Un siglo del debut del Real Murcia en competición oficial

La constitución de la Federación Levantina de Fútbol posibilitó que los clubes de la provincia de Murcia pudieran participar por primera vez en la historia en un torneo oficial en la temporada 1919-1920. Con este objetivo se inscribieron tres equipos de la provincia: el histórico Club Deportivo Aguileño y dos clubes de reciente fundación el Cartagena FC y el Levante FC de Murcia (actual Real Murcia); sin embargo, este último tuvo que renunciar a participar en la competición por un problema de índole interno que provocó que el club no pudiera utilizar el único campo de fútbol que existía en la ciudad.

Una vez solventado este inconveniente, el 8 de febrero de 1920 el Levante se inscribió en el registro de asociaciones del Gobierno Civil de la Provincia de Murcia, y a partir de marzo comenzó a disputar partidos amistosos, con el fin de perfilar un equipo competitivo de cara al Campeonato Regional de la temporada siguiente, cuyo ganador se clasificaba para disputar el Campeonato de España. En estos encuentros el entrenador Atanasio Abellán pudo comprobar que se había podido conformar un equipo competitivo encabezado por el veterano Cándido Cuartero y los hermanos Manolo y Juan Calvo, quienes estaban acompañados de una hornada de jóvenes (en algunos casos aún adolescentes) como Jesús Pagán, Andrés Mateu, José Marcos o Sebastián Servet, que comenzaban a despuntar. Durante la década siguiente estos cuatro canteranos darían muchas alegrías al club

Los buenos resultados cosechados en los partidos amistosos que el Levante disputó durante los meses de septiembre y octubre demostraron que aquel equipo ofrecía garantías para realizar un papel digno en la competición, pero apenas un mes antes del inicio de la misma surgió el primer contratiempo. El guardameta Manuel Gálvez se lesionó de cierta importancia en un encuentro amistoso. Como sus sustitutos no ofrecían excesivas garantías, la junta directiva activó el fichaje de Francisco Juseph, un gerundense que se encontraba realizando el servicio militar en Cartagena y que había causado una gratísima impresión meses atrás en dos partidos amistosos que había disputado en Murcia defendiendo la camiseta del Acorazado España. Junto a Juseph llegó el barcelonés Pedro Salvador, también soldado, un centrocampista poderoso y con grandes dotes de liderazgo sobre el terreno de juego, quien la temporada anterior había defendido los colores del Cartagena FC. Salvador, al igual que Juseph, había jugado durante este año varios partidos en el campo de La Torre de la Marquesa defendiendo la camiseta del propio Cartagena y de distintos equipos militares. Sus buenas actuaciones tampoco habían pasado desapercibidas para la directiva murcianista.

La Federación Levantina estaba dividida en tres secciones: norte, centro y sur, al objeto de hacer la competición más dinámica y de evitar largos desplazamientos. En la sección sur se inscribieron el Levante de Murcia, el Club Deportivo Aguileño, el Natación de Alicante (que tuvo que superar una eliminatoria previa ante el Sporting de la misma ciudad), el Cartagena FC y el Club Deportivo Albacete (conocido popularmente como Deportivo Albacetense). Estos cinco clubes disputarían la competición en una liguilla a doble vuelta que se celebraría entre los meses de diciembre y febrero. El ganador del torneo se enfrentaría al campeón de la sección norte (que había jugado una eliminatoria contra el campeón de la sección centro) para dilucidar que club se clasificaría para la actual Copa del Rey.

El calendario deparó que el Levante de Murcia disputara el primer partido de competición oficial de su historia el 12 de diciembre de 1920 ante el Deportivo Albacetense en el campo de La Torre de la Marquesa. El equipo local se había preparado a conciencia para este partido jugando varios amistosos en los días anteriores, en los que obtuvo muy buenos resultados, el último de ellos una goleada por 5-0 ante el Elche, en una alineación en la que ya formaron los dos militares catalanes que habían fichado por el club. El encuentro ante los albaceteños causó una gran expectación entre los aficionados. En este sentido, el diario El Tiempo señalaba que «la sola palabra de Campeonato al pronunciarla nuestros labios nos da la sensación de una cosa, casi imposible, absurda, y en cambio es una realidad, pueden estar de enhorabuena los aficionados murcianos y con ellos todos los de la región».

El 12 de diciembre de 1920 se preveía que fuera un día de fiesta para la Murcia futbolística. Sin embargo, la enorme expectación que se había generado se diluyó por culpa de un protagonista que no había sido invitado y que deslució un tanto aquella fecha histórica: la climatología adversa. Aquel día hizo muchísimo frío en la ciudad, lo que unido a las escasas comodidades que ofrecía el campo de La Torre de la Marquesa, que ni siquiera tenía gradas, retrajo la presencia de público. Además, durante los días anteriores estuvo lloviendo, lo que determinó que el campo de tierra de La Torre de la Marquesa, por cuya superficie de tierra brotaban aleatoriamente algunas matas de hierba, se convirtiera en un terreno de juego en el que (a tenor de lo que se recoge en la prensa de la época) aquel día «era imposible jugar».

Imagen coloreada de una alineación del Levante en el campo de la Torre de la Marquesa en un partido del año 1920. Se aprecia el mal estado del terreno de juego (FOTO ARCHIVO PEDRO GARCIA)

El Levante de Murcia presentó una alineación formada por Juseph: Maldonado, Pagán; Cuartero, Salvador, Marcos; Servet, Alburquerque, Juan Calvo, Martínez y Manolo Calvo. Por parte del equipo de Albacete jugaron Collado; Franklin Albricias, Lincoln Albricias; Pinilla, Eduardo Tapia, Antonio Tapia, Parras, Ángel Tapia, Mario Tapia, Haro y Paredes. En las filas de los visitantes destacaba la presencia de los hermanos Albricias, especialmente de Franklin, considerado como el introductor del fútbol en aquella ciudad en 1917 (y quien años más tarde alcanzaría una carrera política de cierta relevancia) y de los cuatro hermanos Tapia. Dos de ellos, Mario y Eduardo jugaron posteriormente en el Levante de Valencia y la Gimnástica de Madrid, e incluso tuvieron un breve y polémico paso por el propio Real Murcia.

Alineación del Levante en el partido disputado el 16 de enero de 1921 en Águilas, correspondiente a la cuarta jornada del Campeonato Regional Levantino. De pie: Alcázar, Marcos, Manolo Calvo, Salvador, Servet, Antonio Martínez, Juan Calvo y Cándido Cuartero. Agachados: Maldonado, Juseph y Pagán. (FOTO ARCHIVO PEDRO GARCIA)

El partido fue muy plácido para el Levante, que al descanso ya ganaba por 5-0. Pedro Salvador fue el primer goleador del club en un partido oficial al transformar un penalti señalado por el colegiado, Demetrio Poveda, tras una mano de un jugador visitante. En los minutos posteriores llegaron tres goles seguidos de Juan (Juaiso) Calvo y antes del descanso su hermano Manolo logró el quinto tanto. En los inicios del segundo tiempo se produjo una acción que encumbró al guardameta Juseph, quien detuvo en dos ocasiones seguidas un penalti a favor de los albaceteños que el colegiado del encuentro mandó repetir, según afirmó el diario El Tiempo por una cuestión que a día de hoy nos llama poderosamente la atención. «Como quiera que le dieran al balón dos jugadores a la vez se tira otra vez y lo vuelve a parar magistralmente nuestro meta». Sería la primera gran actuación de gerundense, quien durante toda la década de 1920 ocupó la portería del Real Murcia contribuyendo decisivamente en algunos de sus grandes éxitos. En esta segunda parte Manolo Calvo y Servet aumentaron la ventaja del equipo murciano. Finalmente, Mario Tapia obtuvo el tanto de los albaceteños. El público asistente salió muy satisfecho del debut de su equipo. A este respecto, El Tiempo señaló que «No hubo ningún murciano que al terminar el partido no se encontrase acatarrado o con las manos sonrosadas de tanto aplaudir a su equipo, que jugó magistralmente».

El guardameta Francisco Juseph defendió la portería de los murcianos en el primer partido de la historia del club en competición oficial, en el que detuvo en dos ocasiones el lanzamiento de un penalti que el colegiado mandó repetir. En un principio fichó como un recambio provisional por la lesión de Manuel Gálvez. Nadie esperaba que permaneciera en el Real Murcia durante una década

El debut del Real Murcia en competición oficial fue un éxito. El club se alzó con el Campeonato Regional Levantino tras proclamarse ganador de su grupo y derrotar posteriormente al Cervantes de Castellón en la eliminatoria final. En marzo de 1921 el equipo murcianista debutó en el Campeonato de España, en una eliminatoria de cuartos de final ante el Sevilla. La mayor experiencia de los sevillistas fue determinante para imponerse en los dos encuentros: 2-0 en la ida y 0-3 en la vuelta, partido este último en el que se produjo un importante escándalo porque José Agulló Asensi, miembro destacado de la Federación Levantina, presente en el encuentro, impidió la alineación de Salvador. El mandatario estuvo a punto de ser agredido, extremo que impidió Ramón Ángel Cremades, presidente del club murcianista. Pedro Salvador se despidió aquel día del club, tras haber pasado a la historia por ser el autor de su primer gol en un partido de competición oficial y ser determinante en la consecución de su primer título.




140 años del nacimiento de Ramón Ángel Cremades, el primer presidente de la historia del Real Murcia

“Y si él vivió para el Real Murcia, lo menos que pueden hacer sus directivos, socios y admiradores, es perpetuar su recuerdo entre todos, y para perpetuarlo, nada más indicado, que la erección de un busto en La Condomina” 

Manuel García Calvo, Fernando Servet Spottorno y Nicolás Ortega Lorca, Levante Agrario, 23 de diciembre de 1930.

La familia Ángel Capdevila, originaria de la localidad catalana de Vic, trasladó su residencia a Murcia en el año 1859. El patriarca, fiel exponente de la pujante burguesía catalana, disponía de una situación económica muy desahogada, lo que le permitió acometer importantes negocios en una ciudad de mentalidad tradicional, que aún estaba muy lejos de subirse al tren de la modernidad.

Ramón Ángel Capdevila contrajo matrimonio con Teresa Cremades Alcaraz, una joven 22 años menor que él, natural de la localidad alicantina de Ibi, aunque criada en Aspe. La familia de la esposa, vinculada a la actividad comercial, encontró en Murcia la estabilidad laboral de la que había carecido en décadas anteriores. Tras el enlace, la pareja fijó su domicilio en un piso ubicado en el número 8 de la calle Marengo, en pleno corazón del barrio de Santa Eulalia, apenas a 300 metros de los terrenos que varias décadas después albergarían el campo de fútbol de La Condomina. En aquel piso nacieron sus dos hijos, Miguel y Ramón. A este último le cabe el honor de ser el primer presidente de la historia del Real Murcia. Su hermano Miguel fue vicepresidente, secretario y tesorero del club, fundó su primer equipo filial y fue el primer presidente de la Federación Murciana de Fútbol.

Miguel y Ramón estuvieron muy unidos. Compartieron profesión (ambos se licenciaron en Medicina y Cirugía por la Universidad de Barcelona) y aficiones. Incluso oficiaron sus bodas con apenas dos meses de diferencia. Fueron dos personas de grandes inquietudes que participaron en diversas manifestaciones culturales y artísticas, publicaron numerosos artículos en prensa, y fueron asiduos conferenciantes en los actos que se organizaban en la Murcia de principios del siglo XX. En cambio, parece ser que no practicaron ningún deporte con cierta regularidad, o al menos no ha quedado constancia documental de ello. Es muy probable que ambos conocieran el fútbol en Barcelona en los últimos años del siglo XIX, aunque no fue hasta la década de 1910 cuando comenzaron a tener un protagonismo especial en la vida deportiva de la ciudad.

Ramón Angel Cremades nació el 25 de noviembre de 1880 en el domicilio familiar situado en la calle Marengo. De niño cursó sus primeros estudios en el colegio Nuestra Señora de las Mercedes, que estaba ubicado en la calle Santa Quiteria. A finales de siglo inició la licenciatura de Medicina y Cirugía, que finalizó en julio de 1903. El 16 de julio de 1904 contrajo matrimonio con Antonia García Celdrán, hija del empresario Juan Bautista García Albert. Es probable que existiera algún tipo de vínculo de amistad entre ambas familias que, tal vez, se mantuvo en el tiempo, pues tanto la madre de Ramón Ángel Cremades, como su padre político, eran naturales de Ibi y miembros de clanes que se dedicaban al comercio de productos textiles.  Los contrayentes fijaron su residencia en la calle del Trinquete 3 (actual calle Frutos Baeza). El matrimonio tuvo un único hijo: Miguel Ángel García, quien también estaría vinculado con el deporte local.

Ramón Ángel Cremades. Foto Archivo Pedro García

La construcción del campo de La Torre de la Marquesa, muy cerca del casco urbano de la ciudad, facilitó que en Murcia el fútbol se convirtiera en un deporte de masas. A partir de 1918, cientos de ciudadanos comenzaron a asistir como espectadores a los partidos de fútbol que disputaba el Murcia FC. Entre ellos se encontraba el doctor Ramón Ángel Cremades, quien se convirtió en asiduo de los partidos que disputó este equipo.

En 1919 se produjeron las desavenencias económicas entre los directivos y los jugadores del Murcia FC que motivaron que Alfonso Guillamón, presidente del equipo y arrendatario de La Torre de la Marquesa, decidiera clausurar la instalación, lo que trajo como consecuencia que la ciudad se quedara sin equipo de fútbol. 

Paralelamente a la desaparición del Murcia FC se había fundado la Federación Levantina de Fútbol, lo que suponía que, por primera vez en la historia, un equipo de la ciudad podía tener la oportunidad de participar en una competición oficial. En el mes de noviembre, el Cartagena FC (club de reciente creación) y el Club Deportivo Aguileño ya habían iniciado los trámites para inscribirse en la naciente entidad. Ante esta situación algunos jugadores y aficionados murcianos se movilizaron. En un principio se creó una comisión formada por Julián García-Villalba, Manuel García Calvo, Fernando Servet y Ginés de Gea, quiénes pidieron ayuda al médico Francisco García-Villalba. Tal vez fue éste durante la reunión que se celebró en su despacho quién les recomendó que se pusieran en contacto con su colega de profesión, Ramón Ángel Cremades, quien les podría dar el apoyo económico que tanto necesitaban para que la nueva entidad pudiera resolver los trámites necesarios para inscribirse en el Campeonato Regional Levantino. Las reuniones fueron fructíferas pues, a principios de diciembre de 1919, el diario El Liberal anunció el nacimiento del Levante FC.

Sin embargo, el objetivo de los fundadores del club de participar en competición oficial se fue al traste. Las negociaciones entre Ramón Ángel y Alfonso Guillamón para el traspaso del terreno de juego no fructificaron. En consecuencia, el club se vio obligado a retirarse del campeonato por no disponer de unas instalaciones adecuadas en las que disputar los partidos como local.

Finalmente, y una vez solventadas las diferencias entre Guillamón y Ángel, el Levante FC se inscribió en la Federación Levantina en el mes de febrero de 1920. Posteriormente la sociedad legalizó su situación en el registro de asociaciones. Ramón Ángel no quiso que el nuevo club se identificara con el extinto Murcia FC, y por este motivo el Levante no solo adoptó una nueva denominación, sino también nuevo escudo y un nuevo uniforme. El actual Real Murcia, disputó el primer partido de su historia el 28 de marzo ante el Cartagena.

Los primeros pasos fueron muy complicados, tal y como la relata la Revista Balompié en su número del 11 de mayo de 1922. “Si dificultades tuvo que resolver Guillamón no fueron menores las que tuvo que afrontar y resolver la nueva Sociedad. Afortunadamente a su frente estaba el Dr. Ramón Ángel que con su entusiasmo sin límites y su espíritu contemporizador, ha sabido orillar cuantos obstáculos pretendían entorpecer su labor. En este periodo hay una perfectísima organización, pero la Prensa no presta su concurso como es necesario y de ahí que la mayor parte de la afición se halle sin guía”.

Ramón Ángel Cremades ostentó la presidencia del Real Murcia durante dos etapas. La primera de ellas abarcó desde el nacimiento del club, a finales de 1919, hasta la conclusión de la temporada 1921-1922. En esta época, el presidente fundador del Real Murcia logró el objetivo de crear una estructura sólida, con el premio añadido de que el club consiguió el primer título de su historia, el Campeonato Regional de Levante de la temporada 1920-1921, lo que le otorgó la posibilidad de disputar el Campeonato de España. La intervención de Ramón Ángel también fue fundamental para lograr el fichaje de los dos primeros jugadores no canteranos de la historia del club: los militares catalanes Pedro Salvador y Francisco Juseph, quienes tuvieron un papel decisivo en la consecución del título, que tal vez el Real Murcia no hubiera logrado de no haber sido por aquellas gestiones que realizó su presidente.

El 16 de julio de 1922, el doctor Ramón Ángel Cremades dimitió de su cargo para dejar paso a un colega de profesión: Ángel Romero Elorriaga. La nueva junta directiva eligió a Ramón Ángel presidente honorario del club. Posteriormente, el 7 de enero de 1923, tras la dimisión de Romero Elorriaga, el doctor Ángel volvería a hacerse con las riendas del Real Murcia como presidente ejecutivo, manteniendo su condición de presidente honorario.

En enero de 1924 Ramón Ángel presentó su dimisión debido a las críticas recibidas por los malos resultados que estaba cosechando el equipo. Pese a dejar de formar parte de la junta directiva del Real Murcia siempre estuvo en la sombra, dispuesto a colaborar con el club cuando su concurso fuera necesario. Como veremos más adelante, su mediación sería decisiva para que el Real Murcia pudiera sobrevivir en el verano de 1930, en unos meses angustiosos en los que la entidad estuvo a punto de desaparecer.

Entre 1924 y 1930 Ramón Ángel ayudó al crecimiento del deporte murciano desde diversos ámbitos. Entre sus numerosas contribuciones podemos destacar las siguientes:

  • Representó los intereses de la Federación Murciana de Fútbol y del propio Real Murcia (en calidad de delegado) en cinco ocasiones en la Asamblea de Federaciones anual que se celebraba en Madrid. La primera vez que lo hizo fue el 2 de diciembre de 1925.
  • Se sumó a todos aquellos actos que pretendían crear un ambiente de cordialidad entre los miembros del Real Murcia a través de los homenajes (tan típicos en esta época) que de forma espontánea se le ofrecían a jugadores y colaboradores destacados del club. En estos años Ramón Ángel era socio honorario del Real Murcia.
  • Defendió firmemente los intereses del Real Murcia en las reuniones previas al nacimiento de la liga, cuando el club se quedó sin apoyos para competir en Segunda División. Después de una primera toma de contacto (que fue infructuosa) regresó a Madrid para exigir que se admitiera la participación del equipo murcianista en esta categoría. Sin embargo, contó con la oposición de clubes muy poderosos, entre ellos el Real Madrid, cuyos representantes estaban molestos con el Real Murcia por las arduas negociaciones del traspaso de Pachuco Prats.
  • Fue elegido vicepresidente de la Federación Murciana de Fútbol en octubre de 1928, cargo que ostentó durante dos temporadas.

Pero, por encima de todo, siempre estuvo atento a la trayectoria del Real Murcia. Ramón Ángel fue el presidente fundador del club y el principal artífice de que no desapareciera en agosto de 1930. Paradojas del destino, aquel verano sería el último de la vida de este murcianista tan ilustre.

El 22 de junio de 1930, el Real Murcia eligió una nueva junta directiva presidida por José María Reyes Ramírez. Nada más tomar posesión del cargo los nuevos dirigentes, que eran conscientes de la delicadísima situación económica por la que atravesaba la entidad, se quedaron sin el apoyo de varios directivos salientes que se habían comprometido a seguir colaborando con el sostenimiento económico del club. Por otra parte, la afición también mostró su descontento en el partido amistoso que se celebró el 29 de junio ante el Real Madrid, por la incertidumbre con la que se abría esta nueva etapa.

A principios de julio se produjo la dimisión en bloque de la junta directiva. Sus miembros claudicaron tras verse agobiados por una deuda muy importante motivada por el importante gasto que suponía hacer frente a los honorarios de una plantilla de jugadores profesionales, y por el enorme coste que ocasionaban los complicados desplazamientos al norte de España. Posteriormente se convocaron diversas reuniones para buscar alguna solución, pero la opinión generalizada era que la deuda se consideraba insostenible, y que en estas circunstancias la supervivencia del club era imposible. 

El mes transcurrió sin que se produjeran novedades. Mientras que el Real Murcia languidecía, buena parte de los antiguos directivos del club descansaban en sus residencias de vacaciones. A finales de julio Ramón Ángel tomó la iniciativa de hacer lo que estuviera en su mano para evitar la desaparición del club. A tal fin ideó un plan para aplazar o disminuir la deuda. A partir de ese momento se inició una carrera contrarreloj, en la que contó con la inestimable colaboración de José Iniesta Eslava y de Antonio Rubio Hernández.

Ramón Ángel y sus compañeros visitaron a numerosas personas con el fin de convencerles para que formaran parte de la nueva junta directiva, o bien para que colaboraran económicamente con el club. Durante los últimos días de julio y los primeros de agosto se produjeron contactos, no solo con residentes en la ciudad (si no que con el objetivo de involucrar al máximo número de personas) se desplazaron a poblaciones cercanas, encontrando una buena acogida entre los empresarios de Espinardo, El Palmar, Churra y Alcantarilla.

Aquel difícil trabajo se encontró con un inconveniente añadido. Debido a que era verano, muchos de los potenciales colaboradores se encontraban de vacaciones. Por ello el presidente fundador del Real Murcia y sus compañeros se vieron obligados a desplazarse el domingo 3 de agosto hacia la costa y recorrer los lugares de veraneo habituales de los murcianos de aquella época (Santiago de la Ribera, San Pedro del Pinatar y Torrevieja) para exponer el plan que tenían para reducir la deuda y para obtener los apoyos necesarios que aseguraran la supervivencia del club.

Una vez que Ramón Ángel obtuvo la promesa de colaboración un amplio sector de empresarios se convocó una reunión que tuvo lugar el miércoles 6 de agosto de 1930 en el Teatro Circo Villar. Aquel encuentro fue todo un éxito. Según contó el diario El Liberal en su edición del día siguiente el médico murciano “manifestó como su afecto hacia el Real Murcia le llevaba a procurar por su sostenimiento siquiera por un año más, dando cuenta de las condiciones en que se posicionaba la nueva junta. Con arreglo a las mismas, los señores que tienen créditos pendientes que no devengan intereses, no intentarán cobrarlos dentro de este año…”. Es decir que Ramón Ángel Cremades logró que algunos acreedores aplazaran las deudas y que otros las perdonaran en parte, o en su totalidad. Además, la gran mayoría de los asistentes se comprometieron a ayudar en lo que pudieran. Unos a colaborar económicamente para afrontar los pagos más urgentes; otros se ofrecieron para trabajar en beneficio del club para ayudar en aquello en que fuera necesario. Todos remaron en la misma dirección para lograr que el club sobreviviera. El propio Ramón Angel Cremades se comprometió a seguir involucrado y regresó a la junta directiva como vicepresidente de Luis Pardo.

El presidente fundador del Real Murcia había conseguido salvar al club apenas una década después de su nacimiento. El día antes de la celebración de la reunión, Nicolas Ortega Lorca agradecía en las páginas de El Tiempo su labor impagable y desinteresada. “Gratitud imperecedera hemos de guardar a quienes han gestionado la solución, de modo especial al Dr. Ramón Ángel, así como a los que han permitido que aquella pudiera ser factible”. Dos días más tarde el mismo periodista se congratulaba por el éxito que había tenido aquel histórico encuentro. “Ya ha tenido solución la cuestión deportiva murciana. El Real Murcia volverá a surgir potente sobre el césped de La Condomina. Alegrémonos todos y tengamos por lo menos unas frases de gratitud para quienes han dado cima a la empresa. Como testigo de lo actuado no me oculto para decir que han sido para nosotros de angustiosa intranquilidad los días que han precedido al domingo, fecha histórica para el fútbol murciano…don Ramón Ángel, con un interés digno de las mayores alabanzas y un entusiasmo grandioso se dedicó a buscar fórmulas que aseguraran la continuación de vida en el Real Murcia y como buen médico salvó al enfermo que estaba amenazado de muerte. Aprobada el acta de la anterior el señor Baleriola, dice que gracias a los trabajos que estos días ha realizado don Ramón Ángel, a quien la afición debe gratitud por sus desvelos, se ha encontrado Junta para el Real Murcia, añadiendo que dicho señor hará detalle detenido de las gestiones llevadas a efecto…después se levanta a hablar el Sr. Ángel Cremades (don Ramón) que es acogido con una ovación prolongada y estruendosa”.

El agradecimiento de la prensa murciana a Ramón Ángel también quedó reflejado en las páginas de La Verdad “no podemos menos de felicitar a estos señores y muy especialmente al doctor Ramón Ángel que, con un espíritu de verdadero sacrificio, demostrativo del gran cariño que profesa al Real Murcia, ha sabido allanar cuantas dificultades ha encontrado y formar una junta directiva de envergadura suficiente para levantar el decaído espíritu de nuestros aficionados. La actuación de Ramón Ángel es merecedora de un homenaje y en los comienzos de la temporada debe éste llevarse a cabo para demostrar que la afición murciana sabe agradecer a sus benefactores, pues en este caso a no ser por su intervención el Real Murcia hubiera ido a una muerte segura…hemos de poner de manifiesto el admirable esfuerzo de este gran deportista, con el que todo buen aficionado murciano tiene pendiente una deuda de gratitud”.

La labor de Ramón Ángel adquiere una mayor importancia si tenemos en cuenta que en esta época desaparecieron entidades tan importantes como el Iberia Sport Club de Zaragoza y el Racing Club de Madrid. Gracias a su ímprobo trabajo el Real Murcia pudo tomar parte en la Liga Regional de la temporada 1930-1931, en el que, al igual que una década antes, fue campeón. Sería la última alegría deportiva del primer presidente del Real Murcia.

El sábado 13 de diciembre de 1930 Ramón Ángel, como era habitual en este día de la semana, compartió una tertulia en la que ofreció sus impresiones sobre la trayectoria del Real Murcia en el torneo de liga que había comenzado unas semanas antes. El doctor, como siempre optimista, vaticinó que el club haría una buena campaña. Al día siguiente cayó enfermo. La dolencia se agravó rápidamente. Enseguida se supo que Ramón Ángel estaba afectado por una pulmonía y se temía muy seriamente por su vida. El 18 de diciembre, hacia las 19:00 horas, falleció en su domicilio de la calle del Trinquete a los 50 años de edad.

La Revista Murcia Deportiva le dedicó un artículo de homenaje el 22 en el que plasmó algunas de sus aportaciones al progreso deportivo de la provincia en general y del Real Murcia, en particular.

 “A él le debemos la Federación Murciana, presidente del Comité Provincial en la desaparecida Federación Levantina fue el que más trabajó por la separación creándose la Federación Murciana que tan gran impulso ha dado al fútbol en nuestra región. Fue siempre un voluntario para los puestos de trabajo en cualquier deporte, fútbol, ciclismo, pedestrismo, atletismo, tuvieron siempre su eficaz ayuda…para terminar citaremos los cargos desempeñados. Presidente del Levante F.C.; Vicepresidente del Real Murcia, Presidente del Comité Provincial, Vicepresidente de la Federación Murciana, Presidente honorario del Real Murcia, Médico del mismo y Represente (sic…) del Real Murcia y de la Federación Murciana en cinco asambleas regionales…ha desaparecido un pedazo el más interesante sin duda del fútbol murciano

La prensa deportiva murciana, capitaneada por Manuel García Calvo, Fernando Servet Spottorno y Nicolás Ortega Lorca, inició una campaña para rendirle un homenaje que permitiera a las generaciones recordar la figura de Ramón Ángel. La afición murcianista tenía muy reciente en la memoria su desinteresada labor del verano anterior, gracias a la cual el club había logrado una supervivencia que se antojaba muy complicada y una estabilidad que le iba a permitir poder afrontar los siguientes años con una cierta solvencia.

El 23 de diciembre se creó una comisión para organizar el homenaje. Se decidió esculpir un busto con su figura y en dedicarle una placa en bronce. Ambas obras serían sufragadas por suscripción popular y se colocarían en un lugar preferente de La Condomina.  La comisión encargó el trabajo al escultor de Librilla, José Séiquer Zanón. La placa sería colocada al lado izquierdo de la entrada, en la tapia que se encontraba junto a las taquillas.

El 6 de diciembre de 1931 se descubrió la lápida antes de la disputa del partido entre el Murcia FC y el Elche FC. Los capitanes de ambos equipos depositaron sendos ramos de flores al pie del muro en el que fue colocada. José María Llanos, presidente de la Federación Murciana de Fútbol, pronunció un discurso en el que elogió la ímproba labor del fallecido. La lápida, en la que aparece la efigie de Ramón Ángel y unas alegorías deportivas, dice textualmente “A Ramón Ángel Cremades. La afición deportiva de Murcia. MXMXXXI”.

Lápida de bronce en homenaje a Ramón Ángel Cremades, descubierta el 6 de diciembre de 1931 en La Condomina. Actualmente se conserva en el estadio Nueva Condomina

Después de sucesivas reformas en el perímetro del estadio, la placa quedó enterrada y cayó en el olvido tras ser ocultada por una valla de publicidad. A finales del año 2011, el historiador Pedro García halló el lugar en el que estaba oculta y, con la inestimable colaboración de varios representantes de la Federación de Peñas Murcianistas, pudo rescatarla para que pueda ser contemplada por las futuras generaciones. En cierto modo, la placa de homenaje a Ramón Ángel tiene un simbolismo similar al busto de Pichichi, tan popular entre los seguidores del Athletic de Bilbao.

El recuerdo del esfuerzo que tuvo que hacer Ramón Ángel en el verano de 1930 para lograr la supervivencia del Real Murcia volvió a florecer en la primavera de 1932 cuando el Cartagena FC, que se encontraba sumido en una profunda crisis económica, pidió disputar un partido con el Murcia, con motivo del primer aniversario de la II República y desde el diario El Tiempo se recordó que “cuando hace dos temporadas estuvo el Murcia a dos dedos de desaparecer….el resurgir llegó, gracias a los esfuerzos denodados de un gran deportista ya fallecido don Ramón Ángel, y al desprendimiento y los entusiasmos de otros muchos que le secundaron”.

La memoria del fundador del Real Murcia quedó viva durante varias décadas. En 1941 se creó el Torneo de fútbol Ramón Ángel que enfrentaba a equipos infantiles de la ciudad y de pedanías. Esta competición se interrumpió poco después. En 1964 la Federación Murciana volvió a homenajear a la memoria de Ramón Ángel Cremades creando un torneo de aficionados que se llevaba su nombre. En esta competición podían participar jugadores de entre 18 y 23 años.

¿Ha sido Ramón Ángel Cremades el mejor presidente de la historia del Real Murcia? Esto es discutible y opinable, pues otros mandatarios que llegaron después también realizaron un excelente trabajo que fue fundamental para el crecimiento o la supervivencia del club. Lo que es indiscutible es que, de no ser por la labor del doctor Ángel Cremades, el club de fútbol más representativo de la ciudad no sería el Real Murcia, sino otro equipo que hoy tendría otra denominación, otro escudo y, (tal vez), otro color en su uniforme. El murcianismo nunca le estará lo suficientemente agradecido por todo lo que hizo por este club.




La maldición de Jesús Pagán

Jesús Pagán Ibáñez nació el 4 de diciembre de 1902 en Murcia, en concreto en el número 27 de la calle Plano de San Francisco. Era hijo de Juan Pagán Ruiz, un empresario muy conocido en la ciudad, y de Benita Ibáñez Garcés de Marsilla

Su trayectoria deportiva fue fulgurante. A los 16 años formaba parte del equipo suplente del extinto Murcia FC, mientras que un año después ya era titular en el nuevo club de la ciudad, el Levante FC (actual Real Murcia). Formó parte de la primera alineación de su historia en un partido oficial y fue integrante de la plantilla que ganó su primer título: el Campeonato Regional de la temporada 1920-21. En sus inicios jugaba de delantero, aunque cuando el club comenzó a participar en competiciones oficiales retrasó su posición. Para ello tuvo mucho que ver su físico privilegiado. Era alto, fuerte, expeditivo, muy rápido e iba bien de cabeza, pero además cuentan las crónicas que tenía unos recursos técnicos que no eran nada habituales en los defensas de la época, como el manejo del balón con ambas piernas. Las cualidades futbolísticas de Pagán eran tales que, en una ocasión excepcional, el 6 de enero de 1924, actuó como delantero centro en un partido amistoso ante una Selección de la Marina de Guerra. El Real Murcia ganó por 8-1 y Pagán marcó siete goles, lo que tal vez suponga un récord en la historia de la entidad.

A la izquierda Jesús Pagán con apenas 18 años cuando defendía la camiseta verde manzana del Levante de Murcia. A la derecha, tres años más tarde, con la camiseta roja del ya denominado Real Murcia (FOTOS ARCHIVO PEDRO GARCÍA)

A la izquierda Jesús Pagán con apenas 18 años cuando defendía la camiseta verde manzana del Levante de Murcia. A la derecha, tres años más tarde, con la camiseta roja del ya denominado Real Murcia (FOTOS ARCHIVO PEDRO GARCÍA)

A finales de 1924 Jesús Pagán era el gran símbolo del Real Murcia, tanto por sus aportaciones decisivas en el terreno de juego, como por su carisma. Por ello fue el capitán del entonces denominado “equipo rojo” el 25 de diciembre de 1924, día de la inauguración de La Condomina, en un partido que enfrentó a los granas y al Martinenc de Barcelona. La relación de elogios que le dedicaba la prensa domingo tras domingo es interminable. Su talento no había pasado desapercibido para otros clubes con más aspiraciones, pero el jugador murciano había declinado todas las ofertas que había recibido. La creación de la Federación Murciana de Fútbol supuso que el club podía aspirar a nuevos retos, especialmente porque dispondría de más facilidades para jugar el Campeonato de España, y ahí Pagán, erigido como indiscutible capitán del Real Murcia, tendría la oportunidad de medirse a los mejores jugadores del país.

Día de la inauguración de La Condomina. Pagán, capitán del Real Murcia, junto a Lakatos, capitán del Martinenc. En el centro se encuentra Josefina Pardo, hija de Luis Pardo, presidente del club murcianista (FOTO ARCHIVO PEDRO GARCÍA)

Día de la inauguración de La Condomina. Pagán, capitán del Real Murcia, junto a Lakatos, capitán del Martinenc. En el centro se encuentra Josefina Pardo, hija de Luis Pardo, presidente del club murcianista (FOTO ARCHIVO PEDRO GARCÍA)

El Real Murcia ganó el Campeonato Regional de la temporada 1924-25, pero Pagán no tuvo la oportunidad de competir contra los mejores jugadores de España por un conflicto federativo que impidió la participación de los murcianos en la Copa del Rey Alfonso XIII. La temporada siguiente el club grana volvió a ganar la competición regional y esta vez sí pudo jugar el Campeonato de España. Le tocó medirse contra el Real Madrid y el Sevilla, mediante sistema de liguilla a doble vuelta. Era el momento para que Pagán demostrara sus cualidades.

Paralelamente, el día de Navidad de 1925 La Condomina cumplió su primer año de vida y el Real Murcia quiso celebrarlo a lo grande. Las gestiones de Manuel García Calvo, fundador, jugador, entrenador, y en aquel momento presidente del club, permitieron que el Real Madrid visitara por primera vez la ciudad. Lo hizo para jugar dos partidos amistosos que se celebraron los días 25 y 26 de diciembre. Contra todo pronóstico el Real Murcia derrotó en dos ocasiones al equipo madridista en apenas 24 horas. En el primero de estos encuentros, Pagán le hizo tal marcaje a Monjardín, el delantero más prestigioso de los madrileños, que su nombre subió enteros como un posible candidato a ser internacional. Para ello hay que analizar el contexto de la época. El experimentado Pedro Vallana, defensor del Arenas de Guecho y con una amplia trayectoria en la Selección, había sido defenestrado tras el gol en propia meta que supuso la eliminación de España de los Juegos Olímpicos de 1924 (unos años después volvería a jugar con el equipo nacional, pero esa es otra historia). En este contexto, la Selección solo disponía de dos defensas que parecían indiscutibles en las convocatorias: el céltico Pasarín y el madridista Félix Quesada, por lo que Pagán podría cubrir la ausencia de alguno de ellos, o incluso disputarles el puesto. No había mucha competencia porque los grandes clubes de España solían tener jugadores de calidad en sus delanteras, pero el nivel de los zagueros disminuía considerablemente, de ahí que a principios de la década de 1920 en el desconocido fútbol levantino aparecieran defensas como el alicantino José Torregrosa (Ver Cuadernos de Fútbol número 5) o el murciano Jesús Pagán con un nivel que no tenía nada que envidiar al de sus compañeros del Real Madrid, Barcelona o Athletic de Bilbao.

Los jugadores del Real Murcia posan antes de un partido de la temporada 1925-26. Pagán aparece sentado a la derecha de la imagen (FOTO ARCHIVO PEDRO GARCÍA)

Los jugadores del Real Murcia posan antes de un partido de la temporada 1925-26. Pagán aparece sentado a la derecha de la imagen (FOTO ARCHIVO PEDRO GARCÍA)

Los jugadores del Real Murcia posan antes de un partido de la temporada 1925-26. Pagán aparece sentado a la derecha de la imagen (FOTO ARCHIVO PEDRO GARCÍA)

El Real Murcia debutó en el Campeonato de España el 28 de febrero de 1926 en La Condomina ante el Sevilla. El resultado fue de empate a dos y según la prensa murciana el equipo local realizó un buen partido, aunque por encima de todo el enorme encuentro de Pagán mereció elogios unánimes de todos los periodistas. A este respecto Manuel García Calvo señaló en La Verdad que Pagán “es verdaderamente internacional y haré lo posible cerca del Comité de Selección Nacional para que lo vean jugar”. El cronista del diario le dedicó los elogios habituales.

La Verdad, 2 de marzo de 1926

La Verdad, 2 de marzo de 1926

El fin de semana siguiente el Real Murcia visitaba al Real Madrid. Era la primera vez que el equipo rojo jugaba un partido en Chamartín. Aquel encuentro causó una gran expectación entre la afición madridista que llenó las gradas para ver en acción al conjunto que apenas dos meses antes les había derrotado en dos ocasiones. Entre los jugadores murcianos sobresalía el nombre de Pagán, de quien los seguidores madridistas habían escuchado maravillas. Tal es así que incluso la revista Gran Vida le realizó un reportaje que titularía “Jesús Pagán e Ibáñez (el ídolo de Murcia)”.

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La revista madrileña Gran Vida dedicó una página al que entonces era considerado “el ídolo de Murcia”

La revista madrileña Gran Vida dedicó una página al que entonces era considerado “el ídolo de Murcia”

En el Real Murcia se respiraba optimismo y se veía factible la posibilidad de dar la sorpresa en Chamartín. Sin embargo, poco antes del inicio del partido todo se vino abajo. Los murcianos salieron caminando con normalidad desde su hotel situado en la calle Gran Vía hacia el campo de Chamartín, pero algo inesperado ocurrió durante el trayecto. José Montoro centrocampista del club en un testimonio recogido por el semanario Murcia Deportiva el 9 de abril de 1951 (es decir 25 años más tarde) narró aquel suceso con detalle. “El mejor jugador del Murcia de todos los tiempos fue Jesús Pagán. Era un defensa inmenso. No fue internacional por ser supersticioso. Fue a Chamartín convocado para alcanzar los entorchados. Ante el asombro de todos, fracasó. No parecía el mismo aquella tarde. Cuando íbamos camino de Chamartín se nos cruzó un entierro. Pagán, muy nervioso, nos dijo que no daría pie con bola. Y así sucedió”. Nadie podía prever que este partido de Chamartín, en el que Pagán podía dar un paso de gigante para alcanzar la internacionalidad, sería, en realidad, el último partido de competición oficial que jugó en su carrera deportiva.

Alineación del Real Murcia en el histórico partido jugado en Chamartín el 7 de marzo de 1926. Jesús Pagán es el segundo por la izquierda (FOTO ARCHIVO PEDRO GARCÍA)

Alineación del Real Murcia en el histórico partido jugado en Chamartín el 7 de marzo de 1926. Jesús Pagán es el segundo por la izquierda (FOTO ARCHIVO PEDRO GARCÍA)

El Real Madrid derrotó al Real Murcia por 6-2. Jesús Pagán hizo un partido horrible. Según coincidieron los periodistas de la época, “el peor de su vida”. La clave la encontramos en una conjunción de factores que fue más allá de la sugestión que pudo producirle la visión de la comitiva de aquel entierro.

  • En el calentamiento del partido se lesionó José Roselló, un defensa veterano con el que Pagán se entendía a la perfección. Por tal circunstancia tuvo que ser relevado por José Pardo, un canterano, inexperto, de poco nivel y a quien aquel partido le vino demasiado grande. Las enormes carencias de Pardo dejaron al descubierto las de Pagán, en una época en la que los equipos solo jugaban con dos defensas.
  • Era la primera vez en su vida que Pagán jugaba un partido de fútbol en césped. No se adaptó a la superficie. Cometió numerosos fallos porque no supo controlar el bote y la velocidad del balón, y además se resbaló en varias ocasiones.
  • También era la primera vez que Pagán jugaba ante tantos aficionados (las crónicas hablan de 20.000 espectadores que habían agotado las entradas varios días antes) Muchos de ellos tenían puestos sus ojos en aquel defensa del que todo el mundo hablaba tan bien. El zaguero murcianista no pudo con la responsabilidad que suponía refrendar sus opciones de aspirar a ser internacional ante tanto público.

La prensa murciana, que tenía esperanzas en que el club obtuviera un buen resultado y en que Pagán realizara un gran partido, se cebó de forma unánime y exagerada con el prometedor defensa.

El diario La Verdad resaltó que ni el propio Pagán había sabido explicar “el fracaso más grande de su vida de jugador” aclarando “que las causas ni él mismo ha sabido explicarlas”.

La Verdad, 9 de marzo de 1926

La Verdad, 9 de marzo de 1926

El diario El Liberal responsabilizó directamente a Pagán de la derrota.

El Liberal, 9 de marzo de 1926

El Liberal, 9 de marzo de 1926

El semanario Murcia Deportiva culpó de la goleada al defensa murciano, con una sentencia contundente: “jamás podrá estar Pagán peor que estuvo el pasado domingo”.

Murcia Deportiva, 11 de marzo de 1926

Murcia Deportiva, 11 de marzo de 1926

Las conclusiones eran unánimes. Pagán había perdido su gran oportunidad de estar en la agenda de la Selección Española de cara a futuras convocatorias, aunque se consideraba que a sus 23 años aún disponía de tiempo suficiente para llamar a las puertas de la internacionalidad.

Pero la maldición solo acababa de empezar. La semana siguiente, en concreto el 14 de marzo, el Real Murcia disputó un partido amistoso ante la UD Carthago. Durante el mismo Pagán se tuvo que retirar del campo por un golpe en el menisco que, aparentemente, no revestía demasiada gravedad, pero que a medio plazo acabaría retirándole de la práctica del fútbol. Su reaparición estaba prevista para el 11 de abril en otro encuentro amistoso ante el mismo rival, pero ese día el defensa murcianista no se presentó en el campo, alegando que no se le permitían sus obligaciones militares. Estas explicaciones no convencieron a los miembros de la junta directiva, quienes consideraron que la ausencia era injustificada y que, por tanto, el jugador había cometido un acto de indisciplina. El castigo fue apartarlo de la plantilla durante un tiempo indefinido. No había prisa por reintegrarlo porque la competición oficial ya había finalizado para el Real Murcia.

Esta situación se prolongó durante más de un mes y medio. El 3 de junio Pagán reapareció en un amistoso ante el Sevilla, pero a los pocos minutos se resintió de su lesión en el menisco y se tuvo que retirar del terreno de juego. El 27 de junio volvió a jugar contra el Elche, en un partido en el que coincidió en el terreno de juego con el nuevo fichaje del Real Murcia, el vasco Pachuco Prats, quien sí lograría ser internacional durante su etapa en el equipo grana. Pagán, faltó de forma y mostrando enormes limitaciones por culpa de su lesión, realizó un partido flojo. Los desencuentros entre el jugador y la junta directiva del Real Murcia propiciaron que la prensa llegara a especular que Pagán abandonaría el club y ficharía por el Lorca, pero fue el propio jugador quien acalló esos rumores y anunció que seguiría en el equipo de su vida una temporada más, con la intención de volver a convertirse en el jugador de referencia.

El 4 de septiembre Pagán formó parte de la alineación que disputó el primer partido de pretemporada ante el Betis, encuentro en el que volvió a resentirse de la lesión. Reapareció tres meses después en otro partido amistoso ante el Alicante que el Real Murcia ganó por 10-0. Pese al contundente marcador, la prensa le dedicó duras críticas por entender que había perdido muchas facultades. Tal es así que su puesto en partidos de competición oficial fue ocupado por José Flores, ex jugador del Español, quien formó tándem defensivo con José Roselló. Incluso el teórico cuarto defensa de la plantilla, el cartagenero Carlos Vaso, estaba por delante de Pagán en las alineaciones.

Uno de los días más duros para Pagán debió ser el 25 de diciembre de 1926. Se conmemoró el segundo aniversario de La Condomina en un amistoso ante el Baracaldo, el primer club vasco que jugó un partido de fútbol en Murcia. El día de la inauguración del nuevo campo de fútbol Pagán había sido el capitán del Real Murcia, mientras que el año anterior había realizado un encuentro tan destacado, lo que unido a su trayectoria, le había convertido en candidato a ser internacional. En esta ocasión también estuvo en el terreno de juego, e incluso se hizo la foto de rigor junto a sus compañeros, pero no jugó y finalmente sus servicios fueron requeridos…como juez de línea.

Pagán, segundo de pie por la izquierda, posó por última vez en La Condomina junto a sus compañeros antes del partido amistoso disputado ante el Baracaldo, con motivo del segundo aniversario de la inauguración del estadio murcianista, aunque a la postre sería uno de los jueces de línea del encuentro (FOTO ARCHIVO PEDRO GARCÍA)

Pagán, segundo de pie por la izquierda, posó por última vez en La Condomina junto a sus compañeros antes del partido amistoso disputado ante el Baracaldo, con motivo del segundo aniversario de la inauguración del estadio murcianista, aunque a la postre sería uno de los jueces de línea del encuentro (FOTO ARCHIVO PEDRO GARCÍA)

Jesús Pagán tuvo una última oportunidad. Fue en Sevilla en un amistoso ante el Betis y una vez más se volvió a resentir de su lesión de menisco, pero en esta ocasión el aviso fue tan serio que se vio obligado a estar inmovilizado durante varias semanas. El carismático defensa murcianista terminó por convencerse de que la lesión que se produjo una semana después de haber visto aquel entierro en Madrid no estaba bien curada. Se puso en manos del doctor Manuel Bastos, el traumatólogo más prestigioso de España, quien certificó que Pagán tenía el menisco destrozado, y que buena parte del daño causado se había debido a las ansias del futbolista por jugar sin estar plenamente recuperado. El defensa murcianista estuvo en tratamiento durante más de un año, pero fue imposible lograr un restablecimiento total, por lo que se vio obligado a retirarse de la práctica del fútbol.

El inquieto Pagán probó suerte en el mundo de los toros, pero su debut como novillero el 22 de julio de 1928 en la plaza de La Condomina fue un fracaso. Unos meses después por motivos que no están nada claros (tal vez fueran económicos) un empresario taurino y varios matones le propinaron tal paliza que tuvo que ser atendido en la Casa de Socorro.

En el verano de 1929 Jesús Pagán debutó como entrenador del Imperial, e incluso en un partido amistoso ante el River Thader se atrevió a jugar de delantero y marcó un gol. El último. Disputó algunos encuentros más de carácter informal hasta que en 1931 ingresó en el Colegio Murciano de Árbitros, convirtiéndose en uno de sus miembros más destacados durante los años de la Segunda República. Tras la Guerra Civil marchó a Madrid donde trabajaría en la Dirección General de Prisiones. Nunca se olvidó del Real Murcia, como lo demuestra el hecho de que le enviara un telegrama de felicitación tras el ascenso a Primera División logrado en la temporada 1982-83.

Pagán, durante un partido en el campo de La Torre de la Marquesa, intenta despejar un balón de cabeza (FOTO ARCHIVO PEDRO GARCÍA)

Pagán, durante un partido en el campo de La Torre de la Marquesa, intenta despejar un balón de cabeza (FOTO ARCHIVO PEDRO GARCÍA)

Jesús Pagán Ibáñez Garcés de Marcilla (en los últimos años de su vida añadió el segundo apellido materno) falleció en Madrid el 22 de mayo de 1989. Era el último superviviente, el mayor referente y el gran capitán de la primera generación del Real Murcia, la que logró el primer título de su historia, la que inauguró La Condomina y la que derrotó al Real Madrid dos veces en 24 horas. La generación que injustamente permanece en el olvido.

PD1: Jesús Pagán es posiblemente el jugador murciano del Real Murcia que jamás haya estado más cerca de ser internacional. Su nombre comenzó a sonar a raíz del gran marcaje que le realizó al madridista Juan Monjardín. Apenas un año después las opciones de jugar con la Selección Española de su compañero, el vasco Pachuco Prats, se dispararon tras un excepcional marcaje que le hizo al barcelonista José Samitier. Finalmente, Prats sí se convertiría en el primer internacional de la historia del Real Murcia, lo que demuestra que las opciones de Pagán fueron reales.

PD2: El Real Madrid disputó el segundo partido del primer aniversario de La Condomina sin Juan Monjardín, quien fue protagonista de una llamativa anécdota que ilustra la escasa disciplina interna que existía en el fútbol de los tiempos anteriores al profesionalismo. Al finalizar el primer encuentro entre el Real Murcia y el Real Madrid, un directivo de Cieza se acercó al jugador madridista y le ofreció una cantidad económica por dejar “tirados” a sus compañeros y reforzar al Cieza en un amistoso ante la Unión Deportiva de Murcia, que se jugaba a la vez que el segundo encuentro entre el Real Murcia y el Real Madrid. El jugador aceptó la oferta, y sin contar el verdadero motivo de su marcha a la directiva de su club abandonó a sus compañeros.

Esa misma noche se tuvo conocimiento de que un tren de pasajeros que cubría el trayecto entre Murcia y Madrid había descarrilado entre las estaciones de Blanca y Cieza, y que, posteriormente, había chocado con un tren de cercanías que no había podido ser avisado por la rotura del telégrafo. A consecuencia del choque falleció el maquinista del segundo tren y durante algunas horas hubo una gran confusión sobre el alcance del accidente. Algún confidente, nervioso por lo sucedido, y temiendo que el jugador podía haber resultado herido, contó cuál había sido la verdadera razón de la marcha del delantero madridista. Al final se supo que el jugador no viajaba en el tren accidentado, pero los motivos de su deserción quedaron al descubierto.

PD:3 Este artículo se centra en profundidad en el meteórico descenso a los infiernos del que fue el defensa más carismático del Real Murcia en la primera mitad del siglo XX. No se recoge la trayectoria deportiva completa de Jesús Pagán, porque a este respecto ya existe una excelente biografía elaborada por Pedro García, que ha sido publicada en el volumen II de la Historia del Real Murcia.




125 años de fútbol en la ciudad de Murcia

Las investigaciones por datar el año exacto del origen del fútbol en una localidad se encuentran con la dificultad de que la documentación que ha llegado hasta nosotros es muy escasa, por lo que han surgido teorías de todo tipo para elegir una fecha concreta. Si nos circunscribimos a la Región de Murcia, hay quien considera que en Lorca ya se jugaba a este deporte en 1895 por una fotografía en la que aparecen tres palos que se asemejan a una rudimentaria portería de fútbol. Asimismo, la tradición oral indica (sin que se aporte ningún tipo de documentación original que lo demuestre) que en Águilas comenzó a jugarse al fútbol en 1896, y es por ello que en 1996 se celebró el centenario del fútbol aguileño. No deja de ser una fecha aleatoria, sobre todo porque hay fundadas sospechas de que los primeros partidos de fútbol debieron disputarse antes de aquel año.

La novedad a la hora de trazar la historia del origen del fútbol en la Región de Murcia es la aparición de los programas de la asignatura de gimnástica higiénica de los cursos tercero y cuarto de bachillerato del Instituto Provincial de Murcia correspondientes al curso escolar 1894-1895, elaborados por el profesor de gimnasia Francisco Medel y que fueron impresos en un cuadernillo. Este documento tiene una gran importancia histórica, pues demuestra que el primer intento de propagar el deporte del fútbol en la ciudad de Murcia se remonta a 1894, y no a 1903 como se creía hasta ahora, en función de la información reflejada en la prensa de la época.

La historia sobre el nacimiento del fútbol en la ciudad de Murcia se ha construido tradicionalmente sobre el testimonio oral plagado de incorrecciones que dos deportistas de principios del siglo XX, Abelardo Font y José Girón, realizaron a un periodista del diario La Verdad en el año 1924. Este relato fue copiado en 1941 por Luis Peñafiel (Fielpeña) en su obra Historial del Murcia F.C., y posteriormente ha sido reproducido en cadena por decenas de autores, quienes le han dado presunción de veracidad, pese a que no existe ninguna fuente original que lo sustente.

Font y Girón vinculan el origen del fútbol en Murcia con sus primeros recuerdos, y es por ello que manifiestan que este deporte fue introducido “allá por el año 1902” por un joven inglés que debería llamarse Edward (lo castellanizan a Eduardo) Coolk, y que posteriormente fue el profesor de gimnasia Francisco Medel quien lo popularizó gracias a su influencia social. Este testimonio es erróneo, porque como se demostrará a continuación, Medel, quien fue el verdadero introductor del fútbol en la ciudad de Murcia, conocía este deporte, al menos desde la década anterior, e incluso tenía previsto enseñar su práctica a los alumnos del Instituto Provincial durante el curso 1894-1895. Es decir, que en Murcia el fútbol se conoce desde hace 125 años.

Veamos los testimonios copiados en cadena que consideran equivocadamente a Coolk como el introductor del fútbol en Murcia.

Font y Girón, 1924

Font y Girón, 1924

Fielpeña, 1941

Fielpeña, 1941

Aullón, 1983

Aullón, 1983

Como se puede apreciar los tres textos coinciden en los aspectos básicos. Según Font y Girón un estudiante inglés llamado Eduardo Coolk llegó a Murcia en el año 1902 y se matriculó en el colegio San Antonio. Afirman que hasta su llegada el fútbol no era conocido en la ciudad, y que fue este alumno quien enseñó el juego a sus compañeros. Asimismo, manifiestan que el profesor Francisco Medel “acogió con simpatía y entusiasmo el nuevo deporte”. La interpretación que hace Fielpeña es aún más contundente, pues no tiene reparos en presentar a Francisco Medel como un completo desconocedor del deporte del fútbol, e incluso afirma que Coolk le entregó el primer reglamento que llegó a Murcia, algo que no es cierto.

De entrada si echamos un vistazo a la relación de alumnos matriculados en el colegio San Antonio entre los años 1896 y 1904 podemos comprobar como no hay ningún estudiante llamado Edward (Eduardo) Coolk, o con un nombre parecido.

El nombre de Edward (Eduardo) Coolk no aparece en la relación de alumnos matriculados en el colegio San Antonio entre 1896 y 1904. No se conservan listados posteriores

El nombre de Edward (Eduardo) Coolk no aparece en la relación de alumnos matriculados en el colegio San Antonio entre 1896 y 1904. No se conservan listados posteriores

Hay una prueba irrefutable que demuestra que Medel conocía el reglamento del fútbol, al menos desde la década anterior: el cuadernillo en el que se recoge el extenso programa lectivo que elaboró el profesor para impartir a los alumnos de tercero y cuarto de bachillerato del Instituto Provincial de Murcia durante el curso 1894-95, y que incluye una lección (la 49) dedicada a la enseñanza de las reglas básicas para la práctica del tenis y el fútbol.

Primera página del programa de “gimnástica higiénica” de los cursos tercero y cuarto de bachillerato correspondiente al curso 1894-1895

Primera página del programa de “gimnástica higiénica” de los cursos tercero y cuarto de bachillerato correspondiente al curso 1894-1895

En la lección 49 del programa se aprecia que Francisco Medel tenía previsto explicar a sus alumnos el reglamento y las nociones básicas del fútbol durante el curso escolar

En la lección 49 del programa se aprecia que Francisco Medel tenía previsto explicar a sus alumnos el reglamento y las nociones básicas del fútbol durante el curso escolar

La información recogida en el programa escolar puede hacer pensar que Medel consideraba el fútbol como un mero entretenimiento exótico que podría despertar la curiosidad de sus alumnos. Esto no es cierto ya que el profesor se mostró como un firme defensor de la práctica de deportes como el tenis o el fútbol por el beneficio que causaban a la salud de los estudiantes, y así lo corroboró en un artículo publicado en Las Provincias de Levante hace 125 años. En concreto el 10 de septiembre de 1894. Por tanto, no fue un estudiante inglés quien trajo el primer reglamento a la ciudad de Murcia, ni mucho menos quien enseñó a Medel el deporte del fútbol en 1902.

Artículo publicado por Francisco Medel en el diario Las Provincias de Levante el 10 de septiembre de 1894, en el que defiende los beneficios de la práctica del fútbol

Artículo publicado por Francisco Medel en el diario Las Provincias de Levante el 10 de septiembre de 1894, en el que defiende los beneficios de la práctica del fútbol

Así pues, fue Francisco Medel y no Eduardo Coolk el pionero del fútbol en la ciudad de Murcia. Tal vez el alumno ni siquiera se apellidara así, ya que los errores de los periodistas de los años 20 a la hora de transcribir los apellidos extranjeros eran más que frecuentes. Al final de este artículo se hablará de la hipotética relación de este joven con el desarrollo del fútbol en Murcia durante la primera década del siglo XX.

Francisco Medel Asensi nació en Alicante. A mediados de la década de 1880 se trasladó a Madrid para inscribirse en la Escuela Central de Profesores y Profesoras de Gimnástica. Este centro había sido creado tras una ley promulgada el 9 marzo de 1883 y tenía por objeto formar a los docentes destinados a los institutos, escuelas normales de maestros y maestras, y demás establecimientos de enseñanza. Durante su estancia en la escuela de profesores Medel practicó varios deportes, destacando en esgrima, especialmente en las disciplinas de sable y florete. En marzo de 1887 participó en la fundación de la Sociedad Gimnástica de Madrid. El 25 de junio de 1889 obtuvo el título de profesor oficial de gimnasia tras superar el examen de reválida realizado en la propia Escuela Central de Gimnástica de Madrid con la calificación de sobresaliente. El título fue expedido por el Ministerio de Fomento el 16 de enero de 1893. Aquel mismo mes fue destinado al Instituto Provincial de Valencia como catedrático de gimnasia, donde estuvo por espacio de poco menos de año y medio hasta su cese, que se produjo a finales de junio de 1894.

El 1 de septiembre de 1893 se publicó una Real Orden firmada por el ministro de Fomento, Segismundo Moret, que establecía la gimnástica higiénica como asignatura obligatoria en los institutos provinciales desde el primer curso. En consecuencia se hizo necesaria la presencia de un profesor de gimnasia en el Instituto de Murcia. En un principio, y de forma provisional, se nombró a Francisco Moreno Giménez, director del Gimnasio Higiénico, pues no se dispuso de tiempo suficiente para encontrar una persona que acreditara la titulación requerida para impartir las clases durante el curso 1893-1894. Moreno Giménez desarrolló su labor como profesor de gimnasia desde enero de 1894 hasta la finalización del curso escolar. Posteriormente sería sustituido por Francisco Medel, quien logró la plaza en el concurso convocado a tal efecto.

Medel trasladó su residencia a Murcia a principios del verano de 1894. Le acompañaron su esposa, Carmen Vázquez Rubio, quien años más tarde ejercería ocasionalmente como profesora de gimnasia, y su hijo, Eduardo. La familia aumentaría con el nacimiento de otros cinco vástagos: Francisco, Joaquín, Aurora, Salvador y Carmen. El 12 de julio tomó posesión como profesor numerario de gimnástica del Instituto Provincial de Murcia. También impartiría clases en el colegio de los Sagrados Corazones y en el colegio San Antonio. Su trabajo en el instituto se desarrollaba entre las 7:30 y las 8:30 de la mañana. Según el horario que le había sido asignado, los alumnos de primer y segundo curso debían asistir los lunes y los jueves, los de tercer curso los martes y los viernes, y los de cuarto curso, los miércoles y los sábados, aunque este último día lo reservaría para realizar excursiones.

El profesor pudo constatar que en la ciudad de Murcia la práctica deportiva era más bien escasa. Tenían una cierta aceptación la gimnasia y la esgrima, deporte este último que tenía a un nutrido grupo de seguidores entre los representantes de los estratos más elevados de la sociedad. También se organizaban carreras ciclistas, aunque de forma muy esporádica. Desde el punto de vista del espectador, uno de los entretenimientos más populares eran las peleas de gallos, por aquel entonces consideradas como un deporte.

La actividad laboral de Medel no se limitó a su trabajo como profesor de gimnasia. Desde su llegada a Murcia mostró un afán desmedido por enseñar cualquier deporte a las personas que estuvieran interesadas en aprender, o en perfeccionar sus conocimientos. Su sólida formación y su hiperactividad le convirtieron en un breve lapso de tiempo en la mayor personalidad de la ciudad en materia deportiva.

El primer gran problema que encontró Medel a la hora de impartir su asignatura en el Instituto Provincial fue la incomprensión de los padres de mentalidad más conservadora, quienes entendían que la gimnasia era una materia prescindible para la formación académica, y que incluso podría entrañar riesgos para la salud de sus hijos, especialmente por las largas marchas a pie a parajes alejados de la ciudad. Ante esta situación a Medel no le quedó más remedio que establecer una comunicación fluida para convencer a estos padres de que las dos excursiones mensuales que tenían que realizar obligatoriamente los alumnos, en cumplimiento de la Real Orden de 1 de septiembre de 1893, eran beneficiosas para éstos. El profesor concibió la prensa como un medio rápido y eficaz para lograr esta comunicación. De modo que no solo escribió varios artículos defendiendo las distintas actividades de su asignatura, sino que una vez iniciado el curso escolar publicó regularmente resúmenes de estas excursiones con el objetivo de tranquilizar a los progenitores.

Entre septiembre y octubre de 1894 Francisco Medel utilizó el diario Las Provincias de Levante para dar explicaciones sobre los beneficios de su asignatura

Entre septiembre y octubre de 1894 Francisco Medel utilizó el diario Las Provincias de Levante para dar explicaciones sobre los beneficios de su asignatura

La realización de estas marchas conllevaba otro aspecto que consideramos importantísimo en el presente estudio. Tal y como indica Medel en la introducción de su programa de gimnasia, los juegos (entre ellos el fútbol) serían efectuados en el campo, aprovechando que los alumnos podían disponer de un amplio espacio al aire libre para practicarlos, lo que era imposible en Murcia, ya que la ciudad se hallaba completamente rodeada por la huerta. Por consiguiente las excursiones cumplían una doble función: por un lado los alumnos realizaban las obligatorias marchas a pie, y por otro lado, el destino era un lugar en el que se podían desarrollar los juegos recogidos en el programa escolar.

Medel advirtió en el programa que aprovecharía las excursiones para llevar a cabo los juegos expuestos en el mismo

Medel advirtió en el programa que aprovecharía las excursiones para llevar a cabo los juegos expuestos en el mismo

Además de la incomprensión de algunos padres, el profesor encontró un segundo problema a la hora de impartir su asignatura: el de las reticencias de sus propios alumnos. Medel era extremadamente exigente. Un vistazo al programa nos hace pensar que el aprobado no debió ser nada sencillo para unos jóvenes que no estaban habituados a hacer ejercicio. El primer y segundo curso de bachillerato constaban de 40 lecciones de las que 26 eran prácticas. En tercero y cuarto de bachillerato la exigencia era mayor. El programa constaba de 64 lecciones (53 eran prácticas, incluyendo las siete últimas que eran de formación militar). Hay un dato esclarecedor sobre el nulo interés que tenían los alumnos por cursar esta asignatura. La entrada en vigor del plan de estudios impulsado por Alberto Bosch en julio de 1895 convirtió a la gimnasia en una materia no obligatoria. Ningún alumno del Instituto Provincial se matriculó en la asignatura impartida por Medel mientras ésta fue optativa.

En este documento se refleja el contenido de algunas de las 64 lecciones del programa de Gimnástica Higiénica elaborado por Francisco Medel para tercero y cuarto de Bachillerato

En este documento se refleja el contenido de algunas de las 64 lecciones del programa de Gimnástica Higiénica elaborado por Francisco Medel para tercero y cuarto de Bachillerato

El curso académico se inició a principios de octubre. El 12 de noviembre, y siguiendo el programa previsto, el diario Las Provincias de Levante publicó un artículo enviado por Medel en el que el profesor ofrecía detalles de la primera excursión, cuyo destino fue el santuario de la Fuensanta, reflejando para tranquilidad de los padres, que “todos los alumnos regresaron con muy poco cansancio y muy animosos”. Posteriormente este diario informaría de excursiones a lugares como el convento de los Jerónimos, las faldas de la Cresta del Gallo, la localidad de Monteagudo, los alrededores de la plaza de toros, o lugares indeterminados de la huerta.

El análisis de la información que aparece en la prensa permite comprobar que, efectivamente, Medel aprovechaba las explanadas que encontraba en el lugar de destino de las marchas a pie para desarrollar los juegos y deportes previstos en el programa escolar. En consecuencia, el 14 de diciembre Las Provincias de Levante informó que el profesor llevó a sus estudiantes a los alrededores de la plaza de toros y que allí realizaron diversos ejercicios corporales y los juegos llamados los pilares y el ratón y el gato, “siendo muy del agrado de los alumnos”. Asimismo, el 19 de enero de 1895 este periódico indica que los alumnos de Medel recorrieron cinco kilómetros, además de haber efectuado “los juegos del embudo-volante, la pelota vertical, los zancos, el tejo francés y el paso”, correspondientes a las lecciones 38 y 39 del programa escolar.

Noticia publicada el 19 de enero de 1895 en Las Provincias de Levante (imagen de abajo), en la que se demuestra que Medel cumplía el programa de la asignatura (imagen de arriba)

Noticia publicada el 19 de enero de 1895 en Las Provincias de Levante (imagen de abajo), en la que se demuestra que Medel cumplía el programa de la asignatura (imagen de arriba)

Lamentablemente las noticias sobre las excursiones desaparecen en las semanas siguientes. La última información es la que se publicó el 8 de marzo, en la que solo se refleja que el día anterior los alumnos de primer curso hicieron una excursión a la huerta en la que recorrieron diez kilómetros en tres horas al paso militar. A partir de entonces, por algún motivo que desconocemos, Medel dejó de colaborar en Las Provincias de Levante.

Así pues, la pregunta que surge y que no podemos responder es la siguiente ¿llegó Medel a impartir a sus alumnos la lección 49 en la que tenía explicar la descripción del campo de fútbol, la colocación de los jugadores, las reglas para practicar el fútbol, el número de jugadores, y los objetos y fines de este deporte? Atendiendo a la demostrada escrupulosidad con la que el profesor cumplía su programa es probable que esa lección se impartiera y tal vez un rudimentario balón de fútbol rodara por algún descampado cercano a la huerta de Murcia durante el curso escolar 1894-1895, lo cual si ocurrió ni siquiera mereció una breve reseña en la prensa de la época, pero este hecho no se puede demostrar fidedignamente, más allá de la mera hipótesis. Lo que ha quedado claro es que la primera referencia sobre el interés por fomentar la práctica del fútbol en la ciudad de Murcia data de septiembre de 1894 y que Francisco Medel fue el introductor de este deporte.

En el curso siguiente el papel de Medel como profesor de gimnasia quedó postergado a un segundo plano. Como se ha reflejado con anterioridad, la entrada en vigor del plan de estudios impulsado por Alberto Bosch en julio de 1895 convirtió a la gimnasia en una asignatura optativa y los alumnos literalmente “huyeron” de esa materia. Durante los años en los que Medel ejerció como profesor de gimnasia en Murcia se produjeron numerosas reformas de los planes de estudios de segunda enseñanza, fiel reflejo de la alternancia política del periodo de la Restauración. Estos cambios afectaron de forma especial a la materia de gimnasia, pues en unas ocasiones fue una asignatura optativa, en otras ocasiones fue obligatoria en determinados cursos, e incluso, tras la aprobación de la Real Decreto de 20 de julio de 1900, llegó a convertirse en una materia obligatoria para los alumnos de todos los cursos.

Al margen de su trabajo como profesor, la labor de Medel fue fundamental para el desarrollo del deporte murciano en la última década del siglo XIX. Ya en septiembre de 1894 había comenzado a impartir lecciones de esgrima. En abril de 1896 fue nombrado director técnico del Club Velocípedo Murciano. Además, a partir de este año reanudó su labor como articulista de prensa con el objetivo de difundir de forma teórica sus conocimientos. En mayo de ese año fue nombrado corresponsal de la revista deportiva La Regeneración Física, una publicación que prestaba una atención especial a la gimnasia, mientras que en 1897 se convirtió en corresponsal en Murcia de la revista catalana Los Deportes. A partir de 1899 este medio comenzó a publicar con cierta regularidad noticias futbolísticas. De este modo se puede afirmar, con total seguridad, que antes del final del siglo, Medel (quien recibía la revista todas las semanas) no solo conocía perfectamente el reglamento del fútbol, sino que estaba al tanto de las novedades que se producían en este deporte.

Asimismo cabe destacar su faceta de inventor. El 15 de julio de 1897 la Academia de Medicina de Murcia informó favorablemente “de la utilidad y valor higiénico” de la plancha dorsal y el cinturón gimnástico inventados por Medel. Por la plancha dorsal le fue concedida la medalla de bronce en el noveno congreso internacional de Higiene celebrado en Madrid en abril de 1898. También inventó un dinamómetro para apreciar la fuerza de tracción y abducción branquial.

El papel de Medel como profesor de gimnasia adquirió una gran importancia tras la entrada en vigor del Real Decreto de 20 de julio de 1900 que modificó el plan de estudios de segunda enseñanza. La reforma introducida por el ministro murciano Antonio García Alix convertía a la gimnasia en una asignatura obligatoria para los alumnos de todos los cursos. Según esta reforma los profesores de educación física debían impartir 18 horas semanales. Se desconoce si Medel realizó un programa escolar similar al del curso 1894-1895.

En el año 1902 el fútbol había arraigado en varias ciudades españolas. En el mes de mayo se celebró en Madrid la primera competición nacional: la Copa de la Coronación, como parte del programa de actos lúdicos y deportivos que se elaboró con motivo de la coronación del Rey Alfonso XIII. Esta competición no alcanzó un gran éxito, pero su celebración sí fue divulgada por los periódicos de provincias (entre ellos los de Murcia) a través de la información proporcionada por las agencias. Durante el verano de este año se celebró, también en Madrid, la asamblea del profesorado oficial de educación física. En las sucesivas reuniones se discutió cuál debía ser el camino a seguir en el futuro. Se hizo una llamada a los presentes para que realizaran actividades que motivaran a los alumnos, e incluso quedó implícita la posibilidad de llevar a cabo algún tipo de innovación. Así lo explica el periódico Los Deportes el 13 de julio de 1902. “Hasta ahora en materia de educación física, hemos ido tumbo tras tumbo, hasta caer en ciertos abismos de donde es difícil levantarse…si los profesores de gimnástica comprenden cuál es su misión deben dedicarse ante todo y sobre todo a cumplir dos fines principalísimos: el de hacer un culto de su enseñanza, atraerse a los alumnos para que practiquen con gusto las clases, excursiones, etc., se aficionen y dediquen a los deportes, se persuadan por ellos mismos de la bondad de tal enseñanza, llevando esa persuasión a sus familias, trabajando con afán y sin desalientos en consolidar su unión con los demás compañeros”.

De la lectura de este artículo se desprenden varias dudas: ¿se dieron órdenes expresas a los profesores de gimnasia para que enseñaran en profundidad nuevos deportes a sus alumnos?…¿una de las formas de “consolidar la unión con los demás compañeros” sería el fomento de la práctica de algún deporte de equipo, más allá de enseñar las reglas básicas del mismo? Estas noticias adquieren sentido porque se ha constatado que las primeras noticias publicadas por la prensa sobre la celebración de partidos de fútbol en Murcia y en Alicante datan de enero de 1903 y porque los iniciadores de este deporte en ambas ciudades fueron los profesores de gimnasia de ambos institutos, Francisco Medel Asensi y José Muñoz Gomis.

Esta vez Medel se lo tomó muy en serio. El 31 de octubre de 1900 el profesor había inaugurado el Gimnasio Modelo. Este dato es importante porque según informan tres diarios murcianos, el 18 de enero de 1903 los alumnos de este gimnasio acudieron a la plaza de toros “para ejercitarse en el juego del foot-ball”. La situación no era ni mucho menos extraña, pues ante la falta de lugares adecuados para practicar deportes al aire libre, era habitual utilizar la plaza de toros para la celebración de pruebas gimnásticas. La actividad debió gustar a los jóvenes, pues se acordó que todos los domingos acudieran a practicar “ejercicios de foot-ball”.

El 25 de enero los alumnos del gimnasio de Medel volvieron a utilizar la plaza de toros como un improvisado campo de fútbol. Sería la última vez que se ejercitarían en aquel lugar, pues a partir de la semana siguiente los estudiantes del Instituto Provincial acondicionarían una explanada llena de piedras, situada a más de cuatro kilómetros de su centro educativo, en concreto junto al campo de tiro de Espinardo. El motivo del traslado se fundamentó en que estos alumnos realizaban prácticas de tiro, de modo que la posibilidad de disponer junto a aquel lugar de una explanada que podía ser utilizada como un campo de juego para practicar varios deportes, entre ellos el fútbol, era de gran ayuda para el profesor. Es decir, que Medel enseñó la práctica del fútbol al unísono a dos grupos diferentes: los alumnos de su gimnasio y los estudiantes de quinto de bachillerato del Instituto Provincial.

Los jóvenes disputaron varios partidos en Espinardo, siempre bajo el arbitraje del profesor, pero este intento por consolidar el fútbol apenas se extendió poco más de dos meses. En concreto hasta finales de marzo de 1903, cuando Medel constató que por mucho empeño que pusieran sus alumnos, aquel lugar no reunía las condiciones mínimas para organizar partidos de fútbol contra equipos de otras localidades, como el que pretendían celebrar contra un equipo de Lorca. En última instancia el profesor realizó una petición al alcalde de Murcia para que construyera un campo de deportes. No tuvo éxito, y el fútbol ya no volvería a la ciudad hasta los primeros meses del año 1905.

Al principio de este artículo se ha analizado el papel de Eduardo Coolk, a quien Font y Girón presentan como estudiante del colegio San Antonio. Es posible que fuera quien reintrodujo el fútbol a principios de 1905. La información que ha llegado hasta nosotros nos permite interpretar que Coolk, quien debía tener entre 10 y 12 años, pudo trasladarse a Murcia a mediados o a finales de 1904. Su interés por difundir la práctica del fútbol entre sus compañeros despertó las simpatías de Francisco Medel, quien debió entender que se presentaba una gran oportunidad para popularizar este deporte entre sus alumnos más jóvenes. Fielpeña recoge en su obra sobre la historia del Real Murcia el relato de un partido de fútbol disputado en el patio del colegio San José, cercano a la plaza de toros, entre los alumnos del colegio San Antonio y el colegio San José. De acuerdo con esta información, aquel encuentro fue el punto de partida para que los alumnos aspiraran a retos mayores bajo la tutela de Medel. De Eduardo Coolk nada más se supo.

La ausencia de Coolk en la relación de alumnos matriculados en el colegio San Antonio entre 1896 y 1904 es una prueba de peso para demostrar que fue imposible que introdujera el fútbol en la ciudad en 1902, pero además la descripción de Font y Girón no guarda ninguna relación con los acontecimientos que sucedieron en 1903; en cambio sí tiene muchas similitudes con lo que ocurrió en 1905.

–          En el relato se afirma que los equipos vestían de rojo y azul (se refiere a que la camiseta era blanca con bandas diagonales rojas y azules). Sin embargo según aparece en la edición de El Diario de Murcia del día 26 de marzo de 1903 en aquel momento vestían de blanco y rojo. En cambio, según informa El Liberal el 26 de abril de 1905, en este año sí vestían tal y como indican Font y Girón

–          Los autores del testimonio original citan a 19 jugadores como los primeros practicantes del fútbol en la ciudad. Nada se sabe de ellos en 1903. Curiosamente casi todos estos jóvenes jugaron en 1905 un partido en la plaza de toros que causó una gran expectación ya que se promocionó como un acto de las fiestas de abril y atrajo a miles de espectadores.

–          Los recuerdos de Font y Girón saltan desde 1903 a 1908 y no se detienen en 1905, pese a que la actividad futbolística que se desarrolló a principios de este año fue conocida por muchísimas más personas que en 1903, lo que demuestra que ubican equivocadamente en ese año los acontecimientos que en realidad se produjeron en 1905.

De todo esto se deduce que Font y Girón fueron ajenos a los primeros escarceos que se produjeron en 1903 con unos cuantos alumnos del Instituto Provincial y del gimnasio Modelo. Su memoria futbolística se inicia con la llegada a Murcia de Eduardo Coolk que ellos sitúan equivocadamente en 1902, cuando debió producirse hacia 1904. Las noticias sobre la estancia del estudiante británico en Murcia sólo se basan en dos relatos orales: el de Font y Girón en 1924, y el de Alfonso Guillamón Conesa, quien en la década de 1960 aseguró que lo había conocido personalmente. El resto de las informaciones que se han publicado sobre Coolk parten de la interpretación que otros autores han realizado sobre estos testimonios, o sobre el relato de terceras personas que dieron credibilidad a los mismos.

Ya se ha comentado anteriormente que en 1905 se celebró en la plaza de toros un encuentro de fútbol incluido en el programa de las hoy conocidas como Fiestas de Primavera. Se disputó el 26 de abril y enfrentó a dos equipos de la ciudad bajo el arbitraje de Francisco Medel. Se trata del partido más importante que se jugó en Murcia en la primera década del siglo XX. Según el diario El Liberal este enfrentamiento atrajo a unas 5.000 personas. Aún teniendo en cuenta que las estimaciones de la prensa debieron ser exageradas, a Medel también le cabe el honor de ser el organizador del primer partido de fútbol que registró una asistencia masiva de espectadores, como así reconoce en su hoja de servicios. Fue un final agridulce para el profesor de gimnasia porque al término del encuentro se produjeron incidentes de cierta importancia entre los jugadores de ambos equipos, lo que motivó que Medel, abochornado por la imagen ofrecida ante el numeroso público, arrojara la toalla y se alejara definitivamente del fútbol.

Imagen más antigua que se conserva de un partido de fútbol jugado en Murcia.  El escenario es la plaza de toros y el año podría ser 1903, atendiendo a que uno de los dos equipos no lleva banda diagonal en la camiseta. Es muy probable que el árbitro fuera Francisco Medel, de quien describen que solía ir provisto de un bombín.  FOTO: Archivo Pedro García

Imagen más antigua que se conserva de un partido de fútbol jugado en Murcia. El escenario es la plaza de toros y el año podría ser 1903, atendiendo a que uno de los dos equipos no lleva banda diagonal en la camiseta. Es muy probable que el árbitro fuera Francisco Medel, de quien describen que solía ir provisto de un bombín. FOTO: Archivo Pedro García

El 31 de agosto de 1911 Francisco Medel cesó como profesor del Instituto Provincial de Murcia tras pedir el traslado al de Almería. Aquel hombre que durante más de una década y media había sido la mayor personalidad de la ciudad en materia deportiva se marchó hastiado por la incomprensión de los políticos locales, con los que tuvo numerosos desencuentros que omitimos porque no guardan relación directa con la temática de este artículo. El profesor Medel fue un hombre avanzado a su tiempo e injustamente olvidado con el paso de las décadas. Hoy en día sigue siendo un perfecto desconocido en Murcia, pese a que fue la persona que introdujo el fútbol en la ciudad, y pese a que su papel fue decisivo para que el deporte dejara de ser una actividad marginal.




Hacia el verdadero centenario del Real Murcia

El pasado mes de noviembre el Real Murcia entró en una nueva etapa en la que por primera vez desde la década de los años noventa existen fundadas esperanzas de que el club, que atraviesa uno de los momentos más complicados de su historia, consiga librarse del yugo de ser de una entidad perteneciente a propietarios foráneos que lo conciben como una empresa, para volver a convertirse en un sentimiento encabezado por representantes de los miles de herederos deportivos de aquellos murcianistas, que durante la década de 1920 sufrieron las vicisitudes de su equipo en el histórico campo de La Torre de la Marquesa.

El próximo mes de enero se iniciará el año del verdadero centenario del Real Murcia. El club celebró su “centenario” en 2008, pese a que no disponía de ningún documento fehaciente que demostrara que había sido fundado 100 años antes. Se consideraba que el Real Murcia había nacido en 1908, simplemente, porque es el año que aparecía escrito en un libro sobre la historia del Real Murcia que había sido publicado por el periodista Antonio Aullón en 1983, con motivo de las supuestas bodas de platino del club, y porque desde entonces (y no antes, como se demostrará más adelante) el Real Murcia había adoptado este año como el de su fundación.

RealMurcia01Este breve párrafo del libro de Aullón es la única “prueba” en la que se basó el Real Murcia para celebrar su centenario en 2008. Como se puede comprobar no existe alusión a ninguna fuente original que documente que el club nació en 1908, ya fuese el acta de fundación, la inscripción en el registro de asociaciones, o una simple referencia en un periódico de aquel año que anunciara el nacimiento del club. Tampoco se citan más datos (día o mes exacto de la supuesta fundación). El Real Murcia se fundó en 1908 y punto. Ni una sola prueba; ni siquiera una mínima explicación para justificar esta afirmación.

En este punto es justo reconocer que el trabajo global de Antonio Aullón, un hombre que hizo muchísimo por el Real Murcia, es admirable y digno de elogio porque lo desarrolló en solitario y en una época en la que era muy complicado, o directamente imposible, consultar una serie de fuentes documentales que actualmente son accesibles. Por este motivo sólo dispuso de una única fuente para conocer la información sobre la práctica del fútbol en la ciudad durante las dos primeras décadas del siglo XX: la obra Historial del Murcia F.C. editada por Juan Peñafiel Alcázar, “Fielpeña”, en el año 1941.

Muchos murcianistas han leído el párrafo del libro de Antonio Aullón; sin embargo muy pocos conocen que el 29 de diciembre de 1981 el Real Murcia celebró una asamblea extraordinaria de compromisarios en la que el club redactó unos estatutos que fueron presentados en el Consejo Superior de Deportes y en el Registro de Asociaciones y Federaciones Deportivas. En el artículo 1 el Real Murcia reconoce “que es una asociación privada de carácter deportivo, constituida en septiembre de 1919”

RealMurcia02Es decir, que en contra de la creencia popular, 1908 no es el año de fundación “de toda la vida”, sino que el club lo adoptó a mediados de 1983, después una advertencia de Antonio Aullón, tras la cual, la junta directiva renegó del año 1919 que es el que figuraba en el artículo 1 de los estatutos del club. El motivo de la  modificación del año de fundación fue justificar la celebración de las presuntas bodas de platino de la entidad. No hubo reparos en aceptar este cambio, ya que de paso el club se atribuía una mayor antigüedad.

El presente artículo es muy extenso porque pretende explicar detalladamente el motivo por el que surge la equivocada teoría de 1908, y exponer las numerosas pruebas que existen para demostrar que el club se fundó en 1919 y se registró oficialmente como entidad el 8 de febrero de 1920. Este trabajo se ha llevado a cabo bajo una premisa básica: el estricto respeto a la historia y a la identidad del Real Murcia.

La metodología de investigación en historia deportiva ha cambiado con la irrupción de las nuevas tecnologías. En la época actual las hemerotecas digitales y la posibilidad de acceder a fuentes históricas como actas capitulares, censos, registros de entidades o actas de fundación facilitan un trabajo que hace varias décadas era mucho más ingrato y laborioso. Por tanto es justificable, e incluso comprensible, que algunos testimonios escritos hace varias décadas afirmen que el Real Murcia se fundó en 1905, 1908 o 1910 porque, ante la imposibilidad de acceder a fuentes originales, lo habitual era dar presunción de veracidad a los datos y las fechas de los libros que habían escrito autores anteriores y a los testimonios orales de los más viejos del lugar, con la esperanza de que la fuente consultada tal vez estuviera en lo cierto; en caso de que existieran varias teorías, como ocurría con el año de fundación del Real Murcia, la elección de la fecha quedaba a criterio del autor, que era quien elegía intuitivamente la fuente que consideraba más fidedigna.

Uno de los errores más comunes en materia de historia deportiva es el de dar como válida una determinada fecha de fundación de un club de fútbol sin que se haya contrastado la veracidad de la misma en una fuente original. Aún así parece incomprensible que la costumbre de mencionar la equivocada teoría de que el Real Murcia se fundó en 1908 haya llegado hasta nuestros días porque desde el año 2008, y aún hoy, es frecuente leer y escuchar que el Real Murcia es “un club centenario” “o un club que tiene más de 100 años” cuando, verdaderamente, no será centenario hasta finales del año 2019. No se ha aportado ni una sola prueba basada en una fuente documental original para justificar que el club se fundó en 1908 y nunca se aportará porque estas pruebas ni existen, ni han existido jamás. Por el contrario, sí hay numerosas pruebas concluyentes que demuestran que el club empezó a latir a finales de 1919 y que se inscribió oficialmente en el registro de entidades en febrero de 1920.

Los argumentos que se esgrimen para justificar que el Real Murcia se fundó en el año 1908 son básicamente cuatro

1) “Es la fecha de toda la vida” (ya hemos comprobado que esta afirmación es falsa)

2)  “Es mejor que el club sea más antiguo” (obviamente, ni la fecha de nacimiento de una persona, ni la fecha de fundación de un club de fútbol son cuestiones opinables, ni dependen de los gustos o de las preferencias de nadie)

3)  “El año es 1908 y está documentado. Hay numerosas pruebas”. Ante esta afirmación tan contundente la pregunta que surge es ¿dónde está documentado? ¿Cuàles son esas pruebas?… y como no existe ninguna prueba la respuesta suele ser el silencio, o en algunos casos el punto 4

4) Sin duda el argumento más repetitivo: “porque aparece en el libro de Antonio Aullón” (más adelante se explicará detalladamente cual fue la fuente equivocada que utilizó Aullón, quien como se podrá comprobar al final de este artículo, era consciente de que el antiguo Murcia FC había desaparecido en 1919)

Cualquier aficionado del Real Murcia que tenga una cierta inquietud por conocer la identidad de su club se habrá preguntado por qué la historia oficial ha reflejado durante varias décadas que el Real Murcia se había fundado en el 1908. La explicación de este error se puede ilustrar con un sencillo ejemplo. Si un redactor de un diario de Murcia le preguntara a un murciano de cierta edad que hubiera vivido en la zona de las Atalayas por sus recuerdos de hace varias décadas y, en concreto, en qué año se inauguró el centro comercial, las posibilidades de que este señor dijera un año equivocado serían muy altas porque las personas sólo retenemos las fechas que son importantes para nosotros como cumpleaños, aniversarios o acontecimientos especiales. El problema surgiría dentro de unos años, en el caso de que los responsables de este centro comercial consultaran este periódico y celebraran su centenario basándose en el año que en base a su memoria dijo esta persona.

Analizamos ahora un caso real. En el año 1924 un redactor del diario La Verdad pidió a Abelardo Font y José Girón, dos antiguos deportistas que practicaron el fútbol a principios del siglo XX, que contaran sus recuerdos sobre el origen de este deporte en la ciudad. En aquella conversación mencionaron numerosas fechas (como analizaremos posteriormente, casi todas ellas equivocadas). En su relato Font y Girón dijeron que el actual Real Murcia se fundó en 1908 porque creían que en aquel año se había fundado un equipo, el Murcia Foot-Ball Club de los hermanos Menoyo, que en realidad se había reconstituido en 1910. No dijeron ni mes, ni día porque eso ya hubiera sido rizar el rizo dentro de las dificultades que entrañaba tratar de recordar (en este caso sin imaginar la trascendencia que tendría en el futuro) una fecha lejana y que para ellos no tenía un significado especial.

Este testimonio fue copiado por Juan Peñafiel Alcázar ‘Fielpeña’ en su libro Historial del Murcia F.C., editado en 1941, mientras que, como se ha mencionado anteriormente, los datos de Fielpeña fueron reflejados por Antonio Aullón en su obra escrita con motivo de las supuestas bodas de platino del Real Murcia y que fue publicada en 1983. Las consecuencias han llegado hasta nuestros días. El Real Murcia celebró un centenario falso en 2008 por culpa del testimonio equivocado que transmitieron dos personas desmemoriadas en el año 1924.

Los errores de Font y Girón no nos pueden sorprender porque en materia de historia deportiva en los años 20 (y lamentablemente aún ocurre en nuestra época) la mera suposición quedaba elevada a la categoría de verdad irrefutable. Tal es así que, por ejemplo, el diario El Liberal publicó el 15 de septiembre de 1927 un artículo en el que se reflejaba que el Real Murcia había sido fundado en 1905. Nadie discutió esta fecha, como no se hubiera discutido ninguna otra. Si la teoría de 1908 se impuso a la de 1905 y se hubiera impuesto a cualquier otra fue, simplemente, porque Fielpeña copió el testimonio de Font y Girón, y Aullón a su vez, copió el de Fielpeña.

Artículo aparecido en El Liberal el 15 de septiembre de 1927 en el que se afirma que el Real Murcia fue fundado en 1905. Como suele ser habitual no se aporta ninguna prueba para justificar esta teoría

Artículo aparecido en El Liberal el 15 de septiembre de 1927 en el que se afirma que el Real Murcia fue fundado en 1905. Como suele ser habitual no se aporta ninguna prueba para justificar esta teoría

Al menos Font y Girón le hicieron un favor al Real Murcia al no decir al periodista con el que conversaron el mes y el día en el que ellos creían que se había fundado el club. Si Font y Girón hubieran dicho al azar que el Real Murcia había sido fundado el 29 de febrero de aquel año bisiesto de 1908, esta fecha hubiera sido igualmente reconocida como válida a día de hoy.

Si comparamos el testimonio de Font y Girón de 1924, el libro que escribió Fielpeña en 1941 y la obra que escribió Aullón en 1983 vemos que los acontecimientos de la historia del fútbol en la ciudad desde sus orígenes hasta 1920 son prácticamente idénticos. Las mismas fechas; los mismos detalles; las mismas anécdotas….y los mismos errores. ¿Coinciden todos ellos? No, simplemente cada autor copia lo que dice el anterior, una práctica habitual (e insistimos, justificable) que se producía en décadas anteriores cuando los escasos libros de historia deportiva que se publicaban no incluían citas a pie de página para desvelar el origen de sus informaciones; sin embargo, si consultamos la prensa de aquellos años podemos comprobar que las fechas reales en las que sucedieron algunos de los acontecimientos más destacados de los inicios del fútbol en la ciudad de Murcia son muy diferentes a las que reflejan estos libros.

El testimonio de Font y Girón es muy valioso si se interpreta correctamente porque gran parte de los acontecimientos que contaron, y que posteriormente copiaron otros autores, son ciertos. Los errores se encuentran en las fechas. Veamos varios ejemplos.

PRIMER ERROR: Fecha del primer partido del Murcia FC

Los testimonios de Font y Girón, Fielpeña y Aullón coinciden en que el Murcia FC  jugó el primer partido de su historia ante el Recreación de Alicante. El encuentro finalizó con victoria visitante por 1-16  Según los tres autores este partido se celebró en 1909.

Font y Girón, 1924

Font y Girón, 1924

Fielpeña, 1941

Fielpeña, 1941

Aullón, 1983

Aullón, 1983

Repetimos que los tres autores “coinciden” en que el partido se celebró en 1909 con motivo de las Fiestas de Primavera, entonces llamadas Fiestas de Abril. Sin embargo, este encuentro no se celebró en las fechas que ellos mencionan, sino el 28 de marzo de 1910, tal y como se recoge en dos periódicos de la época.

El error en el año se debe a una equivocación memorística de Font y Girón que fue recogida por los restantes autores. La información real la podemos encontrar en la página 8 del diario La Vanguardia del 31 de marzo de 1910 que se hace eco de que se ha celebrado un partido entre los equipos de Murcia y Alicante que ha terminado con 1-16.

La Vanguardia 31 de marzo de 1910

La Vanguardia 31 de marzo de 1910

El semanario Nueva Murcia del 3 de abril de 1910 aclara que los deportistas de Alicante tomaron parte “en una fiesta sportiva” el lunes anterior, es decir el 28 de marzo.

Nueva Murcia 3 de abril de 1910

Nueva Murcia 3 de abril de 1910

¿Cómo se puede justificar que los tres autores equivoquen el año si no es porque cada uno de ellos ha copiado el testimonio del anterior?

SEGUNDO ERROR: Inauguración de La Torre de la Marquesa

Los testimonios de Font y Girón, Fielpeña y Aullón coinciden en que el campo de La Torre de la Marquesa se inauguró el 27 de febrero de 1918 en un partido que enfrentó al Murcia FC y al Hispania de Orihuela y que el resultado fue de 10-1

Font y Girón 1924

Font y Girón 1924

Fielpeña 1941

Fielpeña 1941

Aullón 1983

Aullón 1983

Por segunda ocasión detectamos un error en cadena originado por la mala memoria de Font y Girón. En este caso el error es doble porque el partido no se jugó el 27 de febrero, sino el 27 de enero y porque el resultado no fue 10-1 sino 10-0.

El error en la fecha de inauguración de La Torre de la Marquesa lo podemos comprobar mostrando una imagen de uno de los pasquines que se difundieron para anunciar este evento.

Cartel de inauguración de La Torre de la Marquesa

Cartel de inauguración de La Torre de la Marquesa

Como se ha comentado antes el segundo error estriba en el resultado que no fue 10-1, sino 10-0, tal y como refleja la crónica que aparece en El Liberal en su edición del 28 de enero de 1918

El Liberal 28 de enero de 1918

El Liberal 28 de enero de 1918

Por segunda ocasión se demuestra que cada autor copia al anterior y por ello todos se equivocan, en esta ocasión, tanto en la fecha, como en el resultado

TERCER ERROR: Fecha de fundación del Real Murcia

Llegamos a la cuestión clave. Todos los autores “coinciden” en que el actual Real Murcia se fundó en 1908, o para ser exactos, Font y Girón mencionan el año en que ellos creían que se había fundado el extinto Murcia FC sin citar ni mes, ni día. Como se puede comprobar ni ellos, ni los autores que posteriormente copiaron este testimonio ofrecen ninguna explicación, ningún razonamiento, ninguna justificación, ni citan ninguna fuente para argumentar su teoría. No es más que un año dicho al azar por Font y Girón y que fue copiado en cadena

Font y Girón 1924

Font y Girón 1924

Fielpeña 1941

Fielpeña 1941

Aullón 1983

Aullón 1983

Otra vez los textos son sospechosamente idénticos y otra vez las fuentes de la época nos permiten desmontar fácilmente la equivocación en cadena. El Murcia FC de los hermanos Menoyo y que fue presidido por Antonio Manzanera no se reconstituyó en 1908, sino en 1910, tal y como reflejó el semanario catalán Los Deportes el día 15 de marzo de aquel año.

Los Deportes 15 de marzo de 1910 página XXXIX

Los Deportes 15 de marzo de 1910 página XXXIX

Este error memorístico de Font y Girón sí tuvo consecuencias muy importantes porque fue el punto de partida del centenario que el Real Murcia celebró equivocadamente en 2008. Además nuestros protagonistas no tuvieron en cuenta que este Murcia FC no tenía nada que ver con el actual Real Murcia. Esta última cuestión no sorprende ya que por aquel entonces (y aún hoy persiste esta teoría) hay quien defiende que el club más representativo de una ciudad tiene derecho a apropiarse de la identidad de los clubes fundados anteriormente y a absorber su historia. Si seguimos al pie de la letra dicha teoría habría que reconocer que el Águilas FC, que actualmente compite en Tercera División, no se fundó en 2010, como se reconoce unánimemente por cuestiones obvias, sino que lo hizo en el año 1900, fecha de fundación del Águilas Foot-Ball Club, porque tendría derecho a absorber la historia de esta sociedad y de todas las sociedades posteriores consideradas en su momento como las más representativas de esta localidad.

Evidentemente a nadie se le ocurriría decir que el Águilas actual se fundó en 1900 porque esa sociedad no tiene nada que ver con la que nació hace 118 años. Exactamente es el mismo caso que el del Real Murcia. El club fundado en 1906 y reconstituido en 1910 no tiene nada que ver con el que se fundó en 1919 y este último no tiene ninguna legitimidad para apropiarse de la historia y de la identidad del primero. La diferencia entre estos dos ejemplos es que el caso del Águilas sucedió en 2010 y es fácilmente comprensible por ser contemporáneo, mientras que el del Real Murcia sucedió hace casi un siglo, y además de ser menos conocido por la lejanía temporal, se ha visto enredado por las diferentes teorías que han surgido a lo largo de las décadas sobre el año de su fundación. Llegados a este punto el registro de asociaciones y la información que aparece en la prensa de la época despeja todas las dudas.

Un estudio detallado de los tres libros mencionados permite encontrar muchas más pruebas que demuestran que unos autores copiaron a otros. Por ejemplo, cuando a Font y a Girón le piden que citen los nombres de los primeros practicantes del fútbol en la ciudad mencionan a 19 jugadores. Ni Fielpeña ni Aullón añaden un solo nombre diferente a los dichos por Font y Girón (hoy se podrían citar varios) y aún es más llamativo que todos los autores mencionen los nombres de los futbolistas en el mismo orden, e incluso que todos utilicen las mismas abreviaturas (por ejemplo G. para referirse a los jugadores apellidados García).

Asimismo, el testimonio de Font y Girón ofrece un salto en la historia del fútbol de la ciudad de Murcia que va desde 1911 a 1918…y Fielpeña y Aullón también lo hacen…como si los tres autores también “coincidieran” en que durante estos siete años no hubiera sucedido nada relevante en la historia del fútbol local. En realidad se produjeron muchas noticias importantes: una expedición de jugadores murcianos que marchó a Barcelona para jugar un partido ante el FC Barcelona; la fundación en 1916 del Athletic Club de Murcia, convertido entre 1916 y 1917 en el primer equipo de la ciudad; o la irrupción en 1917 de su sucesor, el Iberia, que durante un brevísimo lapso de tiempo fue el único club de la capital. Estos y otros acontecimientos destacados no son citados por Font y Girón, y por tanto, tampoco los citan el resto de autores.

Asimismo todos los autores repiten las mismas anécdotas. Por ejemplo que tras un partido en Alicante el jugador Ernesto Casanovas fue sacado a hombros. Se podrían poner varios ejemplos más para demostrar que los orígenes del fútbol en la ciudad de Murcia se han cimentado sobre el testimonio (erróneo en cuanto a las fechas) de Font y Girón

SE HA DICHO “TODA LA VIDA” QUE EL REAL MURCIA SE FUNDÓ EN 1908”… ¿O NO?

Hasta hace muy pocos años ha existido el convencimiento de que el año 1908 era la fecha oficial de la fundación del Real Murcia desde el origen de los tiempos, una afirmación que como se ha comprobado anteriormente es falsa, pero es que además hubo una época en la que la creencia popular fue que el club se había fundado en 1910.

A finales de los años 70, y cuando la mayoría de los fundadores del Real Murcia habían fallecido, alguien elaboró esta teoría y tuvo éxito. El año 1910 fue defendido por la prensa de forma reiterada, y también fue aceptado por los aficionados. No se sabe de quien partió la idea, ni que razonamiento esgrimió su autor, pero durante más de un lustro los murcianistas estuvieron convencidos de que su club se había fundado en 1910.

Línea 1979

Línea 1979

Don Balón 1980

Don Balón 1980

La Verdad 1981

La Verdad 1981

Calendario Dinámico 1983

Calendario Dinámico 1983

Esta teoría fue descartada en mayo de 1983 cuando Antonio Aullón advirtió a la junta directiva del Real Murcia que el club cumplía sus bodas de platino durante aquel año y es entonces (y no antes) cuando el Real Murcia, que quiso aprovechar la ocasión para hacer una celebración a lo grande, renegó de la fecha de fundación que hasta ese momento figuraba en sus estatutos que no era 1910, sino como hemos visto antes, 1919.

ENTONCES ¿EN QUÉ AÑO SE FUNDÓ EL REAL MURCIA?

Ya hemos comprobado que la teoría de 1908 parte de un testimonio equivocado que generó un error en cadena. También se ha demostrado que es falso que 1908 sea la fecha de “toda la vida”. A continuación se reflejan las pruebas que demuestran que el Real Murcia nació en 1919 y se inscribió en febrero de 1920.

En 1919 se constituye la Federación Levantina de Fútbol que abarca las provincias de Teruel, Castellón, Valencia, Alicante, Albacete y Murcia. Ello supone la primera oportunidad para que un club de Murcia, en aquel caso, el Murcia FC, dispute una competición oficial: el campeonato regional. Sin embargo ese verano se produce una discusión entre su presidente, Alfonso Guillamón, y los jugadores por motivos económicos. Tras esta discusión, Guillamón, que era el arrendatario de La Torre de la Marquesa, decide cerrar el campo y clausurar la actividad del club.

Por tanto, la única forma de que un club de Murcia disputara el campeonato levantino era fundar una nueva entidad. En este sentido, el diario El Liberal en su edición del 7 de diciembre de 1919 recoge la noticia de la constitución de un nuevo club de fútbol en la ciudad llamado Levante FC

El Liberal 7 de diciembre de 1919

El Liberal 7 de diciembre de 1919

El artículo es claro y hay frases que no admiten interpretaciones como la de “ha quedado constituida en esta localidad una asociación”. El artículo no indica que se ha producido un cambio de denominación, una reconstitución o una refundación (un término utilizado equivocadamente ya que un club de fútbol no se puede refundar) sino la constitución de una nueva sociedad. Además, la noticia recoge el entusiasmo por presenciar el primer encuentro del “nuevo equipo”.

No fue una noticia aislada. Al contrario, para evitar cualquier duda, todos los periódicos de la época reflejaron que la sociedad era “nueva”, “naciente” o “recientemente constituida”; es decir, que los propios periodistas de la época se esmeraron en aclarar repetidamente que la nueva entidad no tenía nada que ver con los anteriores clubes de la ciudad. La junta directiva también había obrado en consecuencia para que no hubiera ningún tipo de confusión con el antiguo Murcia Foot-Ball Club. Por ello la nueva sociedad adoptó una denominación completamente diferente (Levante Foot-Ball Club) y un uniforme distinto (camiseta verde manzana) al del anterior club más representativo de la ciudad.

Madrid Sport 18 de diciembre de 1919, página 13

Madrid Sport 18 de diciembre de 1919, página 13

El Tiempo 5 de marzo de 1920

El Tiempo 5 de marzo de 1920

El diario La Verdad va más allá, e incluso refleja que se ha producido la muerte del Murcia FC

La Verdad 29 de febrero de 1920, página 1

La Verdad 29 de febrero de 1920, página 1

Los diferentes testimonios que aparecen reflejados en la prensa son esclarecedores, pero por si aún existe algún tipo de dudas sobre si “ese Levante” que vio la vida en 1919 es el Real Murcia, basta con echar un vistazo al registro de entidades deportivas. Ahí se encuentran la partida de nacimiento y el DNI del Real Murcia.

RealMurcia26Según refleja este documento oficial, el 8 de febrero de 1920 se registra una sociedad denominada R.Levante Foot Ball Club a la que se le otorga el número 2293 y que, obviamente, es distinta a todas las sociedades deportivas de la ciudad que habían sido registradas con anterioridad. Al igual que una persona solo tiene un documento nacional de identidad y nadie puede tiene dos documentos distintos, una sociedad solo tiene un número de registro y no puede tener dos números diferentes. Lógicamente esta nueva sociedad no tiene nada que ver con el Murcia Foot-Ball Club, una entidad anterior que se registró en el año 1906 con el número 990, aunque la laxitud de las leyes de la época puede inducir a error, en cuanto a que se permitía que un nuevo club adoptara una denominación idéntica a la de una sociedad que se consideraba virtualmente extinta, siempre y cuando la antigua sociedad estuviera libre de cargas. De ahí que a lo largo de la historia hayan existido varios clubes diferentes denominados Athletic (o Atlético) de Murcia, el primero de ellos fundado en 1916 y el último en la década de los años 90.

Del estudio de este documento se desprenden las siguientes conclusiones

–          Es llamativo que el nombre original sea el de R. Levante Foot-Ball. El significado de la “R” inicial es una incógnita. Según afirma el historiador valenciano Vicent Masiá se impuso porque el club no podía denominarse Levante FC ya que en la Federación Levantina ya existía otro equipo con esta denominación (el Levante de Valencia)

–          Se observa como posteriormente un funcionario del registro tacha el nombre de R. Levante y debajo escribe el de Murcia FC, denominación que adoptó la sociedad en 1922 una vez que el presidente del club Ramón Ángel Cremades y el antiguo arrendatario del campo, Alfonso Guillamón hicieron las paces. De modo que la sociedad 2293 constituida el 8 de febrero de 1920 pasa a denominarse oficialmente Murcia F.C.

–          Una Real Orden de 5 de julio de 1923 concedió al Murcia F.C. el título de Real. Esta modificación fue añadida a posteriori en el registro de asociaciones. Para ello el funcionario tuvo que “invadir” la casilla de la izquierda, pues en el recuadro destinado para escribir el nombre de la sociedad ya no quedaba espacio para añadir la denominación de Real. En el apartado de Observaciones se alude a que la entidad presenta una reforma de su reglamento el 21 de febrero de 1924. No se produjeron  más modificaciones de este documento.

El cambio de denominación de R. Levante Foot-Ball Club por el de Murcia F.C. no altera en absoluto la antigüedad de la entidad. Este cambio de denominación fue autorizado por la Federación Levantina, tal y como recoge el semanario Madrid Sport.

Madrid-Sport 24 de agosto de 1922

Madrid-Sport 24 de agosto de 1922

En la Región de Murcia hay varios casos similares de cambios de denominación, algunos de ellos muy recientes. Por ejemplo, hace unos años el Cartagonova FC, pasó a denominarse FC Cartagena. Es como si una persona que se llama Francisco decide cambiar por su nombre por José. La persona es la misma, aunque decida que su nombre sea distinto.

En resumen, a finales de 1919 se constituyó en Murcia una sociedad deportiva con el objeto de tomar parte en el Campeonato Regional Levantino de la temporada 1920/1921, que comenzaba en el mes de enero, pero el club no pudo inscribirse en el mismo porque no disponía de un campo de fútbol para jugar sus partidos, por lo que la inscripción se retrasó hasta el 8 de febrero de 1920. La sociedad ha quedado registrada con el número 2293 y se llama actualmente Real Murcia, tal y como refleja el registro de asociaciones.

¿Y POR QUÉ NADIE HA DEFENDIDO NUNCA ESTA TEORÍA?

La teoría de que el club  se registró oficialmente en 1920 perduró durante más de cinco décadas. Hay numerosos testimonios que coinciden en que el club se constituyó en este año, aunque si somos estrictamente rigurosos, la realidad es que el club nació a finales de 1919 y formalizó su inscripción en el registro en febrero en 1920. Sirva de ejemplo el caso de un niño que nace el 30 de diciembre de 1919 y al que sus padres inscriben en el registro civil el 4 de enero de 1920. Obviamente el año real de su nacimiento es 1919. En el caso del Real Murcia este desfase de varios meses se debe a que la junta directiva no tuvo prisa por inscribir al club en el registro de asociaciones, debido a que había renunciado a participar en el Campeonato Regional Levantino que comenzaba en enero de 1920 al no disponer de un terreno de juego en el que disputar sus partidos como equipo local.

Esta teoría ha sido defendida por historiadores, medios de comunicación y, sobre todo, por los fundadores del club (nadie mejor que ellos sabían cuando había nacido el Real Murcia) hasta la década de 1970, cuando la mayor parte de aquellos pioneros ya habían fallecido. Precisamente fue en esta década cuando el Real Murcia afrontó por primera vez el reto de oficializar un año de fundación, pues existían discrepancias entre quienes daban presunción de veracidad al libro de Fielpeña y reproducían su contenido exacto (especialmente el periodista Manuel Carles) y aquellos que se empeñaban en recordar que el Real Murcia había nacido varios años más tarde.

Entre las numerosas referencias que existen del nacimiento (en realidad, registro) del club en 1920 hemos extraído tres, una de los años 20; una segunda de los años 50; y una tercera de los años 70. Se han seleccionado estos tres testimonios el fin de demostrar que esta teoría perduró durante medio siglo.

El periodista y escritor Ramón Blanco y Rojo de Ibáñez en su obra “Murcia. Historia y Efemérides” publicada en 1924, es decir cuatro años después del nacimiento del club, explica claramente como fue la fundación del Real Murcia

Murcia Historia y Efemérides. Ramón Rojo y Blanco, 1924

Murcia Historia y Efemérides. Ramón Rojo y Blanco, 1924

Si hay una persona que tiene legitimidad para hablar de la identidad del Real Murcia es uno de sus fundadores, Manuel García Calvo. Aunque su figura haya sido olvidada por el paso de los años estamos hablando de uno de los hombres más importantes en la historia del club: fundador, jugador, entrenador, presidente y director deportivo. Nadie ha sido tan polivalente en estos casi 100 años de historia como lo fue él. En 1955 García Calvo explicó con sus palabras como recordaba el nacimiento del Real Murcia del que él había sido partícipe. Lo hacía en términos similares a como lo había hecho Ramón Rojo y Blanco de Ibáñez treinta años antes.

Línea 24 de abril de 1955

Línea 24 de abril de 1955

Aún a principios de los años 70 el escritor y periodista Antonio Noguera Lorenzo (Anyl) recordaba que el Real Murcia se había constituido (en realidad registrado) en febrero de 1920, en un artículo en el que se mostraba orgulloso de haber presenciado los primeros escarceos del club

Hoja del Lunes 4 de diciembre de 1972

Hoja del Lunes 4 de diciembre de 1972

Si analizamos detenidamente estos tres últimos documentos podemos comprobar como los autores que defienden la teoría de 1920 no se copian los unos de los otros, como sí lo hicieron los que defendían la teoría de 1908, ya que, en este caso, cada autor añade información diferente a la que habían aportado los anteriores.

PERO EL CLUB NUNCA HA ACEPTADO QUE SE HABÍA FUNDADO EN 1919

Ya hemos comprobado que esta afirmación también es incorrecta. El 29 de diciembre de 1981 el Real Murcia celebró una Asamblea Extraordinaria de compromisarios en la que el club redactó unos estatutos que fueron presentados en el Consejo Superior de Deportes y en el Registro de Asociaciones y Federaciones Deportivas. En el artículo 1 el Real Murcia reconoce “que es una asociación privada de carácter deportivo, constituida en septiembre de 1919”.

RealMurcia31Sin embargo, este documento genera una duda que lamentablemente no podemos resolver. El interrogante es el que se refiere a que el club se constituyó en el mes de septiembre de 1919. Hay algo que no encaja ya que la primera noticia que aparece en prensa sobre el nacimiento del Real Murcia se publicó el 7 de diciembre y está redactada en pretérito perfecto compuesto, de lo que se interpreta que la constitución del club fue reciente, incluso da pie a interpretar que podría haber sido el día anterior.

Por otra parte ¿en qué basa el club para asegurar que se fundó en 1919, cuando es un año que hasta este momento no aparece en ninguna fuente consultada? Todos los autores que defienden esta teoría citan de forma unánime el año 1920 (el del registro del club) debido a que no reparan en que el año de nacimiento (1919) es diferente al año de registro (1920). Es decir que la junta directiva, entonces presidida por José Pardo Cano, se tuvo que basar en algún documento anterior para afirmar que se constituyó en septiembre de 1919. No creemos que fuera el acta de fundación, que probablemente desapareció durante los traslados de documentación que se realizaron en febrero de 1937, tras la incautación de La Condomina durante el trascurso de la Guerra Civil, sino que la hipótesis más plausible es que este dato hubiera sido recogido de unos estatutos anteriores.

Sea como fuere, resulta llamativo que en 1981 el club recogiera en sus estatutos el que (tal y como desvelan las hemerotecas) es el año exacto de fundación: 1919, y resulta aún más llamativo que apenas dos años después el club renegara del año 1919 y aceptara el año 1908 con el fin de celebrar sus supuestas bodas de platino (1908-1983).

Lamentablemente esta forma peculiar de interpretar la antigüedad de un club de fútbol en base a criterios subjetivos y muy poco rigurosos es más habitual de lo que sería deseable. Por ejemplo, en el caso de la vecina ciudad de Cartagena, el Cartagena FC se dispone a celebrar su “centenario” en 2019, pese a que un grupo de buenos investigadores de esta ciudad ya ha advertido a los dirigentes del club que están cometiendo un grave error porque la entidad fundada en 1919 desapareció en 1952, y por tanto el club actual que compite en Preferente Autonómica no es del fundado en 1919, sino que tiene su origen en 1940. Obviamente, no será centenario en 2019 y existen numerosas pruebas que lo corroboran. Una vez más (al igual que sucedió en Murcia en 1983) el fin justifica los medios y aunque el club no sea centenario siempre habrá un clavo ardiendo al que agarrarse para justificar lo injustificable. Sucede lo mismo que ocurrió en 1981 cuando el Cartagena FC celebró sus bodas de platino porque sus dirigentes de entonces defendían con vehemencia la teoría de que el club había sido fundado en 1906.

Hay quien considera que está justificado “retrasar” la fecha de fundación de una entidad deportiva porque entiende que una mayor antigüedad conlleva un mayor prestigio, pero la fecha del nacimiento de un club de fútbol, al igual que la fecha de nacimiento de una persona, no es una cuestión que sea opinable, y en el caso del Real Murcia, se dispone de los documentos pertinentes que demuestran que ni siquiera es interpretable.

También se ha tratado de hacerle un regate a la historia utilizando el argumento de que el Real Murcia tiene una mayor antigüedad porque es el “heredero” del Murcia Foot-Ball Club, sociedad registrada el 27 de marzo de 1906 con el número 990; pero hablar de heredero, implica hablar de una sociedad completamente diferente, con distintas fechas de registro. Un hijo es el heredero de un padre, pero en ningún caso es la misma persona.

Antes se ha comentado que Antonio Aullón también fue consciente de que el antiguo Murcia FC había desaparecido en 1919. Así lo reflejó en 1993 en un artículo publicado en la Enciclopedia Universal del Fútbol, en el que escribió textualmente que “un disgusto de los rectores del club llevó consigo la desaparición del Murcia F.C., que al año siguiente resurgiría con la denominación de Recreativo Levante de Murcia”.

RealMurcia32Tal y como se ha demostrado, ese “resurgimiento” al que alude Aullón no es un cambio de denominación del club, en cuyo caso sí hubiera mantenido intacta la antigüedad, sino la constitución de una nueva entidad que se puede considerar heredera del Murcia FC al ser la más representativa de la ciudad, al igual que el Murcia FC se puede considerar heredero del Athletic Club de Murcia, sociedad fundada en 1916 y desaparecida en 1917, y que durante su breve existencia se convirtió en el club más importante de la ciudad. Todos estos clubes (Athletic Club Murcia, Murcia Foot-Ball Club y Levante/Real Murcia) son sociedades diferentes, tal y como se refleja en el registro de asociaciones y entidades, un documento oficial que despeja cualquier duda acerca del origen de los clubes de fútbol que se fundaron en Murcia durante las dos primeras décadas del siglo XX.

Inscripción del Murcia Foot-Ball Club como entidad el 9 de marzo de 1906

Inscripción del Murcia Foot-Ball Club como entidad el 9 de marzo de 1906

Inscripción del Athletic Club de Murcia como entidad el 10 de abril de 1916

Inscripción del Athletic Club de Murcia como entidad el 10 de abril de 1916

Inscripción del Real Murcia como entidad el 8 de febrero de 1920

Inscripción del Real Murcia como entidad el 8 de febrero de 1920

El Real Murcia cumplirá 100 años a finales de 2019. Las pruebas de que el club se fundó en 1919 y formalizó su inscripción en 1920 son numerosas y concluyentes, pero durante muchos años ha pesado el testimonio de los desmemoriados Font y Girón, los verdaderos culpables de que el club celebrara un centenario falso en 2008.

PD: En una revista lanzada por Grupo Graphic Publicidad, con motivo del ascenso del Real Murcia a Primera División en la temporada 1985-86, y  cuyo ejemplar disponemos gracias al historiador Pedro García, se refleja el año más antiguo de todos las que se atribuyen a la fundación del club:1904. Como sucede en el 100% de los casos no hay ninguna explicación para justificar la fecha.

RealMurcia36PD 2: Parte de la información aportada en este artículo aparece reflejada en el volumen I de la Historia del Real Murcia que escribí en 2010 junto a Quique Baeza y Pedro García




Cien años de La Torre de la Marquesa, el primer campo de fútbol del Real Murcia

A lo largo de su casi centenaria historia, el Real Murcia ha jugado como equipo local en tres campos de fútbol diferentes: La Torre de la Marquesa (1920-1924), La Condomina (1924-2006) y La Nueva Condomina (desde 2006 en adelante).

El campo de fútbol de La Torre de la Marquesa, inaugurado el 27 de enero de 1918, tiene una gran importancia en la historia del Real Murcia. En aquel pequeño terreno de tierra, en el que crecía descontroladamente la hierba, el equipo grana, entonces denominado R. Levante FC, disputó el 28 de marzo de 1920 el primer encuentro de su casi centenaria historia ante el Cartagena FC. También en aquel lugar jugó su primer encuentro de competición oficial, un partido del Campeonato Regional de Levante ante el Club Deportivo Albacetense que se celebró el 12 de diciembre de 1920, y allí disputó el primer partido internacional de su historia, el 10 de mayo 1923 ante el FC Nuremberg.

Pero, por encima de todo, aquel terreno de juego fue fundamental para que el fútbol se transformara en un deporte de masas en la ciudad de Murcia y, como consecuencia de  ello, que se sembrara el germen del murcianismo. Tal es así que, pese a que apenas acogió los partidos del Real Murcia durante poco más de cuatro años y medio, el campo de la Torre de la Marquesa se convirtió en todo un símbolo, hasta el punto de que varias décadas después de su demolición, aquellos seguidores murcianistas más antiguos proclamaban orgullosos su fidelidad al club, haciendo constar que eran aficionados al Real Murcia “desde los tiempos de La Torre de la Marquesa”.

Las primeras noticias sobre la práctica del fútbol en la ciudad de Murcia datan del mes de enero de 1903. Los primeros escenarios que utilizaron los estudiantes murcianos para  jugar a este novedoso deporte fueron la plaza de toros y, posteriormente, un terreno irregular situado junto al campo de tiro de Espinardo. Este último, que se encontraba a unos cinco kilómetros del núcleo urbano de Murcia, fue habilitado como campo de fútbol debido a las dificultades existentes para encontrar un lugar adecuado cerca de la ciudad, ya que ésta se encontraba completamente rodeada por la huerta.

La lejanía del campo de Espinardo respecto a la ciudad fue un factor muy importante para que la afición al fútbol no arraigara entre los murcianos durante las dos primeras décadas del siglo XX. Además, aquel terreno de juego ofrecía otros graves inconvenientes. Apenas medía unos 60 metros de largo, se encontraba inclinado hacia una de las bandas, y parte de su superficie se encontraba en mitad de un camino vecinal, de modo que cuando se acercaba un carruaje la práctica futbolística tenía que interrumpirse. Un testimonio del ex jugador del Real Murcia, Antonio Alburquerque indica que había un pequeño árbol en mitad del terreno. Pese a todas estas irregularidades, el campo de Espinardo acogió partidos de fútbol entre 1903 y 1917, debido a la imposibilidad de acondicionar otro lugar para la práctica de este deporte.

La primera iniciativa para construir un campo de fútbol de dimensiones reglamentarias surgió tras un acontecimiento muy llamativo. En la Semana Santa de 1917 el Athletic Club de Murcia (así se denominaba aquel año el club más importante de la ciudad) y el Sporting Club Carthago de Cartagena convinieron la disputa de dos partidos, uno en el campo de cada equipo. El primer encuentro se celebró el 13 de abril en el terreno de juego de los murcianos y finalizó con la victoria de los visitantes por 1-2. La prensa de ambas ciudades se quejó del deplorable estado del terreno de juego. El diario El Tiempo de Murcia publicó que “todas las capitales cuentan con un buen campo de sport donde los jóvenes de buenas costumbres pueden ejercitarse, apartándose de vicios perniciosos y adquiriendo por ese constante ejercicio que hacen al aire libre fortaleza y salud. Y Murcia debe tenerlo también”. Más duro fue El Eco de Cartagena, cuyo enviado a Murcia escribió que “el terreno de juego es de lo más malo que puede haber para estos menesteres. De dimensiones irrisorias y de un piso verdaderamente infernal. Por un lado, una carretera llena de surcos y por otra una pendiente pronunciadísima, de esas de las de peligro de muerte”.

El 29 de abril en el viaje de vuelta, tras disputar el encuentro de Cartagena, el entonces jugador del Athletic Club de Murcia, Alfonso Guillamón, comunicó a sus compañeros que  buscaría un terreno cercano a la ciudad para acondicionarlo como campo de fútbol porque estaba convencido de que en un campo de fútbol con unas condiciones adecuadas, el club conseguiría mejores resultados. En principio, la nueva instalación ofrecería tres importantes ventajas.

– Se le proporcionaría a los deportistas murcianos un lugar adecuado para jugar al fútbol

– La proximidad al núcleo urbano facilitaría la asistencia de aficionados

– La disponibilidad de un terreno de juego con dimensiones reglamentarias, permitiría que la junta directiva pudiera concertar partidos de fútbol con equipos importantes de otras provincias, que se hubieran negado a jugar en el campo de Espinardo.

Poco después de aquel 29 de abril, Alfonso Guillamón y Ricardo Servet recorrieron los caminos anexos a los huertos que rodeaban la ciudad en busca de un terreno y parece ser que durante el verano lograron su objetivo. El propio Guillamón contó, varias décadas después, que tras dar varias vueltas por los alrededores de la ciudad intentando buscar una ubicación adecuada para construir el nuevo campo de fútbol, él y Servet se fijaron en un pequeño huerto que estaba situado frente al asilo de ancianos, y muy cercano a un caserón conocido como La Torre de la Marquesa.

El terreno, que llamó la atención de Guillamón y Servet por su forma rectangular, estaba ocupado por árboles frutales (sobre todo por membrilleros y granados) y plantaciones de maíz, pimientos, tomates y lechugas. Después de indagar sobre la propiedad de las tierras, supieron que éstas pertenecían a Diego Chico de Guzmán, conde de la Real Piedad, que a su vez se las tenía arrendadas a dos personas, Nicolás Cano, más conocido como Colás, quien era propietario de un establecimiento que servía de tienda y de merendero, y a una mujer anciana llamada María.

Como se aprecia en esta fotografía el campo de la Torre de la Marquesa (señalado por el círculo de color rojo) se encontraba a las afueras del núcleo urbano

Como se aprecia en esta fotografía el campo de la Torre de la Marquesa (señalado por el círculo de color rojo) se encontraba a las afueras del núcleo urbano

En primer lugar, Guillamón y Servet se entrevistaron con José Miñano, administrador de la finca, y le hicieron una oferta para arrendar aquella propiedad con el fin de convertirla en un campo de fútbol. En un principio, Miñano no era partidario de comunicarle al propietario la sorprendente petición que le habían hecho aquellos visitantes. Finalmente accedió, y ante su sorpresa, resultó que el conde de la Real Piedad, que era aficionado al deporte, aceptó la propuesta, aunque con dos condiciones: por un lado, Guillamón y Servet debían llegar a un acuerdo con los arrendatarios, a quienes tendrían que indemnizar por el traspaso, y por otro lado, el conde se reservaba el derecho de recuperar la propiedad en el momento en que lo creyera conveniente. En un principio se acordó que la cesión del terreno a Alfonso Guillamón sería por tres años.

Tras convencer al conde de la Real Piedad, Guillamón y Servet se entrevistaron con los arrendatarios. Con Colás no hubo problemas para llegar a un acuerdo. Se le propuso cederle en exclusiva la explotación de la cantina del campo de fútbol y, además, los directivos del futuro Murcia FC accedieron a pagarle una deuda económica. Era una muy buena oferta para aquel hombre, cuyo ventorrillo era conocido porque en él se había producido un asesinato en el año 1901. María, la otra arrendataria, puso más impedimentos. Esta mujer no había oído hablar de fútbol en su vida y tenía muchas dudas acerca de las verdaderas intenciones de aquellos visitantes. Después de varias conversaciones que estuvieron a punto de agotar la paciencia de los directivos, éstos lograron llegar a un acuerdo económico con la anciana y, de este modo, consiguieron que aquel huerto cercano al caserón de La Torre de la Marquesa se transformara en el primer campo de fútbol digno que existió en el municipio de Murcia. Por fin se colmaba una antigua aspiración que se perseguía desde el año 1903.

El guardameta murciano Juseph se dispone a detener un balón. Al fondo del antiguo caserón que dio nombre al campo de fútbol

El guardameta murciano Juseph se dispone a detener un balón. Al fondo del antiguo caserón que dio nombre al campo de fútbol

Durante el otoño de 1917 se realizaron las reformas pertinentes. Se explanó el terreno y se cercó el perímetro con una tapia de piedra. Una vez finalizadas las obras era el momento de fundar un club, reanudar la actividad del Athletic de Murcia, o reconstituir alguno de los antiguos clubes de la ciudad. Finalmente, Alfonso Guillamón decidió que, por  tercera vez en la historia, la sociedad deportiva se denominara Murcia Foot-Ball Club, como en 1906 y en 1910, aunque, en esta ocasión, la tradicional camiseta blanca fue sustituida por una camiseta rojiblanca con rayas muy anchas.

A nivel administrativo, el nuevo Murcia FC dio sus primeros pasos en noviembre de 1917, bajo la presidencia de Guillamón. A principios del mes siguiente el huerto ya se había transformado en un campo de fútbol de tierra. El terreno de juego estaba rodeado de moreras. Junto al mismo había una acequia. Los aficionados se desplazaban desde la ciudad por el arco de la Aurora y el camino del Portillo de San Antonio, bordeando la huerta, a través de sendas estrechas, que en los días de lluvia quedaban convertidas en un inmenso barrizal.

La nueva instalación fue acogida con una enorme ilusión por los jóvenes deportistas de la ciudad, quienes inmediatamente concertaron varios partidos de entrenamiento. La inauguración oficial se fijó para el 8 de diciembre, día en el que estaba previsto que se enfrentaran dos equipos compuestos por jugadores del Murcia FC. Sin embargo, el partido tuvo que ser aplazado por la lluvia.

La junta directiva acordó retrasar la inauguración del campo hasta fechas navideñas, pero la meteorología volvió a ser adversa. Finalmente se decidió que el partido de inauguración enfrentara al Murcia FC y al Hispania de Orihuela y que se celebrara el 27 de enero, a partir de las 15:00 horas.

Para la ocasión, los directivos murcianos contrataron a una charanga de la entonces pedanía de Santiago y Zaraíche. En la víspera hubo pasacalles por toda la ciudad, lanzamiento de cohetes y reparto de prospectos. Sin embargo, a la hora del partido la climatología volvió a jugar una mala pasada a toda la familia futbolística. A mediodía cayó sobre la ciudad un fuerte aguacero que dejó el terreno de juego en pésimas condiciones. Este contratiempo influyó para que la concurrencia de público fuera escasa. La alineación del Murcia FC estuvo compuesta por Gálvez: Fernández, Maldonado: Gilabert, Saura, Abellán; Sánchez Hernández, Tomás, Plaza, Marcos Porcel y Alburquerque. Únicamente se mantenían cuatro jugadores de la alineación que presentó el Athletic Club de Murcia nueve meses antes, en el que fue el último partido de su corta historia. El debut no pudo ser más positivo para los murcianos que derrotaron a su rival por un contundente 10-0.

Cartel anunciador del partido de inauguración del campo de La Torre de la Marquesa

Cartel anunciador del partido de inauguración del campo de La Torre de la Marquesa

Entre 1918 y 1919 el Murcia FC disputó 39 partidos en La Torre de la Marquesa, todos  amistosos y la mayoría de ellos arbitrados por Alfonso Guillamón, que tenía fama de ser excesivamente parcial en defensa de los intereses del club que presidía. La disolución del Murcia FC vino motivada por un enfrentamiento entre la directiva y los jugadores a raíz de una discusión originada por motivos económicos. En abril de 1918 la directiva del Murcia FC había contratado al cartagenero José Ausejo, uno de los mejores jugadores de la región, a cambio de un sueldo diario de 2,50 pesetas. Era el primer jugador que cobraba por jugar en un club de la ciudad y ello no le gustó a varios de sus compañeros. La situación se fue recrudeciendo con el paso de los meses, a raíz de que otros jugadores comenzaran a pedir compensaciones económicas.

El 22 de junio de 1919, tras un encuentro disputado en Cartagena, el Murcia FC recibió 250 pesetas en concepto de dietas. Los jugadores pidieron que este dinero fuera repartido entre ellos, lo que originó un cisma dentro del club. Después de muchas discusiones Guillamón entregó esta cantidad, pero la situación le acarreó tal disgusto que cerró La Torre de la Marquesa y, de este modo, dejó a la ciudad sin fútbol.

Unos meses después, y al socaire de la constitución de la Federación Levantina de Fútbol, que posibilitaba que un club de Murcia pudiera participar por primera vez en competiciones federadas, varios jugadores se entrevistaron con distintas personalidades de la ciudad aficionadas al fútbol, para lograr que alguna de ellas fundara un nuevo club. Las conversaciones dieron sus frutos con la creación del R. Levante FC (más tarde, Real Murcia), presidido por el doctor Ramón Ángel Cremades. Sin embargo, Guillamón, dolido por el comportamiento de los futbolistas, se negó a traspasar el campo de fútbol a los dirigentes del nuevo club, lo que motivó que éste no pudiera participar en el Campeonato de Levante de la temporada 19-20 en el que se había inscrito, al no disponer de un terreno de juego. Finalmente, se produjo el acuerdo, y el 28 de marzo de 1920 el actual Real Murcia disputó el primer partido amistoso de su historia en La Torre de la Marquesa ante el Cartagena FC.

El campo de La Torre de la Marquesa fue el escenario del despegue definitivo del fútbol murciano que comenzó a fraguarse en la temporada 1920-21, cuando el Levante FC se proclamó campeón de la región levantina, que comprendía las provincias de Castellón, Valencia, Albacete, Alicante y Murcia. Sin embargo, el campo de La Torre de la Marquesa comenzó a tener los días contados desde el mismo momento en el que las autoridades se dieron cuenta de que aquella parcela (tanto por su localización, como por sus dimensiones) era ideal para atender necesidades más importantes que albergar partidos de fútbol. Por otra parte, el club necesitaba un nuevo terreno de juego porque el aumento de popularidad del fútbol a principios de la década de 1920, no estaba en consonancia con una instalación que ofrecía muy pocas comodidades a los espectadores.

La idea de Guillamón y Servet de arrendar aquel huerto y convertirlo en una amplia explanada influyó en el planeamiento urbanístico de la ciudad. En 1920, apenas dos años después de la inauguración del campo de fútbol, los políticos murcianos ya habían puesto sus ojos en aquel terreno para que albergara la nueva cárcel (aunque para ello también era necesario demoler el torreón que dio nombre al campo de fútbol y que se encontraba en un estado ruinoso). Poco después se llegó a la conclusión de que otra parte del norte de la explanada podría albergar la estación del ferrocarril Murcia-Caravaca. Ambos edificios siguen en pie a día de hoy.

De este modo, el conde de la Real Piedad llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento de Murcia, que adquirió la propiedad del terreno en el que se encontraba el campo de fútbol de La Torre de la Marquesa, si bien parte del mismo fue cedido en 1923 al Estado para ubicar la cárcel, cuya construcción comenzó ese mismo año en un terreno anexo al del campo de fútbol. La Torre de la Marquesa albergó por última vez un encuentro del Real Murcia el 7 de diciembre de 1924. Aquel día las obras del nuevo “stadium” de La Condomina estaban muy próximas a su finalización.

Entre 1920 y 1924 el Real Murcia disputó en La Torre de la Marquesa 13 partidos oficiales, 12 correspondientes al campeonato regional levantino, y uno del campeonato de España ante el Sevilla, celebrado el 17 de abril de 1921, y. al menos, 143 partidos amistosos. El guardameta Francisco Juseph y el defensa Jesús Pagán, dos mitos del murcianismo cuya figura ha sido casi olvidada con el paso de las décadas, fueron los futbolistas que disputaron más partidos en este terreno de juego.

A finales de la década de 1920, y una vez construidas la cárcel (izquierda) y la estación de Caravaca (derecha) aún era posible ver parte del terreno que ocupó el campo de La Torre de la Marquesa en mitad de la huerta

A finales de la década de 1920, y una vez construidas la cárcel (izquierda) y la estación de Caravaca (derecha) aún era posible ver parte del terreno que ocupó el campo de La Torre de la Marquesa en mitad de la huerta

El romanticismo del campo de fútbol de la Torre de la Marquesa parte de sus propias imperfecciones. Era un terreno de juego plagado de incomodidades en el que sólo algunos privilegiados podían ver el fútbol sentado en sillas de madera. La gran mayoría del público lo presenciaba de pie, detrás de una cuerda que nunca estaba tensa porque los aficionados solían apoyarse en ella. Otro inconveniente era la propia actitud del público que, con frecuencia, solía cruzar por algún lugar del terreno de juego para cambiar su ubicación, lo que hizo que los partidos tuvieran que detenerse en las ocasiones (que no fueron pocas) en las que la presencia de los espectadores influía en el desarrollo del juego.

Algunos jóvenes más osados buscaban una mejor perspectiva y presenciaban el encuentro sentados en la tapia que circundaba el terreno de juego, o subidos en las moreras de alrededor. Existía una caseta que estaba situada a unos 50 metros del recinto en la que se guardaban los pocos utensilios que se utilizaban, como las redes de las porterías. Era una pequeña habitación sin duchas, que en ocasiones se utilizaba como vestuario, aunque lo habitual era que los jugadores llegaran al campo de fútbol ya equipados. En la última época la directiva habilitó un espacio para que los redactores deportivos de los periódicos pudieran trabajar con cierta tranquilidad, e incluso se instaló un rudimentario marcador. Pese a todos estos inconvenientes, el entorno del campo de fútbol en mitad de la huerta llamaba la atención a aquellos jugadores que lo visitaban por primera vez, tal es el caso del sevillista, Pepe Brand, quien dejó escrito en su diario que el campo “es muy bonito porque está rodeado de la huerta, que parece un jardín”.

En esta imagen se observa como muchos jóvenes presenciaban los partidos sentados en la tapia del recinto

En esta imagen se observa como muchos jóvenes presenciaban los partidos sentados en la tapia del recinto

Los únicos recuerdos que quedan del campo de La Torre de la Marquesa son un puñado de fotografías y el balón que se utilizó en el partido de inauguración que ha sido conservado durante estos cien años por la familia Guillamón. La mayor parte de vivencias y anécdotas con los que cientos de murcianos aprendieron a amar a un equipo de fútbol  han quedado sepultadas en el olvido con el discurrir del tiempo. Más que un campo de fútbol, La Torre de la Marquesa fue símbolo para el murcianismo. Cien años después, la zona sur de aquel terreno está ocupada por la plaza Circular, que es el lugar en el que los seguidores del Real Murcia se reúnen para festejar sus grandes acontecimientos. Posiblemente sean los únicos aficionados de un club español que celebran sus triunfos en el mismo lugar en el que estaba ubicado el primer campo de fútbol de su equipo.




Un siglo de rivalidad futbolística entre Murcia y Cartagena

El pasado 19 de marzo el estadio Cartagonova fue escenario de un nuevo encuentro entre los equipos más representativos de Cartagena y Murcia; en este caso, entre el FC Cartagena y el Real Murcia. El partido se desarrolló con la pasión habitual que tradicionalmente suscitan los enfrentamientos entre los clubes más representativos de ambas ciudades, pero desde un punto de vista histórico se trataba de un encuentro especial porque este mes de abril se cumplen cien años del inicio de la rivalidad futbolística Murcia-Cartagena, una rivalidad surgida a raíz de unos incidentes acaecidos, precisamente, muy cerca del Estadio Cartagonova: en el antiguo campo de fútbol de Los Mayores, que estaba situado en las inmediaciones de la Alameda de San Antón.

El primer partido de fútbol documentado entre un equipo de Murcia y uno de Cartagena data del 26 de noviembre de 1911. No fue un encuentro entre los equipos más importantes de ambas ciudades ya que la expedición murciana que se desplazó a Cartagena estaba compuesta en su mayor parte por suplentes del Murcia FC. El dato más llamativo del choque entre el Sport Club Carthago y el Sporting Club de Murcia, que finalizó con victoria local por 3-0, radica en que todos los tantos fueron conseguidos por jugadores británicos.

Poco después de aquel partido, en la Murcia futbolística se abrió un lapso de más de cuatro años de casi total oscurantismo. Durante este periodo no existió ninguna sociedad que tuviera la capacidad organizativa suficiente como para desarrollar una actividad constante, siquiera durante unos meses, hasta 1916, año en que se fundó el Athletic Club. Algo parecido sucedió en Cartagena, ciudad en la que las noticias futbolísticas también son muy escasas hasta este mismo año. Precisamente durante el verano de 1916 se produjo un doble enfrentamiento en Cartagena entre los equipos más representativos de ambas ciudades que se desarrolló sin incidencias destacadas.

Hasta la creación de la Federación Levantina en 1919 ningún equipo de la región participó en competiciones oficiales. En Murcia existía la costumbre de organizar partidos amistosos durante las fiestas locales, ya que al tratarse de un evento incluido en el programa de festejos el acontecimiento concitaba la atención de un mayor número de espectadores.  De este modo en 1917, y con motivo de las Fiestas de Abril, hoy Fiestas de Primavera, el Athletic Club de Murcia se puso en contacto con el que entonces era el primer equipo de Cartagena, el Sporting Club Carthago, para invitarle a disputar un partido amistoso. El Sporting aceptó la petición con la condición de que los murcianos le devolvieran la visita, algo que era costumbre en la época. Cada afición tendría la oportunidad de ver a su equipo y ambos clubes podrían obtener ingresos económicos en concepto de taquilla.

El escenario del primer partido fue el campo del Tiro Nacional, denominado así porque se encontraba en una parcela anexa al campo de Tiro de Espinardo, y que estaba situado a unos cinco kilómetros del núcleo urbano de Murcia. Se trataba del único campo de fútbol existente en el municipio, ya que la ciudad se encontraba completamente rodeada por la huerta y por este motivo era imposible encontrar otro lugar (al margen de la plaza de toros) para organizar un partido de fútbol. El terreno de juego, que se usaba desde 1903, presentaba un estado deplorable, incluso para las pocas exigencias de los jugadores de la época. El campo, de reducidas dimensiones, estaba atravesado por un camino vecinal (de modo que cuando se acercaba un carruaje había que detener el juego) y además estaba inclinado hacia una de las bandas. A todo esto se le sumaba que el Athletic llevaba casi un año sin utilizarlo, por lo que un grupo de jóvenes de la ciudad se tuvo que esforzar para limpiarlo de piedras y otros obstáculos hasta dejarlo en un estado que permitiera albergar un partido de fútbol.

Era la primera vez que el club más representativo de Cartagena jugaba en Espinardo. La impresión que produjo aquel campo a los periodistas de esta ciudad distó mucho de ser aceptable. El redactor de El Eco de Cartagena incidió en las escasas dimensiones del terreno de juego (aproximadamente 60×40) y en que la distancia desde el saque de esquina hasta la portería era de sólo 18 metros. La Tierra realizó una descripción muy completa “llegamos al campo y nuestra desilusión es enorme. El terreno de juego es de lo más malo que puede haber para estos menesteres. De dimensiones irrisorias y de un piso verdaderamente infernal. Por un lado una carretera llena de surcos y por otro una pendiente pronunciadísima de esas de las de peligro de muerte.”

La jornada presentaba un grave inconveniente que podía haber retraído la presencia de aficionados, pues a la lejanía del campo de fútbol, se le sumó la climatología adversa. Durante toda la tarde reinó un fuerte viento; no obstante, las ganas de los murcianos por ver un partido de fútbol y la publicidad otorgada al evento pesaron más, lo que motivó que el campo estuviera lleno. Ganó el Sporting por 1-2, pero si este partido ha pasado a la historia ha sido por un incidente aislado. Cuando los cartageneros obtuvieron el 0-2 algunos aficionados locales lanzaron piedras al terreno de juego, una de las cuales parece ser que golpeó levemente a Monche, el autor del tanto, un futbolista natural de Mazarrón que había jugado con el equipo murciano durante el año anterior. No debió tener importancia este impacto ya que dos de los tres redactores cartageneros que se desplazaron hasta Murcia ni siquiera mencionaron el incidente.

El domingo 29 de abril se produjo la devolución de la visita. El encuentro iba a ser una fiesta en la que estaba previsto homenajear a la tripulación del submarino Isaac Peral, que había llegado al puerto de Cartagena dos días antes. La prensa cartagenera no calentó el partido. Al contrario, si en algo se detuvo fue en elogiar las virtudes de los mejores jugadores del Athletic.

El partido se tenía que haber celebrado en el campo del paseo Alfonso XIII (que popularmente ha pasado a la historia como campo de la Alambrada, porque se cercó con una alambrada de espino), pero durante parte de la mañana llovió de forma torrencial y el terreno de juego quedó anegado. Ante la amenaza de suspensión, la única solución fue trasladar el partido al antiguo campo de Los Mayores.

Según la prensa se congregaron alrededor de 4.000 espectadores. Es muy probable que esta estimación sea exagerada, pero de lo que no cabe duda es que aquella visita del Athletic Club de Murcia fue todo un acontecimiento. Además los aficionados locales pudieron disfrutar de un encuentro que tuvo un desenlace favorable para su equipo que obtuvo una cómoda victoria.

El partido transcurrió con relativa normalidad, incluso las distintas fuentes consultadas coinciden en que el público despidió a los jugadores murcianos con aplausos. A partir de ahí cambió todo. Según escribió un redactor de El Tiempo “el partido terminó a las seis, hora en que los jugadores murcianos tomaron el coche para ir a la fonda, más un grupo de mozalbetes de 18 a 25 años en número de varios cientos apedrearon el coche dando lugar con esto a que ocho números de policía con un cabo tuvieran que ir escoltando el coche. La manifestación de barbarie no se contentó con ir hasta la entrada de Cartagena, sino que continuó hasta la fonda”. El redactor afirmó que los presentes fueron animados por un jugador del Sporting Club Carthago. Después de aquellos incidentes ambos clubes rompieron las relaciones.

Formación que presentó el Athletic Club de Murcia en el controvertido encuentro disputado el 29 de abril de 1917 en Cartagena

Formación que presentó el Athletic Club de Murcia en el controvertido encuentro disputado el 29 de abril de 1917 en Cartagena

Aquel mismo día la ciudad de Murcia inició una nueva etapa futbolística. Alfonso Guillamón, jugador del Athletic, comentó durante el viaje de vuelta que era necesario construir un campo de fútbol con dimensiones reglamentarias para que el club pudiera progresar. Pocas semanas después el Athletic Club de Murcia desaparecía y cedía el testigo al Murcia Foot Ball Club, que sería presidido por el propio Guillamón, quien logró encontrar un lugar adecuado para construir un nuevo campo de fútbol. El 27 de enero de 1918 el Murcia FC inauguró el campo de La Torre de la Marquesa en un partido amistoso ante el Hispania de Orihuela.

Uno de los primeros acuerdos de la directiva del Murcia FC fue negarse a mantener cualquier tipo de relación con el Sporting Club Carthago. En mitad de la tensión futbolística entre ambas ciudades entró en escena un tercer equipo: el Stadium de Madrid. A finales de 1917 el Sporting Club Carthago se adhirió a la Federación Sur con el objeto de obtener autorización para celebrar partidos amistosos contra equipos federados. El equipo cartagenero contrató al Stadium para disputar un encuentro el 1 de enero de 1918. La historia se repitió y la expedición madrileña fue apedreada cuando se dirigía a la estación para tomar el tren de vuelta.

Tal situación hizo reflexionar a la junta directiva del equipo cartagenero que se puso en contacto con la del Stadium para invitarle de nuevo a Cartagena en un acto de desagravio. Ambos clubes concertaron la disputa de dos partidos los días 31 de marzo (Domingo de Resurrección) y 1 de abril, a cambio de los cuales el club madrileño percibiría 400 pesetas.

Los dos encuentros entre el Sporting Carthago y el Stadium terminaron en empate. La directiva cartagenera propuso disputar un tercer partido al día siguiente, 2 de abril, para determinar un vencedor, aunque el objetivo prioritario era obtener unos mayores ingresos económicos, ya que la afluencia de espectadores no había sido la esperada porque la climatología había sido adversa. Inesperadamente se encontraron con la negativa de los futbolistas del Stadium, quienes se habían comprometido a jugar ante el Murcia FC.

La visita del Stadium a Cartagena coincidía con las Fiestas de Abril en Murcia. Por este motivo Alfonso Guillamón se puso en contacto con los futbolistas madrileños para concertar dos partidos los días 3 y 7 de abril, a cambio de una cantidad económica que se repartirían los componentes de la expedición. Los contactos fueron rápidos porque el jugador del Stadium que actuó como enlace fue Juan García Calvo, un futbolista formado en Murcia que se encontraba provisionalmente en Madrid estudiando Bellas Artes. Se da la circunstancia de que Manolo, hermano de Juan, era jugador del Murcia FC, aunque en aquellas fechas estaba ausente porque se encontraba realizando el servicio militar.

El acuerdo Murcia-Stadium, rubricado por Alfonso Guillamón y por Llorente, capitán del equipo madrileño, se realizó en contra del criterio del directivo que se había desplazado con la expedición, un tal Elises, quien a instancias de la junta directiva del Sporting Club Carthago había firmado un documento en el que negaba el permiso a los jugadores del Stadium jugar en Murcia, esgrimiendo el argumento de que el Murcia FC no estaba inscrito en ninguna federación. Asimismo, tres jugadores del Stadium se negaron a jugar en Murcia: el guardameta Pablo Hernández Coronado (quien varias décadas más tarde sería seleccionador español), Manzanedo (jugador del Madrid FC que reforzaba al Stadium) y Clavé (jugador del Racing de Madrid que, igualmente, reforzaba a los visitantes). El resto de la expedición hizo caso omiso a la orden de Elises de marchar directamente a Madrid.

Esta situación indignó a la junta directiva del Sporting Club Carthago, hasta tal punto que hizo todo lo posible para que los encuentros no se celebrasen. Los cartageneros enviaron un comunicado al gobernador civil manifestando que los partidos concertados entre el Murcia FC y el Stadium tenían que ser suspendidos porque el representante de este club había firmado un documento en el que se comprometía a que el Stadium no jugaría en Murcia, y que si lo hacía el club madrileño tendría que devolver las 400 pesetas al Sporting, algo a lo que Elises no estaba dispuesto.

El presidente del Sporting Club Carthago, el conocido político y abogado, José García Vaso, y otros dos directivos se desplazaron a Murcia para entrevistarse con el gobernador civil con el objeto de que suspendiera los partidos, pero se dio la curiosa circunstancia de que el gobernador civil era el padre de un jugador del Murcia FC. Finalmente los encuentros se disputaron, bajo el pretexto de que era la primera vez que un equipo madrileño jugaba en la ciudad y la visita del Stadium había causado tal expectación que se temía que la suspensión podría causar desórdenes públicos.

Formación del Stadium que se enfrentó al Murcia FC el 3 de abril de 1918 en el campo de La Torre de la Marquesa

Formación del Stadium que se enfrentó al Murcia FC el 3 de abril de 1918 en el campo de La Torre de la Marquesa

Tras el final del primer partido se reunieron todas las partes (gobernador civil, directivos de los tres equipos implicados y jugadores del Stadium) para aclarar la situación. Alfonso Guillamón le propuso a José García Vaso pagarle las 400 pesetas requeridas, pero el presidente del club cartagenero rehusó el ofrecimiento porque según él era una cuestión que tenía que dirimir con el club madrileño y no con el Murcia. El gran perjudicado de esta situación fue el Stadium porque tras su regreso a Madrid todos los jugadores que no obedecieron las órdenes de Elises fueron dados de baja por el club y sancionados durante seis meses por la Federación Regional Centro.

Aquel desencuentro ahondó aún más la crisis futbolística Murcia-Cartagena. El diario El Liberal publicó una carta de Alfonso Guillamón dirigida al capitán del Sporting Carthago, Antonio Para en la que reprochaba la actitud del presidente de su club y afirmaba que no había podido determinar si aquella visita al gobernador civil había sido por dinero, para suspender el partido anunciado para aquella tarde, o para encarcelar a los jugadores del Stadium por estafadores. Desde Cartagena tampoco se dieron pasos para lograr una reconciliación y durante las semanas siguientes, representantes de ambos clubes utilizaron la prensa para cruzarse acusaciones y amenazas.

Alineación del Murcia FC en un partido disputado a finales de 1918, también ante el Stadium. Alfonso Guillamón, vestido de traje, se encuentra a la derecha de la imagen

Alineación del Murcia FC en un partido disputado a finales de 1918, también ante el Stadium. Alfonso Guillamón, vestido de traje, se encuentra a la derecha de la imagen

Finalmente, en enero de 1919 imperó la cordura. Casi dos años después de la ruptura de relaciones Juan Teruel, vicesecretario del Sporting Carthago, envió una carta a Alfonso Guillamón, disculpándose por los incidentes sucedidos en Cartagena, e instando a normalizar las relaciones entre ambos clubes. “La protesta del Sporting contra determinados elementos del Stadium de Madrid era justificadísima. Dicha protesta ustedes la interpretaron como animosidad del Sporting hacia el Murcia F.C. y tal animosidad no existe. Nosotros procuraremos demostrarlo con nuestros actos…en cuanto a lo sucedido en ésta cuando la última visita del Athletic Club de Murcia, claro está que el Sporting Club Carthago no puede ser responsable de los actos de cierta parte del público, puesto que él mismo es el primero en censurarlo. En esto no cabe más que evitar (y esto es posible en ustedes y en nosotros) la repetición de estos actos. Así pues debe olvidarse lo pasado y poner todos de nuestra parte, para que cese de una vez para siempre la tirantez de relaciones que actualmente existe”

Lo que en un principio era el contenido de una carta privada trascendió a la prensa. No gustó en Cartagena que esto sucediera, pero la publicación de estas palabras produjo un efecto positivo. Finalmente, y tras las oportunas disculpas, por fin el 18 de mayo de 1919, es decir más de dos años después de que se produjeran los incidentes que propiciaron la ruptura de relaciones, los equipos más importantes de Murcia y Cartagena: el Murcia FC y el Sporting Club Carthago disputaron un partido de fútbol. El escenario fue el campo de La Torre de la Marquesa. Ganó el equipo murciano por 3-0. Los cartageneros quedaron tan encantados con el trato recibido que invitaron al Murcia FC a inaugurar su nuevo campo de fútbol, cuando en principio estaba previsto que lo hiciera el Club Deportivo Aguileño. Este enfrentamiento se produjo el 22 de junio. Como anécdota, durante el descanso los jugadores de ambos equipos fueron invitados a cerveza. Ganaron los locales por 3-1. Curiosamente este partido fue el último de la historia del Murcia FC.

La reconciliación deportiva entre ambas ciudades se produjo en un momento muy importante ya que en 1919 se fundó la Federación Levantina de Fútbol, lo que facilitó la oportunidad a los equipos de fútbol de las regiones de Valencia y Murcia de participar, por primera vez en la historia, en competiciones federadas. Una serie de circunstancias propiciaron que durante este año se constituyeran nuevos equipos de fútbol en Alicante (Natación), Valencia (Valencia FC), Cartagena (Cartagena FC) y Murcia (R. Levante, actual Real Murcia), todos ellos con metas muy ambiciosas. La progresión del fútbol como deporte de masas era imparable.

Las relaciones futbolísticas entre Murcia y Cartagena se normalizaron, pero los detalles de aquel desencuentro continuaron en la memoria de aquellos que lo habían vivido en primera persona. Cuando en 1936 el Cartagena fichó como entrenador a Juan Manzanedo (también conocido como Baúles) aún se elogiaba su actitud por haber sido uno de los jugadores del Stadium que 18 años antes se había negado a jugar en Murcia.

Anécdotas al margen, el mes de abril de 1917 ha pasado a la historia futbolística de la Región de Murcia porque fue el punto de partida de una rivalidad entre las ciudades de Murcia y Cartagena que ahora cumple 100 años.




El primer partido de fútbol de un equipo español en otro continente: la expedición del Club Deportivo Aguileño a Orán en 1912

Se considera a la ciudad de Orán, geográficamente en África, pero hasta 1962 bajo el protectorado francés, como la cuna del fútbol de los países árabes, y (junto a varias ciudades de Sudáfrica) como una de las cunas del fútbol africano. Según distintas fuentes consultadas el primer club de esta ciudad, el Club Athlétique Oranais (a partir de 1921, Club Athlétique Liberté Oranais) se fundó en 1897. Posteriormente se crearon otros equipos debido al gran auge que adquirió la práctica de este deporte. Algunos de ellos, como era costumbre en aquellos años, tuvieron una actividad irregular y desaparecieron tras el primer contratiempo.

La fluidez de las comunicaciones marítimas entre Orán y los puertos del Levante español, y la falta de mano de obra en la ciudad argelina propiciaron que desde mediados del siglo XIX se creara una importante colonia de emigrantes españoles que, fundamentalmente, se dedicaban a realizar tareas agrícolas. Muchos de ellos partieron a Orán desde los puertos de Cartagena y Alicante. Según afirma Juan David Sempere en su obra “Los pied-noir en Alicante: las migraciones inducidas por la descolonización”, en 1913 la población de Orán estaba compuesta por 95.000 franceses, 92.000 franceses nacionalizados y 93.000 españoles.

A principios del siglo XX los equipos de fútbol locales, varios de los cuales habían sido fundados por extranjeros que residían en la ciudad, disputaban partidos entre ellos con una cierta frecuencia. Poco a poco el fútbol se convirtió en un deporte casi tan popular como lo era el ciclismo. De este modo, con el paso de los años los futbolistas oraneses tuvieron la necesidad de afrontar nuevos retos. Las buenas comunicaciones entre Orán y los puertos de Cartagena y Alicante facilitaban la opción de que un equipo oranés pudiera desplazarse a la península para jugar un partido de fútbol. Un desplazamiento desde Orán hasta Cartagena, o hasta Alicante, no era excesivamente costoso, e incluso para los futbolistas oraneses era muchísimo más cómodo que tener que marchar en tren a disputar un partido ante un rival de Constantina, o incluso ante un rival de Argel, ciudad con la que sí existía una aceptable comunicación ferroviaria que había facilitado que equipos de ambas ciudades concertaran esporádicamente la disputa de partidos de fútbol,pero que geográficamente estaba más alejada que Cartagena.

La facilidad para el desplazamiento, la existencia de una amplia población española, la gran repercusión que alcanzó el fútbol en Orán y el aliciente de jugar contra un equipo europeopropiciaron que la disputa de un partido entre un equipo oranés y otro de la península fuera sólo cuestión de tiempo. El 27 de julio de 1909 se anunció un encuentro en Cartagena entre el Sport Club, la entidad más representativa de esta ciudad en aquel momento, y el Foot-Ball Club de Orán, (un equipo fundado por miembros de la colonia española de laciudad). Los oraneses tenían previsto formar una alineación en la que destacaba la presencia de cinco jugadores con apellido español. El encuentro se suspendió según la prensa por “enfermedad y ausencia imprevista de algunos de los individuos que habían de tomar parte en él”.

El interés de los oraneses por jugar en España era tan grande que, finalmente, ambos equipos concertaron la disputa de dos partidos los días 31 de octubre y 1 de noviembre del mismo año. Los argelinos anunciaron una formación muy parecida a la que tenían previsto presentar en el mes de julio, en esta ocasión con la presencia de seis jugadores con apellido español. El primer partido se disputó, al parecer sin incidencias reseñables, y lo ganó el Foot-Ball Club de Orán (la prensa se refiere a este equipo como Oranais, pero parece evidente que se trataba del Foot-Ball Club) “por cuatro gols”(cabe suponer que por 0-4). El segundo encuentro se suspendió al poco de comenzar, según el diario El Eco de Cartagena “por ciertas cuestiones surgidas en el juego se retiraron los franceses quedando suspendido el match”. Esta fue la primera vez (salvo que futuras investigaciones demuestren lo contrario) en que un equipo de otro continente disputó un partido de fútbol en España.

En 1910 se produjo un punto de inflexión en el fútbol oranés a raíz de que la Union des Sociétés Françaises de Sports Athlétiques (USFSA) creara un comité para la organización de un campeonato regional. La intención de la USFSA era impulsar la prácticadel fútbol en las ciudades norteafricanas del protectorado francés mediante la creación de ligas oficiales. En un principio se proyectó fundar comités regionales en Orán, Argel, Constantina y Túnez. El objetivo era que los ganadores de cada torneo contendieran en una fase final, pero la USFSA no contaba con el inconveniente de las grandes dificultades que existían en el norte de África para que los clubes realizaran los desplazamientos y, especialmente, para que hubiera una coordinación adecuada entre ellos.

El impulso que produjo la creación del Comité Regional de la USFSA en Orán se tradujo en un aumento tanto del número de equipos, como del número de espectadores que asistían a los partidos de fútbol.En este contexto no era de extrañar que a medio plazo alguno de los clubes que participaban en la liga estableciera contacto conun equipo del Levante español para que se desplazara a Orán a disputar un encuentro amistoso que supondría un nuevo aliciente para los aficionados de la ciudad. En 1912 concurrieron las circunstancias adecuadas para invitar a un “campeón” español,si bien la iniciativa no partió de un equipo de fútbol, si no del periódico local L´Echo Sportif de l´Oranie.

Mientras que en Orán el Club Athlétique se alzaba con el campeonato local de la temporada 1911-12 (sería derrotado en la final del Torneo Regional de la USFSA por el Sporting Club de Bel-Abbés), en la península, el Club Deportivo Aguileño, invicto desde su fundación, no tenía opción de prolongar su racha debido al grave inconveniente de no encontrar rivales contra los que enfrentarse. El desmantelamiento del Murcia FC a finales de 1911, la anarquía reinante en el fútbol cartagenero, y las malas relaciones con el equipo de fútbol de Lorca dibujaban un panorama complicado. No les cabía otra opción a los jugadores del CD Aguileño que matar el gusanillo enfrentándose esporádicamente a equipos formados por marineros de los buques ingleses que llegaban al puerto, o a otros compuestos por jugadores de la localidad que no tenían nivel para formar parte del club más representativo de la población.

El 5 de noviembre de 1911 se había disputado en Murcia un torneo llamado Campeonato del Sudeste. El club organizador, el Murcia FCM, esperaba que participaran equipos de las provincias de Valencia, Alicante. Murcia, Albacete y Almería pero, finalmente, sólo se inscribieron el propio Murcia FCM y el Club Deportivo Aguileño. Elpartido tuvo un desenlace surrealista que provocó que ambos clubes se autoproclamaran vencedores. Mediada la segunda parte el CD Aguileño marcó el primer gol del partido. Los integrantes del Murcia protestaron porque consideraron que el tanto no había sido legal. El encuentro no finalizó porque anocheció mientras que los jugadores de ambos equipos discutían sobre la validez del gol. El Murcia propuso que el partido se reanudara la tarde siguiente. Así estaba previsto, perocuando todo estaba preparado para la continuación, el CD Aguileño decidió retirarse porque el nuevo árbitro designado para dirigir los 25 minutos que restaban para la finalización del partido no quiso dar validez al tanto. En consecuencia ambos equipos consideraban que habían ganado por 1-0. El Murcia FCM por la retirada del equipo rival y el CD Aguileño porque consideraban que el gol era válido y porque tras la discusión entre jugadores de ambos equipos, el árbitro del primer partido (su presidente, Juan Gray) había dado por finalizado el encuentro por falta de luz solar. El Murcia FCM en calidad de organizador se quedó con el trofeo. El CD Aguileño, herido en su amor propio, elevó un acta notarial protestando por lo sucedido.Esta situación tan surrealista se tradujo en que los aguileños (al igual que los murcianos) se consideraran campeones del Torneo del Sudeste.

Formación del Club Deportivo Aguileño en 1910. Gabriel García, sentado a la derecha de la imagen, fue el capitán del equipo que se desplazó a Orán

Formación del Club Deportivo Aguileño en 1910. Gabriel García, sentado a la derecha de la imagen, fue el capitán del equipo que se desplazó a Orán

La desaparición temporal del Murcia FCM facilitó que el eco del triunfo aguileño en aquel Campeonato del Sudeste llegara hasta Orán. No se sabe cómo se iniciaron los contactos entre aguileños y oraneses, pero la visita del club español era muy atractiva. Los argelinos no sólo habían encontrado un rival de una población cercana al puerto de Cartagena, sino que eserival era, además, campeón de un torneo cuyo nombre englobaba a una zona geográfica de España. A los aficionados oraneses la información les llegó de una forma muy distorsionada. En el mes de septiembre L´Echo Sportif anunciaba que se desplazaría a Orán el campeón español del suroeste, que además era el campeón de Cataluña (sic.). En las semanas previas al viaje de los aguileños la información que recibieron los lectores del periódico argelino seguía sin aclarar realmente quiénes eran sus huéspedes.Bien fuera por una interpretación delirante, o bien de forma deliberada para aumentar la expectación del público (esta opción parece la más probable), la prensa anunció la visitadel campeón del sur de España.El escaso peso específico que tuvieron los equipos andaluces en el fútbol nacional durante estos años ayudó a propagar la creencia de que el CD Aguileño era el legítimo campeón del sur. L´Echo Sportif no escatimó elogios para sus invitados, llegando a afirmar que el Club Deportivo Aguileño era uno de los mejores equipos de la península y que tenía un potencial similar al del Stade Francais, o al de cualquier otro de los mejores clubes de la metrópoli. Asimismo anunció que el CD Aguileño, en su condición de“Campeón del Sur”, jugaría contra el FC Barcelona, equipo había ganado el Campeonato de España. Es cierto que se iniciaron conversaciones entre estos dos clubes para disputar un partido amistoso, pero los aguileñosno disponían del equipo completo para viajar a Barcelona y rehusaron reforzarse con jugadores de Murcia y de Cartagena. Al final el equipo que se enfrentó al FC Barcelona en mayo de 1913 fue un combinado de jugadores de Cartagena, Murcia, Alicante y Valencia.

El Club Deportivo Aguileño fue presentado en Orán como el campeón del sur de España

El Club Deportivo Aguileño fue presentado en Orán como el campeón del sur de España

El periódico L´Echo Sportif se encargó de todos los detalles de la organización del evento. El acuerdo consistía en que el Club Deportivo Aguileño disputaría dos encuentros en tierras argelinas, el primero de ellos el viernes, 1 de noviembre, ante un equipo formado por los mejores jugadores de Orán y el segundo, el domingo, 3 de noviembre, ante el Club Athlétique, campeón de Orán. Este segundo encuentro revestiría el carácter de una final internacional.

El anuncio de que los dos rivales del CD Aguileño serían un equipo formado por los mejores jugadores de Orán y el Club Athlétique provocó la protesta de la junta directiva del Sporting Club de Bel-Abbés. El equipo de la ciudad de Sidi-Bel-Abbés, que contaba en sus filas con varios jugadores de origen español, se había proclamado campeón del Torneo Regional de Orán organizado por la USFSA en la temporada 1911-12 tras derrotar al Club Athlétique, y como vencedor de esta competición oficial reivindicaba ser el rival del CD Aguileño en el partido del día 1 de noviembre. Sin embargo su petición fue rechazada por la comisión organizadora con el argumento de que no podían correr con los gastos del equipo de Sidi-Bel-Abbés. En realidad la razón de la negativa era que los organizadores no estaban dispuestos a que fuera un equipo de otra ciudad el que se enfrentara al campeón español.

Las autoridades locales dieron la orden de acondicionar el Velódromo de San Eugenio para ofrecer un espectáculo polideportivo que atrajera la atención de los aficionados. De este modo se organizó la celebración de varias pruebas de atletismo, e incluso el segundo día,de una competición de tiro de cuerda como aperitivo previo a la disputa de los partidos de fútbol.

Durante el mes de octubre aguileños y oraneses se cruzaron varios telegramas para ultimar los detalles de la organización.El miércoles, día 30 de octubre, a las cinco de la mañana, la expedición aguileña comandada por el Juez de Paz de Águilas y presidente del CD Aguileño, José Hernández Berné, llegó a Orán, a bordo del transatlántico “Duque de Braganza”. Le acompañaban el guardameta Oliver, los defensas Francisco García y Gabriel García (capitán del equipo) los centrocampistas Baldomero Navarro, Carlos Buitrago y José Hernández y los delanteros Diego García, José Buitrago, Luis Vilardell (vicecapitán del equipo), Pedro Fernández Luna y Diego Barberá. Completaban la expedición los jugadores suplentes Jaime Ribera y Jaime Glover y el vicepresidente del club, el médico Pedro Calero Luanco. Los aguileños anunciaron que se presentaban con dos bajas con respecto a la formación titular. En el desplazamiento destaca la presencia de seis jugadores que habían formado parte de la alineación aguileña que disputó el partidodel Campeonato del Sudesteel año anterior: el guardameta Oliver, Carlos Buitrago, su sobrino José Buitrago, Diego García, Luis Vilardell y Pedro Fernández Luna.

La expedición aguileña fue recibidaen el puerto por el director de L´Echo Sportif. Inmediatamente los visitantes les entregaron una corona de flores con los colores de las banderas española y francesa. Seguidamente fueron presentados al Comité de Bienvenida, del que formaban parte varias personas cuyo apellido delata su origen español: Aranzana, secretario general del Comité Nacional de Orán, Visbecq, presidente de la Comisión de Fútbol Asociación, Santini, presidente de L´Ideal Club Oranais, Hernández, vicepresidente del Club Athlétique Oranais, Banon (tal vez, Bañón), presidente del Club Joyeux Oranais y Montesinos, vicepresidente del Foot-Ball Club Oranais y capitán del equipo que se enfrentaría al CD Aguileño el 1 de noviembre.

José Hernández agradeció la calurosa acogida de los presentes.El presidente del equipo de Águilas mostró su deseo de que los enfrentamientos deportivos entre oraneses y españoles se produjeran con frecuencia y que éstos sirvieran para reforzar las relaciones de amistad entre España y Argelia(y entre España y Francia, en general). Posteriormente, la expedición aguileña fue conducida en coches de caballos al Hotel Europa en el que estaba previsto que los invitados permanecieran hasta el lunes, día 4.

Los actos deportivos del fin de semana se iniciaron el viernes a las 14:00 horas con la celebración de varias pruebas atléticas que precedieron al inicio del partido entre el equipo formado por los mejores jugadores de Orán (al que se le denominó “equipo mixto”) y el CD Aguileño, previsto para las 15:15, pero que, finalmente, se adelantó a las 15:00 horas. Las autoridades locales “internacionalizaron” aún más el evento al pedirle al cónsul inglés, Mr. Barber, que realizara el saque de honor. No fue la única autoridad presente en aquel “acontecimiento sin precedentes” como tituló la prensa argelina. La presidencia de honor la ostentaban el citado Mr. Barber, Jules Gasser, alcalde de Orán, José de Tejada, cónsul de España, el presidente del Comité Regional de la USFSA en Orán, el doctor Georges Pairey el del Comité Regional de la USFSA en Argel, Perret.

El equipo mixto tenía previsto formar con una alineación compuesta por el guardameta Jammet (Club Athlétique) los defensas Ros y Montesinos (ambos del Foot-Ball Club Oran) los centrocampistas Detamenti (Foot-Ball Club Oran) Labernèze (Club des Joyeteuses) y Cabanel (Club Athlétique) y los delanteros Mougeot (Club des Joyeteuses), Garbe (Foot-Ball Club Oran) Costagliola (Joyeux Club Oranais), Pamiès (Club Atlétique) y Beltra (Joyeux Club Oranais). Como suplentes figuraban Podesta (Club Athletique), Constant (Club Athletique) y Long (L´Ideal Club). Los jugadores delFoot-BallClub Oran, Montesinos y Detamenti habían sido anunciados como integrantes del equipo de la formación del Foot-Ball Club Oran que jugó en Cartagena en 1909. No parece casual que este club, que como se ha dicho antes representaba a la colonia española de la ciudad, fuera el que aportara más jugadores a la selección, pese a que la prensa local reiteró que habían sido elegidos los mejores futbolistas de la liga.

El 1 de noviembre de 1912, a las 15:00 horas, se inició el primer partido de fútbol que disputó un club español en otro continente. El equipo mixto, con camiseta verde, se enfrentaba al Club Deportivo Aguileño, que vestía camiseta blanquinegra. Los jugadores aguileños fueron recibidos por los acordes de una banda de música y por gritos de “vivas” entusiásticos del público. El encuentro finalizó con el resultado de empate a un gol. Los aguileños se adelantaron en el marcador a los 12 minutos. Antes del descanso, el equipo oranés obtuvo el tantodel empate, tras un penalti transformado por Denis Cabanel, hermano del árbitro del partido. La crónica que aparece en L´Echo Sportif refleja que el CDAguileño comenzó más centrado, pero que con el paso de los minutos los oraneses dominaron el encuentro, e incluso que en la segunda parte, el equipo local tuvo serias opciones de ganar el partido, pero la buena actuación del portero Oliver y del defensa Francisco García evitaron la derrota aguileña. En la línea de ataque destacó la actuación de Luis Vilardell, quien llamó la atención del público por su rapidez.

Denis Cabanel, capitán del Club Athlétique, marcó el gol de la Selección de Orán

Denis Cabanel, capitán del Club Athlétique, marcó el gol de la Selección de Orán

El domingo, día 3, se disputó el que fue considerado como el acontecimiento deportivo más importante de la historia de la ciudad. De un lado, el Club Athlétique, campeón de la ciudad de Orán, se consideraba de forma arbitraria campeón de Argelia basándose en el sentimentalismo histórico. Asimismo, los oraneses razonaban esta condición esgrimiendo el argumento de que de los partidos disputados entre equipos oraneses y argelinos sólo en ocasión, en el lejano año 1905, un equipo de Argel, el Stade Algerien, había derrotado a un equipo oranés.Su rival era el Club Deportivo Aguileño, auto proclamado ganador del Campeonato del Sudeste, y considerado de forma surrealista por L´Echo Sportif como el campeón del Sur de España. No es por tanto de extrañar que aquel encuentro se considerara un espectáculo deportivo sin precedentes que quedaría en los anales del deporte local.La dimensión que adquirió el partido no fue la de un enfrentamiento Argelia-España, sino la de un Francia-España.

L´EchoSportif convirtió el evento en un Francia-España

L´EchoSportif convirtió el evento en un Francia-España

Al igual que en la jornada del viernes, antes de la disputa del partido se celebraron varias pruebas deportivas. Además de las competiciones de atletismo se anunció un torneo de “lucha de cuerda” entre los integrantes del Club Ideal y el Club Athlétique. El encuentro estaba previsto que se iniciara a las 15:15 horas. La alineación anunciada por el Club Athlétique, que vestía camiseta rojinegra, era la formada por Jammet en la portería Podesta y Cabanel en la defensa  Constant, Duclos y Chauvin en el centro del campo y Valette, Ambrosini, Bensadoun, Pamiès y Olivès en la delantera. A última hora se produjeron dos variaciones ya que Jannot y el jugador de origen alemán, Marcel Kraft, sustituyeron a Constant y a Chauvin.

El partido entre el Club Athlétique y el CD Aguileño se jugó en medio de una gran expectación y ante la presencia de un público muy apasionado. El protagonista no invitado fue el viento que en la primera parte sopló a favor de los aguileños. La confusa crónica que aparece en L´Echo Sportif se expresa en los mismos términos que el partido anterior. Comenzó mejor el CD Aguileño, pero, poco a poco, fueron mejorando los de casa. Al descanso se llegó con el marcador de empate a cero. En la segunda parte los oraneses se repusieron al contratiempo que les supuso la retirada de Podesta por lesión y el hecho de que Cabanel estuviera renqueante tras sufrir una caída. En los últimos minutos Maurice Olivès marcó para el Club Athlétique el 1-0 (que según se interpreta de la lectura de la extraña crónica que aparece en L´Echo Sportif) fue el único gol del partido. A juicio de la prensa local, los mejores jugadores aguileños en estos dos encuentros fueron el guardameta Oliver, el defensa Francisco García los dos Buitrago y Luis Vilardell. Tras el final del partido la expedición aguileña recibió varios obsequios.

Componentes del Club AthlétiqueOranais en 1912

Componentes del Club AthlétiqueOranais en 1912

L´Echo Sportif destacó la deportividad con la que se emplearon los futbolistas españoles que acataron, sin protestar, las decisiones arbitrales, considerando que tal comportamiento debía de ser un ejemplo a seguir por los jugadores locales. También elogió el juego en equipo del CD Aguileño y la velocidad de sus componentes. El único reproche que recibieron los españoles se centraba en que el periodista no entendía que cuando se encontraban cerca de la portería rival realizaran numerosos pases y no dispararan a puerta. Asimismo resaltó que los dos partidos fueron tan igualados que pudo haber ganado cualquier equipo. La conclusión era que los aguileños tenían un nivel similar al de los mejores clubes de Argelia, aunque un poco inferior al de los grandes equipos españoles.

El presidente del Club Deportivo Aguileño, José Hernández Berné, afirmó que “los partidos fueron un tanto regulares. El arbitraje de M. Neray (se refiere a NereCabanel), excelente. También pido que sea él quien arbitre los próximos partidos. Mis jóvenes hubieran preferido vencer. Estuvieron a punto de conseguirlo, pero se encontraron con una gran defensa. No vinimos a Orán con la única intención de ganar. Nosotros queremos jugar partidos amistosos para confraternizar y para estrechar los lazos de amistad que deben unir a todos los deportistas. Si le dijera que no soy feliz por ello, mi sonrisa me desmentiría. Sí, soy feliz”. Seguidamente agradeció las atenciones dispensadas por los organizadores. “No esperaba encontrar unos amigos tan afectuosos. Esta amistad de unos pocos días será eterna. Su país tiene la suerte de tener a jóvenes muy vigorosos y nuestro vivo deseo es imitarles. Nuestra estancia entre ustedes nos ha sido provechosa y desde nuestro regreso nos esforzaremos por trabajar con ardor para llegara obtener mejores resultados”.El presidente del CD Aguileño invitó al Club Athlétique a disputar un partido en Águilas durante la primavera de 1913, pero no existe constancia de que los oraneses se desplazaran a la ciudad aguileña. Tal vez la relación se enfrió porque durante los meses posteriores a este encuentro el Club Athlétique se vio inmerso en una pequeña crisis deportiva al perder a varios jugadores de su equipo titular, entre ellos a su capitán, Denis Cabanel, quien en marzo de 1913 marchó a Vietnam para trabajar en la línea del ferrocarril Indochina-Yunnan.

A nivel histórico-deportivo, el aspecto más extraño de aquel viaje radica en el resultado del segundo encuentro. Tras el final del mismo los aguileños enviaron un telegrama a su localidad indicando que habían empatado ambos partidos, cuando en el segundo de ellos (aunque como se ha dicho anteriormente la crónica que aparece en L´Echo Sportif es realmente confusa) la interpretación de la información que publica el periódicoindica que perdieron por un gol a cero. Esta diferencia de criterio en una cuestión tan poco interpretativa como es el resultado final de un partido de fútbol pueda radicar en una de estas tres causas:

1)      La posibilidad de que los aguileños consideraran que el gol del Club Athlétique conseguido por Olivès, tras un despeje del portero aguileño, no tenía que haber subido al marcador y por este motivo para ellos el partido tendría que haber acabado con el marcador de 0-0. Esta situación sería muy similara la que se produjo en el partido del Campeonato del Sudeste cuando el CD Aguileño requirió la presencia de un notario para que levantara acta de que había ganado el partido por 0-1, porque sus representantes estimaban que el tanto que habían conseguido era legal.

2)      El hecho de que el CD Aguileño y su antecesor, el Aguilas Foot- Ball Club, jamás habían perdido un partido de fútbol y la expedición creyera conveniente transmitir a sus paisanos que el equipo había mantenido la imbatibilidad en un acontecimiento tan importante.

3)      La posibilidad (aún más surrealista si cabe) de que el CD Aguileño sí hubiera empatado y que L´Echo Sportif hubiera obviado u olvidado mencionar que los aguileños marcaron un tanto. La crónica es tan confusa que no refleja el resultado final. Ni siquieraqué equipo fue vencedor. Simplemente detalla que Olivès, jugador del Club Athletique, marcó un gol. Resulta extraño que un periódico deportivo en el que escribían redactores expertos en fútbol olvidara por error, o de forma intencionada, que el CD Aguileño marcó un tanto…claro que también resulta muy extraño que no refleje el resultado final del partido, un detalle que este periódico sí tenía por costumbrehacer cuando se enfrentaban los equipos locales.

La expedición española regresó a casa tras haber vivido una experiencia única. El Club Deportivo Aguileño fue el primer equipo español que jugó un partido en otro continente. Durante su estancia en Orán los jugadores aguileños mostraron (al margen de los resultados) la misma deportividad por la que fueron reconocidos a lo largo de su historia. No cabe duda, que tal y como reflejó la prensa local, fueron unos dignos representantes del fútbol español, especialmente en el segundo encuentro que para los oraneses no fue un simple partido amistoso. Los triunfos obtenidos por ambos clubes en sus zonas de influencia les legitimaban para presentar aquel encuentro como un Argelia-España, o un Francia-España que revistió características y honores de una final intercontinental.

FICHA DE LOS ENCUENTROS

PRIMER PARTIDO

DÍA: Viernes 1 de noviembre de 1912

CAMPO: Velódromo de San Eugenio. Orán

RESULTADO: Selección de Orán 1 Club Deportivo Aguileño 1

ALINEACIONES ANUNCIADAS: Selección de Orán (Camiseta verde): Jammet; Ros, Montesinos; Detamenti, Labernèze, Cabanel; Mougeot, Garbe, Costagliola, Pamiès y Beltra.

Club Deportivo Aguileño (Camiseta blanquinegra): Oliver; Francisco García, Gabriel García; Navarro, Carlos Buitrago, Hernández; Diego García, Pepe Buitrago, Vilardell, Luna y Barberá

ÁRBITRO: NereCabanel. Nacido en Perregaux (actualmente Mohammadia)

GOLES: 0-1Minuto 12 (Autor desconocido) 1-1 Minutos finales de la primera parte. Cabanel de penalti.

SEGUNDO PARTIDO

Día: Domingo 3 de noviembre de 1912

CAMPO: Velódromo de San Eugenio. Orán

RESULTADO: Club Athlétique Oranais 1 Club Deportivo Aguileño 0

ALINEACIONES ANUNCIADAS: Club Athlétique (Camiseta rojinegra): Jammet; Cabanel, Podesta; Constant, Duclos, Chauvin; Valette, Ambrosini, Bensadoun, Pamiès y Olivès. (A última hora Kraft y Jannot sustituyeron a Constant y Chauvin)

Club Deportivo Aguileño (Camiseta blanquinegra): Oliver; Francisco García, Gabriel García; Navarro, Carlos Buitrago, Hernández; Diego García, Pepe Buitrago, Vilardell, Luna y Barberá

ÁRBITRO: Nere Cabanel. Nacido en Perregaux (actualmente Mohammadia)

GOL: 1-0 Minutos finales del partido: Maurice Olivès




La primera muerte violenta de un futbolista español en un partido de competición oficial (Cieza 1941)

La muerte de futbolistas en activo (o ya retirados, pero aún muy jóvenes) causó un gran impacto social desde el mismo momento en el que el fútbol comenzó a ser un deporte de masas. Especialmente sentidos  fueron los fallecimientos del uruguayo Abdón Porte, quien el 5 de marzo de 1918 se disparó un tiro en mitad del campo del Nacional de Montevideo al no asimilar la pérdida de la titularidad del club de sus amores, y el del argentino Jacobo Urso quien falleció el 6 de agosto de 1922 a consecuencia de las heridas que se produjo tras un encontronazo con un rival en un partido entre el San Lorenzo de Almagroy el Club Atlético Estudiantes. Si no se hubiera obstinado en seguir jugando para no dejar a su equipo en inferioridad numérica, muy probablemente hubiera salvado su vida.

En España el éxito de la Selección en los Juegos Olímpicos de Amberes hizo que el fútbol nacional entrara en una nueva dimensión. A partir de la década de 1920 se generó un enorme impacto social cuando se conoció la noticia del prematuro fallecimiento de futbolistas retirados que murieron a una edad muy temprana, bien por causas naturales, como los ex madridistas Sotero y Machimbarrena(a quienes el Real Madrid les erigió una estatua) el bilbaíno Pichichi, elevado a la categoría de mito, o su compañero Larraza, quien falleció en un accidente de motocicicleta en 1926, cuando aún se encontraba en activo.Un mayor tinte dramático tuvieron las muertes de Enrique Gómez Muñoz “Spencer”, el icono sevillista de la época, fallecido el 14 de marzo de 1926 tras una apendicitis mal curada que se agravó por sus deseos de jugar poco después de la operación, y del chileno David Arellano, fallecido el 3 de mayo de 1927 tras una acción tan increíble como desafortunada durante el transcurso de un partido amistoso entre el Valladolid y el ColoColo. También hubo que lamentar algunas muertes de jóvenes que disputaban partidos informales, como la de Antonio Luque, un estudiante que falleció a principios de abril de 1933 en el Estadio Universitario de Sevilla tras recibir una patada en el vientre.

Bendición del campo de la Avenida de la Libertad de Cieza en 1924

Bendición del campo de la Avenida de la Libertad de Cieza en 1924

En la provincia de Murcia el primer fallecimiento conocido de un jugador en activo fue el de Ginés Meseguer Navarro, defensa izquierdo del Club Deportivo Muleño, acaecido a principios de mayo de 1924. Ginés murió a consecuencia de una enfermedad que tuvo un desenlace muy rápido. La conmoción fue mayor cuando se conoció el fallecimiento, con apenas 22 años, de Antonio García, jugador del FC Barcelona, y natural de la pedanía murciana de Puente Tocinos, quien murió el 5 de enero de 1931. García había sido uno de los primeros murcianos en marcar un gol en Primera División. También hay un lugar en la historia negra del fútbol español para el triste suceso que ocasionó la muerte del ex jugador del Murcia FC, Fernando Vigueras, quien falleció el 25 de junio de 1933 tras ser apaleado por policías de Argel, cuando se encontraba en esta ciudad realizando una gira con el equipo que militaba en aquel momento: el Athletic de Madrid.

Si en la provincia de Murcia hubo una población que fueespecialmente castigada en cuanto al número de futbolistas que fallecieron mientras se encontraban en activo, esa fue Cieza. En el otoño de 1924 murió José Rodríguez, defensa del recientemente constituido Club Deportivo Cieza, a consecuencia de una enfermedad. Idéntica suerte corrió su compañero Luis Lucas Zamora, uno de los tres “Zamoras ciezanos” que formaban la saga de delanteros locales de mayor renombre que existió en esta localidad en los años anteriores a la Guerra Civil. Luis era miembro de un nuevo Club Deportivo Cieza, fundado en 1931 tras la fusión entre el CD Cieza y el Cieza FC y que alcanzó su cénit en 1932, cuando llegó a semifinales del Campeonato de España de Aficionados. El jugador,hijo del Secretario Técnico del Club, Antonio Lucas Piñera, un perito industrial muy respetado en la población,falleció de forma repentina a principios del mes de diciembre de 1933. Por aquel entonces el portero titular del Cieza era el padre de José Antonio Camacho.

El 14 de diciembre de 1941 Cieza fue el escenario de un trágico episodio que tuvo como desenlace la primera muerte violenta de un jugador español en un partido de competición oficial, si entendemos como violenta la muerte producida por una fuerza externa que irrumpe en el organismo de forma letal. El triste acontecimiento se produjo en el campo de la Avenida de la Libertad. El infortunado fue el guardameta local, Joaquín. El jugador con el que se produjo el encontronazo mortal fue Lucas, delantero de la Gimnástica Abad de Cartagena.

Ángel Lucas Martínez, natural de la pedanía murciana de El Palmar, inició su carrera deportiva en el Sporting de San Antón, uno de los numerosos equipos de base que se fundaron en la ciudad de Murcia a principios de la década de 1930. Era un delantero centro que no tenía muchos recursos técnicos, pero sí una cierta facilidad para hacer goles. Sus buenas actuaciones con el Sporting de San Antón despertaron el interés del Cartagena, aunque continuó su carrera en el Club Deportivo Alhameño, una entidad de reciente creación que se había hecho un hueco entre los mejores equipos de la Federación Murciana. Su buena temporada en el equipo de Alhama no pasó desapercibida para los ojeadores del entonces denominado Murcia FC. Después de pasar varias pruebas se incorporó al Murcia (1931-32). Más tarde alCastellón (1932-33) y tras un breve paso por la UD Muleña, al Imperial (1933-34). En el verano de 1934 fichó por el Alicante, club en el que permaneció entre 1934 y 1941 (salvando el paréntesis de los años de la Guerra Civil, época en que regresó a Murcia y se alineó en algunos partidos amistosos con el Imperial). En 1941 firmó por la Gimnástica Abad de Cartagena, club de Primera Regional, y que casualmente representaba a un barrio que tenía el mismo nombre que el barrio en el que había dado sus primeros pasos como futbolista en Murcia: San Antón.

 Lucas (agachado a la derecha del todo) posando con sus compañeros durante su etapa en el Alicante

Lucas (agachado a la derecha del todo) posando con sus compañeros durante su etapa en el Alicante

Lucas estuvo a punto de fichar por un equipo de Primera División en dos ocasiones. A finales de agosto de 1933 defendió los colores del Betis en dos partidos amistosos disputados en Linares, aunque el club sevillano desestimó su fichaje. En agosto de 1935 fue requerido por el Osasuna, recién ascendido a Primera División, para disputar dos partidos amistosos en Málaga ante el Malacitano, en uno de los cuales llegó a marcar. La actuación de Lucas en aquellos encuentros agradó hasta tal punto a los técnicos osasunistas que aconsejaron a la junta directiva que tramitara su fichaje. Sin embargo, la operación se frustró debido a que el equipo alicantino pidió 5.000 pesetas por el traspaso.

La dilatada trayectoria futbolística que atesoraba Lucas en diciembre de 1941 contrastaba con la escasa experiencia del ciezano Joaquín Salmerón Ballestero. Este joven guardameta, quien recientemente se había hecho con la titularidad del marco del Club Deportivo Cieza, únicamente había jugado partidos de competición oficial defendiendo la porteríadel equipo de su localidad natal. Su trayectoria deportiva como jugador federado se inició en el otoño de 1939. Por aquel entonces en el seno de los Salmerón Ballestero aún estaba muy reciente la tragediade haber perdido al cabeza de familia, el Guardia Civil Francisco Salmerón Molina, quien falleció con apenas 48 años en uno de los episodios más conocidos de la Guerra Civil: el asalto al Santuario de la Virgen de la Cabeza de Andújar.

Tras el final de la Guerra, el fútbol ciezano había vivido varios éxitos. El Club Deportivo Cieza se había proclamado campeón Regional de Aficionados en la temporada 1939-1940 y campeón de Segunda Regional en la temporada 1940-1941, en una fase final en la que tuvo como rivales al Almansa, Benalúa de Alicante y Alone de Guardamar. En esta última temporada el joven guardameta Joaquín se había hecho con la titularidad del marco ciezano

El Club Deportivo Cieza disputaba sus partidos en el campo de la Avenida de la Libertad, ubicado en el Camino de Murcia, frente a la plaza de toros de la localidad. Este terreno de juego, que había sido inaugurado y bendecido el 25 de agosto de 1924, acogía el 14 de diciembre de 1941el primer encuentro de la fase de ascenso de la Primera Regional Murciana entre el Club Deportivo Cieza y la Gimnástica Abad de Cartagena. En esta categoría también militaban el Crevillente y el Eldense, equipo este último que finalmente se proclamó campeón y que, como tal, disputó la liguilla para ascender a Segunda División debido a la desaparición de la Tercera División.

Aquel 14 de diciembrefaltaban menos de dos meses para que se cumplieran 10 años desde que Lucas lograra su primer gol como profesional. Lo hizo con la camiseta del Murcia FC el 7 de febrero de 1932 en el campo de Casa Rabia, ante el Cataluña. Fue un gol “muy de la época” cuando aún las reglas del fútbol permitían que el delantero pudiera cargar al portero en el área pequeña. Lucas consiguió el tanto trasdisputar el balón con el guardameta, Cabo en una acción que fue elogiada por José Servet “Indian” en la revista Murcia Deportiva “Lucas hizo una jugada valiente, pues el marcar el goal le valió un batacazo al chocar con Cabo”. Una acción muy similar sería la que desencadenaría la tragedia en aquella fría tarde ciezana.

Cieza y Gimnástica Abad ya se había visto las caras en la primera fase del campeonato. No se sabe si había cuentas pendientes entre algunos jugadores, pero casi todas las crónicas coinciden en que desde el principio del encuentro ambos equipos se emplearon con excesiva dureza. Mediada la primera parte ganaba el Cieza por 2-0 cuando se produjo la desafortunada acción que le costaría la vida al portero local. En un centro al área pequeña disputaron el balón el guardametaJoaquín y el delantero  Lucas, que saltó con el portero como tantas veces había hecho a lo largo de su dilatada carrera futbolística, pero con tan mala suerte que en esta ocasión Lucas golpeó con la rodilla en el vientre del cancerbero ciezano. Como consecuencia del impacto la espalda de Joaquín chocó contra el poste de madera de su portería. La presión de la rodilla de Lucas le hundió varios órganos durante unos segundos que tuvieron que hacerse eternos.

Varios directivos y técnicos del Cieza, entre ellos el conocido entrenador Andrés Balsa (ex del Valencia, Celta y Deportivo de la Coruña, entre otros) saltaron al campo para atender a Joaquín quien se encontraba inconsciente. Inmediatamente se dieron cuenta de la gravedad de la situación, pero no quisieron exteriorizarla  para evitar la excitación del público que tenía fama de ser demasiado apasionado. Joaquín Salmerón fue conducido rápidamente al Hospital de Cieza, en tanto que se reanudaba el partido con el defensa local, Eusebio, como improvisado portero.

Joaquín Salmerón llegó a recobrar el conocimiento, pero el triste desenlace fue cuestión de horas. Los médicos del Hospital de Cieza, impotentes ante el grave estado del joven deportista, reclamaron la presencia de un especialista. Inmediatamente se desplazó desde Murcia el doctor Ramón Sánchez Parra, quien dictaminó la extrema gravedad del paciente. La única solución posible para salvar la vida de Joaquín era una operación urgente, a la desesperada. En ella se evidenció que como consecuencia del choque entre la rodilla de Lucas y el poste, Joaquín había sufrido graves destrozos internos en el hígado, vejiga e intestinos. Joaquín Salmerón falleció hacia las 4:00 del lunes día 15 de diciembre.

La noticia causó una gran conmoción social. El juzgado de Cieza ordenó la inmediata detención de Ángel Lucas, aunque éste fue puesto en libertad poco después ya que no se le podía atribuir ningún delito porque la acción fue fortuita. Inmediatamente la Federación Murciana de Fútbol se puso en marcha para organizar un partido homenaje a Joaquín Salmerón con el fin de recaudar fondos para su madre, Juana Ballestero Haro, quien tras la muerte de Joaquín quedó en una situación económica precaria.

Joaquín Salmerón

Joaquín Salmerón

Se llegaron a disputar hasta cuatro partidos benéficos: uno en Alicante, entre el Alicante y el Lucentum; otro en Elche, entre dos equipos locales; un tercero en Cieza, entre el equipo local y un combinado de jugadores del Real Murcia y el Imperial, y el cuarto (el más importante de ellos por su repercusión) se jugó el 15 de marzo de 1942 en La Condomina, entre el Real Murcia y un combinado madrileño formado por jugadores del Real Madrid y el At. Aviación.

El fallecimiento de Joaquín Salmerón ha pasado a la historia por ser la primera muerte violenta  producida en un campo de fútbol español en un partido de competición oficial. Con el paso de los años Joaquín cayó en el olvido.Ángel Lucas continuó una temporada más en activo. El ya veterano delantero fichó por el Imperial, e ironías del destino, uno de sus últimos partidos como jugador semiprofesional lo disputó en el campo de la Avenida de la Libertad de Cieza, apenas unos días después de que se cumpliera el primer aniversario de aquel fatídico 14 de diciembre de 1941.

ANGEL LUCAS MARTÍNEZ “Lucas”

LUGAR DE NACIMIENTO: El Palmar (Murcia)

TRAYECTORIA

TEMPORADA

CLUB

CATEGORÍA

1929-30

Sporting San Antón (Murcia)

No Federado

1930-31

CD Alhameño

Segunda Regional

1931-32

Murcia FC

Segunda División

1932-33

CD Castellón

Segunda División

1933-34

UP Muleña

Segunda Regional

1933-34

Imperial FC

Tercera División

1934-35

Alicante FC

Primera Regional

1935-36

Alicante FC

Primera Regional

1939-40

Alicante FC

Segunda División

1940-41

Alicante FC

Tercera División

1941-42

Gimnástica Abad (Cartagena)

Primera Regional

1942-43

Imperial FC

Primera Regional

JOAQUÍN SALMERÓN BALLESTERO  “Joaquín”

LUGAR DE NACIMIENTO: Cieza (Murcia)

TRAYECTORIA

TEMPORADA

CLUB

CATEGORÍA

1940-41

Club Deportivo Cieza

Segunda Regional

1941-42

Club Deportivo Cieza

Primera Regional




La constitución de la Federación Murciana de Fútbol

La constitución de la Federación Murciana de Fútbol

Desde el año 1919 los equipos de fútbol de Murcia y Albacete estaban adscritos a la Federación Levantina que englobaba, además de los clubes de las dos provincias citadas, a los de Castellón, Valencia y Alicante.

En 1923 varios deportistas murcianos encabezados por Manuel García Calvo, secretario del Real Murcia y director de la revista Murcia Deportiva, maduraron la posibilidad de fundar la Federación Murciana de Fútbol. El principal argumento esgrimido por los partidarios de la escisión radicaba en las dificultades que conllevaban los largos desplazamientos que tenían que realizar los equipos murcianos a las provincias de Valencia y Castellón, y la complicación para llevar a cabo los papeleos y trámites en la sede de la Federación Levantina que se encontraba en Valencia. Los defensores de la escisión razonaban que la creación de la Federación Murciana impulsaría el progreso del fútbol en las provincias de Murcia y Albacete. Se argumentaba que desde el norte de Albacete hasta la costa murciana todos los pueblos contaban con un equipo de fútbol, y algunos con varios, que se limitaban a disputar partidos amistosos debido a los grandes inconvenientes que existían para federar un club.

Pese a que el argumento anterior era lógico, en el fondo subyacía un mal disimulado rencor por las tirantes relaciones entre el Real Murcia y los rectores de la Federación Levantina. La revista Murcia Deportiva protestó en numerosas ocasiones por el presunto caciquismo y las decisiones arbitrarias que supuestamente había tomado la Federación Levantina en varias ocasiones en contra del Real Murcia. Asimismo, los directivos de este club se quejaban de que ejercían un papel secundario en la Federación Levantina, en la que el alicantino José Agulló Asensi, directivo del Natación y enemigo deportivo acérrimo de los murcianos, gozaba de una gran influencia.

En el verano de 1923 se realizan los primeros pasos para lograr una autonomía. En octubre se constituye la Federación Local Murciana de Football con el objetivo de organizar competiciones locales. El éxito de esta entidad fue rotundo, pues en apenas un mes se afiliaron 23 equipos de la ciudad de Murcia y sus alrededores. El 28 de octubre comienza el campeonato de liga en Segunda Categoría y en Infantiles. El 1 de diciembre la Federación Local Murciana de Football legaliza su situación.

Se había cumplido el primer objetivo de crear un organismo que regulara los campeonatos locales, pero la meta era constituir una Federación Murciana, independiente de la Levantina, y afiliada a la Federación Española de Fútbol. Miguel Ángel Cremades y Manuel García Calvo hicieron todo lo que estuvo en su mano para que la separación fuera posible, especialmente el segundo quién sería el principal ejecutor de la idea y quién realizó diversos desplazamientos a Valencia y a Madrid con el fin de reunir la documentación necesaria para presentarla en la Asamblea de Federaciones que se celebraba en Madrid entre los días 25 y 27 de junio de 1924.

El 27 de junio tuvo lugar la exposición de Manuel García Calvo en defensa de la escisión. En el turno de réplica Alfredo Milego, presidente de la Federación Levantina, manifestó «que no echa a nadie pero que si quieren separarse no habrá inconveniente». Curiosamente, la única persona que se opuso a la creación de la Federación Murciana fue el presidente de la Federación Asturiana. Después de esta inesperada objeción, Ricardo Cabot, presidente de la Federación Catalana, propuso la admisión de la Federación Murciana, que finalmente se llevó a cabo.

A partir de ese instante la naciente federación tuvo que trabajar contrarreloj para solventar los trámites que le permitieran constituirse con la antelación suficiente como para poder organizar el Campeonato Regional en la temporada 1924/1925. Los padres de la nueva entidad fijaron el 7 de septiembre como día para celebrar la asamblea de constitución. Durante el verano se conocieron  cuáles eran los documentos que tenían que presentar las sociedades que tuvieran la intención de asistir a la asamblea.

  • 1- Solicitud de ingreso del club aspirante
  • 2- La certificación del Gobierno Civil de estar constituidos legalmente.
  • 3- Dos ejemplares de los Estatutos y Reglamento de las sociedades. respectivas autorizados por el Presidente y el Secretario.
  • 4- Un dibujo a color, reproduciendo el uniforme usado por los jugadores.
  • 5- Descripción del lugar dónde estaba emplazado el campo y las medidas. del mismo, desnivel…etc., expresando también si la valla era de madera o de obra y la cabida del mismo.
  • 6- Composición de la Junta Directiva con expresión de nombres, apellidos y domicilio de los mismos.
  • 7- Designación de domicilio social para la remisión de comunicados.

El 7 de septiembre, a las 10:00 horas, se celebró la asamblea constituyente de la Federación Murciana de Fútbol en el Teatro Circo Villar, situado en el número 10 de la calle Caravija de Murcia. A esta reunión estaban convocados los representantes de los 29 clubes que cumplieron los requisitos exigidos para participar en la competición. Únicamente se permitía la asistencia de un representante por cada equipo para agilizar los trámites y evitar las aglomeraciones.

Finalmente asistieron a la asamblea representantes de 25 de los 29 clubes admitidos. Excusaron su presencia las juntas directivas del Almansa, Archena, Cieza e Iberia de Murcia.

RELACIÓN DE CLUBES FUNDADORES DE LA FEDERACIÓN MURCIANA DE FÚTBOL

CLUB                                       REPRESENTANTE

Alcantarilla Football Club Vicente Escobedo
Almansa Football Club
Alquerías Football Club Juan Martínez
Athlétic Club Jumilla Gabriel Carrión
Archena Football Club
Caravaca Football Club José López Palazón
Cartagena Football Club Carlos Ávalos
Cehegín Football Club Miguel Ángel García
Club Deportivo Cieza
Club Deportivo Europa (Murcia) José Asensio
Club Deportivo Mercantil (Cartagena) José Guillén
Club Deportivo Muleño Martín Perea
Club Deportivo Murciano Luís Morillas
Club Hellín Deportivo Juan Muñoz
Deportivo Balompié (La Ñora) José Ballesta
Football Club Deportivo Abanillense Julio Sánchez
Ford Football Club (Murcia) José Antonio Cascales
Iberia Football Club (Murcia)
Imperial Football Club Salvador Barceló
La Unión Football Club Asensio Saez
Lorca Football Club José García
Real Club Deportivo Español (Murcia) Enrique de la Plaza
Real Murcia Football Club Alfonso Guillamón
Real Unión Deportiva Albacetense Ceferino de Haro
River Thader (Murcia) Enrique Beviar
Sport Club Jumilla Juan Bernal
Unión Balompié de Beniaján Bernardino Barceló
Unión Deportiva Murcia Manuel Martínez
Unión Deportiva Muleña Constantino Herrero

En la lista no figuran el Espinardo Football Club y el Stadium Peral Football Club de Cartagena. Estos equipos no fueron invitados a la asamblea porque no habían cumplido los requisitos exigidos por la Federación. Ambos clubes formalizaron su inscripción unos días después y fueron admitidos para participar en la competición. Se cree que el Fortuna Football Club y la Agrupación Ferroviaria de Murcia también realizaron su inscripción a lo largo del mes de septiembre u octubre, pero al igual que otros equipos (Caravaca, Deportivo Abanillense, Alquerías…etc.) renunciaron a competir.

Durante la mañana se leyeron y aprobaron 79 de los 83 artículos de los estatutos de la Federación. La asamblea se reanudó a las tres y media de la tarde. En primer lugar se aprobó el reglamento y, posteriormente, se suscitó un amplio debate acerca de la división de las categorías y de la confección de los grupos. Una de las decisiones más importantes fue la de establecer las divisiones. Finalmente los directivos de la Federación y los representantes de los clubes acordaron la creación de tres categorías diferentes que quedaron estructuradas de la siguiente forma:

La División 1 recibió el nombre de Primera Categoría Grupo A

La División 2 recibió el nombre de Primera Categoría Grupo B

La División 3 recibió el nombre de Segunda Categoría

Los presentes decidieron dividir a los equipos en función de su nivel. Esta situación supuso un gran problema, pues la mayoría de los clubes inscritos nunca habían participado en competiciones federadas. Por tanto, la decisión de que un equipo compitiera en una división superior o inferior quedaba al criterio (en muchos casos arbitrario) de los asistentes, o a su influencia en la naciente entidad.

Finalmente los equipos quedaron divididos de la siguiente manera

Primera Categoría Grupo A: Cartagena Football Club, Club Deportivo Murciano, Real Murcia y Real Unión Deportiva Albacetense.

Primera Categoría Grupo B: Alcantarilla Football Club, Almansa Football Club, Athlétic Club Jumilla, Club Deportivo Cieza, Club Deportivo Mercantil de Cartagena, Club Deportivo Muleño, Club Hellín Deportivo, La Unión Football Club, Lorca Football Club y Unión Deportiva de Murcia, (se acordó que los equipos quedarían divididos en dos grupos atendiendo al criterio de proximidad geográfica).

Segunda Categoría: Todos los demás equipos federados (también serían divididos en varios grupos atendiendo al criterio de proximidad geográfica)

Más tarde se realizó la votación para elegir a la junta directiva que quedó compuesta de la siguiente manera:

Presidente: Miguel Ángel Cremades

Secretario: Manuel García Calvo

Tesorero: Fernando Perals

Vicepresidente: Un representante de la Junta Directiva del Cartagena. (sería elegido su presidente, Carlos Ávalos)

Vicesecretario: Un representante de la Junta Directiva de la Real Unión Deportiva Albacetense.

Contador: Un representante de la Junta Directiva del Real Murcia.

Asimismo, fueron elegidos varios vocales para representar a los equipos de todas las divisiones.

El 13 de septiembre la nueva entidad presentó la reforma de sus reglamentos en la delegación del Gobierno Civil. A partir de lo sucesivo la antigua Federación Local Murciana de Football pasaría a llamarse Federación Regional Murciana. La sede quedó establecida en la calle del Príncipe Alfonso (actual calle Trapería) 62.

Tras el júbilo inicial no tardaron en llegar los inconvenientes. Varios clubes se vieron desbordados, bien por las cuotas, o bien por otros requisitos impuestos por la Federación Murciana, y renunciaron a participar en la competición. El primero de ellos fue la Unión Muleña. Más tarde otros equipos como el Deportivo Abanillense, el Alquerías, el Club Deportivo Iberia o el Caravaca tomaron la misma decisión. El Almansa se disolvió tras la dimisión de su junta directiva por unos incidentes que se produjeron en un partido amistoso.

Una cuestión que también supuso un problema para algunos clubes fueron las infraestructuras. Varias poblaciones no disponían de un terreno de juego convenientemente acondicionado para albergar partidos de fútbol oficiales. Es posible que alguno de los equipos que renunciaron a participar lo hiciera por la imposibilidad de encontrar un recinto adecuado. En esta situación estaba el Archena, que tuvo que utilizar el campo de la Avenida de la Cierva de Mula como escenario de sus partidos.

Tras confeccionar las categorías la Federación Murciana estableció un plazo para la presentación de las licencias que serían expedidas todos los días no feriados entre el 6 de octubre y el 6 de noviembre de 16 a 17 horas. Una vez finalizado el plazo de presentación de las licencias la entidad ultimó el calendario.

El organismo dividió a los equipos inscritos Primera Categoría Grupo B y en Segunda Categoría en varios grupos siguiendo un criterio de proximidad geográfica. Esta división obedeció a la escasez de fechas, ya que el inicio del campeonato se tuvo que retrasar hasta el mes de diciembre, y a las dificultades que tenían algunos clubes para desplazarse debido a las malas comunicaciones de la época.

Primera Categoría Grupo A: Cartagena Football Club, Club Deportivo Murciano, Real Murcia y Real Unión Deportiva Albacetense

Primera Categoría Grupo B:

Sección Norte: Athlétic Club Jumilla, Club Deportivo Cieza, Club Deportivo Muleño y Hellín Deportivo.

Sección Sur: Alcantarilla Football Club, Club Deportivo Mercantil de Cartagena, La Unión Football Club, Lorca Football Club y Unión Deportiva de Murcia. Los campeones de ambas secciones debían de disputar una eliminatoria a doble partido para dilucidar la única plaza de  ascenso

Segunda Categoría:

Sección Norte: Archena Football Club, Cehegín Football Club y Sport de Jumilla.

Sección Centro: Beniaján Football Club, Imperial de Murcia, Ford de Murcia y Real Club Deportivo Español de Murcia.

Sección Sur: Club Deportivo Europa de Murcia, Espinardo Football Club, River Thader de Murcia y Stadium de Cartagena. Los campeones de ambas secciones debían de disputar una liguilla a doble partido para dilucidar la única plaza de  ascenso.

La primera jornada de liga se celebró el 14 de diciembre. El primer partido en comenzar fue el Español de Murcia-Beniaján, correspondiente al Grupo Centro de Segunda Categoría, que se disputó en el campo de La Torre de la Marquesa de Murcia. Saura, delantero del Español, fue el primer jugador de un equipo adscrito a la Federación Murciana en marcar un gol.

El campeón de Primera Categoría, Grupo A (que finalmente fue el Real Murcia) debía de participar en el Campeonato de España y enfrentarse en la primera eliminatoria a los campeones de las regiones Centro y Sur. Sin embargo, la antigua Federación Levantina, ahora llamada Federación Valenciana, se opuso por sus malas relaciones con la entidad murciana. Alfredo Milego, movió todos sus hilos para desacreditar a la Federación Murciana a la que acusó de no pagar una deuda. Al final, y a propuesta de la Federación Valenciana, se realizó una votación en la que la mayoría de los participantes se mostraron en contra de la participación de los murcianos, lo que determinó la exclusión del Real Murcia del Campeonato de España.

La Federación Murciana de Fútbol celebró su asamblea ordinaria el 7 de junio de 1925. La junta directiva consideró que la organización del Campeonato Regional había sido un éxito. El trabajo de Manuel García Calvo, Miguel Ángel Cremades y los partidarios de la creación de una federación propia sentó las bases de una entidad que ha cumplido 85 años de vida y que actualmente se denomina Federación de Fútbol de la Región de Murcia.




Tres británicos pioneros en la Región de Murcia

El fútbol fue introducido por ciudadanos británicos en varias localidades españolas en las últimas décadas del siglo XIX. Sin embargo, en muchas de estas poblaciones se desconoce el nombre de las primeras personas que practicaron este deporte, o que fundaron el primer club.

En la Región de Murcia han quedado grabados los nombres de tres británicos que pasado a la historia porque fundaron los primeros equipos de fútbol que existieron en sus ciudades de residencia. Se trata de John Gray Watson  (Águilas), Manuel José Pelegrín Dunn (Lorca) y Bernard Haslip Brunton (Cieza).

John Gray Watson (Águilas)

John Gray Watson (conocido en Águilas como Juan Gray) fundó los dos primeros clubes de fútbol que existieron en la localidad de Águilas: el Águilas Football Club (1900-1907) y el Club Deportivo Aguileño (1910-1921). Estos dos equipos pueden ser considerados como los más potentes del fútbol murciano en las décadas de 1900 y 1910, a tenor de su trayectoria y de los resultados cosechados.

Juan Gray había nacido en Aberdeen. Se cree que llegó a Águilas procedente de Cartagena entre 1892 y 1893, atraído por la gran riqueza económica que se había generado en la ciudad a finales del siglo XIX. Es muy probable que antes de la llegada de Gray, los ingleses que residían en Águilas ya jugaran al fútbol, aunque de forma esporádica y desorganizada. En un principio, Gray se dedicó a la compraventa de todo tipo de productos (lagartos, huevos de pájaro…) etc. Más tarde, tras comprobar el gran desarrollo económico de la ciudad, fundó la primera Casa de Banca de Águilas. En apenas unos años se convirtió en un hombre rico, respetado y plenamente integrado en la localidad.

Durante algunos años los ingleses organizaron partidos de fútbol entre ellos ante la indiferencia de los lugareños. Fue entre 1896 y 1897 cuando los aguileños comenzaron a practicar este deporte, impulsados por Gabriel García Mora, un joven de la localidad que había residido durante un tiempo en Aberdeen para aprender inglés. Poco después los españoles retaron a los ingleses en el campo en el que éstos jugaban habitualmente. Durante algún tiempo, ingleses y españoles disputaron partidos de fútbol entre ellos con cierta frecuencia hasta que se decidió crear un equipo de fútbol representativo de la localidad en el que jugaran los mejores jugadores de ambas comunidades.

La responsabilidad de organizar este club recayó en Juan Gray, quien en 1900 fundó el Águilas Football Club. Gray fue presidente, entrenador y mecenas del equipo desde 1900 a 1907, año en que desapareció el Águilas Football Club al no encontrar oponentes a los que enfrentarse. Gray también participó en la fundación del segundo equipo que existió en la localidad: el Club Deportivo Aguileño, aunque en esta ocasión dejó a la presidencia a Joaquín López Morales; no obstante, siguió ejerciendo como entrenador y mecenas. Tal fue su versatilidad que en varias ocasiones actuó como árbitro.

Juan Gray dejó un legado que aún disfrutan los aguileños: el campo de fútbol de El Rubial. El Club Deportivo Aguileño disputaba allí sus partidos desde 1913. El 23 de junio de 1915 Juan Gray compró las tierras mediante escritura pública. El 17 de abril de 1917 se constituyó la Sociedad del Vallado con el objetivo de realizar una serie de mejoras en el campo de El Rubial, entre ellas el cercado de la instalación y la construcción de un palco. Gray aportó los terrenos, mientras que otros ochos socios entregaron dinero en efectivo. El escocés dejó escrito en su testamento que aquel terreno se dedicaría a actividades deportivas mientras hubiera un solo aguileño que quisiera practicar deporte. Ha pasado casi un siglo, y aún a día de hoy, El Rubial acoge los partidos del equipo más representativo de Águilas.

John Gray Watson regresó a Gran Bretaña, dónde falleció a principios de la década de 1930. No dejó descendencia.

Manuel José Pelegrín Dunn (Lorca)

Manuel José Pelegrín Dunn «Mannie», de padre lorquino y madre inglesa, ha pasado a la historia por haber sido el introductor del fútbol en Lorca y el fundador del primer equipo que existió en la ciudad: el Lorca Football Club. Mannie había nacido en 1857 en la localidad inglesa de Newcastle-Upon-Tyne. Era hijo de Manuel José Pelegrín, un lorquino que había sido designado cónsul en Newcastle y de Isabella Agnes Dunn. Los Pelegrín-Dunn eran una familia acomodada que poseía en Newcastle una sociedad que se dedica a la exportación e importación de carbón.

Manuel José Pelegrín se trasladó a Lorca a mediados de la década de 1880 para conocer a su familia paterna, entre cuyos miembros se encontraba su tío Francisco Pelegrín (quien había sido alcalde de Lorca hasta 1881) y para interesarse por la situación de algunas propiedades familiares relacionadas con la minería. Finalmente fijó su residencia en Lorca, ciudad en la que emprendió algunos negocios relacionados con la minería, y en la que contrajo matrimonio con su prima, Ascensión Ellún Pelegrín, en 1886.

Tras adquirir relevancia social en la ciudad, «Mannie» decidió organizar partidos de fútbol entre los jóvenes que mostraron interés por aprender este deporte desconocido. Aquella propuesta del emigrante inglés debió tener una cierta aceptación ya que se ha podido constatar que a mediados de la década de 1890 se jugaba al fútbol en Lorca con una cierta regularidad.

Posteriormente, «Mannie» fundó el primer equipo de fútbol de la localidad: el Lorca Foot Ball Club. Las primeras noticias sobre su existencia se remontan al año 1901 en que disputó un partido ante el Águilas Football Club, si bien se conserva una fuente original que indica que el Lorca Foot Ball Club se organizó a finales del siglo XIX. De este modo es probable que antes de 1901 el Lorca Foot Ball Club disputara algún partido, del que no ha quedado constancia, ante algún equipo formado por representantes de la colonia inglesa que llevaba a cabo los trabajos de construcción del ferrocarril. El primer uniforme del club fue blanquinegro, pues así vestía el Newcastle United, el equipo más representativo de la ciudad natal de «Mannie».

Una de las motivaciones de «Mannie» para sacar al club adelante era la presencia de sus hijos Manuel José y Mariano Patrick, quienes se convirtieron en jugadores del Lorca cuando aún eran adolescentes. Mannie continuó como presidente, entrenador y mecenas durante la primera década del siglo XX, en la que el Lorca concertó muy pocos encuentros al no disponer de rivales a los que enfrentarse, pues en 1904 las relaciones con el Águilas Football Club quedaron rotas. Así pues, la única manera de poder practicar el fútbol con regularidad era organizar partidos entre los componentes de la sociedad.

Hacia 1912 hay un parón en la actividad futbolística. En noviembre de 1914 se refunda el Lorca Foot Ball Club, nombrándose una directiva presidida por Antonio Morata, en la que no figura «Mannie», quien a partir de entonces derivó su actividad hacia el arbitraje (consta su presencia como colegiado en algunos partidos disputados en 1916).

En junio de 1916 presentó la «Guía del Referee», una traducción de la obra Referees Chart publicada por The Football Association Limited. El libro, editado por «Mannie» y Juan Martínez Flores, incluía diagramas explicativos de la regla del fuera de juego y un glosario de términos que se utilizaban habitualmente en el fútbol de la época.

En 1918, en atención a sus conocimientos, fue nombrado entrenador del Lorca Foot Ball Club. Manuel José Pelegrín Dunn «Mannie» falleció en Lorca el 25 de julio de 1919, a la edad de 62 años.

Bernard Haslip Brunton (Cieza)

La introducción del fútbol en la provincia de Murcia sigue una lógica evolución geográfica que va desde la costa hasta el interior. A finales del siglo XIX se jugaba con regularidad en Águilas y en Lorca. Sin embargo no será hasta finales de la década de 1910 y principios de la siguiente cuando el fútbol arraigue en el norte de la región.

Las primeras noticias sobre la práctica del fútbol en Cieza datan del mes de noviembre de 1919. No está claro quien es el introductor de este deporte en la ciudad, pero si se conoce que fue el Consejo de los Exploradores la primera entidad que impulsó su práctica. El primer terreno de juego conocido estaba situado en el Paraje de las Delicias, a las afueras de la localidad.

El historiador ciezano, Alfredo Marín Cano atribuye la fundación del primer equipo de la localidad: el Club Deportivo Cieza al ingeniero inglés Bernard Haslip Brunton. Brunton había nacido en Londres en 1871. Hacia 1895 se trasladó a Murcia para trabajar en las obras de fundación de la empresa Hidroeléctrica del Segura. Las primeras noticias de su vinculación con Cieza datan de 1910. En este año aparece en el periódico murciano El Liberal, una solicitud de Bernard Haslip Brunton, para circular con un automóvil de su propiedad.

Parece ser que Brunton se afincó en Cieza tras contraer matrimonio con Carmen Trigueros Gómez, una vecina de esta localidad. Pese a que conocía el reglamento del fútbol debido a su origen inglés, no hay constancia de que tratara de fomentar su práctica durante la década de 1910.

El interés repentino de Brunton por organizar un club de fútbol debió de responder a una causa muy concreta: su hijo Arturo era uno de los jugadores más destacados en los partidos que disputaban los jóvenes ciezanos entre sí. Con el paso del tiempo aquellos futbolistas sintieron la necesidad de formar un club que representara a la localidad para enfrentarse a equipos de otras poblaciones, pero no disponían de la capacidad organizativa suficiente como para llevar a cabo este proyecto. En ese momento entra en escena Bernard Haslip Brunton, quien (bien a petición de aquellos jóvenes, o bien por iniciativa propia) funda el Club Deportivo Cieza en 1923.

Arturo Brunton fue titular indiscutible en el Club Deportivo Cieza hasta que a principios de 1924 tuvo que marchar a Inglaterra. Parece ser que tras la partida de su hijo, Bernard Haslip Brunton se desvinculó del club, ya que su nombre no figura en ninguna de las relaciones de directivos del Club Deportivo Cieza que se publicaron en la prensa murciana.

El Club Deportivo Cieza tuvo una progresión meteórica. Cuando Arturo Brunton regresó a España catorce meses más tarde, encontró un panorama completamente diferente: el equipo jugaba sus partidos en un campo de fútbol distinto, el número de aficionados había crecido desmesuradamente, y  el Club Deportivo Cieza, reforzado con futbolistas de otras localidades, participaba en la segunda categoría del fútbol regional. Pocos meses más tarde sería campeón, logrando el ascenso a la máxima división del fútbol murciano.

El nivel de la plantilla era mucho más alto, lo que determinó que Arturo Brunton desapareciera de las alineaciones y muy probablemente abandonara la práctica del fútbol. Varios años más tarde sus padres trasladaron su residencia a Blanca. Bernard Haslip Brunton falleció en 1954, a la edad de 83 años




¿Por qué al Cartagena se le conoce popularmente como el Efesé?

La rivalidad entre los clubes más representativos de Murcia y de Cartagena nace en la década de 1910. Durante estos años cartageneros y murcianos concertaron esporádicamente la celebración de partidos amistosos, que a veces no eran tales. En algunas ocasiones los jugadores visitantes (tanto los de Murcia, como los de Cartagena) abandonaron el campo rival entre una nube de pedradas. 

El aumento del interés por el deporte, y especialmente por el fútbol, propició el nacimiento de varias publicaciones especializadas en la ciudad de Murcia. Entre todas ellas destaca la revista Murcia Deportiva, un semanario que publicó su primer número en el mes de julio de 1919. Sin embargo, la vida de esta publicación fue efímera, pues según declaró su director, Manuel García Calvo, la revista desapareció poco después porque varios redactores no disponían de tiempo para elaborar los contenidos. (En realidad la desaparición de la revista estuvo motivada por el cese de la actividad futbolística tras el cierre, por disputas personales, de La Torre de la Marquesa, el único campo de fútbol en condiciones dignas que existía en la ciudad de Murcia).

A finales de 1922 la práctica del fútbol se había asentado en Murcia de forma definitiva. Los aficionados a este deporte, cada vez más numerosos, demandaban la aparición de alguna publicación especializada, pues la cobertura deportiva que ofrecían los periódicos locales era muy escasa. Por este motivo el 9 de noviembre de 1922 reapareció el semanario Murcia Deportiva.

En el primer número de la revista apareció una sección llamada «En serio y en broma» que cumplía dos funciones: por un lado ayudaba a rellenar las páginas de la publicación en las semanas en las que la información era escasa, mientras que por otra parte otorgaba la posibilidad de incluir comentarios absurdos, mordaces, e incluso ofensivos, en un medio de comunicación que tenía la obligación de dar una imagen de seriedad.

Murcia Deportiva era, en realidad, el medio de comunicación «oficioso» del Real Murcia. La redacción del semanario estaba ubicada en la sede del club, mientras que la mayoría de los trabajadores de la revista eran ex jugadores o directivos del Real Murcia (curiosamente, casi todos ellos se dedicaron poco después al arbitraje).

Desde la reaparición de Murcia Deportiva sus redactores mostraron una animadversión poco disimulada hacia los tres grandes rivales del Real Murcia: el Natación de Alicante, el Valencia F.C. y el Cartagena F.C. Las alusiones despectivas hacia estos equipos, que eran muy frecuentes, aparecían en distintos lugares de la revista (editorial, cronicas de los partidos, sueltos…etc.), pero muy especialmente en la sección «En serio y en broma».

En un principio los comentarios de esta sección eran jocosos, pero, salvo excepciones, no eran excesivamente hirientes. Sin embargo, algunos sueltos encontraron la respuesta de medios de comunicación valencianos y cartageneros. Por este motivo los comentarios fueron subiendo de tono y llegaron, en algún que otro caso, a convertirse en descalificaciones que buscaban ridiculizar al equipo, a la afición, o al periodista rival.

Es en este contexto, cuando en un momento dado un redactor de Murcia Deportiva (muy probablemente, Fernando Servet Spottorno) decide poner apelativos despectivos a las publicaciones y a los equipos rivales. A partir de entonces la sección «En serio y en broma» incluirá en muchas ocasiones estos sobrenombres para dirigirse a ellos. El Valencia pasa a ser denominado como «Cacahuet F.C.», al Natación de Alicante le llaman «el equipo de los nadadores», mientras que la revista deportiva valenciana, La Estaca, pasa a ser conocida como «La Cloaca».

La constitución oficial de la Federación Murciana de Fútbol el 7 de septiembre de 1924 propició que el Real Murcia dejara de competir contra los clubes de la Comunidad Valenciana. A partir de entonces el Real Murcia únicamente se encuentra con un rival con el potencial suficiente como para disputarle el título de campeón regional: el Cartagena F.C. La rivalidad entre el Real Murcia y el Cartagena se trasladó a la prensa, pues las alusiones de Murcia Deportiva encontraron la respuesta de la revista Gol, un semanario deportivo cartagenero que vio la luz en agosto de 1924 y que (siguiendo la costumbre de la época) no tardó en plasmar una clara animadversión hacia el Real Murcia.

Estas circunstancias propiciaron que el Cartagena F.C. se convirtiera en el blanco de muchos de los chascarrillos de la sección «En serio y en broma» de la revista Murcia Deportiva. El 18 de septiembre de 1924 aparece por primera vez en las páginas de este semanario la palabra Efe-se, término que nace de la transcripción despectiva de la denominación que utilizaban los aficionados cartageneros para referirse a su equipo, incidiendo de forma malintencionada en el seseo característico del habla del Campo de Cartagena.

El contexto en el que el periodista utiliza este término es un suelto sobre un partido amistoso en el que el Cartagena había perdido por 2-6 ante el Natación de Alicante.

Primera vez que aparece la palabra Efesé en la prensa (Murcia Deportiva, 18 de septiembre de 1924)

Primera vez que aparece la palabra Efesé en la prensa (Murcia Deportiva, 18 de septiembre de 1924)

«El Natación se ha vengado del Cartagena y tomado desquite de la paliza del campeonato.

Ha ganado en la vecina ciudad al efe-se por SEIS A DOS y estos de penalti.

Lo sentimos por nuestros vecinos y por parecernos mucha NATA»

El motivo por el que el redactor utilizó un guión se debió a su intención de diferenciar las dos letras de la denominación FC. De este modo quedaba más clara cuál era la procedencia del término.

El nacimiento del apelativo tuvo mucho que ver por la costumbre que existía en esta época (ahora muy poco habitual) de pronunciar las siglas de los equipos. El término debió gustar en la redacción de Murcia Deportiva, pues el 25 de septiembre la revista volvió a emplearlo en una alusión (con evidente mala intención) hacia el equipo cartagenero, por las críticas del corresponsal en Cartagena del periódico El Liberal de Murcia a la directiva de este club tras la derrota ante el Natación. La novedad etimológica consiste en que en esta ocasión el redactor de Murcia Deportiva prescinde del guión. La única diferencia con el término actual es que aún no aparece el acento en la última letra.

Suelto sobre al Efesé (Murcia Deportiva, 25 de septiembre de 1924)

Suelto sobre al Efesé (Murcia Deportiva, 25 de septiembre de 1924)

La palabra Efesé, tal y como ha llegado a nuestros días, aparece escrita por primera vez el 6 de noviembre de 1924 en uno de los habituales intercambios de reproches entre Murcia Deportiva y la revista cartagenera, Gol. Esta vez el semanario murciano critica a los propietarios de Gol (la familia García-Vaso) a quienes acusa de «mangonear en el efesé de Cartagena.» Con el paso del tiempo la rivalidad entre el Real Murcia y el Cartagena se hizo cada vez más enconada. Como consecuencia de ello las menciones de Murcia Deportiva al Cartagena F.C. como el Efesé fueron cada vez más habituales. El apelativo se hizo tan popular que a partir del otoño de 1925 empezó a aparecer en otras secciones «más serias» de la revista, aunque sin perder su intención ofensiva.

En buena lógica la palabra Efesé hubiera quedado en el olvido con el transcurso de los años. Sin embargo, ocurrió un acontecimiento que impulsó a un periodista cartagenero a utilizar el término Efesé con el mismo sarcasmo con el que lo habían hecho sus colegas de la revista Murcia Deportiva.

El 19 de diciembre de 1926 el Cartagena logró por primera vez en su historia ganar en La Condomina en un partido oficial. Esta victoria impulsó a un periodista de El Eco de Cartagena que firmaba con el seudónimo de Penalty a escribir un artículo en el que se dirigía de forma sarcástica a los periodistas murcianos (entre ellos el redactor de Murcia Deportiva, Nicolás Ortega Lorca «Liscano») que habían vaticinado un amplio triunfo de los granas.

En el artículo, publicado el 21 de diciembre de 1926, este periodista cartagenero recurre al apelativo Efesé con una obvia intención socarrona; la de incidir que ese equipo al que una revista murciana llama peyorativamente Efesé ha sido capaz de ganar en su campo al Real Murcia. En uno de los párrafos del artículo, Penalty afirma que «el enorme triunfo alcanzado por el efesé cartagenero ante el Real Murcia, ha constituido otra nota del día llena de entusiasmo indescriptible.»

Primera alusión al Efesé en la prensa cartagenera (El Eco de Cartagena, 21 de diciembre de 1926)

Primera alusión al Efesé en la prensa cartagenera (El Eco de Cartagena, 21 de diciembre de 1926)

Poco tiempo después los aficionados del Cartagena adoptaron este término como un apelativo cariñoso que utilizaban para animar a su equipo. En los partidos disputados en El Almarjal, el público ubicado en el fondo sur gritaba «Cartagena». De forma inmediata los aficionados del fondo norte coreaban Efesé, incidiendo en el seseo del apelativo.

A mediados de la década de 1930 la revista Murcia Deportiva interrumpe su publicación. En esta época la palabra Efesé ya había perdido su significado peyorativo para convertirse en un «grito de guerra» de los aficionados del Cartagena.

El apelativo perduró entre los seguidores cartageneristas tras la Guerra Civil,  tal y como se refleja en el diario La Verdad del día 3 de julio de 1942. El periódico publica una carta dirigida por el aficionado Juan Rosique Lambert, en representación de un grupo de seguidores del Cartagena, a Vicente Bonet, redactor deportivo de La Verdad en Cartagena. En la misiva, Juan Rosique, ante el rumor de la posible disolución del Cartagena, pedía que el periodista continuara su campaña «para la salvación de nuestro efesé«.

Primera alusión al Efesé tras la Guerra Civil (La Verdad, 3 de julio de 1942)

Primera alusión al Efesé tras la Guerra Civil (La Verdad, 3 de julio de 1942)

A lo largo de las décadas siguientes el club cambió de denominación en varias ocasiones, lo que hizo que el término quedara provisionalmente en el olvido, pues el Cartagena ya no era Efesé. En 1974 el Cartagena recuperó la denominación de F.C. (Fútbol Club). Poco después volvió a escucharse en las gradas de El Almarjal el grito de Efesé, que alcanzó una gran popularidad en los años 80.

El clamor de los aficionados ha propiciado que el término haya logrado una nueva dimensión, pues aunque sigue existiendo el Efesé (el histórico Cartagena Fútbol Club que milita en Tercera División), en la actualidad el primer equipo de la ciudad es el Fútbol Club Cartagena, fundado en 1995, y al que sus seguidores también animan con el grito de Efesé. Esta circunstancia ha desembocado en una disparidad de pareceres entre quienes sostienen que el único Efesé es el Cartagena Fútbol Club, y entre quienes opinan que Efesé es un término que simboliza la historia del fútbol cartagenero.




El récord de Torregrosa

José Torregrosa protagonizó una carrera deportiva plagada de éxitos. En su palmarés figuran un Campeonato de Liga, un Subcampeonato de la Copa de España, y siete Campeonatos Regionales (cinco de ellos con otros tantos clubes diferentes).

José Torregrosa Torregrosa nació en Alicante el 21 de diciembre de 1904. A los 15 años comenzó a jugar como extremo derecho en el Sporting, un equipo formado por los alumnos del Colegio Salesianos. En 1920 pasó a formar parte del Hércules, que en aquel momento era uno de los muchos clubes que existían en Alicante a la sombra del Natación, el gran equipo de la ciudad. En una ocasión se vio obligado a sustituir en la defensa a su compañero Vinata por indisposición de éste. Desde entonces Torregrosa ocuparía esta demarcación.

El Hércules derrotó por 6-0 al Bellas Artes en un partido amistoso disputado en los primeros meses del año 1921. Unos días después, Emilio Costa, presidente del Bellas Artes, convenció a seis jugadores herculanos, entre ellos Torregrosa, para que se incorporaran a su equipo. Costa tenía en mente un proyecto ambicioso para que el Bellas Artes se disputara con el Natación la supremacía del fútbol alicantino. De este modo en el verano de 1921 el Círculo de Bellas Artes inauguró un nuevo campo de fútbol «El Parque de Deportes». El 14 de septiembre el Bellas Artes, con Torregrosa en su alineación, demostró su potencial derrotando por 4-1 al Valencia.

elogios_de_ricardo_zamora_a_torregrosaEn la primavera de 1923 Ricardo Zamora fue contratado por el Natación para disputar dos partidos contra el Racing de Madrid los días 8 y 9 de abril. A su llegada a Alicante fue invitado a ver un partido del Bellas Artes. El portero catalán quedó gratamente sorprendido por la actuación de Torregrosa, hasta el punto de que al final del encuentro le propuso que se alineara en las filas del Natación. El 9 de abril de 1923, atendiendo a una petición expresa de Zamora, Torregrosa jugó por primera vez con el Natación. A partir de entonces se convirtió en titular indiscutible en la zaga de este equipo.

Ricardo Zamora, impresionado por las cualidades de Torregrosa, logró convencerle para que marchara a Barcelona a disputar dos partidos de prueba con el Español. La junta directiva del Natación se opuso. Finalmente Torregrosa viajó a Barcelona, pero no jugó por temor a sufrir una importante sanción. Pese a que no se alineó con el Español fue inhabilitado durante un mes.

A la edad de 18 años, José Torregrosa ya estaba considerado como uno de los mejores defensas levantinos. De este modo en el otoño de 1923 fue convocado por los técnicos de la Selección Levantina (que estaba formada por los mejores jugadores de los equipos de las provincias de Castellón, Valencia, Alicante, Murcia y Albacete) para participar en las eliminatorias del Campeonato de España. El 11 de noviembre de 1923 formó parte de la alineación que se enfrentó a la Selección Sur. La eliminatoria, que se disputó a partido único en Sevilla, se decantó del lado de los locales que vencieron por 3-2.

torregrosa_vestido_de_calleEl 10 de febrero de 1924 Torregrosa logró su primer título oficial al proclamarse campeón de Levante con el Natación tras derrotar en el partido decisivo al Gimnástico de Valencia por 2-1. La crónica publicada el 11 de febrero en El Mundo Deportivo indica que «Torregrosa y Samper fueron los héroes de su bando y a ellos debe en gran parte el Alicante el título de campeón levantino.» Gracias a esta victoria el Natación se clasificó para disputar el Campeonato de España, en el que fue eliminado en cuartos de final por el Real Madrid. En el partido de ida los madridistas se impusieron por 4-0. La crónica que aparece en El Mundo Deportivo refleja que los dos mejores jugadores del equipo alicantino fueron sus dos defensas, en especial, Torregrosa.

José Torregrosa militó en el Natación durante tres temporadas. En septiembre de 1926 la Federación Valenciana excluyó de la competición al equipo alicantino tras un asunto turbulento. A consecuencia de ello los jugadores del Natación se vieron obligados a fichar por otros clubes. Torregrosa se decantó por la oferta del Levante de Valencia, equipo en el que militaría durante dos campañas. En la temporada 1927/28 el Levante se proclamó campeón regional tras derrotar por 2-1 al Valencia en la final disputada el 22 de enero en el Campo de la Cruz El gran rendimiento del trío defensivo levantinista fue decisivo para que su guardameta, José María Cabo, fuera contratado por el Real Madrid al término de la temporada.

En septiembre de 1928 Torregrosa fichó por el Castellón. El defensa alicantino también logró el campeonato regional con este equipo. En el partido decisivo disputado el 11 de noviembre el Castellón derrotó por 3-0 al Levante (uno de los goles fue conseguido por el propio Torregrosa). En el Campeonato de España de ese año el Castellón completó una de las mejores participaciones de toda su historia, siendo eliminado en cuartos de final por el Athlétic de Bilbao por un resultado global de 4-3.

Curiosamente, por segundo año consecutivo, el Real Madrid fichó al portero del campeón regional de la Federación Valenciana (en este caso el guardameta del Castellón, José Ramón Nebot). Asimismo, el equipo madridista también contrató a Torregrosa. El futbolista alicantino permaneció en las filas del Real Madrid durante tres temporadas (1929/30, 1930/1931 y 1931/1932). Durante estas campañas logró varios éxitos:

  • El Campeonato de Liga en la temporada 1931/1932.
  • El subcampeonato de la Copa de España en la temporada 1929/30 tras perder en la final disputada el 1 de junio de 1930 en Montjuic ante el Athlétic de Bilbao por 3-2.
  • Tres Campeonatos Regionales.

En 1930 Torregrosa recibió una oferta del Español. El equipo catalán ofreció 25.000 pesetas al Real Madrid por el traspaso del jugador y 8.000 pesetas al propio futbolista por su firma. La operación no se materializó por el interés del Real Madrid en seguir contando con los servicios del defensa alicantino.torregrosa_con_la_camiseta_del_hercules

En el verano de 1932 Torregrosa dio por concluida su etapa en el Real Madrid. Tras estudiar varias ofertas decidió regresar a su ciudad natal para fichar por el Hércules. En la temporada 1932/1933 el equipo alicantino logró el primer éxito importante de su historia al proclamarse campeón de la Federación Murciana. De este modo, José Torregrosa logró su sexto campeonato regional consecutivo, el cuarto con un club diferente.

A partir de 1934 comenzó a ausentarse de los terrenos de juego por distintas lesiones. Estos contratiempos determinaron que abandonara la disciplina del Hércules. En 1935 fichó por el Elche, equipo en el que permaneció durante un breve periodo de tiempo. En noviembre de este año el equipo ilicitano, afectado por graves problemas económicos, concedió la baja a todos los profesionales del equipo. No han trascendido más datos del historial deportivo de Torregrosa. Se desconoce si tomó la decisión de abandonar la práctica del fútbol por voluntad propia, o si lo hizo por el estallido de la Guerra Civil.

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El 11 de abril de 1943 se organizó un partido de homenaje a Torregrosa que enfrentó al Hércules y al Real Madrid. La crónica que aparece en El Mundo Deportivo demuestra que, al margen de su calidad como futbolista, Torregrosa se ganó una gran simpatía por su extraordinario carisma. Según recoge la citada crónica el campo de Bardín registró una de las mejores entradas de su historia “para corresponder con su presencia cotizante al veteranísimo defensa que supo llevar en triunfo al fútbol alicantino por esas tierras de España, a lo largo de su dilatada vida de profesional en activo”. José Torregrosa, a sus 38 años, defendió por última vez la camiseta del Hércules durante 30 minutos.

José Torregrosa fue uno de los jugadores levantinos más emblemáticos de las décadas de 1920 y 1930. A mediados de los años 20 la prensa alicantina pidió insistentemente su presencia en la Selección Española. Sus defensores argumentaban que tenía calidad para defender la camiseta nacional, pero que los seleccionadores no le tenían en cuenta porque militaba en clubes adscritos a la Federación Levantina (Federación Valenciana a partir de 1924). A nivel personal, tuvo el mérito de engrandecer el palmarés de muchos equipos. Su record de ganar el campeonato regional con cinco equipos diferentes, es admirable, teniendo en cuenta que varios de los clubes en los que militó no partían como favoritos para ganar esta competición.

Historial Deportivo

Temporada Club
1919/1920 Sporting (Colegio Salesianos de Alicante)
1920/1921 Hércules de Alicante
1921/1922 Bellas Artes de Alicante
1922/1923 Bellas Artes de Alicante
1923/1924 Natación de Alicante
1924/1925 Natación de Alicante
1925/1926 Natación de Alicante
1926/1927 Levante de Valencia
1927/1928 Levante de Valencia
1928/1929 Club Deportivo Castellón
1929/1930 Real Madrid
1930/1931 Real Madrid
1931/1932 Real Madrid
1932/1933 Hércules de Alicante
1933/1934 Hércules de Alicante
1934/1935 Hércules de Alicante
1935 Elche

José Torregrosa fue jugador de la Selección Levantina en el año 1923

Palmarés

Un Campeonato Nacional de Liga con el Real Madrid en la temporada 1931/1932
Un Subcampeonato de Copa de España con el Real Madrid en la temporada 1929/1930
Siete Campeonatos Regionales (Natación de Alicante 1924, Levante 1928, Castellón 1929, Real Madrid 1930-1931-1932 y Hércules 1933)



El origen del fútbol en Águilas: el Águilas Football Club

La localidad murciana de Águilas fue uno de los primeros lugares de España en los que se jugó al fútbol, aunque es imposible saber la fecha exacta o aproximada en la que se inició la práctica de este deporte. 

El 13 de marzo de 1876 se realizó la concesión del ferrocarril entre Águilas y Murcia (aunque finalmente la estación se construiría en Alcantarilla), lo que propició el nacimiento de una importante actividad económica que atrajo a numerosos inversores extranjeros. Las obras del ferrocarril coincidieron con las del puerto, y más tarde con las del embarcadero de El Hornillo. La puesta en marcha de estas infraestructuras motivó que se instalara en Águilas una importante colonia de ingleses.

Copia de la inscripción en el registro de asociaciones

Copia de la inscripción en el registro de asociaciones

La población extranjera reparó en los abundantes campos de esparto de la Sierra de Almenara. Durante las últimas décadas de este siglo se registró un intenso tráfico de barcos ingleses que acudían a recoger el esparto. La pesada labor de carga les obligaba a permanecer amarrados durante varios días, lo que permitía que los marineros tuvieran muchos momentos de ocio.

La colonia británica aumentó a partir de 1887, año en el que se fundó la compañía The Great Southern of Spain Railway Company Limited que recibió la concesión para construir el ferrocarril Lorca-Águilas-Baza. La masiva presencia de ingleses hace pensar que en esta época ya se jugaban partidos de rugby o de fútbol. No hay constancia documental acerca de la disputa de estos encuentros, pero es muy probable que durante la década de 1880 algún balón ovalado o redondo rodara junto a las playas de Águilas ante la incredulidad de los lugareños.

Juan Gray, fundador del Águilas Football Club

Juan Gray, fundador del Águilas Football Club

La  intensa actividad comercial e industrial generó una riqueza económica que propició la llegada de emigrantes en busca de fortuna. Por este motivo entre 1892 y 1893 apareció en Águilas (probablemente procedente de Cartagena) un escocés, natural de Aberdeen, llamado John Gray Watson (en España sería conocido como Juan Gray) que se dedicaba a la compraventa de productos. Gray tras comprobar el desarrollo económico de la ciudad decidió fundar la primera Casa de Banca de Águilas. Unos años más tarde Gray sería el principal impulsor del primer equipo de la localidad: el Águilas Football Club.

Según algunos testimonios orales, recogidos varios años más tarde, a principios de la década de 1890 ya se jugaba al fútbol en algún lugar de la localidad que no ha podido ser identificado, aunque los únicos practicantes eran los ingleses. Hubo que esperar a los últimos años del siglo XIX para que  los habitantes de Águilas se implicaran, por fin, en la práctica de este deporte. La persona que popularizó el fútbol entre la población local no fue un británico, sino un aguileño. Se trata de Ginés García Abellán, apodado »El Monterúo», hijo del consignatario de buques, Gabriel García Mora.

La necesidad de conocer la lengua inglesa para el desarrollo de su negocio familiar motivó que Ginés García marchara en su adolescencia a aprender el idioma a Aberdeen (casualmente, la ciudad natal de Juan Gray). Allí tuvo la oportunidad de conocer a fondo el football. Tal fue su entusiasmo por este deporte que cuando regresó a Águilas, entre 1896 y 1897, intentó difundir su práctica entre las personas más allegadas.

Ginés García Abellán consiguió que aquel deporte que tanto le había gustado se hiciera popular entre sus amistades. Poco después de su regreso a Águilas un grupo de jóvenes locales jugaban con cierta asiduidad partidos de fútbol en un solar denominado »La Cerca», (junto al actual Paseo Isaac Peral) que estaba muy próximo al domicilio de García Abellán.

Algún tiempo después los nativos retaron a los ingleses en el campo en el que éstos jugaban habitualmente. Tras sufrir varias derrotas los jóvenes de Águilas vencieron en algunos de esos partidos. Finalmente, ingleses y aguileños unieron sus fuerzas y los jugadores más destacados de ambas comunidades crearon un club representativo de la ciudad para competir contra equipos formados por marineros ingleses. 

José Martí, jugador del Águilas Football Club

José Martí, jugador del Águilas Football Club

En el año 1900 nació el Águilas Football Club. Juan Gray, quien ya gozaba de una elevada posición social y económica, se puso al frente de este proyecto y se convirtió en presidente y entrenador del equipo. El 10 de febrero de 1905 el Águilas Football Club presentó su reglamentación en el Registro de Asociaciones, Sociedades y Entidades de la Diputación Provincial de Murcia, siendo, de este modo, la primera sociedad futbolística de la provincia en constituirse oficialmente. Pese a que este equipo es conocido popularmente como Sporting Club Aguileño o Águilas Sporting Club, ninguna de estas dos denominaciones aparece en ningún documento oficial de la época. Por tanto, la denominación correcta de este histórico equipo es la de Aguilas Football Club, tal y como recoge el citado registro.

El Aguilas Football Club tenía su sede social en el número 1 de la calle Lope Gisbert. En sus inicios la sociedad se caracterizaba por la juventud de sus componentes, pues la media de edad estaba en torno a los 18 años. Entre los jugadores destacaban los ingleses Jacky Gillman (hermano del director de la Compañía de ferrocarril The Great Southern of Spain Railway Company Limited), Rolando y Mervin Naftel, hijos del vicecónsul inglés en Águilas y Hugo Borthwick, y los aguileños Alfredo Cervetto (primer portero conocido de la historia del club), Luís Soler, Pepe Montalbán, Ginés Llorca y dos parejas de hermanos: José y Pedro Martí y Gabriel y Ginés García Abellán (la persona que dio a conocer este deporte en la localidad).

Réplica de la camiseta del Águilas Football Club

Réplica de la camiseta del Águilas Football Club

La parte superior del primer uniforme del Águilas Football Club no era una camiseta, sino un jersey de lana blanco y azul dividido en rayas horizontales de distinto grosor. En la parte superior del jersey, a la altura del pecho y sobre una especie de rombo de fondo blanco, estaba impresa la imagen del escudo: un águila bicéfala.

Entre 1900 y 1901 el Águilas Football Club disputó una serie de partidos ante equipos formados por marineros de vapores ingleses. Paralelamente, el fútbol también se desarrolló en la vecina ciudad de Lorca de la mano de Manuel José Pelegrín Dunn »Mannie», hijo del cónsul español en Newcastle, quien organizó los primeros partidos en esta ciudad. En 1901 se acometió el primer reto futbolístico de la historia en la Región de Murcia: un partido entre los equipos de Águilas y Lorca.

El encuentro entre el Águilas Football Club y el Lorca Foot Ball Club se disputó en el campo del equipo lorquino durante el año 1901 en un día y mes que nos son desconocidos y finalizó con victoria aguileña por 0-2. Poco después de la disputa de aquel encuentro ambos equipos volvieron a dirimir sus fuerzas, en esta ocasión parece ser que en un campo situado en la explanada del muelle de Águilas. Este segundo partido, que se debió de disputar el 14 o el 15 de agosto de 1901, finalizó con victoria del Águilas por 5-0.

A partir de 1901 el interés por el fútbol en Águilas creció considerablemente. En 1903 se inauguró un campo de fútbol en el Barrio de Las Delicias, entre el Paseo de la Estación y la Rambla de las Culebras, en un paraje conocido como El Bol de la Virgencica. Este terreno de juego fue conocido con el nombre de »Las Palmeras». En dicho lugar los jóvenes aguileños pasaban sus ratos de ocio organizando partidos entre ellos.

El 7 de febrero de 1904 se disputó el tercer partido entre Lorca y Águilas, esta vez en el campo de Los Llanos de Santa Quiteria de Lorca. Los aguileños se impusieron por 1-0. A raíz de este encuentro las relaciones entre ambos clubes quedaron rotas. De este modo, el Águilas Football Club contó con el hándicap de no poder disputar partidos de fútbol al no existir en la provincia ningún club contra el que poder enfrentarse. Desde febrero de 1904 hasta diciembre de 1906, los únicos rivales del Águilas fueron equipos formados por marineros de barcos ingleses.

Pese a su escasa actividad, la existencia del Águilas era conocida en otras regiones. A finales de 1906 Udo Steinberg, un deportista austriaco de la época, concibió la posibilidad de crear una «asociación regional de clubes» que englobara a los equipos de fútbol catalanes y levantinos. Steinberg envió una carta a varias sociedades, entre ellas el Águilas Football Club, explicando su proyecto. Finalmente la idea del austriaco no se pudo llevar a cabo. 

La tercera ciudad de la provincia de Murcia en desarrollar una estructura futbolística fue Cartagena. En septiembre de 1906 se creó el Sport Club Cartago, que desde su fundación intentó organizar partidos contra equipos de otras ciudades. El 16 de diciembre de 1906 el Águilas jugó por primera vez en Cartagena. En la expedición se desplazaron 15 miembros. El equipo titular estaba formado por Alfredo Cervetto; Mervin Naftel, Gabriel García; Pedro Bayona, Luís Soler, Ginés Llorca; Pedro Luna, Pedro Martí, Jacky Gillman, José Martí y Andrés Fuster. También formaban parte de la expedición el defensa Eugenio Buitrago como jugador suplente, Juan Gray como juez árbitro, Francisco Martí como juez de línea y Ginés García como juez de gol. El Águilas logró la victoria por 0-4.

Formación del Águilas Football Club (muy probablemente de 1904)

Formación del Águilas Football Club (muy probablemente de 1904)

Según relató años después Pedro Martí, uno de los expedicionarios, el desplazamiento para disputar este partido fue toda una odisea. Los aguileños viajaron hasta Lorca en dos tartanas, pero al subir el puerto de Purias una de las mulas se paró en seco. Ante esta eventualidad se vieron obligados a empujar el vehículo. En Lorca tomaron el ferrocarril hasta Alcantarilla y luego tuvieron que subir en el tren que hacía el trayecto Madrid-Cartagena. El viaje de regreso se hizo en barco, pero no por ello fue más tranquilo, pues los expedicionarios se vieron sorprendidos por un temporal.

Tras aquella victoria en Cartagena el Águilas Football Club se planteaba retos más complicados. Sin embargo, la historia de este equipo apenas duraría unos cuantos meses más. En febrero de 1907 el Sport Club Cartago organizó un partido de fútbol con el fin de recaudar fondos para unos obreros que habían sido despedidos del Arsenal. El rival del Sport Club Cartago debía de ser el Águilas, pero el equipo aguileño declinó disputar este partido (tal vez por la mala experiencia del viaje anterior). Finalmente, el encuentro enfrentó a un combinado de jugadores del equipo cartagenero.

Durante este año el Águilas Football Club intentó, sin éxito, disputar algún partido. Las relaciones con el Lorca Foot Ball Club estaban rotas, mientras que el Sport Club Cartago, que había sido invitado a desplazarse a Águilas, desestimó el ofrecimiento. Ante la desesperación por encontrar algún rival al que enfrentarse la junta directiva barajó en varias ocasiones la posibilidad de desplazarse a Madrid, aunque, finalmente, esta opción fue descartada.

El Águilas Football Club jugó por última vez en su terreno de juego el domingo 31 de marzo de 1907. Los aguileños derrotaron por 3-0 a un equipo formado por la tripulación de un barco inglés. Por aquel entonces ya se habían frustrado las esperanzas de viajar a Madrid para jugar contra algún equipo de esta ciudad.

El 3 de agosto de 1907 el Aguilas Football Club disputó en Cartagena el último partido de su historia. Se trataba de un encuentro benéfico a favor de las colonias escolares. El desplazamiento volvió a ser traumático. Los jugadores viajaron en un pequeño barco de vapor, y tal y como había sucedido ocho meses antes, la travesía no acompañó y varios de los expedicionarios sufrieron mareos. Nada más llegar a Cartagena los jugadores tuvieron el tiempo justo para comer antes de disputar el partido. La victoria volvió a corresponder al Águilas, pese a que los visitantes extrañaron el campo de fútbol porque su superficie era mucho más blanda que la del terreno de juego de Las Palmeras.

El equipo rival, compuesto por una selección de jugadores cartageneros de varios equipos, tenía previsto alinear a Soler; Calandre, Pérez; Casanova, M. Sanz, Rodríguez; Conesa, Pascual, Maestre, P. Sanz y Navarro. La última alineación de la historia del Águilas Football Club (o al menos la que estaba anunciada antes del inicio del partido) era la compuesta por Llorca; Vilardell, García; Belzunce, Luna, Desiderio Cuartero; Muñoz, Alfonso Cuartero, Pedro Martí, M. García y Correa. Es decir, que en la expedición del Águilas sólo se desplazaron tres de los doce futbolistas que habían viajado a Cartagena ocho meses antes (Ginés Llorca, Pedro Martí y Pedro Luna).

Algún tiempo después de la disputa de este partido se produjo la disolución del Águilas Football Club, fundado en el año 1900, inscrito oficialmente en 1905 y desaparecido en 1907 al no encontrar equipos rivales contra los que enfrentarse.

Según una información que apareció en la prensa local de la época, el Águilas Football Club jugó 26 partidos a lo largo de su historia, la mayoría de ellos ante equipos formados por marineros de barcos ingleses, y los ganó todos sin encajar ni un solo gol. No ha sido posible contrastar este testimonio en otras fuentes, aunque sí existe constancia de que el equipo aguileño venció a todos sus rivales en los ocho encuentros de los que existen referencias documentales.

Hubo que esperar tres años para que el fútbol resurgiera en Águilas. En 1910 se produjo la fundación del Deportivo Aguileño, heredero natural del Águilas Football Club. Juan Gray volvió al ponerse al frente de este equipo que también hizo historia, pues fue el primer club murciano en clasificarse para disputar el Campeonato de España.