Misterios olímpicos (III). Españoles en San Luis 1904

El rotativo quincenal Los Deportes publicado en Barcelona entre 1897 y 1910, fue prácticamente el único medio español que informó (muy brevemente) sobre los Juegos Olímpicos de 1904, celebrados en San Luis (Missouri, EE.UU.) en el marco de una Exposición Universal (se repitió el error de París 1900).

Concretamente el 28 de agosto de 1904 se publicó el artículo «Las manifestaciones de sport en la Exposición de San Luis» firmado por Amadeo Llaverías. Es un artículo algo confuso en el que se detallan las diferentes competiciones deportivas vinculándolas con los Juegos Olímpicos de Atenas 1896 (importante el dato que no consideren unos Juegos lo celebrado en París en 1900) y mezclando en la enumeración de deportes el atletismo con el motociclismo, el automovilismo, las competiciones escolares o el «golfo» (golf), un «batiburrillo» que nos recuerda los Concursos Internacionales de Ejercicios Físicos y Deportes de 1900, aunque al menos en San Luis hubo carteles anunciando los Juegos Olímpicos, ceremonias de inauguración y clausura y medallas. Lo más sorprendente llega cuando enumera las naciones «interesadas» y, entre otras muchas leemos: «…España (representada debidamente)»

«Representada debidamente» ¿pero no habíamos leído y oído millones de veces que no hubo participación española entre 1900 y 1920? Si, lo habíamos leído y oído millones de veces, pero como casi todo en esta suerte de «Matrix» que es la historia oficial del olimpismo español, es una verdad cuando menos cuestionable, fruto de la desidia y la ignorancia. Si en el verano de 1904 un periodista medianamente informado como el amigo Llaverías escribía que España estaba representada en las competiciones deportivas de San Luis es porque le constaba que había deportistas españoles en San Luis, aunque eso no quiere decir que estuvieran participando en los JJOO.

España estuvo en la Expo 1904 (sólo 6 años después de la guerra con los anfitriones) con pabellón propio (podría haber sido el pabellón de Andalucía, ya que representaba el Patio de los Leones de La Alhambra y la plaza del mercado de Triana y tenía corridas de toros con ¡toros mecánicos!), pero no se refería a eso «Los Deportes», ya que se hablaba de competiciones deportivas. Tampoco parece probable que Llaverías conociera el importante papel jugado por el misterioso «conde Peñaloza» (Henry de Peñaloza, supuesto exiliado carlista español que residió en San Luis entre 1897 y 1904 y se entrevistó con Coubertin en París en 1901 para presentarle los planes olímpicos de la ciudad de Missouri).

Creo que la respuesta se encontraba fuera del recinto de la Exposición (en el «Forest Park»), pero cerca de su entrada principal, en la avenida DeBaliviere. Allí, el 15 de mayo de 1904, se inauguraba el primer frontón «industrial» de los EE.UU. consagrado al jai alai, a la cesta punta. Su promotor era Basilio Zarasqueta (eibarrés afincado en Cuba, promotor del primer frontón profesional de la isla) y su arquitecto el ingeniero civil Ricardo Galbis (también afincado en Cuba); el plantel de pelotaris de auténtico lujo, con multitud de hijos de la «Muy ejemplar ciudad de Eibar» (Guipúzcoa) como Pasieguito, su hermano Pasiego el menor, Navarrete, Alí el menor o Chiquito de Eibar (hijo).

El éxito inicial fue grande, pero las apuestas (tan estrechamente vinculadas al jai alai como prohibidas en Missouri) dieron problemas desde el principio y la primera experiencia de pelota profesional en EE.UU. duró dos meses, según algunas fuentes influyó en el cierre la presión de la mafia local por controlar las apuestas, lo cierto es que la policía «visitó» el frontón en alguna ocasión y este finalmente cerró en julio, se transformó en pista de hielo antes de acabar la Exposición y se mantuvo en pie (con el nombre de «Jai Alai») hasta los años 60. No ha sido posible vincular este frontón con la Exposición o con los JJOO de manera directa, aunque hay publicaciones locales de San Luis que si lo hacen, lo cierto es que ninguno de los dos libros «oficiosos» de San Luis 1904 (el escrito por Charles J.P. Lucas y el Almanaque Spalding´s) menciona la pelota vasca en ningún momento (y si mencionan los vergonzosos «Días Antropológicos» y otras competiciones de escolares, juegos irlandeses, etc. y las «demostraciones» de baloncesto y béisbol) y, en consecuencia, no podemos incluir la pelota en la programación de San Luis 1904, aunque es de justicia mencionar la presencia de nuestros pelotaris, «representando debidamente» al país que ahora los ignora y ningunea.

Para saber más:

1900. La Primera Aventura Olímpica Española

http://www.bubok.com/libros/16391/1900-LA-PRIMERA-AVENTURA-OLIMPICA-ESPANOLAhttp://olimpismo2007.blogspot.com

 Fernando Arrechea Rivas




Misterios olímpicos (II). La fundación del COE

Existen numerosas evidencias que demuestran que el Comité Olímpico Español se fundó en 1905 bajo la presidencia de don Julio Urbina Ceballos-Escalera, marqués de Cabriñana del Monte [deportista multidisciplinar, militar, diputado en Cortes, Director General de Correos y Telégrafos, implacable combatiente de la corrupción (lo que le costó un intento de asesinato en 1895 que provocó una gran manifestación popular en Madrid como protesta), Ministro del Tribunal de las Órdenes Militares, Presidente de la Sociedad Hípica Española, autor de un código de honor sobre duelos, etc.]
La noticia apareció en la revista madrileña Gran Vida en sus números de noviembre y diciembre de 1905, en el primer número del Mundo Deportivo en febrero de 1906 y en el Heraldo de Madrid el 13 de noviembre de 1905. Además en el libro The Olympic Games at Athens 1906 (Spalding´s Athletic Library, Nueva York, 1906) se cita la existencia del COE aunque España finalmente no envió delegación a Atenas.
También se conserva una carta del marqués de Villamejor a Narcís Masferrer (director del Mundo Deportivo) de noviembre de 1913 en la que el remitente reconoce haber «sucedido» al marqués de Cabriñana en la presidencia del COE y dice que ocupa el cargo «desde hace 4 años», lo que no cuadra con la fecha de 1912 como fecha de fundación del COE (tesis defendida por Conrado Durántez).
Todos estos datos fueron descubiertos por Joan Fauria i García y publicados en el boletín de los historiadores olímpicos en 1995 (The Formation of the Spanish Olympic Committee) y en varios artículos en El Mundo Deportivo.

También podemos encontrar la noticia (en «exclusiva» firmada por Luis Lozano) en El Liberal el 30 de julio de 1905: «Los comités nombrados en las diferentes naciones para asistir y representarlas en los Juegos Olímpicos, que bajo el patronato del Príncipe Jorge de Grecia se celebrarán en Atenas en la primavera próxima, trabajan activamente para desempañar su cometido, parece que entre ellas hay pugilato, tratando de que sus respectivas naciones queden a gran altura.

El comité español lo formarán, según noticias, los señores marqués de Cabriñana, presidente, marqués de Villaviciosa de Asturias, por el Tiro al pichón, el comandante Barreto, por el Tiro Nacional, el conde de Asmir, por las Sociedades de esgrima, y don Carlos Padrós, por la Gimnástica y Sociedades de Foot-ball

En el ejemplar de Gran Vida de noviembre de 1905 la noticia está en la página 12, leemos: «… ha nombrado Presidente de la delegación de España al Sr. Marqués de Cabriñana y secretario a don Luis Morote…», formaban parte de la comisión personajes célebres como el marqués de Villaviciosa de Asturias (el de los pichones en París 1900), Carlos Padrós o Román Macaya (delegado en Barcelona).
También leemos: «Días pasados se reunió el Comité Español en el domicilio del Sr. Marqués de Cabriñana, asistiendo el Sr. Pastora, secretario del Consulado de Grecia en Madrid, y el súbdito griego Sr. Alpoulafertis, que dieron a los concurrentes curiosísimos datos…»
En el número de diciembre de 1905 (Pág.11-12) encontramos el programa completo de los JJ.OO. 1906 y una breve nota en la que leemos que los organizadores griegos ofrecían alojamiento gratuito para 20 españoles y que el viaje les saldría por 400 francos.
Finalmente ningún español viajará a Atenas, ni a Londres en 1908 (sin contar a los gimnastas españoles nacionalizados franceses Louis Segura y Antoine Costa).

No consta que Cabriñana desarrollara actividad «olímpica» alguna después de finales de 1905 ni que hubiera intento alguno por revitalizar el COE en 1908, como en ocasiones se ha comentado, pero la carta ya citada de Villamejor (miembro del COI desde 1902) a Masferrer de 1913 indica que Cabriñana habría sido sucedido por este hacia 1909, fecha en la que (según testimonio de Coubertin a un grupo de periodistas españoles en Ampurias en 1926, reproducido por Luis Meléndez), el COI habría reconocido al COE. En cuyo caso el pasado año «celebramos» (en la «clandestinidad») el centenario de dicho «reconocimiento».

Lo cierto es que el COE no había sido dado de alta en ningún registro (a nadie se le ocurrió hacerlo hasta 1926 en el Gobierno Civil de Barcelona) y que Villamejor no informó por carta a Coubertin de la formación de «su»  Comité Olímpico Español hasta finales de 1912 [comité formado por: marqués de Villamejor, presidente y representante de España en el COI. Miembros: Carlos Padrós y Rubio, Pío Suárez Inclán (coronel del Estado Mayor), Marcelo Rivas Mateos (catedrático de la Universidad Central), Alejandro Saint Aubin, marqués de Cabriñana del Monte, Marcelo Sanz Romo (profesor de gimnasia sueca), Adolfo Díaz Enríquez (comandante de Infantería), Luis de Uhagón y Rogelio Ferreras Berros (capitán de la Guardia Civil y profesor de gimnasia) ]. Respecto al primer comité (1905) repiten Cabriñana («degradado») y Padrós (personaje clave en el fútbol español de la época), la continuidad es más que obvia…

El señor Durántez considera esta carta como la formación oficial del COE, pero resulta difícil fundar la misma cosa dos veces, y tampoco significó ningún cambio importante, ya que no se envió delegación a Estocolmo ni se conoce actividad «olímpica» alguna de Villamejor en esa época. Su pasividad despertó algunas críticas entre los sportmen de Barcelona como Josep Elias i Juncosa (periodista y deportista, amigo de Coubertin) quién desde 1911 demandaba un equipo español en los JJ.OO., Villamejor respondió a las críticas solicitando ayuda a los catalanes desde las páginas del Mundo Deportivo (4 de diciembre de 1913).

En abril de 1914 se disputan en Madrid unos «Juegos Olímpicos» (¡si se entera Gallardón!), en realidad unos torneos españoles de atletismo y otros deportes, con el objeto de formar un equipo que acuda a Berlín 1916, hubo críticas por el nombre elegido y por el bajo nivel de los participantes.
En agosto de 1915 Gran Vida publica un durísimo artículo contra la inactividad del COE y del marqués de Villamejor indicando que el Comité lleva «cuatro o cinco años funcionando», lo que nos situaría hacia 1910-11 como fecha de inicio…
En 1913 se había formado un «Comité Olímpico Catalán» como delegación regional del COE y con autorización de Villamejor.
Algunos dirigentes catalanes pretendían participar en los JJOO con delegación propia, ya que el COI diferenciaba los «países deportivos» de los estados, y ya había permitido participar a Finlandia (pese a pertenecer al Imperio Ruso hasta 1917) o a Austria, Hungría o Bohemia por separado pese a formar el Imperio Austrohúngaro hasta 1918. Parece que Coubertin hubiera visto con buenos ojos la participación de Polonia o Irlanda antes de ser independientes, pero no consideraba aplicable a Cataluña la doctrina de los «países deportivos» por sus buenas relaciones con Alfonso XIII o Villamejor (este envió una carta al Presidente del COI en 1914 en la que indicaba que «su único derecho en la vida [el de los catalanes] es ser españoles»). Otros dirigentes catalanes impulsaban el Comité Catalán con la intención de vigorizar e impulsar el deporte español, enviar una delegación fuerte a Berlín 1916 o a Amberes 1920 y conseguir unos JJ.OO. para Barcelona.

Los años sucesivos fueron de nuevo de inactividad, Villamejor dejó paso al barón Güell y a Horacio Echevarrieta, pero ninguno de los dos (especialmente el segundo) desarrollaron excesiva actividad mientras los JJ.OO. de París 1924 se acercaban, ante esta situación intervino personalmente el dictador Primo de Rivera, nombrando al Teniente Coronel Mariano de Rivera como encargado de reconducir la situación y formar un equipo para los Juegos. Rivera escogió Barcelona para la primera reunión el 11 de enero de 1924, de esta forma se neutralizaba el comité catalán. Durante años se ha considerado erroneamente esta reunión como la fundación del COE.
En realidad los estatutos no fueron aprobados por el Gobierno Civil de Barcelona hasta agosto de 1926 y entonces, y solo entonces, se registró el COE, aunque como nos indicó Víctor Martínez Patón (miembro del Centro de Investigaciones de Historia y Estadística del Fútbol Español ), la ley de asociaciones vigente en los inicios del siglo XX era la de 1887. Según un artículo de dicha ley no era necesaria la inscripción en el registro para ser constitutiva, es decir que tenía un carácter declarativo (publicidad y toma de razón). En otras palabras, para constituir una asociación (como el COE), bastaba con manifestar la voluntad de hacerlo, sin necesidad de registrarse o solicitar permiso a las autoridades. Un acto público como las reuniones en el domicilio (Carrera de San Jerónimo) del marqués de Cabriñana en 1905, en el que los reunidos manifestaban el deseo de constituirse en Comité Olímpico Español (o Delegación en España del COI, expresión más habitual en la época) bastaba para que el COE estuviera legalmente reconocido en aplicación de la ley vigente de 1887.
De forma que debemos concluir que en 1905 se constituyó el COE de facto y de jure, aunque no se registrara hasta 1926 .

El marqués de Cabriñana del Monte falleció en Madrid el 11 de septiembre de 1937 (6 días más tarde que el barón de Coubertin). Le sobrevivieron dos hijas (María Luisa y Josefina), su esposa y su único hijo varón fallecieron antes que él. Al enumerar en su esquela sus muchas profesiones, logros y actividades no se recordó que fue el primer presidente del COE.

Para saber más:

•- http://olimpismo2007.blogspot.com




Misterios olímpicos (I). Villota y Amézola

DESBARAJUSTE OLÍMPICO

«A las ideas hay que aplicarles el cauterio y a las personas hay que tratarlas con consideración».
Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós, Marqués de Villaviciosa de Asturias (1870-1941).

El verano de 2008 la fiebre olímpica inundó los medios de comunicación y prácticamente todos publicaron especiales sobre Beijing 2008 que contenían la historia de los Juegos Olímpicos y la trayectoria de los deportistas españoles.

Leímos cosas como estas: «En París 1900 España inauguró su medallero con el oro de los pelotaris Villota y Amézola y la plata del Marqués de Villaviciosa en tiro», algunos aumentaron la confusión al afirmar que la medalla del marqués fue de tiro con arco, otros publicaron que no sabía nada del torneo de pelota vasca, ni cuando se jugó, ni donde, ni cuál fue el resultado. Aquellos lectores más inquietos que acudieron a las webs del Comité Olímpico Internacional y del Comité Olímpico Español  para aclarar las ideas, fracasaron en su objetivo. El COI omitía la medalla del marqués de Villaviciosa, el COE afirmaba que la medalla de los pelotaris procedía «de los archivos del COI» y la de Villaviciosa «de la Academia Olímpica Española». Esta disparidad de criterios provocó una cierta polémica al ganar el tirador de esgrima José Luis Abajo una medalla de bronce y proclamar a los cuatro vientos TVE y casi todos los demás medios que se trataba de la medalla número cien del olimpismo patrio. Cualquiera que acudiera a la web del COI o a recursos como Wikipedia y se molestara en hacer cuentas adivinaba que faltaba una para la centena…

El origen de este lío está en los supuestos Juegos Olímpicos que se disputaron en París en 1900. Y digo supuestos porque lo que se celebró en París aquel verano no fueron unos JJ.OO., sino una Exposición Universal, en el marco de la cual se disputaron una larga serie de competiciones deportivas (34 en total, con 58.781 participantes de 30 países) para profesionales y aficionados llamadas «Concursos Internacionales de Ejercicios Físicos y Deportes». No hubo ceremonias de inauguración ni clausura, no hubo entrega de medallas, no se pronunció el termino «Juegos Olímpicos» ni una vez, ni nadie tuvo la sensación de estar participando en unos JJ.OO…

Pero el barón de Coubertin y el COI, a pesar de la vergüenza que les abrumaba, hicieron de tripas corazón y colocaron aquellos «Juegos Fantasma» en su palmares, y dejaron que cada país escribiera su historia a voluntad. Concretamente en España, a partir de los años 60, empezó a circular el dato de que don Pedro Pidal, marqués de Villaviciosa de Asturias, había participado en París 1900 en la prueba de «tiro al pichón» y había ganado la medalla de plata. La leyenda adquirió diversas variantes (como toda leyenda urbana que se precie), así en ocasiones se le llama «Santiago» Pidal en lugar de Pedro, y en ocasiones se dice que fue un torneo de tiro con arco. ¿Se imaginan la caza de pichones con arco y flechas?…evidentemente fue con armas de fuego (calibre 12, cañón largo)… El historiador olímpico Joan Fauria i García lleva muchos años proclamando que ese torneo de tiro al pichón («Premio del Centenario») disputado en el «Bois de Boulogne» el 19 y 20 de junio de 1900, fue para profesionales, requería de una cuota de inscripción y tenía un premio de 5.000 Francos para el ganador. No fue olímpico y mantenerlo en el medallero es un error, pero no parece que la Academia Olímpica Española tenga ninguna intención de rectificar.

En 1998 un historiador llamado Bill Mallon publicó un libro (The 1900 Olympic Games. Results for All Competitors in All Events, with Commentary) en el que aplicando cuatro reglas (ser pruebas para amateurs, abiertas, internacionales y sin «hándicaps») clasificaba las pruebas deportivas de la Exposición de París 1900 entre «olímpicas» y «no olímpicas». Mallon rescataba del olvido dos torneos de pelota vasca disputados, uno para profesionales (por lo tanto «no olímpico»), ganado por Barrenechea e Ituarte, y otro amateur («olímpico») ganado por Villota y Amézola. En 2004 el COI aceptó las conclusiones de Mallon y las aplicó, de esta forma Villota y Amézola (de los que la única información que teníamos eran sus apellidos y sus ciudades de procedencia: Madrid y Bilbao), se convertían en los primeros medallistas olímpicos españoles.

El COE aceptó (sin entusiasmo) la nueva medalla de oro, pero se negó a borrar la medalla de plata «fantasma» de don Pedro. Además en el hall de su sede madrileña sigue destacando una placa de mármol dedicada al marqués de Villaviciosa como primer olímpico (tal honor corresponde al duque de Gor, que debutó en esgrima el 14 de mayo de 1900) y medallista español. Las protestas de varios historiadores y de don Jaime González Chas (tirador olímpico en cuatro Juegos y Presidente de la Asociación Nacional de Tiradores) no han surtido efecto alguno.

LA PELOTA VASCA EN PARÍS 1900

«Por lo mismo que el señor Villota es un hombre fuerte, es generoso, atento y bueno con los humildes, a los que tiende con verdadero afecto y noble desinterés su mano de amigo.»
«S.». «Gran Vida», marzo de 1904.

La inclusión de la pelota vasca en el programa de 1900 provocó críticas y burlas hacia «ce jeu du Midi», pero la insistencia de M.Petit, presidente de la Sociedad Vasca y bien relacionado con la organización de la Exposición, lo hizo posible.

Se convocaron tres torneos: uno profesional de cesta punta (con 800 Francos y el titulo de «campeones del mundo» en juego, al que se inscribieron tres parejas), uno amateur de cesta punta (con unos objetos de arte y el titulo de «campeones del mundo amateur» como premio, con dos parejas inscritas) y otro de pelota a mano para aficionados (al que no acudió nadie). Los torneos tuvieron el frontón de la Sociedad de Pelota como sede, se trataba de una pequeña instalación situada en el número 26 de la calle Pauline Borghèse de Neuilly-sur-Seine, y los partidos se jugaron el 17, 19 y 21 de junio de 1900, aunque el éxito de público fue tal (hasta 1.000 espectadores) que se programaron varios partidos amistosos durante el mes de julio.

Los inscritos en el torneo profesional fueron: Ángel Barrenechea y Juan Ituarte, ambos de Marquina (campeones), José Elicegui  y «Abadiano» que quedaron segundos, y los franceses de Cambó (y hermanos) Pierre y Joseph Apesteguy («Chiquito de Cambó»), que fueron últimos. Faltaban años para que Chiquito se convirtiera en la leyenda que aún se recuerda. El frontón de París lleva hoy su nombre.

Los resultados fueron los siguientes: el 17 de junio Elicegui-Abadiano ganaron a los hermanos Apesteguy 70-56.

El 19 Barrenechea-Ituarte baten a Elicegui-Abadiano por 70-62.

Finalmente, el 21, Barrenechea-Ituarte ganan a Chiquito de Cambó y su hermano por 90-72 tras un empate inicial a 67.

Recordemos que el COI no reconoce este torneo, que fue seguido con enorme interés por varios medios franceses de la época desde una perspectiva más antropológica que meramente deportiva.

¿Y el torneo amateur? ¿Cuál fue su marcador?

Según el libro oficial de los «Concursos», la pareja anfitriona (Maurice Durquetty y Etchegaray) se retiró antes del partido por «los cargos» de la organización  y los españoles Villota («de Madrid») y Amézola («de Bilbao») fueron proclamados «campeones del mundo amateurs de pelota vasca» y recibieron unos objetos de arte valorados en 150 Francos. 98 años después Bill Mallon los convirtió en «campeones olímpicos» y en 2004 el COI lo «bendijo».

Aparentemente, las medallas olímpicas menos sudadas de la historia desde las ganadas por Nerón en el año 67. He podido localizar otras dos fuentes contemporáneas que hablan de la disputa de varios partidos individuales y un único campeón: Villota. Es un descubrimiento muy reciente y motivo de debate. Pero nada más sabíamos de ellos hasta 2008, y a poca gente parecía interesarle. Seguían siendo «Villota» y «Amézola», sin nombre de pila, sin fotos, sin aparecer en ninguna parte, como unos parientes incómodos a los que no apetecía recordar.

Algunos hemos intentado remediar este extraño «castigo» investigando sobre ellos. Tuve la suerte de encontrar en el número de marzo de 1904 de la revista madrileña «Gran Vida» un breve artículo-homenaje a don Francisco Villota Baquiola, en la que se comentaba que era el vigente campeón del mundo amateur de pelota vasca, título que había logrado en la Exposición de 1900. El artículo estaba ilustrado con una foto histórica: Francisco Villota vestido de pelotari, con su cesta.

Francisco Villota Baquiola, nacido en Madrid en 1873, hijo de Luciano Villota Urroz y de Pilar Baquiola Villar, hidalgos ricos de Mioño (municipio de Castro Urdiales, Cantabria), licenciado en derecho en 1899, aparece con cierta frecuencia en la prensa madrileña deportiva de inicios del siglo XX como organizador y patrocinador de torneos de pelota en la capital y es uno de los dos primeros medallistas españoles, falleció en 1949.

¿Y Amézola?

Amézola fue don José de Amézola y Aspizúa (1874-1922).

La prueba más concluyente es la noticia aparecida en la «Unión Vascongada» (diario monárquico de San Sebastián) el 3 de enero de 1899 en la que podemos leer: «En el Euskalduna de Bilbao se efectuó también el domingo otro partido a beneficio del colegio de sordomudos y ciegos de Deusto. Jugaron primeramente a 40 tantos los distinguidos aficionados don Teodoro Aguirre y don José Power, azules, contra don José de Amézola y don José Echevarría, rojos.Los dos Pepes jugaron superiormente, y aunque los contrarios se defendieron bien, ganaron aquellos por 10 tantos. De juez de plaza actuó el maestro Chiquito de Eibar y de jueces don Roberto Echevarría y don Pedro Igartua. -Luego jugaron Chapasta y Abadiano contra Macala y Berrondo. Estos quedaron en 35 tantos. El beneficio a favor del colegio de sordomudos y ciegos de Deusto ha producido cerca de 3.609 pesetas.»

Es él, podemos afirmarlo: hijo de uno de los principales empresarios de la época (don José de Amézola Biriga) y por lo tanto uno de los pocos privilegiados que podía costearse el snobismo de viajar a París para visitar la Expo, «distinguido pelotari aficionado» (según Jesús Mª.Azurmendi, una eminencia en la historia de la pelota vasca), participante en partidos benéficos de «shistera» o cesta punta unos meses antes de la Exposición Parisina…

José de Amézola y Aspizúa nació en Izarra (Urkabustaiz, Álava) en 1874, fue empresario, vocal del Banco de Bilbao, secretario de la Comisión Provincial de Vizcaya , diputado conservador por Durango en las elecciones de 1914 (derrotando al candidato «jaimista» o tradicionalista Esteban Bilbao en unas discutidas elecciones cuyos resultados no aceptaron los derrotados dando lugar a enfrentamientos que acabaron con un fallecido entre los seguidores de Amézola y varios «requetés» detenidos) , gentilhombre con servicio de Alfonso XIII desde 1920 y empresario teatral y taurino. Falleció en 1922 en el sanatorio de Cercedilla dejando como viuda a Teresa Garay (habían tenido dos hijos: José y Soledad). Sus hermanos (Lauro, Teófilo, Martín, Baltasar, Ladislao) también destacaron en los negocios, la política (aunque Baltasar desde el PNV) y los deportes (tiro al pichón, vela, automovilismo, ciclismo, directivos del Athletic Club, etc.), al menos Lauro y Martín también fueron aficionados a la pelota. La familia procedía de Etxebarri (Vizcaya), donde se conserva el Palacio Amézola y en cuya iglesia (San Esteban) se encuentra la cripta familiar, aunque José de Amézola está enterrado en el pueblo de su esposa: Arceniega (Álava).

La pelota vasca nunca más ha estado en el programa oficial de unos Juegos Olímpicos, regresó como deporte de exhibición en París 1924, en México 68 y en Barcelona 92. También figuraba en la candidatura de Madrid 72.
Desgraciadamente el COI suprimió los deportes de exhibición tras los JJ.OO. de 1992, por lo que no parece probable que alguien pueda acompañar en el palmarés a Francisco Villota y a José de Amézola.
Primeros y últimos campeones olímpicos de pelota vasca.

Es de reseñar así mismo la numerosa presencia (además de los pelotaris profesionales y amateurs) de deportistas españoles en los «Concursos» de París 1900. En pruebas reconocidas hoy como «olímpicas» compitieron el duque de Gor en esgrima y cinco remeros de Barcelona (Camps, Formica-Corsi, Margarit, Quintana y Vela). También en ciclismo un francés llamado Fernand Sanz del que hemos podido demostrar que se trataba de Fernando Sanz y Martínez de Arizala, uno de los hijos naturales de Alfonso XII con la cantante de ópera Elena Sanz.

En pruebas «no olímpicas»: el celebre marqués de Villaviciosa y don Camilo Hurtado de Amézaga en tiro al pichón, Luis de Errazu en polo, el marqués de Guadalmina en hípica y un ciclista profesional apellidado Soler. En las pruebas de atletismo para profesionales se inscribió otro español (Estella) que no llegó a competir.

No descartamos que el competidor en automovilismo llamado Fernández y, considerado hasta ahora  francés, fuera don Jesús Fernández Duro, el pionero asturiano del motor y la aviación del que sabemos que estuvo en la Exposición y adquirió allí un vehículo…

Para saber más: «1900. La Primera Aventura Olímpica Española»:

                               http://www.bubok.com/libros/16391/1900-LA-PRIMERA-AVENTURA-OLIMPICA-ESPANOLA

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