¿Es el Granada C.F. un club más antiguo de lo que dice ser?

El 6 de abril de 1931 se firmó el acta fundacional y se aprobaron los estatutos por los que debía regirse el Club Recreativo Granada, primigenia nomenclatura del Granada C.F. Por tanto, esa fecha es oficialmente aceptada como la de constitución del club granadino que actualmente milita en Segunda División. Sin embargo, unos cuantos días después, el 25 de abril, el diario granadino El Defensor de Granada (el gran periódico de la ciudad en aquellos años y único cuya hemeroteca aún existe a día de hoy) indicaba que, una vez cumplidos los requisitos exigidos por la Ley de Asociaciones, a partir de ese momento quedaba oficialmente reconocido con el nombre de Club Recreativo Granada, el club que anteriormente –remarcamos la palabra “anteriormente”- era conocido como Recreativo Español. A tenor de lo descrito en este periódico, la vinculación entre el Recreativo Granada y el Recreativo Español deja lugar a poca duda. ¿Es, por tanto, el Granada C.F. un club más antiguo de lo que dice ser?

Acto protocolario en un partido disputado en Las Eras de Cristo. Granada. Años 20

Esta pregunta es de difícil respuesta. Desde un punto de vista jurídico, la fecha de constitución de una entidad corresponde con la de su inscripción en el registro oficial pertinente (se supone, porque no hay documento que lo atestigüe, que en el caso del club granadino esto sucedió el 14 de abril de 1931), habiéndose firmado con anterioridad su acta constitucional y aprobado sus estatutos (como hemos dicho, ambos casos fueron formalizados el 6 de abril). Sin embargo, a comienzos del siglo XX, un equipo de fútbol formado por amigos y parientes no necesita figurar en registro alguno, aunque eso no quiere decir que ese club no existiera desde un punto de vista social. De esta forma se abre un paréntesis temporal que va a conectar Recreativo Español con Recreativo Granada y que todas las pesquisas nos hacen cerrar en 1924.

Antes que nada, hay que comprender por qué en ese mes de abril de 1931 surge la voluntad de constituir legalmente una sociedad que existía con anterioridad. Es decir, comprender que la creación del Recreativo Granada no respondió a un proceso exnovo, circunstancial y caprichoso, como podríamos imaginarnos; sino que respondía a una voluntad meditada y fue el resultado de un proyecto trazado desde siete años atrás.

Por aquel entonces, década de los años 20, las competiciones futboleras que se celebraban en Granada no pasaban de competiciones locales y meros partidos amistosos organizados por algún motivo festivo o benéfico, y para cuya participación no era preciso una constitución legal u oficial. El Campeonato de España que se celebraba desde 1903 era inalcanzable para este tipo de conjuntos. Sin embargo, justo en esta época, se produjo un hecho que cambió para siempre la idea de las competiciones futbolísticas de España: en 1928 se inauguró el Campeonato Nacional de Liga. Un campeonato que nacía con la idea de enfrentar de una forma no eliminatoria a los diferentes clubes, y cuyos tentáculos fueron cubriendo las distintas zonas geográficas de la Península y las diferentes categorías de los clubs que existían en ellas. Eso sí, para participar en él era imperativo el pertinente registro en la Federación.

¿Constituirse legalmente y participar en esa novedosa competición? Ante este dilema se debieron encontrar el puñado de conjuntos que rivalizaban por entonces en los diferentes campos de juego que se desparramaban a las afueras de la ciudad. La respuesta de los integrantes del Recreativo Español –a los que podríamos definir como de visionarios- fue afirmativa. Desde ese preciso momento se dispusieron a trabajar para solventar los diferentes periplos burocráticos, y así convertirse en el primer equipo granadino en participar en el Campeonato Nacional de Liga. Una clara hoja de ruta que podemos percibir leyendo entre líneas las crónicas deportivas de los diarios y, sobre todo, a través de los testimonios de determinadas personas.

Entre los testimonios que nos permiten dibujar la existencia y desarrollo del Recreativo Español, destaca el de José Amigo Vico, recogido en 1984 en el diario Ideal por el periodista e historiador oficial del Granada C.F. José Luis Entrala.

José Amigo Vico durante la entrevista a Ideal en 1984.

Primera mención al Recreativo en prensa. Marzo 1924

El que fuera durante décadas socio número uno del Granada C.F., explica que, en un determinado domingo de 1924 -imposibilitando señalar una fecha más concreta por el paso del tiempo- se juntó con varios de sus primos (apellidados Amigo y Vico) para comprar un balón y empezar a jugar al fútbol. Pasatiempo que acabó asentándose hasta formar un equipo que disputaba partidos por toda la provincia durante años y al que “como era para una cosa recreativa” le pusieron “Recreativo Español de Granada”. Este aspecto casa a la perfección con lo que puede hallarse en la hemeroteca granadina, puesto que el 4 de marzo de 1924 encontramos la primera mención a un club de fútbol denominado Recreativo F.C.

Entre todo lujo de detalles, donde José relata cómo eran los entrenamientos de ese grupo de muchachos, como iban convenciendo a amigos y conocidos para que se unieran al equipo, como conseguían el material para la práctica deportiva o curiosidades y anécdotas sobre esos primeros partidos de fútbol; cabe destacarse la relación que unió al modesto equipo con un periodista de El Defensor de Granada, Eufrasio Martínez. “Venía a todos nuestros partidos. Era una excelente persona. Una vez escribió que <<no me negarán que es un partido amistoso, no hay más que ver el nombre de los jugadores; Amigo, Amigo, Amigo, …>>”. Bajo la firma de Martinenc, Martínez fue quien publicó en el citado periódico las andanzas del Recreativo Español que nos permiten a día de hoy confirmar la existencia del germen del Granada C.F. De igual forma, en la entrevista José explica cómo se llegó al punto en el que el club de los Amigo empezó a requerir una estructura socio-deportiva más potente y un apoyo económico concreto. Para ello recabaron que era necesario ponerse en manos de “un hombre mayor que nos representara porque no éramos nadie”. Esa persona fue Julio López, “…como mis primos estaban en el ramo de la madera [lo] conocían ya que era ebanista y le gustaba ir a los partidos … él lo hizo todo». Con “todo” José se refiere a los trámites pertinentes para que el club adquiriera personalidad jurídica, o sea, para que el Recreativo Español creado en 1924, se constituyera oficialmente como Club Recreativo Granada en 1931.

Anuncio constitución Recreativo Granada. 25 de abril de 1931

No existe documentación alguna que pueda atestiguar lo explicado por Amigo Vico, puesto como sigue relatando en la propia entrevista, él mismo la eliminó durante el levantamiento militar de 1936, por miedo que cualquier mísero papel pudiera acusarle de vete tú a saber qué. Recordemos que el barrio del Albaycín, de donde eran oriundos Amigo y sus compañeros, se convirtió en el principal foco de resistencia de la ciudad de Granada, la cual no tardó en ser controlada por el bando sublevado. Como curiosidad, cabe destacarse que el propio José se refugió en el ya existente Estadio de Los Cármenes, casa del Recreativo Granada, durante aquellos convulsos días “porque había que salvar la vida”.

De esta forma, ante la inexistencia de documentos oficiales anteriores a 1931, el Granada C.F. se agarra a los estatutos del Recreativo Granada para situar su propio origen. Pero estos mismos estatutos y la primigenia documentación de este club, son también una prueba inapelable de la inequívoca conexión con el Recreativo Español, permitiendo interpretar esta ligación de una manera mucho más profunda que leyendo un mero recorte de prensa. Veamos por qué.

La primera conexión es palmaria. El nacimiento del Recreativo Granada en 1931, justo cuando “deja de existir” -ya que desde ese momento desaparece de cualquier crónica periodística- el Recreativo Español.

La segunda conexión es evidente, el nombre de ambos clubes. La denominación “Recreativo” los enlaza de forma directa. Aunque bien es cierto que pudiera tratarse simplemente de una casualidad, siendo la diferenciación en el segundo nombre (Español – Granada) una confirmación de este aspecto. Sin embargo, para este cambio de “apellido” se puede encontrar una explicación razonable: esta modificación se produce en un contexto concreto, en el que varios clubes amateurs intentan aglutinar sobre ellos a la incipiente afición futbolera de Granada. Que mejor forma de lograr tal propósito que indicar el nombre de la ciudad dentro del propio nombre del club.

La tercera conexión la encontramos en la composición de la primera directiva de la entidad. A la cabeza de todos los directivos aparece como presidente Julio López Fernández, la misma persona a la que los jóvenes fundadores del club se encomendaron en aras de una “profesionalización” (en la medida en la que esta palabra puede utilizarse) del Recreativo Español. Tras él, aparece una ristra de nombres que repiten los apellidos Amigo y Vico. Como curiosidad cabe destacarse el de José Amigo Vico (el entrevistado en 1984) como primer contable del Recreativo Granada.

La cuarta conexión la hallamos en el primer listado de jugadores y socios del Recreativo Granada. Nombres que coinciden en un altísimo porcentaje con los que defendían al Recreativo Español en las crónicas deportivas de los diarios.

Una quinta conexión se evidencia con la reseña del uniforme de juego, descrito como de rayas verticales azules y blancas. Camisetas que, gracias a las crónicas deportivas, sabemos que disponía ya el Recreativo Español. Cabe destacarse que esta uniformidad no adquirió oficialidad hasta octubre de 1933, momento en el que es aprobada en sesión ordinaria de la junta directiva. Sin duda un aspecto arriesgado ya que, por aquella época no debía ser fácil encontrar en Granada prendas deportivas de un color determinado, hecho que hizo que se fueran alternando los colores vestidos por estos futbolistas durante los primeros años de vida del club y que, curiosamente, los hizo vestir –siempre según las crónicas periodísticas- casi más veces de rojo que de azul. Símbolo que, como sabemos, define al actual Granada C.F.

La sexta conexión se puede fijar en base a la construcción del campo de fútbol que acogió los primeros partidos del Recreativo Granada, el Campo de las Tablas. Aquí se van a producir una serie de actuaciones por parte de unos actores cuya ligación al Recreativo Español es incuestionable. En primer lugar, cabe destacar nuevamente al periodista Martinenc, quien llevó a cabo una ardua labor para que el Ayuntamiento de Granada cumpliera con una normativa que obligaba a que la ciudad contara con un “campo de deportes”, logrando la cesión de unos terrenos municipales para ese equipo con el que tanto simpatizaba. Además, en este punto, entramos en otra cuestión lógica: para recibir una donación tan importante el club debía contar con cierta solera. Es improbable que optara a una cesión de tal envergadura un club recién constituido y totalmente desconocido.

Con el terreno a su disposición, tocaba la construcción del estadio. Construcción que llevaron a cabo sus principales interesados: socios y jugadores del club. Aquí aparece nuevamente el apellido Amigo, puesto que el tío de uno de los fundadores que había hecho fortuna en América, fue el que puso el dinero para la compra de unos álamos cuya madera fue el elemento básico de la construcción del Campo de las Tablas, también conocido como “Caja de pasas” por su cercado de madera. Y la última figura clave en este proceso fue Julio López, presidente del Recreativo, que disponía de los conocimientos y maquinaria necesarios para el trabajo de la madera.

Si bien no hay documentación oficial a la que agarrarse, toda esta serie de evidencias (las crónicas periodísticas, los testimonios de los involucrados, los estatutos y la primigenia documentación del Recreativo Granada y la construcción de su primer campo de fútbol) hacen incontestable el hecho de que el Recreativo Español y el Recreativo Granada se traten en realidad del mismo club y no un punto y aparte como a veces se ha pretendido afirmar. Por ello, el origen del Granada C.F. hay que situarlo, al menos, en 1924; abriéndose hasta la fecha de abril de 1931 un espacio temporal que, ante la discutible falta de reconocimiento oficial, prudentemente dejaremos calificado en este artículo simplemente como de período de gestación. “Un embarazo de siete años”, como sutilmente ya indicó en su día José Luis Entrala.

Recreativo Granada en el campo de Las Tablas. Temporada 31-32

Primera directiva del Recreativo Granada

Estatutos Recreativo Granada

REFERENCIAS

Entrala Fernández J. L., Ramos Torres J. L. Historia del Granada Club de Fútbol. 2010

Lasso Rebate A., Martínez M. Enciclopedia histórica del Granada C.F. Ideal. 2012

Ramos Torres R. Adiós a Los Cármenes. Editorial Comares. 1995

Ramos Torres J. L. El once fantasma. Dauro Ediciones. 2015




¿Por qué es “Artístico” el Navalcarnero?

Los nombres de los clubes de fútbol españoles no se caracterizan precisamente por su sofisticad o singularidad. En la mayoría de los casos sencillamente toman el nombre de población a la que pertenecen y lo rematan con escueto “Club de fútbol”, “Club deportivo” o alguna analogía similar. Otros, casi todos desde comienzos del siglo XX y haciéndolo coincidir con el reinado de Alfonso XIII –futbolero confeso-, además consiguieron instituir a su nomenclatura la titulación “Real”. A partir de ahí, podemos apreciar una línea continua de la que se separan muy pocos clubes.

En este caso y durante el presente artículo, vamos a centrarnos en uno de ellos y en el porqué de su peculiar nombre: Club Deportivo Artístico Navalcarnero.

Hay que remontarse a 1961, fecha erróneamente tomada como la de fundación del club, pero que sí fue el año en el que Carlos Gutiérrez Reig tomó sus riendas. Este hecho junto a la estatua erigida en su honor frente al estadio en el que disputa los partidos el C. D. A. Navalcarnero, pone de manifiesto la importancia de su figura en el devenir histórico del club madrileño. Una relevancia que quedó manifiesta en el propio nombre del equipo, pues hasta entonces era conocido simplemente como Club Deportivo Navalcarnero.

Carlos Gutiérrez Reig fue siempre una figura ligada al deporte. Ya en la década de los cuarenta, siendo aún muy joven, llegó a ser jefe de deportes del distrito de Palacio en Madrid. A lo largo de su trayectoria vital fue promotor de diversos torneos e iniciativas multideportivas y fue presidente del Navalcarnero durante lustros, que es lo que realmente nos ocupa en el presente artículo. Todas estas actividades las compaginó con su labor de periodista como redactor jefe de la sección deportiva del semanario Afán. Sin duda, la suya fue una larga carrera al servicio del deporte y por ella fue condecorado con la Medalla al Mérito Deportivo y la Medalla de bronce de la Delegación Nacional de Deportes. Pero la figura de Gutiérrez Reig tuvo una mayor significación que la meramente deportiva y es que, como no podía ser de otra forma en aquella época propicia, tuvo bastantes connotaciones políticas. Ex combatiente de la División Azul, estuvo muy vinculado a la Falange durante el Franquismo. Por ello cambió el nombre y la personalidad jurídica del club al hacerse cargo de él.

Gutiérrez Reig federó al C.D. Navalcarnero el 11 de agosto de 1961 con el nombre de “Club Deportivo Artístico Navalcarnero del Frente de Juventudes” y acto seguido el equipo rojiblanco (colores que mantuvo sobre el anterior) comenzó a disputar los distintos torneos que organizaba la O.J.E. Seguramente lo de incluir la palabra “Artístico” tuvo mucho que ver con ese afán multicultural que caracterizaba los principios más básicos de la Falange. Algo que nos confirmó el propio hijo del promotor deportivo, el televisivo Dr. Gutiérrez Serantes. El presentador del exitoso programa de televisión “Saber vivir” de TVE, nos indicó que en los primeros años bajo presidencia de su padre, el club tuvo una significativa vertiente cultural basada en la rondalla y baile regional. Parte extradeportiva que era dirigida por un delantero del equipo de fútbol: Fidel Borrajo.

Pero a pesar de la indudable importancia de Gutiérrez Reig, lo cierto es que el Navalcarnero existía como club de fútbol desde casi una década antes de su llegada. Exactamente desde 1953. Momento en el que los estragos de la guerra y la miseria de la posguerra, permitieron rescatar del olvido al fútbol en aquella localidad tan maltratada por la Guerra Civil. Y es que la Guerra Civil pudo haber tenido mucho que ver con el singular nombre del equipo rojiblanco.

Como sabemos, durante la guerra España se impregnó de sangre y destrucción. Destrucción que en buena medida trataron de evitar las que quizá fueron las dos organizaciones más loables surgidas durante el conflicto. La Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico (JIPPA) por el bando republicano y el Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional (SDPAN) por el sublevado, antepusieron el valor del arte a las convicciones políticas y devenires militares. Y ambas tuvieron mucho que ver con la villa de Navalcarnero.

Ante la ofensiva del ejército sublevado que acechaba Madrid y antes de librar la ardua batalla  de Brunete que arrasó la zona en julio de 1937, la JIPPA decidió proteger el conjunto artístico de Navalcarnero y trasladarlo a zona segura. El convoy se conformó por la imagen de la Virgen de la Concepción (patrona de Navalcarnero) que fue depositada en el Museo del Prado, su altar que fue a parar al Museo Arqueológico y el ajuar de plata de la escultura y una veintena de cuadros que fueron trasladados a Valencia dentro del denominado “Tesoro Artístico Español”. La región oeste de Madrid no tardó en ser controlada por las tropas del General Franco, lo que hizo que Navalcarnero se erigiera como un punto importante de la retaguardia del ejército sublevado y de improvisada capital de la diócesis Madrid-Alcalá. Una vez finalizada la guerra, fue el SDPAN quien hizo regresar poco a poco el patrimonio a su villa.

Cuando Adolfo Suárez se hizo cargo del Gobierno del país y disolvió el Movimiento y por ende la O.J.E., el club cambió nuevamente su nombre para dejarlo tal cual luce hoy día. Se eliminó la politizada coletilla final (que por entonces ya había derivado a “Guardia de Franco”), pero se mantuvo el evocador “Artístico”. Una palabra que bien podría homenajear a aquellos elementos artísticos salvados durante de la guerra y que reveló un punto concordante entre las dos facciones enfrentadas: el amor arte por encima de todo lo demás. Y como exponente del mismo, la patrona de Navalcarnero; “auténtico símbolo de identidad” de los navalcarnereños y navalcarnereñas y a la que, curiosamente, se encomiendan desde el propio himno del Artístico Navalcarnero.

BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA

“Segunda División B. Historia de los clubs que nunca la sobrepasaron”. Masià Pous, Vicent (2007).

“El  Movimiento  Nacional  (1937-1977)”. Gil Pecharromán,  Julio  (2013).

lafutbolteca.com/club-deportivo-artistico-navalcarnero/ (consultado en enero de 2021)

www.turismo-navalcarnero.com/navalcarnero/turismo/historia/cinco-siglos-de-historia/los-ultimos-anos-1936-2006/los-desastres-de-la-guerra/  (consultado en enero de 2021)

https://artedemadrid.wordpress.com/2016/04/14/proteccion-del-tesoro-artistico/amp/ (consultado en enero de 2021)

http://www.cdanavalcarnero.es/ (consultado en enero de 2021)