Los héroes de Homero y el deporte

Muchas de nuestras costumbres y actividades tienen precedentes en Grecia antigua. El fútbol no es una de ellas, pero sí el deporte en general, que ya se practicaba  en la época imprecisa en que se sitúan los acontecimientos que describen los poemas de Homero y que ya en ella presenta características similares a las que lo definen en nuestros días.

 

Actualmente la actividad deportiva es algo específico y que da fama y dinero a quien la practica; pero su eclosión data de apenas 50 o 60 años. Lejos quedan ya los tiempos en que la romántica pero equivocada concepción del olimpismo del Barón de Coubertin pretendió un alejamiento del deporte y el dinero, que dio lugar al llamado amateurismo marrón que floreció entre tenistas (vestidos, eso sí, como las novias, de blanco inmaculado), atletas y futbolistas de los llamados países del Este, que competían en los Campeonatos Mundiales y en los Juegos Olímpicos, reservados para los no profesionales. Probablemente excelentes deportistas como Jesse Owens, Abebe Bikila, Fred Perry, Stanley Mathews e incluso un profesional como Arnold Palmer ganaron mucho dinero, pero sin duda mucho menos que figuras actuales como Usain Bolt, Heile Gebresselasie, Roger Federer, David Beckham o Tiger Woods.

A ello han contribuido, entre otras causas, el desarrollo de la sociedad del ocio y el interés de los distintos gobiernos en promover y apoyar el deporte para contar con los mejores deportistas, de cuyos éxitos  se enorgullecen sus conciudadanos y dan -o así lo piensan los políticos- prestigio al país entero. Hay ejemplos recientes y cercanos: los éxitos de Miguel Induráin o las selecciones españolas de fútbol y baloncesto son una buena prueba de ello, y el apoyo estatal al deporte en los ya mentados países del Este durante la época de la guerra fría, otra. Todas las competiciones aportan, además del honor del triunfo, unos premios en dinero que, no obstante, suponen actualmente sólo una parte muy pequeña de las ganancias de los deportistas más famosos.

Otro tanto sucedió en Grecia. Allí el ejercicio físico, germen de la actividad deportiva, empezó siendo simplemente algo natural, destinado a fortalecer el cuerpo y, de paso, a quemar el exceso de energías de la juventud y a presumir ante los demás de la propia fuerza y habilidad. Dicha actividad exigía cierto sedentarismo y tranquilidad para participantes y organizadores y tenía su momento ideal en las fiestas locales, banquetes y sepelios, es decir, ocasiones asociadas con ritos sociales y religiosos. Por otra parte, mostraba una relación directa con la guerra, librada entonces cuerpo a cuerpo sobre todo, para la que servía de preparación, como se deduce del carácter de las pruebas atléticas más frecuentes, una asociación que no es apreciable en la actualidad, porque en las guerras actuales hay menos contacto entre los contendientes y armas mucho más eficaces que llaves, puñetazos, lanzas y flechas. Pero aparte de ese carácter bélico, en la Grecia antigua no falta, como veremos,  la práctica deportiva como mera distracción o, excepcionalmente, como medio para decidir sobre una cuestión difícil.

Igual que en la actualidad, los vencedores en las pruebas recibían una compensación material, aparte del propio honor del triunfo. Coubertín estaba, pues, equivocado: los atletas de antaño no competían sólo por una corona de laurel o de olivo. Es la reducción de las competiciones  deportivas a momentos más o menos apegados a la fiesta y al rito lo que, a mi entender, diferencia más la práctica del deporte en Grecia antigua y en nuestros tiempos, pues hoy en día los eventos deportivos se organizan con una independencia prácticamente total de cualquier ocasión más o menos ritualizada.

En Grecia es apreciable también el auge progresivo de la práctica del deporte y de su relación con el éxito personal y nacional. En fecha muy temprana (siglo VI a.C.) Jenófanes de Colofón se quejaba porque en su ciudad los atletas estuvieran mejor considerados que los poetas, y poco más tarde Píndaro de Tebas elevó a su más depurada  expresión el género de los Epinicios, unos poemas de lejano parecido con nuestras crónicas deportivas (pero de gran calidad literaria) que cantaba y bailaba un coro durante una espléndida fiesta organizada en la patria del vencedor para mayor gloria de ambos y que celebraba la victoria de aquél en alguno de los cuatro grandes Juegos Panhelénicos (los que se celebraban en Olimpia, Delfos, Nemea y Corinto), que a lo largo de cuatro años se distribuían de modo parecido a la secuencia de los actuales JJOO, Campeonatos Mundiales de Atletismo, Mundiales de Fútbol y Europeos de Fútbol. Aquellos Epinicios, que podían alcanzar una extensión considerable, sustituyeron al primitivo y sencillo grito ritual Ténela, ténela (una especie de ¡Ra, ra, ra!, cuya invención se atribuye a Arquíloco de Paros) que en sus comienzos saludaba las victorias, y su desarrollo constituye una prueba indiscutible de la importancia política y social de los triunfos atléticos.

 

Grecia y Homero forman una pareja muy sólida; de hecho, para los antiguos griegos nadie gozó de tanto prestigio como él (de quien, por cierto, nadie supo nunca nada preciso) y en él pueden encontrarse precedentes para casi todas las cosas que con el tiempo se convirtieron en señas de identidad de la cultura helénica. El deporte en sus diversas manifestaciones y en su relación con los distintos ámbitos que hemos mencionado es un buen ejemplo, y encontramos alusiones a él en los dos poemas que se le atribuyen, principalmente en la Ilíada, que se desarrolla en un escenario bastante estático, algo que no se da en la Odisea y que, como se ha dicho, favorece la organización y la práctica de las actividades deportivas.

En la Ilíada son frecuentes las referencias a la distancia que alcanza un tiro de jabalina o de piedra para señalar la que separa a dos personas o lugares (XXIII 523). Somos testigos también de la admiración que suscita un jinete que, a lomos de cuatro corceles, salta de uno a otro y lo hace por donde más gente, hombres y mujeres, puedan verlo (XV 679-684), lo mismo que hace Ayante el salaminio, saltando de almena en almena en defensa del muro que protege el campamento aqueo: habilidad deportiva y habilidad guerrera equiparadas. En otro momento (XI 699-702) Néstor dice que el rey de Élide se había quedado con un tronco de caballos que su padre Neleo había hecho competir (y ganar) por el premio de un trípode en una fiesta local. Igualmente se nos dice (II 773-775) que los mirmídones, alejados temporalmente de la lucha como Aquiles su jefe, entretenían su ocio lanzando el disco y tirando con arco. En la Odisea  hallamos el único ejemplo de utilización de una competición deportiva para dirimir un litigio. Se trata del famoso pasaje del canto XXI (vv. 69-422) que describe la prueba entre los pretendientes de Penélope y Ulises, que con ardides -¡cómo no: por eso Homero lo califica de astuto!- consigue que se le deje tomar parte en ella, aunque aparentemente es sólo un mendigo. En esa prueba los participantes han de conseguir primero tender el arco de Ulises y luego disparar una flecha con acierto, algo que sólo el falso mendigo Ulises conseguirá y que dará como resultado la recuperación de su esposa y la muerte de todos los pretendientes.

El banquete y los rituales fúnebres eran, como hemos dicho, los ámbitos más propios para la actividad deportiva y los momentos en que con más frecuencia se mencionan en asociación con ella en los dos poemas atribuidos a Homero.

Del banquete hallamos una breve referencia en la Ilíada (V 801-808), cuando se dice escuetamente que Tideo, embajador argivo en Tebas, probablemente después del banquete con el que debió de ser agasajado, superó a los tebanos en todas las competiciones que se organizaron. En la Odisea (VII 97-249) se describe la organización de unas pruebas atléticas tras el banquete. Tienen lugar en la corte de Alcínoo en Feacia, la isla a la que había llegado Ulíses náufrago. Para honrar al huésped y para presumir de la lozanía y el vigor de los mozos locales el rey organiza unas pruebas: lucha, pugilato, lanzamiento de disco, carrera y salto. Disputadas las pruebas por los jóvenes feacios, entre ellos los hijos de Alcínoo, éstos, con la inconsciencia de la juventud y no sabiendo cuán superior es Ulises, un héroe de primera fila, a ellos, unos simples paletos, provocan al ya maduro huésped que acaba por aceptar el reto. Sale entonces a la cancha  y, cogiendo un disco mucho más pesado que el que habían arrojado los mozos, sobrepasa sus marcas de largo. El episodio podría parangonarse con las hazañas del norteamericano Al Oerter, que fue campeón olímpico ininterrupidamente desde 1956 (Melbourne), hasta 1968 (Ciudad de Méjico), cuando rondaba la cuarentena, pasando por Roma (1960) y Tokio (1964), donde compitió maltrecho, con un vendaje protector desde la cintura hasta el hombro. Tras su demostración, Ulises presume de que podría mostrar la misma superioridad en las otras pruebas salvo, si acaso, en la carrera, por las malas condiciones en que le había dejado su agitado viaje; sin embargo Alcínoo detuvo la posible demostración e instó a todos los feacios a agasajar a Ulises con sus regalos. No consta que Avery Brundage, Presidente por aquellos años del COI, hiciera otro tanto con Oerter, pero éste ya no volvió a competir en los Juegos.

La presencia de competiciones deportivas como parte de las honras fúnebres ofrecidas a muertos de importancia, aunque circunscrita exclusivamente a la Ilíada, es la  que con más detalle hallamos en los poemas de Homero. Más de 600 versos del canto XXIII, desde el 257 al 894, dos antes de que acabe el canto, describen las pruebas que organizó Aquiles en honor de Patroclo, unos Juegos Funerarios que organizaría tiempo después, a imitación de éstos, Alejandro Magno en honor de Hefestión. Se trata de una descripción magnificamente organizada, en la que el poeta da pruebas de dominar la técnica narrativa: baste señalar que un personaje, Néstor, (vv. 629-45, dentro del relato de los Juegos Fúnebres de Patroclo) cuenta su intervención de juventud en un certamen funerario: un relato dentro de otro relato sobre el mismo tema.

Homero explica que tras el llanto y el banquete, Aquiles, después de anunciar no sin soberbia que él no competirá en ninguna prueba porque las ganaría todas (la modestia no era una virtud entre los héroes homéricos), convocó a la hueste, delimitó un recinto para las competiciones y expuso los premios que obtendrían los participantes -que había recompensa para todos- en las diversas pruebas. El poeta menciona calderos, trípodes, caballos, mulas bueyes, mujeres (hábiles obreras, se dice, dotadas seguramente de otras prendas más visibles, se supone) y pedazos de hierro, galardones a los que en el curso del relato se suman copas de distintos metales preciosos, determinadas armas y premios en metálico; recompensas de utilidad directa para los vencedores, cuyo valor relativo permite apreciar qué pruebas gozaban de mayor prestigio.

Todas las descripciones muestran una imagen muy realista, de gran vivacidad y con mucho dominio de la técnica narrativa; se añaden además con frecuencia anécdotas y detalles llenos de humanidad y de humor. La narración de algunas pruebas es breve.

– Así sucede con la competición de tiro con jabalina (vv. 884-894). De hecho, Aquiles la resuelve sin que se dispute, otorgándole a dedo el primer premio, una lanza de bronce, a Agamenón, en lo que parece tanto un tributo a su reconocida habilidad, como, sobre todo, un homenaje al jefe supremo y la expresión de la completa reconciliación entre ambos tras el altercado por Briseida, que apartó a Aquiles de la lucha.

– Tampoco se detiene mucho el poeta (vv. 793-825) en la lucha con armas hasta la primera sangre entre Diomedes y Ayante el salaminio con las armas de Sarpedón, a quien había matado Patroclo, como premio: temerosos por la integridad de sus paladines, los aqueos suspenden el combate cuando parece inminente que Diomedes va a herir a Ayante, una situación que recuerda el K.O. técnico que proclama el árbitro de un combate de boxeo para evitar un castigo innecesario al púgil que ya está groggy.

– Otro tanto cabe decir de la prueba de lanzamiento de disco -en realidad lanzan  un bloque de hierro, que es el premio de la prueba- en los vv. 826-849, en la que, pese a su brevedad, el poeta tiene tiempo para comentar que el lanzamiento de Epeo provocó la risa de los espectadores (quizá por la escasa distancia alcanzada: también en los recientes Campeonatos Europeos de baloncesto en Polonia los espectadores se tomaron a guasa el primer día los fallos en el lanzamiento de tiros libres por parte de Pau Gasol, elegido Mejor Jugador del Torneo al final del mismo) y dice que, como Ulises entre los feacios, el tiro de Polipetes, el ganador, llegó mucho más lejos que el de los demás.

– Por último hemos de mencionar la referencia al pugilato (vv. 651-99) como competición de relato poco extenso, pero en la que el poeta también se complace en una descripción realista y llena de vida. El pobre Euríalo se ve forzado a hacerle frente a Epeo, que, plenamente seguro de su superioridad, invita a salir a la palestra a quien quiera llevarse el segundo premio. Las bravatas de Epeo, que era el indiscutible favorito y que, en efecto, obtuvo rápidamente la victoria, recuerdan las de tantos púgiles modernos, por ejemplo, las de Cassius Clay (ése era entonces su nombre y yo nunca lo llamé de otra manera) antes de sus combates contra Sonny Liston, «el Oso Feo», en 1964, cuando obtuvo el campeonato, y en1965 cuando volvió a ganarle en la revancha con un golpe que nadie vio. Clay, a diferencia de Epeo, no era el favorito (se llegó a decir que superaba a Liston sólo en su capacidad para leer un diccionario); pero quizá consiguió minar la moral de aquél o hacerle sentir tanta rabia  que acabó derrotándolo.

La descripción de la lucha cuerpo a cuerpo (antecedente de la moderna lucha greco-romana e incluso de la lucha libre americana y el Wrestling) entre Ulises y Ayante el salaminio (vv. 700-737), la de la carrera pedestre entre el joven Antíloco y los más maduros Ulises y el locro Ayante (vv. 740-792) y la de tiro con arco (vv. 850-883) entre Teucro y Meriones son de extensión algo mayor, lo que permite exponer con gran realismo los avatares de la competición y aportar alguna que otra pincelada humorística.

– Los premios de la prueba de lucha son un trípode, cuyo valor tasaron los aqueos en 12 bueyes, para el triunfador y una mujer, tasada en 4: valiosa sí, pero segundo premio de una prueba de importancia relativamente menor. Los competidores pertenecen al nivel más alto de los héroes aqueos y si Ayante es fuerte, Ulises es astuto y conoce todos los trucos y artimañas, como tantos luchadores marrulleros de la actualidad: cualquiera que haya asistido a un combate de lucha libre o de Wrestling sabe a qué me refiero. El combate se prolonga y los espectadores empiezan a aburrirse, así que Ayante le dice a Ulises, tratando de poner fin a la pugna, «levántame o te levanto yo»; pero ni siquiera así se decide el combate que, aunque no fuera ésa la voluntad de los contendientes, terminó con el mismo aburrido 0-0 que refleja la incapacidad de dos equipos de fútbol para imponerse uno sobre otro.

– La anécdota graciosa se produce en la carrera pedestre. Antíloco es el más joven, pero sus rivales, Ulises y, sobre todo, Ayante el locro, son más rápidos. El triunfo se lo disputan esos dos y Ayante lleva las de ganar; pero Ulises invoca a la diosa Atenea, su protectora, y ésta hace que aquél tropiece, con la consiguiente rechifla de los circunstantes, y se dé de bruces con el suelo, llenándose la boca de las bostas de los asustados bueyes sacrificados ante la pira de Patroclo. La situación ofrece manifiestas similitudes con algunas pruebas de igual naturaleza disputadas en la actualidad: la ayuda de Atenea es tan eficaz como una sobrecarga de EPO; mayor aún porque aunque fuera detectable no estaba penalizada (así que cualquier triunfo obtenido por ese medio era válido, no como los de Ben Johnson, el gran rival de Carl Lewis, ganador dopado y desposeído de sus récords y medallas), así que Ulises se llevó tranquilamente el primer premio. En cuanto al tropezón y posterior caída del inminente triunfador podrían aducirse numerosos ejemplos. Entre ellos, el que seguramente privó de la medalla de oro de los 3000m. a la norteamericana Mary Decker en los JJOO de Los Ángeles (1984) en beneficio de la rumana Maricica Puica: Decker, que además de ser una mujer muy atractiva (de cierto parecido con Jane Fonda) corría en casa, era clara favorita: el año anterior, en Helsinki, se había proclamado campeona mundial de 1500 y 3000m; pero a vuelta y media del final de la carrera de Los Ángeles tropezó con la surafricana Zola Budd, que la precedía, y dio con sus huesos en el suelo. ¡Menos mal que, para su consuelo, al menos por allí no había sido sacrificado previamente ningún buey!

– La prueba de tiro con arco consistió en acertar a una paloma situada en lo alto del mástil de una nave, sujeta a él mediante un cordel. Teucro, el arquero más diestro, omitió elevar su plegaria a Apolo y le dio al cordel, liberando a la paloma, la cual sin embargo cayó inmediatamente, abatida por un flechazo de Meriones, que sí le imprecó  al dios. Así pues, Teucro fracasó por no ser suficientemente humilde con los seres superiores. En el montañismo actual, todos los escaladores que pretenden coronar el Annapurna (la Diosa de la Abundancia, de las Cosechas), el más peligroso de los ochomiles del Himalaya, hacen la pantomima de cumplir con La Puja para solicitar el permiso de la Diosa para acceder a la cumbre. Se trata de una ceremonia budista que no garantiza en absoluto el éxito de la ascensión, pero cuya omisión asegura el fracaso, según la leyenda. Pero peor aún fue la desconsideración, automáticamente castigada, en la que incurrió el Dr. Alfonso Cabezas cuando se atrevió a criticar públicamente a los árbitros, lo que le costó al club que presidía, el Atlético de Madrid, perder una Liga que tenía casi en el bolsillo: fue en la temporada 1980-1981 y sucedió que el colegiado que arbitraba el partido de los colchoneros contra el Zaragoza, el Sr. Álvarez Margüenda, permitió que el defensa zaragocista Casajús se hartara de dar patadas impunemente; ello soliviantó a Cabezas, que puso el grito en el cielo y arremetió contra los árbitros. El Atlético terminó tercero, precedido por la Real Sociedad, campeona por primera vez, y el Real Madrid.

La carrera de carros tirados por cuatro caballos -la prueba más prestigiosa en los juegos de la Antigüedad, precedente remoto de nuestras carreras de Fórmula 1- es la que se relata en primer lugar dentro de este canto XXIII y la que más extensión, acorde con su importancia, alcanza (vv. 262-533). Los premios para los cinco contendientes son también de máxima categoría: el vencedor se llevará un trípode y una mujer. Nada se dice de su valor ni del porqué del mismo: piense cada cual lo que quiera; pero que sea parte del premio principal en la prueba más importante demuestra inequívocamente que ésta era muy superior a la mujer que fue segundo premio en el pugilato.

El relato de Homero es muy extenso, así que no haré más que insistir en las similitudes entre esa prueba y su paralelo actual. Como en nuestras carreras de Formula 1, en la parrilla hay candidatos al triunfo (Eumelo y Diomedes), cocheros que disputarán los puntos (Antíloco y Menelao) y un simple comparsa (Meriones), de quien podríamos decir que conducía un Brawn (los antiguos Honda) antes de que se instalaran en esos bólidos los dobles difusores frente a los Ferrari o McLaren de los favoritos y los Renault o BMW de los secundarios. El poeta se despreocupa por completo de Meriones, que si llega cuarto es sólo por el accidente de uno de los favoritos, y describe la competición en dos escenas, las que afectan a las dos parejas de competidores restantes.

Diomedes gana la carrera gracias a la ayuda de Atenea, que contrarresta con toda energía la que Apolo le estaba prestando a Eumelo en perjuicio de aquél. La diosa hace que el carro de Eumelo sufra un accidente tras el que se escapan sueltas sus yeguas y él habrá de entrar en meta en último lugar tirando de su carro. Aquí la ayuda  divina en favor de un competidor sobrepasa a la que hace poco equiparábamos con el dopaje al mencionar la ayuda de la misma Atenea a Ulises en la carrera pedestre; aquí la intervención es absolutamente directa, un acto de sabotaje al rival, como el que algunos sospecharon que fue responsable de que en el GP de Hungaroring (2007) quedara floja la tuerca de una rueda del bólido de Fernando Alonso, que no pudo concluir la carrera con sólo tres ruedas. Intervencionismo puro, como cuando un árbitro decide el triunfo de un equipo determinado mediante la anulación de un gol legal al equipo contrario o la concesión de un penalti inexistente al que aparentemente desea favorecer.

La carrera por los puntos se decide gracias a la táctica que utiliza Antíloco, cuyos caballos eran muy inferiores, para no quedar el último. Néstor, su padre (y jefe de la Escudería, podríamos decir), le aconseja cortar el paso sea como sea a su rival más cercano en un punto donde se estrecha la pista: si sale de allí por delante -le dice- nadie le podrá alcanzar. Así lo hace Antíloco y, llegado al punto señalado, Menelao ve cómo aquél le cierra el paso girando su carro hacia el interior temerariamente para ponerle los caballos por delante. La maniobra le obliga a retener a los suyos para evitar el choque y ya no puede recuperar el terreno perdido, un caso claro de conducción temeraria por la que Menelao presenta una reclamación al llegar a la meta. Los paralelismos con nuestras carreras son evidentes: por una parte, la maniobra peligrosa con la consiguiente reclamación ante los comisarios y la imposibilidad de Menelao, cuya cuadriga sin duda no disponía del kers, de recuperar el terreno perdido; por otra, la intervención de Néstor, cuyos consejos recuerdan inevitablemente los que, según se ha demostrado, dio Flavio Briatore a Nelsinho Piquet para que provocara un accidente en la carrera de Singapur (2008) que obligó  a salir a pista al coche de seguridad y que a la postre permitió el triunfo de Fernando Alonso, cuyas posibilidades de victoria habrían sido nulas sin la susodicha maniobra. La diferencia entre las consecuencias de tan similar acción para uno y otro estratega es que Néstor siguió siendo un hombre respetado entre los aqueos y en cambio a Briatore -y al ingeniero Pat Symonds- los ha castigado la FIA con la inhabilitación a perpetuidad; las semejanzas, que tanto Antíloco como Alonso salieron del trance libres de toda culpa.

 

Terminamos ya el repaso de los poemas de Homero en busca de referencias a la práctica deportiva insistiendo en lo dicho desde el principio: que existe y que, aunque cabe encontrar diferencias notables entre aquellos tiempos y los nuestros, particularmente en la relación de entonces con la guerra y el rito, que no se dan en la actualidad, son igualmente notables -y acaso mayores- las semejanzas en el hecho en sí y en la limpieza o en las prácticas fraudulentas y arteras con que los deportistas de entonces y de ahora han buscado siempre el triunfo.

 

Algunas referencias

Para los poemas de Homero son especialmente recomendables las traducciones  de E. Crespo, Homero.Ilíada (RBA) y C. García Gual Homero.Odisea (Alianza). La bibliografía sobre el deporte en la antigua Grecia es muy abundante; menciono unos pocos trabajos en castellano: F. García Romero, Los Juegos Olímpicos y el deporte en Grecia, Sabadell 1992; M. Morillas, «El nacimiento de las Olimpiadas», en págs. 41-61 de C. López y D. Plácido (eds.), Momentos estelares del mundo antiguo, Madrid 1998; F. Morillo, «Los Juegos Olímpicos, un invento moderno con 3000 años de historia», en págs. 58-60 de El impertinente, Madrid 2000; F. García Romero y B. Hernández García (eds.), In corpore sano. El deporte en la Antigüedad y la creación del moderno olimpismo, Madrid 2005.




La Copa de 1902

Ha pasado ya más de un siglo del acontecimiento y vuelve a ser noticia. La directiva del Athletic Club decidió incluir la Copa de 1902 en la camiseta oficial de su club en la final del Campeonato de España-Copa de SM El Rey de 2009, para computarla como si se hubiese tratado de la primera edición de esta competición. La RFEF ya había manifestado que no la reconocía y por tanto no la incluía en el palmerés del torneo.

Este hecho manifiesta una vez más que los acontecimientos sucedidos hace más o menos 100 años están dando juego y que a falta de una investigación seria y profunda, los interesados manejan y mueven los datos según les convenga. ¿Acaso el Athletic Club o la RFEF se han molestado por divulgar una versión plena y extensa de lo que fue realmente la Copa de 1902? ¿Cuál de las dos partes tiene razón?

Vamos a adentrarnos en una historia realmente apasionante, donde los protagonistas se implicaron de tal manera que los hechos han merecido convertirse en la leyenda. Y como tal leyenda, la épica ha ido ocultando la verdad. Por eso, hay quien la considera el primer Campeonato de España de la Historia, por eso, hay quien la considera una competición amistosa, según aplique leyenda o rigor histórico.

LA ORGANIZACIÓN

En 1900 en el seno de la sociedad madrileña Sky FC se produjo una escisión encabezada por Julián Palacios. Estos disidentes fueron el embrión anterior a la constitución ofical del Madrid FC. Ellos se encargaron de mantener la divulgación del fútbol por Madrid. Sin emabrgo, hasta que Juan Padrós no entra en acción la línea que sigue el deporte en Madrid es prácticamente anecdótica.

Juan Padrós entró en escena en 1902. Tenía una gran necesidad de oficializar todos los movimientos, como consciente de que la historia más tarde se lo iba a exigir. Intuyó que las fiestas por la Jura de Alfonso XIII podrían ser un buen respaldo para potenciar el fútbol tanto en Madrid como en España -estaba claro que tenía pleno conocimiento de la práctica del fútbol en Barcelona y Bilbao, se supone que a través de las publicaciones de la época-. Si quería ser escuchado oficialmente, debía representar a una sociedad oficialmente constituida.

Así se agilizaron los hechos: el 6 de marzo asume Juan Padrós la presidencia del Madrid FC con el objetivo de constituir legalmente la sociedad que habría de solicitar la organización del Concurso al Ayuntamiento de Madrid.

Los documentos oficiales se presentaron el 18 de abril y el 22 del mismo mes se declara oficialmente constituida la sociedad Madrid FC regida por la presidencia de Juan Padrós.

Juan Padrós, flamante presidente de la sociedad puso toda su ilusión en organizar un «concurso de fútbol» aprovechando las fiestas de mayo de la capital madrileña, que en esta ocasión coincidían con un acontecimiento histórico: la Jura de la Constitución Española de Alfonso XIII al alcanzar la mayoría de edad.

En efecto, España se produjo una extraña situación tras el fallecimiento de Alfonso XII, pues el príncipe heredero todavía no había nacido. Nombrada regenta la reina, ésta cumplió con las funciones propias de la monarquía. El 17 de mayo de 1886 dio a luz a Alfonso, rey de España desde el mismo momento en que nació. Pero para que Alfonso pudiese gobernar propiamente antes debía cumplir la mayoría de edad constitucional, que en su caso sería, por decisión del Congreso, al cumplir los 16 años. El protocolo exigía que el rey jurase la Constitución y así se dispuso para el mismo día del cumpleaños real. Madrid se engalanó de luces y visitantes y todos los periódicos reflejaron el histórico acontecimiento. El acto de la jura equivalía a la ceremonia de la coronación de otras monarquías, de ahí que muchos titularon el episodio como fiestas de la coronación de Alfonso XIII.

Las negociaciones fueron avanzando rápido pues el «Concurso» debía estar totalmente regulado para las fechas previstas. Tenían poco más que mes y medio para organizarlo y tener el equipo preparado para competir con dignidad.

La alcaldía de Madrid recibió la propuesta de Padrós con agrado. El propio alcalde, don Alberto Aguilera apoyó directamente la organización del evento. El concurso quedó incluido dentro de los actos y festejos, pero la sociedad Madrid FC debería encargarse de todos los pormenores de la organización: redacción de las bases, búsqueda de un trofeo, invitación de los participantes, acondicinamiento del campo… mil cosas en una época en que todo se hacía por telégrafo. No cabe duda que sin la inestimable colaboración de la joven publicación de la época El Heraldo del Sport de Madrid, la difusión y expectación del torneo no hubiese sido la misma.

Pronto se hicieron públicas las bases del «Concurso de Football Asociación», cuyo premio consistía en una Copa de plata cedida por el Excmo. Ayuntamiento de Madrid:

BASES DEL CONCURSO DE FOOTBAL ORGANIZADO POR EL MADRID FC

1ª Podrán tomar parte, en este Concurso, todas las Sociedades españolas de Football Asociación, inscribiéndose hasta el 1º Mayo para lo cual podrán dirigirse al Presidente de la Sociedad «Madrid F.C.», calle de Alcalá, 48, Madrid.

2ª Al inscribirse la Sociedad, presentará la lista del equipo con un númeri ilimitado de suplentes.

3ª El premio quedará propiedad legítima de la Sociedad que lo obtenga.

4ª Se jugará por series, sorteándose los equipos dos á dos, y por este procedimiento será vencedor el que gane la última serie.

5ª En caso de empate, el juez árbitro podrá prolongar al partido por tiempos de 15 minutos.

6ª Los partidos se jugarán con cualquier tiempo, si no hay acuerdo en contra por parte de los capitanes respectivos.

7ª Los jueces se nombrarán de común acuerdo entre los capitanes de los equipos litigantes. En caso de que éstos no lleguen á un común acuerdo, será el Jurado el que lo haga. El juez árbitro, tendrá obligación de dar cuenta al Jurado, en acta firmada por él y los dos capitanes respectivos, y no se aceptará ninguna reclamación pasadas las 48 horas.

8ª Diferencias y reclamaciones de cualquier índole, tienen que hacerse por escrito al Jurado, que se reserva el derecho de reoslver.

Las bases son publicadas en las distintas revistas deportivas que existían en la época. Sabemos que el mismo Juan Padrós envió copia a los clubs barceloneses que estaban disputando la Copa Macaya.

Mientras, el club obtiene del excelentísimo señor alcalde el trofeo de plata que recibe los últimos retoques en los prestigiosos talleres del señor Marabini, encargado de su confección.

¡Y el hipódormo como terreno de juego! El Duque de Sesto, como presidente de la Sociedad de Fomento de la Cría Caballar consiguió de La Sociedad de Carreras y Polo y del Ministerio de Agricultura la cesión del Hipódromo. Se encontraron a falta de pocas fechas con un espacio bien situado y comunicado, en la Castellana -en el enclave que hoy se conoce como Nuevos Ministerios-, pero no con las mejores condiciones. El recinto tenía dos tribunas a un lado y frente a ellas estaba la entrada general para el público mayoritario. El contorno o cuerda del óvalo central medía 1400 metros, lo que dejaba unas dimensiones para la práctica del fútbol de 110m x 90m. Los jugadores se quejarían de un terreno tan ancho. El centro de la pista, romo en cuanto hierba, era fecundo por el estiércol de las cuadras. Hubo que emplearse a fondo para limpiarlo y, además, se empezaron a preparar inyecciones contra el tétanos. Los agoreros, los que estaban en contra de este sport, en seguida predicaron su versión: «Estos chicos se juegan la vida».

Ya estaba todo preparado. Con fecha de dos de mayo los participantes inscritos eran:

De Madrid: Madrid FC y New FC.

De Barcelona: FC Barcelona y Club Español de Football.

De Bilbao: Vizcaya

También llegó la nota del Universitari SC de Barcelona excusando su ausencia por las fechas que coincidían plenamente con los exámenes finales y afectaba a la totalidad de su plantilla compuesta de estudiantes.

ASÍ LLEGARON LOS EQUIPOS

EN MADRID

Los equipos madrileños se presentaron muy mal preparados para el torneo. A lo largo de su historia se habían limitado a jugar partidillos entre sus propios miembros, sin concertar encuentros con otros rivales. Es un tanto curioso, tanto Madrid FC como New FC practicaban el football como una diversión sin ánimo de competición.

Finalmente, cuando en torneo ya estaba totalmente dispuesto, ambos presidentes, Juan Padrós y Ángel Mayora concertaron un partido amistoso. Éste iba a ser el primer partido más o menos serio de la historia del Madrid FC. Aprovecharon la festividad del 2 de mayo para medir sus fuerzas y prepararse para el Concurso.

MADRID FC – NEW FC 1-1 HIPÓDROMO (1000) 02.05.1902

Arb: Juan Padrós. Goles: 0-1Vallarino. 1-1 Sáinz de los Terreros.

Madrid FC: Meléndez, M Spottorno, Stanffer; Mendía, Góngora, Lorenzo; Terreros, Revuelta, Cárdenas, J Palacios y Varela.

New FC: López Amor; J Aragón, Bisbal; J Pérez, Vidal, Piñana; V Pérez, Hodans, Vallarino, Garrido y Díaz

El resultado final demuestra lo igualadas que estuvieron las fuerzas. En la primera parte marcó Vallarino del New FC y en la segunda parte Sáinz de los Terreros consiguió el empate definitivo. Arbitró Juan Padrós.

No cabe duda de que ambos equipos demostraron estar muy poco fogueados y no ofrecían serias garantías ante los rivales que habían anunciado su presencia.

Lo mejor fue la asistencia de público, que acudió en torno a las 1000 personas.

EN BILBAO

La llamada de la competición de Madrid llega cuando actividad futbolística en Bilbao abre sus lazos internacionales. Conviven y de muy buenas maneras dos clubs: Athletic Club y Bilbao FC.

Ricardo Ugalde logra concertar a principios de la primavera de 1902 dos partidos amistosos con los vecinos franceses de Burdeos. Uno de los clubs de la localidad, el Burdigalia, miembro de la USFSA, es el rival.

Para esta doble confrontación internacional los bilbaínos deciden aunar sus equipos en un combinado que se presenta bajo el nombre de Vizcaya. El equipo obtiene dos importantes victorias que merecen el calificativo de «mejor equipo de España» según el cronista de L’Auto-Vélo.

No cabe duda de que este combinado bilbaíno tenía un buen potencial, pues en él se alinearon jugadores con mucha experiencia deportiva: Alejandro de la Sota había jugado en Plymouth, Pedro de Larrañaga en Newcastle y su gran figura, Juan de Astorquia había jugado durante 4 años en Inglaterra. Además contaban en sus filas con varios jugadores ingleses.

BURDIGALIA BORDEAUX – VIZCAYA BILBAO 0-2 BURDEOS 12.03.1902

Arb: ¿. Goles: 0-1 (10′) R Silva. 0-2 (40′) Evans.

Burdigalia: Kuhn; Boyer, Valade; Sudrean, Sarrailh, Paillère; Cornali, Cailhol, Sergenton, Giraud, Cabanol.

Vizcaya Bilbao: Luis Arana (Bilbao FC); Enrique Careaga (Bilbao FC), Ricardo Ugalde (Bilbao FC); Pablo Arana (Bilbao FC), Pedro de Larrañaga(Athletic Club), Alfonso Arana (Bilbao FC); Lewich (Bilbao FC/Inglaterra), Alejandro de la Sota (Athletic Club), Juan de Astorquia (Athletic Club), Luis Silva (Athletic Club), Walter Evans (Bilbao FC/Inglaterra).

VIZCAYA BILBAO – BURDIGALIA BORDEAUX 7-0 BILBAO: 31.04.1902

Árbitro: Mr. Raine. Goles: Astorquia 3, Dyer 4.

Vizcaya: Luis Arana (Bilbao FC); Pedro de Larrañaga (Athletic Club), Alfredo Mills (Athletic Club/Inglaterra); Amador Arana (Bilbao FC), Gregorio Eguren (Athletic Club), Luis Silva (Athletic Club); Walter Evans (Bilbao FC/Inglaterra), Ramón Silva (Athletic Club), L Dyer (Bilbao FC/Inglaterra), Juan de Astorquia (Athletic Club), Enrique Goiri (Athletic Club).

Burdigalia: Kuhn; Ricaud, Mendes; Payres, Paillère, Dumas; Sudrean, Giraud, Guillochean, Krauss, Rabol.

El éxito ante el Burdigalia es total y llena de confianza a los bilbaínos. Cuando reciben la invitación desde Madrid no dan un respuesta convincente de su presencia. Parece ser que el Athletic Club sí está por la labor, pero no tiene todas las garantías. Finalmente, y respaldados por sus dos victorias, deciden rehacer el combinado y se inscriben como Vizcaya. En algunos medios les citaban como Vizcaya-Athletic.

Una vez en Madrid, la expedición bilbaína decide entrenar en el Hipódormo para tomar contacto con el terreno. Celebra un partidillo donde en choque fortuito los hermanos Silva se lesionan. Ramón tiene una herida en la lengua y no puede jugar el primer partido. Este entrenamiento y la lesión del jugador reaparecerán a la hora de relatar las incidencias del torneo.

EN BARCELONA

El FC Barcelona se acababa de proclamar campeón de la Copa Macaya -en aquellos años los torneos se denominaban en función al premio que se disputaba: copa, medalla… y no como hacemos ahora, por sistema de juego: liga, copa-. Era la competición más importante de la ciudad.

  COPA MACAYA 1 2 3 4 5 J G E P F C P
1 FC BARCELONA   1-0 7-0 8-0 15-0 8 8 0 0 60 2 16
2 HISPANIA AC Barcelona 2-4   3-0 5-1 6-0 8 6 0 2 30 7 12
3 CLUB ESPAÑOL DE FOOTBALL Barcelona 0-4 1-2   3-2 2-0 8 3 1 4 11 20 7
4 UNIVERSITARI SC Barcelona 0-9 0-3 3-3   4-2 8 1 2 5 8 33 4
5 CATALÀ SC Barcelona 0-12 0-9 1-2 0-0   8 0 1 7 3 50 1

Había apabullado a sus rivales con resultados de escándalo. En su línea delantera figuraban John Parsons (inglés), Hans Gamper (suizo), Udo Steinberg (alemán), Joaquín C García (español que había jugado en Plymouth) y Gustavo Green (malagueño de nacimiento y de nacionalidad inglesa).

La reacción en Barcelona cuando L’Auto-Vélo afirmó que el Vizcaya era el mejor equipo de España y los bilbaínos asentían fue de aceptar el reto. La invitación para jugar el concurso de Madrid les vino del cielo, porque estaban dispuestos a buscar fechas para montar un desplazamiento a Bilbao y a su vez recibir a sus rivales posteriormente en Barcelona. No les hizo falta.

El problema para el FC Barcelona fue organizar el viaje a Madrid. No pudo contar con todos sus jugadores de la primera plantilla y tuvo que incluir en la expedición a miembros del segundo equipo como Luis Puelles, José Llobet y Alfonso Albéniz, aunque éste ya había disputado varios partidos con los mejores.

No satisfecho con el número de jugadores que podía desplazar, solicitó el refuerzo de los tres Morris del Hispania AC, equipo que no iba a jugar. De esta manera los ingleses Samuel (portero que tenía ya 35 años), James y Henry Morris reforzaron al FC Barcelona.

Estos jugadores eran muy conocidos en Barcelona pues pertenecen al grupo de históricos que introdujeron el fútbol allá por el año 1894, cuando una «Sociedad de Foot Ball» de Barcelona disputaba partidos contra el Torrelló FC. En esos partidos también se pudo ver a los hermanos Parsons, John y Williams, y al suizo Udo Steinberg, co-fundadores del FC Barcelona.

La expedición del FC Barcelona constó de 18 socios: Castellví, Pamies, S Morris, Meyer, J Morris, Gamper, H Morris, Llobet, Witty, Terradas, Parsons, Valdés, Steinberg, Albéniz, O Maier, P Haas, Montañés y Chown. En la relación oficial no se cita a Luis Puelles, que sin embargo, jugó de portero en el primer partido en lugar de Samuel Morris.

Por su parte, el Club Español de Football, en un esfuerzo de su plantilla, consiguió reunir casi a todos sus titulares, salvo dos y se presentó con once jugadores a la cita madrileña porque la consideró histórica. Hay que resaltar que el Club Español de Football eligió ese nombre en oposición al FC Barcelona, pues en sus filas sólo contaba con jugadores de nacionalidad española frente a la plantilla plurinacional barcelonista.

Desde Barcelona se señala que los dos clubs se llevaron a Madrid «4 nuevas y magníficas pelotas Valdés-Swift (golondrina dorada), que sin duda habrán llamado la atención de los aficionados».

Pudo haber un tercer equipo barcelonés, el Universitari SC, pero como ya hemos señalado, las fechas no eran las idóneas para el equipo estudiantil. Los exámenes finales retenían a sus jugadores y les era imposible desplazarse con un mínimo de garantías.

Y ASÍ FUE EL TORNEO

Así comenta el ambiente general del Concurso el semanario Los Deportes de Barcelona en su número 19 del 18 de mayo de 1902:

«El Hipódormo de la Castellana presentaba el martes por la mañana un magnífico aspecto, llenando toda la circunferencia de la pista triple fila de sillas completamente ocupadas de espectadores, predominando las señoras en número considerable. En el resto de la pista se notaban jinetes y carruajes en regular número. Asegúrase que la concurrencia que acudió a presenciar los partidos de football, superó en gran cantidad a la que asistió al Concurso Hípico. Reinaba gran expectación por ser muchos los que no conocían dicho juego. Los clubs presentados eran «Madrid» y «New» de la corte, bando «Vizcaya» de Bilbao y «Barcelona» y «Español» de la ciudad condal. Los favoritos y de los que se esperaba la mejor y definitiva lucha eran el de Bilbao y el «Barcelona». El juego gustó, aplaudiéndose los tantos y buenas jugadas; los vencedores fueron vitoreados, pasándose las sesiones muy divertidas.»

Como se relata, el ambiente era espectacular. Las entradas fueron distribuidas por invitación entre los miembros del Madrid FC a través de sus socios. El New FC también recibió un buen número de entradas. Para la final hubo tal demanda de entradas que incluso hay testimonios que aseguran que tuvieron precio: 0’25 pts las de grada y 0’10 pts la general.

Por sorteo se decide el orden de los partidos.

PRIMERA ELIMINATORIA CONCURSO MADRID 1902

VIZCAYA BILBAO – CLUB ESPAÑOL (BARCELONA) 5-1 MADRID: HIPÓDROMO (2500) 13.05.1902

Arb: Samuel Morris (FC Barcelona). 0-1 (¿?’) Ponz. 1-1 (¿?’) Evans. Y Luego Evans 2, Dyer, Astorquia.

Vizcaya Bilbao: Luis Arana (Bilbao FC); Pedro de Larrañaga (Athletic Club), José Arana (Bilbao FC); Enrique Goiri (Athletic Club), Ricardo Ugalde (Bilbao FC), Luis Silva (Athletic Club); Alejandro De La Sota (Athletic Club), Juan De Astorquia -capitán- (Athletic Club), L Dyer (Bilbao FC/Inglaterra), Cazeaux (Bilbao FC/Inglaterra), Walter Evans (Bilbao FC/Inglaterra).

Club Español de Football (Barcelona): Julián Mora; José María Soler, Joaquín Carril -capitán-; Guillermo Galiardo, Ignacio Aracil, Arturo Galiardo; Raimundo Ruiz, Ángel Ponz, Enrique Montells, G Peña, Santiago Méndez.

FC BARCELONA – MADRID FC 3-1 MADRID: HIPÓDROMO (2500) 13.05.1902

Arb: Luis Arana (Vizcaya). 1-0 (¿?’) Steinberg. 2-0 (¿?’) Steinberg. 2-1 (¿?’) Johnson. 3-1 (¿?’) H Morris de p.

FC Barcelona: Luis Puelles; José Llobet, Arthur Witty -capitán- (Inglaterra); Bartolomé Terradas, George Meyer (Suiza), Miguel Valdés; John Parsons (Inglaterra), Hans Gamper (Suiza), Henry Morris (Hispania AC/Inglaterra), Udo Steinberg (Alemania), Alfonso Albéniz.

Madrid FC: Juan Sevilla; Rafael Molera, Mario Giralt; José Góngora, Álvaro Spottorno, José Palacios; Arthur Johnson (Inglaterra), José Giralt, Antonio Sánchez Neyra, Armando Giralt, Eustaquio Celada.

En ambos partidos se impuso la lógica y ganaron las favoritos. A las 9:00 empezó el primer partido. El Vizcaya se vio sorprendido por el gol españolista, pero luego reaccionó y superó claramente a sus rivales. Junto a los cuatro goles en la segunda parte las crónicas apuntan que hubo un penalty no transformado contra el Vizcaya. También hay que reseñar que ya se empezó a jugar al despiste con las alineaciones, pues hasta última hora no se aseguraba la alineación de los hermanos Arana, de los que se decía que habían chocado entre sí en un entrenamiento y se habían lesionado -posteriormente el rumor hacía referencia a los hermanos Silva-. También fue curioso que los dos equipos coincidiesen en el uniforme, los dos de blanco, por lo que el Club Español de Football accedió a colocarse una cinta roja en el brazo ante la negativa de los bilbaínos a modificar el suyo.

Seguidamente, a las 11:00 y con la presencia del alcalde de Madrid, comenzó el segundo partido. El Madrid FC saltó de blanco con cinturón rojo y gualdo, frente al FC Barcelona de azulgrana y pantalón blanco. El equipo barcelonés demostró su mayor experiencia y rodaje superando a los madrileños que respondieron con entrega y pundonor. Un encontronazo entre uno de los Giralt, José, con el portero barcelonés dio lugar al primer lesionado del torneo, el madridista, que no tuvo mayores consecuencias pues se reincorporó al juego tras recibir las debidas atenciones. El público se mostró incondicional con su equipo al que aplaudió constantemene. También se registraron silbidos contra los jugadores extranjeros del FC Barcelona… y es que el equipo visitante alineó seis foráneos.

Es curioso resaltar que El Imparcial de Madrid también hace crónicas de los dos partidos. No coinciden las alineaciones en ninguno de los dos partidos y además indica que el FC Barcelona tenía 20 suplentes y el Madrid FC 37. No se enteraban mucho.

SEGUNDA ELIMINATORIA CONCURSO MADRID 1902

VIZCAYA BILBAO – NEW FC (MADRID) 8-1 MADRID: HIPÓDROMO (3000) 14.05.1902

Arb: James Morris (FC Barcelona). Goles: ? /Montojo.

Vizcaya Bilbao: Luis Arana (Bilbao FC); Ricardo Ugalde (Bilbao FC), Amado Arana (Athletic Club); Alejandro De La Sota (Athletic Club), José Arana (Bilbao FC), Luis Silva (Athletic Club); Cazeaux (Bilbao FC/Inglaterra), Juan De Astorquia -capitán- (Athletic Club), L Dyer (Bilbao FC/Inglaterra), Ramón Silva (Athletic Club), Walter Evans (Bilbao FC/Inglaterra).

New FC (Madrid): José López Amor; Eugenio Bisbal, Fernando Valcárcel; Luis Díaz, Mira, Federico Salazar; Francisco Hodans, Manuel Vallarino -capitán-, Luis Valdeterrazo, Montojo, Piñana.

Poca historia presentó este partido en el que los bilbaínos, que lucieron camiseta azul y roja con pantalón azul -según una crónica-, arrollaron al New FC, camiseta roja y pantalón azul. La única satisfacción de los madrileños fue el gol que salvó el honor. Del vencedor no se cita la autoría de los goles. Más interesantes fueron las alegaciones bilbaínas para intentar aplazar por un día la final.

FINAL CONCURSO MADRID 1902

VIZCAYA BILBAO – FC BARCELONA 2-1 MADRID: HIPÓDROMO 15.05.1902

Arb: Carlos Padrós. 1-0 (10′) Astorquia. 2-0 (20′) Cazeaux. 2-1 (75′) Parsons

Vizcaya Bilbao: Luis Arana (Bilbao FC); Enrique Careaga (Bilbao FC), Pedro de Larrañaga (Athletic Club); Luis Silva (Athletic Club), Amador Arana (Athletic Club), Enrique Goiri (Athletic Club); Cazeaux (Bilbao FC/Francia), Juan De Astorquia -capitán- (Athletic Club), L Dyer (Bilbao FC/Inglaterra), Ramón Silva (Athletic Club), Walter Evans (Bilbao FC/Inglaterra).

FC Barcelona: Samuel Morris (Hispania AC/Inglaterra); L Pamies, George Meyer (Suiza); James Morris (Hispania AC/Inglaterra), Arthur Witty (Inglaterra), Miguel Valdés; John Parsons (Inglaterra), Hans Gamper -capitán- (Suiza), Udo Steinberg (Alemania), Henry Morris (Hispania AC/Inglaterra), Alfonso Albéniz.

Por fin se vieron cara a cara los dos rivales. No sólo estaba en juego la Copa de plata del Ayuntamiento de Madrid, sino el prestigio de confirmarse como mejor equipo de España, según el reto de L’Auto-Vélo francés. El compromiso en este desafío hizo que de Bilbao fuese una selección local en vez de cualquiera de los dos clubs que había en el momento y que el FC Barcelona echase mano de una triada de extranjeros que defendían al subcampeón de la ciudad, el Hispania AC. En definitiva, el Vizcaya no era un club, sino un combinado y el FC Barcelona aparecía reforzado, aprovechando que el torneo era un encuentro amistoso sin supervisión de ningún estamento oficial.

Y surgió la primera discusión en nuestro fútbol: el Vizcaya se niega a jugar la final en la fecha y hora fijada alegando que ya ha jugado dos partidos, además de un tercero anterior, el del entrenamiento nada más llegar a Madrid. El FC Barcelona se opone a ello, pues muchos de sus jugadores tienen necesidad de regresar a su ciudad lo más pronto posible. El Jurado, que ha de dictaminar, recibe la presión bilbaína de si no accede a sus ruegos ellos se retiran. Finalmente, en reunión conjunta entre la organización y jugadores de ambos clubs se decide que la final se dispute por la tarde. Lo que se escondía detrás de este lío, lo que ciertamente había era que el Vizcaya estaba a la espera de Enrique Careaga. Temiendo que no llegase a la hora del encuentro por la mañana, consiguió retrasarlo a las cuatro de la tarde y así pudo alinear al defensa del Bilbao FC.

A las 16:00 empezó el partido. El Vizcaya con camistea blanca y pantalón azul y FC Barcelona con su uniforme habitual. Cuentan las crónicas que fue un partido muy disputado y de gran caliadad. Los bilbaínos consiguieron dos goles en la primera parte lo que obligó al FC Barcelona a mantener su ofensiva durante toda la segunda parte. Una vez acortada la distancia en el marcador, el acoso contra la portería del Vizcaya fue total, llegándose al final del partido cuando el FC Barcelona estaba lanzado por el empate. El Vizcaya sacó dos corners frente a los 10 del FC Barcelona. Según comentarios, el partido duró 75 minutos. Para algunos cronistas el Vizcaya jugó admirablemente aunque el FC Barcelona demostró ser bastante más fuerte.

Hans Gamper envió este telegrama a Barcelona a las 22:25: «Vizcaya» con team compuesto de los mejores jugadores de Bilbao, ha ganado por 2 contra uno. Partido disputadísimo. Mucho público entusiasmado. Llegaremos sábado tarde.

Por su parte El Liberal de Bilbao publicó que los aficionados y amigos fueron a recibir a los jugadores con una banda de músca y un inmenso cotarro con batería de cohetes. Según el Heraldo del Sport los jugadores fueron vitoreados hasta el domicilio social del Athletic Club en la Calle Nueva, donde se repitieron las manifestaciones de entusiasmo al interpretar la banda el Gernikako Arbola.

LA COPA GRAN PEÑA

La Sociedad Gran Peña de Madrid, animada por el éxito que estaba teniendo la organización del Concurso del ayuntamiento, puso en juego otro premio, donde se decidiría el segundo puesto del Concurso.

La justificación que da el FC Barcelona por su retirada es un poco curiosa: el día 14 debían jugar FC Barcelona y Club Español de Football. Como los españolistas no podían completar el equipo en espera de refuerzos, el club azulgrana decidió por consideración no jugar, y disponerlo para fecha más tardía.

Seguidamente, continuando con la versión de los barcelonistas, el Club Español de Football exigió que el día 16 el Madrid y FC Barcelona se enfrentasen, según el calendario del torneo, sin devolver a los azulgrana el detalle habido anteriormente. Los barcelonistas, que habían ido a Madrid a jugar contra el «Bilbao» primordialmente, consideraron una falta de atención la postura del club españolista y prefirieron renunciar a esta competición, al igual que había hecho previamente el New FC, quizá desmoralizado por el resultado ante el Vizcaya.

Con todo, se quedaron con la sensación de que si el FC Barcelona hubiese reclamado ante el Jurado por sus derechos, hubiese sido escuchado y con casi total seguridad se hubiese llevado este trofeo pues habían demostrado ser superiores a sus rivales.

La versión recogida en Los Deportes tiene un punto que no acaba de encajar: si el torneo es para los equipos eliminados, ¿cómo se puede programar un partido para el día 14 cuando el FC Barcelona todavía debe disputar la final? Difícilmente se podía haber organizado este partido porque el FC Barcelona todavía no había jugado la final y sus aspiraciones a ganar el Concurso estaban intactas. Se complica la cuestión cuando Enrique Goiri, del Vizcaya, en su carta a Los Deportes señala que si el FC Barcelona hubiese jugado este partido contra el Club Español, el combinado bilbaíno no hubiese solicitado el aplazamiento de la final al estar ambos conjuntos en igualdad de condiciones, con dos partidos jugados. Esto quiere decir que el partido FC Barcelona-Club Español sí estaba programado, por lo que la finalidad de la Copa Gran Peña es la que queda en entredicho.

Si la Copa Gran Peña era para dilucidar el segundo puesto del Concurso, está claro que, una vez retirado el New FC, se debería haber disputado entre los tres equipos restantes. Sucedió que, en efecto, hacer jugar al FC Barcelona al día siguiente de la final podía dar a entender que se perjudicaba al club azulgrana, y de ahí su retirada. Aunque también hay que señalar que el FC Barcelona se negó a retrasar un día la final debido a su necesidad de regresar a la ciudad condal, por lo que, da la impresión de que ya había organizado el viaje de vuelta para la misma noche del día 15.

Con ello, sólo quedaban para disputarla un animoso Madrid FC y el Club Español de Football que reclamó de Barcelona la presencia de tres o cuatro jugadores más para afrontar la final del torneo. De ahí que la Copa Gran Peña se limitó a un único partido para decidir el segundo clasificado del Concurso.

FINAL COPA GRAN PEÑA 1902

MADRID FC – CLUB ESPAÑOL (BARCELONA) 3-2 MADRID: LAS VENTAS 16.05.1902

ARB: ?. GOLES: ?

MADRID FC: ?

CLUB ESPAÑOL DE FOOTBALL (BARCELONA): ?

COLETILLA

Enrique Goiri, jugador del Athletic Club y componente del Vizcaya, envió una carta a Los Deportes quejándose de los comentarios publicados en la revista barcelonesa que faltaban un tanto a la verdad. Por ejemplo reseña que en el primer partido el Vizcaya no castigado con ningún penalty. Confirma que fueron los hermanos Silva quienes se lesionaron en el partidillo de entrenamiento y por eso sólo pudo jugar uno de ellos. También justifica a su equipo por la negativa a jugar la final en su día por motivo de cansancio -sin nombrar la espera de Careaga- y echa en cara al FC Barcelona no haber jugado el 14 contra el Club Español -lo que confirma la incertidumbre del reglamento de la Copa Gran Peña-. También comenta que cuando el árbitro pitó el final del partido definitivo, el balón estaba rodando por la zona defensiva del FC Barcelona. Reconoce que el FC Barcelona demostró mayor empuje y fuerza ante los bilbaínos, más jóvenes -con el significado de inexpertos- y mucho más cansados. Y finalmente también señala que si el Vizcaya estaba compuesto por los mejores jugadores de Bilbao, el FC Barcelona alineó a los mejores de Cataluña, pues no olvida la inclusión de los tres ingleses del Hispania AC.

Vamos, que si unos enviaron a una selección, los otros también.

Pero cuando se trata enaltecer el éxito, los fanáticos se disparan y pisotean al verdad. En Bilbao sólo se cita al Vizcaya como si fuese propiamente un club, omitiendo su naturaleza como selección. De todas formas, sí resaltan la ausencia de algunos jugadores que no pudieron desplazarse. Le dan un tinte de falta de preparación -olvidando que el 31 de abril jugaron contra el Burdigalia su segundo partido internacional-. Para eludir la cuestión de Careaga, inciden en demostrar que su equipo llegó agotado a la final -cuentan como partido el entrenamiento realizado al llegar a Madrid- y por ello su insitencia en el aplazamiento. Y finalmente hay que recalcar las desventajas que han tenido que superar ante su adversario, que llegaron a Madrid con 20 suplentes -las dos expediciones barcelonesas, amparados por la crónica de El Imparcial– por 2 de ellos, además de contar con numerosos refuerzos. Al FC Barcelona le llegan a denominar combinado Barcelona-Hispania. Por reseñar, hasta se fija en la vestimenta de los rivales de los que dice que llevaban rodilleras para no lastimarse en las caídas. Como justificación del desarrollo del juego se dice que en la primera parte arrollaron a los barcelonistas pero en la segunda el sol molestaba a los bilbaínos -¿y en la primera parte, a quién molestaba el sol?-. Finalmente, califican de «tremenda derrota para el FC Barcelona». Eso sí es épica: 2-1 no es una goleada.

En El Liberal de Bilbao, con la firma de Cyrano se otorga el título de Campeón de España al Vizcaya. Interesante afirmación, que dentro del contexto de euforia y pasión es incluso aceptable, pues el Vizcaya ganó el primer trofeo disputado entre representantes de varias ciudades. Al fin y al cabo, no olvidemos que bilbaínos y barceloneses estaban dispuestos a demostrar quién era el mejor de España en este concurso.

El problema es hacer caso oficial a esa afirmación. Hemos repasado con detalle todos los acontecimientos que tuvieron que ver con el Concurso Madrid. Un torneo apasionante y muy importante. Digno de recibir una atención especial. Y necesitado de ubicarse en sus legítimo sitio. Ridículo es colocarlo en el palmarés del Campeonato de España, como ridículo ha hecho en las camisetas del Athletic Club en la reciente final copera de Valencia de 2009. El Concurso Madrid no tuvo nada que ver con el Campeonato de España. Durante el desarrollo del mismo sólo se vio el interés que despertaba el fútbol, las enormes ganas de competir entre los equipos de los distintos puntos de España y la necesidad de organizar una competición verdaderamente seria.

El Concurso Madrid, por lo tanto, fue un torneo amistoso. Juan Padrós lo organizó en un tiempo record y gracias a ello pudo decir: si se ha podido organizar este concurso, entonces, con un año de por medio, sí se puede organizar el Campeonato de España.

Lo que sí quedó muy claro fueron dos ideas: constituir una entidad que aglutine a todos los clubs de fútbol y otorgarle a este institución toda la autoridad y competencia para organizar el Campeonato de España con garantías.

Y finalmente un comentario. Dado que el trofeo lo ganó una selección y no el Athletic Club, justo es que la Copa esté expuesta en las vitrinas de la entidad genuínamente heredera de esta primitiva selección, la Federación Vizcaína de Fútbol, porque los trofeos de selecciones se conservan bajo la tutela de las federaciones correspondientes.

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Compraventa de partidos: nada nuevo bajo el sol

De vez en cuando, el terremoto de la sospecha parece sacudir los cimientos de nuestro fútbol. A veces basta una conversación de café, una suma de conjeturas o el rumor malintencionado, para disparar presunciones. Otros supuestos se escudan en llamadas telefónicas y contactos personales. Basta que al menos uno de los clubes contendientes se juegue algo grande, que existan puntos de conexión entre los componentes de las respectivas plantillas, para que el mayor disparate parezca adquirir algún tinte de verosimilitud. ¿Tan fácil resulta comprar partidos?, se escucha o lee con alguna reiteración en los medios. Y si la respuesta fuese afirmativa, ¿desde cuándo viene sucediendo?. Repasando un poco la historia, veremos que casi desde que el balón es redondo.

Ya en tiempos de profesionalismo pobre, el guardameta Antonio Vilarrodona (Barcelona 1904) parece fue consumado corrupto. Suplente de Ricardo Zamora en el Español, pasó al Universitary la temporada 1924-25, antes de recalar en el Zaragoza, desde donde saltó al Sabadell sin concluir el ejercicio. Ingresó posteriormente en el Huesca, regresando a la ciudad del Pilar tras las durísimas sanciones impuestas al club oscense como consecuencia de los incidentes acaecidos durante un choque. Y digo que regresó a Zaragoza, no al Zaragoza, porque duplicó ficha, embolsándose los correspondientes anticipos, en los dos clubes más representativos de la ciudad (Iberia y Real Zaragoza C. D., precedente del actual). Pese a la lógica rivalidad, ambas directivas lograron ponerse de acuerdo para que aún alineándose con el Zaragoza, se buscara un rápido traspaso repartiendo hipotéticos beneficios. Ninguna de ellas lo quería, en realidad. Máxime, al  ser vox populi que vendía partidos de forma más o menos regular, permitiendo golear su puerta.

Fuera del fútbol, Vilarrodona acreditó ser tan despreciable como sobre el césped. Durante la Guerra Civil, integrado en el Servicio de Información Militar republicano, parecieron no dolerle prendas a la hora de capturar a los tres hermanos Tena, futbolistas como él, y uno de ellos compañero de vestuario en el Sabadell. Cierta tarde los hizo subir a una camioneta, para simular fusilarlos en uno de los «paseos» tristemente habituales por aquella época. De regreso a la cárcel, con los componentes del pelotón burlándose aún de sus detenidos, los tres hermanos pudieron evadirse, saltando en marcha. Si no hubieran sido deportistas en perfecto estado de forma (el mayor de los Tena en realidad ejercía ya como entrenador), habrían sido capturados, porque Vilarrodona, al mando del pelotón, los persiguió a conciencia.

Aunque muchas cosas cambiaron tras la Guerra Civil, algunos partidos continuaron amañándose. El delantero Antonio López Herranz (Madrid 1913), dueño de tanta calidad como escasa vocación por el desgaste físico, quiso pasar a la posteridad por tan triste mérito.

Se había iniciado en el Atlético de Madrid (1929 al 31), pasa pasar por el Nacional madrileño (1931-1934), Hércules de Alicante (1934-35) y Real Madrid (1935-36), en este último con 10.000 ptas. de ficha. Como tenía a su hermano jugando en el España de México, se fue a ese enorme país durante la contienda bélica. Reincorporado al Real Madrid y cedido al Hércules para la campaña 1941-42, con los alicantinos en 2ª División, todo parece indicar se dejó sobornar, junto a varios compañeros, el 2 de marzo de 1941, en un Hércules-Celta saldado con resultado de 0-5. Si bien nadie pudo extraer ninguna confesión, la directiva lo tuvo tan claro como para decretar la baja inmediata de Pardo, Ribas, Rosado, Ruano, Campillo y nuestro protagonista, quien puso rumbo a Sabadell y Mallorca, donde además ejerció como secretario técnico. Luego volvió a México, para desarrollar un amplio curriculum como entrenador, con broche de oro al convertirse en seleccionador nacional, dirigiendo desde el banquillo a los aztecas durante los mundiales de Suiza (1954) y Suecia (1958). En su caso, los compadreos antideportivos no le pasaron factura, sino que por el contrario fue todo un personaje para la afición mexicana. Hasta tal punto que cuando los clubes chilenos llamaron a su puerta con sustanciosas ofertas económicas, se le prohibió la salida del país, considerando imprescindible su concurso.  

También se convirtió en entrenador Vicente Dauder (Valencia 1924). Pero antes fue guardameta del Badalona, Villanueva, Gimnástico de Tarragona, At. Madrid, Celta, Hércules, Alicante y Crevillente. Y defendiendo el marco tarraconense la temporada 1949-50, proporcionó abundantes motivos para la sospecha.

Ocurrió durante una decisiva promoción con el Alcoyano, para mantener la máxima categoría. No es que estuviese desafortunado, sino sencillamente garrafal. Señalado junto a Gabriel Taltavull como colaborar voluntario en el 3-6 que puso al «Nastic» en 2ª División, fue declarado non grato en la vieja Tarraco. De todos modos, ni uno ni otro pensaban continuar en el club. Dauder, con una oferta firme del At. Madrid, parece ya había dado el sí. Y Taltavull, a punto de cumplir los 29 veranos, discutía con el Valencia los últimos flecos económicos.

Con su antiguo equipo en la división de plata y Dauder convertido en firme candidato para el Mundial de Brasil, el Destino jugó a hacer justicia disfrazado de lesión, nada más debutar como «colchonero» durante una gira por México. Aquello no sólo dejó el camino del triunfo expedito a Ramallets, sino que el buen guardameta ya nunca volvió a ser el de antes. Pero como la memoria del fútbol es frágil, las devociones efímeras y los «nunca jamás» pueden traducirse por «cualquiera de estos días», transcurridos 21 años, con Calderón presidiendo el Gimnástico de Tarragona, regresó a la entidad como entrenador. Y lo que son las cosas, el otrora demonio se trocó en ángel, al ascender a los granates a 2ª División, después de 19 años compitiendo en un balompié menor. Ya completamente reivindicado, volvería a ese mismo banquillo la temporada 1985-86, durante 12 únicas jornadas. Tampoco parece que el apaño le marcase de por vida.

Protagonista privilegiado de otro suceso fue el defensa Isaac Oceja, paladín de honestidad y vergüenza profesional durante toda su carrera.

Cántabro de nacimiento y no obstante capitán en el Athletic bilbaíno cuando por imperativo legal era Atlético, costaría encontrar otro futbolista más recto en la centenaria historia rojiblanca. Sensato y equilibrado desde su llegada a San Mamés, pese a no haber cumplido 20 años, el gran Pentland le hizo compartir habitación con Guillermo Gorostiza, para ver si así enderezaba al indisciplinado extremo. Más adelante se le negaría un traspaso al Barcelona que pudo haberlo hecho rico. Corría 1939 y pese a la realidad de una España hecha trizas, llena de improvisados barracones en cuyos muros lucía el emblema del Auxilio Social, los azulgrana le ofrecieron 300.000 pesetas de ficha, 6.000 de sueldo y un complemento cifrado en 35.000 más cada año, como representante de tejidos en la fábrica propiedad de un directivo. Acató su permanencia en Bilbao, donde las primas por título consistían en un billete de 1.000, sólo para recibir 7 campañas más tarde, como muestra de soberana ingratitud, una humillación que de ningún modo merecía. Considerado medio inútil para el deporte, después de una lesión muy seria, debió aceptar 750 ptas. por partido jugado. O eso o nada. Sin embargo se había recuperado tan perfectamente que vistió de corto para todos los choques menos para uno, decisivo, además, en el que renunció a ser alineado, como muestra de rechazo.

Pues bien, tras 15 años sobre el césped y avalado por 4 internacionalidades absolutas, se decidió a ejercer como jugador-entrenador en el Zaragoza, la temporada 1948-49. Los maños pugnaban por abandonar la 3ª División, con un equipo veterano y leñero. Y Oceja acabó amargado, no por sentirse incapacitado para la nueva profesión, sino al descubrir un fútbol que no iba ni remotamente con su forma de ser.

Durante el descanso de un partido en Tarrasa, al que llegaron perdiendo, penetró en los vestuarios un directivo zaragocista. «¿Qué pasa?», vociferó hecho una furia mientras cerraba de tremendo portazo. «¿No os he dicho que ataquéis por la izquierda, que para eso está comprado el defensa lateral?». Oceja se plantó de inmediato, asegurando que el honor no podía comprarse, porque carece de precio, y que puestos a seguir pagando contrarios podían hacerlo con el dinero de su propia ficha, pues él se iba.

Aún ascendiendo a 2ª, Isaac Oceja ya no volvió a entrenar equipos profesionales. Para matar el gusanillo siguió en algún club amateur, antes de poner su carnet al servicio de jóvenes prometedores. Gracias a su desprendimiento, por ejemplo, pudo foguearse dos décadas después Javier Clemente en el banquillo del Arenas guechotarra. Disconforme con cuanto acaba de vislumbrar, prefirió apartarse con su habitual discreción.

A veces, sin embargo, no hacían falta manos externas para amañar resultados. Bastaba el interés personal, artero e inconfesable de cualquier futbolista, como quedó claro la temporada 1941-42.

Por entonces se jugaba en Vizcaya una quiniela muy popular, de ámbito local, premiándose los resultados exactos. Y en Durango, cuyo «Bar Moderno» servía de centro operativo, tuvo lugar un pequeño escándalo. Luis Idígoras acababa de fichar por la Cultural como guardameta y, al igual que otros muchos durangueses, invertía en la quiniela. En cierta ocasión puso a su equipo ganador por 2-1. El choque tocaba a su fin con 2-0 en el marcador cuando, como consecuencia de un mal entendimiento con su defensa, los contrarios anotaron el más estúpido de los goles. Era cuanto Idígoras necesitaba para alzarse con las 400 ptas. del premio, por lo que las sospechas de tongo no se hicieron esperar. Durango era un núcleo pequeño, aldeano y charlatán. Cuando el aire se hizo irrespirable para el cancerbero, no tuvo más remedio que abandonar la Cultural, fichando por otros equipos. Cuatrocientas pesetas no le sacaron de pobre, evidentemente, pero constituían una cantidad apetecible en esa difícil época. La Cultural primaba a sus futbolistas con 10 ptas. por partido ganado y 5 en caso de empate. Cuatrocientas, pues, equivalían a 40 victorias. Un pellizquito.

En algún otro caso, el exceso de celo desenmascaraba a los sobornados. Así ocurrió la temporada 1945-46, durante la primera fase de una liguilla de ascenso a 2ª División. Levante y Atlético Baleares competían enconadamente por pasar a la siguiente ronda. Hallándose igualados a casi todo, iba a resultar decisivo el coeficiente goleador. Éste favorecía al Levante, con un 2,71, contra el 1,33 de los baleáricos. Y a pesar de todo, cayeron en el pecado de avaricia, derrotando al Almansa en el último partido por un escandaloso 0-11. Tan bochornoso fue el espectáculo que al Comité de Competición de la FEF no le quedó más remedio que intervenir, publicando el 14 de marzo de 1946: «Con relación al partido Almansa-Levante de III División y a la vista del informe del delegado federativo que presenció el partido, el Comité acuerda: Suspender indefinidamente a 10 de los jugadores que integraron el equipo del Almansa por su actuación antideportiva y voluntariamente pasiva, que facilitó la victoria del Levante por 11 a 0». Más adelante condicionaba la participación del conjunto valenciano en la definitiva liguilla, a una ampliación del informe del delegado federativo.

La avaricia, ya se sabe, suele romper el saco.

El defensa Lorenzo Rifé (San Celoní 1938), hermano mayor del internacional culé Joaquín Rifé, también tuvo un comportamientos sospechosísimo con la camiseta del «Nastic» tarraconense el 30 de junio de 1965, en choque de promoción frente al Europa. Aparte de facilitar 2 goles a los visitantes en su cómoda victoria por 2-4, ni siquiera se reincorporó al juego tras el descanso, pese a que no podían efectuarse cambios por esa época. El central, a sus 27 años, había pasado por las plantillas del Júpiter, Condal, Barcelona, Atlético de Ceuta, nuevamente Barcelona y Deportivo de La Coruña, antes de recalar en Tarragona. Luego, puesto que nada firme pudo probársele, fichó por el Figueras.

El último gran escándalo resuelto con sanciones, afectó al Málaga en 1980, compitiendo en la 1ª División. Prácticamente todos los espectadores de aquel Málaga-Salamanca salieron del campo convencidos de haber presenciado un solemne tongo. Se aireó el nombre de los teóricos instigadores, cantidades concretas y hasta una especie de curiosa garantía en el pago. La Federación Española, presionada por determinados medios, jugó fuerte el 24 de junio de 1981, suspendiendo por un año a Corral, Orozco, Migueli y Macías, este último con el agravante de ser capitán. Recurrido este fallo, el Consejo Superior de Disciplina Deportiva del C.S.D., declararía improcedentes las sanciones casi un año después, el 29 de mayo de 1981, al no existir pruebas irrefutables. Algunos recurrentes, bastante más que talluditos, ya se habían retirado para entonces. Macías, por el contrario, pese a sumar 34 años, todavía rescató las botas para disputar otras tres campañas con el Antequerano a cara de perro, en 2ª División B. Como Dauder, Taltavull, López Herranz,  Lorenzo Rifé y tantos otros sospechosos, se fue con la cabeza alta.

Acumular pruebas sobre la compraventa de partidos no resulta tarea fácil, según se ve. Puede que ni se lograra con el concurso de Sam Spade, Philip Marlowe, Miss. Marple, Moses Wine, Travis MacGee, Lew Archer, el irritante Poirot o el no menos abrumador Colombo, todos ellos detectives de ficción. Pero puesto que el mundo de todos estos seres es otro, habremos de contentarnos con aplicar a los presuntos conchabeos el socorrido aforismo de los gallegos incrédulos, acerca de sus brujas.

Porque todo parece indicar que «haberlos, hailos».




El Torneo Relámpago de Mallorca en 1961

El 7 de Junio de 1961 se celebraron elecciones a la presidencia del Barcelona, venciendo apuradamente Enrique Llaudet a Jaime Fuset. Pocos días más tarde, el nuevo mandatario barcelonista comunicaba a la prensa que había llegado a un acuerdo con la directiva del Condal para que se convirtiera otra vez en filial azulgrana, al tiempo que renunciaba a seguir en Segunda División para la próxima temporada.

La competición regular en esta categoría había finalizado el 30 de Abril, con el equipo barcelonés, en el Grupo Norte, ocupando la decimosegunda plaza, la última que otorgaba la permanencia, por delante del Real Gijón (nombre entonces del Sporting) y del Sestao, que debían jugar la promoción, y del Baracaldo y Tarrasa, que habían descendido automáticamente a Tercera. Como quiera que la eliminatoria de permanencia aún no se había disputado, desde Gijón se solicitó que se otorgase la permanencia al club de aquella ciudad y que se adjudicase al Baracaldo la suya en la promoción.

Sin embargo, los directivos barcelonistas no comunicaron a tiempo la renuncia del Condal a la Federación, de modo que la competición siguió su curso y, en ella, Gijón y Sestao perdieron su plaza en Segunda ante Burgos y Cartagenera, respectivamente, descendiendo así a Tercera División. Sin embargo, entre los gijoneses quedó la esperanza de que en el momento en que el club barcelonés hiciera oficial su renuncia, ellos recuperarían la categoría recién perdida. Mientras tanto, desde la Federación Catalana se pedía que, para decidir quién ocupaba la plaza del Condal, se disputase una eliminatoria a partido único entre Gimnástico de Tarragona y Badalona, por ser los campeones de los dos grupos catalanes de Tercera División o que, como mínimo, se disputase un torneo entre estos dos equipos y los tres de Segunda División que habían perdido la categoría en la promoción (los mencionados Gijón y Sestao, del Grupo Norte, más el Castellón, del Grupo Sur).

La renuncia oficial del Condal acabó llegando a la Federación el 13 de Julio, en vísperas de la reunión de su Pleno Anual que, finalmente, decidió que se disputase un torneo cuyo campeón sería el que ocupase la plaza de los barceloneses en Segunda División. El torneo se debía disputar en Mallorca entre el 12 y el 20 de Agosto y en él participarían siete equipos: los tres de Segunda que habían descendido en la Promoción (Real Gijón, Sestao y Castellón), más los cuatro campeones de Tercera que habían perdido el ascenso en la última eliminatoria (Sevilla Atlético, Ferrol, Badalona y Amistad de Zaragoza). El conjunto gijonés sintió vulnerados sus derechos y presentó recurso ante la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes. Dicho recurso fue desestimado en la reunión de la Delegación el 28 de Julio.

Mientras tanto, se había realizado ya el sorteo del torneo, bautizado como Torneo Relámpago, correspondiendo jugar una primera eliminatoria que enfrentaría el día 12 al Sevilla Atlético con el Ferrol y al Badalona con el Amistad, completándose el día 13 con el partido que jugaría el Sestao contra el Real Gijón, mientras el Castellón quedaba exento. El día 15 se enfrentarían entre sí los vencedores de los dos primeros partidos y por otro lado, el clasificado de la eliminatoria entre Sestao y Real Gijón frente al exento Castellón. La final se jugaría entre los vencedores de las semifinales el día 20. Los árbitros serían los mallorquines Simó Fiol, de Primera División y Martorell y Rigo, de Segunda. La taquilla de los seis encuentros se acumularía y se repartiría entre los clubs participantes en función del número de partidos disputados, pero si hubiese pérdidas, estas serían asumidas al cincuenta por ciento por la Federación, y el resto a repartir entre los participantes. También se estableció que, por falta de tiempo, no habría partidos de desempate; en caso de igualdad al final de los noventa minutos, se jugaría una prórroga de treinta minutos en dos tiempos y, si persistiera el empate, se decidiría el vencedor por sorteo.

Los siete equipos implicados empezaron a trabajar duramente para conseguir la financiación que les permitiera afrontar los elevados gastos que comportaba un desplazamiento a Baleares, registrándose finalmente la renuncia del Sestao, que no pudo reunir el dinero necesario. Aunque en un principio se pensó en modificar el sistema de competición, disputándose una primera eliminatoria entre los seis equipos y posteriormente una liguilla entre los tres clasificados, finalmente se decidió seguir adelante con lo ya sorteado, con la única modificación de que el Real Gijón quedaba clasificado para las semifinales que debía disputar contra el Castellón. Además, el partido entre el Badalona y el Amistad de Zaragoza se desplazó al día 13, evitando así jugar dos encuentros el mismo día.

El sábado día 12 se jugó el primer partido, entre el Sevilla Atlético y el Ferrol, registrándose la contundente victoria de los primeros por tres goles a cero, tantos marcados por Guillermo en propia puerta y Segurola, en el primer tiempo, y Anca, también en propia puerta, en el segundo, protestando los ferrolanos dos goles anulados que les fueron anulados por el colegiado Simó Fiol. Así, el filial sevillista se clasificó para la semifinal, en la que esperaba al vencedor del duelo del día siguiente.

El domingo se enfrentaron el Amistad de Zaragoza y el Badalona, con arbitraje de Martorell, y fueron los aragoneses los que se llevaron el gato al agua, al vencer por dos a uno, con goles de Terren y Molina, contestados con otro de López para los badaloneses.

El martes día 15 hubo sesión doble en el Luis Sitjar, donde se celebraron los dos partidos de semifinales de este torneo. El primero de ellos, enfrentaba al Sevilla Atlético con el Amistad de Zaragoza, con el arbitraje de Rigo. Después de un primer tiempo de dura pugna entre ambos, fue en el segundo cuando los sevillistas consiguieron imponerse en el juego, consiguiendo dos goles por mediación de Blanco y Moya, que dejaron el marcador en un dos cero que aún pudo haberse ampliado en los últimos minutos.

A continuación se jugó el encuentro entre Castellón y Real Gijón, arbitrado por Martorell, y en él se batieron records de emoción, por lo incierto del marcador y por el desenlace final. En el primer tiempo, el Castellón aprovechó su velocidad para hacer el primer gol del partido por medio de Vallejo. Los gijoneses se lanzaron a un ataque desenfrenado, que se vio interrumpido por la lesión de Biempica, llegándose al descanso con el 1-0 favorable a los levantinos. Al poco de empezar el segundo tiempo, Granados hizo el empate para los asturianos, lo que provoca la reacción castellonense, plasmada con un gol de Diego, que con el paso de los minutos pareció definitivo. Sin embargo, en el último instante, un defensa del Castellón derribó al gijonés Montes, sancionando el árbitro el penalti que dio lugar al empate a dos logrado por Castañer y a la consiguiente prórroga. En esta, después de un primer tiempo sin más movimiento en el marcador, en el segundo adelantó nuevamente Diego a los castellonenses, haciendo Montes el definitivo empate a tres nada más sacar de centro. Conforme a lo reglamentado, no podía haber partido de desempate, así que la clasificación se tuvo que decidir por sorteo. Fue el secretario de la Federación Balear de Fútbol el encargado de lanzar la moneda al aire, favoreciendo la suerte al Real Gijón, que se clasificó de este modo para jugar la final contra el Sevilla Atlético.

Por fin, el 20 de Agosto, con arbitraje de Simó Fiol, se disputó el partido que habría de decidir quién ocupaba la plaza del Condal en la división de plata. Aunque en principio el Real Gijón se consideraba favorito para alzarse con el triunfo, la baja de Biempica por su lesión en el partido de semifinales hacía que aumentasen las opciones del Sevilla Atlético. Por los asturianos se alinearon Madriles; Martínez, Altisen, Castañer; Medina, Emilio; Lastra, Pocholo, Ortiz, Montes y Granados, mientras los sevillistas comparecieron con Cardoso (que luego sería sustituido por León); Romero, Herrera, Luque; Quirós, Moya; Muñiz-Romero, Fábregas, Segurola, Ramoncito y Blanco. Los gijoneses se hicieron con el mando del partido, consiguieron adelantarse en el marcador en el minuto 18 por mediación de Lastra, tras un centro de Castañer, y buscaron sentenciar el resultado por la vía rápida, fallando numerosas ocasiones de gol, hasta que Granados, al rematar un córner sacado por Lastra, conseguía el 2-0 cuando faltaban dos minutos para el descanso, finalizando así el primer tiempo. A la vuelta de vestuarios el panorama cambió radicalmente. El Sevilla Atlético se hizo con el control del partido, buscando dar la vuelta al marcador mientras el Real Gijón dejaba pasar los minutos. Faltando doce minutos para el final, Blanco, de fuerte disparo desde el borde del área, conseguía reducir la diferencia y hacía que la emoción volviera a aparecer sobre el césped del Luis Sitjar. Pero el marcador ya no se volvió a mover y el 2-1 final devolvió a los gijoneses a la categoría que habían perdido dos meses antes. La lógica decepción de los sevillistas contrastó con la alegría de los vencedores, que celebraron su ascenso en medio de la ovación del público balear.

Gracias a la renuncia del Condal y a su triunfo en el Torneo Relámpago, el Sporting de Gijón sigue siendo a fecha de hoy uno de los equipos que nunca ha jugado en una categoría por debajo de Segunda División, aunque su nombre figurase durante dos meses entre los participantes en Tercera.




El Recre entre 1893 y 1904: una etapa de hermetismo

Dedicado a D. Félix Martialay, El gran maestro.

Algunas apreciaciones. El Recre antes de 1893:

Aunque ahondaremos en el futuro en las actividades deportivas del Recreativo de Huelva entre 1888 y 1893 (sí, si, no me he equivocado, he dicho 1888) ahora vamos a hablar sobre las actividades del Club Decano en la década que transcurre entre 1893 y 1904.

Una vez desmonté, aportando las pruebas legales y de diversa índole, algunas teorías erróneas sobre la desaparición del Recreativo de Huelva en 1931 (www.onubafc.com, y en el nº1 de esta revista), ahora creo necesario demostrar no solo la existencia del Club decano en la década arriba referida, sino también que en dicho periodo temporal el Club siguió practicando el football, como no podía ser, por otro lado, de otra manera. Pretendo así con estos documentos cerrar cualquier interpretación interesada que pudiera hacerse sobre este periodo en la historia del Club Decano de España: El Recreativo de Huelva.

Pero antes de detallar esta etapa, y a modo de adelanto de mi futuro libro que en breve saldrá a la luz, es preciso que recordemos todos los matchs de football de los que hay constancia documental en los que participa el Huelva Recreation Club entre 1889 (fecha de oficialización del Club) y 1893:

DESPUES DE LA OFICIALIZACIÓN DEL CLUB EN 1889

FECHA

LUGAR

RIVAL

RESULTADO

Dic.1889-mar1890 Huelva (Fábrica Gas) Tripulantes vapores Surtos 2-0 (Huelva)
Año 1890 (s/fecha) Huelva (Fábrica Gas) Club Inglés de Rio Tinto Se desconoce.
Año 1890 (s/fecha) Rio Tinto Club Inglés de Rio Tinto Se desconoce.
8 marzo 1890 Sevilla Club Inglés de Sevilla 2-0 (Sevilla)
30 marzo 1890 Huelva (Fábrica Gas) Club Inglés de Sevilla 2-1 (Huelva)
Oct-Nov. 1890 Huelva (?) Gibraltar Se desconoce
Oct-Nov 1890 Huelva (?) Club Inglés de Málaga Se desconoce
2 enero 1891 Sevilla Club Inglés de Sevilla 0-0
14 Febrero 1891 Huelva (Fábrica Gas) Club Inglés de Sevilla 1-0 (Huelva)
16 Diciemb. 1891 Sevilla Club Inglés de Sevilla Empate.
22 Febrero 1892 Huelva (Fábrica Gas) Club Inglés de Sevilla 2-0 (Huelva)
7 Mayo 1892 Huelva (Velódromo) Club Inglés de Rio Tinto 0-1 (Rio Tinto)
22 Octubre 1892 Huelva (Velódromo) Club Inglés de Rio Tinto 2-0 (Huelva)
Enero 1893 Huelva (Velódromo) Club Ingles de Rio Tinto (¿) Se desconoce

Para todos estos partidos a los que se hace aquí referencia existen sus documentos y pruebas pertinentes, aunque es más que probable que hubiera habido más encuentros.

Introducción a la etapa comprendida entre 1893 y 1904:

A partir de 1893 el «Huelva Recreation Club» decrece en la actividad organizativa orientada hacia la sociedad onubense que le había caracterizado durante esos primeros cuatro años de existencia. Parece como si con los fastos de la celebración del IV centenario el Club decidiera cerrar sus puertas a la celebración de actividades orientadas a la sociedad local de la época para acercarse así más al típico perfil «exclusivista» de los Clubes ingleses. Sin embargo esto no significa en absoluto que el Club dejara de organizar actividades deportivas, pues como a continuación detallaremos existen evidencias numerosas de las mismas a lo largo de esa década.

Lo que parece ser cierto es que el Club se vuelve muy hermético hacia la sociedad onubense en general, y muchas de estas actividades deportivas pasan a tener un claro carácter privado, y limitado exclusivamente a sus socios y a los tripulantes ingleses que arribaban en el puerto onubense, como ahora comprobaremos. Al menos eso se desprende de las crónicas periodísticas locales, en las que poca prioridad se le da a estas noticias deportivas, tal vez porque la «moda» y lo «novedoso» de esas actividades deportivas ya había pasado en años anteriores, de tal modo que el hecho de que se jugara en el Velódromo alguna partida de football ya no sería tan llamativo como antes.

Un hecho que evidencia en ese hermetismo del Club y privacidad de sus actividades deportivas es que el mismo pasa en 1896 a ser gestionado íntegramente por el «Seamen´s Institute», una organización nacida en 1891 para dar cobijo, diversión y compañía a los marineros ingleses que se «instalaban» con sus buques en el puerto de Huelva durante periodos de tiempo relativamente considerables mientras esperaban el mineral y lo terminaban de cargar en los buques. Lo curioso de esta organización es que estaba dirigida por la mayoría de fundadores e impulsores del «Huelva Recreation Club».

1891: El nacimiento del «Seamen´s Institute»:

El 4 de Agosto de 1889, en el diario local La Provincia aparece una nota de prensa que hace alusión a la construcción por parte de la compañía de Rio Tinto de un Club para marineros y tripulantes de los buques ingleses que asiduamente recalan en el puerto de Huelva. El Club constaría de un templo, dos escuelas y habitaciones para dar cobijo y techo a estos marineros.

Todo un detalle, desde luego, de la compañía minera para estos hombres que pasaban mucho tiempo incomunicados con sus familiares cercanos, lejos de su tierra natal y en condiciones laborales muy duras.

4 de Agosto de 1889. La Provincia

4 de Agosto de 1889. La Provincia

Este Club, que como hemos dicho adquiriría el nombre de «Seamen´s Institute», ya en 1891 tenía vida propia. Esto se demuestra en el acta de constitución de la entidad, celebrada el 6 de Noviembre de 1891 y que se conserva en el Archivo Histórico de la Fundación Rio Tinto:

Acta de Constitución del Seamen´s Institute. 6 de Noviembre de 1891. (AHFT)

Acta de Constitución del Seamen´s Institute. 6 de Noviembre de 1891. (AHFT)

Tal y como hemos indicado arriba muchos de los socios e impulsores de este Club para marineros eran los mismos que los que impulsaron el «Huelva Recreation Club», y es obvio pensar por tanto que sus vidas correrían de manera paralela, ahora lo comprobaremos. Basta comprobar los asistentes a las reuniones del «Seamen´s Institute» para confirmar este extremo.

Comprobemos a continuación este extremo:

del 18 de Octubre de 1895. Seamen´s Institute. (AHFT)

del 18 de Octubre de 1895. Seamen´s Institute. (AHFT)

Reunión de 27 Marzo de 1896. Seamen´s Institute. (AHFT)

Reunión de 27 Marzo de 1896. Seamen´s Institute. (AHFT)

Podemos leer los nombres de Spiers (socio del Recreation Club en la primera lista de socios de 1889), Gough (Socio del Recreation Club en la primera lista de socios de 1889), Charles Adam (presidente cofundador del Recreation Club), Mackay (Socio principal y promotor del Recreation Club) son algunos de los nombres que en estas actas aparecen reflejados.

En estas actas también aparece el nombre de Birchall, el que fuera secretario del Recreation Club hasta finales de 1890. También aparece W. Bice, una de las personas señaladas en las crónicas posteriores como uno de los introductores del football en Rio Tinto y Huelva allá por 1873.

Así pues podemos decir que dentro de los que formaban parte del Seamen´s Institute y a su vez del Recreation Club había grandes amantes del football, tales como Bice y Mackay.

27 de Marzo de 1896: La inclusión del «Huelva Recreation Club» en el «Seamen´s Institute»

Lo que sí tenemos muy claro es que durante el periodo transcurrido entre 1893 y finales de 1895 el «Recreation Club», aún de manera independiente, organizaba actividades deportivas exclusivamente para los marineros de esos buques que arribaban en el Puerto de Huelva. Sin embargo la relación ya por entonces entre el «Seamen´s Institute» y el «Huelva Recreation Club» era bastante intensa, tal y como se puede extraer del acta del Seamen´s del 18 de Octubre de 1895.

En la misma queda claro que el Club viene desarrollando actividades deportivas en el campo del Velódromo, pero casi íntegramente dedicadas a distraer a los tripulantes de los vapores surtos que llegaban a Huelva.

Estas actividades serían a la postre el football y el Cricket, como demostraremos a continuación.

En dicho acta de 18 de Octubre de 1895 literalmente se traduce que «como el Huelva Recreation Club se dedica casi exclusivamente a ofrecer actividades deportivas a los marineros de los buques que llegan desde Inglaterra es necesario que el Seamen´s Institute adquiera equipamiento deportivo ya que el Recreation Club debido a los recortes de gastos que tiene no puede seguir prestándolo»

Este documento que se conserva en el Archivo Histórico de la Fundación Rio Tinto pone de relieve algo que muchos no querían creerse: que el Recreativo de Huelva después de 1893 siguió existiendo y practicando actividades deportivas, orientadas esta vez a los marineros que arribaban en el puerto de Huelva para cargar el mineral y trasladarlo hacia Inglaterra.

Aunque hay diferentes documentos en posteriores años que hablan de Club y que iremos mostrando ahora, queda clara pues la continuidad del Recreativo.

Durante ese periodo las actividades deportivas organizadas por el Seamen´s Institute y en las que participaba el «Huelva Recreation Club» eran tan intensas y numerosas que en el acta del 27 de Marzo de 1896 de la institución marinera del Seamen´s Institute, el Dr. Mackay propuso que:

 «…dado que el Huelva Recreation Club existe casi exclusivamente para proporcionar distracción a los marineros del Seamen´s Institute, éste pasase a ser gestionado a su vez por la misma entidad marinera«.

A continuación mostramos el acta que se conserva en el Archivo Histórico de la Fundación Rio Tinto, dónde puede leerse lo anteriormente expuesto

, con el «Huelva Recreation Club» ya siendo gestionado por el «Seamen´s Institute», Mr. Spiers, propone en reunión celebrada en dicha fecha que:

Acta de 27 de Marzo de 1896. Seamen´s Institute.

Acta de 27 de Marzo de 1896. Seamen´s Institute.

El 23 de Enero de 1897

 

  «El Dr. Mackay y el Sr. Birchall, como representantes últimos del Recreation Club, deberían crear un comité de deportes dentro del propio instituto marinero»

Y dice un «comité de deportes» no «de deporte», lo cual es obviamente significativo, poniendo de relieve la incesante actividad deportiva en diversas áreas, que existía en el Club Recreativo.

Aquí mostramos el acta de la reunión:

Acta de 23 de Enero de 1897. Seamen´s Institute.

Acta de 23 de Enero de 1897. Seamen´s Institute.

Y así, a groso modo y sin entrar en más detalles que aburran al lector, transcurrió la vida del «Huelva Recreation Club» hasta 1903, fecha en la que el Club de la mano del Dr. Mackay se «reorganiza» para la sociedad Onubense inaugurando posteriormente en 1904 unos nuevos estatutos (según reza en la prensa local) y su nueva etapa deportiva con una gran fiesta, esta vez, como hemos referido, de nuevo abierta a la sociedad Onubense, tal y como fue en sus primeros años de existencia. A continuación detallamos cuales fueron las actividades deportivas desarrolladas por el Club.

Las actividades deportivas del «Huelva Recreation» entre 1893 y 1903:

El «Huelva Recreation Club» practicó en este periodo el Cricket, football y tennis; precisamente los tres deportes para los que se oficializó en 1889 tal y como se comprueba, entre otros lugares, en la guía de Huelva de 1891 (información referida a 1890):

imagen7Pero nos centraremos en la práctica del football en este periodo.

La práctica del football por parte del «Club Recreativo» entre 1893 y 1903:

Queremos empezar este apartado con una pregunta: ¿Tenía el Club Recreativo en esa década un <team> conformado, preparado y entrenado para la disputa de partidas de football?.

Responderemos a esta cuestión con algunas preguntas: ¿había Clubes próximos contra los que contender?, ¿Había campeonatos en los que participar?, ¿Hasta que año no se fundó el siguiente equipo de football en Andalucía?…

Obviamente si alguien pretende que el Club decano, para ser tal, en esa década de finales del siglo XIX tuviera un equipo entrenado, federado, equipado reglamentariamente, reglamentado, con fisioterapeutas, médicos especializados en el deporte, publicidad en la camiseta etc…simplemente no sabe de qué va o como funciona esto de la historia del football.

Es una obviedad que el Club Recreativo estaba prácticamente solo en su área geográfica, y por tanto seguía practicando el football, y el cricket, de una manera «desorganizada» si se quiere llamar así, pero siempre dentro de la disciplina del propio Club.

Por tanto huelga decir que, como demostraremos ahora, el Club practicaba el football entre sus socios o bien contra los marinos que llegaban al Puerto de Huelva.

Simple y llanamente no se hacía preciso la formación seria de ningún <team> pues el football (y el cricket también) se practicaba, digámoslo de forma coloquial, «privadamente». No será pues hasta 1903, con el auge del Campeonato de España cuando el Club Recreativo, de nuevo abierto a la sociedad onubense, se plantee dar comienzo a un grupo serio que contienda con los equipos que se estaban formando en distintos puntos de España.

Independientemente de este dato que entra dentro de toda la lógica posible, lo que consideramos realmente importante es el hecho de que en el Club Recreativo se siguiera practicando football. El football había calado mucho entre la juventud local onubense que, aún dado el carácter hermético de la sociedad Recreativa, lo practicaba en las calles de la capital, ocasionando, como veremos, algún que otro incidente.

Así, poco antes de pasar a ser dirigido el club oficialmente por el Seamen´s Institute, el 3 de Marzo de 1896 el Excmo. Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Huelva recibe una carta curiosa cuando menos, que por supuesto se conserva en el Archivo Histórico de Huelva, firmada por Concepción Herrera Prieto, vecina de Huelva y que decía lo siguiente:

La carta, habiendo corregido algunas faltas ortográficas de la señora Prieto, dice así:

Archivo Histórico Municipal de Huelva

Archivo Histórico Municipal de Huelva

«Participo a V.S. que son continuos en esta capital las raterías y escándalos provocados por un numero considerable de chiquillos que amen de las continuas pedreas sufridas por los vecinos no tienen por otra salvaje distracción que la de correr de un lado para otro dando patadas a una pelota a modo del juego de «fatboole» que ejercitan los socios de la colonia inglesa del Club Recreativo en los terrenos del Velódromo; habiendo provocado hasta la presente varios accidentes desgraciados.

A pesar de las ocasiones que hemos dado cuenta de estas agresiones a sus dignas autoridades de estas agresiones ningún remedio se ha puesto, por lo que volvemos encarecidamente a suplicarle tome cuantas medidas estime oportuna en evitación de estas salvajes diversiones.

                                                                                                                       Dios Guíe a V.S. m.a.

                                                                                                    Huelva 3(¿) de Marzo de 1896.

                                                                                                            Concepción Herrera Prieto.

 Sr. Alcalde Presidente del Excmo. Ayuntamiento de esta capital.»

En esta misiva quedan puestas de manifiesto varias realidades innegables:

  • a) El football («fatboole» como se refieren a este deporte en esta carta) en el Club Recreativo se seguía practicando después de 1893 entre sus socios y como es obvio con los marineros de los buques que arribaban en el puerto.
  • b) El football había calado y prendido ya en la juventud local autóctona. Prueba de ello es que en 1896 ya había un número considerable de jóvenes que «que corrían de un lado para otro dando patadas a una pelota a modo del juego de fatboole».
  • c) Estos «alborotos» provocados por los jóvenes eran continuos, por lo que no podemos hablar de un hecho aislado.
  • d) El Club estaba presente en la sociedad local aún cuando este se encontraba en un periodo transitorio de hermetismo.

Pero aquí no terminan las «pruebas» que se refieren al football en el Velódromo del Club Recreativo, recinto de uso exclusivo y privado de la sociedad deportiva cuya construcción fue financiada por la «Riotinto Company Limited»  para el Club Recreativo y entregado para su uso desde 1892.

Así pues ya estando el Club Recreativo bajo el auspicio del «Seamen´s Institute», el 26 de Septiembre de 1899 nos encontramos con la siguiente noticia en el diario local «La Provincia».

26 de Septiembre de 1899. La Provincia.

26 de Septiembre de 1899. La Provincia.

Nos llama poderosamente la atención el hecho de que sean «distinguidos jóvenes» los que organicen esas partidas de foot-ball, lo cual demuestra que la sociedad seguía con su carácter hermético y cerrado.

Así por ejemplo también, el 28 de Enero de 1900 vuelve a aparecer una referencia a la práctica del football en el Club Recreativo:

28 de enero de 1900. La Provincia

28 de enero de 1900. La Provincia

Antes de continuar, y para dejar definitivamente aclarado el asunto de la obvia y  palpable continuidad del Recreativo de Huelva en esa época, basta con percatarse cómo las notas de prensa se refieren a la propiedad del «Velódromo». Dice claramente «en el Velódromo del Club Recreativo». Es obvio que si el Club no existiera entonces el Velódromo no sería del Club Recreativo, sino de la Compañía minera de Rio Tinto.

Hagamos aquí una reflexión que ya he hecho en alguna otra ocasión y que considero muy importante para entender la evolución del football en estos años que van desde 1893 a 1903 en la capital onubense.

Sabemos por estos datos que varios jóvenes juegan al foot-ball en 1899 en el campo del Velódromo. Es obvio que, dada la edad media en aquella época en la que se practicaba el football, no llegarían a tener más de 16-17 años.

Bien, ¿¿Podría llegarse a pensar que de buenas a primeras como por arte de magia a uno de esos distinguidos jóvenes se le ocurre poner dos palos a modo de porterías y una pelota, y hacer dos grupos diferenciados que contiendan entre si??;

Francamente esto es altamente improbable.

Lo que resulta más lógico y probable es que estos jóvenes vieran a otras personas jugar a estos Sport años atrás, años anteriores a 1899, durante los cuales fueron tomando afición y gusto por dicha actividad lúdica y recreativa. Y es que probablemente observaran aquellas partidas a las que hace mención Dña. Concepción Herrera en su carta remitida al Ayuntamiento de Huelva en 1896.

Otro detalle documental que pone de relieve la existencia «hermética» y «privada» de la práctica del football en la capital Onubense durante este periodo de tiempo comprendido entre 1893 y 1903 en el seno del Club Recreativo es la nota de prensa aparecida en el diario La provincia del día 30 de abril de 1903. En dicha nota  se exige al Club que abandone su «exclusivismo» y sus «prejuicios» para que se conformara un team de football que pudiera contender en el primer campeonato de España que se iba a disputar en breve en Madrid, lo cual sería, según la nota de prensa, bastante sencillo dado el número de buenos jugadores que existían en Huelva.

Extracto. 30 de Abril de 1903. La Provincia

Extracto. 30 de Abril de 1903. La Provincia

Es obvio que el Club practicaba el football entre 1893 y 1903 sin ninguna duda, pero de manera exclusivista y cerrada a la sociedad onubense, como se desprende del contenido de esta nota de prensa de 30 de abril de 1903.

En conclusión:

En resumen, parece evidente que el football en Huelva tuvo una evidente continuidad por los socios del Recreation Club, dadas las pruebas que hemos aportado. Incluso resulta llamativo y a las pruebas nos remitimos, que el futbol fue calando, durante esos 10 años transcurridos entre 1893 y 1903, entre los jóvenes burgueses y no burgueses de la capital onubense

Obviamente el Club carecía de otros Clubes contendientes que aceptaran desafíos de football, por lo que no disponía de un grupo cerrado u organizado dentro de la propia sociedad que se dedicara única y específicamente a jugar partidas de football como si de competiciones se tratasen. Más bien, podemos entender a tenor de las pruebas aportadas que eran los propios socios del Club los que o bien se reunían para formar dos grupos más o menos homogéneos con los que poder contender en una partida de football, o bien disputaban esas partidas contra los marineros que llegaban a Huelva. Pero queda fuera de toda duda que el Club Recreativo, aún en ausencia de contendientes, practicaba el football entre sus socios y los marineros que arribaban en el puerto de Huelva.

1904: El Recreativo abandona el Seamen´s Institute y se abre de nuevo a la Sociedad Onubense.

Durante los tres primeros años del siglo XX el Club Recreativo siguió bajo el auspicio del Seamen´s Institute, pero no por mucho tiempo. En la sociedad onubense ya era considerable el número de aficionados al football, crecimiento motivado en parte por las propias actividades que el Club organizaba para los marineros que venían a Huelva. Así pues parecía que, en cierto modo empujados por la sociedad futbolística local, los directivos del Club Recreativo decidieron abrir de nuevo el Club a la sociedad onubense, y dejar atrás esos diez años de hermetismo.

Esta notable afición ya existente en Huelva y el carácter hermético y exclusivista del Club Recreativo hacia la sociedad Onubense puede deducirse también de la nota de prensa aparecida en el diario local La Provincia de fecha 30 de Abril de 1903:imagen12

Queda aquí puesto de manifiesto el hecho de que el Club tenía hasta ese momento un carácter muy exclusivista, y que debía «abrirse» de nuevo a la sociedad local de la época, en la que ya existía una notable afición al football, para conformar un team competitivo con los jugadores que ya existían en el Club de  Huelva que pudiera participar en los campeonatos de España.
Obviamente queda puesto de manifiesto que el club seguía practicando hasta ese momento el football, pero dada la ausencia de contrincantes serios, lo hacía de manera privada y por pura diversión y practica del Sport.

En ella se hace alusión al campeonato de España que se estaba celebrando en Madrid, y se expresaba con tristeza el hecho de que Huelva no tuviera un representante en dicha competición, dado «el numeroso elemento aficionado al football que ya había en Huelva».

Además en la nota de prensa se insta, en clara alusión al Club Recreativo, a que se abandonen los «prejuicios y exclusivismos para conformar un <team> digno», que contienda con otras escuadras regionales, en clara alusión y ruego también a que el Club volviera a abrirse a los aficionados locales existentes.

La «tarea obviamente quedaría encomendada al Club Recreativo» y que por cierto, según el cronista, sería bastante sencilla «dado los buenos y antiguos jugadores que en Huelva existen«.

Esta nota de 30 de Abril de 1903 pone por tanto bastante claras algunas cosas que ya hemos ido descubriendo en el capítulo anterior, pero que conviene volver a resaltar:

  • a) El Club Recreativo de Huelva practicaba el football de manera desorganizada, con un claro signo exclusivista, privativo y por puro entretenimiento dada la ausencia de contrincantes en la Región, tal y como se deduce en la nota de prensa,
  • b) De hecho se entiende claramente que, ante la aparición de equipos en otras regiones que contendían en ciertos campeonatos organizados, el Club debía dejar de practicar el football de forma privada para abrirse a la sociedad y conformar un <team> serio a partir de los buenos jugadores ya existentes y de otros que pudieran unirse y que pudiera contender a nivel regional. De hecho el periodista deja la tarea de conformar un team competitivo al propio Recreativo de Huelva, que en ese momento practicaba el football de forma «exclusivista».
  • c) En Huelva ya había una «notable afición al football«. Es obvio que esta afición no podía nacer de un año para otro, sino que era fruto de la paulatina introducción de ese deporte a lo largo de los años anteriores.
  • d) En Huelva en ese preciso momento existían buenos y antiguos jugadores, los cuales eran conocidos obviamente, no podía ser por otra cosa, que por continuada practica del football en el Velódromo del Club Recreativo.

El football había alcanzado tal relevancia en Huelva a lo largo de la última década del siglo XIX que el conocido dramaturgo onubense Luis Vargas Soto, entre sus tantas y tantas obras pictóricas refleja en una de sus pinturas una de los más habituales hechos sociales en la Huelva de entonces: Las partidas de football.

Se trata de la primera pintura sobre football que se conserva en España, y data de finales de 1902, aunque firmada el 10 de Abril de 1903.

Es obvio que el football por tanto era ya algo bastante habitual en Huelva como lo demuestra el hecho de que sea motivo de pinturas y comentarios de personajes históricos y de incuestionable cultura. Es muy significativo que este dramaturgo reflejara ese Sport en una de sus obras, pues es obvio que algo que hubiera sucedido esporádicamente no habría sido motivo de este tipo de reflejo en forma de obra de arte:

Este es el cuadro que se conserva en el Archivo Municipal de la casa Colón de Huelva:

Pintura del Dramaturgo Onubense Luis Vargas Soto. Archivo Municipal Casa Colón.

Pintura del Dramaturgo Onubense Luis Vargas Soto. Archivo Municipal Casa Colón.

Secuencia y desarrollo de los acontecimientos que llevaron al Club Recreativo a la reapertura a la sociedad local de sus actividades deportivas:

El 20 de enero de 1903, en junta celebrada por el «Seamen´s Institute» puede leerse lo siguiente en el acta de dicha reunión que se conserva en el Archivo Histórico de la Compañía Rio Tinto:

<<…la unión que había tenido lugar entre el Club Recreativo de Huelva y el Seamen´s Institute el pasado 29 de Noviembre de 1896 se debe ver disuelta ya que se propone por el Dr. Mackay el nuevo desarrollo del Club Recreativo al margen del citado Seamen´s Institute…>>

Así que, con esta noticia, parece que la entidad inglesa va a abrirse de nuevo a la sociedad onubense de la época, la cual claramente estaba motivada por la creciente afición que en Huelva existían por los Sports.

La capital onubense recoge con claro júbilo esta noticia, ya que habían sido casi 10 años en los que la máxima entidad deportiva local se había convertido en algo exclusivo para sus socios ingleses y aburguesados y se había sumido en un claro hermetismo hacia la gente de la capital.

Pero, sobre todo, en la prensa de la época se deja patente la necesidad y el deseo por parte de la gente de que el Club volviera abrir sus puertas a los grandes aficionados al football que ya había en la sociedad local, y que durante esos 10 años lo habían visto ejercitar exclusivamente a los socios ingleses del Club contra los de Rio Tinto o los marineros de los buques que llegaban al puerto de Huelva.

Así el 16 de marzo de 1903 puede leerse lo siguiente en la prensa local:

16 de marzo de 1903. La Provincia

16 de marzo de 1903. La Provincia

Como puede leerse se pide que, «de comenzar el Club Recreativo en esta nueva etapa con la organización de algunos nuevos juegos», se organicen partidas de football, ya que esto sería del agrado de todos los buenos aficionados que ha existían en Huelva a este deporte del balón. Esto desde luego habla de la importancia y del «asentamiento» entre la población local del Sport del football.

Para aquellos que de manera sorprendente quieran hacer creer a los aficionados a la historia del football en España que el Recreativo de Huelva no existía en ese periodo comprendido entre 1893 y 1903, basta (además de todas las pruebas presentes en las actas del Seamen´s Institute en las que se habla repetidamente de las actividades del Club Recreativo) con percatarse de cómo la prensa se refiere al Club como una entidad con existencia en todo momento: «…De comenzar el Club Recreativo algunos nuevos juegos…». Esta frase es significativa ya que deja patente que en todo momento el Club simplemente existe, pero que es en ese momento preciso cuando va a darle un giro a sus actividades.

La prensa y la sociedad local siguen con la insistencia hacia el Club Recreativo para que se olviden los exclusivismos y hermetismos y se regularice la práctica del football en la capital, y para que, con motivo de la Copa del Rey de ese año, se organizara un Team con los grandes jugadores que ya existen y otros que con un poco de ensayo podrían adherirse al equipo.

Así el día 30 de Abril de 1903 aparece la siguiente nota de prensa, que precisamente ya hemos repasado al comienzo de este capítulo:imagen15

Como puede leerse, y para no ser demasiado redundante, se deja claro la insistencia social en que el Club abandonase los prejuicios (los típicos prejuicios ingleses) y exclusivismos  que habían tenido durante esos últimos 10 años y desarrollara y conformara un team de football serio y respetable, de tal manera que el football dejara de practicarse de manera «poco organizada», tal y como lo había venido haciendo durante esos últimos 10 años. Ya hemos hablado de que resultaba ilógico que el Club tuviera conformado un «team» entrenado y preparado para la competición durante esos años, pues entonces no existía en las capitales próximas ningún otro team de football contra el que contender.

Y de nuevo, para callar lenguas maledicientes, me gustaría llamar la atención sobre la última frase de la noticia, en la que se dice literalmente «…para que el concurso próximo no coja desprevenido a los socios del Club Recreativo». Esta frase da por hecho que, antes de que finalmente el 15 de Mayo de 1903, pocos días después a esta nota de prensa, se aprobara el nuevo Reglamento del Club Recreativo para su nueva vida social, el Club tenía su propia trayectoria anterior, y que incluso tenía socios, lo cual no vuelve más que a redundar en el hecho cierto de que el Club existía ininterrumpidamente desde 1889, pero que es en ese momento de 1903 cuando decide de nuevo dar nuevos brios a la sociedad deportiva.

Es por tanto en ese momento en el que llegan noticias de los Campeonatos de España cuando se hace necesario conformar ese «team» debidamente preparado.

Finalmente, el día 15 de Mayo de 1903, tal vez movido por la insistencia social, el Dr. Mackay presenta el nuevo reglamento de la sociedad, que se hace público el día 20 en la prensa local:

20 de Mayo de 1903. Diario La Provincia

20 de Mayo de 1903. Diario La Provincia

Se hace patente la existencia de un reglamento anterior a esa fecha, durante la última década del siglo XIX, en la sociedad, ya que la nota de prensa hace clara alusión a que se trata de un «nuevo reglamento«. Sobre el contenido del antiguo reglamento desgraciadamente no disponemos de información.

Una de las cosas que llaman la atención de este reglamento es el artículo nº 12, que dice literalmente lo siguiente:

«Serán considerados como socios transeúntes, sin necesidad de ser presentados, todos los tripulantes de los buques surtos en esta bahía»

Este artículo pone una vez más de relieve la fuerte vinculación mantenida entre el Club y el Seamen´s Institute durante los diez años anteriores, de tal manera que el Club en ningún momento parece que se desvincula de la entidad marinera.

Tal era la afición que había a los Sports en Huelva, y en concreto al football y al cricket que uno de los primeros acuerdos que se adoptaron en ese año de 1903 fue solicitar a la compañía minera un permiso especial para construir unos nuevos «Pabellones» para cricket y football que se ubicarían también en el campo del Velódromo.

Esa solicitud fue cursada por el presidente del Club, el Dr. Mackay, y quedó puesto de manifiesto en los RDB de 1904 (Report of deboard Deputation), una especie de documentos internos de las reuniones ejecutivas de la compañía minera que resumían las actividades ejecutadas y permisos concedidos en el año anterior y que se conservan en el Archivo Histórico de la compañía Rio Tinto.

RDB 1904. (Hace alusión a los acuerdos y acciones efectuadas en 1903

RDB 1904. (Hace alusión a los acuerdos y acciones efectuadas en 1903

El espacio del pabellón que se construiría en el Velódromo del Club Recreativo de Huelva, dedicado al football, se inaugura finalmente, según la prensa local de la época, el día 15 de Octubre de 1904, con un partido entre el Recreativo de Huelva y el Rio Tinto Football Club.

5 de Octubre de 1904. Diario La Provincia

5 de Octubre de 1904. Diario La Provincia

y efectivamente, ese partido de football tuvo lugar en dicho nuevo pabellón construido para la práctica del football.

El football en Huelva, que ya había prendido hacía años atrás, estaba en su máximo apogeo, tal y como lo demuestra la nota de prensa aparecida en el diario local «La Provincia» el 13 de Octubre de 1904:imagen19

El 14 de Octubre de 1904, el Club Recreativo de Huelva, organiza los primeros juegos de la temporada de otoño. Nada se dice de Inauguración del Club ni de fundación de un nuevo Club, ni nada por el estilo (como algunos han querido decir manchando la historia del Recre). Simple y llanamente se habla de la Organización de juegos de Otoño. Cabría mencionar aquí, para los «dudosos», que la prensa local sabría mejor de qué iba el asunto que la prensa nacional. Eso es obvio. Esta es la nota de prensa del 14 del 10 de 1904 en el diario la Provincia.imagen20

El 16 Octubre de 1904, la prensa local de la época se hace eco de los resultados y de los acontecimientos acaecidos en la fiesta organizada por el Club Recreativo en su terreno deportivo del Velódromo:

16 Octubre 1904 (La Provincia)

16 Octubre 1904 (La Provincia)

Literalmente dice que «…animada y brillante en extremo resultó la fiesta verificada hoy por esta Sociedad en su Velódromo de la alameda Sundheim…».

Una vez más pone de relieve que nada se dice ni de inauguración de un Club, ni de nueva sociedad ni de nada por el estilo…

El tratamiento de la fiesta del Club Recreativo por la prensa Nacional:

Una vez aclarada y demostrada con documentos periodísticos, y actas de reuniones del Seamen´s Institute, la continuidad del Club Recreativo de Huelva entre 1893 y 1904, y demostrado también que en el seno del Club el football siguió siendo practicado con asiduidad; analizaremos cómo abordó la prensa nacional las fiestas de otoño del Recreativo en su campo del Velódromo.

El 29 de Octubre de 1904 aparece la siguiente escueta nota en «el Imparcial«imagen22

Efectivamente se dice literalmente «…Socios del nuevo Club…», pero resulta evidente a todas luces (según toda la documentación anteriormente expuesta) que el periodista o la persona encargada de redacción de la nota de prensa estaba equivocada o simplemente la habían informado erróneamente si con lo de «nuevo Club» se quisiera referir a un Club recién constituido y absolutamente nuevo. Las notas de prensa, actas conservadas en el Archivo Histórico de Rio Tinto y la correspondencia del Ayuntamiento de Huelva demuestran que el Recreativo seguía existiendo y practicando el football.

Pero es que aún suponiendo que la redacción es correcta, el periodista no tiene necesariamente porque estar refiriéndose a un «Nuevo Club» en el sentido literal de las palabras, sino a una nueva situación o una nueva etapa que se estuviera viviendo en el seno de una sociedad ya existente¿Cuántas veces nos referimos a los cambios sufridos por equipos o instituciones como «nuevas etapas» en los mismos?.

El 18 de Noviembre de 1904 en «El Imparcial» podemos leer lo siguiente en referencia a estas fiestas de otoño del Club Recreativo:imagen23

Aquí se dice literalmente que «…Mackay, presidente fundador del Club Onubense…» y también que «Carlos Sundheim obtuvieron premios en las fiestas de inauguración…».

Pues muy bien; Mackay efectivamente fue uno de los fundadores del Club en su oficialización en 1889 y de cara a la sociedad local de la época fue el gran impulso del Club y el football en Huelva en esos años finales del siglo XIX. Así pues no es raro que hablen de él como el presidente fundador del Club Recreativo.

En cuanto a lo de «fiestas de inauguración», no hay que olvidar que se había construido recientemente en el Velódromo dos pabellones para practicar deportes de football y otras actividades, y que en realidad se estaban inaugurando de cara a la sociedad Onubense.

Una nota de atención para todo esto:

No podemos olvidar y recordar toda la información y documentos a los que hemos hecho alusión durante el desarrollo de este informe y que están custodiados en diversos Archivos Históricos de la Provincia de Huelva; y que demuestran no solo la continuidad del Club, sino lo asiduo de su práctica del football.

Por tanto es obvio que la prensa nacional acogió las actividades y fiestas de Otoño del Club bajo la perspectiva de la inauguración de la nueva vida del Club y de sus nuevos pabellones deportivos construidos poco antes, y sobre todo de su reorganización y reapertura hacia la sociedad Onubense; dejando de ser un Club hermético y cerrado como lo había sido en esa década, pero de existencia a todas luces interrumpida desde 1889.




Las Reglas de Cambridge

Podríamos decir que el fútbol moderno comenzó su andadura a mediados del siglo XIX sin poder concretar una fecha exacta. Fue construyéndose poco a poco.

Anteriormente a la época mencionada el Juego estaba más próximo a lo que conocemos como el rugby actual que al fútbol propiamente dicho. Se utilizaban las manos para jugar el balón o para sujetar o empujar a un contrario, se daban puntapiés…

Charterhouse y Westminster fueron dos colegios ingleses que optaron por crear sus propias reglas entendidas de una manera menos agresiva a lo que era habitual. Estas reglas pretendían crear un juego que permitiera un estilo propio, más hábil frente al tumulto que representaba la vieja normativa.

Llegados a este punto encontramos que la situación es que cada colegio adopta sus propias normas. Así, cuando debían jugar unos frente a otros acordaban antes del inicio del partido que es lo que se podía hacer y lo que no creándose situaciones confusas al intentar ponerse de acuerdo en lo que habían pactado. De esta manera era fácil suponer que existía una necesidad imperiosa de unificar los criterios.

Para ello, en 1848, dos estudiantes de la universidad, Henry de Winton y John Charles Thring, hicieron un llamamiento a los distintos colegios enviando representantes los de Eton, Harrow, Rugby, Winchester y Shrewsbury reuniéndose en el Trinity College de Cambridge  llegando a una serie de acuerdos plasmados en un documento, que con el paso del tiempo desapareció físicamente, llamado Reglas de Cambridge. La diferencia primordial entre estas reglas y las de 1863 es que las de Cambridge permitían utilizar las manos para conducir el balón y una cierta permisividad en el juego brusco. Por todo lo demás fueron las elegidas de entre todos los códigos para la creación de las primeras Reglas de Juego, aunque en su momento no fueron universalmente aceptadas.

Existe una copia de 1856 en la biblioteca de Shrewsbury School que muestra alguna evolución respecto a las de 1848. Se aprecia que el Juego está regulado de una manera moderna y ordenada. Se preocuparon de crear normas para el inicio del partido, la reanudación del mismo tras un gol, la creación de los saques de meta y banda, la definición de los resultados, una primitiva regla del fuera de juego y la utilización de las manos tanto para jugar el balón como para empujar o sujetar a los jugadores contrarios. En 1862, John Charles Thring presentó un texto más reducido de estas mismas reglas.

Así dicen las reglas de 1856:

1º         Este club se denominará University Football Club.

2º         El comienzo del juego se realizará desde el centro del terreno de juego. Tras cada gol se procederá a realizar idéntica puesta en juego.

3º         Después de cada gol, el bando perdedor reiniciará el juego tras cambiar de campo los contendientes, a menos que un acuerdo previo diga lo contrario.

4º         Se considerará que el balón está fuera del juego cuando abandone el terreno de juego por las líneas que delimitan las banderas colocadas a ambos lados del terreno de juego, en cuyo caso será lanzado dentro del mismo.

5º         La pelota está fuera cuando se ha superado el objetivo a ambos lados de este.

6º         Cuando la pelota supera el objetivo por fuera de él se reanudará donde la pelota tocó suelo, no más de diez pasos hacia el interior, y será puesto en juego.

7º         El objetivo es que la pelota sea pateada a través de los postes y la cadena.

8º         Cuando un jugador coge directamente un balón de los pies, puede patearlo sin correr con él en las manos. En ningún otro caso se podrá tocar el balón con las manos, salvo para detenerlo.

9º         Si la pelota es pasada a un jugador y viene desde la dirección de su propia meta, este jugador no podrá tocar la pelota a menos que haya tres jugadores contrarios delante de la meta contraria.

10º       En ningún caso se podrá mantener a un jugador sujetándole con las manos o zancadilleándole. Cualquier jugador puede impedir llegar al balón al contrario por cualquier medio compatible con las reglas anteriores.

11º       Cada partido se decidirá por mayoría de objetivos conseguidos.

El Parker’s Piece de Cambridge, parque público de la ciudad, sirvió como lugar de estreno de la nueva reglamentación. Allí se disputó el primer partido con las nuevas reglas, reglas que habían sido clavadas en los árboles anteriormente para general conocimiento de los practicantes del Juego. Actualmente existe una placa colocada por los habitantes de la ciudad recordando este suceso rezando así: «Aquí, en Parker´s Piece, en la década de 1840, los estudiantes establecieron un conjunto común de reglas de fútbol haciendo hincapié en la habilidad por encima de la fuerza, prohibiendo la captura de la pelota y hacer «hacking».




Los primeros años de rivalidad hispalense

Se dice que la rivalidad entre béticos y sevillistas es ancestral, pero durante los primeros meses de existencia del Betis Foot-ball Club, y pese a haber surgido de una escisión del decano hispalense, el Sevilla Foot-ball Club, ambas entidades se unían paradójicamente en contra del otro equipo importante de la ciudad: el Sevilla Balompié. Pero llegó un buen día en que se rompieron estas relaciones y entonces fueron los béticos quienes hicieron la corte a los balompédicos y en los siguientes años la rivalidad entre «merengues y pepinos» -apelativos derivados de los respectivos colores de sus camisetas- se fue acrecentando.

Según cuenta Manuel Carmona Rodríguez en su relato sobre la historia del club bético hubo intentos del Sevilla Foot-bal Club de absorber a ambos rivales, siendo gracias a la intransigencia de su emblemático jugador Herbert Richard Jones, más conocido como «Papá Jones» que ésta no se llevó a efecto, y en cambio se abogó por la fusión entre el Betis, que ya era «Real» y el Balompié que se hizo efectiva por Real Decreto el 23 de diciembre de 1914.

La creación del Real Betis Balompié, surgida de esta unión, representó en aquella época una «declaración de guerra» entre los dos clubes más emblemáticos de la ciudad, los cuales pusieron el máximo ardor en sus luchas que por aquel entonces alcanzaban la categoría de verdaderas batallas y un duelo entre ambos no podía concebirse más que a base de incidentes continuos, que las más de las veces seguían, después de terminados los partidos, entre los aficionados de uno y otro bando. Las calles céntricas de la ciudad fueron más de una vez testigo y escenario de incidentes violentos entre blancos y verdes.

Tras la sorpresa que supuso la conquista de la primera edición del Campeonato Regional por parte del Español de Cádiz en 1916, la superioridad sevillista en los siguientes años resultó manifiesta, debido en gran parte al excelente conjunto que había logrado reunir, entre los que destacaban Santizo, Alcocer, Escobar, Spencer, Kinké, Lecompte, Thompson y Brand, pero esta superioridad quedaba enturbiada por los contubernios con la Federación Sur y su Comité Arbitral, que en su reciente creación ubicaron su domicilio social en la misma sede del Sevilla Foot-ball Club, cosa que generó numerosas críticas de la prensa, sobre todo de las provincias vecinas y de ámbito nacional, siendo el corresponsal de la revista Madrid-Sport quien se hizo eco de esta circunstancia en numerosas ocasiones.

La rivalidad hispalense adquirió caracteres esperpénticos durante el desarrollo del tercer Campeonato Regional disputado en la temporada 1917-18 con la participación del Real Club Recreativo de Huelva, Español de Cádiz y cuatro equipos de la capital andaluza: Sevilla FC, Real Betis, Balompié, Recreativo y Español, los cuales deberían jugar una liguilla para decidir el vencedor que disputaría con los dos primeros la fase regional. En la fase provincial, tanto Sevilla FC como Real Betis mostraron una rotunda superioridad sobre los otros dos rivales, ganando su respectivos partidos, y el duelo entre ambos se resolvió con victoria por 3-2 del Sevilla en su terreno y de los béticos en La Enramadilla por 3-1, tras un choque que deparó graves incidentes, dos jugadores sevillistas agredidos y el desencadenamiento de una batalla campal con intervención de la fuerzas del orden. Fue ésta la primera victoria del Betis sobre su rival después de tres años de derrotas consecutivas que sentó muy mal en el seno sevillista.

Había que desempatar y el partido quedó señalado para el 10 de marzo en el campo del Mercantil. El ambiente se fue caldeando en las horas previas y sobre todo cuando se confirmó que varios jugadores béticos -en concreto Balbino, Canda y Artola- que cumplían el servicio militar no podían acudir al partido por una misteriosa falta de permiso de sus jefes, cuya orden -curiosamente- quedaba sin efecto a la hora de acabar el partido. Las gestiones realizadas por los directivos béticos en torno a conseguir su «libertad» fracasaron sospechosamente y en consecuencia optaron por presentar a once muchachos de su equipo infantil en señal de protesta, quienes a la hora del partido se presentaron, ya equipados -porque los béticos nunca utilizaban el vestuario sevillista, al igual que éstos hacían lo mismo cuando visitaban a sus vecinos- para enfrentarse a su rival. Ante el asombro del público y del árbitro madrileño Montero, el partido comenzó en un ambiente hostil y al no mediar compasión por parte de los jugadores sevillistas el resultado tenía que ser clamoroso: ¡veintidós a cero a favor del Sevilla!.

Componentes del equipo infantil del Real Betis Balompié que se enfrentó al Sevilla FC en el polémico partido de desempate del Campeonato de Andalucía. Sin el menor miramiento, los sevillistas les golearon por 22 a 0.

Componentes del equipo infantil del Real Betis Balompié que se enfrentó al Sevilla FC en el polémico partido de desempate del Campeonato de Andalucía. Sin el menor miramiento, los sevillistas les golearon por 22 a 0.

El hecho suscitó comentarios por toda la región, criticándose la burla a la que fueron sometidos los espectadores que llenaron el campo sin que les fuera restituido el importe de las entradas, y la mezquina y maquiavélica trama organizada por los sevillistas con el compadreo de la Federación, la cual descalificó por un año a la directiva bética e impuso una multa de 200 pesetas al club, por lo ocurrido. Sin embargo el Sevilla F.C. no fue campeón en esta temporada, pese a que en la disputa de la fase regional se llegó a extremos escandalosos. Ésta había comenzado semanas antes con la doble victoria del Recreativo de Huelva frente al Español de Cádiz, de manera que con el empate a uno que los onubenses arrancaron el 19 de marzo en su visita a Sevilla se colocaron en optimas condiciones para anotarse el título regional. Cinco días después, los sevillistas se presentaron de improviso en Huelva con un delegado federativo y un árbitro, con la intención de jugar un partido de vuelta que no había sido anunciado ni programado de antemano. Tal revuelo se armó de inmediato que a las puertas del Velódromo fueron todos despedidos a pedradas y la Guardia Civil evitó males mayores, pero a consecuencia del escándalo que se organizó en la prensa los directivos de la Federación Sur presentaron la dimisión. Elegida una nueva Junta directiva se reanudó la competición, pero el representante gaditano decidió no presentarse al partido con el Sevilla FC y cedió a éste los puntos, siendo decisivo el choque entre onubenses y sevillistas, que definitivamente se jugó el 14 de abril, ganó el Recreativo por dos goles a uno, y se proclamó campeón regional por vez primera y única.

Porque a partir de esta temporada la superioridad del Sevilla FC en esta competición fue absoluta e insultante, logrando trece de los catorce títulos en juego. El poderío económico se impuso y seducidos por este señuelo muchos jugadores béticos se incorporaron a las filas sevillistas, quedando su rival en franca inferioridad y teniendo que soportar esta circunstancia y la escasa fortuna que le privó de ganar más de un campeonato que, por méritos, tuvieron al alcance de la mano. Sólo en la temporada 1927-28 pudo el Real Betis romper esta hegemonía al derrotar por 3 a 1 a su rival en un partido de desempate que se jugó en Córdoba.




Campos, estadios y televisión

En el presente artículo, y dado el corto espacio de que disponemos, pretendemos analizar algunos aspectos de las relaciones existentes entre los conceptos de campo, estadio y televisión referidos al ámbito futbolístico. Para ello comenzaremos por explorar el camino etimológico.

La palabra española campo, deriva del latín campus, vocablo referido a los terrenos despejados, libres de vegetación, y cuya vinculación con el mundo bélico, es evidente, si tenemos en cuenta  que palabras como campear o campal están ligadas a las acciones relacionadas con la guerra, lenguaje muy caro para el periodismo deportivo, que a menudo interpreta los partidos de fútbol como pequeñas batallas cuyo escenario es el campo, o terreno de juego acotado por líneas de cal.

El término estadio tiene un origen anterior por tratarse de una palabra griega, stádion, que designaba una longitud de 600 pies griegos, alrededor de 192 de nuestros actuales metros. Pronto, el stádion serviría para dar nombre a carreras y, posteriormente, a las instalaciones en que se éstas se celebraban.

Por lo que respecta a la televisión, nos serviremos aquí del análisis llevado a cabo por Gustavo Bueno en su Televisión: Apariencia y Verdad (Ed. Gedisa, Barcelona, 2000). En dicha obra, la televisión, caracterizada por permitir realizar la idea de clarividencia, esto es, hacer posible la visión de objetos a través de cuerpos opacos interpuestos, el filosofo español distingue entre televisión material y televisión formal. La primera va referida a la televisión considerada como un medio más dentro del genero de los medios de comunicación, es decir, al artefacto que posibilita la emisión de imágenes, siendo el video asociado a la pantalla lo que mejor puede ilustrar esta acepción; en cuanto a la televisión formal, ésta sería la que permitiría la emisión de imágenes en directo.

Hecha esta somera presentación de los elementos que manejaremos, entraremos en su relación. El fútbol, en su origen, se practicó en campos, es decir, en superficies sin obstáculos. Será el interés de los primeros espectadores lo que conllevaría su desplazamiento a recintos que ya a finales del siglo XIX estaban preparados para acoger al público. Esta es la razón de que los partidos pasaran de las simples explanadas a los hipódromos o a los estadios.

En efecto, el Athletic de Madrid, origen del actual Atlético de Madrid -repárese en su nombre ajeno al foot ball o balompié- jugó durante décadas en el Stadium de Madrid o Metropolitano, así llamado por pertenecer originariamente a la Compañía del Metropolitano Alfonso XIII, propiedad de los donostiarras hermanos Otamendi e inaugurado el 13 de mayo de 1923, contando con un aforo de 25.000 espectadores. El Stadium se caracterizaba por albergar una pista de atletismo que rodeaba el terreno de juego, circunstancia que persiste hoy, por ejemplo, en el bien denominado Estadio de Anoeta. Pronto comenzaría, sin embargo, la confusión entre los términos estadio y campo, usándose ambos vocablos de forma indistinta.

Sea como fuere, los aforos de las instalaciones futbolísticas, exclusivas de este deporte o compartidas con otros, comenzarían a crecer en un desarrollo que correría paralelo a las nuevas sociedades industriales, lo que permite caracterizar al fútbol como un deporte urbano o metropolitano.

De este modo, el campo o terreno de juego, pronto quedaría rodeado de gradas hasta ir perfilando la imagen que habitualmente se tiene de dichas instituciones arquitectónicas. El fútbol, por su parte, pasaría, entre otras cuestiones, a convertirse en uno de los mayores focos de interés del tiempo libre de los trabajadores, que se reunirían en estos recintos para asistir a tan singulares «batallas campales», de enorme atractivo para las democracias de mercado pletórico,  por las razones que el propio lector puede comprender.

La aparición de la televisión, tan relacionada con las democracias citadas, daría un definitivo espaldarazo al mundo futbolístico. En principio, la televisión, en su faceta material, se ocuparía del fútbol, por medio de resúmenes que se emitían en diferido, a menudo en los cines y salas colectivas. Posteriormente la televisión formal, en directo, y con receptores en cada domicilio, contribuiría decisivamente a la expansión del fútbol, beneficiándose la misma televisión de dicha relación, pues actualmente las retransmisiones futbolísticas, alcanzan las mayores cotas de audiencia, cuestión que pone en conexión fútbol, televisión y publicidad.

Convertido en un asunto que rebasa ampliamente las cuestiones deportivas, el fútbol comenzaría a requerir de ingresos que superaban las posibilidades de aquellos que, en calidad de espectadores, se sentaban en las gradas de sus campos. Dada la alta cotización de las estrellas futbolísticas, la venta de entradas a los fans o fanáticos, los hinchas así llamados en un guiño al mundo religioso -«fanático» es el que esta dentro del templo o fanum– del cual la llamada Catedral del fútbol español, con nombre de santo, San Mamés, es claro ejemplo, los clubes buscarían otros ingresos, para lo que la televisión se hizo indispensable.

En torno a las retransmisiones de partidos por medio de la televisión formal, girarían anuncios cuyas marcas publicitadas pagarían grandes sumas de dinero en función de las audiencias obtenidas debido al interés suscitado por los partidos de fútbol a los que envolvían. Posteriormente se darían varios pasos más. El primero de ellos vendría de la mano de la venta de los derechos televisivos de los clubes, para, finalmente, refinar aún más la cuestión de la mano del pago por visión o televisión «a la carta», en la que el fútbol figura como uno de sus mayores atractivos.

Regresemos ahora a los campos de fútbol. Mientras el deporte se «colaba» en los domicilios, ¿qué ocurrió con los campos?. Estos, alcanzado un cierto aforo, comenzarían a hacerse más confortables para los espectadores, pasando de permanecer de pie, a sentarse en cómodas sillas protegidas de las inclemencias del tiempo por medio de grandes cubiertas. Las vallas, e incluso los fosos, que por un tiempo separaron a los hinchas de los jugadores, serían eliminados, sobre todo a partir de tragedias que alcanzarían en Heysel su momento crítico, eliminándose así los últimos rescoldos de los diversos tipos de luchas desplegadas en las gradas, al margen del rectángulo de juego.

Estas reformas, ligadas al confort, vendrían acompañadas de nuevos «componentes televisivos» que irrumpieron en los recintos deportivos. Pronto, los marcadores electrónicos comenzarían a emitir imágenes, y las vallas publicitarias que rodeaban al terreno de juego, serían sustituidas por telepantallas de leds que permiten la emisión de rótulos e imágenes de gran resolución.

Terminemos. Tras este somero repaso de las relaciones entre campo, estadio y televisión, aludiremos finalmente a otra nueva «dimensión» del fútbol, que prescinde de los campos y estadios corpóreos, y que sólo recurre a los futbolistas como meros referentes que actúan a capricho del consumidor, dentro de nuevas y personalizadas telepantallas que regresan a la televisión formal: nos referimos a los juegos interactivos que se desarrollan en las videoconsolas que, a pesar de mantener una referencia con los futbolistas reales que regatean o se lesionan, alejan al fútbol de una de sus principales cualidades, la escala antrópica que ha permitido su masiva práctica y su planetaria difusión.




Sistemas de designación arbitral en la Liga

¿Pero cómo vuelve a pitarnos este? Esta debe de ser una de las frases más escuchadas en los vestuarios el día que se dan a conocer las designaciones de los árbitros de la jornada siguiente. Y, precisamente, esa es la pregunta que voy a intentar contestar en las próximas líneas. Bueno, a contestar y a comentar, que habrá un poco de todo.

A estas alturas todos hemos oído o leído un montón de leyendas sobre cómo se inició la práctica de este sport, quiénes empezaron en esto y cómo se desarrollaban los matches. Incluso, de vez en cuando, hemos podido oír palabras como referee o umpire.

Desde aquellos personajes que se colocaban en los laterales del campo y solo intervenían en caso de que los capitanes decidieran consultarles algún asunto en disputa, hasta los árbitros adicionales que, junto a las porterías, intervendrán a partir de esta temporada en la Europe League, la historia del arbitraje ha evolucionado mucho. No tanto como el propio deporte, pero mucho.

A esos primeros ‘árbitros consultores’ se los solía elegir en el mismo momento del partido, entre el público asistente o entre los propios jugadores, por su reconocido conocimiento de las reglas del juego. Poco a poco la figura de los árbitros se fue haciendo más necesaria, hasta que esos consultores dieron un paso más y se metieron de lleno en el juego. Es decir, que ya correteaban con los jugadores dentro del terreno de juego. Y el sistema de elección solía ser el mismo. ¿Te parece bien este? Por mí vale. Oye, tú, ¿quieres arbitrar el partido? Supongo que esta era una conversación típica en el siglo XIX justo antes de comenzar cualquier partido.

Poco a poco los futbolistas se fueron dando cuenta de que había algunas personas que dominaban las reglas del juego mejor que otras, o que tenían la suficiente personalidad para dirigir un partido, o, simplemente, que estaban dispuestas a hacerse cargo de ese cometido. Y los elegían con más continuidad que a otros. Incluso, es muy posible, que les advirtieran con antelación de la disputa del partido y les pedirían que estuvieran por allí cerca. Por si acaso.

En cierto momento, a caballo entre el siglo XIX y el siglo XX, con el desarrollo de este deporte y la creación de estructuras organizativas estables, se vio la necesidad de dotarse de un cuerpo específico de árbitros. Gente del mundo del fútbol que aprendiera y se preparara para una única función: aplicar las leyes del fútbol y llevar a buen término un partido.

Y una vez que tenemos una lista de árbitros declarados aptos para una competición, ¿cómo decidimos al colegiado para un partido? Pues como se venía haciendo hasta ahora: de común acuerdo entre los dos equipos. Si unas décadas antes se elegía en el mismo momento del partido, los nuevos tiempos de principios de siglo trajeron una novedad: los equipos contendientes se pondrían de acuerdo unos días antes del partido.

Pues ya está. El equipo A y el equipo B deciden que fulanito será el árbitro, y fulanito elige a menganito y zutanito para que le ayuden en las bandas. Y para los jueces de gol, que los había, pues ya veremos qué hay por el campo o llamo a algún amigo por si le apetece.

Ya en la segunda década del siglo XX y con unas cuantas ediciones celebradas del Campeonato de España y de los campeonatos regionales, e iniciando el debate sobre el profesionalismo en el fútbol, se fueron creando los comités regionales de árbitros y un comité nacional dependiente de la Federación Española.

Después de esta brevísima introducción, podemos meternos en lo que realmente nos importa, el campeonato de Liga. Estamos en 1929 y, como venía siendo práctica habitual, los árbitros se siguen eligiendo de común acuerdo entre los equipos. En caso de que los contendientes no se pusieran de acuerdo antes de una cierta fecha, el Comité Nacional designaba al colegiado del partido.

Este sistema de designación arbitral se mantuvo hasta el parón futbolístico a causa de la Guerra Civil. Supongo que durante estas primeras temporadas, habría opiniones para todos los gustos sobre este sistema. Unos estarían a favor, otros estarían en contra, y a los demás les daría igual hasta que una actuación arbitral adversa hiciera que dejara de darles igual.

Tras la guerra se decidió cambiar el sistema de designación. A partir de la temporada 1939/40, la primera tras la guerra, sería el propio Comité Central de Árbitros el que decidiera quién arbitraba cada partido. Los equipos ya no tenían nada que decir. Me imagino que habría presiones, pero no más que las que habrá hoy en día. Pasamos del conchabeo entre los equipos, a la decisión inapelable de un órgano único y superior. Igualito que en el nuevo régimen, vaya.

Este sistema duró hasta que los equipos empezaron a quejarse demasiado por las arbitrariedades, nunca mejor dicho, de las elecciones del Comité Central. Es que me tienen manía, dirían. Y se quejaron, y se quejaron, hasta que en la temporada 1950/51 les hicieron caso. Esta bien, a partir de la temporada que viene podréis elegirlos vosotros, pero no como hace cuarenta años.

Cada equipo elaboraba una lista ordenada por preferencia con los nombres que les daba el Comité Central. Cuando llegaba un partido, el Comité comparaba las dos listas y decidía qué árbitro era el idóneo para el partido. Normalmente los equipos no se quejaban mucho, pero de vez en cuando surgirían desacuerdos. Con el Comité, por supuesto. Este sistema no debió de gustar mucho, porque solo se utilizó durante dos temporadas.

A partir de la temporada 1953/54 y durante cuatro temporadas, se probó un nuevo sistema. Como se ve, y tras más de cincuenta años de fútbol en España, todavía no se había encontrado el método óptimo para designar a los árbitros. Pues bien, el nuevo sistema fue el sorteo puro y duro. Los árbitros aptos para dirigir en una categoría entraban en un bombo y que dios repartiera suerte. Y si el árbitro más novato recibía el partido más importante del año, mira qué suerte. Para el árbitro, quiero decir.

A finales de los 60 se volvió a cambiar el sistema, en este caso supongo que por presiones del colectivo arbitral, al que el método del sorteo no ha gustado nunca. Vamos a probar otra cosa, dirían. Se decidió que fuera el Comité Nacional el que volviera a designar a los árbitros. ¿Pero eso no lo probamos hace veinte años y no nos gustó? Bueno, pues entonces dejaremos que los equipos veten las designaciones. Sí, el Comité decide que arbitrará fulanito, pero si a los equipos no les gusta, lo cambiamos por menganito y ya está. Así de fácil, pensarían.

Tampoco. Este sistema solo duró tres temporadas. Imaginemos: un equipo quiere vetar y el otro no. ¿Qué hacemos? No, no, demasiados problemas. Mejor probar otro sistema. Otra vez se volvió al sistema de sorteo. Y esta vez duró menos todavía que siete años antes: dos temporadas.

Para la temporada 1962/63 se volvió al sistema de listas elaboradas por los equipos y que el Comité decidiera qué árbitro se ajustaba mejor a las preferencias de los dos equipos. No debió de salir mal la cosa, porque el sistema se mantuvo durante cinco temporadas.

Y llegamos a la temporada 1967/68. Según avanzaba la sociedad y se iba modernizando, así lo hicieron los estamentos del fútbol. Y los árbitros. Y se decidió hacer todo mucho más ‘científico’. Durante esta temporada se designó a los colegiados mediante las listas que ya llevaban unos años en funcionamiento, pero ahora la designación sería por coincidencia rigurosa, que llamaron. Eso quería decir que si un árbitro era el mejor puntuado por los dos equipos, se le daría el partido a ese árbitro, sin ninguna otra consideración. Y así nos encontramos con dos colegiados, Ortiz de Mendíbil y Rigo, arbitrando en todas las jornadas de Liga. Y a Gardeazábal pitando en casi todas y a… Y a algunos colegiados arbitrando una o dos jornadas. O ninguna jornada, que también hubo algún caso.

Nadie salió contento de este sistema y se volvió a cambiar al año siguiente. Los equipos elaboraban sus famosas listas y el propio presidente del Comité Nacional era el encargado de las designaciones. Él y solo él, con la ayuda de dios y con la orientación de las listas. Si quería tenerlas en cuenta, claro. Otras dos temporadas duró esta nueva prueba.

Y de este modo, nos metemos ya en la década de los 70. En la 1971/72 se volvió al método del sorteo puro. Los equipos ya empezaban a ser claramente los dueños del espectáculo y sus opiniones pesaban demasiado. Si los equipos quieren sorteo, démosles sorteo. Y se los dieron durante siete temporadas.

Aunque durante estos años se utilizó el sorteo, hubo distintas modalidades de sorteo. Desde la celebración de un sorteo por vuelta, o un sorteo para cuatro o cinco jornadas seguidas, hasta el sorteo jornada por jornada. Se probó de todo. Como se venía haciendo desde hace cincuenta años.

Con la llegada de la democracia, se pensó que el sistema de designación tendría que tener un viso más ‘asambleísta’ y se decidió la creación de una comisión de designación, formada por el presidente del Comité Nacional y por el presidente y el secretario del Comité de Competición. Y entre ellos repartían el pastel.

A mediados de los ochenta se debieron de dar cuenta de que los miembros de la comisión pertenecientes al Comité de Competición sabían bastante poco de los árbitros y decidieron que fuera exclusivamente el presidente del Comité Nacional el que designara a los árbitros. Parecía lo más lógico. Y tan lógico era, que solo duró la temporada 1985/86. Es el problema con el sistema unipersonal, que todos acaban dudando de su buena fe.

Para la temporada siguiente se volvió al sistema de comisión tripartita, mucho más democrática, dónde va a parar. Pero se pensó que era mejor que los miembros supieran algo de arbitraje. Así que la formaron el presidente del Comité Nacional, un representante de la RFEF y un árbitro retirado con más de tres años en Primera División, elegido por la RFEF entre una terna presentada por el CNA. Parece un poco lioso, pero es lo que hay. Este sistema duró tres temporadas.

Y de esta forma, sin haber encontrado un sistema bueno para todos, nos metemos en la década de los 90. En esta década y en la siguiente, la actual, se ha probado de todo. Otra vez. Se empezó por la designación directa por el presidente del Comité Nacional, que pasó a llamarse Comité Técnico de Árbitros por estas épocas. También se volvió a probar lo de la comisión con árbitros retirados. Se volvió a intentar el sorteo condicionado, en el que un programa informático (ay, dónde quedaron esos bombos con bolitas para hacer el sorteo) elegía a los colegiados tras imponerle unas restricciones a la designación: territorialidad, número de partidos pitado a cada equipo, partidos en casa y partidos fuera, etc. Pues eso, lo que hacen los programas informáticos.

Y así hasta llegar al último experimento: una comisión tripartita formada por un representante de la RFEF, un representante de la Liga de Fútbol Profesional y un representante de consenso entre las dos instituciones. Es interesante ver la diferencia entre esta comisión y la creada a mediados de los ochenta. En aquella, estaba el presidente del CNA y un representante de la RFEF, además de un miembro pactado entre ambos. Ahora solo hay un representante de la RFEF (que es el presidente del CTA). ¿La diferencia? Pues que por aquellos años al presidente del CNA lo elegían por votación los propios árbitros y, en cierta medida, no tenía porqué coincidir con la predilección de la RFEF. Así que cada uno tenía un representante. Como ahora al presidente del CTA lo elige el presidente de la RFEF, ¿para qué dos puestos si todos somos lo mismo? Además, ahora los equipos, a través de la LFP, tienen un puesto en la comisión. Porque la RFEF y la LFP no son amigos, claro.

Vale, he hablado de las comisiones de designación, pero ¿cómo designan estas comisiones? Pues cuando los árbitros consiguieron que se eliminara el sorteo como sistema, la comisión designó a su libre albedrío. Y los equipos se quejaron, claro. Como desde hace ochenta años. Y para tener contentos a todos, ahora nos hemos inventado un nuevo sistema: la designación por comisión a través de un sorteo. En pocas palabras, para cada partido la comisión elabora una terna de árbitros y luego se sortea entre esos tres quién dirigirá el partido. Hay también un montón de restricciones, pero ¿en qué aspecto de la sociedad no las hay hoy en día?

Pues hasta aquí este breve repaso a los sistemas de designación arbitral a lo largo de la historia de la Liga española. Y es bueno conocerlos, para que cuando tengamos que acordarnos de la madre de algún designador sepamos si esa madre es una señora, o son tres señoras, o es un chip, o es una bolita en un bombo, o es la madre de un nombre en una lista, o es lo que se les ocurra la próxima vez que decidan cambiar el sistema. Que será pronto, os lo aseguro.




El origen del fútbol en Águilas: el Águilas Football Club

La localidad murciana de Águilas fue uno de los primeros lugares de España en los que se jugó al fútbol, aunque es imposible saber la fecha exacta o aproximada en la que se inició la práctica de este deporte. 

El 13 de marzo de 1876 se realizó la concesión del ferrocarril entre Águilas y Murcia (aunque finalmente la estación se construiría en Alcantarilla), lo que propició el nacimiento de una importante actividad económica que atrajo a numerosos inversores extranjeros. Las obras del ferrocarril coincidieron con las del puerto, y más tarde con las del embarcadero de El Hornillo. La puesta en marcha de estas infraestructuras motivó que se instalara en Águilas una importante colonia de ingleses.

Copia de la inscripción en el registro de asociaciones

Copia de la inscripción en el registro de asociaciones

La población extranjera reparó en los abundantes campos de esparto de la Sierra de Almenara. Durante las últimas décadas de este siglo se registró un intenso tráfico de barcos ingleses que acudían a recoger el esparto. La pesada labor de carga les obligaba a permanecer amarrados durante varios días, lo que permitía que los marineros tuvieran muchos momentos de ocio.

La colonia británica aumentó a partir de 1887, año en el que se fundó la compañía The Great Southern of Spain Railway Company Limited que recibió la concesión para construir el ferrocarril Lorca-Águilas-Baza. La masiva presencia de ingleses hace pensar que en esta época ya se jugaban partidos de rugby o de fútbol. No hay constancia documental acerca de la disputa de estos encuentros, pero es muy probable que durante la década de 1880 algún balón ovalado o redondo rodara junto a las playas de Águilas ante la incredulidad de los lugareños.

Juan Gray, fundador del Águilas Football Club

Juan Gray, fundador del Águilas Football Club

La  intensa actividad comercial e industrial generó una riqueza económica que propició la llegada de emigrantes en busca de fortuna. Por este motivo entre 1892 y 1893 apareció en Águilas (probablemente procedente de Cartagena) un escocés, natural de Aberdeen, llamado John Gray Watson (en España sería conocido como Juan Gray) que se dedicaba a la compraventa de productos. Gray tras comprobar el desarrollo económico de la ciudad decidió fundar la primera Casa de Banca de Águilas. Unos años más tarde Gray sería el principal impulsor del primer equipo de la localidad: el Águilas Football Club.

Según algunos testimonios orales, recogidos varios años más tarde, a principios de la década de 1890 ya se jugaba al fútbol en algún lugar de la localidad que no ha podido ser identificado, aunque los únicos practicantes eran los ingleses. Hubo que esperar a los últimos años del siglo XIX para que  los habitantes de Águilas se implicaran, por fin, en la práctica de este deporte. La persona que popularizó el fútbol entre la población local no fue un británico, sino un aguileño. Se trata de Ginés García Abellán, apodado »El Monterúo», hijo del consignatario de buques, Gabriel García Mora.

La necesidad de conocer la lengua inglesa para el desarrollo de su negocio familiar motivó que Ginés García marchara en su adolescencia a aprender el idioma a Aberdeen (casualmente, la ciudad natal de Juan Gray). Allí tuvo la oportunidad de conocer a fondo el football. Tal fue su entusiasmo por este deporte que cuando regresó a Águilas, entre 1896 y 1897, intentó difundir su práctica entre las personas más allegadas.

Ginés García Abellán consiguió que aquel deporte que tanto le había gustado se hiciera popular entre sus amistades. Poco después de su regreso a Águilas un grupo de jóvenes locales jugaban con cierta asiduidad partidos de fútbol en un solar denominado »La Cerca», (junto al actual Paseo Isaac Peral) que estaba muy próximo al domicilio de García Abellán.

Algún tiempo después los nativos retaron a los ingleses en el campo en el que éstos jugaban habitualmente. Tras sufrir varias derrotas los jóvenes de Águilas vencieron en algunos de esos partidos. Finalmente, ingleses y aguileños unieron sus fuerzas y los jugadores más destacados de ambas comunidades crearon un club representativo de la ciudad para competir contra equipos formados por marineros ingleses. 

José Martí, jugador del Águilas Football Club

José Martí, jugador del Águilas Football Club

En el año 1900 nació el Águilas Football Club. Juan Gray, quien ya gozaba de una elevada posición social y económica, se puso al frente de este proyecto y se convirtió en presidente y entrenador del equipo. El 10 de febrero de 1905 el Águilas Football Club presentó su reglamentación en el Registro de Asociaciones, Sociedades y Entidades de la Diputación Provincial de Murcia, siendo, de este modo, la primera sociedad futbolística de la provincia en constituirse oficialmente. Pese a que este equipo es conocido popularmente como Sporting Club Aguileño o Águilas Sporting Club, ninguna de estas dos denominaciones aparece en ningún documento oficial de la época. Por tanto, la denominación correcta de este histórico equipo es la de Aguilas Football Club, tal y como recoge el citado registro.

El Aguilas Football Club tenía su sede social en el número 1 de la calle Lope Gisbert. En sus inicios la sociedad se caracterizaba por la juventud de sus componentes, pues la media de edad estaba en torno a los 18 años. Entre los jugadores destacaban los ingleses Jacky Gillman (hermano del director de la Compañía de ferrocarril The Great Southern of Spain Railway Company Limited), Rolando y Mervin Naftel, hijos del vicecónsul inglés en Águilas y Hugo Borthwick, y los aguileños Alfredo Cervetto (primer portero conocido de la historia del club), Luís Soler, Pepe Montalbán, Ginés Llorca y dos parejas de hermanos: José y Pedro Martí y Gabriel y Ginés García Abellán (la persona que dio a conocer este deporte en la localidad).

Réplica de la camiseta del Águilas Football Club

Réplica de la camiseta del Águilas Football Club

La parte superior del primer uniforme del Águilas Football Club no era una camiseta, sino un jersey de lana blanco y azul dividido en rayas horizontales de distinto grosor. En la parte superior del jersey, a la altura del pecho y sobre una especie de rombo de fondo blanco, estaba impresa la imagen del escudo: un águila bicéfala.

Entre 1900 y 1901 el Águilas Football Club disputó una serie de partidos ante equipos formados por marineros de vapores ingleses. Paralelamente, el fútbol también se desarrolló en la vecina ciudad de Lorca de la mano de Manuel José Pelegrín Dunn »Mannie», hijo del cónsul español en Newcastle, quien organizó los primeros partidos en esta ciudad. En 1901 se acometió el primer reto futbolístico de la historia en la Región de Murcia: un partido entre los equipos de Águilas y Lorca.

El encuentro entre el Águilas Football Club y el Lorca Foot Ball Club se disputó en el campo del equipo lorquino durante el año 1901 en un día y mes que nos son desconocidos y finalizó con victoria aguileña por 0-2. Poco después de la disputa de aquel encuentro ambos equipos volvieron a dirimir sus fuerzas, en esta ocasión parece ser que en un campo situado en la explanada del muelle de Águilas. Este segundo partido, que se debió de disputar el 14 o el 15 de agosto de 1901, finalizó con victoria del Águilas por 5-0.

A partir de 1901 el interés por el fútbol en Águilas creció considerablemente. En 1903 se inauguró un campo de fútbol en el Barrio de Las Delicias, entre el Paseo de la Estación y la Rambla de las Culebras, en un paraje conocido como El Bol de la Virgencica. Este terreno de juego fue conocido con el nombre de »Las Palmeras». En dicho lugar los jóvenes aguileños pasaban sus ratos de ocio organizando partidos entre ellos.

El 7 de febrero de 1904 se disputó el tercer partido entre Lorca y Águilas, esta vez en el campo de Los Llanos de Santa Quiteria de Lorca. Los aguileños se impusieron por 1-0. A raíz de este encuentro las relaciones entre ambos clubes quedaron rotas. De este modo, el Águilas Football Club contó con el hándicap de no poder disputar partidos de fútbol al no existir en la provincia ningún club contra el que poder enfrentarse. Desde febrero de 1904 hasta diciembre de 1906, los únicos rivales del Águilas fueron equipos formados por marineros de barcos ingleses.

Pese a su escasa actividad, la existencia del Águilas era conocida en otras regiones. A finales de 1906 Udo Steinberg, un deportista austriaco de la época, concibió la posibilidad de crear una «asociación regional de clubes» que englobara a los equipos de fútbol catalanes y levantinos. Steinberg envió una carta a varias sociedades, entre ellas el Águilas Football Club, explicando su proyecto. Finalmente la idea del austriaco no se pudo llevar a cabo. 

La tercera ciudad de la provincia de Murcia en desarrollar una estructura futbolística fue Cartagena. En septiembre de 1906 se creó el Sport Club Cartago, que desde su fundación intentó organizar partidos contra equipos de otras ciudades. El 16 de diciembre de 1906 el Águilas jugó por primera vez en Cartagena. En la expedición se desplazaron 15 miembros. El equipo titular estaba formado por Alfredo Cervetto; Mervin Naftel, Gabriel García; Pedro Bayona, Luís Soler, Ginés Llorca; Pedro Luna, Pedro Martí, Jacky Gillman, José Martí y Andrés Fuster. También formaban parte de la expedición el defensa Eugenio Buitrago como jugador suplente, Juan Gray como juez árbitro, Francisco Martí como juez de línea y Ginés García como juez de gol. El Águilas logró la victoria por 0-4.

Formación del Águilas Football Club (muy probablemente de 1904)

Formación del Águilas Football Club (muy probablemente de 1904)

Según relató años después Pedro Martí, uno de los expedicionarios, el desplazamiento para disputar este partido fue toda una odisea. Los aguileños viajaron hasta Lorca en dos tartanas, pero al subir el puerto de Purias una de las mulas se paró en seco. Ante esta eventualidad se vieron obligados a empujar el vehículo. En Lorca tomaron el ferrocarril hasta Alcantarilla y luego tuvieron que subir en el tren que hacía el trayecto Madrid-Cartagena. El viaje de regreso se hizo en barco, pero no por ello fue más tranquilo, pues los expedicionarios se vieron sorprendidos por un temporal.

Tras aquella victoria en Cartagena el Águilas Football Club se planteaba retos más complicados. Sin embargo, la historia de este equipo apenas duraría unos cuantos meses más. En febrero de 1907 el Sport Club Cartago organizó un partido de fútbol con el fin de recaudar fondos para unos obreros que habían sido despedidos del Arsenal. El rival del Sport Club Cartago debía de ser el Águilas, pero el equipo aguileño declinó disputar este partido (tal vez por la mala experiencia del viaje anterior). Finalmente, el encuentro enfrentó a un combinado de jugadores del equipo cartagenero.

Durante este año el Águilas Football Club intentó, sin éxito, disputar algún partido. Las relaciones con el Lorca Foot Ball Club estaban rotas, mientras que el Sport Club Cartago, que había sido invitado a desplazarse a Águilas, desestimó el ofrecimiento. Ante la desesperación por encontrar algún rival al que enfrentarse la junta directiva barajó en varias ocasiones la posibilidad de desplazarse a Madrid, aunque, finalmente, esta opción fue descartada.

El Águilas Football Club jugó por última vez en su terreno de juego el domingo 31 de marzo de 1907. Los aguileños derrotaron por 3-0 a un equipo formado por la tripulación de un barco inglés. Por aquel entonces ya se habían frustrado las esperanzas de viajar a Madrid para jugar contra algún equipo de esta ciudad.

El 3 de agosto de 1907 el Aguilas Football Club disputó en Cartagena el último partido de su historia. Se trataba de un encuentro benéfico a favor de las colonias escolares. El desplazamiento volvió a ser traumático. Los jugadores viajaron en un pequeño barco de vapor, y tal y como había sucedido ocho meses antes, la travesía no acompañó y varios de los expedicionarios sufrieron mareos. Nada más llegar a Cartagena los jugadores tuvieron el tiempo justo para comer antes de disputar el partido. La victoria volvió a corresponder al Águilas, pese a que los visitantes extrañaron el campo de fútbol porque su superficie era mucho más blanda que la del terreno de juego de Las Palmeras.

El equipo rival, compuesto por una selección de jugadores cartageneros de varios equipos, tenía previsto alinear a Soler; Calandre, Pérez; Casanova, M. Sanz, Rodríguez; Conesa, Pascual, Maestre, P. Sanz y Navarro. La última alineación de la historia del Águilas Football Club (o al menos la que estaba anunciada antes del inicio del partido) era la compuesta por Llorca; Vilardell, García; Belzunce, Luna, Desiderio Cuartero; Muñoz, Alfonso Cuartero, Pedro Martí, M. García y Correa. Es decir, que en la expedición del Águilas sólo se desplazaron tres de los doce futbolistas que habían viajado a Cartagena ocho meses antes (Ginés Llorca, Pedro Martí y Pedro Luna).

Algún tiempo después de la disputa de este partido se produjo la disolución del Águilas Football Club, fundado en el año 1900, inscrito oficialmente en 1905 y desaparecido en 1907 al no encontrar equipos rivales contra los que enfrentarse.

Según una información que apareció en la prensa local de la época, el Águilas Football Club jugó 26 partidos a lo largo de su historia, la mayoría de ellos ante equipos formados por marineros de barcos ingleses, y los ganó todos sin encajar ni un solo gol. No ha sido posible contrastar este testimonio en otras fuentes, aunque sí existe constancia de que el equipo aguileño venció a todos sus rivales en los ocho encuentros de los que existen referencias documentales.

Hubo que esperar tres años para que el fútbol resurgiera en Águilas. En 1910 se produjo la fundación del Deportivo Aguileño, heredero natural del Águilas Football Club. Juan Gray volvió al ponerse al frente de este equipo que también hizo historia, pues fue el primer club murciano en clasificarse para disputar el Campeonato de España.




Los partidos con más goles en el profesionalismo argentino

Esta reseña pretende recordar aquellos partidos del fútbol profesional argentino de Primera División (1931-2009), donde se registraron marcadores abultados. Para ello hemos tomados los encuentros en los que se marcaron 14, 13, 12 y 11 goles.  Además, como datos adicionales, agregamos algunos partidos de Segunda División, salpicado con anécdotas y curiosidades.

14 goles (3 partidos)

18/11/1945 – Huracán 10 Rosario Central 4

La primera de ellas ocurrió en 1945 al disputarse la 28ª fecha.

Huracán enfrentó a Rosario Central en cancha de San Lorenzo debido a que estaba construyendo su actual estadio. Ambos ya estaban fuera de la lucha. El «Globo» marchaba cuarto a 11 puntos del puntero y luego campeón River y Central todavía no había escapado definitivamente del temido descenso porque se encontraba a cuatro puntos del último que era Gimnasia a tres fechas del final.

El resultado fue 10 a 4 a favor de Huracán que se convirtió en el segundo equipo del profesionalismo en anotar esa cantidad en un partido. Ya veremos quien lo precedió.

HURACAN

10

ROSARIO CENTRAL

4

 Cancha de San Lorenzo (Local Huracán)

Juez: Ricardo Riestra

Huracán: Sebastián Gualco; Carlos Marinelli, Jorge A.Alberti; Rubén Banchero, Eusebio Videla, Jorge Titonell; Delfín Unzué, Norberto Méndez, Juan Carlos Salvini, Llamil Simes y Heraldo Ferreyro.

Rosario Central: Héctor Ricardo; Enrique Maffei, Santiago Armándola; Juan Carlos Julián, Tranquilino Mello, Alfredo Fogel; Angel De Cicco, Benjamín Santos, Federico Geronis, Waldino Aguirre y Rubén Marracino.

Goles PT: 10′ L.Simes (H); 16′ D.Unzué (H); 21′ E.Videla (H); 27′ L.Simes (H); 32′ W.Aguirre (RC); 37′, 39′, N.Méndez (H); 41′ A.De Cicco (RC) – (6-2)

Goles ST: 8′ D.Unzué (H); 10′ B.Santos (RC); 22′ J.C.Salvini (H); 23′ L.Simes (H); 38′ W.Aguirre (RC); 41′ N.Méndez (H).

02/10/1960 – Racing  11  Rosario Central 3

La «Academia» tuvo en 1960 una notable delantera que con 72 goles fue la más efectiva del torneo. En la 21ª fecha enfrentó en el estadio Presidente Perón a Rosario Central, que por segunda vez resultó protagonista de una goleada en contra de tal magnitud.

Antes de esa jornada, el puntero era Independiente con 28, seguido de Argentinos con 27 y Racing con 26. Rosario Central transitaba por la mitad de la tabla, sin chances para pelear la punta pero sin riesgos del descenso.

Al ganar 11 a 3, el equipo de Pizzuti logró su más abultada victoria en el profesionalismo.

RACING CLUB

11

ROSARIO CENTRAL

3

Cancha de Racing

Juez: Manuel Velarde

Racing: Osvaldo Jorge Negri; Norberto Anido, Juan Carlos Murúa; Néstor De Vicente, Víctor Rodríguez, Vladislao Wenceslao Cap; Omar Orestes Corbatta, Juan José Pizzuti, Pedro Enrique Mansilla, Rubén Héctor Sosa y Raúl Oscar Belén.

Rosario Central: Edgardo Norberto Andrada; Norberto Claudio Bautista, Néstor Lucas Cardoso; Carlos Alberto Alvarez, Juan A. Lombardi, Oscar Ramos; Antonio Rodrigues, Indalecio López, Marcelo Pagani, Juan Alberto Castro y Francisco Rodrigues.

Goles PT: 6′ R.Sosa (RA); 20′ Pizzuti (RA); 21′ R.Sosa (RA); 25′ J.Lombardi (RO); 27′(p) O.Corbatta (RA); 30′, 37′ A.Rodrigues (RO) – (4-3)

Goles ST: 1′ P.Mansilla (RA); 11′ O.Corbatta (RA); 14′ P.Mansilla (RA); 16′ J.J.Pizzuti (RA); 20′, 25′ R.Sosa (RA); 42′(p) O.Corbatta (RA)

A los 40′ del ST, Francisco Rodrigues (RO) desvió un penal.

06/10/1974 – Banfield  13   Puerto Comercial 1

En los desaparecidos Campeonatos Nacionales participaron algunos equipos que estaban muy lejos del nivel pretendido para un torneo de esa magnitud. Uno de ellos fue Puerto Comercial, un club de Ingeniero White, cercano a Bahía Blanca, que diera al fútbol argentino figuras como Ernesto Lazzatti, Aníbal Troncoso y Héctor Rodolfo Baley entre otros, pero que en 1974, año de su única participación, tuvo una muy pobre actuación.

De 18 partidos ganó solamente dos y perdió los 16 restantes. Su valla recibió 75 goles y fue la más vencida del torneo. En la 12ª fecha enfrentó como visitante a Banfield y recibió la más abultada derrota de un equipo en la era profesional: 13 a 1.

Banfield tampoco hizo una gran campaña y no logró clasificar en el grupo finalizando tercero a 12 puntos de Boca y a 10 de Central, los dos que pasaron a la rueda siguiente.

Este partido dejó para la estadística tres récords que aun se mantienen: Banfield es el único equipo de primera división que marcó 13 goles en un partido; Juan Alberto Taverna, con sus siete goles, es el máximo anotador en un encuentro y la diferencia de 12 goles es la más amplia. Veremos luego que hubo otra, pero con atenuantes.

En la primera rueda, como visitante, Banfield había ganado 4 a 0 y Taverna marcó dos goles.

BANFIELD

13

PUERTO COMERCIAL

1

Cancha de Banfield

Juez: Roberto Goicoechea

Banfield: Ricardo La Volve; Eduardo Alberto Pipastrelli, José Bautista Romero, José Luis Terzaghi, Raúl Alberto Giustozzi, Silvio Ramón Sotelo (45′ Angel Manuel Silva), Hugo Norberto Mateos (45′ Ricardo Girado), Rubén Flotta, Enrique Lanza, Juan Alberto Taverna y Luis Alberto Roselli.

Puerto Comercial: Juan Alberto Tolú; César Ernesto Colman (80′ Rubén Contardi), Eduardo Lugones (45′ Rubén Viani), Osvaldo Baley, Roberto Oscar Núñez, Mario Domingo Rachi, Jorge Edgardo Solís, Enrique Alberto Dekker, José Luis Jalil, Juan Carlos Nani y Oscar Romero.

Goles PT: 5′(p), 7′ J.Taverna (B); 11′ E.Lanza (B); 15′ L.Roselli (B); 31′, 37′, 39′ J.Taverna – (7-0).

Goles ST: 2′ J.B.Romero (B); 7′ E.Lanza (B); 13′ M.Rachi (PC); 16′ L.Roselli (B); 26′ E.Pipastrelli (B); 42′, 43′(p) J.Taverna.

Juan Alberto Tolú, el arquero más vencido en un partido del profesionalismo, nació el 3 de mayo de 1948 en Bahía Blanca. En ese Nacional de 1974 jugó cuatro partidos y todas fueron derrotas con 27 goles recibidos: 0-4 con Central Norte (Salta), 0-9 con Boca, 0-1 con Jorge Newebery (Junin) y el 1-13 con Banfield, su último partido, aunque luego siguió jugando por su club en la Liga del Sur.

Juan Alberto Taverna nació el 13 de abril de 1948 en 25 de Mayo (Bs. Aires), apenas 20 días antes que Tolú. Jugó en Estudiantes de La Plata (1968-1971) 47 partidos con 20 goles; Boca (1976) 28 partidos y 10 goles; Banfield (1972 y 1974-1975) 67 partidos y 43 goles; Gimnasia y Esgrima L.P. (1977-1978) 30 partidos y 4 goles. Total 172 presencias y 77 goles.

Luego de Estudiantes actuó brevemente en México y en el Murcia. Se retiró a los 30 años, regresó a su ciudad natal y se dedicó al comercio de cereales.

Pocos meses después de haber logrado su récord de goles, vivió una situación muy amarga al dar positivo el control antidoping, el primero en Argentina, en un partido ante River jugado el 16 de marzo de 1975. Fue sancionado por un año, pero luego de seis meses la A.F.A. lo rehabilitó, reconociendo que hubo una confusión o un acto de sabotaje en el control.

13 goles (1 partido)

08/12/1976 – Ferro  10  San Lorenzo (Mar del Plata 3

Sucedió en el Nacional de 1976, donde Ferro marcó 10 goles por primera y única vez en su historia.

Ambos compartieron la Zona D y mientras los de Caballito no clasificaron por un punto al haber finalizado tercero detrás de Talleres (Córdoba) y Newell’s, los marplatenses ocuparon la última colocación con apenas 7 puntos y 53 goles en contra.

F.C. OESTE

10

SAN LORENZO (M. del Plata)

3

Cancha de Ferro

Juez: Aldo Ottone

Ferro: Raúl Victorio Malavolta; Domingo Iellamo, Oscar Alfredo Garré, Roberto César Franco (50′ Rubén Adolfo Papandrea), Néstor Oca (45′ Norberto Eiras), Juan Domingo Rocchia, Claudio Crocco, Carlos Alberto Arregui, Carlos Alberto Vidal, Héctor Ángel Arregui y Jorge Omar Parisi.

San Lorenzo (MdP): Rubén Alberto Lucangioli (45′ Luis Del Bueno); Carlos Alberto Moreno, Fermín Aquino, Adalberto Adrián Casariego, Alberto Larroquet, Sergio Elio Fortunato (59′ Luis Alberto D’Estéfano), Juan Vicente Miccio, Francisco Galay, Norberto Eresuma, Alejandro Mascareño y Ricardo Blanco.

Goles PT: 11′(p) J.D.Rocchia (FCO); 31′ R.Franco (FCO); 36′ H.Arregui (FCO); 40′ J.D.Rocchia (FCO); 42′ H.Arregui (FCO) – (5-0)

Goles ST: 8′ N.Eiras (FCO); 9′ N.Eresuma (SL); 19′ C.Vidal (FCO); 24′ A.Mascareño (SL); 32′ C.Vidal (FCO); 41′ O.Parisi (FCO); 42′ C.Arregui (FCO); 44′(p) N.Eresuma (SL).

A los 40′ del ST se retiró lesionado Claudio Crocco (FCO).

Vemos que de los 13 jugadores utilizados por Ferro, siete de ellos marcaron goles.

El arquero Lucangioli fue reemplazado por Del Bueno en el ST, pero los goles fueron repartidos: 5 a cada uno…

12 goles (9 partidos)

07/06/1942 – Boca Juniors 11  Tigre 1

Fue Boca el primero en marcar 11 goles. El vencido, Tigre, descendió esa temporada mientas el equipo de la ribera no estuvo nunca en el lote de vanguardia y finalizó en el 5° puesto a 11 puntos del River campeón.

La misma tarde que Boca convertía los 11 goles, por el campeonato de Segunda División, Rosario Central le ganaba en Arroyito a Nueva Chicago por 12 a 1, partido que recordaremos al final de esta nota.

BOCA JUNIORS

11

TIGRE

1

Cancha de Boca

Juez: Juan J. Molinari

Boca: Juan Estrada; Luis Laidlaw, Víctor Valussi; Carlos Adolfo Sosa, Ernesto Lazzatti, Alfredo Zárraga; Marcial Barrios, Pío Sixto Corcuera, Angel Laferrara, Raúl Ítalo Valsechi y Julio Rosell.

Tigre: Antonio Giglio; Ricardo José Chanes, Oscar Basso; Fernando Rubio, Eusebio Videla, Luis María Spinetti; Mario Tosoni, Raimundo Sandoval, Miguel Clidanor Quinteros, Mario Enrique Casagrande y Domingo Lazarte.

Goles PT: 6′ P.Corcuera (B); 9′ A.Laferrara (B); 27′ A.Zárraga (B); 34′ M.Barrios (B); 35′ J.Rosell (B); 44′ M.Barrios (B) – (6-0)

Goles ST: 1′ J.Rosell (B); 16′ M.Barrios (B); 38′ R.Valsechi (B); 40′ A.Laferrara (B); 41′ E.Casagrande (B); 44′ J.Rosell (B).

El consuelo del equipo de Victoria ese año fue la revancha que se tomó en la segunda rueda cuando se impuso por primera vez en el profesionalismo a Boca 2 a 1 con goles marcados en los dos minutos finales.

18/04/1948 – Independiente 10  Rosario Central 2

Fue en la primera fecha de un campeonato signado por la huelga más larga de la historia que desembocó en un éxodo de más de 150 jugadores, especialmente hacia Colombia y México.

Las últimas cinco fechas se jugaron con elementos juveniles y los rojos ganaron el título merced a una victoria ante Racing, puntero hasta ese momento y que luego no se presentara en las dos últimas fechas. Nuevamente le tocó a Rosario Central ser uno de los protagonistas y en esta fecha debutaron los árbitros británicos contratados por la A.F.A.

INDEPENDIENTE

10

ROSARIO CENTRAL

2

Cancha de Independiente

Juez: Aubrey White

Independiente: Osvaldo Simonetti; Manuel Eiras, Antonio Arrigó; Benito Rivas, Eduardo Castro, José Pedro Batagliero; Camilo Rodolfo Cerviño, Vicente de la Mata, Juan Manuel Romay, Mario Fernández y Reinaldo Mourín.

Rosario Central: Roberto Quatrocchi; Oscar Esteban Mansilla, Lídoro Soria; Daniel Sosa, César Castagno, Vicente Altomonte; Osvaldo Pérez, Benjamín Santos, Alejandro Mur, Juan Eduardo Hohberg y Antonio Vilariño.

Goles PT: 3′ C.Cerviño (I); 8′ V. de la Mata (I); 25′ C.Cerviño (I); 30′, 39′ J.M.Romay (I) – (5-0)

Goles ST: 2′ J.M.Romay (I); 11′ C.Cerviño (I); 24′ R.Mourín (I); 36′ A.Mur (RC); 38′ A.Vilariño (RC); 39′, 41′ M.Fernández (I).

Al igual que Tigre ante Boca en 1942, Rosario Central se tomó amplio desquite en la segunda rueda y goleó al rojo por 5 a 1.

24/11/1935 – Tigre  3  Independiente  9

De todas las goleadas consideradas en esta nota, ésta es una de las dos logradas por un equipo visitante.

En esa temporada Independiente fue sub-campeón de Boca y Tigre el último de la tabla en tiempos en que todavía la flamante A.F.A. no había establecidos los ascensos y descensos. Como estaba construyendo su actual estadio, inaugurado al año siguiente, Tigre jugó como local en la vieja cancha de River de Av. Alvear y Tagle.

TIGRE 3
INDEPENDIENTE 9

Cancha de River (Local Tigre)

Juez: Lorenzo Martínez

Tigre: Ernesto Parini; Alfredo Luaces, Francisco Succo; Ernesto Albarracín, Aquiles Baglietto, Santiago Oubiñas; Emilio Blanco, Eibar Ríos, Jaime Sarlanga, Adolfo Ramón Juárez y Antonio Américo Alberino.

Independiente: Cilenio Cuello; Luis Manuel Fazio, Fermín Lecea; Juan Ferrou, Juan Carlos Corazzo, Celestino Martínez; Raimundo Bibiani Orsi, Andrés Coll, Luis Mata, Antonio Sastre y Marcelino Funes.

Goles PT: 14′, 20′ A.Coll (I); 31′, 32′ L.Mata (I); 35′, 37′ A.Sastre (I) – (6-0)

Goles ST: 1′ A.Alberino (T); 6′ E.Ríos (T); 11′(p) R.Orsi (I); 15′ J.Sarlanga (T); 25′ A.Sastre (I); 37′ L.Mata (I).

30/10/1938 – Huracán  9  Tigre  3

Otra vez Tigre fue víctima de un abultado resultado en contra en el año en que se marcaron 1.334 goles en 272 partidos. El promedio es impensado para el fútbol de hoy: 4,90 por encuentro. Un récord aun vigente y que seguramente lo será por muchísimos años.

A pesar del gran equipo que tenía, Huracán apenas se ubicó 8° en la tabla, en tanto Tigre fue 13°.

HURACAN 9
TIGRE 3

Cancha de Huracán

Juez: José Carlini

Huracán: Bruno Barrionuevo; Carlos Marinelli, Jorge Alberti; Juan Bongiovanni, Victorio Adamo, José Sosa; Carlos Belfiore, Daniel Bálsamo, Herminio Masantonio, Emilio Baldonedo y Juan Belmonte.

Tigre: Elías Sarquis; Manuel Quiroga, Terófilo Juárez; Pío Antonio Vorraso, Eusebio Videla, Fernando Rubio; Juan Alberto Fattoni, Eibar Ríos, Juan Andrés Marvezzi, Aníbal Troncoso y Ricardo Zatelli.

Goles PT: 5′ J.Belmonte (H); 11′ E.Ríos (T); 17′ E.Baldonedo (H); 20′ J.Marvezzi (T); 30′ E.Ríos (T); 35′ J.Belmonte (H) – (3-3)

Goles ST: 9′ D.Bálsamo (H); 13′ E.Baldonedo (T); 25′ J.Belmonte (H); 30′ D.Bálsamo (H); 36′ E.Baldonedo (H); 41′ D.Bálsamo.

La debacle tigrense se produjo en el segundo tiempo, ya que en el primero terminó 3 a 3.

10/11/1935 – Lanús  8  Atlanta  4

La 30ª fecha de 1935 donde Independiente le anotó 9 goles a Tigre, se jugó desdoblada. Cuatro partidos el 10 de noviembre y los cinco restantes dos semanas más tarde. En el primero de esos dos días, se produjo el único 8 a 4 de la historia en el período que estamos reseñando y lo protagonizaron Lanús, el vencedor y Atlanta, que en esa temporada tuvieron muy flojas campañas. El «granate» fue 11° y el «bohemio» 15°.

LANUS 8
ATLANTA 4

Cancha de Lanús

Juez: Enrique Liñeyro

Lanús: José María Pérez; Luis Villa, Juan Manuel Baigorria; Pedro Pompey, Amadeo Severino, Atilio Ducca; Oscar Paseggi, Ismael Martínez, Angel Alfonso, Silvestre Pisa y Daniel Pícaro.

Atlanta: Eduardo Alterio; Santiago Carignano, Josué Murúa; Ernesto Bulotta, Abel Soria, Luis Narvaiz; Santiago Altamirano, Isidoro Lorenzo, Pedro Numa, Oscar Irazoqui y Roberto Martino.

Goles PT: 5′ A.Alfonso (L); 31′ S.Pisa (L); 36′ O.Paseggi (L); 38′, 40′ A.Alfonso (L); 44′ S.Pisa (L) – (6-0)

Goles ST: 7′ D.Pícaro (L); 20′ O.Irazoqui (A); 22′ P. Numa (A); 24′ S.Altamirano (A); 34′ D.Pícaro (L); 43′ S.Altamirano (A).

27/05/1945 – Estudiantes 7  Vélez Sarsfield 5

Dos veces se registró este marcador. La primera fue en 1945 en la sexta fecha.

ESTUDIANTES L.P. 7
VELEZ SARSFIELD 5

Cancha de Estudiantes de La Plata

Juez: Juan José Alvarez

Estudiantes: Gabriel Ogando; Juan Eguiguren, Nicolás Palma; Luis Villa, Saúl Ongaro, Santiago Ardanaz; Bernardo Vilariño, Juan José Negri, Ricardo Infante, Fortunato Desagastizábal y Julio Gagliardo.

Vélez: Alberto Héctor Martinuzzi; Víctor Daniel Curutchet, Blas Angrisano; José Salvador Rossi, José Cocellato, Armando Mauricio Ovide; Eduardo Heisecke, Emilio Espinoza, Juan José Ferraro, Nicolás Fortunato Arrúa y Jorge Cano.

Goles PT: 10′ B.Vilariño (E); 14′ R.Infante (E); 23′ J.Cano (VS); 39′ R.Infante (E). (3-1)

Goles ST: 1′ R.Infante (E); 2′ J.Cano (VS); 7′ F.Desagastizábal (E); 29′ J.J.Ferraro (V); 38′ y 40′ J.Gagliardo (E); 42′ J.J.Ferraro (VS); 44′ E.Heisecke (VS).

22/03/1999 – G. y Esgrima L.P.  7  G. y Esgrima (Jujuy)  5

Pasaron 54 años y se repitió el resultado El vencedor fue el otro equipo de La Plata.

G. Y ESGRIMA L.P. 7
G. Y ESGRIMA (Jujuy) 5

Cancha de Gimnasia y Esgrima La Plata

Juez: Roberto Ruscio

G. y Esgrima L.P.: Enzo Leonardo Noce, Jorge Héctor San Esteban, Ariel Gustavo Pereyra, Leandro Cufré, Andrés Roberto Yllana (85′ Guillermo Larrosa), Daniel Germán Cavallo, Pedro Antonio Troglio, Sebastián Ariel Romero, Facundo Sava, Mariano Messera y Gustavo Reggi (64′ Gustavo Enrique Dueña).

G. y Esgrima (Jujuy): Hernán Claudio Castellano, Marcos Antonio Sandy, Diego Gastón Ordóñez (58′ Rubén Orlando Mencia), Pablo Gustavo Piro, Alejandro Santiago González (77′ Pedro Antonio Guiberguis), Fernando Casartelli, Daniel Alejandro Juárez, Iván Sabino Castillo (45′ Carlos Enrique Garnier), Carmelo Daniel Ruscitto, Carlos Leonardo Morales Santos y Mario Humberto Lobo.

Goles PT: 3′ F.Sava (G); 5′ M.Messera (G); 10′ S.Romero (G); 20′ G.Reggi (G); 24′ M.Lobo (GJ); 27′ C.Morales Santos (GJ); 34′ M.Messera (G); 42′ A.González (GJ). (5-3)

Goles ST: 57′ C.Ruscitto (GJ); 74′ F.Sava (G); 82′ M.Lobo (GJ); 85′ M.Messera (G).

Expulsado: 87′ Morales Santos (GJ).

Empates a puro gol

En dos oportunidades se registró el empate en seis goles. La primera en 1941 y la última en 2000.

13/04/1941 – Estudiantes 6  Atlanta 6

Este resultado, de la 3ª. fecha del campeonato, tuvo una curiosa derivación. Para esa temporada, Atlanta había contratado al arquero uruguayo Horacio Graneros. Debutó en la primera fecha y recibió 5 goles ante River que se impuso 5 a 0. En la segunda, fue Boca quien propinó al «bohemio» una nueva goleada por 7 a 1. Y al recibir otros seis en este partido, completó 18 goles en contra en apenas tres jornadas. Fue su último partido. Nunca más apareció en la valla de Atlanta.

ESTUDIANTES 6
ATLANTA 6

Cancha de Atlanta

Juez: Ubaldo Ruiz

Atlanta: Horacio Graneros; Juan Delfino Rodríguez, José Bedia; José Valle, Antonio Del Felice, Francisco Aguirre; Aníbal Tenorio, Ismael Zabaleta, Norberto Pairoux, Francisco Rodríguez y José Martínez.

Estudiantes: Gabriel Ogando; Eduardo Enrique Rodríguez, Nicolás Palma; Héctor Blotto, Saúl Ongaro, Eduardo Sande; Julio Gagliardo, Juan José Negri, Julio Gómez, Carlos José Cirico y Manuel Gregorio Pelegrina.

Goles PT: 7′ M.Pelegrina (E); 8′ J.Gagliardo (E); 24′ I.Zabaleta (A); 29′ E.Sande (E); 30′ M.Pelegrina (E); 37′ J.Martínez (A); 43′ F.Rodríguez (A). (3-4)

Goles ST: 3′ N.Pairoux (A); 5′ J.Martínez (A); 20′ I.Zabaleta (A); 26′ M.Pelegrina (E); 30′ J.Gagliardo (E).

Como se ve, hubo alternativas a granel en la progresión de marcador. Estudiantes se retiró ganancioso en la primera etapa, pero en la segunda Atlanta logró colocarse 6 a 4 arriba.

Pero no solamente el fin de la actuación del arquero Graneros tiene como anécdota este encuentro. En la delantera de Estudiantes de esa tarde se anunció la presencia del puntero derecho José Abdón Seguer, jugador que provenía de Tiro Federal de Rosario. Al parecer, poco antes de comenzar el encuentro, se hicieron presentes directivos del club rosarino reclamando el pago del pase del jugador. Como no se concretó, impidieron que actuara a pesar de haber firmado la planilla. Entonces en su lugar salió Julio Gagliardo, pero sin alterar la planilla. Por lo tanto oficialmente el que jugó fue Seguer, pero en realidad quien hizo dos goles y el empate definitivo, fue Gagliardo.

19/03/2000 – G. y Esgrima L.P. 6  Colón 6

Pasaron 51 años para que el empate más abultado se volviera a repetir. El equipo platense, local en esta oportunidad, estuvo siempre en desventaja y logró la ansiada igualdad con un penal cuando ya expiraba el tiempo. Los medios coincidieron en conceptuar la actuación del árbitro Cordero como mala.

G. Y ESGRIMA L.P. 6
COLON 6

Cancha de Gimnasia

Juez: Hugo Cordero

Gimnasia: Guillermo Hernando; Guillermo Oscar Sanguinetti, Jorge Héctor San Esteban, Leandro Cufré (45′ Leonardo Ariel Mansilla), Gustavo Enrique Dueña (45′ Fernando Gatti); Pedro Antonio Troglio, Marcelo Gómez, Favio Fernández, Pablo Andrés Sánchez, Mariano Messera y Facundo Sava.

Colón: Joaquín Irigoytía; Jorge Alberto Bontemps, Alcides Victorio Píccoli, Héctor Rodríguez Peña, Dante Rubén Unali; Pablo Javier Ricchetti (57′ Pablo Morant), Diego Castagno Suárez, Esteban Valencia (45′ Claudio Marini), Javier Delgado; Claudio Enría (88′ Julio César Toresani) y Esteban Oscar Fuertes.

Goles PT: 5′(p) E.Fuertes (C); 14′ F.Sava (G); 22′ E.Fuertes (C); 33′ E.Valencia (C); 38′ L.Cufré e/c (C); 45′ F.Sava (G). (2-4)

Goles ST: 1′ P.Sánchez (G); 15′ P.Morant (C); 18′ y 30′ F.Sava (G); 40′ E.Fuertes (C); 45′(p) J.San Esteban (G).

Expulsado: 89′ Alcides Píccoli (C).

Dos goleadores de este encuentro aún están en actividad: Facundo Sava y Esteban Fuertes, eternos amigos del gol.

11 goles (17 partidos)

Para no extendernos demasiado, brindamos los resultados y goleadores solamente.

01/12/1968 – Vélez Sarsfield 11  Huracán (B.Blanca) 0

Goles: Omar Wehbe (5), José Luis Luna (4), José Demetrio Solórzano, Carlos Bianchi (VS).

05/08/1943 – Boca Juniors 10  Chacarita Juniors  1

Goles: Pío Sixto Corcuera (4), Severino Varela (3), Jaime Sarlanga (2) y Mario Emilio Boyé (B) – Mario Rodolfo Sierro (CH).

Aquí hubo un atenuante. Al marcar Boca su segundo gol a los 15′, debió retirarse lesionado el arquero Isaac López (Chacarita). El zaguero Ítalo Emanuelli cubrió la valla y a él le marcaron los ocho goles restantes.

11/08/1974 –  River Plate  10  Huracán (San Rafael) 1

Goles: Carlos Manuel Morete (3), Norberto Osvaldo Alonso (2), Víctor Rodolfo Marchetti (2), Ernesto Mastrángelo (2), Walter Horacio Durso (RP) – Juan Carlos Ureta (HSR).

20/11/1938 –  Independiente 9  Chacarita Juniors 2

Goles: Arsenio Erico (4), Antonio Vilariño (2), Juan José Zorrilla, Vicente de la Mata, Antonio Sastre (Ind) – Alberto Palomino y Juan Manuel Baigorria e/c (CH).

15/11/1941 – Newell’s  9  Lanús  2

Goles: René Pontoni (3), José Belarmino Cantelli (3), Mario Morosano, Atilio Ducca e/c y Juan Gayol (NOB) – Luis Arrieta y Héctor Luis Ingunza (L).

01/08/1954 – Rosario Central   9   Tigre  2

Goles: Juan Portaluppi (4), Antonio Hugo Zin (2), Antonio Gauna, Humberto Rosa y Oscar Massei (RC) – Juan Carlos Burgos y Ernesto Cucchiaroni (T).

07/10/1956 –  Rosario Central  9  Chacarita Juniors  2

Goles: Alberto Dolores Sánchez (2), Miguel Antonio Juárez (2), Oscar Mottura (2), Juan Alberto Castro (2) y Alberto José Ducca (RC) – Roberto Leonardo Brookes y Enrique Esquide (CH).

02/06/1940 – Lanus  8  Estudiantes L.P.  3

Goles: Luis Arrieta (5), José García (2), Alberto Lorenzo (L) – Angel Laferrara, Manuel Pelegrina (2) (E).

15/11/1970 – Kimberley (Mar del Plata) 8  Talleres (Córdoba) 3

Goles: Juan José Valiente (4), José Malleo (2), José Emilio Mitrovich, Salvador Catalano (K) – José López, Antonio Del Río, Roberto Rodolfo Cortéz (T).

06/12/1972 –  San Lorenzo (Mar del Plata)  8  Independiente (Trelew)  3

Goles: Norberto Eresuma (3), Juan Domingo Loyola, Hipólito Rojas, Alejandro Mascareño, Alberto Manicler e/c y Héctor Tomás Buyatti (SLMdP) – Jorge Bersán, Alberto Parsechián y José Luis Montero (Ind.).

El arquero Alberto Parsechián señaló dos goles en el Nacional de 1972, ambos de penal y fue el segundo de la historia luego de Eduardo Alterio (Chacarita) cuando le marcó a Tigre en 1931.

27/09/1931 – Racing Club  7  Independiente  4

Goles: Vicente Del Giúdice (3), Roberto Mellone (2), Alberto Fassora, Alfredo Devincenzi (R)

– Manuel Seoane, Roberto Porta, Felipe Cherro y Juan Ernesto Betinotti (I).

La mayor diferencia de goles entre «grandes» hasta el momento. Este fue el primer clásico de Avellaneda del profesionalismo.

19/06/1938 – Estudiantes L.P.  7  Chacarita Juniors  4

Goles: Angel Laferrara (3), Manuel Pelegrina (2), Sebastián Potro y José Gómez (E) – Alberto Palomino (2), Alberto Galateo y César Roggero (CH).

20/04/1941 – Lanús  4  Platense  7

Goles: Alberto Lorenzo (3), Luis Arrieta (L) – Florecio Arigós (5), Juan S. Prado y Roberto Orlando (P).

Al término de la primera etapa Lanús se imponía por 4 a 2, revirtiendo Platense el resultado en la segunda mitad. El goleador Florencio Arigós tuvo un paso muy breve por Platense. Entre 1940 y 1941 apenas jugó 17 partidos y marcó 12 goles, siendo hasta el momento el único que señaló cinco goles en un partido del «calamar» en primera división.

04/10/1936 – G. y Esgrima L.P.  6   Tigre  5

Goles: Manuel Fidel (2), Tomás González (3) y Pedro Lofeudo (GyE) – Eibar Ríos (4) y Juan Guardia (T).

Causa extrañeza ver que un jugador haya marcado cuatro goles en un partido y su equipo terminó derrotado, pero no es el único caso.

07/04/1940 – Lanús  6  Rosario Central  5

Goles: Alberto Lorenzo (3), Luis Arrieta (2) y José García (L) – Francisco Sosa (3), Ernesto Allende y Bernardo Vilariño (RC).

23/05/1940 – Racing Club  6  Lanús  5

Goles: Tiberio Godoy (2), Oscar Martín Larretchart (2), Enrique García y Delfín Benítez Cáceres (R) – Alberto Lorenzo, Luis Arrieta (3) y Jorge Grandín (L).

03/11/1940 – G. y Esgrima L.P.  6  Platense  5

Goles: Manuel Fidel (3), Daniel Cornelio Sabio (2) y Alberto Belén (GyE) – Enrique Amiano (2), Eduardo Oviedo, Florencio Arigós y Gregorio Esperón (P).

A los 47′ Felipe Marrero (Platense) le detuvo un penal a Roberto Scarone.

Goleadas no consideradas:

En la segunda fecha del Metropolitano de 1971, Independiente derrotó a Platense 11 a 1 como visitante en cancha de Chacarita. No consideramos este partido porque el equipo «calamar» presentó a último momento un conjunto de juveniles de inferiores ante la negativa de los profesionales de salir a jugar por problemas económicos.

Otra por las mismas razones sucedió en el torneo 1986/87 entre Argentinos Juniors y Talleres de Córdoba. Éstos, alistaron un equipo totalmente juvenil que cayó por 12 a 0.

Por haberse obtenido en condiciones anormales, no las hemos incluido en esta nota.

Dos goleadas en el ascenso (Primera B)

07/06/1942 – Rosario Central  12  Nueva Chicago  1

Goles: Waldino Aguirre (6), José Eduardo Martínez (2), Ernesto Vidal, Bernardo Vilariño, Constancio Claro Rivero y Angel De Cicco (RC) – Eugenio Bassino (NCH).

29/03/1958 – Nueva Chicago  9  Banfield  4

Goles: Norberto Calandria (4), Edgardo Jorge D’Ascenzo (2), Alberto Dacquarti (2) y Héctor Cambón (NCH) – Patricio Jofré (2), Raúl Miguel Graziolo y Rafael Amaya (B).

La mayoría de estos resultados se obtuvieron en las tres primeras décadas de nuestro fútbol. Tiempos de tácticas ofensivas que con el tiempo se fueron perdiendo. Todo se hizo más parejo y hoy dudamos mucho que vuelvan a repetirse con la asiduidad de entonces.




Hace 100 años

Octubre y noviembre de 1909.

 

¡Ya tenemos Federación!

El día 14 de Octubre ha sido legítimamente constituida, la tan necesaria y ansiada Federación Española de Clubs de Foot-Ball.

Su Comité Ejecutivo lo forman: S M. el Rey, Presidente de honor; los Duques de Alba y de Arión, Vicepresidentes de honor; Marqués de Casa Alta, presidente efectivo, y los Sres. Emilio Coll (vicepresidente), José María Kindelán (secretario general), Adolfo Sixto Hontan (vicesecretario), Ramón Paz (tesorero), Mario Giralt (contador) y Rodríguez Arzuaga, Conde de Torre Cedeira, Masferrer, Gamper y Muga, como vocales.

Las adhesiones de los Clubs de provincias se remitirán al Comité en el domicilio de la Gimnástica, Marqués de Leganés, 5, Madrid..

Ya están adheridos 25 Clubs; de Madrid, 3; Barcelona, 3; Guipúzcoa, 2; Navarra, 1; Santander, 1; Valencia, 3; Cartagena, 1; Vigo, 3; Huelva, 1, Toledo, 2, entre ellos el de la Academia de Infantería; Coruña, 1; Tarragona, I; Alicante, 1; Escorial, 2, y se espera que para fin de año lo estén todos los Clubs de España.

Al día siguiente de constituirse la F E. C. F. B., fue afiliada por telegrama, y ratificada por correo, a la Federación Internacional (FIFA).

 

En Madrid se habla de la constitución de un equipo nacional con el fin de ir a jugar a Londres.

 

El mismo día el FC Barcelona elige a su nueva Junta Directiva compuesta por Otto Gmelin (presidente), Narciso Masferrer (vicepresidente), Hans Gamper (tesorero), Francisco Brú (secretario), Carlos Comamala (vicesecretario) y Manuel Solé y Francisco Sanz como vocales.

 

Se forma el germen que terminará constituyendo los colegios catalán y madrileño de árbitros. Son designados los señores que deben dirigir los partidos en cada una de estas regiones y que tendrán la labor de crear los llamados Comités de Referees.

 

En Junta General de la Federación Catalana de Clubs de Foot-Ball se acuerda que el club AC Universitary adopte como nombre el de Athletic CU a petición del Universitari SC.

 

En la misma Junta se eligió la nueva Junta Directiva compuesta por los señores Alberto Serra como presidente, J. Beltri como vicepresidente 1º, Hans Gamper como vicepresidente 2º, A. Rué como secretario, Sebastián Izaguirre como vicesecretario y Evelio Doncos como tesorero.

 

En noviembre se producen nuevas adhesiones a la recién constituida Federación Española. Athletic Club, de Bilbao y de Madrid, se adhieren pero solo de modo testimonial hasta conocer los estatutos. Si lo hacen de hecho el Racing Club de Irún y sociedades de La Coruña, Alicante, Huelva y Palamós. Más tarde se adhiere el Comercial FC de Badajoz.

 

En el domicilio social del Vigo FC queda constituida la Federación Deportiva de Galicia, organización formada para el desarrollo del deporte en general y del fútbol en particular.

Queda formada su primera Junta Directiva con la excepción en los cargos de presidente y uno de los vocales. Como presidente salió elegido el Conde de Torre Cedeira pero se abstiene de tomar posesión pues ya ha sido elegido en la Española.

 

Por tercera vez se disputa la final de la Copa Pontevedra entre los clubes Exiles FC de Vigo, compuesto íntegramente por británicos y el Pontevedra SC. En las dos anteriores ocasiones hubo sendos empates a 1 y a 0 goles. En esta ocasión vence el conjunto de la capital por 3 goles a 2. Es el segundo año en que el Pontevedra SC consigue la Copa.

 

Inauguración de la temporada en Madrid.

Entre los primeros equipos de Sociedad Gimnástica Española y Madrid F. C. se jugó el domingo 10 de Octubre el partido inaugural de la temporada.

Venció el equipo de la Gimnástica por 4 goles a 1.

 

En Irún se celebró el partido internacional entre los clubes Racing Club de la localidad y el Association Sportive du Chemin de Fer du Midi. Tan solo se disputaron 40′ debido a la cantidad de agua caída que hizo imposible la prolongación del juego. Vencieron los irundarras por un tanto a cero.

 

El Irún Sporting Club consigue una victoria histórica frente al Athletic Club en Bilbao, en partido amistoso, venciendo por cero goles a dos.

También el reserva del Irún Sporting Club disputó un partido internacional frente al equipo reserva del Burdigala francés, venciendo los iruneses por 3 goles a 0.

 

Los clubes del Norte se animan a seguir organizando pruebas deportivas no futbolísticas. Así, el Irún Sporting Club organizó una serie de carreras pedestres y el Racing Club de Irún dos carreras ciclistas, una en solitario y otra en unión del Pamplona FC, de dos etapas, Irún – Pamplona y Pamplona – Irún.

 

En San Cristóbal de La Laguna se celebró un partido entre los clubes representativos de dicha localidad y el de Santa Cruz.

 

Máquina para correr en casa.

Ha sido inventada una máquina que permite correr sin necesidad de salir al campo. El aparato se compone de una serie de cilindros rodantes instalados en la base y que permiten al corredor ir a la velocidad que desee. Para evitar caídas en caso de desestabilizarse cuenta con unas barandas donde puede sujetarse.

Cien años después abundan en los gimnasios pudiendo ser utilizados para recuperación de futbolistas lesionados o para hacer pruebas de esfuerzo.

 

Excursión del Barcelona por tierras francesas.

                Stade Helvetique 5 – Barcelona 1

                Olympique Cettois 1 – Barcelona 4

 

Fusiones en Barcelona. El Universitari y el Athletic, ambos clubes formados por estudiantes de la Universidad, se fusionan en un solo club que adopta el nombre de Universitary Sporting Club.

Barcino y Star también se funden en un club llamado Star FC y cuyo primer presidente es el Sr. Evelio Doncos.

 

Partido benéfico organizado por la Federación Catalana a favor de los heridos de Melilla en la guerra norteafricana. Lo disputaron un equipo llamado Federación y otro llamado Blanco, ganando estos últimos y llevándose las once medallas que regalaba el periódico Los Deportes.

 

Una comisión de la Sociedad Gimnástica Española de Madrid visita al recién nombrado alcalde Sr. Alberto Aguilera para felicitarle y, a la vez, solicitar de él la construcción de un campo de deportes en los desmontes del Paseo de Rosales.