El Huelva Recreation Club y el fútbol entre 1884 y 1889

Todo el mundo sabe que el «Huelva Recreation Club» oficializa su existencia en Diciembre de 1889, y por ser el primer Club que practica el football como actividad deportiva de forma ininterrumpida desde entonces es considerado legítimamente como el Decano del fútbol Español. En otros post del CIHEFE hemos comprobado documentalmente este hecho que supone sin duda uno de los hitos relevantes de nuestra historia futbolística (ver aquí: http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2010/01/la-oficializacion-del-huelva-recreation-club-en-1889-decano-del-futbol-espanol/).

 Hasta ahora, sin embargo, la mayoría de los aficionados a la historia del football en nuestro país, empezaban a escribir la historia del Recreativo en 1.889. Son  pocos los que sabían que el Club, como tal, existía desde varios años antes, y ya desde entonces practicaba el football junto a otros sports típicamente ingleses como el críquet.

 Este hecho queda demostrado en el documento manuscrito y original fechado en 1 de Marzo de 1.888  y que se encuentra custodiado como una de las piezas más importantes en el recientemente inaugurado museo del fútbol de la RFEF. Dicho documento original fue cedido por la familia Martínez, de Huelva, para gloria y decoro de su antepasado el Sr. Ildefonso Martínez.

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 No es el momento para explicar las fuertes vinculaciones de D. Ildefonso Martínez con los miembros de la colonia inglesa de Huelva, pero baste apuntar que su padre, el Sr. Eduardo Martínez, Ingeniero y Madrileño de nacimiento, fue contratado alrededor de 1870 por el archiconocido en Huelva Williams Sundheim para la planificación y ejecución posterior de la red de ferrocarril que uniría la capital de Huelva con Rio Tinto primero y con Sevilla después.

 

El documento manuscrito dice así:

                                                                                                                           Huelva, 1 de Marzo de 1.888

Sr. D. Ildefonso Martínez;

Estimado Sr.;

No sin sorpresa y enorme satisfacción fue recibida por el Dr. Mackay su carta del pasado veinte de Febrero mediante la cual tiene a bien ofrecerse gustosamente a practicar los diversos Sports que en nuestro Club de Recreo se vienen desarrollando desde hace algunos años.

 Y puesto que es oportuno corresponderle debidamente, el Dr. Mackay tiene a bien invitarle a participar en las próximas partidas de football y críquet que habrán de tener lugar a la hora habitual en los terrenos frente a la fábrica de Gas el día cinco del presente contra un team compuesto por tripulantes del buque «Jean Cory» llegado a Huelva el pasado mes de Febrero.

 Esperamos pues contar con su presencia en tan interesantes partidas.

                                                                                     Suyo, afectísimo,

                                                                                     L. Sánchez.

Como dato definitivo, que vincula inexorablemente a este Club de Recreo («Recreation Club» en su traducción a la lengua Inglesa) con el «Huelva Recreation Club» que se oficializara en 1889, está el hecho de que los tres «protagonistas» de la carta; a saber: Martínez, Mackay y L. Sánchez, formarían poco después parte, en Diciembre de 1889, de la primera lista oficial del Club Decano:

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Y es que hasta ahora habían sido muchos los testimonios que obviamente apuntaban a que el Club como tal ya practicaba el football desde antes de su oficialización, pero no había ningún documento «en tiempo» que así lo corroborase. Uno de esos testimonios aparece en el libro de J. González Pérez «Historia del football en Huelva y su provincia», editado en 1929 y para el cual cuenta con testimonios importantes de los por entonces vivos Co-fundadores del Recreation Club en 1889, W.J. Alcock y B.T. Daniels:

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 Pero volvamos con el documento de la carta manuscrita de la que estamos hablando. Si hay que resaltar algo de la carta, y que sin duda pone de manifiesto la existencia del «Recreation Club» desde bastante antes de 1889, habría que reseñar tres cosas:

  •           a) El hecho de que llame al Club como «Club de Recreo», traducción literal de «Recreation Club».
  •           b) El hecho de que literalmente se indique que juega al Football (y al críquet).
  •           c) El hecho de que se viniera haciendo «desde hace algunos años».

 Por todo ello y ante la importante práctica del football en Huelva durante la década de 1880, no nos extraña que, el football se consolidara en modo de Club o Sociedad deportiva.

 

Pero tal vez el «Huelva Recreation Club» no empiece ahí, en esos años cercanos a 1889…

Como ya hemos adelantado y hemos demostrado con algunas pruebas, desde 1.880 el football en Huelva capital era un Sport claramente habitual. Además aparece frecuentemente la figura del Dr. Mackay como el auténtico promotor del football en Huelva, cosa que sin duda queda evidenciado a partir de los documentos antes expuestos.

5316 de marzo. 1903. Diario La Provincia

Sin embargo lo que hemos descubierto también hace poco tiempo es que ya en 1884, muy probablemente por el incremento de los sports desde 1880, El Club Inglés de Rio Tinto, había creado en la capital de Huelva una «Sociedad de Juegos de Pelota», entre los que obviamente estaba el football (tal y como queda referenciado por el artículo de Marzo de 1903 del diario local La Provincia y otras pruebas que ahora pondremos sobre la mesa).

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 Esta Sociedad «juegos de Pelota» tiene actividad demostrada desde 1.884 en adelante, tal y como lo demuestran otros apuntes contables que hablan de gastos diversos del Club en Huelva Capital en los años 1885, 1886, 1887, y que se custodian en el Archivo Histórico de la Fundación Rio Tinto (AHFRT).

 Curiosa y precisamente la creación de este «brazo armado» del Club Inglés de Rio Tinto en Huelva se produce con la llegada a Huelva desde tierras escocesas del doctor W. Alexander Mackay, el verdadero promotor, como hemos dicho, del football en Huelva y hermano del entonces también médico y presidente del «Club Inglés de Rio Tinto», fundado en 1878, John Sutherland Mackay.

 Es obvio que ese Club de juego de pelotas de 1884 tenía en Huelva su máximo exponente en la figura de W.A. Mackay, sobre todo si tenemos en cuenta lo que curiosamente indica la carta de 1 de Marzo de 1888 que se haya en la RFEF y que en uno de sus pasajes dice:»…Que venimos desarrollando desde hace algunos años…». Ese «…desde hace algunos años…» bien podría querer decir desde 1884; sin que, aunque muchas de las piezas encajen, podamos afirmarlo tajantemente. Las investigaciones seguirán por esta línea y tarde o temprano podremos demostrar que esa «Sociedad Juego de Pelota«, dependiente del «Club de Rio Tinto» se independiza formando el «Club de Recreo».

 Una vez el Club quedó oficializado en 1.889 se sucedieron partidas de football contra diversos teams, entre ellos el Rio Tinto Football Club, un club de football que se creó en Sevilla en 1890 y otros Clubes de Málaga y Gibraltar de esa misma época y año. También como ya hemos apuntado en otro artículo presentado en el CIHEFE, a partir de 1892 el Club deja de tener participación social y queda gestionado por otra entidad inglesa llamada Seamen´s Institute, que lo utiliza para «entretener» con partidas de football y cricket a los marineros que llegaban al puerto de Huelva y que dirigió sus designios hasta 1903, fecha en la que el Recreation Club, ya con el nombre de Recreativo de Huelva, decidió abrirse de nuevo a la sociedad local, ante el incremento de la afición local. En esa fecha de 1903, el Club Onubense presenta unos nuevos estatutos que son aprobados por el Gobernador de la provincia; aunque eso es motivo sin duda para otro artículo. Para más información pinchar aquí:

 http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2009/11/el-recre-entre-1893-y-1904-una-etapa-de-hermetismo/

 

El Origen del nombre «Recreation Club»:

 El término «recreation» usado en las últimas décadas del siglo XIX tenía un importante componente médico. De todos es sabido que las universidades de Inglaterra tenían un gran desarrollo y la de medicina, obviamente, estaba entre las más avanzadas.

 En este sentido, la medicina como principal exponente del cuidado de la salud del individuo, en Inglaterra, recomendaba hacer con asiduidad la práctica de los Sports con objeto de fortalecer la constitución del cuerpo y mejorar la condición física de la persona. Y no podemos olvidar que Williams Alexander Mackay, promotor del «Huelva Recreation Club», era precisamente médico…qué curioso ¿verdad?.

 En estos términos se refiere la revista «La ilustración española y americana» en Febrero de 1892, a la práctica de los sports de pelota en Inglaterra:

 «…El ejercicio de la pelota es varonil también, sobre higiénico y recreativo…«

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 Por tanto, que nadie se lleve a equívocos con el término «Recreativo» empleado en el siglo XIX y piense por tanto que por su uso en la denominación social del Club Onubense se refiere a un Club dedicado a organizar fiestas y bailes.

 El término «Recreativo», como podemos ver y comprobar, estaba asociado directamente con los Sports ingleses; y dado que el Club Onubense era un club eminentemente deportivo (Football y Cricket) el mencionado término le iba de maravillas…

 FUENTES:

-Archivo Histórico de la Fundación Rio Tinto (AHFRT).

-Hemeroteca de Huelva (Casa Colón).

– «1.884-1889: El Origen del Huelva Recreation Club». Antonio Bálmont.

– «Análisis de una cita Histórica». D. Alfredo Moreno Bolaños.




Nuevo libro: «1884-1889: el origen del Huelva Recreation Club»

El pasado día 14 de septiembre tuvo lugar en la peña Navidad del Club Recreativo de Huelva la presentación del último libro de Antonio Bálmont, titulado 1884-1889: el origen del Huelva Recreation Club.

Dicha presentación contó con la presencia del presidente de la asociación de periodistas deportivos andaluces, Javier Bermejo, y por Víctor Martínez Patón. El audio completo de la presentación puede escucharse en el siguiente link: Pulsar aquí

El libro está a la venta en http://www.bubok.com/libros/176480/18841889-El-origen-del-quotHuelva-Recreation-Clubquot.

Pronto haremos una relación de todos los libros que han sido publicados por los miembros del CIHEFE; empezando claro está por las obras de D. Félix Martialay.




El FC Barcelona: el mejor club español de la década 2000-2010

Se impone gracias a sus dos últimas temporadas. Sin embargo, Real Madrid y Sevilla FC dominan las competiciones nacionales por separado.

 El aficionado al fútbol en general tiene una especial inclinación por comentar, debatir o discutir sobre cualquier aspecto de este deporte. Los argumentos que aporta son tan dispares que abarcan desde la subjetividad más irracional hasta la objetividad más absoluta. Aún así, el tema tratado siempre queda abierto a nuevos comentarios y más valoraciones.

Por eso, aprovechando que la el final de la temporada 2009/10 cierra una década de competiciones, hemos tratado de buscar y justificar qué club ha sido el mejor de estos 10 años.

Desde el punto de vista competitivo, una apreciación global de la década no tiene mayor interés, pues en sí no queda reflejada en ningún palmarés de ninguna competición, es cierto. Pero, por el contrario, la evaluación del rendimiento de los clubs a lo largo de un período más o menos largo de tiempo, correctamente referenciada, sirve para valorar debidamente a sus responsables, tanto directivos como demás profesionales implicados. Y en ello radica esta reflexión, que analiza cómo los grandes clubs han reflejado el acierto o no de sus responsables, al margen de los títulos alcanzados.

 Adelantando el resultado de nuestro ejercicio, el club ganador es el FC Barcelona, lo que parece una obviedad dado el gran rendimiento que ha tenido. Sin embargo, cuando entramos a revisar las condiciones, encontramos valoraciones muy interesantes que iremos desarrollando a lo largo del artículo.

 CRITERIOS PARA ESTABLECER LA TABLA DE CLASIFICACIÓN

Hemos mantenido un criterio parecido al Ranking Mundial de Clubs, de la IFFHS, donde las competiciones internacionales tienen mayor puntuación que las nacionales.

 Champions, Supercopa de Europa, Mundial de Clubs: 9 puntos victoria; 3 empate.

Europa League/Copa de la UEFA: 6 puntos victoria; 2 empate.

Liga de Primera División, Copa del Rey y Supercopa de España, Copa Intertoto: 3 puntos victoria; 1 empate.

Segunda División: 1,5 puntos victoria; 0,5 empate.

Segunda División B: 0,75 puntos victoria; 0,25 empate.

No hay ningún plus por ganar una competición, ni alcanzar eliminatorias finales. En caso de resolverse un partido por penaltis, se cuenta como empate para los dos equipos.

Tampoco es necesario incluir un reparto proporcional entre el número de partidos de cada competición y el máximo de puntos, ya que salvo en la Liga, el equipo que más eliminatorias gana se ve compensado porque también es el equipo que más partidos juega.

Y como es lógico, tampoco se ha tenido en cuenta el presupuesto anual de cada club, ni las condiciones económicas de las plantillas, ni nada que se gestara fuera de los terrenos de juego.

 EL FC BARCELONA HA SIDO EL MEJOR DE LA DÉCADA

 Aplicando estas puntuaciones así queda la clasificación final de la década 2000-2010:

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  Como se puede comprobar, el FC Barcelona suma un total de 1630 puntos lo que le convierte en el club más destacado de la década. Su ventaja sobre el Real Madrid está basada en su mejor rendimiento en las competiciones internacionales, ya que en la Liga el Real Madrid está por delante. Donde más se nota es la Champions League, donde el FC Barcelonase clasifica por delante del Real Madrid, pese a haber disputado una edición menos, en la que entró en la Copa de la UEFA.

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La diferencia no es de 27 puntos absolutos, sino que al aplicarse la baremación aumenta a 81 a los que hay que sumar los 62 de la Copa de la UEFA (31 x 2) lo que dan una ventaja a los barcelonistas de 143 puntos. El rendimiento del Real Madrid en las últimas cinco ediciones de la Champions, no ha pasado de octavos en ninguna ocasión, ha sido definitivo, pues los madridistas aventajaban notoriamente a los azulgrana con un total de 405 puntos (135 x 3) frente a los 359 (99 x 3 + 31 x 2) de sus rivales en la primera mitad de la década.

 EL REAL MADRID Y EL SEVILLA FC SON LOS MEJORES A NIVEL NACIONAL

 Como ya hemos adelantado, el dominio del FC Barcelona no es absoluto en el cómputo global de la década. Es más, en lo que se refiere a las competiciones nacionales es superado por el Real Madrid y el Sevilla FC en la Liga y en la Copa respectivamente:

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El Real Madrid domina la Liga con claridad. El impresionante registro barcelonista de la temporada última quedó minimizado ya que sólo aventajó en tres puntos al Real Madrid. Al margen de los dos más destacados, el Valencia, que ganó dos veces la Liga, es el tercero con autoridad, seguido de los grandes animadores de la Liga en esta década: el Super-Depor, el Villarreal CF, una vez subcampeón, y el Sevilla FC, que jugó en 2ª División en la temporada 2000-01. La ausencia del Atlético de Madrid se debe a sus dos temporadas en 2ª División al comienzo de la década.

 

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 Pese a que el F Barcelona logró ganar el torneo de 2009 y confirmarse como el club que más veces ha ganado la Copa de la historia, en la presente década ha habido dos clubs que le superan en el cómputo general de partidos. El Sevilla FC, con su última victoria, la segunda dentro del decenio, se confirma con doce puntos de ventaja sobre el Atlético de Madrid. Los madrileños no han ganado ninguna edición en estos 10 años, pero sí han sido uno de los equipos más regulares. Por el contrario, tanto Real Madrid como FC Barcelona han tenido serios tropiezos contra equipos de inferior categoría en la Copa. Las eliminaciones del Real Madrid contra el Real Unión (2008/09) y AD Alcorcón (2009/10) no fueron menos sorprendentes que las del FC Barcelona ante el Novelda CF (2002/03) y la UDA Gramenet (2004/05).

 LOS ÚLTIMOS CINCO AÑOS REVELAN OTRAS TENDENCIAS: EL SEVILLA FC DESPLAZA AL REAL MADRID DEL SEGUNDO PUESTO.

 El análisis global de la década oculta unos datos que son muy interesantes y que quedan a la vista en cuanto dividimos el período en dos mitades. Del 2000-2005 al 2005-2010 hay tanta diferencia que es importante echarles una mirada.

Por un lado observemos la clasificación general de ambos períodos:

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El Real Madrid comenzó con autoridad dominado prácticamente todas las competiciones. Ganó dos veces la Liga y su éxito en la Champions League se completó con la Supercopa de Europa y el Mundial de clubs. Sólo el Atlético de Madrid, curiosamente, pese a sus dos temporadas en 2ª División, se destacó como mejor club en la Copa del Rey -no entra entre los diez primeros de la clasificación general- sumando 57 puntos. El FC Barcelona es el segundo en la general, pero en la Liga va por delante del Deportivo, al que saca sólo cuatro puntos, y del Valencia CF, ganador de dos ediciones, seis puntos.

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El vuelco se da en los siguientes cinco años. El FC Barcelona se convierte en el dominador total de todas las competiciones: Liga, Copa del Rey y Champions. Aunque el Real Madrid se mantiene cerca en la Liga, donde sólo pierde seis puntos, en la Copa de España y en la Champions suma menos de la mitad de puntos que los barcelonistas. Hasta el punto que el Sevilla FC se convierte en el segundo equipo de España, adelantando a los madridistas, gracias a sus dos victorias en la Copa de la UEFA y otras tantas en la Copa del Rey. El Valencia CF, con un rendimiento inferior, sigue entre los cuatro primeros, aunque seguido muy de cerca por el Villarreal CF. El Atlético de Madrid, ya sin el lastre de las dos temporadas en 2ª División, es el sexto de España, pero aún muy lejos de recuperar el sitio que en décadas anteriores llegó a ocupar.

 CONCLUSIONES

 Esta revisión estadística es bastante significativa. La hegemonía del FC Barcelona en la década no ha sido constante, sino que es el resultado de unas trayectoria ascendente que ha culminado en dos años de notoria superioridad sobre sus rivales.

Con una trayectoria inversa, el Real Madrid ha ido cediendo el dominio a sus rivales. La única competición donde ha mantenido un nivel regular ha sido en el Campeonato de Liga. Sus descalabros coperos, junto con las cinco últimas temporadas europeas han pesado mucho a la hora de valorar el rendimiento del club.

Valencia CF y Sevilla FC han sido la alternativa de los dos más fuertes. En la valoración global de la década, el Valencia CF queda en tercera posición, pero, el Sevilla FC ha protagonizado un quinquenio extraordinario, en el que ha llegado a superar al Real Madrid, desplazándolo de la segunda posición. Mientras los valencianistas tratan de recuperar el nivel de los primeros años, los sevillistas deben consolidar su alto rendimiento para confirmarse de una vez por todas como una alternativa. Siguen siendo víctima de sus propia irregularidad. Finalmente, el Atlético de Madrid, que empezó la década en Segunda División ha recuperado parte del terreno perdido, pero aún está muy lejos del peso que tuvo en los años 60 y 70.

 ANEXO

 Para aquellos que prefieren triunfos y menos estadísticas presentamos algunas tablas, que lo único que hacen es confirmar lo anteriormente expuesto, pero sin profundizar en las correspondientes valoraciones:

 Revisando el palmarés de éxitos:

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 Con 12 títulos el FC Barcelona se confirma como el más laureado, aunque la mitad, 6 triunfos, fueron conseguidos en poco más de un año. Este hecho refleja que hubo un reparto más equilibrado de éxitos entre los demás equipos en los otros nueve años. Con todo FC Barcelona, Real Madrid, Valencia CF y Sevilla FC son los que acumularon un mayor número de trofeos, hasta llegar a un total de 10 clubs con al menos un triunfo.

 Si ponderamos la importancia de las victorias, dando más puntos según la categoría de la competición (6 puntos a la Champions League, 4 a la Copa de la UEFA, 4 a la Liga, 3 a la Copa del Rey, y 2 de bonificación por ganar el Mundial de Clubs y/o la Supercopa de Europa y 1 por la Supercopa de España), no hay prácticamente cambios:

              1         FC Barcelona                       38

             2         Real Madrid CF                    29

             3         Valencia CF                         17

             3         Sevilla FC                            17

             5         Real Zaragoza                       5

 Y si buscásemos la clasificación global de los diez años contabilizando por igual todos los resultados, sumando victorias y empates sin difetenciar las competiciones, así quedarían los clubs:

del-olmo-81  * Sólo entran los equipos que han disputado al menos una temporada en Primera División entre 2000/01 y 2009/10.

 Como se puede ver… todo queda en su sitio. Las ponderaciones sirven para poder valorar con mejor perspectiva los datos.




Los primeros libros de fútbol en España

Recuerdo una conversación que tuve hace años con Félix Martialay en la que hablábamos sobre cómo debía ser concebida una obra de historia universal. Él sostenía que una de las características necesarias es que se le pudieran añadir tomos por al principio y al final. Lo de añadir tomos al final parecía fácil, se trataba solo de actualizar la obra con los hechos que hubieran ocurrido después de la primera edición, pero no parecía tan claro lo de los tomos al principio. «Pues para que si te aparece un antecessor no tengas que tirar la obra a la basura. Esa es una diferencia entre la Historia y la Prehistoria, que la primera se actualiza al final y la segunda al principio».

En el número 12 de estos Cuadernos publiqué un artículo titulado «La primera noticia de foot-ball en España» (http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/2010/07/1868-la-primera-noticia-sobre-foot-ball-en-espana/), y en el cuerpo del texto dejé claro que era la primera conocida, y que desde luego era adjetivo que estaba siempre pendiente de que apareciera una anterior, como los tomos de prehistoria de los que hablaba Félix. Que yo sepa todavía nadie conoce ninguna anterior, pero desde luego que podría aparecer en cualquier momento.

 Hoy continuando un poco con ese artículo voy a hablar de los primeros libros de fútbol publicados en España. Si bien este caso es mucho más complicado, y precisamente me amparo en el plural «los primeros» que en español permite dos interpretaciones:

 

  1. Los dos libros de los que hablo son los primeros, y por lo tanto no hay ninguno anterior.
  2. Estos dos libros forman parte del grupo de «los primeros», en los que puede haber junto con ellos otros «primeros».

 La prudencia en este punto me obliga a hablar de los primeros en el segundo sentido. Y lo hago precisamente porque hasta hace pocos meses pensaba que el libro Football asociación, de José Elías y Juncosa (1914), era el primero. Y lo pensaba firmemente hasta que por puro azar me topé con la traducción española del Novísimo tratado de foot-ball de Georges Graham, publicado un año antes, en 1913.

 No soy ni mucho menos experto en el asunto y entiendo que es muy probable que alguien pueda presentarse con otro libro anterior; lo cual es por cierto parte del objetivo de este artículo, que continúen apareciendo libros antiguos sobre fútbol.

 El más antiguo de ellos decía es el Novísimo tratado de foot-ball, que aparece con el subtítulo de Método práctico para jugar al foot-ball y apreciar la licitud y la oportunidad de las jugadas. Publicado en 1913 en Barcelona, por la editorial Ciencias y Letras (C/ Monmany 51 y 53), e impreso por Tipografías y Litografías Núñez (C/ San Ramón nº 6). Es un librito de 90 páginas de pequeño formato (18 x 11 cm.) en el que hay cuatro fotografías enseñando lances y diversos dibujos para explicar diversos aspectos del juego, tales como el off-side.

 

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 Está dividido en dos partes. La primera titulada «Generalidades» consta de un pequeño capítulo histórico, así como de varios puntos como la indumentaria, la higiene o la utilidad del foot-ball como elemento de educación física y moral. La segunda está dedicada a explicar el reglamento y las posiciones de los jugadores.

 Muy difícil de localizar, solo he conseguido localizar un ejemplar en la biblioteca del CSIC (http://aleph.csic.es/F?func=find-a&find_code=SYS&request=000815574), además del ejemplar que obra en el archivo del CIHEFE.

 Tan solo un año después publicó José Elías y Juncosa, alias Corredises, su Football asociación, dentro de la colección Los Sports. Imprimido también en Barcelona por R. Tobella (C/ Carmen 18), salió a la venta al precio de 2 pesetas. También de pequeño formato (17 x 11,5 cm.) y 96 páginas, Corredises hace igualmente un recorrido por la evolución del juego y las posiciones en el campo, precedido de una pequeña reflexión sobre la utilidad del fútbol como medio de educación física (él no habla de la educación moral), y termina con un apéndice sobre el reglamento.

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 Pero quizá el detalle más llamativo del libro es que viene prologado por Hans Gamper, fundador del Barcelona y amigo personal de Corredises. En él cuenta sus primeros esfuerzos por introducir el fútbol en Barcelona, en un texto de importantísimo valor histórico. Por cierto que aparece fechado el 15 de diciembre de 1913, por lo que el libro probablemente salió a la venta en los primeros días de enero de 1914. No en vano la edición que manejamos es la segunda, y aparece también fechada en 1914.

Este libro es de más fácil adquisición: hay varios ejemplares en librerías de viejo a precios razonables, además de estar también en la biblioteca del CSIC (http://aleph.csic.es/F?func=find-a&find_code=SYS&request=000851790) y en la Biblioteca de Cataluña, así como en el archivo del CIHEFE.

 Como decía al principio esta es una simple presentación de los dos primeros libros de fútbol españoles que conozco, pero es probable que haya otros anteriores. Cualquier noticia en este sentido será muy bien recibida.

 




Probables contra posibles ante Amberes 1920

En este artículo pretendo mostrar de manera simple como fue el camino de la naciente selección española desde el momento que fueron preseleccionados en Asamblea federativa una serie de jugadores hasta el momento que abandonan España camino de Amberes para participar en la Olimpiada, a través de una serie de encuentros que enfrentaron a los preseleccionados y una serie de jugadores que completaron los equipos. Si alguien desea conocer ampliamente el asunto, con dimes y diretes, le recomiendo consultar el libro «Amberes allí nació la furia española» de Félix Martialay.

 La prensa de la época no prestó la atención que yo hubiera deseado, en buena parte porque era época estival y, teniendo en cuenta que son partidos de entrenamiento, en las propias disputas tampoco las crónicas son lo suficientemente detalladas. La existencia de errores es evidente cuando hemos encontrado alineaciones en las que figuran jugadores lesionados o que han abandonado el barco con anterioridad y aparecen en ellas.

 En la Asamblea del Fútbol Nacional celebrada el 1 de junio de 1920 se tomó la decisión de elegir a los siguientes veinticinco jugadores que formarían la primera convocatoria de la selección:

Zamora (portero), Samitier, Sancho, Sesúmaga, Vicente Martínez y Alcántara (Barcelona)

Eizaguirre (portero), Arrate y Silverio (Real Sociedad)

Otero y Ramón González (Real Vigo Sporting)

Encinas (Fortuna de Vigo)

Vallana y Pagaza (Arenas)

Torres (Deportivo de La Coruña)

Meana y Villaverde (Sporting de Gijón)

René Petit y De Miguel (Real Madrid)

Belauste, Sabino y Acedo (Athletic Club de Bilbao)

Eguiazábal y Patricio (Real Unión)

Ricardo Álvarez (Racing Club de Madrid)

El Comité Técnico elegido es el formado por los señores Berraondo, Ruete y Bru. Como Director Técnico estuvo D. Francisco Bru y D. Manuel Lemmel fue su auxiliar y masajista.

 

Se organizó una excursión por el norte de España con partidos en diferentes sedes y con un calendario concreto que según llegaba el momento era constantemente modificado. Así, la gira comenzó en Vigo, donde se disputaron un par de encuentros, y donde figuran muchos jugadores de clubes gallegos para poder completar los equipos pues muchos de los preseleccionados no se presentaron.

 Vigo, 11 de julio

 Al primer partido acudieron menos de la mitad de los jugadores seleccionados por el sr.Bru. El resto de participantes fueron reclutados por D. Manuel Castro «Handicap», periodista del Faro de Vigo, entre jugadores de equipos gallegos, futbolistas veraneantes en Galicia con o sin permiso de sus clubes y algún futbolista estudiante de Medicina.

 Probables – Posibles 0-2

11-julio-1920: Coya

Probables: Zamora (Barcelona), Otero (Real Vigo Sporting), Encinas (Fortuna de Vigo), Samitier (Barcelona), Sancho (Barcelona), Torres (Deportivo de La Coruña), De Miguel (Real Madrid), Sesúmaga (Barcelona), Ramón González (Vigo Sporting), Paco González (Real Madrid), Brand (Sevilla)

Posibles: Hernández Coronado (Real Madrid), Fernández (Vigo Sporting), Rey (Fortuna de Vigo), Herminio (Sevilla), Balbino (Fortuna de Vigo), Hermida (Fortuna de Vigo), Moncho Gil (Vigo Sporting), Cruces (Fortuna de Vigo), Chiarroni (Vigo Sporting), Vázquez (Racing de Ferrol), Pinilla (Deportivo de La Coruña)

Goles: 0-1, Vázquez; 0-2, Cruces

Árbitro: Manuel Lemmel

 Vigo, 13 de julio

 Probables – Posibles 4-0

13-julio-1920: Coya

Probables: Zamora (Barcelona), Rey (Fortuna de Vigo), Daniel (Comercial), Samitier (Barcelona), Sancho (Barcelona), Torres (Deportivo de La Coruña), De Miguel (Real Madrid), Sesúmaga (Barcelona), Vázquez (Racing de Ferrol), Paco González (Real Madrid), Brand (Sevilla)

Posibles: Hernández Coronado (Real Madrid), Juanito Clemente (Fortuna de Vigo), Herminio (Sevilla), Hermida (Fortuna de Vigo), Abad (?), Balbino (Fortuna de Vigo), Moncho Gil (Vigo Sporting), Lozano (Pontevedra), Chiarroni (Vigo Sporting), Cruces (Fortuna de Vigo), Pinilla (Deportivo de La Coruña)

Goles: 1-0, Vázquez; 2-0, Vázquez, 3-0, Vázquez; 4-0, Paco González

Árbitro: Manuel Lemmel

 Después, la preselección debería continuar su camino por Asturias donde debieron jugar otro par de partidos, uno en Oviedo y otro en Gijón, pero ambos fueron suspendidos. Las fechas fueron para Oviedo el 18 de julio y para Gijón el 20 del mismo mes.

 En Bilbao, al no detenerse la gira en Asturias, se adelantó la estancia. Del 25 de julio inicial se adelantó al 20. Aquí si se encuentra todo el grupo seleccionado.

 Probables – Posibles 2-0

20-julio-1920: San Mamés

Probables: Zamora (Barcelona), Otero (Real Vigo Sporting), Arrate (Real Sociedad), Samitier (Barcelona), Sancho (Barcelona), Eguiazábal (Real Unión), Pagaza (Arenas de Guecho), René Petit (Real Unión), Patricio (Real Unión), Alcántara (Barcelona), Acedo (Athletic Club de Bilbao)

Posibles: Eizaguirre (Real Sociedad), Vallana (Arenas), Encinas (Fortuna de Vigo), Artola (Real Sociedad), Belauste (Athletic Club de Bilbao), Sabino (Athletic Club de Bilbao), Moncho Gil (Real Vigo Sporting), Sesúmaga (Barcelona), Vicente Martínez (Barcelona), Vázquez (Racing de Ferrol), Argüelles (Sporting de Gijón)

Goles: 1-0, Sesúmaga; 2-0, Patricio

Árbitro: Ibarreche

 Bilbao, 27 de julio

 Probables – Posibles 2-0

25-julio-1920: San Mamés

Probables: Zamora (Barcelona), Sauca (Irrintzi), Gorostiza (Baracaldo), Samitier (Barcelona), Sancho (Barcelona), Eguiazábal (Real Unión), Pagaza (Arenas), Sesúmaga (Barcelona), Patricio (Real Unión), Matías (Real Sociedad), Acedo (Athletic Club de Bilbao)

Posibles: Eizaguirre (Real Sociedad), Vallana (Arenas), Tasio (Fortuna Sport de Bilbao), Artola (Real Sociedad), Belauste (Athletic Club de Bilbao), Sabino (Athletic Club de Bilbao), De Miguel (Real Madrid), Pichichi (Athletic Club de Bilbao), Carmelo (Deusto), Laca (Athletic Club de Bilbao), Argüelles (Sporting de Gijón)

Goles: 1-0, Matías; 2-0 Patricio

Árbitro: Ibarreche

 Finalmente, el partido que debía disputarse en San Sebastián fue trasladado a Irún que es donde se encontraba el grueso de la expedición olímpica española que debía trasladarse a Amberes.

 San Sebastián, 1 de agosto. Se jugó en Irún.

 Probables – Posibles 3-1

1-Agosto-1920: Amute

Probables: Zamora (Barcelona), Vallana (Arenas), Arrate (Real Sociedad), Samitier (Barcelona), Sancho (Barcelona), Eguiazábal (Real Unión), Pagaza (Arenas), Sesúmaga (Barcelona), Patricio (Real Unión), Vázquez (Racing de Ferrol), Acedo (Athletic Club de Bilbao)

Posibles: Eizaguirre (Real Sociedad), Carrasco (Real Sociedad), Emery (Real Unión), Artola (Real Sociedad), Belauste (Athletic Club de Bilbao), Sabino (Athletic Club de Bilbao), Moncho Gil (Real Vigo Sporting), Pichichi (Athletic Club de Bilbao), Vicente Martínez (Athletic Club de Bilbao), Matías (Real Sociedad), Silverio (Real Sociedad)

Goles: 0-1, Vicente Martínez; 1-1, Vázquez; 2-1, Patricio; 3-1, Acedo

Árbitro: Chopeitia        Jueces de línea: Bru y Berraondo

 San Sebastián, 3 de agosto. Igualmente se disputó en Irún el día 8.

 Probables – Posibles 3-4

8-Agosto-1920: Amute

Probables: Eizaguirre (Real Sociedad) (sustituido por Muguerza en la segunda parte), Otero (Real Vigo Sporting), Arrate (Real Sociedad), Emery (Real Unión), Belauste (Athletic Club de Bilbao) (sustituido por Sancho en la primera parte), Eguiazábal (Real Unión), Pagaza (Arenas), Sesúmaga (Barcelona), Patricio (Real Unión), Pichichi (Athletic Club de Bilbao), Acedo (Athletic Club de Bilbao)

Posibles: Zamora (Barcelona), Carrasco (Real Sociedad), Vallana (Arenas), Artola (Real Sociedad), Sancho (Barcelona), Sabino (Athletic Club de Bilbao), Moncho Gil (Real Vigo Sporting), Ramón González (Real Vigo Sporting), Vázquez (Racing de Ferrol), Matías (Real Sociedad), Silverio (Real Sociedad)

Goles: 1-0, min.2′: Pagaza; 2-0 Sesúmaga; 2 penales Vázquez y otro Arrate. Desconozco los autores de los otros dos goles

Árbitro: Chopeitia

 Finalmente, los jugadores seleccionados para la Olimpiada fueron:

 Zamora, Samitier, Sancho y Sesúmaga (Barcelona)

Eizaguirre, Arrate, Carrasco, Artola y Silverio (Real Sociedad)

Otero, Moncho Gil y Ramón González (Real Vigo Sporting)

Vallana y Pagaza (Arenas)

Belauste, Sabino, Pichichi y Acedo (Athletic Club de Bilbao)

Eguiazábal y Patricio (Real Unión)

Vázquez (Racing de Ferrol)

 Son 21 los jugadores que partieron de la estación de Irún cuando la lista podía ser de hasta 22. El hecho es que Ramón Encinas no encontró permiso en su empresa para desplazarse durante tanto tiempo y en la excursión por tierras vascas, concretamente en Bilbao, hubo de abandonar y regresar a Vigo no llegando a ser sustituido. Se intentó solucionar incluyendo en la lista a otro jugador pero el COE no la admitió por encontrarsefuera de plazo.

 Observemos que de la lista inicial a la definitiva hay notables diferencias. De la lista inicial se «caen» hasta nueve jugadores:

 Vicente Martínez y Alcántara (Barcelona); Ramón Encinas (Fortuna de Vigo); Torres (Deportivo); Meana y Villaverde (Sporting de Gijón), René Petit (Real Madrid / Real Unión); De Miguel (Real Madrid) y Ricardo Álvarez (Racing Club de Madrid)

 René Petit debió abandonar su deseo de convertirse en internacional español al ser llamado a filas por Francia. Jugó dos partidos con Francia en Amberes. Hasta 1927 no consiguió la tan deseada nacionalidad española a pesar de vivir en España de pequeño y sentirse español.

 José Torres abandonó España con dirección a Cuba donde continuó jugando

 Ricardo Álvarez fue descartado por las sospechas que recaían sobre él de ser semiprofesional

 De Miguel fue el máximo exponente del desprecio a los jugadores de la Región Centro por parte del trío técnico

 Meana y Villaverde no llegaron a acudir a la preselección

 Vicente Martínez y Alcántara no fueron de los más destacados en la gira encontrandose en el camino con otros jugadores que parece dieron más la talla

 y cinco se suman a la lista definitiva:

 Carrasco y Artola (Real Sociedad); Moncho Gil (Real Vigo Sporting); Pichichi (Athletic Club de Bilbao) y Vázquez (Racing de Ferrol)

 Entre estas dos listas, la inicial de laAsamblea y la definitiva entregada al COE, muchos de los jugadores utilizados y que no aparecen en ellas como preseleccionados fueron tenidos en cuenta por el señor Bru, que era quién los citaba para probarlos. No cabían todos. Practicamente ninguno de ellos tuvo una nueva oportunidad de ser internacional.

 Zamora, Sancho y Sesúmaga participaron en todos los encuentros y Meana, Villaverde y Ricardo Álvarez no llegaron a disputar ningún entrenamiento.

 De los treinta jugadores preseleccionados y después seleccionados fueron utilizados veintisiete antes de cerrar la lista. Veinticuatro jugadores no preseleccionados ni seleccionados fueron también utilizados en los partidos de entrenamiento.

 Vázquez acabó como máximo goleador de la gira con siete tantos reconocidos, uno de ellos de penalty. Hay que recordar que hay dos goles donde no están ubicados los autores por no reflejarlos la prensa. Marcó en cuatro de los cinco partidos que jugó. Una vez en Amberes tan solo disputó un partido y un balón al poste fue su único bagaje.

  

 




Matthias Sindelar, el Mozart del fútbol.

Matthias Sindelar está considerado por muchos como el futbolista austriaco más grande de todos los tiempos. Nació el 10 de febrero de 1903 en la región de Moravia, que actualmente se encuentra integrada en la República Checa, y a los dos años de edad su familia se trasladó a Viena con la esperanza de encontrar en la capital del imperio Austro-húngaro un futuro más próspero del que les esperaba en su tierra natal. Sin embargo la pérdida de su padre durante la Primera Guerra Mundial, le obligó a trabajar como aprendiz de cerrajero para ajudar económicamente a su familia.

 Fue en las calles y plazas vienesas donde el joven Matthias comenzó a dar muestras de sus facultades futbolísticas y allí, jugando con sus amigos, fue descubierto por Karl Wiemann, quien fascinado por sus habilidades hizo todo lo posible por incorporarlo a la plantilla del filial del Hertha de Viena, cuando aún no había cumplido los dieciseis años. Con un adecuado entrenamiento y su talento futbolístico pronto comenzó a destacar entre sus compañeros por su habilidad y rapidez. Su metro setenta y nueve de estatura y su poca corpulencia (63 kilos) le daban un aspecto frágil, cosa que propició fuera prontamente conocido como Hombre de papel. Debutó en el primer equipo a los diciocho años convirtiéndose en un jugador de referencia, aunque una grave lesión de menisco estuvo a punto de truncar su ambicioso futuro.

 Las dificultades económicas del club obligaron a desprenderse de algunos de sus mejores jugadores y Matthias Sindelar fue traspasado al Austria de Viena, que por aquella epoca se denominaba Wienner Amateure Sport Verein. Como delantero centro de este equipo y con la inconfundible camiseta de color lila vivió sus mejores momentos deportivos. Fue campeón de la Copa de Austria en 1925 ante el Firts de Viena y repitió título al año siguiente frente al mismo rival, además de proclamarse campeón de Liga en la temporada 1925-26. Este mismo año debutó con la selección austriaca, siendo el autor del gol de la victoria por 2 a 1 frente a Checoslovaquia.

 Poco a poco la estrella de Sindelar empezó a lucir por toda Europa y en la temporada 1926-27 el conjunto austriaco visitó España y debutó en San Mamés frente al Athletic, devolviendo la visita que el equipo vasco había realizado a la capital vienesa en septiembre, donde los austriacos ganaron por 3-1. Fue el día de Navidad, con el campo totalmente nevado, donde volvieron a imponerse por 1-2, marcando Sindelar el gol de la victoria en el segundo tiempo. Al día siguiente se repitió el partido y por tercera vez el triunfo se inclinó del lado austriaco por 2-3, aunque quien deslumbró en esta ocasión fue el portero vienés.

Una semana después jugó en Les Corts frente al Barcelona. El primer día del año 1927, con un campo en mejores condiciones, Sindelar maravilló por su destreza y eficacia, marcando un gol en el primer tiempo y otro a poco del final, tras driblar a la defensa azulgrana, que supuso la victoria de su equipo por 2-3. Sin embargo al dia siguiente, el FC Barcelona tomó cumplida revancha y arrolló a su rival venciendole por 5 a 0. El férreo marcaje de Walter a Sindelar, el cansancio de los austriacos y la gran actuación azulgrana propiciaron el resultado. Pese al varapalo, la actuación de Sindelar mereció la portada y destacados comentarios del diario L’Esport Català.

 El SK Rapid impidió el cuarto título consecutivo del equipo de Sindelar -ya con el nombre de FK Austria- en la competición copera y en años posteriores fueron el Firts FC y el Wienner AC quienes se impusieron en la final. No fue hasta 1933 que el Austria de Viena volvió a proclamarse campeón, derrotando por 1-0 al Brigitenauer AC. Dos años después repitió titulo ante el Wienner SC con un contundente 5-1 y dos de ellos a cargo de Sindelar, y al año siguiente fue de nuevo campeón, esta vez ante el First de Viena, ganando por 3-0 en la final, contribuyendo de nuevo Sindelar con el segundo gol.

 La trayectoria del FK Austria en la competición de Liga durante estos últimos años resultó más bien discreta. Sin embargo el equipo lila también destacó en la Copa de Europa Central, conocida como Mitropa Cup, competición que ganó en 1933 ante los italianos de la Ambrosiana Inter y repitió en 1936, esta vez frente al Sparta de Praga. Y en 1935 y 1937 cayó a las puertas de la final.

 La trayectoria deportiva de Matthias Sindelar va estrechamente ligada a la selección austriaca, en la cual jugó cuarenta y tres partidos y con la que se ganó con todo merecimiento el sobrenombre de Mozart del fútbol por su virtuosismo con el balón en los pies. Él fue director de juego del Wunderteam, el equipo entrenado por Hugo Meisl que, como su nombre indica, maravilló a toda Europa durante casi un lustro y fue orgullo de todo el país por su estilo de juego, gran técnica, exquisita corrección y su victoriosa racha, ya que entre 1931 y 1935 de los treinta y cinco partidos jugados ganaron veintidós, empataron ocho y perdieron solo cinco, marcando ciento ocho goles y encajaron cuarenta y nueve, proclamándose campeones de la II edición de la Copa Internacional –Dr. Gerö Cup– el año 1933.

 Eran, por tanto, favoritos para adjudicarse el Campeonato del Mundo de 1934 que se disputó en tierras italianas, pero después de derrotar a Francia y Hungría, el equipo capitaneado por Matthias Sindelar se encontró con el anfitrión, en lo que se llamó la final anticipada. Lo sucedido en la eliminatoria anterior frente a España había puesto las cartas sobre la mesa de las posibilidades italianas, que además de contar con unos árbitros prestos a echar una mano en caso necesario, tenían a jugadores como Monti, Monzeglio, Ferraris o Meazza dispuestos a sembrar el terror en el refinado sistena austriaco, que indudablemente no iba a responder tan duramente como los españoles. Cuentan las crónicas que el equipo austriaco saltó al campo ligeramente acomplejado, notó la ausencia de algunos titulares y que el partido le llegó demasiado tarde. Aún así planto cara y cayó con un solitario gol de Guaita, tan ilegal como el que Meazza le marcó a Nogués y eliminó a España. Cuatro días después Alemania también venció a los austriacos en el partido para el tercer puesto y firmó la sentencia del Wunderteam.

 La trayectoria futbolística de Matthias Sindelar iniciaba también el declive aunque con su club todavía iba a tener ocasión de saborear algún título, como se ha expuesto con anterioridad. Sin embargo los acontecimientos políticos iban a influir notoriamente en su vida y en la de todos sus compatriotas. Muchos de ellos miraban con preocupación el ascenso del nazismo en el país vecino y las pretensiones expansionistas de su Führer, que se consumaron el 12 de marzo de 1938 con el Anschluss, o sea la invasión alemana i la anexión del territoro austriaco. De esta manera, Austria desapareció del mapa de paises europeos y se convirtió en una provincia más de Tercer Raich con el nombre de Ostmark, como se le conocía en la epoca medieval. La selección de Austria dejó de existir y Matthias Sindelar, como todos los austriacos, se convirtió en ciudadano alemán.

 Las autoridades nazis eran conscientes de la importancia propagandística del deporte y emplearon el fútbol como medio político. El Campeonato mundial que se iba a celebrar proximamente en Francia era la oportunidad para presentar al mundo una Alemania unida y victoriosa. La anexión ofrecía la posibilidad de hacer un gran equipo alemán incluyendo a la fuerza a los mejores jugadores austriacos e incorporando a su estrella legendaria, el mítico Sindi, que era el idolo de la afición. De esta manera se pretendía borrar el fracaso frente a Noruega en los recientes Juegos Olímpicos de Berlín, donde el equipo amateur austriaco ganó de forma polémica la medalla de plata, y la humillación sufrida por Adolf Hitler en el Estadio Olímpico ante la gesta del atleta norteamericano Jessie Owens. Pero esto tenía un inconveniente ya que Sindelar despreciaba a los nazis, deploraba la anexión de su país, y detestaba la política que había acabado con la expulsión de todos los funcionarios judíos de su club.

 Sabedores de la trascendencia  que tenía la desaparición de la selección austriaca, las autoridades nazis organizaron para el 3 de abril de 1938 un último partido en Viena entre las dos selecciones que acto seguido se iban a refundir en una sola y presentaron el acontecimiento como una fiesta de unión entre ambos pueblos. Pero antes de comenzar el choque las autoridades ya aconsejaron la conveniencia de una victoria de Alemania. Quizás por ello en la primera parte los locales fallaron claras ocasiones de gol y sorprendentemente Sindelar fue quien más destacó en este aspecto, sin ocultar su resignación. Después del descanso las cosas tomaron un giro radical y en la primera ocasión que tuvo el capitán austriaco metió el balón en el marco alemán. Acto seguido se situó frente al palco repleto de autoridades nazis y en lugar de hacer el saludo protocolario se puso a festejar el gol bailando una danza humillatoria y ridiculizante. Poco después llegó un segundo gol de Karl Sesta que sentenció la victoria de Austria.

El gesto de desafío del idolatrado Sindi fue muy apreciado por sus amigos de la resistencia pasiva y quienes le consideraban un símbolo del patriotismo austriaco, pero los nazis nunca se lo perdonaron, y en los siguientes meses tendría funestas consecuencias. Sindelar siempre rehusó integrar la selección de Alemania en los partidos de preparación para el Mundial, alegando diversas lesiones y por tanto tampoco acudió a la cita mundialista que se celebró dos meses después, y donde los germanos cayeron en la primera eliminatoria ante Suiza. Por otro lado, el regimen nazi prohibió a los jugadrores cobrar un sueldo por jugar y convirtió a todos los clubs en amateurs, persiguiendo al mismo tiempo a todas las asociaciones y deportistas sospechosos de estar vinculados al judaísmo. Síndelar tuvo que buscarse una ocupación para obtener ingresos y durante unos meses regentó un café vienés.

 El 23 de enero de 1939 en la cama del apartamento que compartía con su novia, la italiana Camila Castagnola, se encontró el cadaver de Sindelar, fallecido mientras dormía. Su compañera estaba en coma del cual nunca salió. Según señaló la partida de defunción el incidente se produjo por intoxicación de monóxido de carbono procedente de una estufa. Alguien añadió que la muerte se debió a un accidente, y nunca se supo si fue un suicidio o un asesinato. De haber sido de esta manera no podría haber tenido el funeral de estado que se le tributó, al cual acudieron unas quince mil personas quienes se atrevieron a salir a la calle para presentar sus respetos a uno de los símbolos más carismáticos de la resistencia antifascista

 Sindelar murió a los treinta y seis años y los rumores sobre su muerte todavía no se han aclarado. En un documental de la BBC inglesa, emitido el año 2003, se dice que el informe oficial se extravió durante la ocupación, y se incluye una entrevista con Egon Ulbrich, secretario del Austria de Viena, que declara haber acordado con el alcalde de la ciudad y el inspector del distrito, certificar que la muerte fue accidental y así poder asegurar el funeral que tuvo. También se dice que la policia secreta estuvo investigando a Matthias Sindelar y su hermana, y que existe un informe de la gestapo donde se asegura que toda su familia era de origen checo, projudía y socialdemócrata. Esta declaración equivalía a una sentencia de muerte. No obstante, algunos investigadores, como su biógrafo Wolfang Maderthaler, apoyan la tesis del suicidio ya que al sentirse acosado y sin poder jugar al fùtbol, tampoco tenía sentido seguir viviendo.

 Cada 29 de enero, su tumba en el Cementerio Central de Viena es rodeada de flores por parte de aficionados, compatriotas y gente diversa, en recuerdo del mejor futbolista austriaco.

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Algunos datos de este relato están recogidos del libro Història amb pilotes, de Xavier Carmaniu Mainadé, previo permiso de su autor.

  

                                                                                                      




Testigos de un gran fracaso (españoles en el fútbol de EEUU)

Destripado el primer intento serio de inocular el fútbol en la vida de los Estados Unidos, mediados los años 70 del siglo XX, un nuevo puñado de empresarios volvió a la carga. Parecía imposible que un deporte tan universal, dueño y señor de Europa, África, Centro y Sudamérica, y con creciente expansión por el Golfo Pérsico, Asia y Oceanía, no hubiese podido arraigar entre Boston por el Noreste y San Diego por el Sudoeste, Miami en el Caribe y la bahía de Seattle en el Pacífico. Si los Estados Unidos tuviesen la renta per cápita de Mongolia, la densidad poblacional de Nepal o la absoluta de Tonga, Nauru y Vanuatu, todavía. Pero es que además de ser el imperio de occidente, su fábrica de moneda acuñaba la divisa universal y su celuloide en tecnicolor contagiaba gustos y costumbres por todo el orbe. Ni la FIFA podía contemplar impertérrita semejante decepción, ni los emprendedores yanquis resignarse a la pérdida de una explotación tan suculenta. Resumiendo: lo intentaron a lo grande esta vez, llenando de estrellas su firmamento balompédico tan pronto resucitaron la mortecina «North American Soccer League» y su filial M. S. L..

Para empezar, tomaron New York como punto de referencia ¿Acaso no era la Gran Manzana capital económica del Universo?. ¿Había algo más representativo de los Estados Unidos que el Empire State, la Estatua de la Libertad o sus taxis amarillos?. Pues su equipo bandera debía hallarse también en lugar tan mítico. Y puestos a hacerlo todo en grande, eligieron un nombre con vocación algo más que terráquea: Cosmos. New York Cosmos, fundado en 1971 y enterrado por asfixia económica en 1984.

Su primera gran estrella fue «O Rey» Pelé. Un Pelé ya retirado en el Santos, su club de toda la vida. Pero al mismo tiempo una figura tetracampeona, reconocible hasta para quienes el «soccer» no dejaba de ser una práctica hueca, avara a tenor de sus marcadores, tan exótica como molesta.

Nadie sabía muy bien cómo y a qué fútbol jugaban los norteamericanos, pero todo el mundo tuvo noticias del Cosmos. Y no sólo por los numerosos partidos amistosos que fue disputando, como nuevo Harlem Globetrotters, sino porque las publicaciones de todos los continentes le concedieron abundante atención. A España, además, llegaron sus ecos muy de primera mano, puesto que el Cosmos contó con un compatriota.      

  Luis Mª De la Fuente (Castellón, Pontevedra, Real Madrid y Santander), había aparecido por New York sin intención de jugar al fútbol. Tenía, o eso pensaba él, un buen proyecto empresarial respaldado por cierta agencia de viajes. Tan pronto se vio entre rascacielos, la iniciativa naufragó sin apenas salir de puerto, y el lateral tuvo que emplearse como agente de viajes. El resto fue pura casualidad, pues cuando el vicepresidente de la compañía, amigo, a su vez, del mentor técnico en el todopoderoso Cosmos, comentó que tenía a su cargo un antiguo futbolista español, recibió la correspondiente convocatoria para pasar unas pruebas. Gustó y acabó fichando.

Corrían tiempos de abundancia económica, pese a tiznarse el horizonte con los nubarrones de una primera crisis petrolífera. En el Cosmos, sin embargo, parecían sobrar los dólares, luego de rescatar con una suculenta oferta al brasileño Pelé y abrir la puerta de su vestuario a los uruguayos Masnik y Julio Correa, al peruano Mifflin o los israelíes Shpiegler y David Primo, entre otros. La realidad, empero, resultaba diametralmente distinta para futbolistas de bronce, como De la Fuente. Con los estadios medio vacíos y el presupuesto absorbido por dos o tres ganchos de renombre mundial, no quedaban para los demás sino unos pocos billetes, de los que la tercera parte acababa en manos del fisco. De la Fuente jugó una temporada (21 partidos de liga, con un gol cantado), cuyo título acabaría en las vitrinas del Tampa Bay. A su conclusión, con 28 años, regresó a España sin ánimo para seguir dándole al balón. «El Cosmos parece una cosa desde fuera y por dentro es otra», concretó a su llegada. «Éramos 6 latinos y no iban a renovarnos a ninguno. No les gustan los jugadores que esconden la pelota. Sólo quieren corretones, fútbol de patadón y carrera larga, a lo británico. La verdad es que allí no veo sitio para este deporte. No en New York, al menos. Les gustan los espectáculos duros, casi violentos. Por eso han montado el Indor-Soccer, que juegan en pistas de hockey donde el balón nunca sale fuera y no existe tregua, arreándose hasta la exageración».

Cuando el bravo De la Fuente hizo esas declaraciones, brotaba la primavera de 1976. Tan sólo 2 años más tarde, con Pelé retirado, la media de espectadores estaba estancada y los dirigentes de la NASL barajaban la posibilidad de un fracaso si no obraba como revulsivo un nuevo puñado de estrellas. Así que tentaron a Johan Cruyff para enfundarse la camiseta del Cosmos (sólo jugó un partido de exhibición), junto a su compañero en el Barcelona y la selección holandesa Johan Neeskens, Carlos Alberto (Santos y la selección brasileña), Morais (brasileño), Bocijevic (yugoslavo con excelente palmarés en el Estrella Roja) o Chinaglia (goleador de la selección italiana). Otros clubes tampoco se quedaban atrás. Los peruanos Cueto y Cubillas (probablemente el mejor futbolista de la historia andina), el argentino Fillol, el campeón del mundo en 1966 Gordon Banks, Peter Osgood, Seat Susik, Robert Lennox o el incorregible George Best (con muy bajo rendimiento en Los Ángeles Aztecas), pudieran servir de ejemplo. Pero pese a todo, el fútbol no arraigaba, las cadenas de televisión, escaldadas tiempo atrás, seguían sin apostar por ese espectáculo, y la propia organización interna de bastantes clubes dejaba mucho que desear. Vayan, si no, unas muestras para ilustrarlo.

En marzo de 1978, el Tulsa Roughnecks, revelación del campeonato y propiedad de H. Ward Lay, heredero del rey de las patatas fritas, sólo contaba con un jugador procedente de la campaña anterior. Por su parte, el club de George Best apenas superaba los 7.000 asistentes de media en los partidos como local. La liga había crecido de 18 a 24 clubes y Pelé se mostraba esperanzado respecto al porvenir, quizás porque el optimismo entrara en su sueldo de promotor y relaciones públicas para el fútbol USA. «El soccer es un fenómeno irreversible en este país. Algunos estiman en 10 años el plazo para lograr un nivel que permita a los Estados Unidos convertirse en amenaza dentro del Campeonato Mundial. Yo pienso que ese momento podría llegar antes». El tiempo, juez perpetuo, se encargaría de degollar tan halagüeñas perspectivas.

Y es que junto a estrellas de brillo archigastado, viejas glorias empeñadas en reproducir espectáculos tan periclitados como el circo de «Buffalo Bill», se alineaban demasiados aventureros anónimos que en nada enriquecían la media. Uno de ellos fue Manuel Jiménez Peinado, muchacho modestísimo, casi un ilustre desconocido, que en la primavera de 1977 suscribió contrato con el Miami Toros, de Florida. Natural de Torrejón de Ardoz, contaba 21 años, jugaba de centrocampista y había sido probado por el equipo de su localidad, aunque sin convencer. Pero eso sí, estaba casado con una puertorriqueña y tal detalle hace más comprensible la apuesta.

No fue el único compatriota sin apenas brillo por aquellos pagos. El guardameta Ricardo Ordóñez, que ya pasara por el Dallas Tornado en 1968, durante la primera emigración hispana, repitió operación en el San Antonio Tunder el año 1975, si bien no lograra estrenarse oficialmente. «Mani» Hernández (2-VIII-1948), al parecer con  nacionalidad estadounidense y española, cantó 4 goles en los 46 partidos disputados con el San José Eartquakers las temporadas 1974, 1975 y 1976, 8 en los 38 partidos con Detroit Lighning de 1979-80, y 9 en las 23 veces que defendió la camiseta del San Francisco Fog durante el ejercicio 1980-81, contendiendo estos dos últimos clubes en la MSL. Al también delantero Manuel Cuenca (Madrid 11-IX-1948), se le dio mejor perforar marcos adversarios, pese a que hoy día resulte casi imposible rastrear su paso por nuestro fútbol. Marcó 3 goles en 16 partidos para el California Surfs (1978), 14 en 10 choques para el Cincinnati Kids (1978-79, ya en la MSL, 27 en 34 encuentros para el Saint Louis Seammers (temporadas 1979-80 y 1980-81) y otros 6 en 12 partidos para el San Francisco Fog (1980-81). El igualmente madrileño Anselmo Vicioso (28-X-1952) jugó 20 partidos con el California Surfs en 1978, marcando 2 tantos. Cualquier pista sobre el ir y venir de estos jugadores por clubes españoles sería muy bien recibida.

El defensa vigués Santiago Formoso (4-VII-1953), también con doble nacionalidad e ilustre desconocido por España, gozó entre el Atlántico y el Pacífico de bastante más predicamento que los anteriores. Jugó 24 partidos con el Hartfor Bicentenials en 1976, otros 25, anotando un gol, en el Conecticut durante 1977, no se estrenó oficialmente en el Cosmos ese mismo 1977, pero saltó al campo 26 veces en 1978, anotando 2 goles, y 17 en 1979, sin festejar goles, antes de poner rumbo hacia Los Ángeles Aztecas (11 partidos) y Houston Huracane (otros 10), ambos en 1980. Y aún continuaría en el Buffalo Stallions la temporada 1981-82, si bien para disputar 5 únicos partidos correspondientes esta vez a la MSL. 

Así estaban las cosas por ese enorme país cuando Ignacio Salcedo (At Madrid) y Manolo Velázquez (Rayo Vallecano, Málaga y Real Madrid desde 1965 hasta 1977) internacional con 10 participaciones en la selección absoluta y calzando guantes en vez de botas, vivieron dos experiencias bien distintas. Para Salcedo, ingeniero industrial un tanto cansado del cuero y su cerrado mundo, Los 7 partidos jugados en el Toronto Metros Croatia supusieron un pintoresco broche de oro. A Velázquez, por el contrario, la aventura en el mismo club a punto estuvo de dejarle inválido.

 A sus 33 años, con la baja del Madrid en el bolsillo, pudo haber optado por una oferta del París Saint Germain. Como tardara en decidirse, los franceses pusieron el punto de mira en «Cacho» Heredia, y a Velázquez sólo le quedó la alternativa de Toronto. No era la de Ontario, sin embargo, una apuesta puramente deportiva. Allí esperaba contactar con varias empresas y, sirviéndose de su popularidad, convertirse, a su regreso, en representante para España de esas marcas. Los contactos no prosperaron. Ya había sufrido varios resbalones en sus negocios de Madrid y una vez más volvía a quedarle solamente el fútbol, en una experiencia que duró 16 meses. Demostró su técnica en aquel «soccer» rudo, es cierto, aunque pagó por ello. «Su nivel es pobre, rudimentario», confesaría. «Cuidan más la forma física que la habilidad. Lo de menos es el dribling, porque los jugadores autóctonos tienen en el fondo más mentalidad de fútbol americano, de rugby, vamos, que de fútbol auténtico. Quieren organizarse bien, incorporando cada año a un nativo más por club, hasta haber alcanzado dentro de siete u ocho temporadas el tope de dos extranjeros por equipo. Claro que cuando eso ocurra no quiero imaginarme los partidos. Podrían ser exhibiciones violentas».

La violencia, ya queda dicho, se cebó en él. Centraron un balón desde la derecha. Botó delante. Quiso rematar a la media vuelta y el portero salió con los pies en alto. Para un guardameta europeo hubiese sido jugada de atrapar el esférico con las manos. En Estados Unidos, en cambio… Una bota se estrelló contra su rodilla, destrozándole los dos meniscos, los ligamentos cruzados, y distendiéndole el lateral. Aunque el fútbol acababa de terminarse para siempre, la rápida intervención quirúrgica le permitió, al menos, caminar con casi total normalidad. Final injusto para un artista con 5 Ligas en su palmarés, 3 Copas, una Copa de Europa y 10 trofeos veraniegos de primer orden, incluidos Carranza, Teresa Herrera, Mohamed V, Conde de Fenosa o Colombino. El fútbol, como la vida misma, despliega muy a menudo el abanico de la injusticia.

Pero aún hubo otro español en el «soccer» de esos años. Fue el manacorí Juan Bisbal Parera (Parera), sin duda rostro más brillante de la moneda.

Alto, luchador, dueño de los balones aéreos, ingresó en el Mallorca con 20 años para acabar deslumbrando durante su cuarta campaña, pese al descenso a 2ª División. Corría el año 1970 y la caja fuerte mallorquina criaba telarañas una vez más, por lo que fue puesto en venta. Aunque hubo varios clubes de primera interesados, como todos se empeñaran en sacar astillas del árbol caído rebajando su precio, acabó siendo el Calvo Sotelo de Puertollano, un segunda, quien más pujó. Para el futbolista, aquello debió ser una especie de estafa deportiva. Durante la temporada anterior incluso había acudido a una convocatoria de entrenamiento con la selección nacional. Fue como rodar por las escaleras en pleno sueño. Desde La Mancha inició un descorazonador peregrinaje hacia el infierno de 3ª. Levante, Tortosa, Huesca, Constancia de Inca, Toledo… Habría de ser en el viejo feudo toledano donde el ex «colchonero» José Luis Boyarizo le hablara del fútbol yanqui. Aquello ya fue otra cosa, pues su brega y facultades físicas volvieron a ser apreciadas. De vacaciones en su isla, el nuevo presidente mallorquinista Miguel Contestí le convenció para vestir de bermellón, ahora en 3ª, pactando quedar libre en marzo y reincorporarse así al fútbol USA, donde era una figura. Ese carácter quedaba de manifiesto en las invitaciones cursadas por algunas universidades, donde impartió charlas o tuvo a su cargo «campus» o «staffs», al tratarse el «soccer», en los años 70, de un deporte con más arraigo universitario que profesional. Si su actividad docente se lo permitía, no desaprovechaba la ocasión de regresar a España, para enrolarse unos meses en algún de club de 3ª, como el Andratx, por ejemplo (1979-80). Y en primavera otra vez al avión, rumbo a América. Al cumplir los 35, después de defender las camisetas de New York Eagles, Cleveland Cobras y Memphis Rogues, puso punto final a su andadura transoceánica, aunque aún se enrolara en el modesto Bunyola.

El fútbol estadounidense, una vez más, no saldría del bache. Retiradas las estrellas tentadas a golpe de talonario, evaporados dinero y paciencia, aquella liga artificial volvió a languidecer. Llegaron noticias de que el Cosmos quebraba, que desaparecía, al tiempo que la NBA recuperaba altura para el baloncesto. En poco tiempo el fútbol fue barrido, para no resurgir hasta 20 años más tarde, entonces mirándose en el espejo de la muy abundante colonia hispana. Pero esa ya es otra historia.

 

 José Ignacio Corcuera

 




Origen y primer presidente del Real Sporting de Gijón

La dificultad para designar al primer presidente de la entidad entronca directamente con la ausencia de datos sobre el origen de la misma. La fecha de fundación no está clara, y así, pese a haberse establecido mediante acta notarial julio de 1905 como año de partida, en su día se llegó a afirmar que el nacimiento del club se había producido a finales del siglo XIX, concretamente en 1900.

Vayamos por partes.

Fue en febrero de 1955 cuando el entonces presidente sportinguista, D. Eustaquio Campomanes, inició gestiones con distintos ex futbolistas de la primera época para tratar de fijar legalmente la fecha de fundación de la Sociedad, y, de este modo, proceder a la celebración de las Bodas de Oro del club. No debió resultar una tarea sencilla ya que las diligencias se prolongaron hasta noviembre de 1956, durante un año y nueve meses. En efecto, las opiniones de los antiguos jugadores estaban encontradas, y diferían bastante unas de otras. Finalmente se logró alcanzar un acuerdo y una serie de veteranos, quienes decían ser «socios fundadores» de la entidad, declararon ante el notario D. Tomás Albi Agero que el Sporting Gijonés había sido fundado en julio de 1905, con una Directiva presidida por Anselmo López, e integrada por Alfredo y Julio Bernaldo de Quirós, José Morilla, José y Julio Barroso Ablanedo, Emilio Fernández, Jacobo Argüelles, Corsino de la Riera, Ángel Pardo, Florentino García Sordo y otros más que no recordaban.[1]

Las personas que declararon ante notario se citan a continuación: Jacobo Argüelles Álvarez, Emilio Fernández Menéndez, Emilio López Sánchez (sobrino de Anselmo López), Julio Bernaldo de Quirós, Florentino García Sordo (quien hizo entrega de una medalla ganada supuestamente con el Sporting en 1906), Corsino de la Riera Acebal y Ángel Pardo Botella.

La diferencia de pareceres entre los ex sportinguistas ocasionó una demora que obligó a festejar el cincuentenario del club con dos años de retraso, en 1957. Los periódicos gijoneses publicaron en aquellas fechas numerosos artículos y entrevistas, donde se recogían con profusión de detalles los recuerdos y vivencias de aquellos sportmen que cincuenta años atrás habían impulsado el deporte del balón en la ciudad. Todos coincidían en señalar a Anselmo López como el primer presidente y verdadero fundador de la Sociedad rojiblanca.

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Sin embargo, si nos remontamos en el tiempo unos cuantos años, apenas seis, hasta 1951, encontramos una nota discordante que tiene especial interés por provenir de un equipier que integraba la primera alineación sportinguista de la que se tiene noticia comprobada. El 20 de diciembre se publicaba en la sección de deportes del diario Voluntad una carta firmada por Conrado Pineda en la que se detallaba el origen de la entidad «…para que sirva de aclaración y frene un poco los ímpetus de ese enjambre de «fundadores» que ahora, como de generación espontánea, le han nacido a nuestro Sporting…». Y añadía: «El Sporting se fundó en el verano de 1905, siendo su primera (que conste bien claro) Directiva la siguiente: Presidente Conrado Pineda; Secretario Loyola Zoreda (alma y vida entonces de la Sociedad y para quien nadie ha tenido jamás el menor recuerdo, siendo en su casa donde se celebraban las juntas y donde se guardaba nuestro modesto equipo de ropa, botas, balones etc.); Tesorero Anselmo López; Vocales los hermanos Muñiz y no recuerdo si algún otro más». Continuaba explicando que había ocupado la presidencia hasta 1907, época en la que fue relevado en el cargo «… por uno de los hermanos Muñiz, no recuerdo perfectamente cual, pero creo que ha sido Óscar. Más tarde, y al presentar éste la dimisión y no haber nadie que quisiera ocupar cargo alguno, se constituyó una Dictadura completamente absolutista de la que Anselmo López era presidente, secretario, contador, vocal, cobrador y botones. Así estuvimos durante muchos años hasta que vino la fusión con la Sportiva que nos absorbió en absoluto, no volviendo a figurar para nada ninguno de los auténticos sportinguistas, ni en aquella época, ni nunca jamás».[2] (Para probar lo que estaba diciendo, Conrado Pineda adjuntaba un recorte del diario El Independiente del 17 de agosto 1907, en el que se explicitaba una alineación del Sporting Gijonés (la misma que apareció en su día en casi todos los periódicos de la ciudad, y que está considerada como la referencia más antigua de la Sociedad). Por su interés, la reproducimos a continuación: portero, Anselmo López; defensas, Óscar Muñiz y Manuel Muñiz; medios, Constantino Palacio, Conrado Pineda y Félix Alonso; delanteros, Loyola Pineda, José Morilla, Laureano Antuña, Ramón Muñiz y Eduardo García.

Pineda continuaba en estos términos: «Me mueve a enviarte este escrito el hecho muy frecuente de oír a señores que rondan arriba o abajo los cincuenta años, afirmar que han sido los auténticos fundadores del Sporting, cuando éste está próximo a que cumpla su medio siglo de existencia, y otros que llevan en Gijón treinta o cuarenta años de residencia y que también dicen lo mismo. Y no es que esto sea ningún desdoro, ni mucho menos, pues con ello dan pruebas de amor al Club, pero lo que no es de manera alguna, es una realidad».

La carta terminaba advirtiendo que en 1955 se cumplirían 50 años desde la fundación del Sporting, y avisaba de la conveniencia de ir preparando la celebración de las bodas de oro del club.

Este testimonio en primera persona resulta revelador, no sólo porque ofrece una versión diferente en la figura del primer presidente, sino porque además aporta una alternativa creíble en la composición de la primera directiva sportinguista, formada por jugadores que ya pertenecían a la disciplina del conjunto gijonés en 1907. Ninguno de los ex futbolistas que en 1956 declararon ante notario formaban parte de dicha alineación, y la Directiva que se puede completar a través de sus testimonios es demasiado heterogénea si atendemos a la primera vez que los integrantes de la misma aparecen en los periódicos como equipiers del Sporting Gijonés.

Un minucioso rastreo en los diferentes diarios de la época que se conservan (El Comercio, El Noroeste, El Principado, El Publicador, El Pueblo Astur, El Carbayón, El Correo de Asturias, La Voz de Avilés y Diario de Avilés) nos ofrece los siguientes resultados:

Anselmo López y José Morilla (1907), únicos representantes de la primera alineación. Ángel Pardo Botella (1908) – Florentino García Sordo (1908) – Julio y Alfredo Bernaldo de Quirós (1910)[3] – José Barroso Ablanedo (1911) – Emilio Fernández «Cañamina» (1911) – Corsino de la Riera (1911) – Julio Barroso Ablanedo (1912) y Jacobo Argüelles Álvarez (¿?)[4].

Evidentemente el hecho de que no aparezcan en la prensa hasta dichos años no implica necesariamente que no formaran parte del equipo con anterioridad, si bien llama poderosamente la atención el que jugadores como Corsino de la Riera o José Barroso, que en 1911 figuraban en el cuadro infantil del Sporting, estuvieran entre los primeros componentes del club seis años antes[5]. De todas formas la denominación de «socio fundador» ha de tomarse con una cierta flexibilidad, pues también Fernando Villaverde recibió dicha calificación en su momento, pese a haberse incorporado al Sporting en 1910 procedente de la Sportiva. Incluso se llegó a hablar de él como fundador de la institución.

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La carta de Conrado Pineda provocó un cierto revuelo en círculos sportinguistas y recibió cumplida contestación días más tarde en las páginas de La Hoja del Lunes. Un redactor del periódico se entrevistó con varios ex futbolistas del conjunto gijonés para recabar sus impresiones sobre el asunto.

Sergio y Pachín Villaverde (ambos posteriores a 1910) afirmaron que siempre habían oído que el «papá»  de la entidad era Anselmo López.

Luis Álvarez (1916) manifestó que Anselmo López lo era todo en el club. «Presidente, secretario, tesorero, saquero y hasta cobrador de recibos, de aquellos recibos de «perrona»[6]. Acerca de la fecha de fundación decía lo siguiente: «Yo soy el socio número dos del Sporting. Me hizo mi padre cuando tenía cuatro años y según mi cuenta, creo que debió ser hacia el año 1906».

Pero, sin ninguna duda la opinión más interesante la proporcionó Ángel Pardo, que no sólo negó lo anteriormente expuesto por Pineda sino que además ofreció su versión de la constitución de la Sociedad:

«Pues verás, en el año 1905 – en esto sí estoy conforme con Pineda – había en Gijón varias sociedades futbolísticas. Una que yo había creado y que se llamaba «La Recreativa»; otra la de Anselmo López y otra la que formaban los hermanos Quirós, con Julio como presidente. De estas tres – lo recuerdo como si fuese hoy – nació el Sporting Club Gijonés. Nos reunimos un día en la playa, debajo de Las Carolinas, y acordamos fundir las tres en una sola, a la que se dio aquel nombre. Unimos los fondos de los tres equipos, pusimos cada uno de los miembros una pequeña cantidad e inmediatamente pedimos a Barcelona los jerseys».[7]

Ángel Pardo continuó comentando sus recuerdos, pero su memoria más que ayudar le confunde, y así establece que: «En 1905 jugábamos en los arenales de la playa. Después en 1906 ya lo hacíamos en el campo de La Matona. Allí hasta el año 1908 en que pasamos al campo de Piñole, el famoso Flor de Valencia. Y después al Molinón. En 1914″. (Lo cierto es que no jugaron en La Matona hasta 1910,  para pasar al campo del señor Piñole en 1911. Y no fue hasta el año 1915 cuando el Sporting arrendaría el campo de El Molinón). También afirma que el título de «Real» fue concedido al club en 1908 merced a las gestiones de un amigo suyo, Ramón Plasencia, entonces socio de honor de la entidad (concretamente se produjo en agosto de 1912, y pese a que se ha proclamado que se logró gracias a la intervención de una conocida de Anselmo López cuyo hijo era capitán de caballería de la Casa Real, en realidad fue con casi toda seguridad el Ministro de Estado, D. Manuel García Prieto, quien gestionó ante la Corona tal distinción[8]), y asegura que no recuerda a Conrado Pineda en el Sporting, sino en el Gijón Foot-ball Club posteriormente.

Asimismo, Ángel Pardo hizo hincapié en que había ganado con el Sporting una medalla en 1906, donada por el Círculo Mercantil e Industrial de Gijón. Pese a que con el paso de los años la había perdido, señalaba que su compañero Florentino García Sordo conservaba la suya, y de esta forma se podía demostrar lo que decía. (Sin embargo dicha medalla se ganó en un encuentro disputado en el campo Redondo entre el Sporting Club Ovetense y la Juventud Sportiva Gijonesa el domingo 2 de septiembre de 1906, como atestigua un anuncio publicado en el diario El Comercio en el que además puede leerse: «Se disputarán en este partido once magníficas medallas de plata regalo del Círculo Mercantil e Industrial de Gijón, las cuales están expuestas en el bazar de D. Benigno Piquero». El choque dio comienzo a las cinco de la tarde pero tuvo que ser interrumpido debido a un tremendo aguacero que obligó a guarecerse tanto a los espectadores como a los jugadores. Debió tratarse de un chubasco pasajero porque enseguida se reanudó el enfrentamiento, que a la postre daría como vencedor al conjunto gijonés. No se han hallado más datos del partido, uno de los escasísimos matches de los que se tiene noticia en 1906).

Ángel Pardo no recordaba exactamente el primer equipo del Sporting que salió de aquella reunión en la playa, pero aseguraba que uno de las primeras alineaciones la componían los siguientes jugadores: Anselmo López; Bascarán y Cañamina (Emilio Fernández); F. Sordo, Alfredo Quirós, Cesáreo Cadavieco; A. Pardo, Estrada, Julio Quirós, Corsino Riera y Barroso; (Como se puede observar, salvo Anselmo López y Cesáreo Cadavieco no hay ningún jugador de 1907.)

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La polémica desatada con sus declaraciones llevó a Conrado Pineda a escribir nuevamente a EPE, cronista deportivo de Voluntad, para reiterar una vez más su postura, al mismo tiempo que criticaba la ausencia de datos verificables en las declaraciones de sus opositores, a quienes según sus propias palabras, «… en su mayoría no tengo el honor de conocer». Asimismo, aseguraba que no tenía la más mínima intención de entrar en polémicas «…que ni me convienen ni me interesan …», y argumentaba que había presentado una prueba concluyente que nadie podía poner en duda. Proseguía anunciando que desde ese mismo momento renunciaba a volver a tocar el tema con nadie, y que simplemente había pretendido dar fe de los hechos por su cariño al Sporting. Como última prueba de sus afirmaciones presentaba una carta que le había enviado su amigo Ramón Muñiz (otro de los jugadores que formaban la primera alineación), y daba permiso para su publicación.

 Por falta de espacio se retrasó la publicación de la nota de Ramón Muñiz hasta el día siguiente, 30 de diciembre.

Por su interés, la reproducimos en su totalidad.

 Señor don Conrado Pineda.

 Mi querido amigo:

 Me interesé mucho por la polémica y el consabido revuelo que se armó en el cotarro futbolístico al publicar tu carta en el diario «Voluntad» con la copia de la gacetilla salida en el semanario «El Independiente», el día 17 de agosto de 1907. También de las declaraciones, días después, de Ángel Pardo en la «Hoja oficial del Lunes».

Hay discrepancias de bulto, y sobre todo de fechas, y por si te son necesarias las aclaraciones que te pueda dar, ya que somos de los del 1907, te las doy con mucho gusto, y sólo con el fin de conseguir aclarar la fecha lo más exactamente posible de la fundación de nuestro querido Sporting.

El Sporting ha pasado por varias etapas en cuanto a su denominación. Fue primero «Sporting Gijonés», más tarde «Sporting Club Gijonés», luego «Real Sporting Club de Gijón» y hoy «Real Gijón». La primera es la verdadera, la legítima, la del nacimiento de la Sociedad, la que no era más que estas dos palabras: «Sporting Gijonés», la que fundó Anselmo López, que en esto estamos todos conformes, y que fue el alma de ella, que yo supe bien de los desvelos y el cariño que puso en su obra.[9]

¿Y cuándo fundó Anselmo López el club? Y aquí vienen las discrepancias de fechas. Mi antiguo amigo Ángel Pardo, erróneamente habla del Sporting Club Gijonés y me lo coloca en 1905 como el año en que se fundó y dice que nació de tres sociedades: la Recreativa, la de Anselmo López y otra que capitaneaba Julio Quirós (o mejor dicho Julio Bernaldo de Quirós). De la primera y de la tercera no viene al caso hablar. ¿Y cuál era la de Anselmo López? Pues era nada más y nada menos que la que ya se llamaba «Sporting Gijonés» de manera que ésta de Anselmo López era anterior a la constituida después con el nombre de «Sporting Club Gijonés» porque aunque se vean cosas nunca vistas en este siglo de tanta Ciencia y tantos científicos, la ciencia biológica no ha descubierto que un hijo nazca primero que su padre. (Ya se ha dicho que en la prensa no consta este cambió de nombre, lo que impide determinar la veracidad de esta aseveración.[10] No obstante, si en el Sporting original se integraron con posterioridad jugadores de otras Sociedades, como parece, esto implicaría que muchos de los llamados «socios fundadores» del club no formaron parte del mismo desde un inicio.

Así que está bien claro que el Sporting Gijonés existía en 1907 sin aportaciones todavía de otros clubes, que era el legítimo Sporting, el auténtico, el que todavía no tenía uniforme, el de Anselmo López, único guía que entonces tuvo. Lo que no alcanzan mis recuerdos es si se fundó en ese año o en anteriores. Y esto que lo creo sumamente importante, lo puede aclarar Florentino Sordo, pues según Ángel Pardo posee una medalla donada por el Círculo Mercantil en 1906, y es de suponer que en la inscripción que en el dorso debe llevar figure la fecha y el nombre de la Sociedad que la mereció. Y esto sí que sería otro documento valiosísimo que aclararía la fecha exacta de la fundación. (En la medalla sólo consta el año, pero ya se ha explicado que Ángel Pardo la ganó con la Sportiva Gijonesa.)

Del famoso equipo (famoso por la sorpresa e incredulidad de algunos) del 1907, y que salió en aquella fecha en letra de imprenta, tú sabes bien que lo hemos recordado a lo largo de los muchos años de amistad que llevamos. Y para los incrédulos, bueno es que sepan que ese partido terminó con empate a uno. Aquí termino, y todo esto es lo que puedo aportar para esclarecer el origen legítimo del hoy Real Gijón.

Un abrazo de tu buen amigo

Ramón Muñiz                                              

 Unas líneas más abajo de dicho artículo, se podía leer:

 «Publicadas estas cuartillas, Voluntad considera suficientemente debatido el asunto, y por lo tanto anuncia que no publicará ya ninguna otra nota o comentario que se le envíen espontáneamente y que se relacione con este tema».

 Ramón Muñiz señala a Anselmo López como líder del grupo y fundador del club. Llama la atención el que Conrado Pineda no parezca sentirse desacreditado por esta afirmación, ya que fue él mismo quien permitió la publicación de esta carta para apoyar su tesis. ¿Es posible ser el fundador, aglutinante de una Sociedad, y no ocupar al mismo tiempo la presidencia de la misma? Desde luego, haya sido o no Anselmo López el primer presidente de la institución, no hay duda de que fue la persona que impulsó al Sporting de manera decisiva en su constitución, y posterior crecimiento y consolidación. De todas formas no pueden ignorarse las palabras de Conrado Pineda, aunque es posible que nunca se hallen pruebas que nos conduzcan a la verdad de lo sucedido.

 Acerca de la hipotética fundación del Sporting en una fecha más temprana, alrededor de 1900, no parece sino una fantasía. El fútbol organizado arrancó en la ciudad con los festivales del Gijón Sport-Club en 1903. Es a partir de ese momento cuando el deporte del balón toma carta de naturaleza de manera formal. Por imitación, irían surgiendo grupos o pandillas que intentarían formar su propia Sociedad. Desde esa óptica, 1905 resulta una fecha razonable como punto de partida del Sporting.

El propio Ignacio Lavilla, secretario de la entidad bajo el mandato de Anselmo López, confirma este hecho al rememorar en 1957 los orígenes del club: «Cuando nació el Sporting, Gijón ofrecía a la rapacería tan escasos alicientes que teníamos que sacarnos de la manga los medios de ejercitar nuestra vitalidad y dinamismo de chicos. Éramos todos, buenos y malos, excesivamente traviesos. (…) Pues bien, Anselmo López tuvo la virtud de pretender, y en gran medida conseguir, una corrección de estos excesos infantiles. Porque la verdad es que, antes de esto ya se había jugado al fútbol en Gijón. Mis primeros ídolos deportivos se llamaron Adaro, Castrillón, Prendes, Adolfo Suárez y todos los demás fabulosos componentes de aquel Sport-Club, que con el sentimiento de admiración hizo nacer en nosotros el deseo de emularlos.»

El hecho de que en 1911, en una carta publicada en la prensa, la junta directiva del cuadro rojiblanco afirmase que contaba con once años de antigüedad, hay que tomarlo más como un deseo de autoafirmación y de prestigio frente a los ataques recibidos por parte del Gijón Sport-Club nacido a finales de 1910, en plena guerra por la supremacía en la villa, que a una realidad.[11] Prueba de ello es que el club no continuó manteniendo dicha aseveración en años posteriores, y ese dato no quedó establecido como algo inherente a su idiosincrasia. En todas las aproximaciones históricas que sobre el Sporting se realizaron en los periódicos durante los años veinte y treinta siempre se le situó con posterioridad al primer Gijón Sport-Club (1903) y a la Sportiva Gijonesa (1904).

 «Voluntad», 20 dic. 1951

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En 1955 celebrará el Sporting sus Bodas de Oro

Un periódico amarillento, una carta y la primera directiva

 Varias veces en la calle y en los pasillos de la tribuna del Molinón nos había advertido un buen amigo nuestro y sportinguista sincero, Conrado Pineda Barbachano:

– Cada vez que se habla del nacimiento y de los primeros pasos del Sporting, amigo «Epe», se incurre en muchísimos errores. Los auténticos de aquella época guardan silencio, tal vez porque no encuentran a mano las pruebas materiales de lo que les gustaría decir. Pero yo me parece que las voy a encontrar y un día te daré una sorpresa enviándotelas con objeto de que puntualices ciertos extremos interesantes para el perfecto conocimiento de la historia del Club. ¿Me publicarás algo si te lo mando?.

– Hombre, con muchísimo gusto.

– Pues cuando tenga esos datos y pruebas te las enviaré.

Y, efectivamente, ayer recibíamos un abultado sobre dentro del cual venían una carta y un periódico amarillento con ese color especial que prestan los muchos años, «cosidas» algunas roturas con papeles de goma. Era un ejemplar de «El Independiente» periódico que editaba un grupo de gijoneses en 1907 y en cuyas columnas se alternaba la noticia local con el comentario agudo y la crítica mordaz. Un periódico que nosotros no alcanzamos, por fortuna para nuestra juventud, pero que resulta agradable leer para situarse adecuadamente en aquel Gijón de hace 45 años.

En ese ejemplar, desvaído y ruinoso, se habla ya del Sporting, en una noticia breve, muy breve, como corresponde al escasísimo espacio que entonces se dedicaba al fútbol. Y es ese periódico el que nos ofrece una prueba de lo que Conrado Pineda nos había dicho más de una vez y que ahora concreta en su amenísima carta que vamos a reproducir íntegramente. Dice así:

Mi distinguido amigo: Para que sirva de aclaración y frene un poco los ímpetus de ese enjambre de «fundadores» que ahora, como de generación espontánea, le han nacido a nuestro Sporting, me es muy grato adjuntarte un periódico de esta localidad de fecha 17 de agosto de 1907 (hace 44 años largos) que textualmente dice así: «Mañana saldrá para Oviedo con objeto de jugar un gran match de foot-ball contra el Sport Ovetense el Sporting Gijonés. El Sporting Gijonés está compuesto por los siguientes: portero, Anselmo López; defensas, Óscar Muñiz y Manuel Muñiz; medios, Constantino Palacio, Conrado Pineda y Félix Alonso; delanteros, Loyola Pineda, José Morilla, Laureano Antuña, Ramón Muñiz y Eduardo García».

El Sporting se fundó en el verano de 1905, siendo su primera (que conste bien claro) Directiva la siguiente: Presidente Conrado Pineda; Secretario Loyola Zoreda (alma y vida entonces de la Sociedad y para quien nadie ha tenido jamás el menor recuerdo, siendo en su casa donde se celebraban las juntas y donde se guardaba nuestro modesto equipo de ropa, botas, balones etc.); Tesorero Anselmo López; Vocales los hermanos Muñiz y no recuerdo si algún otro más.

Como podrás ver yo he sido el primer presidente que tuvo el Sporting desde 1905, fecha de su fundación, hasta 1907, en que se renovó la directiva, siendo substituido por uno de los hermanos Muñiz, no recuerdo perfectamente cual, pero creo que ha sido Óscar. Más tarde, y al presentar este la dimisión y no haber nadie que quisiera ocupar cargo alguno, se constituyó una Dictadura completamente absolutista de la que Anselmo López era presidente, secretario, contador, vocal, cobrador y botones. Así estuvimos durante muchos años hasta que vino la fusión con la Sportiva que nos absorbió en absoluto, no volviendo a figurar para nada ninguno de los auténticos sportinguistas, ni en aquella época, ni nunca jamás. La Sportiva estaba entonces compuesta por Antón Riera, El Porru, Quirós El chepu, César El Aburríu – que jugaba descalzo – y no recuerdo quiénes más.

Después vino la fusión con el Sport Club, a quienes hoy en día todos conocemos, pues aún viven en su mayoría y que pueden decirse que son de ayer.

Me mueve a enviarte este escrito el hecho muy frecuente de oír a señores que rondan arriba o abajo los cincuenta años, afirmar que han sido los auténticos fundadores del Sporting, cuando éste está próximo a que cumpla su medio siglo de existencia, y otros que llevan en Gijón treinta o cuarenta años de residencia y que también dicen lo mismo. Y no es que esto sea ningún desdoro, ni mucho menos, pues con ello dan pruebas de amor al Club, pero lo que no es de manera alguna, es una realidad.

Si la actual Directiva quiere honrar a su primero y fundador equipo, en su mayoría fallecidos ya, ahí tiene sus componentes que podrían figurar en un cuadro de honor en el local social, y al mismo tiempo ir pensando en las bodas de oro del Sporting, que se cumplen el próximo 1955.

Muy agradecido con un abrazo de tu buen amigo.- Conrado Pineda.

 «Hoja del Lunes», 24 Dic. 1951

 En torno a la fundación del Sporting

 ¿Quién fundó el Sporting y quién lo presidió?

 No hay coincidencia de nombres en los recuerdos de los viejos aficionados

 Lo único cierto es que en 1955 cumple sus Bodas de Oro

 Los viejos aficionados sportinguistas han tenido esta semana tema sobrado para el comentario, la discusión y la polémica amigable. Un colega local publicó una carta del señor don Conrado Pineda en la que, revolviendo en el siempre sugestivo álbum de los recuerdos, daba a conocer detalles, fechas y nombres de los que trajeron a la vida el hoy viejo Sporting. Pero pese a toda la aparente contundencia de la letra de molde y de las fechas no todos los que se titulan «sportinguistas antiguos» estaban conformes con la cronología o genealogía del Sporting de Gijón.

Nosotros quisimos ampliar la referida carta y para ello, nos hemos entrevistado con aquellas personas que por su participación en el nacimiento del club y por su actuación en defensa de sus colores, pudieran aportar algún dato nuevo, confirmativo de lo referido por el señor Pineda o de rectificación si procediera. Y hemos visto coronado nuestro esfuerzo ya que podemos dar a conocer detalles que avaloran el recuerdo fiel, y el prestigio de los interviuados. Así pues, vamos allá con el resultado de nuestra investigación.

¿Quién podría iniciar la historia del Sporting? Un nombre salta enseguida a la memoria: los hermanos Villaverde. Y con Sergio y Pachín nos entrevistamos en primer lugar:

 – ¿Habéis leído el historial que del nacimiento del Sporting hizo don Conrado Pineda?

– Sí.

– Es un trabajo valioso, ¿verdad?

– Lo sería si exactamente respondiera a la realidad cierta, pero aunque la memoria nos falle creemos que no es todo lo concreto y terminante que parece.

– ¿Entonces?

– Nosotros tenemos entendido que el «papá» – valga la palabra – del Sporting, fue Anselmo López. Y respecto al año de su nacimiento no estamos tampoco muy seguros de que sea el de 1905 que señala Pineda.

– ¿En qué os basáis?

– En primer lugar, hay un detalle significativo. El Sporting no se fusionó nunca con el Sport Club, como se dice. Nos llevábamos «como el perro y el gato». Aquí pudo haber un lapsus en la memoria de Pineda. Y como éste puede haber más.

– Seguro, seguro. ¿Quién podría asesorarme de todo esto?

– Hay varios nombres: Florentino Sordo, Ángel Pardo, Cañamina, Luis Álvarez…

– Pues a este último vamos a ver, que nos pilla de paso.

En la oficina del amigo Luis continuamos las pesquisas.

 – Supongo que habrás leído la información de Pineda. ¿Qué dices de ella, amigo Luis?

– No me atrevo a asegurar que sea incierto todo lo que dice, pero tampoco aseguraría que es verdad. Yo creo que falla al señalar la persona del primer presidente del Sporting.

– ¿Quién fue para ti?

– Anselmo López. Presidente, secretario, tesorero, saquero y hasta cobrador de recibos, de aquellos recibos de «perrona».

– ¿En qué año ocurría esto?

– Yo soy el socio número dos del Sporting. Me hizo mi padre cuando tenía cuatro años y según mi cuenta, creo que debió ser hacia el año 1906. Pero si quieres una información completa y fiel, procura localizar a Ángel Pardo. Ése si que fue uno de los fundadores del Sporting, sin género de dudas. Es hombre de memoria, y puede que tenga documentos, fotografías o cualquier otro material que atestigüe detalles de la vida y nacimiento del Sporting.

Conseguimos localizar a don Ángel Pardo en la calle de San Bernardo, en su industria, hojeando revistas antiguas lo encontramos. Amable acogida por su parte y enseguida, los dos prendidos en el hilo de los recuerdos, empezamos – empezó, mejor dicho – a esbozar en los pormenores de la historia del viejo club. La pregunta inicial fue la misma. Ángel Pardo contestó rápido:

 – ¡Qué va, hombre! El primer presidente del Sporting fue Anselmo López. Éste, repito fue el que dio vida y el que impulsó a la Sociedad hasta hacerla criar raíces en Gijón. Siento contradecir a Pineda, pero la verdad es la verdad.

– ¿Y cuál es la verdad?

– Pues verás, en el año 1905 – en esto sí estoy conforme con Pineda – había en Gijón varias sociedades futbolísticas. Una que yo había creado y que se llamaba «La Recreativa»; otra la de Anselmo López y otra la que formaban los hermanos Quirós, con Julio como presidente. De estas tres – lo recuerdo como si fuese hoy – nació el Sporting Club Gijonés. Nos reunimos un día en la playa, debajo de Las Carolinas, y acordamos fundir las tres en una sola, a la que se dio aquel nombre. Unimos los fondos de los tres equipos, pusimos cada uno de los miembros una pequeña cantidad e inmediatamente pedimos a Barcelona los jerseys.

– ¿Rojiblancos?

– Así es, rojiblancos pero con una diferencia con los de hoy. Los pantalones en lugar de ser azules eran blancos.

– ¿Se constituyó la directiva?

– A eso voy. En aquella reunión se designó la Directiva: Presidente Anselmo López; Secretario Julio Quirós; Vocales unos cuantos entre los que recuerdo a Cesáreo Cadavieco, Ángel Álvarez y yo. A mí me designaron como capitán del equipo. esta capitanía la cedí luego a Fernando Villaverde cuando éste se incorporó de la Sportiva al Sporting.

– ¿Hubo fusión entonces?

– No, no, la Sportiva llegó poco menos que a «tronar». Y entonces muchos de sus elementos pasaron a nuestras filas. Lo que dice Pineda de fusión no es así. Y tampoco es cierto que se fusionasen más tarde con el Sport Club. Esto es imposible. Es como si se pretendiera fusionar hoy día al Sporting y al Oviedo.

– ¿Dónde jugaban entonces?

En 1905 jugábamos en los arenales de la playa. Después en 1906 ya lo hacíamos en el campo de La Matona. Allí hasta el año 1908 en que pasamos al campo de Piñole, el famoso «Flor de Valencia». Y después al Molinón.

– ¿Cuándo?

– En 1914. Había un equipo, el Foot-ball, formado por los Nespral, Velasco, etc., que jugaba en El Molinón. Decidieron dejarlo, y entonces concertaron un partido con el Sporting para solemnizar la despedida. Jugamos once medallas que nos ganaron, y a partir de aquí fuimos nosotros los inquilinos del campo, con la ayuda financiera de Guisasola.

– ¿Recuerda el primer equipo del Sporting que salió de aquella reunión?

– Exactamente no puedo afirmarlo, pero si no fue el primero, fue el segundo o tercero. Lo formaban estos once hombres: Anselmo López (portero); Bascarán y Cañamina (defensas); F. Sordo, Alfredo Quirós, Cesáreo Cadavieco (medios); yo, Estrada, Julio Quirós, Corsino Riera y Barroso;

– ¿Algo más?

– No tengo fotografías porque con la guerra se me perdieron, así como la medalla que ganamos en 1906 y que concedió el Círculo Mercantil de Gijón en un partido con un equipo de fuera. Esta medalla la posee aún Florentino Sordo. Repito que me faltan documentos pero cuantos datos te he facilitado son los reales. Para que veas que no me falla la memoria. En el año 1908, un amigo mío, don R. Plasencia, que ocupaba una plaza en la secretaría de la Escuela de Comercio escribió a la secretaría del Palacio Real de Madrid para conseguir para el equipo el título de Real, y éste nos vino en tres semanas, o sea que el Sporting no se denominó Real Sporting hasta 1908.

– En resumen…

– Que el Sporting se fundó en 1905 en la playa; que el primer presidente fue Anselmo López; el primer equipo el que te cité, y que Conrado Pineda ha debido de sufrir un error. En aquel tiempo yo no le recuerdo como directivo o presidente del Sporting. Si creo que lo era en el Sporting Club o la Sportiva, aunque  entonces sus aficiones más que futbolísticas eran ciclistas, alternando con los hermanos Cuesta o Juanés.

Aquí termina la información. Como se ve el amigo Pardo nos ha prestado una colaboración estrechísima. Con la particularidad de que difiere totalmente con lo que el señor Pineda publicó en la prensa gijonesa. ¿Quién tiene razón? El recorte de periódico que este último citaba en su carta es una prueba valiosísima, pero no exenta de error o concordancia con la realidad de los hechos ocurridos en aquel año de 1905. De tal modo una y otro – la carta y nuestro trabajo de investigación- ahí quedan para que los viejos sportinguistas expriman un poco la fibra del recuerdo y establezcan la verdadera consecuencia del nacimiento del Sporting y de la personalidad de sus fundadores.

Lo único innegable – y en lo que coinciden todos – es que en 1955 el Sporting cumple sus bodas de oro en el fútbol español. Y habrá que celebrarlas como se merecen.

 

«Voluntad», 29 dic. 1951

 Otra carta en la que vuelve a hablarse del origen y nacimiento del Sporting

 Hace días publicamos una carta de nuestro estimado amigo don Conrado Pineda en la que señalaba el nacimiento, primer equipo y primera directiva del Sporting, apoyándose entre otras pruebas, en un número del periódico «El Independiente», que se editaba en Gijón hace 45 años.

La citada carta dio lugar luego a unas manifestaciones de antiguos jugadores y directivos sportinguistas en las que se discutía la afirmación del señor Pineda. Y, éste, insiste en su postura con una carta que ayer llegaba a nuestras manos y que reproducimos a continuación. Dice así:

 Señor Redactor Deportivo de «Voluntad».- Gijón.

 Mi distinguido amigo:

 Al enviarte mi primera nota con los datos fidedignos e incontrovertibles sobre la fundación, presidencia y primer equipo de nuestro Sporting, nunca pensé, ni muy remotamente, que pudiera dar motivo a una controversia, y menos aún suscitar una polémica que ni me interesa ni me conviene. Yo he aportado los datos irrefutables de todo ello sin que nadie pueda poner en duda la autenticidad de los documentos que aportaba y que tú mejor que nadie, como periodista que eres, puedes comprobar, ya que aún obran en tu poder. Pero por una contestación que he visto en la prensa, parece que hasta se duda de ello y de la prensa de aquella época como si yo (y digo yo, por no mencionar a todos mis compañeros de equipo) hubiera preparado los periódicos hace 45 años con miras a darlos a la luz para equivocar a esos señores, a quienes en su mayoría no tengo el honor de conocer.

Supe que se revolvía medio Gijón para buscar datos con que echar abajo mis razonamientos y que, a pesar del tiempo transcurrido, no han encontrado más que una serie de vaguedades sin fundamento, y una serie de anacronismos que delatan la más absoluta ignorancia sobre los temas futbolísticos de aquella época. Aquí no vale el «yo creo que…», «me parece que…», «a mí me dijeron que…».

Yo he presentado todas las pruebas fehacientes, irrefutables e incontrovertibles y por lo tanto mi misión ha terminado aquí, participando a ésos y a otros señores que, sea cual fueran las razones y alegatos que a partir de hoy me presenten, encontrarán, por mi parte, el más absoluto silencio pues he hecho el firme y decidido propósito de no contestar a nada ni a nadie.

Vuelvo a repetirte que yo no he escrito nada con ánimo de polémica ni controversia, que ni me conviene ni me interesa. Todo cuanto aporté ha sido por el cariño que tengo a nuestro Sporting.

Así, querido Prendes, que muchas gracias por tus atenciones y a la Paz de Dios.

 Conrado Pineda.

 P.D. Te adjunto una carta que en este momento recibo de mi buen amigo y compañero, fundador, directivo y componente del primer equipo del Sporting, doctor Ramón Muñiz, el cual aporta algunos datos que, a mi juicio, los creo sumamente interesantes y dignos de publicación, para lo cual te autorizo. Muchas gracias.

 «Voluntad», 30 dic. 1951

 En torno al nacimiento y primeros pasos del Sporting

 Unas cuartillas como punto final a unas discrepancias

 En nuestro número anterior, publicábamos la carta de don Conrado Pineda con la que cierra su intervención en el debate suscitado con relación al nacimiento, primer equipo y directiva del Sporting. Con la carta el señor Pineda nos adjuntaba unas cuartillas que le dirige el doctor gijonés, don Ramón Muñiz, que fue uno de los primeros jugadores que tuvo el Club rojiblanco. Estas cuartillas del doctor Muñiz que no se pudieron insertar ayer por falta de espacio las damos hoy gustosamente a la publicidad, sin quitar punto ni coma. Dicen así:

 Señor don Conrado Pineda.

 Mi querido amigo:

 Me interesé mucho por la polémica y el consabido revuelo que se armó en el cotarro futbolístico al publicar tu carta en el diario «Voluntad» con la copia de la gacetilla salida en el semanario «El Independiente», el día 17 de agosto de 1907. También de las declaraciones, días después, de Ángel Pardo en la «Hoja oficial del Lunes».

Hay discrepancias de bulto, y sobre todo de fechas, y por si te son necesarias las aclaraciones que te pueda dar, ya que somos de los del 1907, te las doy con mucho gusto, y sólo con el fin de conseguir aclarar la fecha lo más exactamente posible de la fundación de nuestro querido Sporting.

El Sporting ha pasado por varias etapas en cuanto a su denominación. Fue primero «Sporting Gijonés», más tarde «Sporting Club Gijonés», luego «Real Sporting Club de Gijón» y hoy «Real Gijón». La primera es la verdadera, la legítima, la del nacimiento de la Sociedad, la que no era más que estas dos palabras: «Sporting Gijonés», la que fundó Anselmo López, que en esto estamos todos conformes, y que fue el alma de ella, que yo supe bien de los desvelos y el cariño que puso en su obra.

¿Y cuándo fundó Anselmo López el club? Y aquí vienen las discrepancias de fechas. Mi antiguo amigo Ángel Pardo, erróneamente habla del Sporting Club Gijonés y me lo coloca en 1905 como el año en que se fundó y dice que nació de tres sociedades: la Recreativa, la de Anselmo López y otra que capitaneaba Julio Quirós (o mejor dicho Julio Bernaldo de Quirós). De la primera y de la tercera no viene al caso hablar. ¿Y cuál era la de Anselmo López? Pues era nada más y nada menos que la que ya se llamaba «Sporting Gijonés» de manera que ésta de Anselmo López era anterior a la constituida después con el nombre de «Sporting Club Gijonés» porque aunque se vean cosas nunca vistas en este siglo de tanta Ciencia y tantos científicos, la ciencia biológica no ha descubierto que un hijo nazca primero que su padre.

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Así que está bien claro que el Sporting Gijonés existía en 1907 sin aportaciones todavía de otros clubes, que era el legítimo Sporting, el auténtico, el que todavía no tenía uniforme, el de Anselmo López, único guía que entonces tuvo. Lo que no alcanzan mis recuerdos es si se fundó en ese año o en anteriores. Y esto que lo creo sumamente importante, lo puede aclarar Florentino Sordo, pues según Ángel Pardo posee una medalla donada por el Círculo Mercantil en 1906, y es de suponer que en la inscripción que en el dorso debe llevar figure la fecha y el nombre de la Sociedad que la mereció. Y esto sí que sería otro documento valiosísimo que aclararía la fecha exacta de la fundación.

Del famoso equipo (famoso por la sorpresa e incredulidad de algunos) del 1907, y que salió en aquella fecha en letra de imprenta, tú sabes bien que lo hemos recordado a lo largo de los muchos años de amistad que llevamos. Y para los incrédulos, bueno es que sepan que ese partido terminó con empate a uno. Aquí termino, y todo esto es lo que puedo aportar para esclarecer el origen legítimo del hoy Real Gijón.

Un abrazo de tu buen amigo

Ramón Muñiz

 


[1] No hubo unanimidad a la hora de especificar la primera directiva. Cada uno de los declarantes aportaba el nombre de aquellos componentes de los que se acordaba. Se recoge la relación completa de los mismos.

[2] Varios jugadores procedentes de la Sportiva desembarcaron en el Sporting a partir de 1910 (como los hermanos Villaverde, los hermanos Quirós etc.), pasando posteriormente a ocupar cargos directivos en la entidad. Con la desaparición de la Sportiva en 1912 se produjo una nueva llegada de futbolistas que se integraron en las filas rojiblancas. Pero, no fue se trató de una fusión sino de la incorporación de nuevos elementos al equipo. Lo mismo ocurriría  en 1914, con la disolución del Gijón Sport-Club. Además, conviene apuntar que Anselmo López se mantuvo al frente del Sporting hasta 1915).

 [3] Existen datos de un segundo partido celebrado en 1907 en el que aparecen cuatro nuevos integrantes: Herminio Fernández, Cesáreo Cadavieco, F. Quirós y J. Quirós. Este último podría tratarse de Julio Bernaldo de Quirós, pero no puede afirmarse con seguridad. Hasta 1910 no aparecería como jugador sportinguista.

[4] Aparecen varios Álvarez en los compases iniciales pero no se ha podido determinar su identidad.

[5] Recordemos que ya en 1908 la prensa señalaba que los integrantes del Sporting Gijonés contaban con edades comprendidas entre los 16 y los 17 años. No es hasta 1909 cuando se crea el equipo infantil, con jugadores más jóvenes.

[6] Algo que corrobora en parte lo sostenido por Conrado Pineda en su carta, y que también confirmaría en 1957 en el diario El Comercio Ignacio Lavilla al explicar cómo había sido designado secretario de la entidad por decisión personal de Anselmo López: » Fui pues, un secretario del dedo. Y continué siéndolo sin grandes sacrificios, porque el propio Anselmo, llevado de su entusiasmo, monopolizaba todas las actividades burocráticas del club»).

[7] La versión más extendida sostiene que los primeros uniformes se compraron en Gijón, en el almacén El Águila.

[8] Hay que recordar que el presidente del Consejo de Ministros, D. José Canalejas, era Presidente de Honor del Sporting desde 1911. Es más que probable que el club rojiblanco solicitara su mediación para lograr el favor de la Corona, y que éste encargase las gestiones a García Prieto, uno de sus más estrechos colaboradores. Tal y como indicaba Ángel Pardo, Ramón Plasencia, entonces secretario honorario de la entidad, pudo muy bien iniciar el proceso al realizar los primeros trámites. Él fue quien recibió el comunicado de la Casa Real que informaba de la concesión del título. Por cierto, cabe reseñar que el Sporting recibió dicho galardón antes de constituirse legalmente como sociedad deportiva; pues no sería hasta finales de 1912 cuando presentara su primer reglamento ante el Gobierno Civil provincial. Toda una paradoja.

[9] Sin embargo el nombre del club no varió en los periódicos hasta la concesión del título de Real, en 1912. Es cierto que, entre 1907 y 1908, el nombre de la entidad aparece en la prensa en algunas ocasiones como Sporting Club Gijonés, pero parece más una cuestión de estilo del cronista de turno que otra cosa. Al fin y al cabo todas las sociedades deportivas eran clubes. Tanto en las bases de los concursos futbolísticos organizados por el Sporting como en las cartas que la Junta Directiva enviaba a los periódicos el nombre de la institución era invariablemente el mismo, «Sporting Gijonés». Por otro lado, hay que señalar que en 1909 se fundó un nuevo equipo en la ciudad que se denominó Gijón Sporting Club.

 [10] Existió un Sportin Club Gijonés en 1914, que no era el ya por entonces Real Club Sporting Gijonés. En dicha entidad se encontraban jugadores que habían militado con anterioridad en el conjunto rojiblanco (¿Quizá alguna rama desgajada?). Esta era su Junta Directiva: Presidente: Corsino Riera. Vicepresidente: Elías Tuya. Secretario: Ángel Pardo. Vicesecretario: Victoriano Prendes. Cajero: Luis Fernández. Contador: Luis Luanco. Vocales: Casto Estrada, Luis Junquera, Ramón Pedrós y Rafael Prendes. Capitán del primer equipo: Wilsonn.

[11] Se conserva una tarjeta conmemorativa otorgada a Fernando Villaverde como mejor jugador del Campeonato Asturiano infantil organizado por el Sporting en 1911, donde viene reflejada como fecha de fundación el año 1900.




Los versos del fútbol

Celeste y blanco

De celeste tengo el canto,
y de blanco la alegría,
con un grito en la garganta
de Argentina, de Argentina.

Por mi alma tus colores
corretean Patria mía,
el aliento es uno solo
no hay hinchadas divididas.

Todo el júbilo se abraza
desbordando sin medida,
la tribuna sin descanso
se mantiene siempre unida.

Las banderas contra el viento
con su ímpetu desfilan,
desnudando todo un sueño
que palpita y que suspira.

Es el gol el entusiasmo
la pasión que nos cautiva,
alentando a nuestro equipo
desde todas las esquinas.

Donde va el Seleccionado
lleva el canto de algún hincha,
que no rinde la esperanza
en el triunfo o la agonía.

El tablón es uno solo
no hay hinchadas divididas,
alentando con el alma,
con el grito de Argentina.

El alambrado

Nadie sabe lo que sufro
pegadito al alambrado,
hasta el último minuto
al tejido estoy colgado.

Mi garganta se desdobla
tengo el gol agazapado,
entre insultos y alegrías,
de victorias y fracasos.

Y vibras con mi locura,
contenes también mi llanto
sos la piel de un sentimiento,
futbolero apasionado.

Abrazado a tu tejido,
que circunda todo el campo,
hasta el borde de la cal
vas envuelto con mi canto.

Voy trepado a tu figura
aferrado con mis manos,
compartiendo cada sueño
hasta el último pitazo.

La Canchita

La canchita es el sueño cara sucia
es el patio deseado de un recreo,
donde corre en libertad el entusiasmo
con el fútbol latiéndote en el pecho.

La canchita galopa por las venas,
desbordando alegría en la de cuero,
transitando las áreas y los arcos
en gambetas de toques y de sueños.

La canchita es algo inolvidable,
una página viviente del recuerdo,
que se queda grabada en los renglones
con la letra imborrable de los tiempos.

La canchita es algo inexplicable
que se aloja aquí en el sentimiento,
que se lleva a lo largo de la vida
en la piel, en los ojos y el aliento.

La canchita es un canto fervoroso
escenario de citas y festejos,
de la garra, el sudor y la osadía,
que se juntan jugando cada encuentro.

La canchita es un sol maravilloso
es la música invisible de un concierto
que no tiene libretos, ni escrituras
sólo notas con alas en el viento.

La canchita es camino de aventuras,
está libre de pagos y de impuestos,
la entrada es gratuita para todos
porque el alma señor no tiene precio.

La canchita es sólo la canchita
que desnuda en la piel de su terreno,
ese sueño de todo cara sucia,
con el fútbol latiéndole en el pecho.

El Referí

Qué culpa tendrá tu Madre
de que seas referí,
de sólo verte de negro
te comienzan a agredir.

Vos siempre tenes la culpa
porque el fútbol es así,
los epítetos te llueven
de los pies a la nariz.

Tu silbato no conforma
nunca nadie está feliz,
para el hincha sos un cuervo
que no sabe dirigir.

Si mostrás una amarilla
te discuten a morir,
ni qué hablar de alguna roja
sos el chivo a maldecir.

Te gritan del alambrado
que negro será tu fin,
qué culpa tendrá tu Madre
de que seas referí.

Infancia futbolera

Si habremos tocado juntos
en la banda del potrero,
con paredes de ilusiones
en la infancia de los sueños.

Desbordando por la raya
como pájaros al viento,
con la pelota en el alma
siendo de trapo o de cuero.

Cuando ser niño era un mundo,
que giraba a cielo abierto
correteando por las áreas,
con la gambeta en el pecho.

Que dejaba en nuestras venas
aquel canto futbolero,
de pasión y de entusiasmo,
de alegría y sentimiento.

Si habremos tocado juntos
sin un libreto en el medio,
tan sólo con esas ganas
que te regala el aliento.

Tirando en el infinito
la misma chispa de un centro,
con los arcos en los ojos,
palpitándonos adentro.

Donde jugábamos todos
por dimensiones sin tiempo,
zigzagueando a la distancia
y encarando al firmamento.

Con camisetas de nubes
que vestían los deseos,
de nuestra infancia querida
correteando en el potrero.

El viejo goleador

Cuando entraste al campo
te silbó hasta el viento,
el estadio entero,
te gritaba viejo,

Te decían cosas,
como pobre abuelo,
de quedarte en casa,
a cuidar los nietos.

La tribuna tuya,
y también la de ellos
te ofendían hermano,
sin tener respeto;

El equipo tuyo,
con un pie al descenso,
el de los contrarios
festejando el sueño,

De salir campeones
era casi un hecho,
le caía el empate,
como anillo al dedo.

Cuando ya el partido
se moría en un cero
cuando ya un minuto
le quedaba creo,

De la esquina izquierda,
te cayó aquel centro,
que saltando al aire
la mató tu pecho.

La peleaste a muerte,
le pusiste el cuerpo,
y con toque suave
la mandaste adentro.

La tribuna ciega,
no podía creerlo
estalló en delirio
con un grito inmenso.

Cuando te creían
que ya estabas muerto,
desde allá del alma
te brotó el aliento.

Con tu gol hermano
se evitó el descenso,
si hasta el mismo viento
se asoció al festejo,

Una tibia lágrima
te corrió en silencio
te abrazaron todos,
goleador sin tiempo.

El potrero
Aún recuerdo, hermano mío,
esas tardes de potrero,
no había nada más hermoso
que pegarle a la de cuero.

Si parece que te viera
otra vez como puntero,
contra el borde de la raya
endiablando con tus centros.

Admiraba tu gambeta
correteando contra el viento,
y tu entrega inagotable
sin parar por un momento.

Era un sábado a la tarde
la final de aquel encuentro,
Cinco Esquinas los rivales
frente a frente con los nuestros.

Aquel clásico de barrio
era todo un sentimiento,
se jugaba con el alma
entregando hasta el aliento.

El partido iba camino
a penales por el cero,
agarraste la pelota
al compás del minutero.

Y te fuiste gambeteando
inspirándote en un sueño,
los trancazos te llovían
ni aún así te detuvieron.

Tu apilada de novela
te dejó frente al arquero,
se quedó con tus amagues
revolcándose en el suelo.

La llevaste hasta la línea
me latía hasta el silencio,
con un toque la empujaste
salté loco de contento.

Era el gol quizás del mundo,
nunca vi otro más bello,
cada vez que lo recuerdo
sube y baja un cosquilleo.

Te abrazamos con el alma
no había diarios de por medio,
son los goles sin revistas
que se sienten bien adentro.

Les ganamos el partido
con coraje y con respeto,
no había sueldos, ni millones,
el sudor sólo era el premio.

Te miré profundamente
fue la última yo creo,
eras ídolo y caudillo
el más grande compañero.

Los caminos de la vida
separaron nuestro puertos,
vos te fuiste con el tuyo
te perdiste por el tiempo.

Hoy he vuelto al viejo barrio
caminando con mis nietos,
y pasé por la canchita
con sus goles y recuerdos.

Y te vi con tus gambetas
cara sucia del potrero,
desbordando mi memoria
otra vez como puntero.

La gran final
Hoy domingo por la tarde
se juega la gran final,
es un clásico famoso
que tiene una eternidad.

Se juega en el purgatorio
en una cancha neutral,
ninguno dará ventajas
con tanta rivalidad.

El infierno se presenta
con equipo titular,
Satanás será el arquero
Lucifer, el capitán.

Los cielos vienen con Gloria
bien dispuestos a triunfar,
San Pedro será el manija
del equipo Celestial.

El referí es la justicia
que juzga a todas las almas,
los ojos tiene vendados,
de silbato una balanza.

El partido ya comienza
con los cánticos de aliento,
los diablos sacando chispas
tiran sus fuegos al viento.

Los ángeles con sus trapos
no declinan ni un momento,
el fervor y el entusiasmo
se les escapa del pecho.

Los «oles» con sus encantos
bajan con toda su fuerza,
los Santos con muchos rezos
a sus muchachos apuestan.

Los diablos con maldiciones
alientan a sus infiernos,
el primer tiempo termina
clavado en un cero a cero.

A los cinco del segundo
San Francisco con un centro,
se la puso en la cabeza
y no perdonó San Pedro.

A los once en otro centro
lanzado por San Francisco,
San Roque de palomita
puso color y delirio.

A los quince en tiro libre
en un ángulo ponía,
San Miguel el tres a cero
desatando la alegría.

Con más fervor que con fútbol
los diablos se la jugaron,
Belcebú tomó la lanza
y mandó a la carga a sus diablos.

De contra de nuevo el cielo
lo tuvo en un mano a mano,
al infierno lo salvaba
el caño del travesaño.

Que partido de ida y vuelta
el que se estaba jugando,
los diablos no se rendían
ni aún cayendo derrotados.

El cielo con su tribuna
festejaba sin medida,
los diablos en gran silencio
se mordían la agonía.

A los treinta del segundo
apareció Maquiavelo,
con un bombazo impecable
tres a uno puso el duelo.

Llovían centros al área
al arco de San Gabriel,
y en una chilena heroica
descontaba Lucifer.

Tres a dos estaba el duelo
la tentación y la fe,
el infierno se jugaba
sin dar, ni pedir cuartel.

Faltaban cinco minutos
y el cielo volvió a mojar,
San Francisco hizo un golazo
eludiendo a Satanás.

Cuatro a dos estaba el pleito
tres minutos del final,
separaban a la Gloria
para ir a festejar.

Como un guapo en la patriada
Maquiavelo se hizo ver,
sólo tuvo que empujarla
el monstruo de Frankestein.

A un minuto de la hora
la salvó San Valentín
el partido terminaba
le dio fin el referí.

Cuatro a tres para la Gloria
que hoy ganaba la final,
en partido de hacha y tiza
imposible de olvidar.

Un sueño de niño
A Saturno fui a parar con mi esqueleto
en mi nave de sueño y de ilusión,
me esperaba una enorme bienvenida
con clarines y el trueno de un tambor.

Me bajé calzando mis botines
la casaca de nuestra Selección,
bajo el brazo llevaba la pelota
y en el otro un enorme pizarrón.

Sentí hurras gritando mi llegada
demostrando al instante su fervor,
extendieron sus manos amistosas
recibiendo a su nuevo entrenador.

Ahí directo nos fuimos a la cancha
para ver a los muchachos en acción,
porque el otro domingo se jugaban
con Urano el título a campeón.

Había un nueve grandote como un árbol
y un puntero de otra dimensión,
el puntero de nombre Juan Galáctico,
y de apodo, cuatro ojos, el veloz.

Aquel nueve se llamaba Planetario
de mirarlo parecía un percherón,
en el área saltando era temible
tenía fama de buen cabeceador.

En Saturno el fútbol era vida
esa misma que enciende la pasión,
por sus poros el hincha respiraba
sólo fútbol con toda la emoción.

Los de Urano llegaron con ventajas
con la firma de tres goles a favor,
el empate igual los consagraba
y traían una enorme convicción.

El partido comenzó con entusiasmo
el aliento bajaba del tablón,
los dos líneas venían de Mercurio
era el juez un enano de Plutón.

Los de Urano congelaron las acciones
con manejo y buen trato del balón,
y a los veinte del primero enmudecían
a Saturno, gritándoles su gol.

Al salir a la cancha en el segundo
me jugué apostando a ganador,
le presté mis botines a Galáctico
que compré en un viaje por el sol.

Y Galáctico fue tromba desbordando
con la fuerza imparable de un tifón,
un golazo clavó de treinta metros
imponiendo el empate en la cuestión.

Los de Urano no sabían qué pasaba
cuatro ojos parecía un aluvión,
y en un centro medido con escuadra
Planetario se anotó en el marcador.

Dos a uno la cosa se ponía,
el final se acercaba en el reloj,
entre gritos de arriba Saturninos
se llegaba la final de la función.

Fue delirio inmenso e infinito
el festejo del sueño y la pasión,
con la vuelta olímpica a los hombros
se gritaba Saturno es el campeón.

Y volví con mi nave de alegría
a mi almohada de sueños e ilusión,
a ese niño cara sucia y futbolero
que llevamos aquí en el corazón.

La herradura

Herradura de siete agujeritos
fuiste historia de fútbol y potrero,
esa era la cábala secreta
que guardábamos callados y en silencio.

Nunca más perdimos un partido
desde el día en que la trajo Nicodemo,
arrasamos a todos los equipos
sin tener quizás mucho talento.

La colgábamos en el ángulo del arco
con la suerte jugando al lado nuestro,
nadie hermano paraba aquella marcha
ganando casi todos los encuentros.

En la última fecha el campeonato
se acercaba con delirio de festejo,
un empate nos daba la alegría;
ser campeones ya era casi un hecho.

Ese día de sol a puro fútbol
con tablones cargados y repletos,
de local enfrentábamos al cola
que venía a salvarse del descenso.

Esos pobres muchachos no sabían
que la suerte cubría nuestros pechos,
que una vieja herradura protegía
aquel paso ganador y futbolero.

El partido comenzó sin sobresaltos
con el gol picando en cada centro,
y clavamos un golazo de cabeza
a los cinco apenas del comienzo.

Al descanso nos fuimos sin apuro
con la vuelta girando como un sueño,
que allí estaba al alcance de la mano,
separada tan sólo por un tiempo.

Cuarenta y cinco minutos nos quedaban
de ansiedad, de fervor y de deseo.
Ahí a un paso la puerta nos llamaba
para abrirla con todo el sentimiento.

Pero algo sucedió por esa tarde
el segundo no fue como el primero,
nos habían robado la herradura
que servía al equipo de amuleto.

La debacle entonces comenzó,
el empate llegó de treinta metros,
los contrarios se vinieron en jauría
más que fútbol, con garra y con esfuerzo.

El reloj marcaba los cuarenta
el empate igual nos daba el premio,
pero el nueve contrario en palomita
nos dejaba vacío el sentimiento.

La agonía se instaló con la tristeza
desde el cielo pasamos al infierno,
dos a uno la cosa se ponía
sellando nuestra suerte en aquel pleito.

El partido terminó con un sollozo
con el alma partida por el medio,
la alegría se fue con el contrario
que zafaba a las garras del descenso.

Sin respuestas quedamos esa tarde
con el llanto oprimiéndonos el pecho,
la herradura de siete agujeritos
se perdió gambeteando con los sueños.

Del otro bando
No sé por qué razón
no te querían en el barrio,
vos llegabas a la cancha
y te hacían a un costado.

Te morías por jugar
y planchabas de sentado,
había un clima de sobrada
de ignorarte como un pato.

Vos querías que te dieran
un lugar con los muchachos,
los muchachos te miraban
como sapo de otro charco.

Una chance les pediste
de jugar tan sólo un rato,
te pidieron que te fueras
con el ánimo exaltado.

Te dijeron en la cara
este equipo está formado,
además hay una regla
no admitimos a los vagos.

Tenes chuecas las canillas
y los botines de trapo,
una olla te hace falta
flaco, feo y desgarbado.

Las ofensas te llovieron
como un viento desatado,
a tu casa te volviste
con el sueño destrozado.

Y tus lágrimas cayeron
por la herida del costado,
se guapearon las afrentas
las raíces de tu árbol.

Un domingo en la canchita
se jugaba bien temprano
la barriada de Las Vías
se enfrentaba a nuestro Barrio.

Fuimos todos a la cancha
a meternos en el clásico,
se jugaba la hidalguía
en las tiras de un asado.

Con el siete a las espaldas
vi tus chuecas en el campo,
ese día debutabas
para el bando del contrario.
Agarraste la redonda
con talento y con descaro,
apilaste a cuatro o cinco
con tus lujos y tus caños.

Desbordaste por la raya
te llovían los trancazos,
la centreaste para el nueve
que marcó con un frentazo.

Era baile sin entrada
puro toque y puro taco,
dos golazos nos clavaste
con tus botines de trapo.

Nos gozaste de ida y vuelta
tres a cero el resultado,
sonreía sin apuro
la revancha de tu tango.

Los del barrio te llamaron
a jugar con los muchachos,
no volviste a nuestra cancha
ya tenías otro bando.

La cita

Tenía puesto los largos
y no era fantasía,
me quedaban de chupete
justo, justo a mi medida.

A la casa de Carlitos
me fui derrochando pinta,
cierto aire distinguido
en el pecho me latía.

Carlitos tenía una hermana
que en las venas me corría,
la dulzura de su rostro
a un ángel se parecía.
Carlitos era el compadre
que en la cancha me asistía,
con toques y con paredes
en el club de La Avenida.

Así se llamaba el cuadro
con sus colores que unían,
los centros y las gambetas
de Carlitos con las mías.

Golpeé la puerta despacio
y me atendió Carmencita,
y al ver sus ojos un sueño
me corrió por las pupilas.

Me dijo qué guapo estás
desnudando una sonrisa,
esos largos que estrenas
te quedan de maravillas.

Yo volaba en una nube
con las alas de la brisa,
me temblaba la quijada
del mentón a las rodillas.

Carlitos llegó a mi encuentro
extendiéndome una silla,
el ángel se fue despacio
a perderse en la cocina.

Mi amigo le dio un hondazo
a mi nube de alegría,
pisé de nuevo la tierra
sin saber ni lo que hacía.

Se define el campeonato
el domingo con Esquinas,
necesitamos tus goles
ponete todas las pilas.

Esquinas era un rival
casi clásico diría,
tenían un gran despliegue
de fútbol y valentía.

Nosotros con el empate
nos quedábamos arriba,
a los otros la victoria
solamente les servía.

Hermano no me falles
me dijo en la despedida,
de vos depende el equipo
sos toda una garantía.

Cuando ya me estaba yendo

escuché a Carmencita,
mi corazón galopaba
sin los frenos, ni la cincha.

Se me acercó despacito
con su fragancia exquisita,
con dos boletos de cine
que se ganó en una rifa.

Me gustaría que el domingo
me dijo con su sonrisa,
vayamos los dos al cine
a ver «La última cita».

Yo me quedé boquiabierto
parecía una ironía,
el partido del domingo
y el nombre de la película.

Le respondí balbuceando
que un compromiso tenía,
de jugar con los muchachos
justo también ese día.
Carmencita me miró
juro que no era la misma,
se me escapaba la chance
que esperé toda la vida.

Aquel domingo jugué
como barco a la deriva,
Esquinas nos aplastó
y nos pasó por arriba.

Y yo me quedé sin nada
sin campeonato, ni cita,
sin importarme los largos
ni aquel club de «La Avenida»

La gambeta se me fue
por el túnel de salida,
había perdido el partido
y también a Carmencita.

Los siete
De tanto sacar ollazos
ya me dolía la cabeza,
ellos venían y venían
con sólo garra y guapeza.

Nosotros éramos once
con toque, pique y gambetas,
ellos tan sólo siete
que no rendían sus fuerzas.

Los cuatro que le faltaban
no habían venido a la fiesta,
jugaron a reglamento
sin omitir una queja.

Si no juegan el partido
lo perderán en la mesa,
comunicó el referí
como tajante sentencia.

Y allí estábamos jugando
hasta el minuto noventa,
nosotros con toque y toque
canchereando sutilezas.

Ellos tan sólo ollazos
en busca de una quimera,
en un tal vez de utopía,
o en un quizás si se pueda.

Nosotros subestimamos
aquella fuerza numérica,
pensamos son pan comido
la vida te da sorpresas.

Ollazos y pelotazos
llovían al área nuestra,
aquello se asemejaba
a un bombardeo de guerra.

Si parecían catorce
los siete con su guapeza,
no ondeaban ni por asomo
una bandera de tregua.

Lo cierto es que nos pasaron
con su indomable marea,
nos quebraron adelante,
en el medio y la defensa.

Venían unos tras otros
como una lluvia que arrecia,
de tanto sacar ollazos
ya me dolía la cabeza.

Se desdoblaban los siete
con una fuerza secreta,
tan solo que tiene el alma
cuando la vida se juega.

De tanto ir a la fuente
el cántaro se nos quiebra,
aquellos seguían viniendo
con pasión y con firmeza.

Así fue que en un ollazo
de tantos en esa siesta,
la colgaron en un ángulo
peinándola de cabeza.

Ese gol era una hazaña
de sudor y de entereza,
ya no quedaba más tiempo
ni tampoco más respuestas.

Fue David contra Goliat
esa tarde futbolera,
aquellos siete ganaron
a puro ollazo y guapeza.

El tronco

La Aguadita fútbol club
te dio pasaporte en mano,
usted Guevara está libre,
rescindimos su contrato.

Y vos Guevara te fuiste
sin haber pisado el campo,
ni por asomo estuviste
sentado una vez al banco.

Ya venías de otros clubes
con el mismo resultado,
y en todos te sucedía,
te borraban de un plumazo.

Yo no sé si era el capricho
de tu orgullo deshonrado,
vos Guevara no aflojabas
aún herido y degollado.

Al club de Los Mirasoles
entraste casi rogando,
yo diría por gauchada
que la entrada te firmaron.

Tenías fama de tronco
y la lentitud de un arado,
tus sueños eran luceros
extinguidos y apagados.

Vos sólo llenabas listas
en todos los campeonatos,
y te tragaste en silencio
las lágrimas de tu llanto.

Lo cierto es que te bancaste
la amargura de aquel trago,
entrenabas más que nadie
hasta el último pitazo.

Y pedías con tus ojos
como niño ilusionado,
que te dejaran entrar
a jugar tan sólo un rato.

El equipo no rendía
y al técnico lo cambiaron,
vino el viejo lobo Suárez
que del fútbol era un sabio.
Y  te puso a vos Guevara
que ya estabas desahuciado,
a jugar casi de entrada
con la nueve allá en el campo.
Qué te habrá inculcado Suárez
esa tarde en el vestuario,
que arrancaste por la cancha
siendo un viento desatado.

Te llevaste por delante
vos sólito a los contrarios,
con dos goles a lo guapo
les pusiste el epitafio.

Y seguiste haciendo goles
entre lluvia de trancazos,
la de Atila fue la marcha
imparable de tu paso.

Quizás el cielo Guevara
te regaló algún milagro,
vos pasaste de ser tronco
a la página del diario.

Embrujo

Los del barrio del Ombú
tenían el arco embrujado,
parecía un maleficio
de algún infierno encarnado.

El arquero que atajaba
de Lucifer sería hermano,
con esos ojos de búho
te daba miedo mirarlo.

Lo cierto es que aquella tarde
teníamos que enfrentarlos,
nos jugábamos cada uno
la suerte del campeonato.

La cancha estaba repleta
borracha del entusiasmo,
con el duelo fervoroso
gritando de los dos lados.

Abrió el partido «El Ombú»
moviéndola a los costados
con dos wines a la antigua
que mataban desbordando.

Tenían táctica y oficio
buen trato en el mediocampo,
y se brindaban enteros
por el bien del espectáculo.

Nuestro juego era de toque
toque y toque por abajo,
nos decían los exquisitos
con el título de magos.

En el segundo de entrada
apenas si comenzamos,
con un loco zapatazo
de primera nos mojaron.

Uno a cero nos ganaban
y había que remontarlo,
así empezó la Odisea
para apedrearles el rancho.

Les dimos una milonga
hasta dejarlos mareados,
y chocamos contra el búho
que chistaba allá en el arco.

Al engendro del infierno
con todo lo fusilamos,
sino la atajaba el búho
te la atajaban los palos.

La sacaron de la línea
en cuatro o cinco bombazos,
ni con el arco vacío
podíamos derrotarlo.

En dos penales la suerte
parecía iluminarnos,
el gol tenía que venir
cantando en los doce pasos.

Pero otra vez el hechizo
le puso a unos sus manos,
el otro pasó lamiendo
el caño del travesaño.

«El Ombú» sólo era el búho
atajando cañonazos,
si se tapó medio gol
en el último pitazo.

Lo cierto es que nos ganó
aquel engendro encarnado,
si yo creo que tenía
a todo el arco embrujado.

Sacapuntas
El barrio «La Puñalada»
tenía un equipo feroz,
con un Chaqueño de libero
con fama de leñador.

Ir a jugar a esa cancha
era casi una locura,
te pegaban en el campo
y también en las tribunas.

Tenían invicto el reducto
por guapeza y por fervor,
de locales eran taitas
a puro poncho y facón.

Lo cierto es que allá nos fuimos
desafiando a la cordura,
el pensar en un empate
era casi una locura.

La hinchada «La Puñalada»
gritaba desde el tablón,
sácale punta a esos pibes
Chaqueño con tu facón.

Comenzamos el partido
con más miedo que bravura,
defendiendo con los once
y pegándole de punta.

Ellos tiraban ollazos
apostando a algún melón,
se venían a los planazos
con la fuerza de un tractor.

Pajarito nuestro nueve
encaró con gran soltura,
el Chaqueño de un planchazo
casi, casi lo despluma.

Rudecindo de puntero
se mandó en otra ocasión,
el Chaqueño de tijera
lo acostó contra un rincón.

Había una hacha en esas gambas
que no le fallaba nunca,
las canillas te afinaba
lo mismo que un sacapuntas.

Comenzamos el segundo
y se largó aquel malón,
para apedrearnos el arco
que no rendía el corazón.

No pasábamos del medio
el Chaqueño era una furia,
tirando tantas patadas
te talaba sin ayuda.

Faltaban siete minutos
para bajar el telón,
seguía afeitando el Chaqueño
hasta los rayos del sol.

Quiso escapar Nicodemo
a un minuto de la lucha,
los tapones del Chaqueño
le operaron la cintura.

El partido de un pitazo
cero a cero terminó,
talados hasta los jopos
el Chaqueño nos dejó.

Despacio fuimos saliendo
tan finos como una aguja,
así nos peló el Chaqueño
pasando su sacapuntas.

La plegaria

Vos querías ser puntero
desbordando por la raya,
con un sueño de tribunas
alentándote sin pausas.

Pero el juego que tenías
la pimienta le faltaba,
ese toque yo diría
que precisan las jugadas.

Lo que no te da natura
non lo presta Salamanca,
vos suplías el talento
con la fuerza de tu garra.

Y empujabas a lo guapo
más que fútbol, con el alma;
te faltaba la gambeta
pero ahínco te sobraba.

Le rezabas a los santos,
le pedías a Corbata,
que una tarde futbolera
se encarnara entre tus gambas

De tanto ir a la fuente
sin rendir esa esperanza,
del cielo se abrió una nube
que te trajo estas palabras.

Miguelito Mendizábal
escuchamos tus plegarias,
el Loco te va a ayudar
llega en el tren de mañana.

Tenes un partido duro
el domingo con Los Ranas,
que ya campeones se creen
y la vuelta ya preparan.

El Loco llegó el domingo
con el siete en las espaldas,
afuera la camiseta
y en los botines dos alas.

Te vengo a dar unas mano
desde La Gloria me mandan,
será por este partido
después me vuelvo a mi casa.

Encarnado ya en tus piernas
se fueron para la cancha,
que rugía sin medida
desde el campo hasta las gradas.

El partido comenzó
con el aliento en la cara,
Los Ranas se les vinieron
lo mismo que una avalancha.

Entonces vos la agarraste
como un aluvión en marcha,
imparable fue tu pique
Miguelito Mendizábal.

Te tiraron mil hachazos
y ninguno te acertaba,
hasta el pasto gambeteaste
con Corbata entre tus gambas.

Le pusiste dos golazos
en el ángulo a Los Ranas,
que lloraban en silencio
el baldazo de agua helada.

Parecías un puntero
emergido de la nada,
si hasta algunos murmuraron
que era el alma de Corbata.

Que había vuelto del recuerdo
encarnado por la raya
desbordando como antes
zigzagueando por el área.

El partido terminó,
fuiste el héroe en la jornada,
si hasta el viento te aplaudió
asociado con la hinchada.

El técnico no entendía
de dónde salió tu magia,
quizás le dio los botines
el genio de alguna lámpara.

Lo cierto es que te ganaste
el respeto y la confianza,
la tarde te dio su abrazo
el fútbol te dio las gracias.

Y te fuiste caminando
con el Loco hasta tu casa,
llegaba la despedida
de amistad en las miradas.

Oreste gracias por todo
por la sublime gauchada,
que Dios lo tenga en su Gloria
desbordando por la raya.

Yo pibe te doy las gracias
por jugar entre tus gambas,
me hiciste sentir de nuevo
el potrero aquí en el alma.

Con un abrazo se fueron
cada uno a la distancia,
Corbata con su gambeta,
Mendizábal con su garra.

El alcanza pelotas

Tu abuelo te traía de la mano
y a vos, te latía el corazón,
mirabas detrás del alambrado
teniendo agazapado, tu sueño y tu ilusión.

Tu mundo giraba en la tribuna
con noventa minutos de función,
vos querías estar allá en el campo
más cerca del partido, vibrando de emoción.

No faltaba el abuelo los domingos
con la cita pactada entre los dos
el fútbol tenía en tus renglones
esa letra acentuada de pasión.

Vos soñabas pasar por los vestuarios
subiendo por el túnel, detrás de un jugador,
llevando entre tus manos la pelota,
y escuchando, los gritos de ovación.

Le dijiste al abuelo si podía
conseguir ese boleto de ilusión,
por ahí en el club él conocía
algún capo de aquella comisión.

El abuelo escuchó y no dijo nada
y siguió en el partido su atención,
vos pensaste que ahí se terminaba,
que caía en tus sueños el telón.

El abuelo volvió el otro domingo
como un rito de fe y de devoción,
le tiraste de nuevo la pregunta
y el abuelo callado te miró.

En la cancha gritaron lo de siempre
bendiciones y alguna maldición,
y en un loco espejismo te miraste
sobre el césped sentado en un balón.

Una lágrima corrió por tu mejilla
rara mezcla de ausencia y de dolor,
ese barco de niño naufragaba
por los mares, sin vela, ni timón.

Esa noche hablaste con la almohada
que en silencio escuchó tu confesión,
de tu sueño cara sucia y futbolero
que latía por tu alma y por tu voz.

No encontrabas respuesta a tu deseo
ni tampoco ninguna solución,
el tiempo se llevaba tu esperanza
en las mismas agujas del reloj.

El abuelo llegó ese domingo
con el día sonriendo a puro sol,
y te dijo mirándote a los ojos
un regalo hoy tengo para vos.

En la cancha te espera Don Ceballos
que una vez del club fue defensor,
tiene un puesto que es justo a tu medida
que se ajusta a tu sueño y tu ilusión.

Estarás con tu nombre y apellido
en su lista de honor y distinción,
alcanzando pelotas en el campo
en el mismo epicentro de la acción.

Te abrazaste al abuelo con cariño
fue un abrazo de fútbol y de gol,
fue un abrazo de tiempos que se juntan
compartiendo la misma sensación.

En tu pecho saltaba la alegría
ese instante fue eterno como Dios,
tu abuelo consiguió lo que querías,
y a vos, te latía el corazón.

Bonifacio mala pinta

Que habrás tomado ese día
en el boliche de Ascencio,
que a la cancha te llegaste
boliado y a paso lento.

Te cambiaste despacito
haciéndote un entrevero,
con el buzo y con los guantes
que parecían un tormento.

Estabas medio picado
para salir al encuentro,
menos mal que eras suplente
del Araña Caballero.

Siempre empinabas un trago
a media hora del pleito,
sabiendo que era imposible
ser titular en el puesto.

Los partidos los jugabas
sentado en el banco eterno,
mirando como en el arco
se destacaba otro arquero.

Bonifacio mala pinta
suplente de todo el tiempo,
aquel doce en las espaldas
era la cruz de tus sueños.

Por eso no te importaba
mandarte algún trago adentro,
para mojar la esperanza
que te esquivaba a lo lejos.

El arco se te escapaba
y se perdía en el silencio,
por horizontes callados
que se dormían sin recuerdo.

En dos tapadas tremendas
se lesionó Caballero,
aquel Araña tenía
el partido cero a cero.

Se había zafado el Araña
al volar el hombro izquierdo,
y te llamaron al campo
para suplir a ese genio.

Bonifacio mala pinta
entraste sin tener miedo,
y de a poco comenzaste
a demostrar tus reflejos.

Te sacaste dos pelotas
que eran goles casi hechos,
y en un mano a mano heroico
te rompiste hasta los dedos.

Descolgaste de los ángulos,
manoteaste cada centro,
de todos lados tiraban
pero encontraban tu pecho.

Te convertiste en Araña
atajándote hasta el viento,
y en un penal te luciste
casi al final del encuentro.

Con esa actuación notable
nos dejaste boquiabiertos,
realmente sorprendiste
como salido de un cuento.

Qué habrás tomado ese día
en el boliche de Ascencio,
que volando palo a palo
del arco te hiciste dueño.

El Turco Juan

Turco Juan de la barriada antigua
el mismo fútbol corría en tus venas,
con cimitarras tirando centros
con odaliscas en tus gambetas.

Vos eras, Turco, el viento libre,
un fervoroso simún sin tregua,
que por la áreas de las mil noches
dejabas sueños con tu firmeza.

En una tarde de sol y flores,
fue aquella tarde de primavera,
que se jugaba contra «El Mondongo»
equipo bravo por su fiereza.

Vos Turco estabas allá en el medio
el ocho hermano en tu camiseta,
si parecía que había una alfombra
volando siempre entre tus suelas.

Partido abierto a todo o nada
de los que llaman de ida y vuelta,
ninguno daba ni un solo metro
poniendo el alma, en cada pierna.

Los del Mondongo se la jugaban
tirando centros a una cabeza,
y nuestro equipo le respondía
sumando fuerza a las sutilezas.

El ave negra cobró un penal
en el segundo casi a los treinta,
latía el triunfo en los doce pasos
que se afilaba con la sentencia.

Y fuiste vos cabeza atada
para patearla con tu derecha,
con el Corán en tu corazón,
y con tus ojos allá en La Meca.

Le diste duro, con toda el alma,
para colgarla en alguna estrella,
pero el arquero fue al mismo palo
y con sus manos la echó hacia afuera.

Quedaban quince para jugarlos
a cara o cruz como respuesta,
habían capeado los del Mondongo
aquel momento de la tormenta.

Se nos vinieron en torbellino
en un derroche de gran guapeza,
le devolvimos también nosotros
con el reverso de la moneda.

Era un partido para el infarto
sin dar respiro, ni darse tregua,
los dos jugados hasta el cansancio
con la victoria entre ceja y ceja.

Y vos frotaste la lamparita
de las mil noches aquella siesta,
si creo que Alá tiró aquel centro
en un desborde con pierna izquierda.

Te zambulliste casi de espaldas
contra las gambas de la defensa,
y las clavaste con el delirio
de aquel golazo de tu chilena.

Gritaste al viento como revancha
con el partido a cancha llena,
con esa fuerza que a vos te daba
la medialuna de tu Profeta.

Turco Juan, futbolero y moro,
tenía tú fútbol simún y arena,
con cimitarras tirando centros
con odaliscas en tus gambetas.

Los botines

Te dejaron los botines
en la mesita de luz,
los cordones eran blancos,
y la puntera era azul.

Al despertarte los viste
con una alegría sin fin,
la tarjeta te deseaba
un cumpleaños feliz.

Ese sábado a la tarde
con las velas sin soplar,
te fuiste para el potrero
para poderlos mostrar.

De marca eran Sacachispas
y toda una novedad,
tu abuelo hizo un esfuerzo
para lograrlos comprar.

Te los calzaste despacio
sujetándote el afán,
las ganas se te salían
por quererlos estrenar.

Los chicos te los miraban,
vos presumías con el par,
te sentiste de primera
en ídolo popular.

Los pies te quedaban firmes
corrías con otra andar,
tenías otra potencia
imposible de explicar.

No te dolían los dedos
al pegarle de puntín,
parecía que volabas
con alas en el botín.

Pisabas cada pelota
con total seguridad,
a los centros los tirabas
con certera calidad.

Al terminar el partido
se te acercó un chiquilín,
que lindos son tus botines
es algo que nunca vi.

El niño estaba descalzo
muriéndose por jugar,
jugaba en otro partido
que estaba por comenzar.

Vos tenías los botines
para jugar y soñar,
que aquel chiquillo descalzo
jamás podría comprar.

En un gesto de renuncia
de total sinceridad,
le distes tus Sacachispas
que acababas de estrenar.

Toma chiquillo son tuyos
ponételos sin dudar,
anda y jugá con firmeza
derrocha tu habilidad.

Se miraron como hermanos
no había nada que agregar,
ese gesto fue un golazo
tan difícil de olvidar.

Regalaste los botines
que acababas de estrenar,
en el pecho te latía
una gran felicidad.

Dos penales

Yo te vi llorar casi en silencio
en aquella final de los recuerdos,
no es muy fácil errarse dos penales
con la gente gritando tu degüello.

Justo vos Arsenio que tenías,
creo que un guante en ese pie derecho
que no habías mostrado hasta ese día
una falla en todos tus aciertos.

Vos hermano que estabas diplomado
que en eso del penal eras maestro,
los viniste a tirar a la tribuna
que reloca pedía por tu entierro.

Que gritaba mostrando los colmillos
proclamando venganza y escarmiento,
justo a vos hermano que le diste
a este club hasta el último resuello.

El partido siguió con los insultos,
y siguió también el cero a cero,
la emoción estaba en los penales
que causaron enojo y descontento.

Vos Arsenio quedaste casi helado
los reproches golpeaban en tu pecho,
deambulabas perdido por la cancha
pensando que aquello no era cierto.

Parecías un pequeño barrilete
sacudido por la fuerza de los vientos,
la pelota te pasaba y vos hermano
no podías pararla por los nervios.

La hinchada que otrora te aclamara
te lanzaba relámpagos y truenos,
el pobre alambrado sujetaba
a esas fieras pidiendo por tu cuello.

El estadio hervía en una caldera
aquella final era un infierno,
dos penales habían encendido
maldiciones saliendo del aliento.

La hora se acercaba lentamente
casi cinco le quedaban al encuentro,
le alcanzaba el empate a la visita
para hacerse de aquel título los dueños.

Y nosotros que habíamos tenido
por dos veces la suerte al lado nuestro,
se había ido volando en dos penales
que colgamos allá en el firmamento.

La ilusión sangraba por la herida
se extinguía al compás del minutero,
era igual el empate a la derrota
que de luto vestía tantos sueños.

La pelota cayó en el mediocampo
y quedó boyando a medio metro,
de tu alma Arsenio que parada
buscaba una respuesta sin remedio.

Y con bronca, con furia desatada,
le pegaste a esa pelota con un fierro,
que cruzó todo el campo y fue a clavarse
en el ángulo arriba del arquero.

Fue alegría, fue rabia y fue emoción,
un golazo a todo ese desprecio,
una mezcla de sueño y de revancha
que tenías hermano allá en el pecho.

Ese gol, fue el gol del campeonato,
y fue tuyo Arsenio el sentimiento,
aún habiendo errado dos penales
nos llenaste la tarde de festejos.

Índice


Celeste y blanco Página 2
El alambrado Página 3
La canchita Página 4
El referí Página 5
Infancia futbolera Página 6
El viejo goleador Página 7
El potrero Página 9
La gran final Página 11
Un sueño de niño Página 14
La herradura Página 16
Del otro bando Página 18
La cita Página 20
Los siete Página 23
El tronco Página 25
Embrujo Página 27
Sacapuntas Página 29
La plegaria Página 31
El alcanza pelotas Página 34
Bonifacio mala pinta Página 36
El Turco Juan Página 38
Los Botines Página 40
Dos Penales Página 42






Hace 100 años (sep-oct-nov 1910)

SEPTIEMBRE

– La Junta Directiva de la Sociedad Gimnástica Española de Madrid aprueba la creación de la sección de «foot-ball» cuya directiva queda compuesta de la siguiente forma:

Presidente: D. Joaquín Rodríguez;

Secretario y contador: D. Sócrates Quintana

Vocales: primero, D. José María Kindelán; segundo, D. Julio Barrena; D. Tomás González; cuarto, D. Francisco Baonza; quinto, D. Felipe Monis.

Cajero: D. Ramón Paz

– En Baeza acaba de contituirse una nueva sociedad futbolística. Al parecer no es la primera sociedad creada en la localidad

– En el Velódromo de la Ciudad Lineal de Madrid se inaugura la temporada futbolística en la capital con un encuentro entre dos improvisados clubes, Babylon FBC y Scayt FBC, «teams» formados por conocidos futbolistas del Español y la Gimnástica madrileños. En el descanso y al final del partido habrá pruebas ciclistas y pedestres. 2 a 0 venció el Scayt

– Barcelona – Escuadra Inglesa 2-5

– Elección de nueva Junta Directiva en el FC Barcelona. Queda compuesta de la siguiente forma:

Hans Gamper, presidente;

Joaquín Peris, vicepresidente;

Francisco Bru, secretario;

Carlos Comamala, vicesecretario;

Arturo Witty, tesorero;

Calvo y Sans, vocales

– En Valencia, en las fiestas de este mes, está prevista la celebración de partids de «foot-ball». A la llegada a puerto de un buque británico la prensa anuncia la aceptación de la marinería de un «match» solicitado por el Club Valencia

– En Ferrol, en la explanada de la futura estación, se ha celebrado un Concurso deportivo en el que entre otros ha habido la disputa de un partido de «foot-ball»

– También en la Academia de Artillería de Segovia se celebra una fiesta deportiva donde el «foot-ball» es uno de los protagonistas

– Francisco Baonza, directivo y jugador de la sección futbolística de la Gimnástica Española de Madrid vence en la carrera pedestre disputada en la fiesta de comienzo de temporada deportiva celebrada en el Velódromo de la Ciudad Lineal de Madrid

– Los coleccionistas de insignias ya debían existir por 1910. la Federación Catalana acuerdan en su reunión de junta directiva vender insignias de la misma al precio de dos pesetas y media

OCTUBRE

– Por la Copa Barcelona – París debían enfrentarse el Racing Club de Francia y los españoles Barcelona y Español. Al no comparecer el Racing la copa se la disputaron los clubes barceloneses quedando empatados en los dos primeros encuentros. Hizo falta un partido de desempate en que los culés vencieron por cuatro goles a cero a los pericos.

– En el campo bilbaíno de Lamiaco se ha disputado un partido entre los clubes Athletic Club local y el Santander venciendo los leones por siete goles a cero

– A Burdeos acudió el Irún Sporting para vencer por cuatro goles a cero al Stade Bordelais

– Ha sido inaugurado el nuevo terreno del Racing Club de Irún, Amute, enfrentándose al Athletic Club bilbaíno. Venció el Athletic por tres goles a uno

– En partido internacional amistoso se enfrentaron en Irún el Racing local frente al parisino, venciendo los irundarras por tres goles a dos. Al día siguiente se invirtió el marcador, venciendo los franceses por idéntico resultado

– Continuando con el festival futbolístico internacional irunés se enfrentaron el Burdigala – Tréfle á Quatre de Burdeos frente a un combinado del Racing Club venciendo los nuestros por tres goles a cero. Terminado este partido se disputó uno entre los socios del Casino presentándose 50 de ellos para formar los equipos, sorteándose para hacer los dos bandos que se vestirán de rojo y verde. Hay que dar a conocer que ninguno de ellos ha dado jamás un puntapié a un balón. Parece que ser que resultó muy divertido dadas las piruetas y cabriolas que se vieron obligados a realizar los jugadores. Finalmente venció el conjunto verde por tres goles a cero

NOVIEMBRE

– En Madrid, bajo la presidencia del Marqués de Casa Alta ha comenzado la Asamblea general para constituir la Federación Española de Clubs de «Foot-Ball».

– En Barcelona se han enfrentado el Barcelona y el equipo francés Stade Toulousin de Toulouse venciendo los españoles por ocho goles a uno

– El Barcelona gana la Copa España organizada por el club del mismo nombre

– El Badalona vence al Sabadell por tres a uno en partido final del Concurso del Congreso de la Tuberculosis

– Los clubes barceloneses Star y Universal acuerdan disolverse. El Salud y el Catalonia, en cambio, son admitidos a reingresar en la Federación Catalana y el Manresa FC como nueva institución

– Se ha elegido la nueva Junta Directiva del club Universitary de Barcelona quedando constituida por los siguientes señores:

Beltri, presidente;

Santacana, vicepresidente;

Doménech, secretario;

Alemany, vicesecretario;

Colomer, tesorero;

Damians, contador y

Pomés, jefe de material

– También el CD Español elige a su nueva junta directiva: Es esta:

Evelio Doncos, presidente y tesorero;

J. Crespo, vicepresidente;

R. Miquel, secretario

– El Barcelona y el equipo de los Estudiantes, conformado por elementos del Barcelona, Español y Universitary, se enfrentan venciendo los barcelonistas por cuatro goles a dos

– Acaba de adquirir el Español un nuevo terreno de juego. Este es el que está instalado en el Velódromo, donde se conservará la tribuna y los palcos

– El Centre Autonomista de Dependents de Barcelona obtiene un terreno de juego para la práctica del foot-ball y deportes gimnásticos que está situado en la calle Montaner, esquina a San sebastián, tras la Diagonal