Cien años de fútbol federado en Baleares (1923-2023)

Introducción

Las Islas Baleares fue uno de los últimos territorios del Estado en crear un ente federativo que articulase la competición futbolística de su territorio. Por diferentes circunstancias no fue posible impulsarlo de manera totalmente autónoma y tuvo que llevarse a cabo bajo la tutela y organización de otra federación territorial. Así, fue la Federación Catalana de Clubes de Fútbol la encargada de ello durante tres años, entre 1923 y 1926, durante los cuales el Comité Balear vivió numerosos contratiempos (incluida una escisión interna) hasta lograr constituirse en federación soberana.

Marco histórico

Durante las primeras décadas del siglo XX surgieron en España diversos campeonatos de fútbol de carácter territorial, fruto de su creciente implantación y que a su vez ayudaron a su expansión posterior. Uno con carácter oficioso, al nacer antes de la existencia de la actual RFEF, y otros nacieron desgajados de los ya existentes. Podemos mencionar a modo de ejemplo los campeonatos de Centro (1903), Cataluña (1903), Galicia (1905), Canarias (1912), Norte (1913), Andalucía (1915), Asturias (1916), Levante (1918), Extremadura (1920) y Aragón (1922), entre otros. Fueron impulsados por uno o varios de sus protagonistas por cuenta propia, impulsores del fútbol local en sus respectivos territorios, dando lugar posteriormente a entes federativos que les darían la estabilidad y regularidad suficientes, homologando normativas comunes a todos ellos y sorteando las habituales desavenencias y rencillas entre clubes, directivos y aficionados.

En esta ocasión nos centraremos en uno de los últimos campeonatos en surgir: el balear.

Precedentes

Cronológicamente, Baleares fue uno de los últimos territorios en incorporarse a este proceso. Aunque el fútbol fue conocido en fechas casi simultáneas a la del resto del Estado (Menorca en 1901 y Mallorca en 1902; Ibiza mucho más tarde, en 1920) permaneció como un fenómeno tan anecdótico como residual durante la década de 1900 y parte de la década de 1910, en manos de unos pocos. A partir de 1915 los torneos celebrados aumentaron hasta una periodicidad casi anual, pero todavía basados en una organización muy endeble e irregular, a cargo de iniciativas particulares y sin normas ni entes que los coordinasen.

Como vemos en la siguiente tabla, muchos de los torneos celebrados llevaban el nombre de Campeonato. La denominación, un tanto rimbombante, respondió con frecuencia a torneos de unos pocos equipos (a veces solo dos, que jugaban un único partido) organizados por una entidad particular, sin periodicidad establecida ni árbitros colegiados, ni terrenos de juego homologados y bases de competición cambiantes.

Año Nombre Organizador Campeón Subcampeón Incidencias
1904 Campeonato de Mallorca Club España (Círculo Ciclista) Veloz Sport Balear FC Balear 4 equipos en liguilla. Retirada del organizador por diversas polémicas
1906 Campeonato de Menorca Ateneo de Mahón Ateneo de Mahón Club Mahonés 3 equipos en liguilla.
1908 Campeonato de Menorca Ateneo de Mahón Club Mahonés Club Villacarlino 3 equipos en liguilla.
1908-09 Campeonato de Baleares Veloz Sport Balear Club Mahonés Veloz Sport Balear 5 equipos. Mallorca (4) en liguilla y Menorca (1) fase final.
1909 Campeonato de Menorca Ateneo de Mahón Club Mahonés Robur 2 equipos.
1910 Torneo del Centro Instructivo (Mallorca) Centro Instructivo (Inca) Veloz Sport Balear FC Inca 5 equipos en liguilla. No finalizó por diversas polémicas.
1913 Campeonato de Mallorca Veloz Sport Balear Veloz Sport Balear Palmesano FC 8 equipos. No finalizó por diversas polémicas.
1915-16 Campeonato de Baleares Veloz Sport Balear Veloz Sport Balear Mahón FC 8 equipos. Mallorca (7) en liguilla a dos fases y Menorca (1) fase final. No se disputó la final por diversas polémicas.
1916 Campeonato de Menorca Mahón FC Mahón FC España 2 equipos.
1917 Campeonato de Mallorca Alfonso XIII FC Alfonso XIII FC Alfonso XIII FC (reserva) 4 equipos en liguilla. No finalizó por diversas polémicas.
1917 Campeonato de Menorca Mahón FC Cancelado Al menos 4 equipos. Cancelado después del primer partido.
1918 Concurso del Ateneo Popular (Menorca) Ateneo Popular Menorca 70 Santa Bárbara 6 equipos en liguilla, civiles y militares. Se retiraron 3 durante la competición.
1919 Campeonato de Baleares Alfonso XIII FC Alfonso XIII FC Mahón FC 6 equipos. Mallorca (5) en liguilla a dos fases y Menorca (1) fase final.
1919 I Campeonato Militar Sin datos. Coorganizado por el Alfonso XIII FC Comandancia de Artillería (Palma) Infantería 61 (Palma) 3 equipos militares (Mallorca), en liguilla.
1920 II Campeonato Militar Sin datos. Coorganizado por el Alfonso XIII FC Artillería 63 (Mahón) Infantería 61 (Palma) 5 equipos militares. Mallorca (4) en liguilla y Menorca (1) en fase final.
1920 Concurso de verano (Mallorca) Alfonso XIII FC La Protectora Asistencia Palmesana 7 equipos. Sin participación del Alfonso XIII
1921 Copa Ayuntamiento Ayuntamiento de Palma Alfonso XIII FC Baleares FC Contó con torneo de reservas, ganado por el mismo club
1922 Copa Mallorca Alfonso XIII FC Metalúrgico FC Alfonso XIII FC B 11 y 12 equipos en dos liguillas. Solo 3 y 6 llegaron a terminar.
1923 Campeonato de Menorca Sin datos Unión Sportiva Menorca FC 4 equipos en liguilla. Previo al campeonato oficial
1923 Torneo Asociación de la Prensa (Mallorca) Asociación de la Prensa Alfonso XIII FC Regional FC 3 equipos en liguilla. Previo al campeonato oficial
1924 Copa Bartomeu Torres (Ibiza) Sin datos FC Ibicenco CD Ibiza 5 equipos en liguilla. Previo al campeonato oficial

El surgimiento de la Real Sociedad Alfonso XIII FC en Palma (1916)[1] como primer club deportivo moderno de las islas supuso un primer paso cualitativo. Sin embargo, sobrevivió durante varios años sin que le acompañasen otras sociedades de similar índole y dejándolo sin fuerza suficiente para impulsar un ente federativo en el archipiélago. De hecho, la fundación del club alfonsino vino precedida del intento de crear la Asociación de Clubes de Fútbol, promovida a instancias de Adolfo Vázquez Humasqué, a la postre primer presidente del Alfonso XIII FC, que surgió como alternativa más viable a una asociación que pretendía aunar clubes tan inconstantes como efímeros. La cristalización de las escasas fuerzas vivas en un solo club dejó patente que la sociedad isleña aún no estaba madura para mantener una competición estable y regulada, aunque si daba para crear un club, hoy todavía existente y jugando en Primera División.

En Menorca la principal actividad futbolística llegó a través del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Mahón, cuya sección de fútbol le proporcionó suficiente estabilidad. Los sucesivos equipos que auspició esos años (Ateneo de Mahón, Club Mahonés, Mahón FC, aparte de otros menores o reservas) fueron la principal cantera del fútbol menorquín esos años; pero también limitaron su crecimiento al no ser el Ateneo una sociedad enteramente deportiva. Como en Mallorca, la falta de clubes consolidados impidió la creación de un campeonato regular durante años.

La principal fórmula de Alfonso XIII FC y Ateneo de Mahón sostuvieron durante esos años fue la organización de torneos internos entre sus propios conjuntos de base. Fueron positivos para fomentar su fútbol base y mantenerse activos, con intención de sostener y hacer visible su proyecto deportivo, pero fueron más vistos como entrenamientos domésticos y carentes de auténtica emoción.

El Campeonato de Segunda Liga de Cataluña

En 1917, un año después de su fundación y habiendo comprobado la imposibilidad de hallar rivales en la propia isla, el Alfonso XIII FC buscaba fórmulas para dinamizar la vida futbolística local y no morir de inanición. Por otra parte, en Menorca, el Mahón FC mantenía un potencial importante e incluso superior en ocasiones a los alfonsinos, pero ambos se encontraban en islas diferentes y dos clubes no bastaban para crear una liga estable. El Alfonso XIII FC concertó giras por la península y trajo equipos a Mallorca, obteniendo resultados deportivos más que satisfactorios; pero eran algo puntual y seguía fallando la competición doméstica regular. Entonces pusieron sus miras en la competición federada más cercana: el potente Campeonato de Cataluña.

Noticia del Alfonso XIII-Palafrugellenc (La Vanguardia, 15 de octubre de 1917)

Apoco antes, entre abril y mayo de 1917 se celebró el Campeonato de Mallorca, organizado por el propio Alfonso XIII FC y que sirvió para mostrar el potencial del joven club, pero también el escaso nivel restante. Solo participaron cuatro equipos: el Alfonso XIII FC y La Veda (equipo del anterior Veloz Sport Balear, disuelto en 1916 y realojado en otra sociedad recreativa), más sendos equipos reservas. Un bagaje participativo muy pobre, a lo que hay que sumar que el torneo no acabó, pues los equipos de La Veda se retiraron (mediante enésima polémica entre unos y otros equipos) y poco después el equipo desapareció. Más solo que nunca, el club alfonsino necesitaba buscar fuera lo que no encontraba en casa.

En calidad de triunfador del dicho campeonato, el Alfonso XIII FC gestionó su participación en la fase final del campeonato de Segunda Categoría de Cataluña de la temporada 1916-17 (llamado Segunda Liga) junto a los campeones de los tres grupos de dicha categoría: CD Júpiter (grupo de Barcelona), Ateneu Palafrugellenc (Girona) y Reus Deportiu (Tarragona).

A pesar de ser un club recién fundado y haber logrado el título de campeón mallorquín en un torneo oficioso, totalmente descafeinado y sin rivales de entidad, el equipo fue aceptado. Y dio la campanada. En las semifinales, disputadas el 7 de octubre en Sabadell, el Alfonso XIII FC se impuso sorprendentemente al barcelonés CD Júpiter (3-2). Y una semana más tarde, en Badalona, volvió a triunfar en la final ante el Ateneu Palafrugellenc (3-1). De este modo, el Alfonso XIII FC se proclamaba campeón de Segunda Liga del campeonato catalán y, como tal, se hizo acreedor a jugar la fase de ascenso a Primera Categoría.

RS Alfonso XIII, campeón de Segunda Liga (1917) (El Club Deportivo Mallorca: Historia de la institución decana del futbol mallorquín)

El rival en la promoción a Primera sería el penúltimo clasificado de dicha categoría, el FC Internacional de Barcelona. De imponerse, para la temporada 1917-18 el campeonato catalán se hubiese convertido de facto en un campeonato mancomunado de Cataluña y Baleares con los siguientes clubes: FC Barcelona, RCD Español, CS Sabadell, FC España y Athletic de Sabadell (Cataluña) y RS Alfonso XIII (Baleares), siempre y cuando los baleares se impusieran al FC Internacional. Una posibilidad ilusionante, inimaginable un año antes; pero factible.

Sin embargo, el club alfonsino renunció por las dificultades y gastos que hubiera supuesto disputar el Campeonato de Cataluña, con desplazamientos por mar cada quince días para jugar los partidos fuera de casa. También hubiera sido problemático para el resto por idénticos motivos, aunque fuera un solo viaje por mar.[2]

Además, no son descartables los recelos añadidos de los clubes catalanes al concurso de clubes baleares en su campeonato, dado el inesperado poderío demostrado hasta el punto de cerrar el paso a equipos locales para ascender a Primera Categoría (y luego, encima, renunciar a ello) o por las crecientes dificultades logísticas y económicas surgidas de consolidar un campeonato mancomunado entre las Islas y el Principado.

Meses después, a principios de 1918 se anunciaba en la prensa mallorquina la creación del Comité Provincial Balear, dependiente de la Federación Catalana.[3] Parecía que la gesta deportiva había servido como impulso para una competición balear propia; pero el tema no fue más allá y no hubo más movimientos. El éxito no vino acompañado por la fundación de nuevos clubes que diesen sentido a una competición oficial. Los alfonsinos seguían solos y la llegada de la Gripe Española aquel año acabó de hundir el proyecto.

Hay que esperar hasta 1920, cuando se registra en Mallorca un incremento generalizado de equipos y pequeñas competiciones, acompañado de un fenómeno similar en Menorca poco después. En pleno auge, en 1922 se registran nuevos contactos con la Federación Catalana; pero ahora las circunstancias eran muy diferentes: en Mallorca el Alfonso XIII FC ya no era un club aislado, a su alrededor surgían multitud de equipos y los torneos de aficionados eran cada vez más frecuentes. Por otro lado, en Menorca el proceso era el mismo y en la capital menorquina surgieron los primeros clubes estables, ya independientes del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Mahón: el Menorca FC (1920),[4] y la Unión Sportiva (1922),[5] piedras angulares sobre los que crecería el fútbol menorquín para crear un campeonato estable.

Unión Sportiva (Sport Balear, 1 de marzo de 1924)

En noviembre de 1920 nacía en Palma el Baleares FC,[6] dando lugar a la primera rivalidad consolidada en la capital mallorquina y canalizando, al fin, la creciente afición en la ciudad a través de una rivalidad que todavía existe a día de hoy.

En agosto de 1922 el Alfonso XIII FC solicitaba el ingreso en la Federación Catalana[7] y a finales de año el Baleares FC hizo lo propio.[8] A finales de mayo de 1923 ambos habían sido admitidos,[9] y es posible que otros clubes insulares hiciesen lo propio. Las circunstancias desde 1917 habían cambiado totalmente y no había un solo equipo, lo que abría las puertas a crear una competición propia en Baleares. Ya no era necesario trasladarse al Principado porque se daban las circunstancias para una competición propia, aunque para dar los primeros pasos fuese necesario el concurso de una federación externa más potente. Y ahí la Federación Catalana seguía siendo necesaria.

Torneos previos

Como piedra de toque, y aprovechando la creciente afición que confirmaba el proyecto, durante 1923 se celebraron varios torneos de prueba para la naciente competición oficial.

Por una parte, en Menorca se celebró el llamado Campeonato de Menorca entre marzo y mayo de 1923 con cuatro equipos: Unión Sportiva y Menorca FC, ambos de Mahón, y Levantino FC y CS España, ambos de Villacarlos (actualmente Es Castell) (este último se retiró antes de empezar). Fue el primer torneo celebrado en la isla después de cinco años sin apenas competición, lo cual sirvió para sondear la vitalidad del fútbol menorquín y su viabilidad, y contó con  y con el concurso de los principales equipos del momento que a su vez fundarían la competición oficial meses después.

Por otro lado, en Mallorca se celebró el Torneo Asociación de la Prensa. Disputado entre julio y agosto de 1923 y organizado por la misma asociación, se disputó en un momento de gran actividad, con partidos y torneos por doquier. Sin embargo, este lo protagonizaron los tres principales clubes de Palma del momento: Alfonso XIII FC, Baleares FC y Regional FC, en formato de liguilla y a vuelta única. A pesar de su sencillo formato, coincidía en líneas generales con el futuro torneo oficial, que contaría casi con los mismos protagonistas.

Club Ibicenco (Sport Balear, 1 de septiembre de 1924)

Mientras tanto, en Ibiza el proceso se encontraba más atrasado. Empezando prácticamente de cero, en 1923 empezaron en la isla los movimientos para crear los primeros clubes estables, naciendo así el Club Ibicenco (marzo) y el CD Ibiza (abril). Aunque llegaron demasiado tarde para crear una estructura federativa aquella temporada el proceso siguió adelante hasta organizar la competición federada un año después.

Preparativos

A mediados de julio de 1923 se celebró en el Gran Hotel de Palma una reunión entre Ricard Cabot Montalt (1885-1958), entonces presidente de la Federación Catalana de Clubs de Fútbol (actual FCF) y en representación de la Federación Española de Fútbol, y directivos de varios clubes de Mallorca. El objetivo era iniciar los contactos formales para la constitución de un ente federativo en el archipiélago balear, el cual se organizaría inicialmente bajo auspicio de la Federación Catalana, y crear la primera competición oficial balear.[10] A aquella primera reunión acudieron cinco clubes, todos ellos de Palma: RS Alfonso XIII FC, Baleares FC, Ferroviario FC, Regional FC y Unión Protectora Mercantil.

A finales de octubre se informaba de otra reunión que tendría lugar para constituir el Comité y su integración dentro de la Federación Catalana. Se planificó para el 28 en el local social del Alfonso XIII FC, aunque luego fue pospuesta al 4 de noviembre.[11]

Ferroviario FC, 15 de abril de 1923 (Archivo Ramón Molina de Dios)

Fundación del Comité Provincial Balear. Primeros pasos

El 4 de noviembre de 1923 tuvo lugar en el local social de la Real Sociedad Alfonso XIII FC la reunión preliminar del futuro Comité Provincial de Baleares. Allí se planificó la primera junta directiva y se acordó su composición por siete representantes de otros tantos clubes, cuatro de Mallorca y tres de Menorca, de la siguiente manera:

  • Alfonso XIII FC (Mallorca, presidencia)
  • Baleares FC (Mallorca, vicepresidencia)
  • Mahón FC (Menorca, secretaría)
  • Regional FC (Mallorca, contaduría)
  • Unión Protectora Mercantil (Mallorca, tesorería)
  • Unión Sportiva (Menorca, vocal)
  • CS España (Menorca, vocal)

De Mallorca estuvieron presentes cuatro de los cinco clubes de la reunión inicial del Gran Hotel de Palma del pasado julio, faltando solo el Ferroviario FC (sumido en una crisis que lo llevaría a la desaparición). Por su parte, de Menorca figuraban tres de los cuatro clubes participantes en el campeonato mencionado entre marzo y mayo del mismo año, faltando solamente el Levantino FC (también en crisis y en trance de desaparición).

En la siguiente reunión, celebrada el 11 de noviembre, tuvo lugar la elección de la primera composición del Comité. Fue elegido presidente Sebastià Sancho Nebot, miembro habitual de las directivas del Alfonso XIII FC desde 1923 y posteriormente presidente en dos ocasiones (1927-1928 y 1930-1931).

Sebastià Sancho Nebot, primer presidente del Comité Provincial (Llibre d’or del futbol català, 1928)

En esta primera composición se ponía de manifiesto un mayor peso del fútbol mallorquín sobre el menorquín, al ostentar la presidencia y mayoría absoluta de componentes. Asimismo destaca la ausencia de representantes de Ibiza y Formentera, aún en plena organización.

Así pues el 11 de noviembre de 1923 la Federación Catalana de Clubs de Fútbol incorporaba oficialmente al Comité Provincial de Baleares a su estructura federativa.[12]

Temporada 1923-24. Inicio de la competición

En la siguiente reunión del Comité, celebrada el 15 de noviembre, se sorteó el calendario del que sería el primer campeonato oficial balear, dividido en dos grupos (Mallorca y Menorca) que se disputaría entre diciembre de 1923 y febrero de 1924. Ambos constaron de una sola categoría, en formato de liga y a doble vuelta. También se organizó un campeonato paralelo para equipos reservas, con los mismos clubes y fechas.

La competición del Comité fue integrada en la Segunda Categoría del Campeonato de Cataluña. Su nombre es engañoso, pues correspondía a un tercer nivel de competición al encontrarse por debajo de la Primera A y la Primera B del Campeonato de Cataluña. Por tanto, la competición formó parte del tercer nivel del campeonato catalán, formado por cinco grupos: Barcelona, Girona, Lleida, Tarragona y Baleares.

Esto suponía un retroceso aparente y hasta cierto punto pudo juzgarse como un desaire a la naciente competición isleña, sobre todo si se toma como referencia la participación del Alfonso XIII FC en la Segunda Liga en Cataluña en 1917, es decir, en un segundo nivel de competición. Ese “descenso” de categoría pudo contribuir a que las relaciones entre el Comité y la Federación Catalana fueran, con frecuencia, tirantes. De todas formas, la visita que el FC Barcelona hizo a Mallorca en julio de 1923 mostró unas diferencias deportivas entonces muy acusadas, ya que los azulgrana se impusieron de manera escandalosa al Alfonso XIII FC por 0-14 (sí, catorce goles) y 0-3,[13] siendo en teoría el equipo más fuerte de las Islas.

Mahón FC (Sport Balear, 15 de abril de 1924)

Esta primera temporada el Comité Provincial contó con los siguientes clubes.

Por Mallorca: Alfonso XIII FC, Baleares FC, Estrella FC (Santa Catalina), Ferroviario FC, Mediterráneo FC, Regional FC, Unión Protectora Mercantil y Constancia FC; todos de Palma salvo el último, ubicado en Inca. Solo cuatro (Alfonso XIII, Baleares, Regional y UPM) llegaron a competir; el resto no pudo por causas diversas como federarse con el torneo ya iniciado, falta de campo en condiciones o tardar en tener la documentación en regla para poder federarse. Algunos casos fueron muy representativos; a principios de 1924 el Constancia FC de Inca había solicitado incorporarse al Comité.[14] Un detalle nada baladí por dos aspectos: fue el primer club mallorquín no palmesano en integrarse en el Comité, rompiendo el centralismo entonces vigente, y que acabaría siendo uno de los equipos más fuertes del naciente campeonato mallorquín.

Por Menorca: Mahón FC, Unión Sportiva, CS España y Levantino FC, los dos primeros de Mahón y los dos siguientes del municipio colindante de Villacarlos (actualmente Es Castell). Todos pudieron entrar en competición esta misma temporada.

En el transcurso de la temporada el Comité recibió la documentación de tres clubes de Ibiza: FC Ibicenco, CD Ibiza y CD Ebusitano, todos ellos de la capital ibicenca.[15] Esto abrió las puertas a un campeonato liguero en Ibiza para la siguiente temporada, como así fue.

CD Ibiza (Sport Balear, 1 de junio de 1924)

Otra de las principales tareas que llevó a cabo el neonato Comité fue supervisar la calidad de los terrenos de juego para garantizar unos estándares mínimos de calidad. Los procesos no estaban exentos de polémicas en la prensa, en parte motivadas por las rivalidades nacientes entre ellos y el ansia por participar en la competición oficial. Así, las polémicas suscitadas por la homologación de campos como los del Regional FC[16] o el Ferroviario FC,[17] fueron temas recurrentes en los medios escritos y se sumaron a la pasión creciente por el nuevo torneo.

Campeonato de Mallorca

Disputado por cuatro equipos, de diciembre de 1923 a febrero de 1924 a doble vuelta. Todos los equipos eran de Palma.

Clasificación J G E P GF GC Pts.
RS Alfonso XIII FC 6 6 0 0 13 2 12
Regional FC 6 3 0 3 8 9 6
Baleares FC 6 3 0 3 8 10 6
Unión Protectora Mercantil 6 0 0 6 3 11 0

Terrenos de juego: Bons Aires (Alfonso XIII FC), Son Canals (Baleares FC), 31 de Diciembre (Regional FC)[18] y Tirador (UPM).[19]

Unión Protectora Mercantil (Baleares Deportiva, 27 de febrero de 1923)

Campeonato de Menorca

Disputado por cuatro equipos, de diciembre de 1923 a enero de 1924 a doble vuelta. Dos equipos eran de Mahón y dos de Villacarlos (actualmente, Es Castell).

Clasificación J G E P GF GC Pts.
Unión Sportiva 6 4 2 0 22 5 10
Mahón FC 6 3 2 1 8 5 8
CS España 6 2 2 2 9 9 6
Levantino FC 6 0 0 6 3 23 0

Todos los partidos se disputaron en el campo del Concurso Hípico (Mahón).

Levantino FC (Baleares Deportiva, 14 de marzo de 1923)

Campeonato de Ibiza

No se disputó hasta la temporada siguiente, pero sí que se celebró un torneo previo de prueba: la Copa Bartomeu Torres, de abril a mayo de 1924 y a vuelta única. Participaron los cinco equipos ya existentes en la capital ibicenca: FC Ibicenco, CD Ibiza, CD Mediterráneo, AC Metalúrgico y CD Ebusitano (retirado antes de empezar).

CD Mediterráneo (El Pitiuso, 1958)

Campeonato de Baleares

Disputado en marzo de 1923 por los campeones de Mallorca y Menorca, Alfonso XIII FC y Unión Sportiva, a doble partido. El campeón menorquín se trasladó a Mallorca para disputar ambos partidos (en ediciones posteriores se jugaría en cada isla, en los campos respectivos). La ida se disputó en Son Canals, con triunfo de los mallorquines (1-4) y la vuelta en Bons Aires, con empate (1-1). De este modo, el primer campeón oficial de Baleares fue el Alfonso XIII FC.

Fase final del Campeonato de Cataluña

Al finalizar las ligas de los cinco grupos de la Segunda Categoría del Campeonato de Cataluña (Barcelona, Girona, Lleida, Tarragona y Baleares) los campeones de grupo disputaron la fase final para optar al ascenso a Primera B catalana. Tal y como había sucedido puntualmente en la temporada 1916-17, el Alfonso XIII FC participó como campeón balear.

Además de los alfonsinos participaron Iluro Sport Club (Mataró) (grupo de Barcelona), Port-Bou FC (Girona), FC Lleida y CF Reus Deportiu (Tarragona). El Alfonso XIII disputó en junio la semifinal contra el Iluro SC, a partido único, en el campo del CD Júpiter (Barcelona). Esta vez no hubo sorpresa y el Iluro se impuso de manera inapelable (7-1), quedando los mallorquines apartados de la lucha por el ascenso.

Curiosamente, la Federación Catalana llevó a cabo una reestructuración de la Primera B para la siguiente temporada y cuatro de los cinco participantes en la fase final fueron ascendidos. Solo uno quedó excluido: el Alfonso XIII FC. Esto debió aumentar el malestar ya existente entre el Comité Provincial y la Federación Catalana, que había alojado el campeonato balear en un tercer nivel de competición y ahora, teniendo la oportunidad de ascenderlo, lo mantenía en dicho nivel.

Segunda temporada (1924-25)

Con vistas a la nueva temporada el Comité Provincial llevó a cabo una ingente regularización de clubes para ampliar la competición. Sin embargo, su gestión se vio plagada de polémicas, guerras de declaraciones y luchas internas reflejadas habitualmente en la prensa.

Como síntoma de la tensión vivida, el 9 de junio de 1924 se registró en el Gobierno Civil una Federación Balear de Clubes de Foot-ball con tres clubes de Mallorca (Alfonso XIII FC, Palma FC y Mediterráneo FC), dos de Menorca (España FC y Mahón FC) y tres de Ibiza (CD Ebusitano, FC Ibicenco y CD Ibiza) a los que se luego se añadieron FC Manacor y CD Lluchmayorense. Aunque el tema no fue a mayores, la situación acabaría explotando.

Baleares FC (Baleares Deportiva, 20 de febrero de 1923)

A mediados de septiembre el Comité ya contaba con 25 clubes de Mallorca, 8 de Menorca y 3 de Ibiza. El 15 de octubre se publicaron los calendarios de Mallorca (dividida en dos categorías), Menorca y el nuevo campeonato de Ibiza.

Campeonato de Mallorca

Este campeonato fue el que vivió una expansión más acusada, pasando de cuatro equipos en liza a 21. Para ello se creó la Segunda Categoría, dividida en tres grupos de ámbito geográfico.

La Primera Categoría contaba con tres de los cuatro fundadores (Alfonso XIII, Baleares FC y Regional FC) a los que se sumaban dos equipos más: Constancia FC (Inca) y FC Manacor. El cuarto equipo fundador, la Unión Protectora Mercantil, había desaparecido a mediados de ese año. Una desaparición previsible, pues era uno de los últimos supervivientes surgidos como secciones deportivas de entidades de finalidades varias (La Protectora, Asistencia Palmesana, Montepío del Arrabal, Patronato Obrero o Veloz Sport Balear).

De este modo, en su segunda temporada el Campeonato de Mallorca contaba con los principales protagonistas del fútbol mallorquín: Alfonso XIII FC (luego RCD Mallorca, fundado en 1916), Baleares FC (luego Atlético Baleares, 1920), Constancia FC (1922) y FC Manacor (1923). El Alfonso XIII FC repitió título, por encima del Baleares FC, aunque por un solo punto de diferencia.

Constancia FC (Sport Balear, 15 de noviembre de 1924)

El Campeonato de Menorca

Tal como pasó con el torneo mallorquín, el Campeonato de Menorca fue un éxito deportivo hasta el punto de duplicar participantes. Repetían tres de sus fundadores: Mahón FC, Unión Sportiva (ambos de Mahón) y CS España (Es Castell) y se incorporaban cinco: Ciudadela FC y Zamora FC (ambos de Ciutadella), Alayor FC y CD Alayorense (Alaior) e Iberia FC (Mahón). Por otro lado, había desaparecido el Levantino FC. Ocho en total.

El crecimiento menorquín no fue suficiente como para establecer dos niveles de competición y todos jugaron en un mismo grupo. Esta sería la tónica habitual en temporadas siguientes del torneo, pues dadas las dimensiones y población de la isla nunca hubo clubes suficientes para establecer más de un nivel de competición.

El torneo fue un mano a mano entre los dos principales clubes mahoneses, Unión Sportiva y Mahón FC (que desarrollaron rivalidad y antagonismos parecidos a los que manifestaban Alfonso XIII FC y Baleares FC en Mallorca), en esta ocasión se impusieron los segundos. Ambos clubes, con altibajos, siguieron siendo los principales dominadores del fútbol local, además de los clubes más veteranos de la isla con más de cien años de historia.

El Campeonato de Ibiza

El Comité fue básico para impulsar este deporte en la isla y en poco tiempo se creó la estructura deportiva suficiente. El campeonato regional lo disputaron tres equipos, de octubre de 1924 a abril de 1925, a cuatro vueltas. Todos los equipos eran de la capital ibicenca.

Clasificación J G E P GF GC Pts.
FC Ibicenco 7 6 1 0 21 5 13
CD Ibiza 8 4 1 3 24 7 9
CD Ebusitano 7 0 0 7 2 35 0

Terrenos de juego: Sa Palmera (CD Ibiza) y Es Pratet (FC Ibicenco).

Sin embargo, el campeonato ibicenco adoleció de falta de firmeza y después de jugarse su estructura colapsó hasta el punto de desaparecer completamente la temporada siguiente.

Campeonato de Baleares

Disputado entre el campeón de Mallorca (Alfonso XIII FC), y de Menorca (Mahón FC), a doble partido en los campos respectivos de los equipos. Tanto en el Stadium Mahonés (1-2) como en Bons Aires (1-0) se impusieron los alfonsinos, que lograron el título por segunda vez. Cabe reseñar que el FC Ibicenco (campeón de Ibiza) no participó, dado el inferior nivel de su fútbol.

Fase final Campeonato de Cataluña

Por segunda vez, al terminar las ligas de los cinco grupos del campeonato catalán (oficialmente, Grupo de Promoción de Segunda Categoría) se jugó la fase final jugada por los campeones de cada uno (Barcelona, Girona, Lleida, Tarragona y Baleares). Pero esta vez el campeón balear, por desavenencias con la Federación Catalana y seguramente por los desencuentros acumulados hasta la fecha, renunció a participar.

CD Ebusitano (El Pitiuso, 1952)

Tercera y última temporada (1925-26)

Las desavenencias reiteradas entre los clubes federados continuaban siendo constantes (y públicas, con encendidas polémicas reflejadas en la prensa), lo cual provocó constantes cambios en la composición de su junta y en la misma presidencia.

A pesar del crecimiento de la competición, a nivel interno la última temporada del Comité no empezaba bien. En Mallorca se sortearon los calendarios de Primera y Segunda Categoría a finales de septiembre, pero tuvieron que volverse a sortear por desavenencias dentro del Comité. En cuanto a Menorca, el campeonato local descendió de ocho a cinco participantes por desavenencias que llevaron a dos de ellos (Alayor FC y Mahón FC) a renunciar a su participación. Y en Ibiza el naciente campeonato local directamente desapareció. Algo no iba bien internamente, los roces eran constantes y todo podía estallar en cualquier momento, como así fue.

El pretexto fue una sanción impuesta de tres meses de clausura de su terreno de juego al FC Manacor por incidentes diversos. En la reunión del Comité del 10 de diciembre se debatió si levantarle el castigo, el Alfonso XIII y el mismo FC Manacor se mostraron favorables pero no así el resto, que abandonó la reunión antes de acabar y decidieron unilateralmente suspender el campeonato. El Comité derivó el tema a la Federación Catalana para que resolviera, el cual envió dos notas contradictorias entre sí. Los acontecimientos se precipitaron y en la jornada del 13 de diciembre muchos equipos no se presentaron a jugar. El campeonato ya no se reanudó.

FC Manacor (Sport Balear, 1 de junio de 1924)

En Mallorca se mantuvieron fieles al Comité Balear 17 de los 28 equipos y en Menorca permanecieron tan solo 3 de 8, lo que dejaba dos bloques prácticamente parejos. En cuanto a Ibiza es imposible saber su impacto porque los clubes ibicencos estaban en trance de desaparecer a finales de 1925.

A mediados de enero de 1926 el Comité Provincial se renovó con los clubes que habían permanecido bajo su jurisdicción, liderados por Alfonso XIII FC y FC Manacor, los clubes mallorquines sortearon un nuevo calendario y en Menorca continuaron sin los escindidos. Mientras, los escindidos se organizaron rápidamente a principios de febrero de 1926 presentaron la Federación Balear de Fútbol Asociación,[20] liderada por Baleares FC y Regional FC y que el 17 de febrero celebró su primera junta directiva. Así pues, desde entonces hubo dos competiciones paralelas.

Los problemas internos del Comité Provincial Balear desde su creación en 1923 habían sido constantes y el asunto del FC Manacor sólo fue la gota que colmó el vaso. Durante varios meses ambos entes desarrollaron sus competiciones de manera paralela y las posiciones de cada bando siguieron siendo irreconciliables, con el daño consiguiente que esta situación generaba a la afición y al deporte en sí.

CS España (Baleares Deportiva, 28 de marzo de 1923)

Creación de la Federación Balear de Fútbol y reunificación del campeonato

Meses después de la división las aguas parecían haberse calmado y todos habían entendido que la división en dos bloques paralelos y enfrentados no beneficiaba a nadie. Además, aunque pueda parecer inoportuno e incompatible con la caótica situación generada, se había puesto en marcha el proceso para convertir el Comité en federación independiente.

A principios de junio de 1926 ya era público y notorio que la transformación del Comité Provincial Balear en una federación autónoma de pleno derecho estaba en marcha.[21] Días después, una delegación de los clubes escindidos viajó a Barcelona para solucionar el conflicto, reunificar los dos campeonatos y colaborar en la gestación de la nueva federación balear.[22] Visto lo visto, acometer sendos procesos simultáneamente era posible y uno podía ayudar a resolver el otro.

Sorprendentemente, las negociaciones dieron su fruto y el 18 de junio se publicó en los medios locales la constitución de la Federación Balear de Fútbol.[23] Finalmente, el 21 de junio de 1926 quedaba oficialmente constituida por aprobación de la asamblea general de la Real Federación Española de Fútbol.[24] [25]

Gabriel Font Martorell, último presidente del Comité Provincial (El Club Deportivo Mallorca: Historia de la institución decana del futbol mallorquín)

El último presidente del Comité Provincial fue Gabriel Font Martorell, exjugador y directivo del Alfonso XIII FC.[26] Fue relevado por Guillem Mayol Puigrós, que ocuparía el cargo durante la primera temporada de vida de la Federación. En total, en tres temporadas de vida el Comité había tenido hasta ocho presidentes diferentes.

En cuanto a los clubes disidentes, la federación que los agrupaba se autodisolvió y sus veinte integrantes pasaron automáticamente a la nueva Federación. También se dio permiso para que finalizaran las competiciones aún no finalizadas, como el Campeonato de Baleares (ganado por el Mahón FC al Regional FC) aunque no tuvo validez alguna.

Por consiguiente, el fútbol balear inauguraba una nueva etapa en la que abandonaba la dependencia de la Federación Catalana y disfrutaba de plena autonomía para organizarse. Paralelamente también se fundó el Colegio Balear de Árbitros. La nueva federación estaría sometida a un año a prueba, periodo que fue superado.

Regional FC, 1924 (Llibre d’Or del Futbol Català)

Conclusiones

La creación del Comité Provincial de Baleares en 1923 permitió consolidar y ordenar el crecimiento futbolístico en el archipiélago balear después de veinte años de altibajos constantes en su práctica, sin pies ni cabeza y sin crear estructura alguna. En realidad, entonces el fútbol empezaba a despegar en Mallorca (desde 1920), Menorca (desde 1922) e Ibiza (desde 1923) y que, aunque con retraso, parecía que su momento al fin había llegado.

Su surgimiento es totalmente independiente de los precedentes de la Asociación de Clubes de Fútbol (1916), promovida por Adolfo Vázquez Humasqué, y la participación del Alfonso XIII FC en la competición catalana (1917), hechos más o menos relacionados y que no se tradujeron en el empuje suficiente para crear el Comité a principios de 1918, como entonces se anunció. Siempre nos quedará la duda de saber qué hubiese pasado si el club alfonsino no hubiese renunciado a jugar la fase de ascenso a la Primera Categoría del Campeonato de Cataluña.

Una vez establecido, el Comité Provincial canalizó un movimiento deportivo que ofrecía las suficientes garantías en cuanto a clubes, jugadores y aficionados; un fenómeno que ya era imparable, especialmente en Mallorca, donde la celebración de torneos desde 1920 era habitual en Palma y empezaba a extenderse por el resto de la isla desde 1922.

En el caso de Menorca, que llevaba varios años de estancamiento, el Comité ayudó a reactivar una actividad larvada que se reorganizó con rapidez y demostró que el fútbol menorquín solo necesitaba la llegada del Comité para reavivarse y consolidarse, como así fue.

Mientras, en Ibiza la figura del Comité fue mucho más influyente pero tal vez precipitada. En 1923 el fútbol todavía era algo casi desconocido; aun así, el organismo federativo trabajó para levantar en unos meses una estructura deportiva casi de cero y poner las bases de un campeonato que entró en funcionamiento solo un año después del resto. Sea por precipitación o falta de base, duró una sola temporada y en 1926 la actividad había desaparecido. El fútbol no resurgiría hasta finales de esa década, pero a un nivel inferior al del resto de islas y quedando la Federación Balear al margen.

Aportaciones del Comité

La huella del Comité fue positiva en aspectos más técnicos y de gestión hasta entonces descuidados, menos visibles y reconocibles, pero que contribuyeron a su éxito por encima de polémicas y rencillas estériles. Por ejemplo, la obligación de que todas las sociedades deportivas federadas estuvieran previamente inscritas en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil. Así se obligada a todo el mundo a contar, como mínimo, con estatutos, sede social y junta directiva como interlocutor válido. De esta manera se pretendía superar la irregularidad de equipos que aparecían y desaparecían, o consolidar la adscripción de jugadores y directivos que con frecuencia cambiaban de equipo sin control alguno.

También se fomentó la supervisión de los terrenos de juego para alcanzar y mantener estándares homologables al resto del fútbol nacional. A modo de ejemplo, durante su vigencia se construyeron los campos de los dos principales clubes de Mahón: el Stadium Mahonés (Mahón FC) y San Carlos (Unión Sportiva), ambos en 1924 y todavía existentes. En Ibiza se construyó Sa Palmera en 1924, que fue durante años el campo de referencia en la capital ibicenca. Mientras, en Palma entraron en actividad los campos de Son Canals y Tirador (1923) y 31 de diciembre (1924), ya desaparecidos, que fueron tres de los cuatro campos protagonistas de la primera temporada del campeonato mallorquín.

Además, el Comité impulsó la creación del primer comité de árbitros, regularizando y dando rigor a su trabajo, hasta entonces desempeñado por voluntarios, jugadores suplentes o incluso espectadores, de manera más o menos improvisada y sin ninguna formación.

Todo esto allanó el camino a la futura Federación Balear, que encontró una trabajo de base realizado durante tres años que le permitió heredar estructura suficiente en Mallorca y Menorca; no así en Ibiza.

Publicaciones deportivas

El crecimiento del deporte de la pelota y el establecimiento del Comité iba parejo a una creciente demanda de contenidos deportivos, así nacieron las primeras publicaciones específicas: el semanario Baleares Deportiva (16 números, entre febrero y mayo de 1923) y el quincenario Sport Balear (entre marzo de 1924 y enero de 1926). Ambos se publicaron en Palma y cubrían básicamente la actividad futbolística de Mallorca, aunque también ofrecían pinceladas del resto de islas, así como de otros deportes. Gran parte de las fotografías mostradas en este artículo provienen precisamente de dichas revistas.

Tanto su nacimiento como su desaparición están claramente condicionados por el papel del Comité Balear. Así, Baleares Deportiva fue sumamente breve; pero coincide con el auge del fútbol isleño, en plena euforia y funcionó a modo de preparativo para la competición venidera. En cuanto a Sport Balear nació con el Comité ya vigente y se mantuvo durante casi dos años; su desaparición a principios de 1926 aconteció en plena escisión del fútbol balear, cuya virulencia debió afectar de lleno a la publicación hasta precipitar su cancelación, atrapada en una vorágine de agrias polémicas, obligadas tomas de partido, boicots a la publicación de protagonistas/lectores y el consiguiente descenso de ventas hasta desaparecer. No aparecería ninguna publicación similar hasta 1931 (Palma Deportiva), cuando las aguas habían vuelto a su cauce y el fútbol balear se encontraba de nuevo en franca progresión.

Epílogo

La transformación en 1926 del Comité Balear en federación independiente no resolvió del todo los males existentes, ya que durante los primeros años de su existencia se volvió a caer en los mismos vicios y errores del pasado. Quedaba claro que la culpa no era de la Federación Catalana, o que al menos la gestión de los federativos catalanes sobre el Comité no era la única causa de los males de la competición balear; al menos, no la principal.

Durante el verano previo al comienzo de la temporada 1927-28 se produjo un nuevo cisma en la neonata Federación, si cabe más virulento que el de la temporada 1925-26, pues 21 de los 29 clubes federados se marcharon para crear el llamado Bloque de Defensa Balear. Esta vez los papeles se invirtieron, pues el Alfonso XIII FC lideró los clubes escindidos, mientras Baleares FC y Constancia FC hacían lo propio con los fieles a la Federación. El conflicto pudo reconducirse esa misma temporada, y en marzo de 1928 el campeonato se reunificó nuevamente.

Pero en agosto de 1929 se produjo otro incidente peor: los equipos menorquines fueron expulsados en bloque de la Federación. En este caso, la situación se mantuvo durante tres temporadas (1929-1932), dejando profundamente malherido al pujante fútbol menorquín, que entró rápidamente en declive.

Estos hechos frenaron en seco la progresión del naciente fútbol balear y estancaron su progresión: de los 32 clubes federados durante las temporadas 1924-25 y 1925-26 descendieron hasta los 10 de la temporada 1929-30, amenazando con un colapso del fútbol territorial. No sería hasta principios de los años 30, ya reintegrados los clubes menorquines en la Federación y superadas las tendencias cainitas en su seno, que el fútbol balear viviría una etapa de esplendor a todos los niveles hasta el estallido de la Guerra Civil.

En suma, los tres años de vigencia del Comité Provincial entre 1923 y 1926 pueden considerarse de pleno derecho como los primeros del fútbol federado balear. Sirvió para poner las bases del futuro ente, cuya competición funcionaba de hecho de manera independiente a la catalana, y allanó el camino a la futura Federación pese a los constantes obstáculos. Su vigencia sirvió para enjugar parte del atraso acumulado respecto a otros territorios y funcionó como ensayo general para sus protagonistas, con frecuencia presos de la torpeza, la inexperiencia y (por qué no) de sus egos desmedidos durante los primeros tiempos.

La Federación Balear fue de facto una continuación del mismo Comité Provincial, sin modificaciones sustanciales, aparte de haber alcanzado plena soberanía jurídica sobre su futuro. Por tanto, a pesar de que no fuera una entidad plenamente soberana, es obligado y necesario empezar oficialmente la historia del fútbol federado balear a partir de la constitución del Comité Provincial, del que se cumplen cien años de su nacimiento el 11 de noviembre.

Acta de Constitución de la Federación Balear de Fútbol, 3 de noviembre de 1926 (Arxiu del Regne de Mallorca)

BIBLIOGRAFÍA

Libros

  • AAVV: Llibre d’Or del Futbol Català. Barcelona: Ediciones Monjoia, 1928.
  • Font Martorell, Gabriel: El Club Deportivo Mallorca: Historia de la institución decana del fútbol mallorquín. 1916-1944. Palma: Impr. Muntaner. Ed. Cosmos, 1944.
  • García Gargallo, Manuel: Campeonatos Regionales de Baleares. Orígenes y desarrollo (1900-1940). Madrid: CIHEFE, 2019.
  • Mercadal Bagur, Deseado: El juego del fútbol de Menorca. Mahón: Ed. Menorca, 1985
  • Trilobites: Año y medio de vida sportiva. Palma: Imprenta J. Tous. 1917.

Publicaciones periódicas

  • La Almudaina (Palma)
  • Baleares Deportiva (Palma)
  • El Correo de Mallorca (Palma)
  • Los Deportes (Barcelona)
  • Diario de Ibiza
  • El Mundo Deportivo (Barcelona)
  • El Pitiuso (Ibiza)
  • Sport Balear (Palma)
  • La Última Hora (Palma)

Archivos

  • Arxiu del Regne de Mallorca

Archivo Ramon Molina de Dios

[1] La Real Sociedad Alfonso XIII Foot-ball —ese fue su nombre original hasta 1931— es al actual Real Club Deportivo Mallorca.

[2] La Vanguardia, 15 de octubre de 1917

[3] Última Hora, 16 de febrero de 1918

[4] Entre 1923 y 1933 adoptó el nombre de Mahón FC

[5] Fundado a partir de la fusión de Seislán Foot-ball Club (1917) y Mahonés Foot-ball Club (1921)

[6] El Baleares Foot-ball —ese fue su nombre hasta 1942— es el actual Club Deportivo Atlético Baleares.

[7] Última Hora, 14 de agosto de 1922

[8] El Día, 27 de diciembre de 1922

[9] El Día, 30 de mayo de 1923

[10] El Día, 18 de julio de 1923

[11] El Día, 27 de octubre de 1923

[12] La Almudaina, 13 de noviembre de 1923

[13] Mundo Deportivo, 16 de julio de 1923

[14] Última Hora, 2 de enero de 1924

[15] Diario de Ibiza, 7 de enero de 1924

[16] El Día, 15 de diciembre de 1923

[17] El Día, 25 de enero de 1924

[18] Campo situado en la actual avda. 31 de diciembre de Palma. Hacia octubre de 1924 estaba en obras y no estaba acabado al empezar el campeonato, pero pudo utilizarse en su tramo final. Cuando entró en crisis el Regional FC fue traspasado a otros clubes (CD Español, Mallorca SC y CS España). En 1932 dejó de funcionar y fue urbanizado.

[19] Campo situado al lado del velódromo homónimo. Inaugurado por el Regional FC el 17 de junio de 1923, fue traspasado a la UPM en septiembre que lo usó en el campeonato regional. Al desaparecer la UPM fue traspasado al Progreso FC a mediados de 1924. Estuvo activo hasta 1926, en que deja de mencionarse. En 1932 se inaugura allí el Canódromo, clausurado en 1999.

[20] Última Hora, 4 de febrero de 1926

[21] El Día, 11 de junio de 1926

[22] La Almudaina, 13 de junio de 1926

[23] Última Hora, 18 de junio de 1926

[24] El Día, 23 de junio de 1926

[25] Federación Balear de Foot-ball. Registro de Asociaciones, caja 1617, expediente 1709. Aprobación por el Gobierno Civil el 17 de agosto de 1926.

[26] Gabriel Font Martorell (1897-1965) fue autor de El Club Deportivo Mallorca: Historia de la institución decana del futbol mallorquín (1944), primer libro de historia de la entidad y fuente documental básica para conocer sus primeros años.




Historias del F. C. Barcelona

El F. C. Barcelona es una de las entidades deportivas europeas con más bibliografía histórica. Ello se traduce, además de en la comprensible repetición de hechos y anécdotas, en cierto afán revisionista más ideológico que histórico, bien patente en publicaciones de los últimos cinco lustros.

Puesto que el corta y pega no es pandemia nacida con la digitalización, aunque a lomos de ella cabalgue con más libertad que nunca, ciertas falsedades siguen repitiéndose hasta la saciedad, sea por desconocimiento de los autores, comodidad o simple seguidismo. Y eso conlleva el riego de hacerlas pasar por verdades teologales. Se sigue citando al suizo Hans Max Gamper, por ejemplo, como fundador de F. C. Barcelona, cuando quien lo alumbró realmente fue Narciso Masferrer. Gamper sin duda fue imprescindible en la consolidación de la entidad, y presidente abnegado en tiempos difíciles hasta el punto de desatender sus negocios, llevándolos virtualmente a la quiebra. En suma, figura histórica por demás decisiva, aunque en realidad se limitara a formalizar, apuntalar y engrandecer el empeño de Masferrer, decidido activista del deporte catalán hoy muy en el olvido. Igualmente para casi todos los historiadores “culés”, Garchitorena, involuntario protagonista de un sonoro “affaire” por alineación indebida cuando los extranjeros no podían participar en campeonatos de Cataluña, sigue siendo argentino. Pues tampoco. Garchitorena, efímero jugador “culé” del periodo heroico y más adelante actor de cine, galán y play-boy fuera de las pantallas en el Hollywood del “Star System”, donde sería conocido como Juan Torena, nació en Filipinas y lo inscribieron como ciudadano estadounidense. Jamás tuvo un pasaporte argentino, seguía siendo súbdito de los Estados Unidos cuando luciera de corto, y como norteamericano ni siquiera tuvo que hacer escala en la isla de Ellis tras cruzar el atlántico en pos del éxito. El doctor en Historia Fernando Arrechea se encargó de documentar fehacientemente ambos casos, sin que los autores barcelonistas parezcan darse por enterados.

Más aristas, sin embargo, ofrecen las recientes revisiones muy en línea con determinados movimientos sociales, una innegable inmersión doctrinaria y la creación de “realidades paralelas”, semejantes a las que antaño se ensayaran desde Euskadi. Revisionismo a menudo tramposo, entre ribetes de forzado victimismo, que a fuerza de repeticiones va calando incluso fuera de Cataluña.

Hace unos años, en un escrito sobre las trágicas consecuencias que la Guerra Civil tuvo en el Constancia de Inca, podía leerse: “El Constancia fue el club más represaliado por el fascismo, después del Barcelona”. El Constancia, entidad deportiva patrocinada por una sociedad obrera de socorros mutuos, hubo de llorar a cuatro de sus futbolistas, ciertamente, tres de ellos hermanos, asesinados por corifeos de la sublevación franquista. Y además se encarceló a un emblemático presidente, ya mayor, mientras otro directivo se veía impelido a improvisar una nueva vida entre apreturas sin cuento. Enorme sangría para una entidad de reducido volumen, agigantada, aunque aquel escrito no lo reflejase, por la pérdida definitiva de 7 socios mientras combatían con el ejército de los sublevados.

El problema de los maximalismos sin matices, es que siempre pueden surgir voces con toda la legitimidad para sentirse tanto o más agraviados. La cántabra Juventud Unión Montañesa perdió a 5 futbolistas en combate; El Deportivo de La Coruña a 6, sumando los de ambos bandos; El Muros Balompié, de Muros de Nalón (Asturias), a 7 futbolistas sólo en el bando franquista; el bilbaíno Athletic Club a 8 jugadores y como mínimo 23 socios, 7 de ellos en combate y los demás asesinados en retaguardia; la Cultural de Durango a otros 5 jugadores, dos de ellos como civiles en retaguardia; el aragonés C. D. Español a 6 mientras combatían entre los sublevados, número que considerando la pequeñez de esa sociedad constituía una hecatombe. Y el Arenas zaragozano a otros tantos. Tampoco salió bien librado el pamplonés Club Atlético Osasuna, con 4 jugadores perdidos mientras combatían en el lado franquista, otro en el republicano, y 4 directivos asesinados por sus ideologías nacionalista, foralista y socialista.

Si llevásemos aquella tragedia hasta el ámbito de las masas sociales, nos quedaríamos sin palabras: la cántabra Unión Juventud Rayo tuvo que llorar a 14 de los suyos. El Santoña a 12, entre ellos 4 mientras combatían y el resto masacrados en el buque-prisión Alfonso Pérez, ante una tapia tras ser extraídos de las cárceles, o mediante ajustes de cuentas en retaguardia. La más modesta aún Deportiva Piloñesa, a 13 hombres. El Arnao, de Avilés, una decena. El Gimnástico Caborana, del municipio asturiano de Aller, a 11, nada menos. El Villacarlos menorquín a 14. La también balear S. S. La Salle a 16. El navarro C. D. Tudelano a 10, además de a sus futbolistas Pedro Olleta y Manuel Jiménez, mientras combatían. El Ónuba F. C. a 31, siendo tan sólo un club de dimensión reducida. El barcelonés C. D. Español lloro la pérdida definitiva de 63 socios no republicanos, mayoritariamente asesinados durante los primeros días de conflagración. Más del 10 % de sus devotos con carné, puesto que entonces los blanquiazules contaban con 600 asociados. El F. C. Barcelona posbélico registró 16 socios “nacionales” perdidos, y nada sabemos sobre el número de víctimas republicanas entre sus asociados, puesto que hasta hoy no parece haberse molestado nadie en investigar la cuantía e identidad de aquellas bajas.

No es cuestión de establecer ránquines, porque una sola defunción ya constituye tragedia inadmisible. Por ello tampoco se antojan atinados los ejercicios victimistas, máxime cuando la aritmética desbarata el empeño.

Viene esto a cuento de una reciente publicación azulgrana (“Barça y Catalunya”, de Salva Torres y Frederic Porta), que sin incurrir en la manifiesta manipulación de otras precedentes, parece sustentar la tesis persecutoria contra F. C. Barcelona por su adscripción republicana, el catalanismo de que con anterioridad a la asonada militar hiciese gala, y el enfebrecido odio hacia todo lo catalán expresado con inusitada contundencia por ciertas voces, fuere durante la guerra o a raíz del parte triunfal fechado en Burgos la primavera de 1939.

En verdad por esas fechas hubo mucho odio, tanto en un lado como en el otro. Odio enfocado hacia Cataluña no sólo por haberse convertido en el último foco de resistencia republicana tras la caída de Levante, sino al anidar en ella el ideario anarquista trufado de anticlericalismo, con más arraigo que en otras geografías.

Varias publicaciones históricas sobre el F. C. Barcelona lamentan la modificación de su emblema tras la Guerra Civil. Ese maquillaje fue mínimo, bien al contrario del experimentado en otras entidades. Sobre el de la Unión Deportiva Levante Gimnástico se incrustó el yugo y las flecas, tal y como aquí se recoge.

Suelen rememorarse a ese efecto algunas frases lapidarias: Víctor Ruiz Albéniz solicitó mediante el correspondiente artículo “un castigo bíblico para purificar la ciudad roja”. El cuñadísimo Serrano Suñer veía en el nacionalismo catalán “una enfermedad”. José Artero, canónigo de la catedral salmantina, llegó más lejos sirviéndose de una homilía en Tarragona, al clamar: “Perros catalanes, no sois dignos del sol que os alumbra”. E incluso el lenguaraz Gonzalo Queipo de Llano, educado en un seminario y a quien Franco apartó finalmente de la esfera pública, harto de sus excesos, se despachó a gusto asegurando: “Haré de Madrid mi capital, de Bilbao una fábrica, de Barcelona un solar”. Obviamente un eructo, antes que consensuada declaración de intenciones, pues la realidad inmediata se encargó de desmentirle. Madrid siguió conservando durante algún tiempo ese aire de poblachón manchego, por emplear la definición de Pío Baroja, mientras la ciudad condal desplegaba un cosmopolitismo inequívocamente europeo. Bilbao se limitó a conservar sus altos hornos y astilleros, a medida que iban echando el cierre las compañías mineras; luego ni eso. Barcelona, en cambio, saldría por demás favorecida con las genuflexiones del régimen dictatorial ante el nuevo amigo americano, convirtiéndose en sede de la primera fábrica de “Coca-Cola” o solar de “SEAT”, decidida apuesta gubernamental por la automoción en una España que dejaba atrás la autarquía. Y por ende, en paralelo, su burguesía obtuvo pingües beneficios mediante subvenciones a la industria textil, contratos públicos o licencias de importación.

Las frases que tan a menudo se airean como justificación de tesis victimistas, en realidad sólo sirvieron para avergonzar, años después, a quienes un día las pronunciaran. Lo mismo que tantas loas de juglares pelotilleros dirigidas al “nuevo Cid Campeador”, a la “Gracia que Dios concede a los pueblos una vez cada mil años”, o al “prodigio intelectual, mano férrea, regalo de la divinidad y guía sublime”. Seguro que Ernesto Giménez Caballero, José Mª Pemán y Gonzalo Torrente Ballester, entre otros muchos, se sonrojaron con el paso del tiempo al releer sus excesos. Igual que los artífices de aseveraciones enarboladas de buena mañana y contradichas al ponerse el sol. Porque el franquismo no cambió arbitrariamente el nombre de la entidad azulgrana, como algunas de sus historias afirman, aunque determinados medios de difusión especularan en 1939 con tal posibilidad. Incluso llegaron a barajarse posibles denominaciones, desechadas de inmediato si es que en verdad se contempló semejante idea en algún despacho. La conversión de Fútbol o “Football” Club, en Club de Fútbol, respondió al mismo decreto que en vano intento de despojar a nuestra lengua de extranjerismos, convirtió a los Racing, Sporting, Athletic o Yatching, en Reales, Atléticos, o clubes a secas, rebautizó al coñac como “jeriñac”, procediendo de Jerez de la Frontera y sus aledaños buena parte de la producción nacional, y en las cartas de muchos restaurantes la ensaladilla rusa se transformó en “ensaladilla zarina”, evitando cualquier remota alusión al paraíso bolchevique.

El escudo barcelonista sí sufrió alguna modificación, sustituyendo las cuatro barras de Cataluña por las dos del emblema de la ciudad condal, asemejando su aspecto hasta cierto punto a la enseña nacional. En todo caso una mutación menos escandalosa que la experimentada por otros entes. Sobre el escudo de la U. D. Levante, club representativo del “Cabanyal” valenciano, barriada popularmente conocida durante la preguerra como “Pequeña Rusia”, se incrustó el yugo y las flechas a manera de exorcismo. Obviamente desaparecieron los clubes que detentaban nombres republicanos, y otros con significación obrerista para seguir compitiendo tuvieron que fusionarse o enhebrar propósitos de enmienda. Incluso se prohibió a los Oriamendi de Baracaldo y Gijón seguir su andadura bajo tales siglas, por más que la contribución carlista fuera decisiva en el aplastamiento militar de la república. Con respecto a la abducción franquista del Barcelona posbélico, o al encumbramiento de militares a su presidencia o directiva, fue tónica general, no ya en el ámbito del balón, sino para todas las instituciones deportivas. El mismísimo primer presidente de la nueva Federación franquista habría de anunciarlo sin ambages: “En adelante ya pueden ir olvidándose los clubes de seguir siendo entidades autónomas, como en el pasado. Permanecerán sujetas a la autoridad y darán buena cuenta de sus acciones”. Pocos, muy pocos clubes españoles, carecieron de algún militar victorioso en sus juntas directivas a partir de 1939 ó 40. Y por supuesto todos los directivos, tanto de sociedades señeras como de tercer y cuarto rango, pasaron por el cedazo policial antes de recibir el pláceme o la consideración de “válidos”. El Barcelona no fue objeto de un peor trato que sus contrincantes, en razón de pretéritos vínculos o molestas significaciones.

Curiosamente cuando se esgrimen frases rotundas dirigidas contra lo catalán en abstracto, o más en concreto contra su nacionalismo, suelen olvidarse otras no menos cargadas de trilita si sus destinatarios fueron otros. El teniente coronel Troncoso, presidente de la Federación Española de Fútbol franquista recién creada en San Sebastián, tuvo, por ejemplo, una postura mucho más comprensiva respecto a los jugadores “culés” enrolados en clubes franceses, que la empleada para los componentes de aquel Euzkadi auspiciado por el lehendakari José Antonio Aguirre y su gobierno, en gira europea y americana: “Son muchachos de antecedentes comprobados y magníficos”, dijo refiriéndose a Domingo Balmanya, Raich, Zábalo y Escolá, añadiendo de inmediato: “Difieren un tanto del caso de los vascos”. El cuarteto azulgrana hubo de pechar con una suspensión federativa próxima a los 13 meses como media, en tanto los primeros componentes del Euzkadi no pudieron regresar a España hasta 1946. Y eso que en setiembre de 1939, “Año de la Victoria”, según rezaba su escrito encabezado con la formalidad prosopopéyica del “Arriba España”, José Iraragorri, Isidro Lángara, Emilín Alonso, Cilaurren y Ángel Zubieta, miembros de aquella expedición, expresaran desde Buenos Aires su deseo de pronto retorno, apelando a los buenos oficios del expresidente santanderino José María Cosío, hombre muy vinculado al Régimen.

Paralelamente, el periodista bilbaíno Jacinto Miquelarena, trasplantado a Madrid cuando ingresase en el diario “ABC”, huésped de la embajada argentina durante la Guerra Civil antes de zarpar hacia Sudamérica en el torpedero Tucumán, falangista desde que se creara ese partido y escritor de altura hasta arrojarse a las vías del metro parisino, sabiéndose irremediablemente enfermo de cáncer, dejó esta crítica al nacionalismo enquistado en el fútbol, sin apuntar precisamente hacia Cataluña: “El fútbol era durante la República una orgía roja de las más pequeñas pasiones regionales, y de las más viles. Lo dije claramente. Casi todo el mundo era separatista -y grosero- frente a un match para el Campeonato de España. El bizcaitarrismo se daba tanto en los graderíos de San Mamés como en la tribuna de Chamartín. En la mayoría de los casos, el madridista era un bizcaitarra de Madrid; es decir, un localista, un retrasado mental frente a los límites nacionales. Yo advertí que el fútbol estaba haciendo política sin saberlo. Fabricaba incomprensiones, fabricaba odios y recelos, y desviaba el camino de la juventud a fuerza de arrebatar su generosidad y canalizarla hacia el clan, hacia la secta, hacia la órbita infinitamente pequeña del club”.

No siempre los improperios o aceradas críticas tuvieron como objetivo Cataluña o el nacionalismo que allí estallara, incluso con tintes de insurrección, durante el quinquenio republicano.

La citada obra, “Barça y Catalunya”, dedica un capítulo en su repaso del periodo 1936-1961, al todavía espinoso tema de la Guerra Civil, en apariencia desde una tesis ya enhebrada anteriormente: Los futbolistas azulgrana combatieron fundamentalmente en favor de la república y las víctimas, tanto mortales como objeto de represalias por los vencedores, superaron de largo a combatientes y victimizados del bando opuesto. Todo ello, conviene aclararlo, desde un planteamiento realista, cuando los autores reconocen que lo normal para cualquier residente en las áreas bajo control republicano era nutrir su ejército; que engrosar las filas franquistas implicaba asumir el enorme riesgo de una deserción, la huida, no menos arriesgada, o luchar contra el miedo ante la suerte que pudiesen correr sus familias en retaguardia, una vez consumada la supuesta traición. A partir de ahí se deslizan algunos errores -¿quién no los comete?-, se hincha el volumen de jugadores “culés” combatientes por la república, pero sobre todo se registran omisiones que, casualidad o no, desvirtuarían un tanto la tesis de partida.

Según esta obra, 35 futbolistas “culés” combatieron en el bando republicano, mientras únicamente 6 empuñaron las armas con los alzados. Cinco habrían sido los fallecidos o asesinados en defensa de la república y 6, o sea uno más, los caídos mientras luchaban a las órdenes de Emilio Mola y Francisco Franco, o recibiendo disparos mortales en razón de su ideología, sin juicio previo ni asomo de simulacro. Cabría determinar, de cualquier modo, qué ha de entenderse por combatiente, y cuántos eran verdaderamente jugadores del F. C. Barcelona en ese momento, circunstancias ni mucho menos baladíes. No todos cuantos vistieran uniforme, ni en Cataluña ni en ninguna otra región, fueron en realidad combatientes. Los hubo, y no pocos entre el gremio del balón, alejados del frente tras exprimir influencias, con su derivada de destinos “cómodos” y la clara intención de extraer réditos a su habilidad con el esférico, tal y como expresara el internacional del Athletic Club Isaac Oceja: “Durante mis tres años como combatiente, primero en un ejército y luego en el otro, no disparé un solo tiro. Por suerte los pasé entreteniendo a la tropa con lo que sabía hacer: jugar al fútbol”. También habría que retirar de esa estadística a quienes únicamente fueron jugadores barcelonistas una vez concluida la sangría fratricida.

Salvador Artigas, “último aviador republicano” aunque las fechas de su salida hacia Francia continúen sin encajar con la realidad bélica.

Pero empecemos con los errores.

Salvador Artigas no pudo ser el último aviador  republicano, como tantas veces se ha repetido. Las fechas de su escapada a Francia (acabaría incorporándose al Girondins de Burdeos más adelante) contradicen su propia afirmación, puesto que los aviones tricolores continuaron volando, aunque poco y en muy reducido número. Ricardo Zamora Martínez no combatió ni en el lado franquista, conforme se indica, ni en el republicano. Pedro Areso sí regresó a España, contradiciendo lo escrito, primero como futbolista y entrenador, y más adelante para recibir homenajes en Sevilla y Bilbao. Paco Mateo nunca tuvo una ficha del F. C. Barcelona emitida por la Federación Española, y aunque se alineó en algún partido fue extraoficialmente, lo que en puridad no lo convierte en jugador “culé”. También Di Stefano y Puskas disputaron amistosos con la camiseta azulgrana, sin pertenecer por ello a su plantilla. Ricardo Zamora incluso defendió los marcos del Melilla y al menos otra docena de equipos en bolos festivos, sin que ello lo convierta en estrella melillense, mito alicantino, del Algeciras o incluso de una formación gibraltareña. Lo mismo cabe decir de Francisco Suriol Solé, que si bien se alineara con el Barcelona en dos partidos amistosos, lo hizo sin ficha. Y de Ángel Ponz, hombre del vecino Español, alineado sin ficha en un amistoso del Barcelona, o el canario Francisco Ceballos, con quien se apalabró su incorporación para el ejercicio 1936-37, que la conflagración bélica hizo imposible. Este infortunado portero nunca llegó a jugar un partido con el Barcelona, ni se le extendió ficha federativa, puesto que tuvieron que amputarle una pierna cuando cayese herido en el cinturón norteño. Manuel Suárez de Begoña, en fin, sí jugó un par de partidos con el Barça, aunque cabría considerarlo más jugador del Athletic Club, Arenas de Guecho, At Madrid, Betis Balompié o Hércules alicantino, por lo que estas entidades representaron en su carrera. Era entrenador del Hércules, al que había ascendido a nuestra máxima categoría, cuando apareció su cadáver en una cuneta de Aguas de Busot poco después del pronunciamiento militar. Este buen nadador y pelotari, además de excelente delantero, pues no en vano llegó a ser convocado con la selección nacional, tenía amigos falangistas y departió con ellos en público. Pero hasta hoy no parece haber surgido ningún documento que lo vincule al partido que liderase José Antonio Primo de Rivera. Para la Historia no sirve como argumento sólido el “dime con quién andas y te diré quién eres”.

Aun a riesgo de narrar lo ya sabido, convendrá pespuntear algunas biografías, en aras de la claridad.

Pedro Areso confió a pies juntillas en el decreto garantista para cuantos, sin fechorías pendientes, retornasen desde el exilio. Y sufrió una profunda decepción. Había recorrido Europa, México, Argentina, Chile y Cuba con el Euzkadi, equipo pregonero de la causa republicana desde el que, además, salieron loas bolcheviques por boca de su relaciones públicas, Manuel de la Sota, en el periódico “Izvestia” (18 de agosto de 1937), como broche a su andadura por la URSS: “No podemos despedirnos con un simple apretón de manos, os enviamos un abrazo a todos vosotros, nuestros queridos hermanos y camaradas. ¡Viva Stalin, genio de la Humanidad!”. Una frase que iba a pender como espada de Damocles sobre las cabezas de cuantos compusieran aquella expedición.

Aunque Salva Torres y Frederic Porta crean otra cosa, Pedro Areso, en la imagen, sí regresó a la España franquista. Lució pantalón corto en Cantabria y continuó en el banquillo burgalés la andadura que como entrenador iniciase en Venezuela

Había formado parte del ejército gudari, sin combatir realmente. Primero fue a Orduña, con el Batallón Amaiur, como escribiente en la secretaría de Joseba Rezola. Y a continuación a San Mamés, para jugar gratis junto a Paco Bienzobas, Bata, Unamuno, Arqueta, Isaac Oceja, Eguía y hasta Ignacio Aguirrezabala “Chirri II”, que desde el sur francés, donde se había refugiado, regresaba a Bilbao en cuanto se lo solicitaban. Esos partidos, con fines recaudatorios para Acción Nacionalista Vasca, solían contar con la inestimable ayuda de José Mandalúniz Ealo, como reclutador, por más que fuese Ignacio Gracia, consejero de Asistencia Social en el gobierno de José Antonio Aguirre, quien moviese los hilos entre bastidores. Y por fin el vuelo desde Sondica hasta Biarritz con el Euzkadi, los tumbos por Europa, las apreturas económicas, el eco de las muy aceradas críticas provenientes del bando “nacional”, la incertidumbre ante el porvenir, la llegada a América… Y allí más obstáculos. La prohibición de competir contra cualquier club argentino. Acto seguido, cuando velando por su futuro ya entrenaba con la plantilla del River Plate, aquel telegrama del gobierno vasco desde su cómodo exilio en París, conminándole a reingresar en el Euzkadi. El silencio de sus hasta entonces compañeros, tras solicitarles dinero para el pasaje. El cansancio de River ante sus dudas, traducido en carpetazo a la oferta que le girase. La luz, con el repentino interés del Racing bonaerense…

Desde Argentina pasó a Venezuela, como jugador-entrenador del Vasco caraqueño. Y al cabo la vuelta a otra España muy distinta a la que abandonase, no para lucir de azulgrana, siendo el Barça titular de sus derechos federativos, sino incorporándose al Santander, con cesión incluida al Deportivo Tanagra mientras recuperaba el tono, y luego de que los “culés” declinasen hacer un hueco a quien ya sumaba 36 primaveras larguitas. En Santander, también, volvería a ejercer como entrenador, desde donde fue requerido para dirigir a la Gimnástica Burgalesa, justo durante el último ejercicio donde iba a lucir ese nombre (1947-48). Vistos los resultados, un tremendo error, pues ni en sus peores sueños imaginaba podrían complicarle tanto la existencia.

Burgos, con gran presencia militar en sus instituciones, seguía prendida a la luenga sombra del 18 de julio. Un día el general Yagüe lo citó en su despacho para reprocharle su ideología nacionalista, señalándole la puerta de salida del club. En realidad llovía sobre mojado porque, apenas hubo puesto un pie en Madrid, cuando con ayuda de Cesáreo Galíndez y Juan Touzón fuese sometido a prueba por el Atlético Aviación en Albacete, dos mandos del cuerpo aéreo “sugirieron” debía ser vetado, porque alguien como él no era digno de representar al glorioso Cuerpo de Aviación. Otro acercamiento posterior al Gijón concluyó de igual modo. El magnánimo decreto le permitía venir a España con pasaporte emitido en la embajada argentina, pero aparentemente sólo para recibir inequívocas muestras de rechazo. Así que partió hacia Portugal, desde donde regresaría a Sudamérica, dejando huella como entrenador en distintos países antes de hundir raíces en Argentina, desde donde volvió a cruzar el Atlántico al menos en dos ocasiones: la primera invitado por el Real Betis Balompié, al cumplirse el cincuentenario de su único triunfo liguero, y la segunda al conmemorarse la salida del Euzkadi, en su gira propagandística, desde una villa bilbaína ya cercada. En ambos casos compartió emociones con su compañero de zaga Serafín Aedo.

Ricardo Zamora Martínez, colaborador habitual del muy católico diario “Ya”, se hallaba en Madrid cuando llegaron noticias del pronunciamiento militar en África. Y de inmediato pensó que, por una vez, su notoriedad iba a volvérsele en contra. Tras permanecer escondido algún tiempo, lograría refugiarse en la embajada de Argentina hasta su traslado a Alicante, desde donde zarpó hacia Marsella junto a un amplio colectivo de amenazados como él. Gracias al testimonio de aquellos compañeros coyunturales, consta su zozobra, el temor que lo embargada y sus vanos esfuerzos por modificar la fisonomía. Se dejó crecer la barba con el propósito de no ser reconocido, aunque un día cierto miliciano le gritó desde el exterior, mientras vigilaba la representación argentina: “¡Zamora, esa barba no te favorece nada!”.

Ya en Francia fichó por el Olympique de Niza, volviendo a ser compañero de José Samitier. Defendió aquella portería tras haber anunciado su retirada cuando concluyera el Campeonato 1935-36, y entrenó a la plantilla. Con la guerra ya inevitablemente decantada regresó a la franja española bajo control franquista sin que sus problemas ni mucho menos hubieran acabado. Unos lejanos vivas a la república entre sopores espirituosos de un banquete, cuando nada hacía pensar la conflagración civil, unidos a declaraciones realizadas en Francia negando ser fascista, lo convirtieron en individuo a depurar, recetándosele doce meses de descalificación tras interponer un recurso con reducción de la pena inicialmente impuesta. Zamora, para entonces, había sido designado entrenador del nuevo Atlético Aviación, desde donde iba a celebrar los dos primeros títulos de Liga posbélicos. Aunque un escrito del diario “Arriba”, denunciando la tolerancia de que era objeto ante el flagrante incumplimiento de su pena, volvió a ponerlo ante otra encrucijada.

En abril de 1940, la Comisión Depuradora inquirió si “el entrenador D. Ricardo Zamora cumple rigurosamente la sanción impuesta”, punto sobre el que volvería a incidir los días 7 y 17 de mayo.

Y si Zamora, prisionero en el Madrid republicano, cuya vida pendió de un hilo hasta que lograse zarpar hacia Marsella, era personaje dudoso, poco bueno podían esperar jugadores más anónimos, o con bien documentada conducta republicana. En su caso, quienes clamaban dureza lo veían incurso en el apartado “N” del Artículo 4º correspondiente a la Ley de Responsabilidades Políticas, promulgada el 9 de febrero de 1939: “Haber salido de la zona roja después del Movimiento y permanecido en el extranjero más de dos meses, retrasando indebidamente su entrada en el territorio nacional, salvo que concurriese alguna de las causas de justificación expresadas en el apartado anterior”.

El documento adjunto, remitido por el Comité Olímpico Español en junio de 1940 al arma de Aviación, resulta harto explícito.

Evidencia que tanto el Delegado Nacional de Deportes, como la Federación de Fútbol y el propio club Atlético Aviación, entonces pura dependencia del Ejército del Aire, no sabían a qué carta quedarse, y menos aún cómo solventar la papeleta. El Comité Olímpico actuaba “arrastrado” por la publicación del diario “Arriba”, antes que de buena gana. Desde el ente federativo se daban largas cambiadas y el Atlético Aviación fingía un cumplimiento de la sanción más cosmético que real. Zamora entrenaba durante la semana, a puerta cerrada, y los días de partido “oficiaba” de entrenador un sustituto. Resulta palmario que los más intransigentes pretendían servirse de su notoriedad para sentar un precedente insalvable. Si no se tenían contemplaciones con el “Divino”, con alguien capaz de movilizar a tirios y troyanos en su defensa mientras corriera gran peligro, si ni aquel por quien se abogó ante el mismísimo Jules Rimet, artífice de los Juegos Olímpicos modernos y presidente de la FIFA, recibía especiales contemplaciones, todo el país entendería que nadie iba a eludir el peso de las durísimas leyes recién aprobadas.

Y la verdad es que se lo pusieron difícil. Llegó a ingresar en la cárcel de Porlier, aunque por breves días (mayo de 1940). Pero su incapacitación para dirigir al Atlético Aviación, como incipiente entrenador, resultó más larga: desde finales de mayo hasta el 4 de diciembre de 1940, periodo en que sería sustituido al frente del cuadro “colchonero” por Ramón Lafuente. El aviso a navegantes estaba cursado y la caza de brujas no había hecho sino tomar cuerpo definitivo, puesto que desde hacía unos meses la prensa más visceral, o la más combativa, se empeñaba en señalar con su dedo a cuantos no pudieran justificar una lealtad inquebrantable al naciente régimen.

No fue el único hombre de arraigada ideología conservadora y afín a los alzados, que iba a purgar por el articulado de la Ley de Responsabilidades Políticas. Ni siquiera el único del F. C. Barcelona, cuestión ésta habitualmente “olvidada” en las historias escritas con tinta azulgrana durante el último cuarto de siglo.

Suelen recordar a José Raich como jugador del Séte junto a Escolá y Balmanya, represaliado precisamente por esa escapada a territorio galo, aunque rara vez se profundiza en sus antecedentes derechistas, ni sobre la persecución sufrida por sus padres en zona republicana. Y sí, pese a los muchos avales que presentara se le impusieron 18 meses de suspensión federativa, aplicándosele tan sólo una atenuante, en vez de la eximente completa solicitada, cuando pocos estaban en condiciones de lucir mejores credenciales. Era hombre de Acción Católica, educado en el seno de una familia muy religiosa, con acrisolada ideología derechista. Su traslado a Francia, donde habría de proclamarse campeón de Liga la temporada 1938-39, tuvo lugar ante la convicción de que con toda probabilidad le hubieran segado la vida en Cataluña. En suma, otra víctima de la notoriedad asociada al fútbol.

Con respecto a Francisco Mateo Vilches (Algeciras 16-V-1916), hermano mayor del internacional sevillista de posguerra Andrés Mateo, debe constar que destacó mucho en el fútbol galo, donde recibió consideración de estrella. Tras forjarse en el Algeciras desde 1933, compitió durante la temporada 1935-36 con el At Tetuán, estuvo algún tiempo en Valencia, alineándose con el Levante ya en periodo bélico, y en marzo de 1938 reforzó al F. C. Barcelona de la Liga Catalana. Cualesquiera que fuesen sus razones para cambiar de bando, desde el Norte de África alcanzó la cuenca mediterránea enrolado como fogonero en un buque mercante, constituyendo sus días en Cataluña tan sólo un paréntesis para tomar impulso en la huida. Su posterior periplo francés arroja dudas hasta 1944, y mucha luz después: Girondins de Burdeos 1944-45, Strasbourg 1945-50 y Racing de París 1950-51, donde jugó muy poco por culpa de una lesión en la espalda, como ya ocurriese a lo largo de sus dos últimas campañas en el club alsaciano. Medio volante e interior con tanto empuje como calidad, a la par que ilustre desconocido para los aficionados españoles, su nombre solía ser destacado en la publicidad de los partidos al otro lado de los Pirineos, por constituir buen reclamo. Y desde luego no consta su contribución bélica de choque como soldado republicano.

Sorprenden también algunas omisiones, máxime al engrosar la lista de “culés” republicanos con futbolistas que, como mínimo, merecen el calificativo de dudosos. Una de las lagunas tiene como protagonista a Gerardo Bilbao Bilbao, nacido junto al río Nervión, en el anexionado barrio bilbaíno de Deusto, el 9 de febrero de 1907.

Interior con olfato de gol y medio volante a medida que fue cumpliendo años, hizo su presentación entre los grandes ante el Real Madrid (enero de 1930), en partido de la 9ª jornada liguera correspondiente al torneo 1929-30. Atrás quedaba su aprendizaje en el Rivera Sport, casi dos años en el Racing de Ferrol, un breve paso por el Cartagena y, por delante, luego de casi tres temporadas en el Arenas Club de Guecho, cuatro ejercicios completos luciendo la camiseta rojiblanca del Athletic Club, con cuyo primer elenco habría de debutar el 30 de octubre de 1932, derrotando en Mendizorroza al Deportivo Alavés por un apretado 1-2. Y también, claro, la Guerra Civil y sus funestas consecuencias.

Tan pronto hubo caído Bilbao en poder franquista huyó a Cataluña, alineándose en algunos partidos con el F. C. Barcelona. Un club azulgrana sembrado de ausencias, incautado, y en fase de apresurada reconstrucción, luego de que sus anteriores estrellas hubiesen aprovechado la gira americana para asentarse en México, o la escala francesa, ya de retorno, para enrolarse en clubes galos. En lo puramente personal aprovechó ese periodo proclamándose vencedor en el Campeonato de Cataluña, llegando a disputar, incluso, un partido con cierta “selección de Cataluña” (julio de 1938), ante una formación de Carabineros. Entre éstos se alinearon Gamborena y Venys, y con la selección catalana Zamora, del Avenç (nada que ver con “El Divino”); Montero, Abad, Lloret, Grec y Judice, del Sants; Domenech y Canals del Europa; Martínez, del Español, y Castro del Barcelona. “Selección” de ínfimo rango, confeccionada a base de retales. Mucho tiempo después, cuando con subvenciones públicas algunos chiringuitos se dedicaron a confeccionar listados de internacionales catalanes, habrían de convertirle en “internacional” con la selección de Cataluña merced a esa única y coyuntural comparecencia. “Internacional” catalán quien naciese en Vizcaya, nunca compitió oficialmente en territorio catalán, y se midiera una tarde, en choque puramente recaudatorio con finalidad bélica, a un grupo de teóricos carabineros. La política tejiendo sus hilos hasta enmarañar el perfecto discurrir del balón.

Concluida la guerra, un breve paso por Bilbao y salida hacia México, desde donde habría de recalar en Venezuela. Allí le aguardaba una nueva carrera futbolística, con 10 años distribuidos entre el Deportivo Venezuela (3 temporadas), Loyola (4, en dos etapas distintas) y Vasco (3 consecutivas). Paralelamente en Caracas, todavía soltero y acompañado por una hermana, se colocó de administrativo en una compañía mercantil, mientras mataba el gusanillo de la pelota disputando partidillos hasta acercarse a la cincuentena. Falleció en la capital venezolana el 21 de junio de 1982, con 75 años.

“Barça y Catalunya” recoge la peripecia vital de Carlos Comamala, futbolista azulgrana durante los años 10 del siglo XX, cuando apresado por sus ideas derechistas lo reconoció un miliciano y en atención a sus días de gloria deportiva se las arregló para ponerlo en libertad. Magnífico, pero se esconde al lector otro hecho de muy similar naturaleza, donde quien hizo gala de buen corazón fue un mando intermedio franquista. Y parece raro que a lo largo de la investigación no se tropezara con este hecho, máxime cuando se dedica un breve espacio al retrato de personaje tan significado para el barcelonismo, como lo fue Ángel Mur.

Ángel Mur Sr. Barcelonista de corazón y personaje muy popular, hasta el punto de protagonizar una campaña publicitaria para el “Linimento Sloan”.

Ángel Mur Navarro, atleta de fondo y campo a través, cinco veces campeón de España en 3.000 metros obstáculos y masajista del Barça en aquella gira americana mientras las bombas asolaban la piel de toro, se hizo durante la misma con el cariño del elenco. Y luego sería correspondido cuando, concluida la guerra, tuvo problemas en Francia, desde donde pretendía embarcar hacia México. Militante de un sindicato radical, en su día supo se avecinaba la incautación del F. C. Barcelona y puesto en la disyuntiva de elegir entre política y devoción deportiva, ganó ésta. Su aviso sirvió para que los incautadores sólo encontrasen telarañas; ni dinero en las arcas, ni libros registrales ni el prontuario de socios. Posteriormente Raich, Escolá y Balmanya, los tres compitiendo en el Séte galo tan pronto regresaran de la gira americana, teniendo noticias sobre sus dificultades le hicieron llegar ropa y dinero para garantizarle el regreso a la zona “nacional”. Tal y como le pintaba allende los Pirineos, el retorno tampoco se antojaba una mala alternativa. Así que cruzó a España por Pont Vandrés y en Figueras, cuando lo conducían a la plaza de toros convertida en campo de prisioneros provisional, se lo encontró el capitán Colomé, un gerundense también atleta, contra quien había competido. El diálogo fue breve: “Vaya, ¿Qué haces aquí?”. “Pues ya ves; las cosas en Francia estaban muy mal”. Ese hombre le tomó del brazo, sacándolo de la fila para rellenarle un salvoconducto. Y mientras se estrechaban calurosamente las manos, dijo: “Compórtate con discreción y mucha suerte, porque esto es todo cuanto puedo hacer por ti”.

Resultó suficiente, porque con toda probabilidad a partir de su ingreso en el campo de clasificación habría salido a la luz su antigua sindicación, y con ella el subsiguiente purgatorio en cárceles sobresaturadas o algún batallón de trabajadores forzados. Conforme él mismo narrase, volvió a sonreírle la suerte cuando hubo de comparecer judicialmente, al contar con avales de otros atletas, como Manuel Torres o el valenciano Justo Borrás, del C. D. Español, camuflado durante la guerra como cenetista, aunque en realidad fuese miembro de Falange: “El suyo fue uno de mis mejores avales”, rememoró ante Julián García Candau, ya retirado y con un brillo de gratitud nublándole la mirada.

También el Barcelona supo agradecerle tan trascendental aviso en cuanto se reanudaron las competiciones, convirtiéndolo en masajista hasta que, avanzados los años 70, legara esa función a su propio hijo, Ángel Mur Ferrer, poco antes futbolista en el Rosas, Barcelona Aficionado, Condal, Real Gijón y San Andrés de Barcelona. Ambos, además, fueron masajistas de cabecera en la selección nacional.

Aunque esta obra recuerde el elevado número de jugadores azulgrana en la plantilla prebélica que habría de aprovechar la gira mexicana para establecerse en tierra azteca,  y otro tanto a quienes, ya de regreso emplearan la escala en Francia para evitar las trincheras, enrolándose en el fútbol galo, se pasa de largo sobre la parca vocación republicana de varios, pese a figurar en el listado de combatientes gubernamentales. Pero aun con todo, sin podas, la contribución bélica azulgrana al bando republicano exige ser contemplada con muchos matices. Dieciocho futbolistas del vecino C. D. Español en la temporada 1935-36 nutrieron los frentes gubernamentales, el mismo número aportado por el Gerona C. F., siguiendo en la lista los 13 del Sabadell, por cuanto respecta a clubes grandes. Y es que entre entidades menores hubo plantillas movilizadas casi al completo. De los 12 combatientes republicanos con respecto a la plantilla “culé” del Campeonato 35-36, varios lo hicieron desde destinos en retaguardia y sólo hasta el verano de 1937.

Finalmente, con respecto al elenco de combatientes republicanos en el listado de futbolistas azulgrana, 9, nada menos, sólo se enfundaron esa camiseta después de acabada la Guerra Civil, por lo que deberían haber quedado fuera del recuento, o si acaso recogidos en otro registro bajo el epígrafe de “Combatientes republicanos fichados por el Barcelona tras la Guerra Civil”.

El extremo izquierdo aragonés José Valle perteneció a la entidad entre 1939 y 1948. Gonzalvo I únicamente la temporada 45-46, luego de haber pasado por las plantillas del Sabadell y C. D. Español. Manuel Rosalench fue “culé” desde 1939 hasta 1944. También llegaron al Barça en 1939 Jaime Sospedra, procedente del Sabadell, Luis Miró, con pasado en el Sans y el Murcia, y el madrileño Juan Rocasolano, cuando fue preciso sustituir a los exiliados en México, a los competidores en Francia desde que concluyese la gira americana, o a los suspendidos federativamente por ausentarse de España durante más de dos meses en plena conflagración. El mulato Francisco Betancourt sólo llegó al Barcelona posbélico en 1942, después de ejercitarse en el Gracia, Gerona y Badalona. El durangués Luis Zabala lo hizo en 1940. Y Emilio García Martínez, el gran “Emilín”, como Herrerita únicamente fue azulgrana durante la campaña 1939-40 y en condición de cedido desde el Oviedo, ante el año de moratoria concedido a los asturianos para reconstruir su estadio, literalmente arrasado. Los también ovetenses Soladrero y Antón reforzaron al Zaragoza  durante ese mismo torneo y por idéntica razón.

Se puede adulterar la Historia sin mentir del todo, tan sólo escondiendo partes de la verdad, aunque ello nos convierta en paladines del autoengaño. Por esa misma razón los trazos de aguafuerte en crudo blanco y negro, sin tonos sepias, malvas o grises al acercarnos a lo acontecido tanto tiempo atrás, carecen de sentido cuando la Guerra Civil, por fortuna, aportó matices y no pocas muestras de bondad. Además de cerrazón sin límites, revanchismo y barbarie, hubo gentes ofreciendo amparo, abrigo, consuelo y esperanza a compañeros de trabajo, vecinos o conocidos de ideologías contrarias. Alcaldes de izquierdas cobijando en sus domicilios al cura del pueblo. Funcionarios traspapelando intencionadamente sentencias de ejecución. Falangistas, conservadores abrazados al franquismo e incluso presbíteros o frailes, avalando judicialmente a republicanos confesos. Y manos tendidas cuando no pocos derrotados hubieron cumplido condena en penales o campos de trabajo virtualmente esclavistas, teniendo ante sí el difícil reto de improvisar desde la nada una nueva existencia.

La objetividad es viga maestra del relato histórico ponderado y fidedigno. Razón suficiente para que mientras unos confunden olvido con reconciliación y otros transforman la memoria en venganza, alguien convierta a personajes ejemplares como “El Ángel Rojo” en materia de estudio para colegios e institutos. Tal vez así desterrásemos tanto gusto por el tremendismo y los aguafuertes, o se escribiera menos desde postulados ideológicos, cualesquiera que éstos sean.

Melchor Rodríguez García, anarquista de corazón y ante todo hombre de elevados principios, sería conocido con sobrados motivos como “El Ángel Rojo”. Por los alrededores de su Sevilla natal quiso hacerse un hueco en el mundillo de la tauromaquia, sin atisbar el triunfo ni de lejos. Así que le tocó doblar el lomo. Calderero de oficio y líder de la CNT, era Delegado de Prisiones el 10 de noviembre en el Madrid republicano, cuatro días después de iniciarse las fatídicas “sacas” rumbo a la matanza de Paracuellos. Si Santiago Carrillo, con un cargo de mucho más relumbrón que el suyo nunca tuvo constancia de aquellas ejecuciones salvajes, a tenor de lo que tantas veces manifestara, este hombre sí lo supo. Y actuó a pecho descubierto. Armado con una pistola sin balas, paró a una columna de camiones en la que otros milicianos de la CNT conducían hacia la muerte a cerca de cien desdichados. Sin balas, sí, porque siempre sostuvo un criterio inquebrantable: “Se puede dar la vida por los ideales; pero nunca matar a nadie por ellos”. Destituido el día 14, a raíz de que su actuación llegase a instancias más altas, y repuesto algunas jornadas después, nada pudo contra la monumental masacre, aunque sí tomó medidas para impedir otras. Mientras fue Director de Prisiones impidió la salida de nadie sin sentencia judicial y un documento con su propia firma. También abortó el asalto a la cárcel de Alcalá, acaecido el 8 de diciembre de 1936, estimándose en algo más de un millar las vidas salvadas poniendo en grave riesgo la suya.

Concluida la guerra fue sometido a juicio, contando con infinidad de avales de significados franquistas, e incluso con el testimonio en su favor de Agustín Muñoz Grandes, laureado militar del bando victorioso, primer mando de la División Azul desde el verano de 1941 y con posterioridad ministro del Ejército (1951-1957), Jefe del Estado Mayor (1958-1970) y vicepresidente del Gobierno (1962-1967). Según se aireara en aquella vista, entre los hombres a quienes evitó un fin fatal figuraban el cuñadísimo Ramón Serrano Suñer, Rafael Sánchez Mazas, periodista, buen escritor, ministro sin cartera en 1939 y 1940, Procurador en Cortes desde 1943 hasta 1966 y miembro fundador de Falange Española, atribuyéndosele la consigna de “¡Arriba España!”; el militar monárquico Valentín Galarza Morante, Cruz del Mérito Naval, ministro de la Gobernación en 1941 y 1942 y Procurador en Cortes desde 1943 hasta 1946; el doctor Gómez Ulla, jefe de la Sanidad Militar desde 1941, así como presidente de la Organización Médica Colegial hasta su fallecimiento en noviembre de 1945; los hermanos Rafael, Daniel y Ramón Luca de Tena y Lazo, miembros de la aristocracia; Raimundo Fernández Cuesta, abogado unido por razones de amistad personal con José Antonio Primo de Rivera, ministro de Agricultura desde enero de 1938, en plena Guerra Civil, hasta agosto de 1939, presidente del Consejo de Estado en 1945, ministro de Justicia entre 1945 y 1951, o Procurador en Cortes desde 1943 hasta 1977, amén de secretario general de Falange con rango ministerial entre los años 1948 y 1956…

Cuando falleciera “El Ángel” Melchor Rodríguez en 1972, a los 79 años, su entierro reunió a viejos cenetistas, falangistas de otrora y adeptos al Régimen. Francisco Franco aún vivía y pese a todo se cantó “A las barricadas”, himno revolucionario proscrito, sin un mal gesto de nadie, reproches ni miradas esquivas. Allí sólo hubo respeto y un hondo agradecimiento.

Mucho después, en diciembre de 2009, el barrio hispalense de Triana dio cobijo a un mosaico de azulejos con su retrato y la siguiente inscripción: “Arriesgó su vida por salvar las de cientos de adversarios políticos durante la Guerra Civil. El barrio de Triana lo recuerda con orgullo”.

Que figuras como “El Ángel Rojo” y otros hombres y mujeres sin aristas al no haberse dejado arrastrar por credos ni cortapisas, sean objeto de un doloroso olvido histórico, evidencia que algo se hizo mal durante la transición democrática y hoy, transcurrido casi medio siglo, vivamos enfangados en una ciénaga doctrinaria, entre cuentecillos, verdades a medias y formulaciones edulcoradas para su mejor ingestión sectaria. Si durante aquella guerra todos fueron culpables en mayor o menor medida, da la impresión de que tanto tiempo después tampoco hemos aprendido mucho.




La segunda delantera eléctrica del Oviedo FC.

Este mes traemos a la revista de Cuadernos a una de las grandes delanteras de la historia del fútbol español que alcanzó enorme fama en su momento y que con el paso de los años ha pasado a ser recordada como mítica en el panorama futbolístico. Estamos hablando de la segunda delantera eléctrica que se reunió en el Oviedo FC. en las temporadas comprendidas entre 1934 y 1936. En este caso, y como sucesores de la primitiva “eléctrica”, veremos la trascendencia que tuvieron en la trayectoria de su equipo el quinteto formado por Casuco, Gallart, Lángara, Herrerita y Emilín.

Como en ocasiones precedentes se ha indicado, no es objetivo de este artículo glosar de manera extensa los méritos de cada uno de sus jugadores ya que este aspecto ha sido desarrollado en innumerables ocasiones por historiadores del fútbol internacional, sino ofrecer unas breves pinceladas del historial de sus integrantes, así como elaborar un estudio sobre la participación conjunta de los cinco delanteros en las temporadas que coincidieron en el equipo ovetense.

Julio Fernández Martínez “Casuco” (Avilés13 de octubre de 1910, fallecido durante la Guerra Civil en la batalla del Ebro), comenzó a jugar en el equipo de su ciudad, el Real Stadium Avilesino en la temporada 1929-30 hasta que en 1932 fichó por el Oviedo que por aquellos años estaba en Segunda División. También formó parte de la primera delantera eléctrica junto con Gallart, Lángara, Galé e Inciarte, a la que nos referiremos en un futuro artículo. Fue convocado con la selección española para el encuentro amistoso ante Portugal el 5 de mayo de 1935, aunque no llegó a debutar. Lamentablemente, falleció en la batalla del Ebro en 1938.

Ricardo Gallart Selma (Barcelona22 de enero de 1908, fallecido en la ciudad condal el 6 de noviembre de 1993). Se inició en el juvenil del España de Barcelona, para jugar posteriormente en varios equipos de Barcelona hasta que fichó por el RCD Español. Debutó en Primera División en el primer campeonato de liga en 1928, incorporándose al Oviedo a mediados de la siguiente temporada. Gallart marcó al FC Barcelona el 5 de noviembre de 1933 el primer gol del Oviedo en Primera. Más tarde, en la temporada 1939-40, al estar el campo de Buenavista inutilizado por la Guerra Civil, junto con su compañero Calichi, fueron cedidos al Racing de Ferrol. Después regresó al Oviedo, en el que permaneció hasta 1943. No llegó a ser internacional, si bien fue convocado para el encuentro de España ante Yugoslavia del 24 de abril de 1932 con motivo de la inauguración del estadio de Buenavista, en el que debutó su compañero Lángara.

Emilio García Martínez, “Emilín” (San Román de CandamoAsturias12 de octubre de 1912, fallecido en Oviedo el 30 de marzo de 1977). Se incorporó al Oviedo en 1928 aunque no alcanzó la plena titularidad hasta la temporada 1933-34. Tras la Guerra Civil, junto con Herrerita fue cedido al F. C. Barcelona.

Volvió al Oviedo en la liga 1940-41, formando con sus compañeros AntónGoyínEchevarría y Herrerita la que fue bautizada como Tercera Delantera Eléctrica. Dejó el equipo asturiano al finalizar la temporada 1948-49, terminando su días futbolísticos en el Real Gijón en la  1950-51.

Eduardo Herrera Bueno “Herrerita” (Gijón5 de julio de 1914, fallecido en Oviedo el 15 de agosto de 1991). Comenzó muy joven a jugar en el Sporting de Gijón. En 1933 el presidente Carlos Tartiere lo contrató para el Oviedo,  debutando el 5 de noviembre en el primer partido de liga que enfrentó a los locales contra el FC. Barcelona con victoria ovetense por 7-3. Se retiró en el Sporting de Gijón cuando finalizó la temporada 1950-51.

Fue internacional en seis ocasiones con la selección española. Jugó su primer partido con 19 años en un enfrentamiento contra Portugal disputado en Lisboa el 18 de marzo de 1934 valedero para la clasificación del Mundial de Italia de aquel año. Su última participación como internacional tuvo lugar contra Irlanda en el estadio de Daymont Park.

Isidro Lángara Galarraga (PasajesGuipúzcoa, 25 de mayo de 1912, fallecido en Andoáin, Guipúzcoa, el 21 de agosto de 1992) fue uno de los máximos goleadores de la historia del fútbol.

A nivel de clubes jugó en varios equipos: Real OviedoSan Lorenzo de Almagro, de Argentina y en el Real Club España de México, siendo máximo goleador en tres campeonatos de Primera División distintos (tres Pichichis en España, una vez en Argentina y en dos ocasiones en México).

Debutó con el Oviedo el 7 de diciembre de 1930 en la primera jornada de Segunda División frente al Athletic de Madrid. Jugó en doce ocasiones con la Selección, estrenándose ante Yugoslavia el 24 de abril de 1932 siendo jugador ovetense, que por entonces estaba en Segunda División, despidiéndose en Berna contra Suiza el 3 de mayo de 1936. Participó en el Mundial de Italia de 1934, disputando dos partidos, el primero ante Brasil en el que anotó dos goles (victoria de España 3-1); en su segundo encuentro ante Italia se lesionó y no pudo jugar el siguiente de nuevo contra los anfitriones, en el desempate que supuso la eliminación de nuestro equipo al perder por 1-0 con gol de Meazza.

TEMPORADA 1933-34

Campeonato Regional de Asturias.

Compitieron cinco equipos: Oviedo FC., Sporting de Gijón, Stadium Avilesino, Unión Sportiva Ovetense y Club Gijón, proclamándose campeón el Oviedo FC. con seis partidos ganados, dos empatados y ninguno perdido, clasificándose  para la Copa de España los dos primeros, Oviedo FC y Sporting de Gijón.

De las 8 jornadas que componían el calendario, los cinco jugadores coincidieron en 6 de ellas.

Jornada Fecha Resultado
1 03/09/1933 Oviedo FC 10 Club Gijón 0
4 24/09/1933 Oviedo FC 2 Sp. Gijón 2
5 01/10/1933 Stadium Avilesino 1 Oviedo FC 1
6 08/10/1933 Club Gijón 1 Oviedo FC 8
8 15/10/1933 Oviedo FC 5 Sportiva Ovetense 0
9 22/10/1933 Sp. Gijón 2 Oviedo FC 8

Campeonato de Liga.

El Oviedo FC, que había ascendido a la Primera División (decimocuarto equipo en figurar en la clasificación histórica desde 1928), quedó clasificado en sexto lugar con  18 puntos, resultantes de 8 partidos ganados, 2 empatados y 8 perdidos; anotaron 51 goles, solo superados por el Athletic de Bilbao con 61.

La Liga fue ganada por el Athletic de Bilbao, no produciéndose descensos a Segunda División por ampliación de la categoría.

Lángara fue el máximo anotador con 27 goles; También Herrerita marcó 10 goles y 6 Gallart.

Jugaron en 12 jornadas de las 18 que componían el Campeonato:

Jornada Fecha Resultado
1 05/11/1933 Oviedo FC 7 FC Barcelona 3
2 12/11/1933 R. Santander 4 Oviedo FC 3
3 19/11/1933 Oviedo FC 2 Ath. Bilbao 2
4 26/11/1933 Betis Balompié 4 Oviedo FC 2
5 03/12/1933 Valencia 1 Oviedo FC 0
6 10/12/1933 Oviedo FC 3 CD Español 1
13 28/01/1934 Oviedo FC 4 Betis Balompié 3
14 05/02/1934 Oviedo FC 7 Valencia FC 0
15 11/02/1934 CD Español 5 Oviedo FC 2
16 18/02/1934 Oviedo FC 7 Arenas Club 0
17 25/02/1934 Madrid FC 5 Oviedo FC 1
18 04/03/1934 Oviedo FC 3 Donostia FC 2

Campeonato de Copa.

Gran actuación de los ovetenses en su participación en la Copa del Presidente de la República. Vencieron al Donostia FC en los dos enfrentamientos de octavos, con seis goles a favor y ninguno encajado, avanzando hasta los Cuartos de Final contra el Español a quienes derrotaron en casa por un contundente 5-2, si bien en la vuelta perdieron 5-3, salvándose la eliminatoria gracias a un gol en propia puerta del españolista Oro. En semifinales empataron en Mestalla a dos goles pero en el encuentro de vuelta el Valencia les ganó merecidamente por 1-3; Costa marcó el 0-1 a los 10 minutos y a pesar de empatar Emilín a los 25, en la segunda parte dos goles de Villagrá eliminaron a los de casa. Los cinco integrantes de la delantera participaron en los seis encuentros:

Fase Fecha Resultado
Octavos 25/03/1934 Oviedo FC 4 Donostia FC 0
Octavos 01/04/1934 Donostia FC 0 Oviedo FC 2
Cuartos 08/04/1934 Oviedo FC 5 CD Español 2
Cuartos 15/04/1934 CD Español 5 Oviedo FC 3
Semifinal 22/04/1934 Valencia FC 2 Oviedo FC 2
Semifinal 29/04/1934 Oviedo FC 1 Valencia FC 3

Finalizada la temporada, el 16 de junio de 1934 los cinco componentes jugaron un amistoso en el estadio de El Molinón de Gijón formando parte de la Selección de Asturias contra México. Ganaron los locales por 5-2, dándose la circunstancia de que los cinco goles fueron marcados por los integrantes de la delantera asturiana. Los mexicanos se adelantaron a los seis minutos por mediación de Fuente; Emilín empató pocos minutos después; Mejía volvió a anotar para los centroamericanos, y los goles de Lángara, Gallart, Herrerita y Casuco colocaron el “5” en el marcador.

TEMPORADA 1934-35

Campeonato Superregional. Grupo 1. Galicia/Asturias.

Lo disputaron el Sporting de Gijón, Racing de Ferrol, Oviedo FC., Celta de Vigo, Stadium Avilesino  y Deportivo de La Coruña.

Aunque la duración de la liguilla era de diez partidos, solamente llegaron a jugarse completas las tres primeras jornadas. La cuarta no llegó a celebrarse y de la quinta únicamente se jugó el Celta de Vigo contra el Deportivo, con victoria viguesa por 2-0.

Participaron en estos partidos:

Jornada Fecha Resultado
1 16/09/1934 Oviedo FC 3 Celta de Vigo 0
2 23/09/1934 Dep. Coruña 5 Oviedo FC 1
3 30/09/1934 Sp. Gijón 2 Oviedo FC 3

La suspensión fue debida a las revueltas sociales acaecidas en España en octubre de aquel año, obligando a la anulación de casi la totalidad de la actividad futbolística, retrasando el inicio de la Liga en una semana; de igual manera, la magnitud de estos disturbios tuvo especial incidencia en el Campeonato Superregional. La competición se interrumpió tras la tercera jornada impidiendo el normal mantenimiento del calendario y su finalización en la fecha prevista por la Federación Nacional, por lo que la situación se solventó llevando a cabo una reestructuración y formación de dos grupos, el de Galicia y el de Asturias.

De esta manera, el Grupo 1 – Subgrupo de Asturias, se organizó con el Oviedo FC., Sporting de Gijón y Stadium Avilesino. Al ser impares los participantes, en cada jornada descansó un club.

El Oviedo FC ganó el campeonato contabilizando sus partidos por victorias, quedando clasificado directamente para los Octavos de Final de la Copa.

El quintero jugó estos encuentros:

Jornada Fecha Resultado
3 04/11/1934 Stadium Avilesino 2 Oviedo FC 6
5 18/11/1934 Oviedo  FC 4 Sp. Gijón 2
6 25/11/1934 Oviedo  FC 6 Stadium Avilesino 4

Campeonato de Liga.

Segunda temporada de los ovetenses en la Primera División. Fue una excelente campaña, finalizando en tercer lugar en la clasificación por detrás del Betis Balompié, que ganó su única Liga hasta la actualidad, y del Madrid FC.

De los 19 partidos que disputó la delantera eléctrica ganó 10, empató 2 y perdió 7. Fue el equipo más goleador con 60 goles (igualado con el Athletic Club). De nuevo Lángara fue el máximo anotador del campeonato con 26 goles. Sus compañeros Casuco y Herrerita marcaron 9 goles cada uno.

Jornada Fecha Resultado
1 02/12/1934 Ath. Bilbao 4 Oviedo FC 0
2 09/12/1934 Oviedo FC 4 Sevilla FC 2
3 16/12/1934 R. Santander 1 Oviedo FC 3
4 23/12/1934 Oviedo FC 0 Madrid FC 3
5 30/12/1934 FC Barcelona 5 Oviedo FC 2
8 20/01/1935 Oviedo FC 4 Donostia FC 0
9 27/01/1935 Ath. Madrid 3 Oviedo FC 3
10 03/02/1935 Valencia FC 0 Oviedo FC 4
11 10/02/1935 Oviedo FC 8 CD Español 3
12 17/02/1935 Oviedo FC 3 Ath. Bilbao 2
13 24/02/1935 Sevilla FC 3 Oviedo FC 1
14 03/03/1935 Oviedo FC 3 R. Santander 0
15 10/03/1935 Madrid FC 2 Oviedo FC 1
16 17/03/1935 Oviedo FC 4 FC Barcelona 3
18 31/03/1935 Oviedo FC 0 Betis Balompié 1
19 07/04/1935 Donostia FC 3 Oviedo FC 5
20 14/04/1935 Oviedo FC 2 Ath. Madrid 1
21 21/04/1935 Oviedo FC 4 Valencia FC 4
22 28/04/1935 CD Español 3 Oviedo FC 2

Campeonato de Copa.

A pesar de jugar ambos encuentros con la delantera titular, únicamente pudieron marcar un gol al Zaragoza FC. (anotado por Lángara en Buenavista el minuto 76) quedando eliminados en la primera eliminatoria.

Fase Fecha Resultado
Octavos 19/05/1935 Zaragoza FC 2 Oviedo FC 0
Octavos 26/05/1935 Oviedo FC 1 Zaragoza FC 0

TEMPORADA 1935-36

Campeonato Superregional. Grupo 1 – Galicia/Asturias.

El Oviedo FC fue el campeón. De las diez jornadas, ganó ocho encuentros, empató uno y solamente perdió con el Stadium Avilesino por 2-1. Tanto el Oviedo como el Celta de Vigo se clasificaron directamente para los Octavos de Final de la Copa. Participaron el Oviedo FC., Unión Sporting de Vigo, Sporting de Gijón, Club Celta de Vigo, Stadium Avilesino y Deportivo de La Coruña.

Únicamente coincidieron en dos jornadas:

Jornada Fecha Resultado
3 15/09/1935 Sp. Gijón 0 Oviedo FC 5
8 20/10/1935 Oviedo FC 3 Sp. Gijón 2

Campeonato de Liga.

Debido a las lesiones, únicamente participaron en cinco de las 22 jornadas del campeonato. Casuco disputó su último encuentro del 1 de marzo lo que afectó a la eficacia de la delantera, siendo sustituido en la mayoría de los partidos por Laviada.

A pesar de esta circunstancia, el Oviedo acabó tercero por segunda vez consecutiva, tres puntos por detrás del campeón Ahtletic de Bilbao y a dos del Madrid FC. Ganó 12 partidos, empató 4 y perdió 6. Fue el conjunto con más goles marcados del campeonato con 63 dianas. Lángara fue otra vez el máximo anotador de la Liga con 28 goles, dos más que en la temporada anterior y uno más que en la de 1934-35. Por su parte, Herrerita, marcó 14 goles y Emilín, 8.

Jornada Fecha Resultado
2 17/11/1935 Sevilla FC 1 Oviedo FC 1
3 24/11/1935 Oviedo FC 2 Betis Balompié 3
8 29/12/1935 Madrid FC 5 Oviedo FC 4
9 05/01/1936 Oviedo FC 4 Ath. Madrid 1
10 12/01/1936 Oviedo FC 5 CA. Osasuna 2

Campeonato de Copa.

No coincidieron en la corta participación de los ovetenses en la Copa. En octavos de final fueron eliminados por el Osasuna.

En el aspecto estadístico, mostramos cuadro detallado de sus encuentros:

C. Regional Liga Copa
Temporada J G E P J G E P J G E P
1933-34 6 4 2 0 12 6 1 5 6 3 1 2
1934-35 6 5 0 1 19 10 2 7 2 1 0 1
1935-36 2 2 0 0 5 2 1 2 0 0 0 0
Totales 14 11 2 1 36 18 4 14 8 4 1 3
Partidos Veces Porcentaje
Ganados 33 57%
Empatados 7 12%
Perdidos 18 31%
Totales 58 100%

Desde el 12 de enero de 1936 no volvieron a reunirse en un campo de fútbol.  Aunque Emilín y Herrerita continuaron en el Oviedo, Casuco había fallecido en la guerra civil, Lángara había emigrado a Argentina, y Gallart militaba en el Lugo.




Asamblea de la FIFA de noviembre de 1937 – El caso español – 3ª parte

Continúa la exposición de documentos dirigidos a la FIFA para que fuesen debatidos en su Asamblea de noviembre de 1937. En el presente capítulo se analiza el remitido por el grupo disidente de San Sebastián con la intención de recibir un reconocimiento oficial del organismo internacional.

PARTE III: EL INFORME DE SAN SEBASTIÁN

Previamente a la asamblea de la FIFA de los días 6 y 7 de noviembre de 1937 donde se pretendía aclarar lo que se llamó el caso español el grupo de San Sebastián envió un informe explicando la situación del fútbol en España desde que se produjo la incautación de la Federación Nacional en agosto de 1936 y los motivos y argumentos que les llevaron para constituirse en una alternativa.

El objetivo de este comunicado era demostrar su legitimidad ante la FIFA. Para ello denunciaba las fuertes irregularidades de índole política que se esgrimieron en la incautación de la Federación Española de Fútbol, de las federaciones regionales y de los clubs, que desde San Sebastián calificaban de usurpación de funciones. A su vez, resaltaban el apoyo mayoritario que había recibido desde el mundo del fútbol al contar con el control de la mayor parte del territorio nacional. Resaltaban que allá donde triunfó el levantamiento del general Franco no hubo incautaciones y se respetó a las instituciones deportivas. Esto conllevaba a una realidad palpable: mientras las federación incautada había caído en una total inactividad que había traído el caos, desde San Sebastián existía un sólido proyecto que incluía la organización de partidos internacionales, que, eso sí, necesitaban del permiso de la FIFA para poderlos llevar a cabo. El texto que aquí se presenta es una traducción al español del original redactado en francés.

El Comité Ejecutivo de la Federación Española de Fútbol bien por propia voluntad de sus componentes o forzados por violencia o amenazas dejaron sin cumplir sus obligaciones y funciones según el reglamento de dicha federación.

Como resultado de este abandono voluntario o forzado las quinientas mil pesetas que constituían en valores el fondo de la Federación así como las noventa mil pesetas que había en metálico desaparecieron provocando un irreparable perjuicio en la economía de la Federación.

En lugar de los miembros del Comité Ejecutivo designados en la última Asamblea celebrada en Madrid surgieron inesperadamente sin que hubiesen sido designados por nadie, y en evidencia contraria con lo que está dispuesto por el reglamento del cuerpo, cinco personas que no tenían absolutamente nada que ver con la Federación notificando con una propia carta la toma de posesión reconociendo actuar en representación del partido Frente Popular, que es un grupo político que jamás había participado en la Federación y de hecho no tiene ningún derecho sobre ella.

Como consecuencia de esta representación externa y extraña, por lo menos, a los intereses del fútbol español, estas personas aparecidas de repente, pese a reconocer su falta total de identidad, tienen la disparatada ocurrencia de buscar una fuente de origen de su autoridad y, sin encontrar nada mejor, afirmaron (carta del 8 de agosto de 1936) que el Comité fue constituido tras la cesión de poderes por los miembros residentes en Madrid.

[La primera parte del informe se centra en demostrar el carácter ilegal de trasfondo político que dio lugar a la incautación de la Federación Española de Fútbol, además realizada bajo amenazas y muestras de violencia. Se insiste en que la incautación fue llevada a cabo por gente totalmente ajena al mundo del fútbol, que justificó su actuación a partir de una carta redactada por los mismos incautadores y que lo hicieron en nombre del Frente Popular tal y como refleja el acta levantada en tal acto. Además, vaciaron las arcas federativas sin especificar el destino que tuvo ese dinero. A todo esto se añade que la incautación fue realizada tras una cesión de poderes por parte del Comité saliente en beneficio del Comité entrante, acto al que se aferra el grupo de San Sebastián para confirmar la ilegalidad de la incautación. En el texto original la expresión fue constituido tras la cesión está subrayado.

Esta exposición no solo resalta la ilegalidad del acto de la incautación por no aparecer en la redacción de los estatutos federativos sino que también implica en la denuncia los principios elementales de la FIFA que rechazaba y rechaza la injerencia política en la organización del fútbol en cada país. Esto es, el nuevo presidente federativo, José María Mengual, representaba la usurpación política del Estado Español y no tenía nada que ver con la gente del fútbol que hasta entonces había ejercido en la dirección de este deporte.

Según los estatutos la constitución bajo estas maneras es totalmente ilegal; en efecto, en ningún momento se admitió la posibilidad de ceder las funciones; todo lo contrario, el Artículo 28 del Reglamento en su párrafo 4 no reconoce otro medio de nombramiento de los miembros del Comité Ejecutivo que la de una elección por la mayoría de votos de la Asamblea.

Es evidente que el compromiso formulado de respetar los reglamentos, recogido en la misma carta, por dichas personas da risa, puesto que está hecho por aquellos que usurparon tales funciones.

También se adjunta que el escrito dirigido por el presidente de dicho Comité Ejecutivo, de esta forma, al presidente de la Federación Vizcaína estipula que “la duración de su actividad será hasta que las circunstancias permitan celebrar una Asamblea extraordinaria”, lo cual, en efecto, entraña el reconocimiento de su origen ilegal, e indica sin embargo el único camino a seguir: la convocatoria de una Asamblea extraordinaria.

[Para mantener el hilo argumentativo de la exposición del grupo de San Sebastián se recurre a los estatutos vigentes en agosto de 1936 de la Federación Española de Fútbol:

En ellos no se admite el hecho de que en un acto se pueda proceder a la cesión de cargos y funciones como ocurrió en el momento de la incautación, ya que la elección de los componentes del Comité Ejecutivo solo corresponde a la Asamblea tras otorgar una mayoría de votos.

Asimismo, se argumenta en contra del Comité incautador que en su primer comunicado anunciaba que pretendía respetar los estatutos federativos aunque se mantendrían en el cargo hasta que las circunstancias permitiesen convocar una asamblea extraordinaria. Para San Sebastián es una contradicción palpable dado el hecho de que en el acto de incautación no respetaron los estatutos. Salvando las condiciones de las distintas entidades, desde San Sebastián se denunciaba una especie de golpe de estado dentro de la Federación, que, al igual que cualquier gobernante golpista, anunciaba respetar la normalidad y procurar devolver la soberanía a la asamblea en cuanto se solucionasen los problemas que habían generado tal intromisión fuera de las leyes.]

Comprobando los estatutos y el comunicado del 8 de agosto de 1936 se llega a de una manera indudable a dos conclusiones: el nacimiento de un Comité ilegal (sus asignaciones carecen de representación autorizada) y la necesidad de convocar una Asamblea extraordinaria, como única solución legal.

Les estatutos sobre este aspecto especifican:

Artículo 19: ….La Asamblea podrá reunirse con carácter extraordinario cuando lo exija la importancia de un asunto urgente cualquiera… bajo la solicitud de un cierto número de miembros que reúnan la cuarta parte de los votos.

Artículo 20: …. Las Asambleas se llevarán a cabo en el lugar indicado por el Comité Ejecutivo. Cuando la convocatoria sea como consecuencia de una solicitud de un cierto número de miembros que reúnan los votos suficientes para este fin, esta tendrá lugar dentro de los 8 días siguientes a la petición.

De estos dos artículos se deduce que la convocatoria cuando sea solicitada por el 25% de los votos se convierte en una obligación forzosa y reglamentaria del Comité y este debe irrevocablemente prestarle su completa y entera atención.

[Una vez confirmado que el Comité Ejecutivo incautador no procedía de una actuación recogida en los estatutos, se recurre a estos para ver el procedimiento válido para constituir un nuevo Comité Ejecutivo que los cumpla.

De ahí que el primer paso consistía en establecer una convocatoria de asamblea extraordinaria refrendada por el 25% de los votos, que no de los participantes, como mínimo. Es necesario señalar que en 1936 los miembros de la federación, es decir territoriales y clubs, disponían de un número de votos en función a su historial y su importancia. La Federación Vizcaína o el Athletic de Bilbao, por ejemplo, tenían más votos que la Federación Canaria o el CD Tenerife.

Una vez presentada la solicitud de asamblea extraordinaria dado que el caso es de suficiente importancia por quienes alcanzan un mínimo del 25%, el Comité Ejecutivo estaría obligado a convocarla en un plazo mínimo de ocho días. Esto no sucedió en mayo de 1937 puesto que el Comité incautador consideraba que el único capacitado para convocar tal asamblea era él mismo. La postura de los incautadores caía en una contradicción administrativa ya que no había suspendido la vigencia de los estatutos federativos de 1936 que esgrimían la oposición desde San Sebastián

Dada esta situación desde San Sebastián se autolegitimaron para convocar la asamblea, pues sí que contaban con el 25% de los votos reglamentario y el Comité incautador no tenía competencia para negarse a hacerlo. En ese argumento basan su legitimación].

No existiendo el Comité o siendo este ilegítimo, el 25% de los votos ejerciendo un derecho reglamentario convocó una Asamblea, pues, de acuerdo con los derechos más elementales, representa la autoridad y la fuerza ejecutiva.

De acuerdo con los estatutos, 8 federaciones regionales con un total de 53 votos y 9 clubs con un total de 33 votos, que suman 86 votos, un número suficiente después de las disposiciones reglamentarias, convocaron la Asamblea extraordinaria, celebrada en San Sebastián el 12 de junio de 1937 con la asistencia de 12 federaciones regionales con representación de 474 clubs adheridos; y 44 clubs que no pudieron estar representados por sus federaciones regionales enviaron sus delegaciones a la Asamblea, sumando en total 518 clubs.

Posteriormente a la reunión de la Asamblea nos encontramos con la adhesión de la Federación Vizcaína y de la Federación Cántabra personalmente representadas y actuando en nombre de sus 107 clubs afiliados.

En esta Asamblea legalmente convocada, legalmente celebrada y reglamentariamente constituida, se convino el nombramiento de un Comité Ejecutivo, constituido por personas significativas dentro del fútbol nacional durante numerosos años, las cuales, en este momento, con el respaldo de su representación están solicitando a la FIFA, en virtud del Artículo 9 de los Estatutos le sea concedido el reconocimiento de su origen y condición como representantes legales de la Federación Española de Fútbol como estricta justicia.

[Una vez argumentada la situación ilegal del Comité incautador y respaldada la actuación del grupo convocante de la nueva asamblea extraordinaria por los estatutos federativos, el grupo de San Sebastián dio cuentas del número de participantes y la decisión de constituir un nuevo Comité Ejecutivo entre los allí presentes ajustado al procedimiento fijado por los estatutos que eran los que figuraban aprobados por la FIFA.]

No queremos terminar esta exposición sin comunicar a este organismo nuestra viva inquietud por la suerte de D. Leopoldo García Durán, presidente del anterior Comité Ejecutivo de la Federación Española de Fútbol y miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA que se vio perseguido por quienes usurpando las funciones del Comité Ejecutivo de esta Federación lo despidieron de la misión que ocupaba tan dignamente y con toda probabilidad para evitar para que pueda rendir cuentas a sus compañeros de la FIFA ordenaron su persecución teniendo que esconderse, ignorándose actualmente su paradero.

[Finalizaban el texto con una referencia al que había sido presidente de la Federación Española hasta el 8 de agosto, fecha de la incautación, del que no se tenía noticas y del que se temía que hubiese sufrido una suerte no deseada].

Al texto comentado se adjuntaba como pruebas dos documentos: la carta que recibieron en la Federación Vizcaína desde Madrid tras la incautación y las estadísticas de representaciones que validaban la asamblea de San Sebastián.

El original de la carta estaba redactado lógicamente en español, pero en la documentación de la FIFA se registró en francés, texto del que se ha hecho la correspondiente traducción:

“Madrid 8 de agosto de 1936

En representación de los partidos del Frente Popular y de la Federación Cultural y Deportiva Obrera, previa cesión de los señores residentes en Madrid que desempeñaban los cargos del Comité Ejecutivo de esta entidad, ha sido constituido un nuevo Comité Ejecutivo de la siguiente forma:

Presidente: don José María Mengual Febrero.

Vicepresidente: don Juan José Vallejo González, don Cristino Lorenzo Martínez, don Francisco Hernández Coronado.

Tesorero: don Ángel Rodríguez García.

Este Comité, que habrá de tener como norma el respeto a los Estatutos y reglamento de la Federación mientras dure su actuación, y hasta que las circunstancias permitan la celebración de una asamblea extraordinaria que habrá de ser la que definitivamente acuerde lo procedente para lo sucesivo, se complace en saludar afectuosamente a todas las Federaciones Regionales y clubs adheridos a las mismas y se permite aconsejar que al igual que se ha efectuado en la Regional Castellana y Club Madrid, se procure que la dirección del fútbol en las regiones y en los clubs afiliados recaiga en personas inequívocamente afectas al régimen establecido y a la política del Frente Popular.

Con este motivo se ofrecen a ustedes y quedan suyos afectísimos ss. ss. q. e. s. m. por el Comité Ejecutivo: J. Mengual. Firmado.”

[Como ya se ha dicho, la interpretación del texto por parte del grupo de San Sebastián era diferente: la representación del Frente Popular y de la Federación Cultural y Deportiva Obrera venía avalada por una carta escrita por los mismos incautadores. No hubo cesión sino usurpación por coacción con amenazas y violencia, que dejaban sin valor la promesa de respetar los estatutos hasta que las circunstancias permitiesen la convocatoria y realización de una asamblea extraordinaria. También quedaba reflejado el supuesto consejo que daban a las demás territoriales y clubs para que procediesen a ceder sus cargos a gente afín al Frente Popular, cosa que en la práctica para San Sebastián se trató de una usurpación generalizada en la zona republicana, ya que en la zona donde triunfó el golpe no hubo tal relevo en la dirección ni de territoriales ni de clubs.

Lógicamente los nombres de los componentes del nuevo Comité Ejecutivo son totalmente desconocidos para la FIFA, lo que permitía al grupo de San Sebastián calificarlos de elementos ajenos o por lo menos extraños en el mundo del fútbol. No obstante hay que señalar que el presidente incautador, José María Mengual lo era de la AD Tranviaria de Madrid. Las vicepresidencias se habían repartido entre el Juan José Vallejo, representante de la Federación Deportiva y Cultural Obrera, Cristino Lorenzo, representante de la UD Salamanca y Francisco Hernández Coronado, hermano de Pablo, como representante del estamento arbitral. El tesorero Ángel Rodríguez formaba parte de la directiva del Valladolid Deportivo].

Y las estadísticas quedaban reflejadas en el siguiente documento, también traducido del francés (se respeta el subrayado hecho en el original):

La Federación Española está compuesta por 18 federaciones regionales que comprenden 859 clubs.

A la asamblea de San Sebastián asistieron 12 federaciones regionales que representaban 476 clubs.

Otros 44 clubs, que no estuvieron representados por sus federaciones, habían delegado sus representantes a la dicha asamblea (Cántabra 4, Vizcaína 12, Catalana 3, Castellana 25).

Tras la asamblea dos federaciones regionales más declararon su adhesión. A saber:

                Federación Vizcaína con 37 clubs.

                Federación Cántabra con 70 clubs.

De los 36 clubs de la “categoría nacional” afiliados directamente, 19 asistieron a la asamblea.

Después de la asamblea otros 4 clubs declararon su adhesión.

RESUMEN

Federaciones regionales que han participado en la asamblea       12

Federaciones regionales adheridas tras la asamblea                         2

Total: 14 federaciones de 18 con 625 clubs de 859.

La asamblea nombró el siguiente Comité Ejecutivo:

Presidente: Julián Troncoso Sagredo.

Vicepresidentes: Juan López García y Emilio Martínez Baladrón.

Secretario: Luciano Urquijo.

Tesorero: Santiago de la Riva.

[La cifras son presentadas divididas en dos grupos: las federaciones y clubs que asistieron a la Asamblea y los que se adhirieron después, como reflejo de la evolución de la Guerra Civil sobre el mapa de España, donde el ejército del general Franco acababa de liquidar el frente cantábrico ganando las provincias de Vizcaya y Santander y en consecuencias sus correspondientes federaciones territoriales.

Con estas dos nuevas territoriales incorporadas la Federación de San Sebastián tenía en su haber siete clubs de Primera División: Zaragoza, Betis, Sevilla, Celta, Athletic de Bilbao, Racing y Oviedo. Los otros cinco (Barcelona, Español, Valencia, Hércules y Madrid FC) oficialmente seguían perteneciendo a la Federación legal aunque prácticamente se estaban escapando de su control, ya que tanto Madrid FC como Español de Barcelona estaban implicados en la gestación de la nueva propuesta federativa y el FC Barcelona atravesaba una especia de partición interna tras el regreso de su gira americana.

Así pues, con el respaldo de la mayoría de federaciones regionales (solo faltaban Centro -Madrid-, Cataluña, Valencia y Murcia) y clubs que asistieron o posteriormente se adhirieron a las decisiones tomadas en la Asamblea se presentó un nuevo Comité Ejecutivo.

Para el franco-alemán Ivo Schricker, secretario general de la FIFA, los componentes de este Comité Ejecutivo eran desconocidos como así apostilló sobre el comunicado del 13 de agosto de 1937. En efecto, ninguno de sus miembros había figurado en anteriores directivas de la Federación Española, aunque sí en clubs y territoriales como Luciano Urquijo (expresidente del Athletic de Madrid y de la Federación Centro) o Santiago de la Riva (presidente del CD Español de Barcelona). El brazo político-militar quedaba asegurado en la presidencia del teniente coronel Julián Troncoso, quien había formado en la directiva del Zaragoza FC que había logrado el ascenso a la Primera División en 1936.]

(continuará)




Historia del Trofeo Ciudad de Cartagena – Carabela de Plata: el siglo XX

Introducción

Durante los años sesenta del siglo veinte España vivió un contexto de surgimiento y auge de los trofeos de verano. En Cartagena, la directiva del C.D. Cartagena, encabezada por el presidente Antonio Hernández Doménech, evaluó en 1969 la gran aceptación que estaban teniendo estos torneos y tras hacer unas estimaciones económicas, se decidió comenzar el Trofeo Ciudad de Cartagena con el ya objetivo inicial de convertirlo en una tradición y con el carácter de internacional.

A lo largo de 50 ediciones, 37 equipos han participado, de los cuales 8 han sido extranjeros. 14 equipos han logrado el trofeo, jugándose un total de 85 encuentros y marcándose 199 goles. Dicha trayectoria como la categoría de los contrincantes ha derivado que el Carabela de Plata se convierta en uno de los trofeos de verano más destacados del sureste de España.

El Trofeo Ciudad de Cartagena, fundado en 1969, empezó a disputarlo el Club Deportivo Cartagena, que posteriormente se llamaría Cartagena Fútbol Club a partir de 1974. Tras la retirada de la competición del Cartagena F.C. el 10 de octubre de 1996, el Cartagonova Fútbol Club cogió el testigo del trofeo. Club que cambiaría de nombre en 2003 por el actual Fútbol Club Cartagena que sigue disputándolo. Por tanto, el Cartagena F.C. ha sido el anfitrión en 26 ocasiones y el F.C. Cartagena en 24, ambos llamados popularmente como “Efesé”. Tras los equipos anfitriones, destacar la participación del Real Murcia C.F. en 13 ocasiones, el Elche C.F. en 9 ocasiones y el Hércules C.F. en 6.

1. Trofeos del Ciudad de Cartagena correspondientes a la edición de 2022 (Web del Ayuntamiento de Cartagena. 20-07-2022).

La evolución del trofeo ha estado fuertemente marcada por la trayectoria deportiva y económica del equipo anfitrión, aunque también por el devenir de este tipo de competiciones de verano; el adelanto del comienzo de las competiciones oficiales, la preferencia de los clubes por las giras o la influencia de las televisiones están entre las causas principales.

El formato de competición del Ciudad de Cartagena ha ido variando: ha habido dos cuadrangulares (1969 y 1999), catorce triangulares, una edición a doble partido y 33 ediciones con partido único.

Respecto al palmarés, el Cartagena F.C. sigue liderando con 15 trofeos. Le sigue el F.C. Cartagena (14), Elche C.F. (5), Real Murcia C.F. (4) y Hércules C.F. (3).

En cuanto al terreno de juego, el trofeo se disputó en “El Almarjal” hasta el año 1987 y a partir de 1988 se disputaría en el “Cartagonova” hasta la actualidad.

A continuación, se detalla lo acontecido en cada edición del trofeo con el año, equipos participantes con su clasificación previa, fecha, horario, asistencia, marcador, goleadores, así como lo más relevante ocurrido en cada uno de los 85 partidos celebrados.

I CIUDAD DE CARTAGENA (1969)

Participantes: C.D. Cartagena (Subcampeón del Grupo VI de Tercera División sin ascenso a Segunda División), C.D. La Unión (11º del Grupo VI de Tercera División permaneciendo en la categoría), Sestao S.C. (6º del Grupo II de Tercera División permaneciendo) y U.S. Sidi Kacem (7º de la Primera División de Marruecos haciendo un buen conjunto para la temporada entrante, quedando subcampeón en 1970).

U.S. Sidi Kacem  2 – 2 (3-4) Sestao Sport Club (1ª Semifinal)

Goles: 0-1; 22’ Echevarría. 1-1; 25’ Mustafhá. 1-2; 32’ Aitor. 2-2; 47’ Douadi. El reglamento estableció que primero lanzaban los 5 penaltis los jugadores del U.S. Sidi Kacem fallando el primero (Bendriss), marcando Douadi, Abdellah y Amri, fallando el quinto Mustafhá. El Sestao S.C. falló el primero (Usandizaga) marcando Casas, Ortiz, Martín y Aitor.

Detalles: 23-8-1969 a las 20:00. El Almarjal presentó un buen aspecto en ambas semifinales.

C.D. Cartagena  6 – 2  C.D. La Unión (2ª Semifinal)

Goles: 1-0; 10’ Melenchón. 2-0; 19’ Añil. 3-0; 22’ Meca. 4-0; 38’ Melenchón (P.). 4-1; 46’ Segura (P.). 4-2; 71’ Nice. 5-2; 87’ Melenchón. 6-2; 90’ Escolá.

Detalles: 23-8-1969 a las 22:20.

C.D. La Unión 2 – 1  U.S. Sidi Kacem (Clasificatorio para el tercer puesto)

Goles: 1-0; 53’ Escudero. 2-0; 62’ Nice. 2-1; 81’ Amrin (P.).

Detalles: 24-8-1969 a las 20:00.

C.D. Cartagena  2 – 0  Sestao Sport Club (Final)

Goles: 1-0; 76’ Escolá. 2-0; 87’ Unamuno.

Detalles: 24-8-1969 a las 22:30. Buena entrada en los encuentros por el tercer puesto y campeonato, suponiendo un éxito económico.

Observaciones: El histórico primer partido del trofeo fue muy interesante donde la movilidad y las filigranas mostradas por el U.S. Sidi Kacem no fueron suficientes para derrotar al juego sólido del Sestao. En la segunda semifinal, derbi comarcal, se pudo apreciar la gran superioridad del Cartagena demostrando un dominio absoluto. En el duelo por el tercer puesto, C.D. La Unión cambió totalmente su imagen y tras mejorar notablemente en defensa se llevó el partido justamente. En la gran final, al Cartagena le costó mucho llevarse el trofeo. Una defensa muy seria de los vascos con marcajes muy estrechos puso las cosas muy difíciles para los locales. No obstante, la persistencia hizo que el Cartagena lograra imponerse en la recta final. El capitán cartagenerista Santos recibió el I Trofeo Ciudad de Cartagena.

2. Santos, a la izquierda, con el I Trofeo Ciudad de Cartagena junto al capitán del conjunto vasco que muestra el título de subcampeón (Periódico El Noticiero de Cartagena de 25-08-1969).

II CIUDAD DE CARTAGENA (1970)

Participantes: C.D. Cartagena (4º del Grupo VI de Tercera División), Málaga C.F. (2º de Segunda División, por tanto, recién ascendido a Primera División) y Real Betis Blp (4º de Segunda División sin ascenso).

Málaga C.F. 0 – 0  Real Betis Blp

Detalles: 21-8-1970 a las 21:00. Algo más de media entrada.

C.D. Cartagena  3 – 2  Real Betis Blp

Goles: 1-0; 12’ Melenchón. 1-1; 41’ Baena. 2-1; 56’ Añil. 2-2; 70’ Quino. 3-2; 82’ Pedrito.

Detalles: 22-8-1970 a las 21:00. Buena entrada.

C.D. Cartagena  0 – 0  Málaga C.F.

Detalles: 23-8-1970 a las 21:00. Tres cuartos de entrada.

Observaciones: El primer partido fue disputado con muchas precauciones, algo brusco, con mejor técnica del Betis pero con mejores ocasiones para los malaguistas. Muy emocionante el segundo partido que sirvió de presentación para el Cartagena ante su afición. Mucho ataque mostrado por los locales que derrotaban justamente a un Betis que luchó hasta el final. En el encuentro decisivo entre Cartagena y Málaga, ambos conjuntos fueron muy combativos para intentar lograr la victoria. Un Málaga con mayor técnica presionó mucho pero no pudo en un partido donde llamó la atención el mal arbitraje. Por tanto, se repitió la historia y Santos volvió a alzar la Carabela de Plata.

III CIUDAD DE CARTAGENA (1971)

Participantes: C.D. Cartagena (Subcampeón del Grupo IV de Tercera División, aunque no consiguiendo el ascenso tras perder en la promoción contra el C.D. Logroñés), Granada C.F. (10º de Primera División permaneciendo) y Hércules C.F. (11º de Segunda División permaneciendo).

C.D. Cartagena  1 – 1  Granada C.F.

Goles: 1-0; 34’ García. 1-1; 47’ Barrios.

Detalles: 20-8-1971 a las 21:00. Media entrada.

Hércules C.F.  2 – 1  Granada C.F.

Goles: 0-1; 27’ Jaén. 1-1; 85’ Sogorb. 2-1; 87’ Sogorb.

Detalles: 21-8-1971 a las 21:00. Muy floja entrada.

C.D. Cartagena  0 – 0  Hércules C.F.

Detalles: 22-8-1971 a las 18:00. Mediana entrada.

Observaciones: Partido inaugural que no tuvo gran calidad, que enfrentó a un Granada de superior calidad frente a un Cartagena muy combativo. Un equipo local que fue de más a menos y logró finalmente aguantar el resultado. En el segundo partido disputado con mucha deportividad, el Hércules sorprendió al Granada, que pese a empezar perdiendo, se alzó justamente con la victoria porque desde el comienzo se lanzaron al ataque y anduvieron muy bien posicionados. En la final, el Cartagena no pudo revalidar el campeonato en un encuentro emocionante que mereció más y el árbitro no estuvo a la altura pasando por alto dos faltas muy próximas al área alicantina.

IV CIUDAD DE CARTAGENA (1972)

Participantes: C.D. Cartagena (Subcampeón del Grupo IV de Tercera División, aunque no consiguiendo el ascenso tras perder en la promoción contra el Hércules C.F.), Elche C.F. (4º de Segunda División sin ascenso a Primera en la última jornada) y Vasas SC de Budapest (6º de la Primera División de Hungría llegando a dieciseisavos de final de la Copa de la UEFA. Años atrás participó en la Copa de Europa seis veces).

C.D. Cartagena  1 – 1  Elche C.F.

Goles: 1-0; 25’ Ginesín. 1-1; 63’ Sitja.

Detalles: 25-8-1972 a las 21:00. Tres cuartos de entrada.

Elche C.F.  4 – 1  Vasas SC

Goles: 1-0; 13’ Melenchón. 2-0; 24’ Quetglas. 3-0; 25’ Cano. 3-1; 44’ Puskas. 4-1; 76’ Almagro.

Detalles: 26-8-1972 a las 22:00. Muy floja entrada.

C.D. Cartagena  2 – 2  Vasas SC

Goles: 0-1; 10’ Bassant. 0-2; 14’ Puskas. 1-2; 35’ Juanete. 2-2; 55’ García.

Detalles: 27-8-1971 a las 20:00. Dos tercios del aforo.

Observaciones: Buen juego del Cartagena que mereció vencer y que se mostró bien conjuntado, con seguridad y profundidad en el ataque. El Elche con falta de rodaje se vió sorprendido al comienzo pero destacó por los buenos marcajes. En el segundo encuentro, los ilicitanos se mostraron fuertes y efectivos aprovechando la lentitud y el poco acierto del equipo húngaro. Aunque tras el 3-0, el Vasas SC, más técnico, pasó a dominar pero el Elche supo contener la situación. Por tanto, el Cartagena tenía que ganar y golear para conseguir llevarse el trofeo pero un desafortunado comienzo lo impidió. El meta visitante impidió la necesaria goleada.

3. Anuncio del IV Trofeo Ciudad de Cartagena (Periódico El Noticiero de Cartagena de 25-08-1972).

V CIUDAD DE CARTAGENA (1975)

Participantes: Cartagena F.C. (17º en el Grupo IV de Tercera División descendiendo a Regional Preferente que era la cuarta categoría nacional) y Real Murcia C.F. (18º en Primera División, último clasificado descendiendo a Segunda División).

Cartagena F.C.  2 – 0  Real Murcia C.F.

Goles: 1-0; 11’ Guerrero. 2-0; 25’ Agüero.

Detalles: 30-8-1975 a las 20:00. Mediana entrada.

Observaciones: Tras dos años de ausencia por problemas tanto económicos como deportivos, volvió el Trofeo Ciudad de Cartagena con gran expectación. Un gran primer tiempo albinegro fue suficiente para darle el triunfo al equipo local que dio una muy buena imagen al público asistente.

VI CIUDAD DE CARTAGENA (1976)

Participantes: Cartagena F.C. (4º en Regional Preferente sin conseguir el ascenso a Tercera) y Real Murcia C.F. (17º en Segunda División con descenso directo a Tercera División).

Cartagena F.C.  3 – 2  Real Murcia C.F.

Goles: 1-0; 32’ Ortega. 1-1; 89’ Vera Palmes. 1-2; 95’ Angelín. 2-2; 98’ Azurmendi. 3-2; 109’ Ortega.

Detalles: 15-8-1976 a las 19:30. Muy buena entrada con varios centenares de seguidores granas.

Observaciones: Partidazo en esta edición del trofeo que contentó a todo el mundo. Encuentro muy emocionante con calidad en el juego desplegado por ambos conjuntos. La primera parte la dominó el equipo local y la segunda los visitantes, llegándose a una prórroga de infarto donde remontó el Cartagena al marcar dos extraordinarias faltas.

VII CIUDAD DE CARTAGENA (1977)

Participantes: Cartagena F.C. (Campeón en Regional Preferente con ascenso a Tercera), Real Murcia C.F. (Campeón en el Grupo IV Tercera División con ascenso a Segunda División) y CE Sabadell (Campeón en el Grupo III Tercera División con ascenso a Segunda División). En la temporada entrante 1977-1978 comienza la recién creada Segunda División B.

Cartagena F.C.  2 – 0  Real Murcia C.F.

Goles: 1-0; 1’ Mompeán. 2-0; 53’ Del Moral. (Penaltis en caso de empate: Cartagena F.C.  3 – 5  Real Murcia C.F.).

Detalles: 25-8-1977 a las 21:30. Lleno impresionante en el Almarjal con más de 10.000 espectadores con gran presencia de afición visitante.

Real Murcia C.F.  2 – 0  CE Sabadell

Goles: 1-0; 35’ Chuchi García. 2-0; 65’ Álvarez. (Penaltis en caso de empate: Real Murcia C.F. 3 – 4  CE Sabadell).

Detalles: 26-8-1977 a las 21:30. Mitad del aforo. Suspensión del partido en el minuto 68.

Cartagena F.C.  1 – 0  CE Sabadell

Goles: 1-0; 89’ Manolín.

Detalles: 27-8-1977 a las 20:00. Expectación ligeramente inferior al primer encuentro. Tres cuartas partes.

Observaciones: En principio iba a ser un cuadrangular con la participación del Hércules C.F, que declinó su participación a última hora por cuestiones económicas. El sorteo celebrado el 8 de agosto deparó un derbi Cartagena F.C – Real Murcia C.F. y Hércules C.F.- CE Sabadell. En cuanto a lo deportivo, el Cartagena se alzó merecidamente con la victoria en el primer choque, que dominó prácticamente durante todo el partido. El Real Murcia decepcionó a los asistentes por la falta de ambición. El segundo encuentro fue histórico, pero en cuanto a lo antideportivo, con la suspensión del partido a mitad de la segunda parte. El Real Murcia desplegó un mejor juego que el día anterior ofreciendo más precisión, coordinación y anticipación en su juego. El árbitro, el murciano Cárceles, muy tarjetero, acumulando ya 5 amarillas en la primera parte, no supo manejar el partido y terminó expulsando a los 22 jugadores presentes tras tanganas y agresiones. En el último partido, el Efesé jugó un buen partido donde destacó la deportividad de ambos conjuntos. Se hizo justicia con la victoria albinegra en un encuentro emocionante y vistoso.

4. Segundo encuentro del VII Trofeo Ciudad de Cartagena (Periódico Línea de 26-08-1977).

VIII CIUDAD DE CARTAGENA (1978)

Participantes: Cartagena F.C. (Subcampeón del Grupo V de Tercera División sin ascenso a Segunda División B), Elche C.F. (17º en Primera División, penúltimo, descendiendo a Segunda División) y Ittahad Yedda (4º de la Primera División de Arabia Saudí).

Cartagena F.C.  2 – 2  Ittahad Yedda

Goles: 0-1; 1’ Hamdan. 0-2; 47’ Khuwaini. 1-2; 74’ Padilla (P.). 2-2; 93’ Melenchón. (Penaltis en caso de empate: Cartagena F.C.  7 – 8  Ittahad Yedda).

Detalles: 24-8-1978 a las 21:00. Pocos espectadores.

Elche C.F.  2 – 0  Ittahad Yedda

Goles: 1-0; 27’ Gilberto. 2-0; 41’ Nando.

Detalles: 25-8-1978 a las 21:00. Unos 1.000 espectadores.

Cartagena F.C.  0 – 1  Elche C.F.

Goles: 0-1; 67’ Finarolli.

Detalles: 26-8-1978 a las 21:00. El Almarjal ante tres cuartos del aforo.

Observaciones: Decepción del Cartagena en el primer partido, que aunque lograron empatar en el descuento, dejó muy mal sabor de boca ante la afición debido a la escasez de juego y falta de ideas. Los árabes por su parte sacaron petróleo de las escasas oportunidades que tuvieron. En el segundo encuentro, solo hubo un equipo, el Elche que ganó con facilidad con un resultado que pudo ser más contundente. En el último encuentro, al Elche le valía el empate para llevarse el torneo. Fue un partido entretenido ya que ambos equipos buscaron la victoria produciéndose numerosas ocasiones y donde el Cartagena no mereció perder.

IX CIUDAD DE CARTAGENA (1979)

Participantes: Cartagena F.C. (5º en el grupo V de Tercera División), Torrevieja C.F. (8º en el grupo V de Tercera División) y Lorca Deportiva (Subcampeón de Regional Preferente ascendiendo a Tercera División).

Cartagena F.C.  2 – 0  Torrevieja C.F.

Goles: 1-0; 54’ Álvarez. 2-0; 83’ Garci. (Penaltis en caso de empate: Cartagena F.C.  2 – 4 Torrevieja C.F.).

Detalles: 23-08-1979; 21:00. Algo menos de medio aforo.

Lorca Deportiva 1 – 1  Torrevieja C.F.

Goles: 1-0; 63’ Suárez. 1-1; 71’ Jaime.  (Penaltis en caso de empate: Lorca Deportiva 6 – 5 Torrevieja C.F. tras terminar con empate a cuatro la primera tanda).

Detalles: 24-08-1979; 21:00. Unos 500 espectadores.

Cartagena F.C.  1 – 1  Lorca Deportiva

Goles: 1-0; 17’ Álvarez. 1-1; 42’ Galván.

Detalles: 25-08-1979; 20:00. Algo menos de media entrada.

Observaciones: El Cartagena empezó el torneo convenciendo con una justa victoria, en un partido de menos a más con los goles en la segunda parte. El Torrevieja se dedicó a contener en la medida de lo posible el juego de los locales. En el segundo encuentro, el Lorca Deportiva mereció ganar por manifestar un mejor juego y tener más oportunidades. En el tercer y definitivo encuentro al Efesé le valía el empate y así fue. Pese a que los locales tuvieron un mayor dominio y fueron más peligrosos, el Lorca Deportiva supo neutralizarlo con una organizada defensa. El cuadro lorquino tuvo que conformarse con el subcampeonato del torneo.

X CIUDAD DE CARTAGENA (1980)

Participantes: Cartagena F.C. (Campeón del grupo VI de Tercera División, ascendiendo a Segunda División B), At. Madrileño (Subcampeón del grupo I de Segunda División B ascendiendo a Segunda División) y Granada C.F. (13º de Segunda División).

Cartagena F.C.  1 – 3  At. Madrileño

Goles: 1-0; 34’ Miguel (P.). 1-1; 44’ Benito. 1-2; 53’ Goterris. 1-3; 84’ Pedraza. (Penaltis en caso de empate: Cartagena F.C.  4 – 2 At. Madrileño).

Detalles: 29-08-1980; 21:00. Media entrada.

Granada C.F.  0 – 2  At. Madrileño

Goles: 0-1; 22’ Pedraza. 0-2; 56’ Braojos I.

Detalles: 30-08-1980; 21:00. Poco más de un cuarto de entrada.

Cartagena F.C.  1 – 0  Granada C.F. 

Goles: 1-0; 46’ Miguel.

Detalles: 31-08-1980; 21:00. Floja entrada.

Observaciones: Gran encuentro inaugural donde el Atlético Madrileño se impuso con justicia y demostrando gran calidad. El Cartagena, que logró adelantarse, fue de más a menos durante el partido y tuvo sus opciones. En el segundo encuentro, el Atlético Madrileño no tuvo un encuentro tan sensacional como contra el Efesé pero superó ampliamente al Granada, demostrando espectáculo, poderío físico y rapidez. El tercer encuentro fue entretenido porque el Cartagena se llevó la victoria y el subcampeonato ofreciendo una actuación aceptable, con buen juego y verticalidad.

XI CIUDAD DE CARTAGENA (1981)

Participantes: Cartagena F.C. (5º en el grupo II de Segunda División B), Real Murcia C.F. (16º de Primera División descendiendo a Segunda División) y Lorca Deportiva (Campeón del grupo XIII de Tercera División y ascendiendo a Segunda División B tras superar al C.E. Constancia y al C.D. Binéfar).

Lorca Deportiva  0 – 1  Real Murcia C.F.

Goles: 0-1; 85’ Martín Abad. (Penaltis en caso de empate: Lorca Deportiva 7 – 8 Real Murcia C.F. tras terminar con empate a cuatro la primera tanda).

Detalles: 25-08-1981; 21:00. Algo menos de medio aforo, con más aficionados de Lorca que de Murcia.

Cartagena F.C.  3 – 0  Lorca Deportiva

Goles: 1-0; 13’ Paco. 2-0; 16’ Sagarduy. 3-0; 67’ José Luis.

Detalles: 26-08-1981. Media entrada.

Cartagena F.C.  0 – 1  Real Murcia C.F.

Goles: 0-1; 58’ Chazarreta.

Detalles: 27-08-1981; 21:00. Lleno.

Observaciones: El Elche finalmente no participó como estaba previsto porque no querían enfrentarse a equipos de su misma categoría. En el primer partido, el Lorca Deportiva tuvo oportunidades muy claras y mereció más ya que fue algo superior. Cayó finalmente ante un Real Murcia que aguantó y marcó de falta casi al final del encuentro. En el segundo partido, el Cartagena con un juego rápido y al toque, logró golear al Lorca Deportiva que fue un equipo muy distinto al primer partido, que pagó el esfuerzo realizado. En la gran final, al Efesé le valía el empate pero el Real Murcia logró llevarse su primera Carabela de Plata en su cuarta participación. Los granas fueron más prácticos ante un Cartagena que luchó incasablemente aunque sin acierto de cara a portería.

XII CIUDAD DE CARTAGENA (1982)

Participantes: Cartagena F.C. (Subcampeón en el grupo II de Segunda División B ascendiendo a Segunda División en Torrejón), A.D. Rayo Vallecano (7º en Segunda División) y Lorca Deportiva (3º en el grupo II de Segunda División B permaneciendo en la categoría).

A.D. Rayo Vallecano 1 – 0  Lorca Deportiva

Goles: 1-0; 77’ Castro.

Detalles: 26-08-1982; 21:00. Algo menos de media entrada.

Cartagena F.C.  2 – 1  Lorca Deportiva

Goles: 0-1; 41’ Villa. 1-1; 59’ José Luis. 2-1; 60’ José Luis.

Detalles: 27-08-1982; 21:00. Cerca de tres cuartos de entrada.

Cartagena F.C.  0 – 1  A.D. Rayo Vallecano

Goles: 0-1; 32’ Favret.

Detalles: 29-08-1982; 19:30. Tres cuartos de entrada.

Observaciones: Inicialmente se barajó que participaran en esta edición el Málaga C.F. y el C.D. Castellón. El partido inaugural fue flojo y aburrido con un Rayo Vallecano algo superior que terminó llevándose el choque con una jugada individual en el tramo final del partido. El segundo partido se lo llevó el Cartagena con una gran remontada en la segunda parte, haciendo justicia: el albinegro José Luis destacó con sus dos goles en dos minutos. En el tercer y definitivo encuentro, el Efesé que tenía que ganar para llevarse la Carabela, no pudo ante un Rayo Vallecano que ganó con total justicia y con un fútbol práctico. Destacar la decepcionante actuación de José Luis que fue expulsado en el minuto 30 y que condicionó un partido donde el Cartagena lo intentó pese a la inferioridad numérica.

5. Final del XII Trofeo Ciudad de Cartagena (Periódico Hoja del Lunes de 30-08-1982).

XIII CIUDAD DE CARTAGENA (1983)

Participantes: Cartagena F.C. (16º en Segunda División permaneciendo en la categoría), Hércules C.F. (8º en Segunda División) y U.D. Las Palmas (16º en Primera División descendiendo a Segunda División).

Cartagena F.C.  2 – 0  U.D. Las Palmas

Goles: 1-0; 32’ Rivero. 2-0; 77’ Rivero. (Penaltis en caso de empate: Cartagena F.C.  4 – 3 U.D. Las Palmas).

Detalles: 24-08-1983; 21:00. Más de tres cuartos de entrada.

Hércules C.F. 2 – 0  U.D. Las Palmas

Goles: 1-0; 46’ Torres. 2-0; 66’ Chalo. (Penaltis en caso de empate: Hércules C.F. 5 – 4 U.D. Las Palmas).

Detalles: 25-08-1983; 21:00. Menos de mil espectadores.

Cartagena F.C.  2 – 1  Hércules C.F.

Goles: 1-0; 28’ Txomín. 1-1; 54’ Sanabria. 2-1; 87’ Rebollo.

Detalles: 26-08-1983; 21:00. Algo más de tres cuartos de entrada.

Observaciones: Se estuvo negociando con el equipo América de México con la idea de que fuera televisado en aquel país, pero finalmente no llegó a buen puerto la negociación. El primer partido lo resolvió el Cartagena con justicia y cierta solvencia, mostrando más eficacia y poder ofensivo. El segundo partido se lo llevó el Hércules con un fútbol práctico pese a la inferioridad numérica desde el minuto 35 en un partido aburrido en general donde defraudó el cuadro canario. Gran partido de desenlace en el Almarjal en el que los alicantinos encajaron el gol definitivo en su mejor momento.

XIV CIUDAD DE CARTAGENA (1984)

Participantes: Cartagena F.C. (16º en Segunda División permaneciendo en la categoría), Elche C.F. (5º en Segunda División ascendiendo a Primera División) y Lorca Deportiva (Campeón en el grupo II de Segunda División B ascendiendo a Segunda División).

Cartagena F.C.  1 – 2  Lorca Deportiva

Goles: 0-1; 14’ Campuzano. 0-2; 47’ Campuzano. 1-2; 56’ Rodríguez. (Penaltis en caso de empate: Cartagena F.C.  2 – 5 Lorca Deportiva).

Detalles: 20-08-1984; 21:30. Algo menos de tres cuartos de entrada.

Lorca Deportiva.  0 – 4  Elche C.F.

Goles: 0-1; 6’ Botella. 0-2; 35’ Neri. 0-3; 76’ Antoñín. 0-4; 80’ Félix. (Penaltis en caso de empate: Lorca Deportiva.  4 – 2 Elche C.F.).

Detalles: 21-08-1984. Algo menos de tres cuartos de entrada.

Cartagena F.C.  0 – 1  Elche C.F.

Goles: 0-1; 76’ Caballero.

Detalles: 22-08-1984. Tres cuartos de entrada.

Observaciones: El trofeo estuvo marcado por la violencia manifestada principalmente en los dos primeros partidos: cinco expulsiones en el primer choque y tres en el segundo, en total seis de ellas fueron por parte del Lorca Deportiva. El Cartagena perdió el primer choque injustamente donde predominó el antifútbol y la violencia. Dos jugadas aisladas bastaron para que el equipo visitante se llevara el partido. En el segundo encuentro el Elche goleó y encarriló la consecución de su tercer Carabela de Plata: esta vez el fútbol brusco del Lorca Deportiva no dio resultado y el Elche, más técnico y eficaz, sentenció en la primera parte, pudiendo haber sido la goleada superior. En el tercer partido, ante muy buen ambiente, el Efesé necesitaba ganar por 3-0 para alzarse con el trofeo. El Cartagena no estuvo acertado aunque lo intentó ante un Elche sólido y que jugó a lo práctico.

XV CIUDAD DE CARTAGENA (1985)

Participantes: Cartagena F.C. (8º en Segunda División), Elche C.F. (17º y penúltimo de Primera División descendiendo a Segunda División) y Hércules C.F. (15º de Primera División permaneciendo en la categoría).

Cartagena F.C.  1 – 3  Hércules C.F.

Goles: 0-1; 35’ Mestre. 0-2; 37’ Juan Carlos. 0-3; 46’ Mestre. 1-3; 86’ Amorós. (Penaltis en caso de empate: Cartagena F.C.  5 – 4 Hércules C.F.).

Detalles: 20-08-1985; 21:00. Media entrada.

Elche C.F. 3 – 1  Hércules C.F.

Goles: 1-0; 14’ Paco Machín. 1-1; 22’ Kempes. 2-1; 26’ Paco Machín. 3-1; 40’ Paco Machín (P.).

Detalles: 21-08-1985; 21:00. Unos 1.500 espectadores.

Cartagena F.C.  0 – 2  Elche C.F.

Goles: 0-1; 3’ Paco Machín. 0-2; 88’ Claudio.

Detalles: 22-08-1985; 21:00. Cerca de tres cuartos de entrada.

Observaciones: Ya en el primer partido de esta edición se esfumaron gran parte de las opciones del Cartagena al caer derrotado justamente ante un superior Hércules. De poco sirvió la gran presión en todo el campo ejercida por los locales que incluso fueron abucheados por el respetable a la finalización. En el segundo partido, el Elche pasó por encima del Hércules donde Paco Machín brilló con tres goles. En el partido definitivo el Elche se llevó su cuarta Carabela de Plata al superar al Efesé con un futbol muy práctico con mucha solidez en defensa.

XVI CIUDAD DE CARTAGENA (1986)

Participantes: Cartagena F.C. (14º de Segunda División), Elche C.F. (4º de Segunda División a un puesto del ascenso a Primera División) y América Mineiro (12º Segunda División de Brasil (Serie B) que tenía 24 equipos).

Cartagena F.C.  3 – 2 (5-2) Elche C.F

Goles: 1-0; 27’ Huertas. 1-1; 40’ Boria. 2-1; 42’ Sandor Kiss. 3-1; 48’ Sandor Kiss. 3-2; 55’ Escobar.

Detalles: 19-08-1986; 21:00. Menos de tres cuartos de entrada.

Elche C.F  1 – 1  América Mineiro

Goles: 1-0; 40’ Paco Machín. 1-1; 59’ Alex.

Detalles: 20-08-1986. Muy poco público.

Cartagena F.C.  0 – 0  América Mineiro

Detalles: 22-08-1986; 21:00. Buena entrada.

Observaciones: Cuarta vez que el trofeo era internacional con la primera participación de un conjunto brasileño. Buen primer partido con muchos goles en el que el Cartagena F.C. se impuso con justicia y encarriló la consecución del Carabela de Plata con la destacada actuación del húngaro Sandor Kiss. En el segundo partido, en un encuentro malo y muy aburrido, el Elche lo intentó mínimamente aunque sin victoria finalmente. El encuentro definitivo fue muy competido con alternativas en el que el equipo brasileño, pese a la inferioridad numérica, lo intentó hasta el último momento. Victoria que le hubiera supuesto alzar el Ciudad de Cartagena.  Con esta consecución, el Cartagena obtuvo su octava Carabela de Plata pero en la prensa de la época ya se comentaba que habían desaparecido cuatro trofeos “Ciudad de Cartagena” de las vitrinas del club.

XVII CIUDAD DE CARTAGENA (1987)

Participantes: Cartagena F.C. (3º en el grupo C de Segunda División, equivalente al decimoquinto clasificado sobre un total de 18 equipos. Formación de grupos derivado de una reestructuración donde al final no hubo descensos. Inicialmente había previsto tres, logrando por tanto el Cartagena F.C. la permanencia por méritos propios tras empatar a 4 en Oviedo en la última jornada) y Real Murcia C.F. (5º en el grupo B, equivalente a undécimo clasificado de Primera División de 18 equipos).

Cartagena F.C.  1 – 0  Real Murcia C.F.

Goles: 1-0; 21’ Fernando Santis.

Detalles: 26-08-1987; 21:30. Último “Ciudad de Cartagena” disputado en “El Almarjal” con unos 7.000 espectadores.

Observaciones: El Real Murcia C.F. visitó gratis Cartagena para la disputa del trofeo en compensación por el reciente traspaso del destacado jugador albinegro Pedro Cordero. Partido muy disputado donde los albinegros se impusieron con total justicia y en el que los visitantes no dieron una buena imagen.

XVIII CIUDAD DE CARTAGENA (1988)

Participantes: Cartagena F.C. (20º y último clasificado Segunda División descendiendo a Segunda División B) y Real Murcia C.F. (17º de Primera División, logrando la permanencia tras superar a la A.D. Rayo Vallecano en la promoción de descenso).

Cartagena F.C.  1 – 3  Real Murcia C.F.

Goles: 0-1; 48’ Herrero. 0-2; 54’ Clos. 1-2; 64’ Manolo. 1-3; 87’ Clos.

Detalles: 18-08-1988; 21:00. Primera vez que se disputaba el trofeo en el Cartagonova, ante unos 3.500 espectadores.

Cartagena F.C.  2 – 2  Real Murcia C.F.

Goles: 1-0; 27’ Paco Machín. 1-1; 43’ Clos. 1-2; 56’ Juanjo. 2-2; 77’ Paco Machín (P.).

Detalles: 26-08-1988; 21:00. Cartagonova ante unos 3.000 espectadores.

Observaciones: Esta modalidad de doble partido es la única vez que se ha producido en las 50 ediciones debido a la renuncia a última hora del Elche C.F. porque no querían enfrentarse al que iba a ser su rival en la tercera jornada de Primera División. Un primer partido que tras una aburrida primera parte, el equipo visitante cambió bastante y sentenció en 10 minutos. En el segundo envite, el Cartagena salió dispuesto a remontar la eliminatoria, que se llegó a adelantar pero la reacción de los visitantes tras el descanso hizo que el trofeo se fuera de Cartagena.

XIX CIUDAD DE CARTAGENA (1989)

Participantes: Cartagena F.C. (7º en el grupo IV de Segunda División B) y Orihuela Deportiva (Campeón del grupo XIII de Tercera División ascendiendo a Segunda División B).

Cartagena F.C.  1 – 1 (5-4)  Orihuela Deportiva

Goles: 1-0; 51’ Acosta. 1-1; 79’ López Rekarte. En los penaltis, por parte de los locales lanzaron Egea, Acosta, Bayardo, Alfonso, Ray y Miguel Requena, fallando solo Bayardo. Por parte de los visitantes lanzaron Ricardo, Gambín, Latorre, Sebas, Chaparro y Sigüenza, fallando Gambín y Sigüenza.

Detalles: 24-08-1989; 21:30. Unos 3.000 espectadores.

Observaciones: Gran actuación del conjunto albinegro en un partido vibrante que mereció haber ganado antes de los penaltis. La grada quedó muy contenta con la presentación de un equipo con muchos jóvenes que hilaron muy buenas jugadas sin cometer apenas faltas. Aunque estaba prevista la prórroga finalmente se decidió pasar directamente al lanzamiento de penaltis tras un acuerdo de los entrenadores.

6. Titular del desenlace del XIX Trofeo Ciudad de Cartagena (Periódico La Opinión de Cartagena de 25-08-1989).

XX CIUDAD DE CARTAGENA (1990)

Participantes: Cartagena F.C. (11º en el grupo IV de Segunda División B) y Elche C.F. (14º de Segunda División).

Cartagena F.C.  2 – 1  Elche C.F.

Goles: 1-0; 40’ Cordero. 2-0; 67’ Márquez. 2-1; 72’ Guina.

Detalles: 21-08-1990; 21:30. Alrededor de 4.500 espectadores.

Observaciones: Resultado justo con notable actuación del Cartagena en un gran partido muy disputado con oportunidades por ambos bandos. Un encuentro vistoso donde los ilicitanos fueron ordenados pero con falta de acierto en el área rival. El gol del Elche dio emoción a los últimos minutos pero ya era demasiado tarde para mover el resultado. El árbitro se mostró muy casero que incluso anuló un gol legal del ilicitano José Ramón.

XXI CIUDAD DE CARTAGENA (1991)

Participantes: Cartagena F.C. (Subcampeón en el grupo III de Segunda División B, no logrando el ascenso tras verse superado en la promoción por el Racing de Santander en un final de liga muy polémico) y Real Murcia C.F. (3º en Segunda División, no logrando el ascenso tras disputar la promoción contra el Real Zaragoza).

Cartagena F.C.  1 – 0  Real Murcia C.F.

Goles: 1-0; 30’ Cordero.

Detalles: 13-08-1991; 21:15. Unos 5.000 espectadores.

Observaciones: Gran partido de presentación del conjunto albinegro que consiguió doblegar con total justicia al Real Murcia. Los visitantes sembraron muchas dudas sobre si realmente existían carencias que pudieran condicionar su temporada venidera en Segunda División.

XXII CIUDAD DE CARTAGENA (1992)

Participantes: Cartagena F.C. (Campeón en el grupo III de Segunda División B, no logrando el ascenso tras verse superado por el C.D. Badajoz en la promoción de ascenso) y Real Murcia C.F. (11º en Segunda División, logrando la permanencia en los terrenos de juego pero descendiendo a Segunda División B por problemas económicos).

Cartagena F.C.  1 – 0  Real Murcia C.F.

Goles: 1-0; 77’ Cordero.

Detalles: 19-08-1992; 21:30. Unos 4.000 espectadores.

Observaciones: El Cartagena ejerció un mayor dominio sobre el partido aunque hubo alternativas por ambas partes. Justo cuando dominaba más el Real Murcia fue expulsado Eugenio en el 65’ y cambiaron las tornas. Llegaron las oportunidades claras para los albinegros y el gol definitivo.

XXIII CIUDAD DE CARTAGENA (1993)

Participantes: Cartagena F.C. (5º en el grupo III de Segunda División B) y Real Murcia C.F. (Campeón en el grupo III de Segunda División B, ascendiendo a Segunda División tras superar en la promoción al Getafe C.F., Baracaldo C.F. y Granada C.F.).

Cartagena F.C.  1 – 0  Real Murcia C.F.

Goles: 1-0; 45’+3’ Zapatera.

Detalles: 20-08-1993; 21:30. Cartagonova ante unos 2.000 espectadores.

Observaciones: El equipo albinegro se llevó el trofeo mostrando una muy buena imagen con claro dominio sobre los visitantes durante todo el partido. El Real Murcia que apenas creó oportunidades se quedó con 10 jugadores por una expulsión a los 32 minutos de partido.

XXIV CIUDAD DE CARTAGENA (1994)

Participantes: Cartagena F.C. (5º en el grupo III de Segunda División B) y Real Murcia C.F. (18º de Segunda División descendiendo a Segunda División B).

Cartagena F.C.  0 – 0 (4-5) Real Murcia C.F.

Goles: En el desempate tras seis lanzamientos por parte del Cartagena F.C. marcaron Narciso, Roteta, Naixes y Ayala, fallando Antonio y Peri. Por su parte, el Real Murcia C.F. marcaron Juanito, Echarri, Jero, Rosagro y Guerrero, fallando Sebas.

Detalles: 25-08-1994; 21:30. Unos 1.000 espectadores.

Observaciones: Edición no exenta de polémica porque el encuentro casi no se celebra y comenzó con un retraso de 43 minutos porque el Real Murcia no estaba dispuesto a jugar si no cobraban el dinero estipulado en metálico (500.000 pesetas), no aceptando un talón. Finalmente cobraron en el descanso gracias a que la taquilla fue de 600.000 pesetas. Respecto a lo deportivo, ninguno de los equipos hizo un buen papel en un partido nivelado de muy pocas oportunidades.

XXV CIUDAD DE CARTAGENA (1995)

Participantes: Cartagena F.C. (16º en el grupo IV de Segunda División B, logrando la permanencia en la primera eliminatoria a partido único ante la U.D. Casetas. Semanas después se consumaría el descenso a Tercera División por problemas económicos) y Real Murcia C.F. (17º en el grupo III de Segunda División B descendiendo a Tercera División).

Cartagena F.C.  1 – 0  Real Murcia C.F.

Goles: 1-0; 43´ Priego.

Detalles: 23-08-1995; 21:30. Unos 200 espectadores.

Observaciones: Triunfo justo del Cartagena F.C. en un descafeinado trofeo que cumplía las bodas de plata con mínima expectación dadas las circunstancias de la nueva categoría de ambos conjuntos en Tercera División. El partido comenzó 15 minutos más tarde porque el Cartagena F.C no saltaba al terreno de juego, supuestamente por la lluvia. El equipo local se impuso con claridad quedándose el trofeo en casa.

7. Titular del desenlace del XXV Trofeo Ciudad de Cartagena (Periódico La Verdad de Murcia de 24-08-1995).

XXVI CIUDAD DE CARTAGENA (1996)

Participantes: Cartagena F.C. (Subcampeón del grupo XIII de Tercera División sin ascenso a Segunda División B, quedando segundo en la promoción tras el Lliria C.F.) y A.D. Mar Menor (3º del grupo XIII de Tercera División con ascenso a Segunda División B tras superar en la promoción al U.E. Tárraga, Pinoso C.F. y C.F. Playas de Calviá).

Cartagena F.C.  0 – 5  A.D. Mar Menor

Goles: 0-1; 11´ Mir. 0-2; 14´ Mir. 0-3; 21´ Mir. 0-4; 51´ Puskas. 0-5; 55´ Fabián.

Detalles: 28-08-1996; 21:00. Cartagonova ante 107 espectadores con presencia de afición visitante.

Observaciones: La A.D. Mar Menor, tras su reciente ascenso a Segunda División B se alzaba con el trofeo en su primera participación ante un Cartagena F.C. que atravesaba una crisis económica sin precedentes y encajaba el peor resultado en un Carabela de Plata. Un Mar Menor muy serio en defensa se llevó sin problema el derbi comarcal donde a pesar del resultado tampoco ofreció una buena imagen y sembró dudas de cara a la campaña venidera.

XXVII CIUDAD DE CARTAGENA (1997)

Participantes: Cartagonova F.C. (Campeón del grupo XIII de Tercera División sin ascenso a Segunda División B, quedando tercero en la liguilla tras F.C. Barcelona C y C.F. Sóller) y A.D. Mar Menor (16º del grupo IV de Segunda División B logrando la permanencia frente al S.D. Huesca en la última eliminatoria por la permanencia).

Cartagonova F.C.  1 – 1 (5-4) A.D. Mar Menor

Goles: 0-1; 7´ Fabado. 1-1; 52´ Andrés.

La primera tanda de penaltis finalizó 4-4. El local Alberto García marcó el quinto, fallando el visitante Villena.

Detalles: 19-08-1997; 21:15. Unos 200 espectadores.

Observaciones: El Cartagonova F.C. obtuvo en su primera participación la Carabela de Plata tras superar con justicia a un equipo de superior categoría, en un encuentro que pese a la proximidad y la rivalidad comarcal no levantó expectación. El Cartagonova agradó y superó al Mar Menor en gran parte del partido pese a la ausencia de goles. Primera vez en la historia que no participaba el Cartagena F.C, equipo organizador y fundador del trofeo, que se retiró de la competición del Grupo XIII de Tercera División en la temporada precedente.

XXVIII CIUDAD DE CARTAGENA (1998)

Participantes: Cartagonova F.C. (Campeón del grupo XIII de Tercera División con ascenso a Segunda División B en la liguilla de ascenso con el memorable 8-0 al C.D. Tortosa), RCD Mallorca B (3º del grupo III de Segunda División B, con ascenso a Segunda División tras superar en la liguilla al Granada C.F., Bilbao Athletic Club B y C.P. Cacereño) y Almería C.F (7º del grupo IV de Segunda B).

Cartagonova F.C.  2 – 1  RCD Mallorca B

Goles: 1-0; 65’ Manolo. 1-1; 67’ Maldonado. 2-1; 76’ Manolo.

Detalles: 18-08-1998; 21:00. Ante 500 espectadores.

Almería C.F.  0 – 0  RCD Mallorca B

Goles: (Penaltis en caso de empate: Almería C.F.  6 – 7 RCD Mallorca B).

Detalles: 19-08-1998; 21:00. Unos 150 espectadores.

Cartagonova F.C.  0 – 0  Almería C.F. 

Detalles: 20-08-1998; 21:00. Alrededor de 600 espectadores.

Observaciones: El Cartagonova F.C. obtuvo su segunda y consecutiva Carabela de Plata tras superar el triangular. Esta modalidad no estaba presente desde 1986. Justo campeón tras vencer al Mallorca B de superior categoría y empatar ante el Almería C.F. El Cartagonova se impuso con justicia en el primer partido ante los mallorquinistas que ofrecieron una buena imagen pero que tuvieron profundidad ni ocasiones claras. El segundo encuentro fue aburrido con muy pocas ocasiones. En la final, un Cartagonova muy conservador logró un empate ante un rival sin ambición ni profundidad en su juego.

XXIX CIUDAD DE CARTAGENA (1999)

Participantes: Cartagonova F.C. (Subcampeón del grupo III de Segunda División B sin ascenso tras caer contra el Córdoba C.F. en la liguilla), Levante U.D (Campeón del grupo III de Segunda División B ascendiendo a Segunda División en la liguilla tras superar al Real Madrid C.F. Castilla, Polideportivo Almería y Bermeo F.T.), Elche C.F. (3º del grupo III de Segunda División B con ascenso a Segunda División tras superar a Univ. Las Palmas de Gran Canaria C.F., Burgos C.F. y U.D. Melilla) y Villareal C.F. (18º de Primera División descendiendo a Segunda División tras perder la promoción de permanencia contra el Sevilla F.C. de Segunda División).

Villareal C.F.  2 – 0  Levante U.D.

Goles: 1-0; 44’ Gaitán. 2-0; 93’ Caballero.

Detalles: 10-08-1999; 20:15. Unos 200 espectadores.

Cartagonova F.C.  1 – 2  Elche C.F.

Goles: 1-0; 8’ Keko. 1-1; 37’ Mariano. 1-2; 39’ Armentano.

Detalles: 10-08-1999; 22:00. Sobre 1.000 espectadores.

Villareal C.F.  2 – 1  Elche C.F.

Goles: 1-0; 19’ Moisés. 1-1; 84’ Huegún. 2-1; 85’ Moisés.

Detalles: 11-08-1999; 20:15. Ante 200 espectadores.

Cartagonova F.C.  2 – 2 (3-4) Levante U.D.

Goles: 0-1; 60’ Giner. 1-1; 68’ Coco. 1-2; 83’ Miguel. 2-2; 85’ Alberto García.

Detalles: 11-08-1999; 22:00. Alrededor de 400 espectadores.

Observaciones: El Villareal C.F. se llevó el torneo cuadrangular que no se celebraba con esta modalidad desde la primera edición de 1969. La participación de tres equipos de Segunda División de la Comunidad Valenciana no despertó el interés en la afición, que junto con la no retransmisión de Canal 9 dejó unas pérdidas de 7 millones de pesetas en las arcas del club. En diferido se retransmitieron por TV Mar Menor. En la primera semifinal, el Villareal se impuso con cierta dificultad en un partido aburrido donde el Levante tuvo alguna oportunidad de nivelar el choque. En la segunda semifinal, el Cartagonova que pese a que logró adelantarse no ofreció una buena imagen. Fue perdiendo la intensidad mostrada inicialmente, derivando en posesión y ocasiones para los ilicitanos. La final se la llevó el Villareal gracias a la solidez defensiva y al buen trabajo colectivo, que solo repitió dos jugadores del encuentro previo. El duelo por el tercer puesto se decantó finalmente por el Levante en un encuentro muy disputado donde los locales mejoraron su juego respecto a la semifinal, aunque fue insuficiente.

XXX CIUDAD DE CARTAGENA (2000)

Participantes: Cartagonova F.C. (8º en el grupo III de Segunda División B) y Polideportivo Almería (5º en el grupo IV de Segunda División B).

Cartagonova F.C.  2 – 0  Polideportivo Almería

Goles: 1-0; 47´ David Franch. 2-0; 83´ Garzón.

Detalles: 17-08-2000; 21:00. Sobre 500 espectadores.

Observaciones: El trofeo se quedaba en casa y el Cartagonova conseguía con dos goles de bella factura su tercera Carabela de Plata ante un rival de igual categoría. Superioridad en el juego local que pudo golear. Tras el fracaso económico de la anterior edición, este año se optó en el club por ser más conservadores.

8. Titular del desenlace del XXX Trofeo Ciudad de Cartagena (Periódico La Verdad de Cartagena de 18-08-2000).

Bibliografía:

Periódico El Noticiero de Cartagena (Archivo Municipal de Cartagena) en las ediciones de 1969, 1970, 1971 y 1972.

Periódico Marca (Hemeroteca Municipal de Madrid): 1969, 1970, 1971, 1972, 1976, 1977, 1978, 1979, 1980, 1981, 1982, 1983, 1984, 1985, 1986, 1987, 1988, 1990, 1991 y 1994.

Periódico La Hoja del Lunes (Archivo Municipal de Murcia) en las ediciones de 1969, 1970, 1971, 1972, 1976, 1977, 1978, 1982, 1983, 1984, 1985, 1986, 1987 y 1988.

Periódico Línea (Archivo Municipal de Murcia) en las ediciones de 1969, 1970, 1971, 1972, 1975, 1976, 1977, 1978, 1979, 1980, 1981 y 1982.

Periódico La Verdad de Murcia (Hemeroteca online de La Verdad) en las ediciones de 1969, 1970, 1972, 1975, 1976, 1977, 1978, 1979, 1980, 1981, 1982, 1983, 1984, 1985, 1986, 1987, 1989, 1990, 1991, 1992, 1993, 1994, 1995, 1996 y 1999.

Periódico La Verdad de Cartagena (Archivo Municipal de Cartagena) en la edición de 1993.

Periódico La Verdad de Cartagena (Hemeroteca online de La Verdad) en la edición de 2000.

Periódico La Opinión de Cartagena (Archivo Municipal de Cartagena) en las ediciones de

1988, 1989, 1990, 1991, 1993, 1997, 1998 y 1999.

Ilustraciones:

  1. Web del Ayuntamiento de Cartagena de 20-07-2022.

Enlace: https://www.cartagena.es/detalle_noticias.asp?id=69403

  1. Periódico El Noticiero de Cartagena de 25-08-1969. Página 5.
  2. Periódico El Noticiero de Cartagena de 25-08-1972. Página 6.
  3. Periódico Línea de 26-08-1977. Portada.
  4. Periódico Hoja del Lunes 30-08-1982. Portada.
  5. Periódico La Opinión de Cartagena 25-08-1989. Página 31.
  6. Periódico La Verdad de Murcia de 24-08-1995. Página 34.
  7. Periódico La Verdad de Cartagena de 18-08-2000. Página 37.



¿Qué es el fútbol?

¿Qué es el fútbol?

Hace ya casi diez años me invitaron a intervenir en un coloquio internacional organizado por la Universidad Paris-Descartes titulado «Diferentes formas de la práctica del fútbol». La invitación tenía una finalidad precisa: oponerme a un representante de la opinión académica francesa sobre el tema de la unidad o la disparidad entre el fútbol callejero y el fútbol de los estadios.

Yo había escrito varios textos sobre el fútbol de la calle y su aporte, y desarrollado un análisis aplicado acerca de la «naturaleza callejera» que mantuvo el fútbol de la selección de Uruguay durante su época dorada: ausencia de director técnico externo; autogestión táctica; selección del equipo por los jugadores-cuadros; arbitraje protestable; flexibilidad táctica permanente; desprecio por los dispositivos; rol eminente del capitán; discusión en la cancha; trabajo sicológico (mental) por los jugadores entre ellos y hacia el adversario; etcétera.

A este pensamiento, los organizadores querían oponer las posiciones clásicas de la universidad francesa, expresadas en este caso por Pascal Bordes, según las cuales existiría una división tajante, por no decir un antagonismo, entre el fútbol de la calle y el de los estadios, el infantil y el profesional. El primero sería juego, placer, desorden, desinterés por el resultado; el segundo deporte, trabajo, táctica, competición para ganar.

Intuitivamente, habiendo sido yo durante toda mi infancia y juventud un buen futbolista de barrio montevideano, estas oposiciones me parecieron siempre poco consistentes: jugábamos en el patio de la escuela, en la calle de casa, en las canteras al borde de la playa Trouville o en las canchitas de Punta Carretas con gran intensidad, estableciendo, implícitamente o en la discusión, verdaderos dispositivos tácticos, y siempre para ganar. Nadie podría convencerme de que lo que yo jugaba era una cosa muy diferente de la que practicaban mis ídolos sobre el césped del Estadio Centenario.

La invitación me obligó a ahondar el tema. La conceptualización que empecé a establecer entonces se fue consolidando. La presento aquí resumidamente.

Algunas consideraciones previas

La tesis de la dicotomía entre un fútbol-juego y un fútbol-deporte aparece expresada en algunos libros prestigiosos desde hace ya mucho tiempo.

En su famoso Homo Ludens escrito en 1938, el neerlandés Joan Huisinga afirma que el fútbol es un juego cuando lo practica el niño despreocupado, y eventualmente cuando lo juegan los adultos los domingos entre amigos. El sociólogo francés Roger Caillois retoma esta idea en su Les jeux et les hommes (1958) pero insistiendo, ya no en la sicología de la acción, sino en la diferencia entre juego y trabajo. El que trabaja, según Caillois, deja de jugar.

Así, ambos libros establecen un corte entre el juego como actividad totalmente «libre» y el deporte como actividad organizada en torno a la noción de deber.

Sin entrar en las razones específicas que sustentan los planteamientos de estos dos autores, no resultará abusivo decir que el sustrato que los une es la preferencia clasista por el amateurismo, lógico en la concepción monárquica de Huizinga, proyectado en la idea muy individualista, infantil y solitaria -pequeño burguesa- que Caillois se hace del juego.

Una objeción comparativa viene inmediatamente al caso: si el jugador -nótese que el futbolista del más alto nivel es denominado «jugador» y considerado verbalmente como tal, es decir como «pieza de juego» o «encarnación del juego»- solo juega cuando no le pagan, cuando no tiene patrón, también podríamos decir que el pintor, el actor, el escritor, el poeta dejan de pintar, de actuar, de escribir y de confeccionar versos cuando sus obras se empiezan a vender. Es que se confunden dos aspectos: la relación social y la producción o actividad. Y se atribuye a relación social asalariada una fuerza necesariamente negativa como si el hecho de profesionalizarse no significara nunca mayor libertad, más tiempo y más medios para crear y expresarse. La obra de los grandes músicos, escritores y pintores basta para negar estas teorías.

Juego y deporte

Coubertin, y con él los dirigentes que fundaron el movimiento olímpico en 1894, manejaron conceptos de juego y de deporte que aún hoy me parecen pertinentes.

En los listados programáticos que establecieron desde la primera asamblea internacional reunida en la Sorbona, diferenciaron las disciplinas propiamente atléticas (deportivas) de los denominados entonces «juegos atléticos». En las primeras categorías se hallaban el atletismo, la vela, el tiro, el boxeo, la lucha, las carreras de caballos, la esgrima, etcétera, y en los juegos atléticos figuraban el tenis, el fútbol, el polo, el waterpolo, el béisbol, etcétera.

La pertinencia de esta distinción provenía del uso natural de los conceptos: el boxeador, el esgrimista, el velocista no juegan, no son jugadores. Y también de una percepción intuitiva en cuanto a la génesis de las actividades en el marco del denominado proceso de «deportivización».

Dicho de otra manera, los deportes no son actividades basadas en técnicas inventadas que siguen reglas inventadas como lo son los juegos. Los deportes son actividades que preexisten en la historia de la especie humana, recortadas y practicadas en contextos universales a fines de performance. El hombre nada y de ahí la natación, pelea y de ahí el boxeo, guerrea y de ahí el tiro, navega y de ahí el remo y la vela, cabalga y de ahí la equitación.

El juego atlético en cambio, aunque incorpora componentes deportivos (correr, saltar, pelear, nadar, cabalgar, etcétera) es otra cosa: un invento, una actividad que solo existe en su marco lúdico, y que sale de la nada. Así por ejemplo, no se conocen actividades humanas útiles que puedan ser consideradas como antecedentes del pateador de pelotas de fútbol, del tirador de baloncesto, ni tampoco actividades agrícolas o industriales que se parezcan a las técnicas que movilizan el tenis, la cesta punta, las bochas o el voleibol.

El juego es una cosa rara, y esa cosa rara, que moviliza un espacio de juego, instrumentos de juego y claro está, jugadores, tiene un alma que comúnmente se denomina «reglas de juego», y que en lo que se refiere al fútbol suele llamarse «leyes de juego».

Esas leyes SON el juego, son lo que cada jugador lleva dentro de sí mismo, a lo cual el individuo se somete cuando se convierte en jugador. Por consiguiente, saber si hay o no hay unidad de todos los fútboles, de la calle y del estadio, pasa por establecer si hay o no unidad en materia de leyes del juego, en materia de alma. En lo que se refiere al fútbol, la gran diversidad de prácticas parece inducir una respuesta negativa. Pero no hay que confundir práctica y ley.

Diversidad y vaguedad del fútbol antes de su fijación legal

Las leyes del fútbol moderno se fijan de modo definitivo en 1902 cuando la IFAB, pese a la oposición permanente de los amateurs ingleses y de buena parte de los clubes escoceses, impone el punto de tiro penal y el diseño de las áreas actuales. Entre 1850 y esa fecha, especialmente en la zona inglesa, la diversidad de los fútboles y la inestabilidad de las reglas eran lo común.

Antes de que surgiera la Football Association reinaba el fútbol «de ley contextual». En tal universidad o fábrica, en tal patio o terreno, los practicantes elaboraban leyes de juego precisas considerando muy exactamente el contexto, las características de su cancha y las motivaciones atléticas de los participantes. Definían así un fútbol que solo se jugaba en ese lugar y que tomaba en cuenta por ejemplo la presencia de un pasillo, de un muro o de una gran cantidad de players disponibles. Posteriormente, la Football Association y la Sheffield Association redactaron reglas de juego descontextualizadas, susceptibles de difundirse para ser aplicadas en cualquier sitio.

Es un error considerar que el fútbol moderno se creó en Londres en 1863. Los arcos de entonces no tenían travesaño, el gol se podía meter a cualquier altura y se autorizaba el juego de mano en la fase defensiva de modo que todos los jugadores eran guardametas. Fue el inicio de un largo proceso de tanteos, cuya piedra fundamental fue la definición definitiva del arco en 1872, y cuya brújula, paradójicamente, fue la lenta creación del puesto particular de guardameta.

Después de la unificación del fútbol con la creación de la IFAB en 1886, y sobre todo de la FIFA en 1904, se asistió a un nuevo proceso multiplicador, de arriba hacia abajo, formalizado de diferentes maneras. Surgieron entonces el fútbol de sala o de gimnasio, el fútbol de playa, y en un plano más estrictamente futbolístico, todos los matices prácticos: fútbol 5, 7 y 9.

De toda ese largo y contradictorio movimiento permanente de unificación y diversificación resulta lo que la IFAB sigue publicando hoy bajo el título de «Leyes de juego». Estas leyes del juego, cuya última edición data de 2019, arrastran los resabios del pasado disperso y contienen los resortes de la diversificación por venir: conservan por ello una gran elasticidad.

El largo de la cancha oficial oscila entre 90 y 120 metros, el ancho entre 45 y 90. La superficie de una cancha puede variar de un mínimo de 4.050 metros cuadrados a un máximo de 10.800. Una cancha puede ser cuadrada, de 90 x 90, y perfectamente legal. La circunferencia y el peso de la pelota también son variables. La cantidad de jugadores es de 11 «como máximo», pero un encuentro oficial puede jugarse con equipos de siete integrantes.  La cantidad de cambios autorizados no deja de crecer. Esto da una variabilidad de plantel que oscila entre 7 y 17 jugadores, y más aún en los encuentros amistosos. Como en la calle, cualquier jugador de campo puede ejercer el puesto de guardameta «a condición de advertir al árbitro y de efectuar el cambio en momentos en que el juego está detenido». Esto significa que en la ley todos los jugadores son guardametas potenciales. Etcétera, etcétera.

Y a todas estas elasticidades expresadas en las leyes del juego de los adultos que pretenden disputar competiciones reconocidas, corresponde agregar todas las variantes existentes de tamaño: los mencionados fútboles 5, 7, 9, así como también el fútbol de veteranos (con menos tiempo de juego), el baby fútbol y el fútbol infantil. En 2010 en Sudáfrica, con el acuerdo de la FIFA, el movimiento StreetFootballWorld organizó un campeonato del mundo callejero paralelo entre sus asociaciones miembro que también fue fútbol.

Todo esto permite decir a la IFAB: «Las leyes de juego son idénticas para todos. Así se trate de la final de la Copa del Mundo o de un encuentro entre niños en un pueblito perdido. El hecho de que las leyes de juego se apliquen en cada confederación, país, ciudad o pueblo del mundo entero es una fuerza considerable que debemos preservar.»

Leyes cuantitativas y leyes cualitativas

El problema es que las reglas de la IFAB solo se refieren a los encuentros entre adultos en un marco organizado, sobre la base del fútbol 11. ¿Cómo se sustenta entonces precisamente la unidad de las reglas entre las prácticas aparentemente muy distintas, entre una Copa del Mundo estrictamente encuadrada y un encuentro infantil informal, disputado en un parque, con una pelota de goma y arcos delimitados con pulóveres?

Las leyes de juego del fútbol, como las de los otros juegos de pelota, son de dos órdenes: algunas definen aspectos cuantitativos, otras definen aspectos cualitativos. Entre las primeras se hallan las que fijan el tamaño de la cancha, de los arcos, la cantidad de jugadores, la duración del encuentro, la cantidad de árbitros, los cambios, los tipos de suelo, tipo y tamaño de pelota, etcétera. Entre las segundas se cuentan las leyes fundamentales relativas a las faltas de mano (hand), faltas físicas (fouls), puesta en juego del balón en diferentes circunstancias, modalidades de ejecución de tiros libres y penales, definición del puesto de guardametas, etcétera.

Lo que se constata entonces con respecto al fútbol es fundamental: las leyes cuantitativas son de una elasticidad total. Sus parámetros varían ilimitadamente sin que por ello se afecten las leyes cualitativas del juego, es decir, la esencia misma del fútbol. La plasticidad material del fútbol puede ser definida como absoluta o total: se puede jugar en canchas de cualquier tamaño y de cualquier sustancia, con pelota de cualquier tamaño y de cualquier sustancia, uno contra uno o veinte contra veinte, veinte minutos durante el recreo o todo el domingo en el parque entre compañeros de liceo, en familia o entre equipos constituidos. En la época de las canchas informales en la calle y en los terrenos baldíos, los arcos se construían con piedras, adaptándose su ancho y su altura imaginaria a la envergadura y edad del guardameta de turno. En Africa se sigue jugando con pelotas hechas con trapo o bolsas de nailon. Lo notable es que pese a esa elasticidad material absoluta, el espíritu de la ley permanece intacto.

Sin duda ciertas leyes son modificadas, adaptadas a las circunstancias, al contexto, a la disponibilidad, a la naturaleza más o menos intensa del encuentro. En la calle, la barrera del tiro libre puede desaparecer. El córner puede no dar lugar a centro. El fuera de juego es sustituido por un sentido implícito del fair-play o por consensos establecidos entre los jugadores que deciden limitar la potencia del tiro o excluyen el gol de larga distancia. También todos los jugadores son árbitros. Pero estos cambios siguen siendo fundamentalmente de carácter cuantitativo y relativos a un elemento clave que los jugadores saben preservar muy bien: la tensión lúdica.

Si se compara la plasticidad material del fútbol con la de los otros deportes modernos de pelota, salta a la vista su superioridad. Para jugar al basquetbol hace falta un suelo especial, duro y liso, una pelota que rebote bien y cestas cuya altura no es ajustable a la de los jugadores. La cantidad de jugadores de tenis es reducida y para practicar este juego hace falta una cancha muy especial, raquetas y pelotas especiales. Igualmente el voleibol exige un dispositivo de red y una pelota liviana.

Concluyendo

La primera conclusión es pues que el fútbol cuenta con una característica única: la plasticidad total de sus leyes cuantitativas. La segunda es que esto no altera su esencia cualitativa. Por el contrario: la total flexibilidad material preserva su luminosa permanencia espiritual. Y es lo que permite demostrar su unidad a todos los niveles. La total plasticidad del fútbol sin alteración de su ley cualitativa explica por qué el fútbol se ha difundido en todo el planeta y convertido en el juego más practicado por los humanos.




Resumen estadístico de todas las temporadas del FC Barcelona XXVI. Temporada 1924-1925

RESUMEN DE LA TEMPORADA: 1924 – 1925
TODAS LAS COMPETICIONES RELEVANTES JUGADAS EL CAMPEONATO NACIONAL DE LA COPA DE ESPAÑA        ·S. M. Rey Alfonso XIII· EL CAMPEONATO NACIONAL DE    LIGA CATALÁN DE       1RA ·CATEGORÍA·           Fue Ampliado a: 8 Equipos, y el Barça se Clasificó como vig. Campeón para jugar la: Copa. TOTAL DE LOS PARTIDOS DE COMPETICIÓN Y QUE YA SON CONSIDERADOS ·OFICIALES· EL CAMPEONATO NACIONAL DE CATALUÑA DE      LOS EQUIPOS DE ·RESERVAS·           Y que fue no Oficial. LOS TROFEOS MENORES, LAS COMPETICIONES NO OFICIALES Y LOS PARTIDOS   ·AMISTOSOS· TODOS LOS TOTALES GENERALES ·FINALES·
LOS TÍTULOS CONSEGUIDOS Y FUE CAMPEÓN (6ª) Y FUE CAMPEÓN (14º) Y LOS TOTALES = 2 IGN. CLASIFIC. FINAL FUERON DIVERSOS ACUMULADOS = 24
Y LOS JUGADORES Partidos Goles Partidos Goles Partidos Goles Partidos Goles Partidos Goles Partidos Goles
Domènec CARULLA i Bertrán «Minguet» 8 · 13 1 21 1 · · 28 · 49 1
Emyl WALTER Buckhard «Emilio» ‘Sarg. Ejer. Ale.’ 8 · 14 · 22 · · · 27 · 49 ·
Emili Enric Raimundo «SAGI» i Liñán «Sa. Barba» 8 5 11 3 19 8 · · 29 8 48 16
Ferenc «Franz» PLATTKÓ Kopiletz «El Oso rubio» 8 · 14 · 22 · · · 23 · 45 ·
Ramón TORRALBA Larraz «La Vieja» 3 · 11 1 14 1 · · 30 · 44 1
Andreu BOSCH i Girona ‘Pad. de And. Bosch Puj.’ 7 · 9 · 16 · 2 · 24 2 42 2
Agustí SANCHO i Agustina «Agustinet» 8 1 9 · 17 1 · · 24 2 41 3
Vicenç PIERA i Pañella «La Bruja» 8 7 14 3 22 10 · · 18 1 40 11
Josep SAMITIER i Vilalta «Sami, el Mago» 8 10 12 10 20 20 · · 19 12 39 32
LEANDRE Sabaté i SOLÀ «Árbitro Internacional» 3 · 6 · 9 · 4 · 20 · 33 ·
BALDIRI ELIAS i Parés · · 4 · 4 · 6 · 21 · 31 ·
Patrici ARNAU i Pericas ‘Pad. de Patri. Arnau Ga.’ 8 6 8 4 16 10 · · 14 3 30 13
Francesc Viñals i Bou «VIÑALS I» «Viñalets» 1 · 9 · 10 · · · 19 · 29 ·
Ramon BRUGUERA i Álvarez · · · · · · 9 · 19 · 28 ·
Josep «Pepe» PLANAS i Artés ‘Fund. Vet. Ciudad’ 4 · 9 · 13 · · · 14 1 27 1
Cristòfol Martí i Batalla «MARTÍ I» ‘Her. Joaquim’ 3 · 7 3 10 3 · · 16 5 26 8
Salvador MARTÍNEZ i SURROCA 1 · · · 1 · 7 · 18 · 26 ·
Armand MARTÍNEZ i SAGI «Campeón de Billar» · · 1 · 1 · 6 3 17 4 24 7
Lluís BLANCO i PEYRONA · · · · · · 6 · 14 · 20 ·
Francesc COMA i Vives ‘Sold. en el RIF – Marrue.’ · · · · · · 6 · 13 · 19 ·
/..?../ PALÓ i /..?../ · · 3 · 3 · 2 · 11 5 16 5
Alfred VEY i Jarrà · · · · · · 8 7 8 4 16 11
/..?../ OLLÉ i /..?../ · · · · · · 8 · 8 · 16 ·
Paulino ALCÁNTARA Riestra «Rompe Redes» 2 · 2 · 4 · · · 11 5 15 5
Eugeni Sancho i Agustina «SANCHO II» ‘Her. Agu.’ · · · · · · 9 1 5 · 14 1
Rosendo FUSTER i /..?../ · · · · · · 7 · 3 · 10 ·
Manuel LÓPEZ i Andreu · · · · · · 1 2 8 4 9 6
Antoni RAVELL i Farré · · · · · · 4 1 4 1 8 2
/..?../ SHAW · · · · · · · · 7 4 7 4
Joan Uriach i Lafita «URIACH I» ‘Her. de Uriach II’ · · · · · · · · 7 · 7 ·
JOAN RIERA i /..?../ · · · · · · 1 · 5 2 6 2
Francesc PIÑOL i /..?../ ‘Solo jugó Part. No Ofic.’ · · · · · · 2 · 3 · 5 ·
PERE LLOBET i /..?../ · · 1 · 1 · 3 1 · · 4 1
/..?../ Llobet i /..?../ «LLOBET II» · · · · · · 2 · 2 · 4 ·
Rafael Musterós i Bori «MUSTERÓS I» ‘Her. Rica.’ · · · · · · · · 4 5 4 5
Enrique GOIRI Revilla · · · · · · · · 4 1 4 1
Artur Cella i Quivent «CELLA I» ‘Herm. de Ceferí’ · · · · · · 1 · 2 · 3 ·
Thomas Murray BUCHAN Buchan (Jug. a Prueba) · · · · · · · · 3 1 3 1
Antoni DORDAD i Plana · · · · · · 1 · 1 · 2 ·
James «Jimmy» BROAD «Amigo del Entrenador» · · · · · · · · 2 2 2 2
Josep SASTRE i Perciba ‘Fichado por una Tribuna’ · · · · · · · · 2 1 2 1
CARMELO Goyenetxea Urrusolo (Ath. Cl. Bilbao) · · · · · · · · 2 1 2 1
Josep ESCAICH i FORTIS «Fue Directivo» · · · · · · · · 2 · 2 ·
/..?../ LLAVERIA i /..?../ · · · · · · · · 2 · 2 ·
James Charles «Joe» LANE ‘Ayudante de Técnicos’ · · · · · · · · 2 · 2 ·
Bernard «Barney» Traves «HILL» (Ce. Es. Sabadell) · · · · · · · · 1 1 1 1
Artur RIBAS i MASIP · · · · · · 1 · · · 1 ·
/..?../ SAMPERE i /..?../ · · · · · · 1 · · · 1 ·
/..?../ ORTÍ i /..?../ · · · · · · 1 · · · 1 ·
Manuel ESTRADA i GIRBAU · · · · · · · · 1 · 1 ·
Manel Parera i Penella «PARERA I» «Electricista» · · · · · · · · 1 · 1 ·
Conrad PORTAS i Burcet ‘Ficha 1925, vuelve 1930’ · · · · · · · · 1 · 1 ·
Antoni GARCÍA i García «Muere de Apendicitis» · · · · · · · · 1 · 1 ·
Francisco ALCORIZA GIMENO «El Negro» · · · · · · · · 1 · 1 ·
Domènec Orriols i Faura «ORRIOLS I» ‘Her. Orr. II’ · · · · · · · · 1 · 1 ·
Josep SABATER i /..?../ · · · · · · · · 1 · 1 ·
JOSEP LLOBET i /..?../ · · · · · · · · 1 · 1 ·
/..?../ CAPDEVILA i /..?../ · · · · · · · · 1 · 1 ·
/..?../ GISPERT i /..?../ · · · · · · · · 1 · 1 ·
Josep Salvia i Felip «TRALLERO» (Juga. a Prueba) · · · · · · · · 1 · 1 ·
Pere «Perico» SERRA i ANDREU (Club Esp. Europa) · · · · · · · · 1 · 1 ·
Francesc ARTISUS i Llucià (Club Esportiu Europa) · · · · · · · · 1 · 1 ·
Joan PELLICER i PALAU «Ninus» (Club Esp. Europa) · · · · · · · · 1 · 1 ·
Manel CROS i Grau ‘Manu i El Tigre’ (C. E. Europa) · · · · · · · · 1 · 1 ·
JOAN OLIVELLA i /..?../ (Club Esportiu Europa) · · · · · · · · 1 · 1 ·
Jugadores Rivales, marcando en Própia Puerta · · · · · · · · · · · ·
Goles Pendientes, y que no se han encontrado · · · · · · 4 10 1 2 5 12
TOTALES GENERALES FINALES 88 29 157 25 245 54 102 25 533 77 880 156

Y YA EN ESTA MISMA TEMPORADA, EN DICIEMBRE DE: 1924, SE CELEBRÓ EL 25 ANIVERSARIO DEL CLUB, EN JUNIO DE: 1925, EL BARÇA FUE SANCIONADO POR LA AUTORIDAD MILITAR, A 6 MESES SU ACTIVIDAD DEPORTIVA, POR SILBAR ANTES DE UN PARTIDO, ( Y POR ERROR ), EL HIMNO DE LA MARCHA REAL
CAMPEONATO CATALÁN – FUE AMPLIADO A 8 EQUIPOS, Y EL BARÇA CAMPEÓN, SE CLASIFICÓ PARA JUGAR LA: COPA
CAMPEONATO DE RESERVAS – QUE FUE NO OFICIAL, Y SE IGNORA TAMBIÉN SU CLASIFICACIÓN FINAL
Y FALTA POR ENCONTRAR, 12 GOLES DE 5 PARTIDOS