Atlético Madrid – Brasil: dos partidos históricos

La relación entre el Club Atlético de Madrid y el fútbol brasileño se ha distinguido fundamentalmente por los grandes jugadores que han vestido la camiseta rojiblanca. La llegada de Edvaldo Izidio Neto «Vavá», tras la Copa del Mundo de 1958, abrió una lista de internacionales brasileños que han aportado su clase y su calidad para la consecución de los mejores éxitos del club madrileño. Por citar los más destacados: Leivinha, Pereira, Dirceu, Alemão, Baltazar, Juninho… hasta los actuales Diego Costa y Miranda.

Además, en dos ocasiones históricas la selección de Brasil se ha enfrentado al Club Atlético de Madrid en encuentros de exhibición para deleite de un público conquistado por el espectáculo futbolístico. El primero tuvo lugar en 1966 como antesala del Mundial de Inglaterra y el segundo con motivo del 75º Aniversario del Club Atlético de Madrid, en 1978, significando el cierre de la gira brasileña por Europa y Asia como preparación para el Mundial de Argentina. Dos extraordinarios partidos que dejaron su huella. En el presente artículo vamos a recordar tan especiales enfrentamientos.

1966: ATLÉTICO MADRID – BRASIL 3-5

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La Asociación de la Prensa organizó este partido entre el Club Atlético de Madrid, flamante campeón de Liga, y la Selección de Brasil, entonces bicampeona del Mundo.

La Confederación Brasileña de Deportes había perfilado un calendario de preparación para la Copa del Mundo bastante cargado, con la intención de forjar un equipo lo más conjuntado posible. Muchos de los grandes triunfadores de Suecia 1958 y Chile 1962 se habían retirado o les empezaba a pesar la edad demasiado. Pelé era una excepción, porque, pese a que ya había ganado dos mundiales, en esas fechas de 1966 contaba tan solo con 25 años de edad.

Durante el mes de junio Brasil tuvo tres rivales (Perú, Polonia y Checoslovaquia), contra los que jugó dos veces en un margen de tiempo ínfimo. Incluso llegó a jugar dos partidos oficiales en el mismo día y en el mismo estadio, Maracaná de Río de Janeiro. En ellos se perfiló la lista definitiva de jugadores que irían a Europa, una una gira previa a la fase final del Mundial.

04/06/1966 Río de Janeiro: Brasil, 4 (Lima 2, Pelé, Paraná); Perú, 0.

05/06/1966 Río de Janeiro: Brasil, 4 (Tostão 2, Alcindo, Denílson); Polonia, 1 (Liberda).

08/06/1966 Río de Janeiro: Brasil, 3 (Fidélis, Tostão, Edu); Perú, 1 (Andrés Herrera).

08/06/1966 Río de Janeiro: Brasil, 2 (Silva, Garrincha); Polonia, 1 (Liberda).

12/06/1966 Río de Janeiro: Brasil, 2 (Pelé 2); Checoslovaquia,1 (Masný).

15/06/1966 Río de Janeiro: Brasil, 2 (Pelé, Zito); Checoslovaquia, 2 (Popluhar, Szikora).

La gira europea se abrió precisamente en Madrid:

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21 de junio de 1966

ATLÉTICO MADRID – BRASIL         3-5

Santiago Bernabeu, 100.000

Árbitro: Armando Marques (Brasil)

Goles: 1-0 (45′) Cardona. 1-1 (48′) Lima. 1-2 (50′) Amarildo. 1-3 (58′) Pelé. 2-3 (62′) Luis. 2-4 (71′) Pelé de p. 3-4 (80′) Luis de p. 3-5 (84′) Pelé.

Club Atlético de Madrid:

Rodri; Colo, Griffa, Calleja; Ruiz Sosa -al 60′ García-, Martínez Jayo[50′]; Cardona, Luis, Jones -al 80′ Isidro-, Mendoza, Collar -al 70′ Cecilio Martínez- <entrenador: Adrián Escudero>.

Brasil:

Gilmar (Santos FC); Fidélis (Bangu AC Rio de Janeiro), Brito (CR Vasco de Gama Rio de Janeiro), Altair (Fluminense FC Rio de Janeiro); Paulo Henrique (CR Flamengo Rio de Janeiro), Zito (Santos FC); Jairzinho (Botafogo FR Rio de Janeiro) -al 60′ Garrincha (SC Corinthians São Paulo)-, Gerson (Botafogo FR Rio de Janeiro) -al 46′ Lima[89′] (Santos FC)-, Servílio (SE Palmeiras São Paulo), Pelé (Santos FC), Amarildo (AC Milan/Italia) <Seleccionador: Vicente Feola>.

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El Atlético no pudo contar con sus cuatro jugadores internacionales (Glaría, Ufarte, Adelardo y Rivilla) porque estaban concentrados con la selección española, también en fase de preparación para disputar la Copa del Mundo. Madinabeytia, guardameta argentino, tampoco pudo jugar por estar lesionado.

Junto a Pelé también jugó Garrincha, que salió al final. Además jugaron Brito, Jairzinho y Gerson, tres de los que serían campeones del mundo… cuatro años después.

El partido organizado por la Asociación de la Prensa tuvo un éxito de público imprsionante, llenado el Santiago Bernabeu para ver a Pelé, que una noche más confirmó ser el mejor jugador del mundo.

El Atlético logró reunir un once titular respondón, aprovechando la firmeza de su defensa y la creatividad de sus mejores delanteros: Luis, Mendonça y Collar. Brasil concedió algunas licencias y el ímpute local, las ganas de hacer un buen papel las aprovecharon.

Pese a que el Atlético abrió el marcador, justo antes del descanso, el juego brasileño, más lento que el europeo en líneas generales, fue rompiendo poco a poco las líneas. Así, en la segunda mitad, como venía siendo habitual en la Canarinha impusieron su clase y en cinco minutos lograron dar la vuelta al partido. La prensa se quejó de que el árbitro brasileño barrió para casa y concedió el segundo gol en fuera de juego y expulsó a Martínez Jayo por sus portestas.

Luego vino la exhibición de Pelé: control el balón, juego, desmarque y terrorífico remate. Marcó dos goles de jugada y un tercero de penalty. El público, que siempre apoyó al Atlético, ovacionó constantemente la espectacularidad de la estrella brasileña. En su crónica de Marca, Antonio Valencia, puntuó como era habitual de 0 a 3 el rendimiento de cada jugador. Cunado tuvo que calificar a Pelé su admiración le llevó a ponerle más que un cuatro: matrícula de honor.

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1978: DOCE AÑOS DESPUÉS…

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Brasil volvió a pasar por Madrid. Esta vez para cerrar su gira de preparación para la Copa del Mundo de Argentina. Una vez más, la selección brasileña figuraba entre las favoritas. Querían recuperar el espíritu que les encumbró en México 1970 y que se había perdido en Alemania 1974. Había una nueva figura para dirigir el equipo: Zico.

Cláudio Cutinho, el seleccionador nacional, trató de imponer una disciplina militar, priorizando el componente físico al técnico. Brasil contaba con extraordinarios lanzadores, le pegaban que «la rompían», capaces de marcar goles con facilidad incluso a 30 metros de distancia.

Gira de Brasil por Europa 1978

01/04/1978 París: Francia, 1; Brasil, 0.

05/04/1978 Hamburgo: Alemania Occidental, 0; Brasil, 1.

10/04/1978 Jeddah (Arabia): Al Ahly, 1; Brasil, 6.

13/04/1978 Milán: FC Internazionale, 0; Brasil, 2.

19/04/1978 Londres: Inglaterra, 1; Brasil, 1.

21/04/1978 Madrid: Atlético de Madrid, 0; Brasil, 3.

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La gira brasileña empezó inesperadamente con derrota en Francia, que reaparecería en los mundiales justo en 1978, pero pronto mostraron su potencial al derrotar a Alemania Occidental, vigente campeona del mundo en Hamburgo. El otro encuentro de interés se disputó en Wembley, donde no pudieron vencer a una Inglaterra correosa y muy entragda en la defensa del honor ante su público. La última escala en Europa estaba en Madrid. Para los jugadores era una de las últimas oportunidades para entrar en la convocatoria definitiva que representaría a Brasil en el Mundial.

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21 de abril de 1978

ATLÉTICO DE MADRID – BRASIL     0-3

Estadio Vicente Calderón (50000).

Árbitro: Soto Montesinos (España).

Goles: 0-1 (29′) Nunes. 0-2 (52′) Toninho. 0-3 (71′) Mendonça.

Atlético de Madrid:

Reina; Marcelino, Eusebio, Pereira, Capón; Marcial -al 68′ Robi-, Alberto, Leal; Ayala, Rubén Cano -al 46′ Rubio-, Leivinha -al 46′ Bermejo- <entrenador: Luis Aragonés>.

Brasil:

Leão (SE Palmeiras São Paulo) – al 46′ Carlos (AA Ponte Preta Campinas)-; Zé Maria (SC Corinthians São Paulo) -al 68′ Toninho (CR Flamengo Rio de Janeiro), Abel (CR Vasco de Gama Río de Janeiro), Amaral (SC Corinthians São Paulo), Edinho (Fluminense FC Rio de Janeiro) -al 80′ Rodrigues Neto (Botafogo FR Rio de Janeiro)-; Dirceu (CR Vasco de Gama Río de Janeiro), Batista (SC Internacional Porto Alegre), Zico (CR Flamengo Rio de Janeiro) -al 46′ Mendonça (SE Palmeiras São Paulo)-; Gil (Botafogo FR Rio de Janeiro) -al 75′ Tarciso (Grêmio FBPA Porto Alegre)-, Nunes (Santa Cruz FC Recife) -al 46′ Reinaldo (C Atlético Mineiro Belo Horizonte)-, Romeu (SC Corinthians São Paulo) <Seleccionador: Cláudio Coutinho>.

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El partido se organizó dentro de los actos de conmemoración del 75º aniversario de la fundación del Club Atlético de Madrid. El atractivo de enfrentar a las grandes figuras rojiblancas Pereira y Leivinha ante sus compatriotas aumentó el atractivo del partido.

El juego se desarrolló entre un Atlético combativo, un tanto acelerado y una selección sobria y eficaz, cumpliendo con las órdenes emitidas por el seleccionador. Los locales empujaron y llegaron a desperdiciar numerosas situaciones de gol. Por el contrario, los brasileños, sin conceder excisivos adornos, fueron pautando el juego a ratos con lentitud, como el que les dio el triunfo en Hamburgo, a ratos con vertiginosa velocidad. Precisamente Brasil acabó doblegando al Atlético de Madrid a base de enormes disparos desde fuera del área.

Brasil causó una muy buena impresión, mostrándo un equipo firme candidato a la Copa del Mundo.

Observando la alineación del combinado brasileño, con una perspectiva histórica, podemos destacar la presencia de Dirceu, quien sería un jugador fundamental durante la Copa del Mundo y años más tarde se convertiría en uno de los grandes ídolos de la hinchada rojiblanca.




Puntos regalados

¿Podemos imaginar al Real Madrid regalando unos puntos vitales al C. F. Barcelona?. ¿Y al Sevilla haciendo lo propio con el Real Betis?. Regalarlos altruistamente, se entiende. Y a plena luz, con la connivencia arbitral, sin mediación de maletines, cesión de futbolistas cara al futuro o cualquier otro tipo de acuerdo ventajista, ruin o chanchullero. Imposible, ¿no es cierto?. Pues esto, hoy impensable, solía ser moneda corriente en tiempos de amateurismo más o menos real y profesionalismo encubierto.

Se entendía entonces que el fútbol -«foot-ball», por respetar la grafía de esa época- era deporte de caballeros, de «gentlemen», que al terminar cada «match» se evaporaba toda rivalidad y nada impedía a los contendientes departir las incidencias como amigos. Así las cosas, quedó recogida reglamentariamente la posibilidad de que cualquier equipo entregase los puntos a su adversario, si entendía fueran a resultarle más provechosos. Para ello bastaba el cuerdo de los presidentes, directivos o capitanes, y la correspondiente comunicación al árbitro -entonces «referee»-. El partido se disputaba, claro. A veces a cara de perro, por más que todos fuesen conocedores del pacto. Y podía ocurrir -de hecho sucedía a veces- que al final de los 90 minutos el marcador reflejase un tanteo contrario a quien debía resultar victorioso. No importaba, porque prevalecía la palabra empeñada. El «referee» reflejaba en su acta a quién debían serle otorgados los puntos en litigio, como consecuencia del pacto previo, y todos contentos.

Cuando esta fórmula fue admitida, nadie pareció pensar en las aficiones. Al fin y al cabo, tampoco cabía hablar de «afición» en el sentido que hoy las caracteriza. Al principio acudían a los «fields» familiares o conocidos de los jugadores, sus novias, amigas, puede que algún reportero, y unos cuantos ociosos picados por la curiosidad. No faltaban gacetilleros tan versados en las artes del balón redondo como para recoger en sus crónicas, con alborozo, «la considerable altura que alcanzaron algunos schoots». Poco a poco los alrededores del «field» irían poblándose, no ya de apacibles espectadores en tarde de picnic, donde lucir sombrillas o sombreros de jipijapa, sino por quienes empezaban a tomarse como cuestión de honor la derrota del contrario. Y partir de ahí, lo de regalar puntos empezó a revestir algún riesgo.

Probablemente quien más caro pagase tal práctica fue el apenas recién nacido Club Deportivo Castellón, entidad surgida del Cervantes Fútbol Club. Los cervantinos, jóvenes trabajadores, vestían el uniforme tricolor de la bandera republicana y lucían una estrella en el pecho, pues no en vano estaban auspiciados por el Centro Republicano de la Plana. La capital mediterránea contaba con otros clubes de menor predicamento, alguno con abundancia de señoritingos o vástagos de la mejor sociedad. Como no pareciese lógico aquel microcosmos, se planteó concentrar los esfuerzos en una única agrupación que además llevara el nombre de Castellón allá por donde compitiese. El 20 de julio de 1922 los socios del Cervantes, tras votación muy reñida, se avinieron a convertir dicha entidad en C. D. Castellón, aportando la práctica totalidad de su plantilla. También se acordó elegir pantalones negros y camisetas tricolores con el azul del mar, el naranja de sus huertos y el verde de los campos, pero al no hallar por ningún sitio semejante combinación acabaron comprándolas blancas, que además resultaban más baratas. Teniéndolo todo para competir, iniciaron su andadura. Y justo durante la segunda campaña con la recién estrenada denominación habría de estallarles el conflicto.

Escudo del Cervantes, club de inspiración republicana, origen del futuro C. D. Castellón.

Escudo del Cervantes, club de inspiración republicana, origen del futuro C. D. Castellón.

Fue el 8 de diciembre de 1923, a raíz del primer partido correspondiente a la 2ª vuelta del Campeonato regional. Les visitaba el Valencia, gran favorito, máxime considerando que los castellonenses había resuelto con tres derrotas cuatro de los partidos disputados en aquel torneo. Quién sabe si por quedar bien, por hacer amigos en la capital del Turia, teniendo en cuenta los antecedentes, el presidente del Castellón, Tadeo Mallach, acordó con su colega «ché» cederle los puntos. Parece avalar esta hipótesis el hecho de que nada dijese a sus compañeros de junta directiva, y menos aún a sus futbolistas. Como ambos equipos lucían idéntica equipación, siguiendo normas de cortesía en aquella época, los jugadores de la Plana saltaron al campo con camiseta verdiblanca. Y justo con el pitido inicial empezó a fraguarse el escándalo.

Porque resulta que el Castellón, practicando un fútbol brillante y efectivo, al decir de los cronistas, con Alanga, Martínez y Lavall, su tripleta defensiva, rayando a gran altura -entonces se jugaba con portero y dos defensas-, fue empequeñeciendo al adversario. Hacia el ecuador del primer tiempo Pinto lanzó un córner, el cuero llegó a su interior izquierdo Vicente Ordóñez, que para sorpresa de los defensas lo dejó pasar, impulsándolo de inmediato con el tacón hasta el fondo del portal valenciano. El jolgorio de los aficionados locales todavía pudo haber sido mayor, puesto que algún minuto después el «referee», Sr. Lemmel, castigó con penalti el derribo de que fuera objeto en el área Aliaga, un ariete todo empuje, a la vieja usanza. El castellonense Doménech lanzaría el balón lejos de los tres palos y así lo que pudo haber sido victoria más contundente quedó en raquítico, aunque muy sabroso 1-0 a favor del Castellón. Entonces, claro está, al primer presidente del club, Sr. Mallach, le tocó confesar su pacto. Y se armó la marimorena.

Los jugadores de la Plana se lo tomaron como una afrenta, los directivos como una traición en toda regla, y los seguidores como la más descarnada burla, máxime considerando que el beneficiario no era un club cualquiera, sino el Valencia, precisamente, la representación de la gran ciudad desde donde se sentían mirados por encima del hombro. Cuando a modo de mofa comenzó a llamarse al C. D. Castellón  «C. D. Puntos» desde diversos ámbitos regionales, ya fue el colmo. Para empezar, Tadeo Mallach tuvo que presentar su renuncia al cargo. Y luego los jugadores se negaron en redondo a seguir vistiendo la misma equipación del Valencia -camiseta blanca y pantalón negro-. Durante un año, poco más o menos, la plantilla castellonense habría de lucir distintas equipaciones, siendo la más habitual camiseta rojiblanca y pantalón negro. Sólo a partir de 1925 adoptarían como propio el uniforme albinegro, en listas verticales.

Por cuanto se refiere a Vicente Ordóñez, causante involuntario del cisma merced a su gol, apenas jugaría unos pocos partidos más. Había llegado desde el Cervantes, como casi todos sus compañeros, y tras 2 campañas en la recién nacida sociedad parece colgó las botas durante el verano de 1924, con 5 presencias en dos Campeonatos Regionales y 3 goles, según revisión estadística de Conrado Martín y Miguel Ángel Serer para su obra «En el Escudo de tu historia». El fútbol siempre fue para él puro divertimento, sin pretensiones de abrazar el profesionalismo. Venía de familia acomodada, con negocio próspero, al que en buena lógica debería incorporarse en el futuro. Pero eso sí, mientras el muchacho jugaba en el Castellón, a su padre, fundador de una empresa de radiadores, le tocó instalar las duchas en el viejo campo del Sequiol. Gratuitamente, claro, que el fútbol pretérito estaba para muy pocos dispendios.

Emblema del primer C. D. Castellón, el que por un exceso del presidente fundacional habría de  pechar con el molesto remoquete de “C. D. Puntos”.

Emblema del primer C. D. Castellón, el que por un exceso del presidente fundacional habría de pechar con el molesto remoquete de “C. D. Puntos”.

El 28 de junio de 1924, transcurridos sólo seis meses de los hechos narrados, el fútbol español adquirió oficialmente estutus profesional, si bien durante cierto tiempo hubo abundantes dimes y diretes entre partidarios y enemigos de la resolución. Se daba carpetazo a un asunto por demás espinoso, ya que ni clubes ni futbolistas hallaban la menor seguridad en el «amateurismo marrón». Los jugadores, sobre todo, solían llevar la peor parte. No sólo carecían de foro donde reclamar cualquier impago, al ser en teoría aficionados puros, sino que se exponían a la descalificación como se les probara el ejercicio profesional. Aquello lo cambió todo. Las entidades más potentes pescarían a su antojo en el vivero de otras menos ricas. Muchachotes del Norte, practicantes de un juego más aguerrido y viril, en tiempos donde el físico primaba sobre la condición técnica, comenzaron a recibir nada despreciables ofertas del Sur, de Madrid, o de la ribera mediterránea. Nacería el Campeonato Nacional de Liga (1929) como única fórmula capaz de financiar, mediante sus jugosas taquillas, los dispendios en que la mayoría se embarcaron. Poco a poco, la antigua caballerosidad comenzó a antojarse un estorbo. Y por supuesto, a nadie se le ocurrió seguir cediendo a su adversario los puntos en litigio. Cuando menos dejaron de hacerlo con luz y taquígrafos, por puro altruismo.

Historias de otro fútbol y otra España, la del caciquismo agrario, el cuplé o el charleston, la del pistolerismo empresarial y anarcosindicalista, el fin de la Restauración a manos de Primo, su dictadura y la avenencia de Alfonso XIII a vivir entre sables, como lamentable pelele.

Tiempos donde un apretón de manos y la palabra empeñada revestía carácter contractual… incluso en el siempre complejo mundillo del balón, tan propenso al puntapié y la zancadilla.




Las siete federaciones españolas de fútbol (II)

Aunque en el primer artículo de nuestra serie colocábamos a esta Asociación Madrileña de Clubs de Foot-ball como cronológicamente la tercera de las federaciones españolas, empezaremos el análisis con ella dado que no en vano fue precisamente la que nos hizo plantearnos toda esta serie.

En efecto en los últimos meses y con la más que inestimable ayuda de Luis Javier Bravo Mayor pudimos reconstruir muchos datos hasta el momento desconocidos de esta federación, cuya importancia en la historia del fútbol español está todavía por explicar. Hoy nos detendremos únicamente a defender que se trata de una federación española, según la definición que de tal concepto ofrecimos en el número anterior.

En primer lugar quizá sea conveniente hacer un análisis léxico del propio sintagma que da título a la federación, «Asociación Madrileña de Clubs de Foot-ball», y en concreto al adjetivo «madrileña». De hecho este puede parecer el principal escollo para nuestra tesis. ¿Por qué se llamaba «madrileña» si se trataba de una «española»?

El sintagma puede tener dos significados bien diferentes en función del que le demos al adjetivo «madrileña». O bien se trata de una federación que solo admite a clubes madrileños o bien es una federación de clubes cuyo origen geográfico está indeterminado sita en Madrid. Si se tratara de una federación actual nos hallaríamos sin duda ante el primero de los significados, en el que el adjetivo restringe el ámbito de la federación, con el que se pretende decir en definitiva que es madrileña y no española. Pero varios son los datos que nos permiten saber que en el caso de la Asociación Madrileña nos encontramos ante el segundo significado, en el que se da por supuesto que el ámbito geográfico al que se refiere es España.

El primer dato lo encontramos en los estatutos de la propia federación, en el mismísimo artículo primero: «se denominará Asociación Madrileña de Clubs de Foot-Ball y su objeto será fomentar la afiliación a este sport por cuantos medios estén á su alcance, como concursos, partidos extraordinarios, etc., y facilitar las relaciones entre los Clubs que lo practiquen, juzgando en definitiva las diligencias que pudieran surgir». Queda claro que no se restringen los clubes a aquellos domiciliados en la región madrileña.

Por otro lado no podemos dejar de lado algunas de las noticias publicadas respecto de la federación, tales como la siguiente:

Se está organizando la Federación de los Clubs de foot-ball de España, medida necesaria dada la importancia que este sport adquiere entre nosotros, y se habla de solicitar a S.M. una copa que se disputarán todos los años las sociedades que aspiren a obtener el campeonato de España […] (La Correspondencia de España, 3-11-1902).

¿Por qué pues llamarla «madrileña»? Creemos que la explicación debemos encontrarla en el hecho de que el día 12-11-1902, precisamente mientras se estaba organizando en Madrid la federación, se fundó en Barcelona la llamada «Asociación Clubs Foot-ball», en cuyo nombre no aparecía gentilicio alguno. ¿Cómo diferenciar pues a la madrileña de la barcelonesa? Pues precisamente añadiendo el adjetivo «madrileña» en el nombre de la asociación. Que nacía con la vocación de ser española lo sabemos por los estatutos y por la prensa, pero el hecho de que se adelantaran unas semanas en Barcelona a crear su propia asociación impedía que la que se iba a fundar en Madrid fuera la Asociación Española de Clubs de Foot-ball.

De hecho que Carlos Padrós quisiera fundar una federación española tiene más sentido que suponer que quisiera solo una restringida a Madrid. No olvidemos que esta federación era consecuencia directa del torneo que había organizado en mayo de 1902 convocado para equipos de toda España y que de hecho mientras fundaba la federación le solicitaba al Rey una copa para disputarla en el Campeonato de España. Carlos Padrós pensaba en organizar el fútbol español, no el fútbol madrileño.

Otra prueba de ello es la primera junta directiva de la federación, que presidida por el propio Padrós, tenía como vicepresidente a un ciudadano francés, François Hodans, y como secretario ni más ni menos que a un primo del rey, Francisco de Borbón. Desde luego que no era la junta directiva de una federación destinada a las cinco sociedades que había en Madrid, ya que entre otras cosas contaba con el apoyo directo de la familia real.

Aun con ser todo esto importante quizá la prueba definitiva venga por el hecho de que los países de Europa fundadores de la FIFA reconocían a la federación llamada madrileña como la representante del fútbol español.

En efecto en la reunión de la junta directiva de la federación celebrada el día 9-11-1903 se dio lectura a una carta remitida por la Unión de Sociedades Francesas de Deportes Atléticos firmada por el presidente de la sección de fútbol, Robert Guérin, que decía lo siguiente:

1. Las Federaciones abajo firmantes se reconocen mutuamente como las únicas Federaciones que han de regir al Sport Foot-Ball Asociación en sus países respectivos.

2. Está prohibido a todo miembro que pertenezca a una de las Federaciones adheridas tomar parte en campeonatos oficiales con Federaciones diferentes en una misma temporada.

3. Todo miembro expulsado en una de las Federaciones, lo es igualmente en las otras.

4. Los Círculos que no hubiesen denunciado una falta con cinco días por lo menos de anterioridad al match internacional organizado por una de las Federaciones adheridas o bajo sus auspicios, estarán obligados a pagar al Club organizador, bajo pena de suspensión de seis meses a lo menos, una indemnización equivalente al importe de los gastos ocasionados por el match (gastos de carteles, publicidad, etcétera), independientemente de una cantidad fijada en beneficio del club lesionado.

5. En el caso de que sobreviniere un litigio en los matchs internacionales organizados bajo los auspicios de una Federación adherida, los reglamentos de juego adoptados por la Federación internacional y los estatutos de la Federación en el país donde se ha celebrado el match, decidirán la cuestión.

Decía Guérin que ya se habían adherido las federaciones francesa, belga y suiza, y en la junta celebrada ese 9-11-1903 la federación llamada madrileña decidió igualmente adherirse. No eran sino las primeras gestiones para la fundación de una federación internacional de fútbol, y España fue el cuarto país en adherirse, precisamente a través de la «única federación que ha de regir el sport football asociación en sus país», por usar las palabras del propio Guérin.

Independientemente de que la federación llamada madrileña fuera a todos los efectos la federación española de fútbol no se podía obviar la dificultad objetiva que suponía que hubiera en España dos federaciones. Hecho que por cierto ocurriría en nuestro país hasta en dos ocasiones más, en 1912-13 y 1937-39. Y todo parece indicar que unificar ambas asociaciones fue uno de los principales empeños de Ceferino Rodríguez Avecilla, elegido presidente de la llamada madrileña el 4-1-1904.

La primera referencia la encontramos en Los Deportes del 28-2-1904:

[…] Se está trabajando para ir a la Unión o Federación de ambas Asociaciones de foot-ball de Madrid y de esta [Barcelona], con lo cual dicho está que más hemos de querer unir que fomentar disidencias.

Unos días después encontramos una referencia en el madrileño Arte y Sport (10-3-1904):

[…] Ha partido de los catalanes la idea de constituir la Federación Española de Clubs de Foot-ball, estando trabajando mucho en ese sentido el notable y distinguido profesor de armas Sr. Alesson.

Y continúa Los Deportes el 13-3-1904:

La directiva de la Asociación [de Clubs de Cataluña], reunida el pasado jueves […] entre otros asuntos varios, acordose en principio cooperar a la constitución de la Federación Española de Clubs de Foot-ball cuyos preliminares eran hasta hoy oficiosos, y unidos a la feliz solución del conflicto de Madrid, hace sea muy probable deje de ser un proyecto la reciprocidad entre todas las Asociaciones y Clubs de nuestra patria.

Las noticias continúan a la semana siguiente (20-3-1904), como respuesta al artículo citado de Arte y Sport, donde se da nota minuciosa de cómo surge el proyecto de la nueva federación española:

[…] Afirmamos: la idea de constituir la Federación Española de Clubs de Foot-ball partió del presidente de la Federación Madrileña Sr. Avecilla, expuesta en su carta particular al director de Los Deportes Sr. [Manuel L.] Linares; este consultó el caso con la redacción en pleno, que la constituyen con él Llunas y Escardó, pasó la idea a respetables personalidades de la junta de la Asociación de Clubs de Foot-ball de Barcelona y así germinó el proyecto que hoy va a dar su fruto.

Y finalmente el 27-3-1904, además de anunciar la aparición del nuevo periódico madrileño la Gaceta del Sport publicado por Avecilla, se afirma la buena nueva:

Durante la estancia en Madrid de los clubs que acuden a jugar el Campeonato de España se convocará la primera reunión de la Federación Española de Clubs de Foot-ball.

Ahora bien, como es bien sabido el Campeonato de España fue un desastre, y lo más probable es que ni siquiera llegara a haber reunión alguna de esa federación española. En todo caso ninguna noticia tenemos de lo pasó, ya que Los Deportes no dio ni un solo párrafo de lo ocurrido en Madrid durante el torneo. ¿Por qué este silencio absoluto sobre un tema que venían siguiendo ininterrumpidamente desde hacía varios números?

Pero el silencio también llegó a los medios madrileños, donde ni siquiera Avecilla publicó su opinión de lo ocurrido durante el Campeonato y su idea de unir las dos federaciones, a la que por otro lado no hizo ninguna referencia desde sus crónicas del Diario Universal. ¿Por qué?

En nuestro estudio sobre el Campeonato de España planteamos la hipótesis de que hubo un boicot directo de Carlos Padrós con ayuda del Athletic Club al campeonato organizado por Avecilla. ¿Era el motivo precisamente la creación de una federación española ajena a Padrós, que supondría eliminar a Padrós del plano internacional ya que habría sido el nuevo presidente, presumiblemente Avecilla, quien habría estado presente en la fundación de la FIFA?




La aventura del RCD Español en Sudamérica

Como continuación del relato publicado el pasado mes de febrero en el número 40 de los Cuadernos de Fútbol, se detalla en esta ocasión el segundo viaje de un equipo español a tierras americanas.

La temporada 1925-26, que se cerró con la aprobación de los reglamentos que dieron legalidad al profesionalismo en nuestro país, ya aceptado desde dos años antes, tuvo un desarrollo irregular en Catalunya donde debido a la sanción gubernativa de seis meses de inactividad impuesta al FC Barcelona, el Campeonato Regional no se inició hasta mediado el mes de octubre, quedando interrumpido al final de la primera vuelta para disputar el Campeonato de España, al cual accedieron el RCD Español, como líder de la clasificación tras esta jornada, y el Barcelona segundo clasificado. El conjunto blanquiazul llegó hasta los cuartos de final, donde cayó ante el Atlético de Madrid, pese a la victoria blanquiazul por 6 a 1 en Sarriá, pero al no contemplarse la validez del goal-average, la derrota por 2 a 0 en la vuelta obligó a un desempate en Torrero favorable a los colchoneros.

Acabada la competición nacional, se reanudó la segunda vuelta del Campeonato de Catalunya, pero los planes del club españolista eran otros. Desde hacía algunos años intentaba rentabilizar la presencia de Ricardo Zamora con la participación del equipo en partidos amistosos por diversas localidades de la geografía nacional y algunas giras que le llevaron por el norte de España, Portugal y Canarias, pero esta vez el proyecto del presidente de la entidad don Genaro de la Riva, era mucho más ambicioso: enfrentarse a los grandes jugadores sudamericanos en su propio escenario. Pero el designio de la entidad blanquiazul debía salvar tendenciosas opiniones contrarias vertidas en sectores periodísticos nacionales, recordando el lamentable precedente de la selección vasca en el verano de 1922. A pesar de estos anuncios agoreros, la Real Federación Española de Fútbol  accedió al viaje con la condición de que el equipo se reforzase con algunos otros elementos para cubrir eventualidades.

El jueves 3 de junio de 1925 el conjunto españolista jugó el partido de despedida ante su afición derrotando al Martinenc por 7 a 1 en el reanudado Campeonato de Cataluña, siendo ahora su equipo suplente quien debería defender el liderato en la competición regional. Al día siguiente partía del puerto de Barcelona rumbo a Buenos Aires, a bordo del buque argentino Princesa Mafalda, la expedición compuesta por: Zamora, Saprissa, Portas, Caicedo, Trabal, Oramás, Olarriaga, Vantolrá, Mauri, Padrón, Yurrita y Colls, con los refuerzo del valencianista Eduardo Cubells, Juanito Urquizu, del Osasuna, y Desiderio Esparza, del Tolosa, completándose  el grupo con Genaro de la Riva, el entrenador Paco Bru y el periodista José Luis Lasplazas, llegando a la capital bonaerense el día 22. Posteriormente, embarcarían en el vapor Reina Victoria los madridistas Cándido Martínez, Félix Quesada, Pedro Escobal y Félix Pérez, además del árbitro y delegado federativo Luis Colina, quienes se incorporaron a la expedición.

Todavía estaba reciente el entusiasmo que los miles de bonaerenses habían tributado a los aviadores del Plus Ultra por su gloriosa gesta y la acogida del boxeador Paulino Uzcudum por aquellas latitudes, pero la expedición del Español no fue recibida con un especial énfasis puesto que tampoco se esperaba muchos milagros de ella, frente al buen momento del fútbol de ambas riberas del Plata. Los argentinos estaban eufóricos porque acababan de derrotar a la selección de Uruguay, campeones olímpicos, en un memorable partido y resultaron no poco desmoralizantes las salutaciones que parte de la prensa local dedicó a aquel grupo de osados que se atrevían retar a sus ídolos. Pero la colonia española se volcó desde el primer momento, destacando en sus homenajes la presencia de Ricardo Zamora cuya legendaria fama no conocía fronteras, y tuvo ocasiones sobradas de mostrar su satisfacción, hasta el punto de que tras la actuación del conjunto catalán por tierras sudamericanas se fundó allí un Club Deportivo Español.

Pese a todo había expectación en el debut del Español, el día 27 de junio, y casi 30.000 aficionados llenaban las gradas del estadio del Boca Juniors, enfrentándose a una selección de la Zona Norte bonaerense, integrada por valores muy estimables del fútbol local, aunque no sus primeras figuras, alineando a: Zamora; Portas, Urquizu; Trabal, Esparza, Caicedo; Olarriaga, Cubells, Mauri, Padrón y Yurrita. Ganó el Español con un solitario gol marcado en la segunda parte por medio de Olarriaga y los aficionados pudieron comprobar el juego coherente y ordenado  de los españoles y que la fama de Zamora no era gratuita.

El segundo partido, el 4 de julio, se jugó contra una selección de la Zona Sur, más potente y compensada que la anterior y con presencia de varios internacionales. Acabó con empate a uno y los blanquiazules presentaron la misma alineación siendo el valenciano Cubells autor del primer gol y el empate como consecuencia de un penalti, caracterizándose el encuentro por los numerosos incidentes que se produjeron y la manifiesta parcialidad arbitral, muy protestada por los españoles. El partido tuvo de todo, menos amistad.

Los argentinos empezaron a tomarse las cosas con seriedad y para el tercer partido opusieron sus mejores hombres, los que habían ganado a Uruguay: Tesorieri; Bidoglio, Muttis; Moreira, Fortunato, Médici; Tarascone, Cherro, Bicio, Perducca y Onzari. Se jugó en el estadio Nacional ante 60.000 espectadores y en la primera parte, Cherro adelantó a los argentinos con dos goles, pero tras el descanso, el Español sacó a relucir la clásica furia y en pocos instantes, con goles de Trabal y Oramás establecía la igualada con la que se dio por acabado el encuentro ya que antes de su final reglamentario una parte de aficionados invadió el terreno de juego ante la impotencia de su selección.

La popularidad de los blanquiazules creció de forma unánime y fue entonces cuando llegó la primera decepción. Envanecidos por la aureola o excesivamente confiados viajaron posteriormente a Rosario de Santa Fe para jugar frente a una selección local con una alineación de circunstancias y una actitud relajada. El resultado fue de 3 a 0 para los rosarinos, que así lograron «vengar el honor futbolístico nacional». Y con la lección aprendida cruzaron a la otra orilla del Río de la Plata para enfrentarse el día 14 de julio en Montevideo al Nacional, equipo base de la selección uruguaya formado por: Mazali; Urdinarán, Recoba; Andrade, Zibecci, Vanzino; Urdinarán, Castro, Barlocco, Cea y Romano. Asistió al match el presidente de la República uruguaya y el Español, que pudo contar ya con los refuerzos enviados por la Federación Nacional, tras jugar un maravilloso encuentro logró la victoria gracias al solitario gol de Yurrita, jugando con: Zamora; Urquizu, Quesada, Trabal, Esparza, Caicedo; Olarriaga, Mauri, Oramás, Padrón y Yurrita. Tras el triunfo, la prensa y la afición uruguaya, más ecuánime aunque igualmente apasionada que la argentina, se volcó en elogios hacia el equipo español, siendo vitoreados hasta el hotel por una numerosa y festiva colonia española.

El mismo equipo jugó, cuatro días después, contra el Peñarol, un partido donde Uruguay ponía en juego su prestigio nacional, ante un público cuyo entusiasmo alcanzó caracteres de locura. Y el Español, a pesar de gustar a los espectadores, perdió por escaso margen: un gol que le valió a su autor, Piendibene, una casita de recreo en la playa de moda.

De vuelta a Argentina se jugó el 25 de julio contra el Pehuajó ganando por 1 a 0 y la despedida de la afición bonaerense se realizó el 1 de agosto frente al Huracán, campeón de la liga Asociación Argentina de Fútbol en cuatro ocasiones desde 1921 a 1925. El partido se jugó con una inusitada dureza por parte de los argentinos, quienes quisieron lavar anteriores afrentas, y lograron vencer por 1 a 0, pero fue un triste adiós a una ciudad que tan buenos recuerdos dejaba en los expedicionarios.

A partir de aquí la gira perdió carácter, porque el cansancio empezaba a hacer mella en los jugadores. Partieron hacia Chile y de camino pasaron nuevamente por Rosario, jugando un partido considerado de revancha contra el combinado que les había goleado con anterioridad. No hubo tal desquite pero se empató a uno, demostrando que el resultado anterior podía haberse evitado con una alineación más adecuada. Llegados a Mendoza, a los pies de la cordillera andina, surgieron los primeros contratiempos al quedar interrumpida la línea del ferrocarril por las fuertes nevadas. Como el tiempo apremiaba y había que llegar a Santiago para cumplir los compromisos, la travesía de los Andes hubo de ser realizada a lomos de una caravana de mulos.

Fue un viaje pintoresco a través de impresionantes montañas y no exento de peligros, pero que les permitió estar el 12 de agosto sobre los Campos de Nuñoa, de la capital chilena, para enfrentarse a una selección de la Zona Central. Pero la dureza de la travesía, o bien motivos psicológicos, pasaron factura y después de contar con una ventaja de tres goles se perdió el partido por 4 a 3, en una mala tarde de Zamora. Tres días después volvieron a perder contra la misma selección por 4 a 2, en un partido extremadamente duro y plagado de incidentes, pero a pesar de las derrotas la prensa dedicó al equipo grandes elogios y la numerosa colonia española les agasajó cordialmente.

Recuperadas las fuerzas, el día 19 de agosto jugaban en Valparaíso contra la selección chilena. No hubo pasión ni dureza y el Español barrió literalmente a su rival venciendo por un rotundo 1-4, con goles de Cubells, Oramás (2), y Padrón, causando el triunfo un gran impacto, alineando en este partido a: Zamora, Quesada, Portas; Cubells, Esparza, Caicedo; Mauri, Félix Pérez, Oramas, Padrón y Yurrita.

De allí a Perú, donde los expedicionarios fueron recibidos con grandes muestras de agradecimiento y constantes agasajos. En Lima, jugaron tres partidos; el primero, el 30 de agosto, frente al Alianza, a los que derrotaron por 3 a 1; una semana después repitieron el tanteo ante Progresistas, y el 8 de septiembre despedida con otra victoria por 4 a 0 contra un combinado chalaco. Por aquellos días el jugador Urquizu se sintió enfermo y hubo de ser hospitalizado en una clínica limeña, por lo cual la expedición hubo de proseguir viaje sin el bravo jugador del Osasuna, a cuyo cuidado quedó también el periodista Lasplazas. Ambos regresaron un mes más tarde cuando Urquizu estuvo totalmente restablecido. Félix Pérez, Quesada, Escobal Cándido Martínez y Cubells, anticiparon su regreso por diferentes motivos ya que en la última etapa de la gira no era imprescindible su participación. Mientras, el resto de expedicionarios, embarcaban en el puerto de El Callao a bordo del vapor Nápoli con dirección a la Habana, donde se jugaron otros dos partidos que tuvieron más carácter de exhibición que de verdaderos choques internacionales.

El 19 de septiembre se ganó por 4-0 al Iberia y el día 24 en el último encuentro, nuevo triunfo por 4 a 3 ante una selección cubana. Así terminaba la tournée con sólo cinco derrotas en diecisiete partidos. Por lo que respecta al aspecto económico la gira se saldó con un notable beneficio, pero lo más importante sería la halagadora sensación que su juego dejó, sobre todo en Argentina y Uruguay. A bordo del Alfonso XIII se emprendió el regreso hasta Bilbao y de allí en ferrocarril a Barcelona donde llegaron el 6 de octubre, siéndoles tributado un apoteósico recibimiento desde el mismo apeadero del Paseo de Gracia hasta el Ayuntamiento de la ciudad, donde fueron recibidos por sus máximas autoridades y saludaron desde el balcón a los aficionados que llenaban la plaza.

Los beneficios de esta gira y otra posterior a Europa Central sirvieron para financiar la tribuna de Sarriá, recinto inaugurado tres años antes.




El Recreativo de Huelva ingresa con honores en el “Club of Pioneers”, institución mundial que aglutina a los decanos del fútbol de cada país.

El prestigioso proyecto del «Club de los pioneros» lleva dando pasos en firme desde hace algunos años en pos de poner en valor a nivel internacional el legado e influencia de aquellos clubes pioneros en cada uno de los países del mundo.

Este proyecto tuvo su punto de partida, como no podía ser de otro modo, en tierras británicas y su promotor es nada más y nada menos que el Decano del fútbol mundial: El Sheffield Football Club, fundado en 1857. Y es que como muy bien apunta el propio Richard Tims, presidente del Sheffield FC y promotor del proyecto, la idea no es otra que la de que en dicho selecto grupo formen parte las entidades más antiguas y de existencia ininterrumpida de cada país que comenzaron a jugar al football en los mismos.

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Este selecto grupo estaba formado hasta la fecha por el propio Sheffield FC (Inglaterra), Queens Park  FC (Escocia), Cliftonville FC (Irlanda del Norte), y el Wrexham Football Club (Gales).

Ahora, el Real Club Recreativo de Huelva (1889), se ha convertido en el primer Club Decano de fuera de las islas británicas, en adherirse como miembro a este selecto grupo de pioneros mundiales; si bien en breve tiene previsto hacerlo el Génova Italiano y la Académica de Coimbra de Portugal. La noticia se filtró a la prensa nacional hace poco tiempo, en concreto en el diario MARCA, el pasado 28 de Marzo de este año.

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LAS CREDENCIALES DEL «REAL CLUB RECREATIVO DE HUELVA»: UN CLUB PRINCIPALMENTE FUTBOLÍSTICO.

El Club onubense oficializa su existencia el 18 de Diciembre de 1889, en una histórica reunión a la que acudieron personalidades importantes de la ciudad, tales como el Gobernador Civil, el Secretario del Gobierno, El Gobernador Militar, el Alcalde y otros. Todos ellos, dicho sea de paso, nombrados cargos honoríficos. En su acta de fundación la entidad nace con la clara intención y vocación de «fomentar los Sports» (y hacer «ejercicio»), entre los cuales como no podía ser de otro modo se encontraban los Sports típicamente ingleses: el football, el Lawn Tennis y el Cricket.

Pero muy pronto quedó demostrada la clara vocación futbolística de nuestro Decano. Ello quedó puesto de manifiesto en un carta enviada por D. José Muñoz (secretario del club desde 1891) al diario «El Sport» de Madrid, y publicada en Febrero de 1892:

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Y es que la transcripción no deja lugar a cerca de ese carácter principalmente futbolístico: «…desde la fundación de este club se han jugado importantes partidas de Lawn tennis, cricket y principalmente football….».

De hecho, el «Huelva Recreation Club» llegó a jugar en esos primeros dos años, un total de 17 partidas de football, sólo 4 partidas de tennis contra otros Clubs y otras tantas de cricket, principalmente contra el club de Riotinto. Para más información:

http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2013/02/club-de-football-de-sevilla-1890-92-sociedad-de-football-de-barcelona-1893-96-y-football-club-barcelona-1899-%c2%bfsociedades-netamente-futbolisticas-del-siglo-xix/

PERO «EL HUELVA RECREATION CLUB» YA VENÍA JUGANDO AL FOOTBALL ANTES DE SU FUNDACION OFICIAL:

Es cierto que una vez que el Club se constituye y se presenta en sociedad en 1889 es cuando el sport del football se asienta y desarrolla definitivamente en el Recreativo. Sin embargo este «Sport» se venía practicando (posiblemente sin ajustarse a las reglas de la asociación) desde algunos años antes. Son innumerables los testimonios que tenemos y que así lo atestiguan, pero repasemos los más importantes:

El primero de ellos es el del propio W.J Alcock y B.T. Daniel. Ambos fueron jugadores del «Huelva Recreation Club» en esas primeras partidas de 1889 y que aportaron sus testimonios a José González Pérez para la elaboración del libro «Historia del Fútbol en Huelva y su provincia» editado en 1929. Dice así en lo referente a esos años previos:

«…porque en la primera edad del Club Recreativo, cuando aún no tenía existencia legal, ni se había normalizado su desarrollo predominaron sobre el football otros deportes menos conocidos (…) el basket-ball se jugó poco, se cultivó más el foot-ball, y sobre ellos el cricket, que fue el deporte más intensamente practicado. (…) El Cricket y el foot-ball se jugaron en la marisma cegada. (…) El alma y sostén de aquellas peñas de amigos era un joven y eminente doctor: D. Alejandro Mackay. (…) Algunos años transcurrieron así. Los tripulantes de los vapores surtos que llegaban a nuestro puerto eran los contrincantes del grupo onubense…»

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Ya hemos visto el testimonio aportado por W.J Alcock (que en 1929 fuera cónsul de los EEUU en Huelva) y de B.T. Daniel, que fundara años después a la «Olímpica Valverdeña» de Valverde del Camino (Huelva). Vayamos ahora con otro testimonio relevante, el de D. Ildefonso Martínez, jugador de 1888 en una entrevista concedida al Diario Odiel, el 1 de Febrero de 1955, y que corrobora de su propia voz las aportaciones de Alcock y Daniel a través del libro de J. González Pérez de 1929.

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Lo más destacable de la misma es lo a continuación reproducimos:

«…ya en 1888 yo y mis amigos íbamos a ver practicar football a las marismas cegadas donde estaba la Fábrica de Gas, contra marineros de los vapores surtos que llegaban al puerto de Huelva (…) el grupo ya estaba comandado por el Dr. Mackay«.

Pero lo mejor es que lo lean directamente:

Extracto de la entrevista a D. Ildefonso Martínez. 1 de Febrero de 1955 (Diario Odiel)

Extracto de la entrevista a D. Ildefonso Martínez. 1 de Febrero de 1955 (Diario Odiel)

Además, D. Ildefonso Martínez, a través de su familia, nos dejó uno de los legados más importantes. Una carta original fechada en Marzo de 1888 y que se expone en el Museo de la RFEF en la que era invitado a jugar por el Dr. Mackay una de estas partidas de entonces.

En estos enlace tienen más información al respecto:

http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2013/01/ildefonso-martinez-perez-el-primer-jugador-espanol-de-football-de-toda-la-historia/

http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2011/09/el-huelva-recreation-club-y-la-normalizacion-del-football-entre-1886-y-1889/




Sobre la autoría de los goles (II). Dos casos curiosos en la carrera de Quini.

En este segundo artículo nos haremos eco de otros dos encuentros donde la naturaleza del tanto en el que intervino el delantero astur provocó serias dudas a la hora de señalar al autor aunque, finalmente, bien por la propia honestidad del jugador, bien por acuerdo general de los medios (pese a no haber sido el «brujo» el último en tocar el esférico), quedó resuelto el asunto.

7-10-81    Liga Castellón 1 Barcelona 6 2 goles (Marca y el diario Sport le otorgaron tres tantos. La mayor parte de la prensa adjudicó el gol dudoso al defensa Ferrer en propia puerta. Aunque hubo medios que se lo anotaron al barcelonista Esteban, que fue quien centró). Con posterioridad Quini renunciaría públicamente a la autoría de ese tercer tanto en la carrera por el Pichichi, vista la polémica surgida.

12-5-85   Copa de la Liga Sporting 2 Zaragoza 0 2 goles (El diario gijonés El Comercio otorgó uno de los tantos a Casajús, en propia puerta. Es un gol muy similar al que esta temporada se le discute a Messi frente al Athletic, ya que Amorebieta terminó introduciendo la pelota en propia puerta. Ocurre que, mientras que el chut del «brujo» iba claramente a portería, en el caso del argentino no está tan claro que, sin la intervención del defensa venezolano, el balón fuera a terminar dentro de la meta rival. En este caso parece haber unanimidad general en la prensa a la hora de asignar la autoría al delantero rojiblanco).

7-10-81                                 Castellón 1 Barcelona 6 Liga                                       Castalia

Prensa catalana

«El propio Esteban, en momento de desconcierto del Castellón, desniveló el encuentro…» (Emilio Pérez de Rozas / El Periódico de Catalunya)

«1-2. Minuto 55. Galopada de Esteban por la banda que centra raso y Ferrer, al querer despejar con la izquierda, pifia el despeje y lo introduce en su propia portería.» (Domingo García / La Vanguardia)

«1-2. (minut 11). Esteban centra des de lluny, la pilota rebota en el jugador Ferrer i entra al fons de la porteria de Racic.» (Josep Portier i Moix / Avui)

«1-2. «Llegaría el afortunado gol de Esteban cuando su centro tropezó en un defensa descolocando a Racic» (El correo Catalán)

Prensa de Castellón

«1-2. Minuto 56. Centro de Esteban desde la línea de córner y rechace de Ferrer que introduce el balón en su propia meta» (J. Andrés / Mediterráneo)

Prensa deportiva nacional

«1-2. Cincuenta y cinco minutos. Centra Esteban, falla Ferrer y Quini, muy oportuno, marca de tiro por bajo.» (José Ten / Marca)

«1-2. El segundo gol barcelonista llegó en el desconcierto de los jugadores del Castellón con motivo de la lesión (de Blanco) y del cambio a los once minutos (2ª mitad). Colada de Esteban con centro raso, que Ferrer, ante el acoso de Quini, al intentar despejar, introduce el balón en su marco.» (Manuel Monferrer / As)

«1-2, minuto once (2ª parte). Centro de Esteban que se interna por la derecha tras una de sus clásicas arrancadas y Ferrer, intentado despejar, marca en su propia meta.» (Alberto Sanchís / El Mundo Deportivo)

«1-2. Minuto 57. Centro de Esteban. La pelota rebota en Ferrer y Racic no consigue atajarla.» (M.A. López Barajas / Dicen)

«1-2. Minuto 56. Centro de Esteban y entre Ferrer y Quini llevan el balón a la red.» (Jaume Massó / Sport)

En la crónica, se ampliaba la información sobre la jugada. «Esteban, inteligentísimo, se marcha por la derecha y centra al área, donde entra lanzado Quini, la pelota se enreda entre los pies del azulgrana y de Ferrer, y la pelota acaba superando a Racic«.

El diario catalán otorgó el tanto al delantero barcelonista.

El gol ante el Castellón (1981)

Marca y Sport le otorgaron tres goles

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Y la renuncia de Quini al gol

El 27 de noviembre, en la entrega del «XI Oscar a la Regularidad» con el que Radio Miramar galardonaba a los mejores jugadores de Español y Barcelona, el goleador asturiano aclaraba al corresponsal de Marca en la ciudad condal los pormenores del tanto en discusión.

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12-05-85                                 Real Sporting 2 Real Zaragoza 0 Copa de la Liga          El Molinón

Prensa local gijonesa

«Ya en la segunda parte, concretamente en el minuto 72 de partido, Mino recibe un balón y se convierte en exterior derecho. Avanza y centra pasado. Pugnan allí Eloy y un defensa, sobre el punto de penalty y ninguno de los dos llega. El balón «cae» en los pies de Quini, libre de marcaje, que para el balón y ante la salida del portero lanza un tiro que acaba en la red. Tocó el balón Cedrún y tocó en última instancia el defensa Casajús, lo justo para ayudar a que subiera ese dos a cero que pone en franquía la eliminatoria.» (Eduardo García / Hoja del Lunes de Gijón) *

* En la valoración de los jugadores se indicaba lo siguiente sobre el ariete rojiblanco: «Marcó los dos goles y remató con peligro otras tres veces. Es el mejor de los comentarios. Desde que retornó al Sporting Quini lleva nueve goles en Liga, cinco en Copa y ya cuatro en Copa de la Liga. Quien pida más es de una exigencia irracional»

«2-0. Minuto 68. Los mismos protagonistas que en el primer gol. Mino, por la derecha «bombea» un balón sobre el área del Zaragoza. La mala colocación de García-Cortés y Casajús permite al pequeño Eloy desviar de cabeza a Quini, cuyo chut no consigue frenar el guardameta Cedrún, pero Casajús acaba por introducir el balón en su propia portería.» (Jenaro F. Allongo / El Comercio)

Prensa de Zaragoza

«2-0. Minuto 69. Jugada muy similar a la del anterior gol. Nuevamente Eloy pasa a Quini, que nuevamente se ha librado del marcaje de Casajús, y bate a Cedrún». (Alejandro Lucea / Heraldo del Lunes) *

* El antetítulo de la reseña era: «Quini, doble goleador»

«2-0 min. 68: Avance de Mino por el lado derecho del ataque, que envía un balón por alto al área. El pequeño Eloy gana en la acción a García Cortés, para dejar el balón a Quini quien remata a puerta y tras dar en Casajús, el balón termina en las mallas». (Genaro Fernández / Zaragoza Deportiva)

«2-0, minuto 68. Balón colgado sobre la frontal del área. Eloy peina hacia atrás sobre Quini, que dispara, Cedrún toca y Casajús termina de introducir el balón en su intento de despejar». (José Antonio Ciria / El Día) *

* El antetítulo de la crónica era explícito al respecto de la autoría del tanto:

«Dos goles de Quini adelantan al Gijón en la eliminatoria ante un Zaragoza que acusó en exceso las bajas»

En la propia crónica se volvía a describir el tanto, de la siguiente manera:

«Jugando con tranquilidad Eloy peinó un balón hacia Quini, que totalmente desmarcado disparó a puerta. Cedrún llegó a tocar el cuero y, cuando se colaba, Casajús, en su intento desesperado por despejar, terminó introduciéndolo en su puerta. Jugada desafortunada que terminó por hundir moralmente a los aragoneses y en contrapartida espoleó a los asturianos en busca de otro tanto».

Prensa regional asturiana

«2-0. Minuto veintitrés de la segunda parte: Mino centró por alto desde la derecha; Eloy tocó de cabeza hacia atrás para Quini quien, solo ante Cedrún, remató a gol; el balón entró pese al esfuerzo postrero de Casajús.» (Julio Puente y Ramón González / Hoja del Lunes de Oviedo)

* De nuevo, el titular no dejaba lugar a dudas: «Quini, una vez más, sentenció«.

«2-0. Minuto 23 (segundo tiempo): De nuevo llegó el peligro por la banda derecha; en esta ocasión por medio de Mino. Su centro fue tocado en el área de cabeza por Eloy hacia atrás, cayendo la pelota a pies de Quini que volvió a rematar y el defensa en un intento desesperado trató de evitar el gol y sólo hizo ayudar, pero en verdad el tanto puede adjudicársele a Quini, pues la pelota hubiese entrado igual sin la colaboración del defensa visitante.» (Antonio M. Otero / La Nueva España) *

* Bajo un epígrafe titulado Quini, eficacia máxima, el autor de la crónica realizaba la siguiente semblanza del veterano jugador:

«De Quini ya está todo dicho. Lo mejor es que renueva los elogios partido a partido. En los tres últimos, por sólo acudir a éstos, marcó cuatro goles. Su eficacia sigue al más alto tono. Hay quien puede discutir la dificultad de los tantos que logra, como los del domingo, por encontrarse solo ante el guardameta, pero esto es desconocer su formidable tarea de preparación porque, independientemente de que se produzca un fallo defensivo, es indiscutible su búsqueda del hueco, del desmarque, además de que hay sobrados ejemplos de fallos de otros jugadores en las mismas circunstancias. El día que Quini se despida el homenaje tendrá que ser de época».

«2-0 (minuto 68) Mino cuelga desde la derecha peinando hacia atrás Eloy, controlando Quini que pica ante la salida de Cedrún. El meta desvía el balón y Casajús, al intentar despejar, ayuda a entrar el balón». (Manolo Rosety / La Voz de Asturias)*

* El antetítulo de la noticia decía: «Copa de la Liga.- Los goles de Quini encarrilaron la eliminatoria«.

Así mismo, bajo una de las fotografías se indicaba: «Quini, autor de los dos goles del Sporting«.

Prensa deportiva nacional

«2-0. Sesenta y tres minutos. Centro de Mino desde la posición de extremo derecha. Eloy cabecea hacia atrás, en donde recibe Quini que dispara flojo y, cuando la pelota ya entraba, Casajús, al intentar despejar, ayuda a que penetre.» (Laureano Tuero / Marca)

El periódico lo dejaba claro en el subtítulo: Quini, autor de los dos goles.

«El otro en el segundo tiempo, minuto 68, en una combinación entre Mino y Eloy que Quini volvía a rubricar y que no pudo evitar, pese a su esfuerzo, en la misma boca de puerta el central Casajús.» (Daniel Arbesú / As)

En este caso el titular era concluyente: «2-0. Quini noqueó al Zaragoza«.

«2-0. Minuto 23 del segundo tiempo. Jugada del defensa Mino que bombea sobre el área, cabecea Eloy y Quini a placer remata a la red, ayudado por el defensa Casajús.» (Jenaro F. Allongo / El Mundo Deportivo)

* Como curiosidad, apuntar que el cronista es el mismo que otorgaba el tanto a Casajús en propia meta en el diario El Comercio, de Gijón. En la presente reseña, sin embargo, dejaba la autoría del mismo compartida, ya que el periódico catalán se decantó por presentar al delantero asturiano como artífice del triunfo. El titular era suficientemente expresivo: «2-0. Quini apuntilló al Zaragoza«.

«2-0, minuto 69: Centro de Joaquín desde la derecha; Eloy peina el balón y Quini, en la boca de gol, empuja al fondo de la portería de Cedrún» (José Vicente Piñera / Dicen) *

* También en esta ocasión el cronista glosaba la figura del histórico 9 del Sporting en una columna titulada, Olfato de gol intacto, en los siguientes términos:

«Muchos futbolistas se quejan de que se les echa en cara su carné de identidad a la hora de valorar su utilidad en un equipo de fútbol. Pero Enrique Castro (al igual que, por ejemplo, Santillana o Migueli, entre otros ilustres «abuelos» del fútbol español) está rindiendo de un modo óptimo en su segunda etapa como jugador del Sporting de Gijón. El pasado jueves, ante el Sevilla, en la Copa del Rey, Quini sentenciaba la eliminatoria con un segundo gol, rematando impecablemente de cabeza un centro de Joaquín. Ayer, en la Copa de la Liga, el Sporting creó numerosas ocasiones de gol. Pero sólo Quini, conocedor como nadie de su oficio, supo cómo batir a Cedrún. Y lo hizo por partida doble. Sus tantos encarrilan la eliminatoria. Y es que Quini, casi 36 años, está en forma».

«2-0, min. 69 se produce tras un avance de Espinosa que centra al área, Eloy toca hacia atrás el balón y de nuevo Quini marca.» (Celso Alonso / Sport)

El titular no dejaba lugar a dudas: Quini, goleador y estrella.

Foto. La Voz de Asturias.

En la imagen, Casajús en su intento de despejar el balón que se colaba en el portal de Cedrún.

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Joaquín Vázquez. Primer extremeño olímpico

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Es relativamente conocido que el primer jugador de la selección nacional de fútbol (y primer deportista olímpico) de Extremadura fue Joaquín Vázquez. Aunque en ocasiones se confunde su segundo apellido (era González, es fácil encontrar Fernández e incluso Encinas) (1) y su fecha de nacimiento mil veces publicada y copiada de un artículo a otro, de un libro al siguiente, es incorrecta.

Como podemos comprobar en su Acta de Nacimiento procedente del Registro Civil de Badajoz (2) nació el 26 de agosto de 1897 y no el 9 de noviembre del mismo año como siempre se ha dicho. Su padre era un carabinero gallego llamado Camilo Vázquez Villar, su madre Concepción González Almeida, natural de Salamanca.

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Cuando era muy niño su padre fue trasladado a otra frontera, a Irún (también puede encontrarse en algún sitio que nuestro protagonista nació en la ciudad guipuzcoana) (1). Allí fue donde el joven Vázquez se inició en el fútbol (mientras trabajaba de aprendiz en una zapatería) en las filas del Deportivo Irunés (1909). Posteriormente pasaría al Racing de Irún (1914), club que al fusionarse con el Sporting dio lugar al Real Unión de Irún. Al hacer el servicio militar en Galicia (1919-20) jugó en el Racing de El Ferrol y en el Deportivo de la Coruña. En la época de su traspaso de El Ferrol a La Coruña fue convocado para los Juegos Olímpicos de Amberes 1920 y aún hoy es motivo de cierta polémica dilucidar si era jugador de un club u otro cuando debutó como internacional. En Amberes sólo jugó el partido: contra Bélgica (única derrota española, 1-3).

Tras la aventura olímpica jugó nuevamente en Irún (1921-25) y en el Deportivo (1925-28), acabando su carrera en la Cultural Leonesa (1928-30).

Falleció en 1965, su hijo Santiago (nacido en Irún, 02-03-1924) también fue futbolista (Real Sociedad, Gimnàstic de Tarragona, Celta de Vigo y Racing de Santander).

Joaquín Vázquez González (Badajoz, 26-08-1897) debe ser recordado como el primer olímpico y jugador internacional extremeño, aunque desde el País Vasco pueda ser legítimamente reivindicado también.

(1) http://www.coe.es/COE/bd_perso.nsf/2012FDeportistaN3?OpenForm&query=3259*&DEPORTISTA=2144*

(2) Acta de Nacimiento de Joaquín Vázquez González, Registro Civil de Badajoz.




Campeonatos Mundiales de Fútbol (III). Los años 60.

VII Copa del Mundo. Chile 1962.

Uno de los Campeonatos del Mundo más flojos desde el punto de vista futbolístico. El pueblo chileno había sido asolado por un terremoto dos años antes y, aún así, supo organizar un Mundial de forma impecable. Sin embargo, en el terreno de juego quedó plasmado el retroceso técnico y estético que estaba caracterizando al mundo del fútbol en esos años. Eran los comienzos de la década de los 60, cuando los equipos empezaban a alinear cuatro defensas (con el hombre escoba o líbero), en Italia ya reinaba el catenaccio, los goles escaseaban alarmantemente, el juego duro y sucio se convertía en el pan nuestro de cada partido y la asistencia de público a los estadios resultaba cada vez menor. Para colmo, una de las principales atracciones del torneo, si no la mayor, el brasileño Pelé, cayó lesionado en el primer partido y no pudo volver a competir, dejando huérfanos de su magia a su equipo y a todos los espectadores. Por lo demás, significó la confirmación de Brasil como primera potencia internacional y el Mundial con menos sedes desde Uruguay-30, con sólo cuatro ciudades, Santiago, Viña del Mar, Rancagua y Arica. El brasileño Vavá, que logró el tercer y definitivo tanto de su selección en la final frente a Checoslovaquia, se convertía en el primer futbolista capaz de marcar en dos finales distintas. El primero de una lista muy selecta: Vavá (Brasil, 1958 y 1962), Pelé (Brasil, 1958 y 1970), Breitner (Alemania Federal, 1974 y 1982) y Zidane (Francia, 1998 y 2006).

Fase de grupos

Grupo A

Uruguay-Colombia 2-1 Cubilla (57′) y Sasia (74′).

Zuluaga (19′, pti).

Unión Soviética-Yugoslavia 2-0 V. Ivanov (52′) y Ponedelnik (84′).
Yugoslavia-Uruguay 3-1 Skoblar (26′, pti), Galic (30′) y Jerkovic (49′).

Cabrera (19′).

Unión Soviética-Colombia 4-4 V. Ivanov (8′ y 12′), Chislenko (10′) y Ponedelnik (57′).

Aceros (21′), Coll (68′), Rada (72′) y Klinger (77′).

Unión Soviética-Uruguay 2-1 Mamykin (38′) y V. Ivanov (89′).

Sasia (54′).

Yugoslavia-Colombia 5-0 Galic (21′ y 61′), Jerkovic (25′ y 88′) y Melic (82′).

Clasificados para cuartos de final: Unión Soviética y Yugoslavia.

Grupo B

Chile-Suiza 3-1 L. Sánchez (44′ y 55′) y Ramírez (52′).

Wüthrichz (7′).

Alemania Federal-Italia 0-0
Chile-Italia 2-0 Ramírez (73′) y Toro (88′).
Alemania Federal-Suiza 2-1 Brülls (45′) y Seeler (60′).

Schneiter (74′).

Alemania Federal-Chile 2-0 Szymaniak (21′, pti) y Seeler (82′).
Italia-Suiza 3-0 Mora (2′) y Bulgarelli (65′ y 67′).

Clasificados para cuartos de final: Alemania Federal y Chile.

Grupo C

Brasil-México 2-0 Zagalo (56′) y Pelé (73′).
Checoslovaquia-España 1-0 Stibranyi (80′).
Brasil-Checoslovaquia 0-0
España-México 1-0 Peiró (89′).
Brasil-España 2-1 Amarildo (72′ y 86′).

Adelardo (34′).

México-Checoslovaquia 3-1 Díaz (13′), Del Águila (29′) y H. Hernández (90′, pti).

Masek (1′).

Clasificados para cuartos de final: Brasil y Checoslovaquia.

Grupo D

Argentina-Bulgaria 1-0 Facundo (4′).
Hungría-Inglaterra 2-1 Tichy (17′) y Albert (71′).

Flowers (60′, pti).

Inglaterra-Argentina 3-1 Flowers (18′, pti), B. Charlton (42′) y Greaves (67′).

Sanfilippo (81′).

Hungría-Bulgaria 6-1 Albert (1′, 6′ y 54′), Tichy (8′ y 70′) y Solymosi (12′).

Asparoukhov (64′).

Argentina-Hungría 0-0
Inglaterra-Bulgaria 0-0

Clasificados para cuartos de final: Hungría e Inglaterra.

Cuartos de final

Yugoslavia-Alemania Federal 1-0 Radakovic (86′).
Brasil-Inglaterra 3-1 Garrincha (31′ y 59′) y Vavá (53′).

Hitchens (36′).

Chile-Unión Soviética 2-1 L. Sánchez (11′) y Rojas (28′).

Chislenko (26′).

Checoslovaquia-Hungría 1-0 Scherer (14′).

Semifinales

Brasil-Chile 4-2 Garrincha (9′ y 32′) y Vavá (48′ y 78′).

Toro (42′) y L. Sánchez (62′, pti).

Checoslovaquia-Yugoslavia 3-1 Kadraba (48′) y Scherer (80′ y 84′, pti).

Jerkovic (69′).

Tercer y cuarto puesto

Chile-Yugoslavia 1-0 Rojas (90′).

Final

BRASIL  3 – CHECOSLOVAQUIA  1

Santiago de Chile. Estadio Nacional, 17 de junio de 1962.

Árbitro: Nikolaj Latychev (Unión Soviética).

BRASIL: Gilmar; D. Santos, Mauro, Zozimo, N. Santos; Zito, Didí; Garrincha, Vavá, Amarildo y Zagalo.

CHECOSLOVAQUIA: Schroiff; Tichy, Popluhar, Pluskal, Novak; Kvasnak, Masopust; Pospichal, Scherer, Kadraba y Jelinek.

GOLES: 0-1 (15′), Masopust; 1-1 (17′), Amarildo; 2-1 (68′), Zito; 3-1 (77′), Vavá.

Goleadores

4

Garrincha y Vavá (Brasil), Sánchez (L) (Chile), Albert (Hungría), Ivanov (V) (Unión Soviética) y Jerkovic (Yugoslavia).

3

Amarildo (Brasil), Scherer (Checoslovaquia), Tichy (Hungría) y Galic (Yugoslavia).

2

Seeler (Alemania Federal), Ramírez, Rojas y Toro (Chile), Flowers (Inglaterra), Bulgarelli (Italia), Chislenko y Ponedelnik (Unión Soviética) y Sasia (Uruguay).

1

Brülls y Szymaniak (Alemania Federal), Facundo y Sanfilippo (Argentina), Pelé, Zagalo y Zito (Brasil), Asparoukhov (Bulgaria), Kadraba, Masek, Masopust y Stibranyi (Checoslovaquia), Aceros, Coll, Klinger, Rada y Zuluaga (Colombia), Adelardo y Peiró (España), Solymosi (Hungría), Charlton (B), Greaves y Hitchens (Inglaterra), Mora (Italia), Del Águila, Díaz y Hernández (H) (México), Schneiter y Wüthrichz (Suiza), Mamykin (Unión Soviética), Cabrera y Cubilla (Uruguay) y Melic, Radakovic y Skoblar (Yugoslavia).

Goles totales: 89.

Partidos disputados: 32.

Promedio de goles: 2,78.

Los campeones

JUGADOR (dorsal) PUESTO

EDAD

EQUIPO
GILMAR Dos Santos (1) Portero

31

Santos
Carlos José CASTILHO (22) Portero

35

Fluminense
Djalma SANTOS (2) Defensa

33

Palmeiras
MAURO Ramos (3) Defensa

31

Santos
Alves Calazans, ZÓZIMO (5) Defensa

30

Bangú
Nilton SANTOS (6) Defensa

37

Botafogo
JAIR MARINHO De Oliveira (12) Defensa

25

Fluminense
Hideraldo BELLINI (13) Defensa

32

Vasco Da Gama
JURANDYR De Freitas (14) Defensa

21

Sao Paulo
ALTAIR Gomes (15) Defensa

24

Fluminense
José Miranda, ZITO (4) Medio

29

Santos
Waldir Pereira, DIDÍ (8) Medio

33

Botafogo
José Ferreira, ZEQUINHA (16) Medio

27

Palmeiras
MEGALVIO Figueiró (17) Medio

22

Santos
Manoel Dos Santos,

GARRINCHA (7)

Delantero

28

Botafogo
Antonio Wilson, COUTINHO (9) Delantero

19

Santos
Edson Arantes, PELÉ (10) Delantero

21

Santos
José Maciá, PEPE (11) Delantero

27

Santos
JAIR Da Costa (18) Delantero

21

Portuguesa
Edvaldo Izidio, VAVÁ (19) Delantero

27

Palmeiras
Amaro Tavares, AMARILDO (20) Delantero

21

Botafogo
Mario ZAGALO (21) Delantero

30

Botafogo

SELECCIONADOR: Aymoré Moreira.

La lista de España

JUGADOR (dorsal) PUESTO

EDAD

EQUIPO
José ARAQUISTÁIN (1) Portero

25

Real Madrid
Salvador SADURNÍ (2) Portero

21

Barcelona
CARMELO Cedrún (3) Portero

31

At. Bilbao
Luis M. ECHEBERRÍA (7) Defensa

22

At. Bilbao
Jesús GARAY (8) Defensa

31

Barcelona
Sigfrido GRACIA (10) Defensa

30

Barcelona
Feliciano M. RIVILLA (11) Defensa

25

At. Madrid
Enrique P., PACHÍN (13) Defensa

23

Real Madrid
Severino REIJA (16) Defensa

23

Zaragoza
Francisco R., RODRI (17) Defensa

28

Barcelona
José E. SANTAMARÍA (19) Defensa

32

Real Madrid
Luis DEL SOL (5) Medio

27

Real Madrid
ADELARDO Rodríguez (18) Medio

22

At. Madrid
Juan SEGARRA (20) Medio

35

Barcelona
Luis SUÁREZ (21) Medio

27

Inter (Ita.).
Martín VERGÉS (22) Medio

28

Barcelona
Enrique COLLAR (4) Delantero

27

At. Madrid
Alfredo DI STÉFANO (6) Delantero

35

Real Madrid
Francisco GENTO (9) Delantero

28

Real Madrid
Joaquín PEIRÓ (12) Delantero

26

At. Madrid
Ferenc PUSKAS (14) Delantero

35

Real Madrid
EULOGIO MARTÍNEZ (15) Delantero

27

Barcelona

SELECCIONADOR: Pablo Hernández Coronado.

VIII Copa del Mundo. Inglaterra 1966.

Primer Mundial en el que se ofrecieron imágenes en color y que contó con una mascota. Un simpático león llamado Willie, vestido con los colores de la bandera británica, obtuvo tal honor. A pocos días para el inicio del torneo, la Copa Jules Rimet fue robada. Mientras Scotland Yard se afanaba en recuperarla, un perrito la encontró en el jardín de su propia casa, convirtiéndose en el primer héroe del campeonato. El portero mexicano Antonio Carbajal pasaría a la historia como el primer jugador en disputar cinco Copas del Mundo. Primera vez que España participaba en dos Mundiales consecutivos, aunque, de nuevo, volvería a caer en la fase de grupos. Desde 1934, ninguna selección lograba el título en su propia casa, pero Inglaterra se encargó de romper este maleficio. En la final, jugada en Wembley entre los locales y Alemania Federal, se produjo el gol fantasma más famoso de la historia. Con empate a dos en el marcador, a los 11 minutos de la primera parte de la prórroga, el inglés Hurst remataba a la media vuelta un pase desde la derecha. El balón pegó en el larguero y botó… ¿en la raya?, ¿fuera? ¿dentro?… El colegiado suizo Dienst consultó con el juez de línea, el soviético Bakhramov, que tomó la decisión más sencilla. Gol para Inglaterra, que se ponía por delante en el marcador. Poco después, Geoffrey Hurst marcaba nuevamente para su equipo. Era el 4-2 definitivo, que daba el título a Inglaterra y el tercero de la tarde para el delantero del West Ham, el único jugador capaz de hacer un hat-trick en la final de una Copa del Mundo.

Fase de grupos

Grupo A

Inglaterra-Uruguay 0-0
Francia-México 1-1 Hausser (63′).

Borja (48′).

Uruguay-Francia 2-1 Rocha (27′) y Cortés (32′).

De Bourgoing (15′, pti).

Inglaterra-México 2-0 B. Charlton (38′) y Hunt (75′).
Uruguay-México 0-0
Inglaterra-Francia 2-0 Hunt (39′ y 76′).

Clasificados para cuartos de final: Inglaterra y Uruguay.

Grupo B

Alemania Federal-Suiza 5-0 Held (16′), Haller (20′ y 78′, pti) y Beckenbauer (40′ y 52′).
Argentina-España 2-1 Artime (65′ y 79′).

Pirri (71′).

España-Suiza 2-1 Sanchís (58′) y Amancio (75′).

Quentin (29′).

Alemania Federal-Argentina 0-0
Argentina-Suiza 2-0 Artime (52′) y Onega (81′).
Alemania Federal-España 2-1 Emmerich (39′) y Seeler (83′).

Fusté (24′).

Clasificados para cuartos de final: Alemania Federal y Argentina.

Grupo C

Brasil-Bulgaria 2-0 Pelé (14′) y Garrincha (63′).
Portugal-Hungría 3-1 José Augusto (2′ y 65′) y Torres (89′).

Bene (59′).

Hungría-Brasil 3-1 Bene (2′), Farkas (64′) y Meszoly (72′, pti).

Tostao (14′).

Portugal-Bulgaria 3-0 Vutzov (7′, pp), Eusebio (38′) y Torres (82′).
Portugal-Brasil 3-1 Simoes (15′) y Eusebio (26′ y 85′).

Rildo (73′).

Hungría-Bulgaria 3-1 Davidov (42′, pp), Meszoly (45′) y Bene (54′).

Asparoukhov (14′).

Clasificados para cuartos de final: Portugal y Hungría.

Grupo D

Unión Soviética-Corea del Norte 3-0 Malafeev (31′ y 88′) y Banischevski (33′).
Italia-Chile 2-0 Mazzola (9′) y Barison (88′).
Corea del Norte-Chile 1-1 Pak Seung-Jin (88′).

Marcos (26′, pti).

Unión Soviética-Italia 1-0 Chislenko (57′).
Corea del Norte-Italia 1-0 Pak Doo-Ik (41′).
Unión Soviética-Chile 2-1 Porkujan (29′ y 85′).

Marcos (32′).

Clasificados para cuartos de final: Unión Soviética y Corea del Norte.

Cuartos de final

Inglaterra-Argentina 1-0 Hurst (79′).
Alemania Federal-Uruguay 4-0 Haller (10′ y 84′), Beckenbauer (70′) y Seeler (75′).
Portugal-Corea del Norte 5-3 Eusebio (27′, 42′, pti, 57′ y 59′, pti) y José Augusto (79′).

Pak Seung-Jin (1′), Li Dong-Woon (22′) y Yang Sung-Kook (24′).

Unión Soviética-Hungría 2-1 Chislenko (5′) y Porkujan (47′).

Bene (58′).

Semifinales

Alemania Federal-Unión Soviética 2-1 Haller (43′) y Beckenbauer (68′).

Porkujan (88′).

Inglaterra-Portugal 2-1 B. Charlton (31′ y 79′).

Eusebio (82′, pti).

Tercer y cuarto puesto

Portugal-Unión Soviética 2-1 Eusebio (12′, pti) y Torres (88′).

Malafeev (43′).

Final

INGLATERRA  4 – ALEMANIA FEDERAL  2

Londres. Wembley Stadium, 30 de julio de 1966. Árbitro: Gottfried Dienst (Suiza).

INGLATERRA: Banks; Cohen, J. Charlton, Moore, Wilson; Stiles, B. Charlton; Ball, Hurst, Hunt y Peters

ALEMANIA FEDERAL: Tilkowski; Höttges, Schulz, Weber, Schnellinger; Beckenbauer, Overath; Haller, Seeler, Held y Emmerich.

GOLES: 0-1 (12′), Haller; 1-1 (18′), Hurst; 2-1 (78′), Peters; 2-2 (90′), Weber; 3-2 (101′), Hurst; 4-2 (120′), Hurst.

Goleadores

9

Eusebio (Portugal).

6

Haller (Alemania Federal).

4

Beckenbauer (Alemania Federal), Bene (Hungría), Hurst (Inglaterra) y Porkujan (Unión Soviética).

3

Artime (Argentina), Charlton (B) y Hunt (Inglaterra), José Augusto y Torres (Portugal) y Malafeev (Unión Soviética).

2

Seeler (Alemania Federal), Marcos (Chile), Pak Seung-Jin (Corea del Norte) Meszoly (Hungría) y Chislenko (Unión Soviética).

1

Emmerich, Held y Weber (Alemania Federal), Onega (Argentina), Garrincha, Pelé, Rildo y Tostao (Brasil), Asparoukhov (Bulgaria), Li Dong-Woon, Pak Doo-Ik y Yang Sung-Kook (Corea del Norte), Amancio, Fusté, Pirri y Sanchís (España), De Bourgoing y Hausser (Francia), Farkas (Hungría), Peters (Inglaterra), Barison y Mazzola (Italia), Borja (México), Simoes (Portugal), Quentin (Suiza), Banischevski (Unión Soviética) y Cortés y Rocha (Uruguay).

Goles totales: 89.

Goles en propia puerta: Davidov y Vutzov (Bulgaria).

Partidos disputados: 32.

Promedio de goles: 2,78.

Los campeones

JUGADOR (dorsal) PUESTO

EDAD

EQUIPO
Gordon BANKS (1) Portero

28

Leicester
Ronald SPRINGETT (12) Portero

31

Sheffield
Peter BONETTI (13) Portero

24

Chelsea
George COHEN (2) Defensa

26

Fulham
Ramon WILSON (3) Defensa

31

Everton
Jackie CHARLTON (5) Defensa

31

Leeds Utd.
Bobby MOORE (6) Defensa

25

West Ham
James ARMFIELD (14) Defensa

30

Blackpool
Gerry BYRNE (15) Defensa

27

Liverpool
Ronald FLOWERS (17) Defensa

32

Wolverhampton
Norman HUNTER (18) Defensa

22

Leeds Utd.
Nobby STILES (4) Medio

24

Manchester Utd.
Alan BALL (7) Medio

21

Blackpool
Bobby CHARLTON (9) Medio

28

Manchester Utd.
Martin PETERS (16) Medio

22

West Ham
Jimmy GREAVES (8) Delantero

26

Tottenham
Geoffrey HURST (10) Delantero

24

West Ham
John CONNELLY (11) Delantero

28

Manchester Utd.
Terence PAINE (19) Delantero

27

Southampton
Ian CALLAGHAN (20) Delantero

24

Liverpool
Roger HUNT (21) Delantero

28

Liverpool
George EASTHAM (22) Delantero

29

Arsenal

SELECCIONADOR: Alfred Ernest Ramsey.

La lista de España

JUGADOR (dorsal) PUESTO

EDAD

EQUIPO
José Ángel IRÍBAR (1) Portero

23

At. Bilbao
Antonio BETANCORT (12) Portero

27

Real Madrid
Miguel REINA (13) Portero

20

Córdoba
Manuel SANCHÍS (2) Defensa

28

Real Madrid
ELADIO Silvestre (3) Defensa

25

Barcelona
Ignacio ZOCO (5) Defensa

27

Real Madrid
Jesús GLARÍA (6) Defensa

24

At. Madrid
Feliciano  M. RIVILLA (14) Defensa

29

At. Madrid
Severino REIJA (15) Defensa

27

Zaragoza
Fernando OLIVELLA (16) Defensa

30

Barcelona
Francisco  Fdez.,GALLEGO (17) Defensa

22

Barcelona
Luis DEL SOL (4) Medio

31

Juventus (Ita.)
Luis SUÁREZ (10) Medio

31

Inter (Ita.)
José Martínez, PIRRI (18) Medio

21

Real Madrid
José María FUSTÉ (19) Medio

26

Barcelona
ADELARDO Rodríguez (21) Medio

26

At. Madrid
José Armando UFARTE (7) Delantero

25

At. Madrid
AMANCIO Amaro (8) Delantero

26

Real Madrid
MARCELINO Martínez (9) Delantero

26

Zaragoza
Francisco GENTO (11) Delantero

32

Real Madrid
Joaquín PEIRÓ (20) Delantero

30

Inter (Ita.)
Carlos LAPETRA (22) Delantero

27

Zaragoza

SELECCIONADOR: José Villalonga




Orígenes del fútbol en México (III)

Los Clubes de la Capital

En Real del Monte, Hidalgo, a finales de 1900 nacio el equipo de fútbol Pachuca Athletic Club y en Orizaba, a principios del año siguiente, el Orizaba Athletic Club. En la capital del país, sin embargo, ya existían clubes deportivos que formarían también sus equipos de fútbol en 1901 para competir con los equipos ya mencionados.

Estos clubes, en los que se desarrollaban diversos deportes, habían nacido en diferentes momentos y bajo distintas circunstancias y para conocer de mejor manera los inicios del balompié mexicano, es menester hacer un recorrido por la historia de los mismos.

México Cricket Club

Hacia 1827, México vivía la transición de la recién conseguida Independencia de manos de España. Aquel año, se fraguó una conspiración que buscaba regresar al régimen absolutista de Fernando VII. La conspiración, denunciada por el general Ignacio Mora, fue sofocada, pero exacerbó los ánimos de la población en contra de los españoles.

Esto, abrió las puertas a diferentes grupos de extranjeros, sobre todo a los ingleses, ya que Inglaterra fue uno de los primeros países en reconocer la independencia de México, colocando una embajada británica de forma estratégica en Pachuca, zona minera por excelencia.

Los ingleses, aprovechando la tendencia antiespañola, con apoyo de la logia masónica de los yorkinos, que crecía favorecida por la nueva clase política, se hicieron de los espacios que dejaban los peninsulares dentro de la reciente nación mexicana1.

Ese año, algunos de los ingleses avecindados en la ciudad de México2,  buscando sentirse más cómodos, como si estuvieran en la Gran Bretaña, deciden fundar un club primero en su tipo en México y uno de los pocos existentes fuera de las islas, dedicado a la práctica del criquet: El Mexico Union Cricket Club, cuyos primeros socios y creadores son diplomáticos y comerciantes ingleses3.

La vestimenta de los miembros del club, consistía en un saco de franela, pantalones blancos y sombrero de paja y el desobedecer la norma o cambiar alguna de las prendas -prevenía en su reglamento- se hacía acreedor a una multa.

De 1927 a 1938, el Mexico Union Cricket Club llegó a tener 101 socios, casi todos británicos, aunque aparecen un par de personajes franceses y norteamericanos, sin embargo, la ausencia de mexicanos es notoria, hasta el último año, en el que en la lista aparece un nombre de origen latino R. González4.

Sobre lo ocurrido entre 1839 y 1861, se conoce muy poco, no se tienen registros ni en la prensa sobre lo acontecido en el club, aunque lo cierto es que no dejó de funcionar.

El campo en donde se jugaba se encontraba  cercano a lo que entonces era el pueblo de Nápoles, hoy en día colonia con ese nombre.

«A él se llegaba abordando un tranvía desde el centro de la ciudad de México hacia la zona rural de Tacubaya, donde se encontraba «una carretera profunda y arenosa, que recibía por momentos la sombra del elegante árbol del Perú, que es parecido a un sauce llorón». El terreno estaba conformado por prados «duros como el acero» rodeados por vallas de cactos, y era en uno de esos prados donde se jugaba al críquet. La zona, cercana al centro de la capital y con un acceso sencillo, era la favorita de muchos comerciantes y residentes adinerados de la ciudad de México para construir sus casas de campo y sus fincas rurales. No sabemos si el campo de críquet era propiedad del club o de algún terrateniente»5

Como ya mencioné en el capítulo anterior, el emperador de México Maximiliano de Habsburgo, jugó un partido en 1865, justo en estos campos. Tras la caída del imperio, llegan nuevos ciudadanos ingleses a la capital y se unen al club, aumentando en gran número los socios. En el año de 1868, aparece el periódico en inglés llamado Two Republics, que entre otras cosas, comienza a tratar asuntos deportivos, dedicándole espacios al club.

Hacia 1869, muchos ingleses habían abandonado la ciudad de México y en 1870 el Club decidió cerrar, por tener un número insuficiente de socios, ya que el rompimiento de relaciones entre Inglaterra y México, obligó a muchos británicos a salir del país. El club abrió sus puertas nuevamente  diez años después, ya como México Cricket Club, tras la calma impuesta con la llegada de Porfirio Díaz al poder.

«No es de sorprender que muchos de los jóvenes enviados a trabajar a México fueran entusiastas del críquet, y que en poco tiempo se organizaran equipos y se llevaran a cabo partidos. Esta vez no sucedía solamente en la ciudad capital. Había un club de críquet en Pachuca, la ciudad minera del estado de Hidalgo -adonde muchos mineros británicos habían llegado desde 1824, cuando la Compañía Minera Real del Monte comenzó sus labores en Londres. Muchos descendientes de los inmigrantes aún vivían en el área, y a ellos se unían continuamente los recién llegados de Cornualla y otras provincias inglesas, los cuales ocupaban puestos en la industria minera en Pachuca y en el poblado cercano de Real del Monte»6.

El 22 de octubre de 1889, se jugó un partido de criquet entre los clubes de México y Pachuca7 con tal aceptación y con el creciente número de jugadores, que se decide conformar una liga entre el Reforma, México, Pachuca y Puebla.

The Mexican Herald octubre 28 de 1901

The Mexican Herald octubre 28 de 1901

La buena relación entre los deportistas del club de la ciudad de México y los de Pachuca, dio pie a que el Mexico Cricket Club resolviera conformar un equipo de fútbol en 1901, para participar en la Liga que se estaba creando la Liga Mexicana de Footbal Amateur Association.

Entre los hombres entusiastas de que el Mexico Cricket Club participara en el fútbol, se encontraban varios socios que, además, eran profesores del English College -que años después pasaría a llamarse Colegio Williams- y que ya habían participado en el fútbol en Inglaterra: R.N. Penny, J.J. MacFarlane, H.N. Branch, Edgar Davis, J.M. Saunders y A.W. Laurie, entre otros8.

mexico302Reforma Athletic Club

Fue el 16 de marzo de 1894, cuando un entusiasta de los deportes,  Thomas Phillips, convocó a una reunión para tratar el tema de la creación de un club que tuviera una sede fija en la que se pudieran practicar varios deportes. En esta reunión, se acordó la fundación del Reforma Athletic Club: «Una asociación civil que fomentaría la actividad deportiva, social y cultural entre los súbditos británicos y estrecharía lazos entre ingleses y mexicanos» 9

La primera sede del nuevo club, estuvo en Paseo de la Reforma y Bucareli (1894-1907). Bajo este marco, el club además de jugar criquet, lawn tennis, golf y polo, decide fundar su equipo de fútbol en 1901.

M. S. Turner, Robert J. Blackmore, Charles Blackmore, Charles M. Butlin, Ebenezer Johnson, Ted Bourchier, P. M. Bennett, C. D. Gibson, Vicente Etchegaray, Julio Lacaud10, Robert Lock y T. R. Phillips, que además de jugador en el equipo fue su entrenador 11

Primer sede del Reforma Athletic Club

Primer sede del Reforma Athletic Club

Uno de los miembros más activos del club,  gran deportista, conocido golfista y entusiasta del fútbol, Percy C. Clifford, crearía a la par del nacimiento del equipo de fútbol Reforma, un club cuya principal motor, sería precisamente el fútbol: El British Club.

British Club

Amparado por el Club Británico fundado dos años atrás y que sobre todo dedicaba sus instalaciones a la fiesta del te y a la tertulia de grandes personajes de origen inglés, Clifford lograría el apoyo total para la creación de un equipo de fútbol hacia mediados de 1901. Este conjunto, competiría a la naciente liga de fútbol. El quinto equipo del mínimo pensado para tener una liga digna y competitiva.

Una singularidad de este equipo, es que -curiosamente- se prestaría jugadores durante un tiempo con el equipo del Reforma Athletic Club, ya que la idea de Clifford era el lograr dos cuadros balanceados que pudieran hacer frente a los dos cuadros de provincia: Pachuca y al Orizaba y al otro capitalino, el Cricket Club.

El British, era apoyado  -al igual que el del Cricket- también por el Colegio Inglés. Este colegio, fundado en 1899 por el inglés Camilo J. Williams  y ubicado en la calle de La Mariscala, ofrecía un modelo tipo europeo, enfocado en el positivismo, era cientificista y enciclopédico.

La educación inglesa, daba gran preponderancia a la actividad física, ya que lo consideraban como plataforma inicial para el desarrollo moral e intelectual, es por esto que una de las primeras actividades al comenzar el día era la práctica de los deportes, sobresaliendo el fútbol. Cabe hacer mención que el colegio era exclusivamente para varones y al balompié lo consideraban prácticamente un deporte para hombres12.

El British Club, entrenaba en su propio campo, que se encontraba también en Paseo de la Reforma, en la calle de Génova13.

Campo del British Club en Paseo de la Reforma

Campo del British Club en Paseo de la Reforma

Es así, como ya conformados los conjuntos que participarán, se crea la ya mencionada Liga Mexicana de Footbal Amateur Association, que arranca oficialmente en la segunda mitad del año de 1902, pero un año atrás, se juegan una serie de partidos de práctica, durante todo el año de 1901.

Al parecer el primero de ellos se jugó el 2 de junio aquel año, entre el Reforma y el British y en lo que resta del año, semexico305 llevarían a cabo otros tres encuentros entre ambas escuadras, con gran aceptación entre la colonia británica.

El Pachuca por su parte también realizaría encuentros locales y el Orizaba haría lo propio.

La colonia británica estaba lista para impulsar al fútbol. En el país ya se jugaba beisbol, se practicaba el criquet y el tennis tenía un circuito bien conformado, lo mismo que el golf y existían muestras atléticas y paseos ciclistas. Sin embargo, ninguno prendería como el fútbol.

The Mexican Herald 31 de enero 1902.

The Mexican Herald 31 de enero 1902.

Inglaterra vs escocia

Desde 1870, se acordó «que allí en donde existiesen equipos de fútbol formados por ingleses y escoceses, habría de celebrarse entre ellos, un «match» internacional»14 Y en México, no fue la excepción.

Como partido oficial, previo a la liga que arrancaba en pocos meses, se llevó a cabo este encuentro, conformada por elementos de los diferentes equipos, divididos únicamente entre ingleses o escoceses. El partido, se llevó a cabo el  9 de febrero de 1902 y con esto, ya se consideraba oficial: El fútbol había llegado a México para quedarse.


1 El 20 de diciembre de 1827 se decretó, por ley, la expulsión de los españoles de territorio mexicano

2 Se considera que habitaban cerca de 3,000 ingleses en el país, tras los primeros años de la Independencia.  Hacia finales del siglo XIX se tienen censados 3,263. Fuente: Estadísticas históricas de México. INEGI, México 2009.

3Costeloe, Michael P. «The Mexico Cricket Club» Letras Libres, México, Nº 88, Abril 2006

4 No tenemos mayores datos y el apellido González es común, por lo cual no conocemos de qué personaje se trata o si es Méxicano o español.

5 Costeloe, Michael P. «The Mexico Cricket Club» Letras Libres, México, Nº 88, Abril 2006

6 Costeloe op. Cit.

7 Aunque no se tiene cierto cuando inició el club de criquet en Pachuca, por ciertas referencias se piensa que hacia 1860, ya existía un club dedicado únicamente al criquet.

8 The Massey-Gilbert blue book of Mexico for 1903 : a directory in English of the city of Mexico. México, 1903. English College

9 Carta de T.R. Phillips, 1894, Archivo del Reforma Athletic Club (RAC).

10 Lacaud y Etchegaray, eran jugadores de origen francés, el segundo de ellos vasco-francés y son los primeros elementos no ingleses en jugar en la liga.

11 Carlos, Calderón Cardoso. Pachuca: La gloria de un centenario. México. Club Pachuca, 2002. P.24

12 El Colegio Inglés cambiaría su nombre a Colegio Williams en 1922, trasladándose al barrio de Mixcoac, lugar en donde permanece hasta hoy en día y en 1928 se crearía el departamento de señoritas, aunque en este lugar se llevaban a cabo otras actividades físicas excluyendo de ellas al fútbol.

13 El campo de fútbol estababa entre Génova y una muy primitiva calle de Belgrado. Al fondo está la calle de Copenhague y la primera casa aún existe.Donde estaba este campo, hoy en día se encuentra la parroquia Votiva de Nuestra Señora del Sagrado Corazon, obra iniciada hacia l93l por el destacado arquitecto Vicente Mendiola Ouezada.

14 Cid y Mulet, Juan. El Libro de Oro del Fútbol Mexicano, B. Costa-Amic, Editor, 1962, México. P. 41.




Flotats: un secante de los años 50

Los grandes equipos, los equipos míticos, esos conjuntos de leyenda que quedan indeleblemente fijados en la historia del fútbol y en la memoria colectiva, inmortalizados en imágenes que vencen al tiempo y alineaciones recitadas de carrerilla, precisan tanto de la aristocracia de los cracks geniales, capaces de resolver un partido en una sola jugada,  como del proletariado de los obreros del balón, absolutamente necesarios para el equilibrio y la amalgama de esfuerzos. Y en el gran Barça de los años 50 del pasado siglo, el que va desde las Cinco Copas conquistadas en 1952 bajo la égida del técnico eslovaco Ferdinand  Daucik hasta el glorioso bienio 58-60 a las órdenes de Helenio Herrera, el trabajo sucio, la labor sorda y callada de romper el ritmo del  adversario, la tarea de incordiar y anular a las estrellas rivales  y abastecer de balones a los artistas propios , tenían un nombre:  Isidre Flotats i Vilanova.

FC Barcelona 1952-1953.

FC Barcelona 1952-1953.

A mediados de dicha década, poco después de la llegada de Alfredo Di Stefano al fútbol español, se hizo famoso el marcaje realizado por un jugador de nombre Mangriñán sobre la «Saeta Rubia». Sucedió en el partido Real Madrid-Valencia del 12 de septiembre de 1954, correspondiente a la primera jornada de la liga 54-55, un encuentro que sorprendentemente ganarían los «chés» por 1 a 2 ( el Madrid era entonces el vigente campeón liguero ). El hecho dio lugar a que a partir de dicho momento se hablase de un «marcaje mangriñanesco» cada vez que un futbolista «secaba» a la figura contraria merced a un pegajoso control, anticipándose a sus acciones y obstaculizándolas todo lo posible Pero de Mangriñán – pasados aquellos 90 minutos de gloria en Chamartín – nunca más se supo, mientras que de nuestro hombre, Isidre Flotats, se seguiría hablando largo y tendido.

Había nacido Flotats  un 2 de junio de 1927 en la pequeña población barcelonesa de Pont de Vilumara, en la comarca del Bagés, no lejos de Manresa, una zona que le ha dado al Barça talentos como Estanislau Basora, Jordi Vila, Antoni Camps, Lluís Pujol  o el propio Pep Guardiola, sin ir más lejos. De pequeño formato – 1,61 metros y 60,5  kilos de peso – , pero fibroso y rapidísimo gracias a la práctica del atletismo en sus años juveniles, Flotats comenzó a labrarse una reputación en conjuntos catalanes de segundo orden tales como el Terrassa o el Badalona en los tramos finales de la década de los 40, para llegar a la Primera División justo en el ecuador del siglo, en 1950, fichando por el RCD. Español.

Flotats con la camiseta del Espanyol

Flotats con la camiseta del Espanyol

En su primer curso como periquito formó parte del equipo que el 15 de abril de 1951 derrotó estrepitosamente al Barça por 6 a 0, marcador que todavía a fecha de hoy continúa siendo la mayor goleada producida entre ambos equipos en torneos de ámbito nacional. Fue aquel un partido curioso, ya intrascendente para el Barça aunque no para los españolistas – se disputaba la jornada 29 y penúltima del campeonato – y en el que el entrenador azulgrana Ferdinand Daucik alineó a Calvet, habitual lateral, como delantero centro, e hizo también que sus pupilos empleasen la táctica del fuera de juego, planteamiento que a todas luces fracasó a tenor del contundente resultado.

En Sarriá estaban poniéndose entonces los cimientos de uno de sus conjuntos más recordados, aunque muy efímero, el denominado «Equipo del Oxígeno», que en el transcurso de la temporada 52-53, y a las órdenes del técnico argentino Alejandro Scopelli, lideraría la Liga sorprendentemente durante sus dos primeros tercios, insólita proeza en la que tal vez tuviera algo que ver el hecho de que los once periquitos de turno inhalasen  mediante caretas dosis de oxígeno  durante los descansos. Pero Flotats no llegaría a disputar  junto a los Domingo, Argilés, Parra, Arcas, Marcet, Mauri y compañía aquel reñido campeonato en el que finalmente se impondría el Barça, porque desde el verano de 1952 ya formaba parte integrante de la plantilla azulgrana.

Avalado por su buena trayectoria en el Español – aunque en su segunda y última temporada con los blanquiazules había jugado poco a causa de una importuna lesión, lo cual supuso que le dejaran marchar al «eterno rival» -, Samitier, entonces secretario técnico del Barça, apostó por él, y el pequeño centrocampista del Pont de Vilumara no le defraudaría, pues se va a hacer muy pronto con un puesto como titular en la medular blaugrana ( 24 partidos en su primera   Liga como culé ), reemplazando nada menos que al internacional y mundialista Mariá Gonzalvo, Gonzalvo III, un extraordinario jugador que, no obstante, comenzaba por aquel entonces su natural declive. Formando línea media con el joven Andreu Bosch, Flotats va a conseguir el doblete, Liga y Copa – segunda vez consecutiva que lo lograba el conjunto de Les Corts -, en una temporada 52-53 marcada por la dolencia tuberculosa de Kubala y su casi milagroso restablecimiento. El curso siguiente, el 53-54, también nuestro menudo y fibroso hombre sería un habitual de las alineaciones – 22 encuentros – , aunque el Barça no pudo reverdecer los laureles conquistados en las últimas campañas, puesto que en el torneo de la regularidad se estrelló contra el Real Madrid ( club que tras un confuso y nunca del todo bien aclarado  contencioso, se había hecho con los servicios de un tal Alfredo Di Stefano ), mientras que en la Copa el Valencia le pasó por encima en la final ( 3 a 0 ), el famoso partido en el que el guardameta «che» Quique se encaramó al larguero de una de las porterías del coliseo madridista – aun no bautizado como «Santiago Bernabéu» -, sentándose en él en señal de alegría tras la victoria de los levantinos, en un choque en el que el Barça no pudo contar con su gran estrella, Kubala, lesionado de gravedad en una rodilla en San Mames. Pero al menos en lo personal no todo iban a ser sinsabores para Flotats, ya que el 31 de mayo de 1954 va a  formar parte de la Selección Española «B» que derrotaría a su homóloga de Francia en Bayona por 0 a 2. Esta fue la alineación del combinado nacional: Busto; Martín, Parra, Segarra; Flotats, Mújica; Cruellas, Arza, Arieta, Marcet y Tejada. Marcaron los goles su compañero de equipo Justo Tejada y el bilbaíno Arieta, uno en cada tiempo.

A partir de la temporada 1954-55, y ya sin Ferdinand Daucik en el banquillo de Les Corts -sustituido por el italiano Sandro Puppo -, a Flotats le va a resultar más difícil entrar en el equipo regularmente, pero cuando lo hace – 17 presencias en Liga – , acostumbrará a  ser  con la misión de marcar férreamente al más peligroso de los adversarios, y de ese modo se le encarga la vigilancia de Di Stefano en los dos enfrentamientos ligueros.

Flotats marcando a Di Stéfano

Flotats marcando a Di Stéfano

Sin embargo, en el curso 55-56, con Platko como nuevo entrenador azulgrana, ya puede considerarse que ha perdido definitivamente la titularidad. La consolidación  de Sigfrid Gracia como lateral izquierdo titular, desplaza de dicha demarcación nada menos que a Segarra, y este pasa a ocupar un puesto en la medular, junto a Andreu Bosch, en detrimento de Flotats. No obstante Isidre continúa siendo un recurso muy válido para los partidos comprometidos, sobre todo en campo contrario. De sus siete actuaciones ligueras, seis lo serán lejos del feudo barcelonesa, y ocupando teóricas posiciones que le eran extrañas, como sucedió, sin ir más lejos, en el partido decisivo para dilucidar el título, en San Mames, frente al Athletic de Bilbao, en la vigesimoctava jornada, con triunfo de los leones por un gol a cero, marcado por Maguregui, resultado con el que los rojiblancos daban un paso de gigante en sus aspiraciones de conseguir el campeonato, algo que lograrían dos semanas más tarde. Estas fueron las alineaciones de ambos equipos en tan trascendental encuentro: por el Athletic, Carmelo; Orúe, Garay, Canito; Mauri, Maguregui; Arteche, Marcaida, Arieta, Uribe y Gainza, y por el Barça, Ramallets; Seguer, Biosca, Gracia; Bosch, Segarra; Mandi, Villaverde, Flotats, Kubala y Manchón.

De cara a la temporada 56-57 se produce un nuevo relevo en la dirección técnica del Barça. Domenec Balmanya sustituye a Platko, y el flamante entrenador llega con la idea de «deskubalizar» el equipo ( parafraseando lo que por aquellos días, a partir del XX Congreso del PCUS, estaba haciendo Nikita Kruschev en la URSS, esto es, «desestalinizar» el país, borrar la impronta del todopoderoso Camarada Stalin, muerto tres años atrás ). A nivel del Barça, ello se traduce en un intento de reducir la excesiva dependencia que el conjunto culé tenía con respecto a un Laszi Kubala ya muy castigado por las lesiones, entregando paulatinamente la manija del equipo a un joven y talentoso jugador gallego llamado Luís Suárez, al cual iban a acompañar algunas de las nuevas perlas de la cantera barcelonista y catalana, los Olivella, Rodri, Gensana, Vergés, Ribelles  o Coll. En estos nuevos planes no va a tener sitio un Flotats que ya se acercaba a la treintena y que tan sólo se va a asomar al once titular en un par de ocasiones, una en Liga y otra en Copa, aunque esta última significativamente tendrá lugar en el Santiago Bernabeu, frente al Real Madrid y ante su viejo «amigo» Alfredo Di Stefano. De modo que puede decirse que, aun mínimamente, nuestro hombre también colaboró en el brillante triunfo barcelonista en la entonces oficialmente denominada «Copa de Su Excelencia el Generalísimo», que se adjudicarían los azulgranas al batir en la final – la única final barcelonesa de la historia, hasta ahora – al RCD. Español por 1 a 0, tanto marcado por el delantero valenciano Sampedro en los estertores de un partido disputado en el destartalado Estadio de Montjuïc.

En la campaña 57-58, con el Camp Nou recién estrenado – Flotats tomó parte en el encuentro inaugural, frente a la Selección de Varsovia, saliendo en la segunda parte y quedándose con el balón a la finalización del mismo -, Balmanya tan sólo confía en él en cinco compromisos oficiales, tres de Liga ( uno en el «Bernabéu», donde se alinea con el número 7 a la espalda ) y los otros dos contra la Selección de Birmingham en la Copa de Ferias. Pero el menudo futbolista, lejos de desmoralizarse, no descuida en absoluto su puesta a punto, para tratar de rendir a la perfección en las contadas ocasiones en las que el «Mister» le otorga su confianza. Antes de que finalice aquella temporada Helenio Herrera reemplaza a Balmanya en el banquillo, pero no puede decirse que con el nuevo preparador vaya a variar  sustancialmente la situación de Flotats, convertido en suplente de lujo, especializado en solventar de tarde en tarde papeletas peliagudas. Por ejemplo, forma en el equipo que, el 26 de octubre de 1958, vapulea al Real Madrid, entonces vigente campeón de Liga y de la Copa de Europa, por 4 a 0 en el Camp Nou, con tres tantos del brasileño Evaristo y otro de Tejada ( dos jugadores que, curiosamente, pasarían al conjunto merengue algunos años más tarde ). Tal vez por la fuerza de la costumbre, algún periodista escribió en su crónica que el de Pont de Vilumara le había hecho un excelente marcaje a Di Stefano, cuando la verdad es que quien se ocupó de vigilar aquella tarde a «la Saeta Rubia» fue su compañero Sigfrid Gracia, que por supuesto despachó un magnífico encuentro, secando a Alfredo como si del mismísimo Flotats se tratase.

Barça 4 – Madrid 0

Barça 4 – Madrid 0

Participaría como titular en otros seis encuentros ligueros, entre ellos el del Metropolitano, donde el Barça se proclamó campeón matemáticamente, y el siguiente en el Camp Nou, frente al Real Oviedo, recibiendo el homenaje de la afición culé en aquella campaña triunfal en la que los azulgranas pulverizaron todos los récords (de victorias, de puntos y de goles marcados )

La siguiente temporada, 1959-60, iba a ser la última de Flotats como barcelonista.

Español – Barça 1959-1960

Español – Barça 1959-1960

Interviene poco, como de costumbre ( tan sólo tres encuentros de Liga, pero uno de ellos trascendental, en Sarriá frente al Español, y también en los dos de las semifinales de la Copa de Europa ante el Real Madrid, con triunfo de los merengues en ambos ). Podemos decir, pues,  que se despide en su linea habitual, y ya a punto de cumplir los 33: dando siempre la cara en los envites más comprometidos, como el magnífico jugador de club que fue. Va a poner el punto final a su carrera como futbolista en activo en la siguiente temporada, la 1960-61, reforzando las filas del recién ascendido RCD. Mallorca. Detrás quedarán 127 partidos disputados en Primera División, con 3 goles anotados, y 149 apariciones oficiales en total con la camiseta del Barça, cifras que hoy tal vez puedan parecernos algo parcas, pero que habida cuenta de la enorme competencia que tuvo que afrontar entonces , se nos antojan muy meritorias. Reintegrado a la disciplina del Barça, dirigiría durante años al equipo de Aficionados, para dedicarse con posterioridad a sus negocios inmobiliarios. Hoy es uno de los decanos de los veteranos blaugranas, junto a nombres tan destacados como los de Ramallets, Seguer o Biosca.




El Barça de la temporada 1928-29, primer campeón de la historia de la Liga

En los últimos días, el FC Barcelona celebraba la consecución del vigesimosegundo título de Liga de su historia. Para llegar hasta este momento, el club ha debido transitar por un largo período de ochenta y cinco años llenos de alegrías y fracasos, con casi mil jugadores y cincuenta entrenadores que han pasado por el club hasta llegar a este nuevo éxito. Mucho se ha hablado de los jugadores y técnicos actuales y de sus hazañas. Sin embargo, pocos culés conocen en profundidad cómo era el primer Barça que logró ganar la Liga en su primera edición ni los paralelismos que hubo entre ese la consecución de aquel campeonato y el actual.

La primera edición del campeonato liguero se disputó en la temporada 1928-29. Es así llamado aunque curiosamente la primera jornada se disputó en febrero de 1929 y acabó en junio de ese mismo año ya que apenas eran diez los equipos que competían, lo que permitió concentrar los partidos en cuatro meses. Los favoritos a priori eran Real Madrid, Athletic de Bilbao y el propio Barcelona y completaban la nómina Real Sociedad, Arenas, Atlético de Madrid, Español, Europa, Real Unión y Racing de Santander.

El equipo azulgrana estaba dirigido por Romà Forns, el que fuera magnífico extremo derecho del club entre 1903 y 1912 y uno de los pioneros del fútbol catalán. Fue el primer técnico autóctono de la historia del club y sus resultados no pudieron ser mejores desde que se hizo con las riendas del club en diciembre de 1926. Logró dos Copas de Cataluña consecutivas en 1927 y 1928. Asimismo, logró ser campeón de la Copa de España en 1928 en la famosa final disputada en El Sardinero, tras la que Rafael Alberti inmortalizó a Plattko, el oso rubio de Hungría. Sus buenos precedentes y credenciales como azulgrana hicieron que hubiera consenso en que fuera el hombre que llevara el timón del club en la primera edición del campeonato de Liga. Sin embargo, no llegó a concluir la temporada como técnico ya que presentó su renuncia en solidaridad con el presidente de la entidad, Arcadi Balaguer, que había hecho lo propio. El nuevo presidente, Tomàs Rosés, eligió como nuevo técnico al inglés James Bellamy. En cuanto a Forns, recibió ofertas de otros equipos para entrenar, incluida una del Real Madrid, pero se quedó por su amor a los colores del club. Además, tenía una grave enfermedad que se había agravado en la gira por América y que le había dejado agotado físicamente. Siguió durante años en el club y se le nombró segundo de a bordo de Bellamy. Terminó falleciendo trece años después de este título, tras pedir en el lecho de muerte que le enterrasen con la insignia del club puesta en la americana.

Bellamy, que había sido profesional en Inglaterra y había entrenado en Alemania e Italia, hizo un buen trabajo. Asesorado por Forns, fue capaz de conducir al equipo al éxito tras una enconada lucha con el Real Madrid que llegó hasta la jornada final. El equipo azulgrana había logrado mantener el duelo con el equipo blanco a pesar de las recurrentes bajas que había tenido desde principios de temporada. Las dos estrellas del equipo permanecieron en el dique seco más de media temporada. En el caso del guardameta húngaro Plattko, se perdió la mitad de la temporada por una lesión y el legendario canario Ángel Arocha, el heredero de Alcántara, tal y como lo presentó el filipino, se pasó casi toda la temporada en el dique seco sin poder demostrar el enorme talento de uno de los mejores representantes de la escuela canaria de todos los tiempos. Además, las prolongadas bajas de defensores como Emil Walter hicieron que un hombre como Samitier tuviera que jugar como defensor en momentos determinados para sostener a un equipo cogido con pinzas y que obró el milagro de ser campeón a pesar de la adversidad. En la última jornada, Real Madrid y Barcelona llegaban empatados a 23 puntos. El equipo azulgrana recibía en Les Corts al Real Unión, uno de los colistas, mientras que los blancos viajaban a San Mamés. Aunque el equipo vasco no se jugaba nada, demostró gran ardor en el encuentro y logró la victoria por dos goles a cero. Mientras tanto el Barcelona daba buena cuenta del Real Unión, al que vencía por cuatro a uno, con dos goles de Sastre y otros dos de Parera, el extremo izquierdo que hizo una temporada memorable.

Aquel equipo que dirigieron Forns y Bellamy tenía un once ideal bastante definido, en el que los problemas sufridos por hombres como Sagi o Arocha no pudieron estar. El equipo estaba formado por Plattko; Walter, Saura; Martí, Castillo, Guzmán; Piera, Sastre, Samitier, García, Parera. En las siguientes líneas vamos a hacer un repaso a las características y aportación de cada uno de estos jugadores.

Ferenc Plattko: Legendario portero húngaro de gran complexión física y enormes reflejos, tapó en el Barça el enorme hueco que dejó Zamora. Su rendimiento en el club puede ser considerado incluso superior al de El Divino. Tras su retirada fue un prestigioso técnico.

Emil Walter: Defensor alemán que llegó al club en 1924 procedente del Figueres. Fue algo así como el primer Koeman del club ya que era un zaguero con una enorme potencia en el disparo a balón parado, siendo capaz incluso de chutar desde medio campo.

Vicente Saura: Férreo y corajudo defensor que jugó durante dos temporadas en el FC Barcelona, al que llegó procedente del Castellón. Siempre demostró ser un jugador difícil de rebasar y un hombre de fiabilidad absoluta.

Cristóbal Martí: Volante derecho laborioso que tenía un gran desplazamiento del balón en diagonal y mucha pausa. Era un buen recuperador de balones y un excelente jugador de equipo. Terminó su carrera en el Español.

José Carlos Castillo: Imponente mediocentro murciano que tenía un buen manejo del balón y ayudaba a la defensa con su gran trabajo. Jugador de rendimiento muy regular, jugó a su salida del club en el Atlético de Madrid, Sabadell, Gerona y Red Star de París.

Ramón Guzmán: Mítico volante izquierdo barcelonista que destacaba por su calidad técnica no exenta de gran capacidad de trabajo. Tras su retirada fue técnico del Barça. Falleció tras un colapso durante un partido del Barça de veteranos disputado en abril de 1954.

Vicente Piera: El mejor siete de la historia del club hasta la aparición de Basora. Un jugador con desborde, calidad y mucho gol para jugar pegado a la cal. La Bruja fue uno de los primeros grandes ídolos de la afición barcelonista.

Josep Sastre: Interior derecho con grandes cualidades físicas e instinto demoledor cara a la portería contraria. Fue un hombre clave en la primera Liga azulgrana con sus goles y trabajo constante.

Josep Samitier: Mito absoluto del equipo y gran estrella tras la retirada de Alcántara. Se le considera uno de los más grandes jugadores de la historia del club y un hombre clave en el desarrollo del Barça como jugador, entrenador y secretario técnico.

Antonio García: Posiblemente el menos conocido del once, era el suplente de Arocha, pero le tocó ser titular ante la lesión del canario. Era un interior izquierdo murciano que se caracterizaba por su laboriosidad pero al que le faltaba algo de gol para jugar al máximo nivel.

Manuel Parera: Extremo izquierdo que marcó el primer gol en Liga del club. Jugador hábil y con gran potencia de disparo, que fue el máximo goleador del equipo en esa primera Liga con once goles.  Fue el heredero en la banda izquierda del mítico Sagi-Barba.

Este equipo vivió circunstancias muy duras para ganar aquella Liga. Un técnico catalán y enfermo, lesiones recurrentes de sus hombres básicos (Plattko, Sagi, Arocha, Walter), viajes interminables y dimisiones de juntas directivas. Esos once jugadores descritos y otros doce que llegaron a jugar algunos minutos junto a los técnicos lograron la hazaña. Hace pocos días, el presidente Rosell decía que «El Barça ha logrado la Liga más especial en la historia del club por las circunstancias». Sin negar esas palabras, sería bueno que el dirigente y muchos culés echaran un vistazo a la historia de estos legendarios jugadores que lograron la primera Liga de la historia contra viento y marea.




Irlanda y el ‘Match of the Century’

La derrota que sufrió la selección inglesa ante Hungría el 25 de noviembre de 1953 se ha convertido en una de las fechas más señaladas de la historia del fútbol. El 3-6 a favor de la escuadra magiar supuso el final de una hegemonía británica que ya hacía años que mostraba síntomas de debilidad. No en vano, antes de la debacle en Wembley, los resultados empezaban a poner en duda la supuesta superioridad de los inventores del fútbol moderno: los clubs ingleses habían cosechado numerosas derrotas en sus habituales giras por Europa y la propia selección nacional había sufrido varios traspiés, entre ellos la sonada derrota ante Estados Unidos en el Mundial de 1950. Inglaterra, país cuya Football Association recibía con recelo las iniciativas internacionales, se estrenó en el Mundial de Brasil después de enrolarse a la FIFA en 1946 (se desvincularon del ente internacional en 1928). El norteamericano Joe Gatjens, autor del gol del triunfo ante los profesionales ingleses, pasó del anonimato a ocupar las primeras páginas de los periódicos. Inglaterra, que sólo fue capaz de superar a Chile en su debut (2-0, Stan Mortensen y Wilf Mannion), llegó a Brasil con el cartel de favorito y se fue del torneo por la puerta de atrás tras sumar una nueva derrota ante la España dirigida por Guillermo Eizaguirre (1-0, Telmo Zarra).

Inglaterra disputó 26 partidos entre el Mundial de Brasil y el Match of the Century. El balance inglés durante este periodo fue de 14 victorias, 9 empates y 3 derrotas. Entre estos 26 partidos he incluido dos encuentros que pueden generar controversia. El primero de ellos es el Argentina-Inglaterra que se jugó el 14 de mayo de 1953 en Buenos Aires y que finalizó con triunfo sudamericano por 3 tantos a 1. El partido se considera ‘no oficial’ e Inglaterra jugó bajo las siglas de la Football Asociation (FA). El segundo encuentro que también está en entredicho se disputó el 21 de octubre de 1953 y sirvió para celebrar el 90 aniversario de la FA. En el partido conmemorativo, Inglaterra sumó un empate (4-4) ante un combinado que fue anunciado como Rest of the World, pero que en realidad sólo estuvo formado por jugadores europeos. Precisamente, la selección europea estuvo cerca de derrotar a una anfitriona que sólo pudo empatar en el tiempo de descuento y gracias a un discutido penalti transformado por Alf Ramsey, futuro seleccionador inglés en el Mundial de 1966. En el combinado del Viejo Continente destacó László Kubala, autor de dos goles. El jugador del FC Barcelona estuvo acompañado por tres austríacos (Gerhard Hanappi, Walter Zeman y Ernst Ocwirk), tres yugoslavos (Zlatko Čajkovski, Bernard Vukas y Branko Zebek), un italiano (Giampiero Boniperti), un sueco (Gunnar Nordahl), un alemán de la RFA (Josef Posipal) y el futbolista del Real Madrid Joaquín Navarro, bautizado desde entonces como el ‘Fifo’. Cabe recordar que Hungría no permitió la convocatoria de Ferenc Puskás i József Bozsik debido a la presencia de Kubala en el equipo. El duelo se jugó en el Empire Stadium, conocido popularmente como Wembley.

Imagen del programa oficial del Inglaterra-Rest of the World celebrado el 21 de octubre de 1953

Imagen del programa oficial del Inglaterra-Rest of the World celebrado el 21 de octubre de 1953

Gracias a la postrera diana de Alf Ramsey, los ingleses evitaron la que para ellos hubiese sido la primera derrota jugando como locales ante un combinado extranjero. Esta falsa imbatibilidad inglesa duró un mes y cuatro días. Hungría llegó a Wembley dispuesta a romper la hegemonía británica. Los húngaros, que habían ganado la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1952 celebrados en Helsinki, acumulaban una impresionante racha de imbatibilidad (la RFA la rompería en el ‘Milagro de Berna’ de 1954). No es de extrañar que en los prolegómenos del partido se hablara de que la capital inglesa acogería el Match of the Century. Y la goleada sufrida por Inglaterra (3-6) acrecentó aún más la fama de aquel encuentro internacional.

Desde entonces, la mayoría de libros que han repasado la historia de este deporte resaltan la exhibición húngara en Londres y recuerdan que los ingleses perdieron la imbatibilidad jugando como locales ante un rival extranjero. Es importante recalcar que los países que los ingleses bautizan como Home Countries (naciones que integran o han integrado la Gran Bretaña) ya habían ganado a Inglaterra en su campo. Aun así, la afirmación sobre el triunfo húngaro no es correcta: Irlanda había superado a los ingleses el 21 de septiembre de 1949 en un partido jugado en Goodison Park.

Imagen del histórico equipo de la FAI que rompió la imbatibilidad inglesa en 1949.

Imagen del histórico equipo de la FAI que rompió la imbatibilidad inglesa en 1949.

Irlanda afrontó aquel choque como un país independiente a todos los efectos: se había convertido en República unos meses antes e incluso había abandonado la Commonwealth. No en vano, la independencia de Irlanda se reconoció en diciembre de 1922 y, tal y como ha sucedido con el nacimiento de otras naciones, el siguiente paso que hicieron los irlandeses fue lograr el reconocimiento futbolístico. Éste llegó en 1923 con la afiliación a la FIFA bajo el nombre de Football Association of the Irish Free State. Desde entonces, el fútbol de la isla se partió en dos: por un lado estaba la Irish Football Association (IFA), que representaba a Irlanda del Norte, y la FAI, que defendía los intereses de la futura República de Irlanda. La IFA, tal y como hicieron las otras federaciones británicas, se desvinculó de la FIFA en 1928 y no se reincorporó hasta 1946. Durante ese periodo Irlanda del Norte sólo disputó partidos oficiales del Home Championship, mientras que la FAI disputó JJOO y fases de clasificación para los Mundiales. Al mismo tiempo, varios futbolistas defendieron ambas federaciones en una situación que se produjo con mayor asiduidad en los años 30 y 40, pero que se alargó hasta 1953, fecha en la que la FIFA tomó cartas en el asunto.

Con Martin, que falleció el pasado 24 de febrero del 2013, fue uno de los futbolistas que jugó con las dos federaciones irlandesas. Incluso capitaneó a ambos combinados. En la imagen se le ve con las gorras de la IFA y de la FAI.

Con Martin, que falleció el pasado 24 de febrero del 2013, fue uno de los futbolistas que jugó con las dos federaciones irlandesas. Incluso capitaneó a ambos combinados. En la imagen se le ve con las gorras de la IFA y de la FAI.

La República de Irlanda afrontó el duelo de Goodison Park 13 días después de haber sumado su primera victoria de la historia en la fase de clasificación de un Mundial. Fue ante Finlandia gracias a las dianas de Con Martin (2) y Johnny Gavin (3-0). A diferencia de Irlanda, Inglaterra no disputaba ningún choque desde hacía cuatro meses. Su último duelo se remontaba al 22 de mayo de 1949, fecha en la que ganó a Francia por 1 a 3 (Georges Moreel / John Morris (2) y Billy Wright).

El duelo celebrado en Liverpool fue el segundo disputado entre Irlanda e Inglaterra después de la emancipación irlandesa y el consiguiente nacimiento de la FAI. El trasfondo político y social del choque era evidente: la Irlanda liberada se enfrentaba a un opresor que había dividido la isla. Los ingleses, en cambio, anhelaban un triunfo ante la Irlanda rebelde y católica.

El primer encuentro entre Inglaterra e Irlanda se celebró el 30 de septiembre de 1946, dos días después de que Inglaterra jugara en Belfast contra Irlanda del Norte. Éste último fue el primer partido que disputaron los ingleses después de la Segunda Guerra Mundial. Los pross se llevaron la victoria en ambos partidos, pero mientras en Belfast le endosaron una goleada al combinado local (2-7), en Dublín sufrieron para ganar. Fue el delantero Tom Finney quien marcó el único tanto del match a falta de ocho minutos para el final. Tres años más tarde, Finney vivió la otra cara de la moneda y fue uno de los jugadores ingleses que sufrió la victoria irlandesa en Goodison Park.

Curiosamente, unos meses antes de jugarse el Inglaterra-Irlanda, ambas selecciones se midieron a Suecia. Las dos victorias suecas evidenciaron que el trono inglés hacía tiempo que se tambaleaba. Suecia batió a Inglaterra el 13 de mayo de 1949 por 3 a 1 en el estadio Råsunda de Estocolmo (con gol de Henry Carlsson, quien meses después firmaría por el Atlético) y el 2 de junio repitió marcador contra Irlanda. La victoria sueca ante Inglaterra no fue ninguna sorpresa; los resultados no engañaban. No en vano, Suecia había ganado la medalla de oro en los JJOO de 1948 en Londres y terminó el Mundial de 1950 en tercera posición, mientras que Inglaterra rozó el ridículo en Brasil. De los JJOO de 1948 habría que añadir que la selección del Reino Unido también perdió en Wembley: fue ante Yugoslavia (1-3) en semifinales. Aun así, hay que puntualizar que no fue la selección inglesa la que sufrió la derrota, sino que tal y como sucedía y sucede en las Olimpíadas, fue la selección británica amateur, formada por ingleses, escoceses y galeses (no hubo ningún representante de Irlanda del Norte) la que sólo pudo ser cuarta en ‘sus’ Juegos. Aquel combinado estaba dirigido por Matt Busby, que también ejercía de entrenador en el Manchester United.

Con este contexto, la primera derrota inglesa jugando como local no tardaría en llegar. Y fue Irlanda y no Hungría quién la infligió.

Las alineaciones del Inglaterra-Irlanda del 21 de septiembre de 1949 fueron:

INGLATERRA: Bert Williams; Bert Mozley, John Aston, Billy Wright, Neil Franklin, Jimmy Dickinson, Peter Harris, John Morris, Jesse Pye, Wilf Mannion y Tom Finney. <Entrenador: Walter Winterbottom>

IRLANDA: Tommy Godwin; John Carey, Tom Aherne, Willie Walsh, Con Martin, Tommy Moroney, Peter Corr, Peter Farrell, Davy Walsh, Peter Desmond y Tommy O’Connor. <Entrenador: Irlanda estaba dirigida por un comité técnico de la FAI>

Imagen del programa oficial del partido.

Imagen del programa oficial del partido.

Nueve de los once futbolistas irlandeses militaban en clubs ingleses. El capitán de aquel equipo, John Carey (también conocido como ‘Jackie’ o ‘Johnny’), jugaba en el Manchester United e incluso fue designado ‘Mejor jugador de la liga inglesa’ en 1949.

‘Jackie’ Carey, jugador irlandés que triunfó en el Manchester United.

‘Jackie’ Carey, jugador irlandés que triunfó en el Manchester United.

Sólo el portero, Tommy Godwin, y el delantero Tommy O’Connor jugaban en Irlanda. Por aquel entonces ambos futbolistas defendían los colores del Shamrock Rovers. Las crónicas del encuentro resaltan el gran duelo que firmó el guardameta, que logró mantener la portería a cero. Martin abrió el marcador en el minuto 33 después de transformar un penalti señalado por el árbitro escocés John Mowatt. Los espectadores que se reunieron en el feudo del Everton animaban al equipo local conscientes de que una diana les permitiría mantener el cartel de invictos. Pero el gol local no llegó y fue Peter Farrell el que silenció Goodison Park marcando el definitivo 0-2 en el minuto 85. Entre los 51.047 asistentes había centenares de seguidores irlandeses que celebraron el triunfo sabiendo que habían hecho historia: la racha de imbatibilidad inglesa dejaba de existir.

La entradilla de la noticia publicada en el Irish Independent del jueves 22 de septiembre fue clara: «The British Lion was in a sorry state last night. His den had been invaded and his tail had been twisted by the F.A.I soccer eleven who scored a sensational 2-0 win at Liverpool, the first defeat in history of an England team on their home soil by any country, apart from those regularly competing in the «home» internationals».

Notícia del Irish Independent del 22-9-1949.

Notícia del Irish Independent del 22-9-1949.

El resumen televisivo que ofreció Pathé News también dio constancia de la efeméride: «England first ever defeat by a foreign team». Otros medios como el Daily Telegraph, The Times o el Daily Herald también destacaron la importancia de la victoria  de «Eire».

Otros artículos de prensa sobre el triunfo irlandés.

Otros artículos de prensa sobre el triunfo irlandés.

‘El Mundo Deportivo’ del 22 de septiembre también se hizo eco del triunfo irlandés, pero no dijo nada sobre la imbatibilidad inglesa. El ‘ABC’ mencionó el resultado del choque en su edición del día 22, pero tampoco hizo hincapié en el fin de la racha inglesa. Por el contrario, en el periódico del día 23 dedicaron un amplio titular: «La primera derrota de la selección británica de fútbol, en la propia Inglaterra, ha causado gran decepción». En un artículo del ABC firmado por Mencheta se destacaba que «en los círculos deportivos es hoy tema de todos los comentarios el triunfo obtenido por la selección de Irlanda frente a la de Inglaterra, ya que es la primera derrota que sufre Inglaterra en este deporte en su casa infligida por un equipo extranjero». La edición madrileña del ‘ABC’ del 25 de septiembre dedicó un extenso reportaje sobre el traspié inglés. El periodista Jacinto Miquelarena cerró el artículo con un vaticinio que posteriormente se cumplió: «Inglaterra, vencida por Irlanda en fútbol, es aproximadamente un drama. Porque se trata de Irlanda y porque el fútbol inglés debe aparecer pronto en el escaparate del Campeonato del Mundo, a plena luz, en Río de Janeiro, y el resultado de Liverpool, imprevisto y decepcionante, es una gran desilusión que desborda las peores profecías».

En algunos libros y artículos publicados posteriormente se matiza que ante Hungría, Inglaterra sufrió la primera derrota ante un rival no británico. Dicha afirmación tampoco es cierta. La definición de la RAE así lo corrobora: «Británico: Natural del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte». Por lo tanto, el triunfo magiar fue, en todo caso, la primera victoria de una selección no británica en el estadio de Wembley o en Londres, pero no en Inglaterra. Sin embargo, hacía cuatro años que los ingleses habían perdido su cartel de invictos. Otro matiz, un poco rebuscado, sería argumentar que Hungría fue la primera selección continental (no de las Islas) en batir a los pross.

Dicho esto, el triunfo de la República de Irlanda en Liverpool no tuvo la misma trascendencia futbolística que la victoria de Hungría. El 3 a 6 desencadenó la euforia en unas calles de Budapest que se llenaron de gente para celebrar el éxito de un conjunto al que ya era conocido como Aranycsapat (‘Equipo de oro’). El 23 de mayo de 1954, seis meses después del ‘Partido del siglo’, Inglaterra devolvió la visita a Hungría y todavía recibió una goleada más escandalosa: 7-1 (Mihály Lantos 10′, Ferenc Puskás 17′ y 71′, Sándor Kocsis, 19′, Nándor Hidegkuti, 59′, József Tóth, 63’/ Ivor Broadis, 68′). No obstante, es la derrota más abultada sufrida por la selección inglesa en toda su historia. Con todo, es Irlanda la que tiene el honor de ser la primera escuadra no británica en derrotar a Inglaterra en su feudo. España, por su parte, puede presumir de ser la primera selección no británica que derrotó a Inglaterra. Fue el 15 de mayo de 1929 en el estadio Metropolitano de Madrid. El choque finalizó 4-3 a favor del combinado español. Gaspar Rubio, en dos ocasiones, Jaime Lazcano y Severino Goiburu marcaron para los locales, mientras que Joseph Carter, por partida doble, y Joseph Bradford perforaron la portería defendida por Ricardo Zamora.

Después de batir a los ingleses en Liverpool, Irlanda falló en su intento de clasificarse para el Mundial de Brasil tras sumar un empate en Helsinki (1-1) y perder ante Suecia en Dublín (1-3). Los irlandeses quedaron segundos de su grupo por detrás de Suecia, pero tuvieron la posibilidad de acudir al torneo después de que la FIFA les invitara para que sustituyeran a Argentina o Francia, dos países que renunciaron al Mundial pese a que se habían clasificado. La Football Association of Ireland declinó el ofrecimiento alegando falta de tiempo para preparar la competición. Esta decisión provocó que la República de Irlanda no debutara en una fase final de la Copa del Mundo hasta 1990.




Euskadi, un equipo de hermanos

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