Copas que fueron ligas y ligas que fueron copas

¿Qué título es más importante, la Liga o la Copa?

La respuesta fue siempre muy sencilla. Cualquier aficionado interpelado daría con la competición correctamente. La cuestión depende del momento en que se haga la pregunta, porque no todo el mundo ha dado la misma solución a lo largo de la historia.

En efecto, Liga o Copa. ¿Qué título otorga la supremacía nacional al vencedor? Actualmente los nombres oficiales que reciben ambas competiciones son prácticamente sinónimos: Campeonato Nacional de Liga y Campeonato de España. Quizá en ello esté la importancia del dilema.

Porque no existe dilema hasta que uno se plantea el sentido de la trascendencia. En el fútbol mundial cada país organiza un número indeterminado de competiciones. Puede haber un único campeonato, sin más, o dos, tres, etc. hasta los que la federación nacional establezca. No hay más límite que el propio calendario. Cada uno es libre de arreglar su casa como desee o más le convenga. Sin embargo, el desarrollo de las competiciones internacionales de clubs ha obligado a que las diferentes confederaciones  continentales tengan que establecer una correspondencia entre las diversas competiciones nacionales, para fijar los derechos de participación. Normalmente son las propias federaciones nacionales quienes marcan los criterios para inscribir a sus clubs en las competiciones internacionales, aunque la confederación continental puede fijar unos requisitos mínimos. Con ello, volvemos a replantearnos el tema: qué campeonatos sirven o no para acceder a la mejor competición, a la «Liga de Campeones» de Europa, Asia, África o CONCACAF y a la «Libertadores» sudamericana.

La FIFA ha solicitado de la IFFHS que establezca un baremo para jerarquizar la importancia de cada campeonato dentro del contexo nacional que sea homologable en el plano internacional. En otras palabras: establecer una correspondencia de equivalencia entre los títulos de un país y de otro.

Para ello la IFFHS ha fijado unas premisas claras y concisas por las que define un organigrama de competiciones que en algunos países llega a ser muy complicado. El caso de España es, aparentemente, bastante sencillo: el Campeonato Nacional de Liga es el galardón más importante, seguido de la Copa (Campeonato de España). Son los dos torneos que la propia UEFA exige organizar a todas las federaciones -aunque luego no sea cierto, como sucede con Liechtenstein-. En un tercer rango están la Supercopa, la Copa de la Liga -si las hubiere-, etc. Las únicas condiciones son que esté organizado exclusivamente por la federación nacional, que sean extensibles a todo el territorio del estado de manera implícita y que dé un vencedor por título y año (no nos ocupa responder aquí a los casos de muchos países hispanoamericanos donde hay Apertura y Clausura).

La cuestión, volviendo al inicio del artículo, es que nuestras competiciones ofrecen unos resultados sorprendentes a la hora de aplicar esta revisión de títulos, por lo que, desde el punto de vista internacional, la importancia de los méritos cambia de manera sustancial.

Empezando por el primer punto: toda competición de la que se predique oficial debe estar organizada directamente por la federación nacional o por una entidad superior que la incluya. La actual RFEF publica en su lista de ediciones del Campeonato de España varias que no se ajustan a esta regla. La primera Federación Española de Clubs de Football se fundó a finales de 1909. Las ediciones del Campeonato de España de 1903 a 1909 fueron organizadas por el Madrid FC o por la Federación Madrileña (que sólo regía en la propia ciudad de Madrid) por lo que no cumplen esta premisa y, por lo tanto, no son homologables para el palmerés nacional desde el punto de vista de la FIFA.

De las dos competiciones que se disputaron en 1910, sólo es reconocida la edición jugada en Madrid, la ganada por el FC Barcelona, pues la de San Sebastián tampoco tiene respaldo federativo alguno, pese a que posteriormente se le reconoció el título al Athletic Club como gesto de restablecimiento de la paz entre federación y rebeldes. Igualmente no se homologa el Campeonato de España de 1913 de Barcelona, organizado por la Real Unión de Clubs de Football. Esta entidad, fundada en 1912, era la manifestación del cisma de base que padecía el fútbol español de la época. Por haber sido constituida más tarde no se le concede la potestad de poner en juego el título de campeón de España, pues ya era responsabilidad de la FECF.

La primera Copa del Generalísimo, 1939, era el premio para el Torneo Nacional de Fútbol, organizado por la propia FEF. Su carácter oficial es incuestionable. Sin embargo convergen una serie de circunstancias que dificultan su homologación. Por un lado, no se convoca -aunque posteriormente fue añadida una grabación de dudoso origen sobre el propio trofeo- como Campeonato de España, título necesario para que el torneo en cuestión se pueda añadir al palmarés de la competición. También es cierto que participan equipos federados y no federados y las fichas de los jugadores transitan excepcionalmente entre los equipos sin haber sido dadas de alta en la propia FEF. Son irregularidades que obligan a revisar profundamente el carácter que tuvo este Torneo Nacional de Fútbol. Es un capítulo pendiente.

Lógicamente el Concurso Madrid 1902, las ligas de 1927/28 -tanto la de la Unión de Clubs Campeones como la de la Liga Profesional-, la Liga del Mediterráneo 1937 y la Copa España Libre 1937 también quedan excluídos por ser todos de iniciativas extrafederativas.

Sólo se considera un campeón nacional absoluto por año. Aplicar este criterio actualmente es una obviedad: el campeón de Liga. Así, podemos fijar que desde 1929 en España hay un campeón absoluto y ése es el ganador del Campeonato Nacional de Liga. No obstante, para ser correctos con la historia, esta competición no fue siempre la que gozó de mayor prestigio en el panorama nacional. En sus comienzos se desarrolló a la sombra del Campeonato de España, título que mantuvo el vencedor de la Copa. Si tuviésemos que poner una fecha definitiva en que la Liga desplazó a la Copa en reconocimiento deberíamos ir a la edición de 1939/40, aunque no esté exenta de discusión.

Lo que sucede es que entre 1910 y 1928 al no haber propiamente un campeonato de Liga, los campeones de Copa asumen el reconocimiento de campeones nacionales, equiparables a los campeones de cualquier otro país y, por lo tanto, son campeones absolutos.

El desarrollo de las competiciones de esos años incluso replantean su concepción. No cabe duda que la Copa de 1910 es heredera de las anteriores ediciones -pese a que no cumplen el primer requisito FIFA/IFFHS-. Curiosamente en 1903, 1905, 1906, 1907 y 1910 -que es la que nos ocupa- se jugó bajo el sistema liga -de todos contra todos- y no hubo final propiamente dicha, aunque sí un desempate en 1907. No tenemos en cuenta la edición de 1908 pues fue a partido único entre los dos inscritos. En definitiva, las contamos como copas, pero fueron realmente ligas.

A partir de 1914, ya bajo la dirección de la RFEF, la competición se estructuró más sólidamente. Los campeones regionales, es decir, los ganadores de las ligas locales, pasaban a disputar el Campeonato de España y de entre ellos salía el campeón absoluto. Este mismo sistema, campeonatos regionales previos y fase nacional después, sirvió para señalar al campeón nacional absoluto de Alemania o Italia hasta que se creó la liga unificada en cada país, por poner ejemplos. No hay ninguna diferencia organizativa en la concepción de estos campeonatos. De ahí que desde un punto de vista internacional sean equivalentes u homologables en rango. Otra cuestión es la correlación histórica de los trofeos y de las competiciones. Como ya hemos dicho, la Copa/Campeonato de España siguió gozando de un mayor prestigio respecto a la Liga antes de la Guerra Civil e incluso en los primeros años de la posguerra. La gran diferencia entre España e Italia radica en que al crearse la liga, los españoles mantuvieron los campeonatos regionales y la Copa -más próximos al modelo inglés-, mientras que en Italia el nuevo sistema otorgó el título nacional a la Serie A y paulatinamente se fueron formando las categorías inferiores asimilando a los campeonatos regionales sin disputarse la Copa.

Con este planteamiento, el palmerés de campeones españoles de 1902 a 1940, queda remodelado de la siguiente manera a la hora de establecer su equivalencia y homologación con las competiciones de los demás países:

Temporada Campeón nacional absoluto (Copa) Campeón de Copa  -no homologado por IFFHS-
1902/03 Athletic Club 2
1903/04 Athletic Club 2
1904/05 Madrid FC 2
1905/06 Madrid FC 2
1906/07 Madrid FC 2
1907/08 Madrid FC 2
1908/09 Club Ciclista 2
1909/10 FC Barcelona 1 Athletic Club 2
1910/11 Athletic Club 1
1911/12 FC Barcelona 1
1912/13 Racing Club Irún 1 FC Barcelona 3
1913/14 Athletic Club
1914/15 Athletic Club
1915/16 Athletic Club
1916/17 Madrid FC
1917/18 Real Unión Club
1918/19 Arenas Club
1919/20 FC Barcelona
1920/21 Athletic Club
1921/22 FC Barcelona
1922/23 Athletic Club
1923/24 Real Unión Club
1924/25 FC Barcelona
1925/26 FC Barcelona
1926/27 Real Unión Club
1927/28 FC Barcelona

1 Organizados por la Federación Española de Clubs de Football.

2 Organizados por clubs o entidades federativas de ámbito local.

3 Organizado por la Real Unión Española de Clubs de Football.

Con la creación de la Liga, el palmarés ya coincide con las publicaciones más conocidas:

Temporada Campeón nacional absoluto (Liga) Campeón de Copa
1928/29 FC Barcelona RCD Español de Barcelona
1929/30 Athletic Club Athletic Club
1930/31 Athletic Club Athletic Club
1931/32 Madrid FC Athletic Club
1932/33 Madrid FC Athletic Club
1933/34 Athletic Club Madrid FC
1934/35 Betis Balompié Sevilla FC
1935/36 Athletic Club Madrid FC
1939/40 Athletic Club Aviación RCD Español de Barcelona

Y en términos absolutos, el palmarés de cada club también se ve alterado:

Club

Campeón nacional absoluto 1

Campeón de Copa 2

Real Madrid CF

32

12

FC Barcelona

26

17

Athletic Club

14

14

Club Atlético de Madrid

9

9

Valencia CF

6

7

Real Unión Club

3

Real Sociedad de Fútbol

2

1

Sevilla FC 3

1

3

Real Betis Balompié

1

2

RC Deportivo de La Coruña

1

2

Racing Club Irún

1

Arenas Club

1

Real Zaragoza

6

RCD Espanyol de Barcelona

4

RCD Mallorca

1

1 Incluye el Campeonato de España de 1910 a 1928 y el Campeonato Nacional de Liga a partir de su primera edición 1928/29.

2 Incluye el Campeonato de España a partir de la edición de 1929.

3 Pendiente de revisión el Torneo Nacional de Fútbol-Copa del Generalísimo de 1939.

Hay que reconocer que las cifras del palmarés pueden ser muy llamativas, acostumbrados a contabilizar la Copa por un lado y la Liga por otro. El cambio en el cómputo de los títulos de 1910 a 1928 dan unos números que reflejan de una manera más justa y proporcionada el mérito histórico de los clubs. El predominio del FC Barcelona en los primeros años del fútbol español le permite reducir distancias frente al Real Madrid CF, máximo dominador de la Liga con claridad. Cierto es que entonces, en la Copa, el equipo madridista reduce sustancialmente la cifra respecto a vascos y catalanes. También es reseñable la presencia de históricos como el Real Unión de Irún o el Arenas Club que en su día fueron campeones absolutos de España en todos los sentidos. Este mérito en su época es comparable al de ser campeón de Liga actualmente.




El Recreativo de Huelva, decano del fútbol español, se llamó Ónuba FC entre 1931 y 1940 (2ª parte)

Una vez  D. Víctor Martínez Patón me cuestionaba sobre lo extraño que resultaba que en el asiento 696 del Registro de Asociaciones del gobierno Civil de Huelva no apareciera el cambio de denominación del Onuba FC en 1940 por el de Recreativo Onuba.  A dicha duda lo cierto es que sólo podía responderle con creencias y suposiciones (falta de espacio en el asiento para inscribir otra denomianción, por ejemplo).  Repasemos el asiento registral 696:

Archivo Histórico Provincial de Huelva. Libro Registro de Asociaciones

Sin embargo, nuestro equipo investigador de Huelva sigue dando sus frutos, y habiendo llegando a sus oídos que al Archivo Histórico había llegado el libro nº2 (tomo II) del Libro registro de Asociaciones, cuyas anotaciones empezaban a partir de 1939, se pusieron manos a la obra para su revisión.

Y en el repaso de dicho libro de Registro apareció algo importante que respondía por completo a la duda suscitada por D. Víctor Martínez Patón: La inscripción del «Club Recreativo Onuba»:

ahph-leg-7026-registro-de-asociaciones-21

Como pueden comprobar en el asiento 1.431 aparce inscrito el «Club Recreativo Onuba» y en dicho asiento, al final, hace referencia a que se corresponde con el asiento 696; el asiento a la postre del «Club Recreativo de Huelva» y el «Onuba FC»

Como conclusión inevitable podemos sacar una bastante obvia: Si el «Onuba FC» hubiera sido una sociedad «nueva» (es decir, que no hubiera sido el propio Recreativo de Huelva») es evidente que el asiento del «Recreativo Onuba» (denominación que toma el Club llamado entonces «Onuba FC») habría hecho referencia a otro asiento que no fuera el 696, y eso como todo el mundo puede comprobar, no sucede.

Para complementar toda esta información basta con visitar  la ya conocida Web www.onubafc.com, en la cual se pone a disposición de los aficionados gratuitamente el libro Recre y Ónuba FC: dos nombres para una misma entidad, donde se aportan todas las pruebas legales y documentales que demuestran que el Recre cambió de denominación a finales de 1931 por la de Ónuba FC, y que por tanto es la misma sociedad que se oficializó legalmente en 1889: la sociedad decana del fútbol español.

Para complementar toda esta información y pruebas legales que se incluyen en el mencionado libro y en su Web correspondiente, hace poco también se descubrió por el antes mencionado equipo de investigación del fútbol en Huelva, del cual formo parte, un nuevo documento que reafirma aún más lo que se expone en dicho texto. Se trata de una carta remitida en enero 1932 por el Club Onubense al Ayuntamiento de Huelva en la cual se informa al Sr. Alcalde del definitivo cambio de denominación de la sociedad siguiendo instrucciones federativas:

La carta dice textualmente:

«Excmo. Sr:

Habiendo sido informado ampliamente la autoridad gubernativa tengo el honor en participar a V.E. que en reunión celebrada con fecha del pasado 21 de diciembre, quedó acordada por requerimiento federativo la sustitución temporal del nombre -Club Recreativo de Huelva, título original de esa sociedad, por el de Onuba F.C.

Lo que comunico a V.S. en representación de esta nueva junta directiva, esperando su reconocida atención para los efectos consiguientes.

En Huelva a 27 de enero de 1932.»

Archivo Histórico Provincial de Huelva

Archivo Histórico Provincial de Huelva

Seguidamente expondremos otros documentos legales, pero antes repasemos un poco las razones del cambio de denominación del Recre, el decano del fútbol español.

Mas información, al margen de la mostrada ya,  que demuestra que legalmente el Recre y el Onuba FC fueron el mismo equipo:

Para aportar más pruebas legales de peso incontestable, además de la antes mostrada carta del Ayuntamiento de Huelva de enero de 1932 en la que se informa claramente del cambio de denominación a instancias federativas, lo primero que haremos será hablar del artículo nº5 del Reglamento Orgánico de la FEF vigente en 1931 y 1932, años en los que el Club cambió de nombre.

art. Nº5. Reglamento Orgánico de la FEF. 1931 y 1932

art. Nº5. Reglamento Orgánico de la FEF. 1931 y 1932

Según este artículo, para que un equipo o sociedad futbolística pudiera inscribirse en una Federación debía presentar un certificado gubernativo que acreditase su legal constitución, y por tanto debía estar inscrita en el Registro legal de asociaciones del Gobierno Civil de cada provincia. El Ónuba FC, como sabemos, termina inscribiéndose en 1932 en La Federación de Fútbol del Oeste, por lo cual ha de estar inscrito obligatoriamente «de alguna manera» en el libro registro de asociaciones del Gobierno Civil de Huelva para poder presentar así obligatoriamente dicho certificado gubernativo exigido en el Art. Nº5 antes expuesto, y participar en competiciones oficiales con dicha Federación del Oeste.

La primera conclusión es pues que parece evidente que si el Ónuba FC ­hubiera sido un club diferente e independiente al viejo Club Recreativo, es obvio que para inscribirse en la Federación de fútbol del OesteOeste la hipotética sociedad Ónuba FC aparecería, obligatoriamente, en un expediente y asiento registral completamente diferente al del citado Club Recreativo.

Bien, pues repasado íntegramente el libro registro de asociaciones del Gobierno Civil de Huelva constatamos dos hechos legales:

1.- No existe ninguna sociedad inscrita con la denominación Ónuba FC en un asiento registral independiente y nuevo, a modo de nueva sociedad.

2.- Descubrimos que en el asiento 696, del citado libro aparece inscrito el Club Recreativo de Huelva y en ese mismo asiento y expediente (696) también aparece la denominación Ónuba FC junto a las de Club Recreativo y Real Club Recreativo de Huelva. Este dato por si solo ya es concluyente y demuestra que el Ónuba FC no era ninguna sociedad independiente del Club Recreativo.

No obstante existen algunas pruebas más de índole legal que demuestran simplemente que el Recreativo de Huelva y el Ónuba FC ran la misma sociedad legalmente constituida en 1889.

El 24 de febrero de 1941, el entonces llamado Recreativo Ónuba, nombre que como hemos apuntado adquirió el Ónuba FC en 1940, envía una carta al Gobernador Civil en la que remite una serie de documentación solicitada por éste conforme a una nueva ley y reglamentación que salió a la luz unos meses antes de febrero de 1941. En esa carta dice textualmente:

«Representado a esta sociedad recientemente tornada a llamarse Club Recreativo Ónuba y antes, según consta legalmente, con las denominaciones de Club Recreativo de Huelva y Ónuba FC, en cumplimiento de los dispuesto en el B.O. del estado nº 37 de fecha 6 de Febrero, adjunto remito a V.E. dos copias de los originales de:

-Reglamento interno,

-Lista de socios e inventario,

-Directiva y memoria de la Sociedad.

Por Dios, España y su Revolución Nacional Sindicalista.

Huelva, 24 de Febrero de 1941,

Excmo. Sr. Gobernador Civil de la Provincia de Huelva.»

Archivo Histórico Provincial de Huelva

Archivo Histórico Provincial de Huelva

Repasando los hechos que condujeron al cambio de denominación del Recreativo por el de «Onuba FC»

El 25 de octubre de 1931 se disputó en el campo del Velódromo de Huelva el partido del Campeonato Regional entre el Recreativo y el Betis. El partido era de importancia fundamen­tal, ya que de haberlo ganado el equipo local habría obtenido virtualmente la segunda plaza en la clasificación y con ella el derecho a jugar el Campeonato de España, por primera vez desde 1918. Pero el resultado final favoreció al equipo visitante por 1-2, por lo que fueron los béticos quienes se clasificaron para la Copa. Pero más allá del resultado la noticia estuvo en el propio desarrollo del encuentro y los graves incidentes producidos durante éste. Algunas de las decisiones del árbitro, el sevillano Gutié­rrez, fueron criticadas muy duramente desde la grada, quejas que según avanzó el partido se convirtieron en desórdenes graves. Hasta tal punto que el propio Gobernador Civil de Huelva, Sr. Cano López, decidió tomar el mando de la situación ante el eminente riesgo de un grave altercado de orden público. Así, acercándose el final del partido, el árbitro intentó suspenderlo puesto que decía haber recibido una pedrada, ante lo que el Gobernador Civil reaccionó de forma llamativa: aceptó la suspensión pero exi­giendo al árbitro que pasara un reconocimiento médico para que se certificara que en efecto había recibido tal pedrada. Curiosamente el árbitro decidió continuar con el partido que, como hemos dicho, terminó con la victoria visitante por 1-2. Los crecientes incidentes fueron justificados así por la prensa onubense: «Desde luego, no encontramos bien la agresión personal, no es humano, pero hay que tener en cuenta el apasionamiento de una multitud que de forma desaprensiva ve que se juega con sus sentimientos». Para poner fin a la situación el Gobernador Civil tomó una sorprendente deci­sión: encarceló y multó al árbitro del encuentro, al entrenador bético y a su jugador Velasco, acusados de generar desórdenes públicos.

Por otro lado la Junta Directiva del Recrea­tivo, indignada con la actuación arbitral, dio a conocer a la prensa esa misma noche una deci­sión tajante: abandonar la Federación Regional Sur. Así aparecía en la prensa onubense al día siguiente y en la prensa nacional días después: «El Recreativo de Huelva se da de baja de la Federación Sur», titulaba El Mundo Deportivo del 30 de octubre.

Pero la situación, ya muy enconada, se com­plicó aún más cuando la Federación Sur, tras recibir el informe arbitral del partido, decidió imponerle al Recreativo una multa de 17.000 pesetas por los incidentes. Esta cantidad no sólo era elevadísima, sino que además era contraria al Reglamento de competiciones vigente.

Así, según se puede leer en el apartado «Mani­festaciones y coacciones del público» (arts. 91-94) la multa máxima que se podía imponer al Recreativo por los hechos acaecidos durante el partido contra el Betis sería de 2.600 pesetas, sumando todas las acciones punibles recogidas en dicho Reglamento.

Por tanto, si acaso quedaba alguna opción de que el Recreativo permaneciera bajo la disciplina de la Federación Sur estas se desvanecieron con la multa, por lo que de forma definitiva la junta directiva del Recreativo confirmó su baja irrevo­cable de la Federación Sur y, por lo tanto, de la Federación Española, lo cual dicho sea de paso no significa «disolución» como algunos han querido hacer creer. De hecho así fue informado en la reunión del Comité Ejecutivo de la FEF con fecha 16 de noviembre, según se puede leer en el acta de dicha reunión.

Acta de Comité ejecutivo de 15 de Noviembre de 1931

Acta de Comité ejecutivo de 15 de Noviembre de 1931

A partir de ese momento la prensa local habló largo y tendido sobre la situación del Club, pero nada se sabía a ciencia cierta que es lo que sucedería con el club onubense. Sin embargo el día 12 de diciembre el diario onubense La Provincia rompió su silencio sobre el fútbol local con la siguiente nota: «Se va a crear en Huelva una organización local y depor­tiva, denominada Ónuba FC. De ella formarán los antiguos elementos del Club Recreativo y en la presente temporada actuará en el campeonato del grupo B Preferente (de la Federación Regional Sur)«. Dicho equipo se estrenó el 1 de enero de 1932 en el campo del Velódromo ante el Cata­luña, al que ganó por 3-0. El Mundo Deportivo titulaba al día siguiente: «El ex Recreativo, en plan de reorganización, jugó un gran encuentro«.

Según se anunciaba en la primera nota de prensa que hablaba del Ónuba FC, éste iba a inscribirse en la Federación Sur. O al menos intentarlo: razones de las que la prensa no se hizo eco impidieron dicha inscripción (aunque todo hace indicar que la Sur no aceptó al Ónuba ya que seguía siendo el Club Recreativo de Huelva), lo que provocó que el Ónuba se inscribiera finalmente para la temporada 1932-33 en la Federación Oeste, nuevo nombre que tomó la antigua Federación Extremeña al aglutinar también a la provincia de Huelva, precisamente en este momento.

Este Onuba FC, cambiaría en 1940 su denominación por la de Recreativo Onuba y finalmente en 1945 recuperaría su histórica denominación de Real Club Recreativo de Huelva.

Los datos de la prensa y los datos de fuentes oficiales y legales

Muchas veces los historiadores del fútbol se basan para sus conclusiones en los datos que aportan las diversas hemerotecas de que se disponen. Sin embargo está fuera de toda duda que mucha de la información que aparece en la prensa de aquella época (y de la de ahora) carece del rigor y de la veracidad necesaria. En este sentido y en referencia al asunto del Recreativo de Huelva y su cambio de denominación en 1931, aparecen notas de prensa que siembran algunas dudas por su redacción y estilo ambiguo, así como por el empleo de vocablos actualmente en desuso, y sin embargo, por el contrario, hay otras que claramente hablan del mencionado cambio de denominación y los problemas con la federación Sur.

Frente a la información sesgada y en ocasiones poco fiable de los antiguos medios de información nosotros hemos recurrido a las fuentes legales, que a todas luces aporta una mayor seguridad y arrojan datos incontestables. Es obvio que estos datos, oficiales y legales, tienen un mayor peso de «veracidad» y por ende invitamos desde aquí a los historiadores que lo consideren oportuno a recurrir a ellas para esclarecer las dudas que pudieran tener.

Ampliación de la documentación e información sobre este tema:

Para todos aquellos que deseen profundizar en este tema y conocer los pormenores les remitimos a la Web www.onubafc.com.




¿Los mejores árbitros españoles?

Este artículo ha sido el resultado de una cadena de errores. El primer error fue tratar de establecer una lista con los mejores árbitros españoles de la historia. Hombre, Escartín, sin duda, dirán algunos. No, no, Gardeazábal, que pitó tres mundiales. Espera, espera, Ortiz de Mendíbil, que pitó cinco finales internacionales. No hay forma de ponerse de acuerdo en qué es eso de ‘mejor árbitro’.

El segundo error fue el critero a utilizar para establecer esa lista. Podíamos utilizar los grandes logros internacionales, pero, ¿qué vale más, tres mundiales, cinco finales internacionales o pasarse veintisiete años en la comisión de reglas de FIFA? Nada, que no hay forma de cuantificar eso.

También se podrían usar el número de partidos arbitrados en el campeonato de liga. Tercer error. Si repasamos el artículo de noviembre de 2009 de César de la Prida sobre los sistemas de designación en la liga, vemos que durante demasiados años han habido métodos poco objetivos a la hora de designar: sorteo puro, sorteo dirigido, listas elaboradas por los equipos, elección directa de los equipos… Nada que nos sirva para establecer quiénes han sido los mejores.

Se podrían buscar argumentos para utilizar el número de partidos arbitrados en liga, a pesar de lo expuesto en el párrafo anterior. Cuarto error. No es comparable el número de partidos arbitrados en una liga de dieciocho jornadas con otra en la que hubo cuarenta y dos jornadas. Pedro Escartín no está muy arriba en el número de partidos arbitrados en liga, apenas 162. Sin embargo, durante los años en los que estuvo en activo arbitró un tanto por cierto de jornadas mucho mayor que la de árbitros posteriores que tienen un cómputo global mucho mayor que él. Nada, que no es comparable.

El quinto error podría ser fijarse solo en quiénes fueron internacionales y durante cuántos años. Ha habido grandes árbitros en la historia que nunca consiguieron la escarapela FIFA. ¿Quién ha sido más importante en la historia del arbitraje, Pérez Sánchez o Merino González? Habrá opiniones para todos los gustos, por lo que tampoco nos vale este critero.

Y así, de error en error, llegamos a las designaciones de las últimas rondas de la Copa de España, desde los octavos de final a la final. ¿Es este criterio el válido? Posiblemente no, pero es el que más se le acerca. En Copa también hubo designaciones por sorteo y al principio de la historia los árbitros los elegían los equipos, pero en la mayoría de las temporadas la elección la hacía el propio presidente del comité nacional o una comisión designadora. Además, el número de partidos siempre es el mismo: Dieciseis en octavos, ocho en cuartos, cuatro en semifinales y la gran final. Y no depende de que la liga tuviera más o menos jornadas. Bien es cierto que durante muchos años la forma que hubo de desempatar una eliminatoria fue jugando partidos de desempate, pero eso no afecta mucho a las cifras totales. Y, además, esos partidos de desempate los solían arbitrar los mejores de cada temporada.

Bueno, parece que ya nos estamos acercando a un criterio con el que nos sentimos cómodos. Ahora toca discutir por qué solo estudiamos los datos en la era Liga. Y discutir esto nos llevaría a repasar la historia del arbitraje español en sus orígenes, objetivo demasiado ambicioso para un simple artículo. Baste decir que en los primeros años, en las designaciones de Copa, se mezclan los jugadores, con directivos, con espectadores, con árbitros oficiales… Incluso la final de Copa de 1922, tan cercana en el tiempo al inicio de nuestro estudio, fue arbitrada por un francés, Georges Balway, ayudado en las bandas por un jugador del Atlético de Madrid y otro del Celta de Vigo.

Para este estudio podríamos haber elegido empezar en la edición de 1923, o de 1926, o de… Decidimos empezar en 1929, coincidiendo con el inicio del campeonato de Liga, porque nos parecía una fecha históricamente interesante, y porque el campeonato de Liga supuso el despegue del arbitraje «profesional» en España. Además, año arriba o año abajo no supone mucho, en cuanto al ranking general, en un periodo tan largo de estudio.

De esta forma ya tenemos un criterio. ¿Es el mejor? Indudablemente, no. Quizá el método óptimo es una mezcla de varios, pero hasta que podamos estudiar todos y quedar contentos con ellos, tendremos que conformarnos con el mejor de los expuestos hasta ahora.

Para elaborar nuestra lista, primero hemos observado todas las designaciones arbitrales desde octavos hasta la final, desde la edición de 1929 hasta la de este mismo año, 2010. Después, hemos otorgado un punto a la designación en octavos, dos puntos a la designación en cuartos, tres puntos a la de semifinales y cuatro puntos a la de la final. Esto, creemos, es lógico. No es lo mismo arbitrar unas semifinales que unos octavos de final. Y el nivel de los árbitros que arbitran unas rondas u otras tampoco es el mismo. Es difícil ver a un árbitro novato en las últimas ronda, mientras que los octavos se prestan más a premiar a árbitros que empiezan a sobresalir o a árbitros que, sin haber destacado demasiado en su carrera, cumplen su última temporada en activo. Las rondas finales se dejan para los mejores, o así lo han entendido siempre los designadores, la prensa, los aficionados y los propios árbitros.

Alguien podría argumentar que, al hilo del último párrafo, no es lo mismo arbitrar el partido de ida de una ronda, que arbitrar la vuelta. Es cierto, no es lo mismo. Por eso también se nos ocurrió cambiar el sistema de puntuación otorgando medio punto más a los partidos de vuelta que a los de ida. Pero el estudio ya estaba hecho con los primeros datos, y tras unas cuantas temporadas con la nueva puntuación, nos dimos cuenta que los puestos en el ranking no cambiaban sustancialmente. Como mucho había algún árbitro que subía o bajaba uno o dos puestos, pero nada significativo. Y como el objetivo de este artículo es el responder a la pregunta ¿quiénes han sido los árbitros españoles más importantes en la historia?, y no establecer una clasificación meramente numérica, creemos haber acertado con nuestra elección de criterio.

Desde los ya lejanos Arribas Seijás, Comorera Gatuellas, Cruella Tena, De Saracho Goitía, Escartín Morán, Menchaca González, Vilalta Bars o Villena Gascó, primero colegiados que nos encontramos en nuestro estudio, hasta los recientes Estrada Fernández y González González, debutantes en esta misma edición, unos trescientos árbitros han sido designados para arbitrar en las últimas cuatro rondas de la Copa de España. Si tenemos en cuenta que hasta esta temporada unos 900 colegiados han arbitrado partidos de Liga, podemos ver que solo un tercio de ellos han arbitrado las ronda importantes de Copa. En realidad, menos de un tercio, porque en estas rondas de Copa podemos encontrar colegiados que arbitraron estando en segunda división o, incluso, en segunda división B (los últimos de ellos, el navarro Jaso Delgado y el murciano Pereñíguez Pérez en 2002).

Según nuestros datos, el gran campeón en esto de arbitrar partidos importantes en la Copa es el madrileño Pedro Escartín Morán. Además, su ventaja sobre el segundo es inapelable. Para superarle, el segundo debería de haber pitado, por ejemplo, seis finales de Copa más. Esta es la clasificación de los diez primeros:

  1. Escartín Morán: 106 puntos
  2. Melcón Bartolomé: 79 puntos
  3. Vilalta Bars: 74 puntos
  4. Díaz Vega: 63 puntos
  5. Fombona Fernández: 63 puntos
  6. Zariquiegui Izco: 62 puntos
  7. Ortiz de Mendíbil Monasterio: 57 puntos
  8. Arribas Seijás: 57 puntos
  9. Sánchez Arminio: 54 puntos
  10. González Echeverría: 54 puntos

En esta pequeña lista encontramos a colegiados que, sin ninguna duda, todos los estudiosos y aficionados al fútbol español elegirían como algunos de los mejores de la historia. Entre los más modernos destacan el asturiano Díaz Vega y el cántabro Sánchez Arminio, actuales Director Técnico y Presidente, respectivamente, del Comité Técnico de Árbitros. Estamos en buenas manos, pues. O eso nos dicen los datos, al menos.

Algunos nombres importantes para el arbitraje español son lo de Soriano Aladrén (decimotercero), López Nieto (decimosexto), Azón Roma (decimoséptimo), Gardeazábal Garay (decimoctavo), Guruceta Muro (cuadragésimo)…, lo que demuestra la dificultad que hay para entrar en los primeros puestos y la importancia que tienen los diez primeros que podíamo leer un poco más arriba.

¿Y los árbitros en activo, que posiciones ocupan?

  • 12. Mejuto González
  • 14. Iturralde González

31. Pérez Burrull

37. Undiano Mallenco

55. González Vázquez

60. Pérez Lasa

64. Muñiz Fernández

95. Teixeira Vitienes

102. Rubinos Pérez

104. Ramírez Domínguez

Hay más, pero con los diez primeros basta. Este año se retira el asturiano Mejuto González, con lo que no sumará ningún punto más (queda incluida la final de este año), pero por detrás vienen el vizcaíno Iturralde González, al que quedan dos o tres años para seguir acumulando puntos, y que subirá mucho en la clasificación, o el navarro Undiano Mallenco, que está llamado a estar entre los primeros de la lista.

Como no podía ser de otra forma, la lista, en su zona alta, la dominan los colegiados internacionales. ¿En qué posiciones están los no que no consiguieron alcanzar la categoría de internacional?

44. Cruella Tena

48. Merino González

54. Andújar Oliver

56. Marín López

60. Pérez Lasa

66. De Aurré Larrea

70. Sánchez-Molina Soto

71. Martín Álvarez

72. Losantos Omar

73. Valdés Sánchez

No está mal la lista de los diez primeros. Cualquiera de ellos hubiera sido un digno poseedor de la escarapela, y casi todos estuvieron nominados en una o más ocasiones a esa categoría. Por unas cosas u otras, FIFA decidió no concedérsela, o la RFEF no les propuso en el momento idóneo, pero ellos hicieron su trabajo y ahí están en los puestos de honor de la historia del arbitraje español.

Y aquí lo dejamos, porque podríamos estar dando datos sin parar y sacar cientos de conclusiones a la vista de este ranking, pero tampoco conviene abrumar con datos y más datos. Añadiremos que, por supuesto, no hemos respondido a la pregunta de cuáles han sido los mejores árbitros españoles de la historia. Quizá, y nos contentamos con esto, hemos presentado a los colegiados más importantes en la historia del arbitraje español, que no es poco.




El esperpento del Francia-Kuwait

El 16 de Enero de 1982 se celebró en el Palacio de Congresos de Madrid el sorteo de la fase final del Campeonato del Mundo de Fútbol que se debía disputar en Junio y Julio de ese mismo año en España. Las 24 selecciones se repartieron en seis grupos, adjudicándose de antemano los cabezas de serie a las sedes que eligió la organización. Así, a Inglaterra le correspondió el grupo cuarto, cuya sede estaba compartida entre Bilbao y Valladolid, con la ventaja para los británicos de que jugarían todos sus partidos en el Estadio de San Mamés, correspondiendo al resto de selecciones alternar entre dicho estadio y el Nuevo José Zorrilla de Valladolid. Celebrado el sorteo, el grupo quedó compuesto, además de los ingleses, por Francia, Checoslovaquia y Kuwait. Dos de ellos se clasificarían para la siguiente ronda.

El 16 de Junio se enfrentaron Inglaterra y Francia en San Mamés, registrándose la victoria de los primeros por 3-1. Un día después, en el Nuevo Zorrilla, Kuwait conseguía un sorprendente empate ante Checoslovaquia, dejando además pinceladas de buen fútbol en algunos momentos.

El 20 de Junio los ingleses sellaron su pase a la siguiente ronda, al vencer por 2-0 a los checoslovacos, dejando una sola plaza libre que debían disputarse el resto de selecciones en los tres partidos que aún quedaban.

A las 5 y cuarto de la tarde del día 21 de Junio saltaron al césped del Nuevo Zorrilla los representantes de las selecciones francesa y kuwaití, bajo las órdenes del colegiado soviético Miroslav Stupar, con nutrida y ruidosa presencia de aficionados de ambos países. El partido empezó con buen juego de ambos equipos, aunque con mejores ocasiones por parte de los franceses, que acabaron adelantándose en el marcador en el minuto 31 gracias a un tanto de Genghini al lanzar una falta directa. Kuwait acusó el gol y se retiró al descanso con un 2-0 en contra, al marcar Platini tras una jugada personal en el minuto 43. En el minuto 2 de la segunda parte Six hizo el 3-0, siendo Al Buloushi quien acortó distancias en el 24.

La crónica «normal» del encuentro finaliza diez minutos más tarde, cuando se produjo un hecho sorprendente. El centrocampista francés Giresse realizó una buena jugada dentro del área rival y se disponía a driblar a un rival para tirar a puerta. En ese instante, uno de los espectadores que animaban a la selección gala hizo sonar un silbato, interpretando los jugadores kuwaitíes que el árbitro había señalado fuera de juego. Giresse finalmente se deshizo de su rival (que se detuvo al escuchar el silbato), lanzó a puerta y marcó gol. El árbitro se dirigió al centro del campo dando por válido el tanto, mientras los jugadores kuwaitíes protestaban airadamente y acababan dirigiéndose al túnel de vestuarios.

En el palco se encontraba el Jeque Fahad Al-Ahmed Al-Jaber Al-Sabah, hermano del Emir de Kuwait y presidente de la Asociación de Fútbol de Kuwait. Al empezar el incidente bajó al césped del Nuevo Zorrilla, donde dialogó durante varios minutos con sus jugadores y con el árbitro soviético, rodeados por periodistas y miembros de la Policía Nacional. Finalmente, el Jeque volvió a su lugar en el palco, y los jugadores al suyo en el campo. Pero lo más sorprendente es que Miroslav Stupar se retractó de su decisión anterior, no concedió el gol de Giresse y ordenó continuar el partido con un bote neutral en el punto en que se encontraba el jugador francés antes de disparar a puerta. Durante todo este tiempo, el espectador que había provocado el incidente se refugiaba en el anonimato de la grada, guardando prudentemente el silbato en su bolsillo. Seguramente ni se imaginaba la trascendencia que iba a tener su acción.

El partido dio poco más de sí. Bossis hizo el 4-1 definitivo en el minuto 89 y poco después el colegiado señalaba el final del encuentro sin aplicar ningún descuento, quizá con ganas de desaparecer del lugar de los hechos, consciente de la gravedad de la decisión que había tomado. Un día después, la FIFA decidió dar por válido el resultado del partido, al tiempo que imponía una multa de 25.000 francos suizos a la Federación Kuwaití por conducta antideportiva, amonestaba al Jeque Fahad y a la organización del estadio, y suspendía a Miroslav Stupar hasta una nueva sesión de la Comisión de Árbitros.

A falta de una jornada, con Inglaterra clasificada con cuatro puntos, Francia, con dos, tomaba una ligera ventaja frente a Checoslovaquia y Kuwait, con un punto cada una. El 24 de Junio, otra vez en el Nuevo Zorrilla, franceses y checoslovacos empataban a uno, quedando estos últimos eliminados, mientras aquellos debían esperar que Kuwait no venciese a Inglaterra un día después por más de cuatro goles. Como era de suponer, el milagro no se produjo y los ingleses vencieron por 1-0 a los kuwaitíes en San Mamés, sellando de este modo la clasificación de Francia para la siguiente fase.

La selección francesa acabó ocupando la cuarta plaza en el Campeonato del Mundo, después de una polémica semifinal en Sevilla contra Alemania; la kuwaití abandonó España después de disputar tres partidos en Valladolid, con el balance de un empate y dos derrotas. Del árbitro Miroslav Stupar poco más se supo, mientras el Jeque Fahad Al-Ahmed Al-Jaber Al-Sabah volvió a aparecer en las noticias cuando se supo de su muerte a manos de tropas iraquíes cuando estas invadieron Kuwait el 2 de Agosto de 1992, poco más de diez años después de su papel protagonista en la esperpéntica situación que se vivió en el Nuevo Zorrilla.




Misterios olímpicos (II). La fundación del COE

Existen numerosas evidencias que demuestran que el Comité Olímpico Español se fundó en 1905 bajo la presidencia de don Julio Urbina Ceballos-Escalera, marqués de Cabriñana del Monte [deportista multidisciplinar, militar, diputado en Cortes, Director General de Correos y Telégrafos, implacable combatiente de la corrupción (lo que le costó un intento de asesinato en 1895 que provocó una gran manifestación popular en Madrid como protesta), Ministro del Tribunal de las Órdenes Militares, Presidente de la Sociedad Hípica Española, autor de un código de honor sobre duelos, etc.]
La noticia apareció en la revista madrileña Gran Vida en sus números de noviembre y diciembre de 1905, en el primer número del Mundo Deportivo en febrero de 1906 y en el Heraldo de Madrid el 13 de noviembre de 1905. Además en el libro The Olympic Games at Athens 1906 (Spalding´s Athletic Library, Nueva York, 1906) se cita la existencia del COE aunque España finalmente no envió delegación a Atenas.
También se conserva una carta del marqués de Villamejor a Narcís Masferrer (director del Mundo Deportivo) de noviembre de 1913 en la que el remitente reconoce haber «sucedido» al marqués de Cabriñana en la presidencia del COE y dice que ocupa el cargo «desde hace 4 años», lo que no cuadra con la fecha de 1912 como fecha de fundación del COE (tesis defendida por Conrado Durántez).
Todos estos datos fueron descubiertos por Joan Fauria i García y publicados en el boletín de los historiadores olímpicos en 1995 (The Formation of the Spanish Olympic Committee) y en varios artículos en El Mundo Deportivo.

También podemos encontrar la noticia (en «exclusiva» firmada por Luis Lozano) en El Liberal el 30 de julio de 1905: «Los comités nombrados en las diferentes naciones para asistir y representarlas en los Juegos Olímpicos, que bajo el patronato del Príncipe Jorge de Grecia se celebrarán en Atenas en la primavera próxima, trabajan activamente para desempañar su cometido, parece que entre ellas hay pugilato, tratando de que sus respectivas naciones queden a gran altura.

El comité español lo formarán, según noticias, los señores marqués de Cabriñana, presidente, marqués de Villaviciosa de Asturias, por el Tiro al pichón, el comandante Barreto, por el Tiro Nacional, el conde de Asmir, por las Sociedades de esgrima, y don Carlos Padrós, por la Gimnástica y Sociedades de Foot-ball

En el ejemplar de Gran Vida de noviembre de 1905 la noticia está en la página 12, leemos: «… ha nombrado Presidente de la delegación de España al Sr. Marqués de Cabriñana y secretario a don Luis Morote…», formaban parte de la comisión personajes célebres como el marqués de Villaviciosa de Asturias (el de los pichones en París 1900), Carlos Padrós o Román Macaya (delegado en Barcelona).
También leemos: «Días pasados se reunió el Comité Español en el domicilio del Sr. Marqués de Cabriñana, asistiendo el Sr. Pastora, secretario del Consulado de Grecia en Madrid, y el súbdito griego Sr. Alpoulafertis, que dieron a los concurrentes curiosísimos datos…»
En el número de diciembre de 1905 (Pág.11-12) encontramos el programa completo de los JJ.OO. 1906 y una breve nota en la que leemos que los organizadores griegos ofrecían alojamiento gratuito para 20 españoles y que el viaje les saldría por 400 francos.
Finalmente ningún español viajará a Atenas, ni a Londres en 1908 (sin contar a los gimnastas españoles nacionalizados franceses Louis Segura y Antoine Costa).

No consta que Cabriñana desarrollara actividad «olímpica» alguna después de finales de 1905 ni que hubiera intento alguno por revitalizar el COE en 1908, como en ocasiones se ha comentado, pero la carta ya citada de Villamejor (miembro del COI desde 1902) a Masferrer de 1913 indica que Cabriñana habría sido sucedido por este hacia 1909, fecha en la que (según testimonio de Coubertin a un grupo de periodistas españoles en Ampurias en 1926, reproducido por Luis Meléndez), el COI habría reconocido al COE. En cuyo caso el pasado año «celebramos» (en la «clandestinidad») el centenario de dicho «reconocimiento».

Lo cierto es que el COE no había sido dado de alta en ningún registro (a nadie se le ocurrió hacerlo hasta 1926 en el Gobierno Civil de Barcelona) y que Villamejor no informó por carta a Coubertin de la formación de «su»  Comité Olímpico Español hasta finales de 1912 [comité formado por: marqués de Villamejor, presidente y representante de España en el COI. Miembros: Carlos Padrós y Rubio, Pío Suárez Inclán (coronel del Estado Mayor), Marcelo Rivas Mateos (catedrático de la Universidad Central), Alejandro Saint Aubin, marqués de Cabriñana del Monte, Marcelo Sanz Romo (profesor de gimnasia sueca), Adolfo Díaz Enríquez (comandante de Infantería), Luis de Uhagón y Rogelio Ferreras Berros (capitán de la Guardia Civil y profesor de gimnasia) ]. Respecto al primer comité (1905) repiten Cabriñana («degradado») y Padrós (personaje clave en el fútbol español de la época), la continuidad es más que obvia…

El señor Durántez considera esta carta como la formación oficial del COE, pero resulta difícil fundar la misma cosa dos veces, y tampoco significó ningún cambio importante, ya que no se envió delegación a Estocolmo ni se conoce actividad «olímpica» alguna de Villamejor en esa época. Su pasividad despertó algunas críticas entre los sportmen de Barcelona como Josep Elias i Juncosa (periodista y deportista, amigo de Coubertin) quién desde 1911 demandaba un equipo español en los JJ.OO., Villamejor respondió a las críticas solicitando ayuda a los catalanes desde las páginas del Mundo Deportivo (4 de diciembre de 1913).

En abril de 1914 se disputan en Madrid unos «Juegos Olímpicos» (¡si se entera Gallardón!), en realidad unos torneos españoles de atletismo y otros deportes, con el objeto de formar un equipo que acuda a Berlín 1916, hubo críticas por el nombre elegido y por el bajo nivel de los participantes.
En agosto de 1915 Gran Vida publica un durísimo artículo contra la inactividad del COE y del marqués de Villamejor indicando que el Comité lleva «cuatro o cinco años funcionando», lo que nos situaría hacia 1910-11 como fecha de inicio…
En 1913 se había formado un «Comité Olímpico Catalán» como delegación regional del COE y con autorización de Villamejor.
Algunos dirigentes catalanes pretendían participar en los JJOO con delegación propia, ya que el COI diferenciaba los «países deportivos» de los estados, y ya había permitido participar a Finlandia (pese a pertenecer al Imperio Ruso hasta 1917) o a Austria, Hungría o Bohemia por separado pese a formar el Imperio Austrohúngaro hasta 1918. Parece que Coubertin hubiera visto con buenos ojos la participación de Polonia o Irlanda antes de ser independientes, pero no consideraba aplicable a Cataluña la doctrina de los «países deportivos» por sus buenas relaciones con Alfonso XIII o Villamejor (este envió una carta al Presidente del COI en 1914 en la que indicaba que «su único derecho en la vida [el de los catalanes] es ser españoles»). Otros dirigentes catalanes impulsaban el Comité Catalán con la intención de vigorizar e impulsar el deporte español, enviar una delegación fuerte a Berlín 1916 o a Amberes 1920 y conseguir unos JJ.OO. para Barcelona.

Los años sucesivos fueron de nuevo de inactividad, Villamejor dejó paso al barón Güell y a Horacio Echevarrieta, pero ninguno de los dos (especialmente el segundo) desarrollaron excesiva actividad mientras los JJ.OO. de París 1924 se acercaban, ante esta situación intervino personalmente el dictador Primo de Rivera, nombrando al Teniente Coronel Mariano de Rivera como encargado de reconducir la situación y formar un equipo para los Juegos. Rivera escogió Barcelona para la primera reunión el 11 de enero de 1924, de esta forma se neutralizaba el comité catalán. Durante años se ha considerado erroneamente esta reunión como la fundación del COE.
En realidad los estatutos no fueron aprobados por el Gobierno Civil de Barcelona hasta agosto de 1926 y entonces, y solo entonces, se registró el COE, aunque como nos indicó Víctor Martínez Patón (miembro del Centro de Investigaciones de Historia y Estadística del Fútbol Español ), la ley de asociaciones vigente en los inicios del siglo XX era la de 1887. Según un artículo de dicha ley no era necesaria la inscripción en el registro para ser constitutiva, es decir que tenía un carácter declarativo (publicidad y toma de razón). En otras palabras, para constituir una asociación (como el COE), bastaba con manifestar la voluntad de hacerlo, sin necesidad de registrarse o solicitar permiso a las autoridades. Un acto público como las reuniones en el domicilio (Carrera de San Jerónimo) del marqués de Cabriñana en 1905, en el que los reunidos manifestaban el deseo de constituirse en Comité Olímpico Español (o Delegación en España del COI, expresión más habitual en la época) bastaba para que el COE estuviera legalmente reconocido en aplicación de la ley vigente de 1887.
De forma que debemos concluir que en 1905 se constituyó el COE de facto y de jure, aunque no se registrara hasta 1926 .

El marqués de Cabriñana del Monte falleció en Madrid el 11 de septiembre de 1937 (6 días más tarde que el barón de Coubertin). Le sobrevivieron dos hijas (María Luisa y Josefina), su esposa y su único hijo varón fallecieron antes que él. Al enumerar en su esquela sus muchas profesiones, logros y actividades no se recordó que fue el primer presidente del COE.

Para saber más:

•- http://olimpismo2007.blogspot.com




Los saques de esquina para decidir una eliminatoria

Como recoge Oriol Pagés Rosique en su artículo «Tandas de penaltis»  (nº 6 de esta revista CUADERNOS DE FÚTBOL), en las competiciones futbolísticas disputadas mediante el sistema de enfrentamiento a doble partido, el encuentro de desempate -con o sin prórroga- fue desde siempre la fórmula habitualmente utilizada para resolver las eliminatorias que estaban igualadas tras concluir el tiempo reglamentario. Cuando el equilibrio persistía después de uno o más partidos de desempate se acudía al puro azar empleando sistemas como el de lanzar una moneda al aire para determinar el vencedor.

Sin desmerecer la importancia de los llamados torneos del KO en los que se utilizaba habitualmente para otorgar el pase, la especial trascendencia que alcanzaba en ciertos casos la aplicación de este recurso, como podía ser la clasificación para una fase final de un Campeonato del Mundo o la determinación de la categoría en la que había de disputar una temporada un equipo, hacía que estuviese generalmente aceptada la idea de que dejar la resolución al puro albur resultaba inapropiado, siendo necesario encontrar alguna alternativa que tuviese en cuenta criterios futbolísticos. La búsqueda concluyó con la implantación en la temporada 1970/71 de las tandas desde el punto de penalti (y el valor extra de los goles anotados a domicilio en caso de empate).

Como ejemplos de lo anteriormente dicho cabe recordar a Franco Gemma, el niño italiano de 10 años que se hizo famoso al ser la «mano inocente» que eligió la papeleta que clasificó a Turquía en detrimento de España para la fase final del Mundial de Suiza en 1954 tras concluir 2-2 el encuentro de desempate, convirtiéndose así en nuestro país en el «bambino maldito», o lo sucedido en la repesca del conocido como «torneo relámpago» de Mallorca en 1961, con una plaza en juego para jugar en 2ª división en la campaña 1961/62, cuando el Castellón se vio abocado a la 3ª división en beneficio del Sporting de Gijón -R. Gijón de aquella- por el sorteo efectuado con una moneda tras terminar igualados su enfrentamiento, como recoge Eugenio Llamas en el nº 4 de esta misma revista al tratar sobre el mencionado torneo.

 Entre medias se llegó a utilizar un método consistente en premiar al equipo que mayor número de saques de esquina hubiese lanzado. En el Campeonato de Copa (del Generalísimo) de la temporada 1967/68 hubo de recurrirse a la citada solución en una eliminatoria que pasaría a la historia por su duración.

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La citada competición iba a repetir el sistema que ya se había seguido en las anteriores ediciones, consistente en enfrentar a los conjuntos de 2ª división entre sí en una ronda eliminatoria en los primeros meses de la temporada, dejando para la conclusión del Campeonato de Liga la fase de dieciseisavos de final con la entrada en competición de los equipos de 1ª división.

Así pues, los 32 equipos que militaban entonces en la división de plata quedaron emparejados disputando los encuentros los días 1 y 22 de octubre de 1967, tras los cuales cinco eliminatorias quedaron empatadas. Cuatro de ellas se dilucidaron sin problema mediante los correspondientes partidos de desempate jugados en diferentes fechas durante los meses de noviembre y diciembre (U.P. de Langreo, Europa, Jerez y Gimnástica de Torrelavega eliminaron al Granada, R. Jaén, Lérida y Mestalla, respectivamente). La resolución de la otra eliminatoria restante, que enfrentaba al Recreativo de Huelva y al Real Oviedo, se iba a hacer de rogar.

Tras concluir en Oviedo el encuentro de ida con el resultado de 3-2 a favor de los oviedistas y de vencer en el de vuelta los onubenses por 2-1, al contrario de lo sucedido en las otras eliminatorias igualadas, en esta se acordó posponer el desenlace hasta que finalizase la Liga (los dieciseisavos de final de Copa no tenían previsto su inicio hasta el mes de mayo de 1968), si bien no llegaron a cumplir el plazo en su totalidad y la fecha para el partido de desempate acabó siendo la del 19 de marzo de 1968. Como lugar, un terreno neutral: el madrileño campo de Vallecas.

Nada más y nada menos que 171 días después de que se enfrentasen por primera vez en el encuentro de ida, en la mañana de aquel día festivo recreativistas y carbayones empataron a un gol, tras lo cual, buscando deshacer la igualada, disputaron la oportuna prórroga de 30 minutos. Arbitraba Rodríguez Barroso y tras no moverse el marcador durante esa media hora adicional el juego se prolongó durante otra prórroga, esta vez de 10 minutos. Dado que el marcador seguía reflejando 1-1, la pretendida solución se aplicó de nuevo hasta en tres ocasiones más sin que se desequilibrase el tanteador. Brillando los goles por su ausencia en todas las prórrogas disputadas y con varios futbolistas de ambos conjuntos extenuados por el cansancio, se tuvo que decidir al clasificado rebuscando en la reglamentación federativa, aplicando una norma que premiaba al equipo que mayor número de saques de esquina hubiese forzado, clasificándose el Recreativo por haber lanzado 9 córners por 8 del conjunto oviedista.

En definitiva, tras tres encuentros y de la disputa aquel 19 de marzo de 160 minutos de juego (90 del partido normal, 30 de una primera prórroga y 40 más correspondientes a otras cuatro prórrogas de 10 minutos cada una), que totalizaban 340 minutos en la eliminatoria, se tuvo que decidir la clasificación en base a la mencionada regla del mayor número de saques de esquina lanzados.

 

 




Samitier: el primer crack mediático (Barcelona, 1902-1972)

Nació el 2 de febrero de 1902, «el 2 del 2 del 2», vaya. Es evidente que estaba predestinado para la gloria. Hoy diríamos de él que fue el primer crack mediático, junto a su amigo Ricardo Zamora, con quien hizo sus primeras armas en el Barça, allá por el Año de gracia de 1919…Y si bien el hispanofilipino Paulino Alcántara puede ser considerado en estricta justicia como el primer gran ídolo del Barcelonismo ( y el término crack no le iría nada mal a un hombre capaz de romper las redes con sus terroríificos disparos ), este no llegó a alcanzar la dimensión popular de su compañero Samitier, mitad por haber nacido unos pocos años antes, mitad porque compaginaba el balón con los libros y una vez retirado del Fútbol se dedicó a ejercer la Medicina )

Sin embargo Samitier fue todo un ídolo de multitudes, aclamado por una afición que iba in crescendo durante los Felices Años 20, desde los legendarios partidos contra el Sparta de Praga en la antigua cantera de La Fuxarda, hasta la inauguración del Estadio de Montjuich, pasando por la vertiginosa construcción de Les Corts en un tiempo record, en la Primavera de 1922. De hecho, desde 1920 existe ya una Selección Española de Fútbol, y en 1930 se celebrará en Uruguay el primer Campeonato del Mundo. Ya acuden auténticas multitudes a los terrenos de juego españoles, y en este  tiempo de cambio Samitier va a ser unánimemente admirado por su habilidad y genialidad. Apelativos como «El Mago del Balón» o «El Hombre Langosta» ( de esa guisa lo dibujaba el gran caricaturista Valentí Castanys ) hacen justicia a su singular virtuosismo, a su fútbol siempre imaginativo y desconcertante. Con él en sus filas, el Barça de los años 20 es casi imbatible, prácticamente Campeón vitalicio de Cataluña, domina la Copa de España – que se adjudica en 1920, 1922, 1925, 1926 y 1928 – y se apunta el primer Campeonato de Liga, oficialmente conocido como temporada 1928-29, aunque de hecho se jugase de Febrero a Junio de 1929. Numerosas publicaciones periódicas y folletos glosan su figura, y su popularidad llega a ser inmensa. Carlos Gardel, gran amigo suyo, le dedica un tango, y en el cuplé «Jo soc barcelonista» ( que volvería a grabar la pizpireta Guillermina Motta en los años 70 ), su nombre encabeza la nómina de ases blaugranas.

Y en ese Fútbol español que ya se adentra por los caminos del profesionalismo, poniendo en pie una estructura hecha de fichajes, sueldos, técnicos, entrenamientos y viajes a lo largo y a lo ancho de la geografía del país, aunque los tres vértices de nuestra incipiente liga sigan siendo Barcelona, Madrid y el País Vasco, Samitier demostrará ser sumamente rentable – había suscrito su primer contrato con el Barça a cambio de un traje y un reloj con esfera luminosa – Pero es ley de vida que a todo deportista, por destacado que sea, le llega siempre su declive, y de ese modo comienza a ser menos habitual en las alineaciones, y ciertas diferencias con los directivos del club le van a llevar al Real Madrid, donde se reencontrará con su antiguo compañero Ricardo Zamora y conquistará la Liga 32-33 y la Copa del 34, antes de pasar al Niza francés, donde colgaría las botas.

Tras la Guerra Civil se hará entrenador, vertiendo todo el magisterio de  su gran experiencia. El Barça de la difícil Postguerra, huérfano de títulos – a excepción de la aislada Copa del Generalísimo de 1942 -, le entregará su banquillo en 1944, y Sami le devolverá el segundo  Campeonato de Liga de la historia culé la misma temporada de su debut, la 1944-45. Y bien puede decirse que revoluciona el Barça, pues contribuirá a profesionalizar a unos jugadores para los que entonces el fútbol era poco más que un hobby relativamente bien remunerado, regularizando entrenamientos y hasta hábitos alimenticios, al frente de un equipo donde brillaban los Escolá, Mariano Martín, Cesar, Gonzalvo III o Bravo. Pero Sami no durará demasiado en un puesto  siempre tan poco agradecido cuando los resultados no son los óptimos, y su siguiente destino va a ser la Secretaría Técnica del club, donde nuevamente pondrá de manifiesto toda su sabiduría futbolística. A él se le debe el descubrimiento, en un partido disputado en el campo del Español, de un rubio y fornido delantero magiar enrolado en un equipo de apátridas – el Hungaria – que se buscaban la vida jugando encuentros de exhibición. Aquel muchacho se llamaba Ladislao Kubala, y el servicio que Samitier acababa de rendirle a su Barça no tenía precio. También se traería para Les Corts a un tal Alfredo Di Stefano, cuyo frustrado fichaje provocaría una auténtica tormenta político-deportiva, marcando un antes y un después en la historia del fútbol español y europeo, y al no cuajar la jugada logró la contratación de Villaverde, compañero de equipo de la «Saeta Rubia» en el Millonarios colombiano, y algunos años más tarde la del as brasileño Evaristo de Macedo, dos de los sudamericanos de mejor rendimiento de toda la historia barcelonista

La llegada de Helenio Herrera, en 1958, va a suponer, empero,  su segundo exilio del club azulgrana. HH era entonces lo más parecido a un manager general inglés, pues su modus operandi abarcaba múltiples facetas, ya que no sólo entrenaba al primer equipo, sino que también asumía la responsabilidad de rastrear el mercado y contratar  jugadores, e incluso negociaba con la Directiva la política de fichas y primas. El choque entre dos personalidades tan fuertes era inevitable, y ante los plenos poderes de Herrera, a Samitier no le quedó otro remedio que volver a tomar de nuevo el camino de la Capital, donde reinaba como un monarca absoluto su viejo amigo Santiago Bernabéu. Trabajaría durante algún tiempo para el Real Madrid, pero tampoco tardaría mucho en regresar a su querida Barcelona, donde iba a seguir colaborando con el club de sus amores en una tarea que podríamos definir como de «relaciones públicas», sentando cátedra en cualquier acto en el que su presencia fuera requerida. Su repentino fallecimiento, acaecido el 6 de mayo de 1972, congregó en la Ciudad Condal el espontáneo y sincero homenaje de todo el fútbol español hacia uno de los hombres que lo había hecho grande. Se marchaba un futbolista genial e irrepetible, intuitivo e improvisador, y todo un hombre de mundo, un dandy, un bon vivant , un brillantísimo  conversador, lleno de gracia e ingenio . Un auténtico señor de Barcelona, y del Barcelona.




La constitución de la Federación Murciana de Fútbol

La constitución de la Federación Murciana de Fútbol

Desde el año 1919 los equipos de fútbol de Murcia y Albacete estaban adscritos a la Federación Levantina que englobaba, además de los clubes de las dos provincias citadas, a los de Castellón, Valencia y Alicante.

En 1923 varios deportistas murcianos encabezados por Manuel García Calvo, secretario del Real Murcia y director de la revista Murcia Deportiva, maduraron la posibilidad de fundar la Federación Murciana de Fútbol. El principal argumento esgrimido por los partidarios de la escisión radicaba en las dificultades que conllevaban los largos desplazamientos que tenían que realizar los equipos murcianos a las provincias de Valencia y Castellón, y la complicación para llevar a cabo los papeleos y trámites en la sede de la Federación Levantina que se encontraba en Valencia. Los defensores de la escisión razonaban que la creación de la Federación Murciana impulsaría el progreso del fútbol en las provincias de Murcia y Albacete. Se argumentaba que desde el norte de Albacete hasta la costa murciana todos los pueblos contaban con un equipo de fútbol, y algunos con varios, que se limitaban a disputar partidos amistosos debido a los grandes inconvenientes que existían para federar un club.

Pese a que el argumento anterior era lógico, en el fondo subyacía un mal disimulado rencor por las tirantes relaciones entre el Real Murcia y los rectores de la Federación Levantina. La revista Murcia Deportiva protestó en numerosas ocasiones por el presunto caciquismo y las decisiones arbitrarias que supuestamente había tomado la Federación Levantina en varias ocasiones en contra del Real Murcia. Asimismo, los directivos de este club se quejaban de que ejercían un papel secundario en la Federación Levantina, en la que el alicantino José Agulló Asensi, directivo del Natación y enemigo deportivo acérrimo de los murcianos, gozaba de una gran influencia.

En el verano de 1923 se realizan los primeros pasos para lograr una autonomía. En octubre se constituye la Federación Local Murciana de Football con el objetivo de organizar competiciones locales. El éxito de esta entidad fue rotundo, pues en apenas un mes se afiliaron 23 equipos de la ciudad de Murcia y sus alrededores. El 28 de octubre comienza el campeonato de liga en Segunda Categoría y en Infantiles. El 1 de diciembre la Federación Local Murciana de Football legaliza su situación.

Se había cumplido el primer objetivo de crear un organismo que regulara los campeonatos locales, pero la meta era constituir una Federación Murciana, independiente de la Levantina, y afiliada a la Federación Española de Fútbol. Miguel Ángel Cremades y Manuel García Calvo hicieron todo lo que estuvo en su mano para que la separación fuera posible, especialmente el segundo quién sería el principal ejecutor de la idea y quién realizó diversos desplazamientos a Valencia y a Madrid con el fin de reunir la documentación necesaria para presentarla en la Asamblea de Federaciones que se celebraba en Madrid entre los días 25 y 27 de junio de 1924.

El 27 de junio tuvo lugar la exposición de Manuel García Calvo en defensa de la escisión. En el turno de réplica Alfredo Milego, presidente de la Federación Levantina, manifestó «que no echa a nadie pero que si quieren separarse no habrá inconveniente». Curiosamente, la única persona que se opuso a la creación de la Federación Murciana fue el presidente de la Federación Asturiana. Después de esta inesperada objeción, Ricardo Cabot, presidente de la Federación Catalana, propuso la admisión de la Federación Murciana, que finalmente se llevó a cabo.

A partir de ese instante la naciente federación tuvo que trabajar contrarreloj para solventar los trámites que le permitieran constituirse con la antelación suficiente como para poder organizar el Campeonato Regional en la temporada 1924/1925. Los padres de la nueva entidad fijaron el 7 de septiembre como día para celebrar la asamblea de constitución. Durante el verano se conocieron  cuáles eran los documentos que tenían que presentar las sociedades que tuvieran la intención de asistir a la asamblea.

  • 1- Solicitud de ingreso del club aspirante
  • 2- La certificación del Gobierno Civil de estar constituidos legalmente.
  • 3- Dos ejemplares de los Estatutos y Reglamento de las sociedades. respectivas autorizados por el Presidente y el Secretario.
  • 4- Un dibujo a color, reproduciendo el uniforme usado por los jugadores.
  • 5- Descripción del lugar dónde estaba emplazado el campo y las medidas. del mismo, desnivel…etc., expresando también si la valla era de madera o de obra y la cabida del mismo.
  • 6- Composición de la Junta Directiva con expresión de nombres, apellidos y domicilio de los mismos.
  • 7- Designación de domicilio social para la remisión de comunicados.

El 7 de septiembre, a las 10:00 horas, se celebró la asamblea constituyente de la Federación Murciana de Fútbol en el Teatro Circo Villar, situado en el número 10 de la calle Caravija de Murcia. A esta reunión estaban convocados los representantes de los 29 clubes que cumplieron los requisitos exigidos para participar en la competición. Únicamente se permitía la asistencia de un representante por cada equipo para agilizar los trámites y evitar las aglomeraciones.

Finalmente asistieron a la asamblea representantes de 25 de los 29 clubes admitidos. Excusaron su presencia las juntas directivas del Almansa, Archena, Cieza e Iberia de Murcia.

RELACIÓN DE CLUBES FUNDADORES DE LA FEDERACIÓN MURCIANA DE FÚTBOL

CLUB                                       REPRESENTANTE

Alcantarilla Football Club Vicente Escobedo
Almansa Football Club
Alquerías Football Club Juan Martínez
Athlétic Club Jumilla Gabriel Carrión
Archena Football Club
Caravaca Football Club José López Palazón
Cartagena Football Club Carlos Ávalos
Cehegín Football Club Miguel Ángel García
Club Deportivo Cieza
Club Deportivo Europa (Murcia) José Asensio
Club Deportivo Mercantil (Cartagena) José Guillén
Club Deportivo Muleño Martín Perea
Club Deportivo Murciano Luís Morillas
Club Hellín Deportivo Juan Muñoz
Deportivo Balompié (La Ñora) José Ballesta
Football Club Deportivo Abanillense Julio Sánchez
Ford Football Club (Murcia) José Antonio Cascales
Iberia Football Club (Murcia)
Imperial Football Club Salvador Barceló
La Unión Football Club Asensio Saez
Lorca Football Club José García
Real Club Deportivo Español (Murcia) Enrique de la Plaza
Real Murcia Football Club Alfonso Guillamón
Real Unión Deportiva Albacetense Ceferino de Haro
River Thader (Murcia) Enrique Beviar
Sport Club Jumilla Juan Bernal
Unión Balompié de Beniaján Bernardino Barceló
Unión Deportiva Murcia Manuel Martínez
Unión Deportiva Muleña Constantino Herrero

En la lista no figuran el Espinardo Football Club y el Stadium Peral Football Club de Cartagena. Estos equipos no fueron invitados a la asamblea porque no habían cumplido los requisitos exigidos por la Federación. Ambos clubes formalizaron su inscripción unos días después y fueron admitidos para participar en la competición. Se cree que el Fortuna Football Club y la Agrupación Ferroviaria de Murcia también realizaron su inscripción a lo largo del mes de septiembre u octubre, pero al igual que otros equipos (Caravaca, Deportivo Abanillense, Alquerías…etc.) renunciaron a competir.

Durante la mañana se leyeron y aprobaron 79 de los 83 artículos de los estatutos de la Federación. La asamblea se reanudó a las tres y media de la tarde. En primer lugar se aprobó el reglamento y, posteriormente, se suscitó un amplio debate acerca de la división de las categorías y de la confección de los grupos. Una de las decisiones más importantes fue la de establecer las divisiones. Finalmente los directivos de la Federación y los representantes de los clubes acordaron la creación de tres categorías diferentes que quedaron estructuradas de la siguiente forma:

La División 1 recibió el nombre de Primera Categoría Grupo A

La División 2 recibió el nombre de Primera Categoría Grupo B

La División 3 recibió el nombre de Segunda Categoría

Los presentes decidieron dividir a los equipos en función de su nivel. Esta situación supuso un gran problema, pues la mayoría de los clubes inscritos nunca habían participado en competiciones federadas. Por tanto, la decisión de que un equipo compitiera en una división superior o inferior quedaba al criterio (en muchos casos arbitrario) de los asistentes, o a su influencia en la naciente entidad.

Finalmente los equipos quedaron divididos de la siguiente manera

Primera Categoría Grupo A: Cartagena Football Club, Club Deportivo Murciano, Real Murcia y Real Unión Deportiva Albacetense.

Primera Categoría Grupo B: Alcantarilla Football Club, Almansa Football Club, Athlétic Club Jumilla, Club Deportivo Cieza, Club Deportivo Mercantil de Cartagena, Club Deportivo Muleño, Club Hellín Deportivo, La Unión Football Club, Lorca Football Club y Unión Deportiva de Murcia, (se acordó que los equipos quedarían divididos en dos grupos atendiendo al criterio de proximidad geográfica).

Segunda Categoría: Todos los demás equipos federados (también serían divididos en varios grupos atendiendo al criterio de proximidad geográfica)

Más tarde se realizó la votación para elegir a la junta directiva que quedó compuesta de la siguiente manera:

Presidente: Miguel Ángel Cremades

Secretario: Manuel García Calvo

Tesorero: Fernando Perals

Vicepresidente: Un representante de la Junta Directiva del Cartagena. (sería elegido su presidente, Carlos Ávalos)

Vicesecretario: Un representante de la Junta Directiva de la Real Unión Deportiva Albacetense.

Contador: Un representante de la Junta Directiva del Real Murcia.

Asimismo, fueron elegidos varios vocales para representar a los equipos de todas las divisiones.

El 13 de septiembre la nueva entidad presentó la reforma de sus reglamentos en la delegación del Gobierno Civil. A partir de lo sucesivo la antigua Federación Local Murciana de Football pasaría a llamarse Federación Regional Murciana. La sede quedó establecida en la calle del Príncipe Alfonso (actual calle Trapería) 62.

Tras el júbilo inicial no tardaron en llegar los inconvenientes. Varios clubes se vieron desbordados, bien por las cuotas, o bien por otros requisitos impuestos por la Federación Murciana, y renunciaron a participar en la competición. El primero de ellos fue la Unión Muleña. Más tarde otros equipos como el Deportivo Abanillense, el Alquerías, el Club Deportivo Iberia o el Caravaca tomaron la misma decisión. El Almansa se disolvió tras la dimisión de su junta directiva por unos incidentes que se produjeron en un partido amistoso.

Una cuestión que también supuso un problema para algunos clubes fueron las infraestructuras. Varias poblaciones no disponían de un terreno de juego convenientemente acondicionado para albergar partidos de fútbol oficiales. Es posible que alguno de los equipos que renunciaron a participar lo hiciera por la imposibilidad de encontrar un recinto adecuado. En esta situación estaba el Archena, que tuvo que utilizar el campo de la Avenida de la Cierva de Mula como escenario de sus partidos.

Tras confeccionar las categorías la Federación Murciana estableció un plazo para la presentación de las licencias que serían expedidas todos los días no feriados entre el 6 de octubre y el 6 de noviembre de 16 a 17 horas. Una vez finalizado el plazo de presentación de las licencias la entidad ultimó el calendario.

El organismo dividió a los equipos inscritos Primera Categoría Grupo B y en Segunda Categoría en varios grupos siguiendo un criterio de proximidad geográfica. Esta división obedeció a la escasez de fechas, ya que el inicio del campeonato se tuvo que retrasar hasta el mes de diciembre, y a las dificultades que tenían algunos clubes para desplazarse debido a las malas comunicaciones de la época.

Primera Categoría Grupo A: Cartagena Football Club, Club Deportivo Murciano, Real Murcia y Real Unión Deportiva Albacetense

Primera Categoría Grupo B:

Sección Norte: Athlétic Club Jumilla, Club Deportivo Cieza, Club Deportivo Muleño y Hellín Deportivo.

Sección Sur: Alcantarilla Football Club, Club Deportivo Mercantil de Cartagena, La Unión Football Club, Lorca Football Club y Unión Deportiva de Murcia. Los campeones de ambas secciones debían de disputar una eliminatoria a doble partido para dilucidar la única plaza de  ascenso

Segunda Categoría:

Sección Norte: Archena Football Club, Cehegín Football Club y Sport de Jumilla.

Sección Centro: Beniaján Football Club, Imperial de Murcia, Ford de Murcia y Real Club Deportivo Español de Murcia.

Sección Sur: Club Deportivo Europa de Murcia, Espinardo Football Club, River Thader de Murcia y Stadium de Cartagena. Los campeones de ambas secciones debían de disputar una liguilla a doble partido para dilucidar la única plaza de  ascenso.

La primera jornada de liga se celebró el 14 de diciembre. El primer partido en comenzar fue el Español de Murcia-Beniaján, correspondiente al Grupo Centro de Segunda Categoría, que se disputó en el campo de La Torre de la Marquesa de Murcia. Saura, delantero del Español, fue el primer jugador de un equipo adscrito a la Federación Murciana en marcar un gol.

El campeón de Primera Categoría, Grupo A (que finalmente fue el Real Murcia) debía de participar en el Campeonato de España y enfrentarse en la primera eliminatoria a los campeones de las regiones Centro y Sur. Sin embargo, la antigua Federación Levantina, ahora llamada Federación Valenciana, se opuso por sus malas relaciones con la entidad murciana. Alfredo Milego, movió todos sus hilos para desacreditar a la Federación Murciana a la que acusó de no pagar una deuda. Al final, y a propuesta de la Federación Valenciana, se realizó una votación en la que la mayoría de los participantes se mostraron en contra de la participación de los murcianos, lo que determinó la exclusión del Real Murcia del Campeonato de España.

La Federación Murciana de Fútbol celebró su asamblea ordinaria el 7 de junio de 1925. La junta directiva consideró que la organización del Campeonato Regional había sido un éxito. El trabajo de Manuel García Calvo, Miguel Ángel Cremades y los partidarios de la creación de una federación propia sentó las bases de una entidad que ha cumplido 85 años de vida y que actualmente se denomina Federación de Fútbol de la Región de Murcia.




Los comienzos del lenguaje en la prensa futbolística

Los comienzos del lenguaje en la prensa futbolística.

De las partidas y entradas o como contaban esto del fútbol en el siglo XIX

Ciento veinte años han pasado desde aquella primera partida. La amplitud de vocabulario que ahora poseemos no podría ser ni soñada por aquellos primeros cronistas, más pendientes de la información social que de la deportiva.Con escasos vocablos echó a andar la prensa futbolística, inventándolo todo, traduciendo del inglés términos desconocidos para el público. Crónicas con valor pedagógico en las que a la vez que se enunciaba algo, había que explicarlo. «Partida» era un comodín que servía para casi todo. Era un lenguaje poco elaborado, pero con todo el encanto de la inocencia.La principal fuente para este estudio ha sido el periódico «La Provincia» de Huelva (será la referencia mientras no se exprese otra cosa). Las partidas de pelota: Comenzamos nuestro recorrido por este incipiente lenguaje tomando como punto de partida la invitación para que se celebrase, que fue publicada el 28 de febrero de 1890 en el periódico onubense: «y tomen parte en una partida de pelota«.Mientras, en Sevilla, «El Baluarte» anunciaba el mismo día de la disputa, el 8 de marzo, «un math (sin «c») entre las Sociedades de Sevilla y Huelva«.La crónica del día 12, desde Huelva, nos vuelve a hablar de partida: «tomar parte en la partida de «football» (1)» y nos hace una llamada para aclararnos que el «Football» es un juego de pelota muy distraido y a la vez higiénico».La devolución de visita se realiza tres semanas más tarde. En este caso no se invita a «una partida de pelota«, sino a «dos partidas de pelota«: la primera de Lawn Tennis y la segunda de Football. De esta forma se contaba el 18 de marzo: «para tomar parte en dos grandes partidas de pelota, que han de verificarse el sábado 22 del corriente. La primera de «Lawn Tennis» en los jardines del Hotel Colon empezará a la una de la tarde y la segunda de Football en los terrenos frente a la Fábrica de Gas.«Detalle muy importante a tener en cuenta para cualquier investigación, cuando se habla de «partida de pelota» se puede estar jugando a cualquier cosa.El día 22 «La Provincia» anuncia la suspensión de las «dos partidas de pelota» «a causa del fallecimiento del Pastor evangélico Mr. Lundi«. Días más tarde, el 28 «La Provincia» y el 29 «El Baluarte«, vuelven a anunciar, con los mismos términos, las «partidas de pelota«.Esta vez la crónica es menos extensa que en la partida anterior. «El Baluarte» del día 30 utiliza los mismos términos que «La Provincia» de la misma fecha, diríamos que ambas estuvieran escritas por la misma mano. No se menciona la de Lawn Tennis y sólo se hace mención a la partida de Football: «se celebró en Huelva la gran partida de Fottball por los Clubs de aquella capital y Sevilla.«El 1 de enero de 1891 se volvieron a ver en Sevilla. Lo contaba «La Provincia» al día siguiente, en uno de los recortes más jugosos que hemos encontrado, lo firma, el primero que aparece firmado, por un cronista de «El Mercantil Sevillano«, «Salvador López«. Nos va a aportar definiciones inéditas en España hasta ese momento, que veremos más adelante.

En la cabecera de la crónica nos habla de «Match entre los socios». Antes de comenzar con la crónica hace una nota introductoria que justifica el porqué es necesario recurrir al compañero sevillano. No tendría más importancia sino fuera porque en su primera línea nos dice: «En todos los partidos de Football«.Ya en la crónica, nos aclara el término «Football» refiriéndose al «Match«: «Antes de entrar en los pormenores del «Match» (…) El «Football», nombre compuesto de dos vocablos «Foot» pié y «Ball» pelota, indica perfectamente las reglas de este juego.» Posteriormente emplea el término que ya conocemos: «En la partida que tuvimos ocasión…«.Sigue apareciendo con asiduidad la palabra «partida» para referirse al juego, pero en la última crónica de la que disponemos, febrero del 92, se hace un compendio de vocabulario, partida, peleas y partido: «Con el piso en bastante mal estado y con un viento muy fuerte, se efectuó ayer, la importante partida en los Clubs de Huelva y Sevilla, y mas importante aun por haber empatado dichos clubs en sus dos últimas peleas, y ser este el partido decisivo.«La primera vez que hemos localizado la palabra partido, apareció el día 2 de enero de 1891 en «La Provincia» (Huelva): «En todos los partidos de Football«.

La duración de las partidas

De la primera partida que tenemos constancia de su duración es de la primera que se jugó en Tablada. Aproximadamente una hora, ya que «a las cinco en punto empezó la partida, siendo el Club de Sevilla el que botó primero la pelota (…) hasta las seis de la tarde.» El más largo de los que hemos visto fue el jugado en de febrero del 92, último de esta serie de partidas, ya que: «El juego duró próximamente dos horas.» En enero de 1891 se juegan «dos partidas, cada una de cuarenta minutos«. En este caso se nos habla de partidas refiriéndose a nuestros actuales tiempos. Esto lo corrobora más adelante cuando dice: «ya se habían llevado a efecto dos partidas«. En febrero del mismo año volvemos a ver la expresión partida referida a tiempo: «pero al final de la segunda partida«. De una a dos horas solían durar las partidas de estos pioneros del football, aunque nos dicen que el juego se dividía en dos partidas de cuarenta minutos, casi como ahora.

Los componentes de las partidas

El vocablo partida, daba mucho juego en aquella época, se utilizaba, tanto como para designar al partido, como los tiempos en los que se dividía. Pero hay más, una nueva acepción. Así nos daba las alineaciones la crónica de la primera partida: «Los señores que componían las dos partidas son los siguientes«.Lo vemos también en el anuncio previo a la partida de febrero del 92: «los once socios que componen la partida del Club sevillano«.A la hora de dar las alineaciones (sólo figuran en tres de las seis partidas) encontramos otra particularidad en las dos primeras, el citado en primer lugar es el capitán y, además, no sabemos nada de los porteros. Esto lo podemos ver en las alineaciones de las partidas del 8 de marzo del 90: «SEVILLA. Sr. Maccoll, Capitan (…) HUELVA. Sr. Allcock, Capitan» y de enero del 91. «señores L. Birchall, capitan (…) Sres Mac-Coll, capitan«.

El goal

Esto nos lleva a pensar que estos primeros jugadores no se hubieran «especializado» todavía en el puesto de portero. Probablemente, el puesto sería rotatorio entre los jugadores, bien entre todos, bien entre los que quisieran desempeñarlo, o descansar un rato.No es hasta febrero de 1892 cuando, en la alineación, encontramos algo que lo podemos identificar con nuestro actual portero, el goal: «Hé aquí los nombres de los individuos que componen las dos partidas: CLUB SEVILLANO. Sr H. Lindberg, goal, Sr. Macoll, capitan (…) HUELVA. Sr. Jorge Wakelin-goal. (…) (en el séptimo lugar de orden) Sr. J. García Almanza (capitan.)«.Los capitanes ya han pasado a ocupar el puesto que les corresponde en la lista, seguido de la expresión capitan (nótese que en todas las apariciones figura sin tilde). Se usa de nuevo la expresión partidas para referirse a los equipos.Este artículo de 22 de febrero de 1892 nos presenta, por primera vez, a los señores que ocupaban el puesto de goal, nuestro actual portero.Los primeros goal (porteros) conocidos: CLUB SEVILLANO, Sr H. Lindberg; HUELVA, Sr. Jorge Wakelin.

Los jueces

Como el juego era propenso a choques y encuentros, alguien tenía que poner orden, lo que ahora conocemos como árbitro.

Los primeros jueces fueron uno de cada club: «Jueces, Dr. Langdon, por Sevilla y el Dr. Palin por Huelva«. Figura también en esta crónica otro protagonista: «Presidente el Sr. Jonhson«, el cual era el cónsul inglés en Sevilla en aquella fecha.En enero de 1891 tenemos «El juez decidor, señor cónsul inglés», en este caso una figura imparcial y de prestigio social. Ya no preside las partidas, sino que las «juzga».En diciembre de 1891 nos enteramos que «salieron para Sevilla once jugadores y dos jueces de campo«. En febrero del 92 tenemos ya todo un equipo arbitral: «JUECES. D. Enrique Nicholson. D. W. A. Bice. D. Roberto Thompson. D. José Muñoz».Los primeros jueces, primeros árbitros, de los que tenemos sus nombres fueron: Dr. Langdon y Dr. Palin«, lo recogió «La Provincia» el 12 de marzo de 1890.

El goal y la entrada

El gol, palabra de ida y vuelta, esa palabra que hoy todos llevamos a flor de garganta y de la que nada habría que contar, estuvo a punto de dar un paso atrás en la historia, aunque todo empezó con el goal.En la primera partida nos encontramos la palabra goals entrecomillada: «pudieron los de Sevilla colocar 2 «goals» por lo cual salieron victoriosos«.La palabra goals aparece ahora sin comillas en «El Baluarte» del 30 de marzo del 90: «los de Huelva hacer dos goals«.El gol, tan insustituible hoy, desapareció del vocabulario para dar paso a la expresión entrada. En la partida de enero del 91 «ninguno de los dos Clubs pudo ganar, ó sea haber logrado entrar la pelota por debajo de los arcos«, así que tuvimos que esperar a la crónica del 16 de marzo, sobre la partida celebrada un par de días antes para poder ver que «Huelva hizo una entrada«.En febrero del 92 se sigue utilizando el término entrada: «y nuestro paisano el Sr. García Almanza, (capitan) hizo una gran entrada con la cabeza, y cinco minutos después hizo otra magnífica con los pies. Esta dos «entradas» fueron las únicas que se hicieron durante toda la partida, así que Huelva salió victoriosa«.

El terreno de juego y los castillos

La primera definición de un terreno de juego, así como de las porterías, de la que tenemos noticias. No precisa ningún comentario. Lleva la firma de «Salvador López«: «El sitio destinado para llevarlo á efecto fue el Hipódromo de Tablada, en dicho lugar, se escogió un rectángulo de ciento veinte metros por cincuenta y cinco de ancho, donde estaban colocados dos arcos ó castillos, que medían ocho metros de largo por tres de alto.» Publicado el 2 de enero de 1891 en «La Provincia» (Huelva).

Hemerografía citada.

«El Baluarte» (Sevilla). 1890: 8, 29 y 30 de marzo.

«La Provincia» (Huelva). 1890: 28 de febrero; 12, 18, 22, 28, 30 de marzo. 1891: 2 de enero; 16 de febrero; 12 y 16 de diciembre. 1892: 16, 20 y 22 de febrero.

 




El cromo de Santiago Bernabéu

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De todos es conocido que Santiago Bernabéu fue una de las personalidades más destacadas del fútbol nacional y mundial. Su liderazgo indiscutible en el Real Madrid, al cual llevó a lo más alto del fútbol continental, y su legado deportivo forman parte indisoluble de la historia del fútbol español. Era Don Santiago, como lo llamaban sus admiradores y colaboradores, una persona de profundas convicciones y de comportamiento tan rotundo como su oronda figura adulta. Cortado por un patrón único, cuyo molde debió romperse tras su alumbramiento, Don Santiago fue un hombre de fútbol en el sentido más exacto de la expresión. A diferencia de la caterva de arribistas, industriales, constructores y nuevos ricos que se han acercado al fútbol con intención de instrumentalizar ese mundo en su propio beneficio y no en el de la sociedades que rigen, Santiago Bernabéu vivió el fútbol desde su infancia y primera juventud con una pasión que no disminuyó con el paso del tiempo. Muchos, y uno de ellos el modesto autor de este artículo, nunca pensaron que aquella figura grande como una montaña, rematada por un habano quemándose entre los labios, pudiera pertenecer a un antiguo jugador de fútbol, delantero centro del Real Madrid para más señas, desde 1913 hasta 1930. Pero así fue, y aunque aquella época no fue tan fértil en títulos como los 50 y los 60, sí supuso el aprendizaje futbolístico de Bernabéu, quien tras dejar atrás su carrera de futbolista, inició, sin solución de continuidad, la de directivo del Real Madrid. El resto de la historia es conocida.

Mi intención es llamar la atención sobre uno de los pocos cromos conocidos de Bernabéu (a fecha de hoy, sólo dos se conocen). Las razones de esta escasez cabe atribuirlas a dos razones. La primera, la poca relevancia deportiva del Madrid en los años 20, década de la eclosión del fútbol en España y a la que pertenecen una grandísima cantidad de las colecciones de cromos que se han conservado hasta nuestros días. La segunda es el origen de muchas de las colecciones, elaboradas en Cataluña y que centraban su interés en equipos catalanes o en sus rivales más acérrimos, como el Athletic Club o el C. D. Europa. El cromo de Bernabéu sobre el que quiero llamar la atención del lector corresponde a una colección llamada «Football Jugadores Notables». Se trata de una colección, editada a mediados de los años veinte, de 24 cromos impresos a color, de dimensiones 10 x 7, numerados e identificados por la parte de delante y con el dorso libre para incluir publicidad. Los cromos llevan una fotografía pintada a color con una acción y un óvalo con el busto de un jugador destacado. Si bien atribuimos el origen de la colección a la Tipografía Litografía F. Domingo de Barcelona, la gran variedad de dorsos publicitarios que encontramos nos aportan otros editores que, seguramente, debieron comprar el derecho a emitir la misma colección. En gran parte se trata de empresas radicadas en Valencia que luego llevaban su propuesta a diferentes localidades limítrofes, aunque los dorsos también parecen indicar que empresas castellanas debieron distribuir esta colección. La colección es preciosista en su diseño y elaboración, con una acción de un partido sobre la que aparece el busto del jugador. Las imágenes son fotos coloreadas, lo cual otorga un toque muy interesante y atractivo. El listado de jugadores otorga un tercio de los mismos al F. C. Barcelona, otro tercio (bueno un pelín más: 9 cromos) a equipos catalanes y el resto a equipos de fuera de Cataluña. Este es el listado, con su numeración:

1 Martínez Sagi del F.C. Barcelona
2 Ricardo Zamora del R.C.D. Español

3 Bruguera del F.C. Barcelona
4 Samitier del F.C. Barcelona
5 Bordoy del C.D. Europa
6 Bernabéu del Madrid

7 Artisus del C.D. Europa
8 Canals del R.C.D. Español
9 Pelaó del C.D. Europa

10 Peláez del Madrid
11 Juliá del C.D. Europa
12 Javier Bonet del C.D. Europa
13 Piera del F.C. Barcelona
14 Sancho de la U.S. de Sans
15 Alcázar del C.D. Europa
16 Alcántara del F.C. Barcelona
17 Cross del C.D. Europa
18 Arrate del R.S. Sebastian
19 Cabedo del C.S. de Sabadell
20 Torralba del F.C. Barcelona
21 Torres del Fna. de Vigo
22 Conrrado del F.C. Barcelona
23 Minguetti del Madrid
24 Blanco del F.C. Barcelona

«Football Jugadores Notables» constituye, a mi juicio, una de las más bonitas colecciones de la época, precursora del aspecto que, en épocas más próximas a nosotros, tendrían las colecciones de cromos de fútbol, y con un elenco de grandísimas figuras del fútbol como Zamora, Alcántara, Bordoy, Samitier, Pelaó, Arrate o, como no, Bernabéu.




Hace 100 años: Marzo de 1910

  • – La Federación Española de Clubs de Foot-Ball toma los siguientes acuerdos:

– Desautorizar el Concurso organizado por el Club Ciclista de San Sebastián, descalificando al club organizador y a los que en él tomen parte;

– Procurar que los clubes inscritos en el Concurso retiren su inscripción y se adhieran a la Federación;

– Organizar en Mayo el Campeonato de la Federación Española;

– Solicitar a todos los clubes afiliados a esta Federación envíen un esquema de proyectos o bases por las que crean debe regirse el Campeonato de España;

– Continuar con la campaña de afiliación de los clubes aún no inscritos en esta Federación;

– Realizar un estudio para reclamar la devolución de la Copa que indebidamente se ha apropiado el Club Ciclista de San Sebastián desde el momento en que no se aviene a disputar el campeonato organizado por la Federación, que es quién según las bases del Campeonato es quién debe organizarlo.

  • – Racing Club vence, en el duelo irundarra, al Sporting Club clasificándose para la siguiente eliminatoria que dé acceso al Campeonato de España (Unión Española de Clubs de Foot-Ball).

Continuando con las pruebas eliminatorias en esta región Racing Club se enfrenta al Vasconia Sporting Club de San Sebastián. Finalmente es el equipo donostiarra quien se clasifica para el Campeonato de España (Unión Española de Clubs de Foot-Ball).

  • – Detalles del Campeonato de España celebrado en San Sebastián:

– Ante numeroso público y con enorme expectación se ha proclamado Campeón de España (Unión Española de Clubs de Foot-Ball) el Athletic Club tras vencer al Vasconia Sporting Club de San Sebastián y al Madrid Foot-Ball Club en el Concurso organizado por el Club Ciclista de San Sebastián, último vencedor del Campeonato y poseedor del trofeo.

– El Madrid debió dirigirse directamente desde el tren hasta el campo por retraso del expreso y sin su delegación completa pues parte de los jugadores llegaban en un tren posterior que no llegó a tiempo. Así, hubo de alinear a dos jugadores donostiarras. Durante el encuentro recibió el apoyo del club donostiarra en su enfrentamiento frente a los bilbaínos. El enfrentamiento entre bilbaínos y donostiarras finalizó con una gran bronca del público dedicada al Athletic por su táctica de lanzar los balones fuera con el fin de no jugar.

– La comisión organizadora intentó la presencia de un árbitro inglés aprovechando la presencia del «team» inglés en la Bella Easo. No fue posible por lo que iniciaron las gestiones para traer un árbitro oficial francés el cual llegó desde Toulouse. Arbitró los tres partidos.

– Al regreso a Bilbao un gran gentío fue a recibir al Campeón a la estación central, junto a la banda de música de Garellano, lanzándose varios chupinazos. El camino hasta los locales de la Federación Atlética lo hicieron ocupando varios coches que a su paso recibieron el cariño de los bilbaínos que atestaban las calles con su presencia.

  • – Para las fiestas de San Sebastián (Guipúzcoa) se celebra el Campeonato de España de foot-ball (Unión Española de Clubs de Foot-Ball) y un partido entre un equipo de la ciudad y otro de Londres. Finalmente fueron tres los encuentros disputados en el terreno de Ondarreta. El primero acabó con la derrota donostiarra por un gol a cinco. En el siguiente vencieron de nuevo los ingleses por ocho goles a cero. Este encuentro contó con la presencia del Ministro de Fomento D. Fermín Cándido Calbetón y Blanchón, natural de San Sebastián. En el último envite empataron a dos tantos, intercambiando las defensas de ambos equipos.

Antes de marchar a sus lares fueron obsequiados con un banquete en el hotel Continental al cual asistió el cónsul británico pronunciándose entusiastas brindis y vivas a España, Inglaterra, Londres y San Sebastián.

  • – Se ha celebrado un encuentro entre el Mahón Foot-Ball Club y una selección de la Federación Catalana en la localidad menorquina. Vencieron los catalanes por seis goles a cero.
  • – La sociedad futbolística de Zaragoza envía una invitación a la de Pamplona para la disputa de un amistoso. Se disputó en el Campo del Sepulcro y terminó con la victoria zaragozana.
  • – Durante la festividad de San José en Villanueva y la Geltrú contendieron en partido amistoso los equipos Vulcá FC de dicha localidad y el Catalunya FC de Tarragona.
  • – En el campo de La Industria, propiedad del FC Barcelona, disputaron un encuentro amistoso los clubes FC Barcelona y Español FC de Madrid. El resultado fue de empate a tres.
  • – En Madrid jugaron un amistoso los primeros equipos del Athletic Club de Madrid y la Sociedad Gimnástica Española venciendo los componentes de «La Veterana» por un gol a dos.
  • – En Murcia se ha jugado un partido entre murcianos y alicantinos. El resultado final es de 16 goles a 1 favorable a los de Alicante.
  • – Sevilla Foot-Ball Club y Huelva RC disputaron el premio del Ayuntamiento de Sevilla. Los onubenses se llevaron el trofeo.
  • – La Sociedad Gimnástica Española elige los puestos vacantes de su junta directiva entre los que está el de Secretario segundo a D. Sócrates Quintana conocido futbolista y árbitro.
  • – Adelantan las obras del Velódromo de la Ciudad Lineal. Tan solo queda construir las gradas. La zona para la práctica del foot.ball ya está preparada.
  • – En el campo del Patronato, en Irún, se juega un partido entre dos equipos locales, el Patronato y el Stad, finalizando el encuentro tres a dos favorable a los dueños del terreno. Lo realmente importante es que juega en el club visitante un grande del fútbol español: Patricio Arabolaza.
  • – También se juega al fútbol en Huesca. El Círculo Sertoriano fue el encargado de organizar un partido.