El secreto de Raimundo Saporta

Raimundo Saporta dijo alguna vez que no escribiría sus memorias “porque tendría que mentir”. No sabemos a qué mentiras se refería. Posiblemente aludía a secretos sobre su carrera brillante y prolongada de gestor deportivo vinculado al Real Madrid o al deporte internacional. Aunque también existe la posibilidad que hablara de sus propios orígenes familiares sobre los que siempre ha existido confusión. Una confusión a la que el propio Saporta contribuyó en vida por motivos que revelaremos. En el presente artículo intentaremos aclararlo sin emitir ningún juicio moral sobre los motivos que pudieron llevarle a hacerlo. Motivos que, como veremos, pueden ser considerados perfectamente comprensibles y razonables.

Siempre se ha dicho que Raimundo Saporta Namias nació en París el 16 de diciembre de 1926 (y así aparece en toda su documentación española, por ejemplo en su Certificado de Defunción). Sobre sus padres hemos leído muchas cosas: que su padre era español y su madre francesa, que su padre era de origen judío y nacido en Marruecos, que su madre era armenia, que su madre era suiza, que eran rumanos, etc. Todas estas versiones pueden encontrarse haciendo una búsqueda en Internet o tirando de hemeroteca. La más extendida es la primera de las enumeradas y que el propio Raimundo explicó en numerosas ocasiones: “nacido en París de padre español y madre francesa”.

Visado de entrada en Brasil (1961) con los datos oficiales españoles de Raimundo Saporta. (1)

Lo cierto es que su padre (Jaime Saporta Magriso) había nacido en Salónica (entonces Imperio Otomano, actual Grecia) el 27 de septiembre de 1887 y su madre (Simona Nahmias) en Constantinopla (Imperio Otomano. Actual Estambul, Turquía) el 8 de febrero de 1902. Ambos eran judíos sefarditas, descendientes directos de judíos expulsados de España en 1492 y miembros de conocidas familias hebreas de Salónica, muchos de los cuales se trasladaron a Constantinopla tras la anexión de la ciudad a Grecia en 1912. El único hermano de Raimundo (Marcelo) también nació en Constantinopla/Estambul el 20 de marzo de 1923.

Según todas las biografías de Marcelo Saporta (2) (más conocido como Marc Saporta, destacado escritor e intelectual) la familia Saporta Nahmias vivió en Estambul hasta la crisis del 29, tras la que emigraron a París donde Jaime Saporta siguió con los negocios de banca que ya había iniciado en Turquía. Aquí surge una importante duda: ¿si la familia no emigra a París hasta después de 1929 cómo pudo Raimundo nacer allí en 1926?

Para resolver el misterio intentamos localizar la inscripción de Raimundo Saporta en el Registro de París (État civil de la Ville de Paris) con resultado infructuoso. No consta, no nació allí. ¿Cómo localizarlo pues? En las fichas del Consulado Español en la capital francesa de 1940 en las que sí aparecen sus padres Jaime Saporta, Simona Nahmias y su hermano Marcelo Saporta (3). Jaime y Marcelo eran ciudadanos españoles aunque jamás habían pisado España, lo que no es extraño pues tras el Decreto del general Primo de Rivera de 1924 que daba la nacionalidad española a los judíos sefarditas muchos se acogieron a él en las comunidades de los Balcanes. Simona Nahmias estuvo inscrita en el Consulado Español de París hasta 1964, la ficha de Raimundo ha desaparecido. ¿Qué había sido de Raimundo? En todo caso la vía francesa estaba totalmente cerrada, ni el registro civil ni el consulado español.

Segunda vía, dar por supuesto que nació en Estambul y buscarlo allí. Mismo camino: primero el registro civil, y nada. Seguimos por el Archivo del Consulado de España en Estambul, conservado en el Archivo General de la Administración; y nada. Tampoco en los Archivos Estatales turcos. Segunda vía también cerrada.

¿Cabía una tercera vía? Sí, las instituciones judías de Estambul. Nos pusimos en contacto con la Comunidad Judía de Turquía y hasta con el Rabinato, pero nada. Todos los intentos para localizar algún certificado de nacimiento de Raimundo Saporta fueron infructuosos. Y aunque en todos los documentos españoles de Raimundo Saporta consta París como lugar de nacimiento las dudas eran razonables, ¿habría nacido en Estambul? Parecía imposible confirmarlo documentalmente aunque era nuestra hipótesis.

Los Saporta Nahmias se integraron bien en la numerosa comunidad de judíos sefarditas emigrados a París. Muchos sefardíes de los Balcanes ya habían adaptado la lengua y cultura francesa en sus ciudades de origen por la eficiente labor educativa y cultural de la Alianza Israelita (Alliance Israélite Universelle) y su integración en Francia fue rápida. En 1937 Jaime (“James”) Saporta fue noticia en toda la prensa francesa por sufrir el robo de 120.000 francos en un autobús (4).

Cuando dábamos todo por perdido y no teníamos más que quedarnos con una mera hipótesis sobre el lugar de nacimiento de Saporta he aquí que aparece una nueva y quizá ya sí última opción.

Puesto que sabíamos que en esos años felices en París los hermanos Marcelo y Raimundo habían estudiado en el Lycée Carnot, ¿acaso no tendrían ellos alguna ficha o expediente que nos demostrara lo que sospechábamos? Varios correos electrónicos sin respuesta y varias llamadas de teléfono siempre respondidas con evasivas presagiaban que esta cuarta vía nos daría el mismo resultado que las tres primeras. Pero la casi ya desesperación nos llevó a presentarnos directamente en el 145 de la avenida de Malesherbes de París y contar nuestra batallita. De la recepción nos mandaron al desván (le grénier), y allí en el cuarto piso sin ascensor de uno de los edificios nos recibieron cuatro encantadores jubilados del Lycée que prometieron ayudarnos.

A los pocos días recibimos un sobre remitido por la asociación de antiguos alumnos (5) en la que su presidente Jean Pierre Chavatte nos remitía por fin la prueba documental que durante meses habíamos buscado sin cesar: ¡Constantinopla!

Expediente del alumno Raymond Saporta, Lycée Carnot. Curso 1938-1939 (5)

Raymond (Raimundo) Saporta nació en Constantinopla (Estambul) el 16 de diciembre de 1926. Además, gracias a una anotación al margen (“espagnol”) podemos saber que al igual que su padre y su hermano también era ciudadano español antes de viajar a Francia. Los felices años parisinos tocaron a su fin con la Segunda Guerra Mundial y la invasión alemana de Francia en 1940. Para esa fecha parece que la aparición de Constantinopla como lugar de nacimiento empezaba a ser un problema para Raimundo Saporta por ser excesivamente indicativa de su condición sefardita y en las notas de su último curso en París (1940-1941, con los alemanes en la ciudad) su lugar de nacimiento quedó en blanco.

Expediente del alumno Raymond Saporta, Lycée Carnot. Curso 1940-1941 (5)

Para los judíos franceses se aproximaba la persecución y la muerte y algunos dirigentes de la comunidad sefardita lo sabían y tuvieron una idea para intentar evitarlo: tramitar pasaportes españoles (como hemos comentado muchos de ellos, como Jaime Saporta, lo habían hecho previamente en los consulados de los Balcanes) amparándose en el Decreto de Primo de Rivera de 1924 y pedir ayuda al cónsul Bernardo Rolland de Miota. Entre los más destacados referentes de la comunidad estaban los hermanos Nicolás y Enrique Saporta Beja (parientes de los Saporta Nahmias) quienes realizaron gestiones ante el cónsul Rolland (cuya actitud flexible y benévola salvó miles de vidas) hasta que este fue destituido en 1943 por el Ministerio de Asuntos Exteriores (5).

Dedicatoria y mensaje de gratitud de Enrique Saporta a Bernardo Rolland en 1957.

Entre las ideas de los Saporta y Beja estuvo la conversión al catolicismo para facilitar los trámites y la entrada en España. Desconocemos si esas conversiones fueron numerosas o puntuales, meramente de conveniencia o en algunos casos reales. Tampoco sabemos si fue el caso de los Saporta Nahmias, aunque cuando Raimundo Saporta falleció en 1997 se celebró un funeral católico y su esquela estuvo presidida por la cruz. También sabemos de alguna conversión anterior a la Segunda Guerra Mundial (6): Jaime Marcel Nahmias Carasso se presentó voluntario en 1936 para combatir con las tropas franquistas (carlistas concretamente) en la Guerra Civil y fue rechazado (“a causa de su raza o de su inutilidad física visible”). Consta que era un judío sefardita nacido en Salónica, residente en Francia y convertido al catolicismo. También era pariente de Raimundo Saporta. Así mismo sabemos que en algunos casos el cónsul Rolland aconsejaba a los sefarditas que viajaban a España que no indicaran ciudades orientales (Salónica, Estambul, etc.) como su lugar de nacimiento porque eran demasiado indicativas de su condición de judíos. Podría ser una explicación al “París” que aparece desde entonces en toda la documentación española de Raimundo Saporta como lugar de nacimiento.

Son años traumáticos sobre los que los protagonistas rara vez han dejado testimonio. Sabemos que los Saporta Nahmias (Namias a partir de entonces, la h desaparece) se instalan en Madrid en 1941, lejos de los soldados alemanes y el Holocausto (en el que perecerán muchos familiares suyos y buena parte de la comunidad sefardita de Salónica) aunque eso no supone la tranquilidad y la felicidad para ellos. Poco tiempo después de llegar un tranvía atropella a Jaime Saporta y lo mata. Doña Simona se queda viuda con dos hijos en un país extranjero al que acaba de llegar. País recién salido de una guerra civil y gobernado por los vencedores. Unos vencedores que han contado con la ayuda del nazismo, nazismo del que ellos han huido para sobrevivir. Son judíos (al margen de su posible conversión al catolicismo) en un país cuyo Jefe de Estado acaba de hacer un discurso de Fin de Año alabando a los Reyes Católicos por expulsar a los judíos en 1492 y haber ahorrado a España un “problema judío” (7) y que podía entrar en la guerra con el Eje en cualquier momento. De hecho los judíos residentes en España eran vigilados por la policía como “potencialmente peligrosos” y existió un Archivo Judaico sobre ellos (8) que tras la derrota del Eje en 1945 fue expurgado. El régimen franquista no era monolítico ni coherente en este tema y en el mismo convivían antisemitas fanáticos con filosefardíes, la actitud heroica de algunos diplomáticos españoles durante el Holocausto es prueba de ello. El propio Franco alternaba frases antisemitas como las del discurso de Fin de Año de 1939 previamente comentado o la retórica sobre el “contubernio judeo-masónico” con comentarios de simpatía hacia los sefardíes (9) o iniciativas culturales como la inauguración en 1941 de la Escuela de Estudios Hebraicos (adscrita al CSIC) con la edición de la revista Sefarad.

Era difícil saber lo que podía suceder en la España de los años 40 y la situación psicológica y emocional de aquella joven viuda y sus hijos es fácilmente imaginable. Era necesario y urgente reinventarse. Doña Simona lo sabía, era culta e inteligente y lo hizo de forma brillante. A partir de aquel día pasó a ser una dama francesa viuda de un banquero español y sus hijos eran unos huérfanos hispano-franceses. Su perfecto dominio del francés, el fuerte acento galo que les acompañaría de por vida hablando en castellano y un apellido aparentemente español (Saporta) que pocos reconocerían como judío hicieron el resto.

El resto de la historia es conocido: el joven Raimundo se integra bien en Madrid y nunca se separará de su idolatrada madre. Estudia en el Liceo Francés, se hace un hueco en el reducido mundillo del baloncesto madrileño como brillante gestor y allí Santiago Bernabéu se fija en él y le encarga organizar el torneo de baloncesto del 50 Aniversario del Real Madrid. La gestión es tan brillante que Saporta se convierte en el principal colaborador de Bernabéu. Una historia de lealtad y amistad de muchos años. La trayectoria de Saporta como dirigente en el Real Madrid, la Federación Española de Baloncesto, la FIBA o el Mundial de Fútbol 1982 es conocida por todos. Su contribución al nacimiento de las Copas de Europa de fútbol o baloncesto o a la Liga española del deporte de la canasta también. Fue gran amigo de Juan Antonio Samaranch, del Rey Juan Carlos y de todos los dirigentes del deporte europeo y mundial de la segunda mitad del siglo XX.

Indudablemente para el régimen franquista no debía ser desconocido el origen de Raimundo Saporta, lo que no le supuso ningún problema y nunca fue objeto de comentarios en la controlada prensa de la época.

Tan buena fue la relación de Saporta con el régimen que se dieron estampas tan llamativas como esta:

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1961. Raimundo Saporta Namias recibiendo la Encomienda de Isabel la Católica (la reina que expulsó de España a sus antepasados en 1492) de manos de Fernando María de Castiella (ministro de Asuntos Exteriores, coautor en 1941 del libro irredentista falangista Reivindicaciones de España, voluntario de la División Azul).

El único roce (menor) de Raimundo Saporta con el régimen franquista se produce en 1973 cuando el club blanco agasaja y condecora al general israelí Moshe Dayan en un partido de baloncesto Maccabi de Tel Aviv-Real Madrid, las imágenes no gustaron en el gobierno. Las relaciones entre los dos clubs fueron siempre excelentes a pesar de que España no reconocería al Estado de Israel hasta 1986. Saporta tuvo mucha influencia en ello.

Saporta06

Por el contrario Marcelo (de espíritu más rebelde e inconformista) nunca se adaptará a España y acaba regresando a Francia y nacionalizándose francés en 1958, allí será Marc Saporta. Desarrolla una brillante carrera literaria y periodística y fallece en 2009.

En la transición democrática algunos grupúsculos neonazis publicaron listas de “judíos españoles en el poder” y Saporta aparecía en ellas con los errores habituales (“padre judío marroquí”, etc.) sin la menor repercusión, los orígenes de Raimundo Saporta nunca preocuparon a la prensa. Esos tiempos de agitación pasaron sin más y Raimundo vivió unos años más o menos tranquilos (tuvo algunos problemas de salud) siempre junto a doña Simona hasta su fallecimiento y sólo entonces (con casi 70 años) contrajo matrimonio con su compañera de toda la vida: Arlette Politi Treves. Oficialmente Arlette era otra francesa (París, 06/10/1930) residente en Madrid desde la Segunda Guerra Mundial, vecina de los Saporta desde siempre. En realidad Arlette (fallecida en 2009) también era una sefardita. La inscripción de su nacimiento tampoco ha podido ser localizada en el Registro de París…

Probablemente España sigue siendo un país antisemita y los judíos españoles optan por un perfil bajo o por guardar algún secreto como medida de protección. Fue el caso del judío sefardita Raimundo Saporta Nahmias (Estambul, 16 de diciembre de 1926 – Madrid, 2 de febrero de 1997), uno de los más importantes dirigentes del deporte español en la historia, cuya biografía debe ser modificada a partir de hoy. 

Notas:

(1) «Brasil, Cartões de Imigração, 1900-1965,» index and images, FamilySearch.

(2) http://fr.wikipedia.org/wiki/Marc_Saporta

(3) Fichas del Consulado Español de París gentileza de Alain de Tolédo.

(4) L´Humanité, Le Petit Parisien, La Croix, La Populaire, etc. 13 y 14 de mayo de 1937.

(5)  U.P.A.L.Y.C.A.  Archives Lycée Carnot (Paris) Listes des éleves (C. V.)

(6) La lettre Sépharade. Etudes: 1940/1942. Le Sefardi du consul d´ Espagne. https://sites.google.com/site/lalettresepharade/home/la-revue-par-numero/numero-44/etudes-1940-1942-le-sefardi-du-consul-d-espagne

(7)  Rother, Bernd, Franco y el Holocausto. Marcial Pons, 2005

Álvarez Chillida, Gonzalo, El antisemitismo en España, la imagen del judío (1812-2002), Marcial Pons, 2002.

(8) Discurso de Francisco Franco de Nochevieja de 1939: «Los motivos que han llevado a distintas naciones a combatir y a alejar de sus actividades a aquellas razas en que la codicia y el interés es el estigma que las caracteriza, ya que su predominio en la sociedad es causa de perturbación y peligro para el logro de su destino histórico. Nosotros, que por la gracia de Dios y la clara visión de los Reyes Católicos, hace siglos nos libramos de tan pesada carga…”

(9) Israel Garzón, Jacobo, El Archivo Judaico del Franquismo, Revista Raíces nº33, 1977. http://www.gariwo.net/dl/El-Archivo-Judaico-del-Franquismo.pdf

(10)  “Judíos, moros y cristianos aquí estuvieron y al contacto con España se purificaron”, “Cuando los fariseos decidieron la muerte de Jesús escribieron a las sinagogas pidiendo su asentimiento, los judíos españoles no sólo lo negaron, sino que protestaron…”  (Frases pronunciadas en la película Raza por el protagonista con guión escrito por Francisco Franco).

Agradecimientos: Rafael W. González Cabrera, Jacobo Israel Garzón, Alain de Tolédo, Laurence Abensur-Hazan, François Azar,  Susana Doñoro Fernández,  U.P.A.L.Y.C.A. Lycée Carnot.




Biblioteca Martialay: El seleccionador Mateos inventó el España F.C.

Mirando los periódicos deportivos de la primavera de 1929 se adquiere la sensación de estar hojeando una revista de sociedad. 

Se inauguraba la Gran Exposición Iberoamericana de Sevilla; se retiraba como jugador Perico Vallana; le hacían un homenaje, en Ibaiondo, al portero arenero Jáuregui; nombraban presidenta de honor del Valencia a Pepita Samper, la ”Miss España” de ese año; regresaba a  España Lilí Álvarez, campeona de “lawn-tennis” y se casaba Samitier con la señorita Consuelo Aranda, a las seis de la mañana para evitar aglomeraciones…

En lo futbolístico también había sus más y sus menos: el torneo de Liga, recién inaugurado, amenazaba con hundirse por quiebra económica; la otrora poderosa Unión de Clubs –la orden de “la jarretera”, como la llamaba el periodista Miquelarena- se encontraba en estado crítico;  la Real Sociedad Gimnástica Española de Madrid, conocida como “la veterana” por su antigüedad, comunicaba a la Federación Centro que suprimía su equipo de fútbol, lo que significaba una pérdida irreparable no sólo para el fútbol madrileño sino también para el español y que no fue suficientemente lamentada en esos momentos y que, claro, ya no lo sería nunca; José Ángel Berraondo, seleccionador nacional, presentaba la dimisión después del fracaso de España en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam; Hilario, el astro canario, salía de Las Palmas vestido de mujer para evitar que los aficionados impidieran su embarque hacia La Coruña; enorme marejadilla en el Barcelona tras la nefasta excursión a Suramérica, pese a los refuerzos de Quincoces y Luisito Regueiro.

Y en medio de ese tornado se nombra seleccionador nacional a José María Mateos, el solvente periodista bilbaíno.

Para agitar más aún más las aguas se le ocurre a éste decir que va a acabar con el picoteo entre jugadores de todos los clubes y que quiere que la Selección tenga el acoplamiento de un  equipo más. ¡Fuera colorines bajo la camisola nacional! Pero, desgraciadamente, su idea de tomar al Barcelona en pleno, con un par de retoques, se le hunde después de ver cómo lo han destrozado en Argentina y Uruguay.

Recurre a instrumentar líneas acopladas. Y, dando el clásico pendulazo hispánico, prescinde de todos los jugadores del Barcelona, que había sido su “equipo base”. Se centra en los jugadores del Español de Barcelona y del Real Madrid. A partir de líneas de estos equipos da, con un mes de anticipación, la alineación: Zamora (Español) con el sevillano Eizaguirre como único suplente; Quesada y Urquizu (Madrid); Prats, Peña (Madrid) y Solé (Español); Lazcano, Triana y Gaspar Rubio (Madrid) y Padrón y Bosch (Español). Sólo dos “colorines”, bajo la zamarra nacional.

Para colmar la paciencia de los analistas de la Prensa, afirma que no habrá partidos de “probables contra posibles” y que únicamente hará unos partidos de acoplamiento. 

Al sarcasmo de la crítica se unió el de las vacas sagradas de la nómina de jugadores. “Bueno, que Mateos hiciera lo que quisiera, pero cuando llegaran las vísperas del partido y viera al lobo cerca,  ya echaría mano de ellos…” 

Mateos siguió en sus trece. Hizo tres sesiones de acoplamiento con equipos modestos de Madrid. Escandalizó a los “budas” del periodismo madrileño interrumpiendo el juego para dar instrucciones, inventándose penaltis inexistentes para que fueran lanzados y repitiendo saques y corner.

Cuando en el último acoplamiento no pudo contar con Triana y Rubio, ligeramente lesionados, se produjo un “suspense”: “Ahora nos llamará a nosotros”. Pero Mateos echó mano de los madridistas Cañavera y Morera para cubrir sus bajas temporales.  

Y en tren a Sevilla. Se iba a jugar el segundo partido contra Portugal en la capital hispalense. Se inauguraba un estadio con el nombre de “Estadio de la Exposición”, lleno de azulejos policromos en sus fachadas y cuadrangular en su planta. Nada menos que con una cabida para quince mil espectadores. Posteriormente, ese estadio se iría rebautizando como Heliópolis, Benito Villamarín y  Manuel Ruiz de Lopera.

Sevilla era una gran fiesta. Quienes pensaban que no se iba a llenar el campo debido a la proximidad de la Semana Santa y la posterior Feria, se llevaron un chasco: abarrotado. Pese al calor, merced a un sol que caía a plomo a las tres de la tarde.

Árbitro de postín: el belga Langenus, “mister Lápiz” para los aficionados españoles, debido a su altura y su delgadez. Siete debutantes con los colores de España: Urquizu, Solé, Lazcano, Triana, Gaspar Rubio, Padrón y Bosch.

A los dos minutos el debutante Rubio metió el primer gol. Luego haría dos más. El canario Padrón haría los otros dos con los que terminó el primer tiempo. Con cinco a cero se llegó al descanso. Se hicieron apuestas sobre si se llegaría a la docena al final.

Pero no tuvieron en cuenta que estaban en Sevilla, que hacía “mucha caló”, que la Feria estaba al doblar la esquina y que cinco goles eran muchos goles…

Y así acabó el partido.

Ese primer tiempo había sido de locura. Un juego rapidísimo, brillante, espectacular. El equipo, en efecto, había dado la sensación de ser un club rodado y acoplado.

El árbitro Langenus, que también era periodista, no sólo manifestaba estar asombrado por la calidad del juego sino también por la transformación del estilo; del corte británico –juego de pases largos con bombeo de balones- se había pasado a la escuela centroeuropea, con infinitos pasecitos cortos, velocidad del balón, movilidad constante en los desmarques y con la pelota a ras de césped.

Pura escuela sevillana, la de los Brand, Kinké y demás compinches “del miedo”. Y todo ello sin las grandes figuras y bajo la batuta de ¡un bilbaíno!…




Cuando el tren pasa de largo

El fútbol, como la vida misma, está lleno de oportunidades perdidas, de ocasiones que unos dejaron pasar por falta de suerte o arrojo, en tanto otros abordaban con la desesperación del viajero impuntual, obligado a perseguir el vagón de cola, aún a costa de dejarse el alma en la carrera. Habría múltiples ejemplos para ilustrarlo y por eso, precisamente, quizás sea mejor la concreción.

En 1948, cuando España seguía lamiéndose heridas de guerra, entre panaderos sin escrúpulos, habituados a mezclar yeso y serrín con la harina destinada al horno, mientras el tifus se llevaba por delante a centenares de víctimas cada año y la triquinosis causaba estragos, o los niños de Auxilio Social lucían sus cabezas rapadas en cada procesión dominical, como prueba del celo con que el Régimen satisfacía a la infancia, al mismo tiempo que los favorecidos saciaban el hambre inherente a las cartillas de racionamiento flirteando con el mercado negro, cuando Europa, la Europa destrozada por la II Guerra Mundial volvía a ponerse en pie, en parte gracias al Plan Marshall, no pocos muchachos veían en el fútbol, los toros o el boxeo, una buena alternativa a su renegrido panorama. Entre ellos los había timoratos o con descaro, dispuestos a sacrificarse o con la cabeza a pájaros, dotados de condiciones o con más ganas que facultades. Y sólo a unos pocos entre tanta Cenicienta les sería dado transformarse en princesas.

Pudo haber sido príncipe del balón un medio del Arenas guechotarra apellidado Toledo, puesto que sobre él llegaron a las oficinas del Real Madrid informes muy laudatorios. Tanta fue la insistencia del cazatalentos “merengue” por territorio vasco que al fin don Santiago Bernabeu comisionó a un ojeador. Es lástima que no se conserve la identidad de aquel técnico, o al menos resulte desconocida para quien esto escribe, pues su buena pupila contribuyó a hacer más grande la leyenda blanca. Y no precisamente dejándose seducir por las evoluciones de Toledo, sino al percatarse del potencial encerrado en su compañero de ala, un crío de 18 años, menudo, aparentemente frágil, pero capaz de mover la pelota sobre cualquier barrizal como si fuese una pluma. Se llamaba José Mª Zárraga Martín y en las alineaciones del Arenas aparecía como Zárraga II, puesto que en el ataque de los rojinegros formaba otro muchacho de idéntico apellido.

Es fácil imaginar con qué recelo se miraría aquel informe en la casa blanca. “¿No era Toledo el jugador a seguir?”. “Sí, pero ocurre que Zárraga II es buenísimo”. “Habrá tenido su día, hombre; ¿qué pasa con Toledo?”. Sólo al empeño de aquel emisario hubo de agradecer José Mª Zárraga se le volviese a ver, ya con menos atención puesta en su compañero Toledo. Y así, al término de la temporada 48-49, durante la que el joven disputó algunos partidos con el equipo que la Universidad de Deusto tenía federado, puesto que en ella estudiaba Ciencias Políticas y Económicas como alumno oyente, se culminó su traspaso a la entidad madrileña.        

Medio técnico, aguerrido, sobrio, valiente, constante y con calidad, se había iniciado en club Acción Católica de Las Arenas para, tras pasar por el Academia de Algorta y Rabay -club que ostentaba el nombre de la compañía Ybarra, por pertenecer a esa sociedad industrial, aunque transformado desde el revés-, suscribió contrato con el Arenas guechotarra. Como todos los considerados tiernos para la máxima categoría, sería cedido al Plus Ultra, filial “merengue”, durante dos campañas. Porque dos campeonatos de 2ª División le bastaron para debutar en la máxima categoría, contra el Valencia, durante los primeros compases del ejercicio 1951-52. Era de los que pocas veces se equivocaba, de los que sin pujar por el estrellato saben hacerse imprescindibles. Viajó a Venezuela para conquistar su primera Pequeña Copa del Mundo y al regreso tendría ocasión de debutar con la selección española B, frente a Luxemburgo. Internacional absoluto en 6 ocasiones, ante Bélgica, Portugal, Turquía, Escocia, Francia e Irlanda, probablemente hubiese merecido más atención de los seleccionadores nacionales. Además, siendo jugador del Real Madrid también jugó con el Real Valladolid, en condición de cedido y como refuerzo para una gira amistosa. Campeón de Liga las ediciones 1953-54, 54-55, 56-57, 57-58, 1960-61 y 61-62, de la Pequeña Copa del Mundo en 2 oportunidades, de la Copa Latina en una ocasión, de la Copa Europea, actual Champions League, en 1956, 57, 58, 59 y 1960, es decir las cinco ediciones consecutivas que el conjunto blanco acaudillado por un enorme Di Stéfano necesitó para establecer una marca todavía no igualada; de la Copa Intercontinental correspondiente a 1960… Celebró igualmente la consecución de una Copa Latina, un trofeo Villamarín, otro Teresa Herrera y dos Carranza gaditanos, antes de recibir en octubre de 1960 la Medalla de Oro al Mérito Deportivo. Cuando el 12 de setiembre de 1962, con 32 veranos a cuestas creyó llegado el momento de colgar las botas aprovechando un digno partido de despedida ante el Manchester United dirigido por Matt Busby, todo un hombre de leyenda, apenas si quedaba en él nada de la antigua “Cenicienta” rojinegra, como no fuese su bonhomía y humildad. Para entonces apenas si se sabía nada de Toledo, su viejo compañero de ala, que tras permanecer en el conjunto guechotarra hasta 1951, incapaz de convertir en realidad sus sueños de triunfo y consciente de que el tren se la había escapado en la mismísima estación, focalizaría su vida hacia otras prioridades.

José Mª Zárraga, con la camiseta de nuestra selección nacional.

José Mª Zárraga, con la camiseta de nuestra selección nacional.

A partir de 1962 Zárraga se convirtió en adjunto a la gerencia “merengue”, hasta que en 1964, luego de haber obtenido meses antes el título de entrenador nacional con el número uno de su promoción, irrumpiese en el ya extinto Club Deportivo Málaga como máximo responsable, escala previa a su ingreso en el Real Murcia. Quizás porque no se encontrara cómodo lustrando banquillos, dio el paso hacia la gerencia deportiva en el Málaga, Valencia (1972) y Deportivo Alavés (1980). El recuerdo dejado durante tal faceta se antoja unánime: un alto sentido ético, caballerosidad e inteligencia. Coinciden incluso  jugadores con tanta fama de polémicos como el malacitano Mori, quien desde distintas entrevistas no tuvo empacho en defender su gestión, afirmando que a él le bastaba la palabra del vizcaíno y un apretón de manos, en tanto sus sucesores resultaban impredecibles aún con varias firmas y leguleyos de por medio. Hallándose en el club vitoriano fichó a Jorge Valdano, por entonces jovencísimo e ilustre desconocido en nuestro país, así como poco más que aspirante a meritorio en la Argentina rural.

Desde luego supo subirse al tren adecuado, por más que inicialmente careciese de billete. Lo supo hasta ingresar de urgencia en la unidad de vigilancia intensiva de la madrileña clínica Zarzuela durante 1993, a causa de un derrame cerebral. Intervenido quirúrgicamente en 2 ocasiones, pese a ello hubo de contemplar la vida desde una silla de ruedas, con muy precario estado de salud. Entonces volvieron a acordarse de él las gentes del fútbol, dedicándosele, el 25 de abril de 1995, un partido homenaje en el campo vitoriano de Mendizorroza, entre el Deportivo Alavés y el Real Madrid. Casado con Isabel Martín y padre de tres hijas y un hijo, falleció en Madrid el martes 3 de abril de 2012, a los 83 años. Al día siguiente “su” Real Madrid saltó al Santiago Bernabeu con brazaletes negros en señal de duelo y guardó un minuto de silencio como postrer homenaje, antes de dirimir el partido de vuelta correspondiente a Cuartos de Final de la Champions League, contra el Apoel chipriota.

Otros, además de Toledo, también quedaron empantanados en el andén, no por mala suerte, o víctimas de las circunstancias. Lo suyo, en algunos casos, fue mala cabeza, haber nacido cigarra en vez de hormiga laboriosa. Y cierto vizcaíno, a principios de los 60, puede muy bien servirnos de ejemplo.  

La historiografía oficial sobre el guardameta internacional José Ángel Iribar, o su hagiografía, si se prefiere, afirma que fue el antiguo delantero zarauztarra Salvador Echave Aristi (At. Bilbao, Indauchu, Ferrol, Castellón, Cádiz, Plasencia y Vinaroz) quien como entrenador del ya centenario C. D. Basconia confió ciegamente en las condiciones de su paisano, por entonces un mocetón imberbe, sin apenas otro bagaje que el fútbol playero. La realidad, sin embargo, ofrece matices mucho más curiosos.

Iribar supo, gracias a un amigo, que los basconistas estaban probando a jóvenes porteros. ¿Por qué no intentarlo?, le propuso aquel chico, para quien José Ángel debía ser toda una estrella sobre el arenal de Zarauz. Pero Iribar padre prefería otro futuro para su hijo. ¿Quién le ayudaría a él en las faenas, si se iba a trotar por esos campos de Dios?. ¿Qué futuro podía garantizarle el fútbol modesto?. Eso, claro, si no se engolfaba lejos de casa. Desde luego no sería el primero en echarse a perder, y ni muchísimo menos el último. Así que se negó en redondo. Fue necesaria la persuasión familiar, de una hermana, sobre todo, para que finalmente otorgase el sí. Después de todo -convinieron- nada se perdía intentándolo. Si le admitían, siembre habría ocasión de valorar en qué condiciones y con qué seguridades. Resultaba bastante tonto discutir al respecto, sin saber si los sueños del hijo se sustentaban sobre fundamentos sólidos.Iribar efectuó la prueba y pese a su bisoñez no desagradó a los técnicos basauritarras, cuya secretaría técnica, de cualquier modo, parecía decantarse por otro chicarrón apellidado Latorre, más conocido en los ambientes deportivos de Vizcaya bajo el apodo de “Bisagras”. Latorre, tras cinco años bajo los palos del Abanto Club, equipo vizcaíno representativo de Las Carreras, en plena zona minera, parecía a punto de cuajar en magnífico cancerbero. Y es que era buen en verdad, tan bueno en sus mejores tardes vistiendo de corto, como alocado su particular concepto de la vida, alérgico al esfuerzo, la autoridad o el sacrificio, y refractario a toda disciplina. Puesto que la historia del fútbol está cuajada de ovejas negras a las que nunca faltó una nueva oportunidad, el hoy olvidado Latorre, alias “Bisagras”, sería la primera opción del Basconia. “Pero entérate bien -le advirtieron-; no vamos a consentirte nada. Sólo con que amagues descarrilar, te damos la patada”.

Iribar durante sus primeros años en el Athletic. Pocos como él supieron tomar al abordaje el tren de la soñada oportunidad.

Iribar durante sus primeros años en el Athletic. Pocos como él supieron tomar al abordaje el tren de la soñada oportunidad.

Como en la fábula oriental del alacrán y la rana, ciertas cosas son connaturales al individuo. Y Latorre, que tenía en su naturaleza el constante descarrilamiento, ni siquiera fue capaz de aferrarse a la ocasión de debutar en 2ª División: al saltarse los primeros entrenamientos se cerró a cal y canto la puerta del conjunto aurinegro. Entonces, sólo entonces, Iribar, el muchacho tímido con tanta apariencia de formalidad como centímetros de estatura, se convirtió en alternativa. “Bisagras” regresó al Abanto, perdiéndose finalmente en la nada, mientras el futuro internacional asombraba a los técnicos basconistas con su rápida progresión. El tren que pasó de largo ante Latorre era atrapado por José Ángel Iribar sin el más mínimo titubeo. Comenzaba así a fraguarse la leyenda de un mito en San Mamés, del fuera de serie que reinara durante muchos años, sin aspavientos, en el fútbol español.

Su definitiva eclosión tuvo lugar en el triple enfrentamiento copero correspondiente a dieciseisavos de final, con que los muchachos del Basconia dejaron en la cuneta a un conjunto tan potente como entonces era el Atlético de Madrid, campeón de las dos ediciones precedentes y con 9 internacionales en su plantilla. Conste, además, por si alguien pudiera pensar lo contrario, que los “colchoneros” no regalaron nada, como no fuese cierto exceso de confianza durante el choque de vuelta disputado en Basoselay. Sencillamente, José Ángel Iribar Cortajarena (1-III-1943) echó el candado a su portal, como hizo a partir de entonces otras muchas tardes, en la que fue su primera jornada de gloria, allá por la primavera de 1962. Los Griffa, Peiró, Rivilla, Collar, Callejo, Jorge Mendonça, Chuzo, Adelardo Rodríguez, Glaría o Alvarito, entre otros, ya habían mostrado su asombro en el choque de ida, resuelto para los madrleños por 3-0, viendo sacar tantos balones imposibles durante 90 minutos al portero adversario, volando de palo a palo. El choque de vuelta (3-0 a favor del Basconia)  evidenció que Iribar nada tenía ya de promesas, sino que era valladar de absoluta garantía. Los basconistas, empero, tampoco eran un hueso especialmente duro. Si bien en sus filas brillaban además de Iribar su ariete Menchaca y el rubicundo Otiñano, este último con posterioridad extremo e interior del C. D. Málaga durante muchos años, contaban con poco más, como no fuere voluntad y entusiasmo, armas insuficientes para mantenerse en el Grupo Norte de 2ª División. Sin Iribar es muy posible que los 51 goles cosechados en contra durante 30 jornadas, habrían crecido hasta una cifra escandalosa.

Con 3-3 en el global de la eliminatoria, hubo que disputar el desempate en Valladolid, donde se adelantaron los vizcaínos por mediación de Menchaca. Encorajinamos, los “colchoneros” pusieron cerco al portal de Iribar, cuyas virtudes probaron desde todos los ángulos. A falta de 5 minutos para el descanso, Joaquín Peiró, poco más tarde traspasado al fútbol italiano, establecía la igualada. Y dos minutos después, mientras los atléticos tomaban aire, Maguregui III elevaba al marcador el 2-1. La segunda parte se transformó en monólogo. Dominio absoluto de los vigentes campeones, para estrellarse contra el frontón en que Iribar parecía haberse transformado. Hasta siete balones de gol sacó aquella tarde el zarauztarra, según los cronistas. Siete aldabonazos de quien ya entonces parecía no conocer techo en su crecimiento deportivo.

Puesto que toda la prensa se hizo eco de su portentosa actuación, de las muchas virtudes acreditadas durante el Campeonato 1961-62, tras la eliminación “colchonera” los varios clubes que venían siguiendo la evolución del joven cancerbero iniciaron una curiosa puja, en su deseo de contratarlo. Para la directiva basconista se hizo realidad eso de que las penas con pan suelen hacerse más llevaderas, puesto que el desencanto del descenso estuvo mitigado por la certeza de cerrar el ejercicio con un señor traspaso. Escucharon ofertas, se frotaron los ajos para asegurarse de no soñar, y con las cuentas muy claras se dejaron caer por la calle Bertendona, donde entonces tenía su sede el Athletic Club, aún Atlético por imperativo franquista, toda vez que a los propietarios de San Mamés les asistía un derecho de tanteo sobre cualquier jugador de la entidad basauritarra. “¿Qué ofrecen un millón?”, se dice exclamaron a coro el secretario general rojiblanco y quien como tesorero tenía a su cargo las llaves de la caja fuerte. “¡Menudo disparate!”. Y en verdad lo era para la época, con sueldos de 4.000 ptas. mensuales entre empleados de banca y 25.000 anuales como salario base anual para cualquier maestro con dos o tres quinquenios. El Athletic tuvo que rascarse el bolsillo, mientras los socios del San Mamés consideraban desmesurada semejante inversión. “Los del Barcelona pagaron cinco millones por Garay, internacional hecho y derecho, jugador solvente donde los haya, y nosotros soltamos uno sin más ni más, por quien todavía no ha hecho nada”, se quejaban.

Muy cierto. Pero si Iribar aún no había hecho nada, el futuro era suyo.

Un año a la sombra de Carmelo Cedrún fue suficiente para hacerse con la titularidad, convirtiendo en baratísimo el monto de tan discutido traspaso. “El Chopo”, apodo con el que sería conocido, se erigió campeón de Europa de Selecciones, al derrotar a la URSS en el estadio Santiago Bernabeu (1964) y 2 veces campeón de Copa, derrotando en las finales a Elche C. F. y C. D. Castellón, respectivamente. Con 49 actuaciones internacionales -debutó en Sevilla, ante Irlanda- fue el primer futbolista español en superar el récord establecido por “ El Divino” Ricardo Zamora, quien tuvo la delicadeza de asistir al choque donde dejaba de ser el histórico número uno de nuestro fútbol, para intercambiar ante las cámaras de TVE, a la sazón sin competencia, sendas camisetas. Esa cifra, entonces, era realmente alta, puesto que se disputaban muchos menos choques internacionales y nuestra selección difícilmente lograba acudir a las fases finales de los Mundiales, excepción hecha del disputado en Inglaterra durante el verano de 1966. Formó en una selección de la UEFA que en 1970 se enfrentó al Benfica en Lisboa y toda España conocía cierta cancioncilla que desde las gradas de San Mamés atronaban los bilbaínos las tardes irrepetibles. Seguro, sobrio, aunque tratando de parecerlo ejecutara acciones increíbles, muy bien colocado, con autoridad sobre su línea defensiva, solía vestir de negro, el color que desde algunos años atrás habían hecho suyo otros formidables porteros. Fuera del campo, ninguna salida de tono, ningún mal gesto. Su desgracia fue no pasearse por Europa tanto como Betancort, Sadurní, Vicente o Pesudo, entre los nuestros, Gordon Banks, el germano Sepp Maier, Dino Zoff, el checo Viktor o los yugoslavos Kurkovic y Maric, entre los extranjeros. Los rojiblancos de San Mamés, cuya disciplina jamás abandonaría, se dejaban ver de tarde en tarde por las competiciones europeas, y cuando asomaban siempre era en la Recopa o Copa UEFA, competiciones menores al lado de la Copa de Europa, en especial la segunda. Si ya ha quedado entre el trío de mejores en su época, junto a Zoff y Maier, es muy posible que de habérsele visto más a menudo allende nuestras fronteras, si se hubiera adornado con otros títulos, hoy estaría considerado un auténtico gigante del pasado siglo. 

Tras el entierro de Francisco Franco, con la reinstauración democrática, apenas si hubo medio de difusión que no inoculase pimienta a sus entrevistadores. “Es usted partidario del aborto?”, solían soltar ante cualquier famoso, viniera o no a cuento. “¿Cuáles son sus inclinaciones políticas?”. “¿Cómo se siente usted: más vasco que español o viceversa?”. Estas dos últimas preguntas fueron, quizás, las más escuchadas por José Ángel Iribar durante sus últimas campañas en activo, aparte de los consabidos “¿qué espera para el domingo?”; “¿Se clasificarán para la UEFA?”; “¿Hasta cuándo le durará la cuerda?”, o “¿Qué pasara en el Athletic cuando usted lo deje?”. Algunos, más osados o deseosos de dar la nota, intercalaban descaradamente: “¿Qué siente cuando representa a España?”. Y si la respuesta, conforme solía ocurrir, no daba para ningún titular, insistían: “¿No cree que sus paisanos, o algunos de ellos, pueden reprocharle haber defendido tantas veces la portería española?”. Por lo general, “El Chopo” tenía muy bien preparada su batería de respuestas poco comprometedores: “Eso pertenece a la intimidad de cada uno”, o “Creía íbamos a hablar de fútbol”. Pero es que esto, lo de la selección, también pertenece al ámbito del fútbol, insistió un periodista, más incisivo que los demás. E Iribar, ese día, dio una magnífica lección de diplomacia: “Muy bien. ¿De qué partidos quieres preguntarme?. ¿De los del Mundial en Inglaterra?. ¿De la final en Madrid ante la Unión Soviética?”.

Lo cierto era que para entonces nadie era ajeno a su ideología. Sobre todo a raíz del partido liguero entre Athletic y Real Sociedad, donde Ignacio Cortabarría y él mismo, como capitanes de los contendientes, saltaron al campo sosteniendo la ikurriña. Simpatizaba con el movimiento abertzale, con una de sus ramas consideradas radicales. Y eso, pese a su prudencia cuando le tocaba hablar, acabaría pasándole factura. 

Como deportista con trayectoria dilatada, tuvo tiempo de pensar en el futuro, en su futuro cuando volviese a vestir de calle. No queriendo dejar las cosas para el último instante, montó un almacén mayorista de patatas y naranjas mientras defendía el portal de San Mamés. Cosas del marketing, ya se sabe. Dar el paso empresarial cuando aún se está en activo comporta mucha publicidad gratuita, mucho cliente tentado por el oropel o la mitomanía. Las cosas, por supuesto, arrancaron de maravilla y así siguieron hasta su definición ideológica, clara y sin ambages, que se encargaría de amplificar una publicación conectada al entorno de Herri Batasuna, agrupación política, según decidirían los tribunales treinta años después, conectada al universo de ETA. El Ejército, entonces, principal cliente del almacén “Iribar”, ya no volvió a comprarle más patatas, circunstancia que supuso un rejón de muerte para el proyecto empresarial.

Iribar y Arconada, dos formidables cancerberos en el día que el fútbol vasco homenajeaba al primero, con victoria de la Real Sociedad sobre el Athletic.

Iribar y Arconada, dos formidables cancerberos en el día que el fútbol vasco homenajeaba al primero, con victoria de la Real Sociedad sobre el Athletic.

José Ángel Iribar, quizás el mejor portero español en la historia, disputó su último partido de Liga la temporada 1979-80, y antes de despedirse tuvo su bien merecido partido de homenaje. Llegó a decirse entonces que el importe íntegro de la recaudación acabó en manos de organizaciones más o menos conectadas a Herri Batasuna. Rigurosamente falso, puesto que aquel dinero fue destinado a expandir el euskera, como muy bien recordarían los munícipes de Zarauz con casi 30 años de retraso, al brindar a su paisano un muy tardío agradecimiento, medalla incluida.

Inscrito su nombre con letras de oro en el museo del Athletic, así como en muchos corazones rojiblancos, tras su adiós al fútbol activo continuó ligado al club, primero haciéndose cargo del adiestramiento a los porteros y luego como entrenador del Bilbao Athletic, cuando este filial realizó una sensacional temporada en 2ª División, ocupando al final puestos de ascenso -segundo clasificado, tras el Castilla, que como filial “merengue” tampoco pudo dar el salto a la máxima categoría-. Fracasaría, en cambio, al hacerse cargo provisionalmente de la primera plantilla durante el ejercicio 1986-87,  y regresó al fútbol base de Lezama. Hoy, afable como siempre, sencillo, como suelen serlo tantos futbolistas de antaño, agradecido a ese tren que supo atrapar en su día, sigue ejerciendo de relaciones públicas atlético y, siquiera durante unos minutos, no renunció a saltar al césped en los estertores del encuentro con que el Athletic Club y un combinado de jugadores vizcaínos se despidieron para siempre del viejo San Mamés. La ovación del público cuando a punto de cumplir 70 años dio su saltito característico para tocar el larguero, quién sabe si midiendo la portería, aún resuena. Pocos, sin embargo, son conscientes de que un tal Bisagras, apellidado Latorre, tuvo billete para el tren que a Iribar acabaría conduciéndolo a la gloria deportiva. Bisagras, claro está, jamás pudo verse en papel prensa con tipografía gruesa.




VI Copa de Europa 1960/61: Sport Lisboa e Benfica (Portugal)

Participantes:
Un nuevo país se incorporó definitivamente a la Copa de Europa, Noruega, con lo que eran solo cuatro las federaciones que no enviaban a sus campeones a la máxima competición internacional. Precisamente esta temporada de 1960/61 se organizaba también la I edición de la Copa de Europa de Clubs Campeones de Copa, aunque dependiendo del comité organizador de la Copa Mitropa, donde participaron tan solo diez equipos. Por su parte el CF Barcelona volvió a participar simultáneamente en la Copa de Europa de Ciudades en Ferias.

PARTICIPANTES EN LA VI EDICIÓN (número de participaciones incluida la presente temporada)

Hamburger SV Hamburg (Alemania Occidental)
SC Wismut Karl-Marx-Stadt (Alemania Oriental)
SK Rapid Wien (Austria)
K Lierse SK (Bélgica)
CDNA Sofia (Bulgaria)
DSO Spartak Hradec Králové (Checoslovaquia)
AGF Aarhus (Dinamarca)
Heart of Midltohian FC (Escocia)
CF Barcelona (España)
Real Madrid CF (España)
HIFK Helsinki (Finlandia)
Stade de Reims (Francia)
Panathinaikos AO (Grecia)
AFC Ajax Amsterdam (Holanda)
Ujpesti Dózsa Budapest (Hungría)
Burnley FC (Inglaterra)
Glenavon FC Lurgan (Irlanda del Norte) retirado
Limerick FC (Irlanda)
FC Juventus (Italia)
AS La Jeunesse d’Esch (Luxemburgo)
Fredrikstad FK (Noruega)
CWKS Legia Warszawa (Polonia)
SL Benfica Lisboa (Portugal)
CCA Bucureşti (Rumanía) retirado
IFK Malmö (Suecia)
BSC Young Boys Bern (Suiza)
Beşiktas SK İstanbul (Turquía)
FK Crvena zvezda Beograd (Yugoslavia)

Estos fueron los campeones de liga de países en ese momento miembros de la UEFA de la temporada 1959* o 1959/60 que no participaron en la VI Copa de Europa: Partizani Tiranë (Albania*), KR Reykjavík (Islandia*), Valletta FC (Malta) y Dinamo Moskva (Unión Soviética*).
Desarrollo:

Se mantuvo el formato de la edición anterior, con una primera ronda para conformar los octavos de final de la que quedaba exento el vigente campeón, el Real Madrid CF, junto a otros equipos elegidos por sorteo.

En el caso de empate en el global de una eliminatoria se tenía que jugar un partido de desempate en un terreno neutral acordado por los dos rivales.

Eliminatoria previa> CF Barcelona: K Lierse SK (Bélgica)

De nuevo el CF Barcelona debía jugar la ronda preliminar. Esta vez la categoría del rival iba más de acuerdo con lo esperado a estas alturas de la competición, el K Lierse SK, sorprendente campeón de Bélgica.

Los azulgrana mantenían básicamente la misma plantilla que el año anterior con la importante novedad del cambio de entrenador: el serbio Ljubiša Broćić sustituyó a Helenio Herrera, que marchó a Italia.

Partido de ida:

Resultados previos:

CF Barcelona:

11/09/1960    Liga Jornada 1           Atlético Bilbao – CF Barcelona                         0-2

18/09/1960    Liga Jornada 2           CF Barcelona – Real Valladolid                         2-0

25/09/1960    Liga Jornada 3           Real Betis – CF Barcelona                               1-3

K Lierse SK:

25/09/1960    Liga Jornada 4           K Lierse SK – Daring Club                               2-4

El arranque del CF Barcelona en la Liga era óptimo, aventajando ya al Real Madrid en dos puntos, dada la derrota blanca en el Metropolitano. Frente se presentaba un Lierse SK que en los pocos partidos que llevaba ya daba claras señales de que no iba a renovar su título liguero. Figuraba en 13ª posición con dos puntos y ya estaba a seis del primero.

CopaEuropa01

28 de septiembre de 1960

Barcelona, estadio de CF Barcelona, 42000 espectadores.

Árbitro: Giuseppe Adami (Italia).

CF Barcelona, 2; K Lierse SK, 0.

Goles: 1-0 (47′) Czibor. 2-0 (75′) Suárez.

CF Barcelona: Antonio Ramallets; Francisco Rodríguez «Rodri«, Jesús Garay, Sigfrido Gracia; Martín Vergés, Enrique Gensana; Laszlo Kubala, Evaristo de Macedo, Sándor Kocsis, Luis Suárez, Zoltán Czibor <entrenador: Ljubiša Broćić>.

K Lierse SK: Maurice Baeten; Walter Bogaerts, Robert Willems, Leo Thys; August Baeten, Frans Van Dessel; Frans Valkenborg, Wim Mertens, Frans Van Roosbroeck, Frans Vermeyen, Aloïs Goossens <entrenador: Albert d’Hollander>.

Fue un partido de absoluto dominio local ante el planteamiento ultradefensivo visitante. Los belgas aguantaron la primera parte gracias a su ordenada defensa y a la falta de intensidad del CF Barcelona que fue despediciando las ocasiones que provocaba más que por el buen juego por la superiroridad técnica de sus hombres, incluido un tiro al poste de Suárez. La segunda parte se diferenció de la primera en que el balón llegó dos veces a las redes belgas. No insisitó excesivamente el equipo barcelonista, limitándose a controlar el juego y tratando de encontrar el gol con una delantera no tan acertada como en otras ocasiones. El CF Barcelona sacó 27 corners.

Opinión de los protagonistas:

Ljubiša Broćić: «El Lierse, desde el principio al final jugó a defenderse, a destruir juego, renunciando a la posibilidad de la victoria».

Albert d’Hollander: «El Barcelona nos goleará en Bruselas, lo queno ha hecho aquí, porque nosotros nos veremos obligados a atacar».

Partido de vuelta:

Resultados previos:

CF Barcelona:

02/10/1960    Liga Jornada 4   CF Barcelona – Real Santander                               2-0

Con solo un partido de Liga de por medio, el CF Barcelona se desplazó a Bruselas. El Lierse SK cambió su estadio por el del RSC Anderlecht para conseguir una mejor taquilla ante la expectación que provocaba el campeón español entre el público belga.

5 de octubre de 1960

Bruselas, Émile Verse, 30000 espectadores.

Árbitro: Giulio Campanati (Italia).

K Lierse SK, 0; CF Barcelona, 3.

Goles: 0-1 (7′) Villaverde. 0-2 (22′) Evaristo. 0-3 (77′) Evaristo.

K Lierse SK: Maurice Baeten; Waklter Bogaerts, Robert Willems, Leo Thys; August Baeten, Frans Van Dessel; Frans Valkenborg, Wim Mertens, Frans Van Roosbroeck, Frans Vermeyen, Aloïs Goossens <entrenador: Albert d’Hollander>.

CF Barcelona: Antonio Ramallets; José Pintó, Jesús Garay, Sigfrido Gracia; Martín Vergés, Enrique Gensana; Enrique Ribelles, Sándor Kocsis, Evaristo de Macedo, Laszlo Kubala, Ramón Alberto Villaverde <entrenador: Ljubiša Broćić>.

La previa al encuentro trajo la lesión de Tejada por rotura fibrilar en el entrenamiento. Lo que no sabía el CF Barcelona era que el rival no iba a ser exactamente el Lierse SK y que la anunciada victoria acarrearía más problemas que alegrías. Tras el lógico primer gol de Villaverde, llegó la lesión de Kubala, al que se le reprodujo el dolor de ciática y abandonó el campo a los 10 minutos de juego. Las esperanzas locales acabaron de difuminarse con un trallazo de Evaristo desde 30 metros. En la segunda parte Kocsis ya mostraba que estaba lesionado, otra rotura fibrilar, lo que obligó a Ribelles a incorporarse a la media. Evaristo volvió a marcar dejando más evidente la superiridad del equipo español ante el belga.

Opinión de los protagonistas:

Albert d’Hollander: «El Barcelona ha demostrado que tiene grandes jugadores».

Ljubiša Broćić: «Ahora me preocupan más los lesionados y las bajas».

Resultados – Eliminatoria previa

ida

vta

tot

Heart Of Midlothian FC (Escocia) – SL Benfica Lisboa (Portugal)

1-2

0-3

1-5

FK Crvena zvezda Beograd (Yugoslavia) – Ujpesti Dozsa (Hungría)

1-2

0-3

1-5

Fredrikstad FK (Noruega) – AFC Ajax (Holanda)

4-3

0-0

4-3

AGF Aarhus (Dinamarca) – CWKS Legia Warszawa (Polonia)

3-0

0-1

3-1

FC Juventus (Italia) – CDNA Sofia (Bulgaria)

2-0

1-4

3-4

HIFK Helsinki (Finlandia) – IFK Malmö (Suecia)

1-3

1-2

2-5

SK Rapid Wien (Austria) – Beşiktas SK İstanbul (Turquía)

4-0

0-1

4-1

Limerick FC (Irlanda) – BSC Young Boys Bern (Suiza)

0-5

2-4

2-9

Stade de Reims (Francia) – AS La Jeunesse D’Esch (Luxemburgo)

6-1

5-0

11-1

CF Barcelona (España) – K Lierse SK (Bélgica)

2-0

3-0

5-0

SC Wismut Karl-Marx-Stadt (Alemania Oriental) – Glenavon FC (Irlanda del Norte) [retirado]

DSO Spartak Hradec Králové (Checoslovaquia) – CCA Bucuresti (Rumanía) [retirado]

 

De entre todos los resultados globales destaca la eliminación del campeón italiano que no supo defender un 2-0 de la ida ante el CDNA de Sofía. También llama la atención que tres equipos escandinavos accediesen a la siguiente ronda. Las eliminatorias, en principio, más igualadas se resolvieron con claridad a favor del SL Benfica y del Ujpesti Dosza. El resto confirmó a los favoritos, siendo la diferencia más amplia la conseguida por el Stade de Reims.

Octavos de final> Real Madrid CF (España) – CF Barcelona (España)

La bomba saltó en el sorteo de octavos de final. De nuevo se cruzaban los dos equipos españoles que en la edición anterior protagonizaron una eliminatoria decisiva.

Partido de ida:

Resultados previos:

Real Madrid CF:

16/10/1960    Jornada 6          Real Madrid – Sevilla CF                                        1-1

23/10/1960    Jornada 7          Granada CF – Real Madrid                                      2-3

06/11/1960    Jornada 8          Real Madrid – Atlético Bilbao                                   3-1

CF Barcelona:

19/10/1960    C Ferias 1/16 v  CF Barcelona – Ciudad de Zagreb                            4-3

23/10/1960    Jornada 7          Elche CF – CF Barcelona                                        2-1

06/11/1960    Jornada 8          CF Barcelona – RCD Español                                   4-1

El CF Barcelona estaba empezando a manifestar una serie de problemas en sus jugadores que afectaban ya a sus resultados. El equipo no alieneaba a sus mejores hombres por diversos motivos ni recuperaban la buena forma por haber sobrecargado el calendario al participar simultáneamente en la Copa de Ferias. Evaristo y Kubala fueron dudas hasta última hora. En la liga española había cedido el primer puesto al Real Madrid, que se presentaba favorito a este doble encuentro.

9 de noviembre de 1960

Madrid, estadio Santiago Bernabeu, 85000 espectadores.

Árbitro: Arthur Ellis (Inglaterra).

Real Madrid CF, 2: CF Barcelona, 2.

Goles: 1-0 (3′) Mateos. 1-1 (27′) Suárez. 2-1 (33′) Gento. 2-2 (87′) Suárez de penalty.

Real Madrid CF: José Vicente; Enrique Pérez «Pachín«, Marquitos Alonso, Pedro Casado; José María Vidal, Luis Del Sol; Jesús Herrera, Enrique Mateos, Alfredo Di Stéfano, Ferenc Puskás, Francisco Gento <entrenador: Miguel Muñoz>.

CF Barcelona: Antonio Ramallets; Francisco Rodríguez «Rodri«, Jesús Garay, Sigfrido Gracia; Martín Vergés, Enrique Gensana; Ramón Alberto Villaverde, Evaristo de Macedo, Sándor Kocsis, Luis Suárez, Zoltán Czibor <entrenador: Ljubiša Broćić>.

Una primera parte trepidante con gol de salida para el Real Madrid tras escapada de Gento. El empate llegó en un tiro libre en el que Luis Suárez colocó el balón por el hueco dejado por Di Stéfano en una barrera desajustada, pero inmediata respuesta de Gento. Durante la segunda parte, con lances de juego duro, el Real Madrid dominó gracias a la posición de Del Sol como centrocampista frente al orden defensivo del CF Barcelona donde destacó Ramallets. Al final saltó la jugada polémica por el penalty que señaló Arthur Ellis. La prensa madrileña reclamó fuera de juego previo de Kocsis. Previamente, a los 63′ había anulado un gol a Villaverde por posición antirreglamentaria.

Opinión de los protagonistas:

Miguel Muñoz: «Antes del penalty hubo offside de Kocsis».

Ljubiša Broćić: «El gol anulado a Villaverde fue un tanto legítimo, ya que él no estaba en fuera de juego».

Cada uno entendió el partido a su manera.

Partido de vuelta:

Resultados previos:

CF Barcelona:

13/11/1960    Jornada 9          Valencia CF – CF Barcelona                                    0-2

20/11/1960    Jornada 10        CF Barcelona – Sevilla CF                                      2-2

Real Madrid CF:

13/11/1960    Jornada 9          Real Madrid – Real Zaragoza                                  5-1

20/11/1960    Jornada 10        RCD Mallorca – Real Madrid                                    1-1

Los dos equipos mantenían su pulso liguero. Gracias al 2-2 de la ida, ahora el CF Barcelona tomaba ventaja en las opciones para sacar la eliminatoria adelante.

23 de noviembre de 1960

Barcelona, Nuevo estadio del CF Barcelona, 100000 espectadores.

Árbitro: Reginald Leafe (Inglaterra).

CF Barcelona, 2; Real Madrid CF, 1.

Goles: 1-0 (33′) Vergés. 2-0 (81′) Evaristo. 2-1 (87′) Canario.

CF Barcelona: Antonio Ramallets; Fernando Olivella, Jesús Garay, Sigfrido Gracia; Martín Vergés, Juan Segarra; Laszlo Kubala, Evaristo de Macedo, Sándor Kocsis, Luis Suárez, Ramón Alberto Villaverde <entrenador: Ljubiša Broćić>.

Real Madrid CF: José Vicente; Marquitos Alonso, José Emilio Santamaría, Pedro Casado; José María Vidal, Enrique Pérez «Pachín«; Darcy Silveira «Canario«, Luis Del Sol, Alfredo Di Stéfano, Ferenc Puskás, Francisco Gento <entrenador: Miguel Muñoz>.

El Real Madrid jugó uno de sus mejores partidos europeos para caer en Barcelona. Los locales trabajaron la táctica con rigor y lograron contener el empuje madridista. Kubala y Ramallets fueron sus dos mejores hombres. Técnicamente fue un gran partido en el que el equipo azulgrana estuvo muy firme, logró sus dos goles en sendos saques de esquina y el Real Madrid peleó lo indecible para, al menos, forzar un partido de desempate. La prensa madrileña señaló directamente al árbitro que anuló tres goles a los blancos, dos de ellos muy protestados.

Opinión de los protagonistas:

Ljubiša Broćić: «El Real Madrid es un equipo grande, tan grande que solo el Barcelona ha sido capaz de eliminarlo».

Miguel Muñoz: «Todavía no me explico las causas por las que el árbitro anuló, al menos, dos de los goles que marcamos».

Reginal Leafe: «No vacilé un momento en anular los goles porque se consiguieron de forma ilegal y siempre pité en el preciso momento».

Sobre esta eliminatoria se ha escrito mucho, aunque casi todo marcado por la parcialidad de los autores que sin esconder pasiones siempre han barrido para casa. Lamentablemente no tenemos las imágenes de aquellos partidos para comprobar el posible fuera de juego de Kocsis o si Vicente cometió la falta dentro o fuera del área; tampoco tenemos las jugadas polémicas del Camp Nou para emitir un juicio imparcial… y ni mucho menos tenemos constancia alguna de las ocultas directrices que recibieron los árbitros ingleses para estos dos partidos.

Centrados en esta eliminatoria y con la perspectiva que da la distancia en el tiempo, solo nos queda señalar que desde el plano deportivo fueron dos encuentros intensos y muy igualados, con suficientes jugadas difíciles como para que las decisiones arbitrales fuesen determinantes. Lo cierto es que errores o aciertos, en esencia da lo mismo, cada jugada solo puede ser juzgada en el mismo momento en que se produce y por una única persona: solo importa lo que esta persona ve y entiende lo que ha visto. Querer juzgar la intención con la que el árbitro juzga puede ser un interesante ejercicio de ominisciencia, especialmente cuando no hay pruebas que demuestren ni causas ni conclusiones.

Resultados – Octavos de final

ida

vta

tot

SL Benfica Lisboa (Portugal) – Ujpesti Dozsa (Hungría)

6-2

1-2

7-4

AGF Aarhus (Dinamarca) – Fredrikstad FK (Noruega)

3-0

1-0

4-0

IFK Malmö (Suecia) – CDNA Sofia (Bulgaria)

1-0

1-1

2-1

SK Rapid Wien (Austria) – SC Wismut Karl-Marx-Stadt (Alemania Oriental)

3-1

0-2

3-3

BSC Young Boys Bern (Suiza) – Hamburger SV (Alemania Occidental)

0-5

3-3

3-8

Burnley FC (Inglaterra) – Stade de Reims (Francia)

2-0

2-3

4-3

DSO Spartak Hradec Králové (Checoslovaquia) – Panathinaikos AO (Grecia)

1-0

0-0

1-0

Real Madrid CF (España) – CF Barcelona (España)

2-2

1-2

3-4

Desempate:

SK Rapid Wien (Austria) – SC Wismut Karl-Marx-Stadt (Alemania Oriental)

1-0

 

Al margen de la eliminatoria estelar entre los dos rivales españoles, el otro choque atractivo estuvo entre ingleses y franceses, resuelto a favor de los debutantes de Burnley. El resto de partidos mostraron una esperada igualdad, salvo la gran victoria del SL Benfica, que no sufrió en la vuelta gracias al 6-2 de Lisboa, al igual que el AGF Aarhus sobre el Fredrikstad FK noruego.

Eliminado el campeón, el CF Barcelona recogía el relevo como máximo favorito. De los demás clasificados el Hamburger SV se prefilaba como posiblemente el rival más potente, sin dejar fuera al SK Rapid Wien pese a sus apuros para deshacerse del SC Wismut. El SL Benfica todavía no entraba en la lista de favoritos.

Cuartos de final> CF Barcelona: DSO Spartak Hradec Králové (Checoslovaquia)

Por primera vez un equipos español se enfrentaba al representante de Checoslovaquia. Poco se conocía del Spartak Hradec Králové, sorprendente campeón de liga checoslovaca tras superar al Slovan de Bratislava y al poderoso Dukla de Praga en un año en que la disputa por el título estuvo muy igualada.

Partido de ida:

Resultados previos:

CF Barcelona:

22/02/1961    C Ferias 1/8 vta Hibernian Edinburgh – CF Barcelona                         3-2

26/02/1961    Jornada 23        RCD Español – CF Barcelona                                   1-2

05/03/1961    Jornada 24        CF Barcelona – Valencia CF                                    1-1

Malos tiempos corrían para el CF Barcelona. Acabó la primera vuelta ya sin opciones para renovar el triunfo en la liga española, hecho que le costó el puesto a Ljubiša Broćić, sustituido por su segundo, Enrique Orizaola. No fue suficiente el cambio porque ni el juego ni las perspectivas que ofrecía el Barça daban pie al optimismo. Hundido en una crisis institucional, esta eliminatoria se veía como un posible bálsamo, máxime después de haber caído eliminados en la Copa de Ferias por el modesto Hibernian de Edimburgo. El equipo checoslovaco se presentaba sin rodaje tras la pausa invernal y en la zona media de la tabla, muy lejos de optar a la lucha por el título nacional.

8 de marzo de 1961

Barcelona, Nuevo Estadio de CF Barcelona, 70000 espectadores.

Árbitro: Giuseppe Adami (Italia).

CF Barcelona, 4; DSO Spartak Hradec Králové, 0.

Goles: 1-0 (11′) Tejada. 2-0 (39′) Evaristo. 3-0 (64′) Tejada. 4-0 (90′) Kubala de penalty.

CF Barcelona: Antonio Ramallets; Foncho Rodríguez, Enrique Gensana, Jesús Garay; Martín Vergés, Juan Segarra; Justo Tejada, Evaristo de Macedo, Laszlo Kubala, Luis Suárez, Ramón Alberto Villaverde <entrenador: Enrique Orizaola>.

DSO Spartak Hradec Králové: Jindřich Jindra; Jiři Kománek, Jiři Hledík, Zdeněk Pičman; Josef Buranský, Miroslav Michálek; Jiři Cerný, Ladislav Pokorný, Bedřich Šonka, Zdeněk Zikán, František Malík <entrenador: Jiři Zastera>.

Mientras en los prolegómenos Luisito Suárez recibía el Balón de Oro de France Football, el campo Kubala tomó el mando del juego y se bastó para desarbolar todo el sistema defensivo del Spartak. Fue un partido de constante dominio azulgrana que provocó numerosas situaciones de gol, de las que transformó cuatro aunque hubiesen podido caer dos o tres más. Fue una noche festiva que necesitaban todos, público, directiva y jugadores. Propiamente el Spartak había sido el rival ideal y cumplió con su cometido.

Opinión de los protagonistas:

Enrique Orizaola: «Lo más importante es que cuando la gran familia que forma este club se une el equipo que la representa es invencible».

Jiři Zastera: «A un equipo como el Barcelona es muy difícil superar la diferencia de cuatro goles. En el partido de vuelta confí que mi equipo será un rival más importante».

Partido de vuelta:

Resultados previos:

CF Barcelona:

12/03/1961    Jornada 24        Sevilla CF – CF Barcelona                                      0-1

Mientras el Real Madrid celebraba el título liguero de forma matemática a falta de seis partidos, en Barcelona llegaba el rumor de una posible oferta del Inter de Helenio Herrera por Luis Suárez. La cifra ya marcaba los 30 millones de pesetas. La eliminatoria quedaba en un segundo plano y se miraba con más interés qué rival podría asaltar a los azulgrana en semifinales: Burnley FC o Hamburger SV. El partido se jugó en Praga, ya que no suponía excesivos inconvenientes para la afición del Spartak, ubicado en una pequeña ciudad próxima a la capital checoslovaca. Con ello se satisfacía la expectación levantada por la visita del CF Barcelona.

15 de marzo de 1961

Praga, estadio de Strahov, 45000 espectadores.

Árbitro: Concetto Lo Bello (Italia).

DSO Spartak Hradec Králové, 1; CF Barcelona, 1.

Goles: 0-1 (24′) Suárez. 1-1 (33′) Zikán.

DSO Spartak Hradec Králové: Milan Paulus; Jiři Kománek, Jiři Hledík, Zdeněk Pičman; Josef Buranský, Miroslav Michálek; Jiři Cerný, Ladislav Pokorný, Zdeněk Maček, Zdeněk Zikán, František Malík <entrenador: Jiři Zastera>.

CF Barcelona: Antonio Ramallets; Foncho Rodríguez, Enrique Gensana, Jesús Garay; Martín Vergés, Juan Segarra; Justo Tejada, Enrique Ribelles, Evaristo de Macedo, Luis Suárez, Ramón Alberto Villaverde <entrenador: Enrique Orizaola>.

Fue un partido muy tranquilo para ambos conjuntos porque el 4-0 de la ida ya había cerrado todas las posibilidades. El Spartak llevó la iniciativa priermo con fuerza y luego con juego elegante y pausado pero era contenido por la defensa barcelonista siempre muy ordenada. Suárez abrió el marcador con disparo certero desde 30 metros que pocos minutos más tarde fue neutralizado por Zikán. Recuperdo el honor por parte de los locales, la segunda mitad mantuvo las mismas características, aunque ya sin goles.

Opinión de los protagonistas:

Jiři Zastera: «Mis hombres han jugado para ganar el encuentro. Una victoria mínima hubiera sido un resultado normal».

Enrique Orizaola: «He supeditado la brillantez a lo práctico. Debíamos limitarnos a mantener la ventaja adquirida».

Resultados – Cuartos de final

ida

vta

tot

SL Benfica Lisboa (Portugal) – AGF Aarhus (Dinamarca)

3-1

4-1

7-2

SK Rapid Wien (Austria) – IFK Malmö (Suecia)

2-0

2-0

4-0

Burnley FC (Inglaterra) – Hamburger SV (Alemania Occidental)

3-1

1-4

4-5

CF Barcelona (España) – DSO Spartak Hradec Králové (Checoslovaquia)

4-0

1-1

5-1

 

Tres de las cuatro eliminatorias se resolvieron con facilidad para los equipos que partían con más opciones. Evidentemente, Burnley FC y Hamburger SV protagonizaron el encuentro más atractivo que se resolvió con una remontada alemana.

Semifinales> CF Barcelona (España): Hamburger SV (Alemania Occidental)

De los tres posibles rivales, el Hamburger SV parecía el más difícil. Antes de que los cuartos de final estuviesen decididos, el cruce había quedado fijado por sorteo. Los alemanes reunían un excelente plantel donde destacaba un joven delantero: Uwe Seeler. De nuevo se hablaba de final anticipada.

Partido de ida:

Resultados previos:

CF Barcelona:

19/03/1961    Liga Jornada 26  CF Barcelona – Granada CF                                    8-2

26/03/1961    Liga Jornada 27  Real Madrid – CF Barcelona                                    3-2

09/04/1961    Liga Jornada 28  CF Barcelona – Real Zaragoza                                0-1

Hamburger SV:

03/04/1961    Oberliga N 17     SV Werder Bremen – Hamburger SV                       2-1

09/04/1961    Oberliga N 28     Hamburger SV – Eintracht Braunschweig                  3-0

16/04/1961    Oberliga N 26     Hamburger SV – Concordia Hamburg                       1-2

La temporada para el CF Barcelona se estaba haciendo demasiado larga. No pudo dar la pequeña satisfacción a sus seguidores de vencer en el Bernabeu. Su gran objetivo estaba en Europa. El Hamburger SV, en cambio, llevaba una campaña excelente, totalmente destacado en la Oberliga Norte, se podía dar el lujo de reservar jugadores de cara a su eliminatoria contra el representante español.

12 de abril de 1961

Barcelona, Nuevo Estadio del CF Barcelona, 48000 espectadores.

Árbitro: Lucien van Nuffel (Bélgica).

CF Barcelona, 1; Hamburger SV, 0.

Gol: 1-0 (46′) Evaristo.

CF Barcelona: Antonio Ramallets; Foncho Rodríguez, Enrique Gensana, Sigfrido Gracia; Juan Segarra, Jesús Garay; Ramón Alberto Villaverde, Evaristo de Macedo, Laszlo Kubala, Luis Suárez, Zoltán Czibor <entrenador: Enrique Orizaola>.

Hamburger SV: Horst Schnoor; Gerhard Krug, Jochen Meinke, Jürgen Kurbjuhn; Jürgen Werner, Dieter Seeler; Klaus Neisner, Horst Dehn, Uwe Seeler, Klaus Stürmer, Gert Dörfel <entrenador: Günther Mahlmann>.

Fue un gran partido con dos maneras de entender el fútbol totalmente opuestas. El planteamiento de los alemanes fue académico: fuerte línea defensiva para desplazar el balón con verticalidad sobre sus tres hombres en punta, donde Uwe Seeler era el estilete. Pero Orizaola fue más comedido y armó con cautela y precaución su juego. Con ello buscó el desplazamiento del juego a través de un armado centro del campo con Villaverde. Restaba peso ofensivo y por ello fue criticado, pero así permitió al CF Barcelona llevar la iniciativa durante todo el encuentro. No hubo manera de romper los esquemas de ninguno de los dos conjuntos, porque cuando finalmente se generaba peligro en las áreas, los dos porteros intervenían con solvencia. Solo hubo un gol, el de Evaristo, prácticamente en la primera jugada de la segunda parte gracias a un servicio de Kubala. Con 1-0 la eliminatoria estaba muy abierta.

Opinión de los protagonistas:

Enrique Orizaola: «Por lo menos hemos merecido una diferencia de dos goles, ya que nuestros adversarios poco han hecho para merecer marcar».

Günther Mahlmann: «Una diferencia de un gol la considero poca diferencia para que no pueda ser superada».

Partido de vuelta:

Resultados previos:

CF Barcelona:

23/04/1961    Liga Jornada 29  RCD Mallorca – CF Barcelona                                  3-1

Hamburger SV:

23/04/1961    Oberliga N 29     Hannover 96 – Hamburger SV                                0-2

Se presentó el C Barcelona en Hamburgo con la sensible baja de Garay que sería sustituido por Vergés. Suco se presentaba como la otra novedad. Todo el mundo sabía que el SV Hamburger iba a salir al ataque desde el primer momento.

26 de abril de 1961

Hamburgo, Volksparkstadion, 71000 espectadores.

Árbitro: Gérard Versyp (Bélgica).

Hamburger SV, 2; CF Barcelona, 1.

Goles: 1-0 (59′) Wulf. 2-0 (68′) Uwe Seeler. 2-1 (90′) Kocsis.

Hamburger SV: Horst Schnoor; Gerhard Krug, Jochen Meinke, Jürgen Kurbjuhn; Jürgen Werner, Peter Wulf; Klaus Neisner, Horst Dehn, Uwe Seeler, Klaus Stürmer, Gert Dörfel <entrenador: Günther Mahlmann>.

CF Barcelona: Antonio Ramallets; Foncho Rodríguez, Enrique Gensana, Sigfrido Gracia; Martín Vergés, Juan Segarra; Evaristo de Macedo, Sándor Kocsis, Laszlo Kubala, Luis Suárez, Andrés Parada «Suco» <entrenador: Enrique Orizaola>.

Fue un tremendo encuentro copero. El público alemán llenó el campo con calor y mucho ruido. El SV Hamburger con fuerza y decisión y CF Barceloan con repliegue y orden. Los ataques alemanes eran contenidos por un Gensana siempre en su puesto, arropado con Foncho y Gracia para reducir el trabajo para Ramallets. Kubala no podía superar la línea media local y el juego se volcaba sobre el área azulgrana. El 0-0 de la primera mitad fue esperanzador, pero se intuía que la los siguientes 45 minutos iban a ser muy largos. El SV Hamburger mantuvo su insistencia y obtuvo el 1-0 en un tiro libre antes de cuarto de hora. Cuando Uwe Seeler, en un tiro con fortuna, levantó el 2-0 dio la impresión de que la semifinal ya tenía ganador. No quedaba tiempo y el HS Hamburger jugada a retenerel balón, entonces Suárez por la derecha se hace con un balón lo cruza hacia Evaristo que, al ver la llegada desde atrás de Kocsis, se aparta y deja al húngaro marcar el gol que igualaba la eliminatoria. El Barça se había salvado en la última jugada.

Opiniones de los protagonistas:

Günther Mahlmann: «El 2 a 1 lo considero injusto y vergonzoso. El Barcelona ha marcado cuando ya había pasado el minuto 90».

Enrique Orizaola: «El resultado en modo alguno refleja como ha rodado el balón sobre el campo ya que las mejores jugadas y el mayor peligro siempre na cieron en los jugadores del Barcelona».

Partido de desempate:

Resultados previos:

CF Barcelona:

30/04/1961    Liga Jornada 30  CF Barcelona – Real Oviedo                                    3-5

Hamburger SV:

30/04/1961    Oberliga N 30     Hamburger SV – VfL Osnabrück                              no se jugó

La jornada liguera previa al desempate explica la importancia que ambos equipos le daban a la Copa de Europa. En CF Barcelona sacó la reserva y le costó el tercer puesto y pudo quedar quinto si el Valencia hubiese empatado en Elche. El Oviedo se salvó gracias a ello. Mas descarado fue el Hamburger SV, ya campeón de la Oberliga Norte y clasificado para la fase final del campeonato alemán, que prefirió no jugar, y dar su último partido por perdido y tener dos puntos menos por penalización.

3 de mayo de 1961

Bruselas, estadio de Heysel, 44000 espectadores.

Árbitro: Tage Florence Sørensen (Dinamarca).

CF Barcelona, 1; Hamburg SV, 0.

Gol: 1-0 (43′) Evaristo.

CF Barcelona: Antonio Ramallets; Foncho Rodríguez, Enrique Gensana, Sigfrido Gracia; Martín Vergés, Juan Segarra; Laszlo Kubala, Sándor Kocsis, Evaristo de Macedo, Luis Suárez, Zoltán Czibor <entrenador: Enrique Orizaola>.

Hamburger SV: Horst Schnoor; Gerhard Krug, Jochen Meinke, Jürgen Kurbjuhn; Jürgen Werner, Horst Dehn; Klaus Neisner, Uwe Seeler, Peter Wulf, Klaus Stürmer, Gert Dörfel <entrenador: Günther Mahlmann>.

Günter Mahlmann desplegó su equipo con la idea de sorprender al CF Barcelona. Por eso adelantó a Wulf, para entretener a Gensana y retrasó a Uwe Seeler y hacerle llegar al área rival más suelto. Y le salió mal, porque el equipo azulgrana se mantuvo firme. En cambio, Oriazola despistó a sus rivales no en la alineación en sí, sino en las posiciones intercambiadas de sus delanteros. Y así fue, los húngaros del CF Barcelona se vieron con más terreno y sus combinaciones pudieron ser más imaginativas. Y así llegó el único gol, en una jugada en que intervinieron Kocsis y Czibor, que acaba rechazando el portero y Evaristo, de delantero centro, sentencia a puerta vacía. Como era de esperar, la segunda parte vio el empuje de los alemanes, sin efectividad, que acabaron agotándose físicamente al ver que la línea defensiva del CF Barcelona no se descomponía.

Opiniones de los protagonistas:

Günther Mahlmann: «La suerte ayudo al Barcelona en Hamburgo, y aquí, nosotros tampo hemos estado afortunados».

Enrique Orizaola: «La clave ha estado en que Suárez ha jugado en el centro del campo y Kubala de extremo derecho, para quenuestros desplazamientos fuesen mñas prácticos».

Resultados – Semifinales

ida

vta

tot

SL Benfica Lisboa (Portugal) – SK Rapid Wien (Austria)

3-0

1-1

4-1

CF Barcelona (España) – Hamburger SV (Alemania Occidental)

1-0

1-2

2-2

Desempate

CF Barcelona (España) – Hamburger SV (Alemania Occidental)

1-0

 

La presunta final anticipada necesitó del desempate para resolverse. En la otra, en cambio, el SL Benfica confirmó su extraordinaria capacidad goleadora y superó a los campeones autriacos gracias a su contundente 3-0 de la ida.

Final> CF Barcelona: SL Benfica Lisboa (Portugal)

El CF Barcelona había logrado alcanzar la final tras un año bastante complicado. Su marcha en el Campeonato Nacional de Liga había sido totalmente un fracaso que el público no acababa de digerir. Por eso, un triunfo en la Copa de Europa se había convertido casi en una exigencia. Con este ambiente en cierta medida se había menospreciado al rival, el SL Benfica, que con mucho menos ruido, había ido superando a sus rivales a base de un juego fuerte y dinámico, especialmente en Lisboa.

Partido:

Resultados previos:

CF Barcelona:

11/05/1961    Copa 1/16 vta           Real Gijón – CF Barcelona                              2-4

21/05/1961    Copa 1/8 ida             CF Barcelona – RCD Español                           2-3

27/05/1961    Copa 1/8 vta             RCD Español – CF Barcelona                           2-1

SL Benfica:

23/04/1961    Liga Jornada 23         SL Benfica – SC Braga                                   7-1

30/04/1961    Liga Jornada 24         FC Porto – SL Benfica                                    3-2

14/05/1961    Liga Jornada 25         SL Benfica – Sporting Covilhã                          8-0

28/05/1961    Liga Jornada 26         Os Belenenses – SL Benfica                            suspendido

El CF Barcelona había rematado su temporada a nivel nacional cayendo en la Copa del Generalísimo ante su eterno rival con el que perdió los dos partidos. Solo quedaba Berna. El SL Benfica llegaba con una grandísima ilusión, despues de renovar su título en el campeonato portugués. Debido a su desplazamiento a Berna se suspendió el intrascendente partido que correspondía a la última jornada. Con todo, por experiencia y trayectoria, el favorito era el CF Barcelona.

31 de mayo de 1961

Berna, estadio de Wankdorf, 26700 espectadores.

Árbitro: Gottfried Dienst (Suiza).

SL Benfica Lisboa, 3; CF Barcelona, 2.

Goles: 0-1 (20′) Kocsis. 1-1 (30′) Aguas. 2-1 (32′) Gensana en propia meta. 3-1 (55′) Coluna. 3-2 (75′) Czibor.

SL Benfica Lisboa: Alberto Costa Pereira; Mário João, Germano Figueiredo, Ângelo Martins; José António Neto, Fernando Cruz; José Augusto Pinto, Joaquim Santana, José Aguas, Mário Coluna, Domiciano Cavém <entrenador Béla Guttmann>.

CF Barcelona: Antonio Ramallets; Foncho Rodríguez, Enrique Gensana, Sigfrido Gracia; Martín Vergés, Jesús Garay; Laszlo Kubala, Sándor Kocsis, Evaristo de Macedo, Luis Suárez, Zoltán Czibor <entrenador: Enrique Orizaola>.

Fue un partido totalmente desafortunado para el CF Barcelona, que se mostró superior a su rival en casi todas las fases del partido. Frente al entusiasmo benfiquista se alineaba la mejor técnica barcelonista. Con un comienzo de alternativas, la delantera azulgrana se mostró mucho más peligrosa y así Kocsis aprovechaba de cabeza un servicio perfecto de Luis Suárez. Parecía que llegaría el 2-0 pero en menos de tres minutos el SL Benfica dio la vuelta al marcador: primero por un fallo defensivo en cadena, con despiste final entre Ramallets y Gensana y después el propio Gensana sorprendió en una cesión sobre su portero quien sacando el balón desde la raya dio en el poste, suficiente para que el árbitro concediese el gol. Antes del descanso ya tuvo el CF Barcelona una gran oportunidad, pero sería en la segunda mitad cuando acrecentó su dominio hasta la desesperación. Y desesperante fue que Coluna marcara el 3-1 desde lejos. A partir de entonces el CF Barcelona se volcó, un tiro de Kubala fue de palo a palo y regresó al campo, hubo tres postes más, un balón despejado desde la línea y tan solo un gol. Insuficiente. Portugal se apuntaba su primera Copa de Europa.

Opiniones de los protagonistas:

Béla Guttmann: «Los contraataques de nuestro equipo han sido rápidos y efectivos. No haberse rendido al empuje del Barcelona ha sido la base de nuestro triunfo».

Enrique Orizaola: «El Barcelona jugó infinitamente mejor en todos los sentidos. Hay que cargar en el debe del árbitro parte de la culpa por la derrota».

Resultados – Final

SL Benfica Lisboa (Portugal) – CF Barcelona (España)

3-2

 

Epílogo

Un triunfo azulgrana en Berna hubiese cambiado parte de la historia, porque la derrota sirvió para que el club entrase en crisis muy profunda. Luis Suárez, el mejor jugador español y de Europa del momento marchó a Italia.

 

Estadísticas:

JUGADORES DEL CLUB de FÚTBOL BARCELONA

(POS)

PJ

G

Zoltán CZIBOR Suhai

(a)

5

2

EVARISTO de Macedo Filho

(a)

10

6

FONCHO Rodríguez Salas

(d)

6

Jesús GARAY Vecino

(d)

8

Enrique GENSANA Merola

(m)

9

Sigfrido GRACIA Royo

(d)

8

Sándor KOCSIS Peter

(a)

7

2

Laszlo KUBALA Stecz

(a)

8

1

Fernando OLIVELLA Pons

(d)

1

José PINTÓ Rosas

(d)

1

Antonio RAMALLETS Simón

(g)

10

Enrique RIBELLES Seró

(a)

2

Francisco Rodríguez García “RODRI

(d)

2

Juan SEGARRA Iracheta

(m)

6

Luis  SUÁREZ Miramontes

(a)

9

4

Andrés Parada Alvite “SUCO

(a)

1

Justo TEJADA Martínez

(a)

2

2

Martín VERGÉS Massa

(m)

9

1

Ramón Alberto VILLAVERDE Vázquez

(a)

6

1

JUGADORES DEL REAL MADRID CF

(POS)

PJ

G

Darcy Silveira dos “CANARIO

(a)

1

1

Pedro CASADO Bucho

(d)

2

Luis DEL SOL Cascajares

(a)

2

Alfredo DI STÉFANO Laulhe

(a)

2

Francisco GENTO López

(a)

2

1

Jesús HERRERA Alonso

(a)

1

MARQUITOS Alonso Imaz

(d)

2

Enrique MATEOS Mancebo

(a)

1

1

Enrique Pérez “PACHÍN

(d)

2

Ferenc PUSKÁS Biro

(a)

2

José Emilio SANTAMARÍA Iglesias

(d)

1

José VICENTE Train

(g)

2

José María VIDAL Bravo

(m)

2

ASÍ FUE LA TEMPORADA DE LOS EQUIPOS CAMPEONES DEL AÑO ANTERIOR DE LAS FEDERACIONES MIEMBROS DE LA UEFA EN 1961
CLASIFICACIÓN OBTENIDA EN LA TEMPORADA 1960* o 1960/61 EN LIGA

Pto J G E P F C Pts
Partizani Tiranë (Albania*) 18 12 4 2 41 12 28
Hamburger SV (Alemania Occidental) 1 30 24 2 4 101 29 50
SC Wismut (Alemania Oriental*) 26 14 2 10 40 32 30
SK Rapid Wien (Austria) 26 13 4 9 49 42 30
K Lierse SK (Bélgica) 12º 30 10 8 12 45 58 28
CDNA Sofia (Bulgaria) 26 18 4 4 56 17 40
Spartak Hradec Kr (Checoslovaquia) 26 9 7 10 32 35 25
B1909 Odense (Dinamarca*) 2 22 6 6 10 37 46 18
Heart of Midltohian (Escocia) 34 13 8 13 51 53 34
CF Barcelona (España) 30 13 6 11 62 47 32
HIFK Helsinki (Finlandia*) 22 9 5 8 57 43 23
Stade de Reims (Francia) 38 23 4 11 78 44 50
Panathinaikos AO (Grecia) 30 23 4 3 71 25 80
AFC Ajax (Holanda) 34 22 7 5 102 51 51
Ujpesti Dózsa (Hungría) 26 14 6 6 51 30 34
Burnley FC (Inglaterra) 42 22 7 13 102 77 51
Glenavon FC (Irlanda del Norte) 22 10 5 7 51 42 25
Limerick FC (Irlanda) 22 10 4 8 35 27 24
FC Juventus (Italia) 34 22 5 7 80 42 49
KR Reykjavík (Islandia*) 10 6 1 3 41 15 13
AS Jeunesse d’Esch (Luxemburgo) 3 22 15 3 4 65 30 33
Valetta FC (Malta) 14 10 2 2 43 10 22
Fredrikstad FK (Noruega) 4 14 10 2 2 43 21 22
Legia Warszawa (Polonia*) 22 12 5 5 40 26 29
SL Benfica (Portugal) 26 22 2 2 92 21 46
CCA Bucureşti (Rumanía) 26 17 3 6 61 36 37
IFK Malmö (Suecia*) 22 12 7 3 38 21 31
BSC Young Boys (Suiza) 26 15 6 5 70 37 36
Beşiktas JK (Turquía) 38 22 11 5 60 26 55
Dinamo Moskva (Unión Soviética*) 5 10 5 1 4 12 10 11
FK Crvena zvezda (Yugoslavia) 22 13 5 4 38 21 31

1 Alemania Occidental no tenía un grupo único de primera división. Los datos corresponden a la Oberliga Occidental. Sur

2 Dinamarca participaba con el campeón de ese mismo otoño.

3 El campeonato luxemburgués se resolvió con un partido de desempate donde el CA Spora Luxembourg derrotó a la AS La Jeunesse d’Esch por 1-0.

4 El campeonato noruego se componía de dos grupos. El Eik IF Tønsberg, primero del grupo A, no pudo derrotar en la final al Fredrikstad FK, campeón del grupo B, que revalidó así su título de campeón.

5 Corresponde a la clasificación de la fase final del campeonato soviético.

CAMPEONES DE LIGA 1960* Y 1960/61 DE LAS FEDERACIONES PERTENECIENTES A LA UEFA EN 1961

Pto J G E P F C Pts
Dinamo Tiranë (Albania*) 18 15 2 1 44 9 32
1FC Nürnberg (Alemania Occidental) 1 30 23 2 5 96 30 48
ZASK Vorwärts Berlin (Alemania Oriental*) 26 19 3 4 73 28 41
FK Austria Wien (Austria) 26 17 5 4 68 31 39
R Standard CL (Bélgica) 30 18 9 3 67 25 45
CDNA Sofia (Bulgaria) 26 18 4 4 56 17 40
VTJ Dukla Praha (Checoslovaquia) 26 17 5 4 66 23 39
AGF Aarhus (Dinamarca*) 2 22 13 6 3 52 32 32
Rangers FC Glasgow (Escocia) 34 23 5 6 88 46 51
Real Madrid CF (España) 30 24 4 2 89 25 52
Haka Valkeakoski (Finlandia*) 22 20 1 1 78 23 41
AS Monaco (Francia) 38 26 5 7 77 42 57
Panathinaikos AO (Grecia) 30 23 4 3 71 25 80
Feyenoord Rotterdam (Holanda) 34 24 5 5 100 40 53
Vasas SC Budapest (Hungría) 26 15 8 3 59 24 38
Tottenham Hotspurs (Inglaterra) 42 31 4 7 115 55 66
Linfield FC Belfast (Irlanda del Norte) 22 14 4 4 65 34 32
Drumcondra FC (Irlanda) 22 16 1 5 59 21 33
FC Juventus (Italia) 34 22 5 7 80 42 49
ÍA Akranes (Islandia*) 10 6 3 1 32 15 15
CA Spora Luxemburg (Luxemburgo) 3 22 16 1 5 56 29 33
Hibernians FC Paola (Malta) 14 12 1 1 34 13 25
Fredrikstad FK (Noruega) 4 14 10 2 2 43 21 22
KS Ruch Chorzów (Polonia*) 22 12 6 4 41 29 30
SL Benfica (Portugal) 26 22 2 2 92 21 46
CCA Bucureşti (Rumanía) 26 17 3 6 61 36 37
IFK Norrköping (Suecia*) 22 17 4 1 75 26 38
Servette FC Genève (Suiza) 26 23 0 3 77 29 46
Fenerbahçe SK (Turquía) 38 26 9 3 81 29 61
Torpedo Moskva (Unión Soviética*) 5 10 6 2 2 17 9 14
JSD Partizan Beograd (Yugoslavia) 22 15 2 5 53 23 32

1 Alemania Occidental no tenía un grupo único de primera división. Los datos corresponden a la Oberliga Occidental. Sur

2 Dinamarca participaba con el campeón de ese mismo otoño.

3 El campeonato luxemburgués se resolvió con un partido de desempate donde el CA Spora Luxembourg derrotó a la AS La Jeunesse d’Esch por 1-0.

4 El campeonato noruego se componía de dos grupos. El Eik IF Tønsberg, primero del grupo A, no pudo derrotar en la final al Fredrikstad FK, campeón del grupo B, que revalidó así su título de campeón.

5 Corresponde a la clasificación de la fase final del campeonato soviético.

 

ESTADÍSTICA POR PAÍSES 1955-1961

Part

PJ

PG

PE

PP

GF

GC

PTS

España

11

79

50

12

17

210

104

112

Francia

6

36

21

4

11

87

54

46

Alemania Occidental

6

33

14

8

11

76

62

36

Italia

6

31

15

6

10

67

57

36

Inglaterra

5

28

13

5

10

63

48

31

Austria

6

31

12

6

13

56

53

30

Hungría

6

24

11

5

8

59

47

27

Escocia

6

26

11

2

13

44

54

24

Yugoslavia

6

22

8

6

8

48

38

22

Portugal

6

21

9

3

9

44

40

21

Suecia

6

24

8

5

11

37

37

21

Checoslovaquia

5

18

8

4

6

22

24

20

Suiza

6

21

7

6

8

32

39

20

Alemania Oriental

4

18

6

4

8

28

26

16

Dinamarca

6

19

6

4

9

26

35

16

Holanda

6

18

6

2

10

30

40

14

Bulgaria

5

15

5

2

8

28

33

12

Turquía

4

11

4

2

5

13

22

10

Polonia

6

13

4

2

7

11

28

10

Rumanía

4

12

4

1

7

19

31

9

Bélgica

6

16

4

0

12

21

50

8

Luxemburgo

5

14

3

0

11

18

58

6

Noruega

1

4

1

1

2

4

7

3

Irlanda del Norte

3

6

1

1

4

6

20

3

Sarre

1

2

1

0

1

5

7

2

Grecia

2

4

0

2

2

3

6

2

Irlanda

4

8

0

1

7

8

35

1

Finlandia

2

2

0

0

4

2

12

0

ESTADÍSTICA POR CLUBS 1955-1961

Part

PJ

PG

PE

PP

GF

GC

PTS

Real Madrid CF (España)

6

39

27

5

7

115

46

59

Stade de Reims (Francia)

3

20

13

2

5

55

25

28

CF Barcelona (España)

2

18

11

3

4

45

22

25

AC Milan (Italia)

3

20

10

3

7

53

39

23

Manchester United FC (Inglaterra)

2

16

9

3

4

43

24

21

SK Rapid Wien (Austria)

4

19

8

2

9

35

35

18

BSC Young Boys Bern (Suiza)

4

15

6

5

4

27

26

17

SL Benfica Lisboa (Portugal)

2

11

7

2

2

27

13

16

FK Crvena zvezda Beograd (Yugoslavia)

4

16

6

4

6

34

25

16

OGC Nice (Francia)

2

14

7

2

5

29

25

16

MTK Budapest (Hungría)

3

12

7

1

4

33

26

15

Glasgow Rangers FC (Escocia)

3

16

7

1

8

31

38

15

SC Wismut Karl-Marx-Stadt (Alemania Oriental)

3

16

5

4

7

26

23

14

Club Atlético de Madrid (España)

1

10

6

1

3

25

9

13

AGF Aarhus (Dinamarca)

4

14

5

3

6

18

22

13

Wiener SC (Austria)

2

12

4

4

4

21

18

12

CDNA Sofia (Bulgaria)

5

15

5

2

8

28

33

12

FSG Eintracht Frankfurt (Alemania Occidental)

1

7

4

2

1

23

15

10

Vasas SC Budapest (Hungría)

1

8

4

2

2

18

11

10

BV Borussia Dortmund (Alemania Occidental)

2

10

4

2

4

24

19

10

Club Atlético Bilbao (España)

1

6

4

1

1

16

14

9

FAC Fiorentina (Italia)

1

7

3

3

1

8

6

9

IFK Göteborg (Suecia)

2

10

4

1

5

21

19

9

R Standard CL (Bélgica)

1

6

4

0

2

14

8

8

SC Schalke 04 (Alemania Occidental)

1

7

3

2

2

13

13

8

Hamburger SV (Alemania Occidental)

1

7

3

1

3

15

10

7

Hibernian FC Edingurgh (Escocia)

1

6

3

1

2

9

5

7

IFK Malmo (Suecia)

1

6

3

1

2

7

7

7

VTJ Dukla Praha (Checoslovaquia)

2

6

3

1

2

7

9

7

Sparta Rotterdam (Holanda)

1

6

3

0

3

12

11

6




España 1962, Helenio Herrera y la H3C (Segunda parte)

“¿Por qué escribirlo? Muy sencillo, Pablo Hernández Coronado era nuestro sucesor y de ahí el honrado y fraternal deseo de dar información perfecta (…) de no haber sido Hernández Coronado el sucesor, fraternal amigo, el caso del documento confidencial no se habría producido. Hoy ya sabemos todo, quien hizo uso de él, quien nos vendió a los dos.”

Pedro Escartín, extracto del libro “Chile y su mundial”.

Los meses posteriores al fracaso de la selección española en el mundial de Chile fueron de una actividad frenética. Pedro Escartín volvió a sacar a la palestra su discutido informe (ver primera parte de Helenio Herrera y la H3C), aportando nuevos datos sobre la contratación de Herrera y el proceso de preparación de la selección. Dos derrotas y una única victoria en el campeonato habían dejado a España lejos de la lucha por el título. Para algunos el desastre no fue tan grande, justificando la eliminación con la mala suerte, las discutidas decisiones arbitrales y la fortaleza del grupo (los dos equipos clasificados, Brasil y Checoslovaquia, llegaron a la final). En cambio, los cuchillos de la prensa apuntaron directamente a la H3C como máximos responsables del fracaso.

Chile01

Nadie llegó a entender por qué viajó Alfredo Di Stéfano a Chile. El propio jugador admitía que necesitaba como mínimo ocho días de reposo absoluto para comenzar la preparación, pero Herrera presionó para que se subiera al avión e hiciera piña con el grupo de jugadores. En Chile se prohibieron las camarillas entre futbolistas de un mismo equipo, y es por esta razón que Helenio Herrera ordenó que los seleccionados cambiaran de compañero de habitación cada cinco noches. Pese a las buenas intenciones y algún momento de buen juego puntual, España firmó un campeonato del mundo que dejó pocas conclusiones positivas.

A continuación repasaremos las incidencias vividas por la selección española y la H3C en el mundial, aunque el epílogo de la historia no se vivió en Chile, sino en un maratoniano final cargado de opiniones y finiquitado con el Informe Pablo Hernández Coronado publicado en La Vanguardia el 21 de julio de 1962.

El Mundial de Chile 1962 para España

La expedición se concentró en el Hotel Miramar, situado en la ciudad de Viña del Mar. El complejo se presentaba como un excelente lugar para realizar turismo, pero quedaba lejos de ser el emplazamiento ideal para una selección participante en la Copa del Mundo. Situado muy cerca del casco urbano y bañado por el mar, se trataba de un cuartel general muy diferente al elegido por otras selecciones. Brasil por ejemplo, se marchó a un complejo hotelero alejado de la ciudad.

Chile 1962 sería conocido entre otras cosas por ser el campeonato de los lesionados. Muchos jugadores sufrieron percances durante el torneo, y otros llegaron lastimados o enfermaron debido a los cambios de temperatura vividos en los días previos. En esa nómina se encontraban nombres ilustres como Szymaniak, Robson, Haynes, Greaves, Gilmar, Nilton Santos, Vavá, Yashin o Di Stéfano. El hispano-argentino continuó su recuperación en los primeros días de concentración con la esperanza de llegar a jugar algún encuentro de la primera fase, pero los informes eran muy confusos.

Además, Di Stéfano también fue noticia por unas declaraciones que parte de la prensa chilena sacó de contexto. La presencia de Helenio Herrera como preparador español había disparado la curiosidad de los medios de comunicación en torno a un reciente escándalo, el de los estimulantes que presuntamente se administraban a los jugadores en el fútbol italiano. Varios miembros del equipo español como Eulogio Martínez, Luis Suárez o Puskas, fueron interrogados sobre el asunto; todos negaron la presencia de sustancias extrañas en el fútbol. Pero cuando Alfredo Di Stéfano recibió las mismas preguntas respondió irónicamente (se supone que por el cansancio de escuchar reiteradamente las mismas acusaciones):

Sí, los italianos y todos los demás futbolistas del mundo toman estimulantes. Son como los caballos de carrera que se les pega el pinchazo. Está bueno que se sepa de una vez por todas, como debe saberse lo del falso amateurismo en las Olimpiadas y en otras muchas competiciones… muchos jugadores se pichacatean”.

La cuestión no pasó a mayores, ya que los medios más rigurosos sí entendieron el significado de sus palabras. Entre la confusión producida por las irónicas declaraciones de Di Stéfano, y los movimientos sísmicos que asolaron a algunas de las ciudades en las que los equipos participantes se concentraban, los días previos al comienzo del campeonato se presentaron de lo más movidos. En el congreso realizado por FIFA se aprobó que a partir del siguiente mundial los equipos participantes no podrían seleccionar jugadores que ya hubieran defendido anteriormente a otros países, poniendo fin de esa forma a las críticas que selecciones como España o Italia recibían por parte de sus rivales debido al alto número de jugadores nacionalizados que presentaban.

Chile02

España jugaba su primer encuentro ante Checoslovaquia el 31 de mayo de 1962 en el Estadio Sausalito de Viña del Mar. El seleccionador nacional Pablo Hernández Coronado habló en la víspera sobre los tres rivales que esperaban a la selección. Sobre Checoslovaquia afirmó:

“Tira mucho y muy bien, tienen un fútbol cerebral y una finalidad de juego. Es equipo peligroso”.

De México dijo que “es un sucedáneo del Brasil. Digamos que el Brasil es el café y México la malta, le imita pero no le iguala”.

Sobre Brasil: “es un gran equipo con gran forma y clase, que además tiene confianza en sí mismo. Su juego es en apariencia lento, pero de pronto ofrece un vivísimo cambio de ritmo”.

La nota curiosa fue el rumor que saltó en las horas previas al primer choque. Se hablaba entre parte de la prensa internacional que en caso de recuperarse para jugar ante Brasil, Di Stéfano podría actuar marcando en el campo a Pelé, rumor que fue desmentido rotundamente por Hernández Coronado: “Di Stéfano no es hombre de marcaje, una cosa es que tenga condiciones para atajar un ataque por colocación y otra que tenga condiciones para secar”.

España-Checoslovaquia

Menos de media entrada en el estadio Sausalito de Viña del Mar, terreno de juego blando y arbitraje del colegiado austríaco Erich Steiner.

España debuta en el campeonato con Carmelo en la portería. Santamaría ocupa el eje de la defensa flanqueado a la derecha por Feliciano Rivilla y a la izquierda por el futbolista del Zaragoza Severino Reija. El centro del campo es ocupado por dos jugadores del Barcelona, Joan Segarra y el vasco Jesús Garay, que juega algo más retrasado. En línea de ataque se confirma la baja de Di Stéfano, que no llega en condiciones de disputar el partido.

Luis Del Sol y Francisco Gento ocupan los extremos derecho e izquierdo respectivamente. Luis Suárez y Eulogio Martínez se colocan de interiores y el centro de la delantera queda para Ferenc Puskas. Checoslovaquia cuenta con jugadores de calidad y a la postre será la gran revelación del campeonato. Ante España adoptan una formación de contención y desde muy pronto protagonizan duras acciones con el fin de abortar los ataques españoles.

España lleva la iniciativa pero solo consigue crear peligro en ataques desorganizados. Los jugadores españoles repelen la dureza de los checos con la misma violencia, un hecho que provoca el desaire de los espectadores, que pronto se inclinan a favor de Checoslovaquia. Las lesiones de Rivilla y Reija, los dos laterales defensivos de España, se suman al panel de despropósitos de un partido que comienza a estar muy cuesta arriba para España. Los checos parecen conformarse con el empate, pero a falta de 10 minutos un error del centro del campo español permite a Josef Štibrányi encarar la portería de Carmelo y definir perfectamente con un disparo raso y cruzado. El marcador ya no se moverá, y lo que es peor para la imagen del equipo español, lastrado por las lesiones logra crear muy poco peligro en los últimos compases del encuentro. Debut con derrota.

El equipo fue criticado por la prensa (sobre todo por la sudamericana), que calificó al conjunto español como el “Campeón del torneo de las patadas”, una versión que contrastaba con el estado en el que varios jugadores de la H3C abandonaron el terreno de juego ante Checoslovaquia. De entrada Rivilla y Reija tuvieron que marcharse del torneo lesionados y volver a España, mientras que otros futbolistas como Segarra y Suárez habían salido tocados del primer duelo. Si a todo ello unimos que la lesión de Di Stéfano no mejoraba, era comprensible la preocupación de Hernández Coronado y Herrera; había que ganar a México y esperar un buen resultado ante Brasil para tener opciones.

España-México

Poco público en las gradas del estadio Sausalito y arbitraje del yugoslavo Branco Tesanic.

España sale al campo con Carmelo en la portería y Santamaría en el eje de la defensa. Rodri y Gracia sustituyen a los laterales lesionados, y el centro del campo es completamente inédito con Vergés y Pachín. En la delantera repiten Del Sol, Gento, Suárez y Puskas, con la novedad de Joaquín Peiró en el lugar de Eulogio Martínez.

España vuelve a llevar el peso, los mexicanos se defienden pero no con la dureza de los checos. El partido tiene muy poco ritmo y los ataques hispanos se pierden o son fácilmente detenidos por la zaga azteca o el portero Carvajal. En el segundo tiempo el gasto físico comienza a pasar factura a España, y México toma posiciones de ataque. Pero en una contra, un excelente centro de Luis Suárez es rematado a gol por Puskas. Por fin parece que España encuentra el camino de la victoria… pero el tanto es anulado por fuera de juego.

Se entra en los últimos compases del partido. Ataca México e incluso reclama penalti en el área española. El juego continúa y el balón llega a Gento, que en una espectacular galopada por banda izquierda va a fabricar el primer gol de España en Chile 1962. El extremo del Real Madrid amaga el disparo pero finalmente cede a Peiró, quien remata y supera a Carvajal a pocos segundos del final. España logra la victoria de forma agónica, siendo Santamaría, Pachín y Peiró los mejores hombres del partido según la prensa.

De cara al definitivo encuentro ante Brasil, la moral del equipo se mostraba por las nubes. España tenía oportunidad de clasificarse a cuartos de final dejando al vigente campeón del mundo fuera del torneo. El propio Helenio Herrera, comedido durante todo el mundial, se mostró confiado en la victoria afirmando que el objetivo era posible. La H3C preparaba una auténtica revolución de cara al encuentro, una decisión que fue calificada por el diario MARCA como:

“… el reconocimiento a los cuatro vientos que los supuestos en que se basaba la selección hasta la fecha fracasaron estrepitosamente; que el criterio veteranía no ha resultado y que la concentración de estrellas conocidas en el mundo entero solo pudo hacer un mísero gol al cabo de dos encuentros”.

Al mismo tiempo, la prensa chilena especulaba en torno a la actualidad del equipo. Por un lado los periodistas sudamericanos afirmaron que los niveles de vitamina C de los españoles superaban los límites establecidos. Se habló de que España había agotado 20 frascos de vitaminas y que ya había encargado 40 más por deseo de Helenio Herrera, siempre en el punto de mira por estas cuestiones.

Pero las acusaciones más duras volvían a estar centradas en la figura de Di Stéfano, del que se habló que habría pedido a Helenio Herrera su inclusión en el equipo y éste se negó alegando que no estaba en condiciones. Si Di Stéfano no podía jugar, ¿por qué no volvió a España junto a sus compañeros Rivilla y Reija tras el primer encuentro? y es que las lesiones seguían lastrando a las estrellas del mundial. La última víctima fue Pelé, que disputó sus últimos minutos del campeonato en el segundo encuentro ante Checoslovaquia; Amarildo sería su sustituto ante la selección española.

España-Brasil

20.000 espectadores en el estadio Sausalito de Viña del Mar, con mayoría brasileña. Arbitraje del colegiado chileno Sergio Bustamante.

España salta al campo con novedades, una de ellas en la portería. Carmelo cede su puesto al madridista Araquistáin. Rodri y Gracia flanquean en defensa a otra de las sorpresas, el jugador del Athletic de Bilbao Echeverría (que sustituye a Santamaría). Centro del campo para Vergés y Pachín y más novedades en ataque. Collar y Gento por los extremos, con Adelardo y Peiró secundando a Puskas. El interista Luis Suárez sale del equipo.

Sin Pelé en Brasil se teme a Garrincha, de cuyo marcaje se encarga Gracia. Pachín sigue a Amarildo. España consigue frenar el ímpetu inicial brasileño e incluso se suma al ataque en varias ocasiones, aunque Puskas no está bien. En uno de esos ataques el colegiado Bustamante señala el primer fuera de juego polémico de la tarde a los hispanos, aunque minutos después Adelardo consigue adelantar a España en otra brillante acción de ataque. Tras el primer tanto los hombres de Herrera realizan su mejor fútbol del campeonato, pudiendo marcharse al descanso con más goles de ventaja.

En el segundo tiempo se produce una falta al borde del área que saca Puskas. Adelardo recoge el balón y remata de tijera al fondo de las mallas brasileñas. Gol inapelable que es incomprensiblemente anulado por el señor Bustamante. España se hunde moralmente y comienza a acusar el desgaste mientras Brasil convierte el partido en un constante asedio contra la portería de Araquistaáin. Como respuesta a este ataque llegan los dos goles de Amarildo, el segundo de ellos a cuatro minutos del final.

2-1, se termina el mundial para España y la historia deportiva de la H3C.

Balance del campeonato e Informe de Hernández Coronado

Tras la derrota frente a Brasil, la selección española regresó a Europa. La sensación de fracaso inundó a la mayoría de los expedicionarios, aunque otros como el presidente de la Federación española Benito Picó, justificaron la eliminación y arremetieron frente a aquellos que criticaron duramente el trabajo realizado. Pero restaba el último capítulo de la historia, el que llegaría con el cese en sus funciones tanto de P.H.C como de H.H.

Chile03

El 21 de julio de 1962 La Vanguardia publica el testamento en la selección de Pablo Hernández Coronado. Un detallado informe con todo tipo de información sobre su paso por el equipo nacional. A continuación repasamos algunos de los puntos más destacados:

Tácticas

“En los últimos campeonatos se han acentuado las tácticas defensivas. Los brasileños parecían formar con el esquema 4-3-3, que al atacar se convertía en  4-2-4 merced a la labor lanzadera de su extremo izquierda, y a veces de su interior derecha. Hay que reconocer que, como en el ajedrez, el juego posicional, el safety first, ha derrotado al romántico, de ataque brillante”.

Di Stéfano ausente

“Con estos sistemas y la aglomeración de defensores, es muy difícil lograr aquellas jugadas largas de antes y los goles suelen llegar por genialidades (…) así, los checos solo pudieron hacernos un tanto en una jugada desgraciada y los brasileños, que ya parecían eliminados, nos hicieron dos como consecuencia de dos maravillosas jugadas de Garrincha, reputado como el mejor jugador de los 16 equipos. En este punto es oportuno recordar que nosotros no pudimos utilizar a Di Stéfano, del que también se podían esperar jugadas excepcionales”.

Dureza, arbitrajes y público

“Es de destacar también que los Campeonatos se iniciaron con un lamentable tono de dureza y suciedad, hasta el punto de que en toda la historia del fútbol no se había dado un porcentaje de lesionados tan alto como el que se registró en los primeros partidos de las cuatro series.(…) En cuanto a los árbitros, en general han actuado aceptablemente, y si alguna decisión de ellos a mi me pareció errónea, dio la coincidencia de que en todos los casos fue motivada por la intervención de un juez de línea. El público nos fue adverso pero sin exageración”.

A continuación Hernández Coronado explica cuestiones concretas sobre el rendimiento y la actuación de los jugadores en los tres partidos de la primera fase. Sobre la revolucionaria alineación ante Brasil expone:

“Hice lo que no se ha hecho nunca: la víspera del partido, a todos los periodistas españoles que se me acercaron, les expliqué con más detalles de los consignados, la razón de la formación del equipo y la táctica que iba a seguir. Entonces se limitaron a admirar mi labor por hacer la que llaman una alineación revolucionaria, sin hacerme ninguna objeción de carácter técnico (…) Se advertirá que en esta parte estoy utilizando la primera persona del plural; ello es obligado porque, tanto en la formación de los equipos como en los esquemas de juego, obré de completo acuerdo con Helenio Herrera; ni una sola vez discrepamos y en todo momento su labor me demostró el acierto de su nombramiento.

Da risa que a uno de los mejores técnicos del mundo le nieguen el pan y el agua, sin haberle visto trabajar, cronistas que apenas logran ocultar su ignorancia futbolística con sus dotes de escritores y otros preparadores sin más méritos que haber sido medianos jugadores y haber hecho, como él, los elementales cursillos de la Escuela de preparadores”.

Hernández Coronado critica el sistema de competición, que según él, no premia a los mejores equipos. Apuesta por promocionar un torneo donde impere el sistema de liga. Tampoco le gusta el procedimiento de elección de sedes. A continuación se adentra en uno de los puntos más interesantes de su informe, el presente y futuro del fútbol español y la selección:

“Los intereses del equipo nacional están en pugna con los de los clubs, y para éstos, todos en difícil situación económica, el prescindir de fechas o ceder gratis jugadores cuya adquisición les ha costado gran parte de su presupuesto es un gran sacrificio. No hay que olvidar que sin clubs no hay Federación ni selección nacional. De lo anterior se deduce que, dada la situación actual, es muy difícil que el equipo nacional pueda llegar a los campeonatos del mundo con la cohesión y la preparación de un equipo de club”.

Después propone que hay que preparar el equipo de Londres (Inglaterra 1966) con antelación y buscando jugadores jóvenes. Sobre la elección del siguiente seleccionador afirma:

“La primera condición que buscaría en el nombrado sería una recta personalidad que le permitiera, en todo momento mantener su criterio frente a los inevitables embates de los irresponsables, los apasionados y los que en la contradicción buscan el medio de sobresalir.

El seleccionador debe recibir confianza a largo plazo y se debe optar por no elegir ni a un periodista ni a un técnico comprometido con algún club al mismo tiempo. No debe haber muchos entrenamientos que perturben la relación con los clubs, pero debe establecerse una continuidad en los jugadores llamados para que exista mayor sentimiento de responsabilidad en ellos”.

Tras citar algunos consejos que a su juicio deben utilizarse en la preparación, Hernández Coronado se despide:

“ Y hecho ya este sucinto repaso de los problemas que plantea el porvenir de nuestro equipo nacional, sólo me resta agradecer una vez más a esa Federación el honor que me hizo al nombrarme seleccionador nacional y todas las facilidades que me ha dado para el desempeño de mi cargo, haciendo votos para que la suerte sea más propicia a mi sustituto.

Madrid, junio de 1962.

P. Hernández Coronado”.

Chile04

El informe fue calificado como decepcionante por gran parte de la prensa. Impropio de una figura como la de Hernández Coronado, conocido por sus ácidos análisis en el pasado. A continuación reproducimos íntegramente una de las crónicas más duras que aparecieron en la prensa de aquellos días, concretamente en MARCA (22 de julio de 1962).

Pablo Hernández Coronado incurrió en algunas contradicciones y errores graves a la hora de analizar el campeonato. Su informe carecía de fuerza o autocrítica y estaba cargado de servilismo.

De la actuación española en Chile 1962 se pueden extraer las siguientes conclusiones a modo de síntesis:

– La preparación no fue buena y los jugadores seleccionados no se conocían lo suficiente para rendir como grupo.

– Algunos jugadores seleccionados se incorporaron tarde a la concentración preparatoria debido a los compromisos internacionales de sus clubes, un hecho que perjudicó el proceso de conjunción.

– Las lesiones y los arbitrajes perjudicaron notablemente a España.

– El papel de Hernández Coronado en Chile fue testimonial. No tuvo incidencia en los entrenamientos o decisiones importantes (según la prensa a veces ni acudía a las sesiones preparatorias dirigidas por Helenio Herrera).

– La presencia de Di Stéfano, lejos de ayudar, enturbió el día a día; constantemente seguido por la prensa y protagonista absoluto de la rumorología en torno al equipo. Pudo quedarse en España tras sufrir la lesión o volver al inicio del campeonato, cuando se conocía que no podría participar.

– España no tuvo un esquema claro de juego. Cambió muchos jugadores de un partido a otro, destacando la revolución ante Brasil.

– La fractura entre la selección y los clubes era un hecho. De la misma forma que la actuación en Chile 1962 alejó el interés de los aficionados por la selección.

– La imagen de Helenio Herrera entre sus colegas españoles no mejoró, y algunos técnicos aprovecharon para arremeter duramente contra sus métodos como ya habían hecho en el momento de su designación.

– En septiembre de 1962, José Villalonga es nombrado nuevo seleccionador nacional.

Principales fuentes consultadas en esta segunda parte:

– Diario MARCA

– Hemeroteca de El Mundo Deportivo

– Hemeroteca de ABC

– Hemeroteca de La Vanguardia

– Félix Martialay: “Historia de la Selección Española de Fútbol”. Obra inédita, Madrid 1966

– Pedro Escartín: “Chile y su mundial”. Madrid, 1962

– Vicente Martínez Calatrava: “Historia y estadística del fútbol español” 4ª parte




Campeonato del Mundo sub’20 1999 (III): España se corona en Nigeria

El 5 de marzo de 1999, a menos de un mes del inicio del torneo, Abuja acogió el sorteo de la fase de grupos del Campeonato del Mundo sub’20 de Nigeria 1999. Para entonces aún no se habían disputado los partidos finales del clasificatorio africano, último torneo continental en celebrarse, pero sí se conocían ya los nombres de todas las selecciones que se habían ganado una plaza en el Mundial juvenil, así que la FIFA consideró oportuno no demorar más una ceremonia en la que no sólo se sorteaban los rivales sino también, y éste era un factor muy a tener en cuenta en la cita nigeriana, la sede principal en la que cada equipo se instalaría durante esa primera fase. En Nigeria habría que adaptarse lo mejor posible a unas condiciones que se presumían lejos de ser las óptimas, así que la incertidumbre sobre el rendimiento de las teóricas favoritas era aún mayor de lo acostumbrado en cualquier Mundial sub’20.

Grupo A (Lagos)

Grupo B (Kaduna)

Grupo C (Ibadán)

Grupo D (Enugu)

Grupo E

(Kano, Bauchi)

Grupo F

(Calabar, Port Harcourt)

Nigeria

Ghana

Rep. Irlanda

Mali

Camerún

Brasil

Alemania

Argentina

México

Rep. Corea

Japón

España

Costa Rica

Croacia

Arabia Saudí

Portugal

Inglaterra

Zambia

Paraguay

Kazajstán

Australia

Uruguay

EE.UU.

Honduras

Y los bombos decidieron que España fuera al grupo F, que disputaría sus partidos en Calabar y Port Harcourt, en la superpoblada zona sudeste del país, entre la desembocadura del río Níger y la frontera con Camerún y lejos por tanto de las sedes del interior que, tal y como se sospechaba, reunían peores condiciones. España iniciaría el campeonato enfrentándose a Brasil para luego medirse a Zambia y Honduras, dos selecciones teóricamente asequibles para los de Sáez, de forma que existía cierto margen de maniobra en caso de perder el duelo inaugural. Se clasificaban para octavos de final los dos primeros de cada uno de los seis grupos y los cuatro mejores terceros, así que en principio el resultado del sorteo podía considerarse como favorable para los nuestros. Claro que, teniendo en cuenta lo mucho que había sufrido España para asegurar su presencia en Nigeria, lo mismo pensarían entonces las demás selecciones del grupo F.

El equipo de Brasil, no obstante, atravesaba por momentos difíciles. El 11 de marzo el seleccionador Toninho Barroso presentó su dimisión alegando motivos personales que le impedían viajar a Nigeria, aunque las críticas recibidas por la floja actuación del equipo en el Sudamericano sub’20 (Brasil había finalizado en tercera posición y en la última jornada había estado muy cerca de caer fuera de los cuatro puestos que daban acceso al Mundial) puede que también tuvieran algo que ver. Su sustituto fue Joao Carlos Costa, que se hizo cargo del equipo con apenas dos semanas de margen para preparar el Mundial y que revolucionó sobremanera la plantilla: la mitad de los futbolistas brasileños que disputaron el campeonato no habían estado en aquel Sudamericano del mes de enero.

Pero a pesar de todos sus problemas y dudas la canarinha contaba con seis jugadores que habían sido campeones del mundo sub’17 en Egipto 1997 (entre ellos Ronaldinho, Matuzalem o Geovanni Deiberson, que andando el tiempo pasarían con más o menos gloria por la liga española) y era como siempre una de las principales candidatas al título. Para ese complicado debut Iñaki Sáez apostó por un once que acabaría convirtiéndose en clásico: Aranzubia; Coira, Marchena, Jusué, Bermudo; Varela, Orbaiz, Xavi, Barkero; Gabri y Pablo Couñago. Y con Xavi como jefe de operaciones el equipo respondió de maravilla, tocando con calma ante la nula presión brasileña y poniendo el partido de cara muy pronto: en el minuto quince Gabri se deshizo magistralmente de dos oponentes y, con la zurda, batió por bajo al meta Fabio. Pasada la media hora, España dobló su ventaja: Pablo Couñago porfió por un balón largo que acabó llevándose ante la pasividad de los centrales brasileños y cedió atrás para que Gabri colocara con la diestra un disparo cruzado imposible de atajar.

El 2-0 fue demasiado para Brasil, que lo intentó en la segunda parte pero que se vio incapaz de superar la ordenada defensa española. Al contragolpe España pudo finiquitar definitivamente el duelo e incluso infligir un durísimo correctivo a su rival, pero el marcador no volvió a moverse. La selección española sub’20 conseguía los tres primeros puntos, derrotando además por vez primera a Brasil en un Mundial de cualquier categoría, y el altísimo nivel mostrado por el equipo en todas sus líneas lo hizo merecedor de todo tipo de elogios por parte de la prensa. España había presentado oficialmente su candidatura al título.

05/04/1999 Primera jornada del Grupo F.

ESPAÑA

(2)

Aranzubia; Coira, Bermudo, Jusué, Marchena; Orbaiz, Xavi (-89, Colsa), Barkero (-68, Rubén), Varela; Gabri (-82, Yeste), Pablo.

BRASIL

(0)

Fabio; Indio, Juan, Bilica (-68, Milton Rogerio), Mancini; Edu, Ferrugem, Matuzalem, Alexandre (-46, Rodrigo Gral); Ronaldinho (-67, Geovanni), Baiano.

Goles

1-0 Gabri (ESP, min. 14); 2-0 Gabri (ESP, min. 32).

Árbitro

Felipe Ramos Rizo (MEX).

Tarjetas

Gabri (ESP, min. 14), Matuzalem (BRA, min. 43), Aranzubia (ESP, min. 61), Marchena (ESP, min. 85).

Estadio

U.J. Esuene (Calabar). 12.000 espectadores.

 

Por desgracia, en la concentración de Calabar no hubo mucho tiempo para celebraciones: al día siguiente llegó la noticia del fallecimiento de doña Marcelina Ruiz, madre del seleccionador Iñaki Sáez. El técnico había viajado a Nigeria sabiendo ya que el fatal desenlace era inminente y había podido despedirse de ella en vida, pero aún así el impacto emocional fue grande en toda la delegación española. Inmerso de lleno en el campeonato, Iñaki Sáez decidió no viajar a España para el entierro, en un gesto de compromiso con el grupo que acabaría resultando vital unos días más tarde.

Luciendo el preceptivo brazalete negro, el jueves 8 de abril a las cuatro de la tarde (hora local) la selección española saltaba al césped del estadio de Calabar con el objetivo claro de derrotar a Zambia para dedicarle un triunfo al seleccionador y, de paso, certificar su pase a octavos de final. Ante los zambianos, que en la primera jornada habían derrotado por 4-3 a Honduras y compartían la primera plaza del grupo con España, Sáez repitió alineación, pero esta vez el sofocante calor (se rondaron los cuarenta grados) y el orden defensivo de los africanos atascaron la máquina española. Tras un esperanzador comienzo, pronto las fuerzas fueron decayendo y el partido perdió ritmo. Zambia no atacaba y España parecía asfixiarse en el horno en que se había convertido el rectángulo de juego. Los cambios de la segunda parte no dieron fruto y se llegó al término de los noventa minutos con el marcador inalterado. Con cuatro puntos, ambos equipos parecían tener el pase a octavos bastante bien encarrilado.

08/04/1999

Segunda jornada del Grupo F.

ZAMBIA

(0)

Mumba; Zimba (-89, Lungu), Mwaba, Kampamba (-61, Nsofwa), Simutowe, Bakala (-73, Makayi); Mbambara, Sinkala, Mangamu, Mutapa; Chiwtu.

ESPAÑA

(0)

Aranzubia; Coira, Bermudo, Jusué, Marchena (-59, Yeste); Orbaiz, Xavi, Varela (-70, Álex), Barkero (-59, Rubén); Gabri, Pablo.

Goles

Árbitro

Felipe Ramos Rizo (MEX).

Tarjetas

Sinkala (ZAM, min. 62), Yeste (ESP, min. 64).

Estadio

U.J. Esuene (Calabar). 8.000 espectadores.

 

Pero Brasil había despertado y, tras derrotar claramente a Honduras por 3-0, en la tercera y definitiva jornada destrozó los sueños de los africanos con un incontestable 5-1: la derrota dejaba a Zambia fuera de los dos primeros puestos del grupo y la goleada le privó también de ser al menos uno de los cuatro mejores terceros que pasarían a octavos de final. Como, por mor de la peculiar organización nigeriana, aquel partido se jugó en el mismo escenario e inmediatamente antes que el España-Honduras, la selección española sabía ya antes de empezar su tercer encuentro que, salvo debacle mayúscula, estaba clasificada para la primera ronda eliminatoria.

Los jugadores españoles celebran el gol de Rubén Suárez ante Honduras

Los jugadores españoles celebran el gol de Rubén Suárez ante Honduras

Así pues, Iñaki Sáez aprovechó la ocasión para dar minutos a los no habituales y preservar la salud de jugadores como Xavi, a quien no le había sentado demasiado bien el viaje a Port Harcourt y ni siquiera se sentó en el banquillo. Enfrente estaba un cuadro hondureño que contaba sus partidos por derrotas y que también incluyó en su once varias novedades respecto a encuentros anteriores. Y, como ocurriera el día de Brasil, la primera parte fue una exhibición de juego de un combinado español que en media hora dejó el choque visto para sentencia. Pablo abrió el marcador a los once minutos de un espléndido cabezazo con el que inauguraba también su cuenta goleadora en el torneo, y la escasa resistencia hondureña terminó por venirse abajo cuando, poco antes de la media hora, Varela lanzó un auténtico misil a la escuadra desde fuera del área. Cinco minutos después, en pleno festival español, Rubén Suárez realizó una gran jugada individual por el costado izquierdo para anotar el tercero.

La mala noticia llegó al poco de la reanudación, cuando Álvaro Rubio chocó con un rival en una pugna por un balón dividido y salió con el peroné fracturado. La grave lesión del chaval del Zaragoza sacó a España del partido y sólo la buena actuación de Iker Casillas impidió que Honduras creara auténticos problemas. En el minuto 76 Carlos Oliva consiguió batir al benjamín español, pero los centroamericanos no pudieron ponerle más emoción a los últimos compases y, bajo la intensa lluvia tropical que solía acompañar a los encuentros del último turno, se llegó al final del partido con ese marcador de 3-1. España era primera de grupo y comenzaría la fase decisiva enfrentándose a Estados Unidos, segundo clasificado del igualadísimo grupo E.

11/04/1999

Tercera jornada del grupo F.

HONDURAS

(1)

Siliezar; Izaguirre, Vásquez, Vallecillo, Maynor Suazo (-46, Tilguath); Contreras, Oliva (-77, Fortín), Marín, Gutiérrez; David Suazo, León (-46, Raudales).

ESPAÑA

(3)

Casillas; Coira, Bermudo, Jusué, Álvaro Rubio (-55, Orbaiz); Yeste, Colsa, Varela, Rubén; Gabri (-46, Álex), Pablo (-46, Aganzo).

Goles

0-1 Pablo (ESP, min. 11), 0-2 Varela (ESP, min. 27), 0-3 Rubén (ESP, min. 32), 1-3 Oliva (HON, min. 76).

Árbitro

Mohamed Guezzaz (MAR).

Tarjetas

Gutiérrez (HON, min. 24), Álvaro Rubio (ESP, min. 46), Raudales (HON, min. 47), Izaguirre (HON, min. 50), Aganzo (ESP, min. 70), Contreras (HON, min. 70).

Estadio

Liberation (Port Harcourt). 16.000 espectadores.

 

El telón de la primera fase se cerró sin demasiadas sorpresas, puesto que las únicas selecciones que hicieron las maletas antes de lo previsto fueron Alemania e Inglaterra. Como el Mundial sub’20 se celebraba en abril, en plena temporada europea, ninguna de las dos había podido contar con sus mejores jugadores porque sus clubes no permitieron su participación en el torneo, pero aún así sus prestaciones dejaron mucho que desear: los ingleses incluso se fueron de Nigeria sin puntuar y sin marcar un solo gol. Junto a alemanes e ingleses, las otras selecciones que se marcharon a casa últimas de sus grupos fueron Kazajstán (que entonces pertenecía a la Confederación Asiática), Arabia Saudí, República de Corea y Honduras. Las dos peores terceras fueron Australia y Zambia: los africanos quedaron apeados por su peor diferencia de goles respecto a Argentina, Costa Rica y Uruguay, que también habían acabado en tercera posición de sus respectivos grupos sumando cuatro puntos.

Tras una brillante primera fase en la que se marcaron 102 goles en 36 partidos, los cruces de octavos de final quedaron establecidos de la siguiente forma:

Rep. Irlanda

Nigeria

Mali

Camerún

España

Estados Unidos

Ghana

Costa Rica

México

Argentina

Japón

Portugal

Paraguay

Uruguay

Brasil

Croacia

Tres meses después de que ambas selecciones se enfrentaran en la Copa del Atlántico (con victoria española por 1-0), España y Estados Unidos volvían a verse las caras esta vez sobre el césped del estadio de Port Harcourt, merced a las victorias norteamericanas en la primera fase sobre Inglaterra y Camerún. El encuentro se disputó a las cuatro de la tarde, la misma hora que había podido con las energías de España en el partido contra Zambia de la primera fase; con idéntica alineación y bajo el mismo sol abrasador, esta vez los de Sáez salieron dispuestos a sentenciar por la vía rápida y al descanso parecían haberlo logrado: al cuarto de hora Pablo había empujado a la red una generosa dejada de Varela, cuatro minutos después Xavi había transformar un libre directo aprovechando un error del portero Tim Howard en la colocación de la barrera y, pasada la media hora, nuevamente Pablo había puesto el 3-0 al remachar sin oposición una buena jugada de Gabri dentro del área. Todo iba tan bien que hasta el susto vivido el día anterior (un tiroteo a pocos metros del hotel español en unos graves disturbios provocados por los altos precios de las entradas) era ya un borroso recuerdo en medio de la alegría por la clasificación para la siguiente ronda.

Pero España salió a verlas venir tras el descanso y no habían pasado ni cinco minutos cuando, completamente solo, el goleador Taylor Twellman cazó un balón en el área española y puso el 3-1. Quizás por el calor, o tal vez por haber creído que el pase a cuartos ya estaba hecho, la selección española fue incapaz de reaccionar, cedió la posesión y el terreno y Estados Unidos empezó a llegar con cierto peligro. Iñaki Sáez vio que el partido se le iba de las manos, pero sus cambios no funcionaron y el encuentro siguió inclinado hacia la meta de un inconmensurable Aranzubia. España estaba fundida y acabó pidiendo la hora después de que otro cabezazo de Twellman besara las mallas pasado el minuto noventa. Afortunadamente no quedaba tiempo para más y el pitido final fue un soplo de aire fresco bajo el implacable sol nigeriano.

15/04/1999

Octavos de final.

ESPAÑA

(3)

Aranzubia (GK); Coira, Bermudo, Marchena, Jusué; Orbaiz (C), Xavi, Varela, Barkero (-74, Rubén); Gabri (-79, Colsa), Pablo (-58, Aganzo).

EE.UU.

(2)

Howard (GK); Cherundolo, Bocanegra, García (C), Califf; Morrison, Thorrington, Downing (-58, Jamar Beasley), Albright; Gomez (-44, Tsakiris), Twellman.

Goles

1-0 Pablo (ESP, min. 15), 2-0 Xavi (ESP, min. 19), 3-0 Pablo (ESP, min. 32), 3-1 Twellman (USA, min. 49), 3-2 Twellman (USA, min. 90).

Árbitro

Carlos Eugenio Simon (BRA).

Tarjetas

Bermudo (ESP, min. 40).

Estadio

Liberation (Port Harcourt). 15.600 espectadores.

Estos fueron los resultados de la ronda de octavos de final:

Rep. Irlanda

1

(3)

1

(5)

Nigeria(pen)

Mali

5

4

Camerún

España

3

1

Estados Unidos

Ghana

2

0

Costa Rica

México

4

1

Argentina

Japón

(pen)

1

(5)

1

(4)

Portugal

Paraguay

2

(9)

2

(10)

Uruguay(pen)

Brasil

4

0

Croacia

La derrota de Argentina ante México por 4-1 fue sin duda lo más destacado de la primera ronda de eliminatorias directas, en un partido que los mexicanos remontaron espectacularmente en la segunda parte. Después de ganar los dos Mundiales sub’20 anteriores, en Nigeria’99 la albiceleste quedaba apeada antes de lo esperado, pero lo hacía con todo merecimiento a tenor de lo poco que había mostrado en sus partidos anteriores. Y también se quedaba fuera del torneo Irlanda, la campeona de Europa sub’18, al perder en los penaltis contra la selección anfitriona (en cuyo banquillo se sentaba el neerlandés Thijs Libregts, por entonces técnico de la absoluta nigeriana, tras la fulminante destitución del seleccionador juvenil por la mala imagen dada por el equipo en la primera fase).

Desde los once metros se decidieron otros dos partidos: Japón y Uruguay (los charrúas en una larguísima tanda de once lanzamientos por equipo, resuelta con el fallo final de Roque Santa Cruz) estuvieron más acertados que Portugal y Paraguay. Muy llamativo fue también el loco partido entre Camerún y Mali que acabaron llevándose estos últimos tras lograr el empate a cuatro en el descuento (y jugando en inferioridad numérica) y anotar luego el único gol de oro que se marcaría en el campeonato.

Por su parte, Brasil no tuvo problemas para arrollar a Croacia gracias a los goles de Ronaldinho (el mismo que alcanzaría su cénit futbolístico en el F.C. Barcelona), Fernando Baiano (delantero que pasó por Málaga y Celta de Vigo) y Edú (quien luego sería jugador de Betis y Celta de Vigo). Los brasileños parecían recuperados de su tropiezo inicial ante España y se postulaban como claros aspirantes al título, exactamente igual que Ghana, que tampoco encontró dificultades para doblegar a Costa Rica en el último partido arbitrado por Arturo Daudén Ibáñez en el campeonato. El colegiado aragonés había dirigido también dos encuentros de la primera fase en el grupo E, pero la clasificación de España para cuartos de final le impedía seguir actuando. Precisamente Ghana sería el rival de España en esa ronda, que se presentaba con estos enfrentamientos:

Mali

Nigeria

España

Ghana

Japón

México

Uruguay

Brasil

Tras dos semanas no precisamente idílicas en los hoteles de Calabar y Port Harcourt, España ponía rumbo a Kaduna, en el corazón de Nigeria, una sede de la que ya se habían quejado amargamente los argentinos en la primera fase. Pero nadie en la delegación española iba preparado para lo que se encontró en allí. Un hotel en pésimas condiciones, sin las más elementales comodidades (como una cama para cada jugador, por ejemplo) y con unas instalaciones y un servicio deplorables estuvo a punto de colmar la paciencia de los jóvenes españoles, que llegaron a plantear abiertamente la posibilidad de retirarse del campeonato.

Sin embargo, la promesa (por suerte cumplida) de un cambio de alojamiento y las palabras de Iñaki Sáez y el resto del cuerpo técnico dándoles a entender que se hallaban ante una oportunidad única en sus vidas frenaron el amago de motín. El ejemplo del seleccionador, que no había regresado a España ni siquiera para enterrar a su madre, hizo que los jugadores terminaran de convencerse de que debían demostrar su compromiso. Y al final la ilusión por hacer algo grande pudo más que todas las penalidades experimentadas en esos días. El grupo salió reforzado de todo aquello y así lo demostraría sobre el campo durante el resto del torneo.

El partido de cuartos de final arrancó con una decisión sorprendente: Iñaki Sáez le dio la alternativa al segundo portero de la selección, confiando en que los reflejos de Iker Casillas y su agilidad en las situaciones de mano a mano podrían ser decisivos ante el poderoso ataque ghanés. El primer tiempo fue muy disputado, aunque el respeto que parecían tenerse ambas selecciones y la fortaleza que exhibían en defensa hacían que las jugadas pocas veces acabaran en las áreas. En una de esas escasas oportunidades Gabri mandó un cabezazo al poste ghanés poco antes de que se produjera un apagón que mantuvo el juego detenido durante más de cinco minutos, justo al borde del descanso. Fue uno más de los muchos incidentes similares que se dieron a lo largo del campeonato, aunque el único que afectó a España.

En la segunda parte la selección española salió con más decisión y metió a los africanos en su área, y fruto de esa presión llegó el penalti sobre Barkero que él mismo transformó cuando sólo se llevaban nueve minutos de la reanudación. Entonces el dominio pasó a ser de Ghana, que aprovechó el repliegue español para rondar con peligro la meta de Casillas. España intentaba sentenciar al contragolpe pero el gol ghanés se veía más cercano y acabó llegando en el tiempo de descuento, cuando una falta lateral lanzada por Peter Ofori-Quaye (entonces estrella de Olympiacos) rebotó en una maraña de jugadores y se coló en la puerta española. El partido se iba a una prórroga que era justa dados los merecimientos de unos y otros pero que parecía un duro castigo para los españoles.

El impacto emocional del empate y el poderío físico africano parecían colocar a Ghana como favorita para el tiempo extra. Sin embargo, España se manejó mejor en el océano de nervios que siempre generaba la regla del gol de oro y controló relativamente bien el juego. Se defendió con el balón, provocó la expulsión de un contrario e incluso tuvo alguna oportunidad para llevarse el choque, pero la media hora suplementaria pasó sin que nadie acertara a batir la meta rival y se llegó a los lanzamientos desde el punto fatídico.

Ambos equipos marcaron sus tres primeros penaltis. Entonces Gabri, normalmente un seguro de vida desde los once metros, falló el cuarto lanzamiento español y Ghana se puso con ventaja (4-3) antes de la última ronda. Jusué transformó el quinto con maestría y obligó a Hamza Mohammed a marcar para llevarse el partido. Por suerte para España, la presión fue demasiado grande para el capitán ghanés, que ajustó tanto su disparo que lo estrelló en el larguero. Como al comienzo de la tanda, ambos equipos lanzaron tres nuevos penaltis sin fallo. Llegados al noveno turno con empate a siete (y sin que a España llegaran imágenes desde el estadio, por un corte en la señal televisiva), Varela batió a Adjei y al defensa George Blay le temblaron las piernas: Casillas atajó el flojo disparo del ghanés y certificó el pase de España a semifinales.

18/04/1999

Cuartos de final.

ESPAÑA

(1)

Casillas; Coira (-106, Álex), Bermudo, Marchena, Jusué; Orbaiz, Xavi, Varela, Barkero (-64, Rubén), Gabri, Pablo (-86, Yeste).

GHANA

(1)

Adjei; Blay, Amuzu, Issah (-73, Abdul), Hamza; Abdulai (-66, Gyan), Stephen Appiah, Razak, Ansah; Afriyie (-55, Adu), Ofori-Quaye.

Goles

1-0 Barkero (ESP, min. 54) (p), 1-1 Ofori-Quaye (GHA, min. 90).

Tanda de penaltis

(ESP 8-7)

1-0 Xavi (ESP), 1-1 Ansah (GHA); 2-1 Álex (ESP), 2-2 Razak (GHA); 3-2 Yeste (ESP), 3-3 Appiah (GHA); 3-3 Gabri (ESP), para Adjei, 3-4 Amuzu (GHA); 4-4 Jusué (ESP), 4-4 Hamza (GHA), falla.5-4 Bermudo (ESP), 5-5 Gyan (GHA). 6-5 Marchena (ESP), 6-6 Abdul (GHA). 7-6 Orbaiz (ESP), 7-7 Ofori-Quaye (GHA). 8-7 Varela (ESP), 8-7 Blay (GHA), para Casillas.

Árbitro

William Mattus Vega (CRC).

Tarjetas

Issah (GHA, min. 38), Coira (ESP, min. 62), Hamza (GHA, min. 70), Varela (ESP, min. 76), Rubén (ESP, min. 80), Gabri (ESP, min. 91), Gyan (GHA, min. 92), Appiah (GHA, min. 93), Orbaiz (ESP, min. 97), Ofori-Quaye (GHA, min. 99), Xavi (ESP, min. 117). Expulsado Adu (GHA, min. 104) por roja directa.

Estadio

Ahmadu Bello (Kaduna). 18.000 espectadores.

Los resultados de los cuartos de final fueron los siguientes:

Mali

3

1

Nigeria

España

(pen)

1

(8)

1

(7)

Ghana

Japón

2

0

México

Uruguay

2

1

Brasil

Más allá del duelo entre España y Ghana, que ya se presumía igualadísimo, los demás resultados podían calificarse como sorprendentes, aunque en las tres eliminatorias ciertos detalles podían hacer presagiar lo que finalmente ocurriría. Envuelta en un mar de dudas, la presión por ejercer como local pesó demasiado a Nigeria a lo largo de todo el torneo y Mali, que llegaba plena de confianza tras remontar un partido épico en octavos, supo aprovechar las circunstancias para dominar el encuentro desde el inicio, gracias a un gol marcado en el primer minuto. Aunque Nigeria logró empatar momentáneamente, Mali volvió a golpear justo antes del descanso y sentenció al contraataque en la segunda parte, sellando un histórico pase a semifinales.

Ronaldinho se escapa de Diego "Ruso" Pérez

Ronaldinho se escapa de Diego «Ruso» Pérez

En el caso de Brasil, los problemas defensivos que había mostrado ante España habían quedado luego eclipsados por el gran acierto de sus hombres de ataque, pero ante Uruguay los delanteros brasileños no tuvieron su día y la selección de Víctor Púa logró llegar al último tramo con el marcador empatado. A falta de cinco minutos, un discutido penalti cometido sobre César Eduardo Pellegrín (subcampeón en Malasia’97 y que en Nigeria batiría el récord de apariciones en un Mundial juvenil con catorce partidos, marca que todavía no ha sido igualada) permitió a Néstor Fabián Cannobio (que luego pasó por Valencia, Celta de Vigo y Valladolid) colocar el 2-1 definitivo.

Y México, por su parte, acusó demasiado la baja de su capitán y auténtico cerebro, Rafa Márquez, expulsado en el descuento del partido de octavos de final, y no pudo oponer resistencia en ningún momento a la ordenada selección japonesa. A los dos minutos los asiáticos ya mandaban en el marcador y antes del veinticinco doblaban su ventaja, que se convirtió en insalvable para una desconocida selección azteca. La posibilidad de que el país del Sol Naciente ganara un Mundial de fútbol ya no existía sólo en los dibujos animados.

Cuatro equipos se mantenían en liza y, al igual que ocurriera en los Mundiales sub’20 de Arabia Saudí’89 y Australia’93, cada uno representaba a un continente. Las semifinales quedaban establecidas así:

Mali

España

Uruguay

Japón

Sin tener que moverse de Kaduna, el 21 de abril España recibía a Mali tan preocupada por el rival como por el horario: tocaba jugar otra vez a primera hora de la tarde y los precedentes (empate a cero con Zambia y victoria agónica ante Estados Unidos) indicaban que la segunda parte podía convertirse en una trampa por culpa del cansancio. Tal vez por eso, la selección española salió decidida a resolver por la vía rápida y muy pronto la vuelta de Aranzubia a la titularidad, principal noticia de la previa, pasó a un segundo plano: la primera incursión de Barkero por la izquierda acabó con un balón al área que Varela empujó a la red cuando sólo se llevaban disputados 67 segundos de partido. Los africanos tardaron en reaccionar y el primer tercio de partido fue un nuevo alarde de buen juego español, así que nadie se sorprendió cuando a los veinticinco minutos otra vez Varela recibía un perfecto pase de Gabri y, a puerta vacía, subía el segundo al marcador.

El seleccionador de Mali decidió quemar sus naves antes de que fuera demasiado tarde y pasada la media hora quitó a un defensa para dar entrada a Mahamadou Dissa, máximo goleador de su selección y que, curiosamente, sólo veía puerta cuando salía desde el banquillo. Poco a poco las llegadas españolas se fueron espaciando más en el tiempo y el control del balón pasó a ser de Mali, aunque los africanos no creaban demasiado peligro. Pero tras el descanso se repitió la historia: España acusó el esfuerzo físico de la primera parte y, como ante Honduras y Estados Unidos, se fue del partido. A los cinco minutos de la reanudación llegó el gol africano que, cómo no, fue anotado por Dissa, que sumaba así su quinto tanto y se colocaba como máximo artillero del campeonato.

Llegaron varios minutos de zozobra en los que Mali acarició el empate, pero en el último cuarto de hora el cielo de Kaduna descargó una intensa tormenta que refrescó el ambiente y las ideas hispanas. Y bajo el diluvio, con casi todo Mali volcado sobre el área contraria pero chocando una y otra vez con el muro español sin crear demasiado peligro, llegó la sentencia de Xavi, que en el minuto noventa recibió un balón en la frontal del área rival y lo colocó abajo, cruzado, pegado al palo, imposible para el portero. España certificaba así la victoria y el pase a su segunda final de un Mundial sub’20: en la anterior, en 1985, los Unzué, Goicoechea, Nayim, Rafa Paz, Losada, Fernando y compañía no pudieron superar a Brasil. Catorce años después, casi nadie dudaba de que los de Sáez volverían con el título.

21/04/1999 Semifinal.

MALI

(1)

Ibrahim Keita; Dramane Coulibaly (-34, Dissa), Traore, Adama Coulibaly, Camara; Seydou Keita, Diakite, Amadou Coulibaly, Diarra; Bagayoko, Cisse.

ESPAÑA

(3)

Aranzubia; Coira, Bermudo, Marchena, Jusué; Orbaiz, Xavi, Varela, Barkero (-82, Rubén); Gabri, Pablo (-76, Yeste).

Goles

0-1 Varela (ESP, min. 2), 0-2 Varela (ESP, min. 25), 1-2 Dissa (MLI, min. 51), 1-3 Xavi (ESP, min. 90).

Árbitro

Jun Lu (CHN).

Tarjetas

Camara (MLI, min. 29), Amadou Coulibaly (MLI, min. 52).

Estadio

Ahmadu Bello (Kaduna). 16.000 espectadores.

Las semifinales se cerraron con estos marcadores:

Mali

1

3

España

Uruguay

1

2

Japón

La sorpresa del torneo había dejado de serlo: Japón jugaría con todo merecimiento la final del Mundial sub’20. El cuadro dirigido por el francés Philippe Troussier dominó a los sudamericanos en la primera parte con una gran actuación de Masashi Motoyama, que sirvió los dos goles a Takahara y Nagai (el gol uruguayo, que entonces suponía el empate a uno provisional, fue obra de Ernesto Chevantón, que años más tarde pasaría por el Sevilla). En la segunda parte Uruguay tuvo alguna oportunidad para empatar, pero no acertó a batir al meta nipón y los asiáticos culminaban una gesta que tuvo un único pero importantísimo punto negativo: la tarjeta amarilla vista por su capitán y organizador, Shinji Ono, por perder tiempo, le dejaba fuera de la final por acumulación de amonestaciones.

Llegar a Lagos fue un alivio para la expedición española: por primera vez en el torneo España encontraba un alojamiento acorde a lo esperado en un Campeonato del Mundo y sólo el caótico tráfico de la ciudad más importante de Nigeria supuso algún inconveniente durante los escasos dos días que la selección sub’20 pasó allí antes del partido definitivo. Un partido que, para bien o para mal, apenas tuvo historia. Aunque Gabri no estaba plenamente recuperado de un leve proceso gripal, Iñaki Sáez (que el día anterior había cumplido 56 años) dispuso a su once de gala y muy pronto se vio que a España no iba a escapársele el triunfo.

Naohiro Takahara, Ángel Osvaldo Sánchez y Pablo Orbaiz durante el sorteo inicial de la final

Naohiro Takahara, Ángel Osvaldo Sánchez y Pablo Orbaiz durante el sorteo inicial de la final

A los cuatro minutos el árbitro argentino Ángel Osvaldo Sánchez decretó libre indirecto dentro del área por una infracción del portero Minami que la televisión no alcanzó a mostrar (pudieron ser pasos o pérdida de tiempo, o tal vez el guardameta dejara caer el balón al suelo para luego volver a recogerlo con las manos). En cualquier caso nadie protestó y Barkero, superando la poblada barrera con un tiro raso, fusiló la meta nipona por primera vez. Desde aquel momento se despejaron las pocas dudas que pudiera haber sobre el signo del partido. La ausencia de Ono pesaba demasiado en el equipo japonés y la confianza y calidad de la selección española hacían el resto.

Las ocasiones iban llegando con cierta facilidad. Al filo del cuarto de hora Pablo Couñago anotó el segundo gol del encuentro aprovechando un gran pase largo de Xavi que le dejó mano a mano con el portero japonés, y el gallego repitió en el minuto treinta y tres recogiendo un balón suelto en el área tras una internada por la derecha de Barkero. Pablo llegaba así a los cinco goles del maliense Dissa y empataba en cabeza de la tabla de máximos realizadores del campeonato, con grandes perspectivas de alzarse con la Bota de Oro en solitario en vista del cariz que había tomado el partido. Por parte japonesa sólo el ariete Naohiro Takahara parecía dispuesto a presentar algo de batalla, pero las dos oportunidades de que dispuso en la primera parte se marcharon fuera.

España sabía que no podía permitirse una nueva siesta al comienzo de la segunda parte y obró en consecuencia: a los cinco minutos de la reanudación una triangulación perfecta dejó el balón en los pies de Pablo, quien, obstaculizado por un defensor, cedió el esférico a Gabri, que había iniciado la jugada en campo propio y la remató en el punto de penalti como se merecía. Un gol con el que se cerraba una cuenta que él mismo había abierto tres semanas antes con su primer tanto ante Brasil. Durante unos minutos España pudo aumentar su ventaja aún más, pero entre los fueras de juego y la buena actuación del portero japonés (que pese al primer error y a la goleada fue de lo mejor de su equipo) no se consiguieron más goles. Luego llegó la lógica relajación y el partido se consumió sin mayor novedad.

Alrededor de las siete de la tarde (una hora más en la península ibérica), bajo la atenta mirada de Ángel María Villar y del entonces ministro de Educación y Cultura, Mariano Rajoy, con cierta timidez pero con la cara de quien sabe que está a punto de protagonizar un momento histórico, el capitán Pablo Orbaiz levantaba la primera copa que Joseph Blatter entregaba personalmente como presidente de la FIFA: España era, por fin, campeona del mundo sub’20.

24/04/1999

Final del Campeonato del Mundo sub’20 de Nigeria 1999.

JAPON

(0)

Minami; Tsujimoto, Teshima, Sakai; Nakata, Ogasawara, Motoyama, Endo, Ujie (-46, Inamoto); Nagai (-69, Takada), Takahara (-56, Bando).

ESPAÑA

(4)

Aranzubia; Coira, Bermudo, Marchena, Jusué; Orbaiz, Xavi, Varela (-63, Rubén), Barkero (-80, Aganzo), Gabri (-71, Colsa), Pablo.

Goles

0-1 Barkero (ESP, min. 5), 0-2 Pablo (ESP, min. 14), 0-3 Pablo (ESP, min. 33), 0-4 Gabri (ESP, min. 51).

Árbitro

Ángel Osvaldo Sánchez (ARG).

Tarjetas

Bermudo (ESP, min. 16), Endo (JPN, min. 47), Jusué (ESP, min. 50), Orbaiz (ESP, min 73).

Estadio

National Stadium (Lagos). 38.000 espectadores. Antes de la final se disputó el partido por el tercer y cuarto puesto (Uruguay 0-1 Mali)

(© AFP)

(© AFP)

 

Campeonato del Mundo sub’20 Nigeria 1999. Cuadro de Honor

1º España

2º Japón

3º Mali

4º Uruguay

Campeonato del Mundo sub’20 Nigeria 1999.

Premios Individuales

Balón de Oro al Mejor Jugador (*)

Bota de Oro al Máximo Goleador

1º Seydou Keita (MLI) 1º Pablo Couñago (ESP), 5 goles
2º Pius Ikedia (NIG) 2º Mahamadou Dissa (MLI), 5 goles
3º Pablo Couñago (ESP) 3º Gaspard Komol (CMR), 4 goles
(*) votos de la prensa acreditada 3º Taylor Twellman (USA), 4 goles

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Fuentes consultadas:

Martialay, Félix: «Todo sobre todas las selecciones» (2007), Ed. Librerías Deportivas Esteban Sanz.

Hemeroteca diarios «ABC», «El Mundo Deportivo» y «El País» (abril 1999).

Imágenes extraídas del Informe Técnico oficial del Campeonato, disponible en www.fifa.com




El Pontevedra del “Hai que roelo” (1963-1970). Primera parte

Pontevedra01

Tan sólo seis años duró la aventura del Pontevedra Club de Fútbol en la élite del fútbol español . Representante de una ciudad provinciana de poco más de 50.000 habitantes, incluso en aquellos años 60 donde nuestro balompié vivía con presupuestos mucho más ajustados que los actuales, su permanencia en Primera División, redondeando incluso alguna brillante temporada y haciendo de su humilde feudo de «Pasarón» un fortín donde se estrellaban los grandes o se veían obligados a sudar sangre para arrancar algo positivo, parecía algo milagroso, logrado a base de mucho esfuerzo y una administración de sus escasos recursos, materiales y humanos, sumamente juiciosa. En 1970 el sueño terminó abruptamente, y desde entonces no ha vuelto el club granate a polarizar la atención nacional. Pero hubo un tiempo, ya hace casi medio siglo de aquello, en que de Pontevedra surgió un temible grito de guerra: «¡ Hai que roelo!»

Se trataba de un club muy joven, que de hecho en 1963, cuando asciende a Primera, aun no había cumplido siquiera sus Bodas de Plata. De hecho su fundación databa de los años de nuestra Postguerra, pues había tenido lugar el 16 de octubre de 1941, como resultado de la fusión entre los dos clubes más importantes de la ciudad en aquel momento, el Eiriña y el Alfonso C.F., que dividían infructuosamente las escasas fuerzas futbolísticas de aquella pequeña capital que ni siquiera era la localidad más poblada de la provincia, siempre a la sombra, en lo económico, cultural y deportivo, de la cercana ciudad portuaria de Vigo.

El primer presidente del nuevo club ( cuya equipación constaba de camiseta granate y pantalón blanco, que con el tiempo se tornaría en azul marino) fue Fernando Ponte Conde, y el 28 de diciembre de 1941, festividad de los Santos Inocentes, tuvo lugar la presentación en sociedad del Pontevedra C.F., en el transcurso de un partido que le enfrentó, precisamente, al Real Club Celta de Vigo en el Estadio Municipal de Pasarón. El encuentro terminó en tablas, 3 a 3, y esta fue la primera alineación que presentaron los locales: Manolo; Ruibal, Hermida; Calviño, Quico II, Ernesto; Castillo, Lorenzo, Corbacho, Besada e Iglesias.

LA TEMPORADA DEL ASCENSO: 1962-63

Pontevedra02

El Pontevedra inició su andadura en categoría Regional, y militó  en Tercera División durante catorce años consecutivos, con un breve retorno a  Regional en la campaña 57-58. Al término de esta ascendió nuevamente a Tercera, y tan sólo permaneció dos cursos más en ella, pues al final de la 59-60 lograba el ansiado pase a la categoría de plata del fútbol español, con Ángel Agrasar Vidal como presidente y Cuqui Bienzobas ocupando el banquillo. Quedó campeón de su grupo de Tercera, el Primero, con unos números excelentes ( 46 puntos -seis más que el segundo clasificado, el Arsenal de El Ferrol -, con 21 victorias, 4 empates y 5 derrotas, 89 goles a favor y 28 en contra ), y el  va a lograr el ascenso el jueves 16 de junio de 1960, festividad del Corpus Christi, en el terreno leonés de «La Puentecilla» y ante  el Burgos,  tras dejar por el camino al Caudal de Mieres ( al que apeó después de un encuentro de  desempate en Santander ). Se trataba también de un tercer partido, pues en «Pasarón» habían caído los castellanos por 3 a 1, igualando estos la contienda gracias al 2 a 0 logrado en «Zatorre». El gol de Guillermo en la prórroga, marcado casi desde el centro del campo, va a llevar en volandas a los granates hasta Segunda, entre la inmensa alegría de los millares de pontevedreses desplazados hasta León en coches particulares, autobuses e incluso un tren fletado especialmente para la ocasión. Estos fueron los héroes de aquel memorable encuentro: Estévez; Kaki, Deza, Balea; Marcelino, Guillermo; Fidel, Cholo, Carballinés, Pirelo y Ferreiro.

El debut en Segunda, en el llamado «Grupo Norte», tiene lugar el día 11 de septiembre de 1960 en el propio «Pasarón», ante el filial de la Real Sociedad, el San Sebastián Club de Fútbol, más conocido cariñosamente como el «Sanse», vivero de tantos grandes jugadores «txuriurdín» durante décadas. El resultado va a ser de empate a uno, y el Pontevedra presentará la siguiente alineación: Gato; Kaki, San Martín, Cholo; Trujillo, Rebeca; Rojo, Ribada, Iglesias, Ferrada y Ferreiro. Al final los granates ocuparán una muy meritoria quinta plaza, únicamente por detrás del campeón, Osasuna, y de los otros tres equipos gallegos, Celta, Deportivo de La Coruña y C.D. Orense. Sumarán 31 puntos y un positivo, que se desglosan del siguiente modo: 11 partidos ganados, 9 empatados y 10 perdidos, con 39 goles a favor y 40 en contra.

En la 61-62 quedan novenos, con Cuqui Bienzobas todavía de entrenador. Salvan la primera eliminatoria copera frente al Levante, pero son eliminados por un Primera, el Mallorca. Y de cara a la temporada 62-63, el presidente del club, Miguel Domínguez Rodriguez, contrata como técnico a Rafael Yunta Navarro, más conocido como «Rafa» ( 1920-2011 ), antiguo jugador del Real Madrid y el Real Valladolid en los años 40. El auténtico «gallito» del grupo era el RCD. Español, que acababa de descender por vez primera a Segunda, y estos son los efectivos con los que el Pontevedra se apresta a encarar su tercera temporada en dicha categoría: Gato, Cholo, Pastor, Calleja, Firi, Vallejo, Recalde, Ceresuela, José Jorge, Iglesias, Ferreiro, Estévez, Bea, Deza, Tucho Sampedro, Lamorena, Carlos, Fito, Marcelino, Guillermo, Dobarán y Bolita.

Sorprendiendo a propios y a extraños, los granates van a despachar una magnífica campaña, llegando a la antepenúltima jornada como líderes, y con el segundo puesto – que daba derecho a disputar la promoción de ascenso – ya asegurado. El rival era nada menos que el Español, y en el mismísimo «Sarriá». Pero los pontevedreses no se van a amilanar, y sacarán el partido adelante, llevándose los dos puntos al vencer por 1 a 2 ( con goles de Vallejo y Rivas en propia puerta, mientras que Castaños marcaba para los blanquizales ). Ya solamente les faltaba un punto para conseguir el ascenso directo, y restaban dos partidos: recibir al rival provincial, el Celta, en «Pasarón», y desplazarse luego a los Campos de Sport de «El Sardinero» para jugar el último encuentro de la liga regular contra el Real Santander, la denominación oficial del Racing cántabro por aquellos años.

El 14 de abril de 1963 va a disputarse un verbi trascendental, ante un Celta que no se jugaba absolutamente nada, pero que tampoco estaba dispuesto a regalarles los puntos a sus vecinos. Estas fueron las alineaciones: por el Pontevedra, Gato, Pastor, Firi, Cholo; Calleja, Vallejo; Recalde, Ceresuela, José Jorge, Iglesias y Ferreiro, y por el Celta, Cantero, Quinocho, Lasheras, Zunzunegui, Rori, Polito, Álvarez, Costoya, Téllez, Germán y Marcelino. El arbitraje corrió a cargo del colegiado montañés Ruíz Alciturri. A los 7 minutos de juego se adelantaron los vigueses por mediación de Polito, y los celestes van a seguir dominando el encuentro, poniendo toda la carne en el asador ( se rumoreaba la existencia de una prima de 30.000 pesetas «por barba», ofrecida por el Español ). Las cosas no van a mejorar durante la segunda mitad, de manera que la hinchada pontevedresa tenía el corazón en el puño, temiendo por el resultado.

Faltaban únicamente ocho minutos para concluir el choque cuando los vigueses concedieron un saque de esquina. Lo botó el navarro Recalde, el portero céltico Cantero despejó el balón con los puños, y el esférico va a llegar a Ferreiro, al borde del área, que lo cede en corto al aragonés Rafa Ceresuela, para que este empalme un disparo que entra por toda la escuadra. El tanto salvador va a pasar a la historia como «el gol del ajo» debido a una curiosa anécdota. Instantes antes de producirse tan decisiva jugada Ceresuela salió momentáneamente del campo, para atarse una bota, y al parecer, y sin percatase de ello,  se sentó encima de una cabeza de ajos (lo cual  en nuestro imaginario popular siempre se ha dicho  que atrae a la  suerte ). Y también se cuenta que uno de los agentes de la Policía Armada ( los «grises», para entendernos ), la encargada de mantener el orden durante el partido, se lo comunicó a sus compañeros de servicio, añadiendo que el Pontevedra iba a marcar de inmediato.

Sea como fuere, «Pasarón» – y por ende toda la ciudad -estalló de júbilo, y el marcador ya no se movería, de modo que aquel bendito punto conseguido in extremis, y con tanto esfuerzo, llevaba al Pontevedra a lo más alto. El balance final de la campaña 62-63 se materializaba en 41 puntos y 11 positivos, logrados gracias a 16 victorias y 9 empates, cediendo únicamente 5 derrotas, con 44 tantos  a favor y 31 en contra, siendo los principales goleadores Ceresuela (12 ), Vallejo ( 11 ) y José Jorge ( 11 ).

En tan sólo cinco años el club había pasado de Regional a Primera División. Una trayectoria fulgurante para una entidad que contaba con poco más de veinte años de existencia.

Pontevedra03

TEMPORADA 63-64: DEBUT EN LA ÉLITE

El Pontevedra CF va a afrontar su debut en Primera División con el  siguiente plantel de jugadores, nuevamente a las órdenes de  «Rafa», como entrenador: Fermín, Gato, Múgica; Azcueta, Batalla, Cholo, Deza; Calleja, Vallejo, Pastor; Recalde, Martín Esperanza, José Jorge, Iglesias, Ribada, Ceresuela, Marcaida, Sosa, Lamorena,  Carlos, Julián Roldán y Paz. Eran altas con respecto a la campaña del ascenso el portero vasco Múgica ( Vergara ), el defensa catalán Batalla, procedente del Orense, el guardameta Fermín ( Real Madrid ), el lateral Azcueta ( Real Oviedo ), el extremo Ribada (Osasuna ), el uruguayo Sosa, el delantero Marcaida – que había sido campeón de Liga y Copa con el Athletic de Bilbao -, el pequeño de los hermanos Roldán ( Julián ), y Paz, mientras que causaban baja con respecto a la plantilla del ascenso Firi, Ferreiro, Estévez, Bea, Tucho Sampedro, Fito, Marcelino, Guillermo, Dobarán y Bolita

El debut de los granates en la máxima categoría del fútbol español se va a producir el 15 de septiembre de 1963 en «Pasarón», ante su propio público, y con el Real Zaragoza, flamante subcampeón de Copa y ya con todos los «Magníficos» en nómina, como primer rival. A las órdenes del colegiado vizcaíno señor Birigay Nieva, estas fueron las alineaciones que presentaron ambos conjuntos en tan histórica tarde: por el Pontevedra, Fermín; Azcueta, Deza, Cholo; Calleja, Vallejo; Recalde, Martín Esperanza, José Jorge, Ceresuela y Ribada, y por el Real Zaragoza, Cardoso; Zubiaurre, Pepín, Reija; Isasi, Violeta; Canario, Sigi, Marcelino, Villa y Lapetra. Se adelantaron en el marcador los maños, merced a un penalti transformado por el peruano Sigi en el minuto 51, y cuando ya el encuentro daba sus últimas boqueadas, en el 87, empató el verinés Ignacio Martín Esperanza, consiguiendo así el primer tanto pontevedrés en la División de Honor.

Los siguientes partidos fueron adversos para el cuadro dirigido por «Rafa», que perdió en el Camp Nou ante el Barcelona en la segunda jornada (3 a 1), empató sin goles frente al Sevilla en «Pasarón» en la tercera, y cayó en el campo del también recién ascendido Levante en la cuarta (3 a 1). Ocupaba al término de dicha jornada el penúltimo lugar de la clasificación, con tan sólo dos puntos.

Pero en la quinta jornada, disputada el 13 de octubre de 1963, el Pontevedra va a conseguir su primera victoria en la máxima categoría, delante de su público y  de forma muy holgada. La víctima fue un Real Oviedo muy venido a menos, que en nada recordaba al equipo revelación de la temporada anterior ( tercer clasificado ). Los goles de los gallegos fueron marcados por José Jorge, en dos ocasiones, Martín Esperanza y Ceresuela, anotando José María el tanto del honor para los asturianos. Con esta victoria el Pontevedra salía momentáneamente de las posiciones de peligro.

Al domingo siguiente caía nuevamente por 3 a 1 – parecía abonado a dicho resultado en terreno contrario – en su desplazamiento a San Mamés, y volvía a tropezar más tarde en casa, y esta vez gravemente ( 0 a 1 ante el Elche ) en la séptima jornada. En la octava, visitaba nada menos que el «Santiago Bernabéu», donde caía por el ya habitual 3 a 1. Se hallaba en zona de promoción, con 4 puntos y 4 negativos.  Afortunadamente para sus intereses pudo salir airoso del siguiente encuentro, derrotando en «Pasarón» por 2 a 1 a un Córdoba que estaba realizando hasta la fecha una meritoria campaña. Y siete días más tarde arrancaba su primer positivo en «Sarriá», al empatar con un Español que, pese al refuerzo del veterano Kubala, se debatía en las últimas posiciones de la tabla.

Lograron salir los pupilos de «Rafa» momentáneamente de la zona peligrosa en la undécima jornada ( 8 de diciembre de 1963 ), al derrotar por 2 a 0 a un Betis que llegaba como una de las revelaciones del torneo ( al final los verdiblancos acabarían la Liga en tercera posición ), tras un sensacional encuentro en el que botó hasta 17 saques de esquina contra la portería defendida por el guardameta internacional Pepín, siendo Martín Esperanza – que se estaba revelando como el goleador del conjunto granate – el autor de los dos tantos.

Al domingo siguiente – y ya parecía una maldición – el Pontevedra volvió a a salir derrotado por el inevitable 3 a 1 de su visita a «Mestalla», pero en la decimotercera jornada, y como inesperado regalo de Navidad, va a ofrecer a sus incondicionales la primera victoria a domicilio, al derrotar en «Zorrilla» al Real Valladolid ( la otra revelación de la campaña anterior y ahora colista ) merced a un gol conseguido por José Jorge cuando ya el encuentro, de muy baja calidad, enfilaba su recta final. El Pontevedra era ahora undécimo, con 11 puntos y un solo negativo, y comenzaba a poner tierra de por medio con respecto a los colistas Español y Valladolid, que ocupaban los puestos de descenso automático.

Van a despedir el año 63 los pontevedreses con otra nueva victoria, esta vez en «Pasarón» y frente al Real Murcia por la mínima ( 2 a 1 ), con tantos de Iglesias y José Jorge, escalando en la general nada menos que hasta la séptima plaza, aunque empatados a puntos con varios equipos. Cierra la primera vuelta una nueva visita a la capital de España, en esta ocasión al «Metropolitano», donde un Atlético de Madrid en horas bajas  y que estrenaba nuevo entrenador ( Adrián Escudero, que tan sólo ocuparía el banquillo colchonero esa jornada, siendo sustituido por Sabino Barinaga ) vence apuradamente a los gallegos por 3 a 2, marcando por los locales Ramiro, Collar y Ribes, y por los visitantes José Jorge y Marcaida.

El balance final de esta primera ronda, sin embargo, era bastante positivo, pues el Pontevedra había ganado cinco partidos, empatado tres y perdido siete, con un saldo de 19 goles a favor y 23 en contra, lo que hacía un total de 13 puntos y un único negativo en su casillero. De repetir en la reanudación unos resultados similares, podía lograr el gran objetivo de la permanencia, aunque con apuros.

Pero la segunda vuelta no va a ser tan brillante, como veremos a continuación. Para empezar, la inician los pontevedreses con una derrota, mínima pero derrota al fin, en «La Romareda», donde caen ante el Real Zaragoza por 3 a 2, con sendos tantos de Ribada que no fueron suficientes. El descenso en la tabla ya es grande, al borde mismo de la zona de promoción. Y al domingo siguiente visita «Pasarón» el líder, el Barcelona, que va a salir airoso del compromiso. Sin hacer un gran fútbol, los azulgranas se imponen en el segundo tiempo por 0 a 2, con un extraordinario gol del paraguayo Re y otro de Zaballa, obtenido con la colaboración involuntaria de la defensa granate. El Pontevedra es ahora decimotercero, y promocionaría de terminar en ese momento la Liga.

Las cosas no fueron mejor en la jornada 18, perdiendo ampliamente en el «Sánchez Pizjuán» ante el Sevilla por 3 a 0. Y siete días mas tarde el Levante se llevó para tierras valencianas un positivo de «Pasarón», al empatar a uno ( con gol local de José Jorge ), dejando a los granates con un preocupante menos cuatro. En la jornada número 20 mejoran ligeramente las cosas al enjugar uno de esos negativos en Oviedo, arrancando un empate sin goles en el «Carlos Tartiere» a un rival directo,  con el que se consigue decantar favorablemente el «goal average» particular. Tampoco pintará nada mal la jornada siguiente, al doblegar a un mediocre Athletic de Bilbao en «Pasarón» por un claro 2 a 0, obra de José Jorge y Martín Esperanza, este último de penalti.

Al domingo siguiente la derrota en Elche – ante otro de los cuadros revelación de la temporada, que finalizaría el torneo en quinta posición – entraba dentro de lo previsible, pero lo que constituyó una auténtica sorpresa, destrozando cantidad de quinielas, fue imponerse al nuevo líder, el Real Madrid, en su primera visita a «Pasarón», siete días más tarde, el 1 de marzo de 1964, una valiosísima victoria conseguida a base de coraje y lucha constante para doblegar a los blancos con un gol de Ceresuela, marcado en el minuto 43 de la primera parte. Con arbitraje del guipuzcoano González Echevarría, estas fueron las alineaciones que presentaron ambos conjuntos: por el Pontevedra, Gato; Azcueta, Batalla, Cholo; Calleja, Iglesias; Recalde, Marcaida, José Jorge, Ceresuela y Martín Esperanza, y por el Real Madrid, Vicente; Isidro, Santamaría, Pachín; Muller, Zoco; Amancio, Evaristo, Di Stefano, Puskas y Manolín Bueno, es decir, el equipo de gala con las únicas ausencias de Félix Ruíz y Paco Gento.

Con 19 puntos en su haber, el Pontevedra escalaba un puesto y se acercaba a la salvación, fortalecida su moral  gracias al triunfo sobre los merengues, vigentes campeones de Liga. Pero por algo dicen que «dura poco la alegría en la casa del pobre»… Derrotado en Córdoba por un solitario gol, el cuadro gallego  se asoma de nuevo al abismo, aunque una nueva victoria en la vigesimoquinta jornada sobre el Español, otro rival directo al que se superaba en el computo particular, les proporcionaba a los de «Rafa» un vital balón de oxígeno: 3 a 1 en «Pasarón», con goles de Ribada, en dos ocasiones, y José Jorge.

El Valladolid, con tan sólo 13 puntos, parece ya definitivamente desahuciado, pero Oviedo, Español, Córdoba y Pontevedra, e incluso los históricos Valencia y Athletic de Bilbao, se debaten en la zona de peligro, con una plaza de descenso y dos de promoción pendiendo sobre sus cabezas como Espada de Damocles. Restan únicamente cinco partidos, y el Pontevedra cuenta con 21 puntos, y salidas al campo del Betis y al del Murcia, recibiendo en «Pasarón» al Valencia ( necesitado ), Valladolid ( prácticamente descendido ) y Atlético de Madrid ( probablemente en zona neutra ) en la última jornada. Cuatro, cinco o incluso seis puntos parecen posibles, pero lo que nadie podía imaginarse es que el equipo granate no iba a conseguir ya ni un sólo punto, perdiendo lastimosamente los cinco últimos partidos y yéndose directamente al pozo de la Segunda División de la mano de un Real Valladolid qué sí reaccionó ( va a conseguir 6 puntos en esas cinco postreras jornadas ), aunque ya demasiado tarde.

La visita al Betis se saldará con una clara derrota en el «Benito Villamarín» por 3 a 0, dejando al equipo ya algo descolgado en zona de promoción, a dos puntos del primero de los que se salvaban, el Córdoba, pero la derrota en «Pasarón» ante el Valencia en la jornada 27 ( con gol del brasileño Waldo ) les acerca también al precipicio del descenso automático. Ante esa tesitura, el partido frente al Valladolid en «Pasarón» era crucial para ambas escuadras: los castellanos incluso podían irse ya a Segunda matemáticamente a pesar de ganar, si puntuaban Oviedo y Español, y el Pontevedra, de no vencer, se vería inmerso de lleno en la zona de descenso. Y, pese al resultado favorable a los blanquivioletas, ambos equipos van a salir del encuentro ya prácticamente condenados.

El Valladolid se impondrá por 1 a 2. Morollón, el delantero internacional también venido a menos, va a adelantar a los castellanos, empatando los gallegos con un gol de Ealo en propia puerta, pero Haro  establecerá el marcador definitivo. Las victorias del Español, ante un buen Zaragoza, y el Real Oviedo ( a domicilio en San Mamés ) envían matemáticamente a los de Pucela a Segunda, y dejan al Pontevedra tomadísimo, no dependiendo ya de sí mismo,  sino de lo que hagan españolitas y oleteases,  y también el Córdoba y el Murcia, que todavía no se encuentran a salvo.

El partido de «La Condomina», era, por lo tanto, crucial para las aspiraciones de ambos conjuntos, lo que se dice una auténtica final, en la que los pimentoneros, dirigidos por el veterano técnico eslovaco Fernando Daucik, se van a llevar dos puntos de oro, merced a un apretado 2-1. Encuentro dramático, de alta tensión, con un juego de pésima calidad y muchos nervios, en el terreno de juego y en las gradas. Todos los goles se marcaron en la primera parte. Lax adelantará a los locales en el minuto 11, empatará Ribada en el 20, y De la Fuente deshará la igualada en el 44, al borde del descanso. Las cosas, a la finalización de esa penúltima jornada, quedaban de la siguiente manera, con el Valladolid ya descendido: el Pontevedra tenía 21 puntos y recibía a un Atlético de Madrid que ya no se jugaba nada ( de modo que bien podía ganar ), mientras que el Español, con 23, recibía también a un Sevilla al que tampoco le iba nada en el envite ( así que podía vencer, y lo hizo ), el Córdoba, con 24, afrontaba en «El Arcángel» a un Levante ya salvado ( y al que perfectamente podía derrotar, como de hecho sucedió ), y más difícil, siempre en teoría, lo tenía el Real Oviedo, que visitaba  el «Santiago Bernabéu», donde  un Real Madrid ya campeón no parecía demasiado dispuesto a estrenar el título sin brindarle  una alegría a sus incondicionales, de modo que lo más factible era que los azules saliesen derrotados, y eso mismo es lo que ocurrió. De todos modos, la situación del Pontevedra era desesperada, porque del descenso directo tan sólo podría salvarle una derrota españolista, y el mal menor sería lograr meterse en la promoción.

Pero, como ni siquiera fueron capaces de hacer los deberes, los granates se van a condenar al infierno ellos solitos, al caer derrotados en «Pasarón» por un Atlético de Madrid que les batió al contragolpe, con un gol del hispanoguineano Miguel Jones a sólo tres minutos del final. Acompañaba así a Segunda al Real Valladolid, mientras que Español y Oviedo se veían abocados a la promoción, difícil trámite que ambos equipos lograrían sortear finalmente. La segunda vuelta del Pontevedra había sido, sencillamente, calamitosa. Tan sólo va a conseguir 8 puntos, ganando 3 partidos, empatando 2, y saliendo derrotado en 10 ocasiones, marcando únicamente 11 goles y encajando 22. Algunos fichajes, concretamente los del vizcaíno Marcaida y el uruguayo Sosa, van a resultar un auténtico fracaso, y al equipo lo mantendrán únicamente hasta su desplome final los goles de José Jorge ( 8 ), Martín Esperanza ( 7 ) y Ribada ( 5 ), porque estos dos últimos jugadores si ofrecieron un rendimiento más acorde a las expectativas depositadas en ellos.

TEMPORADA 64-65: DE NUEVO CAMPEONES DE SEGUNDA

La afición estaba lógicamente desencantada ante el efímero paso por la División de Honor, pero no era el momento de desanimarse. «Rafa» abandona el banquillo de «Pasarón», y para sustituirle.  la directiva presidida ahora por Miguel Otero Rodríguez contrata a un técnico joven, el francés Marcel Domingo ( 1924-2010), antiguo guardameta del Atlético de Madrid y del RCD. Español, célebre tanto por su seguridad bajo los tres palos como por sus jerséis de colores chillones, con los que el cancerbero galo aseguraba que ponía nerviosos a los delanteros contrarios. Lógicamente van a producirse cambios en la plantilla. Se van Gato, Ribada, Pastor, Marcaida, Deza, Sosa, Carlos, Lamorena y Paz, y llegan el portero riojano Rodri, cedido por el Atlético de Madrid, el extremo cántabro Odriozola, el delantero salmantino Neme, y tres jugadores de la cantera gallega: el mayor de los hermanos Roldán, Constantino ( a partir de ahora «Roldán I» ), Pose y Norat. Así quedo conformada la plantilla a las órdenes de «Monsieur» Domingo: Rodri, Azcueta, Batalla, Cholo, Calleja, Vallejo, Odriozola, Neme, Ceresuela, Iglesias, Martín Esperanza, Mugica, Roldán I, Recalde, Roldán II, José Jorge, Fermín, Pose y Norat.

Sin embargo el nuevo curso comienza mal, con una derrota por 3 a 1 en «El Molinón» ante otro de los favoritos para el ascenso, el Real Gijón, como se conocía entonces al Sporting. Incluso el Pontevedra va a sufrir en este partido la expulsión de dos jugadores, el guardameta Fermín y Martín Esperanza. Pero ese primer fiasco inicial no sería, ni muchísimo menos, la tónica general, pues el Pontevedra volverá al final de la temporada 64-65 a Primera División por la puerta grande, como campeón del Grupo Norte y asegurando el ascenso de forma matemática a falta aun tres jornadas, con 45 puntos y 15 positivos ( seis de ventaja sobre el segundo clasificado, el C.E. Sabadell ), con un magnífico balance de 20 victorias, 5 encuentros terminados en tablas y solamente 5 derrotas, con 48 goles a favor y la extraordinaria cifra de tan sólo 17 tantos encajados, lo que da fe de su excelente sistema defensivo. Los máximos anotadores del conjunto granate fueron Neme ( 15 ), Iglesias ( 8 ), Ceresuela ( 6 ), Roldán II ( 4 ) y Martín Esperanza, Vallejo y José Jorge ( cada uno de ellos con 2 tantos )

La excepcional campaña del Pontevedra se cimentó en un «Pasarón» absolutamente infranqueable para sus rivales, ya que ni un solo punto voló del feudo granate. En tan sólo un año había vuelto la ilusión a una hinchada que tentada estuvo de creer que la experiencia de la temporada 63-64 había sido un espejismo. Pero lo que ni los más optimistas del lugar podían llegar a sospechar, era que el equipo de sus amores se iba a codear muy pronto con los grandes del fútbol español, tratándoles de tú a tú. Pero de esas tardes de gloria y esplendor sobre la hierba ya hablaremos, largo y tendido, el próximo mes.




Historias de la Selección (III). Y Kubala ganó la guerra (30 de noviembre de 1977).

Desde su nombramiento como seleccionador nacional en octubre de 1969, el balance de Ladislao Kubala al frente del equipo representativo español estaba resultando más que mediocre. Combinaba victorias meritorias, incluso brillantes, ante selecciones de renombre (Alemania Federa, Italia, Argentina), pero en amistosos intrascendentes, con fracasos estrepitosos de juego y resultados en las fases previas de Eurocopas y Mundiales, para los que nunca había logrado clasificarnos. Se le criticaba, por tanto, por ser un seleccionador capaz de salir airoso en mil batallas, pero de sucumbir en todas las guerras. Con estos precedentes se inicia la clasificación para la Copa del Mundo que Argentina organizará en junio de 1978. Después de los descalabros consecutivos camino de Italia-68, México-70, Bélgica-72, Alemania-74 y Yugoslavia-76, la Selección necesita redimirse en una competición que lleva doce años sin saborear. El grupo clasificatorio es pequeño, con sólo tres selecciones (España, Rumanía y Yugoslavia), lo que deja un estrechísimo margen de error a cualquiera de sus componentes. El primer envite, en octubre de 1976, en Sevilla, es un auténtico parto. España y Yugoslavia empatan a cero en el minuto 85. Las defensas (y los porteros, Miguel Ángel y Svilar) se imponen con claridad a las delanteras y parece que el primer punto va a volar de nuestro casillero. Un joven debutante, de nombre muy común pero con un talento fuera de serie, Juan Gómez, Juanito, es derribado en el área contraria cuando enfilaba el camino del gol. El claro penalti lo transforma Pirri y da la primera victoria a la Selección.

En abril del nuevo año, una jugada de carambola termina en autogol de Benito, recién iniciado el Rumanía-España de Bucarest. Ineficaz partido de ambos equipos, que se cierra con ese 1-0 y la clasificación muy apretada. En el mes de octubre, recibimos a los rumanos en el Vicente Calderón. La victoria es absolutamente crucial. España se muestra superior, llega con cierta claridad a los dominios de Cristian, pero no se concreta. Cuando faltan quince minutos y Argentina parece alejarse en el mapa, Leal, a pase de Juanito, cruza imparablemente a la red. La tranquilidad definitiva la pondrá en las postrimerías Rubén Cano, con un certero testarazo, para firmar el 2-0 final. El importante triunfo permitirá cerrar la ronda clasificatoria, en Belgrado, como líderes de nuestro grupo.

El 30 de noviembre de 1977 la Selección librará uno de esos partidos épicos e inolvidables, que han pasado a la leyenda de nuestro fútbol. Los chicos de Kubala viajan a Belgrado con el fin de disputar ante Yugoslavia el último partido de esta fase de clasificación. España llega a este choque con la ventaja de dos puntos y mejor diferencia de goles sobre su rival, lo que le da la posibilidad de clasificación aun perdiendo por la mínima. El ambiente en los graderíos del Pequeño Maracaná de la capital balcánica es verdaderamente infernal. Los Plavi necesitan una victoria por dos o más goles de diferencia y todo el país (aficionados, periodistas, jugadores) parecen estar conjurados para lograrla, al precio que sea necesario. Las gradas, una auténtica olla a presión, rugen desde mucho antes del partido, como presagio de la encerrona que van a sufrir nuestros jugadores durante noventa terribles minutos. Quizá, junto al choque con Suecia en 1920 (donde nació la furia española) y el de Italia en 1934 (cuando fuimos eliminados del Campeonato del Mundo, tras dos combates durísimos y dos infames colegiados), el partido más bronco, violento y hostil de toda nuestra singladura internacional. Esta situación, lejos de calmarse, se volverá insoportable desde el mismo pitido inicial. La expectación del choque es máxima y la importancia, extrema. Kubala y su equipo no pueden fallar más, después de un carro de fracasos y un puñadito de alegrías. Es el encuentro más importante de España en mucho tiempo y además, la posible revancha por el remate letal de Katalinski, que nos apartó del Mundial de Alemania hace cuatro años. Se juega en un miércoles corriente en el país balcánico, que sin embargo, el Mariscal Tito ha declarado festivo para toda la nación. En España se han suspendido las clases vespertinas, para que ni los escolares se pierdan el acontecimiento.

A la una y cuarto de la tarde saltan al terreno de juego ambas formaciones, flanqueando al señor Kenneth Burns, árbitro inglés, que va a protagonizar una actuación calamitosa. En la misma interpretación protocolaria de los himnos ha comenzado ya la batalla. El español es silbado sin contemplaciones y el yugoslavo, cantado fervorosamente por las cien mil gargantas que abarrotan el recinto del Estrella Roja. Kubala sabe que será su última presencia en el banquillo español de no lograr la clasificación y alinea a Miguel Ángel; Marcelino, Migueli, Pirri, Camacho; San José, Leal, Cardeñosa, Asensi; Juanito y Rubén Cano. Arconada, Olmo, Alabanda, Santillana y Dani, se sentarán a su lado a la espera de los relevos. Finalmente, Marañón y López, son los jugadores descartados de los 18 viajeros. Comienza el encuentro y los locales se abalanzan sobre los nuestros como una jauría de lobos.  Juanito, en la primera jugada, recibe una entrada de expulsión que el árbitro no ve. A los trece minutos, Pirri, cazado por detrás en otra escalofriante tarascada de Kustudic, debe dejar su puesto a Olmo, después de ser atendido durante un buen rato en la banda. En menos de un cuarto de hora los Plavi ya han logrado dejarnos sin uno de nuestros principales baluartes. Pero España juega con rabia y ganas uno de los partidos más inteligentes de toda su trayectoria internacional, con sus once representantes absolutamente concienciados y comprometidos y logra salir airosa de aquella caldera en ebullición.  Después del único susto serio, con un balón al palo y un rechace posterior, que Olmo saca en la misma raya, los Kubala Boys logran alcanzar el descanso con su portería a cero.

Tras el intermedio, que bien pudiera denominarse tregua, más de lo mismo. Juego duro, violento por momentos de los balcánicos, con el consentimiento de míster Burns y control  y dominio de España, aunque con el área y la portería yugoslava muy lejos. La contienda parece que va a ser eterna, hasta que a los setenta minutos, llega la jugada del partido. Asensi combina con Juanito, que mete un balón al hueco a Cardeñosa, perpendicular a la línea de fondo. El bético, algo forzado, centra de rosca para Rubén Cano, que viniendo desde atrás, empalma un remate en semifallo, casi con la espinilla, para batir a Katalinic. ¡¡Gooooooool!! ¡¡Gooooooool!! ¡¡Gooooooool!! Alegría indescriptible de los españoles, que formaron una piña en torno al goleador e impotencia en los yugoslavos que se ven fuera del Mundial, a pesar de sus sucias artimañas. El público, impotente también, comienza desde ese instante una lluvia de objetos que siembra el terreno de juego y que el árbitro es incapaz de controlar. Pero falta más. Juanito, en el momento de su sustitución, para colmo, se marcha provocando y recibe un botellazo en la cabeza, que le hace perder el conocimiento durante minutos. Es el colofón intolerable a la encerrona vivida por nuestro equipo y de la que supo salir estoicamente con sangre, sudor y lágrimas… aunque esta vez, de alegría, porque España, con este épico resultado, lograba clasificarse, ahora sí, para un Mundial tras doce años de penosa sequía. En la batalla de Belgrado, por fin, Kubala había ganado la guerra.

CONTEXTO HISTÓRICO

El año 1977 resultó ser particularmente importante para nuestro país. Algunos de los momentos culminantes de nuestra historia más reciente, acontecieron en dicho año: un grupo de ultraderechistas asesina a cinco abogados laboralistas y hiere a otros cuatro, en un despacho de la calle Atocha de Madrid. Se legalizan el Partido Comunista de España y el Partido Socialista Obrero Español. En el mes de junio, tienen lugar las primeras elecciones democráticas, desde 1936. La UCD de Adolfo Suárez logra la mayoría en las urnas. Josep Tarradellas, Dolores Ibárruri y otros muchos exiliados políticos, regresan a España. Hay amnistía y reducción de pena para muchos presos. Es derogada la censura a la prensa.

Algunos de los más grandes genios del mundo de la música o del cine nos dejaron para siempre en 1977. Ese año fallecían: Groucho Marx, Charles Chaplin, Joan Crawford, Roberto Rossellini, Antonio Machín, Elvis Presley, Maria Callas o Howard Hawks.

Por su parte, en 1977, nacían Raúl González, Orlando Bloom, Shakira, Thierry Henry o Dani Martín.

El Campeonato Nacional de Liga se lo llevó el Atlético de Madrid. La Copa de SM El Rey, la primera bajo esta nueva denominación, fue a parar a las vitrinas del Real Betis, después de una igualadísima final contra el Athlétic (2-2) y una interminable tanda de penaltis (8-7). La Copa de Europa se la llevó el Liverpool, tras imponerse al Borussia Mönchengladbach en la final de Roma (3-1).




Estadios del Club España

Sin lugar a dudas uno de los principales equipos del fútbol mexicano, sobre todo en su época romántica, antes del profesionalismo, ha sido el Club España.

Este conjunto que nació en 1912 y que lo ganó todo, tiene entre otras cosas el mayor número de campos de juego.

EL PRIMER CAMPO ESPAÑA

El primer balón hispanista rodó en el campo que tenían en la calle de la Rosa (hoy Eligio Ancona) y Sabino, en Santa María la Ribera.

Este campo se reducía a un terreno delimitado por las líneas de cal y en la zona de las porterías, montones de ropa de los propios jugadores, hasta que pudieron montar unos postes de madera para tener verdaderas porterías. El terreno, propiedad de don Estanislao Flores, se le ofreció a los miembros del recien formado club  en 15 pesos el m2, pero declinaron la oferta porque necesitaban un terreno más grandei.

Campo España. Periódico El Nacional Sección “Por los Campos del Balompié”.

Campo España. Periódico El Nacional Sección “Por los Campos del Balompié”.

Cabe mencionar, que muy cerca de donde se encontraba el campo, estaba el Templo de la Saludii construido en 1901 en los terrenos que pertenecieron a la Quinta San Miguel y en donde varios de los jugadores se reunían previo al partido. Así, en un momento de devoción, perían al creador las fuerzas y el empuje suficiente, para ganar los partidos.

EL SEGUNDO CAMPO ESPAÑA

Con la llegada de nuevos miembros y por tanto con mayores ingresos, en 1913 pudieron rentar unos terrenos en la hoy colonia Condesa, donde en amplios lotes de lo que actualmente es el Parque España, construyeron una caseta que les servía de vestidor para cambiarse y guardar sus objetos personales. Aquí, montaron un campo de fútbol. El campo se encontraba muy cerca del acceso de lo que era el Hipódromo de la Condesaiii.

El directivo encargado de la adquisición de los terrenos, fue don Ricardo Camio, secretario general de la naciente sociedad y don Delio Bonet, jugador y tesorero del club.

Este campo se caracterizaba por ser prácticamente de tierra, con hoyos y piedras en diferentes lugares e inclusive un árbol que sobresalía sobre el terrreno de juego.

Campo España en la Condesa, hoy Parque España.

Campo España en la Condesa, hoy Parque España.

Los espectadores que asistían tan lejos para ver al equipo hispano, tenían que ver el partido de pie o sentados sobre la tierra. Los más afortunados llevaban alguna silla para disfrutarlo mejor.

El equipo llamó tanto la atención por su juego, que en cada partido había mayor asistencia. Se metieron unas tarimas  de madera, pero estas no eran suficientes para el público que ya se hacía presente.

Aquí, ganaron sus primeros campeonatos de liga, 1913-1914, 1914-1915, 1915-1916, 1916-1917 y 1918-1919.

Era tal el dominio hispano, que el campo era prácticamente insuficiente para alojar a tantos espectadores que se hacían presentes. Lo socios del club buscaron adquirir los terrenos, para poder ampliar las tribunas, pero la inmimente lotificación de los mismos para desarrollo inmobiliario, por parte de la familia Escandón, hicieron imposible la compra venta.

Club España 1914  ©Club España

Club España 1914 ©Club España

EL TERCER CAMPO ESPAÑA

Hacia 1919, año en el que el Rey Alfonso XIII les da el titulo de Real, los miembros del ahora Real Club España, rentaron unos terrenos sobre Paseo de la Reforma, justamente a la altura de la calle de Sevilla. Eran unos magníficos terrenos, muy cerca del Castillo de Chapultepec, prácticamente enfrente de donde otro gran club tuvo su campo: El Athletic Club Reforma y que conservaba ahí sus canchas de tenis.

En este campo del España, es en donde ganó sus títulos de la liga amateur 1919-1920, 1920-1921, 1921-1922 y 1923-1924, y aquí también se llevó a cabo un magnífico torneo que por primera vez tuvo a bien juntar a varios equipos tanto de la capital del país, como de diversos lugares de la provincia, el llamado Torneo del Centenario, que  como su nombre lo indica, conmemoraba el primer centenario de la consumación de la Independencia de México y que había ocurrido en 1821.

Campo España, tomado desde el Ángel de la Independencia. Col. Villasana-Torres

Campo España, tomado desde el Ángel de la Independencia. Col. Villasana-Torres

El Torneo del Centenario

En 1921 el Presidente Obregón decidió festejar el Centenario de la consumación de la Independencia. Uno de los organizadores fue el escritor Martín Luis Guzmán, quien tuvo la idea de incluir al deporte de moda, el fútbol, con equipos de diferentes regiones del país.

Este sería, por tanto,  el I Campeonato Nacional de Fútbol. Participaron Atlas y Guadalajara por Jalisco; ADO, Iberia y Veracruz del puerto jarocho; Pachuca, Morelos, y por la capital: Reforma, España, Asturias, América, México, L’Amicale Francaise, el Luz y Fuerza y el Germania.

Entre los asistentes causó furor ver a lo más granado de los equipos que conformaban el mapa futbolístico de nuestro país. El torneo se jugó a eliminación directa salvo el decano Pachuca, que avanzó a la segunda ronda sin jugar.

La final la disputaron los dos equipos de la colonia española: España y Asturias, algo inverosímil si tomamos en cuenta que se festejaba la Independencia de México y aunque los del Real Club España ganaron el trofeo, también se llevaron un ¡Mueran los Gachupines!, lanzado desde la tribuna de sol por algunos encendidos nacionalistas…

Fiestas del Centenario. Estadio Parque España 1921

Fiestas del Centenario. Estadio Parque España 1921

Estadios06

Los títulos ganados en liga, las copas, el torneo del Centenario, entre otros, ponía al Real Club España a la palestar del fútbol mexicano. Sus éxitos comenzaban a ser reconocidos más allá de las fronteras y su hermoso campo para cerca de 8,000 personas, terminó por quedarles una vez más pequeño.

EL CUARTO CAMPO ESPAÑA

El 2 de mayo de 1926, el Real Club España inauguró el que sería el último de sus campos. Situado en la llamada Calzada de la Teja (hoy Marina Nacional y Melchor Ocampo).

El pasto, era magnífico, las tribunas, tanto de sol como de sombra, espectaculares, los vestidores, situados bajo el nivel del campo, muy cómodos. Todo estaba pensado y planeado para que los asistentes y los futbolistas, pudieran pasar una tarde única, deleitados por el partido de fútbol.

A la inauguración, asistieron el marqués de Berna, quien era el ministro de España en nuestro país, así como prominentes españoles que tenías sus reales en México.

La inversión a la construcción de este campo, se debía en gran parte a dos compañías: la Cigarrera El Buen Tono y la Cervecería Moctezuma. Tomás Sansano Emilio Souberville, representantes de las mismas, elogiaron la magnificencia del inmueble.

El campo, en sus dos porterías, fue bendecido por el arzobispoo José Mora y del Río y una centena de chiquillos, corrió por el mismo. Eran los alumnos del colegio Franco Inglés, que se hallaba a un costado del Campo España y cuyos dueños, lo eran también de los terrenos que ocupaba ahora el estadio.

Archivo histórico ICA. Cía Mexicana Aerofoto.

Archivo histórico ICA. Cía Mexicana Aerofoto.

El Parque se inauguró con una serie de partidos, los tres primeros de exhibición: España (2ª. fuerza ) 2-México club (2a. fuerza) 0; Combinado México/Germanía 1- Club Asturias 0 y España (Veteranos) 3- España «B» 0.

Al término de estos, se jugaron dos encuentros de la liga mexicana: América 1-Aurrera 0 y como partido estelar, España 4- Necaxa 3. Estos correspondían a la última jornada del campeonato 1925-1926. El Real Club España buscaba coronarse en casa, pero el triunfo del América ante el Aurrerá,  le dio al traste con su celebración, ya que se hizo de la liga.

El campo, sería remozado y reinaugurado el 31 de diciembre de 1933. El cupo se incrementó a 14,000 aficionados y el sombreado se extendió a más de la mitad de las tribunas.

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En este campo, el España se coronaría en las temporadas 1929-1930, 1933-1934, 1935-1936, 1939-1940, 1941-1942 y ya en la época profesional, 1944-1945. Aunque a decir verdad, pocos partidos jugó en el Parque España sus últimos años, porque ya predominaban en la capital nuevos y lujosos estadios de madera: El Necaxa y El Asturias.

El campo España fue ocupado por alumnos del colegio y posteriormente desaparecío un día cualquiera, sin que nadie, ni la prensa, se ocupara del mismo…


i Hoy en día el el lugar, marcado como el 237 de la calle de Sabino, se levantan unos viejos departamentos.

ii El templo se construyó en 1901, más tarde pasó a ser el Convento de las Siervas de María, cuidadoras de los enfermos, encabezada por la Madre Purificación y en 1935 el inmueble fue desalojado por orden presidencial, retirándolo del culto católico.  Hoy en día es el Teatro Sergio Magaña.

iii El hipódromo era propiedad del Jockey Club de México y se le llamó de la Condesa, porque este sitio fue propiedad en el siglo XVIII de doña María Magdalena Dávalos de Bracamonte y Orozco, Condesa de Miravalle. Para el momento de que el Club puso su campo de fútbol, la dueña del terreno era la familia Escandón. Como dato curioso, los conde de Miravalle son los descendientes directos del monarca mexica Moctezuma Xocoyotzin.




Teresa Herrera vs Ramón de Carranza

Trofeos

Desde el mismo momento del nacimiento del trofeo Ramón de Carranza, en 1955, surgió una inmediata rivalidad con el Teresa Herrera por ser considerado como el más importante de los torneos de verano. Y es que, pese a nacer una década después que la competición coruñesa, pronto el trofeo gaditano pasó a ser considerado como el número uno gracias a la adecuada configuración de su cartel, por una parte, y a la decadencia sufrida por el Teresa Herrera durante los años 60 y principios de los 70, por otro.

Por aquella época, escuadras como Torino, Independiente o Inter de Milán exhibían su magisterio en Cádiz, mientras que en A Coruña los aficionados tenían que conformarse con ver al Sporting de Portugal o al Pontevedra Club de Fútbol. Un buen ejemplo de la superioridad del Ramón de Carranza sobre el Teresa Herrera en esos años es el cartel de 1968, en el que Real Madrid, Fútbol Club Barcelona, Atlético de Madrid y Valencia se vieron las caras en el pujante torneo gaditano, mientras que en el decano de los torneos de verano se enfrentaron Vitória de Portugal y Rapid de Viena.

No obstante, a partir de 1973 el Teresa Herrera recuperó el prestigio perdido gracias a la apuesta por la contratación de equipos de primer nivel nacional e internacional. Sin embargo, ambos torneos sufrieron -igual que el resto de las tradicionales competiciones veraniegas, como el Colombino y tantas otras de menor relevancia- un proceso de decadencia provocado por diversos factores que llevaron a que las gradas de sus respectivos estadios luciesen cada vez más vacías a partir de los años 90 del siglo pasado.