Los suizos y el FC Barcelona (primera parte)

En el artículo de esta revista «1899 ó 1902 ¿Cuándo se fundó el FC Barcelona?» (1) explicamos algunos aspectos desconocidos del proceso de fundación del Barça como su inscripción en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil y en el mismo quedaba patente la importancia capital de varios ciudadanos suizos (Walter Wild, Hans Gamper, Paul Haas) en el proceso. Quisimos entonces destacar la ciudadanía suiza y la religión protestante de estos personajes (es fácil encontrar referencias a que Wild era inglés o Haas alemán) y la importancia que tuvieron esos factores (su nacionalidad y su religión) en la creación del FCB frente a otro grupo que en las mismas fechas creó un club (el Català FC) tras rechazar a estos «extranjeros» (al parecer más por su condición de protestantes que por la de extranjeros) (1).

Pero faltaban datos. Pruebas documentales que certificaran la ciudadanía suiza de Wild, por ejemplo. Fechas de nacimiento. Lugares de nacimiento. Por ese motivo proseguí la investigación y estoy en disposición de presentar pruebas y datos obtenidos en Archivos Suizos. Especialmente en los Archivos Federales Suizos de Berna donde se conservan los Archivos del Consulado de Suiza de Barcelona (2) y en otros archivos de la Confederación Helvética.

Estos son los ciudadanos suizos que tuvieron relación con el nacimiento del FC Barcelona y los datos que he podido encontrar sobre ellos:

– ÉMILE GAISSERT

Inscrito en el Consulado Suizo de Barcelona en 1880.

Nacido en 1857 en Gottlieben.

Lugar de origen (3): Zúrich.

Profesión: «négociant».

Tío de Hans Gamper, a quien acoge en su casa de Sant Gervasi de Cassoles (calle Sant Josep nº25) cuando este llega a Barcelona. Delegado de la Compañía Zúrich en Barcelona desde 1884 y delegado responsable de la Sociedad de Beneficencia Suiza. Destacado miembro de la Iglesia Evangélica de Barcelona y miembro de la logia masónica «Verdad» con el nombre de «hermano Zuingli». Pudo contribuir económicamente a la fundación del FC Barcelona. Su hijo Emil Max Gaissert jugará en el FCB.

– HANS MAX GAMPER

SuizosBarcelona01

Inscrito en el Consulado Suizo de Barcelona en 1899.

Nacido el 22 de noviembre de 1877 en Winterthur.

Lugar de origen (3): Zúrich.

Profesión: «employé de commerce».

Presidente del FCB:  1908-09, 1910-13, 1917-19, 1921-23 y 1924-25.

Jugador del FCB: 1899-1904, 1913.

Fundador y primer capitán del FC Barcelona y del FC Zürich. Jugó además en el FC Basel, Excelsior y UA Lyon. Practicó atletismo, ciclismo, golf y rugby. El 29 de Noviembre de 1899, tras su anuncio-convocatoria en Los Deportes se constituye en el Gimnasio Solé el Futbol Club Barcelona. Fue cinco veces presidente (08-09, 10-13, 17-19, 21-23 y 24-25). Trabajó en Crédit Lyonnais, en la Compañía de Tranvías de Sarrià y como periodista deportivo. Se quitó la vida el 30 de julio de 1930 en Barcelona.

– WALTER GUSTAV WILD

SuizosBarcelona02

Inscrito en el Consulado Suizo de Barcelona en 1898.

Nacido el 13 de octubre de 1872.

Lugar de origen (3): Zúrich.

Profesión: «commerçant».

Presidente del FCB: 1899-1901

Jugador del FCB: 1899-1900

Primer Presidente del FCB en 1899, su casa en la calle de la Princesa fue la sede social del club. Monitor de gimnasia de la Sociedad Suiza de Barcelona, miembro de la Federación Gimnástica Española, miembro de la Iglesia Evangélica, gran amigo de Gamper y su principal colaborador en la fundación del FC Barcelona. Conocido como Gualterio Wild en la prensa de la época. Regresó a Barcelona en 1949 para los actos del 50 Aniversario, al parecer entonces vivía en Londres lo que dio origen al extendido error de atribuirle nacionalidad británica (4). Queda confirmado que era suizo, también podemos descartar que fuera hermano de Ernst Wild tal y como se ha afirmado en ocasiones (5).

– OTTO ANTOINE KÜNZLI

Inscrito en el Consulado Suizo de Barcelona en 1899.

Nacido el 23 de enero de 1878.

Lugar de origen (3): Aadorf.

Profesión: «commerçant».

Jugador del FCB: 1899

Jugador del FCB en el primer partido (contra la Colonia Inglesa el 8 de diciembre de 1899), no juega más. Amigo de Gamper y Wild.

– PAUL AUGUSTE HAAS

SuizosBarcelona03

Inscrito en el Consulado Suizo de Barcelona en 1893.

Nacido en 1873.

Lugar de origen (3): Boujean.

Profesión: «négociant».

Presidente del FCB: 1902-1903

Tercer presidente de la entidad en 1902-1903, periodo en el que el club se constituye oficialmente aprobando Estatutos y acudiendo al Registro de Asociaciones del Gobierno Civil de Barcelona (1). Generalmente se le atribuye nacionalidad alemana por error.                                  Amigo de Emilio Gaissert.

– PAUL WIDERKEHR

SuizosBarcelona04

Inscrito en el Consulado Suizo de Barcelona en 1901.

Nacido el 12 de septiembre de 1880.

Lugar de origen (3): Zúrich.

Profesión: «commerçant».

Jugador del FCB: 1901-1902

Jugador del Zürich con Gamper y Meyer a los que unía una gran amistad, también había jugado en Lausana y Ginebra. Problemas de salud le obligaron a dejar el fútbol prematuramente. Formó parte la llamada Comisión Deportiva (encargada de formar los equipos) con Gamper y Meyer, por este motivo el FCB fue conocido en esa época como «la sucursal del Zúrich».

– EMIL MAX GAISSERT

Inscrito en el Consulado Suizo de Barcelona en 1903.

Nacido el 22 de junio de 1883 en Barcelona.

Lugar de origen (3): Zúrich.

Profesión: «commerçant».

Jugador del FCB: 1902-1903

Hijo de Émile Gaissert y primo de Hans Gamper. Falleció en Barcelona el 11 de julio de 1946.

– EMIL RUDOLF GASS

SuizosBarcelona05

Inscrito en el Consulado Suizo de Barcelona en 1903.

Nacido el 2 de abril de 1882.

Lugar de origen (3): Basilea

Profesión: «commerçant»

Jugador del FCB: 1903

Vive en Barcelona algunos meses en 1903 y juega partidos como defensa y medio. Llega a la ciudad por motivos de trabajo, el cónsul suizo se lo comenta a Gamper y este lo ofrece jugar en el FCB. Algunas publicaciones le confunden con Emil Gaissert afirmando que «Gass» era un seudónimo utilizado por este. Obviamente se trata de dos personas diferentes.

– HEINRICH HANS FISCHER

Inscrito en el Consulado Suizo de Barcelona en 1905.

Nacido el 29 de septiembre de 1885.

Lugar de origen (3): Winterthur.

Profesión: ¿

Jugador del FCB: 1903-1904

Juega 6 partidos, 2 de ellos de portero. Amigo de la familia Gamper.

Hay algún jugador suizo más en los primeros partidos del FCB (1899-1903) como Meyer (George o Jorge Meyer) que no aparece inscrito en el Consulado Suizo de Barcelona, aunque estos son sus datos:

– GEORGE MEYER

SuizosBarcelona06

No inscrito en el Consulado Suizo de Barcelona.

Nacido en 1879.

Lugar de origen (3): ¿

Profesión: ¿

Jugador del FCB: 1901-1904

Defensa y centrocampista, amigo de Gamper y Wild junto a los que formó la llamada Comisión Deportiva (posteriormente Widerkehr entra por Wild), fue vicepresidente del club, árbitro. Fue considerado como el mejor jugador de los primeros años del club. Había jugado en el Excelsior y el FC Zürich. Se marchará al Español (1904) por un enfrentamiento con Gamper. Tenía un ojo de cristal que se le había caído al suelo en más de un partido. Había practicado otros deportes en Suiza destacando en patinaje.

Esta fue la contribución suiza al nacimiento del FC Barcelona: un mecenas (Emilio Gaissert padre), tres presidentes (Wild, Haas, Gamper), un fundador de facto (Gamper), un fundador de iure (Haas), cuatro integrantes de la Comisión Deportiva (lo más parecido a un entrenador en esos inicios) y ocho jugadores en el periodo 1899-1903 (6) con una influencia superior a la de los otros grupos (ingleses y catalanes) que participaron en el nacimiento del club. Otros muchos jugadores suizos jugarán en el Barça en los años posteriores reforzando este vínculo inicial (7). Una contribución suficiente (que perdura en los colores, procedentes del FC Basilea) para afirmar que el FC Barcelona fue una creación «Made in Switzerland».

Agradecimientos:

Área de Historia del Departamento Federal de Asuntos Exteriores de la Confederación Helvética, Sr. D. Roland Rietmann (Cónsul General Adjunto de Suiza en Barcelona), D. José Alberto Salas, D. Lorenzo Mejino, D. Josep Pablo.

Fuentes principales consultadas:

Rodés i Català, Agustí Los fundadores del F.C. Barcelona, Ediciones Joica, 2000.

Rodés i Català, Agustí Joan Gamper. Una vida entregada al F.C. Barcelona, Ediciones Joica, 2001.

Notas:

(1) http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2012/12/1899-o-1902-%C2%BFcuando-se-fundo-el-futbol-club-barcelona/

(2) Archivos Federales Suizos. Archivos del Consulado de Suiza en Barcelona:

E2200.58-02#1969/198#4*, Immatrikulation (1849-1904)

(3) El lugar de origen («Lieu d´origine», «Heimatort») en Suiza es el lugar del que el ciudadano suizo es originario. El lugar del que procede su familia, sus antepasados. No debe confundirse con el lugar de nacimiento que es considerado secundario y no aparece en los pasaportes. Por ejemplo sabemos que Gamper nació en Winterthur, pero en su documentación suiza aparece su «lieu d´origine» (Zúrich).

(4) En 1953 fallece en Alton (Hampshire, Inglaterra) Gustavus W. Wild de 81 años de edad (nacido en 1872 por lo tanto). Podría ser Walter Gustav Wild aunque no podemos certificarlo.

(5) Ernst Wild nació en Kurbazzi, isla de Eubea (Grecia) en 1874 de padres suizos y vivió muchos años en Barcelona donde trabajó como ingeniero y donde nacieron sus hijas, pero no era familiar de Walter Wild pese a la coincidencia de apellidos que ha dado error a la confusión. Su hija Ruth fue maestra y tuvo una actuación humanitaria destacada en la Guerra Civil.

(6) Algunos de los primeros jugadores catalanes del FCB se habían iniciado en el fútbol en Suiza mientras eran estudiantes (Santiago Riba, Alfons Almasqué).

(7) Nos ocuparemos de ellos en un segundo artículo en esta revista.




El que da primero da dos veces… 2013/14

De nuevo echamos un vistazo a la temporada recientemente terminada para hacer un repaso de los entresijos estadísticos que nos pueden ayudar a entender mejor el final de un año realmente apasionante.

La Liga 2013/14 se ha desarrollado dentro de una terrible competitividad donde el mano a mano de los últimos campeonatos se ha visto ampliado a un tercer candidato que al final se ha llevado el título. Eso sin olvidar que el cuarto clasificado ha sumado una puntuación que en otras ediciones ligueras hubiese sido suficiente para haber si los vencedores.

Evidentemente, para decidir quién ha de ser el vencedor absoluto después de 38 partidos influyen muchos factores, incluidos los más tópicos como el de la fortuna, el arbitraje o el orden de los partidos. Nosotros centramos nuestro estudio en el primer gol del partido. Lo hacemos por tercera temporada consecutiva y, a decir verdad, las conclusiones a las que llegamos tienen un carácter bastante clarificador para entender mejor lo que ha dado de sí el campeonato.

El que marca el primer gol gana en el 73,56% de los casos

380 partidos de Primera División 2013/14

Partidos con vencedor/perdedor                                                              294

Ganó el que abrió el marcador                                                 256

Perdió el que abrió el marcador                                                 38

 

Partidos con empates                                                                                       86

Empate 0-0                                                                                         32

Empates con goles                                                                          54

Aunque las cifras son bastante similares a las de la temporada 2012/13 en esta ocasión ha habido un mayor número de empates a cero, siendo el Levante UD, con siete, el equipo que más veces obtuvo este resultado.

Una vez roto el 0-0 inicial, 348 partidos de 380, el equipo que logró marcar ese primer gol acabó ganando el partido en un 73,56% de las ocasiones, lo que supone un claro incremento respecto al año pasado. Además, hubo un total de 54 empates. Hubo en total 38 marcadores remontados en el resultado final, lo que reduce las opciones para ganar al equipo que recibe el primer gol a un 10,92%. En otras palabras, de cada diez partidos que se han disputado, en solo uno se ha producido el vuelco en el marcador, que son las 38 ocasiones en que se ha producido.

Además, hubo 74 partidos en los que solo se marcó un gol, el definitivo, de los que 41 fueron para los locales y 33 para los visitantes. El 1-0 marcado más tarde y ya no fue neutralizado por el equipo rival fue el de Carles Gil para el Elche CF frente al RC Celta en el minuto 83’. Precisamente, otro goleador ilicitano, Cristian Herrera adelantó a su equipo en el minuto 81’ pero en aquella ocasión Carriço puso el empate para el Sevilla FC en el 88’. En campo ajeno el último primer gol definitivo fue logrado a los 70’ minutos por Koke para el Atlético de Madrid en la Rosaleda. Llama la atención que este año los equipos locales han dado mayor margen de reacción a los visitantes, cuando la tendencia siempre es al revés.

LA LIGA DEL 1-0: ¡EL ATLÉTICO DE MADRID, CAMPEÓN!

Si los partidos se hubiesen definido por muerte súbita, o sea, hubiesen concluido nada más se produjese el primer gol, esta hubiese sido la clasificación del Campeonato de Liga 2013/14, contando exclusivamente los 0-0 como empates:

                                                                  G      0-0          P      Pts

Atlético Madrid                                 28          1          9        85

Real Madrid                                        28          0        10        84

CF Barcelona                                       25          3        10        78

Sevilla FC                                              22          3        13        69

Real Sociedad                                     21          3        14        66

Villarreal CF                                         20          2        16        62

Levante UD                                         17          7        14        58

Athletic Club                                       18          3        17        57

Valencia CF                                          18          3        17        57

Elche CF                                                16          5        17        53

RCD Espanyol                                     16          5        17        53

Málaga CF                                            16          4        18        52

RC Celta                                                15          2        21        47

CA Osasuna                                         14          4        20        46

Getafe CF                                            14          3        21        45

Real Valladolid                                   13          5        20        44

UD Almería                                          13          3        22        42

Granada CF                                         13          2        23        41

Rayo Vallecano                                  12          1        25        37

Real Betis                                               9          5        24        32

 

El Atlético de Madrid ha dominado plenamente el 1-0. La lectura siempre es interpretable, aunque la insistencia con que los rojiblancos se han adelantado en el marcador da a entender que, desde luego, entraban más concienciados en lo que tenían que hacer en cada partido. El caso es que el Atlético de Madrid también había sido el equipo que más veces se puso con 1-0 en la temporada 2012/13. Hace un año lo logró 26 veces por las 28 del presente, lo que señala una mejoría cuantitativa. Quizá la clave de su éxito radique en que además selló un porcentaje de victorias mucho más alto, hecho que comprobaremos con las clasificaciones parciales. El Real Madrid también ha tenido un excelente rendimiento de salida, aunque luego no fijase tan sólidamente el resultado como sus vecinos madrileños. El FC Barcelona ha bajado ligeramente su rendimiento respecto a la temporada pasada. En cambio el Sevilla FC ha señalado el 1-0 en 22 ocasiones: Unai Emery habrá tenido que ver algo.

El Real Betis ha sido con mucho el equipo que peor ha empezado los partidos. No cabe duda que el estado de ánimo de los jugadores, la presión y la falta de continuidad en los entrenadores han llevado a estas cifras que le han condenado a la Segunda División. Solo nueve veces marcaron el 1-0.

De todas formas, marcar el primer gol es todavía más importante si el equipo que lo consigue además sabe rentabilizarlo. Este año ha significado una victoria para el 73,56% de los casos y ha garantizado al menos un punto en casi el 90%. Habrá que ver los números de los próximos años para confirmar esta tendencia.

Partidos que empezaron ganando 1-0/0-1

                                    1-0/0-1         G          E          P            %G       %G+E

Rayo Vallecano               12        12          0          0  100,00%  100,00%

Atlético Madrid              28        26          2          0     92,85%  100,00%

Granada CF                      13        12          0          1     92,31%     92,31%

FC Barcelona                    25        22          2          1     88,00%     96,00%

Real Madrid                     28        24          3          1     85,71%     96,43%

Athletic Club                    18        15          1          2     83,33%     88,89%

Sevilla FC                           22        17          3          2     77,27%     90,91%

RC Celta                             15        11          2          2     73,33%     86,67%

Villarreal CF                      20        15          4          1     75,00%     95,00%

CA Osasuna                      14        10          3          1     71,43%     92,86%

Málaga CF                         16        11          4          1     68,75%     93,75%

Real Sociedad                  21        14          5          2     66,67%     90,48%

RCD Espanyol                  16        10          3          3     62,50%     81,25%

Getafe CF                         14          9          3          2     64,29%     85,71%

UD Almería                       13          8          3          2     61,54%     84,62%

Levante UD                      17        10          3          4     58,82%     76,47%

Elche CF                             16          9          6          1     56,25%     93,75%

Valencia CF                       18        10          4          4     55,56%     77,78%

Real Valladolid                13          7          2          4     53,85%     69,23%

Real Betis                            9          4          1          4     44,44%     55,56%

 

Total                                 348      256        54        38     73,56%     89,08%

 

Y volvernos a encontrar algunas explicaciones a la trayectoria liguera de casi todos los equipos. Este es el caso del Atlético de Madrid que en todo el campeonato solo cedió dos empates tras haberse adelantado en el marcador, una cifra muy alta teniendo en cuenta que estamos hablando sobre 28 partidos. Solo el Villarreal CF y el Sevilla FC fueron capaces de contrarrestar el primer gol rojiblanco forzando el empate.

Más evidente y llamativo fue el Rayo Vallecano, equipo que sufrió muchos apuros durante la competición y los resolvió favorablemente en el tramo final de Liga. Lo cierto es que aunque fue el segundo peor equipo en ponerse 1-0, una vez conseguido, conservó su ventaja en el 100% de los casos, lo que significó retener un total de 36 puntos.

Todo lo contrario se puede decir del Real Betis, que además de ponerse en ventaja en solo nueve ocasiones, en tan solo cuatro ganó y en una más obtuvo un empate. Una renta que le sentenciaba a la Segunda División.

Los vuelcos en el marcador y remontadas fueron poco frecuentes y estuvieron al alcance solo de los más fuertes. Ahí se perfiló la clasificación final:

Partidos que empezaron perdiendo 0-1/1-0

                                    0-1/1-0         G          E          P            %G       %G+E

FC Barcelona                    10          5          1          4     50,00%     60,00%

Atlético Madrid                 9          2          3          4     33,33%     55,56%

Real Madrid                     10          3          3          4     30,00%     60,00%

Athletic Club                    17          5          6          6     29,41%     64,71%

Valencia CF                       17          3          3        11     17,65%     35,29%

Real Sociedad                  14          2          3          9     14,29%     35,71%

RC Celta                             21          3          3        15     14,29%     28,57%

Levante UD                      14          2          2        10     14,29%     28,57%

UD Almería                       22          3          1        18     13,64%     18,18%

Villarreal CF                      16          2          2        12     12,50%     25,00%

Getafe CF                         21          2          3        16     09,52&     23,81%

Real Betis                          24          2          1        21     08,33%     12,50%

Sevilla FC                           13          1          3          9     07,69%     23,53%

RCD Espanyol                  17          1          1        15     05,88%     11,76%

Málaga CF                         18          1          1        16     05,55%     11,11%

Rayo Vallecano               25          1          3        21     04,00%     16,00%

Real Valladolid                20          0          8        12     00,00%     40,00%

Elche CF                             17          0          2        15     00,00%     11,76%

Granada CF                      23          0          3        20     00,00%     13,04%

CA Osasuna                      20          0          2        18     00,00%     10,00%

 

Total                                 348        38        54      256     10,92%     26,44%

El FC Barcelona volvió a ser el equipo con mejor capacidad de reacción, pero se quedó lejos de las cifras que obtuvo el año pasado. Esta vez neutralizó un 60% de los marcadores adversos, una ventaja ligeramente superior a la del Atlético Madrid e insuficiente para desbancarle de la primera posición de la tabla. Los campeones de Liga no fueron capaces de neutralizar cuatro veces el marcador y esas fueron sus cuatro derrotas en la Liga. Tuvieron el acierto de evitar la derrota precisamente contra el Real Madrid en el Calderón y en las dos últimas jornadas que le dieron el título, Málaga CF y FC Barcelona. El Real Madrid estuvo muy por debajo de los dos últimos años y eso le apartó del triunfo final, pese a que junto al FC Barcelona evitó la derrota en un 60% de los casos. Recordemos que en la temporada en que ganaron la Liga con Mourinho remontaron los nueve marcadores en los que su rival logró adelantarse.

De todas formas, el equipo que más destaca en este sentido, remontar resultados, fue el Athletic Club que lo hizo en cinco ocasiones, cuatro de ellas en el Nuevo San Mamés consiguiendo imprimir el carácter de inexpugnable, eso sí, salvo para el Atlético Madrid que remontó en Liga y en Copa.

Cuatro equipos fueron incapaces de dar la vuelta al marcador en todo el año. Dos de ellos descendieron. Estadísticamente fue una lacra para el CA Osasuna puesto que recibir el primer gol le llevaba a una derrota casi segura que solo evitó en dos de veinte partidos. Mayor capacidad de reacción mostró el Real Valladolid aunque nunca logró la victoria una vez el marcador se ponía adverso. Sumó hasta ocho empates. El Real Betis tuvo dos victorias, si bien la segunda llegó en la última jornada, contra el Real Valladolid, cuando su suerte ya estaba decidida.

GOLEADORES DEL 1-0

 

11           RONALDO (Real Madrid)

9             DIEGO COSTA (Atlético Madrid)

8             VELA (Real Sociedad)

7             VILLA (Atlético Madrid)

7             ALEXIS (FC Barcelona)

6             RAÚL GARCÍA (Atlético Madrid)

6             MESSI (FC Barcelona)

6             RIERA (CA Osasuna)

5             NEYMAR (FC Barcelona)

5             NOLITO (RC Celta)

5             SERGIO GARCÍA (RCD Espanyol)

5             SANTA CRUZ (Málaga CF)

5             JONAS (Valencia CF)

5             JAVI GUERRA (Real Valladolid)

5             PERBET (Villarreal CF)

5             UCHE (Villarreal CF)

Pese a que en el aspecto individual Cristiano Ronaldo se ha quedado por debajo respecto a otras temporada en el número de goles, sin embargo en esta ocasión en once partidos fue el delantero que abrió la lata, facilitando así la victoria para su equipo, muy por encima de su compañero Bale que solo lo hizo en cuatro.

La aportación de Diego Costa al triunfo del Atlético de Madrid en la Liga es también comprobable con sus nueve veces 1-0, cuatro de los cuales fueron ya el marcador definitivo. En su equipo le acompañaron David Villa con siete aperturas de marcador y Raúl García con seis.

Carlos Vela ha hecho una gran temporada y ha sido un delantero decisivo para la gran posición de la Real Sociedad, superando a su compañero Griezmann.  El mexicano ha sido el tercer goleador del 1-0 con ocho goles, tres de los cuales fueron definitivos.

En el FC Barcelona ha vuelto a fallar Messi que alcanza una cifra discreta para el número de goles que marca a lo largo de la temporada. Solo en seis ocasiones abrió el marcador, una menos que el sacrificado y trabajador Alexis Sánchez y una más que Neymar, pese a que para el brasileño era su primera temporada en España.

Finalmente, entre los equipos modesto destaca la gran aportación de Oriol Riera en el CA Osasuna con seis veces 1-0, aunque uno solo fue definitivo.

El vencedor de la temporada pasada, Adúriz, en la presente fue menos decisivo y marcó cuatro veces un 1-0, lo que señala que el buen rendimiento del equipo estuvo mucho mejor repartido y le restó protagonismo.




100 años del definitivo ingreso en FIFA.

Aunque la presencia española en la FIFA data de la constitución de la misma (1904) (ver http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2013/11/congreso-fifa-1904-i/), la falta de una federación nacional hizo que tuviéramos que abandonarla.

En el Congreso de 1906 (ver http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2014/03/congreso-fifa-1906-iii/) el 6º punto del orden del día dice que “la Federación Internacional solo reconoce a las asociaciones que rijan ellas solas el fútbol en su país”. El representante inglés, D.B. Woolfall, elegido presidente de la FIFA horas más tarde, propone que las diversas asociaciones sometan su estatus a la FIFA para que esta se asegure de que es la única federación de fútbol del país, siendo aceptada.

Así llegamos al punto de que en 1906, España no tiene una Federación Nacional, y por tanto no puede continuar en el seno de la FIFA hasta que la constituya. A partir de aquí, en los años siguientes también se incumple la normativa pues hasta en dos ocasiones hay dos federaciones, lo que hace imposible el ingreso en el máximo organismo internacional.

En el Congreso de 1914, celebrado en la ciudad noruega de Christiania (actual Oslo) los días 27 y 28 de junio, hace ahora 100 años, se puso sobre la palestra la posibilidad del reingreso de nuestro país. Esto dice el punto correspondiente del acta del Congreso FIFA correspondiente a la sesión del día 27:

Fédération Internationale de Football Association (FIFA)

Acta 1914

España. El secretario-tesorero emitió un informe sobre lo sucedido en España desde el año anterior.

Holanda (C. A. W . Hirschman) propuso admitir como miembro a la Real Federación Española de Football.

Estados Unidos (Dr. Manning) secundó la propuesta, considerando esta afiliación un asunto de trabajo constructivo para la Federación (FIFA).

Suiza (P. Buser) manifestó que había oído que en España los extranjeros tenían prohibido tomar parte en partidos del campeonato español.

Bélgica (R. W. Seeldrayers) y Argentina (H . Wilson) consideraron que estas medidas habían sido tomadas con el fin de evitar abusos respecto a la inclusión de extranjeros para ganar partidos.

El Presidente consideró que reglamentar quién estaba cualificado para jugar partidos de campeonato era una cuestión de índole doméstica.

Francia (Rimet), sin embargo,  instó a que si los extranjeros residentes de forma genuina e incuestionable en España eran excluidos, la Federación (FIFA) debería utilizar su influencia para proteger a dichos jugadores.

El Congreso decidió admitir como miembro a la Real Federación Española de Football.

Para conocer más sobre las distintas federaciones españolas y sus dimes y diretes en aquellos años dirigirse a los siguientes enlaces:

Las siete federaciones españolas de fútbol (II)

http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2013/06/las-siete-federaciones-espanolas-de-futbol-ii/

Las siete federaciones españolas de fútbol (III)

http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2013/09/las-siete-federaciones-espanolas-de-futbol-iii/

Las siete federaciones españolas de fútbol (IV)

http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2014/02/las-siete-federaciones-espanolas-de-futbol-iv/

Todos estos últimos artículos escritos por Víctor Martínez Patón.




Cuando los futbolistas no eran trabajadores

El fallecimiento de Pedro Berruezo Martín, hijo de Francisco Berruezo Jerez, atacante del Malacitano y Melilla en los periodos anterior y posterior a la Guerra Civil, y a su vez padre de Pedro Berruezo Bernal, resultó dramático no ya por su incontestable fatalidad, sino ante la suma de particularidades que a su alrededor concurrieron.

Nacido en Melilla el 22 de mayo de 1945, fue futbolista de Primera defendiendo las camisetas del Club Deportivo Málaga y Sevilla, luego de forjarse en el Atlético Malagueño durante dos campañas. Internacional con la selección Promesas a lo largo de 1967, los hispalenses abonaron por su traspaso la nada despreciable cifra para la época de 4.200.000 ptas., asignándole alrededor del medio millón por campaña, sueldos mensuales y primas aparte. Hábil, veloz, a veces pinturero, de los que encaran al adversario sin perder de vista el marco, apuntaba alto allá por 1967 ó 68, sin cumplir aún los 23, por más que cuando cayera fulminado sobre el césped pontevedrés de El Pasarón aparentara haberse estancado deportivamente.

Trabajadores01

El infortunado Pedro Berruezo Martín, durante su época de gran promesa nacional.

Ya antes de aquel fatídico 7 de enero de 1973, cuando se cumplían 2 minutos del partido en que Sevilla y Baracaldo dirimían dos puntos ligueros en el estadio Sánchez Pizjuán, había sufrido una lipotimia, desplomándose aparatosamente. Puesto que tras someterse a exhaustivos análisis, nada se le detectara, tras 21 días de baja reapareció ante el Rayo Vallecano, el 31 de diciembre. Su siguiente actuación habría de ser la última. Transcurría el minuto 6 del segundo tiempo y deambulaba por el centro del campo, alejado del esférico, cuando cayó a plomo. Su compañero Blanco contaría que el extremo Suco, a quien marcaba, comentó con él al advertir aquel desmayo:  “Como ese chico no se retire, acabará muriendo en cualquier campo”. Blanco se ofendió. Ignoraban ambos que Berruezo estaba a punto de expirar, puesto que ingresó cadáver en el hospital. Si bien nunca se determinaron las causas de su fallecimiento, todo apunta a un infarto cardíaco o cerebral. El contrato del futbolista con el Sevilla estaba pendiente de renovación al fallecer, y la directiva nervionense organizó el clásico partido homenaje con finalidad recaudatoria. Luego, poquito a poco, fueron conociéndose detalles para poner a cualquiera el vello de punta.

Había enviado a su esposa, Gloria Bernal, una tarjeta desde el Parador Nacional de Pontevedra minutos antes de perder la vida. Su texto decía: “Hola, chatillas: Dentro de poco salimos para el campo, pues son las 2 de la tarde del domingo y mientras estoy en la habitación me pongo contigo, con estas líneas. ¿Qué tal estáis?. ¿Y la pequeña?. Me figuro lo guapa y graciosa que estará, con el trajecito de marmota y su cochecito. Y tú, ¿qué tal?. Cuídate de comer todo lo necesario. Esta noche te llamaré. Bueno, esto te lo digo y me escucharás antes de leerlo. Supongo que tu madre y hermana seguirán bien. Dale besos a la niña y familia, y para ti, de quien mucho te quiere, tu Pedro”.

Treinta años después, sus compañeros y amigos Isabelo, defensa, y Rodri, portero, recordaban que Berruezo jugaba muy mal a los chinos. Casi siempre ganaban, bien ellos, bien Garzón, o los sudamericanos Pazos y Acosta. También aquella vez le ganaron el último café, antes de partir hacia El Pasarón. La comitiva sevillana había pasado la tarde del viernes en Madrid, viendo en el cine “Las Tentaciones de Benedetto”. El sábado, ya en la capital de las Rías Bajas, otra película: “¿Qué me pasa, doctor?”. Coincidencia harto macabra, por cierto. Rodri aseguraba seguir viéndole iniciar una especie de flexión, como dibujaba siempre que no se encontraba bien. También le vio tratar de incorporarse, mirar hacia el banquillo y gritar con mucha fuerza “¡eeeeeh!”. De inmediato cayó al suelo, levantando la mano derecha. Todos corrieron hacia él. El propio médico del Pontevedra saltó de la grada y Manolín Bueno, el antiguo suplente de Paco Gento en el Real Madrid, que llegó en primer lugar, le introdujo una mano en la boca para que no se tragara la lengua. Los camilleros de Cruz Roja lo trasladaron al vestuario, flanqueados en su retirada por Isabelo y Rodri. Ya sobre una camilla de masajes, el kinesiólogo del equipo, Antonio Gómez, que ocupó en ese desplazamiento la plaza habitual del médico Antonio Leal Graciani, quien no pudo viajar a Pontevedra porque ese mismo día se dispensaba un homenaje a su padre, el también doctor Leal Castaño, le puso una inyección de coramina, entonces estimulante cardiaco muy al uso. Como siguiera sin reaccionar, fue trasladado a la Clínica Mayoral. Antonio Gómez y el defensa paraguayo Toñánez acompañaron al infortunado en la ambulancia. Ya alcanzaban el centro clínico cuando Berruezo sufrió una parada cardiaca irreversible.

Isabelo siempre tuvo dudas acerca de la versión más oficial, que achacaba el deceso a un paro cardiaco. “Pedro murió de un infarto cerebral”, seguía afirmando 30 años después. Y justificaba su hipótesis: “Hace poco murió una chica bailando y cayó de la misma forma que mi compañero. Los mismos síntomas. En la clínica pontevedresa un médico me preguntó si había sufrido algún golpe en la cabeza y yo le dije que no. Pero Pedro tuvo el primer desfallecimiento en Alicante, luego otro en Sabadell, y otro más fuerte, que lo vio todo el mundo, ante el Baracaldo. A partir de ahí estuvo tratándolo el doctor Felipe Martínez. Pedro paró un poco y como todos creíamos estaba recuperado, salió hacia Pontevedra”. Lo cierto es que tras el serio desfallecimiento sufrido ante el Baracaldo, un equipo médico estuvo explorando las posibles causas de lo sucedido. “Apuntaron que quizás tuviese un pequeño tumor, algo así como un garbanzo, que pudo haberle estallado”, rememoraban otros compañeros. “También sugirieron los médicos que podían averiguarlo si le hacían la autopsia, pero nosotros nos negamos. Dijimos que no le abriesen, puesto que a nuestro compañero le esperaba su mujer, embarazada, y no era plan. Cosas de antes. El caso es que en hospital pontevedrés lo comprendieron, firmaron la defunción por parada e infarto y nos transmitieron su pésame. Quien sí tuvo cuajo fue el doctor Díaz Lema, que dejó a Pedro en la caseta y siguió viendo el partido, como si tal cosa. Ese sí que tuvo delito”.

El cadáver llegó a Sevilla la tarde del lunes, fue instalada la capilla en el Sánchez Pizjuán, y amortajado con la equipación blanca fue velado durante toda la noche por la plantilla sevillista. Hacia el amanecer, la viuda quiso recuperar la alianza del finado y abrieron el féretro. Allí estaban Rodri, Isabelo, Hita, Garzón, Acosta y Paco. Isabelo le quitó la alianza, así como una espinillera que conservó durante más de veinte años, hasta acabar entregándosela al también futbolista Pedro Berruezo Bernal, hijo póstumo de aquel con quien compartiese tantas vivencias deportivas y de vestuario. La comitiva fúnebre se dirigió hacia Málaga en la mañana del día 9, para darle tierra en ese cementerio municipal.

Hasta ahí el primer acto de un doloroso drama. Sólo el primero, puesto que a la viuda le aguardaba un larguísimo calvario, fruto del limbo legal en que por esa época deambulaban los futbolistas.

Gloria Bernal percibió casi 5 millones de ptas. procedentes del Sevilla C. F., de la Mutualidad Deportiva y del encuentro homenaje que le fuera dispensado. Sus primeras gestiones ante la Seguridad Social y el Ministerio e Trabajo resultaron baldías: “Consecuentemente, este Organismo debe rechazar su solicitud ante la evidencia de que el finado no se hallaba inscrito en el Régimen General”. Dicho en otras palabras, Berruezo, como todos sus compañeros de profesión, no era trabajador por cuenta ajena.

¿Cómo era posible?. ¿Acaso no se había declarado profesional nuestro fútbol el 30 de junio de 1926?. ¿No cobraban de unos clubes que a cambio se reservaban el derecho a retenerlos una vez vencido el contrato, mediante incrementos porcentuales tipificados?. ¿Qué más requisitos podían necesitarse para considerarlos trabajadores por cuenta ajena?. ¿Qué era entonces un futbolista activo?. ¿Artista?. ¿Ejercía acaso una profesión liberal?. Simplemente, imperaba el disparate.

“Pipi”, antes de que el gran presidente Santiago Bernabeu intentase sin éxito convertirlo en Suárez.

“Pipi”, antes de que el gran presidente Santiago Bernabeu intentase sin éxito convertirlo en Suárez.

Varios años después, el 20 de febrero de 1976, la Magistratura de Trabajo estimó una demanda de la viuda, entendiendo como accidente laboral el infausto suceso. Aquel auto condenaba al Sevilla C. F. a entregarle 15.300 ptas. mensuales hasta la mayoría de edad de sus hijos. Y si bien dicha cantidad hoy pudiera antojarse irrisoria, conviene tener en cuenta que el salario mensual de una dependienta de comercio rondaba entonces las 13.000 ptas.

¿Qué había ocurrido en el ínterin?. ¿Se ablandó el corazón de algún magistrado?. Nada de eso. Cabrera Bazán, antiguo jugador convertido en prestigioso abogado laboralista, venía luchando, pleito a pleito, contra viejas costumbres transformadas en ley. Fue él quien defendió al bético Quino durante su largo contencioso con la entidad verdiblanca. Y él también quien obtuviese la primera gran victoria legal para un futbolista (“Pipi”, o Alberto Suárez Suárez en el registro civil) durante 1971.

Asturiano de San Frechoso (25-VIII-1938) y huérfano desde la infancia, se crió en un colegio malagueño, formándose como futbolista en las categorías inferiores del modesto ICET. Como medio de gran clase y notable disparo, tras militar en el ya desaparecido C. D. Málaga desde 1956 hasta 1963, ingresó en el Real Madrid. Durante su permanencia en la entidad costasoleña, donde era ídolo, había anotado el gol 200 de los blanquiazules en 1ª División. Pero claro, las cosas en un Real Madrid cuajado de figuras le resultaron más difíciles. De entrada, Santiago Bernabeu, tan poco dado a los diminutivos, la apócope o cuanto a le sonara poco serio, se empeñó en cambiarle el nombre. “Pipi está bien para un perro, pero no para figurar en la alineación del Real Madrid”, dictaminó durante el acto de firma y presentación del nuevo pupilo ante la prensa. O sea que desde instante y hasta la conclusión del Campeonato 1964-65 hubo de convertirse en Suárez.

El asturiano, sin embargo, pudo verse citado por su apellido muy de tarde en tarde. Tan sólo en 4 partidos de Liga distribuidos entre dos campañas, varios amistosos y alguno más de competiciones oficiales menores. Sin sitio en Madrid, el Sevilla C. F. pudo hacerse con sus servicios a precio de saldo, para rendir en la entidad hispalense por debajo de lo esperado hasta que colgara las botas en 1968. Tuvo una salida tormentosa, al plantear un pleito contra el club por deuda contractual. Cabrera Bazán lo llevó ante Magistratura y para sorpresa de casi todos obtuvo un fallo favorable en 1971, dando lugar, de paso, al reconocimiento empresarial que los clubes siempre habían negado. Y  más importante aún, otorgando implícitamente al futbolista condición de trabajador por cuenta ajena. “Pipi” Suárez montaría un comercio de material deportivo en Málaga, capital donde le sorprendió la muerte de madrugada, el domingo 8 de diciembre de 2001, a los 63 años, víctima de un agudo ataque asmático.

El tribunal que accediese a las razones expuestas por la viuda de Berruezo había bebido, obviamente, en la fuente que dejasen abierta “Pipi” y Cabrera Bazán(*).

Gracias al inconformismo de José Brescia Sánchez y su esposa, los futbolistas serían reconocidos trabajadores por cuenta ajena de pleno derecho. La lógica imperó 60 años después de que nuestro deporte rey abrazase el profesionalismo.

Gracias al inconformismo de José Brescia Sánchez y su esposa, los futbolistas serían reconocidos trabajadores por cuenta ajena de pleno derecho. La lógica imperó 60 años después de que nuestro deporte rey abrazase el profesionalismo.

De todos modos, aún faltaba el empujón que definitivamente situase, sin ambages ni cortapisas, a las gentes del balón redondo en la esfera Derecho Laboral. De ello se encargaría el defensa José Brescia Sánchez (Alhaurín el Grande 10-II-1957). O para ser exactos, su esposa, la abogada María Paz Sellés.

Después de patear campos de Regional con el Alhaurino durante tres temporadas, y ejercicio y medio en el Atlético Malagueño (el segundo compitiendo en 3ª División), Brescia ingresó en el C. D. Málaga cuando peor iban las cosas para la ya fenecida sociedad. Si en lo económico el presidente Federico Brinkmann se enfrentaba a la catástrofe, el veterano brasileño Otto Bumbel no lo tenía mejor deportivamente. Desbordado por las circunstancias, escasamente tres meses después de haber sustituido a José Luis Fuentes cedería su plaza en el banquillo al argentino Viberti. Con todo, algo bueno si salió de tanto desastre. Y entre ello la irrupción de este muchacho que si bien empezara como interior, al convertirse en semiprofesional, con Benítez debutando en el banquillo del filial malaguista, retrasó su posición hasta el eje central de la línea defensiva. Su debut en 2ª, ya avanzado el Campeonato 1977-78, no pudo resultar más esperanzador. Valiente, ágil en el corte, contundente y capaz de amedrentar al adversario si la ocasión lo requería, se esforzaba por mejorar en el aspecto técnico, sin duda su mayor déficit. Por entonces compaginaba la actividad deportiva con una beca universitaria, licenciándose más adelante en Magisterio y Geografía e Historia Contemporánea

Las lesiones, sin embargo, se cruzaron obstinadamente en su camino. Las padecidas en el tendón de Aquiles, partido el año 82, y las rodillas, con dos intervenciones quirúrgicas en los cuatro meses comprendidos entre el 22 de noviembre de 1985 y el 21 de marzo del 86, resultarían determinantes. A los 29 años había quedado inútil para el fútbol profesional y sin derecho a nada, según el Instituto Nacional de Seguridad Social. Tuvo que acudir a los tribunales de justicia y convertirse en el primer futbolista español al que se le otorgaba una pensión de incapacidad permanente total para su profesión (año1986), haciéndose de ese modo en la historia del fútbol el hueco que los campos le negaran. Y es que como diría un castizo, aquel pleito le salió barato al tener abogado en casa. Su mujer, María Paz Sellés, y el graduado social Rafael Stecchini, luego de dos resoluciones denegatorias y un recurso al INSS, acabaron logrando el triunfo.

Aquella sentencia del Juzgado de lo Social resolvió por fin la anómala situación de los futbolistas, a quienes si bien se les reconocía ya como trabajadores por cuenta ajena, seguían teniendo vetado el acceso a cualquier prestación de la Seguridad Social.

Todos los héroes de aquella desigual lucha fueron andaluces: Cabrera Bazán, la viuda de Berruezo, “Pipi” Suárez (aunque naciese en Asturias, malagueño por los cuatro costados) y Brescia. Tres de ellos, además (Pedro Berruezo, “Pipi” Suárez y Brescia) íntimamente unidos al C. D. Málaga. Y dos (Berruezo y “Pipi”) con paso por el Sevilla C. F. A su bendita cabezonería deben los futbolistas de hoy, no sólo las estrellas sino también los menos conocidos de 2ª División y 2ª B, unos derechos ilegítimamente usurpados durante más de medio siglo. Gracias a ellos, Pedro Berruezo Bernal, por ejemplo, hijo póstumo de quien falleciese entre El Pasarón y una clínica pontevedresa, futbolista de bronce con militancia en Atlético Benamiel, Melilla, Torremolinos, Vélez, Granada, Ceuta, Cartagonova y Linares, supo mientras derramaba sudor sobre el césped que, aún con mala suerte, no volvería a conocer un calvario semejante al experimentado durante su infancia.

(*) La semblanza de Cabrera Bazán ya fue trazada en esta misma publicación, desde el artículo “Sindicación de futbolistas en España”.




Biblioteca Martialay: El primer partido internacional de la II República

Luis Regueiro fingió una lesión para que jugara Iraragorri

La delantera de los cuatro goles por partido se quedó a cero  

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El partido España- Italia del 19 de abril de 1931 tiene su sitio en la historia por muy diversos motivos.

Era un encuentro que se auspiciaba de suma facilidad habida cuenta que en Bolonia, en la temporada anterior, se había vencido a los “azzurri” por 3-2 con un juego muy superior al de los pupilos de Vittorio Pozzo.

Quizá por ello había miedo en los italianos que interrumpieron su campeonato con el fin de preparar de forma especial su viaje a la península Ibérica, ya que jugarían con España y seguirían viaje a Portugal.

Pese al optimismo de jugadores y aficionados, el seleccionador José María Mateos, bilbaíno, no las tenía todas consigo. Buena prueba de ello era que de la alineación que había presentado en el Littoriale boloñés prescindió, en sus primeros tanteos, nada menos que de siete jugadores.

Habida cuenta que el partido se jugaría en San Mamés diseñó un equipo más bien nórdico. Su primera idea era la de Zamora; Ciríaco, Quincoces; Cilaurren Baragaño, Roberto; Lafuente, Iraragorri, Bata, Chirri II y Gorostiza. Seis jugadores del Athletic, dos del Deportivo Alavés, otro del Arenas de Guecho y otro del Racing de Santander. Con Zamora, claro.

Lo de tantos rojiblancos no era sólo una gentileza para la parroquia del “bocho”, sino que obedecía a la evidencia de los datos. La delantera bilbaína había conseguido en la Liga nada menos que 73 goles. Un promedio de 4,06 tantos por partido. Con goleadas tales como 12-1 al Barcelona; 7-1 al Racing de Santander y al Deportivo Alavés; seis goles al Madrid y a la Real Sociedad, etc.

Pero… Cilaurren cayó lesionado en Ibaiondo y Baragaño fue un coladero en Chamartín. Por otra parte, al seleccionador le daba miedo hacer debutar a dos delanteros, por muy bilbaínos que fueran y por muy goleadores que se mostraran. Y metió un valor seguro como Luis Regueiro, también nórdico, del Real Unión de Irún, dejando a Iraragorri en el banquillo. La línea media, su eterno talón de Aquiles, la resolvió con el medio centro de la Real Sociedad, el pequeño Martín Marculeta, y el barcelonista  Martí.

Sin embargo, otro dato peculiar para la historia, hubo que retrasar el encuentro una semana ya que el 14 de abril era el día destinado para las elecciones generales. Elecciones que dieron un revolcón a la monarquía e instauraron la II República en España. Tal retraso fue posible, también, por la comprensión de los portugueses que no tuvieron inconveniente en cambiar la hoja de ruta de los italianos. Italia jugó en Oporto y ganó por 2-0, dando la razón a los miedos de Mateos.

Por ello, este partido iba a ser el primer encuentro republicano de la Selección de España. Y de ahí vino la famosa anécdota de Stalin quien, al decirle que el presidente provisional de la reciente República española era el señor Alcalá Zamora, repuso: “¿Quién? ¿El futbolista?.”

Sin embargo aún quedaban posibilidades de que el encuentro no se celebrara. Uno de los periodistas italianos acreditados en Madrid se dirigió al nuevo ministro de Gobernación, señor Maura –por cierto, hermano de quien había sido presidente de la Real Federación Española unos años antes- preguntándole si el equipo de la Italia fascista, y a la vista de los incidentes que se estaban sucediendo en esa semana en España, gozaría de absoluta seguridad. El ministro le contestó que a la menor señal de hostilidad del público ordenaría la suspensión del encuentro. Y fue Indalecio Prieto –bilbaíno de adopción y residencia- quien dio toda clase de seguridades al Gobierno. No pasaría nada.

Para acabar de completar el cuadro hay que decir que estuvo casi toda la semana lloviendo sobre San Mamés por lo que su césped (?) era una masa viscosa de lodo en el que se movían como pez en el agua los goleadores bilbaínos.

El público que se apretujaba en San Mamés soportaba gozoso el aguacero porque intuía que sus goleadores iban a hacer historia. ¡Lástima que no estuviera el quinteto rojiblanco al completo…! Ese sentimiento trascendía desde las gradas. Y lo había captado perfectamente Luis Regueiro. El público quería ver golear a Lafuente, Iraragorri, Bata, Chirri y Gorostiza. Pero ese “pegote” del Irún…

Al cuarto de hora de juego, Luis Regueiro, que era más duro que un cable de acero, chocó con el rocoso capitán italiano Caligaris y comenzó a hacer insólitos aspavientos de dolor. Se fue hacia la silla del seleccionador y le dijo que no podía seguir. ¡Y salió Iraragorri! ¡Ya estaban los cabales! ¡Ahora, a golear!

Casi nadie se apercibió del guiño de complicidad entre Regueiro e Iraragorri.

 Pero se llegó al descando con el 0-0 en el marcador. El dominio territorial lo domeñaba el trío defensivo italiano que era nada menos que Combi, Rosetta y Caligaris.

Las esperanzas de los espectadores se fueron esfumando poco a poco. El dominio era de los italianos. La línea media española era como una valla de papel. La delantera hispana acostumbrada a entrar como puñales en mantequilla se encontraban con pedernales. Bata perdía los nervios a ojos vistas y lo mismo le ocurría a Iraragorri, los dos bisoños en el equipo nacional.

Fueron Ciríaco y Quincoces quienes tuvieron que salvar los muebles. Y Zamora, claro.

Meazza, que hoy no es más que un estadio, era un genial interior que movía a todo el equipo y ponía balones en el área española con una facilidad pasmosa. Alguien, en aquello momentos de agobio, susurró que el siguiente encuentro contra los azules se anunciara así: “Italia contra Zamora, Ciríaco y Quincoces”.

El partido acabó con ese empate a cero inicial. Y gracias a que Orsi llevó un tiro al poste español y a que Meazza falló un gol cantado cuando Zamora se estaba sacudiendo el “chocolate” de la cara; el mismo “chocolate” que hizo resbalar al astro italiano a la hora de apuntillar.




Congreso FIFA 1907 (IV)

FEDERACIÓN INTERNACIONAL DE FÚTBOL

ACTA DEL 4.º CONGRESO

Celebrado en Amsterdam, el 19 y 20 de mayo de 1907

 SESIÓN DEL 19 DE MAYO

 Preside el congreso el presidente de la Federación Internacional, D.B. Woolfall.

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 Estuvieron presentes los representantes de las siguientes asociaciones nacionales:

 Austria: Hugo Meisl

Bélgica: L. Mühlinghaus

Bohemia: Geo. Payne; Miloslav Horacek

Dinamarca: L. Sylow

Inglaterra: D.B. Woolfall; H. Walker; G.S. Sherrington

Francia: André Espir

Alemania: E.F. Prietze

Hungría: Jules von Musza

Italia: C.A.W. Hirschman

Países Bajos: C.A.W. Hirschman; J. Hijlkema

Suecia: F.J. Wall

Suiza: C.A.W. Hirschman

  • Se ha leído y aprobado el acta del último Congreso, celebrado en Berna el 3 y 4 de junio de 1906.
  • Idioma oficial: Suecia propone que el inglés se considere el idioma de la Federación para la elaboración de las actas, para la correspondencia oficial y para las comunicaciones. Esta propuesta fue aprobada y cada asociación nacional será responsable de sus propias traducciones. 
  • Se ha leído, y aprobado, el informe del secretario-tesorero. 
  • Los Estatutos de la Federación Internacional, surgidos de la Comisión nombrada a tal efecto en el congreso de Berna, fueron aprobados con alguna modificación y se publicarán por separado. 
  • Afiliación de asociaciones nacionales: 
    • La petición de la Federación de Finlandia se remitió al Comité de Emergencia.
    • La Federación de Hungría fue aceptada como miembro.
    • La Federación de Austria fue aceptada como miembro.
    • Se valoró la petición de la Federación de Bohemia.

El representante austriaco presenta una objeción al reconocimiento de la Cesky Svaz Footballovy como una federación independiente: ya que Bohemia es una provincia de Austria, considera que la CSF solo representa a una parte de la población de esa provincia. Sin embargo, admite que lo bohemios han hecho mucho por la popularización del fútbol en Austria.

El representante alemán secunda las objeciones de la federación austriaca. Teme que si se reconoce a la CSF como una federación independiente, otras federaciones pertenecientes a federaciones nacionales solicitarán su admisión.

El representante bohemio manifiesta que si esta cuestión se considerara desde un punto de vista deportivo, y no desde uno político, está seguro de que no habría objeciones a la admisión de la CSF.

Una vez oídas a las partes, el Congreso decide dejar la resolución para la próxima sesión.

  • Se eligieron los siguientes cargos para la temporada 1907/08: 

Presidente: D.B. Woolfall

1.er vicepresidente: Victor E. Schneider

2.º vicepresidente: André Espir

Secretario-tesorero: C.A.W. Hirschman

  • Sede del próximo Congreso: el representante austriaco propone celebrar el Congreso del próximo año en Viena, durante la celebración de los 60 años del emperador austriaco y la exposición conmemorativa. Se aprobó unánimemente. 

SESIÓN DEL 20 DE MAYO

  • Afiliación de Bohemia: el representante inglés propone continuar con la afiliación provisional de Bohemia durante un año más. 

Bohemia propone una enmienda para admitir definitivamente a la Cesky Svaz Footballovy.

La votación de esta propuesta fue de 6 votos a favor y 5 en contra.

Austria protesta porque se hayan tomado en cuenta los votos de Suiza y de Italia.

  • Partidos internacionales para la temporada 1907/08: 

Se han aceptado los siguientes encuentros:

                        1907               4 octubre:                  Bohemia-Hungría

                                               21 diciembre:           Inglaterra-Holanda

                        1908               5 enero:                     Suiza-Francia

                                               29 marzo:                  Bélgica-Holanda

                                               5 abril:                       Hungría-Bohemia

                                               14 abril:                     Francia-Bélgica

                                               26 abril:                     Holanda-Bélgica

                                               10 mayo:                   Holanda-Francia

Suecia propone una moción: “En vista del hecho de que los estatutos de la Federación se han aprobado el 19 de mayo de 1907, en este Congreso, se acuerda que la Federación Internacional acepte los encuentros para la temporada 1907/08 que se soliciten”.

La moción es aceptada.

  • Bohemia informa al Congreso de que la Cesky S.F. fue boicoteada por la federación alemana en una regla relativa a los árbitros. Desea que el Congreso varíe la norma. 
  • Se ha decidido que la fecha del próximo congreso sea el 7 y 8 de junio de 1908 (Pentecostés). 
  • Francia informa de que una frase en las actas del último Congreso con respecto a la posición de la U.S.F.S.A. en Francia se ha interpretado erróneamente y propone la siguiente moción: 

“Por petición de la U.S.F.S.A. se establece que esta Unión es reconocida por el Congreso como la única autoridad para controlar el deporte del fútbol en Francia”.

Se aprueba la moción.

  • Alemania pide un respaldo igual para su país. El Presidente señala que el artículo 1 de los nuevos estatutos hace innecesario este respaldo. 
  • Los señores Espir y Mühlinghaus agradecen al Presidente la dirección del Congreso y también agradecen a la federación holandesa por su amable recepción de los asistentes al Congreso. 

 

C.A.W. Hirschman

Secretario-tesorero (hon.) de F.I.F.A.




El 15 del Mundial (1982)

Con motivo de la celebración del Mundial de Fútbol de Brasil 2014 queremos rememorar una pequeña parte del duodécimo Campeonato del Mundo de Fútbol que fue oficiado en España en 1982. Para este el Real Comité Organizador, en colaboración con la multinacional West Nally y la Galería Maeght de París, encargó a quince artistas de diversa nacionalidad la confección de los carteles que iban a representar el Mundial y las catorce ciudades-sede de los partidos.

El cartel oficial del Mundial 82 fue obra del artista catalán Joan Miró (1893-1983) y fue el primero en presentarse al público en diciembre de 1980 en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid. Titulado “La Fiesta”, la obra muy en la línea de las creaciones mironianas, se sirve de los colores más habituales de la producción artística de Miró, pero con un mayor protagonismo del rojo y el amarillo por su vinculación al país anfitrión. En la obra aparece un futbolista que se eleva hacia el cielo para conectar con un cabezazo con el balón, representado por una luna llena roja. Toda esta figuración está en sintonía con la relación tierra-cielo tan presente en la obra del artista. Finalmente, aparece la inscripción “España 82” enmarcando la composición.

“La Fiesta” de J. Miró.

“La Fiesta” de J. Miró.

Además del cartel de Miró se realizaron catorce más, que representaban a las catorce ciudades-sede y que se presentaron en marzo de 1981. Por orden alfabético del nombre de las ciudades, estos son:

ALICANTE: “Regates”, del belga Pierre Alechinski (1927). El pintor y grabador fue uno de los miembros más destacado del grupo CoBrA, movimiento artístico que se oponía a los patrones académicos y se volcaba en el arte primitivo y marginal. Las obras del grupo CoBrA se caracterizaban por un fuerte carácter espontáneo e inocente. Para la realización del cartel de Alicante, el artista dejó caer sobre un fondo de color amarillo y verde un balón cubierto de tinta, para que el rebote dejara su huella en el papel. Con esta técnica el artista creó la forma esquemática de un futbolista en una jugada.

BARCELONA: “Chut”, del catalán Antoni Tàpies (1923-2012). El artista, con una amplia experiencia en el cartelismo, realizó en más de una ocasión carteles vinculados al mundo futbolístico. En esta ocasión aparece mediante una pincelada de trazo único, sobre una hoja del periódico catalán LaVanguardia, la silueta del pie de un futbolista y de un balón, los verdaderos protagonistas de este deporte. El pie, a diferencia de otras partes del cuerpo humano, huye de los cánones de belleza y por eso es uno de los motivos más constantes en la obra de Tàpies. También aparece en el cartel, en color rojo, la estrella que solo lucen los ganadores de un Mundial, así como el nombre de la ciudad-sede y el año. Finalmente, pero no menos importante, aparece una cruz sobre la silueta del balón, se trata de un símbolo muy presente en la producción artística de Tàpies, referente al símbolo matemático que expresa el enigma, lo desconocido, tal vez por su ubicación sobre el balón hace referencia a la incerteza del resultado.

“Regates”, de P. Alechinski y “Chut”, de A. Tàpies.

“Regates”, de P. Alechinski y “Chut”, de A. Tàpies.

BILBAO: “Despeje”, del donostiarra Eduardo Chillida (1924-2002). En el cartel aparece, sobre un fondo blanco, el dibujo de un puño despejando un balón formado por la repetición de la palabra Bilbao junto al año 82. Ese gesto es uno de los más característicos de un portero de fútbol y Chillida lo conoce muy bien, pues en su juventud fue guardameta del primer equipo de la Real Sociedad. La línea temblorosa del dibujo, de cierta impresión inexperta, tan característica del artista, es fruto del hecho de que dibujaba con la mano izquierda a pesar de no ser zurdo para que así su mano no actuara impulsivamente sino regida por la mente. Sin dejar de lado el cartel, cabe citar que el artista dibujó en muchísimas ocasiones manos, sirviéndose de las suyas como modelo, pues para Chillida las manos eran el instrumento creador, transformador, al servicio del intelecto del ser humano y de ahí su importancia.

LA CORUÑA: “CALEIDOSCOPIO”, del islandés Erró (Gudmundur Gudmundsson) (1932). El estilo de este artista oscila entre el surrealismo y el Pop Art aunque se le engloba generalmente en la figuración narrativa francesa. El cartel aparece ocupado, prácticamente en su totalidad, por un enorme collage de imágenes vinculadas directamente al fútbol. Esta técnica constituye la base principal de la producción artística de Erró en este período, acumulando en su obra una enorme cantidad de fotografías extraídas de revistas y postales. El collage futbolístico aparece coronado por una ceñida representación de parte de un barrio coruñés.

“Despeje”, de E. Chillida y “CALEIDOSCOPIO”, de Erró.

“Despeje”, de E. Chillida y “CALEIDOSCOPIO”, de Erró.

ELCHE: “La dama y el aduanero Rousseau”, del checo Jiri Kolar (1914-2001). La mayor parte de la producción artística de Kolar destaca por el uso de la técnica del collage, y por una de sus variantes, el rollage. El artista, bajo esta primera técnica, consigue en la obra unir el fútbol y la obra más representativa de la ciudad de Elche. En el cartel aparece la célebre escultura ibero-púnica de la Dama de Elche la cual cede su rostro a la pintura del artista francés Henri Rousseau -conocido como el aduanero- Los jugadores de fútbol, una de las primeras referencias pictóricas al deporte rey, pero con una variación pues Kolar substituye la pelota de la obra original por una de fútbol contemporánea.

 GIJÓN: “La red”, del francés Gérard Titus-Carmel (1942). Además de artista vinculado al arte conceptual y al Land Art, fue ensayista, poeta, escritor y fundador junto a V. Velickovic y A. Seguí de un taller de artistas. En el cartel aparece un pequeño fragmento de la red de una portería de fútbol, en donde la atención al detalle es tal que nos muestra incluso el desgaste de las cuerdas, en sintonía con su propio interés por la evolución del deterioro de los motivos que elige para sus obras. El artista ha dado primacía a un espacio sumamente restringido, el de la portería, lugar donde, en última instancia, ocurre todo, es el lugar de decisión.

“La dama y el aduanero Rousseau”, de J. Kolar, obra original de Rousseau y “La red”, de G. Titus-Carmel.

“La dama y el aduanero Rousseau”, de J. Kolar, obra original de Rousseau y “La red”, de G. Titus-Carmel.

MADRID: “El portero”, del madrileño Eduardo Arroyo (1937). Tras su vuelta y la normalización de su situación en España en el año 1976, pues fue expulsado del país por su manifiesta oposición al régimen franquista, su obra empezó a ser valorada en España. Desde siempre se sintió atraído por el deporte, le interesaba el baloncesto, el fútbol y sobre todo, el boxeo, por eso no es extraño que pusiera su arte al servicio del deporte. En este cartel muestra a un portero ataviado con la gorra propia de la primera mitad del siglo XX y visto de espaldas en actitud tranquila y expectante sobre un fondo plano y monocromo. Con ello hace alusión a la soledad del guardameta mientras el juego se desarrolla fuera de su área. Su espalda se ha magnificado para ocupar la totalidad de la mitad inferior del soporte señalando la importancia capital de su cometido en los momentos más decisivos de un partido.

MÁLAGA: “La copa”, del francés Roland Topor (1938-1997). Artista polifacético donde los haya, se dedicó a la ilustración, la literatura, la escenografía… Fue uno de los fundadores del grupo Pánico, junto a los cineastas F. Arrabal y A. Jodorowsky, movimiento surrealista, que buscaba la confusión y el azar. Su obra a veces ha sido calificada como “Arte de Pesadilla” por lo perturbador de su obra y por su humor negro. Sin embargo, estas características no se perciben en el cartel que realizó para el Mundial, lo que ejemplifica la descontextualización de la obra principal de un artista en cuanto se le encarga una obra de tipo más convencional. Topor se retrata a sí mismo propinando un violento cabezazo a la copa en donde se integra una esfera a modo de balón. Tal vez quiso simbolizar el esfuerzo realizado por el jugador de fútbol para conseguir el triunfo.

“El portero”, de E. Arroyo, “La copa”, de R. Topor y retrato del artista Topor.

“El portero”, de E. Arroyo, “La copa”, de R. Topor y retrato del artista Topor.

OVIEDO: “De Volea”, del belga Pol Bury (1922-2005). Pintor y escultor miembro del grupo CoBrA y Rupture, además de uno de los fundadores del Art Abstrait y admirador de Mondrian y Miró. El cartel muestra al delantero hispano-húngaro Ferenc Puskas con el balón en una serie de repeticiones en donde las variantes son el color y la deformación de la misma imagen. Al ser uno de los fundadores del arte cinético (de hecho, a partir de 1953, Bury dejó de lado un poco la pintura para volcarse más en la escultura cinética) podríamos asociar esta repetición y distorsión con el movimiento propio de un futbolista en el transcurso de una jugada y en la que no vemos con claridad las formas ni los colores pero sin ser conscientes de ello. Así mismo, la coloración utilizada nos evocaría algunas pautas propias del Pop Art.

SEVILLA: “La multitud”, del oscense Antonio Saura (1930-1998). Co-fundador del grupo EL Paso, fue uno de los mayores exponentes nacionales, junto con Tàpies, del informalismo. Saura ofreció con este cartel una mirada diferente a la de los otros anuncios de este Mundial, brindando todo el protagonismo a la afición. No obstante, se trata de una mirada crítica puesto que la representa como una acumulación de calaveras que invade todo el espacio y que a través de las tonalidades oscuras acentúan el tenebrismo de la imagen. Con todo ello, el artista alude al anonimato de la masa de aficionados a través del carácter acumulativo lo que nos ofrece la mirada distorsionada y obsesiva del artista.

“De Volea”, de P. Bury y “La multitud”, de A. Saura.

“De Volea”, de P. Bury y “La multitud”, de A. Saura.

 VALENCIA: “Alegoría”, del italiano Valerio Adami (1935). Artista que aunó tres grandes corrientes artísticas con la fragmentación del cubismo, las formas del futurismo y la estética del Pop Art, el cine y el cómic, concediendo a su obra un idioma altamente decorativo. En el cartel del Mundial hay un total predominio de los colores rojo y amarillo aplicados en superficies planas y rotundas, haciendo referencia así al país anfitrión. Estas superficies y las líneas contundentes que perfilan las formas, son características de la producción artística de Adami en los años 80. Respecto a los motivos, llama poderosamente la atención el balón alado haciendo referencia al azar como el elemento principal del juego. Bajo este motivo central asoman unos pies semejantes a los de una escultura clásica por la postura y las grebas que visten, estos son un elemento importante al ser una parte anatómica fundamental en la práctica futbolística pero también por la asociación histórica de la cultura griega con el deporte. Por último, la cabeza de un hombre y el nombre de la ciudad-sede rematan el cartel.

VALLADOLID: “Unas tijeras”, del serbio Vladimir Velickovic (1935). Su obra artística se caracteriza por el predominio de la figuración narrativa, la cual sufre un cambio a partir de los traumáticos hechos acaecidos en la Guerra de los Balcanes, redirigiendo su obra hacia una visión más cruel. En el cartel apreciamos una sobrecarga de líneas y trazos llenos de fuerza, precisión y soltura dando así, un estilo nervioso y dramático. A través de ello representa una de las jugadas más espectaculares y apreciadas por el público como es “la tijera”. El artista elige el instante previo al disparo para captar el momento de máxima tensión corporal.

“Alegoría”, de V. Adami y “Unas tijeras”, de V. Velickovic.

“Alegoría”, de V. Adami y “Unas tijeras”, de V. Velickovic.

VIGO: “El delantero centro”, del francés Jacques Monory (1934). Pintor también adherido a la figuración narrativa, su obra se caracteriza por la utilización de un cromatismo limitado, inicialmente a través del binomio blanco-azul, y a partir de 1978 con los colores primarios. En el cartel, dos futbolistas rivales se disputan el balón a la carrera cuando uno de ellos realiza una dura entrada al jugador que luce la camiseta Vigo 82. En la imagen priman el movimiento y la velocidad, unos de los elementos claves y destacables del fútbol.

ZARAGOZA: “El dios del estadio”, del belga Jean-Michel Folon (1934-2005). Artista heterogéneo, se dedicó a la ilustración, la pintura, la escultura y fue un gran aficionado a la arquitectura. Esta última faceta suya se deja vislumbrar en su obra a través de la rotundidad de las formas a las que conseguía dar ingravidez gracias a la degradación cromática. En el cartel predomina el color verde, que invade casi la totalidad de la obra representando el terreno de juego; y el color rojo que se concentra en el nombre de la ciudad-sede, la portería y el balón. Posiblemente, el uso del rojo en estos motivos, especialmente en la portería y el balón, se deba a que son los elementos determinantes en un partido de fútbol. Por otra parte, el terreno de juego representa a una figura que sostiene el esférico, la que puede interpretarse como un jugador –que con el balón puede estremecer a la masa de espectadores al crear jugadas de gol- o como un árbitro, que es el juez del partido y que también puede decantar la balanza hacia un lado u otro.

“El delantero centro”, de J. Monory y “El dios del estadio”, de J. M. Folon.

“El delantero centro”, de J. Monory y “El dios del estadio”, de J. M. Folon.




Castellanos, un manchego internacional.

Con motivo de la reciente exposición sobre la historia de la Selección Española de Fútbol, llevada a cabo en la biblioteca municipal de la localidad de Manzanares (Ciudad Real) por nuestro compañero de CIHEFE,  además de paisano y amigo, Julio Jareño Pastor, pudimos observar que a lo largo de la historia de nuestra Selección A, diez jugadores castellano manchegos han debutado en la misma.

Entre ellos, el internacional que hoy traemos a las páginas de nuestra revista, ÁNGEL CASTELLANOS CÉSPEDES, para recordar su magnífica trayectoria.

Castellanos, conocido así en el mundo futbolístico, nació en Miguelturra el 15 de noviembre de 1.952.

Desde sus primeros años como juvenil, ya destacaba sobre el resto de jugadores. Como puede comprobarse en la publicación que la Agencia de Publicidad General Publimanchega editó en Ciudad Real para la temporada 1969-70, después de jugar con el equipo juvenil de la capital, donde se proclamó Campeón Juvenil de Castilla, debutó con el Club Deportivo Manchego en Adra (Almería) en partido de Liga, 3ª jornada del Grupo VI de Tercera División, un 21 de septiembre de 1.969, con resultado final de empate a uno. Según la crónica de aquel partido, se escribió de él que “Castellanos tuvo un buen debut, y es de esperar que irá a más. Se mostró valiente”. La verdad es que el autor de dicha crónica no iba descaminado.

Para los nostálgicos mancheguistas, la alineación de aquel encuentro fue: Campos, Quesada, Marcelino, Emilín, Tomé, Camino, Julito, Ramón, Castellano, Castro y Menacho. Como puede leerse, Castellanos debutó en el fútbol de delantero centro. El gol de Club Deportivo Manchego lo marcó Ramón, de penalti, a los 20 minutos de la segunda parte.

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De aquellos primeros años como jugador del C.D. Manchego, reproducimos una fotografía en la que se aprecia a Castellanos muy joven, en una formación con dicho equipo.

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En el campo de la Puerta de Santa María -ya desaparecido-, y con el edificio del Seminario a la espalda del equipo, como testigo del encuentro, el C.D. Manchego forma, de pie,  con Campos, Tomé, Enrique, Quesada, Castellanos y Cortina; agachados, Julito, Eguren, Iglesias, Menacho y Gerardo. También figuran el Sr. Hériz, entrenador, y Sr. Cerro, directivo.

En 1.970, el Sabadell, en su búsqueda de jóvenes valores por toda la geografía nacional, encontró en Castellanos una joya que llevarse  al equipo arlequinado. El traspaso se produjo el 9 de junio de 1970, cuyo documento gráfico se acompaña.

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La firma de dicho traspaso de Castellanos al Centro de Deportes Sabadell, se llevó a cabo en Manzanares (Ciudad Real) en el domicilio del intermediario o representante de futbolistas -como se denominaba en aquellos años-, José López Cava, conocido periodísticamente y en el mundo del fútbol como “Jolopca”, mi padre.

Según hablan los archivos, para adquirir experiencia, y esto solo podía producirse a base de jugar partidos, nuestro personaje fue traspasado al Tarrasa, si bien, regresó al Sabadell de la mano del entrenador Pasieguito, jugando en la temporada de 1.971-72 tres de los últimos partidos de Liga:

–      2 de abril de 1972, jornada 28, Sabadell, 0- Sevilla, 0, encuentro de su debut en Primera División sustituyendo a Piñel. Vaya para la historia que la alineación de aquel encuentro fue Martinez, Franch, Piñel ( a quien sustituyó Castellanos), Martín, Marañon (Vidal I), Montesinos, Cristo, Jenaro, Zaldúa, Romero y Quiles.

–      30 de abril de 1972, jornada 32, Sabadell, 3- Real Sociedad, 1, sustituyendo a Montesinos.

–      Y 7 de mayo de 1972, jornada 33, Español, 2 – Sabadell, 1, sustituyendo a Arnal.

En la temporada 1972-73, fue traspasado al Granada junto con Quiles. Por primera vez, jugó desde el minuto 1 un encuentro en Primera División. En la jornada que abría el Campeonato un 2 de septiembre de 1.972, con empate a cero frente al Zaragoza, y con arbitraje del Sr. Camacho, la alineación del Granada de aquel día fue la formada por: Ñito, Zunino, Pla, Falito, Santos, (Santi), Castellanos, Chirri, Porta, Dueñas, Fontenla y Garre (Quiles). En esta temporada, Castellanos ya jugó 32 encuentros de Liga, totalizando en sus temporadas en Granada casi un centenar de encuentros de Liga y 5 goles marcados, hasta su traspaso al Valencia Club de Fútbol.

Como dato estadístico, su primer gol en Primera División lo marcó frente al Oviedo, el 11 de Febrero de 1973, en la jornada 21, cuyo resultado final fue de 4 a 0 a favor del Granada, que terminó en décimotercer lugar en la Liga.

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Fue internacional con la Selección Amateur en cuatro ocasiones. Debutó el 9 de Enero de 1974 frente a Grecia, en Atenas, en el Estadio Leoforos Alexandaras,  en la fase de clasificación para el III Campeonato de Europa, en la liguilla del grupo 4º. España formó así: Urruti, castellanos, Guisasola, Geñupi, Murillo, Oyarzábal, Fernández Amado (Albaladejo), Cardeñosa, Megido, Leal (Benitez) y Quiles.

España ganó 0-1 y debutaron, junto con Castellanos, Urruti, Murillo, Albaladejo y Benitez.

El segundo encuentro lo disputó frente a Turquía el siete de marzo de 1974, en la misma fase de clasificación que el encuentro anterior, en el Estadio José Zorrilla, de Valladolid, con resultado final a favor de España por 3 goles a 1. La alineación de aquel encuentro fue la formada por Castro, Castellanos, Ferrer, Guisasola, Murillo, Alabanda, Oyarzábal, Geñupi, Cardeñosa (Albaladejo),Pepe Juan, Megido y Quiles. Debutó Alabanda, recientemente fallecido a mediados de Junio.

El siguiente partido fue el 26 de abril de 1974, ya disputado durante la fase final del III Campeonato de Europa Amateur en el estadio Na Kantridi, en Rijeka. Esta vez, en semifinales, España perdió por 2 a 1, siendo eliminada. La alineación estuvo compuesta por Artola, Carrete (Redondo), Castellanos, Alabanda, Albaladejo, Tomé, Planelles (Marfil), Fernández Amado, Cuesta, Burguete y Quiles. Debutaron Artola, Carrete, Redondo, Tomé, Marfil y Burguete.

Y por último, el 28 de abril de 1974, Castellanos jugó como internacional Amateur, en el mismo estadio, el encuentro por el tercer y cuarto puesto del Campeonato contra Holanda, con resultado de 2 goles a 2, con prórroga y penaltis a favor de España por 4 a 2. La alineación que presentó España fue Artola, Redondo, Castellanos, Alabanda, Marfil, Tomé, Cuesta (Planelles), Fernández Amado, Rivero (Carrete), Satrústegui y Quiles. Debutó Rivero, del San Andrés.

Y acorde con dicha trayectoria, el 25 de septiembre de 1974, llegó el debut con la Selección Española A. Se produjo en Copenhague, ante Dinamarca, en el estadio Idraetsparken, en la fase de clasificación para la Eurocopa de Naciones. España ganó 1 a 2 con goles de Claramunt, de penalti, y Roberto Martínez. El equipo nacional formó con camiseta y pantalón azul, con Iribar, Sol, Jesús Martínez, Benito, Capón, Claramunt, Castellanos, Asensi, Marcial, Roberto Martínez (García Soriano) y Quini, siendo el seleccionador Ladislao Kubala.

Aquel día debutó también García Soriano.

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Posteriormente, Castellanos fue convocado también para disputar el encuentro de la II Copa de la Hispanidad, trofeo 12 de Octubre, disputado en tal fecha de 1974 ante Argentina, con empate a uno final, jugado en Buenos Aires, en el Estadio de Núñez, del River Plate. Con camiseta roja y pantalón azul, España formó con Iribar, Sol, Castellanos, Benito, Capón, Claramunt, Pirri, Irureta, Benítez (García Soriano) Quini (Villar) y Churruca. El gol de España fue marcado por Pirri y debutó Benítez.

El tercer y último partido jugado por Castellanos se celebró prácticamente un mes después, el 20 de noviembre de 1974 y que, como el disputado en Dinamarca, era clasificatorio para la Eurocopa de Naciones. El rival fue Escocia, celebrándose en el estadio Hampden Park de Glasgow. España, con camiseta roja y pantalón azul, ganó 1 a 2, con goles de Quini que remontó al marcado por Bremner. En aquel encuentro Iribar igualó el record de Zamora con 46 encuentros internacionales. La alineación de España fue Iribar, Castellanos, Benito, Migueli (Sol), Costas, Capón, Villar, Quini, Planas II, Roberto Martínez y Rexach. Debutaron Migueli y Planas II.

Nuestro manchego, afincado actualmente en Granada, fue también convocado para otro encuentro, si bien no llegó a disputar ningún minuto. Fue el encuentro frente a Rumanía celebrado en Madrid en el Estadio Santiago Bernabéu el 17 de abril de 1975. El resultado fue de empate a uno, con gol de Velázquez, por parte española. Debutaron Del Bosque y Santillana.

Ya en 1976, fichó por el Valencia Club de Fútbol, donde permaneció durante 10 temporadas, siempre jugando de titular. y donde consiguió varios títulos tal como la Copa del Rey de la temporada 1978-79, celebrada el 30 de junio de 1979 en el estadio Vicente Calderón, frente al Real Madrid, con victoria por 2 a 0 con goles de Kempes.

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También conquistó la Recopa de 1980, disputada un 14 de mayo, con victoria para el equipo che en la tanda de penaltis, marcando Castellanos su gol en el lanzamiento que le correspondió. El Valencia formó con Pereira, Carrete, Botubot, Arias, Tendillo, Solsona, Saura, Bonhof, Subirats (Castellanos), Kempes y Pablo.

E igualmente, se proclamó vencedor de la Supercopa de Europa, en final jugada a doble partido ante el Nottingham Forest de Inglaterra, el 17 de diciembre de 1.980, en el encuentro de vuelta, al ganar el Valencia por 1-0, gol de Morena, gracias al valor doble de los goles marcados en campo contrario. En la ida se había impuesto el conjunto inglés por 2 a 1.

Más tarde, con el transcurrir de los años, en 1986, Castellanos regresó al Granada, para participar en el ascenso a Segunda A del equipo granadino en la temporada 86-87, junto con el Tenerife, Lleida y Real Burgos, aunque este Granada ya era un equipo muy distinto al que figuró él en años anteriores. Los tiempos y las circunstancias habían cambiado.

En fin, Castellanos, Ángel Castellanos, jugador de fortaleza total, de grandes facultades, de rendimiento singular en los terrenos de juego, tanto en las demarcaciones de lateral, líbero, centrocampista, interior o marcador. En resumen, un jugador de fútbol completo como pocos, es a quien traemos a nuestra revista de CIHEFE, cuya trayectoria, es resumida en pocas páginas para las que él merece, si bien lo hacemos con todo el cariño y aprecio a este gran futbolista.




España en los mundiales sub’20: Túnez 1977

Cuando en 1974 Jean-Marie Faustin Goedefroid de Havelange llegó a la presidencia de la FIFA, el mundo (también el del deporte) estaba cambiando política y económicamente y el dirigente brasileño supo verlo mejor que nadie. Ya durante su campaña electoral el antiguo nadador olímpico había jugado con éxito la baza que suponía el poder convertirse en el primer presidente no europeo en la historia de la asociación, aglutinando en torno a su figura a muchas federaciones de países tradicionalmente alejados de los centros de poder (muchos de ellos porque su independencia era tan reciente que ni siquiera habían tenido tiempo de entrar en esos círculos). Y, una vez instalado en el sillón de Zúrich, Joao Havelange no tardó en cumplir las promesas realizadas a esas naciones que tan poco habían sido tenidas en cuenta anteriormente, ganándose su fidelidad para muchos años.

Con la ayuda de Horst Dassler, el dueño de Adidas (que había apoyado sin fisuras la candidatura para la reelección de Sir Stanley Rous pero que obviamente no tuvo mayor inconveniente en sumarse al proyecto de Havelange en cuanto el inglés fue derrotado), el brasileño puso en marcha ambiciosos programas de desarrollo futbolístico en países del Tercer Mundo, negoció la ampliación de plazas en los Mundiales para mejorar la representación continental y abrió definitivamente las puertas de la FIFA a las televisiones y casas comerciales, cuyo dinero debía sufragar todas esas inversiones y reformas impulsadas por el nuevo presidente. Coca-Cola fue una de las primeras y más importantes marcas en subirse a la nueva ola y, gracias a su inversión, Havelange pudo poner en marcha otro de sus grandes proyectos: la creación de un torneo mundial de selecciones juveniles, un auténtico campeonato del mundo a imagen y semejanza del absoluto, con unas reglas claras de periodicidad y límites de edad y abierto a la participación de todos los países del globo.

El único precedente de enfrentamientos oficiales entre selecciones juveniles de varios continentes databa de comienzos de los años 50, cuando la FIFA se encargaba de la organización del torneo juvenil europeo y, para las ediciones de 1953 y 1954, había invitado a Argentina. Por eso aquellos campeonatos pasaron a la historia (el de 1954 con victoria española, por cierto) como Mundiales, sin serlo realmente de acuerdo con los estándares actuales. Pero, a partir de 1955, la UEFA asumió la organización del torneo europeo y éste se cerró a participantes foráneos. En aquel tiempo, los elevados costes de traslados y alojamientos y la escasa repercusión mediática y económica de esos campeonatos intercontinentales juveniles hacían inviable su celebración. Sin embargo, veinte años más tarde, el mundo era otro… y la FIFA también.

Mientras el recién contratado Joseph Blatter se encargaba de los programas de desarrollo futbolístico del Tercer Mundo, el norirlandés Harry H. Cavan fue el designado para liderar y supervisar el proyecto de los campeonatos mundiales juveniles, que además se presentaban como un vehículo perfecto para acercar los grandes eventos futbolísticos a países y continentes que, al menos en ese momento, no reunían las condiciones geográficas, políticas o económicas requeridas para albergar un Mundial absoluto. El nuevo torneo juvenil serviría, sin duda, para contribuir al desarrollo competitivo de los futbolistas y para promocionar el fútbol en lugares en los que este deporte necesitara un empujón, pero pronto se vio que su concesión podía usarse también para pagar ciertos favores: en un claro guiño a las federaciones africanas, cuyos votos habían sido decisivos para la victoria de Havelange sobre Rous, en noviembre de 1975 se escogió a la República Tunecina como sede de este primer campeonato bienal sub’19, a celebrar en 1977.

Pocos meses después, se anunciaba que la multinacional del refresco correría con gran parte de los gastos del evento, que pasaría así a denominarse oficialmente “Torneo Mundial de Juveniles de la FIFA por la Copa Coca-Cola”. Una vez encontrada la principal fuente de financiación todo parecía más sencillo, pero los mundiales juveniles no tuvieron precisamente un comienzo fácil. La línea que separaba deporte amateur y profesional, de por sí ya bastante fina en el fútbol, era en esa época más borrosa y permeable que nunca, y la creación de un torneo para jóvenes promesas patrocinado por una poderosa marca comercial hizo que los sectores más tradicionalistas pusieran el grito en el cielo: una cosa era aceptar que futbolistas adultos y profesionales lucieran publicidad en las camisetas de sus equipos (por citar una cuestión muy en boga en esos tiempos) y otra muy distinta permitir que los tentáculos de las grandes marcas envolvieran a unos tiernos juveniles cuyo desarrollo debía mantenerse lo más alejado posible de la dictadura del dinero… aunque muchos de esos juveniles ya estuvieran a sueldo de sus respectivos clubes.

Y es que desde el principio la FIFA dejó claro que en el nuevo campeonato el único límite lo pondrían las partidas de nacimiento y no, como en los Juegos Olímpicos, la situación contractual de los participantes. No obstante, si en los Juegos siempre había países que burlaban de forma notoria las reglas establecidas, en los mundiales juveniles acabaría sucediendo tres cuartos de lo mismo. Pero tiempo habrá para esas otras historias. Volviendo a los obstáculos que hubo de sortear el proyecto, la propia figura de Havelange seguía viéndose con recelo desde algunos de los países futbolísticamente más poderosos, que temían que la apertura global que preconizaba el brasileño acabara con su privilegiada posición, y tampoco cabía ignorar el escasísimo desarrollo del fútbol juvenil en muchas de esas naciones a las que el nuevo presidente pretendía ayudar a crecer.

Todos esos factores se conjugaron a la hora de diseñar la competición puramente dicha, dificultando el éxito de la empresa. Tras acordar que el torneo de Túnez 1977 lo jugarían dieciséis selecciones, igual que el absoluto, la FIFA envió invitaciones a todas sus federaciones afiliadas para saber qué países estarían interesados en participar en los clasificatorios. De los 140 miembros de la FIFA sólo contestaron afirmativamente 88, produciéndose 16 respuestas negativas (diez de ellas, europeas) y guardando silencio y por tanto renunciando a participar los 36 países restantes. Obviamente, la Federación Española de Fútbol siempre estuvo a favor de la disputa del campeonato juvenil: con el Mundial de 1982 a las puertas, cualquier postura contraria a los intereses de los dirigentes de la FIFA resultaba impensable. Pero, aunque la aceptación global era incluso algo mayor de la esperada, entre las federaciones que dijeron “no” al torneo se encontraban algunas tan importantes como las de Inglaterra, Escocia, la República Federal Alemana, Dinamarca, Bélgica o Países Bajos, de modo que las incógnitas sobre el futuro de la competición eran evidentes.

Para terminar de complicarlo todo, y mientras Harry Cavan discutía con las confederaciones continentales los sistemas de clasificación (por entonces sólo Europa y Sudamérica organizaban regularmente torneos juveniles de naciones), al gobierno de Túnez no le sentó demasiado bien el burbujeante combinado con la bebida refrescante de extractos que le servía la FIFA y reaccionó contra la participación de Coca-Cola como patrocinador principal del Mundial juvenil. Las autoridades tunecinas exigieron que el trofeo llevara el nombre del libertador y recién nombrado presidente vitalicio del país, Habib Bourguiba, y no el de la compañía de Atlanta. Bourguiba dirigía Túnez desde su independencia en 1956 y, tras el fracaso de sus primeras políticas de influencia soviética, a mediados de los setenta empezaba una tímida apertura económica hacia Occidente, pero su régimen dictatorial no podía consentir que una multinacional se erigiera a ojos de los tunecinos como la principal responsable de que el país acogiese un Mundial de fútbol. Aunque fuera de juveniles.

En medio del conflicto diplomático, Perú se postuló como sede alternativa y durante varios meses de 1976 no estuvo nada claro ni dónde ni con qué nombre se acabaría celebrando el torneo, pero al final el vaso no se desbordó. A costa de afinar un poco más la contribución de cada una de las partes al evento (y aceptando que se diera el nombre de Bourguiba a un segundo trofeo para el campeón), Coca-Cola pudo patrocinar el Mundial juvenil de Túnez 1977. En él participarían seis selecciones europeas, tres sudamericanas, tres africanas (el anfitrión y dos más), dos asiáticas y dos de la zona de la CONCACAF, quedando Oceanía sin representación.

La UEFA, dividida entre quienes aceptaban participar el torneo y quienes no, decidió enviar al país norteafricano a las cuatro mejores selecciones de su Europeo sub’18 de 1976 (la URSS, Hungría, España y Francia), ya que todas ellas habían manifestado su deseo de jugar este nuevo torneo. Italia, siguiente mejor clasificada en ese Europeo de todas las que querían disputar el Mundial juvenil, y Austria, que ganó un sorteo entre el resto de federaciones dispuestas a ir a Túnez (MD, 23/06/1977), completaron la representación del viejo continente.

La selección española juvenil reunía por aquel entonces a una interesante generación que había ganado el prestigioso Torneo de Montecarlo de 1975 y que había rendido a gran nivel en el llamado “Torneo de la UEFA” o campeonato de Europa sub’18 de 1976. Guiados desde el banquillo por Gustavo Biosca, uno de los asistentes del seleccionador absoluto Ladislao Kubala, y liderados en el campo por Roberto López Ufarte, los jugadores españoles se habían deshecho sin problemas de la débil Liechtenstein en la eliminatoria previa (9-1 en el global) y después, ya en la fase final de Hungría, encabezaron su grupo por delante de Suiza, Islandia y Turquía. No pudieron hacer nada en semifinales ante la todopoderosa URSS, que ganó por 3-0 (los primeros goles que encajaba España en la fase final del Europeo), pero se resarcieron en el partido por el tercer y cuarto puesto al derrotar por ese mismo marcador a Francia. La tercera posición final significaba la mejor clasificación de España en categoría sub’18 desde 1964 y parecía colocar a la selección nacional en el abanico de candidatos para alzarse con el título en Túnez.

Sin embargo, tal vez por la falta de costumbre de la Federación Española en tareas similares (la última participación mundialista de la selección absoluta databa de 1966), la preparación para el campeonato del mundo juvenil fue bastante deficiente. Además de la necesidad de rehacer gran parte del equipo, ya que los jugadores nacidos en 1957 (y que habían sido mayoría en el Europeo de Hungría) no podrían participar en el Mundial sub’19 de Túnez, la falta de fechas libres provocó que el grupo de futbolistas elegido por Chus Pereda apenas tuviera tiempo para conjuntarse lo suficiente antes de viajar a tierras africanas. Por si fuera poco, la estrella del equipo, López Ufarte, pidió no ser convocado alegando que se sentía exhausto tras su primera campaña completa en Primera división y que, además, debía afrontar sus exámenes finales de COU.

No sin cierta polémica, Pereda acabó aceptando la solicitud del jugador de la Real Sociedad y durante el mes de junio, acabada ya la temporada en Primera y Segunda y con las competiciones juveniles llegando también a su fin, el seleccionador programó un par de entrenamientos en Madrid con el resto de futbolistas que estaban en sus planes. Para la primera sesión estuvieron citados veintinueve jugadores, aunque cuatro no acudieron: dos por lesión, uno por estar realizando el servicio militar y no obtener permiso y otro por coincidir esa sesión con sus exámenes finales. La siguiente lista, reducida ya a dieciocho futbolistas para disputar un amistoso contra el Atlético Madrileño una semana después de la primera concentración, también sufrió alguna baja por culpa del servicio militar obligatorio. Finalmente, el 14 de junio de 1977 Chus Pereda anunciaba los dieciocho nombres que teóricamente viajarían a Túnez diez días después.

Aunque en un principio estaba previsto trasladarse a tierras levantinas para aclimatarse mejor al clima tunecino, al final se decidió que los jugadores quedaran concentrados en Madrid, donde se pensaba que habría más facilidad para concertar amistosos. Sin embargo, no habría más encuentros de preparación que uno jugado contra el Rayo Vallecano el día 18: a esas alturas de junio, todos los equipos de nivel habían dado ya vacaciones a sus plantillas. Además, al partido en Vallecas sólo pudieron acudir catorce internacionales: García Cortés y Campello, que estaban haciendo la “mili”, se toparon con la negativa de sus mandos para concederles permiso; el pucelano Borja Lara seguía enfrascado en unos exámenes que ya le habían hecho ser baja en la primera concentración de junio; y Argimiro Márquez se encontraba en Yugoslavia con el Hércules, que estaba realizando una gira de postemporada por los Balcanes. Aún así, los juveniles ganaron 1-0 a un Rayo que en esos días celebraba su primer ascenso a Primera División, pero a poco más de una semana para el debut en el campeonato aquella no parecía la mejor forma de preparar la cita mundialista.

Dadas las circunstancias, Pereda decidió prescindir del aplicado Borja y llamó en su lugar al zaragocista Lafuente, que estaba disputando con su equipo las últimas rondas de la Copa juvenil y tampoco pudo acudir a ese primer y único amistoso de la selección. Como el Zaragoza se clasificó para la final de esa competición, Lafuente acabaría viajando a Túnez dos días después de que lo hiciera el resto de la expedición española, acompañado por uno de los fisioterapeutas. Márquez, por su parte, a pesar de que recibió en Yugoslavia el telegrama con su convocatoria, parece que no encontró modo de regresar a tiempo para entrenar al menos unos días con la selección y acabó siendo sustituido por el murcianista Pelegrín, que ya había estado en el Europeo sub’18 del año anterior.

La última prueba para los de Pereda antes de viajar a África fue un partidillo improvisado entre los propios miembros de la selección juvenil, completando los equipos varios canteranos de Rayo y Real Madrid. Resueltos definitivamente los problemas con las autoridades militares para liberar de sus obligaciones con el ejército a los jóvenes de aquel reemplazo, los dieciocho jugadores que disputaron con España el Mundial de Túnez fueron los siguientes:

Pos.

Nombre Fecha Nac. Club

1

P

Francisco BUYO Sánchez 13/01/1958 Deportivo de La Coruña

2

DF

Santiago URQUIAGA Pérez 14/04/1958 Athletic de Bilbao

3

DF

Salvador Estany CAMPELLO 06/06/1958 Elche CF

4

DF

Antonio GARCÍA NAVAJAS 08/03/1958 Burgos

5

DF

Rafael GARCÍA CORTÉS 18/01/1958 Real Madrid

6

MC

Jorge CASAS Rodríguez 06/02/1958 Barcelona

7

MC

EMILIO Gómez Gallardo 14/01/1958 Barcelona

8

MC

Ricardo GALLEGO Redondo 08/02/1959 Real Madrid

9

DL

José Enrique MAYAYO Garciandía 09/06/1958 Athletic de Bilbao

10

MC

Eduardo LAFUENTE Aguirre 21/01/1959 Zaragoza

11

DL

ÁNGEL González Castaños 03/12/1958 Español

12

MC

Salvador RIBES Diago 21/04/1958 Castellón

13

P

José Manuel SEMPERE Maciá 15/02/1958 Orihuela

14

DF

Alberto BENEDÉ Ordóñez 05/04/1958 Zaragoza

15

DL

José Antonio ALCAÑIZ Vera 23/10/1958 Elche CF

16

MC

Antonio Joaquín Autor GÜEMBE 22/01/1958 Athletic de Bilbao

17

MC

José Ricardo ESCOBAR Palacios 13/06/1958 Cádiz CF

18

DL

Patricio PELEGRÍN Nicolás 14/10/1958 Murcia

 

Junto al seleccionador Jesús Pereda, dirigía la expedición española el delegado federativo Francisco Hernández Coronado, que fue elegido presidente de la Comisión de Apelación del torneo. Aunque en aquella temporada 1976/1977 sólo tres o cuatro jugadores aparecían regularmente en equipos de Primera o Segunda, sin duda los nombres de Paco Buyo (Deportivo, Sevilla, Real Madrid), José Manuel Sempere (Valencia), García Navajas (Burgos, Real Madrid, Valladolid), García Cortés (Real Madrid, Zaragoza, Mallorca, Rayo), Santiago Urquiaga (Athletic) o Ricardo Gallego (Real Madrid) resultan hoy de sobra conocidos para todo aquel que siguiera el fútbol español entre finales de los setenta y principios de los noventa. También es probable que muchos de esos aficionados recuerden a Benedé (Zaragoza, Salamanca) Escobar (Cádiz, Elche, Castellón), Ángel González (Espanyol, Sabadell, Salamanca, Logroñés), Ribes (Castellón, Valencia, Sabadell) o Pelegrín (Murcia), todos ellos con larga trayectoria posterior en Primera y Segunda. El resto de jugadores apenas disfrutaron de las mieles del fútbol profesional.

En cuanto al formato del Mundial sub’19 de Túnez, se optó por sortear cuatro grupos de cuatro equipos, pasando directamente a semifinales los campeones de cada grupo. Además, la FIFA decidió que los partidos duraran 80 minutos. Ambas medidas fueron criticadas por los expertos y técnicos encargados de evaluar el desarrollo del campeonato para la propia FIFA, entre los que se encontraban Walter Winterbottom, quien fuera manager de la selección inglesa entre 1946 y 1962, y Milan Miljanic, que en aquel 1977 era el entrenador del Real Madrid. Por un lado, consideraban que generalmente los jugadores sub’19 ya estaban habituados a disputar partidos de 90 minutos; por otro, al haber en juego sólo un puesto de clasificación en cada grupo, varios de ellos quedaron prácticamente decididos en la segunda jornada, restando emoción, competitividad y calidad a los últimos enfrentamientos, que para terminar con casi toda la intriga ni siquiera se jugaban a la vez.

Cuatro fueron las sedes en las que se celebraron los encuentros: Túnez, la capital, en la que se usaron dos estadios (uno de ellos en el distrito de Radés); Sfax, una ciudad portuaria a unos 270 kilómetros al sur; y Susa, otro enclave costero situado a mitad de camino entre Túnez y Sfax. Los campos, con sus terrenos de juego en no muy buenas condiciones, tampoco registraron precisamente una gran afluencia de público.

GRUPO A (Radés)

GRUPO B (Túnez)

GRUPO C (Susa)

GRUPO D (Sfax)

Túnez

Uruguay

Brasil

URSS

España

Hungría

Italia

Paraguay

México

Marruecos

Costa de Marfil

Austria

Francia

Honduras

Irán

Irak

 

El sistema de competición no fue el único aspecto criticado por los profesionales presentes en Túnez. El periodista Jaume Nolla Durán, que durante muchos años acompañó a las selecciones inferiores españolas como enviado especial del diario El Mundo Deportivo, pintaba a su llegada a Túnez un escenario de lo más desalentador: “Los jugadores españoles fueron hospedados a una residencia donde las condiciones higiénicas y otras… no son que digamos modelo de pulcritud. Reunir en un mismo centro a todas las delegaciones, con la excepción, claro está, de la de Túnez, en un edificio donde también pernoctan un número considerable de muchachas jóvenes, estudiantes ellas, no creemos que sea lo más idóneo para un stage de participantes en un Campeonato del Mundo” (MD, 26/06/1977).

Y es que la residencia de la Ciudad Universitaria de Túnez, a unos 12 kilómetros de la capital, albergaba a siete de las ocho selecciones que disputarían sus partidos en esa ciudad pero también, según precisaba el enviado especial de Marca, Raúl J. Santidrián, a unas doscientas estudiantes en los pisos superiores. El agua caliente escaseaba, las delegaciones compartían aseos y comedores y, salvo la uruguaya, que previsoramente incluía entre sus miembros a un cocinero propio, en los primeros días de estancia todas pasaron ciertos apuros para alimentar a los jóvenes deportistas con los nutrientes necesarios para el adecuado desarrollo de su actividad física. El grupo de estudios técnicos de la FIFA manifestó su disconformidad con el tipo de alojamiento proporcionado por la organización a los equipos, si bien la presencia de varias selecciones en un mismo establecimiento se acabaría convirtiendo en la norma de unos torneos que, después de todo, también pretenden que sus jóvenes participantes estrechen lazos de amistad y convivencia fuera del terreno de juego.

EL CAMPEONATO

Alineación de España en el Mundial juvenil de Túnez 1977, extraída del Informe Técnico oficial del torneo

Alineación de España en el Mundial juvenil de Túnez 1977, extraída del Informe Técnico oficial del torneo

El 27 de junio de 1977, en el Estadio Olímpico El Menzah de Radés, a las afueras de la capital tunecina, España tuvo el honor de protagonizar el encuentro inaugural del primer Mundial juvenil de la historia: aunque aquel día se disputaban simultáneamente los partidos de los grupos A y C, el de España fue el que se celebró en el escenario de la ceremonia de apertura e inmediatamente a continuación de ésta, a las 17:45 horas de la tarde. El rival era Francia, selección que también se había renovado con respecto a la del Europeo del año anterior pero que llegaba con bastante más rodaje que la española. Con un 4-4-2 de corte defensivo y tras un inicio marcado lógicamente por los nervios del debut, las crónicas cuentan que los de Pereda controlaron bien a su rival en la primera parte, adelantándose además con un gol de Escobar a la media hora de juego. Francia empujó entonces con más brío y dispuso de ocasiones, pero a la contra España anotó el segundo tanto, obra de Casas, ya en el minuto 60 de partido. En el último cuarto de hora los galos se volcaron definitivamente sobre la meta de Paco Buyo y consiguieron recortar distancias por medio de Bacconnier, pero no lograron volver a batir al portero gallego. La victoria dejaba a España en inmejorable posición para conseguir el pase a semifinales.

27/06/1977

Primera jornada del Grupo A.

FRANCIA

(1)

Billet; Bibard (-41, Mastroianni), Bracigliano, Desbouillons, Creignoi; Bacconnier, Jeannol, Genghini (-62, Brisson); Wiss, Françoise, Meyer.

ESPAÑA

(2)

Buyo; Urquiaga, García Navajas, García Cortés, Benedé; Casas, Gallego, Escobar, Güembe (-75, Alcañiz); Mayayo, Pelegrín.

Goles

0-1 Escobar (ESP, min. 28); 0-2 Casas (ESP, min. 59); 1-2 Bacconnier (FRA, min. 70).

Árbitro

Orhan Cebe (TUR).

Tarjetas

—-

Estadio

Stade Olympique d’El-Menzah (Radés, Túnez).

 

Todo indicaba que la primera plaza del grupo se iba a decidir en el siguiente duelo ante México, ya que los aztecas se habían deshecho de la selección anfitriona por un aplastante 0-6. Ese segundo partido se disputó tres días después, en el mismo escenario que el primero, a la calurosa hora de las cinco de la tarde. Los norteamericanos habían conformado un sólido bloque que llevaba ya un par de años actuando bastante a menudo y, a pesar de la notable ausencia de su estrella Hugo Sánchez, retenido por los Pumas de la UNAM para disputar el campeonato liguero mexicano, parecían serios candidatos al título. Tras una primera parte igualada, aunque con ocasiones más claras para México, en el segundo tiempo fue España quien golpeó primero, al rematar Escobar a la red una falta botada por Ricardo Gallego. Apenas se llevaban cinco minutos de la reanudación y México acusó el golpe, pero los de Pereda se echaron atrás y Buyo se convirtió en el héroe del equipo hasta que, a falta de siete minutos para el final, los aztecas lograron igualar el marcador por medio de Hugo Rodríguez. El empate daba cierta ventaja a México de cara a la última jornada, ya que si vencía a Francia obligaría a España a golear escandalosamente a Túnez para pasar a semifinales.

30/06/1977

Segunda jornada del Grupo A.

ESPAÑA

(1)

Buyo; Urquiaga, García Navajas, García Cortés, Benedé; Casas (-63, Lafuente), Gallego, Escobar, Güembe; Mayayo, Pelegrín (-41, Ángel).

MÉXICO

(1)

Paredes; Rubio, Mora, Álvarez, López Zarza; Cosío, Hugo Rodríguez, Placencia (-57, Ambriz), Moses; Manzo, Garduño.

Goles

1-0 Escobar (ESP, min. 45); 1-1 Hugo Rodríguez (MEX, min. 73).

Árbitro

Franz Wöhrer (AUT).

Tarjetas

Mayayo (ESP, min. desconocido).

Estadio

Stade Olympique d’El-Menzah (Radés, Túnez).

 

No obstante, los franceses todavía tenían remotas opciones de clasificarse y no serían un rival fácil para los aztecas. Además, España saltaría al campo sabiendo ya si le bastaría con una victoria o si necesitaría golear, puesto que ese Francia-México se disputaría antes del España-Túnez. Y la tarde de aquel 3 de julio comenzó francamente bien para la selección española juvenil, porque franceses y mexicanos hipotecaron su futuro en el torneo al empatar a un tanto. Era el resultado perfecto: Francia quedaba eliminada con tres puntos, México sumaba cuatro unidades y España sólo tendría que ganar a la selección local para encabezar el grupo con cinco puntos.

Cosa que no ocurrió. Inexplicablemente, España salió con las mismas precauciones que en partidos anteriores y no forzó la defensa de un rival que, con el paso de los minutos, se fue creciendo ante la inoperancia hispana. La mayor fortaleza física de los tunecinos (probablemente con algún jugador de más edad de la permitida) y la dureza con la que se emplearon desconectaron a España, que presentaba en su once la única novedad de Emilio, delantero del Barcelona que había sido baja en los partidos anteriores por culpa de unas fiebres provocadas por las vacunas que los participantes debieron ponerse antes de viajar a Túnez. Al descanso se llegó con apenas un par de ocasiones aisladas para el bando español y en la segunda parte llegaron los cambios ofensivos de Pereda, pero también el primer gol de Túnez en el torneo, obra de Ali Ben Fattoum a los once minutos. El mazazo fue tremendo y durante un buen rato España anduvo completamente desnortada, hasta que poco a poco fue recobrando la compostura.

En el último cuarto de hora, y apelando más a la heroica que al juego, se consiguió por fin llevar algo de peligro a la meta local, pero primero Pelegrín malogró un penalti que él mismo había provocado y luego Ribes envió un chut al poste, el segundo de España en el partido. No hubo forma de batir al portero de Túnez y de hecho en los últimos minutos fue Buyo el que tuvo que lucirse para evitar una derrota más abultada. Así, los juveniles españoles se despedían lastimosamente de un torneo que, si bien es probable que no hubieran podido ganar, sí les brindó la oportunidad de haber podido alcanzar un digno lugar en la clasificación final. Una oportunidad que no supieron aprovechar.

03/07/1977

Tercera jornada del Grupo A.

ESPAÑA

(0)

Buyo; Urquiaga, García Navajas, García Cortés, Benedé; Casas (-46, Ribes), Gallego, Escobar, Güembe; Mayayo, Emilio (-41, Pelegrín).

TÚNEZ

(1)

Jebali; Cheriti, Zarrouk, Chargui, Aloulou (-65, Ben Yahia); Ben Fattoum, Ben Zitoun, Belhoula, Hergal (-76, Jelassi); Dakhli, Lakhal.

Goles

0-1 Ben Fattoum (TUN, min. 51).

Árbitro

Eldar Azim-Zade (URSS).

Tarjetas

Urquiaga (ESP, min. 52).

Estadio

Stade Olympique d’El-Menzah (Radés, Túnez).

 

México fue, por tanto, quien pasó en cabeza de este grupo A. En semifinales se enfrentó a Brasil, que tras arrancar con una cómoda victoria ante Irán luego había tropezado con Costa de Marfil (otra de las selecciones bajo sospecha de haber alineado a futbolistas mayores de 19 años) y se había tenido que jugar el pase en la tercera jornada contra Italia. A pesar de su favoritismo, los brasileños se vieron sorprendidos en un córner y, aunque empataron rápido y dominaron el partido, acabaron cediendo ante los mexicanos en la tanda de penaltis. También se decidió en los lanzamientos desde los once metros la otra semifinal, que enfrentó a la URSS y Uruguay. Ambas selecciones habían liderado sus respectivos grupos sin demasiados problemas y, tras un partido gris y con pocas ocasiones, fueron los soviéticos quienes se mostraron más acertados desde el punto fatídico.

El partido por el tercer y cuarto se resolvió con goleada de Brasil sobre Uruguay por 4-0, pero la final volvió a ejemplificar la tremenda igualdad del campeonato. Aunque quien hoy visite la página web de la FIFA se encontrará con que la ficha del partido refleja un desarrollo completamente opuesto, lo que pasó en realidad en Radés fue que dos veces se adelantó la URSS en la segunda parte por medio de Vladimir Bessonov y dos veces empató México, como se puede comprobar en las crónicas de la época y en los vídeos de aquella final que están colgados en Youtube. Tras lograr el empate a dos, los aztecas aguantaron los últimos minutos del tiempo reglamentario y toda la prórroga con un hombre menos para acabar sucumbiendo en la tanda de penaltis por 9-8.

Imagen del marcador de la final al término de la prórroga, con los minutos en los que se consiguieron los goles. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=6JX-jQeWgHY

Imagen del marcador de la final al término de la prórroga, con los minutos en los que se consiguieron los goles. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=6JX-jQeWgHY

Una tanda de penaltis que tuvo dos claros protagonistas. Por un lado, el portero soviético Yuri Sivuha, un gigantón especialista en esas lides al que el seleccionador Serguel Massiaguine había dado entrada en los últimos instantes de la prórroga. El cambio de guardameta ya había funcionado en semifinales y aquel 10 de julio de 1977 Sivuha detuvo nada menos que cuatro lanzamientos mexicanos, pero su estelar actuación quedó deslucida por la del colegiado francés Michel Vautrot. Por razones que sólo él, y no sin dificultades, sería capaz de explicar, el árbitro galo mandó repetir tres disparos inicialmente errados por México (y otro de la URSS, el quinto, cuyo fallo daba la victoria a los aztecas) para desesperación de un Sivuha que no entendía qué estaba ocurriendo. Después de veinte lanzamientos válidos, una transformación de Viktor Kaplun le acabó dando el título a la URSS.

El ucraniano Bessonov, entonces un veloz y habilidoso extremo pero que en los ochenta se consagraría como lateral, se llevó merecidamente el premio al Mejor Jugador del Mundial, mientras que el brasileño Guina (que luego jugaría en Murcia y Tenerife) obtuvo la Bota de Oro como máximo realizador, con cuatro goles. La concesión de estas distinciones individuales fue criticada por los expertos reunidos por la FIFA para evaluar el campeonato, pues consideraban que los chavales en formación debían olvidarse de premios personales para centrarse exclusivamente en ayudar a sus equipos. Sin embargo, Adidas también quería su cuota de protagonismo como patrocinador y sus galardones se acabarían convirtiendo en una tradición más de estos torneos.

Por lo que respecta al rendimiento de la selección española, en una entrevista publicada por El Mundo Deportivo el 6 de julio de 1977 Pereda centró sus críticas en el árbitro soviético del tercer encuentro, a su juicio demasiado permisivo con el juego duro de Túnez, y en los problemas físicos que arrastraban algunos de sus futbolistas por culpa del calor reinante, de las vacunas y del escaso tiempo de descanso entre partidos. Además, el entrenador burgalés se quejó de las malas condiciones del hotel de concentración y, tras eximir de responsabilidades a unos jugadores que, en su opinión, habían hecho todo lo que habían podido, deslizó su insatisfacción por la falta de preparación general de la selección para el torneo: diez días de entrenamientos con una plantilla incompleta eran claramente insuficientes para enfrentarse a equipos que llevaban muchos meses conjuntándose para la cita tunecina.

En este punto el Informe Técnico oficial del campeonato, realizado por los citados Winterbottom, Miljanic y compañía, venía a dar la razón al seleccionador. Mientras que al hablar de selecciones como las de la URSS, México, Hungría y otras de menor nivel se elogiaba la larga preparación llevada a cabo por sus respectivas federaciones, que había permitido a estos equipos jugar y entrenarse de forma continua o con bastante periodicidad desde al menos un año antes de viajar a Túnez, la descripción del caso español, aunque intentaba enfocarse de forma positiva asociándolo a la idiosincrasia del fútbol nacional, más tendente a la improvisación que al rigor táctico, traslucía el evidente problema de la falta de previsión.

Extracto del Informe Técnico oficial del Torneo Mundial Juvenil de Túnez 1977, disponible en: http://es.fifa.com/mm/document/afdeveloping/technicaldevp/50/06/63/u20_tunisia_1977_sp_222.pdf

Extracto del Informe Técnico oficial del Torneo Mundial Juvenil de Túnez 1977, disponible en: http://es.fifa.com/mm/document/afdeveloping/technicaldevp/50/06/63/u20_tunisia_1977_sp_222.pdf

Para concluir con la representación española, cabe destacar la participación en el Mundial de Túnez del colegiado murciano Ángel Franco Martínez, que dirigió el URSS-Irak y el Paraguay-Irak, ambos en la primera fase, y la semifinal entre México y Brasil. Notable marca la suya de tres partidos arbitrados (además de otro en el que ejerció de juez de línea), ya que la FIFA envió al campeonato, en el que se disputaron 28 encuentros en total, nada menos que a 20 árbitros, detalle que también fue criticado por los expertos y por los propios colegiados.

En cuanto a los jugadores participantes que luego acabarían destacando como adultos, el Mundial de Túnez 1977 dejó pocos nombres de verdadero nivel. Aparte de los soviéticos Andrei Bal, Sergei Baltacha y el ya citado Bessonov, todos ellos pertenecientes al Dinamo de Kiev y que serían habituales en la selección absoluta de la URSS en los 80, podríamos citar al delantero brasileño Baltazar (de exitoso paso por Celta y Atlético de Madrid), al centrocampista francés Bernard Genghini (titular en España’82 y campeón de la Eurocopa de 1984 con la selección absoluta gala), a los italianos Giovanni Galli (portero titular en el legendario Milan de Sacchi) y Giuseppe Baresi (central referente del Inter y hermano mayor de Franco) y al uruguayo Rubén Paz (volante que, aunque no triunfó en Europa, fue uno de los jugadores sudamericanos más destacados de los años ochenta).

Evidentemente también hubo, como en el caso español (Buyo, García Navajas, Urquiaga, Gallego), varios jugadores que fueron internacionales absolutos con sus respectivas selecciones y que estuvieron presentes en algunas de las grandes citas internacionales disputadas por sus países durante esos años; tal es el caso, por no aburrir, de los brasileños Edevaldo y Juninho Fonseca, componentes de la mágica selección de 1982 (aunque ellos apenas participaron en aquel Mundial de España). Pero, para poner un último toque de pimienta, podríamos hablar de los futbolistas hondureños que, merced a su posterior participación en España 1982, consiguieron fichar por equipos de la liga española. De hecho el defensa Gilberto Yearwood (que jugó en Elche, Valladolid, Tenerife y Celta y es considerado uno de los mejores futbolistas de la historia de Honduras) ya había desembarcado en nuestro país nada más acabar la cita tunecina, gracias a sus buenas actuaciones ante Hungría, Marruecos y Uruguay.

El problema viene porque, atendiendo a las fechas de nacimiento con las que años después fueron registrados en el Mundial absoluto y en la Liga, ninguno de ellos debería haber jugado el Mundial sub’19 de Túnez 1977. La FIFA sólo permitía jugadores nacidos a partir del 1 de enero de 1958 y en el informe técnico del campeonato todos los participantes cumplían la normativa (aunque, por ejemplo, de los futbolistas de Irak sólo se indicara el año de nacimiento), pero las sospechas de que varias selecciones habían enviado a jugadores mayores de 20 años eran más que fundadas. Ahora sabemos que Gilberto Yearwood había nacido en realidad en 1956, que Julio César Arzú (portero que estuvo en el Racing de Santander), Allan Anthony Costly (Málaga) y Ramón Maradiaga (Tenerife) eran de 1954 y que Héctor Zelaya (Deportivo de La Coruña) y Porfirio Armando Betancourt (Logroñés) vinieron al mundo en 1957. La información publicada por el diario El País el 26 de octubre de 1982 añadía a esos nombres el de Prudencio Norales, que no llegó a jugar en nuestra liga pero que había nacido, como Yearwood, en 1956.

Es decir, que más de un tercio de los hondureños que disputaron el Mundial sub’19 de Túnez no eran sub’19. Muchos jugadores de Irán, Irak, Marruecos, Túnez o Costa de Marfil también parecían ser ya veinteañeros en 1977 pero, como ninguno de ellos participó luego en otras competiciones y la FIFA decidió mirar hacia otro lado, no se puede asegurar nada. ¿Problemas para entender la novedosa normativa de edad, mala fe de las federaciones o inocentes errores consecuencia de la precariedad administrativa de ciertos países? Cada cual que escoja su opción. Fue, en definitiva, la primera muestra de un problema que también se convertiría en clásico: a pesar de todos los problemas y dudas que rodearon la organización de Túnez 1977, los mundiales juveniles habían llegado para quedarse.

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Fuentes consultadas:

Díez, Fran: “La dictadura del fútbol” (2014), Editorial DXT.

Martialay, Félix: “Todo sobre todas las selecciones” (2007), Ed. Librerías Deportivas Esteban Sanz.

www.fifa.com

www.bdfutbol.com

www.youtube.com

Hemerotecas y archivos digitales de los diarios ABC, El Mundo Deportivo, El País, Marca.

Agradecimientos: Iñaki Zanguitu.




Cataluña/España desde la portería

El 13 de marzo de 1924 Óscar Álvarez, portero de fútbol, abandonaba cabizbajo el terreno de juego. Un campo de Les Corts lleno de público y de reproches en voz alta. No tenía cuerpo para nada. Y menos para pensar que estaba siendo personaje principal en un pequeño hecho histórico.

Estamos en el inicio de esa recurrente polémica de las selecciones nacionales. Los felices veinte. Los estadios crecían para llenarse de trabajadores, con el permiso de su recién nacida jornada de ocho horas. Pagaban por ver a ídolos de masas a punto de ser profesionales.

Para ellos los equipos de fútbol empezaban a representar a sus lugares de origen en algo más que deporte. Las entonces llamadas “pasiones regionales” estaban en una ebullición que enfrió Miguel Primo de Rivera haciéndose con las riendas del país.  Las echó de la calle, pero se refugiaron en las gradas.

En aquel fútbol dominaba Cataluña. Y algunos catalanes querían tener selección propia. La española, de sólo cuatro años de vida, contaba ya con figuras en sus puestos principales. Hablo de Samitier o, sobre todo, de Ricardo Zamora, “El Divino”. Aquel portero de fama mundial del que, se decía, volvió al Español desde el Barcelona a cambio de 25.000 pesetas de ficha y 5.000 pesetas de sueldo. Mucho dinero para 1922.

En otra galaxia vivía Óscar una historia paralela. Este modesto guardameta del Real Stadium Ovetense fue convocado once veces con la selección española, pero no llegó a debutar. Ricardo Zamora cerraba el camino a todo aquel que quisiera pasar por su portería. Salvo lesión u omisión, era imposible jugar con la Selección si él estaba allí. Hasta aquella tarde de marzo de 1924.

Un año antes, en el campeonato interregional, la victoria de la selección asturiana lanzó a Óscar a la fama. El equipo fue recibido en Asturias por instituciones, autoridades y una muchedumbre que llenó las calles y el aire de vítores heroicos. Sobre todo para tres jugadores: Meana, Zabala y Óscar, bautizado, en toda España, como el Zamora asturiano.

Esto influyó en la decisión de contar con él para aquel singular partido Cataluña-España. Al fin iba a ser titular en la selección… pero en la catalana. Una forma de compensar que tres figuras de la talla de Zamora, Samitier y Piera, siendo catalanes, jugaran con la selección española. Pero al público no le gustó y, con silbidos y abucheos, se lo hizo saber a Óscar desde el primer momento. Les Corts era un campo nuevo, moderno, mucho campo para tenerlo en contra. Sobre todo si jugabas en casa.

Y allí estaba “Oscarín el del Oviedo”. Portero en el exilio que, por una vez, iba a poder vérselas frente a frente con El Divino. En la Selección y en la casa de Zamora hasta hacía poco más de un año: el campo del Barcelona.

Campo de Les Corts en 1922 (FC Barcelona).

Campo de Les Corts en 1922 (FC Barcelona).

Óscar caricaturizado por Roca en 1924.

Óscar caricaturizado por Roca en 1924.

Pero aquella portería quemaba. Y aquel campo bramaba. Muchas gargantas. Muchas más de las que Óscar acostumbraba a oír en campo ninguno. Les Corts tenía aforo para 25.000 espectadores. Demasiados decibelios.

Pocos gritos de ánimo. Mucho hincha hinchando el ambiente hasta reventar. Un asturiano defendiendo la portería catalana no fue comprendido por quienes entendían que aquel partido no era una pachanga. Que la selección catalana era rival y no sparring de la española. Que había selecciones y había naciones.

Fuera por eso, por los nervios, por la fatalidad, o por alguna nefasta conjunción planetaria, aquel no fue el día de Óscar. No parecía el cancerbero que lucía ya en los campos de media España.

Un córner de Piera fue despejado débilmente por Óscar y Zabala remató el primer gol. Fueron dos cuando el portero se metió un balón que Aguirrezabala sólo había querido centrar al área. En el tercero Óscar, con un mal rechace, puso el balón a los pies de Laca. Sólo el cuarto, de Aguirrezabala y el quinto de Samitier, fueron resultado de jugadas de gran mérito. Cero a cinco y sólo medio partido.

Al descanso Óscar se quedó en la caseta, y eso para un portero es sentencia. Ocupó su puesto Estruch, guardameta del Sabadell, que sólo entró dos veces a buscar el balón a las mallas, aunque las crónicas hablaron de dos tiros imparables. Lo contrario pasó con Óscar, de quien todos dijeron que cuatro de sus cinco goles habían sido el colmo de la inocencia.

La prensa, sobre todo la catalana, no tuvo piedad. No se olvidaba el 0 a 7. Para unos, su actuación desmoralizó a la selección catalana, para el resto los calificativos recorrieron el abanico que va desde “mediocre” a “desastrosa”. Unanimidad: la selección española era mejor, pero el partido lo había perdido Óscar. Capdevilla, desde las páginas de Madrid Sport, resumía el veredicto: “¿Quién duda que Zamora es el único?”

Tardó en recuperarse. Se despistó algunos partidos más, pero a Óscar no se le había olvidado el juego que con tanto esfuerzo aprendió en equipos de barrio como el Fresno o el Athletic de Campomanes. Enderezó su carrera y fue un mito del Real Oviedo. Contribuyó, con sus paradas y sus gestiones, al nacimiento del club, tras la fusión del Real Stadium Club Ovetense y del Real Club Deportivo Oviedo en 1926.

Aunque, para siempre, llevó consigo el recuerdo de aquella tarde triste en la que, por fin, jugó con la selección española… pero en la otra portería.

Óscar, primero por la izquierda de pie, en la selección asturiana que se proclamó campeona de España, derrotando a Galicia en Vigo por 3-1, el 23-II-1923. Junto a él forman: Germán, Zabala, Bolado, Bango, Argüelles, Amán, Barril y Meana. Sentados: Comas y Corsino.

Óscar, primero por la izquierda de pie, en la selección asturiana que se proclamó campeona de España, derrotando a Galicia en Vigo por 3-1, el 23-II-1923. Junto a él forman: Germán, Zabala, Bolado, Bango, Argüelles, Amán, Barril y Meana. Sentados: Comas y Corsino.




El inicio de Luis Aragonés

El 1 de febrero de 2014 nos encontrábamos con una mala noticia. Fallecía Luis Aragonés con 75 años, víctima de una leucemia. Con él se iba una de las mayores figuras de nuestro fútbol. Los más jóvenes, le conocimos ya como un veterano entrenador. Y que siguió manteniéndose en la élite año tras año, ganándose el respeto y en muchos casos admiración donde entrenó. Y fue en muchos lugares, por supuesto en el Atlético de Madrid, al que llevó a conseguir la Copa Intercontinental, una Liga y tres Copas del Rey y acudió a su rescate en Segunda División. Pero también al Betis, al Sevilla, al Valencia, al Espanyol, al Barcelona y al Mallorca, hasta ser designado, por fin, seleccionador nacional y abriendo el brillante recorrido actual con la conquista de la Eurocopa del año 2008. 853 partidos de Liga dirigidos en más de treinta años como técnico.

Pese a conocerle todas sus facetas y sus incontables anécdotas como entrenador, Luis pasó del campo a la banqueta de manera inmediata (en una situación que sigue pareciendo extraña pero que este mismo 2014 han hecho Ryan Giggs en todo un Manchester United o Garry Monk en el Swansea, o Seedorf que se retiró en Brasil para hacerse cargo del Milan al recibir la llamada de Galliani). Sustituyó a Juan Carlos Lorenzo y puso fin a una brillante etapa como jugador. 360 partidos en Primera División y 160 goles. En el Atlético había pasado sus últimas 12 temporadas, había ganado 3 títulos de Liga, otros dos de Copa del Rey, fue el máximo goleador en la campaña 69-70 y había sido subcampeón de Europa en 1974 anotando un brillante tanto de falta. Aragonés también fue internacional con la Selección Española en 11 ocasiones. Antes de brillar en el Calderón, fue jugador del Betis durante tres años, entre 1961 y 1964, y cedido por el Real Madrid, el primer equipo que le dio la oportunidad de jugar en 1ª división fue el Real Oviedo. A lo largo de su carrera entre entrenador y jugador, Aragonés supera los 1500 partidos oficiales. Una cifra tremenda de una persona que estuvo vinculada al fútbol toda su vida.

Hoy a modo de homenaje, volvemos al primer partido de esos 1000 que tuvo a Luis en Primera División. Había comenzado la campaña en el Plus Ultra, el filial del Real Madrid. Pero tras media temporada y llevar ocho tantos anotados, le llegó la hora de probar una cesión y subir un escalón. Un 11 de diciembre de 1960, en el Luis Sitjar de Palma de Mallorca, un Aragonés de 22 años, saltó al campo en un duelo por todo lo bajo. El Mallorca, colista y recién ascendido se impuso en casa por 1-0 al Oviedo, por lo que los asturianos pasaron a ocupar la última posición al acabar la jornada. Al equipo balear, por aquel entonces lo dirigía el mismo Juan Carlos Lorenzo con el que coincidiría en el Atlético y del que heredaría su cargo. En el Oviedo, era Sabino Barinaga el hombre que hizo debutar a todo un mito como Luis. La prensa fue dura con el encuentro, al parecer de bastante pobre calidad y nadie reparó en ese muchacho de Hortaleza que hacía su debut en la máxima categoría. Quizá ese partido ya le hizo ver la crudeza de ser entrenador. Lorenzo, hombre que había conseguido ascender al en dos temporadas al Mallorca desde Tercera a Primera División, por vez primera en su historia y pese a ganar el partido, fue destituido.

Curiosamente… la prensa no terminó de acertar con su nombre y tardó varias jornadas con Luis plenamente instalado en la titularidad en acertar a reflejarlo correctamente. En su debut, los diarios ABC y Mundo Deportivo recogían su nombre como el de “Ruiz” sin figurar nadie con ese apellido en la plantilla. Y así seguiría sucediendo unas jornadas después… Incluso el día que anotó su primer tanto en primera división, en un duelo en casa contra el Santander… Aragonés seguía figurando como Ruiz. Luis era un mero debutante, casi anónimo… No he conseguido averiguar el motivo de la confusión. Incluso, rectificada en algunas jornadas pero que volvía a incurrir en el error posteriormente. Eran los primeros pasos de una de las mayores figuras de nuestro fútbol.




El Pontevedra del “Hai que roelo” (1963-70): Tercera parte

TEMPORADA 66-67: UNA CAMPAÑA GRÍS

De cara a la temporada 1966-67 se va a producir un relevo en la dirección técnica del Pontevedra. Juan Ochoa abandonará el club granate con destino a la Unión Deportiva Las Palmas, dejando su puesto a otro entrenador de origen vasco, José Luís Molinuevo (Deusto, Vizcaya, 1917-Gijón, Asturias, 2002), que venía de una larga estancia de cuatro años en el banquillo del Sporting de Gijón (entonces denominado oficialmente «Real Gijón»). Molinuevo va a ponerse al frente de una plantilla en la que habían causado baja el guardameta Martín, Quiroga e Iglesias, y en la que eran novedad los porteros Lucho y Carmelo, el defensa orensano  Delfín Álvarez, un centrocampista nacido en la vecina Marín, Antonio, y el exterior cántabro Nando Yosu, procedente del Athletic de Bilbao. Por lo tanto, el cuadro de «Pasarón» va a afrontar el nuevo curso con los siguientes efectivos: Celdrán, Cobo, Lucho, Carmelo; Irulegui, Batalla, Cholo, Azcueta, Álvarez; Roldán I, Calleja, Antonio, Norat; Fuertes, Martín Esperanza, José Jorge, Neme, Odriozola, Yosu, Roldán II, Ceresuela, Vallejo y Plaza.

Fuertes

Fuertes

El torneo da comienzo el 11 de septiembre de 1966, y con signo positivo para el Pontevedra, ya que consigue arrancar un punto en el «Sanchez Pizjuán» sevillano ( 0 a 0). Esta fue la alineación que presentó Molinuevo en el debut liguero: Cobo; Álvarez, Batalla, Cholo; Calleja, Antonio; Fuertes, Martín Esperanza, Ceresuela, Neme y Odriozola. Pero el equipo se mete ya en negativos a la semana siguiente, al ser derrotado en «Pasarón» por el Real Madrid, merced a un gol de Amancio a diez minutos del final, en un encuentro en el que los gallegos adolecieron de falta de remate. Vuelven a caer derrotados siete días más tarde, en Alicante y frente al Hércules (1 a 0). La situación, si no grave dado lo temprano del momento, comienza ya a ser preocupante: penúltimos con un punto, y todavía sin marcar un solo gol.

Algo -lo de marcar -que se remedia en la cuarta jornada, aunque el tanteador no acaba de ser favorable, pues el Athletic de Bilbao se lleva un nuevo positivo del feudo pontevedrés ( empate a uno ). Neme hizo el gol local nada más comenzar el encuentro. El Pontevedra sigue penúltimo, y con la perspectiva de visitar al domingo siguiente un campo muy difícil, el «Camp Nou» barcelonés. Pero, como decía el desaparecido Vujadin Boskov, «fútbol es fútbol»… Se disputa  la quinta jornada del campeonato, es el 9 de octubre de 1966, y va a saltar la gran sorpresa en el coliseo catalán, pues aunque el Barcelona  dominará el juego durante la mayor parte del encuentro, el Pontevedra   capea el temporal muy bien, y -como ocurre bastantes veces -va a aprovechar un contragolpe para marcar por medio de uno de sus mejores hombres, el salmantino Neme, en el minuto 26 de la primera parte, y luego su defensa numantina hará el resto, en una tarde muy negativa para la delantera azulgrana. A las órdenes del colegiado madrileño Martínez Banegas, estas fueron las alineaciones que presentaron ambos conjuntos: por el Barcelona, Sadurní; Benítez, Gallego, Eladio; Montesinos, Torres; Zaballa, Zaldúa, Vidal, Fusté y Pujol, y por el Pontevedra, Cobo; Irulegui, Batalla, Cholo; Calleja, Roldán I; Norat, Neme, José Jorge, Antonio y Yosu.

Batalla

Batalla

Con este resultado los gallegos salen momentáneamente de la zona de peligro, y una nueva victoria siete días más tarde, en derbi regional frente al Deportivo de La Coruña ( 1 a 0, marcado por José Jorge en la primera parte ) les coloca en la zona media, donde van a mantenerse a trancas y barrancas hasta el final de la primera vuelta, que concluyen en décima posición, con 13 puntos y 3 negativos. Pero la derrota en «Pasarón» ante el Barça, en la jornada número 20 ( 0 a 1, con gol de Rifé), les vuelve a colocar al borde de los puestos de promoción, y va a suponer el cese de Molinuevo, que es sustituido por el antiguo jugador del Real Madrid Héctor Rial.

Y tal como reza otro de los tópicos del fútbol, el cambio de técnico va a materializarse en victoria, y de nuevo en el partido de rivalidad regional contra el conjunto coruñés, al que el Pontevedra derrota en «Riazor» por 2 goles a 1 ( marcados por Martín Esperanza y Odriozola ), colocando a los deportistas en una situación muy comprometida. Y hablando de compromisos….Los pupilos de Rial no podrán respirar tranquilos del todo hasta la penúltima jornada, cuando al derrotar en «Pasarón» al Granada, merced a un solitario gol de Fuertes, consiguen ahuyentar del todo cualquier peligro. Al domingo siguiente, 23 de abril de 1967, ponen punto y final al Campeonato Nacional de Liga 66-67 en «La Romareda», donde caen derrotados ante el Real Zaragoza por 1 a 0, con este once: Cobo; Irulegui, Batalla, Álvarez; Antonio, Vallejo; Neme, Martín Esperanza, Ceresuela, Norat y Odriozola.

Cobo

Cobo

El balance final, aunque se logra salvar la categoría sin demasiados apuros, no es tan positivo como en el curso anterior. Los granates se clasifican en décima posición, con 27 puntos y 3 negativos. Han ganado 9 partidos, hecho tablas en otras tantas ocasiones, y salido derrotados 12 veces, con tan sólo 28 goles a favor, pero encajando únicamente 32 tantos, siendo la cuarta mejor defensa del campeonato. El delantero asturiano José Jorge fue su mejor artillero, con 9 dianas, seguido por Neme, con 5, y Ceresuela, que anotó cuatro tantos. En la Copa eliminan a dos conjuntos levantinos, Castellón y Hércules, pero son eliminados ya en cuartos de final por el Córdoba, que les vence en un partido de desempate celebrado en Madrid por 1 a 0

TEMPORADA 67-68:  TRANQUILIDAD ABSOLUTA

Con vistas a la campaña 67-68 prevalece la continuidad en el Pontevedra. Continuidad en la presidencia del club, que sigue ostentando, un año más, Miguel Otero Rodríguez, y también en el banquillo, donde se le concede un voto de confianza al argentino Héctor Rial. También  habrá pocas novedades en la plantilla granate, donde causan baja Lucho  – que pasa nada menos que al Barcelona – y Roldán I y José Jorge ( ambos con destino al Racing de Santander ), y llegan el joven  cantearon Fernández y el ex de la Real Sociedad Cacho. Estos son los hombres con los que va a contar Rial para afrontar la cuarta temporada del Pontevedra entre los grandes: Cobo, Celdrán, Carmelo; Irulegui, Batalla, Cholo, Azcueta, Álvarez; Calleja, Antonio, Norat; Fuertes, Martín Esperanza, Roldán II, Neme, Odriozola, Yosu, Vallejo, Ceresuela, Plaza, Fernández y Cacho.

Odriozola

Odriozola

El debut liguero se produce en el campo donostiarra de Atocha, donde la Real Sociedad retorna a la Primera División tras cinco temporadas en Segunda. Vencen los locales  gracias a un solitario gol marcado por Arregui en el minuto 15, y estas fueron las formaciones que presentaron ambos conjuntos: por los blanquiazules, Zubiarrain; Gorriti, Martínez, Ormaechea; Lema, Sagasta; Urreisti, Arzac, Arregui, Mendiluce y Boronat, y por los granates, Cobo; Irulegui, Batalla, Cholo; Calleja, Vallejo; Fuertes, Martín Esperanza, Neme, Antonio y Yosu.

Tras unos comienzos titubeantes, que le llevan al finalizar la quinta jornada en zona de promoción, el Pontevedra  comenzará a afianzarse en su propio feudo, haciendo de «Pasarón» un auténtico fortín. Algo que se va a poner de manifiesto en la decimosegunda jornada, cuando los pupilos de Rial apabullan al equipo revelación del campeonato, la Unión Deportiva Las Palmas, con un concluyente 3 a 0, con goles de Roldán II, Neme y Odriozola, este último de penalti. Y lo confirman allí mismo siete días más tarde con una nueva goleada, ahora nada menos que frente al mismísimo Real Madrid, el vigente campeón, al que derrotan también por otro 3 a 0, marcando en esta ocasión Roldán II, Antonio y Odriozola. A las órdenes del colegiado balear Rigo Sureda -que en esa temporada iba a situarse en el centro de la polémica arbitral -, los dos equipos formaron de la siguiente manera: por el Pontevedra, Cobo; Irulegui, Batalla, Cholo; Calleja, Antonio; Fuertes, Martín Esperanza, Roldán II, Neme y Odriozola ( es decir, el once de gala ), y por el Real Madrid, Junquera; Calpe, Zunzunegui, Sanchís; Pirri, Zoco; Serena, Amancio, Grosso, Velázquez y Gento, o sea, casi el conjunto titular de ese año, con las únicas ausencias de Betancort y De Felipe, y si se quiere, de Miguel Pérez.

Al finalizar la primera vuelta, el 7 de enero de 1968, el Pontevedra ocupa la octava posición, con 16 puntos y sin positivos ni negativos.

Antonio

Antonio

Ha aumentado ligeramente sus registros goleadores ( contabiliza 18 tantos a su favor ), pero también ha empeorado en defensa, encajando 20 dianas. La segunda parte del campeonato presentará a un Pontevedra navegando siempre por las aguas tranquilas de la mitad de la tabla, y consiguiendo otro hito memorable: derrotar al Barcelona en la jornada número 26, frenando en seco sus aspiraciones al título. Esa tarde del 24 de marzo de 1968, con el balear Rigo de nuevo como juez de la contienda, un gol de Roldán II en el minuto 70 va a dejar a los azulgranas con escasas posibilidades para optar al triunfo liguero. Así formaron granates y blaugranas -que en esa ocasión vistieron camiseta blanca -: Cobo; Irulegui, Batalla, Cholo; Calleja, Antonio; Odriozola, Martín Esperanza, Roldán II, Neme y Yosu por los locales, y Sadurní; Benítez, Torrent, Eladio; Torres, Gallego; Zaldúa, Zabalza, Mendonça, Fusté y Rifé por los visitantes, que presentaron una alineación muy defensiva, en el que supuso el último partido del gran futbolista uruguayo  Julio César Benítez, que fallecería súbita e inesperadamente días más tarde en la Ciudad Condal, el 6 de abril, en vísperas de un trascendental Barça-Real Madrid.

La Liga 67-68 toca a su fin el 28 de abril de 1968. En esa jornada, la  número 30 y última, un Sevilla ya descendido a Segunda División por vez primera en su historia y el Pontevedra van a hacer tablas en el «Sánchez Pizjuán» ( 2 a 2 ), marcando los goles gallegos Roldán II y Neme. Este fue el once que presentó Rial en terreno hispalense: Cobo; Irulegui, Batalla, Cholo; Norat, Calleja; Fuertes, Martín Esperanza, Roldán II, Neme y Odriozola.

El Pontevedra va a terminar el campeonato en octava posición, con 31 puntos y un positivo, los mismos que en la excelente campaña 65-66. Venció en 12 ocasiones, empató en 7, y fue derrotado en once partidos, con un total de 36 goles a favor y 41 en contra. En su feudo de «Pasarón» tan sólo dejo escapar cuatro puntos, en otros tantos empates, sin llegar a conocer la derrota. El máximo anotador del equipo fue Roldán II, con 13 dianas, seguido de Odriozola ( 8 ), Neme ( 7 ) y Martín Esperanza ( 3 ). En la Copa, elimina con apuros a un segunda, el Recreativo de Huelva, el decano del fútbol español, para caer en octavos ante su gran rival, el Celta, que empata a 0 en «Pasarón» y vence en «Balaídos» por 2 a 1 (los celestes llegarían en aquella ocasión a las puertas de la final, cayendo derrotados en semifinales por el Real Madrid)

TEMPORADA 68-69: VUELVEN LOS APUROS

Con Rial nuevamente en el banquillo de «Pasarón», el Pontevedra encara el curso 68-69 con bastantes novedades en sus filas. Se marchan Carmelo, Azcueta, Álvarez, Cacho -que había pasado completamente desapercibido – y todo un histórico ( siete temporadas en el equipo ), el leonés Vallejo, que pasa al gran rival provincial, el Celta de Vigo, y para sustituirles vienen nada menos que ocho futbolistas: el guardameta Solana, De la Fuente ( cedido por el Real Madrid ), Cárdenas, los canteranos Suso, Nito y Barros,  Nico y el paraguayo Riveros. De modo que la plantilla granate queda configurada de la siguiente manera: Cobo, Celdrán, Solana; Irulegui, Batalla, Cholo, De la Fuente, Cárdenas; Calleja, Antonio, Norat, Suso, Nico, Nito; Fuertes, Martín Esperanza, Roldán II, Neme, Odriozola, Yosu, Ceresuela, Barros, Fernández, Plaza  y Riveros ( este se incorpora ya mediada la temporada ).

El campeonato se inicia con un excelente resultado en «Pasarón», donde el Valencia va a caer derrotado por 2 goles a 0 ( Roldán II y Neme ). Estos fueron los equipos aquel 15 de septiembre de 1968: por el Pontevedra, Cobo; De la Fuente, Batalla, Cholo; Norat, Calleja; Fuertes, Martín Esperanza, Roldán II, Neme y Yosu, y por el Valencia, Pesudo; Sol, Aníbal Pérez, Tatono; Jesús Martínez, Panchulo; Machicha, Waldo, Ansola, Paquito y Blayet. Durante las primeras jornadas el equipo va  a moverse cerca de los puestos de cabeza, con resultados tan positivos como el 3 a 0 que le endosa a la Unión Deportiva Las Palmas en la quinta fecha del campeonato en «Pasarón», conseguidos por Fuertes, Roldán II y Neme, y en la séptima jornada, tras empatar a dos tantos en «La Romareda», el cuadro granate es cuarto, pero a partir de dicho momento  bajará ostensiblemente sus prestaciones, finalizando la primera vuelta en el puesto décimo, con 14 puntos y 2 negativos, al borde de la zona peligrosa.

Seguirá rondando por ahí durante el resto del campeonato, con unos registros goleadores paupérrimos, aunque también recibiendo muy pocos tantos para ser un equipo que se debate en los últimos lugares de la tabla. La victoria ante el Málaga en la jornada 24, gracias a un gol del malacitano Montero en propia puerta, le va a proporcionar algo de oxígeno en un año donde descienden automáticamente los tres últimos, y al domingo siguiente consigue el resultado más llamativo de toda la temporada, al empatar a dos tantos con el Real Madrid en el mismísimo estadio «Santiago Bernabeu», en un entretenido partido televisado en directo a toda España. Fue la gran sorpresa de la jornada, uno de esos marcadores que rompen millones de quinielas. Gento y Amancio marcaron para los merengues, mientras que Fuertes y el joven canterano Barros lo hacían para el conjunto granate. Por cierto, que pocas semanas antes el propio Fuertes había formado parte de la  lista de convocados para la Selección Española, aunque finalmente no llegó a jugar.

La victoria contra el Español, otro de los equipos que se debatían por la cola, en la vigesimosexta jornada y conseguida merced a un gol del guaraní Riveros, hace respirar un poco al cuadro gallego, que luego no conseguirá pasar del empate con el ya descendido Córdoba, pero lo compensa acto seguido arrancando un meritorio 2-2 en «San Mamés» frente al Athletic, con goles de Fuertes y Odriozola ( de penalti). Se llega así a la última jornada con tres puntos de ventaja sobre el Málaga y dos sobre el Español. Las posibilidades de descender eran remotas, pues debería perder en «Pasarón» ante el Sabadell y al mismo tiempo ganar Zaragoza y Español a Córdoba y Málaga respectivamente.

Y afortunadamente para el cuadro pontevedrés no se dio semejante combinación de resultados, porque para empezar los gallegos consiguieron empatar a cero con los arlequinados, ante el delirio de su afición, El Zaragoza no pasó del empate ante los de la ciudad de los califas, y el Español salió fuertemente goleado de «La Rosaleda» por 4 a 0, aunque ese resultado tampoco le bastó al Málaga, que finalmente acompañaría a cordobeses y españolitas a Segunda. Al final el Pontevedra se mantuvo un año más en Primera, aunque en esta oportunidad con bastantes apuros. Ocupó la duodécima posición, con 27 puntos y tres negativos (7 victorias, 13 empates y 10 derrotas), y llamaba mucho la atención el hecho de que era el equipo menos goleador de toda la categoría, con tan sólo 20 tantos, pero únicamente había recibido 23, lo que le situaba como la tercera  defensa menos batida del campeonato, empatada con la del Elche, y únicamente  por detrás de las de Barcelona y Real Madrid, lo cual hablaba muy bien del sólido y excelentemente compenetrado bloque formado por Cobo, Irulegui, Batalla, Cholo y Calleja, jugadores que llevaban ya varias temporadas actuando juntos y rayando a un excelente nivel.

Irulegui

Irulegui

Restaba tan sólo la disputa de la Copa del Generalísimo, que aquel año se reservó en exclusiva para los equipos de la División de Honor, y en la que el Pontevedra resultó eliminado a las primeras de cambio, octavos de final, por un  gran Elche integrado  por los Araquistáin, Ballester, Iborra, Canós, Llompart, Lezcano, Vavá o Asensi, un magnífico equipo dirigido por el técnico uruguayo Máspoli, que llegaría hasta la mismísima final del torneo del KO, para caer únicamente frente al Athletic de Bilbao, que muchos años después de su último triunfo volvía a coronarse de nuevo como «rey de copas» merced a un solitario gol de Arieta II en las postrimerías del partido

TEMPORADA 69-70: EL FINAL DE UN SUEÑO

Luís Belló Martínez (Cieza, Murcia, 1929), antiguo jugador del Real Zaragoza y el Hércules de Alicante, y que había dirigido a los «Magníficos» cuando estos conquistaron la Copa del Generalísimo y la Copa de Ferias de 1964, y ascendido al final de la temporada 65-66 al Hércules a Primera División, es el nuevo técnico granate, en sustitución de Héctor Rial, que se marcha precisamente al Zaragoza. Y la principal novedad antes de iniciarse la sexta temporada del Pontevedra Club de Fútbol en Primera División es el traspaso del extremo derecho asturiano Fuertes,  que recala en el Valencia. Para intentar reemplazarle  viene un jugador que acostumbra a moverse por su misma demarcación, Huerta, que ya había debutado el curso anterior con los de «Mestalla». También causan baja De la Fuente, Yosu y Ceresuela, otro histórico de la época del primer ascenso, mientras que en el capítulo de altas – aparte del ya mencionado – se van a incorporar, algunos de ellos a lo largo de la temporada, los siguientes jugadores: Luisín, Amavisca, García Sáiz, Ardao, Polo, Albino, Néstor García, José y Hachero. Así que  Belló contará con los siguientes efectivos a sus órdenes: Cobo, Celdrán, Solana, Ardao; Irulegui, Cárdenas, Batalla, Suso, Luisín, Cholo, Amavisca; Calleja, Norat, Antonio; Huerta, Martín Esperanza, García Sáiz, Roldán II, Barros, Nico, Fernández, Plaza, Neme, Riveros, Odriozola, Polo, Albino, Néstor García, José y Hachero.

La Liga 69-70 arranca el domingo 14 de septiembre de 1969, y el Pontevedra  tropezará ya en el primer partido, y en su propio terreno. El Granada, por mediación de Miralles al aprovechar una acción de contragolpe, va a llevarse los dos primeros puntos de «Pasarón», en un partido que no merecieron perder los gallegos. Belló presentó la siguiente alineación en este adverso debut liguero: Cobo; Irulegui, Batalla, Cholo; Calleja, Antonio; Huerta, Martín Esperanza, Roldán II, Neme y Odriozola ( Riveros. Primer jugador de campo granate que sustituye a un compañero en partido de Liga )  ). Como se ve, un equipo absolutamente continuista, con la única salvedad del recién llegado Huerta.

Una serie de malos resultados (derrotas en Zaragoza y Elche, y un empate en «Pasarón» ante el Barça ) van a llevar a los pontevedreses en la jornada número 4 al último lugar de la clasificación, una posición que prácticamente ya no abandonarán en todo el torneo. En la quinta fecha una nueva derrota en casa ( 1 a 3 a pies del Real Madrid ) corrobora su crisis, y va a suponer la destitución de Belló al frente del equipo. Será sustituido interinamente por Campos ( jornadas sexta a octava ) y Carolo, que se sentará en el banquillo en la novena, para cederle ya el sitio definitivamente al técnico francés Louis Hon, antiguo jugador del Real Madrid, pero los resultados  no van a mejorar en absoluto, sino que ahondarán todavía más el espantoso bache por el que atraviesa el club granate, que poco a poco va descolgándose como «farolillo rojo»

Levanta un poco cabeza -pero sólo un poco -, en la décima jornada, en la que se impone en «Pasarón» al Sabadell por 2 a 1, con goles de los veteranos Neme y Martín Esperanza. En la tabla  ( que cierra el Mallorca con tan sólo 2 puntos ) ocupa el penúltimo lugar, con 4 puntos y seis negativos. Pero en la siguiente fecha cae de nuevo a la última plaza, de donde ya no se moverá hasta el final del Campeonato.  No vuelve a puntuar hasta la decimonovena jornada( empate a uno ante el Elche en «Pasarón» ), de modo que va a encajar nada menos que ocho derrotas consecutivas. Ya es únicamente cuestión de tiempo que se consume el descenso, cosa que se producirá de forma matemática al finalizar  la jornada número 27.

La Liga termina para los granates igual que empezó, siete meses atrás, con una nueva derrota en «Pasarón» ( 0 a 2 ) ante el Mallorca, otro de los equipos que  acompañarían al Pontevedra a Segunda. Este fue el once que puso en liza Louis Hon en el que iba a ser – hasta la fecha – el último partido de los de las Rías Bajas como equipo de Primera Division: Celdrán; Irulegui, Luisín, Amavisca; Hachero, Calleja; Huerta, García Sáiz, Roldán II, Plaza y Polo. Como puede observarse, una alineación muy diferente a la que inició el campeonato.

Calleja

Calleja

Los números finales eran escalofriantes: dieciseisavo y último de la clasificación general, con sólo 13 puntos ( y nada menos que 17 negativos ). 4 partidos ganados, 5 empatados y la friolera de 21 encuentros perdidos, con 20 goles a favor y 46 en contra. Roldán II fue el máximo anotador, con 9 dianas, seguido a gran distancia por Neme ( 4 ) y García Sáiz ( 3 ).Curiosamente, y cuando ya estaba todo perdido, el Pontevedra consiguió tres victorias consecutivas, en las jornadas 24, 25 y 26, absolutamente inútiles, pero que le supusieron casi la mitad de su puntuación final.Y como triste colofón a una campaña desastrosa, los granates – que habían eliminado al Onteniente en dieciseisavos de final – van a ser apeados de la Copa de forma estrepitosa por el Real Zaragoza, que se impuso en «Pasarón» por 2 a 1 y remató la jugada aplastando a los galaicos en «La Romareda» con un abrumador 8 a 0

EPÍLOGO: LAS RAZONES DE UN DECLIVE

¿ Porqué descendió el Pontevedra, y porqué lo hizo de una manera tan estrepitosa ?  En el fútbol, y en sus resultados, inciden muchos factores, pero parece evidente – a la luz de los datos que aportaremos a continuación – que la plantilla del Pontevedra había ido envejeciendo paulatinamente, con lo que eso significa para el rendimiento físico de un equipo, habida cuenta de que las principales señas de identidad del cuadro granate eran el esfuerzo, la entrega y el sacrificio, con lo que paliaban sus limitaciones técnicas. No obstante los jugadores clave iban cumpliendo años, sin que llegara a producirse el natural relevo en esos puestos. Muchos futbolistas del equipo titular ya rebasaban la treintena al comenzar la última temporada en la élite, la 69-70: Cobo ( 32 ), Irulegui ( 32 ), Batalla ( 34 ), Cholo ( 36 ), Calleja ( 32 ), Martín Esperanza ( 33 ) o Neme ( 30 ), es decir, todo el sistema defensivo y la columna vertebral del conjunto. Y la marcha de uno de los puntales de la delantera, el exterior Fuertes, también contribuyó a empeorar un poco más las cosas, restándole competitividad  a los pontevedreses.

También se trataba de una plantilla corta, en el sentido de que los teóricos suplentes entraban poco en el equipo, a no ser por causas de fuerza mayor como lesiones, enfermedades o sanciones ( faltaba aun mucho para que los técnicos comenzasen a manejar el concepto de las  «rotaciones» ). Ese desfase entre titulares y reservas hacía que, al producirse bajas, los reemplazantes no pudieran sustituir con plenas garantías a los ausentes. Y es evidente que la modestia económica del club, también impedía reforzarse convenientemente,  acudiendo a un mercado de fichajes que estaba por las nubes, a causa de normas tan restrictivas como el derecho de retención y la prohibición de importar jugadores extranjeros, a no ser que estos fueran hijos de padres españoles y no hubiesen actuado en su correspondiente combinado nacional ( los famosos «oriundos», muchos de ellos de muy dudosos orígenes…). Además, el factor campo, que había sido decisivo para la permanencia, puesto que «Pasarón», con sus reducidas dimensiones y su terreno a menudo impracticable, resultaba muy incómodo para el visitante, se va a mostrar muy asequible para los forasteros en esta funesta campaña, y el Pontevedra nunca se había distinguido precisamente por su gran rendimiento a domicilio, ya que el 77,3 % de sus puntos totales en la categoría los había logrado con el respaldo de su afición. El balance final del paso por Primera División de los granates se sustancia, pues,  en 180 partidos disputados a lo largo de 6 temporadas, con 53 victorias, 44 empates y 83 derrotas ( 150 puntos en total ), habiendo marcado 165 goles y encajado 221.

La temporada 69-70 va a ser  sencillamente catastrófica, con unos guarismos de récord en lo negativo. Y aunque el descenso matemático no se produjo hasta el final de la vigesimoséptima jornada, ya a mitad del campeonato el Pontevedra parecía irremisiblemente condenado, porque muy pocas veces un equipo ha presentado unos números tan pobres en el ecuador de la competición. Y si el fútbol, como tantas veces se ha dicho, es un estado de ánimo, un cúmulo de sensaciones, las que emitía el simpático club de «Pasarón» no podían ser peores…

Pontevedra08

En 1970, por consiguiente, va a iniciarse una larguísima travesía del desierto que llega hasta ahora mismo. Los granates se mantendrán en Segunda durante varias temporadas, descendiendo a Tercera al concluir el curso 72-73. Desde entonces su hábitat natural han sido la Segunda «B» y la Tercera División, categoría donde milita en la actualidad, con las excepciones de las campañas 76-77 y 2004-05, cuando actuaron en la División de Plata. Pero a sus aficionados más veteranos nadie podrá arrebatarles el recuerdo de que una vez, en un tiempo ya muy lejano, vieron morder el polvo en «Pasarón» a todos los grandes del fútbol español. Porque a aquel Pontevedra legendario, realmente, «había que roelo»

FUENTES CONSULTADAS

HISTORIA DEL CAMPEONATO NACIONAL DE  LIGA. TOMO II. Enrique y Nicolás Fuentes. Ibérico Europea de Ediciones SA. 1970

HISTORIA DE LA COPA. Nicolás y Enrique Fuentes. Ibérico Europea de Ediciones SA. 1970-71

PONTEVEDRA CLUB DE FÚTBOL. Cincuenta años de historia. Miguel Domínguez Vaz. Diputación de Pontevedra. 1995

REVISTA BARÇA : 1963-1970

REVISTA BARCELONISTA ( RB): 1965-1970

WEB BD FUTBOL ( Base de datos )

WEB OFICIAL PONTEVEDRA CF




Luces y sombras en el Badía de 2B (2ª Parte).

Tras una primera y durísima temporada en la Segunda B, el Badía se encontraba –a pesar de todo- exultante de alegría por haber conseguido la permanencia. Ahora bien, la felicidad tenía los días contados, la temporada 1988/89 iba a verse ensombrecida por unos acontecimientos que hicieron tambalear los cimientos de la entidad hasta tal punto que se temió por su desaparición. Únicamente el esfuerzo y la entrega de todo el equipo deportivo proporcionaron algo de luz a un año lleno de sombras.

Con la clausura de la temporada 1987/88 la directiva continuó con el señor Miguel Meca en la presidencia y el señor Miguel Fuster como vicepresidente. Una de las primeras gestiones que se llevaron a cabo fue el cambio de nombre del club, que pasaría a denominarse Club Deportivo Cala Millor. Dicho cambio de nomenclatura, sin embargo, no sería efectivo hasta la siguiente temporada por motivos federativos.

Respecto a la situación económica, esta empezaba a ser convulsa. La temporada se había cerrado con un déficit de 6 millones de pesetas y la plantilla aún no había cobrado las últimas cuotas de sus contratos. Aún así la directiva aprobó para la presente temporada un presupuesto de 40 millones, el cual empezó a gastar temerariamente en nuevos fichajes que superaban la economía real del club, así como en la presentación de estos nuevos jugadores en la capital insular y no en el municipio de Son Servera, como siempre se había hecho. Todo ello fue recogido y duramente cuestionado por la prensa comarcal, muy sensible a los gastos innecesarios.

Al margen de las cuestiones financieras, también se anunció el fichaje de Santiago Araujo como técnico deportivo en substitución de Pedro González, lo que  conmocionó a toda la afición serverense. En cuanto a la plantilla, se produjeron las bajas de Mut, Badía, Company, Jaime, Parera y Carrió. Mientras, se fichaba a Onofre –procedente del Manacor-, Frau –del Poblense-, Ortega –del Motril-, Salom –del Cide-, Prol –del Lugo- y Arteaga –del Compostela-. Así, la plantilla para el curso 1988-89 estaba integrada por Arteaga y Julio I en la portería, acompañados de Salom, Pastor, Mesquida, Sebastián, García y Julio II en la defensa; en el mediocampo se situaban Obrador, Salvuri, Sansó, Prol, Julián, Barceló, Nadal y Nebot;  y en la delantera Onofre, Femenías, Fuster y Ortega.

CD Badía Cala Millor de Son Servera. Temporada 1988/89. Segunda División B.

CD Badía Cala Millor de Son Servera. Temporada 1988/89. Segunda División B.

El inicio de la nueva temporada fue inmejorable, permaneciendo el equipo imbatido en las cuatro primeras jornadas de liga. Sin embargo, a estas le siguió la primera derrota en el feudo del Andorra, donde el equipo balear dejó claro que fallaba tanto en el ataque como en la defensa. Eso provocó que el malestar -iniciado por una gestión cuestionable – fuera en aumento, lo que acarreó que tanto la afición como la prensa comarcal proyectaran su enfado sobre la figura de Santiago Araujo, acusándolo de utilizar un sistema de juego anticuado y de no saber aprovechar el potencial de sus jugadores.

A los malos resultados deportivos se unió el descubrimiento de la crisis económica que vivía el club desde el inicio del curso, provocada por la nefasta gestión del señor Miguel Meca, quien dimitió en noviembre. Inmediatamente, el hasta el momento vicepresidente, Miguel Fuster, se hizo cargo de la directiva cesando a Santiago Araujo y colocando al segundo entrenador, Bernardo Gelabert, al frente del equipo. Esto supuso un aumento del déficit a causa de las sucesivas multas que la RFEF imponía al club por no disponer de un entrenador con el Título Nacional –las tres semanas que Gelabert permaneció como entrenador se debieron pagar tres multas de 7.900, 15.800 y 31.600 pesetas-. A causa de esto, se iniciaron los contactos con Pedro González y el Constancia para que el ex entrenador regresase a su antiguo club. La prensa y la afición no entendieron estas gestiones porque suponían un nuevo desembolso en concepto de fichaje y de indemnización al club inquero por la cesión. Además, a todos estos gastos se le sumó el pago de la indemnización a Santiago Araujo por incumplimiento de contrato.

Manacor Comarcal, núm. 416, 19 noviembre 1988, pág. 58.

Manacor Comarcal, núm. 416, 19 noviembre 1988, pág. 58.

Con Gelabert al frente del equipo, el Badía mejoró claramente su juego. Bajo sus órdenes, el conjunto consiguió en siete partidos 3 victorias, 2 empates y 2 derrotas. Dos de los triunfos fueron de los más destacados de la temporada, uno por 3 a 0 contra el San Sebastián y otro por 5 a 0 contra el Arnedo. Para este último encuentro, el once presentado por Gelabert fue Julio, Sebastián (Servera II), García, Salas, Mesquida, Salvuri, Onofre, Nadal, Femenías (Pastor), Obrador y Julián. El Badía superó con creces al Arnedo y así lo reflejó la prensa “El dominio ha sido apabullante del cuadro de Cala Millor sobre el Arnedo que, prácticamente, no ha inquietado ni en una sola ocasión al guardameta Julio, que ha sido espectador del encuentro. Se marcaron cinco goles y pudieron ser bastantes más…”

Con el inicio de la segunda vuelta llegó, para hacerse cargo del equipo, Pedro González. El Asturiano, como se le apodaba en la isla, se encontró con una plantilla en un estado de ánimo crítico debido a que los jugadores llevaban meses de impagos, lo que les afectaba tanto personal como profesionalmente. Aún así, en todo momento demostraron una inmensa lealtad al club y a la afición, así como una gran profesionalidad luchando al máximo en cada partido e incluso renunciando a parte de sus contratos. En contraste, hay que añadir que, si bien los jugadores mostraron una dignidad y un pundonor loables, la decepcionada afición, se alejó de aquel equipo que tantas satisfacciones le había regalado.

El Mundo Deportivo, 5 enero 1989, pág. 25.

El Mundo Deportivo, 5 enero 1989, pág. 25.

7Setmanari de Llevant, núm. 111, 6 enero 1989, pág. 38.

7Setmanari de Llevant, núm. 111, 6 enero 1989, pág. 38.

Con la llegada de González se notó cierta mejoría en el juego, pero aún así, el Badía no conseguía sumar los puntos necesarios, provocando la entrada intermitentemente en la zona de descenso. De los partidos llevados a cabo bajo las órdenes del nuevo técnico hubo tanto buenos como malos resultados. Por un lado, las grandes goleadas por 4-1 al Barcelona Aficionados o -en la última jornada- al Binéfar por 3-0 y por otro, las tajantes derrotas por 4-1 contra el Tarrasa o por 5-0 contra el San Sebastián. De hecho, el partido del Badía contra el Barcelona Aficionados fue calificado por la prensa como “El mejor partido del Cala Millor en su campo, con clara y merecida victoria”  y que fue “jugado con fuerza y profesionalidad”. Aún así, el equipo tuvo que luchar hasta el último minuto de liga para conseguir la ansiada permanencia.

El Mundo Deportivo, 12 junio 1989, pág. 32 y 8 mayo 1989, pág. 29.

El Mundo Deportivo, 12 junio 1989, pág. 32 y 8 mayo 1989, pág. 29.

7Setmanari de Llevant, núm. 136, 30 junio 1989, pág. 52.

7Setmanari de Llevant, núm. 136, 30 junio 1989, pág. 52.

Los últimos meses de liga fueron agónicos para la entidad. El déficit, que había aumentado a 20 millones de pesetas, dificultaba el seguir disputando la liga. Solamente la inyección de efectivo, por parte de la Asociación Hotelera y de las ayudas de los vecinos del municipio, permitió al equipo terminar la temporada como decimoquinto clasificado con 33 puntos. Ahora bien, los héroes reales fueron: los jugadores, que a pesar de las dificultades, siguieron entregados a los colores y, por encima de todos, el técnico Pedro González, que siempre demostró entrega y fidelidad al club.

Así, el paso por la Segunda B había generado un déficit de aproximadamente 11.000.000 de pesetas, una cantidad más que considerable para un equipo de la modesta talla del Badía. Ese déficit y la imposibilidad de hacerse cargo una temporada más de los gastos que acarreaba la Segunda B -costes de transporte, arbitrajes, fichas…-, provocó que la Junta Directiva decidiera, el 10 de julio de 1989,  renunciar a la categoría.

El Mundo Deportivo, 12 julio de 1989, pág. 36 y 16 mayo 1989, pág. 26.

El Mundo Deportivo, 12 julio de 1989, pág. 36 y 16 mayo 1989, pág. 26.

El regreso a la Tercera balear fue durísimo, las limitaciones económicas y la decepción de la afición, marcarían al Badía largo tiempo. Los años venideros supusieron: la aprobación de presupuestos muy limitados, el impago a los jugadores –quienes finalmente renunciarían en algunos momentos a los atrasos-, la pérdida y la reducción de subvenciones, la falta de patrocinadores… y lo que resultó más dramático, perder la confianza de su afición.

A pesar de todas estas dificultades, el club siguió en pie gracias a una directiva que, ahora presidida por Juan Brunet, luchó estoicamente para sanear las cuentas y también gracias a una platilla que defendió los colores ante cualquier adversidad. De este modo, el club consiguió mantenerse en Tercera siete temporadas más hasta que en el curso 1995/96, terminando la liga como colista, descendió a Preferente balear. En esta, permaneció hasta la temporada 2006/07 cuando regresó por un curso a Tercera, momento en el cual también recuperó su nombre originario, CD Serverense.

La historia del Badía en Segunda B no dista mucho de la de otros clubs en los que el paso por la categoría de bronce y la mala gestión llevan al endeudamiento de la entidad, lo que en muchos momentos supone la renuncia a la categoría o, en ocasiones, la disolución. Solo por citar algunos ejemplos recientes, lo mismo le sucedió al Sporting Mahonés o el Sporting Villanueva, lo que en ambos casos se abandonó la categoría a mitad de temporada por falta de liquidez. Lo cierto es que para algunos clubs el ascenso a la 2B es lo máximo a lo que pueden aspirar, de ahí la euforia que provoca. Sin embargo, este sentimiento tiene un precio, el exceso y el abuso de las posibilidades reales de la entidad.

Aquí termina, por el momento, la historia de un pequeño club que fue herido por la implacable Segunda B, pero que aún así logró con entrega y perseverancia reponerse para, de este modo, seguir luchando por un sueño que empezó en 1945 con un partido entre amigos.