio el día anterior al viaje del grueso de la expedición sportinguista:

«(…) Pena, de medio centro. No es la primera vez que actúa en ese puesto. Y en Madrid, precisamente.

Y el lector se preguntará: ¿Y si Amador se lesiona? Pues si Amador se lesiona se recurrirá a Meana para suplir su puesto. Es lo único que le faltaba ya al entrenador del Sporting para completar la gama de sacrificios por su Club«.

Efectivamente, Amador se lesionó.

El Sporting, caído en desgracia, sucumbió por ocho goles a cero. Ésta es la columna escrita por José Riera en El Comercio al respecto:

 SOLO PEDIMOS UN POCO DE COMPRENSIÓN

 «El Sporting ha sido vencido en Madrid por elevado tanteo. Un tanteo exagerado, catastrófico. Muchos años ha que el equipo gijonés no sucumbe de manera tan lamentable. ¿Qué no jugó en esos años con conjuntos de la categoría del Madrid? No. No es eso. El Madrid, con ser hoy por hoy, la base del equipo nacional no le hace al Sporting esos ocho tantos que «embarcó» el once que anteayer tuvo ante sí. La gente -mucha gente- que no quiere al Sporting adoptará un gesto burlesco. Y otra parte que dice que lo quiere -es lo doloroso- también…

El Sporting fue, como sabemos todos, a perder a Madrid. Así lo había impuesto el desquiciamiento de sus líneas originado por la lesión de Sión y la enfermedad de Manfredo. Luego se vio además que Nani, Herrerita y Luisín tampoco iban en condiciones completamente favorables. Había más. No iba portero reserva. Si se lesionara Amador… Pero no. ¿Tendrían también esa desgracia? Pues sí señor, esa desgracia tuvieron. Amador, al segundo tanto, recibió una patada de Olivares en la cabeza. Perdió el conocimiento, y cuando lo recuperó estuvo groggy en el marco hasta que, al volver del descanso, se desplomó de nuevo. Fue conducido en grave estado al vestuario. Y allí el doctor Oller, avisado con urgencia, se reservó el pronóstico, ordenando quietud absoluta.

Y luego se puso Meana en su lugar. Otros cuatro tantos. Como si hubieran sido veinticinco más. Meana, que ha sido hombre de muchos rasgos deportivos, anteayer tuvo uno de los más grandes de su vida. Bastaría él solo para consagrarle. Y el domingo próximo la gente que haya en El Molinón debe llamarle al centro del campo y tributarle la ovación más grande que en su vida haya oído…

Comprensión de todo esto. No pedimos más… Nadie tiene la culpa de que el Sporting haya adquirido un título que no buscaba: el de campeón de la Fatalidad«.

En el encuentro de vuelta el Madrid volvió a golear a los rojiblancos, ya faltos de tensión, que tuvieron que alinear al meta del Reconquista, un modesto conjunto local, para cubrir la portería. Un final desastroso para una temporada en la que se habían depositado grandes esperanzas.

 En el aspecto económico la situación continuaba siendo muy delicada. En la ciudad se repartió un manifiesto que llamaba a realizar una urgente labor pro Sporting, que fue recibido con los brazos abiertos por los dirigentes del G.A.S., quienes publicaron la siguiente nota oficiosa:

 «Todos los componentes del Grupo Auxiliar del Sporting (G.A.S.), han recibido con el mayor entusiasmo el escrito que destacadas personalidades deportivas han dirigido a la opinión gijonesa.

En su consecuencia el G.A.S. ofrece cuantas colaboraciones suyas se crean necesarias; pero conociendo muy de cerca los esfuerzos y sacrificios efectivos que exige el mantener un Sporting digno de Gijón, considera que sin una aportación considerable de pesetas, será muy difícil, sino imposible, lograr la aspiración tan fervientemente expresada en el citado escrito.

Sus firmantes aseguran que tienen un plan trazado para obtener esa finalidad. Pues, manos a la obra. El G.A.S. que no ha escatimado hasta ahora sus esfuerzos, y que está dispuesto a no restar ninguno, espera que la afición deportiva gijonesa se dará cuenta del momento actual y sabrá rendir los auxilios que el Sporting necesita«.

 Esta iniciativa tenía una finalidad muy concreta, blindar al jugador en el que más esperanzas se tenían depositadas, Herrerita, ante los cantos de sirena que empezaban a escucharse a su alrededor, provenientes fundamentalmente de Oviedo.

El futbolista, por su parte, conocedor del interés oviedista dio de plazo hasta finales de julio para que los dirigentes del club rojiblanco le hicieran llegar una oferta satisfactoria para renovar la ficha.

Todo fue en vano. La prensa recogía el 1 de agosto la firma de Herrerita por el conjunto carbayón por veinte mil pesetas de ficha, más un sueldo de seiscientas pesetas al mes. El G.A.S. hizo entonces un comunicado en el que explicaba a los aficionados gijoneses los intentos realizados para retener a su mayor valor. La nota se deslizaba entre la decepción, la rabia y la impotencia. Decía así:

 «Ayer tarde nos enteramos por los periódicos de Oviedo de que al fin era un hecho lo que hace bastante tiempo se rumoreaba, o sea, que nuestro ex equipier «Herrerita» firmó ficha de profesional por el Oviedo F.C. único Club quizás de España que posee asociados de tantas y tan grandes liberalidades.

Confesamos que al perder un jugador de las condiciones de «Herrerita», nacido y formado en el Sporting de Gijón, nos contraría grandemente; pero justo es también reconocer que, dadas las pretensiones de aquél, era muy difícil, por no decir imposible, evitarlo.

Para que la afición local pueda juzgar con conocimiento de causa, queremos exponer en el menor número de palabras lo sucedido en relación con este asunto, insistiendo en que hemos de hacerlo muy esquemáticamente en esta nota, pues de relatar todos los detalles la haríamos interminable.

1º En las postrimerías de la temporada última, unos deportistas muy destacados, previendo las dificultades que acarrearía conservar en nuestro equipo a dicho jugador, lanzaron un manifiesto pidiendo ayuda a todos los buenos aficionados gijoneses, manifiesto que nos fue comunicado con antelación por varios de sus firmantes y al que dimos nuestra conformidad, si bien subrayando e insistiendo en la necesidad de que el entusiasmo por el fútbol, por el Sporting y por Gijón había que demostrarlo abriendo todos la bolsa a medida de las posibilidades de cada uno.

2º Días después celebramos diversas entrevistas y conferencias con uno de los autores del manifiesto, cuyo nombre nos es forzoso velar, pero no así reconocer desde aquí su admirable e inteligente labor, el cual pretendía tan solo hallar treinta personas que arriesgasen mil pesetas en la temporada próxima y atender con esos fondos, en parte al menos, a la consecución de la ficha de «Herrerita».

Los componentes de G.A.S., a pesar de tener sobre sí un déficit de más de 170.000 pesetas, le ofrecimos cooperar los primeros en la aportación antedicha: mostramos nuestra conformidad a que esas 30.000 pesetas fuesen las que en primer término habrían de amortizarse con los ingresos que hubiese y hallándonos dispuestos a que un Comité, designado por esos aportantes, interviniese en la administración de G.A.S.

3º A base de tales proyectos comenzaron las mil y una conversaciones con «Herrerita» y sus familiares, llegando a tomar cuerpo la solución consistente en obtener su ficha a cambio de adquirir para él el conocido establecimiento «Los Doce», lo que suponía dado la tasación del mismo, y la forma de pago que demandaban sus dueños, un desembolso total de 39.450 pesetas.

Con toda sinceridad decimos que a la mayoría de los que regimos G.A.S. nos parecía un enorme dislate tal operación, pero era tal el deseo de lograr como fuese el objetivo perseguido que no se desmayó en la empresa, hasta que vimos con dolor la imposibilidad de encontrar aquellas aportaciones que constituían, si no la principal, sí una de las bases imprescindibles para llevar a término un tan acariciado propósito.

4º Ahora bien, antes de emprender este camino que resultó intransitable, media docena de personas desprendidas hicieron en firme la siguiente oferta a «Herrerita», entregarle al firmar la ficha 5.000 pesetas, darle un sueldo mensual de 500 Y DEJARLE EN LIBERTAD AL TERMINAR LA TEMPORADA. Él no quiso aceptar de ningún modo.

¿Habrá alguien que se considere capaz de reunir en Gijón todas las pesetas bastantes para colmar por entero las pretensiones prácticas y sustanciosas de un jugador que se cotiza tanto? Nosotros creemos resueltamente que no.

¿Qué se nos fue otro valor futbolístico? Es sin duda el sino del Sporting mientras quieran los que podrían evitarlo, aunque claro está que hay exigencias que ni con toda la fortuna de un Creso se pueden admitir…

En fin, que triunfe y… que se haga rico«.

 No fue, pues, un traspaso.

De esta forma, el Oviedo se hacía con los servicios del que habría de ser el mejor futbolista de su historia. Magnífico director de juego, eficaz goleador, era capaz de realizar las más brillantes jugadas individuales o de situarse como mediocentro para secar al mismísimo Zarra. De fuerte temperamento, podía increpar a un compañero por fallar un gol hecho o encararse con un periodista en el mismo terreno de juego. Fue el alma del Oviedo. Su acusada personalidad queda patente en la respuesta que dio al ser requerida su opinión sobre Maradona:

«Todo interior que tire un córner o saque un fau, está dicho todo. Nada de nada«.[1]

Genio y figura.

 Herrerita forma, junto a Manolo Meana (¡ay, de no haber sido por las lesiones!) y Enrique Castro Quini, el trío de ases del fútbol asturiano en el siglo XX. Un trío que, cumplida ya la primera década del XXI, bien puede considerarse un póquer con la inclusión del delantero langreano David Villa, a quien todavía le quedan unos años para mejorar sus cifras y palmarés como parte de la generación de futbolistas con más talento del fútbol español.

Cuatro auténticos fuera de serie a los que une un pasado en común. Todos, en mayor o menor medida, vistieron la zamarra rojiblanca del Sporting.

 


[1] Hablan los 30 que fueron grandes del fútbol asturiano (1990). Obra de Juan Martín Merino, Juanele.




Las modificaciones reglamentarias de 1891 (II)

También en el capítulo de la dirección arbitral, la International Board produjo

drásticos cambios. Antes de referirme a ellos, citaré algunas fechas importantes

-hasta 1891- en ese «rubro» del fútbol.

 1581

Richard Mulcaster (1531-1611) educador y pedagogo, fue un acérrimo defensor del

footeball  de su época. Una publicación personal, fue la primera en citar los beneficios

de un arbitraje:  «Juez sobre las partes» . A él también se debieron otros conceptos futbolísticos pioneros..

 C. 1850

En los umpires – procedentes del criquet- estuvo representada la primera autoridad

del antiguo football colegial. Centros como Eton y Winchester acordaron que cada

equipo debía presentar un umpire. Su función – cercana a las porterías- era contar los

goles producidos. En los casos dudosos debían decidir en su medio campo.. si los

capitanes lo  invitaban a hacerlo!!.

 1863

Ninguna referencia al arbitraje en las reglas iniciales del  football association.  

 1867

Del colegio de Cheltenham  fue la primera mención de un referee en cualquier forma de fútbol:

        . «En cada partido importante habrá un umpire de cada lado (cada capitán elegirá el suyo) y un   

           REFEREE, elegido por los propios umpires .Cualquier punto en que los umpires no estuviesen     

            de acuerdo, será decidido por el árbitro«.

 Igual que Rugby, Cheltenham fue partidario del «uso de las manos». Ambas escuelas

-sus localidades distan 75 kms.- disputan uno de los más antiguos «clásicos» del rugby intercolegial..

 1871

Primer registro oficial de un árbitro en fútbol; perteneció a las reglas de la Copa de

Inglaterra, no al reglamento general. En su punto n° 15 indicaba que :     

               

«La Comisión designará dos umpires y un referee para actuar en los partidos de semifinales y final.               

 Ni los umpires ni el referee deberán ser miembros de los clubes participantes y la decisión de los

 umpires será final salvo en el caso de que no concuerden, entonces una petición será hecha al árbitro

 cuya decisión será final».  

Se había adoptado el concepto de los directores de juego neutrales.

 1874

Primera mención de los UMPIRES en las reglas. La palabra deriva de «nomper»;

procedente del francés antiguo, puede traducirse como «hombre solo».

 1880

Aparición del árbitro en las reglas generales. Este fue su texto parcial:                        

 » Por mutuo acuerdo de los clubes en competencia, un REFEREE deberá ser designado y su tarea  

  será decidir en todos los casos de disputa entre umpires.Él también guardará un informe del juego y

  controlará el tiempo del mismo. En caso de comportamientos no caballerescos por parte de los    

  contendientes deberá, en presencia de los umpires, amonestar a los infractores. En caso de conducta                                                                                                                                                                                     

  violenta el referee tendrá el poder para expulsarlos (..)  

 El término «referee» procede del verbo «to refer» (recurrir, acudir, trasladar); era «la

persona a quien se acudía» en instancias dudosas.

 Las modificaciones reglamentarias de 1891, en cuanto a la dirección del juego

fueron:

        Eliminación de los umpires y su traslado a las líneas laterales, como jueces

        de línea (linesmen).

        El árbitro (referee), hasta entonces fuera del campo de juego, ingresó al mismo.

 Este fue el texto completo de la remodelada  Law 12:

 «Un referee será designado, cuyas obligaciones serán hacer cumplir las reglas y decidir todos

  los puntos en disputa. El también guardará un registro del juego, controlando también el tiempo

  del mismo; y, en el caso de cualquier conducta no caballeresca por parte de cualquiera de los

  contendientes, el infractor o infractores deberán ser advertidos, y si la infracción se reitera, o, en

  caso de conducta violenta, sin ninguna advertencia previa, el referee tendrá el poder para expulsar

  a esos infractores del campo de juego, y trasmitirá sus nombres a sus respectivas Asociaciones, en

  quienes estará el derecho de aceptar una disculpa. El referee tendrá el poder para finalizar el juego

  siempre que lo considere necesario, por falta de luz, interferencia de espectadores, o cualquier otra

  razón que estime conveniente, y reportará los sucesos a la Asociación bajo cuya jurisdicción el

  partido se haya jugado, la que tendrá pleno poder para tratar el asunto. Dos jueces de línea serán

  designados, cuyas obligaciones (sujetas a las decisiones del árbitro) serán decidir cuando el balón 

  esté fuera de juego, y a quién corresponderá el tiro de esquina, saque de meta o saque lateral.

  Cualquier indebida interferencia por parte de un juez de línea deberá ser informada por el árbitro

  a la Asociación Nacional a la que pertenezca el línea, la que tendrá pleno poder para tratar el asunto.

  El árbitro tendrá poder para conceder un tiro libre SIN NECESIDAD DE PETICION en cualquier

  caso donde considere la conducta de un jugador peligrosa, o presumiblemente peligrosa, pero no

  no lo suficiente para justificar poner en vigor los grandes poderes que se le acuerdan más arriba.»

 Alguns comentarios:

           No se hace referencia al ingreso del árbitro al campo de juego.

          El silbato de arbitraje, en uso -no documentado- desde 1878, tampoco aquí aparece.  

           Dado que el referee comenzó aquí su actuación dentro de la «cancha», parece ser el     

           momento ideal para ponerlo en funciones.. ¿O hasta entonces lo utilizaban los umpires?

             La facultad del colegiado de otorgar penalties, no citada aquí, lo está en la Regla de

              la nueva sanción, la que mencioné en la Primera Parte.

 

Un especial saludo a árbitros y colaboradores ; sin ellos el fútbol -o cualquier otro

deporte- serían imposibles de practicar.

  ———————————————————————-  

FUENTES (I y II Partes)

F.I.F.A., Football History-Laws of the Game-Referees, 1986.

Golesworthy, Maurice, The Encyclopedia of Association Football, 1973.

Green, Geoffrey, The History of The Football Association, 1953

Leatherdale, Clive, the Book of Football, 1997.

Minutes of International F.A. Board, Años 1890-91-92-94-1903-24-97-2010.

                

      

 

 




Dominó deportivo: Los ases de los deportes

            Los años 20 traen a la memoria resonancias agradables. Una época dorada, una era que tuvo su fin en el «crack» de la bolsa de Nueva York en 1929 y que, de modo innegable, supuso el advenimiento de la modernidad. Modernidad plasmada en el florecimiento de la moda femenina, las revistas, el jazz, el modernismo arquitectónico, el art-decó y los deportes, a menudo mencionados en la prensa de la época bajo la denominación de «sports». España, a pesar de su secular distanciamiento de las vanguardias culturales europeas y lastrada por el corsé inmemorial de la religión católica, también se subió al tren de la modernidad, sobre todo en los grandes núcleos urbanos. Barcelona siempre fue por delante de Madrid y en el mundo del coleccionismo esta afirmación aún es más cierta. Con un tejido industrial complejo y eficiente, la elaboración de productos de consumo como los chocolates era uno de los mascarones de proa de la moderna sociedad burguesa que empezaba a forjarse de forma celérica e imparable. Marcas como Chocolates E. Juncosa, Chocolates Amatller o Chocolates Jaime Boix pugnaban por hacerse un lugar  en un nuevo mercado que no hacía más que crecer, día a día. Y ofrecían con sus productos montones de cromos, muchos sobre fútbol, pero también sobre cualquier aspecto de la vida o de la historia que pudiera interesar a sus compradores.

             La colección sobre la que quiero llamar la atención en mi artículo de este mes es la titulada Dominó Deportivo Los Ases de los Deportes. Editada a mediados de los años 20 en exclusiva por Chocolates Jaime Boix, esta colección posee una de las virtudes de muchas colecciones de la época: la originalidad. Los 28 cromos que constituyen la colección miden 5’5 cms. de ancho por 10’5 cms. de alto, y tienen el aspecto de fichas de dominó, de modo que cada cromo es una ficha que se dedica a un deporte concreto, mostrando en el interior de los puntos de cada ficha el busto de los deportistas junto al nombre del mismo. La ficha «blanca doble»  es la utilizada para el cromo-portada de la colección. Algunos deportes como el fútbol o el boxeo tienen varias fichas, pero lo realmente interesante es la originalidad del diseño y la variedad caleidoscópica de los deportes representados. Automovilismo, tenis, atletismo, skis, pedestrismo, los ya mencionados boxeo y fútbol, e incluso se incluye algún cromo dedicado a las estrellas más rutilantes del cine, otro signo inequívoco de la modernidad. De momento las fichas que se conocen dedicadas al fútbol son las siguientes: 5-5, 2-6, 5-6 y 6-6. Que el fúbol aparezca en esas fichas es lógico, dada la popularidad del fútbol y de sus incipientes estrellas y su gran cantidad en comparación con deportes más minoritarios o con menos practicantes (como el tenis, por ejemplo). A continuación los jugadores que aparecen en cada ficha, respentando la ortografía del cromo:

2-domin222222222

Ficha 5/5

Aguirrezabala

Carmelo

René Petit

Peña

Ocaña

Rousse

Eguiazabal

Gamborena

Solaberri

Errazquin

Ficha 5/6

Platko

Mauri

Zamora

Sagi-Barba

Florensa

Cros

Pelaó

Trabal

Serra

Alcazar

Maurici

Ficha 6/6

Sastre

Torralba

Arnau

Montané

Alcantara

Llorens

Samitier

Planas

Piera

Sancho

Carulla

Walter

Ficha 2/6

Echeveste

Acedo

Olariaga

Tena

Saprisa

Alcoriza

Pellicer

Padrón

             Una lectura detallada de los nombres de los jugadores nos permite datar la colección en la segunda mitad de los años 20 y certificar que los equipos representados son el Athletic Club de Bilbao, el F. C. Barcelona, el C. D. Europa, el Real Unión de Irún y el R. C. D. Español.

             Se trata de una bonita colección, difícil de ver completa y en buen estado y muestra innegable de cómo la modernidad llegó hasta lugares insospechados, como los pequeños trocitos de papel o cartón que se incluían como regalo en las tabletas de chocolate.




Hace 100 años (mayo 1911)

– George Patullo, jugador del FC Barcelona, ha regresado a su Escocia natal.

 – Fundación del FC Mataró. En su primer partido vence al Catalunya por 6 goles a 2.

– En la última reunión de la junta directiva del Internacional FC de Barcelona sale una nueva junta directiva presidida por D. Manuel Rafols.

 – Partidos amistosos:

 

            – Zaragoza FC vs Huesca SC 0-0

            – Barcelona vs Catalá 5-1

 

 – Fútbol internacional:

 

            – Challenge internacional del sur de Francia:

                         – Olympique Cette vs Barcelona 1-2

                        – Stade Bordelais vs Barcelona 2-4 (2-2 y prórroga)

                        Por segunda ocasión el FC Barcelona se convierte en campeón.

 – Santander FC vs buques ingleses 3-1

  • – SCA de Figueras vs United Squadron of Mediterranee (buques ingleses) 1-4

 

             – Partidos amistosos de selecciones:

                         – Italia vs Suiza 2-2

                        – Austria vs Hungría 3-1

                        – Suiza vs Italia 3-0

 

– Final de la Copa de Inglaterra. En Old Trafford (Manchester) el Bradford City vence al Newcastle por 1 gol a 0 ante 70.000 espectadores y 30.000 más que se quedaron sin entrada.

 – En la Copa de Francia jugaron la final el Stade Helvetique y el Racing Club de Francia. El resultado final fue de 4 a 2 para el Etade Helvetique.

 

– Ciclismo:

  • – Imitando a la invitación hecha por los organizadores del Campeonato de España de Foot-Ball, la UVE (Unión Velocipédica Española) invita a cualquier militar, aunque no esté inscrito como socio en esta, a participar en el próximo Campeonato de España inscribiéndole de oficio como socio y regalándole el título de la presente temporada.
  • – Publicados los premios del Campeonato de España.
  • – Durán vence en la prueba con una bicicleta Alcyon y neumáticos Continental con un tiempo de 3 horas y 24 minutos.
  • – El Campeón de España Durán vence en el Gran Premio Peugeot.
  • – En el Campeonato de Europa de medio fondo, con un recorrido de 100 kms., ante una concurrencia de 10.000 espectadores resultó vencedor Moran empleando 1 hora, 21 minutos y 50 segundos.
  • – Por primera vez se correrá la Vuelta a Alemania. En Italia están preparados para comenzar la suya y en Bélgica ya comenzó.

– Automovilismo:

  • – Ha sido elegido el Comité Organizador para el Raid Barcelona – Zaragoza – Madrid. Ésta estará presidida por el alcalde de Barcelona, sr. Marqués de Marianao.

– Down Cars:

  • – En la carrera disputada entre el Tibidabo y la Plaza de Sarriá, con un recorrido de 7.700 metros, finalizan vencedores de la prueba Lee Guinés y F. Arruga con un tiempo de 12 minutos y 10 segundos.

– Atletismo:

  • – El Centre Autonomista de Dependents de Barcelona, a través de su sección de Sports y Excursiones, ha organizado la cuarta prueba del Concurso Gimnástico, del cual tenemos los siguientes vencedores:

Lanzamiento de peso: Agustín Dulcet

                             Salto con pértiga: Juan Rigol

                             Carrera a pie de 500 metros: Juan Seriña

                             Salto sin trampolín: Agustín Dulcet

– Hockey:

  • – Constitución del club del Ateneo Calasancio de Tarrasa

– Aeronáutica:

  • – Concurso de Cometas. Organizado por la Sociedad Aeronáutica Española se celebró este campeonato por primera vez en España. Quedó vencedor el sr. Juandó, con su cometa celular, que recibió de premio 25 pesetas, medalla de oro y diploma honorífico.

– Motociclismo:

  • – Carrera de 100 kms. organizada por el Moto-Club de Madrid. Vence y recibe la copa donada por el sr. Funes el sr. Gurumeta que conduce una moto Brown Brothers con neumáticos Dunlop, utilizando 2 horas y 12 minutos en el recorrido.

– Gimnasia:

–    Fiesta inaugural del Campo de Deportes del nuevo club «Gimnástico Sportsmen’s Club». Hubo carreras a pie, en bicicleta y partido de foot-ball.

– Rugby:

–    Primer partido jugado en Barcelona en la historia. Patrie (Francia) venció por 7 puntos a 0 al CD Español de Barcelona (primer equipo español conocido).

– Lucha Greco-Romana:

–    Organizado por el CD Español de Barcelona se celebró un Campeonato de dicha especialidad.

– Natación:

–    El Club Natación de Barcelona, dadas las diferencias entre los nadadores españoles y los extranjeros organiza unas clases para sus socios para que aprendan las técnicas necesarias.

 

– Publicaciones:

            Aparecen las revistas deportivas «Stadium», «Caza y Pesca» y «Sporting»

 

 

 

  

 

 

 




Los primeros pasos del futbol femenino en España

El fútbol femenino tan sólo en contadas ocasiones ha merecido la atención de los medios informativos nacionales, pero en esta temporada cumple cuarenta años desde que se iniciaron las primeras manifestaciones serias de esta disciplina. Hasta entonces raras veces se había podido contemplar a algún grupo de chicas pelotear en espacios públicos con un balón en los pies y si lo hacían no estaban exentas de recibir algún comentario despectivo con respecto a su pretendida feminidad. Con ciertos matices no era éste un caso aislado en España ya que la misma Foot-ball Asociation no se decidió a reconocer la rama femenina del fútbol hasta el año 1969 como consecuencia del incesante crecimiento registrado a partir del Mundial de Inglaterra. Dos años después la UEFA encargó a sus asociados la gestión y el fomento de esta disciplina, hecho que se consolidó en los siguientes años.

 Quizás sea la primera referencia sobre el fútbol femenino en España la que aparece en las páginas de El Mundo Deportivo dando cuenta del partido que se jugó en Barcelona  el 31 de mayo de 1914. Bajo el epígrafe «Las niñas futbolísticas» la crónica incluye ciertos adjetivos que denotan el paso de los años: Anteayer, en el campo del «Español», jugóse el primer partido de fútbol entre representantes del sexo débil, que en dicho día se parangonaron con el fuerte. Este partido, cuyos beneficios se destinaban a favor de la Federación Femenina contra la Tuberculosis, era, por su naturaleza, esperado con cierta espectación, siendo presenciado por un público regular y por el capitán general de la región, que acudió con su bella hija Carmen. Las jugadoras estuvieron a la altura que les correspondía, notándose en el comienzo del encuentro bastante azoramiento, que fue desapareciendo hacia el final, en el que, el bando «Giralda», que lucía jersey rojo, consiguió apuntarse dos goals por uno que en la primera mitad, entró el «Montserrat», que lo ostentaba blanco. Esta primera actuación de la mujer en el viril fútbol, no nos satisfizo, no sólo por su poco aspecto sportivo, sino que también porque a las descendientes de la madre Eva, les obliga a adoptar tan poco adecuadas como inestéticas posiciones, que eliminan la gracia femenil. Unos días después se repitió el partido y la publicación comentó: El jueves último, en el campo del «Español» y ante escasa concurrencia, celebraron el segundo partido de balompié los equipos femeninos «Giralda y Montserrat», empatando a un goal. Por segunda vez las niñas futbolistas no convencieron a las personas amantes de lo bello, en todos sus aspectos.

Durante los años de posguerra la presencia femenina en el deporte español fue escasa y dependiente de las actividades sociales promovidas por estamentos políticos como el Frente de Juventudes, la Sección Femenina de Falange Española, o la Organización Juvenil Española. Poco a poco la mujer logró desatarse del seno hogareño y demostró sus innatas cualidades en cualquier ámbito, respondiendo de forma rotunda a la llamada de su propia evolución, incorporándose a diversas disciplinas deportivas, sobre todo colectivas como baloncesto, voleibol o balonmano, incluso como vínculo de reunión social. Pero el fútbol siempre estuvo desplegado y relacionado al universo masculino sin que a nadie se le ocurriera pensar que podría extenderse también entre las mujeres, más allá de alguna presencia puntual en eventos de fiesta mayor o festivales deportivos de carácter benéfico. Toda salida de la norma podría sufrir alguna cortapisa, tanto de sus propios congéneres como de los masculinos.

El fútbol femenino siguió su trayectoria anónima sin merecer ni siquiera la indiferencia de la sociedad. Fue en la segunda mitad de los años sesenta, con la revolución juvenil y progresista y los cambios sociales que la sucedieron cuando el fenómeno experimentó una repentina efervescencia, contagiado por lo que sucedía en otros países tanto de Europa como de Sudamérica. España pretendió estar a la altura de los demás, pero infinidad de obstáculos fueron puestos en el camino, y una vez más tuvo que ser la iniciativa individual la que logró sacar adelante.

 Hacia finales de 1970 comenzaron a surgir los primeros clubs y el Sizam Paloma de Madrid, fundado el 16 de octubre fue uno de los pioneros. Su presentación el 8 de diciembre en el campo del Boetticher de Villaverde fue todo un acontecimiento al que acudieron unos seis mil espectadores, ganando su partido contra el Mercacredit, otro equipo de la localidad por 5-1. Al decir de las crónicas la auténtica heroína del choque fue Conchi Sánchez, un portento a la que apodaban «Amancio» autora de los cinco goles de su equipo, que dejó a los espectadores boquiabiertos. Ese mismo día en Murcia se jugó otro partido entre un equipo universitario y las representantes de un establecimiento comercial que tuvo como árbitro al malogrado Emilio Guruceta.

 Posteriormente apareció el Racing de Valencia, con fecha de 10 de diciembre, llevado de la mano de Francisco Jiménez Velasco. La Peña Femenina Barcelona, fue la primera que contó con el apoyo de uno de los «grandes», el presidente azulgrana Agustín Montal, que acogió esta disciplina en el seno del club el 1 de enero de 1971 y tuvo por entrenador a Antonio Ramallets. Y al día siguiente se fundó el Polideportivo Fuengirola, gracias al apoyo del ex jugador sevillista Ángel Castillo. Estos tres equipos y el Sizam madrileño (que poco después cambió de nombre a Cultural Femenino debido a una escisión), compitieron en el Trofeo Fuengirola, el primer campeonato femenino oficioso jugado en España. Una liguilla a doble partido que se disputó entre el 24 de enero y el 28 de febrero de 1971 ganado por el representante malagueño.

 Este auge futbolístico tuvo en Catalunya una mayor repercusión ya que contó con el apoyo de algunos clubs profesionales y de la Federación Catalana con su presidente Pablo Porta. Unos días antes de constituirse la Peña Femenina Barcelona, dentro de la campaña benéfica navideña de una emisora de radio y como prólogo a un amistoso con el CSKA de Sofía, el club azulgrana ofreció en el Camp Nou un partidillo entre una selección de Barcelona y el Centelles, que no convenció al numeroso publico que asistió a la matinal.

 Tampoco resultó convincente el show organizado por el presidente del Rayo Vallecano, Pedro Roiz Cossío, que aprovechó la coyuntura para concertar dos partidos de fútbol femenino entre artistas de cine, teatro y revista. Lo más granado de la farándula hispana, como Carmela y Lola Flores, La Polaca, Paquita Rico, Marujita Díaz, Rocío Jurado, Encarnita Polo, etc. se dieron cita en Vallecas bajo los nombres de «Folklóricas y Finolis» para ofrecer una parodia más propia de una pista circense que de un campo de fútbol. La farsa, supuestamente benéfica y presentada como «el primer partido oficial de fútbol femenino jugado en Madrid», batió récords de recaudación, fue interpretada por personajes que percibieron 20.000 pesetas y que a propósito o no sirvió para desprestigiar un fenómeno que intentaba su implantación con grandes esfuerzos y escasas ayudas. El «espectáculo» se repitió unas semanas después en el Sánchez Pizjuán de Sevilla, sin merecer mayor comentario.

 Mucho más exitosa resultó la experiencia que por esas mismas fechas se preparó en Barcelona. Por iniciativa de Montserrat Fabregat, el patrocinio la marca comercial de aperitivos Pernod y la emisora Radio Reloj de Radio España, se organizó el primer torneo cuadrangular de Catalunya «Copa Pernod» con la participación de los cuatro equipos más representativos, el FC Barcelona con su Peña Femenina, el RCD Español entrenado por el ex jugador Julián Arcas, el Atlètic Sabadell, dirigido por Guarch Jimeno y la UE San Andrés con Patrocinio Ramón «Patro» de entrenador. Excepto el equipo barcelonista, los demás fueron creados para la competición mediante convocatoria radiofónica, presentándose en total de 312 jugadoras aspirantes, siendo los entrenadores respectivos quienes seleccionaron a veinte por cada club para formar sus correspondientes plantillas. La organización ofrecía premios para los cuatro clubs participantes y a la mejor jugadora del torneo, designada por la votación de los asistentes, un viaje a Londres para presenciar la próxima final de la Copa de Europa.

 El domingo 21 de marzo se jugaron las semifinales en Sarriá en partidos de sesenta minutos. En primer lugar contendieron los equipos del Español y Sabadell ganando las anfitrionas por 2 a 1, y a continuación el Barcelona se impuso al San Andrés por 1-0. Una semana después, en el marco incomparable del Camp Nou, y ante más de 30.000 espectadores se disputó primero el partido para el tercer y cuarto puesto, con victoria andresense por 2-1 sobre el Sabadell, y posteriormente la final que ganó el Español al Barcelona por idéntico tanteo. El público disfrutó de la matinal y salió encantado por el espectáculo que ofrecieron estas pioneras del fútbol que no debía diferir mucho, salvando las distancias, del que se jugaba medio siglo antes.

 El éxito alcanzado en este torneo y el interés inmediato que suscitó, movió a los organizadores y sus patrocinadores a emprender una nueva aventura, poniendo en marcha el I Campeonato Regional de Catalunya de Fútbol Femenino al cual se inscribieron catorce equipos. Fue una competición de liga a doble vuelta que se inició el 8 de mayo de 1971 y finalizó el 5 de marzo siguiente, con tres meses de paréntesis veraniego. La lucha mantuvo interés hasta la jornada final con un duelo constante entre Español y Vic, resuelto a favor de las españolistas gracias al goal-average y el empate del Vic en Manresa en la última jornada. Ambos equipos totalizaron 45 puntos y a continuación quedaron el Atlètic Sabadell con 41, Barcelona  40, San Andreu 39, Banyoles y Manresa 25, Industria del Taxi 22, Lleida, Mataró y La Salle Premiá 19, Badalona 13, Vilanova 9, y San Cugat 3 puntos.

 Los gastos originados por la competición fueron cuantiosos (unos dos millones de pesetas) principalmente para dar cobertura de ella en la prensa deportiva, que realizó un preciso seguimiento. Hubo también algunas irregularidades y el torneo fue un éxito a medias, porque no se llenaron los estadios y ello hizo amainar el espectáculo, pero las chicas que compitieron se entregaron totalmente. La jugadora del Vic, Caracuel, fue la máxima goleadora.

 Mientras tanto el fútbol femenino intentaba organizarse en el ámbito institucional. El 5 de mayo de 1971 se reunieron en el hotel Claridge de Madrid  los presidentes de trece clubs, representando a más de cuarenta, de diversos puntos de España. El objetivo de la reunión fue la constitución del Consejo Nacional del Fútbol Femenino, que agrupaba a todos los clubes allí representados. El acto fue reproducido por el diario Marca en estos términos:

 En un hotel de Madrid, se celebró ayer una reunión de presidentes de equipos femeninos de fútbol a escala nacional. De resaltes de la misma fue designado el Comité Organizador del Fútbol Femenino que por votación de los representantes de los equipos quedó compuesto de la siguiente manera: presidente, Javier Jiménez (Valencia CF); vicepresidente, Julián Esteban Lillo (Madrid Cultural Femenino); secretario, Miguel Ángel Rubio Roiz (Brujas de Madrid); Tesorero, Manuel Carlón (Sizam de Madrid). Como vocales fueron nombrados, José Mérida (Fuengirola) y Miguel Yuste (Racing de Valencia).

 A continuación se hizo una total planificación del fútbol femenino nacional que será presentada al Pleno de la Federación Española de Fútbol en el próximo mes de junio. Según palabras del recién nombrado presidente del Consejo organizador, parece ser que los contactos preliminares son optimistas, lo que pudiera suponer que a partir del próximo junio el fútbol femenino quedará integrado en la Federación Española.

A pesar de los buenos augurios de los dirigentes de la nueva organización el tema del fútbol femenino no fue tratado en la Asamblea y el presidente de la Federación, José Luis Pérez Payá, manifestó de antemano que era un asunto que no les atañía, posiblemente mal aconsejado por algunos clubs que se mostraban reacios a abordarlo. No obstante, el informe de la UEFA recomendando su fomento y gestión, provocó ciertas controversias entre los dirigentes de los clubs, y aunque la Federación prometió ayuda económica, ésta nunca llegó. El fútbol femenino tendría que seguir sobreviviendo gracias a la iniciativa privada y a voluntad de algunos estamentos menos intransigentes.

 Pese a todo, el fútbol femenino también vivió su primera experiencia internacional. Fue el 21 de febrero de 1971 en el campo de la Condomina de Murcia con motivo de un enfrentamiento entre las selecciones de España y Portugal que acabó con empate a tres goles, después de que las españolas fueran con ventaja de 3-1 ante un rival más experimentado, de mayor envergadura física y bastante marrullero. Cabe consignar las alineaciones de este partido que por parte española fueron: Kubalita; Virginia II, García, Herrero; Feijoo, Angelines; Vázquez, Virginia I, Cruz, Conchi y Laura. Por la selección portuguesa: Dores; Mari José, Amelia, Piedad; Calado, Lila; Ana Maria, Julia, Nini, Lina y Ana Santos. Marcaron los goles Laura, Conchi y Cruz, por parte española, y Ana Santos, Nini de penalti y Ana Maria por parte lusa.  

 Lo lamentable del caso, que viene a refrendar lo expuesto anteriormente, fue la negativa para que el encuentro se jugase, primero por parte de la Sección Femenina, y posteriormente por el presidente del Colegio arbitral murciano. Debido a ello el partido comenzó con cierto retraso por desacuerdo entre los organizadores, y el árbitro Sánchez Ramos, tuvo que actuar en chándal al no poder utilizar su uniforme habitual por no tener el beneplácito de sus dirigentes. Una lamentable campaña de desprestigio que redundó en la asistencia de público, con sólo tres mil aficionados en el recinto pimentonero.

 Poco después España volvió a tener otra prueba internacional ante Italia cayendo por un rotundo 8-1 en el Comunale de Turín. Y todavía pudo haber tenido un destacado protagonismo si no se hubiera dado la espalda a la propuesta de la Federación Internacional Europea de Fútbol Femenino. Tras un primer Mundial oficioso disputado en la ciudad italiana de Turín en 1970, y otro en México al año siguiente, España, que había sido invitada a participar, fue designada por el Congreso Mundial del Fútbol Femenino para organizar el tercer evento de este tipo en 1972. Pero la negativa de la Federación Española y el silencio posterior a las cartas enviadas, diluyeron el ambicioso proyecto.

 A mediados de 1971 las divergencias comenzaron a aflorar entre los clubs que integraban el Consejo Nacional Organizador, que acabó por disolverse a principio de 1972. Tras su último Congreso surgió un equipo que en los siguientes años sería el más representativo del fútbol nacional: el Olímpico de Villaverde, fusión del Mercacredit y otro equipo madrileño. En las vísperas navideñas de 1971 desapareció el Valencia Femenino, ante la negativa del presidente Julio de Miguel de acogerlo en el seno del Valencia CF, y unas semanas después también desapareció el Racing de Valencia, para alumbrar de la fusión de ambos el Marcol Lanas Aragón. Ángel Castillo, que trabajó denodadamente por el Polideportivo Fuengirola, decidió abandonar y con ello desapareció el club, y también hubo que lamentar la ausencia del Sizam, diezmado por el paso de sus jugadoras al Madrid Cultural Femenino. A pesar de estos contratiempos y la falta de ayudas que fueron apagando tan encomiables estímulos, siempre se mantuvieron tímidos rescoldos localizados que permitieron su continuidad. Aparecieron en otros puntos de nuestra geografía el Galicia Gaiteira, el Sondika, CD Blanes, Isla Cristina de Huelva y otros muchos. Era una renovación beneficiosa y en junio de 1972 volvió a fundarse un Consejo, ahora de la mano de José Manuel Martínez y Rafael Ruiz Muga, que volvería a la lucha para conseguir su objetivo.

 En noviembre de 1980 se logró el reconocimiento oficial de la Real Federación Española, pero aún hoy en día, a pesar de la existencia de dos competiciones de ámbito nacional donde intervienen equipos semiprofesionales, no se contempla la existencia de licencias profesionales para las mujeres. El origen de la discriminación se halla en los estatutos federativos, donde se excluye expresamente al fútbol femenino de esta posibilidad. Por cierto, aquel portento que maravilló a los aficionados en el campo del Boetticher conocida como Conchi Amancio, tras su paso por el Madrid Cultural Deportivo y Olímpico de Villaverde, recaló en equipo italiano Gamma-3 de Padua, que pagó una buena cantidad por sus servicios y se convirtió en la primera jugadora española exportada… y profesional.

 Estos fueron a grandes rasgos los primeros balbuceos del fútbol femenino en España nacidos de la propia iniciativa, con entusiasmo, mucho sacrificio, pundonor y sin dinero. Si había grandes problemas económicos para los equipos de Primera y Segunda división, habrá que imaginar los que surgieron con este incipiente auge. Fue deficitario para todos los arriesgados que decidieron formar un equipo femenino, pero paradójicamente se multiplicaron de forma extraordinaria en todo el territorio nacional, llegando a contabilizarse unos trescientos. Todavía deberían pasar varios años hasta conseguir el reconocimiento oficial de la Federación Española de Fútbol, el inicio de las competiciones de ámbito nacional y el primer partido internacional oficialmente reconocido que disputó España, precisamente contra Portugal en La Guardia el 5 de febrero de 1983. Pero lo anterior, aunque no fuera oficial y posiblemente siempre quedará obviado del palmarés, también tenía su mérito y merece ser conocido. Vaya como homenaje para todas aquellas abnegadas pioneras de un fenómeno que, cuarenta años después, he podido revivir.

 

 




Las Supercopas de España

La «supercopa» es la competición que enfrenta al campeón de Liga contra el campeón de Copa. La «Supercopa de España» es la competición creada en 1982, que enfrenta al campeón de Liga contra el campeón de Copa. Ni ha ocurrido un Deja Vu, ni ha habido una equivocación exponiendo lo mismo dos veces consecutivas, sencillamente, porque no es lo mismo. Al menos, hablando de forma terminológica.

El dilema es bién simple. La «Supercopa de España», con nombre propio, es una de las competiciones que enfrentan a los ya citados campeones, mientras que la «supercopa», con nombre común, vendría a ser el conjunto de competiciones en las que los ganadores de Copa y Liga se han enfrentado. Y es que, en resumidas cuentas, los enfrentamientos por ver quién es el supercampeón nacional empezaron allá por los años 40, mientras que la Supercopa de España nació posteriormente en los años 80. Como veis, las supercopas podrían dividirse en dos épocas, de las cuales, una sería entre los años 1940-1953, y la otra entre los años 1982 a la
actualidad.

Lo cierto y verdad es que en su primera época de vida, la competición siempre iba acompañada de una enorme expectación, puesto que por aquel entonces, la Liga y la Copa estaban al mismo nivel de reconocimiento, siendo sus campeones reconocidos como «campeones de España» (incluso en la prensa, en el año 1940 se seguía afirmando que el máximo campeón nacional era el campeón de Copa). No en vano, los dos primeros torneos, aun siendo amistoso, tubieron una expectación máxima, y fué el detonante para su posterior reglamentación oficial y que esta se jugase todos los años posteriores bajo la Real Federación
Española de Futbol. Sin embargo, la competición dejaría de disputarse por causas ajenas a su éxito.

Ya en su segunda época, y con la Liga a un nivel de reconocimiento significativamente mayor que la Copa, el torneo perdió algo de envergadura, y no ha sido hasta los últimos años cuando ha ido recuperando poco a poco su esplendor del pasado. Eso si, aún tiene mucho que decir esta Supercopa de España.

Lo que se pretende con este artículo es hacer un breve repaso de la historia de las supercopas, sobretodo su primera época de vida, la cual es la más desconocida, y determinar el palmarés global del torneo de supercopas. Por supuesto, acentuaremos por el camino cuales fueron organizados por la RFEF, y por ende, oficiales.

Nota: Cabe recordar que, en resumidas cuentas , para que una competición sea tomada como oficial, a de estar organizada, en el caso de España, por la Real Federacion Española de Fútbol.

Historia

En el año 1940, surgiría la primera supercopa que midió a los campeones, llamada «Copa de Campeones». Se enfrentaron el Athletic Aviación Club (Club Atlético de Madrid siete años después) y el Real Club Deportivo Español (Espanyol). El Atlético se presentaba como el ganador de la Liga, mientras que el Espanyol lo haría como ganador de la Copa. El partido fué indudablemente ajeno a la RFEF y de manera extraoficial, siendo anunciado en prensa como partido de caracter amistoso, sirviendo el torneo de excusa para homenajear a los grandes campeones de España. El torneo se disputó a doble partido.

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En el partido de ida se disputaría en el campo del Espanyol, el 1 de Septiembre de 1940. El encuentro terminó en empate, con un 3:3 en el marcador. Pero aun mas sorprendente fue el partido de vuelta, que termino con un resultado de 7-1 a favor del Atletico. El resultado global, 10:4. El Atletico se alzó con la Copa de Camapeones. Pese al exito del torneo, no tuvo continuidad.

En el año 1945, y dado la cálida amistad y buena relación que existía entre España y Argentina, el consul general de la república Argentina en España, Don Alfredo de Molina, propuso recuperar el enfrentamiento entre los campeones de España. La RFEF miró con buenos ojos la propuesta, y decidió aceptar la iniciativa, para realizar el primer enfrentamiento de manera oficial entre campeones. Sin embargo, dado que no había tiempo suficiente para una reglamentación oficial, se decidió realizar un primer encuentro amistoso, en forma de torneo piloto, que sería organizado por la Federacion Catalana de Fútbol, siendo además un partido en beneficio de las instituciones municipales de Bilbao y Barcelona. En definitiva, lo que vendría a ser un partido benéfico y amistoso. Por lo tanto, el torneo no puede ser considerado un encuentro de competición oficial.

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Asi, el 23 de Diciembre de 1945, En el estadio «Les Corts», se jugó el enfrentamiento benefico a partido unico, entre el F.C. Barcelona, campeon de Liga, contra el Athletic Club de Bilbao, campeon de la Copa. El trofeo fue obenido por el F.C. Barcelona, en un colosal partido que acabo en 5:4. Al igual que su predecesor, el partido tuvo una gran expectacion, más si cabe que la Copa de Campeones, ya que la RFEF se habría compremetido a organizar el torneo durante los próximos años de manera consecutiva.

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En 1947 nacería, desde las riendas de la RFEF, el primer precedente oficial de la actual Supercopa de España, la Copa Eva Duarte de Perón. O lo que es lo mismo, hablando de forma terminológica, la primera supercopa oficial. Ya este torneo se jugaría de forma consecutiva, con una reglamentación digna de su expectación, siendo lo más destacado una final a partido único, en un estadio parcial, con las mismas reglas que la final de la Copa de S.M. el Rey, y con la posibilidad de ganar el trofeo en propiedad, ganando la competición en tres ocasiones consecutivas o 5 alternas. Si un equipo ganaba la Liga y la Copa en la misma temporada, se adjudicaría automaticamente el trofeo. Los equipos eran los encargados de acordar una fecha para la disputa del trofeo, siendo en ocasiones tarea dificil. Incluso la primera edición tuvo que aplazase a primeros del año de 1948, cuando en realidad se tendría que haber jugado el año anterior, disputándose ese mismo año dos campeonatos. El nombre que recibió la competición se debe a que el trofeo era donado por María Eva Duarte de Perón, la esposa del Presidente de la República Argentina, Juan Domingo Perón.

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Este torneo tuvo siete ediciones, de las cuales salieron vencedores por orden cronólogico, Real Madrid, F.C. Barcelona, Valencia, Athletic Club, Atlético de Madrid, y F.C. Barcelona por dos ediciones consecutivas y sin necesidad de disputarlas, pues ganó durante dos años consecutivos la Copa y la Liga. Los subcampeones serían, también de forma cronólogica, el Valencia, Sevilla, F.C. Barcelona, Atlético de Madrid, y nuevamente F.C. Barcelona. Curiosamente, de todos los subcampeones, el único que no logró hacerse con el trofeo fué el Sevilla. Por desgracia, María Eva Duarte de Perón falleció a causa de un Cancer a la edad de 33 años, provocando, como es lógico, el cierre de la competición. Esto significó el final de la primera época. En España, la noticia de la muerte de «Evita» fué recibida con enorme tristeza.

Dejando ya tan triste acontecimiento, no sería hasta 1982, cuando la competición renacería de sus cenizas, de la mano de la RFEF a propuesta del por aquel entonces presidente del F.C. Barcelona, Josep Luís Núñez. Esta competición surgiría como la actual Supercopa de España. El reglamento era (y es) practicamente el mismo al de la Copa Eva Duarte, siendo los dos cambios más significativos, la disputa a doble partido (como la Copa de Campeones), y que a partir del año 1996, el equipo que consiguiera un doblete, se enfrentaría al subcampeón de Copa. Eso no impidió que el torneo arrancara en los primeros años con algunos problemas, siendo el más destacado el hecho de que los equipos que disputaban el torneo tenían que ponerse deacuerdo a la hora de decidir una fecha para el encuentro, lo que provocó hasta en dos ocasiones la suspensión del torneo. Para solucionar este tipo de problemas y potenciar el torneo, a partir de 1994, la RFEF acordó que se jugara el encuentro entre el final de la pretemporada y el inicio de la Liga, tal y como sucede hoy en día.

Esta es, en resumidas cuentas, la historia (que no termina) de las «supercopas» de España. Una competición que ya tiene sus años, pero que sigue siendo fresca e interesante, y cada vez va a más. Que a nadie le quepa la menor duda.

A continuación, se expone una serie de estadísticas desde la Copa de Campeones, hasta la Supercopa de España, junto a un cómputo global por clubes de títulos oficiales.

Copa de Campeones (No homologable)

Año Campeón Subcampeón
1940 Athletic Aviación Club R.C.D. Español

Copa de Oro «Argentina» (No homologable)

Año Campeón Subcampeón
1945 F.C. Barcelona Atlético de Bilbao

Copa Eva Duarte de Perón

Año Campeón Subcampeón

1948 Real Madrid Valencia F.C.
1948 F.C. Barcelona Sevilla F.C.
1949 Valencia F.C. F.C. Barcelona
1950 Atlético de Bilbao Atlético de Madrid
1951 Atlético de Madrid F.C. Barcelona
1952 F.C. Barcelona (Gano Liga y Copa)
1953 F.C. Barcelona (Gano Liga y Copa)

Supercopa de España

Año Campeón Subcampeón
1982 Real Sociedad Real Madrid
1983 F.C. Barcelona Athletic Club
1984 Athletic Club (Hizo Doblete)
1985 Atlético de Madrid F.C. Barcelona
1986 Anulado Real Madrid vs Real Zaragoza
1987 Anulado Real Madrid vs Real Sociedad
1988 Real Madrid F.C. Barcelona
1989 Real Madrid (Hizo Doblete)
1990 Real Madrid F.C. Barcelona
1991 F.C. Barcelona Atlético de Madrid
1992 F.C. Barcelona Atlético de Madrid
1993 Real Madrid F.C. Barcelona
1994 F.C. Barcelona Real Zaragoza
1995 Deportivo de la Coruña Real Madrid
1996 F.C. Barcelona Atlético de Madrid
1997 Real Madrid F.C. Barcelona
1998 R.C.D. Mallorca F.C. Barcelona
1999 Valencia C.F. F.C. Barcelona
2000 Deportivo de la Coruña R.C.D. Espanyol
2001 Real Madrid Real Zaragoza
2002 Deportivo de la Coruña Valencia C.F.
2003 Real Madrid R.C.D. Mallorca
2004 Real Zaragoza Valencia C.F.
2005 F.C. Barcelona Real Betis
2006 F.C. Barcelona R.C.D. Espanyol
2007 Sevilla F.C. Real Madrid
2008 Real Madrid Valencia C.F.
2009 F.C. Barcelona Sevilla F.C.
2010 F.C. Barcelona Athletic Club

Cómputo de Títulos oficiales por Clubes

Club Campeón Subcampeón
F.C. Barcelona 12 9
Real Madrid 9 3
Deportivo de la Coruña 3 0
Atlético de Madrid 2 4
Valencia C.F. 2 4
Athletic Club 2 2
Real Zaragoza 1 2
Sevilla F.C. 1 2
R.C.D. Mallorca 1 1
Real Sociedad 1 0

Nota: No se incluyen la Copa de Campeones y Copa de Oro Argentina, por ser competiciones extrafederativas, además de dejar claro que fueron torneos de caracter amistoso.

Como salta a la vista, el FC Barcelona y el Real Madrid son los claros dominadores del torneo, siendo algo lógico, ya que a su vez son los máximos dominadores de la Liga y la Copa. Con esto, quedan expuestas las estadísticas de las supercopas que no solo han habido, sino que además, esperemos que sigan habiendo. Muchas gracias.




Jose Mª Miró y la fundación en 1908 del Sevilla Football Club

Mucho se ha vilipendiado y vapuleado a aquellos que pensábamos que el Sevilla FC actual data en realidad de 1908 y no de 1905. Lo que es cierto, dicho sea de paso, es que esa opinión estaba basada en algunos «indicios» más que en datos con peso específico. Lo reconocemos, pero ahora, con los nuevos datos encontrados parece que la fecha de 1908 se erige como la verdadera fecha de fundación del Sevilla FC, recientemente proclamado como «mejor club del mundo por la IFFHS».

Antes de empezar nos gustaría lanzar una pregunta a los entendidos: ¿Cuándo llegó Miró Trepat a Sevilla?: Vamos a eludir aportar prueba alguna, que dicho sea de paso las tenemos, simplemente mostremos lo que bien han investigado nuestros amigos historiadores sevillistas:

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 Perfecto, llegó en torno a 1907, aunque nosotros puntualizaríamos que llegó en la segunda mitad de ese año. No perdamos de vista esta fecha. Y ahora les invito a leer esta nota publicada por la Revista «Stadium» con motivo de la inauguración del campo del mercantil en 1913, en Sevilla:

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 El recorte esta sacado de esta hoja de la mencionada revista:

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Y ahora observen este mismo recorte de la misma revista pero de número diferente, de 1913 tambien:

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 Llegados hasta aquí forzosamente nos tenemos que hacer la siguiente pregunta: ¿Pero, en el momento de la llegada de Miró Trepat a Sevilla sobre 1907,  no estaba ya fundado el Sevilla FC desde 1905?!…¿Cómo es posible que Miró sea Fundador del «Sevilla Football Club»?

 Un momento porque tenemos otra pregunta de sencilla respuesta: ¿Se puede fundar un mismo club dos veces?….lo cierto es que sobra cualquier tipo de respuesta.

 Parece que estas preguntas tienen respuestas obvias, y ninguna apunta a la fecha de 1905, en todo caso a fechas posteriores a la fecha de llegada de Miró a Sevilla. La cosa se va aclarando. Pero continuemos.

 Hasta ahora de todos era conocido ese periodo de dos años y dos meses, comprendidos entre abril de 1906 y Junio de 1908, en los que no se oye hablar en absoluto de ningún «Sevilla Foot-ball Club» y ni tan siquiera de una «Sociedad de Football». Hasta ahora se ha dado por válida la explicación de que durante esos años esa «Sociedad de football» que a la postre sería el «Sevilla football Club» pasó por vicisitudes propias de la época pero que esa misma sociedad finalmente logró despegar en 1908. Es obvio que con los nuevos datos encontrados, que contradicen esta explicación, un nuevo horizonte se abre ante nosotros para explicar lo que verdaderamente ocurrió.

 Nosotros quisimos ahondar un poco más en este personaje y en el papel tan importante que jugó en el football sevillano y más concretamente en el Sevilla FC. Es curioso, por cierto, como por ejemplo en el libro «Breve historia del Sevilla FC» tan solo se dedique unos insignificantes párrafos a la figura de D. Jose María Miró. ¿Cómo es posible que un personaje tan importante en la historia del Club Sevillano, sin el que éste no habría existido, reciba tan poco reconocimiento?.

 Nuestras pesquisas nos llevaron a conocer que D. Juan Segura, el historiador del C.D. Español de Barcelona, había tenido contacto directo con la hija de Jose María Trepat en Madrid, en 1974, con motivo de la elaboración de su primer libro sobre la historia del club periquito.  Su hija, María Teresa Miró Barbany, en el momento de la entrevista del Sr. Palomares, tenía 73 años y suponemos por tanto que habrá fallecido. Esta señora vivía en la calle Viriato, de Madrid.

 Una de las primeras cosas que indica su propia hija y que nos llama la atención es que Miró no viene a Sevilla para curarse de su enfermedad. Esta, de tipo tuberculoso, la había contraído en Barcelona en los últimos meses de 1905, así que en ese año Miró no estaba en Sevilla, es obvio. Según su hija, Miró una vez restablecido viene a Sevilla por otros motivos bien distintos:

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 Simplemente para vivir de las rentas, así de claro. Pero lo que nos llamó la atención por encima de todo es cómo el Sr. Palomares nos indica que según su hija, D. Jose María Miró fue el verdadero fundador del Sevilla FC actual, y además así lo refleja en su obra:

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 «…Participó en la fundación del Sevilla…»

 Y es que rogamos que por favor no se pierda de vista la nota de prensa aparecida en la Revista «stadium»:

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Revista Stadium, 1913.

  Otra vez nos hacemos la misma pregunta: Si un club estaba fundado ya en 1905, ¿por qué habría de volverse a fundar después de 1907, cuando llegó Miró?, ¿No será que se trataba de un club nuevo?…la respuesta ante tantas evidencias es obvia y huelga decirla para no ofender a la inteligencia de nadie. Tenemos que decir, sin embargo, que es evidente la relación existente entre la «Sociedad de Football» de 1905 y el «Sevilla Football Club» de 1908, ya que ente otros tenemos la figura de Jose Luis Gallegos como nexo de unión. Pero que participen mismos jugadores en dos Clubes no significa que ambos clubes sean el mismo. Lo iremos aclarando.

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 Realmente ahora vamos entendiendo algunas cosas que antes estaban un poco en el aire y que se habían dado por aclaradas. Sigamos atando cabos sueltos.

 Otra de las cosas más sorprendentes que nos llama poderosamente la atención y que coincide a la perfección con estos documentos que hemos encontrado es el hecho de que EL Sr. Jose María Romero Acosta, socio y directivo del Sevilla FC allá por 1917 dijera, y desde luego con un notable ímpetu, según se desprende de sus declaraciones, que el primer presidente del «Sevilla FC» NO fue Jose Luís Gallegos, sino Jose María Miró Trepat:

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 Revista «El Sevillista». 1960

 Y es que es evidente que todo parece indicar que el Sevilla FC que hoy conocemos se fundó a partir de la llegada de Miró Trepat a Sevilla y que por tanto él es considerado como el fundador y para muchos, como es el caso del Sr. Romero Acosta, se podría considerar como el presidente honorífico o en funciones; aunque el cargo legal lo ostentara, en 1908, D. Carlos García.

 Lo que está fuera de toda duda es que uno de los hombres que vivió más de cerca las inquietudes y afanes de la sociedad decana (como reza en la cabecera de la entrevista) en sus primeros años de existencia, deja bien claro que Gallegos no fue primer presidente, lo cual significa ni más ni menos que ese Sevilla FC de 1908, al menos legalmente, no tenía nada que ver con la «Sociedad de football» fundada en 1905.

 Ojo, lo dice un exdirectivo del Sevilla que vivió el Sevilla FC en sus primeros años de vida, El Sr. Romero Acosta podría ser todo lo que ustedes quieran, pero ¿Qué necesidad tenía de decir eso si no fuese verdad?.

 Por nuestra parte no hemos podido acceder a la entrevista entera, pero estamos seguros de que es más suculenta de lo que aparenta, aunque con lo que tenemos ya es mucho sin duda. Desde aquí hacemos un llamamiento a aquellos que la posean que por favor la transcriban íntegramente en el foro de betislibre.com.

 Pero. Ojo!, no queda ahí la cosa. Otra de las cosas sorprendentes (¡vaya coincidencia!) es lo que viene reflejado en la historia del Sevilla FC, publicada por el ABC, al tratar el asunto de la creación del club:

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 «…nombres como Joaquín Valenzuela, Benito Romero, los hermanos Laffita, Jose María Castañeda o Paco Alba se unieron al de José Luis Gallegos para hacer realidad esta idea. Las reuniones se celebraban en el bar Tupinamba, propiedad del futuro presidente del Club, José Miró, o en el propio domicilio de Paco Alba. Carecían de toda oficialidad…»

 Sí, han leído bien: José Miró. Es decir que parece evidente que a la vista de todos José María Miró participó en la auténtica fundación del Sevilla FC, tal y como dice la revista «Stadium», tal y como lo indica su propia hija en su entrevista de 1974, tal y como lo indica esta historia del Sevilla FC en el ABC y tal y como se deduce por los testimonios del exdirectivo (en 1917) del Sevilla FC D. Jose María Romero Acosta.

 Y es que, insistimos en el hecho de que no conviene olvidar esto:

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Revista Stadium, 1913

 Y es que todos los historiadores sabían de la participación de Miró en la fundación del Sevilla FC, y todos asociaban dicha participación a 1905…

 Pero en lo único que se equivocaban era en la fecha, porque en 1905, Miró no estaba en Sevilla, pues llegó a finales de 1907.

 Saquen sus propias conclusiones.

 Hay más. Otra de los cabos sueltos que vamos atando a partir de estos importantes hallazgos es porqué desde mediados de 1906 y hasta mediados de 1908 no existieron noticias ni del Sevilla FC ni de football en Sevilla. Porque una cosa clara es que realmente no existen noticias ni tan siquiera de football «no organizado» por ninguna sociedad, a modo de partidas esporádicas de football en las que intervinieran los jóvenes de Sevilla.

 Y no queremos decir que no se jugara al football en Sevilla entre 1905 y 1908. Estamos seguros de que se jugó, pero con todos estos documentos y los que vamos a mostrar ahora es evidente que de modo organizado no se hizo bajo ningún concepto.

 Para ello vamos a empezar hablando del viaje de Masferrer en 1906, y no se preocupen porque no vamos a esgrimir lo que se ha dicho hasta ahora, sino que hemos encontrado nuevos datos muy importantes. Masferrer fue Redactor-jefe de la revista «Mundo Deportivo» de Barcelona, e hizo una visita al Sur Oeste de España para tomarle el pulso a la actividad deportiva por estos lares.

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Masferrer deja claro en ese artículo que se practican muchos sports en el suroeste, habla de football en Huelva, de caballos en Jerez en Sevilla y Jerez etc…pero de football en Sevilla, lo que es de football en Sevilla: NI LO NOMBRA.

 No obstante nuestros amigos historiadores sevillistas han sacado sus propias interpretaciones, y en la frase siguiente (que ahora veremos) de Masferrer ven enterrada de algún modo la palabra «foot-ball». Veamos la frase de Masferrer:

  «…y si en verdad se realizan otras manifestaciones sportivas, débese a que un reducido grupo de gente joven y aristocrática (…) unense para efectuar de cuando en cuando (…) polo, golf y otros deportes importados por los muchos que se educaron en Inglaterra…»

 A partir de esa frase de Masferrer resulta y se deduce, con total claridad según nuestros amigos los historiadores sevillistas, que en 1906 se jugaba al football en Sevilla, y más concretamente en Tablada. Todo claro está amparándose en «…y otros deportes importados por los muchos que se educaron en Inglaterra…».

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Pues va a ser que no, que en el hipódromo de Tablada no se jugaba al football, al menos durante la última parte de 1906, y ni durante 1907 y ni  en Enero de 1908. Y vaya por delante que lo 1º que nos llama la atención es que Masferrer vea football en Huelva y en Sevilla no. Que sí, que sí, que ya sabemos que Huelva era una ciudad mucho más pequeña, pero ¿A caso no lo habría preguntado a los sportmen con los que contactó?…No obstante, es evidente que esta reflexión que hemos hecho es una pura elucubración sin más importancia, pero esto que mostramos a continuación no lo es:

 Vean esta nota de prensa de Febrero de 1908:

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<<Dichos señores (…) también tienen el propósito de implantar un campo completo de estos juegos ingleses como son a más de los mencionados, el golf, el lawn tennis y el foat ball>>

 En otras palabras, que en Febrero de 1908 se iba a implantar un campo para jugar al football en el hipódromo de Tablada.

Pero, ¡¡un momento!!: Si según algunos ya se jugaba al football en la Dehesa de Tablada, entonces ¿Para qué hacer un campo de football en Febrero de 1908?. Como ven poco a poco estamos cerrando el círculo y atando algunos cabos. Pero sigamos, que hay más.

 Esto demuestra, que en el «hipódromo de Tablada» no se jugó al football hasta Febrero de 1908. Esto contradice a aquellos que «quisieron leer» en el texto de Masferrer que también se jugaba al football. Lamentamos que para algunos valga cualquier cosa con tal de tratar de demostrar el «estado vivo» de esa «Sociedad de football» de 1905.

 Y es que Masferrer efectivamente apunta a que en Tablada se jugaron deportes como polo, golf y otros sports importados de Inglaterra, como el Cricket y el Hockey (como hemos leído en el recorte de prensa), pero el football, amigos y enemigos,….el football, NO. De ser así efectivamente no habría necesidad de implantar en 1908 un campo o terreno para la práctica del football porque ya lo habría.

 Pero, un momento que viene más. Es seguro que los habrá que encontrarán cualquier resquicio siempre para arrimar el ascua a su sardina y poner en duda esto que estamos diciendo y sobre todo argumentando. Pero no nos importa porque para terminar de desmontar el hecho de que en Sevilla se jugara al football (de forma organizada y bajo el amparo de un club) entre finales de 1905 y mediados de 1908 también ponemos sobre la mesa el testimonio que da el periodista en la revista «Sevilla Deportiva» de 14 de Octubre de 1914 en la que, en referencia a la visita por entonces a la capital hispalense de Miró Trepat, dijo lo siguiente:

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 <<…fue el periodo en que el sport (referido al football, pues el texto habla de football) puede decirse que empezó a nacer en nuestra capital…gracias al Sr. Miró>>

 Cuando algo «empieza a nacer» no hay otra lectura posible que el hecho de que ese algo que nacía antes no existía, o bien que lo que hubo dejó de «vivir». Es algo que salta a la vista.

 Y es que la nota de prensa con la que abríamos este artículo-informe parece definitiva:

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Revista «Stadium», 1913

 Ojo!, repetimos que no queremos decir que en Sevilla no se jugara al football, sino que no se jugaba de forma organizada ni al amparo de ningún club.

 Y ya que hemos mencionado a Huelva. Otro hecho cuando menos curioso y significativo es que en la provincia onubense, desde 1906 el Huelva ya jugaba la Copa del Rey en Madrid…entonces, ¿si había un club como la «sociedad de football» porqué nunca se jugó con un club tan cercano?, ¿no es extraño?, ¿no es más que significativo?…¿no será que es que simplemente no existía?. Sí, ya sabemos que son simples coincidencias, pero que unidas a tantas otras y los nuevos documentos que estamos mostrando, resultan que completan un puzzle, ¿no les parece?.

 LOS ÚLTIMOS CABOS SUELTOS TERMINAN ATÁNDOSE:

Y es que definitivamente, con todo esto, terminamos de hilar el resto de cosas que andaban sueltas:

  Es significativo que la llegada de Miró Trepat a Sevilla, en 1907 y después de recuperarse en parte de la grave enfermedad que sufrió en 1905, en Barcelona, es previa al «resurgir» (lo entrecomillo por cuestiones obvias) Sevilla FC de 1908. Ahora entendemos el sentido de esa nota de prensa que luego revisaremos de 1908 en la que dice «Ha quedado definitivamente constituida la novel sociedad llamada «Sevilla Football Club»»

  El hecho de que Miró Trepat fuera un enorme enamorado además de al football al Tiro Pichón y deportes de armas, lo cual queda demostrado no solo porque fue presidente hasta 1906 de la Sociedad Tiro Pichón de Barcelona, sino porque además participó en las Olimpiadas de Amberes en la modalidad de tiro (miren por donde los sevillistas pueden presumir también de haber tenido un presidente olímpico). Miró Trepat una vez llegó a Sevilla y como no podía ser de otra manera se adhirió al Club de Tiro de Sevilla, precisamente en el Hipódromo de Tablada y precisamente en el cual en Febrero de 1908, poco después de su llegada a nuestra capital, se Implantó un…¿adivinan?…¡Un campo de football!…!Qué coincidencia, ya van 20!. Es todo desde luego bastante significativo y ahora entendemos porque es 1908 la fecha en la que el football despega definitivamente en nuestra capital.

 Uno más uno son dos y dos más uno son tres…parece que la cosa va teniendo sentido ¿verdad?. Recuerden este recorte de prensa:

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  Pero no queda ahí la cosa. Hay otros muchos cabos, con los que se han mofado de todo aquel que opinaba que el Sevilla FC era de 1908, que se van atando a partir de aquí, veamos el siguiente:

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 Otra «coincidencia» es que la llegada de Miró Trepat a Sevilla supone el «nacimiento o resurgir» de algo como el football, que estaba desorganizado claramente. Y es que ahora entendemos también porque, tras la llegada de Miró a Sevilla, en Junio de 1908, y después de que en el Hipódromo de Tablada se implantara un campo para la práctica del football (a partir de 1908 y no antes) se nombra una junta directiva del «Football Club«. Como decimos, ahora entendemos porque se nombra esa junta directiva de Junio de 1908.

  Pero es que la secuencia sigue, y pocos meses después del nombramiento de esa junta directiva aparece la siguiente nota de prensa, además de en diarios Sevillanos también en el «diario Mundo Deportivo» de Barcelona, mire usted por donde de Barcelona, ciudad natal de Miró y diario dirigido en su redacción por Masferrer:

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 «…Ha quedado definitivamente constituida en esta ciudad (…)  la  novel Sociedad de foot-ball…con el  título es <Sevilla Football Club>»….

 Y es que ahora entendemos realmente eso de que «ha quedado definitivamente constituida la novel sociedad«. Madre de Dios, vaya pareja de baile que hace esta noticia del «Mundo Deportivo» con esta otra que ya hemos visto y que no conviene perder de vista:

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Revista «Stadium», 1913

 Lo que es evidente es que no es normal ni lógico que una sociedad tarde en constituirse 3 años. Es más, si «queda definitivamente constituida» es que antes no lo estaba; lo cual significa a cualquier efecto que justo en ese momento comienza a estar legalmente conformada.  Pero sigamos.

 Y es que de entrada, de la noticia aparecida en el «Mundo deportivo» nos llama la atención el adjetivo «novel». Veamos…vamos a coger el «comodín del diccionario». Acudamos al diccionario de la Real Academia Española de la Lengua para conocer el significado del adjetivo NOVEL:

(Del cat. novell, nuevo).

 <<Que comienza a practicar un arte o una profesión, o tiene poca experiencia en ellos>>

 Resalto primero que etimológicamente el adjetivo proviene de «novell, NUEVO, y también resalto la frase «Comienza a practicar» para que la gente lo entienda: Algo que comienza es algo que antes no existía. Al menos así nos lo enseñaron en la EGB. Saquen sus conclusiones, por favor.

 Así que perfectamente y según la RAE podríamos hablar de que «ha quedado definitivamente constituida la nueva sociedad llamada Sevilla football Club».

 Reconocemos que las conclusiones que ahora estamos sacando eran impensables o carecían de lógica o credibilidad si no tuviéramos la pieza que faltaba: La participación y el importantísimo papel de D. Jose María Miró Trepat, no solo para el Sevilla FC, sino para el football Sevillano entero. Ahora, con esa pieza todo tiene mas sentido, sin duda.

 Además en 1908…¿Definitivamente constituida?, ¿es que en 1905 no estaba ya constituida?, ¿no habían presentado ya los papeles en el Gobierno Civil de Sevilla?, ¿es que  eso no es trámite suficiente para que una sociedad quedara constituida?.

 Ahora entendemos que lo que realmente quiere decir esa nota de prensa con el «queda definitivamente constituida» es que hace referencia al mes de Junio de ese mismo año en la que se nombra junta directiva del «football Club»,  y no en referencia, como nos han tratado de dibujar algunos, a 1905. Es más lógico pensar que una sociedad tarde en constituirse 4 ó 5 meses, desde luego, que tres años.

 En cuanto a lo de los 80 jóvenes apuntados nos resulta lógico pensar que la sociedad Sevillana seguía practicando football, y que en cuanto se organizara un club, la mayoría se simpatizantes a este sport se unieran a ese Club, pero eso tuvo que ser a partir de 1907, porque de haber sido en 1906, es de suponer que Masferrer habría tomado buena nota, ¿no?.

 ¡¡Ah!!, además hay algo que no debemos pasar por alto, y es el hecho de que se trata de la primera vez que se habla del «titulo escogido por la simpática sociedad creada» (El liberal). En otras palabras: Es la primera vez que aparece LITERALMENTE el título de «Sevilla Football Club».

 5º Pero es que las «coincidencias» no terminan ahí. Ahora se puede entender realmente y en toda su dimensión porque pocos meses después de la nota de prensa en la que se indica que «ha quedado definitivamente constituido el Sevilla Football Club» la sociedad se registra en el Libro Registro de Asociaciones del Gobierno Civil con fecha de Marzo de 1909. ¡¡Qué curioso que lo haga unos meses después de que la sociedad quede «definitivamente constituida» en Octubre de 1908 y no antes¡¡. Y es que ahora, con los datos de Miró Trepat y los demás que hemos encontrado ya entendemos también dos cosas más en relación a este asunto de la inscripción en el Libro de Sociedades del Gobierno Civil de Sevilla:

  •  a) Ahora entendemos la razón de porqué en la inscripción del «Sevilla football Club» en el registro de asociaciones en 1909 no hace referencia alguna a la «sociedad de football» de 1905: eran sociedades diferentes.
  • b) Y también entendemos la razón de porqué no se dirigió ningún club de football al Registro cuando éste, ya avanzado el año 1907 y tras el incendio de 1906, hizo un llamamiento a las sociedades que estuvieran registradas antes del incendio para que se reinscribieran. No olvidemos que hay sociedades con fechas anteriores a 1906 (previas al incendio sufrido por el gobierno Civil de Sevilla) que se reinscriben en 1907. Nosotros ya habíamos apuntado lo extraño que resultaba que si el Sevilla FC hubiera existido como tal en 1906 o en 1907 éste no se hubiera reinscrito como el resto de las sociedades existentes antes del incendio. He aquí pues la razón.

 Es evidente que se inscribe en 1909 y no antes, simplemente porque antes la organización como tal no existía.

 La secuencia de los acontecimientos está ahí, muy clara. Sólo faltaban algunos datos que explicaran porqué entre 1906 y 1908 no se oye hablar del «Sevilla Football Club». Sólo faltaba entender la figura de Miró Trepat y la pieza que faltaba nos dibuja algo muy diferente a lo que nos han vendido hasta este momento.

 

 LOS HECHOS INTERPRETADOS CON LOS NUEVOS DATOS

 La fecha de 1905 debe estar presente en los corazones de los sevillistas pues al fin y al cabo supone el origen sentimental del Sevilla FC fundado en 1908. Muchos de los que fundaron el Sevilla FC de 1908 participaron en la fundación de la «Sociedad de football» de 1905, y es loable y lógico pensar que ambos grupos tienen una íntima relación entre si. Hasta ahí todos estamos de acuerdo, pero si bien la vinculación «sentimental» entre ambos grupos es indudable, la legal es claramente imposible a la luz de todos los datos aquí presentados ya que también a partir de este momento, existe un fundador del «Sevilla FC» que no fundo la «Sociedad de football» de 1905, a todas luces desaparecida.

 La cosa tuvo que suceder, con la información que aporta los nuevos datos anteriores encontrados, más o menos así:

 La «Sociedad de football» de 1905, por las razones que fueran, dejó de tener vida entre 1906 y 1907, sus integrantes debieron no seguir la estela de sus promotores, o la dejaron de lado languideciendo desde la óptica organizativa. El football se siguió practicando en Sevilla a modo aficionado. Pero llegó a Sevilla un personaje catalán, D. Jose María Miró Trepat que dio un giro a la situación de estancamiento deportivo de nuestra cuidad. Aficionado como era al tiro rápidamente formó parte del tiro Pichón en la Dehesa de Tablada, y una de las primeras acciones fue implantar a su vez un campo de football en esos terrenos. El contacto con los promotores de la «Sociedad de football» debió de ser casi inmediato y una vez establecido este contacto se promovió la definitiva constitución de un Club de football, en la cual participaron evidentemente los que formaron la «Sociedad de football» de 1905.                                 

En Junio de 1908 se forma Junta directiva, y varios meses después la sociedad queda definitivamente constituida. De nuevo, pocos meses después, en Marzo de 1909, la Sociedad «Sevilla Football Club» se inscribe en el libro de Registro de Asociaciones del Gobierno Civil de Sevilla, quedando así legalmente registrada.

 Otra laguna que parece que puede aclarar la figura de Miró es la NO celebración de las Bodas de Plata del club sevillista.

 Vamos a dar nosotros por lo menos una explicación argumentada en base a los datos encontrados y expuestos en este artículo:

 Los mandatarios del Sevilla F.C. al ser muchos de ellos en 1930 los que fundaron la «Sociedad de Football» no quisieron olvidarse nunca de su primera obra, por lo que intentaban rescatar a toda costa la fecha de 1905 como la fundacional, pero llegados a tan importante fecha había un serio problema.

Si organizaban las Bodas de Plata en 1930 (Sociedad de Football), habría que invitar a todos los fundadores del club que continuasen vivos, que en el año que estamos hablando (1930) eran la mayoría. Pero dirían: ¿Que hacemos con Miró?.

Si no se le invita, el feo gesto que se le hubiera hecho a un fundador, ex-Presidente y además el que construyó el primer campo estable de la historia del club, además de un importante político de la Villa y Corte, hubiese sido intolerable.

Ante esta situación tan difícil, viendo que la celebración podría traer polémicas (¿Sr. Romero Acosta?) y malos entendidos, optaron por no celebrar tan importante fecha y esperar otros 25 años para dejar que los estragos que hace el paso del tiempo en las memorias y la biología hiciesen el resto.

 Para entender el surgimiento en 1908 del SFC era imprescindible encontrar la pieza del puzzle que faltaba: Miró Trepat, justo a 500 km. de distancia de nuestra Sevilla.

 




Veinte años del record de Abel Resino

Uno de los records más importantes que existen en el Campeonato Nacional de Liga es el de Abel Resino. Corresponde al portero con mayor número de minutos consecutivos jugados sin recibir un gol. El pasado mes de marzo se cumplieron 20 años de la gesta que, desde entonces, ningún otro guardameta ha logrado inquietar. 1275 minutos de juego que incluyen un total de 13 partidos con la portería a 0.

 El gol recibido en Mallorca a los 30 minutos de juego marcado por Claudio no pudo ser equilibrado y significó la segunda derrota de los rojiblancos en el campeonato que los relegaba a la sexta plaza, a seis puntos del FC Barcelona, líder.

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 Era la jornada 12ª y el Atlético mostraba cierta irregularidad. La contundente victoria cosneguida en la jornada siguiente, 4-0 al Real Zaragoza, les devolvió cierta confianza. Las turbulencias en el equipo, como un rasgo distintivo histórico del club, habían costado el puesto a Joaquín Peiró, quien no llegó ni a empezar el campeonato. Sustituido por Iselín Santos Ovejero durante dos jornadas, se dio paso a Tomislav Ivic. El conjunto tardó en en encontrar su estilo, porque la incorporación de Schuster fue tardía y los resultados siguieron siendo irregulares. Fue la victoria sobre el FC Barcelona la que impulsó cierta credibilidad, aunque esa derrota en Mallorca era un frenazo demasiado fuerte.

 En ese momento empezó a escribirse la gesta. Porque Abel Resino dejó de girarse hacia su portería para ir a recoger el balón. Los partidos se fueron sucediendo. La firmeza defensiva del Atlético era extraordinaria. Delante de Abel se disponía un sistema férreo con hombres contundentes como Juanito, Ferreira o Solozábal, luchadores como Pizo Gómez, rápidos y duros como Tomás o Juan Carlos, estratégicos como Donato, Vizcaíno o Alfredo y cerebrales como Schuster. Arriba bastaban Futre y Manolo, complementados con Rodax.

 Jornada tras jornada, el Atlético fue sumando puntos. Pasó con contundencia por el Bernabeu donde arrasó a su rival con un 0-3. Abel superó el record histórico en Sevilla, ante el Real Betis, cuando aguantó el 0-0 inicial, con nueve hombres desde el minuto 58. Entonces el portero rojiblanco ocupó la primera plana de todos los periódicos. Y así hasta la tarde del 17 de marzo de 1991, un Atlético-Sporting. El partido se estaba desarrollando en la línea marcada por el Atlético. Los locales se habían adelantado con dos goles de Manolo, uno de penalti, con lo que prácticamente sentenciaban. Justo al final de esa primera parte, un remate de Luis Enrique acabó en gol. Entonces todo el Vicente Calderón se levantó y se pronunció en una tremenda y estremecedora ovación de reconocimiento hacia el guardameta. Fue como una liberación de una responsabilidad. Abel, en efecto, era batible, pero también era el más grande en esos momentos.

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Abel pasó a la historia del Campeonato Nacional de Liga con un record muy difícil de superar. Ya han pasado veinte años y sigue ahí, incontestable. Es llamativo que grandes guardametas de nuestra historia, que han marcado un ciclo en la selección, como Ramallets, Iríbar, Arconada, Zubizarreta o el actual Casillas, nunca se hayan acercado a esa cifra. Y, desde el punto de vista histórico ahí está la grandeza del éxito de Abel. No fue un portero que destacase por intervenciones inverosímiles. Sus mejores armas fueron la regularidad, la constancia, el trabajo, la humildad y la visión de la jugada. Abel mandaba y muy bien a sus compañeros. Sabía rectificarles, organizaba su defensa y cerraba las opciones de la delantera rival. Un portero no sólo para, también debe mandar. Precisamente, tras el 0-3 en el Bernabeu, ante la pregunta del periodista ¿un partido con menos trabajo del esperado -por las pocas intervenciones del portero-? Abel contrestó más o menos: «ni hablar, ha sido un partido muy intenso, porque se ha trabajado para que el rival no pudiese tener oportunidades. Un portero también juega aunque no tenga que hacer paradas».

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Los 1275 minutos de juego sin recibir ningún gol fueron celebrados a lo grande. Fueron aclamados como registro mundial absoluto y entraron en el Libro Guinnes de los Records. El seleccionador nacional Luis Suárez respondió a esos méritos con la internacionalidad absoluta. Abel llegó a disputar dos partidos España, sustituyendo a Andoni Zubizarreta en los amistosos contra Hungría y Rumanía.

 La IFFHS, finalizando el s. XX, decidió oficializar los records más importantes de todos los campeonatos de liga nacionales y para ello se analizaron minuciosamente todos los resultados. El presunto record mundial que se atribuyó el guardameta libanés del Al-Ansar, Ali Fakih, con 1511 minutos, fue descartado por irregularidades -permutó el puesto de portero titular con su hermano-. Todo apuntaba a que Abel Resino sería reconocido formalmente como poseedor de este record. De hehco, yo mismo cursé la invitación para que asistiese a la Gala Mundial del Fútbol de 2001 en Rotemburgo con esa idea. Pero las investigaciones dieron un giro total cuando apareció el belga Dany Verlinden, del Club Brugge KV, quien, sin tener conciencia de ello, había estado 1390 minutos sin recibir un gol. Su record había sido anterior al de Abel, sin embargo había pasado desapercibido porque cubría el final de la Liga 1989-90 y el comienzo de la Liga 1990-91.

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Las investigaciones siguieron y actualmente la lista de la IFFHS de porteros con más minutos jugados sin recibir un gol ha sufrido grandes cambios:

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La clasificación española, encabezada por Abel, tiene un listado de prestigiosos porteros.

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Ricardo Saprissa, el primer centroamericano en unos juegos olímpicos

En los últimos números del Journal of Olympic History hemos leído interesantes artículos sobre la discutida nacionalidad de algunos deportistas olímpicos, siguiendo esta línea de debate podemos profundizar en un caso de París 1924: el tenista de la delegación española Ricardo Saprissa Aymà.

Nuestro protagonista nació en San Salvador (El Salvador) el 24 de junio de 1901 de padres españoles nacionalizados salvadoreños (José Saprissa Llurá, empresario y cónsul honorario de El Salvador en Almería (1) y Carmen Aymà Sagrera). A los 3 años viajó con su madre a la ciudad natal de su familia (Barcelona) para estudiar, pero la trágica muerte de su padre les hizo regresar a San Salvador en 1910.

Como típico sportsman de la época practicó desde su juventud varios deportes, destacando como tenista, ganando para El Salvador el primer campeonato centroamericano frente a Guatemala en 1920. También se aficionó a otros deportes como el béisbol o el fútbol, así como a la caza.

A los 20 años regresó a Barcelona para completar la especialización en ingeniería, aunque por problemas de convalidación de estudios acabó montando una tienda.

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 En España triunfó en todos los deportes que ya había practicado en Centroamérica y en alguno que descubrió en el Viejo Mundo:

 -Béisbol: era un notable catcher y enseguida destacó en este deporte que en la Barcelona de la época era muy minoritario y sólo practicaban «indianos» (catalanes que habían estado en América). (2)

 -Tenis: se afilió a la pequeña y elistista Sociedad Sportiva Pompeya, donde rapidamente se convirtió en uno de los mejores jugadores, especialmente en dobles formando pareja con Antonio Juanico. En 1923 y 1924 fueron campeones de Cataluña y de España y era lógico (al margen de las dudas sobre su nacionalidad) que fueran seleccionados para los JJOO de París. La ausencia de Juanico en los Juegos modificó sus planes y Saprissa formó pareja en dobles masculinos con Eduard Flaquer y en dobles mixtos con Rosa Torras.

Con Flaquer superaron dos rondas, venciendo a los portugueses Casanovas y Castro-Pereira por w.o. y a los japoneses Fukuda y Honda por 6-2, 6-3 y 6-3, cayendo en 3ª ronda frente a los sudafricanos Condon y Richardson por 6-2, 6-3 y 6-1 y recibiendo duras críticas de la prensa española por ello.

En dobles mixtos junto a Rosa Torras (primera mujer española en unos Juegos junto a Lilí Álvarez) fueron derrotados en la primera ronda por los italianos Umberto de Morpungo y Giulia Ferelli por 6-3 y 10-8. (3)

Saprissa también representaría a España en la Copa Davis. En la eliminatoria contra Bélgica disputada en Amberes del 2 al 4 de mayo de 1930 jugó (y ganó) el partido de dobles formando pareja con Enrique Meier. Derrotaron a los anfitriones De Borman y Ewbank por 6-1, 4-6, 1-6, 8-6 y 6-3 y España ganó la serie 4-1. (4)  

 -Hockey sobre hierba: este deporte lo descubrió en España y le cautivó de forma especial, llegando a decir que era su favorito. Se convirtió en uno de los mejores delanteros del país y en la estrella del Pompeya. Tras la desaparición de la sección de hockey de dicho club en 1924 pasó al Real Club de Polo, en cuyas filas conquistó los Campeonatos de España de 1924 y 1925.

Con la selección española jugó varios amistosos entre 1924 (España 0- Bélgica 5) (5) y 1929 (Torneo Internacional de Barcelona con motivo de la Exposición Universal: España 3- Francia 0, España 3- Austria 0 y España 0- Alemania 1) (6).

Abandonó la práctica habitual de este deporte en 1925 (aunque regresó para algunas exhibiciones y para el importante Torneo Internacional de Barcelona de 1929) por problemas físicos en las rodillas y ausencia material de tiempo para compaginar tantos deportes y una vida laboral

Precisemos que (con excepción de la temporada 1928/29 en la que aceptó un contrato profesional del RCD Español por dificultades económicas) Saprissa fue siempre amateur y defendió esa concepción romántica del deporte. Una caricatura del semanario humorístico deportivo catalán Xut presentaba al célebre guardameta Ricardo Zamora como símbolo del profesionalismo rindiendo pleitesía a Ricardo Saprissa como adalid del amateurismo bajo la leyenda: «Jo et beneixo Saprissa! T´has perdut catorze quilòmetres de calderilla, però ets feliç. Que el teu exemple tingui imitadors, perquè els professionals poguem repartir-nos-en més».(7)    

 -Fútbol: fue el deporte que le reportó más popularidad, destacando sus años en el RCD Español de Barcelona (1922-1932). Como defensa derecho, junto al mítico guardameta internacional Ricardo Zamora y el defensa izquierdo Conrad Portas formaron una de la mejores defensas de la época.

Entre sus títulos destacan dos Campeonatos de Cataluña y la Copa del Rey de 1929 (Español 2- Real Madrid 1). Fue capitán del equipo y destacó por su fair play (nunca fue expulsado ni amonestado) (8).

Nombrado Presidente Honorario del RCD Español en 1932, cargo que conservó hasta su muerte. También jugó varios amistosos con la selección catalana.

Entonces, si tan brillante defensa era: ¿por qué no jugó nunca con la selección española de fútbol?.

Algún periodista reclamó su presencia en el equipo nacional, pero nunca fue convocado. ¿El motivo?

El historiador del RCD Español Juan Segura Palomares nos dió la respuesta en 1974: «Como futbolista era extraordinario. Si no llegó a vestir la camiseta del equipo nacional, fue por su nacionalidad, de la que jamás renegó, pese a su gran amor a España». (9)

El mismo Saprissa nos recordaba en una entrevista de 1931 que él no era español: «Pues porque allí (en El Salvador) nací. Vine a Barcelona cuando tenía tres años y a los diez volví a MI PAÍS para estudiar la carrera. A los diecinueve, con el ánimo de ampliar mis estudios, regresé a España…» (10).

Prueba definitiva de que era ciudadano salvadoreño y lo siguió siendo mientras vivió en España es su pasaporte expedido en el Consulado de Barcelona el 23 de mayo de 1928 del que adjuntamos copia. (11)

Pero si pudo jugar con la selección española de hockey sobre hierba en varios amistosos y representar a España en tenis en (nada más y nada menos) que los Juegos Olímpicos de 1924 y la Copa Davis de 1930, ¿por qué razón no podía jugar con la selección de fútbol?

La respuesta no es sencilla, en los años 20 el concepto de nacionalidad y de representación internacional de las selecciones nacionales no era el mismo de la actualidad y estas cuestiones variaban según el deporte, el tipo de competición y la época. Probablemente el caso de Juan Errazquin influyó en el hecho de que Saprissa no llegara a ser convocado nunca.

Juan Errazquin (nacido en Leones, Argentina en 1906 de padres vascoespañoles) era un delantero del Real Unión de Irún que defendió la camiseta de España en 6 amistosos entre 1925 y 1928, siendo convocado por el seleccionador Berraondo para los Juegos Olímpicos de Ámsterdam. El problema llegó al solicitar el Comité Organizador los pasaportes a los jugadores y comprobar estupefactos que Errazquin era ciudadano argentino. Le negaron la inscripción pese a las promesas de la delegación española de que le tramitarían de urgencia un pasaporte español. (12)

Este caso ejemplifica que los usos y costumbres respecto a la nacionalidad de la época eran muy flexibles y el caso Errazquin pudo significar un antes y un después. 

 No fue Saprissa el único olímpico español nacido fuera de España en esa época, en las primeras expediciones encontramos a varios deportistas nacidos en Cuba (José Bento López) o en Filipinas (Manuel Toledo Coca, César Miguel de los Reyes, Julio Castro del Rosario), cuando dichos territorios aún eran posesiones coloniales. También a otros deportistas españoles nacidos en el extranjero por motivos accidentales (por ejemplo la célebre tenista Lilí Álvarez, nacida en Roma).

Pero no hay otro caso sobre cuya nacionalidad tengamos tantas dudas razonables.

En sentido contrario tenemos a varios deportistas nacidos en España (o inscritos como ciudadanos españoles al nacer) compitiendo por otras naciones en los primeros JJOO (13):

Por Francia: el ciclista Fernando Sanz y Martínez de Arizala (hijo no reconocido del rey Alfonso XII) en 1900 y los gimnastas del Oranesado (Argelia) Joseph Martínez, Antoine Costa, Robert Díaz, Louis Ségura y Marcos Torres en el periodo 1900-1920.

Por Argentina: los atletas Juan Bautista Pina y Serafín Dengra en 1928.

Por Uruguay: los futbolistas Pedro Cea (1924, 1928) y Lorenzo Fernández (1928).

Por Suiza: el futbolista Adolphe Mengotti Arnáiz (1924).

  En 1932 Saprissa abandona España y se instala en otro país centroamericano (Costa Rica) donde su hermano tenía negocios.

Allí sigue jugando al fútbol (en el Orión) y practicando tenis (representó a su nuevo país de adopción en los Centroamericanos 1938 y ganó el Torneo regional en 1946 contra, precisamente, El Salvador) y es seleccionador de fútbol costaricense en los Juegos Centroamericanos de 1935 y 1938 y en los Panamericanos de 1951. (14)

Fue cofundador del Deportivo Saprissa en 1935 y el estadio de dicho club lleva su nombre desde 1972.

Ricardo Saprissa Aymà falleció en Alajuela (Costa Rica) el 16 de agosto de 1990.

Representante internacional de tres países (El Salvador, España y Costa Rica) en tres deportes (tenis, fútbol y hockey sobre hierba), su figura es recordada en Costa Rica por el club y el estadio que llevan su nombre y entre los aficionados del Espanyol más veteranos o con más interés por su historia, pero es un perfecto desconocido en general. (15)   

 El debut olímpico de las siete repúblicas de América Central se produjo en:

-Panamá (1928, Adán Gordon Jr. en natación)

-Guatemala (1932, Antonia Matos en competiciones artísticas, primeros deportistas en 1952)

-El Salvador (1932, Pierre de Matheu en competiciones artísticas, primeros deportistas en 1968)

-Costa Rica (1936, Bernardo de la Guardia en esgrima)

-Nicaragua (1968)

-Honduras (1968)

-Belice (1968)

En consecuencia, debemos concluir, que el ciudadano salvadoreño Ricardo Saprissa Aymà (participante en tenis con la delegación española en París 1924) es el primer deportista olímpico de la República de El Salvador y de todo el istmo centroamericano.

 

Fernando Arrechea Rivas. Referencias.

  •  (1) Guía oficial de España. Ediciones de 1907 a 1915. José Saprissa continuó apareciendo como cónsul de El Salvador en Almería en varias ediciones de la Guía posteriores a su deceso.
  • (2) Pastor Pacheco, José Antonio. Ricardo Saprissa. El Campeón Total. Su Vida y Legado. Ediciones Jadine, San José (Costa Rica), 2010. Pág. 26.
  • (3) La Jornada Deportiva, 28 de julio de 1924. Pág. 18.
  • (4) La Voz, 6 de mayo de 1930. Pág. 7.
  • (5) Gran Vida, 1 de abril de 1924. Pág. 13.
  • (6) Gran Vida, 1 de diciembre de 1929. Pág. 8.
  • (7) «¡Yo te bendigo, Saprissa! Te has perdido catorce kilómetros de calderilla, pero eres feliz. Que tu ejemplo tenga imitadores, para que los profesionales podamos repartirnos más».
  • (8) El Mundo Deportivo, 9 de febrero de 1996. Pág. 21.
  • (9) Segura Palomares, Juan. Historia del R.C.D.Español. Gran Enciclopedia Vasca, Bilbao, 1974.
  • (10) Crónica. 8 de febrero de 1931.
  • (11) Gentileza de Jordi Puyaltó Quintana y José Antonio Pastor Pacheco.
  • (12) El Mundo Deportivo, 22 de agosto de 1928. Pág.2
  • (13) Arrechea Rivas, Fernando. 1900. La Primera Aventura Olímpica Española. Edición del autor, 2009. Olímpicos Españoles. (En preparación)
  • (14) Pastor Pacheco, José Antonio. Op.cit. Págs. 80-105. El Mundo Deportivo, 12 de septiembre de 1956. Pág. 4.
  • (15) Una muestra de dicho olvido, tristemente ejemplificador de la «memoria histórica» del deporte español, es la información que ofrece la web del Comité Olímpico Español (www.coe.es) dentro del apartado «Olímpicos Españoles», de Ricardo Saprissa Aymà: «Raimundo [sic] Saprisa [sic]. Fecha de nacimiento: 01/01/1904 [sic]. Lugar de nacimiento: España [sic]. Fallecimiento: Pendiente de asignar. Residencia actual: España [sic]». Consultado el 4 de febrero de 2011.



Carlos Gomes: mucho más que un portero

Para muchos, la temporada 1958-59 representó el arranque del fútbol-espectáculo en nuestro suelo. Ello fue posible gracias a la contratación de un buen puñado de extranjeros, algunos de excepcional valía. Cuando echó a rodar el balón estaban inscritos 65 importados, y aún llegarían varios más durante el transcurso del Campeonato. Los húngaros Kocsis y Czibor (Barcelona), y Puskas (El Real Madrid); los brasileños Joel y Duca (Valencia) o Vavá (At. Madrid); los argentinos Sánchez Lage (Oviedo), Madinabeytia (At. Madrid) y Carranza (Granada); el paraguayo Achúcarro (Sevilla); los portugueses Graça (Sevilla) y Jorge Mendonça (At Madrid, si bien ya había lucido durante unos meses en el Coruña la temporada anterior), pronto se convirtieron en paladines. A ellos cabría unir los Kocsis, Czibor, Villaverde, Kubala, Evaristo, Eulogio Martínez, Hermes González, Braga, Szolnok, Villamide, Santamaría, Di Stéfano, Kopa, Rial, Diéguez, Larraz, Walter o Machado, curtidos ya en campañas precedentes. Incluso a ciertos banquillos llegaban perlas exóticas, como el brasileño Martim Francisco (At. Bilbao). Entonces, como ahora, se tiraba la casa por la ventana, pese a la precariedad económica de una España todavía alejada del «600», con salario mínimo por los suelos, que utilizaba la emigración y el incipiente desarrollo turístico costero como varita mágica equilibradora de su balanza de pagos. 

Pues bien, el más pintoresco de cuantos llegaron aquel remoto 1958, fue un guardameta lusitano alineado con nombre y apellido: Carlos Gomes.

Polémico en los despachos y con biografía de novela, llegó a Granada gracias a la mano tendida por Alejandro Scopelli, para quien era «el mejor arquero ibérico», cuando ya no podía hacer más enemigos en el fútbol portugués. Claro que no se trataba de un vulgar tarambana. Repasando con perspectiva moderna muchos de sus violentos encontronazos, descubrimos no sólo al niño grande mimado por la diosa Fortuna, sino al rebelde vindicativo, al orgulloso y casi indefenso David, frente al Goliat de la esclavitud emboscada bajo el derecho de retención; al contestatario de un régimen que le hería y, sobre todo, a una víctima de sí mismo.

Nacido en enero de 1932, Carlos Antonio do Carmo Costa Gomes empezó a llamar la atención en el Barreirense, sin cumplir los 18 años. La Península Ibérica estaba azotada entonces por vientos molestos. Franco entre nosotros y Salazar en Portugal, se obstinaban en vivir de espaldas a Occidente, apuntalando sus respectivas dictaduras. Mal que bien, al arrancar los años 50 España comenzó a encarrilar su precaria economía, estableciendo una distancia cada vez mayor respecto a los vecinos del Atlántico. Sin libertad ni dinero, sin industria, con muy poca esperanza, la agitación social afloró pronto desde Tuy hasta Faro, reavivándose en Oporto, Coimbra, Setúbal, Évora o Lisboa. El fútbol fue utilizado, muchas veces, para encender la mecha. Bastaba cualquier visita del Sporting, considerado equipo del régimen por la vinculación existente entre sus mandatarios y el cenáculo salazarista, para convertir los gritos de ánimo en oposición política y un gol, cualquier gol, en la quimera de haber derrotado al Estado Novo. La Guardia Republicana acabó tomando al asalto los estadios en alguna ocasión, formando destacamentos junto al rectángulo de juego, con las ametralladoras dirigidas hacia el graderío.

Carlos Gomes, de cuna humilde, detestaba tanto alarde y opresión. Le habían filtrado que ojeadores del Benfica seguían sus actuaciones. Y aunque los benfiquistas no eran ni remotamente la apisonadora en que habrían de convertirse diez años más tarde, comenzó a hacerse ilusiones. Por desgracia se interpuso el Sporting. Un rápido acuerdo entre los lisboetas y directivos del Barreirense sólo le permitió regatear en su favor la prima del traspaso.

En Lisboa alternó instantes de gloria balompédica con rabia contenida y más de una lágrima. Titular indiscutible a los 19 años, campeón de liga en las ediciones 1950-51, 1951-52, 1952-53 y 1953-54, tardó poco en acudir al despacho de su presidente para reclamarle una mejora salarial. Si otros compañeros multiplicaban su nómina hasta por 4, ¿de qué le servía ser idolatrado por la afición?.

Su entrevista con Góias Mota no pudo dejarle un sabor más amargo, según narraría el propio guardameta en su autobiografía titulada «O Jogo da Vida»: «Quieres más dinero, ¿eh?. Pues métete en la cabeza, si es que la tienes, que para tu presidente vas bien servido con 5.000 escudos. O eso o nada. Porque vamos a ver, ¿para qué necesitas tú más dinero?. Para gastarlo en putas y automóviles?». Góias Mota no era el tipo de hombre al que uno deba enfrentarse. Procurador general de la República, defensor a ultranza de la Legión Portuguesa y conocido por aprovechar los descansos para irrumpir en la caseta arbitral empuñando su pistola, cualquier otro hubiera dejado pasar el sofocón. Carlos Gomes, en cambio, se le plantó ante prensa y afición: «No hay dinero -dijo-, pues no hay portero».

Ese carácter rebelde, a veces incluso feroz, le proporcionó serios disgustos. En cierta ocasión, cuando iba conduciendo por Lisboa su flamante descapotable, se encontró con una amiga extranjera. Los coches constituían su perdición. Constantemente saltaba de un modelo vistoso a otro más espectacular todavía. «Para mí no son un signo externo de riqueza -afirmó en alguna entrevista-, sino un recurso de seducción». El caso es que aquella vez funcionó perfectamente el recurso y la amiga solicitó ser conducida hasta las oficinas de la PIDE, donde debía renovar su carné de residente. Estaba aparcando el vehículo en el reservado para funcionarios de rango cuando un guardia le exigió retirarlo, con muy malos modos. «¡Puercos sanguinarios…!», murmuró entre dientes, aunque lo bastante alto para ser entendido. El guardia no se lo pensó dos veces. Detenido y apaleado, Carlos Gomes pasó unas cuantas horas en el calabozo, salvándose de mayor castigo gracias a su condición de mito. 

También se libró de otra buena, hallándose en la Selección Militar. Santos Costa, Ministro de Guerra, interpretó como subversivo un gesto suyo, simplemente descarado. De poco sirvieron las disculpas. Con su fama, cada ademán, palabra o silencio, era observado inquisitorialmente en las catacumbas del salazarismo. Pasó siete días en una cárcel militar y si al final volvió bajo el marco fue para que el Oporto no enredase más las cosas, entorpeciendo la brillante andadura sportinguista.  

El Granada pagó un millón de ptas. por su traspaso y le hizo contrato a razón de 250.000 anuales, primas aparte. Podía tratarse de un destino menor para quien acababa de reverdecer laureles en el campeonato portugués 1957-58 y poco antes fuera pretendido por Real Madrid y Barcelona. Claro que aún así, su ficha triplicaba lo percibido junto al Tajo, y con la mitad de esa ficha podía adquirirse un piso céntrico y coqueto. Su despedida fue elegante, a tenor de lo escrito por periodistas portugueses: «Llevo al Sporting en el corazón y cuando regrese sólo podré defender a este club». El tiempo, ya se sabe, suele marchitar las palabras, aunque hayan quedado escritas.

De Andalucía emigró a Oviedo, para seguir escanciando, junto a tardes soberbias, desplantes marca de la casa. Y como en Portugal continuaba siendo recordado, pues no en vano había defendido en 18 ocasiones el marco de su selección, se asomó con diversas colaboraciones al diario deportivo «A Bola». Su sinceridad tampoco sufrió eclipses entre nosotros, sino que por el contrario rayó a veces en la provocación. Como cuando un periodista quiso saber por qué saltaba al campo vistiendo siempre de negro. «Visto de negro -le respondió- porque el fútbol portugués está de luto. Y seguirá así mientras continué en manos de sus actuales dirigentes».

En 1961 dio por concluida su etapa española. Parecía iba a reintegrarse al Sporting cuando, una vez más, quiso llevar la contraria a todos. Se habló de que había llegado a un acuerdo con el Benfica, pasando previamente por Salgueiros, en pura maniobra de distracción. Especulaciones, cábalas, maledicencias… Lo único demostrable es que para firmar la cartulina sportinguista exigió 25.000 escudos mensuales, exactamente la misma nómina que el mejor pagado del elenco. «Si no hay dinero -repitió como antaño-, tampoco va a haber portero». Y mientras se resolvía el pulso, prestó más atención a sus negocios.

Explotaba con éxito comercial una gasolinera, una lechería y una tienda de fotografía. Cuando necesitó contratar una empleada, insertó el correspondiente anuncio en prensa, sin imaginar que con tan simple decisión estaba desencadenando el peor vendaval de su vida.

La primera en responder al anuncio fue una joven espléndida. Él, Don Juan irredento, no supo resistirse. Salieron juntos, primero a tomar café, luego a dar una vuelta en coche y, cuando anocheció, contemplaron el estuario desde una alcoba con música, dulces y vino. A la mañana siguiente le aguardaba una denuncia por violación. La chica, además, demostró consumadas dotes artísticas, convenciendo a la policía de un intento de suicidio desde el viaducto Duarte Pacheco, al verse deshonrada. De poco sirvieron negativas y juramentos. Según el portero, la relación no había tenido nada de forzada. ¿Cómo iba a serlo, si a buen seguro la muchacha debió ser contratada  por los dirigentes sportinguistas, conchabados una vez más con la propia PIDE?.

A los 29 años, su carrera, su prestigio social, parecía a punto de deshacerse. Durante un tiempo todavía intentó luchar, ofreciéndose al Atlético, club menor portugués. El Sporting puso pocos reparos a la operación, sólo para que el cancerbero comprendiese hasta qué punto habían cambiado las cosas. El público ya no le adoraba. A medida que progresaba judicialmente la investigación, su rostro afable saltó de las páginas deportivas a la sección de sucesos. En la calle descubría miradas nuevas, no admirativas, precisamente. Al fin decidió que no merecía la pena seguir nadando contra corriente. Durante un choque contra el Vitoria Guimaräes fingió lesionarse. «Para no levantar sospechas me concentré con el equipo», recogen sus memorias. «Sabía que mientras durase mi recuperación nadie pensaría mal y podría ganar unos días preciosos. Partí hacia España y desde España alcancé Marruecos, donde jugué en Tánger, irónicamente con el club de la policía».

En Tánger logró más que certificado de residencia, estatuto de refugiado. Allí volvió a sentirse mito otra vez, sobre todo cuando emisarios de la corona intentaron convertirle a la religión musulmana, como paso previo para abrazar la nacionalidad marroquí. No aceptó y en 1963 los buenos oficios del cónsul portugués en Tánger, todo un caballero,  lograron que la Federación Portuguesa le declarase libre de compromiso con el Sporting. Continuó jugando dos años más, se hizo entrenador y como tal pasó por Argelia y Túnez, regresando finalmente a su tierra durante los años 80, cuando la Revolución de Los Claveles ya apenas despertaba ecos en el democrático y europeo Portugal.

Carlos Gomes, guardameta tan olvidado como la veterana gloria del hoy depauperado Real Oviedo, con sus luces y sombras, su modo de entender la vida igual que una apuesta al todo o nada, fue punto y aparte dentro y fuera de los estadios. Probablemente porque su vestimenta negra cubría mucho más que a un futbolista.

 




Algunos detalles sobre el origen del football en Cádiz

El año pasado asistimos «mediaticamente hablando» a la celebración de otro centenario más de un club histórico español: El del Cádiz CF. Ahondando un poco en la historia de nuestro deporte favorito en la bella capital andaluza fui advirtiendo ciertos detalles que considero relevante resaltar, si bien, conociendo las limitaciones que antepongo en este escrito, lo único que pretendo en realidad es que este articulo sea completado por los que tengan mas información sobre este asunto.

Entremos en materia. Parece que resulta difícil determinar el origen del fútbol en la capital gaditana. Así al menos queda puesto de manifiesto en diversas fuentes, y bastante bien expuesto en la web «lafutbolteca.com», la cual hace un magnifico trabajo en este sentido. Según nos cuentan sus chicos hay quien afirma que el origen en Cádiz del football se debió a la proximidad de las minas de Riotinto (Huelva), si bien otros lo achacan a las practicas «sportivas» de los marineros ingleses que atracaban en el puerto y que, de cuando en cuando, realizaban algún encuentro en el interior de la Plaza de Toros o descampados ocasionales. Y por ultimo los hay quienes piensan, y no sin razón, que el origen del football en Cádiz se debe a la imponente colonia inglesa existente en Gibraltar y que se disemino por toda la provincia. En 1890 por ejemplo el «Club Ingles de Gibraltar» organiza algunas partidas de lawn tennis, football y Cricket contra el «Huelva Recreation Club» (Mayo de 1890, Diario La Provincia. Huelva).

Al margen de todo ello lo cierto es que el 20 de diciembre de 1903 en la prensa local se indica la constitución del primitivo Cádiz Foot-ball Club, una entidad que el 19 de enero de 1904 elegiría su primera directiva y estaría presidido por Fernando Alemán, teniendo como terreno de juego el Campo de las Balas.

A la luz de los datos de que disponen los historiadores actuales, entre los que realzo a los responsables de lafutbolteca.com, parece que el devenir de esta incipiente sociedad fue corto ante las circunstancias del momento, dado que el football todavía en España no acababa de arrancar definitivamente, excepto en aquellas poblaciones en las que la presencia Inglesa era muy potente como en Barcelona, Huelva o Bilbao. Sin embargo no cabe duda de que marcó un camino a seguir para el football Gaditano.

Unos años mas tarde, en 1908, aficionados locales y ante el auge que experimentaba el fútbol en todas las localidades de la bahía, en las que los chiquillos se afanaban detrás de pelotas de football hechas de variopintas maneras y con diversos materiales, crean un nuevo Cádiz Foot-ball Club que después de dos años de actividad será inscrito en el Registro Civil el 10 de septiembre de 1910. A las brasas de esta nueva entidad pronto le seguirán Cádiz Sport Club y Cádiz Balompié, fundados ambos en 1910.

Pero sin duda el que marcará toda una época será el Español Foot-ball Club, fundado el 14 de enero de 1911 y el cual viste con camiseta azulgrana y pantalón negro. Este club pujará fuerte en el desarrollo del fútbol en la ciudad y poco a poco irá adquiriendo notoriedad en el panorama andaluz al ser capaz en 1916 de apropiarse del Campeonato Regional de la Federación Sur tras vencer en la misma Final al todopoderoso Sevilla F.C. por 2-1. Finalmente en 1929 y por una serie de causas y vicisitudes propias de la época por una parte y por la presión con la que sometía la Federación Regional Sur a todo aquel Club que pudiera hacer sombra a los poderosos del momento, los propios socios del club deciden disolver la sociedad el 25 de junio mediante asamblea extraordinaria.

Sin embargo la historia del Cádiz CF que hoy conocemos va a seguir otros derroteros diferentes que ahora, a la lumbre de los datos encontrados, pasamos a exponer.

En 1905 queda arraigado en Cadiz un colegio fundado por la Orden de La Salle, que desde 1908, dada la cada vez mas preponderante actividad footballistica en la ciudad, comienza a impartir entre sus alumnos el fomento del football. Este colegio seria conocido popularmente como «La Mirandilla».

En 1916, y promovido por el despegue que provoca en Cádiz el football debido a la consecución del campeonato de Andalucía de ese mismo año por el Español FC, decide crear un Club denominado «Mirandilla FC».  Pero es a partir de los primeros años de la década de 1920 cuando decide inscribirse en la Federación Regional Sur para competir de forma «profesional». Sus apariciones en campeonatos regionales son intermitentes, pero una vez desaparecido el «Español FC», los rectores del equipo Colegial deciden dar un paso mas y proceden a inscribir el 15 de enero de 1931, al Club «Mirandilla FC» en el Gobierno Civil de Cádiz; si bien bajo la nueva denominación «Sociedad Cultural y Deportiva Mirandilla Football Club».

Los esfuerzos por dotar al Club de ciertas infraestructuras deportivas de importancia terminan por obtener un merecido premio: el ascenso a primera categoría del football andaluz al terminar la temporada 33/34, lo cual llama la atención de los antiguos rectores del Español FC, que se vuelcan con el Club. Es entonces cuando la «Sociedad Cultural y deportiva Mirandilla football Club», de la mano de Luis Arroyo adopta el uniforme actual del Cadiz CF: Camisa amarilla lisa y pantalón azul, con la que logra en 1934 ascender a la segunda división.

Una vez convertido en el Club mas renombrado de Cadiz, decide en asamblea celebrada el 24 de Junio de 1936 cambiar su nombre y adquirir el de la ciudad que representa, pasando así a llamarse Cadiz Foot-ball Club.

Como pueden comprobar se trata de breves pinceladas sobre los inicios de la historia del football en Cadiz, esperemos que la misma se siga completando a partir de ahora. Ponemos los «cuadernos de futbol» a vuestra disposición.

 




Una pequeña historia del arbitraje en las finales de Copa

El primer árbitro que intervino en una final de Copa en España fue Ávalos*, en el año 1908. Es verdad que desde 1903 se llevaba celebrando este campeonato, pero hasta entonces siempre se había jugado por el sistema de liguilla, por lo que no se puede decir que hubiera un árbitro en la final, dado que no hubo finales.

Desde entonces, 74 colegiados han intervenido como árbitro principal en una final de Copa. Aunque hablar de ‘colegiados’ quizá sea un poco excesivo, dado que hasta 1916 no nos encontramos con el primer árbitro perteneciente a un colegio oficial de árbitros, el catalán Francisco Brú Sanz. Hasta entonces, como era costumbre en el fútbol de aquellos primeros años, los árbitros eran elegidos entre jugadores de algún equipo participante en el torneo, o entre alguno de los jugadores reserva de los equipos contendientes, o entre periodistas…

 La forma de elegir al árbitro de la final ha variado mucho a lo largo de la historia: los equipos se han puesto de acuerdo en un nombre y si no había acuerdo le designaba el colegio nacional; los equipos han propuesto nombres y el colegio nacional ha decidido; se ha efectuado un sorteo puro; se han llevado a cabo sorteos condicionados; el colegio nacional ha elegido; se ha elegido entre todos los árbitros de primera categoría; se ha elegido entre los árbitros internacionales… Hasta llegar a nuestros días, en que, a pesar de que las designaciones en Liga corresponden a una comisión formada por la RFEF y la LFP, la designación de la final de Copa corresponde al presidente del CTA.

Han sido 74 árbitros para 106 ediciones de Copa, ya que varios de ellos han repetido designación y algunos años se han jugado varias finales de Copa, ya sea por haber dos campeonatos (1913) o por haber tenido que jugar partidos de desempate.

 ÁRBITROS CON MÁS FINALES

  •  – Pedro Escartín Morán: 5
  • – Agustín Vilalta Bars, Ángel Franco Martínez, Félix Birigay Nieva, Jesús Arribas Seijás, Joaquín Ramos Marcos, Julián Arqué Martín, Manuel Díaz Vega y Victoriano Sánchez Arminio: 3
  • – Antonio López Nieto, Francisco Brú Sanz, José Luis García Carrión, José González Echeverría, José María García-Aranda Encinar, José María Ortiz de Mendíbil Monasterio, Julio Ostalé Gómez, Luis Medina Cantalejo, Manuel Asensi Martín, Enrique Mejuto González y Pablo Saracho Goitía: 2

 De los árbitros en activo, solo han arbitrado la final de Copa Eduardo Iturralde González y Alberto Undiano Mallenco.

 CURIOSIDADES:

  •  – El último árbitro no internacional en arbitrarla fue el valenciano José Luis García Carrión, en 1977.
  • – El primer internacional en arbitrarla fue el vizcaíno Pedro Vallana Jeanguenat, en 1928.
  • – Pelayo Serrano de la Mata (1929), Andrés Rivero Lecuona (1952), Vicente Lloris Antonino (1961) y José Luis García Carrión (1977), arbitraron la final de Copa en su primer año en la máxima categoría.
  • – Aunque ha habido varios extranjeros que han arbitrado una final de Copa, todos ellos eran jugadores de equipos españoles, en 1922 sí fue designado un árbitro extranjero que vino específicamente a arbitrar la final: el francés Georges Balway. Es la única vez que un árbitro extranjero ha venido a España para arbitrar la final de Copa.
  • – El primer cuarto árbitro en una final de Copa fue el riojano Miguel Ángel Marín López, en 1993.
  • – El primer asistente reserva en una final de Copa fue el madrileño Roberto Alonso Fernández, en 2009.
  • – El juez de línea murciano Joaquín Olmos González tiene el récord de participaciones consecutivas en una final de Copa, al intervenir en las finales de 1993 (primera con jueces de línea específicos), 1994, 1995 y 1996.
  • – Árbitros que han participado en varias finales consecutivas: Francisco Brú Sanz (1916 y 1917), Pedro Escartín Morán (1927 y 1928), Julio Arqué Martín (1955 y 1956), Joaquín Ramos Marcos (1987 y 1988), Bartolomé Jiménez Madrid (1983 y 1984, juez de línea), el citado Olmos González (1993 a 1996, juez de línea), Fernando Tresaco Gracia (1995 y 1996, juez de línea), Carlos Martín Nieto (1998 y 1999, árbitro asistente), Óscar Martínez Samaniego (2001 y 2002, árbitro asistente) y Pedro Medina Hernández (2006 y 2007, árbitro asistente).
  • – En 1987, el salmantino Joaquín Ramos Marcos arbitró la final de Copa, la final de Copa de juveniles, la final de Copa femenina y la final de Copa de Marruecos.
  • – De los actuales árbitros asistentes internacionales, solo el aragonés Juan José Gallego Galindo no ha participado nunca en una final de Copa.
  • – Por colegios territoriales, los grandes triunfadores son los colegiados vascos, con 19 finales; le siguen catalanes (15) y madrileños (13); después vienen los andaluces y los valencianos, con 8 participaciones; con 6 finales están los aragoneses, los cántabros y los asturianos; por último aparecen castellano-leoneses (4), murcianos (3), navarros (2), gallegos (2), baleares (1) y extremeños (1). ¿Colegios que nunca han arbitrado una final? Canarios, norteafricanos, riojanos y castellano-manchegos.

 * A pesar de que el nombre comúnmente aceptado de este árbitro era Ávalos, investigaciones recientes nos hacen creer que en realidad se trataba de José María Abalo Abad, por entonces delantero centro del Sporting Club de Pontevedra, y que pudo llegar a Madrid acompañando a la expedición viguesa. De este personaje se dará cumplida cuenta en un próximo número de «Cuadernos de Fútbol».




Equipos españoles en la International Soccer League

De los varios intentos de introducción del fútbol en los Estados Unidos de América realizados a lo largo del siglo XX, puede que el más serio fuese el llevado a cabo por William Cox en la década de los sesenta. Este promotor americano procedente del mundo del béisbol, como paso previo a su sueño de que el soccer (el fútbol europeo, para diferenciarlo del suyo, el fútbol americano) tuviese una liga profesional a imagen y semejanza de los deportes de masas en EEUU, puso en marcha e impulsó un torneo denominado INTERNATIONAL SOCCER LEAGUE (ISL) en el que medirían sus fuerzas un gran número de equipos de distintos países de todo el mundo, con la finalidad de dar a conocer este deporte al pueblo estadounidense, para cuya masa era bastante desconocido. En principio el grueso de los encuentros iban a tener lugar en estadios de béisbol adaptados para la práctica del balompié, como eran el Polo Grounds en New York y el Roosvelt Stadium en Jersey, si bien poco a poco y a medida que se sucedieron las ediciones, el abanico de sedes se iría ampliando a otros lugares como Chicago, Detroit, Boston o Montreal, llegando incluso a jugarse partidos en Los Ángeles, utilizándose estadios de fútbol americano.

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La época estival en que se disputaría el torneo iba a suponer, sobre todo para los conjuntos europeos, una forma de realizar la pretemporada que, en aquellos tiempos, era poco habitual.

I (1960):

La primera edición tuvo lugar en el verano de 1960, con doce equipos participantes repartidos en dos grupos, aplicando el sistema de competición que se iba a hacer habitual en las siguientes: todos contra todos en cada grupo, enfrentándose en la final los respectivos campeones de cada uno. El Kilmarnock escocés se haría con el primer puesto del que compartía junto al Burnley inglés, el Olympique de Niza, los locales del New York Americans, el Bayern de Munich y el Glenavon irlandés, tras acabar invicto después de sumar cuatro victorias y un empate (frente al conjunto francés). Su rival en la final, como campeón del otro grupo, iba a ser Bangú, conjunto brasileño que también sumó cuatro victorias (frente a la Sampdoria de Génova, Sporting de Lisboa, Rapid de Viena y Crvena Zvezda de Belgrado) y un empate (con el Norrköping sueco). El Bangú inscribió su nombre como primer campeón de la ISL al derrotar por 2-0 en la final al Kilmarnock.

La ausencia de representación del fútbol español en esa primera edición, en la que sí había presencia del balompié de otras potencias europeas, se subsanó para la siguiente con gran antelación, quedando comprometida la participación del R.C.D. Español de Barcelona tras viajar a España el propio William Cox. 1-emd-19-09-1960

 II (1961):

Tomarían parte en esta segunda edición de la ISL correspondiente al año 1961, dieciséis equipos. El Everton se proclamó campeón del primer grupo con gran autoridad, ganándose el derecho a disputar la final tras sumar seis victorias y un empate frente al conjunto de rivales que componían el Bangú, el New York Americans y el Kilmarnock (que repetían del año anterior) junto a Karlsruhe alemán, Concordia de Montreal, Dinamo de Bucarest y Besiktas turco.

Terminada la competición en el primer grupo, y con los ingleses de Liverpool esperando rival, darían inicio en julio de 1961 los enfrentamientos del segundo. Es de destacar que los canadienses del Concordia tomaron parte de nuevo en este segundo grupo. De hecho, el conjunto españolista debutaría el 4 julio en el Molson Stadium de Montreal frente al conjunto local del Concordia, empatando a un gol, anotando el blanquiazul Camps (7′) en la 1ª parte. Los españoles sufrieron en la continuación la lesión de Peter.

Dos días más tarde llegaría su segundo partido, de nuevo en Montreal, en esta ocasión contra el Mónaco, con victoria españolista por 3-1, con goles de Sastre (6′), Carranza (28′) tras pase de Barberá e Indio (30′). El gol del honor monegasco llegó tras un malentendido entre el portero Visa y Argilés.

Para el tercer partido se desplazarían los periquitos hasta New York, donde en el Polo Grounds (estadio de béisbol de los Gigantes de New York) vencerían al Shamrock Rovers irlandés por 4-1, con goles de Indio (2, ambos en la 1ª parte) y Carranza (en la 2ª mitad puso el 3-0 en el marcador), antes de que acortasen distancia los británicos, que se anotaron en propia puerta el 4-1 definitivo.

El cuarto encuentro llegaría el 12 de julio en el mismo escenario neoyorkino, contra el Estrella Roja de Belgrado, quien cortó de raíz la buena marcha de los entonces discípulos de Zamora al aplastarlos por un contundente 7-2 (3-1 al descanso).

El 16 de julio, de nuevo en el Polo Grounds, la derrota por 5-1 frente al Dukla de Praga, pese a adelantarse en el marcador con un gol de Indio y de llegarse con 1-1 al descanso, alejó al conjunto españolista de toda opción de clasificación para la final.

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Ya sin posibilidades llegaría la derrota por 3-0 frente al Rapid de Viena el 23, antes de poner fin a la participación con el séptimo y último partido frente a los israelitas del Petah Tikvah el 27 de julio, con triunfo españolista por 4-1 (3-1 al descanso), goles anotados por Carranza (2), Sastre y Camps, ambos disputados de nuevo en el Polo Grounds de New York.

El Español concluyó pues su participación clasificándose en quinto lugar de su grupo, empatado a 7 puntos con el Estrella Roja tras acumular tres victorias, tres derrotas y un empate.

Todavía, antes de cruzar el charco de vuelta a casa y al margen de la ISL, el 29 los españolistas viajarían hasta Chicago para disputar un partido amistoso extra en el estadio Soldier Field, con derrota por 5-4 ante el Rapid de Viena.

En la final de esta segunda edición de 1961, con su gran estrella Jelinek al frente, el Dukla de Praga vencería al Everton de manera concluyente proclamándose campeón. Jugándose en esta ocasión a doble partido, los checos ganarían ambos con unos marcadores de 7-2 y 2-0.

III (1962):

En esta tercera edición de 1962 el fútbol español iba a estar representado por el R. Oviedo, un equipo que vivía años dorados en cuyas filas destacaban futbolistas como Toni, Marigil, Iguarán, Paquito, Sánchez Lage o José María, que iniciaba con esta especie de pretemporada en Estados Unidos una campaña que iba a resultar tremendamente exitosa, pues la liga 1962/63 la cerrarían ocupando la tercera plaza de la clasificación tras R. Madrid y At. Madrid.

Los azules quedaron encuadrados en el grupo II junto al Elfsborg sueco, los portugueses de Os Belenenses, el Wiener austriaco, el MTK de Budapest y el Panathinaikos griego. El grupo I estaba formado por el América de Río de Janeiro, el Hadjuk Split yugoslavo, el Guadalajara de México, el Reutlingen alemán (cuyo jugador Karl Bögelein sería declarado MVP de la competición) los escoceses del Dundee y el Palermo como representante italiano. 

No puede decirse que la suerte acompañase a los oviedistas durante todo el torneo, ni en cuanto a lesiones ni a goles recibidos en los minutos finales, pues ya en el primer encuentro disputado en New York el 4 de julio frente al Elfsborg, Álvarez sufrió una luxación de clavícula en la primera parte que le obligaría a regresar a España y su sustituto -Larrea- se dislocó un codo cuando llevaba pocos minutos en el campo, teniendo que jugar los carbayones 50 minutos con un hombre menos, circunstancia que influyó para que el cómodo 2-0 con el que vencían al descanso (José Luis y Girón fueron los autores de los goles) se convirtiese en un empate final a dos tantos.

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 Cuatro días después llegaría el enfrentamiento contra Os Belenenses. Junto a Manhattan, en el Downing Stadium de Randall’s Island, un gol en cada tiempo colocó en el marcador final un 2-0 a favor de los portugueses.

El día 15 tocaba jugar contra el equipo austriaco de nuevo en New York. Pese a que los oviedistas se mostraron superiores y se fueron al descanso venciendo merced a un tanto logrado por Girón, el Wiener lograría sumar un punto al empatar cuando faltaban dos minutos para que concluyese el encuentro.

El 21 de julio el equipo se desplazó hasta Chicago para medirse al MTK, ante las espectaculares columnas dóricas que destacaban entonces en el mítico Soldier Field. Pese a la muy buena imagen mostrada por un R. Oviedo que se fue al descanso ganando 2-1 tras marcar por partida doble el argentino Sánchez Lage, los húngaros remontaron y terminaron venciendo por 3-2.

El mal sabor de boca que había quedado tras esa derrota pudo mitigarse en parte al día siguiente ya que se había organizado otro encuentro entre los mismos contendientes, esta vez al margen de la competición oficial. Se enfrentaron esta vez en Milwaukee y se repitió el marcador de 3-2 (1-1 al descanso) pero en esta ocasión a favor de los asturianos, con goles de Alcorta, Iguarán y León.

Se regresó a New York para poner punto final a la participación en el torneo empatando 2-2 con el Panathinaikos.

Además de la experiencia vivida en una competición en la que sumaron tres empates y dos derrotas y que ganó el América brasileño -campeón del grupo A- tras derrotar al del B, Os Belenenses, por un global de 3-1 (2-1 y 1-0 en una final disputada, como era ya costumbre, a dos encuentros), el conjunto oviedista se traería a España algo más por cuanto fichó al brasileño Livinho, cuyo juego en las filas de Os Belenenses había causado sensación, pero que en Oviedo no cumpliría las expectativas creadas.

En esta tercera edición comenzó a disputarse la American Challenge Cup para determinar al campeón de campeones, midiéndose los vencedores de la edición terminada y de la del año anterior. Los checos del Dukla de Praga, triunfadores en 1961, se alzaron con esta primera edición tras vencer a doble partido al América por un global de 3-2 (1-1 y 2-1).

IV (1963):

Catorce conjuntos componían el cartel de la cuarta edición de la ISL, la correspondiente al año 1963. En el primer grupo resultaría vencedor el equipo inglés del West Ham United, tras sumar tres victorias, dos empates y una derrota en sus enfrentamientos con sus rivales en el mismo, que eran el Mantova italiano, el Kilmarnock escocés, el Recife brasileño, el Preussen Munster alemán, los mexicanos del Deportivo Oro y los franceses del Valenciennes.

La representación española correspondió en esta edición al R. Valladolid, equipo revelación de la temporada recientemente finalizada en nuestro país al terminar el campeonato liguero en cuarto lugar, empatado a puntos con el tercero, el R. Oviedo. Era el equipo de los Calvo, Pinto, G. Verdugo, Pini, Sanchís, Aramendi, Rodilla o Molina. Quedó encuadrado en el grupo II y debutó en la ISL cayendo derrotado ante el Wiener austriaco, que batió a los vallisoletanos por 1-0 el 5 de julio en un encuentro disputado en New York.

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El día 11 el Dinamo de Zagreb derrotó a los españoles por 5-2 (4-1 al descanso) en Chicago. El yugoslavo Dravkoraus anotó 4 tantos en menos de media hora dejando sentenciado el encuentro. Rodilla y Domínguez, uno en cada tiempo, marcaron para el R. Valladolid.

El 14, en Chicopee (Massachussets), tercera derrota consecutiva, esta vez por 5-1 ante los polacos del Gornik Zabrze (3-0 al descanso).

La primera victoria de los castellanos llegó el 18 de julio en New York ante el Ujpest Dosza. Se adelantaron los húngaros, dándole vuelta al marcador Rodilla con dos tantos (24′ y 67′).

Después vino el empate a dos tantos frente a Os Belenenses el día 21, de nuevo en New York, resultado que ya figuraba en el marcador al descanso. Marcaron los goles blanquivioletas Domínguez y Rodilla.

El 25 pusieron punto final a su participación venciendo por 2-1 a los suecos del Halsinborg en New York, con lo que los españoles terminaron en la sexta posición de su grupo (empatados a 5 puntos con Os Belenenses, merced a sus dos triunfos, un empate y tres derrotas), relegando a los nórdicos a la última plaza. Aramendi abrió el marcador y al descanso se llegó con el resultado de 2-0 tras anotarse en propia puerta un rival.

El Gornik Zabrze se proclamó vencedor de este grupo (sumó cuatro victorias, un empate y una derrota), clasificándose por consiguiente para una final en la que sería derrotado por el West Ham por un apretado resultado global de 2-1 (1-1 y 1-0 en los dos encuentros que disputaron).

Pero los británicos del West Ham, que contaban en sus filas con una figura como Bobby Moore (MVP de esta edición), no podrían arrebatarle la American Challenge Cup al vigente vencedor, el Dukla de Praga, quien revalidaría el título no sin dificultades (1-0 y 1-1 fueron los resultados de sus enfrentamientos).

V (1964):

Las ediciones de 1964 y 1965 redujeron el número de participantes y no contaron con el concurso de equipos españoles. En la de 1964 llegaron a la final el Werder Bremen alemán (cuyo jugador Zebrowski sería nombrado MVP del torneo) y el Zaglebie Sosnowiec polaco, proclamándose vencedor este último al derrotar en los dos encuentros al Werder Bremen por 4-0 y 1-0. Los germanos se habían medido al Heart escocés, los italianos del Vicenza, el Blakburn Rovers inglés y los brasileños del Bahia. Junto al representante de Polonia habían conformado el grupo II el Schwechater austriaco, el Estrella Roja de Belgrado, los portugueses del Vitoria de Guimaraes y el AEK de Atenas.

Como triunfador de esta edición, el Zaglebie jugaría contra el Dukla de Praga por la American Challenge Cup, conservando los checos de nuevo el título al vencer por un global de 4 goles a 2 (3-1 y 1-1).

VI (1965):

La sexta edición, la de 1965, iba a ser la última. Los New York Americans se alzaron con el primer puesto del grupo I, en el que estaban con ellos la Portuguesa de Brasil, el Varese italiano, el Munich 1860 y el West Ham United inglés. En el II, el Polonia Bytom terminó primero por delante del Ferencvaros húngaro, el West Bromwich Albion inglés y el Kilmarnock escocés, conjunto que participaba por cuarta vez en la ISL, más que ningún otro. Los polacos harían pleno tras derrotar en la final al conjunto local del New York Americans (3-0 y 2-1) y después, impedir que el Dukla de Praga revalidase por cuarta vez la American Challenge Cup derrotándoles por 3-1 (2-0 y 1-1). Sólo se quedarán sin el título de MVP de la competición, que se quedó en casa al ir a parar a manos de Schwart, de los New Yorkers.

El seguimiento en las seis ediciones debió ser considerado un éxito por los organizadores y, con el objetivo cumplido, tres años después nació la NORTH AMERICAN SOCCER LEAGUE (NASL), una liga profesional de fútbol con equipos de los Estados Unidos y Canadá que, con el tirón de grandes futbolistas, la mayoría en el ocaso de sus carreras, especialmente Pelé en el Cosmos, funcionaría desde 1968 hasta 1984.

 

 




Las modificaciones reglamentarias de 1891 (I)

La Internacional F. A. Board  realizó su sexta reunión anual -02 de junio- en el vigente hotel    Alexandra, de Glasgow, Escocia. Las enmiendas e incorporaciones allí efectuadas resultaron positivas en la evolución de nuestro football association, cuyas reglas iniciales se habían adoptado en 1863.

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Alexandra Hotel-1891                       

Penalty Kick

La propuesta había sido presentada en 1890 por la  Irish F.A.  y su tratamiento -diferido entonces- fue aprobado en la fecha arriba citada.  Toda Irlanda era dominio del Reino Unido y existía una única federación, con sede en Belfast.

 Se puede decir que el penalty fue la respuesta legal hacia quienes impedían la concreción de goles por medios deshonestos o poco éticos. Esta es la traducción del primer documento sobre la «Pena Máxima»:

     «Si cualquier jugador intencionalmente derribara mediante zancadilla o sujetaraa un jugador oponente, o deliberadamente jugara el balón con sus manos, dentro de las 12 yardas (c.11 mts.) de su propia línea de gol, el árbitro podrá, a petición,  sancionar un penalty para el bando opuesto. Será tomado desde cualquier lugar de  la línea de 12 yds.., bajo las siguientes condiciones: todos los jugadores, con  excepción del ejecutante y el portero rival (quién no avanzará más de 6 yds (c.5.5. mts. de la línea de gol) deberán permanecer al menos a 6 yds. detrás del balón. Este se hallará en juego inmediatamente el tiro haya sido ejecutado y un gol podrá ser convertido por penalty»..

 Señalo – en negrita-  aspectos que considero interesantes.

 El árbitro  podía sancionar un penalty  sólo si éste era solicitado por el bando perjudicado. Este antiguo «sistema» caballeresco tambien había regido para lasfaltas. En 1894 se le otorgó al árbitro el control total del juego. Ellos tomaron las decisiones eliminándose las peticiones (by appeal, en inglés).     

 El penalty  podía ser lanzado desde cualquier lugar de la línea; el punto fijo -actual-se adoptó en 1902, al modificarse las áreas, que son «casi» las actuales. Fue llamativo que en el penalty de 1891, el portero podía adelantarse hasta 5.5 mts…

 No debe sorprender la referencia de que un gol fuese válido directamente por esta vía; aún en la actualidad figura en el reglamento. El penalty fue el primero de los tiros de campo que tuvo esa posibilidad ; le seguirían:

 -1903 Tiro libre directo (Direct free kick); hasta entonces sólo existía el tiro libre indirecto (Indirect free kick). 

-1924 Tiro de esquina (Corner kick).

1997 Saque de meta (Goal kick)

-1997 Saque inicial y del segundo tiempo ; después de cada gol (kicks offs).

 Así relató el periódico The Herald, de Glasgow, la concreción del primer penalty:

 «Uno de los hombres del Leith derribó a un oponente enfrente de la portería local, y Mc Coll, tomando el tiro libre concedido, igualó, en medio de aplausos».

 A pesar del error informativo -tiro libre en lugar de penalty- ésta fue la sanción acordada. Sucedió el 22 de agosto de 1891, en la Liga de Escocia. El extinto RentonF.C. venció al Leith Athletic por 3 a 2. Alexander Mc Coll,  entró esa tarde en la historia del fútbol…

 El Campo de Juego

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Final de Copa inglesa (1901). Aún existía la demarcación  de lasáreas, adoptada en 1891

El field  había tenido pocos cambios hasta entonces : 

 1863 Ninguna línea marcada. Sólo 4 banderillas  en los extremos del campo. Sólo 2 postes verticales como portería.

1866 Cordel o soga (2.44 mts.), primer límite horizontal de la portería.

1875 Adopción del larguero o travesaño.

1883 Inclusión de las 4 líneas perimetrales.                                                                                    

1887. «El portero sólo podrá usar sus manos en  su propio medio campo». Ello provocó la  «recomendación» del trazado de la línea central.                                                                                                                                                                                            

                                                                                                                                                                                                         

Las redes de la portería se usaron por primera vez en enero de 1891. Fueron ideadas y patentadas por John Alexander Brodie, ingeniero civil de Liverpool; no obstante sus logros profesionales, su «invento» futbolístico fue el que le dio renombre. En 1938 recién fueron incluídas en el reglamento: «Las redes deberán ir agregadas a los postes, largueros y al campo detrás de las porterías. Ellas deberán estar sostenidas de maneraapropiada y  permitir así al portero un amplio campo de acción».

 La creación de las áreas (foto) – parcialmen te explicada en la definición del penalty- se concretó así:

        Area de penalty, rectángulo de 100 yds. = 91.44 mts. (ancho total del campo) por  12 yds. = c. 11 mts.

        Area de gol, dos semicírculos de 6 yds. = 5.5 mts.de radio; esta medida se logró a partir de cada uno de los postes.

 

Existió también una línea punteada; estaba situada a  5.5 mts. del «área penal» y detrás de ella debían permanecer los jugadores hasta la ejecución del penalty. En 1902 surgirían las áreas actuales, la citada línea desapareció y – desde 1937- cumple esa función el sector de círculo (9.15 mts. de radio), exterior al área de penalty.

 También en 1891 se estableció que : (…) El centro de campo se indicará con una marca visible, y será rodeado por un círculo de 10 yds. (9.15 mts.) de radio (…)

 

Jorge H. Gallego

B. Aires – Argentina

 

 

 

  

 

 




¡Figúrese usted como llegaríamos!

(O de cómo viajan aquellos protofutbolistas del sur de España para practicar el sport)

 El ferrocarril no sólo fue el vehículo de la revolución industrial, sino uno de los protagonistas de la expansión del foot-ball.

Sabemos que alrededor de las vías en construcción se concretaron matchs y los operarios y gestores participaron en este juego, pero, además, fue el nexo que unió dos ciudades en las que se gestaron aquellos primeros desafíos.

En una sociedad en la que vemos natural que a un solo futbolista se le ponga a disposición un avión privado para que se desplace a jugar un partido, pueden resultar chocantes las peripecias de algunos de estos pioneros. Sirva este escrito como homenaje a Mr. Young y sus acompañantes, y a aquellos que en el Mixto o el Correo se desplazaban para celebrar las partidas.

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Sobre las once de la noche, Daniel Young acaricia su caballo, le da unas palmaditas y le dice algo al oído. Monta, y se dirige al paso al punto de reunión con otros tres amigos. Allí, puntuales, le esperan, y los cuatro juntos se echan al camino, van a Sevilla, a jugar un match de foot-ball.

«¿Sevilla ha dicho usted? No sabíamos que en aquel tiempo…

Sevilla, sí. (…) Pocos encuentros, desde luego, porque lo dificultaba la escasez de comunicaciones de la cuenca minera. Ya usted ve si será así, que algunas veces en que tres o cuatro que los de aquí formábamos con los de Huelva en Sevilla, teníamos que salir de la Mina ¡a caballo! a las once o doce de la noche anterior al partido, y así seguíamos toda la madrugada hasta Zalamea, donde tomábamos un tren …»

La Mina de Río-Tinto, en la que trabajaba Daniel Young, distaba de Zalamea la Real unos ocho kilómetros, en plena sierra onubense. En Zalamea se encontraba la estación de ferrocarril, con servicio regular, más próxima. El periódico onubense La Provincia, de los últimos días de 1890, nos ilustra para fijar el horario de esa excursión, que partía sobre la media noche, a caballo, desde la Mina.

Si han tenido suerte, no les ha llovido en el camino, y ya los tenemos en Zalamea, allí cogerán el Correo de las 2’36,

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«donde tomábamos un tren que nos llevaba hasta San Juan del Puerto…»

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 En el trayecto, si la ilusión lo ha permitido, echarían alguna cabezadita, ya que la llegada no estaba prevista a aquella localidad hasta las 6’13 de la mañana

En la estación de San Juan del Puerto estiran las piernas un rato, se ajustan el cuello del abrigo, despunta el día y el aire huele diferente a como lo hace en la Mina. Sacan sus billetes y no les da tiempo de mucho.

«para unirnos a los demás compañeros de la capital y continuar el viaje a Sevilla…»

En apenas veinte minutos llegarían sus amigos, a las 6’32, en el Correo que salió de Huelva a las 6’10.

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Todos en el ferrocarril, camino de Sevilla, entusiasmado por el juego del foot-ball, charlan de sus tácticas, de compañeros y contrarios. Con tanta conversación, se les harían hasta cortas las cuatro horas de viaje empleadas en ese escaso centenar de kilómetros que distan las dos capitales andaluzas.

Pasan unos minutos de las diez de la mañana, y los que salieron de la Mina la noche anterior, por fin, ponen el pie en Sevilla, algo cansados:

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 «¡Figúrese usted como llegaríamos! ¡Destrozados!»

 Se acerca la hora de la partida y hay que acercarse a Tablada, emplazamiento a las afueras de Sevilla donde se practican los sports en aquellos años. En la Dehesa de Tablada se encuentra el Hipódromo, el escenario elegido. Juntos con los amigos del club sevillano, montan en los carruajes de algunos de ellos, aunque también optan por el servicio público de transporte, que nos muestra la Guía de Sevilla y su Provincia de 1888, al referirse sobre como se llevaba a cabo para las carreras de caballos: «estableciéndose en los sitios céntricos de la ciudad multitud de carruajes, y varios vapores en el río por precios muy módicos…»

Aunque como nos contó The Field (Londres) el 10 de enero de 1891, en el partido de la Navidad de 1890, «el señor White contribuyó al éxito de la reunión de varias formas, y su amabilidad al llevar a los equipos en vapor al campo de juego se merece el mayor de los agradecimientos.»

El ferrocarril fue el medio de transporte de estos protofutbolistas del XIX, como nos ha contado Daniel Young en la entrevista que hemos recreado, publicada el 25 de marzo de 1933 en el Diario de Huelva. También lo era para los sevillanos en sus visitas a Huelva:

«En el tren correo de anoche llegaron los once socios que componen la partida del Club sevillano.» (20 de marzo de 1892 La Provincia, Huelva)

Estos viajes nos devuelven ese valor sentimental de aquellas estaciones de ferrocarril, punto de encuentro y despedida, ya que hasta que no partía el Mixto o el Correo, no había terminado la partida.

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 «En el tren mixto de ayer salieron para Sevilla los Sres. de aquel Club, bajando a la estación a despedirlos casi todos los socios del Club Recreativo.» (20 de marzo de 1892 La Provincia, Huelva)

Eso sí:

«¡Figúrese usted como llegaríamos! ¡Destrozados!»




Tabaco, papel de fumar y cromos de futbol (II)

 Si en los años 20 fue, principalmente, el papel de fumar el que soportó la carga de la difusión y popularización de las incipientes estrellas futbolísticas, tras la Guerra Civil, y sobre todo en la década de los años 50, las marcas tabacaleras canarias lideraron la edición de cromos de fútbol, de un modo que aún sorprende. Se hace impensable ligar hoy en día ambos aspectos: el denostado placer de fumar y la infantil afición al coleccionismo de cromos, pero hace más de medio siglo aquello era un hecho innegable. Veamos algunas de las colecciones realmente espectaculares que se editaron en aquellos tiempos.

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 En 1950 la marca «46» de Cigarrillos José López Luis editó una colección de alineaciones de los equipos de primera y segunda división de la temporada 1950-51, esta colección inició la década y puso en evidencia la posibilidad de fidelizar al fumador incluyendo imágenes de los equipos de las ligas españolas. La colección constaba de 50 cromos. La temporada sigueinte, la misma marca se lanzó a la piscina con una colección de la temporada 1951-52 con jugadores de los distintos equipos de primera división, hasta totalizar 176 cromos, al parecer 11 por cada uno de los equipos de primera. Los cromos eran muy vistosos y mostraban a los jugadores en bonitas fotos coloreadas.

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 La prueba de que la inclusión de cromos de fútbol era una gran estrategia de marketing es el hecho de que una compañía rival, Cigarrillos Fedora, también sacó su colección en la temporada 1951-52, incluso aumentando el número de cromos a 220 jugadores. Es interesante plantearse el tipo de consumo necesario para completar una de estas colecciones. Desde luego, muy saludable no parece que fuera. Con un pequeño paréntesis en la temporada 1952-53, la acción volvió con fuerza en 1953.

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 Cigarrillos Fedora sacó una colección de 120 cromos dedicada a la selección española. No debemos olvidar el gran éxito de la selección en el mundial de Brasil en 1950, lo cual convirtió a la selección en objetivo de los coleccionistas. Nuevamente Cigarrillos José López Luis y su marca «46» dejó patente su apuesta por este producto con la colección Jugadores de Fútbol temporada 1953-54 que, a día de hoy, es quizá una de las más bonitas de la época. En esta escenario con dos actores principales apareció un tercero en discordia: Tabacos Favorita, que editó una colección de 304 cromos con dibujos a todo color de los Jugadores de 1ª División, nombre que tomó esta colección.

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En 1955 se editó una preciosa colección también dedicada a la selección española, en esta ocasión el título nos transportaba a la mítica Olimpiada de Amberes en 1920. Los cromos se regalaban en las cajetillas de los cigarrillos «Lucha especial», «Ben-Hur», «Oval Lucha», «Redondo Lucha» y «Lucha Fuerte» (¡Vaya nombrecitos!) y se trataba de 50 cormos que formaban la colección titulada «La Furia Española».

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 Por alguna razón que se me escapa, aquí acabó el patrocinio de las marcas de tabaco a los cromos de fútbol. Tal vez, la apuesta no lograba ser rentable después de todo, tal vez algunas marcas simplemente dejaron de fabricarse y ello arrastró a los bonitos cromos que se incluían en las cajetillas. Sea como fuere, nos quedan un puñado de preciosas colecciones que aún se encuentran entre las de diseño más atractivo de toda la historia de este coleccionismo deportivo.