La Selección Española de Fútbol en la Olimpiada Obrera de Amberes 1937

Metodología

El objetivo del presente artículo es investigar la participación de la selección española de fútbol en la Olimpiada Obrera de Amberes 1937 durante la Guerra Civil en un contexto prebélico mundial, asimismo analizar la división ideológica entre los diversos modelos de competiciones polideportivas internacionales que existían en la época, con los Juegos Olímpicos y sus alternativas: las Olimpiadas Obreras del ámbito socialista y las Espartaquiadas comunistas, todo ello como continuación y ampliación del artículo Los deportistas españoles durante la Guerra Civil: exilio y competiciones internacionales (Berlín/Barcelona, 1936, Amberes, 1937) que publicamos en la revista Migraciones & Exilios en 2019 (Arrechea, 2019).

En una primera fase de la investigación se ha elaborado una nómina bibliográfica producto de las referencias localizadas en las aportaciones históricas anteriores y que hemos revisado. La siguiente búsqueda de fuentes documentales se ha elaborado a partir de las plataformas digitales de documentación científica que ofrece Internet. Otro campo de búsqueda se ha ubicado en el ámbito de las bibliotecas, hemerotecas y archivos, tanto españoles como extranjeros (singularmente, prensa francesa, belga y noruega, así mismo fuentes bibliográficas rusas). Gracias a estas fuentes hemos podido reconstruir, por primera vez, la composición exacta del equipo español en Amberes 1937 y su alineación y goleadores en todos los partidos jugados.

Se ha considerado el marco histórico espacial y cronológico, la relevancia del autor del texto y los textos basados en datos y no en opiniones. Se ha buscado llegar a fuentes lo más primarias posibles y se ha localizado a familiares de algunos de los participantes en la Olimpiada Obrera de Amberes 1937 quienes han aportado fotografías y recuerdos.

Tal y como hemos afirmado en estudios anteriores (Arrechea, 2017), siguiendo a Eric Hobsbawm o a Jacques Le Goff, defendemos que entre las labores de la Historia figura la de deconstruir mitos y revisar críticamente ciertas verdades instauradas regresando a las fuentes. Es la única forma de romper con el círculo vicioso de inexactitudes y tópicos copiados de un autor a otro y repetidos hasta la saciedad. Efectivamente, la misma Historia del Deporte español no se escapa de esta revisión crítica.

No existe una solución interpretativa y metodológica universal por lo que consideramos que, a partir de los enfoques históricos de corte tradicional, podemos adentrarnos en la elaboración de interpretaciones que, si desde cierta perspectiva son de signo positivista, no escapan a la susceptibilidad de visiones más críticas y fenomenológicas. Así, las fuentes de información como parte significativa para construir la realidad son, en nuestro caso y, en primer lugar, la base del conocimiento histórico. Ello debe ser forzosamente de este modo, puesto que nos estamos refiriendo a un campo de estudio poco elaborado o incipiente. En España la historiografía del deporte tiene poco recorrido y apenas se han iniciado estudios centrados en el enfoque social, ni existen estudios de índole crítica que fijen su objeto de estudio en interpretaciones en el desafío postmodernista, tal y como sucede en otros países.

Tampoco hemos deseado inscribirnos bajo ninguna corriente metodológica e interpretativa. Esta investigación tiene un carácter eminentemente descriptivo, puesto que parte de unos resultados que son meramente objetivos. No obstante, consideramos que esta es la primera, principal y mejor forma de alcanzar los objetivos que pretendemos desarrollar; posteriormente podremos realizar estudios interpretativos que permitan hipótesis, pero antes es necesario que la realidad se encuentre suficientemente definida y, hasta la fecha, no es el caso que nos ocupa (Arrechea, 2017).

Introducción

El 20 de mayo de 1929 se inauguró el Estadio de Montjuïc en Barcelona y en el marco de la Exposición Internacional se disputó un completo programa polideportivo, todo lo cual hacía de Barcelona la candidata favorita para acoger los Juegos Olímpicos de 1936, especialmente cuando se anunció que la ciudad sede se elegiría en un congreso olímpico a celebrar precisamente en la capital catalana en abril de 1931. Los acontecimientos políticos (caída de Primo de Rivera en enero de 1930 y proclamación de la II República el 14 de abril de 1931) cambiarían totalmente el escenario. Precisamente pocas semanas después de la caída de Primo de Rivera se había reorganizado el Comité Olímpico Español en Barcelona para preparar la asistencia a Lake Placid y Los Ángeles 1932 y seguir trabajando en la candidatura de Barcelona a los JJOO de 1936.

Recién proclamada la República y con alarmantes noticias sobre disturbios y algaradas, la Sesión del Comité Olímpico Internacional se celebró, en un ambiente enrarecido y con muchas ausencias, en el ayuntamiento de Barcelona el 25 y 26 de abril de 1931. Se aprobó la entrada de Fernando Suárez de Tangil y Agudo (conde consorte de Vallellano y marqués de Cobarrubias de Leyva) en el COI en substitución del marqués de Pons, pero la decisión más esperada (la elección de la sede olímpica de 1936) se aplazó por la baja asistencia de miembros del COI. La votación final fue por correo y el resultado se anunció el 13 de mayo: Berlín obtuvo cuarenta y tres votos y Barcelona dieciséis, con ocho abstenciones.

Tras esta enorme decepción todos los miembros del Comité Olímpico Español dimitieron, eran en su práctica totalidad monárquicos y sus relaciones con el nuevo régimen eran pésimas, como demuestra el rechazo del nuevo presidente de la República Niceto Alcalá Zamora a aceptar la Presidencia de Honor del COE. El presidente del COI Baillet-Latour convenció a los miembros de la ejecutiva del COE de la necesidad de seguir en sus puestos, a todos excepto al presidente (marqués de Lamadrid), cuya renuncia fue irrevocable, ocupando la presidencia en funciones hasta 1933 el conde de Vallellano y el barón de Güell como miembros españoles del COI (Arrechea, 2017).

Acudir a los JJOO de 1932 fue complicado en este contexto de malas relaciones entre un COE formado por nobles obviamente monárquicos y un gobierno republicano. En la prensa se llegaron a publicar cartas de federaciones nacionales demandando la disolución del COE:

La Confederación Española de Atletismo en vista de la actuación totalmente contraproducente de C.O.E., sin llevar aparejada ventaja alguna, ha propuesto a su presidente, señor barón de Güell, la disolución inmediata de dicho organismo o su total reorganización, dejándole en el modesto plan de representante aquí del Comité Internacional, sin injerencias de ninguna clase, ni con el deporte español ni con la preparación y desplazamiento de la representación española en los distintos Juegos, si es que estos van a continuar [la negrita es nuestra], y, naturalmente, para el futuro. El Comité Olímpico viene a gastar la casi totalidad de las subvenciones recibidas, para tener montadas unas oficinas. Más de cien mil pesetas contamos que ha gastado del capítulo de «preparación olímpica», sin que ésta haya comenzado todavía… Sin poder conocer aún ninguna partida con exactitud, pero que, con seguridad, serán mayores que las que fijamos, encontramos los siguientes gastos aproximados: Mensualidad secretaría general, dos dependientes, alquiler piso y gastos secretaría, 1.700 pesetas, que resultan 20.000 al año, o sean, para la Olimpiada actual (cuatro años) 80.000; viajes a Madrid y Congresos extranjeros, 10.000: déficit del Congreso Olímpico en Barcelona, 10.000; pérdida experimentada en baja valores, 15.000. Total gastos efectuados, 115.000 pesetas. Así pues, puede verse cómo el Comité Olímpico invierte para sí, y sin provecho alguno para el deporte, la casi totalidad de la subvención que el Gobierno le entrega para «preparación», y no teniendo aún bastante, se resiste a dar la menor cantidad a los deportistas. Seguramente no baja de 300.000 pesetas lo que nos cuesta el Comité Olímpico desde su genial creación, de estructura tan ineficaz como autocrático. (Confederación Española de Atletismo, 1932)

La alusión a la posibilidad que los JJOO dejaran de celebrarse no era gratuita en 1932. Algunos sectores de la izquierda afirmaban que los JJOO eran una competición elitista que fomentaba el nacionalismo, controlada por los aristócratas y príncipes del COI. Desde los sindicatos y partidos socialistas europeos nació en 1920 la SASI (Sozialistische Arbeiter sport Internationale) con sede en Lucerna (Suiza) formada por sociedades deportivas de países europeos, así como de Estados Unidos y de los judíos del Mandato Británico de Palestina (la sociedad Hapoel).

La SASI organizó sus Olimpiadas Obreras en oposición a los JJOO. Se celebraron ediciones en Frankfurt (1925), Viena (1931) y Amberes (1937) y una edición de deportes de invierno en 1931 en Mürzzuschlag (Austria). Las ediciones de 1931 fueron un éxito de participación y organización equiparable a los JJOO de 1932.

Y si los socialistas tuvieron su SASI y sus Olimpiadas Obreras, los comunistas crearon la RSI (Red Sport International) en 1921, más conocida popularmente como Sportintern, pues era un instrumento del Komintern (la Internacional Comunista fundada por Lenin en 1919 con el objetivo de extender la revolución fuera de la URSS).

Inicialmente la SASI y la RSI sólo coincidieron en su odio al COI y sus JJOO y mantuvieron fuertes tensiones y polémicas. La RSI creó otro evento llamado Espartaquiadas como competición rival de las Olimpiadas Obreras de la SASI y de los JJOO del COI. El nombre escogido era un homenaje al esclavo Espartaco que había protagonizado una rebelión contra Roma en el Siglo I a. C. Se celebraron ediciones en Moscú (1928) y Berlín (1931), así como una de invierno en 1928 en Oslo.

Por lo tanto, los JJOO eran sólo una de las competiciones internacionales del calendario deportivo de la época y su supervivencia no estaba garantizada: la URSS no se integraría en el movimiento olímpico internacional hasta 1952.

España no acudió a los JJOO de Invierno de Lake Placid, y a los de Verano en Los Ángeles se viajó con una mínima delegación formada por cinco tiradores y un regatista, además de un pintor que envió una obra a las Competiciones Artísticas.

Tras meses de inactividad finalmente el COE sufrió una nueva reestructuración a finales de 1932 con la modificación de sus estatutos el 17 de octubre y el 22 de noviembre de dicho año.

Los artículos 7 y 8 se consagraban a blindar la permanencia del COE en Barcelona, pues existían campañas, lideradas por el diario ABC, para obtener su traslado a Madrid. No se decía en los Estatutos que la Ciudad Condal fuera la sede permanente, se afirmaba que el COE «quedará domiciliado en la población dónde tengan su residencia la mayoría de las Federaciones Deportivas Nacionales». Por lo tanto, en Barcelona, donde se encontraban prácticamente todas las federaciones españolas en los años treinta; la Confederación Española de Atletismo no formaba parte de este COE (Arrechea, 2017).

En 1933 se elegía al fin un nuevo presidente del COE tras muchos meses de interinidad, el elegido fue el doctor Augusto Pi Suñer. Todos los componentes de este comité eran catalanes. En el periodo de Pi Suñer el COE emitió correspondencia y documentos oficiales en catalán (Arrechea, 2017).

En enero de 1935 el ayuntamiento de Madrid constituyó una Comisión Gestora formada por Pedro Parages, Luis Muntán y el célebre portero de fútbol Ricardo Zamora (plata olímpica en Amberes 1920) para estudiar candidaturas de Madrid a los JJOO de 1940 o 1944. En las mismas noticias se hablaba del proyecto del alcalde Rafael Salazar Alonso de dotar de una gran ciudad deportiva a la capital (Del Campo, 1935). Aunque el COE llegó a apoyar estos proyectos por carta, en la sesión del COI celebrada en Oslo a finales de febrero se anunciaron las candidatas a los JJOO de 1940 y entre ellas estaba Barcelona y no Madrid.

En febrero de 1936, con la llegada al poder del Frente Popular, se creó en Barcelona el Comité Catalán pro Deporte Popular (CCDP), formado por diversas asociaciones y clubes de izquierdas. Su primera actividad fue un torneo de fútbol de ámbito nacional llamado Copa Thälmann, en honor de Ernst Thälmann, dirigente comunista alemán asesinado por los nazis en 1933. La copa la ganó la Federación Cultural Deportiva Obrera Asturiana. Ante el éxito de esta competición, en abril de 1936 se inició un movimiento liderado por el CCDP contra el Comité Olímpico Español (COE) y la participación española en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936. De hecho, se pedía “que las 400.000 pesetas previstas por el Gobierno del bienio negro para subvencionar la participación de una delegación española a la Olimpiada de Berlín sean utilizadas inmediatamente para los fines del movimiento deportivo popular” (citado en Mestre, 2010). El CCDP también se movilizó a favor de organizar en Barcelona una Olimpiada Popular.

La mejora de relaciones entre la Sozialistische Arbeitersport Internationale (SASI), organización deportiva socialista, y la Red Sport International (RSI, más conocida como Sportintern), su equivalente comunista, favorecía la fusión de las antiguas Olimpiadas Obreras, organizadas por la SASI, y las Espartaquiadas, evento del Sportintern, en un nuevo evento, las Olimpiadas Populares, que nacía con el objetivo de ser la antítesis de los Juegos Olímpicos que la Alemania de Adolf Hitler estaba preparando para 1936 (Santacana & Pujadas, 2006; Colomé, 2008; Gounot, 1994, 2005; Gónzalez Aja, 2003).

Prácticamente en las mismas fechas se celebraban en Garmisch-Partenkirchen (Alemania) los Juegos Olímpicos de Invierno y España debutaba en los mismos con un equipo de seis deportistas, incluidas dos mujeres, Margot Moles y Ernestina Maenza.

Figura 1: Ceremonia Inaugural de la Olimpiada Obrera de Amberes 1937

Fuente: Archivo familiar Fernández Aguayo.

Estos movimientos provocaron una crisis interna en el COE, por lo que su presidente, Augusto Pi Suñer, escribió a las federaciones deportivas españolas preguntando si eran partidarias de priorizar los Juegos Olímpicos de Berlín o la Olimpiada Popular de Barcelona. La respuesta unánime fue “Berlín”, pero el gobierno de Manuel Azaña negó toda subvención al COE (al presidente se le atribuye la frase: “Para el COE, ni una peseta”; Martialay, 2017) y el doctor Pi Suñer y todos los miembros del COE presentaron su dimisión, rechazada nuevamente por el COI.

Finalmente solo el equipo de jinetes militares (los participantes militares en hípica, tiro y pentatlón moderno dependían de la subvención del ministerio de la Guerra y de la Escuela Central de Gimnasia de Toledo, dirigida por el coronel Moscardó, por lo que tenían autonomía económica respecto al resto de federaciones y a la subvención del ministerio de Instrucción Pública) salió hacia Berlín y el inicio de la Guerra Civil les sorprendió en Bélgica mientras competían en un torneo de preparación (Martialay & Salazar, 1997; Arrechea, 2017, 2019).

Sin embargo, sobre los deportistas españoles que estaban inscritos en los Juegos Olímpicos de 1936 debemos matizar que se han publicado diversas y contradictorias listas basadas en informaciones periodísticas. Disponemos (Arrechea, 2017, 2019) de una lista oficial del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 (Teilnehmerliste), gracias a la gentileza del Dr. Bill Mallon, de la Duke University, en la que sorprende la ausencia de los jinetes, así como de competidores en natación, waterpolo, tiro, lucha y remo, deportes sobre los que se había afirmado en prensa que España estaría representada (véase tabla 1).

Tabla 1. Deportistas españoles oficialmente inscritos en los JJOO de Berlín 1936

Deporte Deportista
Atletismo Ignacio Sánchez Arana
Román Castelltort Vila
Félix Erausquin Erausquin
Enrique Piferrer Homs
Luis Pratmarsó Parera
Isidoro Unzueta Murúa
Baloncesto

 

Emilio Alonso Arbeleche
Pedro Alonso Arbeleche
Máximo Arnaiz Bonilla
Jaime Blanco González
Ramón Brotons Marset
Fernando Font Fenoll
Augusto Martínez Matilla
Francisco Martínez Rius
Jaime Mayora Dutheil
Manuel Morado Retana
José Tomás Figuls
Boxeo Serafín Martín
José Lorente
José Llobera
José García Álvarez
José Portillo
Antonio Zúñiga
Paulino Rodríguez
Francisco Bueno
Fabián Vicente del Valle
Esgrima Luis Rodríguez Fernández-Cueto, conde de Asmir
Hockey Joaquín Aguilera Alonso
Manuel Alday Marticorena
Joaquín Ariza Esparoner
Jaime Baguña Gili
Juan Becerril Antón-Miralles
Joaquín Cabot Boix
Ricardo Cabot Boix
José de Caralt Vidal
Carlos Castillo Yurrita
José María Chavarri Rodríguez-Avial
Bernabé Chavarri Rodríguez-Codes
Alfonso Detrell Tarradell
Eduardo Jardón Ron
Fernando Jardón Ron
Francisco Jardón Ron
Alberto Jorajuria Amat
José Andrés de Lacour Maciá
Julio Romeo del Valle
José Satrustegui Fernández
Luis Satrustegui López
Víctor María Tarruella Riu
Pentatlón Moderno Miguel González Pérez-Caballero
Carlos García Riveras
Luis Revuelta González
Vela Román Escalas Fábrega
Esteban Monegal Bofill
Pedro Pi Castelló
Federico Virgili López
Santiago Amat Cansino
Manuel Juanola Cervera

Fuente: elaboración propia.

La Olimpiada Popular de Barcelona 1936

La Olimpiada Popular de Barcelona siguió su organización paralela con un comité ejecutivo del comité organizador formado el 7 de mayo de 1936. El 20 de mayo se hacía público el programa y las fechas de celebración: del 22 al 26 de julio (posteriormente se modificaron las fechas, avanzándose la inauguración al domingo 19 de julio) y en las semanas posteriores la prensa de izquierdas fue lanzando diatribas contra los juegos de Berlín y en favor de los llamados Juegos Olímpicos Populares de Barcelona, como la siguiente de Joaquín Soriano publicada en El Heraldo de Madrid el 17 de junio de 1936:

Nació la idea de esta Olimpiada Popular de Barcelona de un puñado de deportistas libres que sentían su espíritu mediatizado, humillado ante la idea de unos Juegos Olímpicos que llevan en su génesis y en su esencia la odiosa marca de una parada fascista. Cuando Alemania, empobreciendo y empequeñeciendo la idea olímpica en su más puro concepto, pretende asombrar al mundo entero con su organización nazi, mentirle al hablarle de bienestar y optimismo, unos deportistas libres, de la clase obrera, han sentido el imperioso mandato de su libérrima conciencia y han pretendido la organización de unos Juegos Olímpicos populares y esencialmente democráticos (citado en Martialay, 2017).

Finalmente, la Olimpiada Popular de Barcelona se suspendió por el estallido de la Guerra Civil Española el 17-18 de julio de 1936. Algunos de los deportistas extranjeros que habían acudido a Barcelona se alistaron a las Brigadas Internacionales. Y con la Guerra Civil ya iniciada y España ausente de los Juegos Olímpicos de Berlín, el 31 de julio de 1936 Tokio era designada sede de los Juegos Olímpicos de 1940, a los que (al menos sobre el papel) aún aspiraba Barcelona.

La Olimpiada Obrera de Amberes 1937

En julio de 1937 se disputaba en Amberes, en las mismas instalaciones que habían acogido los Juegos Olímpicos de 1920, la III Olimpiada Obrera de la SASI, que puede ser considerada también como la III Espartaquiada, ya que el Sportintern había sido suprimido en abril de ese año por Stalin dentro de la Gran Purga, enviando la URSS una amplia delegación a Bélgica en su primera salida deportiva a Occidente. Lo mismo hizo la República Española, que envió una delegación a competir en atletismo, baloncesto, boxeo, ciclismo, fútbol, natación, saltos, lucha, tenis y waterpolo, con clara voluntad propagandística en plena Guerra Civil.

Tabla 2. Deportistas españoles inscritos (no todos viajaron) en la Olimpiada Obrera Amberes 1937

Deporte Deportista
Atletismo Margot Moles
Macario Meneses
Carmen Ribé
José Fontseré
Jaime Fernández
Gerardo García
Francisco Albesa
Luis Altafulla
Miguel Consegal
Francisco Monfort
Enrique Piferrer
Bercet
Fernando Casado
Joaquín Roca
José Lacomba
Luis Pratsmarsó
Luis Agosti
Jaime Ángel
Justo Borrás
Margarida Caldentey
Antonio Gil
Baloncesto

 

Ramón Brotons
Miguel Martínez
Evaristo Vilà
Luis Centelles
José Dalmau
Francisco Rodón
Jaime Ramón
Andrés Mirambell
Boxeo Juan Santandreu
Jesús Gómez
Luis García
Joaquín Diaz
Justo Gascón
Ciclismo José Campamá
Ramón Aguilar
Pablo Cabrol
José Vidal
Juan Salarich
Tomás Pérez
Fútbol Alberto Martorell
Narciso Amigó de Bonet
José Bayo
Martín Pica
José Griñán
José Cardús
Luis Buyé
Miguel Gallego
Salvador Climent
Basilio Rodríguez
Antonio Sangüesa
Alfredo Sanmiguel
Martín Fabrés
José Pons
Manuel Carballo “Carolo”
José González
Enrique Llorens
Antonio Hidalgo
Onofre Lerma
Lucha Joaquín Asensio
J. Béjar
Mariano García
Natación/Saltos/Waterpolo Marta González
Manuel Martínez
José Plaja
Francisco Farell
Juan Sapés
Enrique Ugarte
Carlos Piernavieja
Sabater
Francisco Salinas
Francisco Gusi
Flores
Ferrero
Fernando Salvo
Carlos Bonacasa
Genís Acosta
José Devesa
Antonio Bayarri
Martí
Juan Albardané
Rovira
Molleví
López
César Ponce de León
Tenis Pedro Masip
Jaime Bartrolí

Fuente: elaboración propia.

Tener esta lista más o menos completa de inscritos ha sido complejo, dada la información escasa y contradictoria que ofreció la prensa española de la época. Tampoco algunas recopilaciones posteriores (Martialay & Salazar, 1997; García Candau, 2007; Sánchez López, 2021) están exentas de errores, en parte por basarse por recuerdos de los protagonistas recogidos muchos años después. Hemos detectado (en el caso concreto del fútbol) que se suelen mezclar las convocatorias para partidos amistosos concertados por un combinado catalán en Francia en marzo de 1937 con la convocatoria para la Olimpiada Obrera de Amberes, además los partidos jugados en Amberes se mezclan con los partidos jugados posteriormente en París en el llamado “Mundial Obrero” organizado por la Fédération sportive et gymnique du travail.

Por lo que se refiere a los resultados obtenidos, tampoco es fácil hacer una recopilación definitiva por los motivos ya citados. La prensa española informó de forma confusa e intermitente sobre la Olimpiada Obrera y existen contradicciones entre las fuentes. Uno de los abanderados españoles fue el lanzador de jabalina cántabro Fernando Casado Royo, que había perdido un brazo en combate, motivo por el que era conocido como “el glorioso manco”.

España realizó un buen papel deportivo, con victorias globales en baloncesto, natación (Marta González en los 100 espalda y Manuel Martínez en los 200 espalda), tenis individual (Pedro Masip) y dobles (el mismo Masip con Jaime Bartrolí). En fútbol (al que regresaremos) se cayó en semifinales contra la URSS (1-2), en el que fue el primer enfrentamiento de una selección española contra una soviética.

Figura 2. Fernando Casado, “el glorioso manco”

Fuente: archivo familiar Casado Royo.

La selección de fútbol en Amberes 1937

En julio se anunció desde el Comité Catalán pro Deporte Popular (CCEP) la intención de acudir a la Olimpiada Obrera de Amberes con una amplia delegación y a lo largo del mes se jugaron varios amistosos para crear el combinado catalán que iba a ser la base de la selección española de fútbol en la Olimpiada. El once titular del combinado del CCEP era el siguiente: Martorell; Bayo, Pica; Cardús, Buyé, Gallego; Sánchez, Basilio, Fabrés, Pons, Climent. A este equipo catalán debían unirse antes de viajar el 24 de julio a Bélgica los valencianos (y valencianistas) Lerma y Llorens. En paralelo, desde Madrid, la Federación Cultural Deportiva Obrera también estaba seleccionando deportistas de fuera de Cataluña y Valencia para viajar a Amberes, para el equipo de fútbol se convocó a los futbolistas gallegos “Carolo” (Eiriña FC) e Hidalgo (Celta), así como del asturiano José González (Oviedo), todos ellos estaban en Madrid.

Martialay (1997, 2017) incluía en la lista de convocados a Quintín, Gil y Martínez (todos ellos jugadores del Gladiador de Poblenou) basándose en los recuerdos de Martorell y Amigó, las fuentes primarias no lo confirman. Según Martialay, Sánchez actuaba como jugador-entrenador. Parece que actuaba en esas funciones juntamente con Vicente Martínez.

Esta es la lista de futbolistas españoles en Amberes 1937 según nuestras conclusiones, aunque no podemos asegurar que todos los que no llegaron a debutar viajaran finalmente, excepto el portero suplente Amigó, Pons y Sanmiguel, de los que sí consta su presencia en la expedición porque desertaron:

Tabla 3. Futbolistas españoles convocados para la Olimpiada Obrera 1937

Fútbol Alberto Martorell Otzet (CD Español)
Narciso Amigó de Bonet (CD Español)
José Bayo (Terrassa FC)
Martín Pica (CE Europa)
José Griñán (Peña Saprissa)
José Cardús (CD Español)
Luis Buyé (UA Horta)
Miguel Gallego
Salvador Climent (CE Europa)
Basilio Rodríguez (Peña Casas Sala)
Antonio Sangüesa (CE Sabadell)
Alfredo Sanmiguel (Peña Saprissa)
Martín Fabrés
José Pons (CE Sabadell)
Manuel Carballo “Carolo” (Eiriña FC)
José González (Oviedo FC)
Enrique Llorens (Valencia CF)
Antonio Hidalgo (Club Celta)
Alberto Sánchez
Onofre Lerma (Valencia CF)

Fuente: elaboración propia.

El torneo se disputó por eliminatorias directas entre el 29 de julio y el 1 de agosto en tres estadios de Amberes, con los siguientes resultados:

– Octavos de Final:

URSS-Dinamarca: 8-0

Francia-Inglaterra: 3-0

España-Polonia: 5-0 (por incomparecencia)

Noruega-Palestina: 7-1

Suiza-Finlandia: 3-2

Países Bajos-Hungría: 5-0 (por incomparecencia)

– Cuartos de Final:

URSS-Francia: 7-1

España-Bélgica: 2-0

Noruega-Suiza: 4-0

Checoslovaquia-Países Bajos: 5-2

– Semifinales:

URSS-España: 2-1

Noruega-Checoslovaquia: 3-1

– Final de consolación:

España-Checoslovaquia: 1-0

– Final:

URSS-Noruega: 2-0

La selección soviética era la selección absoluta, basada en el Spartak de Moscú (campeón nacional) con los refuerzos de Malinin (CSKA), Shilovsky (Dinamo de Kiev), Terenkov (Lokomotiv de Moscú) y Fedotov (Metallurg de Moscú). Sus estrellas eran los célebres hermanos Starostin (Andrey, Alexander, Nikolai y Piotr), enviados en 1942 al Gulag por inquina personal de Lavrenti Beria (jefe de los servicios secretos de la URSS) hacia ellos y hacia el Spartak de Moscú (Starostin, 1989; Nisenbaum & Rasinsky, 2002; Mccauley, 2007).

Las selecciones de Noruega y Finlandia eran también equipos de alto nivel, así como España.

La selección aceptada como Checoslovaquia era realmente un combinado de alemanes de la región de los Sudetes, y Palestina (el Mandato Británico de Palestina) era un combinado de futbolistas judíos de la sociedad Hapoel, una “protoselección” de Israel once años antes de la creación del Estado de Israel.

Los partidos jugados por España y sus alineaciones y goleadores (según nuestras conclusiones) fueron los siguientes:

– Cuartos de Final (30 de julio de 1937). España-Bélgica: 2-0. Martorell, Griñán, Pica, Cardús, Buyé, Climent, Sangüesa, Basilio, Fabrés, Sánchez, Lerma. Goles de Basilio y Sánchez.

– Semifinales (31 de julio de 1937). España-URSS: 1-2. Martorell, Bayo, Pica, Cardús, Buyé, Gallego, Sangüesa, Basilio, Fabrés, Sánchez, Lerma. Gol de Lerma.

– Final de Consolación (1 de agosto de 1937): España-Checoslovaquia: 1-0. Martorell, Bayo, Pica, Cardús, Buyé, Gallego, Sangüesa, Basilio, Fabrés, Sánchez, Lerma. Gol de Sánchez.

Inmediatamente después de finalizar la Olimpiada Obrera, España y otras tres selecciones (URSS, Inglaterra y Suiza) viajaron a París para disputar el llamado “Mundial Obrero” organizado por la FSGT francesa en el marco de la Exposición parisina de 1937.

En la edición de este torneo de 1934 (también disputado en París) España ya había participado con un combinado enviado desde Madrid por la Federación Cultural Deportiva Obrera (Luis Martín, 2019) con los siguientes resultados: victoria en Cuartos de Final ante Checoslovaquia 3-1 y derrota en Semifinales ante Noruega 0-13.

En 1937 España venció en Semifinales a Suiza 3-2 y en la Final perdió con la URSS 0-2.

Conclusiones

Tras competir en Amberes y en París, algunos deportistas optaron por no regresar a la España republicana, quedándose en Francia (el jugador de baloncesto Vilà, el ciclista Salarich o el futbolista Lerma) o pasando a la España nacional (los futbolistas Amigó, Griñán, Pons y Sanmiguel, los atletas Agosti y Pratsmarsó y el nadador Bonacasa).

Narciso Amigó de Bonet regresó a Barcelona como soldado del bando vencedor. El nadador Carlos Bonacasa Aliaga murió en 1942 luchando con la División Azul en la URSS. El lanzador de jabalina Luis Agosti perdió una pierna combatiendo en el bando franquista y llegó a ser un conocido médico.

Destacamos el dato: los dos lanzadores de jabalina que compitieron por España en Amberes 1937 resultaron mutilados en la Guerra Civil: Fernando Casado perdió un brazo luchando en el bando republicano y Luis Agosti perdió una pierna luchando en el bando nacional (Arrechea, 2017, 2019).

Estas deserciones (que se repetirían en todas las expediciones al extranjero de deportistas de la República durante el conflicto) llevaron al gobierno en octubre de 1937 a ordenar el regreso de todos los deportistas que estaban en el extranjero a la zona republicana, so pena de inhabilitación perpetua si no lo hacían de inmediato.

Amberes 1937 fue la última Olimpiada Obrera y la última Espartaquiada Internacional. La siguiente estaba prevista para Helsinki en 1943 y nunca se disputó, a causa de la Segunda Guerra Mundial. En la URSS y en otros países comunistas se siguieron disputando espartaquiadas, pero de ámbito nacional, y los soviéticos se incorporarían con fuerza al movimiento olímpico convencional a partir de 1952.

La pugna entre diferentes modelos de deporte y de competiciones polideportivas internacionales era, en definitiva, una pugna ideológica entre dos modelos de izquierdas: las Olimpiadas Obreras socialistas y las Espartaquiadas comunistas, que acabaron fusionándose en 1936 en las Olimpiadas Populares, y un modelo que sus rivales consideraban “de derechas” (los Juegos Olímpicos del Comité Olímpico Internacional). Obviamente, la politizada España de la Segunda República y de la Guerra Civil no podía ser ajena a este debate, siendo los partidos y sindicatos de izquierda favorables a eventos como la (finalmente no celebrada) Olimpiada Popular de Barcelona 1936 o la Olimpiada Obrera de Amberes 1937, mientras los sectores conservadores y monárquicos eran defensores del Movimiento Olímpico convencional.

Los gobiernos de la Segunda República (1931-1939) no consideraron prioritario participar en JJOO por el enfrentamiento ideológico y de forma de estado que mantenían los nuevos dirigentes políticos con los responsables del COE en el marco de las tensiones internacionales de la época, previamente comentadas, entre los diferentes modelos de deporte internacional y sus opciones de evento polideportivo global (Olimpiadas Obreras, Spartakiadas, Juegos Olímpicos). El periodo del Bienio radical-cedista (1934-1936) puede considerarse una excepción y explica la participación en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1936.

La Segunda Guerra Mundial supondría el fin del debate, al no celebrarse la Olimpiada Obrera prevista en Helsinki en 1943, precisamente por el conflicto mundial en el que Finlandia estaba combatiendo junto al Eje contra la URSS.

Vayamos, para finalizar, con la madre del cordero: la oficialidad de esta selección española de 1937 y de sus partidos disputados. Obviamente, puede pensarse que es la cuestión más importante sobre el tema, y más en la revista que nos acoge, pero nuestra conclusión personal probablemente les sorprenderá: no importa.

En efecto, nuestra opinión (y la suya, querido lector, sea quien sea) es absolutamente irrelevante sobre este tema de la manida “oficialidad”. Ya hace años que los organismos oficiales decidieron eliminar cualquier obstáculo para proceder a oficializar lo que consideran oportuno, cuando lo consideran oportuno. Lo hizo el Comité Olímpico Internacional en 2004 al reescribir los JJOO de París 1900 y modificar su palmarés y medallero. Lo hizo la FIFA en 2017 al reconocer la Copa Intercontinental como torneo oficial y Mundial de Clubes. Lo hizo la RFEF en 2023 al reconocer como torneos oficiales el Concurso España de 1912 y la Copa España Libre de 1937. De hecho, muchos años antes, la RFEF ya había concedido oficialidad a las ediciones del Campeonato de España anteriores a 1909. Y algún día lo hará con la Liga Mediterránea de 1938 y, quizás, con otros torneos.

En definitiva, esta selección obrera de 1937 puede ser reconocida como la selección española absoluta en el futuro. Argumentos hay para ello (sí, sabemos que también los hay en contra). Pero recuerde, lector, nuestra opinión no es importante.

Algunos de los argumentos a favor que podrían argüirse son:

– Las noticias de la época, que hablan sin complejos de “España” o “la selección española”.

– La composición de alguna de las selecciones rivales (especialmente la URSS, que era sin duda alguna la selección absoluta). Se rebatirá esto diciendo que las dos selecciones deben ser “absolutas” para que sea “oficial”. Como si todos los partidos (por poner un ejemplo de los muchos posibles) jugados por la selección de Estados Unidos de baloncesto antes de 1992 (cuando llevaron por primera vez en su historia a sus mejores jugadores profesionales) no debieran ser reconocidos como “oficiales” o de “selecciones absolutas” porque (por ejemplo) España presentaba a su mejor selección y los estadounidenses presentaban un equipo de empresa o un combinado de universitarios. O como si el partido amistoso frente a Lituania de 2021 en el que España tuvo que jugar con la selección Sub21 a causa del COVID-19 no debiera computarse como un partido absoluto.

– El carácter nacional español del equipo ya que se ha dicho en ocasiones que era la selección catalana, desconociendo que Lerma era valenciano, Pica (cuántas veces no habremos leído “Picas”) era gaditano, Gallego era murciano, Basilio vallisoletano, Sangüesa palentino y Martorell y Amigó, madrileños de nacimiento. Por no hablar (porque no debutaron y no podemos confirmar su presencia) de los gallegos Carolo e Hidalgo o del asturiano González.

En contra se dirá, sobre todo, que no era un torneo organizado por la FIFA (ustedes recuerden en ese caso la Copa Intercontinental).

Pero dan igual los argumentos a favor y en contra. Tengan siempre presente que los organismos pueden reconocer las competiciones o partidos que deseen.

Y una vez abierto el melón de partidos de España no reconocidos como “oficiales”, nos permitimos finalizar con una propuesta-provocación final: partidos jugados por España (al margen de la Olimpiada Obrera de 1937) en su historia y que no están reconocidos como “oficiales” por diversos motivos, y que defendemos que deberían ser “oficiales”:

25 de mayo de 1913 en Fuenterrabía. España-Francia: 1-1 (Arrechea, 2021).

29 de mayo de 1927 en Madrid. España-Portugal: 2-0 (Martialay, 2011).

20 de diciembre de 1934 en Madrid. España-Hungría: 6-1 (partido de homenaje a Ricardo Zamora).

28 de noviembre de 1937 en Vigo. España-Portugal: 1-2.

30 de enero de 1938 en Lisboa. Portugal-España: 0-1.

26 de mayo de 1950 en México DF. México-España: 1-3.

28 de mayo de 1950 en México DF. México-España: 0-0.

16 de noviembre de 2013 en Malabo. Guinea Ecuatorial-España: 1-2.

17 de noviembre de 2022 en Ammán. Jordania-España: 1-3.

Referencias

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Con Pedro de Heeren (Tenis) podemos presentar una recopilación (¿definitiva?) de los deportistas españoles en París 1900

Llevamos más veinte años investigando los Juegos Olímpicos de París 1900, les hemos dedicado libros y parte de una Tesis Doctoral. Pese a ello, somos conscientes que quedan cosas por descubrir al respecto y, de hecho, en fechas recientes hemos retomado el tema centrándonos en la participación hispanoamericana y las sorpresas no dejan de surgir.

Investigando sobre los hermanos Carlos y Gonzalo González de Candamo (miembros de la alta sociedad peruana y del cuerpo diplomático, participantes en esgrima y en tenis en 1900, vinculados a Biarritz) topamos con un personaje de biografía tan interesante como poco estudiada: Pedro de Heeren.

Pedro de Heeren y González de Candamo nació en Biarritz (Francia) el 29 de marzo de 1880. Su padre era Christian Arturo Juan Antonio de Heeren y Massa, nacido en Hamburgo (actual Alemania) en 1844, de madre malagueña. Su madre era Virginia González de Candamo e Iriarte, nacida en Lima (Perú) en 1849 en el seno de una saga que ha dado presidentes peruanos o alcaldes de Lima, amén de diplomáticos, empresarios, deportistas, etc. El señor de Heeren era ciudadano español (recordemos que su madre era española) y en 1895 recibió de la reina regente María Cristina el título nobiliario de Conde de Heeren. El matrimonio de Heeren-González de Candamo vivió a caballo de Francia y España y tuvo siete hijos (todos ciudadanos españoles), de los cuales Pedro era el pequeño. Otra de sus hijas (Mercedes) contraería matrimonio con un personaje de la alta sociedad española vinculado a Biarritz (ciudad fundamental en esta historia): Camilo Hurtado de Amézaga y Pereyra (participante en tiro al pichón en 1900).

Sobre los Juegos Olímpicos de París 1900, tal y como hemos explicado infinidad de veces, debe aclararse como punto de partida de cualquier debate que, en puridad, no existieron. Estaban previstos, pero fueron substituidos por unos Concursos Internacionales de Ejercicios Físicos y Deportes dentro del programa de la Exposición Universal. Dichos Concursos incluían eventos de casi todos los deportes de la época, tanto para profesionales como para amateurs, amén de eventos con hándicap (es decir, pruebas en las que se concedía ventaja a algunos competidores a los que se consideraba peores que otros, para compensar) e incluso pruebas para escolares, para militares o para profesiones determinadas. Para el barón de Coubertin fue una gran humillación que sus Juegos Olímpicos fueran despreciados de esta manera, pero tras una crisis inicial reaccionó con su instinto de supervivencia habitual y proclamó que los Concursos de 1900 «habían sido los Juegos Olímpicos de 1900», dejando en el aire el palmarés o el medallero (no se entregó ninguna medalla). Hasta 2004 el Comité Olímpico Internacional no aprobaría un medallero oficial basándose en los estudios del historiador olímpico estadounidense Bill Mallon, quien elaboró un programa de los JJOO de 1900 aplicando una serie de criterios (ser pruebas para amateurs, ser pruebas sin hándicap, pruebas sin limitaciones de edad, profesión o nacionalidad).

Dentro de los muchos eventos de los Concursos de 1900 que no cumplen los criterios de Mallon se encuentran los torneos de tenis con hándicap, es decir, de partidos de tenis en los que uno de los rivales ya iniciaba el partido con varios juegos a favor calculados según su ranking, con el objeto de presentar partidos más igualados. Estos eventos con hándicap eran habituales en la época en atletismo, tenis, ciclismo y otros deportes. Hubo tres torneos de tenis con hándicap, uno de dobles y dos de individuales. Todos se disputaron entre el 6 y el 11 de julio de 1900 en la Société des sports de l´île de Puteaux. Pedro de Heeren estuvo inscrito en uno de los torneos individuales (no se presentó) y en el torneo de dobles (formando pareja con su primo el peruano Carlos González de Candamo).

Carlos González de Candamo y Ascencio y Salas de Rivero había nacido en Inglaterra en 1871 en el seno de una familia de diplomáticos, oficio que heredaría. Vivió en Europa (especialmente en Francia) toda la vida y sería un gran deportista, disputó en 1891 el primer partido de lo que después sería conocido como el Open de Francia de tenis, jugó a rugby con el Racing Club de France y fue olímpico (es decir, participó en eventos de 1900 reconocidos como olímpicos) en esgrima (florete y espada). Sería miembro del COI entre 1905-1922 y su colofón como diplomático llegaría en 1919 al firmar el Tratado de Versalles en representación del Perú. Falleció en Biarritz en 1946.

En el torneo de tenis por parejas con hándicap, de Heeren y González de Candamo resultaron campeones tras derrotar a los franceses Picot y de Longchamp (incomparecencia), a los también franceses Plassard y Pasquier 1-6, 6-2 y 6-2, a la pareja mixta formada por el peruano Gonzalo González de Candamo (primo y hermano suyo, respectivamente) y el francés de la Chapelle 9-7, 6-1 y en la gran final a los franceses Germot y Finger 6-4, 6-4. Este triunfo no está reconocido como una medalla olímpica por tratarse de un torneo con hándicap, y si en el futuro cambiaran los criterios y fuera reconocido como tal (existen historiadores favorables a reconocer TODOS los eventos de los Concursos de 1900 como Juegos Olímpicos de 1900) tampoco sería una medalla de oro ni para España ni para Perú, al tratarse de un equipo considerado «mixto».

Sobre la nacionalidad de Pedro de Heeren se ha especulado mucho. Durante años fue considerado neerlandés (aún puede encontrarse en numerosos sitios) sólo porque su apellido parecía neerlandés. Cuando se conoció su lugar de nacimiento (Biarritz) fue considerado automáticamente francés. Algunos le consideraron peruano por la nacionalidad de su madre y su vínculo familiar con los González de Candamo. Realmente siempre fue español.

Lo sabemos porque esa era la nacionalidad de su padre (heredada de su abuela malagueña), confirmada por el título de Conde de Heeren recibido en 1895. Lo confirmamos al saber que Pedro de Heeren fue un diplomático español que, tras trabajar de secretario en la embajada de París fue trasladado como segundo secretario a la embajada de Washington D.C. Viviendo en Estados Unidos le sorprendería la muerte a los 35 años, tras una «rápida enfermedad», el 20 de septiembre de 1915 en Newport (Rhode Island). Las crónicas de sociedad estadounidenses se ocuparon con frecuencia de la familia de Heeren por el matrimonio en 1909 de Arturo Heeren (hermano mayor de nuestro tenista y conde tras la muerte del patriarca en 1920) con la rica heredera Fernanda Wanamaker. No dejaban duda de su nacionalidad: «The bridegroom is of Spanish nationality» (The Sun, 5 de octubre de 1909).

Pero Pedro de Heeren no debe ser recordado únicamente como el primer tenista español en un gran torneo internacional (casi olímpico), también debe destacarse que fue el representante de España en el Congreso de París (el 26 de octubre de 1912) para la fundación de una Federación Internacional de Lawn Tennis. Como tenista, además de París 1900, participó en otros torneos españoles y franceses, a menudo haciendo pareja de dobles mixtos con su esposa (la francesa de origen judío Nadine Halfon). También fue un buen jugador de golf y practicó otros muchos deportes.

Pedro de Heeren, el primer jugador español de tenis internacional (o el segundo, recordemos que el inventor del tenis, Augurio Perera, también era español).

Con este descubrimiento, tenemos una recopilación prácticamente definitiva de los participantes españoles en los Concursos Internacionales de Ejercicios Físicos y Deportes de París 1900. Marcados en negrita aparecen los que hubieran recibido una medalla (de oro, plata o bronce) en el caso de haberse entregado preseas. En cursiva, los considerados “olímpicos en París 1900” en aplicación de los criterios ya comentados de Bill Mallon.

ESPAÑA EN LOS CONCURSOS INTERNACIONALES DE EJERCICIOS FÍSICOS Y DEPORTES DE PARÍS 1900

DEPORTE (PRUEBA) DEPORTISTA POSICIÓN
Atletismo (400 m. profesionales, hándicap) Estella Primera ronda
Automovilismo (“voiturettes” de menos de 400 kg. y dos plazas) Fernández[i] Tercero
Automovilismo (París-Toulouse-París) Louis Ravel Pérez[ii] Séptimo
Ciclismo (Tándem, 3.000 m. hándicap, profesionales) José Soler Primera ronda en Tándem junto al francés Ségur, finalista en 3.000 m. hándicap
Ciclismo (Sprint, amateurs) Fernando Sanz y Martínez de Arizala[iii] Segundo
Esgrima (florete, espada, sable) Mauricio Álvarez de las Asturias Bohorques y Ponce de León, duque de Gor

 

Cuartos de Final en florete, primera ronda en espada y semifinales en sable.
Gimnasia (individual y campeonato de Francia) José Martínez Jareño[iv] Séptimo en el campeonato individual, campeón de Francia
Gimnasia (Fiestas Federales de la Unión de Sociedades de Gimnasia de Francia) Bernardo Picornell Richier Exhibición gimnástica infantil
Hípica (“attelages à quatre”, carruajes) Luis Antonio de la Cuadra y Raoul, marqués de Guadalmina

 

Finalista
Pelota vasca (cesta punta, amateurs) José de Amézola y Aspizúa Primero formando pareja con Francisco Villota
Pelota vasca (cesta punta, amateurs) Francisco Villota Baquiola[v]

 

Primero formando pareja con José Amézola
Pelota vasca (cesta punta, profesionales) Miguel Ángel Barrenechea Beraza Primero formando pareja con Juan José Iriarte

 

Pelota vasca (cesta punta, profesionales) Juan José Ituarte Zubizarreta Primero formando pareja con Miguel Ángel Barrenechea

 

Pelota vasca (cesta punta, profesionales) José Elícegui Segundo formando pareja con Abadiano

 

Pelota vasca (cesta punta, profesionales) Manuel Bildosola Expósito “Abadiano” Segundo formando pareja con José Elícegui

 

Polo (cuatro torneos “no olímpicos”) Luis de Errazu y Rubio de Tejada Primero en tres torneos y tercero en uno, jugando en equipos mixtos

 

Remo (cuatro con timonel senior, cuatro con timonel junior) Antonio Vela Vivó Primera ronda
Remo (cuatro con timonel senior, cuatro con timonel junior) Orestes Quintana Vigo[vi] Primera ronda
Remo (cuatro con timonel senior, cuatro con timonel junior) Ricardo Margarit Calvet[vii] Primera ronda
Remo (cuatro con timonel senior, cuatro con timonel junior) Juan Camps Mas Primera ronda
Remo (cuatro con timonel senior, cuatro con timonel junior) José Fórmica-Corsi Cuevas Primera ronda
Tenis (dobles, hándicap) Pedro de Heeren y González de Candamo Primero formando pareja con el peruano Carlos González de Candamo

 

Tiro al pichón (Grand Prix de l´Exposition Universelle y Grand Prix du Centenaire) Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós, marqués de Villaviciosa de Asturias Segundo en el Grand Prix de l´Exposition Universelle y 33º en el Grand Prix du Centenaire

 

Tiro al pichón (Grand Prix de l´Exposition Universelle) Camilo Hurtado de Amézaga y Pereyra 24º

[i] Sabemos que el pionero español del automovilismo y la aeronáutica Jesús Fernández Duro estuvo en la Exposición Universal de París, sospechamos que puedo ser él el participante en esta prueba.

[ii] Ravel nació en Córdoba de padre francés y madre española, parece que era ciudadano francés en 1900.

[iii] Nacido en Madrid, hijo no reconocido del rey Alfonso XII con su amante Elena Sanz. Era ciudadano español en 1900 pero el COI no reconoce esta medalla de plata como española porque Sanz competía por un club francés, y ese criterio prevalece en 1900. Realizamos un informe para el COI defendiendo su condición de olímpico español.

[iv] Gimnasta español de Orán (Argelia), considerado francés a efectos de participación en París 1900.

[v] Uno de los fundadores del Atlético de Madrid en 1903.

[vi] Fue también futbolista del FC Barcelona

[vii] Fue también futbolista del FC Barcelona




Olímpicos españoles. Una lista casi completa

Desde hace más de veinte años Fernando Arrechea trabaja en una base de datos completa y rigurosa de olímpicos españoles, pues comprobó que las existentes (singularmente la del Comité Olímpico Español) no eran serias y estaban repletas de errores (en algunos casos, disparatados). Ha sido (y sigue siendo) una labor difícil, dado que existen informaciones en ocasiones contradictorias sobre algunos participantes en las primeras ediciones de los JJOO y el acceso a todos los documentos conservados en archivos públicos no es siempre posible.

En 2017 dio por completado el grueso de la investigación con la presentación de la Tesis Doctoral (publicada posteriormente por la editorial CIHEFE) España y los Juegos Olímpicos, en la misma incluía una base de datos que colocaba a España entre los países con un porcentaje de información biográfica sobre deportistas olímpicos más alto del mundo. Según datos del prestigioso grupo de historiadores sobre JJOO “OlyMADmen” se conocían a partir de entonces el 98,5% de los lugares y fechas de nacimiento de nuestros olímpicos, de entre los grandes países de la historia de los Juegos sólo Alemania, Finlandia, Suecia y Noruega superaban ese porcentaje.

A pesar del indudable éxito (no reconocido por el COE, ni por el CSD ni por prácticamente nadie, porque ya se sabe aquello de “España y yo somos así, señora”), no ha dejado desde entonces de seguir investigando para intentar llegar al 100%. Presentamos a continuación algunos nuevos datos (que, por cierto, cambiarán la historia olímpica de varias comunidades autónomas y municipios) obtenidos conjuntamente en Registros Civiles de toda España con el Dr. Víctor Martínez Patón.

Empezaremos por datos de futbolistas olímpicos, en deferencia a la revista que nos acoge, y proseguiremos con los competidores en otros deportes.

En negrita se resaltan los datos novedosos o rectificados.

En una adenda final se detallarán dos casos especiales.

RAMÓN EGUIAZABAL BERROA

Fútbol

Olímpico y medalla de Plata en Amberes 1920

Fecha y lugar de nacimiento: 14 de abril de 1896 en Irún (Guipúzcoa)

Fecha y lugar de defunción: 11 de mayo de 1944 en Lyon (Francia)*

*Fecha confirmada por Certificado de Defunción

JOAQUÍN VÁZQUEZ GONZÁLEZ

Fútbol

Olímpico y medalla de Plata en Amberes 1920

Fecha y lugar de nacimiento: 9 de noviembre de 1897 en Badajoz*

Fecha y lugar de defunción: 21 de octubre de 1965 en Irún (Guipúzcoa)*

*Datos sobre los que circulaban varias fechas, quedan confirmadas por Certificado de Defunción.

RAMÓN GONZÁLEZ FIGUEROA

Fútbol

Olímpico (suplente, no jugó) y medalla de Plata en Amberes 1920

Fecha y lugar de nacimiento: 16 de febrero de 1898 en La Coruña*

Fecha y lugar de defunción: 3 de noviembre de 1977 en La Coruña*

*Datos incompletos o incorrectos, confirmados en Registro Civil

MANUEL CARRASCO ALONSO

Fútbol

Olímpico (suplente, no jugó) y medalla de Plata en Amberes 1920

Fecha y lugar de nacimiento: 27 de enero de 1894 en San Sebastián (Guipúzcoa)

Fecha y lugar de defunción: 15 de octubre de 1977 en San Sebastián (Guipúzcoa)*

*Datos incompletos o incorrectos, confirmados en Registro Civil

BUENAVENTURA ELIZONDO TOLEDO

Atletismo (Lanzamiento de Disco)

Olímpico (inscrito, no llegó a competir) en Amberes 1920

Fecha y lugar de nacimiento: 14 de julio de 1898 en San Sebastián (Guipúzcoa)

Fecha y lugar de defunción: 1 de mayo de 1964 en San Sebastián (Guipúzcoa)*

* Datos confirmados en Registro Civil

MIGUEL GARCÍA ONSALO

Atletismo (400 m., 800 m.)

Olímpico en Amberes 1920, olímpico (inscrito, no llegó a competir) en París 1924

Fecha y lugar de nacimiento: 20 de junio de 1897 en San Sebastián (Guipúzcoa)

Fecha y lugar de defunción: 30 de octubre de 1994 en San Sebastián (Guipúzcoa)*

*Fechas confirmadas por Certificado de Defunción, había circulado erróneamente 1921 como año de defunción.

JOSÉ ANDÍA AGUILAR

Atletismo (3.000 m., Maratón, Cross-Country)

Olímpico en París 1924

Fecha y lugar de nacimiento: 26 de marzo de 1898 en Madrid

Fecha y lugar de defunción: 6 de septiembre de 1966 en Madrid*

*Fecha confirmada en Registro Civil

MIGUEL PEÑA MORAL

Atletismo (Cross-Country)

Olímpico en París 1924

Fecha y lugar de nacimiento: 12 de marzo de 1897 en Begoña (Vizcaya)*

Fecha y lugar de defunción: 12 de enero de 1969 en Tolosa (Guipúzcoa)*

*Fechas y lugares confirmados en Registro Civil

FABIÁN VELASCO COELLO

Atletismo (3.000 m., Cross-Country)

Olímpico en París 1924

Fecha y lugar de nacimiento: 20 de enero de 1902 en El Campillo (Valladolid)*

Fecha y lugar de defunción: 14 de febrero de 1953* en San Sebastián (Guipúzcoa)

*Fecha de defunción y lugar de nacimiento confirmados por Certificado de Defunción

DIEGO GARCÍA MONTORO

Esgrima (Florete, Espada)

Olímpico en París 1924 y en Ámsterdam 1928

Fecha y lugar de nacimiento: 5 de junio de 1895 en Santa Fe (Granada)

Fecha y lugar de defunción: 22 de abril de 1974 en Madrid*

*Confirmado en Registro Civil

JESÚS LÓPEZ LARA Y MALLOR

Esgrima (Espada, Sable)

Olímpico en París 1924

Fecha y lugar de nacimiento: 22 de marzo de 1892 en Madrid

Fecha y lugar de defunción: 17 de julio de 1968 en Barcelona*

*Confirmado en Registro Civil

FERNANDO MUÑAGORRI ALCORTA

Atletismo (100 m., 200 m., 4×100 m.)

Olímpico en Ámsterdam 1928

Fecha y lugar de nacimiento: 3 de agosto de 1907 en Asteasu (Guipúzcoa)

Fecha y lugar de defunción: 10 de noviembre de 1959 en Madrid*

* Lugar de defunción confirmado en Registro Civil

JESÚS OYARBIDE GONZÁLEZ

Atletismo (1.500 m., 5.000 m.)

Olímpico en Ámsterdam 1928

Fecha y lugar de nacimiento: 2 de febrero de 1902 en San Julián de Musques (Vizcaya)

Fecha y lugar de defunción: 23 de marzo de 1933 en Bilbao (Vizcaya)*

*Lugar de defunción confirmado en Registro Civil

ROBERTO SANZ INSA

Boxeo (Peso Ligero)

Olímpico en Ámsterdam 1928

Fecha y lugar de nacimiento: 12* de mayo de 1908 en Onteniente (Valencia)

Fecha y lugar de defunción: 23 de septiembre de 1965 en Santa Coloma de Gramanet (Barcelona)*

*Fecha de nacimiento y fecha y lugar de defunción confirmados en Certificado de Defunción

JOSÉ VILANOVA PUEYO

Boxeo (Peso Mosca)

Olímpico en Ámsterdam 1928

Fecha y lugar de nacimiento: 20 de marzo de 1909 en Barcelona

Fecha y lugar de defunción: 7 de enero de 1989 en Barcelona*

*Confirmado en Certificado de Defunción

BERNABÉ CHÁVARRI RODRÍGUEZ*

Hockey sobre hierba

Olímpico en Ámsterdam 1928

Fecha y lugar de nacimiento: 13 de enero de 1904 en Madrid*

Fecha y lugar de defunción: 24 de octubre de 1980 en Madrid*

*Segundo apellido (figura como “Rodríguez Codes” en todas las bases de datos) y fecha y lugar de nacimiento y defunción confirmados en Certificado de Defunción

JOSÉ GONZÁLEZ DELGADO

Tiro (Pistola, 25 m.)

Olímpico en Los Ángeles 1932

Fecha y lugar de nacimiento: 21 de febrero de 1907 en Zamora

Fecha y lugar de defunción: 7 de diciembre de 1980 en Madrid*

*Confirmado en Certificado de Defunción

ENRIQUE MILLÁN ALARCÓN

Esquí de fondo

Olímpico en Garmisch-Partenkirchen 1936

Fecha y lugar de nacimiento: 9 de febrero de 1908 en Campo de Criptana (Ciudad Real)

Fecha y lugar de defunción: 27 de septiembre de 1984 en Madrid*

*Confirmado en Certificado de Defunción

JOSÉ ANTONIO* RUBIO FERNÁNDEZ

Boxeo (Peso Pesado)

Olímpico en Londres 1948

Fecha y lugar de nacimiento: 11 de abril de 1924 en Pamplona (Navarra)*

Fecha y lugar de defunción: 12 de agosto de 1992 en Zaragoza*

*Nombre (figura habitualmente en las bases de datos como “José Arturo”) y fechas y lugares de nacimiento y de defunción confirmados por Certificado de Defunción

ENRIQUE ESTÉBANEZ VELA

Hockey sobre hierba

Olímpico en Londres 1948

Fecha y lugar de nacimiento: 23 de octubre de 1912 en Madrid

Fecha y lugar de defunción: 14 de abril de 1993 en Madrid*

*Confirmado por Certificado de Defunción

FERNANDO JARDÓN RON

Hockey sobre hierba

Olímpico en Londres 1948

Fecha y lugar de nacimiento: 16 de agosto de 1916 en El Franco (Asturias)*

Fecha y lugar de defunción: 19 de febrero de 1998 en Coaña (Asturias)*

*Lugar de nacimiento y fecha y lugar de defunción confirmados por Certificado de Defunción

DOS CASOS ESPECIALES

Existen dos casos especiales sobre el que se mantienen dudas razonables, son especiales por tratarse del primer abanderado olímpico español (José García-Lorenzana) y de uno de los primeros campeones olímpicos españoles (Julio García Fernández de los Ríos):

JOSÉ GARCÍA-LORENZANA ¿MIGUEL?*

Atletismo (400 m.)

Olímpico y Abanderado de España en Amberes 1920

Fecha y lugar de nacimiento: ¿circa 1896 en León?*

Fecha y lugar de defunción: ¿3 de agosto de 1959 en León?*

*Sólo hemos localizado a dos individuos llamados José García-Lorenzana nacidos entre finales del siglo XIX e inicios del XX. Descartado uno de ellos por haber nacido en Rivaseca (León) en 1914 (tenía 6 años en los JJOO de Amberes), queda la opción presentada. Los datos proceden del Certificado de Defunción. Circula desde años como fecha de nacimiento de García Lorenzana el 28 de mayo de 1900 (sin lugar), desconocemos el origen del dato y su fiabilidad.

JULIO GARCÍA FERNÁNDEZ DE LOS RÍOS

Hípica (Saltos)

Olímpico y medalla de Oro en Saltos por equipos en Ámsterdam 1928

Fecha y lugar de nacimiento: 31 de diciembre de 1894 ¿en Madrid?*

Fecha y lugar de defunción: 29 de julio de 1969 en Madrid

*Según el Certificado de Defunción, nació en Madrid. Según diferentes árboles genealógicos elaborados por sus descendientes existentes en webs como MyHeritage y, según las bases de datos existentes, nació en Reinosa (Cantabria). De hecho, suele aparecer en las listas de olímpicos cántabros y, recientemente, se realizaron unas declaraciones enalteciéndole como “el primer campeón real” y despreciando el oro ganado en Cesta Punta en 1900 (aunque se dijera, por error, “1924”) por Francisco Villota (nacido en Madrid, pero en el seno de una familia de Mioño, Cantabria) y José de Amézola[1]. Este desprecio habitual del entorno del COE y de la Real Academia Olímpica Española hacia el oro de los pelotaris de 1900 parece motivado por ser su descubridor quien es…

Agradecimientos: Enric Plà, José Alberto Salas.

[1] https://www.cantabriadirecta.es/112666-2-noticias-cantabria-santander-filatelia-regatas-club-pablo-galan-uefo/

 




Machucho y Pilongo (1926). Primer libro de fútbol para niños

INTRODUCCIÖN

Tras haber detectado un cierto olvido y una serie de errores en torno a los libros infantiles Machucho y Pilongo, ilustrados por Jesús Sánchez Tena y editados por Ramón Sopena en Barcelona en 1926, creemos necesario recuperarlos y reivindicarlos, así como aclarar algunos aspectos sobre ellos.

El éxito de la selección en los Juegos Olímpicos de Amberes 1920 (medalla de plata) había elevado la afición al fútbol en España convirtiéndolo en un fenómeno de masas por primera vez (Arrechea, F., 2018, 2023; Torrebadella, X. y Arrechea, F, 2016, 2017). Ello conllevó un interés comercial y económico, surgiendo iniciativas para obtener beneficios del ya considerado “deporte rey”. Aparecen en esa época colecciones de cromos y juguetes relacionados con el fútbol y los balones se convierten en el regalo soñado por muchos pequeños. Inicialmente, el “boom” de publicaciones sobre el fútbol estuvo destinado al público adulto o joven, con obras divulgativas sobre reglas y tácticas, así como una incipiente moda por las biografías de los nuevos ases del balompié, convertidos en ídolos a imitar (Martínez Patón, V., 2011; Torrebadella-Flix, X., y Nomdedeu-Rull, A., 2014).[1] Es un proceso de mercantilización y profesionalismo paulatino y simultáneo, ayudado por la coyuntura económica favorable, que llevan al fútbol a la esfera del capitalismo contemporáneo.

A partir de 1923, al producirse el golpe de Estado del general Miguel Primo de Rivera e instaurarse una dictadura, el nuevo régimen adopta una serie de medidas para “mejorar la raza”, influido por el discurso regeneracionista y con el afán de cohesionar nacionalmente España y combatir los discursos separatistas. La potenciación de la asociación infantil de los Exploradores de España y su vinculación con el Tiro Nacional tenían la inequívoca intención de crear una “cantera” para el Somatén, el cuerpo de civiles armados destinados a colaborar con las Fuerzas del Orden y el Ejército en el control del territorio y de la población. La Guerra del Rif y el temor de las élites que apoyaban a la Dictadura al peligro revolucionario no eran ajenos a todo ello (González Calleja, E., 2005).

La triple conjunción espacio temporal entre la conversión del fútbol en espectáculo de masas, la consolidación del capitalismo contemporáneo en un contexto de crecimiento económico y demográfico, y la Dictadura de Primo de Rivera y sus intentos por potenciar el sport y la Educación Física, coadyuvaron en un cierto desarrollo del deporte en España con el nacimiento de numerosos clubes y el aumento de campos de juego y estadios, así como con el nacimiento del deporte universitario. La Dictadura no lograría el control de dichos clubes ni su objetivo de nacionalización (algunos de los citados clubes, en Cataluña, estaban fuertemente vinculados al nacionalismo y otros, sobre todo en Madrid, a partidos y sindicatos de izquierdas), siendo, además, limitados, los objetivos propuestos de mejora del nivel de vida y de salud de la población.

Puede estudiarse, sin embargo, la aspiración regeneracionista y modernizadora del régimen en materia de deporte a través de publicaciones como Armas y Deportes (1924-1931), el órgano oficial del Tiro Nacional. Dicha publicación trataba de vender una nueva masculinidad vinculada al prototipo de gentleman y sportsman inglés (Quiroga, A., 2023), poniendo como ejemplo a hombres que practicaban deportes (en un sentido amplio, incluyendo automovilismo o caza), vestían de forma elegante y fumaban, eran caballeros “modernos”, en definitiva. Con tal objetivo se mostraban numerosas fotografías y crónicas extranjeras, incidiendo en aspectos colaterales de estilo de vida o moda, y se exaltaban los ejemplos nacionales de emulación. El rey Alfonso XIII era presentado como el primero de los deportistas (González-Aja, T., 2011), exagerando sus victorias en polo, tiro o vela, construyendo en torno a su figura un prototipo de nueva masculinidad (deportista, hombre moderno y cosmopolita, soldado, caballero).

La mujer también tenía su espacio y protagonismo en Armas y Deportes, pese al machismo generalizado y a las discusiones médicas y pedagógicas de la época en torno a su capacidad para el deporte o sobre los efectos supuestamente perniciosos del mismo para el embarazo o la fertilidad. El afán por imitar a los países anglosajones hacía difícil ocultar el limitado pero creciente papel de la mujer en el deporte.

 

AVENTURAS DE MACHUCHO Y PILONGO

 

Es en este contexto en el que se publica, en 1926, el primer número de Las aventuras de Machucho y Pilongo, dedicado al fútbol. Deseamos incidir en el año de publicación (1926) porque lo hemos encontrado equivocado (se suele decir que apareció en torno a 1930) en todas las fuentes disponibles. Y no es un dato baladí, porque provocó, como veremos, otro error peor. Tenemos totalmente confirmado que la colección completa (ocho volúmenes) de Machucho y Pilongo se publicó en 1926, porque en el número 647 de la revista oficial argentina El Monitor de la Educación Común, órgano del Consejo Nacional de Educación (publicado el 30 de noviembre de 1926) se comenta que han recibido la colección completa y la recomiendan ya que “resultan de verdadero interés educativo para la infancia”.

Corregido este error (la fecha de publicación), vamos con el siguiente, un tópico extendido: no, Machucho y Pilongo no tienen ninguna influencia del Tintín del belga Hergé. Entre otros motivos porque son anteriores en el tiempo, Machucho y Pilongo son de 1926 y Tintín de 1929.

Aclarados estos extremos, diseccionemos un poco este primer y ambicioso intento por crear literatura deportiva para niños en España. Sus “padres” fueron dos aragoneses afincados en Cataluña: Jesús Sánchez Tena y Ramón Sopena.

Jesús Sánchez Tena (Pedrola, Zaragoza, 1898-Sant Feliu de Codinas, Barcelona, 1931) debe ser recordado como uno de los grandes ilustradores españoles de la primera mitad del siglo XX, al que sólo su prematura muerte a causa de la tuberculosis y la poca memoria general de nuestro país han privado del reconocimiento que merecería y que tendría de haber nacido en otro lugar.

Ramón Sopena López (Perarrúa, Huesca, 1869-Caldes de Boí, Lleida, 1932) fue un empresario y editor de gran éxito, especialmente gracias a sus guías, diccionarios y enciclopedias presentes en todos los países hispanoamericanos.

Machucho y Pilongo fue una iniciativa sencilla, pero novedosa (completamente novedosa en España, creemos que con muy pocos precedentes a nivel mundial[2] y que en algunos momentos de la descripción de los partidos de fútbol recuerda a productos muy posteriores como la serie japonesa Oliver y Benji[3]): crear una colección de pequeños libros bellamente ilustrados, que difundan entre los niños los beneficios del deporte y de la vida saludable, así como una serie de valores positivos. Todo ello no es casual y pueden encontrarse los orígenes y motivaciones en la introducción del presente artículo. El contexto era el de inicios de la Dictadura de Primo de Rivera y el mensaje para los destinatarios de los libros (los niños españoles) era claro: aspirad a ser sportsmen, conoced y probad varios deportes, sed competitivos, sed mejores, sed patriotas.

Como ya hemos dicho, el primer número de la colección está dedicado al deporte de moda en la España de 1926: el fútbol. La historia es sencilla, Machucho (“persona juiciosa y experimentada”, según la RAE) y Pilongo (“flaco o enfermizo”) son dos hermanos de 15 y 13 años (uno rubio y el otro moreno, ¿antecedentes de Zipi y Zape?[4]) residentes en un bosque de los Pirineos, allí se han criado en plena naturaleza “fuertes, valientes y honrados”. Un día se dan cuenta de que su padre (un pobre leñador) ya no puede mantenerles, por lo que deciden emigrar a la ciudad para aprender un oficio y ayudar a su familia. Encuentran trabajo como aprendices de un carpintero, que casualmente es directivo de un equipo de fútbol (el León FC). Un día el carpintero invita a los hermanos a un partido (contra el Canino FC) y en el transcurso de este un jugador local se lesiona y Pilongo se ofrece a substituirle, salta al campo con su pañuelo en la cabeza (a lo Pichichi o Belauste) y marca cuatro goles inmediatamente regateando a todos los rivales, dando la victoria al León FC. El público le saca a hombros y la directiva ficha a los dos hermanos como futbolistas profesionales. Ambos juegan de maravilla y el León FC gana por primera vez el campeonato gracias a ellos.

Las primeras versiones de Zipi y Zape (1948) tenían un aire a Machucho y Pilongo (1926), posteriormente evolucionarían hacia la versión más conocida.

El éxito lleva a concertar un partido contra el mejor equipo del momento, que resulta ser la selección de Malasia, imbatida en todo el mundo ganando todos los partidos por 20-0 o más. Obviamente, el León FC gana a Malasia gracias a nuestros héroes y la reacción de los malayos es inaudita: enloquecen y empiezan a agredir al público, Machucho se ve obligado a pelear contra un gigante llamado Bottijo y le tumba de un puñetazo. Ese K.O. originará que le ofrezcan un combate contra el campeón del mundo de boxeo, un “descomunal negro” llamado Kalceta.

Los hermanos pueden viajar de nuevo a su casa y ofrecer una mejor vida a sus padres y hermanas. Así acaba la primera aventura y queda ya anunciada la segunda, dedicada a otro de los deportes de moda: el boxeo. Las siguientes versarán sobre rugby, aviación, carreras de caballos, automovilismo, alpinismo y caza. Una elección no casual de deportes (en el sentido amplio del término) que retratan al “nuevo hombre” de 1926.

La Dictadura de Primo de Rivera finalizará tras la crisis económica de 1929, acuciada por la oposición y la falta de consolidación institucional, además de por la propia enfermedad del dictador, sin haber obtenido sus objetivos en política deportiva. Con la II República, a partir de 1931, se iniciará una nueva etapa de cambios y reformas, interrumpidas por la Guerra Civil en 1936. Machucho y Pilongo caerán en el olvido, con sus autores fallecidos (Sánchez Tena en 1931 y Sopena en 1932) y una España en crisis permanente, alejada del escenario idílico y bucólico de sus aventuras.

FUENTES CONSULTADAS

Arrechea, F. (2018). España y los Juegos Olímpicos. Análisis de la participación de los deportistas españoles en los JJOO de la Era Moderna e historia del movimiento olímpico español. Madrid: CIHEFE.

Arrechea, F. (2023). El Olimpismo en España. Sus inicios (1820-1920). Lecturas: Educación Física y Deportes, 27(297), 2-22. https://doi.org/10.46642/efd.v27i297.3606

Arrechea, F., y Torrebadella, X. (2020). El sueño olímpico de Barcelona 1924. RICYDE. Revista Internacional de Ciencias del Deporte, 16(62), 430-454, https://doi.org/10.5232/ricyde2020.06207

El Monitor de la Educación Común. Órgano del Consejo Nacional de Educación (1926, 30 de noviembre). Buenos Aires.

González-Aja, T. (2011). Sport, Nationalism and Militarism – Alfonso XIII: Sportsman, Soldier, King. The International Journal of the History of Sport, 28(14), 1987-2030. https://doi.org/10.1080/09523367.2011.604825

González Calleja, E. (2005). La España de Primo de Rivera. La modernización autoritaria 1923-1930. Madrid: Alianza Editorial.

Martínez Patón, V. (2011). Los primeros libros de fútbol en España. Cuadernos de Fútbol, 15.

Quiroga, A. (2023). Caudillo Nacional. Propaganda, culto al líder y masculinidades en la dictadura de Primo de Rivera. Segle XX:Revista Catalana d’història, 1(15), 20–39. https://revistes.ub.edu/index.php/segleXX/article/view/41848

Sopena, R. (Ed.) (1926). Machucho y Pilongo. Barcelona: Ramón Sopena, editor.

Torrebadella, X., y Arrechea, F. (2016). La polémica participación de España en los Juegos Olímpicos de Amberes 1920. Materiales para la Historia del Deporte, 14, 113-138.

Torrebadella, X., y Arrechea, F. (2017). Seguimos insistiendo: ¿Por qué España participó en los Olímpicos de Amberes 1920?  Materiales para la Historia del Deporte, 15, 145-168.

Torrebadella-Flix, X., y Nomdedeu-Rull, A. (2014). Bibliographic Repertoire of Football in Spain (1900-1936). 121 works to interpret the social impact of football in contemporary history. Apunts. Educación Física y Deportes, 115, 7-32. DOI: http://dx.doi.org/10.5672/apunts.2014-0983.cat.(2014/1).115.01

[1]Sobre los primeros libros sobre fútbol publicados en España, frente a las fuentes serias que citamos, parece necesario un inciso sobre un listado delirante presente en la web de unas academias de fútbol (https://www.ertheo.com/blog/explorando-mundo-futbol-libros/) por si alguien tiene la desgracia de acceder al mismo. Se mencionan libros que no existen y se atribuye su autoría a personajes reales del fútbol que eran niños en el supuesto momento en el que publicaron. Verbigracia: atribuyen a Paco Bru un libro titulado El juego del fútbol (1893). En 1893 Bru tenía 8 años y, evidentemente, ni él ni nadie llamaría “fútbol” al foot-ball en España en 1893. Es pura invención.

[2]Los primeros cómics o historietas sobre fútbol son de los años 50: Barrabases (1953, Chile) suele citarse como el primer ejemplo. En España aparecen Godofredo y Pascualino, viven del deporte fino en 1961 y Pepe, “el hincha” en 1962.  A nivel europeo destacó el cómic franco-belga Éric Castel (1979).

[3]El manga Capitán Tsubasa (Campeones: Oliver y Benji en España) apareció en Japón en 1981 con el objetivo de popularizar el fútbol entre los niños japoneses y se realizó una serie de televisión dos años más tarde, siendo un fenómeno global.

[4]Los personajes Zipi y Zape eran dos hermanos gemelos, uno rubio y otro moreno, creados por el dibujante catalán Josep Escobar en 1948. Curiosamente, ambos eran muy aficionados al fútbol (uno seguidor del Real Madrid y el otro del FC Barcelona).




Españoles en el “National Soccer Hall of Fame”

No es excesivamente conocida en nuestro país la historia del fútbol en Estados Unidos, y aún menos divulgadas están las aportaciones realizadas al mismo por los emigrantes españoles (procedentes del norte de España, mayoritariamente) a Norteamérica. Todos aquellos que han realizado aportaciones significativas al soccer reciben el homenaje de una institución llamada National Soccer Hall of Fame, organismo privado nacido en 1950 en Filadelfia, reconocido por la Federación Estadounidense de Fútbol en 1983. Desde 2018 su museo está abierto al público en Frisco, a las afueras de Dallas (Texas).

Tres españoles, prácticamente desconocidos en nuestro país, forman parte destacada de este Salón de la Fama por sus decisivas aportaciones al nacimiento y consolidación del soccer.

Estos son sus nombres y sus historias:

Prudencio “Pete” García García (Salinas, Castrillón, Asturias, 2 de octubre de 1899-Arlington, Virginia, 15 de noviembre de 1984) fue un árbitro estadounidense.

Prudencio García en el Mundial de Brasil 1950.

Emigró a EEUU de niño, en 1907, estableciéndose con su familia en San Luis (Missouri), donde existía una consolidada comunidad española. Tras asistir a la escuela nocturna, logró un empleo en un banco que mantuvo hasta la jubilación. En 1927 fundó la Spanish Society de San Luis junto a su cuñado. Desde la infancia estuvo involucrado en el nacimiento del fútbol en Missouri, con participación importante de la comunidad española. Fue jugador de varios equipos, pero ante todo fue organizador de clubes y competiciones y, especialmente, árbitro y juez de línea. Fundó la Missouri Referees Association y fue el primer árbitro estadounidense en un Mundial de Fútbol, al actuar como juez de línea en cuatro partidos de Brasil 1950. Curiosamente, entre ellos estuvo el España-Suecia.

Se casó con la también asturiana Dora Fernández y tuvieron tres hijos. Su archivo se conserva en la Southern Illinois University Edwardsville. Fue reconocido en el Salón de la Fama en 1964.

Prudencio García de niño, con una bandera de EEUU. Foto procedente la Exposición “Emigrantes invisibles. Españoles en EEUU. 1868-1945”, de la Fundación Consejo España-EEUU. Conde Duque. Madrid. 23 de enero-12 de abril de 2020.

Julio “Julius” García Alonso (Luanco, Gozón, Asturias, 7 de septiembre de 1905-Nueva York, 24 de enero de 1988) fue un futbolista, entrenador, árbitro y gestor deportivo estadounidense. Fue secretario de la liga, tesorero y archivero. En 1972 fue incluido en el Salón de la Fama en la categoría de “constructor del fútbol americano”.

El Donora Spanish Club, de Donora (Pensilvania). Foto: Art Zoller Wagner.

Emigró a EEUU con su familia cuando era niño, instalándose en Clarksburg (Virginia Occidental), concretamente en un asentamiento industrial llamado Grasselli, habitado por numerosos emigrantes españoles. Todos trabajaban en una fábrica de zinc, incluido García Alonso desde los doce años.

En 1919 García Alonso regresó a España para estudiar comercio, los recuerdos familiares afirman que en estos años jugó en el Marino FC de Luanco. Dicho club se fundó mucho después, en 1931, por lo que debemos sospechar que realmente jugó en algún equipo informal anterior, las primeras noticias sobre fútbol en la localidad son de 1918. La familia (que en los últimos años ha hecho notables esfuerzos por divulgar en foros de Internet la vida de Julius, especialmente a través de su hija Bárbara Alonso Novellino) también afirma que en 1922 se trasladó a Madrid, jugando con el Madrid FC. Ningún registro o dato confirma esto.

En 1924 regresó a EEUU y participó junto a su hermano y a otros españoles en la fundación de equipos como el Canton Sporting Club (en Ohio) y el Donora Spanish Football Club (en Pensilvania). Estudiaría ingeniería eléctrica en Maryland y jugaría en equipos de la zona como los Acadians o la Juventud Gallega. Trabajó para la Consolidated Edison Company de Nueva York durante cuarenta y dos años,  compaginándolo con sus numerosas actividades en el mundo del fútbol.

Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó como ingeniero eléctrico en el Proyecto Manhattan (proyecto para crear las primeras bombas atómicas) durante año y medio.

En el fútbol, estuvo vinculado al Brooklyn Hispano como agente, secretario y jugador. Pasando después a ocupar numerosos cargos en la American Soccer League (vicepresidente, secretario, director general), también fue cazatalentos y organizador de partidos y giras. Se ganó el apodo de “Míster Liga Americana”. Asimismo, colaboró con el Comité Olímpico de EEUU.

Fabriciano “Fabri” Salcedo Iturbe (Santander, Cantabria, 28 de mayo de 1914-Rochelle Park, Nueva Jersey, 25 de agosto de 1985) fue un futbolista estadounidense.

Foto de Fabri Salcedo procedente de https://spanishimmigrantsintheus7.wordpress.com/

Emigró a EEUU en 1929, jugando en sus inicios en modestos equipos de emigrantes españoles (Segura FC, Madrid FC de Nueva York) y portugueses (Portuguese Victoria FC), mientras trabajaba de pulimentador. Llamó la atención de un ojeador del Brooklyn Hispano, equipo en el que destacaría como delantero en dos etapas (1934-1938 y 1939-1947). En total, Salcedo pasó trece temporadas en la American Soccer League, siendo el máximo goleador en tres de ellas, también jugó en la temporada 1938-1939 en la St. Louis Soccer League y en la National Soccer League de Chicago. Ganó las ligas de 1943 y 1948, así como las copas de 1943 y 1944. Fue internacional con EEUU en un partido contra Escocia (considerado “no oficial”, victoria escocesa por 1-5 en Nueva York), el 19 de mayo de 1935.

Todos estos equipos y ligas eran semiprofesionales, y Salcedo compaginó la práctica del fútbol con varios empleos en una fábrica de cerveza de Chicago y en el puerto de Nueva York. Se casó y tuvo dos hijos. Sus descendientes trabajan por divulgar su vida y su aportación al fútbol en EEUU, hoy en día se puede encontrar información sobre la “Galerna de Manhattan” en Internet gracias a ellos. Lograron que fuera nombrado miembro del Salón Nacional de la Fama del Fútbol, póstumamente, en 2005.

Otros emigrantes españoles han destacado en el fútbol estadounidense, llegando incluso a ser internacionales, aunque por ahora no han entrado en el Hall of Fame. Es el caso de Alfonso “Al” Marina Rey (La Coruña, 5 de agosto de 1930-Long Island, Nueva York, 27 de mayo de 2004), futbolista del Brooklyn Hispano, internacional en el amistoso Islandia 3-Estados Unidos 2, jugado el 25 de agosto de 1955. Asimismo, Marina formó parte del equipo olímpico estadounidense en los JJOO de Melbourne 1956, sin llegar a jugar.

Otro caso notable, dos veces jugador internacional y olímpico (en Múnich 1972) estadounidense, es Manuel “Mani” Hernández Fonseca (Vallecas, Madrid, 2 de agosto de 1948). Jugador de fútbol y fútbol sala y entrenador, de biografía más divulgada entre nosotros en los últimos años. Discípulo del entrenador de boxeo (de Muhamaad Alí, entre otros) Julius Menéndez (de origen asturiano), que se recicló a entrenador de fútbol en su madurez y que, tanto en su vertiente boxística como en la futbolística, merecería mayor reconocimiento en EEUU y en España.

Julius Menéndez con Muhammad Alí. Foto Jerry Cooke.




El Club Atleta de los Astilleros del Nervión (1889-1894) y el Athletic Club de Bilbao (1901-).

– Estado de la cuestión y antecedentes.

Recientemente, varios artículos publicados en la prensa bilbaína han puesto nuevamente de actualidad al llamado Club Atleta de los Astilleros del Nervión, y por ende, todo lo relacionado con los orígenes del fútbol español, sus primeros partidos y clubes, así como la manida cuestión del “Decanato”.

No es una cuestión nueva, aunque en ocasiones cuando se rescata no se mencionan los antecedentes.

Ya el 7 de febrero de 1993, con motivo del centenario de uno de los primeros partidos jugados por el llamado Club Atleta, el conocido historiador y profesor de la Universidad de Deusto y de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), Manuel Basas Fernández, publicó un artículo en El Correo Español-El Pueblo Vasco titulado “Un partido de pelota a pie” en el que rescataba esa historia.

Afirmaba (repetimos, en 1993) Basas:

«Ofrecemos a los aficionados balompédicos un testimonio fehaciente de la celebración en los alrededores de Bilbao, concretamente en los terrenos del Hipódromo de Lamiaco, de un partido de pelota a pie, el 2 de febrero de 1893, entre el Club Atleta de los Astilleros del Nervión y el equipo titulado Bilbao, partido de football que constata la práctica de este deporte, de difusión anglosajona, en la comarca bilbaína hace un siglo promovido precisamente tanto por los técnicos y operarios cualificados ingleses que trabajaban en dicho astillero, como por los estudiantes bilbaínos, residentes en la Gran Bretaña, los cuales componían esos dos equipos introductores del Football Association en España, al igual que ocurrió con los técnicos ingleses que dirigían las minas de Riotinto, en Huelva.»

Basas realizaba en el artículo una breve, aunque completa, presentación sobre los astilleros de la empresa Martínez Rivas, Palmer y Compañía, así como sobre el club polideportivo (“Club Atleta”), creado para solaz y entretenimiento de sus trabajadores británicos, que pusieron en práctica sports como atletismo, cricket, ciclismo, remo, rugby o fútbol.

Otro antecedente olvidado, cuando se explica esta historia, es la entrada “El Campo de Fútbol de Lamiako y los hermanos Ferrer”, publicada por César Estornés en su blog “Memorias Club Deportivo Bilbao” el 3 de septiembre de 2011.

En la misma, Estornés recuperaba al Club Atleta y sus partidos de fútbol, gracias al hallazgo de una noticia publicada en El Liberal, el 11 de julio de 1926, en la que Tomás Isasi “Rolando” hablaba de los primeros pasos del fútbol y el rugby en Bilbao y mencionaba brevemente al “Athletic Club” de los Astilleros del Nervión.

«Los empleados ingleses del astillero crearon un club llamado «Club Atlético» para las distintas prácticas deportivas, era lo normal en aquella época cuando llegaban los ingleses y sale a la luz pública como tal club el año 1892.»

“Los primeros jugadores de rugby que hubo en Vizcaya”, según “Rolando” (El Liberal, 11 de julio de 1926)

Aunque la verdadera epifanía sobre el Club Atleta de los Astilleros del Nervión, para el gran público y para los medios de comunicación, llegaría en 2012 con la publicación del libro El Athletic Club. Origen de la leyenda o cuando el león era aún cachorro, del periodista y consultor Josu Turuzeta Zarraga.

En dicha obra, el Sr. Turuzeta desarrollaba una exhaustiva búsqueda hemerográfica en prensa bilbaína, que se plasmaba en unas conclusiones que le permitían poner en cuestión la versión oficial sobre la fundación del Athletic Club en 1898.

Versión creada por el periodista y seleccionador nacional José María Balbino Mateos Larrucea (Bilbao, 1888-1963) en 1921, con un objetivo evidente (lograr que el Athletic fuera reconocido como más antiguo que el FC Barcelona de Gamper), y dos probables (conseguir que el Athletic fuera más antiguo que el Bilbao FC, y minimizar la influencia británica en el nacimiento del fútbol bilbaíno).

Asimismo, Turuzeta presentaba la teoría, según la cual, el Club Atleta de los Astilleros del Nervión no era un mero antecedente del Athletic Club de 1901 (o de 1898, según Mateos). Eran, para él, el mismo club, “fundado en 1891” (realmente, en 1889, como veremos) y “reconstituido en 1901”.

Para justificar los años de ausencia de noticias sobre fútbol en Bilbao, o el hecho de que los fundadores del Athletic en 1901 desconocieran la supuesta existencia de su propio club desde 1889, daba una serie de excusas que resumía en la frase “Fueron años de zozobra en Bizkaia y especialmente convulsos para la monarquía hispana” (Turuzeta, 2012).

No olvidamos, y han sido consultados para este artículo, otros brillantes estudios sobre el origen del fútbol bilbaíno como “La campa de Lamiaco”, de Félix Martialay (reeditado en Cuadernos de Fútbol en noviembre de 2017), o “Bilbao F.C., Athletic Club y las primeras botas Made in Spain”, de José Ignacio Corcuera (publicado en Cuadernos de Fútbol en noviembre de 2016).

– El Club Atleta de los Astilleros del Nervión (1889-1894).

Los Astilleros del Nervión fueron una iniciativa del inversor vizcaíno Martínez Rivas (1848-1913), al que las fuentes dan nombres diferentes (“José María Martínez de las Rivas” es el que más se repite), o confunden con uno de sus hijos (José María Martinez Rivas y Richardson).

Realmente, se llamaba Miguel José Martín Martínez de Lejarza y Rivas, ya que “Miguel José Martín” fueron los nombres con los que fue bautizado en la parroquia de San Pedro Apóstol de Galdames (Las Encartaciones, Vizcaya), el 29 de septiembre de 1848, y sus padres eran Santiago Martínez de Lejarza (en ocasiones, Lexarza) Escarzaga y Antonia Rivas (en ocasiones, Ribas) Ubieta (hermana del primer marqués de Mudela).

José Martínez (de Lejarza) Rivas

Nuestro protagonista utilizaba José como nombre de pila, y por motivos que desconocemos, suprimió el “de Lejarza” de su apellido paterno. Sus hijos utilizarían una versión “adornada” del apellido paterno: “Martínez de las Rivas”.   

José Martínez Rivas, asociado con el naviero y político inglés Charles Mark Palmer (1822-1907), se hizo en 1888 con el contrato para la construcción de tres acorazados de la Armada, tras superar a varios rivales en un concurso. El diario que controlaba (El Noticiero Bilbaíno) hizo una gran campaña para influir en el proceso.

El 1 de junio de 1889 se firmó el contrato, y el 30 de octubre del mismo año se escrituró en el Registro Mercantil de Bilbao la “Sociedad Colectiva Martínez Rivas Palmer”, dedicada a la construcciones navales para el Estado, así como para particulares.

Los astilleros ocupaban un área de 58.084 metros cuadrados en Sestao, lindando con la ría y con la Acería San Francisco, también propiedad de Martínez Rivas. Trabajaban en los mismos más de cuatro mil trabajadores (británicos entre doscientos y quinientos de ellos, dependiendo del periodo, que ocupaban puestos técnicos cualificados). Su primer trabajo fue el acorazado María Teresa, botado el 30 de agosto de 1890 (Macías, 2006).

El 8 de julio de 1891 se botó el acorazado Vizcaya y el 4 de octubre del mismo año, el acorazado Almirante Oquendo.

A partir de entonces, se sucedieron los enfrentamientos entre Martínez Rivas y Palmer, así como las polémicas en prensa sobre la situación de los astilleros y su viabilidad.

Finalmente, el 20 de abril de 1892 la empresa suspendió pagos. Tras los despidos, se sucedieron las protestas obreras y agrias polémicas políticas. Fruto de todo ello, el Consejo de Ministros del 12 de mayo de 1892 ordenó la incautación de los Astilleros del Nervión. La protesta de los trabajadores británicos logró que el Estado mantuviera a Palmer como director técnico, aunque la mayoría de ellos regresó a Gran Bretaña en 1894-1895.

Todo ello no supuso el fin de los problemas ni de las polémicas. En 1896 los astilleros cerraron, aprobándose en noviembre de dicho año las bases de la liquidación definitiva.

Tras la Guerra hispano-estadounidense de 1898 (en la que serían hundidos en Santiago de Cuba los tres acorazados construidos en los Astilleros del Nervión), y una larga serie de pleitos y enfrentamientos personales y políticos, reabrirían en 1900.

Fue en el seno de estos Astilleros del Nervión, sitos en Sestao (Vizcaya), donde se fundó un club de carácter polideportivo y recreativo llamado Club Atleta (traducción, probablemente incorrecta, de “Athletic Club”, que sería más correcto traducir como “Club Atlético”. Algunos clubes escoceses vinculados a jugadores de esta nueva entidad, como veremos, tenían la expresión “Athletic” en sus nombres), para tener “entretenidos” a los numerosos trabajadores británicos de los mismos.

Era una época de auge de los sports, y no es casual que una comunidad tan numerosa de expatriados del Reino Unido se organizara para practicar sus deportes, así como para celebrar fiestas y eventos.  

Eran años convulsos, con epidemias de viruela y otras enfermedades, protestas sociales y crisis económica y política. Para aquel grupo de británicos en Vizcaya, el Club Atleta probablemente constituía una válvula de escape necesaria.

El Club Atleta de los Astilleros del Nervión tenía su propia Junta Directiva (Turuzeta, 2012), con el yerno de Martínez Rivas, Adolfo de Urquijo e Ybarra (Bilbao, 1866-San Sebastián, 1933), como presidente honorario, James S. Clark como presidente, John A. Mitchell y William Middleton como vicepresidentes, R. Brice como tesorero y William H. Calvert como secretario.

Henry V. Jones (también conocido como Enrique Jones Bird, ya que se convirtió al catolicismo para poder casarse en 1886 con la bilbaína María Concepción Díaz de Mendívil Cerezo), sustituiría a Calvert en la secretaría y en la comisión organizadora de los deportes. Sería un personaje vital en el club por su dominio del español.

James S. Clark

Entre 1889 y 1894 el Club Atleta desarrolló considerable actividad deportiva, de la que tenemos rastro en prensa británica y bilbaína, así como en archivos públicos. Los deportes más practicados por este grupo de trabajadores de los Astilleros del Nervión fueron atletismo, ciclismo y cricket, aunque también se ejercitaron en otros como rugby, remo o sokatira.

Hay constancia de la práctica del fútbol (incluso de un torneo “serio” en el invierno de 1892-1893), lo que no es de extrañar, ya que contaban en sus filas con numerosos futbolistas y exfutbolistas (escoceses en su práctica totalidad), tal como veremos.

Las primeras noticias de fútbol en Vizcaya son anteriores a la aparición del Club Atleta, aunque casi simultáneas a los primeros pasos de los Astilleros del Nervión.

El 29 de junio de 1889 se jugó en Bilbao un partido con fines benéficos (a favor de la viuda de un operario de grúa fallecido) entre dos combinados de marinos británicos (Arrechea, 2013a; Sunderland Daily Echo and Shipping Gazette, 4 de julio de 1889).

El 16 de julio del mismo año, apareció en prensa inglesa una breve reseña de otro encuentro entre marineros británicos jugado en Vizcaya (Arrechea, 2013a; Sunderland Daily Echo and Shipping Gazette, 16 de julio de 1889).

Es probable, en consecuencia, que estos encuentros entre tripulaciones de barcos fueran más frecuentes de lo que imaginamos. Varios cronistas clásicos (Isidro Corbinos, Jacinto Miquelarena o incluso José María Mateos) dejaron escritas alusiones directas o indirectas a estos partidos.

No olvidamos tampoco las noticias, más o menos confusas, sobre la práctica de alguna variedad de foot-ball (y de otros deportes ingleses) en el Colegio de los Jesuitas de Nuestra Señora de la Antigua de Orduña (inaugurado en 1870), desde fechas muy tempranas. Existe incluso una fotografía del patio del colegio (datada en 1878) en la que se aprecia a un niño sosteniendo un balón (Turuzeta, 2012).

Teniendo presentes estos antecedentes, pero regresando a la crónica del Club Atleta, la primera noticia de su existencia y de la práctica del fútbol, la encontramos en el diario escocés Glasgow Evening Post, el 3 de mayo de 1890, narrando un partido entre componentes del Club Atleta jugado el 4 de abril de 1890, entre ingenieros y trabajadores del astillero.

Explicaban, desde Escocia, incluyendo los nombres de los jugadores británicos (escoceses, prácticamente todos) del Club Atleta, así como el equipo en el que habían jugado antes de llegar a Vizcaya:

«Fútbol, el juego en España.

El fútbol se está desarrollando en España, tal y como podemos ver por lo siguiente:

– El club mencionado – El Nervión – está formado por británicos de los empleados (máquinas – departamento de obras) de Martínez Rivas & Palmer, de Bilbao, y como hay un número de jugadores de fútbol y cricket entre los empleados, se ha formado un club atlético.

Siendo Viernes Santo festivo, organizamos un partido entre los empleados británicos del astillero, a celebrar en el Hipódromo, a las once en punto. Siendo un día espléndido, hubo una enorme concurrencia de británicos y nativos, que parecieron disfrutar mucho el juego, y dieron a los jugadores mucho ánimo. El departamento de máquinas, ganando el sorteo, eligió defender la portería del este. El juego durante los primeros quince minutos fue muy igualado, pero el equipo del astillero, que lleva jugando aquí cierto tiempo, gradualmente se impuso, y ganó por 8 goles a 1.

Fue el equipo del Astillero el que realmente jugó el primer partido en España (hace unos seis meses), y no el equipo de Sevilla.

Departamento de máquinas: James D. Weir (South-Western); George Baird (Vale of Leven) y James Mitchell (Kyles); W. Robertson, D. Crawford y Hugh Black (Glasgow Thistle); Fred Gunn (West Gurton), M. McFadzean (Kilmarnock); Thomas Hume (Port-Glasgow Athletic); George Pennycook (Whitefield) y J. Jaye (Glasgow).

Astilleros: P. Preston (Barrow-in-Furness); D. Taylor (Partick Thistle) y James Foster (Blairvaddick); M. Davies (Scotstounhill); Habbieck (Partick Thistle) y B. McKeown (Scotstounhill); A. Beattie y D. Robb (Barrow-in-Furness); Ormonde (Newcastle), Bennett (Fleetwood Rangers) y J. Beattie (Barrow-in-Farness).»

El artículo nos ofrece varios datos significativos. Tal y como hemos avanzado, los jugadores del Club Atleta eran, casi íntegramente, escoceses.

Dos de los jugadores (los hermanos Beattie) que aparecen mencionados como exjugadores de un equipo inglés (Barrow-in-Furness), eran de Glasgow. Angus Beattie tenía a sus espaldas una interesante trayectoria futbolística en Escocia, Irlanda e Inglaterra, sobre la que regresaremos.

Destacamos, como curiosidad, que uno de los jugadores (Hume) procedía de un equipo llamado Port Glasgow Athletic. Podría ser un posible vínculo con el nombre elegido para la entidad polideportiva creada en los Astilleros del Nervión.

Asimismo, se decía: “Fue el equipo del Astillero el que realmente jugó el primer partido en España (hace unos seis meses), y no el equipo de Sevilla”.

Aludían al partido entre el Sevilla Football Club y el Huelva Recreation Club, jugado en el Hipódromo de Tablada (Sevilla) el 8 de marzo de 1890, partido que otro diario escocés (The Dundee and Angus Courier) calificó como “el primer partido de fútbol en España”, y afirmaban que el Club Atleta ya jugó un partido en octubre o noviembre de 1889, poco después de crearse la Sociedad Martínez Rivas & Palmer. Parece evidente que existía un cierto “pique” entre las comunidades escocesas de España sobre cuál de ellas fue la primera en crear un equipo y jugar al fútbol.

En todo caso, ese es, en consecuencia, el año de fundación del Club Atleta de los Astilleros del Nervión: 1889.

El Club Atleta prosiguió con sus eventos y actividades, pero sus partidos de fútbol entre los departamentos de máquinas (ingenieros) y el de los astilleros, tardaron en reaparecer en prensa. Concretamente, hasta el 12 de enero de 1891, nuevamente en el Glasgow Evening Post. Dada la condición de escoceses (y en su mayoría de Glasgow y sus cercanías) de prácticamente todos los futbolistas “atléticos”, no es de extrañar que fuera a dicho diario donde enviaran crónicas de sus partidos más importantes. Leemos:

«Fútbol en España. Departamentos Máquinas v Astilleros de Martínez Rivas & Palmer.

El partido tuvo lugar en el hipódromo de Las Arenas, y fue presenciado por una gran cantidad de los británicos residentes aquí. Fue un día espléndido para el fútbol, y el Departamento de Máquinas ganó el sorteo, eligiendo defender la portería del este, jugando con el viento a sus espaldas. El saque de inicio tuvo lugar a las dos y media, e inmediatamente el Departamento de Máquinas, jugando bien todos juntos, marcó el primer gol un minuto después de empezar. A lo largo de este periodo ellos se impusieron, y cuando finalizó el Departamento de Máquinas iba ganando por 3 a 0. El segundo periodo empezó, y el equipo de los Astilleros, ahora con el viento a sus espaldas, jugó bien, pero fueron incapaces de marcar hasta cinco minutos antes de acabar, cuando anotaron dos goles. El Departamento de Máquinas logró marcar uno en este periodo, y después de un duro e interesante partido, el Departamento de Máquinas se retiró vencedor por 4 goles a 2. Los siguientes compusieron los respectivos equipos:

Departamento de Máquinas- Portero, Weir; Defensas, Baird y Black; Medios, Rearey, Izatt y Haveron; Delanteros, Gunn, Peannycook, Horn, Higgins y Kane. Departamento de los Astilleros- Portero, Merchans; Defensas, Taylor y Foster; Medios, Mellis, Fennah y Hubbick; Delanteros, A. Beattie, Robb, McColl, Bennett y J. Beattie.»

Observamos que, muchos de los jugadores de ambos equipos se mantenían nueve meses después del primer partido del que disponemos crónica. También parece consolidarse una rivalidad no exenta de componentes sociales (un elitista departamento de máquinas, con ingenieros, universitarios, frente a un equipo de los astilleros, formado por trabajadores manuales).

En septiembre y octubre de 1891, fueron noticia en prensa bilbaína diversos eventos polideportivos organizados por el Club Atleta de los Astilleros del Nervión en el Hipódromo de Lamiako, con pruebas de ciclismo, atletismo (carreras, saltos), cricket, carreras de sacos, cucañas y “juego de fuerza” [“entre los operarios del taller de Maquinaria y los del Astillero, limitado a dos grupos de seis personas de cada departamento (todos españoles). Entrada para competir (cada persona), 1 peseta.”] (El Nervión, 9 de octubre de 1891).

Esta prueba “de fuerza” (que suponemos, podría ser una competición de tira y afloja o sokatira) era la única limitada a ciudadanos españoles, mientras que las otras eran pruebas abiertas a todos. Se repetía la competición directa entre el departamento de máquinas y los astilleros.

Entre los ganadores de estas pruebas encontramos apellidos británicos (Harcot, Armstrong, Officer, Dobbie, Freeman, Brand, Beattie), algunos de ellos corresponden a futbolistas, así como un apellido español (A. Soriano, tercer clasificado en varias pruebas de ciclismo).

La competición de “juego de fuerza” fue ganada por el equipo de los astilleros, liderado por Luis Guistra (El Nervión, 18 de octubre de 1891).

Hay que esperar a finales de 1892 para encontrar noticias de nuevos partidos de fútbol de carácter formal.

Tan formales, que el secretario del Club Atleta, Henry (“Enrique”) Jones, solicitó por escrito al Gobierno Civil y al alcalde de Lejona permiso para la disputa de un partido en el Hipódromo de Lamiako entre su club y una nueva sociedad, el Bilbao Football Club.

Fragmento de la instancia presentada por Henry V. Jones ante el alcalde de Lejona (18 de noviembre de 1892). Archivo Félix Martialay-CIHEFE.

El 1 de noviembre de 1892 se jugó un partido entre el Club Atleta y el Bilbao FC con público (los señores pagaban una peseta por sentarse en preferencia y dos reales por estar en entrada general, las señoras tenían entrada gratuita).

Así mismo el Gobierno Civil autorizó al Club Atleta a disputar partidos en Lamiako durante “toda la temporada de football”, del 8 de diciembre al 1 de abril (realmente, finalizó el 2 de febrero).

Varias noticias en prensa bilbaína indican que, en ese invierno de 1892-1893, se disputó un torneo en Lamiako en el que se enfrentaron, en varios partidos, un equipo del Club Atleta (probablemente un combinado de los mejores jugadores de cada equipo de los respectivos departamentos) y el nuevo Bilbao FC (también formado por británicos residentes en Vizcaya, pero no vinculados a los astilleros, como Alfred Mills). Publicaba El Noticiero Bilbaíno, el 2 de febrero de 1893: 

«Gran partido de pelota a pie (Football). – Club Atleta de los Astilleros del Nervión contra Bilbao. Con permiso de la autoridad competente (y si el tiempo lo permite) se jugará dicho partido hoy 2 de Febrero de 1893, en el hipódromo de Lamiaco, a las 3-15 en punto de la tarde. Este partido ha de decidir la adjudicación de las medallas presentadas por el Sr. Clarke.

Precios: Entrada de preferencia, 1´00 peseta. – General, 0´50 id. – Gratis a las señoras y socios.

Nota. El despacho de billetes estará abierto en el estanco del Arenal todos los días, incluso el del partido, hasta la una de la tarde, y en el Hipódromo desde esta hora en adelante.»

El torneo lo ganó el Club Atleta, recibiendo sus componentes unas medallas de manos de James S. Clark el 22 de abril de 1893, después de un partido de cricket jugado en Lamiako (El Noticiero Bilbaíno, 22 de abril de 1893).

El 3 de mayo de 1894 sería noticia el primer partido de “británicos contra españoles” (mayoritariamente, trabajadores de los Astilleros del Nervión), es un partido sobre el que fantasearían y crearían muchos tópicos en los años sucesivos. Vencieron los primeros 5-0, con estas alineaciones:

Británicos: G. Baird, Mrs. Hamilton, Wilson, Mc. Donald, Rearey, Smeddon, Bell, Bruce, A. Roble, Armstrong y Brand.

Españoles: S. Borde, J. Alarcón, R. Lecué, B. Zavala, V. Milicua, B. Otero, A. Zuvillaga, P. Unzueta, J. Azcué, F. San José y Greaves.

Como ya hemos visto al presentar la historia de los Astilleros y de la Compañía Martínez Rivas & Palmer, en 1894 se inició la marcha de todos los trabajadores británicos. Llegaba pues, a su fin, la aventura del Club Atleta.

Por ausencia de rivales, o por otros avatares, la desaparición del “Athletic Club” del Nervión, también acarreó la de sus rivales, el Bilbao FC.           

Habría que esperar a 1900-1901 para asistir al renacimiento del fútbol en Bilbao, tal y como veremos.

– Futbolistas destacados en el Club Atleta de los Astilleros del Nervión.

Como hemos avanzado, entre los jugadores del Club Atleta se encontraban futbolistas de larga trayectoria en numerosos equipos.

El mejor ejemplo es Angus McNichol Beattie.

Había nacido en Govan (Escocia) el 29 de diciembre de 1861, y fallecería en Newcastle upon Tyne (Inglaterra) en diciembre de 1924.

Era un extremo derecho bastante notable, y antes de viajar a Vizcaya en noviembre de 1889, para trabajar en los Astilleros del Nervión y jugar en el Club Atleta, había destacado en el equipo inglés de Barrow-in-Farness. Su marcha provocó una gran conmoción en la localidad (Barrow Herald, 12 de noviembre de 1889).

Angus McNichol Beattie (1861-1924)

Con anterioridad, había desarrollado una sólida trayectoria en equipos escoceses (Pollockshields Athletic Club), irlandeses (Distillery FC) e ingleses (Elswick Rangers).

Especialmente fructífera fue su etapa en Belfast, en 1885 fue ganador de la Irish Cup (Copa de Irlanda) con el Distillery.

Se casó en Bilbao en 1893 con una compatriota (Laura Geraldine Jones), tendrían nueve hijos.

Consta que era jugador del Club Atleta ganador del torneo del invierno de 1892-1893, porque en un diario de Belfast (Ulster Football and Cycling News), el 8 de septiembre de 1893, comentaron: “Beattie, un escocés, quien hace un tiempo jugó un poco para el Distillery, ha estado aquí, y nos ha enseñado una medalla que ganó en una competición de fútbol de Bilboa [sic] en España”.

Junto a Angus, llegó al Club Atleta, a los dieciséis años, su hermano pequeño James “Jack” Beattie (nacido el 12 de enero de 1873 en Govan, Escocia). No tuvo una trayectoria tan completa como la de su hermano mayor, pero también había jugado en el Elswick Rangers y en el Barrow-in-Farness, asimismo en el Newcastle West End (que acabaría formando el actual Newcastle United FC al fusionarse con el Newcastle East End).

Los hermanos Beattie, como hemos visto, destacaron en el equipo del Departamento de Astilleros del Club Atleta.

Entre sus rivales “elitistas” del equipo del Departamento de Máquinas destacamos la figura del portero, James D. Weir.

Era un ingeniero de los astilleros de Clydebank (Escocia), llegó a los Astilleros del Nervión en octubre de 1889.

Tras estar varios años trabajando para la Martínez Rivas & Palmer, y jugando como portero en el Club Atleta, desarrolló una larga carrera como ingeniero hasta su fallecimiento en 1937, con 72 años. Trabajó en el Reino Unido y en destinos remotos del Imperio Británico como Penang (Malasia).

Consta la existencia en el número 66 de la Buchanan Street de Glasgow de una joyería, relojería y platería llamada “James Weir”, cuya especialidad era la confección de los trofeos de clubs deportivos, como los que solían recibir los miembros de los Clydesdale Harriers, considerado el primer club de atletismo amateur de Escocia.

Es probable que las medallas que se otorgaron en el torneo de los Astilleros del Nervión el invierno de 1892-1893 procedieran de la citada joyería, al igual que lo fue el reloj de oro con el que se le obsequió al veterano trabajador de la construcción naval McMurchie –que regresaba a Escocia para trabajar en la localidad de Troon–, con la inscripción siguiente: “Entregado al Sr. McMurchie, por los responsables de los Astilleros del Nervión. Bilbao, España, octubre de 1891”.

Es interesante comparar la trayectoria de un futbolista aficionado, de clase social alta y universitario, como Weir, que juega en el Club Atleta por pura afición, sin pretensión alguna de jugar en más equipos ni dedicar al fútbol más tiempo del estrictamente necesario, con la de futbolistas casi semiprofesionales como los hermanos Beattie.

En su caso, sus cambios de trabajo y residencia estaban vinculados con su incorporación a diferentes clubes de fútbol, cuyos directivos les proporcionaban empleos en sus empresas. Son dos concepciones diferentes del sport, no ajenas a los debates ideológicos de finales del siglo XIX sobre la concepción misma del deporte (por ejemplo, los mantenidos entre Coubertin, con su visión elitista, y Grasset, con planteamientos sociales) y el concepto “amateur” (Arrechea, 2018a).

– El Athletic Club (1901-).

Con la marcha de los británicos de los Astilleros en 1894-1895, el fútbol parece desaparecer en Vizcaya durante unos años. Fenómenos similares se dieron en otros lugares de España en los que las comunidades de trabajadores ingleses (¡y sobre todo escoceses!) fundaron clubes de fútbol en ese periodo. Eran población flotante y los clubes deportivos que fundaban, desaparecían con su marcha.

Hay que esperar a 1900 para asistir al nacimiento de un nuevo club: el Bilbao Football Club (sin relación, a pesar de compartir nombre, con el Bilbao Football Club existente en 1892-1893, formado por británicos), fundado por varios jóvenes bilbaínos de clase alta que habían estudiado en Inglaterra y conocido allí el fútbol, como Carlos Castellanos Jacquet (Bilbao, 1881) y su hermano Manuel (Bilbao, 1883). Los Castellanos Jacquet eran hijos de padre mexicano y, por parte materna, nietos de un banquero francés.

Se comenta en ocasiones que el grupo que fundaría el Bilbao FC en 1900 jugaba partidillos informales desde 1896, aunque parece una versión construida con posterioridad, en el contexto de las polémicas eternas sobre la antigüedad de los equipos.

Los hermanos Castellanos fueron acompañados en la iniciativa por otros jóvenes sportsmen de la alta sociedad de Las Arenas y Algorta (Guecho), como Ramón de Aras Jáuregui (Bilbao, 1881-San Sebastián, 1966, quien sería el cuarto presidente del Athletic Club), Luis Arana Urigüen (Santander, 1874-Bilbao, 1951, portero del Athletic campeón del Concurso Madrid de 1902, campeón de España de golf, olímpico en vela en 1928…), José Antonio Arana Urigüen (1872), Ricardo Ugalde Moneo (Gorliz, Vizcaya, 1877), Manuel Graciano de Ansoleaga Aguirre (Guecho, Vizcaya, 1879), Antonio Guinea Basterra (Bilbao, 1883) o José Zulueta Ysasi (Algorta, 1882).

Zulueta era nieto de Julián de Zulueta y Amondo (1814-1878), marqués de Álava, alcalde de La Habana, traficante de esclavos y productor de azúcar. Una de las personas más acaudaladas de la Cuba del siglo XIX.

El célebre director de cine, guionista y cartelista Iván Zulueta Vergarajáuregui (1943-2009), autor del filme de culto “Arrebato”, también era descendiente de esta familia.

Se unirían al equipo algunos británicos residentes en Vizcaya (Charlton Levick, Walter Evans, George Langford, William Llewellyn Dyer, Butwell, George P. Cochran, etc.), y otros personajes destacados de la burguesía local, como Santiago Martínez de las Rivas Tracy (Bilbao, 1877-Madrid, 1906), hijo de José Martínez Rivas, propietario de los Astilleros del Nervión.

Asimismo, Enrique Timoteo González Bishop (Bilbao, 1872-México 1936), más conocido como Enrique González de Careaga, ya que unió los dos apellidos de su padre (Manuel González Careaga), y que sería el tercer presidente del Athletic Club.

La sociedad se creó en una reunión informal celebrada en la casa que José Luis de Villabaso Gorrita (Bilbao, 1852-1917) tenía en Algorta.

La fecha fundacional del nuevo Bilbao FC (30 de noviembre de 1900, festividad de San Andrés, Apóstol), puede ser casual o interpretarse en clave nacionalista vasca (Aras Jáuregui era un destacado nacionalista), o carlista (Turuzeta, 2012; Corcuera, 2016).

Al no conservarse el Libro de Asociaciones de Vizcaya, no podemos confirmar si el Bilbao FC de 1900 llegó a registrarse, ni cuándo lo hizo (lo mismo ocurre con el Club Atleta, con el Bilbao FC de 1892, o con el Athletic Club). Aunque suponemos que lo hizo (y poco después de su fundación), ya que su reglamento fue aprobado por el gobernador civil e impreso en 1901.

Unos meses después, en febrero de 1901, en una reunión celebrada en el Café García (Gran Vía 38, Bilbao), otro grupo de sportsmen bilbaíno (personajes vinculados al velocipedismo, a la gimnasia, al automóvil…), quién sabe si animados por las primeras noticias sobre la fundación del Bilbao FC, iniciaba conversaciones para fundar el Athletic Club.

Dichas conversaciones fructificarían el 11 de junio con la elección de una Junta Directiva compuesta por:

Presidente: Luis Márquez Marmolejo (Moguer, Huelva, 1876-Bilbao, 1930)

Vicepresidente: Francisco Javier Íñiguez Carreras (Logroño, La Rioja, 1881-Segovia, 1923)

Tesorero-contador: José María Barquín Eguía

Secretario: Enrique Goiri Bayo (Bilbao, 1879-Madrid, 1925)

Vocales: Alejandro Acha Bárcena (Bilbao, 1878-1917), Amado Arana Mendívil (Bilbao, 1879), Luis Cosme Silva Abaitua (Bilbao, 1879) y Fernando Yraolagoitia Olea (Zaldibar, Vizcaya, 1877)

Primer capitán: Juan Astorquia Landabaso (Bilbao, 1872-1905)

Segundo capitán: Alfred Edward Elvin Mills (Cornualles, Inglaterra, 1874-Algorta, Vizcaya, 1929).

El único extranjero era Mills, como hemos visto había sido jugador del Bilbao FC de 1892. No estaba vinculado a los Astilleros (era telegrafista) y siguió viviendo en Vizcaya hasta la muerte. Se casó con la riojana Fructuosa Rafaela del Valle Rubio (Laguna de Cameros, La Rioja, 1871-Bilbao, 1948). Tuvieron dos hijos.

La elección del nombre para el club (Athletic) no pudo ser casual. Alguien (¿Mills?) pareció recordar al Club Atleta de los Astilleros del Nervión y hubo un aparente homenaje en el nombre de la nueva entidad. El nombre más lógico para un nuevo club de fútbol fundado en Bilbao (Bilbao Football Club), ya estaba “cogido”.

Encontrar más vínculos entre las dos sociedades (el Club Atleta de 1889-1894 y el Athletic Club de 1901) parece complicado, sobre todo teniendo en cuenta que el único inglés (de Cornualles en puridad, concretamente de la península The Lizard, punto más meridional de la Gran Bretaña) del equipo (Mills), había jugado en el antiguo Bilbao FC, no en el Club Atleta (formado por escoceses, casi en exclusiva).

Para más inri, tal y como hemos visto, el hijo del fundador de los astilleros del Club Atleta (Santiago Martínez de las Rivas), no formaba parte inicialmente del nuevo Athletic, si no del nuevo Bilbao FC. Pero regresaremos a esa polémica en las conclusiones.

Según el relato de José María Mateos (1921, 1922, 1948), la junta del nuevo Athletic Club presentó sus estatutos al Gobierno Civil de Vizcaya el 28 de agosto de 1901, y el 5 de septiembre del mismo año tuvo lugar en el Café García la asamblea constitutiva de la entidad. Acordaron, asimismo, arrendar junto al Bilbao FC los terrenos de juego de Landako.

Los socios asistentes a esa primera asamblea del Athletic Club fueron:

Alejandro Acha Bárcena (Bilbao, 1878), Fernando Yraolagoitia Olea (Zaldibar, Vizcaya 1877), Pedro Yraolagoitia Olea (Zaldibar, Vizcaya, 1880), Luis Cosme Silva Abaitua (Bilbao, 1879), Alejandro de la Sota Izaguirre (1882), Amado Arana Mendívil (Bilbao, 1879), Ramón Anselmo Silva Abaitua (Bilbao, 1884), Remigio Restituto Eguren Goiri (Bilbao, 1880), Paulino Iturrino González (Santander), Rafael María Yanke Murueta (Bilbao, 1879), Luis Yanke Murueta, Ángel Pérez Goiri, Ulpiano Julio Torre Alonso (Muskiz, Vizcaya, 1881), Alfred Edward Elvin Mills (Cornualles, Inglaterra, 1874), Ricardo Eusebio Quintana Fano (Bilbao, 1877), Antonio Alejandro Zubillaga Yurrebaso (Bilbao, 1876), Cristóbal Luis Ybarzabal Goyri (Bilbao, 1879), Luis Márquez Marmolejo (1876, Moguer, Huelva), Luis Wenceslao Astorquia Landabaso (Bilbao, 1883), José María Alday Larragoitia (Madrid, 1881), Francisco Javier Íñiguez Carreras (Logroño, 1881), Eduardo María Montejo Aristegui (Bilbao, 1879), Pedro Alejandrino Igartua Perla (Bilbao, 1872), José María Ibáñez de Aldecoa Abaroa (1878), Agustín Orensanz Molina (1880), Rafael José Gutiérrez Río (Bilbao, 1880), Federico Evaristo de Olano Emparan (San Sebastián, Guipúzcoa, 1882), Miguel de Maeztu Whitney (Vitoria, Álava, 1880), César Arana Mendívil (Bilbao, 1880) y Luis Damborenea Rementería (Hendaya, Francia, 1880).

Todos ellos jóvenes de entre veintinueve y diecisiete años, deportistas de los que frecuentaban gimnasios como el Zamacois (inaugurado en 1879), u otros clubes deportivos de la ciudad ya existentes.

Bilbao tenía un emergente tejido asociativo deportivo (Torrebadella, Olivera & Bou, 2015), de los que son testimonio el Club de Regatas de Bilbao (fundado en 1867), el Sporting Club (1881), el Club Náutico (1881), la Sociedad de Velocipedistas (1886), el Veloz Club (1894) o el Círculo de Esgrima (1897).

La mayoría de los socios fundadores, tanto del Bilbao FC como del Athletic Club, aparecen en los listados de socios del Sporting Club de Bilbao y del Club Marítimo del Abra, a principios del siglo XX (Alonso Olea, 2003).    

Algunos de aquellos jóvenes sportsmen habían estudiado en Gran Bretaña y muchos eran familiares, hermanos o primos.

Entre los apellidos, encontramos a algunas de las familias más importantes de la pujante burguesía local, como los de la Sota, pero también personajes de diferente clase social, como el sastre Agustín Orensanz (destacada figura del socialismo bilbaíno).

Asimismo, observamos personajes nacidos en varios lugares de España (empezando por el primer presidente, el onubense Luis Márquez Marmolejo), y en el extranjero.

Así como apellidos de procedencia diversa, ya que, además del inglés Mills, también figuran entre los fundadores del Athletic los hermanos Yanke, cuyo padre (German Yanke Bettel) era originario de la región de los Sudetes, en la actual República Checa. Según algunas versiones el apellido original era Yankelevitch o Jankelevitch.

El conocido periodista Germán Yanke Greño (1955-2017), pertenecía a esta familia.   

Otro personaje ante el que parece oportuno detenernos, aunque sea brevemente, es el editor alavés de madre inglesa Miguel de Maeztu, hermano del escritor y pensador Ramiro de Maeztu (1874-1936).

El cántabro Paulino Iturrino también era hermano de un artista célebre, el pintor fauvista Francisco Iturrino González (1864-1924).

Luis Márquez Marmolejo (Moguer, Huelva, 1876-Bilbao, 1930). Primer presidente del Athletic Club.

También constituye una novedad, y así la destacamos, la identidad completa de muchos de los primeros socios y directivos del Athletic.

Por ejemplo, no era conocido que el primer presidente del Athletic Club, Luis Márquez Marmolejo, era andaluz. Estaba casado con la alavesa (de Nanclares de la Oca) Magdalena Moral, y fue empleado de comercio en varias empresas, en el momento de su deceso (en las navidades de 1930 a causa de un coma diabético) era el jefe administrativo de Cementos Cosmos.

Y, asimismo, el primer vicepresidente fue el riojano Francisco Íñiguez Carreras (cuya familia materna, los Carreras Iragorri, tenía una empresa de conservas de pescado en Lekeitio), quien sería alcalde de Logroño (1909-1911) y uno de los fundadores del Logroño Recreation Club en 1912, así como delegado de la Real Unión Española de Clubs de Foot-ball en 1913, y divulgador del ciclismo y otros deportes en La Rioja.

El 23 de febrero de 1902 se había fundado el Portugalete Athletic Club (otra entidad que podría haber reivindicado la herencia del Club Atleta, por proximidad física y por nombre), club que se integraría en el Athletic Club.

El 29 de marzo de 1903 se produciría la integración del Bilbao FC en el Athletic, antaño rivales acérrimos (en 1902 se habían unido temporalmente para formar el llamado “Bizcaya” y ganar el Concurso Madrid de Football). Y finalmente, en 1907, el Athletic absorbería asimismo a un club de cierta pujanza en la Vizcaya futbolística de principios del siglo XX, el llamado The Union FC. Rescataron la formula del “Bizcaya” (en esta ocasión como “Club Vizcaya”) para competir en la Copa del Rey de 1907 (serían finalistas).

El 26 de abril de 1903, los socios del Athletic residentes en Madrid fundaron una sucursal, el Athletic Club en Madrid. El 20 de febrero de 1907 el Athletic Club madrileño se inscribiría en el Registro de Asociaciones de Madrid, obteniendo personalidad jurídica propia. Tras varios cambios de nombre (Athletic Club, Athletic Club de Madrid, Athletic Aviación Club, Club Atlético Aviación), desde 1947 sería conocido como Club Atlético de Madrid.

Esta podría ser, en resumen, la historia del renacimiento del fútbol organizado en Bilbao a partir de 1900. Pero esta crónica (objetiva y avalada por la hemeroteca y los archivos) no era útil para José María Mateos.

Para él era importante que el Athletic fuera más antiguo que el FC Barcelona de Gamper (fundado en 1899, aunque sobre su proceso fundacional también se ha construido una versión oficial edulcorada y cuestionable) (Arrechea, 2012b, 2015, 2018b) y, probablemente, también consideraba necesario que fuera más antiguo que el Bilbao FC (de 1900).

Por todo ello, se inventó una versión alternativa del nacimiento del Athletic Club. Empezó en 1921, en plenas polémicas con el Barça sobre el “Decanato del fútbol español” (no participaba aún de estas polémicas el Recreativo de Huelva), y ya entonces esbozó su historieta (“las patrañas”, en palabras de Turuzeta).

Para que el Athletic fuera más antiguo que el FC Barcelona y que el Bilbao FC, ubicó en una fecha indeterminada de 1898 el nacimiento del club. Imitando al Barça y su nacimiento en el Gimnasio Solé, creó la historia de “un grupo de entusiastas al fútbol”, que se reunían en el Gimnasio Zamacois y se desplazaban “algunos domingos a jugar a Lamiaco”, hasta que (tres años después, en 1901) se decidieron a “oficializar” la entidad, sin aportar un solo partido jugado o una sola noticia que avalara esta versión.

Con los años, fue modificando la historia, adornándola con más detalles y anécdotas. De hecho, durante años, su versión no fue aceptada por mucha gente, el mismo “Rolando”, cronista de El Liberal al que ya nos hemos referido, explicaba con naturalidad el 11 de julio de 1926 que el Bilbao FC se había creado en 1900 y el Athletic Club en 1901.

Aunque algunos puntos Mateos tuvo que eliminarlos o matizarlos en las diferentes ediciones de su libro de historia del club, incidió en la misma línea argumental, mezclando por lo general las historia del Bilbao FC y del Athletic, y practicando un estilo narrativo (forzando el lenguaje y estirando argumentos, para que sus conclusiones previas no pudieran ser cuestionadas), que vemos reproducido en la actualidad en no pocos estudios sobre “fundaciones” de clubes de fútbol.

Sin embargo, jamás mencionó al Club Atleta de los Astilleros del Nervión, ni al Bilbao FC de 1892, quizás por simple desconocimiento, aunque en las últimas versiones de su historia del Athletic (Mateos, 1948) sí incorporó el partido “entre ingleses y bilbaínos” de 1894, aunque reduciéndolo a una “fanfarronada”.

Turuzeta (2012) considera que Mateos obviaba los antecedentes británicos de forma intencionada, porque era “patriota español y ferviente católico”.

Discrepamos de esta versión, ya que consideramos que, si Mateos hubiera conocido al Club Atleta de los Astilleros del Nervión de 1889, no hubiera necesitado inventarse la historieta del Gimnasio Zamacois en 1898 para proclamar una definitiva “victoria” a favor de Bilbao en la batalla dialéctica que mantenía con el FC Barcelona en torno al manido “Decanato”, algo vital para él.

Resulta llamativo, que ninguno de los numerosos historiadores, investigadores y periodistas, que se ha dedicado (desde la época de Mateos hasta hoy) a investigar sobre la historia del Athletic, haya indagado sobre la figura del primer presidente (Luis Márquez Marmolejo) y su lugar de nacimiento (Moguer, Huelva). Parece poco probable. Quizás es que, este hecho (un presidente fundador emigrante, nacido en Andalucía), resultaba incompatible con determinadas ideologías o relatos imperantes sobre la idiosincrasia del Athletic Club, y eso explicaría la omisión.      

Hemos visto en casos similares en otros lugares de España, cómo al escribir la historia de clubes fundados en los últimos años del siglo XIX o en los primeros del XX, se desconocían por completo antecedentes de la misma ciudad acaecidos apenas unos años antes, protagonizados por comunidades británicas que habían fundado clubes de fútbol sin repercusión social en las ciudades en las que vivían. También hemos visto como la historia de clubes de fútbol se manipula para adaptarla a la realidad actual, o a ideologías o relatos culturales determinados, renunciando a todo rigor. El caso concreto del Athletic Club no constituye una excepción.         

– Conclusiones.

Hemos aclarado varios errores sobre el Club Atleta de los Astilleros del Nervión, para empezar, su año de nacimiento (1889). Asimismo, su composición y la procedencia de sus deportistas (Escocia, fundamentalmente), así como los deportes que implementaron (atletismo, ciclismo, cricket, rugby, remo, sokatira, fútbol) y su año de desaparición (1894).

Fue un club polideportivo y de recreo, formado en el seno de una empresa (Martínez Rivas & Palmer), para distraer a sus trabajadores. Expatriados británicos que vivían en un considerable aislamiento de los “nativos”, respecto a los cuales mantenían una distancia física, cultural y social, por diferentes motivos. 

Es interesante incidir en esas diferencias, internas en el propio club, entre departamentos más elitistas como el de “máquinas” y otros más “populares” como el de los trabajadores del astillero, y las externas, las existentes entre la comunidad británica encerrada sobre sí misma en la Vizcaya de finales del siglo XIX, con sus problemas sociales y políticos, las epidemias, y el abismo cultural e ideológico que le separaba del resto de la población.

Consideramos que el Club Atleta es un sujeto de estudio interesante por sí mismo, al margen de las polémicas sobre decanatos, fechas de fundación de clubes, etc. que, como el Guadiana, siempre regresan.

De todas formas, siendo conscientes de la existencia del debate, no lo rehuiremos.

No consideramos aceptable afirmar que el Club Atleta de 1889-1894 y el Athletic Club de 1901 sean la misma sociedad.

Existen siete años de diferencia entre la desaparición del primero y la constitución del segundo. Siendo los fundadores del Athletic completamente diferentes y ajenos a los componentes del Club Atleta.

Los que defienden que se trata de la misma entidad aplican el llamado argumentum a silentio. Según ellos, la ausencia total de noticias no indica la desaparición del fútbol en Vizcaya, sólo denotaría un supuesto retraimiento, una falta de “burocracia”.

Nosotros lo interpretamos en sentido literal. La ausencia total de noticias sobre fútbol organizado en Vizcaya denota la desaparición del fútbol organizado en Vizcaya en ese periodo. 

Además se omite que el Club Atleta era un “club de empresa”, de carácter polideportivo, mientras que el Athletic Club es un club de fútbol.

Existe una similitud en el nombre que, sin duda, prueba la voluntad de homenajear o recordar a los pioneros.

Esa correlación coincidente, coincidencia geográfica (relativa, el Athletic nace en Bilbao, el Club Atleta en Sestao) y similitud en el nombre, permite forzar los argumentos y aplicar sesgos o prejuicios para priorizar las pruebas que avalan las tesis previas, despreciando las que las cuestionan. Post hoc, ergo propter hoc.

Es una forma de investigar en estos temas que ya conocimos en el caso (muy similar) del Sevilla Football Club de 1890-1893, y su identificación con el Sevilla FC actual. Términos ambiguos como “refundación”, “reconstitución”, “oficialización” se usan según conviene, para que el puzle encaje a gusto del consumidor (Arrechea, 2013b).

En conclusión, descartada la teoría según la cual el Club Atleta de 1889 y el Athletic Club pudieran ser la misma entidad, e igualmente superada por poco seria la vieja teoría de Mateos de un Athletic “no oficializado” existente desde 1898, consideramos que el Athletic Club nace en 1901, con el onubense Luis Márquez como primer presidente.

Estamos conmemorando su 120º aniversario.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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REFERENCIAS DOCUMENTALES

Archivo Histórico Eclesiástico de Bizkaia (AHEB-BEHA). Parroquia (Bilbao-Torre Urizar) San Francisco de Asís. Signatura: 6976/001-00. (Libro nº 16 de difuntos).

ARCHIVOS PÚBLICOS CONSULTADOS

Archivo Histórico Foral de Bizkaia. Bilbao, Vizcaya.

Archivo Histórico Eclesiástico de Bizkaia. Derio, Vizcaya.

Archivo Histórico Diocesano de San Sebastián. San Sebastián, Guipúzcoa.

Archivo Histórico Diocesano de Vitoria. Vitoria, Álava.

Archivo Histórico Municipal de Moguer. Moguer, Huelva.

Archivo Histórico Diocesano de Santander. Santander.

Registro Civil de Bilbao. Administración de Justicia de Euskadi.

Registro Civil de Moguer. Ministerio de Justicia.

Archivo Félix Martialay-CIHEFE. Madrid.




La guerra del fútbol televisado (1996) y la primera querella contra Ángel Villar

I. Los derechos televisivos del fútbol en la década de 1990

Aunque Televisión Española inició sus emisiones regulares el 28 de octubre de 1956, desde años antes se venían realizando diversas pruebas para ponerla en marcha. Una de esas pruebas tuvo lugar el 26 de octubre de 1954 y consistió en la retransmisión de un Real Madrid – Real Racing Club de Santander, que sería el primer partido televisado en España.

Desde 1959 TVE incluyó en su parrilla diversos partidos de fútbol, si bien no fue hasta octubre de 1963 cuando se llegó a un acuerdo con la Real Federación Española de Fútbol para televisar todas las semanas un partido de Liga. Inicialmente se televisaba los domingos, pero a partir de la temporada 1971-72 la retransmisión pasó a los sábados, pues fue interés de la RFEF que el fútbol televisado no colisionara con el resto de los partidos que se jugaban también en domingo.

Desde la temporada 1987-88, y en virtud de un convenio suscrito entre la Liga Nacional de Fútbol Profesional, RTVE y las televisiones autonómicas de Galicia, Cataluña y el País Vasco, estas últimas empezaron a emitir en sus respectivos territorios el partido semanal que en el resto de España seguía emitiendo TVE a través de su segunda cadena. Este convenio fue prorrogado hasta la temporada 1989-90, último año en que la Televisión Española emitió partidos del Campeonato Nacional de Liga.

Al terminar la temporada 1988-89, la Liga Nacional de Fútbol Profesional presentó un concurso privado en virtud del cual se ofrecían los derechos para retransmitir un partido por jornada a partir de la temporada 1990-91. Se adjudicó el 20 de julio de 1989 por 19.100 millones de pesetas a la mercantil Promoción del Deporte SA, sociedad controlada por dos socios de Dorna SA y presidida por Carlos García Pardo, también presidente de Dorna SA. Tan solo diez días después, el 1 de agosto de 1989, Promoción del Deporte SA vendió por 19.673 millones de pesetas todos los derechos a las televisiones autonómicas de Cataluña, Valencia, Madrid y País Vasco.

El 11 de enero de 1990 se firmaron dos contratos relevantes. En virtud del primero de ellos, las televisiones de Galicia, Cataluña y País Vasco ofrecieron a las de Madrid, Andalucía y Valencia emitir los partidos que faltaban de esa temporada 1989-90. En el segundo contrato de esa misma fecha el canal autonómico andaluz se incorporó al contrato de 1 de agosto de 1989, lo que le posibilitó emitir el fútbol desde la temporada 1990-91.

Ese contrato de 1 de agosto de 1989 sin embargo no se llegó a ejecutar pues el día 6 de julio de 1990 se firmó una nueva serie de contratos en virtud de los cuales la Liga de Fútbol Profesional cedió los derechos televisivos por ocho temporadas (desde la 1990-91 hasta la 1997-98). Como cesionarios aparecían no solo las televisiones autonómicas, sino también Canal Plus, televisión privada recientemente creada al amparo de la Ley 10/1988, de 3 de mayo, de Televisión Privada.

El conjunto de las televisiones autonómicas pagaría 42.000 millones de pesetas por la emisión de un partido el sábado, y Canal Plus 12.000 millones por la emisión de un partido codificado los domingos. El primer partido emitido en Canal Plus con el sistema de codificado fue el 2 de septiembre de 1990, un Valencia – Atlético de Madrid.

II. La primera guerra del fútbol

Partiendo de la base de que solo los clubes y sociedades anónimas deportivas son dueñas de sus derechos, al margen de cuál sea la entidad encargada de la gestión, a principios del año 1996 la televisión privada Antena 3 TV, a través de la mercantil Gestora de Medios Audiovisuales SA, empezó a negociar directamente con cada uno de los clubes la cesión de los derechos para la emisión de sus partidos a partir de la temporada 1998-99, pensando en el mercado que se iba a abrir de la televisión vía satélite y el pago por visión (pay per view).

Estos movimientos generaron una carrera por conseguir contratos con el mayor número de equipos posible entre la propia Antena 3 y Canal Plus, a la que se sumó la cadena autonómica TV3, ya que la propia asamblea de la Liga de Fútbol Profesional en su reunión de 12 de abril de 1996 autorizó a los equipos a celebrar sus contratos individuales con los medios a partir de la temporada 1998-99.

Gestora de Medios Audiovisuales SA (GMA) firmó contrato con 27 equipos de primera y segunda división por cinco temporadas, desde la 1998-99 hasta la 2002-03. En cada uno de esos contratos se incorporó una cláusula (19ª) que hacía una previsión respecto a las temporadas 1996-97 y 1997-98, estaban incluidas en el contrato de las televisiones autonómicas y Canal Plus firmado el 6 de julio de 1990. En esa cláusula 19ª se contemplaba la posibilidad de que la entidad deportiva firmante pudiera llegar a disponer de los derechos correspondientes a esas temporadas, en cuyo caso se incorporarían al contrato individual firmado por cada entidad futbolística, que de ese modo transmitiría a GMA los derechos correspondientes a las temporadas 1996-97 y 1997-98.

El 11 de julio de 1996 la Liga de Fútbol Profesional acordó pedir a la Forta la modificación del contrato de 6 de julio de 1990 con el fin de que en las dos temporadas siguientes Antena 3 TV pudiera emitir un partido en abierto. El 1 de agosto la Forta aprobó por unanimidad de todos sus miembros abrir el contrato de 1990, a cambio de que se les garantizar la exclusiva de los derechos de emisión de fútbol en abierto entre 1998 y 2003.

Por su parte Sogecable SA, sociedad gestora de Canal Plus, se oponía tajantemente a cualquier modificación del contrato de 6 de julio de 1990.

El 8 de agosto de 1996 se celebró una asamblea extraordinaria de la Liga de Fútbol Profesional donde los clubes asistentes votaron y aprobaron, entre otros, el acuerdo presentado por el Real Madrid C.F. «B», donde se proponía otorgar a Antena 3 TV el derecho de transmitir un partido de Liga los lunes durante las temporadas 1996-97 y 1997-98, en tercera opción tras Canal Plus y las televisiones autonómicas. Si la jornada se jugaba en miércoles, el partido de Antena 3 se emitiría el jueves. En esta asamblea, así como en las inmediatamente anteriores, se representó el enfrentamiento entre Canal Plus y Antena 3 a través de los clubes que habían firmado respectivamente con una y con otra. Tan solo votaron a favor los 27 equipos de Antena 3, hubo una abstención, y aquellos que tenían contrato con Canal Plus se negaron incluso a emitir voto alguno.

En ese mes de agosto de 1996 se sucedieron las negociaciones en todas las bandas implicadas, y finalmente el día 29 una nueva Asamblea Extraordinaria de la Liga acordó de forma temporal que Antena 3 pudiera emitir partidos los lunes durante las cinco primeras jornadas de Liga, tiempo tras el cual, si no se hubiera firmado un contrato definitivo, los clubes podrían negociar unilateralmente sus derechos.

Finalmente, el 17 de octubre de 1996 la LNFP firmó el contrato con Antena 3 y GMA en el que se plasmó la decisión adoptada por la asamblea extraordinaria del 8 de agosto, fijándose un precio por temporada de 3.200 millones de pesetas por temporada. El primer partido de los lunes fue retransmitido el 2 de septiembre de 1996, un RCD Espanyol – Real Sporting de Gijón.

III. El pacto de Nochebuena

Dos meses después, esta “guerra del fútbol” concluyó con el conocido popularmente como Pacto de Nochebuena, en virtud del cual el día 24 de diciembre de 1996 los presidentes de Sogecable y Antena 3, Jesús de Polanco y Antonio Asensio, firmaron un acuerdo para constituir la mercantil Audiovisual Sport SL, participada al 40% por Sogecable y por Antena 3 TV, y al 20% por TV3. Esta sociedad explotaría el 100% de los derechos televisivos del fútbol español y estaría presidida por Manuel Campo Vidal.

El contrato de constitución de Audiovisual Sport SL se firmó el 27 de diciembre de 1996 en la sede madrileña de la Fundación Santillana. Jesús de Polanco afirmó que “hemos firmado la paz del fútbol y eso significa que a partir de ahora en España habrá muchos más españoles que van a ver el fútbol mejor que nunca y van a disfrutar porque habrá fútbol para todo el mundo”. Por su parte, Antonio Asensio manifestó que “hemos llevado a término los esfuerzos que nos pedían desde la Liga de Fútbol Profesional y la secretaría de Estado para el Deporte para unificar los derechos del fútbol”.

En virtud de este contrato, las televisiones autonómicas mantendrían la posibilidad de emitir un partido semanal de Liga de Primera y Segunda en abierto, y Canal Plus un partido de Primera y otro de Segunda codificados los domingos. Antena 3 TV tendría la emisión de veinte partidos en abierto de la Copa del Rey, además de los encuentros de los lunes en la temporada 1996-1997. Además de todo ello, se otorgaron los contratos oportunos para que Audiovisual Sport SL llevara a cabo la explotación de los derechos del pago por visión (pay per view) a través de Canal Satélite Digital, propiedad del grupo Sogecable.

IV. La querella contra Ángel María Villar

Meses antes de llegar al pacto de Nochebuena, y con el ánimo de presionar al presidente de la RFEF, Sogecable SA interpuso una querella criminal contra Ángel María Villar, pues el presidente de la RFEF era la única persona que tenía por sí solo la potestad de impedir la ejecución de los acuerdos tomados por la LFP en relación con la modificación de las fechas de determinados partidos para que pudieran jugarse los lunes. En concreto, el acuerdo aprobado por la Asamblea Extraordinaria de la Liga de Fútbol Profesional el 29 de agosto de 1996.

De acuerdo con el convenio vigente en aquel momento entre la LFP y la RFEF, que fue renovado en los mismos términos el 5 de septiembre de 1996, el calendario de la competición lo elaboraba la LFP y el presidente de la RFEF disponía de diez días a partir de recibirlo para ratificarlo o rechazarlo. Por otro lado, y de acuerdo con el reglamento de la RFEF, el presidente tenía además la potestad de adelantar y retrasar partidos dentro de una jornada:

Libro XVII (De las competiciones nacionales): Art. 14, apartado 2: La RFEF, oído el parecer de la LNFP cuando se trate de primera y segunda división, y prescindiendo de dicho trámite en los demás casos, podrá ponderando la concurrencia de especiales circunstancias, y a solicitud de uno de los clubes contendientes, con la anuencia del otro, autorizar que se adelante o retrase un determinado encuentro, siempre desde luego que no se altere el orden de partidos establecido en el calendario oficial.

Según certificó el secretario general de la RFEF en el seno del proceso penal, el presidente Ángel María Villar había autorizado de forma tácita, como hacía habitualmente, la propuesta de alteración de fecha de los partidos que se celebraban los lunes, lo que tuvo lugar por delegación a través del propio secretario general.

Y fue en esta actuación específica del presidente de la RFEF en la que se basó Sogecable para interponer una querella contra Ángel María Villar, entendiendo que la autorización tácita de retrasar un día la celebración de los partidos Espanyol – Sporting de Gijón y Extremadura – Betis, de la primera y segunda jornadas respectivamente, podía constituir un delito de prevaricación. La querella estaba firmada por dos catedráticos de derecho penal: Gonzalo Rodríguez Mourullo y Horacio Oliva García.

Así se expresaba Canal Plus en un comunicado público que hizo el 18 de septiembre de 1996 en el que anunciaba la interposición de la querella que había tenido lugar ese mismo día:

Sogecable estima como fundamento de la acusación contra el presidente de la RFEF que, pese a las advertencias realizadas al Sr. Villar por Canal Plus antes del comienzo de la presente temporada a fin de que sus decisiones en relación a la modificación del calendario liguero fuesen respetuosas de la legalidad vigente y de las situaciones jurídicas legítimas, autorizó personalmente tal alteración permitiendo la celebración de partidos de la Primera División los lunes”.

[La querella califica tal actuación como delito de prevaricación] “sin perjuicio de lo que dictamine en su día el órgano judicial, dado que el Sr. Villar, como presidente de la RFEF, dictó una resolución sin ser competente para hacerlo y despreciando lo dispuesto en las normas jurídicas que venía obligado a observar y cumplir. Su actuación, según se pone de manifiesto en la querella, ha ido dirigida a favorecer intereses de terceros en detrimento de otros legítimos y facilitando, de ese modo, su lesión”.

V. La tramitación judicial: sobreseimiento libre

La querella interpuesta por Sogecable recayó en el Juzgado de Instrucción 28 de Madrid, cuya titular era la Ilma. Sra. Ana Revuelta Iglesias. La magistrada admitió a trámite la querella mediante auto de 26 de septiembre, en el que acordaba como diligencias diversos exhortos y rechazaba tomar declaración en calidad de imputado a Ángel María Villar, tal y como habían interesado los querellantes.

Tras una inusualmente corta instrucción de menos de un mes, y sin llegar a tomar declaración a Villar, la magistrada dictó auto de sobreseimiento libre el 23 de octubre de 1996, considerado que los hechos imputados en la querella no eran constitutivos de delito alguno. El sobreseimiento, al ser libre ex art. 637.2º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, tenía efectos de cosa juzgada.

La parte dispositiva del auto se expresaba en los siguientes términos literales:

En atención a lo expuesto: dispongo que los hechos origen de las presentes no son constitutivos de delito por lo que procede el sobreseimiento libremente de las presentes actuaciones, previa baja en los libros de registro de este Juzgado.

La representación procesal de la mercantil Sogecable SA interpuso recurso de reforma contra la resolución, que fue íntegramente confirmada por un auto de 27 de noviembre por “no haber sido desvirtuados los fundamentos de derecho que [se] estimó de aplicación al caso”.

El conocimiento del subsiguiente recurso de apelación interpuesto contra el auto de sobreseimiento libre recayó en la Sección Segunda de la Ilma. Audiencia Provincial de Madrid. Sin embargo, no llegó a dictarse resolución de fondo, pues el 5 de febrero de 1997 la representación procesal de Sogecable presentó un escrito desistiendo del recurso. Al día siguiente los magistrados José de la Vega Llanes, Jaime Santos Coronado y Gregorio Díaz Bordallo firmaron el auto en virtud del cual tenían por desistido a Sogecable del recurso interpuesto, y consecuentemente el Auto de 23 de octubre de 1996 dictado por el Juzgado de Instrucción 28 devino firme.

El desistimiento de la acción criminal era consecuencia de la sobrevenida carencia de interés por parte de Sogecable en el procedimiento, dado el acuerdo entre Antena 3 TV y Canal Plus del pacto de Nochebuena y la subsiguiente constitución de Audiovisual Sport SL.

VI. Breve análisis del delito de prevaricación imputado a Villar

Según los querellantes, Villar habría actuado en el ámbito de una función pública en virtud de la delegación de la potestad administrativa del Consejo Superior de Deportes y excediéndose de sus competencias, dado que la aprobación de la modificación de los partidos le correspondería a la Comisión Delegada de la RFEF. La autorización se habría acordado de forma arbitraria y contraria al ordenamiento, y constituiría un acto dictado en el ejercicio de una función pública, por ende de carácter administrativo, por parte de quien ostenta la cualidad de autoridad, el Sr. Villar Llona.

A tal respecto, la magistrada Revuelta Iglesias afirmaba lo siguiente en el auto de sobreseimiento:

Considera el querellante que los hechos dan lugar a un delito de prevaricación tipificado en el art. 404 del Código Penal según L.O. 10/1995 de 24 de noviembre, que dispone que «La autoridad o funcionario Público que, a sabiendas de su injusticia, dictare una resolución arbitraria en un asunto administrativo, se le castigará con la pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de siete a diez años». El precitado artículo exige determinar a priori «el carácter del asunto» donde la resolución se haya dictado, es decir si es o no administrativo, pues si tal carácter no concurre al considerarse como elemento integrante del tipo su ausencia conlleva necesariamente la exclusión del delito.

La Ley 10/1990 de 15 de octubre, del Deporte, reconoce a las federaciones deportivas españolas naturaleza jurídico-privada, si bien les atribuye funciones públicas de carácter administrativo. Según dice literalmente el preámbulo de la ley, “es en esta última dimensión en la que se sustentan las diferentes reglas de tutela y control que la Administración del Estado puede ejercer sobre las federaciones y que la ley, cautelarmente, ha establecido con un absoluto y exquisito respeto de los principios de autoorganización que resultan compatibles con la vigilancia y protección de los intereses públicos en presencia”. Las concretas atribuciones administrativas delegadas están recogidas como numerus clausus en el art. 33 de esta Ley 10/1990, sin que ninguna otra competencia ejercida por una federación pueda en caso alguno entenderse como administrativa, pues la hipotética delegación carecería de habilitación legal.

A este respecto, se resolvía en el Auto de sobreseimiento con estos términos:

Concluimos por todo, que la LNPF, asociación privada, es la que organiza su propio calendario, careciendo la RFEF de competencia para modificarlo o alterarlo a través de su presidente o Comisión Delegada, como alega el querellante, pues es la propia LNPF quien dentro de sus potestades organizativas actúa y conforme a sus intereses que son los de los Clubes que la forman y que desde luego carecen de carácter de público a los efectos de la Administración Pública, reputándose como una mera actividad privada que debe quedar sujeta a lo establecido en la disposición transitoria segunda del Real Decreto 1835/1991, en relación con el art. 28 de la misma resolución, y el convenio de 5 de septiembre de 1996, que instrumento la coordinación entre la LNFP y RFEF.

Dado que la modificación de la fecha en que se celebrara un partido no podía ser en absoluto considerada actuación de carácter administrativo, la juez Revuelta Iglesias concluía con estas tajantes palabras en relación con la actuación de Ángel María Villar:

La actuación del presidente de la RFEF en este caso se limitó a una ratificación conforme al convenio vigente, acto que desde luego no puede reputarse administrativo, puesto que en ningún momento ejerció funciones públicas o potestad alguna de la Administración (de orden público, disciplinario, etc.), ni tampoco dictado fuera de su competencia, porque sí es atribución suya la ratificación, no pudiendo incardinarse por ello en el art. 404 del Código Penal.

VII. La instrumentalización del derecho penal

Según hemos señalado, la actuación del presidente de la Real Federación Española de Fútbol se limitó a no impedir el cambio de fecha de dos concretos partidos de las dos primeras jornadas ligueras de la temporada 1996-97, una actuación omisiva de carácter estrictamente privado, realizada en ejercicio de sus potestades reglamentarias y de acuerdo con la expresa solicitud que los clubes implicados realizaron a través de la Asamblea de la Liga de Fútbol Profesional.

Ángel María Villar era la única persona que tenía la potestad de oponerse al acuerdo de los clubes, y por ello, desde un punto de vista estratégico, aquellos que querían evitar que el acuerdo se llevara a la práctica entendieron la oportunidad de condicionar la actuación de la única persona que podía por sí solo dejar sin efecto el acuerdo que, en su opinión, les perjudicaba.

Según recogió el nº 2 de la revista Fútbol, editada por la RFEF, “las dos personas de confianza de Prisa que lo visitaron [dijeron a Villar]: ‘ejerceremos contra usted acciones judiciales, políticas y sociales’”. Probablemente a esto se refería precisamente Sogecable en el ya citado comunicado emitido el 18 de septiembre en el que decían literalmente que “pese a las advertencias realizadas al Sr. Villar por Canal Plus antes del comienzo de la presente temporada […]”. Por su parte, el diario As recogía en su edición del 6 de septiembre (p. 26) la noticia de una reunión en la sede de la RFEF de Juan Luis Cebrián con Juan Padrón y Gerardo González.

Aunque la potestad de cambiar la fecha de un partido era personalísima del presidente de la RFEF, de acuerdo con el citado art. 14 del libro XVII del Reglamento, la junta directiva decidió emitir una nota pública el día 11 de octubre con el siguiente tenor literal: La junta directiva de la Real Federación Española de Fútbol, en la reunión celebrada el día de hoy, ha acordado por unanimidad dejar constancia de su rechazo a la acción penal emprendida por Sogecable SA contra D. Ángel María Villar Llona, y al propio tiempo hacer expresa declaración del apoyo y solidaridad incondicionales, tanto en el orden personal como en el institucional que cada uno de sus miembros representan, a la figura del presidente del fútbol español.

Tan solo doce días después de esta nota de la junta directiva, la juez Revuelta Iglesias dictó el auto de sobreseimiento libre, en el que incluyó un párrafo hablando expresamente de la “instrumentalización del derecho penal” de los querellantes. Decía así:

Nos encontramos una vez más ante una clara instrumentalización del derecho penal para fines que le son ajenos, tergiversándolo en su esencia, y buscando con ello soluciones cuyo cauce es propio de otras jurisdicciones, por todo ello procede el sobreseimiento libre de las actuaciones al amparo del art. 637.2 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

VIII. “Por mí y por los míos” (carta abierta de Ángel María Villar)

Para concluir, y por su interés, parece oportuno reproducir íntegramente la carta abierta que publicó Ángel María Villar en el nº 2 (octubre-noviembre 1996) de la revista Fútbol. Decía así el presidente de la RFEF:

El daño ya está hecho, pero “por mí y por los míos”, que no son otros que mi familia y todas aquellas personas que forman parte del fútbol español, me ha satisfecho el archivo judicial de la querella de Sogecable SA.

Cabe ahora el recurso de la parte querellante, pero la resolución de la jueza, por su claridad y contundencia, ha construido a paliar los efectos de una campaña propagandística contra mi persona, con la palabra “criminal” en mayúsculas, por el único delito de haber cumplido con mi obligación.

El presidente de la RFEF debe atender y procurar el beneficio general del fútbol, y no cabe duda de que la decisión que a la postre propició la querella, adoptada dentro del ejercicio de mis facultades y a petición mayoritaria de los clubes, ha producido un gran beneficio para estos.

Pese al trastorno que siempre ocasiona un procedimiento judicial, sobre todo en cuanto al tiempo que hay que dedicarle, y que hay que restarle lógicamente al trabajo, considero que mi actuación ha sido correcta y que ha estado avalada por la legalidad, la responsabilidad y la democracia.

Si no es bueno que se judicialice el fútbol, mucho menos que personas ajenas al mismo quieran intervenir en cuestiones competenciales. El altísimo nivel actual de nuestro deporte se ha debido en gran medida a la independencia que se ha tenido en su regulación y gestión. Colaboración, siempre, pero evitando injerencias en asuntos fundamentales que puedan llevar al fútbol al sometimiento.

Solicito respeto para nuestro ámbito, el fútbol, que pese a los ingresos actuales, siempre da más que recibe. Creo, además, que ya es hora de que deje de ser el escenario de una guerra comercial, por muy elevados que sean los intereses en juego.

El único espectáculo que interesa y demanda el público es el que va paralelo al movimiento del balón. Todo lo demás es accesorio; es decir, que depende de lo principal o se le une por accidente.




25 de mayo de 1913. El primer partido de la Selección Española de Fútbol.

ANTECEDENTES

España llegó muy tarde al fútbol de selecciones. El primer partido internacional fue el Escocia-Inglaterra jugado el 30 de noviembre de 1872 y casi todas las naciones europeas disputaron sus primeros partidos a finales del siglo XIX o inicios del XX: Gales (1876), Irlanda (1882), Austria (1902), Hungría (1902), Bohemia (1903), Bélgica (1904), Francia (1904), Suiza (1905), Países Bajos (1905), Dinamarca (1906), Alemania (1908), Noruega (1908), Suecia (1908), Italia (1910), Luxemburgo (1911), Finlandia (1911), Rusia (1912)… Tras los JJOO de Estocolmo 1912, España (junto a Portugal y a varios países de los Balcanes) era casi una vergonzosa excepción, al no haber sido capaz de crear una selección nacional de fútbol.

Algún intento se había producido. Así, en 1905 se creó el primer comité olímpico español, el llamado Comité Español para los Juegos Olímpicos. Una iniciativa apoyada desde Grecia para que España acudiera a los Juegos Olímpicos Intercalados de Atenas 1906, con el marqués de Cabriñana como presidente y Carlos Padrós como responsable de los “deportes atléticos y el fútbol”. Se llegó a especular en prensa (Heraldo de Madrid, 28/03/1906) con enviar a Atenas al Athletic Club o al Madrid FC como “selección española de fútbol”. Finalmente, ningún deportista español viajó a esos JJOO de Atenas 1906 y el marqués de Cabriñana, tras enviar una carta de disculpa a los griegos, se vio obligado a devolver la subvención que había recibido desde Atenas (Arrechea, 2013, 2018). 

Pero Carlos Padrós (empresario y gestor deportivo de trayectoria bien conocida, por haber sido presidente del Madrid FC), no se rindió. En los años sucesivos protagonizó diversas iniciativas para controlar el fútbol y el deporte español.

El 21 de enero de 1907 enviaba una carta a Narciso Masferrer, director de El Mundo Deportivo, en la que hablaba de la proximidad de los Juegos Olímpicos de Londres 1908 y la necesidad de que España empezara a prepararse para dicha cita.

Además, explicaba que tenía planes para crear una selección nacional de fútbol y una Federación Española de Clubs de Foot-Ball. De hecho, anunciaba que había invitado a Madrid a la selección de Gibraltar, para que se creara el “team nacional español” y disputaran un partido amistoso.

Finalmente, ese España-Gibraltar a jugar en Madrid en 1907, nunca se disputó.

Pasaban los años y seguía sin crearse una selección española de fútbol (Arrechea, 2013, 2018).

Las posteriores escisiones y crisis tras la creación de la Federación Española de Clubs de Football (1909), supondrían nuevos problemas para lograr que el fútbol español contara con reconocimiento internacional y se creara una selección nacional.

 

EL PARTIDO

El 25 de mayo de 1913 se jugó en el Campo de Amute, en Fuenterrabía (Guipúzcoa), un partido de fútbol entre una selección española (organizada por una de la federaciones españolas de fútbol, la Real Unión Española de Clubs de Foot-ball) y una selección francesa (organizada por la Ligue de Football Association, federación francesa de clubes de fútbol presidida por Jules Rimet). Jugaron dicho encuentro:

ESPAÑA: Eizaguirre (Real Sociedad); Arrate (Real Sociedad), Bello (Irún Sporting); Figueroa (Irún Sporting), Echeverría (Real Sociedad), Pombo (Real Club Coruña); Angoso (Irún Sporting), Prada (Auténtico de Pontevedra), Arzuaga (Club Deportivo Bilbao), M. Elósegui (Real Sociedad), Minondo (Real Sociedad).

FRANCIA: Chayriguès (Red Star); Massip (Red Star), Gamblin (Red Star); Lhermitte (Cercle Athlétique de París), Barreau (F.E.C. Levallois), Pellan (C.S. Athlétiques); Niggli (U.S. Suisse), Turcan (Red Star), Devic (Cercle Athlétique de París), Fenouillière (Red Star), Denis (Cercle Athlétique de Vitry)[1].

De pie: Prada, Arrate, Bello, Eizaguirre, Echeverría, Angoso, Figueroa, Arzuaga, Berraondo (seleccionador). Sentados: Pombo, Minondo, Elósegui. Silueta en primer plano: Eizaguirre.

Para conocer las vicisitudes del encuentro, nos acercamos al mismo de mano de Félix Martialay. Decía el historiador del fútbol español, en su obra de referencia Amberes. Allí nació la Furia Española (2000):

“El encuentro se jugó el 25 de mayo de ese 1913. Arbitró el señor Berraondo, directivo de la Unión Española de Clubs y quien había llevado las gestiones de la contratación del equipo francés…

El señor Berraondo, además de arbitrar el encuentro, fue el seleccionador del equipo de la Unión Española de Clubs. Como todos los seleccionadores, recibió no pocas críticas por el equipo formado. El centro de tales censuras provenía por no haber contado con Massana y Amechazurra, ambos barcelonistas. Injustas críticas, porque la culpa no había sido del señor Berraondo, sino de la Federación Catalana, la oficial, que se negó a que figurara ningún componente del Barcelona, club que, como se sabe, formaba parte de la Football Associació Català. No obstante, el Barcelona puso a disposición de la Federación Catalana a los dos jugadores. Ni el club recibió respuesta a su ofrecimiento, ni los jugadores fueron llamados.

Los capitanes de los equipos eran, respectivamente, Barreau y Arzuaga. La gran figura que había atraído al público era el portero francés Chayrigués. Al final del encuentro, había no menor admiración por el joven Agustín Eizaguirre, de 17 años.

El primer tiempo terminó con empate a cero. Las dos delanteras jugaron muy bien, pero fueron superadas por las defensas, anulando cuantos intentos se hicieron por perforar las metas contrarias. Y los pocos disparos que iban hacia la red se encontraban con dos magníficos guardametas. Los mejores de esos primeros 45 minutos.

La selección francesa en Amute

 

Eizaguirre y Arrate en un lance del partido.

La segunda parte fue de una emoción tremenda. Ambos equipos iban a por la victoria con un ardor que quizá hubiera asustado a los profesionales de veinte años después. Se jugaba con nobleza, pero una nobleza que no economizaba una fuerza total. Prácticamente saltaban chispas en cada encontronazo.

En el minuto 75, Lepage[2] recibió el balón a cuatro metros de la puerta. Cruzó el balón al otro poste e hizo estéril el plongeon de Eizaguirre. El balón llevaba mucho efecto y aun cuando Eizaguirre lo detuvo, no pudo evitar que se le colara en la red. El gol llegó cuando mejor estaban jugando los españoles.

Un gol que los desmoralizó. El dominio pasó a ser francés. Todo daba la razón a quienes habían cantado que los franceses eran los poseedores de la mejor técnica futbolística de Europa.

Pero cuando faltaban cinco minutos para el final algo pareció suceder en el equipo español. Un especie de súbita fiebre. Un ímpetu soterrado. Como un escalofrío. Como si, de repente, tuvieran la inyección de un motor suplementario. Y todos se echaron hacia adelante con rabia.

Echeverria despejando de cabeza

El balón iba a trompicones, pero iba. Los franceses se replegaron como asustados. Parecían no explicarse cómo ese equipo mansamente entregado a su gol, replegado conformista y medrosamente, se había transformado en una especie de fiera colérica que les atacaba sin tregua y con una potencia tremenda.

Internada de Angoso por la izquierda. Entra en el área gala. Parece que va a chutar. Chayrigués se sitúa, en un salto, junto a su poste derecho intuyendo hacia allí el tiro del irundarra. Pero Angoso amaga el disparo y cede a Arzuaga que corría a su derecha. El tiro del bilbaíno empalmando el balón según le llegaba, llevó el balón al poste contrario. ¡El empate! ¡Uno a uno! Enorme entusiasmo en el público irunés, que recibió con inusitado júbilo y aplausos el gol español.

Pero ya no quedaba tiempo para más… Pese al torrente de balones que caía sobre Chayrigués y que volvía a darle patente de portero excepcional.

El señor Berraondo señaló el final del partido cuando los españoles atacaban desesperadamente la puerta visitante.

El equipo español jugó bien y a ratos muy bien. La figura fue Eizaguirre, que admiró a todos con sus extraordinarias paradas. En gran medida gracias a una línea de zagueros sensacional. Arrate no dejó moverse al ala izquierda francesa. Pero no fue nada sobresaliente la actuación de la línea media y de aquí las dificultades de la defensa hispana y la inoperancia de la delantera. La tripleta central falló lo indecible. Sin embargo, los extremos hicieran filigranas y enviaron balones como para que la victoria española hubiera sido clara y quizá abultada. Pero… Eizaguirre, Arrate, Angoso y Minondo fueron los mejores. De los franceses, Chayrigués; hizo un paradón asombroso a un tiro fuerte, raso y colocado de Minondo.

El resultado se consideró como un éxito. Pero tuvo unas consecuencias inesperadas para los unionistas.

Efectivamente, el 25 de mayo de 1913 se jugó en Amute un partido amistoso de fútbol España-Francia organizado por la Real Unión Española de Clubs de Foot-ball (RUECF), federación disidente de la Federación Española de Clubs de Foot-ball (FECF).

Como afirmó Víctor Martínez Patón (2014) sobre la RUECF:

“Fundada en San Sebastián el día 12-12-1912, tal y como se lee en las páginas de Vida Sportiva se hizo contra la inoperancia de la FECF; por ejemplo, se decía, España seguía sin haber jugado ningún partido internacional. Sus principales valedores fueron los directivos de la Real Sociedad y el propio presidente del Barcelona, Hans Gamper, quien a su vez lo había sido también de la FECF. Presidida por Enrique Pardiñas Barreiro, en efecto desde su fundación pretendió mostrar sus diferencias con la FECF. Entre otras y desde luego, la principal fue la organización del primero partido internacional de España, disputado contra Francia el 25-5-1913…

…la Unión de Clubs fue la primera federación española en obtener el título de Real, el 15-2-1913. Curiosamente también esto se lo negaron contumazmente algunos.

La UECF fue la primera federación pues en organizar un partido internacional y en ser nombrada Real. Eso muestra la fuerza que adquirió rápidamente, como también cabe inducir del hecho de que la FECF aceptara disolverse para fundar la RFEF.”

En efecto, la RUECF era una escisión liderada por el FC Barcelona y clubes guipuzcoanos (a la que se sumaron algunos equipos de Galicia, Vizcaya, Navarra o Valencia) de la FECF. No era la primera división federativa, aunque sí fue la última. En parte, gracias al partido que nos ocupa. Su resonancia internacional llevó a presiones de la FIFA y de la Casa Real para que las dos federaciones firmaran la paz y crearan una única y definitiva Real Federación Española de Fútbol en septiembre de 1913.

Sobre el partido en sí, respetando el relato inmejorable de Martialay, añadir algún detalle que avala, en nuestra opinión, la seriedad y oficialidad el mismo.

Gracias a las exhaustivas crónicas publicadas por “Corner” en Vida Sportiva el 1/06/1913, L. Arbizu en El Pueblo Vasco el 26/05/1913 y en El Mundo Deportivo el 29/05/1913, y “P. Akyko” en La Rioja el 28/05/1913, sabemos que el estadio de Amute (en el que ondeaban las banderas española y francesa) estaba lleno y que se habían desplazado hasta allí aficionados de todo el norte peninsular, así como numerosos franceses. La delegación francesa estaba presidida por Jules Rimet (L´Auto, 23/05/1913).

Asimismo, conocemos el buen estado del césped (“piso de hierba muy fina, completamente nivelado”) y el alto nivel de la selección francesa (“el equipo francés es el mismo que ha jugado con la selección inglesa hace un mes, y en él figuran los mejores jugadores de la vecina república”).

España vestía de blanco con el escudo nacional, y Francia de azul. El partido, arbitrado por el seleccionador español Berraondo (con Eugenio Angoso y José Arzac como jueces de línea), empezó a las 16:30 de la tarde de aquel 25 de mayo de 1913, tras una presentación formal de los jugadores “y una prolongada salva de aplausos”.

Reiteramos que la alineación francesa publicada por Martialay (2000) y por otros autores, era la anunciada (por ejemplo, en L´Auto el 23/05/1913). Pero, al parecer (siempre según la mayoría de los testigos presenciales), hubo cambios de última hora: Denis, Devic y Turcan substituyeron a Petel, Gravier y Lépage. Vida Sportiva y La Voz de Guipúzcoa mantuvieron como alineación gala la anunciada por los franceses antes de viajar. L´Auto, el 26/05/1913, ofreció una escueta reseña del partido sin dar las alineaciones completas, aunque mencionando a Lépage.  

 

LOS PROTAGONISTAS

Ya hemos comentado que el seleccionador español (primer seleccionador, así debería ser recordado, aunque con posterioridad lo fuera en otras etapas) y árbitro del encuentro, fue Berraondo.

Los datos biográficos divulgados sobre él nos indicaban que se llamaba José Ángel Berraondo Insausti, que había nacido en San Sebastián (Guipúzcoa) el 4 de noviembre de 1878 y que había fallecido en Zaragoza el 11 de abril de 1950.

Nuestras consultas en el Archivo Histórico Diocesano de San Sebastián nos dicen que su nombre real y completo era Ángel José Francisco Berraondo Ynsausti, y que fue bautizado el 4 de marzo de 1878 en la Basílica de Santa María del Coro de la capital guipuzcoana, por lo que podemos descartar por incorrecta la fecha de nacimiento tradicionalmente aceptada, así como el orden de sus nombres de pila y la ortografía de su apellido materno.

Berraondo se había iniciado en el fútbol en Inglaterra y fue jugador del Madrid FC, del San Sebastián FC y de la Real Sociedad, como entrenador dirigió a la Real Sociedad y al Real Madrid, además de haber sido el seleccionador nacional en cuatro etapas (1913, 1920, 1921 y 1927-1928). Asimismo, fue directivo del Madrid FC, de la Real Sociedad y de las diferentes federaciones, árbitro y periodista deportivo.  

Sobre la composición del equipo, hemos visto como los jugadores del FC Barcelona Manuel Amechazurra y Alfredo Massana, habían sido inicialmente convocados, pero no acudieron. Fueron substituidos por Bello y Estomba, del Irún Sporting.

Estomba finalmente no pudo jugar, ocupando su plaza en el centro del campo Echeverría (o “Casanova”, según varios medios, como El Mundo Deportivo o El Pueblo Vasco). Aclararemos este punto más adelante. Algún medio (Vida Sportiva) también apuntó a Eugenio Rezola (Club Deportivo Bilbao) como delantero, en una posición que finalmente ocupó Manuel Elósegui (Real Sociedad).

Ausentes los convocados barceloneses, quedaba la base del equipo en los dos potentes clubes guipuzcoanos de la RUECF (Real Sociedad e Irún Sporting), con el refuerzo del veterano Arzuaga (del Club Deportivo Bilbao) y los considerados dos mejores jugadores gallegos (Pombo y Prada), que se desplazaron exprofeso hasta Guipúzcoa para el partido.

Estos fueron los once primeros internacionales españoles, con los datos biográficos y deportivos que, de los mismos, hemos obtenido:

– José Agustín Eizaguirre Ostolaza. Portero. Real Sociedad de San Sebastián.

Nacido en Zarauz (Guipúzcoa) el 20 de febrero de 1896.

Fallecido en San Sebastián (Guipúzcoa) el 28 de noviembre de 1961.

Se formó en varios modestos equipos guipuzcoanos (Cantábrico, Athletic, Amaikak-Bat) antes de llegar a la Real Sociedad en 1912 (El Pueblo Vasco, 14/08/1913).

Considerado una de las primeras estrellas del fútbol español y el primer gran guardameta. Suplente de Ricardo Zamora en Amberes 1920, abandonó el equipo olímpico regresando a casa, lo que le privó de la medalla de plata obtenida por España.

Padre del también guardameta internacional Ignacio Eizaguirre Arregui.

 

– José Mariano Arrate Esnaola. Defensa. Real Sociedad de San Sebastián.

Nacido en San Sebastián (Guipúzcoa) el 12 de agosto de 1892.

Fallecido en San Sebastián (Guipúzcoa) el 24 de diciembre de 1963.

Tras jugar en varios modestos equipos donostiarras (Luchana, Athletic), llegó a la Real Sociedad en 1911. Compaginó toda su carrera deportiva con su trabajo como gruista.

El único jugador (con la excepción matizada de Eizaguirre) que estuvo en el partido de 1913 y en los JJOO de Amberes 1920. En la Ceremonia Inaugural de los Juegos Olímpicos portó el cartel de “España”.

 

 

 

 

 

  • Saturnino Bello Pérez. Defensa. Irún Sporting.

Nacido en Pasajes (Guipúzcoa) el 30 de noviembre de 1889.

Entró en el equipo a última hora por la ausencia del azulgrana Manuel Amechazurra.

Futbolista ligado a Irún toda su carrera, tras finalizar la misma trabajó como conserje en el Stadium Gal.

 

  • Enrique Figueroa Echeveste. Centrocampista. Irún Sporting.

Nacido en Irún (Guipúzcoa) el 7 de febrero de 1890.

Medio de calidad, ligado toda su carrera con los clubes de su ciudad natal, emparentado con los Estomba, también futbolistas.

 

  • Bonifacio Echeverría Esponda Centrocampista. Real Sociedad de San Sebastián.

Nacido en Ayacucho, Buenos Aires (Argentina) el 4 de octubre de 1886, de padre vasco español (de San Sebastián, Guipúzcoa) y madre vasca francesa (de San Juan Pie de Puerto, Baja Navarra).

Entró en el equipo como solución de emergencia, tras la ausencia de Massana y la posterior lesión del suplente de éste, Estomba.

“Casanova” según varios medios (El Mundo Deportivo 29/05/1913). Jugaba muchos partidos con nombres falsos porque su familia no le dejaba ser futbolista. El alias “Casanova” era una traducción libre de su apellido (Etxeberria significa “La nueva casa” en euskera).

Llegó a España en 1903, primero a Barcelona y posteriormente a San Sebastián. Fue fundador del San Sebastián FC y también jugó con el San Sebastián Recreation Club.

Más tarde se trasladó a Burdeos (Francia), para estudiar, y jugó con el Stade Bordelais.

Tras regresar a San Sebastián jugó con el Club Ciclista en la Copa del Rey de 1909 (ganándola) y, posteriormente, en la Real Sociedad (El Pueblo Vasco, 26/11/1913).

Es difícil precisar cuál era su nacionalidad en 1913 (argentina, española y/o francesa).

 

 

 

 

  • José Pérez Pombo. Centrocampista. Real Club Coruña.

Nacido en 1892 en La Coruña.

Fallecido el 20 de enero de 1924 en La Coruña.

Medio de gran calidad, considerado una de las primeras estrellas del fútbol gallego, destacando tanto con el María Pita como con el Real Club Coruña.

Su hermano Luis y su cuñado Carpio también fueron futbolistas. Su hermana Araceli fue una destacada tenista y pionera española del bobsleigh (Ventureira & Rodríguez Cudeiro, 2020).

José, asimismo, fue atleta, árbitro (muy polémico) y autor de un libro sobre fútbol (Compendio del reglamento de foot-ball).

 

– José Florentino Angoso Rojas. Delantero. Irún Sporting.

Nacido en Irún (Guipúzcoa) el 14 de marzo de 1895.

Fallecido en Fuenterrabía (Guipúzcoa) el 30 de septiembre de 1928.

Formado como futbolista en Bilbao, donde estudió, se incorporó al Irún Sporting en 1910.

Asimismo, jugó en el “La Vie au Grand Air du Medoc”, en Burdeos.

Estaba considerado uno de los mejores extremos derechos de su época y también practicó tenis a buen nivel (El Pueblo Vasco, 17/12/1913).

Su hermano Eugenio fue uno de los jueces de línea del partido.

 

 

 

  • Cipriano Prada Arnedo. Delantero. Auténtico de Pontevedra S. C.

Nacido en Haro (La Rioja) el 26 de septiembre de 1887.

Sus padres eran, respectivamente, de San Vicente de la Sonsierra (La Rioja) y de Samaniego (Álava). Cipriano residió de niño en Haro (La Rioja) y en Bilbao (Vizcaya). Todo ello antes de instalarse en Pontevedra, capital en la que la familia Prada regentaría el Hotel Méndez Núñez, en la plaza de San José.

Gran estrella del fútbol de Pontevedra a inicios del siglo XX, su prestigio como futbolista le llevó (junto a su compañero Edmundo Novoa) a reforzar al Madrid FC en la Copa de 1908.

Además del España-Francia de 1913, también jugó con la selección del norte de España en 1909 en Toulouse contra una selección del sur de Francia.

Tras retirarse como futbolista, fue un destacado árbitro.

 

  • Juan Sandalio Arzuaga Anitua. Delantero y capitán. Club Deportivo Bilbao.

Nacido en Bilbao (Vizcaya) el 3 de septiembre de 1880.

Fallecido en Logroño (La Rioja) el 26 de agosto de 1951.  

De niño estudió en Inglaterra y destacó en rugby, especializándose en fútbol cuando se trasladó a Mittweida para estudiar Ingeniería Eléctrica en 1902 (El Nervión, 21/10/1909), aunque justo antes de viajar a Alemania ya había debutado en Bilbao en dicho deporte. En sus años en Mittweida adquirió popularidad como jugador de fútbol y de rugby, así como árbitro (La Gaceta del Norte, 11/09/1924).

Fue un destacadísimo jugador del Athletic Club y del Club Deportivo Bilbao. También reforzó al Recreation Club de San Sebastián, al Madrid FC y al FC Barcelona en algunos partidos. Sería entrenador del Athletic (Arrechea & Scheinherr, 2017), presidente del Club Deportivo Bilbao y autor de un libro sobre fútbol (Técnica y práctica del Football Asociación).

Debe ser recordado como el primer capitán y goleador de la selección española de fútbol.

 

  • Manuel Elósegui Alday. Delantero. Real Sociedad de San Sebastián.

Nacido en Logroño (La Rioja) el 2 de enero de 1895, de padres guipuzcoanos.

Fallecido en San Sebastián (Guipúzcoa) el 2 de julio de 1969.

Entró en el equipo tras varias especulaciones sobre la presencia de Rezola (Club Deportivo Bilbao).

Miembro de una destacada familia donostiarra, primo hermano (por partida doble, ya que tantos sus respectivos padres como sus madres eran hermanos) del gran atleta José Luis Elósegui Alday (campeón de España de salto con pértiga, salto de longitud, triple salto y salto de altura en numerosas ocasiones, entre 1917 y 1923).

Sin parentesco cercano con el otro Elósegui que jugaba en la Real Sociedad en la época (Saturnino Elósegui Cortadi).

 

  • José Miguel del Tránsito Minondo Beltranena. Delantero. Real Sociedad de San Sebastián.

Nacido en la Ciudad de Guatemala el 14 de agosto de 1887.

Fallecido en la Ciudad de Guatemala el 4 de diciembre de 1978.

Su familia era de origen español y había hecho una gran fortuna en Centroamérica con el cultivo de café.

José Minondo llegó a San Sebastián en 1898 para estudiar, y según su testimonio, ya se inició en el fútbol en esa época. Con posterioridad estudió en Suiza y en Francia y jugó con el F.C. Bienne, el F.C. Floria y el F.C. Vereinigete. También practicó rugby, lucha y boxeo.

En 1910 regresó a San Sebastián y se incorporó a la Real Sociedad hasta diciembre de 1913, cuando regresó a Guatemala (El Pueblo Vasco, 12/12/1913).

En el país centroamericano siguió vinculado al deporte, de hecho, se le considera el introductor en el mismo de varias disciplinas como el tenis o el cricket, y llegó a disputar el primer partido internacional de Guatemala en fútbol el 14 de septiembre de 1921 (Guatemala 9-Honduras 0), su hermano Fernando Minondo (nacido en San Sebastián en 1901) también jugó ese encuentro y marcó tres de los tantos locales.

Probablemente, nos encontremos ante el único futbolista de la historia que ha disputado los primeros partidos internacionales de dos países (España y Guatemala).

José y Fernando no fueron los únicos futbolistas de la numerosa (eran doce hermanos) familia Minondo Beltranena. Otro hermano (Martín), que había estudiado en Mittweida (Alemania), también fue futbolista en varios equipos donostiarras (Arrechea & Scheinherr, 2017). 

Al igual que con Bonifacio Echeverría, resulta osado afirmar cuál era la nacionalidad en 1913 (española y/o guatemalteca) de José Minondo. Ambos, en todo caso, son los primeros oriundos en la selección española de fútbol.

 

CONCLUSIONES

La historia oficial ha borrado este partido de la selección española de 1913, como si nunca hubiera existido, o como si se tratara de una suerte de pachanga, sin trascendencia ni seriedad.

No siempre fue así, en los años veinte y treinta hubo intentos de reivindicarlo, por parte de figuras destacadas del fútbol nacional.

Por ejemplo, Juan Monjardín (célebre futbolista gallego), escribía en el diario coruñés El Orzán, el 25 de junio de 1924:

“Muchos son los aficionados que se hallan en la creencia de que el primer partido oficial en que una selección española tomó parte fue el jugado en Bruselas, el 28 de agosto de 1920, entre Dinamarca y España, con ocasión de los juegos olímpicos amberinos…

… Nada más lejos de la realidad…

Amute, el entonces campo del “Racing” de Irún, ha sido el primer terreno en que jugó una selección hispana.

Recordemos…

Fue el domingo 25 de mayo de 1913. A las cuatro y media de la tarde, y arbitrando Berraondo, se alinearon los equipos representativos de la Real Unión Española de clubs de fútbol y de la Liga Francesa de Fútbol…”

Parece que fue en Galicia donde se concentró la defensa de la oficialidad del partido de 1913 durante años. El 16 de agosto de 1931, El Ideal Gallego publicaba una lista de los futbolistas internacionales gallegos que incluía a Cipriano Prada[3] y a José Pérez Pombo, por haber disputado el España-Francia de 1913:

El Ideal Gallego, 16/08/1931

Años después, retomó el tema Salvador Diaz Yraola (no “Iraola”, como suele escribirse), personaje de gran importancia para el fútbol guipuzcoano y nacional, como directivo y periodista. Llegó a ser seleccionador nacional (formando un triunvirato con Manuel Castro y José María Mateos) en 1922.

Escribía Diaz en As, el 28 de enero de 1935:

“Oficialmente, según el “palmarés” de los encuentros internacionales, que para gloria del fútbol español figuran en el archivo de la Federación Nacional, el próximo «match’’ contra Francia en Madrid es el sexto que galos e hispanos van a celebrar…

…Existe, sin embargo, una página más en el historial del futbol español, la que describe su primer paso al campo de las contiendas internacionales, y precisamente contra Francia, que, si bien es verdad que no figura en el libro de oro de la entidad suprema nacional, los que procedemos de la «vieja guardia” la conservamos cariñosamente entre los recuerdos,

¡ay!, de nuestros primeros amores deportivos…

Un poco de historia. Allá, por el año 1912, una disidencia entre los clubs primates originó la fundación de la Real Unión Española de Clubs de Futbol. Al frente de esta entidad figuraban la Real Sociedad de San Sebastián, el Barcelona, el Club Deportivo de Bilbao, el Irún Sporting Club, el Real Club Coruña y el Auténtico Pontevedra Sporting Club.

España no había tenido, hasta tanto, ningún género de relaciones internacionales.

Tan solo nos habían visitado algunos equipos extranjeros, y entre estos, queremos recordar los que vinieron al antiguo campo de Ondarreta a participar en el gran torneo internacional de Pascuas 1912, invitados por la Real Sociedad: los famosos checos del Sparta de Praga.

La naciente R. U. E. C. F., dirigida por un grupo de prestigiosos deportistas, los Sáez Alonso, Olave, Berraondo, Angoso, Arzuaga, Gamper, etc., demostrando su inquietud, unió a su calendario nacional el primer «match» internacional.

Y para ello concertó un encuentro con el equipo representativo de la Liga Francesa de Futbol Asociación (entidad consagrada exclusivamente al deporte del balón, la que reunía los clubs más potentes en la especialidad y en franca divisoria con la U. S. F. S. A., que a la sazón pretendía llevar la dirección de todos los deportes en Francia).

Presidente de la Liga Francesa de Futbol Asociación era monsieur Rimet, el que actualmente lo es de la Federación Francesa y de la Federación Internacional de Fútbol.

Este «match» se jugó el 25 de mayo de 1913, en el campo fronterizo de Amute, propiedad del Irún Sporting Club.”

Pasados los años, esta reivindicación del partido de 1913 fue cayendo en el olvido. El encuentro en sí, con sus alineaciones y vicisitudes, fue recuperado por historiadores como Félix Martialay, pero la batalla por su oficialidad se abandonó. Los motivos son variados:

La RUECF siempre ha tenido “mala prensa” y se le ha considerado como una federación “rebelde” que dificultó el reconocimiento internacional del fútbol español. Se han hecho esfuerzos evidentes por borrarla de la historia.

Como hemos visto fueron mucho más activos que sus rivales de la FECF, lograron formar una selección nacional y disputar un primer encuentro.

Incluso, inmediatamente después de este España-Francia de Amute, ya se estaba hablando de un España-Inglaterra a jugar en Bilbao (La Rioja, 28/05/1913), la desaparición de la RUECF abortaría esos planes para consolidar a la selección.

El encuentro de Amute y su repercusión aceleró las cosas, forzó una intervención de la FIFA y de la Casa Real y propició el nacimiento de una única federación (la RFEF). Nueva federación, por cierto, que tardaría siete años en formar otra vez una selección nacional.

Antes de septiembre de 1913 existían en España dos federaciones, ambas se disolvieron para crear una nueva. Lo que ocurre es que la nueva (RFEF), por diferentes motivos decidió identificarse erróneamente con una de las federaciones disueltas (la FECF) y reivindicar el año de fundación de ésta (1909) como propio, para celebrar el centenario en 2009 y no en 2013, como hubiera sido lógico.

No olvidemos tampoco que el caso español no era excepcional. La misma Francia también vivía una división similar, con dos federaciones que se disputaban el control del fútbol galo, la LFA se había escindido de la USFSA en 1910.

La Ligue de Football Association, presidida nada más y nada menos que por el futuro presidente de la FIFA y padre del Mundial de fútbol, Jules Rimet (presente en el partido de Amute, como hemos visto), no era una mera “liga de fútbol”, como su nombre puede inducir a pensar (y, de hecho, algunos autores han malinterpretado). La LFA era una federación de clubes de fútbol y estaba integrada desde 1912 en el Comité français interfédéral (CFI), una entidad polideportiva nacional. Era la federación que organizaba los partidos de la selección francesa de fútbol (excepto los de los Juegos Olímpicos, que seguía organizando la USFSA).

En 1913, además del partido del 25 de mayo jugado en Amute contra España, Francia jugó otros cinco partidos amistosos:

12 de enero, en Saint-Ouen: Francia 1-Italia 0.

16 de febrero, en Bruselas: Bélgica 3-Francia 0.

27 de febrero, en Colombes: Francia 1-Inglaterra 4.

9 de marzo, en Ginebra: Suiza 1- Francia 4.

20 de abril, en Saint-Ouen: Francia 8- Luxemburgo 0.

El 25 de mayo finalizaron la temporada en Amute, con el España 1- Francia 1.

La composición del equipo que se enfrentó a España era similar a la de los partidos previos de 1913, con varios de los mejores jugadores franceses del momento:

El portero Pierre Chayriguès (Red Star Amical Club) jugó los partidos contra Italia, Bélgica, Inglaterra y Luxemburgo. También el de España.

El defensa Fernand Massip (Red Star Amical Club) jugó el partido contra Inglaterra. Y el de España.

El defensa Lucien Gamblin (Red Star Amical Club) jugó los partidos contra Inglaterra y Luxemburgo, así como el de España.

El medio Gaston Barreau (FEC Levallois) jugó todos los partidos de 1913 (contra Italia, Bélgica, Inglaterra, Suiza, Luxemburgo…y contra España).

Los medios Lhermitte (C.A. de París) y Pellan (C.S. Athlétiques), y los delanteros Niggli (U. S. Suisse), Fenouillière (Red Star Amical Club), Turcan (Red Star), Devic (Cercle Athlétique de París) y Denis (Cercle Athlétique de Vitry) sólo jugaron con la selección francesa en 1913 el partido contra España, pero Victor Denis, Émilien Devic y René Fenouillère ya habían sido internacionales con anterioridad. 

René Fenouillère (que, desgraciadamente, caería en la Primera Guerra Mundial) era un viejo conocido de la afición española, ya que había jugado en el Español de Barcelona y en el FC Barcelona, también había sido olímpico en Londres 1908.   

Hemos visto, con anterioridad, algunos de los motivos por los que este España-Francia no fue reconocido como “oficial”. El rival fue presentado como “el equipo de la Liga de Fútbol Asociación de Francia”.  

Además, la federación responsable (la RUECF) desapareció, y cayó sobre ella cierta tendencia al descrédito y el olvido. Asimismo, España no volvió a jugar hasta 1920, ya bajo el control de la nueva RFEF, para la que era mejor considerar como inicio de la historia de la selección española el debut en Amberes, que retrotraerse siete años antes y atribuir el mérito a otra federación, ya finada.

¿Pero por qué Francia no ha incluido este partido en su palmarés? Los motivos son diversos. Por una parte, no existía reciprocidad. ¿Por qué incluir en el listado de partidos de la selección francesa un partido que el rival (España), no consideraba “oficial”? Además, en los años anteriores a este partido, se habían disputado varios encuentros entre combinados franceses y selecciones regionales españolas:

En 1909, un Sur de Francia-Norte de España.

En 1912, un Francia-Cataluña, un Selección Vasca-Francia y un nuevo Cataluña-Francia.

El hecho de que la selección española de 1913 fuera, de facto, una selección del Norte de España (con nueve jugadores de equipos vascos y dos de equipos gallegos), pudo contribuir a una cierta confusión, y a que los galos consideraran a esta “selección de la Real Unión Española de Clubs de Foot-ball” como a un combinado regional español, similar a los de 1909 o 1912.

De todas formas, también podemos encontrar en Francia defensores de la oficialidad del encuentro. Uno de ellos fue, nada más y nada menos que Pierre Chayriguès, portero y estrella del equipo Bleu.

En 1927 Chayriguès publicó sus memorias deportivas en Match, y recordaba así el partido de 1913 contra España (Match, 18/10/1927):

“Nuestro siguiente viaje nos llevó en una dirección completamente diferente. Veníamos de la Suiza alemana, de un clima septentrional, y fuimos, menos de un mes después, al País Vasco, en Guipúzcoa, en Irún, para enfrentarnos a los representantes de la Real Unión Española, es decir al equipo de España, ni más ni menos. El fútbol no había logrado aún el progreso en la Península Ibérica que logró después. Técnicamente -esta afirmación les parecerá muy atrevida- nuestros adversarios nos eran inferiores. Ellos tenían para dar y vender, sin embargo, coraje, ardor, determinación. Y a pesar de la clase de la mayoría de nuestros jugadores, los Massip, Barreau, Gamblin, Niggli, Lhermitte, el resultado fue de empate.”      

En nuestra opinión, no existen motivos objetivos para seguir excluyendo a este España 1-Francia 1, jugado el 25 de mayo de 1913, de los listados de partidos de las selecciones nacionales de España y de Francia.

Para los franceses sería un tema menor, pues su trayectoria se había iniciado en 1904.

Para España supondría adelantar siete años el debut, y sobre todo una rehabilitación para la RUECF, para sus dirigentes y, especialmente, para los once jugadores que defendieron en Amute los colores de “La Roja”.

Perdón, de “La Blanca”.     

 

AGRADECIMIENTOS: Lartaun de Azumendi, Rubén Ventureira, Leoncio Feijoo, Chester Urbina, Víctor Martínez Patón, Arquivo Municipal de Pontevedra, Ayuntamiento de Haro (La Rioja).

 

FUENTES

Arrechea, F. (2013). Primeros intentos de crear una selección española de fútbol (1905-1907). Cuadernos de Fútbol, 42.

Arrechea, F. (2018). España y los Juegos Olímpicos. Madrid: CIHEFE.

Arrechea, F. & Scheinherr, E. (2017). Mittweida (Alemania), capital del fútbol español. Cuadernos de Fútbol, 92.

Feijoo Lamas, L. (2017). Albores del fútbol pontevedrés. Pontevedra: edición del autor.

Martialay, F. (2000). Amberes. Allí nació la Furia Española. Madrid: RFEF.

Martínez Patón, V. (2014). Las siete federaciones españolas de fútbol (IV). Cuadernos de Fútbol, 51.

Ventureira, R. & Rodríguez Cudeiro, J. L. (2020). Irene y las puertas del fútbol. Historia de una pionera. A Coruña: Vía Láctea.

 

[1] La alineación de Francia publicada por Félix Martialay (2000) y por otros autores, era la anunciada por la prensa francesa (por ejemplo, en L´Auto el 23/05/1913, en Le Journal el 24/05/1913 o en Le Petit Journal el 25/05/1913), con Petel, Gravier y Lépage en la delantera. Pero hubo cambios de última hora (según la mayoría de los cronistas presentes en Amute): Denis, Devic y Turcan substituyeron a Petel, Gravier y Lépage. Vida Sportiva y La Voz de Guipúzcoa mantuvieron como alineación francesa la anunciada por L´Auto. El mismo L´Auto, el 26/05/1913, publicó una muy breve reseña del encuentro sin dar alineaciones completas (aunque mencionando a Lépage).    

[2] Según la mayoría de las fuentes consultadas (El Mundo Deportivo, El Pueblo Vasco, La Rioja, La Gaceta del Norte…), Lépage finalmente no jugó y su puesto lo ocupó Denis. Las crónicas consideran el gol francés un tanto en propia meta de Eizaguirre, deslumbrado por el sol. Vida Sportiva y La Voz de Guipúzcoa difieren y mantienen a Lépage en la alineación, atribuyéndole el gol galo.  También L´Auto, en su breve reseña del 26/05/1913, menciona a Lépage.     

[3] Hemos podido aportar en nuestra investigación que Cipriano Prada era riojano de nacimiento y gallego de adopción.




El fútbol en los primeros Juegos Olímpicos de la Era Moderna (II). San Luis 1904.

Tras el fracaso de París 1900 (fracaso para el Comité Olímpico Internacional y para el barón de Coubertin, no para el evento en sí, que fue un éxito de asistencia y de celebración de pruebas deportivas, muchas con estatus de Campeonatos del Mundo), el COI decidió otorgar la organización de una nueva edición de los JJOO a Estados Unidos, concretamente el 22 de mayo de 1901, a la ciudad de Chicago.

Pero Chicago encontró pronto un poderoso enemigo interno que trabajó para sustituirle como sede, la ciudad de San Luis (Missouri) que en 1904 iba a albergar una Exposición Universal para conmemorar el centenario de la compra de la antigua Luisiana francesa por parte de los EE. UU.

En esa maniobra para que San Luis desbancara a Chicago como sede olímpica tuvo gran protagonismo un personaje oscuro de probable vinculación con España.

En varios libros sobre los JJOO de 1904 se hace alusión a las gestiones efectuadas ante Coubertin por el conde de Penaloza para lograr que San Luis albergara los Juegos en detrimento de Chicago (Mallon, 1999; Findling, 2009; Arrechea, 2018).

Henry de Penaloza, «conde de Penaloza», era un personaje carismático y cosmopolita que apareció en San Luis en 1897, se instaló en la ciudad y poco después contrajo matrimonio con la heredera de una de las principales familias de la ciudad (Marie Reine Fusz), con la que tendría dos hijos (Eugene y Henriette).

Existen versiones contradictorias sobre su lugar de nacimiento y nacionalidad, aunque varias noticias de 1897 le presentan como un exiliado carlista español (Count de Penaloza here, 1897). De hecho, en la prensa española se llevaron más lejos las acusaciones contra él en contexto de la Guerra de Cuba y las tensiones prebélicas entre España y EE. UU.:

El Globo, 12 de noviembre de 1897.

En realidad, hemos tenido acceso a una solicitud de pasaporte, efectuada por Penaloza en Nueva York en 1898, en la que declaraba ser ciudadano estadounidense y haber nacido en San Francisco (California, EE. UU.) en 1870.

También sobre el título de “conde de Peñaloza” hay dudas, ya que no aparece entre los títulos nobiliarios españoles (los otorgados por los reyes reclamantes de la dinastía carlista incluidos). Podría tratarse del falso título de “conde de Peñalosa” utilizado por un gobernador de Nuevo México del siglo XVII que, tras caer en desgracia por problemas con la Inquisición, se fugó a Francia y les ofreció su colaboración para conquistar territorios del norte de Nueva España; el propio Henry de Penaloza se vinculaba con aquel gobernador en un artículo (First White´s Man, 1901).

Lo cierto y verdad es que Henry de Penaloza fue un personaje importante en el San Luis de 1897 a 1904 (ese año su esposa le solicitó el divorcio y se tuvo que marchar de la ciudad tras varios escándalos) y fue el elegido para viajar hasta París en 1901 y presentar a Coubertin los planes olímpicos de la ciudad. El barón mencionó las gestiones del comte de Penaloza (La réunion du Comité International Olympique, 1901).

Sin abandonar San Luis 1904 y sus conexiones con España, debemos mencionar que se publicó en la revista Los Deportes el artículo «Las manifestaciones de sport en la Exposición de San Luis» (Llaverías, 1904). Era un artículo en el que se detallaban las diferentes competiciones deportivas de San Luis vinculándolas con los JJOO de 1896 (no consideraba el autor, de forma significativa, unos Juegos Olímpicos lo celebrado en París en 1900) y se mezclaban en la relación de deportes el atletismo con los deportes de motor, las competiciones escolares o el “golfo” (golf).

Lo más llamativo llegaba cuando se enumeraban las naciones “interesadas” y se incluía a nuestro país: [ «…España (representada debidamente)»]. Amadeo Llaverías escribía que España estaba representada en las competiciones deportivas de San Luis porque le constaba que había deportistas españoles en San Luis, aunque eso no quería decir que estuvieran participando en los JJOO (Arrechea, 2018).

España estuvo en la Exposición Universal de San Luis (sólo seis años después de la guerra con EE. UU.) con pabellón propio (representaba el Patio de los Leones de La Alhambra y la plaza del mercado de Triana y tenía corridas con toros mecánicos) y simultáneamente, cerca de la entrada principal a la Exposición, en la avenida De Baliviere, el 15 de mayo de 1904 se inauguraba el primer frontón industrial en EE. UU. de jai alai, cesta punta. Su promotor era Basilio Zarasqueta (eibarrés afincado en Cuba, promotor del primer frontón profesional de la isla caribeña) y su arquitecto Ricardo Galbis (también afincado en Cuba) (Arrechea, 2018); el plantel de pelotaris el siguiente: Yurita, Abadiano, Isidoro, Chiquito de Éibar, Baracaldés, Ibaceta, Bilbaíno, Altamira, Michelena, Cecilio, Irún y Egea (St. Louis Athletes Marvel, 1904).

El éxito inicial fue grande, pero las apuestas (prohibidas en el estado de Missouri) dieron problemas desde el principio y la primera experiencia de pelota vasca profesional en EE. UU. duró dos meses, cerrando el frontón en julio. Se transformó en pista de hielo en 1916 y el edificio se mantuvo en pie (con el nombre de “Jai Alai”) hasta 1964. Por lo tanto, aunque no hubo representación oficial española en los JJOO de San Luis 1904, sí hubo deportistas españoles en San Luis en 1904 tal y como afirmaba Llaverías (Arrechea, 2018).

San Luis 1904 fue un nuevo paso en falso al coincidir de nuevo con una Exposición Internacional (como en 1900, con competiciones deportivas disputadas desde abril hasta noviembre) y verse mezclado el Olimpismo con la ignominia racista de los Anthopological Days [Evento paralelo reservado a determinadas “razas” (pigmeos, moros de Filipinas, tehuelches de la Patagonia, “sirios de Beirut”, indios cocopah y sioux, ainos de Japón) con competiciones de atletismo, bolos, béisbol y tiro con arco (Mallon, 1999).]y el barón de Coubertin se encontraba en una posición complicada al finalizar los Juegos, a los que no acudió.

La mayoría de las competiciones deportivas no tuvieron apenas participación extranjera, en algunos casos los únicos no estadounidenses que participaron fueron trabajadores en la Exposición Universal, o personas que habían formado parte de alguna exhibición, como los tswanas sudafricanos Mashiani y Taunyane, quienes, tras ser “exhibidos” en un espectáculo sobre la Guerra Bóer, se inscribieron en el Maratón.

Las competiciones deportivas de San Luis 1904 se desarrollaron, tal como hemos dicho, desde abril hasta noviembre, siendo el torneo de fútbol asociación la última competición desarrollada. Los partidos se disputaron del 16 al 23 de noviembre en el Francis Olympic Field de la Universidad de Washington, el mismo escenario que acogió la mayor parte de deportes de los JJOO.

Fue un torneo entre clubes. Mostraron interés por participar dos equipos de la propia ciudad de San Luis (Christian Brothers´ College y Saint Rose Parish) y seis canadienses (Galt F. C., Berlin Rangers, Winnipeg Shamrocks, Toronto Scots, Seaforth Hurons y la Universidad de Toronto), aunque finalmente el Galt FC fue el único equipo extranjero que acudió y el torneo acabó siendo un triangular bastante desigual, ya que el Galt Football Club era el campeón canadiense y sus rivales estadounidenses eran equipos de estudiantes, que en muchos casos practicaban el soccer (o socker, como entonces aún se escribía) desde hacía poco tiempo.

The Saint Louis Republic, 17 de noviembre de 1904.

The Saint Louis Republic, 18 de noviembre de 1904.

Como vimos en el primer capítulo de esta serie (Arrechea, 2020), en París 1900 realmente no se disputó un torneo de fútbol (tan sólo dos partidos de exhibición). En consecuencia, este triangular de clubes de San Luis 1904 fue el primer torneo olímpico de fútbol.

Los partidos disputados, fueron:

16 de noviembre de 1904: Christian Brothers´ College (EE. UU.) 0-7 Galt FC (Canadá)

17 de noviembre de 1904: St. Rose Parish (EE. UU) 0-4 Galt FC (Canadá)

20 de noviembre de 1904: Christian Brothers´ College (EE. UU.) 0-0 St. Rose Parish (EE. UU)

23 de noviembre de 1904 (desempate): Christian Brothers´ College (EE. UU.) 2-0 St. Rose Parish (EE. UU)

En consecuencia, la clasificación final fue: 1º Galt F. C. 2º Christian Brothers´ College 3º Saint Rose Parish.

Los futbolistas olímpicos fueron:

Por el Galt Football Club: Alexander “Sandy” Hall (1880-1943), George Ducker (1871-1952), Jack Fraser (1881-1959), John Gourlay (1872-1949), Albert Johnston (1879-?), Bobby Lane (1882-1940), Ernest Linton (1880-1957), Gordon McDonald (1878-1938), Fred Steep (1874-1956), Tom Taylor (1880-1945), William Twaits (1878-1941), Red Henderson (1881-1947) y Otto Christman (1880-1963). 

Con Louis Duff (1878-1959) como entrenador.

Todos eran canadienses de nacimiento excepto Sandy Hall (natural de Aberdeen, Escocia). Además, Hall fue el único con una trayectoria destacable como futbolista internacional, ya que actuó en Inglaterra (Newcastle United) y Escocia (Dundee y Dumfermline Athletic).

Galt Football Club

Por el Christian Brothers´ College de San Luis: Charles Bartliff (1886-1962), Warren Brittingham (1886-1962), Oscar Brockmeyer (1883-1954), Alexander Cudmore (1888-1944), Charles January (1888-1970), John January (1882-1917), Tom January (1886-1957), Ray Lawler (1888-1946), Joe Lydon (1878-1937), Louis Menges (1888-1969) y Peter Ratican (1887-1922).

Joe Lydon actuaba como entrenador y era el alma mater del equipo. Era, además, el único no nacido en EE. UU. (se trataba de un emigrante irlandés) y tenía un perfil polideportivo, en los propios JJOO de 1904 también compitió en boxeo (en peso ligero y en peso welter), logrando el bronce en welter. Charles, John y Tom January eran hermanos.

Christian Brothers´ College de San Luis

Por el Saint Rose Parish de San Luis: Tom Cooke (1885-1964), Joseph Brady, George Cooke (1883-1969), Cormic Cosgrove (1869-1930), Edward Dierkes (1886-1955), Martin Dooling (1886-1966), Frank Frost, Claude Jameson (1886-1943), Henry Jameson (1883-1938), Johnson, Leo O´Connell (1883-1934) y Harry Tate (1886-1954).  

Se desconoce el nombre del entrenador (o incluso si disponían del mismo), todos eran estadounidenses de nacimiento, casi todos de la ciudad de San Luis. Tom y George Cooke y Claude y Henry Jameson eran hermanos.

FUENTES CONSULTADAS:

Arrechea, F. (2018). España y los Juegos Olímpicos. Madrid: CIHEFE.

Arrechea, F. (2020, mayo). El fútbol en los primeros Juegos Olímpicos de la Era Moderna (I). París 1900. Cuadernos de Fútbol, 120, CIHEFE.

Count de Penaloza here (1897, 29 de octubre). The New York Times.

Findling, J. E. (2009). Chicago loses the 1904 Olympics. Journal of Olympic History, Special Issue on the occasion of the XIII Olympic Congress, Copenhagen 2009, 96-101.

First White´s Man Expedition into Louisiana Territory (1901, 14 de abril). The St. Louis Republic, Magazine Section.

La réunion du Comité International Olympique (1901, julio). Revue Olympique, 3, 29-37.

Llaverías, A. (1904, 28 de agosto). Las manifestaciones de sport en la Exposición de San Luis. Los Deportes, p. 540.

Mallon, B. (1999). The 1904 Olympic Games. Results for All Competitors in All Events, with Commentary. Jefferson & Londres: McFarland & Company, Inc., Publishers.

Pues señor… (1897, 12 de noviembre). El Globo, p. 1.

St. Louis Athletes Marvel at Excellence of Spanish Game of Jai-Alai (1904, 29 de mayo). The St. Louis Republic, p. 5.




La primera carta del Madrid FC

Heraldo del Sport, 15 de marzo de 1902.

Heraldo del Sport, 15 de marzo de 1902.

El 5 de abril de 1902 se produjo una tragedia en el Ibrox Park de Glasgow (Escocia) al derrumbarse una tribuna durante un partido Escocia-Inglaterra. Fallecieron veinticinco personas y hubo más de quinientos heridos.

Estado en el que quedó la tribuna del Ibrox Park tras el colapso.

Estado en el que quedó la tribuna del Ibrox Park tras el colapso.

Las autoridades de Glasgow recibieron cartas de condolencia de diversa procedencia, pero a la prensa británica[1] le llamó especialmente la atención la carta que recibieron del “Madrid Foot-ball Club”.

La carta, fechada en la calle Fuencarral, 31, el 17 de abril de 1902, decía:

“Al Lord Mayor de Glasgow, Escocia.

Los abajo firmantes, miembros del Madrid Foot-ball Club, profundamente conmovidos, desean expresar su máxima tristeza por la calamidad acontecida el sábado día 5, en el Ibrox Park, en el campo de fútbol, en la ciudad de Glasgow, y nuestras más sentidas condolencias hacia las familias de las numerosas víctimas, solicitando a su Señoría que actúe como intérprete de nuestro grial en este terrible accidente.

Nosotros amamos apasionadamente el ejercicio físico, pero odiamos todo lo parecido al gladiador romano. Aborrecemos a los jugadores profesionales y apostar, somos adictos a este deporte en aras de la relación educativa. No somos partidarios del malestar entre jugadores, lo cual degenera y desmoraliza al pueblo. Nosotros abogamos por los partidos como un vínculo moral entre personas y como un medio de desarrollo físico, el cual debería ser empleado para buenas acciones. Nuestro lema es: “Ni vencidos ni conquistadores”. Cuando los Azules han ganado un partido, dejan que los Rojos ganen otro. Somos hermanos.

Somos los más obedientes servidores de su Señoría.

Julio Rubaudonadeu Fernández”.

The Greenock Telegraph and Clyde Shipping Gazette, 29 de abril de 1902.

The Greenock Telegraph and Clyde Shipping Gazette, 29 de abril de 1902.

La carta llamó la atención de algunos periodistas británicos por su condena del profesionalismo y de las apuestas en el deporte, sobre todo por proceder precisamente de España. Un país del que no poseían una imagen muy acorde al “fair play”, ni a la afición a otro “deporte” que no fuera la tauromaquia.

“Hemos tenido el hábito de referirnos al “acoso a los toros” de España como brutal, y ha sido una conmoción descubrir que uno de nuestros pasatiempos favoritos es observado con la misma sensación en Madrid. Debemos, tal vez, llegar rápidamente a la conclusión que a los españoles les gusta algo más excitante que el fútbol como diversión. En su condena al profesionalismo en todos los eventos, el sentimiento del Madrid Foot-ball Club apelará a mucha gente en este país.” (The Courier, 29/04/1902).

Pero si a los periodistas británicos de 1902 les llamaban la atención estos aspectos vinculados a sus prejuicios hacia España, a nosotros, en 2020, nos los deben llamar otros.

El Madrid FC se había fundado pocos meses antes, en octubre de 1901 (Martínez Patón & Bravo Mayor, 2013) bajo la presidencia de Julián Palacios. El 6 de marzo de 1902 se había formado una nueva Junta Directiva, con Juan Padrós como presidente.

El 18 de abril de 1902 (por lo tanto, el día después del envío de la carta a Glasgow), el Madrid FC presentaba su documentación en el Gobierno Civil para su inscripción en el Registro de Asociaciones, inscripción aprobada el 26 de abril.

Estamos hablando, por lo tanto, de los primeros pasos de la entidad y de su primera carta conocida.

El 20 de abril, antes de que fuera aprobada la inscripción en el Registro de Asociaciones, el presidente Padrós enviaba una carta al alcalde, Alberto Aguilera, con el fin de que le fuera concedida al Madrid una subvención de doscientas cincuenta pesetas para la organización del Concurso de Foot-ball en los festejos de la Jura Real y para tratar pormenores acerca de la organización de este (Bravo Mayor, 2017). Fue la segunda carta del Madrid FC.

No debe sorprender la dura condena del profesionalismo y de las apuestas en la misiva a Glasgow. Hablamos de una época de sportsmen, de caballeros imbuidos por el espíritu del regeneracionismo, del higienismo, del ejercicio físico como modelo educativo y de vida.

Eran herederos de Thomas Arnold, de la Escuela de Rugby y su “Muscular Christianity”. Coetáneos de Pierre de Coubertin y su defensa casi fanática del amateurismo en el deporte y en los renacidos Juegos Olímpicos. También, de Narciso Masferrer y su Federación Gimnástica Española.

El sport, para aquellos jóvenes, era una vía para acercar a España a Europa, elevando la salud y “mejorando la raza” (expresión hoy políticamente incorrecta, entonces muy en boga).

El sport, en general, era su motivación, no el foot-ball. El fútbol fue el deporte que escogieron los regeneracionistas del ámbito deportivo español porque eran defensores del modelo inglés, del deporte al aire libre. En el caso de la ciudad de Barcelona está muy estudiado el proceso intelectual liderado por Narciso Masferrer Sala (Madrid, 1867-Barcelona, 1941) y la Federación Gimnástica Española que llevó a escoger el balompié como el deporte a promocionar, frente a otros que ensayaron como el gouret (hockey) o el riscat (juego del rescate o marro) (Torrebadella & Arrechea, 2015; Arrechea, 2015).

Parece probable una cierta influencia mutua en el ámbito español, no cabe olvidar nunca que el periodista y divulgador deportivo Masferrer era madrileño de nacimiento y había sido uno de los fundadores de la Sociedad Gimnástica Española en 1887, antes de trasladarse a Sevilla y después a Barcelona.

Prueba fehaciente del espíritu polideportivo de estos pequeños grupos de jóvenes sportsmen, y en particular del Madrid FC, es que el club blanco consideró, en noviembre de 1903, cambiar de nombre y de objetivos, pasando a llamarse Madrid Sport Club y dedicándose a todos los deportes, empezando por una sección de tenis. Estos planes no prosperaron, aunque el Madrid FC (ya Real Madrid CF) sí sería un club polideportivo muchos años después, con secciones de un gran número de deportes.

El Mundo Sportivo, 11 de noviembre de 1903.

El Mundo Sportivo, 11 de noviembre de 1903.

Asimismo, destacamos la expresión “Ni vencidos ni conquistadores” (“nuestro lema”). El primer lema del Madrid.

¿Podría ser una traducción algo libre (la frase literal en inglés dice “Neither vanquished nor conquerers”) de la frase célebre en la España del siglo XIX “Ni vencedores ni vencidos”?

Tal vez, pero eso pertenece al terreno de la especulación.

La frase “Cuando los Azules han ganado un partido, dejan que los Rojos ganen otro. Somos hermanos” es asimismo significativa y alude a un modelo futbolístico alejado de la competitividad.

El párrafo del himno madridista de 1952 “Enemigo en la contienda, cuando pierde da la mano sin envidias ni rencores, como bueno y fiel hermano”, parece tener un antecedente directo cincuenta años antes.

Otro aspecto por estudiar es la autoría de la carta. ¿Quién era el firmante de la misiva, Julio Rubaudonadeu Fernández?

Pues se trataba de un joven nacido en Madrid el 21 de agosto de 1884, que había estudiado el Bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros de la capital (finalizando en 1899) y que, precisamente en 1902, estaba en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central cursando Ingeniería Industrial, estudios que abandonaría en 1903.

Su familia era mucho más célebre que él, ya que su padre y su tío fueron destacadas figuras en el ámbito de la política, concretamente de los sectores republicano, federalista, masón, ateo e izquierdista.

El padre de nuestro protagonista era Julio Rubaudonadeu Corcellés (realmente nacido en 1843 como Julio Rubau Donadeu, tanto él como su hermano José decidieron unir sus apellidos formando uno sólo) y era natural de Figueras (Gerona). Era hijo de Ignacio Rubau Casadevall, uno de los fundadores del Partido Republicano Español en 1838 y liberal que había destacado en el combate contra los carlistas.

A los quince años Julio Rubaudonadeu (padre) emigró a Barcelona junto a su hermano José, que llegaría a ser diputado y secretario de Estanislao Figueras en su etapa como presidente de la Primera República Española, en 1873.

En 1863 se instala en Madrid y participa en la vida política de la capital, tomando parte activa en los procesos revolucionarios, incluso en las barricadas, como el 22 de junio de 1866.

En 1867 fundaba un taller litográfico en el que imprimieron toda suerte de proclamas revolucionarias, el 28 de septiembre de 1868 tomó parte del asalto al cuartel de San Gil.

El protagonismo de los hermanos Rubaudonadeu era tan grande en los sectores revolucionarios madrileños, que la reunión para fundar la sección española de la Primera Internacional, con presencia del revolucionario y anarquista italiano Giuseppe Fanelli, tuvo lugar en su casa (calle de la Luna, número 1).

En 1871 Julio Rubaudonadeu contraía matrimonio civil (de los primeros celebrados en Madrid) con la joven toledana María Fernández Cabeza. Fruto de esta unión nacerían nuestro protagonista, Julio, y otros siete hijos, ninguno de ellos bautizados y varios de ellos portadores de nombres de pila muy llamativos (“Danton Figueras Terradas”, “Julio Juárez Washington”), el nombre completo del autor de la primera carta del Madrid FC era Julio Arístides Abderramán Rubaudonadeu y Fernández.

Como no podía ser de otra manera, los hermanos Rubaudonadeu tuvieron mucho protagonismo en los sucesos revolucionarios acaecidos en Madrid el 11 de febrero de 1873, en los que se proclamaría la Primera República. José Rubaudonadeu salvó la vida del exministro Laureano Figuerola en el fragor de la batalla.

Tres años más tarde Figuerola sería nombrado presidente de la Junta Directiva de la Institución Libre de Enseñanza, proyecto pedagógico krausista sin el que no se entienden los inicios del deporte en Madrid.

El krausismo era un sistema filosófico caracterizado por el intento de conciliar el racionalismo con la moral, entre los preceptos básicos del krausismo español se encontraban la secularización, la pedagogía y el universalismo.

Tras la caída de la Primera República Julio Rubaudonadeu Corcellés se centró en sus negocios, pasando de la litografía a los curtidos y después a la construcción, aunque sin abandonar jamás su compromiso político republicano (Bernadás, 1893).

Falleció en Madrid en enero de 1913, recibiendo, en consonancia con sus ideas y creencias, un funeral “fuera de toda religión positiva” (El Nuevo Régimen, 20 de febrero de 1913).

Su hermano José falleció en 1916.

Pero entonces, Julio Arístides Abderramán Rubaudonadeu Fernández, ¿era un destacado jugador o directivo del Madrid FC en abril de 1902?

No podía ser directivo dada su juventud, tenía apenas diecisiete años y estaba en la universidad.

Aunque sí fue uno de los primeros socios del club (podían acceder a serlo los mayores de quince años) y jugador habitual (aunque generalmente en uno de los equipos suplentes y casi nunca en los partidos “serios”, los disputados contra otras sociedades) en 1902 y los inicios de 1903.

Tenemos acreditada su presencia (a veces como “Rubaudonadeu”, en ocasiones como “Rubau”) en muchos de los partidos de “azules contra rojos” (a los que él aludía en su carta) que el Madrid FC celebraba los jueves y domingos.

Más difícil es encontrarle en partidos importantes, como en el “Concurso Madrid” de 1902.

Si jugó algún partido del llamado “Concurso de bandas” organizado por el Madrid FC entre los equipos madrileños (Moncloa, New, Moderno, Retiro, Español, el propio Madrid), concretamente el 14 de diciembre de 1902 jugó el Madrid 1-1 Moncloa.

Temporalmente, podemos ubicar sus participaciones en partidos entre abril de 1902 (precisamente en la etapa de la carta y de la oficialización del club) (Heraldo del Sport, 15/04/1902) y enero de 1903 (El Cardo, 30/01/1903), parece que actuaba indistintamente en cualquier posición, aunque la mayoría de las ocasiones en defensa.

Heraldo del Sport, 15 de abril de 1902.

Heraldo del Sport, 15 de abril de 1902.

Heraldo del Sport, 31 de mayo de 1902.

Heraldo del Sport, 31 de mayo de 1902.

A partir de enero de 1903 desaparece de las alineaciones, fue una época de cambios en su vida (también abandonó la universidad) y parece que el fútbol dejó de ser una prioridad para él.

Si podemos afirmar que su ideología estaba en la línea marcada por su padre y su tío. En 1919 fue noticia (El Pueblo, 16/11/1919) por conceder a los obreros en calefacción y ascensores cincuenta mil pesetas y un solar, a fin de que construyeran su taller colectivo. En la noticia se vinculaba esta iniciativa a la tradición republicana y de izquierdas de la familia Rubaudonadeu.

Su impronta en la historia del club parecía haber sido nula, pese a ser uno de los primeros socios y jugadores es casi imposible encontrarle en cualquiera de los numerosos libros sobre el Real Madrid publicados.

Además, en las escasas ocasiones en las que aparece, lo hace con su apellido mal escrito (en el listado de los “67 pioneros” que se publicó en la colección Cien años del Real Madrid, aparece como “Ribadonadéu”) (Salazar, 2001, p.9). En otras muchas obras ni aparece.

Podemos atribuir este olvido a una cierta intencionalidad política, o simplemente a la falta de rigor que ha acompañado a la historiografía del deporte español desde sus inicios. Nos inclinamos por la segunda opción.

No podemos saber si la carta a Glasgow fue una iniciativa individual de Rubaudonadeu, o si fue algo consensuado con la directiva de la entidad. Pero sí podemos extraer información interesante de la misma, sobre el ambiente y la ideología imperante en aquel grupo de amigos que era el Madrid FC de 1902.

Asimismo, podemos extraer otras conclusiones sobre el carácter heterogéneo y transversal de la entidad en su nacimiento. En el primer Madrid FC había españoles y extranjeros, madrileños y recién llegados de otras provincias, personajes de la nobleza y de la burguesía, monárquicos liberales y republicanos de izquierdas.

El mismo espíritu heterogéneo y plural puede hallarse en otros clubes de la época, como el FC Barcelona, club fundado bajo el paraguas de la Federación Gimnástica Española y Narciso Masferrer. Los primeros estatutos del club azulgrana (1902) contenían la expresión “Esta Sociedad no podrá tener nunca carácter político, ni tendrá otros periódicos que los deportivos.”

No estaba la política presente en el ánimo de los pioneros de estos clubes. Su interés era el sport, la regeneración, la salud.

Podemos especular sobre la coincidencia de la presencia de varios catalanes (como los hermanos Padrós) o personas de origen catalán (como Rubaudonadeu) en estos primeros pasos del Madrid FC, aunque no podamos extraer deducciones al respecto.

Asimismo, no podemos omitir (sin sacar más conclusiones que la mera coincidencia, por ahora) el origen familiar de Narciso Masferrer Sala (nacido en Madrid en 1867, pero cuyo padre, Tomás Masferrer Bataller, era de Figueras como los hermanos Rubaudonadeu), ni su ideología republicana y federal en su juventud madrileña (en su madurez evolucionaría a posiciones conservadoras y monárquicas).

Otro personaje importante en el periodismo deportivo (Barcelona Sport, Los Deportes) y el ambiente regeneracionista barcelonés de Masferrer, Josep Llunas Pujals (Reus, 1852-Barcelona, 1905), tenía una larga trayectoria política en el anarcosindicalismo y era tipógrafo de profesión (Torrebadella, 2017).

Parece que la influencia de los nuevos movimientos políticos, sindicales y filosóficos en el primer deporte español del siglo XIX podría haber sido mayor de lo estudiado hasta la fecha.

En Francia sí está ampliamente documentado el debate entre diferentes concepciones del deporte (como la que encarnaba el diputado socialista Paschal Grousset, “Philippe Daryl”, defensor de una visión social, popular y comunitaria del sport, enfrentada a la visión elitista, competitiva y “versallesca” de Pierre de Coubertin). El odio de Coubertin hacia Grousset era de dominio público («El señor Paschal Grousset es un hombre al que desprecio y con el que no quiero tener ninguna relación») (Durry, 1997; Arrechea, 2018).

En los ambientes krausistas españoles (Francisco Giner de los Ríos, la Institución Libre de Enseñanza) Grousset despertaba muchas más simpatías que Coubertin.

Buena prueba de ello es el testimonio de uno de los representantes españoles en el Congreso de La Sorbona de 1894, el profesor krausista Adolfo González Posada (Oviedo, 1860-Madrid, 1944).

Sobre Coubertin, dijo: «Francamente, yo esperaba encontrarme con un sportman (en lo físico) y me llevé un gran chasco. El barón de Coubertin, persona finísima, que con tanto entusiasmo defiende los juegos del sport, es un hombre de corta estatura, y que bajo ningún concepto se asemeja a un atleta» y, añadió: “representa el movimiento favorable a la atlética en ciertas esferas aristocráticas».

Mientras que, sobre Grousset, afirmó: «antiguo miembro de la Commune, deportado creo en Nueva Caledonia, diputado socialista hoy por París, representa ese mismo renacimiento [deportivo] en la burguesía y en el pueblo acaso» (González Posada, 1894; Arrechea, 2018).

Grousset fue el principal promotor del fútbol en Francia, pese a ser defensor de los juegos y deportes tradicionales franceses frente a los “sports” ingleses, con el foot-ball hizo una excepción y en su Encyclopédie des Sports (1892) hizo un gran esfuerzo por su divulgación.

Consideraba que tenía una raíz popular y grupal, y que podía arraigar en todas las clases sociales.

En España, tanto la Institución Libre de Enseñanza, como la Federación Gimnástica Española, llegarían a idéntica conclusión (probablemente influidos por Grousset).

El fútbol español tiene sus orígenes en el krausismo y el regeneracionismo y la fundación de los primeros clubes consolidados es fruto de una reflexión intelectual que desembocó en una elección por el fútbol, frente a otros deportes que también se ensayaron y valoraron como opción.

FUENTES

Arrechea, F. (2015, noviembre). Orígenes, nacimiento y consolidación del FC Barcelona. Cuadernos de Fútbol, 70, CIHEFE.

Arrechea, F. (2018). España y los Juegos Olímpicos. Madrid: CIHEFE.

Bernadás, A. (1893). Biografías republicanas. Julio Rubaudonadeu. Madrid: Sucesores de Rivadeneyra.

Bravo Mayor, L. J. (2017, mayo). Documentación inédita de la historia del Real Madrid. Concurso de football (mayo de 1902). Cuadernos de Fútbol, 87, CIHEFE.

Durry, J. (1997, 17-20 de septiembre). Tissié et Coubertin. En Congreso Pierre de Coubertin et l´Olympisme. Question pour l´avenir. Le Havre.

González, L. M. (1976). Historia del Real Madrid. “Grandes Clubs Españoles”. Coleccionables de As Color. Madrid: AS.

González Posada, A. (1894, agosto). La enseñanza en París a vista de pájaro. La España Moderna, 58, pp. 5-32.

Martínez Patón, V. & Bravo Mayor, L. J. (2013, octubre). La aguja del pajar: el origen del fútbol en Madrid. Cuadernos de Fútbol, 27, CIHEFE.

Salazar, B. de (Dir.) (2001). Cien años del Real Madrid. Madrid: AS.

Sinova, J. (Ed.) (2002). El Diario del Real Madrid. Madrid: El Mundo del Siglo XXI, Unidad Editorial, S. A.

Torrebadella, X. (2017). Narciso Masferrer y del deporte en la encrucijada del regeneracionismo, el nacionalismo y el problema social en la España de principios del siglo XX (1897-1920). Cuadernos de Fútbol, 90, CIHEFE.

Torrebadella, X. & Arrechea, F. (2015). Los Orígenes de una Ciudad Olímpica. La vida gimnástica-deportiva en la Barcelona decimonónica. Madrid: CIHEFE.


[1] The Courier, 29/04/1902; The Greenock Telegraph and Clyde Shipping Gazette, 29/04/1902; The Edinburgh Evening News, 28/04/1902; Dundee Evening Post, 28/04/1902; The Scottish Referee, 2/05/1902; Cheltenham Chronicle, 3/05/1902.




El fútbol en los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna (I). París 1900

PrimerosJJOO01Nos encontramos en un año olímpico, 2020. Como todos ya saben, sin embargo, la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 ha provocado un aplazamiento de los JJOO de Tokio al verano de 2021.

Pese a ello, o tal vez precisamente por ello, iniciamos una serie de artículos en los que recordaremos a los campeones olímpicos de fútbol en sus primeras ediciones, también nos detendremos en la participación española.

Es conocido que los Juegos Olímpicos se restauran en Atenas en 1896 por iniciativa de Pierre de Coubertin, fundador del Comité Olímpico Internacional. Menos conocido es que Coubertin culminó con éxito diferentes proyectos que, desde hacía siglos, pero con especial fuerza a lo largo del siglo XIX (Arrechea, Sánchez Pato, Molina, 2019; Arrechea, 2018) habían intentado la restauración de los JJOO.

Un proyecto especialmente importante (e influyente en los planes de Coubertin) fue el de los Juegos Olímpicos de Wenlock (Inglaterra), impulsados por el médico William Penny Brookes desde 1850. En estos Juegos de Wenlock hubo eventos atléticos, juegos tradicionales como el quoits (juego similar al de la herradura) y deportes como fútbol o criquet (Arrechea, 2018).

Esta fue, entonces, la primera aparición del fútbol en unos Juegos Olímpicos: Wenlock 1850.

Los JJOO del Dr. Brookes se disputaron, de forma discontinua, hasta el fallecimiento de su fundador en 1895. En 1890 Coubertin le había visitado y felicitado por su gran labor.

Junto a Brookes y sus Wenlock Games, el más importante paso hacia el renacimiento de los Juegos Olímpicos como unos Juegos Internacionales, fue dado por el mecenas griego (nacido en la actual Albania) Evangelos Zappas con los Juegos Olímpicos de Atenas de 1859, 1870, 1875 y 1889 (Arrechea, 2018).

Fueron unos JJOO reservados para griegos y con eventos de atletismo, lucha, tiro, hípica, deportes acuáticos y concursos artísticos. Brookes escribió proponiendo que se ampliaran a competidores de todos los países, convirtiéndose en los JJOO que todos conocemos. No fue escuchado por los griegos, pero sí por Coubertin, que tomó la idea (Arrechea, 2018).

No hubo fútbol en estos JJOO atenienses de Zappas.

Para 1896 el gobierno griego tenía previstos unos Juegos Olímpicos (un decreto había recuperado en 1890 el concepto “Olimpiada” como unidad de tiempo de cuatro años), que por consejo de su colaborador heleno Demetrios Vikelas, Coubertin hizo converger con su propio proyecto, convirtiendo así los Juegos Olímpicos atenienses de 1896 en los primeros Juegos Olímpicos de la Era Moderna.

No hubo fútbol en Atenas 1896, aunque en ocasiones se dice que sí mezclando datos de los Juegos Olímpicos Intercalados de Atenas 1906.

En sus planes iniciales (artículo Le Rétablissement des Jeux Olympiques, 15 de junio de 1894), Coubertin sí había incluido el fútbol entre los deportes (concretamente como uno de los “Juegos Atléticos”, junto al tenis o al “jeu de paume”) que podrían figurar en el programa olímpico.

Pero el escaso predicamento de los “nuevos deportes” (así como la falta de instalaciones) en la Grecia de 1896, provocó una caída de varios de ellos en el programa definitivo (fútbol, rugby, criquet, polo, hockey sobre hielo, waterpolo…), pese a alguna tímida protesta británica.

Atenas 1896 fue un éxito y los griegos intentaron quedarse con la sede permanente de los JJOO, pero Coubertin ya había decidido que la segunda edición se celebrara en París en 1900 (coincidiendo con una Exposición Universal).

La quinta Exposición en la capital francesa en menos de cincuenta años (1855, 1867, 1878, 1889 y 1900), el problema para Coubertin era que el Comisario de la Exposición (Alfred Picard) sentía el mayor de los desprecios hacia el deporte aficionado y no consideraba los Juegos Olímpicos como un evento digno de su Exposición.

Coubertin intentó inicialmente sacar adelante sus JJOO creando un comité organizador presidido por su amigo el vizconde de La Rochefoucauld, mientras la Exposición Universal anunciaba unos Concursos Internacionales de Ejercicios Físicos y Deportes dentro de su programa. El 19 de febrero de 1899 Daniel Mérillon fue nombrado presidente del comité organizador de los Concursos Internacionales y anunció un ambicioso programa con campeonatos del mundo de casi todos los deportes en categoría amateur y profesional, a raíz de ello el vizconde de La Rochefoucauld dimitió y el comité organizador de los JJOO París 1900 desapareció y con él los II Juegos Olímpicos de la Era Moderna (Arrechea, 2015, 2018).

Los Concursos Internacionales de Ejercicios Físicos y Deportes de la Exposición Universal de París 1900 fueron un gran evento con competiciones de más de treinta deportes y unos cincuenta y nueve mil participantes procedentes de más de treinta naciones, un gran triunfo enmarcado en el éxito global de la Exposición, abierta del 15 de abril al 12 de noviembre de 1900 con más de cincuenta millones de visitantes.

Hubo competiciones para deportistas amateurs, para profesionales, para militares y para escolares de: atletismo, remo, automovilismo, globos aerostáticos, colombofilia, críquet, croquet, ciclismo, esgrima, hípica, fútbol, golf, gimnasia, longue paume, tira y afloja, natación, pesca, rugby, salvamento y socorrismo, tiro, tiro con arco y ballesta, tiro al pichón, vela, waterpolo, bochas o pelota vasca. Muchas de ellas tuvieron estatus de «Campeonato del Mundo». Hubo críticas en la prensa por aspectos concretos como las instalaciones de atletismo o la organización de algunas pruebas, pero el balance fue muy positivo (Arrechea, 2015, 2018).

El problema para Coubertin, sin embargo, era enorme. Los Juegos Olímpicos previstos no se habían celebrado, no había habido ceremonias, ni entrega de medallas, ni se pronunció la expresión «Juegos Olímpicos» una sola vez. Los participantes no eran conscientes de estar participando en unos JJOO porque no estaban participando en unos JJOO. Coubertin reaccionó con su habilidad habitual y declaró que los Concursos Internacionales de Ejercicios Físicos y Deportes París 1900 habían sido los II Juegos Olímpicos de la Era Moderna París 1900, iniciando los preparativos para la III edición a celebrar en Estados Unidos (inicialmente en Chicago, finalmente sería en San Luis) en 1904. Cuando tuvo oportunidad impuso la celebración de unos nuevos JJOO en París (1924) para borrar esta teórica afrenta.

Para los historiadores olímpicos empezaba otra batalla. La de crear un palmarés y un medallero de los supuestos JJOO París 1900, decidiendo qué eventos y deportes de aquellos Concursos Internacionales habían sido “olímpicos” y cuáles no. Las discusiones entre historiadores aún perduran en la actualidad, pero el COI acabó aceptando en 2004 un informe elaborado por el historiador estadounidense Bill Mallon en que aplicando cuatro criterios (ser pruebas para amateurs, pruebas internacionales, sin hándicaps y sin limitaciones por edad o profesión), creó un palmarés y un medallero de París 1900 (Arrechea, 2015, 2018).

En París 1900 no se disputó realmente un torneo de fútbol, sino dos partidos de fútbol de tipo “exhibición” [aunque inicialmente eran cuatro los previstos, todos ellos del equipo local de la Union des Sociétés Françaises de Sports Athlétiques (USFSA) contra rivales extranjeros procedentes de Suiza, Alemania, Bélgica y el Reino Unido].

Finalmente, ni suizos ni alemanes viajaron a París y los únicos partidos disputados fueron el USFSA (Francia)-Upton Park FC (Reino Unido) y el USFSA (Francia)-combinado de Bélgica.

Tradicionalmente se ha dicho que el equipo belga era el de la Universidad de Bruselas, pero este extremo se ha desmentido en reiteradas ocasiones. De hecho, en el equipo belga había jugadores de diferentes clubes y de las universidades de Lieja, Lovaina y Bruselas y ni siquiera eran todos belgas, ya que figuraban un neerlandés (van Heuckelum) y un inglés (Thornton).

Los dos partidos se jugaron en el Velódromo de Vincennes ante escaso público, el 20 de septiembre el Upton Park FC derrotaba al combinado de la USFSA 4-0 (resultado dado por la mayoría de los periódicos, aunque Le Sport Universel Illustré dio un 6-2, probablemente confundiendo el primer partido con el segundo).

El 23 de septiembre la USFSA vencía al combinado belga 6-2.

No fue un torneo propiamente dicho, sólo dos partidos de exhibición. El esfuerzo por presentarlo como un “torneo olímpico” y hablar de una supuesta medalla de oro para el Reino Unido, una de plata para Francia y una de bronce para Bélgica, forma parte de la tendencia generalizada por adaptar a nuestros estándares actuales de lo que debe ser un torneo, una realidad que era bien diferente.

Aquellos partidos de exhibición en el marco de los Concursos de una Exposición Universal, no pretendían ser otra cosa que eso. Los equipos vencedores de los dos partidos recibieron un objeto de arte por sus victorias.

Los once jugadores del equipo londinense Upton Park FC eran: James Jones (1873-1955), Claude Buckenham (1876-1937), William Gosling (1869-1952), Alfred Chalk (1874-1954), Tom Burridge (1881-1965), Bill Quash (1868-1938), Richard Turner (1882-1960), Fred Spackman (1878-1942), John Nicholas (1879-1929), Jack Zeally (1874-1956) y Henry Haslam (1879-1942).

James Jones era el portero y el entrenador, todos eran nacidos en Inglaterra excepto Nicholas (nacido en Allahabad, India).

Upton Park FC en París 1900

Upton Park FC en París 1900

Los trece jugadores franceses que intervinieron en los dos partidos jugador por la USFSA fueron: Pierre Allemane (1882-1956), Louis Bach (1883-1914), Alfred Bloch (1877-?), Fernand Canelle (1882-1951), R. Duparc (1880-?), Eugène Fraysse (1879-?), Virgile Gaillard (1877-?), Georges Garnier (1878-1936), René Grandjean (1872-?), Lucien Huteau (1878-1975), Marcel Lambert (1876-?), Maurice Macaire (1881-?) y Gaston Peltier (1876-?).

Equipo de la USFSA en París 1900

Equipo de la USFSA en París 1900

Finalmente, los once jugadores del combinado belga en su único partido fueron: Marius Delbecque, Henk van Heuckelum (1879-1929), Raul Kelecom, Marcel Leboutte (1880-1976), Lucien Londot, Ernest Moreau de Melen (1879-1968), Eugène Neefs, Gustave Pelgrims (1878-1960), Alphonse Renier, Hilaire Spanoghe (1879-?) y Eric Thornton (1882-1945).

Su entrenador era Frank König (1874-1959). Como ya se ha mencionado, todos eran belgas excepto van Heuckelum (Países Bajos) y Thornton (Inglaterra).

Combinado belga en París 1900

Combinado belga en París 1900

Numerosos deportistas españoles participaron en estos Concursos de París 1900, pero no en fútbol. Aunque en una época de sportsmen, no debe sorprendernos la presencia de futbolistas en otras modalidades.

Por ejemplo, en remo participó un equipo del Real Club de Regatas de Barcelona en el que figuraban Juan Camps Mas (1883-1921), Orestes Quintana Vigo (1882-1909) y Ricardo Margarit Calvet (1883-1974), habían jugado en el FC Barcelona y en otros equipos barceloneses como el Universitari o el Rowing Foot-ball Club.

En la modalidad de Cesta Punta (Pelota Vasca) compitió y se proclamó Campeón del Mundo (formando pareja con José de Amézola) el sportman madrileño Francisco Villota Baquiola (1873-1950). En 2004, (en la reforma del medallero de París 1900 realizada por el COI tras el informe de Bill Mallon, a la que ya nos hemos referido), Villota y Amézola fueron reconocidos como campeones olímpicos y primeros medallistas españoles.

Francisco Villota sería, en 1903, uno de los fundadores del Athletic Club en Madrid, actual Atlético de Madrid (Arrechea, 2015, 2018).

FUENTES CONSULTADAS:

Arrechea, F. (2015). 1900. La Primera Aventura Olímpica Española. Madrid: CIHEFE.

Arrechea, F. (2018). España y los Juegos Olímpicos. Madrid: CIHEFE.

Arrechea, F., Sánchez Pato, A. & Molina, J.M. (2019). El Olimpismo entre los JJOO de la Antigüedad y la restauración coubertiniana. Materiales para la Historia del Deporte, 18, 105-114.

Drevon, A. (2000). Les Jeux olympiques oubliés. Paris 1900. París: CNRS Editions.

Farey, H. 2011. Football, Cricket and Quoits. A context for the early Wenlock Olympian Games. Journal of Olympic History, 19(1), 53-59.

Fowler, B. (1900, 29 de septiembre). Football Association. Les matches de l´Exposition. Le Sport Universel Illustré, p. 623.

Lennartz, K. & Teutenberg, W. (1995). II. Olympische Spiele 1900 in Paris. Kassel: Agon.

Lennartz, K., Bijkerk, T. & Kluge, V. (2008, diciembre). The Controversial Questions!

The Games of the Second Olympiad in Paris 1900. Journal of Olympic History (Special Issue), 3-7.

Les Sports à l´Exposition Universelle (1900, 6 de mayo). La Vie au grand air, pp. 418-450.

Mallon, B. (1998). The 1900 Olympic Games. Results for All Competitors in All Events, with Commentary. Jefferson & Londres: McFarland & Company, Inc., Publishers.




Carta a los lectores

Madrid-Sport, 24 de octubre de 1918

Madrid-Sport, 24 de octubre de 1918

Estimados amigos,

En las circunstancias especiales en las que nos encontramos a causa del coronavirus, me permitirán la licencia de no ceñirme al modelo habitual de artículo en esta revista, y dirigirme a todos ustedes en un tono más personal.

Nuestro país se encuentra, en el momento de redactar esta carta, en Estado de Alarma y todos estamos confinados en nuestros domicilios, la temporada futbolística se ha detenido y este número de Cuadernos de Fútbol no podía ser un número ordinario.

Algunos socios de nuestra organización se encuentran personalmente afectados por esta pandemia, numerosos futbolistas de todas las categorías, directivos, entrenadores, empleados de clubes y aficionados, igualmente están infectados. Nuestros pensamientos y mejores deseos están con todos ellos.

Asimismo, el que fuera presidente del Real Madrid, Don Lorenzo Sanz, ha fallecido. Desde CIHEFE enviamos nuestras condolencias a su familia y a todos los socios y aficionados del club blanco.

Este 2020 iba a ser un año deportivamente importante, con una Eurocopa de Fútbol a disputar en doce ciudades europeas (Bilbao entre ellas) y unos Juegos Olímpicos en Tokio.

En el instante en que me dirijo a ustedes, el aplazamiento de la Eurocopa a 2021 es oficial. Y el aplazamiento de los JJOO, un secreto a voces.

También iba a ser el año en que conmemorásemos el centenario de Amberes 1920, los de “La Furia Española”, la medalla de plata de Zamora, Samitier, Belauste y compañía en Bélgica. Todo queda en segundo plano, congelado.

Son días difíciles, pero todo pasará. Como pasaron las plagas bíblicas, la Peste Negra, la Gripe (mal llamada “española”) de 1918 o la Gripe Asiática de 1957. Volverá el fútbol, volverá la vida.

Como director de esta revista, con la ayuda inestimable del responsable técnico (Eugenio Llamas) y la complicidad de todos nuestros socios y amigos, me comprometo a que Cuadernos de Fútbol siga apareciendo cada día uno de cada mes.

Un abrazo a todos,

Fernando Arrechea




Bajo otra bandera. Futbolistas y entrenadores españoles que representaron a otros países en JJOO.

CONSIDERACIONES PREVIAS. LA CONDICIÓN DE “OLÍMPICO” Y LA CONDICIÓN DE “ESPAÑOL”

Procedemos a explicar los criterios utilizados para elaborar la base de datos de olímpicos españoles, base de nuestra Tesis Doctoral (Arrechea, 2017, 2018) y que ha servido para la elaboración del presente artículo, con explicación detallada de los casos dudosos.

Lo primero que debemos explicar es lo que consideramos como «olímpico». Atribuimos esa categoría a los participantes (deportistas o artistas, pues consideramos las Competiciones Artísticas disputadas entre 1912 y 1948 como plenamente oficiales) en Juegos Olímpicos de Verano e Invierno de la Era Moderna desde Atenas 1896.

En nuestra investigación aplicábamos un criterio restrictivo y sólo considerábamos “olímpicos” a los deportistas que habían llegado a debutar en competición, excluyendo a suplentes, lesionados, etc. Para el presente artículo aplicamos un criterio más amplio e incluimos a un futbolista que no llegó a debutar, e incluso a dos entrenadores (nacionalizados argentino y mexicano, respectivamente). Lo hacemos porque son pocos casos y, en el caso del futbolista, tenemos constancia de que acudió a los JJOO.

Por sorprendente que pueda parecer, aparecen en las bases de datos sobre olímpicos disponibles en Internet deportistas que fueron inscritos, pero no llegaron ni a desplazarse a los Juegos (existe una larga lista entre los españoles de París 1924). Incluso está documentado el caso de un español inscrito a la competición de tiro de Tokio 1964 que no era ni deportista, era un dirigente deportivo que estaba en los JJOO como turista y fue inscrito para poder entrar en la sede de competición (Arrechea, 2017, 2018).

En lo referente a la condición de «español» también existen casos especiales, ya que no todos los representantes del Comité Olímpico Español en JJOO han sido ciudadanos españoles, por ejemplo, el tenista (más conocido por su faceta de futbolista del RCD Español de Barcelona) olímpico en 1924 Ricardo Saprissa (ciudadano de El Salvador) o varios esquiadores andorranos hasta el reconocimiento del Comité Olímpico Andorrano en 1976.

Las normas respecto a la acreditación de la nacionalidad han ido variando, así Saprissa no tuvo problemas para defender los colores de España en 1924 pese a ser ciudadano salvadoreño y, sólo cuatro años después, el futbolista Juan Errazquin fue vetado para jugar con la Roja en Ámsterdam 1928 por ser ciudadano argentino (pese a lo cual, y como prueba fehaciente de lo laxas de las normas en la época, ya había jugado con la selección española en seis ocasiones).

Por otra parte, deportistas nacidos en España han defendido otras banderas en los Juegos.

La relación de futbolistas y entrenadores de fútbol nacidos en España, olímpicos en representación de comités olímpicos nacionales diferentes al español y cuya nacionalidad habían abrazado, es la siguiente*:

ADOLFO MENGOTTI ÁRNAIZ

OtraBandera01(Valladolid, 12 de noviembre de 1901 – 1984) fue un empresario y futbolista hispano-suizo. Hijo de un diplomático helvético en España y de una española natural de Burgos, nació en la Casa Mantilla de Valladolid. Jugaba en la posición de mediocentro y desarrolló su carrera deportiva en el Servette FC y en el Real Madrid, en este último club junto a su hermano Arturo. Fue el primer medallista olímpico vallisoletano, ya que obtuvo la medalla de plata en fútbol de los JJOO de París 1924, compitiendo con Suiza. ​

Tras su retirada como futbolista presidió el Club Suizo de Madrid y fue el representante de Nestlé en España.

JOSÉ LAGO MILLÁN

OtraBandera02

(Pontevedra, 1893 o 1894- ¿) fue un profesor de Educación Física, deportista y entrenador hispano-argentino. Emigró a Argentina a los veinte años, tras haber destacado en su Galicia natal en fútbol y ciclismo, y desarrolló una larga carrera como profesor y divulgador de la Cultura Física y el deporte y entrenador de numerosos deportes, destacando en atletismo y fútbol.

Fue el seleccionador argentino en los JJOO de Ámsterdam 1928, logrando una medalla de plata (Arrechea, 2019).

AGUSTÍN GÓMEZ DE SEGURA PAGOLA

OtraBandera03

(Rentería, Guipúzcoa, 18 de noviembre de 1922 – Moscú, URSS, 16 de noviembre de 1975) fue un político, entrenador y futbolista hispano-soviético. Llegado a la Unión Soviética en una de las expediciones de “Niños de la Guerra” se inició en el fútbol en Ucrania para pasar a Moscú y destacar en el Torpedo moscovita llegando a jugar con la selección de la URSS y formar parte de la selección olímpica en Helsinki 1952 (no llegó a jugar).

Regresó a España en 1956 llegando a jugar un partido con el Atlético de Madrid, desarrolló actividades políticas en la clandestinidad y fue detenido, debiendo exiliarse de nuevo en 1961, primero a Francia y, finalmente, de nuevo a la URSS.

ANTONIO LÓPEZ HERRANZ

OtraBandera04

(Madrid, 4 de mayo de 1913 – Los Ángeles, EE. UU., 29 de septiembre de 1959) fue un futbolista y entrenador hispano-mexicano. Tras desarrollar una carrera como futbolista en el Atlético de Madrid, Nacional, Madrid, el América mexicano, Hércules, Sabadell y Mallorca y verse involucrado en el más que sospechoso partido Hércules-Celta (0-5) de 1941, con rumores de sobornos y su despido de Alicante (Corcuera, 2009), regresó a México desarrollando una brillante carrera como entrenador. Fue el seleccionador mexicano en los Mundiales de Suiza 1954 y Suecia 1958, en lo que afecta a este artículo reseñar que era el seleccionador mexicano en los JJOO de Helsinki 1952, aunque finalmente los mexicanos no comparecieron a su partido de primera ronda frente a Noruega y los escandinavos pasaron ronda por incomparecencia del rival.

MANUEL “MANI” HERNÁNDEZ

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(Madrid, 2 de agosto de 1948) es un futbolista y entrenador hispano-estadounidense. Sus padres fallecieron en un accidente y fue enviado junto a su tío, residente en Estados Unidos. Destacó en el soccer universitario rápidamente en los San José State Spartans, siendo considerado el mejor jugador universitario en 1968.

Jugó con EE. UU. en los Juegos Panamericanos de Cali 1971 y en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972.

Tras acabar el periodo universitario fue jugador profesional en equipos de la NASL y de la MISL (fútbol indoor).

Desde 1982 es entrenador de fútbol femenino en el Presentation High School.

PEDRO FEBLES GONZÁLEZ

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(Santa Cruz de Tenerife, 18 de abril de 1958 – Caracas, Venezuela, 14 de diciembre 2011) fue un futbolista y entrenador hispano-venezolano. Como jugador desarrolló una larga carrera en varios clubes venezolanos (Deportivo Italia, Deportivo Galicia, Atlético San Cristóbal, Atlético Tachira, Marítimo Caracas) y fue veinticinco veces internacional con la Vinotinto, destacando su participación en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980.

GIOVANNI SIMEONE BALDINI

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(Madrid, 5 de julio de 1995) es un futbolista argentino nacido en España. Es hijo de Diego Pablo Simeone y ha jugado en River Plate, Banfield, Génova, Fiorentina y Cagliari. Internacional argentino Sub-20, Sub-23 y absoluto, disputó los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, su padre había disputado los de Atlanta 1996 (siendo medalla de plata).

* No aparecen en esta lista Sabino Barinaga Alberdi (Durango, Vizcaya, 15 de agosto de 1922 – Madrid, 19 de mayo de 1988), seleccionador de Marruecos en los JJOO de Múnich 1972, pues nunca se nacionalizó marroquí; ni Antonio Moyano Reina (Puente Genil, Córdoba, 1 de marzo de 1928 – San José, Costa Rica, 9 de marzo de 2010), seleccionador de Costa Rica en los JJOO de Moscú 1980 y Los Ángeles 1984, pues nunca se nacionalizó costarricense.

FUENTES PRINCIPALES CONSULTADAS:

Arrechea, F. (2017). España y los Juegos Olímpicos. Análisis de participación de los deportistas españoles en los JJOO de la Era Moderna e historia del movimiento olímpico español (Tesis Doctoral). UCAM.

Arrechea, F. (2018). España y los Juegos Olímpicos. Madrid: CIHEFE.

Arrechea, F. (2019). José Lago Millán. El gallego que cambió el deporte argentino. Cuadernos de Fútbol, 115, CIHEFE.

Corcuera, J. I. (2009). Compraventa de partidos: nada nuevo bajo el sol. Cuadernos de Fútbol, 4, CIHEFE.




José Lago Millán. El gallego que cambió el deporte argentino

La biografía de José Lago Millán es conocida superficialmente a pesar de que fue seleccionador nacional argentino de fútbol, en el presente artículo intentaremos ampliarla y reivindicarla como una figura clave en el desarrollo del deporte argentino.

JoseLagoMillan01José Lago Millán nació en el barrio de San Bartolomé de Pontevedra en 1893 o 1894 (en abril de 1928 tenía 34 años) (Serra, 1928) y llegó a Argentina muy joven, según algunas fuentes a los trece años, aunque el propio Lago explicó en una entrevista a la revista gallega de Buenos Aires Céltiga que fue en 1913, por lo tanto, con veinte años aproximadamente (Figuras Deportivas, 1928).

Graduado en Educación Física, fue profesor de Cultura Física en la YMCA (Asociación Cristiana de Jóvenes) y en el colegio “Mariano Moreno” y un auténtico sportsman que destacó en fútbol, atletismo, natación, baloncesto y calistenia. Su interés por las Ciencias del Deporte era amplio y multidisciplinario, interesándose asimismo por la Psicología del Deporte.

Las biografías que circulan sobre él afirman que nunca fue futbolista, lo que estamos en condiciones de desmentir. En el mencionado reportaje publicado en Céltiga en 1928 se explicaba: “Practicó foot-ball alternando con los Otero, Moncho Encinas, Losada, hermanos Avoales, Rey y otros «ases» pontevedreses de aquella época, algunos de los cuales, todavía hoy brillan con rutilante luz. El Sporting, fue naturalmente, el cuadro de sus entusiasmos, y de todas sus actuaciones en el mismo, recuerda con más satisfacción una, allá por el año 12, en que jugando contra el Fortuna de Vigo, y actuando él de half derecho, empataron a 2 goals. Podía calificarse de victoria moral, ya que por aquel entonces, el club vigués era el que «tallaba».

En 1912 fue campeón de Galicia de ciclismo.

En 1927 se le encargó la dirección de la selección nacional argentina de fútbol para mejorar su condición física (entre 1923 y 1926 había dirigido al equipo de atletismo argentino), dirigió a la albiceleste en el Campeonato Sudamericano Perú 1927 (siendo campeones) y en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928 (siendo medalla de plata). También ganó dos ediciones de la Copa Newton (uno de los torneos que disputaban Argentina y Uruguay).

Todavía en 1937 regresaría a la selección argentina como ayudante del también gallego (aunque nacido en Argentina) Manuel Seoane.

Él mismo explicaba en Céltiga en 1928 cuál era su método de entrenamiento: “No es ningún secreto, el sistema de entrenamiento que seguí, desde que salimos de Buenos Aires, como durante la estancia en Lima. Desde luego, la vida metódica de que hice referencia. No beber; fumar lo menos posible; no tomar excitantes, etc. En cuanto a ejercicios, les hacía alternar pruebas atléticas, tales como sprints, marchas cortas, saltos, etc., con partidos de basketball, wolley-ball, medicine-ball, tiros al arco, y una vez por semana, hacíamos un picado. Diariamente hacíamos gimnasia. Con todo ello, los muchachos obtuvieron un excelente estado de preparación que, unido al entusiasmo de que estaban sobrados, les dio la victoria que hoy exhiben orgullosos”.

JoseLagoMillan02El interés de Lago Millán por la divulgación de la Cultura Física fue descomunal, prueba de ello es que, a partir de febrero de 1930 inauguró una sección semanal en el diario bonaerense Crítica llamada “El Valor de la Educación Física” en el que daba consejos sobre salud y ejercicios físicos, además respondía a las consultas que le efectuaban los lectores.

Los temas principales eran: “la salud, el vigor, las dietas, el reposo, actividades para la mujer, enfatizando como tema dominante, a lo largo de todas las entregas, el problema de la obesidad” (Bana, 2007).

La lectura de los artículos de Lago Millán denota una actualidad y modernidad sorprendentes, con énfasis en la defensa de la naturaleza, el rechazo a la vida sedentaria, a la medicación excesiva y al consumo de drogas, alcohol, etc., en un tono higienista, regeneracionista y moralista no ajeno a la tradición deportiva española iniciada por Narciso Masferrer y otros divulgadores en publicaciones como Los Deportes (1897-1910).

La sección de Millán Lago en Crítica sufrió modificaciones y altibajos, en marzo de 1930 cambió de título y adoptó el de “Prolongue su vida”, aunque la línea argumental era similar, el lenguaje se tornó más coloquial y su frecuencia, diaria (Bana, 2007).

JoseLagoMillan03Todavía en los años cuarenta pueden encontrarse artículos de Lago Millán en publicaciones oficiales argentinas del Departamento de Instrucción Pública, en la misma época publicó un muy divulgado Método de natación. En esos años fue profesor de Educación Física en varios colegios argentinos, aunque abandonó el deporte de élite y ello hizo que desapareciera de los focos.

Creemos probada su determinante contribución a la modernización del deporte argentino, así como a la Cultura Física en su conjunto.

FUENTES PRINCIPALES CONSULTADAS

Bana, O. A. (2007). Crítica. Cuerpo y poder en la década de 1920. XI Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. San Miguel de Tucumán: Departamento de Historia, Universidad de Tucumán.

Figuras Deportivas. José Lago Millán (Entrenador del Equipo Nacional Argentino) (1928, 10 de febrero). Céltiga, revista gallega. Número 75, pp. 11-14.

Serra, S. (1928, 25 de abril). Lo que nos dijo J. Lago, el entrenador del “team” olímpico argentino. El Mundo Deportivo, p. 1.




El complejo proceso de constitución de la Real Federación Española de Fútbol

Antecedentes

La historia de las diferentes federaciones españolas de fútbol ha sido compleja, en diversos artículos previos publicados en esta revista han sido desvelados sus pormenores y aclarada parcialmente su trayectoria (Martínez Patón, 2013a, Martínez Patón 2013b, Martínez Patón, 2013c, Martínez Patón, 2014).

En resumen, estas han sido las federaciones españolas de fútbol (o que han tenido competencias sobre fútbol, como la Federación Gimnástica Española de 1898), que han existido:

–         La Federación Gimnástica Española (1898-1909). Se tiende a decir, de forma simplificadora, que la FGE (iniciativa de Narciso Masferrer) es un antecedente directo de la Federación Española de Gimnasia. Lo cierto es que la gimnasia ocupaba un lugar prioritario en sus objetivos, pero en realidad sus ambiciones abarcaban todos los deportes e incluso actividades culturales o folclóricas. La FGE es antecedente de la federación de gimnasia, en efecto, pero también de la de fútbol y de la de prácticamente todos los deportes (sólo el ciclismo, la colombofilia, la vela y el tiro tuvieron estructuras federativas o pseudofederativas propias en esta época). También del Comité Olímpico Español. Sin olvidar su vertiente cultural y pedagógica de clara influencia regeneracionista (Arrechea, 2012).

–         La Asociación de Clubs de Foot-ball (1902-1904). Generalmente conocida como “Asociación Madrileña de Clubs de Foot-ball” para diferenciarla de la asociación creada en la misma época en la Ciudad de Barcelona, pero a diferencia de sus homónimos barceloneses, el ánimo de su promotor Carlos Padrós (tal y como podemos corroborar en sus estatutos y en noticias de la época), era crear una federación de ámbito nacional. Por ello obtuvo también el reconocimiento internacional de la FIFA, como entidad fundadora de la misma.

L´Auto, 6 de agosto de 1903. Página 5

L´Auto, 6 de agosto de 1903. Página 5

–         La Real Federación Española de Clubs de Foot-ball (1909-1913). Esta federación (iniciativa, como la FGE, de Narciso Masferrer) contó con la presidencia de honor de Alfonso XIII desde su constitución, pero curiosamente no obtuvo inicialmente el título de Real. Quizá no le dieron ninguna importancia sus dirigentes, pero al ostentar dicho título sus enemigos de la RUECF, fue cuando lo necesitaron para equipararse. De hecho, sabemos que si el presidente Juan Padrós pidió el título fue porque en la FIFA le habían dicho que un argumento a favor de la RUECF era que ésta sí era Real. De tal modo que el 29 de mayo de 1913 hizo la solicitud y al mismo día siguiente este le fue concedido (Archivo General de Palacio, RA13, Caja 8801 Exp. 63; Arrechea & Martínez Patón, 2013).

–         La Real Unión Española de Clubs de Foot-ball (1912-1913). Eran disidentes de la RFECF, liderados por clubes catalanes y guipuzcoanos. La solicitud del título Real la realizaron en San Sebastián el 2 de febrero de 1913, firmada por el presidente Enrique Pardiñas. Le pedían también al Rey que aceptara la presidencia de honor. El día 10 de febrero de 1913 el secretario particular del Rey, don Emilio María de Torres, intercedía ante el Jefe de la Casa Real, el marqués de Torrecilla, para acelerar la petición, lo que volvió a hacer el 14 del mismo mes y año. Esta segunda petición sí fue oída y Alfonso XIII aceptaba la presidencia de honor de la federación y le concedía a ésta el título de Real (Archivo General de Palacio, RA13, Caja 8801 Exp. 64; Arrechea & Martínez Patón, 2013).

–         La Real Federación Española de Fútbol (1913-). Las presiones de la FIFA para acabar con la existencia de dos federaciones españolas simultáneamente lograron la creación de una nueva federación tras la desaparición de las precedentes. Sería la definitiva.

Sobre la oficialidad de las asociaciones, como es harto conocido, existe debate histórico-jurídico y no pocas polémicas.

El punto fundamental es el conflicto entre el derecho civil y el administrativo. Para el derecho civil todo contrato, y la sociedad es un contrato, se perfecciona con la voluntad de sus miembros. Esa voluntad puede ser de hacer algo concreto en común, pero desde el punto de vista civil todas esas federaciones fueron asociaciones correctamente constituidas (como demuestra el hecho de que llevaron a cabo sus pretensiones, o al menos lo intentaron).

Cuestión aparte es la administrativa (Ley de Asociaciones de 1887), pero existe debate sobre el carácter declarativo o constitutivo de la misma. Es importante tener en cuenta que la autoridad administrativa no constituye sociedades, simplemente constata que se han constituido correctamente y en consecuencia les permite hacer determinadas cosas. En todo caso, las únicas federaciones españolas de fútbol registradas fueron la Federación Gimnástica Española, desde 1900, la Real Federación Española de Clubs de Foot-ball, desde 1909, y la RFEF (como veremos) ¡desde 1921!

En efecto, de entre las primeras federaciones, la Federación Gimnástica Española cumplió con todos los trámites establecidos por la Ley de 1887, además (por motivos que desconocemos) lo hizo en dos ocasiones (1900 y 1902). Fue dada de baja en el registro el 8 de julio de 1909. (Archivo de la Delegación del Gobierno de Cataluña. Subdelegación del Gobierno de Barcelona. Caja 718. Expediente 49 «Federación Gimnástica Española»; Archivo de la Delegación del Gobierno de Cataluña. Subdelegación del Gobierno de Barcelona. Caja 172. Expediente 3.551 «Federación Gimnástica Española»).

Asimismo, la Real Federación Española de Clubs de Foot-ball también cumplió con lo establecido por la Ley de Asociaciones y se inscribió el 6 de octubre de 1909.

Ni la Asociación de Clubs de Foot-ball (representante de España en la fundación de la FIFA en 1904) ni la Real Unión Española de Clubs de Foot-ball se inscribieron nunca en el Registro de Asociaciones. Lo que no fue óbice para que la última recibiera la distinción “Real” y otros reconocimientos.

Sin embargo, sí se registró en 1910 como asociación en el Gobierno Civil de Barcelona la Federación Catalana de Clubs de Foot-ball (Archivo de la Delegación del Gobierno de Cataluña. Subdelegación del Gobierno de Barcelona. Caja 250. Expediente 6.121).

Cabe recordar, en este contexto, que el Comité Olímpico Español no acudiría al Registro de Asociaciones hasta 1926 (Archivo de la Delegación del Gobierno de Cataluña. Subdelegación del Gobierno de Barcelona. Caja 459. Expediente 12.861), cuando es conocido que habían existido otros comités olímpicos españoles en 1905, 1912, 1916, 1919 y 1924, nunca legalizados acorde a la Ley de Asociaciones de 1887 (Arrechea, 2018).

Inscripción de la RFECF en el Libro de Asociaciones de Madrid, página izquierda (Archivo CIHEFE)

Inscripción de la RFECF en el Libro de Asociaciones de Madrid, página izquierda (Archivo CIHEFE)

Inscripción de la RFECF en el Libro de Asociaciones de Madrid, página derecha (Archivo CIHEFE)

Inscripción de la RFECF en el Libro de Asociaciones de Madrid, página derecha (Archivo CIHEFE)

La legalización de la RFEF

Como sabemos, la RFEF nace en septiembre de 1913, más desconocido es (hasta la fecha) que la inscripción en el Registro de Asociaciones (en cumplimiento de la ley de 1887, según lo anteriormente presentado) fue un proceso mucho más largo y complejo.

Consta la presentación de los Estatutos de la nueva RFEF ante la autoridad gubernativa el 16 de enero de 1914, pero de forma sorprendente, la inscripción (y, por ende, la fecha de constitución oficial que figura en el Libro de Asociaciones de Madrid) es el 16 de septiembre de 1921. Siete años y medio de tardanza entre la presentación de los estatutos y su aprobación.

No tenemos una explicación definitiva a este intervalo de tiempo tan grande, aunque sí consta la derogación de los primeros estatutos fundacionales y la aprobación de unos nuevos en 1917-1918 (presentados ante la Dirección General de Seguridad) y otros (estos ya sí, aprobados por las autoridades) en 1921, firmados por el presidente David de Ormaechea.

Estatutos de la RFEF de 1917-1918 (Archivo CIHEFE)

Estatutos de la RFEF de 1917-1918 (Archivo CIHEFE)

Estatutos de la RFEF de 1921 (Archivo CIHEFE)

Estatutos de la RFEF de 1921 (Archivo CIHEFE)

Inscripción de la RFEF en el Libro de Asociaciones de Madrid, página izquierda (Archivo CIHEFE)

Inscripción de la RFEF en el Libro de Asociaciones de Madrid, página izquierda (Archivo CIHEFE)

Inscripción de la RFEF en el Libro de Asociaciones de Madrid, página derecha (Archivo CIHEFE)

Inscripción de la RFEF en el Libro de Asociaciones de Madrid, página derecha (Archivo CIHEFE)

Finalmente, el 16 de septiembre de 1921 quedaba constituida a efectos administrativos, la Real Federación Española de Fútbol. Siete años y medio después de crearse y un año después del debut internacional de la selección nacional en los Juegos Olímpicos de Amberes 1920.

ARCHIVOS CONSULTADOS

Archivo del CIHEFE (Madrid)

Archivo de la Delegación del Gobierno en Cataluña (Barcelona)

Archivo General de la Administración (Alcalá de Henares, Madrid)

Archivo General de Palacio (Madrid)

FUENTES PRINCIPALES CONSULTADAS

Arrechea, F. (2012). La Federación Gimnástica Española. Entidad precursora de la Federación Española de Fútbol. Cuadernos de Fútbol, 35, CIHEFE.

Arrechea, F. (2018). España y los Juegos Olímpicos. Madrid: CIHEFE.

Arrechea, F. & Martínez Patón, V. (2013). Las reales federaciones españolas de fútbol. Cuadernos de Fútbol, 47, CIHEFE.

Martínez Patón, V. (2013a). Las siete federaciones españolas de fútbol (I). Cuadernos de Fútbol, 42, CIHEFE.

Martínez Patón, V. (2013b). Las siete federaciones españolas de fútbol (II). Cuadernos de Fútbol, 44, CIHEFE.

Martínez Patón, V. (2013c). Las siete federaciones españolas de fútbol (III). Cuadernos de Fútbol, 46, CIHEFE.

Martínez Patón, V. (2014). Las siete federaciones españolas de fútbol (IV). Cuadernos de Fútbol, 51, CIHEFE.




La prehistoria del fútbol español (1820-1868)

Puede parecer provocador el título del presente artículo, pero tal vez la lectura del mismo aclarará al lector lo que pretendemos decir con tan peculiar afirmación.

La historia del fútbol español (con posterioridad nos centraremos en su prehistoria, objeto principal de este estudio) se inicia en el periodo 1868-1900.

Es en este intervalo de tiempo, y gracias a trabajadores británicos, cuando se produce la llegada del foot-ball a numerosos lugares de España de forma casi simultánea: Minas de Riotinto, Huelva, el Campo de Gibraltar, Jerez de la Frontera, Vigo, Valladolid, Salamanca, Málaga, Sevilla, la Región de Murcia, Canarias, Madrid, Barcelona o Vizcaya (Arrechea, 2018).

La primera alusión (matizaremos esta afirmación más adelante) al foot-ball describiendo el deporte y sus reglas básicas en la prensa española aparece en la revista valenciana El Panorama el 30 de abril de 1868:

El foot-ball (pelota a pie) en Inglaterra. Este juego es uno de los más populares en Inglaterra y en él forman parte gente de todas clases y de todas las edades, en la estación de invierno, que es la propia para este ejercicio…

El 2 de noviembre de 1870 aparece una noticia en El Progreso de Jerez de la Frontera en la que se habla de foot-ball «a porrazos» en la localidad gaditana. Existen discrepancias sobre si esta noticia habla de fútbol de rugby o fútbol de asociación.

Sabemos que hoy se jugará una partida de Cricket, en el sitio inmediato al hipódromo, cuyo espectáculo empezará a las doce en punto de la mañana. Por la tarde gozarán los aficionados a porrazos de un rato de un foot-ball.

En Barcelona, mucho antes de la fundación del Fútbol Club Barcelona en 1899, ya se jugaba al fútbol (Torrebadella, 2012; Arrechea, 2015). De hecho, la primera noticia española que menciona la práctica de fútbol (una vez más, nos matizaremos a nosotros mismos más adelante), al margen de la citada de Jerez, apareció en La Linterna de Gracia. Periódico de intereses morales y materiales el 14 de marzo de 1875. Decía así:

Desde hace algunos días han escogido unos ingleses para lugar de diversión un campo de la calle Aribau, frente al Hospital de S. Juan de Dios, donde con unas más que regulares pelotas juegan la mayor parte de las tardes. Hasta aquí nada hay de particular ni se acordaría seguramente nadie de ellos, si no atropellasen a los transeúntes que van tranquilamente a sus ocupaciones; pues hace poco dieron con la pelota en la cabeza de una criatura que iba con su madre, a quien dejaron casi sin sentido; y el martes próximo pasado uno de los jugadores insultó, llegando a las manos, a un joven que presenciaba sus juegos, solo por estar cerca del montón de ropa que se habían quitado de encima, pues que juegan en calzoncillos y mangas de camisa. Llamamos sobre el particular la atención de quien corresponda.

En 1878 ingenieros británicos fundaron el Río Tinto English Club en Minas de Riotinto (Huelva) y en 1889 se funda el Huelva Recreation Club.

En Valladolid los alumnos del Colegio de los Escoceses entre 1875 y 1887 ya practicaban foot-ball.

En el Colegio de los jesuitas de Nuestra Señora de la Antigua de Orduña (Vizcaya) se jugaba a foot-ball desde 1878, como se ve en una fotografía que se conserva de ese año en la que se observa a unos niños jugando en el patio mientras uno de ellos sostiene un balón (Turuzeta, 2012).

También en el Colegio Irlandés de Salamanca se jugaba foot-ball en esa época.

En La Línea de la Concepción y en San Roque (Campo de Gibraltar, Cádiz), asimismo, se disputaban partidos y entrenamientos por parte de los militares británicos de la vecina colonia británica de Gibraltar y existió a finales del siglo XIX un equipo llamado Benalife formado por llanitos. De este equipo sólo se conservaban testimonios orales, pero podemos encontrar una prueba (“a team composed of residents on the Rock”) de su existencia en esta crónica del 30 de enero de 1884 (Naval & Military Gazette and Weekly Chronicle of the United service, p. 7).

Prehistoria01A Vigo el fútbol llega de mano de la Eastern Telegraph Company Ltd., una sociedad instalada en la ciudad en mayo de 1873: hay noticias de fútbol desde 1876 y de un club llamado Exiles Cable Club (Arrechea 2018).

En noviembre de 2001 fue noticia (“Vilagarcía reabre los archivos del origen del fútbol”) un espectacular descubrimiento sobre fútbol en Villagarcía de Arosa (Pontevedra) en 1873.

Con posterioridad pudo desmontarse el supuesto hallazgo, de hecho, la noticia “descubierta” supuestamente aparecía en un diario (El Eco Republicano de Santiago de Compostela) que nunca existió (Moreno Bolaños, 2007).  Una simple anécdota, pero claro ejemplo del interés de determinados historiadores aficionados por otorgar a sus clubes o localidades el “decanato” del fútbol español.

En noviembre de 1892 hubo partidos en Ferrol (La Coruña) en una escala de la Fleet británica (The Western Morning News, 25 de noviembre de 1892; The Evening News, 24 de noviembre de 1892).

En 1879 un grupo de nobles presididos por José de Figueroa y Torres, vizconde de Irueste (hermano del conde de Romanones y del marqués de Villamejor, futuro presidente del Comité Olímpico Español de 1912) y con Alfonso XII como Presidente de Honor, fundaron un efímero Cricket and Foot-ball Club de Madrid.

Las noticias (El Campo: agricultura, jardinería y sport, 16 de noviembre de 1879; Blanco y Negro, 31 de mayo de 1925) en la que se anunciaba o rememoraba la fundación de este club madrileño de cricket y fútbol describían un panorama polideportivo español muy completo (reservado a las élites sociales): cricket, polo, tiro, hípica, tenis (incluso femenino) se practicaban en Madrid en 1879.

La noticia de la fundación de este primer club madrileño también llegó a Inglaterra (The Standard, 10 de mayo de 1879; The Norwich Mercurio, 14 de mayo de 1879).

En 1883 el profesor Stewart Henbest Capper introducía el fútbol y el rounders (deporte irlandés similar al béisbol) en las escuelas de la Institución Libre de Enseñanza (ILE). En 1889 Alejandro San Martín indicaba que la ILE utilizaba desde 1879 el modelo deportivo anglosajón.

En Barcelona entre 1892 y 1898 los Socios del Club de Regatas, de la Sociedad de Velocipedistas y los de algunos gimnasios practicaron fútbol, y los ingleses de la ciudad fundaron un primer Barcelona Foot-ball Club en 1894 (Arrechea, 2015).

En el periodo 1890-1900 los británicos residentes en España fundaban varios clubs de fútbol además del mencionado Barcelona FC (Sevilla, Málaga, Cádiz, Águilas, Vigo, Las Palmas de Gran Canaria). En Cataluña existían clubes de fútbol en Palamós, Sant Martí de Provençals y Sant Vicenç de Torrelló (Arrechea, 2018).

En 1890 nacía en Vizcaya el Club Atleta de los Astilleros del Nervión [existen noticias anteriores de partidos en Bilbao entre marineros británicos (Arrechea, 2013a)] y en Sevilla, el Sevilla Foot-ball Club.

La mayoría de estos clubes ingleses en España tuvieron existencia efímera al depender de comunidades de trabajadores extranjeros que eran población flotante, en los últimos años se ha recuperado su historia gracias a la digitalización de las hemerotecas y ello ha dado lugar a intentos de retrasar las fechas fundacionales de varios clubes, al identificarlos con sus antecedentes de nombre similar, el caso del Sevilla FC es el mejor y más conocido ejemplo (Arrechea, 2013b).

El ya mencionado Club Atleta de los Astilleros del Nervión se formó entre trabajadores de la empresa Martínez Rivas, Palmer y Compañía y los primeros partidos disputados por este antecedente del Athletic Club fueron noticia en la prensa escocesa (Glasgow Evening News, 3 de mayo de 1890 y 12 de enero de 1891).

Prehistoria02También algunos profesores de Institutos de Segunda Enseñanza introdujeron el juego del foot-ball. Francisco de la Macorra incluyó en el programa de la asignatura de «Gimnástica higiénica» del Instituto San Isidro una lección llamada «descripción de las reglas y número de jugadores para práctica «El Balón» o pelota a pie» (1894).

También lo hicieron José Eugenio García Fraguas (1894) y Marcelo Sanz Romo (1894) (Torrebadella & Arrechea, 2015).

Esta sería (muy resumida) la historia del nacimiento del fútbol español a finales del siglo XIX. Ahora explicaremos la prehistoria…

En el Northampton Mercury del 10 de junio de 1820 se publicaba lo siguiente:

Prehistoria03Junto a la caza, las corridas de toros, el lanzamiento de piedras o barras y diversos tipos de bolos, el autor incluía el “foot-ball” como una de las diversiones predilectas de los españoles de 1820. Podemos considerarlo un error del cronista, al confundir los juegos tradicionales de pelota “a mano” con la pelota “a pie”. Es probable que esa sea la respuesta, pero lo único seguro es que escribió “foot-ball” al enumerar los entretenimientos de los españoles en 1820.

En 1836 encontramos en la prensa británica (Morning Chronicle, 29 de marzo de 1836) la primera referencia a un partido de fútbol en España. Se jugó en Barcelona, lo terrorífico es descubrir cuál fue el balón utilizado: la cabeza del prisionero carlista Juan José O´Donnell Joris, hermano de Leopoldo O´Donnell, (que, al contrario de su padre y hermanos, carlistas todos, era un militar liberal y llegaría a ser presidente del gobierno).

Prehistoria04En el contexto de la Primera Guerra Carlista en Cataluña, el coronel Juan José O´Donnell se había rendido el 9 de octubre de 1835 durante el sitio de Olot y desde entonces estaba prisionero en la Ciudadela de Barcelona, el 2 de enero de 1836 una masa de exaltados asaltó la prisión (en una de las “bullangas” barcelonesas) y asesinó a unos setenta prisioneros carlistas (Romea Castro, 1994). Fueron linchados y vejados de forma terrorífica. O´Donnell era el más conocido de los prisioneros carlistas y el que sufrió más vejaciones, incluido el mencionado “partido de fútbol”.

Estos terribles “partidos de fútbol” de Barcelona de 1836 se hicieron tristemente conocidos y existen referencias posteriores, por ejemplo, en The Atlas (4 de julio de 1840), en un artículo crítico con el liberalismo español, se habla de los “Barcelona foot-ball matches”.

Prehistoria05Pero todas estas nuevas noticias sobre “fútbol antes del fútbol” en España nos llegan desde Gran Bretaña.

¿No habrá ninguna referencia en nuestra prensa anterior a la citada de El Panorama de 1868, que demuestre que el balompié era conocido por estos lares?

Pues sí lo hay, en El Español, el 14 de mayo de 1846 leemos este artículo sobre los deportes más practicados en cada país. En Inglaterra hay muchos (“infinitos”), pero uno es el “juego de pelota”, obviamente el autor está mencionado el fútbol…

Prehistoria06Y hasta aquí este viaje a la prehistoria de nuestro fútbol, un deporte que no nace en 1863 (cuando se fijan las reglas de la Asociación), ni llega a nuestro país estando el siglo XIX tan avanzado como se creía.

Aunque sus primeras manifestaciones sean terribles y estén asociadas a una guerra civil y a la violencia extrema.

FUENTES PRINCIPALES CONSULTADAS:

Arrechea, F. (2013a). Primera crónica periodística de un partido de fútbol jugado en España. Cuadernos de Fútbol, 39, CIHEFE.

Arrechea, F. (2013b). ¿Cuándo se creó el Sevilla FC? Cuadernos de Fútbol, 41, CIHEFE.

Arrechea, F. (2015). Orígenes, nacimiento y consolidación del FC Barcelona. Cuadernos de Fútbol, 70, CIHEFE.

Arrechea, F. (2018). España y los Juegos Olímpicos. Madrid: CIHEFE.

Moreno Bolaños, A. (2007). Análisis de una cita periodística que cuestiona la cuna del fútbol en España.  Edición del autor.

Romea Castro, C. (1994). Barcelona romántica y revolucionaria. Barcelona: Universitat de Barcelona.

Torrebadella, X. (2012). Orígenes del fútbol en Barcelona (1892-1903). RICYDE.

Revista Internacional de Ciencias del Deporte, 8(27), 80-102.

Torrebadella, X. & Arrechea, F. (2015). Los Orígenes de una Ciudad Olímpica. La vida gimnástica-deportiva en la Barcelona decimonónica. Madrid: CIHEFE.

Turuzeta, J. (2012). El Athletic Club. Origen de una Leyenda. Cuando el león era un cachorro. San Sebastián: Txertoa.




Zoubek. Primer entrenador del Mallorca

La historia oficial del RCD Mallorca explica así la llegada de su primer entrenador:

“El 2 de octubre de 1923, el checo Ferry Proks alias “Zaubek”, se convirtió en el primer entrenador de la historia de la Real Sociedad Alfonso XIII, actualmente RCD Mallorca. Ferry fue jugador del Sparta y también entrenó en su país natal, en Alemania y en Hungría antes de llegar a Mallorca.” (Vich, 2009)

Artículos más recientes mantienen la misma versión (Ramis, 2014; González, 2015). Xesc Ramis (2014) consideraba que “Ferry Proks” era, en sí mismo, un alias, y que la verdadera identidad del entrenador era la de József Proks:

“Cuando hablamos de Ferry Proks «Zaubek» nos estamos refiriendo, sin que quepan muchas dudas, a József Proks, nacido en la ciudad de Galanta (Checoslovaquia) el 29 de octubre de 1876. Hijo de Karóly Proks y Jusztina Kovács. La ciudad de Galanta, actualmente, pertenece a Eslovaquia. Nótese que Ferry es un diminutivo de József”. (Ramis, 2014)

Intentaremos en el presente artículo desvelar la verdadera y completa identidad del primer entrenador del histórico club balear.

El nombre real de nuestro personaje era František Prokš y nació en 1889 en Šternberk (Moravia). Desde 1904 residió en Praga.

Era hijastro (nevlastní syn) de Václav (Wenzel) Zoubek, cuyo apellido utilizaría como apodo futbolístico. Su madre, Marie Prokš (nacida Slavík), era la segunda esposa de Wenzel Zoubek.

Narodni Archiv (Archivos Nacionales de la República Checa) Digitalizované pobytové přihlášky pražského policejního ředitelství (konskripce) 1850-1914.

Narodni Archiv (Archivos Nacionales de la República Checa) Digitalizované pobytové přihlášky pražského policejního ředitelství (konskripce) 1850-1914.

El joven “Zoubek” fue un altísimo, animoso y polivalente (jugaba indistintamente como delantero o defensa) futbolista en varios equipos de Praga entre 1906 y 1920:

1906 Slavoj Žižkov
1908 Viktoria Žižkov
1909-1910 Sparta Praha
1911-1912 Slavoj Žižkov
1913 Union Žižkov
1913-1915 ČAFC Vinohrady
1916-1919 Viktoria Žižkov
1920 Slavoj Žižkov

X František Prokš “Zoubek”

X František Prokš “Zoubek”

Como entrenador, “Zoubek” desarrolló una larga carrera en el periodo de entreguerras:

1920-1921 Hajduk Split (entonces Yugoslavia, actual Croacia)
1922-1923 Arminia Bielefeld (Alemania)
1923-1924 Alfonso XIII (España)
1924 Arminia Bielefeld (Alemania)
1924-1925 Alfonso XIII (España)
1925 SK Baťa Zlín (entonces Checoslovaquia, actual República Checa)
1926-1930 Arminia Bielefeld (Alemania)
1931-1933 ZTK Zvolen (entonces Checoslovaquia, actual Eslovaquia)
1935 ZTK Zvolen (entonces Checoslovaquia, actual Eslovaquia)
1937 Teplitzer FK [entonces en Checoslovaquia, entre 1938-1945 zona anexada por Alemania (Sudetes), actual República Checa]
1939 Arminia Bielefeld (Alemania)

“Frano” Zoubek. Entrenador del Hajduk Split. c. 1920. https://hajduk.hr/eng/history

“Frano” Zoubek. Entrenador del Hajduk Split. c. 1920. https://hajduk.hr/eng/history

En Zvolen (Eslovaquia) dejó un gran recuerdo por sus modernos métodos de entrenamiento y se ganó el apodo de “Kapička” (“poquito”) por una frase de ánimo que utilizaba con recurrencia. http://mfklokomotivazvolen.sk/zobraz.asp?t=historia

Como conclusiones, debemos afirmar que el primer entrenador de la Real Sociedad Alfonso XIII (RCD Mallorca en la actualidad) fue el checo František Prokš “Zoubek” (no “Zaubek”, como acostumbra a decirse), nacido en Šternberk (actual República Checa) en 1889, y jugador y técnico de la larga trayectoria en las primeras décadas del siglo XX.

No conocemos nada de su vida tras el inicio de la Segunda Guerra Mundial, ni su lugar y fecha de defunción.

Fuentes consultadas:

Digitalizované pobytové přihlášky pražského policejního ředitelství (konskripce) 1850-1914. Narodni Archiv (Archivos Nacionales de la República Checa).

Frantisek Zoubek. Weltfussball.de. Consultado el 15 de febrero de 2019. https://www.weltfussball.de/spieler_profil/frantisek-zoubek/

González, A. (2015, 10 de diciembre). “Zaubek: el primer entrenador”. Diario de Mallorca. Consultado el 15 de febrero de 2019. https://www.diariodemallorca.es/rcd-mallorca/2015/12/10/zaubek-primer-entrenador/1077424.html

MFK Zvolen. Historia. Consultado el 16 de febrero de 2019. http://mfklokomotivazvolen.sk/zobraz.asp?t=historia

Official Site of HNK Hajduk Split. History. 1911-1920. Consultado el 16 de febrero de 2019. https://hajduk.hr/eng/history

Ramis, X. (2014, 31 de octubre). El primer entrenador de la historia. Consultado el 15 de febrero de 2019. http://soydelmallorca.blogspot.com/2014/10/el-primer-entrenador-de-la-historia.html

Vich, X. (2009, 24 de junio). ¿Sabías que Zaubek fue el primer entrenador de la Real Sociedad Alfonso XIII? Consultado el 15 de febrero de 2019. https://rcdm.es/anecdota-curiosa/sabias-que-zaubek-fue-el-primer-entrenador-de-la-real-sociedad-alfonso-xiii/

Prensa histórica checa y eslovaca consultada:

Národní listy (1906-1920)

Národní politika (1910-1916, 1938-1939)

Právo lidu (1912-1918)

Slovák (1931-1935)




El partido de fútbol que duró un año y nueve días: FC Barcelona-España FC.

Equipo del Foot-ball Club “España” (Los Deportes, 15 de marzo de 1910, p. 70).

Equipo del Foot-ball Club “España” (Los Deportes, 15 de marzo de 1910, p. 70).

En septiembre de 1909 el España F.C. de Barcelona (club fundado en 1905, que en 1914 llegaría a ganar la Challenge Internacional del Sur de Francia, y que en 1923 cambiaría su nombre por el de Gracia FC, despareciendo en 1931) anunció la disputa de un “Concurso España” destinado a clubes seniors de la Ciudad Condal, dotado con unos objetos de arte valorados en doscientas cincuenta, ciento cincuenta y cien pesetas. La respuesta inicial fue muy favorable a la iniciativa, con la inscripción de los siguientes clubes (además del organizador, el España FC): CD Español, FC Barcelona, Universitary, Català y Central.

El Mundo Deportivo, 23/09/1909

El Mundo Deportivo, 23/09/1909

Los primeros partidos se jugaron sin novedad en septiembre y octubre de 1909, con los siguientes marcadores:

24/09/1909      España – Español 3-1

26/09/1909      FC Barcelona – Universitary 7-0

03/10/1909      Català – Central 3-2

10/10/1909      España – Universitary 2-1

17/10/1909      FC Barcelona – Català 6-1

24/10/1909      Español – Central 2-1

Los problemas se iniciaron a finales de octubre, con el aplazamiento de algunos partidos, los rumores de retirada de la competición del CD Español y el Universitary y la desaparición del Central, además de la suspensión en el minuto ochenta y cuatro del partido FC Barcelona-España, sobre el que volveremos. Todo derivó en un aplazamiento polémico del Concurso.

El Mundo Deportivo, 25/11/1909

El Mundo Deportivo, 25/11/1909

El partido protagonista de este artículo empezó a jugarse el siete de noviembre de 1909 entre el España FC y el FC Barcelona, siendo suspendido en el minuto ochenta y cuatro cuando el marcador era favorable al Barça por 1-3. El motivo de la suspensión fue una invasión de campo y una monumental tangana, de la que El Mundo Deportivo ofreció la siguiente crónica, más contundente que cualquiera de nuestros comentarios:

El Mundo Deportivo, 11/11/1909

El Mundo Deportivo, 11/11/1909

He aquí la ficha del partido (al menos de los ochenta y cuatro minutos disputados el siete de noviembre de 1909):

07-11-1909. Concurso España. (partido suspendido en el 84´)

ESPAÑA FC-FC BARCELONA 1-3

España: González, Baguñá, Prades, Mariné, Massana, Sabater, Zarzuelo, Ramírez, Graell, Salvo, Seguí.

FC Barcelona: Solà, C. Wallace, J. Morris, Janer, Peris, Grau, Forns, C. Comamala, Masià, A. Comamala. (Sólo 10 jugadores, Bru no compareció por la pérdida de un familiar).

Árbitro: Darné.

Tras el partido y los incidentes se produjo, a lo largo del mes de diciembre, un agrio intercambio de cartas públicas y comunicados entre el presidente del España FC (Francisco Trias) y El Mundo Deportivo, ya que el presidente de la entidad organizadora consideraba que se había faltado al respeto a su afición y al club.

Curiosamente, un error de un funcionario del Gobierno Civil de Barcelona hace que Francisco Trias aparezca en el Libro de Asociaciones del mencionado Gobierno Civil como Presidente del FC Barcelona en 1912.

Obsérvese un error: anotan como presidente del FC Barcelona el 12/12/1912 a Francisco Trias, presidente del España FC de Barcelona. Inscripción del Foot-ball Club Barcelona en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil de Barcelona. Procedencia: Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. Libro Registro de Asociaciones. Tomo II.

Obsérvese un error: anotan como presidente del FC Barcelona el 12/12/1912 a Francisco Trias, presidente del España FC de Barcelona.
Inscripción del Foot-ball Club Barcelona en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil de Barcelona. Procedencia: Archivo de la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. Libro Registro de Asociaciones. Tomo II.

Pasados unos largos meses de silencio (cuando ya se daba por amortizado el “Concurso España”), el club organizador, en agosto de 1910, hizo pública su intención de finalizarlo.

El Mundo Deportivo, 18/08/1910

El Mundo Deportivo, 18/08/1910

El Universitary y el Català se retiraron también (este último tras la disputa de un partido pendiente con el CD Español, finalizado con empate a tres), por lo que los únicos partidos que quedaban por jugar eran un FC Barcelona-Español y los minutos restantes del suspendido España-FC Barcelona. Se decidió jugar ambos el mismo día, uno tras otro, escogiéndose el 16 de septiembre de 1910.

El FC Barcelona ganó al CD Español 3-1 e, inmediatamente después, afrontó los minutos restantes frente a un muy motivado (y, lógicamente, más “fresco”) España FC. A pesar de ello el marcador no se movió y pudo así finalizarse el partido iniciado un año y nueve días antes, así como el accidentado “Concurso España”, con el FC Barcelona como campeón.

El Mundo Deportivo, 17/11/1910

El Mundo Deportivo, 17/11/1910

He aquí la ficha de la segunda parte del histórico partido que duró un año y nueve días:

16-11-1910. Concurso España. (8´ pendientes del partido iniciado el 7/11/1909)

ESPAÑA FC-FC BARCELONA 1-3

España: Rañé, Reguera, Mariné, Prades, Sabater, Oliver, Salvo, Baró, Zarzuelo, Graell, Passani, Seguí.

FC Barcelona: Solà, C. Wallace, Amechazurra, Arrillaga, Peris, A. Comamala, Forns, Rodríguez, Pattullo, C. Comamala, P. Wallace.

Árbitro: Hamilton.




Las polémicas en torno a la historia del FC Barcelona (IV). Hans Gamper. Las vidas y la muerte de un deportista.

Gamper01HANS MAX GAMPER EN CUATRO DATOS

Nacido el 22 de noviembre de 1877 en Winterthur.

Fallecido el 30 de julio de 1930 en Barcelona.

Inscrito en el Consulado Suizo de Barcelona en 1899, con los siguientes datos (Arrechea, 2014):

  • Lugar de origen: Zúrich
  • Profesión: “employé de commerce”.

Presidente del FC Barcelona:  1908-09, 1910-13, 1917-19, 1921-23 y 1924-25.

Jugador del FC Barcelona: 1899-1904, 1913 (54 partidos, 123 goles). Ganó una Copa Macaya (1901-02) y una Copa Barcelona (1902-1903).

Cofundador y primer capitán del FC Barcelona y del FC Zürich.

Jugó además en el FC Basel, FC Excelsior y UA Lyon.

Practicó, asimismo, atletismo, ciclismo, hockey, golf, rugby…

UNO MÁS EN EL FC BARCELONA (1899-1908)

La versión oficial explica que fue el suizo Hans Max Gamper Haessig quien fundó el Fútbol Club Barcelona. Gamper llega a Barcelona en octubre de 1898 (según parece para aprender castellano en casa de sus parientes los Gaissert y como una primera escala hacia Fernando Poo, Guinea Española) y se instala en la ciudad para siempre.

Tenía veintiún años y una larga carrera a sus espaldas como futbolista y deportista en general (atletismo, ciclismo, rugby). Pronto encontrará a otros futbolistas extranjeros afincados en la Ciudad Condal y entablará amistad con ellos, deseoso de formar un equipo serio como los que había conocido (o incluso fundado) se pone en contacto con Jaime Vila del Gimnasio Tolosa con la intención de unirse a su grupo y formar una sociedad, pero Vila le rechaza rotundamente. La explicación tradicional a este rechazo fue por la condición de extranjero de Gamper, aunque hay que recordar que “extranjero” era, en la época, una forma de referirse a los protestantes (Arrechea, 2012, 2015, 2018a). Gamper era un suizo germanoparlante y protestante, no era de origen judío como en alguna ocasión se ha afirmado (Martialay & Salazar, 1997, p. 134).

Seguramente ofendido y dolido por este rechazo Gamper tarda pocos días en acudir a otro gimnasio barcelonés donde es bien recibido (Gimnasio Solé, sede social de las diferentes iniciativas de Narciso Masferrer). De hecho, allí, en torno a Los Deportes, ya se había creado una sociedad que celebraba entrenamientos y partidos de fútbol.

El 22 de octubre de 1899 Masferrer le publicaba a Gamper su célebre anuncio en Los Deportes convocando a todos los aficionados al “foot-vall” [sic], anuncio tradicionalmente presentado en la historiografía barcelonista como “el llamamiento para fundar el FC Barcelona”, algo que NO aparece en el mismo:

“Nuestro amigo y compañero Mr. Kans Kamper [sic], de la Sección de Foot-vall [sic] de la “Sociedad Los Deportes” y antiguo campeón suizo, deseoso de organizar algunos partidos en Barcelona, ruega a cuantos sientan aficiones por el referido deporte se sirvan ponerse en relación con él, dignándose al efecto pasar por esta redacción los martes y viernes por la noche de 9 á 11.”

Antes de publicar este anuncio, Gamper, que actuaba de corresponsal para el semanario deportivo de Zúrich Schweizer Sportblatt (hablando siempre de sí mismo en tercera persona y destacando sus triunfos personales, por ejemplo, en carreras de atletismo o ciclismo), ya había enviado a dicho medio la noticia de la fundación del club.

“Exclusiva” publicada el 25 de octubre de 1899 (p. 2), que ha pasado siempre desapercibida para los historiadores barcelonistas, más deslumbrados por la crónica del primer partido[1] (único partido en puridad) del FC Barcelona fundado el 29 noviembre.

Gamper02El 19 de noviembre se anunciaba en Los Deportes que Gamper y su amigo y compatriota Walter Wild trabajaban en la creación de una nueva sociedad, en lo que SÍ constituía un anuncio para fundar un club, pero ha sido menos divulgado, probablemente porque en el mismo Gamper compartía protagonismo con Wild y su autor era, obviamente, Narciso Masferrer:

“Nuestros amigos Wild y Gamper, llevan muy adelantados sus trabajos de organización de una sociedad de foot-ball. Esta tarde los teams formados efectuarán un partido en el Hipódromo. Los señores que quieran pertenecer a esta nueva Sociedad se les ruega pasen por esta redacción los martes y viernes de 9 a 11 de la noche para que puedan enterarse de los nobles propósitos de sus organizadores.”

El 29 de noviembre se constituyó un “Foot-ball Club Barcelona” en la célebre reunión del Gimnasio Solé. La Vanguardia del 2 de diciembre citaba que se había “constituido definitivamente en esta capital la sociedad Foot-ball Club Barcelona”, con una primera Junta directiva formada por Walter Wild, Hans Gamper, Luis de Ossó y Bartolomé Terradas.

El primer presidente del FC Barcelona fue el suizo Walter (Gualterio) Wild. Amigo de Gamper, monitor de gimnasia en la Sociedad Suiza, socio de la Federación Gimnástica Española y de la Unión Velocipédica Española (motores del regeneracionismo deportivo español) y miembro de la Iglesia Evangélica.

Gamper también informó en el Schweizer Sportblatt el 6 de diciembre de 1899 (p. 2) con entusiasmo:

Gamper03La lista comúnmente aceptada de doce socios fundadores de la entidad ese 29 de noviembre (Wild, Gamper, Ossó, TerradasOtto Künzli, Otto Maier, Enrique Ducay, Pedro Cabot, Carles Pujol, Josep Llobet, John Parsons y William Parsons) fue difundida por Masferrer en 1924, no aparece en la prensa de 1899 y plantea dudas por diversos motivos, especialmente por la presencia de los hermanos Parsons, que se unirían al club el 13 de diciembre tras la fusión con el “Equipo Inglés” (el Barcelona FC de 1893). Consideramos probable que Masferrer mezclara en 1924 sus recuerdos de las reuniones del 29 de noviembre y del 13 de diciembre de 1899 (Arrechea, 2018a).

Efectivamente, otra reunión se convocaba el 13 de diciembre en el Gimnasio Solé “para tratar de la fusión entre el Foot-ball Club Barcelona con el team inglés”, y proceder a la elección de los nuevos miembros de la Junta (en puridad, insistimos, se trató de la fusión de los dos FCB, el “inglés” de 1893 y el de Gamper y Wild de reciente creación), siempre bajo la protección de Narciso Masferrer y de la familia Solé, propietarios del gimnasio. El FC Barcelona formaba parte plenamente de la Federación Gimnástica Española y del entramado asociativo de Masferrer, tal y como puede leerse en este anuncio de la Fiesta Federal de la FGE publicado en Los Deportes el 3 de diciembre de 1899:

Gamper04La presidencia de este nuevo FCB continuaba a cargo de Walter Wild y la dirección técnica del equipo a cargo del primer capitán, Hans Gamper; mientras que el vicepresidente era John Parsons y el vicecapitán William Parsons, que provenían del team inglés. De Ossó y Terradas seguían como secretario y tesorero y Adolfo López se incorporaba como vocal.

Se acordó que los colores que usaría la nueva sociedad serían “el azul oscuro y encarnado a rayas perpendiculares y en el pecho el escudo de Barcelona” (aunque en La Vanguardia, suponemos que, por error, se dijo “negro y encarnado “).

El origen de estos colores ha sido debatido y circulan las más variopintas versiones, Narciso Masferrer dejó escrito que eran los colores del Basilea, club del que Gamper había sido capitán (Arrechea, 2018b).

Queda probado que Gamper tuvo gran importancia como jugador en estos primeros años del FC Barcelona, con 123 goles en 54 partidos, pero como directivo o cofundador fue sólo uno más con una importancia similar a o inferior a Narciso Masferrer, Francisco Solé, Manuel Grau Solé, Luis de Ossó o Walter Wild.

A finales de 1900 en la ciudad de Barcelona ya se contaban unos ocho equipos de fútbol. En este sentido se vaticinaba en la prensa que el fútbol sería en 1901 uno de los sports de moda.

En el Barça sin embargo se vivía una primera crisis institucional con el enfrentamiento entre los españoles liderados por Ossó y los extranjeros (protestantes) de Gamper, un conflicto que ha sido reinterpretado en clave religiosa (Rodes, 2000, 2001). El enfrentamiento se saldaría con un paso atrás del suizo.

EL PRESIDENTE Y HOMBRE FUERTE DEL FC BARCELONA (1908-1925)

En 1908 Gamper decidiría regresar a la directiva del club para salvarlo de la desaparición, el FCB tenía treinta ocho socios y se estaba barajando la opción de disolver la entidad.

El fútbol atravesaba una crisis general y muchos de los clubes pioneros de la ciudad de Barcelona desaparecieron en esa época. Gamper, con una gran vitalidad, conseguiría inaugurar un terreno de juego propio en la calle Industria.

Son varias las épocas en las que Gamper regresaría a la presidencia, en cada una de ellas acumularía poder y popularidad, coincidiendo con éxitos deportivos del club. También sería Gamper copartícipe o coadyuvador del paulatino acercamiento del FC Barcelona como institución hacia el catalanismo moderado de la Lliga Regionalista.

Su popularidad en la masa social del barcelonismo sería inversamente proporcional a la inquina que despertaba en otros sectores o lugares.

Toda suerte de comentarios y rumores sobre su figura se difundieron, aunque pocos alcanzaron el nivel de agresividad en la prensa del semanario sensacionalista madrileño El Duende, del polémico Adelardo Fernández Arias (pionero en lo que hoy llamaríamos “prensa rosa”, cuyos comentarios hirientes se saldaron en varias ocasiones con duelos), quien el 19 de abril de 1914 publicaba:

“Gamper (vaya) dicen que se ha enamorado de Sawyers, y quiere a toda costa que aprenda español. Para conseguirlo le ha ofrecido un contrato y un seguro” (L´Hereu, 1914).

Sawyers era un jugador del equipo inglés Middlesex Wanderers, que jugó cuatro amistosos en Barcelona en abril de 1914. Hemos visto en pasados artículos (Scheinherr & Arrechea, 2017) comentarios homófobos similares dedicados a otros futbolistas en la prensa de la época, también en la catalana[2].

Además de su agresividad y sensacionalismo general, Fernández Arias recibía sobornos de la embajada alemana en Madrid (Gómez Aparicio, 1974), por lo que su inquina hacia Gamper podía también tener motivaciones políticas por el talante aliadófilo (pese a ser ciudadano de un estado neutral) del mismo en el contexto prebélico europeo.

Al margen de ello, la cuestión de la homosexualidad en los ambientes gimnásticos de finales del siglo XIX está muy estudiada en otros países, no así en España donde apenas se están dando los primeros pasos[3].

Según dichos estudios, se daba la contradicción de ser los nuevos gimnasios higiénico-médicos lugares en los que regenerar vicios y (supuestas) enfermedades como el onanismo, la pusilanimidad o (específicamente) la homosexualidad, y, al mismo tiempo, ser espacios en los que se practicaba un culto al cuerpo y clubes sociales eminentemente masculinos (cuando no misóginos), no ajenos a una cierta subcultura homoerótica (Torrebadella & Vicente-Pedraz, 2019).

También en torno al homoerotismo de la “Muscular Christianity” de Thomas Arnold y su Escuela de Rugby se han realizado interesantes aportaciones en los últimos años, que no pueden aislarse del estudio sobre los ambientes gimnasiarcas de la época (Cercós, 2007; Cercós & Calvo, 2013).

Y es que, el recurso constante (retórico o no) por parte de los defensores del sport al pasado clásico grecolatino, con sus Juegos Olímpicos y su estética, acarreaba también sospechas desde ámbitos conservadores y católicos sobre el retorno de la sodomía, asociado por algunos al “amor ático a la gimnasia” (Selva, 1870, p. 206).

A pesar de las precauciones con las que esta cuestión era abordada en la prensa de la época, podemos encontrar descripciones inequívocas de figuras gimnasiarcas tan destacadas como la que Ramón Manuel Garriga realizó en 1894 del Dr. Eduardo Tolosa Alsina (recordemos, propietario del primer gimnasio de Barcelona al que acudió Hans Gamper):

“De baja estatura, cutis aterciopelado como el de una joven valenciana, más bien grueso que delgado, ojos grandes y expresivos, tez blanca, de constitución delicada y maneras afeminadas, parece que la naturaleza ha errado al dotarle de sexo masculino y que él también ha errado al escoger la carrera de Gimnasia, tan contraria a sus condiciones físicas.” (Garriga, 1894, p. 1).

En los años veinte del siglo pasado el FC Barcelona de Hans Gamper viviría una auténtica Edad de Oro con jugadores como Zamora, Samitier, Alcántara, Sancho, Plattkó, etc., títulos, más de diez mil socios y un nuevo estadio en Les Corts.

En 1920 Gamper fue nombrado responsable de fútbol del renovado Comité Olímpico Catalán (delegación regional del Comité Olímpico Español desde 1913) y colaboró con la selección española de fútbol en la gestión de campos de entrenamiento durante los JJOO de Amberes, actuando de facto como primer delegado federativo de La Roja (Arrechea, 2009).

En 1924, con motivo de las Bodas de Plata del Barça, llegaría el momento de escribir la primera historia del club de la mano del periodista Daniel Carbó “Correcuita”. Coincidiendo con el momento de máxima popularidad de Gamper, esa primera historia del club sería una hagiografía de su vida y obra, presentándole como fundador del club en solitario y prácticamente como introductor del fútbol en España.

Desgraciadamente, 1924 también resultaría ser el “canto del cisne” del modelo de club consolidado en los años previos, con Gamper como presidente y “padre fundador”, una directiva vinculada a la alta burguesía barcelonesa y al catalanismo cultural y político y una época triunfal en lo deportivo y social.

En 1923 el general Primo de Rivera había dado un golpe de estado e instaurado una Dictadura y el 14 de junio de 1925 se produjo el abucheo a la Marcha Real en Les Corts en un Barça-Júpiter disputado como homenaje al Orfeó Català. El gobierno se planteó la disolución del club, finalmente se decretó su clausura durante seis meses. Gamper tuvo que exiliarse a Suiza y dejar la presidencia, sectores de la burguesía catalana afines a la monarquía y al régimen, encabezados por Arcadio de Balaguer y Costa (barón de Ovilvar desde 1930), asumirían el control del FCB.

En cualquier caso, parece cuestionable presentar a Gamper como alguien radicalmente contrario al régimen de Primo de Rivera, ya que al menos en los inicios de la Dictadura (1924) fue miembro de la comisión del Somatén Nacional del distrito segundo de Barcelona (ver La Vanguardia, 20 de mayo de 1924, p.10):

Gamper05Probablemente su actitud hacia el nuevo régimen pudo tornarse más crítica con los años, pero los hechos no acostumbran a ser tan blancos o negros como muchos (desde ópticas contrarias) proclaman. El FC Barcelona no volvería a jugar un partido hasta el día de Navidad de 1925.

LOS AÑOS DIFÍCILES (1925-1930)

El exilio de Gamper duró muy poco tiempo (unos quince días). Su esposa Emma, sus hijos Marcel y Joan Ricard (brillantes deportistas), sus amigos o sus negocios (“Gamper y Mir”) estaban en Barcelona y no tardó en regresar, aunque de forma discreta y acercándose a Les Corts como mero espectador.

Eso cambió en mayo de 1929 cuando fue nombrado, junto a Enrique Peris de Vargas y Joan Soler Brú, para la ponencia que debía preparar el archivo histórico del club (ver Gaceta Deportiva, 23 de mayo de 1929, p. 11). En esos años se suceden las noticias y rumores sobre su regreso a la presidencia del club.

Gamper06El 30 de julio de 1930 Gamper se quitaría la vida[4], los motivos nunca han quedado claros (“Crack” del 29, alejamiento del Barça, depresión…). Varios medios de la época lo relacionaron de forma directa con otro suicidio acaecido horas antes: el del empresario suizo residente en la Ciudad Condal Juan Frey Gohl (Johannes Frey[5]), así leemos en El Liberal el 31 de julio de 1930:

“Ha sido comentadísimo hoy en los centros deportivos de la ciudad la muerte de D. Juan Gamper, que por reveses de fortuna se suicidó esta mañana en su domicilio. Todos los periódicos de la noche publican extensas informaciones y biografías, según las cuales, llegó a Barcelona en el año 1898 y en el 99 fundó el Fútbol Club de Barcelona, defendiendo sus colores como delantero centro hasta el año 1903. Pocos años después fue elevado al cargo de presidente de dicho club, actuando en el mismo hasta el año 1909. Asimismo, ha sido muy comentado el hecho de que ayer se suicidara también un conocido industrial llamado Juan Frey, con el que el señor Gamper tenía estrechas relaciones comerciales.”

Estudios recientes también vinculan ambos suicidios (Tomás & Porta, 2016):

“El día antes, en otro lugar de Barcelona, un amigo suizo de Gamper llamado Juan Frey Gohl también se había suicidado. Los dos compañeros se habían puesto de acuerdo para llevar a cabo juntos tan dramática decisión”.

La Vanguardia, 31 de julio de 1930, p. 1.

La Vanguardia, 31 de julio de 1930, p. 1.

EL LEGADO

La muerte de Gamper produjo una enorme conmoción en la ciudad y su funeral constituyó una muestra de dolor popular.

El club le otorgó varios homenajes y un busto suyo se colocó en el estadio, pero con los años su figura cayó en un cierto olvido. En su propia familia no se hablaba de él (tal y como han explicado los nietos en numerosas ocasiones) y los sucesos políticos y sociales que desembocarían en la Guerra Civil y en la dictadura del general Franco no resultaban propicios para la reivindicación de una figura vinculada al catalanismo, extranjero, protestante y suicida.

Sin embargo, cuando se anunció la construcción de un nuevo estadio, durante cierto tiempo se dio como seguro que su nombre sería “Estadio Juan Gamper”. Incluso una publicación como Solidaridad Nacional (Diario de Falange Española Tradicionalista y de las JONS) sacó un número especial con ocasión de la “Colocación de la primera piedra del Estadio Juan Gamper” en 1954. Posteriormente ese nombre sería vetado y el estadio sería inaugurado sin nombre, como el Nou Camp (nuevo campo) y así quedaría.

Y aunque el veto inicial surgiera desde el régimen (el general Moscardó, delegado nacional de Educación Física y Deportes, escribiría una carta a Miró Sans desaconsejándolo) (Garcia Luque, 2007), tampoco debe olvidarse que en 1965 los socios del club fueron consultados sobre el nombre con el que bautizar al estadio y la opción “Estadio Juan Gamper” existió y fue derrotada por otras como “Estadio del CF Barcelona” o “Estadio Barça”. Sí salió adelante en 1966 el trofeo de verano “Joan Gamper”.

En los últimos años la figura de Gamper ha sido reivindicada con fervor, realizándose nuevas hagiografías, al nivel de la de Correcuita en 1924, ahora en diferentes formatos (programas de televisión, películas, artículos, libros), casi siempre con participación de su propia familia. Gamper es presentado nuevamente como padre fundador del Barça en solitario y como un personaje idealizado, constantemente amenazado por diferentes enemigos interiores (Luis de Ossó y su supuesta persecución integrista hacia los protestantes) o exteriores (la Dictadura de Primo de Rivera), excluyendo matices o argumentos que puedan cuestionar las hipótesis previas.

Debemos reivindicar una investigación histórica más rigurosa e independiente, pues no creemos que sea un buen homenaje a nadie el recurrir a tópicos y lugares comunes, tan habituales en la historiografía azulgrana.

Como respetamos a Gamper como persona, como deportista y dirigente (y, sobre todo, respetamos la verdad), nosotros no lo hacemos.

Gamper08AGRADECIMIENTOS

Dr. Xavier Torrebadella Flix (Universitat Autònoma de Barcelona)

Catterina Abbati (Área de Historia del Departamento Federal de Asuntos Exteriores de la Confederación Helvética)

FUENTES

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[1] El celebre partido entre el FC Barcelona y el “Equipo Inglés” (el Barcelona FC de 1893) jugado el 8 de diciembre de 1899, partido del que Gamper publicó una crónica en el Schweizer Sportblatt el 13 de diciembre. En la misma afirmaba que el FCB jugó con nueve jugadores, mientras que en otros medios (por ejemplo, Alberto Serra en La Vanguardia) se hablaba de diez y se daba la alineación. En nuestra opinión esta divergencia sólo muestra lo informal del partido.

[2] Por ejemplo, en Xut! en 1924 sobre la amistad entre el portugués Da Costa y el inglés Harris: “Tenien un portuguès que es deia D´Acosta [sic], molt amic d´un anglès que es deia Harris…Mau!” (“Tenían a un portugués que se llamaba D´Acosta [sic], muy amigo de un inglés que se llamaba Harris… ¡Miau!”).

[3] Nos consta que los doctores Miguel Vicente Pedraz (Universidad de León) y Xavier Torrebadella Flix (Universitat Autònoma de Barcelona) tienen aceptado y en prensa un artículo (“Los primeros gimnasios higiénicos: espacios para sanar y corregir el cuerpo”) para la Revista de Dialectología y Tradiciones Populares en el que hacen decisivas contribuciones al respecto. Les agradecemos a ambos el haber podido consultarlo y citarlo con antelación a su difusión.

[4] Otro personaje de biografía similar a Gamper, su compatriota William Tarin Maurer (Lausana, 1869-Madrid, 1926), introductor en Tarragona del fútbol e impulsor de otros muchos deportes (especialmente el ciclismo), también se había suicidado cuatro años antes.

[5] Según los datos de los Archivos del Consulado de Suiza en Barcelona, conservados en los Archivos Federales Suizos (“Matrikulationsregister”), Johannes Frey era originario de Regensdorf, en el cantón de Zúrich y había nacido el 5 de junio de 1878. Su esposa se llamaba Eugenie Julie (de soltera Noël) y tuvieron dos hijos. Era comerciante y había vivido en Frankfurt (Alemania), antes de instalarse en Barcelona en 1908. Tuvo varios negocios en Barcelona, cuando falleció regentaba las empresas “Juan Frey” y “Aluminio Hispano-Suiza, S. A.”.




Las polémicas en torno a la historia del FC Barcelona (III). “Més que un club”? La politización del FC Barcelona en sus orígenes.

Está muy extendido el tópico según el cual fue el presidente Narciso de Carreras, en su discurso de toma de posesión el 17 de enero de 1968, el autor de la célebre divisa “El Barça és més que un club”.

Realmente la expresión había aparecido en el número 19 de La Revista Barcelonista tres años antes, el 12 de agosto de 1965 (pág. 3), en un artículo de opinión sobre el debate abierto sobre el nombre del estadio: “Existe, además, el aspecto afectivo. El Barcelona es algo más que un club de fútbol. Alrededor del Barcelona se funden sentimientos y añoranzas.”[1]

MesQueUnClub01Se ha interpretado siempre la expresión en términos políticos, atribuyéndole connotaciones catalanistas o independentistas [tesis iniciada con gran éxito por Manuel Vázquez Montalbán con su artículo “Barça! Barça! Barça!” de la revista Triunfo, publicado el 25 de octubre de 1969 y consolidada por el presidente Montal Costa durante su mandato (1969-1977)] lo que parece osado si se atribuye la misma al presidente Narciso de Carreras y Guiteras y se conoce su trayectoria vital y su ideología, completamente afecta al régimen franquista.

Tampoco parece que la línea editorial de La Revista Barcelonista en esos años sesenta (en el mismo artículo de opinión ya citado en el que aparece por primera vez el lema “Más que un club” se pedía el voto a los socios para la opción “Estadio Las Corts del C.F. Barcelona”, frente a otras más populares entre los sectores catalanistas como “Estadio Juan Gamper”, en el contexto del debate sobre el nombre del Nou Camp) estuviera precisamente orientada hacia el catalanismo político.

En todo caso podría interpretarse como una actualización del concepto, adaptándolo al clima sociopolítico del tardofranquismo y la Transición.

De hecho, la misma expresión “más que un club” no dejaba de ser un aggiornamento de la idea defendida por intelectuales de la Lliga Regionalista (con Daniel Carbó “Correcuita”, periodista y primer historiador azulgrana como máximo exponente) en los años veinte: el FC Barcelona no era “UN club de Cataluña”, era “EL club de Cataluña”.

La identificación entre el FC Barcelona y Cataluña defendida en estos sectores catalanistas de los años veinte puede resumirse en este texto del periodista y divulgador deportivo Josep Elias i Juncosa “Corredisses”, con motivo de las Bodas de Plata del club: “…formen un lligament tan gros que quan un crida Visca el “F.C.Barcelona”!, és tot un poble que respon entusiàsticament…“[2]  (Carbó, 1924, p. 498).

Y es que, como veremos, la politización del FC Barcelona (algo que se da como evidente y como algo consustancial con el propio club y su idiosincrasia) ha ido variando con las épocas y ha estado siempre vinculado a la personalidad e ideología de sus dirigentes y al contexto sociopolítico. No ha sido algo permanente ni inmóvil, ni estaba en el ánimo de sus fundadores legar esa carga ideológica a sus sucesores.

Así, hemos visto en artículos anteriores (Arrechea, 2012, 2015, 2016, 2018a, 2018b) como los fundadores y patrocinadores del nuevo club eran personajes del regeneracionismo cuyo ánimo era la implantación del sport inglés, del deporte al aire libre, así como la mejora del estado de salud y la calidad de vida de la población.

No debe olvidarse que el FC Barcelona nace bajo la protección de Narciso Masferrer y su Federación Gimnástica Española, por lo tanto, en un contexto alejado del catalanismo político o cultural.

El Avisador Numantino, 12 de abril de 1941, pág. 1.

El Avisador Numantino, 12 de abril de 1941, pág. 1.

Insistimos en la tesis que venimos defendiendo sobre Narciso Masferrer como fundador del FC Barcelona, algo comúnmente aceptado en otras épocas (ver obituario en prensa de Masferrer, abajo) y motivo hoy de polémica historiográfica y periodística (Arrechea, 2016; López, 2016).

No existía objetivo político alguno en la fundación del Barça, ni en 1899 ni en 1902 (tal y como veremos a continuación), cuando se oficializó el club redactando unos Estatutos.

Entre el 21 de octubre de 1901 y el 28 de septiembre de 1903 la agria polémica sobre el decanato del fútbol barcelonés entre el FC Barcelona y el FC Català llenó las páginas de la revista Los Deportes de réplicas y contrarréplicas de dirigentes de ambos clubs aportando datos sobre cuál de los dos se constituyó antes, jugó el primer partido o tuvo antes directiva.  El propio Gamper tomó parte en la discusión el 16 de agosto de 1903 con un extenso alegato con referencias biográficas en el que recordaba que fue rechazado por aquellos deportistas del Gimnasio Tolosa que poco después fundarían el Català porque “me dejaron entrever que no admitirían extranjeros”. En el trasfondo de la polémica del decanato había viejas cuestiones personales (Arrechea, 2012, 2015).

Más desapercibida ha pasado para los historiadores que han estudiado este tema la réplica aportada por Pedro Cabot Roldós (uno de los fundadores del club, jugador y secretario en la junta de Paul Haas desde el 5 de septiembre de 1902) el 28 de junio de 1903 en la que invitaba al FC Català a que “manifieste el día de la constitución y adopción de tal nombre”, además de ofrecer la posibilidad de que la Asociación de Clubs de Foot-ball (fundada el 12 de noviembre de 1902) diera un dictamen sobre la cuestión tras estudiar la documentación que se pudiera aportar al respecto. La respuesta de Joaquín Escardó del FC Català el 5 de julio fue algo dubitativa “no puedo precisarle de momento la época de su fundación” y la polémica empezó a apagarse con la sensación casi generalizada de victoria moral barcelonista (aunque varios autores han intentado reavivar la cuestión incluso en tiempos recientes).

Cabot tenía poderosas razones para pedir al Català pruebas documentales de su constitución y para buscar un dictamen oficial sobre el tema: básicamente porque él en persona fue el encargado de registrar el FC Barcelona en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil de Barcelona aportando unos estatutos y un Acta de Constitución, presentándose como el “organizador de la sociedad Foot-ball Club Barcelona”.

En efecto, el 18 de noviembre de 1902 Cabot presenta en el Gobierno Civil una instancia junto a los estatutos del Foot-ball Club Barcelona (“como organizador” de dicha sociedad) para que el Gobernador los apruebe y se pueda inscribir el club “según está prevenido en la vigente ley de asociaciones” (Arrechea, 2012, 2015).

Los primeros estatutos del FC Barcelona contienen este punto (Artículo 3º):

Esta Sociedad no podrá tener nunca carácter político, ni tendrá otros periódicos que los deportivos”.

MesQueUnClub03Tras obtener el visto bueno del Gobernador Civil y en cumplimiento exacto del punto cuarto de la Ley de Asociaciones de 1887 el FC Barcelona se constituye (por tercera vez) el 29 de diciembre de 1902 a las 21:30 horas en el Café Alhambra. Paul Haas presenta el 3 de enero de 1903 en el Gobierno Civil una copia certificada del Acta de Constitución de la Sociedad firmada por él mismo y Pere Cabot. El Acta tiene el sello del club con un visible y paradójico “1899”.

Paul Haas acompaña el documento con una breve nota al gobernador “tiene el honor de pasar a manos de V.E. copia certificada del acta de constitución y de nombramiento de cargos de dicha asociación. Dios guarde a V.E. muchos años. Barcelona 3 de Enero de 1903. Paul Haas”.

La directiva escogida ese 29 de diciembre de 1902 es la siguiente: Paul Haas (presidente), Hans Gamper (vicepresidente), José Llobet (tesorero), Pedro Cabot (secretario), José Marín (vicesecretario), José Vidal (vocal 1º) y Luis de Ossó (vocal 2º).

A destacar que esta reunión del Café Alhambra del 29 de diciembre (constitutiva de la sociedad, nada más y nada menos) no apareció en la prensa de la época, como tampoco las gestiones efectuadas ante el Gobierno Civil ni la inscripción final en el Registro de Asociaciones. Finalmente, el 5 de enero de 1903 el Fútbol Club Barcelona fue inscrito (con el número 3.709) en el Registro de Asociaciones en cumplimiento estricto de la Ley de Asociaciones vigente.

La prensa de la época (incluso el siempre bien informado y predispuesto a informar de cuantas reuniones y eventos diversos celebraran las sociedades barcelonesas rotativo Los Deportes) guardó absoluto silencio sobre estos acontecimientos importantes del FC Barcelona ocurridos entre noviembre de 1902 y enero de 1903. Ello ha favorecido la imagen transmitida por la práctica totalidad de los historiadores sobre el mandato del presidente Haas como “un periodo de transición” sin grandes acontecimientos, aunque fue un periodo vital para el club en el que se aprueban unos estatutos y se refunda para poder inscribirse en el Registro de Asociaciones. Todo ello a pesar de que algunas referencias indirectas a esa fundación del club en 1902 podían ser encontradas, por ejemplo, en los estatutos de 1911 o en un informe de la Jefatura Superior de Policía de 1940 al Gobernador Civil de Barcelona (Arrechea, 2012, 2015).

Queda en consecuencia probado que entre los fundadores del FC Barcelona (incluido el señor Gamper, vicepresidente del club cuando se aprueban estos primeros estatutos de 1902) no existía ánimo alguno de politización.

De hecho, en 1911 siendo ya presidente Hans Gamper, se aprueban unos nuevos estatutos y el artículo tercero de los estatutos de 1902 se deja prácticamente idéntico con un añadido sobre religión:

La Sociedad no podrá tener nunca carácter político ni religioso alguno ni otros periódicos que los deportivos”.

Como ya hemos avanzado y ampliaremos en futuros capítulos, la aproximación al catalanismo político moderado (la Lliga Regionalista) se produce a partir de 1915 y tendrá reflejo en los Estatutos de 1920.

Parece pues, al contrario de lo tantas veces repetido, que fue deseo expreso de sus fundadores que el FC Barcelona no tuviera nunca carácter político, por lo que todos los dirigentes y socios que han venido después han sido, son y serán libres de modificar estos estatutos, pero no han sido ni son ni serán libres para modificar la historia.

Fuentes

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[1] Existen otros precedentes en la expresión, el primero de ellos no atribuido al FC Barcelona estrictamente, si no al que era su filial la SD de la España Industrial. Subirán, corresponsal de Marca en Barcelona, describía así al equipo el 9 de septiembre de 1955 (pág. 4): “…el España Industrial es más que un club una familia rectora…”.

El segundo precedente es más chocante, porque su autor el corresponsal de Marca en Buenos Aires Félix Centeno se lo atribuyó al Real Madrid en un reportaje sobre Di Stéfano y Rial publicado el 24 de agosto de 1958 (pág. 12): “Algo más que un club, algo más que un medio de hacer fortuna”.

[2] Traducción: “…forman un ligamiento tan grande que cuando uno grita “¡Viva el FC Barcelona!”, es todo un pueblo el que responde entusiásticamente…”.