A la UEFA tampoco le gustan las mates

Como ya sucediera en el mundial de Suráfrica 2010, en esta última Eurocopa 2012 se postulaban un número múltiple de jugadores candidatos al galardón de la Bota de Oro. Hasta seis jugadores diferentes se encontraban en disposición de obtener el preciado trofeo.

 

            Torres (España)           5 partidos (189′)         3 goles             1 asistencia

            Dzgoev (Rusia)            3 partidos (253′)         3 goles             0 asistencias

            Mandzukic (Croacia)   3 partidos (270′)         3 goles             0 asistencias

            Gómez (Alemania)       5 partidos (282′)         3 goles             1 asistencia

            CR7 (Portugal)            5 partidos (480′)         3 goles             0 asistencias

            Balotelli (Italia) 6 partidos (421′)         3 goles             0 asistencias

Siguiendo un criterio parecido, con matices, al tomado por la FIFA en el pasado mundial, el resultado ha sido que debido a las asistencias, los dos candidatos mejor situados serían Torres y Mario Gómez, empatados a goles y asistencias, pero como el último gol de Torres y la asistencia se producen en el transcurso de la final, la decisión es que la Bota de Oro sea para él. Como ya ocurriera hace dos años, la arbitrariedad y las «ideas felices» campan a sus anchas en estos organismos, hábiles recaudadores de divisas, pero nulos en la tarea de analizar con objetividad el hecho futbolístico.

Si se hubiera argumentado que la efectividad goleadora de Torres era mejor que la de Gómez, la cosa aún tendría cierto pase, pero usar el hecho de que gol y asistencia se produjeran en la final, como un valor a favor e ignorar que justamente ocurrieron cuando Italia jugaba con diez jugadores, por lesión de Motta, es cuando menos ridículo.

Es por esto que vamos a realizar un análisis con los criterios ya establecidos en mi artículo «A la FIFA no le gustan las mates» (http://www.telefonica.net/web2/kawligas/cdf/fifasuma.pdf )

ANÁLISIS DIFERENCIAL DE LOS GOLEADORES DE LA EURO 2012

El primer hecho que se nos presenta es que todos los goleadores marcaron tan solo en dos partidos diferentes y lo hicieron con un gol aislado en un partido y dos goles en otro. Este hecho, factible cuando los campeonatos son tan cortos, no nos ayuda a discriminar entre los goleadores, por lo que acudimos a los cálculos según la valoración equitativa de necesidad.

Valoración equitativa de necesidad

Torres (España)           3 goles             3 ptos.             1 pto./gol

Dzgoev (Rusia)            3 goles             2’5 ptos.          0’833 ptos./gol

Mandzukic (Croacia)   3 goles             2’5 ptos.          0’833 ptos./gol

Gómez (Alemania)     3 goles                        6 ptos.             2 ptos./gol

CR7 (Portugal)          3 goles                        6 ptos.             2 ptos./gol

Balotelli (Italia) 3 goles             3 ptos.             1 pto./gol

Utilizando el criterio expuesto en el artículo anteriormente citado, la VMGC (Valoración media por gol conseguido) aplicado a la Valoración equitativa de necesidad, los datos nos dicen que los jugadores acreedores al galardón deberían haber sido Mario Gómez y Cristiano Ronaldo, cada uno con un VMGC 2 ptos./gol. El empate aquí debería poderse romper usando criterios adicionales, como su aportación al conjunto de su equipo en el caso de la valoración equitativa, o su importancia como goles que ganan el partido en la valoración acumulativa. Tanto en un caso como en el otro seguirían estando empatados. No nos queda más que establecer el criterio adicional de la efectividad obtenida por cada uno durante el tiempo de juego que acumularon. Aquí las diferencias son claras. Mario Gómez logró sus 3 tantos en 282 minutos, lo que supone marcar un gol cada 94 minutos, mientras que CR7 estuvo 480 minutos en el terreno de juego, lo que hace que marcara cada 160 minutos.   

Habida cuenta de los datos obtenidos, mi opinión es que la Bota de Oro debía haber ido a parar a Mario Gómez, en base a su VMGC más efectividad.

Una versión ampliada de este artículo se puede encontrar en esta dirección:

http://www.futmath.blogspot.com.es/




C. Plaubert y su serie de colecciones 1922-24

Una de las grandes diversiones en el coleccionismo de cromos antiguos de fútbol españoles es la posibilidad de efectuar pequeños descubrimientos fundamentados en la falta de información y en las grandes lagunas existentes propiciadas por el paso del tiempo. La falta de documentación y el escaso interés que las colecciones más antiguas despiertan en la gran masa de coleccionistas, supone un reto para que los pocos interesados en ellas; reto que les lleva a indagar establecer analogías, postular hipótesis y encontrar su confirmación en los hallazgos de cromos que, en ocasiones, pueden tardar años en revelarse como ciertas.

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Uno de estos modernos “Indiana Jones” del coleccionismo es el gran experto en cromo antiguo Miquel Vidal de Lleida. En múltiples ocasiones he acudido a él en busca de su opinión y de su información para acotar, corregir o, directamente, saber algo sobre un cromo o una colección. Es de justicia reconocer aquí su gran amabilidad y sus certeros comentarios que hacen de él una pieza fundamental de apoyo en la confección del Catálogo de cromos de fútbol en España, el cual confecciono junto a Joseba Moro, otro gran coleccionista.

Como ya relaté en algún artículo anterior, en los años 20 las colecciones de cromos se vieron impulsadas por dos resortes. Uno: las imprentas y talleres de artes gráficas; dos: las marcas comerciales, especialmente de chocolates que usaron el vehículo de los cormos para fidelizar a su público y para crear un soporte publicitario. Una de esas imprentas fue I. C. Plauber. De esta empresa poco se conoce más allá de que estaba radicada en Barcelona, que editó múltiples coleciones de chocolate, muchas de ellas con 42 cromos, y que en los años 30 centró su producción en folletos y láminas publicitarias. Junto a Huecograbado Mumbrú o Litografía Bañó, fue una de las imprentas más activas en la difusión del deporte rey.

En el periodo 1922-1924 fueron apareciendo diversas series de colecciones con contenidos diversos, pero de alguna manera conectados entre sí. Todas las series eran de 42 cormos y tenían propósitos definidos y claramente estructurados, lo cual también supone un hecho novedoso. Las imprentas diseñaban sus colecciones con un propósito definido y perfectamente claro: el de atraer a cuantos más consumidores mejor. Leyes de un mercado capitalista en franca expansión en aquellos tiempos.

Debemos a Miquel Vidal establecer de forma lógica y, probablemente, exacta la cronología, estructura y propósito de las colecciones de fútbol editadas por I. C. Plauber en el periodo 1922-24. En artículos posteriores desarrollaremos cada una de ellas en particular, pero debemos establecer cuáles fueron esas colecciones y sus contenidos.

En el periodo 1922-24, I. C. Plauber editó 6 colecciones de 42 cromos cada una que tenian una continuidad por la identificacion de las series aunque sus titulos eran diferentes.

Serie A – Galeria de jugadores (dedicado a las grandes estrellas del futbol nacional)

Serie B – Galeria de jugadores (dedicado a jugadores de los equipos catalanes de 2º nivel equipos de suplentes)

Serie C – Campeonato de España 1922-23 (dedicado al desarrollo de ese torneo)

Serie D – Jugadores internacionales (dedicado a las estrellas de equipos extranjeros)

Serie E – Jugadores notables (estrellas de equipos nacionales menos importantes en la época)

Serie F – Campeonato de España 1923-24 (dedicado al desarrollo de ese torneo)

Iremos desvelando los contenidos de cada serie en artículos posteriores. Obviamente, la posesión de estas seis series completas y en buen estado sería un tesoro que aún estaría por ser descubierto, pues a día de hoy desconozco quién pudiera ser su poseedor. Vamos, que no se conoce coleccionista alguno que tenga estas series completas. O quizá sí, tal vez el Sr. Colomer en la Plaça Reial de Barcelona.




Coleccionismo de cromos antiguos de fútbol: una visión panorámica

A nadie se le escapa que cuando a un objeto se le adjudica la condición de coleccionable, entra en una categoría donde la pertenencia a cierto tipo de aristocracia se adquiere en base a dos variables: el paso del tiempo y la rareza. Con el paso del tiempo se acrisola el carácter mítico del objeto, su pertenencia a tiempos remotos, olvidados, de los que cada vez quedan menos testigos presenciales con vida. La rareza le confiere un valor añadido que, al fin y a la postre, acaba determinando de un modo inapelable el valor pecuniario de dicho objeto. Le pese a quien le pese (sobre todo a los compradores de ese tipo de objetos).

            Esta breve disquisición viene a cuento porque, sin duda alguna, los cromos de fútbol, pertenecen a esa clase de objetos coleccionables. En mis colaboraciones con esta magnífica revista digital de la CIHEFE me he centrado en hablar y aportar información sobre lo que podríamos denominar cromo antiguo de fútbol. Como en casi todo, los americanos, mucho más metódicos y pragmáticos establecieron como límite el año 1980 para denominar cromos antiguos a los anteriores a esa fecha. En el coleccionismo patrio esa distinción es inútil, tanto como que se haría necesaria una propia para un mercado de características tan paradójicas como el nuestro. Si hacemos caso de la bibliografía existente lo que, en general, se conoce como cromo antiguo se refiere en gran medida a las decenas de colecciones que se publicaron durante los años 20, casi siempre asociadas a productos comestibles, sobre todo el chocolate. El Catálogo del Cromo Antiguo de Juan Ral es, por tanto, un referente obligado. Limitar la denominación «cromo antiguo» únicamente a los cromos aparecidos en ese catálogo no me parece adecuado, sobre todo porque los cormos de fútbol tuvieron un recorrido mucho más largo que otros temas habituales de los cromos de chocolate (historia, cine, juegos infantiles, historietas, etc…). Por ello, mi definición de cromo antiguo fija un límite sensiblemente mayor. 1939, conteniendo el fin de la Guerra Civil, me parece una frontera mucho más adecuada. Es cierto que en el periodo 1936-39, durante la guerra, la producción de cromos deportivos de fútbol fue, virtualmente, inexistente, pero establece un colchón de seguridad fiable, de modo que consideraríamos cromos antiguos todos aquellos anteriores a 1940.

             Establecida esta definición de índole práctica podemos analizar las dos variables que dotan a los cromos antiguos de interés y coleccionabilidad. En primer lugar, el paso del tiempo ha sido lo bastante prolongado como para entender que cualquier objeto proveniente de aquellos años tiene ganada la vitola de antiguo. La rareza es un aspecto mucho más delicado. Un cromo antiguo de fútbol de, pongamos por caso 1923, ¿tiene mucho valor? Por años transcurridos es indudable, pero sería su escasez, es decir, su rareza, la que debería determinar de forma clara y al alza, su valor. Algunas casas de chocolates, como Amatller, editaron tantos cromos que verlos actualmente no constituye sorpresa alguna; otros cromos verdaderamente raros, como algunos cromos de básculas editados entre 1932 y 1935, son escasos y casi piezas únicas. ¿Y su valor? ¿Se refleja en su valor monetario la conjunción de esas dos variables? Francamente, no.

             Aquí entra una tercera variable en discordia y que sería la valedora de todo lo anteriormente establecido: el factor humano. El coleccionista. Porque, en última instancia, es la población de coleccionistas la que hace que los cromos adquieran un valor real, más allá de cualquier otra consideración teórica. En el mercado de cromos antiguos de fútbol esta población es extremadamente reducida. Quizá sea un atrevimiento el poner cifras sobre la mesa, pero mi experiencia me dice que no hay más allá de una veintena de coleccionistas especializados en cromo antiguo de fútbol. Esta cifra, sorprendente por lo nimia, acaba condicionando de modo unánime el precio de estos cromos en el mercado. Colecciones de los años 50, 60 o 70 alcanzan precios que multiplican por 5 los más altos que se conocen en cromo antiguo de fútbol. No seré yo quien se queje de este hecho, siendo uno de los pertenecientes a ese selecto club de coleccionistas, pero su comparación con mercados clásicos como el de cromos de béisbol americanos obligan a una pequeña reflexión.

       Tampoco es un hecho coyuntural, ahora que todo se achaca a la crisis, que los cromos antiguos de fútbol no alcancen precios especialmente altos, sino que parece claro que se da cierta falta de madurez y perspectiva en el coleccionista de a pie. Por cuestiones que tienen que ver con la edad, el «baby boom» de los años del desarrollismo y la pléyade de grandes jugadores que fueron brillando en la liga española, los 60 y los 70 son las décadas doradas del coleccionismo de cromos de fútbol. Los chavales de aquellas décadas son los adultos actuales con poder adquisitivo suficiente para rememorar sus días de «tengo, no tengo» del barrio y de la escuela. Los cromos antiguos se remontan más allá de la Guerra Civil, muchos de los jugadores son desconocidos o no se tiene vínculo emocional deportivo con ellos y por tanto, no despiertan motivación alguna en el coleccionista. La perspectiva de usar el coleccionismo como una inversión es prácticamente anecdótica, y la prueba es que muy pocas casas de subastas españolas (tan solo conozco una), al margen de los portales Ebay y Todocolección, incluyen material deportivo antiguo entre sus lotes. Dicho lo cual, el panorama es el de una afición establecida, pero estancada y, en estos duros tiempos que vivimos, aletargada por un tiempo que se adivina, cuanto menos, largo.




Foot-ball 1ª serie, 1923

Uno de los encantos y grandes satisfacciones del coleccionismo deportivo radica en el hallazgo de piezas excepcionales por su rareza o bien por su especial diseño o creatividad. En el caso que nos ocupa este mes, traemos una colección bastante rara, poco distribuida y con un origen bastante probable en la ciudad de Valencia.

Las empresas de artes gráficas publicaba coleciones con la intención de ofrecérselas a los comerciantes y que, éstos, fidelizaran a su clientela ofreciéndoles bonitos cromos por cada compra realizada. De esa forma se debió gestar esta colección que mostrando dibujos basados en fotografías, realizados por el destacado ilustrador E. Pastor, presentando a destacadas figuras del fútbol nacional, así como algunas alineaciones de equipos destacados y mostrando escenas del nuevo y noble deporte del foot-ball. Llaman la atención la aparición de algunos jugadores y equipos combinados con jugadas y la siempre divertida forma de expresarse de los ocurrentes creativos de la época. La colección consta de 24 cromos numerados por delante, con el dorso en blanco para la inclusión de publicidad. Las dimensiones son 5’4 cms. x 8’2 cms.; aunque existe una versión de la colección con unas dimensiones algo mayores: 11 cms. x 7’5 cms.

Se desconoce el editor de la colección, aunque los dorsos encontrados parecen indicar que el radio de acción de la colección se circunscribe a la ciudad de Valencia, lo que nos llevaría a pensar que ésa es la ciudad de origen de la colección.

Listado de la colección

1 Equipo del «Club Deportivo» de Barcelona

clubdeportivo

2 Ricardo Zamora: El «As» de los guardametas españoles

3 Equipo del F.C. Barcelona (Campeón de España)

4 Samitier: El Mago del Balón

5 Equipo del «Club Fortuna», de Vigo

6 Marcet: Notable guardameta del «Racing-Club»

7 Momento sugestivo. Corriendo en pos del balón

8 Uriach: Formidable guardameta del F. C. Barcelona

9 Lanzamiento del balón hacia la meta

10 Adelantándose al contrario

11 Momento interesante de un cabezazo

12 El guardameta devolviendo el balón

13 El Atletich de Bilbao (Campeón de España, 1923)

14 Marcando el primer «goal»

15 Alcántara, el rey del «schoot»

alcantara

16 Despejando un «corner»

17 Un remate al «goal»

18 Montes: Colosal delantero-centro del Valencia F. C.

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19 Sacando un difícil balón acosado por el ataque

20 El guardameta detiene un magnífico tiro

21 Rechazando una pelota demasiado adelantada

22 Una jugada en el centro del terreno

23 Una peligrosa «melée»

24 Notable defensa de un «goal» por el portero

Dorsos

1 Librería Escolar de Vicente Moróder de Valencia

2 Zapatería «Los Ángeles» Jaime Serra  – Valencia




Football: Equipo nacional, «La Roja» de los años 20

           La colección que hoy nos ocupa, y con la que arrancamos en este 2012, año de Eurocopa, tiene que ver con la selección nacional. La datación de la colección es incierta, aunque yo apunto a los primeros años 20, si no exactamente 1920 ó 1921. El éxito del equipo nacional en las Olimpiadas de Amberes animó el parqué futbolístico español e hizo que por doquier alumbraran referencias y elogios a los componentes del seleccionado. De ahí a la especulación tan solo hay un paso. Al igual que en la actualidad los pronósticos sobre qué jugadores serán convocados por Vicente Del Bosque para una convocatoria con «la roja» dinamizan la actualidad deportiva, en aquellos tiempos las discusiones no eran, en modo alguno, menores. Como de un círculo perfecto en el que nos encerrara el tiempo y la historia, vemos que un éxito como el de Amberes se refleja en otro, mucho mayor, como el del mundial de Suráfrica 2010; y el interés de los primeros aficionados españoles se ve relanzado y renovado en la actualidad por el gran interés que suscita cualquier movimiento en el seno de la selección española de fútbol. Desde los jugadores que vestirán la camiseta en la Eurocopa de Ucrani y Polonia, hasta las posibles desavenencias entre miembros del Real Madrid y del F. C. Barcelona, pasando por los enfados puntuales del seleccionador con la prensa. Es la historia de la selección española un páramo de poco arbolado y con puntuales rincones de cálido recuerdo, empezando en Amberes 1920, pasando por Brasil 1950, España 1964, Austria y Suiza 2008 y llegando al hogar deseado de Suráfrica 2010. Cientos de jugadores han vestido esa camiseta y muchos de ellos, comprometidos tanto o más con sus equipos, han sabido legar algo de su magia y leyenda al imaginario nacional de nuestro equipo de fútbol. Y estos que presentamos fueron de los primeros en hacerlo.

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            La colección pertenece a aquellas que, fabricadas por una empresa de litografía, era distribuida de forma exclusiva por uan sola marca comercial. En este caso se trató de la marca Chocolates Orthi de Tarragona. La clección fue fabricada por Litografía T. Franch y se trataba de una alineación típica de 11 jugadores, puesto por puesto. La colección que lleva por título Football: Equipo Nacional, tiene una peculiaridad: los jugadores aparecen con el equipaje de su club de referencia, no con el equipaje de la selección. Quizá la dificultad de obtener una buena serie de fotos de todos los jugadores con el equipaje de la selección motivara la decisión de presentarlos así. Además se opta por realizar un dibujo, basado en fotografías, pero que oculta éstas de modo absoluto. En la parte superior del cromo nos encontramos la publicidad de Chocolate Orthi.  El centro del cromo contiene la imagen del jugador y en la parte inferior aparece el nombre del mismo junto con el equipo al que pertenece.  En el dorso se hace una pequeña descripción del jugador. Como se verá la selección se forma fundamentalmente con jugadores del norte de España y la participación de tres jugadores de equipos catalanes. Muchos de estos jugadores reúnen las condiciones para ser considerados mitos del fútbol español como los casos de Zamora, Samitier o Vallana.

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Listado de la colección

 Zamora (Guardameta R.C.D. Español)

Vallana (Defensa derecha Arenas)
Careaga (Defensa izquierda Arenas)
Meana (Medio centro Esporting Gijón)

Samitier (Medio derecha F.C. Barcelona)

Peña (Medio izquierda Arenas)

Echeveste (Extremo derecha R. Unión Irún)

Sesúmaga (Interior derecha Atlétic de Bilbao)

Travieso (delantero centro Atlétic de Bilbao)

Alcántara (Interior izquierda F.C. Barcelona)

Acedo (Extremo izquierda Atlétic de Bilbao)

 

Dorsos

1 Chocolates Orthi




Jugadores de foot-ball 1922-23 de chocolates Amatller

Si en algún momento deseáramos establecer una mayoría de edad en el coleccionismo futbolístico en españa, éste sería sin duda el año de 1923. Con el fenómeno futbolístico ampliamente asentado a lo largo de toda la geografía española, con la competición de la Copa de España como máximo campeonato a disputar y con las nacientes hegemonías regionales de equipos como el Sevilla F. C, o el valencia F. C., en 1923 todo estaba dispuesto para que la eclosión fuera imparable. De la mano de Chocolates Amatller, una marca que desde principios del siglo XX siempre apostó por premiar a sus fieles consumidores con coleccionables de fútbol, en 1923 se produce la publicación de unas postales futbolísticas de varios equipos punteros, todos ellos campeones regionales y hogar de grandes futbolistas, muchos de ellos convertidos en leyendas desde 1920, con el éxito de la selección española en la Olimpiada de Amberes.

 Se publicaron varias series, en ellas cada postal presenta el escudo del club, una foto del jugador y una escena futbolística en la que aparece el mismo jugador, impresas a todo color. En el dorso aparece la serie y el número de orden de ese jugador, así como su nombre y una pequeña biografía. Cada serie constaba de once, doce o trece jugadores, según el equipo. Las postales son de dimensiones 8 x 13.

 Llama la atención el caso de las series dedicadas al F. C. Barcelona y al Sevilla F. C., en las que basándose en una imagen fotográfica, ésta es retocada hasta el punto de distorisionar tanto la imagen que roza lo caricaturesco. En contraste con este trabajo artístico, más bien desafortunado, tenemos las postales de las series del Europa o del Athletic Club donde las fotografías han sido cuidadosamente y primorosamente coloreadas. Es ésta una de las colecciones más vistosas y aún es relativamente fácil conseguir equipos completos en buen estado, lo cual nos dice a las claras que si difusión y aceptación debió ser muy amplia en la época.

 Serie A. F.C. Barcelona

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1 Paulino Alcántara

2 Ricardo Zamora

3 Ramón Torralba

4 Salvador Martínez Surroca

5 Ramón Bruguera Álvarez

6 Emilio Sagi

7 José Samitier

8 Vicente Martínez Dicart

9 Clemente Gracia

10 José Planas

11 Agustín Sancho (numerado con el 1 por error)

12 Francisco Viñals

13 Vicente Piera

Serie B. Sevilla C.F.

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1 Armet Kinké

2 Brand

3 Santizo

4 Herminio

5 Spencer

6 Cabezas

7 López Ocaña

8 Barragán

9 Sedaño

10 Ramírez

11 Escobar

Serie C. Europa Club Deportivo

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1 Bordoy

2 Serra

3 Vidal

4 Bonet

5 Pelao

6 Artisus

7 Pellicer

8 Juliá

9 Cros

10 Olivella

11 Alcázar

12 Ortí

Serie D. Real Madrid

1 Martínez

2 Escobal

3 Quesada

4 Sicilia

5 Mengotti

6 Mejías

7 De Miguel

8 Bernabeu

9 Monjardín

10 Félix Pérez

11 Del Campo

12 Muiagorri

Serie E. Valencia F.C.

1 Mariano

2 Simarro

3 Piñol

4 Marín

5 Hipólito

6 Estevan

7 Costa (Rino)

8 Cubells

9 Montesinos (Montes)

10 Peral

11 Cordellat

12 Hurtado

Serie F. Athletic Club de Bilbao

28373588

1 Vidal

2 Acedo

3 Duñabeitia (error pone 10 Carmelo)

4 Sabino

5 Larraza

6 Legarreta

7 Germán

8 Sesúmaga

9 Travieso

10 Carmelo

11 Aguirrezabala

12 Jose Mari Belauste




Los ases del fútbol y su juego de huecograbado mumbrú

En estos tiempos en los que un chavalín cualquiera es capaz de hacer las más enrevesadas maniobras con un balón, merced a la gran difusión mediática del fútbol; nos encontramos con que quizá ésto no sea más que un reflejo actualizado, corregido y aumentado de lo que ya en los lejanos años 20 del pasado siglo ocurría. Casi desde sus inicios la figura del deportista y, en nuestro caso, del futbolista se ha ido revistiendo de un halo de admiración y emulación. Admiración por los logros y hazañas deportivas  y emulación, en el caso de los más pequeños de la casa, soñadora de llegar a ser como el ídolo. En gran parte esa figura mítica se creaba desde la prensa escrita de la época que, con un estilo mucho más florido y vibrante que el actual, ensalzaba y engrandecía las gestas deportivas como si de épicas conquistas se tratara. También el nuevo soporte publicitario, el cromo, contribuyó en gran manera a crear los nuevos mitos del balompié español.

Una de las mejores empresas de aquella época fue Huecograbado Mumbrú, de Barcelona, que editó varias colecciones del Campeonato de España (1925 y 1927-28), así como otras dedicadas a jugadores de  diferentes equipos de fútbol bajo distintos títulos: Deportistas, Los ases del fútbol, etc… Pero su esfuerzo mayor supuso la edición de una colección de 45 cromos repartidos en tres series de 15 cromos cada una. La colección titulada «Los ases del fútbol y su juego» pretendía mostrar las habilidades técnicas de  diferentes jugadores a través de escenas fotografiadas en partidos jugados por el futbolista en cuestión. En cada serie se presentaba a 3 jugadores diferentes, a razón de 5 cromos por jugador, lo cual hace un total de 9 jugadores representados. ¿Y quiénes eran esos «cracks» de los años 20? Esta es la lista: Zamora, Alcántara, Piera, Montes, Cubells, Travieso, Cros, Sancho y Samitier. No se puede obviar la abundancia de jugadores del F. C. Barcelona (no en vano la empresa productora estaba radicada en la Ciudad Condal) y el contrapeso ofrecido por los dos del Valencia F. C. y los solitarios Travieso y Cros. La figura de Zamora, presentada aquí como guardameta nacional, parece estar por encima del bien y del mal. El primer cromo siempre es un retrato del jugador, mientras que los cuatro restantes son acciones del juego. Los cromos son fotografías en blanco y negro, de tamaño 10’6 x 7’5, de orientación tanto vertical como horizontal. Los cromos están identificados por delante y por detrás llevan un pequeño párrafo sobre la escena del anverso y espacio para la inclusión de publicidad. Este es el listado de la colección:

 Serie A

1 Ricardo Zamora, el guardameta nacional

2 Zamora despejando un corner

3 Zamora en una de sus típicas «Zamoranas»

4 Zamora iniciando un plongeón

5 Zamora blocando el balón y esquivando

6 Alcántara

7 Alcántara en uno de sus formidables tiros a goal.

8 Alcantara shootando en Burdeos en el partido España-Francia

9 Alcántara en una media vuelta

10 Un inteligente pase de Alcántara.

11Vicente Piera, el extremo derecha internacional.

12 Piera, marcado, haciendo un pase por alto

13 Piera driblando al contrario

14 Un buen centro de piera

15 Piera shootando.

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Serie B

1 Montes, delantero centro del Valencia, F. C.

2 Montes burlando al contrario

3 Montes en un shoot

4 Montes en un remate

5 Montes, driblando un contrario

6 Cubells, interior izquierda del Valencia F. C.

7 Cubells, driblando un contrario

8 Cubells, rematando un corner

9 Cubells, shootando

10 Cubells, desbordando la defensa contraria, centra

11 Travieso, delantero centro del Athletic Club de Bilbao

12 Una extraordinaria entrada de Travieso

13 Travieso, intenta arrebatar a Serra el balón

14 Un excelente shoot de travieso

15 Itra impetuosa entrada de Travieso

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Serie C

1 Manuel Cros delantero del C.D. Europa

2 Un buen pase de cabeza de Cros

3 Cros trata de sortear a Conrado

4 Cros en un remate de cabeza

5 Una buena entrada de Cros en una «melée»

6 Sancho

7 Sancho interceptando un pase de Cros.

8 Un pase de cabeza de Sancho

9 Un excelente shoot de Sancho

10 Sancho en un despeje

11 Jose Samitier el «Mago del balón»

12 Samitier cruzando un contrario

13  ¿Samitier rematando un corner?

14

15 Un sensacional shoot de Samitier

Dorsos

1 Dragón Japonés –  Evaristo Juncosa Pañella

2 Chocolates Orús – Zaragoza

3 Casa Campos – Valdepeñas

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 Finalmente, es interesante apuntar un detalle al respecto de los dorsos. El primero remite directamente a Barcelona, lugar donde estaban establecidos los Chocolates Juncosa, pero los otros dorsos hablan elocuentemente de cómo la colección consiguió rimper las barreras localistas de Cataluña y llegar hasta La Mancha, incluso. Una muestra más de la potencia de los cromos como vehículo publicitario y difusor de las nuevas estrellas deportivas y sus sobresalientes logros.




Gran teatro de chocolates E. Juncosa: una colección única

En los tiempos que corren un poco de sal y pimienta se agradece. Un espectáculo bien desarrollado, planificado y disfrutado en buenas condiciones, es todo un lujo. Todos albergamos pequeños sueños, irrealizables la mayoría, que en determinados casos se hacen factibles y se suman a nuestra experiencia vital. Ver un partido de fútbol en tu localidad del campo de tu equipo favorito, y que ese partido se gane es uno de los sueños que domingo a domingo (ahora ya casi en cualquier día de la semana) atraviesan la fina y misteriosa capa del sueño para aparecer mágicamente en nuestra realidad. Y el lugar donde eso ocurre ha sido llamado, con un acierto que salta a la vista, el teatro de los sueños. Es posible que Old Trafford, el campo del Manchester United, sea de todos los que existen el más reconocible y el que, tal vez, haya ostentado tal apelativo desde más tiempo, pero es innegable que todos los campos se convierten en teatros de los sueños una vez empieza a rodar el balón. En ese teatro de escenario verde y patio de butacas circular aparecen los actores que deben llevar a cabo la hazaña, nada despreciable, de la transmigración del sueño a la vida real. Cierto es que algunos de los actores o bien no hacen correctamente su trabajo, o sobreactúan; otros se toman demasiado literalmente lo de aparecer en el teatro de los sueños y, directamente, mudan de naturaleza, cambiando la de futbolista por vulgar cómico teatrero. Una especie esta última que empieza a extenderse de forma algo alarmante por nuestra vapuleada Liga BBVA. Y llegados a este punto, el lector deberá preguntarse, ¿de qué va este artículo?

 Como esas películas que solo se han visto una vez y cuyo recuerdo nos persigue toda la vida, regalándonos y hurtándonos al mismo tiempo imágenes evocadoras indispensables para comprendernos a nosotros mismos; como una cara fascinante vista fugazmente en una gran aglomeración, huidiza, que nos deja impactados durante un par de días, así deberíamos calificar a esta sorprendente colección, de la cual tan solo conozco un ejemplar (quizá este artículo haga que aflore algún otro). La colección de Chocolates Evaristo Juncosa conocida como Gran Teatro es una rara avis, uno de esos hallazgos que hacen del coleccionismo una afición apasionante.

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Chocolates E. Juncosa comercializó en los años 20 una onza de chocolate para la elaboración de chocolate a la taza, con agua o leche, bajo el nombre de «Desayuno». La onza de chocolate venía en el interior de una cajita, que simulaba en su parte superior el escenario de un teatro con un telón a medio abrir. Enganchado a la cajita mediante un remache, un disco de papel contenía la imagen de cuatro jugadores que podían visualizarse haciendo girar el disco en el sentido contrario a las agujas del reloj. Una flecha señalando al jugador indicaba el nombre del mismo. Las dimensiones de la cajita son 4’5 cms. x 6’4 cms. x 1’1cms. El disco mide 4’7 cms. de diámetro, y las fotos de los jugadores miden 1’1 cms. x 1’6 cms. Dado el carácter coleccionable del envase del chocolate, es de suponer que debían existir diferentes discos con diferentes jugadores, siendo siempre idénticos los de cada grupo de cuatro.

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 A día de hoy tan solo ha aflorado una de estas cajitas en un estado bastante bueno, donde aparecen los siguientes jugadores:

 Disco A (en sentido contrario a las agujas del reloj)

Alcántara (F. C. Barcelona)

Sagi-Barba (F. C. Barcelona)

Walter (F. C. Barcelona)

Alcázar (C. D. Europa)

 En el disco conocido salta a la vista la preponderancia del F. C. Barcelona sobre uno de sus rivales más aguerridos de entonces, el C. D. Europa. En cualquier caso, las fotografías, que encajan en el marco troquelado de la cajita, nos muestran a esos actores, ya míticos, que hicieron realidad tantos sueños, grandes y pequeños en este gran teatro de la vida.

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Clubs de fútbol españoles: la colección de 1929 de chocolates «Amatller»

 El mundo no sabía lo que le esperaba, al menos no cuando 1929 se inició. Los felices veinte llegaban a su penúltima edición y el mundo aún pensaba que la mejor época de la historia moderna estaba teniendo lugar. Luego vino aquel Jueves Negro, seguido de los subsiguientes Lunes y Martes Negros y la historia universal de occidente cambió para siempre. Tan familiar como nos está resultando ahora aquella crisis económica y sus demoledoras consecuencias en una buena parte de las economías domésticas y nacionales, parece inteligente analizar qué llevó entonces a la economía americana a sufrir una depresión tan profunda y extraer alguna suerte de idea que nos permita evitar la próxima caída, ya que de ésta lo único que podemos hacer es intentar levantarnos.

También me parece procedente la estrategia contraria. Ignoremos todo lo que pasó a partir del 24 de octubre de 1929 y centrémonos en esos tiempos amables en los que la vida parecía fácil como en el glorioso tema Summertime de la ópera de Gershwin Porgy & Bess. Estaban el fox-trot, Rodolfo Valentino, el lawn-tennis y el football. En nuestra querida España también, aunque la mayoría del pueblo sólo podía disfrutar de un deporte que se había hecho popular hasta extremos insospechados. El football. El deporte rey había ido imponiéndose al resto de deportes modernos, tanto individuales como de equipo, y en el final de la década de los años 20 del anterior siglo su posición empezaba a tomar carácter hegemónico, con cierto terreno por ganarle aún al ciclismo o al atletismo.

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Con una tradición de lustros en el terreno de la comercialización de chocolate, así como de la difusión de cromos como elemento promocional, los Chocolates Amatller, en colaboración con la casa de publicidad Reclamos Arrufat, editaron una gran colección de 50 cromos que, club a club, nos muestra el importante impacto en toda la geografía española del fútbol. En el anverso de los cromos aparece el escudo del equipo y el dibujo del torso de un jugador con el equipaje habitual. Al dorso se puede leer una breve historia del club, resaltando a sus mejores jugadores y dirigentes. Los cromos están numerados por detrás y miden 9’8 cms. x 6’6 cms., siendo todos ellos de orientación apaisada. Este es el listado: 

1 Atletic Club de Bilbao

2 F.C. Barcelona

3 C. Gimnástico de Tarragona

4 R.C.D. Español

5 C. de S. Sabadell

6 Real Madrid F.C.

7 Betis Balompié

8 Real Oviedo F.C.

9 Atletic Club de Madrid

10 Sevilla F. C.

11 R.C.D. La Coruña

12 R. Sociedad de San Sebastián

13 Gracia F.C.

14 F.C. Tarrasa

15 R. Sporting de Gijón

16 C.D. Europa

17 C. de S. de Manresa

18 F.C. Badalona

19 Real Murcia F.C.

20 C.D. Alavés

21 Atletic Sabadell F.C.

22 Iberia Sport Club

23 S.C. Iluro

24 Arenas Club de Bilbao

25 Real Unión Club de Irún

26 Real Santander Racing Club

27 C.D. Júpiter

28 Racing Club de Madrid

29 Real Sdad. Alfonso XIII de Palma

30 F.C. Martinenc

31 Racing Club del Ferrol

32 Elche F.C.

33 Joventut Republicana F.C.

34 F.C. Valencia

35 Real Unión Deportiva de Valladolid

36 Cartagena F.C.

37 C. Patria Aragón

38 U.D. Girona

39 Málaga F.C.

40 F.C. Palafrugell

41 U.S. Sans

42 C.D. Castellón

43 C. Atlético Osasuna de Pamplona

44 F.C. Lérida

45 R.C. Celta de Vigo

46 Cultural Deportiva Leonesa

47 C.D. Logroño

48 U.S. Sant Andreu

49 R.S. Gimnástica de Torrelavega

50 R.C. Deportivo Extremeño

Como se puede observar, una gran variedad de denominaciones y regiones las de estos clubes que, en muchos casos, ya forman parte del pasado, pues dejaron de existir. En futuros artículos incidiremos de nuevo en la importancia de Chocolates Amatller como divulgadora y difusora de la afición por el fútbol, haciéndolo desde el modesto pedestal de una pastilla de chocolate.




Tarjetas postales-Campeonato de españa 1922-23

La reciente y destacable película de Woody Allen, Midnight in Paris, nos presenta a un escritor de guiones americano fascinado con el París de los años 20. Hasta tal punto está subyugado por aquella época que, en lo que es el núcleo central de la película, viaja varias veces en el tiempo, siempre a medianoche, cual Cenicienta moderna, para reencontrarse con sus héroes artísticos y literarios: los Scott Fitzgerald, Picasso, Dalí, Buñuel, Hemingway o Cole Porter. Quizá el personaje de Allen no sea el único al que los años veinte seduzcan de un modo perturbador. He de confesar que a mí me pasa un poco igual. Algo tiene esa época de promesa incumplida de modernidad sobrevenida, de ilusión cubriendo como un suave visillo la realidad que permitió que afloraran múltiples expresiones artísticas y sociales novedosas, entre las cuales no podemos dejar de lado unas de las más influyentes: los sports.

Con origen en el interior de clubes selectos y de restringido acceso, los sports se fueron convirtiendo en un logro de la era moderna y, cuando los años veinte ya estaban plenamente instalados en la vida de la sociedad española, se convirtieron en una expresión de la modernidad que modeló nuevos fenómenos como la cultura de masas. En ese contexto histórico y sociológico se sitúa la colección que presentamos este mes.

El Urodonal era un medicamento, de patente francesa, que a finales de la primera década del siglo XX ofreció una mejora en la calidad de vida a los enfermos de artritis y reuma. Pronto las bondades del Urodonal cruzaron la frontera y se instalaron en Barcelona, extendiendo sus ventajas terapéuticas a los españoles con problemas reumáticos o de ácido úrico. El Urodonal era el mascarón de proa de una amplia gama de productos para tratar casi cualquier mal. Todos esos productos venían de la mano del Urodonal y entraron también en el mercado español a través de los mismos laboratorios. Éstos, imitando una tendencia que ya era habitual en España, decidieron echar mano del nuevo fenómeno popular: el foot-ball, para promocionar sus productos y a través de una colección de tarjetas postales difundieron sus productos, como el Sinuberase (Normalizador intestinal), Jubol (Laxante racional), el Pageol (Vence la blenorragia), Jubolitán (Cura radical de hemorroides) o Gyraldose (Higiene íntima).

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Se trata de una bonita colección de 8 tarjetas postales «Union Postale Universelle» en la que aparecen los 7 vencedores de las distintas zonas de la geografía española, en la competición de la Copa de España, así como la del Atletich Club de Bilbao, campeón del torneo en 1923. En la esquina inferior izquierda del reverso se identifican las tarjetas como Serie 1, de la A a la H. Las fotos muestran las alineaciones de un modo muy diferente al que habitualmente solemos ver en los tiempos actuales. Cada postal lleva los nombres de los jugadores que componen la alineación. También hay alguna postal con publicidad al dorso de alguna farmacia quie servía los productos de los laboratorios del Urodonal. Ahí va el listado de la colección:

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A  Atletich Club de Bilbao – Campeón de España 1922-23

B  C.D. Europa – Campeón de Cataluña 1922-23

C  Real Madrid F.C. – Campeón del Centro 1922-23

D  F.C. Valencia – Campeón de Levante 1922-23

E  Real Sporting de Gijón – Campeón de Asturias 1922-23

F  F.C. Sevilla – Campeón de Andalucía 1922-23

G  Real Sporting de Vigo – Campeón de Galicia 1922-23

H  Real Sociedad de San Sebastián – Campeón de Guipuzcoa 1922-23

Publicidad en el anverso

1 Urodonal

2 Poral

3 Depurativo Dr. Manget

4 Sinuberase

5 Globeol

6 Gyraldose Higiene íntima

7 Pageol

8 Jubol

9 Jubolitan

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Dorsos

1 Farmacia Nueva de Puig, Coso 6, Zaragoza

Siendo una colección antigua y relevante, no es de las realmente difíciles de completar. Con un precio alrededor de los 15 a 20 euros por tarjeta, es posible conseguirla por unos 150 a 200 euros, en muy buenas condicioones.




Dominó deportivo: Los ases de los deportes

            Los años 20 traen a la memoria resonancias agradables. Una época dorada, una era que tuvo su fin en el «crack» de la bolsa de Nueva York en 1929 y que, de modo innegable, supuso el advenimiento de la modernidad. Modernidad plasmada en el florecimiento de la moda femenina, las revistas, el jazz, el modernismo arquitectónico, el art-decó y los deportes, a menudo mencionados en la prensa de la época bajo la denominación de «sports». España, a pesar de su secular distanciamiento de las vanguardias culturales europeas y lastrada por el corsé inmemorial de la religión católica, también se subió al tren de la modernidad, sobre todo en los grandes núcleos urbanos. Barcelona siempre fue por delante de Madrid y en el mundo del coleccionismo esta afirmación aún es más cierta. Con un tejido industrial complejo y eficiente, la elaboración de productos de consumo como los chocolates era uno de los mascarones de proa de la moderna sociedad burguesa que empezaba a forjarse de forma celérica e imparable. Marcas como Chocolates E. Juncosa, Chocolates Amatller o Chocolates Jaime Boix pugnaban por hacerse un lugar  en un nuevo mercado que no hacía más que crecer, día a día. Y ofrecían con sus productos montones de cromos, muchos sobre fútbol, pero también sobre cualquier aspecto de la vida o de la historia que pudiera interesar a sus compradores.

             La colección sobre la que quiero llamar la atención en mi artículo de este mes es la titulada Dominó Deportivo Los Ases de los Deportes. Editada a mediados de los años 20 en exclusiva por Chocolates Jaime Boix, esta colección posee una de las virtudes de muchas colecciones de la época: la originalidad. Los 28 cromos que constituyen la colección miden 5’5 cms. de ancho por 10’5 cms. de alto, y tienen el aspecto de fichas de dominó, de modo que cada cromo es una ficha que se dedica a un deporte concreto, mostrando en el interior de los puntos de cada ficha el busto de los deportistas junto al nombre del mismo. La ficha «blanca doble»  es la utilizada para el cromo-portada de la colección. Algunos deportes como el fútbol o el boxeo tienen varias fichas, pero lo realmente interesante es la originalidad del diseño y la variedad caleidoscópica de los deportes representados. Automovilismo, tenis, atletismo, skis, pedestrismo, los ya mencionados boxeo y fútbol, e incluso se incluye algún cromo dedicado a las estrellas más rutilantes del cine, otro signo inequívoco de la modernidad. De momento las fichas que se conocen dedicadas al fútbol son las siguientes: 5-5, 2-6, 5-6 y 6-6. Que el fúbol aparezca en esas fichas es lógico, dada la popularidad del fútbol y de sus incipientes estrellas y su gran cantidad en comparación con deportes más minoritarios o con menos practicantes (como el tenis, por ejemplo). A continuación los jugadores que aparecen en cada ficha, respentando la ortografía del cromo:

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Ficha 5/5

Aguirrezabala

Carmelo

René Petit

Peña

Ocaña

Rousse

Eguiazabal

Gamborena

Solaberri

Errazquin

Ficha 5/6

Platko

Mauri

Zamora

Sagi-Barba

Florensa

Cros

Pelaó

Trabal

Serra

Alcazar

Maurici

Ficha 6/6

Sastre

Torralba

Arnau

Montané

Alcantara

Llorens

Samitier

Planas

Piera

Sancho

Carulla

Walter

Ficha 2/6

Echeveste

Acedo

Olariaga

Tena

Saprisa

Alcoriza

Pellicer

Padrón

             Una lectura detallada de los nombres de los jugadores nos permite datar la colección en la segunda mitad de los años 20 y certificar que los equipos representados son el Athletic Club de Bilbao, el F. C. Barcelona, el C. D. Europa, el Real Unión de Irún y el R. C. D. Español.

             Se trata de una bonita colección, difícil de ver completa y en buen estado y muestra innegable de cómo la modernidad llegó hasta lugares insospechados, como los pequeños trocitos de papel o cartón que se incluían como regalo en las tabletas de chocolate.




Tabaco, papel de fumar y cromos de futbol (II)

 Si en los años 20 fue, principalmente, el papel de fumar el que soportó la carga de la difusión y popularización de las incipientes estrellas futbolísticas, tras la Guerra Civil, y sobre todo en la década de los años 50, las marcas tabacaleras canarias lideraron la edición de cromos de fútbol, de un modo que aún sorprende. Se hace impensable ligar hoy en día ambos aspectos: el denostado placer de fumar y la infantil afición al coleccionismo de cromos, pero hace más de medio siglo aquello era un hecho innegable. Veamos algunas de las colecciones realmente espectaculares que se editaron en aquellos tiempos.

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 En 1950 la marca «46» de Cigarrillos José López Luis editó una colección de alineaciones de los equipos de primera y segunda división de la temporada 1950-51, esta colección inició la década y puso en evidencia la posibilidad de fidelizar al fumador incluyendo imágenes de los equipos de las ligas españolas. La colección constaba de 50 cromos. La temporada sigueinte, la misma marca se lanzó a la piscina con una colección de la temporada 1951-52 con jugadores de los distintos equipos de primera división, hasta totalizar 176 cromos, al parecer 11 por cada uno de los equipos de primera. Los cromos eran muy vistosos y mostraban a los jugadores en bonitas fotos coloreadas.

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 La prueba de que la inclusión de cromos de fútbol era una gran estrategia de marketing es el hecho de que una compañía rival, Cigarrillos Fedora, también sacó su colección en la temporada 1951-52, incluso aumentando el número de cromos a 220 jugadores. Es interesante plantearse el tipo de consumo necesario para completar una de estas colecciones. Desde luego, muy saludable no parece que fuera. Con un pequeño paréntesis en la temporada 1952-53, la acción volvió con fuerza en 1953.

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 Cigarrillos Fedora sacó una colección de 120 cromos dedicada a la selección española. No debemos olvidar el gran éxito de la selección en el mundial de Brasil en 1950, lo cual convirtió a la selección en objetivo de los coleccionistas. Nuevamente Cigarrillos José López Luis y su marca «46» dejó patente su apuesta por este producto con la colección Jugadores de Fútbol temporada 1953-54 que, a día de hoy, es quizá una de las más bonitas de la época. En esta escenario con dos actores principales apareció un tercero en discordia: Tabacos Favorita, que editó una colección de 304 cromos con dibujos a todo color de los Jugadores de 1ª División, nombre que tomó esta colección.

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En 1955 se editó una preciosa colección también dedicada a la selección española, en esta ocasión el título nos transportaba a la mítica Olimpiada de Amberes en 1920. Los cromos se regalaban en las cajetillas de los cigarrillos «Lucha especial», «Ben-Hur», «Oval Lucha», «Redondo Lucha» y «Lucha Fuerte» (¡Vaya nombrecitos!) y se trataba de 50 cormos que formaban la colección titulada «La Furia Española».

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 Por alguna razón que se me escapa, aquí acabó el patrocinio de las marcas de tabaco a los cromos de fútbol. Tal vez, la apuesta no lograba ser rentable después de todo, tal vez algunas marcas simplemente dejaron de fabricarse y ello arrastró a los bonitos cromos que se incluían en las cajetillas. Sea como fuere, nos quedan un puñado de preciosas colecciones que aún se encuentran entre las de diseño más atractivo de toda la historia de este coleccionismo deportivo.

 




Tabaco, papel de fumar y cromos de fútbol (1ª parte)

Parece adecuado, dados los tiempos difíciles que corren para los aficionados al denostado placer de fumar (que conste mi tolerancia en estos asuntos y mi orgullosa condición de no fumador), explorar las íntimas conexiones que existieron en el pasado entre diferentes productores de tabacos, fabricantes de papeles de fumar y preciosas colecciones repletas de añejos retratos de legendarios futbolistas.

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La aparición, a finales del siglo XIX, de la cromo-litografía supuso el nacimiento del cromo como objeto coleccionable. En sus orígenes, los cromos eran bellas ilustraciones costumbristas o paisajísticas con un contenido tan amplio que resultaba difícil pensar que hubiera intención alguna en la edición de esos papeles de bellos colores, más allá de usarlos como objeto promocional de la marca en la que se insertaban. Productos de todo tipo los incluían: dulces, galletas, chocolates, y también tabacos, sobre todo en las cajas de puros. A principios del siglo XX los cromos ya habían adquirido una dualidad que nunca perderían. A su función promocional se sumó la capacidad de fidelizar al consumidor de un producto, o al cliente de un determinado establecimiento, pues los cromos también se convirtieron en una forma práctica y efectiva de hacer que un cliente volviera a comprar en el comercio en el que se le obsequiaba con bonitos trozos de papel ilustrados con diferentes motivos que, ahora sí, se podían coleccionar en diferentes series temáticas: refranes, tipos populares, aforismos, adivinanzas, trajes regionales, deportes…

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Es en este estado de cosas, y mediados los años 20 del pasado siglo, cuando los cromos con jugadores de fútbol hacen su aparición. En los Estados Unidos, desde el siglo XIX y sobre todo en los primeros años del siglo XX, las cajetillas de cigarrillos incluían de forma habitual cromos de jugadores de béisbol, allí los cigarrillos se vendían ya líados, con lo que los cromos aparecían en el interior de las cajetillas, casi todas de 10 cigarrillos. Se reveló un medio muy efectivo para que el fumador siguiera siendo fiel a la marca, consumiendo ingentes cantidades de cigarrillos, dado que algunas colecciones llegaron a tener más de 500 cromos diferentes, como la conocidísima T-206, editada entre 1909 y 1911. La transición de esa interesante práctica comercial a nuestro país tuvo la peculiaridad de que en lugar de aparecer los cromos en las cajetillas de cigarrillos, modalidad de consumo poco extendida en la época, lo hicieron en los librillos de papel de fumar. Salvo esporádicas excepciones como alguna colección editada en la Islas Canarias (Tabacos La Flor Isleña) y las editadas en Cuba (Cigarrillos Susini y Aguilitas), la práctica totalidad de las colecciones de futbolistas aparecieron en librillos de papel de fumar.

La producción de librillos de papel de fumar en la década de los años 20 estaba radicada en la región levantina y más en concreto en la zona de Alcoy. La fábrica de J. Laporta Valor, en Alcoy, incluyó cromos de fútbol en varios de sus productos. Uno de los más notables fue el papel «Foot-Ball» que, comenzando en 1923, y a lo largo de los años siguientes sacó al menos tres colecciones diferentes. La más importante, por el número de cromos que contenía la colección: 110 (10 equipos, a razón de 11 jugadores por equipo), y por haber sido editada en dos formatos: cuadrado y rectangular, se editó en 1924. La decisión de sacar dos versiones de la colección se tomó para no privilegiar un formato de librillo sobre otro. Los cromos en su versión cuadrada son una versión reducida de los rectangulares, que son francamente bonitos. Otras colecciones fueron apareciendo, trasladándose el polo de difusdión de Alcoy a la ciudad de Valencia.

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Una de las colecciones más bonitas y menos conocidas es la editada por el papel de fumar marca «F. C.» A día de hoy tan solo han aflorado cromos de tres equipos de la ciudad de Valencia: Valencia F. C., Gimnástico F. C. y Levante F. C. (Grao). Al parecer debería haber cromos de jugadores de otros equipos, no necesariamente de Valencia, pero a día de hoy no se conoce ninguno.

Pero de entre todas estas colecciones de papel de fumar, la que podemos, sin lugar a dudas, considerar la joya de la corona es la editada por la factoría de Luis García Fayos, de Valencia, en su librillo de papel marca «Mi Papel». Los librillos marca «Mi Papel» incluyeron desde 1925 a 1929 cromos de futbolistas entre otros temas a lo largo de varias series que se identificaban por letras. La colección «Los ases del fútbol» consta de tres series: serie C, serie E y serie H, editadas en el periodo de tiempo indicado y cada una constituida por 80 cromos, lo cual totaliza una colección en tres álbumes de 240 cromos. Es ésta la que deberíamos considerar gran colección de la era del papel de fumar, por su cantidad y calidad. Los cromos son bonitas fotos (aunque de reducido tamaño) del busto de los jugadores; uno de sus méritos es el recoger muchos equipos diferentes, grandes y pequeños, del panorama futbolístico español de la época.

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La llegada de los años 30 y la Guerra Civil dejó en suspenso las actividades editoriales de estas marcas, pasando a tomar el relevo el Monopolio de Fósforos, en una histórica colección de la temporada que nunca se celebró: la  1936-37.

 




El primer álbum de cromos

Toda teoría científica que lo sea o que, al menos, aspire a serlo requiere de la asunción de un paradigma. Un punto de apoyo, un mojón que marque el arranque de todo, unos axiomas de consenso que permitan el desarrollo de un trabajo riguroso y exitoso al tiempo. En el resbaladizo tema que nos ocupa, el de bucear en las aguas turbias y profundas, por lo lejanas, de los inicios de la afición al coleccionismo de cromos de fútbol, nuestro punto de partida se establece, de un modo, difuso en las primeras dos décadas del siglo XX. Está establecido de un modo bastante preciso que las primeras ediciones relacionadas con el fútbol fueron postales y pequeños cormos troquelados en los que se ilustraba, muchas veces con intención didáctica, el modo de jugar al nuevo deporte que causaba sensación entre los sportmen de la época. Es muy fácil toparse con cromos de los años 20 con jugadas concretas unidas a una explicación que solía incluirse al dorso. Las colecciones solían ser de una cantidad pequeña de cromos, entre 12 y 25 la mayor de las veces. Los cromos, impresos por ambas caras no se recopilaban en ningún álbum, sino que el coleccionista los apilaba y los conservaba en alguna caja destinada atal efecto. Cajas de zapatos, muchas veces, o de puros.

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Por esto resulta de una importancia capital, hasta donde nuestro conocimiento nos permite establecer, la aparición en 1915 del primer álbum concebido como contenedor de una colección. Sin temor a equivocarnos y hasta que las evidencias documentales nos lleven la contraria, el álbum editado hacia 1915 por la editorial barcelonesa Tiket, con el título Álbum de Foot-Ball, es, a día de hoy, el primer álbum de cromos de fútbol que se editó en España. Aunque sólo fuera por esta razón, el álbum de la editorial Tiket merecería un lugar destacado en la historia del coleccionismo de cormos de fútbol en España. Pero hay más.

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La colección, probablemente compuesta por 54 cromos (los conocidos por ahora), incluía diferentes temas: alineaciones de equipos, jugadas correspondientes a partidos destacados y acciones puntuales de jugadores importantes. Una verdadera mirada caleidoscópica al estado del fútbol en esa época. Los cromos medían 9’1 cms. X 7’2 cms., están identificados por delante, no llevan numeración alguna y, al dorso, incluyen un breve historial del equipo que aparece o el relato de la jugada en cuestión. Los cromos se guardaban en el álbum, editado a tal efecto, sin pegarse, sino encajando las cuatro esquinas del cromo en unas ranuras que se hallaban en las páginas. Al estilo de muchos álbumes fotográficos antiguos. Este sencillo método permitía conservar intactos los cromos y, al mismo tiempo, verlos de un modo agradable y cómodo. Como siempre, incluimos el listado de los cromos conocidos, ordenados alfabéticamente.

Listado de la colección

Allack rematando un centro

Armet en una de sus magistrales jugadas

Armet en uno de sus magistrales avances

Ataque del España

Athletic F. C. de Bilbao

Buena entrada de Casellas

Buen shoot de Castells

Cardiff Corinthians

Equipo de la F.C.C.F. que participó en el primer match Francia – Cataluña

Equipo de la F.C.C.F. que participó en el segundo match Francia – Cataluña

Equipo del F.C. Barcelona

Equipo del R.C.D. Español

Equipo de Vizcaya
España F.C. de Barcelona
Español F.C. de Madrid

F.C. Zurich

Forns en uno de sus rápidos avances

Massana después de evitar un goal
Massana entrando a un jugador inglés

Massana pegando una contra

Momento de peligro ante el goal inglés

New Cruzaders

Oportuna entrada de Amechazurra

Patullo preparando un shoot

Pería en el momento de shootar

Prat interceptando un pase

R.C.D. Español

Reguera repeliendo un shoot

Reñé interceptando un shoot

R. Sociedad de San Sebastián

Sociedad Gimnástica española de Madrid
Sporting Club de Irún

Stade Helvetique

Stade Olympique

Steel entrado a los defensas del Español

Una jugada maestra de Armet

Una melée ante el goal del Barcelona
Una salida de Puig

Un momento de peligro ante el gol del Español

Un shoot de Bau

Un shoot de López

Un shoot de los franceses

Un shoot de Partington
Wallace después de shootar

Como se puede comprobar, la variedad de equipos y de partidos reflejados hacen de esta colección una verdadera «piedra rosetta» para profundizar en el conocimiento del estado del desarrollo del fútbol en España en los primeros años del siglo XX. La colección ha aparecido con un único anunciante al dorso, Chocolate Amatller, sin lugar a dudas, la marca más potente en la difusión del fútbol a través de sus artículos promocionales, como los cromos de esta preciosa colección.




Cuando el Chupa-Chups se llamaba «Chupete Sport»

 

 En la sección dedicada a las colecciones de cromos de fútbol añejas traemos una excepcionalmente rara e interesante. Se trata de una colección editada por la marca de Chocolates y Caramelos Buttercao, radicada en la población de Benicarló (Castellón). La colección, así como la actividad de la empresa, se remonta a los años 20. Tenemos constancia de la actividad promocional de «Buttercao» a través de un par de colecciones de los típicos cromos de los chocolates de los años 20. Una de ellas dedicada a la vida de Miguel de Cervantes y otra, de 20 cromos, titulada «Rompecabezas» donde el cromo, una vez recortado se convertía en un sencillo rompecabezas para montar. No son muchas colecciones si consideramos la gran cantidad de las mismas que editaron como herramienta promocional otras marcas, mucho más importantes, en su mayoría originarias de Cataluña. Los Chocolates y Caramelos Buttercao aparecen como empresa de tipo familiar, dirigida por los Hnos. Romero en un principio y más adelante por Francisco Romero, en lo referente a los chocolates, con dos localizaciones diferentes, una para los chocolates (C/Mariscal Foch 75) y otra para los caramelos (C/Comercio 15 y 17)[1] en las primeras referencias, apareciendo en una guía comercial de Castellón de 1948 con una localización diferente para la fábrica de chocolates: C/Cardona-Sta. Teresa 7. Esto evidencia que la actividad de Buttercao se prolongó desde los años 20 hasta el final de los años 40, no teniendo constancia de su existencia más allá de las fechas señaladas. Con una distribución que no dudamos en calificar como local, Chocolates y caramelos Buttercao apostaron fuerte a mediados de los años 20 con una colección sobresaliente y muy difícil de conseguir, ya que a día de hoy se conoce tan solo un ejemplar de la colección, virtualmente completa y en aceptable estado.

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 Los chupetes «Sport» debían ser un invento propio y patentado de Buttercao. No disponemos de datos concretos, ni imágenes que sustenten nuestra afirmación, pero por el nombre y las características de la producción de la marca, debían ser una especie de chocolatinas o caramelos con forma de chupete y que incluirían un cromo como premio para animar a los niños a comprarlos. Una especie de arcaico Chupa-Chup. La colección  consta de 80 cromos de reducido tamaño, entre los que encontramos futbolistas y boxeadores. Los cromitos, de gran colorido, miden 1’9 x 2’4, y se pegan en unos recuadros que llevan el nombre de cada deportista. Los cromos llevan en una tinta muy débil de color azul el nombre del deportista para poder identificarlo y pegarlo en el lugar que le corresponde. Los dorsos de los cromos están en blanco. El álbum, una hoja del tamaño de una holandesa, mide 24 x 29 y por detrás está en blanco. En la misma se indica que aquel que complete el álbum podrá conseguir un balón de fútbol o unos guantes de boxeo. Este es el quid de la cuestión. Se trata de una colección con premio gordo, incentivo aún mayor que el de completar el álbum, ya que hacerlo conlleva doble satisfacción: acabar una bonita colección y conseguir gratis un balón de fútbol o unos guantes de boxeo. Como bien sabrá el lector, ahí radica el truco de estas colecciones: acabarla otorga un premio, por tanto debe existir un cromo»imposible» ése que realmente otorga el regalo y que aparecería con cuentagotas en los chupetes Sport.

            Si observamos el listado de los cromos comprobaremos que muchos jugadores aparecen más de una vez. Estrategia comercial para con menos fotos alargar la colección y hacer que las ventas sean mayores. El cromo «imposible» es Alcántara del F. C. Barcelona. Mi teoría es que, a pesar de que el equipo que tiene más jugadores es el Valencia F. C., razón lógica, pues uno de los polos comerciales importantes para la marca debía ser la capital del Turia, los fabricantes otorgaron el valor mayor a un jugador del F. C. Barcelona debido a sus simpatías culés. No es descabellada esta teoría si se comprueba que a partir de localidades muy cercanas a Valencia, en la provincia de Castellón, la afición del F. C. Barcelona es legión. Más allá de estas hipótesis, la colección se ha listado con una numeración que se incluye junto a los cromos identificando la posición (fila-columna) de cada cromo. Este es el listado:

 1-1 Méjias (Madrid F. C.)

1-2 Hipólito (Valencia F. C.)

1-3 Pelaó (C. D. Europa)

1-4 Pellicer (C. D. Europa)

1-5 Sarmiento (púgil)

1-6 Sagi-Barba (F. C. Barcelona)

1-7 Loayza (púgil)

1-8 Javier (C. D. Europa)

1-9 Ruíz (púgil)

1-10 Sezúmaga (Arenas Club)

2-1 Torralba (F. C. Barcelona)

2-2 Martínez (púgil)

2-3 Sharkey (púgil)

2-4 Samitier (F. C. Barcelona)

2-5 Cubells (Valencia F. C.)

2-6 Alcántara (F. C. Barcelona)

2-7 Jim – Moran (púgil)

2-8 Uzcudun (púgil)

2-9 Laca (Arenas Club)

2-10 Planas (F. C. Barcelona)

3-1 Bordoy (C. D. Europa)

3-2 Ayarza (Arenas Club)

3-3 Simarro (Valencia F. C.)

3-4 Mariano (Valencia F. C.)

3-5 Alcázar (C. D. Europa)

3-6 Yermo (Arenas Club)

3-7 Peña (Arenas Club)

3-8 Jauregui (Arenas Club)

3-9 Monjardín (Madrid F. C.)

3-10 Firpo (púgil)

4-1 Delaney (púgil)

4-2 Vallana (Arenas Club)

4-3 Piñol (Valencia F. C.)

4-4 Cubells (Valencia F. C.)

4-5 Morgan (púgil)

4-6 Laca (Arenas Club)

4-7 Coak (púgil)

4-8 Dempsey (púgil)

4-9 Hansen (púgil)

4-10 Orun (púgil)

5-1 Escobal (Madrid F. C.)

5-2 Sicilia (Madrid F. C.)

5-3 F. Pérez (Madrid F. C.)

5-4 Serra (C. D. Europa)

5-5 Juliá (C. D. Europa)

5-6 Robus (Arenas Club)

5-7 Quesada (Madrid F. C.)

5-8 Sancho (F. C. Barcelona)

5-9 Sarmiento (púgil)

5-10 Laña (Arenas Club)

6-1 Robus (Arenas Club)

6-2 Tunney (púgil)

6-3 Careaga (Arenas Club)

6-4 Garrobé (C. D. Europa)

6-5 Martí (F. C. Barcelona)

6-6 Montes (Valencia F. C.)

6-7 Escobal (Madrid F. C.)

6-8 Méjias (Madrid F. C.)

6-9 Pascual (C. D. Europa)

6-10 Cros (C. D. Europa)

7-1 Barrero (Madrid F. C.)

7-2 Rino (Valencia F. C.)

7-3 Esteban (Valencia F. C.)

7-4 Bernabeu (Madrid F. C.)

7-5 Mengotí (Madrid F. C.)

7-6 Del Campo (Madrid F. C.)

7-7 Piñol (Valencia F. C.)

7-8 Longhran (púgil)

7-9 P. Sáez (púgil)

7-10 T. Tomás (púgil)

8-1 Marín (Valencia F. C.)

8-2 Juliá (C. D. Europa)

8-3 Vallespín (púgil)

8-4 Javier (C. D. Europa)

8-5 Esteban (Valencia F. C.)

8-6 Murall (púgil)

8-7 Quadrini (púgil)

8-8 F. Puig (púgil)

8-9 Ciclone (púgil)

8-10 T. Cola (púgil)

 Sin duda alguna, esta colección goza de unas características que la hacen especial y, en mi modesta opinión, es una de las más valiosas y sobresalientes de su época.


[1] Quizá cada hermano se dedicaba a una de las empresas, siendo Francisco Romero el responsable de la factoría de los chocolates y otro hermano se ocuparía de la de los caramelos.




La colección de la temporada que no lo fue

En estos tiempos de memoria histórica y reescritura orwelliana de la misma, parece adecuado echar una mirada hacia una colección sorprendente, la dedicada a la temporada 1936-37, una temporada que, al menos, en los términos conocidos hasta ese momento nunca se celebró. 

Pero recordemos, si bien, escuetamente en qué manera se celebraban las competiciones por aquel entonces. En líneas generales, en los años 30 solía comenzar la temporada con los partidos del campeonato regional, que se iniciaban a mediados de septiembre y se alargaban hasta finales de octubre, o principios de noviembre. A continuación se desarrollaba el campeonato de Liga, que comenzaba entre el fin de noviembre y el principio de diciembre y se alargaba, en dos vueltas, hasta marzo e incluso abril, disputándose posteriormente el torneo de Copa, entre los equipos que se habían hecho acreedores a la disputa del mismo. Estas temporadas cubrían 8 meses y fueron el crisol en el que se forjaron la mayoría de edad de nuestra liga y el desarrollo imparable del deporte rey en España.

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Como es bien sabido, el 18 de julio se inició la Guerra Civil con el consabido trastorno e impacto en todos los sectores de la vida del país, entre ellos, como no, el fútbol. La temporada 1936-37 no tuvo la oportunidad de arrancar, al menos no en el modo habitual hasta ese momento. La ruptura, casi inmediata, del territorio español en dos zonas: nacional y republicana, hizo inviable el mantenimiento de las competiciones nacionales como Liga y Copa, produciéndose, en cambio, un aumento de las competiciones regionales, con ejemplos abundantes como la Liga del Mediterráneo o el Campeonato Gallego.

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El Monopolio de Cerillas y Fósforos, dependiente de la Hacienda Pública del gobierno de la República, editó una colección incluida en sus cajetillas de 30 cerillas, que costaban 5 céntimos, en la que en la parte superior de la caja aparecía un dibujo realista, probablemente basado en una fotografía, de un futbolista. Lo primero que sorprende es el gran número de jugadores que componen la colección: 384. Las cerillas debieron distribuirse a pesar de que la temporada 1936-37 no se celebrara con la normalidad deseada. Los cromos, obtenidos al recortar la parte superior de la cajita de cerillas, llevan la leyenda «Temporada 1.936-1.937» en la parte superior y en la parte inferior aparece el número del cromo junto al nombre del jugador. Una vez recortados, los cromos tienen unas dimensiones aproximadas de 3 cms. x 4’5 cms.; además las cajitas incluían vales sorpresa canjeables por décimos de lotería de tres pesetas. Un detalle a resaltar es que los jugadores aparecen con su nombre y apellido, pero no se hace referencia al equipo al que pertenecen, lo cual complica la asignación de un equipo a los jugadores representados.

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La difusión de estas cerillas debió ser muy amplia, pues hasta nuestros días han llegado algunas colecciones completas y aún es posible encontrar cajitas intactas, incluyendo hasta las cerillas. Vista esta colección con los ojos de la actualidad resulta un valioso documento en el que aparecen jugadores que tuvieron que huir al exilio y nunca más jugaron en España, junto a leyendas que escribirían más adelante sus nombres con letras de oro en el fútbol español de la década de los años 40, así como el mundial de Brasil en 1950.




Una colección «divina»: una parada de Zamora

Si alguna figura del fútbol español tuvo una sombra alargada y que impregnó todos los estamentos en una época ya lejana, fue la de Ricardo Zamora, apodado «El Divino». Con una carrera como jugador que se inició en 1916 y que acabó 20 años después, una trayectoria en los banquillos como entrenador, culminada con el puesto de seleccionador nacional y hasta con un par de apariciones cinematográficas en su haber. La década de los años 20 y la primera mitad de los 30 fueron hegemónicas para Zamora. De ello dan fe sus traspasos millonarios del F. C. Barcelona al R. C. D. Español y de allí al Real Madrid, sus actuaciones fabulosas en los Juegos Olímpicos de Amberes, donde tras ganar 1-0 a Dinamarca en el primer partido, salió a hombros del estadio y se acuñó la frase «1-0 y Zamora de portero»; por no decir de su despeje característico con el codo y que recibió carta de naturaleza con su nombre: «la zamorana». Hechos, detalles y leyendas que forjaron el mito de un deportista de primera categoría y arrolladora personalidad, que junto a momentos inolvidables bajo los palos dejaba también suculentas anécdotas como la que cuenta que jugaba con un amigo tras la portería que le sostenía un habano para fumar cuando el partido no le exigía en demasía. La herencia futbolística de Zamora siguió en la persona de su hijo, también portero, como no, y que militó en Primera División en equipos como el Atlético de Madrid, C. D. Málaga, R. C. D. Español o Valencia C. F..

            Uno se da cuenta de la verdadera importancia de Zamora cuando volviendo la vista atrás y rastreando objetos, diarios y coleccionables de los años 20 y 30 comprueba la constante aparición del guardameta icono del fútbol nacional de los años 20. Muñecos, biografías, recortables, postales publicitarias o cromos. Una gran cantidad de colecciones de cromos de los años 20 tienen como primer cromo el de Zamora, incluso algunas que están dedicadas a equipos en los que nunca militó. De todas estas colecciones quiero llamar la atención sobre la titulada «Una parada de Zamora» y que por sus características es especialmente interesante.

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 La marca de chocolates Chocolates Amatller fue una de las pioneras en la difusión del fútbol en su ámbito comercial, sobre todo Cataluña, incluyendo en sus productos cromos que se iban coleccionando y formando diferentes series. Una de las más curiosas fue la colección de 54 cromos titulada: «Una parada de Zamora». La figura de Zamora, inmensa, daba como para plantear una colección larga (en la época las colecciones no solían pasar de 25 cromos) de 54 cromos que nos mostraban en una secuencia de «cine manual» al astro futbolístico realizando una parada.  Dado que el cine era un invento de reciente aparición en la vida y ocio de los españoles, la posibilidad de realizar una breve secuencia (no más de dos segundos) cinematográfica en nuestras propias manos debía parecer algo único. Puedo aportar un detalle personal que quizá revele mejor esta excepcionalidad. Mi suegro es una persona de mucha edad, cumplió 95 años en febrero de 2010. Pues bien, sabedor de mi interés por estas viejas colecciones, me comentó hace años sobre una que a él le dejó impactado en su infancia, en la loclaidad de Mazarrón (Murcia) de donde es originario. Él recordaba, con esa nitidez de los recuerdos infantiles, una colección dedicada a Zamora donde pasando los cromos se veía a éste haciendo una parada. Cuál no fue mi sorpresa al descubrir esta colección y comprobar que encajaba exactamente en los recuerdos añejos de mi suegro.

            Los cromos miden 4’4 cms. x 7’8 cms. y están partidos en dos zonas, la parte superior lleva la imagen de un portero (francamente, nada parecido al Zamora real) mientras que la parte inferior lleva un texto y una imagen referida a la colección, así como la marca comercial, Chocolates Amatller, que la editó. El dorso lleva instrucciones precisas sobre como crear la secuencia de cine manual. El cromo más destacado es el último, el nº 54, que lleva una foto del busto de Zamora enmarcado en un óvalo. Es esta colección una de las más raras y difíciles de completar, por lo que de enconterarse una colección completa hay que convenir que se está ante una pequeña joya del coleccionismo de cromos. A pesar de no disponer de todas las imágenes, he confeccionado una secuencia animada que de alguna manera nos da idea de cómo debía ser la misma cuando las manos inocentes de los niños la reproducían. Espero que os guste.




El cromo de Santiago Bernabéu

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De todos es conocido que Santiago Bernabéu fue una de las personalidades más destacadas del fútbol nacional y mundial. Su liderazgo indiscutible en el Real Madrid, al cual llevó a lo más alto del fútbol continental, y su legado deportivo forman parte indisoluble de la historia del fútbol español. Era Don Santiago, como lo llamaban sus admiradores y colaboradores, una persona de profundas convicciones y de comportamiento tan rotundo como su oronda figura adulta. Cortado por un patrón único, cuyo molde debió romperse tras su alumbramiento, Don Santiago fue un hombre de fútbol en el sentido más exacto de la expresión. A diferencia de la caterva de arribistas, industriales, constructores y nuevos ricos que se han acercado al fútbol con intención de instrumentalizar ese mundo en su propio beneficio y no en el de la sociedades que rigen, Santiago Bernabéu vivió el fútbol desde su infancia y primera juventud con una pasión que no disminuyó con el paso del tiempo. Muchos, y uno de ellos el modesto autor de este artículo, nunca pensaron que aquella figura grande como una montaña, rematada por un habano quemándose entre los labios, pudiera pertenecer a un antiguo jugador de fútbol, delantero centro del Real Madrid para más señas, desde 1913 hasta 1930. Pero así fue, y aunque aquella época no fue tan fértil en títulos como los 50 y los 60, sí supuso el aprendizaje futbolístico de Bernabéu, quien tras dejar atrás su carrera de futbolista, inició, sin solución de continuidad, la de directivo del Real Madrid. El resto de la historia es conocida.

Mi intención es llamar la atención sobre uno de los pocos cromos conocidos de Bernabéu (a fecha de hoy, sólo dos se conocen). Las razones de esta escasez cabe atribuirlas a dos razones. La primera, la poca relevancia deportiva del Madrid en los años 20, década de la eclosión del fútbol en España y a la que pertenecen una grandísima cantidad de las colecciones de cromos que se han conservado hasta nuestros días. La segunda es el origen de muchas de las colecciones, elaboradas en Cataluña y que centraban su interés en equipos catalanes o en sus rivales más acérrimos, como el Athletic Club o el C. D. Europa. El cromo de Bernabéu sobre el que quiero llamar la atención del lector corresponde a una colección llamada «Football Jugadores Notables». Se trata de una colección, editada a mediados de los años veinte, de 24 cromos impresos a color, de dimensiones 10 x 7, numerados e identificados por la parte de delante y con el dorso libre para incluir publicidad. Los cromos llevan una fotografía pintada a color con una acción y un óvalo con el busto de un jugador destacado. Si bien atribuimos el origen de la colección a la Tipografía Litografía F. Domingo de Barcelona, la gran variedad de dorsos publicitarios que encontramos nos aportan otros editores que, seguramente, debieron comprar el derecho a emitir la misma colección. En gran parte se trata de empresas radicadas en Valencia que luego llevaban su propuesta a diferentes localidades limítrofes, aunque los dorsos también parecen indicar que empresas castellanas debieron distribuir esta colección. La colección es preciosista en su diseño y elaboración, con una acción de un partido sobre la que aparece el busto del jugador. Las imágenes son fotos coloreadas, lo cual otorga un toque muy interesante y atractivo. El listado de jugadores otorga un tercio de los mismos al F. C. Barcelona, otro tercio (bueno un pelín más: 9 cromos) a equipos catalanes y el resto a equipos de fuera de Cataluña. Este es el listado, con su numeración:

1 Martínez Sagi del F.C. Barcelona
2 Ricardo Zamora del R.C.D. Español

3 Bruguera del F.C. Barcelona
4 Samitier del F.C. Barcelona
5 Bordoy del C.D. Europa
6 Bernabéu del Madrid

7 Artisus del C.D. Europa
8 Canals del R.C.D. Español
9 Pelaó del C.D. Europa

10 Peláez del Madrid
11 Juliá del C.D. Europa
12 Javier Bonet del C.D. Europa
13 Piera del F.C. Barcelona
14 Sancho de la U.S. de Sans
15 Alcázar del C.D. Europa
16 Alcántara del F.C. Barcelona
17 Cross del C.D. Europa
18 Arrate del R.S. Sebastian
19 Cabedo del C.S. de Sabadell
20 Torralba del F.C. Barcelona
21 Torres del Fna. de Vigo
22 Conrrado del F.C. Barcelona
23 Minguetti del Madrid
24 Blanco del F.C. Barcelona

«Football Jugadores Notables» constituye, a mi juicio, una de las más bonitas colecciones de la época, precursora del aspecto que, en épocas más próximas a nosotros, tendrían las colecciones de cromos de fútbol, y con un elenco de grandísimas figuras del fútbol como Zamora, Alcántara, Bordoy, Samitier, Pelaó, Arrate o, como no, Bernabéu.




Enseñanza del juego de Foot-Ball Asociación: Una colección centenaria

El interés por el noble deporte del balompié lleva a sus aficionados a extremos dignos de estudio. Algunos devienen en transformaciones dignas de licántropos, en las gradas de un estadio, en lugar de en las noches de luna llena; o abandonan la corbata y el correcto traje de vendedor para sustituirlos por la elástica de su jugador favorito; incluso, en situaciones muy especiales (estoy pensando en la final de un gran torneo), son capaces de decorar su faz con colores más propios de un spaghetti western que de una personalidad adulta. En ese cajón de sastre de las filias y fobias asociadas al noble deporte que nos apasiona se sitúa el coleccionismo. Ya de por sí una actividad digna de estudio individualizado, el coleccionismo deportivo, y en particular el futbolístico, nos podría llevar a escribir todo un ensayo. Que no se preocupe el amable lector, pues nada más lejos de mi intención escribir un sesudo artículo sobre el coleccionismo deportivo. Mi intención es mucho más humilde. Como autor y editor del Catálogo de cromos de fútbol en España 1910-2009, junto a mi amigo Joseba  Moro, suelo manejar mucha información sobre colecciones de cromos de fútbol y es sobre una de ellas sobre la que me gustaría llamar la atención.

ahutchootEn este año 2010 se podría conmemorar, en términos de anticuario y de un modo no estricto, la mayoría de edad de la afición por coleccionar cromos de fútbol. La colección más antigua que tenemos registrada, data de un modo impreciso de 1910, por lo que desde ya mismo puede ser considerada una antigüedad con todo derecho. Pero situemos en el tiempo y en sus términos precisos de qué estamos hablando.

Durante la segunda mitad y finales del siglo XIX, los avances en las artes gráficas llevaron de forma natural a la invención de la cromo-litografía. Una técnica que permitía la impresión de cualquier imagen en bellos y resultones colores. Sin llegar a la universalidad cromática de la moderna cuatricomía, la cromo-litografía permitió que los grabados monocromos pasaran al baúl de los recuerdos y una nueva era en la representación impresa de imágenes comenzara. De esa técnica proviene la denominación «cromo» para designar a un trozo de papel o cartón ligero, generalmente de forma rectangular, en el que aparece un motivo impreso. Los temas fueron ingenuos al principio, por ejemplo aparecían imágenes de niños jugando o de paisajes decimonónicos, aunque con el transcurrir del tiempo se apreció que era una magnífica forma de promocionar el consumo de algunos productos. De esa forma empezamos a ver como aparecen cromos troquelados en cajas de galletas o de caramelos. Al mismo tiempo, algunos comerciantes valoraron la bondad de los cromos para fidelizar  a su clientela. Fidelizar, un concepto que parece moderno y del siglo XXI, pero que a principios del siglo XX estaba plenamente instalado en las costumbres industriales del pequeño comercio. En las antípodas de la moderna comercialización de los cromos, donde una gran empresa multinancional (Panini) controla el mercado español, en aquellos albores del siglo XX las cosas eran muy diferentes. Generalmente una empresa de artes gráficas, muchas de ellas, si no la  gran mayoría, radicadas en Barcelona y Valencia, generaba una colección. Los temas eran diversos y cubrían terrenos tan amplios como curiosidades, historia, ciencia, variedades o deportes. Y de entre todos los deportes, el foot-ball era el que acaparó la mayor atención de estas empresas de artes gráficas. No olvidemos que nos encontramos en plena era de expansión de los sports que, con focos principales en Madrid, y sobre todo Barcelona (donde abundaban las empresas de artes gráficas), empezaban a impregnar la vida de los españoles de aquellos años. Como corresponde a una labor divulgativa, las colecciones mostraban coloridas imágenes por una cara y aprovechaban el dorso del cromo para incluir datos sobre los nuevos temas que apasionaban al público. Entre las colecciones de aquella época dedicadas al foot-ball abundan las que explican, de forma sencilla pero rigurosa a la vez, cómo se juega al nuevo deporte que causa furor entre los aficionados. Habitualmente en los dorsos siempre se dejaba un espacio para la inclusión de publicidad. Las empresas de artes gráficas ofrecían estas colecciones a diversos comerciantes, con la posibilidad de personalizarlas para sus negocios con la inclusión de publicidad al dorso y de esa forma, premiar a los clientes con cromos que al constituir una colección y ser repartidos periódicamente, hacían que el cliente volviera una y otra vez al negocio hasta conseguir todos los cromos de la colección.cona

goemsDentro de estas coordenadas debemos situar la colección Enseñanza del juego de Foot-Ball Asociación, editada por la empresa Litografías J. López de Barcelona, alrededor de 1910. La colección, a lo largo de 25 cromos de dimensiones 7’3 x 11’2 (algunos cromos tienen orientación vertical y otros apaisada), va desgranando todos los detalles del juego del foot-ball, desde las dimensiones del terreno de juego hasta las jugadas más exquisitas, culminando la colección, como muchas de la época, en el cromo que encarna el objetivo final del juego: el goal. No siendo muy diferente a otras colecciones que persiguen el mismo propósito: ilustrar a los nuevos conversos al sport sobre el modo correcto de jugar al foot-ball asociación, algunos detalles nos sitúan ante la, hasta el momento, colección más antigua conocida. El propio título nos revela que se distingue entre el originario fútbol frente al rugby, conocido a veces simplemente como foot-ball. Pero es en cuatro de los cromos donde apreciamos la verdadera antigüedad de la colección. Bien sabido es que el fútbol moderno proviene de las islas británicas y que su terminología está plagada de anglicismos. Pero… ¿qué habría que hacer si ha sido ahut?  ¿En qué parte del campo debo situarme para sacar una cona?  ¿Debería ser felicitado por mi último choot? ¿Por qué el referee ha pitado goems? La colección incorpora en esos cuatro cromos términos que están a medio camino entre la transcripción fonética del inglés al castellano y la incógnita más absoluta. Si bien ahut nos remite de forma bastante obvia a un fuera de banda (out en inglés), o choot podemos intuir que se refiere a un  fuerte lanzamiento con el pie a la portería (un chut de los de toda la vida), ¿nos parecería tan sencillo identificar cona con córner o goems (verdadero galimatías) con tocar el balón con las manos? Evidentemente, no. Recuerdo a mi padre diciendo orsay cuando se producía un fuera de juego o faus cuando el saque de banda era mal ejecutado, pero los términos que aparecen en la colección nos remiten, de forma indefectible, a los comienzos del juego en nuestro país. La colección puede encontrarse con dos anunciantes principales. Ambos son potentes productores de chocolates de la época: Chocolates Amatller (aún existe la marca) y Chocolates Jaime Boix. Los cromos aparecerían en el interior de los productos de ambas marcas y debieron venderse una buena cantidad de tabletas por la cantidad de colecciones completas que han llegado en buen estado hasta nuestros días.

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Para finalizar, cabe señalar que lo que a nuestros ojos aparece como dibujos plenos de colorido, no son más que fotografías retocadas de forma artística hasta convertirlas en muy buenos dibujos, con una plasticidad y movimientos muy reales, técnica ésta (la de colorear y retocar fotografías) muy extendida en las colecciones de principios del siglo XX.