Una gira hacia el desastre

Van a cumplirse 30 años desde que los torneos veraniegos dejaron de interesar al aficionado. Para entontes había tantos jugadores brasileños, argentinos, uruguayos, magiares, balcánicos, teutones o africanos en el campeonato español, que la presencia de formaciones como Palmeiras, Botafogo, Videoton, Hajduk, Bayern de Múnich, Peñarol o Independiente de Avellaneda, apenas si desataban curiosidad o morbo. Las recaudaciones bajaban, los cada vez más escasos espectadores salían con la sensación de no haber presenciado nada distinto a cuanto les esperaba durante 8 meses de competición, y así, no pocos ayuntamientos, al fin y al cabo sostenedores del invento, concluyeron por dedicar su aportación a otros fines. Mala noticia para intermediarios, negociantes de distinto pelaje y clubes de postín, acostumbrados a hacer caja sin mucho esfuerzo. Pero también más fechas para la puesta a punto en “stages” y pretemporadas por Holanda, Bélgica, Alemania o la Francia septentrional, lugares donde el termómetro hacía más llevadero un intenso trabajo físico.

Transcurrido algún tiempo, otros organizadores de eventos se esforzaron por encajar la vieja fórmula en el nuevo panorama socioeconómico. El fútbol, gracias sobre todo a la televisión, se había universalizado. Asia, América del Norte y Oriente Medio, lo abrazaban con entusiasmo. Y si en el Golfo Pérsico siempre hubo petróleo, Asia Oriental ya no era un continente rojo, cerrado y deprimido, sino factoría de occidente, paraíso financiero y nicho de potenciales consumistas aún por explorar. Consecuentemente, los torneos de puesta a punto saltaron a New Jersey, Los Ángeles, Osaka, Shanghái, Pequín, Doha, Dubái, Hong-Kong, Singapur, Sídney o Camberra.

Hoy los clubes más señeros tendrían difícil equilibrar balances sin esas giras maratonianas, sin vender camisetas desde Ras-Al-Kkayma hasta Cincinnati, Ganzhou, Bahréin, Seúl, Surabaya o Bangkok, pues del rédito de esos bolos dependerá el futuro de tal o cual contratación a un costo exorbitante. Nada nuevo bajo el sol. Porque durante los años 50 del pasado siglo también hubo clubes, y no uno ni dos, empeñados en salir de pobres haciendo las américas. Aventuras a menudo inciertas, aunque nunca tan catastróficas como la del Racing de Madrid, allá por 1931-32. Una historia de película que merced a cuanto contaron Félix Pérez o Gaspar Rubio, ya de vuelta, y a las charlas de Paco Bru con su amigo Ramón Melcón, es posible reconstruir hasta en sus mínimos detalles.

El Racing de Madrid fue club empeñado a codearse de igual a igual con el Real Madrid, y hasta con alguna ventaja respecto al Athletic durante los años 10 y 20, época dorada del fútbol amateur. Constituido en 1914 por fusión del Cardenal Cisneros y el Regional, no habría de inscribirse en la Federación Castellana hasta 1915. Sus inicios difícilmente pudieron haber sido más espectaculares, al proclamarse campeón regional en su debut y repetir título cuatro años más tarde (1919). Su primer terreno de juego, situado en el Paseo del General Martínez Campos, tardó poco en quedar pequeño ante la rápida cosecha de seguidores. Y entonces, midiéndose siempre con Real Madrid y Atlético, la directiva racinguista quiso gozar de unas instalaciones comparables a los estadios Chamartín y Metropolitano, donde ejercían de anfitriones “merengues” y “colchoneros”. Tras adquirir terrenos en Vallecas y endeudarse muy por encima de lo prudente, dieron comienzo las obras tendentes a levantar un estadio con capacidad para 15.000 espectadores. Dicha cifra, que hoy consideraríamos menor, durante la segunda mitad de los locos 20 podía hacer rico a cualquier club capaz de agotar el papel en sus taquillas.

Aquel estadio, huelga decirlo, iba a lastrar extraordinariamente la economía del Racing. Si ya ocurrió algo parecido al Real Madrid con la construcción del Bernabéu en tiempos de incipiente desarrollo, o al Barcelona tras hipotecarlo todo en el Camp Nou, atisbándose ya los resultados de la implosión tecnócrata, el proyecto de los rojinegros, en una España atormentada por sus conflictos, ideológicamente muy dividida, parca en dinero y sin horizonte claro, tenía todos los visos de temeridad. Por otra parte, ese campo inaugurado el 23 de enero de 1930 con el nombre de Estadio Puente de Vallecas, se hallaba no sólo lejos de Chamberí, donde la entidad contaba con su más amplia masa de seguidores, sino, apurando un poco, lejos de todo. La estación de metro de Puente de Vallecas exigía a los espectadores casi un kilómetro de caminata por superficie sin asfaltar, transformada fácilmente por cualquier chubasco en puro lodazal. Todo ello se tradujo en escasas recaudaciones y muy seria amenaza de ruina.

Para mal de males, al instituirse el Campeonato Nacional de Liga quedó englobado el Racing en el grupo “A” de 2ª División. Una Segunda pura, pues para el siguiente ejercicio desaparecería de un plumazo el grupo “B”, creándose la 3ª División. Los rojinegros de Chamberí, con seis victorias y un empate en 18 partidos, acabaron ostentando el farolillo rojo y, consecuentemente, descendiendo a una categoría en la que casi nadie quiso estar. Porque si convulsos fueron los dos años anteriores al advenimiento de la Liga, tampoco resultó plácido el verano de 1929, ante el plante de numerosas instituciones. La Tercera recién nacida ya era vista como categoría ruinosa, exenta de cualquier interés y tumba segura para cuantos en ella compitiesen. El Racing sólo fue uno entre cuantos perdido el pulso ante la Federación, continuaron negándose a ser de 3ª, por más que ello representara descender otro peldaño hasta categoría Regional. En cualquier caso, más dosis de veneno al enfermo.

Hoy se estima en no menos de 800.000 ptas. el desembolso de los chamberileros para construir su campo. Ochocientas mil ptas. de 1927, 28 y 29, cuando muchos trabajadores debían apañárselas con 300 mensuales. Ochocientas mil, obtenidas mayoritariamente a crédito, cuyos intereses sólo podrían devengarse mediante una masiva afluencia al campo. Algo inimaginable si se competía en la humildísima Regional.

Cromo de Chocolates Amatller (1929) con equipación y escudo del Racing. El emblema del diseño fue adoptado un año antes.

Cromo de Chocolates Amatller (1929) con equipación y escudo del Racing. El emblema del diseño fue adoptado un año antes.

Prisioneros en su propia trampa, los directivos del Racing sólo vieron salida en el salto hacia delante. O hacían realidad la apolillada quimera de una excursión transoceánica, sueño urdido durante los gloriosos días fundacionales, o naufragaban como el Titanic.

Para salir al exterior resultaba preceptivo un permiso de la Federación. Y desde ésta, resentidos como estaban ante el plante del club, lo denegaron. No es menos cierto que la desautorización estuvo envuelta en razones logísticas y económicas, en lo arriesgado del propósito, cuando tantos frentes tenía abiertos la entidad por Madrid y sus alrededores. Vano esfuerzo, porque en el seno rector del Racing todos parecían haberse vuelto sordos. Con una jugada de birlibirloque, desde el club se procedió a contratar nuevos futbolistas; jugadores que al no constar federativamente como adscritos al Racing, bien podían partir por su cuenta hacia América, como agrupación de compadres dispuestos a arañar divisas. Algo que no podía colar, puesto que la prensa se hizo puntual e inmediato eco del proyecto. Aquellos jugadores, además, iban a lucir la camiseta del Racing por ultramar. ¿Cabía mayor desafuero que negar lo evidente?.

El encargado de diseñar la gira fue Paco Bru Sanz, su secretario técnico, hombre con sobrada experiencia y dueño de currículo apabullante: Entre 1899 y 1906, jugador del Internacional barcelonés, F. C. Barcelona y Español de la ciudad condal, además de secretario en las tres entidades; federativo desde 1902 hasta 1918, árbitro entre el 17 y el 23, seleccionador nacional en la Olimpiada de Amberes y entrenador del R. C. D. Español desde 1923 al 26. Y sobre todo conocedor de América más en profundidad que cualquier otro, luego de haber ejercido como seleccionador cubano en 1927 y de Perú en 1930, a modo de paréntesis durante su estancia en el Racing. Si alguien podía llevar a buen puerto un proyecto de tal índole, desde luego ese era él.

“En realidad ya había medio organizado esa tournée durante mi estancia en tierras americanas -confesó al también árbitro y periodista Ramón Melcón-. Culminada mi etapa en Perú volví a hacerme cargo del Racing, y tan pronto concluyó la temporada 1930-31 emprendimos viaje. Perú, Cuba, México y los Estados Unidos, nos esperaban. Entonces no podía imaginar que viviría experiencias tan accidentadas”.

Entre los expedicionarios figuraban, al menos, Tena I, Alfonso Martínez, Gómez, Irles, Arturo, Bernabéu -joven que no ha de confundirse con don Santiago-, Valderrama, Urretavizcaya, Félix Pérez, Cosme, Marcial de Miguel, Plattko, Mondragón, Morera y Lolín. En México se les uniría Gaspar Rubio, fugado del Madrid para hacer caja por su cuenta. Y a todos ellos se les anticipó Bru en quince días, con la intención de ir atando los últimos cabos y vivir en solitario el primer sofoco.

“A mis 46 años ya había sido muchas cosas, pero desde luego no un conspirador, que fue en lo que las circunstancias me convirtieron. Era muy amigo de Germán Marquina, antiguo presidente de la Federación Peruana, cesado al abandonar la presidencia de la República el general Sánchez del Cerro. Al general se le negaba la posibilidad de regresar a su país, y él quería entrar a toda costa para presentarse como candidato a unas nuevas elecciones. Pues bien, cierto día, hallándome en el aeródromo barcelonés, llegó desde Madrid el general peruano, a quien me ofrecí para cuanto necesitase en España. Dijo que iba camino de París, confiando hallar apoyo económico para su campaña electoral, y nos despedimos. Poco más tarde yo emprendí viaje hacia América, queriendo el azar que cuando el buque atracó en Vigo subiese mi viejo amigo Germán Marquina. Juntos hicimos la travesía y al unísono desembarcamos en el puerto panameño de Colón, donde el general Sánchez del Cerro le aguardaba. Luego de saludarnos, fuimos a comer los tres”.

Durante la sobremesa, entre evocaciones y proyectos a medio hilvanar, el general preguntó a Bru si tendría inconveniente en llevar hasta Lima tres cartas suyas, explicando sucintamente su contenido. Necesitaba autorización gubernamental para entrar en Perú, y aquellas misivas pretendía provocar revueltas y asonadas, en tanto los gobernantes no accedieran a levantarle la sanción. Uno de los escritos iba dirigido al director de la Escuela de Cadetes de Chorrillo, otro al jefe superior de policía en Lima, y la última epístola al director de la Escuela de Hidroaviación asentada en Ancón. Forzado por su amistad con el antiguo presidente federativo y venciendo temores, Paco Bru otorgó el sí. Días más tarde llegaba al puerto de El Callao, transportando entre los calcetines tan explosivos documentos. Ya en la Aduana, tras una rutinaria revisión del equipaje, observó aterrado que un policía se le acercaba, rogándole hiciese el favor de acompañarle.

“Pensé que todo se había descubierto -rememoró el protagonista bastantes años, después para el diario “Marca”-. Que alguien pudiera habernos visto almorzando en Colón, o quién sabe si incluso fue testigo de cómo las cartas pasaban a mis manos. Pero el miedo, con ser enorme, quedó empequeñecido ante mi alegría al escuchar la pregunta del funcionario, al tiempo de señalar unos paquetes: ¿Qué lleva usted ahí?. Ya tranquilizado respondí que no tenía la menor idea, y él los abrió. Eran dulces confiados por una familia amiga, cuyos parientes, establecidos en Perú, contactarían conmigo. Chasqueado, me ordenó de mal humor que siguiera mi camino”.

Bru entregó las cartas y transcurrido breve intervalo, al levantarse una mañana, supo que las tropas se habían sublevado. Ni oyó siquiera el escaso tiroteo entre amotinados y defensores del orden institucional. Apenas una hora más tarde, el gobierno autorizaba la entrada de Sánchez del Cerro.

“Tan pronto hubo llegado el general a Lima, me invitó a comer, asegurándome que si ganaba las elecciones podía instalarme en Perú con mi familia, sin necesidad de preocuparme de nada durante toda mi vida, pues él, agradecido, se iba a encargar de todo. Le respondía que me daba por satisfecho si no se producía ningún bochinche durante la estancia del Racing en su país, así me lo garantizó y, en efecto, no ocurrió nada hasta que abandonamos el altiplano”.

Equipo más habitual del Racing durante el primer Campeonato Nacional de Liga.

Equipo más habitual del Racing durante el primer Campeonato Nacional de Liga.

Hasta ese momento, nada más, porque las elecciones, celebradas cuando los racinguistas continuaban por Hispanoamérica, resultaron movidas. Sánchez del Cerro derrotó a sus adversarios, y al salir del tedeum con que celebraba su retorno al poder fue víctima de un atentado, resuelto con unas semanas de cama y la detención del magnicida. Pero puesto que sus enemigos no descansaban, al salir del mismo tempo, algún tiempo después, repitieron la intentona, esta vez con trágicas consecuencias. Sánchez del Cerro se convirtió en historia.

Volviendo al fútbol, los reveses del Racing apuntaron casi tan pronto como la expedición puso pie en Lima. Félix Pérez cayó enfermo de cierta gravedad, viéndose obligado a permanecer en la capital con Marcial De Miguel como única compañía, pues ningún delegado del club quiso permanecer junto al enfermo. Por cuanto a su actuación deportiva respecta, los españoles perdieron el choque de presentación ante una selección o combinado “acusando el cansancio y la falta de ritmo, consecuencia de tan largo viaje”, según manifestaron. Luego tocó medirse al Alianza, el club más potente de Perú, cosechando un meritorio empate a uno. Bru siempre se ufanó de su planteamiento: “Había ordenado a medios y defensas no un marcaje en zona, como era habitual, sino al hombre, cuerpo a cuerpo. Surgió entonces lo del marcaje férreo, por imperativo de las circunstancias, pues sabía que el Alianza era superior a nosotros. Contaba aquel equipo con muchos jugadores de color y hasta uno de origen y rasgos chinos, apellidado Sarmiento”.

El público, dando la victoria peruana por descontada, gritaba al ver a sus futbolistas sin dar una a derechas, entre tanto acoso: “¡Don Paco, eso es tongo, tongo, tongo!. ¡Ha comprado a los negros!”. A tal punto llegó su enojo, que cuando los peruanos abandonaban el estadio fueron perseguidos por las calles. La directiva del Alianza, entonces, se negó a disputar el otro choque comprometido, con la justificación de que una derrota podría acarrear graves consecuencias, ante la convicción popular de que se habrían dejado vencer a propósito. Así que en vez de al Alianza, el Racing se enfrentó a una selección de El Callao en lo que sería su tercera y última comparecencia peruana. Luego partieron hacia La Habana, dejando en Lima a De Miguel y el enfermo Félix Pérez.

Al llegar a Cuba se encontraron con otra revolución. Machado consumía su permanencia en la poltrona gubernamental. Sonaban disparos por todas partes. La sensación de inseguridad era intensísima. Para llegar al campo donde debían jugar, situado a las afueras de La Habana, hacía falta salvoconducto. Inmensa contrariedad, cuya traducción práctica consistió en una afluencia discreta. No obstante, según Bru sacaron 500 dólares en el primer partido contra el Iberia, vencedor por 3-1. La taquilla resultaba determinante, puesto que era el Racing quien lo organizaba todo, no contando con respaldo de ningún empresario.

El Iberia, según nuestros expedicionarios por miedo a perder, -aunque quién sabe si amedrentado por las circunstancias que vivía el país- hizo amago de no jugar más. Paco Bru, entonces, diligenció una demanda judicial, esgrimiendo su contrato. La polémica concluyó con una escisión federativa y disputa a regañadientes del segundo encuentro, donde el Racing salió victorioso. El tercer choque contratado jamás llegaría a celebrarse. Y ahí empezaron las penurias.

“Estábamos sin dinero, pues desde Madrid no lo enviaban conforme a lo prometido. Luego, a nuestra vuelta, supimos los motivos. Pero por de pronto aquello era quedarse a la buena de Dios”. Paco Bru no tuvo más remedio que vender por 3.500 dólares 5 de los 7 partidos contratados en el país azteca. “Lo necesario para desplazarnos a México y pagar la estancia allí durante un mes. Pensaba resarcirme con el ingreso de los otros 2 partidos, pues sabía que el taquillaje iba a ser crecido”. Pero una vez más, el cuento de la lechera iba a tener epílogo lacrimógeno por la leche derramada. “Lástima que mientras los cinco encuentros vendidos arrojaron un capital en taquilla, antes de los otros dos e incluso durante los mismos, justo los más importantes, lloviese. Los campos estuvieron semivacíos, y para mayor desdicha hubo que abonar primas a los jugadores, puesto que por no perder la costumbre ganaban siempre”.

El último choque del Racing en México lo enfrentó al Atlante, conjunto formado sólo por mexicanos y con fama de áspero, turbio y leñero. Paco Bru, pensando en futuras actuaciones por Nueva York, aconsejó a sus jugadores temple y prudencia, evitando lesiones. El Atlante, empleándose con tanta dureza como denuedo, llegó a disponer de ventaja por 3 a 1. Entonces los madrileños comenzaron a achicar balones, lanzándolos descaradamente fuera del estadio. Toda una desconsideración, al sentir del público, si no una burla deliberada. Justo cuanto hacía falta para armar la marimorena.

“Parte de los espectadores saltaron las alambradas, se echaron al campo y nos agredieron. A Gaspar Rubio, incorporado al equipo en México, le dieron una pedrada por la que manaba abundante sangre”. Bru saltó al campo, llevándose al herido sin encontrar oposición, probablemente porque una herida abierta siempre resulta escandalosa. Sin embargo parte de los demás futbolistas recibió su buena dosis de puñetazos, pedradas, puntapiés, arañazos y zancadillas. Pese al buen propósito inicial, todos sufrieron alguna lesión, de más o menos importancia. La tardía irrupción policial se saldó con todos los españoles detenidos, por alteración de orden público. Y puesto que el choque tuvo lugar por la mañana, al hallarse el comisario en los toros, Bru hizo alarde de artes negociadoras, consiguiendo se les permitiera ir al hotel, para comer. Antes, de cualquier modo, los policías fueron olfateando el aliento de cada jugador, uno por uno, cerciorándose de que, en efecto, no habían comido.

Al día siguiente, mientras Paco Bru liquidaba para poner rumbo a Nueva York, recibió una llamada telefónica advirtiéndole que una porción de hinchas mexicanos pretendía asaltar el hotel donde aguardaban los jugadores. “Corrí para allá, comprobando que los guardias tenían acordonado el recinto y se habían llevado a los futbolistas. Llamé al jefe de policía y éste me dijo: “Venga, no más…” A verle fui. Y en cuanto llegue me soltó a bocajarro: ¡Queda usted detenido!”.

Afortunadamente, el dueño del hotel donde se hospedaban era abogado y acudió en su defensa. O mejor dicho, en defensa de todo el equipo, pues la expedición al completo se hallaba en los calabozos. Para entonces, el embajador español, Álvarez del Vayo, con quien el propio Bru había estado en el último partido, se negó a intervenir, pese a ser insistentemente requerido. Sólo gracias al interés del abogado-hostelero, todos fueron puestos en libertad, excepto Valderrama, como capitán, y Bru, en su calidad de responsable absoluto. Dos policías acompañaron horas más tarde a ambos, mientras cenaban fuera de comisaría. Y únicamente serían puestos en libertad después de que el abogado amenazase con una demanda al ministro de Gobernación, tan pronto amaneciese, pues escapaba de cualquier lógica transformar una agresión en presunta alteración del orden. Las sorpresas, empero, no habían terminado aún, si damos por bueno el testimonio de don Paco:

“De buena mañana me reclamaron para arreglar el asunto. Mil pesos por jugador; es decir, 11.000 en total. No tengo dinero, respondí. Volvió a interceder el abogado y la multa se redujo a 10 pesos por cabeza. Pero cuando iba a pagar los 110 pesos, el encargado de recaudación me dijo que esperase a la tarde, pues era ya casi la una y él debía ir a comer. Aceptamos. Y luego, al volver, nos exigieron un recargo del 20 %, por no haber pagado antes de la una. No hubo más remedio que abonar la multa y el recargo. Esa noche emprendimos viaje a Nueva York”.

Humillados, es de suponer, sintiéndose víctimas de una vil y bien orquestada mordida. Pero al menos libres.

Aunque Ricardo Zamora nunca tuvo ficha del Racing, sí lo reforzó puntualmente, para algún bolo. En la imagen junto al capitán racinguista y el herculano Jordá.

Aunque Ricardo Zamora nunca tuvo ficha del Racing, sí lo reforzó puntualmente, para algún bolo. En la imagen junto al capitán racinguista y el herculano Jordá.

El viaje, después de tanto sobresalto, resultó relajante. Cuatro noches y cinco días en vagón de primera, con salón panorámico, comedor, barbero japonés… Lujo propio de millonarios, que hizo renacer el optimismo. Desde el mismo tren se concertaron cuatro partidos en la Gran Manzana, resueltos con derrota por 3-1 en el primero “a causa de la desdichada actuación de Plattko, a quien hubo de sustituir Alfonso Martínez, y a un árbitro parcialísimo en nuestra contra. Para tanto fue lo del “referee”, que el público lo hubiese linchado si nosotros no llegamos a impedirlo”. Fisher, secretario de la FIFA y espectador del encuentro, felicitó a nuestros compatriotas por su caballerosidad. Luego vencieron al Hakoa, a los Portugueses y al Hispania. Y como los fondos no llegaban para regresar a Madrid, hubo que seguir contratando partidos y más partidos. “Jugamos en instalaciones con capacidad para albergar a 120.000 espectadores, y en solares sin graderío”, aseguraron distintos componentes de la expedición. “Fue una odisea, de la que salimos, al fin, con posibilidad de emprender el regreso”, sintetizó Bru.

Odisea mayúscula, en un New York mortecino, víctima de la terrible crisis subsiguiente al crac bursátil de 1929,escenario de quiebras y desahucios, entre colas allá donde sirviesen cucharones de sopa gratuita. Tumba de sueños y paraíso de gánsteres, destiladores clandestinos, prostitutas o sinvergüenzas aclamados como héroes. Cloaca de corrupción generalizada y dinero a raudales bajo mano, producto de una Ley Seca útil sólo para acentuar el alcoholismo y convertir en grandes mafiosos a antiguos delincuentes de pacotilla. Porque la Ley Volstead, no lo olvidemos, como los “Intocables” de Elliot Ness, eran actualidad viva a finales de 1931 e inicio del 32.

Vigente desde el 17 de enero de 1920 hasta su derogación con la XXI Enmienda, el 5 de diciembre de 1933, la Ley Volstead -denominada así en honor al presidente del Comité Judicial de la Casa Blanca, Andrew Volstead-, fondo de tantas novelas y películas, prohibía el consumo de alcoholes en cualquier estado de la Unión. A decir verdad, fue una ley absurda, cuajada de contrasentidos, pues si convertía en ilegal la producción de vino, nunca puso impedimentos, por ejemplo, a la comercialización de zumos de uva en forma de bricks semisólidos, con los que fácilmente se podía elaborar vino casero. Cierto que los envases advertían sobre la prohibición de fermentar esos jugos. Pero a nadie escapaba que semejante producto tenía como único fin la fermentación clandestina. Al Capone, Frank Nitti, Joe Masseria, Frank Costello, Lucky Luciano, Joe Bonano, Vito Genovese o Joe Valachi, entre otros muchos, infringieron todos los códigos para dar de beber en garitos a una población obsesionada por vivir de prisa y no pensar en todo cuanto a su alrededor se derrumbaba. Saltarse la ley se convirtió poco menos que en deporte sin excesivo riesgo. Y contar cómo se había escapado a una redada por la puerta de atrás, aprovechando el tumulto, en magnífico tema de conversación. El embrujo del swing, las roncas voces negras arrancadas del blues, el electrizante jazz de Ben Pollack, Benny Goodman, Cab Calloway o Jack Teagarden, las noches en el “Savoy” o “Cotton Club”, con sus trompetistas llegados desde Nueva Orleans, enfebrecían a quienes, sin saberlo, iban a caer por el tobogán hacia nuevas guerras: la II Mundial por cuanto tocaba a los estadounidense, y la Civil, o incivil, en el caso de Bru y sus muchachos. Porque sí, parte de los expedicionarios también jugaron a embebecerse en aquella doctrina lúdica.

Con ocasión de los partidos en Nueva York, conocieron a gente de muy distintos orígenes y estratos. Italianos, portugueses, compatriotas que decían haber trabajado en Hollywood o ir camino de la meca del celuloide, emigrantes a quienes costaba salir adelante, aventureros… Entre estos, a Juan López, residente a caballo entre Brooklyn, Manhattan y el Bronx, cuyo oficio, según comentara, era el de contragángster. Esto es, dedicado a despojar a otros gánsteres de sus rapiñas o existencias de licor, mediante el expeditivo lenguaje de las armas. Una noche, Juan López se llevó de cena y francachela a Mondragón, Tena, Lolín y Alfonso Martínez, con la mala suerte de vérselas ante pistoleros empeñados en ajustar cuentas. Sólo después de muchas vueltas, giros y regates por calles a oscuras, medio desiertas, lograron despistarlos. La misma titularidad del vehículo empleado en su huida estaba un tanto en entredicho. Cuando los cuatro futbolistas regresaron al hotel, sudaban por cada poro.

Paco Bru, entrenador del Racing y hombre fundamental en la gira.

Paco Bru, entrenador del Racing y hombre fundamental en la gira.

Al cabo tuvieron noticias de que López había acabado del único modo posible: hecho un colador, bajo el plomo de competidores burlados.

Ya en España, los protagonistas de esta aventura entendieron por qué nadie les giró dinero en momentos de máxima dificultad. El Racing se hallaba virtualmente en ruinas. Resulta dudoso que la Federación Centro contribuyese decididamente a repatriarlos, como se aseguró alguna vez, puesto que Paco Bru nunca quiso reconocerlo. Y naturalmente, motivos tenía para estar bien informado. Lo que sí hicieron los federativos fue imponer una multa al club, por desacato -recordemos su prohibición a partir de gira-, y corroborar el descenso decretado con anterioridad. La directiva racinguista se avino a la sanción económica, pero de ningún modo al descenso. Y para manifestar su firmeza retiró al equipo de la competición. Mientras buena parte de su plantilla se desperdigaba, unos cuantos continuaron disputando amistosos por distintos  enclaves peninsulares. Parte de la afición, descorazonada, acabaría uniéndose a la Unión Balompédica Chamberí, fundada en 1927.

Para saldar su deuda con la Federación y ante la imposibilidad de atender el vencimiento de intereses, los mandatarios del Racing no tuvieron más remedio que malvender su flamante estadio. El 4 de febrero de 1932, Fernando de Bernardos, todo un osado, era aupado a la presidencia. Entre sus intenciones, recuperar a la entidad, solicitar el reingreso en la primera categoría del fútbol madrileño, y equipararse al Madrid Football Club y Athletic Club de Madrid. Como quiera que desde la federación se mostrasen inflexibles respecto a la categoría, el club rojinegro se volatiliza virtualmente. Ya no cabía hablar del Racing, sino del Castilla, resultado de agrupar con  la Unión Sporting algún resto del naufragio.

Otros despojos y girones de historia fueron a parar a la Unión Balompédica Chamberí, surgida de fusionar la Asociación Deportiva Chamberí con el C. D. Chamberí. Militaba en 3ª Categoría cuando las fatídicas vacaciones de 1936 estallaron en sangre, pólvora y lágrimas. Tras la derrota republicana, este equipo volvería a la palestra como Racing Club de Chamberí, hasta adoptar en 1941 la denominación de Agrupación Recreativa Chamberí, y reivindicar derechos inherentes al Racing, como presunto heredero legítimo. La Federación, empero, nunca admitió su solicitud de ingresar en 3ª, alegando no disponer de campo propio y contar otras entidades con más derechos. Si hubo maniobras para recabar el apoyo de clubes prestigiosos, como parece, estas gozaron de mínimo recorrido. De poco sirvió a la Agrupación Recreativa atesorar en su vitrina los trofeos del viejo Racing. La solidaridad y el “fair-play” parecían haber ido a pique, como tantas otras cosas, durante aquellos tres años de guerra.

La Agrupación Recreativa Chamberí, superados múltiples avatares por campos de tierra, concluyó disolviéndose la temporada 1976-77. Para entonces pocos sabían algo acerca de una gira tan desesperada como catastrófica. Real Madrid y Atlético, antaño competidores directos del Racing, ya habían ganado títulos de Liga y Copa, asomado a finales europeas e intercontinentales, mudado de campo y contabilizado en varias decenas de miles a su feligresía dominical. Perdido cualquier vestigio de romanticismo, al fútbol sólo se llegaba para corear cantos triunfales e izar trofeos. Pues bien, hubo una vez un mediano que ansioso de convertirse en grande midió muy mal su verdadera fuerza, hizo todo lo posible por aferrarse a la vida e incluso se embarcó en una aventura propia del Siglo de Oro. Todo le salió mal, de acuerdo. Pero, ¿acaso importa?.

La épica no está en el triunfo, sino en la voluntad y el empuje puesto para perseguirlo.




Cadellans. El futbolista del Himalaya

Nos permitirán empezar con una justificación que no creemos necesaria pero nos apetece realizar, ya que como comprobarán si lo leen, este artículo no es convencional.

Todo se inicia en el contexto del proyecto del que formamos parte para identificar a todos los futbolistas que han jugado algún partido oficial o amistoso con el FC Barcelona, proyecto que ha dado lugar al Gran Diccionari de jugadors del Barça[1] en el que seguimos trabajando de cara a futuras reediciones.

Llevábamos tiempo dándole vueltas a Cadellans, futbolista que en 1920 juega dos amistosos y que, inicialmente, identificamos como Joan Cadellans Marpons (Barcelona, 1892-1962, también directivo del club). Identificación sobre la que había grandes dudas por su edad (28 años, excesiva para debutar).

Surgió entonces una nueva pista: Francisco Cadellans Rosell había sido un futbolista amateur y aparecía en los listados de socios del FC Barcelona de la época (socio 2.864 en 1916[2] y socio 2.078 en 1920[3]), era muy posible que fuera el Cadellans que jugó dos amistosos con el primer equipo en 1920.

Tras descubrir que había fallecido en Barcelona en agosto de 1953 solicitamos su Certificado de Defunción y, para nuestra enorme sorpresa, he aquí el lugar de nacimiento que consta en dicho documento[4]:

Cadellans01«…nacido en Nanga Parbat provincia de Tíbet (China)…»

La sorpresa del lector es la misma que experimentamos nosotros al leer por primera vez estas palabras. Sorpresa que no disminuyó al releerlo una y otra vez, intentado digerir las palabras y buscarles una explicación racional.

El Nanga Parbat («Montaña desnuda» en hindi o urdu) es una montaña de 8.125 metros (la novena más alta del mundo) en la cordillera del Himalaya, concretamente en la región de Gilgit-Baltistán, en la zona de Cachemira controlada por Pakistán. Por lo tanto (para más inri) no se encuentra en el Tíbet ni bajo la soberanía de China.

Se trata además de una de las montañas más difíciles de escalar del mundo y, de hecho, su primera ascensión no se logró hasta el 3 de julio de 1953 (menos de dos meses antes de la muerte de Francisco Cadellans), cuando el austríaco Hermann Buhl logró la hazaña.

¿Cómo era posible entonces que Francisco Cadellans hubiera nacido hacia 1900 en una montaña del Himalaya que nadie logró escalar hasta 53 años después? La respuesta no parecía fácil de obtener. Nuestras primeras pesquisas ante el Registro Civil Central para obtener el Certificado de Nacimiento de un ciudadano español supuestamente nacido en Cachemira hacia 1900 no condujeron a ningún sitio, por otra parte Francisco Cadellans Rosell era hijo de Francisco Cadellans y María de las Flores Rosell, una familia muy conocida de Arenys de Munt. Su hermana María de las Flores Cadellans Rosell fue propietaria de la Pensión «Las Palmeras» de la calle Jerusalén de Barcelona. Una familia tradicional catalana sin vínculos con Asia ni antecedentes alpinistas o aventureros. El misterio permanecía.

Descartada la vía de los documentos oficiales quedaba otra, la de la búsqueda de descendientes. Localizamos en Barcelona a un sobrino (Josep Oriol Cadellans Oller) y a una bisnieta (Tatiana Moneta) y gracias a ellos pudimos recomponer el puzzle.

Efectivamente Francisco Cadellans Rosell fue futbolista en su juventud y jugó dos amistosos (marcando un gol) con el FC Barcelona en el otoño de 1920:

03-10-1920. Avenç. Barcelona. Amistoso (homenaje a Marcet).

AVENÇ-FC BARCELONA 2-3

Avenç: Marcet, Planas, Molera, Roca, Gularons, Sellarés, Vilar, Bordas, Carapuig, Coca, Cabrera.

FC Barcelona: J. Uriach, Berger, Galicia, Piñol, R. Martínez, Rodríguez, Forné, Cadellans, Gràcia, Cella II, Martínez Sagi.

Árbitro: Mariné.

Goles: Galicia, Gràcia, Cadellans.

05-12-1920. Industria. Barcelona. Amistoso.

FC BARCELONA-SANTS 2-0

FC Barcelona: J. Uriach, Coma, Berger, Vilà, Blanco, Rodríguez, Tejeiro, Vinyals, Cadellans, Martínez Sagi, Plaza.

Sants: ?

Árbitro: Reguera.

Goles: Martínez Sagi 2.

Personaje bien relacionado con el mundo del espectáculo se casó con una de las artistas más populares de la Barcelona de los años 40 y 50: la vedette y actriz Gema del Río (cuyo verdadero nombre era María Solé Cuñat), con la que tuvo dos hijos (María Teresa y Francisco).

Gema del Río fue una de las reinas del Paralelo actuando en más de 15 revistas («La rana verde», «2 millones para 2», «Bellezas de Hollywood», «¡Taxi, al Cómico!, «Carrusel de Fantasías», «Desfile de estrellas», etc.), además de en varias películas (entre ellas «El Ceniciento» de Juan Lladó, junto a Miguel Gila).

Destacaba por su belleza, voz y dotes cómicas, especializándose en monólogos. En 1957 se instaló en Brasil junto a sus hijos dedicándose a negocios inmobiliarios, aunque regresó en varias ocasiones a Barcelona (1960, 1966, 1974) para protagonizar obras en catalán («Nannette m´ha dit que sí», «El senyor Bernat i la Llucieta», «Quina nit!») .

En el retorno de 1960 concedió una breve entrevista a La Vanguardia (17 de septiembre)[5] en la que explicaba sus vicisitudes en América y aprovechaba para desmentir el rumor sobre su muerte que había circulado.

Cadellans02Regresó definitivamente a la Ciudad Condal en 1989, su último trabajo fue en la serie de TV3 Tot un senyor (1990) junto a José Sazatornil «Saza» con el que ya había trabajado en el Paralelo muchos años atrás. Falleció en julio de 1996.

¿Y Francisco Cadellans?, ¿cómo pudo llegar a constar el Nanga Parbat en su documentación oficial como lugar de nacimiento?

La respuesta es, como suele suceder, más sencilla de lo que podríamos plantearnos inicialmente. Cadellans había nacido en Cataluña (en Arenys de Munt o en Barcelona, no lo hemos podido confirmar) y jamás estuvo en el Himalaya. Lo cierto es que tuvo una serie de problemas personales y de salud (en cuyo detalle no entraremos) en sus últimos años que le llevaron a una profundad crisis. En alguna comparecencia ante las autoridades sin documentación (probablemente en julio de 1953, cuando la ascensión al Nanga Parbat estaba de actualidad) se le requirió su lugar de nacimiento y él respondió «Nanga Parbat». Un funcionario con exceso de celo o con animus iocandi así lo anotó y así quedó. Para que dos historiadores se toparan con ello 63 años después y tuvieran una excusa como otra cualquiera para reivindicar a un futbolista olvidado de los años 20 (Francisco Cadellans Rosell) y a su esposa, la gran vedette Gema del Río.

Francisco Cadellans en 1928 en Puigcerdà. Archivo Familiar Cadellans Solé (gentileza de Tatiana Moneta)

Francisco Cadellans en 1928 en Puigcerdà. Archivo Familiar Cadellans Solé (gentileza de Tatiana Moneta)

Gema del Río Archivo Familiar Cadellans Solé (gentileza de Tatiana Moneta)

Gema del Río Archivo Familiar Cadellans Solé (gentileza de Tatiana Moneta)

Agradecimientos: Tatiana Moneta, Josep Oriol Cadellans, Josep Pablo, Manel Tomás (Centre de Documentació i Estudis del FC Barcelona) .

 


[1] Closa, A., Mas, J., Pablo, J., Salas, J. A., et al. (2015) Gran Diccionari de Jugadors del Barça. Editorial Base: Barcelona.

[2] Llistat de socis del FC Barcelona 1916. Centre de Documentació i Estudis del FC Barcelona

[3] Llistat de socis del FC Barcelona 1920. Centre de Documentació i Estudis del FC Barcelona

[4] Certificado de Defunción de Francisco Cadellans Rosell, 31 de agosto de 1953. Registro Civil de Barcelona, Ministerio de Justicia.

[5] Del Arco (1960, 17 de septiembre) Mano a Mano. Gema del Rio, La Vanguardia Española,  20.




La reordenación del fútbol andaluz tras la creación del Campeonato Nacional de Liga (1928-29)

Esta temporada la Asamblea extraordinaria de la Real Federación Española de Fútbol aprobó las bases de un nuevo sistema de competiciones del que nació el Campeonato Nacional de Liga, cuya creación venía gestándose por los clubes desde 1926 entre graves discrepancias y escisiones. Incluso en la temporada 1927-28 llegaron a celebrarse dos campeonatos paralelos sin validez oficial y que quedaron incompletos: el Torneo de Campeones y la Liga Profesional de Clubs de Foot-ball, que constituyeron el precedente de los torneos ligueros.

Hasta este momento la única competición de ámbito estatal que disputaban los clubes era el Campeonato de España, al que sólo accedían los equipos mejor clasificados en los torneos regionales. Éstos ocupaban únicamente la mitad de la temporada –desde Octubre a Enero aproximadamente- ya que al estar formados por 8 equipos en el caso de los más extensos comprendían un máximo de 14 partidos, quedando el resto del calendario huérfano de encuentros oficiales durante más de 6 meses. Además, era habitual que algunos de estos clubes dieran prematuramente al traste con la temporada al obtener una mala clasificación en su respectivo campeonato regional o quedar apeados a las primeras de cambio en el Campeonato de España, que se jugaba por eliminatorias.

Por tanto, el motivo principal que llevó a instaurar un certamen con divisiones basado en la regularidad, por puntos y a doble vuelta, a semejanza del modelo inglés, era la necesidad de los clubes, que recientemente habían abrazado el profesionalismo, de participar en campeonatos que garantizasen un número suficiente de jornadas al año con las que recaudar a través de las taquillas ingresos para cubrir sus presupuestos, ya que los torneos regionales “resultaban escasamente rentables para los equipos punteros, puesto que sus estadios sólo se llenaban en los partidos de máxima rivalidad[1] y como hemos visto poseían una duración muy limitada.

Este proceso fue arduo y convulso –la prensa lo definía como un rompecabezas- y el organismo rector del fútbol nacional tardó varios meses en fijar las estructuras definitivas. Las desavenencias afloraron desde el primer momento en torno a la fórmula en que habrían de jugarse las competiciones nacionales y sobre todo respecto a cuántos y qué equipos serían designados para constituir las nuevas divisiones de liga, lo que se tradujo en la formación de dos grupos de posturas enfrentadas. Por un lado, la minoritaria Unión de Clubs, compuesta por los seis equipos que habían sido alguna vez campeones de España[2] y que en Enero de 1928 invitó a una quincena de equipos a sumarse a la misma y formar un campeonato con una Primera División integrada exclusivamente por ellos mismos y una Segunda División para dar cabida al resto de clubes.

Y por otro, los liguistas o maximalistas, defensores de un modelo de base más amplia con una Primera División de 22 equipos divididos en dos grupos (incluyendo al Sevilla F.C.) y una Segunda División integrada por 52 clubes (entre ellos, Real Betis, Real Málaga F.C., F.C. Malagueño, Balompédica Linense, Algeciras F.C. y Español F.C. de Cádiz), en función de su clasificación actual y su potencialidad económica. La reunión de aproximación celebrada el 17 de Junio acabó sin acuerdo por lo que se creó una comisión integrada por ocho clubes, 4 por cada bando, para proseguir los trabajos aunque la solución definitiva no se intuía próxima.

Llegada la hora de la verdad en Julio de 1928 durante la Asamblea de la R.F.E.F. el consenso no se había alcanzado y todo estaba por decidir. En primer lugar se acordó la reducción del número de equipos integrantes de la máxima categoría regional a seis en Cataluña y a cuatro en los restantes campeonatos regionales -que seguirían siendo la puerta de acceso al Campeonato de España por eliminatorias- con el propósito de dejar fechas disponibles para las competiciones de liga. En el caso andaluz, cuya Primera Categoría estaba integrada por 8 clubes, los elegidos fueron Real Betis Balompié, Sevilla F.C., Real Málaga F.C. y Real Balompédica Linense. La relación de clubes que formarían la Primera Categoría en cada región se determinó mediante un baremo que resultaba de la combinación de una serie de criterios como la clasificación conjunta obtenida por un club en los últimos cinco campeonatos regionales, las condiciones de su campo de juego y la conveniencia de avivar la afición al fútbol preferentemente en poblaciones distintas a las que ya poseían un importante núcleo de seguidores. Mientras, los cuatro equipos descendidos de Primera Categoría A –Algeciras F.C., Español F.C. de Cádiz, F.C. Malagueño y R.C. Recreativo de Huelva-, que se veían perjudicados como consecuencia de las reformas emprendidas perdiendo su plaza entre los equipos punteros de la región, más los que procedían de Primera Categoría B -Real Córdoba Sporting Club y Jerez F.C.- competirían en la segunda división regional, aunque finalmente todo quedaría en papel mojado al no prosperar este diseño.

Respecto a la competición nacional de liga, la Asamblea aprobó la creación de una ponencia integrada por una representación de los delegados de las diferentes federaciones regionales que propuso una Primera División de 24 equipos divididos en tres grupos, en la que respecto a nuestra región fueron incluidos los dos equipos sevillanos, y que fue aprobada por 65 votos frente a 45. Pero en Agosto, tras reunirse los ponentes para elaborar el calendario, se hicieron oír las protestas de ciertos clubes, como el Real Unión Club de Irún, que se mostraban disconformes con el grupo al que eran designados debido a los perjuicios económicos derivados. Y es que, aun no pasando inadvertidos los defectos e inconveniencias de la fórmula acordada, resultaba imposible contentar y colmar las aspiraciones de todos ante la complejidad de la empresa, por lo que se dejaba abierta la puerta a la presentación de mociones que pudieran mejorarla.

Los irundarras recibieron el apoyo de los demás miembros de la Unión de Clubs, cuyo rechazo impidió que este proyecto fuera llevado finalmente a la práctica y que amenazaron además con crear un cisma y organizar su propio campeonato al margen de la Federación, retomando su antigua idea de una Primera División para los clubes campeones, ampliada con la participación de otros equipos hasta un total de 10, y una Segunda y Tercera divisiones para dar cabida al resto de sociedades.

El frente de clubes opositor respondió anunciando que ratificaba su conformidad con el modo en que se debían jugar las competiciones ligueras aprobado por mayoría en la Asamblea Nacional, negando todo valor a cualquier acuerdo adoptado fuera del marco federativo y proponiendo la celebración de un torneo por divisiones donde los clubes se distribuirían por los méritos alcanzados en los terrenos de juego, aunque reconociendo a tal efecto la justicia de conceder a los clubes campeones ciertos privilegios.

Las negociaciones prosiguieron entre Septiembre y Octubre con reuniones interminables envueltas en tensiones y duros enfrentamientos que no parecían llevar a ningún sitio hasta que el 23 de Noviembre de 1928 en la Asamblea Extraordinaria de la R.F.E.F. quedó definitivamente aprobada la reforma del sistema de competiciones, tras acercar ambas partes sus posturas. La Primera División estaría integrada por diez clubes[3] al igual que la Segunda División[4] -donde respecto a los andaluces solo quedaron encuadrados los dos clubes sevillanos-, aunque solo por este año se formó un Grupo B –sin ningún equipo andaluz y que constituía una tercera categoría- con igual número de integrantes y que sería sustituida por la Tercera División la temporada siguiente.

A su vez, el resto de equipos que no obtuvieron plaza en los torneos ligueros seguiría compitiendo en las categorías regionales, desde donde podían solicitar cada año ingresar en la Tercera División, cuya finalidad era premiar al campeón con el ascenso a la categoría de plata a la vez que completaba el calendario de los clubes que no militasen en primera o segunda división con partidos oficiales. Los campeonatos regionales en sus diferentes categorías, cuya finalidad era establecer qué equipos se clasificaban para el Campeonato de España, se convirtieron de este modo en divisiones inferiores del Campeonato Nacional de Liga. En pocos años, los torneos ligueros arrebataron al Campeonato de España la consideración de ser la competición nacional más importante y prestigiosa, proceso que se consumó en 1940 cuando la definitiva desaparición de los torneos regionales hizo que en adelante la clasificación para el Campeonato de España pasara a lograrse por los resultados alcanzados en la liga.

Sin embargo, la Federación Regional Sur se mostraba incapaz de concretar una organización de los diferentes campeonatos y categorías regionales que contentase a la mayoría de clubes. Unos de los pocos puntos en los que las posturas convergían eran los cuatro equipos ya anunciados que militarían en la Primera Categoría regional así como que la competición de Segunda Categoría Preferente –en la que serían incluidos un gran número de equipos- debía organizarse por grupos, para evitar los cuantiosos gastos de desplazamiento, y mediante eliminatorias entre los primeros clasificados para dilucidar al campeón de la categoría.

Ante tal incertidumbre se filtraban en la prensa continuos rumores sobre los equipos que integrarían este campeonato, como este aparecido el 23 de Diciembre de 1928 en El Mundo Deportivo: Real Córdoba Sporting Club; Real Club Recreativo y Titán F.C., de Huelva; F.C. Malagueño y Sporting Club de Málaga; Gimnástica de Triana F.C., Utrera F.C. y Minas de la Reunión F.C., de Sevilla; y Español F.C. de Cádiz, Algeciras F.C., S.D. Constructora Naval de San Fernando, Representación Tiro Nacional F.C. de Cádiz y Jerez F.C. Pero los equipos descendidos de la Primera Categoría A se negaban a que en el grupo preferente se incluyeran clubes procedentes de categorías menores, logrando imponer finalmente su criterio a la Federación Regional Sur.

En Marzo, la federación nacional anunció la puesta en marcha del Campeonato de Liga de Tercera División incluido en la nueva estructuración diseñada meses atrás. Para poder ingresar en el mismo los clubes aspirantes debían cumplir dos requisitos: poseer un campo en las condiciones reglamentarias exigidas para la primera categoría regional y solicitarlo antes del día 30 de Junio de cada año. La competición se organizó por grupos y en el V, correspondiente a las federaciones andaluza y extremeña, fueron incluidos el Español F.C. de Cádiz, Algeciras F.C., F.C. Malagueño, Real Málaga F.C., Real Balompédica Linense y R.C. Deportivo Extremeño. Pero tres semanas más tarde el organismo federativo comunicó la decisión de suprimir la Tercera División debido a la retirada de varios equipos y a dificultades en su organización[5].

Y no fue hasta el mes de Abril de 1929 cuando la Federación Sur culminó por fin la ordenación del fútbol regional. Por debajo de las tres categorías nacionales de liga, los equipos andaluces quedaron distribuidos entre Primera Categoría regional (R. Balompédica Linense, Real Málaga F.C. además de Real Betis Balompié y Sevilla F.C. para la disputa del título de campeón de Andalucía y con ello del pase al Campeonato de España de Copa) y Segunda Categoría regional, formada por dos divisiones:

Segunda Categoría Preferente: integrada por los equipos descendidos de Primera Categoría A la pasada temporada (Real Club Recreativo de Huelva, F.C. Malagueño, Algeciras F.C. y Español F.C. de Cádiz, que renunció a participar) más el campeón y subcampeón de Primera Categoría B (Real Córdoba Sporting Club y Titán F.C. de Huelva, respectivamente).

Segunda Categoría (ordinaria): de grado inferior a la anterior, finalmente contó con dos grupos. El primero (Grupo de Málaga) estaba compuesto por Sporting Club de Málaga, Delfos Racing Club de Málaga y Ronda F.C. mientras que en el segundo (Grupo Sevilla-Cádiz) figuraban Utrera F.C., Gimnástica de Triana F.C., Minas de la Reunión F.C., S.D. Constructora Naval de San Fernando y Jerez F.C., obteniendo sus dos primeros clasificados el pase a la promoción de ascenso.

En conclusión, el poco potencial y desarrollo del balompié andaluz se tradujo en que exclusivamente sus dos equipos más destacados hasta entonces, Sevilla F.C. y Real Betis, consiguieron plaza en los torneos ligueros y en su Segunda División entre los 30 clubes elegidos para formar las tres divisiones de liga. A partir de la temporada 1929-30 otro conjunto de clubes pasó a disputar la Tercera División aunque sin lograr el ascenso a la Segunda División (Recreativo de Huelva, Real Málaga, F.C., F.C. Malagueño, Racing Club de Córdoba, S.C. Málaga, Recreativo de Granada, Xerez F.C., C.D. Malacitano). Este nuevo modelo se mantuvo más o menos sin cambios hasta la temporada 1932-33 cuando se formó la Mancomunidad Centro-Sur para la disputa del campeonato regional junto a los clubes madrileños y castellanos, lo que generó una remodelación de las categorías regionales andaluzas.

 


[1] En Apogeo y caída de una tribuna (I) (Cuadernos de Fútbol, CIHEFE, Nº 26. Noviembre de 2011), por Alberto Díaz Gutiérrez.

[2] También conocidos como minimalistas, eran el Athletic Club, Real Madrid F.C., Real Sociedad, F.C. Barcelona, Real Unión de Irún y Arenas Club de Guecho.

[3] Los seis campeones y los tres finalistas (Athletic Club de Madrid, C.E. Europa y R.C.D. Español de Barcelona) del Campeonato de España más el vencedor de un torneo eliminatorio entre ocho clubes designados por la Asamblea, que fue el Racing Club de Santander.

[4]Sevilla F.C., Iberia S.C., C.D. Alavés, Real Sporting de Gijón, Valencia F.C., Real Betis, Real Oviedo F.C., R.C. Deportivo de La Coruña, R.C. Celta de Vigo y Racing Club de Madrid. Los clubes seleccionados fueron designados por orden de importancia deportiva y entre los clubes en propiedad de la Federación.

[5] La primera edición de este torneo vería la luz un año más tarde, es decir, la temporada 1929-30.




Ljubisa Brocic, un caballero de los Balcanes (1960-1961)

Brocic011960-61 es una temporada crucial en la historia del Barça. Pudo ser la de su consagración internacional, sucediendo al Real Madrid en la hegemonía futbolística europea, pero sin embargo va a suponer el inicio de una larguísima travesía del desierto que prácticamente durará dos décadas, a pesar del fugaz brillo emanado del rutilante  fichaje de Johan Cruyff, hasta que el club blaugrana obtenga su primera Recopa en la ciudad suiza de Basilea, en mayo de 1979, frente al Fortuna de Düsseldorf y ante 30.000 enfervorizados seguidores que se dieron cita en el ya desaparecido estadio St. Jakob, que diez años antes había sido también testigo de otra gran decepción del cuadro barcelonista, derrotado por el Slovan de Bratislava en su primera final del torneo reservado a los campeones coperos, igual que en 1961 va a caer en su primer asalto al principal título continental, la Copa de Europa, batido por el Benfica lisboeta y la mala suerte en forma de unos condenados postes de sección cuadrada que escupieron un poker de disparos.

El Barça va a afrontar esta campaña ya sin Helenio Herrera en el banquillo, y sumido en una grave crisis económica, con la factura del «Camp Nou» gravitando amenazadoramente sobre sus maltrechas finanzas, incapaz de sacarle rentabilidad por el momento al viejo terreno de «Les Corts». Aun así, el equipo se reforzará notablemente, sobre todo en sus líneas traseras. La principal novedad estribará en el fichaje del magnífico central del Athletic de Bilbao Jesús Garay, un fijo en la Selección Española y un zaguero de gran clase, tan noble como eficaz. Tras toda una década vestido de rojiblanco, Garay va a dejar en las arcas de los leones la nada despreciable suma de 6 millones de pesetas, con las que el club vizcaíno sufragará la mayor parte de la construcción de una nueva tribuna en «San Mamés», que debido a ello va a ser popularmente conocida como «la Tribuna Garay»

El presidente azulgrana Miró-Sans tiene que tomar la nada fácil decisión de poner al frente del primer equipo a un técnico de reconocida solvencia. Enric Rabassa nunca fue más que una solución provisional, de emergencia, para tratar de finalizar decorosamente una campaña por otra parte en absoluto mala-sino más bien  todo lo contrario-en lo deportivo, y la opción de César va a tornarse inviable al firmar este por el Real Zaragoza. Tras sopesar la candidatura del francés Albert Batteux, el fabricante del gran Stade de Reims de los años 50 (con el que había logrado cuatro Ligas galas y una Copa de Francia, más dos subcampeonatos de la Copa de Europa en 1956 y 1959 respectivamente, cayendo en ambas ocasiones ante el Real Madrid), finalmente el elegido va a ser Ljubisa Brocic, un técnico yugoeslavo con amplia experiencia en varios países.

Brocic nace el 3 de octubre de 1911 en la localidad de Guca, entonces perteneciente al reino de Serbia. Como jugador había militado en el SK Jugoslavija de Belgrado, un club polideportivo de vida breve, fundado en vísperas de la Gran Guerra y disuelto por colaboracionista -había disputado competiciones durante la ocupación del país por las fuerzas del Eje- a instancias de las nuevas autoridades comunistas en 1945, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, pasando todas sus instalaciones-estadio, campos de entrenamiento y oficinas-,  así como la mayoría de sus jugadores e incluso su uniformidad (camiseta rojiblanca y pantalón blanco) a formar parte del recién constituido «Estrella Roja» de la capital yugoeslava. En 1946 había sido seleccionador de Albania, con la que ganó la Copa Balcánica. Dirigió después a varios equipos de su país (Metalac Belgrado, el propio Estrella Roja, y Vojvodina de Novi Sad). Con los capitalinos obtuvo dos títulos, en 1951 y 1952-53, pero en esta última fecha protagonizó ciertos problemas con trasfondo político, que van a suponer de hecho su exilio.

Al parecer, durante un viaje del combinado yugoeslavo por Brasil (en el que Brocic formaba parte de la expedición), se mantuvieron algunos contactos con exiliados chetniks (los chetniks eran una fuerza armada serbia de carácter nacionalista, conservador y monárquico, que había jugado un ambiguo papel durante la ocupación alemana e italiana de Yugoeslavia, a veces combatiendo a los invasores, y otras colaborando con ellos contra el movimiento guerrillero acaudillado por Tito). También había enojado a las autoridades deportivas de Belgrado al permitir que refugiados serbios y croatas se fotografiasen con los jugadores de la Plavi.

Por este cúmulo de circunstancias va a abandonar el país balcánico, pasando primero a Egipto, donde dirigirá a su selección en 1954-55, y posteriormente al Líbano, entonces conocida como la «Suiza de Oriente Medio». En 1956 retorna a Europa, al PSV Eindhoven neerlandés, y en 1957 pasa a Italia, a la Juventus. Conduce a la Vecchia Signora hasta la consecución de su décimo scudetto, en la campaña 57-58, con un equipo en el que brillan  el argentino Omar Sivori y el británico John Charles. Sin embargo, en el curso siguiente será destituido tras la octava jornada del campeonato, yendo la Juve cuarta, a sólo dos puntos del líder. La temporada 59-60 la consume nuevamente en Holanda, de vuelta al PSV, y a su conclusión es cuando acepta la oferta del Barça.

UN SERBIO EN EL BANQUILLO BLAUGRANA

El lunes 30 de mayo de 1960 Ljubisa Brocic va a ser presentado oficialmente a la plantilla profesional barcelonista por el presidente del club, señor Miró-Sans, a quien acompañaban la casi totalidad de los miembros de su junta directiva. Según cuenta «El Mundo Deportivo», en su parlamento el señor Brocic «expuso la necesidad que había de la más perfecta posible compenetración entre todos los elementos del club, para conseguir los éxitos que se pretenden que mantengan al Club de Fútbol Barcelona en la línea histórica de su prestigio y fama». Finalmente «se mostró complacido y honrado ante la perspectiva de entrenar en fecha cercana a jugadores de tanta nombradía como los que en aquel momento tenía el gusto de conocer personalmente y al propio tiempo poder contribuir de una manera efectiva en los triunfos que esperan seguramente al Club de Fútbol Barcelona»

Se enfrentaba  de entrada, no obstante, con una importante traba burocrática, puesto que su título de entrenador no era convalidable en España (me atrevo a aventurar que por proceder de un país de los llamados de «Tras el Telón de Acero», con los que el régimen franquista no mantenía relaciones diplomáticas y casi de ningún otro tipo). De modo que Brocic, para poder sentarse en el banquillo azulgrana, no va a tener más remedio que superar el intensivo Cursillo Nacional que se celebraba en Madrid durante el verano. Como apenas sabía castellano, y para ayudarle en el trance, el Barça va a contratar a un joven técnico santanderino, Enrique Orizaola, que dirigía entonces al Real Murcia de Segunda División, equipo que había causado una grata impresión en la Ciudad Condal en la Copa de 1959, cuando puso en grandes apuros al Barça, llegando incluso a empatar en el partido de ida en el «Camp Nou». El objetivo va a conseguirse con creces, ya que Brocic aprueba el curso (es el octavo de su promoción), superando tanto las pruebas físicas como las de conocimientos técnicos y tácticos. El eficiente Orizaola, una vez cumplida su misión, no abandonará el club, sino que será designado ayudante suyo.

Investido ya de toda su autoridad, Brocic se va a encontrar con una plantilla de ensueño a sus órdenes, un auténtico «Dream Team» avant la lettre, en el que además del ya citado fichaje de Garay son altas el defensa canario Alfonso Rodríguez Salas «Foncho», procedente del Murcia, club del que también llegará ya muy avanzada la temporada el cántabro Ramón De Pablo Marañón, mientras que de «San Mamés» viene otro refuerzo, el extremo izquierdo Gonzalo Beitia, que había sustituido en dicha demarcación nada menos que al mítico Piru Gainza, usufructuario del puesto durante casi dos décadas. También van a integrarse en la primera plantilla dos jóvenes guardametas, Andrés Rodríguez Serrano, conocido como «Rodri II», y el tarraconense Salvador Sadurní, campeón de España juvenil, y que será cedido al Mataró hasta bien avanzada la campaña. Por contra, causan baja el veterano Isidre Flotats, que pasa al RCD. Mallorca, recién ascendido a Primera, el central Brugué, que se retira del fútbol aun en plena juventud sin haber podido superar una grave lesión, el peruano Loayza (con destino a Boca Juniors), y Rifé I, que jugará en el Atlético de Ceuta mientras cumple su servicio militar en la ciudad norteafricana. El prometedor Josep María Fusté, una de las joyas de la cantera azulgrana, va a ser cedido al Osasuna, entrenado por el catalán Miquel Gual, junto con otros dos barcelonistas, Celdrán y Salvador, mientras que el defensa Eladio-que también se había asomado al primer equipo en algún amistoso, al igual que Fusté-completa su formación en el Condal. Así queda el maravilloso grupo vestido de azul y grana: Ramallets, Medrano, Rodri II, Sadurní, Olivella, Foncho, Rodri I, Gensana, Garay, Gracia, Pinto, Vergés, Marañón, Segarra, Ribelles, Tejada, Suco, Kubala, Kocsis, Evaristo, Eulogio Martínez, Luís Suárez, Villaverde, Czibor, Coll y Beitia. Hay que hacer notar que la gran estrella del conjunto, Ladislao Kubala, ya con 33 años de edad, había estado unas semanas antes a punto de marcharse al Colo-Colo chileno.

Una vez iniciados los entrenamientos, el 8 de agosto, se especula con que Brocic pretende darle un nuevo estilo de juego al Barça. Antes de disponer de toda la plantilla a sus órdenes (los jugadores internacionales, que se encontraban realizando una gira por Sudamérica con la Selección Española, no se incorporaron hasta el día 15), efectúa ya sesiones dobles de preparación, mañana y tarde,  y a buen ritmo, preconizando un estrecho contacto con el balón, a diferencia de otros técnicos anteriores, con vistas a mejorar la técnica individual de sus nuevos pupilos.

El técnico serbio va a causar una grata impresión por su porte, modales y cordialidad. De su experiencia y currículo se esperaba que el equipo-que por segundo año consecutivo afrontaba cuatro competiciones-pudiera beneficiarse, y también que el ambiente del vestuario mejorase, tras el tenso enfrentamiento entre Helenio Herrera y Kubala. En cuanto a su modus operandi, Brocic introduce también nuevos métodos de preparación física, los llamados entrenamientos «de fuerza», consistentes en el uso de pesas y halteras (que una vez fuera del banquillo el balcánico dormirán el sueño de los justos durante años en algún almacén del «Camp Nou», hasta que en 1967 Salvador Artigas las rescate y vuelva a utilizarlas)

La pretemporada del Barça no puede ser más prometedora, ya que va a ganar absolutamente todos los partidos disputados en una gira triunfal por Europa, en la que los blaugranas derrotan a domicilio a Ajax (3-4), Newcastle (3-4), Hamburgo (2-3) y Standard de Lieja (2-5). Con tan altas expectativas, la Liga 60-61 levanta su telón nuevamente con un enfrentamiento entre el Barcelona y el Athletic de Bilbao, aunque esta vez en feudo rojiblanco, el 11 de septiembre de 1960. Se creyó oportuno, por mutuo acuerdo entre ambos clubes, que Jesús Garay no debutase precisamente ante su antiguo equipo, al que profesaba un gran cariño (el traspaso se había efectuado exclusivamente por motivos económicos), y por consiguiente Brocic va a poner en danza el siguiente once para arrancar el torneo: Ramallets; Olivella, Rodri, Gracia; Vergés, Gensana; Tejada, Kubala, Evaristo, Suárez y Czibor. Es decir, el mismo equipo base de Herrera, con la ausencia de Segarra. Justa victoria azulgrana por 0 a 2, con tantos de Czibor, venciendo la resistencia de los vascos, en cuyas filas se notó la inexperiencia de algunos de sus jugadores.

Garay debutó por fin en el «Camp Nou» al domingo siguiente, frente al Real Valladolid. Ajustado triunfo barcelonista por 2 a 0, con goles de Suárez y Kocsis, resultando lesionado de gravedad Coll. El Barça es líder con 4 puntos, uno más que el Sevilla. Y sale aun más reforzado de «Heliópolis», donde consigue su tercer triunfo consecutivo a costa del Betis. Gran partido de Suárez, y goles del propio Luisito, Kocsis y Czibor. Por los verdiblancos mojó un jovencito rubio y muy espigado llamado Yanko Daucik, hijo del famoso entrenador del equipo de las «Cinco Copas»-a la sazón al frente del cuadro hispalense-y por consiguiente sobrino de Kubala, que no jugó en la capital andaluza. Los azulgranas encabezan la tabla, y a dos puntos les siguen Valencia, Racing de Santander, Español y los dos equipos madrileños.

Arranca también  la segunda participación barcelonista en la Copa de Europa, en esta oportunidad  ante el Lierse, el campeón belga, que montará todo un cerrojazo en el «Camp Nou», que al menos les sirve para no salir goleados. 2 a 0 a favor de los catalanes – Czibor y Suárez-, con este equipo: Ramallets; Rodri, Garay, Gracia; Vergés, Gensana; Kubala, Evaristo, Kocsis, Suárez y Czibor. Y en la cuarto jornada de Liga, cuarta victoria azulgrana. Un nuevo 2 a 0 ante un Racing de Santander animoso pero sin mordiente, con dos tantos de Kubala. En las filas montañesas, algunos viejos conocidos de la afición culé, como el guardameta Piñol, el húngaro Kazsas y el valenciano Sampedro, inolvidable protagonista, merced a su solitario y decisivo gol, de la final de Copa del 57 en «Montjuich» frente al Español. A todo esto, el Barça encabeza la clasificación con 8 puntos y 4 positivos, con dos de ventaja sobre el Real Madrid.

Sin embargo, esta ligera ventaja va a perderla ya a la semana siguiente, pero antes ha de rendir visita a la cancha del Lierse, para disputar el partido de vuelta, que a la postre  resultará más sencillo que el del propio «Camp Nou», pues se impondrá por un claro 0 a 3 (Evaristo 2, y Villaverde), aunque tendrá que lamentar las lesiones de Kubala y Kocsis, de cierta consideración ambas. Y en el «Metropolitano», el Atlético de Madrid infligirá al Barça su primera derrota de la temporada. Muchas bajas en la formación barcelonista (Tejada, Kubala, Kocsis, Suárez y Czibor entre ellas, toda una delantera titular), y de ello va a resentirse el equipo, sin capacidad ofensiva a excepción del brasileño Evaristo. Collar y Mendonça marcaron los goles colchoneros. El Real Madrid alcanza a los azulgranas en la cabeza de la clasificación, igualando a 8 puntos.

Y coincidiendo con  la festividad del Pilar, día 12 de Octubre, se inicia la otra competición continental que disputa el Barça esta temporada, la Copa de Ferias. El partido se juega en la localidad croata de Zagreb, ante una potente selección local, y al frente del equipo no viajará Brocic, debido a su condición de exiliado político, dirigiendo a los jugadores desde la banda su segundo, Orizaola. Buen resultado (empate a uno, con gol de Villaverde), y esta alineación: Ramallets; Pinto, Garay, Gracia; Vergés, Gensana; Suco, Ribelles, Evaristo, Segarra y Villaverde.

El Barça va a continuar como líder, ahora en solitario, aprovechando el pinchazo del Real Madrid en su propio feudo ante el Sevilla tras la sexta jornada de Liga, en la que se deshace de la Real Sociedad en el «Camp Nou» con un estrepitoso 6 a 2, que aun pudo ser mayor si Evaristo no malogra un máximo castigo. Marcaron los goles blaugranas el propio Evaristo (3), Czibor, Gensana y Eulogio Martínez. Los donostiarras acusaron en demasía la ausencia de su meta titular, Araquistáin. En el cómputo general, el Barça les saca un punto de ventaja a la pareja perseguidora compuesta por ambos equipos madrileños. Y en la vuelta de la eliminatoria ferial, reñido encuentro ante el Zagreb, que se salda con una victoria mínima pero suficiente por 4 a 3, después de adelantarse los balcánicos con un inquietante 0 a 2. Suárez, Martínez, Gensana y Czibor fueron los goleadores.

 El Barça va a perder el liderato en «Altabix», en la séptima jornada, para no volver a recuperarlo ya más. Fue una auténtica sorpresa, pero el Elche, en vena de aciertos, volvió a derrotar a los azulgranas al igual que había hecho en la temporada anterior, en esta ocasión con tantos de Guerrero y Romero. Se lesionó Ramallets, siendo sustituido por el joven Rodri II, a tiempo para encajar uno de los goles locales. Suárez marcó para el Barça. Y en la fecha siguiente, derbi. El Español, que venía realizando un buen campeonato hasta entonces, va a salir goleado del «Camp Nou» (4 a 1). Los de Brocic dominaron durante todo el encuentro, y consiguieron sus goles por mediación de Tejada (2), Suárez y Kocsis. En la general, los merengues son primeros con 13 puntos, uno de ventaja sobre los azulgranas. Pero el sorteo para los octavos de final de la Copa de Europa  va a deparar una auténtica bomba: un nuevo enfrentamiento entre el Barça y el Real Madrid.

¡ EL REAL MADRID ELIMINADO DE «SU» COPA DE EUROPA !

Brocic02El Estadio «Santiago Bernabeu» es el escenario del partido de ida, el día 9 de Noviembre de 1960. Estas serán las alineaciones: por el Real Madrid, Vicente; Pachín, Marquitos, Casado; Vidal, Del Sol; Herrera, Mateos, Di Stefano, Puskas y Gento, y por el Barça; Ramallets; Rodri, Garay, Gracia; Vergés, Gensana; Villaverde, Evaristo, Kocsis, Suárez y Czibor. Arbitra el Señor Ellis, inglés, cuyas decisiones van a traer mucha cola, erigiéndose en uno de los protagonistas del encuentro.

El resultado final fue muy esperanzador para los intereses barcelonistas de cara a la vuelta, empate a dos, con tantos de Mateos y Gento para los blancos, y Luisito Suárez – el segundo de ellos al trasformar un penalty –para los azulgranas. Este máximo castigo, que estableció la definitiva igualada en el marcador, estuvo rodeado de una gran polémica, ya que la acción vendrá precedida de un posible fuera de juego de Kocsis. El linier levantó su banderín, pero el árbitro consideró que no había nada ilegal en la jugada e hizo caso omiso del gesto de su auxiliar, para indicar acto seguido la pena máxima en una falta del guardameta local, el catalán Vicente, al barcelonista Czibor, infracción que – según los blancos – se había cometido fuera del área. En un ambiente muy crispado por las acaloradas protestas del público y los jugadores madridistas, Suárez no falló desde el punto de penalty, obteniendo así el empate con el que finalizaría el choque. La decisión, el día 23 de Noviembre en el Camp Nou.

Pero antes de este nuevo “Partido del Siglo”, el Barça jugará un par de encuentros de Liga con desigual fortuna. En «Mestalla», en la novena jornada, se impondrá sin grandes dificultades al Valencia, con dos goles de Ribelles, aquel jugador leridano que HH solía utilizar en los desplazamientos en lugar de Kubala, que en esta oportunidad sí formó parte de la alineación. Y a tres días del trascendental compromiso contra los blancos, recibe al Sevilla en el «Camp Nou». Los andaluces, que estaban realizando un buen campeonato a las órdenes del antiguo portero barcelonista Lluís Miró, van a arrancar unas meritorias tablas, luchando durante los 90 minutos. Marcó primero Kubala, y empató después Agüero, para adelantarse de nuevo el Barça con gol de Gensana, e igualar definitivamente el sevillista Diéguez. Al Barça se le anularon dos goles. Con este resultado el Barça, al finalizar el primer tercio de la competición, se hallaba en segunda posición con 15 puntos, a sólo uno del líder, el Real Madrid.

El 23 de Noviembre de 1960 va a pasar con letras de oro a la historia del Fútbol Club Barcelona, pues en dicha fecha el equipo entrenado por Ljubisa Brocic conseguiría la proeza de eliminar por vez primera al Real Madrid de la Copa de Europa, cuyas cinco anteriores ediciones habían sido conquistadas de manera consecutiva por el conjunto blanco. Gran lleno en el Camp Nou, enorme expectación y, a las órdenes del árbitro inglés Mister Leafe, las siguientes alineaciones: por el Barça, Ramallets; Olivella, Garay, Gracia; Vergés, Segarra; Kubala, Evaristo, Kocsis, Suárez y Villaverde, y por el Real Madrid; Vicente; Marquitos, Santamaría, Casado; Vidal, Pachín; Canario, Del Sol, Di Stefano, Puskas y Gento.

En el minuto 33 va a llegar el primer gol barcelonista. Nacerá de las botas de Kubala, el hombre más destacado del partido, y lo va a materializar Martí Vergés, aunque la pelota golpeada por el mediocampista gerundense rebotará en el madridista Pachín, colándose en el marco defendido por Vicente. El 2 a 0 va a hacerse mucho de rogar, hasta el minuto 82, pero merecerá la pena. Un centro de Olivella desde la derecha lo va a rematar de cabeza acrobáticamente, lanzándose en plancha, el brasileño Evaristo, anticipándose a la intervención de Vicente. La fotografía que muy oportunamente captará tan espectacular tanto va a dar la vuelta al mundo, y aun hoy es de inserción obligada en cualquier libro que glose la trayectoria del Barça, cincuenta y cinco años después. Tomamos prestada la pluma del prestigioso periodista deportivo barcelonés Alfredo Rueda, en un artículo publicado en el especial navideño de la revista «Barça» en 1969, para recrear con mayor detalle un gol tan hermoso como histórico:

“Cuando el fotógrafo hundió su dedo sobre el disparador de su máquina actuó con esa inexplicable intuición que permite al profesional del periodismo gráfico dar un testimonio de los más asombrosos momentos de un partido para solaz y satisfacción de los aficionados. El balón partió de la derecha. El Barcelona atacaba sobre la portería norte del Camp Nou. De pronto, la pelota centrada por Olivella, parecía buscar la cabeza del ariete azulgrana Evaristo. Era un balón peligroso para Vicente, pero quedaba a medio camino entre él y Evaristo. Lógicamente tenía ventaja Vicente, ya que el portero puede emplear sus brazos, en este caso los largos brazos de un guardameta de elevada estatura, ante un delantero centro de talla media. En verdad, mientras el balón describía una curva perfecta sobre la boca de gol, pocos creían que Evaristo iba a poder ganar la acción a Vicente. De pronto, el delantero del Barcelona se lanzó en plancha por los aires. Su decisión fue más bien la actitud de un hombre que confía en poder volar, así como suena. Y el poder, la convicción de Evaristo, le llevaron hasta el balón antes de que Vicente pudiera tocar la pelota con su mano derecha extendida con auténtica desesperación. Evaristo conectó un violento cabezazo. Cien mil gargantas prorrumpieron en el grito mágico del fútbol: ¡¡ Gol !!

Pero no todos quedaron tan contentos con el resultado final. En el Real Madrid se insistiría largamente en los cuatro goles, cuatro, que el colegiado inglés Mister Leafe les había anulado, cargándole expresamente con la responsabilidad de su eliminación. Por su parte Brocic va a dejar también para la historia una frase que más o menos decía lo siguiente: «el Real Madrid es un equipo muy grande, tanto, que sólo el Barcelona puede eliminarlo».

A TRANCAS Y A BARRANCAS

Tras la gran hazaña continental, de nuevo el regreso a la realidad liguera de cada jornada, donde el Barça aun tenía todas sus opciones intactas. Por más que no fuese capaz de ganar en Granada, donde los locales realizaron un magnífico partido y a punto estuvieron de conseguir la victoria, aunque el choque acabó en tablas – 1 a 1-, con gol azulgrana a cargo de Evaristo. Ahora el Real Madrid aventajaba a los pupilos de Brocic en dos puntos. Pero el espectáculo debe continuar, como siempre dicen en los USA, ¿y a que no adivinan quién iba a ser el próximo visitante del «Camp Nou»? Pues sí, precisamente ese mismo equipo que están pensando…

El partido, como no podía ser de otro forma, lo van plantear los madridistas muy enrabietados, a modo de revancha de su recentísima eliminación. De manera que el 4 de Diciembre de 1960 comparecieron en el feudo barcelonista dispuestos a borrar la humillación de la infamante derrota de once día antes (que en realidad no lo había sido en absoluto, pues cayeron por la mínima ante un conjunto del potencial del azulgrana). Y en esta ocasión la fortuna va a sonreírles, aunque justo es reconocer su superioridad, basada en buena medida en el gran partido de Gento, que se impuso siempre a Olivella en su duelo particular, y bien puede decirse que allí terminó la carrera del defensor del Poble Sec como lateral. Di Stefano y Del Sol adelantaron al Madrid, y Eulogio Martínez y Villaverde equilibraron la contienda. Pero entonces comenzó el gran show del extremo cántabro, autor del tercer gol, con el cual se llegó al descanso. En la segunda mitad nuevamente Gento y Di Stefano colocaron un claro 2 a 5 en el marcador, reduciendo distancias Kubala con el tercer tanto azulgrana. Nada que reprochar a la victoria merengue, cimentada en un demoledor contraataque, ante el que de poco sirvió el dominio territorial barcelonista. Este fue el equipo que presentó  Brocic en el encuentro de la máxima: Ramallets; Olivella, Garay, Gracia; Vergés, Segarra; Kubala, Evaristo Eulogio Martínez, Suárez y Villaverde.

Con este resultado el Real Madrid aventajaba ya al Barça en cuatro puntos, distancia que se incrementaría a cinco en la siguiente jornada, en la que los blancos vencieron apuradamente al Real Valladolid, mientras que los azulgranas no pasaban del empate en «La Romareda» ante el Real Zaragoza, con gol de Luís Suarez. El título comenzaba a alejarse  de  un Barça demasiado irregular, asolado por una plaga de continuas lesiones  que obligaban a introducir cambios en la formación titular a cada partido. Por otra parte, el Real Madrid se estaba mostrando intratable, y llevaba también camino de pulverizar todos los records.

La jornada número catorce será testigo de otra nueva exhibición merengue, esta vez  en terreno del Betis, donde también ganaron “sin apearse del autobús “ (0 a 5), mientras que el Barça derrotaba por 4 a 2 en el «Camp Nou» a un Mallorca que dio más guerra de la esperada en su primera visita liguera, y al que únicamente la facilidad goleadora de Evaristo (3 tantos) consiguió doblegar. El otro gol lo marcaría Suarez. La portería del conjunto de la Isla de la Calma estaba defendida por el hijo del mismísimo Ricardo Zamora, «el Divino»

La Liga va a sufrir un parón debido a la Navidad, y el día 27 de Diciembre se jugará en terreno barcelonista un nuevo partido de Copa de Ferias. El adversario no parecía excesivamente temible – el Hibernians de Edimburgo-, pero los escoceses van a ser un hueso demasiado duro de roer y se irán para sus lares con un merecido empate a cuatro. Por el Barça marcaron Kocsis, en tres ocasiones, y Evaristo, y se alineó el siguiente equipo: Ramallets; Segarra, Garay, Gracia; Verges, Gensana; Villaverde, Kocsis, Evaristo, Kubala y Beitia. El año 1960 se despide con mal humor por parte de los socios y seguidores culés, y la figura el entrenador, como de costumbre,  está en el punto de mira. El juego del equipo no convence, y se rumorea el próximo cese del técnico balcánico

Finaliza la primera vuelta el día de Año Nuevo de 1961, y bien puede decirse que esa tarde se acabaron las remotas esperanzas que podía albergar el Barça de volver a revalidar su título de campeón, pues el Real Oviedo, con gol del ex-azulgrana Hermes González – vence en su feudo de «Buenavista» por 1 a 0, dejando ya al Barça a siete puntos del Real Madrid, y superado incluso en la segunda posición por el Atlético de Madrid. Para colmo de males, se va a lesionar Luís Suárez. Los números del equipo en esta primera ronda no son precisamente para tirar voladores: 19 puntos, que se desglosan en 8 victorias, 3 empates y 4 derrotas, con 33 goles a favor y 20 en contra.

Se inicia la segunda vuelta con un resultado negativo en el Camp Nou, donde el Athletic de Bilbao arranca un empate a dos que supondrá el final de Ljubisa Brocic como entrenador del Barcelona, cuando tan sólo llevaba seis meses en el cargo. Aguirre hizo los dos goles rojiblancos, mientras que Evaristo y Tejada marcaban los tantos de un renqueante Barça que formó así en el que va a ser último partido del serbio como responsable del cuadro catalán: Ramallets; Olivella, Garay, Gracia; Vergés, Segarra; Tejada, Kocsis, Evaristo, Kubala y Villaverde. Y el Madrid,  a 8 puntos ya.

Llegados a esa situación, se dudaba abiertamente del liderazgo de Brocic, y se aseguraba que-sin menoscabo de sus cualidades personales y técnicas-el equipo en nada había ganado cambiando a Helenio Herera por el balcánico. Los malos resultados y las continuas lesiones – que algunos achacaban a sus peculiares métodos de entrenamiento – le ponían en la picota, a pesar de ser también responsable de una verdadera proeza, tal como fue la eliminación del Real Madrid en octavos de final de la Copa de Europa. Además, se argumentaba que el fichaje de Garay, de cuya gran calidad nadie dudaba, había alterado el estilo de la defensa azulgrana, pues al tratarse de un central muy técnico, al que le gustaba salir con el balón controlado  y abandonar frecuentemente sus dominios, ello redundaba en la inseguridad de las líneas traseras, que estaban recibiendo más goles de lo habitual.

A las 9 de la noche del 12 de enero de 1961, el Club de Fútbol Barcelona va a convocar en su sede social de la Vía Layetana a la prensa deportiva de la Ciudad Condal, para darle cuenta puntual de sus últimas y trascendentes decisiones, según cuenta «El Mundo Deportivo» en su edición del día siguiente. La reunión tuvo lugar en el más amplio de los salones del local barcelonista, con la presencia de los componentes  del Consejo Directivo del Club, encabezados por su presidente, Miró-Sans, que tomó la palabra para comunicar que los acontecimientos deportivos se habían precipitado en las últimas horas, y aconsejaban «una estructuración vertebral de urgencia», que quedaba reflejada en la nota oficial que a continuación va a dar lectura el secretario del club, don Joaquin Viola Sauret, futuro alcalde de Barcelona en los años 1975-76, y asesinado más tarde en su propio domicilio junto con su esposa por un grupo terrorista :

«El Consejo Directivo del Club de Fútbol Barcelona ha estudiado con tiempo cierta reorganización de gobierno y servicios del club, ponderando debidamente el aspecto deportivo y el económico-administrativo, que están en innegable y recíproca dependencia. El momento actual aconseja no demorar la reforma. El rendimiento de nuestro primer equipo profesional en sus últimas actuaciones, no corresponde a las esperanzas depositadas en su valía, ni a la responsabilidad que tenemos contraída de defender nuestro glorioso nombre, y aun el de todo el fútbol nacional en las competiciones de Copa de Europa y Copa de Ferias, pero hasta el último minuto debemos esforzarnos en ganar o mejorar nuestra posición en las competiciones nacionales. Otra cosa, sería una deserción moral.

Ciertamente, la continuidad en el número y gravedad de nuestros lesionados, puede ser una parcial justificación, nunca total. Por ello nuestro primordial objetivo es rectificar el signo y volver a la vía de los triunfos propuestos y que nuestra afición legítimamente demanda, así como lograr la mayor solidaridad entre todos los buenos barcelonistas, cuya fe y respectivo deber no puede naufragar si el momento presenta dificultad.

A dicho fin, por unanimidad, se han tomado los siguientes acuerdos:

1º. Delegar la gestión ordinaria del Consejo en la Comisión Ejecutiva, prevista en el artículo 45 de los Estatutos, y compuesta por el Presidente, el Secretario, el Contador y el Tesorero, sin perjuicio de especiales delegaciones en otros miembros del Consejo, para cometidos determinados.

2º. Intensificar las relaciones interiores y exteriores del club.

3º. Aceptar el cese, a petición propia, del entrenador don Ljubisa Brocic, cuya caballerosidad y entrega a su labor merecen nuestro público reconocimiento, haciéndose  cargo de nuestro primer equipo profesional, don Enrique Orizaola, con toda la autoridad, autonomía y responsabilidad propias de tan delicado cargo.

4º. Reestructurar nuestros servicios técnico-deportivos, de modo que profesionales, en Comité o individualmente, tengan distribuida toda la competencia y respectiva responsabilidad, sin otras interferencias del Consejo que las connaturales a su alta misión de gobierno, especialmente en cuanto a la jerarquía y disciplina, y relaciones económico-contractuales.

Confiamos que estas medidas y voluntad sin reservas y coordinada de cuantos deseen cumplirlas y desarrollarlas, servirán eficazmente a los fines propuestos, se restablecerá la efusión barcelonista, a lo que nunca será obstáculo nuestro personal sacrificio, lograremos la necesaria colaboración de la sensata critica y, en definitiva, se levantará la moral de nuestros jugadores, para volver al nivel de victoria en todas las competiciones, al tiempo que se sentarán bases firmes para lograrlo en las venideras y para el desarrollo esplendoroso de nuestro querido club»

Y firman, en Barcelona a 12 de enero de 1961, el Presidente, Francisco (sic) Miró-Sans, y el Secretario, Joaquín Viola. Era evidente la voluntad de concentrar fuerzas-y poder-en un reducido núcleo dirigente, para afrontar el delicado momento, deportivo y económico, por el que atravesaba la entidad blaugrana. Y de este modo el joven técnico cántabro, que  había entrado en Can Barça casi de hurtadillas, con la misión de apoyar en todo lo posible a Brocic  para que este consiguiese su título de entrenador homologado para España, se veía ahora repentinamente responsabilizado  de la dirección de una gran plantilla que, si bien deambulaba con más pena que gloria por la Liga, aun seguía viva y coleando en las dos competiciones continentales.

UN TÉCNICO TROTAMUNDOS

Brocic03Pese al cese, el prestigio de Brocic no había desaparecido de la noche a la mañana, de manera que va a recibir otra oferta para seguir entrenando en nuestro país. Pero en esta ocasión no vendrá de uno de los «grandes», sino de un conjunto recién ascendido por primera vez a la División de Honor, el Club Deportivo Tenerife, y hacia las Islas Canarias se irá el buen técnico serbio. Los tinerfeños tenían un buen conjunto, en el que formaban varios jugadores que pronto serían figuras en el fútbol español, como eran los Ñito, Colo, Santos, Justo Gilberto, o José Juan, junto a futbolistas de reconocida solvencia, pero aun así su paso por la Primera División va a ser fugaz.Brocic va a dirigir al Tenerife solamente en las primeras ocho jornadas del Torneo de la Regularidad, y eso que los chicharreros debutaron con muy buen pie en la máxima categoría, goleando en el «Heliodoro Rodríguez López» a la Real Sociedad por 4 a 1, con tantos del posteriormente «magnífico» Eleuterio Santos (2), Paquillo y José Juan, y la siguiente formación: Ñito; Colo, Correa, Paquillo; Villar, Álvaro; Zubillaga, Santos, José Juan, Padrón y Aguirre. En la segunda jornada cayeron en «Sarriá» por 2 a 0, algo previsible, así como la derrota en su propio feudo ante el Barça a la semana siguiente, por 1 a 3, que les ponía ya con negativos, aunque en la cuarta jornada, y de nuevo en casa, volverían a vencer con amplitud, en esta ocasión a un Mallorca que sorprendentemente había arrancado con gran fuerza y ostentaba el liderato, 3 a 0, en un excelente encuentro donde marcaron Santos, Beitia y Aguirre de penalti.

A esas alturas eran sextos en la tabla, pero en la fecha siguiente fueron goleados en «San Mamés» por el Athletic, 5 a 0, y siete días más tarde, en un nuevo desplazamiento a la Península, van a caer por un solitario tanto, y de penalti, en el «Metropolitano» frente al Atlético de Madrid, y luego en la séptima volverán a sucumbir en el «Heliodoro…», aunque nada menos que ante el campeón, el Real Madrid (0 a 3), algo muy lógico, por otro lado. Son decimoterceros, con 4-4, pero en la octava jornada logran su tercera victoria, ante un gris Valencia, y entonces justamente es cuando va a ser cesado Brocic, con el equipo en zona de promoción, en el puesto 14, con 6 puntos y 4 negativos, pero habiendo jugado con los rivales más difíciles a excepción del Zaragoza.

Le sustituirá Vicente Gimeno Perales, provisionalmente durante tres jornadas, y a partir de la fecha número 12 ocupará el banquillo Enric Rabassa, paradójicamente el mismo técnico a quien él relevó en el Barça, y que no conseguirá finalmente la permanencia. Con posterioridad el preparador serbio seguirá ejerciendo su profesión durante casi dos décadas, tanto en Oriente Medio como en nuestras antípodas, puesto que dirigirá a las selecciones de Kuwait, Bahrein-donde se retirará de los banquillos-y Nueva Zelanda, así como al conjunto australiano South Melbourne Hellas. Va a fallecer precisamente en dicha ciudad el 16 de agosto de 1995, a la edad de 83 años.

Pero su debut no hizo honor al tópico, pues el Barça regresó derrotado de una nueva salida teóricamente asequible, a Valladolid, donde los locales se impusieron por un gol a cero, marcado por un joven e impetuoso ariete navarro llamado José Antonio Zaldúa. Esta fue la primera alineación presentada por el montañés: Ramallets; Olivella, Garay, Gracia; Vergés, Segarra; Tejada, Villaverde, Evaristo, Kubala y Beitia. La derrota al miércoles siguiente, en un amistoso internacional ante la Universidad de Chile en el Camp Nou – en una partido en el que actuaron varios jugadores del Condal – no pasó de ser un hecho anecdótico, pero en aquella temporada hasta las anécdotas adquirían tintes negativos.

Tres jornadas ligueras consecutivas llevaba sin vencer el Barça, un hecho que seguramente no se registraba desde hacía mucho tiempo, pero al menos en la que hacía el número 18 se quebró la mala racha, aunque fuera de forma apurada, en el propio Camp Nou y ante un rival de los teóricamente  inferiores, el Real Betis Balompié de los Daucik, padre e hijo. Gensana y Kubala hicieron los goles barcelonistas, y el equipo formó con: Ramallets; Foncho – que hacía así su debut en encuentro oficial-, Garay, Gracia; Vergés, Gensana; Tejada, Villaverde, Kocsis, Kubala y Beitia. Pero al domingo siguiente, vuelta a las andadas. En los Campos de Sport del Sardinero, el Racing de Santander derrota a un Barça desconocido por 1 a 0,  mediante a un tanto marcado por un ex-barcelonista, Francisco Sampedro, el héroe de la final copera del 57. Y la diferencia con respecto al Real Madrid era ya de auténtico escándalo: 12 puntos. Este fue el once que actuó en la capital montañesa: Ramallets; Foncho, Garay, Gracia; Gensana, Vergés; Tejada, Ribelles, Eulogio Martínez, Evaristo y Villaverde.




La tarjeta blanca en el fútbol español

TarjetaBlanca01¿Por qué usar tarjetas?

El uso de las tarjetas en el fútbol nació como necesidad en 1966 durante la disputa del Mundial de Inglaterra, en concreto en el partido de cuartos de final que enfrentó a los anfitriones con Argentina. Hasta entonces, los árbitros amonestaban o expulsaban a los jugadores y entrenadores verbalmente, y así lo hizo el colegiado Rudolf Kreitlein con Bobby y Jack Charlton, pero parece que nadie se percató, ni en el campo ni en las gradas, de las sanciones. Fue entonces cuando un destacado ex árbitro inglés, Keneth George Aston, pensó en un sistema que evitara cualquier malentendido, naciendo de esta forma las tarjetas. Empleó el sistema de señalización de los semáforos: el amarillo precaución y el rojo peligro, es decir, expulsión. Otro de los motivos por los que se recurrió a este método fue para salvar las dificultades lingüísticas que podrían provocar las amonestaciones verbales en partidos internacionales, donde fácilmente pueden concurrir tres idiomas sobre el terreno de juego: los de los dos equipos y el del colegiado, de distinta nacionalidad a ambos.

Este sistema se utilizó por primera vez en el Mundial de México celebrado en 1970, con el soviético Kakhi Asatiani ostentando el dudoso honor de ser el primer futbolista al que se le mostró una tarjeta amarilla y el chileno Carlos Cazely el primero en ver la tarjeta roja, además de forma directa. Aunque las tarjetas no eran de uso obligatorio inmediato, fue después de esta Copa del Mundo, a mediados de la temporada 1970/71, cuando todas las federaciones empezaron a aceptar la implantacióndel mismo sistema en sus respectivos campeonatos; pero tal y como se dice ‘Spain is different’, y en las competiciones españolas se comenzaron a utilizar la tarjeta blanca para amonestar y la tarjeta roja para expulsar.

Llega la tarjeta blanca a España

Entre el saber popular existen muchas teorías de cómo funcionaba esta tarjeta blanca. Algunos hablan de que cuatro tarjetas blancas equivalían a una roja, otros que era la precursora de la tarjeta amarilla en los partidos, como una amonestación de carácter más suave y muchas más teorías. Por si fueran pocas, en 2014 el presidente de la UEFA, Michel Platini, propuso el uso de una tarjeta blanca que significara la expulsión temporal de un futbolista durante un periodo de unos 10 minutos. Pero lo cierto es que la tarjeta blanca era como la tarjeta amarilla, idéntica frente al reglamento; una tarjeta blanca servía como amonestación y dos cartulinas de este color en un mismo partido equivalían a una tarjeta roja.

Así lo comunicó la Federación Española de Fútbol el día 15 de enero de 1971, atendiendo a las peticiones de los árbitros,tal y como se recoge en la prensa, donde se explica que el Comité de Competición decidió autorizar al Colegio Nacional de Árbitros la implantación de este sistema de tarjetas. Desde entonces aparece en las incidencias de todas las crónicas de partidos en el fútbol español.

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Quini, el primer futbolista en recibir tarjeta blanca en Primera División

No fue hasta nueve días después, el 24 de enero de 1971, en la disputa de la Jornada 19, cuando se viera la primera tarjeta en Primera Divisiónpara amonestar a un futbolista.Fue en el campo de Sarrià durante la disputa de un Español – Sporting de Gijón, y la vitola de ser primer árbitro de la categoría de oro del fútbol españolque se echó la mano al bolsillo para sacar una tarjeta recae sobre Balaguer García, del colegio mallorquín, que lo hizo para amonestar a Enrique Castro ‘Quini’ en un lance del encuentro por las continuas protestas del Brujo al trío arbitral.

Peculiar forma de estrenar el tarjetero, pero a Quini le jugó una mala pasada la juventud, puesto que contaba con tan sólo 21 años en la que fue su primera temporada en Primera División. Esta fue además la primera amonestación –tanto verbal como mediante tarjeta- de las 14 que recibió el Brujo a lo largo de sus 19 temporadas en activo.

TarjetaBlanca04No obstante, esta amonestación a Quini no fue la primera que se vivió en el fútbol español profesional. Este honor recae sobre Julián Riera Navarro, defensor del San Andrés, y es que en la mañana de aquel 24 de enero se disputó también la jornada de Segunda División, comenzando a las 11:45 horas el San Andrés – Burgos y a las 12:00 horas el Mallorca – Moscardó. Según la hemeroteca, Riera fue el primer amonestado de su partido donde hubo otras tres tarjetas blancas más, mientras que Villaverde, del Moscardó, fue el primer amonestado del suyo en el minuto 64, es decir, cuando en Sant Andreu se llegaba al minuto 79 aproximadamente. Esto nos hace suponer que fue Riera el primer futbolista que vio una tarjeta blanca en el fútbol español, mostrada por el árbitro Luis María Juango Ruíz.

Las crónicas de la época nos hablan del buen recibimiento que tuvieron en su estreno las tarjetas blancas, en especial entre el público.

TarjetaBlanca05¿Por qué el color blanco?

El fútbol mundial funcionaba con la tarjeta amarilla y la roja, salvo el fútbol español. No está muy claro el por qué la Federación Española de Fútbol optó por este color yendo a contracorriente del resto, pero Andrés Ramírez, quien fuera secretario general de la Federación, tiene la clave. Al parecer, Ramírez no pudo acudir al Mundial de México por problemas profesionales, algo en lo que influyó el hecho de que la selección española no lograra la clasificación en la fase previa, por lo que tuvo que seguir el torneo por televisión. En 1970la mayoría de los televisores todavía eran en blanco y negro y el de su casa no era una excepción, por lo que así fue como vio los colores de las tarjetas desde su domicilio, tomando por equivocación el amarillo como blanco. Fue por este peculiar motivo por el que se implantaron las cartulinas blancas por decisión del organismo federativo a partir de entonces.

Pero la Federación Española no podía ir contra el mundo eternamente en este aspecto, y fue en verano de 1976 –cinco años después de su implantación- cuando decidieron adaptar la normativa internacional y traer las tarjetas amarillas al fútbol español. En septiembre de aquel mismo año, el presidente del Comité Nacional de Árbitros de España, José Plaza, anunció este cambio para las competiciones españolas, siendo la temporada 1976/77 la primera en la que se sacaron tarjetas amarillas en el fútbol español, siendo el primer futbolista en recibir esta sanción Diego, de la Real Sociedad, en el partido inaugural de la temporada frente al Real Zaragoza a los 12 minutos “por violencia” el 4 de septiembre de 1976. Un dato curioso es que durante todo este tiempo, los equipos españoles que disputaron competiciones europeas veían cómo a sus jugadores les mostraban tarjetas blancas en España y amarillas en Europa.

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 Para entonces, el término “tarjeta blanca” ya había calado en el vocabulario popular, sin distinción entre aficionados y periodistas. Tanto fue así que se empleaba para columnas de opinión –como vemos en ‘Marginales’ del diario ABC- e inclusoalgunos periodistas continuaron empleando este término mucho después de que la cartulina se coloreara de amarillo en el fútbol español, encontrando crónicas de una década después en la que todavía se habla de la tarjeta blanca como método de sanción.

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Sí, la tarjeta blanca existió en el fútbol español y, a pesar de hacerlo de forma anecdótica durante un lustro y de que la memoria colectiva se haya olvidado de ella, sirve para dejarnos alguna anécdota como su origen, el hecho de que a la Federación le costó cinco años rectificar su decisión, que los futbolistas que disputaron competiciones internacionales pudieran ver cartulinas de tres colores a lo largo de las temporadas: blanca, amarilla y roja, o para conocer que el primer futbolista del fútbol español profesionalen ser amonestado mediante una tarjeta blanca fue, presumiblemente, Julián Riera, defensor del San Andrés, mientras que el pionero en la Primera División fue Enrique Castro ‘Quini’ (Sporting de Gijón) en 1971 y el primero en hacerlo con una tarjeta amarilla fue Diego (Real Sociedad) en 1976. Una anécdota más del fútbol español que tampoco debe caer en el olvido.

Referencias:

–          González, Luis Miguel (2013). Las mejores anécdotas de árbitros. Barcelona: Editorial Esfera.

–          Hemeroteca de ABC

–          Hemeroteca de Diario As

–          Hemeroteca de El Mundo Deportivo

–          Hemeroteca de La Vanguardia

Agradecimientos:

A José Hernández Armenteros y Luis Javier Bravo Mayor por su inestimable ayuda.




XXIII Copa de Europa 1977/78: Liverpool FC

Participantes:
Treinta y un participantes correspondientes a otros tantos países europeos. Albania de nuevo renunciaba a participar. El Liverpool campeón de Liga inglesa y de Europa defendía su título brillantemente logrado en Roma siendo el subcampeón, el Borussia de Mönchengladbach su principal rival. El Benfica, con 16 participaciones, era el club que más veces había defendido a su país, seguido de la AS Jeunesse luxemburgués (12) y Celtic, Ajax y Crvena zvezda -Estrella Roja- con diez. Por España el Atlético de Madrid participaba por quinta vez, la tercera en lo que iba de década, después de haber dominado en el campeonato nacional y haberse quedado a las puertas de la final de la Recopa el año anterior.

PARTICIPANTES EN LA XXIII EDICIÓN (número de participaciones incluida la presente temporada)

Borussia Mönchengladbach (Alemania Occidental)
SG Dynamo Dresden (Alemania Oriental)
SSW Tirol Innsbruck (Austria)
Club Brugge KV (Bélgica)
DFS Levski-Spartak Sofia (Bulgaria)
ASVS Dukla Praha (Checoslovaquia)
AC Omonia Nicosia (Chipre)
B 1903 København (Dinamarca)
Celtic FC Glasgow (Escocia) 10ª
Club Atlético de Madrid (España)
KuPS Kuopio (Finlandia)
FC Nantes (Francia)
Panathinaikos AO (Grecia)
AFC Ajax Amsterdam (Holanda) 10ª
Vasas SC Budapest (Hungría)
Liverpool FC (Inglaterra)
Sligo Rovers FC (Irlanda)
Glentoran FC Belfast (Irlanda del Norte)
Valur Reikjavík (Islandia)
FC Juventus Torino (Italia)
AS La Jeunesse d’Esch (Luxemburgo) 12ª
Floriana FC (Malta)
Lillestrøm SK (Noruega)
WKS Slask Wroclaw (Polonia)
SL Benfica Lisboa (Portugal) 16ª
FC Dinamo București (Rumanía)
Halmstads BK (Suecia)
FC Basel (Suiza)
Trabzonspor Kulübü (Turquía)
SK Torpedo Moskva (Unión Soviética)
FK Crvena zvezda (Yugoslavia) 10ª

Desarrollo:

Con 31 participantes el Liverpool se vio exento en la primera ronda.

Primera ronda: FC DINAMO BUCUREŞTI (Rumanía)

Marcial era la principal novedad del Atlético Madrid para esta temporada. Salió del Barcelona señalado de un último escándalo. A su vez, el argentino Ramón Heredia dejó el club rojiblanco por indisciplina, siendo traspasado al Paris-Saint Germain francés.

Partido de ida:

Curiosamente, en su regreso a la máxima competición continental el Atlético se cruzó con el Dinamo de Bucarest, equipo al que había eliminado en octavos hacía tres temporadas. El Atlético se veía favorito. El único inconveniente era la diferencia de rodaje de ambos equipos pues los rumanos ya llevaban cinco jornadas de liga frente a las dos de España.

El Atlético había hecho una buena pretemporada con buenos resultados, especialmente ante equipos brasileños, aunque en su Villa de Madrid dio su peor imagen. Una de sus figuras, el brasileño Leivinha, fue baja al principio de temporada por una intervención quirúrgica.

Resultados previos:

FC Dinamo Bucureşti

28/08/1977    Jornada 3           Dinamo Bucureşti – Sportul Studenţesc               0-1

04/09/1977    Jornada 4           Dinamo Bucureşti – Universitatea Craiova            2-0

10/09/1977    Jornada 5           Cornivul Hunedoara – Dinamo Bucureşti              1-1

Club Atlético de Madrid

04/09/1977    Jornada 1           Atlético Madrid – Valencia CF                            3-0

10/09/1976    Jornada 2           Real Sociedad – Atlético Madrid                         4-1

El comienzo de liga fue bueno, con un claro triunfo ante el Valencia. En el partido previo a su debut europeo en cambio se vio totalmente superado por una Real Sociedad inspirada en la segunda parte. Luis le quitó importancia a la derrota pese al marcador.

XXIIICopaEuropa0115 de septiembre de 1977

Bucarest, Estadio del 23 de Agosto, 45000 espectadores

Árbitro: Hilmi Ok (Turquía).

FC DINAMO BUCUREŞTI, 2; CLUB ATLÉTICO DE MADRID, 1.

Goles: 1-0 (14’) Vrînceanu. 1-1 (58’) Pereira. 2-1 (73’) Georgescu.

FC Dinamo Bucureşti: Constantin Ştefan; Florin Cheran, Alexandru Sătmăreanu, Vasile Dobrău, Teodor Lucuţă[81’]; Ion Mateescu (Ion Moldovan 66′), Ion Marin[], Alexandru Custov; Cornel Țălnar, Dudu Georgescu, Cristian Vrînceanu <entrenador: Ion Nunweiller>.

Club Atlético de Madrid: Miguel Reina; Marcelino Pérez, Luís Edmundo Pereira[81’], Eusebio Bejarano[], José Luis Capón; Valentín Jorge “Robi”[81’], Marcial Pina (Alberto Fernández 26′), Eugenio Leal; Francisco Aguilar[] (Domingo Benegas 86′), Rubén Cano, Rubén Ayala <entrenador: Luis Aragonés>.

Saltó demasiado confiado el Atlético al campo esperando que su superioridad técnica acabase imponiéndose y lo pagó caro. Fue Luís Pereira que por permitirse la osadía de regatear a un delantero al borde de su área falló y el rumano Vrînceanu aprovechó el regalo. El Atlético respondió tomando el control del partido sin saber llevarlo al marcador. Cierto es que el Dinamo trató de mantener su ventaja a base de un juego demasiado violento en el que cayó lesionado Marcial. Hasta el comienzo de la segunda parte no logró el empate, merecido, siendo el defensa brasileño, sumado al ataque, quien compensó su error remachando un balón junto al poste. Con el 1-1 volvió a conformarse el Atlético y pagó su exceso de confianza con otro fallo defensivo. El partido se acabó con las expulsiones injustas pues se libró el único culpable: Moldovan agredió a Leal, Robi interviene, le para Lucuta y Pereira los separa.

Opinión de los protagonistas:

Ion Nunweiller: “Hicimos más méritos que el Atlético de Madrid. De cualquier forma, el conjunto rojiblanco es el mejor de Europa”.

Luis Aragonés: “Debimos mantener la cabeza más fría. Pudimos evitar los incidentes, pero nos saltaron los nervios”.

Partido de vuelta:

Resultados previos:

Club Atlético de Madrid

18/09/1977    Jornada 3           Atlético Madrid – Real Betis                               1-1

25/09/1977    Jornada 4           FC Barcelona – Atlético Madrid                          1-0

FC Dinamo Bucureşti

18/09/1977    Jornada 6           Dinamo Bucureşti – UT Arad                             3-1

24/09/1977    Jornada 7           Jiul Petroşani – Dinamo Bucureşti                       4-1

Pese a los elogios de Nunweiller, el Atlético no tomaba el nivel al que había llegado la temporada anterior. Leal no estaba tan acertado y la incorporación de Marcial no acababa de encontrar su sitio. Con las bajas de Pereira y Robi, el Atlético debía remontar un gol, empresa bastante asequible vista la diferencia técnica entre ambos equipos.

XXIIICopaEuropa0228 de septiembre de 1977

Madrid, estadio Vicente Calderón, 65000 espectadores.

Árbitro: Klaus Ohmses (Alemania Occidental).

CLUB ATLÉTICO DE MADRID, 2; FC DINAMO BUCUREŞTI, 0.

Goles: 1-0 (67’) Benegas. 2-0 (81’) Cano.

Club Atlético de Madrid: Miguel Reina; Marcelino Pérez, Eusebio Bejarano, Domingo Benegas, José Luis Capón (Juan Jesús González Sierra[] 60′); Francisco Javier Bermejo, Alberto Fernández, Eugenio Leal; Francisco Aguilar (Juan José Rubio 67′), Rubén Cano, Rubén Ayala <entrenador: Luis Aragonés>.

FC Dinamo Bucureşti: Constantin Ştefan; Florin Cheran, Alexandru Sătmăreanu, Vasile Dobrău [], Gabriel  Sandu; Ion Marin, Ion Mateescu, Alexandru Custov; Cornel Țălnar (Alexandru Moldovan 66′), Dudu Georgescu, Cristian Vrînceanu (Ionel Augustin 82′) <entrenador: Ion Nunweiller>.

Remontó el Atlético sufriendo. Luchó y alcanzó el resultado gracias a su insistencia. Superó a su rival en todos los terrenos menos en el acierto a puerta. Toda esta incertidumbre se había podido evitar si Ayala hubiese transformado el penalti con que castigaron al Dinamo. Desperdiciada esa ocasión, el Atlético siguió trabajando en ambos sentidos, ataque y defensa, pues tan importante era abrir el marcador como evitar ser sorprendidos. Ayala se sacrificó al máximo y se multiplicó en ambas funciones. Fallaba la delantera. Quizá por eso Benegas desde 30 metros colocó el balón junto a la escuadra para hacer justicia. El Dinamo ya no tenía sitio en el campo y en la recta final Rubén Cano redondeó el resultado.

Opinión de los protagonistas:

Luis Aragonés: “No las pasamos moradas. En mi opinión jugamos un gran partido”.

Ion Nunweiller: “El triunfo del Atlético ha sido merecido. Nada que objetar”.

 

Resultados – Primera ronda ida vta tot
FC Basel (Suiza) – SSW Tirol Innsbruck (Austria) 1-3 1-0 2-3
Celtic FC Glasgow (Escocia) – AS La Jeunesse D’Esch (Luxemburgo) 5-0 6-1 11-1
SL Benfica Lisboa (Portugal) * – SK Torpedo Moskva (Unión Soviética) 0-0 0-0 0-0
SG Dynamo Dresden (Alemania Oriental) – Halmstads BK (Suecia) 2-0 1-2 3-2
ASVS Dukla Praha (Checoslovaquia) – FC Nantes (Francia) ** 1-1 0-0 1-1
Floriana FC (Malta) – Panathinaikos AO (Grecia) 1-1 0-4 1-5
KuPS Kuopio (Finlandia) – Club Brugge KV (Bélgica) 0-4 2-5 2-9
DFS Levski-Spartak (Bulgaria) – WKS Slask Wroclaw (Polonia) 3-0 2-2 5-2
Lillestrøm SK (Noruega) – AFC Ajax Amsterdam (Holanda) 2-0 0-4 2-4
AC Omonia Nicosia (Chipre) – FC Juventus Torino (Italia) 0-3 0-2 0-5
FK Crvena zvezda Beograd (Yugoslavia) – Sligo Rovers FC (Irlanda) 3-0 3-0 6-0
Trabzonspor Kulübü (Turquía) – B1903 København (Dinamarca) 1-0 0-2 1-2
Vasas SC Budapest (Hungría) – Borussia Mönchengladbach (Alemania Occidental) 0-3 1-1 1-4
Valur Reykjavík (Islandia) – Glentoran FC Belfast (Irlanda del Norte) 1-0 0-2 1-2
FC Dinamo București (Rumanía) – Club Atlético de Madrid (España) 2-1 0-2 2-3

* Clasificado por penaltis 4-1.

** Clasificado por mayor número de goles en campo contrario.

Hubo varias eliminatorias resueltas con la típicas goleadas propias de la competición. Entre las más igualadas destacaron el duelo alpino a favor de los austríacos y el 0-0 del Benfica-Torpedo, decidido por penaltis.

Octavos de final: FC NANTES (Francia)

La anterior ocasión en que el Atlético visitó Francia fue en la Recopa y acabó eliminando a un ilusionado Bastia gracias a la experiencia de sus mejores hombres ya que en juego los corsos superaron en ganas e ilusión totalmente. El fútbol francés de clubs había mejorado notablemente aunque todavía estaba lejos del rendimiento alcanzado en los años 50 con el Stade de Reims. El Nantes desplazó de su hegemonía al Saint Etienne aportando además nueve internacionales a su selección. Con este panorama el Atlético de Madrid seguía siendo favorito.

Partido de ida:

Resultados previos:

FC Nantes

01/10/1977    Jornada 10          AS Monaco – FC Nantes                                   1-1

11/10/1977    Jornada 11          FC Nantes – Paris-Saint Germain                       3-1

Club Atlético de Madrid

02/10/1977    Jornada 5           Athletic Bilbao – Atlético Madrid                         1-0

09/10/1977    Jornada 6           Atlético Madrid – Cádiz CF                                4-0

16/10/1977    Jornada 7           Racing Santander – Atlético Madrid                    2-0

No acababa de levantar cabeza el Atlético. Demasiado irregular incluso dentro de un mismo partido era capaz de tener muy buenos momentos para luego perder el hilo del juego y sucumbir torpemente. La mala racha rojiblanca le había colocado en posición de descenso en la tabla, siendo el tercero empezando por atrás. Así, aun contando con mejor plantel, se sabía que el Atlético sembraba demasiadas dudas.

XXIIICopaEuropa0319 de octubre de 1977

Nantes, estadio Marcel Saupin, 30000 espectadores.

Árbitro: Clive Thomas (Gales)

FC NANTES, 1; CLUB ATLÉTICO DE MADRID, 1.

Goles: 0-1 (40’) Marcial. 1-1 (48’) Lacombe.

FC Nantes: Jean-Paul Bertrand-Desmanes; Maxime Bossis, Patrice Rio, Ángel Bargas[], Thierry Tusseau; Henri Michel, Gilles Rampillion, Georges van Straelen (Oscar Muller 83′) (Denis Mérigot 90’+3′); Bruno Baronchelli, Eric Pécaut, Guy Lacombe <entrenador: Jean Vincent>.

Club Atlético de Madrid: Miguel Reina; Marcelino Pérez, Eusebio Bejarano[], Domingo Benegas, Juan Jesús González Sierra (Francisco Herencia 86′); Marcial Pina (Francisco Javier Bermejo 83′), Alberto Fernández, Eugenio Leal; Rubén Ayala, Rubén Cano, Francisco Aguilar[] <entrenador: Luis Aragonés>.

El Nantes asomó pronto sus armas: velocidad y anticipación, arrinconando al Atlético sobre su área. Los rojiblancos mantuvieron el orden y también supieron responder a los franceses con contragolpes en una primera parte típicamente europea. Todo estaba por decidir cuando Marcial remató con acierto un córner. Parecía que el gol iba a mellar a los locales pero no fue así. Volvieron al acoso dela portería de Reina, que fue el mejor de los madrileños y lograron el empate demasiado pronto. Rubén Cano en el minuto 55 pudo dar el triunfo a su equipo y lo desperdició errando un penalti que Rio había cometido sobre él mismo. El resto del partido fue un continuo naufragio de juego e imagen del Atlético que no hacía más que perder el tiempo y tratar de conservar un empate totalmente inmerecido. El balance pese al 1-1 era negativo porque se había lesionado Sierra y Eusebio y Aguilar estarían sancionados por acumulación de tarjetas.

Opinión de los protagonistas:

Jean Vincent: “Ellos han roto el ritmo simulando lesiones. En Madrid puede haber cosas más graves que aquí”.

Luis Aragonés: “Seguimos perdiendo jugadores. Se jugó bien y con entrega total”.

Partido de vuelta:

Resultados previos:

Club Atlético de Madrid

28/10/1977    Jornada 8           Atlético Madrid – Hércules CF                            3-1

FC Nantes

22/10/1977    Jornada 13          FC Nantes – Girondins Bordeaux                        4-1

27/10/1977    Jornada 14          Stade Reims – FC Nantes                                 1-3

La victoria del Atlético frente al Hércules le permitió ascender varios puestos en la clasificación liguera donde destacó la reaparición de Pereira, todo un ídolo para los rojiblancos. Mientras el Nantes seguía mostrando un gran nivel dentro en sus partidos nacionales.

XXIIICopaEuropa042 de noviembre de 1977

Madrid, estadio Vicente Calderón, 60000 espectadores.

Árbitro: Károly Palotai (Hungría).

CLUB ATLÉTICO DE MADRID, 2; FC NANTES, 1.

Goles: 0-1 (31’) Lacombe. 1-1 (75’) Cano. 2-1 (77’) Pereira.

Club Atlético de Madrid: Miguel Reina[]; Marcelino Pérez, Luis Edmundo Pereira, Domingo Benegas[], José Luis Capón; Alberto Fernández, Marcial Pina, Eugenio Leal; Francisco Javier Bermejo, Rubén Cano, Rubén Ayala <entrenador: Luis Aragonés>.

FC Nantes: Jean-Paul Bertrand-Desmanes[]; Maxime Bossis, Patrice Rio, Ángel Bargas, Thierry Tusseau; Georges van Straelen[], Henri Michel, Gilles Rampillion; Bruno Baronchelli, Eric Pécaut, Guy Lacombe <entrenador: Jean Vincent>.

Saltó al campo un Nantes inexperto, temeroso del nombre de su rival. Pronto se vio que el Atlético ya de salida defendía el 0-0 que, en efecto, le valía, lo cual no dejaba de ser sorprendente por renunciar a su ventaja de jugar en casa. El Nantes se fue soltando y volvió a superar en entusiasmo a los madrileños. El 0-1 del descanso era justo. Entonces el Atlético reaccionó con ganas y se aprovechó de un equipo francés un tanto bisoño que pretendió seguir jugando de tú. Llegaron las ocasiones a base de empuje que no de orden y los nervios que se ensañaron con el Nantes más que con el Atlético pese al 0-1. Fue en el ecuador de la segunda parte cuando por arte de aciertos Rubén Cano y después Luís Pereira los que le dieron la vuelta al marcador. Pudieron llegar un par de goles más que no los pidió el público porque se daba por satisfecho después de una flojísima primera parte donde se esperaba lo peor. Muy felices los rojiblancos con su clasificación y eso que sólo había cumplido con el pronóstico.

Opinión de los protagonistas:

Luis Aragonés: “He sufrido mucho. En el primer tiempo jugamos mal; pero en el segundo, mis hombres actuaron fenomenalmente”.

Jean Vincent: “La culpa de la derrota la tiene todo mi equipo”.

 

Resultados – Octavos de final ida vta tot
SL Benfica Lisboa (Portugal) – B1903 København (Dinamarca) 1-0 1-0 2-0
Club Brugge KV (Bélgica) – Panathinaikos AO (Grecia) 2-0 0-1 2-1
Celtic FC Glasgow (Escocia) – SSW Tirol Innsbruck (Austria) 2-1 0-3 2-4
Glentoran FC Belfast (Irlanda del Norte) – FC Juventus Torino (Italia) 0-1 0-5 0-6
DFS Levski-Spartak Sofia (Bulgaria) – AFC Ajax Amsterdam (Holanda) 1-2 1-2 2-4
Liverpool FC (Inglaterra) – SG Dynamo Dresden (Alemania Oriental) 5-1 1-2 6-3
FC Nantes (Francia) – Club Atlético de Madrid (España) 1-1 1-2 2-3
FK Crvena zvezda Beograd (Yugoslavia) – Borussia Mönchengladbach (Alemania Occidental) 0-3 1-5 1-8

Apabullante el Borussia que entraba directo para desbancar al Liverpool, quien tampoco tuvo problemas con el Dynamo de Dresde. La sorpresa saltó en Innsbruck donde el amalgamado Swarowski-Wacker Tyrol remontó a todo un Celtic.

Cuartos de final: CLUB BRUGGE KV (Bélgica)

Todos pensaron que de estar en mejor momento el Atlético no tendría problemas con el Brujas, equipo que un año antes había eliminado al Real Madrid de la máxima competición europea. Los belgas conservaban la base de su equipo y su forma de jugar ya en teoría era demasiado incómoda para el juego del Atlético de Madrid. Lo malo para los rojiblancos era que su equipo no lograba organizar un once inicial con continuidad debido a las lesiones y su juego seguía sufriendo demasiados altibajos.

Partido de ida:

Resultados previos:

Club Brugge KV

12/09/1978    Jornada 24          Club Brugge – Charleroi SC                               2-0

19/02/1978    Jornada 25          SK Beveren – Club Brugge                               2-2

26/02/1978    Copa 1/4            Club Brugge – Cercle Brugge                            4-1

Club Atlético de Madrid

12/02/1978    Jornada 21          Atlético Madrid – FC Barcelona                          1-0

19/02/1978    Jornada 22          Atlético Madrid – Athletic Bilbao                         0-1

26/02/1978    Jornada 23          Cádiz CF – Atlético Madrid                                2-1

Tras la derrota en el Manzanares ante el Athletic Luis Aragonés declaró que su equipo no priorizaba sus objetivos en la Liga, dando a entender que su triste devenir en la zona media de la clasificación traía como consecuencia la pérdida de toda opción para lograr puestos europeos. Solo les quedaba la Copa de Europa.

Por contra, el Brujas llevaba un año pletórico dominando su campeonato con claridad y clasificado para las semifinales de la Copa de Bélgica.

XXIIICopaEuropa051 de marzo de 1978

Brujas, Olympiastadion, 32000 espectadores.

Árbitro: Heinz Aldinger (Alemania Occidental).

CLUB BRUGGE KV, 2; CLUB ATLÉTICO DE MADRID, 0.

Goles: 1-0 (43’) Courant. 2-0 (57’) De Cubber.

Club Brugge KV: Birger Jensen; Fons Bastijns, Edi Krieger, Georges Leekens, Jos Volders; Julien Cools, Paul Courant, Daniël de Cubber; René Vandereycken, Raoul Lambert (Bernard Verheecke 80’), Jan Sørensen <entrenador: Ernst Happel>

Club Atlético de Madrid: Miguel Reina; Marcelino Pérez, Eusebio Bejarano[], Luis Edmundo Pereira, Miguel Ángel Ruiz (Francisco Aguilar 60’); Alberto Fernández, Marcial Pina, Eugenio Leal; João Leiva “Leivinha”, Rubén Cano, Rubén Ayala <entrenador: Luis Aragonés>.

El Atlético puso más empeño que en ocasiones anteriores para poder responder a un Brujas fuerte y decidido. Supo aguantar el empuje local que insistió con contundencia probando a Reina una y otra vez. El oficio del equipo madrileño le hizo aguantar hasta casi el final de la primera parte cuando Ruiz cometió un fallo y perdió el balón ante Courant. La mala fortuna continuó en la segunda parte porque un disparo lejano de De Cubber entró tras ser desviado por Leal y se acrecentó cuando Marcial, a los 69’, vio como Jensen desviaba a córner un penalti. La guinda final la tuvo Rubén Cano que malogró un gol cantado a falta de un minuto. El Brujas había puesto la eliminatoria muy difícil a un Atlético que esta vez peleó mejor, que no jugó mejor que en anteriores encuentros, y estuvo falto de fortuna.

Opinión de los protagonistas:

Ernst Happel: “El Atlético ha dado mucha guerra. Aunque estuvo falto de delanteros, cuando atacó fue muy peligroso”.

Luis Aragonés: “Lo normal hubiese sido un empate a dos. Nos anularon un gol y fallamos un penalti”.

Partido de vuelta:

Resultados previos:

Club Atlético de Madrid

05/03/1978    Jornada 24          Atlético Madrid – Racing Santander                    3-0

12/03/1978    Jornada 25          Hércules CF – Atlético Madrid                            1-0

Club Brugge KV

05/03/1978    Jornada 26          Club Brugge – Beerschot VAV                           2-1

12/03/1978    Jornada 27          KSV Waregem – Club Brugge                            1-1

La falta de presencia de los belgas en el concierto europeo era la única baza que mantenía el optimismo entre los rojiblancos. También contaban las ocasiones perdidas en la ida pensando que en Madrid el equipo sería capaz de generar muchas más, las suficientes como para dar la vuelta a una eliminatoria que estaba muy difícil.

XXIIICopaEuropa0615 de marzo de 1978

Madrid, estadio Vicente Calderón, 70000 espectadores.

Árbitro: Patrick Patridge (Inglaterra).

CLUB ATLÉTICO DE MADRID, 3; CLUB BRUGGE KV, 2.

Goles: 1-0 (21’) Benegas. 2-0 (31’) Marcial. 2-1 (61’) Cools. 3-1 (62’) Marcial. 3-2 (68’) Lambert.

Club Atlético de Madrid: José Pacheco; José Luis Capón, Luis Edmundo Pereira, Domingo Benegas; Rubén Ayala, João Leiva “Leivinha”, Marcial Pina, Marcelino Pérez; Francisco Aguilar, Rubén Cano, Juan José Rubio <entrenador: Luis Aragonés>.

Club Brugge KV: Birger Jensen; Fons Bastijns, Daniël de Cubber, Georges Leekens, Jos Volders; Julien Cools, Paul Courant, Dirk Sanders (Bernard Verheecke 46′); René Vandereycken[], Raoul Lambert, Jan Sørensen <entrenador: Ernst Happel>.

Cuando a la media hora Marcial subía el 2-0 al marcador e igualaba la eliminatoria estaba claro que el Atlético todavía no tenía nada en su mano. Al Brujas le bastaba un gol para desquiciar a su rival pues no tenía ni la consistencia ni la pegada como para noquearle. Con 2-0 había logrado el primer paso, difícil, y el siguiente era no recibir ningún gol. Happel cambió ficha en el descanso para sorprender a la defensa madrileña y encontró premio al cuarto de hora de la segunda parte. Aunque Marcial recuperó el partido con un tercer gol al minuto justo, ya se veía que el Atlético se había complicado mucho la eliminatoria con ese resultado. La decepción se hizo realidad cuando Lambert puso el 3-2 definitivo. Habían estado muy cerca de la remontada, es cierto, lo cual hubiese sido una gran sorpresa teniendo en cuenta la trayectoria de ambos equipos.

Opinión de los protagonistas:

Luis Aragonés: “Hemos jugado la baza del ataque. El gol belga pesó como una losa”.

Ernst Happel: “Nunca debimos salir a la defensiva, porque cuando arriesgamos resolvimos”.

 

Resultados – Cuartos de final ida vta tot
SL Benfica Lisboa (Portugal) – Liverpool FC (Inglaterra) 1-2 1-4 2-6
AFC Ajax Amsterdam (Holanda) – FC Juventus Torino (Italia) * 1-1 1-1 2-2
Club Brugge KV (Bélgica) – Club Atlético de Madrid (España) 2-0 2-3 4-3
SSW Tirol Innsbruck (Austria) – Borussia Mönchengladbach (Alemania Occidental) ** 3-1 0-2 3-3

* FC Juventus Torino clasificado por penaltis 0-3

** Clasificado por el mayor número de goles en campo contrario

El Liverpool venció con rotundidad al Benfica y confirmaba sus aspiraciones a renovar el título. Solo el Borussia parecía capacitado para poder derrocarle, si bien pasó muchos apuros para superar al Tyrol. El gol de Heynckes en la ida, donde llegaron a ir perdiendo por 3-0, fue decisivo. Ajax y Juventus resolvieron su tremenda igualdad en los penaltis.

Semifinales

 

Resultados – Semifinales ida vta tot
Borussia Mönchengladbach (Alemania Occidental) – Liverpool FC (Inglaterra) 2-1 0-3 2-4
FC Juventus Torino (Italia) – Club Brugge KV (Bélgica) 1-0 0-2 1-2

El sorteo quiso que los dos finalistas de la edición anterior se encontrasen a doble partido a las puertas de la final. Esta vez llegó el Borussia con mucha menos fuerza ante un brillante Liverpool que iba derecho hacia la renovación de su título europeo. En la ida los alemanes se pusieron 2-o a lo que el Liverpool contestó con un gol a falta de diez minutos. En Anfield Road no hubo tregua y los ingleses arrollaron con contundencia.

En la otra semifinal el juego arriesgado del Brujas superó la contención de la Juve. En Turín Bettega había logrado el único gol a tres minutos del final. En Brujas los locales sometieron a un acoso y derribo a unos italianos ultradefensivos. El primer gol llegó en el minuto tres y el definitivo 2-0 en la prórroga a cuatro minutos del final. Justo dos minutos antes Gentile había sido expulsado.

Final:

Había un claro favorito, el Liverpool, y un serio aspirante, el Brujas. En el Liverpool ya no estaba Keegan, traspasado al Hamburgo, pero conservaban el mismo tipo de juego y la misma solidez de equipo. Dalglish, además, había sido un digno sustituto del mejor jugador inglés de la década.

Resultados previos:

Liverpool FC

29/04/1978    Jornada 42          West Ham – Liverpool FC                                 0-2

01/05/1978    Jornada 36          Liverpool FC Manchester City                            4-0

04/05/1978    Jornada 35          Liverpool FC – Nottingham Forest                      0-0

Club Brugge

30/04/1978    Jornada 34          KSC Lokeren – Club Brugge                              1-1

07/05/1978    Copa 1/2            Charleroi SC – Club Brugge                               3-1

El hecho de que se jugase en Wembley daba más fuerza a las aspiraciones del Liverpool. También contribuían otros factores como la baja de Lambert y la inexperiencia del Brujas. Era la primera vez que un club belga alcanzaba la final.

XXIIICopaEuropa0710 de mayo de 1978

Londres, Wembley, 92500 espectadores.

Árbitro: Charles Corver(Holanda).

LIVERPOOL FC, 1; CLUB BRUGGE KV, 0.

Gol:1-0 (64’) Dalglish.

Liverpool FC: Ray Clemence; Phil Neal, Alan Hansen, Phil Thompson, Emlyn Hughes; Ray Kennedy, Jimmy Case[] (Steve Heighway 64’), Terry McDermott; Kenny Dalglish, David Fairclough, Graeme Souness<entrenador: Bob Paisley>.

Club Brugge KV: Birger Jensen; Fons Bastijns, Edi Krieger, Georges Leekens, Gino Maes (Jos Volders 72′); Julien Cools, Daniël de Cubber, René Vandereycken[], Lajos Kü (Dirk Sanders 60′); Jan Simoen, Jan Sørensen <entrenador: Ernst Happel>.

La final mantuvo su emoción porque el Liverpool tardó mucho en encontrar su gol. Frente al juego ofensivo inglés en busca de la victoria lo más directamente posible el Brujas estableció una respuesta de equipo muy sólida, organizando especialmente su defensa y sus recursos, el principal era forzar el fuera de juego. Fue un gran partido de los centrocampistas rojos que no cedieron en ningún momento hasta que Dalglish, ya en la segunda mitad, logró el único gol del partido. No cambió mucho la situación porque si el Brujas tuvo un respiro, nunca tomó el mando del partido, que siguió en los pies de los medios del Liverpool. Solo al final los belgas inquietaron la portería de Clemence, respondiendo con clase y acierto el buen guardameta y evitando así que se forzase la prórroga.

Opinión de los protagonistas:

Bob Paisley: “Aunque esta final no ha sido tan buena como la del año pasado, para nosotros es una gran final, por el hecho mismo de haber ganado”.

Ernst Happel: “Estuvimos muy limitados por numerosas lesiones. Me hubiera gustado jugar más a la ofensiva, pero las lesiones nos lo impidieron”.

 

Resultados – Final  
Liverpool FC (Inglaterra) – Club Brugge KV (Bélgica) 1-0

Estadísticas:

JUGADORES DEL CLUB ATLÉTICO DE MADRID (POS) PJ G
Francisco AGUILAR Fernández (a) 5
ALBERTO Fernández Fernández (m) 5
Rubén Hugo AYALA Zanabria (a) 6
Domingo BENEGAS Jiménez (d) 5 2
Francisco Javier BERMEJO Caballero (m) 3
Rubén CANO Martínez (a) 6 2
José Luis CAPÓN González (d) 4
EUSEBIO Bejarano Vilaró (d) 4
Francisco HERENCIA Gaytán (a) 1
Eugenio LEAL Vargas (m) 5
João Leiva Campos “LEIVINHA” (a) 2
MARCELINO Pérez Ayllón (d) 6
MARCIAL Pina Morales (a) 5 3
José PACHECO Gómez (p) 1
Luís Edmundo PEREIRA Pereira (d) 4 2
Miguel REINA Santos (p) 5
Valentín Jorge Sánchez “ROBI” (m) 1
Juan José RUBIO Jiménez (a) 2
Miguel Ángel RUIZ García (d) 1
Juan Jesús González SIERRA (d) 2

ASÍ FUE LA TEMPORADA DE LOS EQUIPOS CAMPEONES DEL AÑO ANTERIOR DE LAS FEDERACIONES MIEMBRO DE LA UEFA EN 1978
CLASIFICACIÓN OBTENIDA EN LA TEMPORADA 1977* o 1977/78 EN LIGA

    Pto J G E P F C Pts
KS Dinamo Tiranë (Albania) 22 8 8 6 24 20 24
Borussia Mönchengladbach (Alemania Occidental) 34 20 8 6 86 44 48
SG Dynamo Dresden (Alemania Oriental) 26 18 5 3 70 25 41
SSW Tirol Innsbruck (Austria) 36 15 9 12 49 34 39
Club Brugge KV (Bélgica) 34 22 7 5 73 48 51
DFS Levski-Spartak Sofia (Bulgaria) 30 15 8 7 53 30 38
ASVS Dukla Praha (Checoslovaquia) 30 19 3 8 73 33 41
AC Omonia Nicosia (Chipre) 30 22 7 1 77 15 51
B 1903 København (Dinamarca)* 30 15 9 6 61 41 39
Celtic FC Glasgow (Escocia) 36 15 6 15 63 54 36
Club Atlético de Madrid (España) 34 16 4 14 61 52 36
KuPS Kuopio (Finlandia) 22 12 2 8 40 35 26
FC Nantes (Francia) 38 21 10 7 60 26 52
Panathinaikos AO (Grecia) 34 19 7 8 63 25 45
AFC Ajax Amsterdam (Holanda) 34 20 9 5 85 36 49
Vasas SC Budapest (Hungría) 34 15 12 7 58 42 42
Liverpool FC (Inglaterra) 42 24 9 9 65 34 57
Sligo Rovers FC (Irlanda) 30 13 8 9 47 31 34
Glentoran FC Belfast (Irlanda del Norte) 22 15 4 3 59 23 34
Valur Reikjavík (Islandia)* 18 11 5 2 38 18 27
FC Juventus Torino (Italia) 30 15 14 1 46 17 44
AS La Jeunesse d’Esch (Luxemburgo) 22 10 6 6 45 31 26
FC Progrès Niedercorn (Luxemburgo) 22 13 6 3 55 33 32
Floriana FC (Malta) 18 9 6 3 34 13 23
Lillestrøm SK (Noruega)* 22 16 4 2 42 11 36
WKS Slask Wroclaw (Polonia) 30 16 6 8 36 30 38
SL Benfica Lisboa (Portugal) 30 21 9 0 56 11 51
FC Dinamo București (Rumanía) 34 15 6 13 50 40 36
Halmstads BK (Suecia)* 26 8 9 9 39 33 25
FC Basel (Suiza) 1 10 5 3 2 21 14 27
Trabzonspor Kulübü (Turquía) 30 18 5 7 42 16 41
SK Torpedo Moskva (Unión Soviética)* 30 12 13 5 30 23 37
FK Crvena zvezda (Yugoslavia) 34 21 7 6 58 26 49

1 Suiza tuvo un campeonato con dos fases.

CAMPEONES DE LIGA 1977* Y 1977/78 DE LAS FEDERACIONES PERTENECIENTES A LA UEFA EN 1978

    Pto J G E P F C Pts
KS Vllaznia Shkodër (Albania) 22 10 9 3 32 19 29
1FC Köln (Alemania Occidental) 34 22 4 8 86 41 48
SG Dynamo Dresden (Alemania Oriental) 26 18 5 3 70 25 41
FK Austria-Memphis Wien (Austria) 36 23 10 3 77 34 56
Club Brugge KV (Bélgica) 34 22 7 5 73 48 51
DFS Lokomotiv Sofia (Bulgaria) 30 16 10 4 40 16 42
TJ Zbrojovska Brno (Checoslovaquia) 30 18 7 5 64 25 43
AC Omonia Nicosia (Chipre) 30 22 7 1 77 15 51
OB Odense (Dinamarca)* 30 19 9 2 66 27 47
Rangers FC Glasgow (Escocia) 36 24 7 5 76 39 55
Real Madrid CF (España) 34 22 3 9 77 40 47
Haka Valkeakoski (Finlandia) 22 15 3 4 43 15 33
AS Monaco (Francia) 38 22 9 7 79 46 53
AEK Azine (Grecia) 34 21 11 2 74 27 53
PSV Eindhoven (Holanda) 34 21 11 2 74 21 53
Újpesti Dózsa SC (Hungría) 34 19 13 2 95 46 51
Nottingham Forest (Inglaterra) 42 25 14 3 69 24 64
Bohemians FC Dublin (Irlanda) 30 17 10 3 74 25 44
Linfield AFC Belfast (Irlanda del Norte) 22 19 2 1 65 22 40
ÍA Akranes (Islandia)* 18 13 2 3 35 13 28
FC Juventus Torino (Italia) 30 15 14 1 46 17 44
FC Progrès Niedercorn (Luxemburgo) 22 13 6 3 55 33 32
Valletta FC (Malta) 18 12 4 2 44 6 28
Lillestrøm SK (Noruega)* 22 16 4 2 42 11 36
GTS Wisla Kraków (Polonia) 30 13 13 4 35 23 39
FC Porto (Portugal) 30 22 7 1 81 21 51
CSA Steaua București (Rumanía) 34 17 7 10 75 49 41
Malmö FF (Suecia) 26 15 8 3 41 19 38
Grasshopper-Club Zürich (Suiza) 1 10 4 4 2 17 12 29
Fenerbahçe SK (Turquía) 30 17 8 5 48 24 42
SK Dynamo Kijev (Unión Soviética)* 30 14 15 1 51 12 43
FK Partizan Beograd (Yugoslavia) 34 22 10 2 55 19 54

1 Suiza tuvo un campeonato con dos fases.

ESTADÍSTICA POR PAÍSES 1955-1978

Pres

PJ

PG

PE

PP

GF

GC

Pts

España

29

198

112

35

51

449

230

259

Italia

25

152

81

31

40

262

155

193

Inglaterra

23

144

81

24

39

315

156

186

Alemania Occidental

25

142

74

32

36

314

180

180

Holanda

25

130

72

25

33

265

138

169

Escocia

23

117

61

17

39

221

161

139

Portugal

25

116

52

24

40

232

158

128

Checoslovaquia

21

99

50

24

25

167

125

124

Francia

23

101

45

18

38

177

141

108

Hungría

22

97

44

19

34

206

155

107

Bélgica

23

103

48

10

45

186

164

106

Yugoslavia

23

97

44

15

38

189

148

103

Polonia

22

78

37

11

30

118

114

85

Suiza

23

81

30

14

37

132

154

74

Austria

23

84

29

14

41

113

140

72

Bulgaria

21

74

29

12

33

125

123

70

Alemania Oriental

20

74

28

8

38

118

114

64

Unión Soviética

11

48

26

10

12

67

36

62

Rumanía

21

63

22

10

31

89

116

54

Suecia

23

68

22

9

37

85

131

53

Turquía

21

62

19

10

33

60

108

48

Grecia

18

59

15

17

27

73

90

47

Dinamarca

23

67

16

13

38

85

143

45

Irlanda del Norte

19

44

5

10

29

50

136

20

Luxemburgo

22

50

6

4

40

52

207

16

Noruega

18

40

5

4

31

39

115

14

Malta

17

36

4

5

27

18

114

13

Irlanda

21

44

5

3

36

34

151

13

Finlandia

19

44

5

3

36

33

151

13

Islandia

14

32

2

4

26

29

123

8

Albania

7

14

1

5

8

6

21

7

Chipre

12

28

2

2

24

12

121

6

Sarre

1

2

1

0

1

5

7

2

ESTADÍSTICA POR CLUBS 1955-1978

Pres

PJ

PG

PE

PP

GF

GC

Pts

Real Madrid CF España

18

115

68

17

30

293

134

153

SL Benfica Lisboa Portugal

16

92

45

21

26

193

109

111

AFC Ajax Amsterdam Holanda

10

57

34

11

12

101

52

79

Celtic FC Glasgow Escocia

10

58

33

11

14

118

52

77

Manchester United FC Inglaterra

5

41

26

7

8

100

45

59

AC Milan Italia

7

44

26

5

13

116

59

57

FC Bayern München Alemania Occidental

6

40

25

7

8

93

37

57

FC Internazionale Milano Italia

5

41

23

10

8

64

30

56

CSKA-Sz Sofia Bulgaria

14

52

22

9

21

83

80

53

FC Juventus Torino Italia

8

43

21

9

13

57

44

51

Feyenoord Rotterdam Holanda

7

37

20

9

8

89

39

49

Club Atlético de Madrid España

5

39

21

7

11

65

39

49

FK Crvena zvezda Beograd Yugoslavia

10

43

21

6

16

92

68

48

ASVS Dukla Praha Checoslovaquia

8

39

19

10

10

68

50

48

Liverpool FC Inglaterra

5

34

20

5

9

72

34

45

AS Saint-Etienne Francia

9

39

19

6

14

49

41

44

R Standard CL Bélgica

6

32

20

1

11

55

33

41

Borussia Mönchengladbach Alemania Occidental

5

31

15

10

6

69

31

40

Rangers FC Glasgow Escocia

8

37

18

3

16

66

72

39

RSC Anderlecht Bélgica

11

44

16

6

22

84

89

38

SK Dynamo Kijev Unión Soviética

5

28

16

5

7

41

22

37

FC Barcelona España

3

26

15

6

5

60

25

36

KS Górnik Zabrze Polonia

8

31

16

4

11

52

45

36

SK Rapid Wien Austria

7

33

15

4

14

53

49

34

Spartak TAZ Trnava Checoslovaquia

5

24

13

7

4

44

20

33

Újpesti Dózsa Budapest Hungría

6

30

13

7

10

51

42

33

Stade de Reims Francia

4

24

14

3

7

63

30

31

Vasas SC Budapest Hungría

6

27

12

6

9

62

34

30

FC Dinamo București Rumanía

9

30

13

4

13

52

55

30

PSV Eindhoven Holanda

4

20

11

4

5

43

20

26




Reseña: El fútbol en Valencia y provincia 1910-2014

Ante esta obra de Dani Paller y Paco Múgica,editada por Sólido Ediciones, lo primero que el lector está obligado a reconocer es que se trata de una obra monumental, dicho sea en los diversos sentidos del término.

En un volumen que excede notablemente los hábitos editoriales españoles, a través de las 1.044 páginas que ocupa los autores hacen una revisión exhaustiva de todos los clubes valencianos que hayan participado al menos en la tercera división de Liga.

Organizados alfabéticamente por municipios, se hace una breve exposición histórica de cada uno de los 55 clubes valencianos que se presenta como antesala de una ficha en que se indican los principales datos del club: nombre completo, fecha de fundación, dirección, etc.  A continuación se reproduce en un cuadro toda la trayectoria del club temporada a temporada: categoría, partidos jugados, ganados, empatados y perdidos, goles a favor y en contra, puntos y puesto en la clasificación.

La gran virtud de este cuadro es que no se limita a las temporadas que el club ha militado en tercera división o superiores, sino que completa todas las temporadas aunque hayan sido de divisiones inferiores, de tal modo que la información del club de referencia es completa.

La voluntad de exhaustividad de los autores les lleva a tomar una decisión que a priori es conceptualmente discutible pero que en su caso yo entiendo como virtuosa. Dado que la unidad de referencia que utilizan para construir su obra es el municipio, en aquellos en los que ha habido varias sociedades todas ellas quedan explicadas en torno a la sociedad actual. Ejercitando la idea manifestada por el socio de honor del CIHEFE, Gustavo Bueno, en la entrevista publicada en el número 1 de los Cuadernos de Fútbol, el fútbol es cosa de ciudades, por más que estas participen a través de sociedades. Por ello Palero y Múgica muy oportunamente hacen un repaso por todas las sociedades habidas en cada uno de los municipios representados, pero sin mezclarlos en ningún momento y señalando claramente cuáles fueron unas y cuáles otras.

La explicación de todos los clubes viene acompañada de fotografías del estadio y de la plantilla actual, y en muchas ocasiones se recoge también una colección de fotografías históricas, algunas de las cuales son sencillamente deliciosas.

Que el trabajo de los autores ha sido tan monumental como su obra se puede demostrar con muchos aspectos, pero acaso uno muy claro es el de que han conseguido que cada uno de los municipios tenga la presentación del alcalde y de uno de los concejales. Futbolísticamente irrelevante, demuestra sin embargo muy a las claras que Palero y Múgica no han dejado nada al azar y que han hecho un enorme trabajo.

Resulta en consecuencia este “El fútbol en Valencia y provincia 1910-2014” una obra de referencia inexcusable para todos los aficionados y estudiosos de la historia del fútbol valenciano y español, tal como muy certeramente señalan en sus respectivos prólogos el seleccionador nacional Vicente del Bosque y el presidente de la RFEF Ángel María Villar.