Entrevista a Gustavo Bueno

Gustavo Bueno me recibe en Sevilla el 24 de marzo de 2009; hacía por lo menos dos semanas de sol espléndido pero hoy precisamente llueve sin parar. «Pensaba que íbamos a poder estar en el jardín», me dice. Su nieto Lino Camprubí, que nos acompañó durante toda la entrevista, trae agua para los tres. «¡Qué espartano estás hecho!», dice el abuelo; «¡es que no he encontrado migas de pan!», responde el nieto. Y empezamos la entrevista.

Gustavo Bueno

Don Gustavo, para empezar quería simplemente preguntarle, ¿le gusta a usted el fútbol?

– A ver, yo he jugado mucho al fútbol, en el Colegio Cisneros de Madrid. Con amigos como Fernando Lázaro Carreter o Manuel Alvar, organizábamos dos equipos, letras contra ciencias, y yo jugaba de delantero centro, o de lo que me echaran. Después he ido al fútbol, pero tampoco mucho, por falta de tiempo sobre todo. Como la música, lo he ido dejando por conflicto con otros intereses.

¿Y le gusta más o menos que otros deportes?

– Hombre, para mí el deporte es el fútbol. Al baloncesto por ejemplo le tengo fobia desde que me enteré de que lo había inventado un profesor para que los estudiantes se entretuvieran. Además es un deporte en el que hay selección natural, hay que ser alto, mientras que el fútbol puede jugarlo cualquiera.

He leído que usted le encontraba al fútbol parecidos con el ajedrez

– Aparte las diferencias evidentes, ambos tienen muchas similitudes: son juegos abiertos (no como la baraja o el dominó) y de ganancia cero: para que uno gane tiene que perder el otro. Además los dos son muy militares: en el ajedrez incluso se mata al rey (jaque al rey), pero es que en el fútbol se trata de meter un balón donde el otro. A partir de esa idea se pueden sacar todos los simbolismos guerreros que se quiera. En cualquier caso ambos son juegos polémicos, guerreros.

Entonces usted cree que el simbolismo guerrero es fundamental

– Los pitagóricos, según Diógenes Laercio, aconsejaban a los discípulos que se comportasen como corredores y no como púgiles. Los púgiles son la guerra, los corredores la paz; en las carreras cada uno actúa sin tener en cuenta al otro, no interfiere en la carrera del otro, pero en el fútbol hay que hacer lo posible por ir contra el otro. El fútbol es polémico, por eso los árbitros ayudan a crear polémica y son imprescindibles. Al margen de la violencia de los hooligans y otros parecidos, el fútbol es violento siempre: un balonazo es como un balazo. El fútbol se lleva muy mal con el pacifismo.

– Así que usted entiende que las polémicas arbitrales son necesarias, ¿no?

– El árbitro es el poder judicial, así que la idea de sustituirlo por un instrumento o cámaras que computen se parece mucho a algunos proyectos de Miguel Sánchez Mazas. Él se dedicó durante muchos años a la lógica jurídica con el objetivo de suprimir al juez: introducía en una máquina de fichas perforadas unos casos prácticos según unas premisas, daba a unas teclas y la máquina emitía la sentencia. Esto me recuerda a los árbitros. Lo interesante del árbitro es que se equivoque también; hacerlo omnisciente es trampa, es hacerlo dios mientras que el fútbol es antrópico por naturaleza. Que el árbitro es limitado y se equivoca está en relación con la propia estructura del fútbol, y con su injusticia objetiva. Sustituirlo es una pedantería completamente: el que defiende eso es un tipo muy peligroso, un burócrata que siempre resuelve según las premisas metidas previamente.

No sería usted partidario ni siquiera de utilizar medios técnicos para ayudar al árbitro, no para sustituirlo.

– Que ayuden los jueces de línea, para que se mantenga en el interior, a escala antrópica. Está dentro de la estructura del fútbol, la máquina es hacer trampa. Es como si los jugadores se pusieran en las botas un sistema eléctrico para darle más fuerte a la pelota. Eso es de videojuegos. El principal interés del fútbol es que son hombres de carne y hueso. Quizá la máquina fuera mejor, pero es otra cosa, eso ya no sería fútbol.

Don Gustavo, desde su perspectiva del materialismo filosófico, ¿cómo entiende usted el fútbol? O más simple, ¿qué es para usted el fútbol?

– El fútbol es una institución, una institución constituida sobre el núcleo de una ceremonia, que es el partido individual. Cada partido es una ceremonia, circunscrita a los que están en el campo (jugadores y árbitros), más la grada, y los espectadores de la televisión. Y esto es parte fundamental de la institución. Solo es un deporte para los jugadores, y en ningún caso es un espectáculo: el público no está para ver, está para actuar, para tomar partido y para generar polémica en la grada.

Entonces el espectador es imprescindible.

– Claro, el que dice “¡animal, hijo puta!”, está actuando tanto como el delantero centro. La neutralidad no existe, el neutral es el que no se entera de lo que pasa, no cabe la neutralidad. En política y en filosofía es imposible ser neutral. Un neutral ni siquiera sería buen árbitro, porque no se enteraría de nada. El público no es espectador, sino que representa la misma lucha que hay en el campo. Toma partido, está en armonía con lo que ocurre en el campo.

Decía que un partido de fútbol es una ceremonia…

– Sí, la estructura ceremonial del fútbol tiene independencia sintáctica respecto al resto. El juego se despliega según unas reglas muy precisas determinadas por lo que podríamos llamar poder legislativo, y todo lo que no sean estas reglas está necesariamente segregado, incluso aunque exista. Por ejemplo, un jugador puede ser partidario ideológico del contrario (soviético, por ejemplo en tiempos del franquismo), pero eso es igual, porque la ceremonia del partido es cerrada y exige prescindir de todo lo demás. Este planteamiento es una abstracción porque las influencias que hay son enormes, pero en principio es así.

¿Y cuál es el principal interés de la ceremonia?

– Lo que a mí más me interesa es que se trata de una lucha primaria sometida a unas normas que hay que cumplir, lo que podríamos llamar democracia formal. La tensión es constante entre la lucha primaria, ajena a normas, y las normas a las que voluntariamente se atienen. No es ir simplemente a lo bruto, es voluntad de someterse a unas reglas: intentas controlar, pero no puedes, estás siempre en tensión. Se trata de un intento de modificar la realidad, pero nunca se consigue.

Entonces usted ve parecidos con la política

– La imagen política es clarísima: cuando los equipos están igualados hay juego, hay un grado de incertidumbre: no es que gane el mejor, es que es el mejor porque ha ganado, que es muy distinto. Esta incertidumbre hace que se parezca a la política. Es una imagen de la democracia, pero en el sentido más negativo de la palabra. El pueblo soberano está viendo cómo juegan en el campo los políticos, están juzgando a través del árbitro, y el que incumple las reglas queda eliminado. Este sería un análisis ideológico, metafísico, por decirlo de algún modo. Porque eso supone que el público es espectador, que el pueblo es un espectador. Pero en la democracia el pueblo no es espectador, es actor, está tomando partido porque está dividido básicamente en dos partes (demócratas o republicanos, izquierdas o derechas). Los dos equipos son los partidos políticos, y el que gana es el que gana las elecciones, siempre con un grado de incertidumbre extraordinario: si un partido gana siempre como el PRI en México, no hay interés. Igual pasa en el fútbol: un equipo que ganara siempre supondría la desaparición del fútbol.

Además de estos paralelismos que usted establece parece innegable que el fútbol es un elemento fundamental en la política.

– La cuestión es compleja, pero por empezar por el principio hay que señalar que el fútbol es de ciudades. Hace años hubo un intento por crear un equipo de Asturias, pero ensalzar el asturianismo no tiene sentido, porque precisamente los partidos que más interés tenían en Asturias eran los que enfrentaban a Oviedo y Gijón. Es muy raro encontrar equipos de etnias, solo el Celta, pero matizado por Vigo; tampoco hay equipos ni de sindicatos ni de partidos políticos. Los equipos representan las ciudades, las polis, donde surge la política. Y a partir de ahí algunos equipos extienden su representación a comunidades autónomas: así el Barcelona asume la representación de Cataluña, lo que supone inmediatamente que el Barcelona es Cataluña. Cuando no la Cataluña secesionista.

Precisamente el fútbol, a través de la selección española, supone una potentísima fuerza de cohesión nacional. Creo que esto ha quedado muy claro tras el triunfo de España en la última Eurocopa.

– Desde luego. En las grandes ocasiones va el presidente del gobierno y hasta el rey; es un espectáculo político completamente. Además los partidos de más interés son aquellos entre países importantes, no cabe duda.

Incluso me atrevería a decir que la bandera y el himno están mucho más presentes en España gracias al fútbol.

– Claro, cuando tocan el himno los jugadores se emocionan, incluso aunque sean ideológicamente separatistas. Lo único que como no tiene letra, canturrean porque no saben muy bien qué hacer, aunque escuchar música sea más solemne que cantar. Como decía Unamuno, “desafino para que me oigan”. Por otro lado lo de la bandera es clarísimo: hasta hace muy poco era cosa de la derecha, del franquismo, pero gracias a la selección española la gente se dio cuenta de que necesitaba un símbolo común: ¿qué iban a usar si no? ¿Banderas autonómicas?

Otro aspecto que creo que es muy interesante es que gracias al fútbol se entablan muchas relaciones entre los individuos. Creo que también en este sentido el fútbol tiene una gran importancia como elemento de cohesión social.

– Es que en la sociedad industrial hay mucha gente que cuando sale de trabajar no tiene nada que hacer. Antes iban a la iglesia, pero ahora no les interesa, los santos no les dicen nada, salvo en las ocasiones especiales como la Semana Santa o la Navidad. El fútbol es la alternativa, pero incluso como medida de tiempo. Antes se usaban a los santos como referencia, pero ahora se usan las temporadas de fútbol, los mundiales, etc. Esto ya ocurría en Grecia, que medían el tiempo por olimpiadas. Pero esto no significa ni mucho menos, como dicen algunos, que el fútbol sea una religión: es cierto que ambas tienen elementos comunes, pero nada más.

Gustavo Bueno

Creo que este punto la televisión ha ayudado mucho

– La televisión que llamamos formal ha sido fundamental en el desarrollo del fútbol. Televisión material es todo lo que se ve en la pantalla (un programa grabado, una película…) y la formal son programas en directo (una misa, un partido de fútbol…). En un programa emitido en directo el tiempo que tarda en llegar la señal a nuestra televisión es más o menos el mismo que tarda en llegar de la retina óptica a la retina occipital. Lo que tú estás viendo es lo mismo que si estuvieras en el estadio, en la realidad, y en el caso del fútbol es muy importante para las quinielas, las apuestas… El fútbol interesa, por eso se desarrolla a través de la televisión, pero es que además es precisamente el fútbol el que más ha ayudado al desarrollo de la televisión.

A veces tengo la sensación de que se potencia el fútbol desde el mundo antitaurino precisamente para desplazar la afición de los toros al fútbol. ¿Qué le parece?

– No le puedo decir si esto es así o no, pero desde luego que si lo es el fracaso está asegurado porque son ceremonias muy diferentes. Los toros tienen mucho que ver con la religión y el fútbol nada. El toro es el numen religioso en una ceremonia cruenta: el toro tiene que morir y el torero se juega la vida. El toreo es un conflicto entre dos individuos. El único paralelismo con el fútbol es que va mucha gente. Así que no puede haber trasvase de afición.

Por último quería preguntarle por el fútbol y lo que popularmente llamamos cultura (Bueno publicó en 1996 un libro titulado El mito de la cultura).

– El fútbol es cultura. A ver, ¿qué grupo de primates juega al fútbol? A lo sumo tiran piedras; ahora precisamente han descubierto un chimpancé sueco que acumula piedras durante el invierno y las tira a los visitantes durante el verano.

Pero hay muchos intelectuales que desprecian el fútbol.

– Se llaman a sí mismos intelectuales y desprecian el fútbol, la televisión, etc. Dicen con una supuesta superioridad que los aficionados son unos imbéciles, unos animales, que no se les puede tomar en serio. Claro, ¡pero es que es la misma gente que vota! Los intelectuales son una gentuza, completamente. Alguna vez que iba a televisión al volver a la universidad me decían compañeros: “has perdido tres días”. Y yo respondía siempre “¿y cuántos teoremas has inventado tú en estos tres días?”. Te despreciaban, y en realidad era pura envidia. Son simplemente una pobre gente. Desprecian el fútbol porque abren a Platón y no encuentran nada; a Aristóteles y lo mismo; a Santo Tomás, a Hegel, ¡incluso a Kant!… Claro, no encuentran nada y por lo tanto creen que no es filosofía. Son simplemente una pobre gente, unos imbéciles con ganas de insultar, que en vez de analizar colocan adjetivos y ante los alumnos quedan muy bien, pero nada más.

Yo mismo he aprendido mucho con el fútbol.

– Claro. Por ejemplo se aprende mucha geografía gracias a los equipos de fútbol: hay mucha gente que sabe que Dortmund existe gracias al Borussia, por ejemplo. Y además conceptos como el “goal average” obligan a muchos a aprender matemáticas, etc.

También critican mucho a los futbolistas.

– Sí, yo he oído muchas veces que el futbolista tiene la cabeza para darle a la pelota porque no puede hacer nada más con ella. ¡Y qué más da! El jugador tiene que ser muy inteligente como futbolista, pero puede ser lo que los psicólogos llaman un tonto prodigio. Puede ser muy listo para el fútbol pero para nada más. Pero ojo, que esto les pasa también a muchos de profesiones mucho más reputadas, juristas, físicos, etc. Recuerdo una anécdota con un físico que vino a Salamanca en los años cincuenta, que venía de Inglaterra. Lo llevé a ver una obra de Lope con enredo amoroso y el pobre no entendía qué pasaba. Al final se lo tuve que explicar así: esta nube de electrones quiere ir a ver a esa nube de electrones y meterse en la cama con ella.

Gustavo Bueno Martínez nació en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja) en 1924. Catedrático emérito de Filosofía de la Universidad de Oviedo, es el autor principal del sistema filosófico conocido como materialismo filosófico. Probablemente su mayor aporte a la historia de la Filosofía es su teoría del cierre categorial, de la que ya se han publicado cinco tomos. Entre sus libros más notables cabe destacar «El animal divino» (1985; donde expone su teoría materialista de la religión), «Zapatero y el pensamiento Alicia» (2006), «Telebasura y democracia» y su reciente colección de mitos: «El mito de la cultura» (1996), «El mito de la felicidad» (2005), «El mito de la izquierda» (2003), «El mito de la derecha» (2008) y «España no es un mito» (2005).

Bueno es uno de los filósofos más importantes de toda nuestra historia, y en opinión de muchos probablemente el mejor. Muchas de sus ideas han despertado grandes polémicas, particularmente en los últimos años en que ha escrito y participado en debates públicos sobre cuestiones normalmente ajenas a la cátedra de filosofía: la televisión, el Gran Hermano, la política actual, etc. Criticado duramente por ello, muchos otros entienden que este es precisamente uno de los grandes valores de Gustavo Bueno, demostrar una y otra vez la utilidad práctica de la filosofía, sacarla de las universidades y llevarla al espacio público.




Por qué la Copa de España Libre de 1937 no es un Campeonato de España

El pasado día 10 de julio de 2009 la Asamblea General de la RFEF decidió no conceder la oficialidad al torneo llamado Copa de España Libre, celebrado en el año 1937. El resultado exacto de la votación fue de 122 votos a favor, 2 abstenciones y ninguno en contra.

Esta votación venía propiciada por una Proposición no de Ley del Congreso de los Diputados de 27 de septiembre de 2007 aprobada con el siguiente texto:

[…] Proponer a la Federación Española de Fútbol una investigación para la comprobación de la realización del Campeonato de Copa de 1937, la final de Barcelona de ese año y el resultado que dio como vencedor al Levante UD (sic), y si tuviera resultado positivo, el reconocimiento oficial de ese campeonato, participantes y vencedor a todos los efectos. [Boletín Oficial de las Cortes Generales, Congreso de los Diputados, 3-10-2007].

El texto aprobado enmendaba en algunos puntos el propuesto originalmente por el Grupo Parlamentario de Izquierda Verde-Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds de 2 de febrero de 2005 [Boletín Oficial de las Cortes Generales, Congreso de los Diputados, 15-2-2005], en que se proponía que fuera el propio Congreso de los Diputados el que reconociera la oficialidad del torneo.

Sin embargo el Congreso, con buen criterio, aprobó simplemente que se instara a la RFEF a estudiar y plantear la cuestión, ya que la oficialidad de un torneo de fútbol es cuestión completamente ajena a las competencias de las Cortes Generales. Extrañamente toda la prensa que se hizo eco de la noticia, sin excepción alguna, informó de que el Congreso había aprobado la oficialidad del torneo, recogiendo así el texto original y no el realmente aprobado, lo que ha generado no pocos errores por parte de muchos sectores que pretendían ya plantear un palmarés del Campeonato de España que incluyera como campeón al Levante FC.

La RFEF por su parte cumplió fielmente con el mandato del Congreso de los Diputados y encargó al CIHEFE un estudio técnico en que se diera solución a la cuestión. Por el interés del asunto publicamos a continuación dicho estudio, en el que se ha basado la Real Federación Española de Fútbol para negar la atribución de oficialidad con carácter retroactivo al torneo conocido como Copa de España Libre.

INFORME SOBRE LA COMPETICIÓN «COPA ESPAÑA LIBRE» – «TROFEO PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA» DISPUTADA ENTRE JUNIO Y JULIO DE 1937

1. Criterios de la IFFHS para el reconocimiento de oficialidad de una competición.

A.- Para que una competición sea oficial y de carácter nacional ha de estar organizada directamente por la federación nacional correspondiente reconocida formalmente por la FIFA.

B.- Las competiciones organizadas por entidades inferiores o dependientes de la federación nacional correspondiente no pueden ser reconocidas como competiciones oficiales nacionales, sino que dependerán de la competencia de dicho organismo.

C.- Una federación nacional puede organizar un número ilimitado de competiciones oficiales aunque, con la finalidad de establecer la debida correspondencia entre las muy diversas competiciones que organizan las diferentes federaciones afiliadas a la FIFA, se reconoce un único campeonato de liga por temporada y federación y un único campeonato de copa por temporada y federación. La naturaleza de cada una quedará definida en su propio reglamento y en la inscripción de los clubs participantes. Cuando alguna federación cambie el ciclo de la temporada otoño-primavera a primavera-otoño o viceversa, se considerará el período de adaptación al nuevo calendario como una temporada diferente si así lo decidiese la federación nacional responsable.

Breve explicación del punto C: algunos países juegan varias ligas o copas diferentes a lo largo del año, aunque sólo una sirve para clasificarse para las competiciones internacionales de clubs. En España, por ejemplo, además del Campeonato Nacional de Liga y del Campeonato de España-Copa de SM El Rey, se disputa la Supercopa y la Copa de la RFEF, junto a otras competiciones de categorías inferiores. Todas estas competiciones son oficiales indudablemente. En caso de que por cualquier motivo no se celebrase alguna de ellas, ésta no podrá ser sustituida por ninguna de naturaleza o rango diferente. Es decir, si se diese el caso de que no se jugase el Campeonato de España-Copa de SM El Rey, ésta nunca podría ser reclamada por el vencedor de cualquiera de las otras tres competiciones.

2. Aplicación de los criterios de la IFFHS al caso de la «Copa España Libre – Trofeo Presidente de la República»

A.- En la fecha en que se disputó este torneo, durante los meses de junio y julio de 1937, la Federación Española de Fútbol estaba afiliada a la FIFA en activo y tenía plenos poderes para decidir las cuestiones internas del fútbol español como organización legítimamente reconocida por el gobierno de la República Española.

B.- Siendo su presidente oficialmente reconocido por el gobierno de la República Española don José María Mengual, con fecha del 3 de octubre de 1936 y firmada por el secretario de la FEF, don Ricardo Cabot, se envía una circular a todas las territoriales y a todos los clubs en que se les comunica que se «suspende la temporada de juego para TODAS LAS COMPETICIONES OFICIALES dependientes de la Nacional». A su vez, autoriza a las diferentes territoriales a que procedan de igual manera, si bien, si las circunstancias son favorables podrían organizar algunas competiciones de su propia competencia. Con esta circular queda claro que la FEF no organizaría ni Liga, ni Campeonato de España, ni Campeonato de España de Aficionados, ni la Copa de la FEF, ni partidos internacionales de la Selección.

C.- La FEF en la zona controlada por el gobierno republicano no emitió ninguna circular ni convocó ninguna asamblea extraordinaria que revocase la orden anterior mientras estuvo funcionando a lo largo del conflicto bélico.

CONCLUSIÓN: la «Copa España Libre – Trofeo Presidente de la República» no recibió el reconocimiento oficial de la FEF, única entidad con competencia para otorgarlo en aquella fecha.

3. La naturaleza de esta competición

La «Copa España Libre – Trofeo Presidente de la República» fue organizada por iniciativa del presidente del Valencia FC, Sr. Rodríguez Tortajada como así declara en entrevista publicada por El Mundo Deportivo de Barcelona con fecha 28 de mayo de 1937:

«Se están haciendo gestiones para ello como habrás podido observar, pues apenas terminada la Liga -se refiere a la «Liga del Mediterráneo»- se me ocurrió proponer a los clubs valencianos y catalanes la confección de un nuevo torneo, que pensábamos denominarle «Copa Mare Nostrum», cuyo fin era no quedarnos de brazos caídos en plena temporada, suponiendo que mi iniciativa había de ser bien acogida por parte de todos»

Dadas las circunstancias del momento, el presidente del Valencia FC debió de solicitar el patrocinio de esta competición amistosa por parte de la Presidencia de la República con la intención de reforzar y respaldar su proyecto. Como fruto de estas gestiones obtuvo la concesión del trofeo y el consecuente cambio de nombre. La intervención de la Presidencia de la República no aparece reflejada en ningún documento oficial.

El 30 de mayo de 1937 se celebra el sorteo de los partidos en los locales de la Federación Valenciana de Fútbol, la cual, como máxima responsable de la organización, fija el calendario de la competición. Ésta tendrá un curioso desarrollo, ya que en primer lugar los cuatro equipos implicados jugarían una liguilla a dos vueltas y los dos primeros clasificados se disputarían el trofeo en una final, presumiblemente en Valencia.

El propio El Mundo Deportivo anuncia así la competición en su edición del 31 de mayo de 1937:

«Ya tenemos una Copa de importancia para clausurar con ella la temporada oficial de fútbol. Se ha venido hablando de una Copa de España y con la imposibilidad de organizar una competición que pueda llamarse así por el número y calidad de los clubs participantes, surge la «Copa España Libre» por puntos pero con el anuncio de un partido final a disputar entre los dos clubs situados en primero y segundo lugar de la clasificación, después del último match de la segunda vuelta.»

Hay que señalar, para evitar confusiones, que la referencia que se hace a «la temporada oficial» no tiene otro significado que el que encierra en sí mismo: período fijado anualmente por la Federación que va desde el 1 de septiembre hasta el 31 de julio.

En éste artículo deja muy claro que la «Copa España Libre» no pretende ser equiparada con la «Copa de España». Pero no sólo es cuestión de la calidad de los participantes, también hay diferencias importantes en la naturaleza de la propia competición.

Conocida como «Copa de España» esta competición en realidad pone en juego dos méritos: el Campeonato de España por un lado y la Copa por otro. El Campeonato de España es el título oficial con el que se empezó a disputar la competición desde 1903 y que ha mantenido a lo largo de todas sus ediciones. Es un honor que ostenta el club vencedor durante un año. En la final también se disputa el trofeo, aunque con la opción de alcanzarlo en propiedad si se vence tres veces consecutivas o cinco alternas. En 1936 el Madrid FC obtuvo el título de Campeón de España y recibió la Copa de SE Presidente de la República. El club madrileño debía devolver este trofeo a la Federación en el momento en que ésta se lo solicitase para ponerlo en juego en la edición siguiente.

La «Copa España Libre – Trofeo Presidente de la República» es un único mérito que se entrega en propiedad al vencedor, el cual en ningún caso se proclama «Campeón de España». Por ese motivo el Levante FC recibió en propiedad el trofeo que actualmente conserva el club legítimamente heredero, el Levante UD.

Queda ya demostrado que la FEF no organizó ninguna competición oficial durante este período. De todas formas, los organizadores de la «Copa España Libre» nunca consideraron que esta competición alcanzase el mismo rango que el «Campeonato de España» y por lo tanto, con carácter oficial nadie solicitó al Madrid FC que entregase el trofeo ganado en 1936 que retenía en sus vitrinas, puesto que la «Copa España Libre» no se correspondía con «Campeonato de España».

El Madrid FC entregó esta copa a la RFEF en 1940 y ahí permanece depositada porque a partir de esa fecha el Campeonato de España se subtituló como Copa de SE El Generalísimo.

También es la propia FEF la que establece los requisitos de participación de los clubs. En 1936 regía un sistema un tanto complicado pues la Copa tenía varias fases hasta llegar a las rondas finales que eran propiamente la competición. Este sistema fue aprobado y confirmado en la asamblea de mayo de 1936 para la edición de la siguiente temporada, 1936/37.

La «Copa España Libre» quedó confeccionada por invitación directa del Valencia FC a los demás rivales, insistiendo especialmente en la participación del CD Español, pues obtendría mejor taquilla. El propio presidente del Valencia CF se queja del poco interés que tienen sus vecinos valencianos, Levante FC y Gimnástico FC, en participar. Por el contrario, no interesaba la presencia del Granollers SC porque aumentaba el número de desplazamientos y no garantizaba un buena taquilla.

Se dice erróneamente que en la «Liga del Mediterráneo», con la renuncia del FC Barcelona, se establecieron los puestos para participar en la «Copa España Libre». Es una coincidencia que haya sido así. El FC Barcelona consiguió por sus propias gestiones una gira por América, solucionando así la inactividad de la que el presidente del Valencia CF huía. Por lo tanto, cuando cerró su contrato con México y Estados Unidos, todavía no se sabía si se iba a seguir jugando o no en la España republicana.

La inactividad ahogaba a los clubs, especialmente a los catalanes, porque dentro de la irregularidad, habían conservado mejor sus plantillas. En Cataluña la Federación Catalana de Fútbol mantuvo el calendario oficial de sus competiciones regionales que entraban de lleno en las eliminatorias de promoción por esas fechas. Los tres equipos de Primera Catalana que no tenían que jugar eran el CD Español, el Gerona FC y el Granollers SC. Interesados los tres en jugar contra los clubs valencianos, fueron limitados a dos. Se jugó entonces un torneo triangular, destinándose la recaudación al Granollers SC para compensarle de su exclusión.

Dentro de la organización de la «Copa España Libre» destacamos que no había comité de competición, los árbitros eran designados por las territoriales donde se disputaban los partidos y los jugadores se alineaban sin fichas. Con todo, los clubs se comportaron con gran deportividad y las crónicas no reflejan incidentes de consideración.

Hay que señalar que el club vencedor de la «Copa España Libre», el Levante FC alineó a lo largo de la competición hasta cinco jugadores que no le pertenecían: Tarí y J Rubio del Gimnástico FC, Nieto del Athletic Club de Madrid -que fue el máximo goleador del torneo-, Palahí del Murcia FC y Fraisón del Sporting de Gijón.

La final debió disputarse en Valencia, puesto que a ella llegaron los dos equipos valencianos. Sin embargo, ya el 11 de julio de 1937 Gobierno Civil de Valencia suspendió el partido entre el Valencia FC y el Gerona FC por motivos de seguridad y no levantó la prohibición hasta agosto. El Valencia FC-Gerona FC se disputó en Barcelona entre semana y seguidamente, en la fecha acordada, 18 de julio, y también en Barcelona se jugó la final. Curiosamente, las crónicas no hacen mención de la presencia de ninguna autoridad oficial. El presidente de la República, D. Manuel Azaña estaba en Valencia -ese mismo día dio un importante discurso en la Universidad de Valencia condenando el fascismo-, nadie había localizado al presidente de la FEF D. José María Mengual, ni se cita la presencia de D. Ricardo Cabot, secretario de la FEF. Da la impresión de que el trofeo fue entregado por el propio presidente del Valencia FC.

Con todas estas investigaciones se llega a la conclusión de que desde el punto de vista del rigor histórico la «Copa España Libre» fue un torneo amistoso organizado por iniciativa del presidente del Valencia FC.

Queda un fleco por confirmar: ¿quién cedió el trofeo? Sin alterar las investigaciones previas, y en un gesto de condescendencia, aceptemos el hecho no probado de que el trofeo procedía de la misma Secretaría de la Presidencia, tras haberlo solicitado el Valencia FC. Con todo, sería nada más que un gesto anecdótico, con una finalidad política y no deportiva. Curiosamente, en muchos países se disputan trofeos cedidos por sus propios gobernantes, motivo por el cual ya es suficiente para considerarlos no oficiales.

4. Conclusiones

Cuando la Comisión de Educación y Cultura del Congreso de los Diputados redacta el texto que debe servir como base para que la Copa de la República de 1937 sea considerada como una competición oficial a todos los efectos comete importantes errores técnicos e históricos. Es evidente que no debe haber realizado una investigación profunda de los acontecimientos ni de la legislación vigente en su momento.

La única institución válida para otorgar oficialidad a una competición de fútbol es la RFEF y ésta ya fijó el carácter no oficial de la «Copa España Libre» en 1937.

Es posible que hayan confundido los nombres y títulos de ambas competiciones por su cierto parecido: «Campeonato de España – Copa del Presidente de la República» y «Copa España Libre – Trofeo del Presidente de la República». No cabe entender otro motivo.




Jesús Rivero Meneses

Cuando D. Jacinto Miquelarena, eximio periodista, definió a la Unión Española de Clubs como » la orden de la Jarretera» del fútbol español, acertaba de pleno. Era un contrapoder ante la Federación Española que duró lo que vivieron sus miembros; éstos eran quienes daban y quitaban cargos en el aparato directivo del fútbol, incluida la propia Federación Nacional. El visado era la simple denominación de «hombre de fútbol». Con ese pasaporte se podía ser de todo en el organigrama futbolístico hispano. 

Jesús Rivero Meneses

A don Jesús Rivero Meneses nadie le podía negar el título de «hombre de fútbol». Abogado; fundador del Valladolid; propietario y director de una revista deportiva llamada «Olimpia»; vicepresidente del Valladolid; medalla al Mérito Deportivo otorgada en mayo de 1936; presidente de honor del Valladolid desde 1943…

Con esas acreditaciones, nadie de la «orden de la Jarretera» pudo ponerle ningún reparo cuando el general Moscardó echó mano de él para tapar con urgencia el boquete que le había producido en la Federación Española la dimisión de su presidente, D. Javier  Barroso, por aquel enojoso asunto del fichaje por el Sevilla del bético medio centro Antúnez. El presidente de la Delegación Nacional de Deportes fue tan torticeramente informado del «caso Antúnez» que su decisión fue realmente desafortunada. El señor Barroso dimitió y con él todo su Comité. Así pues, ante D. Jesús quedaba el erial federativo; lo cual no dejó de venirle bien para construir sin condicionamientos apriorísticos.

Jesús Rivero Meneses

Pudo nombrar un Comité a su medida. Con dos escándalos «periodísticos». Uno, de carácter político; otro, futbolístico. El primero fue la recuperación de D. Ricardo Cabot como secretario general de la FEF, cuya sanción por sus responsabilidades políticas había prescrito. La segunda, llevar al cargo de Seleccionador Nacional a D. Pablo Hernández Coronado, el más polémico de los «hombres de fútbol», pero también el más chispeante, ambiguo, irónico e inteligente de la «orden». El resto de la Junta no causó tanto revuelo, posiblemente por ignorancia de los informadores de la época. Eran: Vicepresidente, D. Rafael González Iglesias -ex presidente del Athletic de Madrid- ; vocales: D. Leopoldo García Durán – ex presidente de la FEF desde 1931 hasta el comienzo de la guerra de 1936 y ex miembro de la FIFA-, D. Ramón Sánchez Pizjuán -ex presidente del Sevilla-, D. José Maria Mateos Larrucea -ex presidente de la Federación Vizcaína y ex seleccionador nacional- D Ernesto Cotorruelo -ex presidente de la Federación Castellana-, D. Enrique Piñeyro Queralt -ex presidente del Barcelona- y D. Carlos Pinilla Turiño.  Menos este último, todos eran grado 33 de la Jarretera. 

Como no se trata más que de un esbozo periodístico hay que atajar. Sólo estuvo un año en el sillón presidencial de la Calle San Agustín. Dimitió el 21 de abril de 1947 por «incompatibilidad personal» con la Delegación Nacional. ¿Quién fue el necio que dijo que en aquellos años no dimitía nadie?. Pues en la FEF iban dos seguiditos… 

Y ¿qué hizo el señor Rivero para quedar como uno de los mejores presidentes de la historia de la Federación Española?

Telegráficamente:

  • Requerir la presencia en los clubs de entrenadores extranjeros de acreditado prestigio.
  • Decretar la presencia de un máximo de dos jugadores extranjero por club para  dos temporadas más tarde; tal presencia estaba  prohibida desde enero de 1941.
  • Creación de la Mutualidad de Futbolistas.
  • Modernización de las tácticas empleadas en el fútbol español tomando las utilizadas por mister Chapman en el Arsenal de Londres y conocidas como «sistema en WM». Aparece, pues, el defensa central, los «medios volantes» y «el cuadrado mágico». 
  • Recuperar el uniforme tradicional de la Selección Nacional con camiseta roja y pantalón azul.
  • Recomendar a los equipos -luego se haría obligatorio- la contratación de preparadores físicos titulados y de médicos especialistas en dicha preparación. 
  • Crear la Escuela Nacional de Entrenadores, con el fin de que todos los entrenadores tuvieran una sólida preparación para ejercer y elevar el nivel del oficio.
  • Hacer las gestiones necesarias para incentivar los torneos de juveniles a nivel de club.
  • Estudiar las acciones necesarias para derogar las disposiciones que mantenían el derecho de retención de los jugadores por parte de los clubs. 

Jesús Rivero Meneses

Desgraciadamente, como se diría de cualquier presidente de club, los resultados de la Selección no le acompañaron.  El avispado don Pablo perdió sus dos partidos, Portugal y República de Irlanda. La «tabla redonda» de la «orden de la Jarretera» no podía permitir que los clubs perdieran el «derecho de retención» que consideraban la piedra angular del profesionalismo. Los «costaleros» del delegado nacional comenzaron a dar golpes de nuca durante el transporte triunfal. Y también que D. Jesús Rivero Meneses, al igual que le había ocurrido al señor Barroso, no era nada «políticamente correcto». 

Al año, montera en mano, dijo adiós.

Nadie en el fútbol español ha hecho más en tan poco tiempo. Todos sus logros siguen en pie sesenta años después.

Resulta paradójico que los más grandes presidentes federativos sean los más ignorados. Jesús Rivero Meneses, de Valladolid, es uno de ellos.




La gran gesta de un equipo modesto

El Club Deportivo Orense protagonizó en la temporada 1967-68  un hecho insólito que todavía nadie ha sido capaz de igualar: ganar todos los partidos jugados en una competición nacional  de dieciséis equipos.

Fundado el 19 de septiembre de 1952 de las cenizas de la Unión Deportiva Orensana, desaparecido unas semanas antes por la deficiente administración económica de sus dirigentes, fue su último partido la final de la Copa Federación Española, que perdió por 3 a 1 ante el Real Jaén en el Estadio Metropolitano de Madrid.. El Club Deportivo Orense tomó el elevo y pronto se destacó entre los equipos del grupo gallego de Tercera División, hasta que al final de cuatro intentos logró el ansiado ascenso a Segunda, categoría en la que debutó en la temporada 1959-60 con una excelente actuación, en la que sólo el decaimiento en la recta final de la competición le relegó a la tercera posición y malogró la posibilidad de luchar por un nuevo ascenso, esta vez a la División de Honor de nuestro fútbol. Este tercer puesto se repitió en la siguiente campaña, pero luego vino el declive y tres años después volvió a caer en el pozo de la Tercera.

En las dos siguientes temporadas sus intentos por recuperar la categoría perdida fueron infructuosos, al estrellarse en la Fase de Ascenso, pero en la competición liguera su superioridad fue absoluta y tan sólo la SD Compostela -en dos ocasiones- y el Fabril Deportivo pudieron derrotarle: La Liga 1967-68 fue sin duda apoteósica, con un balance de treinta partidos jugados y treinta victorias, marcando en ellos un centenar justo de goles y encajando solamente ocho, ninguno de ellos antes de la octava jornada, poniendo colofón a su gesta con un triunfo por 0-1 en casa de su más directo rival, la SD Compostela, segundo clasificado que tan sólo había perdido el partido jugado en la primera vuelta en Orense. A pesar de ello, nueve puntos separaron a ambos equipos en la clasificación final y otros diez con el Fabril Deportivo, tercer clasificado.

Paradójicamente, tan brillante campaña no tuvo el merecido premio del ascenso. Quizás fue un relajamiento tras la hazaña, o un exceso de confianza, pero en la fase definitiva no estuvo a la altura esperada, salvo en el primer partido que jugó en su Estadio José Antonio con el CD Condal y le venció por 2-0, mientras en el partido de vuelta, jugado en el Camp Nou, el filial barcelonista lo tuvo contra las cuerdas, pero su mínima victoria resultó insuficiente. En la siguiente ronda, ya definitiva, otro filial, el Ilicitano, dio la sorpresa arrancando un empate a cero en tierras gallegas y una semana después le derrotó por 2-1 en Altabix, dando al traste con las esperanzas orensanas por tercer año consecutivo y emborronando su brillante temporada, que no obstante tuvo su reconocimiento por parte del Delegado Nacional de Deportes, don Juan Antonio Samaranch, quien concedió al club una placa de plata al Mérito Deportivo.

Florencio Álvarez González fue el presidente de la entidad en esta temporada y Fernando Bouso el entrenador del equipo, cuya plantilla estaba integrada por los porteros Roca, Esnaola y Oñate; Varela, Lozano, Paredes, Bermejo, Márquez y Astigarraga, defensas; Pombo, Ángel, Pito y Lolín, medios; y Cortés, Buján, Túnez, Segra, Pataco, Guitián, Puente, Pazo, Conde y Carballeda, delanteros. Este último fue el máximo goleador del equipo y de la categoría, con 38 tantos.

C.D. Orense

En la temporada siguiente hubo reestructuración  en Tercera División y los equipos gallegos y asturianos quedaron reunidos en un mismo grupo de veinte equipos. El récord victorioso del CD Orense en partidos de competición liguera todavía se incrementó con los dos triunfos conseguidas en las primeras jornadas, quedando establecido en 32 consecutivos tras ceder un empate en su propio campo frente al Caudal de Mieres, pero el récord de imbatibilidad se mantuvo durante más de dos años y alcanzó la cifra de 67 partidos, desde que el 5 de marzo de 1967 perdiera por 3 a 0 ante la SD Compostela, en la vigésimo tercera jornada de esa campaña liguera, hasta el 20 de abril de 1969 cuando el Vetusta de Oviedo acabó con la racha y le derrotó por 0-2 en su propio Estadio José Antonio, en partido de la jornada 31. Habían sido 57 victorias y 10 empates, en ese periodo, en el que marcó 197 goles y encajó 17. El Club Deportivo Orense volvió a proclamarse campeón de grupo en esa temporada 1968-69, y esta vez sí pudo culminarla con el deseado ascenso, al superar en la promoción al Bilbao Athletic con una doble victoria.

En este segundo periodo de cuatro años en que el CD Orense militó en el primer grupo de la Tercera División, fue campeón en tres ocasiones y subcampeón en otra. Jugó 128 partidos de los cuales ganó 103, empato 20 y perdió 5, marcó 326 goles y encajó 59.

 

SESENTA Y SIETE PARTIDOS IMBATIDO Y TREINTA Y DOS VICTORIAS CONSECUTIVAS

Campeonato de Liga 1966-67

Jornada 23 5 marzo SD Compostela – CD Orense 3-0
Jornada 24 12 marzo Corujo CF – CD Orense 1-1
Jornada 25 19 marzo CD Orense – Turista de Vigo 6-0
Jornada 26 26 marzo Alondras CF – CD Orense 0-3
Jornada 27 2 abril CD Orense – Fabril Deportivo 4-1
Jornada 28 9 abril Brigantium CF – CD Orense 2-2
Jornada 29 16 abril CD Orense – CD Lugo 4-0
Jornada 30 23 abril Rápido Bouzas – CD Orense 1-1

 

 

Campeonato de Liga 1967-68

Jornada 1 10 septiembre Club Lemos – CD Orense 0-2
Jornada 2 17 septiembre CD Orense – Atl. Pontevedra 5-0
Jornada 3 24 septiembre Fabril Deportivo – CD Orense 0-1
Jornada 4 8 octubre CD Orense – Brigantium CF 5-0
Jornada 5 22 octubre Gran Peña Celtista – CD Orense 0-1
Jornada 6 29 octubre CD Orense – Arosa SC 3-0
Jornada 7 5 noviembre CD Orense – Club Ordenes 5-0
Jornada 8 12 noviembre Calvo Sotelo A.P. – CD Orense 1-4
Jornada 9 19 noviembre CD Orense – Turista de Vigo 4-0
Jornada 10 26 noviembre Alondras CF – CD Orense 1-3
Jornada 11 3 diciembre CD Orense – Arsenal CF 2-0
Jornada 13 17 diciembre CD Orense – Rápido Bouzas 5-1
Jornada 14 31 diciembre Atlético Orense – CD Orense 0-5
Jornada 15 7 enero CD Orense – SD Compostela 2-1
Jornada 16 14 enero CD Orense – Club Lemos 1-0
Jornada 17 21 enero Atl. Pontevedra – CD Orense 0-3
Jornada 18 28 enero CD Orense – Fabril Deportivo 3-0
Jornada 19 4 febrero Brigantium CF – CD Orense 1-5
Jornada 20 11 febrero CD Orense – Gran Peña Celtista 4-0
Jornada 21 18 febrero Arosa SC – CD Orense 1-3
Jornada 22 25 febrero Club Ordenes – CD Orense 0-5
Jornada 23 3 marzo CD Orense – Calvo Sotelo A.P. 6-0
Jornada 12 10 marzo CD Lugo – CD Orense 1-3
Jornada 25 17 marzo CD Orense – Alondras CF 3-0
Jornada 24 19 marzo Turista de Vigo – CD Orense 0-5
Jornada 26 24 marzo Arsenal CF – CD Orense 0-3
Jornada 28 31 marzo Rápido Bouzas – CD Orense 0-1
Jornada 27 7 abril CD Orense – CD Lugo 2-1
Jornada 29 21 abril CD Orense – Atlético Orense 5-0
Jornada 30 28 abril SD Compostela – CD Orense 0-1

 

 

Campeonato de Liga 1968-69

Jornada 1 8 septiembre CD Orense – CD Turón 8-0
Jornada 2 15 septiembre Atlético Gijón – CD Orense 1-3
Jornada 3 22 septiembre CD Orense – Caudal Deportivo 0-0
Jornada 4 29 septiembre Alondras CF  – CD Orense 0-1
Jornada 5 6 octubre CD Orense – Gran Peña Celtista 2-1
Jornada 6 13 octubre Arosa SC – CD Orense 1-5
Jornada 7 20 octubre CD Orense – CD Praviano 5-0
Jornada 8 3 noviembre UP Langreo – CD Orense 2-2
Jornada 9 10 noviembre CD Orense – CD El Entrego 4-0
Jornada 10 17 noviembre Atlético Orense – CD Orense 0-3
Jornada 11 24 noviembre CD Orense – CD San Martín 0-0
Jornada 12 1 diciembre SD Vetusta – CD Orense 1-1
Jornada 13 8 diciembre CD Orense – Fabril Deportivo 1-0
Jornada 14 15 diciembre Atl. Pontevedra – CD Orense 0-1
Jornada 15 22 diciembre CD Orense – Club Lemos 5-0
Jornada 16 29 diciembre SD Compostela – CD Orense 0-0
Jornada 17 5 enero CD Orense – CD Lugo 1-0
Jornada 18 12 enero Candás CF – CD Orense 1-1
Jornada 19 19 enero CD Orense – Ensidesa Avilés 1-1
Jornada 20 26 enero CD Turón  – CD Orense 0-4
Jornada 21 2 febrero CD Orense – Atlético Gijón 2-1
Jornada 22 9 febrero Caudal Deportivo  – CD Orense 0-2
Jornada 23 16 febrero CD Orense – Alondras CF 9-0
Jornada 24 2 marzo Gran Peña Celtista – CD Orense 0-2
Jornada 25 9 marzo CD Orense – Arosa SC 3-0
Jornada 26 16 marzo CD Praviano – CD Orense 0-1
Jornada 27 23 marzo CD Orense – UP Langreo 3-0
Jornada 28 30 marzo CD El Entrego – CD Orense 0-1
Jornada 29 6 abril CD Orense – Atlético Orense 3-0
Jornada 30 13 abril CD San Martín – CD Orense 0-1
Jornada 31 20 abril CD Orense – SD Vetusta 0-2



El Fútbol en la Exposición Regional de Valencia de 1909

Como toda Feria de Muestras que se precie la celebrada en Valencia entre los días 22 de mayo y 22 de diciembre de 1909 fue una Exposición donde se intentó mostrar al público todos aquellos avances dados en las diferentes ramas que mueven la economía o la cultura mundiales.

La organización corrió a cargo del Ateneo Mercantil de Valencia, el cual era presidido en esos instantes por el Sr. Marqués del Turia, D. Tomás Trénor.

El lugar escogido para instalar el recinto ferial a día de hoy lo ocupa el final de la Alameda de Valencia, frente a la fábrica de tabacos. En su momento fueron 16 hectáreas ocupadas por pabellones y edificios.

La ceremonia de inauguración fue el 23 de mayo de 1909 asistiendo S.M. El Rey D. Alfonso XIII y el jefe de Gobierno D. Antonio Maura.

La electricidad, los motores de explosión, la aerostación, el fonógrafo, el cine, la industria en general y el ocio fueron el motor impulsor de la Exposición y, claro, el fútbol estaba allí. Y para que todos estos adelantos pudiesen ser observados y disfrutados se realizaron una serie de construcciones sin parangón en esos momentos en la ciudad. Un parque de atracciones, un palacio de congresos, un auditorio de música, un palacio de la ópera, un casino, un museo de ciencias, un centro de exposiciones y…un estadio deportivo.

Para hacer uso de este Estadio se celebraron una serie de competiciones deportivas como carreras ciclistas, pruebas atléticas y football.

Para el Concurso de football hubo bastante interés pues los conjuntos valencianos, dado que competirían clubes de otras regiones, debieron jugar una fase previa donde tan solo uno de ellos se clasificaría. Los clubes valencianos interesados en participar fueron el Valencia (no el actual), el Alicante y el Cabañal.

La eliminatoria se desarrolló del siguiente modo:

El día 25 de junio disputaron el primer partido los equipos del Valencia y el Alicante, venciendo los primeros por siete goles a cero, uno de ellos conseguido antes del descanso.

Valencia.- Morris; Estévez, Sinisterra; Prats, Ferrer, Torres; Correll, Miquel, Reberg, Payre y Escribá.

Alicante.- Iborra; Rodrigo, Lamaique; García, Menoyo, Carratalá; Álvarez, Ramón, De Elizaire y Vera.

Árbitro.- Sanz.

Al día siguiente, 26 de junio, Valencia y Cabañal disputan la segunda semifinal, llegando a jugarse tan solo 30′, dándose como vencedor al Valencia por tres goles a cero.

Valencia.- Morris; Estévez, Senisterra; Prats, Ferrer, Torres; Correll, Miquel, Reberg, Payre y Escribá.

Cabañal.- Martín; García, Julio Valiente; Francisco Valiente, Sinisterra, Fuentes; Ferrandis, Ángel Fernández, Luis Fernández y Ochando.

Tras este encuentro Alicante y Cabañal disputaron otro que duró una hora y en el cual quedaron empatados.

Una vez conseguida la clasificación por parte del Valencia ya se pudo comenzar el Concurso.

Palntilla del F.C. Barcelona

Plantilla del F.C. Barcelona

El día 27 y ante un enorme gentío comenzó la disputa de la Copa de la Exposición, toda ella de plata, con un primer plato fuerte que protagonizaron los dos rivales barceloneses,  Barcelona y Español.

Las alineaciones presentadas fueron las siguientes:

Por el Barcelona.- Solá; Brú (capitán), Thalmann; Morris, Peris, Grau; Foros, Buchlein, C. Comamala, Steinberg y A. Comamala.

Por el Español.- Gibert; Irizar, Martí; Baró, Sampere, Soler; Oliver, Ponz (capitán), Casellas, Graells y Oliver.

Raga actuó como árbitro.

Dos goles a uno finaliza la primera parte a favor del Barcelona anotando un gol más cada equipo en la segunda, finalizando 3-2 favorable al Barcelona.

Una vez finalizado el partido el Español presenta una queja formal al Comité organizador por lo que ellos consideran parcialidad de los jueces de campo y de meta. El Comité acepta la protesta y dice que la estudiará. No volvemos a tener noticias del asunto.

El día 29 juegan Valencia y Español venciendo los catalanes por cuatro goles a tres.

El otro partido que debía jugarse este mismo día solo pudo hacerse hasta el descanso tras empatar sin goles la Gimnástica madrileña y el Barcelona. La Gimnástica acudió al Concurso con refuerzos del Español de Madrid. Las formaciones presentadas por ambos equipos fueron las siguientes:

Barcelona.- Solá; Brú (capitán), Thalmann; Morris, Peris, Grau; Foros, Buchlein, C. Comamala, Steinberg y A. Comamala.

Gimnástica.- Lemmel; Carruana, Méndez; Yarza, Navarro, Baonza; Rodríguez, Morales, Neyra, Zahera y Navarro.

Arbitró Martí, del Español.

Ante la reclamación de la Gimnástica de que en breve tiempo no habrá luz y no se podrá acabar el partido el Barcelona no es de la misma opinión, así como el árbitro que decide que se siga jugando. Continuando con la disputa pasa el tiempo y se hace de noche. Comienza la segunda parte y a los 5′ el Jurado decide que se continúe jugando al día siguiente.

El día 30 comienza la segunda parte. A pesar del cansancio que muestran los madrileños, en un córner consiguen su primer y único tanto poniéndose por delante en el marcador gracias a un autogol de Thalmann. Nada más sacar de centro el Barcelona anota el empate. Faltando diez minutos Buchlein consigue el segundo tanto azulgrana con el pecho aunque la Gimnástica, una vez finalizado el partido reclama al Jurado que fue con las manos. El Jurado pregunta al árbitro y jueces de línea que le confirman que se produjo con el pecho con lo cual le dan la victoria al Barcelona. Lemmel firmó el acta y felicitó al capitán barcelonista por el triunfo.

El siguiente partido es el que disputan, bajo la atenta mirada de S. A. la Infanta Doña Isabel, los clubes Valencia y Barcelona. Es la final.

El Valencia se ve reforzado por un delantero y en el Barcelona Sans sustituye a Grau que debió volver a Barcelona.

Sanz, del Valencia, actuó como árbitro.

Sin abandonar el terreno de juego valencianista durante todo el partido el Barcelona se proclama vencedor tras conseguir cuatro goles por ninguno del Valencia. Tras esta victoria el Barcelona consigue alzar la Copa de plata. Hubo vítores barcelonistas a la Infanta, Valencia, Madrid y Barcelona.

En el último encuentro que se disputó venció la Gimnástica por tres goles a cero al Español, actuando Latorre como árbitro.

De todo aquello quedan una serie de edificios, el himno de Valencia, el fútbol y la vieja rivalidad barcelonesa.

¡Ah! Y después de 100 años supongo y deseo que también la Copa en el museo del Barça.




Crítica: Todo sobre la selección española, de Félix Martialay

«Sé que la estadística es como el esqueleto de la Historia. Pero, la verdad, es que el esqueleto de Rita Hayworth no me interesaba nada, aunque entendiera que era fundamental en el resto de aquella interesantísima anatomía» (Félix Martialay, Las grandes mentiras del fútbol español, 1997).

El último libro de Félix Martialay nos presenta la compilación completa de todas las fichas técnicas de los partidos oficiales disputados por la Selección absoluta en toda su historia, desde el partido contra Dinamarca del 28 de agosto de 1920 hasta el disputado contra Costa de Marfil el 1 de marzo de 2006 en Valladolid.

Todo sobre la Selección Española

No se trata desde luego de una idea novedosa, sino que responde a una tradición que en España se abrió en 1941 con el conocido Los 60 partidos internacionales de la selección española de fútbol, de Fielpeña, reeditado en versión facsímil a finales de 2005. Cabe por otro lado recordar que el pionero en estas lides fue el propio Manuel de Castro «Handicap», que a la vuelta de los Juegos Olímpicos de Amberes (1920) publicó Las gestas españolas en la Olimpíada de Amberes, contando las vicisitudes de los cinco primeros partidos internacionales. Aunque sin olvidarnos de él, en rigor no se trata del mismo tipo de obra ya que no tiene voluntad compilatoria estadística, algo que Handicap no podía ni imaginar.

A pesar de que por lo tanto podemos remontarnos 65 años atrás para encontrar en España los precedentes de este tipo de compilación estadística pocas han sido sin embargo las obras que hayan actualizado la de Fielpeña. Así Melcón en 1950 publicó su Historia de los 80 encuentros internacionales de España, del que pasamos en 1973 al Medio siglo de la selección, de Rafael Marichalar, para terminar en 1978 (2ª edición de 1982) con la Historia de la Selección española de fútbol de Enrique Gil de la Vera «Gilera». A esta nómina de cinco obras hemos de añadir las páginas dedicadas a la Selección española en el tomo VII de European National Teams, la excelente compilación estadística de Gabriel Mantz y Romeo Ionescu, publicada en Rumanía entre el 2004 y el 2006. De este nivel también cabe reseñar la recopilación publicada por Dinámico entre 1973 y 1975 y el anexo documental publicado por Bernardo Salazar en La selección a través de sus crónicas en 1996.

Dejando aparte los apéndices o capítulos de libros, solo cinco han sido las obras que han pretendido glosar la historia completa de la Selección española. Además, 24 años habían pasado desde la publicación de la última, demasiado tiempo para una Selección de primerísimo nivel como la nuestra.

Sin embargo el mayor mérito de esta última obra de Martialay no es el de cubrir este vacío tan prolongado, sino que la principal aportación es la de presentar en un solo volumen las conclusiones de unas investigaciones exhaustivas y novedosas, cuyo resultado va a resultar revolucionario para la historia de nuestra Selección.

Como es habitual en él, Martialay rompe una vez más con la manera lamentablemente tradicional de escribir libros de fútbol en España, que con notables excepciones como Vicente Martínez Calatrava, se limita a copiar lo anteriormente publicado añadiendo los datos de lo ocurrido desde la publicación de ese primer libro de referencia. Así Melcón en 1950 se limitó a copiar lo que había dicho Fielpeña en 1941 y a añadir lo ocurrido en esos nueve años, al igual que Fielpeña copió lo que había dicho Castro en 1920. Incluyendo errores, naturalmente, y simples erratas mecanográficas que terminan siendo error instituido: ¡lo dicen varias fuentes! Esta técnica del refrito solo puede ser combatida con la consulta de las fuentes primarias, que Martialay ha manejado con abundante profusión. Pero, ¿cuáles son esas fuentes primarias? A mi entender, en este libro se han manejado fuentes de hasta cuatro tipos diferentes.

En primer lugar, y más importantes, la prensa nacional y regional del momento del partido. Ahí se puede encontrar con poca probabilidad de error la alineación española, los goleadores, etc. Igualmente se publica la convocatoria completa del seleccionador para ese partido, información nunca antes publicada en ninguna historia de la Selección y que Martialay ha recopilado minuciosamente.

En segundo lugar, para asegurarse de la alineación extranjera nada como cotejar los datos con los anuarios publicados por los países rivales. En ellos naturalmente aparecen correctamente escritos los nombres de los jugadores, muchos de los cuales pueden ser desconocidos en España y publicarse en la prensa con nombres a veces muy distantes de la realidad. Por otro lado, según explica en su razonado prólogo, Martialay mantiene la grafía original siempre que esta sea en alfabeto latino, aunque el idioma en cuestión tenga caracteres especiales. Es por eso por lo que las alineaciones de Yugoslavia, Checoslovaquia y otros países aparecerán con acentos y otros diacríticos incluso en consonantes, para mantener los nombres de los personajes como ellos mismos los hubieran escrito.

En tercer lugar hay que destacar su búsqueda impenitente de fotografías de cada uno de los 514 encuentros de la Selección. Así cada una de las fichas de los partidos está acompañada debajo con la foto de los que jugaron aquel día o en su defecto de alguna jugada del partido; solo si ha sido imposible, aparecen los retratos de dos de los protagonistas de aquel partido. No he contado las veces que Martialay ha podido encontrar la foto de los que jugaron aquel día, el acta notarial según él, pero muy probablemente exceda el ochenta por ciento, que sin duda llega al noventa y pico con las fotos de jugadas. ¿Cómo ha localizado todas esas fotos, muchas nunca antes publicadas?

Por último, al terminar las fichas de los partidos, comienza su apéndice estadístico en el que hace reseña completa de todos los jugadores que han sido convocados por la Selección, aunque no llegaran a debutar, con mención del nombre completo y la fecha y lugar de nacimiento. Asimismo aparece una tabla de seleccionadores, de los que aporta los mismos datos. Asombroso, sinceramente. ¿Cómo ha localizado a un jugador como Perico Calvo, que jugaba en el Racing de Madrid y que fue convocado una sola vez en 1927 y que nunca llegó a jugar? ¿Cómo a seleccionadores como Julián Ruete, cuyos datos de nacimiento han permanecido desconocidos hasta ahora? Y el seleccionador Argüello, y el jugador Castillo, y…, y… Quizá solo quede decir, como decían los pitagóricos, él lo ha hecho.

El equipo nacional ha sido siempre el principal objetivo de estudio de Martialay; de hecho ha sido la Selección y no otra cosa la que le ha llevado a profundizar en el resto del fútbol español. Su interés lo llevó a escribir en 1968 la primera edición de su obra Una historia de la Selección Española de fútbol, de 1.300 páginas, cuya edición se frustró por la muerte de Fermín Uriarte, el editor del texto. Fue precisamente esta obra la que estimuló a Martialay a continuar con más empeño en su labor histórica, ya que pretendía tener actualizado su contenido. Desde esa frustrada publicación han pasado ya casi cuarenta años, pero su nuevo Todo sobre la Selección española no es más que un hijo, nieto quizá, de aquella primigenia obra de 1968. Desde entonces sus investigaciones le han dado a Martialay el prestigio por el que ha sido premiado por la RFEF con su insignia de oro en 2005. Del mismo modo recientemente la Real Academia de la Historia ha decidido incluirle en su magno Diccionario biográfico español por sus méritos en la historiografía deportiva, reconociéndolo como el mejor historiador del deporte español de todos los tiempos.

Que la estadística es el esqueleto de la Historia es afirmación innegable solo si entendemos la palabra estadística en el sentido más amplio que hace referencia simplemente a datos o a información concreta. Usando ese sentido de la estadística, este libro es un esqueleto, un buen esqueleto. Y como tal es una invitación a todos los aficionados a rellenarlo con carnes. Pero antes hay que asimilar lo que tenemos entre manos, el fruto de años de investigaciones profundas y muy meritorias que ponen a España y a su Selección probablemente en cabeza de las historias de selecciones. Sí, probablemente esta sea el mejor esqueleto de historia de una Selección que se ha escrito nunca. Claro, quizá nunca el mejor historiador deportivo de un país haya hecho un esqueleto de este tipo. Como españoles aficionados al fútbol podemos sentirnos orgullosos de ello.




Hace 100 años

Julio 1909

  • El Barcelona consigue la copa de plata ofrecida por el Ayuntamiento de Valencia tras vencer en el Concurso de Foot-Ball, conocido como Copa de la Exposición. Los rivales del equipo barcelonista fueron el Valencia (no el actual), la Sociedad Gimnástica Española de Madrid y el Club Deportivo Español de Barcelona.

 

  • Diversas pruebas atléticas celebradas en nuestro país durante los meses estivales nos dejan ver a conocidos futbolistas de la época compitiendo en otras actividades. La Gimnástica Española era el club mayoritario en este aspecto. Descubrimos a Francisco Baonza como el campeón absoluta en salto de pértiga saltando dos metros y medio y dos metros 80 centímetros, venciendo en dos pruebas celebradas en Madrid, concretamente en la XII fiesta del árbol y en la pista de la Exposición del Retiro de Madrid, además de hacerlo también en las pruebas atléticas celebradas en Valencia con motivo de la Exposición Regional. También destacó en la prueba de 400 metros lisos donde marcó 59 segundos en la Copa Ricardo del Rivero.

Otro campeón es Sócrates Quintana, que además de futbolista fue un reconocido árbitro. Competía en salto con pértiga donde quedaba subcampeón en la XII fiesta del árbol celebrada en Madrid, tras Baonza, y a su vez vencía en la prueba de 110 metros vallas, con un tiempo de 19 segundos y en los 400 metros lisos, en la Copa Ricardo del Rivero, también celebrada en Madrid, poseyéndola durante un año.

Por último encontramos al afamado sportmen Luis Colina Álvarez quedando en tercer lugar, tras Baonza y Quintana en la prueba de salto con pértiga y a Manuel Lemmel quedando tercero en las pruebas de carreras a pie en pista amén de practicar la lucha japonesa del Jiu-Jitsu. Colina, además de futbolista, entre otras cosas fue uno de los primeros árbitros internacionales, seleccionador nacional del fútbol español y secretario técnico del Valencia durante muchos años.

 Udo Steinberg, futbolista del FC Barcelona es otro deportista en toda regla. Este austriaco también practicaba el atletismo, como cuando en estas fechas venció en los 400 metros lisos haciendo 55 segundos. Es uno de los fundadores del Real Club de Tenis de Barcelona.

  • Inauguración del Parque de Deportes del Real Club Deportivo de la Sala Calvet de La Coruña en Riazor. El partido inaugural lo disputaron el Deportivo de la Sala Calvet y el Fortuna RC de Vigo venciendo los vigueses por un gol a tres.

 

  • El Mundo Deportivo lanza un editorial donde reclama el apoyo de todos los clubes de España para formar la Federación Española de Clubs de Foot-Ball. A finales del mes de agosto publica un borrador de estatutos de la Federación a los cuales se adhiere el FC Barcelona. Más tarde aparecen adhesiones de nuevos clubes y modificaciones al borrador de estatutos.

 

  • Dimite la Junta Directiva de la Sociedad Gimnástica Española dejando vacantes sus cargos los señores Emilio Coll, Miguel Pradilla, José F. Zavala, José M. Kindelán, Antonio Ordóñez y F. Berga. En la Junta General posterior fueron elegidos para sucederles los siguientes señores:

 

D. Ricardo del Rivero como presidente, D. José M. Kindelán como vicepresidente, D. Manuel Morales como secretario general, D. Julián Aparicio como segundo secretario y los señores López Mateos, Gómez y Lemmel como vocales.

 

En los dos años que la saliente Junta Directiva ostentó el honor de dirigir a «La Veterana» consiguió diferentes títulos en diversas modalidades deportivas, destacando en la sección de fútbol la copa de plata y oro del Conde de Torres Cedeira conseguida en Vigo.

 

  • En Palma de Mallorca y con motivo de «La Semana Deportiva» se disputó un partido en el Velódromo entre los dos equipos del «Veloz Sport» venciendo los azules por seis goles a cinco.

 

  • La U.S.J.S.A. encarga a la directiva del Irún Sporting Club la celebración de un match entre una selección del sur de Francia y otra del norte de España a celebrar en el nuevo campo de deportes del Irún S.C.

 

  • Se celebraron en el campo de Elizaso de Irún pruebas atléticas resultando las siguientes posiciones finales:

1º, Stade Bordelais University Club (Francia);

2º, Stade Hendayais (Francia);

3º, Irún Sporting Club (España) y

4º, L’Operne de Biarritz (Francia).

 

  •  Son publicadas en Mundo Deportivo las bases de un concurso futbolístico organizado por los clubes adheridos al Comité de los Pirineos, al cual son invitados los clubes españoles de Barcelona, Irún y San Sebastián, además de los clubes franceses correspondientes.