Del taller al terreno de juego; la historia del fútbol en el Arsenal de Cartagena (I)
Los hijos de la Gran Bretaña, fueron los “creadores” del fútbol, tal y como ha llegado a nuestros días. Y así, lo exportaron a otras partes de la geografía mundial. Cartagena tiene influencia inglesa desde antes de lo que el imaginario colectivo puede concebir. Tanto es así, que la “Cartagena Water Works”, empresa de abastecimiento de aguas, o la “Gray and Milvain Co. Ltd”, empresa consignataria de buques, propiedad de William Davidson Milvain, vicecónsul inglés en 1877,cargo que ocuparía su socio, John Clark Gray (comerciante de minera y esparto), años después, entre otras mercantiles, junto con la minería en el campo de Cartagena, sostendrían la presencia inglesa en la ciudad departamental. Éste último sector no es menos importante en Cartagena, ya que había una colonia estable de empresarios ingleses (administrativos, ingenieros, etc) relacionados con la extracción minera. Además, también se encontraban en la ciudad atisbos cada vez más exitosos, de comercio, como el esparto, fervientemente representado por George Mac Farlane.
Para 1908, la prensa recoge la fundación del Sport Club Victoria, equipo auspiciado por los militares que tenían su residencia en el Arsenal, y que años después disputará sus partidos plagado de jugadores británicos.


Para 1909, cuando la Sociedad Española de Construcciones Navales, se hace cargo del astillero, historia que fue contada en el artículo “100 años de Efesé”, desembarcan la ciudad unos 40 maestros ingleses, uno para cada taller ( de tubos, de maquinaria, de herreros, etc.). No tardarán en enrolarse en las filas del balompié local, ya que el 26 de noviembre 1911, se producirá el primer derbi entre Cartagena y Murcia, salvo prueba en contrario. Los contendientes, el “Cartago Sport Club”, y el “Sporting Club Murcia”. El resultado sería de 3-0 para los cartageneros, no sin antes dejar otro dato para la historia. Los goles, fueron conseguidos por Jarnison y Tinde, ambos trabajadores de la Casa Vickers. El encuentro se disputaría en el campo de Cuatro Caminos, llamado así por la confluencia de los ejes viarios, que partiendo de Cartagena, llegaban al extrarradio de la ciudad, más concretamente a Barrio Peral, San Antón, o Los Dolores. Actualmente, situamos el campo en las Casas de Peralta, entre las calles Reina Victoria y Alfonso X El Sabio.

Conociendo, por lado departamental, la totalidad de la alineación del equipo cartagenero; Beltrí, Calandre, Ausejo, Roberto, Rodríguez, Ángel, Sáez, Luque, Sánchez, “Jarnison” y “Tinde”, existe la plena certeza, que los jugadores ingleses, son Magnus Harrison y C. Tendall, ya que, existen fundados vestigios de su presencia en la ciudad.



Beltrí, Ausejo y Sáez, futbolistas del Carthago en 1911
Harrison llega a aparecer como jugador del Sport Club Cartagena en la Guía Oficial de Cartagena, de 1909, además de ser árbitro en algunos partidos en la ciudad, en los que aparecerá como Mr Harrison, o Magnus Harrison. Respecto a Tendall, aparece como jugador en los partidos contra el Orán argelino, en el que es considerado, mientras nadie demuestre lo contrario, en el primer partido intercontinental de fútbol jugado en España


El otro fundamento para plantear dicha hipótesis, lo encontramos en la fonética, en la confusión entre las formas Jarnison y Harrison, o Tinde y Tendall. La percepción auditiva de los sonidos anglosajones respecto con el castellano, tiende a ajustarse a los hábitos del lenguaje del oyente, por tanto, la H inicial de Harrison (/h/) será aspirada, por lo que puede interpretarse en español como una “j”, dando lugar a la forma Jarnison. Del mismo modo, la sílaba final átona /əl/ de Tendall ([ˈtendəl]) puede percibirse como una “e”
Como nota aclaratoria para dotar a esta historia de la dimensión que merece, hay que mencionar que en Cartagena, existiría, para 1846, el primer cementerio no católico, protestante en este caso, de la Región de Murcia, merced a la iniciativa de Charles Washingham Turner (cónsul británico en Cartagena).

Habría un intento de ampliar el campo santo, pero la apertura del Cementerio Municipal Nuestra Señora de Los Remedios, a las faldas del Monte Calvario, y la proximidad con el enclave protestante, truncaron los planes de Edmund J. Turner. Al cierre del cementerio de los ingleses, los restos fueron trasladados, en 1985, al mencionado de Nuestra Señora de los Remedios.

En 1917, cuando el Club Victoria reaparece tras años de ausencia, solicitará al ayuntamiento, por medio de su presidente, el militar José Argüelles López, la cesión de los terrenos del antiguo campo de Aviación, llamado así por haber sido allanado para una exhibición aérea de Léonce Garnier.



Vuelo de Mr. Garnier sobre Cartagena, aterrizando sobre el Campo de Aviación
En la misiva al consistorio cartagenero, el Club Victoria reconocía, su reciente creación, y suplicaba la concesión de dicho enclave. La relación del mundo castrense con el Club Victoria quedará plasmada a través del tiempo en la prensa cartagenera.

En el año 1922, ya eran varias las ediciones del campeonato local, en las que, logicamente, había participado el Sporting Club Carthago, el Club Victoria, Escombreras, el CD Santa Lucía, o el CD San Fulgencio, además de diferentes estamentos militares, como Infanteria de Marina, Acorazado Pelayo, y el Regimiento de Artillería, entre otros.

La directiva de la SECN en Cartagena pretende tener equipo propio, y se fundará bajo el auspicio del astillero, el Club Deportivo Cartagenero, cuya intención no fue ser un equipo menor. Bajo la dirección y presidencia del ingeniero Ulpiano Batlle, se fundará esta entidad el 28 de abril de 1922.

Serían nombrados presidentes de honor del equipo, los altos directivos Adolfo Navarrete y Don Nicolás Fuster, además de Don Luis Vial y Diestro (con los años, presidente del Cartagena FC), Don Juan Antonio Suanzes, y Don Christopher Brockbank, años después directivo del Efesé.



Adolfo Navarrete, Nicolás Fuster, y Juan Antonio Suanzes, presidentes de honor del CD Cartagenero
Como capitán del equipo, actuaría D. Alejandro del Castillo y Roda, concejal por Cartagena en periodo republicano, además de persona con un destacado papel durante la guerra civil. Alejandro, lorquino de nacimiento, fallecería en México, en 1984. Siempre vinculado a movimientos de izquierda, durante la contienda sería nombrado delegado de Marina de la Base Naval.


Alejandro del Castillo, y el desembarco del crucero británico Stanbrook en el puerto de Orán, procedente de Alicante, donde embarcó Alejandro, camino del exilio.
Uno de los primeros partidos del CD Cartagenero, si no el primero de su existencia, lo jugaría frente al Levante FC, de Murcia. Si algunos, pero no todos los integrantes del equipo eran trabajadores de la SECN, como se pretendía al principio. De hecho, alguno de ellos procedía de ámbitos totalmente ajenos al mundo castrense.

La fotografía, cedida por el amigo murciano y murcianista Pedro García, es una joya para el aficionado cartagenero. Por varios motivos. Por ejemplo, le ponemos cara a Cotino, el guardameta, que jugaría algunos partidos con el Cartagena FC y del que no teníamos material gráfico alguno. El envite se disputaría el 4 de junio de 1922, siendo éste uno de los últimos partidos de Tárraga, que marcharía un mes después a Ceuta, donde sería destinado al Regimiento de Artilleria de la ciudad ceutí, donde fallecería en 1932. Botella, otro jugador cartagenero, lo acompañaría, tiempo después, también en artillería, donde ambos seguirían disfrutando del balompié, entre otros equipos en el SC Ceuta.


Como hemos dicho anteriormente, no todos los integrantes del Club Deportivo Cartagenero tenían vinculación con el mundo castrense.
Javier Bayo Conesa, en la época de la fotografía, era un aspirante a funcionario municipal, labor que conseguiría desempeñar tiempo después como escribiente de arbitrios, encargado de la gestión de impuestos.

No hemos podido establecer el oficio de todos los integrantes de la fotografía, siendo un misterio a la publicación de este estudio, los empleos de Luis Segado, Nicolás (Carmelo Húngaro), Cotino, Miras y Mompeán.
Sí que tenían una vida castrense, como hemos visto, Manuel Tárraga Navarro, y Luis Botella Calandre, ambos vinculados a la artillería.

Ceferino la torre Alejandro, desempeñaría el cargo de funcionario de prisiones, hasta llegar a ser director de la prisión provincial de Cádiz. Es una de las tres personalidades cartageneras que han sido, en los diferentes equipos cartageneros, jugador, entrenador y presidente. Además, Ceferino también haría la labor de árbitro durante algunas temporadas.



Dioni Conesa, Ceferino Latorre y Pepe Egea, los únicos tres que han conseguido ser jugador, entrenador y presidente en el fútbol cartagenero.
George McPherson, es un trabajador escocés de los astilleros de Cartagena. Jugaría, en el Cartagena FC, y compaginaría su oficio, con también ser entrenador de algunos equipos locales, como el Arenas. Protagonista es él, de una foto icónica de la inauguración del Stadium Cartagenero, el 19 de septiembre de 1925.




Dos instantáneas de Valderas. Fondo Pedro García y Ángel Valverde
Santiago Valderas Rives, es natural de Valdepeñas de Jaén, como su padre, Santiago Valderas Castro, coronel de infantería con destino en Cartagena. Santiago hijo era marino de profesión, maquinista más concretamente. Sus hijos, Carmen y Santiago, son cartageneros de nacimiento, ya que vienen al mundo durante su destino en Cartagena. Su esposa será Flora Serantes. Tras la Guerra Civil, se le sometería a consejo de guerra por haber servido, fiel a la República, en el buque Tofiño. Sería condenado a cadena perpetua, aunque saldría en libertad condicional sin, lógicamente, “derecho a retiro, viudedades, pensiones, ni emolumentos de ninguna clase, uso de uniforme, cartera militar y cualquier ventaja que pueda corresponder a los retirados del Ejército y Armada”
Como hemos visto, los diferentes estamentos militares tendían a establecer su propio equipo de fútbol. Tanto es así, que la Base Naval de Cartagena, sería invitada a jugar en Murcia, contra el Real Murcia CF, para abril de 1924, integrando las filas del conjunto departamental, jugadores que lo eran también del Cartagena FC. No se invitó al Efesé (vocablo que se establecería unos meses después), pero sí algunos de sus jugadores tomarían parte en los encuentros Real Murcia CF – Base Naval de Cartagena.

Ricardo Zamora, El Divino, al parecer, fue invitado a jugar ambos partidos con el equipo cartagenero. Su llegada a la ciudad del Segura fue todo un acontecimiento, con recepción oficial incluida. Sería juez, en esos días, en un combate de boxeo, además de arbitrar un partido de fútbol, antes de disputar los que estaban previstos contra el equipo pimentonero. Antes y después, Zamora jugaría partidos de fútbol de diferente índole, una vez acabada la temporada con el RCD Espanyol de Barcelona el 10 de febrero de ese mismo año, club al que llegaría tras desvincularse del FC Barcelona. Además de los partidos de los días 6 y 7, tendría que jugar otro, días después, reforzando las filas de C. Natación de Alicante, evento que no se produciría por la climatología adversa.

Un total de 16 jugadores, formaron parte del combinado de la Base Naval de Cartagena. La inmensa mayoría, eran jugadores en aquella temporada (1923/24) del Cartagena FC, ya que les había traído a Cartagena sus obligaciones militares. De esta terna, jugadores como Amadeo, Zaragoza, Grau, Sánchiz se encontraban en la ciudad departamental.
La Base Naval de Cartagena, no dubitó en reforzarse con jugadores del primer equipo de la ciudad, y así, tomó prestados para los partidos en Murcia a Giménez, Paco, Zaragoza, Estalella, Maolo, Sánchiz, Ramón, Bautista, Piri, Grau, Vila, Camps y Calores, quedando fuera de ésta lista únicamente Mateu, Zamora y Mutruel, del que no hemos podido concretar si realmente se trata de Martorell, que también jugaba en el Cartagena FC durante la temporada 1923/24, y engrosaría la lista finalmente en 14.


Dos intervenciones de Ricardo Zamora, en los partidos del 6 y 7 de abril de 1924. Fondo Pedro García


París 25 mayo 1924. Archivo Municipal de Cartagena.
Un mes después de los partidos en Murcia, Ricardo Zamora sería convocado por la Selección Española, para las Olimpiadas de Paris de 1924, donde coincidiría, como atestigua la fotografía superior, con Manuel Lemmel, quien años después dirigiría los designios del Cartagena FC.
Habrá múltiples ejemplos de los partidos entre los diferentes departamentos de la SECN. Reproducimos uno de 1927, entre “Máquinas” y “Astilleros”, por tener éstos en sus filas a varios jugadores de renombre, como Acha, armero de profesión, Sobrino, trabajador años después de Repesa, la refinería de petróleo de Cartagena, o el jornalero Pepele. Como se observa otra vez, no todos los integrantes de los equipos eran trabajadores del astillero. Quien sí estaba en el estamento militar era Amadeo, enrolado en la Marina, labor que lo trajo a Cartagena. También es cierto que el propio Amadeo, además de Sobrino, Alba, Giménez, Costas, Cuervo I, Jauregui, Paz, Acha y Paco (que sepamos, ya que no se ofrecen las dos alineaciones completas) formaban, en la temporada 1927/28, parte de la primera plantilla del Cartagena FC. No nos podemos olvidar de Pepele, que pasaría al plantel del Efesé a la temporada siguiente.

Entre 1932 y 1936 se publicó la revista AS (no confundir con el diario AS actual). En sus páginas, predominantemente de carácter gráfico, incluiría, durante sus cuatro años de edición, a casi 2000 equipos de categorías regionales que, tendrían una repercusión notable. Los equipos cartageneros, de diferentes estamentos y categorías, saldrán ilustrado a lo largo de los 213 números de la revista.

En las siguientes líneas, se plasman los equipos que se vieron reflejados en las páginas de AS, que tenían relación con el cuerpo castrense.





Dada la buena aceptación que el futbol tuvo en el enclave cartagenero, incluso algunos años, desde el propio Arsenal se llevaron a cabo ligas internas, entre los equipos existentes. Este fue el caso del año 1934, cuando se dio buena cuenta del campeonato de fútbol de la base naval de Cartagena, con los siguientes equipos: Base Aeronaval de San Javier, Flotilla de Destructores, Capitanía General, Base de Submarinos, Infantería de Marina, Kanguro y Base Naval de Cartagena.

Una vez acabada la guerra civil, es disuelta la Sociedad Española de Construcciones Navales, y se produce la nacionalización del astillero, con la creación de la empresa pública Consejo Ordenador de las Construcciones Navales Militares, lo que cariñosamente se conocería como “Consejo”. La creación de esta empresa pública encontró su filón perfecto: La Segunda Guerra Mundial. Esto será el resurgir del astillero, ya que se necesita mano de obra especializada en las construcciones navales.

Esta empresa, pronto recoge los frutos que otros sembraron. El 15 de diciembre de 1943, será fundado el equipo de fútbol, siendo su primer presidente Juan Antonio Cerrada y González de Serralde.

El éxito no tardará en llegar, ya que para la temporada 1944/45, el Consejo se proclamará campeón de España de empresas, tras haber vencido en la final al Altos Hornos de Sagunto, jugada en Vallecas. En las eliminatorias anteriores, el Consejo tuvo que doblegar al Instituto de Previsión de Murcia, el Sindicato de la Banca de Albacete, Instituto de Previsión de Granada, Sociedad de Pescadores de Málaga, y la General Gallega de Electricidad.


El “Consejo”, campeón de España de empresas
El año anterior, el del debut, con un honorable tercer puesto, ya hacía presagiar que los triunfos no iban a ser casualidad. En la temporada 1945/1946 será subcampeón, tras caer en la final contra el Segarra, de Castellón. Y en la siguiente, volverá a ser tercero.


No pasará desapercibido para los dirigentes del astillero, los triunfos del “Consejo”, y en julio de 1946, se inaugurará el Campo de Deportes y Recreos “Los Juncos”, que años después se convertiría en el primer campo de fútbol de Cartagena en tener luz artificial, por delante del El Almarjal, el estadio del primer equipo de la ciudad, por entonces, el Cartagena CF.

Y este, es el germen del Club Deportivo Naval, nombre que adopta al inscribirse en la Federación Murciana de Fútbol. Se decide federar el equipo, dados los éxitos cosechados, por lo que competirá en categorías regionales. En la temporada 1947/48, quedará campeón de su grupo y ascenderá a Tercera División. La siguiente, jugará, por primera vez en la historia, en la misma categoría que el Cartagena CF, en la que queda sexto clasificado.

Su primer tesorero, será Cándido de la Rasilla y Arrúe, contable del astillero, y vocal patrono del Consejo Ordenador, cargo para el que fue elegido bajo el amparo de la Ley de Jurados Mixtos, que fue una norma promulgada en España en 1931, durante la Segunda República, con el objetivo de regular los conflictos laborales entre obreros y patronos. Su creación fue uno de los primeros intentos de institucionalizar mecanismos de arbitraje y mediación laboral. Sería, guardando las distancias, lo que hoy conocemos como Oficina de mediación y arbitraje laboral (OMAL). Su función principal era resolver conflictos laborales (salarios, despidos o condiciones de trabajo) evitando, en la medida de lo posible, huelgas y la judicialización del conflicto. Cada jurado se componía de: representantes obreros, representantes patronales, y representantes del Gobierno para, en un principio, garantizar la neutralidad del proceso. Desde el principio, éste mecanismo generó rechazo en la patronal, y en la CNT, por entender éstos que se había articulado una forma de control sobre el foco obrero. Cándido por su parte, formaba parte de la patronal en la mesa de negociación.

vocal patrono. BNE.

La UD Cartagenera, por entonces en categoría regional, solicitó, siendo filial del CD Naval, en tiempo y forma que algunos jugadores de éste, formaran parte de su equipo para su próximo campeonato. Reproducimos la contestación del conjunto navalista, que le autorizaba a contar con los servicios de Cuervo, Vizcaino y Boni.


Para sorpresa de muchos, el equipo navalista no se inscribió en las categorías regionales federadas para ser comparsa. En anteriores líneas, apuntamos que había ascendido a Tercera División en su primera temporada de vida, la 1947/48. Pues bien, en la temporada 1949/50 quedaría tercero en su categoría, la Tercera División, a solo un puesto de jugar promoción a Segunda División.


Brau y Santos, dos destacados navalistas
Desde la grada de Los Juncos, muchos niños miraban a aquellos jugadores navalistas. Ese parque de recreos que contaba con dos pistas de tenis, una pista de baloncesto, dos boleras, un cine, y dos pistas de baile, hizo las delicias entre la chiquillería cartagenera durante varias generaciones. De esos niños, uno destacó sobre el resto. Pepe Egea Leal, que apuntaba maneras desde chico, en las categorías inferiores del CD Naval.


Mientras, “los mayores” seguían compitiendo, siempre con una rivalidad sana con el Cartagena CF primero, y después con la UD Cartagena, CD Cartagena o Cartagena FC. De hecho, unos y otros, acuñaron un término jocoso para cada equipo. Los componentes del CD Naval llamaban a los del “Efesé”, los bóvedas, por la existencia de una estructura cuadrada en el cruce del paseo Alfonso XIII, con el final de Capitanes Ripoll. Éste era el respiradero de una gran arqueta que recogía el canal enterrado de la rambla del Hondón y a su vez los residuos de Productos Químicos, estando visible esta construcción hasta finales de los años 60 del pasado siglo, que se demolió.


Los “bóvedas” no se quedaban atrás, ya que llamaban a los navalistas “bisagras”. Decían los bóvedas a los navalistas «bisagras”, por entender los primeros que éstos estaban siempre inclinando el cuerpo, a modo de recibir órdenes de don Cándido que era, como vimos en las anteriores líneas, directivo del CD Naval. «Sí, Don Cándido, lo que usted diga, a mandar don Cándido”. Está “sumisión” dio origen a llamarles “bisagras” por parte de los “bóvedas”.

Antes, hablábamos de un tal Pepe Egea, que destacaba en las filas navalistas. Fue convocado por la selección española juvenil en 1957, con la que se proclamarían campeones de España. Esto no pasó desapercibido para la selección española juvenil, que lo convocó para el campeonato de Europa, dándole la capitanía, llegando hasta la final, en la que sucumbieron frente a Austria, en unas imágenes que conserva el NODO.


Pepe Egea, con la selección murciana y española juvenil. Fotos cedidas por la familia Egea Gil
Tanto es así, que equipos de alto copete se fijarían en él. No queriendo irse muy lejos de casa, ficharía por el Valencia CF, aunque su primera temporada la jugaría en el Mestalla. Cuando Quincoces se hace cargo de la primera plantilla ché, le llega la alternativa a Egea, con solo 19 años. Después, vendría el Córdoba CF, el Valencia de nuevo y la UD Levante, desde la que regresaría a su ciudad natal, para retirarse en el CD Cartagena.


Aquí en Cartagena, surgieron nuevas generaciones de futbolistas que vestían la camiseta azul del CD Naval. Lorente, Cros, Quinito, Legaz, Gonzalo, Munuera, e incluso delanteras que hacían grandes los miedos del rival; Añil, Llamas, Ventura, Jesús y Pomares.

Apuntábamos anteriormente, que el estadio de fútbol que antes tuvo luz artificial fue el ya desaparecido Campo de Los Juncos. Y así es. Fue en 1952, cuando el vetusto campo del CD Naval tendría luz no natural. Y para que esto sucediera en el terreno de juego del primer equipo de la ciudad, todavía tendrían que pasar la friolera de 16 años. En agosto de 1968, otra vez frente al Valencia CF, se inauguraba el alumbrado artificial en El Almarjal, con un testigo de excepción que esa temporada se vestiría de blanco y negro; Pepe Egea.


Pepe Egea, de blanquinegro, y fotografía del estreno del alumbrado en el Estadio, con Egea en el marque derecho de la instantánea.