Húngaros en España

Los húngaros llegaron a nuestro fútbol antes de que gozase estatutariamente de un reconocimiento profesional. Distintos equipos magiares en gira, habían patentizado a este lado de los Pirineos que el “foot-ball” de Budapest y su periferia estaba más evolucionado técnica y tácticamente, que a la garra característica de este deporte, sus practicantes unían una habilidad poco habitual y que, curiosamente, los jugadores más dotados ponían su mayor capacidad al servicio del conjunto. Hungría, además, contaba con una Liga semejante a la disputada en Inglaterra, cuando por nuestros pagos tan sólo se dirimían torneos regionales y el campeón nacional surgía de la Copa. Lógico, por lo tanto, que primero algunos entrenadores de ese país, y luego sus futbolistas, comenzaran a reforzar algunos elencos. Uno de ellos, Ferenc Plattko Kopiletz, antes incluso de crearse el Campeonato Nacional de Liga, cuando ni siquiera existía una normativa nacional reguladora para la importación futbolística de profesionales. Ese mismo Ptattko, a quien Rafael Alberti inmortalizara en su oda dejándose una “t” en el tintero, habría de convertirse en “Oso rubio de Hungría”, u “Oso” a secas, después de inspirar al poeta durante uno de los tres choque que el F. C. Barcelona precisara para proclamarse campeón de España en los antiguos Campos de Sport de El Sardinero. Aquellas primeras estrofas rezaban así:

Nadie se olvida, Platko, no, nadie, nadie, nadie,

oso rubio de Hungría.

Ni el mar,

que frente a ti saltaba sin poder defenderte.

Ni la lluvia. Ni el viento, que era el que más rugía.

Ni el mar, ni el viento, Platko,

rubio Platko de sangre,

guardameta en el polvo,

pararrayos.

No, nadie, nadie, nadie.

Pero Plattko, antes que inspirador de una oda fue futbolista con 1.500 ptas. de sueldo mensual en 1926 -más que lo ingresado por muchos médicos o abogados, y el triple, aproximadamente, que cualquier funcionario de carrera-, portero de garantías, entrenador tras colgar los guantes y correcaminos impenitente a quien, ya mayor, no le sobrase nada. Defendía el marco del Vasas cuando lo movilizaron en la I Guerra Mundial y, sobreviviente a la carnicería, se enroló en el W.A.C. vienés durante el año 1919,  desde donde regresaría al Vasas para acto seguido desarrollar dos campañas con el M.T.K. de Budapest. Fichado por la entidad azulgrana durante la Navidad de 1922, pocos habrían de echar en falta al “Divino” Ricardo Zamora Martínez. Como azulgrana disfrutó de varios títulos en el campeonato regional, 3 de Copa y el de la Liga inaugural, a lo largo de ocho años. Para colgar las botas, empero, eligió Basilea, donde además le brindaron la oportunidad de iniciarse como entrenador. Y puesto que las cosas le salieron admirablemente en Cataluña, optó por sacar de Hungría a sus hermanos Esteban y Karoli, para que fueran abriéndose camino como entrenadores a su sombra protectora.

Tras abandonar Suiza, su nuevo trabajo en los banquillos iría conduciéndole a Francia, Portugal -durante nuestra Guerra Civil-, Barcelona de nuevo, Rumanía, Inglaterra, Checoslovaquia, Chile, donde introdujo la táctica “WM”, Brasil y Argentina, con otro breve paréntesis en la ciudad condal para sufrir los desplantes de un Ladislao Kubala todavía mítico, aunque apuntase los primeros síntomas de innegable declive. Casado con la joven de Sitges María del Carmen Sariol, se nacionalizó chileno. Y en Santiago de Chile seguía, entre apreturas económicas bastante serias, cuando la Agrupación de Veteranos del Barcelona interviniese, como en otros casos, para aliviar su desgracia con distintas ayudas durante el periodo 1980-82. Una carta suya, remitida al F. C. Barcelona en junio de 1981, ejemplifica la dura vejez de numerosas estrellas del lejano pretérito, cuando vivir exclusivamente dedicado al fútbol no daba para gollerías. Proponía a la entidad “culé” enviar todas sus medallas y trofeos, para engrosar el museo, si a cambio le ayudaban económicamente. A sus 82 años sobrevivía con una pensión de 4.000 ptas., estaba enfermo y su única distracción consistía en seguir los resultados del que siempre consideró su equipo: “Allí pasé mis mejores días -afirmaba-. Y tuve los mejores amigos en Samitier y Piera”.

Ferenc Ptattko posa con un trofeo recién conquistado por el F. C. Barcelona.

La dirección de equipos distó bastante de ser gran negocio allá por los años 30, 40, 50 e incluso 60 del pasado siglo, como habrían de comprobar en carne propia otros técnicos en absoluto del montón. Jenö Kalmar, sin ir más lejos, a quien el extinto Club Deportivo Málaga hubo de dedicar un homenaje recaudatorio para paliar su lipidia, ya en la ancianidad. Eran pocos quienes podían permitirse el lujo de exigir una peseta, un franco, un peso, un escudo, una libra o 1.000 liras más que el componente mejor pagado de la plantilla, como cimiento elemental de autoridad ante sus propias huestes. Por cuanto a Ferenc Ptattko respecta, ni siquiera pasar por clubes como Racing de Rubaix, Oporto, Mulhouse, Cracovia, Arsenal londinense, River Plate de Buenos Aires, Barcelona en un par de ocasiones, Colo-Colo, Magallanes y Santiago Wandereres, chilenos, o la obtención de títulos, alguno de ellos sin conocer siquiera la derrota, habría de garantizarle vivir sin sobresaltos.

Plattko fue buque insignia magiar en nuestro fútbol, y pronto un puñadito de compatriotas se empeñaron en seguir sus pasos, cuando ante el ejercicio 1934-35 se abrió el portillo importador de futbolistas, con un límite de 2 por club. Entonces el Valencia contrató a Atchs, los “culés” incorporaron a Szeder y Elemer Berkessy, el Valladolid a la pareja Lojos – Kohut, el Real Madrid a Gyula Alberty, como relevo de un Zamora todavía incombustible, y el año siguiente a Kellemen y Buzzasy… Hungría seguía viéndose como vivero inagotable, por más que entre los recién llegados también se registrara algún petardazo. El más sonoro, probablemente, el del portero Atchs, que sólo disputó un partido, después de que su traspaso desde el Ujpest costara 20.000 ptas., palabras mayores para la economía “ché” en 1934. Venía, en realidad, del fútbol francés, aunque la selección húngara siguiera contando con sus servicios para poner candado al marco, y si bien la prensa lo definiera como “atleta de buena planta, excelente en el salto del ángel y la carpa”, acreditó enormes dificultades para blocar el balón. Parece que el público sevillano se divirtió muchísimo en su presentación y despedida, donde entre acrobacias y posturitas tuvo tiempo de encajar cuatro goles. Ante el alud de críticas, desplegó una carta abierta donde justificaba su mala actuación con una deficiente puesta a punto, naturalmente achacable a terceros, y a un bajo estado anímico, al no habérsele abonado siquiera el importe del viaje a Valencia. Lo reexpidieron a Francia, después de alcanzar un acuerdo económico ambas partes.

Mucho más nivel alcanzó Elmer Berkessi, internacional húngaro, en el F. C. Barcelona durante las temporadas 1934-35 y 35-36. Nacido en Nagyvarad, localidad más tarde denominada Oradea (20-VI-1905), se forjó como medio elegante, eficacísimo para el juego aéreo, compitiendo con el Ferencvaros entre 1927 y 1932, hasta ingresar en el Racing de París la temporada 1932-33 y retornar a su club de origen, donde disputó el ejercicio 33-34. Aunque el F. C. Barcelona ocultase lo satisfecho en concepto de traspaso, al menos se aireó cuánto cobraba, luego de que en la plantilla catalana surgieran algunas desavenencias económicas. Entonces se supo que ingresaba 1.450 ptas. mensuales durante su primera campaña y 1.550 en la segunda, primas y bonificaciones aparte. Una cifra que daba para vivir opíparamente. Pese a su buen rendimiento y probablemente acuciada por la delicada situación económica “culé”, desde la directiva barcelonesa se le comunicó su baja en junio de 1936, declarándolo transferible.

Berkessy. Nuestra Guerra Civil lo empujó al fútbol francés. Más adelante y ya entrenador, habría de regresar cuando aún permanecían visibles las heridas de posguerra.

Junto al costarricense Morera y los españoles Mario Cabanes -extremo barcelonista- y Ramón Orriols -compañero herculano del costarricense-, fue entonces a Berlín, con el propósito de presenciar la Olimpiada que Adolf Hitler quiso y logró convertir en puro acto de propaganda nazi. Allí supieron del levantamiento militar en Marruecos, secundado por militares acantonados en distintas provincias peninsulares. Mientras dejaban correr los hechos, el cuarteto continuó de vacaciones por Budapest y la rivera del lago Balatón, con el húngaro como cicerone. Circulaba el rumor de que Franco y Mola serían aplastados pronto. Madrid y Barcelona permanecían fieles a la República. ¿Cómo iba a triunfar un golpe sin el apoyo de las dos urbes más importantes, el eje nacional de comunicaciones, una, y la más industrializada, la de mayor peso económico, otra?. Pero los días pasaban sin que la sangre dejara de derramarse por suelo hispano. Así que, juntos, decidieron marchar a Francia, donde mientras Morera tomó un barco rumbo a Centroamérica, los tres restantes buscaban acomodo en equipos galos. Cabanes, más prudente que otros muchos españoles, o con más suerte, se procuró documentación falsa y como francés estuvo jugando en el Metz. Elmer Berkessy fichó por el Athletic de Le Havre, y tras colgar las botas en 1938 iniciaría su carrera de entrenador en Francia, pasando también por Italia, España e Inglaterra. Entre otros clubes, sus pasos le llevaron al Ferencvaros, Vicenza, Biellese, Rosignano, Solvay, Pro Patria, Zaragoza, Avilés, Berschot, Real Club Deportivo Español de Barcelona y Centro de Deportes Sabadell. Los maños, público español que por primera vez lo viese en labores técnicas, se sorprendieron por sus voces y actitud gesticulante entre el banquillo y la línea de banda, nada usuales en 1951, que él importaba desde Italia. También en Zaragoza su concepto de la disciplina, casi tiránico, propició choques con la estrella del conjunto, el temperamental canario Rosendo Hernández. Puesto que entonces este tipo de disputas se saldaban como hoy, con traspaso del futbolista y finiquito para el entrenador, ambos hubieron de despedirse de Torrero y sus gélidas ráfagas en cuanto soplaba el Moncayo. Posteriormente, al ingresar en el británico Grimsby Town F.C. (1954), se convirtió en el primer manager extranjero de la Football League. Enraizado definitivamente en Barcelona, falleció el 9 de junio de 1993, a los 88 años.

György Silberstein Goldmann, para el fútbol “Szeder” (Cinkota, 23-II-1914), fue un atacante con olfato de gol, aunque sin suerte ni en el fútbol ni en la vida. En el fútbol porque durante la que pudo haber sido su gran temporada, todo fueron problemas. Y en la vida porque la barbarie hitleriana se lo llevó por delante.

Extremo izquierdo procedente del Soroksar de Budapest, tan sólo participó en un partido oficial, ante el Gerona, en el Campeonato Regional de Cataluña, (21-X-1934), anotando uno de los dos goles “culés” en campo gerundense. Y junto a él, algún amistoso: Ante el Gerona igualmente, como homenaje a Clará; contra el Iluro, en Mataró, donde volvió a marcar otro de los dos goles obtenidos por el equipo azulgrana; frente el Sants, y un cuarto y último choque contra el Tarrasa. Fu fichaje estaba envuelto en problemas, desde que la Federación Húngara, a instancias del Soroksar, su club de procedencia, se negara a proporcionar el pase internacional, al tiempo de reclamar su devolución con insistencia durante el mes de noviembre de 1934. Según aquellos federativos, no disponía de la correspondiente baja y como en diciembre la cuestión siguiera sin resolverse, el F. C. Barcelona optó por despedirlo, abonándole tan sólo el billete de vuelta a Budapest. Así lo confirmó el propio Szeder, mediante entrevista aparecida el 26 de enero de 1935 en “El Mundo Deportivo” barcelonés. A lo largo de aquel artículo reclamaba sus sueldos, mientras la Federación Húngara seguía empeñada en averiguar dónde habían ido a parar las 25.000 ptas. abonadas teóricamente por el F. C. Barcelona, que el futbolista jamás recibió. Igualmente, la Federación magiar no descartaba elevar el feo asunto hasta la FIFA. “Yo he venido a Barcelona dejando un empleo en Budapest, ilusionado por el contrato de un año, con posible renovación. Pero sólo he jugado un partido con el primer equipo ante el Gerona y cuatro con el reserva, compuesto por muchachos jóvenes cuyo juego no podía ligar con el mío”, adujo en la Federación Catalana de Fútbol, a manera de denuncia, por mediación de un húngaro residente en la ciudad condal brindado a ejercer como intérprete.

El diario húngaro “Nemzet Sport”, de Budapest, se ocupó extensamente del caso, explicando a sus lectores que la oferta de fichaje había llegado a través de un manager futbolístico especializado en contratar partidos y el traspaso de futbolistas. A Szeder le abonaron los gastos de desplazamiento y sólo una vez en Cataluña supo que el F. C. Barcelona habría satisfecho 25.000 ptas. Dinero que por supuesto nadie entregó ni al club de procedencia ni a él mismo. Ese intermediario  respondía al nombre de Paúl Fabián, y mientras se daba con su paradero desde la Federación Húngara recomendaron al atribulado jugador no moverse de Barcelona, sin recibir esos fantasmagóricos 5.000 duros, cifra nada despreciable para la época. Szeder, finalmente, viéndose sin dinero y perdiendo el tiempo, regresó a su país, enrolándose en el Budai la temporada 1935-36, antes de pasar al Budafok (1935-38), Ujpest (38-39), al Antibes de Francia (1939), y otra vez en Hungría al Nemzeti (39-40). Pero cualesquiera que fuesen las razones, aquella prometedora carrera perdió todo atisbo de brillo. Era como si la trastada del intermediario sin escrúpulos le hubiera robado parte de su antigua chispa. Como si junto a las 25.000 ptas. le hubiesen arrebatado también cualquier sed de triunfo. Aunque lo verdaderamente grave estaba aún por llegar.

Hijo de un matrimonio judío compuesto por David Solberstein e Irene Goldmann, nacido en lo que entonces era pueblo de Cinkota -años después absorbido por Budapest-, decidió cambiarse el apellido ante las dificultades que podrían derivarse de un sonido inequívocamente hebreo. Era judío y su condición social se fue agravando paulatinamente, a medida que el régimen húngaro abrazaba al fascismo hitleriano. Los 900.000 judíos del pequeño país se vieron reducidos a paupérrimas condiciones de vida. Las primeras leyes antisemitas, promulgadas en 1938, no iban a ser nada, habida cuenta de lo que sobrevendría tras la ocupación germana. Vejaciones en la vía pública fueron preludio de masivas deportaciones hacia campos de exterminio, durante 1944. Y en medio de tan tétrico panorama, el otrora futbolista simplemente fue otra víctima, entre decenas de miles, del bárbaro fanatismo que envenenó a más de media Europa. Lo que de él quedaba pereció, asesinado, en Birnbaum, actual Miedzychód (Polonia), el 1 de mayo de 1945, veinticuatro horas después de que Hitler se suicidara en su búnker, cuando la guerra estaba irremediablemente perdida para el Reich de los Mil Años.

Su sobrina, Eva Klein, aportó información para su registro en el “Yad Vashem”, Centro Mundial para el Recuerdo del Holocausto, en Jerusalén. Otros relevantes futbolistas asesinados por los nazis, no menos merecedores de un recuerdo como víctimas del “Shoá”, fueron el internacional holandés y delantero del Sparta, Rein Boomsma, en Neuengamme (Holanda); József Braun, internacional húngaro del MTK de Budapest, asesinado en Krakov (Ucrania); Eddy Hamel, extremo del Ajax de Amsterdam, víctima en Auschwitz (Polonia); el delantero Julius Hirsch, internacional alemán del Karlsruher, igualmente en Auschwitz; el polaco Antoni Lyko, delantero internacional del Wisla de Cracovia, en el mismo horror de Auschwitz; el internacional húngaro del Inter milanés Árpád Wisz, de quien se dice fue descubridor del mito “azurro” “Beppe” Meazza, igualmente en Auschwitz…

El fanatismo nazi durante la II Guerra Mundial se cobró la vida de Szeder, futbolista y ser humano sin suerte. En la imagen, amenazante cartel austriaco en los días de la anexión. También los húngaros nutrieron cumplidamente la cifra de masacrados por aquella locura supremacista

Podría decirse que algunos destinos parecen lastrados desde la cuna, y fatalidades como la de Szeder no hacen mucho por contradecirlo.

Al igual que Achts, tampoco es que luciera mucho el medio Buzzasy, flamante contratación del Real Madrid para 1935-36. Disputó un único partido correspondiente al campeonato mancomunado, lo cedieron al Granada, entonces en 2ª División, y transcurridos unos meses hizo las maletas sin haber demostrado nada.

Lo del extremo derecho Vilmos Kellemen, en cambio, tuvo mucho de caso para el estudio. Después de un debut fulgurante con la camiseta del Real Madrid, anotando 3 goles, los periodistas se las prometieron felices en sus crónicas, ante las grandes tardes que sin duda podían esperar. Sin embargo Kellemen se iría diluyendo como azucarillo en el agua, hasta el punto de que sus 10 goles en 12 partidos serían considerados “media engañosa”. Imposible saber si la entidad “merengue” hubiese contado con sus servicios para el futuro, de no haberse desatado la locura que habría de asolar al país durante tres años.

Reszo Kohut, uno de los húngaros contratados por el Valladolid después de que pasara por el Olympique de Marsella, probablemente hubiese continuado en la entidad, gracias a sus 10 goles en la categoría de plata. No era futbolista caro y se confiaba en él para mayores logros. Los acontecimientos del 18 de julio, naturalmente, se lo llevaron lejos de la capital castellana, hasta Francia de nuevo, donde suscribió contrato con el Cen, encuadrado en la 2ª categoría gala.

Por último el recorrido vital de Gyula Alberty Kiszelik, portero que debía retirar al gran divo Ricardo Zamora, fue distinto a todos los demás, aun compartiendo con Szeder ese tipo de final trágico que a cualquiera entristece.

Natural de Debrecen (4-VI-1911), había pasado por los clubes OBTK, Atila y Bocsay, hasta recalar en el Real Madrid cuando al “Divino” se le suponía para muy pocos trotes. Internacional en 8 ocasiones, gustó mucho el día de su presentación ante un combinado de futbolistas españoles, pese a encajar 6 goles (un homenaje a Ricardo Zamora celebrado el 20 de diciembre de 1934). Dejó en las arcas de su club de procedencia 12.000 ptas. en concepto de traspaso, era simpático, alegre, con don de gentes y facilidad para hacer amigos. El tipo de futbolista que la afición de cualquier época adopta en seguida como “uno de los nuestros”. Daba muestras de sentirse en la gloria, pese a jugar tan sólo 5 partidos de Liga en su primera temporada madridista, que elevaría a 15 en la segunda, cuando a sus 25 años los técnicos “merengues” ya lo miraban como hombre para el futuro. Había ennoviado con una madrileña, la capital le gustaba, parecía, en suma, dueño de un risueño porvenir. Pero llegó julio de 1936, y a mediados del mismo la gran zozobra, los gritos de “¡Muerte al fascismo!”, los “paseos” de madrugada, entre simulacros de juicio popular, las venganzas disfrazadas de patriotismo, el odio ponzoñoso y la suicida entrega de un gobierno renqueante a quienes disparaban sin ton ni son(1), o se sentían héroes fusil en mano, sin valor para mirarse en el espejo de su propia cobardía. La vida, en Madrid, era del todo imposible, y en tanto la normalidad no quedase restituida enhebró un presente en Francia, guarneciendo el marco del Le Havre, donde volvió a acreditarse como de garantía.

Alberty. Hubiera echado raíces en España de no haberle arrebatado la vida el tifus, cuando seguía compitiendo.

Pasados los días más sangrientos, con el avance por la cornisa cantábrica de brigadistas navarros, italianos enviados por Mussolini y tropas de Emilio Mola, regresó a Irún, con cuyo equipo estuvo jugando durante 1938. Tras continuar por el litoral cantábrico, acabaría desembocando en la portería del Racing ferrolano, proclamándose finalista de un torneo de Copa montado a toda prisa, entre futbolistas que cada club tomaba prestados de aquí y allá, en absoluta improvisación. Casado con su novia madrileña, sus raíces se hundían lejos del país natal y de ese modo, al reanudarse la competición en 1939 sin ser reclamado por el Madrid, se enroló en el Celta de Vigo, desde donde habría de pasar al Granada la temporada 1941-42. Allí le aguardaban unas fiebres tifoideas, precarios remedios médicos y la muerte, como resultado de todo ello, al despuntar la primavera de 1942.

Fue el único extranjero de verdad que regresó a nuestro fútbol con el triunfo franquista, puesto que Reboredo, aunque gozase de pasaporte argentino, había actuado hasta entonces como gallego y de igual modo siguió compitiendo con el Deportivo de La Coruña. De Alberty quedaría la estampa del voraz succionador de naranjas, puesto que devoto de los cítricos solía saltar al campo con una bolsa de fruta e iba succionando su jugo, recostado en un poste, cuando el balón se hallaba lo bastante lejos para no experimentar sorpresas.

Plattko, Alberty, Atchs, Berkessy, Buzassy, Kellemen, Kohut, Lojos, Szeder… Primeros futbolistas húngaros por nuestros pagos, o si se prefiere avanzadilla de una segunda oleada más numerosa, resultante del aluvión sangriento que iba a inundar Europa entre 1939 y 1945, o de la desmesurada reacción del Kremlin ante una pacífica demanda de más libertad, enseñoreándose de Budapest. Otras historias merecedoras de recuerdo con crespón negro, que tuvieron en Ladislao Kubala a su protagonista estelar.

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(1).- El socialista moderado Indalecio Prieto mantuvo serias discrepancias con Largo Caballero, exponente del área más radical y revolucionaria del mismo partido. Prieto siempre consideró un disparate armar a sindicalistas, anarquistas, y a facciones de la población civil más exaltada. Ya armados, grupos carentes de cualquier control irrumpieron en las cárceles para liberar a presos comunes aduciendo eran “víctimas de una sociedad injusta y desigual”. Parte de esos “indultados populares”, armados también, camparon a sus anchas hasta sembrar el caos por todo el asfalto urbano. Un día, varios milicianos se presentaron en la Cárcel Modelo, exigiendo a su director por la fuerza de las armas, les entregase a los presos derechistas más significados, que procedieron a fusilar de inmediato. Casi en paralelo, otros milicianos disparaban desde una terraza contra los encarcelados por hostilidad hacia la República, mientras paseaban por uno de los patios. Aquella especie de tiro al blanco en caseta de feria se tradujo en el asesinato de otra docena de internos. Cuando Prieto tuvo noticias del suceso, se limitó a comentar: “Hoy hemos perdido la guerra”. Y fue profético. Porque aunque todavía restaran 30 meses de tiros, sangre, odio y lágrimas, la descomposición republicana no había hecho sino empezar. En Inglaterra, Francia y los Estados Unidos, luego de que sus cancillerías se hicieran eco de la persecución a clérigos y religiosos, sobre el proyecto de convertir la pretendida reforma agraria en colectivización al estilo soviético, o ante la evidencia de llevarse a cabo incautaciones a viva fuerza, sus respectivos gobiernos concluyeron poniéndose de perfil ante las solicitudes republicanas de ayuda internacional. El temor a encontrarse con la puerta del Mediterráneo convertida en un calco soviético, llevó a ver en los militares sublevados una posible solución mejor. La República acababa de amartillar varios clavos en su propio ataúd.




Barça y Madrid: ¿franquistas o antifranquistas?

Recientemente hemos asistido a todo un cruce de declaraciones, acusaciones entre los dos principales equipos españoles: el Real Madrid y el F.C. Barcelona, todo ello sacando a relucir el franquismo. La sensación ha sido de acusar al rival de “franquista” y considerase a si mismo como el summum del antifranquismo, pero ¿Qué hay de cierto en todo ello? En estos tiempos de falta de ideas y hechos, recurrir a Franco parece ser muy socorrido y un valor seguro. Primero fueron los políticos y ahora los dirigentes deportivos. ¿era Franco culé? ¿madridista? ¿fusilaron a un presidente de club por el mero hecho de serlo? ¿fue el Barça perseguido por ser un club catalán? Vamos a intentar dar una visión neutra e histórica de todo ello, ya que se ha escrito mucho sobre el tema, pero siempre desde una óptica apartidista.

El futbol español en la II República: empieza la politización

Durante la II República encontramos lo que podemos denominar primeros intentos de politizar un deporte que estaba en auge y se había convertido en el más popular de España. Un claro ejemplo de ello es que se obligó a eliminar cualquier vestigio monárquico de los equipos del futbol español. Los que ostentaban el título de “Real” según concesión de Alfonso XIII, lo retiraron del nombre y la corona real se eliminó del escudo. Por ejemplo, el Real Madrid club de futbol pasó a denominarse Madrid club de futbol con la franja morada en el interior del escudo y las letras y sin corona, igual le paso al Real Club Deportivo Español, que tuvo que realizar ambos cambios, aunque el caso más paradigmático fue el de la Real Sociedad de San Sebastián que mutó. Donostia Futbol Club. Por lo que respecta a la selección nacional, que en aquella época lucía el escudo de la Real Federación Española de Futbol (RFEF), también tuvo que eliminar la corona y la palabra “Real”. En 1931 la conocida como Copa del Rey-Campeonato de España, pasó a denominarse Copa de España a secas, para ya en 1932 llamarse Copa del Presidente de la República.

La Guerra Civil: colectivizaciones y asesinatos

Con el inicio de la contienda, la liga se paraliza y todos los equipos en la zona republicana fueron colectivizados, muchos de sus jugadores fueron llamados a filas y perecieron. Otros consiguieron exiliarse. Es en este contexto en el que Josep Suñol, (luego se le “catalanizó” el apellido a Sunyol), presidente del Barça al iniciarse la Guerra, y diputado de ERC, traspasa las líneas republicanas en el frente de Guadarrama en agosto de 1936. En un exceso de confianza, es capturado y fusilado junto con su chofer, Pere Ventura, periodista y que había sido portero, curiosamente, del RCD Español. Es importante destacar que cuando murió ya no era presidente puesto que dimitió del cargo el 9 de julio de 1936.

No fue el único presidente asesinado, así tenemos que a su eterno rival no le fusilaron ningún presidente… Cierto, tuvo uno efectuado y de forma bastante diferente: al garrote vil, castigo que se reservaba normalmente a delincuente. Se trata de Antonio Ortega, un militar republicano con diversos cargos de responsabilidad durante la Guerra y presidente del club blanco entre 1937 y 1938.

No entraremos aquí en enumerar los diferentes asesinatos producidos en ambos bandos, ya que fueron muchos los directivos, árbitros, entrenadores que fueron asesinados por sus sospechas de simpatizar con una u otra ideología.

El franquismo: Barcelona y Madrid dominan los campeonatos

Ambos clubs están al finalizar nuestra guerra a punto de desaparecer: sin campos de juego, socios, jugadores, etc. Se inicia un período en el que el régimen aplica un férreo control en las instituciones deportivas, como en el resto de la sociedad. Una de las primeras medidas tomadas es la españolización de los nombres y la recuperación de la denominación de Real a aquellos clubs que lo quisiesen. Con ello se pretendió el evitar la proliferación de nombre sajones y, de esta manera, por ejemplo, el Athletic Club de Bilbao pasó a denominarse Atlético de Bilbao, el Real Madrid F.C. pasaron a Real Madrid C.F., el F.C. Barcelona a C.F. Barcelona, el Valencia F.C. a Valencia C.F., y el Athletic-Aviación Club a Club Atlético-Aviación, mientras otros, directamente, se les suprimieron partes del nombre directamente. Así, el Real Sporting de Gijón que quedó en Real Gijón o el Real Santander Racing Club que se convirtió en Real Santander S.D. Es decir, no fue un ataque al F.C. Barcelona, como siempre se ha vendido desde este club como forma de propaganda, si no que fue algo generalizado. En paralelo, la Copa paso a denominarse del Generalísimo y se jugó de nuevo el 25 de junio de 1939 en el estadio de Montjuïc en Barcelona, con la victoria del Sevilla ante el Ferrol, si viene en esta primera ocasión el nombre del título fue el de Copa de España.

Se considera que el artífice de este y otros cambios, fue el General Moscardó, que ostentó el cargo de presidente del Comité Olímpico Español y Delegado Nacional de Deportes.

Desde este momento, los clubs fueron controlados por personas afectas al régimen, todos sin excepción. Estos primeros años son terribles para ambos clubes y con una liga dominada por el Atlético Aviación y el Valencia. Si en aquella época podemos afirmar que hubo un “equipo del régimen”, este no fue ninguno de los dos grandes si no el recién creado Atlético Aviación, club se formó fruto de la fusión del Athletic Club de Madrid con el Aviación Nacional aportando, aproximadamente, la mitad de los jugadores de cada club, siendo algunos de ellos militares.

El Real Madrid tendría de presidentes a: Adolfo Meléndez (1939-1040), Antonio Santos (1940-1943) y Santiago Bernabéu a partir de 1943. Por su parte el F.C. Barcelona, a Joan Soler (1939-1940), Enrique Piñeyro (1940-1942 y 1942-1943), Josep Vidal Ribas (1943) y Josep Antoni de Albert (1943).

Por lo que respecta a las competiciones, a Copa del Generalísimo se disputó en un total de 37 ediciones entre 1940 y 1976, y ya en 1977 se celebró bajo el nombre de Copa del Rey. De estas ediciones, el F.C. Barcelona con nueve títulos. Por lo que se refiere a la liga, la primera temporada fue la 1939-1940 y la última la 1974-1975, del total de 36 ediciones, el Real Madrid se alzó con el título en 14 ocasiones y el Barcelona en ocho. Es decir, del total de torneos nacionales, el Real Madrid conquistó 21 y el F.C. Barcelona 17, es decir, no existe una gran diferencia entre ellos, si Franco, como se dice, hubiese sido tan madridista los números sería diferentes. No entraremos a valorar los trofeos internacionales ya que, en ellos, el gobierno español no pudo tener injerencia.

Las recalificaciones: el negocio de Les Corts y el Camp Nou

Mucho se ha hablado de un posible favoritismo del régimen en las recalificaciones urbanísticas que dieron origen al Camp Nou y, en paralelo, ayudar a la supervivencia del club en un momento de crisis económica. Consecuencia directa de ganar dos ligas seguidas (1947-48 y 1948-49) junto con la llegada de Kubala hacen que se plantee la construcción de un nuevo estadio. Para ello el club adquirió una zona de terreno con la promesa por parte del consistorio de una posterior permuta y recalificación, como así fue. La operación fue ideada y conducida por el entonces presidente Francesc Miró Sans.

La construcción acarreó muchos gastos, algunos de ellos imprevistos, y por ello el club volvió a solicitar la recalificación y posterior venta de los terrenos donde se encontraba el campo de Les Corts. El consistorio accedió sin problema. Llegado a este punto, es importante destacar que el RCD Español realizó gestiones con el ayuntamiento para alquilar o comprar el campo, encontrando la tajante negativa del alcalde del momento: José María Porcioles. También jugó un papel importante en toda la operación el entonces gobernador civil de Barcelona, Felipe Acedo Colunga.

Los problemas económicos continuaban, con una deuda exigible a corto plazo de considerable, este hecho obró que el entonces presidente Enric Llaudet, encargara al directivo del club, Juan Gich, a la posterior Delegado Nacional de Deportes, el mover hilos y sus contactos con la administración franquista. El objetivo era conseguir una nueva recalificación, y así fue. Está fue firmada por la propio Franco y publicada en el BOE de 23 de septiembre de 1965. Con ello se ponía fin a la deuda del club. Tanto Francesc Miró Sans como Enrique Llaudet, eran miembros de la FET y de las JONS…

Conclusiones

Inicialmente el régimen tomo parte claramente por el Atlético Aviación, formado por militares como ya se ha indicado, y posteriormente, ayudó al F.C. Barcelona en repetidas ocasiones. ¿Era Franco culé? ¿Era madridista? La respuesta es no. A el lo que le interesaba, debido a su impacto social, es que los dos principales clubs españoles gozaran de buena salud y mirar de sacar partido de su imagen social, y así lo hizo. Si Franco hubiese sido tan antibarcelonista como cuenta la leyenda, ¿no hubiese favorecido al RCD Español de la misma ciudad?

Las personas pasan y las instituciones siguen, y a estas siempre les ha interesado, y le interesará, tener un buena relación con el poder político de turno, sea del color que sea. No en vano la historia se vuelve a repetir en nuestros días…




Parte V: La Asamblea de la FIFA

En la Asamblea de la FIFA de los días 6 y 7 de noviembre de 1937 que tuvo en lugar en París, entre otros puntos del orden del día figuraba La situación de la Federación Española. Era el momento en que los representantes de las dos comisiones que se disputaban la representación española se iban a ver frente al Comité Ejecutivo del ente internacional.

Dirigía la Asamblea la directiva en plenos: presidente: Jules Rimet; vicepresidentes: Giovanni Mauro (Italia) y Rodolphe W. Seeldrayers (Bélgica); vocales: doctor Peter J Bauwens (Alemania), Mór Fischer (Hungría), Anton Johansson (Suecia), Karel Lotsy (Holanda) y el profesor R Pelikan (Checoslovaquia); Luis F Dupuy (Uruguay), delegado Confederación Sudamericana e Ivo Schricker (Suiza), secretario general.

Faltaba entre los vocales el español Leopoldo García Durán, con el que no se había podido establecer contacto y se le declaraba en paradero desconocido en la correspondencia devuelta. Meses más tarde, en el Congreso de la FIFA del 6 de junio en París el expresidente de la Federación Española sí pudo estar presente.

Se reproduce la traducción de la parte del acta de dicha Asamblea de la FIFA en lo que hace referencia a la Situación de la Federación Española. En ella se da cuenta de las intervenciones por separado de Ricardo Cabot y Luciano Urquijo ante el Comité Ejecutivo de la FIFA.

a) LA DECLARACIÓN DE RICARDO CABOT ANTE EL COMITÉ EJECUTIVO DE LA FIFA

Situación de la Federación Española

Los representantes de la Federación Española de Barcelona, los señores Cabot y Roca son invitados a asistir a la asamblea.

El señor Rimet, tras haber saludado a los representantes españoles, lee un informe confidencial que había sido enviado por parte de la Federación de Barcelona por el señor Cabot.

[Se refiere al informe del que se ha hecho la debida exposición en la parte II del presente trabajo.]

El señor Seeldrayers pregunta si ha habido relaciones deportivas entre las dos agrupaciones españolas. El señor Cabot dice que no.

[Una pregunta más bien de trámite obligatorio, pese a que la respuesta era más que conocida].

El profesor Pelikan explica que la cuestión de los tránsfers de jugadores españoles es muy importante y se debe arreglar. Es imposible obtener los contratos por correo y se hace necesario que se otorgue un poder general al señor Roca, residente en Francia, para decidir en estos casos.

[Primera puntualización negativa para Ricardo Cabot. El éxodo de jugadores hacia Francia desde la zona republicana había aumentado con notoriedad, en especial desde el regreso del Barcelona de la gira americana. La regulación de esos jugadores estaba detenida, sus actuaciones con sus nuevos clubs franceses tenían permisos provisionales y se estaba creando una situación de incertidumbre. Cierto es que algunos clubs franceses había visto la ocasión para reforzarse con buenos jugadores a muy bajo precio, ya que no se estaba pagando ningún tipo de traspaso.

El caso era que Ricardo Cabot no había hecho mucho por controlar esto desde Barcelona, incluso no se puede descartar que facilitase la marcha de algunos, con el riesgo personal que esto podía generar. Porque esos jugadores estaban siendo considerados prófugos de la República y desde las autoridades deportivas republicanas se veía como una grave deslealtad, pues muchos jóvenes estaban dando la vida por los ideales republicanos y, en cambio, había quien huía del país para jugar al fútbol. Con fecha del 9 de octubre de 1937 el Consejo Nacional de Educación Física y Deportes daba a conocer una orden procedente del Ministerio de Instrucción Pública por la que se exigía a todos los equipos y deportistas españoles que estuviesen en el extranjero su regreso en el plazo máximo de un mes para los que estuviesen en Europa y de dos meses para el resto.

Destacaba entre los españoles en la Liga francesa el mítico Zamora en la alineación del Niza junto con los internacionales Samitier y Alcázar. En Las grandes mentiras del fútbol español de Félix Martialay y Bernardo de Salazar se cita la siguiente relación de jugadores en activo en Francia: Zabalo y Sirio (Racing de Paris), Raich, Balmaña y Escolá (Sete), Cabanes (Metz), Rafa (Alés), Berkessy (Athletic El Havre), Padrón (Cannes), Castillo (Red Star), Torredeflot y Artigas (Girondins) a los que se unieron más tarde los hermanos Luis y Joaquín Valle (Niza) y Paco Mateo (Girondins). A estos hay que sumar los vascos Benito Díaz y Oyanguren (Girondins), Mancisidor y Urtizberea (Burdeos), Sabino Aguirre y Cifuentes (Nimes) y Arbiza (Aumont).

La propuesta del profesor Pelikan para otorgar poderes a Juan Roca para que la documentación se gestionase directamente en París demostraba que para la FIFA las disposiciones políticas que se emitiesen al margen de la Federación Española de Barcelona, es decir, directamente desde el Consejo Nacional de Educación Física y Deportes o eran ignoradas o no eran de obligado cumplimiento.]

El señor Mauro pregunta si se está jugando actualmente algún campeonato. El señor Cabot dice que se ha jugado un campeonato en Cataluña entre ocho equipos.

[El careo dio un giro y pasó a centrarse en la situación meramente deportiva. Ricardo Cabot hacía referencia al Campeonato de Cataluña de 1937 que tras superar diferentes problemas, incluido un enfrentamiento con el Comité Catalán por Sport Popular, se había empezado a jugar en octubre de 1937. No se hizo ninguna referencia a los torneos que organizaron por su cuenta los clubs profesionales en la temporada 1936/37].

El profesor Pelikan pregunta si sería posible constituir una representación de los grupos españoles de forma eventual en París, pero el señor Cabot dice que por el momento eso sería muy difícil.

[Ricardo Cabot concedía una negación que no era rotunda al calificar con un sería muy difícil. Sabía que era imposible porque ambos grupos representaban ideologías incompatibles. Conocido era que el Gobierno de Negrín, jefe de Estado republicano quería negociar un alto el fuego con el general Franco para evitar más dolor a España. Cabe la posibilidad de que Ricardo Cabot tuviese alguna noción de estas posibles negociaciones entre los bandos beligerantes. Pero alcanzar la paz en un acuerdo fue algo a lo que se negó el militar golpista dado que consideraba que la única opción aceptable para la República derrotada era la rendición incondicional y nunca entablar conversaciones.]

El profesor Pelikan pregunta cuántas federaciones regionales se encuentran en el territorio de la Federación de Barcelona. El señor Cabot responde que hay 5. El profesor Pelikan pregunta si solamente hay competiciones nacionales o si tienen también previsto formar una selección española. El señor Cabot responde que de momento solo hay competiciones nacionales.

[Ricardo Cabot se vio sobrepasado por la pregunta que pretendía cuantificar la actividad de la Federación Española. Dijo contar con cinco Territoriales bajo control y no era así. En esas fechas solo funcionaban la Catalana y la Valenciana con sus respectivos campeonatos regionales, aunque en Valencia solo se jugaba la primera categoría y limitada a cuatro equipos (Valencia, Gimnástico, Levante y Sueca). La Federación Murciana y la Federación Centro estaban paradas. También hay que señalar que la Federación Catalana funcionaba tomando decisiones sin hacer ninguna consulta a la Nacional y si alguien reclamaba su intervención, esta no aparecía por ningún lado.

Sobre la formación de una selección representativa, Ricardo Cabot eludió en sí la respuesta. La Federación de Barcelona no había hecho ni siquiera el amago de cumplir con su calendario internacional de la temporada 1936/37. La representación española en la Olimpiada Obrera de Amberes no corrió de su cuenta sino que se hizo bajo iniciativa del Comité Catalán Pro Sport Popular y que conllevó la suspensión para partidos internacionales de parte de la FIFA a la FEF. No había selección y eso que con los jugadores vascos en América habría suficiente nivel como para hacerlo, pero desde que las tropas franquistas completaron el frente cantábrico los clubs vizcaínos habían pasado a depender de San Sebastián.]

El señor Seeldrayers pregunta si se podría formar un equipo nacional compuesto con jugadores de las dos fracciones. El señor Cabot responde que eso sería quizá posible y que la FIFA podría eventualmente solicitarlo.

[La pregunta, aunque estaba formulada por el belga Seeldrayers, venía directamente inspirada por el presidente Jules Rimet, que tenía gran interés en que España participase en el Mundial de 1938, al menos en las eliminatorias previas. Aunque extraoficialmente y haciendo una excepción de los reglamentos, siempre se le hizo un hueco para jugar contra Portugal y Suiza.

Ricardo Cabot con astucia devolvió la pregunta al Comité Ejecutivo al insinuar que si la FIFA obligase a hacerlo, quizá en San Sebastián accediesen… Con ello forzaría a manifestarse al Consejo Nacional de Educación Física y Deportes, órgano legal que debería facilitar los permisos. Sabía que la nueva República Española nunca accedería a que sus deportistas participasen en un evento burgués -y menos que se uniesen a una delegación fascista- a lo que se añadía el riesgo de que los representantes españoles aprovechasen la ocasión para huir.]

El señor Rimet agradece a los señores Cabot y Roca sus explicaciones; los dos salen de la sala y entran los representantes de la Federación de San Sebastián, los señores Urquijo y De la Riva.

El señor Rimet les da la bienvenida y les comunica el contenido de la entrevista con los representantes de la agrupación de Barcelona. Les dice que se había discutido la posibilidad de constituir una delegación mixta, a petición de la FIFA y declara que un partido entre la agrupación de San Sebastián contra la de Portugal está en proyecto para el 21 de noviembre en Vigo, partido para el cual el permiso tendría que ser solicitado a la FIFA.

Los representantes responden que creen que Portugal había solicitado ese permiso y declaran que tienen la intención de tener las mejores relaciones posibles con la FIFA.

Se han propuesto comenzar la actividad deportiva de su federación con partidos fuera de su territorio.

Preguntado por el tema de la posibilidad de constituir una delegación mixta de las dos agrupaciones, los representantes advierten que constituir algo así es imposible.

[La delegación de San Sebastián despejó cualquier duda con una rotunda negativa a establecer una delegación conjunta en París. Con eso dejaba claro que ambas representaban estados políticos irreconciliables. Era la respuesta esperable.

También recibieron un tirón de orejas por parte de la FIFA por haber iniciado conversaciones con Portugal para organizar un partido internacional, aunque los españoles supieron salir del paso al echar las culpas a los vecinos. Tenían razón: la Federación de San Sebastián no podía establecer ninguna relación oficial con la FIFA porque no era miembro; Portugal era la encargada de solicitar los permisos. Y dieron un giro al tema al presentarlo como un acto de voluntad de la nueva federación: recuperar la actividad internacional que desde Barcelona había quedado anulada.]

El profesor Pelikan pregunta por los contratos sujetos a los tránsfers.

El señor Urquijo responde que sus jugadores no han recibido el permiso para abandonar España y que se mantiene para todo la situación del 18 de julio de 1936.

[Luciano Urquijo dejó patente que el Estado Español no permitía salir a sus jugadores teniendo en cuenta las circunstancias bélicas que se estaban viviendo. También señaló al profesor Pelikan que al poner como referencia temporal el 18 de julio se anulaba todos los traspasos que se hubiesen podido realizar con fecha posterior, tanto nacionales como internacionales.

En cierta forma la FIFA se veía sobrepasada en este punto por el dilema, ya que muchos españoles estaban en el extranjero jugando de manera provisional o semilegal. Si se atendía a la postura del grupo de San Sebastián todos estos jugadores perderían sus licencias y estarían obligados a regresar a España, a la del general Franco, por supuesto.]

Preguntado por el tema del número de federaciones regionales y de clubs afiliados a la agrupación de San Sebastián los representantes responden que 14 federaciones de 18 y alrededor de 600 clubs sobre 800 en estos momentos forman parte de la federación de San Sebastián.

[Para terminar, la delegación de San Sebastián confirmaba su superioridad territorial con los números de federaciones y clubs que sí estaban bajo su control. Era su baza fuerte pues con ella demostraba que era la auténtica heredera de la Federación Española antes de la incautación y contaba con suficientes herramientas como para desarrollar una temporada futbolística con normalidad: campeonatos y partidos internacionales.]

El señor Rimet agradece a los delegados sus explicaciones y les invita a abandonar la sala.

Ya sin los representantes de las dos federaciones en la sala, el Comité Ejecutivo de la FIFA entabló un pequeño debate para darle una salida a la situación.

Propiamente hay una serie de factores que tienen especial incidencia: la voluntad de Jules Rimet para que España pueda presentar un único equipo conjunto en las eliminatorias previas al Mundial de 1938 y respetar sus estatutos de la FIFA: una nación, una federación… pero ¿cuál? Ante los estados no intervencionistas, no se podía admitir un grupo gobernado por el fascismo, pero tampoco era viable mantener aquella a la que sus gobernantes le cerraban la opción de participar en competiciones internacionales burguesas.

El señor Rimet, resumiendo las explicaciones dadas por las representaciones de las dos agrupaciones dice que una colaboración entre los dos grupos es imposible, que la situación interna de España no es de nuestra incumbencia; en cuanto a la situación exterior hace falta reconocer los hechos y dar el permiso a las dos agrupaciones para jugar contra miembros de la FIFA.

[Las palabras del presidente Jules Rimet definían con precisión la voluntad de la FIFA y su espíritu político. Era su deseo que España pudiese presentar una selección unificada y, siendo comprensivos con su situación, hacer una excepción para incluirla en las eliminatorias preliminares del Mundial de 1938. El Grupo 5 se decidió finalmente a un partido entre Suiza y Portugal el 1 de mayo de 1938 en Milán, poco más de un mes antes de que comenzase la fase final del Campeonato del Mundo.

También dejaba claro que la FIFA no iba a entrar a valorar las cuestiones políticas internas de un país. Solo los españoles debían decidir el triunfo del fascismo o del frentepopulismo].

El señor Mauro declara que hace falta tratar provisionalmente en el mismo plano a las dos federaciones y que se les permita a los miembros de la FIFA jugar contra equipos pertenecientes a ambas federaciones. Pese a todo no podrá tratarse de partidos internacionales.

[La intervención del italiano Giovanni Mauro puso el dedo en la llaga al equiparar a las dos federaciones. No era una novedad porque de hecho la FIFA ya las estaba tratando casi por igual, más aún al haber suspendido a la Federación de Barcelona su derecho a organizar partidos con otros miembros de la FIFA. Mauro fue sutil al proponer que se les permitiese el contacto con otras federaciones de la FIFA aunque estos partidos nunca pudiesen ser considerados encuentros de selecciones absolutas. El permiso iba más bien dirigido a San Sebastián, ya que en Barcelona, aunque recuperaba ese derecho, no había ni intención ni señales siquiera de querer jugar contra ninguna selección, eso sin tener en cuenta que el gobierno republicano estaba decidido a participar solo en competiciones obreras, al margen de la FIFA].

En lo que concierne a la cuestión de tránsfers hay que reconocer aquellos que el Comité Ejecutivo ya haya aprobado aparte de los casos de fuerza mayor.

[Para revestir su sentido pragmático propuso que lo que está hecho, está hecho, para no dar marcha atrás a lo dispuesto desde el Comité Ejecutivo de manera extraordinaria. Con ello se daría una salida al problema que estaban generando los jugadores exiliados, en especial, los que lo hacían en equipos franceses.]

El señor Seeldrayers advierte que la situación es incierta. No hay una federación española sino dos grupos diferentes en España. Quizá no sería muy prudente que el Comité reconsiderase su anterior decisión y haría bien tener cuidado para no crear un peligroso precedente.

[El belga Seeldrayers recordó que solo podía haber una Federación Española… que no existía de hecho porque lo que en verdad había eran dos grupos enfrentados. En otras palabras, coincidía con el italiano Mauro al igualar la Federación de Barcelona con la de San Sebastián al reducirlos a dos grupos diferentes que se disputaban la única representación internacional aceptada en los estatutos de la FIFA. Para Seeldrayers se hacía necesario levantar la suspensión de jugar partidos internacionales a la de Barcelona con la limitación a las selecciones absolutas.]

Finalmente se toma la siguiente decisión:

Después de haber atendido a los delegados de la Federación Española cuya sede está en Barcelona y a los delegados de una federación creada en San Sebastián, el Comité Ejecutivo, teniendo en cuenta la situación que no permite que haya una federación única para regir efectivamente el fútbol sobre todo el territorio español, decide a título provisional que las asociaciones afiliadas y sus clubs podrán enfrentarse con los clubs de las dos organizaciones rectoras del fútbol en España así como con equipos de selecciones sin que estos últimos partidos puedan tener el carácter o llevar el título de partidos internacionales.

[La decisión fue salomónica a tres bandas: en efecto, equiparaba la Federación de Barcelona con la de San Sebastián, como reflejo de la existencia de dos gobiernos en guerra, el republicano frentepopulista y el fascista. Cada una regía los destinos del fútbol en el territorio que controlaba y por defender el fútbol se les permitía por igual poder organizar partidos internacionales. También se respetaban los estatutos de la FIFA ya que como ninguna de las dos ostentaba la representación nacional, la que correspondía a la Federación Española de Fútbol, tanto Barcelona como San Sebastián no podrían disponer de ese reconocimiento para presentar una selección nacional, por lo que sus partidos, en el caso de que los hubiere no serían oficiales.]

Los representantes de las dos agrupaciones españolas fueron llamados a la sala y se les comunicó esta decisión.

Y así se comunicó por escrito a ambas federaciones en una carta fechada en Zúrich el 10 de noviembre de 1937:

Señores,

Me permito comunicarles lo siguiente:

El Comité Ejecutivo de la FIFA en su Asamblea habida en París los días 6 y 7 de noviembre de 1937 ha tomado la siguiente decisión concerniente a las relaciones deportivas con equipos españoles:

El Comité Ejecutivo de la FIFA después de haber atendido a los delegados de la Federación Española con sede en Barcelona (calle Muntaner, 407) así como a los delegados de la Federación Española con sede en San Sebastián (calle Churruca, nº 2);

Teniendo en cuenta la situación actual que no permite a una única federación regir con eficacia el fútbol sobre todo el territorio español;

Ha decidido a título provisional que las asociaciones afiliadas y sus clubs puedan enfrentarse a clubs de las dos organizaciones que dirigen el fútbol en España y al igual que equipos de selección sin que los partidos entre estos últimos puedan tener el carácter o llevar el título de partidos internacionales.

Les ruego tomen nota de la anteriormente dicho e informen a la Secretaría de la FIFA de cada conclusión de un partido contra un equipo español.

Por favor, acepten que les exprese mis más distinguidos sentimientos.

Fdo: El Secretario General

En sentido estricto la FIFA había salido airosa de esta situación tan comprometida. Por principios debía defender el fútbol sin atender a posibles injerencias políticas. Y en esto solo la delegación de San Sebastián había sabido camuflarse y presentaba una disposición que cumplía esos requisitos. La Federación republicana soportaba un lastre político muy fuerte, el carácter prosoviético de su ideología deportiva, que le impedía desarrollar su actividad nacional e internacional con normalidad.

Pero la FIFA, cumpliendo con sus estatutos, no podía cometer el error de reconocer dos federaciones españolas –llama la atención que en el comunicado llame a las dos Federación-. Tampoco podía sustituir una, la republicana, por otra, la fascista. De haberlo hecho hubiese recibido fuertes críticas y presiones internacionales que podían haber puesto en peligro la estabilidad de la Copa del Mundo en Francia.

Así pues, no había dos federaciones sino una que estaba partida y así sería mientras el conflicto civil que atormentaba a la sociedad española no se resolviese. De este modo unía la suerte del fútbol español al desenlace de la Guerra Civil.

(continuará)




Un concepto en la historia del fútbol

Nivel de historia

No es posible entender plenamente la historia del fútbol -como cualquier otra historia- si no se manejan al lado de los hechos y las anécdotas que la historia produce, los conceptos que iluminan la superficie y permiten entenderla en profundidad. Que se entienda bien. Esos conceptos a los que me refiero son también parte de la historia y son también hechos históricos plenos. Pero ni los actores ni los comentaristas los profundizan. Los inventan sí, los van definiendo pragmáticamente, pero la plena comprensión de los mismos permanece implícita porque los dirigentes y los jugadores no son filósofos, y porque para actuar en función de intereses no es ni preciso ni siempre benéfico acceder a la plena clarificación de dichas herramientas.

Los libros de historia del fútbol están plagados de conceptos. Se habla aquí o allá por ejemplo de amateurismo, y a veces de amateurismo a la inglesa o a la francesa. Se habla de profesionalismo, y cuando se avanza, de profesionalismo industrial, de semiprofesionalismo, de profesionalismo completo, de sistema de pases, de futbolista empleado, todos conceptos precisos y complejos que nacieron y funcionaron en contextos determinados, evolucionando con el tiempo y las circunstancias.

Ya hemos visto en textos precedentes otros conceptos claves que es necesario manejar con pertinencia si se quieren entender los hechos propiamente deportivos: voto, ley, reglamento, moción, estatuto. Si no se entiende el concepto de «voto», no se entiende la historia de los Juegos olímpicos. Y si no se entiende el concepto de reglamento como texto único de ley de un campeonato, no puede conocerse el valor exacto de los títulos puestos en juego.

El manejo de los conceptos permite pasar de la historia factual a una comprensión más íntima del pasado y de las vivencias perdidas. Se escapa así a la anécdota. Y se escapa también a la arbitrariedad que impone el uso de conceptos huecos, que se dan por entendidos, y que no surgen de la historia sino de la orientación que se le quiere dar. Que se comprenda bien: los conceptos son hechos producidos por los actores de la historia estudiada, hechos y procesos. No son términos que se inventan en un laboratorio o se extraen de un diccionario. Su estudio constituye pues una parte entera y esencial de la historia real y concreta.

Conceptos que estructuran el fútbol

La importancia y la realidad factual de los conceptos se evidencian cuando se estudian por ejemplo los niveles de competición. No es posible declarar campeón continental o campeón mundial a un equipo si no se han establecido previamente diferencias entre esos niveles y si no se ha aclarado de alguna manera  la naturaleza de la contienda y el título que los organizadores ponen en juego. El historiador busca por lo tanto averiguar qué conceptos se manejaron en diferentes momentos y de qué manera se volvieron públicos, entraron en la «cultura deportiva», funcionaron.

En ese sentido, resultaría tan arbitrario decidir hoy que tal campeonato disputado hace décadas da lugar a un título que los actores -organizadores y jugadores- ignoraban, e igualmente aberrante y antideportivo que un siglo después se anulen conquistas que en su tiempo todos los actores consagraron a cierto nivel.

Creo que el concepto de «campeonato mundial» de fútbol, tan ampliamente utilizado (se dice hoy que el equipo de Argentina es «campeón del mundo»), es uno de los que menos se han estudiado hasta el día de hoy, y en consecuencia, uno de los más manipulados.

Casos de manipulación

En 2005, en California, en el marco de una conferencia universitaria internacional, el famoso sociólogo inglés Tony Mason argumentó que el primer «campeonato del mundo verdadero» era el de 1982 disputado en España. Según él, recién allí estuvo representado el planeta entero. El concepto inventado por Mason es un típico producto de laboratorio. Su inoperancia es doble. Primero, no considera que antes de la Segunda Guerra Mundial, Asia y Africa eran continentes dominados. Segundo, confunde mundo político y mundo de un deporte (mundo del fútbol en este caso, mundo de cultura futbolística, de ganas y posibilidades futbolísticas).

Mason no es ningún desconocido. Fundó los estudios académicos sobre fútbol en Inglaterra en 1980, y es el mentor de Alfred Wahl, el historiador que impulsa la escuela académica francesa diez años después con su librito La balle au pied. Es también uno de los cuatro autores de 1904-2004, el siglo del fútbol, que Sepp Blatter encargó a la universidad europea para conmemorar los 100 años de la FIFA.

Es de subrayar el hecho que Mason no expone su teoría en el libro de la FIFA. La obra, dirigida por Wahl, elude el estudio crítico del concepto de «campeonato mundial» considerando, de acuerdo con la historia oficial, que los campeonatos olímpicos fueron «preparatorios de la Copa del Mundo» y la Copa del Mundo sinónimo «evidente» de campeonato mundial verdadero.

También oí en la conferencia internacional de Angers de 2016 a otro importante historiador, el francés Paul Dietschy, afirmar que el primer campeonato del mundo verdadero era el de 1954. En su argumentación, también muy personal, Dietschy explicó que recién a partir del Mundial de Suiza funcionó el sistema estructurado de eliminatorias que caracteriza el esquema actual. Saltan pues de su contabilidad no solo los campeonatos olímpicos mundiales de Colombes y Amsterdam, también las Copas del Mundo de Roma, París y Brasil. Uruguay pierde sus cuatro estrellas e Italia -la Italia fascista- dos. Se funda así una historia revisada, la de una Europa democrática liderada por Francia y Alemania que se ajusta al discurso político.

Nótese en cada caso el agregado del término «verdadero», que no es nuevo. Fue utilizado por los ingleses en la Conferencia de Londres del primero de abril de 1905 para diferenciar campeonato internacional verdadero y campeonato falsamente internacional, y retomado por Rimet en diferentes circunstancias entre 1930 y 1954 para diferenciar, también de modo diferente y contradictorio, mundiales falsos y mundiales de verdad.

Nueva tesis de la FIFA

Una nueva definición de campeonato del mundo aparece en el libro reciente del Museo de la FIFA Historia oficial de la Copa del Mundo de la FIFA, que de oficial tiene solo el título. En la introducción muy personal redactada por el periodista inglés Guy Oliver se sostiene la siguiente tesis novedosa: antes de 1930, los campeonatos olímpicos de fútbol fueron «considerados como campeonatos del mundo». Se agrega que el primer mundial fue el de 1908 y que fue «ganado por Inglaterra». No se presenta ninguna prueba documental en favor de estas tesis insinuándose simplemente la aparente generosidad de la novedad inglesa en contraste con la mezquindad de los textos anteriores de la «FIFA francesa».

La tesis del reconocimiento automático de un campeonato olímpico como mundial no corresponde en nada a la cultura olímpica ni a la realidad histórica. Si bien todo campeonato olímpico fue, desde la edición de 1896 en Atenas, potencialmente mundial por el beneficio de una convocatoria mundial común a todos los deportes, solo los que realizaban efectivamente el encuentro entre Europa y América eran considerados como mundiales, o para decirlo de otra manera, como mundiales efectivos o verdaderos. Y esto, para el fútbol, empezó recién en 1924.

Es cierto que algunos investigadores como Rosewood de la Universidad de Southampton o Charles Buckley de la Universidad de Liverpool, publicaron artículos con esas tesis, pero sin aportar ningún documento probatorio. La operación responde en realidad a su propia frustración: estos jóvenes no se resignan al hecho de que su equipo, la selección inglesa, que dominó el fútbol europeo entre 1880 y 1914, no haya recaudado ningún título de valor durante ese lapso. Fabrican entonces esta nueva interpretación, colocando a Inglaterra como campeón, y no a la selección global de Gran Bretaña, que fue la que realmente jugó.

En los intercambios que tuve con Oliver, el redactor inglés me dio dos argumentos. Según él, si la convocatoria de un campeonato es mundial, el campeonato es entonces necesariamente (automáticamente) mundial. Agrega que la resolución que adoptó la FIFA en 1914 reconociendo los campeonatos olímpicos de fútbol como «campeonatos del mundo de los amateurs» tenía efecto retroactivo. Pero jamás, ni en la lógica olímpica ni en la opinión, un campeonato olímpico entre europeos fue «considerado como mundial». Por otra parte, la moción de Cristiania está conjugada en tiempo futuro y exigía como condición al reconocimiento una auditoría que nunca se realizó, ni para los campeonatos olímpicos siguientes ni para los anteriores.

Mundialismo tardío de la FIFA

Como buen olímpico, Robert Guérin -dirigente de la USFSA, creador y más recto presidente de la FIFA- tenía las ideas claras. En un texto publicado en 1903 en La Presse explicaba, frenando el entusiasmo de los periodistas de L’Auto, que un campeonato en donde jugaban solamente asociaciones europeas no podía ser un campeonato del mundo sino, y eso ya es bastante, un campeonato de Europa. Y esa seguirá siendo siempre, fundamentalmente, la posición de la FIFA, incluso en 1914 en Cristiania.

En efecto, ese año, la FIFA se vuelve federación olímpica, y sobre todo, su congreso se mundializa con la incorporación de delegados de América: Estados Unidos y Argentina. Los alemanes, que presionaron para ello, descuentan que para los Juegos de Berlín de 1916 estos dos nuevos miembros enviarán equipo de fútbol, y que en consecuencia, el campeonato olímpico se transformará en mundial.

Aclaremos: al nacer, la FIFA no se propuso el campeonato del mundo como suele decirse sino el campeonato internacional de la federación europea, es decir, el Campeonato de Europa. Dejó a abierta la puerta del mundial, pero en su marco potencial natural, el marco olímpico. Y al mundializarse la FIFA, esto no cambió.

La FIFA se propuso crear «su Mundial» recién en 1928, cuando ya no fue posible mantener el abierto olímpico. No antes. Rimet consideró entonces que el concepto de campeonato del mundo se separaba en dos ramas: los campeonatos del mundo rebajados por la nueva dirección olímpica -falsos- y los que la FIFA salvaba sacándolos del marco olímpico -verdaderos-. Estos eran pues doblemente verdaderos: verdaderos porque eran efectivamente mundiales en lo geográfico; verdaderos porque efectivamente eran universales en lo social, abiertos a todos los futbolistas.

Breve historia del concepto de campeonato del mundo

Antes de la creación de los Juegos olímpicos, algunas disciplinas deportivas organizaron campeonatos del mundo. Pero la puesta en juego de estos títulos no siempre se apoyaba en la legitimidad de autoridades indiscutibles. En el momento de la creación del movimiento olímpico se sentaron sólidamente las bases mundialistas de los deportes. Para dar nacimiento a su iniciativa, Coubertin reunió a tres comisarios: uno por Europa continental, otro por el Imperio Británico, otro por todo el continente americano, Norte, Sur y Centro. Sobre esta base definió el «mundo deportivo verdadero»: Europa más América, Viejo más Nuevo Mundo.

Desde ese momento, los Juegos contaron con una convocatoria global mundial, pero esta no aseguraba que en todas las disciplinas se alcanzara el mundialismo. La base era una convocatoria mundial y la realidad campeonatos internacionales (entre naciones). Era olímpico un campeonato internacional disputado en el marco de los Juegos. Y todo campeonato internacional, por ser olímpico, era potencialmente pero no necesariamente mundial. En 1896 se concretaron los primeros encuentros mundiales efectivos. Esta realidad se consagró en 1900, edición en la cual se proclamaron campeonatos del mundo de atletismo, tiro y tenis.

Desde los inicios, los campeonatos de atletismo, disciplina reina de los juegos, revistieron un carácter mundial, consagrándose el enfrentamiento entre los atletas europeos y los estadounidenses, y la dominación aplastante de estos últimos. El carácter mundial de la disciplina reina se afianzó en 1900 cuando se proclamaron oficialmente los títulos de los campeones mundiales y se comenzó a registrar una doble medida: el récord olímpico y el récord mundial.

El proceso de mundialización de las diferentes pruebas se fue desarrollando con el tiempo, y en 1924, como lo escribió Coubertin en el prefacio del informe oficial, prácticamente todas las disciplinas alcanzaron el enfrentamiento efectivo entre América y Europa, vale decir el nivel mundial. Desde el punto de vista olímpico, se pasó así de la Olimpiada mundial potencial a la Olimpiada mundial verdadera.

La corrección futbolística

La certificación del torneo olímpico de fútbol como campeonato mundial quedó sellada con la calificación que le dieron los poderes deportivos en los programas oficiales de 1924: Torneo Mundial de fútbol. Pero, para diferenciarse del atletismo, los dirigentes franceses empezaron desde ese entonces a destacar la diferencia entre su campeonato del mundo verdadero (mundial pero además abierto) y el campeonato del mundo verdadero del atletismo (mundial pero reservado a los amateurs).

El fútbol, que se volvía primera disciplina olímpica, precisaba definir conceptualmente su superioridad. La Federación internacional de atletismo reservaba sus pruebas a los participantes amateurs, mientras que la nueva FIFA francesa dirigida por Rimet abría el torneo de fútbol a todos los jugadores, amateurs, no amateurs y profesionales. Los propagandistas de la Federación Francesa de Fútbol introdujeron entonces un nuevo calificativo designando su campeonato abierto como campeonato del mundo «universal». Así, se estableció una diferenciación dentro del concepto de campeonato mundial entre los mundiales geográficamente planetarios pero socialmente selectos y los mundiales geográficamente planetarios y socialmente abiertos.

La cosa requirió más precisiones cuando, en 1925, el congreso olímpico de Praga solicitó a la federaciones internacionales, en particular a la FIFA, para que mantuvieran sus campeonatos del mundo dentro del nuevo marco olímpico amateur. La lucha que encaró entonces el presidente francés contra la nueva dirección sueco-británica del Comité Olímpico Internacional y contra la poderosa oposición amateurista interna, lo llevó a conceptualizar un poco más. Desplazó el término verdadero de modo a que designara, ya no la realización efectiva en las canchas del encuentro mundial entre América y Europa, sino el suplemento de una reglamentación abierta. Así, en 1930 en Montevideo, Rimet declaró para el informe oficial de la primera Copa del mundo la unidad de valor entre el nuevo evento y las dos realizaciones mundiales anteriores, también verdaderas.

Confusiones por la FIFA de Rimet entre continental y mundial

Hemos dicho que la FIFA se propuso por primera vez en 1928 crear su campeonato del mundo propio y que durante todo el periodo anterior, entre 1904 y el torneo olímpico de Amsterdam dejó que se alcanzara este nivel de competición gracias al desarrollo natural del campeonato olímpico, como había sucedido con el atletismo. Y si hoy los textos oficiales insisten para indicar, contra toda prueba documental, que la FIFA fue mundialista desde su nacimiento, esto puede entenderse así: no solo no fue mundialista; fue, desde 1906, anticontinentalista; y la exageración mundialista permite ocultarlo.

El campeonato de Europa propuesto por Guérin y aprobado por el segundo congreso de la FIFA en 1905 terminó liquidado pocos meses después por la acción conjunta de la presidencia de la asociación belga -esta asociación ejercía entonces la Secretaría de la federación internacional- y de la Football Association inglesa. A partir de ese momento, la presidencia inglesa prohibió la organización del mencionado campeonato internacional, punto 9 de la Constitución fundadora de 1904. El campeonato olímpico, exclusivamente europeo y rebajado al amateurismo por voluntad de las asociaciones monárquicas, no cumplió entonces ni la función de campeonato continental abierto ni la del campeonato del mundo verdadero. Estas insuficiencias geográficas y reglamentarias iniciadas en 1908 se mantuvieron en 1912 y 1920, siendo superadas en 1924.

Después de la victoria de Uruguay en Colombes, las asociaciones de Europa central y de Italia reclamaron a la FIFA la organización urgente de un campeonato de Europa, como condición para reequilibrar las fuerzas con Sudamérica. La iniciativa implicaba el surgimiento de una confederación continental europea, diferente de la FIFA, lo que ni Rimet ni Hirschman aceptaron.

Por ley olímpica votada en 1921 en Lausana, la FIFA tenía prohibido organizar campeonatos geográficamente limitados a una zona. Sin embargo, el comité central de la Federación internacional vetó el proyecto europeísta argumentando que el campeonato continental era prerrogativa de la FIFA y que todo campeonato continental «tendería a convertirse en el campeonato internacional de la FIFA» (1927).

El colmo de la confusión se expresó el 10 de marzo de 1930 cuando, culminando el boicot que las asociaciones europeas organizaron contra el campeonato del mundo en Montevideo, Rimet propuso a la Asociación Uruguaya de Fútbol trocar el Mundial por una Copa Paneuropea en Roma, y agregarle una eventual final mundial entre los dos finalistas sudamericanos y los dos finalistas europeos. Se volvía a expresar, pero de manera ridículamente miniaturizada, la idea del mundial como encuentro entre América y Europa.

El problema era que, si la FIFA organizaba dicho campeonato europeo en Roma, se rebajaba a sí misma, de Federación internacional mundial a Confederación continental.

Desde el punto de vista de sus propios estatutos, la confusión conceptual se mantuvo, por interés político, como instrumento de poder. Los estatutos constituyen el mínimo común denominador de obligaciones entre las asociaciones. Y desde 1904, sólo imponían como objetivo «el campeonato internacional» sin precisar ni su marco ni sus contornos -europeo, mundial, abierto o amateur-.

Y esta vaguedad estatutaria se mantuvo durante medio siglo.

En 1954, por primera vez como base común obligatoria, la FIFA se fijó el objetivo de organizar el «Campeonato del mundo-Copa Jules Rimet». La maniobra conceptual destinada a impedir el surgimiento de un campeonato continental se prolongó pues hasta el término del reino del presidente francés. Su renuncia condujo al surgimiento de la UEFA y al nacimiento del campeonato de Europa de naciones 44 años después que la Copa América.




Camillo “Karli” Jerusalem. El Héroe Olvidado.

Quizás una de las figuras menos recordadas del fútbol mundial del período entre guerras (1918-1939). El hecho de compartir equipo en el FK Austria Wien con jugadores como Matthias Sindelar, Walter Nausch, Johann Mock, Rudolf Viertl, Karl Sesta, Karl Adamek y Josef Stroh entre otras muchas estrellas de ese gran equipo, hace que su nombre pase inadvertido para muchos.

Pero lo cierto es que fue parte esencial de ese gran equipo campeón de la Copa de Austria en los años 1933, 1935 y 1936, además de también ser parte del equipo que vence en la Copa Mitropa de 1933 y ser el héroe de la obtenida en el año 1936 cuando marca el gol decisivo y en 10 encuentros ve las redes contrarias en 7 ocasiones, su puesto en el campo de juego fue principalmente delantero interior por izquierda en el antiguo sistema 2-3-5.

Nace en Viena, Austria el 3 de abril de 1914 desde muy joven se une al Landstrasser Amateurs de donde pasa siendo un adolescente al FK Austria Wien en el año 1930, sus actuaciones en el primer equipo fueron esporádicas y se mezclan con participación  en el equipo filial, en la temporada 1932/33 comienzan los destellos del joven Karli, teniendo participación en 6 encuentros de liga, participando en la Copa de Austria y disputando los dos encuentros de la final de la Mitropa Cup ante el AS Ambrosiana Inter Milano, equipo italiano liderado por la estrella Giuseppe Meazza, en esa final a doble partido el mundo ve atónito una demostración de fútbol por parte del austriaco  Matthias Sindelar, quien marca un hat trick en el partido de vuelta de la final y ayuda de sobremanera a que el joven Jerusalem obtenga su primer trofeo internacional.

Ya para la temporada 1933/34 su cantidad de juegos en la primera división del fútbol austriaco asciende a 10 partidos y marca 5 goles. En la temporada 1934/35 disputa 8 encuentros y marca 5 goles, en la Mitropa Cup hace 3 goles en los 5 partidos que disputa, pero su mayor protagonismo lo tiene en la final de la Copa de Austria cuando marca uno de los goles con que su equipo vence 5-1 en la final al Wiener AC.

Sus mejores años estaban por llegar y se da a conocer en el mundo del fútbol cuando en la temporada 1935/36 es el héroe del partido final de la Mitropa Cup, pero antes de llegar a la final también tiene un gran protagonismo cuando en los octavos de final marca en dos ocasiones para eliminar al Bologna italiano, en los cuartos de final su gol le aporta algo de tranquilidad a su club para el crucial partido de vuelta el Slavia de Praga, el cual a pesar de vencer no logra acceder a la próxima ronda. En las semifinales se enfrentarían al fuerte conjunto húngaro del Újpesti, en su casa del Praterstadion le endosan un contundente 5-2 a los visitantes, en esta ocasión Jerusalem y Sindelar comparten cada uno dos goles y sumado a la diana de Josef Stroh eliminan los sueños de clasificación del equipo magyar. En la final se enfrentan al fuerte conjunto checoslovaco del Sparta de Praga, en esta ocasión como locales concluyen con un empate sin goles, tendrían que decidir el vencedor del torneo en tierras checas, el día 13 de septiembre de 1936 ante una multitud estimada en 58 000 personas los seguidores del Sparta ven como al minuto 67´ el insider por izquierda Camillo Jerusalem silencia las multitudes y pone en el fondo de las redes el único y definitivo gol con que el Austria Wien que puso a Rudolf Zöhrer de guardameta, acompañado por los defensores Karl Andritz y Karl Sesta, los mediocampistas Karl Adamek, Johann Mock y Walter Nausch, unidos a los extremos Franz Riegler y Rudolf Viertl, el delantero centro Matthias Sindelar y el insider por derecha Josef Stroh vencen al fuerte conjunto del Sparta que a pesar de contar con estrellas como Jaroslav Burg, Jaroslav Boucek, Oldrich Nejedly y el belga Raymond Braine no logra contener la ira desenfrenada de un Jersulame envuelto en su mejor temporada individual y con 7 goles en 10 encuentros se erige en esta competición como el héroe del equipo, aunque todas las luce siempre apunten a la gran estrella del fútbol austriaco y mundial Matthias Sindelar. En esta temporada en el campeonato austriaco solo tiene participación en 8 encuentros donde anida la esférica en las redes contrarias en 5 ocasiones y su equipo enfrascado totalmente en la copa local y la Mitropa Cup no pasa de un séptimo lugar. La Copa de Austria también lo ve ejercer un liderazgo fuera de lo común al anotar en dos ocasiones en el partido por el título ante el fuerte conjunto del First Vienna, un rápido gol al minuto dos ante el First Vienna, precedido por otro gol de Matthias Sindelar cuatro minutos después y nuevamente Jerusalem al 22´ hacen que el Austria Wien obtenga su tercera copa de las últimas cinco disputadas.  En esa misma temporada tiene su primera internacionalidad, cuando el 17 de mayo de 1936 debuta ante su contraparte de Italia en un empate 2-2, siendo el uno de los goleadores del encuentro.

Para la temporada 1936/37 es un eje fundamental en el equipo que disputa la primera división del fútbol austriaco con 17 juegos y 11 goles, siendo fundamental en la obtención del segundo lugar en la competición, su participación en Copa estuvo resumida a cuatro encuentros en los que no anida goles en las redes contrarias y su participación en la Mitropa Cup aunque fue muy buena individualmente no le alcanza para pasar de las semifinales donde son derrotados ante el Ferencvárosi TC de Budapest, en esta edicón disputa 6 encuentros y marca 4 goles.

En ese año 1937 tiene un total de ocho encuentros internacionales;

24 de enero. Victoria 2-1 ante Francia

21 de marzo. Victoria 2-0 ante Italia, marca un gol.

9 de junio. Empate 1-1 ante Escocia, marca un gol.

23 de mayo. Empate 2-2 ante Italia.

19 de septiembre. Victoria 4-3 ante Suiza, marca dos goles.

5 de octubre. Victoria 2-1 ante Letonia, marca un gol

10 de octubre. Derrota 1-2 ante Italia

24 de octubre. Derrota 1-2 ante Checoslovaquia.

La temporada 1937/38 ve como Karli disputa su última temporada de forma consecutiva en el fútbol de Austria, su origen judío1, los aires de guerra que se respiraban en Europa, la anexión de Austria a la Alemania Nazi (Anschluss) hizo que con apenas 24 años abandonara el fútbol en Austria, intentando a toda costa salvar su vida.

Su carrera a nivel de clubes prosigue en Francia, militando en las filas del Sochaux, pero tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial su progresión se ve interrumpida y es internado en el campo de concentración de Langres, salvándose de las penurias que ahí se vivían al contraer matrimonio con una francesa, teniendo así la posibilidad de trabajar y posteriormente obtener la ciudadanía francesa.

En el período comprendido entre 1939 y 1945 apenas tiene participación futbolística en  algún tipo de competición, su actividad se resume a la Gauliga Ostmark defendiendo los colores del Austria Wien en las temporadas 1941/42 con 5 goles en 8 encuentros y la temporada 1943/44 donde ve redes contrarias en 10 oportunidades y disputa 13 encuentros, su otra participación en el fútbol organizado se resume a la Tschammer Pokal donde realiza 5 encuentros y marca 4 goles, siendo sus victimarios el Bayern Munchen, Wacker Wien en dos ocasiones y el SV VR Gleiwitz.

Finalizada la Guerra Mundial en la temporada 1945/46 y a pesar de tener ya 32 años logra tener encantar nuevamente al público con su fútbol y en 11 encuentros marca 7 goles. Antes de abandonar el campeonato austriaco a mitad de temporada es convocado en 3 ocasiones por la selección nacional, disputa los encuentros ante Italia y Hungría que terminan con sendas derrotas de 0-2 y 2-5, antes que finalmente el día 6 de diciembre de 1946 en la victoria 4-1 ante Francia hace su última aparición internacional.

A mitad de temporada pasa a las filas del Sochaux con el cual aún le unía una relación contractual la cual tuvo que ser suspendida por causa de fuerza mayor.

En la temporada 1946/47 se une al Olympique Roubaix Tourcoing donde es fundamental en la obtención del campeonato nacional, disputa 25 encuentros y marca solamente 2 goles, pero abastece de muchos pases a los letales atacantes Henri Hiltl, Roger Grava y Jacques Leenaert. Después tiene participación en otros clubes franceses como SR Colman y RSCF de Besançon.

Servette FC vencedor del Campeonato de Suiza en la temporada 1949/50.
Fila superior: Olivier Eggimann, Noel Bachasse, Jean-Louis Ravex, Camillo Jerusalem, Marcel Mouthon, Gilbert Dutoit.
Fila inferior: Lucien Pasteur, Jacques Fatton, Georges Peyla, Heinz Niederer, Jean Tamini.

Finalmente en la temporada 1949/50 abandona el fútbol francés y  pasa a Suiza donde ayuda a que el Servette Football Club Genève sea campeón del país teniendo participación en 16 encuentros y marcando 5 goles, además de gran cantidad de pases claves para que el delantero Jacques Fatton con 32 sea líder goleador del torneo. Finalmente en la temporada 1950/51 le dice adiós al fútbol, solamente juega 13 encuentros y marca un gol, teniendo un papel discreto tanto individualmente como colectivamente terminando el club en un decepcionante sexto lugar.

Después de esta temporada pasa el retiro, pero en 1953 cambia de planes y actúa como entrenador –  jugador del modesto Grenchen, también en tierras helvéticas. Finalmente ya cuando entrenaba al SC Red Star Penzing de segunda división austriaca hace sus últimas apariciones como jugador en las temporadas 1954/55 y 1955/56.

Sin duda alguna una figura cuya carrera se ve marcada por la nefasta aparición de la desastrosa Segunda Guerra Mundial, pero con una calidad envidiable, referente joven y después veterano de un fútbol que logra sobrevivir los horrores de la guerra, un héroe de esos que rara vez recordamos, pero que vale la pena restablecer en el lugar histórico donde realmente debe estar.

1.    Aunque ninguna fuerte confirma eso




Estadísticas del Trofeo Ciudad de Cartagena – Carabela de Plata.

Introducción

El Trofeo “Ciudad de Cartagena”, popularmente conocido como “Carabela de Plata” se ha convertido un torneo de verano de referencia del sureste peninsular cumpliendo la friolera de 50 ediciones en 2022.

Tal y como se han detallado en los dos artículos previos sobre su historia, han sido muchos los encuentros, detalles y datos que han ocurrido a lo largo del trofeo. Es por ello que en el presente artículo se van a detallar las estadísticas principales del Trofeo Ciudad de Cartagena.

En primer lugar, en la Tabla 1 y 2 se resume el historial del trofeo por ediciones, detallando los 85 partidos disputados en cada una de las 50 ediciones. Asimismo, están descritas las fechas, categorías de los clubes participantes junto con los campeones y subcampeones.

Tradicionalmente el trofeo se ha disputado durante el mes de agosto y su formato ha ido variando a lo largo del tiempo. Se comenzó con un cuadrangular en 1969, posteriormente predominaron los triangulares, aunque desde finales de los años 80 se impusieron los torneos a partido único. En total ha habido 2 cuadrangulares, 14 triangulares, 1 edición a doble partido y 33 trofeos a partido único.

En la tabla 3 se detalla la clasificación histórica del trofeo especificando el número de campeonatos, subcampeonatos, participaciones de cada club. También se detallan otros datos como el porcentaje de éxito, partidos jugados, ganados, empatados, perdidos y los goles a favor, en contra, así como la diferencia de goles.

Sigue encabezando la clasificación el Cartagena F.C. con 15 campeonatos en sus 26 ediciones disputadas, destacando la tasa de éxito en un 57,7%. Le sigue el F.C. Cartagena, muy de cerca, con 14 campeonatos en 24 ediciones disputadas, suponiendo una gran tasa de éxito (58,3%). El tercer puesto lo tiene el Elche C.F. con 5 campeonatos en 9 ediciones disputadas (tasa de éxito de un 55,6%). La cuarta posición la ostenta el Real Murcia C.F. con 4 campeonatos en 13 ediciones, lo que refleja una tasa de éxito baja del 30,8%. En quinto lugar, se sitúa el Hércules C.F. con tres campeonatos en 6 participaciones.

El resto de los equipos de la tabla han conseguido un campeonato o ninguno.

En el Gráfico 1 se resumen los equipos con campeonatos conseguidos.

En relación a los subcampeonatos, encabezan la lista con 9 los siguientes equipos: Cartagena F.C., F.C. Cartagena y el Real Murcia C.F. Le siguen con 3 subcampeonatos el Elche C.F., Hércules C.F. y Albacete. El Lorca Deportiva consiguió 2 subcampeonatos y el resto de equipos consiguieron un único subcampeonato.

En el Gráfico 2 se resumen los subcampeonatos conseguidos

Asimismo, se agrega el palmarés del trofeo que queda resumido en la tabla 4 especificando los años de consecución.

En la tabla 5 quedan detallados los títulos por país. Cabe destacar la baja tasa de éxito de los equipos foráneos que solo han podido llevarse el título de campeón en dos ocasiones sobre un total de ocho participaciones; lo que equivale a una tasa de éxito de un 25%. Por tanto, la Carabela de Plata ha viajado hasta Rusia (CSKA Moscú) y Países Bajos (PSV Eindhoven). Ambas consecuciones han sucedido ya en el siglo XXI.

El título de subcampeón ha viajado en dos ocasiones a Brasil (América Mineiro y Portuguesa Santista) y una a Catar (Al Rayyan SC).

En la tabla 6 de detallan los participantes invitados al Trofeo Ciudad de Cartagena, ordenados por lugar de procedencia. Además, se especifican sus logros, participaciones y distancia en kilómetros desde la ciudad.

Por comunidades autónomas destaca la Comunidad Valenciana con un 30,9% de las participaciones seguida de los equipos de la Región de Murcia con un 29,4%. Le sigue Andalucía con un 10,3% y Castilla La Mancha con un 5,9%. El resto de comunidades autónomas comprenden un 11,8%. Destacar la procedencia internacional con un 11,8% de las participaciones.

Analizando los datos por provincias se puede concluir que los 5 equipos participantes de la provincia de Alicante han tenido un gran protagonismo totalizando un 26,5% de las participaciones. Le siguen las otras dos provincias limítrofes: Almería y Albacete con un 4,4% cada una.

Se puede concluir con estos datos que el trofeo tiene gran protagonismo en el sureste peninsular ya que la Región de Murcia junto con las tres provincias limítrofes totalizan un 64,7% de las participaciones.

Los equipos de la Comarca del Campo de Cartagena han tenido su protagonismo en el Trofeo Ciudad de Cartagena en temporadas donde han rivalizado con el equipo local. El C.D. La Unión cuando participó en 1969, compartía categoría con el C.D. Cartagena y la A.D. Mar Menor estuvo en superior categoría cuando se enfrentó a los equipos locales del Cartagena F.C. y Cartagonova F.C.

En el gráfico 3 se resume la procedencia de los equipos participantes invitados.

A continuación, en la tabla 7 se detallan los goleadores que han conseguido más de un gol en el Trofeo Ciudad de Cartagena. Asimismo, se puede ver el nombre completo, apodo, lugar y año de nacimiento, posición, equipos, años y el número de goles.

Encabeza la clasificación Paco Machín con 7 goles, con la particularidad de que marcó 5 goles vistiendo la camiseta del Elche C.F. y 2 con el Cartagena F.C.

En segundo lugar, se sitúa Melenchón con 6 goles. Él también marcó goles con distintos equipos: 4 en el C.D. Cartagena y 2 en el Elche C.F.

Les siguen con tres goles los siguientes jugadores: Álvarez, José Luis, Clos, Cordero y Mir.

Mención especial sería la del primer gol del torneo. Lo marcó Echevarría del Sestao Sport Club el 23 de agosto de 1969, en el minuto 22 de la primera semifinal. Se enfrentaron al U.S. Sidi Kacem de Marruecos que finalizó con empate a dos goles.

El gol número 50 lo marcó Manolín para el Cartagena F.C. el 27 de agosto de 1977. Corría el minuto 89 del encuentro contra el CE Sabadell. Este gol significó el definitivo 1-0 en la final de la séptima edición del trofeo, suponiendo el campeonato para los locales.

El gol número 100 lo marcó Paco Machín para el Elche C.F. el 21 de agosto de 1985. Fue en el minuto 14 del segundo encuentro del triangular que le enfrentaba al Hércules C.F. El Elche C.F. se impuso por 3-1 con triplete del goleador Paco Machín.

El gol número 150 lo marcó Coco para el Cartagonova F.C. el 11 de agosto de 1999. Corría el minuto 68 en el partido por el tercer puesto contra el Levante U.D. Ese gol supuso el empate a uno, en un partido que terminó con un empate a dos aunque con victoria final del Levante U.D. en los penaltis.

En relación con las mayores goleadas del torneo, se detallan por orden en la tabla 8:

Casualmente encabezan la lista dos encuentros de rivalidad comarcal. La goleada del A.D. Mar Menor se produjo en un momento de gran crisis del Cartagena F.C. que terminaría con la retirada de la competición pocos meses después. De hecho, fue el último encuentro del Cartagena F.C. como anfitrión y organizador del torneo.

La segunda mayor goleada, en este caso materializada por el equipo anfitrión, se produjo en las semifinales del cuadrangular de la primera edición frente al C.D. La Unión.

A continuación, en la tabla 9 se detallan los empates con más goles:

Por último, la tabla 10 describe los partidos con más goles marcados en el Trofeo Ciudad de Cartagena:




Resumen estadístico de todas las temporadas del FC Barcelona XXVIII. Temporada 1926-1927

RESUMEN DE LA TEMPORADA: 1926 – 1927
TODAS LAS COMPETICIONES RELEVANTES JUGADAS EL CAMPEONATO NACIONAL DE LA COPA DE ESPAÑA        ·S. M. Rey Alfonso XIII· EL CAMPEONATO NACIONAL DE    LIGA CATALÁN DE       1RA. ·CATEGORÍA·       Mantuvo los 8 Equipos, y ya se Clasificó como vigente Campeón para jugar la: Copa. TOTAL DE LOS PARTIDOS DE COMPETICIÓN Y QUE YA SON CONSIDERADOS ·OFICIALES· EL CAMPEONATO NACIONAL DE CATALUÑA DE      LOS EQUIPOS DE ·RESERVAS·           Y que fue no Oficial. LOS TROFEOS MENORES, LAS COMPETICIONES NO OFICIALES Y LOS PARTIDOS   ·AMISTOSOS· TODOS LOS TOTALES GENERALES ·FINALES·
LOS TÍTULOS CONSEGUIDOS Y FUE SEMIFINALISTA Y FUE CAMPEÓN (16º) Y LOS TOTALES = 1 IGN. CLASIFIC. FINAL FUERON DIVERSOS ACUMULADOS = 27
Y LOS JUGADORES Partidos Goles Partidos Goles Partidos Goles Partidos Goles Partidos Goles Partidos Goles
Josep SASTRE i Perciba ‘Fichado por una Tribuna’ 8 1 14 13 22 14 · · 30 27 52 41
Domènec CARULLA i Bertrán «Minguet» 6 1 13 3 19 4 · · 32 3 51 7
Emili Enric Raimundo «SAGI» i Liñán «Sa. Barba» 8 2 13 9 21 11 · · 26 10 47 21
Emyl WALTER Buckhard «Emilio» ‘Sarg. Ejer. Ale.’ 6 1 12 2 18 3 · · 29 4 47 7
Josep SAMITIER i Vilalta «Sami, el Mago» 7 3 13 20 20 23 · · 26 23 46 46
Vicenç PIERA i Pañella «La Bruja» 8 4 10 6 18 10 · · 27 7 45 17
Ramon ‘Ramonet’ LLORENS i Pujadas 2 · 11 · 13 · 3 · 28 · 44 ·
Patrici ARNAU i Pericas ‘Pad. de Patri. Arnau Ga.’ 8 1 12 · 20 1 · · 19 5 39 6
Agustí SANCHO i Agustina «Agustinet» 1 · 14 15 · · · 24 2 39 2
José Carlos CASTILLO García-Tudela 7 · · · 7 · 10 2 21 · 38 2
Manel Parera i Penella «PARERA I» «Electricista» · · · · · · 11 4 27 5 38 9
Esteve PEDROL i Albareda ‘Pres. Sindi. Jugadores’ 4 3 10 8 14 11 2 · 18 7 34 18
Pere PONSÀ i Sala · · 1 · 1 · 10 · 23 · 34 ·
Joan RAMON i Pera «1º Dinastía de Futbolistes» · · · · · · 11 13 23 20 34 33
Josep «Pepe» PLANAS i Artés ‘Fund. Vet. Ciudad’ 3 · 7 · 10 · 4 · 18 1 32 1
Andreu BOSCH i Girona ‘Pad. de And. Bosch Puj.’ 3 · 2 · 5 · 7 · 19 · 31 ·
Ramón TORRALBA Larraz «La Vieja» · · 2 1 2 1 5 · 24 2 31 3
Antoni GARCÍA i García «Muere de Apendicitis» · · · · · · 9 2 22 8 31 10
Vicenç Tonijuan i García ‘TONIJUAN I’ ‘Atle. Cross’ · · 5 · 5 · 4 4 21 15 30 19
BALDIRI ELIAS i Parés · · · · · · 10 · 18 · 28 ·
Joaquim MONTANÉ i Martí 7 · 7 · 14 · · · 10 · 24 ·
Francesc COMA i Vives ‘Sold. en el RIF – Marrue.’ · · 2 · 2 · 7 · 14 · 23 ·
Ferenc «Franz» PLATTKÓ Kopiletz «El Oso rubio» 6 · 3 · 9 · · · 11 · 20 ·
Paulino ALCÁNTARA Riestra «Rompe Redes» 4 2 3 2 7 4 · · 10 6 17 10
Raimon MIQUEL i Juscafresa «El Rey» · · · · · · 4 1 13 9 17 10
Jaume HOSPITAL i Gallego · · · · · · 7 · 9 · 16 ·
Josep ESCAICH i FORTIS «Fue Directivo» · · · · · · 5 · 11 · 16 ·
Antoni DOMINGO i /..?../ · · · · · · 4 · 9 · 13 ·
Josep PUJADAS i /..?../ · · · · · · 6 1 6 2 12 3
Francesc JUST i /..?../ · · · · · · 3 · 9 1 12 1
Antoni DORDAD i Plana · · · · · · 5 · 7 · 12 ·
Antoni Serafín Cristóbal LÓPEZ i LASALVIA · · · · · · 2 · 8 · 10 ·
Enric MAS i Mirandes · · · · · · · · 10 · 10 ·
Miquel Casanovas i Riu ‘CASANOVAS II’ ‘H. Carles’ · · · · · · 2 · 7 · 9 ·
Ángel AROCHA Guillén «Arocha I» ‘Her. Arocha II’ · · · · · · · · 9 10 9 10
JOAN OLIVELLA i /..?../ (Club Esportiu Europa) · · · · · · 1 · 6 3 7 3
A. Serra i /..?../ «SERRA I» · · · · · · 1 · 6 1 7 1
CARLES SERRA i /..?../ · · · · · · 1 · 6 · 7 ·
/..?../ CAPDEVILA i /..?../ · · · · · · 1 · 6 · 7 ·
Jaume SAMÀ i Casas · · · · · · · · 7 1 7 1
Rafael Musterós i Bori «MUSTERÓS I» ‘Her. Rica.’ · · · · · · 3 · 2 · 5 ·
JOSEP MARIA CASTELLS i /..?../ · · · · · · 1 · 4 · 5 ·
E. Serra i /..?../ «SERRA II» · · · · · · 1 · 4 · 5 ·
Ramon GUZMÁN i Martorell ‘Muere Part. Veter.’ · · · · · · · · 5 · 5 ·
Josep Maria Andreu i /..?../ «ANDREU I» · · · · · · 1 · 3 1 4 1
Joan BORRÀS i CASTELLÀ · · · · · · · · 4 · 4 ·
Carles Casanovas i Riu ‘CASANOVAS I’ ‘He. Miquel’ · · · · · · · · 3 · 3 ·
/..?../ ORTÍ i /..?../ · · · · · · 1 · 1 · 2 ·
Manuel LÓPEZ i Andreu · · · · · · · · 2 2 ·
/..?../ GALLOFRÉ i /..?../ · · · · · · · · 2 · 2 ·
/..?../ BORRELL i /..?../ · · · · · · · · 2 · 2 ·
/..?../ ROBLES /..?../ · · · · · · · · 2 · 2 ·
R. Andreu i /..?../ «ANDREU II» · · · · · · 1 1 · · 1 1
Ricard Musterós i Bori «MUSTERÓS II» ‘He. Rafael’ · · · · · · · · 1 · 1 ·
Ramon CAMPINS i Serra · · · · · · · · 1 · 1 ·
Enric Sagi i Liñán ‘SAGI II’ ‘Hermano de Emili Sagi’ · · · · · · · · 1 · 1 ·
Benito Ramón GANDÁSEGUI Aranzay ‘Her. Silvio’ · · · · · · · · 1 · 1 ·
Antonio MARTÍNEZ /..?../ · · · · · · · · 1 · 1 ·
/..?../ FLORES /..?../ · · · · · · · · 1 · 1 ·
Miquel AVELLANET i Julià (Jugador a Prueba) · · · · · · · · 1 · 1 ·
Jugadores Rivales, marcando en Própia Puerta · · · · · · · · 3 3 3 3
Goles Pendientes, y que no se han encontrado · · · · · · 5 11 1 4 6 15
TOTALES GENERALES FINALES 88 18 154 64 242 82 148 39 694 180 1084 301

Y YA EN ESTA MISMA TEMPORADA
CAMPEONATO CATALÁN – EL BARÇA FUE EL CAMPEÓN Y SE CLASIFICÓ PARA LA: COPA
CAMPEONATO DE RESERVAS – QUE FUE NO OFICIAL, Y SE IGNORA TAMBIÉN SU CLASIFICACIÓN FINAL
Y FALTA POR ENCONTRAR, 15 GOLES DE 6 PARTIDOS