¿En qué siglo se fundó el Real Madrid?

El Real Madrid Club de Fútbol pudo constituirse en el siglo XIX.

La «I» de «CIHEFE» es «Investigación»

Se han abierto las puertas a una gran línea de investigación. Afortunadamente el inmovilismo histórico que anquilosaba al fútbol, que en muchos casos se limitaba a copiar estudios anteriores, parece que está cambiando.

Prueba de ello es el artículo publicado en esta revista, en el número 47 (octubre 2013), firmado por L. J. Bravo y V. Martínez-Patón, titulado «La aguja del pajar: el origen del fútbol en Madrid«, en el cual se pone sobre la mesa una amplísima documentación.

Se nos abre un espacio en el que todavía puede haber mucho por encontrar, como bien dicen los autores:

«Se hace imprescindible encontrar más documentos que avalen las tesis que aquí vamos a defender o que por el contrario las desmientan. Y tienen que existir. No es posible que ciudades como Sevilla, Huelva o Barcelona puedan tener un caudal de información tan sumamente superior al que tenemos en Madrid.»

No pretendemos ni avalar ni desmentir, sino aportar otras piezas al puzle para que quien venga detrás las interprete. Aquí van estas cinco piezas:

1. Documentos equivalentes, conclusiones equivalentes.

2. Parámetros para constituir un club en el XIX.

3. Nueva normativa sobre Asociaciones a principios del siglo XX.

4. Sociedades y clubs.

5. El Madrid del XIX.

Pieza 1: Unifiquemos criterios

¿Qué criterios tenemos en la actualidad para fijar la fecha de constitución de un club? Aunque la respuesta parezca fácil, es más ambiguo de lo que parece. Lo que vale para unos no siempre vale para otros.

El Athletic Club, según su propia página web, en 1898, se creó a partir de un grupo de 33 deportistas, de entre los que en el Gimnasio Zamacois se reunían para practicar y hablar de fútbol, constituyeron un equipo que, sin tener forma legal, denominaron Athletic Club. El 5 de abril de 1901 se celebró en el Café García, la asamblea de constitución definitiva del Athletic Club. Sin ningún documento que lo avale utiliza como fecha de fundación 1898.

No ponemos en duda que sea cierta la fecha, nos referimos a la prueba documental.

Otro caso, el Fútbol Club Barcelona, ampliamente desarrollado por Fernando Arrechea en el número 38 (diciembre 2012) de esta revista, en el artículo «1899 o 1902, ¿cuándo se fundó el Fútbol Club Barcelona?»

Concluye Arrechea:

«¿Debemos concluir entonces que el FC Barcelona se funda el 29 de noviembre de 1899 dado que se trató de un acto público del que informó la prensa y sabemos que efectivamente ese día se constituye su junta directiva y el equipo empieza a jugar partidos y competiciones o por el contrario tenemos que afirmar a partir de hoy que el Barça no se funda hasta el 5 de enero de 1903 ya que esa es su fecha de inscripción en el Registro de Asociaciones y la Ley de Asociaciones vigente en la época requería de la inscripción de las sociedades en el Gobierno Civil?»

Antes de exponer su respuesta nos atrevemos a decir que el criterio que se adopte para el FC Barcelona debe ser el mismo que se adopte para el resto. En caso contrario estaríamos en una clara doble vara de medir la historia. Sea cual sea la conclusión, debe aplicarse para todos el mismo criterio.

La respuesta que proporciona Arrechea es la siguiente:

«El club existe de facto desde el 29 de noviembre de 1899, pero de iure solo desde el 5 de enero de 1903.»

Convalidando la información del Athletic Club, podríamos decir que existe de facto desde 1898 y de iure desde 1901.

¿A qué equipo le aplicamos el facto y a cual el iure?

Los equipos más escrupulosos con su documentación siempre han utilizado la fecha de iure, lo cual desde un principio, les ha colocado en inferioridad histórica a la hora de acreditar su antigüedad.

Siguiendo con el artículo de Arrechea tenemos una copia de los Estatutos del F. C. Barcelona reformados en 1911, que dicen lo siguiente:

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«Bajo la denominación de Foot-Ball-Club-Barcelona se constituyó (…) en dos de diciembre de mil novecientos dos»

La fecha del 5 de enero de 1903 corresponde a la del asiento registral con el que se pone fin al procedimiento burocrático.

Aunque sus propios estatutos señalen un día, siempre han utilizado su fecha de facto, lo cual históricamente les ha dado una ventaja sobre otros que ahora, más de un siglo después, es cuando tienen aportar una documentación que a otros no se les ha pedido.

Pieza 2: ¿Cómo se constituía un club a finales del XIX?

No podemos comparar los datos de principios del siglo pasado con los mecanismos superprofesionalizados de hoy. Tenemos que irnos a fuentes de la época.

Destacamos un párrafo de un debate en la prensa sobre el decanato barcelonés, publicado en «Los Deportes», Barcelona, el 27 de octubre de 1901, en el que vemos cuáles eran los parámetros para constituir un club:

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«Como tenemos tales periódicos á la vista y las pruebas escritas son las de mayor validez y considerando que la antigüedad de un club se cuenta desde que adopta un título y nombra su Junta Directiva…»

Años después, en el verano de 1913, en pleno movimiento de la organización de la Federación Española, encontramos en «El Heraldo de Madrid» del 1 de agosto de 1913:

«Con objeto de no herir susceptibilidades, queda encargado de convocar á la reunión correspondiente el Club más antiguo de cada región, y en la imposibilidad de conocer en este momento cuál es dicho Club, rogamos á usted tenga la bondad de buscar el medio de facilitar esta labor utilizando, por ejemplo, la valiosa cooperación de la Prensa de esa localidad.»

Si la inscripción en el Registro hubiera sido obligatoria para todos desde el momento de su constitución bastaría con una certificación del Gobierno Civil. Entonces ya se tenía claro que constitución-fecha de estatutos-registro no tenían que ser coincidentes, por ello se recurre a lo publicado en la prensa.

Eso era en España, pero en Inglaterra lo tenían mucho más claro, y no hay que ignorar la influencia británica en nuestros primeros clubs. En noviembre de 1880, en «Union Jack», se publicó un extenso artículo firmado por T. Murray Forde, «How to Form a Football Club, And How to Ensure Its Success» («Cómo formar un club de fútbol, y cómo garantizar su éxito«). Este texto ha sido reeditado en 2013 en «Goal-Post: Victorian Football Vol 2″, recogido por el escritor Paul Brown.

En este artículo se nos narran las características y vicisitudes relacionadas con la constitución de un club y su puesta en marcha. Detallando hasta de qué debería ocuparse cada uno de los cargos directivos. Incluye también un modelo de reglamento, del cual citamos solo las cuatro primeras reglas propuestas:

«The following are the selected rules:

1. That this club be called the ____ Football Club.

2. That the uniform of this club consist of, &c., &c., and that no member be allowed to play in a match on behalf of this club without this uniform.

3. That this club plays according to the laws of the game, as laid down by the Football Association (or Rugby Union).

4. That this club be managed by a president, a captain, a vice-captain, a secretary, who shall also act as treasurer, and a committee of ____ members, ____ of whom shall form a quorum.»

Su traducción sería:

«Las siguientes son las reglas seleccionadas:

1. Que este club sea denominado ____ Football Club

2. Que el uniforme de este club consista de ____, & c., & C., y que a ningún miembro se le permitirá jugar en un partido en nombre de este club sin el uniforme.

3. Que este club juegue de acuerdo a las reglas del juego, según lo establecido por la Federación de Fútbol (o Unión de Rugby).

4. Que este club sea dirigido por un presidente, un capitán, un vice-capitán, un secretario, que actuará también como tesorero, y un comité de ____ miembros, ____ de los cuales formarán cuórum.»

Para los británicos elegir un nombre, aprobar un reglamento y designar una directiva era suficiente para constituir un football club, lo mismo que nos contaba «Los Deportes» en 1901.

En ninguna de estas referencias aparece tener que ir al Registro del Gobierno Civil para que el club se considerase constituido.

Pieza 3: De facto y de iure

Catorce años después de promulgada la Ley de Asociaciones, de 30 de junio de 1887 (Gaceta de Madrid de 12 de julio), el Gobierno dicta un Real Decreto, de 19 de septiembre de 1901 (Gaceta de Madrid de 20 de septiembre), en el cual se insta a las Asociaciones a cumplir el requisito formal de la inscripción en el Registro.

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«EXPOSICIÓN

SEÑORA: La ley de 30 de junio de 1887, que vino a regular el ejercicio de derecho de asociación, determinó las formalidades necesarias para que por el Poder Público pudiera ejercerse la debida fiscalización sobre las entidades jurídicas que se creasen al amparo de aquel derecho mismo, otorgando un plazo de cuarenta días para que llevasen tales requisitos las Asociaciones ya entonces existentes.

Notorio es, sin embargo, que transcurridos ya catorce años, todavía, existen muchas de aquellas y otras fundadas posteriormente, sobre todo para fines religiosos y políticos, remisas al cumplimiento de tales obligaciones; y aunque la ley misma autoriza para este caso su suspensión, no puede desconocerse que sería contrario a los más elementales dictados de la equidad, que ha de ser canon constante para el ejercicio del Poder público, aplicar súbitamente todo el rigor de la ley después de tan largo periodo de tolerancia.»

En el mismo se hace referencia a «las Asociaciones ya entonces existentes«, lo cual implícitamente reconoce la existencia (personalidad jurídica) de las mismas, a la vez que les exige el cumplimiento de un requisito formal. No se condiciona su reconocimiento a su inscripción en el Registro.

Más adelante continúa exponiendo que «todavía existen muchas de aquellas y otras fundadas posteriormente (…) remisas en el cumplimiento de tales obligaciones y aunque la ley autoriza su suspensión (…)».

El texto legal reconoce explícitamente a «otras fundadas posteriormente«, haciendo alusión expresa a las fundadas entre julio de 1887 (publicación de la Ley) y septiembre de 1901 (publicación del Real Decreto).

Reconoce asociaciones «remisas en el cumplimiento» de sus obligaciones y aclara que la ley autoriza su suspensión, pero como esta suspensión no se ha ejecutado, estas asociaciones siguen siendo válidas. Es más, el Real Decreto menciona la suspensión, pero en ningún momento plantea la disolución.

Literalmente, el legislador está reconociendo fundadas, constituidas, a estas Asociaciones. En ninguna expresión del texto las considera «no fundadas» o «no constituidas», aunque señala que tienen pendientes obligaciones formales.

«Artículo 1º. Se concede un plazo de seis meses, a contar desde la publicación del presente Real decreto en la GACETA DE MADRID, para que las Asociaciones ya creadas y comprendidas en los preceptos de la ley de 30 de junio de 1887 puedan inscribirse en el Registro correspondiente de los Gobiernos de provincia y cumplir las demás formalidades que determinan los artículos 4º, 9º, 10 y 11 de aquella ley misma.»

En el artículo 1º textualmente dice Asociaciones ya creadas, lo cual no deja ninguna duda de la percepción sobre el momento de creación de estas Asociaciones que tenía el Gobierno.

Estas Asociaciones a las que hace referencia este Real Decreto son las que han sido consideradas en anteriores artículos, por el hecho de no estar registradas, como «de facto«, como podemos ver, para el legislador no hay duda de que son «de iure«.

Este Real Decreto vino acompañado, seis meses después, de una Real Orden Circular, de 9 de abril de 1902 (Gaceta de Madrid de 10 de abril), dirigida a los Gobernadores Civiles de las provincias, en la cual se les encomendaba que fueran especialmente diligentes con las asociaciones para fines religiosos y las formadas por extranjeros, las cuales ejercían actividades en España y cuyos interesados consideraban que la Ley de 1887 les eximía de cualquier obligación.

Tras el Real Decreto y posterior Real Orden Circular, un gran número de asociaciones, entre ellas algunos clubs deportivos, se sometieron al Gobernador Civil acudiendo al Registro.

El ejemplo antes expuesto del F. C. Barcelona encaja perfectamente con la publicación de esta Real Orden Circular.

Pieza 4: Sociedad vs Club

Llamémosle Sociedad o llamémosle Club, lo que es en realidad es una Asociación sujeta a la normativa antes expuesta.

Retomemos el artículo de L. J. Bravo y V. Martínez-Patón, «La aguja del pajar: el origen del fútbol en Madrid«. Las citas que vienen a continuación corresponden al mismo.

«Cuando se presenta la junta directiva que se reunió el día 5-1-1898 se habla de «los socios del foot-ball», por lo que parece que el primer nombre debió de ser simplemente Sociedad de Foot-ball, muy común por otro lado en otras muchas ciudades para el primer club de fútbol que se fundaba.

Ignoramos la fecha de fundación de esta Sociedad de Foot-ball ya que sabemos que en el mes de diciembre de 1897 ya jugaban al fútbol. En todo caso la reunión importante tuvo lugar el 5-1-1898 en la casa de Luis Bermejillo para designar junta directiva y en definitiva, entendemos, constituirse formalmente como sociedad. Ningún rastro queda por cierto de esta sociedad en el Registro de Asociaciones.»

Cosa lógica, como tampoco lo hay, en esas fechas, del F.C. Barcelona, Athletic Club o Recreativo de Huelva y concuerda con lo expuesto anteriormente sobre la normativa legal. Decir que no tenemos constancia de su inscripción en el Registro no puede entenderse como que las autoridades no tengan conocimiento de su existencia, incluso que hasta en algunos actos de la sociedad colaboren o participen, sino a que no hemos visto ningún documento que certifique, o haga mención, a su asiento en el Registro de Asociaciones.

«No obstante algunos meses antes la Revista Nueva (15-2-1899, pág. 730) decía lo siguiente:

Dos sociedades existen en la actualidad que se dedican en Madrid a practicar este sport.

En el invierno pasado nacieron ambas, siendo la primera fundada por el conocido sportman Sr. Bermejillo, la que juega sus partidos junto a las tapias del Retiro. La otra juega sus partidos en un solar de la plaza de toros.»

Sigue habiendo señales de que esa sociedad permanece.

«El propio don Julián [Palacios] -fallecido en 1947- le explicaba al autor alguno de los pormenores de aquel Foot-ball Sky que él conoció siendo un chico: «no éramos más de treinta los socios, y solo pagábamos la cuota unos cuantos. El principal animador del club era un suizo llamado Paul Heubi. Era difícil reunir un equipo, y más de una vez tuvimos que jugar siete u ocho. Otras les prestábamos jugadores a los contrarios que en el fondo éramos nosotros mismos, porque solo existía el Sky»

Las noticias, como no puede ser de otra forma, son intermitentes.

«Leyendo los nombres de los jugadores de la Nueva Sociedad de Foot-ball constatamos cómo la inmensa mayoría eran precisamente aquellos que estarían después en el Madrid FC

«Nueva Sociedad de Foot-ball, fundada en octubre de 1900 en una taberna de la calle de la Cruz, probablemente presidida por Julián Palacios.»

Según Bravo y Martínez-Patón, existieron varias sociedades, Sociedad de Football, Nueva Sociedad de Football o Football Club.

Los términos «Sociedad de Football» o «Football Club» se usan indistintamente para el Madrid Football Club, y para todas las sociedades, hasta bien entrado el siglo, encontrándose crónicas de un mismo partido, que según qué periódico consultes aparecerá sociedad o club.

El caso paradigmático por excelencia es un recorte de «La Época» del 10 de abril de 1907, que dice lo siguiente:

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«SPORT»:

Con motivo del nacimiento del heredero de la Corona, el presidente de la Sociedad Football, señor Padrós (…)

uno de Gibraltar y el español M. F. C

En 1907, Sociedad y Club en el mismo artículo, refiriéndose a la misma entidad: el Madrid.

Si en mayo apareciese un artículo en un diario deportivo que titulase «El Madrid gana la Copa de Europa» ¿Podría un investigador del siglo XXIII decir que el Real Madrid Club de Fútbol había ganado, hasta esa fecha, nueve copas de Europa y el Madrid una?

Esa es la tarea del investigador, averiguar si la Sociedad de Football es la misma que el Football Club, y a su vez del Madrid, como suena, sin apellidos.

Pieza 5: El caso de Madrid

La posibilidad, para algunos cierta, de que estas antiguas sociedades fueran el auténtico «Madrid«, y que estuviera constituido en el siglo XIX, ya constaban en publicaciones del primer cuarto del siglo pasado, (ALONSO DE CASO, F. «Fútbol. Association y Rugby«. Biblioteca de Deportes Calpe. Madrid, 1924. pg. 12):

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«EL «FÚTBOL» EN ESPAÑA

Hacia 1898 es cuando comienza a jugarse al fútbol en España. Los introductores fueron, en casi todas las provincias, jóvenes que habían hecho sus estudios en Inglaterra, y Suiza, empleados de oficinas inglesas y en alguna parte profesores universitarios enamorados de los métodos e ideales pedagógicos de las Universidades de Oxford. y Cambridge. Pero fué indudablemente Bilbao la población española donde comenzó a, jugarse al futbol. Nació el primer club en un gimnasio, y fueron sus fundadores Juan Astorquia, Alejandro Acha, Enrique Goiri y Carlos Castellanos. Este club pervive todavía: es el «Athlétic», que, además de ser el más antiguo, es el más laureado, puesto que ha logrado nueve veces el título de «Campeón de España». En 1899 se funda el «Barcelona»; en octubre de 1900, el «Madrid»; en el año 1901, el «Español», de Barcelona, y el «Coruña».

Si estas sociedades fueran el Protomadrid, independientemente del nombre recogido en la prensa (asunto que tiene un amplio campo de investigación), cuando Bravo y Martínez-Patón nos dicen:

«Madrid FC, fundado en octubre de 1901 y presidida también por Julián Palacios, jugó su primer partido el 6-10-1901,»

nos están diciendo que el grupo madrileño está informado del Real Decreto del 21 de septiembre, de días antes, y lo que pretende es regularizar su situación, que no su personalidad jurídica.

No queda ahí el asunto. Como vimos anteriormente, este Real Decreto vino acompañado, seis meses después, de una Real Orden Circular dirigida a los Gobernadores Civiles, de 9 de abril de 1902 (Gaceta de Madrid de 10 de abril). ¿Cómo actuaron los directivos madrileños?

«Y el día 18 de abril de 1902 se somete al gobernador la siguiente instancia:

«Juan Padrós Rubió, del comercio de Madrid, que habita calle de los Madrazo, número 25, tercero izquierda, a V. E. respetuosamente expone:

Que con objeto de constituir una sociedad de juegos de sport que se denominará Madrid Foot-ball Club le acompaña las bases por que ha de regirse, para su aprobación.»

¿Y qué pasaba en Barcelona? Volvemos al artículo de Arrechea:

«En efecto, el 18 de noviembre de 1902 Pere Cabot presenta en el Gobierno Civil una instancia junto a los estatutos del Foot-ball Club Barcelona («como organizador» de dicha sociedad) para que el Gobernador los apruebe y se pueda inscribir el club «según está prevenido en la vigente ley de asociaciones».

Ambos se dirigen al Gobierno Civil presentando una instancia ¿de nuevo coincidencia?

Si el Madrid se había fundado en 1901, ¿cómo se constituye una sociedad  el 18 de abril de 1902? ¿Puede un club fundarse dos veces? La respuesta es clara, NO. El sometimiento al Gobernador Civil es el fin del procedimiento burocrático.

Hemos dicho dos veces, pero ¿y cuatro? En el caso del Barcelona, según nos documenta Arrechea, el lío podría considerarse fenomenal. 29 de noviembre de 1899, la fecha aceptada por todos; el 2 de diciembre de 1902, según los Estatutos; por tercera vez, el 29 de diciembre de 1902 a las 21:30 horas en el Café Alhambra; y el 5 de enero de 1903, según el Registro.

Los movimientos de los futbolistas madrileños encajan perfectamente con el proceso burocrático promulgado por el Gobierno, al igual que ocurrió en Barcelona.

La inclusión en el club regularizado de los jugadores del Sky, incluso si me apuran la fusión de ambos, tiene fácil encaje, ya que cuando se produce una fusión el club resultante se subrogará en todos los derechos y obligaciones de ambos, entre ellos la antigüedad. En el mismo número de Cuadernos de Fútbol, Arrechea, en «El archivo general de palacio y el fútbol español: los clubs» nos dice que «tras la fusión del Real Betis Foot-ball Club con el Sevilla Balompié» se considera el mismo club para ostentar el título de Real, así como, añadimos, para conservar la antigüedad del Sevilla Balompié; y este hecho, a su vez, lleva aparejado un cambio de nombre sin que sea considerado como un nuevo club.

La diferencia está en que al F. C. Barcelona se le reconoce, y es justo reconocerlo ya que es lo que dicta la normativa administrativa, la constitución de la sociedad previa al registro y a la publicación del RD y la ROC, la de 1899. Si comparamos hitos y movimientos veremos la similitud de las situaciones en ambos escenarios.

Si el proceso seguido por los madrileños es igual que el de los barceloneses tendríamos una sociedad formada pendiente de la tramitación legal, que culmina el proceso administrativo el 18 de abril de 1902.

Si la auténtica constitución va más allá de 1901, el Real Madrid Club de Fútbol pudiera haber sido constituido en el siglo XIX.




José María Miró no fundó el Sevilla FC

¡ARRASTRO!

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Nos llevamos una gran sorpresa al ver publicado el artículo de J. Antonio Zancarrón Pérez en Cuadernos de Fútbol, publicado el pasado 1 de abril, ya que unos días antes había sido publicado en una página web. No sabíamos quien era el autor del escrito, ya que no figuraba ninguna firma, y por fin conocimos que su autor era el Sr. Zancarrón, del cual no conocíamos con anterioridad ningún artículo firmado.

Entre ambos artículos solo existe una «pequeña» diferencia y es la modificación de unas imágenes manipuladas y que omitían que el recorte de prensa alrededor del que gira el artículo se refería a la inauguración de un campo, y que el mismo estaba fechado en 1913 y no en 1908, como se dejaba entrever en el primitivo artículo. Una vez modificado estos datos, ya no contenía «irregularidades», claro que de esa forma el argumento principal se diluía.

Antes de continuar podemos coincidir en un dato con el Sr. Zancarrón, y no es otro que el Sevilla Fútbol Club no se fundó en 1905, la diferencia está en que nosotros pensamos que pudo ser mucho antes, y en eso estamos trabajando, pero los muchos datos acumulados de esta investigación, no se harán públicos hasta que todo esté atado y bien atado. Sí les adelantamos, que no cesan de aparecer nuevas evidencias.

Lo que sí está totalmente demostrado es que la oficialización, bajo la legalidad española, se produjo en el año 1905.

También queremos dejar claro que no son equiparables, a la hora de hacer un estudio serio, interpretaciones semánticas sobre qué pudo querer decir un periodista en determinado momento, cuando a su vez son desmentidas por otros recortes de prensa, o principalmente, con la oficialidad de un documento público.

El documento público al que hacemos referencia es la reforma de los Estatutos del Sevilla Fútbol Club, documento legal visado e inscrito en el Registro de Asociaciones y que dice textualmente que el Sevilla Fútbol Club se constituyó el 14 de octubre de 1905.

Dicha fecha se corresponde con los recortes de prensa localizados en periódicos de la ciudad y testimonios de los sportsmen no sólo del propio Club, sino de las sociedades deportivas rivales que vinieron después, que corroboran la veracidad de la redacción de los Estatutos.

Pasemos ahora a rebatir, punto por punto, los argumentos expuestos, no con interpretaciones de lo que se pudo querer decir, sino con documentos comprobados.

 Así comenzaba el Sr. Zancarrón

«Mucho se ha vilipendiado y vapuleado a aquellos que pensábamos que el Sevilla FC actual data en realidad de 1908 y no de 1905. Lo que es cierto, dicho sea de paso, es que esa opinión estaba basada en algunos «indicios» más que en datos con peso específico. Lo reconocemos, pero ahora, con los nuevos datos encontrados parece que la fecha de 1908 se erige como la verdadera fecha de fundación del Sevilla FC, recientemente proclamado como «mejor club del mundo por la IFFHS».

De esta forma enuncia su teoría cuya conclusión final es:

– El Sevilla FC se fundó en 1908.

Su exposición la basa en cinco argumentos fundamentales:

1º Miró es el fundador del Sevilla FC, y primer presidente, no llega a Sevilla hasta 1907.

Su texto:

«el primer presidente del «Sevilla FC» NO fue Jose Luís Gallegos, sino Jose María Miró Trepat»

2º La Sociedad de 1905 no es la misma que funda Miró en 1908, diferencias entre «club» y «sociedad».

Su texto:

«La fecha de 1905 debe estar presente en los corazones de los sevillistas pues al fin y al cabo supone el origen sentimental del Sevilla FC fundado en 1908. Muchos de los que fundaron el Sevilla FC de 1908 participaron en la fundación de la «Sociedad de football» de 1905, y es loable y lógico pensar que ambos grupos tienen una íntima relación entre si. Hasta ahí todos estamos de acuerdo, pero si bien la vinculación «sentimental» entre ambos grupos es indudable, la legal es claramente imposible a la luz de todos los datos aquí presentados ya que también a partir de este momento, existe un fundador del «Sevilla FC» que no fundo la «Sociedad de football» de 1905, a todas luces desaparecida.»

3º En el hipódromo de Tablada no se jugó al football hasta febrero de 1908.

Su texto:

«Esto demuestra, que en el «hipódromo de Tablada» no se jugó al football hasta Febrero de 1908″

4º La Sociedad dejó de tener vida entre 1906 y 1908.

Su texto:

«La «Sociedad de football» de 1905, por las razones que fueran, dejó de tener vida entre 1906 y 1907, sus integrantes debieron no seguir la estela de sus promotores, o la dejaron de lado languideciendo desde la óptica organizativa. El football se siguió practicando en Sevilla a modo aficionado.»

«desde mediados de 1906 y hasta mediados de 1908 no existieron noticias ni del Sevilla FC ni de football en Sevilla. Porque una cosa clara es que realmente no existen noticias ni tan siquiera de football «no organizado» por ninguna sociedad, a modo de partidas esporádicas de football en las que intervinieran los jóvenes de Sevilla.»

5º Las Bodas de Plata y la inscripción en el Registro de Asociaciones.

Su texto:

«Si organizaban las Bodas de Plata en 1930 (Sociedad de Football), habría que invitar a todos los fundadores del club que continuasen vivos, que en el año que estamos hablando (1930) eran la mayoría. Pero dirían: ¿Que hacemos con Miró?»

Y este otro:

«En Junio de 1908 se forma Junta directiva, y varios meses después la sociedad queda definitivamente constituida. De nuevo, pocos meses después, en Marzo de 1909, la Sociedad «Sevilla Football Club» se inscribe en el libro de Registro de Asociaciones del Gobierno Civil de Sevilla, quedando así legalmente registrada.»

El resto del artículo es repetir estos argumentos, con múltiples redacciones, llegando a utilizar citas periodísticas, en algunos casos, para un argumento y para el contrario.

Todo ello para rematar de la siguiente forma:

Su texto:

«Para entender el surgimiento en 1908 del SFC era imprescindible encontrar la pieza del puzzle que faltaba: Miró Trepat, justo a 500 km. de distancia de nuestra Sevilla.»

Para elaborar esta teoría el Sr. Zancarrón NO HA PRESENTADO NI UN SOLO DOCUMENTO, TESTIMONIO O RECORTE DE PRENSA EN EL QUE SE MENCIONE LA DISOLUCIÓN DEL CLUB DE 1905 Y TAMPOCO NI UNO SOLO QUE CITE QUE EL CLUB SE FUNDA EN 1908.

Son, con sus propias palabras: «INDICIOS MÁS QUE DATOS CON PESO ESPECÍFICO».

Estamos ante la teoría del «Poncio Pilato fue crucificado, muerto y sepultado, porque lo pone aquí.» Lean el Credo de la Iglesia Católica, verán como lo pone.

Es un procedimiento que saca una frase de contexto y la hace un todo.

Vayamos a lo nuestro, una vez quitada la paja del artículo, y apartado el grano, pongamos nuestras cartas sobre la mesa.

 1º Miró es el fundador del Sevilla FC, y primer presidente. ¡INCORRECTO!

Aprovechando un artículo sobre la inauguración del Campo del Mercantil en 1913, escrito en Barcelona, en el que se hace referencia a que el Sr. Miró es «fundador».

Es la piedra angular de la teoría, de hecho repite la ilustración seis veces, cuando con una sería suficiente. No por enseñar el ocho de picas cinco veces, tienes repóker (además, sería trampa porque solo hay cuatro ochos en la baraja). Sigue siendo el ocho de picas, por muchas veces que se enseñe.

La misma revista lo vuelve a citar como «fundador» en otro número posterior. Tras muchas vueltas y repeticiones se manifiestan los testimonios de esta afirmación de Miró como fundador, uno de ellos, su hija.

Cito textualmente al Sr. Zancarrón:

«Nuestras pesquisas nos llevaron a conocer que D. Juan Segura, el historiador del C.D. Español de Barcelona, había tenido contacto directo con la hija de Jose María Trepat en Madrid, en 1974, con motivo de la elaboración de su primer libro sobre la historia del club periquito. Su hija, María Teresa Miró Barbany, en el momento de la entrevista del Sr. Palomares, tenía 73 años y suponemos por tanto que habrá fallecido. Esta señora vivía en la calle Viriato, de Madrid.»

No pongo en duda la honorabilidad de la señora Miró, pero tengamos en cuenta que si en el 74 tenía 73 años, en el 7 (año en el que con toda probabilidad llegó Miró a Sevilla), tenía 6 años. ¿Seguro que recordaba con precisión lo que hacía su padre hace 67 años? De hecho la teoría se refuerza al vivir la señora en la calle Viriato.

Otro testigo, don José María Romero

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«Quiero ante todo aclarar que el primer Presidente del Sevilla fue D. José M.ª Miró y no D. Joaquín Gallego como se ha dicho en estas entrevistas».

Entendemos que se refiere a José Luis, que no a Joaquín Gallego. Implícitamente está citando a otros testimonios, «como se ha dicho en otras entrevistas» que contradicen su declaración. Según el Sr. Zancarrón y el Sr. Romero Acosta, el resto de los entrevistados mentiría y sólo el Sr. Romero dice la verdad.

Probablemente, alguna de estas citas confundieran a anteriores investigadores, que al desconocer la fecha de la llegada a Sevilla de Miró Trepat lo incluyeran entre los fundadores.

Aunque con los nuevos datos que van apareciendo, y que contradicen este planteamiento, podemos ir colocando a cada personaje en su sitio.

No tenemos que ir tan lejos, basta con seguir leyendo el artículo y el Sr. Zancarrón nos pone encima de la mesa el argumento que pretendíamos utilizar:

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Curiosamente, se desmiente solo, aporta una «prueba» irrefutable de un testigo que dice que Miró fue el primer presidente, y unos párrafos más abajo nos enseña el nombramiento de una directiva en 1908 en la que no aparece Miró, ni siquiera de vocal, cargo este al que accedió en 1909.

Añade el Sr. Zancarrón:

«Y es que es evidente que todo parece indicar que el Sevilla FC que hoy conocemos se fundó a partir de la llegada de Miró Trepat a Sevilla y que por tanto él es considerado como el fundador y para muchos, como es el caso del Sr. Romero Acosta, se podría considerar como el presidente honorífico o en funciones; aunque el cargo legal lo ostentara, en 1908, D. Carlos García.»

Sr. Zancarrón, ¿literalidad o interpretaciones? Lo de honorífico o en funciones lo está diciendo usted, no el Sr. Romero. ¿Vale el testimonio como está o lo reinterpretamos? No vale usar un argumento para una cosa y para la contraria ¿fue el primer presidente o no?

Hasta ahora, quien ha pedido información desde Cuadernos de Fútbol, solicitaba que la información se mandara a esta revista, para desde aquí distribuirla, el Sr. Zancarrón nos presenta un nuevo sistema de hacer llamamientos (omito el nombre del foro bético citado):

«Por nuestra parte no hemos podido acceder a la entrevista entera, pero estamos seguros de que es más suculenta de lo que aparenta, aunque con lo que tenemos ya es mucho sin duda. Desde aquí hacemos un llamamiento a aquellos que la posean que por favor la transcriban íntegramente en el foro de ********.com.»

Pero. Ojo!, no queda ahí la cosa. Otra de las cosas sorprendentes (¡vaya coincidencia!) es lo que viene reflejado en la historia del Sevilla FC, publicada por el ABC, al tratar el asunto de la creación del club:

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 «…nombres como Joaquín Valenzuela, Benito Romero, los hermanos Laffita, Jose María Castañeda o Paco Alba se unieron al de José Luis Gallegos para hacer realidad esta idea. Las reuniones se celebraban en el bar Tupinamba, propiedad del futuro presidente del Club, José Miró, o en el propio domicilio de Paco Alba. Carecían de toda oficialidad…»

No es de extrañar que en 1905 se reunieran en Tupinamba. Cafés Tupinamba nace en Barcelona en 1897. En aquellos días, el café tomado fuera de casa era todavía una novedad y se vendía a granel. Tupinamba abrió sucursales por toda España, en 1905 ya contaban con 47, entre ellas la de Sevilla.

El Club de Sevilla venía jugando al fútbol desde mucho antes, y no es hasta que sus compañeros onubenses le proponen oficializarse hasta que no empiezan los trámites:

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Las reuniones con carácter formal o con oficialidad, en «tiempo real» les gusta decir a algunos, se celebraron en el Centro Mercantil, como dejó constancia de ello la prensa.

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Además, en el mismo recorte de ABC que nos aporta el Sr. Zancarrón dice también: «Cuando el pueblo sevillano estaba pendiente de la boda de Alfonso XIII, la retirada del torero Chicuelo, o la visita a Sevilla de la Reina Alejandra de Inglaterra, en 1905, la fundación del club se hará realidad.» A este «pequeño» detalle no le da importancia y no lo trascribe.

Claro, que en el recorte que nos muestra el Sr. Zancarrón aparece la palabra «Miró», aunque curiosamente no es citado entre los que «empezaron a plantear la posibilidad de crear oficialmente un club.» ¿Recuerdan lo de Pilatos?

A algunos de estos jóvenes les faltaba todavía algo de preparación, recordemos a Camilo Bel, estudiante de medicina que llegó desde Cádiz, y el Club de Foot-Ball, de Sevilla, (sic) en noviembre de 1905, tenía que aplazar los partidos y las invitaciones:

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No nos olvidamos que el protagonista de esta historia no es otro que José María Miró Trepat, y, claro está, no iba a permanecer callado, así que toma la palabra:

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(Como siempre hay quien lee lo que quiere, diremos que «iniciando» es un gerundio, y que el gerundio expresa una acción o estado durativo. No dice que él inició el club, sino que lo presidió cuando estaba «iniciando». No hay que olvidar que los primeros triunfos sonoros vinieron con la Copa de Sevilla de 1912, jugada en 1913, o la inauguración del Mercantil, otro hito brillante de ese año.)

Volviendo al telegrama, el propio Miró dice «tuve el honor de presidir desde 1912 a 1914«. ¿No quedamos en que se fundó en 1908 y Miró fue el primer presidente? A la vista del telegrama parece que se enteraron todos menos el propio Miró, probablemente no le habría informado el Sr. Romero.

Este telegrama se envía con motivo de la obtención de la primera liga, primer campeonato absoluto de España ganado por el club, que podría considerarse el segundo si el CIHEFE aplica a la Copa de S. E. el Generalísimo de 1939 el mismo criterio que el utilizado para los campeonatos de España jugados entre 1910 y 1928.

Lógicamente, los documentos en tiempo real del propio interesado parecen desmentir la memoria, cariñosa, de sus amigos y conocidos. Si a usted le preguntaran por un amigo del instituto o la facultad, incluso de su pandilla cercana, lo ubicaría perfectamente en el grupo, ¿pero podría usted asegurar cuándo se incorporó? Algunas veces recordamos a alguien que estuvo con nosotros desde siempre, hasta que alguien nos aclara que se incorporó en segundo, que vino de Segovia con su hermano.

Este telegrama no termina en sí mismo, ya que si Miró preside al Sevilla Fútbol Club en 1914. ¿Cómo encaja esta pieza?

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Miró dota de nuevas estructuras al club, la inauguración (que por seis veces nos muestra el Sr. Zancarrón) del Campo del Mercantil, la participación en nuevas competiciones que se están creando, la incorporación a la federación, la creación (en 1913) de la revista «Sport Sevillano«, medio oficial del club. Miró fue el impulsor y promotor del Sevilla FC «moderno» de su época. Revitalizó el club, eso es indiscutible.

De estos Estatutos, los ejemplares existentes conocidos son tres, que sepamos, siendo los que se entregaron a todos los socios de aquella época. Algunos se amparan en que el hecho de que no pudiesen estar firmados de puño y letra por el Gobernador de entonces sería una muestra de falsificación. ¿Tiene usted en su casa un ejemplar de la Constitución? ¿Está firmada por el Rey?

Dicho esto, el asunto que nos ocupa realmente es el de cuando se redactó la reforma de los estatutos sevillistas. El hecho es que coincide con la estancia en la presidencia de Miró Trepat. En su artículo primero, dichos Estatutos, dicen que el Sevilla FC se fundó en 1905.

En la Asamblea del 27 de junio de 1914 se aprueban los Estatutos sevillistas donde se expresa textualmente que el Sevilla FC se funda en 1905 y lógicamente quien los redacta es la junta directiva de Miró, que debió dar su visto bueno. Implícitamente Miró dice que él no es el fundador, porque si llegó en 1907, no pudo fundar al club en 1905, salvo que estuviera por Sevilla en aquellas fechas, dato que desconocemos.

Resumiendo:

– Miró afirma que no fue el primer presidente del Sevilla Fútbol Club en 1908.

– Miró afirma que el Sevilla se legalizó el 14 de octubre de 1905.

 

2º La Sociedad de 1905 no es la misma que funda Miró en 1908. ¡INCORRECTO!

Dice el Sr. Zancarrón:

«La fecha de 1905 debe estar presente en los corazones de los sevillistas pues al fin y al cabo supone el origen sentimental del Sevilla FC fundado en 1908. Muchos de los que fundaron el Sevilla FC de 1908 participaron en la fundación de la «Sociedad de football» de 1905, y es loable y lógico pensar que ambos grupos tienen una íntima relación entre si. Hasta ahí todos estamos de acuerdo, pero si bien la vinculación «sentimental» entre ambos grupos es indudable, la legal es claramente imposible a la luz de todos los datos aquí presentados ya que también a partir de este momento, existe un fundador del «Sevilla FC» que no fundo la «Sociedad de football» de 1905, a todas luces desaparecida.»

Nunca, absolutamente nadie, ni tan siquiera sus contemporáneos del Balompié cuestionaron la fecha de oficialización sevillista. Con la rivalidad existente desde el principio ¿no podrían haberlo manifestado? Pues claro, pero nadie dijo nada.

Existen pruebas incluso de que los componentes del primitivo Balompié hablan de que cuando ellos llegaron, los sevillistas ya estaban allí, sin dar fechas. Hablan de los enfrentamientos del Sevilla con el Recreativo de Huelva, pues fueron testigos de ello.

La primera de todas ellas es en referencia a que en aquellos años, las fundaciones de los clubes no se parecían en nada a las que hoy en día se suceden. No podemos analizar estos hechos con los ojos centrados en la actualidad, algo que el Sr. Zancarrón hace frecuentemente.

El Sevilla Football Club, por indicación de los miembros del Recreativo de Huelva, que acababa de tramitar su inscripción «a la española» debía seguir los pasos «oficiales». El Sevilla Fútbol Club realiza las actuaciones pertinentes.

Los documentos, en tiempo real, de la oficialización del Sevilla Fútbol Club ya se ofrecieron en Cuadernos. Estos documentos, que se desconocían hasta hace unos meses, están publicados aquí: «Sevilla Foot-ball Club, 1905, los documentos».

La argumentación del Sr. Zancarrón está basada en que Sociedad de Football y Club de Football son dos organizaciones distintas, por el mero hecho de variar la nomenclatura, ya que no aporta ninguna prueba de esta disolución. Además, independientemente que todos los socios que aparecen citados, sean los mismos. Es más llega a decir:

«supone el origen sentimental del Sevilla FC fundado en 1908. Muchos de los que fundaron el Sevilla FC de 1908 participaron en la fundación de la «Sociedad de football» de 1905, y es loable y lógico pensar que ambos grupos tienen una íntima relación entre si.»

Al menos es «loable y lógico» pensarlo, muchas gracias por su deferencia. Ya hemos probado que no es un origen sentimental, sino legal, pero claro, volvemos a la teoría del «Poncio Pilato fue crucificado, muerto y sepultado, porque lo pone aquí.» Lean el Credo de la Iglesia Católica, verán como lo pone. Otra vez la literalidad de una expresión sin querer ver el contexto.

El CIHEFE, publicó en el número 18 de esta revista el artículo «Sociedades y equipos: criterios para un análisis histórico«, donde se definía qué sociedades podrían entenderse como desaparecidas y cuáles no y para ello determinó algunos parámetros:

«Los cambios de nombre o los traslados de residencia no implican cambio de sociedad ni de equipo. Por ejemplo, el Guadix C.F. se traslada en 2005 a Granada y cambia de nombre a Granada Atlético C.F.; sigue siendo la misma sociedad y el mismo equipo.»

Es más, estamos rebatiendo un asunto del que no aporta ni una sola prueba. ¿Dónde aparece que se disolvió o extinguió la Sociedad de 1905? ¿Dónde está el dato de la constitución de 1908? Yo les contesto, en la imaginación del Sr. Zancarrón, haciendo encaje de bolillos con cuatro palabras sueltas. ¿Digo otra vez lo de Pilatos?

En octubre de 1905, existe en Sevilla una única sociedad dedicada al Foot-ball, su denominación en la prensa y otras publicaciones es Sociedad de Foot-ball. No tenemos de esa fecha ningún documento oficial del club, solo conocemos su referencia en la prensa. En la prensa de Huelva, como hemos visto se refieren a esta sociedad como Club de Foot-Ball de Sevilla.

La «Guía de Sevilla y su provincia (Gómez Zarzuela)» de 1906 la cita como «Sociedad de Foot-ball» transcribiendo literalmente la cita de un periódico, incluidas las erratas en los nombres. Aparecen en la guía; el domicilio social de la entidad, el nombre del presidente, del secretario y de cuatro vocales, por supuesto todos miembros del Sevilla F. C. sin género alguno de duda.

El artículo del Sr. Zancarrón plantea, sin aportar ni un solo dato documentado, que esa sociedad desapareció al poco de crearse. De ser esto cierto, sería imposible ver en alguna crónica de años posteriores un encuentro jugado por esa supuestamente extinta sociedad, a no ser que permaneciese en el tiempo unos años más, compartiendo escenario futbolístico con el Sevilla Football Club y el resto de equipos de la ciudad.

Llevando el argumento al absurdo, si Sevilla Fútbol Club sustituye a Sociedad de Football de Sevilla no pueden jugar las dos el mismo día y a la misma hora contra el mismo rival. ¿Es fácil? Pues no todo el mundo lo entiende.

El 31 de marzo de 1910, fecha en la que yo no se pone duda que el nombre de la entidad es Sevilla Fútbol Club, se disputa en Sevilla, en el Prado de San Sebastián, una copa donada por el Ayuntamiento hispalense, enfrentándose los equipos del Club Recreativo de Huelva y la Sociedad de Foot-ball de Sevilla. Eso al menos es lo que recoge El Noticiero Sevillano el 1 de abril de 1910:

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Sociedad de «Foot-ball» de Sevilla, con mayúscula en las letras iniciales, como todo nombre propio. La crónica la realiza un periodista local, por lo que conoce perfectamente el nombre del equipo, o al menos como se le denomina en el ámbito sevillano.

El cronista aporta la alineación de la Sociedad de Foot-ball de Sevilla: «Smith, García Martínez, Romero, Lucas, Labourdette, Castañeda, Leconte, Ramos Asencio, Mackenzie, Lafita y Carretero.»

Casualmente todos, absolutamente todos, son socios y equipiers del Sevilla Foot-ball Club…Evidentemente se trataba del Sevilla F. C., también conocido como la Sociedad de Foot-ball de Sevilla.

Un mes más tarde se hace eco del partido la revista catalana Los Deportes donde se insertan las fotografías de ambos equipos y donde al Sevilla lo nombran por su denominación oficial: «Sevilla Foot Ball Club».

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Podríamos citar multitud de ejemplos de esa dualidad sociedad-club de principios de siglo, hablando del Sevilla Fútbol Club, pero creemos que basta con este.

Le volvemos a emplazar a que lea «Sociedades y equipos: criterios para un análisis histórico«, para apreciar la diferencia semántica y legal. Del resto de España, que también encontramos una auténtica multitud de casos, solo vamos a citar sólo dos de ellos.

Nos quedamos con una cita del Madrid Foot-ball Club (Real Madrid Club de Fútbol, como habrán adivinado, en la actualidad)

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Alude el periódico, La Época del 10 de abril de 1907, a una prueba de este deporte -fútbol-, organizada por el presidente de la Sociedad de Foot-ball de Madrid, Sr. Padrós. Como todos sabrán, Carlos Padrós, fue presidente del Madrid Foot-ball Club y uno de los pioneros en el intento de creación de la primera Federación Española de Clubs (o de Sociedades, como figuraba en sus primitivas cartas) de Fútbol en 1909.

Esto otro que se publicaba en Barcelona en 1903 es muy jugoso:

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El Sevilla Fútbol Club, no solo no había cambiado de nombre, sino que era el mismo desde 1905, como lo podemos ver en una carta oficial del club, carta manuscrita de Manuel Zapata, socio de los de 1905, que envió al jugador Ismael el 21 de septiembre de 1922, con membrete del Sevilla FC, donde aparece el año de fundación del Club. La traemos aquí por cortesía de la familia de Ismael, propietaria del original de esta carta.

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La revista Stadium, como bien se ha encargado de recordarnos el Sr. Zancarrón, coloca como fundador al Sr. Miró, en este caso del «Football Club Sevilla» ¿Un tercer club? En esta imagen podemos ver también la «Copa de Sevilla», jugada en 1913.

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Ahora me gustaría mostrarles una foto de 1913 donde aparecen cuatro presidentes sevillistas juntos, entre ellos Miró Trepat. En el centro una copa, que les invito que comparen con la que «Copa del Ayuntamiento» ganada por el equipo del «Football Club Sevilla» que acabamos de ver en «Stadium«. Los señalados, de izquierda a derecha son: Carlos García Martínez, José Luis Gallegos, Paco Alba y José M.ª Miró Trepat.

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– «Sociedad de Foot-ball de Sevilla» y «Sevilla Fútbol Club» son exactamente lo mismo.

– No se ha aportado ni un solo indicio que dude de la continuidad o disolución de la oficializada en 1905.

– Los documentos oficiales del club llevan membrete con el año 1905.

 

3º En el hipódromo de Tablada no se jugó al football hasta febrero de 1908. ¡INCORRECTO!

En esta afirmación parte de sentar una premisa errónea, que es la de considerar el escenario de Tablada como el campo del Sevilla Fútbol Club, lo cual no fue así.

En cualquier compendio de historia sevillista que se consulte, los escenarios que se citan en los primeros años del siglo XX, se sitúan en diferentes ubicaciones, no siendo Tablada el lugar principal. Veamos solo un ejemplo de cada uno de ellos, por no extendernos demasiado.

Prado de San Sebastián, y La Trinidad en un mismo recorte, para no extenderse en citas:

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Por cierto, Camilo Bel nos habla de la fundación del Sevilla F. C. en 1905. Aquí tenemos otro «fundador», como Miró, este de 1905.

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Con este recorte pretende probar el Sr. Zancarrón la inexistencia del Sevilla Fútbol Club en 1908 y dice:

«Esto demuestra, que en el «hipódromo de Tablada» no se jugó al football hasta Febrero de 1908″

Claro que si ponemos la noticia completa vemos que el campo pertenece a la sociedad de tiro de pichones, que no al Sevilla Fútbol Club.

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Por otro lado, baste recordar que muchos de los primeros partidos que se jugaron en Madrid o Barcelona, lo hicieron en las instalaciones de sus hipódromos. Curiosamente, en Barcelona, los sportmen practicaban el fútbol en invierno y el remo en verano, igual que los sportmen sevillanos. En un hipódromo, el Madrid F. C. convocó una «Copa de España», la Copa de 1902, que nos narró en Cuadernos de Fútbol, con interesantísimos detalles, José del Olmo. ¡Y la copa se convocó sin estar acondicionado el hipódromo!

El asunto que tenemos entre manos es saber si en Tablada se jugó al fútbol antes de 1908. Así que veamos lo que nos dice el artículo del Sr. Zancarrón:

«<<Dichos señores (…) también tienen el propósito de implantar un campo completo de estos juegos ingleses como son a más de los mencionados, el golf, el lawn tennis y el foat ball>>

 En otras palabras, que en Febrero de 1908 se iba a implantar un campo para jugar al football en el hipódromo de Tablada.

Pero, ¡¡un momento!!: Si según algunos ya se jugaba al football en la Dehesa de Tablada, entonces ¿Para qué hacer un campo de football en Febrero de 1908?. Como ven poco a poco estamos cerrando el círculo y atando algunos cabos. Pero sigamos, que hay más.

Esto demuestra, que en el «hipódromo de Tablada» no se jugó al football hasta Febrero de 1908. Esto contradice a aquellos que «quisieron leer» en el texto de Masferrer que también se jugaba al football. Lamentamos que para algunos valga cualquier cosa con tal de tratar de demostrar el «estado vivo» de esa «Sociedad de football» de 1905.

Y es que Masferrer efectivamente apunta a que en Tablada se jugaron deportes como polo, golf y otros sports importados de Inglaterra, como el Cricket y el Hockey (como hemos leído en el recorte de prensa), pero el football, amigos y enemigos,….el football, NO. De ser así efectivamente no habría necesidad de implantar en 1908 un campo o terreno para la práctica del football porque ya lo habría.»

Todo esto es tal y como está redactado por el Sr. Zancarrón, «corta y pega» sin saltarme un párrafo.

En el primero de estos párrafos dice: «juegos ingleses como son a más de los mencionados, el golf, el lawn tennis y el foat ball» y un poco más adelante aclara: «Masferrer efectivamente apunta a que en Tablada se jugaron deportes como polo, golf y otros sports importados de Inglaterra, como el Cricket y el Hockey (como hemos leído en el recorte de prensa), pero el football, amigos y enemigos,….el football, NO

El Sr. Zancarrón tiene perfectamente claro que deportes se importaron de Inglaterra y cuales no, y eso lo decide por que «que en el «hipódromo de Tablada» no se jugó al football hasta Febrero de 1908

Los lectores Cuadernos de Fútbol ya lo conocen porque nos hemos referido a ello en tres ocasiones distintas: primero contamos la partida de 1890, luego comentamos la de 1891 y por último dimos a conocer que hasta en Nueva Zelanda sabían que en Sevilla se jugaba al football en el Hipódromo.

Es más, también conoce que en la Dehesa de Tablada, zona de esparcimiento de la Sevilla de finales del XIX y principios del XX, se jugaba al fútbol, aunque no fuera en las propias instalaciones del hipódromo, ya que nos dice también:

«Pero, ¡¡un momento!!: Si según algunos ya se jugaba al football en la Dehesa de Tablada, entonces ¿Para qué hacer un campo de football en Febrero de 1908?

Pues la verdad, en lo que afecta al Sevilla Fútbol Club, que para nada, ya que como hemos indicado antes el Sevilla Foot-ball Club jugaba en la Trinidad o en el Prado de San Sebastián.

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– En el Hipódromo de Tablada se jugó al Foot-ball con anterioridad a 1908.

– En los años próximos a su oficialización en 1905, el Sevilla Fútbol Club solía jugar en el Prado de San Sebastián o junto a la Fábrica «La Trinidad».

 

4º La Sociedad dejó de tener vida entre 1906 y 1908. ¡INCORRECTO!

Independiente de que esto va a ser rebatido convenientemente, incluso admitiendo que esto fuera cierto, que no lo es, no sería menoscabo, atendiendo los criterios del propio CIHEFE en el artículo «Sociedades y equipos: criterios para un análisis histórico«, donde se hablaba de la posible suspensión de actividades:

«La suspensión indefinida de sus actividades sin precisar la intención de reanudarlas en el futuro puede entenderse también como una desaparición, a menos que reanude sus actividades.»

Estaríamos ante un caso, en el peor de los escenarios, en el que se podría contemplar una suspensión de actividades, pero en el que claramente después fue reanudada.

Nos dice el Sr. Zancarrón:

«La «Sociedad de football» de 1905, por las razones que fueran, dejó de tener vida entre 1906 y 1907, sus integrantes debieron no seguir la estela de sus promotores, o la dejaron de lado languideciendo desde la óptica organizativa. El football se siguió practicando en Sevilla a modo aficionado.»

Esta es la clave, sí señor: «el football se siguió practicando en Sevilla a modo aficionado.«

Ni profesionalismo marrón, ni amateur compensado, ni más zarandajas. Mientras que en España el fútbol profesional seguía avanzando y se daban los primeros pasos para constituir la LFP y se andaba en conversaciones para que el Banco de Bilbao (uno de los precursores del BBVA) patrocinara la liga, en Sevilla todavía jugaban, en 1907, «a modo aficionado«. Créanme, es muy difícil rebatir este argumento, porque estamos totalmente de acuerdo: se siguió practicando el football y los sevillistas de aquella época eran aficionados. No hemos encontrado ninguna nómina.

Por si no nos ha quedado claro, el Sr. Zancarrón, nos dice lo mismo de forma diferente:

«Otro hecho cuando menos curioso y significativo es que en la provincia onubense, desde 1906 el Huelva ya jugaba la Copa del Rey en Madrid…entonces, ¿si había un club como la «sociedad de football» porqué nunca se jugó con un club tan cercano?, ¿no es extraño?, ¿no es más que significativo?…¿no será que es que simplemente no existía? Sí, ya sabemos que son simples coincidencias, pero que unidas a tantas otras y los nuevos documentos que estamos mostrando, resultan que completan un puzzle, ¿no les parece?»

Aquí podemos añadir otro de los puntales de la teoría, el viaje de Masferrer, sobre el cual el Sr. Zancarrón afirma: «lo que es de football en Sevilla: NI LO NOMBRA.»

Ya saben, si Masferrer no lo nombra no puede haber football en Sevilla, así de contundente. En aquella época no había partido todos los domingos, obviedad que no habría que recordar. Masferrer realiza un gira por España en las fechas previas a la publicación del artículo que cita el Sr. Zancarrón, y esta se produce el día 17 mayo de 1906. De esta forma «solo» puede informar de lo ocurrido hasta esa fecha y no de lo que ocurrirá después, otra obviedad.

Hablamos del mes de mayo de 1906, si hubiera tenido la suerte de pasar por Sevilla solo unos días antes, podría haber presenciado el encuentro que recogía «La Provincia«:

Lástima que llegara unos días más tarde, aunque todos lo tenemos claro, que si Masferrer no nombra la palabra football, en Sevilla no había football. Da igual que un periódico recoja días antes que se va a jugar un partido. De camino se podría haber enterado de la existencia del «Club Recreativo de Huelva«, que según el Sr. Masferrer, «no existía» (permítanme esa expresión), ya que en Huelva quien estaba era «el «Huelva football Club» que ahora mismo ha paseado por España sus colores» (sic). Esta de vez es lo de Poncio Pilatos, pero al revés, «si aquí no lo pone, no existe».

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Que el Sr. Zancarrón no tenga noticias no quiere decir que no las haya. Además, precisamente, tome buena nota, dice usted que en 1907 no tiene ninguna noticia de fútbol en Sevilla, recuérdelo para otros casos. Nosotros sí tenemos noticias, y precisamente de partidos contra el Recreativo. Esto es lo que nos contaba José González Pérez en la «Historia del fútbol en Huelva y su provincia«:

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Vamos ahora con lo que el propio Sr. Zancarrón califica como «algunos «indicios» más que en datos con peso específico.»

«Ha quedado definitivamente constituida en esta ciudad (…) la novel Sociedad de foot-ball…con el título es <Sevilla Football Club>»….

Y es que ahora entendemos realmente eso de que «ha quedado definitivamente constituida la novel sociedad». Madre de Dios, vaya pareja de baile que hace esta noticia del «Mundo Deportivo» con esta otra que ya hemos visto y que no conviene perder de vista:

Lo que es evidente es que no es normal ni lógico que una sociedad tarde en constituirse 3 años. Es más, si «queda definitivamente constituida» es que antes no lo estaba; lo cual significa a cualquier efecto que justo en ese momento comienza a estar legalmente conformada. Pero sigamos.

Y es que de entrada, de la noticia aparecida en el «Mundo deportivo» nos llama la atención el adjetivo «novel». Veamos…vamos a coger el «comodín del diccionario». Acudamos al diccionario de la Real Academia Española de la Lengua para conocer el significado del adjetivo NOVEL: (Del cat. novell, nuevo).

<<Que comienza a practicar un arte o una profesión, o tiene poca experiencia en ellos>>

Resalto primero que etimológicamente el adjetivo proviene de «novell, NUEVO, y también resalto la frase «Comienza a practicar» para que la gente lo entienda: Algo que comienza es algo que antes no existía. Al menos así nos lo enseñaron en la EGB. Saquen sus conclusiones, por favor.

Así que perfectamente y según la RAE podríamos hablar de que «ha quedado definitivamente constituida la nueva sociedad llamada Sevilla football Club».

Le diré al Sr. Zancarrón que yo también estudié Lengua Española en la E. G. B., y también me enseñaron que hay palabras polisémicas. Así que en el mismo diccionario podemos leer:

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Sin contradecir al periodista podríamos interpretarlo como «queda ya constituida, sin duda alguna, (debido a sus titubeantes comienzos, añado) una sociedad que todavía no ha tenido enfrentamientos importantes«. Eso podría ser, también, una lectura con el diccionario en la mano, de lo que pone el texto. Por cierto, en su propia cita textual de la definición escribe el Sr. Zancarrón para «novel»: «o tiene poca experiencia en ellos.» ¿Por qué subraya sólo la primera parte de la definición? ¿No le gusta la segunda?

Pero el asunto no es ese, la cuestión es que la sociedad ya estaba oficializada desde 1905, aunque su actividad fuera escasa, y en ese momento es cuando resolutivamente despega la sociedad. Recuerdo que junto a ese artículo del periodista no hay, en ese 1908, ninguna noticia de constitución de la sociedad.

Dice el Sr. Zancarrón: «Reconocemos que las conclusiones que ahora estamos sacando eran impensables o carecían de lógica o credibilidad si no tuviéramos la pieza que faltaba: La participación y el importantísimo papel de D. Jose María Miró Trepat, no solo para el Sevilla FC, sino para el football Sevillano entero. Ahora, con esa pieza todo tiene mas sentido, sin duda.»

Por supuesto, la piedra angular del proyecto es que Miró fue el fundador, lo cual ya ha sido ampliamente desmentido.

Añade el Sr. Zancarrón:

En cuanto a lo de los 80 jóvenes apuntados nos resulta lógico pensar que la sociedad Sevillana seguía practicando football, y que en cuanto se organizara un club, la mayoría se simpatizantes a este sport se unieran a ese Club, pero eso tuvo que ser a partir de 1907, porque de haber sido en 1906, es de suponer que Masferrer habría tomado buena nota, ¿no?.

Sobre todo si de ese club tenemos noticias de que lleva jugando un montón de años…

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5º Las Bodas de Plata y la inscripción en el Registro de Asociaciones. ¡INTRASCENDENTE!

Las Bodas de Plata según el Sr. Zancarrón:

«Vamos a dar nosotros por lo menos una explicación argumentada en base a los datos encontrados y expuestos en este artículo:

Los mandatarios del Sevilla F. C. al ser muchos de ellos en 1930 los que fundaron la «Sociedad de Football» no quisieron olvidarse nunca de su primera obra, por lo que intentaban rescatar a toda costa la fecha de 1905 como la fundacional, pero llegados a tan importante fecha había un serio problema.

Si organizaban las Bodas de Plata en 1930 (Sociedad de Football), habría que invitar a todos los fundadores del club que continuasen vivos, que en el año que estamos hablando (1930) eran la mayoría. Pero dirían: ¿Que hacemos con Miró?.

Si no se le invita, el feo gesto que se le hubiera hecho a un fundador, ex-Presidente y además el que construyó el primer campo estable de la historia del club, además de un importante político de la Villa y Corte, hubiese sido intolerable.

Ante esta situación tan difícil, viendo que la celebración podría traer polémicas (¿Sr. Romero Acosta?) y malos entendidos, optaron por no celebrar tan importante fecha y esperar otros 25 años para dejar que los estragos que hace el paso del tiempo en las memorias y la biología hiciesen el resto.»

Este texto deja las siguientes afirmaciones:

-al ser muchos de ellos en 1930 los que fundaron la «Sociedad de Football»

– intentaban rescatar a toda costa la fecha de 1905

– invitar a todos los fundadores del club que continuasen vivos

– ¿Que hacemos con Miró?

– la celebración podría traer polémicas

– optaron por no celebrar tan importante fecha

¿De verdad que eso se puede pensar así? ¿De verdad que eso se puede utilizar para decir que el Club se fundó en 1908?

En la primera afirmación se contesta: al ser muchos de ellos en 1930 los que fundaron la «Sociedad de Football». Los que fundaron esta sociedad son lo que fundaron el Sevilla Fútbol Club, como llevamos exponiendo desde el principio.

Además, estos de 1930, el 15 de octubre de 1905 se reunieron en el Pasaje de Oriente y firmaron un documento entre todos los presentes en el que se emplazaban a celebrar «los cincuenta años de la fundación del Club«, que no las Bodas de Plata.

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El Registro de Asociaciones. Veamos que nos quiere decir aquí el Sr. Zancarrón.

LOS ÚLTIMOS CABOS SUELTOS TERMINAN ATÁNDOSE:

«Además en 1908…¿Definitivamente constituida?, ¿es que en 1905 no estaba ya constituida?, ¿no habían presentado ya los papeles en el Gobierno Civil de Sevilla?, ¿es que eso no es trámite suficiente para que una sociedad quedara constituida?.

a) Ahora entendemos la razón de porqué en la inscripción del «Sevilla football Club» en el registro de asociaciones en 1909 no hace referencia alguna a la «sociedad de football» de 1905: eran sociedades diferentes.

b) Y también entendemos la razón de porqué no se dirigió ningún club de football al Registro cuando éste, ya avanzado el año 1907 y tras el incendio de 1906, hizo un llamamiento a las sociedades que estuvieran registradas antes del incendio para que se reinscribieran. No olvidemos que hay sociedades con fechas anteriores a 1906 (previas al incendio sufrido por el gobierno Civil de Sevilla) que se reinscriben en 1907. Nosotros ya habíamos apuntado lo extraño que resultaba que si el Sevilla FC hubiera existido como tal en 1906 o en 1907

Yo le diría, que más que atar cabos, eso es hacer encaje de bolillos.

Podría contestarle con mis palabras, pero prefiero utilizar el varias veces utilizado artículo editorial de CIHEFE: «Sociedades y equipos: criterios para un análisis histórico«.

«La fecha de inscripción en el registro de asociaciones o en el mercantil (para las sociedades mercantiles) puede ofrecernos una cronología absoluta si los socios proceden a la inscripción para constituir la sociedad, o una cronología relativa si la inscripción la hacen una vez constituida la sociedad. A priori no podemos saber si nos hallamos ante uno u otro caso ya que la inscripción solo tiene efectos declarativos (no constitutivos); esto es, el Registro constata, declara, que la sociedad existe. No es que la sociedad se constituya mediante la inscripción.»

Aunque hay más:

«De este modo, se puede mantener que el Registro instituido por la Ley de 1887 tenía un marcado carácter declarativo, no constitutivo. Además, de todo el articulado no se puede extraer ninguna referencia a la forma o procedimiento que habría de seguir una asociación para obtener personalidad jurídica, ni mucho menos una vinculación expresa entre esta y la inscripción. En realidad debemos entender que la personalidad jurídica de toda asociación se presuponía adquirida directamente a través de su constitución. Esta opinión sin duda recoge el sistema de reconocimiento genérico de personalidad que establecía, y aún recoge, el artículo 35 del Código civil para este tipo de entidades.» (EL DERECHO DE ASOCIACIÓN EN LA HISTORIA CONSTITUCIONAL ESPAÑOLA, CON PARTICULAR REFERENCIA A LAS LEYES DE 1887 Y 1964. José Daniel Pelayo Olmedo -Doctor en Derecho por la Universidad Nacional de Educación a Distancia)

Para no extenderme, termino mostrando un par de registros de la hoja 36 del Registro de Asociaciones de Sevilla, el del Sevilla Football Club y el de quien le antecede en la lista, se llevarán una sorpresa:

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Pues sí, es la Hermandad de la Santa Caridad de Marchena, a la que todos conocen en esa localidad desde mediados del XVII, y una fecha de anotación en el Registro de 1 de marzo de 1909.

Comenzaba el Sr. Zancarrón diciendo:

«Mucho se ha vilipendiado y vapuleado a aquellos que pensábamos que el Sevilla FC actual data en realidad de 1908 y no de 1905. Lo que es cierto, dicho sea de paso, es que esa opinión estaba basada en algunos «indicios» más que en datos con peso específico. Lo reconocemos, pero ahora, con los nuevos datos encontrados parece que la fecha de 1908 se erige como la verdadera fecha de fundación del Sevilla FC«.

El ÚNICO NUEVO DATO QUE PRETENDE APORTAR ES QUE MIRÓ FUNDÓ AL SEVILLA FÚTBOL CLUB, lo cual ha sido rebatido con diferentes documentos, tanto de prensa como documentos con valor jurídico.

Si esa era la nueva pieza y se ha demostrado que se monta sobre una estructura errónea, volvemos a la situación anterior a su descubrimiento.

Sobre el resto de su argumentación, no tengo nada que objetar en cuanto a su propio resumen esa opinión estaba basada en algunos «indicios» más que en datos con peso específico.

Nuestra RESPUESTA ESTÁ BASADA EN DOCUMENTOS, esa es la diferencia.

El Sevilla Fútbol Club oficializó su situación en 1905.

Cuando tengamos más documentos, hablaremos de su fundación, que pudiera estar en el siglo XIX.




¡Figúrese usted como llegaríamos!

(O de cómo viajan aquellos protofutbolistas del sur de España para practicar el sport)

 El ferrocarril no sólo fue el vehículo de la revolución industrial, sino uno de los protagonistas de la expansión del foot-ball.

Sabemos que alrededor de las vías en construcción se concretaron matchs y los operarios y gestores participaron en este juego, pero, además, fue el nexo que unió dos ciudades en las que se gestaron aquellos primeros desafíos.

En una sociedad en la que vemos natural que a un solo futbolista se le ponga a disposición un avión privado para que se desplace a jugar un partido, pueden resultar chocantes las peripecias de algunos de estos pioneros. Sirva este escrito como homenaje a Mr. Young y sus acompañantes, y a aquellos que en el Mixto o el Correo se desplazaban para celebrar las partidas.

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Sobre las once de la noche, Daniel Young acaricia su caballo, le da unas palmaditas y le dice algo al oído. Monta, y se dirige al paso al punto de reunión con otros tres amigos. Allí, puntuales, le esperan, y los cuatro juntos se echan al camino, van a Sevilla, a jugar un match de foot-ball.

«¿Sevilla ha dicho usted? No sabíamos que en aquel tiempo…

Sevilla, sí. (…) Pocos encuentros, desde luego, porque lo dificultaba la escasez de comunicaciones de la cuenca minera. Ya usted ve si será así, que algunas veces en que tres o cuatro que los de aquí formábamos con los de Huelva en Sevilla, teníamos que salir de la Mina ¡a caballo! a las once o doce de la noche anterior al partido, y así seguíamos toda la madrugada hasta Zalamea, donde tomábamos un tren …»

La Mina de Río-Tinto, en la que trabajaba Daniel Young, distaba de Zalamea la Real unos ocho kilómetros, en plena sierra onubense. En Zalamea se encontraba la estación de ferrocarril, con servicio regular, más próxima. El periódico onubense La Provincia, de los últimos días de 1890, nos ilustra para fijar el horario de esa excursión, que partía sobre la media noche, a caballo, desde la Mina.

Si han tenido suerte, no les ha llovido en el camino, y ya los tenemos en Zalamea, allí cogerán el Correo de las 2’36,

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«donde tomábamos un tren que nos llevaba hasta San Juan del Puerto…»

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 En el trayecto, si la ilusión lo ha permitido, echarían alguna cabezadita, ya que la llegada no estaba prevista a aquella localidad hasta las 6’13 de la mañana

En la estación de San Juan del Puerto estiran las piernas un rato, se ajustan el cuello del abrigo, despunta el día y el aire huele diferente a como lo hace en la Mina. Sacan sus billetes y no les da tiempo de mucho.

«para unirnos a los demás compañeros de la capital y continuar el viaje a Sevilla…»

En apenas veinte minutos llegarían sus amigos, a las 6’32, en el Correo que salió de Huelva a las 6’10.

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Todos en el ferrocarril, camino de Sevilla, entusiasmado por el juego del foot-ball, charlan de sus tácticas, de compañeros y contrarios. Con tanta conversación, se les harían hasta cortas las cuatro horas de viaje empleadas en ese escaso centenar de kilómetros que distan las dos capitales andaluzas.

Pasan unos minutos de las diez de la mañana, y los que salieron de la Mina la noche anterior, por fin, ponen el pie en Sevilla, algo cansados:

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 «¡Figúrese usted como llegaríamos! ¡Destrozados!»

 Se acerca la hora de la partida y hay que acercarse a Tablada, emplazamiento a las afueras de Sevilla donde se practican los sports en aquellos años. En la Dehesa de Tablada se encuentra el Hipódromo, el escenario elegido. Juntos con los amigos del club sevillano, montan en los carruajes de algunos de ellos, aunque también optan por el servicio público de transporte, que nos muestra la Guía de Sevilla y su Provincia de 1888, al referirse sobre como se llevaba a cabo para las carreras de caballos: «estableciéndose en los sitios céntricos de la ciudad multitud de carruajes, y varios vapores en el río por precios muy módicos…»

Aunque como nos contó The Field (Londres) el 10 de enero de 1891, en el partido de la Navidad de 1890, «el señor White contribuyó al éxito de la reunión de varias formas, y su amabilidad al llevar a los equipos en vapor al campo de juego se merece el mayor de los agradecimientos.»

El ferrocarril fue el medio de transporte de estos protofutbolistas del XIX, como nos ha contado Daniel Young en la entrevista que hemos recreado, publicada el 25 de marzo de 1933 en el Diario de Huelva. También lo era para los sevillanos en sus visitas a Huelva:

«En el tren correo de anoche llegaron los once socios que componen la partida del Club sevillano.» (20 de marzo de 1892 La Provincia, Huelva)

Estos viajes nos devuelven ese valor sentimental de aquellas estaciones de ferrocarril, punto de encuentro y despedida, ya que hasta que no partía el Mixto o el Correo, no había terminado la partida.

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 «En el tren mixto de ayer salieron para Sevilla los Sres. de aquel Club, bajando a la estación a despedirlos casi todos los socios del Club Recreativo.» (20 de marzo de 1892 La Provincia, Huelva)

Eso sí:

«¡Figúrese usted como llegaríamos! ¡Destrozados!»




El fútbol en España, en 1890, desde Nueva Zelanda

«Un periódico es un pájaro de papel aleteando en la ventana de la historia.«

(Ignacio Camacho, Premio «Mariano de Cavia«)

Un pájaro investido de eternidad, oculto a veces en sórdidas cuevas, o sesteando en lujosos anaqueles, pero que un día vuelve a volar para golpear con fuerza en los cristales, aunque para ello tenga que dar la vuelta al mundo.

Corría el año 1891, pocos en el mundo conocían que en España ya se jugaba al football:

«Será noticia para muchos que el juego del fútbol tiene un sonoro discurrir en España.»

Un albatros de papel nos acercó una crónica del «The Otago Witness«, de Nueva Zelanda, que narraba la situación del football alrededor del mundo. Tras citar el desarrollo de este nuevo sport en diferentes países, le llegó el turno a España:

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«Será noticia para muchos que el juego del fútbol tiene un sonoro discurrir en España. Se dice (escribe un periodista de la revista «The Field») que allá donde los ingleses se establecen, no paran hasta que introducen sus costumbres y juegos nacionales, y los ingleses en España no son una excepción. El fútbol lleva algunos años formando parte de los festejos de Navidad en Sevilla, y el club, bajo la presidencia del genial Vicecónsul Mr. E. F. Johnston, está en un floreciente estado. El sábado 27 de diciembre, el partido con Huelva, que se ha convertido en un acontecimiento anual, tuvo lugar en el hipódromo -en el que se ha obtenido un campo excelente- gracias a la amabilidad de las autoridades. Casi todos los ingleses residentes estaban presentes, y una amable representación de españoles, ansiosos por iniciarse en los misterios del fútbol, el cual, según describen los periódicos locales, es jugado sin palos ni cestas de protección. La concurrencia no tenía derecho a quejarse por la diversión que se les brinda, a pesar de que el rápido juego terminó en empate, sin que ningún bando marcase; y en verdad, lo único censurable fue la actitud de las señoras españolas, más preocupadas de las piernas y el comportamiento de los jugadores que del juego. Las defensas de ambos equipos jugaron bien, y gracias a su buena defensa, el equipo de Huelva se salvó del desastre, mientras que los delanteros Welton y White de Sevilla y Birchall de Huelva estuvieron sobresalientes. En cuanto a Geddes, de Sevilla, merece una mención especial por el dudoso honor de ser peligroso por igual con sus compañeros que con sus rivales.»

El periódico está fechado en Dunedin el 2 de abril de 1891. Posiblemente no sea esta la primera noticia que exista, ya que el cronista hace referencia a «The Field«, pero lo que nadie podrá negar es que esta información se publicaba al otro lado del mundo, y además, y lo más importante, una noticia desconocida hasta ahora. Se habla, desde las antípodas, del football en España, en 1891, y se cita una ciudad: Sevilla. Todavía estaba por configurarse el boxing day, pero parece que lo del fútbol británico y la Navidad viene de lejos.

«El fútbol lleva algunos años formando parte de los festejos de Navidad en Sevilla»

Este artículo confirma, desde el extranjero lo que nos había contado un gorrión de papel sobre la existencia de un club y su Secretario: «en Sevilla, y el club»

Además, levanta una carta que siempre había estado sobre el tapete, bocabajo, y que una vez descubierta combina con las que ya teníamos en la mano:

«bajo la presidencia del genial Vicecónsul Mr. E. F. Johnston, está en un floreciente estado.»

El «Sevilla Football Club» (o «Club de Football de Sevilla«) tenía un Presidente y su nombre era Edward Farquharson Johnston. Este señor cumplía con los requisitos sobre los presidente de los clubs de sport que se estaban creando en Inglaterra, como nos narraban desde Barcelona en «La Ilustración artística» (14 de marzo de 1887, página 2): «a cuyo frente siempre hay personas importantes por su nacimiento, su posición o su fortuna, y esto le da buen tono». E. F. Johnston era el vicecónsul inglés en Sevilla.

Más detalles nos deja este documento, entre ellos nos cita a nuestro «eterno amigo-rival» de aquellas primeras partidas, dejándonos también una fecha (rectificando nuestros datos, pero que encaja perfectamente):

«El sábado 27 de diciembre, el partido con Huelva»

Así es como denomina a los dos equipos: «Sevilla» y «Huelva».

Otra día fue una gaviota de papel la que nos trajo noticias desde la Mina.

El 25 de mayo de 1933, en el «Diario de Huelva«, «J. GONZALEZ PEREZ», (según reza la firma y autor pocos años antes de «Historia del Fútbol en Huelva y su provincia«), nos lleva al siglo XIX en una entrañable entrevista a Daniel Mac Millan Young, un escocés de setenta y un años, en la que se narran emocionantes peripecias.

Nos quedamos con dos extractos, que complementan los que nos contó el testigo de Otago. Tras varias cuestiones sobre el fútbol de la época se pregunta directamente:

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 «- ¿Cómo se llamaban los equipos?

– No tuvieron denominación alguna hasta el año en que se fundó y legalizó el de Huelva bajo el título de Huelva Recreation Club. El Club Recreativo de hoy.

– Mientras tanto…

– Mientras tanto los partidos eran contadísimos, uno o dos al año, y jugábamos por verdadero deporte, costeándonos todos nuestros gastos, respetando al contrario como si fuera un compañero. Así aunque el futbol era más rudo que el de hoy, era a la vez más caballeroso. Tampoco nos importaba que el compañero de hoy fuera el contrario de mañana. Tanto es así que unas veces formábamos los de Río-Tinto y Sevilla contra Huelva, otras los de Sevilla y Huelva contra Río-Tinto, y otras los de Río-Tinto y Huelva contra Sevilla.»

Han leído bien, un testigo directo de aquellos partidos habla de Sevilla.

«que unas veces formábamos los de Río-Tinto y Sevilla contra Huelva, otras los de Sevilla y Huelva contra Río-Tinto, y otras los de Río-Tinto y Huelva contra Sevilla.»

Hay más.

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 «¿Sevilla ha dicho usted? No sabíamos que en aquel tiempo…

Sevilla, sí. Sevilla, Río-Tinto y Huelva fueron los tres grupos que jugaron al futbol antes que nadie en España. Las de Huelva y Río-Tinto aparecieron simultáneamente el año 81; el de Sevilla nació uno meses después. Estas tres localidades, son sin ningún genero de dudas, el germen del deporte español. Yo recuerdo haber jugado en Sevilla contra equipos españoles, alemanes e ingleses. Pocos encuentros, desde luego, porque lo dificultaba la escasez de comunicaciones de la cuenca minera. Ya usted ve si será así, que algunas veces en que tres o cuatro que los de aquí formábamos con los de Huelva en Sevilla, teníamos que salir de la Mina ¡a caballo! a las once o doce de la noche anterior al partido, y así seguíamos toda la madrugada hasta Zalamea, donde tomábamos un tren que nos llevaba hasta San Juan del Puerto para unirnos a los demás compañeros de la capital y continuar el viaje a Sevilla. ¡Figúrese usted como llegaríamos! ¡Destrozados!»

Pues sí, Mr. Young es tajante y ha dejado dos afirmaciones contundentes:

«Sevilla, sí. Sevilla, Río-Tinto y Huelva fueron los tres grupos que jugaron al futbol antes que nadie en España.»

«No tuvieron denominación alguna hasta el año en que se fundó y legalizó el de Huelva bajo el título de Huelva Recreation Club (…) el de Sevilla nació unos meses después

Esta versión encaja con los datos que tenemos hasta ahora, en Huelva, diciembre de 1889, y en Sevilla, como nos contó el gorrión de papel, «hemos creado recientemente» es la expresión usada en una carta fechada el 25 de febrero de 1890.

«El fútbol lleva algunos años formando parte de los festejos de Navidad en Sevilla», traía en el pico el albatros de papel.

Con la edad podrían confundirse las fechas, pero un viaje a Sevilla, en las condiciones que nos ha contado, es difícil de olvidar.

El «Huelva Recration Club» y el «Sevilla Football Club«, o el «Club Recreativo de Huelva» y el «Club de Football de Sevilla» son dos vidas paralelas.




Sevilla Foot-ball Club, 1905, los documentos

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 Otra pieza en la Historia del fútbol, un investigador sevillista ha sido quien la ha puesto encima de la mesa.

«- Anoche se reunieron en el Centro Mercantil los jóvenes aficionados de nuestra ciudad al sport de «fott-ball».

Decididos á formar sociedad, acordaron elegir la siguiente junta directiva:

Presidente-D. José Ruiz Gallego.

Secretario-Tesorero.- D. Manuel Jiménez León.

Vocales.- D. Manuel Zapata, D. Charles Langcton, D. Juan Mejías y D. Samuel Hanmech.

Fue aprobado el reglamento y se acordó enviarlo á la primera autoridad civil de la provincia para su aprobación.» (26 de septiembre de 1905 «Sevilla«).

Este recorte se encuadra en lo que podríamos considerar la segunda etapa de la historia de los clubs en España. Esta nueva etapa que llega con los regeneracionistas, en esa España agitada por la pérdida colonial, de la mano de esos sportmen con aguzado bigote y sombrero, es la de finales del XIX y principios del XX, cuando los españoles han ido entrando en el juego del foot-ball.

Atrás queda esa primera etapa de protofutbolistas de las tres últimas décadas del XIX en las que los grupos británicos practicaban el juego de pelota con los pies junto a la obra del ferrocarril, la mina, la fábrica, los muelles, o la playa. Esa primera etapa que se podría describir de la siguiente forma:

«El fútbol se practicaba, en el comienzo, dentro de los grupos de británicos instalados de manera permanente en el exterior por cuestiones de negocios: personal de bancos, de agencias comerciales o de transportes varios, ingenieros y cuadros operativos en obras de equipamiento o en fábricas, o entre el personal y los alumnos de numerosos establecimientos británicos que se fueron sumando, sin olvidar los funcionarios y empleados de embajadas y consulados.

Al principio, estos grupos jugaban exclusivamente entre ellos antes de aceptar a los autóctonos.» («FIFA 1904-2004. Un siglo de fútbol», editado por la FIFA, versión española por Pearson Educación S.A. 2000. Varios autores.)

Este es el paso definitivo en la legalización del Sevilla Foot-ball Club, en el que, según cuentan las lenguas antiguas, aglutinaron a aquellos jóvenes que aprendieron el sport en sus estudios en el extranjero, los alumnos de numerosos establecimientos británicos que se fueron sumando, a los escoceses, ingleses o alemanes que también lo practicaban. Trabajadores de empresas con capital extranjero que creaban las infraestructuras sevillanas del agua, electricidad o transportes, o aquellas otras industrias relacionadas con el río, como las fundiciones o navieras. «The Seville Water Work Company Limited«, la «Compañía Sevillana de Electricidad» (con capital alemán), «Seville Tramways Company», «Portilla & White», «Mac Andrews & C. Ltd.», son ejemplos de la procedencia de aquellos sportmen de nacionalidad distinta a la española que poblaban Sevilla en aquellos años.

A los extranjeros les importaban bien poco las legalidades, con coger una pelota e irse a los muelles o playas de la orilla del río, tenían bastante.

Los sevillanos (algunos de ellos de ascendencia británica), los cuales, como vemos a través de la secuencia de la historia que nos hace el diario «Sevilla«, se lo tomaban de otra manera. Encabezados por José Luis Gallegos Arnosa (en el diario «Sevilla» se cometen errores en la trascripción de los nombres, tanto foráneos como locales, y que son arrastrados a la «Guía de Sevilla y su provincia» de 1906, el más destacable el nombre del Presidente), se pusieron en movimiento para organizar este «sport recreativo e higiénico«:

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Es la primera noticia de la serie. Introduce un primer concepto de tiempo pasado «hace tiempo que en nuestra ciudad (…) tuvieron intención de organizar un club». Esto avala las noticias y relatos posteriores sobre el fútbol en Sevilla y su práctica desde mucho antes, incluso con la intencionalidad de legalización como sociedad de sports. Su presencia era conocida además fuera del ámbito local.

Aparece Huelva en el camino. «Parece que ha influido mucho en esta determinación un reto que la Sociedad constituida en Huelva ha dirigido a los aficionados de esta para que tomen parte en un match que se celebrará en dicha capital el día 16.»

Antonio Balmont nos expuso como la insistencia social sobre el Club Recreativo en que «debían abandonase los prejuicios y exclusivismos formar un «team» de football serio» (30 de abril de 1903 «La Provincia«, Huelva) dio paso a la reorganización del club, poniendo un punto y aparte en la etapa en que estos grupos jugaban exclusivamente entre ellos antes de aceptar a los autóctonos.

Esta «españolización» del club, por la que clamaba la prensa onubense, para poder participar en el campeonato de España, terminó registrando, por fin, el club «a la española«, en el Gobierno Civil. El Club Recreativo de Huelva se inscribió en el Registro el 18 de mayo de 1903,

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«Presentado en este Gobierno de provincia, queda registrado al número 20 del libro correspondiente y se devuelve autorizado un ejemplar al Presidente de la Sociedad, á los efectos prevenidos en la vigente ley de Asociaciones. Huelva 18 de Mayo de 1903.- El Gobernador, Alejandro Cadarso.». (20 de mayo de 1903 «La Provincia«, Huelva)

En el artículo observamos como, junto con el Reglamento de la sociedad que transcribe íntegro, y la composición de la directiva, se detalla literalmente la Diligencia del Registro, lo cual nos muestra la fecha exacta y el número con el que fue asentado el club, requisito imprescindible para poder anotar los Estatutos. Si hubiera habido un registro previo de la sociedad, en el citado libro, hubiera bastado con una observación o vicisitud citando la reforma de los Estatutos. La Diligencia hace constar que se le asigna un número, y queda bajo la jurisdicción de la Ley de Asociaciones española. El club inglés del que proviene, pudo o no estar registrado, en un libro distinto, pero la Diligencia deja claro que a partir del 18 de mayo de 1903, el Club Recreativo de Huelva que inscrito en el Registro Civil español.

Este paso dado por el Recreativo es importante para el Sevilla Foot-Ball Club, ya que «parece que ha influido mucho en esta determinación un reto que la Sociedad constituida en Huelva…«

Tanto es así, que el mismo día del match en Huelva tenían fijada la fecha para «organizarse en regla«

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 Las reuniones ya no son en una «nevería«, sino en las instalaciones de una sociedad importante: el Centro Mercantil, el cual tenía (y tiene, ahora como Círculo Mercantil e Industrial) su sede en la calle Sierpes.

Se conoce que la reunión dio su frutos, ya que quedaron emplazados para el siguiente sábado, día 23 de septiembre:

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 Y el resultado fue definitivo, como antes vimos en el diario «Sevilla» y ahora lo volvemos a encontrar en «El Liberal«

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 «- Anoche se reunió la Junta organizadora de la Socidad de Fott-ball en esta población para la aprobación del reglamento por el que se ha de regir dicha Sociedad, y quedó nombrada la junta directiva, que la componen los señores siguientes :

Presidente: D. José Luis Gallego.

Secretario: D. Manuel Jiménez.

Vocales.- D. Manuel Zapata, D. Charles Langdon, D. Juan Mejía y D. Samuel Hamnmick.

En breve empezarán los primeros matchs.» (26 de septiembre de 1905 «El Liberal«).




El tercer tiempo de los protofutbolistas del XIX

A veces nos perdemos en datos, en historias y en legalidades, en las que nunca pensaron los protofutbolistas del siglo XIX.

Para ellos el tercer tiempo era casi tan importante, o más, como la misma partida en sí. De hecho, en algunas de las crónicas recogidas del periódico La Provincia, de Huelva, se dedica más espacio a la actividad social que a las propias partidas.

Hagamos un pequeño recorrido por ese tercer tiempo disfrutado por ingleses, onubenses y sevillanos, en los primeros años de esos noventa decimonónicos.

Tenemos tres escenarios, dos en Sevilla, el Café Suizo y el Grand Hotel de París; y uno en Huelva, el Hotel Colón. Volvamos al siglo XIX.

Despojemos a los recortes de prensa de su corsé tipográfico y volemos con la imaginación, sentémonos con ellos en el banquete.

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Estamos en la calle Sierpes de Sevilla. Son las ocho menos cuarto de la noche del ocho de marzo de mil ochocientos noventa. En el guardarropa del Café Suizo van dejando sus paraguas, y sombreros unos animosos señores que van llegando al lugar de encuentro. Algunos sacan sus pañuelos para secarse y afilar los bigotes que el vientecillo les ha mojado. Una lluvia que no les molesta, muchos de ellos están acostumbrados a este clima.

Entran en un salón acogedor y elegantemente adornado y se van sentando alrededor de las mesas. Gente de negocios, de la industria sevillana y onubense, con intereses británicos, dispuestos a pasar un buen rato.

El Sr. Johnson, Vice Cónsul inglés ha sido invitado a este banquete y en él recae el honor de presidirlo.

Conversan sobre tranvías, empresas de agua, vino, trenes, de naranjas y mermeladas, de minas, de barcos, de fundiciones, de cereales, de maquinaría agrícola, en una charla amigable y distendida. Un buen grupo de amigos que se está divirtiendo y hablando de sus cosas.

Entre todas esos diálogos, hay uno que sobresale, el del football. Veintidós amigos salieron esta mañana de Huelva en el tren correo para tomar parte de la primera partida de football que se juega en España. Las bromas de los sevillanos sobre los dos goals y la calidad de sus oponentes, generaba «discusiones» jocosas.

La ópera también era tema de conversación, los onubenses querían adecuar en condiciones un teatro en Huelva, ya que lo que había no reunía condiciones y se acercaban las conmemoraciones del IV Centenario. Más de una vez se habían reunido con sus amigos sevillanos para asistir a representaciones en esta ciudad, se vivían los años de mayor esplendor de la ópera de ese siglo XIX, el año anterior se habían celebrado setenta y una representaciones, y la capital hispalense era el centro operístico de la época.

Entre risas recordaban el buen rato que había echado el pasado verano en el Eslava y de como volvían canturreando por la Puerta de Jerez. Recordaban lo apacible que aquella estancia, con el frescor de la arboleda circundante y la brisa del río. Discutían por recordar la fecha, al final quedaron conformes que fue el 27 de julio, cuando asistieron al estreno en Sevilla de «Carmen», del francés Bizet.

¡Qué maravilla ese teatro de verano en los Jardines de Eslava! Las noches de moda rebosaba el teatro, así como el café instalado en el jardín contiguo, y tanto uno como otro resultaban una verdadera delicia.

Así fueron pasando los platos y la conversación cada vez era más distendida, hasta que llegaron los brindis.

Se puso de pie el Sr. Johnson, y se levantaron los presentes. Tras un pequeño silencio con su copa en alto, brindó por las familias reales de España e Inglaterra, a lo que los alborozados comensales, alzando las suyas, contestaron con un atronador: ¡Hip, hip, HURRA! Repetido hasta la saciedad entre taponazos de nuevas botellas de Champagne que se unían al jolgorio y el tintineo cristalino de las copas que chocaban. Estaban viviendo un momento grande y lo presentían jubilosos.

Luego entre vítores y aplausos, el Sr. Maccoll, capitán del Club de Sevilla, brindó con palabras muy cariñosas por el onubense, las cuales fueron generosamente contestadas por el Sr. Allcock, Capitán del Club de Huelva.

Continuaron otros brindis, que, como suele ser obligado en estos casos, fueron pasando lista a todos los que tuvieron algo que ver con el acontecimiento que celebraban, pasando de unos a otros el turno de levantar la copa, y que era por todos contestado con algarabía. Estaban disfrutando.

Como no podía ser de otra forma, tras los brindis, comenzó la juerga.

La ópera y la zarzuela, la moda del momento, se llevaron la parte estelar. Los más lanzados se atrevieron con algunas arias y otras piezas. Algunos lo hacían francamente bien. Entre aplausos y bravos, y algún que otro pito socarrón, la velada continuaba volando el tiempo.

El reloj corría y marcó la una. Fue el momento de dar por finalizada la reunión. Habían pasado un día inolvidable, y los que habían cogido el tren correo por la mañana se despidieron de sus amigos, altamente agradecidos de las muchas deferencias que habían recibido, y se emplazaban para repetir lo vivido, la próxima vez a orillas del Atlántico.

En la calle Sierpes, bajo un mismo paraguas, un par de amigos, uno de cada equipo, seguían recordando la jornada vivida y seguían haciendo el coro con el cántico general que llenaba los espacios intermedios entre los distintos solos…

(Pónganle música de la Obertura de «Carmen»)

Laaara La-lá,la-la-lala-lalaraaaaaalará,laaara La-lá,laaara La-lá..,¡VIVA EL HUELVA RECREATION CLUB!, VIVA EL SEVILLA FOOTBALL CLUB!,Laaara La-lá,la-la-lala-lalaraaaaaalará,laaara La-lá,laaara La-lá…

 Cambiamos de escenario, y de aires. Ahora nos acariciará la espumosa brisa del Atlántico.

Días después El Baluarte del 29 de marzo, nos muestra la forma de organizar estos banquetes:

«El Club Recreativo de Huelva ha invitado al Club de Football de Sevilla (…)

A las ocho de la noche del mismo día (el de la fecha) se dará un espléndido banquete en el Hotel Colón, en honor de los socios del Club Sevillano.

Los señores socios del Club Recreativo que deseen obtener billetes para dicho banquete deberán comunicarlo al secretario, Sr. Palin»

Esta vez la victoria fue para el Recreativo y La Provincia, al día siguiente nos narraba el banquete:

«A las ocho próximamente empezó el banquete en el gran salón del Hotel Colón. El Sr. Adam ocupaba la presidencia y terminada la comida brindó dicho señor por las familias reales de España é Inglaterra.

Como de costumbre, varios señores ejecutaron difíciles piezas al piano y otros cantaron, con el objeto de entretener a sus amigos del Club Sevillano, en honor del cual era dado el banquete».

El «Hotel Colón» inaugurado en 1.883, es un conjunto lujoso compuesto por cuatro edificios. Fue el emplazamiento con la categoría suficiente para celebrar los acontecimientos del IV Centenario del Descubrimiento de América… 

Volvemos a Sevilla, ahora en 1891, estamos ahora en el Grand Hotel de París, el cual estaba situado en la Plaza del Pacífico, hoy de la Magdalena, allí celebraron el tercer tiempo de las partidas celebradas en Sevilla en 1891.

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En primer lugar leamos lo que nos contaba Salvador López en La Provincia del 2 de enero de 1891 sobre el tercer tiempo de la partida del día anterior:

«Por la noche, a las ocho, se reunieron todos a comer en el Hotel de París, donde reinó la más cordial alegría, y en medio del mayor júbilo se dieron cita para concurrir el Club de Sevilla el 14 del próximo Febrero á la ciudad de Huelva, con objeto de pagar la visita que hoy hacían en nuestra capital.»

Del partido del 12 de diciembre del mismo año, sabemos poco. Una escueta reseña el día del partido, y cuatro días después La Provincia nos dejaba un recorte en el que nos da una idea de cómo era tratado el football en ese momento. Tres párrafos, el primero para presentar a los equipos contendientes. Transcribimos literalmente el segundo y tercer párrafo, con la crónica del partido y la de sociedad, respectivamente.

«Ambos trabajaron admirablemente y resultó un empate.

El Club sevillano obsequió al nuestro con un espléndido banquete en el Hotel de París del que salieron nuestros amigos altamente agradecidos por la exquisita amabilidad de los sevillanos.»

De nuevo en Huelva para el último encuentro que tenemos recogido y que tiene una particularidad especial, esta es que el tercer tiempo se jugó antes que la partida.

Cuatro días antes, «La Provincia» anunciaba que el «sábado próximo se efectuará una importante partida de Foot-Ball». Ese sábado al que hace referencia estaba fechado con el día 20 de febrero de 1892.

El Club Recreativo lo tenía todo previsto para agasajar al Club Sevillano, el gran salón del Hotel Colón estaba preparado para la celebración del tercer tiempo, pero el tren de los sevillanos no pudo llegar con tiempo para el desafío. De esta forma, la partida se jugó el domingo y el banquete se celebró el sábado.

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«En la noche del sábado fue obsequiado el Club Sevillano con un banquete en el gran salón del Hotel Colón. El menú fue espléndido y al hacer su presentación los Sres. Gonzalez Byass, Domecq, y Monsieur Pommery la animación fue grande, é hicieron uso de la palabra el Sr. Adam, Macoll (capitan del Club sevillano), y los señores Seras, Alcock, Vazquez de Zafra (D. Mariano) White y Muñoz.

Pasaron varios señores al piano y cantaron algunas canciones, en varios idiomas.

A las doce próximamente nos retirábamos del salón, altamente entusiasmados y satisfechos de la fiesta, que dejara gratos recuerdos a todos y deseando que se repitan con frecuencia.

En el tren mixto de ayer salieron para Sevilla los Sres de aquel Club, bajando a despedirlos casi todos los socios del Club Recreativo.» (La Provincia, 22 de febrero de 1892).

 Aquí los despedimos nosotros también, en otra ocasión hablaremos de esos trenes que unían Huelva y Sevilla y que hacían posibles esas primeras partidas.

 Notas finales.

– En el recorte del plano del Café Suizo se ha retocado el original para destacar la finca señalada con el número 123 para hacerla más visible, en marrón oscuro en el original. Dicha finca es la que hoy ocupa la librería «BETA«.

– El «Teatro Eslava» estaba ubicado donde hoy está el Hotel «Alfonso XIII«.

– Las referencias sobre ópera están extraídas de «La ópera en Sevilla en el siglo XIX» de Andrés Moreno Mengíbar.

– El texto sobre el Café Suizo es una recreación del recorte de prensa publicado en el número de 6 «Cuadernos de Fútbol».

 




Los comienzos del lenguaje en la prensa futbolística

Los comienzos del lenguaje en la prensa futbolística.

De las partidas y entradas o como contaban esto del fútbol en el siglo XIX

Ciento veinte años han pasado desde aquella primera partida. La amplitud de vocabulario que ahora poseemos no podría ser ni soñada por aquellos primeros cronistas, más pendientes de la información social que de la deportiva.Con escasos vocablos echó a andar la prensa futbolística, inventándolo todo, traduciendo del inglés términos desconocidos para el público. Crónicas con valor pedagógico en las que a la vez que se enunciaba algo, había que explicarlo. «Partida» era un comodín que servía para casi todo. Era un lenguaje poco elaborado, pero con todo el encanto de la inocencia.La principal fuente para este estudio ha sido el periódico «La Provincia» de Huelva (será la referencia mientras no se exprese otra cosa). Las partidas de pelota: Comenzamos nuestro recorrido por este incipiente lenguaje tomando como punto de partida la invitación para que se celebrase, que fue publicada el 28 de febrero de 1890 en el periódico onubense: «y tomen parte en una partida de pelota«.Mientras, en Sevilla, «El Baluarte» anunciaba el mismo día de la disputa, el 8 de marzo, «un math (sin «c») entre las Sociedades de Sevilla y Huelva«.La crónica del día 12, desde Huelva, nos vuelve a hablar de partida: «tomar parte en la partida de «football» (1)» y nos hace una llamada para aclararnos que el «Football» es un juego de pelota muy distraido y a la vez higiénico».La devolución de visita se realiza tres semanas más tarde. En este caso no se invita a «una partida de pelota«, sino a «dos partidas de pelota«: la primera de Lawn Tennis y la segunda de Football. De esta forma se contaba el 18 de marzo: «para tomar parte en dos grandes partidas de pelota, que han de verificarse el sábado 22 del corriente. La primera de «Lawn Tennis» en los jardines del Hotel Colon empezará a la una de la tarde y la segunda de Football en los terrenos frente a la Fábrica de Gas.«Detalle muy importante a tener en cuenta para cualquier investigación, cuando se habla de «partida de pelota» se puede estar jugando a cualquier cosa.El día 22 «La Provincia» anuncia la suspensión de las «dos partidas de pelota» «a causa del fallecimiento del Pastor evangélico Mr. Lundi«. Días más tarde, el 28 «La Provincia» y el 29 «El Baluarte«, vuelven a anunciar, con los mismos términos, las «partidas de pelota«.Esta vez la crónica es menos extensa que en la partida anterior. «El Baluarte» del día 30 utiliza los mismos términos que «La Provincia» de la misma fecha, diríamos que ambas estuvieran escritas por la misma mano. No se menciona la de Lawn Tennis y sólo se hace mención a la partida de Football: «se celebró en Huelva la gran partida de Fottball por los Clubs de aquella capital y Sevilla.«El 1 de enero de 1891 se volvieron a ver en Sevilla. Lo contaba «La Provincia» al día siguiente, en uno de los recortes más jugosos que hemos encontrado, lo firma, el primero que aparece firmado, por un cronista de «El Mercantil Sevillano«, «Salvador López«. Nos va a aportar definiciones inéditas en España hasta ese momento, que veremos más adelante.

En la cabecera de la crónica nos habla de «Match entre los socios». Antes de comenzar con la crónica hace una nota introductoria que justifica el porqué es necesario recurrir al compañero sevillano. No tendría más importancia sino fuera porque en su primera línea nos dice: «En todos los partidos de Football«.Ya en la crónica, nos aclara el término «Football» refiriéndose al «Match«: «Antes de entrar en los pormenores del «Match» (…) El «Football», nombre compuesto de dos vocablos «Foot» pié y «Ball» pelota, indica perfectamente las reglas de este juego.» Posteriormente emplea el término que ya conocemos: «En la partida que tuvimos ocasión…«.Sigue apareciendo con asiduidad la palabra «partida» para referirse al juego, pero en la última crónica de la que disponemos, febrero del 92, se hace un compendio de vocabulario, partida, peleas y partido: «Con el piso en bastante mal estado y con un viento muy fuerte, se efectuó ayer, la importante partida en los Clubs de Huelva y Sevilla, y mas importante aun por haber empatado dichos clubs en sus dos últimas peleas, y ser este el partido decisivo.«La primera vez que hemos localizado la palabra partido, apareció el día 2 de enero de 1891 en «La Provincia» (Huelva): «En todos los partidos de Football«.

La duración de las partidas

De la primera partida que tenemos constancia de su duración es de la primera que se jugó en Tablada. Aproximadamente una hora, ya que «a las cinco en punto empezó la partida, siendo el Club de Sevilla el que botó primero la pelota (…) hasta las seis de la tarde.» El más largo de los que hemos visto fue el jugado en de febrero del 92, último de esta serie de partidas, ya que: «El juego duró próximamente dos horas.» En enero de 1891 se juegan «dos partidas, cada una de cuarenta minutos«. En este caso se nos habla de partidas refiriéndose a nuestros actuales tiempos. Esto lo corrobora más adelante cuando dice: «ya se habían llevado a efecto dos partidas«. En febrero del mismo año volvemos a ver la expresión partida referida a tiempo: «pero al final de la segunda partida«. De una a dos horas solían durar las partidas de estos pioneros del football, aunque nos dicen que el juego se dividía en dos partidas de cuarenta minutos, casi como ahora.

Los componentes de las partidas

El vocablo partida, daba mucho juego en aquella época, se utilizaba, tanto como para designar al partido, como los tiempos en los que se dividía. Pero hay más, una nueva acepción. Así nos daba las alineaciones la crónica de la primera partida: «Los señores que componían las dos partidas son los siguientes«.Lo vemos también en el anuncio previo a la partida de febrero del 92: «los once socios que componen la partida del Club sevillano«.A la hora de dar las alineaciones (sólo figuran en tres de las seis partidas) encontramos otra particularidad en las dos primeras, el citado en primer lugar es el capitán y, además, no sabemos nada de los porteros. Esto lo podemos ver en las alineaciones de las partidas del 8 de marzo del 90: «SEVILLA. Sr. Maccoll, Capitan (…) HUELVA. Sr. Allcock, Capitan» y de enero del 91. «señores L. Birchall, capitan (…) Sres Mac-Coll, capitan«.

El goal

Esto nos lleva a pensar que estos primeros jugadores no se hubieran «especializado» todavía en el puesto de portero. Probablemente, el puesto sería rotatorio entre los jugadores, bien entre todos, bien entre los que quisieran desempeñarlo, o descansar un rato.No es hasta febrero de 1892 cuando, en la alineación, encontramos algo que lo podemos identificar con nuestro actual portero, el goal: «Hé aquí los nombres de los individuos que componen las dos partidas: CLUB SEVILLANO. Sr H. Lindberg, goal, Sr. Macoll, capitan (…) HUELVA. Sr. Jorge Wakelin-goal. (…) (en el séptimo lugar de orden) Sr. J. García Almanza (capitan.)«.Los capitanes ya han pasado a ocupar el puesto que les corresponde en la lista, seguido de la expresión capitan (nótese que en todas las apariciones figura sin tilde). Se usa de nuevo la expresión partidas para referirse a los equipos.Este artículo de 22 de febrero de 1892 nos presenta, por primera vez, a los señores que ocupaban el puesto de goal, nuestro actual portero.Los primeros goal (porteros) conocidos: CLUB SEVILLANO, Sr H. Lindberg; HUELVA, Sr. Jorge Wakelin.

Los jueces

Como el juego era propenso a choques y encuentros, alguien tenía que poner orden, lo que ahora conocemos como árbitro.

Los primeros jueces fueron uno de cada club: «Jueces, Dr. Langdon, por Sevilla y el Dr. Palin por Huelva«. Figura también en esta crónica otro protagonista: «Presidente el Sr. Jonhson«, el cual era el cónsul inglés en Sevilla en aquella fecha.En enero de 1891 tenemos «El juez decidor, señor cónsul inglés», en este caso una figura imparcial y de prestigio social. Ya no preside las partidas, sino que las «juzga».En diciembre de 1891 nos enteramos que «salieron para Sevilla once jugadores y dos jueces de campo«. En febrero del 92 tenemos ya todo un equipo arbitral: «JUECES. D. Enrique Nicholson. D. W. A. Bice. D. Roberto Thompson. D. José Muñoz».Los primeros jueces, primeros árbitros, de los que tenemos sus nombres fueron: Dr. Langdon y Dr. Palin«, lo recogió «La Provincia» el 12 de marzo de 1890.

El goal y la entrada

El gol, palabra de ida y vuelta, esa palabra que hoy todos llevamos a flor de garganta y de la que nada habría que contar, estuvo a punto de dar un paso atrás en la historia, aunque todo empezó con el goal.En la primera partida nos encontramos la palabra goals entrecomillada: «pudieron los de Sevilla colocar 2 «goals» por lo cual salieron victoriosos«.La palabra goals aparece ahora sin comillas en «El Baluarte» del 30 de marzo del 90: «los de Huelva hacer dos goals«.El gol, tan insustituible hoy, desapareció del vocabulario para dar paso a la expresión entrada. En la partida de enero del 91 «ninguno de los dos Clubs pudo ganar, ó sea haber logrado entrar la pelota por debajo de los arcos«, así que tuvimos que esperar a la crónica del 16 de marzo, sobre la partida celebrada un par de días antes para poder ver que «Huelva hizo una entrada«.En febrero del 92 se sigue utilizando el término entrada: «y nuestro paisano el Sr. García Almanza, (capitan) hizo una gran entrada con la cabeza, y cinco minutos después hizo otra magnífica con los pies. Esta dos «entradas» fueron las únicas que se hicieron durante toda la partida, así que Huelva salió victoriosa«.

El terreno de juego y los castillos

La primera definición de un terreno de juego, así como de las porterías, de la que tenemos noticias. No precisa ningún comentario. Lleva la firma de «Salvador López«: «El sitio destinado para llevarlo á efecto fue el Hipódromo de Tablada, en dicho lugar, se escogió un rectángulo de ciento veinte metros por cincuenta y cinco de ancho, donde estaban colocados dos arcos ó castillos, que medían ocho metros de largo por tres de alto.» Publicado el 2 de enero de 1891 en «La Provincia» (Huelva).

Hemerografía citada.

«El Baluarte» (Sevilla). 1890: 8, 29 y 30 de marzo.

«La Provincia» (Huelva). 1890: 28 de febrero; 12, 18, 22, 28, 30 de marzo. 1891: 2 de enero; 16 de febrero; 12 y 16 de diciembre. 1892: 16, 20 y 22 de febrero.

 




¿”Club Inglés de Sevilla” o “Sevilla Football Club”?

¿»Los de Guardiola» o «Fútbol Club Barcelona«? ¿»El equipo de la Castellana» o «Real Madrid Club de Fútbol«?

¿Cuál es el nombre de una sociedad dedicada al fútbol?

Se le puede llamar de muchas maneras, y, dependiendo del contexto, todos entendemos las mil y una formas de denominar a un equipo, principalmente por no caer en la reiteración en un texto. Pero todo tiene su sitio y su modo de llamar las cosas.

¿Qué pensaríamos si el página oficial del club de Barcelona, en un cuadro histórico de resultados nos encontrásemos: «F.C. Barcelona, 1; Los de Pellegrini, 0.«? O de la misma manera, en la del club de Madrid:«Real Madrid C.F., 1; Los de Laporta, 0»

¿Creen que tardarían mucho en hacerse oír las protestas?

Parafrasear el nombre de un equipo no es algo nuevo, viene del siglo XIX. En este estudio tratamos de aclarar el nombre de una de las primeras sociedades fundada en España dedicada al deporte.

Para hacer este comentario hemos analizado los siguientes textos:

«El Baluarte» (Sevilla). 1890: 7, 8, 29 y 30 de marzo.

«El Español» (Sevilla). 1890: 12 de marzo.

«El Porvenir» (Sevilla). 1890: 7 de marzo.

«La Andalucía» (Huelva). 1890: 6 de marzo.

«La Provincia» (Huelva). 1890: 28 de febrero; 6, 12, 18, 22, 28, 30 de marzo. 1891: 2 de enero; 16 de febrero; 12 y 16 de diciembre. 1892: 16, 20 y 22 de febrero.

Son 21 textos publicados en la prensa de Sevilla y Huelva en los años 1890, 1891 y 1892. Es posible que haya algunos más, pero esos son los que hasta el momento tenemos catalogados.

Las expresiones se corresponden con la forma como son nombrados el Club de Sevilla y el Club de Huelva en las crónicas y anuncios publicados en esos años. No se han tenido en cuenta expresiones del tipo «ambas sociedades» o «ambos clubs». Se han agrupado por referencias similares y clasificadas por orden de repeticiones:

Club de Sevilla 14
Club de Huelva 11
*
Club sevillano 10
Club Recreativo 7
*
Club de Football de Sevilla 7
Club Recreativo de Huelva 9
Recreativo Club de Huelva 1
*
Los de Sevilla 5
Los de Huelva 4
*
Sevilla 4
Huelva 8
*
Club Inglés de Sevilla 3
*
Sociedad de Sevilla 3
Sociedad de Huelva 3
*
Sevilla Football Club 1
Huelva Recreation Club 2

Como vemos las expresiones «Club de Sevilla» y «Club de Huelva» fueron las que contaron con mayor aceptación. Le sigue en repeticiones «club sevillano«, dándose un hecho curioso, ya que no se usa recíprocamente el gentilicio «onubense» (no llega a aparecer), sino «club Recreativo«.

El nombre oficial iba siempre traducido, y solía encabezar las crónicas o anuncios, «Club de Football de Sevilla» o «Club Recreativo de Huelva».

Más abajo en esta clasificación aparece la expresión «Club Inglés de Sevilla». Esta denominación sólo aparece en la prensa de Huelva, no habiéndose encontrado ninguna referencia en la prensa sevillana.

La primera vez que aparece es en la «traducción» de la carta enviada por el Secretario del «Sevilla Football Club«, Sr. Isaias White J. a su homólogo onubense. Es en la parte final de una artículo en el que, tras la trascripción de dicha carta, figura una nota de prensa convocado una reunión para ver si se aceptaban los retos de «Football» y de «Cricket» que venían desde Sevilla y Río Tinto, respectivamente. Era una nota dirigida expresamente a los socios del club de Huelva. Esta nota tiene una particularidad importante, estaba escrita en inglés, es decir el receptor de la noticia iba a ser inglés.

En la última parte del artículo, traducción-resumen de la carta el Secretario del «Sevilla Football Club«. Esta «traducción» es la que incluye la expresión «Club Inglés de Sevilla«. La traducción correcta se publicó íntegra en esta revista (nº 6, enero de 2010). En el texto original no figura en ningún momento el vocablo «english«, el cual podría ser traducido como «inglés«, ni ningún otro parecido.

Días después apareció en dos periódicos de Huelva una nota (el mismo texto en ambas) en la que se comunicaba que se acordaba «comunicar al Sr. Secretario del Club Inglés de Sevilla, que se aceptaba su amable invitación«. Consideremos esta nota como única, para su análisis, aunque publicada en dos medios diferentes

clubingles02

Situemos estos recortes en el tiempo y en el espacio. Ambas se producen antes de que se juegue el primer partido y cuando todavía los socios del «Recreation» no tienen constancia de la existencia del club de Sevilla. Ambas están localizadas en Huelva.

Tenemos dos notas cuya finalidad, además de comunicar la celebración del encuentro, es la de presentar el nuevo club sevillano a la comunidad de Huelva, en especial a los socios del «Recreation«, en su mayoría ingleses.

No es difícil leer entre líneas en estos textos:

  • El Football es deporte de ingleses (estamos en 1890).
  • Nosotros somos ingleses.
  • Ellos son un «Club Inglés» de Sevilla.
  • Ellos son de los nuestros y tienen categoría para jugar contra nosotros.

Esto nos lo deja muy claro otro recorte de prensa:

clubingles03

Una vez celebrado el partido, y posterior confraternización, ya no son necesarias más credenciales, desaparece para siempre de la prensa onubense, ya que nunca figuró en la sevillana la expresión «Club Inglés de Sevilla» y pasa a denominarse como «club de Sevilla» o»club sevillano«.

Todas las expresiones que hemos visto no son más que giros lingüísticos aplicados a ambos clubes, los cuales tenían sus nombres oficiales: «Huelva Recreation Club» y «Sevilla Football Club«, o sus más usadas traducciones de «Club Recreativo de Huelva» y «Club de Football de Sevilla«.




La partida de “football” (la primera que se juega en España)

La primera noticia del juego de Football de la que se tiene constancia en España data del 1º de Noviembre de 1.870, en la 3ª página, 4ª columna, del periódico «El Progreso» de Jerez, se encuentra una pequeña reseña que nos muestra, por primera vez, este vocablo que tan conocido es hoy para todos nosotros.

1-primer-footbal-18701101-pgjTambién tenemos noticias, de 1873, de su práctica en Río Tinto, pero si tenemos en cuenta lo expuesto en esta revista en «Jerez de la Frontera 1870: ¿Football o Rugby?» (nº 5, diciembre 2009) , sin quitar una coma, habrá que tenerlo en cuenta para la localidad minera.

2-rio-tinto-20031121-mcEl diario «Marca» se hizo eco de lo expuesto por la comisión «Cuna del Fútbol Español», donde se dice que «perseguían una pelota entre empujones y puntapiés» o «que las madres prohibiesen a los niños presenciar un espectáculo que consideraban tan poco edificante«.

Claro que la idea del football que había en la España decimonónica distaba mucho todavía de lo que hoy conocemos por fútbol, pero no tenemos que perder de vista el principal referente, que es que el fútbol era así.

Para muestra, un extracto de un artículo publicado en Madrid en el cual al cronista, ante la acusación de salvajismo por el gusto por la «Fiesta Nacional», no se le ocurre mejor comparación:

3-toros-y-football-18921209-lemLa FIFA nos aclara en su libro «FIFA 1904-2004. Un siglo de fútbol«, el porqué de estos malos entendidos:

«Establecer una cronología confiable del proceso de introducción del fútbol asociación en el mundo es casi imposible. (…). Esto es particularmente válido para el período anterior a 1880, en el que muchos británicos, sobre todo los instalados en el exterior durante un lapso extenso, aún no habían incorporado la separación radical que se operó entre los dos juegos primero en 1863, y luego en 1871.»

Tras un periodo de tiempo en el que no conocemos noticias impresas sobre el football, llegamos a 1890, punto de partida del «fútbol moderno» en España.

Es entonces, cuando el Secretario del «Sevilla Footbal Club«, Isaís White J., toma la iniciativa y se dirige a su homólogo del «Huelva Recreation Club» invitándolo a participar en un partido amistoso «under Association Rules», es decir con las reglas de la federación. Desde Sevilla se informa a los onubenses de que: «hemos creado recientemente un Club de Fútbol aquí«.

Tras el partido informarían desde Huelva, provincia en la que se fundaron los primeros clubs, refiriéndose al encuentro como «la partida de «football» (la primera que se juega en España)«, detalle que no es superfluo por venir desde el lugar que viene y no tener constancia de «una partida» anterior.

La carta de invitación fue publicada en el periódico «La Provincia» de Huelva, el 28 de febrero de 1.890, aunque en puridad su texto forma parte de una nota de sociedad cuya publicación se realiza a instancias del Secretario del «Huelva Recreation Club«, E.W. Palin, para conocimiento de sus socios y demás interesados.

4-carta-invitacion-18900228-lphEl Sr. Palin es quien decide informar de la carta recibida del Secretario del «Sevilla Football Club», Isaías J. White.

Y su traducción es la siguiente:

«Sevilla, 25 de febrero de 1890.

E.W. Palin Esqr.

Huelva,

Estimado señor.

Su nombre como Secretario del Club Recreativo de Huelva nos ha sido proporcionado por el Sr. Henderson.

Como probablemente usted sabe, hemos creado recientemente un Club de Fútbol aquí y se ha propuesto pedir a los miembros de su club visitar Sevilla y tomar parte en un partido de fútbol amistoso con nosotros bajo las reglas de la Federación.

Si fuera conveniente para ustedes el sábado 8 de marzo, esta fecha sería adecuada para nosotros.

Les propondríamos que el partido comience sobre las 5 p.m. con objeto de adelantarnos al frío de la noche y que posteriormente su equipo pueda cenar y pasar la noche con nosotros.

A la espera de su respuesta.

Quedo.

Suyo atentamente.

Isaías White J.»

La introducción de la reseña dice:

«Huelva Recreation Club.

La siguiente carta se ha recibido del Secretario del Sevilla Football Club.»

El Sr. Palin se refiere al club sevillano denominándole «Sevilla Foot-Ball Club«, es decir, utilizando el nombre de la ciudad en español -«Sevilla»- y no en inglés -«Seville»-, lo que induce a pensar que dicha referencia no es una mera traducción al inglés de lo que en español se diría «Club de Fútbol de Sevilla», sino que probablemente se corresponde con la denominación social que se había otorgado la sociedad sevillana, que figura, además, en mayúsculas, como nombre propio.

Siguiendo la nota publicada, se informa de la reunión para tratar si aceptan la invitación:

«El lunes próximo se celebrará Junta general en las habitaciones del club, Hotel Colón, a las ocho y media de su noche, para tratar si se acepta la invitación de Sevilla, como asimismo otra, de Rio-Tinto, para un «Cricket match».»

Por crónicas posteriores sabemos que ese partido sí se disputó y no de una forma improvisada, si no con unas estructuras, como se comprueba teniendo en cuenta el lugar en el que se celebró «la partida», en el Hipódromo de la «Sociedad de Carreras de Caballos», en la dehesa de Tablada de Sevilla y presidido por el Sr. Jhonson, Vicecónsul inglés en Sevilla. No cabe pensar en un «falso» club organizando un evento con presencia de la máxima autoridad consular.

Hipódromo de la “Sociedad de Carreras de Caballos” (Sevilla) Imagen de 1929

Hipódromo de la “Sociedad de Carreras de Caballos” (Sevilla) Imagen de 1929

Los datos apuntan a una cercanía temporal muy estrecha entre la creación del «Huelva Recreation Club» (finales de diciembre de 1889) y, si no puede considerarse el primer club deportivo (en el sentido inglés del término) practicante del fútbol en España, aquel «Sevilla Foot-Ball Club» (¿enero/febrero de 1890?) sí fue, probablemente, el primero dedicado específicamente a este deporte. Esto, de momento, no prueba que este club sea el actual Sevilla Fútbol Club, el cual, oficialmente reconoce su fecha de fundación varios años después, pero muchos indicios apuntan en esa dirección.

Y llegó el 8 de marzo…

Aquí tienen la crónica de

La partida de «football» (la primera que se juega en España)

Partido benéfico en el mismo escenario entre el Sevilla Football Club y el Huelva Recreation Club en 1909

Partido benéfico en el mismo escenario entre el Sevilla Football Club y el Huelva Recreation Club en 1909

Football

El ocho del corriente salieron para Sevilla en el tren correo 22 socios del Club Recreativo de esta ciudad para tomar parte de la partida de «football» (1) (la primera que se juega en España) que había de celebrarse el mismo día a las 5 de la tarde en el emplazamiento del Hipódromo de la Sociedad de carreras de Caballos, (dehesa de Tablada.) Aunque el tiempo no fue muy favorable, pues no cesó de llover durante el día, a las 5 en punto se empezó la partida, siendo el Club de Sevilla el que botó primero la pelota.

La pelea fue bien reñida por ambos clubes hasta las 6 de la tarde. Diez minutos antes de terminarse pudieron los de Sevilla colocar 2 «goals» por lo cual salieron victoriosos. Ambos Clubs cuentan con verdaderos jugadores, tales como los señores Rikson, Maccoll, Stroulger y Welton de Sevilla y los señores Allcock, Duclós, Yales y Coto de Huelva.

7-primera-partida-18900312-lphA las 8 de la noche obsequió el Club de Sevilla a los expedicionarios con un espléndido banquete en el Café Suizo presidido por el Sr. Johnson (Vice Cónsul Inglés en Sevilla).

A la hora de los brindis la  animación fue grande.

El Sr. Jonhson brindó por las familias reales de España e Inglaterra, contestando los comensales con miles de hurras, acompañados con el ruido de los taponazos del Champagne y el choque de las copas…»

Estas fueron las alineaciones de

La partida de «football» (la primera que se juega en España)

8-primeras-alineaciones-18900312-lph